ssicasber yd, Newbee rey ubNN ORE Tees sar Die rmdpotarpeasipere ices «Se le pees e eae 7 Teme bentecmae r wke-d - a ears “fs 5 se eehe some. ANALES DE HISTORIA NATURAL. ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. TOMO DECIMOSETIMO. MADRID: “DON I. BOLIVAR, TESORERO. CALLE DE ALCALA, 41, TERCERO. 18388. Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. APUNTES SOBRE EL ESTADO PRESENTE DE LA CIENCIA OROGENICA, POR DON SALVADOR CALDERON. (Sesion del 5 de Octubre de 1887.) GENERALIDADES. Las cuestiones orogénicas han preocupado siempre 4 los investigadores.— Necesidad de la difusion de las nuevas doctrinas.— Caracter del presente ensayo. Los gedgrafos y gedlogos de todos los tiempos han fijado su atencién en la multiplicidad y riqueza de accidentes que al- teran la superficie de nuestro globo, dando lugar en primer término 4 su divisidn en mares y masas continentales, y en el fondo de los primeros, como en la superficie de las segun- das, 4 empinadas cordilleras, montes majestuosos y tajos co- losales, extendiéndose y serpenteando en multiples direccio- nes. Mediante un estudio mas profundo, se llegé un dia a penetrar en la disposicién interna de semejantes accidentes, y pudo verse, no sin sorpresa, que no cedian en interés a la configuracién externa, ofreciendo ora macizos de rocas cris- talinas, cruzadas por filones 6 hendidas de modos variados, ora series de tongadas superpuestas en forma de capas volca- das, de pliegues revueltos, de fragmentos cortados 6 disloca- dos, en fin, de mil maneras. 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) No es, pues, mucho que el proceso de formacidn de los re- lieves terrestres haya cautivado constantemente la atencidn de los naturalistas, y que cada nuevo descubrimiento haya constituido un estimulo mas para inquirir sus causas; y de aqui el que desde las historias y tradiciones de todos los pue- blos, hasta los escritos de cuantos publicistas han interpreta- do la cultura de su época, registren explicaciones mas 6 me- nos plausibles del origen de las montanas. En realidad, hasta los tiempos modernos, se carecia del material de observaciones necesario para abordar tan arduos problemas, que estaban reservados a la joven ciencia geold- gica, sin la cual no era posible ni aun plantearlos siquiera. Era preciso que esta dijese, ante todo, que la superficie de nuestro planeta estuvo cubierta primitivamente de un modo uniforme por las aguas del:-Océano; y que los continentes y los accidentes todos de. las capas que componen el suelo que pisamos, suponen en ellas una movilidad infinita, que ha permitido continuos cambios de posicidn en el transcurso de los periodos geologicos. Una vez sentados estos principios fundamentales de un modo seguro, era dado ya proceder 4 buscar los agentes de tales transformaciones y 4 sefialar, en fin, su proceso; pero como semejante investigacién es el fruto final de todos los es- tudios geoldgicos, la orogenia no ha dicho ni dira en mucho tiempo su Ultima palabra, si bien en cada tiempo declaran sus conclusiones el estado & que haya llegado entonces la ciencia del globo. Al recoger hoy hombres dotados de verdadero genio el fru- to de un siglo de pacientes y prolijos estudios, no pueden menos de alcanzarse grandes sintesis que abran nuevos de- rroteros 4 la humana investigacion; y pretender, como se ha hecho por algunos, que en orogenia todo lo importante se ha pensado ya, y que no cabe nuevo progreso, vale tanto como condenar ala ciencia geolégica entera 4 someter sus investi- gaciones 4 un patrén preconcebido, en vez de dejar libre campo al espiritu cientifico, para que de los materiales que obtenga por sus perseverantes trabajos, llegue a las conse- cuencias 4 que ellos mismos conduzcan. No nos proponemos entrar en la polémica de si las moder- nas doctrinas orogénicas sefhalan 6 no un adelanto en geolo- Calderén.—APUNTES SORRE LA CIENCIA OROGENICA. 7 gia: nuestra tarea, por hoy mas modesta, se reduce a dar los lineamentos generales del estado presente de semejante lina- je de estudios, dejando al lector el cuidado de formular un juicio propio, en vista de los datos presentados a su reflexion. Urge ante todo, que se difundan entre nosotros las amplias . doctrinas orogénicas modernas, poco generalizadas todavia, y que se apliquen al estudio del suelo patrio, cuya autopsia, empezada con éxito, podra continuarse 4 la luz de mas lumi- nosos faros que los que alumbraron el sendero de los gedlogos que nos han precedido, desgraciadamente mas entusiastas ¢ ilustres que numerosos. De no entrar en la senda del progre- so, quedaremos reducidos 4 acumular datos desprovistos de alcance, recogidos como al acaso, y de ninguna resonancia en el conjunto de las investigaciones europeas. No es mucho que estudios tan transcendentales y puntos de vista tan grandiosos hayan pasado desatendidos entre nos- otros: de una parte semejantes trabajos se hallan en publica- ciones que circulan poco en Espafia y estan escritos en len- guas escasamente conocidas, aqui donde la ensenanza de es- tas es tan defectuosa; de otra las referencias que de las nue- vas doctrinas sobre la formacién de los relieves de la tierra, han podido llegar 4 los mas, son 6 tan excesivamente esca- sas como las consignadas en los doctrinales franceses de geo- logia, inclusos los mas completos y modernos, 6 tan contra- rias 4 aquellas, como algunas dadas 4 luz en nuestra lengua, en que solo se presenta la refutacién sin exponer la doctrina, y todo con notoria ligereza. Convencidos de las anteriores afirmaciones, é interesando- nos desde hace algun tiempo por el nuevo movimiento orogé- nico aleman, cuyos progresos nos ha permitido seguir princi - palmente la exquisita amabilidad del profesor Suess de Vie- na, 4 quien somos tributarios de todas sus publicaciones y de indicaciones utiles, hemos creido poder bosquejar en ligera sintesis el presente estado de las doctrinas en cuestién, pro- poniéndonos hacerlo con entera imparcialidad y con la sere- nidad de animo que es patrimonio de las investigaciones cientificas. 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) II. TEORIAS OROGENICAS ANTIGUAS. Indicaciones de los antiguos fildsofos sobre el origen de las montanas.— Plutonistas. y neptunistas.—Humboldt y de Buch.—Elie de Beaumont; red pentagonal.—Dana. —De Lapparent.—Conclusiones generales. No pretendemos emprender la historia completa de las doc- trinas que sobre el origen de los relieves terrestres se han emitido desde algunos sabios de la antigiiedad hasta nuestros dias, ni de las explicaciones fantasticas, pero con un fondo de intencion cientifica, que-aparecen en las cosmogonias orientales. Basta 4 nuestro proposito apuntar, como lo hemos hecho ya, que tan transcendentales cuestiones han preocu- pado al espiritu humano en todos los tiempos, y que en oca- siones se admiran presentimientos grandiosos de la verdadera indole de los agentes de la vida del globo, en remotas épocas, en que solo al poder del genio le era dado rasgar un tanto el velo misterioso de los procesos naturales. Asi, Aristételes en- trevid la importancia de las causas actuales, que por su con- tinuada aplicacién, son capaces de producir los mayores cam- bios geolégicos, y abordando los problemas orogénicos, atri- buy6 los relieves terrestres 4 cambios que trocaran las tierras sumergidas en otro tiempo en territorios hoy fuera del agua. Empedocles pone el origen de las montafias en la accién per- turbadora de terremotos intensos, que convirtieran en relie- ves lo que antes eran planicies 6 terrenos llanos y uniformes. Indicaciones andlogas se hallan dispersas en los escritos de algunos sabios, tanto de la edad antigua, como de la media y comienzos de la moderna; pero, puede decirse, que ninguna de ellas, incluso las mas amplias de Buffon, han ejercido in- fluencia alguna positiva en los progresos de la orogenia. Esta parte de la ciencia geologica nace, como las demas, en la fa- mosa controversia de plutonistas y volcanistas, cuando todas las cuestiones fundamentales referentes al.globo que habita- mos fueron tocadas por Hutton y Werner 6 los ardientes dis- cipulos de uno y otro de estos dos grandes maestros. En esta empefiada contienda, la victoria fué alcanzada durante bas- (5) Calderén.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGHNICA. 9 tantes afios por la escuela plutonista, llegando 4 quedar sen- tado como verdad inconcusa, el principio de que la expansién de las materias ardientes y en estado fluido que aprisionara la costra, eran las productoras de las manifestaciones volcanicas y de las montanas, al levantar las rocas estratificadas, dis- puestas primitivamente en lechos horizontales. El célebre barén de Humboldt, en la primera mitad del pre- sente siglo, es la mas genuina y brillante representacién de la doctrina orogénica volcanista, que ve en todos los fend- menos de la corteza la reaccién del interior del globo contra la pelicula sdlida que comprime & aquel por su enfriamiento secular. Correligionario de Humboldt, y como él gran obser- vador y expedicionario intrépido é incansable, el barén de Buch dié atin mayor impulso a la teoria de los empujes verti- cales; y unidos ambos sabios se esforzaron en hallar concor- dancias y oposiciones entre los sistemas orograficos, aun de las regiones apartadas, segiin se referian 4 la misma 6 a di- versas épocas, acabando por fijar cuatro grandes direcciones & las cuales se ajustan, segun ellos, todos los principales re- lieves del centro de Europa. Con tales precedentes aparece en el mundo cientifico la fi- gura importantisima de Elie de Beaumont, que, no obstante ser un continuador de la escuela ahora mencionada, la des- arrolla y extiende de tal modo, que merece calificarse de la mas alta personalidad de la ciencia orogénica. Empezando por recoger y analizar delicadamente todo el material que so- bre estas cuestiones existia hasta su tiempo, le informé bajo el nuevo y fecundo principio de que los fendmenos orogénicos han sido constantes en todas las épocas geolégicas y se han verificado con mas regularidad de la que a primera vista pa- rece, siquiera él exagere y amolde con exceso a su teoria se- mejante regularidad. Considera la corteza constituida por una _ sustancia plastica, homogénea en conjunto, pues aunque compuesta por elementos muy diversos, dice que conviene prescindir de las propiedades de resistencia de estos, a los cuales iguala el tenue espesor de dicha corteza, afirmacién de que nos ocuparemos mas adelante. El enfriamiento secular de nuestro planeta y su consiguien- te reduccién de volumen, mas otras causas secundarias, esta- blecen cierta falta de relacién entre la capacidad de la envol- 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) tura exterior y el volumen de su masa interna, antagonismo que obliga a la primera 4 menguar de continuo para seguir adaptandose al segundo. Resulta de este incesante trabajo, que acaba por apartarse de su forma esferoidal propia; pero como persevera en el todo la tendencia general 4 volver a ella, llega un momento en que se forman subitamente arrugas y abollamientos, que son las cordilleras, las sierras y los mon- tes. Este proceso se iniciaria en la época en que el enfriamien- to medio anual de la masa del globo, superase al de la super- ficie, efectuandose por la compresién lateral de un huso de> la esfera terrestre. Al manifestarse, de tiempo en tiempo, estas compresiones, producirianse, segun la teoria que exponemos, profundos cambios en la distribucién de los mares y continentes, y cata- clismos espantosos repetidamente ocurridos, existiendo una coordinacién entre las direcciones de estas compresiones y los grandes fendmenos geoldgicos. Para fijar semejante conexion descompuso todos los accidentes orograficos en un cierto nu- mero de alineaciones utilisimas, que tenian que ser natural- mente arcos de circulo, los cuales al encontrarse producirian en conjunto una red ajustada 4 la superficie del esferoide te- rrestre. Siguiendo en este camino de razonamientos, en que no po- demos acompaiar en detalle al eminente gedlogo, llega hasta establecer un sistema de circulos maximos, correspondientes a otros tantos periodos de dislocacién, que dividen la esfera en figuras iguales y regulares, y, por ultimo, a que el dode- caedro pentagonal inscrito, es el tipo 4 que deben referirse esas series de lineas simétricas, que por variadas combinacio- nes, producirian los accidentes orograficos. Esta regularidad pentagonal es, para el autor, invariable, por mas que la ocul- ten a trechos las formas, en apariencia caprichosas, de las configuraciones geograficas. La consecuencia general que el autor de la Zeoria de los sis- temas de montaias, saca de todas las consideraciones prece- dentes, es la de que los accidentes del globo forman grupos 6 sistemas, entendiendo por estos cada conjunto de ondulaciones del terreno, orientadas andlogamente y distribuidas en lineas aproximadamente paralelas. Por ultimo, creyendo notar que en cada comarca,las capas sedimentarias inclinadas y las (1) Calderon.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. ll crestas estan coordinadas bajo un numero limitado de direc- ciones generales, deduce, como ley general, el paralelismo de las arrugas y fracturas terrestres contemporaneas. Tal es, expuesta 4 grandes rasgos, la teoria de lie de Beau- mont, en cuya concepcidn se nota de capital y de nuevo con respecto 4 sus antecesores, incluso Humboldt y Buch, el im- perar el principio de direccidn, sobre el de impulsidén vertical, principio que siempre constituira una gloria legitima parasu autor, aun en medio de las exageraciones a que le llevara su aplicacion al estudio ya especial de los relieves terrestres. Después de este gran maestro, la ciencia orogénica pasa por un corto periodo de marasmo, solo interrumpido por trabajos de detalle poco transcendentales, aisladamente considerados, hasta la apariciédn de la obra clasica del eminente gedlogo norte-americano Dana. Sefiala este otra etapa en semejante género de estudios, tanto por la amplitud de sus concepciones, como por romper el patrén con que la autoridad de Elie de Beaumont tenia condenados a casi todos los gedlogos descrip- tivos de su tiempo, obligados 4 someter las alteraciones de las capas de los terrenos que estudiaran 4 una direccién prevista de antemano. Dana analiza con amplio espiritu y prolijo detenimiento a la vez, las leyes generales 4 que obedece la distribucion de los accidentes del globo. Nota que los continentes son monta- nosos hacia las costas y proporcionalmente bajos, en cambio, hacia su interior; que las montafias litorales mas culminan- tes se elevan junto 4 los océanos mas dilatados, y que las re- giones riberenas son el campo de los mayores trastornos su- fridos por las capas sedimentarias. Por otra parte, advierte una cierta ley de orientacién en los accidentes terrestres, en cuya virtud, las lineas de las costas, las cadenas de montanas y las series de islas, siguen casi siempre una direccién NE. 6 NO., y, en fin, observa que las masas continentales se encuentran divididas en una mitad N. y otra S. por estrechos 6 bahias pro- fundas. Sintetizando Dana este conjunto de circunstancias, deduce que la costra terrestre se halla hendida en dos direcciones 6 lineas de menor resistencia, que corren en los sentidos NO. y NE., lineas de una antigua formacidn que constituyé el co- mienzo 6 primera fase de los trabajos orogénicos. A esta debio 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ) secuir otra que produjera el levantamiento de ciertos puntos de la corteza y el descenso de otros, y, como resultado final, la separacion de las tierras y los mares; es decir, la formacién de los continenites y de las islas dilatadas, ambos préxima- mente en la disposicién horizontal que hoy presentan y afec- tando formas de triangulos cuyos vértices miran al S., produ- cidas por la interseccién de aquellas lineas de menor resisten- cia mencionadas; tal es la disposicidn general que ofrecen to- dos los grandes continentes. Por ltimo, en una tercera fase se alzan las montanas en las zonas de depresién de vastas ex- tensiones de tierras, las cuales obran como cufias sobre las ri- beras que las limitan. La contraccién de la corteza terrestre es el agente primor- dial de su deformacién para Danacomo para Elie de Beaumont; pero para el primero ésta obra con desigualdad, actuando con mayor energia sobre los bordes de los continentes. La parte central de estos se va deprimiendo gradualmente bajo el mis- mo impulso, y acaba por formar una cuenca, en la cual pene- trando el mar, va llenando su interior de sedimentos en el transcurso de los tiempos. Y prescindiendo de otros detalles menos importantes, llega el eminente gedlogo 4 formular su ley de los relieves del globo, diciendo que «los macizos conti- nentales ofrecen generalmente sus bordes levantados, al paso que su interior esta constituido por grandes mesetas 6 por cuencas deprimidas, observandose que de las dos series de al- turas que corresponden en cada continente 4 los dos litorales opuestos, la mas. elevada es la que mira al océano mas ex- tenso.» De Lapparent, que en su conocido Zratado de Geologia y en trabajos posteriores ha procurado sostener una doctrina com- puesta con ideas de su maestro Elie de Beaumont y con otras de Dana, modifica un tanto la ley de este ultimo, sentando que «en la época en que una cordillera adquirié su principal relieve, ofrecia dos vertientes muy desigualmente inclinadas, de las cuales la mas suave le enlazaba con el continente, y la mas rapida daba directamente frente al mar.» Asimismo hace notar que la teoria general de los accidentes terrestres no se puede constituir fijando exclusivamente la atenciédn en las arrugas 6 pliegues continentales, sino que es preciso tomar en cuenta todas las grandes lineas de alturas, hallense 6 no (9) Calderén.—aAPUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 13 emergidas, las cuales representan aristas salientes formadas por la interseccidn de dos vértices desigualmente inclinados, que se comportan del modo indicado por Dana. Tales son las mas altas manifestaciones de la escuela orogé- nica antigua, de cuyas doctrinas han resultado muchos ele- mentos verdaderamente valiosos para el establecimiento de la que hoy se inicia y esté llamada 4 producir honda revolucién y colosales progresos en laciencia del globo. Desde luego, con muy ligeras discrepancias, todos los orogenistas mas autori- zados han convenido en ver en el planeta un cuerpo que se enfria y sujeto a las leyes de cuantos se hallan en igual caso, y, por tanto, obligado 4 contraerse y 4 ocupar cada vez un es- pacio mas reducido. Y no podia menos de imponerse esta idea a todo observador un poco sagaz al encontrar por todas partes sehales de arrugas y compresiones, generalmente tanto mas pronunciadas cuanto 4 épocas mas remotas se refieren las ca- pas que las han sufrido, asi como estratos doblados 6 desvia- dos de su primordial horizontalidad por agentes de incompa- rable potencia. También descuella como nota comin 4 ias opiniones profe- sadas por los gredlogos todos la de referir 4 una misma causa primordial la formaciéu de las montafas y las manifestacio- nes volcanicas y seismicas, siquiera se haya atribuido la pri- mera 4 las segundas, tomando la causa por el efecto, mas do- minando en el fondo una poderosa y fecunda intuicién. El prejuicio constante de la formacidn de todos los relieves terrestres por alzamiento de las tierras sobre los mares y de un continuo proceso de mudanza, segtin el cual estas han ido ga- nando espacio sin tregua 4 expensas de la masa liquida, ha perjudicado a los progresos de la alta geologia, quizas tanto como el autoritarismo en la primera mitad de este siglo, y so- bre todo en Francia. No bastaba que los exploradores compro- basen una y otra vez que existen regiones estadizas desde las mas remotas épocas, ni que apareciesen por doquiera excep- ciones 4 la supuesta regularidad de los accidentes y montanas de los paises estudiados; todas las observaciones de estos, to- das las luchas que habia que sostener para crear la ciencia, se estrellaban ante el vigor con que afirmaban los maestros y la resolucién con que reglamentaban, llevando sus conclusiones 4 la geologia histérica, 4 la litologia y 4 la paleontologia. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Y como, por otra parte, aunque convencidos de la certeza de sus observaciones no podian oponer teoria 4 teoria, doctrina a doctrina, era forzoso enmudecer ante la autoridad y esperar el advenimiento de nuevas explicaciones de los hechos geolégi- cos, advenimiento que se ha realizado al fin y que vamos 4 ex- poner sucintamente. Ill. LAS DOCTRINAS OROGENICAS MODERNAS. Medios de investigacién dela orogenia actual.—Teorias orogénicas de Mallet.—Teoria de Suess y Neumayer.—Cuestion de la reduccion del radio terrestre.—Estructura monoclinal de las cordilleras.—Los pilares (/Horst/.—Cuestion de la permanencia 6 variabilidad del nivel del mar.—Prejuicios que se oponen 4 la difusion de la nueva doctrina orogénica.—Originalidad de esta. Tres caminos de investigacién se abren hoy al esclarecimien- to de las cuestiones orogénicas, de cuya convergencia ha de resultar la solucién de los grandiosos problemas que ofrece el estudio de la estructura de nuestro planeta: una senda empi- rica que va proporcionando observaciones sobre dislocaciones y relieves de diversas regiones; una experimental, que se pro- pone reproducir, en condiciones analogas a las naturales, ac- cidentes comparables 4 los que presentan las capas terrestres, como lo han hecho Favre y Daubrée con singular acierto, y, en fin, una via tedrica que, resumiendo, aquilatando y eslabo- nando los resultados de las anteriores, aspira a la explicacién de todos ellos constituyendo un cuerpo de doctrina. Es eviden- te que ninguno de estos tres caminos cede en importancia a los otros como elemento de investigacién, asi como en todo razonamiento humano son tan necesarias las premisas como las consecuencias. Mas es preciso que estas premisas se esta- blezcan sin idea alguna preconcebida y que la observacién no vaya guiada de prejuicios que ofusquen el espiritu y le avasa- llen hasta ocultarle alguna parte de la realidad, de cuyo in- flujo han participado los gedédlogos durante la mitad primera de este siglo, y los hay que todavia participan. Cuando la geologia parecia mas encerrada en un circulo de hierro, surge casi al mismo tiempo en Francia, en Suiza, en Bélgica y en Alemania una brillante pléyade de eminentes naturalistas, que entregandose con espiritu amplio y con (11) Caldero6n.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 15 asombroso entusiasmo, 4 la exploracién de los relieves del continente europeo, inician una nueva era en la orogenia. En efecto, las investigaciones de Deluc, de Saussure, A. Fa- vre, C. Prévost, Lory, Ebray, Magnan, Heim, Macpherson, Bertrand y otros varios, han puesto en claro que las cordille- ras son obra de colosales pliegues y fracturas; que no forman sistemas regularmente dispuestos 4 ambos lados de un eje cristalino, sino que son esencialmente asimétricos, y que si se presentan manifestaciones volcanicas en la proximidad de las cordilleras, lo hacen, no como causa, sino como conse- cuencia de las modificaciones experimentadas en aquel punto por la corteza terrestre , como tendremos ocasion de indicar. Mallet ha sido el primero que ha dado forma concreta al pensamiento que de las anteriores premisas se deducia. Ad- mitida la movilidad de la masa externa del globo, dice, hay que explicarla como efecto del débil espesor relativo de dicha costra, y de la formacién en ella de hendiduras que rompan su continuidad en areas independientes. Ahora bien, las montafias son la consecuencia de la contraccién secular del planeta, principio universalmente admitido, puede decirse; pero esta contraccién se manifiesta al exterior, obrando en la direccién de la tangente, y produciendo por las quiebras aho- ra indicadas, el estrujamiento de las partes fragiles 6 flexi- bles entre las resistentes. Resulta de aqui, que el agente ge- neratriz de las montafias es la resultante vertical de dos fuer- zas tangenciales, de las que una esta representada por la con- traccién del esferoide terrestre, y otra por su propia rigidez. Casi al mismo tiempo que Mallet en Inglaterra sintetizaba con tanta genialidad los resultados de muchisimos trabajos, referentes sobre todo 4 terremotos, el eminente profesor de Viena Edmundo Suess iniciaba conclusiones en un todo ana- logas 4 las del ahora citado gedlogo, en su trabajo magistral del Origen. de los Alpes (1), las cuales sirvieron de punto de partida 4 su teoria orogénica, que tan extraordinario interés ha excitado entre los gedlogos alemanes desde su primera iniciacién. Diez afios mas tarde ha desarrollado el mismo pro- fesor y sigue desarrollando en la magnifica serie de estudios (1) Butstehung der Alpen.—Viena, 1875. 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) titulada la Faz de la Tierra (1), su transcendental doctrina, se- falando en detalle el importante papel que desempenan en la estructura del globo las zonas en que se acentta la rigidez, donde por consecuencia los trastornos son escasos, como por ejemplo, en las grandes planicies de la Siberia y la Rusia central, y el acrecentamiento que estas partes inmoéviles ex- perimentan por el adosamiento de otras mas flexibles. Reco- rriendo en esta senda de investigaciones del Pirineo al Atlas, de los Alpes y el Mediterraneo al Asia Menor, y de ella al gi- gantesco Himalaya, entre las que corre una ancha faja de terrenos plegados, rotos y comprimidos entre las inmensas moles de las llanuras de Alemania, de Rusia, de Siberia por el N., y de la zona desierta del Africa, de la Arabia y del In- dostan por el S., con sus masas graniticas y sus terrenos es- casamente dislocados, nos presenta Suess por todas partes notables confirmaciones de la primera afirmacién en que basa la moderna doctrina. Hoy. continuando las investiga- ciones por el mundo entero, con asombroso arsenal de datos, va adquiriendo no solo comprobaciones nuevas, sino también enriqueciéndose en ideas complementarias de notable origi- nalidad y excepcional transcendencia. Las nuevas concepciones de Suess excitaron desde luego vivas y muy luminosas controversias, que sin embargo, puede decirse que empiezan 4 atravesar ahora las fronteras de Aus- tria y Alemania; pues Francia, cuyo papel propagandista es tan transcendental en la difusién de los conocimientos, ha permanecido esta vez rezagada en esta nueva senda, hasta el punto de que mucho antes de aparecer los trabajos y no- tas de los Sres. Bertrand y Lapparent, que se inquietan hoy por ocuparse de este linaje de disquisiciones, ya habian visto la luz publica en Espafia varias importantes investigaciones del Sr. Macpherson, inspiradas en las doctrinas de Mallet y Suess, y enriquecidas con las suyas propias, y aun un modes- to escrito del autor de estos apuntes, encaminado a aportar un contingente mas 4 la nueva ciencia (2). Hs verdad que las (1) Antlitz dev Eide (en publicacion). (2) El primero que en Francia se ha interesado y presentido desde luego el alean- ce de las doctrinas de Suess, ha sido el gedgrafo Reclus, quien en su magistral obra, y particularmente en el tomo titulado Za Tierra, se esfuerza en hacerlas com- (18) Calderén.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 17 ideas del eminente profesor han ido apareciendo de un modo algun tanto fragmentario en trabajos especiales 6 en notas de contestacién y polémica, que no permitian facilmente se- guir paso & paso los desarrollos de la doctrina, necesitandose una recopilacién completa y sistematica para poder apreciar- la en su totalidad. Comprendiéndolo asi el profesor Neuma- yer, compafiero de Suess en la misma Universidad, ha llena- do este vacio mediante una exposicién dogmatica sucinta de la doctrina entera en el tomo publicado de su Historia de la Tierra (1), la cual ha de servirnos de base para las ligeras in- dicaciones que sobre aquella vamos 4 intentar. Para Suess el agente orogénico universal es la reduccién de tamafio que el globo experimenta en el transcurso de las edades, como hemos visto lo admiten también la mayoria de los gedlogos. Mas conviene notar que el acortamiento del radio terrestre es un agente de mucha mayor importancia que lo que habian supuesto los investigadores anteriores 4 este nuevo movi- miento en la ciencia orogénica. En efecto, Heim (2), desple- gando idealmente los dobleces que hoy ofrecen los Alpes y el Jura, ha llegado a que solo en el periodo terciario ha debido realizarse una disminucidn de 10.000 m., y analogas conclu- siones se deducen del mismo calculo aplicado 4 otras regio— nes montafiosas. Briart (3) obtiene un resultado que concuerda con el anterior, notando que los primitivos gneis y micaci- tas—que debieron formar una envoltura préximamente con- tinua en el globo, cuando constituyeran lechos horizontales —aparecen hoy con una inclinacién media de 60°, lo que acusa una disminucidén de la mitad del radio terrestre, como minimum (4). prensibles fla generalidad. Mas sea por la falta de preparacion de la mayoria de los lectores, 6 porque en aquella época todavia no habia desarrollado completamente la teoria el ilustre orogenista vienés, los esfuerzos de Reclus no dieron el fruto que parecia corresponder 4 propésito tan transcendental. (1) Brdgeschichte, 1, Leipzig, 1886. (2) Mechanismus der Gebirgsbildung , t. 1. (8) Paléontologie, pag. 531 y siguientes. (4) Después de redactados estos Apuntes, ha aparecido una «Nota sobre la con- traccién y el enfriamiento del globo terrestre», del eminente Lapparent, en el Boletin de la Sociedad geolégica de Francia, que demuestra hay alguna exageraciOn en ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 2 aE 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) La contraccién del globo da lugar en la corteza 4 una serie de resultantes horizontales que producen cambios diversos y nunca uniformes, merced 4 la distinta composicién y natura- leza de las rocas que constituyen dicha costra, y 4 la des- igualdad resultante de los pliegues debidos 4 su arrugamien- to. Por efecto de esta disposicién fundamental de la cubierta del planeta, tienen que resultar arrugas unilaterales 4 lo largo de los obstaculos que ofrecen las partes resistentes, es decir, pliegues cuyas dos caidas tienden a dirigirse al mismo lado, y por consiguiente, una estructura monoclinal en las cordilleras y sistemas estudiados en su conjunto. El predominio de semejante disposicién, reconocido prime- ro en los Alpes y en el Jura por Favre y Lory, y luego en los Pirineos por Leymeric y Magnan, ha sido sintetizado como general al continente europeo por Suess. En Asia confirman el mismo principio los cortes de Stolizcka y Medlicot, asi como en Africa los de Cocquand, de la provincia de Constantina y de Maw de la cordillera del Gran Atlas, y en el continente americano hace ya medio siglo que Darwin observé el mono- clinismo de los diferentes eslabones que componen la gigan- tesca cordillera de los Andes, en la América del Sur, y otro tanto ocurre en la inmensa regidn paleozoica de la del Norte. Nuestra Peninsula ha proporcionado asimismo al Sr. Mac- pherson (1) una brillante confirmacidén de la constancia de di- cha estructura, no solo en los detalles de su constitucién, sino en todas las multiples dislocaciones que han venido trastor- nando su suelo. Viendo en las cadenas de montanas zonas de plegadura y de rotura de la corteza terrestre, alli donde las partes ductiles chocan contra un obstaculo existente en la misma, se com- prenden multitud de accidentes estratigraficos que antes pa- do en zonas de plegamiento mdximo. Los resultados por él obtenidos incurren evi- dentemente en laexageracién contraria, y sobre todo, en la contradiccién de que existan inmensas regiones tan enormemente plegadas, y el volumen planetario per- manezca invariable sin embargo. Verdad es que trata de introducir, para salvar esta, un nuevo factor, las depresiones ocednicas, bosquejando una teoria entera, ingeniosa, pero desprovista de pruebas de ninguna especie, cuya exposicion y con- troversia nos apartaria de nuestro presente objeto. (1) Predominio de la estructura uniclinal en la Peninsula Ibérica.—ANAL. DE LA Soc. Esp. pg Hist. Nart., t. 1x, 1880. (15) CalderOn.—aPUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 19 recian inexplicables. En efecto, los pliegues pueden ser rectos y de eje prdximamente vertical como el Jura; pero una ma- yor energia 6 la persistencia del esfuerzo, es capaz de obli- garlos a4 acortarse en el mismo sentido, al menos en la misma vertiente de la cadena, y el eje llegar asi 4 la horizontal, y aun pasar de ella, de lo que hay ejemplos en los Alpes. El empuje lateral, después de acortar los pliegues, ha podido ha- cer deslizarse la parte superior sobre la inferior, estirandose esta ultima, adelgazandose y hasta desapareciendo en ocasio- nes, dejando restos de terrenos mas antiguos descansando so- bre otros mas recientes y doblados en extensiones de muchos ‘kilémetros. Geitric, en el estudio de los Grampianos de Esco- cia (1), y Bertrand, en los Alpes de Glaris (2) y en Provenza (3), han citado casos de esta naturaleza, que este ultimo gedlogo llama fendmenos de vecouvrement, y que presume se repitan mucho al pié de las grandes cordilleras. No queremos detenernos en examinar el conjunto de inver- siones, aparentes unas y reales otras, que como resultado del monoclinismo pueden explicarse actualmente de un modo sa- tisfactorio, por cuanto el Sr. Macpherson lo ha hecho magis- tralmente en uno de sus bellos estudios orogénicos (4). Solo recordaremos brevemente cdmo ha esclarecido nuestro ilustre amigo el mecanismo general de muchas anomalias de las montafias espanolas. Supénganse los estratos de un terreno plegados sobre si mismos en una sola serie de dobleces lo su- ficientemente pronunciados para que sus ramas se aproximen a la vertical; si el terreno que constituye el subsuelo sufre una oscilacién en un sentido, los estratos se inclinaran al contrario, simulando buzar hacia el interior de la masa mas profunda que forme el borde de la falla. En otros casos la in- versién es solo aparente, reduciéndose al choque de un terre- no mas reciente contra otro mas antiguo, por anormal con- tacto, en los bordes de una falla y ofreciendo ambos analogo buzamiento. Tal es la primera categoria de accidentes orogénicos, refe- (1) Teuxt-book of Geology, pig. 574. (2) Bull. de la Soc. Géol. de France, 32 série, t. x11. (3) Réle des actions mécaniques en Provence.—Compt. rend.; 18 Junio de 1887. (4) Predominio de la estructura uniclinal, etc., paginas 11 y siguientes. 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) rente 4 los pliegues de las capas terrestres, en que se asienta la doctrina de Suess y Neumayer, fundandose en hechos per- fectamente comprobados y de cuya sintetizacién han surgido las fecundas consecuencias expuestas. La segunda categoria de fendmenos, se refiere 4 las ruptu- ras de las capas y de la corteza en general. Si esta fuera uni- formemente flexible, iria repitiendo al contraerse el proceso de arrugamiento de una pasa; pero como su rigidez va au- mentando en el transcurso de los tiempos, por consecuencia de la pérdida de calor en el espacio que el globo experimenta, la fiexibilidad ha desaparecido en ciertas regiones y acabara por extinguirse en todas ellas. Para acomodarse entonces la’ corteza al volumen interior, tiene que romperse en fragmentos capaces de deslizar unos sobre otros, y, si acaban por adosar- se en sentido vertical, es evidente que ocuparan el minimum de espacio posible. De semejante proceso resulta como consecuencia una clase de accidentes que alcanzan la mayor importancia en la es- tructura del planeta, y que, sin embargo, no habian sido hasta ahora interpretados acertadamente. Estos accidentes consisten en caidas verticales 6 descensos en masa por su pro- pio peso, de porciones de la corteza terrestre previamente ais- ladas por fallas. Asi ha explicado Suess en la Anélztz la con- formacion del valle del Rhin, la de la cuenca de Hungria, la de los relieves que constituyen elevadas mesetas, como la del Pd, la disposicién del mar Rojo, que proporciona el tipo por excelencia de un hundimiento linear (Grabenversenkung ), con sus margenes consistentes en macizos cristalinos y su suce- sién regular de capas cretaceas y eocenas; y, en fin, la géne- sis de un numero de accidentes tan crecido, que bien puede decirse prestan al globo entero su fisonomia caracteristica, como lo hacen sus crateres 4 la luna. Las caidas no consisten solamente en el deslizamiento de porciones recortadas, sino que existen inmensas regiones que se vienen hundiendo en el transcurso de los tiempos, al paso que otras permanecen inmoviles. Estas ultimas, que llamare- mos pilares (Horst), se hallan constituidas generalmente por eneises y pizarras cristalinas, es decir, por rocas antiquisi- mas, sin que reposen sobre ellas sedimentos posteriores, ha- biéndose extendido 4 su pié las cuencas marinas sucesivas. (17) CalderoOn.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 21 Los Vosgos presentan un buen ejemplo de uno de estos pila- res, cuyo centro se ha deprimido para dar origen al valle del Rhin, é idéntico papel juegan el macizo de la Bohemia, la meseta central francesa, y, 4 nuestro juicio, la espafiola (1). El pilar es como el esqueleto que van revistiendo sucesiva- mente las partes flexibles; que se modifica, por consiguiente, en su periferia, pero en su centro permanece aproximadamen- te invariable, por lo que 4 su elevacioén se refiere, aun en me- dio de la infinita mudanza de las regiones que le rodean. En cambio, es susceptible de reducirse de tamano merced 4 la abertura de grandes hendiduras, a lo largo de las cuales se produzcan deslizamientos, como ha ocurrido en los Vosgos y en el macizo de la Bohemia citados, 6 el recortamiento de sus bordes, como hemos tratado de demostrar sucedié en la me- seta central espafiola, cuyos fragmentos externos, caidos y cubiertos ya en su mayor parte de sedimentos secundarios y terciarios, son las actuales vertientes de la Peninsula a los mares que la cifen. Mas existen también pilares que no son primitivos, como los que hasta aqui hemos indicado, ni estan constituidos por las citadas rocas: algunos hay formados 6 coronados por ma- teriales de edades posteriores, que 4 consecuencia del espesa- miento y reduccion que la costra del globo viene experimen- tando de continuo, se han convertido en partes estadizas, después de haber sido flexibles en épocas antiguas y luego fueron recortadas por fallas que acabaron de asegurar su in- movilidad. En un reciente trabajo (2), el profesor Suess ha mostrado un ejemplo de esta clase en el macizo del Cottentin, de la Bretafia y de la Vendée. El principio de los hundimientos en grande escala en el transcurso de las edades de ciertas porciones de la costra, al paso que otras permanecen estadizas, formando mesetas dila- tadas y a veces elevadas, cuyas capas constitutivas se encuen- tran horizontales, lleva 4 la consecuencia de que el nivel del mar ha tenido que bajar notablemente desde que cubridé a (1) Hnsayo orogénico sobre la Meseta central de Hspaia.— ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. Nart., t. xrv, 1885. (2) Ueber unterbrochene Gebirgsfaltung.—Sitzungsh. der Akad. der Wissensch.—Vie- na, 1886. 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) aquellas. Admitido el enfriamiento y reduccidén del globo, los descensos consiguientes de la costra implican los cambios de nivel de la parte liquida que la cubre, y de un modo tan légi- co, que sorprende verdaderamente la enérgica oposicién con que acoge Lapparent, afirmacién tan natural y tan fecunda 4 la par en deducciones tedricas. Sus argumentos (1) tienden 4 probar que desde los periodos secundario y terciario el nivel de los mares no ha debido cambiar notablemente, fundandose en la débil altitud media de los depésitos de estas épocas que han permanecido horizontales. Mas prescindiendo de la parte que la denudacién debe haber tomado en el actual nivel de dichos depdsitos y de otras consideraciones, las pruebas de Heim y Briart del acortamiento del radio durante toda la his- toria geologica de nuestro planeta, que son verdaderamente incontestables, llevan, como preciso corolario, el descenso constante de los mares. Asunto es este que consideramos de extremada importancia, y sobre el que nos vamos 4 permitir unas ligeras considera— ciones, porque habiendo estudiado en los doctrinales que nos sirvieron de primera iniciacién, que el nivel de las aguas ha permanecido siempre invariable y que los continentes son la obra pasajera de un continuo proceso de elevacion y descenso sin regla ni término, es imposible penetrarnos del sentido de las nuevas doctrinas sin destruir antes tan arraigadas ideas. Las pruebas presentadas como decisivas se refieren a cambios en las lineas de costas de los mares que se marcan en las pla- yas 6 en los acantilados litorales por huellas dejadas por el batir de las olas y, sobre todo, en la Escandinavia, donde la cuestién investigada desde comienzos del pasado siglo suele decirse ha proporcionado la demostracién definitiva de los se- culares alzamientos de las masas continentales. El profesor Suess, en una nota recientemente aparecida en la Academia de Ciencias de Viena, ha estudiado de nuevo y recopilado los datos del problema, y nos parece oportuno apuntar sus resul- tados. Por lo que se refiere 4 las oscilaciones de la Escandinavia y Noruega, empieza por recordar que Celsius fué el primero que (1) DE LApPPARENT: Sens des mouvements de V’écorce terrestre.—Conferencia en la So- ciedad geologica de Francia, 1887. (19) Calder6dn.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 23 fij6 aproximadamente la cifra de la retirada del mar en aque- llas costas, calculandola en unos 4 ¥ piés por siglo, al paso que Browallius, en 1756, hacia notar que arboles de mas de tres siglos se hallaban elevados solamente dos varas sobre el nivel de las aguas, citando una encina de 232 anos que solo lo estaba una vara, y que, segun la hipdtesis ahora indicada, debia haber crecido bajo el mar. En 1792 el almirante sueco Nordenankar sostuvo, como presidente de la Academia, una notable tesis, en la que considera aquel mar como un vasto deposito interior con desagiie incompleto, en el que desembo- can numerosos rios con mas 6 menos caudal en cada tiempo, lo que da lugar 4 interrupciones de su equilibrio con el gran Océano y a la suspension transitoria de su desagiie. La misma opinion fué expresada en 1861 por Albin Stjerncrentz, el gran conocedor del Baltico, quien la sostuvo en todos sus escritos, anadiendo la importante prueba de que hacia el N. va en au- mento constante la salazén de dicho mar. La Academia sueca por una parte y varios observadores por otra siguieron fijando el nivel del mar costero por medio de senales en las rocas, lle- gando 4 convencerse de que las diferencias producidas bajo la influencia del viento y de las estaciones, hacian inutiles todos los datos obtenidos por lecturas aisladas, siendo preciso reali- zar una gran serie de continuadas observaciones para obtener resultados de util interpretacién. A este efecto, la Academia creo estaciones bajo la alta inspeccion del doctor Holmstrim, las cuales publicaron series estadisticas, que unidas 4 los da- tos oficiales de la Marina y 4 estudios especiales del profesor Nathorst y otros, permiten llegar a la conclusién de que con excepcidn de un corto numero de desviaciones locales anua- les, las oscilaciones del nivel del Baltico se realizan con gran ' uniformidad, siendo mas intensas al N. que en el resto; du- rante un periodo de algunos afios hay un acrecentamiento, que se cambia en otro de descenso, que es el que ahora reina, pero que no debe datar de muy antiguo, puesto que los arbo- les anosos de que antes se hizo mérito se encuentran 4 la ori- lla del mar. , Aplicando el profesor Suess estas conclusiones 4 otros ma~ res, recuerda que el doctor Briicker de Hamburgo ha llegado por otro camino al mismo resultado, mediante la comparacién de las oscilaciones del mar Negro. Andlogamente, aunque en 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) opuesto sentido, tiene aplicacién la doctrina de las oscilacio- nes del nivel del mar al Mediterraneo, en el que la proporcién de sal es mayor que en el Océano, creciendo desde Creta 4 la costa africana. El caudal de los rios que vierten del Bésforo a Gibraltar no basta para compensar las pérdidas por evapora- cién, y este va hundiéndose sin cesar por debajo del nivel del Océano, como lo prueban los trabajos de nivelacién realizados hasta aqui en el Mediterraneo. Se le ha representado por eso como un embudo, en cuya parte mas profunda esta la regién donde domina la salazén. Los mayores cambios de nivel de las lineas costeras en los tiempos histéricos, que se extienden al O. y SO. de Creta, son negativos, y se han estimado por Spratt en 20 4 23 piés ingleses. Si resulta de todas estas diversas observaciones que en nin- gun mar interior estudiado existe equilibrio duradero, gqué importancia puede atribuirse 4 los argumentos de Lapparent fundados en la comparacién de la altura de depdésitos mas 6 menos antiguos con el nivel actual del mar, cuando este, como el de aquellas épocas, est&é sometido 4 una constante fluctuacién? Mas no es esto desestimar los esfuerzos del ilus- tre profesor del Instituto catdlico de Paris, quien al empufiar la bandera de las antiguas doctrinas, pretendiendo rehabili- tarlas con los datos y descubrimientos modernos, emprende una obra fecundisima, 4 cuya realizacién deben alentarle ami- gos y adversarios. La nueva escuela, que ha alcanzado ya la victoria entre los gedlogos de mas importancia de Alemania, se engrandecera siempre mediante la controversia, y si ha tardado tanto en propagarse en Francia y en otros paises, se debe 4 la influen- cia que ha ejercido la autoridad cientifica atribuida, en ver- dad con justicia, 4 determinadas lumbreras del saber, como ya hemos tenido ocasién de indicar, y por consiguiente 4 sus mismos prejuicios, que tanta influencia han ejercido en la historia de la geologia. De ellos los mas importantes y los que examinaremos brevemente son: 1.°, la idea plutonista de con- siderar 4 las fuerzas eruptivas como el agente de la formacién de los relieves terrestres; 2.°, el prejuicio de que las montanas son la obra del levantamiento de las capas por una impulsién que parte del interior y va hacia el exterior; y 3:°, la creencia en un continuo mudar de los relieves del globo, en cuya vir- (21) Calder6n.—aPUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 25 tud las tierras y los mares han estado alternando de posicién sin otra ley que los desérdenes de las fuerzas internas, obran- do sin cesar durante todas las épocas. El volcanismo esta ligado indudablemente con las oscilacio- nes rapidas y lentas de los continentes; pero no al modo como se entendia en la infancia de la ciencia geolégica, y todavia en concepto de algunos, que quieren ver en las fuerzas volca- nicas el agente impulsivo que alza 6 conmueve los estratos, sino como la manifestacién local de la energia transformada al verificarse los trabajos de acomodacion de la corteza al nu- cleo que se reduce de tamaifio. Por otra parte, las quiebras y las fracturas consecutivas 4 semejantes actividades, por las cuales el agua se fragua camino hasta profundidades relativa- mente considerables, explican la relacién entre la distribucién de los volcanes y la de las partes fragiles de la corteza, que son las que forman las cordilleras y el contorno de los conti- nentes. Hubo un tiempo en que se sostuvo que toda cordillera debia ofrecer una disposicién simétrica, consistente en un macizo granitico central que constituyera su eje y.dos series de estra- tos voleados 4 uno y otro lado de este por el levantamiento de aquella roca. A medida que los cortes y trabajos descriptivos de diferentes regiones montaficsas del globo iban revelando la estructura monoclinal de ellas, la opinién de la oposicién de estratos 4 partir del eje de la montafia, antes tan recibida, fué abandonandose, pero no sin que la fuerza de la tradicién hicie- se ver 4 muchos gedlogos masas eruptivas 4 uno de los lados de las cadenas, tomando toda huella de metamorfismo por pre- sidn, ti otra manifestacién analoga, por las sefales ciertas de las rocas hipdgenas que suponian ocultarse 4 su vista. Menester ha sido que Suess y Heim, en sus citados trabajos, y posterior- mente Mojsisovies (1), en los estudios profundos realizados en los Alpes, se hayan preocupado en especial de esta inquisicion, para que empiece 4 tomar carta de naturaleza en la ciencia la verdadera concepcion del volcanismo, ya presentida por Cot- ta (2) y otros, segun la cual las erupciones, cuando existen, aparecen en los bordes de las antiguas zonas de depresidn y, (1) Die Dolomit-Riffe von Siidtirol und Venetien. Viena, 1879. (2) Die Geologie der Gegenwart. Leipzig’, 1866. 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) por lo tanto, en la linea inferior de fractura de las grandes masas rigidas de] globo. En cambio las pequefias vetas de ro- cas cristalinas, que de ordinario atraviesan los gneises y piza- rras de las antiguas cordilleras, son meros productos de secre- cién de los mismos; y lejos de haber tomado parte en la ele- vacién de las capas, se han conducido como puras materias inertes. La Sierra de Guadarrama proporciona una comproba- cidn notable de estas afirmaciones, como en otro escrito he- mos tenido ocasién de indicar (1). Seria casi ofender la ilustracién de los lectores entrar 4 pro- bar que los acontecimientos volcanicos son sobrado superfi- ciales para llegar 4 las profundidades en que debe ir dibu- jandose la corteza terrestre, y menos para que las materias que arrojan sus crateres, ni las rocas llamadas hipdégenas, puedan ser parte del magma fluido que suponen muchos for- me el contenido de nuestro globo. Por lo que a este linaje de cuestiones se refiere aconsejamos, como lo hemos hecho ya otras veces, la lectura de la obra clasica de Reyer (2), en la cual este primer prejuicio, que tanto ha influido en la geo- logia teérica, queda definitiva y terminantemente destruido. Y pasamos 4 ocuparnos del segundo, que si bien es un coro- lario del anterior, atin impera, si cabe con mayor pujanza que él, entre muchos gedlogos. Nos referimos 4 que en su comun sentir los relieves del globo, y particularmente las cordilleras, tienen forzosamente que haberse levantado, es decir, ser el re- sultado de un empuje de abajo arriba, siendo asi que las mon- tanas son producidas en realidad por movimientos de bascula de segmentos cortados por fallas, y las grandes mesetas y ex- tensiones llanas, por las caidas de los terrenos que las rodean, sin que en parte alguna se presenten fendmenos de levanta- miento sino accesoriamente en ciertos pliegues, 4 los que se deben los salientes que forman sobre las comarcas vecinas ciertas sierras producidas por empujes horizontales. De tal manera ha llegado 4 arraigarse el prejuicio que com- batimos, que hasta de paradégico se ha calificado el pensar que las montanas se hayan formado por hundimiento y no por (1) DPnsayo orogénico sobire la Meseta central de Espana. (ANAL. DE LA SOC. Esp. DE Hist. NAt., t. xv, 1885, paginas 151 y 152.) (2) Beitriige zur Physik der Bruptionen und der erup. Gest. Viena, 1878. (23) Calder6n.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 27 alzamiento, siendo asi que la naturaleza actual no ofrece ejem- plo alguno auténtico de un movimiento de conjunto verifica- do de abajo arriba, al paso que los descensos de extensiones y relieves en la vertical se estan produciendo 4 cada paso. Aunque la palabra levantamiento se ha hecho familiar en el lenguaje cientifico, no es tan facil precisar su concepto tratandose de los movimientos de la corteza, como a primera vista. pudiera parecer. Elie de Beaumont, al sentar que las cor- dilleras eran la obra de la compresidn lateral de un huso de la costra terrestre, notaba que en este fendmeno hay que distin- guir el levantamiento relativo, que se refiere al nivel del mar, y el absoluto, que lo hace al centro de la tierra; porque es cla- ro que si el proceso de contraccién del globo constituye la causa primordial de las arrugas de su superficie, los fendme- nos de descenso han de ser los predominantes. De aqui resul- ta que si Elie de Beaumont, en vez de considerar la corteza como un todo homogéneo y ductil, hubiera tomado en cuenta la distinta resistencia que ofrece en sus variadas regiones y la necesidad consiguiente de cuartearse 4 compas de la dis- minucion radial en fragmentos susceptibles de jugar unos so- bre otros, seguramente la légica de su pensamiento poderoso le hubiera llevado 4 la concepcidn orogénica de la doctrina de Suess y Neumayer, 4 despecho de la idea errédnea dominante en su tiempo de conceder al volcanismo una importancia des- medida. Ciertamente que aquel gran maestro no hubiera cai- do, como su discipulo Lapparent, en la contradiccién de ad- mitir el descenso en masa de la costra y encontrar inexplica- bles los descensos parciales, ni menos de presentar objeciones a estos bajo el supuesto de que consistan en desplomes en el vacio, prescindiendo, como se le ha hecho observar con acier- to, de que no se trata de los hundimientos que se producen en las minas, en las canteras 6 en los pozos, donde reina la pre- sion exterior normal préximamente, sino sobre un colchén formado por gases y fiuidos internos, y esto aun bajo el punto de vista plutonista de dicho profesor. Hemos dicho que esta cuestidn es un corolario de la ante- rior porque, en efecto, el levantamiento no puede producirse sin una causa especial que le determine; y las escuelas anti- guas tenian forzosamente que apelar para semejante explica- cién al poder de las emisiones eruptivas, 4 quienes atribuian 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) las dislocaciones de las capas. De ahi la singular teoria de los crateres de levantamiento de Leopoldo de Buch, cuya refuta- cién constituyé el primer estimulo de brillantes investigacio- — nes orogénicas, que prepararon el camino 4 las modernas. Es- tas nos han revelado por medio de la estructura monoclinal de todas las cordilleras, consistentes en segmentos cortados por fallas paralelas que han basculado hundiéndose en el sen- tido de su mayor longitud, como se han fabricado por su pro- pio peso y sin otra causa que la gravedad, no necesitandose hoy apelar 4 ningun agente misterioso ni desconocido para darse cuenta del mecanismo general de los primordiales pro- cesos orogénicos de nuestro planeta. Se opone, por ultimo, 4 la admisién de la nueva doctrina, una creencia muy general y, sin embargo, muy poco fundada de que la costra terrestre esté en un movimiento constante de elevacion y descenso extendido igualmente por toda ella, que convierte tan pronto los mares en tierras firmes, como sepulta estas enel seno de las aguas. De semejante concepcidn, abso- lutamente falsa, es forzoso desprenderse para penetrar el sen- tido de la geologia moderna: todo prueba, al contrario, que el interior de los continentes, constituido por antiguos gneises, eranitos y pizarras, se halla sumergido desde las épocas mas remotas, y solo en sus bordes y depresiones centrales obser- vamos, por regla general, una sucesidn sistematica de capas secundarias y terciarias; en cambio los abismos del mar vie- nen estando cubiertos por las aguas desde la consolidacién de la costra, y en ellos no se verifica casi ningun trabajo de se- dimentacién. En suma, los rasgos dominantes del esferoide terrestre, vienen conservandose 4 través de los tiempos, al paso que la zona costera es, por lo general, el asiento de las infinitas mudanzas que constituyen la geologia histérica; y esto porque existen, como Dana ha dicho, desde la primera consolidacién, partes débiles y partes resistentes en la corteza, cuya estructura no puede haber cambiado 4 consecuencia de la dinamica superficial. El conocido astronomo Faye ha llegado por otro camino 4 las transcendentales conclusiones ahora apuntadas. Proponién- dose daruna explicacién de la singular geologia de la luna y comparandola con la de nuestro globo, atribuye la inmensa diferencia de aspecto de relieves de estos individuos siderales . (25) Calder6n.—APUNTES SOBRE LA CIENCIA OROGENICA. 29 a la presencia en uno y la ausencia en otro, de elementos li- quidos (1). En esta importantisima via de investigacién habia deducido el eminente cosmdgrafo (2), que bajo el nivel de los Océanos, el globo se enfria con mayor rapidez y 4 mayor pro- fundidad que bajo la superficie de los continentes; y esto fun- dado en la débil accién que las grandes masas de montafias ejercen sobre el péndulo, y la escasa gravedad que existe en el centro de los grandes continentes y de las mesetas, al paso que en la superficie de los Océanos, esta se encuentra en nota- ble exceso. La elevacién de las masas continentales le parece una consecuencia de la mayor densidad de la corteza terres- tre bajo los mares, en tanto que en el centro de los dilatados continentes y en sus bordes, se hallan las lineas y regiones de menor resistencia de la costra. La concepcidn de un mudar incesante y sin ley, de los re- lieves del globo, que se engendro en la ciencia por una reac- cidn natural contra la inmovilidad absoluta que profesaban los antiguos gedgrafos, ha entorpecido notablemente los pro- . gresos de la orogenia, sobre todo, por haber producido como su natural consecuencia la idea de levantamientos generales en direcciones determinadas en cada época, direcciones que se cruzaban de mil maneras, pero que no se repetian en perio- dos sucesivos. Precisamente un resultado contrario arroja el estudio detenido y exento de prejuicios de los modernos ged- logos: las quiebras se han repetido a intervalos por los mis- mos puntos, y ninguna cordillera es el producto de un solo momento, siquiera se considere 4 este muy amplio, sino una resultante influida por una larga serie de dislocaciones repro- ducidas en el transcurso de las épocas geolégicas. Bastan, 4 nuestro juicio, los ligeros apuntes expuestos, para mostrar que la actual doctrina orogénica alemana, sobre estar en armonia con todos los descubrimientos geolégicos moder- nos, sefala una verdadera etapa en la historia de esta ciencia, al paso que las doctrinas mencionadas en el segundo capitulo del presente ensayo son solo variantes de un solo y mismo punto de vista esencial. La teoria de las impulsiones vertica- (1) Comparaison de la lune et de la terre au point de vue géologique.—Annuaire pour Van 1881, publié par le Bureau des longitudes. (2) Sur les forces physiques qui ont produit la forme actuelle du globe. —1880. 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) les de Humboldt y de Buch se transforma luego en la de las resultantes laterales de la escuela de Elie de Beaumont; pero la concepcién verdaderamente nueva y radicalmente distinta de las anteriores, es la que explica la formacién de las mon- tahas por la influencia de un solo agente universal, la con- traccién del globo produciendo efectos tan variados como las caidas verticales por descensos en masa, bajo la accién de la gravedad, el plegamiento de las partes flexibles, el recorta- miento por fallas y movimientos de bascula de las rigidas y la permanencia de los pilares inmoviles de la tierra. Entre estos tipos de funciones y érganos del cuerpo terrestre, existen un sin niimero de otros intermedios, y entre ellos se establecen las relaciones mas variadas, por mas que la construccién ge- neral del organismo permanezca invariable en sus rasgos fundamentales, como se mantiene la unidad y caracteres es- pecificos y hasta individuales de un organismo desde la pri- mera infancia hasta la decrepitud, 4 vueltas de los infinitos movimientos y desarrollos de sus multiples tejidos rigidos y flexibles. UNIDAD DEL PLAN GENERATIVO EN EL cy ea) <7 ok Caen A ay POR DON JOAQUIN MARIA DE CASTELLARNAU Y DE LLEOPART. (Sesion del 3 de Agosto de 1887.) Mientras ha dominado en las ciencias naturales la concep- cidn linneana de la especie, y las creaciones sucesivas han servido para explicar la aparicién de los seres en los distintos periodos geoldgicos, la unidad de leyes que rigen las mani- festaciones vitales no ha podido ser apreciada en todo su va- lor. La especie autédnoma é independiente, proclamada por el gran Linneo y defendida por Cuvier y Agassiz, si bien no se opone a la unidad del mundo organico, no da una demostra- cién natural de su existencia. Una de las ventajas de la teoria evolutiva es presentar esa unidad como necesaria, y ligados por estrechos lazos, é intimas relaciones, los diversos fenédme- nos que el universo revela & nuestros sentidos. La vida es una, lo mismo para los animales que para los vegetales, y desde que aparecié en las primeras edades de la tierra se desarrolla sin cesar, 4 impulso de condiciones favorables, modificando continuamente su modo de ser para reinar desde las altas montanas, coronadas de nieve eterna, hasta los insondables abismos de los mares. Los vegetales todos, lo mismo que los animales, no son otra cosa que manifestaciones de esa vida, que ha llegado hasta nosotros continuandose en si misma y revistiendo las mil formas diferentes, transitorias y mudables, que constituyen las especies. Asi, los seres que hoy pueblan la superficie de la tierra no son sino los Ultimos términos de 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (2) largas series que de un modo continuo y jamas interrum- pido se remontan 4 las primeras manifestaciones vitales que aparecieron en ios albores de nuestro globo. La herencia y la adaptacién, es decir, la facultad de transmitir las condiciones heredadas y adquiridas, por medio de la reproduccidn, y la fa- cultad de adaptarse al medio con objeto de hacer mas facil la existencia, explican cémo han podido verificarse, con el auxi- lio del tiempo, las diferencias inmensas que se observan entre puntos distantes de una misma serie, y cuyas relaciones de comuin origen nos seria imposible apreciar, 4 no existir los términos intermedios que nos las ponen en evidencia. No siempre estas relaciones aparecen a primera vista, y 4 ello contribuyen diferentes causas, de las que solo senalaré las dos principales. Es la primera que las series, tanto animal como vegetal, no existen completas, sino que se presentan in- terrumpidas y con grandes lagunas, debido 4 que en las ac- tuales condiciones biolégicas no se encuentran representadas todas aquellas por las que ha pasado nuestro globo desde que apareciO la vida en su superficie. Bien es verdad que la pa- leontologia se encarga de llenar esas lagunas, revelandonos las formas de la vida en las distintas épocas que nos han pre- cedido; pero como para reconstituir los seres solo puede valer- se de los restos fésiles que entre las capas de la tierra se con- servan, resulta que sus investigaciones solo son fructuosas en aquellos grupos que por su naturaleza especial se prestan a la fosilizacién, quedando para siempre ignorados millares de se- res de organizacién delicada, y cuyas formas no persisten después de la muerte. La segunda causa, puramente subjeti- va, consiste en el imperfecto conocimiento que atin hoy dia tenemos de muchos grupos de animales y de plantas. Concre- tandome 4 las ultimas, puesto que han de ser objeto de este trabajo, preciso es confesar, aunque sea con sentimiento, que en algunos casos nos vemos obligados 4 repetir lo mismo que Rabenhorst decia, refiriéndose 4 las Cianoficeas, hace mas de veinte aiios: Scientia nostra de vita, evolutione, fabrica, propa- gatione, fecundatione..., etc., adhuc valde imperfecta et manca est (1). Pero ni los vacios que la paleofitologia y el estudio de (1) Flora europea Algarum (Leipzig, 1865). Sect. 1, p. 1. (3) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 33 las formas actuales dejan subsistir son tan grandes, ni tampo- co nuestros conocimientos tan deficientes, que no nos permitan trazar a grandes rasgos el cuadro del reino vegetal , poniendo en evidencia las intimas conexiones que entre sus grupos pri- mordiales existen. Los botanicos no han hecho hasta el presente grandes es- fuerzos para aplicar las leyes de la evolucién al desarrollo de los vegetales, y las Taldfitas y Criptégamas vasculares se han considerado como grupos independientes y tan distantes de las Fanerdgamas, como si entre ellos existiese una barrera infranqueable; mas desde que se ha proclamado la teoria de la seleccion y de la descendencia, aceptada hoy unanimemente, sino como verdad inconcusa, por lo menos como la mas fe- liz y luminosa de cuantas hipotesis jamas hayan reinado en los vastos dominios de las ciencias naturales, han aparecido sus relaciones mutuas, y las vallas que antes los separaban se han convertido en lazos de union, evidenciando que el plan orga- nico en las Fanerégamas y Criptogamas es el mismo, y que estas denominaciones, aunque consagradas por la practica de muchos afios, son absolutamente impropias. Mi objeto, en las siguientes lineas, sera demostrarlo en cuanto se refiera a la generacion, exponiendo las leyes generales y unitarias que la rigen. Casi todos los botanicos modernos y en particular Sachs, Van Tieghem, Strasburger, Lanessan, Gérard, Marion, Sapor- ta y Goebel, etc., etc. (1), en sus escritos mas recientes hacen (1) Al hablar sucesivamente de las homologias de los 6rganos reproductores entre los diversos grupos de Criptogamas entre si, y de estas y las Faner6gamas, hubiera querido indicar el autor gue primeramente las hubiese senaludo; mas falto de libros y publicaciones periédicas suficientes para ello, no me ha sido posible hacerlo. Por esta razon suprimiré las citas relativas 4 ese punto, debiendo advertir que todas las homologias principales que en este trabajo figuran , estén admitidas por los autores citados. Sachs y Van Tieghem exponen el resumen de sus investigaciones, publica- das en distintos sitios, en sus tratados de Boténica; Strasburger, principalmente en los Hstudios sobre la formacion ydivision de las celdillas, en las ‘Cont feras y Gnetaceas ¥ en el Manual técnico de Anatomia vegetal; Lanessan, en la Jntroduccién & la Boténica; Gérard, en su Tratado practico de microscopia; Saporta y Marion en Za evolucién del Reino vegetal: Criptégamas y Fanerégumas; Goebel, Desarrollo de los esporangios (Bot. Ztg., xxxrx), etc., etc. Para las relaciones genésicas de los distintos grupos y es- tudio de la parte paleofitica, véase Haeckel, Historia de la creacién natural; Renauld, Curso de botanica fosil; Conde de Saporta, #1 mundo de las plantas antes de la aparicion del hombre, etc., etc. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) notar las homologias que existen entre los érganos reproduc- tores de las Fanerégamas y Criptégamas, como no podia me- nos de suceder una vez admitida la teoria de la evolucién; y de esas homologias se desprende, como consecuencia necesa- ria, que la alternacién de generaciones es ley general, excep- to en aquellas plantas inferiores que conservan las generacio- nes simples, de que se componen las alternantes. La exposicién general de la teoria unitaria de la genera- cidén, 4 pesar de que un distinguido naturalista (1) cree prema- turo presentarla de un modo completo, creo ha de ser de alguna utilidad 4 los aficionados 4 los estudios botanicos— que 4 ellos solo me dirijo, y de ningun modo 4 los botanicos de profesién,—y en esa esperanza me atrevo a reasumirla en este trabajo, en el que me he esforzado para que la claridad domine; y como muchas veces de no fijar bien los primeros términos de una cuestién nacen las confusiones, en la I y II parte examino de un modo general y abstracto los distintos modos que emplean los vegetales para reproducirse, y las le- yes de la generacidn; y en las restantes, III, IV y V, demues- tro la verdad de esas leyes comprobandolas de un modo con- creto en las Algas, Muscineas y Criptégamas vasculares, y en las Fanerédgamas. La vida se nos presenta bajo dos manifestaciones distintas: tiende la una 4 conservar el individuo, y la otra 4 perpetuar la especie. Su caracter mas general consiste en el doble y simultaneo trabajo de la combustidn vital y de la sintesis or- g@anica. Los vegetales, lo mismo que los animales, viven des- truyendo su organismo, y en ese concepto ha podido decir Claudio Bernard, gue la vida es la muerte. Todo acto vital va necesariamente acompafado de una combustién organica; y el sér vivo no llegaria 4 existir, ni podria continuar exis- tiendo, si & ese acto desorganizador no se le opusiera otro de recomposicion. En el concierto mutuo de esas dos tendencias contrarias radica la causa inmediata de la vida; mas no siem- (1) Dr LANESSAN: Introduction a la Botanique. Paris, 1885, pag. 261. 45) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 35 pre entre ellas existe perfecto equilibrio, es decir, no siempre la cantidad de materiales que el sér devuelve al medio exte- rior en estado inerte, es igual 4 la que por sintesis organica integra & su cuerpo. Si estos llevan ventaja, el organismo crece necesariamente; mas existiendo por ley universal bio- logica un limite 4 todo crecimiento, si el trabajo sintético continua sobrepujando al de descomposicién, el organismo se reproduce; de modo que la reproduccién es un exceso de crecimiento, asi como el crecimiento es un exceso de asimi- laciédn. Los fendmenos de nutricidn—gasto vital y sintesis or- ganica—aseguran la vida del individuo, y son por lo tanto primordiales; y los de generacién, en cierto modo consecuen- cia de estos, reproducen los individuos y forman la especie. Asi podemos considerar en los vegetales dos fases de la ac- tividad vital con sus correspondientes manifestaciones mor- foldgicas: la fase vegetativa 6 de simple nutricién, y la fase reproductiva 6 de exceso de nutricién, representadas por el tallo (1) y el germen. En los individuos multicelulares el crecimiento no es en realidad otra cosa que un verdadero fenédmeno de reproduc- cién. Las celdillas, una vez adquirido su completo desarrollo; se dividen, y el tejido crece; de modo que su crecimiento se debe 4 una nueva generacién de elementos producida por la divisién de los existentes. La nutricién y el exceso de nutri- cidn se siguen en este caso tan inmediatamente, que no tie- nen representacién morfolégica distinta. La celdilla, fase ve- getativa, sin intermediario de la fase germen, da origen 4 otra celdilla, 6, por mejor decir, se divide en dos celdillas sin que una sea de formacidén anterior 4 la otra. Este modo de generacion no se encuentra en el reino vegetal sino como forma de crecimiento, pues nunca se presenta reproduciendo el individuo, sino desarrollandole y conservandole; pertene- ce, pues, a la fase vegetativa, y de ningun modo 4 la genera- tiva, cuyo objeto es asegurar la existencia de la especie. Quiza podra parecer poco fundada esta afirmacién, pues no es raro ver en algunas obras de Botanica que las Algas y (1) Aqui, y en lo sucesivo, empleo la palabra ‘ado, 4 falta de otra mejor, como una abstraccién morfolégica representando el conjunto de organos y aparatos desti- nados 4 la conservacion del individuo. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Hongos unicelulares se propagan por divisién. El error nace de considerar como fendmeno reproductivo lo que solo es puro crecimiento. En efecto: la mayor parte de Algas y Hongos tenidos como unicelulares (monopldstidos), deben considerarse como elementos de un tallo disgregado, siem- pre que se observe en ellos la division celular (ciodicresis), pues por transitos insensibles se pasa de las especies, al pa- vecer unicelulares, & las que estan formadas por varias celdi- llas de distintos modos reunidas, como es facil observar en las Diatomeas, Desmideas, Bacterias, Crococeas, etc., etc. Asi; toda celdilla vegetal aislada (Alga tu Hongo) gue se divide, debe considerarse como una parte de un tallo que crece, y cuyos elementos se disgregan en seguida de formados; y res- tringir la idea de individuo unicelular 4 aquellos casos en que las celdillas no experimentan nunca la divisién vegetativa, como sucede en los Protococcus, Cenobias y Siféneas. Este modo de ver es el de la mayor parte de botanicos modernos, y ya Rabenhorst en su Flora Lurope Algarum (Leipzig, 1868), ademas de distinguir la divisidn (multiplicatio) de la repro- duccion (propagatio), tiene wnicamente por unicelulares aquellas especies cuyas celdillas no se dividen, como las de la familia Protoccocacea, por ejemplo, de las que dice: Alge unicelulares sensu strictissimo, sine cellularum generatione vege- tativa; y al hablar de las Palmeleas, Desmideas, Diato- meas..., etc., cuyo tallo se presenta unas veces disgregado, en celdillas aisladas que se dividen, y otras en celdillas reunidas en filamentos: Alg@ unicellulares sensu latiore. Ademas, ob- servaciones recientes hacen dudar de la autonomfa de algu- nas especies tenidas por unicelulares, comprobando la idea emitida ya por Kiitzing, de que muchos Protococcus, Palme- lla y Plewrococcus no son mas que simples fases del desarrollo de Algas superiores, pues Cienkowski y Famintzing han observado la desintegracién de los filamentos de algunas especies de Stigeoclonium en celdillas semejantes 4 los Proto- coccus, y Schnetzler parece haber demostrado las relaciones que existen entre las Palmelia y algunas Conferva (1). (1) Véase Bull. Soc. Vaud., Se. Nat., xv111, 1882, p. 115. El profesor Balbiani, en las lecciones que este afio (1887) ha dado en el Colegio de Francia sobre la eyolucién de los Microrganismos animales y vegetales, considera (i) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 37 Considerada Za divisidén Unicamente como un modo de creci- miento, y descartada de entre las formas genésicas, podemos sentar como principio general que todos los vegetales se reproducen por esporos 6 por huevos; esto es, por medio de un germen unicellular, nacido por diferenciacion de una cel- dilla del tallo y representando una entidad morfolégica bien definida; de modo que siempre sera posible distinguir la fase vegetativa de la reproductiva, 6 sea el tallo y el germen (1). Esta celdilla germen, producto diferenciado del tallo con ob- jeto de reproducir los individuos por un desarrollo ulterior é independiente, que se llama germinacién, puede originarse de dos modos distintos: 6 bien por la intervencién exclusiva del protoplasma de una sola celdilla, 6 bien por la reunién del protoplasma de dos distintas. En el primer caso la celdi- lla-germen se llama esporo, y la reproduccion es asexuada 6 monogonica, y en el segundo toma el nombre de huevo ve- getal, y la reproduccién es anfigdénica. La generacion por esporos es la mas extendida en el reino como wnicelulares los Protococcus, Palmella, Nostoc, Bacterias, etc., etc.; mas no sé si _ tratard de justificar su opinion, en completa discordancia con la de todos los autores modernos, pues hasta ahora nada que la abone he visto en los extractos de sus lec- ciones publicadas en el Jowrnal de Micrographie hasta el momento de escribir estas lineas. (Julio de 1887).—Las Diatomeas son consideradas por el Dr. Pelletan en su libro Zes Diatomées (actualmente en prensa), como algas unicelulares, pero ninguna razon da que destruya las consideraciones anteriores. (1) Es cierto que hay algunas especies de Algas y Hongos inferiores en las que no ha sido posible atin observar el modo de reproduccion. Una de las que con ese ob- jeto ha sido mas estudiada, es el Bucillus virgula, de la que solo conocemos el modo vegetativo por division celular (crecimiento). Algunos bacteridlogos—Hueppe entre ellos,—dicen haber visto la formacién de esporos, negada de un modo absoluto por Koch y Van Ermengen; pero la logica y las leyes de analogia indican que debe tener lugar , aunque nos sea desconocida, puesto.que sin género alguno de duda se verifica en otros Bacillus , como por ejemplo, en el anthracis, subtilis, de la tubercu- losis, de la fiebre tifoidea, etc., etc. Véase sobre el particular: Van Ermengen, Ze Microbe du Choléra asiatique (Bruselas, 1885); Dr. Klein, Microbes et Maladies (trad. del inglés, por Fabre-Domergne, Paris, 1885); Dr. Trouessart, Zes Microbes (Pa- ris, 1886); Cornil y Babes, Zes Bacteries (Paris, 1886), y una porcidn de articulos que han aparecido en distintas revistas extranjeras, y en especial en el Journal de Micro- graphie , que publica el Dr. Pelletan. El modo de reproduccién senalado al B. virgula por el Dr. Ferran, es insostenible. En una visita que en Junio del afio pasado (1886) hice 4 su laboratorio de Tortosa, vi que él mismo la habia abandonado, y le asignaba un ciclo evolutivo muy parecido al del Penicillum ferment del Dr. Chocardas. Véase Ze Peronospora Ferrani por el Dr. Duhourcan (Tolouse, 1885). 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8 vegetal, y no se limita 4 las Talofitas y Criptégamas vascu- lares, como antes se creia, sino que un estudio detenido hace ver que tiene también siempre lugar en las Faneréga- mas. Un esporo es una simple celdilla (1) diferenciada del tallo, que por germinacién reproduce un individuo igual al que le dié origen, 6 4 una de sus fases evolutivas. Sea, pues, enddgeno 6 exédgeno, nunca en el esporo hay fusién de dos protoplasmas distintos, nico caracter que le distingue del huevo vegetal, que siempre es producto de la reunion, en un solo cuerpo, del protoplasma de dos celdillas. En los anima- les, el huevo fecundado, 6 simplemente huevo, consiste en la celdilla-huevo después de haberse fusionado con ella el es- permatozoido, y procede, por lo tanto, de la reunién proto- plasmatica de dos elementos distintos, que se designan con los nombres de masculino y femenino. En la reproduccién anfigdnica vegetal sucede exactamente lo mismo, y convie- ne por lo tanto amar también /wevo al producto de la unidn de la celdilla-huevo, 6 elemento femenino (9), con el elemen- to masculino (c’), pues no hay ninguna razodn para no consi- derar como homdlogos el huevo vegetal y el animal, que tiene el mismo objeto é idéntica formacién, y que remontan- donos 4 su origen los hallamos confundidos en aquellos seres de organizacién sencilla que ocupan los limites indistintos de los dos reinos. En Botanica se llama 4 la celdilla-huevo, oosfera, y después de fecundada se le da el nombre de huevo (2). El tallo que produce los esporos se denomina asexuado (©) 6 agamico, y también esporédgono; y el que da origen 4 los cuerpos gamicos componentes del huevo, tallo sexuado (97 9} 6 gamico. De la germinacidén de los esporos, lo mismo que de los huevos, nace siempre un tallo. No teniendo en cuenta modificaciones de orden secundario, y abarcando la cuestidn bajo un punto de vista general, en todos los casos podremos reducir el ciclo evolutivo de las di- (1) En algunos Hongos los esporos estén formados de varias celdillas (Phragmi- dium , Spheria $ telentoesporos , etc., etc.); pero observando su germinacion se ve que son la reunién de varios esporos simples, cada uno de los cuales germina separada- mente, 6 bien que una sola de las celdillas toma parte en la germinacion, siendo las demas celdillas acompanantes. (2) Sachs, Strasburger, Saporta y Marion y algunos otros autores, empezaron por llamar al huevo oosporo , denominacion que, 4 mi entender, debe abandonarse. (9) Custellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 39 versas especies 4 una generacién sexuada 6 asexuada, 6 a la combinacion de ambas. Siempre en los vegetales, ya perte- nezcan 4 las Algas rudimentarias 6 a’las Fanerégamas de or- cwanizacién mas complicada, podremos reconocer la fase ve- e@etativa alternando con la reproductiva: al esporo 6 al huevo produciendo por germinacién un tallo, y éste, a su vez, dando por diferenciacién de sus elementos origen 4 un esporo 6 & los cuerpos gamicos, de cuya reuniédn nace el huevo. Entre las Fanerdgamas y Criptogamas no existe plan distinto de generacién, sino que el mismo, en sus bases esenciales, va complicandose y evolucionando desde las Cianoficeas, que solo se reproducen por esporos, hasta las Angiospermas. El demostrarlo es el objeto de este trabajo; y para conseguirlo con la mayor claridad posible, presentaré 4 continuacién, y de un modo abstracto, el plan general de la generacidén en el reino vegetal. Il. La especie vegetal esta constituida por una serie de indivi- duos que proceden unos de otros por acto de generacion. Tres tipos primordiales solo pueden existir, pues, segun lo que queda sentado, la generaciédn es siempre por esporos 6 por huevos, y por lo tanto, la especie necesariamente se ha de componer: O de individuos que proceden unos de otros por generacioén asexuada (sporogonia, monogonia); O de individuos que proceden unos de otros por generacion sexuada (oogonia, amphigonia); O de individuos que proceden de generacién sexuada y que A su vez dan origen 4 otros por generacién asexuada, y estos a otros por generacién asexuada... y asi sucesivamente (me- tagenesis). Estos tres casos, los inicos posibles, se encuentran en el reino vegetal. Los dos primeros constituyen las generaciones simples y el tercero las compuestas 6 alternantes. La generacién simple asexuada se compone siempre de la alternacién del tallo y del esporo, es decir, de un tallo espo- rogono que produce por diferenciacién un esporo, que 4 su 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) vez germina y da origen 4 un tallo; de modo que la sucesién de generaciones puede representarse de esta manera: [A] Tallo — Esroro | ) 6 Tallo — Esporo Hay que tener presente que mi objeto es solo examinar el ciclo de la especie bajo el punto de vista de la generacién, prescindiendo por completo de las diferencias del tallo, y aun de los mismos esporos. Por eso puedo decir que la generacién asexuada es siempre simple, aunque no se me olvida la al- ternacion de generaciones de algunos Hongos, y especial- mente de las Uredineas, en las que los ¢edewtosporos germinan en un tallo (promycelium ) que produce los esporidios, y estos a su vez los @cidium, que desarrollan ecidiosporos, los que transportados a distinta planta Auesped germinan en Uredo, y producen wredosporos y teleutosporos. En el Podisoma Juniperi Sabine (Fries)—que causaba mucho mal en los perales de los Reales jardines de San Ildefonso—he tenido ocasién de estu- diar detenidamente esa notable alternacién de generaciones (heteroecia, pleomophia); mas para el caso presente no puedo considerarlas como 4 tales, pues en ellas veo tan solo la su- cesién de tallo y esporo, y de este 4 aquel, por mas que exis- tan diferencias morfolégicas y fisioldgicas muy grandes entre los tallos promycelium, dcidium y Uredo y entre los esporos teleutosporos , esporidios , ecidiosporos y uredosporos. En la generacién sexuada 6 por cuerpos gamicos se ob- serva entre el tallo y el huevo la misma relacién que en la asexuada entre el tallo y el esporo; pero como el huevo es de formacién mas complicada que el esporo, por necesitar el concurso de dos cuerpos protoplasmicos, resulta que pueden considerarse dos casos secundarios distintos, segun que los cuerpos gamicos sean morfolégicamente iguales 6 diferentes. En el primero el huevo es iségamo, y en el segundo heteré- gamo; mas como de cuerpos gamicos de sexualidad bien (1) En lo sucesivo eseribiré los productos de germinacién escribiéndolos debajo del elemento que les da origen, y separdndolos por una flecha vertical (}), y los de diferenciacion , en la misma linea, y separados por una flecha horizontal (+). a1) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 41 marcada (~ pee | 4 Tatto Q — Ginécito — vite: TaLLo 97? 9? — Andrécitos? Ginécitos? Aqui, lo mismo que en la monoecia, puede haber isogamia. Examinando detenidamente los dos casos de generacién simple que acabo de mencionar, se ve que en la asexuada el (1) Propongo estos nombres para representar de un modo abstracto los elementos Weed - 7 c 3 7 s macho y hembra, compuestos de ayno, ay D pes hombre y yuyn mujer, y xuTos, Ccavi- dad, que en Botdnica se toma como sinénimo de celdilla. (Androcyta , ginecyta.) 42 ANALYES DE HISTORIA NATURAL. (12) germen (esporo) nace directamente del tallo, mientras que en la sexuada el germen (huevo) es solo su producto me- diato, siéndolo inmediato los cuerpos gamicos. Esto se nota perfectamente en algunas especies de Algas en que la unién del ginécito con el andrécito tiene lugar después de haberse desprendido del tallo, y pone de manifiesto que el verdadero homologo del esporo no es el huevo, sino los cuerpos gami- cos, cada uno de por si, de modo que pueden considerarse como esporos que han perdido (?) la facultad de germinar individualmente. Mas adelante veremos cudn exacta es esa homologia, y cémo los cuerpos gamicos, en aquellas especies en que no estan muy diferenciados, son indiferentes en ejer- cer el papel sexuado 6 asexuado, fusiondndose para producir un huevo, 6 germinando separadamente como un esporo. (Spirogyra, Ulothriz.) En los dos casos de generacién simple la forma vegetativa alterna con la reproductiva, de modo que la especie estara representada por estas series: A@©Q-C © -~E@Q® —~-GO© -...., serie asexuada; BS Q-DSQ-FCO-H’Q-—...., serie sexuada, Snglas ques —— 01 Bee ete Sve WY oe eee ee Vamos ahora a ver cémo el ciclo se complica, y se produce la generacién compuesta. Para ello las dos series anteriores se combinan, alternando la fase sexuada con la asexuada, de este modo: TAC ar Se Ca a LU Pate kw ae AO-BP+-CO-DYQ-EO-FV’O-GO..... La unioén y continuidad en esta generacién alternante se establece por el hecho de que la germinacién del esporo da lugar 4 un tallo sexuado, y la del huevo a un tallo asexuado, de modo que también puede escribirse asi la serie: CEES, ; TaLLo © — Esporo | (Fase sexuada) aS TALLO oO” 9 — Huevo | (Fase asexuada) TaLLo © — Esporo a3) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 48 Esta alternacién de generaciones se encuentra en las Algas y en los Hongos, y de un modo exclusivo en lo restante de la serie vegetal, 4 partir de las Muscineas; y aunque velada al- @unas veces por la atrofia casi completa de alguna de sus dos fases vegetativas, es siempre posible reconocerla. Dos casos pueden presentarse seguin que el tallo asexuado produzca es- poros de una sola clase, 6 de dos; esto es, segtin que sea isospérea 6 heterospdérea. En el primer caso puede figurarse la especie seguin el esquema siguiente: [C] Tatto © — EBsporos TaLLo co” 9 — Cuerpos gamicos Huevo TaLLo © — Esporos que representa el tipo de la generacién alternante isosporea. No siempre todas sus fases estan igualmente desarrolladas, sino que 4 veces el tallo sexuado 6 el asexuado se hallan ru- dimentarios, y aun en apariencia faltan del todo; y entonces parece que los cuerpos gamicos nacen directamente de los esporos, 6 los esporos directamente de los huevos, sin que existan entre las dos fases reproductoras la vegetativa que les sirve de unién. Mas un examen detenido pondra siempre de manifiesto— como luego haré notar en el. estudio concreto de algunas especies—que la carencia de uno de los dos tallos nunca es absoluta, y siempre debida 4 una atrofia progresi- va, 6 bien 4 estar en su principio de manifestacidn. Al for- marse este tipo de generacién—que aparecidé con posteriori- dad 4 las generaciones simples—esta conforme con las leyes evolutivas que los dos componentes no tomasen igual incre- mento, puesto que naciendo paulatinamente en las especies de generacién simple que encontraron ventajoso para su conservacién emplear sucesivamente la reproduccién por esporos y por huevos, en aquellos casos en que la evolucién partié de una especie asexuada, es natural encontrar, al ini- Lk ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) ciarse la serie , el tallo sexuado rudimentario y en sus prime- ras manifestaciones, 6 bien el asexuado en el caso contrario. Luego, después de adquirir los dos tallos igual importancia en el ciclo especifico, es natural también, y conforme 4 las leyes de la adaptacién, que uno de ellos pierda importancia si las condiciones biolégicas no le hacen necesurio, y enton- ces se reduzca 4 su minima expresién, como sucede con el tallo sexuado en las Angiospermas. Asi, pues, la carencia aparente de cualquiera de los dos tallos debe traducirse por un estado de atrofia 6 rudimento. Van Tieghem (1) llama des- arrollo disociado cuando por la atrofia 6 falta de desarrollo del tallo asexuado parece que de los huevos nacen directamente los esporos, y asociado cuando el tallo esta bien manifiesto; pero a mi me parece mas conforme con las leyes genésicas no establecer tal distincién, que por otra parte nada explica ni a nada conduce, y admitir que del huevo nace siempre un tallo mas 6 menos desarrollado, puesto que un estudio de- tenido hace ver que por transitos insensibles se pasa del des- arrollo disociado al asociado, como luego veremos. El verdade- ro desarrollo disociado 6 merogenia, como le llama Von Jhe- ring (2), tiene lugar en algunos vertebrados cuando de un solo huevo fecundado nacen dos 6 mas individuos; mas el caso es completamente distinto de lo que acontece con las Talofitas, 4 las que solo se refiere Van Tieghem. Ademas, este autor unicamente se fija en la disociacién de individuos procedentes de un huevo, y nada dice cuando el mismo fené- meno tiene lugar en los esporos, como sucede en varias espe- cies de Hydrogastron. Es, pues, mas natural, 4 mi modo de ver, atribuir a la atrofia 6 falta de desarrollo la carencia apa- vente de cualquiera de los dos tallos. No siempre las generaciones alternan como queda dicho, sino que, a veces, en algunas Algas, entre cada generacién sexuada se encuentran dos 6 varias asexuadas. En otros ca- sos el tallo produce esporos y huevos de un modo indepen- diente y al mismo tiempo, y entonces puede considerarse (1) Tvraité de Botanique, pag. 950. (2) Véanse los estudios de V. Jhering sobre la gestacién del Tatou del Brasil, Praopus hybridus, en diversas revistas cientificas: American Naturalist, ano 1887; Revue des Questions scientifiques , numero de Abril de 1887. (5) Castellarnau.—PpLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 45 como la reunién de un tallo sexuado con otro asexuado (género Vaucheria). Del huevo nace el esporédgono y se produce el ci- clo alternante [C]; y de los esporos independientes otros tallos que 4 su vez dan esporos y huevos. Representando por A y B los tallos sexuado y asexuado alternantes, y por C el de los esporos independientes, podemos representar la serie especi- fica, en este caso, de la siguiente manera: AC pe B AC rss EBON Ay Co) 5B AC Pero estas modificaciones son de orden secundario, y en nada alteran la esencia de la generacién alternante isospé- rea [C] tal como queda descrita, y ademas solo tienen lugar en algunos casos particulares de las clases de las Algas y Hongos. El segundo tipo de generacién alternante es el heterdspo- ro, caracterizado porque el espordgono produce microspo- ros (© <) y macrosporos (© >), cada uno de los cuales ger- mina en un tallo sexuado que solo produce uno de los dos cuerpos gamicos, de modo que la fase sexuada es heterdica. Del microsporo proviene siempre el androécito, y del macros- poro el ginécito ui odsfera. [D] TatLo © — Microsporo -— Macrosporo TaLLo (7 — Andrécito TaLtto 9 > Ginécito [stats | Este tipo de generacién, el mas complicado del reino ve- getal, empieza en las Hidroptéridas y se continua hasta las Angiospermas (1); y lo mismo que en el anterior no todas sus fases se presentan igualmente desarrolladas. (1) Las Equisetaceas son isospéreas, pero los dos tallos sexuados estan separados. La generacion de las Licopodidceas es poco conocida. a :% 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) A veces hay dioecia también en el esporégono, en cuanto produce solo microsporos 6 macrosporos (Angiospermas dioi- cas) y entonces el ciclo de la especie se puede representar asi: dj Tato (QO <) + Microsporo | TALLO G7 — Andrécito 4 H — ruevo | Taito (© >) > Pe aed TaLLo (CO <)?...(@ >)? Tatto O — Ginécito — A estos cuatro tipos que quedan descritos: simple asexua- do [A], simple sexuado [B], alternante homospéreo [C] y al- ternante heterospéreo [D], pueden reducirse las formas gene- rativas que se observan en el reino vegetal, sin otras modi- ficaciones importantes que las introducidas por la heteroecia en los tipos [B] y [D]. Que los esporos sean inmodviles 6 zoos- poros, 6 que provengan de una renovacion total 6 parcial del protoplasma originario, son condiciones secundarias, asi como que el huevo se forme por la reunidén de la odsfera con un anterozoido 6 un polinidio. En uno y otro caso nos queda la ley general de que el germen es una simple celdilla formada por la diferenciacién de una celdilla del tallo (esporo), 6 por la re- unién protoplasmatica del andrécito y ginécito (huevo), que & su vez se han originado por la diferenciacién de dos celdi- llas vegetativas. De igual suerte , que sea el tallo sexuado el preponderante sobre el asexuado, 6 viceversa, en nada se mo- difica la ley de las generaciones alternantes, pues el valor morfogénico de un organo es independiente de su mayor 6 menor desarrollo; y asf podemos sentar también como princi- pio general, que siempre el huevo 6 el esporo producen por germinacion un tallo, aun en aquellos casos en que la atrofia apenas deja vestigios de él. En vano seria pretender que las formas de generacién que acabo de sefalar como tipicas se presenten completamente separadas y sin transitos que las reunan, pues las leyes de la evolucién se oponen 4 ello. Estos tipos deben considerarse mas bien como cuatro puntos de una serie continua, sufi- cientemente alejados para que, haciendo caso omiso de los intermedios que los unen, aparezcan como diferentes; mas, por desgracia, hoy dia no nos es posible trazar esa serie de un modo completo, pues ni la Botanica fdésil nos da bastantes a7 Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 47 datos para reconstituirla en el tiempo, ni el conocimiento que de las plantas actuales tenemos es suficiente para no dudar de la verdadera filiacién de algunos grupos. Pero lo que la simple observacién no puede hacer, lo hacen las leyes genera- les de la organizacion que de ella se deducen, y que una vez elevadas al rango de verdades, por convenir 4 todos los casos conocidos, podemos aplicarlas a reconstruir la serie vegetal con todo el grado de certeza que en ciencias naturales es dable alcanzar. TH: Acabo de exponer las leyes de la generacion tales como re- sultan de un estudio sintético hecho en la serie vegetal, des- de las plantas mas inferiores hasta las Angiospermas. Tal vez hubiera sido mas conforme con el rigorismo metddico expo- ner primero los casos concretos para deducir de ellos las leyes generales; pero al proceder en sentido inverso no hago sino seguir el camino que conduce en las ciencias de observacién a determinar las leyes que rigen los fendmenos. Primero, por intuicidn vaga y por una especie de sentimiento, concebimos a priori la ley, y luego @ posterior2 la comprobamos viendo si los hechos concuerdan con ella (1). Aqui por ley de la gene- racién entiendo la marcha general del fendmeno formulada de un modo abstracto, y aplicable 4 cada caso concreto que se examine; asi pues mi trabajo desde ahora se reducira a de- mostrar que las leyes generales antes expuestas concuerdan con la realidad de los fenédmenos, y para ello preciso es exa- minar el proceso reproductivo en toda la serie vegetal, em- pezando por sus términos mas sencillos. Mas aqui se presenta la primera dificultad, puesto que es preciso saber cuales son las especies existentes hoy dia que mas se acercan 4 las pri- meras protdfitas, y que por lo mismo podemos considerar co- locadas en el extremo inferior de la serie vegetal. Indudable- mente esas especies las encontraremos entre las Algas y Hongos inferiores; pero & mi entender deben dejarse 4 un lado los Hongos por representar un grupo parasitico y hete- (1) C. Bernarp: Dy progres des sciences phisiologiques. (La science expérimentale. Paris , 1865.) 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) rogéneo, compuesto de seres de distinta procedencia, cuya sencillez puede no ser originaria, sino debida 4 la retrograda- cién causada por el modo de vivir saprofitico 6 biosmotico que les caracteriza. En las Algas, en cambio, nos encontramos con la nutricién completamente olofitica, que es el caracter primordial y unico que puede servirnos de guia para separar en sus confines los dos reinos bioldgicos, pues los descubri- mientos del Dr. Brand (1) han puesto en claro la cuestién de los animales con clorofila, demostrando de un modo eviden- te que la clorofila es esencialmente vegetal, y que las Hidras, Heliozoarios, Esponjas, Turbelarios, Paramecios y otros infu- sorios que se presentan verdes, es porque en su cuerpo, y en calidad de parasitas necesarias, viven varias Algas (Zooclore- lla, Zoovantella, y en los infusorios especies de Palmella, segtin el Dr. Hentz); de modo que estos seres no son exclu- sivamente animales, sino una agrupacién simbidtica de un animal con un vegetal, de igual manera que los Liquenes lo son de un Hongo y una Alga. En las Algas se hallan perfectamente desarrollados los dos tipos de generacién simple, y también la generacidn alter- nante, desde sus comienzos hasta presentarse perfectamente constituida, de modo que las podemos considerar como el tronco de donde parte el reino vegetal. La generacién alter- nante se contintia luego en las Muscineas y en las Criptéga- mas vasculares, pero en dos sentidos divergentes: en las pri- meras predomina el tallo sexuado, mientras que en las se-, gundas, por el contrario, se va atrofiando 4 partir de las Filicineas, llega muy reducido 4 las Gimnospermas y solo vestigios de él se encuentran en las Angiospermas. La Clase de las Algas merece, pues, un estudio particular, porque solo en ella encontramos los dos tipos de generacién simple— prescindiendo de los Hongos por las razones antes expuestas —y por lo tanto nos da la clave para interpretar las genera- ciones compuestas alternantes, que es el proceso generativo (1) El Dr. Brand, que era auxiliar de la Estacion Zoologica de Napoles cuando yo fui 4 ella en 183, fué el primero en descubrir que la coloracion de los Radiolarios era debida 4 una Alga. Desde entonces varios naturalistas han estudiado bajo ese punto de vista los animales inferiores verdes, y han reconocido era debido 4 una simbiosis vegetal. El Dr. Hentz, que se encontraba en la Estacion en la misma época , comprobo el hecho en los Infusorios. a9) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 49 unico de la serie vegetal 4 partir de las Muscineas. Veamos, pues, a grandes rasgos, y sin descender a detalles que tienen su sitio en los tratados de Botanica especial, como se realizan los tipos generativos antes expuestos. Segun lo dicho anteriormente, no consideraremos 4a la divi- sién, 6 citodiéresis como modo reproductivo. A medida que el estudio de los Microrganismos adelanta, se ve que emplean otros medios para reproducirse, y que la divisién es solo una forma de crecimiento. Cuando una celdilla vegetal aislada se divide en dos enteramente iguales, debemos desde luego de- ducir que no constituye un individuo, sino que es parte de un tallo disgregado (1). Verdad es que hasta el presente algunas especies se han resistido 4 todas las investigaciones, y no ha sido posible encontrar en ellas el modo reproductivo; mas es preciso recordar que las Bacterias, por ejemplo, esta- ban en ese caso hace dos 6 tres afios, y hoy son ya muchas las especies en que se conoce la formacién de endosporos y ar- trosporos. Es indudable que en los organismos que precedieron a las primeras protofitas, antes de acusarse de un modo decidido el caracter animal 6 vegetal, la citodiéresis debidé ser el nico modo reproductivo, confundiéndose la «nutricién» y el «exce- so de nutricién». En las Algas Cianoficeas encontramos el primer paso de diferenciacién. Sus celdillas se dividen de un modo vegetativo para el crecimiento del tallo, y de un modo reproductivo para propagar la especie. En este ultimo caso, una celdilla vegetativa, que ocupa en el tallo definida posi- cidn algunas veces, se diferencia de las demas por el espesor de sus paredes y el cambio de coloracién de su contenido, y queda en reposo y sin manifestacién vital aparente. Las mo- dificaciones protoplasmaticas que en su seno se verifican nos son desconocidas; mas es lo cierto que, pasado algun tiempo, de nuevo su protoplasma se anima, reaparece el primitivo color de la clorofila (2), y entonces la celdilla se divide y pro- (1) El Dr. Carpenter, en la sexta edicién de su excelente libro The Microscop (Londres, 1881) esté en contra de estas ideas , expuestas ya en laI parte de este tra- bajo, al decir en el § 227 (pag. 274), que las celdillas de los vegetales inferiores , no solamente pueden vivir aisladas, sino que es el caso general the plant may be said to be unicellular, every cell having an independent individuality. (2) Mezcla de clorofila, xantofila y ficocianina, en las Cianoficeas. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) duce un tallo. Examinando detenidamente este fendmeno, ve- remos que, en ultimo término, se reduce 4 la diferenciacién de una celdilla vegetativa con el fin de reproducir la especie por germinacidén, y que por lo tanto la celdilla en estado de reposo no es otra cosa que un esporo formado por renova- cién protoplasmatica total, llamado «quiste», por los algélo- gos (1), en este caso particular. La alternacién entre el tallo y el esporo se verifica sin interrupcién, y el quiste es un lepocytoda segtin la denominacién de Haeckel (2). La celdilla vegetativa ha pasado & ser esporo tinicamente por la modifi- cacién de su protoplasma. En los esporos enddégenos hay ade- mas cambio morfolégico. Sin salirnos del orden de las Ciano- ficeas, podriamos ver su formacién en algunas Bacterias (Bacillus subtilis, anthracis... etc., etc.), pero es mas facil es- tudiarla en los Protococcus, que como es sabido, son Algas verdes unicelulares (?), muy comunes recubriendo los objetos sumergidos, 6 tapizando de verde las paredes himedas de las erutas. El tallo consiste en una celdilla esférica (lepocyta) llena de cromatdéforos. Cuando ha adquirido todo su desarro- llo, si hay exceso de nutricién, y las condiciones de hume- dad, luz y calor son favorables, su protoplasma se divide varias veces formando doble numero de celdillas hijas (gym - nocyta), que al fin rompen las paredes de la madre y éscapan al exterior. Estas celdillas desnudas, y de figura piriforme, nadan 4 favor de dos pelos 6 flagellum que parten de su extre- midad mas deleada, razén por la cual los botanicos las la- man «zoosporos», nombre genérico que se aplica a todos los esporos dotados de movilidad. Al cabo de algun tiempo su movimiento cesa, pierden los flagellum, se revisten de una membrana celular, y redondeando su forma se convierten en otras tantas celdillas exactamente iguales 4 aquella de que (1) Este modo de formacién celular le llama Strasburger Vol/zellbildung, que Kickix traduce por rengenissement ou formation pleine des cellules. Mr. F. Gay propone llamar Cys¢e 4 todos los esporos de las Algas verdes que ne- cesitan pasar por un periodo de reposo antes de germinar, y que en la actualidad, en distintos idiomas, y por diversos autores, se conocen con los nombres de Dauer- sporen, Ruhesporen, spores durables, spores dormantes, restingspores , hypnospores, chronospores, aplanospores, ahinetes... ete. , etc. Véase Bull. Soc. Bot. France, vir (1886). (2) Algunas veces me serviré de la clasificacién de los plastidos, tal como la expo- ne FE. Haeckel en su Morfologia general (I, pag. 269) y en la Historia de la Creacion Natural (13 Leccion.) 21) Castellarnau.—PpLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 51 proceden., En esta evolucién esta bien claro el caracter mono- g@énico y la alternacién de la fase vegetativa (Protococcus) y de la reproductiva (zoosporos), puesto que los esporos provie- nen del protoplasma de una celdilla, que deja de existir al originarlos, y estos, por si solos, y sin el concurso de otros elementos extrafios, se convierten en otros tantos tallos; de modo que el ciclo evolutivo puede expresarse de esta manera: Protococcus — Zoosporos (Tallo ©) ‘ Protrococcus — Zoosporos (Tallo ©) | cf e ee eoe te En las Cloroficeas multicelulares no suele formarse mas que un solo esporo en cada una de las celdillas destinadas a ello, y cuatro en las Florideas, por cuya razon se llaman « te- traesporos». Sus formas son distintas, y el aparato locomotor de los zoosporos se compone de dos flagellum, de una corona de pelos (@dogonium ), 6 de todo el cuerpo ciliado (Vauche- 77a)... etc., etc.; pero son esas modificaciones sin importan- cia para nuestro objeto. Prescindiendo, por las razones antedichas, de la Clase de los Hongos, que se reproducen todos exclusivamente por es- poros (?), excepto los Oomicetos, solo encontramos en el rei- no vegetal la generacidn monogdénica independiente, es decir, sin estar combinada con la anfigénica, en las Algas, y aun en estas, de un modo exclusivo, solo en las Cionoficeas y algunas especies de Siféneas é Hidrureas (1). En las demas, aunque el modo mas comun de reproducirse es por monogo- ‘nia—por zoosporos las Cloroficeas, por esporos las Feoficeas, y por tetraesporos las Florideas—se presenta también la re- produccién sexuada simple 6 alternante, pero obrando en completa independencia, de modo que el tallo puede conside- rarse como la reunion de un tallo sexuado con otro asexuado, sin que ninguno de los dos pierda su autonomia, segun que- da dicho anteriormente. Fuera de las Algas y los Hongos, ya (1) Sigo la clasificacion general expuesta por Van Tieghem en su 77aité de Bota- nique. (Paris, 1884.) 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) no se vuelve 4 ver en toda la serie vegetal ningtin caso de reproduccidn monogénica independiente. La reproduccién sexuada simple 6 anfigdénica solo se en- cuentra en la Clase de las Algas (Hongos??), y en aquellas especies que no tienen esporos, como las Conjugadas, algu- nas Siféneas y las Fucaceas. En las demas, que se reprodu- cen & la vez por esporos, la anfigonia y la monogonia se combinan produciendo las generaciones alternantes, pues la reproduccién por huevos, para ser independiente, necesita ser exclusiva (?) Es natural esperar que por gradaciones insensibles se pase de la generacién asexuada a la sexuada, puesto que indudable- mente esta ultima ha nacido de la primera; y, en efecto, en algunos casos aparece claramente la intima relacién que en- tre las dos existe, pues los cuerpos gaémicos son indiferentes 4 la propiedad sexual y germinan como esporos, segun vere- mos después de examinar en dos 6 tres especies la formacién del huevo vegetal. Una de las formas mas sencillas de la reproduccién gamica —en cierto modo paralela 4 la asexuada de las Cianoficeas— se nos presenta en diversas especies de Palmogloca ( Familia Desmidiacee), pequefias algas unicelulares (sensu latiove) que reunidas en colonias por una sustancia gelatinosa se encuen- tran en abundancia entre los musgos y liquenes que crecen en los sitios himedos. Las celdillas experimentan la divisién vegetativa para el aumento de la colonia; pero, de vez en cuando, dos de ellas sintiéndose mutuamente atraidas se aproximan y fusionan en una sola, que se distingue de las demas por su color amarillento, debido 4 una sustancia acei- tosa, que en gotitas tenues y separadas al principio, y con- fluentes después, se desarrolla desde que empiezan las celdi- llas 4 fusionarse. Esta nueva celdilla, después de estar en reposo por algun tiempo, escapa de la colonia, vuelve 4 tomar el color verde de su clorofila, y por medio de una serie de divisiones sucesivas reproduce un nuevo tallo de Palmog/loea. A pesar de su sencillez nos encontramos aqui con una gene- racién sexual revestida de todos los caracteres esenciales. La celdilla de color amarillento formada por conjugacidn igual de otras dos, es un verdadero huevo vegetal. En efecto: un hue- vo, animal 6 vegetal, no es otra cosa que una celdilla (ym- 3) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 53 nocyta) 4 la que se fusiona otra—protoplasma con protoplas- ma, y nucleo con nuicleo—y que en virtud de esa fusidén adquiere la propiedad de reproducir un individuo igual al que le ha dado el sér, 6 4 una de sus fases evolutivas. En el caso actual las dos celdillas que se unen son los cuerpos ga- micos 6 elementos sexuados, pues en la formacidn del huevo son siempre precisos, el elemento femenino (9) que conserva su individualidad después de la fecundacién, y el masculi- no (%) que se fusiona con él y la pierde; pero como en la Pal- mogloea no se observa ninguna diferencia entre las dos celdi- llas que se conjugan, y el huevo lo mismo puede ser la conti- nuacidn de la individualidad de la una que de la otra, no siendo posible distinguir sus sexos, se dice que la generacién es isogamica (y' = 9). Alguna mayor complicacién encontramos en las especies del género Chlorochytriwm (Sifoneas). Su tallo unicelular, lle- gado 4 su total crecimiento, divide su protoplasma y nucleo en una porcion de gimnécitos, que 4 manera de los zoosporos de los Protococcus, una vez en libertad nadan y se agitan en el agua; pero difieren esencialmente de ellos, porque en lugar de fijarse y reproducir la planta madre por monogonia, se sienten atraidos dos 4 dos por una.fuerza misteriosa que les: obliga 4 reunirse y fusionarse en una sola masa protoplasma- tica, que se reviste de una membrana celular, transforman- dose asi los dos gimndcitos en un lepdcito, que no es otra cosa que un huevo vegetal, puesto que por germinacién reproduce la planta madre. Las bases de la generacién sexual, con todos sus caracteres esenciales, quedan ya establecidas en los dos casos que aca- bamos de examinar, y en lo sucesivo solo veremos en las Al- gas que el proceso se complica por la heterogamia y la dife- renciacién de las celdillas que han de producir los cuerpos gamicos. En los géneros Acetabularia, Codium, Phylio- bium, etc., estos no son ya indiferentes en su unidén, y em- piezan a presentarse algunas diferencias morfolégicas que distinguen los sexos. Excepto en las Florideas, los andrécitos estan dotados de movimiento por lo regular, y se les da el nombre de anterozdidos y a los ginécitos el de odsferas. Los anterozdidos y la odsfera son gimndcitos; pero esta, después de la fecundacién y al convertirse en huevo, se transforma 54 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ° (24) en un /epodcito. Al principio una celdilla vegetativa, que en nada se diferencia de las demas, por renovacién de su proto- plasma da origen a los cuerpos gamicos; mas luego, 4 medi- da que la diferenciacién avanza, el vegetal destina celdillas especiales & su produccién, que forman aparatos distintos segtin los cuerpos sexuados 4 que han de dar lugar. Se lla- man a@nteridios los que engendran los anterozdidos, y odgonos las que dan origen 4 las oédsferas; denominaciones generales que conviene tener presente en su originaria significacién, por convenir igualmente 4 las Cripttgamas y Fanerégamas. Esa diferenciacién progresiva es facil de seguir, y no me de- tengo en ella por ser bien conocida, no solo de los algdélogos, sino de todos aquellos que la aficidn al microscopio les ha llevado 4 admirar las maravillas que encierra una gota de agua. El Fucus vesiculosus, comunisimo en nuestras costas, ofrece un buen ejemplo de generacién sexuada heterdgama. Fucus — Anteridio -- Odgono (Tallogy 2) | | Anterozoidos Odstera Huevo IU CUS* sy eae eo ee (Tallog 9) se nereee Anteriormente he indicado que la generacién sexuada de- bid proceder de la asexuada, y que los cuerpos gamicos son los homédlogos del esporo. Para convencernos de ello basta fijarnos en aquellos casos en que los cuerpos gamicos, por excepcién, no se reunen para formar el huevo, sino que germinan como si fueran esporos. Un ejemplo de ello encon- tramos en varias especies de Spirogyra, muy comunes y faci- les de reconocer por la disposicién en bandas espirales de sus cloroleucitos. Su reproduccién por ztgosporos es bien cono- cida—nombre impropio que se da 4 sus gérmenes, que en realidad son verdaderos huevos formados por conjugacién heterdgama de dos cuerpos protoplasmicos, puesto que el que abandona su celdilla y va en busca del otro debe considerar- se como masculino, y como femenino W odsfera el que perma- nece inmovil dentro de la celdilla que hace las veces de odégo- * 5) Castellarnau.—PpLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 55 no;—pero sucede muchas veces que no todas las celdillas hembras son fecundadas por el protoplasma masculino, mas no por eso se pierden, sino que revistiéndose de una mem- brana propia escapan del odgono, y por germinacidén repro- ducen una Spirogyra. Es este caso se ve bien claro que el cuerpo protoplasmico femenino es indiferente 4 convertirse en huevo, 6 acontinuar su evolucién como esporo; y pare- ce indicarnos, ademas de una comunidad de origen entre los esporos y los cuerpos gamicos, un transito entre la genera- cidn sexuada y la asexuada, ya que de otro modo no es posi- ble, puesto que el germen 6 es debido 4 un solo cuerpo pro- toplasmico (esporo) 6a la reunién de dos (huevo), y en esto, que es esencial, no cabe término medio. En algunas otras especies, pertenecientes 4 géneros que se reproducen por iso- g@amia, puede observarse igual fendmeno. Hasta aqui hemos tratado unicamente de las dos generacio- nes simples. Vamos ahora a ver algtin ejemplo de generacién alternante para justificar en casos concretos las leyes gene- rales expuestas anteriormente; y para ello, sin salirnos de la clase de las Algas, me valdré de las especies cuyo proceso sea mas sencillo, con el fin de que el fendmeno principal no aparezca confuso entre particularidades de orden secundario. En el tipo tedrico de la generacidn alternante, los dos tallos, igualmente evolucionados, alternan con los gérmenes-sexua-— do y asexuado; pero en las especies vivientes hoy apenas si _ se encuentra alguna en que este equilibrio sea perfecto. En las especies que podemos considerar como originarias de las generaciones compuestas, tan pronto es el tallo sexuado como el asexuado el que adquiere muy poco desarrollo y no pasa del estado rudimentario, como puede verse en los dos ejemplos siguientes. i En los charcos que después de las grandes avenidas que- dan al lado de los rios y caceras, es frecuente encontrar el Hydrogastrum granulatum, pequefia alga unicelular, en for- ma de maza 6 clava (Ord. Syphonophore, fam. Hydrogastre), cuya reproduccién es bien conocida, y consiste primero en la transformaciédn de todo su protoplasma en esporos en- dégenos. Al poco tiempo de estar en libertad estos esporos su contenido se divide repetidas veces y produce gran nimero de cuerpos protoplasmicos (gymnocyta) de figura piriforme, . 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) que nadan agitando dos largos pelos, y que, al igual de lo que sucede en el caso del Chlorochytrium antes examinado, se reunen dos 4 dos, y revistiéndose de una membrana queda en reposo, durante algtin tiempo, la celdilla que de su fusién se origina, y que mas tarde reproduce el tallo claviforme primario. ,Cual es la verdadera significacién que debe darse & esos estados sucesivos que constituyen el ciclo biolédgico del Hydrogastrum? En el tallo vegetativo y en los esporos que origina se reproducen exactamente las dos fases evolutivas del Protococcus antes descritas, es decir, la nutricién y el ex- ceso de nutricién, 6 sea el ciclo completo asexuado. Pero en lugar de continuarse de un modo alternativo el tallo y los es- poros, aparece una fase nueva, cual es la germinacidén de los esporos en los cuerpos protoplasmicos movibles que producen el huevo y que a su vez da origen 4 un nuevo tallo productor de esporos. Estamos, pues, en el caso de una generacidén sim- ple sexuada isogamica (como en el Chlorochytrium) que sigue a una asexuada; y como del huevo nace el espordgono, y de los esporos el huevo, resulta que las dos fases alternan, y el ciclo biolégico del Hydrogastrum se compone de la alternati- va de una generacién isogamica con otra anfigena. Aqui es preciso notar una diferencia con la generacién alternante tipica tal como queda expuesta, y consiste en que, a/ parecer, de los esporos nacen directamente los cuerpos gamicos, sin pasar por el intermedio del tallo sexuado. No repetiré las con- sideraciones generales que quedan hechas en el lugar corres- pondiente; y concretandonos al caso actual, hay que advertir que al dividirse el protoplasma del esporo se convierte en una masa de Celdillas, que bien podemos considerar como un tallo sexuado incluso, del que todos sus elementos se trans- forman luego en cuerpos gamicos, como acontece en otras especies. Y es de notar que cuando la atrofia reduce 4 su minima expresién el tallo sexuado de las Fanerégamas, es también en la forma de un tallo incluso en el esporo que acontece, como veremos, mas adelante. El fel biolégico del Hydrogastrum puede escribirse segun lo expuesto, de esta manera: ai) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 57 Hyprocastrum — Esporos (Tallo OC) | SEATED een Cuerpos gamicos Rudimentario aio) Huevo ‘ Hyprocastrum,— HEsporos (Tallo © eeeeeees eorececeee Otras veces es el tallo asexuado 6 espordgono el que no se desarrolla, y entonces el huevo da, al parecer, origen directa- mente 4 los esporos, como sucede en las especies del g’énero Ulothrix, cuya generacion alternante isogamica puede repre- sentarse de esta manera: Unoturix — Cuerpos gamicos (Tallo J) =o Huevo TaLLo G) — Esporos Rudimentario | = : ULorHrix (Tallo -7 9) Las bases de la generacién quedan ya sentadas claramente en estas Algas sencillas, y no seguiré paso & paso su desarro- llo para no hacerme interminable. Los géneros @dogoniwm Spheroplea, etc., daran buenos ejemplos de alternacion hete- rogama, y el primero, ademas, ofrece la particularidad de que entre cada generacién sexuada hay varias asexuadas. La dife- renciacién hacia las Florideas se hace de modo que el tallo sexuado adquiere predominio sobre el espordégono, y en este sentido se inicia una marcha franca hacia las Muscineas, como luego vamos 4 ver. En los Hongos Oomicetos pueden también estudiarse las ge- neraciones alternantes, con la presencia bien manifiesta de los dos tallos, y para ello pueden elegirse—por prestarse bien a la observacién microscépica y al cultivo artificial—los gé- neros Zygochytrium, Mucor, Cystopus, Achyla, etc., etc. 08 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) IV: El estudio que de un modo muy ligero acabamos de hacer del ciclo biolégico de algunas algas, es por demas instructi- vo, porque nos ensefia en toda su sencillez cdmo la genera- cién se complica y desarrolla desde la reproduccién agamica de las Cianoficeas, hasta la alternante con todos sus caracte- res esenciales. El método de investigacién de proceder «de lo simple & lo compuesto» no seria posible, en la cuestién que nos ocupa, si ellas no hubiesen conservado los tipos primor- diales de generacién simple; pues, por lasrazones antedichas y atendido 4 su vida parasita 6 saprofitica, los Hongos no mar- can una evolucién progresiva, sino mas bien una retrograda- cidn a los primeros estados. En las Florideas, el huevo, con escaso desarrollo del tallo asexuado, produce los esporos, y siguiendo por este camino vamos 4 parar 4 las Hepaticas y Musgos, en los que la fase vecetativa se compone casi exclusivamente del tallo sexuado. Por el contrario, en los Helechos, si bien el tallo sexuado es bien aparente y tiene existencia propia, el espordégono le leva inmensa ventaja, que se acentta cada vez mas, hasta el punto de asumir él solo todas las funciones vegetativas en las Fane- rogamas. Partiendo, pues, de los primeros casos de generacién alternante que hemos visto en las Algas, en los que la prepon- derancia de un tallo sobre el otro no esté atin determinada, dos lineas divergentes se pueden trazar, en cuyos extremos estan las Muscineas y las Angiospermas: estas caracterizadas por el dominio absoluto del espordgono, y aquellas por el del tallo sexuado. Después de lo expuesto no encontraremos dificultad alguna en aplicar las leyes abstractas al caso concreto de las Musci- neas. En términos generales su ciclo bioldgico es el siguien- te: la parte vecetativa esta formada por un tallo sexuado que desarrolla anteridios y odgonos (—arquégonos). El huevo, una vez fecundado, germina dentro del mismo arquégono y pro- duce un tallo espordégono que no tiene existencia independien- te, sino que vive 4 expensas del tallo sexuado, sobre el que se desarrolla. El espordgono Neva en su extremidad un esporan- 9) Castellarnau.— PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 59 gio, que cuando est&é maduro se abre y los esporos diseminan y reproducen la planta madre (1). Las fases agama y gamica, aunque se encuentran reunidas, son perfectamente distintas, y el ciclo evolutivo en nada esencial difiere del tipo alternante homdosporeo [C], de modo que se puede escribir de la siguiente manera, tomando por ejemplo el Polytricum juniperinum, muy comin en la sierra de Guadarrama, y facil de observar por sus grandes dimensiones: Anteridios ) Odégonos (Arquégonos) _—> ? PoLytRicum — (Tallo J 9) a i Anterozoidos |) Odstera Huevo [ tatto Oo” Q > Talo o| { Esporangio Esror6gcono — (Tallo ©) f re eat ed PoLytRicumM — (Tallo ‘on Q) eerereeeree En las Hepaticas—cuyos lazos de unién con las Florideas son mas intimos que con los Musgos—el ciclo evolutivo en nada esencial difiere del que acabamos de trazar, puesto que la importancia morfolégica del espordgono es la misma, aun- que permanezca incluso en elarquégono, y proceda del huevo mas 6 menos directamente. Antes de pasar adelante, preciso es sefialar que M. Vuille- min ha publicado recientemente un trabajo,—Su les homolo- gies des Mousses, Nancy, 1886—en el que trata de explicar los diferentes estados evolutivos de los Musgos, como una serie de metamorfosis, mas bien que como alternacién de genera- ciones. En su desarrollo distingue tres fases: 1, la talofita (= protonema); 2, la bridfita, peculiar de los Musgos, y 3, la fanerogdémica; y dice ademas, que la odsfera fecundada da lu- gar & un embrién, parecido al de las Fanerégamas, y que en ese concepto estas estan mas prdximas de los Musgos que de (1) La germinacién de los esporos da inmediatamente lugar al protonema, y de él nace el tallo sexuado y vegetativo; pero no se puede considerar como una fase distinta en el ciclo generativo de la especie; lo seré, cuando mas, si solo se atiende 4 la morfogenia del tallo. 60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) las Criptogamas vasculares. Las razones que M. Vuillemin alega para defender sus ideas, me parece que solo confirman la alternacién de generaciones tal como queda expuesta; y al- gunas de sus conclusiones necesitan el asentimiento de los botanicos antes de admitirlas sin un detenido estudio. Continuando el examen de la serie vegetal, veremos que en los Musgos acaba la rama cuyo caracter consiste en el predo- minio creciente del tallo sexuado, y nos sera preciso abando- narla para ir & buscar la que con tendencias contrarias em- pieza en los Helechos. La alternacién de generaciones se pre - senta en ellos tan clara, que ha sido la primera que se ha re- conocido en el reino vegetal. El tallo sexuado (= protallo) tiene vida independiente, y sobre él se desarrollan los arqué- gonos y los anteridios; el espordgono, nacido del huevo, pro- duce una sola clase de esporos, y la fase sexuada es mondica. En las Equisetaceas, los esporos, si bien morfoldgicamente iguales, dan origen 4 dos clases de tallos sexuados: masculi- nos y femeninos (dioecia) que se desarrollan con vida inde- pendiente. En las Hidroptéridas y Licopodineas isospéreas, la diferenciacién avanza mas y los esporos son de dos clases: microsporos y macrosporos, que por germinacién producen respectivamente tallos masculinos y femeninos. Examinemos mas detenidamente estas dos modificaciones principales: la homosporea y la heterosporea. En los Helechos el esporégono constituye la parte principal de la fase vegetativa, pues el tallo sexuado dista mucho de ad- quirir su desarrollo, & pesar de que tiene una vida auténoma, y la clorofila de sus celdillas es indicio de una nutricién olofi- tica. Su ciclo bioldgico homosporeo, descrito ya como alter- nante en los antiguos tratados de Botanica, es como sigue: ( Esporangios ) HeLecno — Esporogono f Esporos \ Anteridios | Odgonos TALLO SEXUADO (7 Q > ; | _, \(Arquégonos) (Protallo) Anterozoidos overees [ Taito © > Tallo Q| _ Huevo Hanteno el came eee t ee eeee 3!) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 61 En las Equisetaceas (1), segtiin acabo de decir, los tallos son unisexuados (= protallo (7 y protallo ©), y marcan el] pri- mer paso 4 la generacién heterosporea, que tiene lugar en las Hidroptéridas y Licopodineas heterospoéreas. En estos Ordenes de Criptégamas, dos diferencias principales se notan con res- pecto 4 los Helechos: una de evolucién progresiva, que con- siste en la diferenciacién de los esporos en micro y macrospo- ros, que al germinar producen los tallos masculino y femenino respectivamente, y otra de regresién 6 retrocesién marcada por la atrofia creciente de los dos tallos sexuados, que pierden su existencia independiente y nutricidn olofitica para pasar, sobre todo el femenino, al estado de tallo incluso en el macros- poro (2). La generacién en este perfodo es de sumo interés, porque marca el transito entre las Criptégamas y las Gimnos- permas, y ademas nos da las bases para poder apreciar la ver- dadera significacién morfolégica del proceso generativo fane- rogamico. Los microsporos producen siempre mediatamente los ante- rozoidos; y algunas veces el tallo masculino se desarrolla tan poco que parece que se convierten directamente en un ante- ridio (Marsilia, Isetes, Selaginella), y otras los microsporos germinan dentro de los microsporangios, en unos tubos largos que atraviesan su pared, en la extremidad de los cuales se forma un anteridio (Salvinia). La germinacién de los macros- poros consiste en una serie de divisiones sucesivas de su con- tenido que producen el tallo hembra incluso, que sobresale poco 6 nada del macrosporo (Jsetes), y en el que se desarro- (1) Prescindo de las Equisetineas heterospéreas que no tienen mds que especies fosiles. (2) Enlas Algas se encuentran ya algunos casos de diferenciaci6n de los esporos. Los andrésporos del @dogonium ciliatum son equivalentes 4 los microsporos de las Cript6gamas yasculares, y su germinacion, antes de producir el anterozdido, noes en realidad otra cosa que un tallo masculino. (Véanse los Zratados de Botanica de Sachs y V. Tieghem, pdginas 3ll y 1145, respectivamente). Schimper observé dos clases de esporos en las Sphagnacee, y recientemente Warnstoff ha demostrado la existencia de macro y microsporangios en el Sphagnum acutiforme y acutifolium, pero no le ha sido posible ver la germinacién. El mismo autor dice haber observado tam- bién dos clases de esporos en la Blyttia Lyellii (Hepatica), y supone que producirdn separadamente tallos masculinos y femeninos, pero tampoco le ha sido posible obser- var su germinacion, y es, por lo tanto, preciso aguardar 4 nuevas investigaciones an- tes de aceptar la het -rosporea,lo mismo en las Sphaguacee que en las Hepaticas. (Véase Hedwigia, xxv (1886), pag. 89.) fs 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) llan las oésferas. La fecundacidn tiene lugar como en los He- lechos, y del huevo nace el esporégono, que representa por si solo toda la parte vegetativa de la planta. El caracter esencial de la generacién en este periodo puede reasumirse en estas palabras: diferenciacién de los esporos, dioecia y atrofia suce- siva de los tallos sexuados. Tomando como ejemplo una especie de Jsoetes el ciclo bio- l6gico, se puede escribir asi: {Macrosporangio | (Microsporangio) | Macrosporo | Is@res — ea (Esporogono) l Microsporo ps | “ ( Odgono a : > Pats poe °| _, \(Arquégono) ALLO CG > os Rudimentario Anterozoido) nes Oosfera | Huevo | ee ereere ee Isq@rEs He Nate a eee (Esporogono) Viz «Si se admite que hay realmente alternacién de generacio- nes en las Criptogamas vasculares, es evidente que debemos admitirla en el Abeto y demas Coniferas, con la sola diferen- cia de que en ciertas Criptégamas vasculares, como los Hele- chos, el fendmeno es muy manifiesto, mientras que lo es poco en las Coniferas. En los Helechos, el lector conoce bien la ge- neracion asexuada: es la planta frondosa que ha visto en nues- tros montes. En el envés de sus hojas produce esporos, que c@erminando en la tierra himeda dan protallos foliaceos, verdes y de algunos milimetros de ancho. Sobre estos se desarrollan los Organos reproductores machos y hembras; la fecundacién se opera y la celdilla hembra reproduce la planta frondosa. Reducid el protallo, y llegaréis al caso de una Selaginella; re- ducidle mas atin, y estaréis en el de un Abeto; y me apresuro 4 anadir: si llevais atin mas adelante la reduccién, os encon- traréis en presencia de las Fanerédgamas>» (1). Hé aqui en pocas (1) DE LANESsan: Introduction a la Botanigue. Paris, 1885, pag. 257. (33) Gastellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 63 palabras la sintesis de esta ultima parte de mi trabajo. Creo que el lector no habra tenido que hacerse violencia alguna para admitir en las Muscineas y Cript6gamas vasculares la al- ternacién de generaciones, después de haber examinado en las Aleas las generaciones simples y los primeros ensayos de su composicién. Ahora solo nos falta dar un paso para ver si la ley es general y comprende también 4 las Fanerdgamas. Para ello, si recordamos de un modo sucinto en qué consiste esa ley, tal como se deduce de los ejemplos que hasta aqui hemos estudiado, veremos que en lo siguiente: dos fases vegetativas que alternan con otras dos reproductivas—el esporo y el huevo —de modo que el huevo al germinar da origen al tallo que produce los esporos y viceversa; y que la marcha evolutiva que se inicia al empezar las Criptogamas vasculares tiende a redu- cir el tallo sexuado, transformandolo en un aparato destinado exclusivamente 4 producir los érganos sexuales. La vida vege- tativa de la planta queda asi encomendada al espordgono. En las Fanerégamas tenemos que considerar separadamen- te las Gimnospermas de las Angiospermas, pues, sin género alguno de duda, las primeras ocupan un lugar mas inferior, y su proceso generativo,—-sobre todo en lo que se refiere a los érganos femeninos—se aproxima mas al de las Criptégamas vasculares. No puedo aqui descender a detalles técnicos y mi- nuciosos, que se encontraran en los tratados de Botanica es- pecial, y me he de limitar exclusivamente a poner de mani- fiesto las relaciones y analogias principales que demuestran el comun origen del proceso generativo en las CriptOgamas vasculares y Gimnospermas, demostrando que entre estas y aquellas no existe mas diferencia que el encontrarse en distin- to estado de evolucion. Tengamos, ante todo, presente que hemos llegado a la ge- neracién alternante heterospora. La parte vegetativa la cons- tituye exclusivamente el tallo asexuado, de modo que una Co- nifera, un Pinabete, por ejemplo, es un esporogono lo mismo que un Helecho. Algunas de sus hojas, mas 6 menos transfor- madas y reunidas en pequefios amentos, producen en su cara inferior dos sacos polinicos, que en su madurez estan llenos de celdillas disociadas, conocidas con el nombre de polen; estos sacos se abren, y entonces el polen disemina, y va 4 las flores femeninas. Estan estas igualmente formadas por amentos de 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (34) bracteas y hojas carpelares (V. Tieghem), cada una de las cuales tiene en su base dos pequenos évulos. El polen fecunda los évulos, y nace la semilla que, al germinar, reproduce la planta madre. A primera vista parece que aqui no hay alter- nacién alguna, y que el proceso generativo se reduce 4 una simple generacién sexuada; mas estudiando el fendmeno de- tenidamente, se ve todo lo contrario. En efecto: si realmente fuese una gencracidn simple, el polen representaria el cuerpo cwamico masculino, y sin transformacién de ningun género, ni desarrollo preliminar, irfa 4 unirse 4 la odsfera 6 cuerpo eamico femenino, situado dentro del évulo, pues ese es el pro- cedimiento esencial de la fecundacién, segtin hemos visto. Mas no es eso lo que sucede, y para demostrarlo, examinemos primero el grano polinico y las transformaciones que experi- menta. Las celdillas madres del polen, por dos divisiones sucesivas, producen cuatro granos polinicos, protegidos por una doble membrana, de modo que el polen completamente formado, es un lepocito: mas bien pronto su nucleo se divide en dos, y 4 su vez el protoplasma, formando dos celdillas separadas por una pared muy delgada. En esta primera etapa de su evolucién, cada grano de polen se compone, pues, de dos celdillas inclu- sas en la membrana resistente (¢ntina y exina) del grano pri- mitivo. Viene luego la diseminacidn, y el aire 6 los insectos le llevan 4 la cdmara polinica del ovulo, y alli experimenta una verdadera germinacién, alargandose en un tubo, cuya extre- midad anterior penetra en el ovulo y fecunda la odsfera; mas en ese fendmeno merece que nos fijemos con un poco de detenimiento. De las dos celdillas de que se compone el polen a su diseminacion, la mayor es la que se desarrolla en tubo polinico, disolviéndose luego la pequefia en el protoplasma general. La emisién del tubo polinico es una verdadera ger- minacién y un acto de crecimiento en el que aparecen todos los fendmenos nutritivos de una vida biosmdtica, cuando se desarrolla en sus condiciones naturales, 6 saprofitica, si se le cultiva sobre la platina del microscopio: interesante espec- taculo que pocos aficionados al microscopio habran dejado de gozar. Seguin esto, el grano de polen es una entidad con vida propia é independiente, con todos los caracteres de la com- bustién vital: absorcién de oxigeno y desprendimiento de aci- (35) Castellarnau.— PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 65 do carbénico; con poder de asimilacién, puesto que en su in- terior se forman granos amilaceos 4 expensas de las sustan- cias nutritivas que por endosmosis atraviesan sus paredes, y con predominio de sintesis organica sobre el gasto vegetativo, puesto que el tubo polinico crece. No es, pues, el grano de po- len el que va directamente a fecundar el dvulo; sera cuando mas un producto inmediato de su germinacidén, pero de ningun modo el grano mismo. Y es mas: tampoco es ninguno de los dos nucleos, que contiene antes de empezar su germinacién, el que penetra en la odsfera. Ya he dicho que el mas pequefio desaparece al poco tiempo. El mayor pasa al tubo polinico y se coloca cerca de su extremidad anterior, adonde también afluye la mayor parte del protoplasma, y al poco tiempo se di- vide en dos. Uno de ellos, elsituado mas anteriormente, junto al apice del tubo, experimenta una nueva divisiédn, de modo que en ese momento existen tres nucleos rodeados de su co- rrespondiente protoplasma, 6 sean tres gimndcitos inclusos en el tubo polinico: uno, el posterior, de formacién secunda- ria, y dos de formacidn terciaria con respecto al nucleo pri- mitivo de la celdilla mayor, de las dos en que se divide el gra- no de polen al empezar su evolucién. La nucleina de estos dos ultimos, disuelta primero en el protoplasma, y reunida después en un nuevo niicleo, es la que penetra en la odsfera y la fecunda. Segun esto, ya no es posible decir que el polen fecunda el évulo, como de la observacién grosera parecia de- ducirse, puesto que, en realidad, en la camara polinica ger- mina en un tallo tri-nucleado, que es el tubo polinico, en la extremidad del cual se desarrolla el cuerpo gamico masculi- no. Estamos, pues, en un caso analogo al de las Criptégamas vasculares heterosporeas, y muy parecido & lo que acontece con los microsporos de las Salviniaceas (1), y, por lo tanto, el grano de polen debe mirarse como homdlogo de un micros- poro. El cuerpo gamico masculino 6 androécito se nos presenta bajo una forma nueva hasta ahora; pues si bien tiene su equi- (1) En las Salvinidceas los esporos germinan en celdillas tubulares dentro mismo del esporangio, y se nutren de una sustancia jaleosa que los rodea. La extremidad de esos tubos sale al exterior (rompiendo las paredes del esporangio) y en ella se des- arrollan los anteridios. or ANALES DE HIST. NAT.—XVII. 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) valente en las Algas y en los Hongos, de intento la he de- jado para tratarla aqui. En las Muscineas y Criptégamas vas- culares, los andrécitos (anterozdidos) se desprenden por com- pleto del anteridio, y solo después de llevar una vida indepen- diente y dotada de movilidad, van 4 reunirse con la odsfera. En las Coniferas y Angiospermas, el andrécito es inmovil y sin vida independiente, pues solo se separa del tubo polinico al penetrar en la odsfera. La forma zo7da estaria demas, pues- to que el tallo sexuado se desarrolla siempre junto al dvulo, y materialmente le toca por su extremidad al fin de su germi- nacién, y, por lo tanto, no necesita andar.camino para llenar su objeto. Esta diferencia entre el andrécito de las Faneréga- mas y Criptégamas es, pues, bien secundaria, y debida solo 4 la supresién de modificaciones organicas y fases innecesarias. Ante esas consideraciones, preciso es abandonar la idea de que la fecundacién polinica es un procedimiento especial de las Fanerdgamas, pues si por mucho tiempo ha podido creerse asi, hoy dia es del todo punto insostenible. La formacién del erano de polen y su desarrollo ulterior hasta el acto de la fe- cundacién, no revelan ningwin proceso especial, sino que, todo lo contrario, nos demuestran que es solo una fase evolu- tiva del mismo empleado por las Criptégamas heterosporeas, con todas sus manifestaciones morfoldgicas esenciales. Asi, el saco polinico debe considerarse como un verdadero microspo- rangio; los granos de polen, como microsporos; el tubo poli- nico, como al tallo masculino (protallo “) producido por la germinacioén de un microsporo; la divisién nuclear, como la formacion del anteridio, y, finalmente, las ultimas modifica- ciones del segundo nucleo, producen el andrécito, que como acabamos de ver es el homdlogo del anterozdido. Examinemos ahora el aparato femenino y su proceso evo- lutivo hasta la fecundacion de la odsfera, 6 sea hasta la for- macidn del huevo; y para ello prescindamos de si cada amen- to 6 grupo florifero es una sola flor 6 una inflorescencia, y de si los é6vulos son realmente desnudos (V. Tieghem) 6 estan encerrados dentro de un ovario (Baillon) como las Angiosper- mas, pues aunque cuestiones de alto interés morfolégico no le tienen en el caso que al presente nos ocupa, puesto que nuestra atencidén ha de fijarse Unicamente en el dvulo, y para todas las consideraciones ulteriores lo mismo nos da que la 437) Castellarnau.— PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 67 cubierta ovular sea de naturaleza carpelar 6 tezumentaria. El évulo, en las Coniferas, esta situado en el fondo de un saco abierto, de significacién morfolégica discutible, seguin acabo de indicar. Al principio se compone de tejido celular uniforme; mas bien pronto una celdilla central se diferencia por su mayor tamafio—igual sucede en las Angiospermas — que recibe el nombre de saco embrionario. Cuando los fendme- nos reproductivos no eran alin bien conocidos, se consideraba esa celdilla como el elemento esencialmente femenino que recibia la accién del polen fecundante; mas, lejos de ser asi, sufre una completa evolucién antes de producir la celdilla femenina u odsfera, al igual de lo que hemos visto acontece con el polen. Por divisiones multiples y sucesivas de su nu- cleo y protoplasma se rellena de un tejido celuloso llamado endospermo, de modo que el saco embrionario queda transfor- mado en una masa de tejido uniforme, excepto en su apice en donde se ven algunas celdillas mucho mayores y alarga- das que se conocen con el nombre de corpisculos (1), y que no son otra cosa que las celdillas madres de las odsferas, segtin vamos 4 ver: Los corpuisculos—por el proceso ordinario de la citodieresis—se dividen en dos partes: una muy pequefia en la extremidad mas proxima al vértice del dvulo—que por di- visiones sucesivas forma la voseta 6 cuello del corpusculo,—y otra mayor, de casi todo el tamanio de la célula primitiva, que después de dar origen 4 la celdilla del canal es la que recibe la accion fecundante del andrdcito, y se convierte en huevo. Esta ultima es, pues, una dosfera; y seguin las leyes evoluti- vas que quedan expuestas, el corptsculo ha de ser el odg°0no 6 arquégono que la engendra; y como los odgonos nacen por la diferenciacién de una celdilla del tallo sexuado, en el en- dospermo hemos de ver forzosamente al tallo femenino, y en el saco embrionario al macrosporo que al germinar le da origen. De cuanto llevamos expuesto se deduce, pues, que el siste- ma vegetativo de las Gimnospermas es un esporédgono, que produce macrosporangios (= dvudos) y microsporangios (= an- teras, sacos polinicos). Cada macrosporangio da lugar 4 un (1) El nimero de cojpisculos que se desarrollan en cada 6vulo es diferente: de 3 4 5 en las Abietineas; de 548 en los Taxus, y hasta 15 en las Cupresineas. 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) macrosporo (= saco embrionario) que germina en un tallo in- cluso— como en las Salvinidceas, Marsiliaceas, Selaginellas é Tsetes—que desarrolla dos oégonos 6 arquégonos (= cor- pusculos ) productores de las odsferas. Podemos, pues, escribir de un modo abreviado la generacién de las Gimnospermas de la siguiente manera: SisTEMA VEGETATIVO — Microsporangios > Macrosporangio (Esporogono) ( Sacos polinicos) (Ovulo) Microsporos Macrosporo (polen) (Saco embrionario) | v TaLLo (7 — Anteridio TarroQ — Odgono (Corpisculo) (Tubo polinico) Andrécito (Endospermo) Oodsfera Huevo eos eer ero e SISTEMA VEGETATIVO — (Esporogono) Antes de pasar mas adelante es conveniente observar las generaciones celulares sucesivas de los macrosporos y micros- poros, puesto que forman por si solas toda la fase sexuada, y poder luego compararlas con las que tienen lugar en las An- giospermas, y demostrar de esta manera su reduccién. Van Tie- ehem ha hecho ver que el évulo y el saco polinico son formacio- nes andlogas; mas nosotros dejaremos aparte las razones que a ello le han inducido, para considerar tan solo la evolucién & partir de los esporos, que es desde donde empieza la fase se- xuada. El polen queda ya sentado que es un microsporo, y vamos 4 ver cudntas divisiones sufre su nucleo hasta llegar al nticleo del andrécito. Para ello, recordando lo antes ex- puesto, podemos escribir de la siguiente manera sus diferen- tes y sucesivas formaciones hijas, derivadas unas de otras por divisidén celular: \— Celdilla pequefia Microsporo — : (Polen) > Celdilla grande — Nucleo propio del tallo ¢/ Tallo uninucleado ¢* — —1.° Nucleo (Tubo polinico) _Nucleo gimico — ear Gite —2.° Nucleo 9) Castellarnau.— PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 69 Resulta, pues, que el andrécito es un producto de division de tercer orden, 6, lo que es lo mismo, que al polen le ha sido preciso formar tres generaciones celulares para darle origen. Veamos ahora lo que pasa en el desarrollo del macrosporo, y teniendo también en cuenta lo antes expuesto, podemos escri- bir, como en el caso anterior: —Tallo Q Macrosporo — —Celdilla originaria a . —Odgono — de la roseta —Celdilla del (Saco embrionario) Cuda ecnieale = nelle Arquégono ) — Odéosfera Corpusculo La odsfera es también un producto de tercer orden A partir del macrosporo; y podemos por lo tanto decir que la fase se- xuada en las Gimnospermas comprende tres generaciones celulares—lo mismo la masculina que la femenina,—hasta la produccién de los cuerpos gamicos (1). Luego sacaremos par- tido de estas conclusiones, para evidenciar la reduccion de la fase sexuada de las Angiospermas con respecto 4 las Gimnos- permas. Y llegados ya deste punto solo nos falta examinar el proce- so generativo de las Monocotiledéneas y Dicotiledéneas, para ver si en ellas se verifican también las leyes generales antes anunciadas; mas como no presentan diferencia alguna nota- ble, nos bastara considerar la generacién tipica de las An- giospermas, y en obsequio 4 la brevedad podemos prescindir de todo el proceso anterior 4 la formacién del polen y saco embrionario, por ser igual al de las Gimnospermas. Como en ellas, todo el sistema vegetativo esta representado por el es- pordgono 6 tallo asexuado (2), que sobre sus hojas modifica- das produce los sacos polinicos ; y los évulos, recubiertos por dos tegumentos, estan contenidos en un ovario formado por hojas carpelares. El polen, depositado sobre el estigma— que (1) En las especies del género Welwitschia (Fam. Gnetaceas) el corptiisculo no su- fre division alguna, y esta, po- lo tanto, desprovisto de czello 6 roseta. El corpusculo se transforma directamente en odsfera, marcando asi elt dnsito entre las Angiosper- mas 6 Gimnospermas. : (2) Notese que, segtin antes he dicho, entiendo por tallo la abstraccion del siste- ma vegetativo. 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (40) esta humedecido por un liquido nutritivo acido (1)—germina, y alimentandose de un modo parasito, desarrolla el tubo po- linico , que se abre paso por entre el ¢ejzdo conductor, llega al ovario, y continuando su crecimiento se introduce por el mi- crdpilo y aleanza el vértice del édvulo. Una vez alli no se de- tiene, sino que penetrando por entre las celdillas del tejido ovular, que estan dispuestas 4 recibirle, llega con su extremi- dad 4 la odsfera y la fecunda. Los fendmenos intracelulares que el grano de polen experimenta durante su germinacién y desarrollo, son los siguientes: como en las Gimnospermas, en seguida de formado sufre una primera divisién en dos celdillas desiguales , que contintian inclusas en las membra- nas resistentes del grano madre, y cuyo tabique de separa- cién apenas se forma, de modo que las dos celdillas hijas quedan en estado de gimndcitos. La segunda fase de su des- arrollo empieza sobre el estigma, cuando se alarga su tubo polinico (— tallo ,v). A él pasan los dos nticleos; pero el de la celdilla mas pequefia desaparece al poco tiempo, quedando como nucleo exclusivo el de la mayor, que se coloca en la extremidad del tubo polinico, y cuando esta ya muy préximo 4 la odsfera se disuelve en el protoplasma que ha de penetrar en ella para fecundarla. Aqui vemos que el andrécito (== ex- tremidad del tubo polinico = tallo o’) es producto de la pri- mera divisién del nucleo del microsporo (=-grano de polen) asi como lo era de la tercera en las Gimnospermas; de modo que el tallo masculino ha experimentado una considerable reduccién. Su desarrollo puede expresarse de esta manera: — Celdilla pequefa Microsporo — (Polen) — Celdilla grande Tallo uninucleado ~ = Andrécito (Tubo polinico) (Nicleo del tallo ¥) Prescindiendo de la morfogenia del dvulo, puesto que nada tiene que ver con nuestro objeto, una vez desarrollado con su saco embrionario en el centro, le podemos igualar al de las Gimnospermas, considerandole como un macrosporangio, y (1) La acidez del liquido estigmatico tiene gran importancia, puesto que impide e] desarrollo de las bacterias cuyos @érmenes se encuentran en el aire. (41) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. 771 ver las diferencias que a partir de este momento entre los dos existen. Lo mismo que en la fase masculina, encontraremos que la germinacién del macrosporo es mas abreviada que en las Gimnospermas. El saco embrionario (= macrosporo) es una gran celdilla alargada, que ocupa una posicién axil y proéxima al vértice del évulo. En las Gimnospermas hemos visto que, por divisio- nes repetidas de su nticleo y protoplasma, se rellenaba de un tejido celuloso en el que tomaban origen los corpusculos: te- jido llamado endospermo y equivalente al tallo femenino; y corpusculos que representan los odgonos. En las Angiosper- mas el proceso es diferente: el nucleo del saco sufre una pri- mera divisién en-dos nucleos que se separan en seguida, y caminando en direccién contraria van a colocarse en sus dos extremidades. Estos dos nucleos 4 su vez, por medio de dos divisiones consecutivas, forman en cada una de las extremi- dades del macrosporo dos grupos de cuatro nucleos cada uno. Un nucleo de cada grupo se dirige luego hacia el centro del saco y puestos en contacto los dos se reunen en uno solo, de modo que al llegar a ese periodo el macrosporo se compone de una vesicula alargada (= saco embrionario primitivo) con un nucleo central, y dos grupos de tres nuicleos en cada una de sus extremidades: total, siete nucleos dentro del macros- poro.—Hsa etapa evolutiva equivale al desarrollo del tallo fe- menino, 6 sea al endospermo de las Gimnospermas.—Los nu- cleos atraen alrededor de si una capa de protoplasma, y uno de los situados en la extremidad del macrosporo, prdxima al vértice del édvulo, se convierte en odsfera; los otros dos cons- tituyen las sinérgidas , y toman el nombre de ce/dillas antipo- das las tres del grupo situado en el extremo opuesto. Para la mas facil comprensién de estas divisiones nucleares sucesivas las represento esquematicamente de esta manera: hee~|2 Sinérgidas AS =| : . D= Oosfera G -| D : T — Niicleo secundario | r ' c-[5- hae B-| D ( Antipodas c-[p Nucleo primitivo del macrosporo. 72 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) La germinacién del macrosporo (= fase sexuada Q) da pues siete gimnécitos, que se diferencian en una odsfera, dos si- nérgidas, tres antipodas y un nucleo secundario, del que provendra mas tarde el albumen de la semilla. Las antipodas se reabsorben al poco tiempo, y las sinérgidas, después de ser conductoras del andrdécito, desaparecen también, ejer- ciendo unas y otras un papel muy secundario (?), por lo me- nos seguin el conocimiento que de ellas hoy dia tenemos. En las Gimnospermas hemos visto que una celdilla del en- dospermo (= tallo 2) se diferenciaba en odgono, y que solo después de dos divisiones sucesivas daba origen 4 la odsfera. En las Angiospermas observamos la misma reduccidn en esta fase sexuada, que en la masculina; una. celdilla del tallo femenino se transforma directamente en odsfera, al igual de lo que sucede con aquellas especies de Algas que han queda- do como representantes de los primeros pasos evolutivos de la generacién sexuada; y aqui vemos que un mismo estado morfol6gico puede tener dos representaciones morfogénicas distintas: en las Alg'as la formacién de la odsfera por la dife- ' renciacién directa de una celdilla del tallo indica el principio de una evolucién, y en las Angiospermas representa el fin de una retrogradacién. La odsfera ha sido sucesivamente oégono y celdilla del tallo, y por lo tanto es una generacién celular de primer orden con respecto al macrosporo, al tue de las sinérgidas, antipodas y nucleos secundarios. Taito QO —— (Endospermo) Macrosporo = Odstera (Saco embrionario) = — Una celdilla itd endospermo No hay pues mas diferencia entre las Gimnospermas y An- giospermas, que en estas la fase sexuada se presenta en un estado de mayor reduccién; y, por lo tanto, si admitimos en unas la generacién alternante, preciso nos es admitirla tam- bién en las otras. El polen no es en manera alguna la celdilla masculina, ni el saco embrionario la femenina. El polen ne- cesita germinar y crecer, nutriéndose parasitamente en el li- quido estigmatico—de la misma manera que el esporo de un Penicillium en el liguido de Raulin—y solo después de haberse (43) Castellarnau.—PLAN GENERATIVO DEL REINO VEGETAL. desarrollado en un tallo tubiforme puede en su extremidad acumular los materiales protoplasmicos que constituyen el an- drécito. De igual modo, el saco embrionario no se transforma en elemento femenino sino después de haber vegetado, es decir, después de haber producido un tejido celular (1) homé- logo al tallo femenino de las Criptégamas vasculares. Que la atrofia sucesiva ha reducido los dos tallos sexuados 4 su mini- mo estado, es evidente; pero mientras queden vestigios de ellos su significacién morfoldgica sera de tallos, por mas que hayan perdido por completo sus funciones de nutricién y solo sirvan de productores 4 los cuerpos gamicos. La alternacién de generaciones en las Angiospermas se puede escribir de.la siguiente manera, que difiere solo de la expuesta para las Gimnospermas en que algunas fases estan mas reducidas: SISTEMA VEGETATIVO — Microsporangio — Macrosporangio (Espordgono) _ (Saco polinico) (Ovulo) | Microsporos Macrosporo (Polen) (Saco embrionario) Talo CG -~—> Andrécito Tatto Q — Odsfera (Tubo polinico) (Rudimentario) Huevo SISTEMA VEGETATIVO (Esporogono) Se deduce de cuanto acabo de exponer, que las Criptogamas y Fanerégamas no tienen un modo de reproduccién peculiar y diferente, sino que, por el contrario, las leyes generativas son las mismas en todo el reino vegetal, notandose su evolu- cidn de un modo bien manifiesto. Al principio, y en las pri- meras Protofitas, aparece el germen asexuado por diferencia- cidén de una celdilla del tallo; y luego el sexuado (huevo), debido a la fusién de dos elementos protoplasmicos, homdlo- gos de los esporos. Esporos y huevos al germinar producen (1) Reducido en las Angiospermas 4 los ocho nticleos inclusos en el saco embrio- nario. 74 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) un tallo que resume en si las condiciones vegetativas, origi- nando los gérmenes por un exceso de nutricién. Estos dos modos de generacién simple, en un periodo mas avanzado se reunen, dando lugar 4 las generaciones alternantes que un estudio detenido nos revela en las Criptégamas vasculares, Gimnospermas y Angiospermas. CONTRIBUCION A LA BAUNA WALACOLOGICA DE LOS PIRINEOS CATALANES, 60 SEA DESCRIPCION DE LA COMARCA DE OLOT EN RELAGION CON LA FAUNULA MALACOLOGICA LOCAL y MONOGRAF{A DE LOS MOLUSCO$ TERRESTRES Y FLUVIATILES DE AQUEL TERRITORIO, POR DON JOAQUIN MARIANO SALVANA. Seccién de Barcelona.—(Sesi6n del 20 de Mayo de 1887.) INTRODUCCION. ' El modesto titulo que hemos elegido para nuestro nuevo trabajo nos dispensa de mayores explicaciones acerca de su alcance y su fin, por lo que nos contentamos con pedir indul- gencia si se notare alguna falta i omisién involuntaria, ya por ser el primero que se escribe acerca de la comarca de Olot, ya por haberlo preparado en malas condiciones de salud. Los materiales que nos han servido para redactarlo, 6 los adquirimos personalmente sobre el terreno, 6 los debemos a nuestro particular amigo el estudioso farmacéutico de dicha villa D. Ramén Bolds, quien ha puesto 4 disposicién nuestra sus colecciones de moluscos del pais y sus interesantes apun- tes concernientes 4 diversos asuntos. De manera que, si logra- mos prestar algun servicio, al Sr. Bolds le toca parte nada es- casa de gloria. También toca 4 otras personas, sin el concurso de cuya ac- tividad, 6 sin el favor de cuyos consejos de ciencia, nos fuera 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) imposible haberlo llevado adelante. A este numero pertenecen los Sres. D. Manuel de Chia, D. Miguel Cunt y el Dr. D. Fruc- tuoso Plans; el Sr. Carolo Pollonera, del Real Museo Zoolégico de Turin; MM. O. Debeaux, H. Droiiet, G. Roiiast y J. René . Bourguignat, y por tiltimo, M. Paul Fagot, cuyas atenciones para con nosotros nunca encomiaremos de sobra. Al consignarlo asi Henamos el deber de enviar 4 todos y A cada uno expresivas gracias, y asegurarles la consideracién mas distinguida. PRIMERA PARTE. Descripcién de la comarca de Olot en relacién con la faunula malacoldgica local. Describir 4 grandes rasgos un pais cuando de él nose tienen ideas precisas al objeto de apreciar las causas que influyen en la riqueza y manera de ser de sus producciones naturales, es preparar con tiempo el camino para conseguir ventajas prac- ticas del estudio y conocimiento de ellas. Partiendo de tal supuesto, y ante la necesidad de que pro- cedamos con método, entraremos en materia dando idea su- cinta de la Villa y valle de Olot. La villa de Olot ha dado su nombre al valle en que radica y ala regién que ha de ocuparnos. Sabese que es de fundacién antigua, pero se ignora en qué fecha y por quién fué fundada. Su pasado tiene ademas de otros tristes recuerdos, el de haber sido destruida por terri- bles terremotos que se sintieron en la mayor parte de Cata- luna y otros puntos de Espana. Descansa sobre terrenos con sefales evidentes de haber su- frido graves cataclismos igneos poco comunes en nuestro pais. En todas direcciones, y hasta mas 6 menos distancia, esta rodeada de volcanes extinguidos, basaltos, lavas, esco- (3) Salvafia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLGGICA. 1] rias, puzolanas y otros productos piroideos; acerca de cuya existencia y origen el sabio farmacéutico de dicha villa é indi- viduo de nuestra Real Academia de Ciencias Naturales y Artes, Dr. D. Francisco Bolés, publicé un interesante libro, ya raro, con el titulo de Noticia de los extinguidos volcanes de la villa de Olot y sus inmediaciones, impreso por segunda vez en 1827. Destruida por efecto de los terremotos, conforme hemos enunciado, en el siglo xv, se reedificd en el mismo sitio que antes ocupaba; y en la actualidad es una hermosa poblacién industrial y agricola, al NO. de la provincia de Gerona, en Catalufia. Se encuentra 4 los 19° longitud, y en los 49° latitud del Meridiano, y dista aproximadamente: de la capital del Prin- cipado, 100 kildmetros; de su capital de provincia, 60; de la costa del Mediterraneo, 73, y de la frontera francesa, cruzan- do los Pirineos, via recta, 40. Como cabeza de partido judicial, por su posiciédn topografica, clima, abundancia de sabrosas aguas, vegetacioén lozana, excelencia de los alimentos, como- didades que ofrece para la vida y buen trato de los habitan- tes, reune grandes atractivos para pasar la estacién veranie- ga. Ademas, puede comunicarse con el resto de Espafia y con fuera de ella, por dos buenas carreteras que terminan en Ge- rona y en San Juan de las Abadesas, y enlazan con las vias férreas. | La villa de Olot esta emplazada sobre la falda de un monte- cito aislado de 100 metros de altitud. Este pequefio monte, llamado San Francesch, por una ermita consagrada 4 San Francisco, es cultivado en su mayor parte; tiene la figura de un cono truncado y abierto; es de formacién volcanica, y en la cumbre conserva el antiguo crater, cuyo fondo es compa- rable al de una gran copa. De aqui que también se le deno- mine Montsacopa, esto es, Monte 6 montata & modo de copa (1). Hacia el N., y a corta distancia de la poblacién, existe Za Garrinada, 6 sea otro montecillo de 80 metros, reducido a cul- tivo, con tres crateres pequenios y desiguales, y un soplador (bufador, como lo llaman); es decir, una grieta natural por (1) En torno, y en el fondo del crater, pueden recogerse bonitos ejemplares de la- vas de distintos colores, algunas muy ligeras, y hermosos cristales de olivino. Se han hecho varios cortes verticales /grederas en el pais) para explotar las puzolanas (gvedas) como materiales de construccién, y en ellossonde ver capas de distinto grosor, que acreditan periodos de actividad del crater. 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) donde en ciertas épocas salen impetuosas corrientes de vien- tos subterraneos. . Al SO. se levanta un tercer volcan de cerca de 100 metros, que se prolonga mas alla en una sierrecita de formacién ter- ciaria, conocido por Montolivet. Parte se beneficia para siembra de granos y parte para arbolado; y su crater, que esta abierto en herradura hacia el lado de la ribera de Ridaura, presenta un declive con la falda apenas mas elevada que el del llano. Por ultimo, 41,50 kildmetros al S. de Olot, y separado por el Fluvia, existe el Marboleny, 6 Bosch de tosca, extensidn de territorio en declive de unos 5 kilometros de largo y 3 de an- cho, constituida por erupciones basalticas, que se extiende por el valle de Sacot hasta cerca del extinguido volcan de Santa Margarita (1). Antiguamente era un vasto pedregal; pero en el‘dia es muy fructifero, y en algunos puntos esta convertido en bosques de hayas 6 de castanos. El valle de Olot es casi todo de origen volcanico; su lon- gitud es de 5 kildmetros; su anchura de una mitad, y su for- ma irregular. Lo fecundizan el Fluvia y su pequeno afiuente, llamado (eZ Rivell); y lo rodean, 4 modo de anfiteatro, las al- turas siguientes: al S., la pendiente de Batet, que esta unida 4 la villa de Olot, mediante un puente sobre el Fluvia; al O., el Malatosquer y la sierrecita de Montolivet; al N., el Montsa- copa y La Garrinada, y al E., la sierra de Aigua-negre. De lo dicho acerca de la villa y el valle de Olot, puede infe- rirse, con fundamento, que la faunula malacologica compren- de un ntimero bastante reducido de especies. Sin embargo, la influencia natural de los terrenos volcanicos sobre los molus- cos, se halla alli notoriamente modificada por la industria y el trabajo humanos; la abundancia de materias carbonosas, procedentes de los muchos detritus vegetales, los restos de calizas que acompanan 4 las tefrinas 6 proceden de los abo- nos y del arrastramiento por las lluvias y corrientes, resul- tando de ese conjunto de causas modificadoras regular des- arrollo en la vida especifica, y una actividad casi increible en la numérica, sobre todo de ciertos tipos. (1) El yoledn de Santa Margarita esta formado por numerosas capas de puzolanas rojas, negras 6 grises, y bastante poblado de Arboles. Su base mide 436 metros; la cir- cunferencia de su crater 153, y su fondo 185, con una inclinacién de 120°. 6) Salvaiia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 79 Cemarca de Olot. Esta comarca, que por sus linderos con la de Vich confina con la provincia de Barcelona, esta situada 4 una altitud su- perior 4 la regién de la vid y del olivo. Tiene forma irregular, su extensidn superficial es de 150 a 160 kilémetros, y esta enclavada entre las estribaciones de los Pirineos de Catalufia. Sus limites y mojones consisten en una linea corrida de sierras y montafias, algunas de considerable altitud, excepto un punto, donde parece haber recibido una estrecha truncadura. Esta cordillera arranca al NO., va por Costabona, Cambrils, Collfret, Santa Magdalena (Puigsacau), Plataver y Tarafa, donde tuerce en angulo obtuso muy abierto hacia el E. pasando por el Morboleny y el Murria; luego se inclina al S. por los desfiladeros de Sacot, Finestres, Fontpobre y Sallent, cruza hasta Murria y va hasta Monras, compren- diendo parte de las antiguas Emprius de Castellfollit donde lo interrumpe el Fluvia, prolongandose al otro lado con las ° sierras desprendidas del Capsacosta, San Pons, Vall del Bach, Capsech y Vivés. TOPOGRAFIA. Es casi ocioso decir que estamos tratando de una region montafiosa, accidentada y llena de asperezas con elevadas cumbres y profundas sinuosidades. El terreno con efecto esta cuajado de eminencias de altitud variable y de depresiones notables debidas 4 las varias épocas de su formacién; pero ademas ofrece muchas desigualdades producidas por fendme- nos eruptivos las cuales no describimos por parecernos inne- cesario. Sin embargo, mencionamos estas formaciones de fe- cha relativamente reciente, porque con las mas antiguas han » dado origen 4 varios valles. Sus nombres y posicién respectiva ademas del de Olot que ocupa la parte central, son: el valle de Biafia, colindante con los del Ter, 6 sea con las comarcas de San Juan de las Abade- sas y de Camprodon por las cordilleras del Capsacosta, Giro- na y Vall del Bach; el valle 6 llano de Ridaura; los de San Privat, La Pifia y de Ambas, limitados al SO. por la cordillera de Plataver, Santa Magdalena y del Grau que los separa de la 80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) comarca de Vich; los valles de Sacot y Santa Pau que quedan entre las Ilamadas sierra del Corp, Fontpobre y Batet, y los pequenios valles de Beguda y San Juan las Fonts el ultimo de los cuales junto a la‘afluencia del Fluvia camina hacia Cas- tellfollit, término natural de la comarca de Olot por la dife- rencia de altitud, terreno, vegetacion y clima. HIPSOMETRIA. A contar con antecedentes bastantes, en este lugar daria- mos la tabla de altitudes de los valles, montanas y picos mas importantes. Los datos hipsométricos tienen gran interés cuando se trata de la historia natural malacologica, de una region cualquiera, y en el caso presente permitirian calcular a priovi la proporcidn probable de moluscos en la comarca de Olot, excluyendo desde luego multitud de especies. Sin embargo, nada hemos averiguado acerca del particular ni nos consta por las estadisticas, por lo cual utilizando unas notas facilitadas por D. R. Bolds y otras que se encuentran esparcidas en varias obras supliremos parte de la falta con los siguientes Apuntes sobre altitudes de la comarca de Olot y puntos inmediatos: Metros Metros WGOstabonan. ts ctaris\sisice e's 2.464 -| Santa Margaritas. os. c< 0c. ve 620 Collada de Tossas......... 1.640 | Idem (fondo del crater)...... 575 PU SACHU oye rele etehelerai-l =f ASOD FS MOMtOl Vet ts td\y teeta a orate sores 540 Santa Magdalena.......... 15 OOM | Montsacopand. stents wie iclave ctelete 520 PLA LAV CLeertarsreveror telele aistteres 1300S) A hak Garminadactssics levels even ete 510 San Aatoerne Oaeiarodea). 1.100 RaEnt itis eaeibietete stole; a vides a. an VA 200i Ridaunite oy amet rectas cow sane 500 Colldecamasiiewr. rtette tle 922 | Manso Roura (camino de San- CAMprogOns.t.- cmias arolateele 920 te DIP ORTIEA), ... na as iapmiate ae 500 Mont Oroseat\< ssi a’ neaaee 800 | San Cosme...... Sa 490 San Juan de lags Abadesas.. 750 | Plana den Casellas......... 480 Hontpebuests <1 sieh stem ee ake TAOS ly HUSAIN... |. 10's) ce etehetoioletanets 450 Salt del Sallent.: ...%\6ctsters y10) | Wapsechs. 2.0% oareteretene cok se M200 Serra del Corp. .5...255, eR Hh NOLO a s0:5 5 a0 26 Satie “GRADE 445 Wall Gel HCI sii. 4,0 ean mre Bn) Oastellfollitirs + «weve ct sin, aD 7) Salvafia.—conTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 8] HIDROGRAFIA. En la comarca de Olot se forman dos pequenios rios. Ambos son de estrecho cauce, traen poco caudal de agua en tiempo normal, son de curso nada impetuoso y reciben varios afluen- tes. Uno de ellos es el Ridaura, que pierde su nombre antes de llegar 4 Castellfollit: el otro, es el Fluvia en el que des- agua el Ridaura, y que después de Castellfollit discurre por el canal de Besaltii, atraviesa parte del Ampurdan y desemboca en el mar. De modo que la cuenca hidrografica del Ridaura es una subcuenca del Fluvia, y la comarca de Olot esta situa- da en la region mas elevada de la cuenca de este rio. Sus fuentes permanentes son los manantiales que en nu- merosos sitios brotan de entre las quiebras de las rocas y van juntandose para formar vistosas cascadas en algunos puntos como el llamado «Salt del Sallent»; y los que salen a flor de tierra favorecidos por las condiciones del suelo y del subsuelo. Estos, 4 veces juntan entre si sus corrientes y cons- tituyen abundantes arroyos como por ejemplo el del Rivell cerca de Olot, y los de Biafia y San Privat en los valles de es- tos nombres (1). Abundan en consecuencia los parajes frescos, htimedos y de mucha vegetacién acuatica y de ribera, los prados, los céspedes y los musgos, Cuyas circunstancias junto con otras son muy favorables & la vida de ciertos moluscos; y todo ello nos hace suponer con fundamento que ademas de los malaco- zoos que citamos en lugar oportuno, deben existir muchos (1) Pasan de cincuenta las fuentes y manantiales entre Olot y sus alrededores, todos de aguas potables, algunos de ellos destinados al abasto de la villa. Nuestro amigo el Dr. D. Benito Tora, Catedratico de la Facultad de Farmacia de Granada, nos habia facilitado varias noticias sobre composicion mineralogica de las aguas que se hallan en este caso, pero hemos tenido la desgracia de que se nos extraviaran. Seguin hemos podido observar el pasado verano, la causa de que falten moluscos testaceos en los sitios mas préximos 4 diferentes manantiales, como el llamado «Noch den Cols» y otros; solo puede atribuirse 4 la gran cantidad de liquido que alli brota y luego discurre con impetnosidad. No obstante, al llegar 4 cierta distancia, donde su curso es mis lento y coge mayor extensién superficial, hemos recogido la Bythinella brevis en regular abundancia, y otra especie que no conocemos, principalmente en el paraje conocido por «Las Molleras» y cerca de la «Ribera de Esperanza». ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 6 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) otros que atin no hemos visto. Sin embargo, las especies de estacién palustre no pueden ser muy numerosas, pues apenas se encuentran en el pais aguas constantemente detenidas 6 encharcadas de alguna profundidad, y de fondo y vegetacion apropiados. GEOLOGIA. Sin descender 4 grandes detalles de ciencia sobre el parti- cular, pues no nos interesan ni estamos preparados al efec- to; podemos decir que donde quiera que hayamos llevado nuestras investigaciones predominan tres clases de terrenos. Los supracretaceos del periodo nummulitico, los volcanicos que son evidentemente de formacién posterior, y los de aluvién resultantes de la disgregaciOn y arrastre por el agua de de- tritus de los anteriores. En los primeros, prevalecen las rocas calizas y los conglomerados, de igual naturaleza quimica: en los segundos, los productos basalticos y las tefrinas acompa- hadas de restos de calizas: en los terceros, las margas calca- reas 6 las arcillas poco 6 nada plasticas con dxidos de hierro y manganeso, limonita y cal carbonatada, sulfatada 6 sili- catada. La cordillera de Plataver 4 Santa Magdalena que es de la época eocena, presenta multitud de fdsiles; y esta circuns- tancia, su altitud, su posicién y sus accidentes caracterizan singularmente la comarca en cuestidn bajo el concepto ma- lacologico, asi por el numero de formas observadas como por pertenecer algunas a la fauna pirendica propiamente dicha, y por el descubrimiento de tres formas nuevas, una de estas inédita y que vive también en el Monserrat. El «Salt del Sallent» tiene la misma antigiiedad de origen,. y asi por hallarse en la falda de Santa Magdalena como por las especies terrestres recogidas y por su magnifica cascada, presumimos alimenta curiosos moluscos acuaticos. Nos expre- samos asi, por no haberlos buscado en aquellos sitios. El «Salt del Sallent» pertenece al distrito de San Privat. Este valle y el de Biaha, se cree que en otro tiempo formaron un gran lago, y existen algunos datos que hacen probable la tradicién. De todos modos la naturaleza del terreno es tam- bién calcdrea; pero ademas, 4 poca profundidad del sub- (9) Salvaiia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLCGICA. 83 suelo, y aun a flor de tierra, Se encuentran grandes depo- sitos de turba 4 través de los cuales se abren paso las aguas subterraneas, causa de los arroyos y corrientes antes mencio- nados. Los alrededores de Olot no volcanicos, también son nummu- liticos. Si el aspecto del terreno no indicase naturaleza dife- rente, las acusarian las diferencias de la faunula malacologica que, a pocos metros de distancia adquiere ya distinta faz. Asi puede notarse en la llamada «font de la Salud», en la «costa de Pujou», en la regién calcarea del Montolivet y en Castellfollit, sitios donde hay seguridad de encontrar formas muy variadas de testaceos. Mas podriamos afadir, pero lo dicho es suficiente atendido nuestro objeto, si bien haremos notar que conside- radas en conjunto las condiciones geolégicas de la comarca de Olot, son favorables a la vida de muchas especies. CLIMATOLOGIA. Dice el Dr. D. Francisco Bolés en la Noticia de los extingui- dos volcanes de la villa de Olot y sus inmediaciones: «El clima de la villa de Olot es bastante templado, atendida la elevacién & que esta situada, y su proximidad 4 los Pirineos. En el ri- gor del invierno, su temperatura esta desde 0° hasta 4° sobre él en el termémetro de Reaumur; en algunos dias mas frios baja hasta 2° bajo cero y alguna vez en aquellos inviernos general y extraordinariamente frios, ha bajado su tempera- tura hasta 6°. En el rigor del verano esta desde 22° 4 25° sobre cero, pero solamente desde las once de la manana hasta las cuatro de la tarde, pues 4 esta hora empieza 4 bajar, y 4 las diez de la noche regularmente esta sobre 16° 6 17°; y a las cuatro de la mafiana suele hallarse sobre 14°. He visto en al- gunos anos generalmente muy calurosos, entonces elevarse su temperatura hasta 27°, pero solamente también desde las once de la mafiana hasta las cuatro de la tarde.» El parrafo transcrito no llena, segun se ve, las condiciones para conocer bien la climatologia de la comarca de Olot ni siquiera la de la villa de igual nombre, dato que se relaciona intimamente con la Historia natural malacoldgica de la re- gidn que nos ocupa; y ante la imposibilidad de ofrecer un 84 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) cuadro completo de afecciones meteorologicas durante un trienio 6 cuadrienio, extractaremos los apuntes que nos ha facilitado D. Ramon Bolds, nieto del sabio Dr. D. Francisco, debidos 4 su inteligente actividad y perseverancia: Temperaturas maxima y minima en grados Réaumur y obser-~ vaciones atmosféricas de la villa de Olot durante los meses y anos que se expresan. TERMOMETRO. Ano. Mes. I ee aa, Mies VIENTOS. OBSERVACIONES. Maximo} Minimo. 1881|Julio...] 23,9 |17 N.; NO. Lluvias frecuentes. Agosto..| 23,9 [15 N.; NE.; NO. Sbrer...) 20 i12 Octubre.} 14,9 | 6 : Nbre...] 12 1 Dbre... 8 4 bajo 0 N. 1882|Enero.. 8 4 id. N, Febrero.} 10 0 =ENO, Marzo..} 16 3) Abril... 20 5 E.; SE. Mayo...} 22 7 S.; SE. Junio...] 22 7 E.; SE. Julio... 7° 25 {10 S.; 0.; SO. Agosto..}] 28 /|13 S.; O.; SO. Sbre....] 23 7 S:JOZENO} Octubre.} 18 5 Nbre...] 15 2 Dbre...J 10 | 1 bajo 0 NO. 6 dias seguidos bajo 0. 1883|Enero..} 10 le aavele N.; NO. 8 idem id. id. Febrero.{ 10 ienice N.; NO. 6 idem de neyadas. Marzo..| 15 |1 id. N; NO. Abril... |) 17 2 Mayo...] 21 5 Junio...] 25 9 N. JULIO +. FF 23s 2 110 N.; NNO. Agosto..{ 25 13 Sbre....J 23 110;5 N.; NE. Octubre.} 15 4 N.; NE. Nbre...] 14 2 N.; NO. Dbre...4. 11 2 bajo 0 N.; NO. Sereno 21 dias seguidos. (1) Salvafia.—conTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 85 TERMOMETRO. 4) Ano. Mes. aplomapear tts oa VIENTOS. OBSERVACIONES. Maximo} Minimo. 1884|Enero..} 12 2,5 bajo0 N.; NO. Febrero.| 14 0 N.; NO. Marzo..{ 16 7 N.; NO. Abril...} 24 8 E.; NE. Mayo...] 26 {14 S.; SE. Junio.. 30 «(14 E.; SO. Julio...J 32 /14 S. Agosto..} 32 {16 S.; SE. Sbre....] 26 /14 S.; SE. Octubre.}] 22 3 SeseNe Lluyias frecuentes. Nibre =f) 1 3 bajo 0 N. Nevadas repetidas. Dbre...} 12 Side NO. Idem. 1885|Enero..] 10 Siete N.; NO. | Muchos dias bajo 0. Febrero.}| 16 4 Marzo..} 19 5 Abril...] 18 6 Mayo...] 26 5 NINO? Junio...j/ 31 |18 8.; SO. Julio...J 32 {19 é S. Agosto..f 33 [20 Ss. Sbre....] 24 7 S.; NNO. | Frecuentes Nuvias. FAUNA GENERAL. & Apenas tiene interés bajo nuestro punto de vista particular, por lo cual podriamos prescindir de tratar de ella, y aun te- niamos pensado hacerlo asi. Pero ha llegado en Setiembre de 1886 4 nuestras manos un Catalogo de vertebrados y de in- vertebrados inédito, fechado en 1801, debido al sabio farma- céutico olotense Dr. D. Francisco X. Bolés, que nos obliga a dedicar al asunto algunas palabras. Este autégrafo, aunque incompleto y defectuoso por razén de la época en que el in- signe Bolds lo escribiera, registra un numero de especies de diferentes clases y érdenes, que se prestaria 4 entrar en im- portantes consideraciones, si no fuera que deberiamos apar- tarnos quizis demasiado de nuestra idea fundamental. De todas maneras creemos ver cierta relacién evidente entre la 86 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) abundancia de insectos carabidos y de moluscos notada por nosotros en determinados sitios, no menos que entre la pro- porcién de estos ultimos y ciertas especies ornitolégicas y erpetolégicas. FLORULA. La fidrula de Olot y su comarca ha sido objeto de algunos estudios por parte de varios fitégrafos, y sobre sus especies botanicas pueden leerse algunos datos en las obras del Ilus- trisimo Sr. D. Antonio C. Costa y de los Sres. Colmeiro, Basa- gana, Texidor, Vayreda y Willkom y Lange. No parece, con todo, que se ha publicado el catalogo general, pero sabemos que nuestro amigo D. Ramon Bolds lo Neva bastante adelan- tado, y tiene el propdsito de darlo a la imprenta. De todos modos, los datos conocidos son insuficientes para apreciar las relaciones entre la flora y la faunula malacolé- gica locales. A fin, pues, de que nuestro trabajo resulte menos incompleto, ponemos a continuacién una lista de plantas vis— tas por nosotros en flor y en fruto durante los meses de Julio, Agosto y Setiembre de 1885, en los valles de Olot, S. Juan-las- fonts, Begudé, Batet, Lacot, Ridauray S. Privat, snprimiendo los nombres de las que son objeto de cultivo para alimento del hombre y de los animales domésticos 6 para adorno. | Aparte las hortalizas que, conforme se sabe, suelen ser pasto de la voracidad de ciertos gasterdpodos, segun hemos podido observar los vegetales mas frecuentados por ellos son los Ver- bascum, Xanthium spinosum, los Fagus, Erygeron campestre, muchas carduaceas, Buxus sempervirens, los Thymus, el Arun- do donaz, multitud de leguminosas y pequenas gramineas, Ranunculus, Plantago, Rubus, Rosa, tallos y detritus de la Cas- tanea vesca, troncos 6 tallos de varios frutales, dafnaceas, etc., y no pocos musgos y licopodiaceas (1). | (1) Proximo 4 entrar en prensa este articulo hemos estado en Olot y tenido ocasion de examinar el famoso herbario del Dr. D. Francisco X. Bolos, que por largos anos guard6 archivado su heredero el Dr. D. José. En él se hallan indicadas las plantas de aquella comarca que observ6 el célebre naturalista catalan, fallecido en 1844, por medio de una senal particular, y seria cosa de poco trabajo relativamente, escribir el Catdlogo fitografico de la localidad, teniendo 4 la vista la coleccién magnifica de plantas que pertenecié al Dr. D Francisco. a3) Salvafia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 87 Lista metddica de plantas. Ranunculus aquatilis L. — acris L. — hortensis L. Ficaria ranuncoloides Mirch. Flelleborus viridis L. — fetidus \. ‘Chelidonium majus L. Synapis alba L. Brassica campestris 1. Sisymbrium officinale Scop. Nasturtium oficinale R. Br. _— sylvestre R. Br. Arabis perfoliata Lam. Alyssum maritimum L. °. Neslia paniculata L. Thlaspi bursa-pastoris L. Lepidium graminifolium L. — latifolium L. Viola odorata L. — caninal. — tricolor L. Reseda phyteuma lL. — luteolal. Silene saxifraga L. Saponaria oficinalis L. Dianthus prolifer L. — monspessulanus L. Stehelina media Will. Linum suffruticosum L. — angustifolium Hubs. Malva sylvestris L. — rotundifolia L. Althea officinalis L. Aesculus hipocastanum L. Geranium sanguineum L. — molle L. — pusillum L. Geranium robertianum L. TTypericum perforatum L. — humifusum L. — androsemum L. Acer pseudoplatanus L. — campestris L. Oxalis corniculata LL. Ruta montana Clas. Tlexz aquifolium L. Rhamnus catharticus L. — alaternus L. Spartium junceum L. rv. Sarothamnus vulgaris Wimm. Cytissus capitatus Jacq. Ononis Columne All. Medicago spinosa DC. Melilotus parviflorus Desf.. — officinalis Lam. Trifolium medium L. — pratense L. == arvense L. : — fragiferum L. — montanum L. Lotus hirsutus L. — corniculatusL. Robinia pseudo-acacia L. Psoralea bituminosa L. r. Ervum ervilia L. Onobrychis sativa Lam. Spirea ulmaria L. Potentilla tormentilla Vest. —_ reptans L. _ montana L. Fragaria vesca L. Rubus cesius L. — thyrsoideus Win. Rosa sempervirens L. 88 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Rosa canina L. — lomentosa Lam. — Poucint. Agrimonia eupatoria L. Poterium muricatum L. Alchemilla arvensis Scop. Crataegus monogyna Jacq. Tamariz gallica L. Bryonia dioica L. Sedum fabaria L. — rubens L. — album. — acrel. Sempervivum tectorum L. Umbilicus pendulinus L. Torylis nodosa Geert. Feniculum vulgare Gert. Ammi visnaga Lam. Petroselinum sativum Hofim. Apium graveolens L. Cicuta virosa L. Eryngium campestre L. Hedera heliz L. Sambucus ebulus L. — wngral. Viburnum tinus L. Galium maritimum L. — corrudefoliwm Vill. Asperula cynanchica L. Valeriana officinalis L. Centranthus ruber DC. Dipsacus sylvaticus L. Knautia arvensis Koch. Scabtosa succisa L. Lupatorium cannabinum L. Tussilago farfara L. Conyza minor. Lrigeron canadense L. Aster acris L. Bellis perennis L. Senecio vulgaris L. — Jjacobeus L. — wéecanda L., cult. — erucoides. Artemisia absinthium L. _ vulgaris L. — glutinosa Gay. — abrotanum LL. Achillea millefolium L. Pulicaria dysenterica Geert. Jasonia tuberosa DC. Cirsium crinitum Bois., var. catalaunicus. Carduus medius Gouan. Centaurea amara L. — calcitrapa.L. Carlina corymbosa L. — subacaulis DC. Lappa minor DC. Cichorium intybus L. Chondrilla juncea L. fiieracium pilosella L. Xanthium spinoswn L. Campanula rapunculoides \. rapunculus L. — persicifolia L. Calluna vulgaris Salisb. Erica scoparia L. Coris monspeliensis L. Anagallis arvensis L. Fraxinus excelsior i. Ligustrum vulgare lL. Vincetoxicum officinale Monch. Lrythrea centaurium Pers. Symphytum tuberosum L. Anchusa italica Retz. Onosma echioides L. Lithospermum officinale L. Echium vulgare L. Cynoglossum pictum L. (15) Cynoglossum officinale L. vr. Solanum nigrum L. Physalis alkekingi L. A tropa belladona L. Datura stramonium lL. Hyosciamus niger L. Nicotiana tabacum lL. Verbascum thapsus L. _ sinuatum L. — cinereum. Anarrhinum bellidifoliwm Dest Linaria supina Desf. Veronica montana L. — serpyllifolia L. Digitalis lutea L. Euphrasia officinalis L., var. Minima. Odontites viscosa Rchb. Phelypea cerulea C. A. Mey. Lavandula stechas UL. — spica LL. Mentha rotundifolia L. — sylvestris L. — aquatica l.. — sativa lL. — arvensis L. Origanum vulgare L. Thymus vulgaris L. — serpyllum L. Hyssopus officinalis L. Calamintha grandiflora Monch — officinalis Monch. Melissa officinalis L. Salvia officinalis L. — stechas L. — glutinosa lL. — pratensis L. Nepeta cataria L. — nepetella All. Lamium purpureum L. Salvaia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. a9 Betonica vulgaris L. Marrubium vulgare L. Melittis melissophyllum L. Ajuga reptans L. Verbena officinalis L. Plantago major L. — media L. — minor lL. — lanceolata L. Anacanthus blitum lL. Polygonum persicaria L. — hydropiper L. — aviculare L. — Sagopyrum L., cul- tivada en vasta escala. Euphorbia pilosa L. — verrucosa Lam. — esula L. — serrata L. — — cyparissius L. — falcata L. — peplus L. — characias L. — lathyris \.. Mercurialis annua L. Bucrus sempervirens L. Ficus carica L. Celtis australis L. Ulmus campestris L. Urtica urens L. — membranacea L. Humulus lupulus i. Fagus sylvatica L. Castanea vulgaris Lam. Quercus sessilifora Sm. — ier. Saliz babylonica L. — amygdalina L. — incana Schr. — viminalis L. 90 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Saliz cinerea L. fHlolcus mollis L. Populus alba L. Poa vulgaris Gauct. — virginiana Desf. — nemoralis L. — nigral. | — pratensis L. Betula alba L. | — trivialis L. Alnus glutinosus Girtn. Eragrostis brizoides Costa. Abies pectinata DC. — pilosa P. B. Juniperus comnunis L. Briza melica L. — phenicea L. Melica nebrodensis Parl. Taxus baccata L. — whiforal. Convallaria polyyonatum L.. Festuca ovina L. --- majalis L. Bromus madritensis L. Asparagus acutifolius L. — erectus Huds. Tamus communis L. Hordeum murinum L. Tris germanica L. Brachypodium sylvaticum R. et — pseudo-acorus L. Sch. Setaria glauca P. B. Polypodium vulgare L. Panicum arvense Kunth. -= rheticum L. Cynodon dactylon Pers. A splenium filix-femina Bernh. Andropogon ischemun lL. — trichomanes L. = hirsutus L. — adianthum-nigrum Arundo dona \.. aes L. Phragmites communis L. Pteris aquilina L. Agrostis stolonifera lL. Equisetum vulgare L. Aira elegans Gantd. Ademas de las precedentes especies hemos visto un consi- derable nimero de musgos, liquenes y algas, de entre las cua- les algunas son muy notables. VEGETACION. Como se sabe ya, las fidrulas influyen sobre la vida de los moluscos, no tanto por el numero de especies vegetales como por la proporcién de individuos en cada localidad y las con- diciones en que vegetan. Cuando la orografia, la topografia, la hidrografia, el clima, la geologia, el estado de agregacién molecular de los terrenos y sus componentes quimicos son favorables & las grandes vegetaciones, la historia natural ma- (7) ‘Salvaiia.—conTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 91 lacologica ha de adquirir necesariamente gran desarrollo, y esto es lo que pasa en la comarca de Olot, considerada en globo, segtin puede desprenderse de nuestro rapido estudio. Agréguese a lo dicho que el caracter laborioso, la actividad y la industria de aquellos habitantes ha venido 4 ser una se- gunda naturaleza bajo el punto de vista de la produccién agricola, y esto da la medida de la relacién existente entre los vegetales y moluscos de la regién de que tratamos. Con efecto. Si se prescinde de aquellos sitios donde las rocas quedan al descubierto, donde la dureza y compactividad del suelo impiden arraigar 4 las plantas de alguna talla 6 por razon de los declives y pendientes las aguas arrastran con- sigo las tierras vegetales y de laboreo; el suelo se halla cu- bierto de vegetacién rica, frondosa y lozana que al mismo tiempo embelesa, rinde utilidades y procura cémoda estacién a multitud de gasterdpodos y acéfalos, particularmente de familias y géneros determinados. Los espesos musgos, las verdes praderas, los sembrados de cereales, de legumbres, de frutales, de hortalizas y de especies forrageras; las plantas acuaticas, los arboles de ribera, las apretadas matas, las api- fladas malezas, la abundancia de parajes selvosos, los bos- ques de castafios, de hayas, de fresnos, de encinas y robles, los montes y las tierras de cultivo que de lejos dibujan las sinuosidades, asperezas y accidentes del territorio, parecen como decir con simbdlico lenguaje que bajo nuestro punto de vista, el pais goza de singulares preeminencias. Baste decir, que ni por sus condiciones climatéricas, ni por sus condiciones hipsométricas, la comarca de Olot pertenece a las regiones llamadas de la vid y del olivo; sin embargo, la industria humana ha conseguido hacerlos fructiferos algunas veces, y beneficiando hasta los productos basalticos para llenar hoyos y levantar cercas y dentro de los cuales esparce tierras ligeras y abonos, convirtiendo en tierras de pan llevar y en propiedades agricolas de rendimiento, 4 vastos eriales y aridas llanuras. Estos hechos, el éxito conseguido en nuestras excursiones malacolégicas y los felices resultados que el Sr. Bolds ha al- canzado en las suyas respectivas, nos dan la certitud moral de que nuestra Monografia esta todavia lejos de comprender todas las formas malacolégicas del pais, y robustecen nues- 92 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (18) tra idea de que es imposible completar la faunula especial sin emprender nuevos trabajos de investigacién, los cuales deseamos con sinceras veras emprendan mas afortunados colegas. SEGUNDA PARTE. Monografia de los moluscos terrestres y fluviatiles de la comarca de Olot. En nuestra Monografia comprenderemos todos los moluscos que hasta el dia conocemos de la comarca de Olot; y 4 fin de que sirva de ampliacion y rectificacion al «Catalogo de molus- cos de Camprodén» que publicéd D. José Morer, comprendere- mos también los de esta ultima comarca que tenemos obser- vados. Su distribucién metddica puede verse en el siguiente cuadro. 93 , MALACOLOGICA. CONTRIBUCION a LA FAUNA na. Salva (19) ‘OlUg) st rseeeeees SODITOIUL ¥ OL sect bebet reed ever edsentivie sere es- s+ see SONBUOTISW 1G “ somburiqiyowey fe “WNIPIsid } I BACT] I ee be cit OO OLIBORI A CHNST AE Japs [vie olatege vigigie oinvteie’s sfenienre ees bet bee ea seer ees SOQNBUOIS pg! ‘unttaRyds § ROPIPPIOLD 6 : a5 PVUOJtS eT | rd *SUNOINVUS SE NS =e ea "SOPIPBAIBA v'8 | H “BJODIMULY |... seer reg 1a Bike Saneraewe ate trees Rie Ne ee ee OR ; ie ‘pyjauyysg § soprurpnyed vi SOIMbHURIGOSOI o'°% \ \ q BULNGULO cin eaten attisiesstercr ae : “BULO|SOTOAD, SOPEBIOIROTOND ed | Q ‘snyAouy ‘ Q peeve tree fee ce oSOpIQUUUTT ro) O ‘SIqdour|d (eos * SOLOFOPBULOSEY 0'S | / 0) TWNIOMIG A) =o ee SOMTT Mommy, pita “+ © -sopodoieqsey eT / - “BITISUBTD “Baled ‘RITUYYS] “5 °S ~- | “O.STLIOA : ‘Bi[lidng 6 "Ss — ‘BLING .d(-5. — } “ “ednd \ seseseee se*gopemoutnd oT / ‘SsnaipuoyD “BULUIN YY serres**SOprmoljoaH ef \ “RI [OUOT[ ORD ‘epiydoudsy °5 ‘ss = *elOVssnday “XTI9H BlUTTBAPT “5 * — Qs 3 ‘snj]nuo,) S$ s *Sa}1u0Z | poe ees" * SOLOFOPBWOTIISH of “gautoong | "CULT A ‘Bijoouse, °°" °°°°*° ‘SOpljeovyse,y, MOLLY “BITBULY ‘XBUI[OMSy “S's — *XBUT'T S,, ™ ev Sect woe * “SOplOBULI'T p'T: *SOUANTD “SVITINVAL “SANACYO-dN8 SAaNACUO “‘SasvTo | ere A A RR RO SR RS RE RR A ES 8 TE ES ‘101IO Op BOAVUIOD BI Sp SaTeIany A sodjsou19} soosn[out so] ep sisdouts 94 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) I. GASTEROPODOS. FaminiA Limacidos. GiNERO Limax. 1. Limax flavus Zinneo. Limax flavus Lin., Syst. Nat. ed x, 1758; C. Pollonera, Monog. Limac. ital., p. 438, 1885. Es frecuente en parajes himedos de Olot y sus alrededores. SUB-GENERO Agriolimax. 2. Limax (Agriolimax) agrestis Zinneo. Lima agrestis Lin., Syst. Nat. ed x, 1758. Agriolimaz agrestis Lin., in C. Pollonera, Monog. Limac. ital., p. 48, 1885. 4 Comun en los huertos, jardines y sitios eultivados, y 4 orillas de los - rios y corrientes de todo el pais. Presenta algunas yariedades. GENERO Arion. 1. Arion rufus Zinneo. Limaz rufus Lin., Syst. Nat. ed x, 1758. Arion rufus Lin., in C. Pollonera, Monog. Limac. ital., p. 61, 1882. Comun en los bosques de fresnos de Sacot, debajo de la hojarasca y cercanias de la capilla de la Salut en Olot. 2. Arion hortensis Yerussac. Arion hortensis Fer., Hist. moll., p. 65, 1. 1, f. 46, vi A, f. 3, 4; C. Pollonera, Monog. Limac. ital., p. 63, 1882. Se le ve con frecuencia en. los huertos y jardines, y alguna vez en los bosques préximos & Olot. Presenta yariedades. , (21) Salvaiia.—CoNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. o5 GENERO Amalia. 1. Amalia gagates Draparnaud. Limaz gagates Drap., Hist. moll., p. 122, 1. rx, fig. 1-3, 1805. Amalia gagates Drap., in C. Pollonera, Monog. Limac. ital., p. 59, 1882. Vive en parajes sombrios, al pié de los muros y debajo de las piedras. Famitia Helicidos. GENERO Vitrina. Vitrina major Ferussac. Vitrina pellucida Drap., Tabl. moll., p. 98, 1801; Hist. moll., p. 419, 1.10, f..34-37; 1805. Helicolimax major Fer., Es. méthod. conchyol., p. 43, 1807. Es frecuente entre los musgos, raices y rizomas de pequefias plantas en sitios frescos de Olot, Biafia y Castellfollit. La hemos visto también de Collsacabra y Camprodon. En el Catdlogo de moluscos de este ultimo punto del Sr. Morer, figura con el nombre de V. subglobosa Miill. GENERO Succinea. 1. Succinea Pfeifferi Rossmdss/ler. Succinea Pfeifert Rossm., Iconog. 1, p. 42, f. 46, 1835. La variedad minor (var. « Salvafia) vive en el Ridaura, término de la Cafia (cerca de Olot), y en Castellfollit, riberas del Fluvia, Hemos visto una Succinea de Camprodon, que es esta misma especie, y suponemos se confundié con la S. putris en el Catdlogo del Sr. Morer. 2. Succinea strepholena Bourguignat. Succinea strepholena Bourg. apud Servain, Etud. moll. Esp. et Port., p. 9, 1880. D. Ramon Bolds ha recogido en La Pifia varios ejemplares. No parece ser abundante. 96 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (22) 3. Succinea valentina Servain. Succinea valentina Serv., Etud. moll. Esp., p. 11, 1880. — virescens Morel., var. valentina Moquin-Tandon, Hist. moll. Fr. 11, 1855. No poseemos esta Succinea, pero M. Bourguignat la reconocié entre varios ejemplares que le enviamos en consulta, procedentes de 8. Privat y de La Cafia. 4. Succinea pyrenaica Bourguignat. Succinea pyrendica Bourg. in Servain, Succin. fr., p. 12, 1877. De esta forma repetimos lo dicho respecto de la anterior. 5. Succinea debilis J/ore/et. Succinea debilis Mor. in Pfeiffer., Mon. helic. tv, 1864. S. Pfeifert, var. brevispirata Bandoin, Mon. Succin., 1877. Vive en las aguas del Fluvid, término de La Pifia, y con probabilidad en otras localidades de la comarca de Olot. 6. Succinea Valcourtiana Bourguignat. Succinea Valcourtiana Bourg., Descrip. esp. nouv. Alpes-mar., p- 5, 1869. S. Crosseana Bandoin, Supl. Mon. Succin. fr. in Jour. Con- chil; tt: evil, 7p. 3485 Tan is ISIS 77. Vive en Castellfollit, entre raices de plantas acudticas,*con otras es- pecies. FAMILIA Testacélidos. GunERO Testacella. Testacella haliotidea Draparnaud. Testacella haliotidea Drap., Tabl. moll., p. 83, 1801; Hist. Moll., p. 121, 1. vin, f. 43-48, y 1. rx, f. 18, 14, 1805. El tipo se encuentra en los campos, huertos y al pié de los muros en los alrededores de Olot. En el Bosch de Tosca deben encontrarse las va- riedades ovalis y scutulum (Testacella scutulum Sow.), & juzgar por las conchas que poseemos de aquella procedencia. , (23) Salvafia.—cONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 97 GENERO Zonites. SUB-GENERO HMyalinia. l. Hyalinia nitens J/ichaud. Helix nitens Mich., Compt., p. 44, 1. v, f. 1-3; Rossmissler, Icon, Vi,.p: 3d; £..24, 25. Hyalinia nitens Agassiz; Fagot, Catal. descript. moll., Toulou- se, p. 35, 1886. Vive en sitios humedos de los alrededores de Olot y otros puntos de la comarca, 2. Hyalinia nitida Ji//ler. Helix nitida Mill., Verm. hist., t. u, p. 22. Hyalinia nitens Miill., Westerlund, Faun. europ. moll., p. 26, 1876. Se encuentra hundida en tierra en parajes frescos, 6 orillas de los rios, arroyos y canales de.riego. 3. Hyalinia stechadica Bourguignat. Zonites stechadicus Bourg. in Fagot, Catal. moll. petit. Pyrin., p. 38, 1877; et Catal. faun. malac., Catalog. in Ann. Malac., p. 133, 1884. Se encuentra en Biafia de Olot, donde no es rara. 4. Hyalinia Farinesiana Bouwrguignat. Zonites farinesianus Bourg. , Hyalinia farinesiana Bourg., Westerlund, Fam. europ. moll., Prodr., p. 32, 1876. Comun en toda la.comarea de Olot, particularmente en la sierra de Pu- jou, donde se encuentran el tipo y una variedad minor. Sin embargo, los mejores tipos han sido encontrados por el joven D. B. Sarradell en el Bruch (Monserrat) (!). 5. Hyalinia Harlei Fagot. Zonites Harlei Fagot, Contrib. faun. malac., Catalog. in Annal. malac., p. 173, 1884. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 7 98 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) El tipo y la variedad minor son frecuentes en Olot, La Pifia y Castell- follit. También lo son en Gerona, encontrados por D. Julian de Chia (!). 6. Hyalinia septentrionalis Lourguigna/. Zonites seplentrionalis Bourg., Moll. nouv., 11 et 12 dec., p. 8. l. xxx111; f. 4-6, 1870. Poseemos ejemplares de los alrededores de Olot idénticos al tipo de Mont-Alarich (Aude). También los ha encontrado D. Julisn de Chia en los alrededores de Gerona (!). 7. Hyalinia cellaria J/i//er. Helix cellaria Miill., Verm. hist. 11, p. 28, 1774; Westerlund, Faun. europ. moll. Prodr., p. 19, 1886. Esta torma, que no habiamos encontrado en Olot, nos ha sido remitida hace poco por D. R. Bolés en nimero de mas de cien individuos vivos que recogié en el huerto de su casa. De aqui que supongamos sera abun - dante en aquella localidad. SUB-GENERO Conulus. 8. Conulus fulvus J/i//er. Helix fulva Miill., Verm. hist. 11, p. 56, 1774. Vive entre los musgos, debajo de las piedras y al pié de los arboles. Se le encuentra en 8. Privat, La Pifia y Castellfollit, y fuera de la comar- ca, en Montagut y Ntra. Sra. del Mont (Bolés!) GrENERO Helix. 1. Helix rupestris Draparnaud. Helix vupestvis Drap., Tabl. moll., p. 71, 1801; Hist. moll., p. 82, 1. v, f. 79, 1805. Se encuentra sobre las rocas en la sierra del Corp, Santa Magdalena y Plataver. 2. Helix rotundata Mii//e7’. Heliz rotundata Mill., Verm. hist. 1, p. 231, 1774. Lo poseemos de Castellfollit (entre los hasaltos al pie del despenadero), Salt del Sallent y costa de Pujou. También de Camprodon, casa Falsa del Sitjar, r 5) Salvaiia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. (99 3. Helix carthusiana J/iil/er. Helix carthusiana Mill., Verm. hist. 11, p. 15, 1774. Es frecuente en la plana de Ridaura, alrededores de Olot, San Cosme y La Pina. En todas estas localidades, excepto la ultima, la concha de es- tos moluscos suele ser de un color rojo ferrugineo, tanto mds viyo cuanto mds 6xido férrico hay en el sitio donde vive el animal. Aleunos ejempla- res son notabilisimos bajo este concepto, pero todos son de pequefio ta- mano. 4. Helix steneligma J/adil/e. Felix steneligma Mab., Moll. nouv. Diagnos. in Bull. Soe. Fr., n.° 2, p. 305, 1881. Esta forma no Ja hemos visto en la comarca de Olot. pero sila tenemos en 8. Jaume de Lierca, mas allé de Castellfollit, entre esta poblacién y Besalu. Hace afios que la conociamos, remitida por D. N. Fontfreda, y la consideramos como variedad del H. rufescens Pennant, bajo cuyo nombre la publicamos como especie espaniola. 5. Helix ruscinica Bourguignat. Feliz ruscinica Bourg. in Sched. — strigella Drap. (partium), Hist. moll. Fr. 1, 1.1x, f. 3 a-b, 1848; et Hidalgo, Catal. icon. y descr., f. 237-239, 1875. Esta forma es comtn en los alrededores de Olot y en la vertiente de los Pirineos catalanes. Algunos autores franceses pretenden que el verdadero H. strigelia no vive entre nosotros; sin embargo, poseemos ejemplares de este tipo recibidos de Francia é Italia que es dificil distinguir del H. rus- cinica, y H. ruscinica de Olot y Vallvidrera que pueden pasar muy bien por strigella, enyiado como tipo, por lo cual no vemos bastante claro en KS esta cuestién. foe fees 6. Helix hispida Zinveo. 4 eae Treliz: hispida Lin., Syst. nat., ed. se Dp: 91 Vas: ie Vive en parajes frescos y himedos, entre hierbas y. debajo de las pie- ; Sy dras. En el valle de La Pifia es algo frecuente. 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) 7. Helix Bolosii Salvavid (Sp.?) Heliz bolosiana Fagot in Sched. «Testa umbilicata, depressa, supra vix convexa, subtus pa- rum rotundata, sicut lenticularis, pellucida , corneo-rufa vel viridula, striis confertis ornata ac undique presertim in ulti- mis anfractibus, pilis lamelliformibus numerosis hirsuta, ideoque sicut zonata; —apice mamillato, vix pallidiore; — anfractibus 5 primis lente ac regulariter crescentibus, sutura subimpressa separatis, ultimo in medio angulato, utrinque compresso, ad aperturam gradatim descendente;—apertura vix obliqua, subcordiformi, peristonate simplici, margine ba- sali ad umbilicum reflexo, margine externo breviore, arcua- to;—marginibus juxta conniventibus.— Alt. 2; diam. 5"".» Este Helix, del grupo del Becasis Rossmiissler, se parece al Martorelli Bourguignat y al bofilliana Fagot. Se caracteriza por la espira como aplas- tada en ambas caras y como lenticular; por el ombligo mediano y mas dilatado que el del H. Martorelli, pero no tanto como el del bofilliana y Becasis; por sus numerosos pelos alargados, que hacen parecer 4 la con- cha como aterciopelada; finalmente, por la abertura que es cordiforme. Esta forma, que guarddébamos inédita y descnbrid D. R. Bolds anos atras en Monserrat, en las paredes himedas y sombrias de detras del ca- marin de la Virgen, la publicamos ahora por haberla descubierto el mismo en Santa Magdalena de Puigsacau el verano ultimo. Esta dedicada 4 perpetuar la memoria del Dr. D. Francisco Bolds, autor de la Noticia de los extingwidos volcanes de Olot. 8. Helix praticola Salvaid. Helix praticola Salvana, Molusc. nuev. de Espana in Cronic. cientif., p. 138, 1887. Frecuente en el Prat de las Moras (Olot), al pié del Xanthiwm spinosum y del Eryngiwn campestre. «Similis ad formam lectam a Cl-Locard in Gallia» teste P. Fagot in Sched. Affinis ad 7. alluvionum, ab eo distinguen- dum testa minore, acutiuscula, ad basim paululum depressa; umbilico distincto; striis anfractibusque sat conspicuis, ac apertura ampla, minus rotundata.—Altura, 10-11; diametro maximo, 12-13"".» 1 Salvafia.—CoNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 101 9. Helix alluvionum Servain. Helix alluvionum Serv., Etud. moll. Esp. et Port., p. 102, 1880. En los mismos sitios y condiciones que el anterior. 10. Helix grannonensis ? Bourguignat. Helix grannonensis Bourg. in Servain, Etud. moll. Esp. et Port., 104, 1880. ! Lo citamos con signo de duda por algunos individuos recogidos en Olot, cuyos caracteres se aproximan, pero no concuerdan del todo con la des- cripcién del Dr. Servain. 11. Helix lineata OJivi. Heliaz lineata Oliv., Zool. Adriat., p. 77, 1799; Bourguignat Moll. Alg.1, p. 218, 1. xxiv, f. 22-31, 1864. fH. maritima Drap., Hist. moll., p. 85, 1. v, f. 9, 10, 1805. Vive en todo el bajo y alto Ampurdan, Hegando hasta el interior de la comarca de Olot Los ejemplares de las cercanias de esta villa son menos tipicos que los de la regidn de Nuestra Sefiora del Mont (Ampurdan) y se aproximan 4 los de Montagut (comarca vecina de la de Olot). 12. Helix variabilis Draparnaud. Feliz variabilis Drap., Hist. moll., p. 84, 1. v, f. 11,12, 1805. Lo hemos recogido en Olot en algunos prados inmediatos 4 la afluencia del Rivell en el Fluyia. : Los H. alluvionum Sery., melanthozona Cafici, aridulorum Chia, sub- cyzicensis Saint-Simon, la forma descubierta por M. Locard 4 que dimos el nombre de praticola y algunas otras, mas bien las consideramos como variedades de este Helix que como 4 verdaderas especies. 13. Helix Mendranoi Servain. Helix Mendranoi Serv., Etud. moll. Esp. et Port., p. 105, 1880. Poseemos dos ejemplares encontrados en 8. Jaume de Lierca, poblacién donde hemos dicho ser frecuente el H. steneligma Mab. Sus dimensiones son menores que las de los individuos que tenemos recogidos en la huerta de Valencia. . 102 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) 14. Helix Arigoi Rossmiissler. Helix Arigot (olim Arigonis), Ross., Icon. x11, xiv, f. 823, 824, 1854; et Hidalgo, Catal. icon. mol., f. 145-148, 1875. Molusco abundantisimo en la comarca, presentando muchas diferencias en magnitud, estriacién, coloracién y cantidad de materia testacea de la concha, Muchos indiyiduos son anormales, y de todas las formas existen- tes en el territorio es la que mejor permite apreciar la influencia de la veologia y composicién quimica de los terrenos sobre la porcién testacea. A no ser por la facilidad de pasar insensiblemente de unas variedades 4 otras, y de estas al tipo cuando se reunen muchos ejemplares, podria du- darse mucho de que se trate de una sola especie. 15. Helix pampelonensis Scimidt. Heliz, pampelonensis Sch. in Malac. Blat., p. 75, 1. ur, f. 4-11, 1855; et Hidalgo, Catal. icon. mol. Esp., f. 193-196, 1875. M. Fagot ha reconocido este Helix entre varios ejemplares recogidos. por nosotros en Castellfollit y sus inmediaciones, como una variedad minor del H. cespitum. De todos modos, y 4 pesar de suponer ciertos autores que no debe encontrarse el cespitum en la vertiente de los Piri- neos catalanes, creemos lo contrario en presencia de varios individuos que es imposible distinguir de los tipos recibidos por nosotros del ex— tranjero. 16. Helix ericetorum J/ii//er. Heliz evicetorum Miill., Verm. hist., t. 11, p. 33, 1774. En la Sierra del Corp, en el Bosch de Tosca, en el Salt del Sallent y otros puntos de la comarca desde 600 metros arriba. También en Capsa- costa, Vall del Bach, Camprodon, ete. 17. Helix trepidula Coutagni. Heliz trepidula Cout., Not. faun. malac. Basse-Rhone, p. 12, 1884. En La Pina y ribera de Ridaura. Poco comun. 18. Helix unifasciata Poet. Hleliz unifasciata Poir., Prodrom., p. 41, 1801. — candidula Stud., Martini in Malac. Bl. vr, p. 158, 1859- Se encuentra en Camprodon, sin ser citado por Morer. 9) Salvafia.—CcoNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. — 103 19. Helix barcinonensis Bourguwignat. Heliz barcinonensis (olim barcinensis) Bourg., Malac. alger.. 1884; Moll. nouv., fasc. 10, p. 303, 304, f. 12-16, 1886; Sal- vafia, Estud. de M. Fagot sobre Xerofil, p. 2, 3, 1886. La especie parece bastante extendida por gran parte de la comarca, pero presenta diferencias notables en magnitud y coloracién. En Olot solo hemos visto en la regién calcdrea del Montolivet, debajo de las pie- dras y al pié del Thymus vulgaris una yariedad minor de fajas y estria- ciones oscuras. 20. Helix Salvaiie Fagot. Helix Salvaie Fagot in Salvana, Estud. de M. Fagot sobre Xerofil, 1886; Salvaha, Mol. nuev. de Esp. in Cronic. cientif., p. 188, 1887. En la region calearea del Montolivet, cerca de la ermita de 8. Roque, de Olot, recogimos dos ejemplares en unién de otros del H. barcinonensis. Parece raro. 21. Helix monistrolensis Fagot. Heliz monistrolensis Fagot, Contrib. faun. malac. Catalog. in Ann. malac., p. 132, 1884. Esta forma, que aun no conociamos, M. Fagot nos la ha separado de entre unos ejemplares que le remitimos en consulta procedentes de Cam- prodén. No sabemos si es frecuente. 22. Helix Penchinati Bowrguignat. Hleliz Penchinati Bourg., Moll. nouv., x dec., 1. xuit, f. 7-11, 1868. Vive en la region calearea del Montsacopa al pié de los tomillos; comin. , 23. Helix aspersa Viiller. Helix aspersa Miill., Verm. hist., p. 59, 1774. Especie extendida por toda la comarca y usada como comestible. Presenta variedades. 104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) 24. Helix nemoralis J/inneo. Helix nemoralis Lin., Syst. nat., ed. x, n.° 773, 1758. Comtin en la comarca de Olot y vecinas, y presenta diferencias bastante notables segun los sitios de donde procede. La boca, la concha, el color y la elevacién de la espira son inconstantes. En los valles de Ridaura y de Olot predominan los individuos de fondo amarillo con fajas 6 sin ellas, raras veces unidas entre si, En Castellfollit, y mas en Plataver, predomi- nan los de fajas oscuras sobre fondo claro, soldadas de varios modos. En el crater de Santa Margarita tenemos recogida la yvariedad con fajas 123/45. 25. Helix hortensis Miller. Heliz hortensis Mill., Verm. hist., p. 57, 1774. Es raro en Olot: en Platayer es mds comun, siendo el fondo amarillo aceitunado, amarillo 6 blanco: los hay con fajas oscuras soldadas 6 sin soldar, y con fajas blancas translucidas sobre fondo amarillo. La especie es también comun en Camprodon. Helix hortensis Miiller, var. conica Salvaha, Cron. cientif., p. 140, 1887. «Testa obconica, dilute striata, lutea, rubella, olivacea seu albicans, vel 1-5 diversimode fasciata; anfractus ultimus de- pressiusculus, magis descendens; alt. ac diamet. fere eequales: 17-20 mill.» Hasir. Plataver, partido de Olot, provincia de Gerona, 41.550 metros. También debemos esta curiosa variedad 4 D. Ramon Bolos. 26. Helix splendida Draparnaud. Helix splendida Drap., Tabl. moll., p. 83, 1801; Hist. moll., p. 98, 1. v, f. 1-4, 1805. Especie muy diseminada, de la que hemos recogido en Olot y sus alre- dedores variedades curiosas. Las de fondo claro con fajas soldadas de diversos modos y color oscurisimo, son frecuentes en las cercanias del santuario de S. Cosme. Las variedades roseo-labiata se encuentran en el -Montolivet, alrededores de la fuente de la Salud, Montsacopa y otros puntos, pero casi constantemente sobre plantas determinadas. Nada decimos del H. Cossoni Let., por tratarse, segin creemos, de una simple variedad del splendida, pocas veces bien caracterizada ni en Olot ni en parte alguna. (31) Salvaiia.—CoNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. — 105 Helix splendida Draparnaud, var. microstoma Salvaha, Cron. cientif., p. 139, 1887. «Distinguitur ab helice draparnaudiana testa minima, apertura parva ac angustiore. In speciminibus a me observa- tis, quinque fascie notantur.» Hasir. Camprodon, provincia de Gerona. Esta forma la debo 4 D: Ramon Bolos, de Olot. ;Corresponde tal vez a esta variedad la que dicen ciertos autores vive en las cercanias de Valen- cia y no hemos visto descrita? 27. Helix hylonomia Bourguiguat. Heliz hylonomia Bourg. in Locard, Prodr..malac. Fr., p. 79 et 3-15, 1882. Vive en Castellfollit y Santa Magdalena de Puigsacdu. Esta forma es muy afine al H. limbata, con el cual la confundimos en el « Catalogo de moluscos de Vallvidrera», y la confundié también el Sr. Morer en su «Catalogo de Camprodén»>. Frecuenta los Rubus fruticosus y thyrsoideus. 28. Helix pyrenaica Draparnaud. feliz pyrendica Drap., p. 111, f. 17, 1805. Esta especie que D. Ramén Bolos nos tenia remitida procedente de la Sierra de Caballera, en Camprodon (1.100-1.300 metros), la ha encontrado él mismo en Santa Magdalena y Plataver 4 mas de 1.300 metros. Entre los ejemplares de Camprodon y los de Santa Magdalena, creemos ver algunas diferencias bastante notables. (29. Helix costata Miler. Heliz costata Miill., Verm. hist., 11, p. 33, 1774. Vive en los mismos sitios y en condiciones idénticas que el H. pulchella, pero es menos comun. Sus costillas son poco aparentes. 30, Helix pulchella Mi//er. Helix pulchella Mill., Verm. hist., i, p. 33, 1774. En Biafla y en Olot, debajo de las piedras, en aluvyiones humedos y herbosos y sobre los rosales de los jardines. 106 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) 31. Helix cornea Draparnaud. Helix cornea Drap., t. vu, p. 110, f. 1-3, 1805. No sabemos se encuentre en la comarea de Olot, pero si en la de Cam- prodén Caga Falsa del Sitjar. 32. Helix lapicida Zinneo. Helix lapicida Lin., Syst. Nat. ed x, p. 788, 1758. En la costa de Pujou, término de la Cafia, Platayer, Castellfollit, de- bajo y entre los basaltos tendidos 4 orillas del rio, y en otros puntos de la comarea de Olot. También en la de Montagut y en la de Camprodon. 33. Helix obvoluta J/ii/ler. Heliz obvoluta Miill., Verm. hist., 1, p. 27, 1774. Esta especie parece descender bastante hacia las regiones bajas, pues se la encuentra también en Castellfollit debajo de las piedras, junto al inolino proximo 4 la palanca de la carretera que atraviesa el Flavia. En Camprodon se encuentra en Casa Falsa del Sitjar, 4 700 metros y en la Sierra de Caballera. GiNERO Ferussacia. 1. Ferussacia subcylindrica Zinneo. Heliz subcylindrica Lin. et Chem., 1x, p. 2, 1. 135, f. 235. — Jlubrica Miill., Verm. hist. 1, p. 104, 1774. Abunda en los aluviones de Olot y Castellfollit. 2. Ferussacia folliculus G7onovius. Helix folliculus Gronov., Zoophil. 11, p. 206, 1. 19, f. 15, 16; et Pfeiffer, Monog:. helic. v1, p. 217, 1868. Abunda en el Prat de las Moras, afueras de Olot. 3. Ferussacia Vescoi Bouryuignat. Ferussacia Vescot Bourg., Annal. malac. 1, p. 203. Se encuentra en los alrededores de Olot y Castellfollit, debajo de las piedras. (33) Salvafia.—conTrRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 107 4, Ferussacia cylindrica J/asso/. Zu cylindrica Mass., Moll. pyr. or., p. 58, f. 5, 1872. A orillas del Fluyia en Castellfollit. Poco comin, SUR-GENERO Hypnophila. 5. Ferussacia (Hypnophila) Boissy Dupuy. Zua Boissy Dup., Moll. de Fr., p. 339,.f. 3; Pfeiffer, Monog., helic. 1v, p. 620, 1859. Bulimus subcylindricus, var. fusiformis Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr. 1, p. 304, 1855. Se encuentra en Santa Magdalena de Puigsacau. GENERO Ceecilianella. Cecilianella acicula J/il/er. Buccinum acicula Miill., Verm. hist. 11, p. 150, 1774. Cecilianella acicula Mill., Bourguignat, Annal. malac. 1, pa- gina 215, 1857. Frecuente en los detritus y debajo de la hojarasea, en Olot & orillas det Fluvia, cercanias de la eapilla de San Roque. GiENERO Rumina. Rumina decollata Zznnco. Helix decollata Lin., Syst. Nat., ed.x, p. 773, et ed. x11, p. 1247. Bulimus decollatus Brug., Enc. méth. 1, p. 326. Rumina decollata Risso, iv, p. 79. Abunda en Olot y en toda la comarca. GrNERO Chondrus. 1. Chondrus quadridens J/ii/ler. Helix quadridens Miill., Verm. hist. 11, p. 107, 1774. Bulimus quadridens Brug., Enc. méth. 1, p. 351; et Moquin— Tandon, Hist. moll. Fr. 1, p. 299, 1855. 108 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) En terrenos yermos de La Piha, Montolivet (regién caledrea del) y costa de Pujou. También en Montagut y Camprodoén. 2. Chondrus Nisso Pfeifer. Bulimus Nisso Pfr.; Moquin-Tandon, Hist. moll. Fr., p. 299. Kin la region calcdrea de Montolivet, con el Ch. quadridens. Es raro. GENERO Pupa. 1. Pupa Farinesii Desmoulins. Pupa Farinesii Desm., in Bull. Soc. Linn. u, broch. vu. Vive en Basegoda. Los ejemplares de esta localidad son mayores y mas ventrudos que los del tipo que vive en La Preste. 2. Pupa Brauni Rossmdssler. Pupa Brauni Rossm., Iconog. xu, p. 10, f. 726. Comun en la regién caledérea de Montolivet y en otros puntos de la co- marea, sobre los tomillos. 3. Pupa montserratica Fagot. Pupa montserratica Fagot, Contrib. faun. malac. Catal. in Annal, malac., p. 181, 1884. Comunisima en los yermos del Montolivet, en Basegoda y otros puntos. 4. Pupa polyodon Draparnaud. Pupa polyodon Drap., Tabl. moll., p. 60, 1801; et Rossmiissler, Iconog. v, p. 12, f. 316. Memos recogido tres ejemplares bien caracterizados entre los de la P. montserratica de Olot. 5. Pupa ringicula J/ichaud. Pupa ringicula Mich. apud Kiister, 1. 14, f. 9-12, 1803. — polyodon var., Rossmiissler, Iconog. x1, p. 10, f. 727. — — var. 7., Pfeiffer, Monog. helic. u, p. 346; et Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr. 1, p. 372, 1875. 35) Salvafia.— CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLCGICA. 109 Se la encuentra juntamente con la P. montserratica, pero es mucho me- nos frecuente que esta en Olot. 6. Pupa cylindrica Michaud. Pupa cylindrica Mich. in Pfeiffer, Monog. helic. u, p. 337. No es rara en Olot en los yermos del Montolivet y en la costa de Pu- jou. En el primer punto hemos visto algunos ejemplares de la variedad curta Moq.-Tandon. La variedad longa, del propio autor, la poseemos de Plataver; tiene 14 anfractos, y mide 11™™ de longitud, siendo el nimero de sus dientes igual al del tipo. Se encuentra también en Castellfollit, donde es rara, y en las alturas de Nuestra Sefiora del Mont. 7. Pupa frumentum Draparnaud. Pupa frumentum Drap., Tabl. moll., p. 59, 1801; et Pfeiffer, Monog. hel. 11, p. 338. No podemos indicar con certeza la procedencia de tres individuos tipi- cos, si de los montes de la comarca de Olot 6 de la de Camprodon. 8. Pupa secale Draparnaud. Pupa secale Drap., Tabl. moll., p. 59, 1801. En la regién de OJot, siendo rara. 9. Pupa catalonica Bofill (sp.?2) Pupa catalonica Bofill, Contrib., faun. malac. Catal. in Bull. soc. malac., 157, 1886. ~Pupa clausilioides C. Pfeiffer. Esta Pupa, recibida del Sr. Bolés hace afios con el nombre de P. clausi- lioides Boubée, figura con el mismo en el «Catalogo de moluscos>» de aque- lla localidad por el Sr. Morer, Ya entonces manifestamos al Sr. Boldés no ser la clausilioides Boub., afadiendo que mas bien la teniamos por clausi- lioides C. Pfr., descrita por Moquin-Tandon en su « Histoire des mollus- ques de France,» y representada en su lugar correspondiente. La hemos examinado de nueyo, y si bien difiere en algun caracter de la clausilioides Pfeiffer, tampoco nos parece justificada del todo la creacién de la P. cata- lonica. De todos modos, vive en parajes sombrios entre detritus, y se encuen- tra en Santa Magdalena, Puigsacau, Salt del Sallent, Basegoda y Cam- prodon. 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) 10. Pupa granum JDraparnaud. Pupa granum Drap., Tabl. moll., p. 59, 1801; Hist. moll., p. 63, 1805; et Pfeiffer, Monog. helic. 1, p. 343. Es bastante comtin en Olot, en el Prat de las Moras, en el Montolivet vy en la sierra de Pujou. ll. Pupa goniostoma Aws/e7. Pupa goniostoma Wwust., Monog. vu, p. 53, f. 4, 5; et Pfeiffer, Monog.. helic. 11, p. 346. Se encuentra en Camprodon, en Casa Falsa del Sitjar y en Basegoda. 12. Pupa megacheila Jan. Chondrus megacheilos Jan, Rossmissler, Iconog. v, p. 13, f. 318. Pupa megacheila Jan, Fagot in Sched., 1887. Vive adherida «i las rocas en Plataver, valle del Bach y Montagut. 13. Pupa leptocheila Pagot. Pupa leptochei/os Fagot, Hist. moll. Pyrin. or. 1 (suite), p. 10, 1879. — leptocheila Fagot in Sched., 1885 et 1887. M. Fagot ha reconocido esta forma entre los ejemplares de P. megacheila de Camprodoén que le remitimos, y entre otros de la P. goniostoma que le enviamos de la misma procedencia, los cuales por equivocacion le dijimos ser de Monserrat. 14. Pupa avenacea Pruguicres. Bulimus avenaceus Brug., Encycl. méth. v1, p. 355. 1792. Pupa avenacea Brug., Pfeiffer, Monog.. helic. 11, p. 347. P. avenacea Brug., Moquin-Tandon, Hist. moll. Fr. 11, 356. Es frecuente en las costas de Pujou y en la regién calearea de Monto- livet, cercanias de Olot. Entre los ejemplares recogidos se encuentra la variedad duplicata Moq.-Tand. (p. 357, 1. xxy, f. 33, y 1. xxvu, f. 1-4). (37), Salvaiia.— CoNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 111 15. Pupa penchinatiana Bourguignat. Pupa Penchinatiana Bourg., Moll. de 8. Juan de Loria, p. 20, 1. 2, f. 15, 16, 1863; et Rev. Mag. zool. xv, p. 62, 1863. Se encuentra en sitios aridos y pedregosos de los alrededores de Olot la variedad sexplicata. SUB-GENERO. Lauria. 16. Pupa (Lauria) Sempronii Charpentier. Pupa umbilicata Drap. (ex parte), Tabl. moll., p. 58, 1801; Hist. moll.,.1: 3, -f. 9; 10, 1804. P. Sempronii Charp., Catal. moll. Suis., p. 15, 1. 11, f. 4, 1837; et Moq. Tand., Hist. moll. Fr., 1, p. 390, 1855. Lauria Sempronii Fagot in Sched., 1887. Vive en sitios himedos y sombrios de la comarca de Camprodon. SUB-GENERO Pupilla. 17. Pupa (Pupilla) umbilicata Draparnaud. Pupa wnbilicata Drap., Tabl. moll., p. 58, 1801; Hist. moll., 1-3, f. 9, 10, 1804. Vive entre los céspedes a orillas del Rivell (Olot), y en la Sierra del Naba y cercanias de la Font Nova (Camprodon). 18. Pupa (Pupilla) muscorum Linneo. Turbo muscorum Lin., Svst. Nat, ed. x, p. 767, et ed. xu, p. 1240. En Olot yen Camprodo6n entre los musgos. 19. Pupa (Pupilla) bigranata Rossmiissler. Pupa bigranata Rossm., Icon., x, p. 27, f. 645. P. muscorum ., var. 6. Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr., un, p. 393, 1855. Vive en Olot y en Camprodén. 112 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) GENERO Vertigo. l. Vertigo columella Zenz. Pupa columella Benz, Rossmiissler, Iconog., x1, p. 11, f. 731. En los aluyiones del Prat de las Moras, de Olot, recogimos un ejemplar vivo. Debe ser raro. 2. Vertigo Venetzi Charpentier. Vertigo Venetzi Charp. apud Ferussac, Tabl. syst. 69, 1822; et Charpentier, Catal. moll. Suis., p. 18, 1837. Pupa angustior Vjeff. Pfeiffer, Monog. helic., v1, p. 336. Debajo de las piedras y entre raices de plantas acudticas, en La Pina y en Castellfollit. Es algo frecuente. 3. Vertigo pygmea Draparnaud. Pupa pygmea Drap., Tabl. moll., p. 57,1801; Hist. moll., t. 111, p- 60, f. 30, 31, 1805. Vertigo pygmea Fer. Pfeiffer, Monog. helic. 11, 363. En el Pla de las Moras, de Olot, entre la hierba menuda. 4, Vertigo antivertigo Draparnaud. Pupa antivertigo Drap., Tabl. moll., p. 57, 1801; et Hist. moll., p. 60, 1. 3, f. 32, 33, 1805. Vertigo antivertigo Drap. Michaud, Supl. Drap., p. 72, 1851; et Moq.-Tandon, Hist. moll., 1, p. 407, 1. 39, f. 4-7, 1855. En los aluviones de S. Privat, entre los musgos y debajo de las hojas muertas. Es eseaso. 5. Vertigo moulinsiana Draparnaud. Pupa Moulinsiana Drap., Catal. extram. test., 1849. Vertigo Moulinsiana Drap. Moquin-Tandon, Hist. moll., 1, p- 403, 1. 28, f. 31-38, 1855. A orillas de los arroyos, en las praderas y aluviones frescos y herbosos de Olot, S. Privat, Basegoda y Camprodén. , (39) Salvaiia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 113 SUB-GENERO Isthmia. 6. Vertigo (/sthmia) muscorum Draparnaud. Pupa muscorum Drap., Tabl. moll., p. 56, 1801; Hist. moll. Fr., p. 59, 1807. Olot, entre raices y hierba menuda é inmediaciones del Rivell y del Fluvia, en 8. Juan las fonts y ribera del Ridaura. GENERO Baleea. Balea perversa Linneo. Turbo perversus Lin., Syst. Nat., ed. x. p. 767. Balea perversa Lin., Pfeiffer, Monog. helic., v1, 332. Vive en las grietas de las cortezas de los fresnos y otros arboles en Camprodon (!), donde la cita el Sr. Morer, y la consideramos probable en Santa Magdalena y Plataver. GENERO Clausilia. 1. Clausilia laminata JJontagu. Clausilia laminata Mont., Test. Bit., p. 359, 1803; et Turton Brith. moll., p. 7, 1831. Esta especie, apenas conocida hasta ahora como de los Pirineos catala- nes, la poseemos de Plataver, 4 1.300 metros. © 2. Clausilia ventricosa Draparnaud. Claustlia ventricosa Drap., Tabl. moll., p. 62, 1801; Hist. moll., t. TVgcie ba, Vive en Plataver y en Camprodon en los bosques, debajo de la hojarasca, particularmente de los Fagus. | 3. Clausilia nigricans Pulteney. Turbo nigricans Pult., Catal. Dors. Shells hist. ed., 1, p. 48, 1813. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 8 iM ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) Clausilia nigricans Pult. Pfeiffer, Monog. helic., 1v, p. 771. Adherida contra las rocas y debajo de las cortezas de varios drboles en Sacot y Santa Margarita. En Plataver ? 4. Clausilia obtusa C. Pfeiffer. Clausilia obtusa C. Pfr., Nat., 1, p. 65, t. m1, p. 33, 34. C. nigricans Pult., var. % Pfeiffer, Monog. helic., m1, p. 616. En Santa Magdalena de Puigsacan. . 5. Clausilia Penchinati Bourguignat. Clausilia Penchinati Bourg., Spec. moll. nouv. 1, p. 3, 1876; Hist. Claus. fr. in. Annal. malac., 1877. Comunisima en toda la comarca y cuenca del Fluvia hasta su desembo- eadura en las playas de 8. Pedro pescador (provincia de Gerona). Vive entre los musgos, en los yermos y sobre las rocas y paredes viejas. 6. Clausilia gallica Lourguignat. Clausilia gallica Bourg., Hist. Claus. fr., p. 21, 1877. No la hemos visto en Olot, pero la tenemos en Camprodon. 7. Clausilia magdalenica Salvavd. (sp. ?) Clausilia magdalenica Salvaiii, Molusc. nuey. de Esp. in Cronic. cient., v. x, p. 140, 1887. «Testa vix rimata, elongato-cylindrica, inferne gradatim attenuata, nitida, subpellucida, solidula, corneo-rubiginosa, passim albido-strigillata (strie rugulosse, recte, sicut lame- llosee); spira elongata, regulariter attenuata;—apice obtuso, nitido, levigato, mamillato;—anfractibus 13 vix convexis, fere planulatis, sutura sat impressa ac albo-filosa separatis, ultimo externo subcompressiusculo ad basim bicristato (cris- tee parallele, incrassate, rubree, sat profunde sed mediocriter separate, ad marginem provecte);— apertura subverticali, exacte oblonga, superne angulata (sinulus profundus, amplus); inferne subcanaliculata ac callo profundo lamellam simulante agi) Salvafia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 115 instructa, plicata (A. parietalis; superior marginalis; exigua, cum spirali juncta; inferior, valde immersa, minima, fere recte descendens; B. plica subcolumellaris oblique tantum conspicua, inferne paululum arcuata; C. plica palatalis unica, supera, remota, ad lunellam non producta; D. lunella crassa, vix arcuata, exterius vix apparens);—peristomate continuo, soluto, crasso, expanso. Alt. 14, diam. 2 mill.» Hasit. En Plataver, provincia de Gerona, 4 1.150 metros de altitud, remitida por D. Ramon Bolds. M. Fagot, que ha visto nuestra Clausilia, nos dice ser parecida 4 la Cl. furianica del mismo (que no conocemos), pero con estriaciones eleva- das como las de la Cl. Penchinati, si bien por razén de la lamina parietal se aproxima mas 4 la Cl. pyrenaica. FaminrA Aurictlidos. GENERO Carychium. Carychium minimum Mi//er. Carychium minimum Miill., Verm. hist. 0, p. 15, 1774. Frecuente entre detritus en La Pifia, y en Olot 4 orillas del Fluvia, cer- ea de la ermita de San Roque. FamitiA _ Limneéidos. GrNERO Planorbis. 1. Planorbis dubius Hastmanh. Planorbis dubtus Hart., Erd. und susswass. Gaster., p. 111, f. 32, 1844. Se encuentra en canales de riego en La Pifia, y probablemente en tér- mino de La Cafia y Ridaura. 2. Planorbis complanatus Zinneo. Helix complanata Lin., Syst. Nat., ed. x, p. 763, 1758 (non P. complanatus Dupuy, 1805). 116 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) Vive también en La Pifia, Ademas de esta especie y de la precedente, creemos han de vivir algu- nas mis en la comarea, particularmente de pequenas dimensioncs. U GENERO Physa. Physa hypnorum /inzeco. Bulla hypnorum Lin., Syst. Nat., ed. x, p. 707, 1758. Physa hypnorum Lin., Draparnaud, Tabl. moll., p. 52, 1&01; Hist. moll., p. 55, f. 12, 1805. Hemos visto un grande ejemplar de La Pina, recogido por el Sr. Bolés. Es la tinica especie que conocemos de la comarca, pero no dudamos han de existir otras, Grnero Lymnea. 1. Lymneza limosa Zinneo. Heliz limosa Lin., Syst. Nat., ed. x, p. 774, 1758. Se la encuentra en S. Privat y Castellfollit. 2. Lymnewa vulgaris C. Pfeiffer. Lymnea vulgaris C. Pfr., Deuts. moll. 1, p. 89, 1. 4, f. 22, 1821. — limosa, var. vulgaris Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr. uy, p. 465, 1855. Vive en Castellfollit con otras Lymneea., 3. Lymnea peregra Ji/l/er. Buccinum peregrum Miill., Verm. hist. 11, p. 30, 1774; et Moq.- Tandon, Hist. moll. Fr. 11, p. 468, 1. xxxiv, f. 13-16, 1855. En las afluencias al Fluvid del término de Castellfollit se encuentra una variedad minor. 4. Lymnea truncatula J/i/ler. Buccinum truncatulum Miill., Verm. hist. 11, p. 139, 1774; Mogq.- Tandon, Hist. moll. Fr. 11, p. 473, 1. xxxiv, f. 21-24, 1855- Vive en S, Juan-las-fonts, La Pifia, &. Privat y Castellfollit. 443) Salvafia.—conTriIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. = 117 5. Lymnea lavedanica Bourguignat. Lymnea lavedanica Bourg. in Servain, Hist. malac. Lac. Ba- lat., p. 63; 1881. Se encuentra en los mismos sitios que la anterior. 6. Lymnea auricularia Zinneo. Helix auricularia Lin., Syst. Nat. Esta especie citada por el Dr. D. Francisco X. Bolés, se encuentra en abundancia en el aljibe del colegio de PP. Escolapios de la villa de Olot, seelin se nos asezura. No la hemos visto para poder comprobarla. GrNERO Ancylus. 1. Ancylus simplex Bourguignat. Ancylus simplex Bourg. in Journ. conchil., p. 187, 1853. A. fluviatilis, var. normalis Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr. 1, p. 484, 1. xxxv1, f. 8, 1855. En término de La Cafia, en las aguas del Ridaura. 2. Ancylus gibbosus Bourguignat. Ancylus gibbosus Bourg., Catal. Ancyl. in Journ. conch., p- 186, 1853. A. fluviatilis, v. gibbosus Moq.-Tandon, Hist. moll. 11, p. 484, LexXoox Vi, ea OS al Sap. En los mismos sitios y condiciones que el A. Jani. 3. Ancylus Jani Bourguignat. Ancylus Jani Bourg., Cata:. Ancyl. in Journ. conchil., p. 185, 1853. A. fluviatilis, v. capuliformis Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr., p. 484, 1. xxxvi, f. 17, 1855. In los sitios y condiciones del A. simplex. 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) FamiriA Giclostémidos. GENERO Cyclostoma. Cyclostoma elegans Wii//er. Natica elegans Mill., Verm. hist. m1, p. 177, 1774. Cyclostoma elegans Miill., Draparnaud, Prodr., p. 38, 1801; et Hist. moll., p. 32, 1.1, £..5-3,:T805: En la sierra de Pujou. Bastante comin. GENERO Pomatias. 1. Pomatias crassilabrum Dupuy. Pomatias crassilabrum Dup., Catal. extr. Galliw, 1849; Hist. moll. ps oll, E xxxyiets 11-16. 185i; Este Pomatias vive sobre los bloques en Camprodoén y otros puntos de- la comarca. En la de Olot se encuentra en Plataver con el P. bolosianun Saly. 2. Pomatias bolosianum Salvaid (sp.?) Pomatias bolosianus Salvanaé in Sched., 1867. «Testa rimato-plicata, perforatione semitecta, conico-elon— gata, inferne subventricosa, opaca, non nitente, in inter- vallo striarum vinoso, ad aperturam albida, confertim striata (strie parum prominentes, densissime, oblique, cinereo-albi- dwe);—spira conica ad summum vix obtusa;—anfractibus 9 sat convexis sutura impressa separatis; embryonalibus levi- gatis, flavescentibus, ceteris rapide ac regulariter crescenti- bus, ultimo majore, rotundato, ad umbilicum non compresso. nec arcuato; — apertura verticali, transverse rotundato-pyri- formi, peristomate duplici munito (internum subfoliaceum, planatum ad marginem columellarem auriculatum, ad mar- ginem externum subauriculatum, internum porcellaneum);— marginibus approximatis callo griseo junctis. Alt., 13-14: diam., 5; alt. apert., 3; diam., 2 "™".» (45) Salvaitia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA. MALACOLOGICA. 119 Dedicamos este Pomatias 4 D. Ramén Boloés, nuestro compafero de ex- cursiones en Olot, cuyas observaciones nos han sido, y continuian siendo, del mayor interés. Se halla diseminado por el Salt del Sallent, Santa Mag- dalena, Puigsacsu, la sierra del Corp y Finestras; encontrandose también en Costabona (comarca de Camprodén), presentando los ejemplares algu- nas diferencias que no son esenciales, pero constantes, las cuales indican ser una variedad del tipo. Nuestro Pomatias se caracteriza por la espira cénico-acuminada de una manera regular; la ultima vuelta de espira relativamente ventruda y re- dondeada, y la sutura que es profunda. Su aspecto general es parecido al del P. hispanicus Bourg., y por la costulacién se parece al P. erassilabrum Dup. Se distingue del primero por las laminillas que estan reducidas 4 simples estrias, y la espira mas acuminada; y del segundo por el ultimo anfracto mas ventrudo y los restantes mas convexos, por la abertura mas desarrollada en sentido transversal, y por la estriacidn que es mas fina y mas apretada. Vive sobre los bloques. Fama Paludinidos. GENERO Amnicola. Amnicola emiliana Paladilhe. Amnicola emiliana Palad. in Nouv. Mise. malac., 4 fasc., p. 106, 1869. Esta Ammicola indicada por vez primera en Espafia por el Dr. Servain, vive también en las aguas de 8. Privat, y en las de Camprodoén y en Bar- celona, localidades que no cita aquel autor. GENERO Bythinella. 1. Bythinella Reynesi Dupuy. Hydrobia Reynest Dup., Hist. moll. Prey p: 5607; Texcx vine ir ee 1851. Vive en los manantiales de S. Privat. El] Dr. Servain la cita en Cam- prodon. 2. Bythinella brevis Draparnaud. Cyclostoma brevis Drap., Hist. moll., p. 137,1. xu, f. 2, 3, 1805. 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) Especie comunisima en los manantiales préximos 4 Olot, conocidos por Prat de las Indianas, Aixetona y demas llamados vulgarmente Deus en el pais. Vive en los musgos. FamitiA Valvatidos. GENERO Valvata. Valvata Coronadoi Bourguignat. Valvata Coronadoi Bourg., Moll. nouy., 11 et 12 dec., p. 51, f. 5-8, 1870. Entre las especies que tenemos recogidas en la comarea de Olot figura un ejemplar de esta Valvata, cuya localidad de procedencia no podemos precisar. II. LAMELIBRANQUIOS. FaminiA Cicladidos. GrNEKO Spheerium. Spherium corneum Linieo. Tellina cornea Lin., Syst. Nat., ed. x, p. 678, 1758. ; Spherium corneum Lin., Scopoli, Introduct. ad hist., p. 399, VT. Poseemos varios ejemplares recogidos en algunos charcos de La Cafia y 8. Privat. El Sr. Morer lo cita en La Farga, de Camprodén con el nom- bre de Cyclas cornea Lin. GiNnrro Pysidium. Pysidium cazertanum Po//. Cardium cazertanum Poli, Testac. utriusq. Sicil., p. 65, 1. xv, L791: Pysidium cazertanum Poli, Bourg., Catal. moll. in Sauley, Voy- p- 80, 1853. a7) Salvaiia.—conTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 21 Vive en terrenos inundados y canales de riego de La Pina y en Cam- prodén. Por algunos valvas aisladas que tenemos de la primera proce- dencia y algunos ejemplares completos algo calcinados, sospechamos que en S. Privat y en la ribera de Ridaura se encuentra el P. amnicum Mill. y el P. nitidum Jennis. FamitiA Unidnidos. GENERO Unio. 1. Unio rhomboideus Schriter. Mya rhomboidea Schrit., Fluss. conchil., p. 186, 1. 1, f. 3, 1779. OU: tittoralis Lamark, Drap.,-Tabl. moll., I.x, f. 29, 1805; Rossmiissler, Iconog., Iv, p. 21, f. 340 (mala). U. rhomboideus Schrét., Moquin-Tandon, Hist. moll. Fr., 11, p. 568, 1855. Citamos esta especie, no por conocerla de la comarca de Olot propia- mente dicha, sino de entrado ya en el Ampurdan, en el rio Fluvia y sus afluentes. De las inmediaciones del pueblo de Tortell4, tenemos varios ejemplares de algunas variedades descritas por Moq.-Tandon, que recogié el Sr. Fonfreda en la riera de Lierca. 2. Unio Turtoni Payreaudeau. Unio Lurtoni Payr., Mollus. Corse, p. 65, 1. 11, f. 2; Rossmiiss- ler, Iconog.., vil, vill, p. 25, f. 492. — Requieni Mich., var. Zurtoni Moqg.-Tandon, Hist. moll., Fr. 0, p. 575, 1855. Algunos afios se recogen grandes y hermosos ejemplares en el Fluvia, término de Olot, cerca del Puente-palanca, proximo 4 8. Roque. Algunos | ejemplares son enteramente idénticos al tipo de Corcega que describid Payreaudeau. 3. Unio Aleroni Companyo et Massot. Unio Aleront Comp. et Mas. in Bull. Soc: Pyr. or. v1, p. 234, f. 2, 1845; et Bourguignat, Moll. nov., 5 dec., 1. xxm1, f. 1-3, 1865. . En el sitio y juntamente con la anterior se recogen 4 veces algunos ejemplares. Una y otra las usan en el pais como comestible. 122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) 4. Unio Deshayesii? Michaud. Unio Deshayesii Mich., Compt., p. 107, 1. xvi, f. 30; et Ros- smiissler, Iconog. 111, p. 23, f. 107. Unio piclorum Lin., var. limosa Moq.-Tandon, Hist. moll. Fr. 1, p. 576, 1855. Fuera de la comarea de Olot, pero cerca de ella, en las inmediaciones de Argelaguer y 8. Jaume de Lierca. a Unio... Algunos ejemplares anédmalos remitidos por D: R. Bolés, procedentes de Castellfollit y Argelaguer, presentan caracteres que no corresponden con las especies descritas que conocemos. A pesar de su estado teratol6- gico, MM. Drouet y Fagot se inclinan a creer pertenecen 4 una forma nueva. Si nos hacemos con individuos adultos y normales, y resulta que, en efecto, no esta descrita, publicaremos la diagnosis. Tales son, en suma, los moluscos que hasta el presente te- nemos conocidos de la comarca que nos ha ocupado, respecto de cuya clasificacién, siempre que se nos han ofrecido dudas, hemos consultado a personas de autoridad reconocida. Segtin nuestros datos, pues, de entre los cuales omitimos los concernientes @ aleunas formas litigiosas, la faunula es- pecial de la regién subpirenaica de Olot se reasume en estos términos: CLASES. ORDENES. FAMILIAS. | GENEROS. | ESPECIES. Ye ; ‘Pulmonados. .... 5 20) 108 Gasterépodos.....3 /Prosobranquiados. 3 5 8 | ; : (SILOM AC OSH 1 2 2 Lamelibranquiados. Asifénidog,.:.... 1 1 5 NOTANESS > terse ole sf 10 28 123 49) Salvafia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA MALACOL(GICA. 123 Nora. El sabio farmacéutico Dr. D. Francisco Javier Bolés dejé inédito, al fallecer, un catalogo de vertebrados é inver- tebrados de Olot, cuyo original ha puesto recientemente la casualidad en nuestras manos. Su fecha es del afio 1801, y los testaceos que constan en la lista dejada por él son log si- guientes: Bulimus radiatus (1). Heliz variabilis. — vradiatus var. — lucida. — decollatus. — layicida. fleliz rhodostoma. Lymnea auricularis. — asperst. Cyclostoma elegans. TERCERA PARTE. Critica de los moluscos testaceos en general en el concepto de especies y hechos que demuestran la inconsistencia de algunos caracteres de las con- chas bajo la infiuencia de ciertos agentes naturales y artificiales. _Apenas si pasa dia sin ver anunciadas y descritas especies nuevas de moluscos testaceos, y, sin embargo, el problema de la especie biolégica continua rodeado de misterios. Resueltos nosotros 4 estudiar hasta donde nos fuese posible lo que tengan de verdad esas y otras pretendidas especies, to- mando como término de comparacion los helicidos, hace aiios que empezamos 4 reunir abundancia de ejemplares vivos de varios tipos pertenecientes 4 dicha familia y 4 dividirlos en dos grupos: uno que bajo la vigilancia de personas encargadas han sido mantenidos al estado de cautiverio en condiciones que escogiamos, y otro sobre el cual debiamos experimentar per- (1) No conocemos esta especie como de la comarca de Olot propiamente dicha, pero si como de los limites ce la provincia de Barcelona que confinan con ella, hacia Ja parte ce Vidra y sus inmediac ones. )24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) sonalmente las influencias ejercidas sobre los caracteres de las conchas por los cambios de habitacién y alimentacién, y por la mezcla de sales U otras sustancias 4 sus alimentos. Asi po- diamos adquirir la certeza 6 la casi certeza de mutabilidad 6 inmutabilidad en los caracteres diferenciales de los moluscos pendientes de observacién y experimentacién, y llegar con toda verosimilitud 4 recoger datos importantes sobre esa trans- cendental cuestion. Desgraciadamente para nosotros, después de cuatro anos de perseverantes trabajos, luchando siempre con cien contrarie- dades 4 la vez, hemos sido sorprendidos por una enfermedad grave que nos tiene casi privados del ejercicio de la vista, la cual es causa de que hubiésemos de abandonar nuestras in- vestigaciones sin llegar 4 su término y de que deba comen- zarlas de nuevo quien quiera que se sienta animado de igual espiritu. Habiendo observado, 4 pesar de todo, hechos dignos de es- pecial mencidn, y accediendo a lo propuesto por algunos co- legas, los daremos 4 conocer por via de capitulo adicional en esta tercera y ultima parte de nuestro trabajo, sirviéndonos de materia para entrar en el fondo del asunto la respuesta 4 la siguiente pregunta de un distinguido amigo, profesor en His- toria natural, quien nos ha facilitado medios de orillar fre- cuentes dudas (1). La pregunta de referencia esta concebida en estos términos: —«Opina V. que los moluscos testaceos citados en su Mono- GRAFIA DE LOS DE OLoT son verdaderamente especies?» (1) En sesién celebrada el mes de Junio de 1887 por la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes, uno de sus mds respetables miembros did lectura 4 una curiosa nota sobre varias Viverridas, y ocupindose incidentalmente del tema de la especie hizo alusion directa 4 nuestros experimentos sobre los Helicidos con frases encomias- ticas Damosle expresivas gracias por ellas, pero renunciamos 4 reproducirlas por consideraciones de delicadeza. En la propia sesién, y después de leida la nota 4 que acabamos de referirnos, dimos cuenta minuciosa 4 dicha corporacién de los hechos que detallaremos luego, expo- niendo verbalmeate y de un modo circunstanciado qué méviles nos animaban 4 so- meterlos 4 su elevado criterio. En el libro de actas y en la Resena de los trabajos de la Academia durante el curso de 1836-87, estan consignados el aprecio que merecieron nuestras palabras y los datos expuestos. (51) Salvafia.—cONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. — 125 Nuestra contestacién es como sigue:—«Nosotros las enume- ramos como formas que se ha pretendido elevar al rango de especie. Por lo demas, ni respecto de las formas observadas en Olot, ni de otra alguna, estamos dispuestos 4 sostener que realmente lo sean, 6 al contrario, lo cual tampoco arguye que en casos dados carecemos de opinidn.» Ya, empero que la pregunta en cierto modo nos obliga, con- signaremos que nuestra reserva nace del modo como se vie- nen constituyendo las especies en Malacologia. Este consiste en observar los caracteres de la concha, compararlos con otras mas 6 menos afines, relacionar alguna vez tal cual caracter tomado de este 6 de aquel organo 6 aparato funcional, y dedu- cir en seguida, segun fueren las diferencias notadas, si se tra- ta de especie inédita 6 ya admitida. Y, sin embargo, la meto- dologia y la filosofia del método—con las cuales estamos de acuerdo—nos dicen que a la especie conviene no tocarla 6 to- carla integra, y que para conocerla se necesita el triple con- curso del examen externo, del estudio anatdmico y de la ob- servacion fisiolégica. En verdad que el procedimiento sensu stricto no es siempre aplicable a los malacozoos por atraso relativo de conocimien- tos, por deficiencia en los medios y materiales para observar, por falta del animal en pleno funcionalismo vital, 6 por otra causa; que por lo mismo no cabe llegar a la especie real y ac- tiva; que, en consecuencia, para distinguir unos moluscos de otros, es indispensable tratar de la especie en sentido menos rigido y fundarla principalmente sobre las circunstancias que concurren en tal 6 cual érgano; que bajo este concepto la tes- ta es el 6rgano mejor indicado y asequible, y que entre los malacdlogos y conquiologistas esta en uso dar preferencia a la concha para determinacion de especies. A todo asentimos para no entablar debates que estarian fuera de lugar, siempre y cuando a primera vista pudieran apreciarse las diferencias especificas; mas siendo tantas las formas afines, por qué ha- biamos de renunciar 4 nuestra prudente reserva? gAcaso esta escrita la ultima palabra sobre morfologia y teratologia de las conchas? Y siquiera se suponga haberse escrito, gqué reglas hay es— tablecidas para la constitucién de especies? gQué caracteres son de valor preferente para elevar al rango de especies las 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) formas afines entre si? 4Cémo se diferencian las especies de sus razas y variedades, 6 a] contrario? Ni 4 esto sabemos qué decir, ni nos ocurre dénde hallar res- puesta satisfactoria. Cuantas veces se observa una forma nue- va } discrepante de las diagnosis conocidas, el criterio parti- cular resuelve y se conduce segtin sus inclinaciones; y obra y decide segiin fueren las corrientes de la época, segtin las escuelas 6 segtin la manera como se interpretan los sistemas de clasificacidn. Es decir, que no existe criterio establecido por exceso de criterios, lo cual equivale 4 consignar que en achaques de especies conquiolégicas afines, todo sou vague- dades y se camina entre sombras y tinieblas, por donde re- sulta sernos imposible ir mas alla del circulo en que nos en- cerramos. Las consecuencias que hemos podido deducir de nuestros estudios bibliografico-conquiolégicos y de nuestras relacio- nes de ciencia con naturalistas de reconocido mérito, ana- den mayor valor, si cabe, al modo como tratamos el asunto. Por los primeros, echamos de ver que se ha dado nombres especificos 4 conchas que después se ha visto ser anormales: que a verdaderas teratologias se las denomina variedad y va- piedad monstiuosa, como si las ideas de variedad y monstruo- sidad no fueran antaginicas: que 4 formas consideradas por cualquier autor como especies, otro autor y.aun el mismo que las describié las considera mas tarde como variedades 6 vice- versa: que con frecuencia se niega lo que se habia afirmado 6 se afirma lo que previamente se negara; y que sin cesar se anulan especies y se aumentan las sinonimias, y la que se crefa especie Unica pasa 4 constituir especies diferentes tan inseguras é inciertas como muchas. Cuanto 4 las segundas, confesamos francamente que nos han puesto en un mar de confusiones, y tras muchas consul- tas, preguntas y repreguntas, sabemos menos de lo que sa- biamos al principio que coleccionamos conchas. Hé aqui tres hechos—entre ciento que podriamos aducir—causa de nues- tra presente igaorancia. El Helix Companyoi (por tal lo tenia- mos) de las antiguas murallas de la ex-ciudadela de Barcelo- na, fué dividido en dos especies: el H. Ziranoi y el LH. cho- vista, de los cuales se dijo que uno vivia en las grietas de di- chas murallas y el otro en las grietas de las rocas (nunca - 63) Salvafia.—coNnTriBuciON A LA FAUNA MALACOLOGICA. 127 hubo alli rocas). No conociendo ni la descripcién respectiva ni los tipos, enviamos una porcidn de ejemplares para que se nos separasen entrambas formas, mas luego nos encontramos con formas intermedias que consultamos, y consecutivamen - te han recibido los nombres de H. Viranoi, H. chorista, H...? H. Companyot var.? Lo propio decimos de unas conchas de Sarria, devueltas sucesivamente con los de Z. carthusiana, H. sarriensis? H. episema? y H. carthusiana var.; y de algunos que nadie nos asegura sean ZH. splendida 6 H. Cossoni cuando variamos 6 disimulamos la procedencia. Confrontando los pretendidos Helix hylonomia de Camprodén con dimbata pedidos como tipos, entre si mismos y entre unos y otros nos han resultado formas tan confusas, que es impo- sible separarlas, y dandose el caso de que el donador de los © limbata los recibiera por hylonomia y los hylonomia por lim- bata. Una forma, nueva para nosotros, de Hélix, la hemos con- sultado hasta tres veces. Contestaciones: nov. sp., var. etc...? Creemos inutil afadir mas: el juicio critico de las especies aludidas no queda hecho con toda la extensién que el asunto requiere, ni tan 4 fondocomo lo hiciéramos si fuesen diferen- tes las circunstancias de lugar y de tiempo; sin embargo, de— todos modos, nos parece suficiente lo consignado para de- mostrar que se necesita gran comedimiento en admitir espe- cies, aun cuando se haga referencia a especies conquioldgicas y no malacoldgicas (1). Los experimentos de que luego dare- mos cuenta, son el corolario de la demostracién. Faltanos de consiguiente—si es que nuestra humilde voz merece ser oida—excitar 4 los prohombres de las varias es- cuelas & que se concierten y depongan ideas exclusivistas, para proceder de comun concierto 4 la revisién general de las supuestas formas especificas, continuadas en monografias, revistas, catalogos y demas publicaciones, y relegando al olvido 6 a la categoria de razas y variedades, las que dejen de reunir condiciones previamente propuestas, discutidas y (1) En el uso comin empleamos nosotros la palabra especie como para indicar for- mas que, 4 primera vista, permiten distinguir sin esfuerzo 4 dos 6 mas formas. Lla- mamos formas 4 las que difiriendo esencialmente 6 en ciertos detalles de cualquier tipo, no resulta clara desde luego, la colocacion que debe darseles. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) aceptadas. Asi lo reclaman la buena inteligencia entre cuan- tos se dedican con mas 6 menos provecho 4 tareas malacolé- gicas, y asi lo exige el progreso practico de la Malacologia en sus diferentes ramas. 4Seremos escuchados? Creemos que no. Sea, empero, como fuere, creemos autorizan nuestros consejos las observaciones y experimentos que vamos a apuntar, sin comentarios, y que cualquiera puede hacer por si. I. Las conchas de los moluscos, asi en su primera edad como & medida que las segrega el animal por el. manto, son un tanto plasticas. Sin duda 4 esto se debe que dentro de la forma general peculiar de cada especie de univalvos, se noten diferencias en la elevacién y depresién de la espira, contor- nos, redondez y achatamiento de la boca, etc., etc., que pue- den ser efecto de obstaculos que a su libre desarrollo oponen los cuerpos inmediatos 6 que gravitan sobre el animal. Mu- chas teratologias reconocen este origen, seglin demuestran las circunstancias en que hemos recogido ciertos ejempla- res. y multitud de teratologias se repiten con tal frecuencia dentro de ciertas circunstancias, que dejan suponer se trata de formas constantes y naturales. If. Los obstaculos permanentes al buen desarrollo de las conchas, ora acttien sobre el apice, ora sobre la base, ora so- bre uno y otra, casi siempre determinan anormalidad en la direccién y forma de la boca. El hecho es tan comin (por ejemplo, en los Hélix de testa poco calcaérea, que viven al pié 6 entre raices y rizomas de varias plantas) que fuera im- posible’decir con seguridad si el verdadero tipo ha de estu- diarse en lo que suponemos anormal 6 en la pretendida nor- malidad. III. La estrechez y la dilatacién irregular del ombligo en los Hélix que lo tienen bien patente, tenemos motivos para suponer que obedecen a@ causas andlogas. IV. Respecto de la estriacién de las conchas y otras mo- dificaciones no indicadas por nosotros, atin carecemos de datos para emitir concepto. Sin embargo, acaso la geologia y (55) Salvaiia.—CONTRIBUCION A LA FAUNA MALACOLOGICA. 129 naturaleza de los terrenos tengan alguna participacién en las variantes que ofrece repetidamente. Véase en qué nos apo- yamos. A.—En los terrenos de granito compacto 6 poco disgregado, sin vetas ni detritus calizos (v. gr., algunos puntos de la costa de Levante), el Helix pisana tiene la concha poco calcarea, li- gera, transluciente, desigualmente rugosa y 4 menudo defor- mada, color uniforme sucio 6 con manchas que corresponden a las estrias de crecimiento, anfractos muy convexos, sutura muy profunda, boca descendente, borde columelar desviado de su direccién normal, y ultima vuelta con tendencia 4 la heterotaxia escalariforme. B.—Dicho Heliz procedente de las margas del eoceno de . Igualada, tiene la testa robusta, calcarea, lisa 4 la simple vista, casi lustrosa, globoso-ligeramente deprimida, suturas no muy profundas, con color, 6 con fajas palidas sobre fondo nankin. C.—El #. pisana de A reducido 4 cautiverio y transportado a las condiciones de B, ostensiblemente tiende después de al- gin tiempo, 4 tomar cierto aspecto del de B, y al contrario, el pisana de las sobredichas margas se desmedra & toda luz, en los terrenos graniticos de A. D.—En estos ultimos, el H. Avzgot (que suele ser poco abundante), presenta diferencias en el sentido del pisana, ex- ceptuando la tendencia 4 la heterotaxia sobredicha, en los su- pracretaceos de que hicimos mérito, las suele presentar en el sentido del pisana respectivo. E.— Los H. nemoralis y hortensis que viven entre formacio- nes siltiricas (como Vallvidrera cerca de Barcelona, maxime si la vegetaciédn es pobre), son de concha delgada, ligera, transluciente, muy estriada y un poco rugosa. Por el contra- rio, la tienen pesada, de estrias finas casi imperceptibles y apenas transluciente 1 opaca, cuando viven en terrenos ca- lizos. V.—La estriacién y, en cierto modo, la coloracién de las conchas de muchos Heliz, parecen relacionarse con la com- posicién quimica y el estado fisico de los terrenos: A.—Siendo de basalto homogéneo compacto como la parte del dosch de tosca y Sacot (Olot) no reducida 4 cultivo, el H. Arigoi presenta los caracteres de IV D. Mas si son de tra- quito disgregado con detritus de calizas procedentes de las te- ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 9 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) frinas 6 de tierras de transporte y abonos, como pasa en los alrededores de Olot y en el crater de Santa Margarita, dicho molusco se acerca mas al tipo. Por otra parte, cuanto mas abundan los é6xidos de manganeso y de hierro muy disgre- g@ados en las primeras capas del suelo, las fajas y estrigosida- des tienen tintes mas ennegrecidos 6 rojizos. B.— En los de aluvion, constituidos por descomposicion de los basaltos y traquitos, pueden notarse dos cosas. a.— En los parajes donde el color de las tierras es muy ne- ero, segtin puede verse en la pendiente de Castellfollit antes de llegar al paso de Fluvia; el #. A7vigot es bien estriado, fa- jas casi negras y hermosisimos dibujos de color plomizo, y el H. pampelonensis es de tinte general olivaceo con fajas negras. b. —Todos los ejemplares recogidos 4 pocos pasos, donde los aluviones estan visiblemente menos recargados de oxidos manganicos, son de tintes mas claros, cuanto mas varian las condiciones del terreno. VI.—Las especies de concha, ordinariamente coloreada, suelen refiejar en sus varios matices la proporcidn de 6xidos y sales férricas de los sitios en que habitaron. VII. — Queda por saber si la variedad voseo-labiata del £1. splendida vive de preferencia sobre ciertas plantas, 6 si ciertas plantas determinan el color propio de los 7oseo-labiata. Solo diremos que estos se encuentran sobre el Buxus semper- virens y las Opuntia (Graells), pero que todavia se ven mas buenos ejemplares sobre el Spartium juncewm, la Genista sco- paria, el Daphne gnidium y el D. mezereon. Otra variedad, de fondo rosa vivisimo, solo la hemos encontrado sobre las ho- jas de un canaveral que vegeta en la falda de la region vol- canica del Montolivet de Olot. Se colorea artificialmente de una manera estable, la concha de la Rumina decollata, si se cria entre los residuos tanini- cos de las fabricas de curtidos. Lo mismo pasa con la del H. splendida y algun otro, si se alimenta por medio de pastas amasadas con cocimiento de la Rubia tinctorum (1). (1) Sdbese ya que los huesos de los ganados toman color encarnado 6 sanguineo si se les apacenta en parajes donde abunda esta planta y algunas otras afines. 451) Salvaiia.—coNTRIBUCION A LA FAUNA MaLACOLOGICA. 181 Aumentan, también artificialmente, las tintas oscuras de los H. variabilis, alluvionum, etc., con plantas regadas 6 inmer- gidas en una disolucién de sulfato de hierro del comercio (1). Por este medio se obtiene, ademas, una modificacién notable en el caracter de sus estrias. La modificacion adquiere distintos grados de intensidad y lo mismo sucede respecto de los colores de la testa, dando 4 comer al animal pasta de papel U otras pastas vegetales adi- cionadas con el sulfato de hierro, sales potasicas y sddicas, y sales de cal solubles 6 sus disoluciones. Los efectos del sulfato ferroso, se promueven conservando los Helir vivos en una caja de hierro 6 de lata oxidada toda la temporada posible, y tomando la precaucién cada dos 6 tres dias de sumergir un segundo 6 dos, al animal en agua fresca. Los resultados conseguidos por este sencillo procedimiento son tales, que no habiamos llegado a sospecharlos. Para concluir. Creemos de mas, hacer presente que los fe- ndmenos producidos artificialmente ni se consiguen siempre en un periodo dado, ni se notan con igualdad en los ejempla- res sujetos al cautiverio y 4 la experimentacién. gSera que para determinar en el funcionalismo vital las alteraciones que presuponen los hechos pasados en cuenta, se necesite concu- rran dos circunstancias, A4saber: una individual idiosincratica y otra externa é independiente del organismo? Hasta aqui lo que teniamos por decir. Valga por lo que valiere, que ninguna persona 6 escuela nos atribuya en lo expuesto idea alguna que no esté clara y termi- nantemente consignada. En asuntos de ciencia y en cuestio- nes que puedan someterse 4 la observacion y 4 la experimen- tacién, no hay por qué apasionarse, sean ideas 6 sistemas, invéntenlos quien los invente. Los sistemas y las ideas distan de ser hechos demostrados y tangibles, y los hechos tangibles (1) Los jardineros utilizan esta sal para variar un tanto el color natural de ciertas flores. y la medicina la emplea para aumentar los l6bulos rojos de la sangre. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (59) y demostrados han de ser lapiedra de toque para aquilatar las verdades cientificas, entre las cuales se halla el problema no resuelto de la especie malacoldgica. Semejante problema continua y continuara mucho tiempo envuelto entre misteriosas sombras: hombres de inteligencia y de actividad porfian por hacer luz en tan tenebroso caos: fi- losofos y talentos entregados a los estudios bioldgicos, discu- ten sin llegar a un acuerdo sobre definicién de la especie orga- nica; y nosotros solo aspiramos a contribuir con el modesto fruto de nuestros humildisimos trabajos—si algvin valor se les reconoce—a que se exploren y se exploten todos los medios de llegar & que se escriba la ultima palabra. INSECTOS OBSERVADOS EN LOS ALREDEDORES DE BARCELONA, POR DON MIGUEL CUNI Y MARTORELL. (Sesion del 13 de Abril de 1887.) Si fijamos la atencidn acerca de la localidad escogida para el objeto de mi trabajo, facilmente se deducira que su fauna entomoldgica ha de ser rica y variada. La hidrografia, la orografia, la topografia y la meteorolo- gia de la comarca; su vecindad con el mar; la incesante re- mocidn de tierras que tiene lugar; los inmensos depdésitos de escombros procedentes de derribos de antiguas construccio- nes que de continuo tienden 4 variar el aspecto de las cerca- nias de la capital y pueblos limitrofes; la multitud de despo- jos organicos y desechos de la industria que son abandona- dos en diversos sitios; la abundancia de canales y riegos que surcan el territorio en todas direcciones; la vegetaciOn misma que se desarrolla espontanea como consecuencia de lo expues- to; los adelantos de la floricultura y de la fructicultura; y, por fin, la geologia, accidentes y naturaleza fisico-quimica del suelo, en concurrencia con otras causas concomitantes, cons- tituyen tanta diversidad de estaciones y modos de ser y de vi- vir de los insectos, gue ni aun por calculo aproximado es de- cible la proporcién entre estos y otros seres del reino animal. Intentar buscarla mediante el estudio de las influencias ejer- cidas por los elementos de conservacion y propagacion de es- pecies que dejo enunciados, ni cabe en un trabajo de esta in- dole ni cuento con recursos propios para encontrarla, & pesar 134 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) de lo cual no puedo ni debo prescindir, antes que entre de lleno en la enumeracion de tipos, de apuntar ciertos hechos dignos de tenerse en cuenta. Uno de ellos resulta de la disposicién, situacién y altitud de los montes mas proximos 4 Barcelona. Con efecto: hacia el lado N. de ella se levanta una cordille- ra de montafas, algunas de regular elevacion, cuyo origen se remonta a las formaciones graniticas y pizarrosas, y que arran- cando de San Pedro Martir se corre hasta el Guinardé y Mon- cada, sirviendo a la vez de muro y contrafuertes al alveo de los rios Llobregat y Besés. Examinada dicha cordillera, todo hace presumir que sus sierras y vertientes estuvieron pobla- das, siglos atras, de bosques mas 6 menos espesos y de espe- cies herbaceas y arbéreas de que apenas hoy existen restos, y que en aquellos tiempos las selvas y malezas se extenderian hasta las poblaciones contemporaneas de Pedralves, Sarria, Gracia, Vallcarca, San Ginés de Horta, etc. Fuera 6 no fuese lo supuesto, las cuestas y vertientes que hacia este y el otro lado miran, y las faldas de todas las sobredichas cordilleras y cerros, hoy estan convertidas en vifiedos, salvos algunos sitios donde vegetan la encina y el pino, y van desde las cumbres hasta el fondo de Vallvidrera, resultando de aqui que necesa- riamente existen diferencias entre la fauna entomoldgica pa- sada y la actual. Cuando abundaban los terrenos sin roturar, concibese que serian innumerables los insectos forestales que habitarian las vecinas montafias; pero después de la desaparicién del arbo- lado, unas especies han de haber desaparecido también, y otras, antes comunes, han debido retirarse al interior, de ma- nera que en la actualidad es preciso transponer los pueblos de Vallvidrera y Horta, si se quiere recoger ejemplares de los coledpteros Zucanus cervus L., Buprestis mariana L., Lrga- lesfaber L., Cerambyx cerdo L., velutinus Brull. y Mirbeckit Luc., etc.; asi como, en el orden de los lepidépteros, Zugonia quercaria Hb., Biston hirtarius L., Pachycnemia hippocastana- ria Hb., Burrhanthis plumistaria Vill., Eupithecia unedonata Mab., etc.; especies todas estas que serian frecuentes hasta en los contornos de Gracia. Cierto que se encuentra atin en el monte Carmelo y en las cumbres del Coll y de la Montana pelada el interesante coledp- (3) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 135 tero Percus stullus Duf., asi como en los alrededores de Pedral- ves el Dorcadion molitor Fab.; pero no seria extrano que den- tro de diez 6 doce anos faltaran completamente en dichos lu- wares. Ocupando la vertiente meridional de la cordillera mencio- nada y dominando el vasto panorama de nuestra industriosa ciudad y su abrigado puerto, con el mar en lontananza, se ha- llan situadas las lindas poblaciones de Pedralves, Sarria y San Gervasio, sitios predilectos de los barceloneses para edifica- cidn de torres y quintas de recreo. Incalculables insectos de todos los érdenes se mueven en los floridos parterves de esas villas, particularmente lepidépteros, que no cesan un instante de buscar el licor 6 néctar de las corolas. Son vulgares los Pa- pilio podalirius L. y machaon L., Pieris brassicae L. y rape. l.., Colias edusa F., Rhodocera rhamni L., Lycena telicanus Hb. y diferentes Sphinx y Deilephila, que 4 la hora del crepusculo revolotean alrededor de la aromatica /onicera; y no faltan los bulliciosos himendpteros Xylocopa violacea Fab., Bombus mus- corum Smz. y hortorum Latr. Dos dilatadas y fértiles vegas limitan el perimetro del lla- mado d/ano de Barcelona: una en direccién al E., que termina en las orillas del Besds; al O. la otra, cortada por el rio Llobre- gat, y que se continua hacia el pueblo del Prat. En el centro de la primera, 6 sea de la que ocupa la parte oriental, existen las populosas villas de San Andrés del Palomar y San Martin de Provensals, en cuyos terrenos se cultivan los cereales, el canamo y las legumbres, y no son menos productivos los fre- sales que prosperan bien en las cercanias del Besés. Dentro de estos terrenos y campos de regadio se esconden debajo de los terrones y piedras una legién de carabidos, tales como Ledza, Calathus, Anchomenus, Feronia, Amara, Acinopus, Harpalus, el tenebrionido Stenosis angustata Herbst, y otros. Ademas, la ribera del citado Besés es asiento de una vege- tacion fresca y lozana, que en la primavera y verano se cubre de flores. Nuestras excursiones a esos sitios han sido siempre tan dichosas, que aconsejamos 4 los entomdlogos las visiten , como uno de los puntos donde la caza de insectos es mas pro- ductiva, y pueden recogerse las Cicindela trisignata Dej. y fle- zuosa Fab., los Aptinus, Polydrosus, Chlorophanus, la Hymeno- plia strigosa Ill. y la linda Hoplia cerulea Drury (coledpteros); 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) los lepidépteros Apatura ilia Hb., las Vanessa C-album lL. y antiopa L.; varias Zygena, las Harpyia bifida Hb. y vinula L.; la Notodonta tremula L, etc.; asi como el 7rigonidium ci- cindeloides Serv., que pertenece al orden de los ortdpteros. Conforme 4 lo antes indicado, por el lado Oeste, el llano se dirige hacia el rio Llobregat. En él descuellan las altas chi- meneas de las fabriles villas de Sans, Bordeta y Hospitalet, en cuyos alrededores se explotan varias huertas y frutales, rega- dos con las aguas del canal de la Infanta, que distribuye la fertilidad en toda la cuenca, y esos son otros sitios abundan- tes en Caza. | Seguin puede suponerse, son en numero considerable las mariposas de la familia de las Noctuideas, que a la caida de la tarde salen 4 volar por los matorrales y cercas de los sembra- dos, después que en estado de oruga han hecho muchas de ellas destrozos considerables en las hortalizas. Puede citarse como las mas comunes 4 las Acronycta, Triphena, Agrotis, Mamestra, Brotolomia, Sesamia, Caradrina, Plusia y Heliothis; y en las corrientes de las acequias que cruzan la feraz vega, se recogen ditiscidos, girinidos é hidrofilidos. También sobre las plantas de las margenes se ven volar con rapidez multi- tud de neurdpteros, como Libellula, Calopteryx, Lestes , Isch- nura, etc. A principios del siglo, mucha porcién de la mencionada llanura no era sino un dilatado erial, cubierto de lagunas y charcas cenagosas, que desde la falda de Monjuich llegaba hasta las orillas del Llobregat, y alimentaba una vegetacién propia de sitios andlogos, esto es: de 7yphas, Juncus, Phrag- mites, etc., y la Glycyrrhiza glabra L., que wnicamente se aprovechaba por razon de sus raices. Los miasmas paltidicos que de aquellas aguas se despren- dian hacian casi inhabitable la comarca, entonces frecuenta- da por pobres pescadores; y si bien en el dia han variado muchisimo el aspecto general y la flédrula, con todo, todavia no han desaparecido por completo ciertos elementos de vida para determinados grupos y géneros de insectos. De aqui que, si bien en mucha menor escala, atin son de ver numerosos Brachinus, Drypta, Lebia, Cimyndis, Panageus, Chlenius, Badister, Anchomenus, Stenolophus, Bembidiwm y mil otros ca- rabidos, estafilinidos y curculiénidos. («) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 137 Antes que la Sociedad agricola comprara una buena parte de aquellos incultos terrenos y abriese canales de desagiie para transformarlos en campos de labor, apenas llegaba yo 4 la barriada de Casa Antunez, se me presentaba a la vista un mundo de Scarites gigas Fab. y de Tentyria, que corrian por los arenales maritimos; en la actualidad, para recolectarlos en regular numero, es necesario pasar el rio y recorrer la playa que conduce al pueblo del Prat. Sin embargo, no son por eso escasos alli otros insectos, habiéndolos tan interesantes como la Cicindela paludosa Duf., el Carabus violaceus L., var. Mii llert Haury, Zychius decoratus Rosenh., Baris cuprirostris Fab. y la linda mariposa Arctia Latreilei God.; y entre las algas arro- jadas por las olas, la Nebria complanata L., Cymindis humera- lis Fab., Xantholinus fulgidus Fab., Pederus riparius lL. y longipennis Er., Saprinus semipunctatus Fab., Phaleria cadave- rina Fab., ademas de otras especies. Dejando 4 un lado estas y otras consideraciones generales que omito, enunciadas exclusivamente como para servir de guia 4 las personas que traten de recorrer los alrededores de la capital en busca de ejemplares de especies entomoldgicas, llamo la atencién sobre el hecho de haber nombrado con pre- ferencia insectos coledpteros y lepiddpteros. No es descuido, es efecto de las circunstancias que me rodean, impidiéndome llevar tan lejos como mi deseo el catalogo de tipos recogidos personalmente. Cuanto 4 lo que comprénde, se eleva 4 unos 900 el numero de coledpteros registrados, y pasa de 400 el de los lepidépte- ros. Respecto de otros érdenes enumero los que conozco, que la vida de un hombre, por grandes que sean su actividad y su querer, no alcanza para abarcarlo todo. Dejo, pues, al cuida- do de los jévenes entomdlogos, adicionar, mejorar y perfec- cionar mi obra, y aun les-estimulo a que acometan este tra- bajo, prometiéndoles magnificos hallazgos y descubrimientos importantes si se animan en la empresa. En semejante caso, les aconsejo sobre todo que no . olviden el paciente estudio de las metamorfosis y costumbres de los insectos, inica manera de completar la Historia natural de estos seres, en que cobraron renombre los distinguidos ento- mologos franceses MM. Perris y Goureau. A esa clase de observaciones me hubiera entregado con: 138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) ardor, si el estado de casi completo olvido en que encontré la entomologia en la comarca, no me hubiese obligado 4 ocupar- me desde los primeros momentos en lo mas conveniente, que fué el reunir datos para la formacién de un buen catalog de los articulados del Principado. Concluiré ofreciendo, antes de pasar & la enumeracidn de especies, trabajar mientras conser- ve mis fuerzas, para contribuir 4 despertar entre mis conciu- dadanos la aficidn 4 la Entomologia. Si por desgracia no se realizara esa aspiraciOn nuestra, aun asi no dejariamos de considerarnos suficientemente recompensados de todas nues- tras fatigas y esfuerzos, con los goces puros que la contem- placion de las maravillas de la Naturaleza nos ha proporcio- nado y con el beneficio moral que hemos obtenido del conoci- miento de las admirables armonias que existen en los tres reinos, pues nos ha demostrado mejor la bondad infinita de Dios y nos ha inclinado 4 amarle con mas fervor. COLEOPTEROS. Cicindela maura L.—En Monjuich, font trovarda; torrentes de Horta; Hospitalet. — campestris L.—Comun en los campos, claros de los bosques, ete.; de Febrero 4 Noviembre. — trisignata Dej.—En Besés, cerca del mar; de Mayo 4 Agosto. — Jlexuosa F.—En Casa Antunez; Besos; en el terraplén del ferro- carril del Este, cerca del puente, abunda; de Febrero 4 Junio. _— littoralis F.—En Badalona y en la desembocadura del Besos, ” casi tocando las olas; en Mayo son abundantes. —_ paludosa Duf.— En Casa Antunez, orillas de los pantanos y charcas; de Marzo 4 Agosto. EKlaphrus uliginosus ¥,—Debajo de las piedras y entre el detritus; alrede- dores de Barcelona. Omophron limbatum Latr.—Debajo de los despojos vegetales en las ori- llas del Llobregat. Notiophilus quadripunctatus Dej.—En Badalona, Besés, San Gervasio, etc. Carabus Dufouri Dej.—Raro. En la colina del Coll. — purpurascens F.—En Casa Antunez, Pueblo Nuevo, San Martin de Provensals. ; — violaceus L., var. Miilleri Haury.—En el llano del Llobregat. Calosoma sycophanta L.—En Casa Antunez, Hospitalet y Prat. _— sericeum Fab.—Escaso. En el Tibidabo, San Genis y Coll. (7) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 139 Calosoma indagator Fab.—En San Gervyasio y San Genis. Nebria complanata L.—En Casa Antunez, debajo de las algas, en las ori- llas del mar. Leistus spinibarbis F.—En San Gervasio, torrente del frare blanc. Scarites gigas F.—Arenales de Casa Antunez y del Prat. — levigatus Bon.—En los mismos lugares del anterior, Clivina fossor L.—En la Bordeta, Hospitalet, etc. Dyschirius nitidus Dej.—En Casa Antunez. — obscurus Gyll.—Con el anterior. Siagona rufipes Fab.— Debajo de las piedras, en el Prat, Bordeta, Hospi- talet, ete. Aptinus displosor Duf.— Entre la hojarasca al pié de los chopos, en el Besos y Moncada; también en el monte Carmelo. Brachinus humeralis Ahr.— Debajo de las piedras; en lugares humedos, Prat, Casa Antunez. _— psophia Dej.—Se halla debajo de las piedras, en parajes humedos. a bombarda Dej.—Idem, id. : = crepitans L.—Idem, id. — explodens Duft.—Idem, id. _ sclopeta Fab.—Idem, id. Drypta dentata Rossi.—En Casa Antunez, Hospitalet. — distincta Rossi—KEntre el detritus. Casa Antunez. Atophorus imperialis Germ.— Orillas del Llobregat. Demetrias atricapillus L.—En San Gervasio, Badalona. Casi todo el ano. Dromius linearis Ol.—En el Coll y Tibidabo. Blechrus glabratus Duft.—En Casa Antunez, San Pedro Martir, etc. Metabletus truncatellus L.—En el Coll, San Gents, ete. Apristus albonotatus Dej.—En. San Geryasio, torrente del frare blanc; todo el afio. Lebia fulvicollis Fab.—En Monjuich, Tibidabo; todo el afio. — cyanocephala L.—En la Bordeta, San Andrés de Palomar, ete. — cyathigera Rossi.—Con la anterior. . — turcica Fab.—En Moncada. — — var. quadrimaculata Dej.—En Vallyidrera. Cymindis discoidea Dej.—Tibidabo, Moncada; casi todo el afio. — humeralis Fab.—En Casa Antunez, cerca del mar, debajo de los detritus vegetales. axillaris Fab.—En la broza,. _ onychina Dej:—En el Tibidabo, Coll, Moncada; casi todo el ano. Panageus crux-major L.—Debajo de las piedras y entre el lodo de las cercanias de los pantanos. En Casa Antunez y Besos. Chlenius circumscriptus Duft—En Casa Antunez. Se encuentra hasta en invierno. 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Chlenius velutinus Duft— Comin. Debajo de las piedras, cerca de las acequias y charcas; laguna de Badalona, Hospitalet, Casa Antunez, etc.; casi todo el ano. festivus Fab.—Debajo de las piedras; todo el afio. spoliatus Rossi.—Debajo de las piedras. vestitus Payk.—Comun. Debajo de las piedras. Schrankii Duft.— Escaso. En los campos de San Martin de Provensals. tibialis Dej.—En Casa Antunez. nigricornis Dej.—Debajo de los terrones, en campos htimedos; San Martin de Provensals. azureus Dutt.—Debajo de las piedras, detritus, etc., hasta en el Ensanche; todo el ano. Licinus silphoides Fab.—En Monjuich; Casa Antunez. equatus Dej.—En el Coll y San Genis; todo el ano. Badister unipustulatus Bon.—En sitios himedos; Casa Antunez. Broscus cephalotes L.—En San Jerénimo y Moncada. Patrobus rufipennis Dej.—En San Gents y Horta. Sphodrus leucophthalmus Lin.—En la Bordeta. complanatus Dej.—Comiun,; todo el afio. Valatus cisteloides Ill.—Frecuente en campos y jardines; casi todo el afio. glabricollis Dej.—En Sarria, San Gervasio, etc.; todo el afio. circumseptus Germ.—Comun hasta en el Ensanche. mollis Marsh.—Con el anterior. melanocephalus L.—En Gracia y San Geryasio. micropterus Duft.— Alrededores de Barcelona. -[nchomenus angusticollis Fab.— En Casa Antunez. livens Gyll.—Entre la hojarasca, en sitios frescos. prasinus Thumb.— Debajo de las piedras, en las orillas de las acequias; Casa Antunez; campos de San Martin de Pro- vensals y Santa Coloma. albipes Fab.—Cercanias de Barcelona, Sarria, ete. austriacus Fab.—En iguales puntos del anterior. — var. modestus St.—En Casa Antunez, Bordeta. viduus Panz.—Orillas de los arroyos, Horta, San Genis. Feronia cuprea L.—Comiun en todas partes. Koyi Germ.—En San Genis y Vallearca. barbara Dej.—En Monjuich, San Gervyasio, ete. vulgaris L.—En Vallvidrera, Sarria, ete. nigrita Fab.—En Casa Antunez. oblongopunctata Fab.—Orillas del Besdés y del Llobregat. striola Fab.—En el Tibidabo y San Genis; todo el ano. terricola Fab.—En San Martin de Proyensals y Pueblo Nuevo. 9) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. JI Percus stultus Duft.—Debajo de las piedras en Monjuich, las cumbres del Tibidabo, del Coll, Montafia pelada y en el torrente de Vall- vidrera, cerca del pantano. Amara striato-punctata Dej.—En el Tibidabo. — strenua Zimm.—Alrededores de Barcelona. — acuminata Payk.—Comin en Sarria, Gracia, ete. — familiaris Duft.— Debajo de las piedras, en los campos, huertas, jardines, etc.; todo el ano. — crenata Dej.—Cercanias de Barcelona. — brevis Dej—En Monjuich, San Gervasio, Tibidabo, ete. Zabrus gibbus Fab.—En lugares secos; casi todo el afio. Aristus clypeatus Rossi.—En Monjuich, Sarria, Gracia, ete. — spherocephalus Ol.— En Gracia, Sans, etc.; todo el afo. Ditomus calydonius Fab.—En Casa Antunez, Tibidabo; todo el ano. — bdeticus Ramb.—Escaso. Sitios dridos y secos del Coll. Apotomus rufus Ol.—Debajo de las hojas caidas. Acinopus tenebrioides Duft.—Contornos de Barcelona, Pueblo Nuevo, ete.; todo el ano. Gynandromorphus. etruscus Sch6n.—En Monjuich. Diachromus germanus L.—En las margenes de los arroyos; Casa Antunez, Harpalus azureus Fab.—Alrededores de Barcelona. — ruficornis Fab.—Comin en todo el llano, — griseus Panz.—Idem, id. — fulvus Gray.—Idem, id. _— consentaneus Dej.—Idem, id. — distinguendus Duft.—Comunisimo, debajo de las piedras, hasta en el Ensanche. _ ceneus Fab.—Con el anterior. — cupreus Dej.—Se encuentra todo el afio. —_ serripes Schl.—Debajo de las piedras. a caspius Steven.— En la Bordeta y Sans. Stenolophus teutonus Schl.—Orillas de los pantanos y charcos de Casa Antunez; también en Horta. Bradycellus verbasci Duft.—Alrededores de Barcelona. Trechus minutus Fab.—En sitios himedos; Bordeta y Sans. Tachys quadrisignatus Duft.—En Casa Antunez. Bembidium quadrimaculatum L.—En San Gervyasio y San Genis. -— quadriguttatum Fab.—En terrenos huimedos del llano. _ pusillum Gyll.—Cercanias de Barcelona. _ lampros Herbst.—En Casa Antunez. —_ nitidulum Marsh.—Idem, id. —_ obsoletum Dej.—Alrededores de Barcelona. _ concinnum Stph.—Desembocadura del Besdés y del Llobregat. 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Bembidium varium Ol.—En San Gervasio y Tibidabo. — paludosum Panz.—Orillas del Llobregat, Prat y Hospitalet. Tachypus flavipes L.—En Casa Antunez. Haliplus badius Aubé.—En las acequias y charcas de Casa Antunez. — fulvus Fab.—Acequias de Casa Antunez. — cinereus Aubé.—Laguna de Vallvidrera. — __ lineatocollis Marsh.— Acequias del llano del Llobregat. Brychius elevatus Panz.—Lagunas y acequias del Prat y del Hospitalet. Hydroporus reticulatus Fab.—En Casa Antunez. — inequalis Fab.—En las aguas fangosas; orillas del Besés y del Llobregat — decoratus Gyll.—En los aljibes y charcos. — confluens Fab.— Con el anterior. _ picipes Fab.—En los estanques de los jardines, Sans, Gracia, San Gervasio, ete. , — geminus Fab.— Aljibes y charcos de los alrededores de Bar- celona. — flavipes Ol.—Con el anterior. — opatrinus Germ.— En las aguas corrientes y estanques de los jardines. a. pubescens Gyll.—Charcas del Llobregat. Noterus crassicornis Fab.—En Casa Antunez. — levis Sturm.—En las aguas encharcadas del Prat. Laccophilus interruptus Panz.—Estanques del llano. — variegatus Sturm.—Aguas corrientes de Casa Antunez. Colymbetes coriaceus Lap.—En pantanos, balsas, charcos y en los estan- ques de los jardines. — fuscus l..—Comun. — dolabratus Payk.—En lagunas, aljibes, etc. Casa Antunez. — _ pulverosus Stm.— Con el anterior. — bistriatus Berg. — En Casa Antunez. Ilybius fuliginosus Fab.—Acequias de los contornos de Barcelona. — meridionalis Aubé.—Estanques y aljibes de las huertas. Liopterus agilis Fab.—En las charcas de Casa Antunez. Agabus maculatus L.—En las acequias del llano. — abbreviatus Fab.—Idem, id. — didymus Pl.—Idem, id. — brunneus Fab.—Idem, id. — paludosus Fab.— En los pantanos de Casa Antunez y del Prat. — bipunctatus Fab.—En las aguas encharcadas. — binotatus Aubé.—En los pantanos y acequias de Casa Antunez. — guttatus Payk.—Estanques, corrientes de aguas limpidas. — biguttatus Ol._—En las aguas encharcadas y arroyos. (il) CGuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 143 Agabus bipustulatus L.—Entre el fango de los charcos y pantanos. Vallyi- drera. Dytiscus marginalis L.—Comun en las acequias y aljibes de las huertas. — pisanus Lap.—En los mismos puntos del anterior. — punctulatus Fab.— En las balsas y pantanos de Vallvidrera. Eunectes sticticus L.—Estanques, balsas, aljibes, etc. de Casa Antunez. Acilius canaliculatus Nicol.—En las corrientes y acequias de San Andrés de Palomar y Moncada. Hydaticus cinereus L.—En los estanques. — transversalis Fab.—Pantanos y charcas. Gyrinus striatus Fab.—Acequias de San Martin de Provensals. — minutus Fab.— Aguas del lano. — urinator Ill.—Acequias de San Andrés del Palomar. — natator Scop.—Idem, id. Orectochilus villosus Fab.—Arroyos y acequias. Hydrophilus piceus L.—En las acequias, aljibes, ete. Hydrous flavipes Stev.—Alrededores de Barcelona. Hydrobius globulus Payk.—En el pantano de Vallvidrera. Helochares lividus Forst.—En las acequias, ete. Berosus affinis Brull.—Estanques y aljibes. Helophorus rugosus Ol.—Debajo de las piedras sumergidas. — aquaticus L.—En los mismos sitios del anterior. _ granularis L.—Charcos de Casa Antunez. Hydrochus carinatus Germ.—En el pantano de Vallvidrera. Ochthebius bicolon Germ.—En las acequias de Casa Antunez. Hydrena gracilis Germ.— Llano de Barcelona. Cyclonotum hispanicum Kiist.— Acequias del Besdés y Llobregat. Spheridium bipustulatum Fab.— En los excrementos. Cercyon hemorrhoidale Fab.— En excrementos de animales herbivoros. Falagria obscura Curt.—En el llano de Barcelona. Stenusa rubra Er.—Entre el detritus vegetal. Ocalea badia Er.—San Geryasio, etc. Se encuentra con frecuencia trepando por las tapias y paredes de cerca, Aleochara fuscipes Gray.— Debajo.de las piedras, en Casa Antunez y San Pedro Martir, etc. — tenwicornis Kraat.—En los mismos sitios del anterior. Myrmedonia canaliculata Fab.—Entre el cesped; vive en compafiia de la hormiga roja. Homalota merdaria Thoms.—Contornos de Barcelona. = inquinula Er.—Idem, id. — melanaria Sablb.—Idem, id. Tachyporus solutus Er.—En los montes. — chrysomelinus L.—En las margenes del Besos. 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Tachyporus hypnorum Fab.—Comun en los arbustos y plantas bajas. Quedius fulgidus Fab.— Montes de San Genis. — brevis Er.— Montanas de San Pedro Martir y Tibidabo. — attenuatus Gyll.—Alrededores de Barcelona. — scintillans Gray.—Gracia, Vallearca, ete. Creophilus maxillosus G.— En estiércol, animales muertos y en toda clase de inmundicias. Emus hirtus L.—Comiun. Leistotrophus marginalis Géné.— Estiércoles, cadaveres de animales, etc. Staphylinus fossor Scop.— Escaso. En Casa Antunez. Ocypus olens Miiller.—Comun en todas partes. — cyaneus Payk.—Frecuente en el Ilano. — picipennis Fab.—En Casa Antunez. — cupreus Rossi.—Debajo de las piedras, en campos aridos y secos; hasta en el Ensanche. — morio Grav.—Comun en depésitos de lefia, estiércoles, etc.; todo el ano. Philonthus xantholoma Gray,—En San Gervasio y Coll. _ Jimetarius Gray.—Comun. — ebeninus Gray.— En las orillas del mar. — fumigatus Er.—En excrementos. _ vernalis Gray.—Por lo regular sobre plantas; a veces se suben por los muros de cerca. — fulvipes Fab.—Gracia, San Martin de Provensals, ete. Xantholinus hesperius Er.— En el Tibidabo. — fulgidus Fab.—Debajo de la hojarasca y entre las algas de las orillas del mar. Casa Antunez, Sarria, Badalona, ete. Leptacinus batychrus Gyll.—En San Genis y Horta. Lathrobium angustatum Lacord.—En el Besés. Cryptobium fracticorne Payk.—Alrededores de Barcelona. Stilicus affinis Er.—Idem, id. Sunius filiformis Latr.—En el Coll, San Gents, Horta, ete. — angustatus Payk.—Debajo del detritus vegetal de las cercanias de los arroyos. . — bdimaculatus Er.— Raro. Cumbre del Tibidabo. Pederus riparius L.—Debajo de las hojas y piedras, en las rieras y entre las algas arrojadas por las olas. — longipennis Er.—En los arenales maritimos y en excrementos de animales herbivoros. Casa Antunez, Bordeta, San Andrés. — ruficollis Fab.—En las orillas de los rios. Stenus guttula Miiller.—Margenes de los arroyos. — ater Manh.—En la Bordeta, San Gervasio, ete. — argentellus Thom.—En San Gervasio. (13) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 145 Stenus paganus Er.— Alrededores de Barcelona. — cicindeloides Gravy.—Idem, id. : Oxytelus rugosus Fab.—Se encuentra todo el afio en excrementos humanos. — pirceus L.—Idemn, id. — sculptus.Gray.—Idem, id. — sculpturatus Gray.—Idem, id. f Omalium nigriventre Rosenh.—No es frecuente. San Gervasio. i. Anthobium montanum Er.—Debajo de las piedras, en las flores. | Bryaxis sanguinea L.—En Casa Antunez, Bordeta, ete. } ' Claviger longicornis Miill.—En los hormigueros. \z Paussus Faviert Fairm.—Idem, id. ‘é a Scydmenus scutellaris Miill.—En Casa Antunez. Nei — hirticollis T1.—Con el anterior. — tarsatus Miill.—Idem, id. _ Silpha rugosa L.— En cadaveres de animales. — sinuata Fab.—En materias en descomposicién. — opaca L.—En animales muertos. — puncticollis Lac.—Alrededores de Barcelona. — vreticulata Fab.—En Vallvidrera. — granulata Ol.— Frecuente en los campos de cereales. — tristis I.—Sobre animales muertos. — obscura L.—Contornos de Barcelona. — atrata L.—En San Gervyasio, Vallearca, ete. Necrophorus vespillo L.—Llano del Llobregat. Clambus pubescens Redt.— En las aguas de Casa Antunez. — ivinutus Strm.—Alrededores de Barcelona. Ptilium Kunzei Heer.—En Sarria y San Gervasio. Hister major L.—En excrementos; todo el afio. — inequalis Fab.—Con el anterior. — quadrimaculatus L.—En las bofiigas y estiércoles. — grandicollis I11.—En todo el llano. — helluo Truqui.—En Sarria. — ignobilis Mars.—Idem, id. — simuatus Ill.—En las bofiigas y materias en descomposicion. — bimaculatus L.—En animales muertos. .Tribalus scaphidiformis 1l.— Debajo de las piedras. Saprinus semipunctatus Fab.—En excrementos y en peces en descompo- sicidn. Arenales de Casa Antunez. — nitidulus Payk.—En las inmediaciones de Barcelona; casi todo el afio, — speculifer Latr.—En el llano de Barcelona. — chalcites 111.—Con el anterior. — metallescens Ery.—En excrementos. ANALES DE HIST, NAT. — XVII. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Onthophilus exaratus IL—San Gervasio, Sarrid, ete. Abreus globulus Creutz.—Cercanias de Barcelona. Olibrus bicolor Falb.—Vive sobre las flores, siendo comin en los jardines. — pygmceus Strm.—Idem, id. — geminus Ill.—Idem, id. Brachypterus vestitus Kiesw.—Idem, id. Nitidula bipustulata Fab.—Se encuentra en los animales muertos y en descomposicion. — flexuosa Fab.—Idem, id. — quadripustulata Fab.—Idem, id. Soronia grisea L.—En las cloacas, minas, ete. Omosita colon L.—Con el anterior. Meligethes rufipes Gyll.—En los montes proximos. — aeneus Fab.— En el llano de San Andrés del Palomar. — pedicularius Gyll.—Comun sobre las plantas. —_ flavipes Sturm.—Con el anterior. _ obscurus Ery.—Alrededores de Barcelona. Nemosoma elongatum L.—Escaso. En Gracia y Vallcarca. Trogosita mauritanica L.—Comiun en los almacenes de granos. Colydium elongatum Fab.—Cercanias de Barcelona. Silvanus frumentarius Fab.—Frecuente en los graneros. Cry ‘yptophagus cellaris Scop.—En San Gervasio, San Genis, ete. — dentatus Herbst.—Alrededores de Barcelona. oa vini Panz.—En todo el llano. Dermestes Frischii Kugel.—Se encuentra sobre cadaveres de animales. —_— murinus L.—Idem, id. — undulatus Brahm.—Idem, id. — sardous Kiist.—Idem, id. — lardarius L.—Destroza las grasas y es frecuente encontrarlo en las grietas de la corieza de los arboles viejos, en el Llano del Llobregat. Attagenus verbasci L.—Sobre diferentes plantas. Anthrenus pimpinelle Fab.—Idem, id. — varius Fab.—Idem, id. _ museorum L.—Frecuenta las plantas de los jardines, y sus lar- vas destrozan las colecciones de Historia natural. Syncalypta spinosa Rossi.—En Casa Antunez. Parnus luridus Er.—Llanura del Llobregat. . Heterocerus parallelus Gebl.— En el Hospitalet y Bordeta. Lucanus cervus L.—Montes de Vallvidrera y Moncada. _— — var. capra Ol.—En los mismos puntos del anterior. Dorcus parallelepipedus L.—En los bosques de Vallvidrera. Ateuchus sacer 14.—Llano y arenales maritimos. (5) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 147 Ateuchus puncticollis Latr.—Inmediaciones de Barcelona. — semipunctatus Fab.—Arenales del Pueblo Nuevo yv Badalona. — variolosus Fab.—En el ano y hasta en el Ensanche, Sisyphus Schefferi L.—En los campos arenosos. Gymnopleurus Sturmit Mac Leay.— En excrementos. _ flagellatus Fab.— Idem, id. Copris hispanus l.— Asimismo en excrementos. Se esconde en tierra, 2 bastante protundidad. Bubas bison L.—En excrementos de ganado vacuno. Onitis Olivieri I— También busca las bofigas, y se encuentra en los terrenos arenosos cercanos al mar, por la parte del Besés. Onthophagus Hubneri Fab.—Se halla en los excrementos. —_ taurus L.—Idem, id. — vacca L..—Idem, id. — fracticornis Prey.—Idem, id. —_— nuchicornis L.—Idem, id. — lemur Fab.—Idem, id. _ Surcatus Fab.—Idem, id. — ovatus L.—Idem, id. _ lucidus Il.—Idem, id. Oniticellus flavipes Fab.—En excrementos de ganado vacuno; campos arenosos proximos al mar. Aphodius hemorrhoidalis L.— Frécuenta los excrementos y materias en putrefaccion. — scybalarius Fab.—Idem, id. — fimetarius L.—Idem, id. — granarius L.—Idem, id. _ lugens Creutz.—Idem, id. — bimaculatus Fab.—Idem, id. — inquinatus Fab.—Idem, id. — merdarius Fab.—-Idem, id. — prodromus Brahm.-—Iden, id. — depressus Kugel.—Idem, id. Rhyssemus germanus L.—Raro. Alrededores de Barcelona. Psammodius cesus Panz.—Debajo de las piedras. Bolboceras gallicus Muis.— En los bosques de Vallvidrera y Moncada. Geotrypes typheus L.—Frecuenta los excrementos. _ stercorarius L.—Idem, id. _ hypocrita Il. —Idem, id. ~ levigatus Fab.—Idem, id. Trox Fabricii Reich.— Escaso. En materias vegetales en descomposicion. — hispidus Laich.—Alrededores de Barcelona. — scaber L.—Bastante escaso. En San Gervasio y Gras 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16): Hoplia cerulea Drury.— En San Andrés y margenes del Besés. Hymenoplia strigosa Ill.—Se encuentra sobre varias plantas en los ribazos del Besés y Llobregat. Serica holosericea Scop.—En el llano del Llobregat. Melolontha vulgaris Fab.—En las cercanias de Badalona. Polyphylla fullo L.—En Sarria y en el Tibidabo. Anoxia australis Sch.—En San Martin de Provensals y Besés. — villosa Fab.—Comun y aparece en Junio. La larva destroza las- raices de los arboles frutales. Rhizotrogus pint Ol.—En el Pueblo Nuevo y Besés. —_ solstitialis L.—En el llano de Barcelona. — rufescens Latr.— En los mismos puntos del anterior. a granulifer Rosenh.—En San Geryasio, Sarria, ete. Anisoplia arvicola Ol.—En el Clot, Pueblo Nuevo, ete. Phyllopertha campestris Latr.—En los campos de San Andrés del Palomar- Anomala aurata Fab.—Orillas del Besos. — devota Rossi—Margenes del Besés y Llobregat. Pentodon puncticollis Burm.—Vallvidrera. Phyllognathus silenus Fab.— En Sarria y San Geryasio. Oryctes grypus Ill.—En los torrentes. Oxythyrea stictica L.—Frecuente sobre las flores, particularmente en las de los Cistus. , Cetonia hirtella 1.—Como la anterior, en las flores. — morio Fab.—Frecuenta las flores. — opaca Fab.—Idem, id. — floricola Herbst.—Idem, id. — awurata L.—Iden, id. Valgus hemipterus L.—En Sarria, Gracia, Besos, ete. Buprestis mariana L.—Pinares de Vallvidrera y Moncada. Capnodis tenebrionis L.—Comiun en los almendros; Pedralves y Sarria. Dicerca alni Fisch.—Frecuente en los Populus. Peecilonota conspersa Gyll.—Como el anterior. Ancylochira rustica L.—Alrededores de Barcelona. — flavomaculata Fab.— A veces se encuentra en los lefieros. Euwrythyrea micans Fab.— Escaso. Llano del Llobregat. Anthaxia manca Fab.—En San Gervasio, torrente del frare blanc. — nitidula L.—Busca las flores de varias compuestas. — ferule Géné.