NE A PyR / ly Í Libraro of the Museum OF COMPARATIVE ZOOLOGY, AT HARVARD COLLEGE, CAMBRIDGE, MASS, O = SS — The gift of Uk) ¿O a No. SII bio. 1669 AL2 e y 5h A Pe a E al a v Ñ hi) ¡EN . ATAN Ñ v ds MAN NAS O O A ANNO n VIA ¿0 1 NN 10 AAN CAN AN UNS AIN EN / 1 Ni MIN 0, ANA TÍ n ' UN DN AN Pa AN CN ICON: Ñ AUN NN CAIDO DAN LINO ey LA Ñ ( CIA UN Id) A ANSIA VA UN NA AN Ñ AS ON INEA M0 | Ñ NN 0 Ni NO E A IO A MAN NN ESAS ES E ANALES HISTORIA NATURAL. $ A ERA Ac ANA AS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. TOMO. TD EGCEMOGTAVO. MADRID: DON I. BOLÍVAR, TESORERO. CALLE DE ALCALÁ, 11, TERCERO. 1889. Artículo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 20. MEMORIAS DE EHISTOREA NA TU aAL. INSECTOS ENCONTRADOS ES SA IAEA a EU POR DON MIGUEL CUNÍ Y MARTORELL. (Sesión del 3 de Agosto de 1887.) SADA Uno de los principales obstáculos que detienen el progreso de la entomología en nuestro país es la creencia, bastante extendida entre los que á dicha ciencia se dedican, de que únicamente merecen el honor de ser publicados los trabajos descriptivos, 6 sean monografías, y los resultados de explora- ciones serias que abracen comarcas enteras, y con semejante preocupación se dejan dormir en las colecciones infinidad de especies halladas en las rápidas excursiones que se verifican en diversos lugares y pueblos, quedando así ignorados gran número de datos interesantísimos. Es menester, pues, desvanecer esa fatal prevención, é imi- tar los procedimientos que se emplean cuando se trata de levantar un edificio. En este caso, lo primero que se hace es irá la cantera, recoger allí las piedras, acarrearlas luego y amontonarlas en el solar que se tiene preparado, y de esta manera los albañiles, como las encuentran á mano, se sirven facilmente de ellas para construir aunque sea un palacio. Si faltaran los cantos, ¿pudiera acaso nadie, por inteligente que fuese, fabricar una simple cabaña? 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) A nuestra España le falta ese edificio, es decir, el Catálogo general de sus insectos, y no lo alcanzará, por cierto, hasta que se hayan ido á buscar los materiales á las canteras ento- mológicas, que son los campos, praderas y bosques, y sean conocidos todos los hallazgos, con los datos minuciosos y pre- cisos de la localidad, época del año en que aparecen las espe- cies, plantas de que viven las orugas, etc., etc., que si á pri- mera vista parecen insignificantes tales noticias, son en rea- lidad de sumo valor para la ciencia que cultivamos. Los que más abrigan ese temor pueril que hemos indicado al principio; los que no se atreven á publicar notas de los in- sectos que van cazando, son los jóvenes, nuestros noveles en- tomólogos, precisamente los que, por su juventud, vigor y entusiasmo, se hallan en las mejores condiciones para poder proporcionar los acopios más abundantes y preciosos, y de paso diremos que quizás convendría, para resolverles á tomar parte activa en la empresa, fomentar en ellos el amor de la entomología patria. Recordemos con satisfacción que Cataluña es una de la re- giones españolas que más ha estudiado sus insectos, así como debe entristecernos la consideración de que hay provincias en nuestra misma Península que no cuentan ni tan siquiera con una sola persona que á la entomología se dedique. Por lo tanto, no desmayemos, antes bien trabajemos mien- tras tengamos fuerzas, y si no nos es dable visitar toda la Es- paña, al menos no dejemos sin escudriñar un solo rincón de nuestro querido Principado y hagamos conocer las riquezas naturales que encierra. A fin de animar y dar el ejemplo, presento una sencilla lista de los insectos que recogi en una excursión que hice á últi- mos de Mayo del año 1886 al derruíido monasterio de Santas Creus, que se halla situado en la provincia de Tarragona, cu- yos alrededores recorrí durante mi corta permanencia en aquel delicioso sitio. (3) Cuni.—INSECTOS ENCONTRADOS EN SANTAS CREUS. ”i LEPIDÓPTEROS. Papilio podalirius Lin., var. Feis- thamelii Dup. Pieris brassice Lin. Anthocharis eupheno Lin. Colias edusa F. Lycena Escheri Hb. — agestis S. V. Vanessa atalanta Lin. Melitwa phebe $. V. athalia Rott. ] | | | | Epinephele pasiphaé Esp. Acontia luctuosa Esp. Agrophila sulphuralis L. | Metroptria monogramma Hb. Acidalia sylvestraria Hb. Eurycreon nudalis Hb. Orobena frumentalis Lin. — Abun- dante. ' Crambus pinellus L. COLEOPTEROS: Notiophilus uliginosus Fab. Carabus violaceus Lin. Lebia cyanocephala Lin. Cymindis melanocephala Dej. Chlenius vestitus Payk. Licinus silphoides Fab. Calathus cisteloides 11. melanocephalus Lin. micropterus Dutt. Anchomenus albipes Fab. viduus Panz. Abacetus Salzmanni Ramb. Feronia barbara Dej. Percus politus Dej. - Aristus spheerocephalus Ol. — Bas- tante. Stenolophus teutonus Sch. Harpalus consentaneus Dej. o ceneus Fab. Bembidium tricolor Fab. tibialis Duft. Creophilus maxillosus Lin. Xantholinus glabratus Grav. tricolor F. Pederus ruficollis Fab.—Abundan- te en la riera. Olibrus geminus 111. Meligethes flavipes Sturm. — Fre- cuente. Cryptophagus lycoperdi Herbst. Aphodinus lugens Creutz. Onthophagus taurus Lin. furcatus Fab. ovatus Lin. Caccobius Sehreberi Lin. | Cardiophorus biguttatus Y.—Abunda. var. ornatus Cand. | Agriotes corsicus Cand. Rhagonycha fulva Se. Attalus thoracicus Ol. Malachius bipustulatus Lin. — elegans Ol. Henicopus calcaratus K. Dolichosoma viridi-corruleum Geott. —Abundante. Lasioderma bubalus Fairm. Heliopathes montivagus Muls. Cistela murina Lin. Lagria hirta Lin.—Frecuente. Mordella aculeata Lin. Mordellistena pumilla GyM. (Edemera coerulea Lin. Jlavipes Fab. 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Strophosomus obesus Marsh.? Sitones sulcifrons Th. Brachyderes pubescens Bohm. Larinus jacece Fab. Lixus angustatus Fab. — pollinosus Germ. Erirhinus vorax Fab. Ceuthorhynchus Bertrandi Perris. ? Cartallum ebulinum Lin. Agapanthia cardwui Lin. Phytecia rufimana Schr. Criocerís asparagi Lin. Clythra longipes Fab. Clythra scopolina Lin. Cryptocephalus rugicollis Ol. — tristigma Charp. * Chrysomela Banksii Fab. Gastrophysa polygoni Lin. — Fre- cuente. Malacosoma lusitanicum Lin. Haltica mercurialis Fab.— Abunda. Spheroderma cardui Gy11.— Abun- dante. Hispa testacea Lin. Halyzia duodecimguttata Pod. Exochomus quadripustulatus Lin. ORTÓPTEROS. Loboptera decipiens Germ.—Abun- dante. Bacillus gallicus Charp. Tettix subulata Lin. NEURÓPTEROS. Libellula depressa Lin. Aischna cyanea Mull. Gomphus simillimus Selys. Q Calopteryx splendens Harris. Calopteryx splendens var. xanthos- toma. HEMÍPTEROS. Sehairus seemaculatus Ramb. Palomena viridissima Pod. Carpocoris baccarum Lin. Piezodorus incarnatus Germ. Rhaphigaster grisea Fab. Strachia ornata Lin. — oleracea Lin.—Abundante. Strobilotoma typhcecornis Fab. Brothrostethus denticulatus Scop. Syromastes marginatus Lin. Gonocerus venator F. Camptopus lateralis Ger. Stenocephalus neglectus H. $. Lygeus equestris Lin.—Frecuente. — apuans Rossi. Geocoris erythrocephalus Lep. Pachymerus pineti H. $. Hyalochilus ovatulus Costa. beosus pulcher H. $. Scolopostethus pilosus Rent. Heterogaster urtice Fab. — artemisice Schill. Platyplax salvice Schill. Calocoris chenopodii F.—Abundante. Harpactor iracundus Se. Philenws campestris Fall. — Fre- cuente. — spumarius Lin.—Idem. Centrotus cornutus Lin. (5) Cuni.—INSECTOS ENCONTRADOS EN SANTAS CREUS. y HIMENÓPTEROS. Dolerus pratensis Lin. : | Myrmica rubida Latr.—Abundante. Cephus tabidus Fab. Bombus muscorum Smith. Tapinoma erraticum Latr. DPLPrFEROS. Tipula gigantea Schr. ¡| Tabanus vicinus Egg. Ctenophora flaveolata F. ¡| Linnia marginata F. Especies de hemípteros, descubiertos recientemente en Cataluña. Palomena viridissima Pod., en Santas Creus, por Cuní. Peribalus vernalis Wolff., en Camprodón, idem. Picromerus bidens Lin., idem, id. Beosus pulcher H. S., en Santas Creus, idem. Scolopostethus pilosus Reut., idem, id. Calocoris infusus H. S., en Camprodón, por Roca. Dicyphus globulifer Fall., idem, id. ' A dE 7 A e A Ao LO OSO Ea Pra E IMA 0 P e! DRA SE Ad LE eN SALA HORA OA COLEÓPTEROS DE MALLORCA, POR DON FERNANDO MORAGUES Y DE MANZANOS. » (Sesión del 3 de Octubre de 1888.) NS Carabidee. Cicindela littoralis Fabr.— En los arenales. Puerto de Manacor (Cala An- guila). Primavera y verano. = Jlexuosa Fabr.—En la mayor parte de las playas. Notiophilus substriatus Wat. —Sitios húmedos, entre las plantas y hoja- rasca. Cercanías de Palma. Primavera. Macrothorax morbillosus Fabr.—Debajo de las piedras y corriendo por los senderos. Toda la isla y casi todo el año. Calosoma sycophanta Lin.—En los bosques y jardines. Valldemosa (Pasto- rich). Mayo. -— indagator Fabr.—Debajo de las piedras y vegetales en descom- posición. Cercanías de Palma. Manacor (Son Moro). Mayo. Nebria complanata L.— En el arenal de Son Suñer, debajo de las piedras y troncos arrojados en la arena. — brevicollis Fabr.— Debajo de las piedras en sitios húmedos. Cerca- nías de Palma. Primavera. — Gyllenhali Schh.—Manacor (Son Moro). Mayo. Scarites buparius Forst.—En el arenal de Santa Margarita (Son Real); Ma- nacor (Cala Mollanda). Mayo. — levigatus Fabr.—Se le encuentra en las playas. Palma (Torre den Pau) Manacor, Santa Margarita. Primavera y verano. — arenarius Bon.— Lugares pantanosos; debajo de las piedras, es- condidos en sus madrigueras durante el día, Palma (Estayñs de Son Suñer); Manacor (Cap des Toy). Primavera y verano. Teniolobus planus Bon.—Idenm, id. Dyschirius immarginatus Putz.— Lugares húmedos y arenosos; debajo de las plantas y corriendo durante las horas de sol. Palma, Ma- nacor. Primavera y verano. 12 eN ANALES DE HISTORIA NATURAL. UA (2) Dyschirius Hispanus Putz.— Lugares húmedos y arenosos. Palma, Mana- cor. Primavera y verano. Brachinus exhalans Rossi.— Debajo de las piedras, en las orillas de las acequias y parajes húmedos. Cercanías de Palma. Otoño é invierno. | — bombarda Dej.—Idem, id. — explodens Duft.—Idem, id. — sclopeta Fabr.—Idem, id. Drypta dentata Rossi.—Debajo de las piedras en sitios húmedos. Manacor (Cap des Toy). Único. Mayo. Demetrias atricapillus Lin. — Sobre los arbustos y en los sembrados. Palma, Manacor, Valldemosa, Porreras. Primavera y ve- rano. Dromius linearis Oliv.—Sembrados y rastrojos, y debajo de la corteza de los árboles. Cercanías de Palma. Santa María. Primavera y verano. Blechrus glabratus Duft.—Sitios húmedos, debajo de las plantas y corrien- do durante las horas de sol. Palma (Son Suñer); Manacor (Cap des Toy; Estayñí den Más). Primavera y verano. — plagiatus Dutft.—Idem, id. Metabletus fusco-maculatus Mtsch.—Idem, id. — scapularis Dej.—Idem, id. Amblystomus metallescens Dej.—Idem, id. Cymindoirdea Bufo Fabr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Masoreus 4Augyptius? Dej.—Idem, id. Chlenius velutinus, var. auricollis Gené.—Debajo de las piedras, en sitios muy húmedos. Cercanías de Palma (Son Suñer); Manacor (Cap des Toy); Santa Margarita (Son Real; Torrent de ne Borjas). Primavera y verano. — spoliatus Rossi.—Idem, id. — variegatus Fourcr.—Idem, id. — vestitus Payk.—Idem, id. — tibialis Dej.—-Idem, id. : Licinus silphowdes Fabr., var. granulatus Dej.—Debajo de las piedras. Toda la isla, y casi todo el año. Broscus insularis Pioch.—Inmediaciones de Manacor (Son Moro). Poyomus littoralis Duft.— Sitios húmedos; debajo de las piedras y entre la hierba. Inmediaciones de Palma; Manacor; Santa Margarita. Primavera y verano. smaragdínus Waltl.—Idem, id. — gilvipes Dej.—Idem, id. Sphodrus leucophthalmus L.—Cavernas y sitios húmedos y oscuros. In- mediaciones de Palma. Escaso. Primavera. 3) Moragues.— COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 13 Lemosthenes complanatus Dej.—Cavernas y sitios húmedos y oscuros. In- mediaciones de Palma. Escaso. Primavera. Pristonychus Algerinus Gory.—Cercanías de Palma; debajo de las piedras, encontrándose hasta en los jardines de las casas. Primavera. Escaso. Calathus cisteloides 1M.—Debajo de las piedras y hojarasca. Casi toda la isla y la mayor parte del año. — Ccircumseptus Germ.—Idem, id. — micropterus Duft.—Idem, id. Platynus (Anchomenus) albipes Fabr.—Debajo de las piedras. Palma, Ma- nacor. Primavera. Agonum marginatum Lin.— Debajo de las piedras, en sitios húmedos. Manacor (Cap des Toy); Calviá (Porrasa). Primavera y ve- Tano. — Mulleri Hbst.—Idem, id. — atratus Duft.—Idem, id. Feronia cuprea Lin.—Idem, id. Orthomus barbarus, var. Balearicus Pioch.— Debajo de las piedras. Toda la isla. Primavera y verano. - Percus plicatus Dej.— Toda la isla y en todas épocas. Amara tricuspidata Dej.— Cercanías de Palma. Mayo y Junio. Celia rufo-enea Dej.— Manacor (Son Moro). Leiocnemis arcuata Putz.—Idem, id. Bradytus fulva De Geer.--Idem, id. Zabrus piger Dej.—Debajo de las piedras. Casi toda la isla. Primavera y verano. Aristus capito Dej.—Idem, id. Ditomus cordatus, var. Balearicus Schauf.—Idenn, id. — tricuspidatus Fabr.—Idem, id. Carterus dama Rossi.—Debajo de las piedras (Puig-Mayor). Mayo. Apotomus rufithorax Pecch.—Palma (Estayñs de Son Suñer). Escaso. Mayo. Acinopus picipes Oliv.—Debajo de las piedras. Toda la isla y en todas épo- cas del año. Dichirotrichus obsoletus Dej.—Manacor (Pou den Torriscos). Mayo. Amisodactylus pociloides Steph.—1dem, id. Harpalus rotundicollis Fairm.—Cercanías de Palma. — cordatus Duft.—Debajo de las piedras en sitios húmedos. Mana- cor (Son Moro). Mayo. — pubescens Miiller.—Idem, id. — ferrugineus Fabr.—Iden, id. — Psittacus Fourc.— Idem, id. -— ceneus Fabr.—Idem, id. — tenebrosus Dej.—Idem, id. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Stenolophus Teutonus, var. abdominalis Gené.—Sitios muy húmedos, debajo de las piedras y entre las raíces de las plantas. Palma (Prat); Manacor (Cap des Toy); Santa Margarita, La Puebla y en to- das partes donde hay aguas estancadas. Primavera y verano. — proximus Dej.—Idem, id. Egadroma marginata Dej.—Idem, id. Acupalpus dorsalis Fabr.—Idem, id. — notatus Muls.—Idem, id. — brunnipes Strm.—1Idem, id. Bradycellus distinctus Dej.—Idem, id. Trechus quadristriatus Schrank.—Idem, id. Tachys heemorrhoidalis Dej.—Idem, id. — parvulus? Dej.—Idem, id. — scutellaris Germ.—Idem, id. — rubicundus Chaud.—Idem, id. Bembidion rufescens Guér.—Idem, id. Philochthus guttula Fabr.—1Idem, id. — vicinus Lucas.—Idem, id. — Fumigatus Dutt.—Idem, id. Lopha quadrimaculata L.—Idem, id. — quadripustulata Dej.—Idem, id. Leja maculata Dej.—1Idem, id. — minima Fabr.—Idem, id. — — var. Normanna Dej.—Idem, id. — lampros Herbst.—Idexm, id. — ambigua Dej.—Idem, id. — leta Brull.—Idem, id. Peryphus lunatus Duft.— Idem, id. — Dahlii Dej.—Idem, id. Notaphus punctulatus var. Dufouri Perris.—Idem, id. Tachypus cyanicornis Pand.—Entre las plantas. Jardines de Palma. Vall- demosa (Son Puyg). — flavipes Lin.—Cercanías de Palma. Mayo. Dytiscidee. Haliplus mucronatus Steph.— Esta especie, como las demás de la familia, vive en el agua de los estanques, fuentes, balsas, etc. Palma. Primavera y verano. Hyphydrus variegatus Aubé.—Idenm, id. Hydroporus incequalis Fabr.—Idem, id. (5) Moragues.—CoLEÓPTEROS DE MALLORCA. 15 Colambus confluens Fabr.—Esta especie, como las demás de la familia, vive en el agua de los estanques, fuentes, balsas, etc. Palma. Primavera y verano. — minutissimus Gm.—Palma; Manacor (Cap des Toy). — geminus Fabr.—Idem, id. - lepidus Oliv.—Idem, id. — flavipes Oliv.—Idem, id. =—- opatrinus var. Brannan: Schauf.—Idem, id. =— variegatus Aubé.—Idem, id. — Ceresyi Aubé.—Idem, id. - canaliculatus Lacord.—Idem, id. - marginatus Dutt.—-Idem, id. — lituratus Fabr.—Idem, id. — limbatus Aubé.—Idem, id. Noterus clavicornis De Geer.— Idem, id. — levis Sturm.— Idem, id. Laccophilus minutus Lin. — Estanques de la huerta de Palma; Manacor; La Puebla. — testaceus Aubé.—Idem, id. = hyalinus De Geer.—Idem, id. Colymbetes coriaceus Lap.—Casi toda la isla. Cymatopterus fuscus Lin.—Estanques de las inmediaciones de Palma, Agabus maculatus Lin.—Casi toda la isla. — didymus O1.—Idem, id. — — brumneus Fabr.—En el torrente de Marratxi. Mayo. — nebulosus Forst.— Casi toda la isla. — binotatus Anbé.—Idem, id. — nitidus var. biguttatus Oliv. — Cercanías de Palma. Primavera y verano. — bipustulatus Lin.—Idem, id. Cybister virens Múll.—Estanques de la huerta de Palma. Primavera. — tripunctalus Oliv.—Idem, id. Dytiscus circumflexus Fabr.—Casi toda la isla. — punctulatus Fabr.—Palma; Valldemosa (sa Noguera). Verano. Eunectes sticticus Lin.—En un estanque de la acequia (se Real). Pocos ejemplares encontrados en el fondo de dicho estanque. Mayo. Gyrinidee. Gyrinus striatus Oliy.—Inmediaciones de Palma. — urinator 111.—Casi toda la isla. — natator Lin.—Manacor (Cap des Toy). t 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) -Hydrophilidee. Hydrophilus pistaceus Lap.— Casi toda la isla. Hydrochares flavipes Stev.—Palma. Hydrobius convexus Brull. —Palma (Son Suñer). Anacena bipustulata Merh.— Manacor. Mayo. Philhydrus testaceus Fabr.—1Idem, id. Helochares lividus Forst.—Idem, id. — Ludovici Schauf.—Idem id. Laccobius sinuatus var. nigriceps Thoms.—Idem, id. Berosus affinis Brull.—Palma, Manacor, La Puebla, Santa Margarita. Pri- mayvera y verano. Limnebius truncatellus Thunb.—Idem, id. Helophorus rugosus Oliv.—Palma. = nubilus? Fabr.—Idem, id. — aquaticus Lin.—Marratxi. Mayo. — granularis Lin. — obscurus Muls. Ochthebius marinus Payk.— Encuéntrase esta especie en la costa, dentro del agua de mar que contienen los hoyos de las rocas á causa de los temporales. Primavera. — bicolon Germ.—Palma, Manacor; en las aguas estancadas. Pri- mavera y verano. =- Hybernicus Curt.— Casi toda la isla. Hydrena nigrita Germ.—Idem, id. Spheeridium scarabwecides Lin. — En los excrementos de ganado vacuno. Toda la isla. Primavera y verano. — bipustulatum Fabr.—Idem, id. Cercyon quisquilius Lin.—Idenm, id. Staphilinidee. Falagria sulcata Payk.—Inmediaciones de Palma. — obscura Grav.—Idem, id. Aleochara tristis Grav.—Idem, id. Drusilla canaliculata F.—Debajo de las piedras. Homalota melanaria Sabhl. Leucoparyphus silphoides Lin.—Sobre las flores. Tachinus flavolimbatus P. m Moragues.—CoLEÓPTEROS DE MALLORCA. 17 Tachyporus solutus Er.—Sobre las flores. Casi toda la isla. Primavera. =- chrysomelinus Lin.—Idem, id. SS Hypnorum Fabr.—Idem, id. = pusillus Grav.—Idem, id. o — nitidulus Fabr.—Idem, id. Quedius molochinus Grav.—Debajo de las piedras. — semieneus Steph.—Idem, id. — 'sp.?—Idenm, id. Emus maxillosus Lin. —Sobre los cadáveres en putrefacción, los cuales devoran. Goérius olens Múll.—Toda la isla y en todas épocas; debajo de las piedras. — ophthalmicus Scop.— Debajo de las piedras. Alcudia. — eneocephalus De Geer.—Manacor (Son Moro). Tasgius pedator Grav.—Debajo de las piedras en sitios húmedos. Palma (Prat). — planipenmis Aubé.—Idem, id. Cafius cribratus Er.—Idem, id. Remus xantholoma Grav.— Manacor (Son Moro). — sericeus Holme.—Debajo de las piedras. Philonthus laminatus Creutz.—Idem, Palma. — ebeninus Grav.—Idem, id. Gabrius nigritulus Grav.—Idem, id. Xantholinus glabratus Grav.—Idem, id. — linearis Oliv.—Idem, id. Eulissus fulgidus Fabr.—Idem, id. Leptacinus formicetorum Márkel.—Idem, id. Othius leeviusculus Steph.—Idem, id. Lathrobúiwm multipunctatum Grav.—1Idem, id. Achenium striatum Latr.— Palma. Cryptobium glaberrimum Herbst.—Idem, id. Scopeeus gracilis Sperk.—Idem, id. Stilicus orbiculatus Payk.—Idem, id. Sunius melanwrus Kiist.—Idem, id. — angustatus Payk.—Idem, id. Pederus fuscipes Curt.— Esta especie, lo mismo que las que siguen, habi- tan junto al agua, corriendo de una parte á otra durante el día. Palma (Prat); Manacor (Cap des Toy). Primavera y ve- rano. Stemus bipunctatus Er.—Idem, id. — guttula Múl.—Idexm, id. — ater Mannh.—Idem, id. Blediíus unicornis Germ.—Idem, id. — Graéllsii Fauv.—Idem, id. ANALES DE HIST. NAT.—XVII. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Platystethus cornutus Gyl1.— Materias en descomposición. Palma, Mana- cor, Calviá. Primavera y verano. — spinosus Er.—Idem, id. Oxytelus sculptus Grav.—Idem, id. — ¿mustus Grav.—Idem, id. — speculifrons Kraatz.—Idem, id. Pselaphidee. Bryaxis Carthagenica Saulc.—Sitios muy húmedos, debajo de la hojarasca y otros vegetales en descomposición. (Prat de Son Suñer.) — Uhagoni Saulc.—Idem, id. Scydmaeenidee. Scydmenus harticollis 111. Eumicrus tarsatus Múll.—A la caída de la tarde, sobre las tapias de los huertos (Cami fondo). Primavera y verano. Silphidee. Silpha granulata O1.—En los cadáveres en putrefacción, siendo abundante por toda la isla: — puncticollis Luc.—Como la especie anterior, abundando por los ca- minos de las afueras de la ciudad. Primavera y verano. Necrophorus humator Goeze. — Un solo ejemplar muerto, aunque completo. Palma. Junio. : Trichopterygidee. Trichopteryx brevipennis Er. Histeridee. Platysoma filiforme Er.—Palma, Manacor. Hister major Lin.—Toda la isla y en todas épocas. — 12-striatus Schr.—En los excrementos y sustancias vegetales en descomposición. (9) Moragues.—CoLEÓPTEROS DE MALLORCA. 19 Carcinops minima Aubé.— Debajo de las piedras; cercanías de Palma. Mayo. Saprinus semipunctatus Fabr.—En los cadáveres y excrementos. Palma, Manacor, Petra (Comunas). Primavera y verano. — nitidulus Payk.—Idem, id. — subnitidus Mars.—Idem, id. — speculifer Latr.—Palma (Torre den Pau). — — dimidiatus Ull. Plegaderus Otti Mars.—Debajo de las piedras. Onthophilus exaratus 11. — Debajo de vegetales en descomposición. (La Real). Mayo. Phalacridee. Phalacrus corruscus Payk.—Sobre las plantas. Olibrus bicolor Fabr.—Sobre las plantas y flores. Primavera y verano. — discoideus Kiist.—Idem, id. — afinis? Sturm.—Idem, id. Stilbus testaceus Panz.—Idem, id. Nitidularidee. _Brachypterus pallipes Mur. Carpophilus luridus Mur.—Vegetales en descomposición. Palma. Primavera y verano. Nitidula flavomaculata Rossi.— En los cadáveres en descomposición. Pri- mavera y verano. — carnaria Schall.—Idem, id. Pria Dulcamare Scop. Meligethes Brassicwe Scop. = opacus Rosenh.—Primayera y verano. — planiusculus Heer.—Sobre el Cistus salvifolius L. Palma, arenal de Son Suñer. Mayo. — fuscus Oliv.—Idem, id. Trogositidee. - Tenebrioides Mauritanica Lin.—En los graneros y almacenes de harina. Toda la isla. ' 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Colydiidee. Aulonium bicolor Herbst.—En los troncos de los árboles secos, principal- mente pinos. Génova (Son Berga). Mayo. Cucujidee. Monotoma spinicollis? Aube.—Cercanías de Palma. Verano. — quadricollis Aubé.—Idem, id. Cryptophagidee. Cryptophagus cellaris Scop.— Sobre las plantas y volando á la caída de la tarde. Verano. ci scutellatus Newm.—Idem, id. — Scanicus Lin.—Idem, id. = Vini Panz.—Idem, id. Leucohimatium elongatum Er.—En los campos de trigo. Palma. Primavera y verano. Cryptophilus integer Heer.—Sobre varias plantas. Casi toda la isla. Prima- vera y verano. Anchicera testacea Steph.—Idem, id. Ephistemus globulus Payk. Lathridiidee. Lathridius angusticollas Humm. Corticaria distinguenda Vila. Tritomidee. Litargus coloratus Rosenh.—En los cañaverales entre la hojarasca. Prima- vera y verano. Typhceea fumata Lin.—Sobre los cardos y otras plantas. Palma, Manacor (Son Moro). Berginus Tamaricis Wollst. (1) Moragues.—COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 21 Thorictidee. Torictus grandicollis Germ.— Un solo ejemplar encontrado debajo de una piedra. Mayo. Dermestidee. Dermestes Frischii Kugel.—Sobre los cadáveres en descomposición. Toda la isla. Primavera y verano. = undulatus Brahm.—Valldemosa (Son Moragues). Julio. — cadaverinus Fabr.—Pudiera ser que las larvas de esta especie hubieran sido transportadas, pues solo hemos encontrado dicho insecto junto á los almacenes de cueros. Palma. Verano. Attagenus piceus Oliv.—Sobre las plantas. Anthrenus scrophularice Lin.— En los jardines, sobre las flores, y en las habitaciones, causando grandes destrozos sus larvas á las colecciones de Historia Natural. Desgraciadamente muy abundante. Primayera y verano. - Goliath Saulcy.— En los jardines, sobre las flores. Palma, So- ller, Valldemosa. Mayo. ; Scarabezeidee. Ateuchus sacer Lin.— Toda la isla, siendo más abundante en el llano que en los montes. =— semipunctatus Fabr.—Esta especie habita los arenales. Palma (Son Suñer, Torre den Pau); Manacor, en todas las playas. Primavera y verano. — laticollis Lin.—Toda la isla, reuniéndose numerosos ejemplares en las boñigas. Primavera y verano. Gymnopleurus Sturmii Mac Leay.—Idem, id. Copris Hispanus Lin.—Idenm, id. Bubas bison Lin.—Idem, id. Oníitis Olivieri 111.— En las mismas condiciones. Palma (Coll den Rabasa). Cheironitis Hungaricus Herbst.—Manacor (Cap des Toy). Onthophagus rugosus Poda.—Toda la isla. Oniticellus fulvus Goeze.—Palma, Manacor. — pallipes Fabr.—Iden, id. Aphodíus scybalarius Fabr.—Idenm, id. 2 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Aphodius fimetarius Lin.—(Son Suñer, Prat). — constans Dutt.—Toda la isla. — granaríus Lin.—Palma. — lugens Creutz.—Toda la isla. — lividus 01.—1Idem, id. — porcus Fabr.— Palma. — quadriguttatus Herbst.—Idem. Melinopterus consputus Creutz.—Toda la isla. Ammececius elevatus 01.—Palma, Rhyssemus Germanus Lin.—En los arenales. Palma (Torre den Pau). Mayo. Psammobius ceesus Panz.—Toda la isla. Psammodius porcicollis 11.— En los arenales, junto á las raíces de las plantas. Thorectes levigatus Fabr.—Toda la isla. Trox hispidus Pont.—Entre la tierra arenosa. Palma; molinar de levante. Mayo. Rhizotrogus lepidus Schaut.— Durante el crepúsculo vespertino vuelan de una parte á otra en gran número. Calviá (Santa Ponsa). Santa Margarita (Son Real). Otoño. — vexator Schauf.—En Valldemosa (Son Moragues). Polyphylla fullo Lin.— En los pinares. Elaphocera Capdeboni Schauf.—Se la ve volar de un sitio á otro en busca de la hembra, no solo al anochecer, sino también durante el día, principalmente después de haber llovido. Palma (Son Suñer); Calviá (Santa Ponsa); Santa María. Otoño. Pentodon Algerinus Herbst.— Al anochecer se encuentran muchos ejem- plares por los caminos. Verano y otoño. Phyllognathus Silenus Fabr.—Idem, id. Oryctes Grypus 111.—Idem, id. Oxythyrea funesta Poda.—Sobre las flores, ocasionando muchos perjuicios á los jardineros, como también á los árboles frutales. Prima- vera y verano. Tropinota squalida Lin.—Idem, id. = hirta Poda.—Sobre las flores y debajo de las piedras durante el invierno. Cetonia opaca Fabr.—Sobre los cardos y árboles frutales. Toda la isla. Valgus hemipterus Lin.—En los campos de trigo. Soller. Mayo. Buprestidae. Chalcophora Mariana Lin.—En los pinares y bosques de encinas, volando durante las horas de sol caliente. Verano. (13), Moragues.—COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 23 Capnodis tenebricosa Herbst.—Sobre los troncos de los lentiscos. Manacor (Son Moro). Verano. Buprestis flavopunctata De Geer.— En los pinares. Valldemosa (Son Mo- ragues); Campos (Bastida). Verano. — octoguttata Lin.—Como la especie anterior, siendo más abun- dante. Eurythyrea micans Fabr.— Sobre los ciruelos y otros frutales. Manacor (Son Moro); Valldemosa (Son Puig). Verano, Anthaxia Crosus Villers.—Sobre las flores. SS inculta Germ.—Idem, id. = saliceti 111.—Manacor. — morio Fabr.—Idem, id. Ptosima 11-maculata Herbst.—Sobre las flores y en los pinares. Vallde- mosa, Soller, Manacor. Acmeodera cylindrica Fabr.—Toda la isla. — bipunctata Oliv.—Sobre las amapolas. Binisalem. Mayo. — virgulata 111.—Sobre las flores. Manacor (Son Moro). Mayo. Chrysobothrys affinis Fabr.—Sobre los árboles frutales y volando durante las horas de sol. Valldemosa, Petra, Campos. Verano. Melybeus amethystinus Oliv.—Sobre los cardos. Alrededores de Palma (Riera). Mayo. Agrilus angustulus 111.—Sobre las cepas y cardos. Elateridee. Adelocera punctata Herbst.— Sobre los pinos. Valldemosa (Son Farran- dell); Santa María. Heteroderes crucifer Rossi.—Lugares húmedos, entre la hojarasca. Calviá (Porrasa). Mayo. Drasterius bimaculatus Rossi.— Casi toda la isla y en todas épocas. Negastrius dermestoides var. 4-guttatus Lap.—Entre la hojarasca y debajo de las piedras. Manacor (Cap des Toy). Mayo. Cardiophorus rufipes Fourcr.—Casi toda la isla. Melanotus fuscipes Gy1lh.—Encontrado entre los troncos secos de lentisco, Manacor. Agosto. Agriotes sordidus 1l.—Sobre varias plantas y debajo de las piedras. Toda la isla. Telephoridee. Lampyris Reichei Duv.—Toda la isla. Primavera y verano. Malthinus filicornis var. seriptus Kiesw.—Sobre los lentiscos y otras plan- tas. Manacor (Rafal, Son Moro). Primavera y verano. 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Malacogaster nigripes Schauf.—Dentro de las conchas de los Helix, los cuales devoran. Cercanías de Palma. Primavera. Drilus amabilis Schauf.—Sobre las plantas. De esta especie, como de la : anterior, se encuentran pocos ejemplares; quizás no hayamos descubierto sus parajes favoritos. Primavera. Malachius spinosus Er.—Sobre las plantas. Mayo. — coeruleus Er.—Idem, id. Attalus Ulicis Er.—Idem, id. Charopus rotundatus Er.—Idem, id. — multicaudis Kiesw.—Idem, id. Colotes maculatus Lap.—Iden, id. Psilothrix nobilis 111.—Idem, id. —= splendidus Schauf. —Idem, id. Haplocnemus limbipennis Kiesw.—Idem, id. Danacea pygmoa Schauf.—Iden, id. — ziczac Schauf.—Idem, id. Cleridee. Túllus transversalis Charp.— Sobre los cardos. Trichodes leucopsideus O1.—$Sobre el Chrysanthemum coronarium L. Cer- canías de Palma. Primavera. Enoplium serraticorne F.—Suele encontrarse trepando por las paredes de las habitaciones. Primavera y verano. Escaso. Agonolía rufipes De Geer.—En los cementerios, devorando los cadáveres. Ptinidee. Ptinus dilophus 111. — Esta. especie, lo mismo que las que siguen, salen de la madera y suelen encontrarse en las habitaciones. Prima- vera y verano. — Lusitanus 111.—Idem, id. — hirticornis Kiesw.—Idem, id. — fur Lin.—Iden, id. Gibbium psylloides Czenp.—Manacor (Son Moro). En las habitaciones. Pri- mavera y verano. Anobiidee. Anobúum pertinax Lin.—Como las especies anteriores. Hadrobregmus nitidum Herbst.—Idem, id. (15) Moragues. —COLEÓPTEROS DE MALLORCA. — ' 2 Nicobium hirtum 1U.—-Como las especies anteriores. Artobium paniceum Lin.—Idem, id. Metholcus cylindricus Germ. Calypterus bucephalus IM. Lasioderma hemorrhoidale? Y. — lceeve 11. Hypora serricorne Fabr.—Sobre los cardos. Cercanías de Palma. Primavera. Sinoxylon sexdentatum Oliv.—Esta especie, como las que siguen, salen de la leña seca, en la cual viven sus larvas. Primavera y verano. Xylopertha preeusta Germ.—Idenm, id. = pustulata Fabr.—Idem, id. Bostrychus capucinus Lin.—Idem, id. — bimaculatus Oliv.—Idem, id. — laricis Fabr.—Idem, id. Dinoderus substriatus Payk.—Idem, id. Cis hispidus Payk.—Idem, id. Tenebrionidee. Erodius tibialis Lin.—Especie abundante en el arenal de Son Suñer. Pri- mavera. Pachychila sublunata Sol.—Sobre los muros de Palma y sus afueras. Tentyria Schaumii Kraatz.— Casi todo el año, principalmente en los are- nales. — basalis Schauf.—Cercanías de Palma, Alcudia y gran parte de la isla. Stenosis Sardoa Kiúst.— Debajo de las piedras. Dichillus leeviusculus.—Idem. Manacor. Ejemplar único encontrado en el mes de Mayo. Helenophorus collaris Lin.— Lugares húmedos y oscuros; bodegas, cue- vas, etc., como también en una tapia junto al mar llamada «Pared Blanca», de la cual salen bastantes ejemplares al anochecer. Primavera y verano. Acis punctata Thunb.—Casi todo el año. Alcudia. — acuminata Fabr.—Toda la isla y en todas épocas. Scaurus rugulosus Sol. — Alrededores de Palma, andando por los caminos. Primavera y verano. — uncinus Forst.—Idem, id. — striatus Fabr.—Idem, id. — punctatus F. Hbst.—Idem, id. Blaps similis Latr.— Lugares húmedos y oscuros; materias en descompo- sición , principalmente vegetales. Casi todo el año. 26: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Blaps gibba Lap. —Lugares húmedos y oscuros; materias en descomposi- ción, principalmente vegetales. Casi todo el año. — gages Lin.—Idem, id. Asida planipennis Schauf. — Debajo de las piedras durante el invierno. Valldemosa (Son Pax). — Cardone Pérez.—Como la anterior, siendo más abundante y encon- trándose casi por todas partes. — Barceloi Pérez.—Valldemosa (Son Farrandell, Miramar). Escasa. — depressa Sol.— Durante la primavera y verano es muy abundante por muchas partes de la isla. — Moraguesi Schauf.— Especie abundante durante el invierno. Toda la isla. Pimelia cribra Sol.— Abunda en los arenales (Son Suñer, Torre den Pau). Primavera. Crypticus gibbulus (Juens.— Debajo de las piedras. Micrositus semicostatus Muls.—Idem, id. Gonocephalum rusticum Oliv.— Cercanías de Palma, trepando por las ta- pias; en las carreteras y debajo de las piedras. — meridionale Kiúst.—Idem, id. — Juscum Kiúst.—Idem, id. — pygmaeum Stev.-—Idem, id. Microzoon tibiale Fabr.—Un solo ejemplar. Mayo. Helioctamenus hippopotamus Schauf.—Debajo de las piedras, junto á Bell- ver. Marzo. Phaleria cadaverina Fabr.— En los arenales entre los despojos que se en- cuentran en las playas. Gnathocerus cornutus Fabr.— En los graneros. Primavera y verano. Corticeus Fraxinmi Kugel.— Debajo de la corteza de algunos árboles des-. pués de cortados y secos. Palma (Son Berga). Mayo. Alphitobius diaperinus Panz.—En los palomares, juntamente con los tene- brios. Primavera y verano. Cataphronetis crenata Germ.— Manacor (Cap des Toy). Mayo. Tenebrio obscurus Fabr.—En los depósitos de salvado y en los palomares; su larva se emplea para alimentar á los ruiseñores. Verano. Misolampus Goudotí Brem.—Valldemosa (Son Maragues, Son Farrandell). Verano, Helops sp.? : Pseudicocerus Balearicus Wil.—En los arenales, junto á las raíces de las plantas. Palma (Son Suñer); Manacor (Cala Anguila). Mayo. Nesotes viridicollis Schauf.— Debajo de la corteza de los árboles. Todo el año. Manacor, Inca. 0) Moragues.— COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 21 Cistelidee. Cistela Luperus var. ferruginea Fabr.—Sobre las plantas, principalmente sobre las flores del Cistus. Toda la isla. Primavera y verano. Omophlus ruficollis Fabr.—Sobre las plantas. Palma (Estayñs blanchs). Mayo. Pedilidee. Euglenes nigripennis Villa. —Sobre las plantas. Valldemosa (Son Mora- gues). Primavera y verano. Aderus Boleti Marsh.— Idem. Manacor. Anthicidee. Notowus cornutus Fabr.—Esta especie, como las que siguen, se encuentran sobre los arbustos y diversas plantas. Primavera y verano. Leptaleus Rodriguesi Latr.— Palma. Anthicus humilis Germ.—Idem, id. — minutus Laf.—Idem, id. — fÁloralis Lin.—Idem, id. — instabilis Laf.—Idem, id. — tenellus Laf.—Idem, id. — quadrioculatus Laf.—Idem, id. — quadrimaculatus Luc.—Idem, id. — fuscicornis Laf.—Idem, id. — luteicornis Schmidt.—Idem, id. Mordellidee. Mordella sulcicauda Muls.—Primayera y verano. Mordellistena micans Germ.—Idem, id. = pumilla Gy11.—Idem, id. Anaspis nigripes Bris.—Idem, id. — pulicaria Costa.—Idem, id. Nassipa flava Lin.—Idem, id. Spanisa labiata Costa.—Idem, id. 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Rhipiphoridee. Emenadia larvata Schr.—Sobre los cardos. Cantharidee. Meloé Proscarabceus Lin.—Estos insectos se encuentran principalmente en los campos de trigo, orillas de acequias y caminos, etc., du- rante el invierno y primavera. Palma. — violaceus Marsh.—Idem, id. — purpurascens Grm.—Manacor. — Tuccius Rossi.—Toda la isla. Zonitis preeusta Fabr.—Sobre los cardos. Alrededores de Santa Catalina. Primavera. CEdemeridee. Nacerdes melanura Lin.—Idem, id. (Edemera tibialis Luc.—Sobre las flores de las cebollas. Palma. — barbara Fabr.—Sobre diversas plantas. Toda la isla. Primavera. — flavipes Fabr.—Idem, id. — lurida Marsh.—Idem, id. Pythidee. Mycterus curculionoides Fabr. Curculionidee. Otiorhynchus Valldemose Schauf. —En los arenales, junto á las raíces de las plantas. Palma (Son Suñer); Manacor. Mayo. o Miramarce Schauf.—Idem, id. Eurychirus cribicollis var. reticollis Boh.— Debajo de las piedras en sitios húmedos. Peritelus globulicollis Marsh.—(Torre den Pau). Scythropus Javeti var. Balearicus Schauf.—Sobre los pinos. Abunda por toda la isla. Primavera y verano. Strophomorphus porcellus Schónh.—Debajo de las piedras. (19) Moragues.—COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 29 Brachyderes pubescens Boh.—Sobre los pinos y encinas. Sitones griseus Fabr.—Sobre los romeros. Manacor. — cachecta GyU.—Sobre el Cistus salvifolius L. Palma (Son Suñer). Mayo. — Crinitus Oliv.— Sobre diversas plantas. — puncticollis Stph.—Idem, id. — lineatus Lin.—Idem, id. — humeralis Stph.—Idem, id. Trachyphlorus variegatus Kiúst.—(Torre den Pau). — canaliculatus Schauf.—Idem, id. Cathormiocerus curviscapus Seidl.—Idem, id. Cneorrhinus plagiatus Schall.—Idem, id. Thylacites fritillum Panz.—Palma (Estayñs blanchs de Son Suñer). Mayo. — var. brevicollis Heyd.—Idem, id. Brachycerus Balearicus Bedel.—Por las carreteras y trepando por las ta- pias y acequias. Invierno y primavera. — plicatus var. Tetanicus Luc.—Idem, id. = undatus Fabr.—Valldemosa (Son Moragues); Santa Margarita. Rhytirrhinus dilatatus Fabr.—Debajo de las plantas. Cercanías de Palma. Febrero y Marzo. =— erispatus Rohen.—Idem, id. = impressicollis Boh.—Bellver. — longulus Rosenh.—Palma. Gronops lunata Fabr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Hypera philanthus Oliv.—Debajo de las piedras. Palma (Manacor). — crinita Boh.—Idem, id. Phytonomus punctata Fabr.—Muros de Palma. - variabilis Herbst.—Sobre las plantas. Palma. Primavera y verano. - trilineata Marsh.—Sobre el Cistus salvifolius L. En los arena- nales. Mayo. — var. plagiata Redtb.—Idem, id. - Pollux Fabr.—Palma. - migrirostris Fabr.—Sobre diversas plantas. Palma. Primavera. Coniatus Tamaricis Fabr.—Sobre el Tamarix gallica L. Palma (Son Suñer); Calviá (Porrasa). Mayo y Junio. Acentrus histrio Bohem.—Sobre las plantas. Palma. Primavera y verano. Rhytideres plicatus Oliv.—Alrededores de Palma. Invierno y primavera. — var. Siculus Fahrs.—Idem, id. Cleonus punctiventris Grm.—Idem, id. — Hispanus Chevr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Temnorrhinus conicirostris Oliv.—Idem, id. Plagiographus obliquus Fabr.—Frecuentan los caminos. Palma. 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Plagiographus excoriatus Gy11h.—Frecuentan los caminos. Palma. Chromosomus ocularis Fabr.—Valldemosa. Lixus augurius Boh. — anguinus Lin.—Sobre los arbustos y plantas. Palma. Primayera. — Ascanii Lin.—Sobre la Beta vulgaris L. Primavera. — var. albomarginatus Boh.—Iden, id. — Algirus Lin.—Sobre los habares y en distintas plantas. Primavera. — vilis Rossi.—Sobre los cardos. Cercanías de Palma. Mayo. — Scolopax Boh.—Idem, id. — — var. Cynare Grlls.—Idenm, id. — Cardwi Oliv.—Idem, id. — acutus De Geer.—Idem, id. Larinus Cynare Fab.—Idem, id. — Scolymi Oliv.—Idem, id. — flavescens Germ.—Idem, id. — Ursus Fabr.—Idem, id. Rhinocyllus conicus var. antiodontalgicus Grb.—1Idem, id. Pissodes notatus Fabr. Dorytomus vorax Fabr. Balaninus Elephas GylUh. Tychius striatulus Gyllh. —Sobre el Cistus salvifolius. (Son Suñer). Mayo. — squamosus Gy1h.—Sobre varias plantas. Miccotrogus capucinus var. signaticollis Chevr.—Idem, id. — cuprifer Panz.—Palma. Mayo. Sibynia primita Herbst.—Sobre las plantas. Manacor (Cap des Toy). Mayo. Mecinus circulatus Marsh.—Idem, id. -— circumcinctus Rossi.—Idem, id. Gymnetron pascuorum Gyllh.—Idem, id. — variabile Rosh.—Idem, id. Rhinusa Antirrhini Germ. Sphcerula hemisphcerica O1.—Idem, id. Ramphus flavicornis Clairv.—Sobre los frutales. Casi toda la isla. Prima- vera y verano. — ceneus Boh.—Idem, id. Coliodes Cardui Herbst.—Sobre varias plantas. Primavera. Ceuthorhynchus assimilis Payk.—Idem, id. - geographicus Goez.—Idem, id. — Andrew Germ.—Idem, id. = asperifoliarum Gylh.—1Idem, id. — quadridens Panz.—1Idem, id. — ceneicollis Germ.—Idem, id. — cyanipennis Germ.—Idem, id. Baris nitens Fabr.—Sobre los cardos. Cercanías de Palma. Primavera. 21) Moragues. —COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 31 Baris viridisericea Goeze.—Idem, id. Único. — corulescens Scop.—Idem, id. Sphenophorus piceus Pall.—(Prat de Son Suñer). Mayo. Calandra granariía Lin.—En los graneros de trigo. - Oryze Lin.—En el arroz. Choerorrhinus squalidus Fairm. Mesites pallidipennis Boh.—Palma. Phleophagus spadix Herbst. Apion Pomone Fabr.—Sobre varias plantas. Primavera y verano. — cyaneum De Geer.—Idem, id. — confluens Kirb.—Idem, id. — semivittatum Gy1.—Idem, id. — flavofemoratum Herbst.—Idem, id. — urticarium Herbst.—Idem, id. — ceneum Fabr.—Idem, id. — radiolus Kirb.—Idem, id. — seniculum Kirb.—Idem, id. — rufirostre Fabr.—Idem, id. — dissimile Germ.—Idem, id. — assimile Kirb.—Idem, id. — vorax Herbst.—Idem, id. — frumentarium Lin.—Idenm, id. — Malve Fabr.—Sobre las malváceas. — violaceum Kirb.—Sobre las plantas. Rhynchites megacephalus Grm.—Sobre los lentiscos. Mayo. Anthribidee. Urodon pygm«eus Gyll.—Sobre diversas plantas. Palma, Manacor, Inca, * Soller y casi toda la isla. Primavera. Bruchidee. Spermophagus Cardui Boh.—Sobre los cardos y otras plantas. Toda la isla. Primavera. : Bruchus bimaculatus Oliv.—Sobre varias plantas. Primavera. — Martinezi Allard.—Idem, id. Escaso. — foveolatus Gyllh.—Idem, id. — rufimanus Boh.— En los habares y depósitos de estos granos. — seminarius Lin.—Sobre varias plantas. — brachialis Fahrs.—Idem,.id. LE 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Bruchus rufipes Herbst.—Sobre varias plantas. — sp.—Idem, id. Scolytidee. Hylastes linearis Er.— Debajo de la corteza de los troncos de los árboles secos. Primavera y verano. Hylurgus ligniperda Fabr.—Idem, id. Blastophagus minor Hart.—Idem, id. Hylesinus Fraxini Fabr.—Idem, id. — vestitus Muls.—Idem, id. Scolytus rugulosus Ratz.—1Idem, id. Crypturgus cinereus Herbst.—Idem, id. == mediterraneus Eichh.—Idem, id. Huypoborus Ficus Er.—En los troncos secos de higuera. Primavera y verano. Tomicus Laricis Fabr.—En varias clases de troncos. — bidentatus var. 4-dens Hart.—Idem, id. Cerambycidee. Cerambyx cerdo Lin.— En los bosques y sobre los troncos de los árboles frutales. Verano. — Scopolú Fiússl.—Idem. Valldemosa. Hylotrypes bajulus Lin.— Debajo de la corteza de los árboles. Palma. Ve- rano. — — var. lividus Muls.—Idem, id. Criocephalus rusticus Lin. Palma. Stromatium unicolor Oliv.—Idem, id. Hesperophanes cinereus Villers.—Manacor. — sericeus Fabr.—Manacor. Verano. Clytus arvicola Oliv.—Sobre los frutales. Valldemosa (Son Moragues). Ve- rano. — Egyptiacus Fabr.—Sobre el Cistus salvifolius. Palma (arenal de Son Suñer). Mayo. — yglabromaculatus Gez.—Valldemosa. Verano. Cartallum ebulinum Lin.—Sobre los cardos. Palma, Primavera. Escaso. Gracilia minuta Fabr.—Palma. Exilia timida Ménétr.—Santa María. Verano. Stenopterus rufus Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. = rufus var. preeustus Fabr.—Idem, id. — — var. nigripes Kraatz.—Idem, id. (23) Moragues.—COLEÓPTEROS DE MALLORCA. 33 Stenopterus var. ater Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. Monohammus Galloprovincialis O1.—Sobre los lentiscos. Marratxi. Mayo. Escaso. Belodera Troberti Muls.—Manacor (Son Moro). Julio. Niphona picticornis Muls.—Troncos de higuera. Agapanthia Cardui Lin.—Sobre los cardos. Calamobius gracilis Creutz.— En los campos de cebada. Manacor (Son Moro). Mayo. Vesperus strepens Fabr. — Manacor, Valldemosa, Campos (La Bastida). Verano. Leptura cordigera Fiússl.—Valldemosa, Porreras. Chrysomelidee. Lema melanopa Lin.—Sobre los espárragos. Crioceris campestris Lin.—Sobre las plantas. Macrolenes ruficollis Fabr.—Sobre los lentiscos. Lachnea pubescens Dufour.—Sobre las plantas. Cryptocephalus floralis Kryn.—Sobre la Capularia viscosa G. et G. Prima- vera y verano. = alboscutellatus Suffr.— Sobre los lentiscos. Pachnephorus impressus Rosenh.—Sobre varias plantas. Palma. Mayo. = cylindricus Luc.—Idem, id. Timarcha Balearica Gory.—Toda la isla, y la mayor parte del año. Chrysomela Banksii Fabr.— Debajo de las piedras y sobre varias plantas. — erythromera Luc.—Debajo de las piedras. Palma. Escasa. - Menthastri Suftr.—Sobre la menta. — var. fulminans Suffr.— Idem, id. = Americana Lin.—Sobre el romero. Galeruca sanguinea Fabr.—Palma. Mayo. Aulacophora abdominalis Fabr.— En los cañaverales y sobre varias plan- tas. Palma. Valldemosa (Son Puig). Primavera y verano. Haltica ampelophaga Guér.—En las cepas. — Hispana Allard.—Sobre las plantas. Manacor (Cap des Toy). Mayo. Crepidodera aurata Marsh —Idem, id. - ventralis 11.—Palma. Batophila erata Marsh.—Idem, id. Podagrica fuscicornis Lin.—Sobre las malváceas y cardos, cuyas plantas destruyen. Phyllotreta flexuosa 1.—Palma. — cruciferw Goze.—Idem, id. Aphthona nigriceps Redt.—Idem, id. ANALES DE BIST. NAT. — XVII. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Longitarsus dorsalis Fabr.—Sobre las malváceas y cardos. Palma. =- pusillus? Gy11.—Idenm, id. Chetocnema aridula Gy1l.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Psylliodes Hyoscyami Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. =— cyanopterus 111.—-Idem, id. — _ Cupreus Koch.—Iden, id. =- pallidipennis Rosenh.—Idem, id. Spheroderma rubidum Graélls.—Sobre los cardos. Q4) Hispa testacea Lin. —Sobre el Cistus Monspeliensis L. Primavera. Abun- dantísima. Cassida ferruginea Goeze.—Sobre los frutales. María (Son Perot Clapés). Mayo. — inquinata var. depressa Sufftr.— Manacor (Son Moro). Mayo. Ejem- plar único encontrado sobre un cardo. — Mmargaritacea Schall.—Sobre la menta. Coccinellidee. Hippodamia variegata Goeze.—Sobre los arbustos. Adalia bipunctata Lin.—Sobre distintas plantas y arbustos. Toda la isla. Primavera y verano. Harmonia Doublieri Muls.—Idem, id. — 12-pustulata Fabr.—Idem, id. Coccinella 10-punctata Lin.—Idem, id. — var. 4-puncitata Lin.—Idem, id. — var. 2-pustulata Herbst.—Idem, id. — var. obliguata Reich.—Sobre las encinas. — septempunctata Lin.—Toda la isla. Chilocorus similis Rossi.—Sobre los naranjos. — bipustulatus Lin.—Sobre las zarzas. Palma. Exochomus 4-pustulatus Lin.—Sobre varias plantas. — nigromaculatus Goeze.—Idem, id. Epilachna chrysomelina Fabr.—Palma. Scymnus interruptus Goeze.—Sobre las plantas. — frontalis Fabr.—Idem, id. Pullus suturalis Thunb.—Idenm, id. — minimus Rossi.—Idem, id. Rhizobius litura Fabr.—Sobre los lentiscos. Primavera y verano. Corylophidee. Sacium obscurum Sahlb.—Palma. FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum AUCTORE JOSE IELO VERDE ERE LA E AECA PARS TERTIA. % (Sesión del 9 de Mayo de 1888.) ORDO CAMPANULINARUM. Fam. Gucurbitaceze Juss. Bryonia /. 659.—B. dioica Jacy. DC., Prodr., 111, p. 307.—Moris, Fl. sard., 11, p. 87.—Rchb., Ic., x1x, t. 260! —Wk. et Lge., 1. c., p. 275.—Vulg. Vueza. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in sepibus et du- metis huc illuc frequenter occurrit.—2. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geog.—Europa media et regio feré omnis mediterranea. Ecbalium Ric/. 660.—E. Elaterium ZRic/. Moris, 1. c., p. 89.—Rchb., 1. c., t. 258! —Wk. et Lge., l. c., p. 211.—Momordica Elaterium L., Sp. pl., p. 1434. — Cucumis silvestris Dod., Pempt., p. 652 ic.! —Vulg. Cohombrillo. (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pás. 349 de los ANALES, y para la segun- da el tomo xv1, pás. 273. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (230) Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis incultisque hue illuc frequens.—2. Flor. a Aprili ad Septemb. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio feré omnis medite- rranea. Fam. Lobeliaceze Juss. Lobelia Z. 661.—L. urens Z. a“. longebracteata, hracteis linearibus acutis calyce longioribus, floribus subsessilibus vel plus minusve pedunculatis, ca- lycis laciniis lineari-acutatis tubum obconicum «quanti- bus superantibusve.—L. urens Wk. et Lge., 1. c., p. 278. Hab. in humidis silvaticis, paludosis et ad rivos regionis inferioris, sed haud frequens: circa Cadiz (Picard); Sanlúcar, Ubrique (Clem.!; prope A lgeciras (Seidenst.); in ditione oppidi Tarifa in Dehesa del Pedregoso.—2. Maio, Julio. (v. v.) fB. brevibracteata, bracteis minimis, floribus brevioribus, caly- cis laciniis triangulari-subulatis mediam vel tertiam tubi - partem «eequantibus. Hab. in humidis et aquis lente fluentibus, in loco Der de GFigonza urbis Jerez. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in ee meridionali, Gallia occidentali, Hispania boreali et austro-occidentali, Lusitania, Madera. Laurentia //ic/. 662.—L. Michelii DC. Prodr., vir, p. 409.—Wk. et Lge., 1. c., p. 278.—L£Lobelia Lau- rentia L., Sp. pl., p. 1321.—LZLawrentia annua, minima, fore ce- ruleo Michel., Nov. pl., p. 18, t. 14! Hab. in dt regionis inferioris: prope Ubrique (Clem.); circa Algeciras (Nilsson).— O. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr. — Hispania borealis, regio mediterranea occi- dentalis. (231) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 37 Fam. Gampanulaceze Juss. TRIB. WAHLENBERGIEZ Endl. Jasione /. 663.—J. montana /.. 8. dentata DC., Prodr. vit, p. 415.—J. echinata, Boiss., Reut., Pug., p. 73.—J. Heldreichiz, Boiss., Diag. pl. or. 11, n. 6, p. 120.—J. montana 8. echinata, Wk. et Lge., 1. c., p. 282. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, ru- pestribus, collibus aridis et inter frutices huc iliuc frequens. —0., 4. Apr., Jun. (v. v.) r. bracteosa Willk., Bot. Zeit. 1847, p. 863.—.J. betica Rodr. in herb. Boutel.—J. montana, £. littoralis Boiss., Voy. bot. 11, p. 396, non Fries.—.J. blepharodon Boiss., Reut., Pug., p. 12. Hab. in arenosis et silvaticis regionis inferioris: G2braltar (Boiss.); Arcos (Boiss., Reut.); Puerto de Santa Marta (Reut., Bourg.); Sanlúcar (Colm.); in pinetis prope Puerto Real et alibi.—0. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa omni, Oriente, Africa boreali. 664.—J. rosularis Bo%ss., Reut. Pug., p. 74.—Wk. et Lge., 1. c., p. 284. Hab. in regione inferiore, in monte Silla de la Reina circa San Roque (Boiss., Reut.)— 4- Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hucusque in loco dicto tantum detecta. TRIB. CAMPANULEE (. Don. Campanula /. 665.—C. mollis Z. Sp. pl., p. 237.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 399. —WKk. et. Lge., 1. c., p. 289.—C. velutina Desf., Flor. atl. 1, p. 180, t. 51! —Cav. Pre pobkos 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (232) Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis inferioris et montan«e: in monte Sierra de Livar prope Villaluenga (Née); in declivitate septentrionali montis Peñón de Gibraltar! (Brouss., Webb, Boiss., Kel.)—2%. Maio, Julio. (v. v.) 5. lasiantha.—Differt a precedente calycis laciniis longiori- bus, corolla villosa nec glabra. - Hab. in rupestribus regionis subalpin«e, in loco dicto Cueva de la Gotera supra Benamahoma. (v. v.) r. microphylla DC., Prodr. vir, p. 463.—C. microphylla Cav., An. CINC Apo Hab. in monte Gibraltar (Brouss.) (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Hispania australi, Africa boreali. 666.—C. dichotoma Z. DC. Prodr., 1. c., p.462.—WKk. et Lge., 1. c., p. 289.—C. afra Cano An Cienc pal Hab. in collibus et rupestribus, in prov. Gaditana (Duf.)— (MD. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Italia australis, Afri- ca borealis, Canarize. 667.—C. Erinus Z. L. c., p. 240.—Desf., 1. c., p. 181.—Rchb., Ic. x1x, t. 246, f. 1! —WHk. et Lge., 1. C., p. 289. —Erimi sive Rapunculi minimum genus Colum., Phyt., p. 122, t. 37, f. 11 Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis, rupestribus, ad sepes et muros huc illuc satis frequens.—0. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera. 668.—C. Rapunculus Z. L.c, p. 232.—DC., Prodr. vi, p. 480.—Wk. et Lge., 1. c., p. 293.—C. elatior Hoffm. et Link., Flor. port. 11, p. 11, t. S0!— Rapunculum Dod., Pempt., p. 165, ic.! Hab. in pascuis, dumosis, silvaticis et collibus regionis in- ferioris et montan«e, per omnem feré provinciam abundans.— 2). Apr., Maio. (v. v.) (233) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 39 8. calyce strigoso DC., 1. c.—C. verruculosa Hoffm. et Link., ETAPSIZ 5 9L! g Hab. cum precedente. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Sibiria Uralensi, Oriente. Africa boreali. 669.—C. patula /. L. c., p. 232.—Cav. Preel., p. 118.—WKk. et Lge., 1. c., p. 294. Hab. in incultis regionis inferioris: Gibraltar (Brouss.); ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez).—9. Maio, Julio. (n. v.) g. calycina Wk. et Lge., 1. c.? Hab. ad sepes in humidis umbrosisque, prope Jerez loco Hi- juela de la Canaleja. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media, occidentali et austro-oc- cidentali, Africa boreali; var. £. in Hispania boreali. De esta última planta, que parece corresponder, según la descripción, á la expresada forma de la C. patula, no he visto más que un ejemplar florífero, algo incompleto, que recogi el 1.* de Julio de 1880. 670.—C. decumbens DC. Prodr. vir, p. 481.--Wk. et Lge., 1. c., p. 295. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane, in Sierra del Pinar prope Grazalema (Herb. H. Madr.!)—0.Jun., Jul. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. A esta especie parece que corresponde un ejemplar incom- pleto que hallé casualmente entre varias plantas recogidas por mí en los montes de Grazalema. De la C. Zeflingil difiere principalmente por sus flores. mucho más pequeñas y por el tubo del cáliz esférico y cubierto de pelos blancos retrorsos. 671.—C. Loeflingii Brol. Phyt. Lus., p. 41, t. 18! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 401, t. 120 a! —C. erinoides Cav., Anal. cienc. 111, p. 20.—C. Lef. var. occt- dentalis Lange, Pug., p. 157.—Wk. et Lge., 1. c., p. 295. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis, dumo- sis, silvaticis et inter segetes peromnem provinciam frequens, . variis formis ludens.—0. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Reguum Maroccanum. 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (31) Specularia /Zeist. 672.—S. hybrida DC. L. c., p. 490.—Wk. et Lge., 1. c., p. 296. —Campanula hybrida L., Sp. pl., p. 239.—Brot., Flor. lus. 1, p. 287. Hab. in arvis regionis inferioris, ad Puerto de Santa Maria (Bourg.)-0. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa borealis. Trachelium Z/. 673.—T. coruleum L. : DC., Prodr. vi, p. 491.—Desf., Flor. atl. 1, p. 182.—Wk. et Lge., 1. c., p. 298. —Valeriana cerulea Urtice folio Barr., Plant. ic. 683, 684! —Vulg. A lfleres. Hab. ad muros humidos et rupes umbrosas regionis inferio- ris: San Roque (Pourr.); Ubrique (Clem.); Sanlúcar (Colm.); Je- rez locis Dehesa de Gigonza, Manantial de Tempul et alibi.—2.- Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. ORDO VERTICILLATARUM. Fim. Rubiaceze Juss. TRIB. PUTORIEN Lange. Putoria Pers. 674.—P. calabrica Pers. p- hispanica.—P. calabrica Boiss., Voy. bot. 11, p. 278, et Wk. et Lge., 1. c., p. 300, non Pers.—P. hispanica Boiss., Reut., Diao pl. Or-+1L, 12,3 108; Hab. in rupestribus calcareis regionis inferioris et montan: prope Grazalema in loco dicto Puerto del Moro (Laguna!); in monte Sierra del Endrinal prope Benaocaz.— . Maio, Julio. (v. v. et. s.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis calidior. (285) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 11 TRIB. STELLATE Longe. Sherardia /. 675.—S. arvensis Z. Sp. pl., p. 149.—Rchb., Ic. xvrr, t. 1183! —Wk. et Lge.. 1. c., p. 300.—Asperula fore carneo, acuto Barr., Plant. ic. 541, f. 1! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis et argilloso-calcareis, inter segetes precipue, per omnem pro- vinciam satis frequens.—0O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis. Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarize. Asperula Z. 676.—A. arvensis L£. L. c., p. 150.—Cav. Preel., p. 347.—Rehb., 1. c., t. 11771—Wk. et Lge., 1. c., p. 301.—Asperula cerulea Dod. Pempt. p. 352, 1C.! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in agris et colli- bus siccis hucilluc frequenter occurrit.—0. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens. In Africa bo- reali olim reperta (sec. Boiss.), sed ut videtur, a recentiori- bus non visa. 677.—A. hirsuta Desf. Flor. atl. 1, p. 127. —Wk. et Lge., 1. c., p. 301.—A. repens Brot., Phyt. 1, 1.10, t. 10! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in collibus calcareis et arenosis, inter frutices, huc illuc satis frequens. —4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Africa boreali- occidentalis. 678.—A. efíusa Botss. Voy. bot. 11, p. 280 in adnot.—Wk. et Lge., l. c., p. 304.— A. paniculata Boiss., Elench., n. 98, et Voy. bot., t. 83. Hab. in dumosis regionis montanee, prope Benaocaz.—Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (236) A esta especie parece que corresponde un ejemplar que re- cogi en los montes de Benaocaz, el 17 de Junio de 1883, ha- llándose al principio de su floración; pero la vellosidad que presenta en su mitad inferior es bastante más densa que la de la planta de Sierra Bermeja, según la descripción que se ha dado de ella. Crucianella Z/. 679.—C. patula £. Sp. pl., p. 602.—Boiss., Voy. bot, 11, p. 283.—Cut. y Am. Man., p. 340.—Wk. et Lge., 1. c., p. 305. Hab. in siccis incultis: Cádiz (Cabrera, in herb. Agardh ex Lange).—0. Maio., Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Algeria. 680.—C. angustifolia Z. L..c., p. 157.—Boiss., 1. C., p. 283.—WKk. et Lge., 1.c., p. 306. —Rubra- spicata angustifolia Barr., Plant. ic. 550! Hab. in incultis arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa A/cala (Bourg.); inter San Fer- nando et Puerto Real in loco Pinar de Villanueva et alibi.—O. Maio, Junio. (v. v.) ' Ar. geogr.—-Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis. 681.—C. maritima Z. L. c., p. 158.—WKk. et Lge., 1. c., p. 306.—Rubia marina Clus.; Rar. pl hist. 1, p.176/10.! Hab. in arenosis maritimis, ubi frequens.—2%. Maio, Julio. (VVS) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Rubia Z. 682.—R. tinctorum Z. L. c., p. 158.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 284.— Wk. et Lge., l. C., p. 306.— Rubia major Clus., 1. c. 11, p. 177 ic.! —Vulg. Rubia. (237) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 43 Hab. in vineis et ad sepes regionis inferioris: Santicar (Clem., Colm.); Chiclana (Cabrera!); Jerez.—%4. Maio, Junio. (Y. vs e£78.) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Oriens. 683.—R. peregrina Z. L. c., p. 158.—Boiss., 1. c., p. 285.—Wk. et Lge., 1. c., p. 307. —A. peregr. 5. intermedia Gr. Godr., Fl. Franc. 11, p. 13. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis et ad sepes abundat.—2%. Mart., Jun. (v. v.) 5. lucida Webb et Berth., Phyt. Canar. 11, p. 186.—%. lucida L., DC., Prodr. tv, p. 590.—Boiss., 1. c., p. 284.—Z. splendens Hoffm. et Link., Flor. port. 11, p. 67,t.85.—R. peregr. var. latifolia Gr. et Godr., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. cum precedente. (v. v.) S. var. pubescens.—R. lucida £. pubescens Lange, Pug. 11, p. 160. Hab. in dumosis, in pago dicto Z/ Bosque (Reut.) (n. v.) r. angustifolia Webb et Berth., 1. c., p. 187. —Wk. et Lge., 1. c. —R. angustifolia L., Mant., p. 39.—Boiss., 1. c., p. 284.— R. long¿folía Poir., Suppl. 1, p. 703 et Boiss., l. c. Hab. in eisdem locis, sed ut videtur, haud frequens: Gibral- tar (Juss., Kel.); 4/cala (Salvad.); San Roque (Boiss.); prope Chiclana (Lange) (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa occidentali, regione omni me- diterranea, Canariis, Madera, Azoricis. Galium Z. 684.—G. ellipticum 1Willd. DC. Prodr. 1v, p. 599.—WKk. et Lge., 1. c., p. 310.—Cruciata major, villosa, lore Molluginis aldo Barr., Plant. ic. 324! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in nemoribus . montosis frequenter occurrit: prope San Rogue (Pourr.); circa Algeciras (Schott) in loco dicto Garganta del Capitán!; Caste- llar in Dehesa de la Almoraima (Reut.); inter 47cos et Grazale- dl ANALES DE HISTORIA NATURAL. (238) ma (Boiss., Reut.); in Picacho de Alcalá (Bourg.); in montibus Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jardilla, Dehesa del Torongil et alibi urbis Jerez.—2%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Madera, Ca- nariz. 685.—(G. concatenatum Coss. Pl. crit., p. 38.—Wk et Lge., 1..C., p. 312. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in pascuis, inter frutices, haud infrequens: prope Chiclana (Monnard., Duf.); circa 4 ¿cala et in pinetis ad Puerto Real (Bourg.); in pago dicto El Bosque (Reut.); in Dehesa del Berroguejo urbis Medina; in ditione Jerez locis Sierra del Aljive, Dehesa de Ma- tanza, Martelilla et alibi.—%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 686.—G. Mollugo Z. 6. erectum Coss. et Germ., Flor. Par., p. 445.—WKk. et Lge., l. c., p. 314.—(. erectum Huds., DC., Prodr. 1v, p. 595. Hab. in dumosis regionis montane et subalpin«: in monti- bus supra Grazalema; in Dehesa de Fardela prope Benadocaz.— 24. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa omnis media et australis, Oriens, Africa borealis. 687.—G. fruticescens Cav. Cp 2002 —Wk eb Mae al. Coplas - Hab. in aridis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Ma- ra (Gutiérrez).—2. +. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et australis. 688.—G. verum Z. Sp. pl., p. 155.—Wk. et Lge., 1. c., p. 315.—Gallium Dod. Pempt., p. 351 ic! Hab. in arenosis incultis, aridis et ad sepes regionis infe- rioris, montan«e et subalpin:ee: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem., Colm.); in montibus prope Grazalema.—2- Jun. JUL (vv) Ar. geogr.—HEuropa omnis, Asia borealis et occidentalis, Africa borealis. (239) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 15 689.—(G. nevadense Botiss. et Reul. Diag. pl. or. 11, n. 2, p. 115? Hab. in rupestribus regionis subalpine, in monte Cerro de San Cristobal supra Grazalema.—24. (v. v.) A esta especie parece que corresponden unos ejemplares, sin flores ni frutos, que recogí el día 17 de Octubre de 1879 en la parte superior del expresado Cerro de San Cristóbal. 690.—G. palustre Z. £. elongatum Coss. et Germ., Flor. Par., p. 447.—Wk. et Lge., 1. c., p. 321.—G. elongatum Presl., Fl. Sic. 1, p. 59. Hab. in paludosis et ad rivulos regionis inferioris et sub- montane«e: prope Sanlúcar (Reut.); circa Grazalema; inter Vejer et Medina ad Arroyo de Vajera; in loco Arroyo del Albadalejo urbis Jerez.—24. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Oriente, Africa bo- reali, Azoricis. 691.—G. campestre Sechousb. Wk. et Lge., 1. c., p. 323, an €. gibraltaricum Schott? Hab. in agris et collibus siccis regionis inferioris: prope Arcos (Schousb.); circa San Rogue (Reut.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); prope Cádiz (Colm.); in monte Gibraltar!; in loco Mesas de Bolaños urbis Jerez et alibi. —0. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Africa boreali- occidentalis. 692.—G. setaceum Lam. DC., Prodr. 1v, p. 609. —Wk. et Lge., 1. c., p. 323.—(G. capi- Mare Cay:, Te. 11, p.013, 4.191, £. 11 Hab. in siccis regionis inferioris, circa Cadiz (Luf)—0. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr. —Lusitania et regio mediterranea feré omnis, Canarize. 693.—G. divaricatum Lam. DC., 1. c., p. 607.—Wk. et Lge., 1. c., p. 323.—(. album mi- nimum, spanospermum Barr., Plant. ic. 571 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (240) Hab. in arenosis et in collibus siccis regionis inferioris: (/2- braltar (in herb. Pavon ex Lange); San Rogue (Reut.); Cádiz, Puerto de Santa Marta (Bourg.)—0. Maio, Junio. (n. v.) g. lasiocarpum Reut.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in collibus calcareis regionis submontanee, prope Be- naocaz. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia media, regio mediterranea ferée omnis, Azorice. 694.—G. parisiense /. 2. lezocarpum Tausch., Koch. Flor. germ. 1, p. 284.—(. 429 10- cum Huds. Fl. angl., p. 69.—G. par. a. nudum Gr. et Godr., Flor. Franc. 11, p. 42.—Wk. et Lge., 1. C., p. 324. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto Real (Bourg..)—Apr., Maio. (n. v.) 5. trichocarpum Tausch., Koch., 1. c.—G. litigiosum DC., 1. c., p. 609.—G. par. 8. vestitum Gr. et Godr., l. c.—Wk. et Leen laca! Hab. in silvaticis regionis montanee, in Serra del Aljibe ur- bis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis, Canarise, Madera, Azoricee. 695.—G. Aparine Z. Sp. pl., p. 157.—Wk. et Lge., 1. c., p. 325.— 4Aparine Dod. Pempt., p: 350 ic.! —A4. vulgaris Quer., Flor. esp. 1, p. 56, t. 15! Hab. in regione inferiore et montana, ubiin dumosis, rude- ratis et ad sepes hucilluc satis frequens.—0. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Sibiria, regio omnis medi- terranea, Canarie, Madera, Azorice. 696.—G. tricorne IWit/. DC., Prodr. 1v, p. 608.—Wk. et Lge., 1l.'c., p. 326. Hab. in argillosis calcareisque, rupestribus, cultis et ad se- pes regionis inferioris et montanee: Gibraltar (Kelaart); in vi- neis prope Jerez; in monte Sierra del Caos supra Benaocaz et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v.) (241) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 47 Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens, Africa borealis. 697.—G. saccharatum 4//. Flor. ped. 1, p. 9. —Wk. et Lge., 1. c., p. 326.—Valantia A pa- Jane l., L. C., p. 1491. Hab. in regione inferiore et submontana, ubiin cultis, pas- cuis, ruderatis et lapidosis herbidis frequens.—(0. Febr., Maio. (v. v.) | Ar. geogr.—Europa media, regio omnis meditertanea, Ca- naris, Madera. 698.—G. murale 4//. L.c. 1, p.8,t.'77, f. 11—Wk. et Lge., 1. c., p. 326.—Sherar- dia muralis L.,1.c., p. 149.—Callipeltis muralis Moris, Flor. sard. 11, p. 309. Hab. in regione inferiore et montana, ubiin arenosis, rude- ratis, ad rupes et muros huc illuc frequens.—O. Febr., Maio. (v.-v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarize, Madera. Vaillantia DC. 699.—V. muralis Z. Sp. pl., p. 1490.—Wk. et Lge., 1. c., p. 327. Hab. in collibus calcareis regionis inferioris, in monte (77- braltar (Brouss., Clem.)—0O. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 700.—V. hispida Z. L. C., p. 1490.—WKk. et Lge., 1. c., p. 328. Hab. in arenosis et collibus calcareis regionis inferioris: G7- braltar (Willk.); prope Chiclana (Winkler).—D. Apr., Maio. (n. v.) : Ar. geogr.— Hispania austro-orientalis, Italia meridionalis, Grecia, Asia minor, Syria, Persia australis, Africa borealis, Canarize. 4s ANALES DE HISTORIA NATURAL. (242) ORDO CAPRIFOLIACEARUM. Fam. Lonicereze Juss. . TRIB. SAMBUCEE /. B. K. . Sambucus Z. 701.—S. Ebulus Z. Sp. pl., p. 385.—Rchb., Ic. xt1, f. 14341 —Wk. et Lge., 1.-c., p. 329.—L£bulus Dod., Pempt., p. 317 ic! Hab, in humidis regionis inferioris: circa Sanlúcar (Clem.); prope Vejer; in ditione Jerez in loco Hijuela de la Canaleja et ad Charco de los Huwrones.—2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa fere omnis, Oriens, Africa borealis, Madera. 702.—S. nigra /. L. c., p. 385. —Cav. Preel., p. 122.—Rchb., 1. c., t. 1435!— Wk. et Lge., 1. c., p. 329.—Sambucus Dod., 1. c., p. 832 ic! — Vulg. Sauco. Hab. in silvaticis et ad sepes regionis inferioris: in prov. gaditana (Herb. H. Madr.!); inter 4 /geciras et Jimena (Laguna); ad Ermita del Mimbral urbis Jerez.—+. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis. Viburnum /. 703.—V. Tinus Z. : L. c., p. 383.—Cav. Preel., p. 393.—Moris, Flor. sard. 11, p. 279. —Wk. et Lge., 1. c., p. 331.—T¿nus 1 et 11, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 49 ic..—Vulg. Durillo. Hab. in dumetis silvisque regionis inferioris et submonta- nx: Algeciras (Née); Alcala, Ubrique (Clem.); in Sierra de Pal- ma prope Los Barrios (Wilk.); in Sierra de Granada et ad Barbate circa Vejer! (Wilk., Laguna); in ditione Jerez ubi in 243). Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 49 montibus Jarda, Gordilla, Charco de los Hurones et alibi abun- danter occurrit.—5. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio mediterranea feré omnis. TRIB. LONICEREE R. Br, Lonicera /. 704.—L. implexa A1£. DC., Prodr. 1v, p. 331.—Moris, Flor. sard. 11, p. 281.—Rchb., Ic. xv11, t. 1173! —Wk. et Lge., 1. c., p. 331.—L. balearica DC., Flor. fr.—Vulg. Madreselva. Hab. in regione inferiore, ubi in dumosis et ad sepes huc _illuc frequenter occurrit.—5. Maio, Junio. (v. v.) 8. puberula, foliis subtus puberulis aut interdum dense villo- sis, capitulo terminali verticillisque 6-8 floris, corollis ut in «, nunc glanduloso-setulosis, nunc preeterea, ob pilos alios longiusculos, plus minusve villosis, nunc om- nino glabris. Transitum facit, ut videtur, ad £. splendi- dam Boiss., a qua tamen differt preecipue floribus paucio- ribus et minoribus, genitalibus vix exsertis, stylo hispido. Hab. in dumosis regionis inferioris et montan«e; prope Ubri- que; in montibus Dehesa de A trera circa Arcos;in ditione Jeréz locis Dehesa de los Romerales, Sierra de Dos Hermanas et alibi. —(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in regione mediterranea feré omnis. 705.—L. etrusca Santi. DC., Prodr. 1v, p. 331.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 275.—Rchb., 1. c., t. 1172! —WKk. et Lge., 1. c., p. 332.—Ball, Spic., p. 481. Hab. in rupestribus calcareis dumosis regionis montan, prope Benaocaz.—+. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Madera, Lusitania, regio mediterranea feré omnis. 706.—L. Periclymenum Z. Sp. pl., p. 247.—Rcehb., 1. c., t, 1172! —Wk. et Lge.,1l. c., p. 332. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (244) Hab. in dumetis et ad sepes regionis inferioris: prope 4/- calá (Clem.); circa Sanlúcar (Colm.)—5. Maio, Julio. (n. v.) f£. hispanica Ball., Spic., p. 482.—£. Periclymenum Boiss., Voy. bot. 11, p. 276.—L£. hispanica Boiss., Reut., Pug., p. 52.— Wk. et Lge., 1. c., p. 332.—Vulg. Madreselva. Hab. in sepibus dumetisque regionis inferioris et submon- tan«we: in monte Sierra de Retin prope Vejer (Laguna); in pago Huertas de Benamahoma; in loco Tajo de Enmedio prope Zahara: in ditione Jerez, Dehesa de Gigonza, Dehesa de la Dorada et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Africa boreali; var. in Lusitania, Hispania media et australi, Mauritania Tingitana. Los caracteres señalados para distinguir especificamente esta planta de la Z. Periclymenum, son sumamente variables, como lo han manifestado el Sr. Laguna (Resum. Flor. for. esp. 11, p. 156), y el Sr. Ball. (Spic., p. 482). Del estudio comparativo de todos los ejemplares que poseo, entre los que se hallan algunos procedentes del Escorial, re- sulta que varian indistintamente por la latitud y la forma más Óó menos aguzada de sus hojas, por el tamaño de los dientes del cáliz, por la longitud de las flores y por la vellosidad de las hojas, de las brácteas, de los cálices y de las corolas, la cual es más Y menos densa y parcamente ó apenas glandulosa en unos casos, y en otros extremadamente glandulosa, como se observa en la mayor parte de los ejemplares de Jerez. 707.—L. bitlora Desf. Flor. atl. 1, p. 184,t.52!— £.canescens Schousb. Ob. veg. Mar., - p. 88.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 277.—WKk. et Lge., 1. c., p. 333. Hab. ad sepes et in argillosis salsuginosis, in prov. Gadi- tana (Duf.)—5. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Africa boreali-occi- dentalis. es, Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 51 ORDO ERICINARUM. Fam. Ericaceze Zindl. TRIB. ARBUTEZX DC, Arbutus /. 708.—A. Unedo Z. Sp. pl., p. 566.—Wk. et Lge, 1. c. 11, p. 340.—Arbutus Clus., Rar. pl., hist. 1, p. 47 ic.!—4. vulgaris Barr., Plant. ic. 674! — Vulg. Madroño. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis rupes- tribusque dumosis et silvaticis huc illuc abundat.—5. Octob., Febr. (v. v.) Ar. geogr.—Hibernia, Gallia occidentalis, Hispania, Lusita- nia, regio mediterranea imprimis occidentalis. TRIB. RHODORE¿E Don. Rhododendron /. 709.—R. ponticum Z. 8. beticum.—R. beticum Boiss. et Reut., Diagn. pl. or. 11, n. 3, p. 118.—Wk. et Lge., l. c., p. 342.—R. ponticum Boiss., Voy. bot. 11, p. 406, et auct. hisp. et lusit. antig. non L.— Vulg. Ojaranzo. Hab. in regione inferiore et montana inter 200-1.000 metr. alt., ubi in locis silvaticis ad rivos ferrugineos crescit: circa Algeciras (Née, Clem., Boiss., Reut.); in loco Garganta del Ca- pitán! (Laguna); in monte Picacho de Alcala! (Clem., Webb, Bourg.); prope Los Barrios in Sierra de Palma (Wilk.) in Dehesa de Ojén!; circa Tarifa (Laguna) in montibus Dehesa del Pedregoso et Canutos del Rayo!; in ditione Jerez ubi preesertim in faucibus montium Sierra de la Gallina, Sierra del A l/ide et Dehesa del Marrufo abundanter occurrit.—5. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. Esta magnífica planta varía bastante por su elevación, de 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (246) 1-3 m.; por sus hojas, ya oblongas, ya trasovado-lanceoladas ú lanceoladas, ordinariamente aguzadas y en algunos casos ob- tusillas 6 completamente obtusas y escotadas, planas Ó más Ó menos revueltas en la margen, y de 6-16 cm. de longitud por 2-5 de latitud; por sus corolas de 3-6 cm. de diámetro, que comunmente presentan por dentro, en la parte inferior, una franja de vellos blancos, y á veces carecen de esta franja, siendo casi lampiñas y aun totalmente lampiñas; y por último, por sus frutos cilíndricos, truncados 6 más ó menos redondos en el ápice. Por lo que he observado, parece que la vellosidad de los pe- dúnculos es el carácter más constante entre todos los que se han señalado, para distinguir el R. beticum del R. ponticum. TRIB. ERICE/ZE Don. Erica /. 710.—E. ciliaris £. Sp. pl., p. 503.—Wk. et Lge., 1. c., p. 343.—Lrica x1t, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 46 ic! Hab. in collibus arenosis regionis inferioris et montane: prope Ubrique (Clem.); in ditione Jerez locis Sierra del A ljibe! (Clem.) Dehesa del Corchadillo et ad Puerto del Quejigal; supra Alcalá (Clem., Webb); prope Los Barrios in Sierra de Luna (Laguna); circa A /geciras (Ball.)—b. Maio, Octob. (v. v.) Ar. geogr.—Anglia austro-occidentalis, Gallia occidentalis, Hispania borealis et occidentalis, Lusitania, Mauritania Tin- : gitana. 711.—E. australis Z. Mant., p. 231.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 405.—Wk. et Lge., l. c., p. 345.—Vulg. Brezo. Hab. in dumetis regionis inferioris et montane ad alt. 150- 1.000 m.: Conil (Clem.); Arcos (Lag.); prope Los Barrios in Sie- rra de Palma (Willk.) Sierra de Luna (Laguna); circa Vejer (Willk.) in Sierra de Retin (Laguna); in monte Picacho de Alcalá (Bourg.); prope Ubrique et in montibus Sierra del Aljibe, Marrufo, GFarcisobaco et alibi urbis Jerez ubi satis frequens.—?. Febr., Maio. (v. v.) (247) . Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 53 Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis et austro-occi- dentalis. Mauritania Tingitana. 712.—E. arborea Ll. Sp. pl., p. 502.—Wk. et Lge., 1. c., p. 346.— Erica Coris fo- lio 1, Clus. 1. c., p. 41 ic.! —Vulg. Brezo blanco. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis ne- moribusque huc illuc satis frequens.— 5. Februario, Aprili. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio mediterranea feré omnis, Canarize, Madera. En los ejemplares que he recogido los pedúnculos son bas- tante más largos que en otros que tengo á la vista, proceden- tes de Francia y de Cerdeña. 713.—E. scoparia Z. L. c., p. 502.—Wk. et Lge., 1. c., p. 346.— Erica Coris fo- fo, Clús: L.c., p. 42.1c.! Variat ramulis foliisque glabris v. interdum undique densé brevissimeque hirsutis. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, pinetis et querce- tis huc illuc frequenter occurrit.—5. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, Hispania, regio mediterranea occidentalis, Madera. 714.—E. umbellata /. L. c., p. 501.—Leefl., It. hisp., p. 138.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 405.—Wk. et Lge., l. C., p. 347. Hab. in dumetis et rupestribus umbrosis regionis inferioris et submontan=e: in Picacho de Alcala (Bourg.); in Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jardilla et alibi urbis Jerez.— . Aprili, Junio. (v. v.) B. subcampanulata DC., Prodr. vir, p. 666.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in arenosis dumosis: prope Cádiz (Picard); in Dehesa de Campano circa Chiclana; in monte Sierra del Saladillo su- pra Algeciras. (v. v.) r. major Coss.—Wk. et Lge., l. c. Hab. prope San Rogue (Willk.) (n. v.) 54 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (Q48) 9. anandra Lange, Pug., p. 223.—WKk. et Lge., 1. c. Hab. in rupestribus umbrosis, in monte Sierra de Luna pro- pe Los Barrios (Nilsson) (n. v.) Arg. geogr. —Lusitania, Hispania boreali-occidentalis et austro-occidentalis, Mauritania Tingitana. 715.—E. mediterranea Z. Mant., p. 229. —Wk. et Lge., 1. c., p. 348.—LE. carnea $. 0cci- dentalis DC., Prodr. vir, p. 614. Hab. in arenosis, in prov. Gaditana (Duf.) —5. Jan., Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis. Calluna Sa/isb. 716.—C. vulgaris Salisó. DC., Prodr. vit, p. 613.—Wk. et Lge., 1. c., p. 348.— Erica vulgaris L., Sp. pl., p. 501.—Vulg. Brecina. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis silvis- que arenosis huc illuc satis frequens.—?%. Jul., Nov. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa feré omnis, Sibiria Uralensis, Africa boreali-occidentalis, America borealis. ORDO PLUMBAGINIUM. Fam. Plantagineze Juss. Plantago _Z. 117.—P. arenaria Waldst. et Kit. Plant. rar. Hung. 1, p. 51, t. 51.—WKk. et Lge., 1. C., p. 351. Hab. in sabulosis maritimis, prope Sanlúcar (Colmeiro).— O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia, Helvetia australis, Italia bo- realis, Germania, regio Danubialis, Turcia europea, Rossia media et australis, Asia occidentalis. 1] (7 (249) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 718.—P. Psyllinm Z. Sp. pl.; p. 167.—Wk. et Lge., 1. c., p. 351.—P. afra L., 1. c., p. 168.—P. sicula Presl., delic. Prag., p. 70.—Vulg. Zargatona, Zaragatona. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque huc illuc abundat.— O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie. 719.—P. amplexicaulis Cao. Ic. 11, p. 22, t. 125! et Preel., p. 342.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 535.—Wk. et Lge., 1. c., p. 351.—P. lagopoides Desf., Flor. ap. 135, 4391 Hab. in collibus siccis regionis inferioris: in prov. Gaditana (Boiss.); prope Algeciras (Winkler).—(O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-orientalis, Grecia, Asia occi- dentalis, Africa borealis, Canari.e. 720.—P. Loflingii Z. Sp. pl., p. 166.—Leefl., It. hisp., p. 124.—Wk. et Lge., 1. c., -p. 352. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Maria (Winkler). —O. Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et australis, Oriens, Africa borealis, Canari.e. 721.—P. Lagopus Z. L. c., p. 165.—Wk. et Lge., 1. c., p. 333.—P. guinguenervia cum globulis albis pilosis J. Bauh., Hist. pl. 11, p. 504 ic.! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, her- bidis, sterilibusque huc illuc frequens.—0O. Aprili, Junio. (.V>) g. lusitanica Ball., Spic., p. 636.—P. lusitanica Desf., Flor. atl. 1, p. 135.—-Brot., Flor. lus. 1, p. 156.—Wk. et Lge., l. c., p. 3533.—P. Lag. 8. cylindrica Boiss., Voy. bot. 11, p. 536. —P. trinervía latifolia minor incana hisp. Barr., Plant. ic. 745! Hab. in arenosis cultis herbidisque regionis inferioris: G2- braltar (Kelaart); in ditione Jerez (Seidenst.) in loco A diertas 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (250) de Caulina, ad Castillo de Tempul et alibi; prope Algeciras (Nilsson); inter Arcos et Bornos. (v. v.) Ar. geogr.— P. Lagopus in Lusitania, Madera, Canariis et regione feré omnis mediterranea; £. in calidiore. 122.—P. lanceolata Z. L. c., p. 164.—Desf., Flor. atl. 1, p. 134.—Wk. et Lge., 1. c., p. 354.—P. minor Dod., Pempt., p. 107 ic.! Hab. in pratis graminosisque regionis inferioris, prope Jerez in loco Llanos de Caulina.—2. Apr., Junio. (v. v.) £. eriophylla Decais. in DC., Prodr. x111, p. 715.—Wk. et Lge., l. c.—P. eriophora Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 423. Hab. in pascuis regionis montane, in Sierra del Pinar su— pra Benamahoma. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa tota, Asia occidentali, Africa boreali. 723.—P. albicans L. L. c., p. 156.—Cav., Ic. 11, p. 21, t. 1241 —P. alb. var. major Boiss., Voy. bot. 11, p. 535 syn. excl.—/HTolosteum Salmant. ma- Jus Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 110 ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque et ad sepes huc illuc satis frequens.— 2%. Apr., Maio. (v. v.) fg. nana Boiss., 1. c.—2P. alb. y. angustifolia Wk. et Lge., 1. c., p. 354. Hab. in collibus aridis etin arenosis maritimis, ubi prope Jerez, circa Puerto Real et presertim ad Puerto de Santa Maria locis El Coto et La Puntilla abundat. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea. 724.—P. Bellardi 4/7. Flor. pedem. 1, p. 82, t.85, f. 3I—WKk. et Lge., 1. c., p. 355. —P. pilosa Pourr., Cav., 1. c., t. 249, f. 1! —Zeontopodium creti- cum. aliva Olus.,-1. c: 11, p. 112, ici Hab. in arenosis et collibus siccis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Rodríguez); Gibraltar (Kelaart); prope Chiclana (Winkler).—0. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio feré omnis mediterranea. (51) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 51 725.—P. serraria /. L. c., p. 166.—Wk. et Lge., 1. C., p. 359.—P. angustifolia, serrata, hispanica Barr., Plant. ic. 749! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque incultis, collibus, pascuis et ad vias frequenter occurrit. — 4. Apr., Maio. (v. v.) 6. hispanica Decais. in DC., Prodr. x111, 731.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in collibus prope Jerez et ad Convento de la Piedad circa Puerto de Santa Marta. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Sicilia, Italia aus- tralis, Dalmatia, Grecia, Africa borealis, Canarize, Azoricee. '126.—P. macrorrhiza Poir. Voy. 11, p. 154.—Wk. et Lge., l.c., p. 359.—P. crithmoides Desf., Flor. atl. 1, p. 140.—P. ceratophylla Hofím. et Link., Flor. port. 1, p. 491.—P. coronopifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 157. Hab. in arenosis maritimis, prope Cadiz (Duf.)—2%. Apr., Ju- nio. (n. v.) Ar. geogr.— Lusitania et regio mediterranea imprimis occi- dentalis. 727.—P. Coronopus L. L.c., p. 166.—Wk. et Lge., 1. c., p. 339.—Herba stella sive Cornu cervinum Dod., Pempt., p. 109, ic.! —Vulg. Astrella de mar. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis, aridis et ad vias abundat.—0. O. Flor. anno fere toto. (v. v.) B. crithmifolia Wk. et Lge., 1. c. Hab. in eisdem locis. (v. v.) 7. maritima Gr. Godr., Flor. Franc. 1, p. 722.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in pratis maritimis, prope Cádiz. (v. v.) 9. simplez Decais. in DC., Prodr., 1. c., p. 732.—P. coron. «. iM- tegrata Wk. et Lge., 1. c. Hab. in pascuis arenosis, maritimis preesertim; in Dehesa del Torno prope Jerez; in loco 41 Coto ad Puerto de Santa Ma- rig. (v. v.) : 58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (252) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 728.—P. major £. L.c., p. 163. —Moris, Flor. sard. 11, p. 58.—Wk. et Lge., 1. c., p. 361.—Dod. Pempt., p. 107, ic.! —P. ¿intermedia Gilib., Wk. et Lge., l. c.—P. maj. y. intermedia Decais. in DC., 1. c., p. 695.—Vulg. Llanten. P. foliis ovatis ellipticisve puberulis, basin versus grosse obtuseque dentatis, in petiolum limbum «equantem contrac= tis, pedunculis erectis v. arcuato-adscendentibus, spicis cylin- dricis 10-20 centim., apice nihil v. manifeste attenuatis, co- roll«e lobis semper lanceolatis acutis. Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis, cultis, ad fossas et aqueeductus huc illuc frequens.—2. Flor. a Martio ad Sep- tembrim. (v. v.) Ar. geogr.—Europa tota , Sibiria, Asia occidentalis, Africa borealis et inde in orbem feré totum hodie diffusa. Fam. Plumbagineze Zndl. TRIB. STATICEE Bartl. Armeria Willd. 729.—A. gaditana Boss. In DC., Prodr. x11, p. 675.—Wk. et Lge., 1. c., p. 363.—Statice pseudoarmeria Cav., Ic. 1, p. 38 non alior. Hab. in pascuis arenosis ad oram maris: in agro Gaditano (Picard, Monnard); in pinetis ad C/iclana (Lange); in loco dicto El Coto prope Puerto de Santa Marta et alibi.—2. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-occidentalis, Lusitania aus- tralis. 730.—A. Boissieriana Coss. Pl. critiq., p. 44.—Wk. et Lge., 1. c., p. 363. Hab. in pascuis et collibus arenosis regionis inferioris: Me- (253) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 59 dina, Puerto Real (Bourg.); in Sierra de San Cristóbal ad Puerto de Santa Marta; in ditione Jerez locis Mesas de Bolaños, Llanos de Caulina et alibi.—2. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Stirps ut videtur, ditionis Gaditane propria. 731.—A. pinifolia Rem. Sch. Hoffm. et Link., Flor. port., p. 437, t. 751 —Wk. et Lge., l. c., p. 363.—Statice pinifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 486. Hab. in arenosis regionis inferioris, in pinetis prope Cfi- clana (Lange).—2. Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. 7132.—A. macrophylla Boss. et Reut. Pug., p. 100.—Wk. et Lge., 1. c., p. 364.—4. belica y. sleno- phylla Boiss. in DC., Prodr. x1t, p. 676. Hab. in arenosis silvaticis regionis inferioris: circa Cddiz (Fauché, Bourg.); prope San Roque (Boiss., Reut.); in pinetis ad Chiclana; in Dehesa Monte de Enmedio prope Vejer; in Pinar de Villanueva circa Puerto Real. —2. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hucusque in provincia gaditana tantum detecta. 733.—A. fasciculata Willd. Boiss. in DC., 1. c., p. 675.—Wk. et Lge., 1. c., p. 364. Hab. in arenosis maritimis: ad fretum Herculeum (Webb); prope Sanlúcar (Fauché).—5. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Corsica, Sardinia. 734.—A. betica Boiss. Voy. bot. 11, p. 749 etin DC., Prodr., 1. c., p. 676. —Wk. et pres C., Pp. 364 Hab. in arenosis maritimis: circa Cádiz (Fauché); prope San Roque (Boiss.); Chiclana, Conil et prope Vejer ad Cabo de Tra- falgar (Willk.)—2%. Mart., Jun. (n. v.) 8. stenophylla Boiss., Pug., p. 100 in adnot.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in pinetis, prope Chiclana (Bourg.) (n. v.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana, Africa borealis. 735.—A. latifolia JV211d. Boiss. in DC., 1. c., p. 684.—Wk. et Lge., 1. C., p. 365.— 60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (254) A. cephalotes Hoffm. et Link., Flor. port., p. 441.—Síatice pseu- doarmeria Brot., Flor. lus. 1, p. 488. Hab. in arenosis, prope Chiclana (Colm.)—2. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis. 736.—A. allioides Boiss. Voy. bot. 11, p. 523 (excl. syn. fl. grec.) et in DC., Prodr., l. c., p. 684.—Wk. et Lge., 1. c., p. 366.—Statice alliacea Cav. Ic. 11, t. 109 non alior. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris, in predio De- hesa de Gigonza ditionis Jerez.—2. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania. Statice Willd. 737.—S. ferulacea L. Sp. pl., p. 396.—Brot., Flor. lus. 1, p. 490.—Mutel, Fl. franc. 111, p. 90, t. 56 (bis), f. 421! —Wk. et Lge., 1. c., p. 371. Hab. in arenosis humidis salsuginosis ad oram maris: Cd- diz, Sanlúcar (Clem., Rodrig.); ad Puerto de Santa Maria (Clem., Winkler) in loco El Coto; prope San Fernando in De- hesa de la Carne; circa Jerez ad Arroyo del Albaladejo et alibi. — 4%. Junio, Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. He recogido numerosos ejemplares de esta planta, y en ellos, lo mismo que en otros que poseo de Francia, de las cercanías de Narbona, las flores son constantemente de color rosa y no amarillas como se dice en el Prodr. Flor. hisp. y en el Prodr. regn. veg. de DO. 738.—5. diftusa Pour”. Mutel, 1. c., p. 90, t. 56 (bis), f. 422! —Wk. et Lge., 1. C., paa ' Hab. in arenosis humidis maritimis: circa Cadiz (Fauché); prope Algeciras et juxta Palmones (Nilsson); ad San Fernando. —4. Jun., Julio. (v. v.) Ar. geog.—Lusitania australis, Gallia australis! (255] Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 61 739.—S. echioides L. L. c., p. 394.—Gou. Illustr., p. 22, t. 2, £ 4 —Wk. et Lge., l. c., p. 373.—Limontum minus, obtuso folio viminibus foliosts Barr., Plant. ic. 806! Hab. in arenosis argillosisque salsuginosis regionis inferio- ris: circa Chiclana et ad Puerto de Santa Marta (Rodríguez). —(O.- Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea. 740.—S. virgata Willd. Boiss. in DC., Prodr. xIt, p. 654.—Wk. et Lge., 1. c., p. 375. —$t. cordata Desf., Flor. atl. non L. Hab. in arenosis et rupestribus maritimis: Gibraltar (Lag.); ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem.); prope Sanlúcar (Clem.)—2%. Jun., Oct. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 741.—S. spathulata Desf?. 8. emarginata Boiss., Voy. bot. 11, p.530 et DC., Prodr. x11, p. 650. —Wk. et Lge., 1. c., p. 377.—S. emarginata Wild. Hab. in rupibus maritimis: in monte Gibraltar! (Salzm., Boiss., Funk.); prope Tarifa (Boiss.)—%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Africa boreali. 742.—8. ovalifolia Poir. Boiss. in DC., l. c., p. 646.—Wk et Lge., 1. c., p.379.—S.. aur?- culefolia Brot., Flor. lus. et Vahl. Simb., pro parte. Hab. in arenosis argillosisque salsis humidis regionis infe- rioris: prope San Fernando (Boiss.); ad Rio San Pedro inter Puerto de Santa Maria et Puerto Real.—2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Hispania, Lusitania, Mau- ritania Tingitana, Madera. 743.—S. lychnidifolia Girard. Boiss. in DC., 1. c., p. 646.—Wk. et Lge., 1. c., p. 379. Hab. in arenosis maritimis: circa Cddiz (Boiss.); prope Puerto Real (Chape!); in loco Z/ Coto ad Puerto de Santa Maria.— ?. Maio, Junio. (v. v. ets.) 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (256) g. corymbosa Boiss. in DC., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in maritimis, prope Cádiz (Boiss.) (n. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis et australis, Lusitania, His- pania australis, Mauritania Tingitana. 7144.—$S. Limonium LL. Var. macroclada Boiss. in DC., 1. c., p. 645.—Wk. et Lge., l. c., p. 380. Hab. in arenosis maritimis, prope Puerto de Santa Maria (Winkler).—2. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. ad littora totius Europe, Asis occidenta- lis et Africee borealis. 145.—S. sinuata £. : L. c., p. 397.—Mutel, Flor franc. 11, p. 90, t. 56, f. 420! —Boiss. Voy. bot. 11, p. 529. —Wk. et Lge., 1. c., p. 380.—Vulg. Siem- previva azul. Hab, in arenosis maritimis: 7479fa (Pourr.'; San Roque, Cádiz (Willk.); Gibraltar! (Kelaart); prope Puerto Real (Bourg.!) ad Pinar de Villanueva; circa Puerto de Santa Maria (Winkler) in loco £1 Colo.—2%. Apr., Junio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania et regio onnis mediterranea. Limoniastrum l/erc/. 746.—L. monopetalum Bovss. In DC., Prodr. x11, p. 689. —WKk. et Lge., 1. c., p. 381.—S/2- tice monopetala L., Sp. pl. 1, p. 396.—Vulg. Salado. Hab. ad littora maris, ubi in humidis salsis atque ad ripas lacuum salsorum abundat.—5. Jun., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Gallia medite- rranea, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Africa borealis. (257) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 63 TRIB. PLUMBAGE.E Spach. Plumbago L. 147,—P. europea Ll. Sp. pl., p. 215.—WKk. et Lge., 1. c., p. 382.—P. lapathifolia -Schousb., Obs. veg. Mar., p. 80 non Willd.—2. guorundam Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 124 ic.! Hab, in ruderatis et ad sepes regionis inferioris: in vicinita- tibus Gibraltar (Kel.); prope Sanlúcar (Colm.)—2. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa australis tota, Asia occidentalis, Africa borealis. ORDO LABIATIFLORARUM NUCULIFERARUM. Fim. Globularieze Barl!. Globularia /. 748.—G. Alypum Z. Sp. pl., p. 139. —Wk. et Lge., 1. c., p. 386.—H¿ppog lossum valentinum Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 90 ic.!—Vulg. Corona de Rey. Hab. in regione inferiore, ubi in rupestribus et collibus du- mosis huc illuc frequens.—?. Flor. a Octob. ad Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Regio feré omnis mediterranea. Fam. Verbenaceze Juss. TRIB. VERBENEA Schauer. Verbena /. 749.—V. officinalis Z. Sp. pl., p. 29.—Cav. Preel., p. 66.—Wk. et Lge., 1. C., p. 388. —V. vulgaris Clus., 1. c. 1, p. 45 ic.! 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (258) Hab. in regione inferiore et montana, ubi in incultis, hu- midis, ad vias et sepes huc illuc satis frequens.—2%. Maio, Octobri. (v. v.) Ar. geogr.—Species per regiones temperatas et subtropicas orbis fere totius late diffusa. 750.—V. supina L. L. c., p. 29.—Cav. Preel., p. 66.—Wk. et Lge., 1. c., p. 388! — Clus., 1. c., p. 46 ic.! Hab. in agris derelictis locisque hbyeme inundatis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Clem.!); circa Medina; in ditione Jerez locis Llanos de la Aina, Madre- Vieja ad Río Guadalete et alibi.— O. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio feré omnis mediterranea, Ca- nariz. TRIB. VITICE/ZE Schauer. Vitex Z/. 751.—V. Agnus-castus Z. Sp. pl., p. 890.—Cav. Preel., p. 89. —Wk. et Lge., 1. c., p. 389. —Vitex Dod. Pempt., p. 762 ic.! Hab. in arenosis humentibus, ad ripas fuminum rivorum- que regionis inferioris: Vejer, Sanlúcar (Clem.); San Roque (Boiss.); in Sierra de Algeciras et ad Rito Barbate circa Vejer (Laguna!); in ditione Los Barrios.—5. Jun., Jul. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Fam. Labiate Juss. TRIB. OCYXMOIDEE Benth. Lavandula 7042. 752.—L. Stoechas L. Sp. pl., p. 800.—Cav. Preel. p., 70.—Wk. etLge., 1. C., p. 390. Stechas brevioridus ligulis Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 344 ic.!— Vulg. Cantueso. (259) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 65 Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis du- mosis et collibus siccis huc illuc abundanter occurrit. — +. Mart., Jun. (v. v.) £. elongata. —DifTert a specie tomento tenuiore; foliis adultis internodiis elongatis brevioribus, virentibus, 20-25 mm. long.; spicis longiuscule pedunculatis; calycibus dense. albo-tomentosis tubum corollee «equantibus. Hab. in collibus dumosis, prope Benaocaz. (v. v.). Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, regione omni mediterranea, Madera, Canariis. La L£. viridis Ait., según su descripción, parece que pre- senta bastante afinidad con la planta recogida por mí cerca de Benaocaz; pero esta difiere de ella, entre otros caracteres, por su indumento, por sus entrenudos alargados, siendo los superiores de una longitud casi doble que la de las hojas, por sus espigas más densas, y por sus brácteas todas de un color violáceo-purpúreo. 7953.—L. dentata Z. L. C., p. 800.—Cav. Preel. p. 70.—Wk. et Lge., 1. c., p. 391. —Sitechas crispo folio Clus., 1. c., p. 345 ic.! Hab. in rupestribus regionis inferioris, in monte Peñón de Gibraltar (Kel., Nilsson).—5. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Madera et regio mediterranea occidentalis ca- lidior. 754.—L. latifolia 21. Hist. pl. Dauph. nu, p. 363.—WKk. et Lge., l. c., p. 392.— £. spica 8. L., 1. c., p. 800.—Vulg. Alhucema. Hab. in collibus siccis regionis inferioris, prope Chiclana (Chape).—5. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. 755.—L. lanata Boiss.! Voy. bot. 11, p. 478, t. 135! —Wk. et Lge., 1. c., p. 392.— L. Spica £. lanigera Webb, It. hisp. —Vulg. Alhucemilla bravia. Hab. in collibus dumosis et rupestribus aridis a regione in- feriore ad subalpinam: prope Grazalema locis Llamo de la Du- quesa et Puerto del Moro (Laguna); inter Zahara et Bena- ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (260) mahoma ad Garganta del Pinar; in montibus circa Benaocaz. —+ 5. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania Granatensis et Malacitana. 756.—L. multifida L. L. c., p. 800.—Cav. Preel., p. 1.—Brot., Flor. lus. 1, p. 170. —Wk. et Lge., 1. c., p. 392.—£. pinnatifida Webb, 1. c., p. 19. —L. multifido folio Clus., 1. C., p. 345 ic.! —Vulg. A /hucemilla. Hab. in collibus declivibusque aridis regionis inferioris: prope Tarifa (Herb. H. Madrit.!); circa San Rogue (Pourr.); in monte Peñon de Gibraltar! (Willk., Kel., Lange, Winkler).— t. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Calabria, Africa borealis. TRIB. MENTHOIDE£ Benth. Mentha Z. 757.—M. aquatica L. Sp. pl., p. 805.—Rchb., Ic. xvi, t. 85, f. 11—Wk. et Lge., l. C., p. 394. Hab. in locis humidis: Gibraltar (Talbot, Kel.)—2. al Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria, Africa borealis et australis, Madera, America septentrionalis. 758.—M. silvestris L. Sp. pl., p. 804.—Wk. et Lge., l. C., p. 396. Hab. in humidis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Clem.) — 2. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré tota, Asia bedentalls et septen— trionalis, Africa borealis, Canarise, Prom. B. Spei. 759.—M. rotundifolia Z. L. c., p. 805.—Cav., Preel., p. 321.—Brot., Flor. lus. 1, p. 167. —Rchb., Ic. Fl. germ., xvi, t. 81! —WKk., et Lge., 1. C., p. 396... —Vulg. Mastranzo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi ad fossas et in humentibus huc illuc abundat.—2. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia temperata, Afri- ca borealis, America borealis. (261) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 67 760.—M. Pulegium Z. g. tomentella Boiss., Voy. bot. 11, p. 480.—M. tomentella Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 73.—M. Pulegium $. villosa Benth. in DC”, Prodr. x1, p. 175.—WKk. et Lge., l. c., p. 397.— Vulg. Poleo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis humi- dis et in inundatis huc illuc abundanter occurrit.—2%. Junio, Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media etaustrali, Oriente, Afri- ca boreali, Abyssinia et in utraque America extralropica. Lycopus Z. 761.—L. europeus Z. Sp. pl., p. 30.—Brot., Flor. lus. 1, p. 16. —Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 69.-—Wk. et Lge., 1. c., p. 397.— Marrubium aguatile Dod., Pempt., p. 585 ic.! Hab. in humidis et ad rivulos regionis inferioris: prope A/- geciras (Née); circa Sanhíicar (Clem.)—2%. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis et septen- trionalis, Africa borealis. TRIB. THYMEE Benth. Origanum L. 762.—0. compactum Benth. DC., Prodr. x11, p. 192.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 485, t. 1471 — Wk. et Lge., 1. c., p. 398.—0. glandulosum Salzm. exs. non Desf.—Vulg. Orégano. Variat spicis plus minusve elongatis et foliis floralibus gla- berrimis vel hirsuto-ciliatis. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus dumosis preecipue calcareis, huc illuc satis frequens.—5. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania autralis, Mauritania Tin- gitana. 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (262) 763.—0. virens Hom. et Link. Flor. port. 1, p. 119, t. 9 —Boiss., 1. C., p. 486.—Wk. et Lge., l. C., p. 398.—0. vulgare Brot., Flor. me 1, p. 169 non Ped Vulg. Orégano. . Hab. in collibus et inter frutices regionis inferioris et mon- tanse: prope Alcalá; in loco dicto Garganta del Pinar inter Zahara et Grazalema; in Sierra del Valle urbis Jerez et alibi. —24. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Baleares, Hispania, Lusitania, Azorice, Made- ra, Canariz. Thymus /. 764.—T. Mastichina . Sp. pl., p. 827.—Cav., Preel., p. 333.—Brot. , Flor. lus. 1, pá- gina 176.—Wk. et Lge., 1. c., p. 400.— Tragoriganum 1 Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 355 ic.! —Vulg. 4 /moraud, Almoraduz. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus siccis dumosisque frequens.—'. Maio, Julio. (v. v.) B. bracteosus Willk. in Wk. et Lge., l. c. Hab. in eisdem locis: circa Cádiz (Boiss., Reut.); prope Be- naocaz. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa borealis. Los ejemplares que he recogido cerca de Benaocaz se distin- guen por ser algo más vellosos, por las hojas florales más an- chas y por las divisiones del cáliz un poco más cortas; pero las cabezuelas son del mismo tamaño que las de la forma or- dinaria. 765.—T. tomentosus Willd. Enum. pl. 11, p. 626.—Wk. et Lge., 1. c., p. 401.—7. Masti- china f. micranthus Boiss., Voy. bot. 11, p. 487.— Origanum. Majorana Clem., Ens.! —Vulg. 4/moraduz. Planta ut anterior, cujus forsam mera varietas, valde varia- bilis quoad staturam, indumentunm, foliorum figuram, capitu- lorum magnitudinem, laciniarum calycis formam et longitu- dinem, etc. Hab. in arenosis dumosis ad littora maris: circa Sanlúcar (Clem.!); prope Cádiz (Fauché, Picard); ad Puerto de Santa - (263) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 69 Marta (Bourg.); in pinetis prope Chiclana! (Lange); in loco dicto Las Canteras juxta Puerto Real et alibi.—?. Maio, Junio. (Va 6078!) 8. virescens Coss., Pl. crit., p. 43.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in eisdem locis: in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana; in Dehesa Monte de Enmedio prope Vejer. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania australis. 766.—T. hirtus 1W1/1/d. a. legitimus Boiss., Voy. bot. 11, p. 488, t. 138, f. a.! —Wk. et reco pi 401. Hab. in rupestribus regionis inferioris, in monte Pe2ó0n de Gibraltar! (Boiss., Kel.)—?. Maio, Julio. (v. v.) f£. erianthus Boiss., 1. c.—Benth. in DC., Prodr. x1r, p. 198.— Wk. et Lge., 1. c.—Vulg. Tomillo. Hab. in rupestribus calcareis siccis regionis montanzx et subalpin«e, in montibus prope Grazalema. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis, Canaris. Después de haber comparado minuciosamente los ejempla- res que he recogido del 7. hirtus con varias formas del 7. vul- garis, procedentes de Aragón y del Mediodía de Francia, abri- eo duda sobre si estas dos plantas son especificamente distin- tas. Los caracteres señalados para distinguir la primera, tales como los relativos á la vellosidad, á la forma y dimensiones de las hojas florales, y á la mayor 4 menor aproximación de los verticilos, formando cabezuelas más ó menos alargadas ú casi globosas, son sumamente variables. El presentar el 7. h17- lus sus flores sentadas ú casi sentadas es el único carácter constante que he observado para poderlo distinguir del 7. vu/- garis, que las presenta siempre sobre pedúnculos que alcan— zan una longitud igual á la mitad 6 á los dos tercios del cáliz. Pero para resolver esta cuestión, como las que á cada paso presenta este difícil género, es preciso un estudio más dete- nido y con mayor suma de datos. 767.—T. diffusus Salzm. Benth. in DC., 1. c., p. 198.—Wk. et Lge., 1. c., p. 402. 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (261) Hab. in regione inferiore, in monte Peñón de Gibraltar (Salzm., Masson, Lemann).—5. (n. v.) Ar. geogr.—Hucusque in loco notato tantum detectus. Es probable que esta planta sea solo una forma de la ante- rior, de la cual, según Bentham, no difiere más que por sus hojas florales estrechas. 768.—T. Zygis £L. Sp. pl., p. 825.—Cav., Preel., p. 332.—WKk. et Lge., 1. c., p. 402.—7. tenuifolius Mill., Benth. in DC., Prodr., 1. c., p. 198. — T. tenuif. a. gracilis Boiss., Voy. bot. 11, p. 488, t. 137, £ a.! Vulg. Tomillo salsero. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus are- nosis argillosisque dumosis huc illuc frequenter provenit.— +. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania centralis, orientalis et australis. 769.—T. granatensis B07ss. L. C., p. 491, t. 140! —Benth. in DC., l. c., p. 202.—Wk, et Laes lc. 0.00: Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis montane et subalpin«e, in montibus inter Grazalema et Benaocaz.— . Ju- nio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis. 770.—T. algarbiensis Lange. Pug. 11, p. 5.—7. albicans Coss. ap. Bourg., Plan. exs. non Hoffm. et Link.—7. albicans var. macrocephalus Rouy Mat., Flor. porft., p. 44. Hab. in siccis regionis inferioris, prope Cadiz (Duf.)—>. Ju- nio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. 7711.—T. cephalotus Z. L. c., p. 826.—Brot., Flor. lus. 1, p. 175 et Phyt. 11, p. 101, t. 118! — Hoffm. et Link., For. port. 1, p. 127, t. 13! —WKk. et Lge., 1. C., p. 407.—T7ragoriganum Dyctamni capite, hispanicum Barr., Plant. ic. 788! Hab. in arenosis siccis regionis inferioris, in prov. Gaditana (Webb).—b. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes. (265) Perez Lara.—FrLORULA GADITANA, 11 772,—T. capitatus Hom. et Lin%. L. c., p. 123.—7.. creticus Brot., Flor. lus. 1, p. 174 et Phyt., p. 27, t. 12! —Satureia capitata L., Sp. pl., p. 795.—Coridothy- mus capitatus Rehb., Wk. et Lge., 1. c., p. 408.—7/ymum legi- timum Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 375 ic.! —Vulg. Tomillo. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus siccis, saxosis et aridis maritimis crescit, per omnem provinciam abundans.— +. Maio, Octobri. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea calidior. TRIB. MELISSEAE Benth. Satureia Z. 773.—S. cuneifolia 7en. 8. obovata Boiss., Voy. bot. 1, p. 495.—S. obovata Lag., Gen. et.sp., p. 18.—S. cuneifolia Wk. et Lge., 1. c., p. 410 non Ten. Hab. in rupestribus dumosis apricis regionis inferioris, pro- pe Zahara in loco dicto Tajo de Enmedio.—%. Jul., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—S. cuneifolia in Europa austro-orientali et Asia media occidentali; var. obovata in Hispania australi. 774.—S. inodora Salzm. Benth. in DC., Prodr. x11, p. 210.—Ball. Spic., p. 612. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris: prope Conzl et circa Alcalá in monte El Picacho dicto (Boiss.); in ditione Algeciras loco Cuartel de las Corzas (Laguna); prope San Ro- que (Ball.)—>. (n. v.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 775.—S. hortensis Z. Sp. pl., p. 795.—WKk. et Lge., 1. C., p. 410. Hab. in regione inferiore huc illuc culta et rara subsponta- nea.—O. Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Europa mediterranea imprimis orientalis, Sibi- ria, Asia minor. 72 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (266) » Micromeria Benth. -776.—M. greca Benth. B. latifoltia Boiss., Voy. bot. 11, p. 496. —Wk. et Lge., 1. c., pl Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis calcareisque et rupestribus apricis huc illuc satis frequens.—5. Apr., Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et repone feré omnis medi- terranea. Calamintha Mench. 777.—C. Nepeta Sao:. Flor. pis. 11, p. 63.—Hotfm. et Link, Flor: port. 1, p. 141.— Wk. et Lge., 1. c., p. 412.— Melissa Vepeta L., Sp. pl., p. 828. —T'/hymus Nepeta a ELO us pS: Hab. in collibus siccis, in monte Gibraltar (Boiss.) —2. Ju- nio, Sept. (n. v.) Ar. geogr. —Europa media et australis, Asia cien Africa borealis. 778.—C. nte a Host. Flor. austr. 11, p. 129.—Gren. et Godr., Flor. Franc. 11, p. 664. —Wk. et Lge., 1. c,, p. 413.—C. montana Hoffm. et Link, 1. c., p. 177.—Vulg. Hier si pastora. Hab. in sylvis, vallibus, inter frutices locisque dumosis, Sn a maritimis ad regionem montanam huc illuc abundat. — 4. Jun., Octobri. (v. v.) AA $. betica Ball. Spic., p. 613.—C. betica Boiss. et Held. in Boiss. Reut. Pug., p. 92.—Wk. et Lge., l. c.; p. 413.—C. menthe- folía g. pauciflora Lange, Pug., p. 156. Hab. in eisdem locis ubi preecedens, sed minus frequens. (v: Ns . geogr.—Spec. in Europa imprimis austro-occidentali; var. in Lusitania, Hispania, Mauritania Tingitana. (267) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 3 779.—C. Acinos C/atrv. g. granatensis.—C. granatensis Boiss. et Reut., 1. C., p. 94.— Wk. et Lge., 1. c., p. 416.—elissa alpina Boiss., Voy. bot. n, p. 4971 Differt a forma typica hujus speciei radice bienni v. peren- nante, foliis calycibusque pilis brevibus copiosioribus vestitis, corollis paulo longioribus. | Hab. in rupestribus regionis montane et subalpine: prope Grazalema (Boiss.) in Cerro de San Cristóbal; circa Benaocaz in Sierra del Endrinal.—09. 2. Maio, Julio. (v. v.) Arg. geogr.—C. Acimos in Europa feré omni, regione Cauca- sico-Caspica et Africa boreali; var. granatensis in Hispania australi. En mi entender, esta planta, según han sospechado los mis- mos autores que la han descrito como especie nueva, es solo una variedad de la C. 4c2mos que, por efecto de las condicio- nes en que habita, prolonga algo más su vida, como la prolon- gan en circunstancias análogas otras plantas anuales. En el Mediodía de Italia, en Cerdeña y en Sicilia, acontece esto tam- bién á la C. Acinos, y Moris lo hace notar en su Flora sardoa, señalando la duración de esta planta con los signos respecti- vos de anual y bisanual. 780.—G. Clinopodium /Zor?s. 8. pterocephala ined.—Differt a specie colore obscure virente; foliis serratis, subtus adpresse villosissimis; cymulis mul- tifloris in capitulum globosum dense plumosum aggrega- tis; calycibus 10-12 mm. longi profunde bilabiatis, pilis longioribus, hirtissimis; labiis subequilongis, superiore ultra medium in dentes mediam tubi partem superantes abrupte elongatos, setaceos, fisso, inferiore ad basin usque in dentes, tubum «equantes, setaceos, partito; dentibus omnibus longissime ciliatis; corolla minore, violacea, la- cinias calycinas vix superante. Hab. in locis silvaticis umbrosisque regionis inferioris: in montibus prope Jimena; in Dehesa de A trera et Dehesa del Jun - coso oppidi 4rcos; in ditione Jerez locis Sierra del Aljibe, De- hesa del Torongil, montes del Abanto et alibi.—2. Maio, Ju- nio. (v. v.) 7 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (268) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia occidentali, Africa boreali. Esta planta se distingue á primera vista de la forma común abundante en el N. de España, por los cálices, que con dien- tes cerdáceos más prolongados y provistos de pelos muy lar- g'os dan á la cabezuela, formada por su reunión, un aspecto notablemente plumoso. La C. villosa De Noé, sub Clinepodio in Bull. Soc. Bot. Fr. 11, p. 580, parece ser muy afin de la planta mía; pero difiere, según la descripción, por sus hojas más grandes y por los cálices apenas bilabiados y con dientes aún más largos. Melissa Z. 781.—M. officinalis Z. Sp. pl., p. 827.—Brot., Flor. lus. 1, p. 179. —Wk. et Lge., 1. C., p. 417.—M. cordifolia Pers., Syn. 11, p. 132.—Vulg. To- rongil. Hab. ad aquas in silvis et vallibus umbrosis regionis infe- rioris: in montibus prope Jimena (Henseler); in Dehesa de Be- nahú et Dehesa del Torongil urbis Jerez. In hortis quoque fre- quenter colitur.—2. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Hyssopus LZ. 782.—H. officinalis Z. Sp. pl., p. 796.—Benth. in DC., Prodr. xut, p. 251.—Wk. et Lge., 1. c., p. 418. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane: in Cerro de San Cristódal ad Grazalema (Clem.); in monte Sierra del Pinar supra Benamahoma (Herb. Hort. Matr.)—?. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et mediterranea, Asia occidenta— lis, Sibiria, Africa borealis. (269) Perez Lara. -FLORULA GADITANA. 5 TRIB. MONARDEA Bent). Rosmarinus /. 783.—R. officinalis Z. Sp. pl., p. 33.—Cav., Preel., p. 19.—Brot., Flor. lus. 1, p. 16. —Wk. et Lge., 1. c., p. 419.—R. Coronaria Dod. Pempt., p. 272 1c.!—Vulg. Romero. Hab. in arenosis, dumosis, collibus siccis et rupestribus, ubi a maritimis ad regionem montanam huc illuc frequens.— ». Flor. a Novembri ad Majum. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. Salvia /. '84.—S. lavandulefolia Vall. Webb, It. hisp., p. 19.—Wk. et Lge., 1. c., p. 421.—S. his- panorum Lag., Gen. et sp., p. 1.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 748. — 5. officinalis 6. hispanica Boiss., 1. c., p. 481.—S. ofic. £. his- panorum Benth. in DC., Prodr. x11, p. 264.—Vulg. Salvia real. Hab. in siccis dumosisque regionis montane, in montibus prope Beraocaz.— >». Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. 1785.—S. viridis Z. Sp. pl., p. 34.—Desf., Flor. atl. 1, p.20, t. 1! —WKk. et Lge., ES p: 422: Hab. in aridis arenosisque regionis inferioris, ad Puerto de Santa María (Bout.)—O. Martio, Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis, Italia, Sicilia, Dal- matia, Turcia, Grecia, Asia occidentalis, Africa borealis. 786.—S. tingitana Ell/. Benth. in DC., Prodr. xr, p. 282.—Wk. et Lge., 1. c., p. 423. —S. fetida Lam., Illustr. 1, p. 69.—£S. coarctata Vahl.