—En Vallvidrera. — _ morio Fab.—Por lo regular se halla en las flores del Convolvulus- arvensis. Ptosima flavoguttata I.—En el Hospitalet, Pedralves, Horta, etc. Acmeodera cylindrica Fab.—Escaso. Alrededores de Barcelona. _— teeniata Fab.—Desde San Pedro Martir 4 Horta. ai) Cuni.—iNSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 149 Acmeodera discoidea Fab.—En el Coll, San Genis y Horta. a lanuginosa Gyll.— Cerca del antiguo Belén y en las ruinas de San Jerénimo. Sphenoptera antiqua Ill.—En Sarria y San Gervasio. ~ gemellata Manh. —En Santa Coloma de Besés. Corebus rubi L.—Comun sobre el Rubus. — elatus Fab.— A veces se encuentra con el anterior. — amethystinus Ol.—Idem, id. Agrilus biguttatus Fab.—En Valvyidrera y Horta. — angustulus Ill.—En Sarria y San Genis. — graminis Lap.—En Sarria. Trachys minutus L.—Inmediaciones de Barcelona. — pygmeus Fab.—Idem, id. — nanus Herbst.—Idem, id. Aphanisticus emarginatus Fab.—En las plantas que crecen en las lagunas de Casa Antunez. — pusillus Ol.—Idem, id. Adelocera carbonaria Schr.—Sobre varias plantas y con frecuencia en las flores de las zanahorias. Heteroderes crucifer Rossi—En el Besoés y el Llobregat. Drasterius bimaculatus Fab.—Llano del Llobregat. _Elater sanguineus L.—Margenes del Besos. Betarmon bisbimaculatus Schn.—En San Geryasio y Horta. Cryptohypnus quadripustulatus Fab.—Alrededores de Barcelona. Cardiophorus biguttatus Fab.—Sobre varias plantas. — = var. ornatus Cand.—Con el anterior. Melanotus tenebrosus Er.—En Sarria y San Gervasio. Agriotes sputator L.—Comun. Alrededores de Barcelona. — sordidus Il.—En sitios incultos del Pueblo Nuevo. — aterrimus L.—En San Pedro Martir y Tibidabo. Cebrio gigas Fab.—En el llano del Llobregat. — Fabricii Leach.— Contornos de Barcelona; en Agosto se puede coger en la riera den Malla, después de una fuerte tormenta de Iluyia. Cyphon macer Kiesw.—Alrededores de Barcelona. Eubria palustris Germ.—En Casa Antunez. Lampyris mauritanica L.—San Gervasio, Vallcarca, Horta. — noctiluca L.—Frecuente en las orillas del Besés. Telephorus obscurus L.—Comun sobre las flores. _ bicolor Panz.—Idem, id. ! Rhagonycha fulva Scop.—Sobre diferentes plantas del llano y monte. — nigripes Redt.—Idem, id. Malthinus biguttatus L.—Idem, id. 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Malthodes mysticus Kiesw.—Idem, id. = spathifer Kiesw.—Idem, id. Drilus flavescens Fab.—Con frecuencia sobre los Carduus. Malachius bipustulatus L.—En varias plantas. — marginellus Ol.—Idem, id. — elegans Ol.—Idem, id. Attalus lusitanicus Kr,—Idem, id. — pictus Kiesw.—Con mas frecuencia sobre el Spartium junceum- Kbeus thoracicus Ol._—En plantas bajas. — collaris Er.—Idem, id. Homeodipnis Javeti Day.—Idem, id. Colotes maculatus Kiesw.—Idem, id. Henicopus calcaratus Kiesw.— Frecuente en las espigas tiernas de los cereales; todo el Llano. Dasytes griseus Kiist.—Sobre las flores. — subeneus Sch.—Idem, id. Dolichosoma viridi-ceruleum Geotf.—Idem, id. Lobonyx ceneus Fab.—Por lo comun en las flores de las compuestas. Clerus formicarius L.—En San Geryasio, Horta, ete. Trichodes apiarius L.—Por lo regular en las flores de las wmbeliferas. Corynetes coeruleus de Geer.—Sobre las plantas de las margenes de las acequias. Bordeta. —— ruficollis Fab.—En los cadaiveres y materias en putrefaccién. — rufipes Fab.—Idem, id. Hedobia imperialis L.—Se halla en los contornos de Barcelona. Ptinus variegatus Rossi.— Los Ptinus viven en Barcelona y sus alrededo- res, y algunos de ellos, particularmente el Jatvo, causan dano- en los museos y colecciones de Historia Natural. — ornatus Miiller.—Barcelona y alrededores. — submetallicus Fairm.—Idem, id. — fur L.—Idem, id. — latro Fab.—Iden, id. — bidens Ol.—Idem, id. Gibbium scotias Fab.—Se halla entre el polvo, en las bodegas, detras de los armarios, etc. Anobium domesticum Foure.—Vive de materias vegetales. — fulvicorne Strm.—Idem, id. — nitidum Herbst.—Idem, id.. — rufwn Tll.—Idem, id. — panicewm L.—Idem, id. — hirtwn Ill.—Idem, id. Ernobius abietinus Gyll.— También se alimenta la larva de materias ve- getales. (9) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 15i Ernobius mollis l.—La larva destroza los muebles. Lasioderma bubalus Fairm.—A veces se encuentra en el pan seco. Sinoxylon sexdentatum Ol.—En el interior de las ramitas tiernas del pino. Apate capucina L.—Es frecuente cogerla en los lefieros. — luctuosa Ol.—Idem, id. Rhopalodontus perforatus Gyll.— En San Gervasio y Gracia. Tentyria interrupta Latry.— Arenales del Pueblo; Nuevo y Badalona y en Casa Antunez. Stenosis angustata Herbst.—Debajo de ladrillos viejos y piedras, al pie de los muros del cementerio del Este. Helenophorus collaris Fab.— En las basuras, hojas caidas, ete. En Vista- Alegre, Sans, etc. Akis punctata Thunb.—En Sans, Sarria, Vallvidrera. — acuminata Herbst.—En Sans y la Bordeta. Scaurus striatus Fab.—En la Bordeta, Hospitalet, ete. Blaps similis Latry.—Busca los lugares himedos y oscuros. — producta Cast.—Idem, id. — lusitanica Herbst.—Idem, id. — gigas L.—Idem, id. Asida Jurinei Sol.—En los montes de Horta y Vallyidrera. — sericea Ol.—Comun.en los montes. — marginicolis Ramb.—Muy escaso. En San Gervasio. Crypticus pruinosus Duf.—En las acequias. Heliopathes montivagus Muls.—En los bosques. — lineatopunctatus Muls.— Comun en los alrededores de Bar- celona. ites indiscretus Muls.—Con el anterior. — abbreviatus Ol_—En el llano; casi todo el afio. Opatrum sabulosum L.—Comiun en las carreteras, senderos y sitios secos. . — perlatum Germ.—Idem, id. — setulosum Kiist.—Debajo de las piedras, en lugares aridos, hasta el Ensanche. — _ rusticum Ol.—Contornos de Baréelona. Phaleria cadaverina Fab.—Debajo de las algas, en los arenales maritimos de Casa Antunez. — acuminata Kiist—En compaiiia de la anterior. Gnathocerus cornutus Fab.—En San Geryasio y Gracia. Hypophloeus depressus Fab.—En las bodegas, establos, etc. Alphitobius diaperinus Panz.—En el Pueblo Nuevo. Cossyphus Dejeanii Breme.—Escaso. En Casa Antunez. Tenebrio molitor L.—En los depdsitos de harina, molinos, etc. — obscurus Fab.—Idem, id. Centorus procerus Muls.—En el Besos. 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Helops coeruleus L.—En San Gents y Moncada. — cerberus Muls.—Vive en los montes, debajo de las hojas caidas. Cistela murina L.—Frecuente en los arboles y arbustos. Omophlus leptwroides Fab.— Sobre diferentes plantas. — picipes Fab.—Idem, id. _— rujicollis Fab.—Idem, id. Rhinosimus planirostris\Fab.—Idem, id. Abdera affinis Payk.—Idem, id. Lagria hirta L.—Idem, id. — glabrata Ol._—Idem, id. Notoxus monocerus L.—En la llanura de San Martin de Proyensals y miir- genes del Besos. — cornutus Fab.—Idem, id. Formicomus ceeruleipennis Lat.—En el llano del Llobregat. — pedestris Rossi.—En la colina del Coll. Leptaleus Rodriguii Latr.—En los mismos puntos del anterior. Anthicus floralis Fab.—Inmediaciones de Barcelona. — wstabilis Lat.—En Sarrid y Pedralves. — _ tenellus Lat.—Arenales de Badalona. — tristis Schm.—Sobre el Tamarix de las orillas del Llobregat. — antherinus L.—Se halla junto con el que antecede. Ochthenomus tenwicollis Rossii—En Casa Antunez. Pyrochroa rubens Fab.—En el Prat, Hospitalet y Bordeta. Mordella fasciata Fab.—Frecuente en las plantas del llano y de la mon- tana. — bipunctata Germ.—Idem, id. — aculeata LL.—Idem, id. Mordellistena grisea Muls.—Idem, id. — pumila Gyll.—Idem, id. Anaspis quadripustulata Muls.—En Vallearca y San Genis. Myodites subdipterus Fab.— Algo raro. En las plantas del Mano. Metecus paradoxus L.—Sobre las plantas bajas. Rhipiphorus bimaculatus Fab.— Busca las flores de las Carduus y wnbe- liferas. Meloé autumnalis Ol.—Orillas del Llobregat y del Besés. — majalis L.—Frecuente en los sembrados de trigo. — variegata Donoy.—En San Gervasio, de vez en cuando. — purpurascens Germ.—En los campos de los alrededores de Barce- lona. — rugosa Marsh.—Bosques de Vallvidrera. Cerocoma Schreberi Fab.—En el Hospitalet y Bordeta. Mylabris quadripunctata L.—En Sarridé, Horta, Santa Coloma. — duodecim-punctata Ol—En Vallearca y San Genis. (21) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. = 158 Lytta vesicatoria L.— Algunas veces, pero pocas, se ha presentado en las orillas del Llobregat y Besés. Zonitis mutica Fab.—Sobre diferentes flores. — prceusta Fab.—Por lo regular en las centdureas. Nacerdes malanura L.—En las cereanias de Barcelona. (Edemera podagrarie L.—Se encuentra en San Andrés y Horta. — cerulea L.—Al igual de las otras especies, frecuenta las flores. — flavipes Fab.—¥n todo el llano de Barcelona. Anoncodes ruficollis Fab.— Margenes del Besos. Ohrysanthia viridissima L.—Contornos de Barcelona; asimismo sobre las flores. Probosca unicolor Kiist.—Idem, id. Chitona connexa Fab.—Se halla sobre el Tamarix, en las orillas del Llo- bregat. Stenostoma coeruleum Petag.—En Casa Antunez. Yrodon pygmeus Gyllh.—En las ramas de los arbustos. — canus Kiist.—Se encuentra en los cafiaverales. Spermophagus cardui Gyllh.—Vive sobre los cardos. Bruchus variegatus Gylh.—Vive sobre diferentes plantas y semillas, y algunas veces se encuentran hasta en las habitaciones. — dispergatus Gyllh.—Idem, id. — picipes Germ.—Idem, id. — cinerascens Gyllh.—Idem, id. — pisi L.—Idem, id. — rufimanus Boh.—Idem, id. — sertatus Ill.—Idemi, id. — seminarius L.—Idem, id. — luteicornis 111.—Idem, id. — nubilus Boh.—Idem, id. — velaris Fahr.—idem, id. — ater Marsh.—Idem, id. Tropideres sepicola Herbst.—Se le ve con frecuencia en las huertas, sobre las flores de las cebollas. Otiorhynchus lugdunensis Boh.—En los Quercus. — auropunctatus Gyllh.— Bosques de San Genis. — chrysocomus Germ.—En las ramas del Quercus y de otros Arboles. = gemmatus Fab.—Con el anterior. Peritelus adusticornis Kiesw.—En San Genis y Horta. " —. —_- rusticus Boh.—Ribazos de Besos y Llobregat. — necessarius Gyllh.—En San Genis. Omias forticornis Boh.— Debajo de las piedras, en sitios frescos. Phyllobius sinuatus Fab.— Margenes del Besos. 154 ANALES DE, HISTORIA NATURAL. (22) Phyllobius betule Fab.—En San Geryasio. Cneorhinus barcelonicus Herbst.—En San Genis y Horta. Barynotus squamosus Germ.—Debajo de Jas piedras. Strophosonus tubericollis Fairm.—Torrentes de Badalona. — obesus Marsh.— Orillas del Besés. — squamulatus Herbst.—En Sarrid y San Genis. Brachyderes lusitanicus Fab.—Por lo regular sobre el Pinus. Sitones gressorius Fab.— En los arbustos y otras plantas. — griseus Fab.—Idem, id. — flavescens Marsh.—Idem, id. — crinitus Ol.—Frecuenta de preferencia el Ononis viscosa. — lineatus L.—No es escaso en los arbustos de los jardines. — humeralis Steph.—Comiun sobre la mielga y otras plantas forra- jeras. — inops Gyllh.—En Vallvidrera. Metallites murinus Gyllh.—En San Genis. Polydrosus planifrons Gyllh.—Se encuentra en las ramas de los drboles y arbustos, sobre todo en las orillas del Besos. — armipes Brull.—Idem, id. , -- impressifrons Gyllh.—Idem, id. — flavipes de Geer.—Idem, id. — cervinus Gyll.—Idem, id. — setifrons Duval.—Se caza en la cima del Tibidabo, Thylacites Guinardi Duval.— Besos. Chlorophanus viridis L.—En los arboles y arbustos del Besdés y Llobregat. a pollinosus Fab.—Idem, id. Geonemus flavellipes Ol.—Por lo comtn sobre el Quercus y la Coryaria myrtifolia. Brachycerus undatus Fab.—Guistale los sitios secos como ecarreteras, ete. Rhytirrhinus impressicollis Boh.—En Casa Antunez. Gronops lunatus Fab.—Idem, id. Anisorrhynchus bajulus Ol.—Debajo de las piedras 6 trepando por los muros. Plinthus Megerlei Panz.—Contornos de Barcelona. Hypera punctata Fab.—Debajo de las piedras. — philanthus Ol.—Se halla en la montafia de Monjuich. — lunata Woll.—En San Gervasio. — setosa Boh.—Cumbre del Tibidabo, — plantaginis de Geer.—Alrededores de Barcelona. — conicirostris Ol._—Montafia de Monjuich. — albidus Fab.—Debajo de las piedras, en el Pueblo Nuevo y Ba- dalona. — varius Hb,—En San Pedro Martir. 23) + Guni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 1 on Sr Hypera Faldermanni Fahr.—En Sarria y Pedralves. Rhinocyllus Olivieri Gyllh.— Inmediaciones de Barcelona. Larinus maculosus GyWh.—En Vallvidrera y Horta. — scolymi Ol.—Frecuenta las flores de las cinareas. — flavescens Germ.—En San Genis, Horta, el Clot, ete. — turbinatus Gyllh.—En todo el llano de Barcelona. — ursus Fab.—Comun sobre la Carlina corymbosa. Lixus mucronatus Ol.—Debajo de las piedras, en el Hospitalet, Sans y Bordeta. — anguiculus Boh.—Sobre el Spartium junceum, Ulex y otras legu- minosas. — Ascanii L.~Se coge en Monjuich, San Pedro Martir y San Genis. — angustatus Fab.—En Pedralves y Sarria. — spartii Ol.— En Vallvidrera y Horta. — pollinosus Germ.—Frecuenta los Circium. — filiformis Fab.—Contornos de Barcelona. — rufitarsis Boh.—Comiun sobre los Circium de los alrededores de Barcelona. — scolopax Boh.—Con el anterior. Pissodes notatus Fab.--En Horta y Santa Coloma de Besos. Erirrhinus vorax Fab.— Alrededores de Barcelona. = ventralis Stph.—Idem, id. — tremule Payk.—Vive sobre el Populus, en las orillas del Besos. — affinis Payk.—Idem, id. Balaninus elephas Gyllh.—Montes de Vallvidrera. Anthonomus pomorum L.—Sus larvas devoran las flores del manzano. _ pyri Koll.—Sus larvas devoran las flores del peral. Orchestes alni L.—En los ribazos del Besés. — ferrugineus Marsh.—Idem, id. — irroratus Kiesw.—En Vallvidrera. Tychius decoratus Rosenh.—Vive en la primayera, sobre la flor del Ononis viscosa. Sibynia cana Hb.—En los montes de San Genis. — viscarie L.— Por lo comun sobre las flores de la Centaurea ar- vensis. — silenes Perris —En distintas flores. — attalica Gyllh.—Idem, id. Cionus scrophularie L.—Vive sobre plantas de la familia de las escrofu- ; lariaceas. — verbasci Fab.—Idem, id. — thapsus Fab.—Idem, id. — bdlattarie Fab.—Idem, id. — fraxini de Geer.—Idem, id. 156 ANALES DE: HISTORIA NATURAL. (24) Nanophyes hemisphericus Ol._—Vallvidrera. _ pallidulus Gray.—Sobre el Tamaria, orillas del Llobregat. Gymnetron latiusculus Duy.—Alrededores de Barcelona. — linarie Panz.—En las Linarias. — teter Fab.—En San Genis, Horta y Moncada. = anthirrhinii Germ.—Cercanias de Barcelona. Acentrus histrio Boh.—Sobre el Glaucium luteum Scop.; en los arenales del Pueblo Nuevo y Badalona. Acalles fasciculatus Bon.—Debajo de las piedras, hasta en inyierno. Ceuthorrhynchus fallax Bon.—Alrededores de Barcelona. _— echii Fab.—Sobre las flores del Echiwm; Clot, San Andrés del Palomar. — Andrew Germ.—Montes de Vallvidrera. — punctiger Gyllh.—Cercanias de Barcelona. — obsoletus Gyllh.— En Sarria y San Gervasio. Baris nitens Fab.— Frecuente en las cruciferas. — analis Ol.—En las acequias de la Bordeta. — opiparis Duyal.—Llano de Barcelona. — cuprirostris Fab.—Se encuentra en la flor del Diplotazis erucoides DC. — T. album L.—Pedralves y Sarria. Sphenophorus piceus Pall.—Cercanias del Llobregat. — meridionalis Gyll.—Iin Casa Antunez. Calandra granaria L.—En los depésitos de granos y semillas. — oryze L.—Idem, id. Mesites pallidipennis Boh.—Contornos de Barcelona. Rhyncolus elongatus Gyllh.—En San Gervasio y Sarria. _ cylindrirostris Ol.—Cumbre del Tibidabo y en el Coll. Magdalinus violaceus L.—En Vallyidrera. — aterrimus Fab.— En San Genis y Horta. Apion Perrisii Wenck.—En el Cistus. — tubiferum Gyllh.—Idem, id. — carduorum Kirb.—Cercanias de Barcelona. — candidum Wenck.—En Vallvidrera. — fuscirostre Fab.—En Pedralves y Sarria. — geniste Kirb.—Comun sobre diferentes Genistas. — semivittatum Gyllh.—Alrededores de Barcelona. — flavofemoratum Herbst.—Con el anterior. — rufulum Wenck.—En Vallearca, San Genis y Horta. — rufescens Gyllh.—En San Genis, ete. — vradiolus Kirb.— Comin en las cruciferas. — vicie Payk.—En las legumbres de la Vicia eracca L. — fagi L.—Alrededores de Barcelona. — assimile Kirb.—Sobre diferentes plantas. (25) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 157 Apion nimiatum Germ.— En Badalona, San Andrés, ete. — malve Fab.—Comun en las malvas. Apoderus coryli L.— En San Geryasio y Sarria. Rhynchites auratus Scop.—En Sarria, San Genis y Horta. — bacchus L.—Hospitalet y San Genis. — equatus L.—En San Genis. — ruber Fairm.—En Vallearca. _ betuleti Fab.—En el Hospitalet y Sans. — populi L.—Sobre el Populus. Orillas del Besés. Hylastes ater Payk.—En San Gervasio. Hylurgus ligniperda Fab.—Cumbre de San Pedro Martir. — piniperda L.—Dentro de las ramas del pino. Hylesinus oleiperda Fab.—En el interior de las ramas secas del olivo. Scolytus destructor Ol.—Dentro de las ramas de varios arboles, -—— pygmeus Herbst.—En las ramas muertas del cerezo. Crypturgus pusillus Gyllh.—En el interior de las ramas secas del pino. Hypoborus ficus Ey.—En las ramas secas de la higuera. Bostrychus stenographus Duft.—En los tallos de los cardos. — typographus L.—Idem, id. 7 laricis Fab.—Encuéntrase en San Gervasio. Xylocleptes bispinus Duft.—Dentro de las ramas de la Euphorbia y del olivo. Thamnurgus characias Eich.— En el interior de las ramas muertas de la Euphorbia characias. — stenographus Duft.— En los tallos secos del Carduus. Dryocetes autographus Ratz.—En los montes de San Genis. — villosus Fab.—En el Tibidabo. — dactyliperda Fab.—Sale de las cafias secas. Ergates faber L.— En los pinares de Vallvidrera. Prinobius scutellaris Germ.—En Moncada, Cerambyx cerdo L.—Bosques de San Gents y Horta. — velutinus Brull.—Encinares de Vallvidrera. —_ Mirbeckii Lue.—Con el anterior. Aromia moschata L.—Escaso. En los sauces de las margenes del Llobregat. Callidium variabile L.—En Gracia, Sans, ete. Hylotrypes bajulus L.—La larva, en el interior de los pinos. Saphanus piceus Laich.—Bordes del Bogatell, Clot y San Martin de Pro- vensals. Stromatium unicolor Ol.—La larva destroza el lefio de los arboles, Hesperophanes sericeus Fab.—-Frecuenta las flores. Clytus floralis Pall.—Por lo comin sobre las flores de la Euphorbia. — arvicola Ol.—En San Gervasio y Horta. — trifasciatus Fab.—Frecuente en las flores de la Scabiosa y del Eryngium campestris. 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Clytus verbasci L.—Idem, id. — quadripunctatus Fab.—En San Genis y Vallvidrera. Cartalhun ebulinum L.—En las flores del Cirsium y de otras plantas. Stenopterus preustus Fab.—En el Prat y Hospitalet. Parmena fasciata Vill.—En San Genis. Dorcadion molitor Fab.— En Pedralyes y en las cumbres de San Pedro Martir y Tibidabo. Morimus funereus Muls.—En Moneada y Vallvidrera. Pogonocherus fasciculatus de Geer.—En San Genis y Horta. Niphona picticornis Muls.—La larva vive en el interior de las ramas de la higuera y de otros arboles. Agapanthia asphodeli Latr.—Se para en las flores de los cardos y de los Asphodelus. -— lineatocollis Donoy.—Asimismo en las flores de los cardos. — cardw L.—Idem, id. Saperda carcharias Fab.—Por lo comin en el Populus. — scalaris L.—En el Prat, Hospitalet y la Bordeta. Oberea erythrocephala Fab.—Sobre las Euphorbias. Phytoecia virescens Fab.—Comun en las flores del Eehium. — molybdena Dalm.—En el llano del Llobregat. Vesperus strepens Fab.—Raro. En Monjuich y Sans. Strangalia bifasciata Miiller.—Frecuenta las flores. — melanura L..—Idem, id. Leptura hastata Fab.—No es escasa sobre las rosas de los jardines, en Sarria y San Gervasio. Grammoptera tabacicolor de Geer.—Idem, id. Donacia lemne Fab.—Se encuentra durante la primavera sobre las hojas del Iris pseudoacorus que vegeta en las acequias de la Bordeta. — sericea LL.—Idem, id. — discolor Hop.—Idem, id — affinis Kunze.—Idem, id. — semicuprea Panz.—Idem, id. — menyanthidis Fab.—Idem, id. Lema cyanella L.— En el Hospitalet y Bordeta. — melanopa L —Alrededores de Barcelona. Crioceris merdigera L.—Sobre el Lilium candidum de les jardines. — 12-punctata Secop.—Se halla sobre el Asparagus acutifolius. — paracenthesis L.—Idem, id. — asparagi L.—Idem, id. Clythra Lacordairei Reich.—En el Clot y San Andrés. — meridionalis Lac.—Se encuentra con frecuencia en las encinas y robles. — pallidipennis Gebl.—Idem, id. 27) CGuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 159 Clythra longipes Fab. - Idem, id. — sexpunctata Ol.—Comun en las orillas del Besos. — dispar Luc.—En Vallvidrera. — _ tristigma Lac.—En San Pedro Martir y Tibidabo. — quadripunctata L.—En el Prat, Hospitalet y Sans. — nigritarsis Lac.—En San Gervasio y Vallcarca, — scopolina L.—Comun sobre el hinojo. Colaspidema atrum Ol.—Comiun sobre la alfalfa. Cryptocephalus rugicollis Ol.—En todo el Mano. =~ virgatus Suffr.—En los mismos sitios. — sexmaculatus Ol.— En el Clot, San Andrés, etc. — tristigma Charp.—San Genis y Horta. — quadripunctatus Ol.—En Vallvidrera, — floralis Kr.—Sarrid y Pedralves. Be violaceus Fab.— En San Andrés del Palomar, ete. — sericeus L.—Hospitalet y Bordeta. a hypocheridis L.—En Pedralves, San Gervasio, ete. _ Jlavipes Fab.—En el Prat y Hospitalet. — Rossi Suffr.—Clot, Pueblo- Nuevo, Vallvidrera, ete. _ capucinus Suffr.—Vallvidrera. _ pulchellus Suffr.— Margenes del Besos. — signaticollis Suftr.—Llano de San Andrés. a lineellus Suffr.—Alrededores de Barcelona. _ minutus Fab.—En Vallearca y San Genis. — gracilis Fab.—Orillas del Besos. _— sexpustulatus Rossi.—Sitios herbosos de Monjuich. Pachybrachys hieroglyphicus F.—Llano de Barcelona. _ pteromelas Griells.—Frecuenta la Artemisia campestris L. Stylosomus tamaricis Suffr.— Sobre el Tamarix de las margenes del Llo- bregat. -—— minutissimus Germ.— En las hierbas de todo el llano. Timarcha levigata L.—Comiun en las plantas bajas. Chrysomela Banksii Fab.— Comtn y abundante en la Mentha rotundi- folia. _— ethiops Ol.— Busca preferentemente el tomillo y el romero. — hemoptera L.—Sobre las plantas bajas, en la Bordeta y Sans. — sanguinolenta L.— Alrededores de Barcelona. — violacea Panz.—Debajo de las piedras en Monjuich, Vallyi- drera, San Genis, etc. — menthastri Suffr.—Comtn sobre la Mentha rotundifolia ; Hos- pitalet, Bordeta y San Andrés del Palomar. _ americana L.— Por lo comtin sobre el romero; en Vallearca, San Genis, ete. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (28) Chrysomela diluta Germ.— No es escasa en los terrenos arenosos de Casa Antunez; tampoco lo es en Horta. = lucida Ol.—Contornos de Barcelona. Lina populi Redt.—En los chopos que crecen en las orillas del Besdés y Llobregat. Plagiodera armoracie L.—Hospitalet y Bordeta. Prasocuris litigiosa Rosenh.— Se le encuentra en el Jris pseudoacorus L., en las acequias de la Bordeta. — beccabunge Ill.— En Santa Coloma del Besos. Adimonia tanaceti L.—Comin y vulgar sobre las plantas de los bordes de los caminos. Galeruca elongata Brull.—Sobre el Tamarix, en los ribazos del Llobregat. — crateegi Fors.—Frecuenta los olmos, en Santa Coloma y Mon- cada. Malacosoma lusitanicum L.—Comiun en las cercanias de Barcelona. Agelastica alni L. —En San Genis y Moncada. — halensis L.—En los bosques de Vallvidrera, Luperus circumfusus Marsh.—Alrededores de Barcelona. Haltica ampelophaga Guer.—Destroza los pampanos de la vid. — mercurialis Fab.— Abunda en la Mercurialis annua; San. Martin, Clot, ete. — transversa Marsh.— En las hierbas de las acequias del Mano de Besos. — impressa Fab.—Sobre las plantas de las orillas de los pantanos, en Casa Antunez. — ferruginea Scop.—Llano de Barcelona, — Modeeri \..—En Vallvidrera. — malve Ill.—En Sarrid, San Genis, ete. — sinuata Fedt.—Contornos de Barcelona. — atra Payk.—Abundante en las cruciferas. — procera Redt.— Alrededores de Barcelona. — cerulea Payk.—En las hojas del Iris pseudoacorus 1.., que crece en las acequias del Besés y del Llobregat. — euphorbie Fab.—Sobre la Euphorbia characias. Plectroscelis chlorophana Dutt.—Llano de Barcelona. Psylliodes cyanopterus Il._— En las hierbas de las inmediaciones de Bar- celona. Spheroderma testaceum Fab.—Sobre las plantas bajas en todo el Mano. — cardut Gyll.—Idem, id. Hispa atra L.— Sobre las cafias de las gramineas altas, en Vallvidrera y ' San Genis. — testacea L.—Frecuente sobre el Cistus en Valvidrera, San Genis, ete. Cassida rubiginosa Ill.— Se encuentra en los cardos, Sarrid y Vallvidrera. 29) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 161 Cassida sanguinolenta Fab.—En diferentes plantas. — oblonga Tl.—Por lo regular en los cardos. — margaritacea Sch.—Frecuente sobre la Mentha rotundifolia. -- pusilla Wal.— No es escasa en las hortalizas. Tritoma bipustulata Fab.— Por lo comin en las flores de las chicoraceas. Hippodamia tredecimpunctata h.—En la Bordeta y Hospitalet. Coccinella mutabilis Scrib.— Frecuente en los pinos. a bipunctata L.—Comun en los contornos de Barcelona. — undecinmotata Sch.—Por lo comtn sobre los cardos. — novemdecimnotata Sh.—Se encuentra en diferentes plantas del llano y de la montafia. _ duodecimpustulata L.—Idem, id. —_ variabilis Tl.—Idem, id. _ undecimpunctata L.—Idem, id. a septempunctata L.—Comin en todas partes. Halyzia oblongoguttata L.—No es escasa en los pinos. — tigrina L.—Sobre varias plantas, en Vallvidrera, Budallera, ete. — vigintiduopunctata L.— Idem, id. — quatordecimpunctata L.—Idem, id. Micraspis duodecimpunctata L.—- En San Genis y Horta. Chilocorus bipustulatus L.—Frecuente en los naranjos. Exochomus auritus Scrib.—En Sarria y San Gervasio. _ quadripustulatus L.—Alrededores de Barcelona. Hyperaspis reppensis Herbst.— Llano de Barcelona. Epilachna chrysomelina Fab.—En el llano del Llobregat. — globosa Sch.—Por lo comun sobre la alfalfa. — impunctata L.—Frecuente en los montes. Platynaspis villosa Four.—En San Genis y el Coll. Scymnus quadrilunulatus Il.— Vive en diferentes plantas, asi del llano como de los montes de San Genis y Vallvidrera. — pygmeus Four.—Idem, id. — marginalis Rossi.—Idem, id. — hemorrhoidalis Herbst.—Idem, id. — minutus Payk.—Idem, id. Rhizobius litura Fab.— Idem, id. ORTOPTEROS. Labidura riparia Pall.— En las orillas del Besés. Anisolabis mesta Géné.— Frecuente debajo de las piedras. Forficula auricularia L.—Se halla debajo de las hojas caidas y entre el | detritus vegetal. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. ll 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (30) Forficula decipiens Géné.—Idem, id. — pubescens Géné.—Idem, id. Ectobia livida F.—Se encuentra por lo comun debajo de las hojas caidas, en los bosques, ete. Loboptera decipiens Germ.—Debajo de las piedras, llano de Barcelona. Blatta germanica LL.—No es eseasa. Periplaneta orientalis L.—Comuin en lo interior de las casas. Mantis religiosa L.—Comiun en los arbustos. . Ameles Spallanzania Rossi.—En Octubre es mas frecuente. — decolor Charp. Empusa egena Charp.—Sobre los arbustos. Bacillus gallicus Charp.— En los matorrales. — Rossii F.—Con el anterior, Acridium egyptium L.—Comiun. Caloptenus italicus L.—Muy abundante; tiene numerosas variedades. Euprepocnemis littoralis Ramb. Tryxalis wnguiculata Rb.—Salta en las praderas. Stenobothrus rufipes Zett.— En sitios herbosos. a bigultulus L.—Idem, id. — pulvinatus Fisch. W.—Idem, id. Epacromia thalassina Fab.—Varia bastante de coloracion. _— strepens Latr. Pachytylus cinerascens Fab.-—Tiene asimismo muchas yariedades. (Edipoda cerulescens 1. Sphinctonotus corulans L. Acrotylus insubricus Scop.—En terrenos dridos del Pueblo Nuevo. Tettix subulata L.—Es frecuente en etofio. — meridionalis Rb.—En Abril ya se encuentran ejemplares. Ephippigera Duriewi Bol.—En los montes de Vallvidrera. — Cunii Bol.—En los mismos sitios, pero escasa. Tylopsis iliifolia Fab.— Frecuente sobre las gramineas altas. Conocephalus mandibularis Charp. Decticus albifrons F.— En los campos, y con frecuencia sobre el rastrojo. Locusta viridissima 1L.—No es escasa en las praderas. (Ecanthus pellucens Scop.—Orillas del Besos. Trigonidium cicindeloides Serv.—En las plantas bajas de las orillas del Besos, cerca de Santa Coloma. : Nemobius Heydenii F.—Entre las hojas caidas. Gryllus campestris L.—Comiun en verano. Gryllotalpa vulgaris Latr.—Infesta las huertas. (31) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 163 NEU ROPTEROS. Libellula depressa L.—Alrededores de Barcelona. 7 cerulescens F.—En los misino lugares. — meridionalis Sélys.—Montes de Sarria, San Genis. Diplax vulgata L.—Alrededores de Barcelona. Crocothemis erythreus Brull.—Llano del Llobregat. Anax formosus Vand.—Llano del Llobregat. Aischna cyanea Miill.—Vallvidrera. Calopteryx hemorrhoidalis Vand.— Acequias del Hospitalet. — aanthostoma Charp.—Bordeta, Besos. Lestes viridis Vand.— Bordes de las acequias de la Bordeta. — virens Charp.—En los mismos sitios. Ischnura Grellsii Ramb.—Bordeta, Besos. — elegans Vand.— En los mismos parajes. Agrion pulchellum Vand.—Idem, id. Sympyecna fusca Vand.—Idem, id. Ephemera vulgata L.—Acequias del Llobregat y Besés. Calotermes flavicollis Fab.—Destroza los maderos, las vigas de las habita- ciones, etc. Sialis lutaria L. Hemerobius variegatus F. Macronemurus appendiculatus ¥.—En los montes secos. Chrysopa vulgaris Schn.—En las praderas. — formosa B.—Con el anterior. Perla Barcinonensis Rbr.—Bordeta, Besos. Panorpa meridionalis Rbr.—En todo el llano. Limnophilus marmoratus Rbr.—Acequias de la Bordeta. HIMENOPTEROS. Hylotoma rosarum Fab.—En los jardines. Dolerus eglanterie Fab.—En sitios herbosos. Emphytus didymus K\.— Bordeta. Selandria serva Fab.—Vallvidrera. Athalia spinarum Fab.—Sarria; Vallvidrera. — rose L.—Pedralves; Sarria. Macrophya neglecta K1. - Llano de Barcelona. Cephus abdominalis Latr.—Sitios herbosos. 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) Cephus tabidus Fab.—En los mismos puntos. — pygmeus L.—Idem, id. Cynips toje Fab.—Forma las agallas del roble. Vallyidrera, ete. ‘enus jaculator L.—En Casa Antunez. Evania appendigaster 111.—Llano de Barcelona. Amblyteles equitatorius Pz.— En todo el llano. Ophion luteus LL.— Campos de la Bordeta, Ephialtes manifestator L.—Tibidabo, Horta. — divinator Rossi.— Con el anterior. Microgaster glomeratus L.—Es pardasito de la oruga de la Pieris brassice. Chalcis femorata Fab.—Llanura del Besos. Callimone nobilis Boh.—Salido de agallas del Senecio. Pteromalus larvarum Nees.— Pardsito de la oruga de la Pieris brassice. Omalus auratus Dahl.—Besos. : Stilbum splendidum Fab.— Frecuente en las flores de las umbeliferas. Hedychrum lucidulum Dahl.—Sobre diferentes, flores. Mutila littoralis Petg.—Tanto en esta como en las demas especies, son sus Q dpteras, y se las ve andar por terrenos arenosos. — rufipes Latr. — halensis Fab.—Frecuente en las orillas del Llobregat. — maural. — brutia Petg. Scolia flavifrons Fab.—En los torrentes de Vallearca, San Genis y Horta. — quadripunctata Fab.—Frecuenta las flores. Elix sexmaculata Fab.— Estas dos especies se encuentran lo mismo en el monte que en el Llano. — villosa Fab. Myzine sexfasciata Rossi.—En los mismos puntos del anterior. Pompilus melanarius Vand.—En los montes de Vallvidrera. — tripunctatus Vand.—Con el anterior. Larrada anathema Smith.—En Sarria, San Genis. Ammophila viatica L.—Esta y la siguiente en sitios aridos. _ Heydeni Dahl. Philanthus triangulum Fab.—Frecuente en las flores. Cerceris labiata Vand.—En San Geryasio, Horta, ete. — minuta Lep.—En sitios 4ridos. — Ferreri Lep.—En San Genis, ete.; por lo comun sobre el hinojo. Cemonus unicolor Pz.— En San Genis; sale de las ramas secas del Rubus. Pelopeus spirifex Fab.—Le gusta pararse en el fango. Sphex maxillosa Fab.—En Pedralves, Sarria, ete. Bembex oculata Fab.— Pedralves. — olivacea Fab.—En San Genis, Horta. Trypoaylon figulus L.—Sale de las ramas secas del Rubus. (33) CGuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 165 Polistes gallica L.—Frecuente; alrededores de Barcelona. Vespa vulgaris L.—Comun. — germanica Fab.—No es escasa. — sylvestris Scop.—En San Genis, Horta, etc. — crabro L.—En San Genis, Vallvidrera; frecuenta las higueras, cu- yos higos chupa con avidez. Rygchium oculatum Lp. Eumenes pomiformis Fab.— Frecuente en las margenes de las carreteras. Odynerus bifasciatus L.—Sale de los troncos secos del Rubus. — parietum L.—Prat. Camponotus herculeanus L.—En sitios sombrios de los bosques. — sylvaticus Ol.—Prefiere los lugares en que crece el pino. — cruentatus Latr.—Llano de Barcelona. Lasius niger L.—Comun, y se encuentra en todas partes. — brunneus Latr.—Frecuente, y en casi todas partes. Formica rufa L.—Vallvyidrera; en los montes. Tapinoma erraticum Latr.—Llano de Barcelona. Aphenogaster barbara L.— Comwn en terrenos arenosos. — structor Latr.—Llano de Barcelona; frecuente. Crematogaster scutellaris Ol.— En San Genis, etc.; trepa por el tronco de los arboles en busca de pulgones. — sordidula Nyl.—En Vallyidrera; forma su nido en las grie- tas de los muros y rocas. Colletes fodiens Kirb.—En Sarria, San Gervasio. — marginata L.— En los mismos parajes. Prosopis scutellata Licht.—Campos de San Andrés. Halictus scabiose Rossi.—Llanura del Hospitalet. — celadonius Fab.—En los mismos sitios. — malachurus Kirb.—San Andrés. Andrena florea Fab.—Sarrid, San Gervasio, Prat. — thoracica Fab.— Horta, Prat. — fulvicrus Kirb.—Prat. Panurgus Banksianus Kirby.—Frecuenta las flores. os dentipes Lep.—Forma su nido en las margenes de las carreteras. Osmia rufa L.— Frecuenta las flores. — cornuta Ltr.—Alrededores de Barcelona. — fulviventris Pz.— Prat. — adunca Pz.—Alrededores de Barcelona. Megachile Panzeri L.—En San Genis y Horta. — argentata Fab.—Sale de las ramas secas del Rubus, Clot. = centuncularis Pz, —Alrededores de Barcelona. Anthidium manicatum Fabr.—Bordeta. — florentinum Fabr.—Bordeta. 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) Trypetes truncorum Sch.—En Pedralves, Sarria, ete. Ceratina albilabris Lep.—Sale de las ramas secas del Rubus. — chalcites Germ.—Como el anterior, se encuentra dentro de las ramas muertas del Rubus. Crocisa scutellaris Lep. — En los campos de la Bordeta, alrededores de Barcelona. — ramosa Lep.—Con el anterior. Melecta plurinotata Brullé.—En Vallvidrera, San Genis. Eucera longicornis Scop.—En Besés, alrededores de Barcelona. Anthophora quadrifasciata de Vill.— En los montes de San Genis. a Semorata Latr.— En Monjuich. — intermedia Lep.—Orillas del Besos. _ atro-alba Lep.—En la Bordeta. Xylocopa violacea Fab.—Frecuente en los jardines. Bombus muscorum Smz.—En los mismos sitios. — hortorwm Latr.—Como los dos anteriores, penetran en los jardines. Apis mellifera L.—Comun, LEPIDOPTEROS. Papilio podalirius L., var. Feisthamelii Dup.—Frecuente en los montes. Su oruga sobre el Crategus y los frutales. — machaon l.—Comiun en todas partes; busca con preferencia los sembrados. de cafiamo y penetra en los jardines. Su oruga en el hinojo, Faniculum vulgare y en la Ruta. Aporia crategi Dup.—Vuela por el Tibidabo y Vallyidrera. Su oruga vive en sociedad sobre el Crategus, almendro y otros drboles fru- tales. Pieris brassice L.— Vulgar y comunisima en todas partes. Su oruga des- troza la col y otras hortalizas. Tiene por pardsitos 4 los Mi- crogaster glomeratus y Pteromalus larvarum (himendpteros). — rape \l..—Frecuenta campos y jardines. Su oruga en la col, na- bo, ete., como asimismo en la Reseda y capuchina de los jar- dines. — daplidice L.—Comun en los montes de Vallvidrera, San Genis, el Coll, ete. Su oruga en la Reseda y cruciferas. Anthocharis belia Esp.; var. ausonia Hb.—Vuela en los torrentes y mon- tes de Vallvidrera, San Pedro Martir, Tibidabo y Moncada. Su oruga vive sobre las cruciferas. aa cardamines L.— Vuela en la primavera por los torrentes y cumbres de las montafas. Su oruga se alimenta de las flores de la Cardamine hirsuta L. (35) Cuni.—1INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 167 Anthocharis eupheno L.—Frecuenta los montes de Vallvidrera, San Ger- vasio, San Genis y Horta. Su oruga en las cruciferas de flores amarillas. Leucophasia sinapis L.—Vuela en Vallvidrera y Horta. La oruga en el Si- napis y Cardamine. = — var. diniensis B.— En las torrenteras de San Genis y Vallvidrera. Colias edusa F.—Comtn durante todo el verano y hasta principios de Noviembre. Su oruga se nutre del Lotus y de varios Trifolium. Rhodocera rhamni L.—Vuela todo el verano y no es escasa en los torren- tes de Sarria. Su oruga sobre el Rhamnus alaternus L. — Cleopatra L.—Vuela en los mismos puntos de la anterior, y como ella, su oruga se alimenta del Rhamnus. Thecla ilicis Esp.—Frecuente en los montes de Vallvidrera. La oruga so- bre el Quercus coccifera L. (coscoja). — rubi L.—Vuela en San Pedro Martir y Tibidabo. En Febrero se la ve ya recorrer los montes. Thestor ballus F.—Habita los torrentes y sitios aridos del Coll y San Genis. Polyommatus gordius Esp.—Vuela con rapidez en las cumbres de San Pe- dro Martir y Tibidabo. — phleas L.—Abunda en los torrentes y claros de los bosques. Lycena beetica L.—Se encuentra en los montes y torrenteras de Vallvi- drera, San Genis y Horta. Su oruga vive sobre diferentes leguminosas. — telicanus Hb.— Vuela alrededor del Ulex y del Rosmarinus offici- nalis L. Su oruga sobre el mismo Rosmarinus. — panoptes Hb.—Vuela en sitios elevados. Vallvidrera, Horta. La oruga se alimenta de la flor del Thymus vulgaris L. (tomillo). — Escheri Hb.—En sitios dridos del Coll y torrentes de San Gerva- sio. Su oruga en el Plantago. — coridon Scop.—Se encuentra en la colina del Coll y en San Genis. — argiolus L.—Sarrid, San Genis; en la font del roure; Vallearca. — melanops Bdv.—Vuela en la primavera, y los primeros ejemplares aparecen en Febrero. San Gervasio, Sarria, ete.—Su oruga sobre el Dorycnium. — jolas O.—En los torrentes de San Genis y Horta. — «gon 8. V.—En los montes de Vallvidrera. Escasa. — agestis S. V—Comun en los bosques de Vallvidrera y Horta. — adonis S. V.—Vuela en toda la cordillera, desde San Pedro Mar- tir 4 Moncada. Charaxes jasius L.—En los montes de Vallvidrera y Horta, bajando hasta San Gervasio y Gracia. Su oruga se alimenta del Arbutus unedo L. (madrofio). 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) Apatura ilia Hb.—Vuela en los bosques sombrios y en las praderas pro- ximas 4 los rios. Vallvidrera, orillas cel Besés y Llobregat. Limenitis camilla Hb.—En sitios frescos de Vallyidrera. La oruga en la Lonicera periclymenum L. Vanessa C.-album L.—Vuela en el Coll y San Gervyasio. — polychloros L.—Recorre las margenes del Besés, por la parte de Moncada. Su oruga en los Populus y Ulmus. — w#tUL.—En Vallvidrera; escasa. La oruga se alimenta de la Urtica dioica L. y del Humulus lupulus. — antiopa L.—Bastante comun en las orillas del Llobregat y Besés. Su oruga vive en sociedad sobre el Populus y el Salix. — atalanta L.—No es escasa. Frecuenta los montes y llanos, siendo mas abundante en otofio. Su oruga en las Urtica wrens L. y dioica L., como asimismo en la Parietaria diffusa. — cardui L.—Muy comin y 4 veces abundantisima. Se la ve en to- das partes. Su oruga forma una red, en la que se envyuelve, sobre los cardos, Urtica, Echiwm y malvas. Meliteea Desfontainti God.—Se la encuentra en el Coll, San Genis y Hor- ta. Su oruga sobre las Loniceras. — phebeS. V.—Es la que tenemos mds comin. Su oruga vive en sociedad sobre la Centaurea aspera L. — didyma O.—Vuela en las torrenteras de las montafias. Vallvidre- ra, Horta. Su oruga sobre los Plantagos. . Argymnis lathonia L.— Frecuente en los montes y sitios daridos. Su oruga en las Violas. — paphia L.—Vuela en San Genis y Horta. Melanargia syllius Hbst.—Se la ve en Vallvidrera y Horta. Satyrus hermione L.— Algo rara. Orillas del Llobregat. — semele L.—En el Coll, San Genis y Horta, Acostumbra pararse en los troncos de los arboles. — fama Hb.—Vuela en los montes y torrenteras. Se para sobre las piedras. Vallvidrera, San Genis. — alcyone 8. V.—Escasa. En las cercanias del Llobregat. Pararge mera L.—Comiun en los montes y barrancos. — megera L.— En extremo comin en todas partes, particularmente en sitios herbosos. Se la ve hasta en invierno. Su oruga se nutre de gramineas. — meone Esp.—Se la encuentra en compafia de las dos ante- riores. Epinephele janira L., var. Hispulla Hb.— Esta variedad es comin en los torrentes y caminos. Su oruga en las gramineas. — ida Esp.—HEs la especie mas abundante y yvuela por todas par- tes. La oruga en las gramineas. (3) Guni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 169 Epinephele tithonus L.—Frecuenta los sitios sombrios, y vuela por lo re- gular entre las Hricas. Su oruga en las gramineas. — pasiphe Ksp.—Muy abundante en las torrenteras. La oruga en las gramineas. Cenonympha dorus Esp.—En terrenos dridos de Vallyidrera, San Genis y Horta. ; — pamphilus L., var. Lyllus Esp.— En las praderas y sitios herbosos del Besos. Spilothyrus malvarum Ill.— Vuela casi todo el afio; en los torrentes y si- tios dridos. Su oruga en las malvas, permaneciendo enyuelta con las hojas. marrubii Rbr.—En compafiia de la anterior. Syrichthus proto Esp.—Frecuenta los sitios 4ridos y pedregosos. Coll, San Andrés, ete. -- alveus Hb.—Comiun en los campos de Casa Antunez. —_ serratule Rbr.—Alrededores de Barcelona. — sao Hb.—Vuela por los torrentes y caminos. Nisoniades tages L.—En los barrancos y caminos. San Gervasio y Vall- carca. Hesperia linea God.—Vuela en abundancia alrededor del Cirsium, en cu- yas flores se posa..Torrentes de las cercanias de Barcelona, Gracia, Clot, etc. — Comma L.—En Monjuich, Tibidabo, San Genis. — nostrodamus F.—Rara. Vuela en parajes dridos y secos de Sa- rrid, San Gents y Horta. Acherontia atropos L.—Frecuente en el llano del Llobregat, Bordeta y Sans. Su oruga se alimenta de hojas de las patatas, aleachota y berengena. Sphinx convolvuli L.— Comun en los campos del llano de Besés y Llobre- gat. La oruga en el Convolvulus arvensis L. — pinastri L.—En los montes de Horta y Moncada. Su oruga en los pinos. Deilephila euphorbie L.—Frecuente en los pueblos de las cercanias de Barcelona. Su oruga vive de las Euphorbia cyparissias L. y characias L. — lineata F.—Vuela con la anterior. Su oruga en el Galiwm. _ celerio L.— Vuela en Gracia, San Gervasio, Vallcarca, etc. Su oruga se alimenta de las hojas de la vid. _- elpenor L.—Muy escasa. En Pedralves y San Genis. Su oruga se nutre de pampanos y del Epilobium. Smerinthus tilie L.—Escasa. Margene’ del Besés. La oruga en el olmo y avellano. ; — ocellata L.—En el ano del Llobregat. Por lo regular perma- 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) nece quieta, pegada al tronco de los arboles. Su oruga en los chopos, perales y manzanos. ‘Smerinthus populi L.—Se la ve en Vallvidrera, San Genis y en las marge- nes del Besés. Su oruga en el Populus. Macroglossa stellatarum L.—Comun y vulgar, en todas partes. Su oruga en el Galium. — Suciformis L.—Algo rara. Llano de Barcelona. Trochilium apiforme LL.—Se la encuentra reyoloteando al pié del Populus. La oruga en el interior del Populus. Sesia asiliformis Rott.—Vuela por los alrededores del Arbutus unedo 1. (madrofio). Su oruga en los troncos del Populus. — Himmighoffent Stgr.—Vuela en las villas y campos de las cercanias de Barcelona. — monspeliensis Stgr.—En sitios aridos del Coll. — affinis Stgr.—En los montes de Vallvidrera. — chrysidiformis Esp.—Comin en los caminos. Vuela sobre las flores de la Calendula y de la Artemisia. Paranthrene tineiformis Esp.—Vuela en las vias y caminos. San Gerva- sio, Vallearea. Thyris fenestrella Sc.—Vuela alrededor del Sambucus ebulus L. Su oruga en el tallo de dicho vegetal. Zygena australis Ld.—Vuela en los campos de Casa Antunez, cercanos al mar. Su oruga en el Trifolium. — stechadis Bkh.— En San Gervasio, San Genis y Horta, La orug en el Dorycniwm suffruticosum Vill. — filipendule L.—Frecuenta los campos de Casa Antunez. Su oruga en los Trifolium y otras leguminosas. — rhadamanthus Esp.—Vuela en la sierra del Tibidabo y Moncada. Su oruga sobre el Dorycnium. — — var, Kiesenwetteri HS.—En la cumbre del Tibidabo. — occitanica Vill.—En los montes de Vallvidrera y Moncada. Su oruga en el Dorycnium suffruticosum Vill. _ a var. Tarragonensis Stgr.— Rara. Alguna vez en Vallvi- drera. Naclia punctata Fab.— Vuela entre las zarzas. La variedad Servula Berce se encuentra en los montes de Vallvidrera, Sarrothripa undulana Hb.—En el llano del Llobregat. Nola thymula Mill.—No es frecuente. Vuela en parajes aridos de Moncada. — chlamitulalis Hb.—En San Gervasio y Sarria. Lithosia caniola Hb.— Alrededores de Barcelona. Su oruga en los musgos y liquenes de las pefias, paredes y tejados. Emydia cribrun L.—Vuela en lugares secos de San Genis, Su oruga sobre varias plantas de la familia de las Compuestas y Plantagos. (39) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 1171 Deiopeia pulchella L.—Comun y abundante en los campos dridos de las cercanias del mar. Tiene varias generaciones. Su oruga vive. sobre el Heliotropium ewropeum L. y el Echium. Nemeophila russula L.— En sitios herbosos del Prat y Casa Antunez, La oruga en los Plantagos. Callimorpha hera L.—YVuela en los campos del llano del Llobregat. Su oruga en varios frutales. Arctia villica L.—Se la ve en la Bordeta, Sans, Hospitalet y otros puntos. Su oruga en la Centaurea y Urtica. — Latreilleti God.— Rara. Su oruga es polifaga. Euprepia pudica Esp.—Habita entre las zarzas. San Gervasio, Sarria, etc. Spilosoma fuliginosa L.—Comun en las huertas y hasta en los jardines. Su oruga sobre las leguminosas y gramineas. _ luctifera 8S. V.—Vuela en San Genis y Moncada. — mendica L.—En San Gervasio, Sarria, etc. Su oruga se alimenta de Plantagos. — menthastri Esp.—En sitios humedos y sombrios de San Genis y Vallvidrera. Cossus ligniperda Fab.— Vuela en Vallvidrera, Horta y Moncada. La oruga vive en el interior del tronco del Ulmus y de otros arboles. Zeuzera pirina L.—En las huertas y frutales del Prat y Hospitalet. La oruga dentro de los troncos de diferentes arboles. Stygia australis Latr.— Vuela en las cimas de las montafias. Tibidabo, font del roure, Vallvidrera. Su oruga en las raices del Echinwm italicum L. Heterogenea limacodes Hufn.—En los montes de Vallvidrera. Su oruga en las hojas del Arbutus wnedo L. (madrofio). Psyche unicolor Hufn.—Comun en todo el llano de Barcelona. — Leschenaulti Steyr —En Pedralves y Sarria. — albida Esp.—Vuela en los montes de Vallvidrera. La variedad Millierella B. en San Genis y Moncada. Epichnopteryx pulla Esp.—Se encuentra en las cumbres de las montafias, sobre las gramineas. Tibidabo y Vallvidrera. Fumea crassiorella Brd.—En San Gervasio, Sarrid y Coll. Su oruga sobre el Plantago. Orgyia trigotephras Bdy.—Vuela en Vallvidrera. La oruga se alimenta de la Coriaria myrtifolia y del Quercus. Lelia coenosa Hb.—Rara. Se la ve en los sitios pantanosos de Casa An- tunez. Porthesia chrysorrhea L.—En San Genis, Tibidabo y Moncada. Su oruga sobre el Crategus. Ocneria dispar L.—Comiun en las cercanias de Barcelona. Su oruga en el Uimus, Populus, Quercus y otros arboles. 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) Bombyx populi L.—Vuela en el lano del Llobregat. La oruga sobre el Populus y el Salix. — neustria L.—Se encuentra en los campos y huertas del Hospita- let y Bordeta. Su oruga en el Quercus y frutales. — loti O.—En Vallvidrera; dificil de encontrar; en cambio su oruga se ve con frecuencia sobre el Cistus salviefolius L. — rimicola 8. V.—Escasa. En San Genis y Horta. Su oruga en el Quercus. — trifoliiS. V.—Frecuenta los prados y sitios herbosos del Besés. Su oruga en el Dorycnium, trifolium y Medicago. — quercus L.—En los montes de Vallyidrera y Moncada. La oruga vive en el Quercus y en otros arboles. Lasiocampa pruni L.—Vuela en las huertas y jardines. Su oruga en los frutales y el Quercus. - quercifolia IL.— Montes de Vallvidrera. Su oruga sobre el Quercus y los frutales. — pini L.—En San Geryasio, Horta y Moncada. Su oruga en los pinos. .- lineosa Vill.—Vuela en Sarrid, San Gervasio y Valicarea. Su oruga vive sobre los cipreses. Saturnia pyri Schiff.—Comiun en el llano del Llobregat. Su oruga sobre el Prunus spinosa L.y los frutales, en particular los almendros y perales. Harpyia bifida Hb.— Vuela en Besés y Llobregat. Su oruga sobre el Populus. — vinula L.—Comiun en las orillas del Besés y Llobregat. La oruga en el Populus. Notodonta tremula L.—En el llano de Barcelona. La oruga sobre el Po- pulus y Salia. Lophopteryx carmelita Esp.— Rara. En las margenes del Besés. Pterostoma palpina L.—Se encuentra en el Clot, San Andrés y Horta. Cnethocampa processionea L.—En los encinares de Vallyidrera y Moncada. Su oruga sobre el Quercus. — pityocampa Schiff—Comun en los pinares. Sus orugas, en numero considerable, viven dentro de unas bolsas de seda que suspenden de las ramas del pino. Phalera bucephala L.—En la Bordeta, Sarrid, San Martin. Su oruga en el Ulmus. Pygera anachoreta 8. V.—En las malezas de las margenes del Besdés y en los bosques de Vallvidrera, Su oruga en el Populus. — pigra Hufn.—En Santa Coloma y Moncada. La oruga sobre el Populus. Diloba coeruleocephala Fab.—Vuela en Sarria y San Genis. Su oruga se ali- menta de las hojas de los frutales. (41) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 173 Clidia geographica Fab.—En San Genis y Horta. Acronycta aceris L.— En el llano de Barcelona. Su oruga en el Ulmus y otros arboles. — megacephala 8S. V.—Vuela por la parte del Prat y Casa Antu- nez. La oruga en el Populus. — tridens Schiff.—En Hospitalet, Sans y demas pueblos del llano. — psi L.—Vuela en Sarria, Vallcarca y San Genis. Su oruga en los frutales. . — rumicis L.—Frecuente en las huertas del llano de Barcelona. Bryophila muralis Forst.—Vuela en lugares donde crecen criptégamas. Su oruga en los liquenes de las paredes, margenes, ete. La variedad par Hb. se encuentra junto con el tipo. Triphena linogrisea Fab.—En Monjuich, la Bordeta, etc. — janthina Fab.—En Vallvidrera y San Genis. Su oruga sobre el Arum. — pronuba L.—Frecuente en las huertas del llano de Barcelona. La oruga destroza las hortalizas. — comes Hub.—Comiun en las huertas y sembrados. Su oruga es polifaga, como la mayor parte de las Noctwidas. Agrotis puta Hb.—No es escasa en todo el llano. — exclamationis L.—Vuela en San:Gervasio y San Genis. — spinifera Hb.—Muy escasa. En los montes del Tibidabo y San _ Genis. Su oruga en los Plantagos, Scabiosa y otras plantas. — crassa Hb.—Comin y abundante en los campos y huertas. La oru- ga deyora las raices de diferentes vegetales. — obelisca HS.—Vuela en las huertas y sembrados. La oruga se ali- menta de las hojas de las patatas y de otras plantas. — saucia Hb.—En extremo comtn en las huertas y casi en todas partes. Su oruga se alimenta de las hortalizas. — trux Hb.—En el llano de Barcelona. La oruga vive de diferentes vegetales. Brithys pancratit Cyr.—Vuela en el Prat y Casa Antunez. Su oruga se alimenta de las hojas del Pancratium maritimum L. Mamestra thalassina Hufn.—En San Gervasio y Sarria. — brassicce L.—Comuin en las huertas y sembrados. Su oruga de- ' yora las hortalizas. _— oleracea L.—Frecuente en las huertas y jardines. Su oruga se alimenta de infinidad de plantas bajas. Diantheecia conspersa 8. V.—En los alrededores de Barcelona. La oruga en las capsulas de las Silenes. _— capsincola 8. V.—Comiun en Sarrid, Gracia, San Andrés, ete. Su oruga en las cdpsulas del Lychnis dioica L., Silene infla- RIE : . rf i ta Sm. y de otras cariofilaceas. AS x [II we! ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) Dianthecia capsophila Dup.— En Sarria, Vallearca, San Genis. La oruga, como las demas del género, en las cariofilaceas. Polia flavicincta 8. V.—Vuela en los torrentes de San Gents. Dryobota furva Esp.—En Vallearca y San Genis. La oruga vive sobre el Quercus. -— roboris B., var. Cerris B.—Frecuenta los bosques de Vallvidre- ra y Horta. La oruga en el Quercus. -= monochroma Esp.—Vuela en los montes de Vallvidrera y San Genis. Su oruga se encuentra asimismo sobre el Quercus. Miselia onyacanthe L.—Rara. En sitios dridos del Coll y Vallearea. Luperina chenopodiphaga Rbr.—Habita los arenales de Casa Antunez. Su oruga se alimenta del Cenopodium. Hadena Solieri B.—Vuela en San Gervasio, Gracia, etc. La oruga sobre la Euphorbia. Eriopus Latreillei Dup.— Frecuenta los sitios himedos, en particular los parques y jardines, Su oruga se alimenta de las frondes del Adianthum capillus-veneris L. y del Ceterach officinarum W. Brotolomia meticulosa L.—Comun en las huertas y jardines. La oruga destroza varias plantas de las huertas y jardines. Mania maura L.—Vuela en las minas y lugares sombrios de Sarrié y Vallvidrera. Sesamia nonagrioides Lef.—Se encuentra eu Gracia, Sarrid, Hospitalet, Sans, etc. Su oruga vive en las mazorcas del maiz, cuyos granos deyora. Leucania Hispanica Bell.—Rara. En el Nano de Barcelona. -—— vitellina Hb.—En los alrededores de Barcelona. La oruga en las gramineas. ) — Loreyi Dup.—Vuela en el Prat, Bordeta, etc. Es mais frecuente en los montes de San Genis. — LZ. album L.—Frecuenta los sembrados y torrentes de Sarria y Vallvidrera. ; a albipuncta 8. V.—Comiun en Santa Coloma del Besdés y Bada- lona. Las orugas de todas estas especies en las gramineas. Caradrina exigua Hb.—Vuela en los prados y huertas. Su oruga sobre el Polygonum. -- cubicularis 8. V.—En San Gervyasio y Vallearea. —- Kadenii Frr., var. prowima Rbr.—En los alrededores de Bar- celona. — alsines Brahm.—Comun en los contornos de Barcelona. = taraxaci Hb.— En San Gervasio y Sarria. Teniocampa gothica L.—Rara. En las cercanias de Barcelona. — gracilis 5, V.—Bastante escasa. Orillas del Besos. — incerta Hufn.—En los torrentes de San Genis y Vallcarca. 43) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA.= 175 Panolis piniperda Panz.—Vuela en Vallvidrera y Moncada. Orthosia ruticilla Esp.—Frecuente en los montes de Vallvidrera, San Ge- nis y Horta. — lota L.—En Pedralves, Sarrid y Vallvidrera. Su oruga en la Co- riaria myrtifolia. . Scoliopteryx libatrix L.—Permanece oculta entre las zarzas. Gracia, Sa- rria, etc. Xylina lapidea Hb.—Se encuentra en Vallearca, Gracia y San Gervasio. Su oruga en los cipreses de los jardines. Calocampa exoleta L.—Vuela en los matorrales. San Andrés de Palomar, Santa Coloma y Moncada, Su oruga se alimenta de grami- neas y de otras plantas. Lithocampa ramosa Esp.—Vuela en Vallcarca y San Genis. _ Millierei Stgr.—Se encuentra en Vallvidrera y Moncada. Su oruga en la Lonicera. Cleophana antirrhinu Hb.—Frecuenta los lugares dridos del Tibidabo vy San Pedro Martir. La oruga vive sobre la Lonicera. Cucullia verbasci L.—En Sarria, Gracia, San Andrés, Badalona, etc. Su oruga se alimenta del Verbascum thapsus L. y del Lychnitis L. — thapsiphaga 'Tr.— Vuela en Vallvidrera y demas pueblos de la - comarca. La oruga asimismo en el Verbascum. — bdlattarie Esp.—En el Hospitalet, San Andrés, Moncada, etc. Su oruga en las Scrophularia canina L. y aquatica L , que crecen en los arroyuelos y balsas de molino. — tanacetiS. V.—En Vallvidrera. La oruga vive sobre el Tanace- tum, Anthemis y la Artemisia absinthium I. (ajenjos). — xeranthemi Bdy.—Escasa. En Vallvidrera. Plusia triplasia L.—En los alrededores de Barcelona. Su oruga en la Urtica. — festuce L.—En Casa Antunez. La oruga sobre las Spears que crecen en parajes pantanosos. — accentifera Lef.—Vuela en el Prat; Bordeta, San Pedro Martir, Be- sos, etc. Su oruga en las Menthas. — gutta Gn.—En los contornos de Barcelona. La oruga vive asimis- mo sobre las Menthas. - — chaleytes Esp.—Comiun en las huertas y jardines. La oruga se ali- menta de las hojas de los Solanum y de varias plantas en los jardines. — gamma L.—Abunda, como la anterior, en campos y huertas. Su oruga se encuentra en las leguminosas. — Davbei B.—Vuela por los sembrados del Prat, Hospitalet y Bor- deta. La oruga sobre las chicordaceas. — ni Hb.—En los contornos de Barcelona. La oruga en las legumi- nosas. rip * ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) Anophia Ramburti Rbr.—Se encuentra en el Prat, Sans, Gracia y San Genis. F Anarta myrtilli L.—Frecuenta los bosques del Tibidabo, Vallvidrera y Moncada. Su oruga sobre la Erica. Heliothis dipsaceus L.—Vuela en los campos de mielga y demas sembra- dos. La oruga en la Scabiosa. — peltiger S. V—Por desgracia muy comuun, pues sus orugas des- trozan los tomates, pimientos, patatas, etc. — «armiger Hubn.—Comuin en los torrentes, rieras, sembrados, ete. Su oruga se alimenta de la Cupularia viscosa Godr. Xanthodes malve Esp.— Vuela en San Gervasio, Sarrié y Horta. Su oruga en las malvas. — Graéllsii Feist — En San Gervasio, Tibidabo, Vallvidrera, etc. Su oruga vive en las malyas. Acontia solaris 8S. V.—Frecuenta los sembrados. La oruga se alimenta asi- mismo de las hojas de las malvas. | — luctuosa Esp.—En Sarri4, Gracia, Vallearca. Su oruga sobre el Convolvulus arvensis L. Thalpochares jucunda Hb.—Vuela en sitios. sombrios. — ostrina Hb.— En Sarrid y San Genis. La variedad estiva- lis Gn. junto con el tipo. La oruga con los Carduus. _- parva Hb.—En todo el llano de Barcelona. La oruga también en los Carduus. — Himmighoffent Mill.—Alrededores de Barcelona. Prothymia viridaria Cl.—En los contornos de Barcelona. — sanctiflorentis Bdvy.—Vuela con la anterior. — conicephala Stgr.—Escasa. En Sans y Cors de Sarria. Agrophila sulphuwralis L.— Comin en el ano de Barcelona. Su oruga en el Convolvulus arvensis L. Metoptria monogramma Hb.— En Sarria, Vallearca y San Andrés. La oruga sobre la Psoralea bituminosa L. Leucanitis stolida F.—Vuela en los zarzales. Vallearca, San Genis y Horta. La oruga se alimenta de las hojas de la Coriaria myrtifolia L. Grammodes bifasciata Petag.— En el Tibidabo, Prat, la Bordeta y San Martin de Proyensals. Su oruga sobre el Polygonum persi- caria L. — algira L.—Frecuenta los matorrales. Su oruga en el Rubus thyrsoideus Wimm. Pseudophia tirrhea God.—Vuela en Vallvidrera y San Genis. La oruga sobre el Cistus y la Pistacia lentiscus L. Catephia alchymista Schiff.—Rara. Cumbre del Tibidabo. Jatocala elocata Esp.— Prefiere los lugares himedos y de poca luz, como minas, cueyas, ete. Su oruga en el Populus y Salix. (45) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 177 Catocala electa Bkh.— Vuela en Sarria y Vallvidrera. — nymphea Esp.—Se encnentra en San Genis y Moncada. Su oruga sobre el Quercus coccifera L. Spintherops spectrum Esp.— Frecuenta las cuevas, minas y demas sitios frescos y sombrios. Su oruga vive del Spartiwm junceum L. (retama). _ dilucida Hb.—Vuela en las cafiadas y torrenteras. La oruga sobre las Genistas. Toxocampa cracce 8. V.—En los montes de Vallvidrera y Moncada. Su oruga se alimenta del Plantago y de varias leguminosas. Helia calvaria 8. V.—Rara. En el Hospitalet y Bordeta. Herminia crinalis Tr.—Vuela en los matorrales y sitios cubiertos de San Genis y Horta. La oruga sobre el Rubus y el Galium. Hypena lividalis Hb.— Comin en todas partes. La oruga se alimenta de la Parietaria. — proboscidalis L.—Comun en las bodegas, cuadras y otros parajes andlogos. Pseudoterpna corenillaria Hb.—En toda la cordillera de San Pedro Martir 4 Moncada. Su oruga se alimenta del Ulex, Genista, Coroni- lla y otras leguminosas. Eucrostis indigenata Vill—Se encuentra en los torrentes y barrancos de San Gervyasio y Sarrid. La oruga en la Euphorbia cyparis- sias L. Nemoria viridata L.—Frecuenta las orillas del Besdés. La oruga en el Ono- nis spinosa L. — pulmentaria Gn.—En Vallvidrera, San Genis y Horta. Su oruga sobre la Clematis vitalba L. - — faustinata Mill.—Vuela en la cumbre de San Pedro Martir y Ti- bidabo. La oruga se alimenta del romero. Acidalia ochrata Scop.—Comiun en lugares herbosos. La oruga sobre dife- rentes leguminosas. — cervantaria Mill.—En los torrentes. de San Gervasio. — subsericeata Hw., var. asbestaria Zell.— En el Coll, San Genis y Horta. — levigaria Hb.—En San Gervasio y Sarria. — obsoletaria Rbr.—Frecuenta las praderas de Santa Coloma de Besos y Moncada. — ostrinaria Hb.—Vuela en lugares sombrios de Vallvidrera y San Genis. — _ herbariata F.— Comin en los sembrados, y asimismo en las ha- bitaciones , particularmente en las tiendas y almacenes de los herbolarios. Su oruga vive de hierbas y flores secas, pre- firiendo las aromdticas, como espliego, romero, tomillo, etc. ANALIES DE HIST. NAT. — XVII. 12 178 é ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) Acidalia calunetaria Stgr.—Rara. En las cercanias de Barcelona. — elongaria Rbr.—En los montes de Moncada. — polytata Hb.—Se encuentra en San Genis. — filicata Hb.— Vuela en las margenes del Besés. Su oruga sobre varias plantas bajas, como Dianthus, Veronica, Anagallis, ete. — dilutaria Hb.—En parajes herbosos de Vallvidrera. — degeneraria Hb.—Vuela en las praderas del llano. — immutata S. V.—Frecuente en los caminos y campos. — Isabellaria Mill.—Se la encuentra en las torrenteras de Sarria y Pedralves. — submutata Tr.—En las cimas de San Pedro Martir y Tibidabo. La oruga en el Thymus vulgaris L. (tomillo). — ornata Scop.—En las orillas herbosas del Besés y del Llobregat. — wmitaria Hb.—Comiun en las praderas. Su oruga sobre el Galium, — scabiosata Hygfi.—Frecuenta los torrentes de 8. Geryasio y Sarria. Zonosoma pupillaria Hb.—En San Genis y Vallvidrera. La variedad gyra- ta Hb. en los mismos puntos. La oruga sobre los Cistus y Quercus. Timandra amataria L.— En el Hospitalet y Bordeta. Su oruga vive del Polygonum persicaria L. Pellonia calabraria Zell.— Alrededores de Barcelona. La oruga en el Do- rycnium subfruticosum Vill. Stegania trimaculata Vill.—Hospitalet y el Prat. Su oruga sobre el Popu- lus alba L. Eugonia quercaria Hb.—Se encuentra en el Tibidabo y Moncada. La oru- ga en el Quercus. Crocalis dardoinaria Douz.—Vuela por el Tibidabo, San Genis y Moncada. La oruga se alimenta de las flores del Ulex parviflorus Pourr. Macaria estimaria Hb.—Recorre las margenes del Llobregat. Su oruga en el Tamarix. Chemerina caliginearia Rbr.— En toda la cordillera de San Pedro Martir & Moncada. Su oruga sobre el Cistus salvicefolius L. Biston hirtarius L.—En Vallvidrera, en la Font del roure y en San Genis. Su oruga sobre el Quercus. Amphydasis betularius L.— Vuela en San Andrés y Santa Coloma de Besoés. Hemerophila abruptaria Thnb.—Se la coge en la cumbre del Tibidabo. — Barcinonaria Bell.—Rara. En los pueblos de los contornos de Barcelona. F Synopsia sociaria Hb.— Muy escasa. Vuela en San Pedro Martir y Tibi- dabo. La variedad propinquaria B. en San Genis. Su oruga sobre la flor de las Genistas. — Staudingeraria Hygf.— Rara. En el llano de Barcelona. La oru- ga se alimenta del Dorycnium. (47) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 1% Boarmia consortaria F.—En San Genis y Horta. La oruga vive sobre di- ferentes plantas, y por lo regular en el Ulex, Quercus, Loni- cera y Psoralea. Pachycnemia hippocastanaria Hb.— Frecuenta los bosques de Vallvidrera y Moncada. Su oruga en las Erica y Calluna. Gnophos respersaria Hb.—En los barrancos y torrentes. La oruga vive del Rhamnus alaternus L. . — mucidaria Hb.—Comiun en los matorrales. Su oruga se alimenta de varias Compuestas. — asperaria Hb.—Se halla en Vallvidrera y Horta. Eurrhanthis plumistaria Vill.— Vuela en Vallvidrera, San Genis y Mon- cada. Ematurga atomaria L.— En los mismos lugares de la anterior. Selidosema teniolaria Hb.— En el llano de Barcelona. Su oruga sobre el Dorycnium, Scabiosa y otras plantas. Halia Graellsiaria Feisth.—Rara. En los alrededores de Barcelona. Eubolia catalaunaria Gu.— Es bastante escasa. Se encuentra en las mon- tafias del Tibidabo y Moncada. Su oruga se alimenta del Dorycnium. Enconista perspersaria Dup.—Vuela en sitios aridos. Monjuich, Vallcar- ca, ete. La oruga en el Ulex y varias Genistas. Scodiona Hispanaria Mill.— En toda la cordillera, desde San Pedro Mar- tir 4 Moncada. Su oruga vive del Dorycnium. Aspilates citraria Hb.—Frecuente en los alrededores de Barcelona y pue- blos cereanos. La oruga en el Ononis, Scabiosa, Calendula, ete. Ligia opacaria Hb.—Vuela en Pedralves, San Pedro Martir y Tibidabo. Su oruga en el Ulex, Genista y otras papiliondceas. Sterrha sacraria L.—Comun en parajes cubiertos de hierba. Chesias spartiata Fuesl.—En San Genis y Vallvidrera. La oruga en el Spartium junceum L. (retama), Ulex y Coronilia. Cidaria ocellata L.— En las praderas de Santa Coloma de Besdés y Mon- cada. — fluctwata L.—Comin hasta en los jardines. Su oruga se alimenta de cruciferas. Jluviata Hb.—Vuela en los contornos de Barcelona. La oruga vive sobre la Mentha. uniformata Bell.—Se encuentra en San Gervasio y Vallcarca. Su oruga en el Galium. galiata S. V.—Comun en todo el llano de Barcelona. La oruga asimismo en el Galium. bilineata L.—Frecuente en los torrentes de San Genis y Horta. La oruga se alimenta del Galium, Scabiosa, Rubus, etc. vitalbata S. V.— Puede encontrarse en todos los pueblos de la co- marca de Barcelona. Su oruga vive en las Clematis. 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) Eupithecia oblongata Thnb.—En el Nano de Barcelona, La oruga es po- lifaga. = scopariata Rbr.— Vuela en Vallyidrera y Moncada. Su oruga sobre la Hrica, ~-: ultimaria B.—Frecuenta las margenes del Llobregat. Su oruga se alimenta de las flores del Tamarix gallica L. — massiliata Mill.— En San Genis y en la Font del Roure. La oruga sobre el Quercus coccifera L. _ cocciferata Mill.—Se encuentra en la cima del Tibidabo. Su oruga asimismo en el Quercus coccifera L. -- phoniceata Rbr.— Vuela en Sarrid y San Gervasio. La oruga en el Juniperus phonicea L. (Sabina). — unedonata Mab.—Escasa. Se halla en los montes de Moncada. La oruga se alimenta de las flores del Arbutus unedo L. — pumilata Hb.—Comiun en los montes de San Genis y Vallear- ca. La oruga vive sobre el Rosmarinus officinalis L., la Cle- matis y otras plantas. Aglossa pingwinalis L.—Vuela en las cocinas, tiendas, almacenes, etc. Su oruga vive de pescado seco y grasas. — cuprealis Hb.—Como la anterior, trecuenta las bodegas y depé6- sitos de comestibles. La oruga en las basuras, entre el pol- vo, etc. Asopia farinalis L.—Comun en las habitaciones y graneros. La oruga se alimenta de harina y legumbres secas. Endotricha jJlammealis Schiff. — Prefiere los lugares frescos y sombrios. Horta y Moncada. Scoparia dubitalis Hb.—Frecuenta los barrancos y torrentes. Hellula undalis F.—Vuela en terrenos incultos del Coll y San Genis. Ennychia albofascialis Tr.—En Vallvidrera. Apodores floralis Hb.—Comiun en las vifias de Sarria. Noctuomorpha normalis Hb.—En sitios dridos de San Geryasio y Tibidabo. Odontia dentalis Schiff. — Vuela en los montes. Eurrhypara urticata L.—En los alrededores de Barcelona. Su oruga se alimenta de la Urtica dioica. Botys fascialis Hb.—Se encuentra en la cumbre del Tibidabo. — acontialis Stgr—Algo escasa. En San Pedro Martir. — punicealis 8S. V.—Comun en parajes herbosos. — sanguinalis L. - Comunisima en las praderas. — cespitalis 8. Y.—Alrededores de Barcelona. — polygonalis Hb.—Vuela en los montes de San Gents y Vallvidrera. Su oruga sobre el Spartiwm junceum L. (retama). — flavalis S. V.—Recorre los torrentes de San Geryasio y Sarria. La oruga en el Verbascum. 49) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 181 Botys aurantiacalis F.— En todo el ano de Barcelona. — silacealis Hb.—Llano de Barcelona. Su oruga dentro del tallo seco del maiz. — numeralis Hb.—Comitn en los campos y huertas. — fuscalis S. Vi—Vuela en los campos, jardines y hasta en las habi- taciones. Su oruga vive en las basuras y depdsitos de restos vegetales. — prunalis Schiff—Frecuente en los cafiaverales de Casa Antunez. Eurycreon nudalis Hb.— Abunda en sitios 4ridos y campos arenosos. Su oruga sobre el Eehium y la Camphorosma monspeliaca L. -- verticalis L.— Vuela en San Genis y Horta. Su oruga se ali- menta de la Urtica y Parietaria. Neihophit noctuella Schiff.—Alrededores de Barcelona. Su oruga en el Polygonum. Pionea forficalis L.— Llano de Barcelona. Su oruga vive en el cogollo de la col. Orobena politalis S. V.—Vuela en la colina del Coll y en San Genis. — frumentalis L.—En el llano de Barcelona. La oruga se alimenta de las espigas-tiernas del trigo. Margarodes unionalis Hb.—Vuela en Sarria y Vallvidrera. La oruga se alimenta de las hojas de los Jasminum, en particular del grandiflorum L. de los jardines. Diasemia litterata Sc.—En toda la llanura de San Andrés del Palomar y Santa Coloma de Besos. Antigastra catalaunalis Dup.—Comiun en terrenos sin cultivo del Coll y San Genis. Stenia bruguieralis Dup.—Comiun en los torrentes. Paraponyzx stratiotata L.—Vuela en las margenes de las acequias del Prat, Hospitalet y la Bordeta. Su oruga sobre el Nasturtium offici- nale Br. (berros). Cataclysta lemnata L.—Se encuentra sobre las hierbas que crecen en las orillas de los arroyos y acequias de la Bordeta, San Martin de Provensals y Besés. Su oruga en la Lemna minor L. Scirpophaga prelata Scop.—Frecuenta los pantanos de Casa Antunez. Crambus pallidellus Dup.—En las acequias de Casa Antunez. — angulatellus Dup.—Vuela en compaiia de la anterior. Etiella zinckenella Tr.—Frecuente entre el Spartium junceum L. y el Ulex. Su oruga se alimenta de las semillas de dichos vegetales. — carnella Iu.—No es escasa en los yermos de Monjuich, Sarria y Pedralves. — euphorbiella Zell.—Vuela en los torrentes y sitios incultos. Su oru- ga sobre la Huphorbia characias L. — fusca Hw.—Penetra hasta en las habitaciones. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) Eucarphia cantenerella Dup.—Rara. Acrobasis porphyrella Dup.—En los montes de San Genis. Su oruga en las Ericas. — tumidella Zk.— En Sarriaé y San Geryasio. La oruga vive en el Daphne gnidium L. Myelois cribrum 8. V.—Alrededores de Barcelona. Su oruga en los tallos del Carduus. — ceratonie Z.—Vuela en los depdsitos de algarrobas. Su oruga se alimenta de las legumbres del Ceratonia siliqua L. (algarrobo) — _transversella Dup.— En los bosques de Vallvidrera y Horta. Su oruga en la Psoralea bituminosa L. Ancylosis cinnamomella Dup.—Se encuentra en los mismos puntos de la anterior. La oruga vive dentro de las legumbres del Spar- tium junceum, Ulex, de los guisantes, etc. Ephestia elutella Hb.—No es raro encontrarla en las habitaciones. Su oru- ga se alimenta de pasas, higos secos, etc. — gnidiella Mill.— Vuela en Pedralves y Sarria. Su oruga en los brotes del Daphne gnidium L. — interpunctella Hb.—Comun, y se la ve con frecuencia en las ha- bitaciones. Tortrix cupressana Dup.—En los contornos de Barcelona. La oruga pone los cipreses de los jardines: — pronubana Hb.—Comun en el llano y en la montafia. — puleriana Schiff.—Vuela en las vifias. Su oruga se enyuelve en los racimos, cuyos granos come. Cochylis roserana Froel.— Asimismo en las vifias. Su oruga destroza las uvas. Retinia tessulatana Stgr.—En San Geryasio y Sarria. Su oruga en el cono del ciprés. Penthina lacunana 8. V.—Vuela en las acequias de San Andrés y Besés. Aspis uddmanniana L.— En los alrededores de Barcelona. Su oruga 4 ve- ces en el Solidago de los jardines. Eudemis botrana S. V.—Se encuentra en los pueblos cercanos 4 Barcelo- na. Su oruga vive de la flor del romero y del Daphne gni- dium L. Carpocapsa pomonella L.—Comun en los frutales. Su oruga vive en el in- terior de las manzanas y peras. _ grossana Hw.—Vuela en Vallyidrera. Simethis nemorana Hb.—Comun en las vifias y huertos. Su oruga en el envés de las hojas de la higuera, envuelta en una red de filamentos. — alternalis Tr.—Vuela en parajes herbosos. Su oruga vive en la Parietaria. 61) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 183 Psilothrix dardoinella Mill.—En los contornos de Barcelona. Tinea tapetzella L.—Frecuenta las habitaciones, pues su oruga destroza las alfombras, tapices y todo género de lana. — granella L.—Comtn en los graneros. Su oruga devora los ce- reales. — cloacella Hw.—Frecuenta las bodegas y lugares hiimedos. — pellionella L.—En las habitaciones, depdsitos de pieles, etc. La oru- ga ataca las pieles, cueros, etc. — paradoxella Stgr.—Rara. Vuela en San Genis y Vallearca. Incurvaria muscalella F.—En los matorrales de San Genis. Adela mazzolella HWb.—Comtin durante la primavera en las cafiadas y montes. — viridella Scop.—En los bosques de Vallvidrera y San Genis. Nematois cupriacellus Hb.—En Vallcarca, San Genis y Horta. Scythropia crategella L.—En Pedralves y Sarria. Hyponomeuta vigintipunctatus Retz.— Vuela por los parques y jardines ; de Sarria, San Gervasio, etc. Su oruga en el Sedum tele- phium L. _ padellus L.—Comiun en las huertas y vifiedos. Su oruga so- bre el manzano. _ evonymellus L.—Vuela en los alrededores de Barcelona. La oruga en el Evonymus de los jardines. Cerostoma aylostella 1.—En los contornos de Barcelona. Psecadia sexpunctella Hb.—Rara. Se encuentra en San Genis. — bipunctella F—En el Hospitalet y Sarria. La oruga sobre el Echium. Depressaria propinquella Tr.—En los montes de San Genis. Gelechia solanella Hygff.— En todo el llano de Barcelona. Su oruga se alli- menta del Solanum nigrum L. Lita halymella Mill.—Vuela en Monjuich por las cercanias de las cante- ras. Su oruga en la Salsola. Anacampsis cincticulella HS.—Se coge en San Genis y en el Tibidabo. Tachyptila populella L.—Abunda en las margenes del Besés. Su oruga en las hojas del Populus. Nothrix verbascella S. V.—Frecuente en toda la cordillera de San Pedro Martir y Tibidabo, Su oruga sobre el Verbascunmy, Epidola Barcinonella Mill.—Vuela en Gracia y Vallcarca. La oruga en el tallo de la Scabiosa. Pleurota bicostella L.—Se encuentra en lugares 4ridos. Symmoca signatella HS.—Frecuenta las vifias y jardines. (Ecophora Schefferella L.—En los bosques de Vallvidrera y Horta. (Egoconia quadripuncta Hw.—Se halla en San Gervasio y Vallearca, y no es raro verla en las habitaciones. 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (F2) Lithocolletis pomifoliella Zell.—Vuela en los huertos. Su oruga en las ho- jas del manzano. _ quercifoliella Zell.—En los bosques de Vallvidrera. La oruga se alimenta del parénquima de las hojas del Quercus. Nepticula mespilicola L.—En Vallvidrera y Horta. Su oruga en las hojas del manzano y de otros frutales, asi como del Amelanchier vulgaris y del Sorbus. — centifoliella Zell— Vuela en los jardines. La oruga se alimenta del parénquima de las hojas de las rosas. Agdistis tamaricis Zell.—Frecuente en el llano del Llobregat. Su oruga en el Tamarix gallica. Amblyptilia acanthodactyla Hb.—En San Genis y el Coll. Oxytilus hieracii Zell.—Se encuentra en Vallvidrera y Horta. Pterophorus pterodactyla Hb.—Comun en todo el llano. Leioptilus microdactylus Hb.—En San Genis y Horta. Aciptilia tetradactyla L.—Comutn en los bosques del Tibidabo y Vallvi- drera. — pentadactyla L.—Vuela en sitios herbosos del Besés. HEMIPTEROS. Odontotarsus grammicus L.—En Vallvidrera y San Genis. Eurygaster maurus L.—Sobre las hierbas. Bordeta y Hospitalet. — hottentotus Fab.—Comun sobre los tallos del trigo. Odontoscellis fuliginosus L.—Frecuente en los bosques de San Genis y Vallvidrera. Ancyrosoma albolineatum Fab.—En las plantas bajas. Graphosoma semipunctatum Fab.—Comun sobre el perejil. — lineatum L.— Junto con el anterior. Podops dilatata Put. Macroscytus brunneus Fab. Geotomus punctulatus Costa. — elongatus HS.—Comun en los torrentes. Brachypelta aterrima Foerst.—Comun. Gnathoconus albomarginatus Fab.—Debajo de las piedras. Alrededores de Barcelona. Sciocoris terreus Schr.—Sobre las hierbas. Doryderes marginatus Fab. Alia acuminata L.—Comun. Por lo regular en las hierbas. Margenes del Besés, San Andrés, ete. Neotiglossa bifida Costa.—A veces se encuentra dentro de las ramas secas del Rubus. (53) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 185 Eysarcoris inconspicuus Hb. Staria lunata Dohrn.—En San Genis y Horta. Carpocoris baccarum L. — lunatus Fab. oa verbasci de Geer. Nezara prasina L.—Frecuente. Piezodorus incarnatus Germ.—Abunda en los arbustos. Strachia ornata L.—Sobre varias cruciferas. — picta HS.—Idem, id. — oleracea L.—Idem, id. Centrocarenus spiniger Fab.—Se encuentra con frecuencia sobre los Che nopodium. Loxocnemis dentator Fab.—Por lo regular en el Ononis viscosa L. Coreus pilicornis Brm.—En las plantas bajas. Syromastes marginatus L.—Por lo comun sobre las Umbeliferas. Verlusia sinuata M. R.—Se halla en Vallvidrera, San Genis y Horta. Gonocerus venator Fab. Camptopus lateralis Germ.— En Vallcarea, San Genis y Horta. Stenocephalus neglectus H. S.—En las plantas bajas. Corizus hyalinus Fab.— En las margenes del Besds. — crassicornis L.—En los sitios herbosos. — capitatus Fab.—Sobre el Senecio. — rufus Schill.—Sobre diferentes plantas. Brachycarenus tigrinus Sch. Maccevethus errans Fab. Lygeus venustus Boh. — equestris L.—Comun. A veces se encuentran numerosos ejempla- res reunidos debajo de las piedras. — militaris Fab. : : Nysius thymi Wolf.—Sobre las flores. — senecionis Schill.— Comin en las plantas bajas. Cymus melanocephalus Fab. Kleidocerus didymus Zett.—Comun en el Arbutus unedo L. Ischnodemus Genei Spn. Geocoris erythrocephalus Lep. Oxycarenus lavatere: Fab.—Sobre las Malvas. _— Helferi Fieb.—En las hierbas. Paromius leptopoides Baer.—En las orillas del Besos. — — gracile Ramb. Pachymerus pineti H. S.—En las plantas bajas. Emblethis verbasci Fieb.—Sobre las hierbas. Pyrrhocoris apterus L. Monanthia Wolfjii Fieb. 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) Miris calearatus Fall.—En las plantas bajas. Megalocerea erratica L.—Sobre las hierbas. En todo el lano. Miridius quadrivirgatus Costa. Phytocoris varipes Boh.— En las plantas bajas. Calocoris bipunctatus Fab.—Frecuente en San Genis y Horta. — seticornis ¥.—Sobre las hierbas. Bordeta, Sans, ete. Homodemus marginellus Fab. Ligus pratensis Fab.—Comun. Cyphodema instabile Lue. Peeciloscytus Gyllenhali Fall. — vulneratus Wolf.— Sobre el Chenopodiwm ambrossioides L. ~ cognatus Fieb. Camptobrochis Fallenti Hah. _ lutescens Schill. Capsus laniarius L.—Tiene muchas variedades. Stiphrosoma nigerrimum H. S. Heterotoma merioptera Scop. Macrocoleus Paykulit Fall.—Comun sobre el Ononis viscosa. Apocremnus ancorifer F. Triphleps minuta L. Cimex lectularius L. Nabis subapterus Fieb. ‘— ferus L.—Por lo regular en las gramineas. — viridulus Spin.—Vive sobre el Tamarix gallica L.—Margenes del Llobregat. Harpactor lividigaster M.— En San Genis. — iracundus Scop.—Comiun. Pirates hybridus Seop. Limnobates stagnorum L.—En las aguas encharcadas. Hydrometra paludum Fab.— Corre por la superficie del agua en los alji- bes, acequias, etc. Velia rivulorum Fab.— En las aguas. Naucoris maculatus F. Nepa cinerea L.— En las chareas cenagosas de las orillas del Llobregat. Notonecta glauca L.—En los aljibes de la Bordeta, Hospitalet, ete. Corisa Panzeri Fieb.—Frecuente en las aguas de los aljibes de las huertas. — Sahlbergi Fieb.—Idem, id. Cicada plebeja Scop.—Comun en yerano. Cicadetta argentata Ol.—No es tan frecuente como la anterior. Dictyophora europea L.—En los bosques de Vallvidrera, Issus coleoptratus Fab.—En Vallvidrera. Hysteropterum grylloides Fab. Tettigometra costulata Fieb.—En los ribazos del Besés. (55) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. Triecphora sanguinolenta Scop.—Frecuente en los pinos. Lepyronia coleoptrata L.—Besos. Aphrophora alni Fall. Phileenus spumarius L.—Sus variedades son infinitas. Comun en los mon- tes de Vallvidrera, San Genis, etc. — campestris Fall.—Frecuente en los pinos. Centrotus cornutus L.—Por lo regular sobre el Daphne gnidium L. Gargara geniste Fab.—Comin en la retama y en el Daphne gnidium. Agallia venosa Fall. Tettigonia viridis L.— Sobre las hierbas de las margenes de las acequias, en la Bordeta. Athysanus obsoletus Kb.—En la Bordeta, Besés, San Andrés. Allygus atomarius Ger.— En las plantas bajas. Orillas del Besés. Psylla buxi Fst.— Frecuente en el Buxus sempervirens L. de los jardines. San Geryasio, Sarria, ete. ” DIPTEROS. Lasioptera arundinis Sch.—Frecuente en Casa Antunez. Cecidomyia circinans Girard. Diplosis buxi Lab.— Vuela sobre el Buxus de los parques y jardines. Scatopse pulicaria Lw. Bibio hortulanus L.— En San Genis, Vallcarca, ete. Culex pipiens L.— Muy comun. Pachyrrhina pratensis L.—En sitios herbosos. - crocata lL.—Corun en los jardines. Tipula gigantea Sch.— Vuela en el Prat, Hospitalet y Bordeta. — oleracea L.—En las orillas de las acequias y otros lugares hume- dos. Bordeta, Casa Antunez. Ctenophora flaveolata F.—Frecuente en los parques y jardines.. Chrysomyia formosa Scop. — melapogon Z\l.— Por lo regular yuela sobre las flores de las malyas. — Coenomyia ferruginea Scop.— Acostumbra pararse sobre los excrementos humanos. Hematopota pluvialis L.—Ataca varios animales domésticos. Tabanus spodopterus Mg.—Tiene parecidas costumbres del anterior. — vicinus Egg. — bromius L. Chrysops quadratus Mg.—Frecuenta las espigas tiernas de los cereales. Anthrax flava Mg. — morio L. 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) Exoprosopa Pandora F. Argyromeba sinuata Fl. Bombylius ater Scop.— Montes de San Genis y Horta. Ploas virescens F.— En los torrentes de San Gervasio y Sarria. — macroglossa L.—En la cumbre del Tibidabo. Scenopinus fenestralis L. Thereva subfasciata Schm. Dasypogon diadema F. Stichopogon albofasciatus Mg.—Vuela en los torrentes de San Genis. Asilus rusticus Mg.—En Sarrid y Vallvidrera. — barbarus L.—En el Tibidabo y San Genis. Chrysopila atrata F. Dolichopus eneus Deg.—Vuela en los arenales maritimos de Casa Antunez. Scatophaga stercoraria L. Helomyza affinis Mg.—En Vallvidrera. Tetanocera ferruginea F\l.—Vuela sobre las plantas que crecen en las acequias de la Bordeta. Limnia unguicornis Scop.—Vuela sobre las plantas bajas en Besés y Llo- bregat. Opomyza germinationis L. Drosophila fenestrarum Fil. — funebris F. Sepsis punctum F. — cynipsea L.—En Santa Coloma de Besés. Daucus olee F.—Su larva deyora el fruto del olivo. Trypeta jacee P.—En San Gervyasio y Sarri4. Urophora stylata F.—Vuela en San Genis. Sapromyza marginata Mg.—En San Gervasio y Vallcarca. Chlora demandata F.—Frecuenta los excrementos humanos. Rivellia syngenesice F. Lobioptera speciosa Mg.—En el Tibidabo y San Genis. Lispe tentaculata Mg.— Vuela sobre la arena en las orillas del mar. Casa Antunez. Anthomyia pluvialis L.—Frecuente en los arenales maritimos de Casa Antunez. Ophyra leucostoma W.—Se encuentra hasta en los jardines. Cyrtoneura stabulans Fll.—Vuela en los mismos lugares del anterior. Musca campestris R.— Comin en los montes. Lucilia cesar L. Calliphora erythrocephala Mg. Rhynchomyia speciosa L. Stomoxys calcitrans L.—No es escasa en los jardines. Sarcophaga carnaria L. (7) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. 189 Miltogramma ruficornis Mg. Metopia fastuosa Mg. Echinomyia tesselata F. Gymnosoma rotundata L.—Frecuente en San Geryasio y Sarria, Xanthogramma ornata M. -- marginalis L.—En San Gervasio y Vallcarca. Melithreptus menthastri L. Syrphus pyrastri L. — balteatus L. Melanostoma mellina L. Volucella zonaria Pod. Eristalis tenax L. Helophilus florens L. — trivittatus F.—Frecuente en el llano de Barcelona, Syritta pipiens L.—Vuela asimismo en los jardines. Hyppobosca equina L.—En los montes de San Genis. ARACNIDOS. Dendryphantes nidicolens Walck. | Textrix coarctata L. Dut. Icius notabilis C. Kock. | Argiope lobata Pal. Calliethera scenica Cl. — Bruennichi Scop. Hasarius jucundus Lucas. Epeira diademata Cl. Heliophanus cupreus Walck. — cucurbitina Cl. Saitis barbipes E. 8. Singa pygmea Sund. Oxiopes lineatus Ltr. Tetragnatha extensa L. Ocyale mirabilis Cl. Uloborus Walckenerius Latr. Lycosa radiata Ltr. Pachygnata De Geert Sund. — perita Ltr. Exechophysis bucephalus Cambr. Olios spongitarsis L. Duf. Gongylidium agrestis Black. Xysticus acerbus Th. Ero aphana Walck. Syneena globosum Fab. Chiracanthium mildet L. Kock. Runcinia lateralis C. Kock. Zoropsis media E. 8. Philodromus glaucinus E. 8. 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) Datos de aplicacién 4 la industria agricola y 4 la economia doméstica, que se deducen del presente Catalogo. En el orden de los Coledpteros se citan : 4 especies que destruyen las flores de los frutales. 1 idem, id., las hojas tiernas de los cereales. 1 idem, id., los pampanos de la vid. 2 idem, id., las ramas terminales del pino. 18 idem, id., los granos y semillas. 12 idem, id., el lefio de los arboles. 8 idem, id., las ramas secas de varios arboles. 2 idem, id., la harina. 4 idem, id., las colecciones de Historia Natural. En el orden de los Lepiddépteros: 13 especies, cuyas orugas causan dafio a los frutales. 17 idem, id., al chopo. 6 idem, id., al olmo. 16 idem, id., 4 la encina. 2 idem, id., al pino. 3 idem, id., a la vid. 15 idem, id., 4 las hortalizas. En el orden de los Neurdpteros: 1 especie, el Calotermes flavicollis Fab., que destruye las ma- deras de las habitaciones. ‘En el orden de los Dipteros: 1 especie, el Daucus ole@ F., cuya larva devora el fruto del olivo. (59) Cuni.—INSECTOS DE LOS ALREDEDORES DE BARCELONA. ‘AR A CIN LL DOS que he descubierto recientemente en Cataluna. Lycosa ruricola de Geer.— Monserrat. Aysticus acerbus Thon.—Barcelona. Philodromus glaucinus E. S.—Barcelona. Singa sanguinea C. K., var.—Amer (provincia de Gerona). Theridion nigrivariegatum E. S.—Amer. Exechophysis bucephalus Camb.—Barcelona. Gongylidium agrestis Blanck.—Barcelona. Ero aphana Walck.—Barcelona. Chiracanthium mildei L. Kock.—Barcelona. Zoropsis media E. 8.— Barcelona, Segestria senoculata S.—Calella. Liobonum Doric Cn.—Amer. 191 Va eee: CATALOGUE DES COLEOPTERES CARNASSIERS TERRESTRES DES ENVIRONS D’UCLES AVEC LES DESCRIPTIONS DE QUELQUES ESPECES ET VARIETES NOUVELLES PAR aise tee tiers ee ASIN ee SS (Sesion del 5 de Octubre de 1887.) Uclés est un modeste village de la province de Cuenca, dans la Nouvelle Castille. C’est une localité célébre & plus d'un titre, mais qui ne nous intéresse dans ce travail qu’au point de vue des circonstances qui peuvent influer sur le caracteére de sa Faune entomologique; je les rappellerai en peu de mots. Les coordonnées géographiques du village sont, d’aprés le Streler’s Hand-A tlas: Latigudess) Sa... 39° 57 N. LOnNGibUde sss) ee 5° 15’ O. (mérid. de Paris). L’altitude, au premier étage du vieux monastere qui domi- ne les autres constructions, est de 775 m. environ; il est juste de remarquer que l’édifice est élevé sur une colline. Le climat est généralement sec, froid en hiver et chaud de juin a sep- tembre; la température pouvant osciller, d’une saison a l’au- tre, entre — 10° et + 35°. Autour du village, la surface du sol est accidentée sans étre proprement montueuse. Un systeme de hautes collines, d’une allure assez réguliére, court du N.-O. au §.-E., dans la direc- ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 13 194 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) tion de la Sierra d’Altomira dont il est une dépendance; ce sont les principaux ce77os de la région. Leur squelette est for- mé par des strates calcaires fortement relevées, que l’on rap- porte au jurassique; leur surface est pierreuse et dénudée ou 2 peine couverte d’une végétation rabougrie formée des re- présentants les plus humbles des Graminées, des Labiées et des Synanthérées. Au pied des collines s’étendent les plaines cultivées, interrompues par des dépressions de terrain ou par des éminences, de direction et d’importance variables. Le sol se rattache, d’aprés les renseignements tres sommaires qu’il m’a été possible de recueillir, aux terrains tertiaires; il est eénéralement calcaire, mais on rencontre ca et la, surtout vers l’ouest, des formations gypseuses, constituant des mas- ses quelquefois d’une grande puissance. Les principales cultures sont celles du blé, de la vigne et de l’olivier. La Flore spontanée offre en général un caractere mixte, dfi ala double circonstance de la situation méridionale de la Nouvelle Castille et de l’altitude moyenne de ses hautes terres; c'est ainsi qu’éa cété des especes considérées comme caractéristiques (1) de la région de Volivier telles que Remeria hybrida DC. Lithospermum fruticosum L. Sisymbrium Columne Jacq. Cytinus Hypocistis L. (2) Astragalus hamosus L. Mercurialis tomentosa lL. a narbonensis Gn. Ornithogalum narbonense L. Paronychia argentea Lam. Aphyllanthes monspeliensis L. Scabiosa stellata L. Stipa divers. Picnomon Acarna Cass. Echinaria capitata. Stehelina dubia L. Aygilops ovata L. Taraxacum obovatum DC. — triaristata Wild., etc. on trouve ici de nombreuses espéces de la région montagneu- Se, Pp. ex. Arabis auriculata L. Androsace maxima L. Alyssum serpyllifolium Desf. | Salvia da thiopis L. Arenaria tetraquetra L. Crocus nudifiorus Smith. (1) Passim et spécialement dans l’excellente Flore de Montpellier de M. H. Loret. (2) Le type sur le Cistus Clusii, la var. kermesinus sur le C. albidus. C’est peut-etre la premiére fois que la variété est citée d’Espagne. i) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 195 ou méme (sur les hauts sommets d’Altomira, 850 m.), Erinacea pungens Boiss. | Arctostaphylos uva-ur'si Spreng. Au point de vue hydrographique, les environs immédiats ’Uclés sont peu favorisés: le Bedija qui baigne le pied de no- tre colline et le Rianzares que lon rencontre en deca de Ta- rancon, sont de tres petits cours d’eau encaissés entre deux berges terreuses et offrant peu d’intérét pour le coléoptériste; Yun et l’autre sont tributaires du Gigtiela. Ce troisiéme ruis— seau coule du N.-E. au §.-0., dans le territoire de Saelices, en passant sous le chateau de Castillejo et, un peu plus bas, au pied de la Cabeza del Griego, butte conique, aujourd’hui ga- zonnée, sur laquelle se dressait autrefois une cité romaine. Les bords du Gigtiela sont marécageux, sur plusieurs points, et se préteraient davantage a la chasse des Carabiques. Mais c'est au dela des limites de la région explorée régulierement. et a une assez grande distance d’Uclés, qu'il faut signaler deux stations humides d’un intérét particulier. L’une d’elles est une assez large dépression de terrain, entre les villages de Montalvo et de Hito, au S.-E. d’Uclés, dont le milieu est -occupé par un étang saumatre. La superficie de cette lagune peut atteindre 5 hectares en hiver; elle diminue progressive- ment a l’époque des grandes chaleurs et les eaux finissent par disparaitre , en laissant une couche saline d’une compo- sition trés complexe, ou prédominent vraisemblablement les sels sodiques. La deuxiéme station, trés analogue 4 celle-la, est constituée par le ravin du Rio Salado. Le tres petit ruisseau qui porte ce nom prend sa source au pied des collines de Tarancon 4 12km. environ au N.-O d’Uclés, recoit, a la hauteur de Belinchon, les eaux méres de la saline de cette localité et se jette dans le Tage, apres un parcours qui, rectifié, excéderait peu 20 kil. (1). En aval de Belinchon les eaux du ruisseau sont franchement salées, en amont elles sont saumitres. Dans le voisinage du Rio Salado comme dans celui de l’étang de Montalvo, le sol (1) Les eaux salées exp'oitées 4 la saline sont fournies par un puits dont l’ouver- fure est a quelques métres du ruisseau; leur richesse en chlorure de sodium est re- marquable: elles marquent de 17 218° Baumé et peuvent étre distribuées dans les bassins d’évaporation sans concentration préalable. 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4): est essentiellement gypseux et imprégné de sels, que l’on voit fréquemment apparaitre a la surface sous forme d’efflorescen- ces. La végétation revét le caractére spécial des régions ma- ritimes; les plantes qui frappent le plus Vattention, dans ces plaines d’ailleurs stériles au point de vue de l’agriculture, sont: Au bord des eaux. Sur les escarpements environnants. Frankenia pulverulenta L. Helianthemum squamatumPers Sonchus maritimus L. Frankenia Reuteri Boiss. Salsola Soda L. Statice divers. Salicornia herbacea lL. Lygewm Spartum L. Sueda splendens Gr. et Godr. | Herniaria fruticosa L., ete. Kochia prostrata Schrad., etc. Les Carabiques sont nombreux en especes et en individus, sous les pierres, dans les crevasses de la vase a demi dessé- chée, etc. Outre un bon nombre d’espéces ubiquistes, on en trouve naturellement de particuli¢res 4 ces sortes d’habitat. J’ai cru devoir énumérer, avec les insectes des environs im- médiats d’Uclés, ceux de Montalvo et du Rio Salado; mais il sera fait mention de ces stations toutes les fois qu’une espéce y aura été rencontrée exclusivement. Les indications qui précédent suffiront pour faire entrevoir aux naturalistes une Faune locale d’un caractére également riche et varié. Il n’est pas douteux en effet que des recherches bien conduites et exécutées méthodiquement en vue de tel ou tel groupe n’aménent des découvertes intéressantes. Les mien- nes ont été fort irréguliéres et toujours subordonnées a des devoirs, qui ne laissent libres ni les jours ni les heures les plus favorables a la chasse. Il est juste d’ajouter qu’elles ont été continuées durant sept années consécutives et poursuivies avec assez de soin, en ce qui‘regarde les espéces qui vivent sur les collines ou dans les champs; mais il demeure vrai que des groupes importants tels que les Bembidion, les Dyschirius et généralement les petites espéces qui vivent au bord des eaux auraient demandé des recherches plus assidues. Cette remarque doit étre étendue aux trés petites especes hypogées, dont la découverte exige une sagacité particuliére; si elles ne sont point représentées sur la liste qui suit, c’est sans doute au défaut dexploration qu'il faut Vattribuer. 5) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLUS. 197 Malgré ces lacunes et bien que mon catalogue soit limité présentement aux deux premieres familles des Coléopteres, jai cru devoir le publier, dans le but de contribuer pour ma faible part a faire connaitre Vhabitat de quelques espéces et a rendre possibles, pour plus tard, les apercus synthétiques sur leur distribution géographique et sur les rapports des diver- ses Faunes. J’intercalerai a leurs places respectives les descriptions de quelques especes ou méme de quelques variétés importantes, qui aprés de sérieuses discussions et de l’avis de plusieurs savants, ont di étre considérées comme nouvelles. L’ordre et la synonymie adoptés dans |’énumération des es- peces sont, a de rares exceptions pres, ceux du catalogue de M. l’abbé de Marseul, édition de 1882. La détermination des Carabiques offre des difficultés qui ont mis plus d’une fois en défaut Vhabilité des maitres les plus exercés; je ne l’eusse jamais entreprise sans l'aide sa- vante et amicale de mon vénéré maitre en Entomologie, M. le professeur Martinez y Saez a qui je serais heureux de renvo- yer tout le mérite de ce petit travail, s'il en avait quelqu’un. La plupart de mes insectes ont été soumis, une fois ou l’autre, a son examen, et je n’ai guére fait que m’approprier ses con- clusions. Je dois aussi des remerciments tres spéciaux 4 Mon- sieur René Oberthiir, de Rennes, A qui je suis redevable de savantes observations et de la communication d’un certain nombre de types de Dejean et de Chaudoir. Il faut un désinté- ressement personnel peu ordinaire, et un grand dévouement a la science et a ses amis, pour confier aux hasards des voya- ges des insectes si précieux. M. Oberthiir me permettra d’a- jouter que ses types, y compris les plus délicats, sont main- tenus, malgré leur ancienneté, dans un état de fraicheur qui se préte parfaitement a l'étude: une telle conservation, si im- portante pour la résolution ultérieure des doutes, dans cette famille difficile, lui fait le plus grand honneur et suppose des soins dont les naturalistes ne pourraient trop lui savoir gré. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68 Cicindelide. Cicindela Linné. C. (Laphyra) campestris Z. Dans les sentiers, au bord des champs ou dans les chemins: peu fréquentés.—Février-mai; observé exceptionnellement en novembre. var. maroccana /. En général dans les mémes conditions que le type; tendan- ce plus grande 4 se réunir en bandes, surtout dans les che- mins creux et chauds pratiqués a travers les terrains gypseux.. —Ne se montre guére qu’un peu plus tard, en mars, et dispa- rait en juin. C. (Laphyra) littoralis 7., var. barbara Cast. Par bandes nombreuses dans les endroits sablonneux ou sur la vase a demi desséchée des bords du Rio-Salado et de la lagune de Montalvo.—Avril- aout. La couleur est beaucoup plus sombre que dans le type et varie du brun rougeiatre ou du verdatre obscur au noir inten- se; la forme et la disposition des taches, sur les élytres, sont tout-a-fait celles du C. Barthelemyi D. C. (Laphyra) maura Z. Bords du Rio-Salado, par places, dans les endroits sablon- neux et aussi dans les fossés desséchés du voisinage.—Juin— aout. C. (Cylindera) paludosa Du/7’. Dans les mémes conditions que l’espéce précédente et dans la méme localité, mais plus rare. (7) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 199 Carabide. Notiophilus Dum. N. substriatus Waterh. Au pied des murs, dans les endroits frais, et aussi sur les collines, sous les feuilles seches de Czstus ou de chéne. Dans les exemplaires observés, le nombre des carinules fron- tales varie de 8 a 10. Nebria Zatr. N. brevicollis 7. Dans le voisinage des eaux fraiches, sous les pierres, les détritus.—Printemps et automne.—Peu commun. Leistus /70l. L. expansus Putz. Un seul exemplaire trouvé en écartant les touffes d’herbes, au pied d’un mur.— Mai. La détermination d’un Letstus d’aprés un seul individu se- rait généralement trés hasardée; pour celui dont il est ici question, la difficulté et le danger d’erreur sont notablement diminués par l’emploi de l’excellent tableau de M. Reitter (1). En ayant égard notamment aux caractéeres du pronotum, il ne parait pas possible de le rapporter 4 une autre espece que celle indiquée. Garabus Zinné. C. (Megadontus) melancholicus /. Dans le voisinage des cours d’eau, sous les pierres humi- (1) Analytische Uebersicht der bekannten europiischen Arten der Gattung Leistus, in Wiener entomol. Zeitung, 1885. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) des.— Toute l’année sauf les mois de juillet et d’aott.—Assez rare. C. (Hadrocarabus) latus D., var. helluo D. Sur les collines, au bord des chemins peu fréquentés et dans les champs, sous les pierres.— Assez commun toute l’année sauf le temps des fortes chaleurs. On trouve, aux approches de l’hiver, des individus qui se sont creusé de véritables ter- riers dans lesquels ils se tiennent immobiles, les antennes et les pattes ramenées le long du corps. Ce Carabus est identique, au témoignage de M. Martinez, a celui de la localité indiquée dans le Species; mais on rencontre un grand nombre d’individus de formes larges par lesquels il parait se rattacher au Zatus D., plus étroitement qu’aux autres formes du méme groupe: brevis D., complanatus D., Gougeleti Rche. La sculpture des élytres est sujette & d’assez grandes variations et présente d’un sexe a l’autre des différences bien appréciables. Chez certaines Q ot elle atteint son maximum de régularité, elle se compose d’un grand nombre de lignes élevées, alternativement plus fortes et plus faibles, plus dis- tinctes et plus obsolétes, séparées par des séries de points assez régulieres sur le disque, confuses sur les cétés et en arriére; les lignes 5°, 13°, 21° sont plus élevées et interrom- pues par des fossettes au nombre de 14 ou 15, figurant ainsi des chainettes bien distinctes. Mais en général les lignes élevées sont sensiblement de méme importance et quelque- fois peu distinctes, surtout chez le 9’, par suite de l’empiéte— ment et de la distribution moins réguliére des points inter- posés; dans ce sexe aussi les chainettes sont moins apparentes et le nombre des fossettes distinctes peut tomber 4 8; enfin il | existe quelques individus qui paraissent 4 peu pres lisses & Veeil nu. Je n’ai point trouvé la variété vert-métallique, propre, sui- vant M. Pérez Arcas, a des altitudes supérieures (1); la plu- part des individus observés sont simplement ornés sur le pro- notum et sur les élytres, d’un liséré métallique variant du violet au vert. (1) ANALES DE LA Soc. Esp. pE Hist. Nat., 1877. (9) Pantel. — COLELOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 201 Calosoma JVeb. C. sycophanta Z. Un seul exemplaire trouvé mort et notablement endomma- g@é, quoique bien reconnaissable, sous une pierre; dans un endroit découvert et éloigné de toute plantation d’arbres. C. inquisitor Z. Dans le voisinage des chénes-verts, courant sur le sol.— Mai.—Assez rare. C. indagator /. Un seul individu pris en juin dans un champ de luzerne. Drypta /’. Dr. dentata Lossi. Lieux humides et bords des fossés, au pied des Scirpus ou des Phragmites, quelquefois en trés grand nombre.—A peu prés toute l'année mais principalement en avril.— Assez rare. Polystichus Bon. P. vittatus Arv/i. Talus pierreux et légérement humides, scus les petites pier- res.—F évrier-avril.— Rare. Zuphium Latr. Z. olens F. Bords des champs, des fossés, sous les pierres; pris une fois au nombre de plus de vingt individus.—Mai, juin, décembre. —Rare. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Brachynus JVed. Br. crepitans Z. Lieux frais et découverts, sous les pierres.—Printemps, au- tomne.—Commun. Dans ma série se trouve un trés petit exemplaire (6"") & poi- trine enticrement sombre, que l’on rapporterait & premiére vue au 87. explodens Duft., mais les cannelures des élytres et la forme des angles postérieurs du pronotum sont celles du crepitans. Br. psophia D. Comme le précédent.—Janvier-juin et sans doute aussi Vautomne. Br. bombarda D. Terrains vagues herbeux et humides, parmi les Scirpus.— Mai, juin.— Assez rare. Br. sclopeta /’. Comme le crepitans; vit en sociétés nombreuses sous les grosses pierres. Le Br. suturalis D. dont j’ai eu le type sous les yeux n’est qu’un sclopeta de taille un peu plus grande qu’a l’ordinaire. Cymindis Zatr. C. axillaris #., var. lineola Du/y. Collines séches et rocailleuses, sous les pierres.—A peu prés toute ’année.—L’un des carabiques les plus vulgaires de la région. On trouve quelques individus chez lesquels les fascies des élytres sont réduites & de simples taches humérales plus ou moins prolongées et a une trés petite tache apicale, quelque- fois difficile & distinguer, qui occupe le 3° intervalle. C, discoidea D. Collines arides, calcaires ou gypseuses, sous les pierres, ou (11) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 203 encore lieux frais et plantés d’arbres, sous les écorces.—Fé- vrier, juillet, octobre, décembre.—Rare. Les taches brunes des élytres affectent deux formes distinc- tes, indépendantes du sexe, dont une seule parait avoir été signalée; c’est celle que l’on observe sur l’exemplaire typique de Dejean et qui est ainsi décrite par Chaudoir/1): «La sutu- re brune entre la tache subscutellaire et la tache du disque s’étend jusqu’a la seconde strie, la tache du disque dépasse un peu la sixieme, elle avance un peu en pointe en avant sur le 6° intervalle, sa partie avancée occupe 7 intervalles a partir de la suture et l’échancrure du bord antérieur se trouve sur le 5°». On pourrait ajouter que la tache préscutellaire occupe ordinairement 4 ou 5 intervalles et qu'il existe en arriére, sur celle du disque, un prolongement sutural s’étendant, en lar- geur, jusqu’a la 2° strie. La deuxieme forme que l’on rencon- tre d’ailleurs aussi fréquemment que la précédente, différe de celle-la en ce que la partie moyenne, formant la réunion de la tache préscutellaire a la tache du disque, s’étend jusqu’a la 4° strie, la partie discoidale s’arrétant a la 6°, d’oui résulte, pour l’ensemble, l’apparence d’une tache unique ayant, sur la moitié basilaire de l’élytre, la forme d’une large bande paral- léle ou tout au plus légérement dilatée a son origine. C. scapularis Schum. Champs cultivés, sous les pierres, apres les pluies.— Prin- temps, automne.— Assez rare. C. miliaris /. Collines arides, sous les pierres.— Février-juillet et proba— blement aussi l’automne; on trouve en juin des individus im- matures.—Assez rare. C. (Trymosternus) onychina D., var. plicipennis Chd. Coteaux rocailleux et arides, sous les pierres ou dans Vher- be, et aussi dans les friches, sous les pierres.—Toute l’année, mais principalement l’hiver.—Assez rare et localisé. Quelques individus de cette intéressante espeéce se montrent (1) Berliner ent. Zeit., 1873, p. 71. 201 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) isolément un peu partout, dans les lieux secs, et 4 toutes les époques de l’année, mais l’époque la plus favorable pour la récolter parait étre le coeur de V’hiver et sa véritable station, Jes pentes rocailleuses des collines calcaires, oti on la trouve cantonnée dans une aire généralement peu étendue. Elle ha- bite sous les pierres peu ou point enfoncées, ordinairement par couples ou par petits groupes plus nombreux, et se tient de préférence accrochée a la face inférieure de la pierre. C. (Cymindoidea) Faminii D. ’ Bords du Rio Salado, sous les pierres et les mottes de terre. —Février, septembre, novembre.—Rare. Demetrias Bon. D. atricapillus Z. (a et la, sous les pierres.—Assez rare. Dromius Bon. Dr. linearis 0/. Comme le précédent et aussi sur les plantes, ot: on le prend au filet faucheur (1).—Printemps, été.—Assez rare. Dr. agilis /. Sous les écorces des noyers.—L’hiver.—Peu commun. La plupart des individus observés appartiennent a la varié- té caractérisée par une tache pale a la base des élytres. Dr. bifasciatus D. Avec le précédent, mais plus rare. Dr. Myrmidon /airm. Un seul individu pris dans des conditions quil ne m’est plus possible de préciser. (1) Je dois avouer que ce procédé de chasse mest peu familier; employé plus ré- sulitrement il aurait fourni sans doute bien des espéces floricoles que l’on pourrait s'étonner de ne pas trouver sur ce catalogue. (18) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 205 Dr. melanocephalus D. Lieux frais, sous les pierres ou au pied des arbres.—Prin- temps, été. Blechrus JM/otsch. Bl. glabratus Du/t. Un peu partout, sous les pierres, quelquefois en nombre.— Le printemps. Metabletus Smidt- Gébel. M. fuscomaculatus JJo/tsch. Au pied des murs, sous les feuilles seches.— Le printemps et ’été.— Assez rare. Les taches apicales sont quelquefois indistinctes. — Cette méme espéece m’a été donnée de Murcie par M. Martinez y Saez. M. obscuroguttatus Du/t. Au pied des arbres ou sous les feuilles mortes.—Le prin- temps et ’é6té.—Peu commun. | M. scapularis D. Bords des champs et.des fossés, sous les pierres, par places. —Le printemps, ’automne.—Peu commun. Rambur fait remarquer avec raison que dans cette espéce (Dromius andalusius = scapularis) les taches élytrales sont d’une allure trés inconstante. Chez la plupart des individus observés par moi celles du sommet sont indistinctes ou peu distinctes, et celles de la base trés variables en grandeur. M. foveola Gy. Sous les pierres et les détritus de végétaux.— Le printemps et Vautomne.—Rare. Lebia Zair. L. pubipennis Dut. Collines calcaires, lisiere des champs cultivés, sous les pier- res.—L’hiver et le printemps.—Rare. 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) L. cyanocephala Z. Parties rocailleuses des collines calcaires, sous les pier- res peu ou point enfoncées.—L’hiver et le printemps.— Assez commun. L. cyathigera Ross?. Pris au vol, en plein jour, dans le voisinage des habitations et au repos sur les hautes herbes.—Avril, juillet.—Trés rare. L. turcica J’. Sur les plantes.—Mai.—Assez rare. var. 4-maculata D. En grand nombre sous les écorces des noyers.—Décembre. Masoreus Dejean. M. Wetterhalii Gy//. Pelouse séche et terrains vagues dans le voisinage du Be- dija, sous les pierres.—Aott, septembre.—Rare. Panageeus Jair. P. crux-major Z. Lieux marécageux, sous les pierres humides.—Avril, octo- bre.—Assez rare. , Chleenius Bon. Chl. spoliatus Zossz. Rare sur les bords du Bedija, commun, par années, sur ceux du Rio Salado. —L’été. Chl. velutinus Dy/t. Bedija, Rio Salado.—Peu commun. Chl. variegatus Yourcer. Quelquefois loin des eaux et jusque sur les collines séches. —Assez rare. (15) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 207 Chl. chrysocephalus foss?. Sous les pierres legérement humides, au bord des champs cultivés ou des fossés, souvent par familles nombreuses, seul ou avec divers Brachynus.—Toute lV’année mais principale- ment la fin du printemps.— Assez commun. Chl. holosericeus /’. Bedija.—Juin, octobre.—Fort rare. Chl. nigricornis /., var. melanocornis D. Bedija.—Assez rare. Chl. vestitus Payk. Bedija et en général les lieux humides.—Abondant. Chl. (Dinodes) azureus Dut. Bords des champs, sous les pierres.—Toute lannée.— Peu commun. Licinus Zatr. L. silphoides /., var. granulatus D. Collines et friches calcaires, sous les pierres.—Assez com- mun et a peu pres toute l’année. On trouve en mai des individus immatures. Badister Clairv. B. bipustulatus /’., var. lacertosus Sturm. Bords du Bedija, sous les pierres.—Mars.—Assez rare. Amblystomus #7. A. metallescens D, ? niger Heer. Ca et 1a; on trouve quelquefois de nombreux individus réunis sous la méme pierre.—Printemps, ét¢.—Assez commun. var. dilatatus C/d. Un seul exemplaire. 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) M. Bedel, dans sa Faune des Coléopteres du bassin de la Seine, réunit les deux formes, A A. melallescens D. et dilatatus Chd., et les caractérise simultanément dans une note qui fait suite 4 la_ description de lAmblyst. niger Heer (1); je transcris ici la pre- miére partie de cette note: «L’A. metallescens Dej. (dilatatus Chaud.), souvent confondu avec le niger et qui se prend avec lui dans le bassin de la méditerranée, est plus grand (4 mill.); son pronotum est plus court et plus rétréci en arriére et le rebord de l’épistome est impressionné et comme écrasé au milieu.» Il m’est difficile, aprés avoir vu les types de Dejean et de Chaudoir, d’adopter sur ce point l’opinion de M. Bedel, dont les travaux, d’ailleurs, ont éclairci de la maniére la plus heureuse tant d’autres difficultés de synonymie. On peut faire observer en premier lieu, a légard des vrais caractéres de l’A. metallescens, que la série typique de Dejean permet de les assigner avec certitude et qu’ils ne coincident pas de tous points avec ceux indiqués par le savant auteur de la Faune du bassin de la Seine. La série dont je parle est peu ho- mogéne, il est vrai: ’auteur du Species avait réuni, comme on sait, sous le méme nom dA. metallescens, deux formes assez différentes, dont ’une, plus petite, n’est représentée dans sa collection que par des individus de provenance espagnole ou dalmate, l’autre, notablement plus grande, |’étant par des in- sectes francais. Celle-ci ayant été décrite plus tard, sous le nom VA. dilatatus, par de Chandoir, la premiére-doit retenir le nom primitif et c’est d’apres le type espagnol qu'il faut carac- tériser A. metallescens, antérieurement a la question de sa- voir s'il convient ou non d’y réunir le di/atatus. Or ce type, auquel mes nombreux exemplaires sont entiérement confor- mes, est un insecte de 3™" seulement (dans ma nombreuse série la taille varie de 2”",8 a 3"",2); la couleur du corps, des antennes, des palpes et des pattes, le contour du pronotum et celui des élytres, sont ceux assignés généralement dans Jes descriptions des auteurs; le labre est de forme un peu irrégu- liére et plus étroit de gauche & droite; le bord antérieur de l’épistome est indiqué par une ligne en relief, sans impression médiane. (1) Op. cit., 1, p. 62. (17) Pantel.—CoLKOPTERES DES ENVIRONS D’UCLIS. 209 Il résulte de la que les caractéres assignés par M. Bedel ne conviendraient pas au medtallescens vrai, mais ils s’appli- quent, sans doute, au dilatatus, du moins en ce qui regarde les dimensions. Quant & l’impression médiane du rebord de lépistome, elle existe dans l’un des types de Chaudoir, prove- nant de Transcaucasie, que j'ai eu sous les yeux, et aussi dans Pexemplaire unique pris par moi a Uclés, mais il m’a été impossible d’en retrouver aucun vestige dans un troisie- me exemplaire, de la collection Dejean, étiqueté de France, qwil est d’ailleurs impossible de séparer des précédents. Quoi qwil en soit de la valeur de ce caractere qui est tres prononcé dans d’autres espéces du genre, AA. mauritanicus D., genicu- latus Motsch., qui Vest peu et peut étre dune facon variable chez le dilatatus Chd., convient-il de réunir cette derniére forme au metallescens ? La question ainsi posée exigerait une discussion plus compléte et je n’ai point la prétention de la résoudre. Toutefois j’incline & penser que ‘le didatatus doit étre maintenu séparé au moins a titre de variéteé. _ J’ajouterai une derniere observation, au sujet des rapports possibles de l’espéece de Dejean avec 1’A. nzger Heer. Ce der- nier insecte ne m’est point connu en nature, mais les caracte- res qui lui sont attribués par M. Bedel conviennent parfaite- ment au medallescens vrai. N’y a-t-il pas lieu de croire les deux especes identiques? Cette maniére de voir a pour elle, si je ne m’abuse, d’assez fortes présomptions; si elle était confirmée ‘par la comparaison d’individus bien caractérisés appartenant respectivement aux deux formes en litige elle ferait disparai- tre en partie la confusion qui regne dans ce groupe difficile. Scarites Fadr. Sc. (Distichus) planus Zon. Terrains salés, dans le voisinage du Rio; Salado, quelque- fois simplement abrité sous les pierres, le plus souvent caché dans ses terriers qu’il abandonne le soir pour courir sur le sol; on le trouve en assez grand nombre en brisant les mottes de terre qui ont séjourné pendant quelques mois sur les bords des fossés; pris exceptionnellement dans les terrains calcai- res et loin des eaux, dans les environs immédiats d’Uclés.— ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 14 * 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Presque toute ’année mais principalement en septembre.— Assez rare. Clivina Zatr. Cl. fossor ZL. Bord des eaux.—Mars-juin.—Peu commun. Dyschirius Zon. D.? substriatus Dy/t. Je rapporte avec doute a cette espéce un individu immature bien distinct des suivants, mais difficile 4 classer avec quel- que stireté.—Lagune de Montalvo, en avril. D. eneus P., var. hispanus Puéz. Sous les détritus de végétaux ou courant au soleil sur la terre humide.—Rio Salado et lagune de Montalvo.—Assez commun au printemps. var. chalybeus Putz. Mémes conditions et mémes localités. Aristus Zatr. A. capito Serv. Collines séches ét bords des champs cultivés, sous les pier- res un peu enfoncées, le plus souvent retiré au fond de son terrier, ou encore courant sur le sol.— Toute l’année sauf le temps des fortes chaleurs.—Peu rare. A. clypeatus Rossi. Dans les mémes conditions, et souvent aussi sur les plan- tes.—Assez commun. A. spherocephalus OJ. Plus localisé que les précédents; assez abondant sous les remparts du Monastére d’Uclés ou il vit par petits groupes, sous les pierres.—L’hiver et le printemps. (19) Pantel. —COLEOPTERES DES ENVIRONS D'UCLES. 211 Ditomus fon. D. (Odontocarus) cordatus D. Les 6 ou 7 individus récoltés dans la région proviennent de stations assez diverses, mais principalement des coteaux ou des friches calcaires.— Janvier-mai. D. calydonius Rossz. Coteaux et bords des champs, sous les pierres, le pitts sou- vent au fond d’un terrier en forme de puits peu profond.— Toute année, sauf la période des fortes chaleurs; on trouve en juin des individus immatures.—Assez commun. D. tricuspidatus Fadr. Un seul individu 9 paraissant bien caractérisé. Carterus D. C. interceptus D. Coteaux et bords des champs, sous les pierres.—Décembre- juin.—Rare. Chez cette espéce le tegument est en général trés fragile bien qu’assez épais. La taille varie de 10™ & 15"",5 et les grands males offrent un faciés particulier du a la largeur du pronotum, a l’excavation beaucoup plus profonde du front et au rebord plus saillant et plus relevé des mandibules. C. dama Lossv. Bords des champs, sous les pierres, principalement apres les pluies.—Printemps, automne.—Assez commun. C. fulvipes D. Terrains vagues, au pied des collines.—Mars, avril, novem- bre.—Plus localisé que le précédent et plus rare. C. rotundicollis Ramd. Comme les précédents.— Septembre-juin. cen commun. 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) C. gracilis Ramé. Un seul individu pris en mai sur un petit mamelon inculte isolé au milieu des champs cultivés. Ce Carterus est sirement distinct des précédents et spécia- lement du /wlvipes; mais il est plus difficile de le séparer net- tement du microcephalus Ramb., bien que la plus grande som- me de caracteres et notamment son pronotum, visiblement plus large que long, et sa petite taille (6"",5) le rapprochent plutot du gracilis. Acinopus De. A. picipes OZ. Coteaux et champs incultes, sous les pierres, quelquefois enterré A une assez grande profondeur.—Printemps et autom- ne.—Assez commun. Anisodactylus De). A. binotatus /’. Un seul exemplaire. A. peciloides Szeph. Rio Salado et lagune de Montalvo, sous les détritus de vé- eétaux.—Avril, juin, octobre.—Assez rare. A. intermedius D. Collines incultes, sous les pierres. — Principalement l’hi- ver.— Rare. Scybalicus Schm. Sc. oblongiusculus D. Bords des fossés, dans les dépressions de terrain un peu hu- mides, sous les pierres; ordinairement plusieurs sous la méme pierre ou sous les pierres voisines.—Assez rare. Sc. femoralis Cog. . Un seul individu pris sur un mamelon inculte, en aout. (22) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 213 Cette espéce n’est point signalée d’Espag ne dans les catalo- gues, bien que sa découverte dans la péninsule remonte a 1875; elle est die a M. S. de Uhagén, qui en a rendu compte dans les ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hisv. nart., t. ve Mon femo- vyalis a les tarses postérieurs strement g/abves en dessous. Sc. ditomoides D. (Juelques exemplaires seulement, pris sur le gazon, au bord des fossés.—Juin, aout. ; Diachromus £7. D. germanus Z. Bords des champs, dans les sites un peu humides, sous les pierres et les détritus.—Assez rare. Gynandromorphus De/. G. etruscus Quens. Collines stériles, sous les pierres, assez souvent caché au fond d’un terrier peu profond.—T’hiver et le printemps.— Assez commun, Ophonus Sieph. 0. sabulicola Paz. Dépressions de terrain un peu humides, au bord des champs, sous les pierres, quelquefois enterré profondément.—Surtout le printemps et lautomne. —Assez localisé mais abondant dans les stations ov il vit. Les individus observés sont grands (13""-16"") et larges et ont les angles postérieurs du pronotum obtus mais non obtu- sément arrondis; par ces caractéres ils paraissent se rattacher a la forme columbinus Germ. 0. diffinis D., var. discicollis Wa/dz. Terrains vagues, dépressions herbues et champs incultes, sous les pierres un peu humides.—Presque toute l’année mais surtout en mai.—Peu commun. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL.. (22) L’insecte que je rattache a cette variété est généralement bleu, quelquefois noirdtre et long de 9"",5 a 12". D’apres le texte de Waltl (1) le discicollis serait, il est vrai, un peu plus petit (9"",3) et de couleur plus sombre, mais on sait combien les Ophonus de ce groupe sont variables, spécialement dans la coloration. Quoiqwil en soit, d’ailleurs, la forme uclésienne différe du difinis D., dont le type m’a été obligeamment com- muniqué par M. R. Oberthiir, par des caracteres bien tran- chés: taille un peu plus petite, méme en comparant les indi- vidus le plus favorisés; ponctuation de la téte plus rare; pro- notum plus cour, plus arrondi sur les cétés (presque carré chez le difinis typique), 4 ponctuation moins serrée et plus déli- cate; élytres nettement sinués & l’extrémité, de couleur bleue ou noiratre (jamais verdatre). QO. azureus /’. Champs incultes, sous les pierres.—Toute l'année, excepté la période des fortes chaleurs et de la sécheresse.—Assez rare. Chez les individus étudiés, le dessus du corps est faiblement métallique, vert bleudtre; le pronotum est un peu plus long et la ponctuation des élytres plus délicate que dans les exem- plaires bien caractérisés (collect. Dejean) auxquels je les ai comparés. QO. azureus /’., var. similis D. Avec le type.—Plus commun, par places. 0. meridionalis D. Collines et champs incultes, sous les pierres.—Toute l’an- née.— Assez rare. Je possede un individu chez lequel le premier article des antennes et les fémurs des deux premieres paires sont noirs. 0. rotundatus D. Champs incultes, sous les pierres, apres les pluies.— Fé- vrier, juillet, octobre, décembre.—Assez rare. Dans l’un des types bien caractérisés de Dejean, un indivi- (1) Voyage dans Vl Espagne, par le Tyrol, UItalie supérieure et le Piémout. Passa, 18235, p. 55. (23) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 215 du ¥ étiqueté de Dalmatie, que j’ai eu sous les yeux, le pro- notum est un peu plus large que long, notablement rétréci en arriére, convexe et un peu piriforme, les cétés n’étant gue- re arrondis que dans la moitié antérieure; les interstries 3°, 5° et 7° offrent une série irréguliére de points enfoncés assez vi- sibles, du moins ceux du 5° et du 7°; le 1 article des anten- nes est beaucoup plus gros que le 4° et les fémurs, surtout ceux de la l'e et de la 3° paire, sont fortement renfiés. Dans ma série, un examen un peu attentif révele, d’un individu a Vautre, des différences tres marquées portant sur l’un ou l’au- tre de ces caractéres. Le pronotum est comparativement plus large, quelquefois trés peu rétréci en arri¢re, arrondi sur les cétés tantét dés la base et tantot dans la moitié antérieure seulement; le rapport entre la longueur et la largeur est généralement celui du type, mais il peut étre ou exagéré, le pronotum paraissant tout-a-fait transversal, ou au contraire atténué et presque renversé, la longueur devenant égale a la largeur: ces deux formes exceptionnelles, prises sans les in- termédiaires, sont tellement différentes du type qu’on serait porté a les séparer; les points enfoncés sont peu ou point vi- sibles, surtout chez les femelles; enfin, le premier article des antennes et les femurs sont ou renfiés ou plus ou moins gré- les, méme chez le c’. 0. incisus D. Collines séches et bords des champs, sous les pierres, ou sur les ombelles du Feniculum vulgare.—A peu pres toute l’année. —Peu commun. 0. Cunii Fazrm. (1). Collines incultes et rocailleuses, sous les pierres. Assez ré- pandu dans la région et se trouvant a toutes les époques de (1) La détermination de mes exemplaires, faite primitivement d’aprés la seule des- cription, a été contrdlée depuis par comparaison avec le type que M. Fairmaire a bien youlu me communiquer. Les notes assez détaillées que j’avais cru devoir consacrer a cette espéce n’ont pas, présentement, la méme raison d’étre; toutefois, j'ai dt les conserver telles quelles, les circonstances ne me permettant plus de les abréger sans m’exposer 4 des erreurs. Je prie M. Fairmaire d’avoir égard a ces explications et de ne rien vo f, dans ces notes, qui ressemble 4 la prétention de vouloir refaire son ceuvre. 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) l'année, isolément ou par petits groupes; pris en nombre une seule fois, ’ la suite des pluies abondantes de mars. On trouve en juillet des individus immatures. Aucun renseignement complémentaire, que je connaisse, n'a été publié sur cette espece intéressante postérieurement a sa description par M. L. Fairmaire (1). Cette circonstance me dé- termine a ajouter ici quelques détails sans lesquels la diagno- se originale demeure, il est vrai, parfaitement exacte et suffi- sante pour caractériser l’insecte, mais qui peuvent servir, ce- pendant, a en donner une connaissance plus compléte. Pour plus d’ordre, je les intercalerai dans une description détaillée, dont les traits principaux sont ceux-la méme que M. Fair- maire a si justement fait ressortir. Corps oblong, assez allongé, luisant, un peu convexe; d’un brun rougeatre obscur en dessus, principalement sur les ély- tres, clair en dessous, avec les antennes, les palpes et les pattes roux testacé; pubescence courte et peu serrée. Téte de grandeur moyenne, saillante en avant du prono- tum, biimpressionnée entre les yeux, chargée, sauf dans la région occipitale, d’une ponctuation bien marquée; antennes filiformes, quelquefois tres sensiblement dilatées 4 partir du 5° article, dépassant, quand elles sont renversées, la base du pronotum de deux articles chez le,’, de 1 chez la 9. Pronotum cordiforme, plus large que long ou, par excep- tion, aussi long que large, sa plus grande largeur, a la hau- teur des pores sétigéres, étant toutefois bien inférieure a celle des élytres; cOtés distinctement rebordés, arrondis jusqu’aux */, environ de la longueur totale, ensuite redressés en formant une sinuosité assez ouverte; angles postérieurs visiblement obtus, quelquefois presque droits, 4sommet bien marqué cor- respondant au milieu du 5° interstrie de l’élytre; base munie d’un trés léger rebord susceptible de disparaitre; angles an- térieurs droits, un peu avancés et arrondis au sommet; disque assez convexe en avant, largement biimpressionné a la base: sillon médian assez profond, prolongé plus ou moins distine- tement, en arri¢re, jusqu’a la base, n’atteignant pas, en avant, le bord antérieur; ponctuation forte, en général peu serrée, (1) Annales de la Soc. ent. de France, 1880. (25) Pantel.—CoLiOPTERES DES ENVIRONS D'UCLES. 217 dense et un peu confuse a la base et dans les impressions des angeles postérieurs. Klytres subparalléles, arrondis 4 partir des % de leur lon— gueur totale, tres légerement sinués vers l’extrémité, l’angle sutural étant bien marqué et comme surmonté d’un trés petit tubercule (1); rebord de la base tranchant et arrondi ou un peu anguleux 4 l’épaule; surface assez convexe; stries larges et profondes, chargées, principalement vers la base, de points espacés empiétant souvent sur les interstries presque imponc- tuées en arriére; striole scutellaire paraissant branchée sur la 2° strie, un peu en avant de l’origine de celle-ci, ordinaire- ment libre et égale au '/,, environ de la longueur de I'élytre: interstries un peu élevés et arrondis, couverts d’une ponctua- tion peu serrée mais forte et rapeuse, principalement vers la base. Ailes normalement développées. Dessous du corps modérément ponctué; prosternum parais- sant quelquefois a peu pres lisse. Tarses antérieurs et intermédiaires peu dilatés chez le ¢’. L’Ophonus Cunii est immédiatement reconnaissable au con- tour de son pronotum dont la base est fortement rétrécie (2), et au caractére vigoureux de la sculpture de son tégument, lequel n’empéche pas un certdin éclat assez brillant qui frap- pe, & premiére vue, lV’observateur. Par son faciés, sa taille et ses habitudes, il rappelle 10. cordatus Duft. dont il se distin- gue par le pronotum beaucoup plus étroit, relativement aux élytres et beaucoup plus étranglé a la base (3), par la ponc- tuation plus rare et plus forte des élytres, par la présence du petit tubercule qui s‘observe au sommet de l’élytre, etc. La base des élytres est quelquefois tres légerement impres- sionnée a la hauteur de la 3° strie et par la l’insecte se rappro- cherait des Scybalicus. Toutefois la vestiture des tarses anté- (1) Cetubercule existe chez le fot et est bien différent du mucron qui s’observe chez les 9 de quelques Harpalus. On ne peut le remarquer qu’en examinant l’insecte de coté et un peu a contre-jour. (2) Au témoignage de M. R. Oberthiir, il’ se rapproche du constrictus Chad. de la Chine, sans doute par ce caractére , comme il semble qu’on peut le conc’ure du nom specifique adopté par Chaudoir. (3) Chez le cordatus le sommet des angles postérieurs correspond a la 5¢ strie idéa- lement prolongée, chez le Cunii il tombe a égale distance de la 4¢ et de la 5e. 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) rieurs et intermédiaires, chez le 7, consiste, comme dans les Ophonus les mieux caractérisés, en une double rangée de ‘pla- ques écailleuses. Les tarses postérieurs sont sirement moins glabres en dessous que dans les ditlomoides et femoralis. 0. cordatus Dw /t. Dans les mémes conditions que le précédent.— Toute Van- née.—Peu rare. Outre un bon nombre d’individus bien caractérisés, je pos- sede un «7 que je ne puis rapporter a cette espéce qu’avec hé- sitation et provisoirement. Il séloigne de la forme ordinaire par,son pronotum plus rétréci a la base et par la ponctuation plus vigoureuse des élytres, sans que ces caracteres soient assez prononcés pour permettre de le classer parmi les Cui. 0. rupicola Sturm. Bords des champs, des fossés, sous les pierres un peu humi- des.—Assez rare. 0. puncticollis Payh. Je ne possede de cette espece qu’un exemplaire bien carac- térisé, pris dans les champs incultes, en été. 0. rufibarbis /. Comme le précédent.— Assez rare. 0. parallelus D. Lisiéres incultes pres des champs cultivés, sous les pierres. . —Mai principalement.—Assez rare. 0. planicollis D. Terrains vagues un peu humides, sous les pierres.—Avril, mai, juin, aotit, apres les pluies. On trouve en aott des sujets immatures.—Rare. O. mendax Rossi. Sous les détritus humides.—Rare. 7) Pantel.—coLuorTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 219 Harpalus atr. H. (Pseudophonus) ruficornis /’. Bords du Bedija.—Rare. H. (Platus) calceatus Dw/t. Un seul exemplaire trouvé stirement dans la localité mais dans des conditions quwil m’est impossible de préciser. H. (Erpeinus) semipunctatus D. ; Dans le voisinage des champs cultivés, sous les pierres.— Toute l'année sauf la période des fortes chaleurs. On trouve, au milieu de Vhiver, en décembre et janvier, des individus ~ immatures.—Assez commun quoique un peu localisé. La couleur, ordinairement d’un beau vert brillant, passe par exception au noir plus ou moins intense sans reflets mé- -talliques. H. (Erp.) ibericus, sp. n. (Fig. 1, b ) Oblongus, niger, superne viridimicans vel aliquantulum fusco- rufescens, ore, antennis pedibusque plus minusve ferrugineis, tegumento subtoto inequaliter punctulato necnon pube rariuscula obsito. Caput nigrum, superne leve, antice et supra oculos parce punctatum; palpis ferrugineis, regulariter fusco-maculatis ; an- tennis obscure testaceis, articulo 1° rufo, articulis 2° et 3° requ- lariter fusco-maculatis. Pronotum transversum, antice parum angustius quam postice, marginibus lateralibus antice rotunda- tis, postice rectis vel fere reclis; angulis posticis obtusis , apice retusis; margine postico subrecto; dorso medio vir non levi, basi rugoso-punctata, lateribus punctatis, punctuatione intus rarius- cula, discum necnon marginem anticum plus minusve invadenti; impressionibus binis basalibus, latis, rugoso-punctatis. Hlytra viridi-enea vel aliquantulum fusco-rufescentia, subparallela, pronoto latiora, apice vir vel e contra distincte sinuata; dorso parvum convexo; striis levibus vel subindistincte punctatis ; in- tervallis parum elevato-rotundatis, interdum in Q deplanatis, inequaliter punctulatis, punctuatione versus apicem et marginem externum elytri (4 sallem intervall. extern.) densiore et totam 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) superficiem intervallt occupante , regione discoidali fere levi. Ale adsunt. Corpus sublus nigrum, nitidum , subtilissime puic- lulato-pubescens; metasterno lateribus sat grosse punctatis. Longs, COND. cas & eel sul WD ae O) Dae De eo mares 'Latit. — (med. elytr.). 2,5-3,2 Pay | Hapitat. Rio Salado, circa Tarancon! Montalvo!, in solo salso humidiusculo hucusque lectus. Fig. 1.—a. Harpalus punctatipexnis Ram) —b. Harpalus ibericus Pant —Les premicres stries et la striole scutellaire ont e é tracees sur J’élytre gauche. Oblong, peu convexe, noir, vert bronzé en dessus (1) ou un peu brun roussitre, avec la bouche, les antennes et les pattes plus ou moins ferrugineuses; tégument marqué d'une ponc- tuation inégalement distribuée et accompagnée dune courte pubescence d’un blanc sale, visible quand on observe l’insecte par cote. Téte moyenne, plus étroite d’un tiers environ que le prono- tum, noire, brillante, lisse en dessus, offrant sur le front et au dessus des yeux quelques points épars le plus souvent clair-semés, quelquefois nombreux sur l’épistome et autour des impressions frontales; front presque uni ou au contraire inégal, offrant de part et d’autre une impression d’importance trés variable, séparée de lépistome par une suture souvent peu distincte; palpes roux, ordinairement tachés de brun, ex- ceptionnellement sans taches; antennes d’un testacé obscur, avec le premier article ferrugineux (2) et les deux suivants (1) La teinte métallique est souvent difficile 4 observer sur les vieux exemplaires. (2) Ce premier article est relativement gros et en forme de massue renversée, un peu plus large & la base qu’) V’extrémite. - 29) Pantel.— COLKOPTERES DES ENVIRONS D'UCLIs. 221 maculés de brun ou exceptionnellement sans taches, revétues, a partir du '/, apical du 3° article, d’une pubescence dressée peu serrée, atteignant, quand elles sont renversées, la base du pronotum (9) ou la dépassant quelque peu (c’). Pronotum variant du vert métallique peu brillant au brun noir ou roussatre, avec les marges latérales ferrugineuses: en carré transverse, un peu plus large a la base qu’au bord an- térieur, atteignant sa plus grande largeur avant le milieu, suivant la ligne déterminée par les points piliferes; contour finement rebordé, le rebord devenant peu ou point distinct au milieu du bord antérieur; cotés arrondis en avant, droits ou a peu prés droits a partir du milieu et tombant sur la base en formant avec elle des angles obtus, émoussés et subarron- dis au sommet; base presque droite; surface convexe, rapide- ment déclive vers les angles antérieurs qui sont arrondis et tres peu avancés, luisante au milieu oti elle est seulement marquée de quelques rides tres délicates généralement ondu- lées, largement ponctuée-rugueuse a la base, chargée, sur les eotés et le long du bord antérieur, au moins latéralement, dune ponctuation plus claire et plus irréguliere envahissant plus ou moins le disque par quelques points épars; sillon mé- dian peu marqué; impressions transversales antérieure et pos- térieure subosolétes; fossettes basilaires ayant la forme d’im- pressions larges, peu profondes, situées un peu plus prés du bord extérieur que de la ligne médiane, ponctuées-rugueuses. Kcusson lisse. Elytres d’un vert bronzé plus ou moins obscur, ou d’un brun noir ou roussatre, cette derniére teinte se montrant souvent, méme chez les individus vivement colorés, sur la suture et les épipleures; plus larges que le pronotum, subparalléles, assez brusquement arrondis et un peu sinués a l’extrémité (1). Surface peu convexe et quelquefois légérement déprimée en dessus, brusquement déclive sur les cétés; stries paraissant a peu pres lisses, celles du milieu, de la 3° a la 7°, étant mar- quées en réalité de quelques points peu distincts; striole scu- (1) Ce caractére est trés variable: 4 peine sensible dans un grand nombre d’indi- vidus, il est assez prononcé chez d’autres pour que l’élytre paraisse obliquement tronqué; le sommet de l’angle sutural est mucroné chez la Q, simplement aigu ou _méme émoussé chez le Ce 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) tellaire issue de la 2° strie, longue, libre 4 l’extrémité; inters- tries généralement un peu ‘convexes, méme chez la 9, quel- quefois plans dans ce sexe, chargés d’une ponctuation trés variable mais toujours plus abondante en arriére et vers le bord extérieur de l’élytre: chez les individus les plus favorisés, le 1 interstrie présente quelques points trés espacés et peu marqués formant une seule série irréguliére, le 2° n’est guére ponctué qu’en arriére ott les points sont épars, le 3° est tou- jours éparsement ponctué en arriére et en une série irrégu- liére sur le reste de la longueur, la ponctuation devenant éparse sur toute la longueur de l’interstrie a partir du 4° et se montrant de plus en plus serrée & mesure que l’on va vers Vextérieur; plus ordinairement les points commencent a se montrer, en dessus, sur le 3° ou le 4° interstrie, deviennent plus abondants a partir du 6° et sont toujours trés serrés sur les deux extérieurs; sur le 9°, les points ocellés ordinaires sont trés espacés au milieu, la série étant comme interrompue. Ailes réguliérement développées. Dessous noir, assez brillant, paraissant presque lisse a l’ex- ception des cotés du métasternum qui sont visiblement ponc- tués, marqué en réalité d’une ponctuation tres délicate qui est accompagnée d’une courte pubescence. Pattes @un brun rougedtre obscur et & peu pres noir sur _ les fémurs, plus clair sur les hanches et les tibias, nettement ferrugineux sur les tarses. Le Harpalus ibericus a le faciés de certains @neus a colora- tion un peu sombre; la ponctuation du pronotum rappelle celle du punctato-striatus mais elle est moins abondante et moins étendue sur le disque; par celle des interstries des ély- tres, l'insecte se rapproche du punctatipennis, dont il se dis- tingue d’ailleurs & premiére vue (1). Cette petite espéce vit dans les paturages salés et humides idles bords du Rio Salado et de la lagune de Montalvo. On la Die ple Aigo Sa 6s I NS ys a eee (1) Postérieurement & la rédaction de ces notes, j'ai eu la satisfaction d’examiner le type authentique de Rambur, grace a la parfaite obligeance de M. Mabille, a qui je suis redevable d’un bon nombre dautres communications relatives 4 divers Or- thopteres étudiés par son illustre parent. On peut prendre une idée de l’insecte d’An- dalousie par le contour qui en est représenté ci-dessus, fig. 1, a. C’est une tout autre espece, qui n’a guére de commun avec le Harp. ibericus que la ponctuation du tegu- ment. Le pronotum est nettement cordiforme et tout le dessus du corps présente Véelat bleu noir signalé dans la description de Rambur. . oe (31) Pantel.—coLnorrirrs DES ENVIRONS D’UCLES. 223 trouve, avec le H. punctato-striatus D., sous les petites pierres et les détritus, assez communément, de février & mai. H. (Erp.) sp.? (Fig. 2.) Je ne puis que signaler a cette place, sous cette indication e@énérale, un remarquable individu malheureusement mutilé, qui se rapporte a une espéce du méme groupe que la précé- dente mais inédite, suivant toutes les probabilités. La couleur de Vinsecte, réserve faite des antennes, des palpes, des tibias et des tarses qui sont les parties disparues, est celle du Har- palus eneus ; la taille est un peu supérieure. Le pronotum est grand, aussi large 4 la base que les élytres, plus étroit en avant, faiblement mais réguliérement arrondi sur les cétés qui ne se redressent nullement avant de contribuer a former les angles postérieurs; ceux-ci sont obtus et arrondis au som- met, la base est largeement échancrée au milieu, la surface convexe, lisse au milieu, ponctuée dans l’intérieur des fosset- tes qui sont grandes, oblongues et assez marquées; les cétés sont également un peu.ponctués en arriére et la base est ru- guleuse, entre les fossettes. Les élytres sont ovales-oblongs, 4X peine sinués al’ extrémité: en arriere et latéralement, sur la moitié externe de V’élytre, les intervalles sont marqués d’une ponctuation fine et peu serrée, et on observe en outre, sur le 3° et le 5° une série irréguliere de points plus gros, placée, respeclivement, pres de la 2° et de la 5° strie. Le métasternum est légérement ponctué au milieu, trés finement ridé mais imponctué sur les flancs. MOWE GUN COLDSss caches teridacm access ae CLOT — du pronotum (prise au milieu).. 2,79 Largeur ~- (au '/, antérieur).. 3,90 Fig. 2,— Harpalus Asculanus Pant. — Contour du corps. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) Ce remarquable insecte provient des bords du Rio Salado. {1 parait normalement conformé et rien n’autorise a le ratta- cher, 4 titre d’individu monstrueux, a l’une des espéces voisi- nes. Sides recherches ultérieures amenaient la découverte de sujets complets, il est a croire que les caracteres indiqués ci- dessus seraient trouvés constants et l’espéce devrait prendre rang dans le catalogue de la Faune d’Espagne; je propeserais de la désigner sous le nom de Harpalus Asculanus, par allu- sion a l’éclat cuivreux du tégument. H. (Erp.) Perezii wil/7., var. salinator, v. n. Differt a forma typica precipue: capite nigro vel rufescenti. ore palpisque ferrugineis, antennis testaceis; pronoto rufo-ferru- gineo; elytris stramineis, subpellucidis, striis levibus vel obsole- lissime punctatis, interstrio 3° minus distincte unipunctato; epis- ternis pro—et mesothoracico ferrugineis, pro—et mesosterno fus- co-rufis, episterno metathoracico metasternoqgue simul cum abdo- mine nigris vel partim pallidis, epimere metathoracica partim lurida; pedibus stramineis, coxis testaceis. LONG it, Carp. sah.s 2s sent G ee oral, CoO Leas Latit. — (med. elytr,). 3,5- 4,2 3,2-4,9 Hapitat. Rio Salado, circa Tarancén!, Montalvo!, Aran- juez (teste D. Sanz, coll. Martinez y Saez); in salsuginosis. Un peu plus petit que le type dont il reproduit les particu- larités de conformation les plus caractéristiques; couleurs pales, Pinsecte paraissant immature, au premier aspect. Téte noire ou conservant sur une étendue plus ou moins considérable de sa surface, principalement suivant la ligne médiane, en dessus et en dessous, la teinte rousse de l’imma- ture (1); bouche et palpes roux clair, antennes testacées. Pronotum de couleur ferrugineuse, conformé comme dans (1) La couleur de cette variété ne peut bien s’observer que sur des individus tres frais; mis 4 sécher ou introduit dans les collections, méme aprés une bonne dessicca- tion, l'‘insecte tourne tres facilement au eras et il en résulte une imbibition des di- verses parties plus ou moins translucides du tégument qui en modifie l’aspect. (38) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 225 le type, bien que paraissant fréquemment un peu plus large et plus déprimé a la base, d’une fossette & Vautre. Ecusson rougeatre dans la partie libre. Elytres jaune-paille, ornés, seulement par exception, d’un vague reflet vert métallique; translucides, laissant apercevoir par transparence le contour des ailes (celles-ci, normalement développées, s’entrecroisent en circonscrivant autour de l'é- cusson un espace triangulaire qui se détache assez ordinaire- ment en noir, a cause de la couleur sombre de l’abdomen); surface peu convexe, stries bien marquées, lisses ou, par ex- ception, obsolétement ponctuées; 3° intervalle marqué, vers le '/, apical et pres de la 2° strie, dun point enfoncé souvent beaucoup moins distinct que dans le type. Episternes des deux premiers segments de couleur ferrugi- neuse, le prosternum et le mésosternum étant plus obscurs; dernier segment noir ou pale par places, avec l’épimére en partie d’un testacé pale. Abdomen noir ou conservant les teintes pales de ’immature. Pattes de la couleur des élytres, les hanches seules étant un peu ferrugineuses. Cette remarquable variété n’offre pas identiquement, au premier aspect, le faciés du type, mais on est embarrassé, dans un examen plus attentif, pour rattacher a des caractéres un peu sérieux et constants, autres que la coloration, les di- vergences que l’on avait cru remarquer. La taille du “arpa- lus Perezit typique parait étre un peu plus grande et chez un certain nombre de © de cette forme (2 sur 3, dans la série que j'ai eue sous les yeux) il existe, entre la largeur des élytres et celle du pronotum, une différence que je n’ai jamais obser- vée au méme degré dans la variété, tandisque le o serait au contraire proportionnellement plus étroit et plus convexe. Dans la variété, d’ailleurs, le pronotum est souvent un peu plus large et plus arrondi sur les cétés, plus déprimé trans- versalement a la base, le rebord basal des élytres est plus flexueux et remonte davantage au milieu; chez les 9 en par- ticulier les élytres sont plus paralléles. Mais il faut convenir que ce sont la des caractéres peu tranchés et fort variables, par suite insuffisants pour servir de base a une distinction spécifique. Du reste la couleur étant tres différente dans les deux formes, comme aussi les conditions d’opacité ou de transparence qui tiennent, de méme que la couleur, a l'état ANALES DE HIST. NAT.—XVII. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) des pigments, lil doit éprouver quelque difficulté a saisir les véritables rapports de ressemblance dans le faciés. A Végard de la coloration , il convient d’observer qu'elle présente toutes les allures d’un caractere de variété propre - ment dite ou de race, c. 4 d. la permanence de la variation et en méme temps une certaine instabilité dans le degré qu'elle atteint chez les divers individus. Depuis un peu plus de qua- tre ans je récolte régulierement cet insecte aux époques les plus diverses et souvent par centaines d’exemplaires, sans qu’il se soit jamais offert avec une coloration autre que celle décrite ci-dessus. On trouve des individus immatures, recon- naissables 4 leurs teintes pales et a leur tegument mou, et des individus mdrs, toujours plus consistants et plus foncés: mais chez ces derniers la coloration de certaines parties, telles que la téte et ’abdomen, est arrivée nu non au degré de sa- turation dont elle est susceptible. L’age, d’ailleurs, ne parait pas apporter a cet état de choses un changement bien appré- ciable: j’ai en captivité plusieurs individus que j’observe de- puis quatre mois sans avoir pu saisir une modification dans la couleur (1). D’une autre part, le tres léger reflet vert mé- tallique que l’on observe parfois sur les élytres peut, ici, étre envisagé comme un indice de la réapparition partielle du ca- ractere typique. Les considérations qui précédent mont déterminé a décrire cette forme comme simple variété. Elle n’en présente pas moins un tres vif intérét. Il est piquant pour notre curiosité et quelque peu humiliant pour nos pauvres connaissances de (1) Ce Harpalus parait se préter assez bien a l’élevage: une poigneée de terre im- prégnée de sels, prélevée 4 l'endroit méme de la capture, que l’on conserve sous une cloche et que l'on maintient légerement humide par des arrosages convenables, suffit pour son habitation. Pour sa subsistance, il s'accommode bien des petits cada- vres de Syhingz ou dOrthoptéres recemment tués que l’on place, a des intervalles méme tres irréguliers, 4 sa portée. Je ne lai point vu s’attaquer 4 des proies vivan- tes, mais quelles que soient & cet 6gard ses habitudes dans l'état de liberté, il parait certain que l'une des fonctions qui lui sont déyolues dans la République de la Nature est aussi de «Auferre immunda, cadavera, languida... ut nitor aule fulgeat». Syst. Vat. Crépusculaire, comme ses congénéres, il se tient habituellement caché dans la ter- re, pendant le jour, et entre en activité 4 la faveur des ténébres. J’ai cherché inuti- lement, jusqu’ici, 4 observer la ponte et le développement de la larve; maisily@ lieu de croire que des observations prolongées aboutiraient & un résultat positif. . (35) Pantel.— CoLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 997 voir le Harpalus Perezii perdre son pigment vert dans une saline de l‘intérieur ot! les HH. semipunctatus, distinguendus et tant d’autres brillent de tout leur éclat et alors qu’il con- serve lui-méme ses couleurs métalliques dans les salines du littoral, 4 Carthagene (Ehlers). Quoiqwil en soit, la variété qui nous occupe est de celles qui devraient seules étre désignées par ce nom a l’exclusion des simples variations auxquelles il est appliqué par trop de collectionneurs, au grand préjudice de la précision scientifi- que. C’est & proprement parler une de ces races naturelles ‘dont les exemples bien caractérisés sont relativement peu nombreux, assez peu nombreux pour que leur existence ait pu étre contestée pendant longtemps par les auteurs les plus consciencieux et les plus compétents dans la question de l’es- peee-(): Le Harpalus v. salinator est localisé, dans la région, sur les bords du Rio Salado et de la lagune de Montalvo, ow d’ailleurs il abonde a certaines époques, au printemps et en automne. On le trouve frequemment encellulé dans les mottes de terre provenant de Ja canalisation du ruisseau ou sous les pierres, ou simplement abrité sous les détritus de végétaux. II a été pris dans des conditions tout & fait analogues par M. Sanz de Diego sur les bords du Mar de Ontigola, lagune salée des en- virons d’Aranjuez. H. (Erp.) punctato-striatus D. Paturages maigres et humides, dans le voisinage des cours d’eau, sous les pierres.—Extrémement abondant dans quel- ques stations oti il est dailleurs localisé. H. (Erp.) distinguendus Dw/?. Ca et la sous les pierres, dans les endroits frais.—Toute Vannée.—Commun. H. (Erp.) honestus Du/Z. Champs incultes, sous les pierres.—Le printemps et l’au- tomne.—Assez commun par places. (1). Godron, De ?’«spece, 1, 16-23. 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36), Tous les individus observés sont d’un bleu obscur en dessus et différent un peu du type ordinaire par les cétés du prono- tum qui sont a peine sinués en arriére. Je possede en outre un exemplaire chez lequel les premiers interstries sont mar- qués accidentellement d’une ponctuation irréguliére. H. (Erp.)? rufitarsis Du /7. Seulement deux © ayant bien la forme et la couleur attri- buées a cette espéce (1) mais s’en éloignant par quelques ca- ractéres: ‘interstries élevés arrondis, le 5° et le 7° imponctués en arriére, éperons des tibias antérieurs beaucoup plus gré- les, épisternes métathoraciques plus courts. H. (Erp.) consentaneus D. Deux exemplaires trouvés dans des conditions qu’il ne m’est plus possible de préciser. H. (Erp.) pygmeus D. Un seul exemplaire. H. (Pheuginus) tenebrosus D. Collines séches, sous les pierres.— Presque toute l’année.— Assez commun. H. (Ph.) caspius Séev. Dépressions de terrain un peu fraiches, sous les pierres.— Commun par places. H. (Ph.) serripes Quevs. Collines seches, sous les pierres, souvent caché au fond dun petit terrier.—Assez commun. H. (Ph.) anxius Du/?. Collines rocailleuses, bords des champs, sous les pierres.— Peu commun. H. (Ph.) fuscipalpis S¢., var. castillianus Vwzli. L’insecte que je catalogue sous ce nom a été pris dans des stations trés diverses, sous les pierres ou courant sur le sol, (1) Bedel, Faune des Coléopt. dw bassin de la Seine. 1, p. 78. (37) Pantel.— COLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 229 avril & aotit. Mes exemplaires sont identiques a ceux des environs de Madrid sur lesquels a été établi le Harpalus cas- tillianus Vuill. (1) et présentent, vis-a-vis d’un /fuscipalpis bien caractérisé, de la collection Dejean, auquel j’ai pu les comparer, de tres légéres différences: couleur plus franche- ment noire, forme plus étroite, pronotum moins transversal, angles postérieurs plus obtus et plus émoussés, interstries moins élevés dans le co’, métasternum plus grossierement ponctué. D’un autre cété, la couleur des palpes et du 2° arti- cle des antennes, la longueur des fossettes du pronotum et la position de la striole scutellaire subissent quelques variations dun individu a l’autre méme dans ma petite série. Ces remar- ques peuvent bien établir qu’il conviendrait de caractériser le H. fuscipalpis d’une maniére un peu plus large qu’on ne le fait généralement, mais elles ne permettent pas, ce sem- ble, de maintenir comme espéce distincte la forme étudiée par M. de Vuillefroy. H. (Ph.) melancholicus D. Dans les mémes conditions que le denedrosus.— Rare. H. (Pangus) scaritides Sim. Un seul individu ,y pris en septembre sur une pelouse mai- gre et pierreuse. Cet exemplaire mesure 10"",2: c’est & peu pres la taille du P. laticollis Rche. que quelques-uns d’ailleurs réunissent au scaritides. Dichirotrichus Duv. D. obsoletus D. Bords du Rio Salado, sous les pierres et les détritus.—Abon- dant par places et peut-étre par années, en juin et aussi en novembre. ——— var. pallidus D. Deux exemplaires seulement, pris loin des eaux et dans un terrain calcaire, sous une grosse pierre assez enfoncée. (1) Colécptéres nouveaux trouvés en Hspagne, in Ann. dela Soc. Lut de Fv., 1866. 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) D. sp.? Deux exemplaires pris en mai dans le voisinage du Rio Sa- lado; immatures et difficiles 4 déterminer avec quelque sécu- rité. Deux points de front sur les interstries 1, 2, 4 et peut- etre 8; trois au moins sur les autres, qui sont sensiblement plus larges. Bradycellus 77. Br. ? harpalinus D. Je rapporte & cette espéece un individu douteux rencontré en janvier, sur une colline séche et rocailleuse. Dans cet exemplaire la striole scutellaire est indiquée par une sorte de fossette issue de la 2° strie et dirigée, sous un angle trés ouvert, sur la 1° qu’elle n’atteint pas; les stries offrent quel- que trace de ponctuation, principalement a la base et sur les cétés. Stenolophus Jair. St. teutonus Schrh. Bords du Bedija.—Assez commun. var. abdominalis Gen. Avec le type. St. (Egadroma) marginatus D. Dans un fossé desséché, sous les détritus de végétaux.— Mai, juin.— Rare. Acupalpus Zar. A. brunnipes Sturm. Bords du Bedija.—Parait étre assez rare. A. sp.? Je catalogue sous cette indication un individu malheureu- sement unique paraissant distinct des vrais brunnipes par sa forme plus ovalaire et plus étroite. (39) Pantel.— COLKOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 231 A. dorsalis /’. Bords des cours d’eau, sous les pierres humides, trés commun. Dans une série assez nombreuse d’individus récoltés 4 di- verses époques et sur divers points, j’ai vainement cherché quelques représentants du meridianus. . Abacetus De/. A. Salzmanni Germ. Un seul individu pris en mai pres du Gigiiela. Cette espéce parait étre moins rare sur les bords du Tage, a quelques kilométres au dela des limites de la région régu- liérement explorée. Feronia Zatr. F. (Pecilus) cuprea Z. Dans le voisinage des cours d’eau, sous les pierres et les dé- tritus.—Principalement de mars a juillet.—Assez commun. Tous les individus observés se rapportent a la var. vectico- lis Putz. considérée par de Chaudoir comme une simple va~ riation ou forme géographique. F. (Pec.) dimidiata OJ. Ca et la sous les pierres humides et les détritus, principale- ment pres de la lagune de Montalvo.—L’été et ’automne.— Peu commun. Les individus récoltés jusqwici’se rapportent a la forme enea Dej. caractérisée par la coloration uniforme du dessus du corps; quelques-uns sont d’un noir a peine bronzé. F. (Ancholeus) nitida D. Paturages salés, prés de la lagune de Montalvo, sous les pierres humides.—Le printemps et lautomne, aprés les pluies.—Rare. F. (Carenostylus) infuscata D. Dépressions de terrain un peu humides et bords des champs, sous les pierres.—Toute l’année, aprés les pluies.— Peu rare. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40 F. (Orthomus) barbara D. Répandu partout dans la région et tres abondant sur les collines rocailleuses.—Toute l'année. Des exemplaires assez nombreux provenant de cette loca- lité ont été communiqués a diverses reprises a des spécialis- tes distingués et rapportés par eux ala var. velocissima Waltl. Tout en respectant cette manicre de voir je dois reconnaitre que personnellement je ne suis point parvenu a me faire une idée quelque peu nette des caractéres qui distingueraient cette variété de la forme type, telle qu’on la trouve, par exem- ple, dans la France méridionale. L’espéce, d’ailleurs, parait assez variable dans plusieurs de ses caracteres: le corps peut- étre plus ou moins large, le pronotum plus ou moins atténué en avant, les fossettes extérieures plus ou moins ponctuées, les élytres plus ou moins longs comparativement a la téte et au pronotum réunis; la taille, enfin, varie de 8,5 4 11™. F. (Orth.) Perezii Mart. Un seul exemplaire 2, exactement semblable aux types de M. Martinez. F. (Pseudomaseus) nigrita F. . Lieux humides, sous les pierres.—Le printemps et l’autom- ne.—Peu commun. F. (Steropus) globosa 7’. Un seul individu provenant, suivant toute probabilité, des bords du Rio Salado. var. gagatina Germ. Collines seches et champs incultes, sous les pierres ou cou- rant sur le sol.—Toute l’année.—Commun. F. (Percus) polita D. Collines seches.—Abondant par places mais plus localisé que lespéce précédente. Aux époques oti son activité se ralentit, il n’est pas rare de le rencontrer parfaitement abrité dans une petite cavité ou galerie, creusée sous une pierre et néanmoins tout couvert d’une sorte de rosée sous laquelle son ébéne a disparu. L’ap- ; (Al) Pantel.—coLEOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. 233 parition de ces gouttelettes, dans de pareilles circonstances, parait un phénomeéne digne d’étre étudié. Zabrus Clairv. Z. (Sovanus) gravis D. Sur toutes les collines, d’oti il descend fréquemment dans les bas-fonds, vers les champs cultivés ; se rencontre sous les pierres, ou courant sur le sol, aux époques de sa plus grande activité.—Toute année. —Commun. | Z. (Sov.) Castroi MJart. Localisé sur un petit groupe de mamelons calcaires a peine couverts d’une végétation pauvre et un peu gazonnante qui s’élevent au milieu des champs cultivés, entre les villages d’Aleazar et de Rozalen. Se trouve, comme le précédent, sous les pierres, quelquefois assez enfoncé dans le sol.—Février a octobre.—Assez abondant, quelquefois, apres les pluies de printemps. Depuis la description originale qui remonte a 1873 et quia été faite sur quatre individus tous 9 provenant de Cuenca, il n’a été publié sur ce remarquable insecte aucun renseigne- ment nouveau et le’ est inédit. Toutefois cette premiére des- cription a été rédigée avec tant de soin que méme apres l’ob- servation d’un grand nombre de sujets on ne peut y faire au- cune modification un peu importante. La seule différence un peu notable que présentent les exemplaires uclésiens vis-a-vis des types de M. Martinez réside dans les dimensions qui sont plus petites, comme il ressort du tableau ci-aprés. Cette diffé- rence d’ailleurs ne sort pas des limites de la variabilité qui peut affecter une méme espéce. Le o& est d’un noir de jais, beaucoup plus brillant que la 9. Il a les palpes uniformément roux-clair ou, par exception, un peu tachés de brunu a la base des articles, tandisque chez la 9 les taches obscures sont la regle et la couleur claire uniforme Vexception. Les antennes sont brunes, un peu moins sombres que chez la 9 dans la partie glabre; elles atteignent sensible- ment, quand elles sont renversées, le sommet des angles pos- térieurs du pronotum. Les interstries des élytres, quoique 234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) plans, sont un peu plus élevés que dans la 9 et quelquefois un peu convexes. Les tarses antérieurs sont courts et forte- ment dilatés. Les points piliferes de anus sont au nombre de quatre. J’ajoute quelques remarques sur des particularités d’impor- tance trés secondaire qui s’appliquent a l’un et a lautre sexe. Les élytres sont assez brusquement déclives en arriére, ce ca- ractere offrant des degrés nombreux suivant les individus; la striole scutellaire est libre; les stries 1"* et 2° demeurent libres, en général, et paralleles jusqu’a Vextrémité, les quatre sui- vantes se réunissant deux a deux, mais cette disposition n’est pas constante et on observe a cet égard d’assez fréquentes irré- gularités dans la région apicale. Le dessous du corps est a peu pres lisse, & lexception de la base de abdomen: le premier segment est densément et irréguli¢remeut ponctué dans la partie moyenne seulement; le deuxiéme présente sur toute sa surface des points rares et peu marqueés et la suture com- mune est ponctuée-rugueuse; sur le troisieme segment, les deux sillons issus des points piligeres et dirigés vers le bord postérieur sont bien marqués, prolongés et toujours conver- gents; sur le quatrieme et le cinquiéme segment ils sont moins visibles et plus paralleles (1). Les points piliferes du dernier segment sont régulierement au nombre de quatre, mais on trouve des individus qui en portent cing et d’autres qui n’en ont que trois; leur écartement est assez variable. Les jambes sont visiblement moins chargées d’épines ou de poils spines- cents que dans certaines especes voisines. Exempl. typ. de Cuenca (ex Martinez). Exempl. d’Uclés. Long. du COPpS.4.