—Bien- nis caule erecto a medio ample paniculato-ramoso; foliis infe- rioribus petiolatis, ovatis v. subcordato-ovalibus, inciso-cre- natis, rugosis, subtus preecipue villoso-lanatis; verticillastris 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL.: (270) distantibus, racemosis, supremis abortientibus; calycibus campanulatis, villosissimis, glanduloso-punctatis, labio supe- riore tridentato, dente intermedio brevissimo v. subnullo, la- teralibus et laciniis labii inferioris apice subulato-spinulosis; corollis albis calyce duplo longioribus. Planta variabilis quoad foliorum formam, magnitudinem et indumentum. Hab. in arenosis argillosisque dumosis regionis inferioris: in agro Gaditano (Picard, Webb, Cabrera, Elizalde); inter Arcos et Algar; in ditione Jerez locis Dehesa de Berlanga, Pa- sada del Rayo, Cejos del Inglés, Dehesa de Calvario et alibi.— 2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Africa borealis. 787.—S. Ethiopis L. ' Sp. pl., p. 39.—Cav., Preel., p. 290. —Rchb., Ic. 1. c., t. 41I— Wk. et Lge., l. c., p. 423.— 4Zíhiopis lacimatis foliis Barr., Plant. ic. 188! Hab. in arenosis, in vicinitatibus Cddiz (Elizalde).—2%. Maio, Junio. (n. y.) | Ar. geogr. Hispania, Gallia et Germania australis, Italia media, Dalmatia, Grecia, regio Danubialis, Rossia australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 788.—S. argentea Z. C., P. 38.—Wk. et Lge., 1. c., p. 424.—S. patula Desf., Flor. atl. 1, p. 25.—S. 4 thiopts Brot., Flor. lus. 1, p. 18non L. —S$. candidissima Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 151, t. 20! non Vahl. Hab. in incultis et ad agrorum margines regionis inferio- ris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem.); in loco dicto Buenavista circa Jerez (Bourg.); prope Sanlúcar (Colm. y 2. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior. 789.—S. bicolor Desf. Flor. atl. 1, p. 22, t. 2! —Cav., Preel., p. 289.—Benth. in DC., Prodr. x11, p. 288.—Wk. et Lge., 1. c., p. 424.— Ball. Epi 4 p. 616. Hab. in pinguibus herbidis, inter segetes et ad agrorum margines regionis inferioris: prope Cddiz (Fauché ex Boiss.); (271) Perez Lara.—rLORULA GADITANA., n ad Huertas del Librero circa Vejer; in pago Facimas oppidi Tarifa; prope Jimena in via qua itur ad Benazaima; in ditione Jerez ad radices septentrionales montis Sierra de Dos Herma- nas.—Q). Maio, Junio. (v. v.) - Arg. geogr.—Hispania Malacitana, África borealis Esta planta magnífica, que por la belleza de sus largos ra- cimos poblados de flores merece ser cultivada en los jardines, es bastante polimorfa, como lo ha manifestado el Sr. Ball en su Spicilegium Flore maroccane. Varía en cuanto á su vello- sidad, á la forma y dimensiones de las hojas y al tamaño de las flores. Es lo más probable que la S. inamena Vahl sea solo una for- ma parvijlora de esta especie, supuesto que las ligeras dife- rencias que la separan de ella, anotadas por Bentham en DC., 1. c., se refieren precisamente á los caracteres variables que quedan señalados, y además la figura del Zorminum sylv. ma- Jus hastato folio Barr.,ic. 186, citada por los Sres. Willkomm y Lange en la sinonimia de la S. ¿namena Vahl, conviene per- fectamente en todos sus detalles con los ejemplares que he recogido. En la mayor parte de estos, los tallos son muy vellosos, con pelos glanduloso-híspidos: las hojas, bastante variables, alcan- zando algunas hasta 35 cm. de longitud, son profundamente acorazonadas y muy aguzadas, como se representan en la ci- tada lámina de Barrelier; y las flores, con el labio superior azul y el inferior blanco, son algo más grandes que las figu- radas en la lámina de la Flora atlántica. 790.—S. bullata Vahl. Lange, Pug., p. 179. —Wk. et Lge., 1. c., p. 425.—S. betica Boiss., Voy. bot. 11, p. 483. Hab. in siccis precipue arenosis et gypsaceis, inter frutices regionis inferioris: prope Medina (Schousb.) in loco dicto £7 Berroquejo; prope Cádiz (Fauché); in quercetis circa San Ro- que (Boiss.); inter Arcos et El Bosque; in ditione Jerez ubi ad Puerto de Guillén, in Dehesa de los Cuguillos, Dehesa de Marte- lilla et alibi abundat.—2. Apr., Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania. Esta planta, de la cual he recogido numerosos ejemplares tanto en Arcos y Jerez como cerca de Medina y en los alcor- 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (272) nocales inmediatos á San Roque, en donde Schousboe y Bouis-. sier recogieron respectivamente los suyos, es bastante poli- morfa. Varia por sus tallos, ya simples y de 15 á 25 cm., ya also ramosos en su mitad superior y elevados hasta 50 cm.;. por sus hojas, de 6-18 cm. con el peciolo, oblongas, aovadas ó aovado-lanceoladas, festonadas y á veces rasgadas (£. bullata 8. lacera Per. Lar., Herb.), muy obtusas Ó agudillas, casi siem- pre acorazonadas en la base, más f menos rugosas, en algu- nos casos lampiñas y por lo común con todos los nervios cu- biertos de pelos cortos y encrespados en las dos páginas ó en la inferior solamente; por sus cálices, de un color violáceo oscuro Ó rojizo, más ó menos vellosos, y con los dientes del labio inferior terminados en una arista ó rejoncito muy corto, ó bien bastante perceptible y espinosillo en otras ocasiones; y finalmente por sus corolas, de color rojizo más 4 menos subi-. do, con el tubo incluso ó saliente del cáliz, y alcanzando el doble ó aun más del doble de la longitud de este. Creo muy probable que esta planta no difiera especiífica- mente de la S. sclareoides Brot., de la cual no he podido obte- ner ejemplares, y solo he visto la lámina de la P2ytograzghia Lusilanie. 791.—S. verbenaca Z. £. oblongifolia Benth. in DC., Prodr. xi1, p. 294.—Lange, Pug., p. 179. —Wk. et Lge., 1. c., p. 426.—S. oblongata Vahl, Enum. 1, p. 256.—£S. verbenaca $8. serolina Boiss., Voy. bot. 11, p. 484. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in graminosis, herbidis, pascuis et collibus siccis huc illuc abundat.—2. Flor. a Decembri ad Junium. (v. v.) v. precoz Lange, l. c.—Wk. et Lge., 1. c.—S. clandestina L., Sp. pl., p. 36.—S. verlenacoides Brot., Flor. lus. 1, p. 17.— 5. hyemalis Brot., Phyt., p. 3,1. 83!—S. verb. a. vernalis Boiss., 1. c.— MLorminum sylv. inciso folio, cesio flore, ita- licum Barr., Plant. ic. 220! Hab. in eisdem locis, ubi adhuc frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia occidentali, Africa boreali. (273) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. :9 TRIB. NEPETE/Z benth. Nepeta Z. 792.—N. tuberosa L. Sp. pl., p. 798.—Brot., Flor. lus. 1, p. 173.—Boiss., Voy. bot. 11, P. 502.—Wk. et Lge., 1. c., p. 429 syn. NV. violacea Brot. excl.—/. lanata Jaq., Obs. bot. m1, p. 21, t. 75. Planta satis polymorfa. Variat viridis et canescens, Caule simplici aut superne ramoso, foliis nunc cordatis ovato-lan- ceolatis, nunc cordato-oblongis obtusis v. acutiusculis, verti- cillastris distinctis paucifloris vel in spicam longam densam confluentibus, atque bracteis plus minusve violaceis et an- gustioribus latioribusve. Specimina nonnulla lecta a me inter WN. tuberosam et N. reticulatam ambigua videntur. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis saxosis et colli- bus dumosis apricis frequenter occurrit: in monte Gibraltar! (Webb, Boiss., Kel., Winkler); prope San Roque (Boiss.); in collibus ad A /lcald; inter Arcos et Algar; in ditione Jerez locis Dehesa de los Romerales, Dehesa de Figonza, Sierra del Valle et alibi.—2%. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Sicilia. 793.—N. reticulata Desf. Flor. atl. 11, p. 11, t. 124! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 502.—Wk. et Lge., 1. c., p. 430. Hab. in herbidis cultisque regionis inferioris et montanee: Gibraltar (Clem.); in prov. Gaditana (Duf.)—24. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa borealis. 794.—N. Apulei Ucria. In Guss., Prodr. Flor. Sic. 11, p. 80.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 501.—WKk. et Lge., 1. c., p. 430.—V. rosea Salzm. in Benth., Lab., p. 4711.—. acerosa Webb, It. hisp., p. 20. Hab. in dumosis regionis submontane, ubi in montibus inter Jórique et Cortes specimen unicum legi.—2%. Apr., Jun. (V.—Linaria Broussonnetiz Chav., Mon. Ant., p. 169.— Wk. et Lge., 1. c., p. 567.—Pro subsp. Ball, Spic., p. 593. —L. miltipunctata Hofím. et Link, Flor. port. 1, p. 254, t. 481 —L£. ignescens Kunze, Chlor., n. 488.—L. amethystea £. faviflora Lange, Pug., p. 208. Hab. in arenosis incultis: in Sierra de San ¡Cristóbal inter Jerez et Puerto de Santa Maria (Bourg.) ad Castillo de Doña blanca: in vicinitatibus Cadiz (Reut.)—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Africa boreali. (319) Perez Lara.—rLORULA GADITANA., 125 924.—L. Munbyana Boiss. el Rewut. Pug., p. 89.—Lange, Pug., p.208.—Wk. et Lge., 1. c., p. 567. —Pro subsp. Ball in Spic., p. 593. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris; inter Gibraltar et San Roque (Schousb.); in monte Sierra de San Cristóbal in- ter Jerez et Puerto de Santa Maria (Willk.); prope Cádiz et in pinetis ad Chiclana (Lange).—0. Febr., Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Africa boreali-occidentalis. Es probable que esta planta sea solo una variedad de la L. amethystea. 925.—L. arvensis Des/. Flor. atl. 11, p. 45.—Lange, Pug., p. 206.—WKk. et Lge., l. c., p. 569.—Antirrhinum arvense var. a. L., Sp. pl., p. 855. Hab. in agris regionis inferioris, prope Puerto de Santa Ma- ria (Osbeck).—0. Mart., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 926.—L. micrantha 577. Syst. 11, p. 794.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 498.—Lange, Pug., p. 206.—Wk. et Lge., 1. c., p. 570.—£. parviflora Desf., l. c., p. 44, t. 137! —Antirriinum micranthum Cav., Ic. 1, p. 51, EAGORE 31 Hab. in argilloso-calcareis cultis regionis inferioris, prope Jerez in Viñas de Torroz.—O. Jan., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Asia occidentalis, Africa borealis. En los pocos ejemplares que he recogido de esta planta, las semillas son siempre finamente tuberculoso-escabrosas en el centro y las corolas presentan el espolón un poco más grueso que el de las flores de la L£. arvensis. 927.—L. glauca Sp1en/. Syst. 11, p. 796.—Lange, Pug., p. 203.—Wk. et Lge., 1. c., p. 570.—L£. bipunctata Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 255.— Antirrhinum glaucum L., Sp. pl., p. 856.—Cav., Ic. 1. c., t. 33, f. 2—A. bipunctatum L., 1. c., p. 853 non Cav. Hab. in incultis regionis inferioris, in vicinitatibus Cadiz (Boiss.)—(0. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Italia borealis ex Cesati.- 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (320) 928.—L. Henseleri Boss. el Reut. Pug., p. 88.—Lange, Pug., p. 208.—WKk. et Lge., 1. c., p. 572. —L. supina var. minima et glauca Boiss., Voy. bot. 1, p. 461. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Cádiz (Fauché ex Boiss.)—O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et meridionalis. 929.—L. cesia DC. Chav., Monogr., p. 174.—Lange, Pug., p. 207.—Wk. et Lge., l. C., p. 572.—Antirrhinum cestum Lag., Pers., Syn. 1, p. 157. Hab. in arenosis regionis inferioris, in vicinitatibus Cadiz (Duf.)—4%. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et meridionalis. 930.—L. melanantha Bovss. et Rent. Pug., p. 85.—Lange, Pug, p. 207. —Wk. et Lge., 1. C., p. 573 —Willk., Ilustr. Flor. Hispan. 11, p. 35, t. 112, Al—L£. tristis Boiss., Voy. bot. 11, p. 460 ex parte. Hab. in rupibus regionis montane«e, in Cerro de San Cristo- bal supra Grazalema (Heens. ex Boiss.) —2%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et australis, Baleares. 931.—L. tristis 1/21/. Benth. in DC., Prodr. x, p. 281.—WKk. et Lge., 1. c., p. 573. —Willk., Mustr., 1. c., p. 36, t. 112, Bl—Antirrhinum triste L., Syst., p. 465. Hab. in fissuris rupium regionis inferioris et montanee: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in monte Peñón de Gibraltar (Brouss., Boiss., Kel., Winkler); in monte Picacho de Alcala (Clem.); in monte Sierra del Aljibe urbis Jerez et alibi.—2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. En la lámina de Willk., Z¿lustr. Flor. Hisp., se representan las corolas de esta planta con los lobos del labio superior, estriados, pero en todos los ejemplares que he recogido en Gibraltar y en Jerez, estos son estriados y reticulados en el ápice, del mismo modo que en la Z. anticaria Boiss. et Reut. 932.—L. verticillata B0/ss. Var.? gaditana Per. Lar. in herb.—Multicaulis, leete viridis, (821) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 127 parte suprema excepta glaberrima; caulibus adscendentibus 20-28 cm., simplicibus v. parce rumosis, basi et apice brevi spatio nudis; foliis fere omnibus 4-6 verticillatis, anguste lanceolatis v. linearibus, tenuibus, planis, 8-20 mm. long.; racemo brevi, paucifloro, capitato, pedicellis brevissimis, bracteis linearibus v. spathulatis, cum rachide, pedicellis, calycibusque dense breviterque hirto-glandulosis; calycis segmentis spathulatis, acutiuscutis, insequalibus; corolla me- diocri 15-17 mm., extus parce glanduloso-hirta, violacea, pa- lato aurantiaco, sulcato, fauce aurantiaco-velutina, labio su- periore ad tertiam partem bilobo, lobis oblongis, obtusis, apice reticulatis, calcare subcurvato, acuto, reliqua corolla paulo breviore; capsula..... Ob semina non visa de affinitate hujus plante haud omnino certus sum, sed verisimiliter in grege L. verticillate v. L. tris- dis collocanda erit. Hab. in rupestribus regionis montanee, in monte Sierra del Pinar supra Benamahoma.—24. Jul., Aug. (v. v.) 933.—L. platycalix Boíss. Voy. bot. 11, p. 459, t. 130! —Benth. in DC., Prod., 1. c., p. 281. —Wk. et Lge., 1. c., p. 576. Hab. in fissuris rupium regionis montane et subalpine: in Cerro de San Cristóbal supra Grazalema (Heens., Prolongo!); in Sierra del Pinar prope Benamahoma; in montibus ad Llanos de Campobuche inter Grazalema et Villaluenga ubi abundat.— (O. Maio, Junio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. Esta planta es ciertamente anual y no perenne, como por error se ha consignado. 934.—L. triornithophora JVilld. Benth. in DC., Prodr., ]. c., p. 271.—Lange, Pug., p. 206.— Wk. et Lge., 1. c., p. 576.—Antirrhinum triornithophorum ESP apis ip 3903: Hab. in dumosis silvaticis regionis montan«e; in monte Sierra de Livar prope Villaluenga (Née); in Sierra del Pinar circa Grazalema (Hens.)—2. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania boreali-occidentalis et cen- tralis. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (322) 935.—L. latifolia Des7. Flor. atl. 11, p. 40, t. 134! —Benth. in DC., Prodr., 1.c., p. 271, —Wk. et Lge., 1. C., p. 576.—Antirrhinum latifolium Willd., Sp. 111, p. 238. Hab. in argillosis cultis, inter segetes regionis inferioris: prope Alcala (Bourg.); circa Sanlúcar (Colm.); in loco dicto Pago de Roboatun prope Jerez et alibi.— O. Febr., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. 936.—L. villosa DC. Boiss., Voy. bot. 11, p. 450.—A ntirrhinum villosum L., Sp. pl., p. 852.—Chenorrhinun villosum Lange in Wk. et Lge., 1. c., p. 580.—A4A ntirrhinum sazatile minus etc. Barr., Plant. ic. 597! Hab. ad muros et in fissuris rupium a regione inferiore ad subalpinam usque: in monte G1braltar (Brouss., Salzm., Kel.); prope Grazalema (Clem.)—2. Flor a Martio ad Septembrim. (MERV) g. pusilla Boiss., 1. C.-—Lange, Pug., p. 206.— Z. nummularia Lange, pl. exs. Hab. in eisdem locis: in Gzbraltar (Pourr., Webb, Funk., Winkler); prope Vejer (Willk.) in muris pontis super fluvium Barbate; in monte Cerro de San Cristóbal supra GFrazalema et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Hispania precipue australis. Antirrhinum /. 937.—A. Orontium L. Sp. pl., p. 860.—Cav., Preel., p. 85.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, 4.57, f. 11—Wk. et Lge., 1. c., p. 581.—A. minus flore car- neo elatius Barr., Plant. ic. 652! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in cultis et sterilibus incultis huc illuc frequens.—(O. Mart., Maio. (v. v.) B. grandiflorum Chav., Monog., p. 90.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 450.—A. calycinum Lam., Dict. 1v, p. 365.— Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 262, t. 521 —A. minus albo amplo ore Barr, 1: 0: 10/0561 (323) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 129 Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré tota, Asia media et occi- dentali, Abyssinia, Africa boreali, Canariis, Madera; var. £. in Lusitania et in regione mediterranea calidiore. 938.—A. majus L£. | Sp. pl., p. 859.—Cav., Preel., p. 85.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 449. —Wk. etLge., 1. c., p. 583.—Antirrhimum Dod., Pempt., p. 182 ic.! Hab. in rupibus, tectis, ad muros vetustos regionis infe- rioris: prope Algeciras (Née); in Benaocaz et circa Chiclana (Clem.); in monte Gibraltar! (Clem., Kel.); prope Sanlúcar (Colmeiro); in Dehesa de Atrera ditionis 4rcos; in tectis urbis Jerez et alibi.—Mart., Jun. (v. v.) £. ramosissimum Willk., herb. etin Wk. et Lge., 1. c. Hab. in sepibus et rupestribus dumosis: prope Vejer (Wilk.); in loco dicto Garganta del Caballo urbis Jerez.—(v. v.) | Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione feré omni medi- terranea; var. £. in Lusitania et Africa boreali. 939.—A. tortuosum Bosc. Chav., Monogr., p. 87.—Benth. in DC., Prodr. x, p. 291, — Wk. et. Lge., l. €., p. 583. Hab. in rupibus, in monte Gibraltar (Reut., Ball, Nilsson). —2%. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—In regione mediterranea, ubi huc illuc occurrit. 940.—A. hispanicum C%av. Monogr., p. 83.—Boiss. et Reut., Pug., p. 81.—Lange, Pug., p. 202.—Wk. et Lge., l. c., p. 584. Hab. in rupibus et ad muros regionis montane, supra B€- namahoma.—24. Maio, Julio. (v. v.) 5. glabrescens Lange.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in eisdem locis, in Cerro de San Cristóbal prope Graza- lema (Clem.)—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania occidentali etaus- trali. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 9 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (324) TRIB. CHELONE/ZE Benth. Scrophularia Z. 941.—S. peregrina Z. Sp. pl., p. 866.—Cav., Preel., p. 339.—Rchb., Ic. Flor. germ. XX, 6. 55, f. 1! —Wk. et Lge., 1. c., p. 548. Hab. in ruderatis et ad sepes regionis inferioris: prope C'h1- clana (Colm.); in vicinitatibus Cádiz (Bourg.)—0. Apr., Jun. (Mv) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea. 942.—S. Scorodonia Z. L. c., p. 864.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 445.—Rehb., Ic. l. c., t. 52!—Lange, Pue. 111, p. 199. —Wk. et Lge., 1. c., p. 550. Hab. in dumosis humidis et ad aquas regionis inferioris et montave: prope Grazalema; in ditione urbis Jerez locis Sierra del Aljibe, Manantial de Tempul et alibi.—2. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Hibernia, Anglia australis, Belgium, Gallia occidentalis, Hispania, Lusitania, Africa boreali-occidentalis, Canarise, Madera, Azoricee. 943.—S. nodosa L. Sp. pl., p. 863.—Rechb., Ic. 1. c., t. 581 —WKk. el Lee., 1. C., p. 551. Hab. in silvaticis humidis regiovis montane, in Sierra del Pinar prope Grazalema (Clem. ex Colm.)—2. Maio, Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa ferée omnis imprimis septentrionalis et media, Sibiria. 944.—S. laxiflora Lange. Diagn. pl. 1, p. 231. Hab. in umbrosis regionis inferioris, in montibus Sierra de Palma (Fritze) et Sierra de Luna (Nilsson) ditionis Zos Ba- rrios.—2%. Mart., Apr. (n. v.) Probabiliter nil nisi S. auriculate var. pauciflora. 945.—S. auriculata Z. L. c., p. 864.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 445.—S. auriculata 1. major Lange in Wk. et Lge., l. C., p. 552. 4325) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 131 Variat foliis subtus villosis et superne glabris, aut utrinque villosis v. utrinque glabris, modo exauriculatis, modo auri- culato-appendiculatis v. interdum Jyrato-pinnatisectis. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis et ad aquas huc illuc frequenter occurrit.—2. Flor. a Mart. ad Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior occi- dentalis. 946.—S. sambucifolia L. Sp. pl., p. 865.—Lange, Pug., p. 199. —Wk. et Lge., l. c., p. 552.—S. mellifera Ait., Hort. Kew. 11, p. 343.—Desf., Flor. atl. 11, p. 53, t. 143! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 446. Planta quoad staturam et foliorum figuram maxime poly- morpha. Variat insuper inflorescentia plus minusve foliata, pedicellis dense glandulosis v. subglaberrimis. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis et ad sepes huc illuc satis frequens. —2. Feb., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et australis, Africa boreali-occidentalis. 947.—S. crithmifolia Boss. Voy. bot. 11, p. 447.—Wk. et Lge., 1. C., p. 554. Hab. in rupestribus regionis montan«e: in Cerro de San Cris- tóbal supra Grazalema (Reut.); in Sierra del Pinar prope Bena- mahoma.—2%. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania orientalis et meridionalis. 948.—S. canina Z. Sp. pl., p. 865.—Cav., Preel., p. 339.—Wk. et Lge., 1. c., p. 554.—S. bicolor Sibt., Guss., Plant. rar., p. 259, t. 44! — Ruta canina Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 209, ic.! Hab. in collibus siccis regionis inferioris: prope Sanlúcar (Clem.); in monte Gibalbin urbis Jerez. — 2%. Aprili, Maio. (v. v.) $£. pinnatifida Boiss., Voy. bot. 11, p. 446.—Wk. et Lge., 1. c.— S. pinnatifida Brot., Flor. lus. 1, p. 202. Hab. in eisdem locis sed frequentior: prope Veger (Willk.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); inter Olvera et Torrealha- guime et alibi. (v. v.) 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (826) v. betica Boiss., 1. c.— Rouy Mat. Fl. port. 2, p. 4—S. frutes- cens Wk. et Lge., l. C., p. 555 ex parte.—S. frutescens var. £. Brot., Flor, lus., 1. c. : Hab. ad littora maris, ubi interfrutices et ad sepes huc illuc satis frequens.—(v. V.) 3. frutescens Boiss., 1. c.—Rouy, 1. c.—S. /rutescens L., Sp. pl., p. 866.—Brot., Flor. lus., 1. c.—Wk. et Lge., l. c., ex parte. Hab. in arenosis ad oram maris: Gibraltar (Kel.); in Dehesa de la Algaida prope Sanlúcar.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi, Asia minori et Africa boreali; var. £. in Lusitania, Hispania, insula Pantellaria, Africa boreali; var. y. in Lusitania; var. 9. in Lusitania, His- pania atlantica, Mauritania Tingitana. TRIB. DIGITALE/JE DBenth. Digitalis /. 949.—D. obscura L. Sp. pl., p. 867.—Cav., Preel., p. 340.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 466.—Wk. et Lge., l. C., p. 587. Hab. in rupestribus regionis submontanze, prope Alcala de los Gazules (Clem.)—5. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et austro-orien- talis. 950.—D. purpurea Z. 5. tomentosa Webb, Iter., p. 25.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 464.— Wk. et Lge., 1. c., p. 589. —D. tomentosa Hof'm. et Link, Flor. port. 1, p. 221, t. 29! —Brot., Phyt. 1, p. 159, t. 149! Variat foliis inferioribus in petiolum abrupte v. sensim angustatis, pedicellis calyce et bractea vix v. subduplo lon- vioribus, calycis segmentis obtusis v. acutiusculis, corolla extus plus minusve pubescente. Hab. in silvaticis regionis inferioris et montan«ee: in loco Garganta del Carxitán prope Algeciras; in montibus prope (327) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 133 Jimena; in Sierra del Aljibe urbis Jerez et alibi.—2. Maio, Ju- nio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania. Lafuentea Za. 951.—L. rotundifolia Zay. Gen. et. sp., p. 19:=Coss., Pl. crit., p. 1/3.—Wk. et Lge., l. C., p. 591.—WIillk., Illust. Flor. Hisp. 11, p. 43, t. 116:—Du- rieva spicata Merat. Hab. in monte Peñón de Gibraltar, ubi ex Colm. cl. Brouss. legit, sed a nemini recentiorum visa. —?). Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis. Erinus /. 952.—E. alpinus L. Sp. pl.. p. 878.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 467.—Rchb., Ic. xx, t. TA—WKk. et Lge., 1. c., p. 591. Hab. in rupium calcarearum fissuris regionis subalpinee: prope Grazalema in monte Cerro de San Cristób1l et in loco dicto Cueva de la Gotera (Clem.); in Sierra del Pinar supra Benamahoma.—?2. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—In montosis Lusitanie, Hispanie, Galliz aus- tralis, Helvetize, Italie, Sardiniee, Balearium, huc illuc oc- currit. Sibthorpia LL. 933.—S. europea L. Sp. pl., p. 880.—Lange, Pug., p. 214. —Wk. et Lge., 1. c., p. 592. Hab. in umbrosis humidis regionis submontan«: in monte Picacho de Alcala (Bourg.); in Sierra de Luna oppidi Los Ba- rrios (Nilsson!) —2. Jun., Sept. (v. s.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et austro-occidentalis. 131 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (328) TRIB. VERONICEE Benth, Veronica /. 954.—V. hederefolia Z. Sp. pl., p. 19.—Cav., Preel., p. 292.—Lange, Pug., p. 212.— Rehb., Ic. xx, t. 77! —Wk. et Lge., 1. c., p. 594. Hab. in arvis et ad vias regionis inferioris et montanee: pro- pe Sanlúcar et ad Conil (Clem.); circa Chiclana (Cabrera); in vicinitatibus Cadiz (Lange); inter Villamartin et Puertoserra- no.—0. Jan., Apr. (v. v.) Ar. geogr.— Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa. borealis. 955.—V. cymbalaria Bodard. Diss., p. 3.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 470.—Lange, Pug, p. 212. —Rcehb., Ic. 1. c., t. 47, £ 5! —Wk. et Lge., 1. c., p. 594.— V. cymbalariefolíia Vahl., Enum. pl. 1, p. 81. Hab. in agris, locis umbrosis, ad rupes et muros regionis inferioris et montanee: prope Grazalema (Heens.); in monte Pe- ñón de Gibraltar (Boiss., Willk., Kel.); in Dehesa de la A lcaria urbis Jerez et alibi.—O. Jan., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania et regio mediterranea feré omnis. 956.—V. agrestis L. L.c., p. 18.—Lange, Pug., p. 212.—Rehb., Ic. xx, t. 19! — Wks et Lge., 1. C., p. 594. Hab. in cultis regionis inferioris: circa Chiclana (Lange); prope Jerez.—0. Decemb., Mart. (v. v.) f£. didyma Coss. et Germ., Flor. Par., p. 349. —V. didyma Ten., Fl. nap. pr., p. 6.—Rchb., Ic. 1. c., t. 77, f. 1 et 21—Y. po- lita Fries, Nov. Fl. Suec., ed. 2, p..1.—Wk. et Lge.,:1. 6:; p. 595. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arvis, hortis et vineis huc illuc satis frequens.—(v. v.) Ar. geogr.—HEuropa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria, Africa borealis. (329) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 135 957.—V. triphyllos Z. Sp. pl., p. 19.—Lange, Pug., p. 212.—Rchb., Ic. 1. c., 4. 1001 —WKk. et Lge., 1. c., p. 596.—V. digitata Lam., Flor. Fr. 11, p. 445 non Vahl. Hab. in agris regionis inferioris, prope Sanlúcar (Colm.)— O. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Huropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 958.—V. racemifoliata Per. Lar. Plant. nov., p. 3.—Simplex v. parum ramosa, caule subbi- fariam tomentoso-piloso, superne dense glanduloso-hirto; fo- liis pubescentibus, imis breviter petiolatis, late ovato-cordatis, inciso-paucidentalis, dente terminali reliquis majore, ceeteris et floralibus sessilibus conformibus v. subconformibus; race- mo laxo multifioro; pedicellis erectis calyce brevioribus; ca- lycis laciniis quatuor, oblong'o-lanceolatis, insequilongis; cap- sula compressa, dense glanduloso-ciliata, suborbiculata, apice profunde emarginato-biloba, lobis rotundatis; stylo fissura breviore; seminibus 16-20, ovatis, radiato-rugosis, undulato- marginatis. A proxima /V. arvensi L. differt imprimis caule simplici; fo- liis latioribus, imis, mediis floralibusque conformibus v. pa- rum angustioribus; capsula basi rotundatiore; seminibus ma= nifeste radiato-rugosis, margine undulata nec integra. Hab. in arenosis regionis inferioris, ubi prope Jerez rare occurrit.—(O. Mart., Apr. (v. v.) 959.—V. arvensis Z. Sp. pl., p. 18.—Lange, Pug., p. 213.— Rcehb., lc. 1. c., t. 99! —Wk. et Lge., 1. C., p. 596. — Alyssum Dioscoridis Column., Phyt., p. 21, t. 8! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis, herbi- dis et ad vias huc illuc frequenter provenit.—(O. Mart. , Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa omnis, Asia occidentalis, Songaria, Si- biria, Africa borealis, Canari:e. 960.—V. Anagallis Z. Sp. pl., p. 16.—Lange, Pug., p. 214.—Rchb., Ic. 1. c., t. 81! —Wk. et Lge., 1. c., p. 604. 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (330) Heec planta, valde polymorpha, in species notis diagnosti- cis instabilibus definitas ab auctoribus nonnullis divisa est. Forma communior ditionis Gaditane a forma communiore Gallise et Hispanise borealis differt partibus omnibus plus mi- nusve hirto-glandulosis; foliis parum angustioribus, serratis; calycis laciniis duplo minoribus tertiam capsule partem vix superantibus; capsula minore elliptico-ovata, apice seepe sub- attenuata, vix emarginata. He note tamen parum stabiles, et forme intermedie non desunt. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in aquis stagnan- tibus et ad rivulos huc illuc frequenter occurrit.—0O. V. 2. Apra UD (ViV:) Ar. geogr.—Spec. in Europa tota, Asia temperata et subtro- pica, Africa boreali, Canariis, America boreali. TRIB. EUPMRASIE Benth. Pedicularis Z. 961.—P. silvatica L. Sp. pl., p. 845.—Lange, Pug., p. 215.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, t. 128! —Wk. et Lge., 1. c., p. 608. Hab. in humidis silvaticis regionis submontane, in monte Bl Picacho prope Alcala de los Gazules (Bourg.)—0O. v. %. Maio, JUNIO: (MV) Ar. geogr.—Europa fere tota. 962.—P. lusitanica Hom. et Link. Flor. port. 1, p. 306, t. 61! —Wk. et Lge., 1. c., p. 609. Hab. in saxosis et ericetis humidis regionis submontanee: supra Á lgeciras (Boiss., Reut.); in ditione Los Barrios in monte Sierra de Palma (Winkler) in cacumine montis Cerro de la Comadre (Willk.); in Dehesa del Quejigal urbis Jerez.—(D. Mar- tio, Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania. Eufragia (G72seb. 963.—E. viscosa Benth. DC., Prodr. x, p. 543.—Lange, Pug., p. 215.—Wk. et Lge., (331) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 137 l. c., p. 612.—Barisia viscosa L., Sp. pl., p. 839.—Lasiopera viscosa Hofím. et Link, Flor. port., 1. c., t. 61!—7rizago viscosa Rehb., Boiss., Voy. bot. 11, p. 473.—4 lectorolophus ilalica luteo- pallida Barr., Plant. ic. 665! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pratis, pascuis et silvaticis humentibus huc illuc frequenter provenit. — (0D. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis, Lusitania, regio medite- rranea, Madera, Canari:e. 964.—E. latifolia (7 ise0. Spic. Fl. Rumel. 11, p. 14.—Lange, Pug., p. 215.—Wk. et Lge., 1. c., p. 613.—BZuphrasia latifolia L., 1. c., p. 841.—77?- zago latifolia Rehb., Webb Iter, p. 24.— Zuphrasia latifolia atropurpurea Barr., l. c., ic. 276! Hab. in pratis arenosis, in prov. Gaditana (Duf.) — 1). Mar- tio, Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Trixago Stev. 965.—T. apula Stev. Mem. Mosq. vi, p. 4—Lange, Pug., p. 215.—Wk. et Lge., l. c., p. 613.—Bartsia Trizago L., Sp. pl., ed. 1, p. 602.—B. mau- zxima et B. versicolor Pers., Syn. 1, p. 151. —Rhinanthus Tri- zago L., Sp. pl., ed. 11, p. 840.—Brot., Phyt. Lus. 11, t. 146! — R. versicolor Willd., Sp. 11, p. 190. — Zasiopera rhinantina Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 300, t. 58! —Trizago altius se- rratis folits Barr., 1. c., ic. 774, IL! —A lectorolophos italica, ver- sicolor, spicata Barr., 1. C., ic. 666! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in pratis, her- bidis locisque arenosis huc illuc satis frequens.—(0. Aprili, Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, regio omnis me- diterranea, Abyssinia, Canarise. Occurrit etiam in Africa aus- trali et in Brasilia australi. 138 ANALES DE. HISTORIA NATURAL. (332) Odontites Haller. 966.—0. tenuifolia GF. Don. Gen. Syst. 1v, p. 611.—Lange, Pug., p. 216.—Wk. et Lge., l. c., p. 615.—Zuphrasia tenvifolia Pers., Syn. 1, p. 150.— Brot., Phyt. Lus. 11, t. 121! — £. linifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 185 non L.—Zasiopera tenu¿folia Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 302, t. 601 Hab. in ericetis et dumosis regionis inferioris: in vicinita- tibus Cadiz (Duf., Boiss.); prope Chiclana (Bourg.)—O. Julio, Sept. (n. v.) g. australis Benth. in DOC., Prodr. x, p. 550.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. circa Cadiz (Picard ex Benth.)—(n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania occidentalis. 967.—0, purpurea (. Don. L. c., p. 611.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 472.—-Wk. et Lge., l. c., p. 616.—Zuphrasia purpurea Desf., Flor. atl. 11, p. 36.—Bartsia purpurea Ball, Spic., p. 602. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Bornos versus Pajarete (Clem. ex Boiss.)—0O. Aug., Oct. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa borealis. Fam. Orobanchaceee Zind!. TRIB. OROBANCHE Wight., Orobanche /. 968.—0. gracilis Smith. Linn., Trans. 1v, p. 172 (1798).— O. cruenta Bertol., Rar. pl. dec. 111, p. 56 (1810).—Rchb., Ic. Fl. germ, xx, t. 159! —WKk. et Laes ip rol Hab. in regione inferiore, prope Chiclana (Kalisch. ex Willk.) —%.» Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia minor. (333) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 139 969.—0. reticulata Vallr. Gen. Orob. Diasc., p. 42.—Lange, Pug., p. 217. —Wk. et Lg'e../1.0:p: 621. Hab. in regione inferiore, ubi ad Cistos parasitica: in vici- nitatibus Cádiz (Monnard); in G2braltar (Leman.); prope Puerto Real (Bourg.); in pinetis circa Chiclana in loco dicto E/ A lcor- nocalejo urbis Jerez et alibi.—2%. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Mauritania Tingitana. 970.—0. sanguinea Pres/. Del. Prag., p. 71 (1822).—0. crinita Viv., Flor. cors. sp. nov., p. 11 (1824).—Moris, Flor. sard. 111, p. 248, t. 104! —Wk. et Meer Ll. c:7 pp. 022: Hab. in regione inferiore ad radices LZeguminosarum, in (74- braltar (Salzm. ex Moris). —2%. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, ins. Stoeechades, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia, Dalmatia, Algeria. 971.—0. fostida Desf. Flor. atl. 11, p. 59, t. 144! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 415.— Wk. et Lge., 1. c., p. 622.—Ball, Spic., p. 604. Hab. in regione inferiore, ubi ad Zeguminosas parasitica: in vicinitatibus Cadiz (Fauché); in F2braltar (Kel.); circa Medina (Bourg.); prope A/geciras (Winkler); in loco El Españal prope Jimena; in Pinar de Hierro circa Chiclana; in ditione Jerez locis Dehesa de las Cuevas, Llanos de Caulima et alibi.—4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Africa borealis. Esta planta es bastante polimorfa y creo muy probable que la anterior y la siguiente, esto es, la O. sanguinea Presl. y la O. densiflora Salzm., sean solo variedades suyas. 972.—0. densitlora Salzm. Reut. in DC., Prodr. x1, p. 19. —WKk. et Lge., 1. c., p. 622. Hab. in regione inferiore ad radices Zeyuminosarum: prope Puerto de Santa Maria (Bourg.); circa Sanlúcar (Colm.); inter Algeciras et San Rogue (Winkler); in declivitate septentrio- nali montis Sierra del Aljibe urbis Jerez.—2%. Apr., Maio. (Wave) Ar. geogr.—Hispania, Sardinia, Mauritania Tingitana. 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (331) 973.—0. speciosa DC. Flor. fr. v, p. 393.—Rchb., Ic., Flor. germ. xx, t. 161! —Wk. et Lge., 1. C., p. 622.—0. prutnmosa Lap., Suppl., p. 87.—Vulg. Jopo, Espárrago de lobo. Variat preecipue, segmentis calycis integris v. plus mi- nusve inequaliter bifidis, filamentis basi pubescentibus v. a basi ad medium usque villosissimis. Hab. in regione inferiore ad radices Vicie Fabe nec non aliarum Zeyuminosarum: prope Jerez ad Monasterio de la Car- tuja, in Campos de Roboatun et alibi.—2. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Canarize. 974.—0. barbata Potr. Dict. 1v, p. 621 non Rchb.—Brot., Flor. lus. 1, p. 183.—Wk. ene Cp 02: Hab. in arenosis preecipue maritimis, ad radices Lotorum aliarumque Zeguminosarum: circa Puerto de Santa Maria (Winkler); in Pinar de Platero; ad Convento de Regla prope Chipiona.—4. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Imp. Maroccanum. En todos los ejemplares que he recogido, los estambres se hallan insertos cerca de la base de la corola, ó sea en la cuarta parte inferior de su tubo. 975.—0. minor Sut¿. Trans. Linn. 1v, p. 178.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 475.—Wk. eplize Lic pros. Hab. in regione inferiore et montana ad variarum planta- rum radices: in monte Peñón de Gibrallar (Kel.); ad Puerto de Santa Marta (Bourg.); in ditione Jerez in Dehesa de la Jardilla et alibi.—(O. 4. Mart., Jun. (v. v.) Var. (?) procerior Rchb. —Wk. et Lge., l. c. Hab. in agro Gaditano (Fauché).—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et meridionalis, Asia minori, Africa boreali; var. in Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentali. 976.—0, amethystea 7'/2will. Flor. Par, 'ed. 2, 1, p. 311i==WKk. et Lge., 1. c., p. 626.3 O. Eryngi Duby, Bot. Gall. 1, p. 350. (335) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. M1 Hab. in regione inferiore, Erynagii specierum parasitica: inter San Fernando et Cadiz (Fauché); in vicinitatibus C/i- clana (Colm.); circa Puerto Real (Bourg'.); in loco Llanos de Caulina prope Jerez.—2. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia minor, Algeria. 977.—0. cernua Zof. It. hisp., p. 152.—Wk. et Lge., 1. c., p. 626.—0. hispanica Boiss., Voy. bot. 11, p. 476. Hab. in regione inferiore, prope 4 /geciras (Winkler).—2. Apr., Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea, Asia occidentalis, India, Nova Hollandia. TRIB. LATHR/EACE/ Wight. Phelipzeea 70urn. 978.—P. cerulea C. A. Mey. Enum. Cauc., p. 104.—Wk. et Lge., 1. c., p. 627.—Oroban- che cerulea Vill., Dauph. 11, p. 406. Hab. in regione inferiore, super radices.....: in Gibraltar (Kel.); prope Puerto de Santa Maria (Colm.)—2%. Maio, Ju- nio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Sibiria, Imp. Maroccanum. 979.—P. ramosa C. 4. Mey. L. c., p. 104.—WKk. et Lge., 1. c., p. 629.—Orobanche ramosa 1 SISp: pl., p. 822. Mutel, Flor. franc. 11, p- 393,1: 437 L 3181 —Orobanche 11 Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 271, ic.! Hab. in regione inferiore ad Zeguminosarum variarumque plantarum radices: prope Puerto Real (Osbeck); circa Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); circa Sanlúcar (Clem.); in Gibral- tar (Kel.): ad Chiclana (Chape!, Kalisch); in ditione Jerez inter Carrascal et Espartina.—Q. Apr., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia occidenta- lis, Africa borealis, Canarise, Prom. B. Spei, Abyssinia. 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (336) 980.—P. Muteli Reut. . In DC., Prodr. x1, p. 8.—WKk, et Lge., 1. c., p. 629.—Oroban- che Muteli F. Schultz in Mutel, Flor. franc. 11, p.353, t. suppl., EN Hab. in collibus et arenosis maritimis ad radices variarum plantarum: prope Sanlúcar (Colm.); in vicinitatibus Cádiz (Bourg); circa Puerto de Santa Maria locis Pinar de Platero et La Piedad.—(Q. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—In Europa australi, Asia occidentali et Africa boreali, cum precedente cujus forsan mera varietas. 981.—P. lutea Desf. Flor. atl. 11, p. 61, t. 146! —Wk. et Lge., 1. c., p. 630. Hab. in vicinitatibus Cddiz (Duf.)—2. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis, Africa borealis, Arabia. 982.—P. tinctoria Walp. Rep. 111, p. 462.—P. lusitanica Coss., Pl. crit., p. 43.—WKk. et Lge., 1. C., p. 630.—P. lutea Webb, It. hisp., p. 21, non Desf.—Lathrea Phelipea L., Sp. pl., p. 843.—Brot., Flor. lus. 1, p. 184. —Orobanche tinctoria Willd., Sp. pl. 11, p. 353.—Cis- tanche lutea Hoff'm. et Link, Flor. port. 1, p. 319, t. 63! —Vulg. Espárrago marino. Hab. in maritimis ad Chenopodiacearum variarum radices: prope Chiclana (Rodríguez, Cabrera!); circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem., Rodríguez); inter San Fernando et Cádiz (Webb, Colm., Bourg., Winkler); prope Puerto-Real versus El Arsenal.—2%. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania littoralis, Mauritania Tingitana. Fam. Lentibulariese Z:ic/. Utricularia /. 983.—U. vulgaris Z. Sp. pl., p. 26.—Rchb., Ic. Fl. germ. xx, t. 201, 202! —WKk. et Lge., 1.C4p,:693: (337) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 143 Hab. in aquis stagnantibus regionis submontan«e, in monte Sierra del Aljibe urbis Jerez (Clem.)—2%. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia septentrionalis, Africa borealis, America septentrionalis. Pinguicula /. 984.—P. lusitanica Z. Sp. pl., p. 25.—Lois., Flor. gall. 1, p. 14, t. 1! —Brot., Phyt. Lus. 1, p. 1, t. 11—WKk. et. Lge., 1. c., p. 635.—P. villosa Huds., Flor. angl., ed. 2, p. 8. : Hab. in humidis regionis imferioris et montanee: prope Algeciras (Née); circa Ubrique (Clem.); in monte Picacho de Alcalá (Bourg.); in Sierra de Luna urbis Los Barrios (Nilsson!) —%. Maio, Julio. (v. s.) Ar. geogr.—KEuropa occidentalis ex Hibernia usque Lusita- niam, Mauritania Tingitana. a ds cell sola read dBi AE “e A PEI ER $ «JA EM er ALA O e A o up darlo” medi CERAS ze o Ae E. o 7 PEO CS PEE ELO AR AAA ibid E Cr Ud A PEDIAIASS A (do E NCAA AMA A A SIA Mi Ho Sd HOPE E) PRES HR ¡A REID AR A MIPDANE aj MO: 5 A ero LAN AS 7 j el | 5 PER der le dia ESTUDIO MICROGRÁFICO DE LOS ALOES POR ISE MTERNO. RODRIGUEZ. RISUEÑO. (Sesión del 9 de Mayo de 1888.) Sabido es, á poco que se profundice el estudio de la cien— cia, la exuberancia de formas orgánicas y minerales que la Naturaleza manifiesta y las distintas consideraciones á que se prestan, ya sean dirigidas á los individuos aislados ó sobre el admirable conjunto de los seres. No hay, pues, en otra ciencia tantos motivos de estudio y tan variados argumentos que desarrollar. Ante esa diver— sidad escogí con preferencia un asunto, proporcionado á las nociones que en un ramo de la ciencia botánica he adquirido y que no exigiera para su explicación medios superiores á los existentes en nuestros gabinetes de estudio. El trabajo que versara sobre una consideración filosófica, si había de ser razonado, sería imposible llevarlo á cabo por precisarse vasto conocimiento de las cosas y autoridad para decirlas. Quiero con esto significar, que preferí á una disertación puramente académica, un asunto práctico, que me sirva al mismo tiempo para dar firmeza á los conocimientos que en rigor deben preceder á otros más 0 menos teóricos. Dentro de esta clase de estudios, hay muchos é importantes todos ellos: un análisis químico de ciertas sustancias; la des- cripción detallada de los caracteres exteriores de un grupo natural ó la fisiología del mismo llenarían el objeto que me propongo conseguir. ANALES DE HIST. NAT. —XVIIL. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2: Sin embargo, son necesarios todos los enseres de un gabi- nete químico para un ensayo analítico, de igual manera que: un grupo completo de animales ó plantas para un trabajo descriptivo; en las delicadas cuestiones de fisiología no se: puede prescindir de aparatos apropiados, á fin de apreciar el crecimiento, la circulación, etc.: todas estas causas me han animado á fijarme en el estudio micrográfico de un grupo de plantas que estuviera bien representado en las colecciones. del Jardin Botánico; y he hallado el género 4A/oe que lo está por treinta especies, teniendo la ventaja de existir ejemplares de las diversas claves establecidas por los botánicos dentro- del género. Por otra parte, si los múltiples seres que la Naturaleza nos ofrece, ya procedan del reino orgánico ó ya del inorgánico, son siempre objeto para el que la estudia de minuciosa y seria observación, deben serlo con preferencia, si es posible, aque- llos que, ocupando un lugar determinado en el vasto campo de la Historia Natural, están dotados de cualidades especia- les, que el hombre en los distintos casos sabe justipreciar. El grupo de plantas que me ha servido de estudio se en- cuentra precisamente en esta circunstancia: el género 4/oe forma parte de las Liliáceas, y en tal concepto ha de tratarse de él en Botánica como uno de tantos géneros en la ciencia constituidos, estableciendo todas las analogias orgánicas que le contienen en la familia y las diferencias que obligan á. formar una división dentro de ella; sin embargo, entre sus afines merece atención particular, si entramos en cierto or- den de consideraciones. 1.7 Aplicación.—La tiene y muy marcada en Terapéutica un jugo análogo al latex, elaborado en el tejido secretor de la planta y que desecado por evaporación constituye el ací- bar, sustancia empleada con frecuencia en ciertas necesida—- des de nuestro organismo. Seguramente que no es necesario decir mucho más sobre la importancia de estos vegetales en el sentido de su utilidad por ser de todos bien conocida. 2. Estructura.—El aspecto singular y muy distinto que los aloes presentan en sus especies, atrae en primer lugar la atención aun del más indiferente, é impulsa después á inves- tigar cuáles sean el origen y la estructura intima de su va- riada configuración orgánica, debiendo hacer notar que, si as (3) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 147 bien la estructura de las plantas agrupadas en el género oscila entre dilatados límites, se infiere fácilmente del estu- dio comparativo y detallado de algunas especies que están sometidas todas en su esencia á un tipo general de organiza—- ción, dentro del que se ostentan diferencias de forma, color, consistencia, etc., que constituyen los caracteres específicos. 3." Adorno.—Son plantas que se usan hoy como objeto de ornamentación y apreciadas entre nosotros por los accidentes numerosos de sus gruesas hojas, como son aguijones, tu- bérculos, zonas coloreadas, etc.: las flores colocadas en un largo escapo, bien separadas unas de otras 6 en denso racimo terminal, ostentan en algunas especies un bello color rojo, que ofrece en unión de las bracteitas un conjunto elegante: en nuestro clima no todas las especies florecen, y aun las que llegan á hacerlo no adquieren las proporciones que en otros países más cálidos. Oportuno, es pues, por muchos conceptos exponer algunas notas acerca de la estructura micrográfica de los 4/0es; y ya que efecto de mi impericia no desenvuelva cual yo quisiera el vasto contenido de este asunto, bien por pasarse inadver- tidos datos tal vez de importancia 6 por no expresar flelmente los caracteres impresos en estos seres, me servirá de gran aliento en mis ulteriores estudios el tener de mi parte la benevolencia de tan ilustrados consocios. Se entiende con claridad por el simple enunciado de este tema que está fuera de los límites de mis aspiraciones todo lo referente á la parte descriptiva de estas plantas, y aun más las cuestiones relacionadas con el desarrollo morfológico de los tejidos, desde que estos se inician en el meristemo hasta llegar por continuo y gradual crecimiento al término de su completo desarrollo. Seguro es que en esta clase de estudios tienen marcada im- portancia, por la luz que arrojan, los detalles sobre la epigé- nesis de los elementos orgánicos; pero no lo es menos, que para obtener resultados positivos es necesario allegar medios adecuados y, lo que en mi entender es difícil poseer, un ca- rácter perspicaz y el esmero indispensable en las preparacio- nes anatómicas. Me refiero solamente á los órganos ya formados y en su estado normal. Partiendo de este principio, he revisado las 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) especies del género, y como exponer en ese orden las obser- vaciones sería prolijo y por demás cansada la repetición de tantos elementos comunes á aquellas, prefiero imprimir un doble carácter á la cuestión: primera, deducir del estudio hecho sobre las especies sometidas á ensayo una ley de orga- nización que pueda abarcar á todas, una estructura prototí- pica, si es permitida la frase, á la que se amolde con más ú menos precisión la peculiar de cada una; y segunda, como complemento de la consideración anterior, manifestar segui- damente en qué estriba el desvío que de la norma dada para el género existe en casos particulares, y Cuál sea la impor— tancia de esa separación. Con este criterio creo conseguir además que mis observacio- nes sean lo más completas posible dentro de la deficiencia que las acompaña; porque no llevaría á resultado alguno que fuera ventajoso y concluyente el hacer sucesivamente el exa— men aislado de cada especie, cuando el número de las que en nuestras colecciones existen, si bien no es despreciable, dista mucho de representar el total de las admitidas en el género. Es preciso, por último, declarar que no habiendo límites de separación entre los diferentes caracteres, porque varían de especie á especie y dentro de cada una cambian notable- mente con el crecimiento y con la edad, al incluirlos en una expresión general, no es posible aplicarla con exactitud en todos los casos; es necesario adoptar como principio conven- cional aquello que más veces se repite: en las células epidér— micas, por ejemplo, el número de lados más constante carac- terizará el tejido bajo este punto de vista, aunque no sea de un modo general. Réstame hacer constar públicamente la gratitud inmensa de que soy deudor á mis distinguidos profesores, que con sus discretas advertencias ó poniendo á mi disposición con mar- cado interés cuantos medios de estudio encontraban, han contribuido en gran parte á la terminación de estos apuntes. No es menor mi reconocimiento hacia el señor ayudante del Jardín Botánico, D. Blas Lázaro, bajo cuya dirección he tra- bajado, pues ha resuelto con constancia y con la mayor ama- bilidad cuantas dudas se me presentaban: reciban dichos se- ñores mi respetuoso afecto como pobre compensación á su valioso apoyo. 5) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO D£ LOS ALOES. 149 Concluida esta introducción, obligada en parte para la cla- ridad del asunto, procede enumerar las especies estudiadas y el orden de exposición. Puede reducirse la estructura de los 41oes á cuatro teji- dos principales, que enunciados por orden de importancia ó desarrollo son: (ejido tegumentario; tejido parenguimaloso,; teji- do fibroso-vascular y tejido secretor. En los dos primeros tejidos, atendiendo á su extensión, he seguido la marcha empleada por el Sr. Castellarnau (D. Joa- quín María) en el «Estudio micrográfico de la Madera de las Coniferas españolas y especialmente del género Pinus» (1). Lista de las especies estudiadas. A loe arborescens Mill. Aloe obscura Mill. — atrovirens De. — plicatilis Mill. — alttenuata Haw. — prolifera Haw. — distans Haw. — recurva Haw. — excavata W. — saponaria Haw. — fasciata Salm. et Dyck. — simuata Brot. — frutescens Salm. — soccotrina Lam. — i¿mbricata Haw. — spiralis L. — latifolia Haw. — sulcata Salm. — mucra Ait. — tuberculata Haw. — maculata Thunb. — variegata L. — margaritifera Ait. — verrucosa Ait. — mitreformis W. — viscosa L. — mollis Schult. — vulgaris Lam. — nitida, Salm. TEJIDO TEGUMENTARIO. A. Epidermis propiamente tal. a Epidermis única. (1) Células de membrana delgada. a) Flor. — Perigonio. + Estambre y pistilo. > Ovario. (1) ANAL. DE La Soc. Esp. DE HisT. NaT.—Tomo x11, cuaderno 1. 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) b) Bractea. (2) Células de membrana gruesa. a) Estudio de la célula en conjunto. Forma y contenido. — en la hoja. + en el escapo y pedúnculo. 6) Estudio particular de la membrana. — Fases de desarrollo. + Cera. au Epidermis reforzada. (1) Aguijones. (2) Tubérculos. Bb. Estomas. (1) Superficiales, (2) Profundos. Como se ve por el adjunto cuadro, ocupa el primer lugar la descripción de la epidermis, reservando para el final lo re- ferente á los estomas; de esta manera se evita la confusión que había de provenir si se mezclaran á cada paso los datos esenciales de la epidermis y los caracteres propios de los estomas; además hay en estos tal variedad de tipos, y algu- nos tan notables, que bien merecen ser indicados separada— mente. Dentro del primer grupo, tan amplio que encierra casi todo lo referente á este tejido, tiene lugar otra división: epidermis única, que es muy general, y epidermis reforzada que se limita á los accidentes de la hoja. Pero, como la epidermis única ó sencilla recubre todos los órganos, es muy natural una subdivisión: considerar primero la epidermis de las par- tes tiernas, como son la bráctea y la flor, en las que la mem- brana es delgada; y estudiar seguidamente las gruesas célu- las de la hoja y escapo inconfundibles con las que la fior tiene en todas sus partes. Encuéntrase en la bráctea un anillo que enlaza los grupos 1 y 2: en efecto, la bráctea á juzgar por el aspecto, por la estructura de los haces y del parénquima, y hasta por la misma epidermis, tiene entrada indudablemente en el grupo destinado para la flor; pero el eje 6 línea media está provisto de una epidermis análoga en la resistencia á la protectora de XT) Rodriguez Risueño. — ESTUDIO DE LOS ALOES. 151 la hoja, sobre todo en brácteas fuertes, como en los A. sul- cata y excavata. : No es decir con esto que la bráctea no sea una hoja modifi- cada, puesto que si esa opinión no se demostrara por el estu- dio micrográfico y comparado de ambos apéndices, la haría ver con claridad el examen del aspecto de las últimas hojas del tallo: es notable la especie A. maculata, porque en ella al- canzan las hojas terminales un desarrollo mucho menor que las inferiores, pero exceden considerablemente á las brácteas, y poseen todos los caracteres exteriores de las mismas, de manera que se ve el paso de la hoja á la braáctea. Una vez limitado el estudio de la epidermis á la hoja, es preciso dedicar una parte á la membrana celular, después de considerar la célula en sí y en relación con las demás; es de- cir, hablar ligeramente de su forma, contenido y disposición, consideraciones que se han de extender al escapo y pe- dúnculo. Respecto á la membrana celular, hay dos extremos muy distintos en cuanto al desarrollo, pero tan bien relacionados por una gradación intermedia que es preferible compendiar en fases de desarrollo lo referente á este punto, á dar una fórmula sintética, que no sería adecuada en muchos casos particulares. Se puede formar á partir de lo más sencillo una serie por la que pasa el crecimiento de la membrana celular, notándose que el último grado de esa escala establece el trán- sito á la epidermis reforzada. Corresponde indicar después, aunque de una manera gene- ral, cómo se presentan los depósitos de cera en las células epidérmicas y qué grado de importancia alcanzan en las especies. Descripción del tejido tegumentario. A.—Se presenta en una capa de células por lo general sen- Ovario.—Está dotado de dos epidermis: una externa (fig. 8), y otra interna (fig. 9), análogas al parecer en la primera edad. 156 ] ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) En un corte horizontal se reconoce que son tres los carpe- los, perfectamente distintos porque se marcan los tres planos de sutura, que llegan hasta el eje central del ovario. Como la estructura de los carpelos es igual, todo lo que de uno se diga es aplicable á los demás. En la misma sección horizontal limitan el parénquima del carpelo dos filas de células: una fila de células exteriores y casi cúbicas, y otra interior de células algo más alargadas en la dirección paralela al plano epidérmico, como en la fig. 15 lo están las epidérmicas de la hoja: coinciden ambas filas en ser incoloras y de grandes núcleos. Lo dicho es lo general, pero no lo absoluto, porque en algu- nos ovarios (4. arborescens, soccolrina y macra), las membra- nas epidérmicas, sin perder la forma descrita, contienen un líquido amarillo; y se corrobora este hecho, cuando se ve en la juntura de los carpelos dos series paralelas de células colo- readas, que llegan hasta la placenta, y que son las epidermis externas encontacto. En este caso solamente la forma separa las celdillas epidérmicas de las inferiores, coloreadas también. Las celdillas (fig. 8) son polígonos irregulares, sin que se pueda decir más acerca de ellas: varía tanto el número de lados, aunque predomina el exágono, y la disposición es tan arbitraria que no son caracteres de valor. El hecho casual de durar un ovario de 4. arborescens, más tiempo del ordinario en nuestros climas me dió ocasión de estudiar cómodamente la epidermis interna, cosa que no es facil de hacer en el ovario incipiente: en el caso presente (fig. 9) la epidermis carecia de estomas y sus células endure- cidas daban á la membrana consistencia cartilagínea. Como se ve en el dibujo, la membrana aparece en las paredes sur- cada por líneas oscuras, colocadas transversalmente, repre- sentando líneas de comunicación entre célula y célula. 