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Conociéndose ya hoy relaciones compara- tivas mas 6 menos directas con este Organo, he aprovechado el material fresco, y que tan abundante se encuentra en aquel golfo, para hacer diferentes preparaciones en que se pudiese observar el camino y direccién de los nervios, asi como sus terminaciones y la topografia general de la capsula olfatoria. Separando la mucosa nasal, la he tratado con diferentes liquidos, que hoy se recomiendan por la técnica microscopica, usando de diferentes métodos, unos por via de ensayo y otros como positivos en vista del resultado mas 6 menos directo que obtenia. Las combinaciones con el cloruro de oro y el acido (1) Investigaciones experimentales sobre la significacion morfologica de las papilas 6 botones terminales de la mucosa olfatoria en ciertos peces oseos, por J. Madrid Moreno. ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. Nat., tomo xvi, 1887. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 20) 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) ésmico son las que me han servido de base para ver con cla- ridad las terminaciones nerviosas. Para los elementos epite- liales he usado el acido acético 4 '/,,, durante pocos minutos, coloreando con carmin boracico, lavando en agua destilada, disociando con las agujas y montando en glicerina. Para el estudio de los nervios he usado varios métodos: lavar en agua destilada la mucosa, trasladarla 4 cloruro de oro 4 !/,),, du- rante pocos minutos, de 54 15, dejandola después 24 horas en acido formico a !/, y conservando en glicerina; colocarla en alcohol de 30° durante una hora, trasladarla 4 acido ésmico & 1/15), de 10 4 20 minutos, lavarla en agua destilada, colorearla por medio del picro-carmin y conservarla en glicerina. Tam- bién obtuve buenos resultados con un liquido preparado por el Sr. Grieb, ayudante del profesor Trinchese, y cuya compo- sicidn es: acido acético 4 °/,,,, gr. 100; Acido édsmico a 1/45), 50 gotas. Las especies examinadas y en estado adulto son: Scyllium canicula L. Pagellus mormyrus Cuv. — catulus M. H. kaja asterias M. H. Serranus cabrilla L. Scorpena porcus L. Si separamos con cuidado la mucosa nasal de un pez, vemos que esta adherida a las paredes de la capsula huesosa 6 carti- laginosa, y mas fuertemente todavia por la parte inferior con el nervio olfatorio, de corta extensién y unido a la masa cere- bral. Una vez que este nervio llega 4 la mucosa olfatoria , co- mienza 4 dividirse en muchos ramos, que llamariamos prin- cipales, y que es facil observar con poco aumento, y, aun a simple vista, en aquellos ejemplares que ofrecen un tamafo relativamente grande, como el Scyllium, Raja, Torpedo, etc. Cada uno de estos ramos principales corresponde a los dife- rentes pliegues 6 estrias en que esta dividida la mucosa. En aquellas especies cuya capsula es redondeada por completo irradian, por decirlo asi, del nervio olfatorio, situado en el centro y en la base, los ramos principales, distribuyéndose por los pliegues; pero en aquellos cuya capsula es mas 6 me- nos ovalada, el nervio principal, una vez que parte del cere- bro, sigue la linea transversal situada en el fondo de la mu- cosa, y de donde se distribuyen 4 uno y otro lado los nervios (3) Madrid Moreno.—MUCOSA OLFATORIA DE LOS PECES. 307 de los pliegues, que vienen & ser perpendiculares a dicha linea. Como entran en la constitucién de la mucosa vasos san- cuineos, linfaticos y tejido conjuntivo, es necesario emplear algiin reactivo en que se pongan de relieve los nervios. El uso del cloruro de oro da buen resultado para este estudio; pero no conociéndose atin métodos satisfactorios que conduz- can 4 completo éxito, no en todos los casos se puede recomen- dar. Con las soluciones 4 1 por 100 se obtiene buenas colora- ciones. Asi he podido observar las divisiones y bifurcaciones que van tomando las fibras, cada vez mas finas, a medida que se van acercando al estrato epitelial que forma la mucosa y que reviste el interior de la cépsula. El color azulado intenso que toman las fibras nerviosas permite seguir el curso de su distribucidn. El nervio principal, asi como las fibras, carecen de envol- tura 6 mielina. Cada pliegue podemos considerarlo como una red nerviosa cuyos principales ramos corresponde 4a la parte que llamaria- mos externa de la mucosa, es decir, 4 la unidn de esta con la capsula 6 cavidad craneal. Las fibras que aqui nacen se divi- den 6 subdividen, llegando 4 formar una espesa red, donde se distinguen finisimos hilos nerviosos que de trecho en tre- cho estan interrumpidos por células sensitivas y de naturaleza nerviosa, pertenecientes a este sistema. Empleando fuertes aumentos es como se puede seguir con claridad el camino de estas finisimas fibras, que van 4 terminar en una céluwla sensi- twa con una prolongacién nerviosa. Pero como esto sucede ya. dentro del epitelio, indicaremos la constitucién de este. Las primeras células que lo forman son células epiteliales pro- vistas de cirros vibratiles, cuyo movimiento en un trozo de membrana, separada en vivo del animal, es facil distinguir. De forma cilindrica, tienen por la parte inferior una larga prolongacion que podemos considerar como medio para la nutricién de la célula, supuesto que estas sirven como de glandulas unicelulares secretoras de una especie de mucosi- dad, de la que en su interior esta bafiada la mucosa. Entre cada dos células epiteliales de cirros vibratiles , y por su ex- tremo inferior, hay una célula redondeada con dos prolonga- ciones correspondientes 4 sus dos polos opuestos. Una de estas prolongaciones es un hilo nervioso que se dirige al centro a 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) unirse con las fibrillas , y que se puede considerar como hilo transmisor de las sensaciones. La otra prolongacion libre pasa por entre dos paredes de las células epiteliales y termina en un pequefisimo ensanchamiento, quedando al nivel de los cirros vibratiles. Que esta prolongacion libre sea de natura- leza nerviosa, lo prueba su estructura lisa; pues si tuviese pequefias granulaciones, seria una continuacién del proto- plasma celular. Esta clase de células nervioso-periféricas son las mas importantes en el epitelio, supuesto que tienen la funcién de recoger y transmitir las sensaciones a los lébulos cerebrales. Disociando con las agujas un trozo de mucosa su- mamente transparente, y poniendola en el microscopio, se deja ver con claridad uno de estos hilos nerviosos, con su cé- lula periférica y su extremo libre. En todas aquellas prepara- ciones que he tenido ocasién de observar, la prolongacién libre siempre termina en un pequeiiisimo botén 6 ensancha- miento, & diferencia de otras terminaciones en la mucosa na- sal de algunos mamiferos, en que, siendo aquel mas abultado, deja ver una estructura mas complicada. Estando la termina- cién nerviosa en contacto con los cirros vibratiles de las célu- las de revestimiento, probablemente el movimiento de estas debe ejercer alguna funcién sobre las prolongaciones libres de la célula nerviosa periférica, cual es la de poner en conti- nuo movimiento las pequenas particulas olorosas, y que estas impresionen el pequeno botén 6 ensanchamiento para que se transmita 4 la célula periferica, y de esta & las fibrillas nervio- sas, recorriendo todo el camino que siguen los nervios, hasta llegar 4 los nucleos redondeados del l6bulo central del cere- bro, considerados por algunos autores como verdaderos cuer- pos olfatorics en sentido fisiolégico (1). El ultimo estrato de células est& constituido por las dasales 6 de sostén, colocadas precisamente debajo de las nervioso-periféricas. La forma re- dondeada es constante, y solo por efectos mecanicos de unién puede modificarse aquella. También se observan, entre estas, otras mas pequenias é iguales en estructura, que son células jovenes en vias de formacién. (1) BetLonci, G.: Intorno all’ apparato olfatt. e olfatt.-ottico (nuclei rot. Fritsch) del cerbello dei Telcostei. Acc. Lincei, Roma, 1885, (5) H. III. IV. MANE VII. LX: Madrid Moreno.— MUCOSA OLFATORIA DE LOS PECES. 309 Explicacién de las figuras. Cerebro de Scyllium canicula.—a) capsulas olfatorias; b) nervios Opticos; ¢) tejido cartilaginoso. Tam. nat. Un pliegue de la mucosa de Serranus cabrilla.—Parte externa y unida 4 la capsula huesosa. En el interior esta situado el epitelio y las terminaciones. Sistema ; II Zeiss. a Un trozo de mucosa de Scorpena porcus, tratada con el cloruro de oro, donde se deja ver una red nerviosa . ; d II superior y otras enlazadas inferiormente. D Red de nervios, con células pertenecientes al sistema nervioso antes de llegar 4 ser terminales. Scylliwm i catulus. = Idem id., pero ofreciendo mas finura. = Células disociadas de una Raja asterias, epiteliales, sensitivas y basales, tal como se presentaban en la reparacioén a Las mismas, donde se ve una célula terminal entre V dos epiteliales. ¥ Células nervioso-periféricas separadas, con hilos ner- viosos, y en su extremo libre un pequefio botén 6 _ iat ensanchamiento. ¥ Células nervioso-periféricas, con su hilo nervioso, y unido este 4 otros nervios mas gruesos. Pagellus MOLNY?TUS H Y . F Células nervioso-periféricas con su hilo nervioso se- paradas del restante epitelio por disociacién. En la parte superior y libre se nota el pequenio botdén 6 en- ¥ 7 Ill sanchamiento. Serranus cabrilla. a Rp : & - ee @ « 4 a 4 7 ree a | - . : r ~s - 44 4 4 is ‘ - “- aaet: 4 Mes “adh: SC ESR sft ae a ' : v= ee se P os e ; ae nd @ 4 4 * . ro ‘oe . ai +l j ory é 4 t x ; . , J he J s+ 5 ek AG Aya fits 4) yw ~4e bit? Cette oR eos ey a a RL i Bailze q y / 3 ‘ a4 4 2 pa ny * vi} Y * al i ‘ ; ; i { = y een 7 yt oe - 3g * ‘ ei. = ; ' a} ‘ , tt e1te | ah monks = 4 er} ‘ é . . ; =a 3 d 2 +? ; “9 ¢ Bt - Pls ik) 2) bene a AB aye? NOSES YOMs ‘ i a > . FS ‘ as , ae 4 ' atm ‘i pS . 7] ie = » a .* hot, 4 : Ney Vaiie Ja, £2 & ‘ ed | é 7 - . . ; 2 % < ; al ONG VOC SANE AS Bl ip coe eg at see eee ae Spiilomites ein yeaa aitiechiire Chl either ati oh a i us SS ea! ‘ if ‘ i i : ss = Ms ics < n aie dps Les et 4 if Saw : aa Sees Aprils ks twee ai! print (ame ORO OR Per par) tag £029 Sa Litsag rhe i} a ee oo wai ja PO att: Be dicey tee a at tek Ail eae CRAG ash de saad? ei Byes tis Sth; OF: EAS 5) iP idag a SLi bAL. 3 ; ; bands ¥ iil be re iota (ais L savoir Raha aay; nih see : uh Ae ‘ale ude ale RS sng, rane 7 i wit ‘ mh jh C8 ay Tete Bk) ay wh it ay Sg Mies a4 ee ne a *¥ -_ i : cass . av ue oe 45 SAE dap SIR? LS J). T ' - wwe ae Mt! males Gay re Fk 6 aks) BoP Re sh ee | del.nges. tt Diutias panei ig aoe . “ino te eget mae r Prati ALGAS Beyer AA. A, Ey AL ee ea 7 POR D. JUAN J. RODRIGUEZ Y FEMENIAS. (Sesion del 1.° de Febrero de 1888.) La flora marina del archipiélago balear es muy rica, ya por la variada constitucién mineraldgica de las islas que lo forman, ya por estar situadas en el centro del Mediterraneo y llevar hacia ellas gérmenes de muchas especies los vientos y corrientes submarinas. Aunque solo he dedicado a su estudio los momentos que me dejaban libres mis ocupaciones, pronto me ha sido dado reunir un numero respetable de especies; y como las algas han sido casi por completo olvidadas por los botanicos que hasta aqui se han ocupado de nuestra flora, me he decidido 4 dar a la estampa el resultado de mis inves- tigaciones. Las noticias publicadas sobre las algas de las Baleares se reducen 4 las siguientes: Juan Ramis menciona tres especies en su Specimen planta- rum, animalium et mineralium in insula Minorica frecuentio- rum, que vid la luz en 1814. Jacobo Cambessédes incluye 6 especies en su Luumeratio, cuatro de ellas con referencia al médico mahonés Rafael Her- nandez. Fernando Weyler y Lavifia, en su Zopografia fisico-médica de las Baleares, publicada en 1855, menciona nueve especies. Igual numero se cita en el Catalogo de plantas de Menorca, de Rafael Oleo, impreso en 1859. La Fanumeracion de las criptogamas de Espana y Portugal, de Colmeiro comprende 45 algas marinas de las Baleares, 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) transcribiendo las citadas por los autores que preceden y adi- cionando algunas con referencia al botanico D. Juan Texidor, quien no visité jamas estas islas. La mayor parte de esas adi- ciones se refieren 4 algas de las costas de Menorca que yo recogi y mandé 4 Texidor sin clasificar, habiéndome des- pués podido convencer que muchas de sus determinaciones son equivocadas. Mi amigo D. Francisco Barcel6 comprende en su Flora Balear 50 algas, y entre ellas casi todas las citadas por Col- meiro. Los senores Burnat y Barbey mencionan 5 especies de la bahia de Palma, en sus Noles sur un voyage botanique dans les iles Baléares. Y ultimamente, el distinguido algdélogo italiano senior Ar- dissone ha incluido en el tomo primero de su Phycologia meditervanea, un corto numero de algas pertenecientes 4 las florideas que yo le habia facilitado. No habiéndome yo dedicado 4 la recoleccién de algas de agua dulce, ni de las marinas microscopicas, es evidente que este trabajo ha de resultar en varios grupos por demas incom- pleto. Las diatomeas estan mejor representadas merced al naturalista Mr. Soderlund de Upsala, quien recogidé en las costas de la isla de Cabrera muchas especies del interior de los Hchinus y Spatangus, que fueron clasificadas por Mr. Gru- now y publicadas en una coleccién tipica por los Sres. Cleve y Moeller. Mi apreciado amigo y paisano D. Gregorio Femenias y Aledo, ha recogido también algunas algas que ha tenido la bondad de facilitarme: su nombre va unido 4 las localidades en que fueron recogidas. En la clasificacién he adoptado la siguiente norma: en las Esquizoficeas, el método que tuvo a bien indicarme el emi- nente algdlogo Mr. Bornet; en las Cloro/iceas y Feo/ficeas, el admitido por Berthold en su Catalogo de algas del golfo de Napoles, y en las Florideas he seguido con ligeras variaciones el de Jacobo Agardh. Las indicaciones relativas 4 la época de fructificacidén de cada especie y 4 la profundidad en que crece, solo se refieren a mis propias observaciones. Con el fin de facilitar el estudio de las algas, y de contri- (3) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 313 buir 4 que aumente el escasisimo numero de botanicos que hoy se dedican en mi patria 4 la recolecciédn y examen de las numerosas plantas marinas que pueblan sus extensas costas, he creido conveniente hacer preceder el Catalogo de un Voca- bulario de las voces técnicas empleadas en algologia, & incluir claves analiticas de los géneros y especies en las feospdéreas y florideas. ; Réstame anadir que la casi totalidad de las algas por mi recogidas, han sido examinadas por los esclarecidos algdlo- gos Sres. Bornet y Grunow, sin cuyo auxilio me hubiera sido imposible determinar varias especies. Me complazco en tribu- tarles aqui el homenaje.de mi mas profundo agradecimiento. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) VOCABULARIO DE LAS VOCES TECNICAS ESPANOLAS Y LATINAS EMPLEADAS EN LA DESCRIPCION DE LAS ALGAS (4). Aerocistos. Se ha dado este nombre (en ciertas fucaceas) & vesiculas llenas de gas, por medio de las cuales las fron- das pueden sostenerse entre dos aguas 6 en la superficie. agamo, agamico. Se aplica 4 las plantas privadas de érganos sexuales, asi como a los frutos y cuerpos reproductores que hacen las veces de semillas y que no son producto de fecundacion. Akinetes (Wille.) = Esquistos exégenos. Ala = Quilla. Androspora: clase de zoospora que nace en las células vege- tativas, y en cuya extremidad se desarrollan los ante- ridios. Anteridio, Antheridium: drgano que desempena en las algas el mismo servicio que las anteras en las fanerdgamas. Consiste en una aglomeracién de células, de las cuales nacen pequefios corpusculos 6 masas protoplasmicas mas- culinas, llamados anterozcideos, y designados también con los nombres de filozodrios , briozoarios, esporidios , etc. En algunas algas los anterozdideos estan dotados de movi- mientos espontaneos; pero no deben confundirse con las esporas de otras algas provistas de pestanas vibratiles llamadas zoosporas.—Los anteridios presentan formas va- riadas, por ejemplo, de un saco, de un cilindro, de un cono, de un racimo, etc.; otras veces se hallan reunidos en la superficie de la fronda en un estrato incoloro 6 en filamentos numerosos agrupados en forma de soros. (1) Las voces espafolas van escritas en cardcter redondo y las latinas en cursivo. Los sustantivos empiezan con letra maytiscula; los adjetivos y demas voces con mi- nuscula. En el centro del texto el cardcter cursivo solo se emplea para los nombres latirios, 6 para las voces que se desea singularizar. E] signo = significa sindnimo de, 6 equivalente a. (6) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 315 Anterozdideo. Véase Anteridio. aparato tricoférico. Véase Procarpio. Aplanosporas (Wille.) = Esquistos enddégenos. Aplospora (Naeg’.) = Propagulo. Aplospéreas (Decaisne): grupo de algas con esporas simples é indivisas. Area. Véase Nodu/lo. ~ arqueado: calificativo que se aplica 4 las diatomeas que tie- nen la forma de segmento de circulo; en este caso la gran curva externa y convexa se llama dorso, y la curva con- cava se llama viente. (Ejemplo, Hpithemia Cymbelia.) Auxospora (Pfitzer): llamanse auxosporas 6 falsas esporas ciertas masas plasmicas que toman gran desarrollo en las diatomeas. Basidio (Leveillé): nombre dado 4 los utriculos de varias crip- togamas, alrededor de los cuales se desarrollan las es- poras. Briozoario, Bryozoarius. Véase Anteridio. Bulbillo, Buldidlus: llamanse asi ciertos cuerpos reproducto- res que se desprenden de la planta madre para producir _ nuevos individuos. Calidio. Véase Cistocarpio. Capa = Kstrato. Carpoclonio. Véase Zetraspord. earpogena. Schmith llama rama carpogena la que contiene el carpogonio. Véase Provarpio. Carpogonio. El mismo autor da este nombre a la célula que sostiene el tricoginio. Carpostomio: canal 6 abertura por donde salen las esporas cuando se hallan en estado de madurez. Véase Cistocarpio. Célula carpdgena. Véase Procarpio. Ceramidio, Ceramidium. Véase Cistocarpio. cimbiforme, cymbiformis: se aplica 4 las diatomeas de forma ligeramente arqueada, en las cuales el dorso y el vientre son ambos convexos, aunque desigualmente (ejemplo, Cymbelia). Cistidio (Zanard.): fruto capsular 6 cistocarpio compuesto de escaso numero de esporas, dispuestas en una 6 dos series (ejemplo, Peyssonnelia). Cistocarpio: fruto capsular de algunas algas (fonds que 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) resulta de la fecundacién del édrgano femenino (procar- pio) por los anterozdideos. El cistocarpio puede estar constituido por solo el nucleo, 6 por este acompanado de un pericarpio: en el ultimo caso el pericarpio se abre al final de la fructificacién, produciéndose en su apice un agujero llamado carpostomio. El nucleo se halla consti- tuido por las esporas y la placenta.—El cistocarpio, se- e@tin sea la estructura del nucleo y del pericarpio, ha sido designado con los nombres de /favila, favelidio, calidio, | desmiocarpio, clinidio, diclinidio, coccidio y ceramidio. Las Javilas constan de un niicleo simple, esto es, de un solo erupo de esporas envuelto por una membrana transpa- rente llamada periderma. Los favelidios y calidios cons- tan de un nticleo compuesto, esto es, de varios nucleolos 6 grupos de esporas, los cuales en los favelidios estan mezclados con los elementos filamentosos de la fronda, y en los calidios se hallan circuidos por las células mas internas que son redondeadas: en unos y otros las espo- ras se hallan envueltas, como en las favilas, por un peri- derma comtn, lo que permite distinguirlos facilmente de los desmiocarpios, clinidios, diclinidios, coccidios y cera- midios, en los cuales cada espora se halla provista de un periderma propio 6 especial. Los desmiocarpios constan de un niticleo, en forma de glomérulo, constituido por filamentos esporiferos, ramosos, que irradian de una pla- centa central y sostienen una 6 varias esporas. En los c/i- nidios la placenta esta situada en el centro de la fronda, en forma de disepimento 6 tabique longitudinal: de la placenta nacen cortos filamentos esporiferos que sostienen una sola espora claviforme. Los diclinidios solo se dife- rencian de los clinidios en que los filamentos esporiferos nacen en los dos lados de la placenta. Los coccidios se dis- tinguen por una placenta central, de la que irradian fila- mentos dicotomo-fastigiados, submoniliformes, termina- dos por una 6 varias esporas obovales 6 esféricas. Y los ceramidios se caracterizan por un pericarpio distinto, abierto por medio de un carpostomio, y por tener el nu- cleo constituido por una placenta basilar, de la cual irra- dian los filamentos terminados en una sola espora piri- forme ti obcoénica. : (7) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 317 Clinidio. Véase Cistocarpio. Cloritosporeas, Chlorithosporeae (Decaisne): grupo de algas con tetrasporas. Clorospérmeas, Chlorospermeae (Harvey): grupo de algas con esporas verdes, que comprende aproximadamente las zoosporeas y sinsporeas de Decaisne. Coccidio. Véase Cistocarpio. Coleodermo. Véase Talle. Conceptaculo, Conceptaculum: receptaculo de diversas formas que contiene las esporas. Ordinariamente presenta la forma de una cavidad con una pequena abertura llamada ostiolo, por la cual se comunica con el exterior. Conectivo = Zona. confervoideo: que se parece a una Confervd. Conjugacién = copulacién: acto de unidn por el cual dos cé- lulas inmediatas, situadas 4 un mismo nivel en distintos filamentos, se comunican, y uniéndose el protoplasma de ambas células forman un cuerpo reproductor 6 espora, llamada zigospora. continuos: llamanse tubos continuos los que presentan una sola cavidad en toda su longitud. Corinospora (Crouan) = Propagulo. Corniculo: anteridio joven que tiene la forma de un garfio en algunas Vaucheria. corticado: que esta cubierto por una corteza. Costillas: se Jaman asi en las diatomeas unas lineas anchas, en forma de cinta, que sobresalen de la superficie de las valvas: pueden ser /ésas 6 perladas (cubiertas de tubércu- los) como las estrias. | Cromatéfora, Chromatophora = Endocromo. Crémula. Voz fuera de uso con que se designaba la sustancia de color que se encuentra en las células, aplicandose a veces a todo el contenido celular, 6 sea al protoplasma. Cronizésporas (Pringsheim): zoosporas de mucha vitalidad que se ensanchan y producen otras dos generaciones de zoosporas, de las cuales solo la ultima produce una nueva planta. Cronosporas = Esquistos. cruciatim (cruciatim divisae): se aplica 4 las tetrasporas cuando estan divididas en cruz. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) decusado, decussatus: aplicase 4 las ramas 6 ramillos con di- visiones 6 segmentos opuestos, que se cruzan por pares en angulo recto. Desmiocarpio. Véase Cistocarpio. Diafragma. En las diatomeas se da el nombre de dia/ragmas 4 las valvas supernumerarias que se desarrollan entre las dos valvas primarias: (ejemplo, Zicmophora).— Disepi- mento 6 tabique que corta y divide los tubos. Diatomeas. Clase de algas cuyas especies son todas micros- cépicas. Al principio se creyé que pertenecian al reino animal, y Ehrenberg las colocaba en 1842 entre los in- fusorios, por la curiosa facultad de moverse de que se hallan algunas de ellas dotadas. Pero los importantes es- tudios hechos posteriormente con el auxilio del espec- troscopio y de la luz polarizada, su notable analogia con varias algas filamentosas, su endocromo, su respiracién y la manera de reproducirse, han demostrado que perte- necen indudablemente a las algas, entre las cuales cons- tituyen una clase bien definida. Diatomina—Endocromo. Diclinidio. Véase Cistocarpio. dimorfo: que se presenta en dos distintas formas. Dorso. Véase arqueado. ecorticado: desprovisto de corteza. Endocromo: antes se daba este nombre a toda la sustancia contenida en el interior de las células de las algas; pero en el dia es poco usado, designandose el conjunto de la sustancia celular con los nombres de protoplasma 6 cuerpo protoplasmico. —En las diatomeas se llama endocromo 6 diatomina la sustancia de color amarillento-verdoso mas 6 menos oscuro, traslicido, de aspecto aceitoso y dorado que se encuentra en el interior de los frustulos, y que refracta fuertemente la luz, correspondiendo 4 la cloro- fila de las algas verdes. El endocromo toma al contacto del alcohol y de los Acidos un hermoso color verde es- meralda. Es de bastante consistencia, y su reparticion en el frustulo es desigual, hallandose ya en forma de placas, ya de granulaciones; asi es que Petit se sirvid de este ca- racter para la clasificacidn de los géneros. En algunas especies tiene el endocromo granulos animados de un (9) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 319 movimiento browniano lento, pero en general es comple- tamente inmovil. Endospéreas: aplicase 4 las criptogamas cuyas esporas se des- arrollan en el interior del utriculo que las produce. Epispora, Hpisporium: membrana propia que reviste cada una de las esporas. escarchado. Las membranas celulares de ciertas algas absor- ben gran cantidad de agua por la accién de diversas in- fluencias, y entonces se hinchan y acaban por tomar la forma de escarcha, dandoseles el calificativo de esca7- chadas. . esfacelado: aplicase 4 los érganos cuyas extremidades apare- cen quemadas 6 atacadas de esfacelo. Esferospora (J. Ag.) = Tetraspora. esferosporifero: que se transforma, produce 6 contiene esfe- rosporas. Espermatozdides, Sypermatozoides: anterozdideos dotados de movimientos espontaneos. Véase Anteridio. Esponjiola (J. Ag.): excrecencia del tejido formada de filamen- tos aglomerados producidos por la prolongacién de las células corticales, dentro de la cual se encuentra el cisto- carpio: (ejemplo, Polyides). Espora, Sora: cuerpo reproductor equivalente 4 la semilla de las fanerdgamas, por ser producto de la union sexual.— Pringsheim ha llamado esporas durmientes & los esquistos. Hsporangio, Sporangium: receptaculo que contiene las es- poras. | esporidico: provisto de esporas. Esporidio. Véase A ntevidio. Hsporofilo: llamanse asi ciertas expansiones foliaceas en las cuales se desarrollan las tetrasporas. Esporula, Sporula: pequefia espora. Hsporozoidio, Sporozoidium == Zoospora. Esquistos (Gay.): células reproductoras asexuales que se en- cuentran en las clorosporeas, formadas por células vege- tativas apenas modificadas; se han designado asimismo con los nombres de esporas durmientes, hipnosporas, cro- nosporas. Los esquistos se dividen en esguistos exdgenos, Namados también akimetes, constituidos por una célula vegetativa adulta 6 por un grupo de células cuya mem- 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) brana adquiere mayor espesor, y en esqguistos enddgenos, llamados tambien aplosporas, constituidos por una célula vegetativa adulta, cuyo contenido protoplasmico se con- trae y envuelve en una membrana propia. Estipe, Stipes: llamase asi en las algas el pié 6 pediculo que sostiene las frondas de ciertas especies. estipitado, stipitatus: provisto de estipe. Estiquidio. Véase Zetraspora. Estrato, Stratum: cada una de las capas de que estan forma- das las algas. Estrias: en las diatomeas se da este nombre 4 las lineas Visi- bles sobre la superficie de las valvas. Solo pueden distin- guirse bien cuando el coleodermo y el endocromo han sido destruidos. En los jévenes frustulos las estrias son siempre menos aparentes que en los frustulos que han alcanzado completo desarrollo, y con él toda su solidez. Todas las estrias, vistas con el aumento necesario, y empleando objetivos de inmersién con gran angulo de abertura, pueden, con la ayuda de la luz oblicua, 6 con luz monocromatica, resolverse en una serie de ondula- ciones © granulaciones mas 6 menos abultadas; el aspecto de estas es esf¢rico 6 anguloso, segun la luz y el poder del objetivo. Las diatomeas que viven en las alturas tienen las estrias menos aparentes y mas numerosas que los ejemplares de la misma especie que viven en la llanura. Exosporeas: criptogamas cuyas esporas se desarrollan al exte- rior del utriculo que las produjo. falsinervias (Hojas), Yolia falsinervia: aplicase 4 las frondas 6 expansiones foliaceas de algunas criptogamas celulares, por ejemplo de las fucaceas, que presentan nervios com- puestos de tejido celular y carecen de vasos. Favelidio. Véase Cistocarpio. Favila. Véase Cistocarpio.—Segtin Bornet la favila se distin- gue esencialmente de las otras clases de cistocarpios en que su célula carpégena produce sucesivamente cierto niimero de lébulos que van desarrollandose y sustituyén- dose unos & otros; cada lébulo est& provisto de una en- voltura 6 periderma comin. En los otros cistocarpios el nucleo no se renueva, y las esporas alcanzan 4 un tiempo el estado de madurez. (11) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 321 Fitécromo: sustancia colorante, en general de un verde azu- lado, que se encuentra en las células de un grupo de algas inferiores al cual caracteriza: (ejemplo, Scytonema, Stigo- nema, Nostoc, Gleocapsa). Ficoeritrina: sustancia soluble en agua fria que comunica el color rojo 4 muchas florideas. Ficologia, Phicologia: parte de la botanica que trata de la es- tructura y clasificacién de las algas 6 ficeas. Filodio, Phyllodium: aplicase 4 los apéndices 6 divisiones de las frondas de ciertas algas, parecidas a las hojas de las fanerdgamas. Fisiparidad: modo de reproduccidn que consiste en que una 6 varias células vegetativas se separan de la planta ma- dre para constituir nuevos individuos. Fitozoario. Véase Anteridio. flabelado, fabellatus: en forma de abanico. Florideas: grupo de algas, en su casi totalidad marinas, que son consideradas como las de organizacién mas perfecta. forcipatus = forcipiforme, en forma de tenaza. Frente. En las diatomeas se llama /vente de la valva, 6 frente valvar, la parte superficial que no se disloca; asi, pues, los frentes valvares corresponderian a las superficies su- perior é inferior de una caja de cartén de poco fondo. Llamase perfil en las valvas, y también Jado conectivo, el costado en donde se hallan unidas las dos valvas, que deja ver el encaje mas 6 menos desarrollado. Fronda, Frons. Se da este nombre al ¢hallus de las algas. Fruistulo. Nombre dado en las diatomeas 4 la cubierta sili- cea en su conjunto. El fruistulo es siempre hueco, y se compone de dos partes semejantes llamadas valvas. Los bordes de ambas valvas se adaptan y encajan exacta- mente como la parte inferior y la tapa de una caja de carton. Glébulo, Glodbulus: se ha dado este nombre 4 diferentes partes de la fructificacion en las criptogamas, sin que estas par- tes tengan entre si mas analogia que la de la’forma. Gonidio, Gonidiwm. Kutzing ha empleado el nombre de cont- dio 6 gonidio como sinénimo de zoospora 6 esporozoideo. gonjilar: llamase reproduccion gonjilar la que se verifica por medio de génjilos. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Gonjilo, Gongylus: en las criptoégamas se designan con este nombre ciertos cuerpos reproductores que difieren de las verdaderas esporas en que no son el producto de una fe- cundacién. Véase Zetraspora y Propagulo. Gonjildfico: que se multiplica por medio de génjilos. gregarius: se aplica 4 las especies cuyos individuos crecen re- unidos en ntimero considerable y ocupan grandes exten- siones. Haplospora (Naeg.) = Propagulo. Heterocistos: células que se encuentran en ciertas algas infe- riores filamentosas, y que se distinguen de las células ordinarias por su forma, magnitud y color. (Ejemplo, Calothriz, Stygonema, Nostoc.) hidrofitas. Llamanse a veces plantas hidrofitas las que habitan las aguas dulces; pero generalmente se aplica a todas las plantas que crecen en el agua, ya sea dulce 6 salada. Hipnosporas (Braun) — Esquistos. Hormogonia (Bornet): fragmento de tricoma de las nostoci- neas, que se separa en un momento dado por medio de movimientos oscilatorios que le son propios, y pasa a for- mar nuevos individuos. isomorfo: se aplica 4 los érganos de igual forma 6 de una sola forma.—Jsos, en las voces derivadas del griego, significa igual en dimensidn y se opone 4 dnisos, desigual. Lado conectivo. Véase Frente. Linea media — Rafe. lubrico, dubricus: dicese de una fronda 6 de un organo resba- ladizo 6 deslizable en virtud de la sustancia semi-liquida que lo envuelve. Macrogonidios (Braun): clase de gonidios mas grandes que los ordinarios. Melanospermeas (Harvey): grupo de algas con esporas oliva- ceo-oscuras; corresponde aproximadamente 4 las Aplos- poreas de Decaisne. Membrana. En botanica se distinguen dos clases de membra- nas: 1.°, la que forma las paredes de los utriculos y no presenta ningun caracter de organizacién, siendo siem~ pre muy delgada, transparente é incolora; y 2.°, la lamina celulosa formada de utriculos mas 6 menos regulares (Ulva, Porphyra) y de mayor 6 menor grueso, seguin la (13) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 328 dimension de los utriculos; esta ultima clase de mem- brana tiene un color que varia con el endocromo conte- nido en los utriculos. -Microgonidios (Braun): clase de gonidios mas pequefios que los ordinarios. moniliforme: que tiene el aspecto de un collar de perlas. monosifonio: aplicase 4 la fronda de las algas cuando esta compuesta de un solo sifon: estas frondas pueden ser des- nudas 6 corticadas. monosporeo: que contiene una sola espora. Llamanse espe- cialmente alyas monosporeds, aquellas cuyos esporangios contienen una espora. monostromatico: aplicase 4 las frondas compuestas de una sola serie de células. Nematecio: especie de almohadilla fructifera y superficial for- mada de filamentos paralelos, cuyos articulos contienen todos una tetraspora. Por extensién se llaman también nematecios las fructificaciones compuestas de filamentos reunidos en almohadilla, cuyas tetrasporas nacen en otra forma 6 que contienen cistocarpios. Nédulo, Nudo: en muchos géneros de diatomeas (Navicula, Pleurosigma, Cocconeis, etc.) se observa en la superficie de las valvas una prominencia central, lisa y redondeada - que se llama zddulo 6 nudo: algunas veces se presenta algo hundido y otras se encuentra también en las dos extremidades de las valvas. La silice abunda en el né- dulo, y da al mismo y & su rededor un mayor grueso, y por lo tanto mayor resistencia que en el resto de la valva. La parte lisa que rodea el nédulo y que carece de dibujos, estrias y granulos, se llama aved, la cual tiene el aspecto de una aureola transparente alrededor del nédulo, y se prolonga generalmente en forma de zona lineal lisa hasta las dos extremidades de la superficie silicea 6 frente val- var: sus dimensiones varian mucho. Nucleo, Nucleus: parte interna de las algas que contiene los érganos elementales de fructificacién. En las florideas se entiende por xiécleo, la reunidn de esporas 6 filamentos esporidicos. Véase Cistocarpio. Nucleolo. Véase Czstocarpio. oligosifonio: compuesto de escaso numero de sifones. 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Oogonio: célula de la cual nace la masa protoplasmica fe- menina llamada oos/era. Oosfera. Véase Oogonio. Oosporangio (Le Jolis): esporangio unilocular. (Kjemplo,: Punctaria.) Oosporo (Pring): clase de esporas procedentes de la copula— cidn de las oosferas con los anterozdideos. Ostiolo: abertura de los conceptaculos por donde salen los cuerpos reproductores.—En los cistocarpios se llama os- tiolo una prolongacién del pericarpio en forma de tubo por donde pasan las esporas antes de atravesar el carpos- tomio. (Ejemplo, Lomentaria.) Parafisas: filamentos celulosos que se encuentran en el in- terior de los conceptaculos, y convergen todos hacia el ostiolo. Paranemios: pelos interiores de la peristoma de las fucoideas nacidos antes que las esporas; pueden ser articulados 6 inarticulados. pedaliformes 6 pedatiformes, pedatiformis: calificacién dada a las frondas divididas en una forma analoga a las hojas pedatilobadas 6 pedatifidas de las fanerégamas. penicilado 6 peniciliforme, penzcillatus vel penicilliformis: en forma de pincel. Perfil. Véase Frente. Pericarpio. En el lenguaje descriptivo se dice que el cistocar- pio se compone de un nicleo y de un pericarpio, cuando aquel sobresale mas 6 menos de la superficie de la fronda; asi es que, en general, el pericarpio no es un 6rgano es- pecial y distinto, sino simplemente una parte de la fronda mas extendida y abultada, para dar lugar al desarrollo del nucleo, por lo cual no existe una diferencia precisa entre los cistocarpios que se dicen provistos de pericarpio y los qué se llaman inmersos en el tejido de la fronda 6 mas 6 menos salientes. Solo en el cevamidio puede de- cirse que el pericarpio es verdaderamente distinto. Periderma: membrana delicada, gelatinosa y transparente que envuelve los érganos elementales de fructificacién. Véase Cistocarpio. Perispora, Perisporium: membrana especial que cubre cada una de las esporas. (15) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 395 Phycologia = Ficologia. Phyllodium = Filodio. Pico, Rostrwm: extremidad delgada de la. zoospora (véase esta voz). En la base del pico existe generalmente un punto rojizo Namado punto oculiforme. Pinna: rama 6 ramita pennatisecta compuesta de pinnulas. Pinnula, Pinnula: Ultima division de las frondas pennadas. También se ha aplicado 4 las hojuelas de las hojas com- puestas en las fanerogamas. pinnulado: provisto de pinnulas. Placenta: la célula 6 células en que se apoyan las esporas 6 filamentos esporigenos. Plimula, Plumula: rama plumosa de ciertas algas. (Ejemplo, Callithamnion.) Polisifonio: aplicase 4 la fronda cuando esta compuesta de varios sifones 6 series de utriculos: estas frondas pueden ser desnudas 6 corticadas. Polispora: esporangio analogo 4a las tetrasporas, de las cuales solo difiere por contener mas de cuatro esporas. (Ejemplo, Callithamnion Borrerz. ) Procarpio (Bornet): nombre dado al organo femenino de las florideas antes de la fructificacién. El procarpio se com- pone: 1.°, de una célula llamada célula carpogena, 6 de un sistema de células llamado sistema carpdgeno, que corresponde 4 la vesicula embrional de las fanerégamas, 6 a la oosfera de las criptogamas, y 2.°, de un aparato de impregnacién llamado ¢ricoforo 6 aparato tricoforico, del cual forma parte y constituye el elemento mas esencial el tricoginio. Propagulo: cuerpo reproductor que no es producto de una fecundacién y se compone de dos células, la una inferior desprovista de sustancia colorante que sirve de pedicelo, y la otra superior, mas grande que aquella, que contiene una masa de granulos opacos: en la madurez la célula superior se separa de la inferior para producir una nueva planta y la inferior 6 pedicelo queda adherida 4a la planta madre en forma de tronco obcénico abierto en el apice. Protoplasma, Cuerpo protoplasmico: conjunto de la sustancia celular. En el protoplasma de las algas verdes, oscuras 6 rojas, se distingue la masa fundamental incolora, el 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) nucleo, el cuerpo 6 cuerpos de distintos colores llamados cromatéforos, cromoplastos, etc., el almiddén, los crista- ldides, etc. Punto oculiforme. Véase Pico. Quilla — alas. En las diatomeas se aplica 4 las expansiones 6 exuberancias aladas 6 laminares que sobresalen del borde de las valvas. Rafe. En las diatomeas se llama vafe, raquil 6 linea media, una linea abultada que se extiende 4 lo largo de la super- ficie valvar y se interrumpe en los ndédulos. Raquil = Rafe. Rodospérmeas, Rhodospermeae (Harvey): algas con esporas rosadas. Corresponden 4 las Cloritospéreas de Decaisne. Rostrum = Pico. Scaphidium (Ag.) Nombre dado al fruto de las fucaceas. Seirésporas: érganos anormales de algunos Callithamnion: consisten en filamentos fasciculados, fastigiados, dicoto- mos, moniliformes y articulados que contienen pequenos corptisculos ovales, mucho mas oscuros que los articulos de los filamentos estériles. Créese que las seirdsporas son una modificacion del fruto tetraspérico. Sifon: llAmanse asi los tubos largos formados por células ‘ sobrepuestas. Silicua = Tricosporangio. Sirorelio (Kg.) Véase Vetraspora. Sistema carpogeno. Véase Procarpio. Soro, Sorus: grupo 6 reunidn de esporangios 6 tetrasporas. Los soros pueden ser orbiculares, oblongos, lineares, etc. Spermatozoides = Espermatozoide. Spherospora — Esferdéspora. Sporangium = Esporangio. Sporodermis (Trevis): membrana opaca, de color, propia de las esporas. Sporozoidium = Esporozoidio. Sporula = Esporula. Stipes, stipitatus. Véase Hstipe. Stratum = Kstrato. Talamio nucleiforme: nombre dado al fruto de ciertas fucaceas. talasiofitas: denominacién que se aplica 4 las plantas que crecen en las aguas saladas. (17) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 327 Talle: Llamase asi, en las diatomeas, una sustancia blanda traslucida, gelatinosa y escasamente silicea, que reviste todos los jévenes frustulos: 4 sus expensas se forman las valvas, y por su mediacién toman la silice del agua, siendo sus funciones analogas 4 las de los cotiledones. Cuando las valvas siliceas han adquirido toda su solidez, el talle se disgrega y se dilata, volviéndose membranoso y dejando las valvas libres y flotantes en el agua am- biente. Entonces el talle esta reducido 4 una simple cubierta que, en forma de pelicula, protege el frustulo siliceo. A esta pelicula se la llama coleodermo. Teca, Zeca: clase de esporangio constituido por un utriculo prolongado y globuloso que contiene esporas. forcipiforme, /orcipatus: en forma de tenazas como las de los cangrejos. Tetraspora = esferospora (J. Ag.) == tetracocarpio (Kg.): clase de fructificacidn de varios grupos de algas. Las tetraspo- ras son células cuyo contenido se organiza en cuatro es- poras. Unas veces se encuentran en las células terminales de Jas ultimas ramificaciones de la fronda (Callitham- nion); otras veces nacen en las células corticales, entre las cuales se hallan mezcladas, ya reunidas en grupos y formando soros, ya esparcidas irregularmente en la fronda. En ciertos casos las ramitas tetrasporiferas (ca7- poclonios) afectan una forma caracteristica y se designan con el nombre de estiguidios. Finalmente, en algunos gé- neros (Gymnogongrus, Phyllophora) sucede que las tetras- poras nacen en producciones corticales de una forma espe- cial, llamadas nematecios (sirorelios Kg.), los cuales estan constituidos por filamentos articulados, dicotomo-fasti- giados, estrechamente unidos por una sustancia mucosa. —La division de las tetrasporas en cuatro esporas tiene lugar de tres modos distintos: 1.°, el nucleo puede divi- dirse en cuatro cuerpos cuneiformes, convexos en la base y dispuestos de manera que representen un tetraedro, del cual tres formen la base y uno el apice (nucleo trian- gulatim quadriviso), por ejemplo en los géneros Grifithsia y Delesseria; 2.°, puede dividirse el nucleo en cuatro cuer- pos sobrepuestos, con tres secciones paralelas (2ucleo zonatim quadriviso), por ejemplo, Rissoella, Rhynchococ- 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) cus; y 3.°, puede dividirse en cuatro cuerpos, dos sobre- puestos y dos contiguos por pares mediante dos seccio- nes, la una vertical y la otra horizontal (nucleo cruciatim quadriviso), por ejemplo, Gymnogongrus, Phyllophora.— Ademas de las tetrasporas normales con nucleo dividido en cuatro partes, se encuentran alguna vez otras con el nucleo multipartido 6 compuesto (por ejemplo, Callitham- nion Borreri), y por mas que la forma de divisién de las tetrasporas sea un caracter de importancia para la clasi- ficacién, por ser generalmente constante en todas las especies de un mismo género, en determinados casos se encuentran en la misma especie y hasta en la misma fronda, unas tetrasporas divididas en triangulo y otras divididas en cruz.—No deben confundirse con las tetras- poras los bulbillos 6 propagulos que son otros Organos especiales de fructificacién. tetraspdrico: que contiene 6 produce tetrasporas. Thallus = ¥ronda: nombre dado a las frondas de las cripté- gamas cuyas células contienen ‘endocromo. Theca = Teca. Tricdforo: es una célula 6 un sistema de células que tiene por objeto la impregnacién de las masas protoplasmicas mas- culinas en la célula carpdgena, a través del édrgano unice- lular llamado ¢ricoginio. Véase Procarpio. Tricoginio, Zvichogynus (Thuret): pelo unicelular y caduco que ordinariamente sobrepuja al cistocarpio, y que hace las mismas funciones que el estilo en las fanerdgamas. Tricoma, Zvichoma: serie de células sobrepuestas formando un filamento envuelto, solo 6 con otros varios, en una vaina. Aplicase 4 los filamentos de las algas inferiores (Nostocineas.) Tricosporangio (Le Jolis): esporangio plurilocular. (Ejemplo, Scitosiphon, Phyllitis.) Tubos conectores: llamanse asi en las florideas ciertos tubos que transmiten la accién fecundante desde el tricoginio a las células carpégenas. Valva. Véase Frustulo. Vientre. Véase arqueado. Zigospora: producto de la fusién de dos células en la conju- gacion. (19) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 329: Zona. En el punto de contacto de las dos valvas de las diato- meas se halla una banda silicea delicada, siempre lisa, que se llama zona, conectivo, 6 zona conectiva. Compdnese de dos anillos de silice que resbalan el uno dentro del otro, formados por los bordes de las valvas que se prolon- g@an en una misma lamina. En el sitio que ocupa esta zona es donde se efecttia el desdoblamiento del frustulo por fisiparidad. Esta zona es, pues, variable en su anchura, segun estén las valvas perfectamente unidas una con otra, 6 se hallen mas 6 menos separadas, 6 mejor dicho dislo- cadas, para dar lugar 4 la reproduccion por desdoblamien- to. La zona es menos silicea que el resto de las valvas, y jamas se presenta estriada ni canaliculada; se separa a menudo cuando se calientan las diatomeas hasta el rojo, y entonces se la encuentra 4 veces mezclada con las val- vas en las preparaciones microscopicas. Zoospora. Los cuerpos reproductores de las algas son de dis- tintas formas, segtin los grupos a que pertenecen: los que -presentan mayor interés son las del grupo de las zoospd- reas 6 zoosperineas, que estan dotados de movimiento es- pontaneo durante el periodo que precede a su germina- cién, y han sido designados con el nombre de 2oosporas. Seguin las observaciones de Thuret, las zoosporas se for- man por medio de la concentracidn 6 coagulacidn de la materia verde 6 sea cromula contenida en ciertas células; estos pequenos cuerpos son generalmente ovoideos, y en su extremidad mas delgada se terminan en una punta llamada pico (rostrum); debajo del pico existen pequenos filamentos, en numero variable, designados con el nombre de pestanas (cilium) 6 tentaculos. (Estos filamentos son tan extremadamente tenues, que solo son visibles mediante microscopios de gran potencia, siendo 4 veces necesario hacer uso de sustancias colorantes.) El esporangio que contiene las zoosporas parece romperse 4 consecuencia de la distensiédn que experimenta con la acumulacidn del liquido que encierra. Las zoosporas se escapan por la ro- tura, y empiezan 4 agitarse dentro del agua con vivacidad en virtud de contracciones y movimientos espontaneos; las mas se dirigen hacia la luz, y las menos parecen bus- car la oscuridad. En general la salida de las zoosporas de \ 330 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) la célula madre tiene lugar 4 una hora determinada en cada especie. En la mayor parte de las especies las zoos- poras se agitan durante varias horas, hasta que logran fijarse en algtin cuerpo sdlido, y empiezan 4 germinar el mismo dia de su emisién. Estas zoosporas, provistas de pestanas vibratiles, tienen gran semejanza con algunos infusorios de los géneros Diselmis y Buglena, que tanto abundan en las aguas estancadas; pero los verdaderos in- fusorios no son susceptibles de germinar como las zoos- poras. Zoosporangio: esporangio que contiene zoosporas. Zoosporeas: grupo de algas provisto de zoosporas. Segtin Thu- ret, las zoosporeas deben comprender también las Sins- poreas de Decaisne y las especies de Aplospéreas que pro- ducen zoosporas. Zootecas: vesiculas ovdideas, situadas en los conceptaculos de las fucaceas, que contienen una masa blanquecina salpicada de granulos rojos. En las zootecas se forman los fitozoarios. DEL CARACTER DE LAS DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA, POR ey a OS aA a Eee |S a (Sesion del 7 de Noviembre de 1887.) En un reciente trabajo me ocupé de sefialar la relacién que me parecia existir entre la forma de las depresiones oceanicas que rodean 4 la Peninsula ibérica, la direccién general de sus costas y sus principales lineas de fractura. Ahora me propongo hacer ver como no se limita esa relacién 4 lo que puede con- siderarse como el contorno externo de la Peninsula, sino que, estudiando en sus detalles esta parte del continente euro- peo, se presentan relaciones semejantes, y que si las depre- siones oceanicas pudieran ser consideradas como expresion de aquellos lugares de nuestro globo en donde con mayor facilidad la contraccién se verifica, entonces resultaria que la estructura de la Peninsula seria la necesaria consecuencia de la manera como las fuerzas de contraccién del esferoide terres- tre se han ejercido sobre esta parte de su corteza. Para hacer resaltar esto vamos 4 comparar los principales rasgos geoldgicos de la Peninsula con sus principales formas orograficas, y 4 resumir en breves palabras la serie de hechos y de coincidencias que de esta comparacién se desprenda, que & poco que se fije la atenciédn se vera que tienen un altisimo interés. Se destacan primeramente tres macizos principales forma- dos por rocas estrato-cristalinas, y en cuyos estratos dominan en muy gran parte los arrumbamientos de SO. 4 NE. 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) De estos tres macizos, uno ocupa el extremo NE. del pais, otro la meseta central, mientras que el tercero aflora todo 4 lo largo de las costas meridionales de la Peninsula, desde el Hstrecho de Gibraltar al cabo de Palos. Paralelamente & estos tres macizos tuve ya ocasién de sena- lar, en mi citado trabajo, la marcada depresién que, atra- vesando los principales accidentes orograficos de la Penin- sula, se extiende desde el fondo del Golfo de Gascuna al estuario del Tajo en Portugal. Aunque 4 primera vista, no tan marcada como esta, pero que entrafia consecuencias alin de mayor importancia para la estructura de la Peninsula, existe otra también en alto grado notable, pues determina, no solo el gran geosinclinal del valle del Guadalquivir, sino que deja grabados sus efectos, no solo en el reino de Valencia, sino enAragén y Cataluiia. No se pone de manifiesto esta depresién por la linea recta tan pronunciada que se observa en la anterior, sino que se la traza por una serie de depresiones parciales escalonadas, pero orientadas de SO. & NE., y que pueden seguirse sin dificultad desde el mismo Pirineo 4 la desembocadura del rio Guadal- quivir. En casi toda la zona mediterranea de la Peninsula se ob- serva que, bordeando la costa desde el Estrecho de Gibraltar al cabo de Palos, existe una serie de afloramientos de rocas profundas que forman la cadena litoral de Andalucia. Interrimpese esta en la costa valenciana, pero desde el delta del Ebro vuelven otra vez rocas de relativa profundidad a constituir la cadena litoral. Paralelamente 4 estos afloramientos se desarrolla la citada depresién. Entre Solsona y Montalban adquiere el valle del Ebro el maximo de su anchura, y precisamente en este sitio es donde se forma el valle del Segre y en donde ademas queda cortada la banda de terrenos secundarios que paralelamente 4 la cresta pirendica se extiende desde Navarra al Monsech, y aun en el mismo Pirineo se percibe el influjo de esta depresién en los arrumbamientos de SO. 4 NE., no solo en la sierra del Cadi y en la depresién de la Cerdafia, sino en los Corbiéres y los Alberes al final de esa zona montanosa. En la provincia de Teruel esta depresién orientada de SO. (8). Macpherson.— DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 333 4 NE. se pierde, pero en cambio la estructura del pais se mo- difica profundamente. Interrtimpense & Poniente los afloramientos paleozdicos, y entre estos y el enorme macizo cretaceo del Maestrazgo se desarrolla la gran depresién terciaria por donde corren el Alfambra y el Jiloca, depresién que, orientada de N. aS., es la mas facil comunicacion entre el valle del Ebro y la meseta central. Hacense también predominantes los arrumbamientos N.-S. en los terrenos secundarios en todo el reino de Valencia hasta que se llega 4 la sierra de Enguera. Desde este sitio la orientacién de las masas pétreas cambia de repente y los rumbos de SO. a NE. se hacen predominantes, y desde aqui se extiende una ancha faja de terrenos secunda- rios y terciarios con esta orientacién hasta las costas del Océano en la provincia de Cadiz. Esta banda presenta una particularidad de un alto interés, Mientras el borde N. se extiende casi de E. a O. desde este sitio hasta el cabo de San Vicente en Portugal, y todos los. estratos que quedan 4 la derecha del Guadalquivir, no solo tienen relativamente un espesor muy escaso sino que se hallan u horizontales 6 muy débilmente desviados de esa posicién, los que quedan 4 su izquierda, por el contrario, no solo ad- quieren un espesor en extremo considerable, sino que se ha- llan profundamente dislocados y formando una serie de vio- lentos pliegues cuyo conjunto constituye la cadena exterior de Andalucia. Es esta linea divisoria entre los terrenos plegados y hori- zontales en Andalucia tan marcada, que no se le escapo & M. de Verneuil al hablar de los depdsitos triasicos tan profun- damente dislocados de la Sierra de Almenara y que son los mismos que en su base N. y en los Campos de Montiel per- manecen casi horizontales por enormes distancias, é insiste en lo facilmente que podria errarse si ese fendmeno coexis- tiera con la linea de contacto de dos formaciones distintas. Esta diferencia no se limita a este sitio, sino que se propaga de idéntica manera por distancias considerables y se man- tiene este contraste por toda la longitud del valle de Guadal- quivir. Con efecto, el triasico, tanto en Linares, Marmolejo, Montoro 334 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) y el Biar en la provincia de Sevilla, presenta escasas disloca- ciones, mientras que 4 muy escasa distancia al S. aparecen estos mismos terrenos profundamente dislocados, formando una serie de pliegues gue se distinguen por su pequeno ra- dio, contraste que aun se hace mas pronunciado cuando se comparan, por ejemplo, los depésitos terciarios del Aljarafe, Mairena del Alcor y Utrera, casi horizontales, con los idénti- cos terrenos que forman la serie de pronunciados plierues que constituyen los serrajones y colinas entre Arcos y Montellano. Esta linea de separacién entre los depdsitos tan escasa- mente desviados de la horizontal y de pequefo espesor rela- tivo y los tan profundamente plegados de la margen izquierda del valle del Guadalquivir, no forman una linea recta, sino una serie de escalones con marcado retroceso hacia el S., que se extienden desde Lebrija y Sanlucar de Barrameda hasta elS. de la loma de Chiclana en la provincia de Jaén; serie de esca- lones que en cierta manera reproducen la manera cémo se hallan orientados los distintos macizos de rocas cristalinas que forman la cadena litoral de Andalucia. Formando esta cadena vemos primeramente el gran macizo de la Serrania de Ronda, y cuya orientacién es de SO. 4 NE., quedar bruscamente interrumpido por los depdsitos secunda- rios del valle del Guadalquivir; mientras que a levante aflo- ran otra vez las rocas cristalinas en las imponentes masas de las sierras Tejea y Almijara, que con arrumbamientos tam- bién de SO. 4 NE., quedan a su vez interrumpidos por los terrenos mas recientes de las sierras de Loja y de Alhama, & semejanza de lo que sucede en la Serrania de Ronda. A levante aflora otra vez el arcaico en el gigantesco macizo de la Sierra Nevada y también con los mismos arrumbamien- tos de SO. a NE., especialmente desde el Cerro del Caballo al Pico del Cuervo; vuelven otra vez estas rocas & desaparecer bajo los depdésitos secundarios y terciarios de esa parte elevada del valle del Guadalquivir, fendmeno que vuelve A repetirse en las sierras del Cabo de Gata y del N. de las provincias de Murcia y Almeria, desde donde por completo se pierden las rocas estrato-cristalinas. Forman, pues, estas rocas una serie de macizos escalonados hacia el S., cuya serie de recodos reproducen con bastante aproximacion la linea de separacién entre aquellos terrenos, 6) Macpherson.—vISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. — 335 tan fuertemente comprimidos, de la margen izquierda del va- lle del Guadalquivir y los tan escasamente trastornados de las vertientes meridionales de la Cordillera Maridnica. Resumiendo lo expuesto, puede decirse que en la Peninsula existen tres zonas en donde afloran las rocas estrato cristali- nas y cuyos arrumbamientos predominantes son de SO. & NE. Estas tres zonas son la regidn Galaica, la Carpetana y la cadena litoral de Andalucia. Separando estos tres macizos existen dos grandes depresio- nes, que orientadas paralelamente a este rumbo, atraviesan el total de la Peninsula; una de ellas hemos visto que se extiende desde el fondo del Golfo de Gascuna hasta el estuario del Tajo en Portugal, y otra que describe una marcada convexidad hacia el SE. y que se puede trazar desde el mismo Pirineo a la desembocadura del rio Guadalquivir. La Peninsula, pues, se halla atravesada por lo que podria en su mas lata expresién considerarse como el remanente de tres grandes anticlinales orientadas de SO. 4 NE. y separadas por los dos sinclinales correspondientes. En mi ya citado trabajo indiqué la importancia que en la constitucién actual de la Peninsula ibérica tenia la ancha faja de rocas cristalinas que desde las costas de Portugal y de Ga- licia, atraviesan desde NO. a SE. la mayor parte de la Pe- ninsula. Entrafia el estudio de esta un grandisimo interés, pues de su estructura se desprenden consecuencias de importancia no solo por la luz que vierten sobre algunos detalles de la oro- orafia de la Peninsula, sino por las relaciones de alta trans- cendencia que se perciben entre las fuerzas orogénicas de nuestro globo y los intimos detalles de la estructura de esta parte de la Peninsula. La regién galaica se halla en muy gran parte constituida por un macizo arcaico cuya sucesién estratigrafica solo puede seguirse cuando se corta el terreno de NO. 4 SE., como ya he tenido ocasion de hacer ver al ocuparme de los terrenos arcai- cos de Espana. Este macizo se halla frecuentemente segmentado por gran- des afloramientos graniticos que se arrumban generalmente en la direccién meridiana, direccién 4 que se ajustan igual- mente el cambriano y siluriano de esa parte del pais. 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Pasada esta regién se penetra en la ancha faja granitica de Castilla y Portugal. Entre Oporto y la desembocadura del Mifio empiezan no solo los afloramientos graniticos, sino las masas arcaicas y silu- rianas que en ellos vienen enclavadas 4 arrumbarse visible- mente de NO. 4 SE., y 4 muy corta distancia de las costas de Portugal toma todo el sistema la direccién general de O. 30° N. que es la misma que sigue en sus pliegues la formacidn silu- riana 4 ambos lados de esta zona granitica. Asi continua por todo el N. de Portugal y las limitrofes pro- ‘vincias de Zamora y Salamanca hasta llegar 4 la gran depre- sién hispano-lusitana que corta la Peninsula desde el Golfo de Gascufia 4 la desembocadura del Tajo en Portugal. Pero antes de seguir mas adelante conviene hacer resaltar la curiosisima curva que los estratos silurianos describen en. todo el NO. del pais. Cuando se llega 4 los limites de Asturias y Galicia llama la atencién el ver como las altas cumbres de esa parte de la cor- dillera Cantabrica, formadas por pizarras y cuarcitas cambria- nas y silurianas se arrumban de SO. a NE. hecho sefialado ya desde hace tiempo por Schultz, sobre todo en la gran masa de cuarcitas silurianas de la Sierra Ranadoiro. Desde la parte de costa de Asturias y Galicia comprendida entre Navia y la ria de Foz, en que los estratos silurianos es- tan arrumbados muy claramente, en esa direccién van las hiladas de cuarcitas tomando mas y mas la direccién meridia- na, direccién que conserva el siluriano por casi toda la regién oriental de Galicia y el pintoresco Vierzo. Desde la provincia de Orense los arrumbamientos se van inclinando al NO., y desde las sierras Segundera y de Pena Negra en la provincia de Zamora, asi como en la de la Cule- bra en la misma provincia, los estratos silurianos se orientan al igual de los afloramientos graniticos al O. 30° N. Describe, pues, la formacién siluriana en el NO. del pais una curva en extremo pronunciada que arrumbada en un principio 4 orillas del Cantabrico de SO. & NE. concluye en la provincia de Zamora por estarlo al O. 30° N. describiendo, por consiguiente, un cuadrante completo y cuya convexidad mira al O. Hecha esta breve digresidn, cuya importancia podra verse (7) Macphersou.— DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 337 en lo que sigue, voy 4 continuar exponiendo cémo la gran zona granitica atraviesa la Peninsula desde el promontorio galaico hasta orillas del Guadalquivir. Al llegar 4 la depresion hispano-lusitana el granito cesa de repente de salir 4 la superficie y en todo el ancho Ambito de esta depresién escasos son los afloramientos de estas rocas; pero 4 corta distancia vuelven las rocas graniticas 4 aflorar en enorme potencia, constituyendo la parte mas importante del gran macizo de la cordillera Carpetana. En esta cordillera en cuyo extremo oriental las rocas arcai- cas y silurianas se arrumban marcadamente de SO. 4 NE. se observa que en direccién 4 poniente se va toda ella, arrum- bandose al S. y el granito en su contacto con el gneis di- rigiéndose de N. 4 S., direccién que en ultimo término afec- . tan también las masas de gneis que en él vienen enclavadas, fendmeno que se acentua sobre todo en la regién limitrofe de la Paramera de Avila. En este sitio es la estructura del pais muy semejante a la que se observa en el extremo NO. del pais, siendo entre todas estas bandas de gneis, que vienen enclavadas en el granito, las mas notables las de Cebreros y el Escorial, que en su con- junto se hallan orientadas de N. aS. Penétrase en la Paramera, inmensa estepa-granitica, y 4 cortisima distancia se observa que el arcaico cambia de rum- bo de repente, y en lugar de la direccién N.-S. que antes traia, se orientan de E. 4 0. los diversos manchones gneisicos que en el granito de la Sierra de Gredos vienen enclavados; y si se prolongan ambas direcciones, se observa que ambas vienen 4 juntarse en la vertiente meridional de la misma paramera, y precisamente en lo que puede considerarse como el eje de esta zona granitica, el cual bisecta el an- gulo entrante formado por esta confluencia de las masas arcaicas. Como mas adelante se vera, tiene este angulo entrante un alto interés, pues si se fija la atencién se vera que coincide esta especial estructura con la desaparicién del granito en la prolongacién del ya mencionado eje granitico. Esta desaparicién se observa, sobre todo, al N. de este eje, pues por el S. aflora todavia el granito en los montes de To- ledo, y al igual de lo que se observa en la Sierra de Gredos, ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 22 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) siguen las masas pétreas que en él vienen enclavadas la mis- ma direccién de HE. 4 O. que alli se observa. Coincide, ademas, con esta serie de hechos la existencia de la gran depresién orientada de SO. 4 NE. que limita la cordillera Carpetana en las provincias de Avila, Madrid y Gua- dalajara, y la cual da origen 4 la formacidn del valle del Tajo y el Henares. Queda, pues, interrumpida en este sitio la erupcién grani- tica que desde Galicia venimos estudiando; pero 4 corta dis- tancia al O. se observa que el fendmeno se reproduce, pare- ciendo como si todo el sistema se hubiera trasladado en esa direccién. Con efecto, en Portugal, y al S. de la depresién hispano- lusitana, que el granito vuelve 4 aflorar en considerable potencia, constituyendo un sistema semejante al anterior; atraviesa toda Extremadura, y viene 4 concluir en la mar- gen derecha del Guadalquivir. Esta parte de la erupcidn granitica no presenta los enormes macizos de la anterior (salvo en algunos sitios de Portugal), sino que se estrecha en forma de bandas, 4 las que se ajustan también las rocas arcaéicas que atraviesan la Peninsula desde Portugal y se pierden 4 orillas de este rfo. El conjunto de esta zona eruptiva puede definirse como estando formado por cuatro bandas groseramente paralelas orientadas al O. 30° N. y que vienen todas ellas 4 concluir & orillas del Guadalquivir, y cuyo borde SO. se halla limitado, no solo por las masas silurianas, sino por los depdsitos del culm que adquieren un enorme desarrollo en Portugal y la provincia de Huelva. El hecho mas notable de la estructura de esta parte de la Peninsula, es la manera tan brusca como el granito concluye & orillas del Guadalquivir, siendo de notar que, & pesar del gran desarrollo que las rocas arcaicas tienen en toda la cade- na litoral de Andalucia, esta roca no vuelve a aparecer, estan- do representada cuando mas por algwin que otro dique de mi- cro-granito que atraviesa las rocas arcaicas de la Serrania de Ronda. Si se fija la atencién en la disposicién de las masas pétreas en esta parte de la Peninsula, se ve que esta es sencillamen- te una repeticién, aunque mas en grande de lo que hemos (9) Macpherson.—DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 339 observado en la cadena Carpetana; pues como mas adelante se vera por la disposicién de los depdsitos secundarios de la Man- cha, la antigua costa se arrumbaba de N. 4S.; pero al llegar 4 la depresién de Andalucia, la direccién general de estos de- positos cambia de repente, y se forma en este sitio un angulo semejante al observado en la cordillera Carpetana, siendo de “notar que esto sucede, no solo donde concluye el granito, sino en donde comienza la gran depresidn rectangular de Andalucia. Considero esta estructura de tan alto interés que 4 pesar de volver luego 4 insistir sobre ella, creo conveniente sefialar desde luego la especie como de compensacidn que entre estas dos dislocaciones fundamentales se observa. Con efecto, vemos que al llegar la erupcién granitica 4 la depresién hispano-lusitana cesa en sus manifestaciones, aunque por breve trecho, pues transpuesta aquella vuelve otra vez 4 salir 4 la superficie, pero profundamente perturba- da, y sin seguir ya su direccién general de O. 30° N., sino que toma una derivada hasta que concluye en la Paramera de Avila, desde donde las dislocaciones que le son rectangulares se hacen predominantes. Trasladase la zona eruptiva 4 Poniente y sigue de idéntica manera hasta donde las dislocaciones transversales del valle del Guadalquivir se hacen predominantes, donde cesa por completo la erupcidn granitica que desde Galicia hemos ve- nido siguiendo hasta orillas del rio Guadalquivir. El observador que se encuentra en los llanos de Castilla; llanos que se pierden de vista en el horizonte y cuya eleva- cidén sobre el mar es casi siempre superior 4 los 700 m., podria facilmente figurarse que se hallaba en lo alto de una inmensa meseta que por gradual pendiente iba paulatinamente des- cendiendo hasta orillas de los mares que bafian a la Peninsu- la, pero por cualquier lado que trate de salir de ella se en- cuentra con elevado muro de montafias que por todos lados la circundan, y cuyas cumbres con frecuencia pasan de los 2.000 y aun de los 2.600 m. sobre el mar, formando, por consi- guiente, la meseta castellana una verdadera depresion rellena por espesa acumulacidn de depdsitos terciarios y cuatenarios. Fijandonos en esta llanura terciaria y cuaternaria se vera que su forma es en alto grado notable, pues forma un espacio 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) cuadrangular cuya maxima diagonal se halla precisamente en el eje de la depresion hispano-lusitana. Situado el observador en el angulo NO. en las cercanias de Astorga en la provincia de Leén, observara que el limite de la formacion cuaternaria va lamiendo las ultimas estribacio- nes de la cordillera Cantabrica, cuya orientacién es de O. 4 E. hasta que llega al estrecho de Burgos. La otra rama de contacto se inclina por el contrario al 8. y limitando las 4speras montafas graniticas y silurianas de las provincias de Leén y Zamora, se funde & su vez en la provin- cia de Salamanca con la ya citada depresién hispano-lusitana. Llega aqui la depresién castellana 4 las grandes masas de Gredos y de Sierra de Francia, y desde aqui vuelve otra vez el contacto a dirigirse al KE. y al NE. hasta el N. de Sepulveda. Férmase al N. de este sitio una estrechura en el terciario entre la masa de la cordillera ibérica en una de sus partes mas elevadas, cuales son las sierras de la Demanda y San Lorenzo, y los isleos de rocas antiguas que paralelamente 4 Guadarrama afloran en este sitio; y mientras que desde aqui una parte de los depdsitos terciarios penetran y se ensanchan en la parte superior del valle del Duero, el limite de estos terrenos con la cordillera Ibérica en la cortadura que mira a la depresién hispano-lusitana se orienta prdximamente de N. a8. : Forma, pues, la planicie castellana una cuenca cerrada de forma trapezoidal, cuya maxima diagonal coincide con la depresién hispano-lusitana, mientras la minima que se ex- tiende aproximadamente desde Astorga & Aranda de Duero, es paralela a la direccién que sigue en su conjunto la zona granitica que acabamos de estudiar. A levante de la depresion castellana se encuentra el ancho valle del Ebro, depresidn atin mas pronunciada que la que acabo de describir y cuya forma es también en alto grado ins- tructiva. Esta depresién se halla también rodeada de alto muro de montanas, y forma una dilatada planicie formada en su tota- lidad por los depdésitos terciarios lacustres. Forma también en la parte superior del valle un Angulo entrante semejante al de la depresidn castellana en Leon, y su contorno es también aproximadamente trapezoidal. ai) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 3341 A diferencia, sin embargo, de la depresién castellana en la del Ebro, sucede que una de las diagonales es extremadamen- te mas pronunciada que la otra, y la maxima diagonal esta orientada al 0. 30° N., en vez de estarlo de SO. 4 NE. Estudiada la disposicién de las masas pétreas en el valle del Ebro, se observa, en efecto, que desde el fondo del mismo las lineas que limitan esta depresién son divergentes, tenien- do la septentrional la tendencia de inclinarse hacia los para- lelos, mientras que la meridional tiene por el contrario la ten- dencia a hacerlo hacia los meridianos. Asi continiia ensanchandose el valle hasta alcanzar su ma- yor anchura entre Solsona y Montalban, observandose desde alli un fendmeno inverso y semejante a lo descrito ya al ocu- parme de la depresién castellana. Al E. de Montalban el borde meridional deja de inclinarse al S., y, por el contrario, lo hace hacia los paralelos en todo el N. de las provincias de Teruel y Castellén , mientras que desde el EK. de Solsona el limite de la depresién del Ebro lo forma la cadena litoral de Catalufia, orientada de SO. 4 NE., viniendo ambas direcciones 4 convergir frente 4 la desembo- cadura del Ebro en la provincia de Teruel. Vése, pues, que el valle del Ebro afecta también una forma aproximadamente trapezoidal con una de sus diagonales en extremo alargada y paralela 4 la zona granitica de Castilla y Portugal, y la otra, que coincide con la depresién de SO. a NE., que desde aqui hemos podido trazar, hasta la regién andaluza. Existe, pues, en la Peninsula una zona de depresién que, paralelamente 4 la granitica, la atraviesa en casi toda su ex- tensidn, y que separa este macizo del no menos importante Cantabro Pirenaico; depresién que 4 su vez tiene su continui- dad interrumpida por los tres grandes afloramientos de rocas antiguas de la Peninsula, que, transversalmente orientados & esta depresién, forman en un extremo el promontorio Galai- co, en el centro la cordillera Carpetana y 4 Levante la cadena litoral. ; Una ojeada 4 la adjunta serie de cortes que muestran la disposicién de las masas pétreas en la Peninsula, puede ser- vir para dar idea de la serie de hechos que acabo de men- cionar. 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Un breve examen de estos cortes deja ver cOmo quedan de manifiesto, no solo las depresiones, que podemos llamar lon- gitudinales de la Peninsula, orientadas de SO. 4 NE., sino también las transversales del Duero y del Ebro, las que desde el promontorio Galaico separan la cordillera cantabro pire- naica de la Ibérica y Carpetana. Queda ademas de manifiesto la especial estructura de la zona granitica, que, transpuesta la depresiédn hispano-lusi- tana, se funde con su transversa de la cordillera Carpetana, mientras que reproduciéndose otra vez la erupcién granftica mas al O. con la idéntica orientacién que antes traia, la ve- mos terminar bruscamente 4 orillas del rio Guadalquivir. Otra ensefanza de importancia se desprende del estudio de la manera de estar dispuestas las masas pétreas en la Penin- sula, pues se pone de manifiesto una estructura que se repite con tanta frecuencia, que la podemos considerar como uno de los caracteres distintivos de sus dislocaciones. Estudiando los cortes de M. Barrois en Asturias, los de Schultz, Mallada y otros en la Cantabrica, los recientes del Sr. Puig en Zamora, y lo que yo he visto en Asturias y en la provincia de Santander, se pone de manifiesto una estructura tan general y frecuente en todas esas montafias, que ya, al ocuparme de la «Especial estructura de la Peninsula Ibérica,» paré en ella la atencidén. Consiste esta estructura en que, prescindiendo de pliegues que para el caso presente pueden considerarse como de secun- daria importancia, con mucha frecuencia se observa que la sucesidn estratigrafica perfectamente normal, cuando se ca- mina de N.aS., se halla de repente bruscamente interrum- pida, observandose que lo mas profundo que ha salido a la superficie, se pone en inmediato contacto con lo mas reciente del fragmento inmediato. Este movimiento que el Sr. Mallada lama muy adecuada- mente en mi juicio de charnela, tiene una importancia ex- traordinaria en toda la Peninsula. A poco que se fije la atencién, se vera que este movimiento de charnela tiene que haber dado por resultado el que una parte del fragmento haya bajado 6 subido en la vertical mas que la otra, movimiento de bascula que no puede tener lu- gar sin que se mueva su inmediado al 8. (13) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 348 El resultado de esto, sera que el esfuerzo lateral se podra transmitir indefinidamente, pero si como sucede en el caso presente desde el S. de la regién galaica este movimiento de bascula se produce en sentido inverso, entonces sucedera que la suma de estos esfuerzos contrarios vendra 4 concentrarse en una linea determinada que en el presente caso coincide con la misma zona granitica que acabamos de estudiar. Considero este hecho de importancia tanta, que antes de proceder mas adelante creo conveniente parar brevemente la atencién en la manera como las fuerzas orogénicas de nues- tro globo, deben ejercerse sobre una parte de su corteza. Prescindiendo ahora del estado interno del globo que habi- tamos, parece hecho demostrado que nuestro globo pierde calor en el espacio, y que por consiguiente, su diametro debe de disminuir. De los hechos observados y de la esencia misma del fend- meno, es también légica deduccidn el suponer que la tempe- ratura decrece con mayor rapidez en el interior de la masa planetaria que en la parte externa, teniendo esta por consi- guiente que adaptarse sobre un nucleo cada vez de meno- res dimensiones. Hasta aqui la mayoria de los gedlogos estan conformes, pero al pretender determinar cual es: el coeficiente de enfria- miento de nuestro globo, aqui ya las opiniones difieren en gran manera. Briart, fundandose en la constante inclinacién del gneis en todas las partes de la tierra, pretende que el diametro terrestre es en la actualidad solo la mitad del que el planeta tenia en aquella remota época cuando esas rocas se for- maban. Heim mide el desarrollo longitudinal de los pliegues de los Alpes y otras montafias en el mismo meridiano, y deduce que desde la época siluriana el radio terrestre ha disminuido en 57 km. cuando menos; mientras que Neumayer, fundando- se en la posicién relativa de los estratos silurianos, considera también que ha habido una disminucion en la dimensidén del radio desde aquella remota época que como minimum calcula en 10 km.; y por tltimo, Lapparent y Potier, fundandose en una serie de bellisimes calculos, conceden una disminucién al radio terrestre de solo 87 m. por millén de afios. 344 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Se ve, pues, que existe todavia ancho margen entre las opiniones, hecho que en mi juicio hace ver cuan lejos se esté alin de conocer el fendmeno cuantitativamente. Sin embargo, del conjunto de estas opiniones un hecho fundamental se desprende y que nos basta para el asunto que nos ocupa, el cual es que el globo que habitamos disminuye de diametro como consecuencia de su enfriamiento secular, bien sea de tantos cientos de kilémetros 6 de metros. Senalado esto como es légica deduccién el suponer que la temperatura decrece con mayor rapidez en el interior del glo- bo que en la parte externa, y como el coeficiente de contrac- cién esta en razon directa de la disminucién de la tempera- tura, claro es que la contraccién seré mayor en el interior que en el exterior, y en este caso la costra externa que en un momento determinado cubria un globo de una dimensién dada, tendra que adaptarse por su propia gravedad sobre la masa interna que disminuye de volumen. Sindo esto asi, el problema para cualquier parte del esfe- roide terrestre, queda reducido 4 saber de qué manera una béveda se rompera cuando su propio peso supere 4 su fuerza de resistencia, teniendo ademas que adaptarse 4 un espacio de menores dimensiones. La accién de la gravedad en este caso necesariamente se descompondra en una componente horizontal que estrujara y comprimiera la béveda hasta adaptarla al espacio que la corresponda, y otra que obrara en la direccién del radio y que la hara descender en esa direécidn. Si el globo que habitamos no tuviera rotacién sobre su eje, parece légico el suponer que el esfuerzo de la componente ‘tangencial se ejerciera por igual, y la béveda que considera- mos, se comprimiera sobre si misma afectando deformaciones mas 6 menos concéntricas. Como el astro, sin embargo, se halla animado de un movi- miento de rotacién sobre su eje considerable, resultara que al descender la boveda, animada de una velocidad determinada & espacios de menor rotacién, el esfuerzo tangencial tendra que sumarse 6 que restarse con el exceso de movimiento pro- pio de esas partes del planeta; y como la velocidad planetaria es variable para los diversos lugares de la tierra y decrece del Ecuador al Polo la componente tangencial tendra ne- , (5) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA, 345 cesariamente que modificarse de una manera determinada. Siendo esto asi, no se necesita de ningun gran esfuerzo para ver que el maximo del esfuerzo tangencial tendra que hallarse comprendido en el cuadrante SO., en el hemisfe- rio N. y en el NO. en el hemisferio S. Como consecuencia légica de esto, tendran necesariamente que resultar en el estrujamiento inicial lineas de resistencia relativa que seran normales al punto en que el maximo del esfuerzo tenga lugar. Pero esta diferencia de resistencia en la béveda, lleva con- sigo necesariamente el que el esfuerzo en la direccién del radio sea equivalente al de dos componentes complementa- rias y rectangulares entre si, aunque paralelas, orientada la una paralelamente 4 la linea de resistencia maxima, y nor- malmente la otra. . Componentes que se pondran de manifiesto en la superficie terrestre como lineas 6 zonas mas 6 menos constantes y en direccién de las cuales tendra lugar el maximo de tensién, y alli se verificaré el maximo descenso de las masas superiores; pudiendo considerarse el espacio comprendido entre dos li- neas paralelas de maximo descenso, como un eje de resisten- cia relativa. Si consideramos, siquiera sea en hipdtesis, que la direccién de estas componentes varia poco de los rumbos SO. 4 NE. y NO. a SE., y prescindimos por el momento de la parte debi- da directamente 4 la componente tangencial, creo que muchos de los rasgos distintivos de nuestro globo y de nuestra Penin- sula en particular, pueden explicarse como consecuencia ne- cesaria de ese proceso de contraccién del globo que habi- | tamos. En mi ya citado trabajo hice ver la relacién tan marcada que parece existir entre la forma de las depresiones oceani- cas la direccién general de las costas de la Peninsula y de la vecina Francia, y la intima relacién en que esto se halla con las principales lineas de fractura del pais. Si suponemos que, en efecto, las depresiones oceanicas, son expresidn realmente de aquellos lugares del esferoide terres- tre, en donde las masas pétreas con mayor facilidad descien- den en la direccién del radio, entonces resultara que la estruc- tura, tanto orografica como geolégica de la Peninsula, seria 346 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) la necesaria consecuencia de esa manera de ejercerse las fuerzas orogénicas. Basta el examen de la Carta de las profundidades del A tlan- tico recientemente publicada por el Deutsche Seewarte, la de Conjunto de la Peninsula publicada en el A/las de Stieler, y la del Mediterraneo en el Physikalische Atlas, de Berghaus, para ver que, ademas de las dos grandes zonas de maxima depresién que se cruzan en el Atlantico al NO. del promonto- rio galaico, existen otras que, aunque de menor profundidad relativa, no por eso dejan de estar en intima relacién con ciertos detalles de la estructura intima del pais. Kn estas cartas, no solo se ponen de manifiesto las ya cita- das depresiones, sino la muy profunda que separa la serie de bajos que se extienden desde la costa de Portugal 4 la isla de la Madera de las costas del continente africano, y que arrum- bada de SO. & NE. se extiende desde las islas Canarias al golfo de Cadiz. Queda de manifiesto, ademas, cémo estos bajos se hallan separados transversalmente por tan profundas cortaduras, como es la que existe entre el banco Jisefina y la Madera, en donde alcanza la sonda mas de 4.200 mm. Las depresiones que surcan el mar Mediterraneo son tam- bién de altisimo interés. El fondo de este mar entre el Estrecho de Gibraltar y las islas de Cércega y Cerdefia se halla constituido por la peque- fia depresion entre las costas andaluzas y la opuesta costa del Riff, y cuya maxima dimension se halla orientada segun la linea que une 4 Gibraltar con el cabo Tres Forcas, mientras su transversa sigue otra linea orientada de SO. 4 NE., y que podemos suponer como uniendo 4 Motril con la Punta Cotelle al SE. de Tetuan. Pasada esta depresién se llega al bajo fondo de la isla de Alboran al E., del cual existe otra profunda depresién orien- tada de SO. 4 NE., y que se extiende hasta las islas de Cor- cega y Cerdenia; mientras que paralelamente 4 esta se extien- de otra muy profunda entre las islas Baleares y las costas de la Peninsula, depresiones que 4 su vez se cruzan con la muy notable que ocupa el fondo del Mediterraneo, desde el S. del golfo de Lyon hasta las proximidades de las costas tunecinas. Si comparamos la forma del fondo de los mares que surcan (7) Macpherson.—pDISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 347 4 la Peninsula Ibérica con la serie de hechos cuya recapitula- cidn constituye la primera parte de este trabajo, se vera que la nota dominante en toda esta parte de nuestro globo es la de existir una serie de depresiones mas 6 menos pronuncia- das, y entre ellas ejes de resistencia relativa que se cruzan entre si, estando unas orientadas de SO. a NE. y otras de ONO. 4 ESE., ajustandose a estas direcciones las dislocaciones geolédgicas fundamentales del pais. : Terminado, pues, este rapido resumen de los caracteres geologicos y orograficos mas salientes de la Peninsula, y de sus mares, vamos ahora & examinar en qué relacién se hallan sus rasgos principales con estos que pueden considerarse como los jalones fundamentales de su estructura. Si fijamos la atencién en el gran promontorio gvaldico-lusi- tano, y por un lado se observan los restos del macizo arcaico primitivamente orientado de SO. 4 NE., entre la depresion del Atlantico y la hispano-lusitana y por otro la gran depresion transversa del golfo de Gascufia que se extiende paralelamen- te al eje granitico que desde el S. del Mifio se extiende 4 la Paramera de Avila no podré menos de verse el efecto de dos aparentes bovedas que se cruzan en este sitio. No es tampoco menos elocuente la disposicién de los estra- tos en este sitio: en el extremo del promontorio galaico se ha visto como el siluriano y aun las intrusiones graniticas se orientan de SO. 4 NE., y como al retirarse de ese extremo del promontorio se inclinan paulatinamente de N. aS. hasta que por ultimo en las provincias castellanas se arrumba todo el sistema paralelamente 4 la depresidn del golfo de Gascuna, cual si en este esfuerzo de adaptacién cuando una de las com- ponentes se hiciera predominante la otra disminuyera en re- lativa proporcién. Es esto tan constante que cuando llega el eje granitico 4 la depresién hispano-lusitana vuelven otra vez los rumbos de SO. 4 NE. 4 hacerse predominantes en las sierras de Estre- lla y de las Mesas, hecho que atin se acenttia mas transpuesto esta en las sierras de Gredos y Guadarrama; pues aqui vuel- ven las masas intrusivas al N. del ya citado eje 4 orientarse otra vez de N. 4S., cual se observa en el promontorio galaico- lusitano cual corresponde 4 una igual intensidad en el valor de ambas componentes. 348 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Antes de seguir mas adelante fijemos la atencién en un de- talle que tiene verdadera importancia en la estructura del pais. En el reino de Leén y al O. de Astorga las montafias del Vierzo y de Galicia concluyen de repente en los llanos de Castilla. Abrese desde aqui la ancha depresién del Duero; penetra la creta hasta el N. del mismo Astorga, y adquiriendo la depre- sidn su mayor’ anchura como se ha visto en el fondo de la hispano-lusitana, se estrecha otra vez desde alli sobremanera especialmente entre el extremo septentrional de la cordillera Carpetana y las masas cretaceas al S. de las sierras de la De- manda y San Lorenzo, quedando orientada la diagonal menor paralelamente 4 la depresién del golfo de Gascuna. Esta verdadera depresién del terreno presenta un alto inte- rés, pues en cierta manera sintetiza el caracter distintivo de las dislocaciones que estamos estudiando. Si nos fijamos en la estructura geolégica de esta parte del pais se veré que traspuesto el macizo arcdico de Galicia y 4 su misma espalda comienza 4 generarse esta notable de- presiédn cuyo angulo entrante se halla naturalmente opuesto a la resistencia maxima 6 sea al sitio en que la componente transversa se ha hecho predominante. Si desde el vértice del angulo que la depresién del Duero forma en Astorga, nos fijamos en la manera como el angulo se abre, no podraé menos de verse um ejemplo claro y termi- nante de la verdad de la ley que da sus rasgos distintivos 4 la Peninsula Ibérica. Extiéndese el borde N. de la depresién en direccién casi de O. a E. paralelamente 4 las ‘costas del golfo de Gascuiia, mientras que entre ambos se levanta gigantea la cordillera Cantabrica. Si se estudia, sin embargo, la estructura intima de esta cordillera, lo primero que salta 4 la vista es que sus disloca- ciones no son paralelas 4 la costa ni al borde N. de la depre- sidn del Duero, sino que sus estratos se hallan arrumbados en una serie de pliegues y fracturas paralelos al eje de ambas depresiones, y rotos en su continuidad por numerosas quie- bras transversales, que complican atin mas todavia la ya no sencilla estructura de esta cadena de montafias, batiendo las a9) Macpherson.—DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 319 olas del Cantabrico toda la serie de terrenos desde el arcaico al cretaceo, como puede verse en los bellos cortes de la costa asturiana de Barrois. Analogo fendmeno se observa del otro lado en la depresion del Duero, siendo solo la creta el Unico terreno que sigue paralelamente 4 la cumbre de la cordillera, y limitando al mismo tiempo por el N. a la depresién del Duero. Queda, pues, la cordillera Cantabrica comprendida entre la gran depresién del golfo de Gascufia y la que podemos consi- derar como secundaria del valle del Duero; mientras que en sus dislocaciones se perciben claramente, no solo los arrum- bamientos de ONO. 4 ESE., sino los de SO. a NE., y si se con- sidera el fondo de ambos como lugares en donde el maximo de tensidn tiene lugar, entonces resultara que la direccién E. 4 O. & que la cresta se ajusta, es la necesaria consecuencia de dos tensiones paralelas, pero en sentido opuesto. Antes de pasar & ocuparme de la no menos importante de- presién del Ebro, voy 4 volver al sitio donde se inicia la del Duero. Como yase ha visto desde las cercanias de Astorga, el borde occidental de la depresidn marcha casi de N. 4 8. hasta las cercanias de Salamanca y toda la serie de montanas del Vierzo y de la provincia de Zamora se hallan como cortadas por esta © notable depresién cual corresponde a un esfuerzo de tensién que se hubiera ejercido de ESE. 4 ONO. y en un terreno en que ambos componentes dominan por igual. Hemos llegado al fondo de la depresién hispano-lusitana, y desde aqui vemos 4 la del Duero seguir en su forma una marcha inversa, la direccién del esfuerzo de tensién ha cam- biado, ahora se ejerce de ONO. 4 ESE. y en su consecuencia el borde meridional bordea las sierras de Gredos y Guadarra- ma con arrumbamientos al O. y al OSO.; mientras que el oriental se arrumba paralelamente al occidental 6 sea de N. & S., bordeando toda la masa de sierras de la provincia de Burgos. Si desde aqui transponemos el estrecho de Burgos y pene- tramos en el valle del Ebro atin se obtendra una ensefanza mas elocuente que la que se desprende del estudio de la de- presion del Duero. Cuando se considera en su conjunto esta parte de la Penin- 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) sula, se ve que al terminar el golfo de Gascufia en el Angulo recto que forman las costas espafiolas y francesas, se levanta pujante el Pirineo, y mientras una depresién orientada tam- bién paralelamente al golfo de Gascuna se extiende al SE. entre la meseta central francesa y la cadena pirendica hasta perderse casi entre los Cevennes y los Corbiéres del lado de Espafia se genera una depresién analoga pero en sentido in- verso. Entre los Pirineos occidentales y las sierras de la Demanda y Cebollera el valle del Ebro se estrecha sobremanera, sobre- saliendo por todas partes los depdsitos inferiores al terciario como sucede con las masas cretaceas de los montes Oberanes y los terrenos atin mas profundos de las Conchas de Haro y de la Sierra de Tolofio, atestiguando la relativa continuidad del macizo en este sitio como ya tuve ocasién de indicar en mi citado trabajo. Pasada esta estrechura, el valle del Ebro se abre y forma una de las depresiones mas notables de la Peninsula. Si se compara esta depresién con la del Duero, que en cierta manera puede considerarse como su prolongacién, se obser- van algunas diferencias de bastante importancia. La profundidad de esta es bastante mas pronunciada que la del Duero, pues mientras que su fondo se encuentra cuando menos 4 600 6 700 m. sobre el mar, en esta se desciende en Zaragoza, por ejemplo, & menos de 200 m. Como consecuencia de este rapido descenso en la direc- cidén E. 30° S., resulta una menor abertura del valle como es consiguiente, 4 un predominio mayor de la componente pa- ralela a esta direccién. Sin embargo, basta un ligero examen de una carta geold- gica y orografica de esta parte del pais, para ver que la ley 4 que se ajusta es la idéntica que la que hemos visto en la del Duero. La cadena pirendica, por ejemplo, tanto en las Sierras de la Pehla, de Guara y del Monsech, asi como en el verdadero Pirineo, participan ambos del idéntico empuje lateral hacia el N. que se observa en la Cantabrica, aunque menos pro- nunciado como debe suceder teniendo en este sitio la com- ponente O. 30° N. mayor preponderancia que la de SO. al NE. Si fijamos la atencién en la cadena Pirendica, se vera que 1) Macpherson.—DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 351 su estructura tiene mucha semejanza con la Cantabrica, y solo las distingue lo mas acentuado de sus dislocaciones y el mayor predominio de los arrumbamientos O. 30° N. Sin embargo, bien eficaces son también los transversales 4 esta direccién como lo ha hecho ver recientemente Schrader en dar su relieve & muchos de sus mds importantes acci- dentes. Resulta, pues, el Pirineo comprendido también entre dos depresiones de importancia, y que obran igualmente en sen- tido inverso como sucede en la Cantabrica. Pero diferéncianse ambas cadenas en un caracter de impor- tancia, pues mientras la diferencia de nivel entre la depre- sidn del golfo y la del Duero es muy considerable, entre la del Ebro y la del Mediodia de Francia la diferencia es relativa- mente pequeha, y aunque mas deprimida aquella, es la dife- rencia insignificante cuando se la compara 4 la del Duero, y tal vez esto dé razén del por qué todas las dislocaciones de la cadena Cantabrica tienen la tendencia 4 inclinarse hacia la _depresion del golfo, mientras que en el Pirineo, aunque pre- dominando la tendencia 4 hacerlo hacia el] lado de Francia, no dejan de verse algunas en la vertiente espafiola que lo hacen en sentido inverso hacia la depresién del Ebro, como lo ha hecho ver recientemente M. Mercier al describir la serie de pliegues que existen en el macizo cretaceo entre el Mar- bore y el Monte Perdido. Pues si en efecto, al empuje del estrujamiento tangencial los pliegues en el terreno tienden 4 inclinarse hacia donde menos resistencia encuentran, podria tal vez explicarse esa distinta propiedad de ambas cordilleras como consecuencia de la mayor diferencia que existe entre las depresiones del Duero y el Cantabrico, que entre las del Ebro y el Garona. Hecha esta breve digresién, fijemos otra vez la atencién en la forma de la depresion del Ebro. Desde las cercanias de Logrofio, el valle del Ebro, como ya he indicado, se abre en gran manera, y mientras su borde N. limita al Pirineo, el meridional cada vez con mayor diver- gencia va sirviendo de limites 4 la fragmentaria cordillera Ibérica. Corre el Ebro haciendo pequefios tornos por el fondo de la depresion, pero llega & Caspe y forma aqui un repentino 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) recodo, y por gran trecho corre al NE. hasta unirse con el Segre en Mequinenza. Desde alli se encaja el rio en el laberinto de montes de la cadena litoral, y haciendo tornos y rodeos se vierte por fin en el Mediterraneo en los Alfaques. Conforme esto sucede, el valle del Ebro sufre, como ya he indicado, una profunda modificacién y muy semejante 4 la que el valle del Duero experimenta al llegar 4 la depresién hispano-lusitana. Adquiere aqui el valle el maximo de su anchura; los arrum- bamientos de SO. 4 NE. se hacen predominantes, tanto en el Pirineo como en la cadena litoral, quedando el valle del Ebro cerrado de una manera atin mas completa que lo que sucede en el del Duero. Creo innecesario repetir lo dicho ya al ocuparme de la cor- dillera Cantabrica; pues basta un ligero examen de la carta esquematica adjunta para ver que su estructura es, en gran manera, semejante, y que la cadena Pirenaica se levanta tam- bién, aunque a mayor altura, entre las dos depresiones que en sentido inverso la solicitan, 6 sea entre la del Ebro, que se abre al SE., y la del Garona, que lo hace al NO. La fragmentaria cordillera Ibérica, solicitada 4 su vez por un lado por las tensiones que parten del fondo de la depresién de] Ebro, y por el otro, por el final de la del Duero, elévase en su primera parte hasta el Moncayo a considerable altura, siendo de notar, como debia presumirse, la divergencia que existe entre la direccién general de la cumbre de esta cordi- llera y la de la cadena Pirenaica. Adquiere el valle del Ebro el maximo de su anchura entre Solsona y Montalban, y aqui la componente transversal se hace predominante. Ciérrase repentinamente la depresién del Ebro, y mientras ~ por un lado contintian dominando los arrumbamientos de SO. & NE., no solo en la cadena litoral, sino en el mismo Pirineo, por el S. se penetra en la zona de dislocaciones N.-S., que tanto cardcter prestan 4 las provincias orientales. Hemos recorrido & grandes rasgos la estructura del N. de la Peninsula, y hemos visto hasta qué punto parecen sus for- _ mas ser funcidén del efecto de tensidu que por todas partes se pone de manifiesto. Ahora vamos 4 volver a la meseta central, (23) Macpherson.— pIsLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 323 v de su estudio se vera cémo ese gran macizo obedece tam- bién en sns detalles 4 la misma ley, que parece comun para toda la Peninsula. Abandonamos la meseta central en el eje granitico que la atraviesa desde las costas de Galicia 4 la cordillera Carpe- tana. Alli vimos cémo el esfuerzo longitudinal se modifica cuando el transverso se hace predominante, y cdmo en la cordillera Carpetana, 4 semejanza de lo que se observa en Galicia, el granito, en sus diversos afloramientos, se orienta de N.aS., direccién & que se ajustan también las masas gnelsicas de esa importante cordillera, en todo el espacio que queda al N. del mencionado eje. Como en la primera parte de este trabajo he indicado, al O. de la Paramera de Avila el arrumbamiento de lag masas eneisicas cambia de repente, y se orientan al igual de la Sierra de Gredos casi de E. 4 O., formando con los arrumba- mientos N.-S. de Guadarrama un Angulo entrante en alto gerado notable, y & cuya espalda se genera la depresién por donde corre el Tajo durante una parte importante de su curso, haciéndose predominantes en este sitio los arrum- bamientos de SO. a NE. Estos angulos entrantes, que se generan opuestos 4 lo que puede considerarse como la linea de resistencia maxima cuando la componente transversa se hace predominante, son de un alto interés. Como podia @ priori deducirse, dada la indole inversa de Ja causa generadora, el A4ngulo que se genera en el limite del eje de maxima profundidad 6 de maxima tensién, debe de ser en su estructura perfectamente inverso del que se forma en el extremo del eje de resistencia maxima. En efecto, los angulos entrantes que se observan en el fon- do del golfo de Gascufia, en el valle del Duero y en el del Ebro, que se encuentran en el limite de lo que puede consi- derarse como ejes de maxima tensidén, tienen los depdsitos mas recientes situados en la parte interna, mientras que las rocas mas antiguas son, por el.contrario, exteriores 4 los -_mismos. Por el contrario en el angulo entrante que se forma en la Paramera de Avila sucede todo lo contrario. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 23 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) iste se forma en el limite de un eje de resistencia, y en este caso las rocas mas profundamente situadas son las que ocupan la concavidad del angulo; y las formaciones mas recientes, por el contrario, leson constantemente exteriores. Antes de seguir mas adelante voy 4 parar brevemente la atencién acerca de la coincidencia que existe entre la posi- cidén del eje granitico, las lineas de depresién maxima y la tendencia que 4 caer en sentido inverso tienen las masas pé- treas 4 ambos lados de este eje. En la primera parte de este trabajo hice ver cémo en la cor- dillera Cantabrica y en las montafas de la provincia de Za- mora existe una tendencia muy marcada en las numerosas fallas que surcan el pais de caer los fragmentos resultantes hacia la depresién del Cantabrico, movimiento que el Sr. Ma- llada muy adecuadamente, en mi juicio, califica de charnela. Al ocuparme de la provincia de Sevilla, de la Serrania de Ronda y de otros lugares de la Peninsula, indiqué ya la ten- dencia que habia en todas las dislocaciones de esta parte del pais de experimentar analogos movimientos de bascula; pero en direccién de entre SE. y SO.; resultando de aqui que 4 am- bos lados del eje granitico la tendencia en sus dislocaciones es inversa. Ya hice ver que esos movimientos de bascula en un terreno que por necesidad tiene que adaptarse 4 un menor espacio, no pueden tener lugar sin que el fragmento inmediato al eje de rotacién verifique un movimiento andlogo, teniendo, por consiguiente, este movimiento de charnela que propagarse en la misma direccién indefinidamente. Se ha visto, sin embargo, que en ambos lados del eje gra- nitico la tendencia en estas dislocaciones es inversa de lo que necesariamente se deduce que el esfuerzo de ambas tenden- cias vendra a encontrarse precisamente en el eje granitico. Debe, pues, de resultar en toda la longitud de este eje un estrujamiento colosal en que todo el esfuerzo lateral vendra a sumarse, y en donde facilmente se vera que el minimo de re- sistencia sera inverso del que tiene lugar donde la mayor de- presién se verifica y se hallaraé en la superficie del planeta. Parece pues consecuencia légica que precisamente sea aqui en donde afloren todas esas enormes masas andgenas que desde Galicia se trazan sin interrupcidn hasta el rio Guadalquivir. 42) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 355 Bien se consideren esas masas como materiales ingeridos procedentes de un substratum en estado de fusién, 6 bien sé- lido; pero 4 tan alta temperatura que al faltarlos la presién pasan 4 ese estado, 6 bien se les considere sencillamente como materiales fundidos, consecuencia de la suma de energia que en este sitio viene 4 concentrarse; el resultado es que estas masas por su posicién ocupan el lugar que les corresponde en el proceso de adaptacién que estamos considerando. Terminada esta breve digresidn veamos cémo vuelve a reanudarse la gran erupcidn granitica de la Peninsula que en la Paramera parece haberse fundido en la dislocacién trans- versa de las sierras de Gredos y Guadarrama. Pasadas estas montafias, y al S. de la depresién hispano-lu- sitana, las masas graniticas vuelven a salir 4 luz en gran po- tencia, aunque nunca en afloramientos tan enormes como los que existen en el centro y NO. del pais. Son, sin embargo, en extremo notables tanto por las enor- mes distancias longitudinales en que afloran, como por el marcado paralelismo que los diferentes afloramientos tienen entre si y con la linea de maxima depresién del golfo de Gascufa. Forman estos afloramientos, como ya he indicado, hasta cuatro zonas paralelas que casi sin interrupcién se extienden desde Portugal hasta orillas del Guadalquivir, las que al llegar 4 las margenes de este rio de repente se pierden, y precisamente cuando se produce la gran depresién transversa que determina el gran geosinclinal de este valle. De lo expuesto se deduce que lo que podemos llamar el gran eje granitico de la Peninsula al llegar 4 la Sierra de Guadarrama, pierde su direccién propia, y por decirlo asf, se funde con la dislocacién transversal que presta caracter 4 esa cordillera; pero no concluye aqui, sino que trasladandose mas al occidente, cual buscando punto de menos resistencia, con- tinua con la misma direccién que antes traia, hasta que al encontrarse otra vez con la dislocacién transversa del valle del Guadalquivir deja de salir 4 luz y se verifica un fendmeno en un todo semejante, aunque mas en grande, al que hemos observado en la Paramera de Avila. En efecto, no solo deja el granito de salir 4 luz en todo el ambito de este valle, aun en las masas arcdicas de la cadena 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) litoral, sino que los arrumbamientos de SO. 4 NE. se hacen predominantes y las dislocaciones O. 30° N. quedan por com- pleto subordinadas. Resulta, pues, que la erupcién granitica que solo sufre una interrupcidn al llegar 4 la gran dislocacién transversa de la cordillera Carpetana, pues, que la salva al fin 4 una corta dis- tancia al occidente y continua sin interrupcidn hasta este sitio, cuando llega 4 esta otra dislocacién transversa que determina el gran geosinclinal del valle del Guadalquivir, por completo se pierde dejando desde aqui que la componente transversal se haga predominante y la de O. 30° N. quede casi obliterada. Presenta esta parte de la Peninsula un altisimo interés. Del simple examen de una carta geologica de la Peninsula se desprende que el limite oriental de los depdsitos triasicos en la Mancha desde Alcazar de San Juan a los campos de Montiel corre casi de N. 4S. y & juzgar por la calidad de los depdsitos, su gran desarrollo hacia Levante y la estructura del pais no debe de haber existido una gran diferencia entre la posicién de estos depdsitos y la antigua linea de costa que limitaba el mar en aquella remota época. Igual orientacién afectan los depdésitos jurasicos y cretaceos en las provincias de Cuenca, Toledo y Albacete, y todo hace presumir que la costa en este sitio permanecié paralela 4 si misma durante un larguisimo periodo. Si & esto se une lo frecuentes é importantes de los arrumba- mientos y dislocaciones N.-S. en todas las provincias orientales se vera que esta orientacién no es un hecho meramente for- tuito, sino que es parte esencial del fendmeno que estamos estudiando. Desde la parte mas oriental en que la zona granitica toca la gran depresién transversa del valle del Guadalquivir, se observa que la orientacién de todos los depdésitos secundarios - cambia de repente, y la antigua costa del mar triasico que antes corria de N. 4S. en lo que hoy constituye los campos de la Mancha, se dirige desde aqui al O., siendo de notar que al cambiar de rumbo no se dirige sencillamente al SO., como parecia lo mas ldégico, sino que toma el rumbo intermedio de E. & O. durante todo el espacio que media entre este sitio y el cabo de San Vicente en Portugal. Si por otro lado se fija la atencién en los diversos aflora- (27) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 957 mientos, tanto de rocas eruptivas como arcaicas en el S. de Portugal y en las provincias de Sevilla y Huelva, y aun en parte de Extremadura se vera que existe una marcada ten- dencia, cuando se estudian individualmente los afloramien- tos de estas rocas, 4 inclinarse estas masas en la direccién E. 4 O., fendmeno en un todo semejante al que se observa, por ejemplo, en la Sierra de Gredos, cual si aqui también al ha- cerse predominante la componente transversa se hubieran modificado las fracturas resultantes. Siendo esto asi resultaria que mientras al S. del eje grani- tico, las fracturas se orientarian cual corresponde de EH. 40., al N. del mismo lo harian de N. 4 8S. en las provincias orien- tales y la Mancha formandose un angulo entrante semejante al observado en la Paramera. En efecto, de la disposicién de las masas pétreas en este sitio, y de la serie de fendmenos que hemos estudiado, se de- duce que, no solo se repite aqui la formacidn de este angulo entrante en un todo comparable al de la Paramera, sino que ademas, durante todo el periodo secundario, formo esta parte de la actual meseta central un promontorio analogo, aunque inverso, al que en la actualidad forma Galicia, y como debia suceder frente al cruce de los dos grandes geosinclinales del valle del Guadalquivir, y el no menos importante del reino de Valencia y Aragon. Veamos ahora la estructura del gran geosinclinal que en la actualidad forma el valle del rio Guadalquivir. Hs esta en alto grado notable, pues aunque en este valle los arrumbamientos de SO. a NE. son los predominantes, y aparen- temente toda traza-de la gran dislocacién O. 30° N. que atra- viesa la Peninsula desde Galicia al rio Guadalquivir, parece haberse perdido, cuando se estudia, sin embargo, esta parte del pais con atencion, se observa que el influjo de esta dislo- cacién se halla también profundamente grabado en toda An- dalucia, hecho que ya he tenido ocasidn de sefialar. Con efecto, se ve que las cuatro grandes dislocaciones que constituyen la zona granitica que atraviesa la Peninsula des- de la depresioén hispano-lusitana al rio Guadalquivir, y que parecen concluir alli, se ponen, sin embargo, de manifiesto en la margen opuesta, haciendo perder su continuidad al gran macizo arcaico que forma la cadena litoral. 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Estas dislocaciones, cubiertas por depdsitos posteriores, se hacen naturalmente muy dificiles de percibir, y solo en los macizos arcaicos que se hallan libres de depésitos posteriores, es donde pueden verse estas quiebras lo suficientemente al descubierto para poder estudiarlas en sus detalles. Como ejemplo de una de ellas, me limitaré 4 senalar la que corta transversalmente 4 la Serrania de Ronda y modifica en gran manera la estructura de los valles del Genal y Gua- diaro. Esta quiebra, dada su magnitud y continuidad , puede ser- vir de pauta para juzgar del caracter y de la influencia que las dislocaciones transversas pueden haber tenido en la estruc- tura del valle del Guadalquivir. En la provincia de Cadiz existe un macizo montanoso cuya parte mas elevada se conoce con el nombre de Sierra del Pinar. Este macizo, formado por calizas secundarias profunda- mente comprimidas, tiene sus pliegues principales orientados de OSO. 4 ENE., y alcanza cerca de 1.700 m. sobre el mar. Este grupo montafioso, cual inmenso promontorio, se avan- za hacia el NO. desde la parte mas elevada de la Serrania de Ronda, y queda como cortado por Levante y por Poniente. Si se fija la atencién en la estructura de esta masa monta- flosa, se vera por ejemplo, que mientras su borde occidental se eleva bruscamente 4 gran altura y queda orientado de ONO. 4 ESE., afloran en su base los depésitos del trias. Estos depdsitos se encuentran, por un lado, en contacto con las célizas secundarias, mientras que por el otro desaparecen por debajo de los sedimentos numuliticos. Prolongado al ESE. este notable escarpe, se encuentra la falla de los valles del Genal y Guadiaro. De la estructura de la Serrania en el valle del Genal, po- dran dar idea los adjuntos cortes, estructura que 4 primera vista parece ser bastante compleja. Cuando se sigue la divisoria entre Genal y Guadiaro se observa que, reposando aparentemente sobre las calizas cre- taceas y jurasicas de la parte superior del valle del Genal, se encuentran las calizas y pizarras arcaicas y cambrianas que tanto desarrollo tienen en gran parte de la Serrania, mientras que en la ladera opuesta del valle del Genal, en las cercanias @9) Macpherson.—pIsLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 359 de Igualeja, por ejemplo, y en la divisoria mediterranea, apa- recen rocas aun mas profundamente situadas en la serie arcaica, como son el gneis y las calizas cristalinas descan- sando aparentemente sobre las calizas y pizarras cambrianas que forman la parte mas elevada de la Serrania en la Sierra de Tolox. No concluye esta importante quiebra en este sitio, sino que transpone la masa de serpentina, quedando alli grabada en los numerosos isleos de pizarras que en ella vienen enclava- dos; y limitando a Sierra Blanca por O., deja entrar los depo- sitos tridsicos hasta bien adentro del rio Verde, y presta, por ultimo, su direccién 4 la costa al E. de Marbella. Fijando la atencién en la estructura del valle del Genal, se vera que esta solo puede explicarse suponiendo que la rama de un gran anticlinal, que tiene 4 la serpentina por eje y cuya orientacién es de SO. 4 NE., ha sido desgajada por una quie- bra transversa, y los segmentos resultantes han experimen- tado un marcado movimiento de bascula hacia el SO. Recordando el caracter distintivo de las dislocaciones de Sierra Morena, que es idénticamente el mismo que domina en esta parte de la serrania, de quiebras que alli pueden con- siderarse como longitudinales y aqui transversas, pero cuyos fragmentos resultantes han experimentado todos el idéntico movimiento de bascula hacia el SO. Instructivo por demas es el estudio de la parte de Andalu- cia que queda 4 la izquierda del Guadalquivir, y ons con- junto constituye la cordillera Bética. Sabida es la estructura fragmentaria de esta cordillera, tanto en su cadena litoral, como en la exterior de Andalucia. En cuatro macizos principales queda segmentada la cadena litoral, que son: el de la Sierra de los Filabros con las masas subordinadas de la Sierra Alhamilla y Cabo de Gata; la impo- nente masa de la Nevada; los asperos macizos de las sierras Tejea y Almijara, y la Serrania de Ronda. Al NO. de cada uno de estos macizos corresponde otro de ca- lizas secundarias, que son: al NO. de los Filabros las sierras de la Sagra y de Cazorla; al ONO. de la Nevada las imponen- tes masas de la Magina y del Rayo; y entreambos el Guadiana menor, que corre por su lecho de rocas cretaceas, mientras que a ambos lados afloran las jurasicas y tridsicas. 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30)" Deprimese al igual de la cadena litoral la exterior de Anda- lucia 4 Levante del Genil; pero vuelven las masas secundarias & adquirir otra vez desarrollo considerable al NO. de la Tejea en las sierras de Loja y Santa Lucia, y ain todavia con mayor pujanza al NO. del macizo arcaico de la Serrania de Ronda. Se ve, pues, que 4 cada macizo independiente de la cadena litoral, corresponde otro 4 su espalda de rocas secundarias, y que el caracter fragmentario de esta cordillera en su cadena litoral, se repite también en la exterior 6 secundaria cual si estuviera rota la continuidad del terreno en la profundidad por fallas en direccién transversa; pero que cubiertas por de- positos posteriores, se ponen hoy dia de manifiesto solo por lo que puede considerarse como sus efectos secundarios, y solo en los macizos arcaicos es donde pueden estudiarse libre de los fendmenos que las enmascaran. Si se comparan la disposicién de las masas pétreas en el S. de Andalucia con la estructura de la zona granitica desde Portugal al Guadalquivir, se vera que si se prolongael ultimo afloramiento granitico de los Pedroches y Linares al O. 30° N., quedan limitados 4 Levante los afloramientos estrato-cristali- nos de la cadena litoral, y en la misma direccién se encuen- tran las masas graniticas de los Pedroches, las sierras Sagra y de Cazorla y las sierras de Baza y de los Filabros. Analoga disposicién guardan la Sierra de los Santos y las masas arcaicas de Fuente Ovejuna y Extremadura con las montanas de Jaén y Sierra Nevada, mientras que los otros dos ejes cristalinos de las provincias de Sevilla y Huelva se co- rresponden en la margen opuesta del Guadalquivir con las sierras Tejea y Almijara y con la importante masa de la Se- rrania de Ronda y sus sierras secundarias adyacentes. Resulta, pues, que las dislocaciones de la zona granitica no quedan por completo obliteradas al llegar al gran geosincli- nal del valle del Guadalquivir como de un examen superfi- cial pudiera deducirse, sino que solo pierden en intensidad tanto cuanto gana su transversa que principalmente es la que da su relieve 4 la actual cordillera Bética, quedando de- mostrado que la gran area de dislocacién orientada al 0, 30° N. atraviesa en toda su extensién 4 la Peninsula Ibérica. De lo expuesto resulta que la masa actual de la Peninsula puede considerarse como el remanente de una béveda que ha (31) Macpherson.—pISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA, 301 sido sometida 4 la accién de dos series de tensiones en la di- reccién del radio y rectangulares entre si, orientadas unas de SO. 4 NE. y de NO. 4 SE. las otras. Como consecuencia de las primeras se han generado en la Peninsula hasta tres aparentes bovedas comprendidas entre el Océano Alantico por un lado y el mar Mediterraneo por otro; bodvedas separadas entre si por la depresién hispano- lusitana, y la que puede llamarse del gran geosinclinal del valle del Guadalquivir. Efecto de las segundas férmase otra enorme bdéveda; dis- minuye en profundidad la depresién del golfo de Gascuna, y generandose depresiones secundarias en los valles del Due- ro, del Ebro y del Garona, con la béveda secundaria de la ca- dena cantabro-pirenaica, corta todo el sistema transversal— mente a las primeras. Esta estructura del terreno suscita un problema de importan- cia, cual es el saber si estas aparentes bévedas se han generado con verdadera intumescencia del terreno, 6 sison simplemente lugares de menor descenso reiativo en la superficie del globo. No es mi animo abordar el problema cuya dificultad no creo necesito encarecer, voy solo a limitarme 4 senalar algu- nos hechos que del estudio de la estructura de la Peninsula se desprenden, que tal vez puedan contribuir al conocimiento del fendmeno. De la disposicién de los depdsitos secundarios y terciarios en la Peninsula Ibérica, se deduce que la costa del mar tria- sico en Portugal no debe de haberse desviado en gran mane- ra de la actual, pues las masas triasicas bordean la costa des- de el S. de Oporto hasta el cabo de San Vicente 4 muy corta distancia de la actual. Desde este cabo la costa forma un angulo recto, angulo que forman también los depésitos del trias, y dirigiéndose al E. por la base de la actual Sierra Morena, se observa un hecho de la mayor importancia. Mientras los depésitos del trias en todo Portugal se elevan & muy pequena altura relativamente sobre el mar, desde el cabo San Vicente a los campos de Montiel, se observa que los depdsitos triadsicos, aunque escasamente trastornados, se van elevando gradualmente hasta alcanzar alturas de mas de 1.400 metros sobre el mar en la meseta central. 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) De lo expuesto se deduce que con toda probabilidad la parte de la actual meseta comprendida entre la costa de Portugal y los depésitos secundarios de Levante, formé durante la época triasica una gran isla 6 promontorio orientado casi de N. 48. y que se extendia cuando menos desde la actual Galicia al gran geosinclinal del Guadalquivir. Depositanse los sedimentos jurasicos 4 muy corta distancia de lo que fué costa triasica, cual si las variaciones de nivel durante esta época hubieran sido insignificantes, guardando la misma posicién relativa, permaneciendo los depdsitos de esta época & muy pequeha altura sobre el mar en la costa Occidental, y 4 mas de 1.300 m. en la meseta central. Viene la gran transgresion de la creta; penetran estos depo- sitos hasta lugares de nuestra Peninsula, en donde nunca pa- rece haber penetrado el mar tridsico, hecho que en mi juicio hace ver que el nivel relativo de mares y continentes varié poco durante toda la época secundaria. Se llega, por fin, al periodo terciario, y en este periodo vemos al mar eoceno abandonar por completo 4 la meseta central, quedando limitado 4 los bordes de la cordillera Can- tabrica, parte del valle del Ebro y Andalucia. Producese durante el mioceno un pequefio avance del mar hacia los bordes meridionales de la actual meseta, mientras toda ella se hallaba cubierta por los inmensos lagos de agua dulce, cuyos sedimentos forman hoy dia la parte mas impor- tante del pais. Como se ve, hasta el periodo terciario las variaciones entre el nivel del mar y la masa principal de la Peninsula, no son de gran cuantia; pero desde el final de este periodo los cam- bios son de verdadera importancia, cual si gran parte del es— fuerzo en el proceso de adaptacién se hubiera acumulado enun momento determinado. Prosigue desarrollandose la época terciaria, y hoy dia pue- de observarse la siguiente serie de hechos. Obsérvanse los depdsitos terciarios lacustres escasamente desviados de la horizontal en muchos sitios de la meseta cen- tral 4 mas de 1.300 m. sobre el mar. Desde aqui descienden lentamente 4 la costa del Océano en Portugal, y por una serie de escalones hasta el mar Medite- rraneo, y mientras las dislocaciones son apenas perceptibles (33) Macpherson.—DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 363 en la meseta central, en Portugal adquieren 4 veces energia suma. Si comparamos ahora la posicién que tenia el mar terciario cuando estos lagos existian en la meseta central, se observa- ran hechos de una gran elocuencia. Los depésitos terciarios miocenos de la loma de Chiclana, de entre Villanueva de la Fuente y Vianos, y de las cercanias de Almansa, estan comunmente horizontales, pero elevados de 1.000 4 1.100 m. sobre el mar, y todo hace presumir que el nivel de los lagos de agua dulce en aquella época no se sepa- raba en gran manera del entonces nivel del mar. Si nos fijamos en el valle del rio Guadalquivir, se observa- ran hechos que son también de la mayor importancia. Se ven, por ejemplo, los depdsitos terciarios miocenos esca- samente desviados de la horizontal en las cercanias de Baza y de Guadix, en Alhama y en la Serrania de Ronda, levanta- dos con frecuencia 4 alturas que oscilan de 1.000 4 1.100 m. Estudiada la disposicién de estos depdsitos, tanto en la par- te superior como en la inferior de este valle, se observan he- chos de un gran interés. En la mesa de Ronda se hallan estos terrenos casi horizon- tales, pero levantados 4 mas de 1.000 m. sobre el mar. Desde aqui el terciario desciende en todas direcciones hasta el nivel del mar hacia el S., permaneciendo siempre en la horizontal y por una serie de bruscos escalones, de los que pueden citarse las mesas de Villaverde, el Hacho de Alora, el de la Pizarra y los depdsitos de la costa; mientras que hacia el Norte pierde el terreno su horizontalidad , y describiendo una serie de pliegues mas 6 menos pronunciados llega hasta la vaguada del rio Guadalquivir. Para explicar la posicién relativa de los depdsitos miocenos entre si, puede suponerse que han sucedido dos cosas: 6 que los depésitos terciarios han sido levantados 4 la posicién que hoy ocupan, 6 que todo el terreno ha descendido en su de- rredor. | ; E Dada la posicijén relativa de los depésitos miocenos, lacus- tres y marinos, levantados & mas de 1.300 m. los primeros y a 1.100 los segundos. Dada la suave pendiente que toda la meseta espaniola tiene hacia el SSO., unido 4 las dislocaciones tan pronunciadas de 364 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) los depositos lacustres de Portugal, mientras que por Levante bajan los mismos terrenos al Mediterraneo por una serie de escalones, y teniendo en cuenta ademas que esa pendiente es la diferencia entre la altura actual de los depdésitos secunda- rios en la meseta central y en Portugal, me parece que pue- den mas bien explicarse los hechos suponiendo un descenso general en el terreno, Este descenso puede haber llegado & 1.100 m. en algunos sitios desde aquella época 4 nuestros dias, siendo los lugares en donde el terciario se encuentra & esas alturas aquellos en que el descenso ha sido relativamente minimo. Creo que concuerda esto m&s con los hechos observados, que no el suponer una serie de intumescencias parciales que hayan levantado los depdésitos terciarios con independencia unos de otros, pero dejandolos 4 todos en la horizontal y 4 tan considerable distancia unos de otros, 4 1.300 m. los lacustres y 21.100 los marinos, tanto en la Mancha como en Baza y en Guadix y en la Serrania de Ronda. No es esto negar en absoluto la posibilidad de estas intu- mescencias, pues ademas de las debidas directamente 4 la componente tangencial, al ocuparme del sentido inverso con que las dislocaciones tienden 4 inclinarse 4 ambos lados de la zona granitica, hice ver cbmo en esa zona tiene que resultar un minimo de resistencia en la superficie; y siendo esto asi, excusado me parece insistir en la manera, como en ciertos casos determinados puede producirse una intumescencia ver- dadera. ; Hemos comparado 4 grandes rasgos las formas exteriores de la Peninsula, con lo que puede considerarse lo fundamen- tal de su estructura intima; y en este examen pueden obser- varse coincidencias y relaciones numerosas y salientes. Se ha visto que el caracter distintivo de esta parte de la tie- rra, es el de estar atravesada por una serie de zonas de depre- sidn que se cruzan entre si, y que para cada dos zonas para- lelas de maximo descenso, corresponde un espacio en que el descenso puede considerarse como un minimo. Hemos visto que si se admite que el globo terrestre pierde calor en el espacio, y que la contraccién es mayor en la parte interna que en la externa del planeta, el problema orogénico queda entonces reducido para todas las partes de la tierra 4 (85) Macpherson.— DISLOCACIONES DE LA PENINSULA IBERICA. 365 conocer la manera cOmo una boveda caera, y se adaptara por su propio peso sobre un espacio de menores dimensiones. En este caso, la fuerza que la solicita tendra que descom- ponerse en una componente horizontal 6 tangencial que es- trujara y adaptara la béveda al espacio que la corresponda, y en otra radial que en. raz6n de la rotacién de la tierra, ten- dra & su vez, como hemos visto, que descomponerse en otras dos en la misma direccién, pero rectangulares entre si. Si estas zonas de depresién que surcan 4 la Peninsula pu- dieran ser consideradas como aquellos lugares de nuestro globo, en donde con mayor facilidad las partes superiores descienden sobre la masa interna que disminuye de volumen, entonces resultaria que la estructura de nuestra Peninsula seria sencillamente la necesaria consecuencia de esa manera de ejercerse la contraccién del esferdide terrestre. Admitiendo que estas zonas representan el esfuerzo radial en sus dos componentes rectangulares, no creo necesario insis- tir en la dependencia tan intima que resultaria entre esta ma- nera de contraerse la masa planetaria y las formas exteriores de su superficie que los agentes exteriores se encargaran & su vez de modelar en funcidn de la estructura interna. Pueden, pues, traducirse los hechos observados en nuestra Peninsula como expresién de una ley que para el caso mas general puede formularse de la siguiente manera diciendo: «Que cuando en un macizo en que el valor de ambos com- ponentes es igual, se experimenta un maximo de tension, se- glin una de estas componentes, el macizo se rompera en dos direcciones rectangulares entre si; pero cuando la componen- te transversal se haga predominante, entonces pueden ocurrir dos casos diferentes. . 7 Cuando se crucen entre si dos zonas de depresién en que la tensién sea un maximo, se generardé un maximo de depresién frente al cual se formaran los angulos salientes de las masas continentales. Pero en el caso en que la componente transversa se halle representada por una zona de resistencia maxima, entonces se formara un angulo entrante en las masas continentales, cuyo vértice estar&é opuesto 4 esta zona de resistencia ma- xima. En este segundo caso hay, 4 su vez, que distinguir el an- 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) culo entrante que se formaraé en la prolongacién de la zona de maxima tensidn que tendran las rocas mas superficiales situadas en la parte interna del mismo, de aquel que se ge- nerara en la prolongacién de la zona de maxima resistencia que las tendra, por el contrario, situadas en la parte exterior del mismo. LA SAL COMUN SU “PAPER EN “EL’ ORGANISMO DEL GLOBQ, POR DONS ALVAD OR. CA Lb EEO ne. (Seccion de Sevilla.—Sesion del 18 de Junio de 1888.) INTRODUCCION. El estudio puramente descriptivo de las especies inorgani- cas tal y como se presenta en las obras de mineralogia y como es dado realizarle mediante las colecciones, no es suficiente para proporcionar un conocimiento exacto y completo de ellas, en lo que tienen de factores de la vida del globo. A un observador superficial, ha dicho Tschermak, el mundo mine- ral le produciria la impresidn de una cosa eterna é invaria- ble; pero bastan algunas observaciones sobre las seudomor- fosis para reconocer la inestabilidad de semejantes cuerpos. Unos nacen y otros mueren, renovandose hasta el punto de que no podemos afirmar que se conozcan todas las especies minerales que han existido, ni es dado imaginar las que se crearan en lo sucesivo, siendo légico deducir que debe pro- ducirse una variedad creciente en la composicidén de la corte- za de nuestro planeta. «El incesante aumento de esta plura- lidad de formas puede representar la evolucién del reino mi- neral]» (1). A lenar el vacio sentido ya de una manera mas 6 menos (1) TscHERMAK. 7rat. di Mineralogia, parte general, pag. 276 ({rad. italiana). 