0) Bráctea.—Este óreano se asemeja por la organización al perigonio: las células del eje son análogas en la forma á las del extremo de la fior, y las laterales van tomando el aspecto representado en la fig. 6, hasta adquirir en los bordes la forma irregular; es decir, que ofrece la bráctea las tres formas de células descritas en el perigonio, y además en la misma dis- posición. El fuerte endurecimiento de la membrana, puesto de mani- (13) Rodriguez Risueño.—EsTUDIO DE LOS ALOES. 157 fiesto por las incrustaciones que lleva, es carácter de las céln- las colocadas en la línea media: dato que aproxima la bráctea á una hoja representada en la fig. 1, por ejemplo. Pero es de advertir que de esta propiedad, si bien no en tan alto grado, participan igualmente las extremas del perigonio. (2) Células de membrana gruesa.—Prescindiendo de la mem- brana en cuanto á su espesor, y considerándolo solamente como la cubierta de la célula, es lógico estudiar la forma va- riada que adquiere esta parte de la célula en los órganos pro- tegidos por una epidermis resistente. — Hoja.—En el corte horizontal y vertical (figuras 15 y 18), aparece siempre una fila de células, claramente distintas, por la transparencia y menor volumen, de las que forman el pa- rénquima clorofílico. La forma en dichos cortes, enunciado de una manera gene- ral, es elíptica, aunque no debe tomarse esta frase en el rigor gecmétrico porque los polos que pudiéramos llamar de la elipse son líneas que determinan la unión de cada celda con su inmediata. Prescindiendo del tamaño, que no es carácter importante, la longitud relativa de los ejes varía considerablemente: así es que sin perder los óvalos su forma los hay alargados y re- ducidos, como se observa en las figuras 16 y 18 respectiva- mente: en los A. vulgaris y latifolia, resultan células epidér- micas alargadas y algún tanto tabulares. Si el eje mayor dis- minuye, los elipsoides son cortos como en el citado A. ezca - vata, y en el A. mollis. Por fin, las células epidérmicas del A. soccolrina, son cuadradas ú ligeramente circulares. La forma propia se manifiesta en un fragmento desgarrado de la epidermis, libre del tejido inferior para que no se ori- gine confusión en el microscopio: de esa manera se manifies- tan casi siempre polígonos marcados (figuras 1, 2 y 3), si bien el número de lados y su longitud no son constantes. A la manera como la forma elipsoidal varía entre la elipse alargada y la casi circular, cambia el poligono entre el con— torno ligeramente circular y el regular exacto. En el mayor número de especies son polígonos marcados, y el número de sus lados oscila entre cuatro y ocho, siendo comunísimo el exágono. En el 4. soccotrina (fig. 1) tenemos un ejemplo de admira- 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14y ble regularidad, así como el 4. variegata ofrece el tipo más anómalo de la serie: tanto en esa especie como en el A. fru- tescens las células apenas presentan facies poligonal. Las células á que me refiero contienen algunos granitos de almidón, ó sean cuerpecitos incoloros y muy visibles, cuando tratada la preparación por la tintura diluída de iodo, toman un color violado, que es algo oscuro por la intensidad: esta propiedad manifiesta que son granos de fécula, aunque en corto número. + £scapo y Pedúnculo.—Las células epidérmicas en estos órganos se terminan por lineas, que forman un contorno lige- ramente poligonal, alargado siempre en dirección del eje (fig. 4). Generalmente el crecimiento es excesivo, y esto hace que en una sección horizontal la pared externa forme una curvatura (fig. 14): en la sección de frente se reconocen célu- las ligeramente exágonas y terminadas en punta obtusa. En la especie 4. nitida los exágonos son más regulares, parecién- dose en esta propiedad á los que se hallan en el pedúnculo: en la sección transversal de este se hallan las celdillas epidér- micas alineadas, y envolviendo á todas una fajita continua y estrecha, pero muy refringente, formando una ondulación en cada célula (4. excavata, maculata y soccotrina). — Fases de desarrollo.—La membrana celular adquiere ma- yor ú menor consistencia efecto de la sustancia que se depo- sita en ella. La naturaleza de los materiales que en la epidermis da resis- tencia á la membrana, á4 mi modo de ver, es orgánica y no mineral, juzgando por la manera que tienen dichas sustan— cias de portarse con los ácidos inorgánicos: las partículas sólidas que incrustan la membrana (figuras 1 y 2), y cuya variedad indicaré á continuación, no se alteran en nada por los ácidos clorhídrico y nítrico, tampoco por la potasa con- centrada y fría; en cambio desaparecen con rapidez las for- maciones de oxalato de cal, ya sean amorfas ó cristalinas. Se encuentra un excelente reactivo en el cloruro de zinc iodado como medio de distinguir en el campo del microscopio la epidermis normal de la endurecida: colocada una gota sobre el corte fino de la hoja, á cubierto de la luz para que sea más intensa la acción, no ofrecen las mismas propiedades todos los puntos de la preparación. Si ha obrado el reactivo (15) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 159 por espacio de algunos minutos, como conviene cuando sola- mente nos proponemos establecer la oposición de caracteres en la parte del vegetal, en dos de estas, en el parénquima clorofílico y en el acuoso, se pone de manifiesto una tinta violada, así como la parte epidérmica se colorea de amarillo. Los dos colores citados son tan distintos entre sí como las causas que los producen: el primero procede de una reacción química entre el líquido y la celulosa, en tanto que el ama- rillo es del color propio del reactivo; la epidermis no hace más que fijarlo con intensidad. Por este medio se demuestra que el espesor de la mem- brana, sobre todo en la hoja, no es debido á la celulosa pura que compone las células en los parénquimas citados: si así fuera, además del color violado que la da el cloruro de zinc iodado, tendría un disolvente en el sulfato cúprico amónico, sin necesidad de ser tratada previamente por los ácidos; en la paracelulosa es necesaria la preparación por los ácidos. No ataca á la metacelulosa el licor de Schweitzer ni antes ni des- pués de ser tratada por los ácidos. La materia orgánica que endurece en este caso la membrana es la cut2ma Ú cutosa, pa- recida á la vasculosa en que no la alteran los ácidos, pero dis- tinta en que la cutosa es soluble en la potasa hirviendo y de ella se extraen aceites grasos. Las siguientes observaciones tienen por objeto señalar la importancia ó el desarrollo que alcanza en los A /oes esta últi- ma materia celulósica. El grado primero y más sencillo es el que ofrece el pe. dúnculo floral, en el cual las paredes celulares, lejos de ser tenues como en la flor, por ejemplo, empiezan á endurecerse por la adición de celulosa, aumentando el espesor: en la sec- ción transversal de un pedúnculo de 4. excavata 6 de A. ma- culata se hallan las celdillas epidérmicas alineadas y envuel- tas por una zona refringente. Vista la epidermis de frente se revela la pared celular como una línea brillante y gruesecilla que á cierta distancia focal parece ser doble ó formada de dos líneas que limitan la amplitud de la membrana. En una fase segunda de desarrollo, la pared no solamente es fuerte y brillante, sino que la dan más consistencia unas eminencias irregulares unidas á ella: son estas muy raras en la célula del escapo, pero abundantísimas en las hojas. En el 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) corte vertical (fig. 17) de los A. latifolia, soccotrina (fig. 15), distans y spiralis, aparecen dichas elevaciones, sobre todo si el corte es grueso, bajo la forma de escamitas imbricadas con el borde agudo ó redondeado; es decir, en el corte horizontal la escamita es semicircular ó triangular. Viéndolas de frente completamos el conocimiento de estos cuerpos: se presentan como masas irregulares, ya sean cua- dradas ú ligeramente circulares (figuras 1 y 5) /A. soccotrina y latifolia), 4 bien afecten la forma cónica (fig. 2) como en el A. spiralis; masas que se contactan y confunden cuando son abundantes como en el 4. /rultescens. Es curioso, bajo este punto de vista, el 4. varsegata: la epi- dermis que cubre la parte verde de la hoja difiere de la que protege las zonas incoloras de la misma; la diferencia está, no en la forma de las células que siempre es bastante irregular, sino más bien en la menor producción de cutosa que se ob- serva en las partes no verdes: se puede decir que en estas es normal la membrana celular, de poca consistencia y apenas modificada en ellas la celulosa; por el contrario, en la epider- mis de una mancha joven se observa un grado de mayor en- durecimiento; con un aumento de 250 á 300 diámetros llaman la atención unas líneas gruesas que forman las cabeceras de la célula y resaltan por su extraordinaria refringencia. El grueso de esas partes cuticularizadas es mayor en el centro de la linea que en los extremos de ella, y la disposición no es ar- bitraria, pues los dos lados endurecidos en cada célula son pa- ralelos entre sí y siguen todos la dirección transversal de la hoja. Cuando la producción de cutosa es abundante, como son muchas las estrías cuticularizadas, además muy próximas y todas de igual orientación, dan á la epidermis una ligera ru- gosidad, que se percibe en algunas manchas en la base de las hojas: las células de estas manchas, además de tener sus lados cuticularizados, participan de la estructura que indicaré á continuación. Por consiguiente, en el 4. variegata encontra- mos unas células normales, otras en un principio de altera- ción, y por fin, en las que constituyen las manchas antiguas de la base de la hoja es más considerable la cutícula. En la bráctea (fis. 5) se observan también, aunque en número más limitado, gruesas é irregulares masas que permanecen inde- pendientes y algún tanto alineadas. (17) Rodriguez Risueño.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 161 Otro grado ú fase de desarrollo lo hallamos muy caracteri- zado en los 4. excavata y mollis, por ejemplo. La cutícula es más resistente y abundante: más resistente, porque forma ya una gruesa cubierta de la hoja, y más abundante, por la dis- posición que toma; efecto de la excesiva producción de mate- ria celulósica la epidermis se encoge, pero con tal regulari- dad, que forma en cada célula un saliente igual á esta en volumen, ofreciendo el corte unas veces el aspecto de una lá- mina flexuosa (fig. 18) y en otras el de una sierra (fig. 16), aunque los dientes, que pudiéramos llamar, no tienen punta aguda; la cúspide es circular, aun en aquellos que, cual los del 4. excavata (fig. 16), es el cono alargado y estrecho. En un corte horizontal de la hoja (fig. 18) es fácil ver la es- tructura y la forma del cono en las especies: en unas, como en las A. mollis y prolifera (fig. 18) es un cono poco alargado y la cúspide exactamente redondeada, de la misma forma, pero de un desarrollo mucho menor, son los mameloncitos celula- res en los 4. varieyata y plicatilis; si bien hay que recordar respecto á la primera especie lo indicado ya, que solo en las manchas antiguas presentan las células un pequeño cono del que carecen las que están en vía de crecimiento. En otras especies de que es buen ejemplo el 4. angustifolia, las elevaciones que forma la cutosa son conos de cúspide más aguda (fig. 18) y 4 la vez su base más extensa por el tamaño que adquieren en esta especie las células epidérmicas. Por fin, otro aspecto muy distinto presenta el 4. excavata (fig. 16): el vértice de la pequeña pirámide no puede llevar aquí con propiedad ese nombre, porque más bien es un casquete circu- lar colocado sobre una angostura, alcanzando por consiguien=- te más extensión el extremo que la parte inmediata inferior; esta forma, lo mismo que la oblicuidad de algunos mamelo- nes, explica la disposición con que se les ve mirados en direc- ción de su eje mayor; es decir, proyectados sobre la célula que sirve de base á cada uno de ellos. La estructura de la cutícula no es en realidad tan sencilla como parece, cuando se mira con pequeños aumentos, en cuyo caso no se distingue más que una lámina continua sobre las células epidérmicas, ondulada d aserrada, según que los sa- lientes son obtusos y á distancia unos de otros, 6 agudos y aproximados. Mirada una sección horizontal ú vertical de la ANALES DE HIST. NAT. —XVII. 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (18) hoja con un aumento de 500 diámetros, se descubre primera- mente en la pirámide una superficie desigual, erizada de los mismos accidentes que tenía la membrana celular en las es- pecies citadas como ejemplo de la segunda fase de desarrollo; por lo tanto, si la célula epidérmica del 4. distans (y sus aná- logos) tiene la superficie externa semejante á la que ofrece una célula del 4. mollis, y no se diferencia la primera de la segunda más que en la protuberancia, se infiere que las dos son en la esencia de la misma naturaleza; lo que sucede es que en el 4. mollis la producción de materia celulósica es más abundante que en el 4. distanms, y como consecuencia se va formando gradualmente un montículo en el centro de la mem- brana celular, aumentando por adición de nueva sustancia, á veces en tal cantidad, que se desprende de la célula la esferi- ta que se ha formado. Los accidentes de la superficie son escamitas triangulares, más abundantes y opacas en la base del cono que en el extre- mo; en este punto son muy pequeñas y brillantes, como en los A. angustifolia y tuberculata, 6 grandes, como fragmentos de esfera alrededor de un núcleo (4. excavata). Cuando se ve la preparación de frente (fig. 2), tratándose de una superficie con elevaciones, es necesario variar paulatina- mente la distancia focal del microscopio para examinar las partes inferiores y las superiores. En esa posición se proyecta el vértice del cono como una mancha circular y brillante aná- loga en el aspecto á un núcleo pequeño; y tanta es la seme- janza en las especies de mamelones reducidos, que á primera vista pudiera ser tomado como núcleo ese punto luminoso; en otras especies se ve claramente por su mayor tamaño y estruc- tura que no existe nada de eso. El aspecto de la proyección es efecto de la forma: si el ex- tremo del cono es agudo, es una mancha desvanecida; si, como signifiqué en el 4. excavata , el extremo es un casquete esférico sobre un cuello estrecho, en la proyección se verá un círculo perfectamente limitado (fig. 2) y rodeado de los sa- lientes triangulares. A primera vista se reconoce que la parte endurecida no lo está de igual manera: la resistencia es mayor en la faja más externa de la zona cuticularizada, que representa en espesor la mitad del total; esa zona es más clara, fija el cloruro de (19) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 163 zinc iodado con más intensidad y en ella son mayores las in- crustaciones. Se ha indicado ya que en una sección del escapo la cutícula forma una zona sinuosa alrededor (fig. 14); pero en el escapo de A. arborescens en un corte horizontal, aparece cada célula con una elevación pequeña, análoga al parecer á un tubercu- lito de la hoja; sin embargo, hay mucha diferencia: en el es- capo esas elevaciones son verdaderas estrías longitudinales y no interrumpidas, mientras que en la hoja son tuberculitos independientes cada uno colocado en su célula; y como estas son alineadas, los tubérculos forman líneas longitudinales y transversales, visibles sin ayuda de lente y muy marcadas en los bordes de la hoja del 4. attenuata. En contraposición á la parte saliente de cutícula hay otra interior colocada entre cada dos células, siendo en las espe- cies citadas un estilete sencillo, que separa cada célula de su inmediata. Por fin, hay un cuarto grado de cuticularización que puede estudiarse en aquellas especies (4. maculata, sulcata y nitida) -de hojas tersas y duras á la vez. El hecho de ofrecer al tacto una suavidad completa, asegu- ra que el microscopio no ha de descubrir en ellas la menor desigualdad externa, pero en cambio la presentan hacia el in- terior como se ve en las figuras 19 y 20. En esas hojas la cutícula es una Zona gruesa, brillante y plana, que emite robustos conos entre célula y célula, repre- sentados ya en el caso anterior por aquellas finas prolonga- ciones intercelulares. Creciendo esas partes entrantes por adi- ción de capas, la célula epidérmica es comprimida y queda formada de una parte ancha que es la base y un cuello de la longitud del cono. En el A. nitida y sobre todo en el 4. maculata, las células son más cortas y por la parte superior más anchas (fig. 20), pero en cambio los conos de cutina no penetran tanto. En la epidermis de 4. sulcata el cuello de la célula es muy largo, lo mismo que lo es el cono. El núcleo en estas células existe como un pequeño círculo colocado independientemente en el cuello ó en la base de la Célula. Dada la anchura que tiene la zona externa, al practicar una sección de m á n podrá suceder que el corte no alcance á 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20+ la cavidad celular, ó por el contrario, que sea cortada si pro- fundizamos, como se ve en las figuras 3 y 13: en el primer caso, se marcan en la preparación los contornos poligonales de las células, y una multitud de líneas paralelas que atraviesan la membrana parece que indican sus capas de crecimiento; en el segundo caso, además de los lados rectos (fig. 3), se mani- fiesta la cavidad celular como un círculo claro y una ancha zona intermedia, que ocupa la mayor extensión de algunas células; es sencillamente la parte cuticularizada. No obstante de existir núcleos son pocos los que aparecen, y la razón es obvia: si esas masas son muy pequeñas con re- lación á la cavidad celular y además sin lugar fijo de coloca- ción, al verificar un corte perpendicular á la longitud de la célula, no es fácil que en él sean comprendidos más de dos ó tres núcleos. Tratando la preparación por el cloruro zíncico iodado, y de- jando actuar el reactivo por espacio de algunos minutos, se observan dos colores distintos y ambos de gran intensidad: azul oscuro en las cavidades de las células y amarillo de oro en sus gruesas paredes, representados en las figuras 19 y 20; el primero por las celdas y el segundo por los conos entran- tes. El cambio de coloración no es brusco, porque no habien- do adquirido las capas más inferiores el mismo endureci- miento que las demás, no es tan limpio el color amarillo que adquieren. En el 4. sulcata (fis. 3) la membrana al parecer está libre de asperezas; pero en la misma sección de la especie 4. niti- da (fig. 13) las capas más interiores llevan elevaciones ondu- ladas que se dirigen hacia el interior; son, á mi modo de ver, repliegues de la misma membrana, que aumentando de volu- men por el crecimiento y encontrando grande obstáculo á su distensión en las paredes que separan las células, necesaria mente sus dobleces han de presentarse en el interior que es el lugar de menor resistencia. + Depositos de cera.—Se presenta esta sustancia en la hoja, escapo y flor bajo la forma de escamitas algo transparentes y aglomeradas, sobre todo en la unión de las células. En el es- capo, cuando no es muy abundante el depósito (fig. 4) las es- camitas se alargan , y reunidas forman cordoncitos transver- sales, flexuosos y de distinta longitud. (21) Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. * 165 En las hojas de A. prolifera, mollis, tuberculata y plicatilis, el depósito de cera es muy abundante, ofreciendo un aspecto curioso, principalmente en la última especie: la capa cérea es continua y solamente interrumpida por los tuberculitos de las células; por lo tanto, aquellos resaltan al microscopio como es- pacios claros entre la masa de cera, homogénea y poco trans- parente. as Epidermis reforzada.—Como tal podemos considerar la que recubre los aguijones y tubérculos de las hojas. En realidad las observaciones que siguen se refieren princi- palmente á las células inferiores á la epidermis ó que sirven de refuerzo, toda vez que á las epidérmicas se pueden aplicar las consideraciones que anteceden, hechas sobre la forma y disposición celular ó sobre la alteración que sufre la mem- brana. Sin embargo, es oportuno señalar algún rasgo caracteristi- co que sea común á la epidermis del aguijón y del tubérculo: las paredes celulares en los dos órganos son constantemente gruesas y provistas como la epidermis de la hoja de granula- ciones diversas é irregulares, pero no he observado sobre ella .la excrecencia orgánica que hemos señalado en muchas hojas; en el aguijón las células carecen seguramente de ellas, toda vez que no han aparecido habiendo estudiado este órgano en las distintas épocas de la vegetación. No me cabe la misma seguridad respecto á la epidermis del tubérculo por no haber hecho observaciones fuera de la estación de primavera: en esta época, dado un corte vertical en la hoja de 4. tuberculata, de modo que comprenda un fragmento de la epidermis gene- ral y á la vez la sección de un tubérculo, es fácil convencerse de que en este son las células quizá más resistentes que las mismas de la epidermis general y guardan la forma poliédri- ca de estas, pero se ve que las células epidérmicas hasta la base del tubérculo lleva cada una su pequeña excrecencia, y de pronto deja de existir en las que se elevan para cubrir el tubérculo propiamente tal. La forma de las células epidérmicas es alargada en todo el aguijón y en los lados del tubérculo, pero con una diferencia que está en armonía con la naturaleza de estos órganos: el aguijón termina en punta aguda y necesariamente las células desde la base aparecen más estrechadas en el extremo que se 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) dirige á la cúspide de aquel; el tubérculo es redondeado y-sus células superiores son poligonos cortos é irregulares. (1) Aguijones.—Merecen este nombre los apéndices agudos que presentan muchas hojas de 4 /o0es colocados en dos filas laterales y á veces en tres, por existir una intermedia que no siempre es completa. El aguijón es sencillamente un agregado de células más 6 menos numeroso y de distinta resistencia según las especies; no contienen resto alguno de los haces fibroso-vasculares que corren en dirección paralela á la del borde de la hoja, pero alejados de él, y por lo tanto de los apéndices que el borde lleva ó sean los aguijones. En una sección perpendicular al eje mayor se pone de ma- nifiesto su curiosa estructura: primeramente, la periferia de la elipse (que tal forma tiene la sección) es gruesa, y la mem- brana envía prolongaciones entre célula y célula. Esta zona se caracteriza por ser la parte más endurecida, y además la que fija con más intensidad la tintura de iodo concentrada: bajo esta consideración son notables los aguijones de los A. distans y mitreformis, porque este carácter, que las otras especies ofrecen con el iodo, lo presentan naturalmente los aguijones jóvenes y los extremos de los antiguos en las espe- cies citadas. A primera vista aparecen amarillos los aguijones de A. distans y mitreformis, y pudiera creerse que ese color residía en todo el tejido; pero colocada en el microscopio una sección horizontal ó vertical, se ve que solamente la membra- na periférica y las prolongaciones intercelulares son de un color amarillo, que forma contraste con la transparencia de las células inmediatas. Debajo de la cubierta de células externas existen dos ó tres capas de refuerzo, capas que guardan hasta cierto punto la misma disposición elíptica de la envoltura epidérmica. Las celdas son redondeadas y sus paredes adquieren tal desarrollo, que la cavidad celular queda reducida á un peque- ño círculo, que aparece hueco, como es natural, en la sección horizontal: la cavidad celular es mayor en las celdillas del centro que en las periféricas, lo cual se explica por tener en estas la membrana mayor espesor y resistencia. A veces la forma no es por completo circular, si bien en muchas ocasiones está oculta por la dirección oblicua del cor- (23) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 167 te: si este no es exactamente normal al eje del aguijón, cada célula va seguida de un espacio oscuro en uno de sus lados, el cual es debido al espesor de la membrana que se pone de manifiesto al ser cortada oblicuamente. No son tan frecuentes como en los tubérculos espacios in- tercelulares que dejan tres celdas contiguas como un pequeño triángulo, cuyos lados curvos representan las tres membranas que los forman. En aguijones de gran desarrollo (4. prolifera) se presentan en las superficies de contacto líneas. oscuras: son delgados conductos de comunicación que irradian de la célula y se di- rigen á todas las inmediatas. En un corte dado, según la dirección del eje, se presentan las líneas de comunicación como las que existen en la epider- mis del ovario representada en la fig. 9. No es difícil en- contrar entre las celdas cavidades mayores, ocupadas por un número considerable de ráfides y otras masas irregulares de igual naturaleza, toda vez que se disuelven como aquellos en .el ácido clorhídrico. En ese corte vertical aparecen exágonos largos, de paredes gruesas y conteniendo algunos granitos de fécula. Los lados de las células ofrecen poca diferencia en las especies; en los A. latifolia y mollis son rectos y la forma es un exágono estrechado en su parte superior; en el 4. prol¿fera son sinuo- sos y las células ofrecen los extremos planos; en la especie citada el aguijón es robusto, como lo demuestran los conos intercelulares y las paredes de las células, sobre todo las epi- dérmicas, que reforzadas desigualmente ofrecen el aspecto de una línea gruesa y dentada, lo mismo que sucede con las su- perficies irregulares y las crestas salientes de la membrana en el A. prolifera. El número más limitado de las capas de refuerzo y la menor consistencia de las células epidérmicas hacen que el aguijón sea flexible y transparente en el 4. atrovirens, por ejemplo. La misma estructura del aguijón tiene la zona incolora y resistente que sirve de borde á muchas hojas de 4/oes, á cuya parte están íntimamente unidos los aguijones; y es notable que el parénquima clorofílico sigue la dirección de ese con- torno, pues termina cerca de los lados de la hoja en una línea recta, y en la base de cada aguijón forma una pequeña pirá- 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) mide deprimida, que pudiera servirle como de núcleo, si pe- netrase algo más en ese apéndice; quiero significar con esto, que el parénquima clorofílico de los bordes de la hoja es en la forma un remedo del tejido tegumentario, al cual pudiera servir como de molde, si las zonas que refuerzan la epidermis en esos puntos fueran capas de parénquima clorofílico. (2) Zuberculos.—Bajo este nombre comprenderemos, ade- más de las elevaciones así llamadas en el A. tuberculata, los accidentes que adornan las hojas de otras especies, como los A.margaritifera, verrucosa, fasciata y otras; es decir, que si todas las irregularidades de la superficie de las hojas son dis- tintas en el aspecto, en la forma, volumen y colocación, con- sideraciones que suministran datos de importancia en la caracteristica de las especies, aparecen todas ellas iguales en la investigación micrográfica, cuando menos en los grandes rasgos de su estructura. No son los tubérculos en ningún caso excreciones tegumen- tarias y sin vida, como pudiera creerse, siendo suficiente para convencerse de ello observar un corte vertical, que compren- da el tubérculo y una parte epidérmica de la hoja: en él se ve que la capa más exterior del tubérculo es continuación de la epidermis general, la cual no hace más que elevarse por el crecimiento excesivo del parénquima inferior, lo mismo que se forma un grano en nuestra piel: ese parénquima lleva cé- lulas que contienen los principios necesarios para la vida. Por consiguiente, contribuyen á formar el tubérculo dos tejidos diferentes: el parenquimatoso que es, por decirlo asi, la mé- dula del tubérculo, y el epidérmico que le sirve de estuche. El epidérmico es fácil obtenerlo completo por la maceración de una hoja, toda vez que desaparece el parénquima y queda la epidermis con depresiones en la parte interna, que corres- ponden á elevaciones en la exterior y en las cuales se aloja la parte blanda; comparado este tejido con la epidermis de la hoja no presenta diferencias notables. Para verificar secciones normales al eje del tubérculo se debe principiar por separar el casquete ó parte superior, en la cual se marca la figura poligonal de las células y entre ellas algún estoma en el tubérculo del 4. vterrucosa. Profundi- zando el corte, aparecen las células circulares y con la cavi- dad pequeña, efecto del incremento de la membrana: entre (25) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 169 tres membranas queda un espacio perfectamente triangular. El tamaño relativo de los circulos varía más considerable- mente que en una sección igual del aguijón: unos ocupan casi toda la célula, porque esta tiene la membrana poco endu- recida, y otros no tienen más diámetro que el de un núcleo pequeño, lo cual nos indica que la membrana adquiere consi- derable espesor, siendo constantes los canales de comunica- ción entre unas Células y otras. No he observado cavidades intercelulares con ráfides, como son frecuentes en el aguijón; pero más que en este abundan en el tubérculo granitos de fécula en un protoplasma poco denso. A corta distancia de la cúspide llega el parénquima clorofí- lico, por cuya razón en secciones bastante superiores á la base del tubérculo se presentan ya células con granitos clorofílicos y membranas cada vez más tenues. En algunas especies (A. angustifolia y fasciata) el tubércu- lo en su parte más elevada es de un blanco puro, debido á gran número de burbujas de aire que ocupan las células in- feriores. B. Estomas.—Están repartidos por la mayor parte de los órganos, en algunos con abundancia, aunque siempre sin or- den y á veces sin orientación: es carácter constante el perma- necer independientes unos de otros y á regular distancia. Las dos células que lo forman están siempre colocadas en : el mismo plano de las epidérmicas; y, como estas son super ficiales en unos órganos y profundas en otros, por la capa de cutícula que las cubre, este cambio de posición lleva consigo diferencias notables en los estomas. Siendo de organización más sencilla los superficiales, deben ser estudiados en primer lugar, para pasar después á los más complicados. (1) Las dos células que los componen son redondeadas en su parte externa y ligeramente cóncavas en la interna; de ma- nera que al unirse y dar lugar al estoma este es en general de forma redondeada (figuras 8 y 12), y la abertura, que se marca por un rodete continuo, es más ó menos longitudinal y elíptica. Ocupan las células epidérmicas abundantes grani- tos incoloros; por la tintura de iodo diluída coloreados en azul. La forma ligeramente elíptica en las células y el ostiolo alargado unas veces y otras lineal, se encuentran en los esto- 170 P ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (26) mas del escapo, pedúnculo, bráctea (fig. 5) y parte verde del perigonio, haciendo notar, que el número en las citadas par- tes es muy escaso, principalmente en las dos primeras. Los que se hallan en la base del perigonio afectan una forma exactamente circular, y el ostiolo, comparado con los estomas del escapo, disminuye de longitud en la misma proporción que las células: el perigonio y la bráctea son las partes del vegetal que menos estomas presentan, exceptuando el fila- mento y el pistilo que carecen en absoluto de ellos. En la epidermis interna del perigonio no he hallado esto- mas en la mayor parte de las flores, aunque no puede dedu- cirse de esto un carácter negativo, toda vez que en alguna ocasión lleva estomas por el interior la parte clorofílica del perigonio.. Entre las celdillas poligonales del ovario (fig. 8) se presen- tan estomas generalmente circulares y algunos tan deprimi- dos, que la longitud del ostiolo es menor que la distancia transversal de las células; en una palabra, las células son más anchas que altas y el ostiolo es casi circular: esta forma es propia también de los estomas del conectivo (fig. 12). La disposición relativa es muy variada, asi como la orien- tación: las aberturas están dirigidas en el escapo, bráctea y perigonio paralelamente al eje de estos órganos, así como en el ovario y antera pueden tomar esa dirección ú inclinarse á - derecha é€ izquierda hasta formar su eje ángulo recto con el del órgano que los lleva (figuras 12 y 8). La disposición, relacionada con las células que los rodean, no es más fija, aunque en cada órgano se presenta siempre igual: en todos los órganos cuya epidermis es compuesta de células alargadas y colocadas en línea recta, los estomas se encuentran en esas líneas, entre dos células que limitan las extremidades del ostiolo y otras dos laterales correspondientes á las filas inmediatas (figuras 4 y 5). En el conectivo, cuando las células exagonales guardan cierto orden de colocación, la manera de quedar los estomas entre ellas es constante; pero en el ovario que existen en nú- mero más considerable que en la misma hoja, como las célu- las están distribuidas al azar, no es fijo el número de las que forman cada estoma, y parece que cada uno sirve de apoyo á una porción de celdillas que convergen en ellos (fig. 8). Sien- (27) Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 171 do necesario estudiar el ovario cuando es muy joven, es difí- cil preparar la membrana interior, y por lo tanto ver si lleva estomas: la epidermis interna de un ovario de A. arborescens (fig. 9) carecía de estos órganos, si bien, repito, no merecen alto grado de importancia los caracteres apreciados en una parte de la flor que está sufriendo continuas variaciones. Los estomas mayores son los del conectivo y algunos del ovario, ofreciendo á la vez una estructura delicada, hasta el punto de que, si la epidermis no está acompañada de algunas células clorofílicas, es necesario mirar atentamente la prepa- ración para distinguirlos, como círculos de gran tamaño que resaltan sobre el fondo verde amarillento. No he observado estomas en el corte horizontal del escapo, ya sea por la dificultad de obtener una sección completa, ó por el corto número que este órgano contiene en su epi- . dermis. (2) Como conclusión al tejido tegumentario resta exponer lo perteneciente á los estomas profundos de la hoja. La dife- rencia entre estos estomas y los anteriores no estriba en la forma de las células, pues como se ve en las figuras 3, 15, 16 y 18, es análoga en unos y otros: dos células arriñonadas, muy ricas en materia clorofílica y granos de fécula; la diferencia está en que los anteriores se encuentran al nivel de la super- ficie, y en estos, como más profundos, existe además de las células estomáticas (fig. 15) un canal de forma variada, que las pone en comunicación directa con la atmósfera. Para dar una explicación de cómo aparecen los estomas en las preparaciones de la epidermis, cuando se la estudia de frente, es preciso, en primer lugar, separar de la hoja láminas muy delgadas, ya sean certadas en dirección de sus nervios ó perpendicularmente á ellos (figuras 17 y 18). En el primer caso, es decir, en la dirección longitudinal de la hoja, siguien- do la zona epidérmica, se distinguen células de trecho en tre- cho, ordenadas por pares, de un volumen algo mayor que el de un núcleo, y por consiguiente, mucho menores que las epidérmicas como se ve en la fig. 16: entre dos de estas célu- las epidérmicas se encuentran colocadas las estomáticas con mucha simetría, y en su cavidad exactamente circular es abundante la materia clorofilica acompañada de granitos ami- láceos: sin atender á la disposición y menor volumen, sola- 172 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (28) mente por el color verde se distinguirían las células estomá- ticas de las propiamente epidérmicas. Empleando en la preparación la tintura de iodo concentra- da, adquiere el contenido de las pequeñas células un tinte azul, que si alcanza mucha intensidad permite ver claramen- te la posición de los estomas y el tamaño de sus células, las cuales aparecen como dos esferillas tangentes que tienen la misma altura de las epidérmicas, no considerando como an- chura de estas el espesor de la cutícula; es decir, que el esto- ma en este caso se compone de dos partes: las dos células que están profundas y un estrecho cañal que, á partir de estas, termina en la superficie de la hoja; el punto en que el canal aparece está considerablemente elevado de la superficie (figu- ras 16 y 18), formando un tubérculo muy análogo á los latera- les, solamente que es truncado (fig. 16). La disposición en conjunto es muy particular: como las Cé- lulas reunidas constituyen una superficie circular algo depri- mida y nace de esa depresión el conducto, que forma en la base un vientrecillo antes de estrecharse en un cuello largo, tiene el estoma en conjunto todo el aspecto de una calabacita vinatera (fig. 15). Esto es lo que se observa en la mayoría de las especies, si bien es fácil deducir que no siempre es igual el desarrollo del estoma, ni en el volumen de las células estomáticas, ni en la longitud del canal: en el 4. variegata, por ejemplo, las célu- las estomáticas son muy pequeñas, y la extensión del canal aumenta sin formar curvatura desde la base hasta la super— ficie; en el A. excavata (fig. 16), las células están profundas y de ellas parte un largo canal, que termina en la superficie formando un tubérculo; pero la abertura es un poco inferior al nivel de la cutícula, lo cual hace que limiten el conducto externo dos superficies elevadas y fuertemente endurecidas; en el 4. attenuata (fis. 18), la irregularidad aumenta, porque el canal es sumamente ancho y de lados cóncavos, que vienen á terminar al nivel de los tubérculos y están reforzados por dos prominencias (4 y b) encorvadas hacia el interior; en el A. distans el estoma es de la misma configuración, solamente que las dos prominencias, curvas en la especie anterior, son rectas y más cónicas en la especie citada. En las hojas de superficie lisa (4. nitida, sulcata, DC.), las (29) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 173 células estomáticas son muy profundas, y el canal es tan largo, que traspasa el nivel de la epidermis, terminando con dos montículos laterales (fig. 20); en todos los casos lleva cada estoma un espacio vacio debajo de sus células, 6 sea la cámara estomática muy distinta de las células inmediatas que son clorofílicas. | Conocida ya la verdadera estructura del estoma nos damos facil explicación del aspecto que presenta en una sección practicada según el plano de la epidermis. En un corte superficial (figuras 12 y 13) se presentan los estomas entre cuatro células epidérmicas, caracterizados por la forma rectangular de su grueso contorno, y por ser los huecos más pequeños que aparecen en la superficie epi- dérmica (1). Si la sección es profunda se pondrán de manifiesto las dos células estomáticas entre las epidérmicas (fig. 3). Las cuatro células que limitan la abertura del canal esto- mático no varían por su forma de las demás, y en cuanto á la consistencia esta es igual en todas, dicho en términos gene- rales; solamente en la epidermis de 4. spiralis y verrucosa las células inmediatas á los estomas están más cutinizadas, hasta el punto de que dando lugar en la superficie á cuadrados 6 espacios más oscuros, aun sin fijarse detenidamente en el es- toma, es conocida desde luego la posición que ocupa. Es difícil fijar de un modo absoluto los estomas que existen en una superficie dada; en cuanto al número relativo, proce- diendo la apreciación exacta de tal carácter de observar y comparar muchos tipos variados de plantas, y no teniendo la seguridad que da la práctica, creo más prudente exponer las siguientes observaciones: en primer lugar, la parte más abun- dante de estomas es la hoja, sin que se diferencien por esta consideración las dos superficies de ella: las partes verdes tienen más estomas que las incoloras, principalmente cuando la planta es joven; así es que en el 4. variegata las manchas lancas y jóvenes carecen de ellos, cuando ya los posee la parte verde que las limita. Las especies citadas como ejemplo (1) Aun cuando en el dibujo es oscuro el fondo del estoma está hecho con objeto de fijar su posición ; en realidad debe ser incoloro, toda vez que es hueco el canal, única parte del estoma que se alcanza en un corte superficial. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) de mayor cuticularización, y algunas otras, tienen muy pocos estomas: así, por ejemplo, en la superficie circular que llena el campo del microscopio con un aumento de 250 á 300 diá- metros, no hay más de dos ó tres estomas en los 4. spiralis y nitida, mientras que en igual superficie del A. frutescens apa- recen 8 y 17 6 20 en los 4. plicatilis y tuberculata. No he observado estomas en el filamento y pistilo, como tampoco en el aguijón y bordes cuticularizados de la hoja. TEJIDO PARENQUIMATOSO. a) Células elipsóideas 6 ligeramente poligonales. «) Con un líquido amarillo. (Conectivo). $) Solo con granos clorofilicos. (Hoja y carpelos). y) Incoloras. -+ Células pequeñas y muy unidas. (Placenta). — — grandes y flojas. (Parénquima acuoso de la hoja). b) Células cortas. (1) Paredes sinuosas. a) Solo con clorofila. (Extremo de la flor y eje de la bráctea) e) Solo con granos rojos. (Base de la flor). 7) Incoloras..... (Márgenes del perigonio y bráctea). (2) Paredes ligeramente curvas. «) Con gotas de aceite y granos clorofílicos. (Hoja). c) Células alargadas. a) Células con granos clorofilicos. (Escapo). Ss) — — rojos. (Pedúnculo y extremo del escapo). 7) Células incoloras ó con granos de almidón. Descripción del tejido parenquimatoso. Una vez descartado del conjunto el tejido tegumentario, valiéndonos de propiedades tan marcadas é importantes como las señaladas, que sin dejar lugar á confusión hacen de su estudio una parte singular y bien limitada, procede exponer en segundo lugar el llamado tejido parenquimatoso. (31) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 175 Si con la imaginación se aislan el tejido fibroso-vascular y el secretor, que existen con claridad en estas plantas, queda ocupando la mayor extensión en todos los miembros un con- junto de células, cuya nota más saliente es la vaguedad en la forma, contenido y disposición, descubriéndose no obstante de eso breves rasgos de afinidad en su organización: ese agre- gado de células le comprendo para mayor sencillez con el nombre genérico de parénquima. Como consecuencia de esta diversidad es necesario metodi- zar en cuanto pueda el asunto; y toda vez que no se sigue la marcha de describir aisladamente los órganos, establezco las agrupaciones que parecen ser más naturales, sin que cause sorpresa el ver que en un grupo determinado entran dos par- tes distintas, la hoja y el ovario, por ejemplo; aunque segu- ramente, cualquiera que fuese la combinación seguida no salvaría tal inconveniente, á no ser que estableciera una cla- sificación para cada miembro, en cuyo caso, dando entrada á el estudio individual, desaparecería el carácter general y deductivo que he propuesto guardar. La forma es el carácter elegido como principal en el adjunto cuadro, por lo mismo que es el carácter más constante; así, en la hoja siempre predomina la anchura en sus células clo- rofílicas; las del escapo y pedúnculo son alargadas, como es natural en órganos en los que predomina la longitud. El primer grupo abraza las formas circulares, las elipsói- deas y las ligeramente poligonales: no es posible separar estos tres contornos, dada la frecuencia con que de uno se pasa á los demás, ya sea el cambio insensible, como sucede en la hoja, ó ya tan brusco que alternen dos formas, por ejemplo, en el ovario la angulosa y la redondeada. En el segundo grupo están aquellas en que las dimensiones son próximamente iguales, y nunca por completo redondea- das, pero tampoco poligonales; es un grupo que enlaza si se quiere el primero con el tercero. En el último están todas aquellas células manifiestamente alargadas, prescindiendo del lugar que ocupan y de las mate- rias que contienen. La consideración del contenido, sirve para dividir los prime- ros grupos, muy complejos como es consiguiente, siendo digno de notarse que células de determinada forma y conte- 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) nido se repiten con ligeras diferencias en la serie de las espe- cies. A veces no hay un solo contenido, sino dos ó más, cual sucede en las celdillas que encierran liquidos coloreados: á primera vista se cree que ocupan estos toda la célula, pero, cuando se miran con mayores aumentos y la densidad lo per- mite, se descubren eranulaciones que parecen ser coloreadas, hasta que por la fractura de la célula el líquido se derrama y queda aislada la materia granulosa, viéndose entonces que es incolora. «) Está comprendido en la primera división el tejido que forma la mayor parte del conectivo en determinadas especies, - sobre todo en los 4. soccotrina, arborescens y macra. Es nece- sario colocar la antera dentro de la hendidura practicada en un fragmento de médula del girasol, si deseamos tener cortes finos y completos, que den idea del conjunto: de esa manera aparecen en una sección horizontal (con un aumento de 100 diámetros, para observar á la vez todo el corte), las cuatro celdas de las anteras implantadas en una masa correspon- diente al conectivo, masa que es compuesta de la epidermis tenue, como ya se ha dicho, de un sombreado central (haz fibroso-vascular), mas de un agregado celular coloreado y ho- mogéneo, ocupando el espacio que media entre la epidermis y el centro: ese es el parénquima. En la sección horizontal no hay diferencia de forma entre las células epidérmicas y las centrales; pero en un corte ais- lado del conectivo, que.sea vertical, se completa: el conoci- miento de la estructura, si bien la aglomeración de células que aparecen en el mayor número de preparaciones, efecto de lo difícil que es separar la epidermis, origina aleuna con- fusión; pero salimos de ella cuando se ve el parénquima ais- lado en determinados puntos de la preparación. En tal caso se perciben células de paredes continuamente curvas, ora formen círculos, ya óvalos ó contornos irregulares por las presiones que sufren. La falta de espacios intercelulares, por una parte, la delsa- dez de los tabiques de separación, que apenas se perciben, por otra y la uniformidad del contenido, que es un líquido de un color amarillo intenso, hacen que no se vea con clari- dad la estructura del tejido, sino solamente un fondo colo- reado sobre el que se destacan las paredes de las células epi- (33) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 17 dérmicas: fácil es, por consiguiente, al ver unas células mar- cadamente poligonales (fig. 12) y de una resistencia propor- cional á su grueso, atribuirlas propiedades que no tienen, porque el color amarillo es propio de las subepidérmicas. Si el rasurador destruye accidentalmente algunas celdillas y quedan entonces incoloras, es cuando en las que permanecen llenas se marcan las curvaturas de su contorno. El líquido amarillento lleva en suspensión multitud de gra- nitos de fécula sencillos é incoloros. En el ovario de las citadas especies hay células análogas á las descritas, aunque no con tanta constancia, siendo notable el volumen que alcanzan, casi doble del que tienen las demás células del parénquima, sin excluir las epidérmicas, que son amarillentas también en las citadas especies. Ocupan las cé- lulas de que trato la parte más interna de cada carpelo; es de- cir, un casquete que envolviendo al haz fibroso-vascular, ter- mina en la epidermis interna del mismo carpelo, describiendo una curva; en las especies restantes ni la epidermis ni el parénquima encierran este líquido amarillo, que es sustituido por materiales sólidos. $) En este grupo estudiamos el parénquima clorofílico en los carpelos y en la hoja. El parénquima de los carpelos es un conjunto de apretadas celdillas en las que disminuye la figura angulosa. Todas con- tienen, y en especial las próximas á los tres haces vasculares, eruesos granos clorofílicos, aunque varía la intensidad según la edad y la planta: en las especies A. soccolrina, arborescens y macra los granos verdes son abundantes en xantofila, y en general la clorofila es poco intensa, habiendo casos de pre- sentarse las células con un contenido granuloso casi incoloro. Los cambios de color en el ovario tienen su explicación; porque en el estado joven de estos órganos florales, lo mismo que veremos en el desarrollo del escapo, la vida es activa, la división y crecimiento de las celdillas se está verificando con energía, y en este movimiento vital los productos que aque- llas contienen han de sufrir continuas transformaciones hasta llegar á desempeñar cada uno la función á que está destinado definitivamente, ya sea la función clorofílica 6 ya la alimen- tación directa del vegetal. En la hoja se presenta muy pura la clorofila; es perceptible ANALES DE HIST. NAT. — XVIII, 12 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (34) á simple vista, seccionando la hoja en sentido longitudinal ó transversal, una zona verde subepidérmica, de poco espesor en proporción al total de la hoja, y su color no siempre de igual intensidad. Cuando se coloca una sección en el microscopio aparece la zona verde, que arranca ó parte inmediatamente de la epider- mis (fig. 19), siendo de notar la diferencia insensible que se presenta en la forma de las células: las que componen la pri- mera fila y las dos siguientes, filas que son paralelas á la epi- dermis, son elipses alargadas perpendicularmente á la direc- ción del eje foliar, y dispuestas de manera que el extremo de las celdas de una fila viene á corresponder precisamente entre dos de la fila contigua; es decir, que las filas son alternas; y como á la vez el desarrollo en volumen es próximamente igual, guardan mucha regularidad en la disposición, que puede decirse es en empalizada (figuras 15 y 19). Si son agudos los extremos de las células, porque se forman aquellos de dos lados, es más completo el contacto ú unión con las de la fila inmediata; en caso de ser ligeramente cur- vos (fig. 16) quedan huecos celulares insignificantes, que siempre se ponen de manifiesto. La disposición en empalizada se marca admirablemente en el parénquima clorofílico de las especies A. maculata y sul- cata: con tal regularidad se colocan las células paralelamente á la epidermis, que gracias á sus grandes dimensiones se percibe á simple vista un fino rayadito, que representa las filas celulares. Fuera de este corto número de filas las células restantes van acortándose, se hacen redondeadas y pierden en gran parte la disposición en líneas, á medida que se acercan a los haces vasculares. Como consecuencia de la figura circular en las células interiores, se hallan en el tejido espacios interce- lulares irregulares, que se ponen en comunicación, como se ve seccionando la hoja en varias direcciones. La sección que se hace por un plano perpendicular al eje mayor de las células da idea completa de la forma, es decir, el plano de sección es paralelo al de la epidermis: en esa sec- ción se reconoce si el elipsoide celular que se presenta en los otros cortes es 6 no exacto: si al cortarlos perpendicularmente á su eje mayor son circulares las celdas de la sección y dejan (35) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 179 pequeños espacios intercelulares, los elipsoides tienen una forma bastante regular; pero si las celdas son algún tanto cuadradas ú rectangulares (A. soccolrina), y por consiguiente no dejan pequeños espacios intercelulares, las células clorofí- licas no son de superficie completamente redondeada, sino más bien prismática. El cambio en la forma de las celdas es propiedad del mayor número de especies, aunque en algunas se marca poco y no existe en el 4. frutescens, por ejemplo, cambio que cesa en la proximidad de los haces fibroso-vasculares cuando el parén- quima clorofílico los envuelve, adquiriendo entonces una forma distinta y un contenido más variado, como indicare- mos á su tiempo. En el 4. sulcata (fig. 19) se observa con claridad el cambio brusco en la figura del parénquima; á las células subepidér- micas elipsóideas y regulares en la colocación siguen las inte- riores, ofreciendo las formas más raras y sinuosas; así es que los espacios intercelulares, grandes y numerosos á la vez, están ocupados por muchas burbujas de aire que, cuando se las mira en el microscopio, aparecen formando á la célula un borde oscuro; esas burbujas son visibles á simple vista y tan penetradas en el tejido, que aun después de permanecer una sección muchos días en glicerina, no se la ve desprovista de tal elemento. Las células clorofílicas experimentan un cambio de forma en la base de los tubérculos; en ese caso, saliendo las células de la línea clorofílica subepidérmica, se alargan hacia fuera y siguen la dirección del eje del tubérculo, si bien las básicas pierden rápidamente la clorofila, y las superiores están priva- das por completo de ese principio, con sus paredes más grue- sas; por estas razones pueden considerarse como células de refuerzo. El tamaño no siempre es igual; llaman la atención por su eran volumen las de 4. soccotrina y A. latifolia; pequeñas y «le escaso contenido en el 4. varegata; pequeñas y circulares todas en los A. spiralis y tuberculata; muy irregulares en el A. distans, y la zona verde es muy estrecha en el 4. plica- bilis. El núcleo es pocas veces perceptible en este tejido, á no ser en aquellos casos (4. variegata) de granos clorofílicos peque- 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) ños y separados, en que el núcleo es claramente visible, como la mayor masa de la célula. Es muy común la presencia de grandes cavidades en las células, que ocupan á veces por completo el hueco celular, adhiriéndose los granos clorofílicos á la pared; las vacuolas ó lagunas celulares son casi siempre circulares y desprovistas en su interior de clorofila. Puede creerse, sobre todo cuando la materia verde está en cantidad exigua y las células son re- dondas, que hay muchas lagunas celulares, y en realidad no es asi, como puede comprenderse; por delgado que sea el corte ha de llevar más de una capa de células, y si la más superior es transparente, se percibirán al través los espacios intercelu- lares que dejan las que están inmediatamente debajo, como si fueran lagunas; sin embargo, estas se distinguen del espacio intercelular en que el espacio es sinuoso y muy irregular, en tanto que las lagunas, sean grandes Ó pequeñas, unas ó va- rias, son circulares. En algunas especies (A. soccolrina y distans) no he visto la- gunas, pero quizá consista en que la planta no se encontraba en condiciones apropiadas para que se presenten. Respecto á la clorofila existe poca variación; siempre son libres los granos clorofílicos, y este es un carácter constante en las especies. En aquellas plantas ricas en esta materia, en- tre las que pueden figurar los A. attenuata, tuberculata, niti- da, etc., los granos son gruésos, limpios y de un color bastante intenso, colocados en filas de un extremo á otro de la célula cuando esta es alargada, ocupándola por completo de esa ma- nera; en las que son circulares la clorofila, ocupa general- mente el centro, ó se retira de él por aparecer las lagunas ce- lulares. En las especies poco clorofílicas los granos son muy pequeños y de un color pálido. En los granos clorofílicos de mayor volumen he notado por mucho tiempo en la masa clorofílica unos puntos, oscuros al parecer, hasta que sin duda, por una presión ejercida'sobre el cubre-objetos, se estableció un movimiento rápido en la pre- paración; con el aumento de 500 diámetros puede observarse entonces la presencia de unos cuerpos muy pequeños, elípti- cos é incoloros, que se fijan unos sobre la clorofila y otros for- man pequeños agregados, después de pasar algunos segun- dos; estos son los leucitos incoloros que se presentan en los (87) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 181 granos clorofílicos, pero no se percibe su verdadera delicadeza por el culor intenso del fondo verde sobre que Fescansan. El por qué se presentan manchas blancas en las hojas y de qué depende su intensidad, tiene explicación en este sitio, sin que podamos decir otro tanto acerca de la forma que afecta cada una de ellas, y la variada disposición que tienen en las distintas especies, y á las cuales caracterizan, pues en ellas se fundan muchos nombres especificos, como son 4. varieyala, mitida, maculata, etc. Dirigiendo el corte en la hoja de manera que se logre alcan- zar una mancha de A. /atifolia, por ejemplo, se advierte la escasez de granos clorofílicos en células redondeadas y en- vueltas por pequeñas cantidades de aire; la ausencia de mate- ria verde y la presencia de aire en los espacios aislados del parénquima, son las dos causas de formación de manchas. En la especie citada, lo mismo que en los 4. 0bscura y saponaria, están las manchas desvanecidas; son de un blanco sucio, por- que existe en las células algún granito clorofílico y el parén- quima restante no es muy abundante en esta materia. En la esencia sucede lo propio con las manchas de 4. varie- gata, la especie que las presenta mayores; el aspecto rugoso que ofrecen sabemos que es debido á las células epidérmicas. La blancura de la especie 4. nítida se debe á causas análogas; primeramente el aire está en mayor cantidad ocupando los espacios intercelulares, las células están privadas de clorofila, y por otra parte, el blanco contrasta con el color intenso que tiene el parénquima inmediato, que es muy rico en clorofila. y) Por último, en el grupo «) se comprenden otras células redondeadas ó angulosas, pero incoloras, que existen en el parénquima: son incoloras y transparentes, porque su conte- nido líquido, así como los granos que en él flotan, son inco- loros. + Las que forman en el ovario la columna central tienen la figura redondeada, marcada en el corte horizontal y mejor en el vertical, porque el corte se desgarra en los bordes, favo- reciendo el verlas cuando están aisladas. El tejido de la pla- centa y de la columna central es de celdillas numerosas, y, como á la vez no tienen trabazón alguna, es fácil separar sus partes. Los núcleos aparecen en confusión, envueltos por un protoplasma denso y granuloso como manchas circulares y 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) resplandecientes, aproximadas á las paredes. Contienen todas gruesos granos incoloros, y en corto número, repartidos por la cavidad celular, como lo están los clorofílicos en el parén- quima del carpelo. La forma de las células varía poco de unas especies á otras: el caso de mayor regularidad lo he observado en el ovario del 4. excavata: las próximas á los bordes, ó que han de llevar los óvulos, se alargan en forma de maza. La resistencia de las paredes celulares en la placenta no es pequeña, tratándose de una parte muy tierna del vegetal; y tanto es así, que nunca se desfiguran las celdillas por la pre- sión, formando esto contraste con las que se describen á con- tinuación, componentes de lo que se llama por los autores pa- rénquima acuoso de la hoja. — El nombre de este tejido alude á la gran cantidad de un jugo que llena sus numerosas Células: es sin duda ese líquido muy abundante en agua, pero contiene á la vez otros princi- pios que le hacen adquirir la consistencia de la goma. Lleva en suspensión algunos granitos de fécula y raras masas clo- rofílicas, que toman respectivamente color violado y amarillo por la tintura de iodo muy diluída. En las secciones del parénquima acuoso se presenta el cam- po surcado por multitud de líneas flexuosas, dirigidas en to- dos sentidos, y que corresponden á membranas celulares muy abundantes en celulosa; puestas por poco tiempo á la acción del cloruro de zinc iodado adquieren un intenso color violado. La confusión de líneas procede de la abundancia de células superpuestas que contiene el corte, desfiguradas por su ex- cesiva tenuidad; pero mirando detenidamente al microscopio (con un aumento de 100 diámetros) un fragmento del parén- quima, sin ejercer sobre él presión alguna, es posible distin - guir espacios cerrados, contornos que forman las líneas enfo- cadas primeramente, prescindiendo de las que aparecen en planos inferiores; se observa con ayuda de mayores aumentos, que esos espacios son exagonales, algo alargados en dirección transversal de la hoja, y ligeramente circulares los extremos de cada exagono. Fijándose en una célula y variando paulatinamente la dis- tancia focal, se dibujan otras líneas algo encorvadas, que si- guen exactamente la dirección de su contorno, y que repre- sentan otras tantas células alineadas con la primera. Esa mis- (39) Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 183 ma regularidad existe en la colocación á derecha é izquierda, hasta el punto de marcarse á simple vista el enrejado que es- tablecen las líneas de unión colocadas horizontal y vertical- mente; esto no causa extrañeza tratándose de células tan grandes, que ocupa una sola todo el campo de observación, á poco que sea el aumento empleado: son indudablemente las mayores de estos vegetales. Ofrece este parénquima otra particularidad en su contenido mineral 6 inorgánico; es por esencia el parénquima del oxalato de cal cristalizado. Al hablar de la epidermis he citado ejemplos de células en que se había depositado el oxalato de cal bajo la forma de cristales exactamente octaédricos, cristales siempre escasos y más todavía en el parénquima acuoso; pero en compensación, las agujas prismáticas de esta sustancia son abundantes en el parénquima clorofílico de la hoja y hay verdadera profusión en el acuoso de algunas especies; aunque en el parénquima clorofílico es menor el número y su presencia es más constante que en el acuoso. Las de A. prolifera y angustifolia se distinguen de otras por una multitud de líneas brillantes, que, como agujas visibles á simple vista, invaden su parénquima acuoso. Cada uno de esos estiletes Ó agujas es un largo paquete de ráfides, orienta- dos todos en dirección del eje de la hoja. Las células que los contienen son más largas y estrechas que las inmediatas, aunque también de paredes sinuosas y ligeramente estrecha- das en los bordes. Es lo general que estos prismas sean aciculares, de agudas puntas; en el A. spiralis son verdaderos prismas de base an- cha y siempre están formados en células aisladas, que guar- dan entre sí distancia proporcional, y colocadas en líneas: es segura la ausencia de granulaciones en las células que llevan ráfides, El número y tamaño varían mucho: en unas especies como en la 4. latifolia son escasos; en otras (A. sulcata y tubercula- ta) son abundantes en la hoja, en el escapo y en la flor; los ráfides son pequeños en las celdillas del ovario, por ejemplo; pero largos en la hoja y sobre todo en el 4. tuberculata ad- quieren un desarrollo extraordinario. El parénquima en las hojas varía algo en cuanto al desarro- 1841 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) llo; pero en general es muy grande en todas las especies, pues la fuerte epidermis que tienen impide la evaporación del agua contenida en él, y que pierden muy pronto al ser cortada la hoja. 8) Pasando ya al segundo grupo, encontramos células aná- logas á las anteriores por el contenido, pero diferentes en ge- neral por la forma. Son de poca longitud, algunas tan largas como anchas, pero invariablemente los lados, en vez de formar contornos circula- res 0 elipsóideos, son rectos ó sinuosos: tampoco adquieren la longitud de las últimas que se exponen, y por eso se considera este grupo como unión de los extremos, miradas las cosas de esta manera. «) Merece citarse primeramente el parénquima interepi- dérmico del perigonio y bráctea: en el eje de ambas partes, y principalmente en la base de la bráctea y cuello de la flor, se presenta un parénquima clorofílico de granos abundantes, limpios, de gran volumen y colocados de modo que llenan las células. Son estas del tipo representado en la fig. 6, ó sea la epidermis del perigonio; pero el desarrollo es mayor y las paredes aún más flexuosas, como puede verse muy bien en la flor de 4. maculata. s) Células de la misma forma pero con otro contenido ofrece la base del perigonio en todas las flores de Aloe: ese conte- nido es la materia roja que de un modo constante se presenta en granos, que flotan en el protoplasma. Comparados con los clorofílicos presentan notables diferen- cias, no ya en su naturaleza como es consiguiente, sino en su disposición y forma; esta es elíptica y con facilidad se desfigu- ran por la compresión del cubre objetos. Nunca llenan los granillos rojos la célula con la uniformidad de la clorofila; es decir, se presentan en todas las partes de la célula, pero de- jando espacios claros: se unen por sus extremos en número de cuatro ó cinco solamente, dando lugar á cordoncillos rectos, semicirculares ó sinuosos y colocados en todas direcciones. Mirando las cosas con buena voluntad se encuentra en esa disposición cierto parecido en el aspecto con algunas prepa- raciones de Bacillus. Es común que estén los granillos aisla- dos en la célula ó alrededor del núcleo, y á veces de tal modo, que cuando la masa del núcleo no es perceptible, sea por su (41) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 185 transparencia ó por no estar enfocada á la par que estos cor- púsculos, se puede fijar la posición que ocupa, merced á una corona oscura que forma la agrupación de estos cuerpos mi- croscópicos. La intensidad del color y su abundancia en las especies, va- rían notablemente con la edad: las flores jóvenes tienen un color rojo intenso, que palidece mucho cuando la flor está próxima á caer. Según observaciones hechas muy recientemente sobre este punto por D. Blas Lázaro é Íbiza, publicadas en los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT. (1), y algunas noticias aún inéditas que particularmente me han sido comunicadas por él mismo, la materia colorante roja de los A /oes es soluble en el éter, un poco más en la esencia de trementina, y más que en ningún Otro disolvente en el cloroformo; y ofrece la notable particula- ridad de que no se modifica su color por la acción de los áci- dos ni de las bases, lo cual demuestra que no es cianina enro- jecida como la generalidad de los colores rojos de las flores. y) Esta sustancia colorante roja no se presenta en las par- tes laterales de la bráctea, ni en los bordes del perigonio, que son por completo incoloros. Siendo sinuosos los lados de las células, dejan espacios intercelulares en los que el aire se aloja alrededor de la celda vegetal. 2) El parénquima, que lleva en estas plantas materias olea- ginosas y á la vez granos clorofílicos, se encuentra en la par- te interior de la hoja (fig. 19); es decir, entre el parénquima clorofílico subepidérmico y el acuoso. No se reconoce bien en un corte horizontal de la hoja, á no ser que se presente accidentalmente en la proximidad de los haces. Pero en un corte vertical (fig. 19) de la hoja llama en primer lugar la atención la naturaleza del contenido: en efec- to, el aceite se presenta en esferillas de un color amarillo ca- racterístico y con marcada refringencia. El tamaño de la gota de aceite varía mucho, según el estado de desarrollo: el mínimo puede compararse al de un grano clorofílico, adquiriendo en el caso de mayor desenvolvimiento el tamaño doble de un núcleo. (1) Actas de la Sociedad Española de Historia Natural, año 1886, pág. 21. 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) La masa oleaginosa es limpia, de un color amarillo puro cuando empieza á formarse, pero con la edad es enturbiada por finas granulaciones que penetran en su masa: en este caso las esferillas son opacas, y solamente en aquellos puntos transparentes, como son los bordes, se percibe en gran canti- dad una granulación como puntos oscuros, que es de presu- mir sean granitos de almidón, si bien no he tenido habilidad suficiente para demostrarlo, dada su pequeñez y principal- mente la posición oculta en que se encuentran. Es lo general que haya una sola gota en cada célula y que esté adherida 4 una de sus paredes; alguna vez hay reunidas dos 6 más, principalmente cuando son de pequeño diámetro. El parénquima de que se trata se halla localizado, de modo que ocupa la misma región de la hoja en todas las especies: esta región es la de los haces fibroso-vasculares, pudiendo “decir que las celdas que tienen materiales grasos forman á cada haz una envoltura externa (fig. 15). Consideradas en sí las células son cortas, de bordes más rectos que curvos y colocadas en líneas longitudinales, alter- nas entre sí. El número de estas filas no es muy grande, aun- que el desarrollo varía en las especies: las 4. soccolrina, varie- gata y latifolia se pueden citar como ejemplo de escasa sus- tancia oleaginosa, las A. tuberculata, excavata, sulcata como ejemplos de abundancia. Es muy general que el aceite y el parénquima que lo encie- rra sean abundantes en las especies de epidermis fuertes, aun- que entonces son impuras las grandes esferas que forma la materia oleaginosa: el volumen y la limpieza de la esferilla oleaginosa, guardan en este caso proporción inversa. En rigor, esto tiene un punto de enlace con el parénquima verde de la hoja, porque el principio clorofílico está aquí bien representado; pero aparte de este carácter, las células en el parénquima clorofílico son mayores y de otra forma, como se inician ya en el corte horizontal. La clorofila está dispersa por las paredes de las células, fijandose algunos granos en las gotas de aceite; y, como los bordes de aquellos aparecen oscuros, pudiera creerse ver en la esferilla una superficie reticular, cuando en realidad no hay tal cosa (fig. 19.) C) Células en que domina la longitud. — Es seguro encon- (43) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 187 trarlas en todas las partes del vegetal, aunque con distintos caracteres. a) El parénquima clorofílico del escapo (fig. 17), se com- pone de células alineadas y alternas, un poco estrechadas en las extremidades. Por medio de un corte horizontal se pone de manifiesto la disposición de este parénquima (fig. 14): debajo de la fila ex- terna ú sea la epidermis incolora, aparece una zona circular, continua, estrecha y coloreada, zona compuesta de celdas, que en el escapo viejo están comprimidas por efecto del ere- cimiento de la capa fibrosa adyacente; pero antes de llegar esa época son células ligeramente redondeadas, que dejan espacios intercelulares de poca importancia. La clorofila, ya se presente en granos óÓ ya en masas anormales cuadrangu- lares, como sucede en el escapo de 4. macra, no es tan fre- cuente como en la hoja ni el color verde es tan uniforme en todas las capas: disminuye en las interiores. Los escapos de 4. variegata y nitída, distan mucho de los caracteres asignados á las demás especies: sus células no son tan alargadas y terminan por paredes curvas que contribu- yen á formar grandes vacíos intercelulares, á la vez que au- menta la anchura de la célula; y así como en el mayor número de especies la longitud es cuádruple de la anchura, en estas alcanza el doble. En el extremo del escapo y en los órganos florales está re- presentado el parénquima descrito por células cilíndricas ali- neadas siempre y de una longitud media; es decir, las del estambre y pistilo son claramente cilindros alargados; las del pedúnculo floral son las que alcanzan menor longitud. Es tan limitada la extensión de la zona coloreada, que sola- mente está compuesta de dos Ú tres capas de células paralelas á la epidermis (fig. 14), y á las cuales siguen otras muy aná- logas al parecer, pero distintas en realidad, como que perte- necen al tejido fibroso. Es constante también la colocación de los corpúsculos en masas arracimadas centrales ó próximas á uno de los extre - mos; cuando el contenido es muy pobre, los granillos unidos en grupos de tres ó cuatro se esparcen por la cavidad de la célula. En el estambre y pistilo es lo general que ocupen este parénquima leucitos en número extraordinario; pero en los 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) órganos florales de los A. macra y arborescens, soccolrina y ez- cavata el color amarillento es debido á la gran cantidad de xantofila que tienen las celdas subepidérmicas. 6) El pedúnculo fioral adquiere un tinte rojo, merced á los granitos de ese color, que aumentan en el extremo del escapo. 7) Prescindiendo de los granitos de fécula esparcidos en corta cantidad por la planta, este principio es muy abundante en todos los órganos bajo la forma de granillos pequeños, de menor tamaño que los clorofílicos, si bien alguna vez por ex- cepción ofrecen casi las dimensiones ordinarias de un núcleo. Guardan la disposición doble de la clorofila: 6 arracimados en la célula d dispersos por sus paredes. Con aumento de 500 diámetros se consigue Dn, ade- más del borde circular del grano, otro circulito interior que le es concéntrico, más visible cuando adquiere un color rojo 6 violado mediante la tintura de iodo no muy concentrada. Las células colocadas próximas á los haces se estrechan gra- dualmente hacia los extremos que son ligeramente curvos; otras veces la terminación es una línea recta que señala la unión de dos células. El eje del escapo lo componen unas células de gran volu- men (figuras 14 y 17), prismáticas y sin contenido especial: en un corte horizontal del escapo y del pedúnculo, sobresalen las células interiores por ser las mayores á la vez que las más regulares y transparentes: son frecuentes grandes espacios intercelulares y accidentales algunos granos de clorofila. A esta división del parénquima corresponde el que forma la mayor parte de una raiz joven: este órgano se compone en un principio de una región externa, de un pequeño circulito in- terior de haces fibroso-vasculares y de un parénquima inter- medio muy desarrollado: ese parénquima está constituido de células poligonales y alineadas, un poco más largas que an- chas, llevando en su protoplasma denso granos de fécula ais- lados. El núcleo es central, pocas veces próximo á las paredes: es- tas ofrecen más resistencia que el tejido parenquimatoso de la hoja y escapo, con el cual tiene puntos de contacto el de la raíz, como son: la disposición de las células, que dejan inter valos ocupados por el aire, y el número considerable de cel- (45) Rodríguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 189 dillas llenas de ráfides, aunque no adquieren en la raíz la longitud que en las otras partes del vegetal. El parénquima descrito se colorea en azul por el cloruro de zinc iodado, lo cual demuestra que es la parte más celulósica de la raíz. En la raíz central que está ya más desenvuelta queda el pa- rénquima reducido á una zona muy exterior, si bien es cierto que habiendo aumentado el espacio reducido que ocupaba la zona fibrosa-vascular, el parénquima adquiere mucha impor- tancia entre los haces que están dispersos por todo el cuerpo de la raiz. Este tejido se conoce en un corte horizontal por la uniformidad que presentan en todas partes sus celdillas re- dondeadas: es un tejido flojo, así como en la zona exterior las celdillas están algún tanto comprimidas. TEJIDO FIBROSO-VASCULAR. Así como en los tejidos epidérmico y parenquimatoso ofre- cen diferencias las especies del género 4/o0e, bajo este punto de vista guardan un estrecho enlace y se las puede aplicar todo lo que se ha dicho en general de los haces fibroso-vascu- lares acerca de las plantas monocotiledóneas: por esta razón me limitaré á referir la disposición que tiene este tejido en las distintas partes de la planta y alguna diferencia notada en las especies. El tejido en cuestión es fácil de distinguir en todos los ór— ganos, cuando menos en su conjunto, cualquiera que sea la edad: siempre se destacan aisladas en un parénquima general- mente flojo unas masas más oscuras, debido á la aglomeración de pequeñas células y á las paredes dobles de las diferentes clases de vasos. Alguna vez se hallan los haces repartidos en el parénquima afectando gran regularidad. En la hoja ocupan el límite entre el parénquima clorofílico y el acuoso, rodeados por todas par- tes del primero, menos por la cara interna que están en in- mediato contacto del acuoso: de manera que los hacecillos no penetran en el parénquima interno de la hoja, sobre todo si la zona clorofílica está muy desarrollada; cuando es reducida (A. plicatilis) los haces tienen más puntos de contacto con la zona interna. 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) En una sección horizontal parecen ser independientes los hacecillos, y como siguen el borde interno de la zona clorofí- lica, puede decirse que en conjunto forman una elipse irregu- lar, forma que tienen la mayor parte de las hojas en la sección horizontal. Si la hoja se corta por la zona fibroso-vascular según un plano paralelo á la epidermis, se ve que los haces, aunque marchan todos paralelos al eje foliar, no son por completo in- dependientes, sino que envían finas ramificaciones horizon- tales de la misma estructura que el haz de donde proceden. - Como entre el borde de la hoja y la zona vascular media todo el parénquima clorofílico, no alcanza á los aguijones ramifi- cación alguna de los haces, debiendo ser así considerados como verdaderos aguijones. El número de hacecillos es considerable en el escapo y en el pedúnculo floral, en cuyos órganos se reparten, guardando cierta disposición circular y colocados en varias series; es de- cir, que no hay una fila única como en la hoja, sino dos ó más círculos concéntricos, siquiera no sea completa la exactitud en la colocación. Lejos de ocupar los haces todo el espesor del escapo, se en- cuentran limitados por una zona externa subepidérmica, 6 mejor dicho, colocada debajo de la zona clorofílica (fig. 14 f.); es decir, que los haces están rodeados: primero, por una zona llamada fibrosa, rodeando á esta exteriormente la clorofilica y cubriendo la clorofílica está la epidermis. En el pedúnculo sucede lo propio, solamente que la zona fibrosa no se desarro- lla ó muy poco. En el perigonio siguen generalmente tres fascículos bastan- te aproximados la dirección del eje. En una sección horizontal del estambre y pistilo se observa en el primero un haz central y continuo, así como en el pistilo son tres, correspondientes a los tres carpelos del ovario; que se sueldan y se prolongan en el estilo, cuyo eje es hueco y desprovisto de parénquima. En la raíz joven se encuentran los haces en número consi- derable, limitados en el centro y perfectamente separados los del liber de los leñosos: en la raíz principal ó central la mayor parte del diámetro está ocupado por un parénquima uniforme en el que se encuentran los haces aislados y de un desarrollo muy desigual. (47) Rodriguez Risueño.—EsTUDIO DE LOS ALOES. 191 Pibras.—En la sección horizontal de la hoja se distinguen en cada uno de los haces unas céluias de paredes en general no muy resistentes, prismáticas y colocadas entre los vasos espirales y la envoltura que forman al haz aquellas células del parénquima que contienen materias oleaginosas y cloro- fílicas (fig. 15). En un corte vertical se ven fibras de células muy estrechas y alargadas, con sus lados mayores rectos y los cortos en ge- neral oblicuos, razón por la cual sus extremidades se compe- netran: esas fibras contienen su núcleo y abundantes grani- llos de almidón. Unas veces es poco marcada la forma genuina de la fibra: sucede, por ejemplo, en el 4. soccotrina que la parte fibrosa del haz está representada por células finas, no muy largas y con los lados cortos poco oblicuos: estos caracteres tienen las fibras que acompañan á los haces en todas las partes tiernas, como son los estambres, ovario, pistilo y perigonio; debiendo advertir que en alguna ocasión, como en el ovario, se da el nombre de fibras por analogía á unas celdillas tenues, inco- loras, porque llevan protoplasma y almidón, y de extremos ligeramente Curvos. Otras veces, la resistencia algo mayor de las paredes y las agudas puntas que tienen por aumentar notablemente la in- clinación de los extremos, dan á las fibras un carácter más propio, como se observa principalmente en el escapo. Por fin, el grado de mayor complicación se encuentra en las hojas de A. spiralis, imbricata y algunas otras: en estas es- pecies llama la atención la mayor resistencia que ofrecen sus tejidos al cortarlos para ser sometidos á estudio. En la sección horizontal sobresalen por su mayor refringencia las fibras, que si bien ocupan en estas especies el mismo lugar que en las demás (fig. 75), son aquí de paredes tan gruesas que casi desaparece la cavidad interior, de la cual parten líneas de co- municación con las células inmediatas: en el corte vertical se ve que son muy alargadas y terminadas por agudas puntas. En contacto de los haces fibroso-vasculares del escapo hay siempre una zona de células prismáticas que es continua, según se deduce de una sección horizontal, y á la vez resis- tente, por el espesor considerable de las paredes celulares que se colorean fuertemente de amarillo por la tintura de iodo: 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) son células fibrosas de extraordinaria longitud, dispuestas en línea recta, y sus lados menores tienen marcada inclinación % se conservan horizontales, siendo entonces la fibra rectan- gular (fig. 17). Las membranas tienen puntuaciones irregulares en gran tantidad, que aparecen al microscopio como triángulos pe- queños y oscuros. Estas fibras, representantes de las del liber, contienen además del núcleo granitos amiláceos, y el proto- plasma en algunas está retirado á las paredes. El escapo viejo tiene una lignificación más completa, existiendo entre una y otra fibra conductos de comunicación. Siempre las fibras que ocupan la parte más externa de la zona tienen menos longitud y más anchura que las siguien- tes, aunque todas dejan estrechos canales intercelulares, cuya presencia se acusa por el aire que penetra, formando entre dos fibras un espacio oscuro de la longitud de estas, si bien natu— ralmente es casi lineal. En la sección vertical del pedúnculo ocupan el lugar de las fibras descritas unas líneas de células alargadas, aunque no tanto como en el escapo, y de lados cortos casi horizontales: á juzgar porla posición y el aspecto pueden representar las fibras de liber del escapo, aunque el endurecimiento de las paredes es incompleto, porque la materia celulósica que las incrusta, como está en corta cantidad, se deposita solamente en ciertos puntos, de modo que á lo largo de la pared de la célula alter- nan las porciones endurecidas y las nermales. En el centro de una raíz joven se encuentran las fibras envueltas por la zona de haces fibroso-vasculares: son de paredes oscuras y con puntuaciones en la membrana. Deben considerarse como fibras por su forma elíptica las células que forman la membrana intermedia de la antera (mesoteca). En una sección horizontal se ven células, á veces de gran tamaño (A. arborescens), como anchos elipsoides, co- locados unos á continuación de otros sin dejar espacios hue- cos. En el corte horizontal de la antera parece distinguirse las células fibrosas debajo de la epidermis colocadas en dos filas; pero consiste en que el corte, por delicado que sea, lleva cuan- do menos dos series de células que, al ser comprimidas por el cubre-objetos, se colocan en un plano horizontal, cuan- do en realidad estaban una sobre otra en un plano único y (49) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 193 vertical constituyendo en la antera la membrana intermedia. Las células fibrosas de la antera ofrecen claramente una espiral continua de vueltas bastante separadas: la escultura más abundante es la reticular. Vasos.—Los más abundantes en estos vegetales son las trá- queas, que se presentan en todos sus grados de desarrollo y crecimiento, reconocidas en el corte horizontal por espacios circulares y de doble borde, que existen en la parte interior de cada haz: la figura circular es generalmente algo alarga- da, y el diámetro varía de unas tráqueas á otras. En la sección vertical del escapo ó de la hoja, las tráqueas aparecen como en los demás vegetales, con las vueltas de es- pira unidas ó separadas, según el crecimiento. La dirección de la espirícula es constante: imaginando, como se supone siempre, que se observara la tráquea, colocados interiormen- te en dirección del eje, veríamos de frente pasar la espirícula de izquierda á derecha. En general, la espirícula es única, pero en algunas prepa- raciones de la hoja y escapo he contado mayor número, gra- cias á la facilidad con que se extienden en sus extremos: en el escapo de 4. nitida se observan muchas tráqueas de tres espirículas, número que es bastante frecuente en la hoja del A. plicatilis y de otras varias especies, aunque este carácter no es esencial y distintivo de unas y otras: la única vez que he visto tráqueas de cinco hilillos espirales ha sido en la hoja de A. soccolrina. En los órganos citados marchan las tráqueas sin interrup- ción hasta terminar en el extremo; pero la parte joven de estos vasos más bien se compone de células no muy largas y unidas oblicuamente por sus extremos. Las tráqueas se mar- can con claridad en un corte vertical y céntrico del ovario, en el cual se ven ascender estos vasos cerrados en paquetes que se distribuyen á lo largo del eje para terminar cada uno entre las células de los óvulos. Los vasos rayados siguen en importancia á las tráqueas, principalmente en el escapo y en la raíz. En una sección ho- rizontal se distinguen de las tráqueas por su mayor diámetro y contorno poligonal: en la raiízjoven se encuentran los haces representantes de los leñosos colocados en circulos, y todos los espacios más oscuros, que representan los vasos cortados ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 13 191 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) horizontalmente, son polígonos, lo cual nos demuestra que los vasos son prismáticos; en efecto, en una sección vertical se ve que los vasos interiores tienen mayor calibre que los externos; pero todos son prismáticos y rayados. Es muy general, sobre todo en el escapo, que afecten las rayas gran regularidad en su colocación: cada cara del prisma lleva una serie longitudinal de rayas horizontales y paralelas entre sí, pudiendo ser tenidos por esta razón como vasos pro- piamente escalariformes; otras veces la regularidad falta, no tanto en la forma de las rayas como en la colocación. Por fin, se observan en la forma libérica los vasos cribosos como largas células alineadas, llevando en uno de sus extre- mos una masa protoplásmica amarillenta, cuyo color se acen- túa por la tintura de iodo, asi como los granitos amiláceos que contienen lo toman azul. TEJIDO SECRETOR. Si la denominación de tejido se hace hoy extensiva á las células, que estando aisladas en el parénquima ó en la epi- dermis contienen alguna sustancia especial, con mayor mo- tivo puede considerarse como tejido propiamente secretor á la reunión de células que existen en los 4 loes, productoras del líquido amargo que los caracteriza. Bajo esta consideración hay notable analogía entre las es- pecies, á lo menos en lo fundamental, como es la estructura y disposición de las celdas; por esta razón puede reducirse á pocas palabras lo referente á las secreciones de estos vege- tales. En una sección longitudinal de la hoja (fig. 18) que se ex- tiende hasta la zona vascular, llaman la atención espacios largos y uniformemente coloreados, cuya dirección es para- lela á la de los vasos y fibras: esto se observa en cada uno de los haces, aunque algunas veces no sean perceptibles, ya por el espesor del corte 6 por derramarse el líquido coloreado. A primera vista pudiera creerse que esa materia colorante está contenida en las células clorofílicas que envuelven al haz (fig. 19), porque se destacan sus gruesas paredes sobre el fondo coloreado; pero en alguna sección mejor hecha por el (51) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 195 medio del haz, se deja ver que el jugo de acibar está ence- rrado en células especiales (fig. 18) unidas para formar un tejido continuo alrededor del haz fibroso-vascular. Los con- tornos de las células, que apenas se distinguen por estar ocu- padas, resaltan cuando, al destrozar en el corte la membrana celular, queda la cavidad vacia; entonces se ven Células lar- gas y en proporción anchas, de pared muy delgada y en algunos puntos sinuosa. Si bien están alineadas y en con- tacto por sus bordes, no he visto que se comuniquen, por lo menos de una manera manifiesta, toda vez que cuando el contenido de alguna se derrama, queda ocupada la inme- diata; sin embargo, pueden existir en el tabique de separa- ción perforaciones por las que en largo tiempo tuviera el lí- quido paso á la célula contigua. En el corte horizontal no podría formarse idea exacta de este tejido sin estudiar antes el vertical, porque en aquel se ven solamente las células elipsoidales y en línea curva, ro- deando á las fibras y vasos (fig. 15). La cavidad de estas está ocupada por un líquido homogéneo y de un color verde amarillento, aunque varía con la especie y edad del vegetal; tiene además otras propiedades que se no- tan al hacer las preparaciones, como son un olor fuerte y desagradable (4. arborescens) juntamente con el olor amargo característico: este es el líquido que desecado da lugar al ac!- bar de distintos caracteres, variedades y usos, cuya enume- ración no corresponde á este lugar. En general, todas las especies lo poseen, aunque algunas, como el 4. varzeyata, en muy corta cantidad. Es muy común que las especies de mucho parénquima acuoso (4. vulgaris, mollis, distans, etc.) y de epidermis poco resistente, lleven grandes células secretoras. Cuando la densidad del liquido no es muy grande, se per- cibe un número extraordinario de pequeños glóbulos que, al parecer, son de un color análogo al acibar; pero, en reali- dad, son corpúsculos incoloros de almidón, como puede verse en una célula vacía, y la que se clasifica como secretora sin más que atender á su colocación y forma, análogas á las des- critas como tales. Además se encuentra adherido á las pare- des un núcleo de proporciones ordinarias. Otra sustancia segregada en estas plantas es un líquido in- 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) coloro, de consistencia gomosa y sabor dulce, que llena el tubo del perigonio en una edad avanzada de la flor: se pro- duce en glándulas ó espacios secretores colocados en la base del perigonio y en su parte interna. No me ha sido posible dar una sección paralela al eje del perigonio sin que se des- truya por completo su parénquima delicado; solamente en cortes horizontales es fácil comprender la estructura y coloca- ción de estas glándulas. Es conveniente dar secciones á partir de la base de la flor, una vez separada esta del pedúnculo, é ir levantando láminas delgadas hasta llegar al lugar ocupado por los espacios secre- tores, que es casi la base del perigonio, en la cual, aun sin ayuda de lente, se distingue un espacio hueco en cada pieza del perigonio, del que fluye un líquido más denso en ese acto que cuando naturalmente es producido y se va depositando en la parte ancha de la flor. Se ve con ayuda del microscopio que en contacto de los haces ascendentes del perigonio y hacia su lado externo, exis- ten unas cavidades limitadas por células incoloras, cruzando solamente el interior de aquellos tabiques delgados é irregu- lares que, á juzgar por el aspecto, parecen ser de la misma sustancia gomosa que se encuentra en la glándula. Es de creer que ese mucílago proceda, como sucede en otras plan- tas, de una transformación sufrida por las paredes celulares. Esas glándulas están limitadas en su exterior por el parén- quima que lleva el pigmento sólido, el cual produce el color rojo en la flor del 4/oe. Explicación de las láminas. LÁMINA T. Pigura 1.*—Epidermis de una hoja (4. soccotrina). (200 diáme- tros.) e=estoma; 2, c=incrustación celulósica; c=célula. Figura 2."—Epidermis de una hoja (4. excavata) (id.) 2, c= incrustación celulósica; e=estoma; Cc, c=Co0no de cutosa. (53) Rodriguez Risueño.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 197 Figura 3."—Epidermis de una hoja (4. sulcata) (id.) e= esto- ma; p, c=pared celular; »=núcleo. Figura 4.* —Epidermis de escapo (4. tuberculata) (id.) n=nú- cleo; or=0xalato de cal; p=protoplasma; v= vacuola; e =estoma; b=cera. Figura 5."—Epidermis de bráctea (4. sulcata) (id). e=estoma; 7, c=incrustación celulósica. Figura 6.*—Epidermis externa del perigonio (4. maculata) (id.) p=protoplasma; »n=núcleo. Figura 1.*—Epidermis interna del perigonio /4. excavata) (id.) p=protoplasma; 2» =núcleo. Figura 8."—Epidermis exterior del ovario (4. arborescens) (id.) e=estoma. Figura 9.*—Epidermis interior del ovario (A. arborescens) (id.) Figura 12,—Epidermis de la antera (4. macra) (id.) e=esto- ma; n=núcleo; 4, p=hilos protoplásmicos. LÁMINA Il. Figura 10.—Epidermis de un estambre /4. maculata) (id.) n=núcleo; p=protoplasma. Figura 11.—Epidermis de un pistilo (4. soccotrina) (id.) 7, m =rugosidad de la membrana; e”=estigma. Figwra 13.—Corte profundo de la epidermis (4. nitida) (id.) Pp, c=pared celular; 2, c=incrustación celuló- sica; e=estoma. Figura 14.—Corte horizontal de un escapo (A. soccotrina) (id.) c, e=Células epidérmicas; p, c parénquima clorofílico; /=fibras; p, 2=parénquima interno. Figura 15.—Corte horizontal de una hoja (4. soccotrina) (id.) c, e'"=conducto estomático; d=cCcélulas esto- máticas; y=gotas de aceite; c, 4=Células de acibar; /=fibras; ¿—tráqueas. Figura 16.—Corte vertical de una hoja (A. excavata) (id.) c, c =Cono de cutosa; m=clorofila; d' cámara es- tomática; c, e'*; d, como en la figura 15. Figura 17.—Corte vertical de escapo /4A. soccotrina) (id.) c, e =Células epidérmicas; p, c' parénquima cloro- fílico; /= fibras; p, ¿parénquima interno. 198 . ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) Figura 18.—Corte vertical de una hoja (4. attenvata) (id.) c, c=cono de cutosa; c, e”; d; m; d', como en la figura 16. Figura 19.—Corte vertical de una hoja (4. sulcata) (id.) c, c= cono de cutosa; y, 4=aceite con almidón; y, mM =aceite con clorofila; m, clorofila. Figura 20.—Corte vertical de una hoja de 4. ni/da (id.) Las letras representan lo mismo que en la fig. 16. ALGAS DE AS BRA ELA ES, D. JUAN J. RODRÍGUEZ Y FEMENÍAS. (Sesión del 1. de Febrero de 1888.) Ann (CONTINUACIÓN.) CLASSIS. —ALGE£. Oro 1.—SCHIZOPHYCEZ. Fam. 71.—COCCOGONEA. Groococcus. 1. Croococcus rufescens Naegel. Binisafulla en las paredes del aljibe (Femenías). (1) Fam. 17.—HORMOGONEZ. Oscillaria. 2. Oscillaria tenuis Ag. Abrevadero de Trebeluger (Femenías). 3. O. sordida Kg. Pozo de Trebeluger (Fem.) (1) Entiéndase que todas las localidades que se citan pertenecen á la isla de Me- norca, á menos de expresarse lo contrario. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Lyngbya. 4. Lyngbya semiplena J. Ag.; Zezbleimia semiplena Kg. Puerto de Fornells. 5. L.luteo-fusca J. Ag. Fornells en poco fondo, Mayo. 6. L. polychroa Thuret; Leibleinia polychroa Menegh. Binibeca (Fem.); hacia la Mezquita sobre otras algas. 7. L.interrupta Kg.? Biniancolla (Fem.) Microcoleus. 8. Microcoleus terrestris Desm.? Pozo de Trebeluger (Fem.) 9. M. lyngbyaceus Thuret; Mydrocoleum lyngbyaceum Kg. Puerto de Mahón en Cala-Teulera; Fornells. Hypheotrix. 10. Hypheothrix Zeukeri Kg. Binisafulla en el aljibe (Fem.) 11. H., serpens. Hacia la Mezquita. Leptothrix. 12. Leptothrix rigidula Kg. Binisaida, sobre Griffithsia. 13. L. subtilissima Rabenh. Abrevadero del pozo de Biniramet (Fem.) (23) Rodriguez. —ALGAS DE LAS BALEARES. 21 Calothrix. 14. Calothrix balearica Born. et Flah. San Luis en la cisterna de Santa Magdalena, en Mayo (Fen.) 15. C. parasitica Thuret. Entre Torret y Binibeca sobre Nemalion lubricum, en poco fondo. 16. GC. crustacea Thuret. Torre den Penjat (Fem.) Rivularia. 17. Rivularia mesenterica Thuret. Hacia la Mezquita, sobre la playa. Oro 11.—CHLOROPHYCEZ.. Fam. 71. —PALMELLACEA. Cystococcus. 18. Cystococcus humicola Naeg.? Mahón, en sitios húmedos (Fem.) Palmophyllum. 19. Palmophyllum orbiculatum Thuret; 2. crassum Rabenh.? Desde poca profundidad hasta 130 metros. Binisaida; al SE. del puerto de Mahón. Palmella. 20. Palmella margaritacea Kyg.? Cabo de Favaritx, sobre Cystosira. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Porphyridium. 21. Porphyridium cruentum Naeg. Muros húmedos del muelle de Mahón, Enero. Fam. 11.—CONJUGATEAL. Cosmarium. 22, CGosmarium Meneghinii Breb. Abrevadero del pozo de Son Tretze (Fem.) Spirogyra. 23. Spirogyra communis Kg. Torrente de Sanarro en Ferrerías, Marzo. Fam. M1IT.—ULVACEA. Ulva. 24. Ulva Lactuca Lejol.: 7. latissima De Not. Abunda en el puerto de Mahón. Var. perforata. Puerto de Mahón, hacia el Cos-nou. Var. rigida; U. rigida Ag. Puerto de Mahón, en Cala-Figuera. Enteromorpha. 25. Enteromorpha compressa Grev. Mallorca.—Bahía de Palma (Burnat et Barbey.) Menorca.—Alcaufar (Fem.); Son Bou, Tirant, Se Nitja, Mez- quita, etc. (Rodríguez.) (25) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 203 Fam. TV.—CLADOPHOREZ. Conferva. 26. Conferva fontinalis Kpy.? Abrevadero de Son Tretze en San Luís (Fem.) Cheetomorpha. 27. Cheetomorpha Linum Kg. Entre la Mezquita y el Cabo negro. 28. Ch. littoreum Harv. var.? Fornells. (5) o) Ch. vasta Kg. Torre den Penjant. 30. Ch. aerea Kg. Mezquita, Pou den Carles (Rodr.); Torre den Penjat, Alcaufar (Fem.) Nora. Excluímos la Ch. implexa Kg.; citada por Colmeiro con referen- cia á Texidor, el cual clasificó por tal la Ch. aerea. Rhizoclonium. 31. Rhizoclonium rivulare Kg. Habita en las Baleares, sin expresar la localidad (Weyler). Cladophora. LLAVE ANALÍTICA DE LAS ESPECIES MARÍTIMAS DEL MEDITERRÁNEO (1). ¡ Ramúsculos terminales arqueados...... Sadono Soc hn ar dba e 2 | Ramúsculos terminales rectOS......ooooooom.o.o.. SS 5 (1) Siendo muy numerosas las especies de este género, creo conveniente publicar la llave analítica de todas las mediterráneas porque, además de las que hoy puedo citar como baleáricas, quedan no pocas por descubrir en estas islas. 201 Planta de 1-2 cm., mucosa, muy ramosa: ra- 2 músculos subpectinados........... 2000 Plantas mayores. conos. cs O ES E ' Planta amarillenta. Ramas dicotomag...... Planta verde a EPR co / Ramas dicotomas: ramúsculos aproximados, rellejost aloe e cogomo icono OIDO O aa 40 Ramas fasciculadas: ramúsculos unilatera- TES MELANIA C C E Filamentos superiores más anchos que los inferiores. Ramas di-tricotomas. Plantas LAStrSraSo. oi A la Di Filamentos superiores más estrechos que los inferiores..... coocornorccaca rca rc. riores 2-4 veces más largos que su diá- metro. Filamentos de 0,08 mm. de es- Artículos inferiores 6-10 veces más largos que su diámetro. Filamentos de 0,10-0,15 milimetros de tes peso oa a leal Artículos inferiores 6 veces, los superiores 2 veces más largos que su diámetro..... Artículos inferiores 2-3 veces, los supe- riores 6-8 yeces más largos que su diá- | : | Artículos inferiores 5-10 veces, los supe- 6 Filamentos primarios de 0,22-0,30 mm. de A E ANO Y Filamentos primarios de 0,03-0,15 mm. de ESPESA rota lean AA Artículos inferiores 6-16 veces más largos que su diámetro. Ramas fasciculadas, 8 opuestas ó verticiladas......o.o.o..... SS Artículos inferiores 1-4 yeces más largos que su diámetro....... SONS IÓ .... Artículos inferiores 5-6 veces más largos que su diámetro; los superiores muy cor- tos. Filamentos primarios de 0,05 mm., los terminales de 0,01 mm. de espesor... ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Cl. torulosa Kg. 3 Cl. falcata Harv. verd: Cl. refracta Kg. Cl. uncata Bert. Cl. corynarthra Kg. Cl. cornea Kg. Cl. celothrix Kg. Cl. repens Kg. 11 10 Cl. comosa De Not. (27) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. Artículos inferiores de 6-10 veces más latr- gos que su diámetro; los superiores 1 */,-3 veces más largos. Filamentos no ensan- chados en las articulaciones............ Artículos inferiores 8-12 veces, los superio- Filamentos ensanchados en las articula- COn total iallelS ele ololele lote Artículos inferiores 8-16 veces más largos que su diámetro. Ramúsculos de 0,09-0,11 9 res 4-6 veces más largos que su diámetro. | milímetros de espesOT...oooooooooo.... Artículos inferiores 1-2 veces, los superio- res 1 1/,3 veces más largos que su diá- MELO ODO USo dro 000 Ia ODanO Artículos inferiores 2-3 veces más largos que su diámetro. Ramas aproximadas, unilaterales: ramúsculos de unos 0,15 mm. dedes peso tant aaa rola Piro Shot / Artículos inferiores 1 */,-5 veces más lar- gos que su diámetro. Filamentos prima- rios de unos 0,11 mm ; los terminales de 0,04-0,06 mm. de espesor. Planta de 1-3 CENTIMEIOS aa > Artículos inferiores 1-3 veces más largos queliauidiameto til ao e Artículos inferiores 2-16 veces más largos ¡que Sudameris oda da ld a stes tículos superiores 1-2 veces más largos que su diámetro. Ramúsculos de unos VO0Amm de espesor oi Planta de unos 3 cm. Artículos superiores 3 veces más largos que su diámetro. Ra- mas unilaterales; las terminales de unos E bi-tricotoma, alcanzando 6 cm. Ar- 002 mms de ESPesorz. tdo eo 10 ell 12 Planta de 16-22 cm., con ramas dicoto- e mas. Artículos inferiores 6-8 veces más largos que su diámetr0.....ooooooo...-. Filamentos primarios de 0,09-0,16 mm. de | Filamentos de 0,03-0,13 mm. de espesor (1 ESPeSon q AA A o A Cl. catenata Ardiss. Cl. prolifera Kg. Cl. pellucida Kg. Cl. Hutchinsie Ke. Cl. vesiculosa Kg. Cl. ramosissima Bory. 12 13 Cl. Bertolonúi Kg. Cl. flexicaulis Kg. Cl. cristata Kg. 14 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. r (28) Filamentos primarios de 0,04-0,09 mm. de ESPesOl oooooocmorrmooomcrooncrnaorss.o. 22 Plantas amarillentas ó blanquecinas..... a j 15 14 Plantas verdes ias ales siete aleta taa 18 / Ramúsculos superiores de 0,06 0,09 mm. de | espesor. Artículos 2-4 veces más largos 15 UAM ola sio je tte 16 Ramúsculos superiores de 0,04 raramente de 0,06 mm. de diámetro............ E 17 Ramas fasciculadas. Plantas de 3-8 cm.... Cl. densissima Kg. 16 ¿ Ramas dicotomas. Planta de unos 3 cm., pulvinada........ A Cl. Meneghiniana Kg. Filamentos primarios alcanzando 0,14 mm. de espesor. Artículos inferiores 6-16 ve- ces más largos que su diámetro. Planta que alcanza it Cl. crystallina Kg. : | Filamentos primarios de unos 0,15 mm. de espesor. Artículos inferiores 3-8 veces más largos que su diámetro. Ramas, dico- Lomas tar ira elotes Cl. flaccida Kg. 17 / Filamentos primarios de 0,09 0,15 mm. de espesor. Artículos inferiores 2*/¿-5 veces más largos que su diámetro. Ramas dico- ¡(AM bado OPE O Cl. lutescens Kg. Filamentos primarios de 0,09-0,11 mm. de espesor. Artículos inferiores 2-4 veces más largos que su diámetro. Planta que alcanza 30 em., con ramas alternas y uni- laterales ata ota ES ads Cl. gracilis Kg. Ramas alternas. Artículos inferiores 4-6 ve- 18 ces más largos que su diámetr0......... 19 Ramas dicotomas, tricotomas Ó opuestas... 20 Filamentos primarios de 0,16 mm.; los ter- minales de 0,07-0,09 mm, de espesor.... Cl. brachyclona Mont. Filamentos primarios de 0,11 mm.; los ter- minales de 0,05 mm. de espesor........ Cl. ovoidea Kg. 1 / Artículos inferiores 8-10 veces más lar vos que su diámetro. Filamentos prima- rios de 0,16 mm. de espesor. Planta de unos LOC ae ASS Cl. ramulosa Menegh. 20 (29) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 27 ge Artículos inferiores 3-8 veces más largos - QUE AMetrO O aro se an a o / Filamentos primarios de 0,15 mm. de espe- sor, Artículos inferiores 5 veces más lar- | gos que su diámetro. Ramas terminales densas, conglomeradas....o.o.o.o......-. Filamentos primarios de 0,15-0,16 mm. de espesor. Artículos inferiores 3-8 veces más lareos que su diámetro. Planta de SAO o oo oo rVooo'o oa ao GbOOR Filamentos primarios de 0,13-0,15 mm., los terminales de 0,07-0,09 mm. de es- 21 pesor. Artículos inferiores 3-6 veces más largos que su diámetro. Planta de 3-5 CENTIMOS ls fla Filamentos primarios de 0,11-0,15 mm.; los terminales de 0,07-0,09 mm. de espe- sor. Artículos inferiores 2-5 veces más largos que su diámetro. Planta de 1*/,-8 CMUIMEIO tala iaiiaistss E Filamentos primarios de 0,09-0,11 mm.; los terminales de 0,05-0,07 mm. de espesor. Artículos inferiores 3-4 veces más largos Ue Udo taa als MElantaver desata alalstetale dois) siete / Plantas amarillentas ó blanquecinas....... / Ramas alternas. Artículos inferiores 2-4 ye- ces más largos que su diámetro. Fila- mentos primarios de 0,07 mm.; los ter- 23 minales de 0,04-0,06 mm. de espesor. Blanta dea a Sale Ramas bi-tricotomas. Artículos inferiores y 6-8 veces más largos que su diámetro.... / Filamentos primarios de 0,09 mm., los su- periores de 0,04-0,05 mm. de espesor. ) Plantar di MA O a totales lol 137 Ñ 15) Filamentos primarios de 0,07 mm.; los su- periores de 0,03 mm. de espesor........ /[ Planta poco ramosa, con ramas muy largas. Artículos inferiores 4-10 veces más lar- z 208 QUe RU UAMEetLO.taooc oa a ote Planta, muy TamosaJ. elas ena 2. SS Cl. conglomerala Kg. Cl. fuscescens Kg. Cl. e] heteropsis Kg. Cl. utriculosa Kg. Cl. opposita Kg. 23 25 Z Cl. arcta Kg. Cl. rupestris Kg. Cl. Rudolphiana Harv. Cl. liniformis Kg. 26 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) / Filamentos primarios de 0,09 mm. de espe- | sor. Artículos inferiores 4-8 veces más lar- 287 —gos.que Su diAmeio on... on IS Cl. flavovirens Kg. / Filamentos primarios de 0,04-0,07 mm. de CsPEsOn SUIS OR 09606 > 27 / Ramas fasciculadas. Artículos inferiores 4-6 veces más largos que su diámetro. Fila- mentos primarios de 0,04-0,06 imm.; los . superiores de 0,03-0,04 mm. de espesor. 27 Plantasolalca o ios NE . Cl. glaucescens Kg. Ramas alternas y unilaterales. Artículos in- feriores 2-3 veces más largos que su diá- MA sU0voVD0Londondonós 56 28 Ramas di-tricotomas, ú opuestas, ó alternas. 29 Filamentos primarios de 0,05-0,08 mm. de espesor. Planta de 10-14 cM........... . Cl. letevirens Kg. Filamentos primarios de 0,05 mm. de espe- soreBlanta de dc cat Oc . Cl. lepidula Mont. / Ramas di-tricotomas. Artículos inferiores 4-8 veces más largos que su diámetro. Filamentos primarios de 0,07 mm.; los superiores de 0,03 mm. de espesor...... Cl. nitida Kg. 29 ( Ramas dicotomas, opuestas ó alternas. Ar- tículos inferiores 2-6 veces más largos que su diámetro. Filamentos primarios de 0,04 mm.; los superiores de 0,02 mm. de eSpesOl....oooccorcrrsacor gano cono Cl. albida Kg. SECT. lI.— AGAGROPILA. 32. Cladophora repens Kg. Se Nitja, en poco fondo. 33. Cl. Meneghiniana Kg. Binisaida (Rodr.); Biniancolla (Fem.) SECT. TI.—EUCLADOPHORA. Especies marítimas. 34. Cl. prolifera Kg. Puerto de Mahón, en Cala-Tenrera; Mezquita; entre Fornells y Tirant; Se Nitja (Rodr.); Binisefulla (Fem.) 36. 39. 40. 4]. 42. 43. 44. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 209 C1. pellucida Kg. Alta mar, hacia la Mola á 40 m. de profundidad. Cl. ramulosa Menegh.; C/. catenata J. Ag. non Kg. Alcaufar (Fem.). Cl. utriculosa Kg. Fornells. Cl. lestevirens Harv.; Cl. utriculosa Kg. var.? Puerto de Mahon, Mezquita, Se Nitja (Rodr.); Biniancolla, Torre den Penjat (Fem.). Cl. falcata Harv. var. hami/era; Cl. hamifera Zanard. herb. Biniancolla (Fem.). Cl. crystallina Kyg.? Cala-Mezquita, Se Nitja. Cl. lutescens Kg. Torre den Penjat, Alcaufar (Fem.); hacia la Mezquita (Rodr.). Cl. gracilis Kg. Puerto de Mahon, en los andenes (Fem.). Especies acuáticas, Cl. crispata Kg.? Mahon en aljibes (Fem.). Cl. lacustris Kg. San Luís, en abrevaderos (Fen..). Anadyomene. Anadyomene flabellata Lamx. Encuéntrase sobre las playas después de fuertes vendabales: Freus, Mezquita, Macá. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Valonia. 46. Valonia ZEgagropila Ag. Se Nitja. 47. V.utricularis Ag. Puerto de Mahon en Cala Teulera. Fam. V.—SIPHONEA. CUADRO SINÓPTICO DE LOS GENEROS. Fronda compuesta de un tallo cilíndrico rastrero y de ra- mas foliáceas. Zoosporas procedentes del protoplasma de las ramas........ O LO ONO Fronda filiforme, unicelular, ramosa. Zoosporas biciliadas, observadas/en pocas: especies iaa e AOS Fronda filiforme, unicelular, ramosa. Zoosporas plurici- Hadas TA A ISO boO oo bo obio Fronda compuesta de filamentos unicelulares, reunidos EN AMAS MES atalaiatls os Bronda plana klabeliforme tios tala ass See DeL Fronda comprimida, articulado-prolífera, raAMO0SA......... Fronda esponjosa, compuesta de un eje continuo y de ramas pertéricas articuladas rate lalola as e o Fronda agariciforme, estipitada. Estipe monosifonio arti- culado: ramas terminales radiantes.....oo.ooo.... Son Caulerpa. 48. Caulerpa prolifera Lamx. (32) Caulerpa. Bryopsis. Derbesia. Codium. Udotea. Halimeda. Dasycladus. Acetabularia. Abundantísima en el puerto de Mahon, siendo vulgarmente cono- cida con los nombres de Herba napoletana y Camarotja de la mar. Bryopsis. 49. Bryopsis muscosa Lamx. Alcautar, Fornells. (83) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 211 50. Br. cupressoides Lamx.; 57. adríatica Menegh. Son Bon, en poco fondo, 51. Br. plumosa Ag. Andenes del puerto de Mahón. Derbesia. 52. Derbesia Lamourouxii Solier; Bryopsis Balbisiana Lamx. Fornells (Rodr.); Torre den Penjat (Fem.). 53. D. marina Solier; Bryopsis tenwissima De Not. Fornells á flor de agua. Codium. 354. Codium tomentosum Ag. Alcaufar sobre la playa: alta mar hacia la Mola á 48 m. de pro- fundidad. Var. elongatum; C. elongatum Ag. Abunda en alta mar en las costas de Menorca á 90-100 m. de profundidad. 50. UC. adheerens Ag. Entre la Mezquita y el Cabo negro. QU O» C. Bursa Ag. Puerto de Mahón, Mezquita sobre la playa. Udotea. 57. Udotea Desfontainii Decne.; P/labellaria Desfontainii Lamx. Desde flor de agua hasta 120 m. de profundidad, sobre suelo Arenoso; Binisaida; Fornells; Se Nitja; alta mar al SE. del puerto de Mahón. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (0 1 — o Halimeda. 58. Halimeda Tuna Lamx. Pou den Carles, Tirant, Se Nitja (Rodr.); Rafalet (Fem.), Dasycladus. 59. Dasycladus claveeformis Ag. Mezquita, Se Nitja, casi á flor de agua. Acetabularia. 60. Acetabularia mediterranea Lamx. Sobre suelo arenoso: Puerto de Mahón en Cala-Teulera, Torre den Penjat, Alcaufar (Fem.), Binisaida (Rodr.). Fam. V/.—0OSPOREA. CEdogonium. 61. CEdogonium ..... Abrevaderos en San Luís (Fem.). Oro 111.—PHO5OPHYCEZE.. Fam. 71.—DIATOMEA. Trib. 1.—RAPHIDEA, CYMBELLEAH. 62. Amphora Grevilleana Greg.—Isla de Cabrera (So- derlund) (1). 63. A. Groeffii Grun.—Idem, id. (1d.) 64. A. spectabilis Greg.—Idem id. (Id.) (1) Todas las diatomeas recogidas por Mr. Soderlund en las inmediaciones de la isla de Cabrera, fueron determinadas por Mr. Grunow. 95. y9: Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 213 . formosa Cleve.—Isla de Cabrera (Soderlund). . Ccrassa Greg. var.—Idem id. (Id.) Proteus Greg.—Idem id. (Id.) robusta Greg.—Idem id. (Id.) . marina W. Sm.—Idem id. (Id.) Ergadensis Greg.—Idem id. (Id.) lineata Greg.—Idem id. (Id.) constricta Grun.—Idem id. (Id.) cymbitera Greg.—Idem id. (Id.) dubia Greg.—Idem id. (Id.) cingulata Cleve.—Idem id. (Id.) acuta Greg.—Idem id. (Id.) acutiuscula Ko.—Mahon (Rodr.) ostrearia Breb.—Isla de Cabrera (Soderlund). cuneata Cleve.