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) clara por hombres eminentes, de una mineralogia viva y evo- lutiva, como necesario complemento de la actual, han aspi- rado diferentes expositores 6 investigadores habiles, reali- zando en verdad su cometido en importantes respectos, siem- pre con todo parciales, como Bischof y Sterry-Hunt en sus trabajos de quimica mineralégica; Sainte-Claire, Deville, Becquerel, Daubrée, Durocher, Margottet, Fouqué, Michel Lévy y otros, en sus reproducciones artificiales de los minera- les, y Roth y Daubrée en sus investigaciones de geologia di- namica. Mas resultados tan transcendentales no llegaran a formar cuerpo de doctrina y permaneceran dispersos, como monografias valiosisimas sin duda, hasta que se constituya de una vez, y con caracter bien definido, la mineralogia yeold- gica, tratando de las especies asunto de esta ciencia bajo el respecto de su funcién y evoluciones en el organismo te- rrestre. No abrigamos la vana presuncién de acometer tamana em- presa desde una poblacién alejada del gran movimiento cien- tifico, ni desconocemos nuestra insuficiencia para semejante obra; mas no por eso tenemos menos fe en la verdadera im- portancia del pensamiento que nos atrevemos 4 exponer aqui, y del que vamos 4 intentar una especie de capitulo, que ser- virAé como ejemplo del caracter que creemos deberia revestir esta nueva rama de la ciencia de la tierra. Como iniciacién de la serie de estudios que constituirian el contenido de la mineralogia geoldgica, hemos escogido el de la sal comuin, por cuanto este mineral es uno de los que me- jor se prestan 4 poner de relieve el objetivo y alcance de se- mejantes sintesis, siquiera se reduzcan 4 la mera agrupacién sistemdtica de multitud de hechos, en su mayoria conoci- dos ya, pero tratados con motivos diversos y en ciencias dis- tintas. La sal, por otra parte, es un cuerpo que ofrece importancia excepcional, tanto por su difusién en la naturaleza, en que solo el agua la supera, como por sus propiedades singulares y el papel universal que, merced 4 ellas, le toca llenar. Es, ade- mas, la sustancia soluble directamente por excelencia; y es claro que, uniéndose al agente primordial de la vida del glo- bo, asi en su exterior como en sus entrafias, es decir, al agua, comparte con ella una alta participacién en los procesos geo- (3) Calderon.— LA SAL COMUN. 369 Idgicos. Emigrando incesantemente, ora disolviéndose, ora precipitandose, lleva consigo un depdésito de energias que se manifiestan por doquiera, al mismo tiempo que es descom- puesta en unos sitios y creada en otros, en ese proteismo in- agotable de la vida. Sirve ademas la sal de mediador indis- pensable entre los mundos organico é inorgaénico, como lo muestran las faunas y floras marinas y el hombre mismo, que la necesita de tal modo para el cumplimiento de sus funcio- nes, que no puede vivir sin tomarla, en términos que la dis- tribucién misma de los primitivos pueblos ha dependido en gran parte de la abundancia 6 escasez del cloruro de sodio en los diversos parajes. Mas no debera limitarse este linaje de investigaciones a la sal y 4 otros minerales cuya multiplicidad de funciones apa- rece tan manifiesta, pues el estudio de todos ellos, tanto en si como en sus relaciones con los restantes, ha de ofrecer vasto campo 4 las sintesis geolégicas mas transcendentales y acla- rar no pocos puntos que atin vagan en sensible confusidn. Tal creemos haber demostrado, en parte al menos, por lo que se refiere al oro en un precedente ensayo (1). Alli nos esforzamos en probar que las supuestas @nomalias del precioso metal no existen en realidad, y que todas las circunstancias notadas hasta aqui en punto 4 sus yacimientos y maneras de presen- tarse no son contradictorias, y si la consecuencia natural de sus propiedades fisicas y quimicas. Mas conviene notar bien que si las investigaciones mine- ralogico-geologicas 4 que aludimos han de producir frutos nuevos, es preciso pedir constantemente luces a las demas ciencias hermanas, la fisica, la quimica, la biologia, tomando de ellas, no solo infinidad de datos que pueden proporcionar- la, enriqueciendo su contenido, sino inspirandose en su espi- ritu sintético y en su marcha experimental. De esta suerte, la nueva Ciencia presupone el conocimiento de todas las demas que al globo se refieren, y es evidente, y asi lo mostrara el estudio que vamos 4 emprender, que con ocasién de cada mo- nografia mineraldégica se ofreceran relaciones con la geologia entera, al modo como Huxiey, haciendo la historia del cangre- (1) La sierra de Penafior y sus yacimientos auriferos.— ANAL. DE LA Soc. ESP DE Hist. NAtT., t. xv.—1886. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) jo, ha presentado un tratado de zoologia, completo en cuanto se refiere 4 todos los grandes lineamientos de la ciencia de los animales. Hechas estas consideraciones preliminares, que hemos crei- do necesarias para poner de relieve la indole y objeto del pre- .sente ensayo, entraremos desde luego en materia, exponiendo en capitulos sucesivos los caracteres, yacimiento, origen y funciones de la sal comtin, como resultados de las mismas causas, que son las propiedades generales del cuerpo, produ- ciéndose bajo aspectos distintos en cada caso al entrar en jue- zo con los demas factores de la vida del globo. I. CARACTERES MINERALOGICOS. La sal comun se presenta en la naturaleza esparcida con incomparable prodigalidad, ora disuelta en las aguas, ora en forma pétrea, sola 6 dispersa entre otras rocas. En el primer estado, que es como se la reconoce en los mares, lagos, ma- nantiales, pozos y arroyos salados, la estudiaremos en el si- guiente capitulo, limitandonos ahora al primero, en el que constituye un mineral, y hasta una verdadera roca, cuando llega & adquirir dimensiones grandes en sus yacimientos. En su estado de pureza es una sustancia incolora, un agre- gado de cristales transparentes 6 traslicidos; pero casi siem- pre esta mezclada con sustancias que la impurifican y la prestan colores accidentales. Asi el hierro, aunque se inter- ponga en pequena cantidad, basta para tenirla de rojo, el cloruro de cobre de verde 6 de azul, el bettin de gris 6 de azu- lado, si bien esto ultimo es raro, y se conocen variedades ana- ranjadas, debidas 4 la interposicién de innumerables proto- zoos. Existe también una sal de un color azul celeste, sobre el que se ha hablado mucho, y que parece proceder de la mezcla de sustancias organicas; se presenta en nubes dispersas en algunos ejemplares incoloros de Wieliczka, de Hallstad y de Villarrubia de Santiago, al decir del Sr. Vilanova. Los cristales de sal son teserales, casi siempre clibicos y rara vez cubo-octaedros, En Hall (Tirol) se hallan algunas ve- (5) Calder6n.—LA SAL COMUN. 371 ces bellisimas combinaciones de ambas formas en drusas y otras agrupaciones; pero en la Naturaleza no se conocen mas variedades cristalograficas de este cuerpo que las expues- tas (1). El Sr. Ben-Saude (2) ha observado que los cristales de sal gema producidos artificialmente presentan 4 veces fendmenos épticos anormales. En algunos cristales aplastados, la cara del cubo se divide en cuatro sectores, lo que haria creer que con- sistieran en una agrupacidn seudo-cutbica, si no hubiese de- mostrado el mismo mineralogista que, 4 pesar de su birefrin- gencia, deben referirse al sistema regular. En efecto, segun se haga cristalizar este cloruro mediante una capa delgada de disolucién 6 una mas gruesa, se obtienen en el primer caso cristales 6pticamente anormales y absolutamente isdétropos en el segundo, lo que prueba que la birefringencia depende de la rapidez de la cristalizacién, y, en Ultimo término, que la polarizacién cromatica de ciertos ejemplares es debida a la existencia de numerosas ioclusiones liquidas alargadas, tubu- lares y dispuestas paralelamente 4 las aristas del cubo. Todos los demas caracteres referentes 4 la disposicién mo- lecular comprueban también el predominio de la forma cubi- ca de la sal. Asi la esfoliacién es siempre exaédrica, la percu- sidn de las caras marca dos lineas diagonales paralelas 4 la cara IIO, y las figuras de corrosién producen una excavacién como en peldafos paralelos 4 las caras, siendo muy frecuente en la sal gema granuda contener cavidades en forma de cris- tales negativos. Kn ocasiones estos huecos son algwin tanto voluminosos y rellenandose de otras sustancias como la caliza, en Wesser, 6 la arenisca, en Esslinger y Stuttgart por ejemplo, producen esas curiosas seudomorfosis que quedan libres cuando el agua disuelve la sal que las contiene, de las cuales tendre- mos ocasién de hablar mas adelante. Otro fendmeno de este género explica la existencia del yeso afectando la forma habi- tual del cloruro de sodio. La cristalizacién artificial da la razén de por qué en la natu- (1) Knop ha obtenido el cloruro de sodio en forma de octaedros regulares, evapo- rando lentamente una disolucién de sal en la orina. (2) Bull. dela Soc minér. de France, t. y1.—1883. 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6} raleza se presenta el mineral que nos ocupa perfectamente cristalizado en unos casos y en agrupaciones menos definidas en otros. Se ha comprobado que para obtener individuos de forma acabada y notables dimensiones hay que emplear una lenta evaporacién de la solucién salina y realizada en frio; en las condiciones contrarias no se producen cristales limpios, sino agregados en tremias escalonadas y en agrupacionés mas 6 menos bellas, como las que resultan en las salinas donde se favorece la separacion de la sal con el auxilio de una temperatura elevada. Por lo que 4 los caracteres épticos de la sal se refiere, poco de notable tenemos que resumir: la refraccién no es en ella muy fuerte; el lustre, en cambio, se distingue por ser muy vitreo para una sustancia salina, sobre todo en las fracturas frescas y la raya es decididamente blanca. Es sabido también que la dureza es 2 y el peso especifico 2,1 & 2,2. Una singularidad ofrece el cloruro de sodio muy digna de notarse y es la de ser el cuerpo mas transparente para el calor que existe; y con la circunstancia, ya dada 4 conocer por Me- lloni, de poseer esta propiedad en el mismo grado 4 todas las temperaturas. Iin esto se fundan las aplicaciones de las lentes de sal gema en las investigaciones fisicas referentes 4 los procesos de la luz y del calor y que no hay para qué recordar aqui (1). Esta curiosa é interesantisima propiedad debe ejer- cer, sin embargo, escasa influencia en los procesos geolégi- cos, por cuanto sus disoluciones ya no gozan de aquel poder y el mismo mineral al cubrirse su superficie de una capa de vapor de agua 6 del que fija por delicuescencia, pierde la trans- parencia para el calor hasta que se la deseca cuidadosamente. La sal, como es sabido de todos, es, bajo el punto de vista quimico, un cloruro de sodio, entrando sus dos componentes en la proporcién de 39,3 de sodio por 60,7 de cloro. Pero en la Naturaleza solo por rara excepcidn se presenta el mineral con la pureza que indica la formula, sino que integran en su constitucién otros cloruros y sulfatos en variable proporcién, siquiera sea pequena. Los siguientes cuadros, que reproduci- mos del Diccionario de Watts, dan la composicién de algunas. de las sales de cocina mas afamadas: (1) Véase TynpDALL: Za chaleur. Edicion francesa, traduccion de Moigno, cap. 1x. (1) Calderon.—LA SAL COMUN. 373 | Wistzekatie |S Hall, . | Hatlettate la vies eaden. ‘|| Cloruro de sodio. ..| 100,00 99,85 99,43 98,14 99,30 -- potasio.. > indicios. | indicios. | indicios. > — calcio... » | indicios. 0,25 > > ; — magnesio| indicios. 0,15 0,12 > » Sulfato de calcio... » | > 0,20 1,86 0,50 Oxidos de hierro, ar- | cillaxete.s A ae » » > » | 0,20 100,00 100,00 100,00 100,00 | 100,00 ARGELIA. —<—$—— Djébel BORING EN STASSFURT. tea as : marak Ouled. | Kobbah . ‘ \Cloruro de sodio... 97,00} 98,89 | 72,16 | 94,57 | 25,09] 98,30] 98,55 i — calcio... > » 1,65 > > > 0,99 — magnesio| » 1,11] 5,57] 0,97 > 0,05| 0,02 | Sulfato de sodio.... » > > > 1,57 > > — ' ealcio...| 3,00| » |-10,72] 0,89] 1,23] 1,65| 0,44 — magnesio > > 2,06 » 42,07 > > Carbonato de calcio. » > 3,71 > > > > — magnesio| —» » 2,89 214 > > > Arcilla, oxido de CERO, CbC ers ae > > 1,24] 3,25] 1,83 » > > » > 0,22 | 28,21 > > 100,00 | 100,00 |100,00 {100,00 | 100,00 }100,00 |100,00 Como lo indica la formula, los cristales de sal gema son anhidros, siendo puramente de interposicién el agua que en- cierran, por mas que se halle como un acompafnante de ella de tal modo constante, que no pueda prescindirse de tomarla en cuenta al estudiar semejante mineral. En efecto, siempre que se calienta y evapora a la temperatura ordinaria una di- solucién de cloruro de sodio, este se deposita con agua de cris- talizacién, como lo hacen también otros compuestos; pero si la experiencia se practica 4 10° C., se forman entonces cristales monoclinicos, consistentes segin Mitscherlich, en grandes 374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) prismas limpios de hidrohalita, cuya composicién expresa la formula Na Cl-+ 2H, 0, es decir, una sal hidratada, mas tan poco estable, que sus cristales 4 una temperatura un poco su- perior a 10°, pierden el agua y se transforman en masas de pequenios cubos de sal comun. Distinguese el cuerpo en cuestién, por su solubilidad en el agua, la cual es aproximadamente igual en frio que en ca- liente, como lo demostré ya Gay-Lussac, segun el cual una parte de sal se disuelve en 2,78 de agua 4 14°, en 2,70 4 60° y en 2,48 4 109°. Esta propiedad juega importante papel en los procesos geologicos del mineral, el cual comparte con el yeso la originalidad de ser los inicos de que se conocen soluciones saturadas en la naturaleza. Otros dos caracteres ligados con la solubilidad son el sabor y la delicuescencia. El primero es salado puro y agradable en los ejemplares no mezclados con otros cuerpos. La delicuescen- cia es lenta en el aire htimedo, pero solo existe en el cloruro de sodio hasta un cierto grado, muy inferior al de los cloruros de calcio y de magnesio, los cuales al mezclarse con el primero la hacen tanto mas delicuescente, cuanto mayor es la cantidad por que entran; asi es que la sal comuin abandonada al aire se va purificando por su accién de los otros cloruros, y volvién- dose menos sensible & la humedad atmosférica, lo cual se pone en practica ventajosamente en la industria para mejorar la sal, principalmente la extraida del agua del mar. La pro- cedente de cantera, que se halla muchisimo mas pura que esta ultima, es por lo mismo menos eflorescente que ella, y bien lo prueba lo lento de la erosién de la montana salina de Car- dona, no obstante estar expuesta 4 la accién de la lluvia. En Salzburgo se distingue la sal en ciertos puntos por su seque- dad y extremada consistencia, existiendo en sus minas béove- das tan sdlidas, que hay en ellas camaras inmensas cuyos techos se sostienen sin necesidad de pilares. 7 Cuando se calienta bruscamente la sal gema 6 se la echa sobre las ascuas decrepita con violencia, merced al agua de interposiciédn que contiene entre sus cristales, como hemos dicho. Aplicando la temperatura mas lentamente y elevandola al rojo, se funde volviendo 4 recobrar su aspecto de masa cris- talina, si entonces se la enfria; si, al contrario, se sigue su- biendo la temperatura, se volatiliza, analogamente, aunque mo) Calderén.—La saL COMUN. 375 en menor escala, 4 lo que sucede en tales condiciones al clo- ruro de potasio. Recordamos, 4 propdsito de esto, que los inge- nieros Hargreaves y Robinson, directores de la gran fabrica de productos quimicos de Widnes en Inglaterra, han resuelto el importante problema industrial para la fabricacién de la sosa, de convertir la sal en una masa 4 la vez dura y resistente, y sin embargo muy porosa. A este efecto la mojan con una cantidad no muy grande de agua y la extienden en seguida sobre planchas de hierro ligeramente calentadas por debajo, de modo que obtienen una desecacién muy lenta, y sin em- bargo completa, sin decrepitacién ni proyeccion. Se encuentra la sal de muchos modos en la naturaleza. En su forma mas franca y genuina es un agregado cristalino, que se deshace en cubos por la percusién; pero en otras ocasiones afecta toda clase de estructuras, aun en un mismo yacimiento, presentandose granuda, fibrosa 6 pizarrosa. Cuando en un depdsito salifero el agua se ha podido ir infiltrando, ha aca- bado por producir drusas blancas 6 hialinas, constituir costras 6 estalactitas 6, en fin, dar lugar 4 eflorescencias de indi vi- duos capilares. Hallase este mineral en grandes masas rocosas 6 reducida 4 capitas interpuéstas entre otros materiales 6 cris- tales dispersos, como ocurre en la arcillay el fango de los lagos salados; es decir, que se acomoda a una pluralidad de formas y es capaz de presentarse de las mas inesperadas ma- neras, de las que nos ocuparemos después en particular. Su prodigiosa difusion en el globo explica, en unidn con sus pro- piedades fisicas, este singular polimorfismo. La diferencia de aspecto que ofrece la sal cuando se halla en forma de agregado cristalino en las antiguas canteras, con respecto a las variedades pulverulentas, ha llamado siempre la atencién del vulgo como de los naturalistas. En espafiol distinguimos con dictados especiales la sal piedra 6 sal gema y la sal marina 6 salmara, que es la que decrepita con mas energia cuando se la echa sobre las ascuas. La primera, en cambio, se distingue por su pureza y estado pétreo y cristalino recién sacada de la cantera. Todavia se denomina con nombre particular, el de sal de espuma 4 esa variedad pura y ligera que se obtiene mediante decantaciones y soluciones repetidas. Mas adelante hemos de ver que las variedades de la sal, que difieren por su estructura, como la marcadamente gra- 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) nudo-cristalina de los antiguos yacimientos, en contraposi- cidn a la porosa y pulverulenta, que se posa en el fondo de los actuales lagos y charcos salados, no indican, como en algin tiempo se pensara, causas esencialmente distintas de formacién de unas y otras. En efecto, como lo ha probado Zirkel (1), la sal y el yeso sufren un cambio molecular por la accién del tiempo, en cuya virtud, la segunda, puede llegar & adquirir hasta el grano grueso que caracteriza 4 ciertas can- teras. Msta modificacién se ha reproducido artificialmente hu- medeciendo polvo de sal comin con agua que llevaba en disolucién otras sales, y dejandola abandonada durante mu- cho tiempo. Las mezclas de otros cuerpos con el que nos ocupa ofrecen un interés particular bajo el respecto geolégico, como dire- mos oportunamente, limitandonos por ahora 4 notar que a ellas se deben variedades de sal distintas en unos casos por el grado de delicuescencia, por el sabor y por las coloraciones en otros. Hemos intentado ofrecer una clasificaciOn sistemati- ca de los minerales que se presentan asociados 4 la sal, y creemos que en el estado actual de la ciencia es forzoso renunciar a4 semejante tarea, que no podria dar de si mas que resultados provisionales, merced 4 las deficiencias que por todas partes rodean atin 4 la mineralogia geoldgica. Asi es que entre estas asociaciones unas son la consecuencia clara y evidente de una comunidad de origen, al paso que en otras la razon de las concomitancias observadas, nos son de todo punto desconocidas. Nos limitaremos, pues, & mencionarlas, sin otro criterio que el de su mayor 6 menor constancia. | En la proximidad de las rocas ofiticas se presenta con ca- racter metamorfico un conjunto de minerales con notable cons- tancia, sobre todo en Espana, entre los que figura en no pe- quena parte la sal comun. Los trabajos de Macpherson, Qui- roga, Adan de Yarza y otros sobre las regiones ofiticas de Espana (2), y los de M. Choffat sobre las de Portugal comprue- ban repetidamente estas conexiones. El yeso en grandisimas formaciones, el cuarzo principalmente en cristales de Jacin- (1) Lehrb. d. Petrogr., t. 1. (2) CaLpERON: L’Ophite d’Lspagne.— «Archiv. des scienc. phys. et nat. de Genéve», tomo LXxrv, 1878. (11) Calderén.—LA SAL COMUN. 377 tos de Compostela, y de cuarzo ahumado, alguna vez en rino- nes de silex verde, como los cita Kilian (1), de la provincia de Granada (2), el aragonito, la dolomia, son los compameros del cloruro de sodio en todas las regiones de estos apuntamientos de roca eruptiva en nuestro pais, y, al parecer, en no pocas analogas fuera de él. El azufre, los betunes y el petréleo tam- bién se asocian 4 la sal comun, particularmente en las salzas 6 volcanes fangosos de América y aun de Espafia, como acon- tece en Mordén y en la provincia de Alava, dando una prueba & nuestro juicio de gran valor, de que el ofitismo y los volca- nes barrosos no son mas que dos formas de un mismo fend- meno, segun trataremos de demostrar en un trabajo especial. De todos modos es un hecho cierto, aunque muy oscuro y harto poco estudiado, la frecuente asociaciOn de la materia organica y de los productos que de ella derivan con los yaci- mientos clorurados, no siendo raro que los depésitos de sal gema den frecuentemente salida 4 exhalaciones de carburos de hidrédgeno, en ocasiones capaces de servir para el alum- brado de los fosos en que se explotan, cual ocurre en Szlatina, en Hungria. En Stassfurt y sobre todo en Wieliczka, hay una variedad denominada spisa, en este segundo punto, notable por contener vesiculas que encierran gases condensados bajo una fuerte presidn, que son hidrdgeno carbonado, dxido de carbono y acido carbonico. Cuando se disuelve la sal, estos ga- ses se escapan Violentamente, produciendo detonaciones, por lo cual se llama a esta variedad decrepitante. Es curioso el hecho de que el gas inflamable desprendido en la salina de Gottes- gabe (principado del Rhin), sirve para el caldeado de la mis- ma, y en China hay salinas en que se utiliza dicho gas para la evaporacion de la salmuera. El bromo (3), el iodo y hasta el cobre (Salzburgo), se mez- clan también al cloruro de sodio algunas veces, dando lugar a variedades. Componen otro grupo las sales que uniéndose, no ya como (1) Valleés tiphoniques de Portugal.—«Bull. de la Soc. Géol. de France», t. x, 1882. (2) Posicion de algunas ofitas en el N. dela provincia de Granada.—«Bol. de la Com. del Mapa geol.», t. x1z, 1885. (3) Terriel ha llamado la atencién sobre la enorme cantidad de bromuros que con- tienen algunas sales asfalticas, contribuyendo 4 su salazon. El cloruro de magnesio es notable en este respecto. 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) acompanantes, sino intima y uniformemente mezclados con la gema, se encuentran en las formaciones saliferas debidas 4 antiguos lagos 6 fondos de mar. Entre estas mencionaremos: la glauberita 6 polihalita (2 Ca SO, + 2 Mg SO, + K, SO, -+- H, O), que se asocia en ocasiones con el mineral que nos ocupa y suele dominar en ciertos horizontes de Stassfurt y otros yacimientos, como en Vich, en Cataluna, Villarubia, Toledo, entre las arcillas de Chinchoén y Cien-pozuelos, etc.; la la kieserita (Mg SO, +H, 0), que aunque mas rara que la an- terior, abunda también en Stassfurt (donde hay una variedad especial), y en Hallstadt segiin Posepny (1); la carnallita (K Cl-+- Mg Cl, +6 H, 0), mezclada con las sales pardas y rojas de Stassfurt, y que al decir de Liebig, puede obtenerse directamente por evaporacién del agua del mar; la silvina (K Cl), la tachidrita (2 Mg Cl, + Cl, + 12 H, O), la kainita (MgSO, + Cl-+ 3 H, O) la schénita (K, SO,-+- Mg SO, + 6 H, O), y la boracita (2 Mg, B, O, + Mg Cl,). La sal suele contener con mas frecuencia que las burbujas gaseosas antes mencionadas, inclusiones liquidas, tanto me: gascépicas como microscépicas, que encierran una disolucion de cloruro de sodio y en ocasiones ademas hidrégeno carbo- nado, no siendo raro que la forma de la inclusidn sea perfec- tamente cubica. Dejando para mas tarde la cuestiédn de la importancia de semejantes particularidades en el esclarecimiento de los con- fusos problemas que se ligan con el origen de la sal comun, notaremos por ahora, solo de paso, lo mucho que la minera- logia geolégica puede prometerse de la aplicacién del micros- copio 4 las investigaciones del génesis de los materiales te- rrestres. Esos gases 6 vapores encerrados en cavidades solo perceptibles con las grandes ampliaciones y esas diminutas burbujas animadas de continua trepidacion, son restos de las pasadas actividades productoras del estado actual de los mine- rales y las rocas, que albergados en el tejido pétreo, han de revelar al naturalista todas las evoluciones que este ha su- frido. La sal gema 4 su vez, constituye inclusiones en otras sales, como en la silvina de Stassfurt, en cuyo seno aparece en gra- (1) Jahrb. d. geol. Reichsanst.; t. xx, p. 347. (13) Calderén.— LA SAL COMUN. 79 nulaciones azules, y en rocas reputadas como de origen erup- tivo. Las hemos citado de la ofita de Molledo (1), y se conocen también otras rocas en cuyos poros se han comprobado solu- ciones de esta sustancia y cubitos que se mueven merced & burbujas, lo que indica que estan libres en la solucién madre. Esto ocurre en el porfido felsitico de Arran, en la zircosienita de Laurvig y en el cuarzo del granito de Johanngeorgenstadt citados por Credner (2). If. YACIMIENTO. Hemos dicho que solo el agua supera a la sal comun en punto 4 la difusidn extensiva que en la naturaleza ofrece. Existe lbremente en la atmdsfera, segtin lo ha probado el analisis espectral ya desde sus fundadores Kirchoff y Bunsen, lo que explica que el agua de lluvia la contenga en cantidad apreciable, como lo saben muy bien los fotdgrafos; se encuen- tra en proporciones variables en todas las aguas, incluso las reputadas como mas dulces, y se presenta en el seno de toda clase de rocas, aunque solo sea en pequefia cantidad. Strube ha conseguido demostrarlo tratandose de las plutonicas y cris- talinas, sometiéndolas 4 un tratamiento de agua cargada de acido carbénico. En los mismos campos de hielo del N. existen formaciones salinas, llamadas alli vasso/s, y no pocos volcanes, entre ellos el Vesubio, el Etna y el Hecla, después de sus erup- ciones aparecen como nevados, merced a depositarse en sus laderas una capita de sal, que no tarda en ser arrastrada por los agentes atmosféricos. Dificil tarea es la de exponer de una manera completa y metddica 4 la par la pluralidad de yacimientos y medios en que se halla tan importante sustancia mineral; hasta el punto de que no conocemos trabajo alguno de recopilacién de seme- jante asunto, que vamos 4 ensayar, siquiera no se nos oculten. las deficiencias en que hemos de incurrir forzosamente. (1) CaLDERON ¥ QuriRoGA: Hrupe. ofitic. de Molledo.—ANAL. DE LA. Soc. Esp. DE Hist. Nat., t. 1v, 1877. (2) Tvraité de géol. et paléontol. Paris, 1879, p. 36. 38) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Kl mas importante y general yacimiento de la sal es el mar. Los primeros quimicos que estudiaron 4 fondo la composi- cidn de las aguas marinas determinaron la presencia en ellas de 29 elementos 6 cuerpos simples, aunque en diversas pro- porciones (1) y distinguiéndose el cloro, el calcio, el potasio, el magnesio y el sodio que entran en un 3,21] 43,84 por 100 en dicha agua, con predominio del cloruro de sodio. La compo- sicidn media calculada por Forchammer da: Cloruro sadico,. 7... = «=< Saree cote cis 78,32 °/ == | *POLARICOl ss « < ore apo ooGodC 1,69 — magnésico...... Sipe actees Oo O44 Sulfato de magnesia..........0 200. 6,40 —> de Galcid. FHS. 1248 KLIS Se 3,94 Carbonatos y otras sustancias...... 0,21 Comparando esta composicidn con la de las aguas de los continentes, sorprende la gran diferencia que existe entre ambas, siendo asi que el Océano es el receptaculo comun de todas las sales sustraidas 4 las tierras por las lluvias y arras- tradas por los rios. En efecto, mientras un litro de agua del Sena contiene en disolucidn 0,24 gramos de sales, otro litro del agua del mar encierra, por lo menos, 32 gramos. For- chammer pone en parangoén las aguas dulces y saladas Doe medio del cuadro siguiente: Aguaderio. Agua de mar. CATIODATOSsE ee decile tee ate . 60,1 °/, 0,21 °/, Sulfatost! SGen i ehestis 9,9 10,34 Cloruros..... Ho Cate Aa ee 5,2 89,45 OtLas SUSTANCIASS 6:6 +... « ¢ 24,8 Dejando para su lugar el ocuparnos de esta aparente para- doja, notaremos por ahora que la proporcidn de partes salinas del agua de los mares no es, como lo creyeron los primeros qui- micos que iniciaron estas cuestiones, ni la misma para todos aquellos, ni constante en el transcurso de los tiempos. Segun (1) Los trabajos de Forchammer /Phil. Trans., t. cLv), sobre las aguas de los mares y las cenizas de los vegetales que en ellos viven, ha ampliado esta lista hasta 31 ele- mentos. Hoy no es aventurado suponer que en el mar existan todos los cuerpos que forman parte del globo, idea emitida ya por algunos fildsofos y que halla cada dia nueyas comprobaciones. (15) . Galderon.— LA SAL CoMUN. 389 los analisis mas exactos, el Atlantico arroja un total de 32 a 38 gramos de sales por litro; el Pacifico de 32 4 34, y el Medi- terraneo 38,6, seguin Usiglio; se sabe asimismo que las masas liquidas mas préximas 4 los polos 6 cercadas por tierras en cuencas relativamente pequenas estan diversamente minera- lizadas; asi el mar Negro contiene 18 gramos de partes fijas por litro; el Baltico de 5 418; el mar de Azof 12, y el Caspio unos 6 (1). Estas diferencias dependen de la evaporacién mas rapida en el ecuador que en las demas zonas, de las corrientes marinas y del aflujo de los rios de caudal mas 6 menos grande. Las mismas causas determinan que el agua de las costas y la recogida 4 algunas millas de ella, difieran notablemente aun en el mismo mar; la primera, segun Davy, es proporcional- mente mas rica en carbonatos de cal y de magnesio, al paso que la segunda lo es en elementos salinos y su composicién general ofrece mayor constancia. También esta hoy averiguado que en los mares interiores la salazon debe aumentar 6 disminuir en periodos de tiempo bastante largos, segun sea mayor 6 menor la proporcién de agua dulce recibida, relativamente 4 la perdida por evapora- cidn. Esto sucede en el mar Negro, en el Mediterraneo y en el Baltico, donde el supuesto levantamiento gradual de sus cos- tas, tan repetido por muchos gedlogos, no es mas que una apariencia debida al descenso del nivel del mar en periodos en que el caudal de aguas metedricas de su cuenca disminuye. En el Mediterraneo, por ejemplo, la proporcién de sal comtin es mayor que en el Océano, creciendo desde Creta 4 la costa africana, porque los rios comprendidos del Bésforo 4 Gibral- tar no aportan un caudal suficiente para compensar la canti- dad de agua evaporada; esta se va acumulando, por tanto, en ese fondo de embudo que ofrece dicho mar en su base, donde se encuentra la zona de mayor salazon. También aumenta la concentracién en el Baltico hacia el N., lo que prueba el des- censo de sus aguas, que hizo creer errdéneamente en el alza- miento de sus costas, como lo ha probado con tanto acierto el eminente profesor Suess, el principe de los orogenistas (2). (1) Para la composici6n de las aguas de distintos mares puede consultarse el Dic- cionario de Quimica de Wurtz (pag. 1.210). f (2) Sitzungb. der mathem.-naturwischens. Akad. in Wien. 1887. 382 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Mas no hace 4 nuestro propdésito el entrar aqui 4 debatir tan importante cuestién, ni consentirian los limites de una mono- grafia del caracter de la presente desarrollar los multiples asuntos que con ella pueden relacionarse. Limitandonos al nuestro, diremos solamente que la proporcién de partes sali- nas contenidas en el agua de los mares es sumamente varia- ble, pero que siempre predomina entre ellas el cloruro de so- dio. De 150 gramos de dichas sales mas de 125 son de sal co- mtin, aun prescindiendo de los casos en que excede 4 esta cifra. En ninguno, sin embargo, llega la saturacién hasta el punto de poder depositar este cuerpo; pues si bien forma a veces débiles capitas en las playas que la ola baila 4 menu- do, esto depende de causas locales, que desde luego se com- prenden. Al predominio del cloruro de sodio deben los mares su sa- bor salado caracteristico. Le siguen en importancia el cloruro magnésico y el sulfato de la misma base, que las comunican su gusto amargo. Respecto a las restantes sales nos referimos al analisis de Forchammer anteriormente citado. Existen algunos mares que son mas bien en realidad vastos lagos interiores, cuyo estudio debe hacerse separadamente; y es claro que, no pudiendo entrar aqui en el examen especial de cada uno de ellos, nos hemos de limitar al de los mas im- portantes en el respecto geoldgico. Entre ellos figura en pri- mera linea el mar Muerto, cuyo nivel se halla 4 390 m. bajo el del Mediterraneo. Llama la atencién en la composicién de dicho mar el pre- dominio de sales solubles entre el total de 24,5 por 100 que contiene (1), de donde deducia Usiglio que ha debido deposi- tar anteriormente potentes capas de sal y kieserita, lo cual conviene con la extrafla preponderancia del cloruro magné- sico sobre el de sodio, & pesar de recibir del Jordan mayor proporcidn del segundo que del primero. Es notable también la escasez de carbonato de cal en dicho mar, no obstante de (1) Boussingault primero, y Gmelin después, han analizado las aguas del mar Muerto; segiin el segundo, la proporcidn es la siguiente: Mg: Clonee occa cece 11,778 (17) Calder6n.—LA SAL COMUN. 383 serle transportado de las montanas proéximas, indicando. todo esto que en su fondo se esta verificando un trabajo activo de sedimentacién. Se ha examinado el fango. que deposita y notado su abundancia en cristales de sal y yeso, sal que se reputa como cretacea, aunque esto no se halla todavia bien probado. Ello es que 4 unos 100 m. de la orilla hay montafas de unos 30440 m. de altura, constituidas por sal gema cu- bierta por calizas y margas. Ehremberg era de opinién de que este mar fuera en otro tiempo un lago de agua dulce 6 mejor salobre, fundandose en la naturaleza lacustre de los fésiles que hay en su fondo. En cambio Rosseger supone que estuvo en comunicacién con el mar Rojo, y que fué separado de él merced al levantamiento de un istmo intermedio; considerando asi su contenido liqui- do como un agua madre, se explica la gran proporcién de bromuro de magnesio que entra en su composicién; y en cuanto al hallazgo de formas lacustres, cree que no invalida el que existan otros organismos marinos anteriores, por mas que hoy estén cubiertos por los sedimentos mas superficiales que encierran aquellas. Kn general el continente constituido por la Europa y el Asia (la Eurasia) es el que ofrece las mayores elevaciones del mun- do, y por lo mismo las depresiones tambien mas considerables, las cuales, sirviendo de cuencas dilatadas, han dado origen & sus notables y numerosos lagos salados. Entre ellas merece especial mencién la vasta masa de agua llamada mar Caspio, que cubre una superficie casi igual 4 la de toda la Francia; su nivel es inferior en 24 m. al del mar Negro, y su lecho esta mas de 1.000 m. bajo el del Océano. | Fuera de estos, los lagos mas importantes son los del go- bierno de Astrakan en Rusia, diseminados en ntiimero de unos 2.000 en sus estepas. Esta regidn, que confina con el Caspio, es indudablemente un antiguo fondo de mar que contiene las sales habituales en sus aguas madres, viéndose continuar este proceso de formacién en sus costas, donde se siguen origi- nando nuevos lagos salados por aislamiento de brazos de mar. En todos ellos el cloruro de magnesio entra en una gran pro- porcién, y el de sodio impuro que depositan en su fondo y bordes es objeto de especulacién lucrativa, mas por la canti- dad que por la calidad del producto. 384 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) El vastisimo lago de Elton alcanza una superficie de 250 km.? y como el de Bogdo, esta situado en una dilatada estepa entre el Ural y el Volga, donde se eleva una montana salifera. Sus aguas, que son una disolucién concentrada de cloruro de so- dio, depositan anualmente una ligera capa de yeso y otra mas eruesa de sal gema en forma de banco sdlido. Como acompa- fan al cloruro mencionado el de magnesio y potasio y el sul- fato de sosa, se precipita también en invierno un poco de sal amarga, que al verano siguiente es redisuelta. La produccién anual de sal de este admirable reservorio es de cerca de un millon de quintales, extendiéndose dicho cuerpo en forma de depdsito con interestratificaciones de arcilla todo en torno de él: Citaremos la Persia entera como regién sembrada de lagos salados, entre ellos el de Urmiah, y el pais de Kirghiz y la Crimea por poseerlos también considerables, y algunos cuyas aguas alcanzan de 13 4 24 por 100 de cloruro de sodio. Todos estos grandes lagos reciben arroyos y rios continen- tales que en ellos desaguan, sin ira parar al gran Océano. Asi en el mar Muerto desemboca el Jordan, en el Caspio el Ural y el Volga, en el lago de Aral el Oxus y el Sir-Daria, que bajan de la alta meseta de Palmir, en el Asia central. Como ellos & su vez no pierden liquido mas que por evaporacion, las materias solubles que les acarrean sus afluentes, recogidas en toda la extensién de sus cuencas, se van acumulando en las aguas de dichos lagos. Los hay que no precipitan cloruro de sodio sino carnalita, como ocurre en muchos de Persia; pero por regla general el predominio del primero sobre las demas sales es considerable, hasta que una separacién conti- nuada de la que se deposita y las que permanecen por ser mas solubles, cambien el agua en una legia madre concentrada. También se conocen lagos salados en el Africa septentrio- nal, y en América el Gran Lago Salado en el Utah, mas otros menores que le cercan, en torno de los cuales se forman con- tinuamente costras del mineral en cuestidn. En general la sal de los lagos se distingue de la sal piedra por originar depdsitos menos considerables, por no ser tan distintamente cristalina y por hallarse mezclada con mayor proporcidn de otras sales delicuescentes. El paso gradual de los mares 4 los lagos salados se presenta (19) Calder6n.—LA SAL COMUN. 385 donde quiera que el contorno de las tierras emergidas esta cercado de anfractuosidades, que vayan rellenando los conti- nuos transportes que los rios 6 torrentes verifican del interior 6 las mareas en la direccién contraria. Asi se originan lagu- nas, estuarios 6 charcas, cuya agua es mas 6 menos dulce, y son intermedias por su composicién entre las del mar y las continentales, participando la fauna que las puebla de este mismo caracter de transicion. Para completar lo referente 4 los yacimientos de la sal en estado de disolucién nos resta solo decir algo de las fuentes que la traen al exterior en los continentes. En realidad es muy raro encontrar manantiales desprovis- tos de cloruros, siquiera sea en vestigios, incluso los proce- dentes de los granitos, pdrfidos, sienitas, basaltos y traquitas; otras los llevan en mayor proporcién y, en fin, las que con- tienen un 5 por 100 son ya expotables y se llaman fuentes sa- ladas, elevandose en algunas hasta un 12 por 100. Al mismo tiempo que el cloruro de sodio, otras sales y otros cuerpos son acarreados al exterior con las aguas de ciertas fuentes, como la de Neusalzwerk, que se menciona por apor- tar anualmente 376 m.® de carbonato de cal y 17 de hidrato de Oxido de hierro. Es muy frecuente que todas las sales que acompafian 4 la gema en los depdsitos lo hagan también en los manantiales, y es lo general que cuanto mas ricos son en esta, sean también mas puros. Hé aqui la composicidn de al- gunos explotados como saliferos: Caliza, silice y éxido de hierro........ Direnberg. Hall. Luneburg. Cloruro de sodio...... aoa teesiaiezs sistas 7,53 Ser OU POUIBIO. 2 cate eRe a tis ts css « > co wMCes CACM eI a a's sie ate. cto Sie esse ee > —! + idenmapnesion eres oes oe hs 0,12 Sulfato: de wpotasto not! a. SU. 0,08 — de caleiol. eeteaaa. ie : eee 0,56 — de magnesio............ BOO » ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 2 386 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Comparando el profesor Schwarz, en su breve pero excelen- te monograffa sobre la distribucién y origen de la sal (1), la composicién de estos manantiales con la del agua del mar, nota que, si bien es variadisima, sin embargo, por regla ge- neral, el contenido de cloruro de sodio es parecido 6 mayor en ellos que en los Océanos. Las fuentes saladas brotan frecuentemense a una tempera- tura superior 4 la del medio ambiente; pero las hay termales y frias, siendo esta distincién de tan escasa importancia, que en una misma regién existen de ambas clases, como lo ha citado el Sr. Centeno en las salinas de Monte Blanco en Fili- pinas (2). Es curioso que la cantidad de principio mineralizador de semejantes fuentes permanezca por lo comun invariable du- rante todo el tiempo en que brotan al exterior, si bien algu- nas veces va en aumento y otras en disminucién, pero de un modo muy lento. Existen manantiales salados en todas las formaciones, de- biendo el cuerpo que las caracteriza ya al mar mas cercano, y entonces su composicién esta de acuerdo con la de este, ya 4 las rocas subterraneas. En este segundo caso surge la sal al exterior, originando eflorescencias en la superficie del terre- no, 0 camina entre las capas disueltas en el agua. Luego he- mos de ver que permanecen todavia envueltos en gran oscu- ridad varios extremos referentes 4 la procedencia subterranea de la sal, cuya cantidad no puede relacionarse siempre con la composicién de las rocas de donde manan las aguas, y toda- via menos en el caso, frecuente en ciertas regiones, de las salzas 6 volcanes barrosos, del que diremos dos palabras. Es sabido que en muchas localidades, como el Caucaso, las orillas de los mares Negro y Caspio, Sicilia, Moron en Espana, Islandia, Java, La Trinidad y Nicaragua, a través de las grie- tas del terreno, y frecuentemente lejos de los voleanes verda- deros, se verifican desprendimientos de gases hidrocarbura- dos, acompaiiados por regla general de agua y materias barro- sas. Los nombres de salzas, de Salinella, que lleva uno cer- cano 4 Paterno, indican la presencia en ellos del cloruro de ee (1) Vorkommen und Bildung des Steinsalzes. Leipzig ; pag. 4. (2) Salinas de Monte Blanco.—(Bol. de la Com. del Mapa geol., t. X11.) (21) Calderon.—LA SAL COMUN. 387 sodio, que mezclandose 4 la arcilla, la comunica el sabor pro- pio de esta sustancia. La Macaluba de Sicilia ofrece alrededor de su crater costras compuestas principalmente de sal comun y de sulfato de sosa y de magnesia; otro tanto ocurre en las colinas de la peninsula de Taman, en el mar Negro, que son las que arrojan mayor cantidad de arcilla en el mundo, en el Alat, en el Caspio, de cuyas paredes surgen fuentes de agua salada agitadas por las corrientes de hidrégeno carbonado que las atraviesan, y en el barro fuertemente salino del volcan de Kuwn en Java. El agente de esta forma particular de volca- nismo son las descomposiciones organicas de vastos centros subterraneos, como lo prueba el acompanarlas casi siempre fuentes de nafta; pero es lo cierto que las sales, y especial- mente la comuin, se asocian en casi todas partes al barro arci- oso que constituye la erupcidn; y como, de otro lado, la ma- yoria de los manantiales salados despiden olor bituminoso, se repite en todo esto una concomitancia de hechos que recla- ma un estudio especial, todavia no realizado cumplidamente. Hemos mencionado ya las estepas como las regiones que son asiento de la aparicién bajo diversas formas de la sal en estado de disolucidén; las tierras que las constituyen se hallan impregnadas del mismo cuerpo, 4 lo que se debe la singula- ridad de la flora que las puebla. Las mas importantes del mundo son las del mar Caspio, las del Atlas y costas de Afri- ca, las de Chile en la gran planicie de Coquimbo, y los Esta- dos de La Plata, en todas las cuales el cloruro sddico origina eflorescencias en el terreno. Algunas veces corren también por ellas arroyos salados, que producen en su trayecto poci- llos 6 estanques, 6 se vierten en los lagos de que antes se hizo mérito. Los yacimientos de la sal gema en roca forman una catego- ria que se distingue por los caracteres del mineral y por la disposicién de los depésitos que origina. Los primeros se re- fieren a la estructura, casi siempre granuda, y 4 la presencia del agua madre y de inclusiones gaseosas; mas una facies ge- neral mas maciza y bien distinta de la propia de la sal produ- cida por la evaporacién de sus disoluciones. Se encuentra estratificada indistintamente 6 carece por completo de estra- tificaciédn, aunque esto ultimo es raro, sobre todo en los depdsi- tos de alguna consideracién, donde el yeso, la arcilla, la mar- 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) ga 6 la dolomia vienen 4 separar dicha roca en bancos 6 capas de diverso espesor. El de la formacién en conjunto suele ser considerable: el de Stassfurt pasa de 330 m., el de Wieliczka de 1.400 en ciertos sitios, el de Sperenberg, junto 4 Berlin, ha atravesado unos 300, se le ha encontrado 4 90, y seguido en estado muy puro, hasta los 1.550, sin haber tocado atin las ca- pas subyacentes. Ni en las alturas 4 que se hallan, ni en la disposicién que afectan, se reconocen caracteres constantes en los depdsitos saliferos: los hay muy elevados sobre el nivel del mar, y otros, por el contrario, estan bajos; unos aparecen en forma de len- tejones; otros se reparten con irregularidad, y cuando al mis- mo tiempo alcanzan dimensiones considerables, reciben el nombre de stocks. La mayor parte de ellos estan cubiertos por arcilla, y dicho sea de paso, esta asociacién de ambas rocas, 4 la que algunos han querido conceder una gran importan- cia, se explica muy bien con solo pensar que la impermeabi- lidad de la primera ha servido de medio preservativo 4 la se~ cunda contra la accién disolvente del agua; de suerte, que al paso que los bancos salinos mal resguardados por capas que se dejaron filtrar han ido desapareciendo, los interpuestos en margas y arcillas pudieron conservarse tal como los vemos hoy dia. Asi se ha defendido de la erosién la sal pérmica de Stassfurt, intacta desde hace millones de afios, y que, sin em- bargo, al poco de exponerse al aire libre pierde su aspecto cristalino y se vuelve delicuescente (1). Otro tanto sucede 4 la de Wieliczka. Los depdsitos de sal gema no estén limitados 4 ninguna época determinada, sino que se encuentran en toda la serie sedimentaria, dando lugar 4 capas, masas, nidos 6 4 impreg- naciones en las margas, yesos, calizas U otras rocas. La fre- cuencia de este mineral en el Keuper, hizo que se le llamara terreno salifero, y en algtin tiempo se creyé que era privile- giado en este concepto, idea 4 la que no contribuy6 poco el reputarse indebidamente como triasicas muchas formaciones metamorficas que contienen abundante cloruro sddico, y que, en realidad, son miembros transformados de diversos terre- nos. Indicaremos brevemente, por orden de antigtiedad, algu- (1) Die Satzindustrie von Stassfurt und Umgebung.—Stassfurt, 1885, 423) Calderon.—LA SAL COMUN. 389 nos de los mas importantes depdsitos del mineral en cuestiédn que se conocen, lo que demostrara de un modo indudable su hallazeo en todos los periodos geoldgicos. Aparece la sal gema en las antiquisimas rocas de edad silu- rica de Ohio, Virginia, Pensilvania y Estado de Nueva-York, ricas todas en fuentes cloruradas que brotan de capas subya- centes, aun desconocidas. A estas siguen cronolégicamente las vetustas formaciones de Rusia, donde el devoénico de Li- thauen y Livland abunodan en manantiales, y Staraja, que ofrece lagos salades; vienen después en Alemania las fuentes que manan en la arenisca carbonifera de Salza, Silesia, en el porfido de Kreutznach y en las pizarras de Altensalz, y en In- glaterra las montanas de cerca de Newcastle, el terreno hu- llero de Bristol, junto 4 Kingswood, el Leicestershire, cerca de Ashby, con aguas saladas en terreno carbonifero. Otras de igual caracter y edad surgen en los alrededores de Lille, se- gun leemos en un reciente trabajo (1), y se conocen también en varias en el N. de Francia y de la Bélgica (2) en los Estados- Unidos, en el alto Canada y en New-Schetland. En terreno diasico, sobre todo en Alemania, ofrece, con no- table constancia, un horizonte constituido por anhidrita, yeso, sal gema y calizas fétidas. En él arma el famoso yacimiento de Stassfurt, que hemos citado ya varias veces, y que merece especial mencion por ser el que mas ha contribuido al cono- cimiento de los depdsitos salinos. Asiéntase en una cuenca plana formada por una serie de rocas, que de abajo a arriba son una sucesién de arcillas saliferas de 27 m. de espesor, yeso, arenisca abigarrada y muschelkalk. En el ala S., que es la explotada, la capa mas profunda que se ha alcanzado @ los 230 m., est&é compuesta por el mineral puro y dividido en bancos de 0,08 40,16 por capitas paralelas de anhidrita. Siguen debajo 66 m. de sal mezclada con cloruro de magnesio, atra- vesada por nddulos de polihalita, y después otra zona de casi igual espesor en la que dominan la sal gema, los sulfatos y la kieserita en forma de bancos de muchos metros de potencia. (1) J. GossELer: Legous sur les Nappes aquiferes du Nord de la France.—/Soc. géol. du Nord, x1v, 1887.) (2) Latoy: Recherch. géol. et chim. sur les eaux salées du terrain houill. du N. dela France et de la Belgigue.—Lille, 1874. 380 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) En el mas alto de ellos alternan lechos de una pulgada 4 un pie de capas abigarradas de sal gema y de sulfatos de magne- sio y potasio, cainita, kieserita, carnalita, taquidrita, etc., con los que se interponen nddulos de boracita compactos y blan- cos. Este conjunto de capas es naturalmente irregular y ofre- ce transiciones locales de unas 4 otras; pero el orden en que se suceden las especies minerales mencionadas, es siempre el de su solubilidad, por lo cual Bischof (1) ha dividido el yaci- miento en regiones, que de abajo arriba son: regién de la anhidrita, regiédn de la polihalita, en la que esta sal alterna con la gema; regién de la kieserita, también salifera; y regidn de la carnalita, en la que este mineral domina sobre el cloruro de sodio. Las dos inferiores forman el depésito salifero, propia- mente dicho, al paso que las otras dos contienen la sal deli- cuescente, que es preciso purificar para su exportacion (2). También arman en terreno diasico la salina de Sperenberg, anteriormente mencionada y un sinntmero de ellas en Rusia, siendo las principales la de Kasan, Moscou, que constituye un gran filén de E. 40. y otro de N. aS. paralelo a los Urales, la del Gobierno de Kostroma y otra a lo largo del Donez. Todas ellas reposan sobre una caliza descompuesta, que pasa 4 yeso. Las areniscas abigarradas de los Vosgos en su divisién su- perior, estan formadas por margas pardas 6 rojas y arcillas con yeso interestratificado, cuyo conjunto, Namado 7d¢h, es rico en depdsitos considerables de sal gema. Analoga asocia- cién se repite 4 menudo en el muschelkalk de Alemania, con grandes impregnaciones de cloruro de sodio, complejo de ro- cas que adquiere al fin todo su desarrollo en el Keuper, a com- pas del espesamiento de las calizas magnesianas. En la Lorena y en el Jura abundan, en este ultimo terreno, las formaciones. saliferas, lo cual ocurre también en Inglaterra, en Cheshire y Worcestershire, dando lugar en todos estos sitios 4 manan- tiales, depdsitos y bancos, cuya enumeracion seria larga y enojosa. Solo anadiremos por su especial importancia, que los. yacimientos del NE. de los Alpes, como el de Estiria y los de} Tirol pertenecen asimismo al trias superior. (1) Chemical and physical Geology.—Traduc. ing1., t. I. (2) E. Preirer: Die Bildung der Salalager mit besonderer Berucksichtigung des Stass- Surter Salzlager.—(Archiv. de Pharmacie; xxt1, 1884.) (25) Calderon.— La SAL COMUN. 391: En Suiza las capas saliferas mas importantes corresponden en parte al lias, como la del cantdn de Waadt, donde el cloruro esta asociado 4 la anhidrita, las de Morgins, Lavey, Mouliers, Aaran, etc. De igual suerte las famosas minas de Salzburgo, arman generalmente en el lias y en la parte superior del trias, cuestion largamente debatida y resuelta al fin por los trabajos de von Hauer y de otros gedédlogos vieneses. . Se encuentran también, aunque mas rara vez, depdsitos sa- liferos en el cretaceo, y de ello ofrecen ejemplos Italia y Ar- gelia; pero el terreno mas rico en este cuerpo, después del triasico, lo es, sin duda, el terciario, el cual contiene importan- tes yacimientos en diferentes puntos del globo. De ello dan testimonio en Europa, Inglaterra, Polonia, Reichenan en Bohe- mia, Hunyria, la Galicia austriaca, 4 ambos lados de los Car- patos, los renombrados lechos de Transilvania; en el Asia sus canteras y vastisimas estepas; en América los colosales depé- sitos del Peru, de una extensidn de 3.300 km.2, reposando sobre arenisca terciaria, 6 interpuestos en otras muchas formacio- nes de igual edad entre los Andes y el Pacifico, y en Filipinas la sal de Tarlac, provincia de Pampanga, reputada nummu- litica. Entre todos estos yacimientos, el de Wieliczka, que hemos mencionado y mencionaremos atin repetidas veces, merece nos detenga un momento, por ser uno de los mejor estudiados del globo. Han contribuido 4 su celebridad sus antiguas gale- rias de colosales dimensiones, en que se reconocen tres edades de trabajos, de las cuales, la mas profunda llega 4 240 m. El visitante tiene ocasién de admirar alli galerias que corren hasta 2.500 m. por 100 de ancho y salas de 70 4 100 m. de altura ex- cavadas en sal pura, y entre ellas una, que sirve de capilla, con su altar, pulpito y numerosos adornos tallados en la mis- ma roca. La sal gema se encuentra tan pronto en masas, cuya potencia puede llegar 4 1.500 pies ciibicos, como en capas in- tercaladas en las arcillas, margas, anhidritas y yesos. Bajo ca- pas de arcilla gris unas, y otras de un barro impregnado de cloruro de sodio, viene una zona en la que aparece una sal ordinaria, de color verde, en gruesos granos, y con ella bandas y nidos de yeso. Esta sal verde, que asi se llama, esta separada por lechos de anhidrita y de arcilla de la sal de Spisa, cuyas capas adquieren uma potencia de 34 m. Debajo se halla la sal: 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) de Schybick con un espesor de 30 m., que es una sustancia pura, blanca y comunmente de grano fino, y debajo vuelve a repetirse la arcilla. Es notable que la sal gema, lo mismo que las arcillas saliferas de Wieliczka, son en algunos puntos su- mamente ricas en restos organicos marinos (1). Entre las formaciones saliferas relativamente modernas, Ci- taremos la de Cecina en Italia, consistente en yesos y arcillas impregnadas de cloruro de sodio, de edad pliocena; también en Parma y Toscana brotan manantiales salados en las capas terciarias superiores; en Nisiska, en la peninsula de los Bal- canes, existe ademas entre ellas un considerable depdsito de sal gema, y otro tanto ocurre en Arabia. En fin, se conocen fuentes clorurado-sddicas en las capas diluviales y aluviales de Escandinavia y Dinamarca, aunque de poca importancia. Muchos yacimientos 6 aguas cargadas de la sustancia que nos ocupa, y entre ellos algunos muy notables, son toda- via de edad desconocida. Asi, por ejemplo, escasean las noti- cias respecto a la gran cadena salina situada al N. de Pends- chab, en Asia; de las minas de Kalusz y Mayo, solo se sabe que ofrecen silvina y kieserita asociadas 4 la sal gema, y de las del Africa, rica en formaciones de este cuerpo, referidas A épocas cretacea y terciaria, apenas se poseen datos geologicos. El Sr. Quiroga (2) ha recogido en la Sebkja de Yyil sal gemay arcilla con yeso interestratificado en capas horizontales, que cree de origen cuaternario y producto de una larga lixiviacion de los terrenos adyacentes, por las aguas de lluvia que se reu- nen y evaporan en la vasta depresién que lleva dicho nombre. De todo propésito hemos omitido hablar de los yacimientos espanoles de sal comin, para presentar reunido lo referente 4 este importante mineral en relacién con nuestra patria. Ella es, después del Austria, la nacién mas rica de Europa en dicha sustancia, & pesar de lo cual, constituye una industria impor- tante la evaporacion del agua del mar en varios puntos coste- ros, y sehaladamente en San Fernando, los Alfaques, Ibiza y ‘Formentera. Esta explotacién, ademas de dar un producto bas- i? (1) NrepzwirpzKki: Beitrage zur Kenntniss der Salzformation von Wieliczka und Bochnia. Lemberg, 1884. (2) Apuntes de un viaje por el Sahara occidental. ANAL. SOC. ESPAN. DE HIST. NAT.; t. xv, 1886. (27) Calderon.—LA SAL COMUN. 393 tante impuro, perjudica al beneficio de los buenos yacimien- tos de sal gema y excelentes manantiales que hay en diversos sitios de la Peninsula, y muy especialmente en Andalucia, donde estan abandonados por esta causa. Citar todas las localidades donde existen yacimientos 6 ma- nantiales de sal beneficiable en Espana, seria tarea larga: nos limitaremos 4 recordar entre los principales, Cardona, las fuen- tes saladas de la provincia de Lérida, Remolinos y los muchos pozos de la provincia de Huesca, Soria y Guadalajara, particu- larmente el de Imo6n; Poza, Belinchon, Carcaballana, Trag6, Mo- novar, El Pinoso, los arroyos salados de las provincias de Jaén, Cérdoba, Sevilla y Cadiz, y en el extremo opuesto, los pozos de Cabezon y los yacimientos de Afiana. Tenemos dentro de la Peninsula, representacion importante de los lagos salados. El de La Mata, en Torrevieja, provincia de Alicante, ofrece una produccién que puede elevarse a la cifra que se quiera, y con la circunstancia, en concepto del Sr. Naranjo, de quien tomamos estos datos (1), de que el coste de la explotacién es inferior al de cuantas se conocen. Teniendo en cuenta su riqueza incomparable, que seria capaz de abas- tecer 4 toda la Peninsula y dejar aun un buen sobrante para la exportacién, el Estado se reservé unicamente este lago des- pués del desestanco de la sal. Bastara citar un dato para hacer comprender su gran riqueza: en la primera semana de Junio del afio 1861, se sacé de ella producto suficiente para cargar unos 40 buques de diferente porte, que salieron del puerto de Torrevieja para diversos puntos del extranjero. Recientemente hemos tenido ocasién de visitar otro célebre lago salado, al menos lo era antes de su desagiie, llamado La- guna de Fuente-Piedra, al N. de la provincia de Malaga de que ya ha hablado el Sr. Orueta (2) y posteriormente nosotros (3). Consiste en una hondonada situada 4 gran altura en la ver- tiente oriental de la Sierra de las Yeguas, donde no teniendo salida las aguas salinas que alli se acumulan, se van concen- trando merced 4 la evaporacién. Alcanzaba este depdsito una (1) Manual de Mineralogia general, industr Guy agricola. Madrid, 1862. (2) Bosquejo fisico y geologico de la provincia de Malaga —/Bol. de la Com. del Mapa geol.; t. 1v, 1887.) (3) Véanse las Actas de este mismo tomo; pégina 72 y siguientes. 394 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) extensidn de 6 km. de largo de NNE. 4 SSO. por de 3 E. a O. en su mayor anchura, y parece que su profundidad era rela- tivamente considerable en algunos sitios. Como la mayor parte de los manantiales que la forman son altamente saliferos, du- rante el estio llega 4 un completo estado de saturacién y pre- cipita en sus orillasuna cantidad fabulosa de cloruro de sodio. Solo en el aio de 1879 4 1880 se recogieron 32.000 fanegas, no obstante la pérdida por la mala manipulacién, y esta cifra representa el producto de dos afios nada mas después de la desecacion. La Laguna de Fuente-Piedra y otras menores de la provincia de Malaga, es un resto de las muchas que han debido existir en épocas anteriores en toda la vasta region esteparia que desde Puerto Real, Chiclana y Conil, en la costa gaditana, corre de SO. 4 NE. & través de las provincias de Cadiz y Sevi- lla, 4 las de Malaga y Granada. Toda ella esta acribillada de erupciones ofiticas, en cuya proximidad se encuentran los yesos, margas irisadas y dolomias producidas por metamor- fismo de rocas de diferente edad impregnadas de sal. Este cuerpo sale al exterior con las aguas, constituyendo arroyitos salados y eflorescencias blancas en muchisimos puntos de la indicada zona. Una manifestacién particular de esta misma categoria de producciones ofiticas son las salzas, de que quedan numerosas huellas y de las que todavia se hallan algunas en actividad entre Morén y Coripe, pasando insensiblemente 4 manantiales salados que despiden burbujas de hidrégeno sulfurado y dejan depositos de sal cristalizada (1). ALN. de la Peninsula, 4 lo largo del Pirineo, se repite el mismo fendmeno ofitico y con él se relaciona la aparicién de iguales rocas y entre ellas el cloruro de sodio. La notable salina de Afana, en la provincia de Alava, y los diversos manantia- les salados de la provincia de Santander estan siempre en las cercanias de erupciones de dichas rocas. En fin, en Portugal, al N. de Sado y en el Algarve, se reproduce el ofitismo con iguales acompanantes y en vasta escala, en el terreno jurasico. El manantial mas antiguo de Espana, dado 4 conocer por el (1) CALDERON y PAUL: Za Moronita y los yacimientos diatomaceos de Moron.—(ANAL. DE LA Soc ESPAN. DE HIST. NatT., t. xv, 1886.) (29) Calder6n.—LA SAL COMUN. 395 Sr. Gonzalo Tarin (1), brota en la confiuencia del rio Trevelez y el barranco de Porqueira, del alto tajo de micacitas, que constituyen la estrecha garganta por donde sale de la forma- cidn arcaica el citado rio. Acompana 4 esta interesante noticia un corte que muestra el punto de aparicién del manantial y la disposicién de los materiales que forman la canada. Otros manantiales salinos y en general los mas puros, se asientan en el terreno resueltamente tridsico. Tal sucede en la riquisima zona salifera de Guadalajara y Zaragoza, en la cual son dignas de especialisima mencion las aguas de Imon, cuya concentracion, la mas elevada que se conoce en Espana, llega & 97°. Fuera de esta regién hay manantiales salinos triasicos importantes en el N. de Castilla la Vieja. La salina de Poza de la Sal que pertenece 4 esta edad, seguin el informe del ingeniero D. Mariano Zuaznavar (2), y otras muchas que pudiéramos citar de Guadalajara, prueban que la sal triasica es un resultado de esos fendmenos metamorficos que se han reproducido diferentes veces en la historia de los tiempos se- cundarios y terciarios, pero que debieran ser sumamente ge- nerales durante la sedimentacién de las capas de dicha edad, al menos en el Mediodia de Europa. En el seno de las capas terciarias lacustres de la meseta castellana se presentan también algunos depdsitos saliferos. El de Villarrubia de Santiago, en la meseta de Ocamia, ha sido descrito por el Sr. Vilanova (3), quien ha comprobado la si- guiente sucesién de estratos; la parte superior de la salina esta formada por un depésito de yeso de 30 4 35 m. de espesor; vienen debajo arcillas oscuras con sal y sulfato de sosa, este ultimo en eflorescencias; la base se halla constituida por una masa-de sal blanca cristalizada y con frecuencia en grandes cubos, alternando con lechos de arcilla salifera, que separan otros bancos de diferente espesor. Hay uno en que atraviesa 50 m. un pozo abierto en la mina. La sal suele presentar el color azul. En algunos horizontes de la parte superior existe la glauberita en cristales perfectos, empotrados en la sal (1) Resefia fis. y geol. de la prov. de Granada.— (Bol. de la Com. del Mapa yeol., t. vii, pag. 20.) (2) Datos geol. y min. dela prov. de Burgos.—/(Bol. dela Com. del Mapa geol., t. Iv, pag. 383.) (3) ANAL DE LA Soc. ESPpAN DE HIST. NaT, t. Iv: Actas, pag. 89 y siguientes. 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) gema, glauberita que fué la primera que se conocid y la que describié el eminente Brogniart. Esta salina se parece muchisimo 4 la de Espartinas como nota con acierto el mismo Sr. Vilanova, tanto por lo que se refiere 4 su yacimiento, cuanto por su disposicién general; como en la segunda solo se encuentran aguas salinas, se sos- pecha exista un depdsito subterraneo que las mineralice, como sucede en Villarrubia. Pero la mas importante de nuestras formaciones salinas y una de las mas notables del globo es la magnifica cantera de Cardona en la provincia de Barcelona, que se distingue de todas por ser un vasto depdsito superficial, comparable 4 una gran masa de hielo erizada de dientes y agujas. Elévase al aire libremente hasta 180 m. de elevacién en forma de mon- ticulo, cuya base mide una legua de circunferencia. Durante mucho tiempo se creyé pertenecia 4 los tiempos cretaceos hasta que du Verneuil (1) demostré era realmente de edad nummulitica. La sal de Cardona es célebre desde la mas remota antigiiedad por su pureza, pues, exceptuando un poco de dxido de hierro y algunas venillas arcillosas que presenta a trechos, casi no ofrece otro género de interposiciones. Jolly dice que encierra monadas y bacilarias de color rojo, y que ellas son las que suelen tenirla, cosa que nosotros no hemos podido comprobar en los ejemplares que hemos examinado. La explotacién de una cantera en semejantes condiciones es muy facil y cOmoda, como desde luego se comprende: hasta hace poco se arrancaba la sal 4 pico, como una piedra cualquiera; pero modernamente se ha cambiado el sistema, abriendo pozos que llenan de agua, recogen y evaporan, por cuyo medio se obtiene un producto mas puro y limpio. La sal constituia la renta estancada mas productiva des- pués de la del tabaco, hasta que fué suprimida con excelente acuerdo y en bien de la riqueza publica. Basta decir, para dar idea de su importancia, que no obstante la mala administra- cidn del Estado y particularmente en este ramo, dejaba un beneficio de mas de cien millones de reales anuales. (1) Coup @eil sur la constit. de plusieurs province. de VERspagne.—/(Bull. de la Soc. gol. de France, t. x.) (31) Calderon.—LA SAL COoMUN, 397 BME ORIGEN Y EMIGRACIONES DE LA SAL. Las cuestiones referentes al origen de los minerales han comenzado & estudiarse con empefio tnicamente desde hace pocos afios, lo cual se explica bien dado el estrecho criterio que presidia antes 4 los naturalistas que cultivaban el tratado referente 4 los seres llamados inorganicos. Con todo, el géne- sis de la sal ha constituido una de las pocas excepciones & esta regla: y esto porque casi todos los grandes gedlogos anti- guos y modernos han emitido alguna hipdtesis sobre el par- ticular, siquiera la mayoria viniera 4 dar luz mas bien sobre las emigraciones que sobre el verdadero y primordial origen de la sustancia que nos ocupa. No nos entretendremos en examinar opiniones tan inadmi- sibles como la que atribuye 4 la sal un origen organico, ana- logo al de la caliza de los corales y 4 la silice de las diato- meas, fundandose unos en la cantidad notable de sal que ‘contienen las plantas marinas y otros, como Biittner, en la constancia de este cuerpo en la secrecién urinaria de los ani- males, cuestidn equivalente 4 la de saber quién fué primero, siel huevo 6 la gallina: entraremos desde luego 4 tratar de las dos unicas soluciones posibles y motivadas por hechos diversos que formularon ya las célebres doctrinas antagénicas de volcanistas y plutonistas, dentro de cada una de las cuales caben a su vez teorias distintas. En efecto, Werner y sus discipulos explicaban la existencia de las sales, asi como la de sus acompafantes, yeso, dolomia y otros, por la sedimentacién, haciendo valer en su apoyo el hecho de que estas sustancias se encuentran en el mary el de la presencia de restos organicos en ciertos depdésitos de clo- ruro. En esta idea les confirmaba también el hallazgo de ma- sas informes de sal gema mediante rellenos de irregularida- des preexistentes del terreno, atribuyendo las elevaciones y dislocaciones de los depdsitos 4 perturbaciones acaecidas pos- teriormente. En cambio la escuela de Hutton y sus continua- dores, se ha esforzado en buscar en los volcanes y en todas 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) las erupciones diversas, la fuente primera de las sales que existen en los continentes y en las aguas (1). Expondremos con algun mayor desarrollo esta segunda opi- nidn, empezando por ella nuestra revista historica, por lo mis- mo que la consideramos mas inadmisible que su contraria, para llegar por eliminacidén 4 las soluciones mas satisfactorias en el estado actual de la ciencia sobre problema tan transcen- dental. Hutton, consecuente con su teoria general de la tierra, con- sideraba la sal como un elemento integrante de las primitivas montahas; metamorfoseada luego al aceptar los cuerpos te- rrestres, un estado de fluidez ignea que separd el agua en forma de vapor, volvié con esta 4 la superficie 4 consecuencia del enfriamiento, quedando disuelta en los mares primordia- les, de los cuales fué emigrando después, merced a diferentes catastrofes. Mis tarde Leopoldo de Buch fija y concreta de un modo mas terminante el mismo punto de vista, atribuyendo a la sublimacién la causa de la condensacién de la sal, lo que encuentra comprobado 4 su juicio en la estructura zonar de los depositos de los Carpatos, de Cardona y de no pocas otras localidades. Varios gedlogos coinciden en esta misma idea, y entre ellos Fichtel que, partiendo del dato de que los yaci- mientos saliferos de Sovar y Sugetak se hallan en la base de cordilleras voleanicas, cree que el cloruro sdédico, formado bajo ellas, ha cristalizado por influencia ignea, produciendo asi un cuerpo compacto al pié de los Carpatos. El unico hecho de importancia que parece abonar el origen igneo de la sal, es la posibilidad de obtenerla por sublima- cién, como, en efecto, ocurre, y aun en forma de masas de cristales y de agreyados cristalinos, en ciertos procesos meta- lurgicos. Rammelsberg (2) ha realizado la experiencia en el laboratorio produciendo cristales, que cuando se constituyen rapidamente se agrupan en tremias iguales 4 las precipitadas en el caso de evaporacién muy rapida de una disolucién de cloruro de sodio. Por otra parte, un gran niimero de observa- ciones parecian indicar el génesis de dicho cuerpo en los vol- canes por la misma via de sublimacién. Como lo noté ya Sir (1) D’ Arcurac: Histoire des progres de la géologie. Paris, 1847. (2) Métallurgie; pS. 93. (33) Calderon.— LA SAL COMUN. 399 H. Davy (1), la superficie del cono de cenizas del Vesubio, el Etna y el Hecla se presenta después de las erupciones como nevada, merced 4 la consolidacién de una capita muy rica en sal, que no tarda en desaparecer por la accién atmosférica. Las paredes de estos y otros crateres estan tapizadas muy a menudo de azufre y de varios cloruros, entre los que domina el sddico, no siendo raros el de cal, el de magnesia, y los de hierro, cobre, plomo y amoniaco. También el vapor de agua mezclado con acido sulfuroso y acido clorhidrico de las fuma- rolas, da lugar 4 la fijacién de todas estas sales; pero donde dicho fendmeno alcanza mayor importancia, es en las llama- das fumarolas secas, que se producen en la corriente de ciertas lavas, y cuyo nombre alude a su falta de agua y 4 despren- der en cambio cloruro de sodio y sal amoniaco. Estos humos se condensan en seguida en formas sdlidas y constituyen un manto blanco continuo sobre la lava solidificada, que es arras- trado en breve por la lluvia 6 por la siguiente erupcidn. El fondo del gran crater del volcan llamado Sal, en Cabo Verde, esta cubierto de dicho cuerpo, que simula de lejos una capa de hielo, y es obra de acciones semejantes. A pesar de este conjunto de circunstancias, todavia es muy dudoso que se den en la naturaleza verdaderas formacio- nes de sal engendradas por via de sublimacién. El profesor Schwarz (2) hace observar con mucho acierto, tratando de los cloruros volcanicos, que durante sus erupciones se verifican exhalaciones de acido hidroclérico, merced 4 las cuales los silicatos de sosa y de potasa de las lavas pueden ser descom- puestos, produciendo dichas sales; la mezcla del cloruro de potasio en proporcién bastante considerable con el de sodio, demostrada por Scachi (3) y otros, es una buena prueba de la misma asercién, pues el primero no debe considerarse como -producto de sublimacién, sino como resultado de descomposi- cidn. Tampoco se puede admitir este origen para la sal que va acompanada de cuerpos que 4 la temperatura que supone aquel proceso hubieran debido escaparse, como sucede al acido carbénico. (1) Phil. Trans., 1828; phg. 244. (2) Vorkommen und Bildung des Steinsalzes, Leipzig. (3) Rendiconto della R. Acad. Napoli, 1852. 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) Mas la capital objecién a la teoria plutdénica de la sal, se funda en que esta, como las demas engendradas por seme- jante via, provienen del mar, y por consiguiente si este no las contuviera con anterioridad, no hubieran podido acumularse en los depdsitos volcAnicos. Por eso en la misma proporcién relativa en que hemos visto se hallan en las aguas marinas, son arrojadas las sales por los focos explosivos y fumarolas, 6 se encuentran entre sus productos: asi figuran en primer tér- mino por su cantidad y constancia los cloruros, y sobre todo el de sodio; después vienen los sulfatos; luego indicios de sales mas raras, como fosfatos, y en fin, las sustancias metalicas (cobre, plomo, talio, etc.). El mar es el receptaculo comun de la sal que entra en las reacciones volcadnicas y la que ha constituido los depdsitos de este mineral estudiados en el precedente capitulo. En este pun- to creemos incuestionables las afirmaciones de los neptunis- tas, como vamos 4 tratar de demostrar. Desde luego se comprende que la evaporacién de toda diso- lucién salina lleva consigo la precipitacion del cuerpo disuel- to, y por eso en las costas de los paises calidos basta abando- nar al calor del sol el agua del mar en depositos 6 estanques, para obtener grandes cantidades de cloruro de sodio. Asi se practica en casi todas las playas del Mediterraneo, donde pre- paran los estanques con un suelo de arcilla bien batida y los dividen en compatimientos que se comunican; en cambio en las del Océano, en el Norte de Espafiay en Francia, se disponen las cosas de modo, que aprovechando las mareas, que no exis- ten en el Mediterraneo, una ola delgada deje encerrada en los depositos una porcién de liquido que se concentre por la ac- cidn del sol y del viento. La sal que se deposita es recogida por medio de rastrillos y purificada luego, mientras que el agua madre, rica en sales de magnesia y de potasa, se apro- vecha en unos sitios y en otros se la deja volver al mar, segun la forma de la explotacién. En estos casos el hombre hace artificialmente lo mismo que la naturaleza ha realizado para constituir depdsitos saliferos; esto es, fabrica pequenos mares interiores, en los cuales se verifica, como en toda solucién salina dejada en reposo, que la proporcién de sal aumenta mas en la superficie que en el fondo, por efecto de la evaporacién; al realizarse esto, dicha (35) Calderon.—LA SAL COMUN. 401 capa se vuelve a la par mas pesada, y entonces desciende ha- cia la parte inferior, donde se amasa; y asi sucesivamente el agente que obra sobre la superficie va produciendo la concen- tracién en el fondo del liquido. En los océanos y mares abier- tos, atravesados por corrientes poderosas, que tienden 4 mez- clar las diversas zonas y en los que desembocan rios que com- pensan la evaporacion, la concentracién indicada no. puede verificarse; pero en los mares interiores, donde la circulacién es escasa y cuyos afluentes son con frecuencia también sala- dos, el cloruro sédico se acumula en el fondo en forma de cristales. Kl agua madre, es decir, la que contiene en mayor proporcién solo las sales mas solubles, se precipita mas tarde, cuando ha disminuido muchisimo el disolvente; en cambio el sulfato de cal, si existe, lo hace antes que el cloruro de sodio, _ porque el punto de saturacién del agua para el primero es menos elevado que para el segundo. La desecacién de un mar interior colocado en estas condiciones daria por resultado una serie de bancadas primero de yeso, después de sal comun y luego vendrian las sales mas solubles, que no cristalizan hasta el Ultimo periodo de la evaporacién. . El mismo proceso se realiza en aquellos lagos salados en que temporal 6 definitivamente la pérdida de liquido supera al aflujo de nuevas cantidades; y otro tanto ocurre donde para la explotacion de las aguas salinas se las deja reposar en po- zos antes de concentrarlas, como sucede en los Alpes y en ge- neral en las demas formas de evaporaciones artificiales. El orden sucesivo que se observa en la sedimentacién de los mares interiores, en los lagos y en los estanques, se repite también en casi todos los grandes yacimientos, y particular- mente en el de Stassfurt, con sus dos pisos, uno de sal pura, otro de esta mezclada con las delicuescentes, y estas Ultimas solas en el coronamiento, siquiera estas hayan desaparecido en otros casos por una nueva disolucién. El mar Muerto pro- porciona un ejemplo de cémo se han formado semejantes de- positos. Sus aguas, por virtud de una larga evaporacién, se encuentran altamente concentradas, no solo de sal comun, que en gran parte se ha precipitado ya, sino de bromuro de magnesio. El Jordan, su principal afluente, es muy rico en materias disueltas, y sobre todo, en cloruros de sodio y de magnesio; y como este mar no tiene salida y solo pierde liqui- ANALLES DE HIST. NAT. — XVII. 26 402 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) do por evaporacién, su grado de concentracién va en constan- te crecimiento. El sulfato de cal y casi toda la sal gema primi- tiva se depositaron en su fondo los primeros, quedando ahora disuelto en sus aguas el cloruro de magnesio. El lago Dromiah, al NO. de la Persia, ofrece un ejemplar de estudio de las mismas formaciones, sumamente instructivo. Entre sus diversas sales predominan el cloruro de sodio, que entra por un 19,05 por 100, el cloruro de magnesio por 0,52 por 100 y el sulfato de magnesio por 0,8 por 100. El lago, ali- mentado por aguas que proceden de depdositos saliferos proxi- mos, es una disolucién casi pura de cloruro sédico, que preci- pita en su fondo sin mezcla de yeso ni anhidrita, como la de algunos yacimientos que se distinguen por la ausencia de estos minerales. Otros muchos lagos de las estepas de Rusia, que seria largo enumerar, se encuentran en igual caso. En vista de todo esto, no es posible dudar que las formacio- nes de sal gema de los diversos terrenos se hayan constituido de una manera analoga, y que representan, por consecuencia, antiguos mares interiores 6 bahias separadas del Océano en otras épocas. Ya el célebre Osmar, en el siglo x, explicaba de esta suerte el gran numero de yacimientos, fuentes saladas y terrenos salitrosos del Asia (1) y Bischof, en los tiempos mo- dernos, coincide en la misma conclusién. Este ultimo sabio toma ademas en cuenta la comparacion de los analisis de las principales formaciones y manantiales del cuerpo que nos ocupa y las de las salzas y lagos salados con la del agua del mar, hallando en este parangén una comprobacion importan- te del origen sedimentario de todos los depésitos conocidos. El profesor Schwarz, continuador de las doctrinas de Bis- chof en quimica geoldgica, insiste en la significacién del es- tudio analitico de las aguas saladas continentales como prue- ba del origen marino del cloruro de sodio. De estas aguas las menos ricas se han mineralizado no en los depésitos, sino en los sedimentos, y su contenido de sal comun crece & compas del nimero y proporcion de las demas sales que la acompanan. Algunos caracteres de sal gema de los depdésitos hablan en favor de su origen marino, y sobre todo, la presencia de res- tos fésiles de politamiados, moluscos, insectos y plantas en la (Ql) Lyrti.—Principes de géol.; edic. franc. Introduccién. (37) Calderon.— LA SAL COMUN. 403 misma sal de Wieliczka, la de monadas y bacilarias, segun Jolly, en la de Cardona y la madera fdsil de la de Ischl y de Tleskaja Saschtschita (1). En la mayoria de los yacimientos no se han hallado todavia restos de esta clase, lo cual se com- prende, desde luego debié solo ocurrir en circunstancias ex- cepcionalmente favorables; pero a falta de aquellos, otros ca- racteres del depdsito 6 de la roca indican el mismo origen, atestiguando precipitaciones lentas y graduales en el fondo del mar, acusadas por la falta de agua de decrepitacion, y la escasez de cloruro de magnesia acompanante. Bischof, en sus trabajos comparativos de diferentes yaci- mientos saliferos, ha hallado en variables proporciones el clo- ruro y el sulfato de magnesia, y solo muy rara vez el cloruro de calcio. La inconstante relacién cuantitativa de las prime- ras sales se explica, segun su teoria, por la profundidad ma- yor 6 menor en que se verificd su depdsito con el de la sal gema, influyendo esta profundidad en la temperatura del li- quido, que no es uniforme en el seno de los mares. Si esta no es suficientemente alta, la evaporacién no separara el cloruro de magnesia; de suerte que las mismas aguas pueden, merced a influencias exteriores, dar nacimiento 4 formaciones salinas de composicién muy diversa. De este modo la existencia de capas sucesivas de cloruro de sodio, cada una con diferentes caracteres, que ofrecen muchos’ depdésitos, entre ellos el de Wieliczka, no constituyen, como en algun tiempo se pensd, una objecion a la suposicién neptunista, y encuentran, por el contrario, en esta misma la explicacidn mas natural y satis- factoria. Comparando el aspecto y estructura de la sal piedra de las antiguas canteras con la que depositan los lagos salados 6 la que se recoge por evaporacién del agua del mar, se nota una diferencia de compacidad y estado molecular entre ambas de tal naturaleza, que no es extrafio sorprendiera 4 los antiguos volcanistas y les llevase 4 pensar en origenes distintos para cada una. Hoy no puede ya sostenerse esta ultima opinién, pues se conoce perfectamente el como los depdésitos saliferos se han ido cambiando sucesivamente en sal cristalina por la accién de varias causas, de las que el agua es el agente ge- (1) Scuwarz.—Vorkommen und Bildung des Steinsalzes; paginas 7,8 y 25. 404 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) neral. En efecto, esta modificacién molecular, que el yeso ex- perimenta también, puede reproducirse artificialmente, como hemos dicho, humedeciendo el cloruro de sodio después de reducido 4 polvo y dejandole abandonado por mucho tiem— po (1). Asimismo en la naturaleza el agua que se filtra sobre un depdsito salifero, empieza por disolver este cuerpo é ir sa- turandose en su camino; penetra dentro de la roca y abando- na alli lo que tomo por disolucién, engrosando de este modo los granos que encuentra, de cuyo proceso repetido, resulta una transformacién que nos parece analoga & la que cambia la nieve en hielo en la cima de las altas montafias. Al mismo tiempo las aguas exteriores realizan un constante trabajo de purificacién de la sal gema, eliminando de ella las otras sales que la acompafian en el mar, lo que ha contribui- do notablemente & los cambios que los yacimientos en cues- tidn han experimentado desde la época en que se formaron. Ya hemos visto que la simple exposicién al aire, sobre todo hiimedo, aisla de la sal de cocina una gran parte de las sales delicuescentes que la impurifican; ademas, bajo la accién de las eguas teluricas, se verifican lentas reacciones quimicas que descomponen los sulfatos de cal y de magnesia. De esta propiedad se ha hecho una importante aplicacién en las sali- nas de Setubal, en Portugal, donde se evapora el agua del mar sin retirar las aguas madres. Parece que la acumulacién de sales magnesianas deberia volver imposible la concentra- cién del cloruro al cabo de cierto tiempo, y, sin embargo, no sucede asi, sino que, por el contrario, tiene lugar alli una desaparicién de dichas sales, que se atribuye 4 un fendmeno de dialisis, favorecido por el deposito de un filtro compacto de vegetacion desarrollado en las marismas de Setubal (2). Cir- cunstancias analogas pueden haberse encontrado en diversos parajes de las costas y aun del interior de los continentes, y haber sido un agente mas de la pureza que ha adquirido la sal gema en muchas ocasiones. Como se ve, el agua es el gran factor de los cambios molecu- lares 4 que nos referimos, produciendo disoluciones, precipi- taciones, transportes, modificaciones de estructura y nuevas (1) ZirKEL: LZehib. d. Petrogr., t. 1. (2) A. Girap: Compt. rend., t. LXXtv, pag. 1.195. (39) Calderon.— LA SAL COMUN. 405 mezclas mecanicas, que se pueden perseguir en los canales ondulantes de los depdsitos saliferos, indicando el camino re- corrido por el liquido que por ellos penetrara. En cuanto a la influencia que los agentes volcanicos hayan ejercido para ocasionar anadlogos resultados, nos parece que ha sido dema- siado exagerada por algunos gedlogos, pues los mismos tras- tornos de la primitiva estratificacién de los depdsitos de Tran- silvania cercanos 4 formaciones eruptivas, que tanto preocu- paron 4 Posepny (1), se explican bien por los movimientos del suelo que dependen de las fuerzas orogénicas generales del globo, y otro tanto decimos de todos los demas accidentes analogos de las canteras de sal gema que se conocen. Otra consecuencia de la continuacién del mismo proceso es el transporte y emigraciones de la sal, que da la clave de su hallazeo en las mas diversas circunstancias. Los depésitos de sal gema oponen tanta mayor resistencia 4 su penetracién por el agua, cuanto mayor es su estado cris- talino; pero al mismc tiempo que se van volviendo impene- trables, muchas veces las soluciones de continuidad del suelo abren continuas brechas que facilitan el acceso del liquido. M. Labat (2) ha hecho esta observacién tratando de las fuen- tes saladas de Salzburgo, que provienen de la entrada por las fallas de las aguas metedricas en los yacimientos saliferos. Alli donde esto no ocurre, y sobre la sal existen capas de ar- cilla, que por su impermeabilidad se oponen al paso del agua a su través, los depésitos se conservan indefinidamente, sin sufrir mas que pequenas alteraciones moleculares. Aunque ya lo hemos dicho, queremos insistir en que por esta razén se explica la frecuente asociacién en la serie de los terrenos de la sal y la arcilla que preocupé mucho 4 algunos gedlogos an- tiguos; esto es, como un resultado de seleccién natural, como dirfamos ahora, en cuya virtud las formaciones no protegidas fueron desapareciendo, al paso que las defendidas por mantos arcillosos, han podido conservarse hasta nosotros. Por la misma razén, aunque hay ejemplos de la existencia de sal y de sus acompafiantes en todas las épucas geoldgicas, como hemos visto en el precedente capitulo, se advierte desde (1) Jahrb. d.geol Reichsanst, t. xx. 42): Bull. de lu Soc. géol. de Fi., 3." serie, t. x, pag. 266. 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40p luego su mayor abundancia en las capas relativamente mo- dernas que en los sedimentos mas antiguos. Los procesos de contraccién lenta y de cristalizacién 4 que han estado sujetos aquellos materiales hasta convertirse en pizarras y cuarcitas, la solubilidad de las sales y las perturbaciones resultantes del aumento de volumen de la anhidrita al transformarse en yeso, y, en fin, las alteraciones estratigraficas de las capas, consi- guientes 4 la contraccién de la corteza terrestre, son causas muy suficientes para esclarecer la desaparicién de aquellos minerales de los yacimientos antiguos y explicar su trans- porte 4 los formados con posterioridad 4 expensas de ellos. Las seudomorfosis de la sal que se encuentran en Hall, Hallein, Ansee, Hallstadt y Sovar, en las caras de estratifica- cién de las areniscas del Keuper de Esslinger, Stuttgart y de otros sitios, consistentes en cubos de areniscas 06 de caliza, como las de Wesser, deben su origen 4 cristales constituidos en la superficie de un sedimento abandonado mas tarde por el mar, cubierto por arena y comprimido bajo el peso de esta; arrastrada la sal por disolucién sucesiva, quedaria un espacio recular hueco, que luego se rellend de arena 6 de carbonato. de cal. Si estas seudomorfosis son un efecto del transporte en pe- quefia escala, los hundimientos de las regiones saliferas re- presentan otro resultado de igual causa en mayores propor- ciones. Como las demas sustancias que suelen acompafiar & la sal comtin en sus yacimientos, principalmente el yesoy las calizas dolomiticas, son materias solubles y facilmente acarrea- bles también por la accién de las aguas, se forman cavidades en muchas comarcas saliferas, que, agrandando considera— blemente, acaban por producir el hundimiento de las partes. superiores 6 trastornos subterraneos de senalada importancia, de que nos ocuparemos luego mas en particular. Las materias arrastradas del subsuelo por las aguas, pueden ser transportadas al exterior 6 acumularse en otros depdsitos subterraneos, de cuyos acarreos sucesivos resulta, sobre todo. tratandose de la sal comtin, que se purifiquen cada vez mas, y aun pensamos nosotros que se origina una serie de separa- ciones mecanicas, en virtud de la diferente solubilidad de las sales que acompanan al cloruro de sodio, y de aqui la forma- cidén de los pequefios depdsitos subterraneos de diversos clo- (41) Calderon.—La SAL COMUN. 407 ruros y sulfatos aislados que se encuentran en ciertas regio- nes, como ocurre en la meseta de Castilla la Nueva. El punto de vista neptunico da cumplida cuenta de la pro- duccién de los depdsitos y la difusiédn de la sal en las capas sedimentarias del modo que acabamos de resenar; pero deja intacta la verdadera incognita del origen de este mineral y, en ultimo término, no nos esclarece otra cosa sino el meca- nismo de las emigraciones. Pero las cuestiones realmente fun- damentales que implica la propuesta en este capitulo, son en realidad las siguientes: gCOmo se formo la primitiva sal en el globo? gSe produce hoy este cuerpo en la Naturaleza? La primera cuestidn se puede formular también preguntan- do si tenia 6 no sal el Océano primitivo. El eminente Bischof se inclina 4 creer que sus aguas eran puras, y que su actual mineralizacion es el producto del acarreo secular de cloruros, sulfatos y carbonatos por los manantiales que los sustrajeron & las montafias cristalinas. Mas esta opinidn debe juzgarse evidentemente exagerada, por mas que nos parezca muy razo- nable pensar que la salazén del mar va en constante aumento, y que hoy es altamente superior 4 la de los tiempos arcaicos y paleozoicos. La procedencia atmosférica de la sal primitiva, sin ser un hecho perfectamente demostrado, tiene en su apoyo razo- nes que obligan a admitirla como la mas probable y racional. Dice Cotta (1), que el carbén y la sal comun, aunque rocas se- dimentarias, forman, bajo el punto de vista de su origen, una categoria especial y distinta de las restantes, en cuanto a que sus elementos han sido tomados del aire, al menos en parte; pues, segtin su modo de ver, el cloro, libre al principio en la atmdsfera, entrd después en combinacién con el sodio; reac— cidn que, en efecto, se logra artificialmente en los laboratorios con ayuda de una temperatura un tanto elevada. Una vez ab- sorbido el cloro libre, cesaria la produccién del mineral que nos ocupa, y entonces comenzarian los procesos bosquejados de emigracién y de transporte. Que los elementos constituti- vos de la sal han podido hallarse en la atmosfera primordial, es un punto tan evidente, que no insistiremos en probarle; y como el analisis espectral los ha demostrado en la solar, que (1) Die Geol. der Gegenwart, pag. 124. 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) debe realizar el estado pasado de la de nuestro globo, racio- nalmente se supone que &esa fuente primera y universal se deba el cloruro de sodio, producido al descender algwin tanto la temperatura. Como dijimos, existe todavia libremente en el aire que respiramos una cierta cantidad de este cuerpo, que puede muy bien ser un resto del formado primitiva- mente. Solo nos resta contestar 4 la segunda pregunta, esto es, si en la actualidad se crea sal comtin en la naturaleza 6 toda la que existe y circula en el planeta es meramente la producida en los primeros tiempos. La observacién de las actividades geolégicas habia hecho notar desde luego 4 los naturalistas que el agua de lluvia, penetra en las capas llevando en disolucién los elementos del aire, pero sin contener ningtin cuerpo sdlido, al paso que la que vuelve 4 ia superficie en los manantiales, arrastra larga serie de materias recogidas en su curso subterraneo. Figuran entre estas en primera linea, los cloruros, y sobre todo el de sodio; en menor cantidad los de potasio y magnesio, y des- pués sulfatos, especialmente de cal, silice, Acido fosférico y materia organica. Hs natural suponer que en la mayoria de los casos las sales mencionadas proceden de los depdsitos sub- terraneos 6 de los elementos de origen marino que estan in- terpuestos en los sedimentos; pero en otros, en cambio, hay razones importantes que inducen 4 creer que la sal comin y el carbonato de sosa que muchas fuentes llevan en disoluci6n, resultan de la descomposicidén de silicatos. En los laboratorios se obtiene cloruro de sodio por varios procedimientos, aparte del citado de la unién directa de ambos elementos; la acién del acido clorhidrico sobre la sosa, el carbonato u otra sal de sodio, constituyen los medios mas usualmente descritos. Esta reaccién puede verificarse, y se ve- rifica de hecho en la Naturaleza en algunas ocasiones, asi como la que determinan los silicatos de potasio 6 de sodio en presencia de los cloruros de cal 6 de magnesio, que forman silicato de cal 6 de magnesio y cloruro de potasio 6 de sodio. Pero los feldespatos sddicos son mas alterables que los potasi- cos, como lo prueba la escasez de ceolitas en el granito y pér- fidos antiguos, en contraposicién 4 su abundancia en las rocas eruptivas modernas, entre las que muchas son sédicas. La ne- (43) Calderon.—LA SAL COMUN. 409 felina y el nosean particularmente se prestan 4 la ceolitiza— cién, de la que resultan la natrolita, la apofilita, la desmina, la chabasia, la analcima, etc., en estado de amigdaloides, drusas y hasta filones potentes producidos por transporte, como los famosos de Andreasberg, que acompafian al mineral argentifero 6 al cobrizo del Lago Superior en la América del Norte (1). La sal se crea, en fin, todavia en el Jaboratorio del globo, aunque en cantidad muy corta, comparada con la que se pro- dujo antes de comenzar la serie sedimentaria: de aqui la mi- neralizacién, siquiera sea débil, de ciertos manantiales que surgen de rocas cristalinas, en las cuales !a alterabilidad de los elementos sddicos con respecto 4 los potasicos, corresponde perfectamente 4 los datos que arroja el analisis de dichas aguas. ; Lecoq (2), que como se sabe, atribuye una importancia ca- pital 4 la accién de los manantiales en los procesos geolégicos explica la asociacién habitual del yeso, la sal comun y las de sosa y de magnesia, como obra de fuentes minerales, unas veces clorhidricas y sulfhidricas otras. La alternacién de ca- pas saliferas con otras arcillosas més 6 menos puras, se debe 4 la combinada accién quimica que de abajo arriba depositara las sales con la sedimentacién mecanica, que obrando en sen- tido inverso, originaria los lechos interpuestos de arcilla, marga u otras rocas. También concede mucha eficacia 4 la produccién constante de cloruros por las reacciones del inte- rior. Indudablemente en la mayoria de los yacimientos la for- macidn de los depdsitos y la sucesidn de capas diversamente mineralizadas se explica mejor por la desecacion de lagos y mares interiores que ‘por la teorfa de Lecoq; pero hay algunos casos, y particularmente el de la sal ofitica, en que esta ulti- ma parece la mas atinada para dar cuenta del conjunto de fe- nomenos que alli tienen lugar. Resumiendo la doctrina expuesta en el presente capitulo, diremos que la sal primitivamente formada en la atmésfera, pasd al Océano cuando este se constituyé por condensacién (1) Irpine: The copper-bearing rocks of Lake Superior: (Third annual Report of the Unit. Stat. Geol. Survey, 1883. (2) Baur minérales. 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44): del vapor de agua antes mezclado con aquella, y asimismo a las antiguas rocas que contienen dicho cloruro en estado de inclusiones. Alguna parte de él se ha separado en las porcio- nes segregadas en forma de mares aislados, que se han dese- cado mas tarde; pero estas pérdidas deben haber sido compen- sadas con mucha ventaja por los acarreos continentales, por- que el sol no cesa de evaporar agua de la inmensa superficie liquida expuesta 4 sus rayos; de modo que la atmésfera aspira vapor unicamente, que al condensarse en lluvia, arrastra y disuelve elementos de las rocas, devolviéndolos al gran re- servorio, donde se acumulan, se sedimentan unos y minerali- zan otros cada vez mas el agua del mar (1). Una buena parte del cloruro sédico que vuelve 4 él es el separado por el medio explicado ahora; pero como este cuerpo se esta produciendo sin cesar, por mds que sea en pequena proporcion, y, en cam- bio, 4 medida que adelanta la vida del globo se gasta aguaen la hidratacién de ciertos minerales, y merced a la absorcién hacia las partes internas, es evidente que la concentracién salina del mar debe ir en lento pero constante aumento, si- quiera no podamos apreciar, ni con aproximacion, la cifra de este proceso secular (2). (1) Roth (Allgemein. und chem. Geol.; t. 1.) ha obtenido como promedio dela com- posicion de las sguasde los grandes rios, que 5.000 partes llevan una en peso de materia fija. Los carbonatos entran en un 60 por 100, los sulfatos por 10, los cloruros por 5y elresto lo constituyen la silice,]a alimina, e] Oxido de hierro y la materia orgénica. Desgraciadamente para el esclarecimiento de Jas cuestiones que aqui nos ocupan, en la mayoria de los andlisis de aguas naturales, realizados por diversos autores, lcs Alcalis no aparecen separados unos de otros; su suma se dosa por lo general en estado de sulfatos, después de la eliminacién de todas las bases alcalino-térreas y solo en los analisis de las e@uas minerales se cuida de separar Ja sosa de la potasa. Con todo, de los estudics de est2 género llevados 4 cabo por M. Cloez (Comp. rend.; t. xcrv, 1882) sobre la relacion del potasio y del sodio en las aguas naturales de Paris, se deduce que, sa vo a'gunos casos particulares, estén en la relaciOn de 25 del primero por 100 del se- g@undo, que se halla en totalidad en estado de cloruro de sodio. (2) Maury pensaba que los transportes salados de los continentes eran de tal impor- tancia, que los mares deberian estar ya completamente saturados, 4 no existir causas de eliminacion de este cuerpo ademas de las conocidas. El atribuia 4 los organismos mis inferiores el poder de destilar el agua, 6 mejor de limpiarla del excedente de sales que aportan los rios y torrentes, manteniendo asi el equilibrio necessrio 4 su prop a conservacion, asercion indudab'e tratdndose del carbonato de cal, pero que parece in- aplicable al cloruro de sodio y demas sales so.ubles directamente que la acumpanhan: en Jos mares. (45) Calderon.—LA SAL COMUN. 411 IV. PAPEL DE LA SAL EN EL GLOBO. Llegamos 4 la ultima parte de nuestro trabajo, especial- mente destinada 4 la mineralogia geoldgica, tal como enten- demos debe interpretarse este tratado, en el cual hallaran su enlace y complemento todas las cuestiones hasta aqui plan- teadas. La pluralidad de relaciones que este aspecto del pro- blema, de suyo complejo, establece con toda la geologia, con la fisica, la quimica y la biologia, pide dividir el asunto en secciones en cierto modo independientes, siquiera no sea dado en cada una hacer aqui otra cosa mas que bosquejar una es- pecie de cuestionario, cuyo desarrollo podran realizar hom- bres mas eminentes que el autor de este desalifiado ensayo. De todos modos, hemos de presentar sucesivamente las funcio- nes mecanicas, fisicas, quimicas y bioldgicas de la sal, hasta donde en el estado actual de los conocimientos sabemos se producen en el organismo de la tierra. La sal comin y las otras rocas solubles que la acompafian, sobre todo el yeso y la dolomia, siendo arrastradas por las aguas que dejan en su lugar grandes cavidades subterraneas, determinan el adelgazamiento de los estratos entre los que estan interpuestos y contribuyen a4 producir trabajos mecani- cos, de los que resulta la profunda alteracién de las capas, que es habitual en las regiones saliferas. Las cercanias de las ofi- tas en Andalucia como en el Pirineo, nos han ofrecido al se- nor Macpherson, Adan de Yarza, Quiroga y 4 nosotros innu- merables ejemplos de estas irregularidades estratigraficas, que la mayor parte de las veces. no trascienden 4 las capas profundas. En todos estos casos. que no citamos por ser tan numerosos, se reconocen dos factores primordiales de dichas perturbaciones: el reblandecimiento por el agua de las arci- 412 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) lias que da lugar al deslizamiento de unas capas sobre otras } & la compresién de las inferiores bajo el peso de las supra- yacentes 6 la pérdida de sustancia con desaparicién de estra- tos y depésitos, que determinando cavidades, llevan consigo hundimientos y rellenos de otras rocas. A estas se agregan otras causas, como el aumento de volumen consiguiente 4 la transformacidn de la anhidrita en yeso y las fuerzas orogéni- cas generales, pero sin que dejen nunca de unirse a ellas las dos primeramente .mencionadas. | La laguna de Fuente-Piedra, que hemos tenido ocasidn de citar anteriormente, recibe toda su sal de las pequenas sierras inmediatas, y dicho se esta que representa un acimulo de esta sustancia verdaderamente colosal en relacién & la pequenez de la cuenca en que recoge sus aguas. Asimismo sorprende el numero de fuentes saladas que se forman en las arcillas impregnadas de cloruro en la dilatada zona ofitica andaluza, sin que exista en toda ella un deposito de sal gema propia~ mente tal. . En las mismas rocas macizas la formacidn de los cloruros constituye un proceso importante de transporte, pues se ha calculado que una fuente mineralizada con estas sales que proporcione al dia 98.000 litros de agua, necesita descompo- ner al ano 900 kg. de feldespato sdédico. Los terremotos ocurridos en distintas ocasiones en Bale, cerca de los manantiales salinos del alto Rhin y en el valle del Rédano, en la proximidad de las fuentes cloruradas del Valais y termas de Louéche, son el resultado de hundimientos subterraneos de grandes cavidades fraguadas por corrientes de agua, que encontrando masas salinas & su paso, las han disuelto y arrastrado. Desde el siglo x1 se han contado en esta comarca alpina 127 temblores de tierra (1). El Sr. Centeno (2) achaca asimismo 4 la existencia de los manantiales salinos termales y frios de la cordillera central de Nueva Vizcaya, en Filipinas, los terremotos alli ocurridos en 1880 por efecto de caidas de techos de cavidades subterraneas, con sus consi- guientes derrumbamientos y sacudidas. iy (1) K. Fucus. Zes volcans et les tremblements de terre, Paris 1878. (2) Memoria sobre los temblores de tierra ocurridos en Julio de 1880 en la isla de Luzon. (Bol. dela Com. del Mapa geol.; t. X.) (47) Calder6n.—LA SAL COMUN. 413 Mayor influencia mecanica ejerce todavia la sal comtin en todo el sistema de los elementos Hiquidos del globo que en el seno de los estratos, y esta se funda no ya solo en su solubi- lidad, sino en la densidad que comunica al liquido que la contiene. Asi en el agua del mar llega como promedio @ 10.275, si bien en algunos golfos de los grandes océanos se separa un poco de esta cifra y con frecuencia en menos. Por efecto de esta gran densidad de las aguas del mar rela- tivamente a las continentales, los rios al desembocar en este, no se mezclan de un modo repentino con él, sino que flotan hasta una distancia bastante considerable. Asi se producen mar adentro en la zona de desagiie de las arterias, importantes extensiones de agua casi dulce comparables con las que ocu- pan los mayores lagos. En estos casos se originan verdaderas corrientes superficiales que conservan en ocasiones su rumbo primitivo durante muchos kilémetros y marchan con escasa pérdida de su velocidad. Cita Lyell (1) con referencia al gene- ral Sabini que comprobé en 1822 cédmo el Amazonas penetra con un empuje de unos 4.800 m. por hora 4 mas de 480 km. de su desembocadura y casi sin cambiar su direccién primera ni mezclarse con el agua del Océano. El rio Plata va animado, segun Rennel, de una velocidad de 1.600 m. por horacon una anchura de mas de 1.280 km. 4 la distancia de 960 km. del punto de su desagiie. - La influencia de las corrientes de agua dulce y la evapora- cién desigual hacen que el mar no posea la misma proporcién de sal en toda su extensién: en el Océano lasaguas de las cos- tas contienen menos que las del interior y las del Mediterraneo mas que las del Océano Atlantico. Como los mares interiores ofrecen multiples accidentes y escaso 6 ningun desagiie, manteniendo solo por evaporacidén su equilibrio, es natural se vayan concentrando en el transcurso del tiempo, al modo que los lagos salados, segtin se explicé en el anterior capitulo. Tratandose del gran Océano todavia se advierte una des- igual mineralizacién debida 4 la evaporacién inmensamente mayor en los tropicos que en las demas zonas. Por otra parte, el agua devuelta a la superficie del mar por las grandes ma- sas de hielo de las regiones polares, esta desprovista de sal, (1) Principes de Géol.; cap. Xx. 1d ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) al paso que se concentra en las zonas profundas, como se comprueba experimentalmente helando agua marina, lo cual produce esta separacién, que también se convierte en un pro- cedimiento industrial de obtener dicho cuerpo en los paises del Norte, donde faltaria calor solar suficiente para precipi- tarle, y en cambio el frio de la noche opera una desintegracién de agua cargada de sal, que basta luego concentrar en calde- ras. En varios mares y especialmente en el Baltico, se ha po- dido descubrir la existencia de zonas de diferente salazon, y por consiguiente distinta densidad, segun la hondura; en ge- neral en todas las grandes masas liquidas la superficie esta menos mineralizada que las zonas profundas, 4 lo cual con- tribuye también la circunstancia de que la primera, al con- trario de lo que pareceria & primera vista, contiene menor cantidad de aire que las segundas, pudiendo llegar la diferen- cia hasta 1 por 100 del volumen total. Como se sabe, la dilatacién térmica del mar en la linea equinoccial da origen 4 dos corrientes en direccidn 4 los polos, que a su vez, en virtud de la baja temperatura y mayor den- sidad del agua profunda de estos, devuelven otras dos corrien- tes subyacentes é inversas 4 la zona torrida. Por consiguien- te, el grado de salazén influye en sentido contrario a la accién solar preponderante en el ecuador, la cual, ayudada por las lluvias torrenciales de aquella zona, tiende 4 debilitar la den- sidad 4 compas de la temperatura, estando su maximum 4 los 66° de latitud N. y 4 los 50°S., y disminuyendo luego mas | alla. Todo este produce que, en vez de una, sean dos las co- rrientes oceanicas que se desarrollan en cada hemisferio. La corriente ecuatorial experimenta en su trayecto una eran evaporaciOn, que no compensan ni las lluvias ni las aguas de los rios; asi es que su grado de saturacién es mayor en el golfo mejicano que en su origen. Resulta de las investigaciones de caracter mas sintético, sobre todo de Carpenter (1), sobre el transcendentalisimo pro- ceso de la circulacién oceanica, del que nace toda la distribu- cién de climas aéreos y acuaticos en el globo, que la sal ejerce en él un senalado papel, pues los movimientos oceanicos (1) Revue de cours scientifiques, t. Vi. * (49) Calderon.—LA SAL COMUN. 415 son el resultado de diferencias.de densidad infiuidas por las de temperatura. El equilibrio de los mares, considerados en vastas extensio- nes, es, en Ultimo término, un equilibrio de peso, como el que ofrece la experiencia de los vasos comunicantes, donde el liquido mas denso se mantiene a nivel mas bajo. Producese, por consiguiente, una corriente superficial que va del menos denso, esto es, menos salado, en el caso en cues- tidn, al que lo es mas, y es claro que si existe una causa per- manente de diferencia de saturacién, la corriente se conserva constante. Este principio ha sido formulado y comprobado en el Mediterraneo por M. Bouquet de la Grave, expedicionario del Zravailleur (1), donde una evaporacion extraordinaria aumenta la salazén, y de aqui la llamada que se produce hacia el Estrecho de Gibraltar. La altura media del nivel en Marsella es 1 m. mas bajo que la del Océano, pero va aumen- tando hacia el O. y disminuyendo hacia las costas de Italia, donde el agua es mas salada. De aqui se infiere una relacién constante entre la densidad del liquido y la altura del mar de que procede. Pasemos & considerar la sal bajo otro aspecto nuevo: como agente quimico, en cuya relacién no ofrece menos interés su estudio que bajo el mecanico, tomado ahora en cuenta. La sal comin por si sola es una sustancia inerte; asi es que el pozo de Sperenberg, al 8S. de Berlin, atraviesa una masa de ella durante 50 y hasta 200 m., sin que la temperatura crezca en una pequenia fraccién; pero apenas entra en juego la sal, merced a la circulacidn general de los elementos del globo con otras sustancias, se troca en un agente inagotable de energias, caracterizandose por su manera lenta, pero continua de producirse. Lasdemas sales que habitualmente la acompafian ejercen también su papel, pero por lo general acaba su accidn mucho antes que la de la sal comin, pues 6 se descomponen por fusidn acuosa, como le pasa 4 la carnalita, 6 se alteran hasta reducirse 4 polvo, como le ocurre 4 la glauberita. El (1) Compt. rend.; \882. 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) cloruro de sodio se va asi aislando de sus acompanantes y per- manece 4 través de todas las emigraciones como un depdsito siempre vivo de energias. No quiere decir esto que no se descomponga alguna parte de cloruro de sodio en la quimica del globo. Artificialmente se logra esto por varios caminos, por ejemplo, mediante el Acido fluosilicico, que tiene la propiedad de precipitar el po- tasio y el sodio de todas sus sales en estado de fluosilicatos muy poco solubles en el agua; con el silicato de potasio for- ma silicato de sosa y cloruro de potasio, y basta simplemente tratar la sal con la silice, haciendo pasar vapor de agua sobre una mezcla de dichos dos cuerpos al rojo, para descomponer- la, originando silicato de sosa, con desprendimiento consi- cuiente del acido clorhidrico. Asimismo, las disoluciones de sal comun tratadas ‘por el 6xido de plomo, se resuelven en cloruro de plomo basico é hidrato sédico. En fin, una mezcla de gas sulfuroso y de aire es bastante para verificar el desdo- blamiento de la sal, 4 condicién de que esta se halle fuerte- mente calentada. Ninguna de estas reacciones se verifica en la naturaleza, sino es en condiciones y casos sumamente excepcionales; pero hay una que se realiza en los procesos volcanicos, y que indudablemente tiene mucha mas importancia que las ante- riores en la economia de la tierra. Nos referimos a la accién del Acido sulfirico sobre el cloruro de sodio, ala cualdebeindu- dablemente su origen el acido clorhidrico que se desprende de algunos crateres, como el del Vesubio. Ya hemos visto que la sal se deposita en este, como en torno de otros volcanes, des- pués de las erupciones, y respecto 4 la existencia en sus focos de Acido sulfirico, dan testimonio los desprendimientos que se verifican por las grietas, las aguas que salen de ellos, car- gadas de dicho cuerpo, como las famosas del rio Vinagre, 6 los vapores emitidos durante las erupciones, como en el Etna en 1852, tan ricos en él que la lluvia ocasionada por su con- densacién ennegreciéd y quemé todas las plantas sobre que cay}. También las fumarolas producen acido clorhidrico con el vapor de agua y acido sulfuroso, depositando 4 su alrede- dor azufre, sal gema, sal amoniaco y cloruro de hierro, Es natural suponer que en todos estos casos haya alguna des- composicién de cloruro de sodio, el cual da origen al acido (51) Calder6n.— LA SAL COMUN. 417 clorhidrico libre, aunque hay que tener en cuenta que el clo- ruro de hierro en dichas condiciones, y bajo la influencia del vapor de agua, desprende asimismo aquel cuerpo, dejando en libertad laminillas de oligisto. Luego veremos que en ciertas circunstancias se descompo- nen mutuamente el cloruro de sodio y el carbonato de cal. Resulta en definitiva que solo en condiciones locales y de- terminadas se presenta en la naturaleza una verdadera des- composicion de sal, y aun en muchos ¢Gasos no se realiza tam- poco por ella una disminucidén sensible de su cifra total, pues una parte, por lo menos, del acido clorhidrico libre se emplea en atacar a ciertos feldespatos, sobre todo sddicos, y entonces vuelve a producirse cloruro de sodio. Este curioso proceso de composicién y descomposicién ha sido comprobado en varios volcanes y llamado newmatolisis por Bunsen. Estas consideraciones nos conducen como por Ja mano & tratar de la influencia que al mineral, objeto del presente en- sayo, le toca en los procesos volcanicos. Seria ocioso recordar aqui de puro sabido, que estos fueron ya atribuidos 4 las ac- ciones quimicas y no al calorcentral por los memorables Hum- phry Davy y Daubeny, cuyos puntos de vista ampliados, y concediendo a los factores mecanicos concomitantes su verda- dero valor, vienen 4 ser los mismos que sostienen los gedlo- gos modernos mas reputados por su competencia en el asunto. Es verdad que hoy no podria admitirse con el exclusivismo que aquellos lo hicieron, sobre todo el primero, cuando descu- brid las bases metalicas de las tierras y de los alcalis, que al penetrar el agua en las regiones subterraneas fuese descom- puesta, y gue oxidandose entonces los metales, se desenvol- viese un calor suficiente para fundir las rocas cercanas. Seme- jante manera de ver es exagerada, y no se comprueba en las erupciones-desprendimientos de hidrédgeno en la cantidad que pide esta teoria; pero no es posible desconocer la accién qui- mica preponderante del agua y de las sales que disuelve en la actividad volcanica, puesto que donde quiera que esta se ha producido con energia se reconoce la existencia de dichas sales. | ) Lyell (1) ha notado con mucho acierto que las fuentes ter- (1) Principes de géol ; edic. franc., cap. xv 11. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 27 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) males y los volcanes son dos manifestaciones de una misma causa, que no difieren esencialmente ni por su naturaleza, ni por sus resultados. «Los vapores y el agua que procede de los crateres, dice Fuchs (1), encierran todos los cuerpos que se encuentran en los manantiales 6 en el mar. En las fumarolas las sales de este Ultimo se elevan bajo formas de vapores que se depositan en torno de la boca eruptiva; aparecen enel agua de los torrentes de lodo y de las fuentes que nacen en el vol- can 6 se hallan en estado de fusidn mezcladas con las lavas.» Reconociendo los productos volcénicos se descubren en ellos las sales alteradas 6 no, segtin laiutensidad de las accio- nes 4 que deben su origen; asi es que bajo la influencia de una temperatura elevada, las actividades quimicas se compli- can, y descomponiéndose mutuamente las sales, originan otras nuevas, dejando 4 la par en libertad los cuerpos gaseo- sos, como el acido clorhidrico, el hidrégeno sulfurado y el acido sulfuroso. Se dice que en la América meridional solo los volcanes situados cerca de la costa producen acido clorhidri- co, al paso que este no se desprende en los situados al KE. de los Andes. Las diversas sales que lleva en disolucién el agua del mar, segun el grado de alterabilidad de cada una y la manera pe- culiar de conducirse en relacién con las temperaturas, dan lugar 4 reacciones varias y complejas, que se esta lejos atin de conocer en todos sus detalles; pero que explican ya la cone- xidn entre la actividad y productos de los voleanes y su pro- ximidad al mar. Los banados por él, merced 4 su posicién in- sular 6 costera, son los que ofrecen mayor energia y duracidn, al paso que los situados en el interior de las tierras 6 se hallan extinguidos 6 tienden a estarlo. Se podria objetar que 4 las margenes de algunos depdsitos lacustres han existido focos eruptivos de no poca importancia, y buena prueba de ello la regién volcanica de la Mancha, cuyos basaltos nefelinicos han sido estudiados por el Sr. Quiroga (2); pero no hay que olvidar la abundancia de elementos salinos en la meseta cas- tellana, de que aun dan testimonio la sal de Villarrubia y (1) Les volcans et les trembl, de terve.—Paris, 1881; pag. 102. (2) Bstudio micrografco de algunos basaltos de Ciudad-Real.—(ANAL. DE LA Soc. Es: PANOLA DE HistT. NAT.; t. 1x ) 53) Calderon.— LA SAL COMUN. 419 de Espartinas, el sulfato de magnesia de las aguas de Vacia- madrid y el sulfato de sosa de tantos sitios, de cuyas sustan- cias participan la mayor parte de las aguas de la Mancha, cuando no son muy someras. Obra el cloruro de sodio descomponiéndose y dando lugar & desprendimientos de acido clorhidrico que salen al exterior durante la erupcién, y que antes de ella originan esos cloru- ros metalicos, como el de potasio, y los de hierro, plomo y cobre, que corresponden 4 la actividad volcanica mas intensa. Pero no todos los elementos salinos que contiene el agua del mar son descompuestos durante estos terribles fendmenos, sino que una parte queda con ella acompafando a la materia lavica; al enfriarse esta al aire libre, el liquido se escapa en su mayoria transformado en vapor, conservandose aprisiona- dos los elementos que llevaba en disolucién, los cuales, como desde luego se comprende, intervienen poderosamente en la produccién de los minerales que se desarrollan durante la consolidacién de la lava, 6 sea lo que en otro trabajo hemos llamado periodos de enfriamiento y de actividad en frio (1). Asi se explica perfectamente el origen de laanalcima, que es el resultado de la accién del cloruro de sodio disuelto sobre la leucita, si bien este mineral puede por el mismo agente trans- formarse en una mezcla de ortoclasa y nefelina, doble seudo- morfosis que explica la siguiente formula: 2(K,0.Al,0,.4S8i0,)+2NaCl= E102 Ad Oe. 16) SinOg 1 Nan 0,4 Allg. Oy 22 SLOyxt.2 KCl. Fuera de los volcanes, en las condiciones normales del dina- mismo general que se realiza en el espesor de la corteza te- rrestre, el agua que lleva cloruro de sodio en disolucidén, es un agente de formaciédn de minerales, de descomposicion de otros y aun de obstaculo a que otras reacciones tengan lugar. Por lo que al primer extremo se refiere, nuestro conoci- (1) CALDERON: La evolucidn en las vocas volcdnicus.—(ANAL. DE LA Soc Esp. DE His= TORIA NAT, t. VIII.) 420 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52): miento se funda principalmente en las inducciones 4 que se presta la nueva é interesante rama de Ja mineralogia geolé- gica, que se ocupa en la reproduccion artificial de las sustan- cias naturales. Apenas comenzados tan bellos estudios, la ciencia del globo ha visto abrirse ante si nuevos horizontes, y se han podido tocar inmediatamente resultados tedricos y practicos, merced 4 las conclusiones de caracter general que ellos permiten formular. Desde luego es de notar que todas las producciones sintéticas de minerales y rocas, no obstante la multitud de las logradas hasta aqui, se basan en la inmen- sa mayoria de los casos en la accién reciproca de una sustan- cia basica con un agente activo 6 generador, que es casi siem- pre uno de los siguientes: agua, hidrégeno sulfurado, acido sulfuroso, Acido carbénico, Acido clorhidrico, fluoruro de sili- cio 6 hidrédgeno. Ayudan a esta accién otros factores, y par- ticularmente las corrientes eléctricas débiles, empleadas des- de Becquerel con gran resultado en la imitacién de los proce- sos naturales (1). Ha intervenido la sal como agente principal 6 secunda- rio en la reproduccién de muchos minerales: por ejemplo, M. Michel ha obtenido la wulfenita calentando el molibdato de sosa con cloruro de plomo y cloruro de sodio en exceso; Forchhammer reprodujo el apatito empleando el fosfato de cal tribasico fundido en el cloruro de sodio, con lo cual el clo- ro remplazoé perfectamente al fluor del apatito natural. Los ca- lomenanos se forman en el tratamiento de los minerales mer- curiales cuando se tuesta la panabasa mercurial con sal ma- rina. Detray ha realizado la cristalizacién de la atacamita calentando a4 100° C. dos disoluciones mezcladas de sulfato de cobre amoniacal con otra de cloruro de sodio, asi como Scheerer y Drechsel la del espato fluor octaédrico, fundiendo una mezcla de fluoruro de calcio y sal comun. Sin multiplicar mas los ejemplos, vamos 4 mencionar aque- llas funciones quimicas verdaderamente transcendentales del cuerpo que nos ocupa en la actividad normal de la tierra, y, por tanto, las tocantes 4 sus relaciones con los minerales que con mas frecuencia le acompanan. (1) Fouqut ET Micnet Levy: Synthese des minéraua et des roches.—Paris, 1882. 455) Calder6n.—LA SAL COMUN. 421 En los manantiales y lagos salados, el cloruro de sodio viene mezclado casi siempre con sulfato de sosa y cloruros de calcio y de magnesio, como hemos dicho precedentemente. En tanto que el disolvente se halla en cantidad excesiva, estas diversas sales permanecen en elagua sin descomponerse mutuamente; mas luego que llega a4 cierto grado de concentracién, entran en reaccion el sulfato sddico y el cloruro calcico, produciendo cloruro sddico, que queda disuelto, mientras que se posa casi todo el sulfato de cal. Este arrastra en su precipitacién al sul- fato de sosa restante, 4 pesar de su solubilidad, formando esa sal doble que en mineralogia se llama glauberita 6 polihalita. Estos mismos cuerpos, una vez depositados, reaccionan entre si, dando origen 4 nuevas especies. La anhidrita es uno de los minerales que deben su existen- cia a la actividad quimica del cloruro de sodio. Hoppe-Sey- ler (1) ha comprobado que el yeso se deshidrata totalmente cuando se le calienta en un vaso cerrado con una disolucioén saturada de sal marina, transformacién que es probable se verifique en frio, aunque de un modo lento, en la naturaleza. Asi se explicaria la estructura del yeso comprobada por G. Rose en la anhidrita de Liineberg, Stassfurt y otros puntos, que muestran evidentemente cOmo semejante deshidratacién es un fenomeno ordinario. Por otra parte, este ultimo mineral se encuentra, por regla general, asociado a la sal gema, y aun en los casos en que no lo esta, casi siempre puede suponerse que aquella haya emigrado después. No es aventurado atribuir 4 la sal comun, asi como al clo- ruro de magnesio, virtud para contribuir 4 la formacién de varios silicatos, descomponiendo el de alumina 6 combinan- dose con la silice hidratada. Mezclando y calcinando estos cuerpos, se produce artificialmente dicha reaccién con des- prendimiento de acido clorhidrico, sobre todo si se la favorece con la intervencidn del vapor de agua. Ciertamente faltan todavia muchos datos respecto a la qui- mica geologica, a quien corresponderia dilucidar todas estas cuestiones; pero es indudable que numerosas reacciones, que nosotros logramos rapidamente en los laboratorios con la ayu- (1) Ann. d. Chem. und. Pharm., t. LXxxi1, pig. 348. 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) da del calor, se verifican en el seno de las capas por los pro- cesos habituales, si bien de un modo mas lento, y que nin- guna de las propiedades que posee una sustancia deja de ocasionar su resultado en la vida del globo. El poder que tiene el cloruro de sodio de producir sales dobles, quizas arrojara algun dia mucha luz sobre el mecanismo de formaciones que hoy nos son muy oscuras. Asimismo hemos tenido ocasién de tratar en otro sitio, con ocasién del origen del oro (1), cémo la emigracién de este metal ysu agrupacién en forma nativa, en ciertos puntos, pueden explicarse satisfactoriamente por la influencia de las aguas que llevan cloruros en disolucién, siquiera sea en pequena cantidad, lo cual debera aplicarse también a otros metales. Mas donde el cloruro de sodio da origen 4 acciones quimi- cas de mayor importancia, es al actuar sobre algunas de las rocas mas difundidas en la corteza terrestre, y 4 las que tiene el poder de descomponer. Asi, bajo la influencia del aire y del agua, se combina con el carbonato de cal, produciendo clo- ruro de calcio y carbonato de sosa, que es el proceso de for- macion del natron, tan abundante en la naturaleza. El famo- so lago de este nombre, en Egipto, a 20 leguas del Cairo, ofre- cid & Berthollet ocasién de estudiar la accién indicada entre los elementos que contienen sus aguas, la cual se ha compro- bado después en otros muchos de Asia y en los de Debreczin, en Hungria, en la proximidad de montanas calizas, junto 4 las cuales existen depdsitos saliferos considerables. El sub- suelo de las estepas es asiento en grandes extensiones de la misma transformacién, que determinan cuando la humedad del suelo se evapora en estio, el ascenso del carbonato de sosa por capilaridad, el cual, concentrandose, acaba por producir eflorescencias; otras veces es arrastrado por las aguas teluri- cas 4 las cuencas de fondo arcilloso, y evaporadas estas en ve- rano, ocasiona grandes costras cristalinas. En esta accién del cloruro de sodio sobre la caliza se funda e] empleo de la sal en agricultura, porque de una parte el clo- ruro de calcio soluble es absorbido por la planta, proporcio- (1) CatpErOn: Za Sierra de Peiaflor y sus yacimientos auriferos.—( ANAL. DE LA Soc. Esp. pE Hist. Nat.; t. xv, 1886.) (57) Calder6n.— LA SAL COMUN. 123 nandola asi cal y cloro, y de otra el carbonato de sosa obra sobre el mantillo, y bajo la influencia del agua, del aire y del calor, se cambia en nitrato de sosa. Ahora bien; siendo la ni- trificacidn uno de los agentes mas importantes de la vegeta- cién, la sal comitin concurre indirectamente 4 la fertilizacion de las tierras. Sobre todos los minerales del género cal acttia de modo se- mejante el que aqui nos ocupa, dando margen a descomposi- ciones y 4 la produccién de nuevas especies, incluso sobre el silicato, propiedad que comparte con el sulfato de magnesia, y de la que resultan silicatos de sosa 6 de magnesia y sulfato 6 cloruro de calcio. Otras acciones altamente modificadoras caracterizan 4 la sel marina en sus relaciones con los minerales metalicos, y par- ticularmente con los sulfuros y sulfatos, a los cuales descom- pone. En caliente, estas reacciones se verifican con tal rapi- dez, que constituyen procedimientos practicos para obtener sulfato de sodio por medio de la sal y las piritas 6 el sulfato de plomo. En Fahlun, Suecia, se fabrica la sosa calcinando la sal gema con diversos sulfatos, metalicos unos, y particular- mente ¢] de hierro, y otros no metalicos, como el de magnesia y el alumbre, método industrial econdémico por extremo. En ultimo término, en este como en los demas, el arte, lo mismo que la naturaleza, pone en juego la accién del acido sulftrico sobre la sal eomtin; solo que, cuando se emplean piritas, es preciso se oxiden primero en presencia de un exceso de aire, pasando una parte 4 sulfatos. Parece también que el cloruro de sodio, acelerando 6 retar- dando la descomposicién de las materias organicas, seguin su cantidad, debe influir valiosamente en el gran proceso de la reduccién, puesto que.estas sustancias son las principales, y, segun algunos, las unicas que gozan de este poder sobre la materia mineral. Quizds esta sea la razon principal de no ser minera ninguna regién donde abunda dicho cuerpo. Mas esta cuestidn es sumamente oscura, pues vemos la sal provocar las destrucciones orgaénicas y producir, asi como mejoramiento, buenos efectos en los cultivos, empleada en pequefia canti- dad; y en dosis altas impedirlas por el contrario, hasta volver inertes los abonos 6 esterilizar los campos, deteniendo toda fermentacién en las tierras, de ese modo que se ha hecho pro- 424 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) verbial desde los antiguos, que sembraban de sal las tierras de los enemigos para matar en ellas todo germen de vida y de prosperidad. Produciéndose la sal como un agenie quimico poderoso, tiene que ser, por consecuencia, un factor electro-dinamico y de metamorfismo; que esto ultimo, en definitiva, no es mas que el resultado de las descomposiciones y composiciones de Jos elementos de las rocas. Mas hemos querido tratar separa- damente este aspecto de la historia del mineral que nos ocu- pa, por la excepcional importancia que semejante linaje de investigaciones reviste en la actualidad. La electricidad es, sin nin@tin genero de duda, el agente mas universal, y, sin embargo, menos ostensible de los que originan los fendmenos intimos de la vida del globo (1): ella es capaz de desprender en un momento el trabajo de fuerzas acumuladas durante largos periodos, y entonces se muestra con espantosas manifestaciones; pero generalmente obra en pequena escala, radicando su poder en concentrar una canti- dad de energia relativamente enorme en un espacio muy reducido, al modo como la punta del cuchillo reune en el minimum de superficie toda la fuerza del brazo que le mue- ve. Asi se explica la produccidn de colosales trabajos geolégi- cos cuya causa nos es completamente desconocida, pues no podemos buscarla en ninguno de los factores tangibles, por decirlo asi, que vemos obrar ocasionando eso que se llama las ciusas actuales, y que si todavia encierran muchos misterios en la manera de conducirse en cada caso, nos revelan clara- mente en su totalidad que son el resultado de la electricidad que las reacciones quimicas desprenden. Por eso ha dicho Stoppani con genial induccidén: «Yo creo que en la pila esta la llave de la dinamica terrestre» (2). La sal, que es un agente eléctrico en la experimentacién fisica, no puede menos de serlo también en la naturaleza. Se (1). FerNANDEZ DE Castro: Discurso de recepcion en la Real Academia de Ciencias. —1878. (2) Corso di Geologia.—Milano, 1873. (59) . Calderdn.—1LA SAL COMUN. 425 sabe, en efecto, que casi todas las sustancias metalicas, su- mergidas en una disolucién de dicho cuerpo, originan una pila anéloga 4 la de Leclanché, de cloruro aménico, despro- vista de vaso poroso, 6 & las de Warren de la Rue y de Gaiffe, en las que se emplea un cloruro como sustancia despolari- zante. Sin pretender nosotros que el agua salada sea, merced 4 di- chas propiedades, la tinica fuente de la electricidad terrestre, creemos, sin embargo, que tiene tal importancia en este res- pecto, que no se ha concedido atin al asunto la significacion que merece. Se trata por otra parte, de un cuerpo cuya difu- sién en la superficie del globo es superior, como hemos dicho, 4 la de todos los demas, excepto elagua, y que disuelto en esta es capaz de llegar 4 las mayores profundidades, pues como lo ha demostrado Daubrée, la accion de la capilaridad, obrando de consuno con la gravedad, obliga al liquido 4 penetrar en las regiones mas profundas y caldeadas de la corteza del globo a pesar de las grandes contrapresiones interiores que pudie- ran oponerse a ello. : El cloruro de sodio es ademas un elemento conductor en alto grado; una disolucién de él saturada 4 9°,50 posee una conductibilidad solo superada por el sulfato de zinc en igua- les condiciones (1), asi es que en la pila de columna, para aumentar la tensién, basta mojar los discos de trapo en una disolucion salada. Se ha concedido por algunos 4 la sal el poder de producir en ocasiones acciones termo-eléctricas poderosas, y quizas ocurra asi cuando actia en gran cantidad sobre masas de sulfuros metalicos sirviendo de intermediaria el agua; tam- bién el Sr. Centeno (2) atribuye Ja termalidad de las fuentes de Nueva Vizcaya 4 reacciones quimicas subterraneas entre materias salinas y otras diversas, supuesto que alli no existe manifestacién préxima de volcanismo 4 que achacar esta ele- vacion de temperatura; pero estos son casos excepcionales, pues en general obra el cloruro en cuestién de un modo débil, pero continuo. Precisamente laimportancia geolégica de la sal se funda en (1) JAMIN: Cowi's de physique, t. 111, 1886. (2) Loc. cit. 425 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) esta manera de conduirse, no solo por la constancia que es su consecuencia, como porque la lentitud en el modo de actuar de una corriente eléctrica determina, segtin lo probé Becque- rel (1), los cambios mas profundos y notables en las sustan- cias minerales, los cuales se dan a conocer, por ejemplo, en la dureza singular que les comunican. Por eso este eminente quimico, y como él Crosse y Despretz, han puesto en juego se- mejante medio como auxiliar poderoso de las reproducciones artificiales, y no pocas veces es el cloruro de sodio el cuerpo utilizado para determinar dichas corrientes. Recordaremos su modo de obtencidén del sulfato y del cloruro de sodio cristaliza- dos por via quimica lenta, haciendo obrar una disolucién de sulfato de cobre y de cloruro de sodio sobre un trozo de gale- na. La accién reposada que la mezcla de estos cuerpos origi- na, fué satisfactoriamente explicada por Becquerel (2) por la intervencién de débiles corrientes eléctricas, en cuya virtud al cabo de siete anos el ejemplar de galena aparecié cubierto de cristales voluminosos de cloruro de sodio y de cloruro de plomo con cristales mas pequenos de anglesita. Por mas que el descubrimiento sea ya bastante conocido, ha de permitirsenos recordar brevemente, como complementu de las consideraciones que estamos apuntando, los resultados finales de la célebre memoria de Daubrée sobre los minerales producidos en las cafierias romanas de las termas de Plombie- res (3), como prueba de que el agua tibia y apenas mineraliza- da ha podido originar silicatos que hasta hace poco se creian eran obra exclusiva de la via seca y en virtud de elevadas tem- peraturas. En efecto, al practicar en dicho punto trabajos para canalizar algunos manantiales cuyas aguas Manan a unos 70° y contienen cierta cantidad de silicatos, sulfatos y cloruros de sosa y potasa, se descubrié entre varias obras de mamposteria, una llave de bronce de la época romana cu- bierta de cristales de pirita cobriza y en la argamasa que ro- deaba 4 los conductos por donde corria el agua 4 una piscina, se encontré hialita y varias ceolitas (como la chabasia y la (1) Bléments a@’électvo-chimie; Paris, 1864. (2) Compt. rend., t. XXxIv, 1852. (3) Observations sur le métamorphisme et recherches expérimentales sur quelques uns des agents qui ont pu le produire.—(Annal des Mines, 5." série, t. XVI.) (61) Calderon.— LA SAL COMUN. 427 apofilita) especies que no forman parte del granito porfidico de donde surg‘en los manantiales de Plombieres. El agua mineralizada, aunque sea en corta escala, es capaz de producir sustancias y cambios que, como en este caso, ori- g@inen nuevas especies 4 temperaturas mucho mas bajas que la via seca, sin necesidad tampoco del concurso de fuertes presiones, siendo sus resultados tanto mayores, cuanto mayor es el tiempo durante el cual obran. Un agente reemplaza a estos en tales ocasiones: las corrientes eléctricas débiles, las cuales deben nacer donde quiera que el agua llevando sales, y particularmente sal comin, por ser la mas difundida, actua sobre las rocas 6 los metales. | Para terminar lo referente & las funciones de la sal comun, y con ellas este modesto ensayo, vamos 4 examinarla bajo el punto de vista biolégico, esto es, en sus relaciones con los seres organicos. La mas precisa de las sales para la vida animal es el cloruro de sodio. El hombre no puede prescindir de él y en vano lo ensayaron las corporaciones religiosas cuyas practicas son mas severas. Wundt, Rosenthal y Schultzen han mostrado por diversas experiencias, realizadas sobre los animales y sobre el hombre, que la sal es indispensable 4 la economia y que su supresion ocasiona graves accidentes. La explicacién es obvia en lo que se refiere 4 que dicho cuerpo entra en la cons- titucién de casi todos los jugos y especialmente del suero y de los cartilagos; pero también debe ejercer un papel atin oscuro favoreciendo el trabajo intimo de la nutricién de los tejidos, la formacidn de la bilis y de los jugos gastrico y pan- creatico (1). Los zootécnicos practicos y citaremos entre ellos 4 Robin (2), estan de acuerdo en que la sal favorece el crecimiento y en- gordamiento de los animales, los cuales adquieren por su uso un pelo mas lustroso, conservandose mas sanos y agiles que (1) Kiiss et Duvat: Cours de physiologie, 1879. (2) Guide théorique et pratique des cultivateurs. 428 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) los privados de ella, por una economia mal entendida. Se ha ensayado reemplazar dicha sustancia por el cloruro de potasio en la alimentacién de ciertas especies; pero todas las pruebas han dado fatales resultados y ocasionado accidentes graves en los individuos objeto de experimentacion. Si de los animales pasamos 4 las plantas, encontramos que en su composicién entran casi siempre los cloruros, pero en una proporcién muy débil. Hay, sin embargo, un grupo, mas bien geografico que morfolégico, de plantas llamadas salinas, que necesitando de los compuestos solubles de sosa lo mismo que de los de potasa para su desarrollo, solo viven en las ori- llas del mar, de los pantanos y fuentes saladas, por ser lugares en que encuentran toda la cantidad de estos cuerpos que pue- den absorber y elaborar. Entre ellas figuran las especies de los céneros Atriplex, Chenopodium, Salsola, Salicornia, Kochia, muy utilizados en otro tiempo para la fabricacion de la sosa; los géneros Statice, Tviglochim, y en las comarcas mAs calien- tes, los Reaumeria, Tetragonia, Nitraria y hasta el Mesembryan- themum. Todas estas plantas salinas, correspondientes, como se ve, 4 géneros y hasta familias distintas, dejan por incinera- cién abundante cantidad de sales de potasa, cloruro sddico, variable proporcién de carbonato sddico, procedente de la des- composicién del oxalato, tartratos y otras sales organicas s6- dicas. En fin las aleas marinas son naturalmente saliferas tam- bién, pero no absorben tanta cantidad de estas sustancias como las antes citadas. Comparando los animales con los vegetales en relacién con la importancia que en la vida de unos y otros ejerce la sal, parece, al menos en general, que es mucho mas necesaria a los primeros que & los segundos, y que en este respecto hay como una excepcidn 4 la ley de lamas inmediata dependencia del reino mineral, que por regla general caracteriza al mundo de las plantas, en contraposicién al otro mundo organico. En cambio la inmensa mayoria de los vegetales estan organizados para absorber y servirse de la potasa como el cuerpo necesario para realizar sus procesos nutritivos. Otra comprobacién del mismo principio ofrecen las aguas saladas, por cuanto consti- tuyen un medio mas propicio para la vida animal que para la de los vegetales; asi es que, aun en aquellos mares donde no existe més que un corto numero de algas y de fucoides, (63) Calder6dn.— LA SAL COMUN. 429 pululan en cantidad prodigiosa seres de diversas clases del reino zoolégico, viviendo unos 4 expensas de otros, y por tanto, con independencia con respecto al otro reino. Todas las propiedades que la sal comunica al agua del mar, son favorables al desarrollo de la vida en él, independiente- mente de ser una sustancia necesaria para la economia animal. Aumentando la densidad del medio, vuelve 4 los individuos especificamente mAs ligeros y facilita sus movimientos; contri- buyendo a las corrientes oceanicas, coopera ala dispersion de las faunas y de las floras, no solo marinas, sino continenta- les (1), y bajando el punto de congelacién de las aguas, per- mite la vida, aun en la misma superficie del mar, en las regio- nes en que la baja temperatura la impediria por la solidificacién del liquido. Las faunas y floras marinas han precedido 4 las continenta- les y son evidentemente las antecesoras de estas, lo cual es un corolario de las condiciones que el globo ofrecia en las épocas geoldgicas mas antiguas y que comprueban plenamente la ontogenia y la filogenia de los dos reinos organicos. Hemos visto cdmo los mares primitivos se constituyeron a expensas de una atmdsfera que contenia ya los elementos sali: nos, y entre ellos predominantemente el cloruro de sodio, y es claro que 4 él tavieron que adaptarse las formas vivientes pri- mordiales; porque, aun suponiendo llegado ya el momento en que la atmdsfera estuviera bastante fria y pura para que las lluvias cayesen sin arrastrar elementos extranos, como eran escasas todavia las superficies continentales y estas demasiado llanas para constituir recipientes, tenian que volver casi en su totalidad al Océano. Es probable también, que las escasas y poco profundas cuencas de entonces no se prestasen a conservar el liquido por la elevada temperatura, tanto de su fondo, como de! aire ambiente. Por estas causas, se explica D’Archiac (2), (1) Darwin (Origine des espéces. Cap. x1) hahecho una serie de experiencias des- tinadas 4 comprobar el numero de dias, durante el cual, los granos y los frutos de di- versas plantas podian resistir la accién nociva del agua del mar: de 87 especies, 64 germinaron perfectamente después de una inmersion de veintiocho dias en el agua salada y muchas soportaron una de treinta y siete. Fundéndose este insigne natura- lista, en la velocidad media de las corrientes ocednicas, ha llegado 4 deducir que un gran numero de granos podian ser transportados sin alterarse por el mar 4 mas de 1.600 kil6metros por la accion de las corrientes. (2) Introduction a Vétude de la paléontologie stratigrafique; Paris, 186+. 430 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) que los terrenos cambricos y siltricos, y con mas razén las capas anteriores 4 ellos, no ofrezcan formas andlogas & las de las aguas actuales, ni 4 las de las épocas terciaria y secunda- ria. Todos los restos de aquellos terrenos son acuaticos y ma- rinos, hasta llegar al carbonifero, que es el que por vez prime- ra proporciona pruebas numerosas de la existencia de aguas dulces permanentes en la superficie del globo. Los magnificos trabajos de Saporta (1) dejan fuera de duda el origen marino del reino vegetal. La planta metafita se hizo terrestre comenzando por desarrollar un tallo ulvoideo 6 fila- mentoso con pelos radicales que le fijasen alsuelo himedo, de cuya etapa son restos supervivientes las hepaticas y equise- taceas. Dotadas aun de dos medios de reproduccién, predo- mino el esporédgeno, como mas favorable en las nuevas condi- ciones, divisidn del trabajo que, en sus ulteriores grados, pro- dujo los dos sistemas bien distintos de los vegetales superiores: el aparato nutritivo, representado por el tallo y la raiz, y el reproductor sexuado, por la flor y sus anejos. Otro tanto puede decirse de la ascendencia del mundo animal que puebla los continentes, solo que en este, las formas de transicidn han debido ser mas numerosas y correspondientes a tipos y clases distintas, que habian alcanzado ya grados de diferenciacioOn avanzada en el mar antes de irse adaptando a la vida lacustre y luego aérea. De aqui, que en zoologia no se haya realizado un trabajo tan sintético como loes el de Saporta en botanica; pero indudable, podra llevarse 4 cabo algun dia recopilando los valiosos datos jue la paleontologia va sin cesar proporcionando. Por otra parte, la geografia de los animales ofrece abundantes pruebas del paso gradual de las formas ma- rinas & las de agua dulce. Los estuarios, lagunas y charcas costeras, donde la composicion del liquido ha ido cambiando y perdiendo de salazén sucesivamente, forman un /adilat espe- cial, en que moluscos puramente marinos viven asociados & otros adaptados ya 4un medio intermedio entre el de estos y el lacustre, lo que ha permitido seguir los cambios de costum- bres realizados en ellos sin que se extinguieran. El estudio de estas transiciones ha sido objeto de notables investigaciones (1) Dre Saporta ET Marion: L’évolution du vegne vegetal. Les cryptogames.—/Bibl. Scient. internation., 1881.) (65) Calder6n.— LA SAL COMUN. 431 por parte de Forbes (1) y de su continuador G. Ansten (2), que han reconocido muchas faunas de caracteres variables, segtin las regiones en que vivieran. Por otro camino ha llegado recientemente 4 iguales con- clusiones M. Gadeau de Kerville, analizando la distribucién topografica de los animales en el estuario del Sena (3), y si- guiendo el enlace de la fauna marina 4 la decididamente flu- viatil por el intermedio de otras. Estas son en conjunto tres: una de agua dulce, otrasalobre 6 fluvio-marina, y una de agua salada 6 marina; la serunda comprende 4 su vez una salobre- dulce, de fauna escasa, y otra salobre-salada, mas rica que la precedente (con Asterias, Macropsis, Carcinus menas, Loli- go, etc.) Hechos semejantes se realizaran también sin duda 4 lo largo de los estuarios de otros muchos rios, sobre todo en aquellos que son caudalosos y en que se hacen sentir grande- mente las mareas. La aparicién de la vida continental 4 expensas de la marina se explica muy bien por este conjunto de observaciones, que muestran cémo la transicién debid efectuarse desde el final de la época paleozdica y que se ha podido ir repitiendo des- pués y seguir ocurriendo actualmente, ora en determinadas especies, ora en poblaciones enteras de animales. La distincién de dos clases de faunas, marinas unas y con- tinentales otras, en sus comienzos poco marcada, iria crecien- do sucesivamente 4 compas de la extensién alcanzada por las tierras emergidas. En la actualidad las masas de agua dulce no forman ni tantos ni tan extensos lagos como en la época terciaria; pero nuestros rios y riberas ofrecen un curso m&s dilatado que los de entonces, 4 causa de los relieves mas pro- nunciados del suelo y del alejamiento de las costas (4). Asi es que la vida fluviatil, y como consecuencia la aérea, viene mul- tiplicando sus especies de un modo constante y creciendo con ella la diferenciacion organica. Las precedentes consideraciones nos llevan 4 una impor- tante conclusidén, que no sabemos se haya consignado todavia (1) Citado por D’Archiac, en su Introduct. a la paléont. stratigr. (2) Quart. Journ. Geol. Soc., t. vt. (3) La faune de Vestuaire de la Seine. Caen, 1888. (4) D’ Archiac: Op. cit. 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) por ningun naturalista, 4 saber: la existencia de formas sus- ceptibles de morar en los dos medios lacustre y marino, y la de otras que son absolutamente incapaces de subsistir més que en el primero, es la consecuencia de la fecha mas 6 menos remota en que se realizé su adaptacién al medio continental. En efecto, se conocen animales correspondientes 4 grupos distintos, y algunos de organizacién tan superior como los peces, que gozan de la propiedad de vivir en cualquiera de los dos medios; al paso que otros peces y otros seres mucho mas sencillos, perecen con la sola adicién de algunas milési- mas de sal en el agua en que moran. Mr. W. Smith, en su cla- sica monografia de las diatomeas, menciona especies lacustres y marinas, notando que cada una vive en su medio determi- nado, algunas en las aguas salobres y en los deltas, donde se verifica la mezcla de los dos liquidos, y otras en los rios y los estuarios, cuya agua es dulce en la superficie, pero sin que estas se encuentren en los lagos y charcas desprovistas de toda comunicacién con el mar. Asimismo en el interior de los continentes hay formas que se desarrollan en los lagos salados 6 en sus proximidades, como hemos dicho, al paso que las mas perecen inmediatamente en ellos. Recordaremos los dafios que produjo el desagiie de la laguna de Fuente-Pie- dra en 1876 en el Guadalhorce, matando los peces que en él vivian, y haciendo inmensos estragos en los animales que bebieron sus aguas y en las plantas que con ellas se regaron. Por la misma causa se explica Griesinger (1), el notable des- arrollo de las fiebres palidicas en las marismas formadas alternativamente por aguas dulces y saladas, y donde vierten fuentes minerales, ricas en sulfatos y en cloruros; una mez- cla de agua salada determina la muerte de los organismos acomodados 4 vivir en la dulce, del mismo modo que la llega- da subita de esta ultima hace perecer 4 los que viven en aque- lla, y sus cadéveres se convierten en un origen de descompo- sicién putrida. | Hemos dicho que los grados sucesivos de salazén que se ob- servan en los estuarios desde el.agua dulce hasta la del mar, ejercen notable infiluencia en la distribucién de las faunas (1) Maladies infecticuses. Paris, 1877; pég. 6. (67) ’ Calderon.—1LaA SAL COMUN. 433 que en ellos moran. También hemos visto que el agua de los rios no se mezcla de un modo inmediato con la del Océano, sino que existe una zona intermedia, comparable bajo el pun- to de vista de su extensién con la que ocupan lagos de una gran importancia, como apunta atinadamente Lyell (1); esta zona se completa hacia el interior de los continentes por esa agua salada que las mareas envian rio adentro hasta hacerlas no potables, de todo lo cual resulta un Aadctat especial para formas capaces de adaptarse segun los casos 4 cualquiera de los dos medios entre cuya conjuncion viven. En los continentes las variaciones atmosféricas y las diver- sas circunstancias meteorologicas, son agentes de una dife- renciacién variadisima que apenas obran en el seno de los mares, y de aqui que los moluscos terrestres y fluviales afec- ten estaciones mucho mas definidas que los marinos; pero, en cambio, estos se hallan sujetos 4 un gran factor que no in- fluye sobre aquellos: al grado de salazén de las aguas. Ed. Forbes, el verdadero iniciador de la geografia de los ani- males marinos, ha tomado esta consideracién muy en cuenta, explicando en su virtud la presencia 6 ausencia de numero- sas formas de peces y de invertebrados. En Europa los resul- tados de semejante factor se manifiestan lo mismo en las re- giones situadas al N. que en las que lo estan al Mediodia; en la region artica la dulzura relativa de la capa superior de sus aguas permite la vida de un pequeno numero de especies; en fin, se ha demostrado que las circunstancias singulares de la poblacion animal del mar Negro estan determinadas en gran parte por los de esta porcién de la cuenca mediterranea, aun- que modificadas merced 4 su casi completo aislamiento, y por los grandes rios que en él desembocan (2). Influye asimismo dentro de un mismo mar en los caracte- res de sus faunas la proporcién en que se encuentran las sales en la composicién de sus aguas, y esta es quizé una de las (1) Principes de Géol., cap. XVII. (2) El mismo Forbes ha estudiado en las costas del Asia menor los cambios ocasio- nados por los diversos grados de salazén del agua en los caracteres de ciertas faunas de agua dulce, asi como las modificaciones r-iteradas de aguas dulces, salobres y sa- ladas sobre las Neritinas, Paludinas y Melanopsis. Estos moluscos ofrecen tres modos de cambios tan singulares y tan diferentes, que 4 primera vista se cre2ria ver en ellos especies distintas. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 28 434 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) principales razones de la riqueza de formas que pueblan la zona sub-litoral, que es donde dicha composicién es mas va- riable, en contraposicién & las profundidades oceadnicas y en general lejos de los continentes. En la regién sub-litoral se puede seguir una sucesién de faunas, segtin la hondura de que se extraigan, que corresponde exactamente 4 los grados de salazén. De ello son buen ejemplo los renombrados fords de Noruega y los ¢ochs de Escocia y otros muchisimos estua- rios, en los cuales se van sucediendo de arriba 4 bajo faunas casi lacustres, otras de agua salobre, y en fin, otras marinas, sin que las superficiales pudieran vivir en el fondo ni vice- versa, lo cual repite en el sentido vertical lo mismo que he- mos visto ocurre en ellos en el longitudinal. De todo lo ultimamente dicho resulta que la sal comun es un elemento necesario para la vida organica, que ha favore- cido su aparicién en el globo y que trabaja sin tregua todavia en la multiplicacién de las especies. Quizas investigaciones mas detalladas descubran funciones nuevas del poderoso agente cuya historia hemos pretendido bosquejar, pues no se nos oculta que este ensayo ha de ofre- cer grandes lagunas. Nos dariamos por satisfechos y creeria- mos haber realizado todo nuestro ideal presente, si hubiése- mos logrado probar con él la posibilidad de emprender una serie de estudios de la misma indole, que llenarian un vacio sentido hoy en el modo de darse 4 conocer la historia natural de las especies minerales. ENUMERACION DE LOS ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL, POR DON MANUEL CAZURRO Y RUIZ. (Sesion del 4 de Enero de 1888.) ~ La fauna de los Ortépteros de nuestra Peninsula ha sido aumentada en estos ultimos aflos con gran numero de espe- cies que, unidas 4 las ya conocidas, han constituido una de las mas ricas, no solo del Mediterraneo, sino de la Europa entera; para comprobar esta afirmacion nos basta considerar que de las 412 especies de Europa que cita Brunner en su clasica obra « Prodromus der Europaischen Orthopteren», y a las que hay que anadir las 27 especies de Espafia publicadas con posterioridad 4 dicha obra, y que forman el total de 439, se encuentran de ellas en nuestra Peninsula 243, y de los 107 géneros que en dicha obra se mencionan y 4 los que hay que anadir los siguientes creados recientemente y que estan re- presentados en Espana, & saber: Discothera Finot et Bonnet, Quiroguesia Bol., Celes Sauss., @daleus Fieb., Paratettiz Bol., y Scirtobenus Pantel, total 113, de ellos 92 se encuentran re- presentados en nuestro territorio. No es esto sin embargo asegurar que, 4 pesar de los cons- tantes esfuerzos de los que 4 su estudio se dedican, se haya. llegado al total conocimiento de tan rica fauna, pues provin- cias y regiones enteras de nuestra nacién estén por completo inexploradas, no pudiéndose dudar que al serlo revelaran nue- ‘vos tesoros que colocaran nuestra fauna ortopterolégica en un _ lugar de indiscutible supremacia sobre todas las europeas. 435 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Sin embargo, esta misma falta de conocimiento de su ri- queza es seguramente un dato mds para juzgar de su valia cuando solo en lo ya conocido, merced 4 los constantes traba- jos de cuantos 4 su estudio hasta ahora han venido dedican- dose, se ha colocado la fauna espafiola de Ortépteros en uno de los primeros lugares, no solo por su riqueza, sino también por los numerosos trabajos que acerca de ella han visto la luz publica, pues en el breve plazo de diez afios han aparecido mas de treinta publicaciones, en las que se describen por pri- mera vez especies espafiolas 6 se dan nuevos datos sobre las ya conocidas. El estudio de este interesantisimo grupo, entre nosotros, data no obstante de un tiempo bien reciente, y 4 pesar de no ser uno de los érdenes de insectos mas faciles de ser estudia- dos, ni de los que mAs atraigan la atencién, en tan breve plazo se han verificado sus adelantos en nuestra patria. La unica obra de conjunto que acerca de este interesante orden de nuestra fauna se ha publicado, ha sido en 1878, la «Sinopsis de los Ortépteros de Espafia y Portugal», por D. Ig- nacio Bolivar; esta obra es la que ha venido 4 dar el impulso & estos estudios en nuestra patria, y 4 ella han seguido las siguientes publicaciones: Botivar (D. Ienacio).—Orthopteres recueillis en Portugal et en Afrique, par M. C. Van Volxem (Ann. Soc. Ent. Bel., 1878). — Analecta orthopterologica (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. vit, 1879.) — Catalogus orthopterorum Europe et confinium (ibid.) — Description d’Orthoptéres nouveaux (Le Natura- liste, a. 7, n.° 15). — Observations sur le Gryllodes littoreus Bol. (ibid., 2.7, 0 22). _ Notes sur les orthoptéres cavernicoles (Ann. Soc. Ent. France, 1882, p. 461). — Monografia de los Pirgomorfinos (An. Soc. Esp. de Hist. Nat., t. x1, 1884). ~ Observations sur les Orthoptéres d’Europe et du bassin de la Méditerranée (Comp. rend. Soc, Ent. de Belgique, 1884). @) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 437 Botivar (D. Ienacio).— Una excursion ortopterolégica 4 Pefia Lara (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xv). } ~ Nota sobre nuevas especies de la fauna ortoptero- légica espafiola (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xvi). _ Especies nuevas 6 criticas de Ortépteros (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xvi). — Nota sobre la eépula de la Locusta viridissima L. (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xv1). — Essai sur les Tettigiens (An. Soc. En. Belg., t. xxx1, 1888). Bormays (A. De).....— Description d’une nouvelle espece de Pamphagide (Comp. rend. Soc. Ent. Bel., n.° 71). -- Note sur les orthopteres recueillis, par M. We- yers a Aguilas (Ibid., 1884). BRUNNER (C.).....0.. —Prodromus der Europaischen orthopteren.) Leip- zig, 1882.) Ciuzungo (J e2s.22 5 —Especies nuevas del género Ochrilidia (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. xv, 1886). — Sobre la eépula entre el Stawronotus maroccanus y la Arcyptera Tornosi (Soc. Esp. Hist. Nat., t. xvi, 1887). Cont (Di MM). af. 2% « — Excursion entomolégica y botanica 4 San Miguel del Fay, etc. (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. rx). = Idem id. fd. 4 la Cerdafia Espafiola (Idem t. x, 1881). Dusrony (A.)........—Sur le genre Chelidura (An. Mus, civico de Hist. Nat. de Génova, vol. x11, a. 1878), Gocorza (D. Jos#).. .— Revisidn del género Platyblemmus (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. x, 1881). — Expedicion zoologica 4 la Albufera de Valencia (An. Soc. Esp. Hist. Nat., t. x11, 1883). Lopez Seoane (D. V.).— Die orthopteren der Spanischen Portugesischen Halbilsen (Stettiner Entom. Zeitschr., 1878). -—— Description de deux orthopteres nouveaux de l’Espagne (Ann. Soc. Ent. Belg., t. xx1, 1879). — Ephippiger du Nord de |’Espagne (Ann. Soc. Ent. Belg., xxi, 1879). Notas para la fauna gallega (Ferrol, 1878). Santos Matozzo (F.).— Contributions pour la faune de Portugal (Jorn. de - ’ Scienc. de Lisboa, 1884.) Saussure (H.)....... —Spicilegia entomologica genavensis, 2. Tribu des Pamphagiens, 1887. —_ Prodromus cedipodiorum, Genéye, 1884. 438 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Tal serie de publicaciones ha ilustrado de un modo notabi- lisimo el conocimiento de nuestra fauna, pues en ellas se han descrito numerosas especies, 6 se han dado datos de otras hasta entonces no encontradas en nuestro territorio, elevando su ntmero de la ya de por si respetable suma de 177 que en dicha obra se mencionan, 4 la de 243 especies, de las cuales 80 son propias de nuestra Peninsula. Alentado por el Sr. Bolivar, he intentado compilar todos los datos esparcidos en esta larga lista de publicaciones y unirlos 4 otra multitud de ellos inéditos que me han sido suministra- dos por gran numero de personas que con entusiasmo se de- dican al estudio de nuestra fauna; al Sr. Bolivar y 4 los autores de estas obras, es, pues, 4 quienes corresponde el escasisimo mérito de este pequefio trabajo, pues ellos son los que han re- unido tantos datos interesantes, de que no seré sino un mero compilador. También de derecho corresponde 4 los sefiores que desde tiempos anteriores han venido dedicandose a explo- rar las regiones en que viven 6 han tenido ocasién de visitar; asi los Sres. Antiga, Cuni y Martorell han proporcionado nu- merosos datos sobre Catalufia; los Sres. Calderén, Lopez Cepe- ro y Martinez y Saez, de Andalucia; de Galicia, el Sr. Lopez Seoane, autor de notables trabajos sobre nuestra fauna, entre ellos algunos también de Ortépteros; el Sr. Bosca ha explo- rado Valencia y Ciudad-Real; el Sr. De Buen, parte de las pro- vincias de Levante; el Rvdo. P. Pantel, Uclés y otras localida- des, acerca de cuya fauna ha publicado un precioso trabajo ya citado; el Rvdo. P. Capelle ha explorado Ofa y Monse- rrat, encontrando bastantes especies no citadas de Espana 6 nuevas; el Rvdo. P. Barret, Castelho-Branco; el Sr. Paulino D’Oliveira, docto profesor de Coimbra, ha recorrido gran parte de Portugal, y asimismo esta hermosa regién ha sido explorada por los Sres. Matozzo y Nobre, y en fin, los se- flores Pérez Arcas, Uhagoén, Quiroga, Lazaro, Gogorza, Sanz de Diego, Delgras, Canizares, Carrasco, Prado y tantos otros, han recogido numerosos datos de muchas localidades, siendo de lamentar que, 4 pesar de los esfuerzos de tantas personas celosas por el estudio de nuestra fauna, queden atin provin- cias y regiones interesantisimas sin haber sido visitadas. (5) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 439 Entrando desde luego en el estudio de nuestra fauna hemos de examinar primeramente las relaciones que presenta con otras vecinas, cuyo examen nos ha de evidenciar el caracter especial de la nuestra. Situada nuestra Peninsula en la porcién mas occidental de Europa, siendo una de sus regiones mas meridionales y ba- hada por el Atlantico y el Mediterraneo, presenta condiciones muy favorables para que en sus diversas regiones puedan desarrollarse una porcién de géneros representados en el resto de Europa, y asi vemos que de los 113 géneros de que al principio hicimos mencidn solo faltan en nuestra fauna los 20 siguientes: Anechura Scud., propia de la Europa central y los Pirineos, no siendo, pues, dificil que su unica especie se lle gue 4 encontrar en nuestro suelo; Bolivaria Stal, con una es- pecie propia del Caucaso y de Asia Menor; Fgnatius Stal, tam- bién con una especie propia del Volga; Bryodema Fieber, una especie muy extendida por el Norte y Centro de Europa y que llega hasta Fontainebleau; Pyrgodera Fisch. W., con una es- pecie del Caucaso y Asia Menor; Glyphanus Fieb., dos especies de Grecia; Nocarodes Fisch. W., con cuatro especies de Asia Menor y Armenia y una de Rumelia; Dinarchus Stal, con una especie de Hungria; Callimenus Steven, con tres especies originarias de Grecia, Servia y Asia Menor; Pecilimon Fis- cher, con 16 especies de Grecia, Istria, Dalmacia, etc., y algu- nas de ellas que llegan hasta Napoles y el Tirol; /sophya Br., con 14 especies propias de Servia, Hungria, Turquia, Asia Me- nor, etc., excepto la 7. camptoxipha Fieb., que se extiende hasta los Pirineos; Acrometopa Fieb., con dos especies de Si- cilia, Dalmacia y Grecia; Onconotus Fisch. W., dos especies de Servia y Sarepta; Drymadusa Stein, con cuatro especies de Grecia y Servia; Paradrymadusa Herm., dos especies de Ru- sia; Analota Br., con dos especies de los Alpes y Apeninos; Pachytrachelus Fieb., con tres especies del Tirol, Dalmacia, Istria y Servia; Psorodonotus Br., dos especies de Servia y Caucaso; Z7roglophilus Krauss., dos especies de Servia, Grecia y Tirol, y finalmente Brachyirypes Serv. con una especie en- contrada en Sicilia, Norte de Africa y Senegal. Como de la anterior lista se deduce, la mayoria de estos gé- neros que faltan en nuestra Peninsula, son propios de la Ku- ropa central y de sus comarcas mas orientales, siendo muy 440 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) pocos los propios de la regién mediterranea que no se encuen- tran también en nuestro suelo, en el que los géneros predo- minantes son los que habitan la cuenca del Mediterraneo, pues de los 92 que constituyen nuestra fauna, 73 son carac- teristicos del litoral Mediterraneo, y siendo, pues, la nues- tra una parte de la regidn mediterranea y presentando un aspecto idéntico al conjunto de esta regidn, puede decirse que su fauna es casi un resumen de la general, ya que en ella se encuentran la casi totalidad de los géneros represen- tados en el Mediterraneo, pues de ellos solamente faltan los ocho siguientes: Glyphanus Fabr., Callimenus Steven, Rha- cocleis Fieb., Pacilimon Fisch., Acrometopa Fieb.. Drymadusa Stein, Zvoglophilus Krauss. y Brachytrypes Serv., y de estos la _mayoria solo estan representados en Grecia y en las regiones mas orientales del Mediterraneo. En cambio, de los géneros que alcanzan un limite mas sep- tentrional en Europa y de los propios de su region central son numerosos los que faltan en nuestra Peninsula, en la cual tinicamente encontramos los 16 siguientes: Chelidura Latr., Phyllodromia Serv., Parapleurus Fisch., Mecosthetus Fieb., Gomphocerus Thunb., Celes Sauss., Psophus Fieber, Pezotettix Burm., Orphania Serv., Barbitistes Charp., Lepthophyes Fieb., Thamnotrizon Fisch., Gampsocleis Fieb., Rhacocleis Fieb., An- laxius Br., Dolichopoda Bol., y ain estos mismos solo se en- cuentran en las regiones elevadas de la parte central y Norte de la Peninsula. Si consideramos solo la Europa propiamente dicha, con ex- clusién del litoral africano del Mediterraneo, de los 92 géne- ros que forman nuestra fauna ibérica ]]1 son exclusivos de ella, 4 saber: Hierodula Burm., Discothera Finot et Bonet, Ocne- rodes Br., Quiroguesia Bol., Odontura Ramb., Pterolepis Ramb., Amphiestris Fieb.,.Scirtobenus Pantel, Platystolus Bol., Pycno- gaster Graells y Platyblemmus Serv., pero estos géneros, que de ninguna otra regién de Europa se han citado hasta ahora, dejan de ser exclusivos 4 nuestra fauna si la comparamos con la del litoral africano del Mediterraneo, donde 4excepcidn del e@énero Scirtobenus Pantel hasta ahora propio de nuestra fau- na, encontrariamos los demas representados. Esta analogia de nuestra fauna con la del litoral africano del Mediterréneo va atin mas lejos, pues de los 93 géneros que (7) Cazurro.—oRTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 441 forman nuestra fauna, 71 se encuentran igualmente en esta parte del continente africano, dando gran parecido 4 su fauna con la nuestra; estos géneros son los siguientes: Zabidura Pall., Anisolabis Fieb., Labia Leach, Forficula L., Hclobia Westw., Aphlebia Br., Loboptera Br., Periplaneta Burm., Heterogamia Burm., HierodulaBurm., Mantis L., Jris Sauss., Fischeria Sauss., Ameles Burm., Hmpusa lllig., Discothera ¥. et B., Bacillus Latr., Zryzalis L., Ochrilidia Stal, Oxycoryphus Fisch., Paraci- nema Thunb., Stenobothrus Fisch., Stauronotus Fisch., Arcyp- tera Serv., Hpacromia Fisch., Sphingonotus Fieb., Acrotylus Fieb., Wdipoda Latr., Quiroguesia Bol., Pachytylus Fieb., @da- leus Fieb., Cuculligera Fisch., EHremobia Serv., Pyrgomorpha Serv., Ocnerodes Br., Pamphagus Thunb., Funapius Stal, A crt- dium Geoffroy, Schistocerca Stal, Caloptenus Burm., Fuprepoc- - nemis Fieb., Platyphyma Fisch., Opomala Serv., Tettix Charp., Paratettiz Bol., Odontura Ramb., Phaneroptera Serv., Z'ylopsis Fieb., Xiphidium Serv., Conocephalus Thunb., Locusta De Geer, Amphiestris Fieb., Plerolepis Ramb., Ctenodecticus Bol., Platycleis Fieb., Decticus Serv., Ephippigera Latr., Platysto- lus Bol., Pycnogaster Graells, Saga Charp., Weanthus Serv., Trigonidium Serv., Nemobius Serv., Gryllus L., Gryllodes Sauss., Gryllomorphus Fieb., Platyblemmus Serv., Myrmeco- phila Latr., Mogisoplistus Sauss., Gryllotalpa Latr., Tridacty- dus Latr., faltando, pues, los cuatro géneros siguientes: A née- vastes Br., Meconema Serv., Cyrtaspis Fisch. y Arachnocephalus Costa, de la regidn mediterranea, que se hallan representados en nuestra fauna, y que probablemente existiran en dicha region, viniendo entonces 4 borrarse por completo las peque- fas diferencias que con nuestra fauna establece su falta. Resumiendo estos datos podemos, pues, descomponer los elementos que forman la fauna de la Peninsula ibérica, de la siguiente manera: : Géneros propios de la Peninsula...... 2.1.2... c cece cece reece cecce jas Idem de nuestra fauna, que también se encuentran en Europa N. y (einls Thos 5 ScoscdoOR DOCU OU CUU OUEIGBpOUUECCU LoCo SG cocoa ors 15 Idem que se encuentran en el litoral africano del Mediterraneo....... 72 fdem que solo se encuentran en el litoral europeo del Mediterraneo. 4 442 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Como de estos datos se infiere, los géneros que predominan en nuestra fauna son los del Mediterraneo, que se hallan re- partidos igualmente en sus dos litorales europeo y africano, acentuindose mucho sus relaciones con la del N. de Africa por los 10 géneros que Unicamente se encuentran en nuestro suelo y en la citada regidén. Estos 93 géneros se distribuyen en las siete familias de los Ortépteros en la siguiente forma, exponiendo también los que se encuentran en toda la fauna europea, para que se pueda juzgar mejor de la riqueza de la nuestra especial. Géneros Géneros espanoles. europeos. HOTHCUIGOS yea aceterc eer 5 6 BIATIGOS: ch wstdsis Hot oeeperr ers 6 6 IME tmnt ORS Ryaretvetontece helevele ese 7 8 His dOsisye ny be « oaysieruckerstons 1 l IN GTIGIGOSt As sak cid Bodie alot qare 34 39 WOeCUStid OSjex eS reretetetloie oieus 27 40 GirilidOssz itis stscterse sei te ha ney ae 12 13 92 113 En punto a las especies que componen estos géneros, su nu- mero en nuestra fauna es relativamente muy considerable, pues de las 413 especies europeas que cita el Sr. Brunner en su «Prodromus der Europaischen Orthopteren», y 4 las que hay que anadir las 27 especies de Espana publicadas posterior- mente, nicas de que poseo datos seguros, pues de las recien- temente publicadas del resto de Europa serian muy deficien- tes, y que forman, pues, un total de 440, habitan en nuestra Peninsula 243, lo cual constituye mas de la mitad. De estas especies 80 son propias y caracteristicas de nuestra fauna, determinandola de un modo bien claro, y son las si- guientes: Forficulidos. Blatidos. 1 Forficula ruficollis Fabr. 4 Aphlebia Carpetana Bol. 2 Chelidura analis Ramb. 5 ~ virgulata Bol. 3 4 Bolivari Dubr. 6 - Betica Bol. (9) Mantidos. 7 Ameles Assoz Bol. Fasmidos. 8 Bacilus Hispanicus Bol. Acrididos. 9 Ochrilidia Bosce Caz. 10 Stenobothrus festivus Bol. 11 - Bolivari Br. 12 - GTAUMMICUS Caz. 13 os Pantelt Bol. 14 - Uhagont Bol. 15 - MinutissimuUs Bol. 16 Stauronotus crassiusculus Pantel. 17 Arcyptera Tornosi Bol. 18 EHpacromia platypygia Pan- tel. 19 Sphingonotus imitans Br. 20 @dipoda collina Pantel. 21 Cuculligera flexuosa Serv. 22 Ocnerodes Brunneri Bol. 23 Pamphagus Paulinoz Bol. 24 - monticola Ramb. 25 - cucullatus Bol. 26 - Mabille: Bol. 27 - deceptorius Bol. 28 Hunapius Stali Borm. 29 - Bolivari Stal. 30 Zettix Ceperoi Bol. 31 - WNodbrei Bol. Locustidos. 32 Odontura aspericauda Ramb. 33 - spinulicauda Ramb. Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. | | 03 443 34 Pterolepis spoliata Ramb. 35 Thyreonotus bidens Bol. 36 Antaxius spinibrachius Fisch. 37 - Krausst Br. 38 - Hispanicus Bol. 39 - Capellei Caz. 40 Ctenodecticus pupulus Bol. 41 Platycleis decorata Fieb. AQ Carpetana Bol. 43 - oporind Bol. 44 Ephippigera Martorelli Bol. 45 ~ Castellana Bol. 46 - Brunneri Bol. AT - pseudola Bol. 48 - gracilis Br. 49 - fiavovittata Bol. 50 - Bolivarit L. Seoane. 51 ~ Miegi Bol. 52 - selligera Char- pentier. - pellucida Bol. 54 - serrata Bol. 5D ~ Perez Bol. 56 - Balearica Bol. 57 - Stali Bol. 58 - Hispanica Fb. 59 - carinata Bol. 60 - Cuni Bol. 61 ~ Zapateri Bol. 62 ~ Paulinoz Bol. 63 - areolaria Bol. 64 ~ longicauda Bol. 65 - SAUSSUTCANEA Bol. 66 - diluta Bol. 67 Platystolus surcularius Bo- livar. 444 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 68 Platystolus Martinezi Bol. Grillidos. 69 - ustulatus Ram- : bur. 75 Gryllodes pipiens Duf. 70 Pycnogaster inermis Ramb, | 76 - Panteli Caz. 71 - cucullatusChp. | 77 - littoreus Bol. W2 - jugicola Grills. | 78 - Tbericus Br. 73 - Bolivari Br. 79 Gryllomorphus alienus Br. 74 - Graellsi Bol. 80 - BolivariCaz. Como vemos, en este considerable numero de especies la mayoria pertenecen 4 la familia de los Locustidos ; pero es de notar que solo corresponden & un corto numero de géneros, especialmente Pygnogaster y Ephippigera, pudiendo conside- rarse estos géneros, como asimismo los Platystolus, Pterole- pis, Thyreonotus y Ctenodecticus, como los que dan un sello especial 4 los Locustidos de nuestra fauna. La totalidad de las especies que constituyen nuestra fauna esta formada en su mayoria por 133 especies comunes también al resto de la fauna mediterranea; unidas a estas las 80 pro- pias de nuestra Peninsula y las 31 que, no encontrandose en el Mediterraneo, habitan nuestra patria, forman el total de 244 especies que constituyen nuestra fauna. De las especies del Mediterraneo, las que alcanzan mayor predominio son las que se extienden por las regiones mas meridionales; y asi vemos algunas especies africanas que solo se encuentran ademas en nuestro suelo, y no solo en las pro- vincias mas meridionales, sino que se extienden hasta las ele- vadas mesetas del centro de la Peninsula, como la Discothera Tunetana F. et B. solo encontrada en Tunez hasta ahora, y que ha sido hallada en Uclés, el Sphingonotus arenarius Luc. en Talavera y Madrid, el Sphingonotus azwrescens Ramb. en todo el centro y Sur de Espafia, aunque, seguin parece, estas especies no llevan mas alla de la cordillera del Guadarrama. Las especies africanas representadas solamente en Espana son las siguientes: Discothera 7unetana Finot et Bonet, Hiero- dula bioculata Burm., Fischeria Betica Ramb., Quiroguesia Brullei Sauss., Sphingonotus arenarius Luc., Sphingonotus azu- vescens Rambur, Hremobia Cisti Fabr., Pamphagus Hespericus Ramb., Pamphagus expansus Brunner, Hunapius terrulentus Fisch., Schistocerca peregrina Oliv., aunque de esta especie (11) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 445, puede decirse que solo se presenta en Africa, pues aunque repetidas veces se haya encontrado en Espafia y Baleares, ha sido mas bien efecto de sus emigraciones ayudadas por los vientos, Phaneroptera nana Charp., Amphiestris Betica Ramb., Gryllus Hispanicus Ramb. y Platyblemmus caliendrum Fisch. En cambio las especies que solo se encuentran en la Europa Norte y central escasean en nuestro pats, y las pocas que exis- ten solo habitan en las provincias mas septentrionales 6 en las montafias elevadas, buscando asi en la emigracidén en al- tura las condiciones de temperatura y demas que las faltarian en el ano. Los anteriores datos los podemos agrupar en el cuadro si- guiente, acerca del cual hemos de advertir que al contar las especies del Norte y centro de Europa, asimismo que las del Mediterraneo, no se indica que solo en esa regién habitan, sino que se encuentran en ella con caracter propio, pudiendo ademas estar mas extendidas por otras regiones de Europa; asi, por ejemplo, el Gomphocerus Sibiricus L. sera una de las especies del Norte y centro de Europa, aunque también se en- cuentre en las altas cordilleras italianas formando parte de la fauna mediterranea. Especies Especies Especies el de Europa FPAMILIAS. Propias | Mediterré-| Centro TOTAL. de Espana. neo. y Norte. Forfictilidos...... EERO veel 3 10 3 16 IBIBGOS*. fo SASS a8 bide 3 9 2 14 Mamtidoss(: bcteul. aci0s s thee 1 9 > 10 Fasmidos..... e afea tose Han Wyers 1 > 3 PXCTICIGOSE aciaiee meaty aie ere ts ai 23 56 14 93 JO CUBUIGORS stalin c's alee 3 0s 43 25 12 80 Grilidgssnceee Pas Apa 6 21 > 27 OVAT: Seer saree: 80 132 31 243 Encerrada nuestra Peninsula entre el Mediterraneo y el At- lantico, que la limitan por el E. 8. y 0., queda separada del resto de Europa por los altos picos de la cordillera pirenaica, quedando de este modo bien determinados sus limites y casi 446 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) aislada del resto de Europa, circunstancias que hacen que nuestra fauna presente un caracter bien determinado, que la da, dentro de la fauna mediterranea, 4 la cual pertenece, un sello especial que la distingue del resto, y sin faltar por esto & los caracteres comunes a toda la regiédn mediterranea. Las familias que seguramente contribuyen mas 4 esta espe- cializacidn de nuestra fauna son los Mantidos, Locustidos y Grilidos. Los Mantidos se presentan en nuestra Peninsula con una riqueza que no ofrecen en ninguna otra regién de Europa, sobre todo en las provincias orientales y meridionales de la Peninsula; asi vemos que en el Mediodia se presentan varias especies africanas, efecto sin duda de la igualdad de condi- ciones fisicas con el N. de Africa; entre ellas citaremos la Hie- rodula oculata Burm., Fischeria Betica Ramb., Ameles nana Sauss. En la regién central, aun en las altas mesetas de las Casti- llas, se observa igual riqueza en las especies de esta familia; asi encontramos en ella los Ameles decolor Charp., Spallan- zania Rossi y Assot Bol., en unidn de otros géneros como el Tris y la Discothera, que también se encuentran en Asia y Africa el primero y hasta ahora solo en Tunez el segundo. El Norte y las provincias occidentales, sobre todo el primero, no son tan ricos en especies de esta familia. En suma; respecto 4 esta familia podremos decir que pre- senta en nuestra Peninsula todos los géneros que se hallan representados en Europa, excepto el género Bolivaria Stal que es propio del Caucaso y Asia menor. Los Fasmidos, dentro de su corto numero de especies, es asimismo en nuestra Peninsula donde se encuentran mejor representados, pues casi todas las especies europeas, excep- cién hecha del Bacillus Atticus Br., se encuentran en nuestro suelo. | De los Loctistidos no podemos decir lo mismo que de las an- teriores familias, pues si bien nuestra fauna es muy rica en ellos, esta riqueza no es igual respecto 4 todas las tribus de la familia, puesto que alguna falta por completo, tal como la de los Caliméninos, que constan de dos géneros y cuatro especies, y otras estan poco representadas en nuestra fauna, como los Faneropterinos, pues de los nueve géneros y 55 especies que (13) CGazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 447 existen en Europa solo seis géneros representados por 10 es- pecies se encuentran en la Peninsula; de los Decticinos nos faltan muchos géneros y especies propias del centro de Eu- ropa, pero en cambio los géneros Zhyreonotus Serv., Anta- zius Br., Ctenodecticus Bol., Scirtobenus Pantel y Platycleis Fieb. compensan esta ausencia, siendo de notar que las me- setas y montaiias del Norte y Centro son Jas mas ricas en ellos; asi encontramos en el Centro los Thyreonotus Corsicus Serv. y didens Bol., los Antaxvius en el Norte y en las cordilleras del Centro, como los montes de Albarracin y Guadarrama, donde asimismo encontramos los Clenodecticus Bol. y el Platycleis Carpetana Bol., propio este ultimo de los montes préximos al Escorial; en el Centro también encontramos otros muchos Pla- tycleis como el oporina Bol., de Uclés, el griseus Fieb., etc., y en el Norte los Zhanmotrizon, Gampsocleis y otros Platycleis como el Saussureana Frey. El Mediodia, sin embargo, tam- bién posee numerosos representantes de esta tribu y aun especies que le son propias, como el Plerolepis spoliata Ramb. de Andalucia y los Platycleis laticauda Br. y decorata Fieb. Donde mejor se observa la riqueza de los Locustidos en nuestro suelo es en la tribu de los Efipigerinos, de cuya abun- dancia nos haremos facilmente cargo, con notar que de las 42 especies europeas de la tribu 31 habitan en nuestra Penin- sula y de ellas 23 nos son propias. Respecto 4 los Hetrodinos solo haremos notar que en Europa unicamente se hallan re- presentados en nuestra patria y solo en su mitad meridional. Las restantes tribus tienen también, en proporcidén al corto numero de sus especies, numerosos representantes en nuestra patria. De los Grilidos podemos decir casi lo mismo que de los Man- tidos, pues 4 excepcién del género Brachytrypes Serv., hasta ahora no encontrado en la Peninsula, los demas géneros se encuentran en nuestro suelo, pero esta riqueza no es sola- mente propia de nuestra Peninsula, pues casi todos los géne- ros se hallan igualmente repartidos por todo el litoral del Me- diterraneo, y solo de algunos géneros podemos hacer alarde como mas ricos en especies, en nuestra fauna; tales son los géneros Gryllodes Sauss., Platyblemmus Serv. y Gryllomor- phus Fieb., ostentandose el primero con todo su desarrollo en el centro de la Peninsula, de donde son propias las siguientes 448 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) especies: littoreus Bol., Jbericus Br. y Panteli Caz., y en donde también se encuentra el pipiens Duf. Los Forfictlidos no ofrecen como las anteriores familias un sello especial 4 nuestra patria, pues las especies que existen son, en su mayor parte, comunes 4 todo el litoral del Medite- rraneo, 6 como muchas de las Cheliduras, son propias de la fauna de los Pirineos, y por tanto comunes 4 la francesa, y solo la Ch. analis Ramb., propia de Sierra Nevada, y la Boli- vari Dubr., de la cordillera Carpetana, en uniédn de la Yor- ficula ruficollis Fabr., solo encontrada hasta ahora en Anda- lucia, Portugal y Bilbao, son los elementos de esta familia, propios de nuestra fauna. Tocante 4 los Blatidos, no ofrece tampoco nuestra fauna eran especialidad, presentandose en su mayoria las especies del Mediterraneo 6 aquellas que son casi cosmopolitas, como las Phyllodromia Serv., Periplaneta Burm. y Helerogamia Burm. Ofrecen tinicamente alguna especialidad las A phledia Carpetana Bol., virgulata Bol. y Betica Bol. Respecto 4 los Acrididos, aunque ofrece nuestra fauna ele- mentos que la son propios, los que predominan son los comu- nes 4 gran parte de la regién Mediterranea; sin embargo, la abundancia de especies de ciertas tribus en nuestro pais con- tribuye en mucho 4 caracterizar nuestra fauna, dandola cierto parecido con la del Norte de Africa. Aleanzan gran incremen- to en nuestra patria los Panfaginos, no solo en el Mediodia sino también en el Centro; asi encontramos los Pamphagus Hespericus Ramb. y expansus Br. y el Hunapius terrulentus Fisch., que también se encuentran en el Africa; el Ocnerodes Brunneri Bol., del centro de la Peninsula; el Pamphagus mon- ticola Ramb., del Sur de Espafia; el cucullatus Bol., de Carta- g@ena; el Mabdille: Bol., de Valencia; el deceptorius Bol., del Cen- tro y Norte de Espafia; el Hunapius Stati Borm., de Andalu- cia, y el Bolivari Stal, de la misma regién. Con los Edipodinos y Eremobinos sucede lo mismo que con los anteriores, aunque entre ellos haya muchos que sean co- munes 4 otras regiones del Mediterraneo, pero de todos modos se presentan en Espajia con gran ntimero de especies, 20 de las 26 que existen en Europa, y de estas 20 la Quiroguesia Brullei Sauss. y los Sphingonotus arenarius Luc. y dzurescens Ramb., solo se encuentran en Espafia y Africa; de las restan- (15) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 449 tes especies 10 habitan el Norte de Africa y ademas otras re- giones del Mediterraneo, y dos nos son propias, que son el Sphingonotus imitans Br. y la @dipoda collina Pantel. De los dos Eremobinos que se encuentran en nuestra fauna el uno se encuentra también en Africa, y el otro, Cuculligera flexuosa Serv., es propio de la Peninsula. En los Trixalinos caracterizan nuestra fauna la Ochrilidia tibialis Fisch. y la Bosce Caz.; la primera comin 4 gran parte del Mediterraneo, y propia solo de Espana la segunda. Los Stenobothrus se hallan extensamente representados por espe- cies ya comunes a gran parte de Europa 6 propios de nuestra fauna, como el festivus Bol., Panteli Bol., Bolivart Br., Uha- gont Bol. y minutissimus Bol., siendo muy pocas las especies de este género que faltan en nuestra patria. Los géneros Stauronotus y Arcyptera son también numerosos en especies en nuestra patria, pues de los primeros se encuentran tres, y uno de ellos, el crassiusculus Pantel, es propio de nuestra fauna. Los géneros 7ryzalis Fabr., Orycoryphus Fisch. y Me- costhetus Fieb., también se hallan representados en nuestra fauna. Los Acridinos presentan en su mayoria los géneros pecu- liares del Mediodia y algunos del resto de Europa; pero las especies de algunos de las montafias de Europa central, como los Pezofettiz Burm., son escasas. De los Tettiginos se presentan los géneros propios del Me- diterraneo Zettiz Charp. y Paratettiz Bol., y como elementos propios los Vettiz Ceperot Bol. y Noodrez Bol. En general, respecto de los Acrididos, podemos observar que los elementos que los representan en nuestra fauna son lcs comunes a toda la regién Mediterranea, singularizandose algo mas y dando gran parecido 4 nuestra fauna con la del Norte de Africa los Edipodinos y los Panfaginos. La distribucién de las especies dentro de la Peninsula, no es, como hemos tenido ocasién de observar, igual para todas sus diversas regiones, ofreciendo cada una de ellas caracteres que la son propios. Fijar cuales sean estas regiones y sus limites, es tarea bien dificil, pues como desde un principio ANALES DE HIST, NAT.— XVII. 29 450 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) hemos hecho notar son muchas las provincias faltas de explo- racidn, razOn por la que ninguna divisidn que se pretenda establecer podra tener caracter definitivo. La divisidn que quizas conviene mas para nuestro objeto, y en un todo conforme con la establecida por los Sres. Willkomm y Lange en su conocido « Prodromus Flore hispanice», y la adoptada por el Sr. Reyes en su notable «Catalogo de las aves de la Peninsula Ibérica», divisidn de acuerdo también con el aspecto general y condiciones climatolégicas de la Peninsula tin dignas de tenerse en cuenta para la distribucién de seres vivos, consiste en considerar dividida la Peninsula en cinco zonas, una central y las restantes periféricas y que podriamos denominar respectivamente por su situacién regién central, septentrional, oriental, meridional y occidental. Cada una de estas zonas, como veremos, ofrece un carac- ter particular, siendo quizas la central la que le ofrece mas especial y que menos relacién conserve con ninguna otra, y guardando las restantes mas marcadas relaciones con otras faunas vecinas, debido esto en gran parte 4 las condi- ciones climatolégicas de estas regiones y quizas a las emigra- ciones mas faciles las procedentes de las faunas mas vecinas. Asi la fauna meridional es la que ofrece mucho mayor pare- cido con la del Africa del Norte, habiendo como veremos gran numero de especies que las son comunes. La oriental, baniada por el Mediterraneo, se diferencia muy poco de la totalidad de esta fauna. Respecto a la septentrional y la occidental, son las que mayor parecido guardan con la fauna de la Europa Norte y Central. En suma, si la fauna de la Peninsula pudiera considerarse como un resumen 6 una sintesis de toda la Paleartica, se ha- llarian las regiones de esta, dispuestas en la Peninsula en la misma situacién respectiva que se encuentran en la totalidad de esta fauna Paleartica. Comprende la regién Central las mesetas del centro de la Peninsula que forman las dos Castillas y parte de Aragon, menos su porcién Norte, que pertenece 4 la regién septentrio- nal, y también parte de Extremadura. Esta regidn es segura- mente la mas extensa de todas, y asi podemos considerarla dividida en dos, Central Norte y Central Sur, por una linea que la cortase casi diagonalmente y que esta formada por las (17) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 451 sierras de Guadarrama y Gredos. De estas dos regiones cada una de ellas tendria marcada conexidn con las regiones sep- tentrional y meridional respectivamente, siendo esta linea que las separa como el limite extremo para las especies del Medio- dia, tan abundantes en la porcién Sur de la regién Central. Considerada en conjunto la fauna de la regién Central, ofrece numerosos elementos propios que bastan 4 justificar esta divisién, hasta tal punto que la exploracién de una redu- cida localidad de esta regién, Uclés, ha permitido al reverendo P. Pantel publicar su precioso y acabado trabajo, acerca del cual gustosisimo aprovecho la ocasién para consignar que de él he tomado numerosos datos y que 4 su autor soy deudor de varias de las especies en él publicadas, y 4 cuyas bondades quedaré siempre agradecido. En este trabajo de tan limitada regién se citan 82 especies, siendo de ellas cuatro nuevas y dos hasta entonces no citadas de Espafa. Como especies propias de esta regidn encontramos las si- guientes: Chelidura Bolivari Dubr., en la Sierra de Guada- rrama; Ameles Assoi Bol., en la porcidn mas meridional de esta region; Bacillus hispanicus Bol., Stenobothrus Panteli Bol., hasta hoy no citado de otra regidn, pero cuyo habitat debe ser mas extenso; Stauronotus crassiusculus Pantel, en las inme- diaciones de Uclés; Hpacromia platypygia Pantel, de la misma localidad y encontrada también en Salamanca; Cuculligera flexuosa Serv., repartida por toda la mitad Sur desde la Sierra de Guadarrama y también en Albarracin; Ocnerodes Brunne- vi Bol., Pamphagus deceptorius Bol., extendido por toda la re- gion; Pezotettiv pedestris L., de las mesetas mas altas de la Sierra de Guadarrama; Barditistes serricauda Charp., de Alba- rracin; Barbitistes Fischeri Yersin, Ctenodecticus pupulus Bol., solo en la parte mas central de esta regién; Scirtobenus gra- dlatus Pant., de Uclés; Platycleis Carpetana Bol., del Escorial; Plat. oporina Bol., de Uclés; Ephippigera Castellana Bol., de la parte Norte; Hphip. Brunneri Bol., Ephip. Stali Bol., de la Sierra de Guadarrama; Zphip. Zapateri Bol., de los. montes de Albarracin; Fphip. longicauda Bol., de la porcién mas septen- trional, como asimismo la Fphip. Saussureana Bol., Ephip. di- luta Bol., del centro de la regién; Platystolus surcularius y Martinezi Bol., propios de la mitad Sur; Pycnogaster Boliva- 7% Br., Pycn. jugicola Graells y Pycn. Graelisi Bol., propios de 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18): la porcién Sur; Saga serrata Fabr., Gryllodes Ibericus Br., de Burgos; Gryllodes littoreus Bol., solo de Talavera, y finalmente el Arachnocephalus Yersini Sauss., que se encuentra en Madrid. Tales elementos son suficientes como exclusivos de la re- gién central para constituir una rica fauna, que justifica esta divisidn en regiones. Ademas de estos elementos exclusivos hay numerosas especies, cuyo habitat es mas extendido, que contribuye también a4 caracterizarla, como la Aphlebia Carpe- tana Bol., también citada del Norte, la Discothera Tunetana Finot et Bonnet, especie de Tunez, encontrada simultanea- mente en Uclés por el Rvdo. P. Pantel, varios Stenobothrus como el Bolivart Br., Uhagoni Bol. y minutissimus Bol., también del Norte; los Gomphocerus Sibiricus L. y maculatus Thunb., en el mismo caso; la Locusta cantans Fuess., del Pirineo y de a Sie- rra de Guadarrama; los Thyreonotus Corsicus Serv. y bidens Bol., que estan extendidos por toda la cuenca del Tajo hasta iisbeat y en fin, otras muchas especies dignas también de atencién. La regién oriental 6 mediterranea esta constituida por una zona litoral bafiada por el Mediterraneo y que comprende los antiguos reinos de Valencia, Murcia y parte de Catalufia, pues de esta su porcién prdxima 4 los Pirineos pertenece 4 la re- gidn septentrional; esta regidn comprende ademas las Islas Baleares, por desgracia atin poco exploradas con respecto a los Ortépteros. Esta zona es un vivo reflejo de toda la fauna mediterranea, cuyo nombre lleva, y por esta razon, aun cuando en ella se encuentran numerosas especies, cuyo numero quizas pase de 130, los elementos que forman esta cantidad son extensivos & toda la fauna mediterranea, y aunque presenta algunos pro- pios que la especializan, dentro de su caracter genuino de fauna mediterranea, no son en numero tan considerable como- los de la regién anteriormente examinada, aunque si lo bas= tante para ser muy dignos de tenerse en cuenta. Son propias de esta regidn: el Anisolabis maritima Bon., en- contrada en Aguilas por Mr. Weyers, y que hasta ahora no se habia citado de Espafia, aunque si de toda la cuenca del Medi- terraneo; el Bacillus Rossi Fabr., de la porcidn mas septen- trional de esta regién; 7ryzalis turrita L., que también se extiende por todo el litoral del Mediterraneo; Ochrilidia tibia- lis Fieb., acerca de la cual hay que hacer la misma adverten- (19) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 453 cia; Ochr. Bosce Caz., encontrada en Jativa por el Sr. Bosca y recientemente en Cataluia por el Rvdo. P. Capelle; Pampha- gus cucullatus Bol., de Cartagena; Pamph. Mabillei Bol., de Valencia; Caloptenus Brunneri Stal, de Catalufia; Opomala cy- lindrica Marsh., del litoral mediterraneo y de las Baleares; Xiphidium Ethiopicum Fab., de Jativa y de Etiopia y otras di- versas regiones de Africa; Hphippigera Durieui Bol., de Cata- luia y la porcién de Francia bafnada por el Mediterraneo; Ephip. Balearica Bol., de las Baleares; Fphip. Cunii Bol., de Catalufia, donde también se encuentra en su porcidn septen- trional la Dolichopoda Lindert Duf. En Grilidos ofrece la ri- queza de toda la fauna mediterranea, encontrandose el Gryllus bimaculatus de Geer., & lo largo del litoral; el Gryllodes pi- piens Duf., en Barcelona, los Gryllomorphus alienus Br. y Bo- livari Caz., en Valencia, y el Mogisoplistus squamiger Fisch., en la misma localidad. Fuera de estas especies hay otras que son también comunes a la regidn meridional y que ayudan a distinguir la region oriental de las demas de ellas; citaremos solamente la Zadi- dura Dufouri Desm., que se extiende desde Valencia a Cadiz; Labia minor l.., propia de todo el Mediterraneo; Schistocerca peregrina Oliv., que en sus emigraciones desde Africa llega hasta las Baleares y Andalucia; los Huprepocnemis littoralis Ramb. y plorans Charp., que habitan en esta regién y en An- dalucia y son comunes a todo el Mediterraneo, y finalmente la curiosa Myrmecophila acervorum Panz., encontrada en Valen- cia, Alicante, Aguilas y Algeciras. La regién meridional 6 bética comprende tunicamente la Andalucia, y es la que como veremos guarda mas relaciones con la fauna del Africa del Norte, algunos de cuyos elementos la caracterizan de un modo notable, y unidos estos a los que la fauna mediterranea la proporciona, como bafiada por el mismo mar, constituyen la mayoria de las especies mas caracterizadas de esta regién. También hemos de notar que esta region, si- tuada también en el litoral Mediterraneo, guarda con la ante- rior estrechas conexiones, siendo muchas las especies espa- folas que solo en estas dos regiones se presentan; asi encon- tramos los Anisolabis annulipes Luc. y maritima Bon., la Fis- cheria Betica Ramb., que ademas de estas regiones también habita la porcién mas meridional de la central, el 7ryzalis 454 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) turrita L., que lo mismo que los Huprepocnemis littoralis Ramb. y plorans Charp. también caracterizan estas dos regio- nes igualmente bafiadas por el Mediterraneo, y otras muchas especies entre las que son dignas de especial mencién el 777- gonidium cicindeloides Serv., Myrmecophila acervorum Panz. y Mogisoplistus brunneus Serv., todos ellos comunes 4 estas dos regiones que ofrecen tantos puntos de contacto. Sin embargo de esta gran analogia con todo el litoral Medi- terraneo, la regidn que examinamos es bien distinta de la an- terior y de todas las tierras bafiadas por este mar. Con la que mas parecido ofrece es, como ya hemos hecho notar, con el Norte de Africa, especialmente con las porciones de Argelia y Marruecos, banadas por el Mediterraneo, y asi encontramos en esta regién, ademA&s de las especies africanas que también se encuentran en el centro y levante de la Peninsula, otras muchas propias de Africa, como son la Fetobia vittiventris Costa, que he tenido la fortuna de encontrar en Sevilla; la flierodula bioculata Burm., que se extiende por toda la Anda- lucia; el Ameles nana Charp., que ademas se encuentra en Sicilia, la Quiroguesia Brullet Sauss., propia de Canarias y encontrada por mi en Sevilla; la Hremobia Cisti Fieb., los Pamphagus Hespericus Ramb. y expansus Br., el Hunapius terrulentus Fisch., la Schistocerca peregrina Oliv., procedente de sus emigraciones; el Amphiestris Betica Ramb., también encontrado en Argelia, y el Gryllus Hispanicus Ramb., que se extiende por todo el Africa hasta el Cabo de Buena Espe- ranza, y finalmente el precioso Platyblemmus caliendrum Fis- cher, solo encontrado en esta regién y el Norte de Africa. Ademas de estos elementos mediterraneos y del mayor pre- dominio de especies africanas, encontramos otras que son has- ta ahora exclusivas de esta fauna y que completan su verda- dero caracter; estas son: Morficula ruficollis Fab., si bien esta especie la encontramos, aunque muy rara, en Portugal y en Bilbao; Chelidura analis Ramb., Sierra Nevada; Aphlebia Beti- ca Bol., Arcyptera Hispanica Ramb., también encontrada en Uclés; Sphingonotus imitans Br., los Panfaginos que se pre- sentan en esta regidn con mayor riqueza que en ninguna otra, encontrandose ademas de las especies comunes con Africa las siguientes que la son propias: Pamphagus monticola Ramb., Zunapius Stali Borm. y Bolivari Stal. El Lettix Ceperot (21) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 455 Bol. es también propio de esta regién, y entre los Locustidos la Odontura aspericauda Ramb., Plerolepis spoliata Ramb., Pla- tycleis decorata Fisch. y laticauda Br.; las Ephippigera selli- gera Charpent., Hispanica Fieb. y Paulinot Bol., propia esta ultima de Sierra Nevada; el Pycnogaster inermis Ramb., de Sierra Nevada, y finalmente el Gryllomorphus Fragosoi Bol., recientemente encontrado también en Atenas por el senor Kritiper. La regién occidental que también podemos llamar lusitaé- nica se halla formada por todo el reino de Portugal y parte de Extremadura, region la mas dificil de caracterizar por su po- breza, que quizds dependa mas que nada de la falta de explo- racioén de tan extensa region, pues 4 pesar de los esfuerzos de los Sres. Paulino D’Oliveira, Matozzo y Nobre, son muy pocos los datos reunidos acerca de ella, aunque es también muy probable que esta parte de la Peninsula participe de la esca- sez que en punto 4 ortdpteros presenta la porcidén oriental de Kuropa, 6 sea la bafiada por el Atlantico, justificando esta identidad el nombre que los Sres. Willkomm y Lange la dan de provincia atlantica. Son de notar sin embargo en ella como elementos comunes & otras regiones la Forficula ruficollis Fab., que ya hemos visto se encuentra también en el Mediodia; la Hetobia Lappo- nica L., propia del Norte de Europa y que también se encuen- tra en la region septentrional de la Peninsula, como asimismo el Mecosthetus grossus L. El Cyrtaspis sculata Charp. que tam- bién ha sido encontrado en Monserrat recientemente por el Rvdo. P. Capelle, y finalmente el 7hyreonotus bidens Bol., que se extiende por toda la cuenca del Tajo desde los montes de Toledo hasta Lisboa. Como formas locales de esta regidn se presentan las espe- cies siguientes: Aphlebia virgulata Bol., encontrada en Pedro do Cerro por Van Volxen, en su viaje 4 la Peninsula; Zettir Nobret Bol., las Lphippigera pellucida Bol., serrata Bol. y limbata Fisch., la cual también se encuentra en Liguria y Dalmacia, y finalmente el Pycnogaster cucullatus Charp. La zona septentrional de Espafia, formada por Galicia, As- turias, parte de Castilla la Vieja y de Aragon, las Provincias Vascongadas y parte de Catalufia, es llamada por los citados autores Willkomm y Lange, provincia cantabrica 6 central 456 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) europea, nombre bien justificado, pues si su vegetacién pre- senta un aspecto que recuerda el del centro de Europa, lo mismo sucede con los ortépteros, y asi vemos que en esta zona faltan los Mantidos casi por completo, pues de sus especies no se encuentra sino la mas comun, el Mantis religiosa L., tan extendido por toda Europa; también numerosas formas de los Edipodinos y Panfaginos faltan por completo. En cambio alli encontramos los géneros mas septentrionales de los Dectici- nos, tales como los Gampsocleis, Rhacocleis, Thamnotrizon y los Platycleis de alas cortas. Las montanas del Pirineo contribuyen en gran parte a dar este aspecto 4 la regidn, encontrandose en ellas numerosas especies que las son propias, como las Chelidura albipennis Meg., stnuata Germ., aptera Meg. y dilatata Lafr., el Gompho- cerus brevipennis Briss., Pezotetlic Pyreneus Fisch., aunque esta especie baja algo mas hasta el llano de Catalufia, Or- phania denticauda Charp., Platycleis bicolor Phil. y algunas mas como la Locusta cantans Fuess. y el Leptophyes puncta- tissima Bosc., que se encuentran igualmente en el centro en las laderas de Penalara. Encontramos también en esta regidn como elementos carac- teristicos las especies siguientes: Hetobia Niceensis Bris., que fuera de Espana solo ha sido encontrada en Niza; Bacillus Ga- llicus Charp., que es la especie del género mas extendida por Europa; JJecosthetus grossus L., mas frecuente en el resto de Europa; Stenobothrus morio Fab., Uhagoni Bol., Bolivart Br. y minutissimus Bol., que también se encuentran en las monta- nas delcentro; Hpacromia Tergestina Miilhf., propia del centro de Kuropa; Psophus stridulus L., que aunque no mucho avanza algo hacia las cordilleras del centro; Meconema varium Fabr., encontrada en Santander y mas comun en Liguria y Dalma- cia; Gampsocleis glabra Herbst., del Norte y centro de Europa; Antaxius Hispanicus Bol. y Platycleis Saussureana Frey., en- contrados en Santander y mas frecuentes en el Norte y centro de Kuropa; las Lphippigera Bolivart Seoane y Ramburi Bol., propias de esta regidn, y la Perezi Bol. y vitium Serv. mas extendida por el centro, y la Dolichopoda Linderi Duf. en las cuevas de Cataluia y también en los Pirineos y Abruzzos. Asi, pues, como vemos, en esta regién los géneros que pre- dominan son los propios de la Europa central y Norte, que la (28) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. ~ 457 dan este caracter especial, faltando la mayoria de los del Me- diterraneo. Para terminar, haré solamente las siguientes indicaciones: la primera se refiere al método adoptado en este Catalogo, en el que me he cefido en un todo 4 la clasificacién seguida en la citada obra del Sr. Brunner, « Prodromus der Europaischen Orthopteren », incluyendo en ella las especies publicadas con posterioridad, y Unicamente me he apartado de esta obra en el orden relativo 4 la tribu de los Edipodinos, en que ha sido mi guia la reciente obra del Sr. Saussure «Prodromus (2dipo- diorum.» La segunda se refiere Unicamente 4 la manera de expresar las localidades, pues no cito todas las conocidas de una espe- cie, sino que procuro generalizar la cita a la regién 6 regio- nes a que se refieran, citando 4 continuacién una 6 dos loca- lidades de las mas caracteristicas de la regidn en que se haya encontrado. Finalmente, también debo advertir que he procurado com- probar, con la rica coleccién del Sr. Bolivar y los materiales que yo mismo he recogido y datos suministrados por numero- Sas personas, estas citas, tratando de aclarar algunas que se referian mas bien a especies afines. ESPECIES NUEVAS DE LA FAUNA ESPANOLA. Stenobothrus grammicus sp. nov. Statura mediana. Color paillide rufescens vel viridis, fusco- variegatus. Caput magnum. Palpi elongati, articulo ultimo bast testaceo, apice fusco. Antenne capite et pronoto unitis in ~ multo in 2 via longiores. Foveole verticis acute delineate. Pronotum carinis lateralibus antice valde flexuosis vittam fuscam secanti- bus; sulco transverso medio sito. Elytra apicem abdominis J vix superantia vel? haud attingentia; area mediastina modice lata, longe versus apicem extensa et sensim angustata; areis scapulari et externo-media, pone medium elytri latissimis; areis inter- radialibus medio eque latis; vena ulnari anteriore a vena radiali quam a vena ulnari posteriore multo distante; campo discoidali venulis transversis reguiariter reticulato. Ale apice infumate. Pedes parce pilosi. Femora postica supra plus minusve fusco- vittata, subtus sanguinea, apice fusca. Tibie postice sanguinee 428 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) basi fusce. Abdomen basi supra nigrum, subltus flavum , apice late sanguineum. Valvule ovipositoris dentate. LONG. “COPPOLIS. 50 cc oC eae =) WPTOTOt S30 TAM sees 3,0 5) =" Sehyaroramnn. 4% .desese. 13 16 — femorum post........ 11 14 Tamano mediano. Pardo 6 verde con manchas oscuras. Ca- beza grande. Quilla frontal surcada; fositas del vértice rec- tangulares, convergentes por delante y algo encorvadas. An- tenas casi tan largas como la cabeza y el pronoto reunidos, algo ensanchadas en el apice, palidas en la base. Occipucio con una linea amarilla. Palpos con el ultimo artejo bastante alargado, cdnico, palido en la base y casi negro en el apice. Pronoto con el dorso casi plano y las quillas laterales flexuo- sas, angulosas, aproximadas en su tercio anterior, divergen- tes anterior y posteriormente, y cortadas por una ancha faja oscura. Surco transverso colocado en medio del pronoto. Mar- gen posterior de este formando Angulo obtuso. Elitros pasando apenas el abdomen en el (’; en la 9 no llegan a igualarle. Area mediastina ensanchada en el medio, prolongada y en su apice estrechada; areas escapular y externo media ensancha- das cerca de la mitad del élitro, interradiales igualmente en- sanchadas. Vena ulnaria anterior tan distante de la radial como de la ulnaria posterior. Area discoidal cruzada por pe- quefias venas. Alas con el Apice oscuro; venas del borde ante- rior bien marcadas y la radial dividida. Patas anteriores os- curas, pelosas. Fémures posteriores por encima algo mancha- dos de negro, sobre fondo amarillento, con el apice negro. Tibias posteriores rojizas 6 amarillentas, oscuras en la base. El abdomen negro por encima, inferiormente amarillo con el apice rojizo oscuro. Las valvas del oviscapto dentadas; los dientes negros. ; Esta especie es muy semejante a los S¢é. festivus Bol. y Boli- vari Br., de los que se distingue principalmente por los ca- racteres siguientes. . . o St. FESTIVUS Bol. Statura minore. Palpi abbreviati pallidi; articulo postico cy- (25) Cazurro.—oRTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 459 lindrico. Area externo-media, pone medium elytri haud amplia- ta; area interno-media retrorsum semsim ampliata. oO ST. GRAMMICUS SP. nov. Statura majore. Palpi elongate pallidi; articulo ultimo conico, apice fusco. Area externo-media, pone medium elytri valde am- pliata. oO St. Borivari Br. Statura majore. Palpt abbreviati, articulo ultimo, subtrian- gulare globoso, corallino. Area externo-media medio latissima. © Sr. Frstivus Bol. Statura minore. Caput parvum. Palpi pallidi. Elytra apicem abdominis subattingentia, area externo-media angustissima, pone medium haud ampliata. Q St. GRAMMICUS sp. nov. Statura mediana. Caput magnum. Palpi elongati, articulo ul- timo conico, basi tantum pallido. Elytra apicem abdominis sub-= attingentia, area externo-media pone medium ampliata. Q Sr. Bortvari Br. Statura majore. Caput parvum. Palpi pallidi vel rosacet. Elytra apicem abdominis subsuperantia, area externo-media me- dio ampliata. | . Locatipap. Navacerrada, Pefialara, Escorial, San Ildefon- so, Ona. (En la coleccién del Sr. Bolivar y en la mia.) Esta especie se encuentra por lo general mezclada con el S?¢. Bolt- vari Br., de la que se distinguiria en su habitat en que jamas bajaria 4 los llanos? Antaxius Capellei © sp. nov. ; Castaneus. Frons lata, pallida, nigro-punctata; epistomate ni- gro-bipunctato. Caput pone oculos nigro-fasciatum. Pronotum latum, medio haud constrictum, postice latum, truncatum, lobis deflexis concoloribus, postice nigro-maculatis, sinu humeralt pallido. Elytra lateralia parva, rufa, reticulata. Femora antica inermia. Femora postica corpore breviora, supra linea basali ni- 460 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) gra postice abbreviata, subtus inermia. Plantule libere tarso- rum posticorum articulo primo multo breviores. Prosternum bre- viler bispinosum. Abdomen supra rufum. Lamina subgenitalis 2 aigulatim incisa, lobis subacutis. Ovipositor rectus, acutus, fe- moribus posticis multo brevior. LONG: COMPOS sc. cee ess se. Sees Dee ——* “PLOUOUs cis. ce sees toe 6 =p GLY GROTUIN bass. ocoysunua'e (oe ties 1,5 aon, LEMOPUMI POS tes waht: cpu 18 —= OVIPOSITOTIS: sox: -Gs4\nioal- « she 13,5 Tamajio mediano. Color castafo. Cabeza grande con Ja fren- te muy ancha, plana, con dos manchas alargadas centrales y otras dos laterales pequefias, redondas; epistoma también manchado de negro. Pronoto algo plano por encima, no estre- chado en el medio, posteriormente truncado, todo él castano oscuro; lébulos laterales del mismo color; escotadura hume- ral poco marcada, bordeada de amarillo. Elitros pequenos, laterales, oscuros, con las reticulaciones mas claras, mucho mas cortos que el pronoto, y no llegan hasta el borde poste- rior del primer anillo abdominal. Fémures sin espinas, con una linea mas clara inferiormente. Fémures posteriores poco mas cortos que el cuerpo, con una mancha negra por encima; en la base, una faja negra exterior y otra interior; inferior- mente palidos. Tibias tan largas como los fémures, con las plantillas de los tarsos mas cortas que el artejo primero. Pros- ternon algo espinoso. Abdomen oscuro superiormente, el borde de sus anillos con una ancha faja mas oscura y brillante. Placa subgenital escotada, con los lébulos algo redondeados, casi agudos. Oviscapto recto, agudo, mucho mas corto que los fémures posteriores. Especie muy préxima al Ant. pedestris Fabr. y al Ant. His- panicus Bol., de los que facilmente se distingue por los carac- teres siguientes: ANT. PEDESTRIS Fab. Frons lata. Pronotum subconstrictum. Femora postica elonga- (27) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 461 ta, margine interno unt-ad trispinuloso. Plantule libere articulo primo tarsorum posticorum brevissime. Q ANT. CAPELLEI Sp. nov. Frons latissima. Pronotum haud constrictum. Femora postica parum elongata, mutica. Ovipositor corpore brevior. Plantule libere tarsorum posticorum modice elongate. Q Ant. Hispanicus Bol. Statura minore. Pronotum subconsirictum. Femora postica elongata sublus inermia. Plantule libere tarsorum posticorum brevissime. Ovipositor longus, rectus. LocaLipAD. Monserrat, cerca del pico de San Jeronimo (Ca- pelle). ‘ Con el mayor gusto dedico esta especie 4 su descubri- dor el Rvdo. P. Capelle, 4 quien soy deudor de numerosos datos que figuran en este Catalogo, quien la capturé en el mes de Setiembre en la localidad citada sobre unas matas de encina. . Gryllodes Panteli sp. nov. Pallide testaceus. Caput stramineum, occiput lineis pallidis quatuor ornatum, inter antennas fascia transversa castanea. Pronotum rectangulare, valde transversum, lineis pallidis dua- bus decoratum, lobis deflexis castaneo maculatis. Elytra seg- mentum abdominale 4 haud superantia, apice truncata; harpa ve- nulis tribus; in Q metanotum haud superantia. Pedibus pallidis, concoloribus, femora postica valde dilatata. Ovipositor decur- wus, cercos abdomindles non superans. o& Amarillo palido, manchado de castafio. Cabeza por enci- ma pardo-rojiza, con cuatro lineas pajizas, todas ellas de igual anchura, y otra mucho mas débil en medio. Pronoto rectangu- lar, transverso, muy poco escotado, con algunos pelos en su borde anterior, y con dos anchas fajas dorsales de color cas- taiio claro y otras dos en medio de cada uno de los lébulos laterales. Elitros anchos, rectangulares, bastante largos, que solo dejan descubiertos los tres ultimos anillos del abdomen y la lamina supra-anal, casi transparentes, muy anchos y abrazando gran parte del abdomen; el area estridular con 462 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) solo tres venas onduladas. Abdomen amarillento con algunas manchas de color castafio. Placa subgenital muy escotada en el apice. Cercos largos y delgados. Patas amarillentas sin mancha alguna. © Mas oscura que el o’, con la cabeza de igual volumen y las lineas en la misma forma. Pronoto rectangular transverso. Elitros poco mas largos que el pronoto. Abdomen mas oscuro que en el co’, cubierto de manchas rojizas. Apéndices abdomi- nales tan largos como el oviscapto, algunas veces mas cortos. Oviscapto grueso, bastante arqueado hacia abajo y de color oscuro. Esta especie es muy afine al G7. pipiens Duf. («Ann. sc. phys. de Bruxelles», v1, p. 315), especie hasta ahora muy rara en las colecciones, y con la que ha estado confundida de tal modo, que la descripcién que de la citada especie hacen el Sr. Brun- ner («Prod. der Europ. orth., p. 437) y otros autores, parece que se refiere mas bien 4 esta especie que 4 la citada. Sin embargo, pueden distinguirse con bastante facilidad, tenien- do en cuenta los siguientes caracteres diferenciales: Gr. prprens Duf. (non Brunner). S Caput lineis straminers internis suboblitteratis. Pronotum antice et postice subequilatum. Calcar internum primum tibia- rum posticarum, secundo longius. Q Caput castaneum, occiput lineis longitudinalibus quatuor stramineis, quarum duabus internis angustissimis. Pronotum antice distincte ampliatum. EFlytra metanotum via superantia, lobis deflexis venis quatuor parallelis instructis. Calcar inter- num primum tibiarum posticarum, secundo longius. Articulus primus tibiarum posticarum, 8 vel 9 intus 6, dentatus. Oviposi- tor subrectus, elongatus. Gr. PANTELI sp. nov. o Caput stramineum 4 lineatum. Pronotum antrorsum dis- tincte angustatum. Calcar internum primum, tibiarum postica- rum, secundo eque longus. QO Caput castaneum. Occiput lineis stramineis 4, subeque latis. Pronotum antice et postice subequilatum. Elytra metano- tum haud superantia, lobis deflewis, venis tribus parallelis ins- tructis. Calcar internum primum tibiarum posticarum secun- (29) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 463 dum eque longum, articulus primus tibiarum posticarum extus 7 intus 5 dentatus. Ovipositor minus elongatus. Gr. PIPIENS Duf. LON Rs COrpOris s [ci. AS .js 6% Sila C138 <= A PTOMOU Sy apieisicie wd 3 2 2 =>. lelytrorums:.. sc. 7,5 3 Se LEM. POStisire orcad wae 9,5 9,5 — ovipositoris........ 6,5 Gr. PANTELI sp. nov. Long, COMpOris fs. 8 0. ey lere iO 12s == OROMOtD. ists alos LH 2 1,8 — elytrorum.......... 7,5 2,9 — > ifem.postia.e00). 7,905 108 — ovipositoris......... 5,3 LocatipaD. Uclés (Pantel). Esta especie es otro de los muchos descubrimientos del _ Rvdo. P. Pantel, quien con su inagotable amabilidad me la ha comunicado para su descripcién, haciéndome notar las mu- chas diferencias que ofrece con la de Dufour y poniendo 4 mi . disposicioén ejemplares de una y otra capturados en los alre- dedores de Uclés, siendo de notar que los ejemplares del Gr. pipiens Duf. son idénticos 4 los enviados de Catalufia por el Sr. Cuniyel Sr. Bolivar. Gustosisimo consigno mi gratitud al Rvdo. P. Pantel, 4 quien soy deudor de numerosos datos que figuran en este pequeno Catalogo. El Gryllodes citado del Escorial (Bolivar) y Valladolid (Rio- ja) parece tener mas analogia con esta especie que con el pipiens Duf., aunque probablemente son una especie bastante distinta de ambas. Gryllomorphus Bolivari sp. nov. Statura majore. Corpus depressum, pallide ochraceum. Prono- tum transversum, marginibus fusco-ciliatis. Elytra ¢ planissi- ma, sguameformia, ovata, scutellum liberum, margine interno fusca, prope apicem sinuata, venis discoidalibus subindistinctis. Lamina supra-anali bicornuta, lamina subgenitalis parva, trans- versa, haud compressa. 464 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) Long. corporis..... Be oe Lease Cle =) SPrOMOUl ety cscs. aes sslaycic 3 = ely trons . 3 )2)22r.0 SRO 4,5 ==), PEMA OSIEEY.( eeretieielcthe oak 11,5 o7 Tamafio mediano, poco menos que el Gr. Dalmatinus Osck. Cuerpo algo deprimido, de color amarillento. Cabeza pequena, convexa; frente saliente con el epistoma muy abul- tado. Las antenas muy largas. Pronoto ocraceo con el margen peloso, especialmente en los angulos anteriores, los pelos algo largos, fuertes y negros, mas estrecho anteriormente y algo escotado, con un surco medio bien marcado. Elitros en forma de escamas, ovales, muy planos, dejando en la parte anterior libre un escudete triangular, y sinuosos cerca del apice, de modo que en él casi se tocan, y antes dejan también un espa- cio libre con el margen interno oscuro y las venas del area dis- coidal poco perceptibles y cubriendo casi el segundo anillo del abdomen. Este de un color todo él rojizo palido, ligera- mente velloso por debajo. Apéndices abdominales largos y delgados, casi tan largos como el abdomen. Placa supraanal transversa, con dos prolongaciones en forma de cuernos. Placa subgenital pequefia, transversa, no comprimida. Patas ama- rillo-rojizas, las anteriores algo pelosas; fémures posteriores poco comprimidos, con las estrias muy poco marcadas y un anillo mas oscuro cerca de su extremo. Tibias posteriores con cuatro espinas 4 cada lado. Primer artejo de los tarsos mas largo que los restantes reunidos. Esta especie es muy proxima al G”. alienus Br., del cual se distingue por los caracteres siguientes: oS GR. ALienus Br. Statura minore. Corpus fusco-testaceum. Pronotum antice ct postice subequilatum. Llytra subrectangularia, venis discoida- libus distinctis. Abdomen supra fuscum. Segmentis singulis pos: tice albo-marginatis, segmento primo medio rufo, bituberculato. co” Gr. BoLivaRi sp. nov. Statura majore. Corpus pallide ochraceum. Pronotum antice constrictum. Blytra ovalia, margine interno sinuato, fusco, vznis discoidalibus indistinctis. Abdomen corpore concolor. (31) Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 465 El tamajio, color uniforme y la forma sinuosa del borde in- terior de sus élitros distingue facilmente esta especie de cual- quier otra. LocaLipAD. Cabeso (Alicante), Tabernes (Valencia), Bosca. Ksta especie ha sido encontrada por D. Eduardo Bosca, nues- tro distinguido consocio y querido amigo, autor de tantos des- cubrimientos en la fauna espaiiola. ANALES DE HIST. NAT, — XVII. 30 466 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) GATALOCGO DE LOS ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. Fam. Forfictilidos. GEN. Labidura Zeach. l. £. riparia Pall. Toda Espafia y Portugal y ademas el Sur de Europa, Africa, América y Filipinas. Esta especie puede considerarse mas bien como cosmopolita. Se encuentra durante casi todo el afio debajo de las piedras, en los terrenos humedos 6 corriendo por las ori- llas arenosas. 2. L. Dufourt Desm. Sur y Este de la Peninsula. Catalufia (Dufour), Cerdafia (Mar- torell!), Aguilas (Weyers), Malaga (Rambur), Chiclana (Lopez Ce- pero!). Lo mismo que la anterior, es también cosmopolita, ha- biéndose encontrado hasta ahora en el Mediterraneo, Africa, Cochinchina y Filipinas. GEN. Anisolabis Fied. 3. A. annulipes Luc. Sur, Este y centro de Espana. Sevilla (Calderén!), Julio, Calella (Cunt!), Uclés (Pantel!). Se encuentra por lo general debajo de las piedras, durante los meses de Junio y Julio. Habita ademas en el Sur de Europa, Norte de Africa, Gabén é India Inglesa. 4. A. maritima Bon. Regiones bafiadas por el Mediterraneo. Andalucia (L. Seoane), Aguilas (Weyers). Especie muy rara en Espafia, mds frecuente durante los meses de Julio y Agosto en el resto del Mediterraneo y Asia menor. (33) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 467 A. mesta Géné. Toda Espana menos la regién occidental 6 lusitanica, en que parece falta. Sevilla! Mayo, Valencia (Boscd!), Cerdafia (Marto-' rell!), Santander (Gogorza), Madrid! (Bolivar!), Uclés (Pantel!). Du- rante todo el ano, especialmente en la primavera y otofio, debajo de las piedras en los sitios humedos. También en el Sur de Eu- ropa y Norte de Africa. Gin. Labia Zeach. L. minor. L. Toda la Peninsula menos el centro, donde hasta ahora no ha sido encontrada. Vergara (Larrinua!), Jativa (Bosed!), Manresa (Ca- pelle!), Mallorca (Moragues!), Sevilla! Mayo, Coimbra (Paulino!). Debajo de las piedras. Toda Europa, Asia menor y América central. Gin. Forficula Z. F. auricularia L. Toda la Peninsula y casi todo el afio. Debajo de las piedras y . de las cortezas, en las flores, etc., 4 veces en numerosas familias de mas de 30 individuos. También se encuentra en todo el resto de Europa, Asia menor, Norte de Africa y América. F. pubescens Géné. Toda la Peninsula menos el Mediodia. Galicia (L. Seoane), Ma- hon (Cardona!), Manresa, Mayo (Capelle!), Portugal (Fieber), Ma- drid, Julio! (Bolivar!). Sobre los drboles, 4 veces bajo las cortezas especialmente de los almendros, de Abril 4 Agosto. Toda la re- gidn europea del Mediterraneo. F. ruficollis Fabr. Norte, Andalucia y Portugal. Bilbao (col. Bolivar!), Portugal (Charpentier), Granada (Pérez Arcas!). Especie propia de Espafia. Se encuentra debajo de las cortezas. Muy rara. 10 F. decipiens Géné. Norte, Sur, Este y centro de la Peninsula. Ofia (Capelle!), Sierra Neyada (Rambur), Barcelona (Cuni!), Salamanca (col. Bolivar!). También Italia, Dalmacia y Turquia. Debajo de las cortezas del Pinus pinea L, en Ofia. 468 ae 12. 13. 14, 15. 16. WE ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) Grin. Chelidura Lai. Ch. albipennis Meg. Andalucia. Granada (col. Brunner). Habita ademas el centro y Sur de Europa y también Inglaterra. No poseo mas datos de esta especie que la cita que hace el Sr. Brunner, Ch. analis Ramb. Sierra Nevada (Rambur), Lanjarén (Martinez!), Julio. Especie muy rara, propia del Sur de Espafia. Ch. sinuata Germ. Pirineos, Pic du Midi. Esta especie, asi como las siguientes, son propias de los Pirineos. Panticosa (Escalera!). Durante el otofio en las vertientes expuestas al N. Ch. aptera Meg. Pirineos. Seguin el Sr. Finot, es dudoso que esta especie se en- cuentre en los Pirineos. Ch. dilatata Latr. . Norte de Espafia. Pirineos. Camprodon (Martorell). Ch. Bolivarit Dubr. Centro de Espafia. Sierra de Guadarrama. Abundante en el puerto de Malagén (Escorial) en Febrero, debajo de las piedras y entre las hojas caidas de los piornos, Sarothamnus purgans. Esta especie es propia de la region central. Fam. Blatidos. Gin. Ectobia Westw. EF. Lapponica L. Occidente. Lisboa (Paulino!), Extremadura y Lugo (L. Seoane). Esta especie, muy comun en todo el resto de Europa, parece ser muy rara en la Peninsula. (35) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 469 18. &. Nicensis Bris. Ferrol (Seoane!), Fuera de Espaiia solo se ha citado de Niza por su autor. — 19. #. #ricetorum Wesm. Este, Norte, centro y Oeste de la Peninsula. Ferrol (Seoane), Uclés (Pantel!), Sierra de Guadarrama! (Bolivar!), Espinho (Portu- gal) (Paulino!), Manresa y Ofia (Capelle!). Vive esta especie, como todas sus congéneres, debajo de las hojas secas y entre las matas bajas y arbustos. Se encuentra durante todo el afio, especialmen- te en primavera y otofio. Habita ademas en casi toda Europa. 20. #. livida Fabr. Toda la Peninsula, menos el Mediodia, donde parece faltar. Galicia (Macho de Velado), Valencia (Bosca!), Baleares (Cardona), Uclés (Pantel!), Coimbra (Paulino!). En las mismas condiciones que la especie anterior. También se encuentra en todo el centro y Sur de Europa. 21. £. vittiventris Costa. Espana (Brunner), Portugal (Fieber). Solo cito esta especie por _ los anteriores datos tomados del «Prodromus Europaischen Or- thopteren» y de la obra de Fieber, en que la cita de Portugal. Esta especie parece que es mds frecuente en el resto del litoral Medi- terraneo. Gin. Aphlebia Br. 22. A. trivitatia Serv. Sevilla! Octubre (Calderén!). Debajo de las piedras, en los luga- res himedos debajo de las hojas caidas. Especie muy rara, hasta ahora no citada de Espafia. También habita en Cerdefia y Ar- gelia. 8 aay Carpetana Bol. Norte, centro y Oeste de la Peninsula. Galicia (Macho de Ve- lado), Vitoria (Capelle!), Madrid, Escorial! (Bolivar!), Sierra de Ge- rez (Paulino!). Como las especies anteriores. En el Escorial abunda mas al principio de primavera. Especie propia de Espafia. 24. A. virgulata Bol. : Pedro do Cerro (Portugal), (col. Bolivar!). Especie propia de esta region. 26. a. 28. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) A. Betica Bol. Sierra Nevada. Lanjar6én (Chicote), (col. Bolivar!). Especie pro- pia de esta region. A. subaptera Ramb. Norte, centro y Sur de Espafia. Ona (Capelle!), Uclés (Pantell), Madrid!, Escorial! (Bolivar!), Granada (Rambur). Con alguna abun- dancia bajo las hojas caidas, sobre los arbustos, etc., de Marzo 4 Junio; el macho dura muy poco, y desaparece mucho antes que las hembras. También habita en Corcega, Siracusa y Dalmacia. Gun. Phyllodromia Serv. Ph. Germanica L. Habita esta especie en los puertos de mar de la Peninsula, en los almacenes, etc. Barcelona (Cuni!), Santander (Delgras!). Esta especie se encuentra en gran parte del litoral Mediterraneo y en el Oeste de Europa, y ademas en Filipinas, Asia, ete., pudiendo considerarse como cosmopolita. Gun. Loboptera Br. L. decipiens Germ. Menos en el Norte, se encuentra esta especie en toda la Penin- sula desde el mes de Mayo 4 Octubre, debajo de las piedras, ho- jas caidas, etc. Caldellas (Portugal) (Paulino!), Madrid!, Escorial! » (Bolivar!), Valencia (Bosca!) Sevilla! Habita también el resto de Europa hasta el Asia menor. GEN. Periplaneta Burm. P. orientalis L. En el interior de las casas, en toda la Peninsula y durante todo el afio. Ademas se encuentra también en el resto de Europa y Asia, de donde parece es originaria esta especie. Gun. Heterogamia Burn. Het. Hgyptiaca li. Isla Mayor de Mar menor (Murcia), (Bosca!). Es mas frecuente en todo el litoral del Mediterraneo. (37) Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 471 Ademas de las especies ya citadas se encuentran & veces en los puertos de la Peninsula las siguientes: Periplaneta Americana L. Panchlora Madere Fabr. = Australasia Fb. _ Surinamensis L. _— marmorata. | Hpilampra elegans. Fam. Mantidos. Grin. Discothera Fin. et Bon. 31. D. Tunetana Fin. et Bon. Uclés. Montafia de Altomira (Pantel!), Agosto. Esta curiosa es- pecie, encontrada en Ttinez por el Sr. Bonet, fué muy poco des- pués hallada en Uclés por el Rvdo. P. Pantel, que con tanto éxito ‘ha explorado la fauna de la citada regién. GtN. Hierodula Burm. 32. H. hioculata Burm. Andalucia. Sevilla! (Calderén!), Cadiz (Fragoso!). En las matas altas, durante los meses de Setiembre 4 Noviembre. Especie africana. Gin. Mantis Z. 33. WM. religiosa L. Toda la Peninsula Ibérica, donde es muy comun, sobre todo en elotono. Vergara (Larrinua!), Valencia (Bosca!), Menorca (Ramis), Sevilla! (Calderén!), Portugal (Paulino!), Madrid!, Escorial! (Boli- var!). Esta especie es una de las mas comunes de los ortépteros y de las pocas que en nuestra patria tienen nombre vulgar, siendo conocida del yulgo: en Andalucia, con el nombre de Santa Te- resa, y en Catalufia, con el de Prega Diou. También habita en todo el resto de Europa y parte de Africa. GEN. Iris Sauss. 34. J. oratoria L. Toda la Peninsula menos el Norte. Uclés (Pantel!), Escorial! 472 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) (Bolivar! ), Valencia (Bosca!), Sevilla! (Calderén!), Coimbra (Pau- lino!). Durante casi todo el otofio, en las matas. Se encuentra re- partida esta especie por todo el Mediterraneo hasta Siria y Egipto. Gin. Fischeria Sauss. 35. Betica Ramb. Litoral del Mediterraneo y parte del centro. Valencia, Navajas (Bosca!), Malaga (Rambur), Uclés (Pantel!). También en Egipto y Asia menor. Gin. Ameles Burm. 36. A. decolor Charp. Litoral del Mediterraneo y centro de la Peninsula. Barcelona (Fischer), Valencia (Boscal), Uclés (Pantel!). Sobre las matas en los meses de Agosto, Setiembre y Octubre. También se encuen- tra esta especie en Francia, Italia y Grecia. 37. A. Spallanzania Rossi. Toda la Peninsula. Burgos (Sanz!), Calella (Cuni!), Granada (Rambur), Coimbra (Paulino!), Escorial! (Bolivar!), Uclés (Pantel!). De Julio 4 Noviembre. En las laderas incultas, sobre las matas altas, Echium vulgare, Retama spherocarpa, Genista, Rosmarinus officinalis, etc. También se encuentra en todo el litoral europeo del Mediterraneo. 38. A. Assod Bol. Centro de Espafia, desde Mayo 4 Agosto. Madrid! (Bolivar!), Toledo, Villalba (Bolivar!), Uclés (Pantel!). En las mismas condi- ciones que el anterior. Especie propia de esta regidn de Espafia. 39. A. nana Charp. Andalucia. Malaga (Candéze!), Chiclana (Cepero!). También ha- bita esta especie en Sicilia y Argelia. Gin. Empusa J/lig. 40. #. egena Charp. Toda la Peninsula. Logrofio (Viar!), Cerdafia (Martorell!), Jativa (Bosea!), Badajoz (Uhagén!), Coimbra (Paulino!), Malaga (Rosen- hauer), Manzanares!, Madrid! (Bolivar!). Esta especie es una de (39) Cazurro.—oORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 473 las que primero aparecen de esta familia, viéndose sus larvas en alguna abundancia en la primavera, y los adultos mds raros en el verano. También se encuentra en toda la porcién occidental de la cuenca del Mediterraneo. Fam. Fasmidos. Gin. Bacillus Zatr. 4l. B. Rossii Fabr. Barcelona, Calella (Cuni!), Logroiio (Viar!). Ademds Italia, Dal- macia, Corfi y Argelia. 42. B. Gallicus Charp. Norte y Mediodia de la Peninsula. Vergara (Larrinua!), Malaga (Rambur). Ademas en el Sur de Francia, Liguria, Sicilia y Morea. 43. B. Hispanicus Bol. Centro y Norte de la Peninsula. Madrid!, Escorial!, Urda! (Bo- livar!), Logrofio (col. Bolivar!), Uclés (Pantel!). Se encuentra por lo general en las laderas abrigadas y expuestas al Mediodia y en los llanos, entre las matas bajas y gramineas, de las que es dificil distinguirle; las larvas aparecen 4 primeros del mes de Abril, pero los adultos solo se presentan durante el verano en los meses de Junio 4 Setiembre, y siempre las 9 mas abundantes que los ¢”. Esta especie es propia de la Peninsula. Fam. Acrididos. Gin. Tryxalis fadr. 44. Tr. nasuta L. Andalucia y regién mediterranea. Barcelona (Antiga!), Valencia (Boscaé!), Granada (Rambur), Chiclana (L. Cepero!). Durante el verano, en las colinas arenosas y campos cultivados. También habita todo el litoral mediterrdneo, Africa y Australia. 45. Zr. unguiculata Ramb. Mitad Sur de la Peninsula. Madrid! (Bolivar!), Valencia (Boscé!), Sevilla!, Béja (Paulino!). Colinas arenosas y laderas cultivadas, 474 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) durante todo el verano. Esta especie, de las pocas conocidas del vulgo, en Andalucia recibe el nombre de Cerbanta; y las gen- tes del campo, seglun datos que me proporciono el Sr. D. Manuel Paul, de Sevilla, tienen la rara preocupacién de que, metiendo este insecto vivo en un canuto y dejandole secar, llevando luego al cuello este canuto es un eficaz preservativo contra las tercia- nas. En los alrededores de Madrid, aunque no objeto de igual preocupacién, llevan el nombre muy parecido de Cerbatanas; y, segun el Sr. D. Salvador Calderén, con igual nombre son conaci- das en Canarias. En la Mancha (Daimiel), parece tienen la creen- cia de que van guiando los bandos 6 nubes de langosta (Staurono- tus maroccanus Thunb.), y por esta razon les aman Guidn de la langosta. También se encuentra esta especie esparcida por todo el Sur de Europa y Norte de Africa hasta el Senegal. Gin. Ochrilidia Stal. 46. Ochr. tibialis Fisch. Espana. (Mus. Genf.), (Brunner). Especie al parecer muy rara y de la que no he logrado obtener mas datos ni ver ningun ejem- plar espafiol. También se encuentra en Grecia, Egipto y Siria. 47. Ochr. Bosce Caz. Region mediterranea. Monserrat (Capelle!), Jativa (Bosca!), Ca- lella (Cuni!). Especie propia de Espafia. Gun. Oxycoryphus isch. 48. Ox. compressicornis Latr. Toda la Peninsula. San Sebastian (Chicote!), Santander (Del- gras!), Jativa (Bosca), Chiclana (Cepero!), Espinho (Portugal), (Pau- lino!), Madrid (Bolivar!). En las praderas humedas, al fin del ve- rano y principios de otofio. Se encuentra ademas en todo el Sur de Francia y Africa hasta el Senegal. GEN. Mecostethus /7ed. 49. M. grossus L. Norte de la Peninsula. Aragon (Asso), Cerdafia (Cunt!), Coim- bra, Oporto (Paulino!). Esta especie habita ademas Europa cen- tral y septentrional, ea) on (41) Cazurro.—oORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 4 Gun. Parapleurus Fisch. 50. P. alliaceus Germ. Norte de Espafia y la porcion mas septentrional de la region mediterranea. Lugo (Seoane), Cerdafia, Julio y Agosto (Cuni!), Barcelona (Martorell y Pefia!). También se encuentra en la Eu- ropa central y septentrional. Desciende algo mas hacia el Sur que la especie anterior. Gun. Paracinema /isch. 51. P. tricolor Thunb. Toda la Peninsula. Sevilla!, Valencia (Boscé!), Santander (Go- gorza!), Coimbra (Paulino!), Uclés (Pantel!), Madrid! (Bolivar!). Se encuentra con mucha abundancia en las praderas desde Agosto hasta Octubre. También habita todo el Sur de Europa y gran parte de Africa. Gun. Stenobothrus /isch. 52. St. lineatus Panz. Toda la Peninsula menos la regién lusiténica, donde hasta ahora no ha sido encontrado. Logrofio (Viar!), Valencia (Brun- ner), Sierra Nevada (Rambur!), Pefialara! Se encuentra esta es- pecie durante el verano, en las praderas de las montanas. Habita también en casi toda Europa. 53. St. nigromaculatus Herr. Schaff. Norte y centro de la Peninsula. Vitoria (Gonzalo!), Madrid (Bo- livar!). Ademds se encuentra en gran parte de Europa. 54. St. stigmaticus Ramb. Sitios montafiosos del Norte y centro de la Peninsula. Sierra Nevada (Rambur), Pefialara! (Bolivar!), Cascante (Pérez Arcas!), Vitoria (Gonzalo!). También existe en el centro y Sur de Europa. © 55. St. festivus Bol. Norte, centro, Sur y parte de la regidn mediterranea. Ofia (Ca- 476 56. 60. 61. 62. 63. ANALKS DE HISTORIA NATURAL. (42) . pelle!), Uclés (Pantel!), Navacerrada! (Bolivar!), Granada (col. Bo- livar!), Monserrat (Capelle!). En las praderas, durante el verano. Esta especie hasta ahora solo se ha citado de Espafia. St. Bolivari Br. Norte y centro de Espafia. Madrid! (Bolivar!), Pefialara! (Boli- var!), Sierra de Gredos (Bolivar!), Albarracin (Zapater!), Ofia (Ca- pelle!). En los prados, durante el estio, especialmente en las montanas. Especie propia de Espana. St. grammicus Caz. Norte y centro de Espafia, en las mismas condiciones que el anterior. Ofia (Capelle!), Pefialara! (Bolivar!). Especie propia de Espana. St. morio Fabr. Montafias del Norte y centro de Espafia. Pirineos (col. Boli- var!), Oia (Capelle!), Pefialara! (Bolivar!). En casi toda Europa también en las montanas. St. viridulus L. Norte y centro de Espana. Picos de Europa (Bolivar!), Zara- goza (Asso), Ofia (Capelle!), Pefialara! (Bolivar!). Como la ante- rior, se encuentra también esta especie en las montafias del Norte y centro de Europa. St. Panteli Bol. Norte y centro de la Peninsula. Santander (Gogorza!), Ofia (Ca- pelle!), Sierra de Guadarrama! (Bolivar!), Madrid (Bolivar!). En las praderas, de Julio 4 Noviembre. Especie propia de Espana. St. Lucasi Bris. hie: Chiclana (Lopez Cepero!). También se encuentra en Argelia y Tunez. St. rufipes Zett. Regiones occidental, septentrional y oriental. Gerez (Paulino!), Leca (Nobre!), Santander (Gogorza!), Barcelona (Martorell!). Se ‘encuentra esta especie ademas en todo el-+resto de Europa, desde Suecia hasta el Mediterraneo. St. hemorroidalis Charp. Sur y centro de Espana. Malaga (Brunner), Madrid!, Navace- rrada!, Gredos (Bolivar!). También en todo el résto de Europa. (43) 64. 66. 67. 68. 69. 70. Cazurro.— ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 477 St. Uhagoni Bol. Norte y centro de Espafia. Cascante (Pérez Arcas!), Navace- rrada! (Bolivar!). Se encuéntra esta por lo general muy localizada, en lo alto de las montafias, durante el verano. Especie solo de Espana. St. minutissimus Bol. Norte y centro de Espafia. Cascante (Pérez Arcas!), Escoriall, Navacerrada! (Bolivar!), Uclés (Pantel!). Por lo comtn, en las mon- tafias, en las laderas entre las matas bajas. Esta especie es pro- pia de Espafia; en el resto de Europa se halla reemplazada por el St. petreus Bris. St. binotatus Charp. Casi toda la Peninsula, menos la regidn mediterranea, en la que parece faltar. Bilbao (Brunner), Ferrol (Seoane), Uclés (Pan- tel!), Gerez (Paulino!), Chiclana (Cepero!). Habita también en el Sur de Francia. : “St. pullus Phil. Picos de Europa. Agosto. (Bolivar!). Ademas se encuentra en todo el resto de Europa. St. vagans Fieb. Toda la Peninsula menos la regién lusitana. Ofia (Capelle!), Valencia (Bosca!), Sevilla!, Madrid! (Bolivar!). En las praderas, de Mayo 4 Diciembre. También se halla en el centro y Sur de Europa. St. apicalis Herr. Schaff. Toda la Peninsula, menos la regidn mediterrfnea, en la que parece faltar. Alhama de Aragon (Pérez Arcas!), Galicia (Seoane), Coimbra (Paulino!), Chiclana (Cepero!), Madrid! (Bolivar!). En esta ultima localidad es quizds la primera especie del género que apa- rece, en el mes de Junio; se encuentra en los campos y praderas durante todo el verano. Ademas se encuentra también en Grecia. St. Saulceyt Krauss. Barcelona (Antiga!), También en los Pirineos, 71. St. bicolor Charp. Centro, Norte y Mediterréneo. Uclés (Pantel!), Ofia (Capelle!), 478 73. 74. 75. 76. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) Lorca (De Buen!), Mallorca (Moragues!). Campos incultos, colinas f=) ? y praderas, de Mayo 4 Diciembre. Se encuentra también en todo el resto de Europa. St. biguttulus L. Pefidlara! (Bolivar!), Ona (Capelle!). Esta especie, dificil de separar de la anterior, habia estado largo tiempo mezclada con ella, hasta que el Sr. Brunner, y mas recientemente el Sr. Krauss en su excelente trabajo (Beitrage zur orthopteren Kunde. Ve- rhandl. der K. K. zool. bot. Gesellschaft in Wien), han sefialado sus diferencias. También habita en toda Europa. St. gucundus Fisch. Norte, centro y Sur de Espafia. Logrofio(Viar!), Madrid!, Pefia- . lara! (Bolivar!), Sevilla! En las praderas, durante el verano. Esta especie también se encuentra en el Sur de Francia. St. pulvinatus Fisch. W. Toda la Peninsuvia. Vitoria (Gonzalo!), Valencia (Bosea!), Chi- clana (Cepero!), Coimbra (Paulino!), Madrid!, Penialara! (Bolivar). En las praderas, desde el nivel del mar hasta los mds altos picos. Durante todo el verano. Ademas toda Europa desde Rusia hasta Argel, St. elegans Charp. Norte y sur de la Peninsula. Ferrol (Seoane), Chiclana (Cepero!). Ademas toda Europa. St. parallelus Zett. Toda la Peninsula. Santander (Gogorza!), Valencia (Bosca!), Ma- drid! (Bolivar!}, Sevilla!, Coimbra (Paulino!). Durante el verano y otofio, en los prados. Ademas habita en toda Europa. Gun. Gomphocerus 7hund. 77. G. Sibiricus, L. Norte y centro de la Peninsula. Pirineos (Brisout), Sierra de Guadarrama! (Bolivar!). Durante el verano y parte del otofio en los picos mas altos del Guadarrama, en las mesetas cubiertas de hierba. También se encuentra en los Alpes, Balkanes y Caucaso. (45) 78. 80. 81. 82. 83. 84. Cazurro.—ORTOPTEROS DE ESPANA Y PORTUGAL. 79 G. maculatus Thunb. hia Centro y Norte de Espana. Logrono (Viar!), Sierra de Guada- rrama! (Bolivar!). En las montafias, como el anterior, aunque esta especie desciende mas hacia el llano. Ademds se encuentra tam- bién en el Norte y centro de Europa. G. brevipennis Bris. Pirineos. Pic. du Mid. (Marquet!). En las praderas elevadas, durante el otofio. GEN. Stauronotus Fisch. St. Maroccanus Thunb. Comun en toda la Peninsula, de Junio 4 Septiembre. Ademas habita el Sur de Europa y Norte de Africa. Esta especie es la unica que merece el nombre de langosta, y la que tantos destro- zos causa en el centro y Mediodia de la Peninsula. St. Genet Ocsk. Toda la Peninsula, Vitoria (Gonzalo Goya!), Valencia (Bosca), Chiclana (Cepero!), Coimbra (Paulino!), Uclés (Pantel!). En los si- tios secos y cultivados, durante el verano. Regién mediterranea de Europa y Africa. St. crassiusculus Pant. . ’ Salina de Belinchon (Uclés), Julio (Pantel!). Especie no cono- cida hasta ahora de otra localidad que la citada. GEN. Arcyptera Se7v. A. Hispanica Ramb. . Mediodia, Levante y centro de Espafia. Chiclana (Lépez Ce- pero!), Bufol (Vilanova!), Uclés (Pantel!). Entre los arbustos y matas, poco comun en el centro durante el mes de Julio. Ademas también habita esta especie en el Sur de Francia y en el Norte del continente africano. A. fusca Pall. Norte y Catalufia. Santiago (Maeho de Velado!), Catalufia (Mar- torell!), También habita en todo el Sur de Europa hasta el Céu- caso y ademds en la isla de Cuba (col, Gundlach), 480 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) 85. +S anne’ i sh i a * F } g A ‘ y p , a Weald io id ’ We 7 i j Me 5 a i he eee. es oie ree See ae ar. a ees ; ., eee ae Ce 8 AME: asain ie Leet | alan ea Was tr aaeB wp ‘ ' tai) a STR < + a ' “t - 2 ea A's Log Sat say Lael yore ee . , A i F ; , G e ah 6 : s y = 4) * ; J vind d > Re i : Nin o ee ‘ Pc: aL: PwC AT eres Se tae ‘tyy H k : hs _ q 7 o = War ale f A . i i 7 : i) . ‘ ; ap ’ - . L i ‘ / : H ‘ ; + 4 { =F - f [sy - ‘ mee ¢ ¢ 1 , “ . . i ; ; i ee iT SH Mi ig rs y ‘i es ’ iy ¥ . P of ¥ ad , ; ip a = iy) 4a / a an? } ‘ ‘ fe +4 i F 5 aur: . ‘in is . ( ; ' ; 4 : pie : a ba VS (ir \ aay it 4 : eaacSs, (ails + Ras ae Pel : ' any ; : oe ee p? : ’ ae ee es i 7 iM Anales dela Soc. espanola de Hist. nat. Tomo XV. Lam. Ay ~ - z >. z , - . = / * A ee ENS) yi as de MULIMG VESTSECNCLA. As ys Luneas de madxurea depresvon ’ yw Anales dela Soc. espanola de Mist.nat. CORT Bs que muestran la disposicion de las masas petreas 6 CH la Peninsula [bérica. Cnewss, Micacttas, etc. Silunune y Cambriane. Devoniano. Carbonifiro. Triasico . Surastco . C Crelaceo. ij « Vumulttico | Tirctario y Cuaternario. ee ie Masus cruptivas. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesion del 4 de Enero de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Se did cuenta de una comunicacion del Secretario general de la Real Academia de Ciencias de Lisboa, acusando el recibo del cuaderno 2.° del tomo xvt de los ANALES. —Dijo el Sr. Castel que, cumpliendo la promesa hecha en la sesion anterior, entrego en el Ministerio de Hacienda la ins— tancia que varias personas presentan con el fin de que se mo- difique el adeudo que 4 su introduccidén suele exigirse en las Aduanas de la Peninsula, por los insectos para el estudio, y did noticia de los buenos propédsitos que los jefes del citado centro tienen respecto 4 hacer extensivos a los particulares que cultivan la entomologia y otros ramos de la Historia Na- tural, los beneficios que disfrutan en este concepto los esta- blecimientos oficiales y otras corporaciones. Al dar posesiOn de sus cargos 4 los sefiores socios que los desempefaran en el afio actual, manifestd su agradecimiento a la Sociedad, suplicando le dispensaran por las deficiencias en la presidencia de la misma, en la cual, no pudiendo por sus ocupaciones tener una gran iniciativa en la ciencia, ni contribuir 4 su desarrollo con la presentacién de estudios nu- merosos, trabajé en beneficio de la prosperidad material de la Asociacién poniendo 4 su servicio con actividad la influen- cia que tiene en las regiones oficiales. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVII. 1 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —ll Sr. Galdo ocup6o la presidencia diciendo, que no por su voluntad, sino por la de los socios, tenia que hacer un parén- tesis 4 la vida ordinaria llena de ocupaciones que le abruman, el cual le recordaba los mejores dias de su juventud pasados en el establecimiento donde la Sociedad celebra sus reuniones 4 las cuales procuraria no faltar, tratando de imitar y seguir & los socios que tanto han contribuido 4 su buena direccidén, y debiéndolos gratitud por proporcionarle la ocasién de con- sagrar algunas horas al cultivo de unos estudios que han contribuido 4 su bienestar. —Pidid el Sr. Vilanova que se declarara haber prestado el sefior Presidente del ano anterior servicios extraordinarios 4 la Sociedad, que acordé unanime voto de gracias por este concepto para el Sr. D. Carlos Castel. —Se leyé una Real orden de 30 de Noviembre de 1887, dic- tada en vista del favorable informe emitido por la Real Aca- demia de Ciencias exactas, fisicas y naturales, acerca de la obra intitulada ANALES DE LA SoCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL, y cumplidas las prescripciones del Real decreto de 12 de Marzo de 1875 y Real orden de 23 de Junio de 1876, se dispone que el Ministerio de Fomento adquiera dicha publi- cacién, suscribiéndose 4 cincuenta ejemplares anuales de la misma, con destino 4 las Bibliotecas publicas y con cargo al capitulo xvi, articulo unico del presupuesto vigente. —e pusieron sobre la mesa las. publicaciones siguientes: A cambio; Journal of the Royal Microscopical Society.— Aino 1887, par- temps Verhandlungen der haiserlich-kiniglichen zoologisch-botanis- chen Geselischafi in Wien.—Anio 1887, parte 4.* Zoologischer Anzeiger.—Ano 1887, nimeros 267 y 268. Bulletin de la Société des sciences historiques et naturelles de Sémur.—Afio 1886. Bulletin de la Société Zoologique de France.— Ano 1887, nu- mero 8. { Cronica cientifica de Barcelona.—Aiio x, numeros 242 y 243. Como donativo; Semanario Farmaceutico.—Afio xv1, numeros 10-14; remiti- dos por su director D. Vicente Martin de Argenta, Remarques sur la faune malacologique marine des possessions DE HISTORIA NATURAL. 3 portugaises de lV Afrique occidentale, por D. Augusto Nobre; regalo del autor. Bericht iiber die Verlagsthitigheit, von R. Friedlander et Sohn, 1887, numeros ui y w1.— Nature Novitates , 1887, nimeros 20-25.—Biicher-verzeichniss, numeros 362, 374 y 376; regalo del editor. Societatum Litter, 1888, nim. 1.°—Probennummer; regalo del editor. La Sociedad acordo dar las gracias 4 los donantes. —Se leyo el dictamen siguiente: «La Comisién nombrada por la Sociedad para examinar las cuentas de la misma, presentadas por el sefor Tesorero, y correspondientes al ano 1887, las ha examinado detenidamente y cree que todos los gastos ocasionados estan perfectamente conformes con las necesidades de la Sociedad. También ha podido comprobar que todas las partidas que figuran en dichas cuentas estan debidamente justificadas con los recibos que se acompafian, y por consiguiente, opina que la Sociedad debe aprobarlas. La Comisién, creyendo que asi corresponde mejor 4 la con- fianza con que la Sociedad la ha honrado, no se ha limitado 4 esta comprobacion, sino que también ha examinado el estado que puede decirse financiero de la Sociedad, y desde luego se observa que su situaciédn es mucho mas floreciente que en el ano anterior, 4 pesar de la importancia de los trabajos y pu- blicaciones llevados a cabo durante el afio. Aunque esta mejora sea debida en parte 4 la constancia y buena voluntad de los senores socios, hay que reconocer que en su mayor parte es debida 4 la inteligente y econdmica gestion del sefior Tesorero, por lo cual, la Comisién opina que la Sociedad deberia concederle un voto de gracias. Aun mas desahogada seria la siluacién de la Sociedad si todos los sefores socios que tienen cuotas atrasadas se apre- surasen’a satisfacerlas, lo cual es de esperar. La Comisién espera que la Sociedad se servira aprobar este dictamen.—Madrid 2 de Enero de 1888».—Santos Roca.— AURELIO VAZQUEZ.—MANUEL CazurRRO. La Sociedad aprobo las cuentas presentadas y did unanime voto de gracias al sefior Tesorero D. Ignacio Bolivar, que con tanto acierto viene desempefiando su importante cargo. 4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Did cuenta el Sr. D. Manuel Cazurro de su Hnumeracidn de los ortépteros de Espana y Portugal, que pasd a la Comisién de publicacién. —Kl mismo senor leyé la nota siguiente: «En la excursién que el 25 de Julio pasado verificamos al Escorial, los Sres. Bolivar, Quiroga, Prado y Carrasco, tuvi- mos ocasién de observar un hecho, cuyo conocimiento creo interesante, pues aunque se hayan consignado ya respecto de ‘otras especies de diversos Ordenes, son siempre dignos de citarse por lo que pueden contribuir a ilustrar ciertas cues- tiones. Me refiero 4 una copula entre dos ortépteros de diverso eénero, un of de Stauronotus Maroccanus Thunb., y una Q de Arcyptera Tornost Bol. Es de observar, que en aquella época, en la localidad que exploramos, Pradera de San Juan, efecto de lo adelantado de la estacién, los oh de las Arcypteras eran muy escasos y en cambio las Q muy abundantes. Union tal, entre especies de géneros diversos, no podia ser fecunda, pues estos cruces entre distintas especies solo son fecundos en los insectos, dentro del mismo género y asi en diversas especies de Vanessas, sus cruces no han sido infecun- dos, produciendo tipos aberrantes, sirviendo esto en el sentir de muchos para explorar el origen de las frecuentes aberra- ciones y de ciertas monstruosidades y variedades de varias especies. M. Piochard de la Brulerie, en el Rapport sur Vexcur- sion faite en Espagne par la Société Entomologique de France, en 1865 (An. Soc. Ent. Franc.,t. xvi. pag. 5 y 7), refiere haber presenciado numerosas copulas entre los Dorcadion Hispani- cum y Grelisi, que cree que no fueran estériles, como lo prue- ban, en su sentir, ciertos ejemplares encontrados de tiempo en tiempo, que ofrecen caracteres comunes con ambas espe- cies y que presentan los dibujos de Jas mismas como super- puestos. Este mismo autor opina que, uniones entre especies de gé- neros muy remotos, aun de familias muy distintas, no son tan raros como se cree y cita haber presenciado en la Granja, edpulas entre un Dorcadion y una Zimarcha y de un Dorcadion con un Heliopathes.» —El sefior Secretario en nombre de la Comisién de publi- ‘eacién dijo que estaba impreso el cuaderno 3.° del tomo xvi de los ANALES que se compone de 80 paginas de impresién de las DE HISTORIA NATURAL. a) Memorias y 102 paginas de las Actas, una lamina grabada en piedra y un grabado intercalado en el texto. —Leyé el Sr. Vilanova lo siguiente: Breve resena de los Congresos de Frauenfeld, Manchester, Tolosa y Viena, por el Dr. Vilanova. «Reuniase en Frauenfeld, capital del cantén de Turgovia en Agosto ultimo, la Sociedad helvética de Ciencias naturales bajo la presidencia del Sr. Grubenmann, quien inaugur6é las tareas del Congreso, con un discurso interesantisimo acerca de los progresos realizados por la Mineralogia, merced a la aplicacién del microscopio, de cuyos aparatos presentd en la seccién geolégica un modelo muy Util en la practica, sobre. todo para la orientacién de los cristales y su medicidn. Kn la misma Asamblea general, el Sr. Keller did cuenta del viaje hecho 4 Madagascar, exhibiendo entre otros objetos curiosos magnificos ejemplares del Geophagus Darwini, enorme gusano de cerca de un metro de largo, cuya influencia en la forma- cidn del suelo vegetal traté con dicho motivo de demostrar. El Dr. Custer discurrié acerca de la necesidad de crear Museos higiénicos en las poblaciones con el fin de instruir a todo el mundo en la ciencia de la salud. En la seccién geolégica los asuntos culminantes que se abordaron fueron el del origen, desarrollo y vicisitudes. por que han pasado los Alpes, interesante trabajo expuesto con maestria por el profesor de Lausana, Sr. Renevier, é ilustrado con un esquema representativo de los movimientos experi- mentados por la gran cordillera, y la descripcidén del corte geolégico que ofrece la famosa esfinge egipcia de Ghizeh, trazada con precisién y copia de datos por el Sr. Mayer Eymar, Catedratico del Politécnico de Zurich. El joven gedlogo Grepin de Basilea, continuador de las glo- rias cientificas de su padre, explicd el procedimiento por él inventado para dibujar fésiles tan diminutos como los descu- biertos por é! mismo en numero de 130 especies en la grande oolita de aquel canton. El profesor Jacard, de Neufvhate 1, did cuenta del hallazgo en el Jura de algunos criaderos de petrdleo y otras substan- cias bituminosas. 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA El Sr. Studer, sobrino del famoso profesor de Berna, falle- cido el aio ultimo, describid el molde de un cerebro fésil de Hallianasa procedente del Trias de Wiirenlos y horizonte del Muschelsandstein, en el canton de Argovia. El Sr. Fellenberg, de Berna, comunico 4 la seccién intere- santes noticias acerca del yacimiento del espatofluor en va- rias localidades de los Alpes. Por fin, el que suscribe indicoé el hallazgo hecho el afio ul- timo de dos especies de Dinoterio en Castilla y Cataluna, y presentd un ejemplar de la famosa calcedonia enhidrica de Salto oriental (Uruguay), en las oquedades de una roca vol- canica, que analizada por el amigo Quiroga, resulta ser una andesita augitica moderna, muy impregnada de la propia silice que disuelta en el agua hubo de dar origen 4 tan sin- gular mineral. En la seccién de fisica y quimica el Sr. Forel dio cuenta del resultado de sus estudios acerca del color azul verdoso que ofrecen las aguas de los lagos suizos, y de los experimentos por él hechos para averiguar hasta qué profundidad llega en ellas la luz. El Sr. Guillaume, de Neufchatel, discurriéd y propuso el me- dio en su concepto mas expedito, de llegar 4 obtener la unifi- cacién de la escala termométrica. El profesor Weber, de Zurich, describid un microradidmetro revelador de radiaciones sumamente débiles. En la seccidn de botanica el presidente Schroter, de Zurich, hizo ver la transcendencia que para los progresos de la cien- cia tuvieron las investigaciones del eminente Oswardo Heer, quien contribuyé de un modo muy directo y eficaz 4 ilustrar sobre todo la geografia botanica. El mismo Sr. Schroter presentéd una Memoria sobre dos formas sexualmente diferentes de Scirpus cespitosus. También son del distinguido director del Jardin Botanico de Zurich, noticias fitograficas acerca de algunas plantas alpinas. En la seccién zoolégica el Dr. His, de Leipzig, leyé una in- teresante Memoria acerca de la formacién de las vias conduc- toras del sistema nervioso. El Dr. Yung, de Ginebra, leyé un interesante estudio sobre fisiologia comparada de los animales invertebrados. El Dr. Imhof, de Zurich, discurrié acerca de los animales DE HISTORIA NATURAL. u microscépicos que viven en las aguas dulces, y procedimiento para cogerlos y conservarlos para el estudio. En la seccién de Medicina el Dr. Custer discurrié acerca de las ventajas de los Museos de higiene, asunto que por su im- portancia amplié en una de las Asambleas generales; propuso ademas que se creara una Catedra de higiene en la Escuela politécnica federal, proposicién aprobada por la Sociedad. El Sr. Lehman traté primero sobre la adiposira y después de la accién téxica de la negrilla del trigo y modo de quitarle tan perniciosa influencia con el fin de poder utilizar dicha substancia como alimento del ganado. El Dr. His exhibié datos complementarios de sus interesan- tes estudios referentes al desarrollo del sistema nervioso. El profesor Gosse, de Ginebra, did cuenta de algunas inno- vaciones introducidas en las fotografias de las preparaciones cientificas. El Congreso de Frauenfeld terminé con algunas correrias cientificas y fiestas por todo extremo ttiles y agradables, me- reciendo entre ellas citarse la que hicimos al pueblo de Arbon a orillas del lago de Costanza, donde nos festejaron frater- nal y espléndidamente. Yo aproveché la oportunidad para visitar al dia siguiente los interesantes Museos de Costanza, el uno casi puede llamarse por excelencia protohistorico, dada la especial indole de sus colecciones, sobre todo de obje- tos interesantisimos de cobre y bronce de los palafitos de aquel soberbio lago; el otro pertenece al Gimnasio situado junto 4 la catedral, y encierra entre otros ejemplares muy notables, los encontrados en Oeningen en el siglo ultimo por el célebre Scheuzer, debiendo hacer especial mencién del esqueleto del que él llamé Homo diluvit testis, y luego Cuvier dijo ser un batracio del género Andrias, dedicado al descubridor, y otro ejemplar muy bien conservado, de Lotia, cuyos moldes en yeso se venden a 60 y 37 inaenes respecti- vamente. En Frauenfeld Namé mi atencidén el Museo de Historia Na- tural y Arqueolégico, existente en el bonito edificio de las Escuelas cantonales, donde se hacen estudios equivalentes & los de nuestros Institutos. En los alrededore de la poblaciédn visité la localidad de Niederwil, donde ademas de los restos de un palafito analogo 8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA i los cranoges de Irlanda, tuve el gusto de encontrar en los cortes mismos de la turba que alli se cria, la Drosera anglica, planta insectivora, de la cual mandé dos ejemplares vivos bajo sobre al amigo Colmeiro que tuvo a bien manifestarme haberlos recibido con agrado. Terminada la visita 4 Frauenfeld, trasladéme 4 Zurich y Berna, con objeto de ver y examinar en el Politecnicon del primer punto, las colecciones de fosiles de Egipto traidas por mi amigo y condiscipulo Mayer Kymar, que tuvo a bien rega- larme bastantes ejemplares que me interesan sobre manera, vista la analogia que tienen con los de la provincia de Ali- cante, especialmente los equinodermos. La visita 4 Berna tenia por objeto casi exclusivo contemplar el tronco fésil de equisetacea, encontrado dentro de un gran canto de gneis en territorio del pueblo de Gutanen, segun dijo el Sr. Fellenberg en el Congreso de Ginebra en 1886. Ya una vez alli, di un vistazo al bonito Jardin Botanico instalado 4 orillas del. rio Aar en una situacién deliciosa, y al antiguo Museo de Historia Natural, donde ahora.se conservan intere- santes y copiosas colecciones arqueologicas, histéricas y pro- tohistéricas. Sin pérdida de tiempo dirigime 4 Paris de paso para Londres y Manchester, en cuya ultima capital celebra- ronse dos reuniones importantes, 4 saber: la Asamblea de la Asociacién britanica para el adelantamiento de las Ciencias, y la comisién de vicepresidentes del Congreso Internacional Geolégico, segun acuerdo tomado en Berlin en 1885. Una correria de recreo y agasajos 4 la antigua y curiosa ciudad de Chester y otra cientifica geoldgica al pais de Gales con los Sres Sterry Hunt, del Canada; Thorel, de Suecia, y el matrimonio Hughes, de Cambridge, completaron el viaje 4 Inglaterra, del cual recabé no pocos datos importantes, y entre otros la conviccién mas profunda de no ser volcanicas las rocas feldespaticas del periodo cambrico del Norte de In- glaterra, 4 pesar de todas las afirmaciones en contrario de al- gunos gedlogos ingleses. Desde el pais de Gales, sin detenerme mas que horas en Londres y dos dias en Paris, trasladéme a Tolosa, donde me esperaba el Sr. Marty para hacer una visita 4 Simorre, locali- dad del Departamento de Ger, donde ha encontrado los famo- sos craneos del Mastodon longirostris que figuraban en la ex- DE HISTORIA WATURAL. 9 posicidn que por entonces se celebraba en aquella capital. Pero antes de llegar a dicho punto tuve el gusto de examinar uno de los yacimientos de huesos de mamiferos fésiles mas ricos de Huropa, esto es; Sansan, dado aconocer por el difunto Sr. Lartet hace ya muchos anos, y hoy propiedad del Estado por compra, corriendo de cargo del Museo de Ciencias de Paris la explotacién habilmente dirigida por el inteligente é infatigable Sr. Filohl, 4 cuya amabilidad debi varios ejempla- res interesantes que figuran hoy en las colecciones mias en el Gabinete de Historia Natural. De regreso a Tolosa asisti 4 la sesidn inaugural de la Aso- ciacién francesa para el progreso de las ciencias, cuyo dis- curso versé sobre la importancia de la Higiene, y alguna otra de las que celebran las 17 secciones de que aquella consta; di mas de un vistazo 4 la suntuosa Exposicién que alli se cele- braba, al Museo de Ciencias y protohistérico que es muy rico, y sin detenerme mas que unas tres horas en Paris, dirigime a Viena, donde el 26 de Setiembre se inauguraba el Congreso Internacional de higiene, para el que habia sido nombrado delegado por el Ministerio de la Gobernacién, de cuya Asam- blea no debo deciros nada en razén 4 su indole especial.» —Al comunicar el Sr. Vilanova la triste noticia del falleci- miento del Sr. D. Ildefonso Asensio, que fué socio, aceptd el encargo que le did el sefior Presidente de redactar para las Actas una sucinta resefia biografica. Sesion del 1.° de Febrero de 1888. PRESIDENCIA DE DON MAXIMO LAGUNA. Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —KEl Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: De los Secretarios generales del Congreso geoldgico inter- nacional en su cuarta sesién de Londres, desde el 17 al 22 de Setiembre del corriente afio, que al remitir una circular rela- tiva al mismo, ruegan que se dé conocimiento de ella a los socios, invitandolos cordialmente 4 asistir 4 sus sesiones 6 4 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA inscribirse como miembros del Congréso y a tomar parte en las excursiones, que se organizaran 4 diversas localidades de interés especial para los gedlogos, cuya relacién sera trans- mitida 4 todos los miembros, expresando también que se hara todo lo posible para asegurar el bienestar y las facilidades necesarias 4 los seflores que quieran honrar con su presencia la reunidn inglesa del Congreso; De Ja Exploracién geolégica de los Estados-Unidos diciendo que se ha hecho el envio de la publicacién relativa 4 los Re- cursos minerales de los mismos para 1886; Del Instituto Smithsoniano, participando el nombramiento de su Secretario el profesor 8. Pierpont Langley; Del Secretario de la Sociedad cientifica argentina que pide para su biblioteca algunos cuadernos de los ANALES, que no han sido recibidos 4 su tiempo; Del editor del Diario de Medicina y Cirugia comparada, de Londres, y del Secretario de la Sociecad cientifica alemana, de Santiago de Chile, que propone el cambio con los ANALES, cuyas comunicaciones se acordé pasaran 4 la Comisién de publicacion; Y del Vicepresidente Sr. Conde de Moriana, que participa no puede tener el gusto de asistir 4 la sesién de hoy 1.° del corriente, por hallarse enfermo en cama. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Meddelelser fra den Botaniskhe Forening Kjovenhavon.—To- mo i, num. 2. Bericht iiber die wissenschaftlichen Leistungen im Gebiete der Entomologie.—Ano 1886. Zoologischer Anzeiger.—Afio 1888, nim. 269 y 270. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Mos- cou. —Afio 1887, num. 4.— Meteorologische Beobachtungen der Landwirthschaftlichen Akademie bet Moskau.— Afio 1887, cua- derno 1.° Atti della Societu Toscana di Scienze Naturali.—Processi verbali: Adunanza del di 13 novembre 1887. | Jornal de Sciencias da Academia Real de Lisboa.— Nimero XLVI. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo XxIv, en- trega 2-6. DE HISTORIA NATURAL, 11 Cronica cientifica de Barcelonda.—Anio x1, nim. 244 y 245. Como donativo; Semanario Farmacéutico.— Aiio xv1, nim. 15-18; remitidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Leyes cosmicas segin el principio dindmico del calor, por don Luis Rouviere; regalo del autor. El arriendo de las Aduanas de Cuba, por D. J. Costa; regalo del autor. —(uedaron admitidos como socios los sefores Elizalde y Eslava (D. Joaquin), de Madrid; Hoyos y Sainz (D. Luis), de Madrid, propuestos por D. E. Gdmez Carrasco. —Se presentaron ocho propuestas de socios. —Leido el presupuesto de la seccién de Barcelona para 1888, que asciende 4 85 pesetas, fué aprobado por la Sociedad. —Se did cuenta de un estudio del Sr. D. Juan J. Rodriguez y Femenias, relativo a.las Algas de las Baleares, que se acor- do remitir a la Comisién de publicacion. —Presenté el Sr. D. Luis Sorela y Fajardo muchos objetos y fotografias relativos 4 los indigenas de Fernando Péo, dando noticias extensas sobre los mismos y cuenta de los resultados que para el estudio de los naturales de aquellos interesantes territorios y el régimen mas aplicable al gobierno de ellos, se han obtenido por el reciente viaje del Sr. Sorela, que ha- biéndole interrumpido para venir 4 Madrid y creyendo poder continuar sus exploraciones en Africa, hallé conveniente pro- poner al Gobierno que le acompafaran en ellas algunos na- turalistas, y encontrando los socios que la proposicién era muy conveniente, se acordé nombrar una Comisién compues- ta de los Sres. D. Manuel Maria José de Galdo y D. Juan Vila- nova y Piera, que podrian hacer en nombre de la Sociedad y en union del Sr. Sorela las gestiones consiguientes. El senor Presidente, interpretando los deseos de los asisten- tes, expresé su agradecimiento al Sr. Sorela por haber hecho tan importante comunicacién 4 la Sociedad; y dejando por completo a su arbitrio la forma de redactarla, le rogdé hiciese _ para las Actas una nota en la cual pudiesen constar detalla- damente los importantisimos resultados de su viaje, 12 ACTAS: DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Aceptando el Sr. Sorela los ofrecimientos del sefor Presi- dente, dijo que se ponia incondicionalmente a las ordenes de la Sociedad. Sesion del 7 de Marzo de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —l!] senor Presidente dijo que salid de su casa en la noche que celebré la Sociedad la sesiédn anterior con el tiempo sufi- ciente para haber podido asistir a ella y aun concurrir antes a otra reunién, pero como esta se prolongé hasta las doce de la noche no pudo & su tiempo avisarlo por escrito, teniendo que reservar para este momento el manifestar que se entienda tendra siempre el mayor deseo de asistir a las sesiones de la Sociedad. —Hl] senor Secretirio did cuenta de una comunicacioén del Bibliotecario de la Real Sociedad de Fisica de Edimburgo, que propone el cambio de las publicaciones de la misma por las de esta Sociedad, que acorddé resolviese acerca del asunto la Comision de publicacion. —Se pusieron sobre la mesa las publicactones siguientes: A cambio; Entomologish Tidskrift.—Ano 1887. Journal of the Royal Microscopical Socielty.— Ano 1887, par- te 6.°; 1888 , parte 1.’ Bulletin of the Museum of Comparative Zodlogy at Harvard College-—Tomo xi, num. 6. Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 271 y 272. Archives du Musée Teyler.— Serie 2.°, tomo 11, parte 1.*— Catalogue de la Bibliotheque, entregas 5.* y 6." : Bulletin, de la Société Zoologique de France.— Ano 1887, par- tes 5. y 6.’; 1888, parte 1 Bulletino della Societa Entomologica italiana.—Ano 1887, tri- mestres 3.° y 4.° Jornal de Sciencias da Academia Real de Lisboa.—Nim. xxiv. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid.— Tomo Xx1i, nimeros 3 a 6. DE HISTORIA NATURAL. 13 Cronica cientifica de Barcelona.—Numeros 246 y 247. Como donativo; Semanario Farmaccutico.—Afio xv1, nimeros 19 & 23; remi- tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Lettre aux membres de la Société Entomologique de Belgique par un de leurs vieux confreres; regalo del editor. Matériaux pour la Faune entomologique de la province de Lié- ge.—Colcopteres, %° centurie, por D. Alfredo Preudhomme de Borre; regalo del autor. The Characee of America.—Parte 1.", por D. Timoteo F, Allen; regalo del autor. Revista de Ciencias naturales de Galicta.— Afio 11, num. 13; revalo del autor D. A. Vila Nadal. Instituto de Vitoria. Memoria de 1886 &@ 1887; regalada por el mismo. Los alcoholes de industria, por D. José Maria Cagigal; regalo del autor. K. F. Koehler’s Antiquarium.—Catalogo nim. 463; regalo del editor. Dr. O. Staudinger. Coleopteren-Liste v1; Lepidopteren xxx: regalo del autor. La Sociedad acordo dar las gracias a los donantes. —(Quedaron admitidos como socios los senores Alvarez Quintero (D. Pedro), de Sevilla; Arias y Rodriguez (D. Amadeo), de Sevilla; Becerra y Fernandez (D. Antonio), de Sevilla); Dominguez Adame (D. Mauricio), de Sevilla; Medina Ramos (D. Manuel), de Sevilla; Puiggener y Sanchez (D. José), de Sevilla; Rio Tejero (D. Carlos del), de Sevilla; Seras y Gonzalez (D. Antonio), de Sevilla, propuestos en nombre de D. Salvador Calderén y Ara- na por D. Ignacio Bolivar. ! —Se hicieron cuatro propuestas de socios. —Didé cuenta el Sr. D. José Madrid Moreno de un estudio de que es autor Sobre las terminaciones nerviosas perifericas de la mucosa olfatoria de. los peces que se acordé remitir 4 la Comi-” sidn de publicacion. 14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA El sefior Presidente en su nombre yen elde todos los socios agradecié al Sr. Madrid Moreno la comunicacion de sus inte- resantes observaciones hechas en uno de los establecimientos cientificos mas celebrados. —E1 Sr. Vilanova did noticia de las gestiones que en unidn del Sr. Sorela practicéd con el objeto de cumplir el encargo que did la Sociedad 4 una Comision 4a fin de conseguir que uno 6 mas naturalistas acompafiasen al Sr. Sorela en sus pro- yectadas expediciones por Africa. El Excmo. Sr. Ministro de Ultramar, no pudiendo acceder 4 las pretensiones de la Comi- sién, pues no dispone de cantidad consignada para ello en el presupuesto de su departamento asegurdé que se interesaria al efecto con el Excmo. Sr. Ministro de Fomento, pero abrigando temores el Sr. Vilanova de que hubiese siempre algunas difi- cultades, rogé al sefor Presidente que procurara salvarlas, lo cual le podria ser facil dada su reconocida competencia en razon de su caracter de senador y de consejero. El sefior Presidente aseguro ser cierto cuanto se habia ma- nifestado, asi como también el que semejantes dificultades nacen de la poca practica que se tiene de tales y tan impor- tantes asuntos y otros analogos y todos ellos referentes al fo- mento de las Ciencias, porque no se considera que para seme- jantes servicios debe haber algunas cantidades consignadas de una manera constante para las exploraciones, viajes y otras investigaciones cientificas de caracter practico, que de- berian hacer los profesores, i otras personas competentes, asi como los alumnos, 4 cuyo fin es preciso hacer conocer esta necesidad principalmente en las Comisiones de presupuestos del Congreso, pues es muy justo que se atienda 4 las colecti- vidades de caracter civil, que han de desempenar estos servi- cios técnicos, si se quiere tener en buen puesto el nombre espanol, y verificarlos de un modo analogo & lo que sucede en los Institutos militares, y asi no serian tan escasos los medios de investigacién cientifica, ni tan pocas en numero las publi- caciones cientificas espafiolas, que mas bien se deben princi- palmente 4 la iniciativa de algunas Sociedades. No hay cos- . tumbre entre nosotros de considerar como necesarios estos estudios practicos, ni menos el de alentarlos dando 4 personas competentes el encargo de desempefiar misiones, que en otros paises se organizan, no solo por los Gobiernos, sino hasta por DE HISTORIA NATURAL. 15 los mismos establecimientos cientificos, que tienen los recur- sos correspondientes, 6 por las personas que los rigen,.y que entre nosotros son mas indispensables si se han de allegar los materiales necesarios para el estudio y que después ha- brian de contribuir al acrecentamiento de las colecciones his- torico-naturales de los museos correspondientes, que estan tan mezquinamente dotados y alojados. Recordo el Sr. Sorela que el actual Excmo. Sr. Ministro de Estado consiguié el que se consignasen 100.000 pesetas para exploraciones en Africa, que debian repartirse entre los pre- supuestos de Estado y Ultramar. _ Accediendo a los deseos del Sr. Vilanova acordaron los co- misionados reanudar las gestiones consiguientes en cuanto el Sr. Sorela hablase de sus viajes por Africa como se propone hacerlo en las conferencias que dard en el Ateneo de esta corte, y también alli se hara una exposicidn de los objetos traidos de aquellas interesantes regiones de la costa de Guinea por tan animoso explorador. —Después de una discusién en que tomaron parte los sefio- res Presidente, Tesorero y Secretario, y también el Sr. Vila, se acordé que en lo sucesivo, y en cuanto fueran recibidas en Secretaria, se incluyesen las actas de la Seccién de Barcelona y otras que pudieran formarse en las de la Sociedad, a fin de evitar los inconvenientes que han resultado en el afio ante- rior en la formacién de las mismas y las paginaciones dife- rentes que tan de mal efecto son en toda publicacién. —Presento el Sr. Vila el plano del acuario que con motivo de la Exposicion de Barcelona se proyecta construir por el municipio de aquella importante capital. Sesion extraordinaria de 4 de Abril de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. —Manifesté el sefior Presidente que teniendo que cumplir la Sociedad las disposiciones 4 que se refiere la Ley de 11 de Julio de 1887, relativa al derecho de asociacién que reconoce el art. 13 de la Constitucion, y marcando el art. 4.° de aquella que en caso de disolucién de las sociedades se debe marcar 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la aplicacién que haya de darse 4 los fondos 6. haberes socia- les, no estando previsto este caso en el reglamento de esta So- ciedad de 15 de Marzo de 1871, sometia 4 discusién este ultimo punto, 4 fin de que recayendo acuerdo pudiera darse conoci- miento del mismo, como era preciso, al solicitar del Excelenti- simo senor Gobernador de esta provincia, que se verifique la inscripcion de la Sociedad en los registros correspondientes. Después de una discusién en la que tomaron parte los sefio- res Presidente, Abela y Vazquez Figueroa, para demostrar que no se trataba de modificacién del reglamento, ni de alterar en nada la marcha feliz de la Sociedad, sino del cumplimiento de una disposicion legal, y 4 propuesta del senor Presidente, se acorddé por unanimidad que silo que noes probable llegara el caso de disolucidn de la Sociedad después de pagadas todas sus deudas los fondos 6 haberes sociales que no podrian ser otros que los libros, actas y enseres se entregasen al Gabinete nacional de Historia Natural de Madrid. Sesion del 4 de Abril de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Se did cuenta por el senior Secretario de una comunica- cién del sefior Director del Museo de Zoologia comparada de Cambridge, diciendo que ha recibido el cuaderno 3.° del to- mo xvi de los ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Sitzungsberichte de physikalisch-medicinischen Gesellschaft zu Wiirzburg.-— Ano 1887. Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 273 a 275. Bulletin of the Museum of Comparative Zovlogy at Harvard College.— Tomo xi, num. 7. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Moscou.— Afio 1888, ntim. 1. Bulletin de la Société Géologique de France.—Afio 1888, nu- meros 1 y 2. DE HISTORIA NATURAL. 17 Bulletin de la Société Zoologique de France.— Tomo xi, nu- mero 2. Andales de la Sociedad cientifica argentina. —Tomo xxv, en- tregas 1." y 2.* Cronica cientifica de Barcelona.—Niimeros 248 y 249. Como donativo; Semanario Farmaccutico.—Anio xv1, numeros 24 & 27; remi- ° tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Pugillo di Alghe tripolitane, por los doctores D. G. B. de- Toni y D. D. Levi; regalo de los autores. Catilogo de himendpteros observados en diferentes sitios del Principado de Cataluia, por D. Pedro Antiga; regalo del autor. K. F. Koehler’s Antiquarium in Leipzig. —Catalogos nime- ros 464 y 465; regalo del editor. —Quedaron admitidos como socios los sefiores Becerra (D. Antonio), de Sevilla; Estremera (D. Manuel), de Madrid; Fuente (D. José Maria de la), de Ciudad-Real; Jiménez Placer (D. Antonio), de Sevilla, propuestos por D. Ignacio Bolivar. - —Anunci6 el Sr. Vilanova el fallecimiento de los socios se- flores Ehlers, de Cartagena, que con tanto entusiasmo se de- dicé al estudio de los coledpteros carabidos, de los cuales po- seia una grande coleccién; Martinez y Molina, conocido cate- dratico jubilado de Medicina de esta corte, as{ como médico y cirujano de mucha reputacién, y Sanchez Comendador, que durante muchos afos fué catedratico de Ciencias, y actual- mente era decano de Farmacia en Barcelona. EK] senor Presidente se asocié a los sentimientos manifes- tados por el Sr. Vilanova, que lo eran también de todos los presentes, y a este propdsito recorddé que le unian lazos de amistad y compafierismo con el Sr. Sanchez Comendador y también con el Sr. Martinez y Molina, cuya humildad y mo- - destia, unidas 4 su mérito, han tenido ocasion de reconocer sus numerosos discipulos, tanto en la ensefianza oficial como en la que gratuitamente y de manera ventajosa daba en su propia casa, siendo también de notar que el caudal que con solo su trabajo llegé & reunir el Sr. Martinez y Molina le ha ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVII. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA destinado en parte 4 las instituciones de su pais y 4 fundar dos escuelas en el barrio en el cual esta situada en Jaén la casa en que nacid, que tiene colocada al presente una lapida que lo indica; y con este motivo el senor Presidente lamentdé el que entre nosotros no hubiese la costumbre de recordar de modo permanente la memoria de las personas de caracter ci- vil que han contribuido al bien de la patria. —El sefior Tesorero anuncid la proxima formacidn en Sevi- lla de una Seccién de esta Sociedad, que se constituira con arreglo a las bases acordadas al efecto por la misma. —A propuesta del senor Presidente, y considerando que podria acaso ser util para que contribuyera al mejor conoci- miento por los extranjeros del estado intelectual de Espana, se acordé remitir una coleccién de los ANALES de la Sociedad a la Exposicidn universal de Barcelona. Sesion del 6 de Junio de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —E] senor Secretario did cuenta de una comunicacidn del Bibliotecario de la Sociedad linneana de Burdeos, que expresa haberse enviado el tomo xt y 1.’, 2.* y 3.* del xii de las Actas de la misma. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Verhandlungen der physikalisch-medicinischen Gesellschaft zu Wirburg.—Tomo xxl. Zoologischer Anzeiger.—Aio Xt, ntimeros 278 a 280. Actes de la Société linnéenne de Bordeauz.—Tomo xu, y 1.’, 2.4 yo... delesnn, Société @ Histoire naturelle de Toulouse.— Proces-verbal du 2 mit 1888. Bulletin de la Sociélé Géologique de France.— Ano 1888, nu- mero 3. Bulletin de la Socicté Zoologique de France.—Tomo xu, nu- mero 4. DE HISTORIA NATURAL. 19 Annuaire de la Société académique franco-hispano-portugaise de Toulouse, 1887-1888—Bulletin.—Afio 1888, nim. 1. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid. —Tomo xxiv, numeros | 4 3. Cronica cientifica de Barcelona.—Anio x1, niimeros 252 y 253. Como donativo; . Semanario Farmacéutico.—Ano xvi, numeros 33 4 36; remi- tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Estudo sobre os Bilobites e outros fosseis das quartzites da base do systema silurico de Portugal. Supplemento, por D. J. F.N. Delgado; regalo del autor. Note sur une météorite ferrique, trouvée aS. Julido de Moreira pres de Ponte de Lima, por D. Alfredo Ben-Saude; regalo del autor. Apuntes sobre el estado presente de la ciencia orogénica, por D. Salvador Calderén; regalo del autor. La Sociedad acordé dar las ‘gracias a los donantes. —El Sr. D. Mauricio Carlos de Onis leyé lo siguiente: A sociacién de Andalucita y Distena. «He tenido ocasion de estudiar, gracias 4 la amabilidad y ‘consejos de nuestro consocio el Sr. Quiroga, un ejemplar de los existentes en este Museo de Ciencias procedentes de Se- rrada (provincia de Madrid), el cual esta constituido por anda- lucita y distena, asociacién no estudiada hasta el dia, limitan- dose Des Cloizeaux a dar noticia de ella al citar las localida- des en que se encuentra la distena, en estos términos: «Las principales localidades son: Pontivy, departamento de Mor- bihan, masas laminares de grandes laminas entrelazadas, penetradas por filones de damurita y algunas veces por cris- tales de andalucita rosa» (1); en los ejemplares de Serrada sucede todo lo contrario; una masa cristalina de andalucita esta penetrada por laminas de distena, verificandose el con- tacto, en algunos sitios de las preparaciones que he estudiado, de las caras m (100) de esta con las m (110) de la andalucita, y formando un angulo de 52° 30’ con dicha cara en otros si- (1) Drs CLorzEAux: Manuel de nrinéralogie, tomo 1, pag. 188. Paris, 1862. 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tios; sucede, pues, en parte, algo analogo a lo que se observa en la asociacioOn de distena y estaurolita en ejemplares de Saint-Gothardo. : Por ultimo, se observa en una de las preparaciones una pe- netracién en zig-zag de masas de andalucita en masas de dis- tena; los valores de los angulos de este zig-zag son los si- guientes: angulo num. 1, 45° 39’; num. 2, 39°57’; num. 3, 29° ‘40’; num. 4, 64° 30’; num. 5, 48° 6’. La andalucita se presenta ligeramente rosada a la luz na- tural, con pleocroismo y absorcién marcadas, viva polariza-— ciédn cromatica, extincién paralela y normalmente 4a estrias de esfoliacién , indicando pertenecer al crucero facil. La distena se presenta en fibras incoloras a luz natural, con débil pleocroismo y absorcion; no se extingue entre los nico- les +; con finas estrias en el sentido longitudinal de las fibras, algunas transversas.» —La Comisién nombrada en la sesién anterior con objeto de proponer a la Sociedad lo mas conveniente acerca de las excursiones que podrian hacerse por la iniciativa de la.Socie- dad presenté un informe que, sometido a la discusién en que tomaron parté los sefores Presidente, Artigas, Buen, Cazurro, Madrid, Mazarredo y Uhag6én, result6 aprobado en la forma siguiente: «Los que suscriben, individuos de la Comisién nombrada en la ultima sesiédn con objeto de estudiar y llevar a cabo el pensamiento iniciado por el sefor Presidente relativo 4 las excursiones, tienen el honor de proponer a la Sociedad las siguientes bases para su aprobacién, creyendo que en nada afectan al Reglamento. 7 1.*- La Sociedad gestionara de las empresas de ferrocarri- les la concesién de billetes con una rebaja extensiva tanto 4 los socios que formen parte de las expediciones como aun aquellas personas ajenas 4 la Sociedad que deseen asistir a ellas. 2.° Hl ntimero de expedicionarios no debe pasar de 12 ni ser menos de 6, entendiéndose si se obtiene la concesién de billetes con rebaja. En caso contrario no se pondria limita- cién alguna en cuanto a dicho numero. 3." La persona 4 cuyo nombre se expidiesen los billetes debe pertenecer 4 la Sociedad y dirigir por tanto la excursion. DE HISTORIA NATURAL. al 4.° Convendria que al hacerse estas se anunciase con anti- cipacién por medio de la prensa el TER y cuota que debe satisfacerse con la antelacién necesaria a la salida. 5." Necesario seria que, sin salirse de los limites de la mo- destia, se calculase de antemano un pequefio sobrante que, formando mas tarde un fondo ajeno al general de la Sociedad, pudiera utilizarse en la compra de aparatos, instrumentos, albergues, Utiles de recoleccion, etc., de uso general a los ex- pedicionarios, siempre que realizasen en comutn alguna ex- pedicion. 6.° Aceptar los donativos que se hagan en metalico, en aparatos 6 en utiles para las excursiones. 7." Verificada la excursién se publicara su programa en los ANALES, y todos aquellos datos, noticias, etc., referentes 4 este fin, pero que tengan un caracter original y como resul- tado de la expedicién llevada 4 cabo, para lo cnal nombraran a uno de sus individuos, al que los restantes facilitaran todos los datos necesarios, sin que obste esto para que cada uno por su parte haga lo que crea mas oportuno. 8.°. Nombrar una Comision, que se renovara uaasectid encargada de preparar y realizar estos trabajos, compuesta de tres individuos, uno de ellos con caracter de tesorero.» Se acordé nombrar una Comisidn compuesta de los sefiores Presidente, Castel y Madrid, que hara gestiones con objeto de conseguir de las Compafias de los ferrocarriles las rebajas de precios de los billetes y otras facilidades para que las excur- siones puedan hacerse con prontitud y economia. También se nombré una Comisién permanente de excursio- nes compuesta de los Sres. Quiroga, Cazurro y Madrid, que desempenaran los cargos de presidente, tesorero y secretario respectivamente. | —I] senor Martinez y Saez comunica lo siguiente: «Entre varios coledpteros que me envio D. Salvador Calde- ron, y han sido recogidos por el mismo sefior en Andalucia, figura el Agrypnus notodonta Latr., que fué encontrado en Agosto y en Sevilla por tan celoso explorador. Esta especie, variable por la talla y la coloracién, es del Senegal y Egipto meridional, y se considera como idéntica al Agr. himeren- sis Rag., de Sicilia, en el Catalogue des coléoptéres de 1’ Ancien- Monde, en publicacion, de M. de Marseul; pero siempre resulta 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA interesante para nuestra Fauna el hallazgo. No encuentro di- ferencias entre el ejemplar espafiol y uno del Senegal traido por el Sr. Sorela y Fajardo, que existe en la coleccién del Mu- seo de Ciencias naturales de esta corte.» Sesion del 4 de Julio de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —E]l Sr. Gazurro, en ausencia de los sefores secretarios, did cuenta de las comunicaciones siguientes: Del senior Vicepresidente de la Sociedad, excusandose por el mal estado de su salud de no asistir 4 la sesion; Del conservador de la biblioteca de la Fundacion de P. Tey- ler, del Director del Museo de Zoologia comparada de Cam- bridge y del Secretario del Instituto Smithsoniano, dando cuenta de haber recibido el cuaderno 1.° del tomo xvu y el tomo xvi de los ANALES; Del Director del Museo de Zoologia comparada de Cambrid- ee, avisando la remisién de los voltiimenes xiv y xv de su Bo- letin, y Del Sr. G. de Vries van Doesburgh, participando que remite una lista de coleédpteros de los Paises Bajos y paises limitro- fes, con destino a la biblioteca de la Sociedad. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nim. 281. The American Naturalist.—Tomo xx11, num. 257. Journal of the Royal Microscopical Society.— Ano 1888, par- te 3.* ; Revue de Botanique. Bulletin mensuel de la Société Francaise de Botanique.—Tomo vi, numeros 61 a 64 y 66 a 72. Bulletin de la Société Geologique de France.—3." serie, t. XVI, num. 4. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo x11, nu- mero 9. Anales de la Sociedad cientifica argenting.—Tomo xv, nu- meros 3 y 4. DE HISTORIA NATURAL. 23 Cronica cientifica de Barcelond.—Anio x1, nim. 254. Como donativo; Essais @acclimatation de plantes et influence dun hiver trés rigoreuz «@ Fiume, por 8. A. R. el archiduque José (de Austria- Hungria), traducido al francés por Mad. y M. Marlet, publica- do por el Dr. Bertherand; regalo del editor. Matériaux pour la Faune entomologique de la province du Lu- zembourg belge. Coléoptéres. Troisiéme centurie. Liste de cent et cing espéces de coléoptéeres lamellicornes actuellement authenti- quement captures en Belgique, por D. Alfredo Preudhome de. Borre; regalo del autor. Description de la Faune jurassique du Portugal. Mollusques lamellibranches, por D. Pablo Choffat; regalado por la Comi- sién de trabajos geolégicos de Portugal. Semanario Farmacéutico.— Aiio xvi, nim. 37-38; remitidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Instruccién dialogada acerca de la Higiene de la primera in- fancia, por D. F. Vidal y Solares, 4.* edicién; dos ejemplares regalados por el autor. La Sociedad acordé dar las gracias a los donantes. —Se hizo una propuesta de socio. —Se leyé un escrito inserto 4 continuacién, y que ha sido remitido por el Sr. D. Manuel Medina, como Secretario de la seccidn de Sevilla. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 13 de Mayo de 18868. Abierta la sesién 4 las dos de la tarde por D. Salvador Cal- derén, como Presidente interino, se did cuenta de una comu- nicacién del sefior Secretario de la Sociedad , autorizando la formacién en Sevilla de una Seccién de la misma. Acto seguido procedidse 4 la eleccién de Junta Directiva, quedando esta constituida en la forma siguiente: Presidente, D. Salvador Calderon. Vicepresidente, D. Julio Ferrand. 24 ACTAS. DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Tesorero, D. Manuel Pail. Secretario, D. Manuel Medina. Vicesecretario, D. Carlos del Rio. —El Sr. Calderén manifesté que con objeto de cumplir un tramite reglamentario habia formulado el siguiente presu- puesto anual, que fué aprobado por unanimidad: Citaciones para las sesiones (500)........ 10 ptas. Sirviente para repartir las mismas...... 