—Idem id. (Id.) exserta Grun.—Idem id. (Id.) truncata Greg.—Idem id. (Id.) arcuata Schm.—Idem id. (Id.) binodis Greg.—Idem id. (1d.) . eunotizssformis Grun.—Mahón (Rodr.) rr rr NAVICULEA. Mastogloia apiculata Sm.—Puerto de Fornells (Ro- dríguez.). Stauroneis amphoroides Grun. — Isla de Cabrera (Soderlund). Navicula directa Ralf. —Idem id (Id.) . pennata A. Schm.—Idem id. (Id.) . leptostauron Grun.—Idem id. (Id.) carinifera Grun.—Idem id. (Id.) Lyra Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . Hennedyi Greg. var.—Idem id. (Id.) abrupta Grev.—Idem id. (Id.) Sandriana Grun.—Idem id. (Id.) . Exsul A. Schm.—Idem id. (Id.) forcipata Grev.—Idem id. (Id.) Smithii Bréb. var.—Idem id. (Id.) . fusca Greg.—Idem id. (Id.) « lineata Donk. var.—Idem id. (1d.) A a EN ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (36) 2, . Entomon Ehrb. var.—Isla de Cabrera (Soderlund). Kutzingii Grun.—Idem id. (Id.) . gemmata Grev.—Idem id. (Id.) . gemmatula Grun. var.—Idem id. (Id.) dalmatica Grun.—Idem id. (Id.) . tubcincta A. Schm.—Idem id. (Id.) nitescens Greg.—Idem id. (Id.) Crabro Ehrb.—Idem id. (Id.) guttata Grun.; A. Schm. atl. 46, fig. 10.—Idem id. (1d.) . Powellii Lewis.—Idem id. (Id.) . Lorenziana Grun.—Idem id. (Id.) Musca Greg.—Idem id. (Id.) . Liber Sm.—Mahón (Rodr.) Var.—Isla de Cabrera (Soderlund). . elongata Grun.—Idem id. (Id.) . Cancellata Donk.—Idem id. (Id.) . Claviculus Greg.—Idem id. (Id.) . Compressicauda A. Schm.—Idem id. (Id.) . Crucifera Grun. V. apiculata Greg. var.?—Idem TOA (de) N. plicatula Grun.—Idem id. (Id.) N. Castracanei Grun.—Idem id. (1d.) N. Soderlundii Cleve.—Idem id. (Id.) Schizonema mixacanthum Menegh.; J/icromega mzacanthum Kg.—Alta mar en la costa Sur de Me- norca (Rodr.) Sch. medusinum Menegh.; Micromega medusinum Kg.—Alta mar en la costa de Menorca (Rodr.) Sch. humile Ky.—Menorca hacia el Cabo de Fava- ritx, 4 24 m. (Rodr.) Pleurosigma Balticum Sm.—Isla de Cabrera (So- derlund). P1. Wansbeckii Donk.—Idem id. (Id.) Pleurosigma dalmaticum Grun.; 2. decorum Sm. var.?—Idem id. (Id.) Pl. speciosum Sm.—Idem id. (Id.) Pl. obscurum Sm.—Idem id. (Id.) Pl. balearicum Cleve et Grun,; P. strigilis Sm. var.? —Idem id. (Id.) ZZZZZ ZZZZ ZZZZAZZZZ (37) 130. 131. 132: 133. 134. 135. 136. 137. 138, 139. 140. 141. 142. 143. 144. 145. 146. 147. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 215 Pl. subrigidum Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). Rhoicosigma mediterraneum Cleve,—Idem id. (Id.) Rh. robustum Grun.—Idem id. (Id.) Rh. Reichardti Grun.—Idem id. (Id.) Toxonidea balearica Cleve.—Idem id. (Id.) Amphiprora plicata Greg.—Idem id. (Id.) A. lepidoptera Greg.—Idem id. (Id.) A. balearica Cleve et Grun.; 4. sulcata O. Mear. var.? —Idem id. (Id.) A. elegans Greg.—Idem id. (Id.) A. guarnerensis Grun.—Idem id. (Id.) Auricula Amphitrites Castracane.—Idem id. (Id.) A. complexa Grun.; Amphiprora compleza Greg.— Idem id. (Id.) ACHNANTHEA!. Achnanthes exilis Kg.—Menorca, en San Luís (Fem.) A. brevipes Ag.—Mahon (Rodr.) A. longipes Ag.—Idem (Id.) A. Danica Grun.; Cocconeis danica Flog.; Ach. hete- ropsis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). COCCONEIDE ZE. Orthoneis splendida Grun.; Cocconeis splendida Greg. —Isla de Cabrera (Soderlund). O. fimbriata Grun.; Cocconeis fimbriata Brig.—Idem idem (Id.) O. ovata Grun.—Idem id. (Id.) Cocconeis molesta Kg.—Menorca, en la Mezquita y Fornells sobre Zynagbya (Rodr.) C. lamprosticta Gres.?—Isla de Cabrera (Soderlund). C. Scutellum Ehrb.—Mahón (Rodr.) GC. helvetica Naegel.; C. scutelliformis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). C. granulifera Grev.—Idem id. (Id.) C. pseudomarginata Greg.—Idem id. (Id.); Mahón (Rodríguez). . C. costata Greg. var.—Isla de Cabrera (Soderlund). ANALES DE HISTORIA NATURAL, (38) C. Arraniensis Grev. —Isla de Cabrera (Soderlund). C. Lorenziana Grun.—Idem id. (Id.) C. dirupta Greg. var. flexella Grun.—Mahón (Rodr.) Trib. T11.—PSEUDO-RAPHIDE4, FRAGILLARIEA. Plagiogramma interruptum Grev.; Denticula in- terrupta Greg.—Isla de Cabrera (Soderlund). Plagiogramma pygmzeum Grev.—Idem id. (Id.) Pl. pulchellum Grev.—Idem id. (Id.) Dimerogramma minor Ralf.—Idem id. (Id.) D. Williamsonii Grun.; €/yphodesmis adriatica Cast. —Idem id. (Id.) D. Fluminense Grun.—Idem id. (Id.) D. distans Ralf. —Idem id. (Id.) Rhaphoneis nitida Grun.—Idem id. (Id.) Rh. Surirella Grun.—Idem id. (Id.) Synedra fulgens Sm.—Menorca, en Binidali (Rodr.) S. robusta Ralf. —Isla de Cabrera (Soderlund). S. Baculus Greg.—Idem id. (1d.) S. undulata Greg.—Idem id. (Id.) Sceptroneis marina Grun.—Idem id. (Id.) Licmophora CEdipus Grun.—Mahón (Rodr.) L. tenella..... Rhipidophora tenella Kg.— Menorca en Binisaida (Id.) L. oceanica.....; Rhipidophora oceanica Kg.—1Idem id. (Rodr.) L. tenuis Grun.—Menorca hacia la Mezquita (Id.) Podosphenia dalmatica ..... : Rhipidophora dalma- tica Kg.—Idem id. (Rodr.) Podocystis adriatica Kg.—Isla de Cabrera (Soder- lund); Menorca hacia la Mezquita sobre Zynmybya (Rodr.) (39) We 180. 181. 182, Rodríguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 217 TABELLARIE A, Grammatophora oceanica I'hr)l.--Mahón (Rodr.) Hyalosira delicatula Kg.—Menorca en Mahón, For- nells y Se Nitja, sobre otras algas (Rodr.) Rhabdonema adriaticum Kg.—Mahón (Rodr.) SURIRELLLE AZ. Surirella fastuosa Ehrb. var. lepida Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). Var. subcuneata Grun.—Idem id. (Id.) Var. panduriformis Grun.—Idem id. (Id.) S. japonica A. Schm.—Idem id. (Id.) S. intercedens Grun.—Idem id. (Id.) S. Baldjickii Norm.—Idem id. (Id.) S. lata Sm.—Idem id. (Id.) Campylodiscus mediterraneus Grun.—Idem id. (Idem). . limbatus Bréb.—Idem id. (Id.) adriaticus Grun.—Idem id. (Id.) Lorenzianus Grun.—Idem id. (Id.) . Ralfsii Sm.—Idem id. (Id.) balearicus Cleve.—Idem id. (Id.) . Thuretii Bréb.—Idem id. (Id.) . subangularis Schm. atl. 18, figuras 5 y 6.—Idem idem (Id.) Nitzschia marginulata Grun.—Idem id. (Id. . ocellata Cleve.—Idem id. (Id.) . panduriformis Greg.—Idem id. (Id.) . lata Wit.—Idem id. (Id.) . angularis Greg.—Idem id. (1d.) . guarnerensis Grun.—Idem id. (Id.) . spathulata Bréb.—Idem id. (Id.) Smithii Ralf. —Idem id. (Id.) . insignis Greg. var. mediterranea Gran.—Idem id. (Idem). Var. spathulifera Grun.—Idem id. (Td.) LO A OO a NC EIA MA ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) N. fluminensis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). N. Sigma Sm. var. ¿ntercedens Grun.—Idem id. (Id.) Var. consimilis Grun.—Idem id. (Id.) N. valida Cleve et Grun.—Idem id. (Id.) N, punctata Sm. var. elongata Grun.—Idem id. (Id.) Var.? coarctata Grun.—Idem id. (Id.) N. angustata Sm. var. marina Grun.—Idem id. (Id.) Trib. I11.—CRYPTO-RAPHIDEA4. CHATOCEREA. Melosira Westii Sm.—Isla de Cabrera (Soderlund). M. mediterranea Grun.—Idem id. (Id.) | M. sulcata Kg.—Idem id. (Id.) Podosira hormoides Mont. var.—Idem id. (Id.); Ma- hón (Rodr.) Endictya oceanica Ehrb.—Idem id. (Id.) —Idem id. (Rodr.) BIDDULPHIE 4. Anaulus mediterraneus Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). Cerataulus Smithii Ralf.—Idem id. (Id.) Triceratium Favus Ehrb.—Idem id. (Id.) Tr. punctatum Brigh.—Idem id. (Id.) Tr. parallelum Grev.—Idem id. (Id.) Tr. dubium Brigh.—Idem id. (Id.) Tr. spinosum Bail.—Idem id. (Id.) Tr. repletum Grev.—Idem id. (1d.) Tr. balearicum Cleve et Grun.—Idem id. (Id.) Tr. antediluvianum Grun.; Amphitetras antedilu- viana Ehrb.—Mahón (Rodr.) Tr. arcticum Brigh. var.—Mahón (Id.) Biddulphia pulchella Gray.—Isla de Cabrera (So- derlund); Mahón (Rodr.) B. Mobiliensis Bail.—Idem id. (Id.) B. regina Sm.—Idem id. (Id.) B. Tuomeyi Bail.—Idem id. (Id.) (41) 929, 230. 231. 232. 233. 234. 235. 236. 231. 238. 239. 240. 241. 242, 243. 244. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 219 EUPODISCEA, Auliscus sculptus Ehrb.—Isla de Cabrera (Soder- lund). HELIOPELTE 4. Actinoptychus vulgaris Schum.—Idem id. (Id.) A. adriaticus Grun.—Idem id. (Id.) A. undulatus Ehrb.—Idem id. (Id.) ASTEROLAMPREA» Asteromphalus flabellatus Bréb.—Idem id. (Id.) COSCINODISCEA. Actinocyclus Ralfsii Sm.—Idem id. (Id.) A. subtilis Ralf.—Mahón (Rodr.) Hemidiscus cuneiformis Wall. — Isla de Cabrera (Soderlund). Coscinodiscus nitidus Greg.—Idem id. (Id.) . Aiplostictus Grun.—Idem id. (Id.) asymmetricus Grun.—Idem id. (Id.) excentricus Ehrb.—Idem id. (Td.) . lineatus Ehrb.—Idem id. (Id.) . radiatus Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . Oculus-Iridis Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . stellaris Roper.?—Idem id. (Id.) MO FQIOOIOTO Fam. 717.—PHAOSPOREA. CUADRO SINÓPTICO DE LAS TRIBUS. A.—Zoosporangios ¿somorfos, uniloculares, acompañados de paranemios, 1. Zoosporangios reunidos en soros. Fronda foliacea, estipa ds o AA onto o ge A lle Laminariece. 22 _ ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) 2. Zoosporangios reunidos en soros. Fronda tubulosa, vesiculosa ió crustáceos cotos ob) AS PO ROCOC cele: 3. Zoosporangios desarrollados en receptáculos espe- ciales. Fronda cilíndrica Ó comprimida, ramosa... Sporochnece. B.—Zoosporangios isomorfos, pluriloculares. 1. Zoosporangios moniliformes, desarrollados en la parte interna de los filamentos verticilados que revisten la fronda. Esta es filiforme y provista de unieje articnlado: OIEA aa oa oras A UATOCIO Ie 2. Zoosporangios subcilíndricos, formando un estrato continuo en la superficie de la fronda, ó agrupados en soros puntiformes. Fronda tubulosa ó foliácea. Seytosiphonec. (" —Zoosporangios dimorfos, los unos uniloculares y los otros pluriloculares. 1, Zoosporangios acompañados de paranemios, y re- unidos en soros tuberculiformes. Fronda filiforme CINTIA LL. ta e o ss a e IO POr e 2. Zoosporangios acompañados de paranemios, desarro- llados sobre filamentos. periféricos. Fronda cilin- drácea ó globosa, inarticulada.......o........... . Chordariec. 3. Zoosporangios laterales. Fronda filiforme, articu- lada; monisionia. ela ola palo loto CL CO pete 4. Zoosporangios laterales. Fronda articulada, polisifo- nia en la parte inferior, monosifonia y esfacelada Caos apical ao algoleies OMA ce lane D.—Zoosporangios isomorfos 6 dimorfos, formando soros en la superficie de la fronda. Anteridios parecidos á los zoosporangios pluriloculares. Fronda plana, orbicular, flabeliforme ó dicotoma...... CUE rele, Trib. 1, —LAMINARIA. Laminaria. 245. Laminaria brevipes Ag. Alta mar desde 45 á 130 m. de profundidad, generalmente sobre fondo de arena: al SE. del puerto de Mahón, hacia la Mola, Capifort, Adaya, Cabo de Favaritx.—Fructifica en Setiembre y Octubre. 246. L. Rodriguezii Bornet. Alta mar desde 85 á 150 m., sobre fondo pedregoso: en las cos- (43) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 221 tas S., E. y N. de Menorca, abundando al SE, del puerto de Mahón, y siendo vulgarmente conocida esta especie con el nombre de fulls de col. —Fructifica en Abril, Mayo y Junio, Trib. 11.—ASPEROCOCCEA. Asperococcus. 247. Asperococcus bullosus Lamx.; Zanard. Icon. Phyc. TOD xa Desde poco fondo hasta 48 m. de profundidad: Puerto de Mahón, Alcaufar, hacia la Mola, Cabo de Favaritx, Isla de Colom.—Fructi- fica en Setiembre, Striaria. 248. Striaria attenuata Grev. Desde 15 á 90 m.: Puerto de Mahón hacia Uala-Figuera, alta mar al SE. del mismo puerto. Trib. T11.—SPOROCHNEA!. Sporochnus. 249. Sporochnus pedunculatus Ag. Hacia Alcaufar y la Mola á 48 m. de profundidad.—Fructifica en Julio, Agosto y Setiembre. Carpomitra. 250. Carpomitra Cabrere Kg. var.? De 48 á 100 m. de profundidad, hacia la Mola, Binisafulla y Son Bou.—Fructifica en Noviembre, Diciembre y Enero. Observación. La planta de Menorca ofrece caracteres espe- ciales: la fronda es enteramente cilíndrica; y el fruto, llamado axidio por Zanardini, es piriforme y carece de cabellera du- 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) rante el período de la fructificación. Cuando esta ha termi - nado y se han desprendido del receptáculo todas las esporas y paranemios, el eje del fruto queda desnudo y se prolonga extraordinariamente, llegando á alcanzar un centímetro: en- tonces es cuando aparecen y se desarrollan en la extremidad del eje los pelos confervoideos llamados cabellera. El distinguido algólogo M. Bornet, á quien he consultado esta planta, opina que puede constituir una variedad, pero que no puede considerarse como especie distinta; fundándose especialmente en que los ejemplares procedentes de Cádiz, tienen la fronda mucho menos ancha que los de las costas de Inglaterra y de Bretaña, viniendo á ser intermediarios entre estos últimos y los del Mediterráneo que tienen la fronda en- teramente cilíndrica. Nereia. 251. Nereia filiformis Zanard.; Sporochmus fliformis J. Ag. Alta mar, de 24 4 50 m.: hacia Alcaufar, la Mola, Adaya é Isla de Colom. Trib. IV.—ARTHROCLADIEZ. Arthrocladia. 252, Arthrocladia villosa Duby. De 48 á 145 m. de profundidad: puerto de Mahón, hacia la Mola, Alcaufar, Binisafulla.—Fructifica en Setiembre. Trib. V.—SCYTOSIPHONEA. Scytosiphon. 253. Scytosiphon lomentarius Endl. Menorca.—Puerto de Mahón en Cala-Teulera (Fem.); Se Nitja (Rodr.) Ibiza.—(Texidor.) (35) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. Hydroclathrus. 254. Hydroclathrus sinuosus Thuret; Asperococcus si- nuosus Bory. Mallorca.—Bahía de Palma (Burnat y Barbey.) Menorca.—Abunda en poco fondo: puerto de Mahón, Cala de San Esteban, Binisaida, Fornells. Trib. VI.—STILOPHOREZ. Stilophora. 255. Stilophora rhizodes J. Ag. var. adriatica J. Ag. Desde flor de agua hasta 90 m.: puerto de Mahón, Fornells, Se Nitja, Binisaida. 256. St. papillosa J. Ag. Alta mar hacia Alcaufar, á 48 m. de profundidad. Rara. Trib. VII.—CHORDARIEA. CUADRO SINÓPTICO DE LOS GÉNEROS. A.—Fronda pequeña globosa, con eje nucleiforme. Zoos- porangios pluriloculares, desarrollándose en el ápice de filamentos especiales... OB OA Elachistea. B.—Fronda cilindrácea, con eje filamentoso. 1. Zoosporangios pluriloculares, dispuestos en serie ha- cia el ápice de los filamentos periféricoS.......... Castagnea. 2. Zoosporangios pluriloculares, simples, filiformes é in- tercalados con los filamentos periféricos. ......... Nemacystus. 3. Zoosporangios pluriloculares silicuiformes.......... Liebmannia. Elachistea. 257. Elachistea attenuata J. Ag. Alta mar, hacia la Isla del Aire, á 24 m. de profundidad, sobre Cystosira. Rara. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) 258. «E. intermedia Crouan. ] Alta mar, hacia la Isla de Colom, á 80 m. sobre Cystosira. Rara. —Fructifica en Setiembre. Castagnea. 259. Castagnea virescens Thuret; Mesogloia virescens Carm. Alta mar á unos 100 m. sobre otras algas.— Fructifica en Junio. Nemacystus. 260. Nemacystus ramulosus Derb. et Sol.; Ziebómannia Posidonie Menegh. Puerto de Fornells. Liebmannia. 261. Lieblmannia Leveillei J. Ag.; Mesogloia Leveilleí Menegh. Binisaida y Fornells en poco fondo.—Fructifica en Mayo. Trib. VITI.—ECTOCARPEA. Ectocarpus. 262. Ectocarpus spinosus Kg.? Hacia la Mola á 40 m. de profundidad. 263. E. coespitulus J. Ag. Biniancolla sobre Cystosira (Fem.); Binisaida (Rodr.) —Fructifica en Mayo. 264. E. pusillus Grif.; Z. ylobi/er Kg. Andenes del puerto de Mahón (Fem.) (47) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 225 265. E. irregularis Kg. Se Nitja en poco fondo. 266. E. parvulus Kg. Mezquita sobre Enteromorpha. 267. E. Meneghinii Dufour; X. geminatus Menegh. Andenes del puerto de Mahón.—Fructifica en Junio. Choristocarpus. 268. Choristocarpus tenellus Zanard. Sobre un cangrejo dragado en Binidalí, 4 88 m.—PFructifica en Junio. : Trib. IX. —SPHACELARIEA. Sphacelaria. 269. Sphacelaria scoparia Lyngb. Mallorca.—Bahía de Palma (Burnat y Barbey). Menorca.—Abunda en toda la costa de la Isla.—Fructifica en Mayo. 270. Sph. filicina Ag. Rara á poca profundidad: más comun de 40 ó 100 m.: al SE. del puerto de Mahón; hacia la Mola, cabo Negro, Adaya y Fornells.— Silicuas axilares en Setiembre. 271. Sph. tribuloides Menegh. Mezquita.—Fructifica en Octubre. 272. Sph. cirrhosa Ag.; Sph. pennata Lyngb. De 25 á 80 m. sobre otras algas: alta mar hacia el Cabo de Fava- ritx é Isla de Colom.—Fructifica en Setiembre. :273. Sph. Plumula Zanard. Rara. Hacia el Cabo de Font, á 95 m.—Propágulas en Octubre. La ANALES DE HIST. NAT.— XVIMI. 15 22% ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) Cladostephus. 274. Cladostephus verticillatus Ag.: C/. Myriophy- llum Ag. Mezquita, Se Nitja, Fornells, Binisaida, en poco fondo. Trib. X.—CUTLERIEA. Gutleria. 275. Cutleria multifida Grev. Rara. Hacia la Mola á 48 m. de profundidad.—Fructifica en Julio. 276. C. adspersa De Not. Rafalet á flor de agua.—Fructifica en Mayo. 277. CG. collaris Zanard.; Zanardina collaris Crouan. Bastante comun de 40 4 90 m. de profundidad: hacia la Mola Cabo Negro, Isla de Colom, Peñas de Alayor, Binidalí, Cabo de Font, Calas-Covas.—Fructifica en Abril. Aglaozonia. 278. Aglaozonia chilosa Falkenberg? Alta mar, de 70 á 110 m. de profundidad sobre otras algas: hacia Alcautar, Binidalí, Binisafulla, Canutells. Fam. 111.—FUCACEAL. Sargassum. 279. Sargassum linifolium Ag.; S. Boryanum Mont. Baleares.—(Weyler, Cambessedes, Oleo.) Menorca.—Alcaufar (Fem.); Binisaida, Fornells (Rodr.) 419) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 221 280. S. Hornschuchii Ag. Alta mar, de 110 4 150 m.: hacia Adaya, Cabo de Fayaritx, Isla de Colom. Cystosira. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. A.—Fronda provista de tubérculos (tofuli.) 1. Conceptáculos situados bajo las espinillas. supe- riores. Tubérculos cónicos, sentados........... 2. Conceptáculos situados en la base de las ramas secundarias. Tubérculos oblongos, pedicelados. B.—Fronda desprovista de tubérculos. 1. Fronda sin vejigas, espinulosa. a. Espinillas numerosas, densas, subuladas, con- ceptáculos confluentes, formando receptácu- lostapicales rss tatore tilda od orto b. Espinillas numerosas pero distantes, subula- das; conceptáculos situados en la base de las ESP o lena o: ee > C. Espinillas escasas, cortas. Conceptáculos con- fluentes, formando receptáculos apicales..... 2. Fronda con vejigas. Conceptáculos apicales con- fluentes. a. Fronda espinulosa; ramas dísticas......... ode b. Fronda sin espinas. ] Tallo largo: vejigas en serie cateniforme.... + Tallo subnulo, con ramas dísticas: vejigas grandes, generalmente solitarias............ 281. Cystosira Montagnei J. Ag. Alta mar al E. del puerto de Mahón y hacia Fornells. 282. UC. opuntioides Bory. C. Montagnel. C. opuntioides. C. amentacea. -C. selaginoides. C. crinita. C. discors. C. barbata. C. abrotanifola. el Cabo Negro y Alta mar, hacia la Mola, Isla de Colom.—Fructifica en Febrero, Marzo y Abril. 283. (C. amentacea Bory. En escaso fondo: puerto de Mahón en. Cala-Llonga (Rodr.); Al- caufar, Torret, Binisafulla (Fem.); Son Bou (Rodr.). 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) 284. C. selaginoides Nacc.; C. amentacea var. selaginordes Ag; C. sedoides Ag. Baleares. —(Weyler.) Menorca.—Hacia la Mezquita (Rodr.). 285. CC. crinita Duby; C. faccida Kg. Baleares.—(Weyler.) Menorca.—Puerto de Mahón, Se Nitja (Rodr.). 286. C. discors Ag. Abunda cerca de la superficie: puerto de Mahón, Mezquita, Se Nitja, Algayrens (Rodr.); Biniancolla (Fem.). 287. C. barbata Ag. var. verrucosa Kg. Puerto de Mahón en Cala-Teulera (Fem.). Var. Hoppii J. Ag. Puerto de Mahón (Fem.). Var. Turneri J. Ag. Alta mar, hacia el Cabo-Negro (Rodr.). 288. C. abrotanifolia Ag. Biniancolla (Fem.); Mezquita, Se Nitja y alta mar, (Rodr.). Var. squarrosa; C.. squarrosa Kg. Cala de San Esteban, entre la Mezquita y el Cabo-Negro. Var. leptocarpa; C. leptocarpa Kg. Puerto de Mahón en escaso fondo. EXCLUSIONES. Himanthalia lorea Lyngb.—Citado en Menorca por Ramis. Fucus tuberculatus Huds.—Citados en Menorca por Texidor, en Colmeiro Criptóg. F. ceranoides L.—Citado en Mallorca y Mahón por Texidor, loc. cit. F. canaliculatus L.—Citado en Menorca por Texidor, loc. cit. Turbinaria denudata Bory.—Citado en Menorca por Hernández y Oleo. (51) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 229 Fam. IV.—DICTYOTEA. CLAVE ANALÍTICA DE LOS GENEROS. y Fronda más ó menos nervada............. .e...o.. 2 l Fronda desprovista de nervi0S.......o.ooooooooo... 3 Fronda dicotoma: esporas reunidas en soros: tetras- poras esparcidas: células terminales convergentes. Dictyota. Fronda palmada-dicotoma: esporas esparcidas: te- trasporas desconocidas...... tai a Spatoglossum. Fronda entera ó multifida, flabelada: esporas y te- trasporas reunidas sobre las zonas transversales. Padina. Fronda dicotoma: esporas esparcidas: tetrasporas reunidas en sor0S.......... des als lalo ¿+ . Halyseris. Fronda dividida en abanico: esporas reunidas en soros y mezcladas con paranemios: tetrasporas desconocidas. ......... e OCASO DO, SOS Zonaria. (9) A E > Dictyota. 289. Dictyota dichotoma Lamx. . Abunda cerca de la superficie, y en alta mar se encuentra hasta á 90 m. de profundidad: puerto de Mahón, Mezquita, Fornells, Se Nitja, Algayrens, puerto de Ciudadela, etc. 290. D. fasciola J. Ag. Poco fondo: Mezquita, Fornells (Rodr.); Binisafulla, Alcaufar (Fem.). Var. repens; D. repens J. Ag. Mezquita. 291. D. linearis Grev.; D. divaricata Kg. Alcaufar (Fem.). - Spatoglossum. 292. Spatoglossum Solierii Kg. Rara en sitios sombríos, 4 2-5 decímetros de profundidad. Bi- nisaida. También lo he encontrado en alta mar, al SE. del puerto de Mahón, á unos 70 m. de profundidad.—Fructifica en Mayo. 230 - ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) Padina. 293. Padina Pavonia Lamx. Mallorca.—Bahía de Palma (Burnat y Barbey). Menorca.—Abunda en la costa de la Isla: Fornells, Tirant, Se Nitja, Cala de San Esteban, etc. Halyseris. 294. Halyseris polypodioides Ag. Desde la superficie hasta 90 m. de profundidad. Abunda en toda la costa de Menorca. Zonaria. 295. Zonaria flava Ag. Rara, desde 1 á 85 m.: á poco fondo habita en sitios sombríos. Al SE. del puerto de Mahón y en Binisaida.—Fructifica en Se- tiembre. Oro IV.—FLORIDEZ. CLAVE ANALÍTICA DE LOS GÉNEROS QUE ESTÁN REPRESENTADOS EN EL MEDITERRÁNEO (2). / Esporas procedentes de la transformación y división de las cé- 1 | lulas vegetativas, sin constituir fruto capsular. Fronda foliá- cea ó filamentosa, purpurascente (Porphyrexe)........ sebo Fruto capsular (cistocarpio), ó desconocido. ........ a PAR 3 (1) El Sr. D'Albertis visitó en su yacte de recreo las Baleares durante el verano de 1888, recogiendo varas algas que luego entregó al distinguido profesor de Génova Sr. Piccone. Este naturalista las ha examinado, y acaba de publicarlas en un folleto titulado Zlenco delle alghe della crociera del Corsaro alle Baleari, el cual comprende 61 especies de estas islas. Por tanto, uniré con gusto en las Florídeas el nombre del se- nor D'Albertis al de las localidades citadas en dicho folleto. (2) Los géneros no comprendidos en este catálogo van precedidos de un asterisco (*). (53) Rodriguez. —ALGAS DE LAS BALEARES. 231 Fronda membranáceo-foliácea, oscuramente estipi- tada, constituida por un solo estrato de células angulosas, generalmente polígonas... Fronda filiforme ó aplanada, simple ó poco ramosa; células sobrepuestas en uno ó varios estratos, conteniendo un núcleo de color, al principio ho- mogéneo, que luego se divide horizontal y longi- tidad os y Fronda filiftorme, cilíndrica, más Óó menos ramosa, constituida por un filamento gelatinoso, que con- tiene una sola serie de gonidios de color, globu- losos ú oblongos, indivisos ó bipartidos........ / Eronda incrustada AECA NAO alta ais Satojesit Fronda plana, torcida en espiral. Ceramidios...... Fronda tubulosa, compuesta de filamentos monosi- fonios, articulados, reunidos en forma de red, con Veras a dele spatial Fronda no incrustada de cal, ni torcida en espiral, en tornma de redes galo stated mallas cuadrangulares, pentágonas ó hexágonas. Fronda compuesta en el centro de filamentos longi- 1 tudinales. Cistocarpios constituidos por filamen- tos esporíferos en el artículo terminal.......... Fronda compuesta de células. Cistocarpios consti- p tuídos por filamentos, cuyos artículos se convier- ten todos en esporas (Corallinez)....o.oo.ooo..... ' Estrato cortical formado de filamentos subvertica- les, poli-dicotomos, COrimbo0S0S.....oooooooo... 5 ¿ Estrato cortical constituído por una membrana areolada, compuesta de células pentágonas ó DEexagonaS Irala tale al Fronda inarticulada, ordinariamente horizontal y fijada al suelo por su página inferior, compuesta de dos estratos de células. ......o.ooooooo.o.... Fronda inarticulada, horizontal, compuesta de un _ solo estrato de Células....ooooooomommmmeonm.o.. Fronda inarticulada, tuberiforme ó fruticulosa, du- rísima, saliendo de un hipotallo crustiforme.... Fronda vertical, articulada, filiforme, monosifonia. Fronda vertical, articulada, ramosa, compuesta de dosidistintos estratosyrza o posan ue dee e ela Porphyra. - Bongía. * Gomotrichum. Vidalia. Halodictyon. 10 Liagora. * Galaxaura. Hapalidium. Lithothammion. * Endosiphonta. 232 8. 9 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Estrato superior constituído por células casi cúbi- cas: el inferior formado de células dispuestas en filamentos perpendiculares......o.oooooo.o..o. Estrato superior constituído por células casi hexá- 1 gonas: el inferior formado de células dispuestas en ZOnas' transversales... .oooooooccorcocnnnssa | Cistocarpios en forma de verruga, sentados en la superficie de los artículOS.....cooooommm....... Cistocarpios ovoideos ó en forma de urna, naciendo en las últimas ramificaciones de la fronda...... Fronda dicotoma...... SS A OSES e Fronda tricotoma pennada......... SOS 50 Fronda filiforme, articulada, monosifonia......... Fronda extendida horizontalmente (Squamarieze). . Fronda cilíndrica, ó comprimida, óplana......... Fronda tubulosa ó vesicul0sa........... IS Fronda polisifonia. Ceramidios........o.......... generalmente por medio de propágulos......... Cistocarpios conocidos en una sola especie. Tetras- poras (?) indivisas, terminales ó situadas en el lado interno de las ramas...... OR oaS Ub dO Cistocarpios conocidos. Tetrasporas ordinariamente dinididas ¡catan oa aia ala Cistocarpios provistos de pericarpio externo..... Cistocarpios desprovistos de pericarpio, involucra- dos, es decir, rodeados de pequeños ramúsculos. Cistocarpios desnudos (favilas), generalmente apa- reados en la axila de las ramas......ooooo.o... Fronda corticada. Planta de 3-12 cm..... SE a Fronda ecorticada. Filamento primario rastrero y radicante. Planta de 1 mm. escaso, que crece ge- Cistocarpios desconocidos. Planta que se reproduce neralmente sobre la Flabellaria Desfontainú... Fronda desnuda...... A A O IR / Fronda enteramente ó parcialmente corticada. Te- Ñ trasporas divididas en triángulo.............. : Fronda cubierta en toda su extensión de ramitas 5d verticiladas. Favilas aparejadas en el ápice de los ramúsculos, y rodeadas por el verticilo supe- ¡ nor dela mima ole las tre (loja (54) Melobesia. Lithophyllum. Amphiroa. Jana. Corallina. 11 19 21 57 Monospora. * Chantransia. 11 12 15 Callithammion. Spyridia. * Lejolisia. 14 16 * Halurus. (55) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 233 | Núcleo del cistocarpio cubierto por un periderma común. Tetrasporas divididas en triángulo... Grifithsia. Núcleo desprovisto de periderma común...... 15 15 Fronda con filamentos primarios rastreros y ra- dicantes. Tetrasporas divididas en triángulo. Spermothamnion. Fronda pennada con ramas verticiladas en las articulaciones. Tetrasporas divididas en cruz. Sphondylothamnion. Fronda dicotoma. Tetrasporas divididas en trián- SN E E Bornetia. Cistocarpios con núcleo compuesto de filamen- tos esporíferos, mezclados con filamentos es- tériles. Fronda corticada en toda su longitud, pennada, con ramas verticiladas en las articu- LACIE A a load tl Wrangelia. Cistocarpios con núcleo simple (favilas)....... 18 formado de células redondeadas, dispuestas en general sin orden aparente......o..o..... . Ceramium. Estrato cortical, cubriendo toda la fronda, for- mado de células poliédricas, dispuestas en se- ries longitudinales y transversales.......... * Centroceras. E cortical, ordinariamente interrumpido, / Tetrasporas divididas en cruz, desarrolladas en nematecios superficiales sobre la página su- pero de lara ide sala aida Peyssonellia. Tetrasporas ocupando cavidades situadas bajo la superficie de la fronda y abiertas en la parte superlor a oa O OSA * Hildenbrandtia. Tetrasporas divididas en zonas, formando es- ponjolasimaculiformes.. 2 ateltoo ele alafejetejsjo Rhizophyllis. Tetrasporas divididas en cruz, desarrolladas so- bre los filamentos del estrato superior de la LONA lila 3) conde SLoB9naS suceda 20 forma de nematecios, y procediendo del ar- | tículo terminal de los filamentos............ * Contarinia. Tetrasporas laterales, procedentes de la trans- formación de los ramúsculos de los filamen- cdas dede dto da Ae * Crouoria. Fronda provista de un tubo ó filamento central E Tetrasporas ocupando espacios cireunscritos, en a AC a ro lia lo ais DA 2341 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Fronda membranosa, con parte laminar forma- da de un solo estrato homogéneo, constituído por una ó varias series de células........... Fronda formada por dos ó más estratos distin- tos; el interno constituido por varios tubos, lamentosto co atar ia nt alo ea o -Cistocarpios (favilas) rodeados de ramitas que | apenas igualan la altura del fruto. Fronda cor- 22 ticada. Tetrasporas divididas en triángulo... Cistocarpios situados dentro ó debajo del estra- [LO PET Fronda adulta revestida de una película....... 23 , Fronda adulta con los ramúsculos periféricos libres y sin película que los revista......... ' Cistocarpio desarrollado en el estrato periférico. Fronda comprimida, pinnada-plumosa. Te- 7% trasporas desconocidas: errors tale elas siete ds ] Cistocarpio desconocido ó cuya placenta se ha- lla junto ó alrededor del eje de la rama fruc- Filamentos periféricos casi libres. Tetrasporas el | desconocidas. Ramas superiores desprovistas de pelicula epidemia e Ae _Filamentos periféricos aglutinados........... / Cistocarpios desconocidos. Fronda filiforme, ci- 26 líndrica. Tetrasporas divididas en zonas..... Cistocarpios en forma de clinidios ó diclinidios. / Células del eje ó filamento central muy ensan- chadas. Cistocarpios sin cavidad interpuesta entre las esporas y el pericarpio. Fronda ci- 27 ndrica a fields al Eto Células del eje ó filamento central no ensancha- das. Cistocarpios con una cavidad muy matr- cada, por la separación del pericarpio....... 2 Cistocarpios en forma de dielinidios........ 8 / Cistocarpios en forma de clinidios............ Microcladia. 23 24 29 * Schimmelmannia. * Naccaria. 26 Wurdemannia. 27 Caulacanthus. Gelidium. Pterocladia. (57) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 235 Cistocarpios con núcleo compuesto de varios gru- pos ó lóbulos que nacen y se desarrollan suce- sivamente, por lo cual llegan á la madurez unos tras otros (1). Eje ó filamento central rodeado, 29 í enelestado adulto, de filamentos longitudinales. Filamentos periféricos verticilados............ Cistocarpios con núcleo simple, que alcanza á la vez en todas sus partes el estado de madurez. |. Tetrasporas divididas en zONMa8S............... Filamentos periféricos naciendo del centro de los ¿ | artículos del eje.......... EAS edi Filamentos periféricos naciendo en las articulacio- ¡mes dele 0 TIA A to RAE 2 Fronda dicotoma-pennada ó flabeliforme, despro- 5 | vistarde costilla is tela ss O ES | Fronda plana, provista de costilla, generalmente Ñ PEOSEA. io a risa fre [| Estrato medular formado de células redondeadas, 32 OplOnEas'o.angulos as. oa as alo ole oo ajo . Estrato medular formado de filamentos verticales. Mmetrasporas divididas en cruzada a. ; | Tetrasporas divididas en zonas. Cistocarpios sub- cd / esféricOs........ O A IIA, AN y Tetrasporas divididas en triángulo.............. Tetrasporas desarrolladas sobre los filamentos de los nematecios. Estrato externo de la fronda constituido de células dispuestas en filamentos verticalesiuiaare e epaoialaie las DIO POSES Tetrasporas inmersas en el tejido de la fronda, Ñ | queno eya nemate tios. ato alas Cistocarpios inmersos en el estrato medular. Te- trasporas dispuestas en series sobre los filamen- tos de los nematecios......... ts la 35 | Cistocarpios externos con pericarpio sentado ó pe- dicelado. Tetrasporas dispuestas en series sobre los filamentos de los nematecios. Fronda mem- Pranaces cartilla nos le ecieteio atte 30 Dudresnaya. Calosiphonia. Crouania. Nitophyllum. Delesseria. 35 36 * Gymnogongrus. Phyllophora. (M) Según M. Bornet esta clase de cistocarpios son las verdaderas farilas. 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cistocarpios mameliformes. Tetrasporas esparci- 35 / das entre los paranemios de los nematecios. Fronda plana ó comprimida dicotoma......... Tetrasporas reunidas en soros. Cistocarpios hemis- CO de oa fclolo A O Tetrasporas esparcidas en el estrato cortical de la 36 fronda, sin orden aparente. Cistocarpios hemis- AM a DIO OR Tetrasporas ovoideas ó claviformes, desarrolladas en gran número entre las células corticales de TAamusculosiproplOS:. detec jee ale sico aos deadas de otras más pequeñas.....oo.oooo.o.... Células del estrato interno no rodeadas de otras Estrato interno formado de grandes células, ro- 37 A O O 38 Fronda cilíndrica. Cistocarpios externos......... Fronda plana 0:membranosa e ale laos Fronda plano-membranosa, dicotoma. Tetrasporas esparcidas hacia la cúspide de los segmentos, y en las prolificaciones de la fronda............ Fronda membranáceo-cartilaginosa, varias veces pennada. Tetrasporas situadas en ramúsculos especiales (esporofilos), y dispuestas en hileras longitudinales a as aa dle a Fronda membranácea, dicotoma ó subpennada, provista de dientes, pestañas Ó lígulas. Tetras- poras situadas en el estrato cortical ó en las y prolificaciones maroiaalesi ee co caes Cistocarpios ovóideos. Estrato cortical de la fron- da, constituído por una sola serie de células. Te- trasporas dispuestas en zonas transversales, de- bajo de los ápices de los ramúsculos.......... Cistocarpios esféricos Estrato exterior de la fronda formado de cortos filamentos verticales monili- formes. Tetrasporas agrupadas en las divisiones superiores de la fronda............ AS : Cistocarpios desconocidos. Tetrasporas reunidas en soros redondeados, hacia el ápice de los seg- mentos delo A O bs (58) Fauchea. Rhoclymenia. Gracilaria. 37 Callophyllis. * Cordylecladia. Hypnea. 39 Ehodophylls. Plocamium. Calliblepharis. Laurencia. Gloiocladia. Acrodiscus. (59) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. Cistocarpios con núcleo simple. Tetrasporas divi- didas en cruz ó desconocidas. (Cryptonemiacec.) Cistocarpios con núcleo compuesto de nucleolos 41 (fayelidios: 6.calidio)ia MIN A o a Cistocarpios uniloculares, con núcleo compuesto de filamentos esporíferos, en forma de coccidios ó desmiocarpios..... o rl toiotata chato Fronda compuesta de dos estratos; el externo cons- tituído por células pequeñas, reunidas en fila- mentos verticales, moniliformes, dicotomo fas- tiria don aa a aaa oratoria alas ta 42 ¿ Fronda compuesta de dos, ó casi. tres estratos; el externo constituído por una ó varias series de células pequeñas, redondeadas, y el intermedio constituido por varias series de células mayores redondeadas. Tetrasporas divididas en cruz.... / Fronda plana ó cilíndrico-comprimida, gelatinosa, dicotoma ó subpinnada, con los filamentos me- dulares, en su mayor parte longitudinales..... Fronda plana ó cilíndrico-comprimida, carnoso- mentos del estrato interno anastomosados..... Fronda foliácea, membranáceo-carnosa ó cartilagi- nosa, con los filamentos internos longitudinales 43 membranácea, dicotoma ó pinnada, con los fila- |. y transversales, á veces anastomosados....... Fronda membranácea ó carnosa. Favilas inmersas y suspendidas debajo del estrato periférico. Te- trasporas redondeadas.........oooo.... ¿809 44 ( Fronda plana, cartácea, ramosa. Favilas inmersas en el estrato cortical y subprominentes. Tetras- poras oblongas. Estrato externo formado de 2-5 series de. colada dd a let ae racial Tetrasporas divididas en cruz, reunidas en soros infracorticales. Cistocarpios con pericarpio ex- WE neos od u0 novo, Ducotas 000 do bonos oVe e 46 Tetrasporas divididas en cruz, esparcidas en el estrato cortical. Cistocarpios inmersos ó salien- tes en forma de hemisferi0......... ES | Tetrasporas divididas en zonas, desarrolladas en | _nematecios. Cistocarpios inmersos............ pe ¡ Fronda plana ó compriMida....oooooommmmmom..o (A A 42 45 46 43 44 Nemastoma. Grateloupia. Schizymenia. Halymentia. Cryptonemia. Gigartina. Kallymenia. Constantinea. 47 48 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Fronda plana: estrato interno formado de células cilíndricas, reticuladas; el externo formado de filamentos verticales moniliformes. Cistocarpios subesféricos. Tetrasporas divididas en zonas... Fronda comprimida: estrato interno formado de filamentos longitudinales; el externo formado de células redondeadas, dispuestas en hileras sub- 47 filamentosas. Cistocarpios solitarios, mucrona- dos, sobre ramúsculos marginales. Tetrasporas divididas en zonas..... RO NOS Fronda plana: estrato interno formado de filamen- tos articulados, densamente intricados; el exter- no formado de filamentos moniliformes. Cisto- carpios hemisféricos, naciendo en las dos pági- nas. Tetrasporas desconocidaS.......o....... Estrato externo formado de filamentos verticales 48 ó subyverticales...... RS Aa e EGEL HS Estrato externo formado de células oblongas y cubierto por una membrana continua......... Estrato medular constituído por un eje compuesto de filamentos reunidos de manera tal que simu- hi lan un tejido celular. Tetrasporas desconocidas. E Estrato medular constituído por un eje compuesto de filamentos estrechamente unidos en una masa cilíndrica. Tetrasporas divididas en triángulo... / Fronda articulado-constricta, con estrato periférico formado de filamentos moniliformes, dicotomo- 50 fastigiados. Tetrasporas divididas en zonas. Cis- COCAPLO SAO al Se Fronda con estrato periférico formado de células. Cistocarpios con pericarpio externo. Fronda cilín- | drica ó comprimida. Tetrasporas divididas en triángulo ó desconocidas .... OAMI SRL | Cistocarpios subinmersos, con pericarpio hemisté- rico. Tetrasporas divididas en Cruz............ / Fronda compuesta de tres estratos: el interno cons- tituído por un filamento articulado, ramoso, que $9 recorre la cavidad central; el externo por peque- ñas células redondeado-angulosas, y el interme- dio por células mayores. Tetrasporas descono- cidas. Cistocarpios pedicelados.......1....... (60) * Rissoella. Sphuerococcus. * Chondrymenta. 49 Scinata. Helminthora. Nemalion. Catenella. 51 52 53 (61) Rodríiguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 229 Fronda compuesta de un tubo central y de células que forman el estrato periférico. 'Tetrasporas divididas en triángulo. Cistocarpios externos, pero:no pedicelados.. ..ncodpaan ni. E | .e.onso oo... / Estrato intermedio de la fronda, constituído por grandes células redondeadas, uniseriadas. Cisto- carpios laterales........ de > 53 Estrato intermedio constituído por células oblon- gas, pluriseriadas. Cistocarpios situados en la base de los ramúsculos....... e a grupos lobulados (favila)......... Pericarpio desprovisto de ostiolo: esperas dispues- ............ | Pericarpio provisto de ostiolo: esporas reunidas en 54 tas en una sola serie, irradiando alrededor de la placenta (desmiocarpio). Tetrasporas esparcidas en el estrato cortical..... Tetrasporas reunidas en grupos, dentro de depre- siones del estrato cortical...... .o.ooo...»o...o.s Tetrasporas esparcidas en el estrato cortical Tetrasporas esparcidas... e... e... ............ .o.». 56 y Tetrasporas reunidas hacia la extremidad de la fronda, que es vesiculosa y se halla coronada por amentos monitores. ae Tetrasporas desarrolladas en ramas de una forma especial, llamadas estiquidioS................ Tetrasporas desarrolladas en ramas iguales ó ape- nas distintas de las estériles............ ES da, provista de espinas cónicas....... Fronda heteromorpha, desprovista de espinas... ' Tetrasporas verticiladas. Fronda primaria polisi- fon1a ramas monositonias. are e 59 ; . Tetrasporas dispuestas en una ó dos series longi- tudinales. Fronda filiforme ó comprimida. . Estiquidios con tetrasporas dispuestas en dos se- ries. Células tetraspóricas bordeadas por una se- rie de células la mitad más cortas...... ENE 60 ( Estiquidios con tetrasporas dispuestas general- mente en una sola serie. Células tetraspóricas no bordeadas, ó con las células del borde tan JATSAS COMO AQUEUAS.. rai a o AA | Fronda cilíndrica, continua, enteramente cortica- 54 Bonnemaisonia. * Asparagopsis. 55 Ohilocladia. Lomentaria. Champia. Chrysymenia. * Ricardia. 58 61 * Acanthophora. 59 Dasya. 60 Tenioma. Polysiphonia. 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) / Tetrasporas verticiladas. Fronda cilíndrica, continua, ; enteramente corticada, descompuesto-ramosa.... Chondriopsis. . | Tetrasporas dispuestas en dos series longitudinales. o Fronda cilíndrica ó comprimida................. Rytiphloea. Tetrasporas solitarias en cada artículo, formando una Linear ota e oia a scale lo 62 Fronda filiforme, corticada, dicotoma ó pennada..... Alsidium. 62 < Fronda formada de un tallo carnoso y de ramitas rí- Ida y densas... e telejo ias eee viste eat lolersialeta Digenea. Fam. 71.—PORPHYREA. Porphyra. 296. Porphyra leucosticta Thuret. Andenes del puerto de Mahón.—Fructifica en Marzo y Abril. Fam. 17. —CERAMIEA. Ceramium. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. I.—Estrato cortical interrumpido: zonas inermes /Hor- moceras). A.—Zonas todas distintas: tetrasporas dispuestas en verticilo alrededor de las articulaciones. a.—Involucro de las favilas constituído por 3-5 ra- músculos simples, apenas más altos que el A O Ro O O e C. diaphanum. b.—Involucro constituido por ramúsculos mucho mas altosiqueiciaucao A o C. strictum. B.—Zonas todas distintas: tetrasporas prominentes. a.—Zonas nudiformes: tetrasporas unilaterales.... €, tenuwissimum. b.—Zonas muy cortas: tetrasporas verticiladas..... C. fastigiatum. C.—Zonas superiores confluentes; las inferiores decu- rrenteS....... So a O O dE C. circinatum. II.—Estrato cortical continuo (Phleoceras).........o.o.. C. rubrum. (63) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 241 III. —Estrato cortical interrumpido: zonas aculeadas (Echinoceras). A.—Aguijones articulados, endebles................. C. ciliatum. B.—Aguijones inarticulados, rígidOS...........o...... C. echionotum. 297. Ceramium diaphanum Roth. Mezquita, Cala-Molí, Fornells y Se Nitja, cerca de la superficie. 298. C. strictum Grev. et Harvy. Alta mar, de 40 á 55 m. de profundidad: hacia la Mezquita éisla de Colom.—Fruto tetraspórico en Mayo. 299. C. tenuissimum J. Ag. Desde flor de agua hasta 40 m. de profundidad: Alcaufar; hacia la isla del Aire, Cabo-Negro é isla de Colom.—Fruto polispórico en Abril y Junio: fruto tetraspórico en Octubre. 300. C. fastigiatum Harv.? Alta mar, en las costas de Menorca. 301. C. circinatum J. Ag. Binisaida (Rodr.); Fornells (Fem.). 302. C. rubrum Ag. Binisaida, Mezquita, Se Nitja.—Tetrasporas en Mayo. 303. C. ciliatum Ducluz. Mallorca.—-Bahía de Palma, en la punta de Santa Catalina (D'Albertis). Menorca.—Abunda: puerto de Mahón, Cala de San Esteban, Son Bou, Mezquita (Rodr.); Binisafuller (Fem.). 304. C. echionotum J. Ag. A flor de agua: Binisaida, Rafalet, Fornells. —Tetrasporas en Junio. Microcladia. 305. Microcladia glandulosa Grev. De 90 á 110 m.: hacia Binidalí, Cabo de Font, Canutells, Son Bou. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) Fam. 117. —CALLITHAMNI[EA. Callithamnion. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. I.—Ramas alternas: tetrasporas divididas en triángulo (Callithamnion Thuret). A.—Ramas inferiores naciendo en todas direcciones pínnulas dísticas. a.—Pinnas desnudas en su base; pínnulas paten- tes, simples, subflabeladas......... a C. Borrer:. b.—Pinnas simples ó provistas de pínnulas unila- terales: plúmulas oval-lanceoladas en su con- OO A E ads AAA cs...» UC. scopulorum. c.—Fronda corticada en la base, varias veces pin- E Paid oo. Co tripinnalama B.—Ramas inferiores y superiores naciendo en todas direcciones. a.—Ramúsculos pinnados; pinnas desnudas en el PICS ei A LO ...... C.caudatum. b.—Ramúsculos dicotomos, incurvados.......... C. Byssoides. c.—Ramúsculos subdicotomos, fasciculados en co- TODO fletes izo ga O OLAS .... C. corymbosum. d.—Ramúsculos varias veces dicotomos.......... C. granulatum. II.—Ramas dístico-pinnadas, con las pínnulas opues- tas: tetrasporas divididas en triángulo (Ptilo- ihamnton, Dhurel late ias epa silo Sl C. elegans. TII.—Ramas alternas, opuestas ó verticiladas: tetraspo- ras divididas en cruz, ó raramente bipartidas por medio de una sección transversal (Anti- thamnion Thuret). A.—Ramas y ramúsculos alternos, naciendo en todas direcciones, los superiores dicotomos, incurva- dos. Tetrasporas oblongas, bipartidas......... . C. interruptum. B.—Ramúsculos opuestos ó verticilados. Tetrasporas divididas en cruz. a. —-Ramúsculos decusados, muy densos hacia el ápice de las ramas..... Ms Aa ..... C, cruciatum. 465) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 213 b,—Ramúsculos verticilados: pínnulas espinifor- mes, arqueado-reflejas. Ráquide desnuda....... C. Plumula. c.-—Ramúsculos verticilados: pínnulas patentes. 306. 307. ¡RáQuide cOrticada. A sida aaa C. cladodermum. Callithamnion Borreri Harv. Balsas sombrías: Binisaida, Alcaufar, Mezquita.—Tetrasporas en Junio. Var. calcaratum Ag. Binisaida en sitios sombríos. C. scopulorum J. Ag.; C. hirtellum Zanard. Icon. De 80 á 120 m. de profundidad, sobre otras algas: al SE. del puerto de Mahón, y hacia Calas-Covas, Cabo de Font y Adaya.— Tetrasporas en Mayo, Setiembre y Octubre: cistocarpios en Se- tiembre. Observación. Nuestra planta conviene exactamente con la «descripción y lámina de Zanardini. 308. 309. 310. 311. 312. 313. C. tripinnatum Ag. Raro, cerca de la superficie: Binisaida, Alcaufar.—Tetrasporas y cistocarpios en Junio. C. caudatum J. Ag. A flor de agua en sitios sombríos: Binisaida, Rafalet, Fornells.— Tetrasporas en Mayo y Junio. C. Byssoides C. Ag.? Cerca del puerto de Mahón á 88 m. de profundidad.—Tetrasporas y cistocarpios en Setiembre. C. corymbosum Lyngb. Alcaufar y Biniancolla (Fem.); Son Bou (Rodr.). C. granulatum Kg. Abunda en la cala de San Esteban, Binisaida y otros puntos de la costa S. de Menorca.—Tetrasporas en Marzo y Mayo. C. elegans Schousb. Cerca de la superficie, sobre otras algas, en Binisaida. 244 - ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66» 314. C. interruptum Ag.; C. lenuissimum Ardiss.? non Kg. De 40 á 95 m. de profundidad: hacia la Mola, Cabo-Negro, isla. de Colom, y en la costa S. de Menorca.—Tetrasporas en Octubre. Observación. Tengo la casi seguridad de que el C. Zenvissi- mum Kg., citado por Ardissone en su P2ycología mediterranea, no es otro que el C. ¿nterruptum, tanto por haber determinado como pertenecientes al primero varios ejemplares de Menorca que le consulté, y que realmente pertenecen al segundo: como por expresar en su citada obra, que su C. ltenwissimum tiene las tetrasporas oblongas con núcleo indiviso ó bipartido mediante una sección transversal, carácter que es propio del C. interruptum, y no del verdadero C. tenvuissimum Kg., cuyas tetrasporas son esféricas y divididas en triángulo. 315. C. cruciatum Ag. Binisaida en escaso fondo. —Tetrasporas en Abril y Mayo. Var. tenuissima Hauck; C. cladodermum Hauck, non Zanard. Raro. Alta mar, hacia la Mola, á unos 40 m. de profundidad. Observación. En el muelle del puerto de Mahón crece una: forma que se aproxima al C. fragillissimum Zanard., y que me ha sido imposible encontrar en fruto. El tipo lo he reco- gido en los andenes del puerto de Barcelona. 316. C. Plumula Ag. Alta mar, sobre otras algas.—Fructifica en Mayo. 317. C. cladodermum Zanard. Icon. Phycol. 1, p. 9, tab. 111, A. Raro, entre 70 y 90 m. de profundidad sobre otras algas: hacia cabo Negro, Canutells. —Tetrasporas en Octubre. Observación. Las esferosporas de esta especie se encuen- tran á veces bipartidas, como las del (. ¿nterruptum. 467) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 215 Griffithsia. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1.—Verticilos tetraspóricos situados alrededor de las articulaciones de la fronda. A.—Ramas de los verticilos cortas é incurvadas. 1. Verticilos desarrollados en muchas articula- ciones súcesivas....... A Gr. Schousboe1. 2. Verticilos desarrollados tan solo cerca de los Apicestarioal: A O A Gr. phylamphora. B.—Ramas de los verticilos largas y piliformes.... Gr. barbata. TI.-—Verticilos tetraspóricos situados en el ápice de las ramas laterales. A,—Artículos de la fronda 4-5 veces más largos que su diámetro ......-.. O ie . Gr. setacea. B.— Artículos de la fronda 1 !/,-2 veces más largos qUETSuAdIamebro tibia dial a e ..... Gr. trregularis. 318. Griffithsia Schousboei Mont. Rara. Sacada con redes en el puerto de Mahón, y hacia la isla de Colom á 40 m. de fondo.—Tetrasporas y cistocarpios en Mayo. 319. Gr. phyllamphora J. Ag. Fornells. —Anteridios en Octubre. 320. Gr. barbata Ag. Rara. Alta mar, hacia Capifort, á 35 m. de profundidad.—Tetras- poras en Marzo. 321. Gr. setacea Ag. var. spherica; Gr. spherica Kg. Sacada con redes en el puerto de Mahón; Binisaida cerca de la superficie, en sitios sombrios.—Tetrasporas en Mayo. 322. Gr. irregularis Ag.? Recogida una sola vez en Binisaida, en estado estéril. 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) Crouania. 323. Crouania attenuata Ag. Desde la superficie á 40 m. de fondo: hacia la Mola, Son Bow é isla de Colom.—Cistocarpios en Abril. 324. Cr. Schousboei Thuret. Rara. Binisaida en sitios sombrios, cerca de flor de agua. Fam. TV.—CRYPTONEMIEA. Nemastoma. 325. Nemastoma cervicornis J. Ag.; NV. cyelocolpa: Zanard. : Binisaida y Alcaufar, en sitios sombríos, desde 1 4 6 dm. de fondo.—Cistocarpios en Setiembre. 326. N. minor Zanard. Encontrada una sola yez en Binisaida, cerca de la superficie. Dudresnaya. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1. Filamentos periféricos con artículos cilindráceos, 3-4 veces más largos que su diámetro........... D. eocemea. 2. Filamentos periféricos con artículos elipsóideos, 2 ve- ces más largos que su diámetrO....o.oooooo.....- D. purpurifera- 327. Dudresnaya coccinea Bonnem. De 60 á 80 m.: hacia Alcaufar y cabo de Font.—Tetrasporas en Mayo y Junio. 328. D. purpurifera J. Ag. Rara. Alcaufar en fondo escaso.—Cistocarpios en Junio. (69) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 217 Calosiphonia. 329. Calosiphonia Finisterre Crouan; Bornet et Thuret, Notes algol., p. 38, tab. xI1. Desde flor de agua hasta 55 m. de profundidad, en Binisaida y hacia la Mezquita é isla de Colom.—Cistocarpios desde Marzo á Junio. 330. C. dalmatica... Dudresnaya dalmatica Zanard. Rara. Cala de Alcaufar, cerca de la superficie, en sitios sombríos. Grateloupia. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1. Fronda dicotomo-fastigiada; segmentos patentes, li- PE AO A y IA Gr. dichotoma. 2. Fronda pennati-descompuesta: segmentos inferiores pinnulados, los superiores casi simples........... Gr. filicina. 331. Grateloupia dichotoma J. Ag. Casi á flor de agua en sitios sombríos: andenes del puerto de Mahón, Binisaida, Son Bou (Rodr.); Torret y Biniancolla (Fem.). 332. Gr. filicina Ag. Poco fondo: puerto de Mahón, Binisaida, Se Nitja. Schizymenia. 333. Schizymenia minor J. Ag. De 75 4130 m. de fondo: hacia el SE, del puerto de Mahón, E. de la isla del Aire, cabo de Font, Canutells, Calas-Covas.—Cistocar- pios en Junio. Observación. Nuestra planta carece de estipe, por lo cual parece aproximarse á la Sch. marginata; pero se distingue 248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) evidentemente de esta por carecer del borde engrosado, y .no presentar los filamentos bifurcados subcorticales figurados en la lámina de Zanard. Icon. Halymenia. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. I.—Fronda comprimida ó plana, ramosa. A.—Fronda dicotoma. 1. Estrato subcortical compuesto de varias series de células diáfanas, apretadas, decrescentes desde elícentro hacia la periterla o. ateos aaa 2. Estrato subcortical compuesto de tres series de células, no apretadas entre Sli...ooo.ooooooo... 3. Estrato subcortical compuesto de una sola serie A rs O a Ada So y US B.—Fronda pinnada: segmentos lineares acuminados.. C.—Fronda subpalmada, con segmentos cuneados, los terminales escotados ó palmados.......... Sha 11.—Fronda estipitada, plano-foliácea, entera ó dentada en el borde. A.—Estrato externo formado en dos ó tres series de células....... odo0Jada oi badoobodosonabladar B.—Estrato externo formado de una sola serie de COMAS E O le ón RIAS 334. Halymenia dichotoma J. Ag. H. dichotoma. H. fastigiata. H. ligulata. H. Floresia. H. patens. H. spathulata. H. latifolia. De 80 á 95 m. de profundidad: al E. de la Mola y al E. de la isla del Aire. 339. H. fastigiata J. Ag. Encontrada una sola vez hacia el cabo de Font á 100 m. de fondo.—Cistocarpios en Enero. 336. H. ligulata Ag.; Halaracinion ligulatum Kg. Un solo ejemplar hacia el Grau, á 80 m. de profundidad.—Cis- tocarpios en Setiembre. 337. H. Floresia J. Ag. Puerto de Mahón, cogido con redes.—Cistocarpios en Julio. (11) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 219 338. H. patens J. Ag. Alta mar, de 80 á 130 m. de fondo: al SE. del puerto de Mahón, E. de la Mola, E. del Aire, hacia Binidalí, cabo de Font, Canutells, Son Bou, isla de Colom, cabo de Favaritx. Observación. Aunque esta especie es la que más abunda del género, nunca me ha sido dado encontrarla fructificada. 339. H. spathulata J. Ag.? Alta mar, cerca del puerto de Mahón, á unos 90 m. de profun- didad. 340. H. latifolia Crouan. De 80 á 95 m.: al E. y SE. del puerto de Mahón, al E. de la isla del Aire, hacia Alcaufar, cabo de Font, Canutells, Grau.—Cistocar- pios en Setiembre y Octubre. Cryptonemia. 341. Cryptonemia lomation J. Ag. Desde 1 á 95 m. de fondo: puerto de Mahón, Binisaida, Fornells y Se Nitja, en poco fondo; y en alta mar al E. de la Mola, SE. del puerto de Mahón, E. del Aire, y hacia la Mezquita.—Tetrasporas en Setiembre. 342. UC. tunzeformis Zanard. De 60 á 105 m. de fondo: hacia el E. de la Mola, SE. del puerto de Mahón, Binisafuller, cabo de Font, Canutells, Peñas de Alayor, Calas-Covas, Son Bou, etc. Observación. Es sin duda esta planta una de las especies más abundantes en la costa S. de la isla de Menorca entre 80 y 100 m. de profundidad; y á pesar de haberla recogido en distintas épocas del año, jamás la he encontrado fructificada. Acrodiscus. 343. Acrodiscus Vidovichii Zanard.; Cryptonemia dicho- toma J. Ag. y Al N. de la Mola y hacia el cabo Negro, á unos 75 m. de fondo. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Observación. A esta especie debe pertenecer un individuo que mandé al Sr. Ardissone, y que este creyó que podía ser una forma de la Halymenia patens, según nota continuada en la pág. 150 del tomo 1 de su P2ycologia mediterranea. Fam. V.—GIGARTINEZ. Gigartina. 344. Gigartina acicularis Lamx. » Casi á flor de agua en Binisaida, Fornells, Tirant, Se Nitja.—Cis- tocarpios en Enero. Kallymenia. 345. Kallymenia microphylla J. Ag. Raro, de 90 á 105 m. de fondo. Al SE. del puerto de Mahón, cabo de Font, Canutells. Constantinea. 346. Constantinea reniformis Post. et Rupr.; Veuwrocau- lon foliosum Zanard. Entre 70 y 100 m.: al E. y SE. del puerto de Mahón, E. de la Mola, hacia Alcaufar, cabo de Font, Binidalí, Son Bou.—Anteridios en Junio: cistocarpios en Setiembre, Octubre y Noviembre. Callophyllis. 347. Callophyllis laciniata Kg. Bastante común entre 70 y 130 m. de profundidad: al E. y SE. del puerto de Mahón, al E. y $. del Aire, hacia Binisafuller, cabo de Font, Binidalí, Canutells, Calas-Covas, Peñas de Alayor, Son Bou.—Tetrasporas en Enero y Febrero: cistocarpios en Abril. (13) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 251 Observación. Las tetrasporas de la planta del Mediterráneo, que pudiera constituir una especie distinta de la del Océano, parece que se desarrollan exclusivamente en los dientes mar- cinales. Una sola vez he encontrado el fruto polispórico. Phyllophora. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1.—Fronda provista de un estipe casi nulo ó muy corto: láminas lineares. A.—Láminas costilladas, unduladas, anchas e . Ph. nervosa. B.—Láminas sin costillas, planas AOS > die Ph. niccwensis. I1.—Fronda caulescente, provista de un estipe cilíndrico- comprimido, ramoso, que se dilata en lámina cunei- forme de unos 2 mm. escasos de anchura......... Ph. Heredia. 348. Phyllophora nervosa Grev. Desde 1 á 120 m., se encuentra en abundancia: puerto de Mahón (D'Albertis), Freus, hacia la Mezquita y en toda la costa S. de la isla de Menorca. 349. Ph. niceeensis... P/yllotilus siculus Kg.; GF ymnogon- grus niceensis Ardiss. et StrafT.? Común cerca de la superficie en sitios sombríos: puerto de Ma- hón en Cala-Teulera, Alcaufar, Binisaida (Rodr.); Biniancolla (Fem., Son Bou. 350. Ph. Heredia J. Ag. Raro entre 40 y 80 m.: hacia la Mola, Binidalí, Canutells. Fam. V/.—SPYRIDEA. Spyridia. 351. Spyridia filamentosa Harv. Menorca.—Bastante común en escaso fondo: Binisaida, Alcaufar, Mezquita, Fornells.—Tetrasporas en Setiembre. lbiza.—Encuéntrase hasta 11 m. de profundidad (D'Albertis). 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Fam. VI7.—RHODYMENTEA:. Lomentaria. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1.—Fronda tubulosa, interrumpida por diafragmas trans- yersales. ; A.—Fronda dicotoma, con artículos elipsóideos 2-4 ve- ces más largas que su diámetrO....ooooomom....... L. articulata. B.—Fronda subdicotoma, con artículos cilindráceos, 4-6 veces más largos que su diámetr0............. L. phalligera. MSrron data ulos a conin L. clavellosa. 352. Lomentaria articulata Lyngb.; C/ylocladia articu- lata Grev. Menorca (Texidor según Colmeiro). Observación. Dudo que la determinación de Texidor sea exacta. 353. L. phalligera J. Ag.; CAylocladia phalligera J. Ag. De 40 á 190 m. de profundidad: al E. y SE. del puerto de Mahón, hacia cabo de Font, Canutells, Calas-Covas, Peñas de Alayor, Son Bou, Grau, Adaya.—Tetrasporas en Octubre, Noviembre y Di- ciembre, 354. L. claveilosa Le Jol.; C/ylocladia clavellosa Grev. Baleares (Texidor según Colmeiro). Menorca.—Recogí un ejemplar incompleto y dudoso en la Mez- quita. Champia. 355. Champia parvula J. Ag.; Zomentaria parvula Gaill. Desde la superficie hasta 40 m. de fondo: Binisaida, hacia el cabo Negro é isla de Colom.—Tetrasporas en Mayo. (15) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 253 Fauchea. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. A.—Segmentos de la fronda conformes entre sí. Nema- tecios situados en la parte mediana de los segmen- tos, y muy por debajo de los ápices. Cistocarpios estipitados, esparcidos. ........... e o aia F. repens. B.—Segmentos de la fronda disconformes, los unos an- 396. 397. chos y los otros estrechos, casi cilíndricos. Nema- tecios desarrollados cerca del ápice de los segmen- tos. Cistocarpios sentados, aglomerados en la parte superior de las lacas aos delas FP. microspora. Fauchea repens Mont. Abunda en alta mar en la costa S. de Menorca, entre 50 y 200 m. de profundidad, siendo vulgarmente conocida con el nombre de Herba de pagre. Más raramente en la costa N. hacia el cabo Negro y Adaya.—A menudo se encuentra con tetrasporas desde Setiem- bre á Abril: y aunque rara vez se recoge con cistocarpios, parece que la fructificación debe prolongarse mucho, pues la he encon- trado en Octubre, Enero y Junio con fruto polispórico. F. microspora Bornet sp. nov. Abunda en alta mar en la costa S. de Menorca, entre 50 y 130m. de profundidad, aunque no tanto como la especie que precede. En la costa N. la he recogido hacia la Mola, Mongofre y Adaya.—Te- trasporas desde Enero á Abril: una sola vez he encontrado el fruto polispórico en Enero. Chrysymenia. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. A.—Frondas hinchado-tubulosas, tripinnadas: pinnas sub- OPUestas o ata e mea TRITS IARI . Ch. ventricosa. B.—Frondas con tallo erguido, sólido, dicotomo: ramúscu- los hinchados, esférico-oboyoideoS........oo.... Ch. Uvaria. C.—Frondas con tallo simple, muy corto: ramas hinchado- tubulosas, elipsóideas ó lanceoladas ............. Ch. Chiajeana. 251 398. 359. 360. 361. 362. 363. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Chrysymenia ventricosa J. Ag. Desde la superficie hasta 130 m. de fondo: al SE. del puerto de Mahón; hacia Alcaufar, Binisaida, cabo de Font, Calas-Covas, Oa- nutells.—Cistocarpios en Mayo, Junio y Octubre. Ch. Uvaria J. Ag. Desde flor de agua hasta 190 m.: Binisaida en la superficie y sitios sombríos; alta mar hacia la isla del Aire, Canutells, Peñas de Alayor, Son Bou y cabo de Favaritx. Ch. Chiajeana Menegh. Entre 60 y 110 m.: al E. de la Mola, SE. del puerto de Mahón, E. del Aire, hacia el cabo de Font, Canutells y Calas-Covas.—Te- trasporas y cistocarpios en Junio. Rhodymenia. Rhodymenia corallicola Ardiss.? Abunda al SE. del puerto de Mahón y en la costa $. de la isla, entre 50 y 100 m. de fondo; pero habiéndola encontrado siempre en estado estéril, me es imposible determinarla con seguridad. Rhodophyllis. Rhodophyllis bifida Kg. Entre 70 y 130 m., no muy común: frente al puerto de Mahón y hacia la isla del Aire, cabo de Font, Canutells, Calas-Covas, cabo Negro. —Tetrasporas en Setiembre, Octubre y Enero: cistocarpios en Setiembre y Octubre. Rh. appendiculata J. Ag.? Entre 70 y 110 m. de profundidad: al E. y SE. del puerto de Mahón, E. del Aire; hacia Binisafulla, Canutells, Calas-Covas, Son Bou, isla de Colom.—Tetrasporas en Junio, Octubre y Enero; cis- tocarpios en Enero y Febrero. (17) Rodriguez. —ALGAS DE LAS BALEARES. 255 Plocamium. 364. Plocamium coccineum Lyngb. : Mallorca (Texidor). Menorca.—Puerto de Mahón (D'Albertis). Crece desde la super- ficie hasta 110 m. de fondo: á flor de agua en el puerto de Mahón y en Binisaida, y en alta mar hacia la Mola, Binidalí, Canutells, cabo de Favaritx, isla de Colom y Adaya.—Tetrasporas en Mayo y Junio. Gloiocladia. 365. Gloiocladia furcata J. Ag. Común entre 24 y 100 m.: al SE. del puerto de Mahón, hacia la Mola, isla del Aire, cabo de Font, Canutells, Grau, cabo de Fava ritx. — Tetrasporas en Setiembre, Octubre y Enero: cistocarpios en Setiembre. Rhizophyllis. 366. Rhizophyllis Squamariz Kg.; Rf. dentata J. Ag. Desde 45 á 110 m. de fondo, parásita sobre la Peyssonellia Squa- maria; al frente del puerto de Mahón, hacia Binisafulla y cabo de Favaritx. Fam. V/1T1.—SQUAMARIEZ.. Peyssonellia. 367. Peyssonellia Squamaria Decne. Mallorca.— (Texidor). Menorca.—Abunda desde la superficie hasta 110 m. de fondo: cerca de la superficie solo se encuentra en sitios sombrios. lbiza.— (Texidor, D'Albertis.) 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) 368. P. rubra J. Ag. Mallorca.—Bahía de Palma en Porto-Pí (D'Albertis). Menorca.—Abunda entre 40 y 130 m. de profundidad, tanto en la costa $. como en la costa N.—Tetrasporas en Febrero y Marzo. Observación. Hacia Canutells recogí un ejemplar á 80 m. de fondo, que mide 27 cm. de diámetro. 369. P. adriatica Hauck.? Al SE. del puerto de Mahón á unos 150 m. de profundidad. Recogida en estado estéril, y por tanto dudosa. Fam. 71Y.—SPHAROCOCCACEA. Gracilaria. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. [. — Fronda cilíndrica ó comprimida. A.—Fronda purpúrea flajeliforme, con ramas alar- adas subindivisas eee pea e esto ls Gr. confervoides. B.—Fronda córnea, dicotoma, con ramúsculos casi unilaterales letal a lopenele ls Gr. dura. 1I.—Fronda carnosa, plana, cuneiforme, prolífera..... Gr. corallicola. 370. Gracilaria confervoides Grev. Rara. Desde la superficie hasta 45 m. de fondo: puerto de Mahón, hacia Canutells. 371. Gr. dura J. Ag. Mallorca. —Bahía de Palma (Burnat y Barbey). Menorca.—Puerto de Mahón, sacada con redes. 372. Gr. corallicola Zanard. De 80 á 105 m.: al SE. del puerto de Mahón, hacia Binisafulla, Binidalí, Canutells, Peñas de Alayor, isla de Colom.—Cistocarpios en Abril. (19) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 27 Calliblepharis. 313. Calliblepharis jubata Kg. Entre 85 y 120 m.: hacia cabo de Font, Binidalí, Canutells, Calas- Covas. Spheerococcus. 374. Spheerococcus coronopifolius Ag. Bastante común desde la superficie hasta 110 m. de profundidad, en la costa S. de Menorca: más raro en la costa N. Fam. X.—DELESSERIEA. Nitophyllum. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. I.—Soros subsolitarios debajo de las extremidades de los segmentos de la fronda........oooooo.os.. Ñ. uncinatum. TI.—Soros esparcidos en casi toda la superficie de la fronda. A.—Soros biconvexos, con tetrasporas desarrolladas en ambas páginas. Fronda enervia y avenia. a.—Fronda subsentada, dicotomo-flabelada, con SE Smentos aC ares a e aaa N. punctatum. b.—Fronda largamente estipitada, cuneiforme ó flabelada, con lóbulos muy anchos........... N. carneum. B.—Soros convexos con tetrasporas desarrolladas en una sola página. Fronda estipitada. a.—Venas nulas. Soros de 0,50-1,05 mm. de diá- MELO A o E N. Bonnemaisona. b.—Venas cubriendo toda la superficie de la fronda, reticulado-marmóreas. Soros de 0,36-0,54 milímetros de diámetr0........... SoroRbosos N. marmoratum, ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 17 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) TII.—Soros dispuestos en líneas subparalelas al borde 370. de los segmentos de la fronda. Venas forma- das de dos ó tres series de células, recorriendo la parte mediana de las lacinias. Borde denti- AS A IR N. Sandrianum. Nitophyllum uncinatum J. Ag. Cerca de la superficie en sitios sombríos: Binisaida, Son Bou, Fornells. —Tetrasporas en Abril y Mayo. Observación. En varios ejemplares he observado pequeñas venas anastomosadas, iguales á las de la fig. 5 del Vitophyllum venulosum, publicada por Zanardini en su /conographia Phyco- logica Mediterraneo-Adriatica. 376. 317. 378. 379. 380. N. punctatum Harv., var. ocellatum. Común á poca profundidad, si bien lo he recogido hasta en 50 m., —Tetrasporas desde Abril á Junio. N. carneum spec. nova. Entre 70 y 110 m. de profundidad: al E. y SE. del puerto de Mahón, E. de la isla del Aire; hacia Canutells y Mongofre.—Tetras- poras en Junio: un solo ejemplar con cistocarpios en Octubre. N. Bonnemaisoni Grev.? Solo he encontrado dos ejemplares incompletos, aunque ambos con tetrasporas, durante el mes de Octubre, el uno al SE. del puerto de Mahón á unos 80 m. de fondo, y el otro hacia Canutells á 95 m. N. marmoratum spec. nova. Entre 80 y 130 m. de profundidad: al NE. de la Mola, E. y SE. del puerto de Mahón, hacia Canutells y cabo de Font.—Tetraspo- ras en Junio y Setiembre; anteridios en Junio. N. Sandrianum Zanard. Crece desde 80 á 110 m.: al E. y SE. del puerto de Mahón, al E. de la isla del Aire, y hacia el cabo de Font. —Tetrasporas en Agosto y Setiembre. (81) Rodriguez —ALGAS DE LAS BALEARES. 259 Delesseria. 381. Delesseria Hypoglossum Lamx. Bastante común desde flor de agua hasta 105 m. de fondo, en toda la costa de Menorca.—Tetrasporas en Octubre, Enero y Fe- brero: cistocarpios en Octubre. Var. penicillata; D. penicillata Zanard. Hacia Capifort, 4 35 m. de fondo. 382. D. ruscifolia Lamx. Rarísima. Encontrado un solo ejemplar al E. del puerto de Ma- hón, á 90 m. de profundidad, en Junio de 1888, con tetrasporas. Fam. X/.—HELMINTHOCLADIEA:. Helminthora. 383. Helminthora divaricata J. Ag. Rara. Hacia la isla de Colom, á 30 m. de fondo. Cistocarpios en Junio. Nemalion. 384. Nemalion lubricum Duby. Cerca de la superficie: Binisaida (Rodr.), entre Torret y Binibeca (Fem.). Scinaia. 385. Scinaia furcellata Biv. Alcaufar, á poca profundidad; alta mar, hacia el cabo Negro é isla de Colom.—Cistocarpios en Junio, Agosto y Octubre. Liagora. 386. Liagora viscida Ag. Binisaida y Biniancolla (Fem.); Fornells (Rodr.). 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82y 387. L. ceranoides Lamx. 3inisaida, Rafalet, Fornells y Se Nitja, cerca de la superficie. 388. L. distenta Ag. Se Nitja en escaso fondo. Pam. XI71.—HYPNEACEA?. Hypnea. 389. Hypnea musciformis Lamx. Mallorca. —(Lagasca, según Colmeiro). Menorca. — Abunda á flor de agua.— Tetrasporas de Abril á Agosto. Observación. En Binisafulla y Fornells crece la 17. Rissot- na Ag., que Ardissone opina es una simple forma de la espe- cie anterior. El Sr. D'Albertis también la encontró en Ibiza é isla Conejera. Fam. XITTE=GELIDIEAS. Wurdemannia. 390. Wurdemannia setacea Harv. Entre la Mezquita y cabo Negro, cerca de la superficie, Gelidium. 391. Gelidium corneum Lamx. Var. pinnatum Kg .? Alcaufar y Binisofulla (Fem. Fornells (Rodr.). Observación. No me atrevo á asegurar que sea esta varie- dad, porque podría ser realmente la Pterocladia capillacea Bornet; pero yo nunca he encontrado el cistocarpio para re- solver esta duda. (83) Rodrígusz.—ALGAS DE LAS BALEARES. 261 Var. pulchellum Kg. Puerto de Mahón en Cala-Teulera, Cala de San Esteban, Alcau- far, Binisafulla (Fem.). Var. cespitosa J. Ag. Fornells. Var. plumosa Kg.; G. corneum var. latifolia Bornet. Binisaida. 392. (G. pectinatum Mont. Desde la superficie hasta 110 m.: punta de Rafalet y hacia Canu- tells; Peñas de Alayor, isla de Colom, Adaya. 393. G. pulvinatum Thuret. Torret y Alcaufar (Fem.). 394. G. crinale Lamx. Cerca de la superficie: Cala de San Esteban, Binisaida, Macá. Var. lubricum; Acrocarpus lubricus Kg. Puerto de Mahón, Binisafulla (Fem.). Var. spathulatum Ardiss. Mallorca.—Puerto de Palma (D'Albertis). Menorca.—Puerto de Mahón (D'Albertis). 39). G. ramellosum Ardiss.? Torret, en poco fondo (Fem.). Caulacanthus. 396. Caulacanthus ustulatus Kg. Binisaida, cerca de la superficie. Fam. XIV.-——WRANGELIEA. Spermothamnion. 397. Spermothamnion Turneri Aresch., var. variabi- le Ag. Son Bou, á flor de agua. —Tetrasporas en Febrero. 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (84) 398. Sp. strictum Ardiss.; Callithamnion strictum Ag. Cerca de la superficie en sitios sombríos: Binisaida, Fornells.— Tetrasporas y cistocarpios en Mayo y Junio. 399. Sp. flabellatum Born. Sobre el Codium tomentosum, á 48 m. de fondo, hacia la Mola.— Fructifica en Febrero. Sphondylothamnion. 400. Sphondylothamnion multifidum Naeg.; Wrange- lia multifida J. Ag. Desde flor de agua hasta 45 m.: Binisaida, hacia el cabo Negro é isla de Colom.—Tetrasporas en Mayo. Bornetia. 401. Bornetia secundiflora Thuret. Rara. Binisaida, casi á flor de agua.—Cistocarpios en Enero. Wrangelia. 402. Wrangelia penicillata Ag. Desde flor de agua hasta 50 m. Mallorca.—Bahía de Palma en Porto-Pí (D'Albertis). Menorca.—Abunda cerca de la superficie. —Cistocarpios en Mayo. Ibiza é isla Conejera.—(D'Albertis). Monospora. 403. Monospora pedicellata Sol. Binisaida, en sitios sombrios.— Propágulos en Mayo y Junio: te- trasporas en Mayo. Var. clavata Zanard.; M. clavata J. Ag. Binisaida á flor de agua, (85) Rodríiguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 263 Fam. XV. —CHYLOCLADIEA. Chylocladia. 404. Chylocladia kaliformis Harv.; Zomentaria kalifor- mis Gaill.; Gastroclonium kaliforme Ardiss. var. pa- tens; Lomentaria patens Kg. Se Nitja, en escaso fondo. 405. Ch. mediterranea J. As.; Zomentaria clavata J. Ag.; GFastroclonium clavatum Ardiss. Mahón (Mont. herb. según Colmeiro); Binisaida y Torret (Fem.); Son Bou, Mezquita, Cala-Moli (Rodr.). —Tetrasporas en Mayo. 406. Ch. squarrosa Le Jol.; Zomentaria squarrosa J. Ag. Binisaida, á flor de agua.—Tetrasporas en Marzo. 407. Ch. reflexa Harv.; Gastroclonium reflecum Kg. Alta mar, hacia el cabo Negro. Fam. XV/.—LAURENCIEA?. Laurencia. CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. IT. —Fronda cilíndrica, ramosa: ramas naciendo en todas direcciones. A.—Ramúsculos cilíndricos ó claviformes con el ápice SUDOR AS lea e L. obtusa. B.—Ramúsculos en forma de papilas, los terminales espaciados o o Ei da LES alle L. paniculata. C. —Ramúsculos en forma de papilas, los terminales dENSOS AE NI altos IS NEIOS els lalo a L. papillosa. II.—Fronda comprimida: ramas dístiCaS.....oo.ooooo.». L. pinnatifida. 261 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (86) 408. Laurencia obtusa Lamx. Desde la superficie hasta 75 m. de fondo. Mallorca.—(Cambessedes). Var. genuina Kg. Menorca.—Abunda en la costa, á flor de agua. —Tetrasporas en Marzo. Var. gracilis Kg. Mallorca.—Bahía de Palma, Cabrera (D'Albertis). Menorca.—Cala de San Esteban, Binibeca (Fem.). Ibiza.—(D'Albertis.) Var. gelatinosa Ardiss.; L. gelatinosa Lamx. Mallorca. — (Texidor.) Menorca.—Se Nitja. 409. L. paniculata J. Ag., var. glandulosa; L. patentiramea . Mont. A flor de agua: Mezquita, Se Nitja. 410. L. papillosa Grev. Mallorca,—Bahía de Palma, en varios puntos (D'Albertis). Menorca.—Alcaufar, Binibeca, Binisafulla (Fem.). Ibiza.— (D'Albertis.) 411. L. pinnatifida Lamx. Mallorca.—(Lagasca según Colmeiro.) Menorca.—Desde la superficie hasta 120 m. de profundidad: puerto de Mahón, Biniancolla, Binisafulla (Fem.); Binisaida, alta mar hacia el cabo de Font, Binidalí, Canutells, Calas-Covas, Son Bou, la Mola, cabo Negro, isla de Colom. Bonnemaisonia. 412. Bonnemaisonia asparagoides Ag. Rara. Encontrado solamente dos pequeños ejemplares, el uno hacia la Mezquita 4 55 m. de fondo, y el otro sobre un cangrejo dragado hacia Binidalí á unos 85 m. 487) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 265 Fam. XV/IT.—RHODOMELEZ. Chondryogpsis. 413. Chondryopsis Boryana J. Ag. Desde la superficie hasta 55 m.: Binisaida, hacia la Mezquita, Capifort.—Tetrasporas en Abril y Mayo. 414. Ch. tenuissima J. Ag. Rara. Freus, sobre la playa. Alsidium. 415. Alsidium corallinum Ag. Junto á la orilla: Alcaufar (Fem.); Macá, Fornells, Se Nitja (Rodr.). Observación. Esta especie es conocida vulgarmente con el nombre de Herba cuguera, y empleada como antihelmíntica. Digenea. 416. Digenea Wulíeni Kg.; D. simplez Ag. Poco común: hacia la Mezquita en escaso fondo; cabo Negro sobre la playa. Polysiphonia (l). CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. 1. Especies parásitas, pequeñas, rastreras, pinna- das, con pínnulas dísticas, ó dispuestas en dos bilerastunilaterales rada ios I. PrIiLOSIPHONIA. (1) Crece en abundancia en el puerto de Barcelona la Polysiphonia Brodiei Grev., en cuyos andenes la recogí en Abril con tetrasporas y cistocarpios. En el Medite- rráneo creo que solo ha sido citada en el puerto de Mesina por el Sr. Borzi.J 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (88) 2. Especies ordinariamente ramosas en todas direc- ciones, nunca con pínnulas dísticas ni unila- terales. . Especies enanas, ordinariamente rastreras, ecorticadas con 4-20 /SOnes. 0.0 II. HerPOSsIPHONIA. if. Especies grandes, generalmente erguidas. O. Filamento primario con artículos formados de 4 sifones pericentrales, anchos, á veces intercalados con otros sifones mucho más ESOO. e e a O TIT. OLIGOSIPHONIA. OO. Filamento primario con artículos forma- dos de 5-24 sifones pericentrales: nú- mero de sifones generalmente cons- O AS ra Ra IV. PoLYsIPHONIA. I.—PTILOSIPHONIA J. Ag. I.—Pínnmulas dístico-pinnadas. Sifones 8-9......... P. pennata. TT —Pínnulas subunilaterales, dispuestas en dos hi- leras. Sifones 8-10. A.—Planta delgada, rosada: plúmulas alargadas. P. tenella. B.—Planta más robusta, rígida, amarillenta..... P. secunda. 11.—HERPOSIPHONIA /. Ag. 1 A A O P. obscura. II. —Sifones 5. Ramas casi simpleS..............- P. Barbatula. TII.—Sifones 5. Ramas divaricadas, numerosas.... P. rigens. IIT.—OLIGOSIPHONIA /J. Ag. I.—Fronda desnuda ó corticada en la base. A.—Fronda no caulescente. Filamentos prima-= rios 4 menudo rastreros y radicantes. a.—Ceramidios ovóideos. Filamentos primarios rastreros desnudos. * Ramúsculos esparcidos, numerosos hacia ellápice ie .atorers (o ala detalla raio totes soso Po pultimata: ** Fronda dicotoma suberguida: artículos primarios muy largos a. ¡i“Podeusta: *** Planta más pequeña: ramas patentes y CONVErIgentes cua cenas. iS .. P. Biasolettiana. (89) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 267 b.—Ceramidios urceolados. Fronda dicotoma, er- suda capilar, UDCA oo a 0 P. sertularioides. B.—Fronda erguida, caulescente. a.—Fronda pinnada: ramúsculos penicilados. Ar- tículos inferiores más cortos que su diámetro. P. subulata. b.—Fronda dicotoma. Artículos inferiores dos veces más largos que su diámetro. ......... P. sanguinea. II.—Fronda total ó casi totalmente corticada. A,—Fronda pinnada. a.—Ramúsculos espiniformes.....ooooooooo.... P. flexella. b.—Ramúsculos descompuesto-pennados........ P. subcontinua. c.—Ramúsculos densos y subcorimbosos: células corticales de los artículos superiores alarga- das, por lo cual la fronda parece polisifonia. P. flocculosa. d.—Ramúsculos casi simples.........oooo.o.... P. Derbesth. B.—Fronda subdicotoma. a.—Ramúsculos cortos, delgados, algo patentes.. P. hirta. Hb =kRamúsculos' alargados... 30 dans ae ae P. foeniculacea. c.—Ramúsculos flajeliformes. Fronda robusta. .. P. elongata. TIV.—PoLYSIPHONIA J. Ag. I.—Fronda desnuda. Sifones 7-20. A, —Sifones 7. Fronda descompuesto-pinnada: ra- mjúsculos laterales penicilados............- P. byssoides. B.—Sifones 9-12. Fronda pinnada............... P. subulifera. C.—Sifones 15-20. Fronda pinnada, erguida....... P. opaca. D.—Sifones 15-20. Fronda pinnada, rastrera y ra- OMCEID AS yodo RbLL yoo olaa P. phleborrhiza. TI. —Fronda corticada. A, —Fronda dicotoma. Sifones 6-7. Ramas erguidas. -P. polyspora. B.—Fronda pinnada. Sifones 9-12................ P. fruticulosa. 417. Polysiphonia pennata J. Ag. Alcaufar, en balsas tranquilas. 418. P. tenella J. Ag. Entre el cabo Negro y la Mezquita, en escaso fondo, sobre otras algas. 419. P. secunda Zanard. Mallorca.—Isla de Cabrera (D'Albertis). Menorca.—Binisaida, Se Nitja. 268 420. 421. 423. 424, 425. 426. 430. 431. 432. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) P. obscura J. Ag. Binibeca (Fem.). P. Barbatula Ko. Binisaida. P. rigens J. Ag. Hacia la isla del Aire, á 24 m. de fondo. P. pulvinata Kg., non Ag. Fornells, á flor de agua. P. deusta J. Ag. Biniancolla (Fem.); Fornells (Rodr.). P. Biasolettiana Ag. Fornells, cerca de la superficie. P. sertularioides J. Ag. Torre den Penjat, á flor de agua; hacia la Mola á 48 m. de fondo. — Tetrasporas en Julio. P. subulata J. Ag. /orma vestita. Puerto de Mahón, en Cala-Teulera. P. sanguinea Zanard.? Al E. de la Mola, á 80 m. de profundidad. P. flexella J. Ag. Puerto de Mahón, en Cala-Teulera. P. subcontinua J. Ag. Biniancolla, en fondo escaso. (Fem.). P. flocculosa J. Ag. Entrada del Puerto de Mahón, Biniancolla (Fem.). P. Derbesii Sol., var. penicillata Ag. Faro del puerto de Mahón, Torret, Biniancolla y Binibeca (Fem.); Torre den Penjat, Binisaida, Mezquita (Rodr.).—Ceramidios en No- viembre. (91) Rodríguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 269 433. P. hirta J. Ag.? Binisafulla (Fem.). 434. P. foeniculacea J. Ag. Puerto de Mahón, Torret, Biniancolla (Fem.). 435. P. elongata Harv. De 1 á 40 m.: puerto de Mahón, en Cala Teulera, hacia la Mola é isla de Colom.—Fructifica en Mayo. 436. P. byssoides Grev. Hacia la isla del Aire, á 24 m. de fondo. 437. P. subulifera Harv.; ?P. ramellosa Kg. Menorca.—Entre 30 y 50 m. de fondo, hacia la Mola, cabo Ne- ero, Adaya, etc. Ibiza.—Dragada á 11 m. (D'Albertis). 438. P. opaca Zanard.: P. macrocephala Kg. Entre el cabo Negro y la Mezquita, á flor de agua. 439. P. phleborrhiza Kg. Torre den Penjat (Fem.). 440. P. polyspora J. Ag. Alcaufar, en la Punta-prima (Fem.). 441. P. fruticulosa Spr. Abunda á flor de agua en la costa de Menorca. Var. Wulfent; P. Wulfenz J. Ag. Hacia la Mola, 4 53 m. de fondo.—Tetrasporas en Marzo. 442. P. Requienii Mont. Ibiza.—A 11 m. de profundidad, sobre la Posidonia (D'Albertis). Observación. TYl Sr. Piccone, en su reciente opúsculo titu- lado Zlenco delle alghe della crociera del Corsaro alle Baleari, dice que solo encontró en la colección del Sr. D'Albertis dos ejemplares y algunos fragmentos, los cuales refiere á dicha rara especie, aceptando la opinión del esclarecido algólogo 270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (92) Sr. Hauck. Yo no conozco de la Polysiphonia Regwient: (planta que Agardh comprende entre las species ¿inguirende) más que la breve frase dada por Kiitzing. Toenioma. 443. Teenioma mocrourum Thuret; Bornet et Thuret, Notes Algol. 1, p. 69, tab. xxv. Fornells, casi á flor de agua. —Tetrasporas en Octubre. Rytiphlea. 444. Rytiphlea pinastroides Ag. Mallorca.—Puerto de Palma (D'Albertis). Menorca.—Binisaida, entre la Mezquita y el cabo Negro, hacia la Mola y Canutells. — Desde la superficie hasta 95 m. de fondo, encontrándose con fruto en Noviembre. 445, R. tinctoria Ag. Mallorca.—Bahía de Palma, en Porto Pí (D'Albertis). Menorca.—Desde flor de agua hasta 110 m.: puerto de Mahón, en Cala-Teulera, Alcaufar (Fem.); Binisaida, hacia el cabo Negro, Cala-Molí, Se Nitja, Canutells, Cala-Porter, etc. * Vidalia. 446. Vidalia volubilis J. Ag.; Dictyomeria volubilis Grev. Mallorca.—Bahía y puerto de Palma (D'Albertis). Menorca.—Muy abundante, tanto en el puerto de Mahón como en alta mar, conociéndola vulgarmente los pescadores por Herba gerriquera. Dasya. . CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES. I.—Plantas ecorticadas: ramas divaricadas. A.—Ramúsculos oligosifonios en la base. Fronda POCOHTamosa o cOn A D. Wurdemanna. (93) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. B.—Ramúsculos monosifonios en la base. Fronda A o A e II.—Plantas corticadas, al menos en la base. A.—Ramúsculos polisifonios en la base, espinulo- sos. Fronda corticada hasta el ápice. a.—FEronda plano-comprimida, dístico-pinnada.. b.—Fronda subcilíndrica, ramosa por todos lados. B.—Ramúsculos monosifonios en la base. a.—Fronda ramoso-penicilada, cilíndrica. * Planta de 2-3 cm., poco ramosa. Estiquidios COM PeuIcelos COBOS ata ia cil ** Planta de 5-10 cm., muy ramosa. Estiqui- dios con pedicelos cortos. Artículos ter- minales de los ramúsculos muy largos, ¡Maa soono coda dobos sobrio *** Planta que alcanza de 20 á 40 cm. y aun más. Estiquidios con pedicelos largos. Artículos terminales COrt0S............ b.—Fronda ramoso-desparramada, con ramas no peniciladas. Estiquidios casi sentados..... 447. Dasya Wurdemanni Bay]l. Sp D. . SQUAYTO0SA. . plana. . Sspinella. . ocellata. . punicea. . elegans. arbuscula. Entre el cabo Negro y la Mezquita, Fornells, Son Bou.—Una sola vez recogí un ejemplar con cistocarpios en Junio. 448. D.squarrosa J. Ag.; Zanard. Icon.; D. rigidula Ardiss. Cerca de la superficie: Binisaida entre la Mezquita y el cabo Ne- ero.—Estiquidios en Abril. 449. D. plana Ag. Alta mar entre 95 y 105 m.: Hacia Binisafulla y Canutells.— Estiquidios en Enero y Junio. 450. D. spinella Ag. Entre 75 y 95 m.: al SE. del puerto de Mahón, hacia Binidalí. 451. D. ocellata Harv. Desde la superficie hasta 95 m.: puerto de Mahón, Binibeca (Fem.); Binisaida, hacia Binisafulla y Calas-Covas (Rodr.).—Esti- " quidios en Mayo y Junio. 452. D. punicea Menegh. Entre 75 y 90 m. Hacia la Mola, Binidalí, Calas-Covas. zi ANALES DE HISTORIA NATURAL. (My 453. D. elegans Ag. Desde flor de agua hasta 40 m.: Fornells, hacia la Mola, cabo Negro, isla de Colom, cabo de Favaritx.—Estiquidios en Mayo y Octubre. 454. D. arbuscula Ag. Cerca de la superficie en el puerto de Mahón, Rafalet, Son Bou, Fornells, Se Nitja.—Estiquidios en Abril y Mayo. Halodictyon. 455. Halodictyon mirabile Zanard. Rara. Desde la superficie hasta 50 m. de fondo. Entre la Mez- quita y el cabo Negro, alta mar hacia Binillantí y Adaya. EXCLUSIÓN. Alsidiuwm Helminthochorton Kg.—Citado en Mallorca é Ibiza por Texi- dor, y en Menorca por Hernández, Uleo y Texidor. Aunque es posible que esta especie se encuentre en las Baleares, creo que su presencia me- rece ser confirmada. Fam. XV/T7.—CORALLINEA. Melobesia. 456. Melobesia granulata Menegh. Alta mar, al SE. del puerto de Mahón, á 95 m. de fondo, sobre Udotea Desfontainii.—Cistocarpios en Setiembre. 457. M. farinosa Lamx. Desde la superficie hasta 88 m., sobre varias otras algas. Mallorca. —Bahía de Palma en Porto-Pí (D'Albertis). Menorca.—Torret (Fem.); Binisaida y al SE. del puerto de Mahón. 458. M. corallinze Crouan. Binisafulla, sobre Corallina mediterranea (Fem.). (95) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 273 459. M. membranacea Lamx. Desde la superficie hasta 100 m., sobre varias algas. Mallorca.—Isla de Cabrera (D'Albertis). Menorca.—Binisaida, Fornells, al SE. de la Mola.—Cistocarpios en Octubre. lbiza.— (D'Albertis.) 460. M. pustulata Lamx. Mallorca.—Bahía de Palma en la punta de San Carlos, puerto de Palma é isla de Cabrera (D'Albertis). Ibiza.—Sobre varias algas (D'Albertis). Hapalidium. 461. Hapalidium contervicola Aresch; 4. Phyllacti- dium Kg. Mallorca.—Bahía de Palma en Porto-Pí, sobre Chcetomorpha; isla de Cabrera sobre Sphacelaria (D'Albertis). Menorca.—Entre el cabo Negro y la Mezquita, sobre Cladophora. Lithophyllum. 462. Lithophyllum cristatum Menegh. Binisaida, á flor de agua. 463. L. lichenoides Rosanoff. Alta mar, en mucha profundidad. Lithothamnion. 464. Lithothamnion polymorphum Aresch. Alcaufar, á flor de agua. 465. L. agariciforme...; Melodesia agariciformis Harv. Binisaida, desde la superficie hasta 3 m. de fondo. ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (96) Amphiroa. 466. Amphiroa rigida Lamx. Mallorca.—Bahía de Palma en Porto-Pí, isla de Cabrera (D'Al- bertis). Menorca.—Biniancolla (Fem.); Rafalet, Alcaufar, Punta-Negra, Se Nitja (Rodr.). 1biza.— (D'Albertis.) 467. A. exilis Harv. Mallorca.—Puerto de Palma (D'Albertis). Menorca.—Entre 30 y 90 m. de fondo; hacia Binidalí, cabo de Favaritx, Adaya. Jania. 468. Jania rubens Lamx.; Corallina rubens L. Abunda en las Baleares, desde flor de agua hasta 35 m. de pro- fundidad.—Cistocarpios en Mayo. 469. J. adheerens Lamx. Mallorca.—Isla de Cabrera, sobre otras algas (D'Albertis). Observación. Créese que esta planta es una simple forma de la J. rubens. 470. J. corniculata Lamx.; Corallina corniculata L. Alcaufar (Fem.); Mezquita, Capifort (Rodr.). Corallina. 471. Corallina officinalis L. Abunda en poco fondo.—Cistocarpios en Junio. 472. UC. mediterranea Aresch. Binisafulla (Fem.), Fornells, Se Nitja (Rodr.).—Cistocarpios en Febrero:y Mayo. 473. CU. granifera Ell. et Soland. Mallorca.—Bahía de Palma, isla de Cabrera (D'Albertis). Menorca. —Binisaida, Mezquita, Fornells, Se Nitja. TAS PARA LA FLORA ALGOLÓGICA DEL NORTE Y NOROESTE DE ESPAÑA, POR DLSBIA Z ARO? E, IBIZA, (Sesión del 9 de Enero de 1889.) Como la flora de nuestras costas se halla, en gran parte, por hacer, y no son muchas las localidades en que puede se- ñalarse concretamente la existencia de determinadas especies, y son aún más escasas las localidades exploradas moderna- mente, acaso ofrezca algún interés esta enumeración de las especies que me ha sido posible recoger en varias excursiones veraniegas por algunos puntos de la costa de las provincias de Santander, Asturias, Coruña y Pontevedra. Por las condiciones en que estos datos se han reunido no puede pretenderse que formen un catálogo, pues faltan desde luego muchas especies que no pueden encontrarse en la men- cionada estación del año, han pasado necesariamente des- apercibidas muchas otras de las de menor tamaño, y son tam- bién muy contadas las que he podido recoger de profundi - dad. Á pesar de esto resultan muchas nuevas para la fiora de la mencionada región, y algunas no citadas hasta hoy en España. Las denominaciones de muchas de las especies citadas ofre- cerian ambigiúedad, por los nombres que han recibido de los diferentes autores que las han descrito, si no se acompañase al nombre de cada una el de sus correspondientes sinónimos, 276 i ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) por lo menos de aquellos que han circulado más, en la impo- sibilidad de hacer un estudio completo de su sinominia, tanto por el cúmulo de nombres que se han aplicado á ciertas for mas, como porque el no hallarse aún bien deslindadas algu- nas especies no consiente ultimar los trabajos indispensables para una verdadera revisión crítica. Todas las localidades y especies aquí mencionadas han sido comprobadas personalmente, no incluyéndose en este trabajo ningún dato bibliográfico, ni aun aquellos que se refieren á las localidades en él mencionadas, pues estas verdaderas no- tas de viaje solo pueden tener algún valor en concepto de da- tos para la formación de nuestra flora ficológica por la auten- ticidad de las citas que en él se hacen. ORDEN 1.——RODOFÍCEAS. Famiita 1.'—Porfiraceas. Porphyra leucosticta Thur. (2. vulgaris Auct. partim, P. vermicellifera Kiitz.; P. coriacea et autumnalis Zanard.) Coruña. Porphyra laciniata Ag. (Ulva laciniata Lightf.; Porphyra umbilicalis Kútz.; P. purpurea Ag.; P. vulgaris Auct. partim.) Coruña. Fammia 2. "—Escuamariaceas. Peyssonelia Squamaria Decne. (Fucus squamarius Gmel.) San Vicente de la Barquera; Gijón. Fama 3.—Hildenbrandciaceas. Chantransia secundata Thur. (Callithamnion secunda- tum J. Ag.; C. ramellosum Kútz.; C. Lenormand: Suhr.; (3) Lázaro.— FLORA ALGOLÓGICA. 277 C. microscopicum Nág.; Acrochelium microscopicum Nág.; A. pulvereum Nág.; Microthamation marinum Kitz.) San Vicente de la Barquera, Monospora pedicellata Sol. /ConYferva pedicellata Engl. Bot. Monospora pedicellata, v. clavata Zanard.; Callithamnion pe- dicellatum Ag.; Corynospora pedicellata J. Ag.; Callitham- mion clavatum Schousb.; Corynospora clavata J. Ag.; Monos- pora clavata J. Ag.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Faminia 4.“—Helmintocladiaceas. Nemalion lubricum Duby. Coruña. FamiLia 5."—GCeramiaceas. Callithamnion tetricum Ag. (Conferva tetrica Dillw.; Phlebothamnion tetricum Kiitz.) San Vicente de la Barquera. Callithamnion tetragonum Ag. (Ceramium tetragonum Chauv.; PAlebothamnion tetragonum Kiitz.) Coruña. Callithamnion granulatum Ag. (Ceramium granulatum Ducl.; C. spongiosum Harv.; Phlebothamnion granulatum Kútz.; Ph. spongiosum Kútz. San Vicente de la Barquera. Callithamnion thujoideum Harv. (Callithamnion tripin- natum Harv.; C. thujoides Ag.; Conferva thujoides Engl. Bot.) San Vicente de la Barquera. Ceramium rubrum Ag. (C. lanciferum Kútz.; C. villosum Kútz.; C. dichotomum Kitz.; Trichoceras villosum Kiútz.; Con- JFerva rubra Huds.) San Vicente de la Barquera; Coruña; Vigo. 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Ceramium echionotum J.Ag.(C. echtonophorum Menegh.; C. dalmaticum Menegh.; Acanthoceros azoricum Menegh.; A. echionotum Kútz.; A. trascurrens Kútz.; A. distans Kiitz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Fammia 6.—Criptonemiaceas. Schizymenia Dubyi J. Ag. (Halymenia Dubyt Chauv.; Kallymenta Dubyi Kútz.) Coruña. Sarcophyllis edulis J. Ag. (Fucus edulis Stackh.; Zridea edulis Bory; Schizymenta edulis J. Ag.; Sarcophyllis lobata Kitz.) San Vicente de la Barquera. Fastigiaria furcellata Stackh. (Pucus furcellatus L.; Pur— cellaria fastigiata Lamour.) San Vicente de la Barquera. Halymenia ligulata Ag. (Ulva ligulata Wood.; Halarach- nion ligulatum Kitz.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña; Vigo. Faminia 7.—Gigartinaceas. Chondrus crispus Stackh. (Fucus crispus L.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Candás; Coruña; Vigo. Gigartina Teedii Lamour. (Ceramium Teedit Roth.; Chon- droclonium Teedii Kiitz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Gigartina mamillosa J. Ag. /Fucus mamillosus Good. et Woodw.:; Mastocarpus mamillosus Kiítz.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. (5) Lázar0.—FLORA ALGOLÓGICA. 29 Gigartina pistillata Lamour. (Fucus pistillatus Gm.; FP. gi- gartinus L.; FP. Ederi Eyser.; Spherococcus gigartinus Ag., Ceramium gigartinum Roth.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Candás; Coruña. Gigartina acicularis Lamour. (Spherococcus acicularis Ag.) Coruña, Gymnogongrus norvegicus J. Ag. (Spherococcus norvegi- cus J. Ag.; Chondrus norvegicus Lyngle.; Oncolylus norvegi- cus Kiitz.; FP. Norvegicus Guun.; F. Devontensis Grev.) Coruña. Phyllophora membranifolia J. Ag. (Fucus membranifo- lius Good. et Woodw.; Phyllotylus membranifolius Kiitz.; Rivularia rosea Suhr.) San Vicente de la Barquera; Coruña, Phyllophora Brodieei J. Ag. /Fucus Brodiez Tourn.; Coc- cotylus Brodier Kitz.; Actínococcus roseus Kiitz.) Santander; San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña; Vigo. Callophyllis laciniata Kiitz. (Spherococcus laciniatus Ag; Rhodymenta laciniata Harv.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Candás; Coruña. Callophyllis flabellata P. R. R. (Callophyllis lacinmiata, var. fabellata Hook.) San Vicente de la Barquera. Callymenia microphylla J. Ag. (Iridea minor Kitz.; Ka- llymenta reniformis J. Ag.) San Vicente de la Barquera. Cystoclonium purpurascens Kiitz. (Hypnea purpuras- cens Harv.) Coruña. 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) FaminIa 8.*—Rodimeniaceas. Fauchea repens Mont. (Spherococcus repens Ag.; Dichophy- cus repens Zanard.; Cypellon patens Zanard.) San Vicente de la Barquera. Rhodymenia Palmetta Grew. (R2. corallicola Ardiss.; Fu- cus Palmetta Esper.; Spherococcus Palmetta Ag.) San Vicente de la Barquera; Gijón. Rhodymenia ligulata ' Zanard. (Spherococcus ligulatus Kiútz.; Sph. Meneghinii Kitz.) San Vicente de la Barquera; Llanes; Candás; Coruña. Rhodymenia cristata Grev. (Pucus cristatus L.; Callophyllis cristata Kiútz.; Spherococcus cristatus Ag.) San Vicente de la Barquera. Rhodymenia palmata Grew. (Fucus palmatus L.; Sphero- coccus palmatus Kiitz.; Halymenia palmata Ag.) San Vicente de la Barquera; La Franca. Rhodymenia sarniensis Grev. (Pucus sarniensis Mertens; Halymenta sarniensis Duby.; Halymenia lacera Lamour.) Coruña (ejemplar debido á la amabilidad del Sr. Janer). Rhodymenia sobolifera Grev. (Rhodymenia palmata Grev. e. soboliferus; Spherococcus soboliferus Kútz.; Halymenia so- dolifera Ag.; Ulva sobolifera Lyngb.; Fucus soboliferus Fl. Dan.) San Vicente de la Barquera. Plocamium coccineum Lyngb. a. genuina (Pucus cocci- neus Huds.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. Rhodophyllis bifida Kitz. (2%. appendiculata J. Ag.; Rh. Straforellit Ardiss.; Fucus bifidus Good. et Wood.; Zmo- choriwm dichotomun Kitz.; Inochorium cervicorne Kitz.) San Vicente de la Barquera. (1) Lázar0.—FLORA ALGOLÓGICA. 281 Hydrolapatum sanguineum Stackh. /Fucus sanguineus L.; Delesseria sanguinea Lamour.; Wormiskioldia sanguinea Spr.) San Vicente de la Barquera; Llanes; Coruña. FamiLia 9."—Deleseriaceas. Nitophyllum laceratum Grev. (Delesseria lacerata Lamour.; Cryptopleuwra lacerata Kiútz.; Aglaiophyllum laceratum Mont.; Chondrus laceratus Lyngb.; Wormskioldia lacera Spreng.; Fucus laceratus Gm.; F. endiviefolius Lightf.) San Vicente de la Barquera; Santander; La Franca; Coruña. Nitophyllum versicolor Hary. San Vicente de la Barquera. Nitophyllum Hillise Grev. (Cryptopleura Hillie Kitz.; Halymenia punctata Duby.) Coruña. Nitophyllum punctatum Harv. (Ulva punctata Stack.; Fucus occellatus Lamour.; Nitophyllum occellatum Grev.; Aglatiophyllum occellatum Kútz.; Agl. delicatulum Kútz.) Coruña. Delesseria ruscifolia Lamour. (Pucus ruscifolius Turn.; Hypoglossum ruscifolium Kútz.) San Vicente de la Barquera. Delesseria sinuosa Lamour. /Fucus sinuatus Good. et Wood.; Phycodrys sinuosa Kitz.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña; Vigo. Fiminia 10..—Esferococaceas. Spheerococcus coronopifolius Stackh. /Fucus coronopifo- l2us Good. et Wood.; Rynachococcus coronopifolius Kitz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Calliblepharis ciliata Kiitz. (Spherococcus ciliatus Ag.; Rhodymenta ciliata Harv.) Santander; Comillas; San Vicente de la Barquera; La Franca; Gijón; Candás; Coruña; Vigo. Calliblepharis jubata Kiútz. (Rhodymenia jubata Harv.) La Franca; Candás; Gijón. Gracilaria confervoides Grev. (Pucus confervoides L.; Spherococcus confervoides Ag.; Sph. divergens Kitz.; Mycho- dea cerulescens Kiútz.; Chrysymenta flagelliformis Ardiss.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. Gracilaria compressa Grev. (Spherococcus compressus Ag.; Sph. vagus Kútz.) San Vicente de la Barquera; Santander; Candás. Gracilaria multipartita Mont. (Fucus multipartitus Cleus.; F. granatus Turn.; Plocaria multipartita Endl:; Chondrus Agathoicus Lamour.; Spherococcus multipartitus Grev.) San Vicente de la Barquera; Gijón; Vigo. Faminia 11."—Hipneaceas. Hipnea musciformis Lamour. (HHipnea Rissoana J. Ag.; Pucus musciformis Wulf.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña; Vigo. Fiminia 12.*-—Gelidiaceas. Gelidium capillaceum Kitz. (Gelidium corneum Auct.; G. Corneum v. pinnatum Grev.; E. proliferum Kiútz.; Fucus capillaceus Gmel.; Pterocladia capillacea Born. et Thur.) San Vicente de la Barquera; Santander; Candás; Coruña; Vigo. Gelidium cartilagineum Gaill. (CFelidium concatenatum Lamour.; (GF. versicolor Lamour.; Fucus cartilagineus L.; F. capensis Guss.; Fucus versicolor Gmel.; Spherococcus car lilagineus Ag.) San Vicente de la Barquera; Candás. (9) Lázar0.—FLORA ALGOLÓGICA. 283 Faunia 13.—Espongiocarpeas. Polyides lumbricalis Grev. (Polyides rotundus Grev.; Mu- cus rotundus Gmel.; Furcellaria lumbricalis Kiútz.) Santander; San Vicente de la Barquera; Comillas; Candás; Coruña. Faimimia 14.*—Lomentariaceas. Lomentaria articulata Lyngb. (Chondria articulata Ag.; Chylocladia articulata Grev.) San Vicente de la Barquera; Comillas; Candás; Coruña. Lomentaria kaliformis Gaill. (Zomentaria patens Kútz.; L.dasyclada Kútz.; Pucus kaliformis Good. et Woodw.; CAy- locladia kaliformis Hook.) San Vicente de la Barquera. Champia parvula Harv. (Chylocladia parvula Harv.; Lo- mentaria parvula Gaill.) Coruña. Fama 15. —Rodomelaceas. Chondria dasyphylla Ag. (Zawrencia dasyphylla Grev.; Chondriopsis dasyphylla J. Ag.) Coruña. Laurencia pinnatifida Lamour. /Pucus pinnatifidus Gmel.) Coruña (Janer). Laurencia obtusa Lamour. /Fucus obtusus Huds.) Coruña. Polysiphonia fastigiata Grev. ((Ceramium Jastigiatum Roth.) San Vicente de la Barquera. 284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (.0) Polysiphonia fibrillosa Grev. non J. Ag. San Vicente de la Barquera; Coruña. Polysiphonia Griffithsiana Harv. San Vicente de la Barquera. Polysiphonia elongata Harv. /Conferva elongata Huds.; Polysiphonia Ruchingeri J. Ag.; P. hematites Kitz.; P. con- mutata Kitz.; P. strictordes Kútz.; P. robusta Kiútz.; P. tri- chodes Kitz.; P. arborescens Kútz.; P. stenocarpa Kiitz.; P. macrochlonia Kútz.; P. chalarophica Kiútz.; P. microden- dron J. Ag.: P. delphina De Not.) San Vicente de la Barquera. Polysiphonia Carmicheliana Harv. (Polysiphonia divari- cata Carm.) San Vicente de la Barquera. Polysiphonia fruticulosa Spreng. (Fucus fruticulosus Wulf.; Rytiphlea fruticulosa Harv.; Polysiphonia Wulfent J. Ag.; P. Martensiana et comatula Kitz.) Coruña. Rytiphlseea complanata J. Ag. (Callophyllis cristata Kútz.; Rhodymenia cristata Harv.) San Vicente de la Barquera; Comillas; Candás; Coruña. Rytiphlea thujoides Harv. (Polysiphonmia thujoides Harv.: Grammita rigidula Bonnem.) San Vicente de la Barquera. Rytiphlxea pinastroides Ag. (Rhodomela pinastroides Ag.; Halopithys pinastroides Kiútz.) Coruña. Dasya coccinea Ag. (Conferva coccinea Huds.; Trichotham- mion coccineum Kiitz.; Tr. hirsutum Kútz.; Tr. gracile Kiútz.) Santander; Comillas; San Vicente de la Barquera; Llanes; Candás; Gijón, Coruña, Vigo. (11) Lázar0.—FLORA ALGOLÓGICA. 285 F1imiia 16.—Coralinaceas. Melobesia pustulata Lamour. /Melobesia macrocarpa Rosan?) San Vicente de la Barquera. Lithophyllum Lenormandi Rosau. /Melobesia Lenormand: Aresch.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Lithothamnion polymorphum Aresch. (Zithothamnion incrustans Phil.; Millepora polymorpha L.; Melobesia poly- morpha Harv.; Spongites polymorpha Kitz.; Sp. confiwens Kitz.; Sp. crustacea Kitz.; Sp. incrustans Kútz.) San Vicente de la Barquera; Coruña; Vigo. Lithothamnion crassum Phil. (Zithothamnion racemus Aresch.; Spongites crasa Kitz.) San Vicente de la Barquera. Lithothamnion fasciculatum Aresch. /Melobesia fascicu- lata Lamarck et Harv.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Corallina rubens L. (Corallina cristata Kitz.; C. spermo- phorus Kitz.; C. verrucosa Kútz.; Jania rubens Lamour.; Jd- nia adherens Lamour.) San Vicente de la Barquera; Comillas; Candás; Vigo. Corallina virgata Zanard. (C. granifera Aresch.; C. atte- nuata Kiútz.; C. gibbosa Kitz.) Coruña. Corallina officinalis L. (Corallina densa Kútz.; C. gram:- fera Kitz.; C. spathulifera Kitz.; C. nana Zanard.) San Vicente de la Barquera; Candás; Vigo; Coruña. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) ORDEN 2."—FEOFICEAS. Faminia 17.—Fucaceas. Himanthalia lorea Lyngb. (Fucus loreus L.) | Santander; San Vicente de la Barquera; Comillas; Gijón; Coruña: Vigo. Bifurcaria tuberculata Stackh. Fucus tuberculatus Huds.; Pycnophycus tuberculatus Kitz.; Fucodium tuberculatum ISS) Coruña. Ascophyllum nodosum Le Jolis. (Pucus nodosus L., Fuco - dium nodosus J. Ag.; Ozothalia vulgaris Decne. et Thur.) Santander; Cóbreces; Comillas; San Vicente de la Barquera; La Franca; Gijón; Candás. Fucus vexiculosus L. San Vicente de la Barquera; Santander; Candás; Ferrol; Coruña; Vigo. Fucus platycarpus Thur. (Fucus spiralis L. et auct. partim.) Santander, San Vicente de la Barquera. Fucus serratus L. Santander; Comillas; San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. Fucus ceranoides L. San Vicente de la Barquera; Coruña. Fucus angustifolius With. San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. Pelvetia canaliculata Decne. (Pucus canaliculatus L.; FPu- codiuwm canaliculatum J. Ag.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Halidrys siliquosa Lyngb. (Mucus siliquosus L.) Santander; Comillas; San Vicente de la Barquera; La Franca; Can- dás; Llanes; Coruña; Vigo; Bayona de Galicia. (13) Lázar0.—FLORA ALGOLÓGICA. 287 Cystosira barbata Ag. (Cystosira Hoppii Ag.; Pucus darba- lus Good. et Woodw.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Coruña. Cystosira ericoides Ag. (Halerica ericoides Kiitz.) Coruña, Cystosira discors Ag. (Fucus discors L.; Cystosira fenicu- lacea Harv.; C. paniculata Kiitz.) San Vicente de la Barquera. Cystosira abrotanifolia Ag. (Cystosira patentissima Kiitz.; C. divaricata Kútz.; C. data Kitz.; C. glomerata Kiútz.; C. squarrosa Kiútz.; C. microcarpa Kitz.; C. leptocarpa Kiitz.; C. fimbriata Lamour.; C. pumila Mont.) San Vicente de la Barquera. . . Cystosira fibrosa Ag. (FPucus fibrosus Huds.; Phyllacantha fibrosa Kútz.; Ph. thesiophylla Kiútz.) Santander, San Vicente de la Barquera; Candás; La Franca; Co- ruña; Vigo. Sargassum linifolium Ag. (Fucus linmifolius Turn.; Sar- gassum Boryanum Mont.; $. obtusatum Borg.; $. coarctatum Kiitz.) Vigo. Sargassum vulgare Ag. (Fucus natans (in part.) Tourn.; Fucus salicifolius Bertol.; Sargassum salicifolium Borg. non Lamour.) Coruña. FaminIa 18. "—Dictioteas. Dictyota dichotoma Lamour. (Dictyota vulgaris Kiitz.: D. atlenvata Kitz.; D. cea Kitz.; D. latifolia Kútz.) La Franca; Coruña. Dictyota linearis Grev. (Dictyota equalis Kitz.; D. fibro- $4 Kútz.; D. angustissima Kutz.; D. divaricata Lamour.) San Vicente de la Barquera; La Franca, Candás; Vigo. 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Taonia atomaria J. Ag. (Ulva atomaria Wood.) Vigo. Padina Pavonia Gaillon. (U'lva Pavonta L.; Zonaria Pavo- ma Kitz.; Z. tenwis Kútz.) Vigo. Dictyopteris polypodioides Lamour. (Fucus polypodiot- des Desf.; Halyseris polypodioides Ag.) Santander; San Vicente de la Barquera; Coruña; Vigo. Fama 19.*—Ectocarpeas. Ectocarpus siliculosus Lyngb. (Conferva siliculosa Dillv.; Ceramium siliculosum Ag.) Coruña. Ectocarpus tomentosus Lyngb. /Conferva tomentosa Huds.; Spongonema tomentosa Kiitz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Ectocarpus fasciculatus Harv. Coruña. Ectocarpus granulosus Ag. (Ectocarpus laetus Ag.; Con- ferva granulosa Engl. Bot.; Corticularia brachiata Kiítz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Ectocarpus Hincksise Harv. Coruña. Ectocarpus firmus J. Ag. (Pilayella littoralis Kjellum. v. firma.) | San Vicente de la Barquera. Moyriotrichia filiformis Harv. San Vicente de la Barquera. Sphacelaria scoparia Lyngb. (Conferva scoparia L.; Sty- Pocaulon scoparium Kiútz.) San Vicente de la Barquera; Candás; La Franca; Vigo. (15) Lázaro.—FLORA ALGOLÓGICA. 289 Cheetopteris plumosa Kiitz.; Splacelaria plumosa Lyngb.; San Vicente de la Barquera. Cladostephus verticillatus Ag. (Cladostephus myriophy- llum Ag.; Cl. spongiosus Kitz.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Cladostephus tomentosus Kiitz. San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña. Faunia 20.—Mesogleaceas. Eleachista pulvinata Harv. (Zleachista attenuata Harv.; E. Rivularia Suhr.; Myriactis pulvinata Kiitz.) San Vicente de la Barquera. Eleachista fucicola Fr. (Conferva fucicola Velley, Phyco- phylla fucorum Kiitz.; Ph. Agardhti Kiítz.) San Vicente de la Barquera. Fammia 21.?—Punctariaceas. Litosiphon pusillus Harv. (Asperococcus pusillus Carm.; Chlorosiphon pusillus Kútz.) San Vicente de la Barquera. Desmarestia ligulata Lamour. (Pucus ligulatus Lightf.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Candás; Coruña. Desmarestia aculeata Lamour. (Pucus aculeatus L.; Spo- rochnus aculeatus Ag.; Desmiía aculeata Lyngb.) Coruña. FamiLta 22."—Esporocnaceas. Sporochnus pedunculatus Ag. (Wporochnus dalmaticus Menegh.; Fucus pedunculatus Huds.) San Vicente de la Barquera. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Fama 23..—Escitosifonaceas. Phyllitis Fascia Kútz. (Fucus FPascia H. Dau.; Zaminaria Fascia Harv.) Coruña. Hydroclathrus sinuosus Zanard. (Ulva sinuosa Roth.; Colpomentia sinuosa Derb.; Encoelium sinuosum Ag.; Aspero- coccus sinuosus Bory.) Santander; San Vicente de la Barquera; Ferrol; Coruña; Villagarcía; Vigo. FaminIa 24. *—Lbaminariaceas. Laminaria saccharina Lamour. (ZLaminaria crispata Kiitz.; L. latifolia Ag.; Fucus saccharinaus L.) Vigo; Coruña. Laminaria flexicaulis Le Jolis. [Zaminaria digitata (par- tim) Auct.; L. digitata, var. stenopylla Harv.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Laminearia Cloustoni Le Jolis. (Z. digitata (partim) Auct.) Santander; San Vicente de la Barquera; Coruña; Vigo. Haligenia bulbosa Decne. (Zaminaria bulbosa Lamour.; Saccorhiza bulbosa De la Pyl.) San Vicente de la Barquera; Candás; La Franca; Coruña. Faminia 25.-—Cutleriaceas. Cutleria multifida Grev. (Cutleria dichotoma Kiútz.; C. fibro- sa Kiitz.; C. pennicillata Kiútz.; C. dichotoma Kútz.; C. dal- matica Zanard.; C. intrincata Zanard.; Ulva multifida Engl. Bot.) Candás; San Vicente de la Barquera. (17) Lázaro.—FLORA ALGOLÓGICA. 291 ORDEN 3.'—CLOROFICEAS. Faminia 26."—Ulvaceas. Enteromorpha intestinalis Link., v. Cornucopiaze. (Seytosiphon intestinalis B.; Cornucopie Lynghb.; Enteromor- pha cornucopie Carm.) La Franca. Enteromorpha intestinalis Link., v. capillaris. (Cera- mim verrucosum Roth.; Ulva compressa crinita Kitz.; U. pro- lifera Fl. dan.; Enteromorpha prolifera J. Ag.; E. pilifera Kitz.; E. tubulosa Kitz.) Coruña. Enteromorpha intestinalis Link., v. mesenteriformis. (Solenia intestinalis, v. maxima Ag.) San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña, Enteromorpha complanata Kitz. (Enteromorpha com- pressa, v. complanata Le Jolis.) San Vicente de la Barquera. Enteromorpha compressa Grev., v. ceespitosa. (Ulva compressa L. et Ag.; W. Enteromorpha, v. compresa Le Jolis.) San Vicente de la Barquera; La Franca; Candás. Enteromorpha compressa Grev., v. nana. (E. compressa, v. nana J. Ag.) San Vicente de la Barquera. Enteromorpha clathrata J. Ag. (Conferva clathrata Roth.) San Vicente de la Barquera, Candás, Vigo. Ulva Lactuca L. San Vicente de la Barquera; La Franca; Coruña. Ulva latissima Kitz. San Vicente de la Barquera; Santander; Candás: Coruña. 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Monostroma orbiculatum Thur. Coruña. Famiia 27.*—Confervaceas. Cladophora fracta Kiitz. /. marima. (Conferva fracta Fl, dan.; C. heteronema Ag.; C. patens Ag.; C. Vadorum Aresch.; Cla- dophora heteronema Kiútz.; Cl. favescens Harv.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Cladophora glaucescens Harv. (Conferva glaucescens Griff.; Cladophora plumosa Kitz.; Cl. Bruzelii Kitz.; Cl. cristata Kiitz.) San Vicente de la Barquera. Cladophora albida Kitz. /Conferva albida Huds.; C. Veesio- rum Ag.; Cladophora remellosa Kútz.; Cl. gracillima Kitz.; Cl. tenuis Kiútz.; Cl. pumilla Kitz.; Cl. chlorothrizx Kitz.) San Vicente de la Barquera. Cladophora gracilis Kiitz. (Conferva gracilis Griff.; C. San- dri Zanard.; Cladophora Vadorium Kiiítz.) San Vicente de la Barquera. Cladophora pellucida Kitz. (Conferva pellucida Huds.; Acrocladus mediterraneus Nág.) San Vicente de la Barquera; Coruña. Cladophora rupestris Kiútz. (Conferva rupestris L.; Cla- dophora Lyngbiana Kútz.) San Vicente de la Barquera. Cladophora lanosa Kitz. (Conferva lanosa Roth.; Clado- phora Spongomorpha Kiitz.) San Vicente de la Barquera. (19) Lázard.—FLORA ALGOLÓGICA. 293 Fimimia 28."—-Briopsideas. Bryopsis plumosa Ag. (Bryopsis abietina Kitz.; Br. plu- mosa Kiútz.) Vigo. Codium tomentosum Stackh., v. genuinum. (Fucus to- mentosus Huds.; Codium Vermilara Delle Chiaje; ¡Spongo- dium dichotomum Lamour.; Agardhia dichotoma Cabrera). San Vicente de la Barquera; Candás; Coruña; Vigo. Codium tomentosum Stackh., v. elongatum. San Vicente de la Barquera. Codium tomentosum Stackh., v. implicatum. San Vicente de la Barquera; Coruña. Codium elongatum Ag. (Ulva decorticata Wood.) La Franca. Codium Bursa Ag. (4 /cionium Bursa L.) La Franca; Candás; Vigo. Codium adherens Ag. /Agardhia adherens Cabrera; Codium diforme Kitz.) Coruña. Halymeda Opuntia Lamour. (Flavellaria Opuntia Lam- marck; Corallina Opuntia Ell. et Sol.) Candás. ORDEN 4."—CIANOFICEAS. Fama 29..—Nostocaceas. Calothrix contervicola Ag. (Conferva confervicola Dillw.; Leibleimia chalybea Kútz.; L. purpurea Kiitz.; £L. faccida Kitz.; L. virescens Kútz.; Schizosiphon fagelliformis Kiítz.) San Vicente de la Barquera. 294 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Physactis pilifera Kiitz. (Rivularia nitida Ag.) San Vicente de la Barquera. Lyngbia majuscula Harv. (Conferva majuscula Dillw.; Lyngbia major Kiitz.; L. Brignolii De Not. San Vicente de la Barquera. Spirulina Thuretii Crouan. San Vicente de la Barquera. MISCELÁNEAS ENTOMOLÓGICAS. ARÁCNIDOS DE AMER Y MONTSERRAT, POR D. MIGUEL CUNÍ Y MARTORELL. (Sesión del 13 de Marzo de 1889.) Habiendo sido los Arácnidos objeto de mis exploraciones por varios puntos de Cataluña, cábeme hoy la satisfacción de poder presentar á la Sociedad Española de Historia Natural, que tanto se desvela para dar á conocer las riquezas naturales de nuestra Península, la lista de las especies que recogí en Amer (provincia de Gerona) y en Montserrat. A M EH. ORDO ARANEZE. Sparassidxe. Fam. Attidoe. Olios spongitarsis L. Duf. Dendryphantes nidicolens Walek. Thomisidze. Heliophanus Cambridgei E. $. Saitis barbipes E. $. Sinceema globosum Fab. Hasarius jucundus Lucas. Hericeus Savignyi E. $. — letabundus C. K. Thomisus onustus Walck. Runcinia lateralis C. K. Oxyopides, Philodromus lividus E. S. Oxyopes lineatus Lat. = aureolus Cl. Lycosidze. Epeirid.oe. Ocyale mirabilis Cl. Argiope lobata Pall. Lycosa radiata Latr. — Bruennichi Scopl. - 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Cyclosa conica Pallas. Epeira angulata Cl. — diademata Cl. — Redúi Scopl. — sclopetaria Cl. — adiantra Walck. — acalypha Walck. Singa sanguinea C. K. var. Tetragnatha extensa L., var. mon- tana E. $. =— chrysochtoza Sav. Uloboridze. Uloborus Walckenceríus Latr. Theridionidoe. Theridion lineatum Cl. — nigrovariegatum E. $. Linyphia triangularis Cl. Linyphia marginata C. K. Episinus truncatus Walck. Agelenidore. Tegenaria parietina Fourc. Agelena labirynthica Cl. Textrix denticulata Ol. Drassidoe. Aphantaulax semi-niger E. $. Clubiona brevipes Bl. Chiracanthium mildei L. K. ORDO OPILIONES. Fam. Phalangiidoe. Liobunum Dorie Cn. Phalangium opilio L. Acantholophus tricuspidatus L. Dut. WC S En ee Alo ORDO ARANEZE. Fam. Attidoe. Hasarius jucundus Lucas. Heliophanus cupreus Walck. Dendryphantes nidicolens Walck. Icius notabilis C. K. Oxyopidexe. Oxyopes lineatus Lat. Lycosidze. Lycosa ruricola De Geer. Pardosa prativaga L. K. Ocyale mirabilis Cl. Sparassideze. Olios spongitarsis L. Duf. Thomisidze. Xysticus caperatus E. $. Synceema globosum Fab. Runcinia lateralis O. K. Philodromus dispar Walck. — aureolus Cl. — rufus Walck. Tibellus oblongus Walck. Epeciridoe. Cyclosa conica Pallas. Epeira diademata Cl. — Cucurbitina Cl. — — Sturmi Hahn. (3) Cuni.