30.» Gastos-de Secretarlaras cic vases oeleiers >< ste 20 » TO DA Ti sic occk tists ieyorepaleyis wie 60 » —Se hicieron dos propuestas de socios. —KH] Sr. Medina leyo la nota que sigue: «Por creer de utilidad todo lo que se refiere 4 los himenop- teros de esta localidad, bastante poco estudiados hasta ahora, pongo en conocimiento de la Sociedad que en una excursion verificada el 26 de Febrero del presente afio al proximo pue- blo de Camas, encontré sobre una liliacea dos ejemplares de una especie de tentredinido, que he clasificado posteriormen- te, y resulta ser la Adhalia glabricollis Thoms.: y habiendo revisado cuidadosamente lo que se conoce de Espafia en lo concerniente al interesante orden de insectos de que nos ocu- pamos, no la he visto mencionada de ella; solo se citan la A. rose. y la A. spinarum Fabr. En Ja coleccidn del Gabi- . nete de Historia Natural de esta Universidad existia también un ejemplar recogido por D. Salvador Calderén en el mes de Octubre, procedente de Coria del Rio. En excursién que se efectud & Tomares el 20 de Abril he encontrado un nuevo ejemplar sobre el Raphanus Raphanis- trum L. Todo esto prueba que, aunque no muy abundante, es una especie que puede obtenerse facilmente en estos alrede- dores. Tanto el ejemplar del Gabinete como los recogidos por mi son 9 y presentan todos los caracteres asignados a esta es- pecie por el Sr. Ed. André en su obra Species des Lyménopteres ad Furope et d’ Algérie. —Hl mismo sefior ley6 lo siguiente: « EXCURSIONES. — Como entiendo que es muy conveniente para el acrecentamiento de las ciencias naturales, y para lle- gar 4 un conocimiento lo mas exacto posible de la fauna y la DE HISTORIA NATURAL. 25 flora de esta regiodn , el dar cuenta de las excursiones que se verifican por estos alrededores bajo la direccién de nuestro digno Presidente, 4 las cuales concurren la mayor parte de los senores socios aqui presentes y algunos alumnos que cur- san la asignatura de Historia Natural en esta Universidad, tengo el honor de comunicar 4 la Sociedad el resultado de es- tas excursiones. EHacursion del 18 de Diciembre de 1887 al Guadalquivir. Después de la crecida que tuvo nuestro rio, creimos de gran utilidad explorar sus orillas, y, en efecto, nos dirigimos al sitio conocido por la playa del Espartero. Antes de llegar a esta visitamos un corte de terreno cuater- nario situado detras del cementerio de San Fernando, cons- tituido por un conglomerado diluvial bastante compacto, y donde suelen encontrarse algunos fdsiles, como lo prueba el magnifico ejemplar existente en el Gabinete de Historia Na- tural de un molar de #lephas antiquus, recogido en aquel punto. También suelen hallarse objetos prehistéricos, al decir de algunas personas, aunque nosotros no hemos tenido la suerte de tropezar con ninguno en las distintas ocasiones que hemos visitado este sitio. ! Ya en la citada playa, exploramos esta con gran deteni- miento y encontramos sobre pequefios trozos de ramas arras- trados por la corriente y detenidos luego por un obstaculo cualquiera, y entre pequefias semillas y restos de plantas y animales, innumerables especies de moluscos interesantisi- mos, distinguiéndose entre ellos por su importancia la C@ci- lianella Bourguignati Ross., Celestele hispanica Bourg., Celes- tele tumidula Bourg., Celestele levigata Bourg. y quizas otras especies del mismo género que estan en estudio, varios Pla- norbis, algunos Zonites y otra infinidad de pequefiisimos mo- luscos, para cuyo estudio hemos remitido algunos ejemplares al distinguido especialista Sr. Kobelt. Durante el camino se recogieron también algunos himendép- teros (ichneumonidos) en un vallado expuesto al Mediodia, y de cuya clasificacién no me he ocupado todavia, ni tenia gran interés, dado que el principal objeto de la excursion era lo re- ferente 4 moluscos terrestres y fluviatiles. 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Excursion del 15 de Enero de 1888 & Tomares. Con objeto de recoger algunos insectos y de explorar esta parte de los alrededores de Sevilla, verificamos una excursion al inmediato pueblo de Tomares, siguiendo el camino de la izquierda de los dos que conducen a dicho pueblo. Pasado este, y 4 uno y otro lado del camino, encontramos un corte de te- rreno plioceno, formacién igual a la de Castilleja de la Cuesta, en cuyo corte se ven alternar capas de arcilla y de arena muy fina, alternando por gradaciones insensibles. De los distintos fosiles que se recogieron recordamos un Cardium, varios Pec- ten y Ostrea y algunos equinodermos. En el mismo yacimiento notamos multitud de nidos de la Chrysis ignita L., lo que podemos asegurar por haber encon- trado varios caparazones de este crisidido; esto nos animé para volver en primavera 4 explorar este punto, con objeto de re- coger los himenopteros que en gran abundancia debe haber en aquel sitio, 4 juzgar por las seflales que vimos, y por estar expuesto al Mediodia, circunstancia que es tan favorable para encontrar estos insectos. No lejos de este sitio se halla una fuente de agua dulce, de- nominada de la Mascareta, donde recogimos varios ejempla- res de Limnea ovata Drap., Physa acuta Drap., algunos hue- vos de Limnea, de los cuales conservamos una preparacion microscépica, algunos ostracodos (Cypris) y dipteros. Estudiada posteriormente la arenisca arcillosa del plioceno, se encontraron multitud de foraminiferos de varias formas, lo que llama la atencién, pues hasta ahora solo habian sido vis- tos por nosotros en esa formacion en la arcilla (Cuesta de Cas- | tilleja), y no en la arenisca. Consignaremos como dato curioso que este corte esta hecho artificialmente, constituyendo una verdadera cantera, de la que se extrae la arenisca margosa, que se estima como un fundente de los mas apreciados en la fabricacién del hierro, pues la arcilla se encuentra mezclada con la arena en la cantidad necesaria para este objeto indus— trial. No terminaremos el breve relato de esta excursién sin men- cionar que se recogieron algunos himendpteros, de cuyo es- tudio, asi como de los recogidos en excursiones sucesivas, me DE HISTORIA NATURAL. 27 ocupo en la actualidad, para reunir los materiales necesarios con el fin de publicar un Catalogo de los himendpteros de los alrededores de Sevilla; esta es la razon de que no cite una por una las especies recogidas en cada excursion, ano ser alguna que ofrezca verdadero interés. Facursion del 23 de Enero de 1888 & Tomares. Repetimos la anterior excursién con objeto de recoger nue- vos ejemplares que completaran la idea que habiamos forma- do sobre el citado corte de terreno plioceno, y, en efecto, pu- dimos agregar algunos datos 4 los ya consignados que atesti- guan la exactitud de nuestras anteriores afirmaciones, por los que inducimos que todos esos cerros que circundan el valle del Guadalquivir por el S. y el O., y en los cuales se asientan los pueblos de Castilleja de Guzman, Castilleja de la Cuesta, Tomares y San Juan de Aznalfarache, deben estar constitui- dos por la misma formacién que ya hemos apreciado en Cas- tilleja de la Cuesta y Tomares, puntos en los que, por existir cortes artificiales, se puede sin género de duda deducir la na- turaleza del terreno que los constituye. Nuevos ejemplares se recogieron asimismo en la ya citada fuente de la Mascareta de las especies adquiridas en la excur- sidn precedente, asi como algunos insectos de varios érdenes, abundando no poco los himendépteros, que sacabamos de sus nidos donde estaban encerrados a causa de estar el dia muy frio y nublado. Esta recoleccién la verificamos del modo si- guiente: alli donde veiamos un nido lo atacabamos con el descortezador hasta llegar 4 su fondo, del cual facilmente po- diamos retirar con la pinza los himenopteros. También encontramos numerosos nidos de arafas de gran tamaifio con su opérculo, de los cuales, asi como de las aranas, conservamos algunos ejemplares que estan en estudio. Excursion del 29 de Enero de 1888 a San Juan de Aznalfarache y Gelves. Con objeto de visitar esta parte de la cuenca de nuestro rio practicamos una pequefia excursién 4 estos dos pueblecitos, / 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dando no pequefios resultados 4 pesar de lo frio de la estacién y aun del dia en que tuvo lugar. De insectos recogimos algunas especies del género Meloé, el Hristalis tenaz L., Hla villosa Fab., de cuyo himenoptero no habiamos obtenido hasta ese dia un solo ejemplar, aunque en una excursién que hemos hecho posteriormente se han co- gido en una cantidad asombrosa en la via férrea que conduce a Alcala de Guadaira. Al llegar al muelle de Gelves notamos una playa muy suave que, una vez explorada con detencién, nos ofrecid nuevos y abundantes ejemplares de los interesantes moluscos del gé- nero Ce@lesiele, iguales 4 los recogidos en la playa del Espar- tero, y que como aquellos estan en estudio todavia. Hl Sr. Galder6n nos dijo que habria que volver nuevamente a aquellos lugares cuando hubiese avanzado la estacién, por- que en algunas excursiones que él habia hecho en otras épo- cas observé y recogid ejemplares de icneumonidos de gran tamano que pululaban entre los mimbrales que crecen a ori- llas del Guadalquivir en esos parajes. En esta excursidn pudimos ya recoger algunas plantas, de las cuales, asi como de las que posteriormente se han ido co- giendo, se dara cuenta aparte a la seccion. Hay algunos cerros y canadas en esta parte de la cuenca del Guadalquivir, que probablemente en primavera ha de ser de gran interés el visitarlos. Estudiada con posterioridad por nuestro distinguido conso- cio Sr. Paul la arena recogida en la playa de Gelves, contiene foraminiferos, segtin me ha comunicado dicho senor. Fxcursidn del 26 de Febrero de 1888 a Camas. Con un dia bastante desapacible se verifico esta pequena excursion, a pesar de lo cual result no poco fructifera en re- sultados, pues pasado el pueblo de Camas, y en el camino que conduce a Castilleja de Guzman, se hizo una recoleccién de himenopteros en una gran abundancia y con una facilidad no menor. En la concavidad de las hojas de una liliacea habia multitud de aquellos insectos (tentredinidos, véspidos, bombi- cidos, etc.), y no teniamos que hacer otra cosa que retirarlos con las pinzas de caza é introducirlos en el frasco. Probable- ~~ DE HISTORIA WATURAL. 29 mente si el dia hubiera sido bueno, todos estos insectos esta- rian volando y no hubiéramos podido recogerlos en tan gran numero y tan facilmente; consignamos este dato porque no suceda el desalentarse 4 causa del tiempo, pues ya nos ha ocu- rrido esto en dos excursiones. Entre los tentredinidos debo citar la Athalia glabricollis Thoms., de que ya he dado cuen- ta, como especie no citada en Espana. Al regresar de la excursién nos detuvimos un momento ¢ en el corte del plioceno, junto a la Cuesta de Castilleja, y en unas charcas que alli se habian formado recogimos algunos copépodos. Del resto de los insectos recogidos de todos los drdenes, nada decimos, por no ofrecer interés, y de las plantas tampoco se hace mencion por ser especies muy comunes. Excursion del 18 de Marzo de 1888 & los alrededores de Sevilla. Con un espléndido dia de primavera se realizé esta excur- sidn en el camino que conduce 4 Alcala de Guadaira, y si- guiendo unas veces la carretera y otras la linea férrea, hasta Negar al rio Guadaira, donde nos detuvimos un rato para re- gresar de nuevo por el mismo camino. Desde luego nos llamo la atencidén la abundancia de insec-~ tos de todos los érdenes, y especialmente de himendpteros, de los cuales recogimos abundantes ejemplares de varias familias; entre otros citaré la Hix villosa Fab. de cuya espe- cie habia en numero incalculable, lo cual contrasta notable- mente con la escasez que hasta ese dia habiamos notado. No se diga, sin embargo, que lo que tinicamente puede explicar este hecho sea la influencia estacional, pues en excursiones que hemos practicado después por otros lugares no se ha en- contrado un solo ejemplar en muchas de ellas. Esto prueba una vez mas la irregularidad en el area de dispersion de las especies, no solo de insectos, sino también de las plantas. Muy cerca del Guadaira existe un arroyo que estaba com- pletamente cubierto por el Ranunculus aquatilis L. presen- tando el aspecto de un paisaje nevado que contrastaba con la verdura de las orillas, espectaculo de que se goza por un tiempo muy limitado, pues aquellas flores se deshojan pronto y ya se pierde el contraste que tanto realza la belleza del 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA suelo. Sobre esta ranunculacea recogié nuestro consocio sefior del Rio el Bibio horiulanus LL, % y 2, que habia en gran can- tidad, y cuya noticia debo a este senor, que los conserva en su coleccién clasificados por él. En lo concerniente 4 otros érdenes de insectos, nada nota- ble observamos gue digno sea de mencionarse. Excursion del 2 de Mayo de 1888 a Alcala de Guadaira. Verdaderamente no debiera yo dar cuenta de esta agrada- dable excursion, verificada 4 uno de los pueblos mas pinto- rescos de nuestra provincia; pues que los Sres. Calderén y Paul han de darla aparte de lo mas importante que en ella ocurrid; solo me concretaré, por tanto, 4 dar una idea super- ficial. Con un dia bastante caluroso salimos de Sevilla en el tren de las doce de la manana, y en el momento que llegamos al pueblo, atravesamos el puente y seguimos la orilla del rio Guadaira, recogiendo el Sr. Patil las plantas que comunicara 4 la Sociedad, mientras otros nos dedicabamos 4 cazar los insectos alados (dipteros, himendpteros y lepiddpteros) que en abundancia se veian ir y venir de unas 4 otras flores. Llegamos después 4 un cerro de formacién pliocena, consti- tuido en su mayor parte por grandes masas de caliza, sobre las — cuales crecian algunos liquenes, que se recogieron y se en- viaran al especialista M. Richard de Poitiers para su estudio. No descuidabamos tampoco la recoleccién de coledépteros y de moluscos terrestres, y asi marchabamos, cuando el sefor del Rio nos dice que habia extraido de la tierra un molar fosil; asi era, en efecto, y de ello dara cuenta nuestro presidente. De alli retrocedimos hacia el pinar, que atravesamos, no sin levantar muchas de las piedras esparcidas en él, debajo de las cuales encontramos muchos coledpteros, aracnidos y moluscos, entre los cuales debo citar, por la abundancia en que los vefamos, bajo la mayor parte de las piedras, la Ferus- sacia folliculus Gron. y una Pupa sumamente escasa. Al regresar al pueblo después de nuestra excursién por el campo, recogimos en una fuente el Melanopsis prerosa Ver. y algunos liquenes sobre las cortezas de los arboles y las pa- redes. DE HISTORIA NATURAL. 3l A las ocho y media de la noche regresamos @ Sevilla, con- servando un recuerdo muy agradable de este dia, como siem- pre que se hacen excursiones 4 Alcala, pueblo comparable en belleza solo a los de la Suiza. » —El Sr. Paul leyo la siguiente Lista de las plantas recogidas en Alcala de Guadaira el 2 de Mayo de 1888. Lagurus ovatus L. Poa annua i. Briza media lL. — maxima L. Dactylis glomerata L. Bromus mollis L. Argilops ovata L. Lolium Italicum Br. Gladiolus Illyricus Koch. Asphodelus fistulosus L. Muscari comoswm Mill. Chamerops humilis L. Urtica dioica L. Parietaria officinalis L. Aristolochia Betica L. Fedia cornucopie Giartn. Calendula arvensis L. -- Malacitana B. R. Centaurea pullata L. Campanula erinus L. Asperula arvensis L. Galium Aparine L. Plantago arenaria Wald. Lavandula Stechas L. -— pedunculata Cav. Lamium album L. — amplexicaule lL. Phlomis purpurea L. Echium vulgare L. Nonnea nigricans DC. Borrago officinalis L. Anchusa italica L. Cynoglossum pictum Ait. Cerinthe aspera Roth. — major L. Convolvulus arvensis L. _- altheoides I. Solanum nigrum L. flyosciamus niger L. — albus L. Acanthus mollis L. Chenorrhinum villosum Lee. Antirrhinum orontium L. Anagallis arvensis L. Vinca media Link. Jasminum fruticans L. Smyrnium Olusairum L. Scandia Pecten-Veneris L. Paronychia argentea Lam. Scorpiurus muricata L. — vermiculata L. Hippocrepis ciliata Willd. Physanthyllis tetraphylla Bss. Trifolium procumbens L. — pratense L. Medicago obscura Retz., var. muricata. Ononis Natria L. Pistacia Terebinthus L. Rhamaus olevides L.? Mercurialis annua L. Erodium cicutarium Hérit. 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Malva sylvestris L. Fumaria capreolata L. Silene inflata Sm. Nigella hispanica lL. Raphanus Raphanistrum L. — Damascena L. Papaver Rheas L. —Fl Sr. Calderon did lectura a la siguiente nota: Existencia del Hlephas (meridionalis) Trogontherii Pohl. en Sevilla. En las actas de la Sociedad de Historia Natural de Bona (1) ha aparecido recientemente una comunicacién del Dr. Pohlig, en la que amplia y rectifica en parte las noticias particulares que me participo este distinguido paleontdlogo sobre uno de los molares de elefante que forman parte de las colecciones de esta Universidad, el procedente del diluvium del cemente- rio de Sevilla: noticias consignadas en el acta de la sesién del 17 de Noviembre ultimo en los Anales de nuestra Sociedad. Hé aqui la parte referente al asunto en cuestiodn de la comunica- cidén aludida. »El Dr. Pohlig presenta el vaciado de un molar fosil de ele- fante de Sevilla, que corresponde 4 otra especie, y también a otro yacimiento de edad mas antigua (la misma de Friedhof), que el de Cantillana, de que did cuenta como expositor, en la ultima reuniodn de otofo de nuestra Asociacion de Historia Natural; siendo deudor de ambos 4 la amabilidad del profesor D. Salvador Calderon, de dicha ciudad. Mientras que el molar anteriormente examinado debe considerarse como pertene- ciente 4 la raza enana mediterranea del Hlephas antiquus; el ahora estudiado corresponde 4 una gigantesca del mismo gé- nero; es un molar derecho superior, de 0,31 m. de largo, 0,098 por el lado mas ancho y 0,21 de alto: el numero de laminas es de 14, habiendo perdido algunas por delante, de lo que resul- ta, que la ultima se extiende hasta la 11.* Este ejemplar se aproxima mas que a ningun otro a ciertos dientes del Hlephas — meridionalis italiano, si bien algunas diferencias justifican su referencia & la raza H. (meridionalis) Trogonthertt (véase el (1) Niederrheinische Gesselischaft-fir Natur-und Heiikunde zu Bonn, Enero de 1883. DE HISTORIA NATURAL. 33 acta de la sesién de Diciembre de 1887), que prueba que aquel proviene de antiguas formaciones diluviales y no pliocenas. Una descripcién mas precisa se encuentra en la Monografia de los trawertinos.» Como se recordara, el Dr. Pohlig refirid provisionalmente este ejemplar & un Hlephas antiquus § de notable corpulen- cia, aunque expresando dudas que tenia por insolubles, por el solo examen de un vaciado, y que ha debido confirmar en parte y detallar mejor, mediante un estudio mas prolijo en vista de sus ricos materiales. De él resulta que hoy puede afirmarse la existencia en Sevilla de esta especie hasta ahora no citada de Espaiia; pues si bien yo habia clasificado andlo- gamente este ejemplar, principalmente inducido 4 ello por su magnitud, semejante suposicidn no podia obtener valor cientifico, en tanto que no se comprobase consultando obras y tipos de comparacion de que aqui se carece. El Zlephas meridionalis es la especie mas antigua y proba- blemente la mas corpulenta de las europeas (1). Aunque nue- va para nuestra fauna fdsil, es comun en Italia, donde se la ha hallado sola unas veces y asociada otras al mastodonte, como en el valle de Arno y en el Piamonte, en la provincia de Asti. Se dice que mas alla de los Pirineos pertenece al plioce- no inferior, asercidn en que no est& conforme el Dr. Pohlig. En Francia se la encuentra sola y en nivel superior al masto- donte, y en Inglaterra vuelve a aparecer en el crag de Nor- wich, mezclada con el Mastodon arvernensis; si bien hay quien dude que esta reunidn sea otra cosa que un efecto de acarreo dentro de formaciones puramente marinas. En cuanto a la especie #. Trogontherii, dada como tal por Pohlig, es intermedia entre el HL. primigenius y el #. meridio- nalis, aproximandose al #. antiqguus por la conformacion de las colinas de sus dientes, pero difiriendo de él por la de la corona. En nuestro ejemplar parece que este eminente pa- (1) El Dr. Pohlig (Sur une monogr. des Llephantes fossiles a’ Allemagne.—Bull. de la Soc. geol. de France, t. xiv, 1886), cree que el ZH. antiguus es mis grande que el E.. mevidionalis, opinion contraria 4 las de Nesli y Falconer, y que es afine al 2. in- dicus, y sobre todo, al #. primigenius por su créaneo. Esta nueva manera de con- siderar dicha especie, ha sido impugnada por Dawkins (Palewontographical So- ciety, 1887). : ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVII. 31 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA leontdlogo considera al &. Z'rogontherii como una variedad del meridionalis. Desde luego se comprende la importancia que tendria para el esclarecimiento de algunas de estas cuestiones todavia con- trovertidas, el hallazgo de nuevos ejemplares en el diluvium del cementerio de esta ciudad y en Alcala de Guadaira, donde en una reciente excursién, nuestro consocio D. Carlos del Rio tuvo la fortuna de encontrar un fragmento de molar que, aunque desprovisto de corona, por sus dimensiones y formas me parece corresponder 4 un mastodonte. Yacia en un relle- no de diluvium rojo empotrado en el plioceno del pinar que esta sobre el rio, y salvado de la denudacién merced a su po- sicion especial. Si se diese con ejemplares mejor conservados y con restos de elefante en el mismo terreno, se confirmarian de un modo terminante algunas afirmaciones del Dr. Pohlig, harto transcendentales para la paleontologia, la geologia y aun la prehistoria, cuya cronologia se funda hoy principal- mente en el orden de sucesién de estos proboscidios. De todos modos, la nueva determinacién de que acabo de dar cuenta enriquece el total de las especies fdésiles de ele- fantes de Espafia, que puede presentarse abreviadamente del siguiente modo, segun orden cronoldgico de las antiguas a las modernas. Elephas (meridionalis) Trogonthertt Pohl.—Diluvium del ce- menterio de Sevilla. — antiquus Falc. (normal).—Brenes (Sevilla). — antiquus Melite Falc.— Cantillana y Dehesa de la Rinconada (Sevilla). — armeniacus Falc. —Almodévar del Rio (Cérdoba); Monasterio? (Burgos). — africanus L.—Cerro de San Isidro (Madrid). — ~primigenius Blum.—Madrid, Vicalvaro, Cuevas de Vera, San Bartolomé de Udias (Santander).» —Se hicieron dos propuestas de socios. —El Sr. Vazquez recordé que varios individuos de la Socie- dad presentaron en el afio anterior una solicitud al sefior Di- DE HISTORIA NATURAL. 35 rector de Aduanas, con el objeto de que se concediesen facili- dades, para la introduccién en Espana, de ejemplares y colec- ciones de Historia Natural, especialmente de insectos, que tan excesivamente se encuentran recargados en las vigentes tari- fas de Aduanas y expuso la conveniencia, de que la Sociedad gestionase la pronta y favorable resolucién de esta peticién. El sefior Presidente ofrecid llevar 4 cabo, por su parte, estas gestiones, creyendo que han de tener un pronto y seguro éxito dada la justicia de la pretensién, que interesa a todos los miembros de la Sociedad, cuya principal misién ha de ser siempre el desarrollar en nuestra patria la aficidn a los estu- dios de las Ciencias naturales. —El Sr. Bolivar leyé la siguiente lista de las especies que habia encontrado en Burdeos durante el mes de Setiembre, algunas de las cuales no se han citado de esta regién de Francia. Labia minor L.—Bordeaux. Forficula auricularia L.—Id. Periplaneta orientalis L..—Id. Mantis religiosa L.—Cenon. Paracinema tricolor Th.—ld. Platyphyma Giorne Rossi.— Bordeaux. Phaneroptera quadripunctata Brunner.—Lormont. AXiphidum fuscum F.—Id. Stenobothrus dorsatus Zett.—Id. — elegans Ch.—Id. _ parallelus Zet. 1d. — bicolor Ch.—Id. Epacromia thalassina ¥.—Id. @dipoda caerulescens L.—Id. Caloptenus italicus L.—Id. Conocephalus mandibularis Ch. —Cenon, Lormont. Platycleis grisea ¥.—Id. ELphippigera Durieut Bol. — Bordeaux. Gryllus domesticus l..— Lor- mont. Sesion del 1.° de Agosto de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Asiste el Sr. Achilles Costa, director del Museo de Napoles. —Leida el acta de la sesion anterior, fué aprobada. —El Sr. Gazurro en ausencia de los sefiores Secretarios dié cuenta de las comunicaciones siguientes: 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Del sefior Secretario de la seccién de Sevilla participando que remite el acta de la sesién de 18 de Junio de 1888. Del Sr. André Suchetet, dirigida al senor Presidente, ha- ciendo presente que dedicandose 4 estudiar los casos de hibri- dacién ya naturales 6 artificiales le ruega tenga la bondad de indicarle qué personas se dedican en esta Sociedad 4 formar colecciones de historia natural que le pudieran indicar los casos de hibridacién de que tuvieren noticia. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Verhandlungen der kaiserlich-hiniglichen zoologisch-botanis- chen Gesellschaft in Wien.—Tomo xxxvil, cuaderno 2.° Jahrbuch der Hamburgischen Wissenschaftlichen A ustatten.— Ano 1887. Botaniskh Tidskrift.—Tomo xvi, cuaderno 4.° Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College.— Tomo xii, num. 9. Archives Neerlandaises des sciences exactes et naturelles de la Société Hollandaise des sciences.—Tomo xu, cuadernos 4.° y 5.° Boletin de la Sociedad Geogrifica de Madrid.— Tomo xxiv, nimeros 4-6. Como donativo; Essai sur les Acridiens de la tribu des Tettigide, por D. Ig- nacio Bolivar; regalo de su autor. | —E]l Sr. Medina, como Secretario de la secciédn de Sevilla, remite el escrito siguiente: SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 18 de Junio de 1888s. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Abierta la sesién 4 las ocho y media de la noche, se leyé el acta de la anterior, que fué aprobada. —Se did cuenta de un oficio del sefior Secretario de la So- ciedad Econémica, contestando afirmativamente a otro que le DE HISTORIA NATURAL. 37 dirigiéd nuestro Presidente solicitando un local para celebrar nuestras sesiones, por lo cual se acordé dar las mas expresi- vas gracias & la Economica por su ofrecimiento. —(Quedaron admitidos como socios: Elias Iribarren (D. Antonio), y Esquivias y Pérez (D. Ricardo), presentados por D. Manuel Medina. —Se hicieron dos propuestas de socios. —Se repartid el cuaderno 1.° de los ANALES. —El Sr. Calderon did cuenta y leyé algunos parrafos de un trabajo sobre Za sal comin y su papel en el organismo del globo. —El mismo senor ley6 la nota siguiente: Ardcnidos del gabinete de Historia Natural de la Universidad de Sevilla, estudiados por D. Eugenio Simon. La lista de ardcnidos, solifugos y opiliénidos que motiva la — presente nota, corresponde 4 la coleccién que he formado en el gabinete que esta a mi cargo de esta Universidad y que he recogido yo mismo en compafia de mis discipulos en un pe- riodo de cerca de tres aos. Seguramente no hubiera yo em- prendido este trabajo, si las excursiones hubieran tenido que limitarse 4 este ramo dificil por extremo, y sobre todo si nues- tro consocio el distinguidisimo naturalista de Paris M. Eugenio Simon, no se hubiera brindado a clasificarme los ejemplares recogidos sucesivamente devolviéndomelos con interesantes listas de sus determinaciones y aclaraciones importantisimas. Esta coleccién, unica en su género en Espana, se compone en su inmensa mayoria de ejemplares de los alrededores de Sevilla y todos son de esta regidn andaluza, que por hallarse tan poco explorada bajo el punto de vista aracnoldgico, ha ofrecido algunos hallazgos de interés. Todos ellos son lo bas- tante nuevos para que merezcan ser asunto de una enumera- ciédn, util como conjunto de materiales para el conocimiento de la fauna espafiola, materiales que por bastante tiempo no podran ampliarse, dados los nuevos derroteros que el Sr. Si- 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mon ha abierto 4 su fecunda actividad de naturalista explo- rador (1). I. ARACNIDOS. Atidos. Menemerus semilimbatus Haha. | Phlegia Bresniert Lucas.— Id. — Sevilla. Callicthera scenica Clerck.—Id. Pellenes seminiger E.Sim.—Id. | Plenippus Payhulli Sow.—ld. Cyrba algerina Lucas.—lId. Hasarius sp.?—Id. Oxidpidos. Oxyopes heterophthalmus Latr.— Sevilla. Licdésidos. Ocyale mirabilis Cl.—Sevilla. villa. Citada por pri- Lycosa ruricola de G.—Id. mera vez de Espafia. — villica Lucas.—Id. Lycosa tomentosa aftinis.—Se- — albofasciata Brullé.—id. villa. — hispanica Walck.—Se- — personata C. Koch.—Id. villa, San Juan de — perita Latr.—Id. Aznalfarache. Pardosa venatriz Lucas.—Id. — cinerea Fabr.—Sevilla. — pronmaC. koch.—Id. — radiata Latr.—Id. — morosa L. Koch.—Id. — lacustris KE. Sim.—Id. — hortensis Th.—Id. — variana C. Koch.—Se- — strigillata H. Sim.—Id. Esparasidos. Micrometra ligurina C. Koch.—Sevilla. (1) La siguiente lista amplia notablemente la publicada en las actas del tomo xv de estos ANALBS, sesidn de 3 de Marzo de 1886. DE HISTORIA NATURAL, 39 Tomisidos. Thanatos major E. Sim.—Se- villa. — nov. sp. K. Sim.—Id. Philodromus pracdatus Cumb. Xysticus nubilus K. Sim.—Id. — cristatus Cl._—Id. Ozyptita albimana KE. Sim.—Id. Oxyptita blitea KH. Sim.—Id. Synema globosum Fabr.— Pe- droso. Thomisus omistus Walk.—Se- villa. Runcinia lateralis C. Koch.—Id. Moneses paradozus Lucas.—Id. Epeiridos. Argiope lobata Pallas.—Sevi- lla, Pefiaflor. — Bruennicht Scopl. — Sevilla. Epeira cornuta Clerck.—Id. — albofasciata Brullé.-Id. — acalypha Walck.—Id. — sclopetaria Cl.— Ara- cena, Epeira cucurbitina Cl.—Sevilla. — pallida Oliv.—Aracena. — arunda Savigny.—Se- villa. Cy? tophora opuntia L. Duf.—Id. Larinia lineata Luc.—Id. Tetragnatha extensa L.—lId. — nitens Sau.—lId. Terididnidos. Enoplognata mandibularis Lu- cas.—Sevilla. Theridion lineatum Clerck. Id. — sisyphiumClerck.Id. Teutana triangulosa Walk. Id. — grossa C. Koch.—Id. Euryopis acuminata Luc.—lId. Lithyphantes paytrullanus Walk.—Sevilla. Linyphia pusilla Sand.—Id. Lepthyphantes leprosus Ohl. Id. — tenebricolaW alk. —Sevilla. Frigone dentipalpis Sund.—Id. Folcidos. Pholecus phalangioides Fuen.— Sevilla. Holocnemusrivulatus Forsk. Id. Holocnemus caudatus L. Duf.Id. _| Spermophora senoculata Dir- ges.—lId. 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Hersilidlidos. Hersiliola maculata L. Duf.—Sevilla. Agelénidos. Textriz coarctata L. Duf.—Se- | Zegenaria pagana C. Koch.— villa. Sevilla. — sp.?—Id. — domestica ©. L.—Id. Dictinidos. Dictyna civica Luc.—Sevilla. Drasidos. Miltia sp. n. E. Sim.—Sevilla. | Prosthesima holosericea lL. Esta notable especie no ha Koch.—Sevilla. podido ser atin descrita por | Drassus lapidosus Walk.—Id. no haberse hallado mas que — lutescens C. Koch.—Id. un ejemplar incompleto. Chiracanthium Liedlidzr L. Pythonissa exornata C. Koch. Koch.—Id. —Sevilla. — Mildei. Koch. Prosthesima CarmeliCambr.Id. | Micariosoma flavitarse Luc. 1d. Disdéridos. Dysdera crocata C. Koch.— Aracena. Escitodidos. Scytodes Bertheloti Lucas. — | Loxosceles rufescens L. Duf.— Sevilla. Sevilla. Filistatidos. Filistata testacea Latr.—Sevilla. Avicularidos. Nemesia sp.? (Simonis afinis).—Sevilla. Aracnido y nidos. DE HISTORIA NATURAL. 41 UT. SOLIFUGOS. Galedlidos. Gluvia dorsalis Latr.—Sevilla. Esta es la sola especie del orden solifugos que habita el continente europeo, y es lo nota- ble que se aproxima mas 4 las formas americanas que a las africanas. Es abundantisima en los alrededores de Se- villa. ) II. OPILIONIDOS. Falangidos. Cosmobunus granarius Latr.— | Sclerosoma monoceros C. Koch. Sevilla. —Sevilla. Liobunus doride Can.—Sevilla, | Acantholophus brevispina ¥. Pedroso. Sim.—Sevilla. — nov. sp.?—Aracena. —Se did cuenta de un estudio que remite el Sr. D. Salvador Calderon sobre Za sal comin y su papel en el organismo del globo, que se acordé pasar 4 Ja comisién de publicacion. —(Qued6 admitido como socio: Vidal y Compaire (D. Pio), de Madrid, propuesto por D. Ignacio Bolivar. —El Sr. Gaspar ley6 la siguiente nota. Excursion a Cercedilla el 29 de Julio de 1888. Tomaron parte en ella los Sres. Bolivar, Prado, L. Cafiizares y Gaspar. 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Salimos de Madrid en el tren de las siete y cinco de la ma- hana, Unico que admite viajeros de ida y vuelta para las esta- ciones anteriores & Segovia y llegamos a4 Cercedilla a las nue- ve y cuarenta y cinco. Después de almorzar con objeto de tener todo el dia dispo- nible, emprendimos el camino hacia el valle de Cercedilla, en cuya parte baja apenas si encontramos cosa digna de citarse, ano ser aleunos Bacillus hispanicus Bol. todos hembras sin encontrar ningtin macho a pesar de lo mucho que los busca- mos; también recogimos en este sitio uno 6 dos ejemplares de la Hphippigera diluta Bol. y algunos Antavrius spinibrachius Br. ambas especies aun en el estado de ninfa. Subimos luego por la parte*alta de las vertientes que forman el valle y alli la excursién fué mucho mas productiva, pues encontramos con abundancia las especies siguientes: Pachy- tilus nigrofasciatus Latr.; @dipoda collina Pantel y fusco- cincta Luc.; Stenobotrhus festivus Bol.; morio H. 8.; Bolivart Brunn.; dinotatus Charp.; minutissimus Bol. y Raymondi Yers.; Caloptenus italicus L.; Platycleis grisea Fabr., en mucha abun- dancia lo mismo que el Stenobothrus morio H. S., cerca de la carretera. Cuando tuvimos los frascos bien repletos bajamos ya en di- reccion a la estacién de Cercedilla donde llegamos a las siete menos cuarto muy satisfechos del resultado de nuestra expe- dicién. —HEl Sr. Cazurro ley6 las siguientes notas: Eacursion & los montes de Toledo. La noche del 3 de Julio, en el tren de las ocho y media sa- limos con direccién 4 Urda el Sr. Bolivar y yo, legando a esta estacion 4 las dos y treinta y ocho; y desde alli, en donde nos estaban esperando con caballerias, tomamos el camino a la colonia de San José, hermosa explotacién agricola de mas de 30.000 fanegas, situada en el valle de los Molinos y propie- dad del distinguido literato D. Matias Nieto y Serrano 4 quien somos deudores de su generosa hospitalidad. Desde la esta— cién Ala casa hay unos 2,50 km. de camino que recorrimos bien pronto, descansando luego hasta el amanecer, en que salimos & recorrer aquellos cerros y en direccién de la vina DE HISTORIA NATURAL. 43 recientemente plantada y que consta de mas de 100.000 cepas, en aquel camino los insectos recogidos no fueron muchos ni muy interesantes, pues de ortdpteros se redujeron a4 muchos Stauronotus maroccanus Thunb., resto de la plaga de anos anteriores, varios Platycleis intermedius Serv.; algunas lar- vas de una Hphippigera que parece ser la Brunneri Bol., que encontramos en los madrofios que aqui llaman cornicabras y finalmente, diversas @dipodas cwrulescens y collina. Los le- piddépteros parecian abundar mas, sobre todo una especie de Thecla y algunas Vanessas y Satyrus; también los neurdpte- ros y arquipteros se encontraban muy frecuentes, siendo de observar lo comuin que era la preciosa Nemoplera lusitanica. En todo este camino es muy abundante el escorpién debajo de las piedras. Siguiendo el lindero de la vifia y luego por un monte for- mado de jaras y madrofios entre los que nada encontramos, subimos un cerro de unos 100 m. Namado el Cerrote y forma- do todo él como también el valle por pizarras al parecer silu- ricas. Desde alli regresamos 4 la casa & almorzar, y después continuamos la exploracién por el fondo del valle hasta la presa que forma el arroyo para regar las huertas y plantios de la parte baja. Ademas de muchas de las especies yacitadas el Sr. Bolivar recogié varios hemipteros, y entre ellos algunos cicadidos de diversas especies; y yo algunos dipteros de los géneros Pachyrhina, Asilus, Dasypogon, Stratyomis, Volucella y Usia. En el arroyo encontramos el Vettiz bipunctatus, Cybis- ter africanus , Ilybius, Agabus, etc.; y diversos coleopteros y hemipteros acuaticos. También recogimos algunos moluscos de los géneros Ancylus, Limnea y Planorbis, de los que recogi varias especies, y finalmente, algunos peces Leuciscus y Ne- machilus barbatus. Al dia siguiente dejamos el valle de los Molinos por la parte baja, saliendo por un puerto formado por dos cerros hacia la izquierda del valle, y después de recorrer varios campos de trigo, fuera ya del valle & distancia de 8 km., encontramos la via del ferrocarril en su kilémetro 120, seguimos por ella has- ta el 123, en donde en un monte bajo formado por carrascas y madrofios nos detuvimos 4 hacer abundante é interesantisima caza de ortépteros. Alli encontramos el Bacillus hispanicus sobre las matas mas bajas de carrasca en alguna abundancia, 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tanto machos como hembras y algunos en cépula; encontra- mos con sorpresa la Hphippigera Miegii, que parecia solo de la Sierra de Guadarrama; también encontramos algunos ejem- plares de otra Hphippigera, que parece ser especie nueva muy proxima a la Zapaterii y de la que ya el Sr. Bolivar poseia una larva recogida por el Sr. Lazaro nuestro consocio; cerca de Yévenes encontramos también el Pycnogaster cucullatus, Charp. y el Barbitistes Fischerii Yers., que tampoco habia sido hallado tan al Sur. Ademas recogimos en aquella hermosa lo- calidad otras diversas especies de ortépteros y dipteros. Continuamos nuestro camino via adelante y Negamos por fin 4 Emperador en el kildmetro 130 y en el caserio cercano, a medio kilémetro de la estacién encontramos felizmente donde hacer un frugal almuerzo en casa de un cazador de estos contornos, llamado Bernardo Comino y conocido mas vulgar- mente por Escopetilla. Esta casa, aprovechando la buena vo- luntad de su duefio y para personas que como los natura- listas excursionistas no sean muy exigentes, puede aprove- charse como centro de excursiones por su buena situacién y lo que facilita las exploraciones, pues, llevando algo que co- mer, cosa dificil de encontrar en aquel caserio, queda el gasto de excursidn reducido 4 las 15 pesetas que cuesta el billete de ida y vuelta 4 Emperador, y lo que se le dé al duenio de la casa por vivir y dormir en ella. A la una y veinticinco minutos tomamos el tren que pasaba con direccién 4 Madrid y llegamos 4 este 4 las siete y media de la tarde, después de haber hecho esta preciosa y producti- va expedicion. Las especies de ortdépteros que recogimos son las siguientes: Forficula auricularia L. Paracinema tricolor Thunb. Loboptera decipiens Germ. Stauronotus mMaroccanus Ameles Assozi Bol. Thunb. Bacillus hispanicus Bol. Gdipoda cerulescens L. Oxzycoryphus compressicornis — collina Pantel. Latr. Sphingonotus cerulans L. Stenobothrus parallelus Lett. Cuculligera flrxuosa Serv. — apicalts Herr. | Ocnerodes Brunneri Bol. Schaff. Caloptenus italicus L. — Bolwari Br. Platyphyma Giorne Rossi. DE HISTORIA NATURAL. 45 Barbitistes Fischeri Yers. Ephippigera Brunneri Bol. Locusta viridissima L. — Miegi Bol. Decticus albifrons Fabr. —~ sp. Platycleis intermedia Serv. Pycnogaster cucullatus Charp. — tessellata Charp. Gryllus campestris L. Excursion & Cercedilla y Siete Picos. Salimos de Madrid el domingo 15 de Julio en el tren de las cinco y veinte los Sres. Giner de los Rios, Cosio, Rubio, Rodri- guez, Ondovilla, Bolivar y yo, siendo esta la primera excur- sidn que hacemos por la linea nueva 4 Segovia que tanto ha de facilitar las excursiones por la sierra de Guadarrama. A las nueve y media llegamos 4 Cercedilla situada muy pintorescamente en el fondo del valle, después de un ligero desayuno en la casa del estanco que facilmente se puede apro- vechar para parar en ella mejor que en la posada, salimos por el camino que sigue las tapias del cementerio en direccidn a la carretera de Navacerrada, con animo de subir & Siete Picos y bajar luego por el Puerto de la Fuenfria; seguimos por una senda los 4 km. que hay hasta la carretera y llegamos 4 esta en su kilédmetro 17 en el sitio en que esta situada la casa de los peones camineros y la venta de Cercedilla, hoy cerrada, pues la linea nueva acapara todo el trafico que antes se hacia por la carretera. Aunque la estacién parece muy atrasada, cogimos algunos ortépteros y dipteros. Seguimos la carretera hasta lo alto del puerto 21,50 km. donde llegamos 4 las doce y media habiendo refrescado bas- tante el tiempo y amenazando llover; en el boquete del puer- to el termmetro marcaba 7°. Almorzamos en la venta situada junto al mismo puerto y emprendimos la subida 4 Siete Picos, pero al llegar al. se- gundo de estos la lluvia nos hizo desistir y refugiarnos en la casa hasta que paso, hora ya de regresar 4 la estacidn por el mismo camino para tomar el tren que pasa a las ocho y vein- tiocho, pero que por venir con retraso nos dejé en Madrid & las once y media. En esta excursién recogimos las siguientes especies de or- topteros: 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Ectobia ericetorum Wesm. Platyphyma Giorne Rossi. GomphocerusmaculatusThunb. | Platycleis intermedia Serv. Stenobothrus morio Fabr. Ephippigera diluta Bol. —— Bolivari Br. Stali Bol. Edipoda cerulescens L. — Miegi Bol. Caloptenus ttalicus I. Pycnogaster jugicola Griells. -—Dijo el Sr. Bolivar, 4 proposito de su Fssai sur les acridiens de la tribu des Teltigide, que la circunstancia de no existir en Europa mas que ocho especies de esta tribu, cuyo numero total pasa de 200, y la de no haber en Espana coleccionistas del referido grupo, le habia obligado a publicar esta monografia fuera de nuestros ANALES y en un idioma extranjero. Dijo tam- bién que los tetiginos se distribulan desigualmente por los diversos continentes, correspondiendo 18 al Africa, 54 & Amé- rica y el resto & Asia y sus islas mas proximas, entre las que se encuentran favorecidas nuestras Filipinas que encierran 64 especies 6 sea mas de la cuarta parte de todas Jas conocidas. Que habian sido tantas las comunicaciones de especies que habia recibido de diferentes museos y naturalistas extranjeros para el estudio en cuestidn que duplicaban el nimero de las ya conocidas viéndose en la precisiédn de formar hasta 30 gé- neros nuevos, citando entre los que mas le habian favorecido & nuestro consocio el Sr. D. Carlos Mazarredo que le habia regalado todos los ortépteros que recolecté durante los tres anos que estuvo en Filipinas, al director del Museo de Esto- colmo, Dr. Aurivillius que le habia remitido los recogidos por el Dr. Semper en las mismas islas, envio de gran valor para este trabajo por encerrar los tipos del profesor Stal juntamente con otras muchas especies nuevas, al Sr. Brunner de Watten- wyl de Viena, duefio de la mas rara coleccién de ortépteros y que le habia enviado cuantos poseia en gran parte sin estu- diar, & nuestro ilustrado consocio el R. P. Pantel 4 quien debia muchas especies de la India Inglesa y de Africa, juntamente con interesantes observaciones y consejos sobre la referida memoria, y por Ultimo a los Sres. H. de Saussure y Frey Gessner de Ginebra, Preudhomme de Borre, Bormans de Bru- selas, Dr. Schock de Zurich; Friwaldszki, de Budapest; West- wood, de Oxford, y Achilles Costa de Napoles. Observé que habia creido necesario establecer siete secciones dentro de la. DE HISTORIA NATURAL. 47 tribu, de las cuales juzgaba naturales solo las seis primeras, considerando la ultima como precisa en el estado actual de nuestros conocimientos sobre estos insectos, pero destinada sin duda 4 desaparecer con el tiempo, y por ultimo llamé la atencién de la Sociedad hacia las dos preciosas laminas que acompanan & su monografia, las cuales se deben 4 nuestro consocio D. Kugenio Lemus, director de la Calcografia nacio- nal, que ha sabido dominar con una asombrosa facilidad las dificultades que para un artista ofrecen esta clase de figuras en las que las menores inflexiones de la linea constituyen a veces un caracter que conviene hacer perceptible y que el Sr. Lemus habia reproducido fielmente sin vacilacién ni duda haciendo innecesario todo retoque. A este propdésito se felicité de que contemos entre nuestros socios artistas cuyos trabajos sean solicitados desde el extranjero, puesto que estas laminas han sido publicadas con elogio por Ja Sociedad entomoldgica de Bélgica, siendo asi que en los primeros afios de la existen- cia de esta Sociedad teniamos que recurrir al extranjero en busca de artistas para las ilustraciones de nuestros ANALES. —Hl Sr. Bolivar expuso la conveniencia de que se modificase la comisién de publicacién de la Sociedad, aumentandola con un individuo mas 4 titulo de artista, con objeto de que en dicha comisién hubiese una persona competente que juzgase la mejor manera de reproducir los dibujos que hubieran de publicarse en los ANALES. El senor Presidente manifestO su opinidn en un todo con- forme con la del Sr. Bolivar, pero hizo.observar que como esta reforma llevaba en si variacién del Reglamento de la Sociedad que en su art. 24 dispone la forma en que ha de estar consti- tuida la comisién de publicacién, era preciso cumplir con los tramites que el mismo Reglamento exige para su alteracién, invitando asi al Sr. Bolivar 4 que presente en la préxima se- sién esta proposicién para que con arreglo al art. 23 sea discu- tida en la junta extraordinaria que 4 dicho efecto se convoque. El Sr. Mazarredo dijo que ya que de reformas del Reglamento se trataba, habia alguna cuya introduccién seria muy conve- niente, tal como la de los socios Vitalicios que existen en casi todas las sociedades extranjeras de la misma indole que la nuestra, y que mediante el pago de una cantidad alzada que- daban ya libres de pagar su cuota anual. 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA El senior Presidente aplaudié la idea del Sr. Mazarredo y le invité igualmente 4 que presentase su proposicidn en la sesién ordinaria, juntamente con la del Sr. Bolivar, para que fueran discutidas en la extraordinaria. El sefior Presidente se congratulé de que asistiese 4 la se- sidn un naturalista tan conocido por sus trabajos como el se- for Achilles Costa, director del Museo de Napoles, y digno continuador de los clasicos trabajos de su padre el autor de la Fauna de Napoles. Contestéd el Sr. Costa dando las gracias al sefior presidente por los elogios que le habia dirigido y manifestando la satis- faccién con que asistia 4 la sesidn de la Sociedad ofreciendo en prueba de su afecto regalarla sus publicaciones. Sesién del 5 de Setiembre de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —KHl Sr. Cazurro en ausencia de los sefores secretarios, did cuenta de las comunicaciones siguientes: Del senor secretario de la Sociedad cientifica mejicana «An- tonio Alzate,» manifestando que habiendo enviado las publi- caciones de esta Sociedad desde Julio de 1887 espera que la Sociedad Espafiola de Historia Natural le conceda el cambio de sus publicaciones, que se acordé pasara 4 la comision de publicaciones. ; Del secretario de la comisién exploradora de los Estados- Unidos avisando el envio de varias de sus publicaciones. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Journal of the Royal Microscopical Society.— Afio 1888, par- te 4.*, Agosto. Bulietin of the Museum of Comparative Zodlogy at Harvard College.—Tomo xii, nim. 10; xvn, nim. 1. Bulletin of the United States Geological Survey. —Numeros 34 4 39.— Mineral Resources of the U. S., 1886.—Annual Re- port, 1884-1885. DE HISTORIA NATURAL. 49 - Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Moscou.— Afio 1888, num. 2. Annales de la Société Hntomologique de France.— Serie 6.’, tomo vit, 1.° 4 4.° trimestre. Bulletin de la Société Botanique de France.—Tomo xxxiv; Actas num. 3, 8 y 35. Bulletin de la Société académique WAcO Terai. ponateeen de Toulouse.—Tomo viii, 2.° trimestre. Société d’ Histoire naturelle de Toulouse.—Actas de Julio de 1888. Jornal de sciencias mathematicas, fisicas e naturaes de Lisboa. —Numeros 46 y 47.—Memorias. Serie 2.*, tomo vi, parte 2.° Como donativo; Revue internationale de Venseignement.—Afio vit, num. 8. Enumération des orthoptéres de Vile de Cuba, por D. Ignacio Bolivar; regalo de su autor. Curso de silvicultura, tomo 1. Hsboco de una flora lenhosa portugueza, por Antonio Xavier Pereira Coutinho. Lecdes de Pharmacologia e Therapeutica geraes, por Eduardo Augusto Motta; regalos de la Academia de Ciencias de Lisboa. Datos para la fauna de Filipinas. Vertebrados, por D. José Gogorza; regalo del autor. La Sociedad acordo dar las gracias 4 los donantes. —F]l Sr. Medina, como Secretario de la seccién de Sevilla, remite la siguiente acta: SECCION DE SEVILLA. Sesion del 4 de Julio de 1888. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Abierta la sesién A las nueve de la noche y leida el acta de la anterior, fué aprobada. —Quedaron admitidos como socios los senores ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVII. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pizarro y Jiménez (D. Manuel), y Sanchez y Rodriguez (D. Antonio), propuestos por D. Manuel Medina. —Se hicieron dos propuestas de socios. —KHI Sr. Gonzalez y G. de Meneses ley6 la nota que sigue: «A unos 3.000 m. al NO. de Hornachuelos (provincia de Cér- doba), en el sitio llamado «Mesa del Cerro de la Constanza,» se encuentra la capa de caliza terciaria que constituye el suelo de dicho pueblo, y una gran parte de su término, infiltrada de depdsitos de fosforitas, que alcanzan una ley media en fosfato tricalcico de 70 por 100. El mayor de los depdsitos reconocidos hasta ahora, mide unos 100 m. de longitud por 20 de ancho y 1'/, a 2 de profun- didad (dimensiones medias). De dicha fosforita y del terciario calizo que le sirve de caja entregué algunos ejemplares para el Gabinete de Historia Naturai de esta Universidad, donde pueden verlos los sefores socios que gusten.» El Sr. Calderén dijo que habia examinado dichos ejem- plares y que encontraba interesantisimas las noticias comuni- cadas por el Sr. Gonzalez y G. de Meneses, pues confirmaban las ideas que emitié hace anos (1), sobre la edad relativamente moderna de la actividad geyseriana que ha producido ese sinnimero de filoncillos de fosforita dispersos en toda esta parte de Andalucia. Todos ellos, 4 vueltas de infinidad de aspectos, estructuras y diversa ley de fosfato, ofrecen como caractéres comunes una proporcidn de silice con frecuencia alta, una textura concrecionada y el proceder de calizas me- tamorfizadas por la acciOn de aguas cargadas de acidos fosfé- rico y silicico. La fosforita de Belmez y Espiel es un producto de transformacion de la caliza carbonifera, la del Cerro del Santo lo es de una arcaica, y otras parecen de edad secunda- ria; pero la unica fosforita de Andalucia, decididamente ter- ciaria y con fdsiles que lo acrediten que conocia era la que motivaba la nota recién leida. : (1) CaLDERON: Contribuciones al estudio de la fosforita de Belmez.— ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAt., t. vil. DE HISTORIA NATURAL. 51 Afiadié que por otro género de censideraciones habia soste- nido la comunidad de origen y la fecha relativamente moderna de todas estas fosforitas y que habia ampliado 4 las de Santa Kufemia y puerto de Espiel en otro trabajo (1). Termind haciendo un resumen sobre las opiniones emitidas hasta el dia sobre el origen de las fosforitas y apatitos. —E] Sr. Medina dié lectura 4 la nota siguiente: «Estando ocupandome actualmente en el estudio de la familia de los Esfégidos, he hallado en la coleccién del pais - que estoy formando, tres especies del género Pelopeus Latr. (P. spirifer L., P. pensilis lllig., y P. transcaspicus Rad.), de las cuales, una particularmente, ofrece especial importancia, y ninguna de las tres se encuentra mencionada como de Es- pana en la clasica obra de Ed. André. Poseo de Sevilla y Puerto Real, recogidos por los Sres. Cal- derén y Paul respectivamente, varios ejemplares, todos 9 del Pelopeus spirifer L., y por cierto de un tamafio bastante mayor que el que se les asigna en las obras descriptivas. Esta especie no es nueva para la fauna espafiola, pues ya ha sido citada de Catalufa por el Sr. Cuni. El Pelopeus pensilis Illig. 9, también fué hallado en los alrededores de Sevilla, y el Sr. Gogorza le menciona de Sierra Morena, en cuyo punto le recogid nuestro consocio el sefor Laguna. Pero la especie mas importante que poseo del género en cuestion, es el Pelopeus transcaspicus Rad., 9 hallado en Se- villa, y del cual solo se conocia una Q procedente de Askhabad (Turkmenia), citada por su autor el Sr. Radoskowski. Es un hecho curioso por extremo la existencia de este insecto tan raro todavia, en localidades tan apartadas como lo son la Turkmenia y Andalucia, sin que se le conozca de otras intermedias; pero la explicacién de este, como de otros muchos casos analogos, se funda en lo poco estudiado que se halla ain en el Mediodia de Europa, y particularmente en Espana, el interesantisimo orden de los himendpteros.» —HEl Sr. Calderon ley6 la siguiente comunicacion: (1) Su les phosphorites récemment découvertes au Midi de Vhspagne.—Bull. de la - Soc. géol. de France.—3.? serie, t. vi. 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Foramintferos fosiles de Andalucia. «Dada la escasez de noticias que aun se poseen sobre los fo- raminiferos vivos y fésiles de la fauna espafiola, he creido que quizas podrian ofrecer algun interés las que he reunido sobre los pequefios é interesantes animales de dicho orden, que se encuentran en algunos yacimientos terciarios de An- dalucia. Mencionaré estos por orden de antigiiedad. »Varias calizas eocenas de canteras explotadas como piedra de construccion, que me fueron enviadas en consulta el pasa- do afio para su examen microscopico por el diligente é inteli- gentisimo arquitecto director de las obras de la catedral de esta ciudad, D. Adolfo F. Casanova, reducidas a secciones transparentes, me revelaron un gran numero de foraminife- ros. De estos materiales citaré en primer término, las calizas ooliticas, blancas y de magnificas condiciones para la labra, empleadas de preferencia en los trabajos de restauracién de dicho monumento, procedentes de Estepa, Puente Genil y Cabra. El sefor profesor Steinmann, de Freiburgo, me decia con respecto 4 una de ellas: «La roca de Estepa es una caliza oolitica: ademas de innumerables oolitas blancas, percepti- bles 4 la simple vista, contiene muchos foraminiferos, entre ellos aleunos Miliolites, y en gran cantidad Rotalias y Textu- larias. No faltan tampoco vestigios de equinodermos y brio- zoos y restos, aunque raros, de algas calizas ( Litloothammi- nas). Por el examen de esta caliza no se puede decidir de su edad aunque parece nummulitica, ni tampoco se advierte el predominio marcado de alguna forma que pudiera dar nom- bre 4 la roca.» »Otras calizas bastas de igual edad, como la de Monévar y la de la cantera de la Cruz de Navalara en Cabra, son analogias por sus caracteres y por su fauna microscopica a las ahora mencionadas, si bien en ellas, dominan las (lobdigerinas, so- bre las Orbitolites, Spiroloculinas, Nodosarias, Textularias y otras formas, que mas 6 menos rotas y mezcladas con espicu- las de esponjiarios y fragmentos diversos, revelan en sus sec- ciones delgadas. Todos estos restos estan trabados por una _caliza semi-cristalina, cuyo abolengo organico descubre el empleo de las grandes ampliaciones; mediante él se comprue- DE HISTORIA NATURAL. od ba también que los poros de la roca, que la hacen un tanto aspera al tacto, no son otra cosa que cavidades internas de semejantes organismos. »En Algeciras se extrae una caliza cenicienta, de fractura concoidea y muy compacta, que presenta abundantes Cviste- llarias y Textularias, si bien los trozos examinados son menos ricos en foraminiferos que las calizas bastas, blancas, men- cionadas hasta aqui. »Las areniscas cuarzosas de cemento calizo del Puerto de Santa Maria, que se emplean en la construccién con los nom- bres de piedra franca y de mata-sanos, con las cuales esta principalmente fabricada la catedral de Sevilla, y 4 ellas debe la poca duracién que promete monumento tan importante, han sido mencionados ya por el Sr. Machperson (1) como miembros del terciario inferior, notando 4 la par su riqueza en fragmentos de conchas y corales. Nosotros hemos recono- cido también en ellas algunos foraminiferos. »La arenisca caliza de Jérez de la Frontera llamada marteli- lla, es una roca de notable homogeneidad, que presenta res- tos generalmente rotos, de foraminiferos y esponjiarios, con predominio notorio de las Globigerinas. En esta, como en otras rocas glauconosas de la provincia de Cadiz, he tenido ocasién de observar un hecho curioso. Se sabe ya que las areniscas glauconosas suelern contener granos, que los me- dios amplificantes descubren ser moldes internos de forami- niferos, y se supone que las conchas de estos rizépodos debie- ron rellenarse por el silicato verde inmediatamente después de su muerte, y que, alterandose y desapareciendo mas tarde las partes calizas, dejaron libres aquellos moldes internos por ser mas resistentes 4 la descomposicion. Pues bien, en las rocas glauconosas citadas, el silicato se descompone antes que la caliza de los caparazones, volviendo porosa a la roca que los contiene. En el microscopio se puede seguir toda la transicién desde los foraminiferos rellenos de glauconia, hasta los vacfos por el intermedio de otros, en que el silicato est&é reducido & una materia térrea mas 6 menos abundante. »En el terreno eoceno de Coripe, recogi una caliza compac- ta, grisacea, aspera al tacto y con poros finos, empleada en la (1) Bosquejo geologico de la provincia de Cadiz , 1873. 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA construccién en aquellos contornos. Sus secciones transpa- rentes muestran que es una brecha microscdpica de Globige- yinas, de una belleza extraordinaria. »Examinando todas las rocas eocenas con foraminiferos de la region, sorprende la variedad de aspectos, colores y estructu- ras que ofrecen, hasta el punto de que muchas veces su inspec- cidn megascépica no haria sospechar en muchas de ellas que se trata de materiales zodgenos. En seccion transparente re- cuerdan los mas, el pldner de Bohemia, y como él son ricas en Globigerinas, en Nodosarias y en Rotalias. »Desgraciadamente nuestro eoceno fosilifero esta constitut- do por materiales tan compactos, que no permiten aislar los foraminiferos, siendo casi imposible, por tanto, su determina- cién especifica; unicamente en la moronzta es dado aislar al- gunos de dichos organismos; pero el examen de esta arroja escasa luz sobre la cuestién presente por ser la roca mucho mas abundante en radiolarios que en foraminiferos, en lo que respecta a sus restos animales. »Por lo que se refiere al terreno mioceno, el deposito de ri- zopodos mas importante de Andalucia es el descubierto por el Sr. Orueta (1) en los tejares de la provincia de Malaga. Dis- tingue en ellos dos horizontes: uno inferior, constituido por arcillas azuladas de época miocena, y otro superior que lo esta por gravas y arenas arcillosas pliocenas, en sentir de nuestro ilustrado consocio, y no cuaternarias, como se habia creido antes. La arcilla azulada, que alcanza unos 20 m. de espesor, es la que en compania de los variados moluscos ha ofrecido millones de diminutas conchas de foraminiferos que examinadas por los Sres. Jones y Parker, han revelado una fauna muy rica, complemento de la de las arcillas terciarias de Viena. Estos sefiores han extraido de dicho barro 24 espe- cies, cuya lista puede verse en el trabajo citado. »La base del mioceno de la provincia de Sevilla, ofrece tam- bién espesos bancos de Orditolites, Ostrea crassissima, O. lon- girostris, Clypeaster altus y Cl. insignitis. Yo he encontrado este banco en el helveciano de Pefiaflor, y reaparece en otros muchos puntos del valle del Guadalquivir. »Pasemos al terreno plioceno, que como se sabe, ha propor- (1) Actas de lu Sociedad malaguena de ciencias fisicas y naturales, 1874. DE HISTORIA NATURAL. 55 cionado ya en diversos lugares capas ricas en foraminiferos, que contienen los mismos géneros y en igual proporcidn nu- mérica que los mares actuales. Sin embargo el plioceno espa- fol no se ha explorado todavia a fondo en ningitin sitio, y menos en lo concerniente a los pequenos organismos que mo- tivan la presente nota. »La formacién por excelencia para el estudio de los forami- niferos pliocenos, es el valle del Guadalquivir, en la margen derecha del territorio conocido con el nombre de Aljarafe, que va desde la Rinconada y la isla Mayor hasta la provincia de Huelva. En el subsuelo de Sevilla y en toda la barrera que forma en la margen derecha del rio una especie de dique desde los cerros de Santa Brigida 4 Coria, se pueden seguir las dos formaciones pliocenas, ricas en foraminiferos: la infe- rior, constituida por una arenisca célebre en la cuesta de la Mascareta por utilizarla como inmejorable fundente, y una su- perior de arcilla azulada, que se extrae y emplea en diversos usos. La inmediata cuesta de Castilleja, en el sitio en que dicha arcilla se explota principalmente por ser alli muy pura, pro- porciona una localidad excelente para estas investigaciones y para recoger bellos fésiles, como Naticas, Scalarias, Denta- lium, Cardium, Venus, Cythereas, Pecten, Ostreas y equinoder- mos, en las superficies siempre renovadas por los trabajos de extraccion. El sedimento arcilloso que envuelve a esta fauna, que indica haberse depositado en un mar poco profundo, ha permitido una conservacién perfecta 4 las especies que en ella se encuentran. »Habiéndome comunicado hace algun tiempo nuestro con- socio D. Manuel de Paul, que habia visto foraminiferos en aquel famoso barro, me apresuré 4 recoger algunos trozos para ensayar en el gabinete de la Universidad, los procedi- mientos de extraccién y preparacién de estos organismos que vi puestos en practica en el laboratorio de Gaudry, en Paris, y de que di cuenta hace tiempo en esta Sociedad (1). »Otro yacimiento interesantisimo para la exploracién de la fauna rizopddica pliocena se halla en Huelva, en la capital (1) Nota sobre la extraccion y coleccidn de las conchas microscopicas de moluscos y Soraminiferos. ANALES DE LA Soc. Esp. bE Hist Nat.; tomo x1 Actas; paginas 33 y siguientes. 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA misma, y sobre todo en un banco prodigiosamente fosilifero situado 4 espaldas del Hotel Colén, del cual posee el Gabinete de Historia Natural de esta Universidad, ademas de un magni- fico paladar de Myliobatis, preciosos Balanus concavus Bron., Turritella terebra Lmk., Fusus, dos especies de Natica, Can- cellaria, Cerithium, Dentalium elephantinum Brochi, Venus, Cardium, tres especies de Pecten, dos de Ostrea, Cytherea, Lungia, Coraliwm y otros reconocidos por nuestro diligente consocio D. Antonio de Seras, y por el profesor D. Grego- rio G. de Meneses. Estas rocas fosiliferas asi en la capital como en los famosos cabezos de Huelva, consisten en margas arenosas, que desleidas en el agua, proporcionan abundantes foraminiferos. »Kmpleando procedimientos sencillos de extraccién, pues desde luego se comprende que las multiples tareas en que tenemos que ocuparnos en el Gabinete de la Universidad, no permiten consagrar mucho tiempo 4 ninguna manipulacidén; han bastado, sin embargo, para extraer de las citadas rocas y particularmente de la arcilla de la cuesta de Castilleja, multitud de individuos en un estado admirable de conserva- cién, correspondientes 4 los géneros Zvriloculina, Nodosaria, Lagena, Dentalina, Cristellaria, Textularia, Globigerina, Rota- lia, Operculina, Polystomelia, etc. »Habiendo separado un crecido niimero de ejemplares, tanto el Sr. Paul como yo, envié algunos de ellos asi como de la roca en que se hallan, al eminente y amabilisimo especialista de Paris, M. Schumberger, quien me ha comunicado ademas de dos bellisimas preparaciones de ellos, algunas noticias que me parecen importantes. Estima muy interesante esta fauna rizoférica pliocena de Sevilla y Huelva, y nota el predominio en ella de las Cristellarias, asociadas 4 variados géneros, aun- que ninguno de estos, ni de sus especies, difieran mucho, si es que no son idénticos 4 los actuales descritos en la clasica obra de Brady (1). Ha reconocido pocas Dentalinas y Lagenas, pero esta escasez la atribuye al procedimiento que hemos se- guido en la extraccién; y as{ recomienda que en lo sucesivo dejemos secar bien la roca,-y que después se la eche en agua, (1) On some of the Reticularien Rhizopoda of the Challenger’s expedition 1, 11, 111.— Quart. Journ. Microsc. Society; vol. x1x-xx1. DE HISTORIA NATURAL. 57 la cual pasada por un tamiz fino de seda, abandonara muchas de esas formas que flotan en el liquido y que él supone deben abundar en estos yacimientos rizopddicos pliocenos. En efec- to, por el ensayo que ha practicado con los trozos que le en- vié, ha logrado obtener algunas formas de las que solo poseia algunos ejemplares. »Las investigaciones sobre los foraminiferos son tan di- ficiles como prolijas, y esta es la principal razon del escaso numero de especialistas que 4 ellas se consagran; y como to- davia entre estos algunos, como el mismo Sr. Schumberger, prefieren los estudios morfolégicos a los descriptivos, se hace sumamente dificil consultar con personas verdaderamente entendidas las frecuentes dudas que sugiere la determinacién de seres tan pequefos y tan numerosos en especies. No pier- do, sin embargo, la esperanza de poder comunicar en un plazo m4s 6 menos largo nuevas y mas detalladas noticias sobre los foraminiferos de esta region. »Es sabido que en el Mediterraneo, desde la orilla hasta mas de 100 brazas de profundidad, pulula un grupo de rizdpodos muy semejante al del plioceno indicado, y ciertamente estu- diando las especies actuales de las costas andaluzas, faciles de recoger en varios puntos, como las playas de la provincia de Huelva y la de Chipiona, de donde el Sr. Paul ha tenido un depdsito muy rico en Z7rzloculinas y otros géneros se podrian comparar con las formas fodsiles, investigacida que ofreceria ancho y nuevo campo 4 quien quisiera dedicarse aqui al estu- dio de tan bellos é interesantes organismos.» El Sr. Gonzalez y G. de Meneses dijo que la playa de Aya- monte era notable por su abundancia en foraminiferos y mo- luscos diminutos, ofreciendo encargarse de procurar algunas cantidades de ella para su reconocimiento seguramente im- portante y fecundo. —El Sr. Vidal hizo constar 4 la Sociedad su gratitud por el honor que le dispensaba admitiéndole como socio. —Leyé el Sr. Bolivar lo siguiente: «La nueva publicacién del Sr. C. Brunner von Wattenwyl, que acaba de aparecer en los «Verhandlungen der k. k. zoo- 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA logisch-botanischen Gesellschaft» de Viena, bajo el titulo de Monographie der Stenopelmatiden und Gryllacriden, comprende 150 paginas y va acompanada de 5 apnee loss laminas dibuja- das por J. Redtenbacher. Describe el Sr. Brunner en esta obra 154 especies nuevas, de las que 53 corresponden a la primera de las tribus indica- das y el resto & la segunda. Distribuye los estenopelmatinos en 37 géneros, de los que 21 son nuevos, y propone 10 géneros mas para los grilacridinos, que hasta ahora estaban represen- tados por el unico género Gryllacris. Las descripciones son breves y concisas; y como los caracteres estan perfectamente estudiados, y el autor ha puesto un cuidado especial en hacer resaltar los mas decisivos y ha facilitado al mismo tiempo la clasificacién por medio de cuadros sindépticos, resulta esta ul- tima produccion del Sr. Brunner de facil consulta y de grande utilidad para los especialistas. Entre las especies que he proporcionado al autor para que las describiese en su monografia figuran algunas que indica equivocadamente como existentes en el Museo de Madrid, cuando corresponden en su mayoria a otras colecciones que yo tenia por entonces en mi poder para estudiarlas, y creo conveniente rectificar estas procedencias para que los autores futuros sepan donde podran encontrar los ejemplares que han servido de tipo para el establecimiento de nuevos géneros y especies. Son los siguientes: Estenopelmatinos. Oryctopus Bolivart Brunn.—Maduré, India, coleccién de R. P. Pantel. Dyscapna atra Brunn.—Angola, Museo de Lisboa. Pherterus cubensis De Haan. —Cuba, coleccién del Sr. Gundlach y en la mia. Apotetamenus Amazone Brunn.—Cumbase, Pert, Garleppi, Enero, 1887, mi coleccién,.comprado al Sr. Staudinger, de Dresde. Platysiagon signatus Brunn.—Tabora, Uyanyenbe, R. P. Haut- tecceur! primer trimestre, 1885, mi coleccién, regalo de nuestro colega D. Renato Oberthur. DE HISTORIA NATURAL. 59 Rhaphidophora gracilis Brunn.—Isla Guimid, cerca de Samar, Filipinas, Pérez Maeso! y Domingo Sanchez! coleccién del Museo de Madrid, Mazarredo! mi coleccion. — deusta Brunn.—Volcan Bulacan, Irocin, Filipi- nas, Mazarredo! mi coleccién. Diestrammena marmorata De Haan.—Japén, Mazarredo! mi coleccién. Talitropsis Sedilloti Bol.— Nueva Zelanda, mi coleccién, re- galo del Dr. Sedillot. Grilacridinos. Gryllacris abbreviata Brunn.—Maduré, coleccién del R. P. Pantel. _ falcata Brunn.—Jara, mi coleccién, comprado al Sr. Deyrolle, de Paris. — punctata Brunn.—-Quango, Angola, Capello! é Ivens! Museo de Lisboa. _ nivea Brunn.—Madure, coleccion del R. P. Pantel. Dibelona Brasiliensis Brunn.—Apiahy, Brasil, Puiggari! mi coleccién. Paragryllacris callosa Brunn.—Nueva Zelanda, mi colecci6n, regalo del Dr. Sedillot.» —E] Sr. Bolivar presenté un ejemplar de una Memoria que ha publicado en los «Anales de la Sociedad Zoolégica de Fran- cia,» titulada Hnumération des orthopteres de Vile de Cuba, y con este motivo hizo las siguientes consideraciones sobre la fauna de la referida isla. Los ortépteros de la isla de Cuba llegan hoy 4 145 especies, que se distribuyen en 77 géneros, dejando 4 un lado ciertas especies cosmopolitas y otras que pueden considerarse impor- tadas en aquella isla, entre las que se cuentan, ademas de di- versas especies de blatidos, el Stethophyma fuscwim Pall. y el Sphingonotus cerulans L. La forma cubana consta: primero, de especies propias 6 indigenas que forman préximamente el tercio de la totalidad; segundo, de especies que se encuentran en Méjico, en los Estados- Unidos de la América del Norte y en las otras Antillas, pero sobresaliendo por su numero las 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mejicanas, que influyen considerablemente en el caracter de la fauna de la mas grande de las Antillas. Choca en extremo el corto ntiimero de especies meridionales, y sobre todo brasi- lefias, y aun las citadas se encuentran muy repartidas por ambas Américas. Anadié, por ultimo, que el referido estudio, en el que des- cribe 19 especies y 4 nuevos géueros, lo ha realizado sobre los materiales de su coleccién recogidos por el Sr. D. José Cabre- ra, por quien le fueron regalados, y teniendo a la vista la pre- ciosa coleccién de nuestro colega el Sr. D. Juan Gundlach, el cual no ha tenido inconveniente en someter el fruto de mu- chos afios de trabajo 4 los azares y riesgos de una travesia tan larga, siendo esta una nueva prueba del interés cientifico que siempre ha demostrado nuestro ilustrado consocio. No se limi- ta el Sr. Gundlach a recolectar animales de todos los grupos zoologicos, sino que, aun de aquellos mismos que no consti- tuyen la especialidad 4 que él se dedica, observa y anota mul- titud de circunstancias de gran interés para el que lleva a cabo mas tarde el estudio de aquellos animales; asi es que juntamente con la coleccién me remitidé el Sr. Gundlach des- cripciones detalladas de la coloracién en vida de casi todas las especies, muy interesantes para un estudio detenido, pero de que yo no he podido servirme todavia, porque faltandome examinar de visu algunas especies que ni en la coleccién del Sr. Gundlach ni en la mia existen, y ofreciendo ciertas dudas la sinonimia de otras, me ha parecido mas prudente comenzar por hacer la enumeracion de las especies antes de pasar a la descripcién detallada de todas ellas, lo que me propongo ha- cer mas adelante utilizando entonces los datos suministrados por el Sr. Gundlach. Llevado de esta idea he publicado en francés la indicada enumeracion, 4 fin de que los naturalistas extranjeros puedan con mas facilidad hacerme las observa- ciones que crean necesarias en vista de sus respectivas colec - ciones, y llegar de este modo con mayor rapidez al conoci- miento de la fauna cubana. —El mismo Sr. Bolivar ley6 lo siguiente: «Estudiando las branquias del cangrejo de rio (Astacus flu- viatilis Rond.) en cortes seriados he encontrado un caso de pa- rasitismo bastante curioso y que no es muy frecuente hallar; se trata de un vorticelido fijo en las ramificaciones de las po- DE HISTORIA NATURAL. : 61 dobranquias y aun en las sedas del coxopodio destinadas & impedir penetren en Ja camara branquial, arrastrados por el movimiento respiratorio producido por el escafognato, parasi- tos y elementos extranos. Esta Vorticela se presenta en las preparaciones que he exa- minado en numerosos individuos aislados, independientes, es decir, que no forman colonia, como sucede con otros géneros de la misma familia, tales como Carchesia Khrbg. y Zoothan- miun Ehrbg., en que un mismo pie es comun 4 varios indivi- duos. Se halla contenido el animal dentro de una especie de cubierta silicea en figura de copa, y por su parte inferior esta fijo al fondo de esta cubierta, que se implanta en la tenue capa de quitina que cubre la branquia mediante un corto pe- dunculo tubular que esta ocupado por el pie de la Vorticela. Por lo general, los individuos que he observado presentan, empleando el objetivo DD y el ocular num. 4 Zeiss, un gran nucleo en forma de cinta y numerosos nucleolos. La boca, si- tuada en el extremo superior del animal, preséntase longitu- dinal, como comprimida y rodeada por numerosas pestafias no muy faciles de ver en todos los ejemplares. Todos estos datos permiten determinar con seguridad este parasito como un infusorio del orden de los Peritricos, familia de los Vorticélidos, tribu de los Coturnidos y género Cothur- nia Ehrbg.., siendo muy posible la Cothurnia astaci Lt., que ya se ha presentado algunas veces parasita del crustaceo. Otros parasitos también se citan, muy dignos de atencion, en el cangrejo de rio y que parece han causado dafios de con- sideracién en el extranjero, 4 los que se dedican 4 explotar la cria de este crustaceo, entre ellos son los principales la A sta- cobdella branchiale, que se fija, igualmente que la Cothurnia en las branquias y el Distoma cirrhigero, que por lo menos en alguno de sus estados vive parasito de los crustaceos por lo general, enquistado entre sus musculos, y en un estado indu- dablemente no el perfecto cuando carece de érganos de repro- duccioén, en opinidn del Dr. Zundel. Este gusano seria en sus diversos estados parasito sucesivamente de un pez, de un mo- lusco y, finalmente, de un crustaceo. ( Ze Naturaliste, 2.* se- rie, num. 8. La maladie des ecrevisses. Fabre-Domergue.) Para el examen de las preparaciones 4 que me refiero he -empleado el procedimiento siguiente: 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Las branquias con el coxopodio han sido tratadas por el aci- do picrico en disolucién, adicionado con el acido sulfuroso, 6 sea el licor de Kleinenberg, en la siguiente proporcidn: Agua destilada.............. 100 vol. Acido sulftirico concentrado... 2 INGO HMGACOSS GocadqudoD door todo el que pueda disolver, Filtrese y se diluye en tres veces su volumen de agua des- tilada. En este liquido permanecieron veinticuatro horas, fueron luego minuciosamente lavadas hasta eliminar las ultimas huellas del acido picrico y después tenidas con el carmin oxa- lico durante cuatro horas. La férmula preferible de este car- min, que copiamos del libro del Sr. Castellarnau, Za estacidn zoologica de Napoles y sus procedimientos para el examen micros- copico, es lasiguiente: a) Se disuelve una parte en peso de carmin en otra de amo- niaco y tres de agua. b) Se disuelve una parte de acido oxalico en 22 de agua. c) Un volumen del liquido 6) se mezcla con 12 del alcohol absoluto. d) Un volumen del liquido a) se mezcla con 8 del liquido ¢) y se filtra. . Luego de sacadas las branquias de este liquido colorante, fueron decoloradas por un lavado de alcohol de 70, y después fueron sucesivamente tratadas por espacio de veinticuatro ho- ras por los alcoholes de 70, 90 y 100 y pasaron 4 la esencia de trementina, donde permanecieron otras veinticuatro horas, siendo luego incluidas en parafina mediante la estufa de Ma- yer por espacio de cinco horas y luego cortadas al micrétomo. Fijando las secciones mediante una mezcla en partes igua- les de colodién y esencia de clavo y evaporando la ultima por espacio de veinte minutos 6 poco mas 4 la estufa, los cortes quedan fijos por el colodién y luego se hace desaparecer la parafina mediante repetidos lavados en la esencia de tremen- tina, y finalmente fueron montados en el Balsamo del Canada disuelto en cloroformo. De este modo fijado el infusorio por el acido picrico, no su- fre las deformaciones que 4 veces experimentan con el acido pirolenoso ni tiene los inconvenientes del Acido arsénico, que DE HISTORIA NATURAL. 63 no permiten tomar bien los carmines, y el carmin tifie al principio muy vivamente todo el animal, pero lavado en al- cohol se decolora, quedando el protoplasma tenido y diferen- ciado de la cubierta y los nucleolos y el nucleo en forma de una cinta arrollada algo en espiral muy coloreados. Es de observar que los crustaceos que presentaron este pa- rasito permanecieron vivos muchos dias en un depésito de cristal con agua, y luego todos ellos murieron casi simulta- neamente, efecto sin duda del parasito 4 que hacemos refe- rencia. —E]l Sr. Gomez Carrasco ley6é la siguiente nota de una Eacursion & San Ildefonso por Penalara. Salimos de Madrid por tren el dia 7 de Agosto a las 7" 5" de la mafana los Sres. Bolivar, Mazarredo, Cazurro, Prado y Gomez Carrasco, tomando billete de ida y vuelta & Segovia y apeandonos 4 la ida en Cercedilla, donde Negamos 4 las 9" 23", habiéndose encargado nuestro companero Sr. Cazurro de to- mar en las estaciones del transito las alturas barométricas, que son las siguientes: 1] SPO Eo eae es ee ao 595 m. | Torrelodones........... 811 m. IPOWUMELOL a arereceitte sit Sei350" 979 Willing: Jaen, ktstatiorca ae 871 paris 2. cvetevotet-voxeye oes 691 Collado-Mediano....... 1.003 WASHROZASIS 54 scaler 727 Gereedallasss i: 0s% @ 26 oye 1.135 Nos dirigimos desde la estacion al pueblo, distante un kild- metro, que recorrimos en 17 minutos, haciendo en él un pe- queno descanso. Emprendimos de nuevo la marcha para salir 4 la carretera de Villalba 4 la Granja, llegando a la casa de los peones cami- neros de dicha carretera una hora después de nuestra salida de Cercedilla, y habiendo andado desde el pueblo 5 km. Almorzamos en la casa y salimos 4 las 12" 30" por la carre- tera con direccién a la venta de Navacerrada, distante 4,50 km., llegando 4 ella 4 la 1"45", y habiendo recolectado en el ca- mino las especies siguientes: Cetonia oblonga Gory, Zonabris variabilis Pallas, Forficula auricularia L., Sphingonotus cerulans L., Gdipoda cerules- 64 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cens L., Caloptenus italicus L. var. marginellus Serv., Gom- phocerus maculatus Th., Stenobothrus stigmaticus Rb., Boli- vari Brunn., festivus Bol., morio Fabr., Stauronotus marocca- nus Th., Arcyptera Tornosi Bol., Platycleis intermedia Serv., Ephippigera Miegi Bol., diluta Bol., Stalt Bol., Pycnogaster ju- gicola Graélls, Alia rostrata Boh., Tibicina hematodes Scop. Después de haber hecho un breve descanso salimos de la venta en direccién a la laguna de Pefalara, separandonos antes de nuestros companeros los Sres. Mazarredo y Prado, que habian de seguir por la carretera hasta San Ildefonso. Los restantes llegamos primero al canchal de las Guarrami- llas, 4 una elevacién de 1.871 m. y 4 3,50 km. del Puerto de Navacerrada, continuando después por muy mal terreno hasta el Puerto del Paular, distante 9 km. del anterior, y 41.651 m. de altitud, donde hicimos alto 4 las 5" 30" de la tarde. Las especies recogidas en estas alturas fueron: Carabus brevis Dej., Cymindis scapularis Schaum, Zabrus Seidlitzi Schaum, Spheridium scarabeoides .., Geolrupes ster- corarius L., Geotrupes corruscans Chevr., Aphodius carpeta- nus Griells, Onthophagus stylocerus Griaells, Otiorhynchus truncatellus Griells, Gomphocerus maculatus Th., Stauronotus maroccanus Th., Stenobothrus stigmaticus Rb., lineatus Panz., Bolivari Brunn., Uhagoni Bol., minutissimus Bol., Arcyptera Tornosi Bol., Caloptenus italicus L., Pezotettix pedestris L., Locusta viridissima L., Ephippigera Miegi Bol., Pycnogaster jugicola Griells. . Descansamos y cenamos en el puerto del Paular, y com- prendiendo nos seria imposible realizar nuestro deseo de ir a pernoctar en La Granja, después de haber visitado las lagu- nas de Pefialara y la de los Pajaros, acordamos buscar un pas- tor que nos cediera su choza por aquella noche y visitar al dia siguiente temprano ambas lagunas. Nuestro deseo se vid rea- lizado; pues después de una nueva marcha de 3,50 km. ya una elevacién de 1.89] m., encontramos.a las siete de la tarde un pastor, llamado Félix Martin, que nos ofrecid su choza, quedando su oferta admitida desde luego. Después de varias preguntas referentes al sitio en que nos encontrabamos y la distancia que nos separaba de la laguna de Pefialara, y habiéndose ofrecido 4 servirnos de guia, em- prendimos la subida 4 la laguna de Pefialara, origen del Lo- DE HISTORIA NATURAL. 65 zoya, Situada a una elevacién de 2.033 m. sobre el nivel del mar, donde llegamos a las 7" 30", habiendo recorrido desde el puerto de Paular una distancia de 5,50 km. Hicimos un pequefio descanso, no habiendo podido cazar por la hora y considerando mas conveniente para nuestro ob- jeto, sezun las indicaciones del pastor, pasar la noche en otra majada mas proxima a la laguna de los Pajaros, lo que supo- nia menos tiempo de marcha para el dia siguiente y nos evi- taba una nueva subida, acordamos dirigirnos, siempre guia- dos por el pastor, 4 la otra majada, distante de la laguna de Penalara 5 km., donde llegamos 4 las 8" 10" de la noche, ha- biendo recorrido desde Cercedilla una distancia de 34 km. y encontrandonos en el término de nuestra expedicién por aquel dia 4 una elevacién de 1.948 m. sobre el nivel del mar. Pasamos la noche debajo de unos pinos, pues no existia choza ninguna, y fuimos tratados bastante bien por un pastor Hamado Cristébal, que, en unidn de su hermano, hicieron fuego, que duro toda la noche, supliendo asi en parte lo defi- ciente del abrigo. Dormimos, aunque no muy bien, efecto de la dureza del suelo, despertandonos 4 las cuatro y media y emprendiendo & las cinco nuestra marcha, después de haber tomado un poco de leche, llegando a las 6" 30" y guiados por el hermano del pastor Cristébal a la laguna de los Pajaros, viendo en nues- tro camino otras varias, entre las que merece citarse la llamada Zagunata, de mayor extensidn aunque menos pro- funda que la de Penalara. La laguna de los Pajaros esta situada a una elevacién de 2.221 metros sobre el nivel del mar; es poco profunda y de una gran extensidn. Descansamos breves momentos en aquel hermoso sitio, dedicandonos después 4 cazar, recogiendo las especies siguientes : Salamandra maculosa Laur., Alytes obstetricans Laur., Cara- bus brevis Dej., helluo Bon., Henicopus ibericus Bris., Rhizotro- gus Sainz Griells, Gomphocerus sibiricus L., Stenobothrus stig- maticus Rb., Pezotettix pedestris L., Ephippigera areolaria Bol. Emprendimos desde la laguna de los Pajaros, y dejando a la izquierda el canchal de Pefialara, la bajada 4 San Ildefonso, atravesando el pinar, recogiendo las especies siguientes: Cicindela campestris var. gquadarramensis Grl., maroccana F., ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVII. 5 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Calosoma sycophanta L., Pristonychus pineticola Griells, Za- brus Seidlitea Schaum, Geotrupes pyreneus Charp., Anozia villosa F., Corymbitis amplicollis Germ., Dorcadion Graellsi Grivells, Vesperus brevicollis Graells, Arcypiera Tornosi Bol., Pachytylus nigrofasciatus De Geer, Stenobothrus stigmati- cus Rb., lineatus Panz., viridulus L., Bolivart Brunn., Ray- mondi Jers., biguttulus L., binotatus Carp., festivus Bol., para- llelus Zett., jucundus Fisch., Pycnogaster jugicola Griiells. (Que no son seguramente todas las que se pueden recoger, disponiendo de mayor tiempo que el por nosotros empleado.) Y viniendo 4 salir al angulo del jardin y entrando en San Ildefonso por la puerta llamada del Pueblo, a4 cuya plaza lle- gamos 4 las 10°35", habiendo recorrido desde el sitio en que dormimos una distancia de 14 km. Almorzamos en el café de las Columnas, donde encontra- mos 4 los Sres. Mazarredo, Prado y Gila, que habian llegado la noche antes. Por la tarde salimos para Segovia, donde tomamos el tren para Madrid, habiendo recorrido las esta- ciones cuyas alturas son las siguientes: SEX OVA Areata ope DESimeey Spina Tae arlene ies 1.136 m A AOS Bice sree ata aes 1.064. Cercedilllaks wa. ahha cs 1.106 Otero-Herreros......... 12 llegando 4 Madrid 4 las 10" 20" de la noche del dia 8. —Hl Sr. Cazurro presenté 4 la Sociedad dos curiosos ejem- plares, existentes en este Museo, de dos tumores en figura de cuernos, cortados de la cabeza de una persona y remitidos a este Museo por el conde de Floridablanca, y acerca de ee cua- les did las noticias siguientes: Entre los papeles del archivo dei Museo de Ciencias existe un curioso documento acerca de los ejemplares expuestos; es | este una minuciosa informacion ante escribano, autorizada por el corregidor de Madrid D. Pedro José Valiente, en la que se atestigua que estos cuernos fueron cortados 4 un caballero murciano del habito de Santiago, cuyo nombre no se especi- fica, por el cirujano José Correa, en el mes de Abril de 1767, elcual, lo mismo que los testigos, declaran en la citada infor- macion que el sujeto los tenia situados «en postura natural, » es decir, 4 ambos lados de la cabeza respectivamente, y que DE HISTORIA NATURAL. 67 fueron cortados por el Correa con la sierra de amputar. A esta informaciédn acompaia la siguiente carta (cuya ortografia con- servo) firmada aun cuando no escrita por el conde de Florida- blanca ministro entonces de Carlos III. Remito a Vim dos hastas pequenas cortadas a wn hombre por el ciruxano Joseph Correa, segun consta del testimonio que tambien acompana y encargo a Vm que las cologue y guarde en ese R’ Ga- binete con la Nota correspondiente. Dios guardea Va m a El Pardo a 25 de Febrero aes 1787. El Conde de Florida Blanca. Sr D* Joseph Clavijo. Estas astas tienen igual figura que las de un cordero, siendo su aspecto en un todo idéntico, y notandose en ellas las mis- mas estrias de crecimiento. El caso, sin dejar de ser curioso, no llega a SC HORIM aio. pues estas pretendidas astas parecen no ser sino dos tumores dérmicos probablemente de los conocidos con el nombre de papilomas. Sesion del 3 de Octubre de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —E] sefior Vicesecretario did cuenta de las comunicaciones siguientes: De D. Carlos Bailly Bailliere suplicando la insercién de los datos referentes 4 nuestros ANALES en una prueba que remite de su Anuario del Comercio para el proximo ano 1889. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; . The American Naturalist.—Tomo xxt1, numeros 258 y 259. Bulletin de la Société géologique de France. —Serie 3.*, t. xv, num. 5. Transactions of the Conneticut Academy of Arts and Sciences. —Vol. 11, parte 2.* Anales de la Sociedad cuentifica argentina.—Tomo Xxv, en- tregas 5." y 6.* Memorias de la Comisién del Mapa geoldgico.—Tomo 1}, 1.* y 2." parte. 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Kl sefior Vicesecretario ley6 el acta siguiente de la sesién de 8 de Agosto habida en Sevilla por aquella seccién de nues- tra Sociedad y remitida por su secretario Sr. Medina. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 8 de Agosto de 1888. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Abierta la sesién 4 las nueéve de la noche, se ley6 el acta de la anterior, que fué aprobada. —(Quedaron admitidos como socios los senores Murga y Machado (D. Leopoldo) y Daguerre Dospital (D. Alejandro), propuestos por D. Antonio Gonzalez y Garcia de Me- neses. —E]l Sr. Paul dio lectura a la nota que sigue: «En el presente afio he tenido ocasién de observar, tanto en la villa de Huévar como en Alcala de Guadaira, una ano- malia en la flor del olivo, consistente en la gran cantidad de flores machos que se encuentran unidas a las hermafroditas. Segun los trabajadores del campo, el olivo tiene dos clases de flores, unas que presentan la aceituna desde que se abren y otras llamadas campanillas, que son estériles, siendo de notar que en las variedades de olivo conocidas con el nombre de mala casta, son en tan gran ntimero las campanillas, que es sumamente escaso el fruto que se les coge. Tratando de averiguar el valor que pudieran tener dichas apreciaciones, he podido comprobar que las llamadas campa- nillas son flores machos, y las que segun ellos tienen acei- tunas, son las hermafroditas, en las cuales designan el ovario con el nombre del fruto. La citada anomalia, no consiste mas que en el aborto de los érganos femeninos, pues, excepcidn hecha de esto, unas y otras flores son idénticas. DE HISTORIA NATURAL. 69 La causa de este fendmeno, creemos poder atribuirla 4 la falta de jugos alimenticios; opinidn que parece confirmarse por los hechos siguientes: 1.° En los afios de esquilmo abun- dante, se nota aumento de flores machos, con relacidén 4 las hermafroditas. 2.° En los olivos de mdé/a casta, que siempre presentan muchas flores machos, y por lo tanto, poco fruto, es de notar el sinntiimero de Jerrugas que cubren sus ramas, berrugas que impiden llegar a las flores los jugos suficientes para su completo desarrollo. Tgnoro si este fendmeno ha sido objeto de estudio por parte de alguien; solo puedo decir que los autores que he podido consultar, no hacen referencia alguna de él.» —El Sr. Arias (D. Amadeo) dio lectura 4 la siguiente comu- nicacion: La raza de Cro-Magnon en Espana. «En un articulo recientemente publicado en la Revue Scien- tifique de Paris, su autor, M. Verneau, trata incidentalmente de la existencia en Espana, en los tiempos primitivos, de la raza de Cro-Magnon. Esta raza, comprendida por la forma especial de su craneo, que es redondeado, entre las braquicéfalas, se habia seguido por la historia en sus emigraciones hasta los Pirineos, en donde su existencia se daba y se da hoy por indiscutible. Casi otro tanto puede decirse de Argelia, en donde su presen- cia se ha hecho evidente merced 4 las Ultimas investigaciones cientificas. Pero «desde los Pirineos hasta Argelia, dice M. Verneau, la distancia es grande y si hace afios algun antropdlogo hubiese tenido la idea de hacer descender los hombres de Roknie de los cazadores de la Vezére, con razén se le hubiese podido obje- tar que no se encuentran en ninguna parte huellas de su paso.» Pues bien; en el brillante articulo 4 que aludo, el eminente antropélogo francés prueba con datos irrefutables la existen- cia en Espaiia, durante algun tiempo, de los hombres cuater- narios de la Vezere. Hace mas: los sigue en sus emigraciones por los distintos puntos de la Peninsula, y de sus trabajos re- sulta que en Segovia y Andalucia es donde sus huellas han quedado mejor impresas. 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Y dice M. Verneau: «En Segovia, durante la época neolitica, el tipo Cro-Magnon existe casi puro» y explica esto, porque encontrando ellos, sin duda «el campo casi libre», no se pro- dujeron cruzamientos, que adulterando el tipo primitivo, hicieran laboriosas las investigaciones de la ciencia. Aqui, pues, su existencia es bien marcada y el sabio antropdlogo no insiste en ella. En Andalucia, y ya en la edad del bronce, su presencia ha sido hecha notar por MM. Siret, los que «han tenido la buena fortuna de recoger en diversas sepulturas 70 craneos,. casi to- dos completos». Estas piezas, dice Verneau, fueron estudiadas por el secretario de la Sociedad de Antropologia de Bruselas, M. Victor Jacques, el cual no vacila en afirmar, que excepciodn hecha de algunas diferencias, es evidente la analogia que existe entre los craneos cuaternarios de la Dordofia y los por él estudiados de Andalucia. Concluye M. Victor Jacques di- ciendo que indudablemente durante la edad del bronce da raza Cro-Magnon formaba el fondo de la poblacion (la del SK. de Espana). Esas ligeras diferencias que ha observado el Sr. Jacques se refieren principalmente 4 a/gunos caracteres del craneo y ala estatura, que se encuentra notablemente disminuida; hechos estos dos, que pudieran explicarse por la yuxtaposicién de un pueblo diferente (1). Las emigraciones de la raza que nos ocupa son, a mi juicio, justamente referidas por Verneau a la llegada de los conquis- tadores neoliticos, que por su cultura ocupaban un puesto mas alto en el progreso de aquellos tiempos. Estos pueblos conquistadores, de craneo alargado 6 dolicocéfalos, que fa- bricaban la piedra pulimentada (mientras que los de Cro- Magnon trabajaban la piedra bruta, hecho que da idea del mayor adelantamiento de estos con respecto al de aquellos) estos pueblos, digo, fueron los que sucesivamente ocuparon los lugares antes habitados por la raza de Cro-Magnon, la cual se vid obligada, para librarse de la influencia de los po- (1) Henri Siret et Louis Siret: Zes premiers dges du métal dans le sud-est de VHspagne (Revue des questions scientifiques, 1888). Los senores Siret citan en este pa- saje las conclusiones 4 que el estudio de su coleccién osteoldgica ha conducido a Victor Jacques.—(Nota de Verneau.) DE HISTORIA NATURAL. 71 derosos conquistadores, 4 emigrar 4 diversos puntos de nues- tra Peninsula, puntos, en que como digo, el Sr. Verneau ha hecho bien palpable su presencia. Ya en el SE. de Espana, los: hombres cuaternarios de la Vezére se vieron acosados por un nuevo pueblo invasor, el cual les obligé 4 emigrar de nuevo, y esta vez fuera de Es— pana, buscando refugio en las provincias de todo el N. de Africa. Estos segundos invasores se aproximan, segtin Jac- ques, al dipo liguro. Los trabajos de Faidherbe, Bourguignat, Mac-Carthy y los recientes de M. Laburthe, citados por Verneau, trabajos que han recaido muy especialmente sobre los dédlmenes de Arge- lia, prueban que la existencia en este punto de la raza de» Cro-Magnon, ha sido un hecho, del cual es imposible dudar, dado el estado actual de la ciencia en lo que respecta a este asunto. Por ultimo, de Argelia, 6 quiza del SE. de Espana (lo que es menos probable), los cazadores de la Vezere pasan a las Canarias y los caracteres étnicos del verdadero guanche coin- ciden con pasmosa fidelidad con los de sus antepasados de Cro-Magnon. Lastima grande es que la época del arribo de esta raza al archipiélago canario no pueda precisarse; sin embargo, las bellisimas investigaciones geoldgicas de nuestro sabio presi- dente, el Sr. Calderén, acerca de aquellas islas, han dado firme base con que sustentar sus argumentos al Sr. .Verneau, el cual, gracias a4 los citados trabajos, cree poder asegurar que la llegada de aquella raza 4 las Canarias fué durante la época geoldgica actual y no antes, pues que entonces el archi- piélago canario se hallaba sumergido en el fondo de las aguas y su emergencia de ellas tuvo lugar durante nuestra época gveolégica, segtin la teoria adoptada por M. Verneau. Aqui terminan las investigaciones del eminente antropo- logo, de cuyas notas pueden sacarse las siguientes conclusio- nes: 1.° La raza de Cro-Magnon ha existido en Espana en los tiempos primitivos. 2.° Las huellas de su paso son bien dis- tintas en nuestra Peninsula, sobre todo en Andalucia y Sego- via. 3.° Hay datos bastantes para permitir afirmar que durante la edad del bronce la raza de Cro-Magnon no desaparecid; las sepulturas megaliticas de Argelia son pruebas incontestables 72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de lo afirmado. 4.° En Canarias los rasgos étnicos del tipo cuaternario de la Vezere aparecen muy marcados; y 5.° Puede asegurarse que la llegada de la raza de Cro-Magnon 4 aque- llas islas, fué durante nuestra época geoldgica y no antes.» —H] Sr. Calderon leyo la nota siguiente: La salina de Fuente-Piedra. «En excursiones realizadas recientemente, he tenido ocasién de estudiar esta intéresante salina y la laguna del mismo nombre, situada casi en la divisoria de aguas de Andalucia, que separa las que se vierten en el Océano de las que lo hacen en el Mediterraneo, y 4 elevacién solo un poco inferior 4 dicha divisoria. Es la laguna de Fuente-Piedra una hondonada que se asienta, relativamente al nivel general de la regién, & una ~ considerable altura (434 m.), recogiendo las aguas pluviales de una serie de sierras y lomas que la cercan, las cuales, en vez de ir 4 verterse directamente al rio Guadalhorce, se estan- caban alli, constituyendo un verdadero lago durante el in- vierno. En la actualidad, habiéndose practicado un desagiie artificial a la laguna, ha perdido ya el caracter de deposito: cerrado con que figura todavia en los mapas. Para completar estos antecedentes topograficos afadiré solamente que el lago alcanza unos 6 km. de largo de NNE. 4 SSO. y 3km. de E. a0. en su maxima anchura, si bien en tiempos mas antiguos ha debido tener dimensiones mucho mayores, que habran ido rebajando los sedimentos depositados sucesivamente en su fondo, hasta quedar reducida & las 1.400 hectareas, que se. inundan ahora en invierno, cuando el desagiie no puede com- pensar la cantidad de liquido aportado por las lluvias. La laguna se encuentra en el centro de una cuenca cuya extensidn no baja de 50 km. cuadrados, cercada por las sierras de Yeguas, Alameda, Camorra y Humilladero, que por su na- turaleza aspera y su desnudez de vegetacién, producen la precipitacién rapida de las aguas pluviales. Fuera de esta aridez, el aspecto orografico general de la cuenca es suma— mente pintoresco, pues las sierras calizas mencionadas, des- tacandose aisladamente de la lanura suavemente ondulada, parecen islas que se alzan en medio del mar. DE HISTORIA NATURAL. 3 Se ha exagerado la profundidad que alcanzaba la laguna antes del desagiie y también la cantidad total de Hiquido que entonces encerrara, pues segln mis noticias la primera no ha pasado de 1,50 m. en los aos mas lluviosos, ni la segunda de 5.000.000 de m.* Aun asi, constituia un depdsito de no escasa importancia, sobre todo relativamente a la latitud y al origen del liquido que encerraba. Es indudable, como atinadamente indica el Sr. Orueta (1), que estas dimensiones han hecho con- servarse la laguna hasta nuestro tiempo, en tanto que otras muchisimas que hubo en época anterior en la misma region han desaparecido, dejando solo huellas, que permiten recono- cer su existencia pasada. La laguna de Herrera es otro ejem- plo de lo mismo: mide 3 km. de circunferencia, y aunque no forma un depédsito estancado, como la que me ocupa, sino un remanso de las aguas, es probable se hallase antiguamente incomunicada de un modo temporal. El nombre de Fuente-Piedra alude 4 la fama que ciertos manantiales procedentes de la Camorra alcanzaron desde el tiempo de los romanos, hasta casi los actuales, como curativos de los calculos urinarios. No creo se haya atribuido nunca esta virtud 4 las aguas de la laguna, sino a las que actual- mente se usan en el pueblo, donde no acude ya ningun en- fermo en busca de este medicamento ilusorio. En cuanto 4 las de la laguna constituian una importante salina que el Go- bierno custodiaba durante el tiempo en que la sal estuvo estancada, pero que no utilizaba, por reinar la inexplicable supersticién de que su producto era nocivo. No debian parti- cipar de esta creencia los pueblos cercanos, pues, apenas de- cretado el desestanco, los vecinos acudieron avidamente, lle- vandose mas de 1.000.000 de m.? del mineral en cuestidn, hasta que el Gobierno cedié la laguna 4 una compafiia con la condiciédn de sanearla y cambiar asi poco a poco su fondo en tierras de cultivo. Durante los primeros afios, reco- giase una cantidad de producto considerable, no obstante lo defectuoso de los procedimientos que se pusieron en practica, habiéndose sacado unas 32.000 fanegas en el corto espacio de (1) Bosquejo fisico-geologic? de la region septentrional de la provincia de Malaga.— Bol. de la Com. del Mapa geol. de Espana, t. 1v, 1887. 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dos afios; pero después el producto va en constante disminu- cién (1), compensada en parte por el perfeccionamiento de la industria, hasta el punto de que la sal hoy expendida contiene un 97 por 100 de cloruro sdédico, que es el maximum de pureza que se conoce en Espana. El término de la laguna, asienta en esa vasta serie de este- pas de Andalucia, constituidas por terrenos de arcillas yeso- sas, impregnadas de sal, y que se conservan himedas, cuando no totalmente encharcadas, en una buena parte del afio. La vegetacion de estas estepas la componen las plantas halofilas, avidas de cloruro de sodio y de sulfatos de sosa y de magne- sia; las plantas utiles al hombre no crecen en ellas, en cam- bio, hasta que se mejoran mediante un cultivo acertado, que tienda 4 privarlas del exceso de sales que contienen: asi el laboreo profundo, el lavado de las lluvias y riegos que dulci- fiquen y saneen el terreno, la plantacién de leguminosas y la formacién de prados artificiales, el cultivo de los olmos, 4la- mos, sauces y arboles de raices profundas y los riegos perse- verantes, convierten estas llanuras desoladas en tierras fera- ces en un corto numero de anos. Para dar una idea de la geologia de la regién se puede con- siderar esta como una-gran herradura dirigida de NE. a SO., cuya parte abierta mira frente 4 Campillos, cuya depresion interior se dirige hacia la laguna y cuyo relieve lateral esta dado por las sierras de Caballos, Alameda, Camorra y Humi- lladero. Seguin la manera de ver del Sr. Orueta, estas ultimas son todas jurasicas y cretaceo el terreno que cercan, cosas ambas que necesitarian 4 mi juicio confirmarse, pero muy particularmente la segunda, pues entiendo que toda la estepa* se compone de terreno mioceno con afloramientos de caliza eocena, y he hallado fésiles que lo corroboran. Pudiera ser que las otras sierras, al menos la de la Camorra, fueran real- mente eocenas al menos en gran parte, pero estando todos estos terrenos muy metamorfizados, y no hallandose fosiles que resuelvan terminantemente la cuestion, creo lo mas pru- dente atenerse, siquiera sea provisionalmente, 4 la clasifica- (1) El total de sal extraida en la laguna desde el desestanco hasta la actualidad pasa de un millon de fanegas. DE HISTORIA NATURAL. 75 cidu impuesta por gedlogo tan eminente y concienzudo como modesto, que todas estas cualidades reune nuestro eminente consocio de Malaga. Las rocas dominantes en las sierras mencionadas se redu- cen 4 una serie mondtona de calizas compactas, mas 6 menos metamorfizadas, que buzan contrariamente 4 la depresién que ocupa la laguna por formar un anticlinal, cuyo fondo han rellenado capas marinas, en época posterior 4 la en que se fragué el pliegue. En la zona encerrada dentro de las sierras jurasicas, se re- conoce una serie de rocas que de abajo arriba son las siguien- tes: areniscas bastas, caliza compacta metamorfizada y sobre ella una potente serie de margas abigarradas, con otros ele- mentos subordinados. En el borde oriental de la laguna, entre los sitios llamado El Ancoén y La Plata, se extiende una serie de capas de are- nisca basta, constituida por granos siliceos, trabados por car- bonato de cal, la cual va concordante con la caliza que reposa sobre ella. Contiene algunos fésiles, aunque los mas en mal estado de conservacién, pero que parecen miocenos. Sobre dicha arenisca viene 4 reposar normalmente una ca- liza muy dura, uniforme, compacta, que es la que Maman Jaspon en el pais. Tanto al E. como al S. de la laguna, aflora esta roca, originando una serie de cerritos, que indican cons- tituye el fondo de una buena parte, por lo menos, del depédsito lacustre. Unas veces es uniforme el aspecto de dicha roca, otras se cambia en un marmol con vetas espatizadas blancas, como el explotado en la cantera del cerro del Palo, 6 es bre- chiforme y se trueca en un conglomerado calizo. Semejante polimorfismo es evidentemente el producto de acciones meta- morficas, que en ocasiones son no solo mecanicas, sino qui- micas, y entonces hacen pasar la caliza, mas 6 menos pura, & caliza dolomitica 6 4 yeso. En el cerro de La Herriza y en el de Mata-Alondras, en el borde de la laguna, aflora una caliza blanquecina, casi siem- pre algun tanto espatizada y por lo menos con vetas de es- tructura cristalina, que recibe el nombre de. herriza en la localidad, y que creo no sea mas que una variante local de la misma roca antes descrita. ; El ultimo miembro es mas complejo que los anteriores, 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA pues en el seno de una potente formacién margosa, se des- arrollan otras capas 6 penetran otras rocas y sustancias mi- nerales. Las margas son abigarradas, esto es, con los colores azul, morado, rojo, etc., tan conocidos de las triasicas, que son clasicas por este caracter fisico; aleanzan un considerable espesor y pueden reconocerse siguiendo la via férrea, desde Osuna sin interrupcién importante hasta cerca de Bobadilla. Interestratificada en las margas abigarradas se encuentran capas, generalmente delgadas, de una caliza basta, blanca, muy pura, que se vuelve terrosa por alteracién, y que es la que vulgarmente llaman allf ¢osca. A veces se hace glauco- nosa y aun llega 4 abundar extraordinariamente en ella este silicato, que da caracter 4 ciertas rocas cretaceas de Europa, y en Andalucia suele acompafar 4 las eocenas y particular- mente a las areniscas. Las capas de tosca permiten reconocer la estratificacion siempre ondulante de toda la formacién en que arman, pero generalmente no trastornada profundamente. En vez de la tosca contienen otras veces las margas abiga- rradas, yesos interestratificados azules, rojos y de otros colo- res que en el arroyu de Las Tinajas componen una serie de bancos considerable, alli explotada, y que no es otra cosa que el producto del metamorfismo de la tosca. Existiendo en la regidn este conjunto de fendmenos epigé- nicos tan notablemente, no hay para qué decir que en el seno de sus formaciones deberia hallarse su acompanante habitual: me refiero 4 las rocas ofiticas. En efecto, las he encontrado en cantos sueltos, cuya procedencia exacta no he podido compro- bar, 4 media ladera de la sierra de la Camorra, en los cerros de La Herriza y del Palo, que cercan inmediatamente la laguna de Fuente-Piedra, y en su yacimiento, en el Cerro de La Plata, adosado 4 una caliza muy metamorfizada, constituyendo el monticulo que lleva este nombre. Hallandose perforado este por un tune! abierto 4 su través, para dar paso 4 un canal de desagiie, se puede estudiar alli muy bien la roca y su con- tacto con la caliza metamorfizada en él. En la misma ofita mana un pozo salado, que se explota en la actualidad. No entraré por ahora en la descripcidén de esta roca, cuyos caracteres microscépicos son bastante singulares para mere- cer una nota independiente de esta; solo notaré aqui que en DE HISTORIA NATURAL. 77 este pequeno apuntamiento la ofita ofrece dos aspectos suma- mente diversos: desde un tipo negro criptocristalino, hasta otro porfidico de elementos perceptibles 4 la simple vista, pasando por gradacién suave de uno a otro extremo. A este segundo tipo corresponde también la ofita del cerro de La Herriza, donde asimismo mana al pié un pozo salado. No faltan en la region que me ocupa otros acompanantes habituales de la ofita, ademas de la sal: asi el acido sulfhi- drico se desprende de los yesos y comunica su fetidez 4 las calizas del Cerro de La Plata. Dicen que en ocasiones se depo- sita algo de azufre entre los yesos, fendmeno que se observa mucho mas en grande en los de Antequera. Poseo pocos datos precisos sobre la estructura estratigrafica de la region, por hallarse tan profundamente trastornadas las mas de sus capas, que se hace imposible llegar 4 conclusiones ciertas y seguras. Me parece, con todo, que el miembro infe- rior, constituido por las areniscas y jaspones, esta mucho mas perturbado que el de las margas (excepto en los puntos proximos a la ofita), y que el primero debe corresponder al eoceno, asi como el otro al mioceno. El Sr. Orueta, al tratar de los movimientos que los terrenos del N. de la provincia de Malaga han experimentado, men- ciona uno, que llama post-cretaceo, al que atribuye el plega- miento de las sierras que rodean la laguna, y que explica el corte num. 4 que acompafia 4 su Memoria. Este muestra un gran anticlinal en Mollina y otro por el lado de la sierra de la Camorra, entre los cuales constituyen las divisorias de la laguna de Fuente-Piedra. Con posterioridad a dicho movimiento la provincia experi- mentd otro, descrito también por el Sr. Orueta, en sentido normal al anterior, que si bien esta poco acentuado en el N., es de grandisimo interés por haber afectado a los terrenos mas modernos, y por haber variado totalmente el anterior sistema de desagitie del territorio. Entonces se formaron esos grandes lagos que existieron en la parte central de Ja provin- cia, analogos en un todo 4 la laguna de Fuente-Piedra antes del desagtie, y que fueron desapareciendo gradualmente a medida que los agentes dinamicos abrieron paso al liquido que en ellos se remansaba. Dados estos precedentes topograficos y geolégicos, paso @ 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ocuparme de la laguna en si y del origen de sus sales, que es el asunto que he estudiado mas especialmente. El antiguo lago sedimenté una serie de capitas horizontales cuyo espesor exacto no se conoce, pero que pasa de 9 m. en el pozo del sitio lamado Kildmetro Dos, y que, como es natu- ral, debe ser mas considerable en el centro del depdsito que hacia los bordes. La roca dominante en este conjunto de ca- pas es una arcilla finisima de calidad superior 4 muchas de las que usan para el modelado, de color ceniciento y verda- ‘dero material hidraulico de las mejores condiciones. Esté impregnado de sales que la comunican sabores salado y amargo y de yeso, que 4 veces se concreta en individuos cris- talinos dando lugar a capitas de yesos en flecha, perfectos muchos de ellos, de un decimetro de longitud. Solo interrumpen la uniformidad del sedimento arcilloso y sus capitas selenitosas, algunas tongadas de arena, que favo- reciendo la filtracién, dan lugar a4 bolsaditas de agua salobre bajo ellas. La capa superior arcillosa, no obstante su imper- meabilidad, deja pasar un poco de liquido, merced 4 los cana- les que se fraguan disolviéndose la sal y el yeso que contiene interpuestos; dicho liquido llega asi 4 los bancos de arena, se filtra en ellos, perdiendo una parte del sulfato de cal, y se acumula en bolsadillas salinas de escasa importancia. Los,elementos constitutivos de este sedimento lacustre son ° naturalmente los mismos de la cuenca lavados y transporta- dos, pero solo por las aguas superficiales, y cuya abundancia esta en relacién con su solubilidad 6 su densidad: asi las arcillas, que son las sustancias minerales mas ligeras y facil- mente interponibles en el agua, y la sal comun, que es la mas soluble, son las que la lluvia acarrea primero y en ma- yor cantidad; 4 estas siguen el yeso, el carbonato de magne- sia y en mucha mas débil proporcién el de cal, de las margas y de las calizas ordinarias y dolomiticas, y por ultimo, en inviernos muy lluviosos, la corriente transporta los granos sueltos de la arenisca de la base. Al llegar estos factores 4 la laguna, perdiendo la velocidad que animaba al liquido que los acarreaba, empiezan por posarse los mas densos, es decir, la arena, y los menos solubles, y luego lo hacen juntamente los demas, originando un depdsito 4 la vez quimico y meca- nico. Otras sales que acompafan 4 la comun en variables DE HISTORIA NATURAL. 79 proporciones, se forman en la misma laguna por dobles des- composiciones de los elementos acarreados 4 ella: asi obrando la sal comun sobre el yeso y las calizas puras y dolomiticas, da lugar 4 los sulfatos y carbonatos de sosa y de magnesia y 4 los cloruros de calcio y de magnesio, que durante las esta- ciones secas quedan en eflorescencia sobre el suelo de la laguna. Repitiéndose este proceso cada afio, es decir, inundandose la hondonada de Fuente-Piedra anualmente y desecandose por completo merced 4 los calores del estio, lo que acontecia también antes del desagiie, se comprende muy bien la forma- cién sucesiva de un numero de capas, correspondientes 4 otros tantos afos y que en el transcurso de los siglos, ha podido adquirir un espesor considerable. Los inviernos muy lluviosos habran aportado mayor cantidad de contingente y proporcién mas crecida de cuerpos densos y poco solubles, y de aqui la existencia irregular de las tongadas arenosas, al paso que en los alos normales, los trasportes habran consistido principal- mente en esa arcilla, que es la misma de las margas abiga- rradas finisimamente lavadas, y en las sales mas solubles. No acierto 4 comprender cémo el origen, para mi tan claro y sencillo de la sal comtin de la laguna de Fuente-Piedra, que es el mismo de todos los demas elementos sedimentados en el fondo de esta, haya podido dar lugar 4 grandes cavila- ciones y 4 suponer la existencia de criaderos subterraneos de sal gema 6 la de veneros salados de origen misterioso debajo del depésito. El mismo Sr. Orueta cree dificil de explicar la alta saturacion salifera de la laguna, y no estima suficiente para esclarecerla el contingente de cloruro que pueden pro- porcionar los terrenos inmediatos, buscandole en manantia- les procedentes de Sierra de Yeguas, opinidn que no con- cuerda con mis averiguaciones, segtin las cuales no recibe aquella por dicho lado afluente alguno, sino que se abaste- ce justamente en la direcciédn opuesta. Hay que tener en cuenta que en la épeca en que escribia el Sr. Orueta, comen- zaba precisamente el desagiie de la laguna, que ha dado la comprobacién del punto de vista que voy 4 exponer, y que entonces el fendmeno ofitico no se conocia tan bien como en la actualidad. Con todo, dicho eminente gedlogo imputa a la presencia de las rocas aludidas (que confundia atin con las 380 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dioritas) el origen de los yesos, diciendo con noteiile intui- cién, que estos, asi como sus acompanantes, no pertenecen & una edad geologica determinada, sino que son productos me- tamérficos posteriores de analogos materiales, pero corres- pondientes 4 terrenos de diversas épocas. Antes del desagiie de la laguna la evaporacién del depdsito durante el verano dejaba en su dilatado fondo un manto de sal de 10 cm. de espesor por término medio. Se practicé aquel en 1876 por medio de una serie de canales que vienen a con- fluir 4 uno central, el cual 4 su vez desemboca en el llamado arroyo de Las Tinajas, 4 1 km. de la extremidad S. de la laguna, yendo desde el N. de Campillos hasta juntarse con el Guadalhorce, en las inmediaciones del tunel de Valdeyeso. Sus aguas salieron al principio tan salobres que se temid modificasen al Guadalhorce hasta imposibilitar el regadio de las huertas que bafa y que pudiera no servir ya de bebida a los animales y a las personas. Semejantes danos se exagera- ron, sin embargo, extremadamente, no ya solo por hipérbole meridional, sino para obtener indemnizaciones, hasta de la sequia de arboles que habian perecido en anos anteriores. Por entonces era cuando se ocupa el Sr. Orueta en la redac- cién del trabajo mencionado, y bajo esta misma impresidn,. llegaba 4 dudar si la sal procederia de manantiales perma- nentes, 6 si provendria el dafo de que las primeras aguas salieran mas saturadas, por ser el producto de muchas evapo- raciones anteriores, hipdtesis esta ultima que el tiempo ha venido 4 confirmar, pues actualmente el liquido se evacua por el canal central 4 un grado no mas de concentracion. Después del tiempo transcurrido desde que se did paso re- gular 4 las aguas, las condiciones de la laguna han variado notablemente: no hay formacidn de depdsito superficial y toda la industria salinera se halla reducida 4 la explotacién de unos pozos perforados en la parte mas declive, junto a las ofitas, y donde vienen a desembocar arroyos salados. Hoy se puede afirmar que no surge ningun venero permanente clo- rurado, y que la fuente del cuerpo explotado esta exclusiva- mente en los arroyos, que lavando la formaciOdn margosa, descienden por el lado E. durante la estacién de las lluvias, como voy a tratar de probar. Como la hondonada de Fuente-Piedra se asienta en el fondo DE HISTORIA NATURAL. R1 de un anticlinal, cuyas partes elevadas son las sierras que forman el relieve de la herradura antes descrita, las aguas que estas recogen y se filtran por sus capas, surgen como ma- nantiales en la vertiente opuesta 4 la laguna, y de aqui el que no puedan existir en el centro de esta los veneros que aleunos presumian, aparte de que en tal caso estos serian ricos en sales calizas pero no saladas. Las aguas pluviales reuniéndose en arroyos transitorios, con la sola excepcién del Santillan, que es permanente, son las que abastecen la laguna y la aportan lavados 6 disueltos los elementos 4 expensas de los cuales form6 sus capas y la sal que en ella se depositaba. Como la proporcién del disolvente variaba segun las condi- ciones meteoroldgicas de los afios, se observaba que en los secos dicho cuerpo cristalizaba al principiar el verano, al paso que esto no llegaba 4 acontecer en los lluviosos. Y no se crea que el transporte de cloruro verificado por las aguas superficiales sin el concurso de fuentes subterraneas procedentes de depdsitos de sal gema, sea insuficiente para dar cuenta de lo considerable de aquella formacién antes del des- agiie, pues bastan para probar lo contrario, las siguientes cifras: comprende la laguna, como he dicho, una extensidén superficial de 1.400 hectareas; en el afio de 1887 ha caido so- ‘bre ella una capa de agua, en parte de lluvia y en parte de las inundaciones del Santillan, de 0,50 m. de altura, lo que compone un total de 700.000 m.* de liquido. Este ha salido por el canal de desagiie marcando un grado en el pesa-sales (esto es, 1 por 100 de sal), lo que representa 1.260.000 fanegas que han entrado y abandonado la cuenca en un solo invierno. Ahora bien; cuando las aguas de la laguna no tenian mas salida que la evaporacion, esta cantidad de sal se quedaba en la hondonada, y es claro que en el transcurso de los afios se hubo de acumular un deposito considerabilisimo, cuyo origen se comprende bien, considerado en conjunto, por mas. que su proceso pudiera pasar inadvertido 4 un observador poco per- severante (1). (1) Caleulando en 5.000.000 de m.5 la cantidad-de liquido que se reunia en la laguna antes del desagiie y suponiendo llegase don la débil concentracién de medio grado, resulta que ha podido dejar cada ano una capa de sal de 20.000 m.3 proximanente, que en el transcurso de un siglo representan 2.000.000 de m.5, 6 sea una capa de 0,14 m. de espesor en toda la superficie de la laguna. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVII. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Solo me resta para completar estos apuntes en lo tocante 4 la formacion de la sal de Fuente-Piedra, precisar su proce- dencia, que no es otra que las impregnaciones de cloruro existentes en las margas abigarradas. Tanto el Sr. Macpher-= son, como los Sres. Orueta, Kilian y algunos otros, y nosotros mismos estudiando el término de Moron, hemos citado tantos puntos en que la sal se encuentra en dichas condiciones, y siempre en la proximidad de las ofitas, que pareceria excu- sado asignar igual procedencia a este cuerpo en la laguna en cuestidn, sino fuera porque se han emitido hipdotesis relativa- mente a esta ultima que carecen de todo fundamento. Me bastara para probar mi aserto, sobre el origen de trans- porte y la acumulacién de la sal en la laguna por evaporacion del disolvente, notar que los arroyos que vierten en ella son salados, como acontece también en otros muchos que recibe el Guadalhorce, en cuyos cauces se encuentra en los afios se- cos una costra salina; asimismo las aguas de Teba y de Canete el Real, pueblos cercanos 4 los afloramientos de margas abi- g@arradas con yesos y ofitas, son salobres y de mala calidad. Por el contrario, los manantiales de la Camorra y del Humi- lladero, sierras acribilladas de cisternas naturales y de caver- nas con estalactitas, son calcareos y pesados, pero no salo- bres. La misma diferencia en la composicién de las aguas, segun las rocas inmediatas que atraviesan, se observa en la laguna de Fuente-Piedra, donde las que Megan por el lado E. en que domina la formacién margosa y yesosa, contienen cloruros y sulfatos, al paso que los arroyos del lado opuesto son calcareos; por eso en el borde oriental se encuentran los pozos salados 4 que se halla hoy reducida la explotacion, lla- mados El Ancoén, La Plata y el Kilémetro Dos, pudiéndose di- vidir toda la laguna en dos mitades, una oriental salifera y otra occidental no salifera, donde nunca ha habido extraccién del producto. 5 La existencia del antiguo lago salado se explica por el con- curso de causas de tres érdenes igualmente importantes: unas meteorologicas, que producen una gran caida de aguas plu- viales en una época del afio y una evaporacidén de 20 4 25 cm. durante el resto; otras topograficas, que determinaban la acu- mulacién del liquido en una hondonada sin salida, y otras, en fin, geoldgicas, 4 las que se refiere el desarrollo, en la parte DE HISTORIA NATURAL. 383 que abastece de agua 4 la laguna, de margas abigarradas, epi- genizadas por erupciones ofiticas é impregnadas de sal. Una vez practicado el desagiie de este receptaculo, y modi- ficadas por tanto artificialmente las condiciones topograficas, la industria salinera de Fuente-Piedra esta llamada & desapa- recer; pues, como he dicho, entran en la cuenca y salen por el desaguadero integros los 7.000 m.* de sal que aportan los 700.000 de agua que se derraman en ella cada afio. Por otra parte, procediendo el cloruro de la lixiviacién secular de las mismas rocas, es indudable que este tiene que ir descen- diendo hasta extinguirse,. hecho comprobado perfectamente en el corto espacio de dos anos en los pozos explotados que he mencionado, siendo particularmente notable el descenso en el de Ja salina de La Plata, que marcaba 15° de concentra- cidn en el pesa-sales en el mes de Mayo del corriente afi, 12° en Junio y solo 10° en Julio ultimo. Otro tanto acontece con el pozo del Kildmetro Dos, que marcaba el afio de 1887 18° y en el actual de 14 @ 15°. Otras particularidades y detalles geolégicos hubiera afia- dido a los expuestos, 4 no temer abusar de vuestra indulgente atencién, como ya lo he hecho en esta larga nota. Valga en disculpa mia lo necesitada que esta la geologia de Andalucia de estudios monograficos, pues hasta ahora apenas se han es- crito sobre ella mas que lineamientos y sintesis generales, que, aunque muy valiosas, no bastan por sf solas para propor- cionar un conocimiento profundo y practico sobre la regidn. Nuestra seccién de la Sociedad Espafinla de Historia natural esta llamada a ir enriqueciendo con vuestro valioso é infati- gable concurso, este precioso pormenor, sin el cual la ciencia queda condenada a meras abstracciones, 4 los ojos de la ge- neralidad, y carece de cimientos en que asentar su grandioso edificio.» —ELSr. Bolivar leyé las notas siguientes: _ 1. Entre los insectos recogidos este verano en Sabaris (Pon- tevedra) por D. Francisco Quiroga, se encuentran dos ortépte- ros interesantes bajo el punto de vista de la reparticién geo- grafica de los insectos en nuestra Peninsula; son estos el Sée- thophyma Tornosi Bol. y 1a Gdipoda fusco-cincta Luc. La prime- 84 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ra de estas especies resulta la mas extendida en la Peninsula de entre las de su género, asi,como el S¢. /uscum Pall. queda hasta ahora reducida 4 una regién muy limitada en Catalunia; por lo que respecta a la segunda especie que se creyé en un tiempo propia de Argelia, puede decirse hoy que se encuentra en toda la Peninsula, al igual que la @. cerulescens L., con la que vive reunida en las mismas localidades sin que se alteren los caracteres de una y otra, particularidad que da mayor validez a esta especie. Figuran también entre las cap- turas del Sr. Quiroga el Stenobothrus binotatus Charp., la Ephippigera Seoanet Bol. y el Antaxius spinibrachius Fisch., ademas de otras especies vulgares. 2. M. Léon Vaillant ha publicado en el Naturaliste del 15 ‘de Setiembre del afio corriente una nota muy interesante so- bre la preparacidon de los peces para las colecciones de Histo- ria natural por medio del acetato de sosa. Seguin el expresa- do naturalista el procedimiento ensayado por él mismo en el Museo de Paris, se reduce 4 colocar los peces recien muertos en un medio tonel 6 cubo abierto, entre capas de la sal indi- cada, sin otra precaucién que la de abrir a lo largo la cavidad visceral de los ejemplares algo grandes (esta abertura debe hacerse a un lado de la linea media). Poco tiempo basta, tres 6 cuatro dias 4 losumo, para que los ejemplares queden per- fectamente secos y en disposicién de ser embalados, pudiendo hacerse esta operacién en un Cajén cualquiera, sin mas que envolver cada ejemplar en un pedazo de tela y arrojar entre ellos algunos punados del acetato de sosa. Cualquiera que sea el tiempo que transcurra, los ejemplares se conservan perfec- tamente secos, bastando lavarlos en agua para que recobren su forma, flexibilidad y hasta los colores que tenian recién muertos, pudiendo después conservarlos en alcohol como de ordinario. Excusado es ponderar las excelencias de este mé- todo y sus ventajas sobre el procedimiento seguido hoy que obliga 4 los viajeros 4 evar consigo grandes cantidades de alcohol y las vasijas necesarias, ya sean, frascos 6 latas que constituyen un bagaje costoso y de dificil transporte. —El sefior Vicesecretario did cuenta 4 la Sociedad de un’ trabajo titulado Coledpteros de Mallorca, por D. Fernando Mo- ragues y de Manzanos. La Sociedad acordé que pasase 4 la Comisién de publicacion. DE HISTORIA NATURAL. 85 —E] senior Presidente indicé a proposito de la nota del sefior Patil, que figura en la ultima acta de la seccién de Sevilla, si las verrugas 4 que alude la nota seran producidas por el vareo 4 que someten los arboles para recoger el fruto. El Sr. Botella preguntdé si hacia observar el Sr. Patil en su nota si las verrugas del olivo 4 que se referia tenian algo dentro, si estaban producidas por insectos, porque en una de sus expediciones por Andalucia habia él notado algo de este fendmeno. El senior Presidente contestd que nada se decia acerca de ese detalle en Ja nota indicada, pero que podian pedirsele datos a su autor. El Sr. Vazquez, 4 propdsito de lo dicho por el Sr. Botella, rogé 4 este le indicase la fecha en que hizo tales observacio- nes en los olivos andaluces, si le era posible recordarlo. El Sr. Botella contestd que habia notado este fendmeno en su excursién durante los meses de Agosto y Setiembre de 1877, —Hl senor Presidente llamé la atencién de la Sociedad, ya que de enfermedades de las plantas se trataba, acerca del estado lastimoso en que se hallan muchos arboles de los pa- seos y alrededores de Madrid atacados por los Scolytus en sus ramas mas jovenes y altas; habiéndole chocado que los individuos mas invadidos son precisamente los mas antiguos y notables por su desarrollo. Sesion del 9 de Mayo de 1888 (1). PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —HI sefior Secretario did cuenta de una comunicacioén di- _ rigida por el Sr. D. Salvador Calderén en nombre de los indi- viduos de la Sociedad residentes en Sevilla, que reunidos en el dia 22 de Abril ultimo solicitan la formacién de la seccién correspondiente con arreglo & las bases aprobadas en 4 de ‘Marzo de 1885 al organizarse la de Barcelona, y se acord6é por (1) Por un error de caja no figura esta acta en el sitio correspondiente. ' 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA unanimidad aprobar la constitucién de la de Sevilla, cuyos consocios podran asi contribuir con mas entusiasmo al fo- mento de los estudios histérico-naturales, que es el tinico fin que persigue esta Sociedad. —También se manifest estar ya cumplidas las prescrip- ciones de la ley de 11 de Julio de 1887 relativa al derecho de asociaciOn que reconoce el art. 13 de la Constitucidén. —Leida una comunicacién de la Sociedad africana de Ita- lia solicitando el cambio de sus publicaciones por las de la Sociedad, se acordé autorizar 4 la Comisién de publicacién para resolver en este asunto lo mas conveniente. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes. A cambio; Verhandlungen der kaiserlich-kiniglichen zoologisch-botanis- chen Gesellschaft in Wien.—Atio 1888, parte 1.* Zoologischer Anzeiger.—Aho Xt, ntiimeros 276 y 277. Journal of the Royal Microscopical Society.—Atio 1888, par- we 2: Bulletin of the Museum of Comparative Zodlogy at Harvard College—Tomo xi, num. 8; xvi, num. 1. Société d’ Histoire naturelle de Toulouse.-—Séance du 7 mars 1888. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo x11, nu- mero 3. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.— A dunanza del di 15 gennaio 1588. Jornal de Sciencias da Academia Real das Sciencias de Lis- boa.—Nitm. XLvit. Boletin de la Comisién del Mapa geolégico.—Tomo x1, cua- derno 2.° Cronica cientifica de Barcelona.—Ano x1, numeros 250 y 251. Como donativo; Semanario Farmacéutico.—Afio xv1, nuimeros 28 4 32; remi- tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Il passaggio tra il Liguriano ed il Tongriano, por el doctor D. Federico Sacco; regalo del autor. Sopra due «pintaderas» rinvenule nell’ Umbria, por el doctor’ D. G. Bellucci; regalo del autor. Catalogue de la collection de coquiiles d’espéces vivantes de M.¢ F. J. Macaré; regalo del editor. DE HISTORIA NATURAL. 87 La Sociedad acordé dar las gracias 4 los donantes. —E]l senor D. Manuel Cazurro leyé lo siguiente: «En una excursién que verifiqué en el pasado mes, con nuestro consocio el Sr. D. José Madrid Moreno, para recoger el Pleurodeles Waltlii, vulgarmente conocido en Madrid con el nombre de «gallipato», tuvimos la fortuna de encontrar mas de 100 y entre ellos un ejemplar que creo interesante, pues presenta una monstruosidad, que es fendmeno no muy fre- cuente entre los animales de sangre fria. Tan raros son estos casos, que Duméril, en un trabajo que publicé en los Nouvelles archives du Musewm d’ Histoire natu- relle, tomo 1, alo 1865, y que titula Observations sur la mons- truosité dite polymelie chez les batraciens anoures, recopilando todos los datos hasta entonces publicados, logré dar cuenta de diez casos de esta monstruosidad en el orden 4 que hace referencia, y aleuno mas respecto 4 los urodelos, siendo estos los que hasta entonces eran por él conocidos, y segun hace observar, los individuos examinados son numerosisimos, pues para sus experiencias sobre la electricidad animal empled Alex. Humboldt un gran numero de ranas, y con sorpresa hace notar el no haber encontrado ninguna monstruosa, y segun el citado Duméril, 4 pesar de emplearse cada aflio mas de 4.000 ranas para la alimentacidn de los reptiles de la mena- gerie del Museo, no vid en muchos anos sino un solo caso de monstruosidad. Los casos 4 que se refiere el trabajo citado, son los si- guientes: I. Una rana con 5 patas, que cita Daniel de Superville (Some reflections on generation and on monsters, traslated from te french: Philosoph. Trans., 1744, xut, p. 302.) II. Otro individuo conformado como el anterior, y que cita Guettard (Mémoires des sciences et arts, 1783. 1° Mém. sur les différentes monstr. des plant. et des anim., p. 25, pl. xvii, f. 3.*) III. Otto indica (Seltene Beobachtungen, Breslau, 1816, pre- mier cahier, p. 24), otra rana que ofrecia la citada particula- ridad. IV. Van Deen (Anatomische Beschreibung eines mostrosen sechsfiissegen Wasser-Frosches), habla de una rana que tenia dos patas accesorias, colocadas entre las dos posteriores y mas pequefias que las normales. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA V. En 1861, M. A. Thomas, que se dedicéd mucho al estudio de los batracios, cita un sapo que se conserva en el Museo de Nantes y que tenia una pata accesoria inserta entre el sacro y la articulacién del femur. VI. P. Gervais (Comptes rendus, t. LIx, p. 800), cita un Pe- lobates cultripes Tschudi, que igualmente tenia una quinta pata, aunque imperfectamente desarrollada y colocada entre las dos posteriores. Las observaciones siguientes se refieren ya 4 datos, muchos de ellos observados por el mismo Duméril, y ejemplares en los que pudo hacer la anatomia de estos miembros accesorios, observando sus relaciones y manera de insertarse. VII. Una rana que, ademas de las dos patas posteriores perfectamente desarrolladas, tenia otro par colocado en la pelvis a la derecha de la linea central y en el cual faltaba el femur, articulandose la tibia con el ileén, el cual presentaba una cavidad para su insercion. VIII. Otra que tenia una extremidad suplementaria en la region lumbar con todos sus huesos, y los del tarso en mayor numero, como si pertenecieran 4 dos extremidades soldadas. IX. Se refiere 4 una Rana clamata Daudin, procedente de los Estados- Unidos, con un par de patas accesorias articulado © en la cara anterior de la pelvis. X. Este caso llegd 4 su noticia, segun hace notar, durante la correccién de las pruebas, y le fué comunicado por un na- turalista espanol, D. Rafael Cisternas, de Valencia, y se halla descrito en la Revue de Zoologie, 15 Octubre 1865; se refiere 4 un Alytes obstetricans Wagler, que presentaba una pata pos- terior mas de Jas normales. Se citan también algunos casos de polidactilia 6 aumento de dedos en las ranas y tritones, de los cuales cita Geoffroy St. Hilaire (77aité des anom., tomo 1, pag. 688), un Z7iton cris- tatus que tenia en las extremidades anteriores 6 y 7 dedos respectivamente. En las actas de la Sociedad de Biologia (Gazette médicale, 1849, pag. 101), hay la indicacién de dos monstruosidades, una de ellas de un Zvriton, observada por Rayer, y el cual te- nia 6 dedos. En el ejemplar de Plewrodeles & que yo me refiero, se pre- sentan dos dedos de mAs, pero no en el mismo plano que los DE HISTORIA NATURAL. 83 restantes, sino en la cara dorsal de la mano y dirigidos hacia arriba, aleo mas delgados que los normales, con los cuales forman un Angulo casi recto. De ellos, el mas externo, es el menor y mas delgado, consta de menor numero de falanjes que los normales, presentando tres el interno y Unicamente dos el externo. Parecen referirse de los cuatro dedos de que consta la extremidad anterior de los Plewrodeles, & los dos de en medio. A estos dedos siguen también sus correspondientes huesos del metacarpo y carpo, acerca de cuyo desarrollo nada puedo decir, pues he preferido presentar el ejemplar vivo. Claramente se distinguen también los huesos soldados que forman el antebrazo, colocados también en un plano superior al de los normales, y desviadndose asimismo hacia arriba de _su verdadera direccion. Respecto al himero y su desarrollo y manera de insertarse, nada puedo decir, ni se puede colegir si es 6 no comun 4 es= tas dos extremidades sobrepuestas, como tnicamente podria verse con la diseccién del érgano. Realmente, pues, no se trata aqui de un simple aumento de dedos 6 polidactilia seguin Geoffroy, sino siguiendo su clasi- ficacién constituye una verdadera polimelia, aunque los dos miembros van unidos bajo ligamentos comunes hasta los dos dedos, que se manifiestan distintamente. Es también muy curiosa la distinta direccién que ofrecen ambos miembros, uno en el sentido normal y el otro en un plano superior formando un gran angulo con el normal. Cuando muera este ejemplar intentaré preparar los diversos huesos que forman el esqueleto de estos miembros, y quizas su estudio revele particularidades interesantes.» —(Quedaron admitidos como socios los senores Uries van Doesbiirgh (D. 8. de), de Rotterdam, propuesto por D. Enrique Gomez Carrasco; Ruiz de Luzuriaga (D. Vicente), de Habana, propuesto en nombre del Sr. D. Felipe Poey por don Ignacio Bolivar. —El Sr. D. Emiliano Rodriguez Risuefio did cuenta de su Listudio micrografico de los Aloes, y el Sr. D. Ignacio Bolivar de sus Lstudios sobre los grilidos de Filipinas, que se acordé pa- BO. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sar 4 la Comisién de publicacién, asi como la continuacién de la Florula gaditana del Sr. D. José M. Pérez Lara. Did el sefior Presidente las gracias a los sefiores que redac- taron estos estudios, que como todos los trabajos analiticos y de observacion tanto contribuyen al adelanto de la ciencia. —EIl Sr. Sorela y Fajardo insistié en la conveniencia de que se activen las gestiones para conseguir que fuese nombrado por el Gobierno un naturalista que le acompanara en su pro- xima expedicién por Africa, dando cuenta de las que habia hecho con este fin, y los Sres. Presidente , Vazquez Figueroa y Vilanova hicieron también sobre el asunto algunas obser- vaciones, que tendran presentes los consocios encargados de la Comision. —Hablo6 el senior Presidente de la importancia de los viajes y de las expediciones, para que los jévenes U otras personas tengan cabal idea de los fendmenos naturales y también como un medio de adquirir la instruccién necesaria en todo lo rela- tivo 4 las manifestaciones de la ciencia, del arte y de la in- dustria, reconociéndose asi principalmente en el extranjero, a cuyo fin se organizan expediciones formadas de corto nu- mero de personas, por lo general, interesadas unas por deber 6 por aficién en el cultivo de los diferentes ramos del saber y otras simplemente ilustradas, que desean adquirir practica- mente al lado de las primeras diversos conocimientos. Anadio el Sr. Vilanova que semejantes excursiones son de todo punto necesarias a los alumnos que acaban de cursar los estudios de Historia Natural, y les serian mas utiles acompa- ‘nandolos sus profesores, como se reconoce en la Ley vigente de Instruccién publica y en el Reglamento del Museo de Cien- cias naturales, pero hasta ahora no se han podido alcanzar los recursos necesarios 6 por lo menos las ventajas de poder via- jar con la rebaja de precios y otras facilidades concedidas fre- cuentemente en varios paises a las personas dedicadas al cul- tivo de las ciencias y 4 otros estudios, siendo de citar en este concepto Italia, pues alli los profesores hasta acompanados de su familia pueden hacer un viaje anual gratuitamente. Se acordé nombrar una comisién compuesta de los senores Bolivar, Madrid Moreno y Cazurro, que podran proponer la manera de verificar tales expediciones, cuya iniciativa debe- ria corresponder 4 la Sociedad. | DE HISTORIA NATURAL. 91 Sesion del 7 de Noviembre de 1888. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —El sefior Vicesecretario did cuenta de las comunicaciones siguientes: Del Director de la Comisién geoldgica de los Estados-Uni- dos, anunciando el envio de la Memoria Geology and mining industry of Leadville, by S. F. Emmons. De los Directores de la Fundacién de P. Teyler de Harlem, anunciando el envio del cuaderno 2.° del volumen 1 de la serie 2.*, y cuadernos 7.° y 8.° del catalogo de la biblioteca del Museo de la misma Fundacion. Del Sr. D. Juan de Velasco, de Vitoria, renunciando 4a for- mar parte de la Sociedad. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Fondation Teyler. Catalogue de la bibliothéque, 7.*, 8." entre- ga.—Archives du Musée Teyler.— Serie 2.*, tomo 1, parte 2." Proceedings and Transactions of the Natural history of Glas- gow.—Vol. 1 (New series).—Part. 1, 1886-87. Journal of the Royal Microscopical Society.— Ano 1888, par- te 5.* Octubre. Verhandlungen der kaiserlich-kiniglichen zoologischen- data nischen Gesellschaft in Wien.—1888, 3.°° trimestre. Berichte iiber der wissenscha ftlichen Leistungen im Gebiete der Entomologie wihrend 1887 von Dr. Ph. Berthau. Zoologischer Anzeiger.—Ntimeros 282 a 291. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xu, nu- meros 7y 8. Bulletin de la Société Géologique de France.—Serie 3.*, t. XVI, niumero6. Bulletin mensuel de la Société linnéenne du Nord de la Fran- ce.—Tomo vir, nimeros 151 a 162, y tomo Vit. Sociélé d’ Histoire naturelle de Toulouse. —Afios XxXI y XXII. Annuaire de la Société académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Afio 1887-88. . 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Bulletin de la Société académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Tomo vil, numeros 1, 2, 4, 5, 6. Jornal das sciencias mathematicas, physicas e naturaes de Lis- boa.—Nimero XLvIitt. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid. —Tomo xxv, numeros 1 y 2 Cronica cientifica de Barcelona.— Ano xt, niimeros 250, 255- 259, 261-263. Como donativo: Ueber Stiugethiere aus dem Ostindischen Archipel, por el doc- tor D. B. Hoffmann; regalo del autor. Verzeichniss der von mir in den Jahren 1870-1873 1m Ostin- dischen Archipel gesammelten Reptilien und Batrachien , por el Dr. D. A. B. Meyer; regalo del autor. Lijst der Neerlandsche coleoptera, por el Sr. D. G. de Vries van der Burgh; regalo del autor. Il genere Heterakis Dujardin, por D. Miguel Stossich; regalo de su autor. Catalogo metédico de las plantas lenosas silvestres 6 astlvestra- das que se observan en San Lorenzo del Escorial y sus alrededo- res, por D. José Secall; regalo del autor. Semanario Farmacéutico.— Ano xvi, nuimeros 39 & 53, y aho Xv, numeros 1 4 5; remitidos por su director D. Vicente Mar- tin de Argenta. La Sociedad acordo dar las gracias 4 los donantes. —Se hizo una propuesta de socio. El sefor Vicesecretario did lectura al acta de la sesién de Setiembre de la seccién de Sevilla escrita por el Sr. D. Manuel Medina, como Secretario de la misma. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 13 de Setiembre de 1888. . PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —Se hicieron cuatro propuestas de socios. DE HISTORIA NATURAL. 93 —H] Sr. Puiggener (D. José), leyd la comunicacién que sigue: Nota sobre el « Herpestes Widdringtonii» Gray. «Cuestiones interesantes y poco estudiadas todavia, son las referentes & la procedencia, distribucién y costumbres del mamifero caracteristico de la fauna de esta parte de Andalu- cia, que lleva el nombre que encabeza la presente nota. »Como es sabido, este animal curioso, Unico representante europeo de su género y de su familia, aunque conocido de an- tiguo por los cazadores del pais, no figuré en los anales de la ciencia, hasta que en 1842, fué descrito por el eminente Gray. Los estudios posteriores no han confirmado la validez de esta especie, asi es que en el catalogo de Trouessart (1) cuyo autor es conocido como autoridad en la materia, considera al Her- pestes Widdringtonit Gray, como una mera variedad del H. ichneumon L. He comparado los ejemplares de la primera existentes en el Instituto de esta capital, con el segundo pro- cedente de Argelia, que posee el gabinete de la Universidad, y no veo diferencia especifica esencial entre ambos: en uno y otro el pelo es largo en el lomo y escaso en el cuello y bajo vientre, y asimismo las patas y el extremo de la cola mas os- curos 6 casi negros, ofreciendo cada pelo, visto aisladamente, los mismos anillos alternados blancos y grises y el extremo pardo. , »El malogrado é inolvidable profesor de Cordoba D. Fernan- do Amor, fué el primero en ocuparse de la distribucién del Herpestes en cuestidn, resultando de sus investigaciones que habita en las estribaciones andaluzas y extremenas de Sierra- Morena y Sierra Mariana, indicaciones comprobadas después por los Sres. Machado (2), Brehm y Martinez Reguera (3). Se- gun mis averiguaciones, también se le ve en bandadas en el campo de Gibraltar, en la parte montuosa de la provincia de Cadiz, en los alrededores de Jerez, en los cotos del Rey y de Ofana y otros de la provincia de Huelva, asi como en la de (1) Catalogue des carnivores vivants et fossiles, Paris, 1*86. (2) Catdlogo metédico y razonado de los mamtferos de Andalucia, 1869. (3) Fauna de Sierra- Morena, 1881. 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sevilla, por los términos de Guadalcanal, de Mordén y varios sitios agrestes de la misma. »Unos aseguran que este mamifero huye de las montafias, y otros, por el contrario, afirman con mayor razén, que se va refugiando sucesivamente en ellas, 4 medida que su persecu- cidn aumenta. Lo cierto es, que va desapareciendo muy rapi- damente en todas partes, lo cual se explica, tanto por la sen- sible despoblacién de los montes, como por la guerra incesan- te de que es victima, merced 4 considerarle como un animal dafino por destruir la caza y ocasionar grandes destrozos en los maizales. A esto se anade el alto precio que alcanzan los pelos de su cola para la fabricacién de pinceles, que se esti- man de primera calidad. »El nombre vulgar del Herpestes en Andalucia es melon y mas frecuentemente meloncillo, cuyo diminutivo ha Namado la atencién del Sr. Machado, quien dice que no ha podido averiguar la razon de ello. Me aseguran que en Asturias lla- man melén al tején, y si este nombre corria aqui en otros tiempos, no es extrafio que el vulgo, comparando al mamifero de que se trata con un pequefo tején, formase dicha palabra. »Por lo que se refiere 4 las costumbres del meloncillo, los da- tos son todavia bastante deficientes: se sabe, sin embargo, que le gusta establecerse en las espesuras y matorrales y que siendo tan voraz como prudente, se refugia en los canaverales y zarzas cuando se siente perseguido por los perros, haciéndo- se alli fuerte si es preciso. Es animal sociable, yendo en ma- nadas en apretada fila; pero con la particularidad, de que cada individuo aproxima el hocico junto al ano del que va delante, formando asi una cadena sin solucién de continuidad. Se dice que es esencialmente nocturno y que se alimenta principal- mente de sustancias animales, recurriendo 4 las vegetales cuando carece de aquellas, en cuyo caso prefiere el maiz, del que se apodera cortando las cafias por la base. El meloncillo no es comestible, pues su carne es aspera, de mal sabor, y sobre todo, excesivamente fétida. »Admitido que el Herpestes de esta regidn es una mera variedad de el del Norte de Africa, no parece arriesgado supo- ner que se trate de un animal introducido en domesticidad en Espana por los drabes, vuelto por accidente al estado salvaje y constituido posteriormente en variedad al adaptarse @ las DE HISTORIA NATURAL. 95 nuevas condiciones de vida. Asi se explicarian bien, de una parte su existencia en nuestro suelo, y de otra su distribucién tan local, en ciertos y determinados sitios no mas dela Anda- lucia baja. : »A primera vista no se comprende el movil de semejante im- portacién, tratandose de un animal dafino y sin aplicacién industrial en aquella época; mas hay que tener en cuenta las preocupaciones de ciertos pueblos orientales con respecto al Herpestes, que es sabido consideraban los egipcios como ani- mal sagrado. Algunas especies, y particularmente el mungo (Herpestes javanicus Smith) de Bengala, se halla reducido & domesticidad, siendo notable por su docilidad y por los servi- cios domésticos que presta, al modo del gato, destruyendo los ratones y ratas, y aun las serpientes venenosas y escorpiones que infestan aquellos paises tropicales. Familiarizandose con el hombre y siguiéndole como el perro, no es mucho que los emigrantes orientales trajesen consigo el meloncillo en la épo- ca en que dominaban el. Mediodia de Espana. Martinez y Re- guera asegura que puede domesticarse, y que limpia las ha- bitaciones de ratas y sabandijas. »Quizas en otra sesién pueda ampliar con datos y observacio- nes propias estos ligeros apuntes sobre las costumbres y pro- cedencia de mamifero tan curioso.» —E] sefior Calderon ley6 la nota siguiente: Eclogita del Pedroso. «En la coleccion de rocas del pais de la Universidad de Sevi- lla existe, con el numero 222, una que he creido valia la pena de ocupar por un momento a esta Sociepap, por las razones que tendré ocasién de exponer 4 continuacion. Es una eclogi- ta procedente del Pedroso, que debe haber sido recogida por nuestro consocio D. RomualdoG. Fragoso, y que por su nove- dad he estudiado especialmente el pasado afio. Con el nombre de eclogita (omphacitfelds de los alemanes), se designa un agregado granitoideo 6 porfidico de onfacita, generalmente verde (1), y de granate rojizo, 4 los cuales se (1) Se llama onfacita 4 una variedad de piroxeno eercano 4 la augita, pero que se distingue quimicamente de este por ser mas pobre en hierro, y més rico, en cambio, 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA unen, como minerales accesorios, la cianita, la mica, el olivi- no, la epidota, el cuarzo, el zircon, la magnetita, la pirita, etc. Aunque se remonta 4 Haiiy el nombre impuesto a esta roca notable; todavia reina confusidn respecto al grupo en que deba figurar, al valor relativo de los minerales acompanantes de los dos fundamentales y alas relaciones que tenga con otros agre- gados mineralégicos mas 6 menos afines. La excelente mo- nografia de von Riess (1) es la unica que precisa el como debe entenderse, y los limites y relaciones de la roca que me ocupa. En Alemania se conoce la eclogita de varias localidades en el seno de los gneises y de las micacitas, y acompanada 4 me- nudo de serpentina. Asi aparece en Silberbach y Misnehberg, en el Fichtelgebirge, en Waldheim y Greifendorf, en Sajonia. En la arcilla serpentinica que sirve de ganga a los diamantes del Cabo, se encuentran también fragmentos de la misma es- pecie petrografica, muy rica en distena, con algo de mineral feldespAtico, de otro analogo al olivino y hasta con alguna pa- juela de oro, segtin la interesante descripcion que de ella ha hecho el profesor Cohen (2). En Espana no se habia hallado todavia la eclogita, ni ha sido mencionada tampoco por el Sr. Macpherson en sus estudios petrograficos sobre esta regidn (3); verdad es que en ellos se ocupa mas bien de las grandes masas que de los afloramien- tos especiales. Las combinaciones mas afines de que se han dado noticias, son las asociaciones de granate y anfibol con 6 sin zoisita, que han descrito de Galicia, Asturias y Sierra Ne- vada los Sres. Macpherson (4) y Barrois (5), serie de rocas que - en Alcalis, y petrograficamente por hallarse solo en granos sin contornos cristalinos exteriores, formando parte de las eclogitas. Sus -propiedades opticas le aproximan 4 los piroxenos ferriferos y aluminosos (augita), al paso que sus exfoliaciones le acercan Ala dialaga. En las rocas en cuestion se asocia la onfacita ala esmaragdita , lo cual explica el profesor Techermak por un fendmeno de uralitizacién (Min. Mitheit. , 1871). Los Sres. Fouqué y Lévy no estiman debe darse nombre especial 4 esta reputada es- pecie mineralogica (Min. micrograf. , pag. 377). (1) * Untersuchung iiber die Zusammensetzung des Bhiogits. (Min. Mitheil., 1878.) (2) Die XII Versemmlung des oberrheinschen geologischen Vereins. (Uber einen Bkio- git, etc.). (3) Descripcién petrograjica de los materiales arcdicos de Andalucia.—ANAL. DE LA Soc. ESpAN. DE Hist. NAT., t. XVI. , (4) Apuntes petrograficos de Galicia. —ANAL. DELA SOC. EspaN. DE Hist. NAtT., tomo x. 7 (5) Recherches sur les terrains anciens des Asturies et de la Galice.—Lille, 1882. DE HISTORIA NATURAL. 97 es notable, por cierto, se repitan en tan apartados puatos de la Peninsula con muy analogos caracteres. En los potentes conglomerados que forman las colinas de la famosa Alhambra de Granada, abundan cantos de una piedra constituida por dialaga y granate, que, segun el Sr. Macpherson, se diferen- cian solamente de sus correspondientes en Galicia porque la epidota reemplaza en aquellas 4 la zoisita. La picrita del ba- rranco de San Juan, en Sierra Nevada, es una roca esencial- mente piroxénica. La eclogita es, por consiguiente, una especie nueva para la petrografia espafiola, ya bastante rica, gracias al impulso que su estudio ha recibido en estos ultimos afios. Merece, pues, el ejemplar del Pedroso que nos detengamos un momento en su examen. A la simple vista aparece como un agregado granudo-cris- talino de elementos negros de brillo resinoso, que forman la pasta. De trecho en trecho, y con gran abundancia, se desta- can fragmentos y nddulos de distinto tamano, desde 1,5 cen- timetros hasta algunos milimetros, de granate rojizo brillan- te. En ocasiones forman vetas irregulares, y nunca individuos de contornos bien definidos. También se notan en las superfi- cies de juntura, y sobre todo en la expuesta a la intemperie, superficies y filones blanquecinos, de naturaleza cuarzosa que creo es un producto secundario. Por lo demas, la descomposi- cidn es dificil, y no traspasa la superficie. Llama también la atencién en el reconocimiento megascé- pico del ejemplar dél Pedroso, su inmensa tenacidad y la con- siguiente resistencia al choque del martillo, asi como su no- table densidad, que pasa de 3,7 en un trocito reconocido. Reducida 4 seccién transparente la roca en cuestién, lo que cuesta algun trabajo por la mucha dureza de sus componen- tes, se ve que esta formada esencialmente de piroxeno y gra- nate, 4 cuyos minerales se agregan, con caracter subordina- do, un producto verde de que hablaré después, y laminillas de biotita. El sefior profesor Cohen, antes citado, que ha tenido la bondad de examinar una muestra y de compararla con las de otras localidades que posee en su rica coleccién, me ha par- ticipado que no difiere en su aspecto del de estas en nada esencial. Quizds es de una composicién mas pobre; pero como disponemos de un solo ejemplar, ignoramos si en el mismo ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVII. 7 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pedroso existiran otros en los que integre un mayor ntimero de minerales. El piroxeno, que es, como he dicho acontece en las eclogitas, la variedad onfacita, presenta un aspecto singular para el que no ha tenido ocasion de haberla visto anteriormente, como me ocurria 4 m{ cuando empecé 4 estudiar esta roca. En mi duda, consulté con nuestro eminente consocio el Sr. Quiroga. quien me dijo que evidentemente se trataba de un mineral monoclinico y mas parecido al piroxeno que 4 ninguno de los otros que cristalizan en dicho sistema. Con estas indicaciones, y teniendo 4 la vista la descripcién de la onfacita dada por Rosenbusch (1), no dudé que se trataba de este piroxeno des- provisto de limitacién cristalina, y que consiste en un agre- g'ado de granos. Alguna vez se ven en el ejemplar dos esfolia- ciones, que creo le aproximan 4 la dialaga. Su color en sec- ciéu delgada es amarillento verdoso, casi transparente, y 4 la luz polarizada ofrece intensos tonos verdes y morades. Cada grano muestra bastantes fracturas: unas son grandes, y otras menores parten de estas. Presenta abundantes poros; pero es muy pobre en inclusiones, no habiendo comprobado la del ru- tilo, que suele existir en las onfacitas de varias eclogitas de Alemania y del Cabo. El granate se halla en granos porfidicos irregulares, atrave- sado por grietas desiguales que se perciben a la simple vista, y con penetracion en ellas del magma piroxénico. Es transpa- rente, 4 veces de color rojizo 6 amarillento; pero siempre muy diafano. Como la mayor parte de él se encuentra fresco, es completamente isdétropo, y solo en algunos sitios da indicios de doble refraccién, que indican una alteracién iniciada. No he reconocido inclusiones en este mineral, que las ofrece de espinela y de distena en la eclogita del Cabo y en las de otras localidades. Rodeando al granate se encuentra casi constantemente una zona producida por un mineral evolutivo, que constituye la mayor novedad de la roca que me ocupa. Esta zona es oscura en la inmediacién misma del granate; pero un poco mas alla se va volviendo verdosa 6 verde-amarillenta y transparente, y aparece finamente rayada, caracteres que, unidos 4 su in- (1) Mikroskopische Phisiographie der petrogr. wichtig. Mineralien. -1885, pig. 453. DE HISTORIA NATURAL. 99 solubilidad en el acido clorhidrico, le separan de la clorita, con la que se confundiria quizas 4 primera vista. Se trata evidentemente de un producto de alteracidn del mismo gra- nate, comparable a la #elzfi/a, segun supuso el senior profesor Cohen en vista del ejemplar que le remiti, y segun se puede comprobar perfectamente en mis preparaciones, en algunas de las cuales se ven trozos de granate transformandose inte- riormente en kelifita, de un modo que recuerda la conversién del olivino en serpentina en ciertos melafidos. En este caso resulta que el mineral alterado cede estos productos 4 la pasta de la roca, que va impregnandose 4 trechos de ellos. Es la kelifita un mineral deutdégeno muy poco conocido todavia. Se debe su primera descripcién al profesor Schrauf de Viena (1). También Lasaulx ha dado 4 conocer un produc- to analogo (2), y ligeramente trata de él Rosenbusch en su obra citada, representando en la lam. XIV, fig. 4.", el de un ejemplar procedente del piropo de la serpentina de Karlstet- ten. No obstante estos estudios, se carece alin de una descrip- -cidn completa de la kelifita, y no se sabe con certeza su ori- gen, pues, como dice Rosenbusch, «la ultima palabra sobre este mineral no se ha dicho todavia (3).» Tampoco se ha citado atin la kelifita de la eclogita, y preci- samente su hallazgo ofrece mucha importancia, no ya solo por su novedad, sino porque tratandose de una roca no ser- pentinica, no cabe atribuir la presencia de aquel a la reaccién del silicato magnesiano sobre el granate, como se habia su- puesto por algun gedlogo, y yo creo que el ejemplar del Pe- droso no deja lugar 4 duda de que se presencia una evolucién propia y peculiar del granate mismo. Con caracter accesorio entra en la composicién de la roca en cuestidn, dzodita en hojuelas pequefias de color rojizo bas— tante abundantes cerca del piroxeno y que derivan de este. Es posible exista alguna parte de clorita, mezclada con la ke- lifita, pero en todo caso sera en cantidad muy reducida. Nin- gtin otro mineral he observado en el ejemplar, ni en la pasta, ni como inclusion. (1) Ueber Kelyphit.—Neues Jahr 0, 6, 1881, 11. (2) Ueber Umrindungen von Granat.—Sitzungsber. der niederhein. Gess. fiir Natur: zu Bonn, 1882. ; (3) Op. cit., pag. 269. 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Voy a terminar haciendo una breve consideracién sobre el yacimiento y origen probables de esta eclogita. Ya he dicho que existia el ejemplar en el gabinete de la Universidad, antes de mi lle~ada 4 Sevilla, y que, por consiguiente, no po- seo datos precisos sobre su yacimiento, aunque todos sus carac- teres y la edad de los terrenos dominantes en la localidad, hacen suponer que formara parte del terreno arcaico. Si asi no fuera, y constituyera algun fildn 6 masa eruptiva, habria que darla un nombre nuevo, pues no se conoce todavia nin- guna asociacion analoga entre rocas de este origen; pero hasta ahora no hay razén ninguna para crear una denominacién especial. Es de advertir, sin embargo, que los dos minerales esen- cialmente constitutivos de la eclogita son reputados como muy escasos en el arcaico de la regidn por el Sr. Macpherson. Nota que en Andalucia predomina, en general, el anfibol so- bre el piroxeno, y al tratar de las tres zonas meridionales de dicho terreno, la de Sierra Morena, la de Sierra Nevada y la Serrania de Ronda, observa que cada una tiene su caracter mineralégico propio, 4 saber: la mayor abundancia en la pri- mera del anfibol, la del granate en la segunda, en oposicién & la anterior, y la de la fibrolita y andalucita en la ultima. Estas afirmaciones parecen contradichas 4 primera vista por el hallazgo de la eclogita ahora descrita y por los de las piroxenitas que yo recogi en el mismo pueblo del Pedroso y nuestro consocio senor del Rio en Cazalla de la Sierra, de las cuales se ocupara en breve; pero, sin embargo, creo no exista en realidad tal contradiccién, pues dichas rocas granitiferas y piroxénicas solo deben constituir un accidente, producido por intercalaciones metamoOrficas locales y circunscritas, como lo ha demostrado M. Renard (1) en la regién de Bastogne, donde estan reducidas 4 capitas poco gruesas 6 4 bancos del- gados. —KHl Sr. Medina did cuenta de las recientes investigaciones del doctor Yovanovitch, en su tesis doctoral, sobre la entomo- logia judicial, citando 4 este propésito los trabajos realizados hace algun tiempo por Bergeret d’Arbois, y sobre todo, por Mégnin, el cual ha sido, se puede decir, el fundador de esta (1) Bull, de la Soc. R. d’Hist. Nat de Belgique, t. 1, 1882. DE HISTORIA NATURAL. 101 clase de estudios, y el que los ha sabido llevar 4 la mayor altura, prestando un servicio a los tribunales de justicia en el esclarecimiento de cuestiones, que & no ser por este medio quedarian para siempre en el misterio. —E]l Sr. Vilanova dijo que era muy interesante la nota del Sr. Calderén, de Sevilla, puesto que daba cuenta de una roca en Espana, y que él habia tenido la fortuna de recoger el afio 1850 en compania del profesor Studer, en montes de Serpen- tina, cerca de Aosta (sistema Mont Jové), relacionadas con sienitas y gneis. —EI Sr. Bolivar manifesté que en la ultima excursién al Esco- rial que habia realizado en compaiia del Sr. Gomez Carrasco habia encontrado en alguna abundancia el Platycleis carpeta- na Bol., especie de la que hasta entonces no se conocian mas que seis ejemplares, y que parece limitada a las altas mesetas conocidas con el nombre de praderas de San Juan. Recogimos ademas varios ejemplares de un Stenobothrus que hace al- gun tiempo tenemos en estudio, por suponerle nuevo, como ncs permiten asegurarlo, en efecto, los tltimos ejemplares ha- llados. Esta nueva especie formara, con el S¢. Bolivar Brunn. y el St. festivus Bol., un grupo muy notable dentro del gé- nero, caracterizado por tener dentadas las valvas del oviscap- to, encorvadas las quillas del pronoto y divergentes hasta el apice las venas ulnarias; las tres especies que le forman son espanolas, si bien una de ellas, el St. festivus Bol., se exten- deria hasta el Norte de Africa de ser exacta la suposicidn de ser una misma especie este Stenobothrus y el Acridium ame- nus Brisout. También. descubrié y recogié el Sr. Carrasco va- rios ejemplares del Caloptenus italicus L., notables porque tienen los élitros mas cortos que de ordinario, y que, 4 mi juicio, representan la variedad iclericus Serv. Por ultimo, pu- dimos observar que, 4 pesar de los frios y de las repetidas lluvias, atin existian en abundancia algunas otras especies, tales como la Fphippigera Stali Bol., de la que recogimos mu- chos ejempiares de color muy oscuro, casi negro, con el abdo- men anillado de amarillo, la #. Miegz Bol. en corto numero, el Antaxius spinibrachius Fisch. y otras especies menos raras. 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —f] Sr. Cazurro leyé la nota siguiente: «De los diversos ordenes de insectos, el menos conocido, quizas, en nuestra patria, es el de los Dipteros; y no es esto seguramente por lo poco numerosas que sean sus especies, ni por el escaso interés que ofrezcan, pues testigo de lo contrario son las muchas que describié Dufour, parte recogidas por él durante sus viajes por Espana, y también en gran parte otras enviadas por el Sr. Mieg, especies la mayoria de ellas tales como el Mydas fulviveniris Duf., la Nemestrina Perezi Dul. y otras varias sumamente raras en las colecciones. Animado por este interés que creo presentan los Dipteros de Espana, he intentado recientemente reunir los datos que acerca de ellos pueda encontrar y las especies que me sea dado recoger, habiendo podido hasta ahora, en menos de dos afios, reunir cerca de 300-especies, entre las que se hallan algunas tan raras como las arriba citadas que poseo proce- dentes de Sevilla y Navacerrada respectivamente, y otras que, en opinién de autores tan dignos de fe como el Sr. Réder, aun no han sido descritas. De las principales familias de este orden no es seguramente la menos interesante la de los Hs¢racidmidos; de ellos he podido reunir datos de unas 26 especies espafiolas, parte tomados de diversos trabajos, entre los que merecen especial mencién los que nuestro consocio el Sr. Cuni ha publicado en estos ANALES, y en su mayoria de especies que yo he logrado reunir. No es seguramente esta cantidad el total de los que en Ks- pafia puedan encontrarse; pero comparada con los que pre- sentan otras faunas mejor conocidas, como la de Francia, en que existen 55 especies, es ya una fraccién bien respetable. De estas 26 especies, tres son exclusivas de nuestra fauna, a saber: Nemotelus cingulatus L. Duf., NV. atriceps Lw. y Pyc- nomalla splendens Fabr. Pachygaster 1/7. 2 nigrinus Il. — Madrid! mi 1 pulcher Lw.—Escorial, Bol. coleccion. mi coleccién. 3 atriceys Lw.—Rosenhauer, Die Thiere Andalusiens. Nemotelus (rco/. 4 cingulatus Duf.— Ann. Soc. 1 pantherinus L..— Aranjuez! Ent. 11, 10.5. | Escorial! mi coleccion. 5 lateralis Duf., 1. c. u, 10. 6. DE HISTORIA NATURAL. 103 6 nigritus Mg.— Madrid; mi Odontomya J. coleccion. 1 annulata Mg. — Valencia, Sanz; mi coleccion. 2 viridula Fabr.— Madrid! Aranjuez! mi coleccidn. 3 sp.—Madrid! mi coleccidn. Ephippium Zir. 1 thoracicum Ltr. — Escorial, La Granja; mi coleccion. SERB le Sargus Far. 1 nigra Meq.—Aranjuez, Sanz; 1 infuscatus Mg.—Las Hur- ! ; } mi coleccion. des, Sanz; mi coleccién. Clytellaria IMeeg. 2 cuprarius L.—Alcarria, Sanz; ? r mi coleccion. 1 pacifica Meeg. — Aranjuez, Bol.; mi coleccion. Chrysomya Meq. 1 melanopogon Z\l.—Barcelo- na, Monserrat, Cuni. 2 formosa Scop.— Barcelona, Cuni; Madrid! mi colec- cidn. Stratyomys Geof. 3 polita L.—KEscorial! Cerce- dilla! mi coleccion. Pycnomalla (erst. 1 splendens Fabr. — Escorial, Bol.; Sevilla, Rio; Madrid, mi coleccién. 1 chamaleon L. — Navacerra- da! Urda! Escorial! Ma- Beris Zi. drid; mi coleccion. | 1 clavipes L.—Espaiia, Mieg.; 2 longicornis Scop. — Réder, col. Museo Madrid. Dypt. Schmideneck bet Heilche, etc. Actina M7. 3 riparia Mg.— Escorial! mi | 1 t#édialis Mg.—Escorial! Na- coleccion. vacerrada! mi coleccion. 4 furcata Fabr.—Madrid! mi | 2 nttens Latr.— Las Hurdes, coleccion. Sanz; mi coleccion. —Hl Sr. Vilanova dijo 4 la Sociedad lo siguiente: «Sefiores: A falta de otros asuntos de mayor importancia y: accediendo gustoso 4 la lisongera invitacién de nuestro digno presidente, os referiré algo de lo que he visto en mis viajes del verano Ultimo por Italia, Suiza, Francia é Inglaterra. »Honrado con el encargo de representar 4 la Universidad - Central y 4 las Reales Academias de Medicina y Ciencias en el suntuoso y espléndido octavo centenario de la Universidad de Bolonia, alla me encaminé 4 primeros de Junio, con el afan 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA también de ver 4 mi hijo Alfonso, que habiendo obtenido una beca en el colegio espafiol de San Clemente, esta cursando en los estudios bolofieses la carrera médica como verdadero com- plemento de la de ciencias naturales que aqui habia ya con- cluido. »En aquel suntuoso y severo palacio, modestamente llama- do colegio, verdadera institucién poco conocida y menos apre- ciada entre nosotros, del insigne cardenal Gil de Albornoz, recibidme con la cortesania y afecto que le distingue y se sirve dispensarme, el Dr. D. José Maria de Irazoqui su actual rector, & cuyo celo se debe la conservacién de aquel centro docente, cuna en su dia de la mayor parte de nuestras uni- versidades, puesto que alli hicieron sus estudios Luis Vives, Nebrija, Pedro Arbués y otras lumbreras del saber, cuya in- fluencia en la patria cultura es harto conocida. Disfrutaba en el colegio de Espafia de la grata compania del sefor conde de Rascén, nuestro embajador entonces en Roma, hoy translada- do & Berlin que representaba la Universidad de Granada; del profesor de Derecho D. Adolfo Posada, de la de Oviedo; del de la Universidad de Turin el profesor Sr. Bruze que fué 4 nom- bre de la Academia de Jurisprudencia de Madrid; el rector Irazoqui fué designado por la Universidad de Salamanca; to- dos asistimios 4 las ceremonias que se celebraron en los dias 11, 12 y 13 de Junio, vistiendo el traje propio de las respecti- vas facultades, como asi lo hicieron también los representan- tes de todas las universidades del globo. | »Habiase invitado muy oportunamente asi a los maestros, como 4 los discipulos, con cuyo motivo acudieron escolares de la mayor parte de los paises de Europa, llamando particular- mente la atencién los de Alemania por el vistoso traje que lle- vaban y del que formaba parte un gran espadén que salia 4 relucir 4 menudo cuando se trataba de saludar 4 los reyes 6 4 las autoridades académicas y que cuando iba metido en la vaina de metal servia para hacer ruido por aquellas calles y plazas 4 las que la juventud estudiantil comunicaba anima- cidn y alegria. Los colegiales de San Clemente con su airoso, - pero severo traje ideado por el cardenal, representaron digna- mente 4 nuestros establecimientos docentes, aunque sin me- ter bulla como los sesudos alemanes. »Las fiestas revistieron el caracter alegre que les comunica- DE HISTORIA NATURAL. 105 ra el elemento joven escolar, y serio cual correspondia a la clase profesional. Los estudiantes supieron organizar una ca- balgata original en la que figuraron los espléndidos obsequios que hicieron 4 sus compafieros boloneses; en elegante carroza arrastrada por cuatro bueyes, iba el monstruoso tonel de vino que enviaban los de Turin; seguia un hermoso buey con los cuernos dorados, regalo de los de Padua; el queso enorme de Pavia y el carro de licores de los de Milan cerraban la marcha. Partiendo de la estacién del ferrocarril, la comitiva que co- meuzaba por la representacién de las universidades extranje- ras, recorrié la calle de la Independencia, abierta precisamen- te para las fiestas del centenario, y las principales vias de la poblacién hasta la Universidad, en medio de la alegria mas bulliciosa y espontanea, y cantando entre otras cosas el refran de los estudiantes alemanes, que dice: Gaudeamus igitur juve- nes dum sumus. »La Facultad 4 que pertenecian los estudiantes bolofieses se distinguia por el color de una gorra diminuta al estilo ale- man, que ladeada adornaba con gracia la cabeza. »La fiesta principal realizdse el dia 12 de Junio, y consistié en la procesién del profesorado que saliendo de la actual Uni- versidad sita en la via Zamboni, recorrié la llamada de Rizzo- li y la plaza de San Petronio donde se halla la suntuosa casa de la ciudad desde cuyos balcones presencidé la procesién la familia real, hasta el edificio llamado Archigimnasio en la pla- za Galvani, adornada en su centro con la hermosa estatua del gran fisico. Imposible es de todo punto dar idea de tan esplén- dida concurrencia, en la que se veian catedraticos de todas las universidades del mundo, la mayor parte con sus trajes pro- pios, formando el conjunto mas vistoso y extrafio que puede verse; solo de los centros docentes italianos no bajaban de 200 los representantes, siendo 21 el numero de sus universidades. »Reunidos todos en el patio de la antigua escuela bolonesa bajo la presidencia del rey Humberto, dela graciosa soberana y del principe heredero, comenzo la fiesta entonando un bo- nito himno, letra del poeta Panzachi, musica de Frascolcoti, siguid luego la entrega al rector Capellini de los regalos que todos los centros de ensefianza hicieron 4 la famosa Universi- dad, pronunciando con este motivo breves discursos los profe- sores extranjeros. 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »El regalo nuestro consistié en la Historia de las Universida- des espafiolas del Sr. Lafuente, las cartas del cardenal Cisne- ros y las de sus secretarios y el poema latino de San Anselmo de Luca, impreso y costeado por aquel profesor; modesto fué el obsequio, formando doloroso contraste con la riqueza y es- plendidez de los de otras naciones. »Terminé la magnifica ceremonia con el discurso entre lite- rario y politico del insigne poeta Carducci, tan popular en Italia como Zorrilla entre nosotros. »El Gobierno nos obsequid aquella noche con un opiparo banquete en el espacioso local de la Bolsa, donde se repitieron los discursos por via de calurosos y entusiastas brindis. »Otro dia verificése el descubrimiento de la estatua ecuestre de Victor Manuel en la plaza de San Petronio, fiesta espléndi- da, presidida también por la familia real, y 4 la que acudimos todos los profesores, los estudiantes y un gentio inmenso que llenaba el ambito grande de la primera plaza de Bolonia. »Por via de complemento de aquellas fiestas, de las que con- servaremos toda la vida el recuerdo mas grato, verificdse en los bonitos jardines de Margarita una exposicién de Agricul- tura, Industria y Bellas Artes, entre las cuales descollaba la de Musica por la abundancia y variedad de instrumentos de todas las edades y del mundo entero, y por el numero de auto- grafos de los primeros maestros antiguos y modernos; alli figuraba en una urna y lo contemplé con respeto y admi- racién el craneo del inmortal Donizzeti. En la seccién agri- cola figuraba entre otras muchas é interesantes instalaciones la del Dr. Pilati referente 4 la cosecha de la seda, ya regene- rada en Italia merced en parte 4 tan insigne patricio, cuyo erandioso establecimiento de la via Azeglio visité otro dia en compaiiia del amigo Sr. Palagi, director del Observatorio meteo- rologico, y de Alfonso, habiéndome facilitado datos y materia- les que comunicados por mi en las provincias de Valencia han contribuido eficazmente, y de ello me felicito, para el decreto referente ala creacidén de las estaciones sericicolas, de las cua- les son de esperar brillantes resultados si el pais lo recibe como es debido. »Muchas otras cosas y por todo extremo interesantes vi en tan brillante exposicién de Bolonia; pero no queriendo abusar de vuestra benévola paciencia, pongo aqui punto, y dejando DE HISTORIA WATURAL. 107 para otro dia el referiros las principales deliberaciones del Congreso internacional geoldgico de Londres, al que tuve el gusto de asistir en Setiembre ultimo, en compafiia de los ami- gos Macpherson, Almera y Bofill de Barcelona; no quiero de- morar el daros una buena noticia, cual es el haber acordado el sefior ministro de Fomento que el Gobierno cuando esté terminado el mapa geoldgico de Europa, tomara los 100 ejem- plares que le corresponden, lo propio que ha hecho Francia, cuya ley de contabilidad le prohibe como a nosotros hacer an- ticipos de fondos. De modo que ya no oiré mas el que por cul- pa de quien sea, que se complacia en poner 4 la vergiienza la honra del pais 4 merced de ruines sentimientos, se dijera que todas las naciones incluso Portugal habian cumplido el compromiso contraido, menos la nuestra; gaudeamus.» El senior Presidente, 4 propdsito de lo dicho por el Sr. Vi- lanova acerca de la cria del gusano de la seda en Bolonia dijo que el hijo del sefior conde del Valle de San Juan habia prac- ticado durante cuatro afios en Murcia el examen microscépico de la mariposa del gusano de la seda, para apartar aquellas que no ofrecian buenas condiciones de salud, obteniendo con esto siempre una buena semilla. El Sr. Vazquez puso en conocimiento de la Sociedad que hace diez y ocho afios que lleva él consiguiendo una excelente semilla del gusano de seda, sin mas que apartar aquellas ma- riposas que el examen microscépico muestra que no estan en completo estado de salud. —EI Sr. Vilanova did cuenta de haber conseguido al fin que nuestro pais contribuya 4 costear los gastos de la publicacién del mapa geologico general de Europa que ha de servir de norma 4 los especiales segtin los acuerdos de diversos Congre- sos geoldgicos. Sesion del 5 de Diciembre de 1888. PRESIDENCIA. DE DON MANUEL MARIA JOSE DE GALDO. Asiste el Sr. D. Federico Tremols y Borrell, de Barcelona. —Leida por el sefior Vicesecretario el acta de la sesidén an- terior, fué aprobada. 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —El senior Secretario did cuenta de un aviso del Conserva- dor de la Biblioteca de la Fundacidén de P. Teyler, acusando recibo del cuaderno 2.° del tomo xvi de los ANALES, y de una comunicacién del Secretario de la Sociedad de Naturalistas de Kiew, que propone el cambio de las Memorias de la misma por los ANALES, cuyo escrito se acord6 pasar a la Comisién de publicacién. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; The American Naturalist.—Tomo xx1r, num. 261. Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College.— Tomo xvul, num. 2. Zoologischer Anzeiger.—Aho x1, nimeros 292 y 293. Bulletin de la Société Géologique de France.— 3." serie, t. xv, num.-9, y XVI, num.'7. Bulletin de la Société Zoologique de France.— Tomo x11, nu- mero 8. Archives Neerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xxiii, ‘entrega1.} Botanish Tidskrift.—Tomo xvi, entregas 1.* y 2.* Atti della Societa Toscana di scienze naturali.—Processi ver- balt. Adunanza del di 1 luglio 1888.—Memorie, tomo Ix. Cronica cientifica de Barcelona.—Afio xt, numeros 264 y 265. Como donativo; Semanario Farmacéutico.— Aiio xvi1, numeros 6 49; remi- tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Sur le Bembidium biguitatum Fab. et les formes voisines. Liste de passalides recueillis en 1872 par feu C. van Volzem au Brésil, por D. Alfredo Preudhomme de Borre; regalo del autor. Los insectos y las plantas, por D. Francisco Vidal y Careta; regalo del autor. La Sociedad acordé dar las gracias 4 los donantes. —Qued6 admitido como socio el sefior Carbé y Urez (D. Juan), de Cadiz, propuesto por D. Julio Ferrand. —Se hicieron tres propuestas de socios. —El Sr. D. Manuel Medina, como Secretario de la seccién de Sevilla, remite las actas de los tres ultimos meses del corriente aflo, que se insertan 4 continuaciop. DE HISTORIA NATURAL. 109 SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 8 de Octubre de 1888. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Abierta la sesién se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Quedaron admitidos como socios los senores Vinsac (D. Casimiro), y Garcia Parra (D. Berhardino), presentados por D. Julio Ferrand; Gasco (D. Luis G.), y Roquero Martinez (D. José), presentados por D. Manuel Medina. —f] Sr. Calderén ley6 la nota siguiente: Porfirita enstatitica del Cerro de La Platz en la laguna de Fuente Piedra. «En mi precedente nota sobre la laguna de Fuente Piedra, hablé de los apuntamientos ofiticos que la rodean , sobre todo por su lado E. y en particular del de el Cerro de La Plata, so- bre el que prometi una noticia petrografica especial , asi que terminase su estudio. Como presumia por el examen externo de la roca, ha resultado esta bastante interesante para que merezca una breve comunicacion. : »Examinados los ejemplares exteriormente, indican desde luego un material cristalino, compacto y bastante denso. »De una pasta de color grisaceo claro, destacan laminillas brillantes oscuras en grandisimo numero, nddulos melados un poco mayores que las anteriores y otras particulas menos determinables. »La roca es fusible al soplete y tan de escasa dureza, que se deja rayar muy facilmente con la punta de la navaja. 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Los planos de juntura producidos por las leptoclasas, estan cubiertos de una capa de varios milimetros de espesor de car- bonato de cal, resultante de la descomposicién misma de la roca. Esta no parece, sin embargo, 4 la simple vista hallarse alterada en el grado que lo descubre luego su examen micros- cépico, no obstante de haber sacado los ejemplares que poseo de bastante profundidad y con el auxilio de herramientas 4 propésito para arrancar trozos que no hubieran sufrido la ac- cién atmosférica directa. »Por esta razon no es posible llevar 4 cabo una descripcién completa y acabada de la roca, y algunas circunstancias y particularidades de su composicién, tienen que quedar redu- cidas 4 meras conjeturas, si bien las que pueden apreciarse de un’ modo cierto bastan para conceder]a algun interés. »La masa fundamental se compone de feldespato plagiocla- ga, en la que yacen dispersos trocitos de contorno irregular de un mineral transparente 6 de un color muy claro, dispues- to en haces y de accioén viva sobre la luz polarizada. Quizas sea moscovita, hornblenda uralitizada 6, lo que es mas probable, bastita procedente de la evolucién de un piroxeno rombico. Esto ultimo son, sin duda, los cristales porfidicos mayores, que he dicho se percibian 4 la simple vista y que en seccién transparente aparecen de color pardo, débilmente pleocroicos y de estructra filamentosa, con cuyos caracteres suele presen- tarse esta sustancia en algunos melafidos y porfiritas. De tre- cho en trecho se observan en la roca granulos opacos, que son de hierro titanado, transformado en parte en titanita y 4 veces en rutilo; algunas secciones cuadraticas rojas unas y negras otras, que deben ser 6xido de hierro transformado a veces en pirita; apatito bastante abundante y titanita en granos inde- pendientes de los del hierro titanado, que parece, sin embar- go, ser un producto evolutivo de este. »Como desde luego se comprende por esta ligera descripcién la roca del cerro de La Plata no debe denominarse ofita en el sentido petrografico de esta palabra, ni por lo que se refiere a su composicion ni en punto 4 su estructura; alin 4 reserva de modificar su clasificacidn en vista de ejemplares mas frescos, puede provisionalmente calificarsela de porfirita enstatitica, especie petrografica que no ha sido hasta ahora mencionada de Espana. ; DE HISTORIA NATURAL. 1i1 »Si la roca debe calificarse asi por su composicién, no es dado, en cambio, separarla de las restantes ofitas de la region ni por el modo de aparecer, ni por los fendmenos epigénicos de los terrenos en que arma, ni por las transiciones que ofrece hasta pasar 4 las variedades mas tipicas. Esta misma contra- diccién observé ya el Sr. Macpherson al tratar de definir por vez primera el grupo ofitico de la provincia de Cadiz, y des- pués la ha confirmado hallando alli y estudiando ejemplares recogidos por los Sres. Vidal y Molina en la isla de Formente- ra, que son verdaderas andesitas piroxénicas. Yo he recogido también otras variedades porfiriticas en Coripe, que atin no he estudiado 4 fondo, y que difiriendo muchisimo de la roca tipo, pasan 4 ella, sin embargo, por transiciones graduales. »Para resolver esta dificultad, que obliga muchas veces a unir 4 la denominacidn de ofita un calificativo que indique si se emplea en sentido geoldégico 6 en el litolégico, seria conve- niente, 4 mi-juicio, borrar este nombre sustituyéndolo con otro en el cuadro de las especies petrograficas, y emplearle solo en su acepcién geolégica, como lo han hecho varios na- turalistas que se han ocupado de estas rocas en la regién pi- renaica.» — ercie'e ol 30,00 Grastos dewsecretaria.. a> actepesisiseie cs sicieisincise sellers ectstea lene 20,00 MOIS oo6 6. 57,50 —-l] Sr. Adame leyé la comunicacién que sigue: Nota sobre el « Hystriz cristata» L. «Entendiendo yo que el objeto principal de la Seccién es, sin duda alguna, hacer el estudio todo lo mas detallado posible de la fauna, flora y gea de la regidn que constituye su principal asunto, no he vacilado en entretener vuestra atencidén por esta noche, dandoos cuenta de los datos que he podido recoger so- bre la existencia actual en la zona andaluza del roedor cono- cido con el nombre de puerco-espin (Hystriz cristata L.) Si consultamos sobre el particular algunos autores, vemos que casi todos, 6 todos, hacen moradora dicha especie de la parte meridional de la Peninsula. Hé aqui lo que sobre el asunto nos dicen algunos naturalistas que se han ocupado de esta region: Rosenhauer asegura se encuentra al S. de Espafia, pero sin tener noticia de alguna localidad determinada; el Sr. Pérez Arcas dice sin reserva que dicha especie es propia del Norte de Africa, Italia, Andalucia y Extremadura; el Sr. Martinez Re- guera, en su Catalogo de los mamiferos del término de Montoro, da por sentada su existencia en Sierra Morena, puesto que, al DE HISTORIA NATURAL. 119 hablar de sus costumbres, gustos y condiciones de vida, refie- re que no suele verse en la sierra en Jos meses mas crudos del invierno, por estar sometido 4 una semi-invernacién; afade haber visto, sin fijar punto, varios en domesticidad, y que las circunstancias de ser aficionado al queso, frutas, cereales y algunas berzas, como la col y la lechuga, lo hacen frecuente en algunos cortijos y huertas de la campifia; el Sr. Machado, antiguo catedratico de esta Universidad, en su Catalogo de los maniferos de Andalucia, dice que no ha podido encontrar en ella esta especie; pero, con referencia 4 un naturalista, refiere el hallazgo de sus puas 6 espinas en el Monte del Vigia, en Gibraltar. Noticioso de que se citaba de Extremadura, en las inmediaciones de Trujillo, trat6, aunque en vano, de procu- rarse un ejemplar, por lo cual deduce que, si esta especie existe alin, debe ser muy rara, y aun se expresa mas termi- nantemente en su traduccién de los Flementos de Zoologia, de Schoedler, afirmando en una nota su total extincién en la Pe- ninsula. Por ultimo, segun noticia recibida de nuestro digno presidente y cariNoso maestro D. Salvador Calderén, persona que le merece entero crédito, asegura haber visto en las calles de esta ciudad, el afio 1876, 4 un campesino que traia un puerco-espin, proponiendo su compra, el cual decia haberlo cogido en la sierra, refiriendo todas las circunstancias de la captura. Hasta aqui, sefiores, todo lo que he podido inquirir en los libros que mas nos hablan del particular que me ocupa. Voy, pues, ahora 4 exponeros mis propias inquisiciones, por si en algo pueden ser utiles al juicio que sobre el asunto he de emitir. La circunstancia especial de haber nacido en uno de los pueblos situados en lo mas montafioso y escarpado de Sierra Morena, y familiarizado con sus producciones naturales, paré- ceme poder aportar algunos datos relativos 4 nuestro objeto. Yo, sefores, puedo decir que he recorrido en mis excursiones venatorias las principales montafias de la cordillera Mariani- ca, asi como algunas regiones extremefias, términos de Zafra, Valencia del Ventoso, Burguillos, Los Santos, y las marismas de Huelva, Moguer y Gibraleén, yendo siempre acompajfiado por personas dedicadas a la caza y muy conocedoras de todos los animales propios del pais; y si bien para algunas no ha 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sido desconocido el nombre del puerco-espin, nadie me ha asegurado haberlo visto. Afadiré 4 esto que he escrito recien- temente 4 los referidos puntos, y las contestaciones todas han sido negativas: he preguntado 4 Andujar (Jaén), 4 Zafra (Ba- dajoz), & Huelva y a los pueblos mas principales de esta pro- vincia, y en unas localidades no lo conocen, en otras lo con- funden con el Hrinaceus europeus, y en otras, por ultimo, afirman que ha existido, pero que no lo hay en la actualidad. Segun los datos que acabo de anotar, desde luego me incli- no & negar la actual existencia de dicha especie en nuestra Peninsula. Es verdad que algunos autores nos dicen que exis- te al S. de Espana; pero yo creo que dicho esto de una mane- ra tan vaga, parece indicar que han transcrito a las paginas de sus libros referencias y observaciones hechas en épocas algo lejanas. Por mi parte, creo inverosimil que pueda hallar- se en Espaiia algtin representante de la citada especie. De lo que antecede se desprende como corolario la siguiente pregunta: Si ha existido el puerco-espin en el S. de Espana, como no podemos menos de admitirlo, gqué causas han con- tribuido 4 su desaparicién? Se senalan como tales el acrecen- tamiento de la poblacién, los adelantos agricolas, el desmonte y cultivo de los campos, la persecucién de que son victimas esta como otras tantas especies zoolégicas con objeto, ya pura- mente de destruirlas por los dafios que ocasionan, ya con el de aprovechar sus carnes y demas despojos. Valoremos estas causas. Cierto que segun los datos estadisticos, aumenta por término medio la poblacién humana, creciendo, por tanto, el numero de enemigos de ciertas especies animales; pero creo que no hay una relacién constante ni determinada entre dicho aumento de poblacién, por demas lentisimo, y la desaparicién de la superficie terrestre de una cualquiera especie animal. Cierto también, que la mano del hombre devastando la vege- tacién virgen del planeta, va haciendo desaparecer una a una todas las condiciones mesolégicas y de guarecimiento, sin las cuales, no es posible el fomento de ciertas especies; mas si atendemos & que existen aun en la regidn geografica que nos ocupa, grandes extensiones de terreno por desmontar, entre cuyos matorrales se desarrollan y guarecen en respetable nu- mero desde el Canis lupus y el Sus scropha, hasta el Lepus ti- midus, especies todas que necesitan analogas condiciones que DE HISTORIA NATURAL. 121 el puerco-espin, no puedo conceder a esta causa, en este con- cepto, sino un valor relativo. A la persecucién llevada a cabo por el hombre no estimo merezca todo el valor que por algu- nos se le quiere conceder, porque tanto la carne como sus puas, aquella sirviendo para la alimentacién y estas para de- terminados articulos comerciales, no tienen aprecio bastante para que adquiriendo un alto valor, fuera buscado el animal con un interés que justificara su desaparicion. En mi pobre entender, creo que hay otra causa mas poderosa, que influye de un modo directo en la extincién de las especies que hacién- dose ya caducas, van cediendo su puesto 4 otras mas moder- nas, mas robustas y més en armonia con el medio que les es propicio. La modificacién de este, en la cual alguna parte toma indudablemente la mano del hombre, es la que yo apunto como causa principal de la extincién de ciertas espe- cies animales en la superficie de la tierra. Termino, pues, estos desalifados apuntes con las tres con- clusiones siguientes, que someto 4 vuestra ilustrada conside- racion: 1.2 Que el Hystria cristata L., ha existido en la region me- ridional de la Peninsula; 2.2 Que, segun los datos que he podido inquirir y los cono- cimientos que poseo de la citada regidén, dicha especie se halla extinguida en la actualidad ; 3.°. Que la causa principal de su desaparicidon, es toda esa serie de modificaciones que observamos en la naturaleza y que ocasionan lo que conocemos con el nombre de transfor- mismo. Las especies de hoy no soniguales a las de ayer, como seran nuevas y distintas las que vendran 4 suceder 4 las actuales.» —EHl Sr. Calderon did cuenta de haber podido conseguir para e! Gabinete de la Universidad, un ejemplar Q del patio taro de que se ocup6o en la sesién anterior. —El Sr. Medina did cuenta de la siguiente comunicacidn: Excursion de 18 de Noviembre de 1888 4 Tomares y San Juan de Aznalfarache. «Reunidos 4 las doce de la mafiana en el puente de Triana, salimos con direccién al primero de dichos pueblos los sefores 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Calderon, Seras, Ruano, Puiggener, Sanchez, Fernandez, Pue- lles, Rivera, Reynés, Franco y Medina. A pesar de la época en que verificamos esta excursion, no dejamos de recoger varias cosas , entre ellas algunas de interés. Entre las plantas figuran las siguientes : Nigella Damascena L., Aristolochia betica \.., Silene infla- taSm., Umbilicus pendulinus DC., Arisarum vulgare Kth., Gly- cyrrhiza glabra L.., Daphne gnidium \.., Eecbalium elaterium Rich., Solanum nigrum L., Ranunculus acris L. Recogimos los insectos siguientes: OrTOPTEROS: Hpacromia thalassina F., Stauronotus maroc- canus Thunb., Gryllus bimaculatus De Geer, Platyblemmus lusitanicus Serv., Platyphyma Giorne Rossi. Hemipreros: NVotonecta glauca L., Nepa cinerea L., Lyg@us mi- litaris F., Lygeus punctato-guttatus F., Pyrhocoris egyptius L. CoLEéprERos: Carabus beticus Deyr., Steropus globosus F., Copris hispanicus lr, Tentyria platyceps Stev., Gonocephalum meridionale Kust., Fpilachna argus Geof. Himenopreros: Ammophila sp.2, Aphenogaster barbara Lin- neo, 920’, Aphenogaster testaceo-pilosa Lucas, 9, Cremato- gaster scutellaris Ol., 6, Solenopsis fugax Latr., %, Tapinoma erraticum Latr. ©, Vespa germanica F., Polistes gallicus L., Eumenes mediterraneus Kriech., Chrysis ignita L. También adquirimos ejemplares de los moluscos siguientes: Arion sp.?, Helix pisana Mill. , Helix lactea Miill. var., He- lic luteata Parr., Helix luteata Parr. var., Helix acuta Miill., Physa acuta Drap., Limnea ovata Drap. De reptiles y anfibios solo obtuvimos: Lacerta muralis L., Psammodromus hispanicus Fitz., Bufo calamita Laur. Hubiéramos deseado, y este era el principal objeto de la ex- — cursién, recoger crustaceos en las charcas que se habian for- mado después de las ultimas aguas, pero estas se hallaban por completo desprovistas de toda apariencia de animalidad. Después de haber llegado 4 Tomares, atravesamos 4 la iz- quierda varios olivares y vifiedos, en direccién 4 San Juan de Aznalfarache, desde cuyo pueblo regresamos 4 Sevilla a las seis de la tarde. Posteriormente se ha hecho una preparacion microscépica DE HISTORIA NATURAL. 123 de los huevos de Zimnea ovata Drap., por nuestro distinguido consocio el Sr. Seras, la cual se conserva en el Gabinete de Historia Natural de esta Universidad, donde los sefiores socios pueden estudiarla.» —HEl Sr. Calderon ley6 la nota siguiente: Consideraciones del profesor Suess sobre la meseta central espanola. »En el ultimo tomo recientemente aparecido de la inmortal obra del profesor de Viena, Eduardo Suess (1), se trata, con ocasion del estudio de los contornos del Atlantico, de la mese- ta central de nuestra Peninsula, la cual motiva consideracio- nes tan sintéticas y transcendentales, que he creido de inte- rés exponerlas brevemente, anadiendo algunas aclaraciones para su mejor comprension. »Empezaré por recordar la distribucién de las zonas de ple- gamiento en Europa, que se han deducido por cuidadosas investigaciones estratigraficas y orogénicas, y se consignan en el tomo precedente de la citada obra, con el fin de que el lector pueda relacionar con aquellas la arquitectura de la Pe- ninsula, que se sintetiza en el capitulo 4 que me refiero. »Se sabe que los repliegues terciarios formaron desde los Pirineos hasta los Carpatos, los Balkanes y el Caucaso la gran cadena alpina, bordeada por su extremidad N. por un conjun- to de antiguos macizos; el estudio de estos ultimos ha permi- tido reconstruir las sefales, ya borrosas en parte y rotas en otros lados, de una cadena mas antigua, que data del fin del perfodo primario, 4 la cual se ha llamado cadena herciniana. La Escandinavia, la Irlanda, la Escocia y el pais de Gales con- servan al N. de esta ultima los restos de otra serie de pliegues anteriores al devonico, que constituyen la cadena caledonianda. La conexién de los movimientos principales que ha experi- mentado nuestra Peninsula con los generales, 4 que se refie- ren dichas grandes cadenas, forma el asunto que estimo de mas novedad é interés en dicho examen de nuestra meseta central. (1) Das Antlitz der Hrde. Tomo 11, Viena, 1888; cap. 2.° I24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Empieza el autor por distinguir, como lo ha hecho el senor Macpherson, tres elementos primordiales que integran en la constitucién de nuestra Peninsula; la meseta con sus rocas mas antiguas; al S., la cordillera Bética, fuertemente plega- da; y al N., la cadena pirenaica. »Recorriendo la disposicién de las cordilleras que forman la costa septentrional africana, recuerda el modo como aparecen arrolladas, dando una vuelta completa en Marruecos, desde ir de E. & O., hasta marchar de 8S. 4 N., prolongandose enton- ces al Estrecho de Gibraltar. En el Cabo Negro, y junto a Ceu- ta, afloran las pizarras micaceas y las arcillosas antiguas con Trilobites; después sigue una zona de arenisca roja, al O. de la cual se asienta otra de caliza mesozdica, que corre al Riffy termina en Gibraltar, y todavia mas lejos, en la misma direc- cién, forma el Cabo Espartel. Este arco montanoso cine al Me- -diterraneo, se encorva en Espafia al ESE., y extendiéndose en este sentido, hasta frente a Alicante, ocupa por completo la zona del 8. del Guadalquivir. Esta es la cordillera Bética, de direccién transversal y dividida en grandes hojas, de la que el autor se ocupé ya en el primer tomo de esta obra (1), aco- giendo las ideas del Sr. Macpherson sobre los poderosos plie- gues y arrollamientos que muestra dicha cordillera, empuja- dos contra el borde meridional de la meseta. »Constituida por pizarras antiguas se reconoce la extremi- dad de dicha meseta hasta cerca del Cabo de San Vicente, y siguiendo con bastante paralelismo la costa, a través del Al- garve, hasta las bocas del Guadiana, vuelve 4 la parte N. de- valle del Guadalquivir, para formar la porcién meridional de Sierra Morena. La manera como este borde corta transversal- mente las antiguas rocas de la meseta, ha permitido recono- cer al Sr. Macpherson la existencia de esa gran cortadura que he mencionado tantas veces en variadas ocasiones con el nombre de Falla del Guadalquivir (2). »Desde la parte central del Alemtejo se destacan claramente los contornos occidentales de la meseta, la cual vuelve 4 des- cubrirse en las cercanias de Tancos, en el Tajo, yendo marca- (1) Das Antlitz der Hrde; t.1, pag. 291. (2) Macpurerson: Lstudio geol. y petrogr. del N. de la prov. de Sevilia (Bol. de la Com. del Map. geol., t. V1 ) DE HISTORIA NATURAL. 125 damente hacia el NNO., se dirige hacia E. de Thomar y Coim- bra, y alcanza el Océano no lejos de Oporto. Desde este sitio forman las rocas de la meseta la costa pétrea del NO., prolon- e@andose 4 lo lejos hasta Asturias, donde las montafias 'creta- ceas, que se extienden al Oriente, encuentran la zona pire- naica. »El borde oriental de la meseta est&é acompanado de una zona de formaciones mesozdicas, que se ensanchan desde Cuenca hasta el Golfo de Valencia y el Cabo de la Nao. »El eminente profesor de Viena acoge, sancionandolas con su autoridad, las ideas que yo emiti sobre el contorno polié: drico de la meseta y sobre ciertas particularidades de este eran Horst (1), que encuentra confirmadas en la Carta geold- gica de la Peninsula, publicada por el Sr. Botella. Pero Suess fija particularmente su atencién en la regiédn NO., como la mas propicia para poner de relieve las particularidades del gran macizo central de Espana. »Empieza por notar que en Galicia afloran las rocas mas an- tiguas, como pizarras micaceas y verdosas, serpentinas, gnei- ses y granitos de intrusién. Ya en las cercanias de Asturias se inician los depésitos cambricos, constituidos por rocas que tienden 4 pasar 4 las mas antiguas de Galicia, y contra las cuales fueron empujadas las arcaicas. Dentro del territorio cambrico, viene, concordante con este, una banda siltirica; a esta le sigue una devoénica, y finalmente, una carbonifera, todas volcadas y constituyendo una serie de arcos que se van estrechando. Resulta de esta disposicién general de los terre- nos, que la parte exterior de la excavacién asturiana, y espe- cialmente el relieve galaico, viene 4 buzar al SSE. y SE. bajo la meseta. Se encuentran 4 trechos manchones cenomanicos sobre las antiguas cordilleras, como en Bohemia, y el centro y el E. de la meseta estan cubiertos de sedimentos terciarios lacustres; pero los macizos graniticos asoman desnudos en vastas extensiones. La banda que corre de Galicia por Traz- oz-Montes y Beira Alta esta compuesta de vetustas cordille- ras plegadas y acompafiadas de abundantes granitos; al 8. de Salamanca marcha la ancha rama granitica y gneisica for- (1). CALDERON: Hnsayo orogén. sobre la meseta centr. de Hspaia.—ANAL. DE LA Soe, ESP. DE HistT. NAT., t. XIV 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mando las sierras de Guadarrama y Gredos, que separan las dos Castillas, y otras corridas, que se extienden al SK., ofre- ciendo abundantes pliegues casi paralelos, de gran longitud, fuertemente arrollados en muchos casos, convexos y mirando al SO. La marcha de estos pliegues podria representarse por una linea trazada desde Oporto hacia el SE., yendo a Alcan- tara, después un poco al O. de Caceres, y en fin, en curva poco cerrada, por Pozo Blanco 4 Sierra Morena. Hsta linea se des- taca principalmente por sus amplios macizos graniticos, que van generalmente al SE., con los cuales se prolonga hasta el Guadalquivir esta zona de presiones orogénicas, que es aqui rota transversalmente. »Las masas graniticas de esta cordillera violentamente ple- g@ada, se han abierto paso en su mayor parte durante la época carbonifera, segtin la opinién del Sr. Macpherson. Una for- macién carbonifera mas moderna aparece en la provincia de Sevilla discordante con la cordillera, como sucede también en Asturias, lo que induce 4 referirla 4 la edad carbonifera superior, contemporanea de las cordilleras armoricana y va- riscica. »En la provincia de Huelva, el notable filén de Rio Tinto se halla en la direccidn N. 70° O.; y después siguen las piritas en una extensién de 145 km. hasta Aljustrel, en Portugal, desde donde se van encorvando al N. 50° O. Se conocen, ade- mas, las piritas de Caveira, junto 4 Grandola, de modo que la extensién de la linea minera comprende 183 km. »Teniendo en cuenta que el gran arco del SO. de la meseta parece estar comprimido hacia el SO., encuentra razonable el autor el punto de vista del Sr. Macpherson, de que la parte mas considerable de las alineadas cordilleras de la Peninsula Ibérica ha oscilado, no como los Alpes, hacia el N., sino como las dobladas sierras del N. de Africa, hacia el S. »Sentados estos precedentes, pasa el profesor Suess & exami- nar los problemas orogénicos de la Peninsula en su relacién con el estado de la ciencia sobre la estructura y cronologia de los movimientos de los grandes pliegues del continente europeo, sin disimularse la gran dificultad que ofrecen dichos problemas en lo tocante 4 nuestro suelo. »Considerando, en general, la cordillera Bética, nota que los plegues mas antiguos corren al SE. en la falla del Gua- DE HISTORIA NATURAL. 127 dalquivir, al paso que los pliegues béticos se dirigen casi transversalmente 4 estos al ONO., justamente en la relacién de posicién que afectan los Carpatos con el Sudeten. Aqui, en el Guadalquivir, es manifiesto también, que no ya la direc- cidn de los antiguos dobleces, sino la de sus cortaduras, esta determinada por la marcha de los mas modernos que sucedie- ron a aquellos. _ »Pasa después & examinar la disposicién de las depresiones asturianas. La estructura de estas la representa por una serie de escamas que se vuelven hacia el arco exterior que limita la cuenca, denotando haber sido producidas por inflexién de una cordillera plegada. Los arcos mas externos del lado S. son los que hemos seguido de Oporto al Guadalquivir y & través del Alemtejo, hasta las cercanias del Cabo de San Vicente. Asimismo se cifie en Gibraltar la cordillera africana mas mo- dernamente arrollada, para formar la cordillera Bética; y si fuese posible ver la seccién horizontal por bajo de la extremi- dad O. del Mediterraneo, en una profundidad de algunos mi- llares de piés, probablemente encontrariamos una disposicién de rocas en un todo analoga 4 la depresién asturiana. Corren las capas entre Ceuta y Tanger de S. 4 N. perpendicularmen- te al Estrecho de Gibraltar, al modo como lo hacen las rocas al O, de Galicia; solo que en la regién africana se ve unica- mente el exterior del arco, mientras que en el N. asoma el in- terior. Como las cordilleras septentrionales de Africa son la extremidad del gran arco que marca el limite meridional de la Eurasia, y este es el que conserva en Europa el circo y plie- gue que corre del Asia hacia el S., deduce el profesor Suess que la flexion de las cordilleras occidentales de la Furasia mue- re hoy junto a Gibraltar; pero que ya anteriormente, hacia la conclusion de la época carbonifera, se formd otra gran cordillera, que realizd el mismo arrollamiento en la direccion N. a S. en las depresiones asturianas, esto es, & los 8° latitud N. de la infle- zion actual. _La antigua cordillera fué denudada y rota en fragmentos, y los nueyos arcos no pudieron propagarse por el Mediodia, merced a chocar con la falla del Guadalquivir. Con mas cla- ridad que en la Europa media, se advierte aqui la reconstruc- cién de esta parte del mundo, segtn los antiguos planos; pero mientras que en el arco armoricano de los Pirineos y en 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA el variscico de los Alpes aparece claramente el empuje del N., seguido de fallas que son su consecuencia, en la regiédn espa- fola se presenta un nuevo enigma. Aqui no se ve una anti- gua cordillera seguida de otra nueva, sino una inflexién in- vadiendo el campo de otra anterior. La regién plegada quedé al S., y no la suceden arrugas removidas al NNO. (como acon- tece en el Schwarzwald contra el Jura), sino que se forman estas en la falla del Guadalquivir contra el lado arrugado, al SO. de las antiguas cordilleras de la meseta, en tanto que se le oponen al NNO. los plegados apoyos de la cordillera Bética. Termina el gran orogenista vienés, preguntandose si las antiguas cadenas ibéricas no son un resto del arco armorica- no, suposicidn que se acuerda con la edad de ellas, pero que no basta para decidir la cuestidn, pues aunque las rocas de Asturias se parecen a las de Cornwall y la Bretafia, y ambos territorios plegados siguen ciertamente & lo lejos bajo el mar, no puede observarse si se encuentran y enlazan y de qué modo lo hagan. Resumiendo la doctrina expuesta por tan distinguido maes- . tro, diré que el macizo ibérico esté constituido por una serie de pliegues que desde Galicia y el N. de Portugal describen hacia el interior arcos poco encorvados, que se interrumpen bruscamente al llegar 4 la falla del Guadalquivir. En Astu- rias, en cambio, se encorvan tan profundamente, que dan lugar a una construccién especial, 4 una excavacidn en la que los miembros mas antiguos quedan por fuera, pero estan echados sobre los mas jévenes del interior de la excavacion, en forma de escamas. Asi el fragmento ibérico recortado, se extiende en Galicia al N. y NNE., en Asturias al NNE. y NE. hasta ENE. en el mar. Su enlace con la cordillera armoricana es desconocido. Hacia el fin de la época carbonifera se produjeron en el centro de Europa grandes cordilleras que fueron plegadas hacia el N., como lo son actualmente los Alpes. Se rompieron simultaneamente, y sus bordes retardaron la produccién de. los nuevos pliegues, que forman las actuales cordilleras Bé- tica, de los Pirineos, de los Alpes y de los Carpatos. El mismo trozo, en el cual ha permanecido estadizo ese antiguo anejo llamado Meseta francesa, separa hoy el arco de los Alpes de ’ DE HISTORIA NATURAL. 129 el de los Pirineos. En fin, la excavacién asturiana se repite en la sinuosidad de las montafias del estrecho de Gibraltar. En definitiva, nuestra Peninsula, como las demas tierras que corren al N., fué reconstruida de dicha suerte por sezun- da vez, obedeciendo 4 la ley del retroceso hacia el S. de las’ cadenas iniciadas en las regiones de nuestro hemisferio sep- tentrional, que deben haberse consolidado con anterioridad a los territorios del centro y mediodia de Europa.» —Procedidse 4 la eleccién de la Junta directiva de la sec- cidn, quedando constituida en la forma siguiente: Presidente: D. Julio Ferrand Couchoud. Vicepresidente: D. Antonio Gonzalez y Garcia de Meneses. Tesorero: D. Manuel de Paul y Arozarena. Secretario: D. Manuel Medina y Ramos. Vice-secretario: D. Carlos del Rio y Tejero. —El Sr. Vilanova dijo que eran varios é interesantes los puntos tratados por los sefiores socios de la seccidn de Sevi- lla, y debia felicitarse la Sociedad de la creacién de la misma, que se debe en gran parte al celo y entusiasmo del Sr. Cal- derén. Haciéndose intérprete de los sentimientos de los socios pre- sentes, manifesté el sefior Presidente que eran muy justas las observaciones del Sr. Vilanova, que seguramente son eco de las de la Sociedad en este punto. —Manifesté el sefior Presidente que se daba el parabien de que asistiese a la sesidn el Sr. Tremols, individuo de la sec- ciédn de Barcelona, cuyos individuos como los demas de la Sociedad, cumplen modestamente por el momento con el fin primordial de cultivar y adelantar la ciencia, lo que hace su- poner mayor progreso para el porvenir, y reconocid la parte que han tomado todos los profesores de aquella capital en la Exposicién de Barcelona, que ha rayado a gran altura como era de esperar de la buena intencion y de la fortaleza con que se emprendié por Cataluna. Dijo también que no le habia sido posible hasta ahora visitar la importante Exposicién he- cha en Barcelona, que por su censo es la segunda poblacién del pais, que debe felicitarse al ver que asi se borran las difi- ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVII. 9 139 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cultades que puedan oponerse al desarrollo de la ciencia y de la industria, y termind rogando al Sr. Tremols que se hiciera intérprete cerca de los miembros de aquella seccién de los sentimientos de la Sociedad, que vera con gusto le sean co- municados los estudios que haya hecho en el afio anterior. El Sr. Tremols, en nombre propio y de sus compafieros, did las gracias 4 la Sociedad, y atribuyendo a las muchas ocupa- ciones que en estos Uultimos meses han tenido nuestros conso- cios de Barcelona y 4 la muerte del presidente de la seccién, el no haber remitido aun sus actas, aproveché la oportunidad para ofrecer 4 la Sociedad un herbario de la regién y también & sus consocios los servicios valiosos que suponen los muchos conocimientos botanicos que posee el Sr. Tremols, que hace treinta aflos viene adquiriéndolos en la medida que lo permi- ten sus ocupaciones como catedratico de quimica inorganica. —Leidos los articulos 12, 13, 16 y 21 del reglamento presen- t6 las cuentas el sefior Tesorero, de cuyo estado es copia el si- guiente: | Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Espaifiola de Historia Natural, desde 4.° de Diciembre de 1887 a 30 de Noviembre de 1888. INGRESOS. PESETAS. Saldo en 1.° de Diciembre de 1887...........0--ccesecee Gnsoonbdoeadeopanded 988, 04 Cobrado por cinco cuotas atrasadas.......seeeeeeeesceceees sbooaceccaccocae A 7 Id. por doscientas dos cuotas corrientes.........c.seeseereees pOeeCOue ao) UO Id. por doSadelantadas.. 0.0.21... cee ca ccc can sccsccesccerrencroncescs 30 Id. por sesenta y ocho suscr ipciones Pinielnie eietaiciavate arsiate(ciclalsia stereiacstetclelsisrsiste 1.020 Gastos cobrados de tiradas aparte ............. sds CBE goerOdotoosoosdocado 340,38 Por venta de varios tomos de los ANALES.............--- Rereaiceietacicsracierei-is16 150 ToOmAT eRe eres Bee ee awk sean ke sional 5.683, 42 GASTOS. PESETAS. Abonado por papel para la impresién, laminas y cubiertas de los cuadernos SLOrM ell FOTO x Vie Valcenya eel OLeNavilerereletalerteeleteleteleeratel slolereratatetatatete 860 Id. por impresion y tiradas aparte del cuaderno 2.° del tomo xvi..... 1.244,90 Id. porimpresién del cuaderno 3.° del MiSMO........seeereeeeeeeeees 638, 30 Id. por impresion del cuaderno 1.° del tomo XVIL.... 2. ee eee eee enone 790,35 Id. _ por ejecucién y tirada de la lamina v del tomo XVI..........4.. bo 60 Id. por las tres laminas del tomo XVIL.... 2.22.1. c et ewe neces sonn case 420 Id. por un grabado en madera para el tomo xvi (cuaderno 3.°)....... 25 Asignacion del dependiente de la Sociedad................0-.eeeeenees watts 480 Gastos de correos, franqueo de los ANALES y correspondencia.......+.s.-- 201,51 Gastos menores, portes de libros, alumbrado, etc., y presupuesto dei las SCECIONES... . 22. ve. Asanovdo00 s6aoH S seaqoosoog cn seoatnc eeenee 278, 21 HE@ WAU atevetetaratelerers sjeiemelaveeiare aeeieislste ee aetna DE HISTORIA NATURAL. 131 RESUMEN. SiMmMannlOS MN OYESOS siete cecicieiclallereiccs sie dddooaosegecot 5.633,42 Suman los gastos.......+ Bravenet ieivicfalintelalalmintstavcoretclelete 4,998,27 Saldo 4 favor de la Sociedad en 30 de Noviembre.... 635,15 Para examinar las cuentas del afio corriente fueron nom- brados los Sres. Vidal, Prado y Carrasco. —E] sefior Secretario ley6 lo siguiente: Estado del personal de la Sociedad en 1888. Socios que la formaban en 1.° de Diciembre de 1887.........ceesesceececceercees 312 Por fallecimiento. 7 — dados de baja en 1888..... HOOCDOCC DER eCOBHaSOG BREE aie 30 Por renuncia..... 28 : 271 SOCIOS INETESAGOS, CN TSBBivs wie: are, eco/n.0/m 0 creinie's e1eoinjai0j0/e1a\=\eieio[e ole s/aje n\e\slsin\wie.o\c'vinieje.e 0 \a\s\ole 27 ( De Madrid...... 126 ee: Existentes en 5 de Diciembre de 1888. ..........-ssee. De provincias... 152 304 l Delextranjero.. 26 ete Como en afios anteriores han sido dados de baja algunos socios, pero en el presente figuran en menor numero, si bien por fallecimiento resulta mayor, porque en lo sucesivo se vera privada la Sociedad del concurso de socios tan apreciables como los Sres. Asensio, Autran, Ehlers, Giraldes, Mufioz Frau, Sanchez Comendador, y el que lo era fundador Sr. Martinez y Molina. Ha sido muy satisfactoria en el presente afio la marcha de la Sociedad, y ha contribuido mucho 4 ello la formacién de la seccién de Sevilla, constituida en la misma forma que la de Barcelona, cuyas actas no han sido aun remitidas 4 la Socie- dad, ni pueden figurar por consiguiente en el tomo corres- ‘pondiente al afio actual. El cambio de publicacion de los ANALES se ha veililend con las corporaciones siguientes: Academia de ciencias naturales y artes, Barcelona. Academia Real das Sciencias, Lisboa. American Association for the Advancement of Science, Salem. Asociacion eushara para la exploracion y civilizacion del Africa Central, Vitoria. 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Bericht tiber die wissenschaftlichen Leistungen 1m Gebiete der Entomologie von Dr. Ph. Berthau, Bonn. Comision del Mapa Geologico de Espana, Madrid. Connecticut Academy of Aris and Sciences, New Haven.’ Cronica cientifica, Barcelona. Deustche Entomologische Zeitschrift, Berlin. Entomologisk Tidskrift, Stockholm. Essex Institute, Salem. Fondation de P. Teyler van der Hulst, Harlem. Museo civico di Storia naturale, Génova. Museum of Comparative Zoblogy at Harvard College, Cam— bridge Mass. Natural History Society, Glasgow. Physicalisch-medicinischen Geselischart, Wiirzburg. Revue et Magasin de Zoologie, Paris. Royal Microscopical Society, London. Smithsonian Institution, Washington. Sociedad Cientifica Argentina, Buenos Aires. Sociedad Geografica, Madrid. Sociedad Mejicana de Historia Natural, Méjico. Sociedade de Instruccao, Porto. Societa di Scienze naturali ed economiche, Palermo. Societa entomologica italiana, Firenze. Societa toscana di Scienze naturali, Pisa. Société académique hispano-portugaise, Toulouse. Société de Botanique, Copenhague. Société des Sciences historiques et naturelles, Semur. Société d’ Histoire naturelle, Toulouse. Société entomologique belge, Bruxelles. Société entomologique de France, Paris. Société francaise de Botanique. Société géologique de France, Paris. Société hollandaise des Sciences, Harlem. Societe impeériale des naturalistes, Moscou. Société linnéenne, Bordeaux. Sociélé linnéenne de Normandie, Caen. Société linnéenne du Nord de la France, Amiens. Société malacologique belge, Bruxelles. Société ouralienne @amateus des Sciences naturelles, Ekathé- rinbourg. ) | DE HISTORIA NATURAL. 133 Société zoologique de France, Paris. United States Geological Survey of Territories, Washington. Universitas Regia Fredericiana, Christiania. Verein fiir naturwissenschaftliche Unterhaltung, Hamburg. Wiener zoologische-botanische Gesellschaft, Wien. Zoological Society, London. Zoologischer Anzeiger, Leipzig. —Habiéndose verificado la votacién correspondiente para elegir los socios que han de desempefiar los cargos en el alo venidero, resultan designados en la forma siguiente: Presidente: sefior conde de Moriana. Vice-presidente: D. Francisco de P. Martinez y Saez. Tesorero: D. Ignacio Bolivar y Urrutia. Secretario: D. Francisco Quiroga y Rodriguez. Vice-secretario: D. Manuel Cazurro y Ruiz. Comision de publicacion. D. Maximo Laguna. DP. Laureano Pérez Arcas. D. Juan Vilanova y Piera. rc At LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 1879. AseLa y Sainz DE Anpino (D. Eduardo), Ingeniero agr6- . nomo.—Plaza de Isabel IT, 5, 3.° derecha, Madrid. 1875. Apan pe Yarza Y Torre (D. Ramon), Ingeniero de Minas. —Bilbao.—(Mineralogia, Geologia y Paleontologia.) 1872. AguiterA (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— C. de O’Reilly, 42, Habana. 1873. Atmera (D. Jaime), Presbitero, Licenciado en Teologia, Catedratico de Geologia en el Seminario conciliar.— C. de Sagristans, 3, 2.° derecha, Barcelona. 1875. A tonso Martinez (D. Adriano), Licenciado en Medicina y Cirugia, ex-Ayudante premiado del Hospital de San Juan de Dios, Alumno del Doctorado.—C. del Conde de, » Aranda, 3, entresuelo, Madrid.—(Antropologia.) NOTAS:—1.2. El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el aio de su admision en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. F. ‘ : 2.2 Con el objeto de fomentar las relaciones cientificas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las seas de su habitacion, si el socio cultiva en la actualidad mds especialmente algun ramo de la Historia Natural. 135 1888. 1874. 1872. 1886. 1887. 1875. 1885. 1888. 1887. (887. 1872. 1873. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN ALVAREZ QUINTERO (D. Pedro), Alumno de Ciencias natu- rales.—C. de Tirso, 4, Sevilla. Amabo SaLazAr (D. Enrique), Coronel de Ingenieros de la Plaza.—Habana. Anporis y Montatso (D. Tomas), Doctor en Ciencias na- turales.—C. de Hartzenbusch, 9, bajo, Madrid. $ ANGULO Y Sugro (D. Francisco), Farmacéutico militar.— Cc. de San Bernardo, 60, 2.°, Madrid.—(Botdnica. ) ANTIGA (D. Pedro).—C. de Claris, 80, pral., Barcelona. Anton Y FerrAnpiz (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Pro- fesor auxiliar de la Universidad Central, Ayudante por oposicién del Museo de Ciencias naturales.—C. de Villa- lar, 5, 2.°, Madrid.—(Moluscos, Zodfitos y Antropologia.) AranzabiI Y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia, Licenciado en Ciencias Naturales.—C. de la Monte- ra, 30, 3.°, Madrid. Arias y Ropriauez (D. Amadeo), Alumno de Medicina.— C. de Zurbaran, 4, Sevilla.—(Micrografia.) Ariza (D. Antonio).— Luque (Cérdoba.) Articas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.—Tra- vesia de Moriana, 2 duplicado, 2.°, Madrid.—(Selvi- cultura.) Atienza y Sitvent (D. Melitén), Catedratico de Agricul- tura en el Instituto.—C. de la Victoria, 13, 2.°, Mdlaga. Avita (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. AzcAraTE (D. Casildo), Ingeniero Agrénomo y Catedratico de Fisiografia en la Escuela de Agricultura.—C. de Goya, 25, Madrid. 1872. 1872, 1872. 1886. 1880. 1887. 1886. 1872. 1885. _ LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. . 137 Baranpica (D. Torcuato), Ingeniero de la fabrica de Bo- lueta.—Bilbao. Barsoza pu BocaGe (D. José Vicente), Director del Museo de Historia Natural.—Lisboa.—(Mamiferos, aves y rep- tiles.) Barce.o y Comsis (D. Francisco), Catedratico de Fisica en el Instituto.—Palma de Mallorca. BarriAL Posapa (D. Clemente), Propietario, Director del Museo de Historia natural y Catedratico de Geologia y Paleontologia de la Universidad Catdélica libre y del Co- legio del Salvador, explorador geolégico.—Hotel de la concordia, Montevideo.—(Mineralogia, Geologia y Pa- leontologia.) Barroeta (D. Gregorio), Doctor en Medicina de la Facul- tad de Méjico, Catedratico de Zoologia y Botanica en el Instituto cientifico de San Luis de Potosi, Miembro honorario de la Sociedad Geogrdafica de Quebec en el Canada, de la Academia de Ciencias naturales de Da- venport Jowa, E-U.—San Luis de Potosi (Méjico).— (Zoologia y Botdnica). Bayop y Martinez (D. Martin).—C. de Fuencarral, 37, 3.°, Madrid. Be.uipo (D. Patricio), Ingeniero de Montes.—Zaragoza. BenavineEs (D. José R.), de la Academia de Medicina.— C. de Atocha, 103, 2.° izquierda, Madrid. Benet y AnpreEu (D. José), Doctor en Ciencias naturales. —C. del Olivar, 13, 3.°, Madrid. Botivar y Urrutia (D. Ignacio), Catedratico de Entomo- logia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de Oldzaga, 16, 3.°, Madrid.—(Ortopteros, hemipteros y neurdpteros.) 138 1872. 1882. 1872. 1872. 1886. 1877. 1883. 1872. 1872. 1882. 1872. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Botivar y Urrutia (D. José Maria}, Licenciado en Medi- cina.—C. del Carbén, 2, 2.°, Madrid. Botos (D. Ramén), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San Rafael, Olot (Gerona).—(Botdnica.) Bosca (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias y en Medi- cina, Catedratico de Historia natural.—Jardin Botdnico, Valencia.—(Reptiles de Europa.) Botetua Y pE Hornos (D. Federico de), Inspector general del Cuerpo de Minas.—C. de San Andrés, 34, Madrid. Bortino (D. Luis Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio alta, 2, Santiago de Cuba. BreNosa (D. Rafael}, Ingeniero de Montes de la Real Casa.—San Ildefonso (Segovia). BueEN y pet Cos (D. Od6n), Licenciado en Ciencias natu- rales. —Madrid.—/( Botanica.) CaDEVALL ¥ Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias natura- les, Licenciado en ciencias exactas, Director del Colegio modelo.—Tarrasa. CaLpErOon (D. José Angel), Ingeniero civil.—C. de Fuen- carral, 51, 3.°, Madrid. CaLpEerOn y Arana (D. Laureano), Catedratico de Quimica bioldgica en la Facultad de Farmacia de la Universidad. —C. de Carretas, 14, bajo, Madrid.—(Cristalografia.) CatperON y Arana (D, Salvador), Doctor en Ciencias, Catedratico de Historia natural de la Facultad de Cien- cias de la Universidad.—C. de Borceguineria, 13, Sevilla.—(Geologia y Petrografia.) Catteya y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. ; 1886. 1879. 1872. 1884. 1872. 1888. 1872. 1877. 1875. 874. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 139 CAmara y CAmana (D. José Maria).—Ayora (Valencia). Campion y AnisTEGuIETA (D. Ricardo), Perito mercantil.— Plaza de Guipuzcoa, San Sebastian (Guiptizcoa|.—(En- tomologia.) CAnovas (D. Francisco), Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Murcia.—(Paleontologia y Estudios pre- historicos. ) Caparros y FernAnpez (D. Alfonso),—Caravaca (Murcia). —(Entomologia general.) Caro (D. Narciso), Presidente de la Sociedad Econémica barcelonesa de Amigos del Pais, Vicepresidente de la Academia de Ciencias naturales de Barcelona, Catedra- tico de Terapéutica y Farmacologia en la Universidad. —C. de la Union, 15, 1.°, 1.", Barcelona. Carso Y Urnez (D. Juan), Ingeniero industrial del Puerto y de la fabrica del gas de San Fernando y del Munici- pio.—Cadiz. CarvasaL y Ruepa (D. Basilio), Licenciado en Ciencias y en Farmacia.—C. de Moreno, 196, Hotel del Sur, Bue- nos-Aires. CarvaLHo Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Aclimatacién de Rio-Janeiro.—72, Rua do Alecrim (Largo do Barao de Quintella) Lisboa. — (Lepiddp- teros.) Casas y Asap (D. Serafin), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en Medicina y Cirugia, Catedratico de His- toria natural en el Instituto.—Huesca. Caste. (D. Carlos), Ingeniero de Montes.—C. del Desen- gaio, 1, principal derecha, Madrid. 140. 1876. 1884. 1884. 41881, 1886. 1872. 1885. 1885. 1886. 1872. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN CASTELLARNAU Y DE LLEoPART (D. Joaquin Maria de), In- geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) CAsTELLO Y SANncHEz (D. Vicente), Licenciado en Farma- cia.—C. del Sacramento, 2, Farmacia, Madrid. Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales.—C. de la Colegiata, 8, 1.° derecha, Madrid.—/(Coledpteros y ortépteros de Europa.) CEenTENO (D. José), Ingeniero Jefe de Minas.—Manila. Cervera y Basrera (D. Julio), Comandante de Ingenieros Agregado militar 4. la Embajada espanola.—Tanger. Cervera (D. Rafael), de la Academia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.° derecha, Madrid. CerviNo (D. Antonino), Licenciado en Teologia, Parroco de Santa Cristina de la Ramallosa (Pontevedra). Cua (D. Manuel).—C. de Trafalgar, 46 bis, 1.°, Barcelona. Cun y Naranso (D. Gregorio), Director del Museo canario. —Las Palmas, Gran Canaria. Copina y Laneuin (D. Ramon), Socio residente del Cole- gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugia, Doctor en Far- macia.—C. de San Pablo, 70, Barcelona. Coporniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. Cotmerro (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catdélica, de las Academias de Medicina, y de Ciencias exactas, fisicas y naturales de Madrid, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de .Botdénica y Director del Jardin Botanico.—QC. del Barquillo, 8, 2.° izquierda, Madrid.—(Botanica. ) 1879. 1878. 1877. 1875. 1875. 1886. 1874. 1872. 1887. 1872. 1888. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 141 Cotves (D. Pablo), Doctor en Medicina.—Plaza de Mira- sol, 1, Valencia. Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— Ferrol. Corrat y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de Paris, de la Sociedad Linneana matri- tense y de la de Higiene.—Plazuela de la Media Luna, 4, principal, Santander. CorvTAzar (D. Daniel), Ingeniero de Minas.—C. de Jorge Juan, 19, Madrid. ' Cortzs (Excmo. Sr. D. Balbino).—C. de Campomanes, 6, 2.° izquierda, Madrid. Coscotiano y Buritio (D. José), Licenciado en Ciencias naturales.—C. del Cardenal Toledo, 10, Cérdoba. Couper (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Avila. Crespi (D. Antonio), Licenciado en Farmacia.—C. de Palafox, 23, principal izquierda, Madrid. Cuesta (D. Segundo).—Carrera de San Jerdénimo, 7 y 9, principal, Madrid. Cuni y Martorett (D. Miguel), Individuo de la Real Aca- demia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Codols, 18, Barcelona.—( Botanica y Entomologia.) DacuerrE Dospitat (D. Alejandro).—Hotel de Madrid, Sevilla. Desray (D. Luis), Artista-grabador.—Valhermay Auvers~ sur-Oise (Seine-et-Oise).—(Entomologia.) 142 1885. 1872. 1888. 1882. 1876. 1888. 1886. 1872. 1885. 1875. 1875, LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN DeELAs y DE Gayot (D. Francisco de Sales de).—C. Condal, 20, 1.°, Barcelona.—(Botdnica.) Dourn (D. Carlos Augusto), Presidente de la Sociedad Entomoldgica.—Stettin (Prusia).—(Coledpteros. ) Domincurz Apam_E (D. Mauricio), Licenciado en Medicina. —C. de Sauceda, 13, Sevilla.—(Geologia.) Dorronsono (D. Bernabé), Ayudante de la Facultad de Farmacia en la Universidad.—C. de la Montera, 24 y 26, principal derecha, Madrid. | Ecea Y Torrosa (D. Marcos), Doctor en Medicina y Ciru- gia, Subdelegado del partido de Velez-Rubio, condeco- rado con la cruz de epidemias, Socio académico profesor del Liceo artistico y literario de Granada, y dela de Amigos del Pais de Lorca.—Velez-Rubio (Almeria). Evizatpe y Estava (D. Joaquin).—C. del Bano, 12, 3.°, Madrid. Erice y Murta (D. Tomas), Ingeniero de Montes, Indivi- duo dela Comision cientifica de la fragata Blanca.— Madrid. EscauanteE (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Cate- drdtico de Historia natural y Secretario del Instituto.— C. del Cubo, 8, 2,° derecha, Santander. Escatuna (D. Justino), Farmacéulico.—Gijén.—(Botdnica.) Espeso (Excmo. Sr. D. Zoilo), Gatedratico numerario de Ciencias naturales en el Instituto agricola de Alfonso XII y Secretario general de la Asociacién de agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—( Agricultura y Botanica.) Esptuca y Sancuo (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de primera y segunda ensefanza.—Quintanar de la Orden. 1888. 1888. 1877. 1874. 1872. 1874. 1887. 1872, LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 148 Esguivias Y Perez (D. Antonio), Ingeniero de Montes.— C, de Santa Clara, 21, Sevilla. EsTREMERA y Paz (D. Manuel).—C. de Fuencarral, 12 prin- cipal, Madrid. Fasré (Excmo. Sr. D. Antonio Maria), Consejero de Esta- do.—C. de San Onofre, 5, 2.° derecha, Madrid. Fautcon y Lorenzo (D. Antonio), Ingeniero dé Montes del distrito forestal—Plaza del Arzobispo, 9, Valencia.— (Botanica. ) FERNANDEZ DE Castro (D. Angel), Ingeniero de Montes.— Inspeccioén de Montes, Manila (Filipinas). FernAnneEz pE Castro (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas.—C. de Jorge Juan, 23, 1.°, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) FernaAnvez Cuesta (D. Nemesio).—C. de Tragineros, 22, 3.°, Madrid. FERNANDEZ Losapa (Excmo. Sr. D. Cesdreo), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catdélica, Gran cor- dén de la de Metjidié, Comendador de numero de la de Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distincién por méritos cien- tificos y de guerra, socio de varias corporaciones cienti- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— Plaza del Progreso, 5, 2.°, Madrid. FernaAnpez Minctez (D. César), Farmacéutico militar.— C. de Atocha, 123, Madrid. é FerNANDEZ Ropricuez (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del Instituto del Noviciado.—C. de Pontejos, almacén de papel, Madrid. 144 1875. 1885. 1874. 1887. 1872. 1872. 1877. 1888. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Ferranp (D. Julio), Ingeniero Jefe de la l.* seccién de Via y Obras de los ferrocarriles andaluces.—C,. de Infanzo- nes, Estacién de San Bernardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos).—Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. Ferrer Y VINeERTA (D. Enrique), Doctor en Medicina, Ca- tedrdtico de Clinica quirurgica en la Universidad.— C. de Ballesteros, 7, Valencia. Fores y GonzAuez (D. Roberto).—Hscuela normal, Oviedo. Fortanet (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. Fuente (D. José Maria de la), Presbitero.—Ciudad Real. Fuente y GonzAuez (D. Eduardo de Ja), Médico.—Hoyo- casero (Avila), Gatpo (Excmo. Sr. D. Manuel Maria José de), Caballero Gran Cruz de la Orden de [sabel la Catdélica, Doctor en Ciencias, Director y Catedratico de Historia natural en el Instituto del Gardenal Cisneros.—C. de Hortaleza, 78, 2.°, Madrid. Garcia (D. Regino), Ayudante de Montes.—Manila. Garcia y Atvarez (D. Rafael), Catedrdtico de Historia natural en el Instituto.—Granada. Garcia y ArENAL (D. Fernando), Ingeniero de caminos.— Gijén. Garcia Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad Militar.—C, de Daoiz y Velarde, 16 y 18, Madrid.—/Co- leopteros y dipteros de Europa.) Garcia Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del Almirante Lobo, 28, Sevilla. 1887. 1888. 1886. 1884. 1887. 1878. 1877 1886. 1887, 1886. 1881. ACTAS DE LA S0C. ESP.— XVII. 10 LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 145 Garcia Treso (D. José Antonio), Alumno de Farmacia.— C. de Ruiz, 30, bajo derecha, Madrid. Gasco (D. Luis G.), Catedratico de andlisis matematico en la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. de Borce- guineria, 13, Sevilla. Gaspar Y Loste (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de las Hileras, 7, 2.° derecha, Madrid. Gita y Fipaueo (D. Félix), Licenciado en Ciencias natura- les.—Segovia. Girona Y Vitanova (D. Ignacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.9, Barcelona. Gosert (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de la Orden de Isabel la Catélica, Miembro de las Sociedades Entomolégicas de Francia, Bélgica é Italia, de la Zoolégica-botanica de Viena y de otras corporacio- nes cientificas.—Rue de la Prefécture, Mont-de-Marsan (Landes).—(Entomologia general.) Gocorza y GonzAtEz (D. José), Ayudante del Museo de Ciencias naturales.—C. de Serrano, 78, 4.° izquierda, Madrid.—(Himenépteros.) Gomez Carrasco (D. Enrique).—C. de Don Martin, 25, principal izquierda, Madrid.—(Coledpteros.) G6émez Pamo (D. Juan Ramén), Doctor y Catedratico auxi- liar en Farmacia, de la Real Academia de Medicina.— C. de Santa Isabel, 5, Madrid. GonzAuez (R. P. D. Juan Crisdéstomo), profesor en las Es= cuelas Pias de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GonzALEz Fracoso (D. Romualdo), Médico titular de Car- mena, Toledo.—(Musgos.) ; 146 1887. L872. 1872. 1886. 1881. 1886. 1883. 1882. 1887. 1885. 1874, LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN GonzALEz Y Garcia DE MengsEs (D. Antonio), Ingeniero industrial.—C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. GonzALez Linares (D. Augusto), Catedratico de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Hs- taciédn biolédgica marina.—Santander. GonzaLo y Goya (D. Angel), Doctor en Ciencias naturales, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Verdura, 7, principal, Salamanca. GoNr y ArmenpaARizZ (D. Antero).—C. de la Montera, 38, principal, Madrid. Gorpon (D. Antonio Maria), Catedratico de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Habana. Grau (D. Victor), Doctor en Medicina.—Las Palmas, Gran Canaria. Grau y Aaupo (D. José Maria), Licenciado en Farmacia. —C. de Mesén de Paredes, 10, principal, Madrid. Grepitva Y Gauna (D. Apolinar Federico), Doctor en Cien- cias, Ayudante por oposiciédn del Museo de ciencias na- turales.—C. de Leganitos, 23, Madrid. GREENHILL (D. Tomas Arturo), Ingeniero civil, Asociado del Instituto de Ingenieros civiles de Londres.—C. de la Virgen de las Azucenas, 3, 2.°, Madrid. Guatiart Y Exias (D. Eugenio), Ingeniero de Montes.— Avila. Guerra Estope (D. Jaime).—Ronda de San Pedro, 70, Barcelona. GUILLERNA Y DE Las Heras (D. César de), Ingeniero de Montes.—San Juan de Puerto-Rico 6 Almirante 14, prin- cipal, Madrid. 1872. 1886. 1874. 1875. 1888. 1873. 1884. 1888. 1887. 1884. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 147 Guirao y Navarro (D. Angel), Catedrdtico de Historia natural.—C. de Atocha, 92, principal derecha, Madrid. Gunpuacu (D. Juan), Doctor en Filosofia.—Ingenio Fer- mina, Bemba (Cuba). Guriérrez Souana (D. José), Médico.—C. del Conde de Aranda, 9, principal, Madrid. Henriques (D. Julio Augusto), Director del Jardin Botd- nico de Coimbra, Socio del Instituto de la misma ciu- dad, Individuo de la Sociedad Econémica Matritense.— Coimbra (Portugal). Heypen (D. Lucas von), Capitan retirado, individuo de las Sociedades Entomolégicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, Suiza, Italia, etc., Caballero de la Orden de la Cruz de Hierro y de San Juan.—(Frankfurt am Maim), Schlosstrasse, 54, Bockenheim. Hoyos (D. Luis), Alumno de Ciencias naturales.—C. del Barquillo, 36, Madrid. TNarra Y Ecuevarnia (D. Fermin), Profesor auxiliar, por oposicién, de la seccidn de Ciencias fisico-quimicas y naturales en el Instituto del Gardenal Cisneros.—C. de Gravina, 14, 3.°, Madrid. Irastonza (D, José), Farmacéutico.—San Sebastian (Gui- puizcoa). Intparren y Extras (D. Ricardo), Catedratico de Historia natural en el Instituto.—C. de Antolinez, 3, Sevilla. IzqgurerpO y Ropriguez Esprera (D. Luis), Farmacéutico militar.—C. de Panaderos, 16, 2.° izquierda, Madrid. JIMENEZ DE Cisneros {D. Daniel), Catedratico del Colegio politécnico.—C. de Balcones azules, 15, Cartagena. 148 1872. 1888. 1873. 1882. 1880. 1872. 1872. 1884, 1880. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN JiMENEZ DE LA Espapa (D. Marcos).—C. de Claudio Coello, 36, 1.° derecha, Madrid.—(Mamiferos, aves, reptiles y batracios.) JimMENEZ DE Pepro {D. Justo), Doctor en Medicina, Licen- ciado en Farmacia, Director de los batios de Uberuaga de Ubilla (Marquina).—C. de la Magdalena, 1, 2.° iz quierda, Madrid. Jiménez Pracer (D. Antonio).— Museo de Pinturas, Se— villa. Kraatz (D. Jorge), Doctor en Filosofia, Presidente de la Sociedad Entomolégica de Berlin.—Linkstrasse, 28, Berlin. Lacassin (R. P. D. Jorge), S. J.—Rue Rondelet, 13, Monte pellier (Hérault). LacorzguEtTa (D. José Maria de), Presbitero.—Navarte (Navarra).—( Botanica.) Lacuna (D. Mdximo), Ingeniero de Montes.—C. del Cla- vel, 2, 3.° centro, Madrid.—( Botanica.) Lanperer (D. José J.).—Tortosa.—/(Geologia y Paleonto- logia.) Larrinva y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.—Plaza de las Escuelas, 1, 2.°, San Sebastidn (Guiptzcoa).— (Ornitologia, Coleopteros.) Laurrer (D. Jorge), Miembro de la Sociedad de Historia natural de Augsburgo, de la Entomoldgica de Munich y de la Zoolégica de Regensburgo.— C. de Silva, 40 y 42, principal izquierda, Madrid. LAzaro & Ipiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- cias, Ayudante del Jardin Botainico.—C. de Monteleén, 18, 3.° izquierda, Madrid.—/ Botanica.) 1886. 1876. 1875. 1872. 1887. 1886. 1872. 1872. 1887. 1875. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 149 Lemus y Oto (D. Eugenio), Director regente de la Calco- grafia nacional.—C. del Arco de Santa Maria, 35, 2.° de- recha, Madrid. Lir6 (D. Antonio Maria), Presbitero, Doctor en Sagrada Teologia, Bachiller en la Facultad de Ciencias, Vice Rector y Catedratico de Fisica y quimica en el semina- rio central.— Valencia. Lietcer (D. Pedro), Catedratico de la Escuela de Farma- cia en la Universidad.—U. de Hortaleza, 54 y 56, 3.°, Madrid. Luiuca y Diaz (D. José Maria), Vice-Cénsul de Espafia en Halifax, (Nueva Escocia, Estados- Unidos de Norte-Amé- rica).—( Geografia.) Lopez CaNizares y Diez pe Teyana (D. Baldomero), Licen- ciado en Ciencias naturales.—C. de la Peninsular, 4, principal derecha, Madrid. Lopez Cepero (D. Adolfo),—Chiclana (Cadiz).—(Entomo- logia, coledpteros de Europa.) Lopez Sroave (Ilmo. Sr. D. Victor), Abogado, Comisario Regio de Agricultura, Industria y Comercio, del Con- greso internacional de Antropologia y Prehistoria, de las Sociedades Imp. y Real Zool-bot. de Viena, Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, Entom. de Francia, Bélgica, Suiza, Berlin, Stettin, fundador de la de Alemania y otras.—Coruiia.—/(Vertebrados. ) Lopez pvE Sitva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en Ciencias naturales, subdelegado de Sanidad del distrito de Palacio.—C. de Ferraz, 52, hotel, Madrid. Lozano (D. Eduardo).—Barcelona. Loz1o (D. Isidoro).—C. Mayor, 108 y 110, 4.°, Madrid. 1872, 1872. 1872. 1887. 1875. 1882. 1873. 1878. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Mack (D. Emilio)—Rue du Puits, 4, Vendéme (Loir et Cher).—(Coledpteros y ortopteros de Francia.) Macuapo (D. Antonio), Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Malacologia y Actinologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—Paseo de Santa Engra- cia, 42, 3.° izquierda, Madrid. MacuHo bE VeLapbo (D. Jerénimo}, Doctor en Ciencias, Catedratico de Ja Facultad de Farmacia en la Universi- dad, Comendador ordinario de la Orden de Isabel la Ca- tolica.—C. de Carranza, 21, 2.° izquierda, Madrid. Mac-Lennan (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). Macpuerson (D. Guillermo), Consul de Inglaterra.—C. de la Exposicién, 2, Barrio de Monasterio, Madrid.—(Geo- logia.) Macpuerson (D. José).—C. de la Exposicién, 4, Barrio de Monasterio, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) Maprip Moreno (D. José), Doctor en ciencias naturales. —C. de Lope de Vega, 28, 3.°, Madrid.—(Micrografia.) s Marre! (D. Eugenio), Ingeniero de Minas.—C. de Mendi- zibal, 2, Madrid. MaisTERRA (D. Miguel), Catedratico de ampliacién de la Mineralogia en la Facultad de Ciencias, Director del Ga- binete de Historia natural.—C. del Olivar, 3, 2.° izquier- da, Madrid. Marin y Sancuo (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. —C. de la Luna, 28, 30 y 32, 2.° izquierda, Madrid. Marti y¥ DE Lieopart (D. Francisco Maria de), Licenciado en Derecho civil y canénico.—C. de Santa Ana, 8, prin- cipal, Tarragona. 1872, 1874. 1874. 1873. 1876. 1885. 1872. 1884. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 151 Martin pet Amo (D. Eduardo Jacobo), Licenciado en Cien- cias y en Farmacia, pericial por oposicién del suprimido Cuerpo de Aduanas de las Antillas.—C,. del Sur, Acade- mia de 2.* ensefianza, Vitoria. Martin bE ArGenta (D. Vicente), Doctor en Ciencias y en Farmacia, Socio del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Catedratico de la Facultad de Ciencias.—C. de Hortaleza, 46, Madrid. Martinez y Ancex (D. Antonio), Doctor en la Facultad de Medicina.—C. de Ja Puebla, 11, 3.° izquierda, Madrid. Martinez ANiparro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Entomolégicas de Francia y de Bélgica, correspondiente de la Espanola de Antropologia y de las Econémicas de Leén y Gerona, Presidente de la Comisién antropolégica de la provincia de Burgos.— Lain Calvo, 20, Burgos, 6 Serrano, 4, bajo derecha, Ma- drid.—(Mineralogia y Geologia.) Martinez y Saez (D. Francisco de Paula), CGatedratico de Zoografia de los vertebrados en la Facultad de Ciencias de la Universidad. —Plaza de los Ministerios, 5, 3.° iz- quierda, Madrid.—/(Coledpteros de Europa.) Marvinez Vier (Ilmo. Sr. Fr. Ramén), Obispo de la did- cesis, ex-Catedratico de Historia natural en la Universi- dad de Manila.— Oviedo. MartTorett y Couni (D. Jerénimo), Comerciante.—Plaza de Medinaceli, 1 bis, 1.°, Barcelona.—(Agricultura. ) MasrerreR Y Rieroua (D. Mariano).—C. de Escudillers, 2353.9. 02 earcelona: Mazarrepo (D. Carlos), Ingeniero de Montes.—C, de Clau- dio Coello, 12, Madrid.—(Ardenidos.) Mepreros y Manzanos (D. Pedro).—San Lorenzo (Gran Canaria). 152 1888. 1879. 1876. 1872. 1872. 1872. 1886. 1882. 1881. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Meprna Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, profesor clinico de la Hscuela provincial.—C. de Goyeneta, 27, Sevilla.—(Himendopteros.) Mercapo y GonzAuez (D. Matias), Licenciado en Medicina y Cirugia, Médico cirujano titular.—Nava del Rey (Va- ladolid.—(Entomologia.) Mir y Navarro (D. Manuel), Catedratico de Historia na- tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.° 1.*, Bar- celona. MiraLLes DE ImpertaL (D. Clemente).—Rambla de Estu- dios, 1, 2.° 1.", Barcelona. Mosanos (D, Eduardo), Ingeniero de Caminos, Profesor en la Escuela del Cuerpo.—C. de Valverde, 30 y 32, 3.° izquierda, Madrid. Mompo y Vipat (D. Vicente), Licenciado en Ciencias na- turales, Perito agrédnomo, Individuo de la Sociedad de Agricultura Valenciana y de la de Amigos del Pais de Santa Cruz de Tenerife, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Albacete.—(Ornitologia.) Monserrat y Arcus (D. Juan), Licenciado en Medicina, Secretario general de la Sociedad Botanica Barcelonesa. —C. del Hospital, 47, Barcelona.—(Botdnica. ) Montes DE Oca (D. José), Gobernador de las posesiones espanolas del Golfo de Guinea.—Santa Isabel (Fernando P6o). MoraGuEs & Iparra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 18, Palma (Malloréa).—(Coledpteros y moluscos.) Moracurs y DE Manzanos {D. Fernando), Presbitero.— C. del General Barcelé, Palma (Mallorca).—(Coledpteros.) Moriana (Sr. Conde de).—Fuencarral, 55, principal iz- quierda, Madrid, 6 en Las Fraguas (Reinosa). 1888. 1872. 1873. 1872 1886. riz: 1887. 1887. 1881. 1886. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 153 Murea Y Macuapo (D. Leopoldo), Doctor en Medicina, propietario de un Laboratorio histoguimico.—C. de Za- ragoza, 9, Sevilla. MuNoz Coso y Arreponpno (D. Luis), Licenciado en Cien- cias naturales y en Derecho, Director y Catedrdatico de Historia natural en el Instituto.—Jaén. NIETO Y SERRANO (Hxcmo. Sr. D. Matias), Secretario per- petuo de la Academia de Medicina.—Ronda de Recole- tos, 11, Madrid. NoreNa y Gutiérrez (D. Antonio). —C. del Arenal, 22 duplicado, Madrid. OseRTHUR (D. Carlos), de la Sociedad .Entomolégica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia.—(Lepidopteros.) OserTHUR (D. Renato), de la Sociedad Entomoldgica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia.—(Coledpteros.) Ocuoa Y Ecuacten (D. Lucio).—C. de Oriente, 10, 2.° de- recha, Vitoria. OtavipE (Excmo. Sr. D. José), Gaballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catdélica, de,la Academia de Medici- na, Doctor en Medicina.—C. de Alcala, 49, Madrid. Orvozeorri y Diaz OrnrEco (D. Santiago), Profesor del Co- legio.—Haro. Onis (D. Mauricio Carlos).—C. de Nuestra Senora, 17, Penaranda (Salamanca). Osorio y Zavata (D. Amado), Doctor en Medicina y Ciru- gia.—Vega de Rivadeo (Oviedo). Papitia (D. Juan), Doctor en Medicina y Cirugia de la Escuela de Paris.—Las Palmas, Gran Canaria. 154 1886. 1873. 1881. 1882. 1875. 1873; 1881. 1873. 1873. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Parz Vatero (D. Antonio J.).—C. de la Paciencia, 5, Cordoba. Patacios y Ropricurz (D. José de), Farmacéutico.—Plaza de Santa Ana, 14, Madrid. Patou y Fiores (D. Eduardo), Doctor y Catedratico de la Facultad de Derecho.—C. de la Manzana, 4, 2.°, Madrid. Panrex (D. José), S. J.—Monasterio de Uclés, 'Tarancén (Cuenca).—(Coledpteros, ortopteros.) Pauut y Anozarena {D. Manuel José de).—C. de Alfon- so XII, 27, Sevilla. Pauuryo p’Otrverra (Imo. Sr. D. Manuel), Profesor de la Facultad de Filosofia en la Universidad.—Coimbra (Por- tugal). Pérez Arcas (D. Laureano), de la Academia de Ciencias exactas, fisicas y naturales de Madrid, Catedrdatico de Zoologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de las Huertas, 14, 3.°, Madrid.—(Peces y coledpteros de Europa. ) Pérez ve Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias na- turales, Catedratico de Historia natural en el Instituto.— Guadalajara. Prrez Lara (D. José Maria).—Jerez de la frontera (Ca- diz).—(Botdnica.) Pérez Mazso (D. José).—C. de Malasafia, 25, 3.° derecha, Madrid.—/( Botanica. ) Pérez Ortreco (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de Santa Isabel, 31, 3.° Madrid. Perez San Miiidn (D. Mauricio), Doctor en Farmacia, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Burgos. 1886. 1882, 1872. 1887. sho ae 1872. 1874. 1872. 1888. 1887. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 155 Prettain y Barrout (D. José Maria), Abogado.—C. de Se- rrano, 2, principal, Madrid. Pory (D. Felipe), Socio fundador de la Entomolégica de Francia, Licenciado en Derecho, Catedratico de Minera- logia y Zoologia en Ja Universidad.—C. del Cerro, 416, Habana.—(Ictiologia. ) Pomeo (D. Antonio), Socio fundador del Ateneo cientffico, literario y artistico de Vitoria, Licenciado en Farmacia, Doctor en Ciencias naturales, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—C. del Arca, 1, 2.°, Vitoria. Prapo y Sarnz (D. Salvador), Licenciado en Ciencias na- turales.—Plaza de San Ildefonso, 6, Madrid.—/(Mine- ralogia.) PREUDHOMME DE Borre (D. Alfredo), Individuo de varias Sociedades, Conservador-Secretario del Museo Real de Historia natural de Bruselas.—Rue Sentin, 11, Schaer- beek, Bruxelles.—( Entomologia general, geografia ento- mologica, coledpteros y principalmente heterdmeros é hi- drocdntaros.) Prieto Y Causes (D. Francisco), Ingeniero primero de Caminos, Canales y Puertos, Director de las obras del puerto.—Malaga.—(Geologia y Malacologia.) Pura y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.—C. de Pavia, 2, 2.°, Madrid. Pureeari (D. Juan Ignacio), Licenciado en Medicina.— Apiahy, provincia de San Paolo, Brasil. PuIGGENER Y SancueEz (D. José).—C. de Moratin, 5. Sevilla. Puras Y Baroya (D. Benjamin).—C. de la Princesa, 22, 3.° 1.°, Madrid. Quiroca y Roprieuez (D. Francisco), Doctor en Ciencias y 156 1887. 1879. 1883. 1883. 1886. 1885. 1888. 1886. 1872. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN en Farmacia, Catedratico de Cristalografia en la Facul- tad de Ciencias de la Universidad.—C. de Castelld, 8, principal, Madrid. Ramon y Matuarre (D. Eduardo).—Barcelona. Reinoso (D. Fernando), Catedratico de Retérica y Litera- tura del Instituto.—C. de las Animas, 135, Habana. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de San Bernardo, 56, 2.° izquierda, Ma- drid.—(Dibujo cientifico, Cristalografia.) Reyes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- rales.—C. de San Bernardo, 56, 2.° derecha, Madrid.— (Ornitologia y Malacologia.) Rrioya Y Martin (D. José), Auxiliar de la Facultad de Ciencias y de la HEstaciédn biolédgica marina. —San- tander. . Riva Paracio (D. Vicente de la), General del ejército me- jicano.—C. de Serrano, 3, Madrid. Riera y Vitraret (D. Antonio).—Barcelona. Rio y Tesyero (D. Carlos del), Alumno de Ciencias natura- les.—C. del Compas de la Laguna, 21, Sevilla. Rio ({D. José), Ingeniero de Montes, Catedratico de la Es- cuela.—Escorial. Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Cate- drdtico de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Aduana, 13, Valencia. Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), Consejero de Estado, Miembro de la Sociedad Geolédgica alemana.—C. de Puerta Cerrada, 5, Madrid.—(Mineralogia. ) LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 157 1884. Rivero (Excmo. Sr. D. Roque Leén del), Inspector gene- 1872. 1884, 1873. 1872, 1883. 1880. 1880. 1886. ral de segunda clase del Cuerpo de Ingenieros de Mon- tes, de los de la Real Casa, Socio fundador de la Geogra- fica de Madrid, dela Central de Horticultura y de Mérito de la Protectora de Animales y Plantas, Caballero Gran Cruz de Isabel la Catélica, Gomendador de la de Cristo de Portugal, y Caballero de la de Carlos III.—Invierno, Villalar, 6, 1.° izquierda; verano, San Ildefonso (Segovia) . Roca y Vecrno (D. Santos), Licenciado en Ciencias natu- rales.—Puerta de Segovia, 1, principal, Madrid.—(Mi- neralogia. ) Ropricvez AGuapo (D. Enrique), Doctor en Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.—C. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. Ropricguez DE Cepeepa (Excmo. Sr. D. Antonio), Decano y Catedratico de la. Facultad de Derecho en la Universi- dad.—Valencia. Ropricuez y Femeniss (D. Juan J.).—C. de la Libertad, 48, Mahén (Menorca).—( Botanica.) Ropricuez Mrranpa Junior (D. Manuel), Ingeniero de puentes, calzadas y minas, Miembro de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos civiles, Catedratico de Geologia y Mineralogia aplicadas al laboreo de Minas en el Insti- tuto industrial.—C. de Cedofeita, 468, Porto (Portugal). Ropricuez Mourgevo (D. José).—C. de Serrano, 96, 3.°, Madrid. Ropriauez NuNez (D. Eduardo), Licenciado en Farmacia, Socio corresponsal de la Linneana matritense, Nume- rario del Gabinete cientifico.—C. del Castillo, 32 y 34, Santa Cruz (Tenerife). Ropricuez RisueNo (D. Emiliano}, Doctor en Ciencias na- turales.—C. de Jestis del Valle, 22, 2.° Madrid. 158 1880. 1888. 1878. 1883. 1888. 1872. 1873. 1878. LISTA DE LOS SENORES QUE CUMPONEN Romero y Atvarez (D, Julio), Ingeniero de Montes.— Manila. Roguero Martinez (D. José), Catedratico de Histologia en la Facultad de Medicina en la Universidad. —C. de San Pablo, 65, Sevilla. Rovy (D. Jorge).—Rue Chanchat, 24, Paris. —(Botdnica.) Rusio (D. Federico), Doctor en Medicina.—C. de las To- rres, 4, Madrid. Ruiz Casavieta (D. Juan), Licenciado en Farmacia.— Caparroso (Navarra). Ruiz Cuamorro (D. Husebio), Catedraitico de Psicologia del Instituto del Cardenal Cisneros. —Paseo de Recole- tos, 21, entresuelo izquierda, Madrid. Ruiz pE Luzuriaca (D. Vicente).—Habana. Ruiz pe Saxazar (D. Emilio), Director del periddico El Magisterio Espanol, Licenciado en Derecho, Doctor en Ciencias, Catedratico de la Facultad de Ciencias en la Universidad.-—C. del Barco, 20, principal, Madrid. Saavepra (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Gami- nos, Individuo de las Academias de Ciencias y de la Historia.—C. de Valverde, 22, 2.°, Madrid. Sainz Gutiérrez (D. Pedro), Catedratico de Organografia y Fisiologia vegetal en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de la Salud, 11, 3.°, Madrid. SaLaricu y Jimenez (D. José), Médico del Hospital de Santa Cruz de la Ciudad de Vich, Socio corresponsal de la M. 1. Academia de Medicina y Cirugia de Barcelona, Corresponsal laureado de la Econémica barcelonesa de Amigos del Pais, honorario del Circulo literario de Vich. —Plaza Mayor, 31, Vich. 1885, 1886. 1888. 1885. 1872. 1885. 1879. 1883. 1881. 1876. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. ~ 159 SatvaNd (D. Joaquin Maria)—C. de Aribau, 11, 3.° 1.* Barcelona. SAncuez Casezupo (D. Federico), Doctor en Farmacia. —Carriches (Toledo). SAncHez Y Ropriauez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales.—C. de Hslava, 1, Sevilla. SAncuez Y SAncuez (D. Domingo), Ayudante de la Comi- sidn de la Flora forestal.—Manila (Filipinas). San Martin (D. Basilio), de la Academia de Medicina.— C. del Arenal, 16, Madrid. San MitiAn y Atonso (D. Rafael).—C. de San Lorenzo, 15, Madrid. Sanz DE Dreco (D. Maximino), Naturalista-comerciante de objetos y libros de Historia natural, de utensilios para la recoleccién, preparacién y conservacién de las colecciones, cambio y venta de las mismas en todos los ramos.—C, de San Bernardo, 94, principal, Madrid. Secatt £ Inpa (D. José), Ingeniero de Montes.—Ronda del Corpus, 7, Salamanca. Sepittot (D. Mauricio), Abogado, Miembro fundador de la Sociedad Zoolégica de Francia, de las Entomoldégieas de Francia, de Bélgica, etc.—Rue de l’Odedén, 20, Paris. —(Coledpteros del antiguo mundo y exoticos,. especial- mente hidrocdntaros, erotilidos, trogositidos, cléridos y heterémeros.) r Seesoip (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de Ingenieros civiles de Paris, representante de la casa F. Krupp, Comendador de la Orden de Carlos III, Ca- hallero de varias érdenes extranjeras.—C. de la Estufa, 3, 3.°, Bilbao.—(Lepidépteros.) z 1874. 1888. 1886. 1884. 1879. 1886. 1880. 1872, 1886. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Sétys-Lonecuamps (Sr. Barén’ Edmundo de), Senador, Individuo de la Real Academia de Bélgica y de otras Academias y Sociedades.—Boulevard de la Sauvennie- re, 34, Lieja (Bélgica).—(Neurdpteros (principalmente odonatos) y lepidopteros de Europa.) Seras y GonzAtzz (D. Antonio), Alumno de Medicina.— C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. Serra (D. Julio), Teniente de Estado Mayor.—Barcelona. Serrano y Prd (D. Eduardo), Ingeniero Jefe de Montes.— Plaza de las Moscas, 1, Valencia. Serrano y Fatiaati (D. Enrique), Gatedratico de Quimica del Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de las Pozas, 17, Madrid. Sm6n (D. Eugenio).—Villa Said, 16, Paris.—(Ardenidos.) Sotano y Eutate (D. José Maria), Marqués del Socorro, Catedratico de Geologia en la Facultad de Ciencias.— C. de Jacometrezo, 44, Madrid.—(Mineralogia y Geo- logia.) Soreta y Fasarpo (D. Luis.)—C. de Almagro, 8, Madrid. SpancBerG (D. Jacobo), Doctor en Filosofia, Profesor agregado de la Universidad de Upsal.—Vetenskaps Aka- demien, Stockholm (Suecia). Sudnez (D. Sergio), Ingeniero, Inspector facultativo de Hacienda.—C. del Prado, 3, 2.°, Madrid.—(Botdnica y Entomologia.) T16 y Satvapor (R. P. D. Dionisio): —Ronda de San An- tonio, Colegio de PP. Escolapios, Barcelona. Torrepanpo (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes.—C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. 1879. 1872. 1883. 1872. 1888. 1887. 1887. 1872. 1873. 1885. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 161 Torres y Perona (D. Tomds), Administrador general Catedratico de Quimica orgdnica en la Facultad de Far- macia y en el Real Colegio de San José, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.— Manila. Tremo.s y Borreut (D. Federico), Catedratico de Quimica inorgdnica aplicada de la Facultad de Farmacia en la Universidad.—C. de la Princesa 1, 3.°, Barcelona.—Bo- tanica.) Truan (D. Alfredo), Director Facultativo de la Fabrica de vidrios.—Gijén.—(Diatomeas y fotomicrografia.) Usacu y Souter (D. Antonio), Propietario agricultor, Ad- ministrador del Banco, Tarrasa.—(Zootecnia agricola.) Unaaon (D. Federico de).—Marquina (Vizcaya). Unaaon (D. Serafin de), Miembro de las Sociedades En- tomolégicas de Francia y de Berlin.—C. de Piamonte, 2, 2.0, Madrid.—(Coledpteros de Europa.) Unies van DéesuraH (D. 8. de).—Kralingen pra Rotter- dan, A. num. 1. VAzquez Aroca (D. Rafael).—C. dela Abada, 21, 3.° iz- quierda, Madrid, 6 C. de Mascarones, 14, Cdrdoba. VAzouez Figueroa y Canaes (D. Aurelio), Director de Te- légrafos.—C. del Bafio, 17, 3.°, Madrid.—(Lepidopteros de Europa.) a Vayrepa Y Vita (D. Estanislao), Licenciado en Farmacia. —Llad6, Casa Olivas (Gerona).—(Ornitologia, Botanica.) VeLaz DE Meprano (D. Fernando), Ingeniero de Montes. —Soria. } Vexasco (D. Jesis).—Plaza de Bilbao, Vitoria. ACTAS DE LA SOC, ESP.— XVII, ll 162 1888. 1874. 1880. 1888. 1883. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Vipat y Compaire (D. Pio), Licenciado en Ciencias natu- rales.—C. de Piamonte, 6, principal, Madrid. Vipat y Souter (D. Sebastian), Ingeniero de Montes, Jefe de la Comisién de la Flora y Mapa forestal de Filipinas. —Manila. Vitanova y Prera (D. Juan), de las Academias de Medici- na y de Ciencias exactas, fisicas y naturales, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Paleontologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de San Vicente, 12, principal, Madrid.—(Geologia y Paleonto- logia.) Vitard (D. Juan).—C. de la Reina, 40, Habana. Vinsac (D. Casimiro), Ingeniero civil—Campo de los Martires, 11, Sevilla. Vizcaya y ConpeE (D. Atilano Alejandro), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de Fomento, 40, 3.° izquierda, Madrid. YaNez (Excmo. Sr. D. Teodoro), Catedratico de la Facul- tad de Medicina dela Universidad.—C. dela Magdalena, 19, principal, Madrid. ZAPATER Y MarcoOneLL (D. Bernardo), Presbitero.—Alba- rracin.—(Lepidopteros.) ZeROLO (D. Tomas).—Villa de la Orotava, Tenerife. Zusia (D. Ildefonso), Doctor en Farmacia, Licenciado en Ciencias naturales, Comendador de la Real Orden de Isabel la Catélica, Caballero de Carlos III y Catedratico del Instituto. —C. Mayor, 147, Logroiio.—(Botdnica.) LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 163 Socios que han fallecido. 1872. Asensio (D. Ildefonso), de Madrid. 1880. AurTran (D. Isidro), de Madrid. 1873. Huxtuers (D. Guillermo), de Cartagena. 1884. Grratves (D. Albino), de Coimbra. S.F. Martinez y Motina (Excmo. Sr. D. Rafael), de Madrid. 1872. MuNoz Frau (D. José Maria), de Madrid. : 1872. Sancuez Comenpavor (D. Antonio), de Barcelona. Socios que han renunciado 4 formar parte de la Sociedad. 1885. ARELLANO y Batiesteros (D. Antonio), de Zaragoza. 1888. Becerra y FernAnpez (D. Antonio), de Sevilla. 1888. Braso y Ferrer, de Sevilla. 1883. Coxuins (D. F. H.), de Londres. 1872. Ferrari (D. Carlos), de Madrid. 1875. GatiEGos y Sarpina (D. Ventura), de Mendoza. 1872. Gatxors (D. J.), de Angers. 1885. Garcia DE Menssss (D. Ricardo), de Sevilla. 1874. Gomerz y Garcia (D. Manuel), de Madrid. 1879. Lista (D. Ramén), de Buenos Aires. 1885. Lopez (D. Juan), de Murcia. 1879. Loprz Dérica (D. José) de Oviedo. 1882. Lorenzana (D. Augusto E.), de Redondela. 1876. Margueta y Morates (D. Valentin), de Madrid. 1872. Marrinez (D. Luis Arcadio), de Huelva. 1887. Munita y Atvarez (D. Vicente) de Madrid. 1885. Nocurs (D. A. J.), de Paris. 1873. Perez pe Arritucea (D. Andrés), de Segovia. 1882. Prrez Hipatco y Perez Rincon (D. Adolfo), de Madrid. 1888. Pizarro y Jiménez (D. Manuel), de Sevilla. 1875. Rico y Jimeno (D. Tomas), de Coruna. 1880. Ropricurz y Penez (D. Felipe), de Tenerife. 164 SOCIOS DE LA ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 1886. Rocrer y Gi (D. Enrique), de Lorca. 1886. Roman (D. Maximiliano), de Madrid. 1883. Ruiz pe AnGuto (D. Bonifacio), de Vitoria. 1883. Vita y Napau (D. Antonio), de Santiago de Galicia. 1887. Wevyers (D. José Leopoldo), de Bruxelles. 1887. Wicur (D. Victor), de San Ildefonso. Madrid 31 de Diciembre de 1888. El Secretario. F. pe P. Martinez y SAEz. INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVII DE LOS ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. CatprerRON.— Apuntes sobre el estado presente de la ciencia orogé- MLC Aterexetcporenole stevererstetoreyneheuaisvevene yodCo SSO Gob emoDOOUNGOGe CASTELLARNAU Y DE LuEopart.— Unidad del plan generativo en el rei- FDO Vell rowan cremate ie) CRT eo) area, ocr eve tnciny wloreticttsl ond erate ie) sais Rtocssie SatyaNA.—Contribucidn 4 la fauna malacolégica de los Pirineos ca- talanes, 6 sea descripcidn de la comarca de Olot en relacién con la féunula malocologica local, y monografia de los mo- luscos terrestres y fluvidtiles de aquel territorio....... eit Cunt y Martrore.ti.—Insectos observados en los alrededores de Bar- COIOME oes miaietnts. sh eyachsh or evarsletsialavetel’s acvraletawneraiete.tperere eae sie. PanteL.—Catalogue des coléopteres carnassiers terrestres des enyi- rons d’Uclés avec les descriptions de quelques espeéces et VeEnICLOS MOU VELLEGS. crtec cists icteseiniee ccetar= ee oobaoaddocoacoor Gocorza y GonzALez.—Datos para la fauna filipina. Vertebrados... Maprip Mortno.—Sobre las terminaciones nerviosas periféricas en la mucosa olfatoria de los peces. (LAmina I)........... ate Ropricuez y Femenias.— Algas de las Baleares.............-0000. MacrHerson.—Del caracter de las dislocaciones de la Peninsula Ibé- Mate tan (UA TINT A RS le WAND)» cf =a. etosetone ara. m were: sare! els exenelarctetete\ olalose CaLpERON.— La sal comun y su papel en el organismo del globo.... Cazurro y¥ Ruiz.— Enumeracion de los ortépteros de Espaiia y Por- UNG eU lie eee eeeretenn Cisfevavensyors/aiia wis: !c/c s.eje-ciae wie-aie are ae odocandas Actas de la Sociedad Espafiola de Historia natural.............20-. Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia natural..... Indice de lo contenido en el tomo xvi de logs ANALES DE LA SoctEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL, ... 0c s0c00sc000 Beets tele rsfe Indice alfabético de los géneros y especies descritos, 6 acerca de cuya patria 6 sinonimia se dan noticias interesantes...... Advertencia........ soda aooKs SPevevsyebeveve patets tonatetey a ferccaveterehers dGapoodKs Or 31 Psecadia bipunctella, 183. — sexpunctella, 183. Psettodes Erumei, 298. Psettus argenteus 291. Pseudojulis Gerardii, 296. Pseudophia tirrhzea, 176. Pseudoptynx philippinensis, 260. Pseudorhombus Russellii, 298. Pseudoscarus eeruginosus, 297. — muricatus, 297. Pseudoterpna coronillaria, 177. Psilothrix dardoinella, 183. - Psophus stridulus, 456. Psoralea bituminosa, 87. Psyche albida, 171. — Leschenaultii, 171. — unicolor, 171. Psylla buxi, 187. Psylliodes cyanopterus, 160. . Pteris aquilina, 90. Pterois volitans, 287. Pterolepis spoliata, 443, 447. Pteromalus laryarum, 164. Pteromys petaurista, 256. Pterophorus pterodactyla, 184. Pteropus edulis, 255, — jubatus, 255. Pterostoma palpina, 172. Ptilium Kunzei, 145. Ptilocolpa griseipectus, 268. . Ptinus bidens, 150. — fur, 150. 197 Ptinus latro, 150. — ornatus, 150. — submetallicus, 150. — variegatus, 150. Ptosima flayoguttata, 148. pugo, 269. Pulicaria dysenterica, 88. punay, 267. Pupa avenacea, 110. — bigranata, 111. — Braunii, 108. — catalonica, 109. — cylindrica, 109. — Farinesii, 108. — goniostoma, 110. — granum, 110. — leptocheila, 110. — megacheila, 110. — montserratica, 108. — muscorum, 111. — penchinatiana, 111. — polyodon, 108. — ringicula, 108. — secale, 109. — Sempronii, 111. — umbilicata, 111. Pycnogaster Bolivarii, 444, 452. — cucullatus, 444, 455, 44’, 45’. — Graellsii, 444, 462. — inermis, 444, 455. — jugicola, 444, 432, 46’, 64’, 66’. Pycnomalla splendens, 103’. Pygzera anachoreta, 172. — pigra, 172. Pyrgomorpha grylloides, 484. Pyrochroa rubens, 152. Pyrrhocentor melanops, 263. Pyrrhocoris egyptius, 121!. — apterus, 185. _ Pysidium cazertanum, 120. Python reticulatus, 279. Pythonissa exornata, 40’. Quedius attenuatus, 144. 198 iNDICE ALFABETICO. Quedius breyis, 144. — fulgidus, 144. — scintillans, 144. (Quercus ilex, 89. — sessiliflora, 89. quintang, 286. Quiroguesia Brullei, 444, 449, 454. Raja asterias, 306. Rallina fasciata, 270. Ramphiculus occipitalis, 268. Rana chalconota, 280. — erythreea, 280. — macrodon, 280. — tigrina, 280. Ranunculus acris, 87, 121’. — aquatilis, 87. — hortensis, 87. Raphanus raphanistrum, 32’. rata, 256. Reseda luteola, 87. — phyteuma, 87. Retinia tessulatana, 182. Rhabdion torquatum, 276. Rhabdornis mystacalis, 266. thacocleis Bormansii, 456. Rhagonycha fulva, 149. — nigripes, 149. Rhamnus alaternus 87. — catharticus, 87. — oleoides, 31’. Rhaphidophora deusta, 59/. — gracilis, 59’. thinolophus philippinensis, 255. Rhinosimus planirostris, 152. Rhipiphorus bimaculatus, 152. Rhizobius litura, 167. Rhizotrogus granulifer, 148. — pini, 148. — rufescens, 148. — Sainzii, 65’. — solstitialis, 148> Rhodocera rhamni, 166. Rhopalodontus perforatus, 151. Rhyacophilus glareola, 270. Rhyncheea capensis, 271, Rhynchites zequatus, 157. — auratus, 157. — bacchus, 157. — hbetuleti, 157. — populi, 157. — ruber, 157. Rhynchium oculatum, 165. - Rhynchomyia speciosa, 188. Rhyncolus cylindrirostris, 156. — elongatus, 156. Rhynocillus Olivieri, 155. Rhyssemus germanus, 147. Rhytirrhinus impressicollis, 154. Rivellia syngenesize, 188. Robinia pseudo-acacia, 87. Reemeria hybrida, 194. Rosa canina, 88. — Poucini, 88. — sempervirens, 87. — tomentosa, 88. Rubus ceesius, 87. — thyrsoideus, 87. Rumina decollata, 107. Runcinia lateralis, 189, 39’. Rusa Alfredii, 257. — nigricans, 257. — philippinus, 257. Ruta montana, 87. sabucut, 262. Saga serrata, 452. Saitis barbipes, 189. sal comun, 367, 72’. Salamandra maculosa, 65/. salangana, 262. Salarias ceramensis, 294. — fasciatus, 294. ' — quadricornis, 294. — sumatranus, 294. Salicornia herbacea, 196. Salix amygdalina, 89. — babylonica, 89. INDICE ALFABETICO. Salix cinerea, 90. — incana, 89. — vyiminalis, 89. Salsola soda, 196. Salvia ethiopis, 194. — glutinosa, 89. — officinalis, 89. — pratensis, 89. — stoechas, 89. Sambucus ebulus, 88. — nigra, 88. Saperda carcharias, 158. — scalaris, 158. Saphanus piceus, 157. Saponaria officinalis, 87. Saprinus chalcites, 145. — metallescens, 145. — nitidulus, 145. — semipunctatus, 145. — speculifer, 145. Sapromyza marginata, 188. Sarcops calvus, 267. Sarcophaga carnaria, 188. Sargus infuscatus, 103’. — cuprarius, 103’. Sarothamnus vulgaris, 87. Sarothripus undulanus, 170. Saturnia pyri, 172. Satyrus alcyone, 168. — fauna, 168. — hermione, 168. — semele, 168. saua, 279. Saurida argyrophanes, 299. — tumbil, 299. Sauropatis chloris, 262. Seabiosa stellata, 194. — succisa, 88. Scandix Pecten-Veneris, 31’. Searichthys auritus, 297. Scarites gigas, 139. . — levigatus, 139. — planus, 209. Scatophaga stercoraria, 188. Scatophagus argus, 286. — ornatus, 286. Scatopse pulicaria, 187. Scaurus striatus, 151. Scelostrix candida, 258, 260. Scenopinus fenestralis, 188. Schistocerea peregrina, 444, 443, 454. Sciocoris terreus, 184. Scirtobsenus grallatus, 451. Scirpophaga preelata, 181. Sciuropterus melanotis, 256. Sclerosoma monocerus, 41’. Scodonia hispanaria, 179. Scolia flayifrons, 164. — quadripunctata, 164. Scoliopteryx libatrix, 175. Scolopsis ciliatus, 285. — Bleekerii, 285. Scolytus destructor, 157. — pygmeus, 157. Scomber microlepidotus, 292. Scoparia dubitalis, 180. Scorpeena picta, 287. — polyprion, 287. — porcus, 306. Scorpiurus muricata, 31’. — vermiculata, 31’. Scybalicus ditomoides, 213. — femoralis, 212. — oblongiusculus, 212. Secydmeenus hirticollis, 145. — scutellaris, 146. — tarsatus, 146. Scyllium canicula, 306. — catulus, 306. Seymnus heemorrhoidalis, 161. — marginalis, 161. — minutus, 161. — pygmeus, 161. — quadrilunulatus, 161. Scythropia crateegella, 183. Scytodes Bertheloti, 40’. 200 INDICE ALFABETICO. Sedum album, 88. — acre, 88. — fabaria, 88 — rubens, 88. Segestria senoculata, 191. Sempervivum tectorum, 88. — erucoides, 88. — incana, 88. — jacobzeus, 88. — vulgaris, 88. Selandria serva, 163. Selidosema tzniolaria, 179. Sepsis cynipsea, 188. — punctum, 188. Serica holosericea, 148. Serranus altivelis, 282. — cabrilla, 306. -— hexagonatus, 282. — oceanicus, 282. — suillus, 282. — tigrinus, 282. — zanamella, 282. Sesamia nonagrioides, 174. Sesia affinis, 170. — asiliformis, 170. — chrysidiformis, 170. — Himmighoffenii, 170. — monspeliensis, 170. Setaria glauca, 90. Siagona rufipes, 139. Sialis lutaria, 163. Sibynia attalica, 155. — cana, 155. — silenes, 155. — viscarie, 155. Sicydium cynocephalum, 293. Silene inflata, 32', 121’. — saxifraga, 87. Silpha atrata, 145. — granulata, 145. — obscura, 145. — opaea, 145. — puncticollis, 145. Silpha reticulata, 145, — rugosa, 145. — sinuata, 145. — tristis, 145. Silvanus frumentarius, 146. Simeethis alternalis, 182. — nemorana, 182. Simotes ancoralis, 276. sinaguilala, 261. Singa pygemza, 189. — sanguinea, 191. Sinoxylon sexdentatum, 151. Sisymbrium columns, 194, — officinale, 87. Sisyphus Scheefferii, 147. Sitones crinitus, 154. — flavescens, 154. — gressorius, 154. — griseus, 154. — humeralis, 154. — inops, 154. — lineatus, 154. Smerinthus occellata, 169. — populi, 170. — tilix, 169. Smyrnium olusatrum, 31’. Solanum nigrum, 89, 31’, 121’. Solea ovata, 298. Solenopsis fugax, 122’, solitario, 264. Sonchus maritimus, 196. Soronia grisea, 146. Spartium junceum, 87. Spermophagus cardui, 153. Spermophora senoculata, 39’. Spheeridium bipustulatum, 143. — scarabeeoides, 64’. ‘ Spheerium-corneum, 120. Sphzeroderma testaceum, 160, Sphenophorus meridionalis, 156. — piceus, 156. Sphenoptera antiqua, 149. — gemellata, 149. INDICE ALFABETICO. 201 Sphex maxillosa, 164. Sphingonotus arenarius, 444, 448. — azurescens, 444, 448. — cerulans, 162, 44’, 63’. — callosus, 483. — imitans, 443, 448, 455. Sphinx convolvuli, 169. — pinastri, 169. Sphodrus complanatus, 140. — leucophthalmus, 140, 241. Sphyrzena Commersonii, 294. Spilornis holospilus, 260. Spilosoma fuliginosa, 171. — luctifera, 171. — malyarum, 169. — marrubii, 168. — mendica, 171. — menthastri, 171. Spintherops dilucida, 177. — spectrum, 177. Spireea ulmaria, 87. Squatarola helvetica, 269. Steehelina dubia, 194. — media, 87. Staphylinus fossor, 144. Staria lunata, 185. Stauronotus crassiusculus, 443, 449, 451. — Genei, 479. — maroccanus, 479, 4’, 43’, 44’, Galton: Stegania trimaculata, 178. Stegostoma tigrinum, 393. Stenia bruguieralis, 181. Stenobothrus apicalis. 44’, ~— bicolor, 35’. — biguttulus, 162, 66". — binotatus, 42’, 66’, 84’. Stenobothrus Bolivarii, 443, 449, 452, 456, 42’, 44’, 46’, 64’, 66’, AOL — dorsatus, 35’. — elegans, 35’. Stenobothrus festivus, 443, 449, 42’, 64', 66’, 101’. | — ** grammicus, 448, 457. — heemorroidalis, 476: — jucundus, 66’. — lineatus, 64’, 66/. — Lueasii, 475. — minutissimus, 443, 449, 452, 456, 42", 64’. — moro, 42’, 46’, 64’. — nigromaculatus, 475. — Pantelii, 443, 449, 451. — parallelus, 35’, 44’, 66’. — petreus, 477. — pullus, 477. — pulvinatus, 162. — Raymondii, 42', 66’. — rufipes, 162. — Saulcyii, 477. — stigmaticus, 64’, 66’. — Uhagonii, 443, 449, 452, 456, 64’. — vagans, 477. — viridulus, 66’. Stenocephalus neglectus, 185. Stenolophus marginatus, 230. — teutonus, 141, 230. Stenopterus preeustus, 158. Stenosis angustata, 151. Stenostoma czeruleum, 153. Stenus argentellus, 144. — ater, 144. — cicindeloides, 145. ~— guttula, 145. — paganus, 145. Stenusa rubra, 143. Sterrha sacraria, 179. Stethojulis albovittata, 296. — kalosoma, 296. — trilineata, 296. Stethophyma fuscum, 84’. — Tornosii, 83’. Stichopogon albofasciatus, 188. Stilbum splendidum, 164, 202 INDICE ALFABETICO. Stilicus affinis, 144. Stiphrosoma nigerrimum, 186. Stomoxys calcitrans, 188. Strachia oleracea, 185. — ornata, 185. — picta, 185. Strangalia bifasciata, 158. — melanura, 158. Stratyomys chamaleon, 103’. — fureata, 103’. — longicornis, 103’. — riparia, 103’. Stromatium unicolor, 157. Strophosonus obesus, 154. — squamulatus, 154. — tubericollis, 154. Sturnia violacea, 267. Stylosomus minutissimus, 159. — tamaricis, 159. Stygia australis, 171. Succinea debilis, 96. — Pfeifferii, 95. — pyreenaica, 96. — strepholena, 95. — Valcourtiana, 96. — yalentina, 96. Sueeda splendens, 196. sumoc, 288. Sunius angustatus, 144. — bimaculatus, 144. — filiformis, 144. Sus vittatus, 257. Symmoca signatella, 188. Symphytum tuberosum, 88. Sympyecna fusca, 163. Syneema globosum, 189, 39/. Synanceia verrucosa, 287. Synapis alba, 87. Syncalypta spinosa, 146. Syngnathus conspicillatus, 301. Synopsia sociaria, 178. — Staudingeraria, 178. Syrichthus alveus, 169. Syrichthus proto, 169. — sao, 169. — serratule, 169. Syritta pipiens, 189. Syromastes marginatus, 185. Syrphus balteatus, 189. — pyrastri, 189. Tabanus bovinus, 187. — spodopterus, 187. — vicinus, 187. tabon, 269. Tachyporus chrysomelinus, 143- — hypnorum, 143. — solutus, 143. Tachyptila populella, 183. Tachypus cyanicornis, 244. — flavipes, 142, 244. Tachys bistriatus, 245. — heemorrhoidalis, 245. — quadrisignatus, 141. — scutellaris, Tadorna rutila, 116’. Teeniocampa incerta, 174. — gothica, 174. — gracilis, 174. tagac, 271. talilon, 294. Talitropsis Sedillotii, 59’. tamarao, 257. Tamarix gallica, 88. Tamus communis, 90. Tanygnathus luzoniensis, 259. Tapinoma erraticum, 165, 122’. Taraxacum obovatum, 194. Tarsius spectrum, 255. Taxus baccata, 90. Tegenaria domestica, 40’. — pagana, 40’. Telephorus bicolor, 149. — obscurus, 149. Temera Hardwickii, 303. Tenebrio molitor, 151. — obscurus, 151. INDICE ALFABETICO. 203 Tentyria interrupta, 151. 4 Therapon seryus, 284. — platyceps, 121’. — theraps, 284. Testacella haliotidea, 96. Thereva subfasciata, 188. Tetanocera ferruginea, 188. Theridion lineatum, 39’. Tetragnatha extensa, 189, 39’. — nigrivariegatum, 191. — nitens, 39’. — sisyphum, 39/. Tetraroge amblycephalus, 287. Thestor ballus, 167. — barbatus, 287. Thlaspi bursa-pastoris, 87. Tetrodon fluviatilis, 302. Thomisus omistus, 39. — immaculatus, 302. Thriponax javensis, 261. — lunaris, 302. Thylacites Guinardii, 154. — papua, 302. Thymus serpyllum, 89. — patoca, 302. — vulgaris, 89. — reticularis, 302. . | Thyreonotus bidens, 443, 447, 452, Tettigometra costulata, 186. 455. Tettigonia viridis, 187. — corsicus, 447, 352. Tettix bipunctatus, 43’. Thyris fenestrella, 170. — Ceperoi, 443, 449, 455. Tibicina hematodes, 64’. — depressus, 488. ticlin, 270. — meridionalis, 162. Timandra amataria, 178. — Nobrei, 443, 449, 455. Timarcha leevigata, 159. — subulatus, 162. Tinea cloacella, 183. Teutana triangulosa, 39’. — granella, 183. — grossa, 39’. — olex, 112’. Teuthis albopunctata, 288. — paradoxella, 183. — hexagonata, 288. — pellionella, 183. — javus, 288. — tapetzella, 183. — margaritifera, 288. Tipula gigantea, 187. — neyulosa, 288. — oleracea, 187. — vyermiculata, 288. Tortrix cupressana, 182. Textris coarctata, 189, 40’. — pilleriana, 182. Thalassochelys olivacea, 273. — pronubana, 182. Thalpochares Himmighoffenii, 176. | Torylis nodosa, 88. — jucunda, 176. Totanus glottis, 258, 271. — ostrina, 176. — ochropus, 258, 271. — parva, 176. Toxocampa cracce, 177. Thamnotrizon cinereus, 495. Toxotes jaculator, 286. Tamnurgus characias, 157. Trachys minutus, 149. — stenographus, 157. — nanus, 149. Thanatos major, 39’. — pygmeus, 149. Thecla ilicis, 167. Tragops prasinus, 278. —- rubi, 167. Tragulus kanchil, 257. Therapon quadrilineatus, 284. Trechus minutus, 141, 243. 20) INDICE ALFABETICO. Triacanthus biaculeatus, 301. Triznodon obesus, 308. Tribalus scaphidiformis, 145. Trichiurus haumela, 289. Trichodes apiarius, 150. Trichoglossus Massena, 258, 259. Triecphora sanguinolenta, 187. Trifolium aryense, 87. — fragiferum, 87. — medium, 87. — montanum, 87. — pratense, 87, 31’ — procumbens, 31’. Trigonidium cicindeloides, 162, 454. Trimeresurus erythrurus, 280. — flavomaculatus, 280. — Hombronii, 280. — Waglerii, 280. Tringoides hypoleucus, 270. Tripheena comes, 173. — janthina, 173. -— linogrisea, 173. — pronuba, 173. Triphleps minuta, 186. Tritoma bipustulata, 161. Trochilium apiforme, 170. Trogosita mauritanica, 146. Tropideres sepicola, 153. Tropidonotus spilogaster, 217. Trox Fabricii, 147. — hispidus, 147. — scaber, 147, Trydactylus variegatus, 507. Trypeta jaceze, 188. Trypetes truncorum, 165, Trypoxylon figulus, 164. Tryxalis nasuta, 162. — unguiculata, 162. — turrita, 454. Tupaia ferruginea, 256. Turdus obscurus, 265. Turnis ocellata, 269. Turritella terebra, 56/. Turtur Dussumierii, 268. — huinilis, 268. Tussilago farfara, 88. Tychius decoratus, 155. Tylopsis liliifolia, 162. Typhlops braminus, 276. Ulmus campestris, 89. Uloborus Walckenserius, 189. Umbilicus pendulinus, 88, 121’. Umbrina Rusellii, 289. Unio Aleronii, 121. — Deshayesii, 122. — rhomboideus, 121. — Turtonii, 121. Upeneoides sulphureus, 285. — tragula, 285. — vittatus, 285. Upeneus barberinus, 285. — indicus, 285. — trifasciatus, 285. Urodon canus, 153. — pygmeeus, 153. Urophora stylata, 188. Urtica dioica, 31’. — membranacea, 89. — urens, 89. Valeriana officinalis, 88. Valgus hemipterus, 148. Valvata Coronadoi, 120. Vanessa antiopa, 168. — atalanta, 168. — C-album, 168. — cardui, 168. — jo, 168. — polychloros, 168. Varanus salyator, 275. Velia rivulorum, 186. venado, 257. Verbascum cinereum, 89. — thapsus, 89. — sinuatum, 89. Verbena officinalis, 89. Verlusia sinuata, 185. INDICE ALFABETICO. "4203 Veronica montana, 89. — serpyllifolia, 89. Vertigo antivertigo, 112. — columella, 112. — Moulinsiana, 112. — muscorum, 113. -—— pygmea, 112. — Venetzii, 112. Vespa crabro, 165. — germanica, 165, 122!. — sylvestris, 165. — vulgaris, 165. Vesperus brevicollis, 66’. — strepens, 158. Viburnum tinus, 88. Vinca media, 31’. Vincetoxicum officinale, 88. Viola canina, 87. — odorata, 87. — tricolor, 87. Vitrina major, 95. Viverra zibetha, 257. Volucella zonaria, 189. Xanthium spinosum, 88. Xanthodes Graéllssii, 176. — malve, 176. Xanthogramma marginalis, 189. — ornata, 189. Xantholeema heemacephala, 262. Xantholinus fulgidus, 144. Xantholinus hesperius, 144. Xiphidium eethiopicum, 453. — fuseum, 491, 35’. — thoracicum, 491. Xylocleptes bispinus, 157. Xylocopa violacea, 166. Xylina lapidea, 175. Xysticus acerbus, 189, 191. — cristatus, 39’. — nubilus, 39’. Yungipicus maculatus, 261. * Zabrus Castroi, 233. — gibbus, 141, 234. — gravis, 233. — piger, 235. — Seidlitzii, 64’, 66/. Zanclostomus tristis, 258, 263. Zeocephus rufus, 264. Zeuzera pyrina, 171. Zonitis mutica, 153. — preeusta, 153. Zonosoma pupillaria, 178. Zoropsis media, 189, 191. Zosterops Meyenii, 266. Zuphium olens, 201. Zygeena australis, 170. — filipendule, 170. — occitanica, 170. — rhadamanthus, 170. — stcchadis, 170. } ATOVAT AAV TE et 4 + STAN Se Ay ; A's “Bin tebe x 4 LA cies fs art Aes - oA 1 Aaa Ieee ee : se OE ee Lye SET al. Oe, ea diovaig \ BSL Sh, ; wae en pote tu i id BIN Pre ‘ul o oh y, wey? 6 ay atts ‘ah si Seige Te vag “aad nas) (ahr o on! 4 vo ie iS: eds: y ee a ADVERTENCTITA. El tomo xvit de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HisToRta NATURAL se publicd dividido en tres cuadernos: el t.. comprende las paginas 1-176 de las Memorias y 1-16 de las Actas, y aparecio el 30 de Abril de 1888; el 2.° las paginas 177-352 de las primeras y 17-80 de las segundas, y vio la luz publica el 31 de Octubre de 1888; el 3° y ultimo las paginas 353-514 de las Memorias y 81-208 de las Acfas, publicdndose el 31 de Diciembre de 1888. Acompafian 4 este tomo una lamina litografiada, dos eromolitografiadas y tres grabados intercalados en el fexto. Bene Fray Vi Ae Ee, . . s ae “ 3 5 , iS 7 FS beans ta tiie ras Cee > ee uy of 1 eae Seat» a ee me, ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA | DE HISTORIA NATURAL TOMO XVII.—CUADERNO 14.° MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERKO ALCAL A, ll, TERCERO 30 DE ABRIL DE 1888 SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el ano de 1888. Presidente vera ceiwsn s, « .. D. Manuel Maria José de Galdo. Vicepresidente.......... Sr. Conde de Moriana. PEROTUID§ iowa sae ooet Soh D. Ignacio Bolivar y Urrutia. ISCCTEMUNTOS sis via bete wioua%e D. Francisco de Paula Martinez y Saez. Vicesecretarto......¢ se D. Francisco Quiroga y Rodriguez. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesion de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los ANALES, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas correc- ciones que poner en vez de la sesion en que se leydé la Memoria, la in- dicacion del afio y tomo de los ANALES en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor numero de ejemplares en la forma expre- sada, pagaran con arreglo 4 la siguiente tarifa: 50 100 450 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. Plennilaees WE WABIMAS sc 5 55s le Sates atv ee ness 1D ego eee 7 40,50 7 Sa oiees eaters Beste ie seseses D a 43 49 43 iN ON at — See NPhay ae See earn tS » 43 26 39 26 Los autores que quieran tiradas aparte de sus memorias, dejando una sola paginacion y afiadiendo sus titulos despues del nombre, pagardn con- forme 4 la tarifa siguiente: 50 400 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. © empl A PAGINA nis s\ee Wael bo ese ies Pee ot VILL: 47,50 20 22,80 20 Be chee NN LU Me Nal MRS Fc irate eA eke oo) 23 28 33 28 WB icon Ob ca aire heels si oie iatee sapere Reece » 34 ha 54 4h En ambos casos serdn iguales los siguientes gastos: 50 400 4150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. mae oe Una lamina grabada en acero é ilumi- MAG Areas etc Cea ake ean ae dees peer nil easag 64 428 492 428 Una id. id. id., sin iluminar...... » 20 40 60 40 Una id. id. jem piedra.. 2.2. ocece » 8 N6 Q4 NG Cubierta de color sin imprimir.... » 5 40 45 40 Portada aparte........ Mites Fat ae eR SP Re SPUR Rae Ss Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta......... » h ADVERTENCIA. Si la lamina iluminada contuviese mas figuras de lo ordinario, aumentara su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de emplear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresion (10° por 18°™). Las laminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole distinta de las que anteriormente se indican, se pagaran al precio que resulte para la So- ciedad. ; . 7 Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonaran 4 reales por cada hora de trabajo. : CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que han satisfecho sus cuotas desde 1.° de Enero 4 30 de Abril del corriente aiio. COTIZACION DE 1887. Gonzalo y Goya, de Salamanca. Gordon, de la Habana. - » Guayart, del Escorial. lrastorza, de San Sebastian. Lopez Cepero, de Chiclana. COTIZACION DE 188s. Lépez Seoane, de la Corufia. Moragues (D. Ignacio), de Palma. Pérez San Millan, de Burgos. Poey, de la Habana. Pombo, de Vitoria. Reynoso, de la Habana. Ruiz, de la Habana. Vilaré, de la Habana. Zubia, de Logrofio. Gonzalo y Goya, de Salamanca. Martin del Amo, de Vitoria. Aguilera, de la Habana. - Bosca, de Valencia. Bottino, de la Habana. Calleja, de Talavera. Ferrer, de Valencia. Florez, de Oviedo. Fuente, de Ciudad-Real. El Tesorero, I. Bowuivar. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigira al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Martinez y Saez, Plaza de los Ministerios, 5, 3.°, Madrid; y sobre los administrativos, reclamacion de cuadernos de los ANA- LES, titulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolivar, Alcala, 41, 3.° La Tesoreria esté abierta todos los dias no festivos, de doce 4 dos de la tarde. _ INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1.° DEL TOMO XVII. Pags. | Calderon.— Apuntes sobre el estado presente de la ciencia orogénica..... aca ce LUST ae vac ea edeliin ke nalserameens 5 Castellarnau.—Unidad del plan generativo en el reino ve- PEIRION Ped eine ei Gk Saleen Ce Be oR cet sk OER 31 Salvana.—Contribucién 4 la fauna malacoldgica de los Pi- rineos catalanes, 6 sea descripcién de la comarca de Olot en relacién con la faunula malacoldégica local, y monografia de los moluscos terrestres y fluyidtiles de aquel territorio. 75 Cuni.—Insectos observados en los alrededores de Barcelona. 133 % Febrero, Marzo:y-gauri)... o eles vce ceewee ae aisiniasinigte i) AVISO IMPORTANTE. Los sefiores que atin no hayan recogido e) diploma de socio, pue- den hacerlo en la ¢alle de Alcala, 41, 3.°, pues no es posible hacer su * remision por el correo. El Sr, Tesorero recuerda 4 los sefiores socios de provincias e] ar- ticulo 4.° del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer llegar 4 Tesoreria su cuota anual de 60 rs. sin descuento en el mes de Enero de cada afio. Los residentes en Barcelona la abonardn en casa Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural (Enero, de D. Francisco de Sales de Delas y de Gayold, Condal, 20. MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. ANALES > DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ~ | DE HISTORIA NATURAL | TOMO XVII.—CUADERNO 2.° MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCALA, 11, TERCERO © 84 DE OCTUBRE DE 1888 A CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que han satisfecho sus cuotas desde 1.° de Mayo 4 31 de Octubre del corriente aio. COTIZACION DE 41886. Jiménez de Cisneros, de Cartagena. COTIZACION DE 41887. ' Bellido, del Escorial. Jiménez de Cisneros, de Cartagena. COTIZACION DE 41888. Atienza, de Malaga. Barceld, de Mallorca. Bellido, del Escorial. Bolos, de Olot. Brefosa, de San Ildefonso. Castellarnau, de San Ildefonso. Ceryifio, de Tuy. Chil, de Las Palmas (Gran Canaria). Comerma, del Ferrol. Coscollano, de Cérdoba. Escalera, de Gijon. Espluga, de Quintanar de la Orden. Garcia Arenal, de Gijon. Gila, de Segovia. _ Martin del Amo, de Vitoria. | Mercado, de Nava del Rey. Gonzalez Fragoso, de Carmena. Mac-Lennan, de Bilbao. Moragues, D. Fernando, de Mallorea. Ochoa, de Vitoria. Ordozgoiti, de Vitoria. Padilla, de Las Palmas (Gran Ca- naria). Paez Valero, de Cordoba. Ribera, de Valencia. Rodriguez Cepeda, de Valencia. Rodriguez, D. J., de Mallorca. Ruiz Casaviella, de Narvarte. Truan, de Gijon. Vazquez Aroca, de Cordoba. Velasco, de Vitoria. Zapater, de Albarracin. COTIZACION DE 41889. Brefiosa, de San Ildefonso. Rodriguez Cepeda, de Valencia. El Tesorero, I. Bouivar. go ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigira al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Martinez y Saez, Plaza de los Ministerios, 5, 3.”, Madrid; y sobre los administrativos, reclamacion de cuadernos de los ANA- LES, titulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolivar, Alcala, 11, 3.° La Tesoreria esté abierta todos los dias no festivos, de doce — 4 dos de la tarde. Las publicaciones regaladas 4 esta Sociedad, 6 adquiridas por la misma, :»hallan en poder del Sr. D. Francisco Martinez y Saez; los se- fiores socios que quieran consultar alguna de ellas, pueden dirigirse al Ga- binete de Historia Natural, los lunes, miércoles y viernes no festivos, de diez 4 doce de la mafiana. Los socios residentes en las provincias de Ultramar, 4 quienes convenga - efectuar el pago de su cotizacién en Ja Habana, podran verificarlo en casa del Sr. D. Felipe Poey, catedratico de Mineralogia y Zoologia en aquella Universidad, calle del Cerro, 416, debiendo entregar por razén del giro y demas gastos 4 ps. fs. en oro, 6 su equivalente en papel, en vez de los 60 rs. que satisfaran si remiten letra sobre Madrid. MM. les membres de la Société résidant & l’étran ger, qui éprouveront des difficultés pour remettre a Madrid le montant de leur cotisation, peuvent _ le verser 4 Paris, chez Mr. L. Buquet, Trésorier de la Société entomologique de France, rue Saint-Placide , 52 (faubourg Saint-Germain), en lui re- mettant 16 francs; ou 4 Berlin, chez Mr. G. Kraatz, Président de la So- ciété entomologique, Linkstrasse, 28, en lui envoyant 44 Thalers. MM. Poey, a la Havane, Buquet, a Paris, et Kraatz, a Berlin, sont . aussi autorisés pour recevoir des souscriptions aux ANALES DE LA SOCIEDAD _ EspaNona DE Hisrorta NaTurat aux mémes prix que ceux marqués pour la _ cotisation : les souscripteurs recevront chez eux franco par la poste, ainsi que les membres de la Société, les cahiers du journal aussitét qu’ils pa- -raitront. Los sefiores socios que quieran se haga alguna enmienda 6 adicion, en la designacion de su domicilio 6 titulos, pueden remitir 4 la Secretaria la nota correspondiente, para que se tenga presente al imprimir la lista de ~ socios, y para Ja remision de las publicaciones de la Sociedad. ES INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.° DEL TOMO XVII. (ContinuaciOn)...c.ececccces Se ee take ASE Sere te 177 Pantel.—Catalogue des coléopteres carnassiers terrestres _des environs d'Uclés avec les descriptions de quelques es- peces et variétés nouvelles: ............4. eas esiaee ya Re nee) | Gogorza y Gonzalez.— Datos para la fauna filipina. Ver- teDIRGOs Sabie teach ees kas Risa toa’ wot taro atigne, Ria teaeee etebabete 247 © Madrid Moreno. féricas en la mucosa olfatoria de los peces. (Lamina 1).... 3065 : ‘Sobre las terminaciones nerviosas peri- Rodriguez y Femenias.— Algas de las Baleares,....... 311 Macpherson.—Del caracter de las dislocaciones de la Pe- | NIGBULG LNGECR