—ARÁCNIDOS DE AMER Y MONTSERRAT. 297 Epeira acalypha Walck. Linyphia frutetorum O. K. — dioidia Walck. Maso Sundevalla West. Singa albovittata West. Cercidia prominens Sund. OS Meta segmentata Cl. Dictyna puella E. $. Drassidzxe. Theridionidze. y Clubi brevipes Bl. Theridion bimaculatum L., var. pel- O ar lucidum E. $. — denticulatum Walck. — pulchellum Walck. ORDO OPILIONES. Dipena melanogaster C. K. Linyphia marginata C. K. — clathrata Sund. Acantholophus spinosus Bosch. Anyphiena sabina L. K. Fam. Phalangiidze. Cuando hubo concluido el verano último y estaba próximo el invierno, antes de dejar la pintoresca villa de Calella, qui- se hacer una postrera exploración, no en las montañas ni en los valles, sino en el interior de las ramas muertas del Rubus ¿hyrsoideus Wim., y para lograrlo bastóme cortar tronquitos secos de la mencionada zarza cuyo extremo se hallara aguje- reado, y llevarme á casa una porción de ellos, que partí des- pués por el medio, de arriba á abajo, habiendo sorprendido en su interior bastantes insectos de varios órdenes, siendo unos verdaderos hijos de aquellos túneles y galerías, como los Ceratina, Odynerus, Cemonus y Trypozxylon, y otros que figu- raban como parásitos, v. gr., Ephianthes, Diomorus y Omalus; había algunos arácnidos en calidad de prisioneros, destinados al sacrificio, y no faltaron curiosos ó de ignorada intención, tales como diferentes hemipteros, coleópteros y ortópteros. Voy, pues, á presentar la lista de todas las especies que recogl: HIMENÓPTEROS. Odynerus minutus F.? Camponotus lateralis Ol. Ephianthes divinator Rossi. Leptothorax tuberum YF., var. affinis Diomorus calcaratus Nees. Mayz. Omalus auratus Dahl. Cremastogaster scutellaris Ol. Cemonus unicolor Pz. Prosopis sp. ? Diodontus minutus Fab. Megachile argentata Fab. Trypoxylon figulus Lin. Ceratina chalcites Germ. Abundante. Odynerus bifasciatus Lin. — albilabris Germ. 998 ANALES DE HISTORIA NATURAL. COLEÓPTEROS. ORTÓPTEROS. Lagria hirta Lin. Forficula Aaa Lin. Sitones lineatus Lin. — — Yersini Bris. — pubescens Géné. HEMÍPTEROS. ARÁCNIDOS, Neotiglossa bifida Costa. Synceema globosum Fab. Pachymerus Rolandri Lin. Singa albovittata Westr. Heterogaster urtice Fab. Euryopis acuminata Lucas. Nabis lativentris Boh. Segestria senoculata L. Especies de insectos que he descubierto recientemente en Cataluña. COLEÓPTEROS. Olisthopus fuscatus Dej.—Santas Creus. Steropus globosus Y., var. Hoffmanseggi Dej.—Santas Creus. Amara rufenea Dej.—Vilaseca. Ophonus rotundatus Fairm.—Santas Creus. Staphylinus murinus L.— Camprodón. Xantholinus elegans O1.—Camprodón. Lathrobium angustatum Lacord.—Besós; Rosas. Catops fumatus Er.—Empalme. Athous Godarti Muls.? — Barcelona, Ceutorhynchidius urens Gy1l.—Santas Creus. (4 Scolytus rugulosus Rdz.—En el interior de ramas secas de almendro, en Calella. Cryptocephalus pini Lin.—Empalme. Galeruca nymphece Lin.—Camprodón. Podagrica fuscicornis Lin.—Vilaseca., HEMÍPTEROS, Aphanus tristis var. inarimensis Costa.—Begas. Gastrodes ferrugineus Lin.—Begas. Heterogaster affinis HS.— Amer. Stiphrosoma cicadifrons Costa.—Begas. (5) Cuni.— ARÁCNIDOS DE AMER Y MONTSERRAT. Psallus Crotschi Scot.—Begas. Grypotes pinetellus Boh.—Begas. Thamnotettix crocea H1S.— Begas. . HIMENÓPTEROS. Diodontus minutus Fab. Camponotus lateralis Ol. 299 ., 7 pa ¡ve , e dl E VS by YA es » AAA A MICA . Me y UN A , A depa j e ; > Y» bra y E AIN 4 MIA di eq? y ¿ A E CAS e E o A eE II EA ASAS el NARA dr AAN bob dl a! ó AA y pie PAD cl PEA E NO A A O AN 4 TERNA Ln sE 5 $ á Y, Pr Ñ kg IIA HI SS pr 1%) e RRA LAA : Mr í a, , k 417 h Ps ENEE RADO E o ODA A AAN TA Y > AR A. LA al: a O El! Pe ss E bl ñ " * a Ñ As " o » 4 pS a E » se, Pond y Ne AN dz de cl % E ae E q 2. pue ; AE, SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL, POR DONA ERA NL El. Ye E Ex. (Sesión del 5 de Junio de 1889.) En mi libro Furina im Ober-Gailthal, Kaernten (1885, 79), he publicado sobre el succino ó ámbar español lo siguiente: «También en la parte septentrional de España se encuentra succino. Mr. Townsend dice (1): Al regresar de Oviedo un ca- ballero me regaló una colección de succino y azabache que abunda en aquella provincia. Según Mr. Townsend, las minas más importantes son las situadas en el territorio de Veloncio, las del valle de las Giierrias y las de la aldea de Arenas, que pertenece á la parroquia de Val de Soto. El Sr. Stolpe (2) habla determinadamente de la presencia del succino en España, y citando la obra Porsúgtil en Almindelig Naturhistorie (Copen- hague, 1791, t. 1v, vol. 11, pág. 994) de Fleischer, dice que al ámbar español corresponde el primer puesto después del Bal- tico, y señala como localidades de explotación á Veloncio, en el valle de las Gúerrias y Arenas. Según el Sr. Zincken (3), se encuentra el succino también en las montañas gredosas de Asturias, en Siero y Villaviciosa y en Valle (distrito de Piloña), cuyo terreno pertenece á formaciones geológicas del período cretáceo; además se cita su presencia en la provincia de Te- ruel, teniendo los trozos que proceden de esta localidad el (D) Viaje por España, traducción alemana hecha por Volkmann, 1792, 1, 371. (2) Congr. interna. d”Anthr., Stockholm, 1874 (1876), 781. (3) Physiogr. der Braunkohle, 1867, 244 y 1871, 56. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (2) volumen de algunas pulgadas cúbicas,'y distinguiéndose. ade- más por la particularidad de que en la destilación seca no produce ácido (succínico. El Sr. Helm (1) habla de una resina fósil de Oviedo que pasa por succino y tampoco produce ácido succínico (2).» , A pesar de estas noticias bastante numerosas y plausible- mente exactas, el succino español es casi desconocido en el mundo científico, pues hasta ahora no se ha examinado á fondo, ni tampoco se ha ocupado ningún autor del problema de si los pueblos que en los tiempos prehistóricos habitaban los países mediterráneos pudieron sacar el succino de la pe- nínsula de los Pirineos, fundando esta indagación en las cien- cias físicas y naturales. Con este motivo, era mi objeto conseguir succino de las lo- calidades antes citadas para emplearlo como material en la solución de los mencionados problemas; y voy á publicar los escasos datos que hasta ahora he recogido acerca deflos yaci- mientos españoles de esta resina, con el fin de que sirvan de impulso á nuevas investigaciones. El Sr. Dr. Baummann, que estaba en Portugal y España en 1887, me escribió: «El Sr. Choffat, un geólogo suizo residente en Lisboa, niega de un modo decidido la presencia ó yacimiento del succino en Portugal. Pero el Sr. Gómez, catedrático de la Escuela politéc- nica de Lisboa, me asegura que él mismo lo ha encontrado en un yacimiento de lignito en las cercanías de Lisboa, pero que se concluyó pronto. En el Museo de Madrid no hay un solo ejemplar de succino de origen español, pero tengo por indu- dable que se encuentra en pequeñas cantidades en la parte septentrional de España. El:Sr. Naranjo y Garza cita el succi- no 6 ámbar en las páginas 535 y 536 de su obra Flementos de (1D) Schr. der Naturf. Ges., Danzig, N. F., v1, 2, pág. 235, 1885. (2) Debo á la bondad del Sr. D. O. Schneider (Dresde), la comunicación de las noti- cias siguientes: En el libro de Goebel, De succino libri, 2 (Francfort, 1558), cuenta su autor que Bondeletius dijo tenía en su poder un succino procedente de los Pirineos, compuesto por una parte de succino y de gagate por otra parte, y Zibarius refiere en su obra Singularium (Francfort), en el cap. De Succ. ortu et essentia: Succinum gagate annatum Bondeletius multis ostendit et montidus Pyrenaeis extractum. Véase también Schneider Vatur. Beitr., 1883, 211. La presencia de succino en España puede Corres- ponder bien con la interpretación del nombre del río Ebro como?rio de'succino. Véase Redslob., Thule, 1855, págs. 13 y siguientes. (3) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL. 303 Mineralogía general (Madrid, 1862). Según el Sr. Naranjo, la composición química del succino es la siguiente: CEN Soros to naco DO 8,59 HIdrógenol isa isa sl 1,31 OXPALi dts pistepidda 6,73 Pra eleaocdo e cue 5,37 Pero el autor no dice nada de si el succino examinado por él es de origen español ó no. Cita localidades españolas donde se le ha encontrado, como en el sitio llamado de los Ocinos, en Valdenoceda, provincia de Burgos, donde lo halló él mismo el año 1839; además, Castellón, Suances (cerca de Santander), Villaviciosa (Asturias), Utrillas y otros lugares de España, pero añade que las cantidades explotadas siempre eran muy pequeñas.» | En vista de esto, he preguntado directamente á algunos na- turalistas españoles. Desde San Sebastián me participó el señor D. Angel de Larrinúa que ignora la existencia del succino en aquella región, pero me comunicó una noticia debida al pro- fesor Quiroga, de Madrid, según el cual no hay ejemplar al- guno de succino español en el Museo de Historia Natural de aquella capital. Cita las mismas localidades que Naranjo, con excepción de Castellón, pero añade Quesa (Valencia). El Sr. D. Teodoro Seebold me informó desde Bilbao de que tampoco conoce una localidad de aquellas provincias donde haya succino, y que los ingenieros de minas le han dicho lo mismo. Pero por mediación de mi amigo el profesor Blumentritt, de Leitmeritz (Austria), tuve el gusto de recibir del Ilmo. Sr. Co- ronel D. P. A. de Pazos, de Santander, algunos trozos de suc- cino. Dicho señor añadía: «En esta provincia es muy raro encontrar el succino ó ám- bar, pero deseoso de complacerle, he buscado y rebuscado hasta haber logrado los pequeños fragmentos que hoy le en- vio, y son procedentes de una mina de lignito que se explota en las inmediaciones del pequeño pueblo de Miengo del valle de Torrelavega.» : - Este succino de Miengo tiene un color amarillo blanquecino, más claro en unos puntos, más oscuro en otros, y es transpa- 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) rente. Algunos de los pequeños fragmentos que tengo. á la vista poseen una costra de color gris, mientras que el interior es amarillo. El Dr. Baeowald, de Berlin—que una muerte pre- matura nos ha privado de él,—tuvo la bondad de satisfacer mi deseo, examinando si este succino de Miengo producía ácido succinico en la destilación seca 6 no, y descubrió que no lo producía. Así, pues, tiene las mismas particularidades quími- cas que el succino de Oviedo (?), según Helm, y el de Teruel, según Zincken (véase lo anterior). Este carácter es de mucho interés, porque el succino del Báltico, así como el de Galizia (Austria) y el de Rumanía, producen algún ácido succínico, mientras que los de Austria, Italia y Sicilia no lo producen ó dan solamente indicios (1). De la costa oriental de España recibí solamente noticias del Sr. D. Pablo Colvé, de Valencia, que me escribió lo siguiente: «A decir á V. la verdad, la presencia del ámbar en Quesa la ignoraba: he pedido ejemplares á esa localidad, y así que los obtenga se los remitiré á V. juntamente con otros de diversas localidades como Utrillas (Aragón). En nuestra provincia hay muchos lignitos por el lado de Chelva; es probable que haya también ámbar y he encargado que lo busquen.» Pero han pasado dos años y no he recibido nada, así como tampoco de los demás señores á quienes he pedido noticias, sin duda porque no han podido favorecerme con una contes- tación positiva. De todo esto podemos deducir que es muy raro encontrar en España el succino ó ámbar, y por tanto, sumamente difícil que los antiguos lo sacaran de la costa septentrional ú orien- tal de esta península. Y es tanto más admisible esta opinión, cuanto que todo el succino español natural 6 trabajado mo- dernamente, que hasta ahora se ha ensayado no produce ácido succínico, según he dicho antes, mientras que casi todo el la- brado prehistórico lo produce (2). Aunque no parece imposible suponer que las minas succi- niferas de España explotadas por los antiguos se han agotado ú olvidado por completo, es mi opinión que en este caso ha- (D) Véase A. B. Meyer, 1. c. (Gurina), pág. 83, y Dell ambra prestorica lavorata dí Sicilia (Bull. di Palentologia italiana, 1887, 21). (2) L.c., págs. 81 y 23. (5) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL. 305 bríamos de encontrar fragmentos de succino trabajado en can- tidades considerables en los túmulos prehistóricos, hallazgo del cual yo no tengo noticias, quizá porque nunca ha tenido lugar ó porque ha sido tan raro que no se ha dado á conocer al mundo científico. Mi principal objeto al publicar esta breve Memoria es con— tribuir al esclarecimiento de este asunto, animando á mis co- legas españoles para que publiquen en esta Revista todo lo que sepan acerca del succino español, su literatura y locali- dades donde se encuentran asi el succino ó ámbar natural como los objetos prehistóricos de esta sustancia, porque los sabios que viven fuera de España tienen escasas noticias so- bre este asunto. Después de dar lectura á la anterior memoria del profesor Meyer, el Sr. Quiroga dijo lo siguiente: Con objeto de adquirir algun dato acerca del yacimiento exacto y caracteres del succino español escribí á nuestros con- socios los Sres. Truan, de Gijón, y Boscá, de Valencia, ha- biendo obtenido del primero la siguiente contestación, muy interesante por las noticias bibliográficas que consigna acer- ca del succino asturiano: «Gijón 22 de Mayo 1889. »Sr. D. Francisco Quiroga.—Madrid. »Muy señor mío y distinguido consocio: Recibí su intere- sante carta 12 del actual é inmediatamente traté de averiguar si efectivamente en Asturias se hallaba aún el succino. »De mis indagaciones resulta, que si bien varias personas me afirmaron que se habían encontrado ejemplares de esta resina fósil en esta provincia, hasta la fecha no he podido pro- porcionarme alguno de estos. »Aguardo contestaciones de Villaviciosa y otros puntos, pero como se hacen esperar más de lo regular, no quiero demorar por más tiempo mi contestación, indicándole á V. lo que ave- rigiié sobre el particular. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 20 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) »En el gabinete de Historia Natural de este Instituto de Jo- vellanos, hay dos ejemplares de succino, uno procedente del Báltico y otro que me dicen es asturiano sin que se atrevan á asegurar esta última procedencia, pero por su aspecto y color debe suponerse sea de esta provincia. »Consultando una de las obras de D. Gaspar Casal, médico de Carlos III, el que escribió á últimos del siglo pasado, dice respecto al succino de Asturias lo que sigue: «Ninguno puede negar que son muy apreciables las minas »de succino, que llegamos á descubrir en esta montañosa pro- »vincia: no por la utilidad solo que de ellas puede seguirse, si »principalmente por haberse averigiiado, qué cosa es, y donde »se engendra aquel ente; de cuya naturaleza y origen se es- »cribieron tantas y tan varias opiniones y fábulas, cuantas y »cuales encontramos en los libros de Plinio, y aun de muchos »autores modernos de no pequeña estimación y fama; y en las »mismas minas hemos visto, que para cuajarse y endurecerse »los aceites, betunes y jugos de la tierra, y llegar casi á con- »vertirse en piedras, no son (como algunos juzgaron) sim- »plicites necesarias las salinas aguas del mar. Y finalmente »nos hemos desengañado de que no todo el succino es en »8u origen flavo, como creyeron otros; si de diferentes co- »lores. »Vea quien quisiera la breve, pero muy verdadera his- »toria que en idioma latino escribi de dicho succino astu- »Triano.» «Como se desprende de lo prescrito la sustancia que nos ocupa debió revestir en la provincia, bastante importancia, hacia los años 1780 y 90 Ó sea á últimos del siglo pasado; vea usted si se puede proporcionar la memoria á que alude el Sr. Casal, pues en ella debe señalarse cuantos detalles son ne- cesarios, á fin de formar un juicio exacto en el asunto, pues hasta el presente me fué imposible hacerme con ella. »En un librito Estudios Asturianos por D. Fermin Canella Secades, veo en la relación de un viaje por Asturias de Joseph Townsend lo que sigue, respecto al ámbar de Asturias.» «Cuando volví á Oviedo, un conocido me dió una colección »de ámbar y azabache que en esta provincia se hallan en gran »abundancia. Las dos minas más notables de ámbar están en »territorio de Beloncio, una en el valle de las Guerrias y la (1) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL. 307 otra sobre el costado de una alta montaña de la aldea de »Arenas, parroquia de Val de Soto. »El ámbar se encuentra entre pizarras, y se parece á la ma- »dera; pero cuando se rompe, los bordes dejan ver una costra »blanca que encierra el ámbar, amarillo, brillante y transpa- »rente. El azabache es una especie de carbón de piedra abun- »dante en marquesitas, y que acompaña ordinariamente al »ambar. La historia natural de estas sustancias no es bien conocida, y todos los hechos que á ellas se refieren deben ser »recogidos con cuidado. »Hasta estos últimos años solo había encontrado el ámbar »á la orilla del mar, adonde era llevado por las olas; pero los »diferentes insectos que se encontraban, como hormigas y »moscas, probaban que era producción de la tierra. »Ahora se le ha encontrado fósil, y establece asi el punto »de enlace entre los betunes y las resinas. Nosotros, pues, le »vemos como un anillo de esa vasta Cadena, cuyo origen tra- »tan de describir todos los filósofos. »Le encontramos en un país en el que los lechos que le en- »cierran y las rocas que le rodean, cargados de conchas y »plantas marinas, muestran claramente que unos y otros son »un depósito del Océano.» «En la Revista de Asturias, año 111, 25 Junio 1879, núm. 17, página 277, leo el artículo siguiente sobre el asunto que nos Ocupa.» «Resinas fósiles. »Succino (Ambar amarillo. — Electron. —Resinita. — Kara- »be. —Bernstein de Werner). —Mineral cuyo descubrimiento zen el país se debe al Dr. D. Gaspar Casal, sabio médico es- »tablecido en Oviedo el año de 1720, quien le describe en »su obra Historia natural y médica del Principado de As- »,urias. »Preséntase de aspecto resinoso, compacto y semitranspa- »rente, color amarillo, á veces pardo y casi negro de fractura »concoidea; arde facilmente con llama amarillenta, humo »abundante y olor agradable. Sometido á una elevada tempe- »ratura se funde, se volatiliza y descompone, dando por re- »sultado ácido succinico, materias gaseosas, aceites y residuos »fijos, á causa de la poca pureza de este ámbar. »Frotado con un paño produce un gran desarrollo de elec- 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) »tricidad, circunstancia que fué conocida de los antiguos, á »cuya piedra atribuían grandes virtudes. »En Asturias es raro hallarlo completamente puro, teniendo »además la mala cualidad de resquebrajarse fácilmente, lo »que le hace inútil para ser trabajado en objetos de capricho. »Asociado al lignito é interpuesto entre su masa es como se »halla el succino en los terrenos terciarios, principalmente »en el cretáceo, en cuyo estado y posición le hemos hallado »cerca de la región carbonifera de Santo Firme, en las inme- »iaciones de Pravia. »Hállase igualmente en Villaviciosa, en San Claudio (San- »cloyo) de Oviedo, en Valdesoto y Mieres; así como en nódu- »los 6 riñones en el terreno de la creta en Piloña é Infiesto. »No siendo susceptible de buen pulimento, solo se ha emplea- »do, algunas veces, en ciertos puntos de Asturias, en lugar »de incienso, pero sin explotación formal, con solo recoger lo »que aparece más ú menos a flor de tierra.» «Estuve hoy con un amigo, dueño de unas minas de azaba- che, y le pregunté si en sus minas se había encontrado alguna vez ejemplares de succino; me dijo que no tenía noticia que se hubiese encontrado, pero que recordaba que hace unos quince años, un paisano le había enseñado una muestra de un mineral que había tomado él por resina, y que no le ha- bía dado importancia; dicha resina bien pudiera haber sido succino. »Otro amigo me dijo que un primo suyo de la Pola de Siero había encontrado en una piedra de las que formaban una cerca ó6 muro de una huerta, una rama de succino, mas no puede fijar la procedencia. Le dije á este amigo que tratase de ad- quirir este ejemplar, lo que me prometió. »Por ahora es todo cuanto le puedo decir sobre esta intere- sante cuestión; no dejo el asunto de la mano, y sigo mis in- dagaciones, y sobre todo trato de conseguir algún ejemplar, para tener el gusto de enviárselo, á fin de que pueda com- probar si produce ó no ácido succínico. »Con este motivo se repite de V. su afectísimo consocio se- guro servidor y amigo (). B. S. M., ALFREDO TRUAN.» En una segunda carta, con fecha de 28 de Mayo, me anun- ciaba el envío de un pequeño ejemplar que había conseguido, escribiéndome lo que sigue: (9) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL. 309 «El amigo que me remite esta muestra me dice lo siguiente: «En la aldea de Cadanes, á una legua de Infiesto, en los sitios »llamados Santa Ana y Riega de la Selor, existen filone3 de suc- »cino amarillo rojo y amarillo más oscuro que el de Oriente. »Estos filones ó vetas tienen de dos á cinco centímetros de »espesor, siendo el referido succino de poca cohesión. »El ejemplar adjunto—único que se ha podido procurar por »el momento—es de color y calidad inferiores á lo que se po- »dría extraer.» El pequeño ejemplar que recibi del Sr. Truan pesaba unos 6 gramos; es de color rojo-pardo intenso, hasta el punto de no dejar pasar la luz en cuanto el fragmento es un poco grue- so, resquebrajado en todas direcciones y muy quebradizo; 20 da ácido succinico por destilación seca, y es enteramente imsoluble en el alcohol, éter, sulfuro de carbono, cloroformo y bencina , no pudiendo, por tanto, clasificarse como verdadero ámbar ama- rillo. El microscopio muestra en su sección transparente gran número de grietas, acaso producidas al prepararla, y manchas de color más intenso, pardo-rojizo, redondas y piriformes, alargadas y tortuosas, dispuestas en corriente. En ningún punto muestra la más pequeña acción sobre la luz polarizada. En otra carta que me escribió el inteligente micrógrafo nuestro amable consocio de Gijón, con fecha 12 de Junio, me decia: «De Villaviciosa recibo la nota siguiente: «No hay noticia de que en este Concejo se hubiesen encon- »trado ejemplares de succino (ámbar amarillo); lo que hay »son minas de azabache en la marina y algunas de antracita »en Lugás. Los únicos puntos de la provincia donde se halló »el succino son Arenas, parroquia de Valdesoto, Concejo de »Siero y la Gúerria de Veloncio, parroquia de idem, Concejo »de Piloña.» Y en esta carta me envía otra que le escribió el Sr. Jimeno Brun, catedrático de Historia Natural en el Instituto de Ovie- do, en que dice: «En este Gabinete no tenemos más que un ejemplar peque- »ño y malo del succino que V. indica, y que dicen procede del »inmediato Concejo de San Claudio, en la línea de Trubia.» En una nota que proporcioné hace años á mi amigo y nuestro consocio de San Sebastián, Sr. Larrinúa, que me pidió datos - 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10y acerca de localidades donde se hubiese hallado en España et succino, le decía yo que en el Museo no existía ejemplar algu- no de esta especie procedente de nuestra Península. Pero con motivo de la anterior Memoria del Sr. Meyer, revolví nueva- mente las colecciones, hallando por fin en un rincón cuatro ejemplares de una resina fósil, dos diferentes en una misma caja con una etiqueta antigua que dice: «Succino del lugar de Qúerrias en Asturias,» y otros dos enteramente iguales, cuya etiqueta, también antigua, dice: «Resina-asfalto de Mo- rella. Por el Sr. Villanova. Hay un ejemplar en la colección de Parga que se llama succino de Quirias en Asturias, que se halla en las capas de azabache de Reinosa.» El ejemplar á que se refiere esta etiqueta es el anteriormen- te citado; pero de todos modos contiene el dato de que se ha encontrado succino en las capas de lignito de las cercanías de Reinosa, que trataré de comprobar. Uno de los ejemplares de Giierrias se parece mucho en su color al de Cadanes, que tuvo la bondad de enviarme el señor Truan. Es mucho mayor; conserva en gran parte de su super- ficie una corteza de 2 4 3 cm. de espesor, amarillenta y opaca; m el interior mi la corteza dan ácido succiínico ni se disuelven en los liguidos citados en el ensayo anterior. La coloración de este ejemplar en sección delgada es bastante más uniforme que en el ejemplar de Cadanes, pero también muestra manchas pequeñas de color más intenso dispuestas en corriente. El otro ejemplar es de color amarillo claro, ligeramente ver- doso, compacto, enteramente transparente, y conserva una corteza blanquecina en la mayor parte de la superficie. Tam- poco da ácido succinico, y es enteramente insoluble. En sección delgada muéstrase casi incoloro y uniforme. Los ejemplares de Morella son de color amarillo-rojizo mu- cho más oscuro que el del último ensayado, y más claro que el del anterior; están resquebrajados en toda su masa, y am- poco dan dcido succinico por destilación seca, siendo totalmente insolubles en alcohol y demás liquidos. Esta localidad de Morella (Castellón) no aparece citada por el Sr. Naranjo (1), y tan solo figura la indicación vaga y ge- (1) Elementos de Mineralogía, pág. 536. Madrid, 1862. (11) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPAÑOL. 31 neral de Castellón en la comunicación particular del Sr. Bau- mann al Sr. Meyer, citada por este sabio en el precedente trabajo. Estas son las únicas resinas fósiles españolas que he tenido ocasión de ver y ensayar. Respecto del llamado ámbar de Utrillas, dice el Sr. Vilano- va (1) lo que sigue: «También, al parecer, se encuentra en Utrillas una especie de resinasfalto que imita al succino 6 ámbar amarillo, y se presenta en nódulos ó riñones sueltos, modo de estar común ó característico de esta sustancia.» La calificación que de esta resina hace el Sr. Vilanova está apo- yada por lo que cita el Sr. Meyer en su Memoria con referen- cia á la obra del Sr. Zincken, donde se dice que el ámbar de Teruel no produce ácido succínico. Antes de concluir estas noticias añadiré que el Sr. Schultz dice del ámbar de Asturias (2) que el lignito (habla de los lig- nitos liásicos) «también se halla en la creta con succino pajizo 6 color de miel más ó menos subido, aunque siempre resque- brajado é inútil para elaborar.» Y en otro lugar (3) añade: «Y en diferentes puntos de Piloña ofrece esta formación (cre- tácea) nudos ó riñones de ámbar ó succino, que por estar muy resquebrajado, lo mismo que el ya citado del lias, no tiene por ahora otra aplicación que para incienso.» Al tratar del lias asturiano no he hallado en la publicación del Sr. Schultz otro parrafo en que hable del ámbar que el primero de los dos transcritos. Pero de todos modos queda bien especificado el carácter de estar muy resquebrajados que yo he indicado en las resinas fósiles de Asturias. Resumiendo el trabajo del Sr. Meyer y mis observaciones, resulta que hasta el presente se han ensayado, sin que den indicios de ácido succínico por destilación seca, las siguientes resinas fósiles españolas: De Teruel, por Zincken. De Oviedo (de Asturias), por Helm. De Miengo (Torrelavega, Santander), por Baeowald. De Cadanes (Infiesto, Asturias), por Quiroga. (1) Descrip. geo!l. de la prov. de Teruel, pág. 83. Madrid, 1863, (2) Descrip. geol. de Asturias, pág. 107. Madrid, 1858. (3) Idem id., pág. 125. 312 7 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) De Giierrias (Piloña, Asturias), por Quiroga. De Morella (Castellón), por id. : Estos son los datos que he podido reunir hasta ahora acerca del origen y clasificación de los llamados succinos españoles, correspondiendo á la galante invitación del sabio Director del Museo Zoológico-Antropológico de Dresde. OBSERVACIONES GEOLÓGICAS HECHAS EN EL SAHARA OCCIDENTAL, POR D. EE ANDNCEITSCO QUtETEROCG.A. (Sesión del 2 de Octubre de 1889.) Las observaciones de que voy á dar cuenta las hice durante mi permanencia de tres meses en África—14 de Mayo á 14 de Agosto de 1886 —como individuo de una comisión enviada por la Sociedad española de Geografía Comercial, para explo- rar la región comprendida entre la costa occidental de África desde Río de Oro á Cabo Blanco, y los Adrares en el interior, entablando relaciones con sus habitantes; era presidente de esta Sociedad el Excmo. Sr. D. Francisco de Coello, y director de expediciones D. Joaquin Costa. La comisión fué dirigida por el ingeniero militar capitán D. Julio Cervera y Baviera, ventajosamente conocido ya por sus publicaciones y viajes en Marruecos, y llevaba como intérprete al distinguido ara- bista é individuo del cuerpo consular D. Felipe Rizzo; dos soldados de la compañía de moros tiradores del Riff, que España posee en Ceuta, acompañaban á la expedición, uno de los cuales, el Hach Abd-el-Kader L'Ajdar, nos prestó gran- des servicios. Tanto mi compañero y amigo el Sr. Cervera como yo, hemos dado cuenta á nuestro regreso, en conferencias y publicacio- nes (1), de los resultados que en general tuvo esta expedición para nuestro país. (1) Revista de Geografía Comercial, números 25 á 30, Julio-Septiembre de 1886.— ANALES DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., xV, 1886. - 3814 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Las investigaciones geológicas en el Sáhara son difíciles é incompletas á causa del suelo, el clima y los habitantes. El suelo está más ó menos cubierto de arenas, que ocultan 4 veces en grandes extensiones las formaciones geológicas infrayacentes, impidiendo precisar en muchos casos los con- tactos de unas con otras; el clima, por sus condiciones de temperatura y sequedad —sobre todo en la estación del año en que nosotros viajamos — obliga á caminar de noche la mayor parte del tiempo; y la más grande de todas las dificul- tades, la constituyen los habitantes, que por su fanatismo y suspicacia, hijos de la ignorancia, se oponen resueltamente á todo lo que sea hacer observaciones, tomar notas y recoger ejemplares. En prueba de esto, diré que, á pesar de mi espe- cial cuidado de hacerlo á sus espaldas, llegaron á enterarse de que yo recogía piedras, y nos prohibieron el paso desde el pozo Aussert hacia el O. para visitar el Adrar Suttuf, diciendo que yo iba buscando oro y que nos abandonarían ó algo más si avanzábamos en aquella dirección. Con pretexto de que profanábamos con nuestra inmunda planta la tierra sagrada del Islam (textual) no nos dejaron bajar hacia el S. del pozo El Auiy, atravesando el Adrar-et-Tmarr, como era nuestra mi- sión y deseo, no obstante ser Muy amigos del Xej Ahmed Uld- el-Aidda á quien hicimos muchos regalos, que había mostrado oran deseo de vernos en su país y hasta nos hizo algunos obsequios. Por la salina de Ydyil nos paseó, muy desagradablemente por cierto, una tarde nuestro ¿ntimo amigo —según él —Si El- Beschir, prometiendo llevarnos al sitio de donde extraían la sal, que al cabo no encontramos. En fin, que con los habitan- tes del Sáhara, se hace lo que á uno dejan hacer, y aún esto sufriendo vejaciones y con peligro constante de la vida (1). (1) En confirmación de esto véase la relación de los viajes de Vincent en 1860 y particularmente de Solelleit en 1880. (3) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. — 315 I.—Meteorología. Por si pudieran ser de alguna utilidad publico un resumen de las observaciones meteorológicas, que me ha sido dado hacer en tan corto tiempo, referentes la mayor parte á la península de Río de Oro. Presiones.—Han sido tomadas, más con un fin topográfico que meteorológico, con mi aneroide de bolsillo construído por Casella, de Londres, y comparado durante varios días con el barómetro normal del Observatorio de Madrid, al salir para la expedición. En la factoría española de Río de Oro, hay una diferencia bastante notable entre las presiones observadas en los meses de Mayo y Junio, antes de nuestra salida para el interior, y las de Julio y Agosto á nuestro regreso. Durante la primera tempurada—14 de Mayo á 16 de Junio, 190 observaciones—no he notado ninguna presión menor de 767 mm. ni mayor de 772 mm., estando colocadas las cifras que expresan las diferentes presiones por orden decreciente de frecuencia, de este modo: 769, 768, 170, 771, 767, 772. La máxima diurna tiene lugar entre ocho y nueve de la mañana, y la mínima de dos á tres de la tarde. En la segunda temporada—24 de Julio á 14 de Agosto, 60 observaciones—las presiones han oscilado entre 759 mm. y 764 mm. y su disposición, según el orden adoptado en las anteriores, es la que sigue: 761, 762, 763, 760, 764, 759. Las horas de máxima y mínima diurnas en esta temporada son las mismas que en la anterior, y sus dife- rencias han oscilado siempre entre 0 mm. y 2,5 mm. siendo las más frecuentes 1 mm. y 2 mm. La presión media que resulta de todas estas observaciones en ambas temporadas es 768 mm., cifra que me ha servido de base para la nivela- ción barométrica durante nuestra expedición. Las diferen- cias de presión entre la superficie del mar en la bahía y el patio de la factoría alcanzan un máximun de 0,5 mm. Todavía tienen menos interés meteorológico que estas, por ser en mucho menor número, las presiones tomadas en los diversos puntos en que acampamos más de un día, como el Duar et Dmiset de los Uled Bu-Sbá, pozos Teniúlek, El Auiy; 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) y solamente diré que en el primero de estos puntos, durante los días 23 al 27 de Junio, ambos inclusive, en 15 observácio- nes, anoté una minima de 739 mm. el día 27 á las dos de la tarde. y una máxima de 753 mm. el 24 4 las nueve y media de la mañana, existiendo este último día una diferencia de 9 mm. entre la máxima y la mínima diurnas; en pozos Teniúlek, desde el día 3 de Julio á las nueve de la mañana, hasta el 8 á las tres de la tarde, en 21 observaciones, hubo una minima de 735 mm. el día 5 á las dos de la tarde, y una máxima de 740 mm. el día 3 á las nueve y media de la mañana, siendo la diferencia entre la máxima y minima diurnas 2 6 3 mm.; y por último, que en nuestro campamento al E. del pozo El Auiy durante los días 10 al 12, á las cuatro de la tarde las presiones variaron entre 735 mm. y 743,5 mm. Temperaturas.—Han sido medidas con termómetros de mer- curio, incluso los de mínima, construidos por Casella, y los de máxima según Negreti por Berthélemy, de París, comproba- dos previamente por el Observatorio y algunos prestados por este establecimiento. Como es natural, existe una diferencia muy notable entre la temperatura de la península de Río de Oro y la del interior del desierto. La del primer punto es muy suave, no hay gran diferencia entre la máxima y la minima de las veinticuatro horas, pues la mayor que consta en mi diario es de 5” C. No la he observado tampoco bien acentuada entre la temperatura de las dos épocas que estuvimos en la factoría; no hubo du- rante ese tiempo ninguna mínima inferior á 15” C., ni máxi- ma alguna superior á 28” C., á la sombra se entiende; siendo entre las primeras la más frecuente la indicada, y entre estas las comprendidas entre 20” y 25” C. La media de mis 250 ob- servaciones termométricas en Río de Oro es 20” C. Desde esta región hacia el interior la temperatura se fué elevando, y aunque no me sea posible dar las máximas y mi- nimas termométricas, por no llevar en observación durante la marcha los termómetros correspondientes, puedo sí decir que el 28 de Junio á las cuatro de la madrugada, hora en que solíamos emprender la marcha de la mañana todos los días, la temperatura era de 22” C. y que el 16 de Julio á las tres de la tarde á la sombra, fué de 49” C. He observado muchos días que la diferencia entre la temperatura de las cuatro de la ma- (5) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. — 317 ñana y de las cuatro de la tarde á la sombra era de 25” C. Al sol, durante las marchas, hemos estado expuestos á tempera- turas que oscilan entre 65” y 70” C. especialmente en la región del Tiris. Ninguna de las temperaturas que he observado á las cuatro de la mañana ha bajado de 18” C., la mayoría han sido 20” ó 21* C. Dependiente en gran parte de la temperatura es el fenómeno del espejismo, que observamos algunas veces en el interior, pero muy pocas, y que en cambio se presenta con mucha fre- cuencia en la peninsula de Río de Oro; siempre pertenece al erupo de los espejismos inferiores. Uno de los más perfectos que hemos visto en esta región, fué el 18 de Mayo, volviendo á las tres de la tarde á la factoría desde Tarf-1'Serak (Punta azul 6 Ciprés grande, de los canarios). Parecía hallarse esta en un inmenso laxo, reflejándose en la superficie de sus aguas los diversos edificios que la componen. Raro es el día que se deja de observar alguno de estos fenómenos en la península durante las horas de calor. La mayor frecuencia con que en ella se presentan, relativamente al interior del continente, es debida, á mi juicio, á la gran cantidad de vapor de agua que existe en su atmósfera, que contribuye, por el calor que ab sorbe, á que sea mayor la diferencia de temperatura, y por tanto, de índices de refracción entre las capas inferiores de la atmósfera, que se hallan en contacto con la superficie terres- tre, y las superiores. Otro fenómeno ligado también con estas últimas causas es la deformación que experimenta el disco del sol cuando está próximo á su ocaso. En el interior, todos los días lo hemos visto ir apareciendo marcadamente elíptico, teniendo hori- zontal el eje mayor, y concluyendo por escalonarse el semi- disco inferior, al entrar en las capas más bajas de la atmósfera, cargadas de arena la mayor parte de los días en tal cantidad, que le oscurecian por completo una y aun dos horas antes, á veces, de su verdadera desaparición bajo el horizonte. Vientos. —Se puede decir que durante nuestro viaje no ha reinado otro viento que el alíseo del NE. En la península de Río de Oro no hubo ningún día en que dejara de hacerlo y en el interior, tan solo en los momentos que precedieron á las tormentas. Los días 30 de Mayo y 16 de Junio amanecieron en Río de 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Oro con viento suave del E. y cielo totalmente nublado;'poco á poco el viento fué subiendo al NE. y haciéndose violento á la par que el cielo se despejaba, quedando, por último, com- pletamente limpio; son los únicos días en que hemos tenido viento de distinto rumbo que el NE. Siempre es poco menos que huracanado, de una violencia tal, que los primeros días de nuestra llegada á Río de Oro no nos dejaba dormir. Mien- tras él rige no hay nubes en el cielo, y en cuanto pierde velocidad y fuerza aparecen, y van aumentando conforme disminuye aquel. En Julio y Agosto hubo muchos días que amanecieron nublados con viento NE. muy suave, y según avanzaba el día adquiría mayor fuerza y disminuían las nu- bes, llegando á desaparecer por completo cuando el viento era huracanado; esto solía tener lugar hacia las diez de la mañana. La velocidad del viento mantiene constantemente en sus pensión en la atmósfera gran cantidad de finísima arena que, aun en días normales, oculta al sol una hora antes de su puesta y lo penetra todo, hallándola el viajero en todas las partes de su cuerpo y dentro de los instrumentos, barómetros metálicos, brújulas, etc., por guardados que los lleve. Esta enorme masa de arena, de naturaleza cuarzosa, anima- da con la velocidad de un viento fuerte y constante, forma un poderoso agente de erosión, el más característico de estas regiones de nuestro planeta. No hay roca que se resista á su acción; las calizas cuaternarias marinas, verdaderas brechas de moluscos fósiles, ricas en granos y cantos de cuarzo, -son pulidas de un modo muy característico, originándose puntas de la roca orientadas según la dirección del viento, de NE. á SO., cuyos extremos están protegidas por granos de cuarzo. En las pequeñas masas aisladas de dicha roca, produce este fenómeno anchos y profundos surcos también pulidos y es- triados, que recuerdan los de los ejemplares de sal de Cardona, y afecta la totalidad de la masa la forma de una cuchilla colo- cada según el viento. En la peninsula de Río de Oro es donde he visto los ejem- plares más bellos de este fenómeno en estos materiales, ejem- plares que vienen á ser las gráficas seculares de la dirección é intensidad de los vientos allí dominantes. Las cuarcitas, calizas y pizarras paleozóicas, el gneis, el (1) Quiroga.—oOBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 319 granito y todas las demás rocas eruptivas, poseen la misma superficie bruñida y estriada en la dirección del viento. Las areniscas incoherentes del periodo cuaternario son entera- mente deshechas por él, viniendo sus granos, ya sueltos, á engrosar el número de los que transporta aquel agente. Humedad atmosférica; rocios y lluvias.—La factoría de Río de Oro es donde únicamente pude realizar algunas observa- ciones psicrométricas, con dos termómetros de mercurio de Casella que tenían caja de cobre, pero la mala instalación que hube de darlos, á falta de otra mejor, y la situación de la península, que quita gran importancia á estas observaciones, me desanimaron para proseguirlas, y así es que no las efec- tué más que durante los días 6 á 13 de Julio. Indicando solo los límites que obtuve en estas cortas observaciones, diré que el día 8 á las dos de la tarde marcaba el termómetro seco 24,5” C., y el húmedo 17,5” C., temperaturas que corresponden á una tensión del vapor de agua de 11,4 mm, humedad rela- tiva de 46 y temperatura de rocío de 11,5” C.; y el día 13 á las cinco de la mañana el termómetro seco señalaba 18,2” C. y el húmedo 16”, correspondiendo á estos datos una tensión en el vapor de agua de 12,3 mm. humedad relativa de 80 y tempe- ratura de rocío de 14,5" C. La prueba de la cantidad de vapor de agua que contiene la atmósfera de la península y de la zona del continente próxima á la costa, está en la abundancia de los rocíos, fenómeno que no observamos en el interior. En las dos primeras regiones y más especialmente aún en la primera, á la hora de haberse puesto el sol, se nota húmeda la ropa, sobre todo si es de hilo como era la mía, y al amanecer, la ropa y mantas con que uno se cubre están empapadas como si hubiera caído sobre ellas un largo chaparrón, y gotean abundantemente las hojas y ramas de las plantas. Por las noches hay que ponerse el im- permeable sobre la manta, porque si no la cala completamente el rocío, y dormir dentro de la tienda, precauciones que no son necesarias en el interior, ya desde la tercera jornada á partir de la costa, donde por el contrario es muy agradable descansar del viento y calor del día al aire libre, gozando de la tranquilidad y belleza de las noches del desierto. En este, la sequedad atmosférica es tal, que se cae resquebrajada y seca la epidermis de la cara y manos, y hay quien, como yo, 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) en los días de viento fuerte, siente secársele la conjuntiva del globo del ojo y tiene que cerrar los ojos. Las maderas se ponen tan secas, que además de resquebrajarse, cuando un cajón se cae al suelo se hace pedazos como si fuera de vidrio. Los dos aparatos fotográficos que llevamos no nos sirvieron, porque en los chassis, efecto de la contracción de la madera, el marco se había alabeado y entraba luz por todas partes. Ninguna lluvia formal hemos presenciado durante nuestra corta permanencia en Africa. En Río de Oro cayó un pequeño chaparrón hacia la una de la madrugada el día 11 de Agosto, y una ligera llovizna la noche del 28 de Julio. Los oficiales de la goleta de guerra Ceres, me dijeron que durante sus viajes á Río de Oro, habían visto llover tres veces: una en Enero, un fuerte chubasco, en Marzo y en Agosto. En el interior, en el territorio de Teniúlek, el día 6 de Julio por la tarde y el Y al amanecer, cayeron unas gotas que no llegaron á humedecer el suelo. El 18 del mismo mes, durante las primeras horas de la noche y entre los territorios de Aussert y Bu-Hofra, cruzamos una zona donde había llovido con rela- tiva abundancia: la tierra aunque sin barro ya, presentaba evidentes señales de haberse mojado; las huellas de los pe- queños arroyos eran frecuentes, y nos costó gran trabajo conseguir que nuestros moros no acampasen, para dedicarse a hacer pocitos. con la mano en busca de agua fresca; puro pretexto con objeto de terminar nuestra marcha aquella noche. Pero si nosotros no hemos visto llover, en concordancia con los datos de los indígenas de que en verano no llueve seria- mente en aquella región, todos ellos afirman que desde Sep- tiembre y durante el invierno, son frecuentes las tormentas con lluvia abundante, y que entonces estas regiones se cubren rápidamente de vegetación, los ganados encuentran pasto en todas partes, y los duares se diseminan, separándose de los pozos, en cuya proximidad se hallan establecidos duran- te la estación seca. Lo que, sin embargo, parece faltar siempre en aquellas tie- rras son lluvias temporales tranquilas, á juzgar por los datos de los habitantes. Tormentas.— Hemos sufrido las siguientes: el 26 y 30 de Junio y el 5 y 6, y 16 y 17 de Julio. (9) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. — 321 Las de los días 26 y 30 de Junio, que pasamos la primera en el Tisnik, en el duar Ed-Dmiset de los Uled-Bu-Sbá, y la segunda en el territorio de Dumus, se redujeron á un aumento tal de la velocidad del viento NE. á eso de las diez de la ma- ñana, que á las doce ya estaba nublado el sol por la masa de arena que había en suspensión en el aire. Ninguna nube se presentó ni el barómetro sufrió alteración alguna antes ni durante la tormenta. El viento asfixiaba por su velocidad, temperatura y cantidad de arena cuando daba en la cara, y hacía perder el equilibrio si daba por la espalda; en poco tiempo se cubrieron de arena los objetos no muy altos que había en el suelo. Los dos días cesó este estado atmosférico durante el oscurecer y primeras horas de la noche, quedando la superficie del suelo rizada como la del agua suavemente agitada por el viento. Estos días experimenté por primera vez una sensación muy desagradable, producida por la rápida re- novación de aquel aire extremadamente seco. Cuando me daba de frente sentía desecarse la parte del globo del ojo expuesta al aire, volviéndose áspera y rozando los párpados que la cu- brian, y cerraba inmediatamente de un modo instintivo los ojos, tanto para librarlos de la evaporación que sufrían, cuanto para lubrificar su conjuntiva devolviéndola la humedad que había perdido. El día 5 de Julio amaneció muy despejado con viento NE. bastante fuerte y caliente; la presión máxima diurna fué de 738 mm. á las ocho y media de la mañana, y la temperatura á la misma hora de 25” C., habiendo sido la minima al amanecer de 21,5” C. A las diez de la mañana comenzó el viento á ha- cerse huracanado, manteniendo en suspensión gran cantidad de arena; no se podía sufrir cuando daba de frente. A las dos de la tarde se ocultó ya el sol sin que hubiese nube alguna, siendo la presión mínima diurna 735 mm., perfectamente normal, y la temperatura máxima á la sombra 44” C., después de la última hora citada. Al oscurecer comenzó á disminuir ia velocidad del viento, aclarándose algo la atmósfera por la deposición de las arenas, y á las doce de la noche reinaba completa tranquilidad. Amaneció el día 6 con una suave brisa del NE. y nublado desde el $. al SE., nublado que fué extendiéndose hacia el SO. La temperatura mínima había sido de 20” C., la presión á las ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ocho de la mañana 738,5 mm. y á las dos de la tarde 736,5 mm. A eso de la una comenzó á llover por el SE. á una gran dis- tancia de nosotros, arreciando en aquel punto el viento, á la vez que tomaba un movimiento de rotación á juzgar por las grandes mangas de arena que se levantaban desde el suelo. El color gris de las nubes de las regiones superiores de la atmósfera, se confundía con el de la arena que estaba en suspensión en las más bajas, gracias al continuo movimiento giratorio del viento. Este estado atmosférico se bajó al $. al cabo de una hora, pasó al SO. corriendo después los demás puntos cardinales de nuestro horizonte en el espacio de dos ó tres horas, mientras el cielo del lugar donde estábamos, pri- mero enteramente despejado, se fué salpicando de nubecillas, pequeños cúmulos aislados, y la atmósfera se mantenía en una tranquilidad, en una calma verdaderamente imponentes. La máxima que aquel día marcó el termómetro á la sombra fué de 45” C. Esta profunda calma duró en nuestra zona una hora escasa; á las cuatro de la tarde sufrimos un violentiísimo y sofocante viento del S. por espacio de treinta minutos, acompañado de muchísima arena y alguna que otra gota de agua, al cabo de cuyo tiempo saltó al E. soplando con la mis- ma intensidad que antes, una hora escasa, para ceder después poco á poco dando lugar á una calma absoluta y sofocante. Todos los lugares del horizonte por donde iba pasando el fenómeno se despejaban después en cuanto se corría á otro punto, excepto la región comprendida entre E. y SE. que per- maneció siempre nublada y lloviendo. Al oscurecer se fué levantando ligera brisa del NE., dejó de llover entre E. y SE., aunque sin despejarse, por el contrario corriéndose las nubes por el zenit hasta el O., formando una ancha faja que cruzaba el cielo, mientras que permanecían limpios los demás puntos del horizonte. La noche fué tranquila y hermosa. La temperatura minima del 7 fué de 21” C., día que amane- ció con la misma faja de nubes con que anochecioó el anterior. Cayeron unas cuantas gotas de agua poco después de amane- cer, presentándose un arco iris corto y ancho por el ONO.; conforme fué avanzando el día el viento NE. arreció, rom- piendo la zona de nubes, que fué enteramente disuelta antes del mediodía. El 16 de Julio, víspera de nuestra llegada al pozo Aussert, (1) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 322 se pasó con toda tranquilidad sin viento apenas más que ligera brisa del NE. y nubes, grandes cúmulos, desde el NO. al SO. En las últimas horas de la tarde se veía llover abundante- mente por el SO. acompañando la lluvia relámpagos y gran- des truenos que llegaban á nuestros oídos. En las primeras horas de la noche este estado de cosas se acentuó, presentán- dose también frecuentes é intensos relámpagos de calor por el E., mientras que en el NO. gozamos de un arco iris lunar no muy intenso. El cielo estaba perfectamente despejado en los demás puntos del horizonte, y la luna brillaba con gran claridad. Este notable arco iris duró de media á tres cuartos de hora. El 17, acampados en un bosque de talh al pié de los cerros de Aussert, hizo viento fuerte del NE. que arreció mucho á media tarde cargándose la atmósfera de arenas, de tal modo, que no distingulamos los árboles y cerros que estaban a 50 m. de nosotros; al oscurecer todo se tranquilizó. Durante el día hubo nubes errantes que desaparecieron al arreciar el viento. Al día siguiente, 18 de Julio, marchando hacia el NO. de Aussert, atravesamos la región donde había llovido el 16, to- davía húmeda, con algún pequeño charco y numerosas arro- yadas ya sin agua. Por último, para terminar estas breves noticias de mis lige- ras observaciones meteorológicas, consignaré que el día 23 de Junio, á las dos de la madrugada, vimos aparecer un her- moso bólido globular entre las cuatro estrellas del carro de la Osa mayor, que descendió normalmente al horizonte hasta perderse bajo él, iluminando repentinamente el espacio con una luz blanco-azulada muy intensa y semejante á la de la luna. El fenómeno duró muy breves segundos pero fué de gran belleza. II.— Orografía. La peninsula de Río de Oro—la Dajla de los moros—-orográ- ficamente considerada es una tierra baja y llana, cuyo eje ma- yor forma un ángulo de 30” al E. de la línea N.-S.: tiene una altura media de 7 m. por su costa SE. bañada por la bahía, mientras que la del NO. que moja el Atlántico está 420 m. por término medio sobre aquel Océano. La separa del continente 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12y un istmo arenoso y apenas elevado sobre el nivel del mar, de unos 3 km. de ancho, y de longitud variable con la altura 4 que suben las mareas en la bahía y Atlántico. Su longitud desde punta Dumford al S.—T1arf er-Gueida de los moros—al istmo, es de 37 km. En su parte central no presenta desniveles de consideración; ligeras depresiones suaves de 1 m. 61,50 m., siendo la más profunda—2 m. 6 2,50 más baja que la superfi- cie general—aquella en que está situado el pozo de Tauurta —pozo de la zorra—á8 km. casi al N. de la factoría. Las mayo- res alturas están al borde del Atlántico, siendo 71ta7f l' Eserak —punta azul—ó Ciprés grande de los marineros canarios, la más elevada, 29 m. sobre el nivel del mar. La zona de unión de la peninsula con el continente está formada de arenales casi al nivel del mar, que alternan con pequeñas mesetas y colinitas artesonadas orientadas como la península, y de 20 a 24 m. la que más de elevación. Una de estas colinas situada más al interior de la bahía, es la llamada isla Herné 6 M Truc de los moros, que en pleamar es una verdadera isla, pero que en la baja queda unida al istmo por praderas pantanosas de zostera. La porción del continente africano comprendida entre la península de Río de Oro y la sebkja de Ydyil, no tiene el carác- ter exclusivo de las Hamadas ú desiertos pétreos, ni tampoco delos 4reg, Erg 6 Iguidi, desiertos arenosos ó región de méda- nos, participando sin embargo de los dos. Se encuentran es- parcidas, en todas las formaciones geológicas, superficies de terreno á veces de 1 6 2 km. de longitud, en que la roca está pulida y estriada de NE. á S0., por encima de la cual pasa la arena llevada por el viento sin detenerse un solo grano; donde no hay una planta ni pozo alguno, que presenta la soledad y esterilidad más espantosas que impresionan tristemente el ánimo del viajero que por primera vez atraviesa estas regiones. Ninguna de ellas alcanza la extensión de las hamadas de Mursuk, el Homra y tantas otras de la parte meridional del Sahara central y oriental. En la superficie de estas hamadas, llaman la atención de cuando en cuando, pequeñas extensio- nes 6 manchas de perímetro redondeado, cubiertas de cantos aislados unos de otros pero próximos, que hacen el efecto de estar colocados de intento por la mano del hombre, cuidando mucho de que no se amontonen unos sobre otros. Estas man- (13, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 325 chas de cantos sueltos, se encuentran principalmente en las hámadas de caliza cuaternaria, que unas veces pasa á verda- deras areniscas, por su riqueza en pequeños granos de cuar- zO, y otras á conglomerados de elementos cuarzosos y Ce- mento calizo. Se comprende bien que las arenas que lleva el viento y rozan constantemente estos materiales, pongan en libertad y arrastren los pequeños elementos, dejando libres pero in situ los grandes, que por su volumen y densidad no pueden transportar. Mayores extensiones que estas hamadas en miniatura ocu- pan en el Sahara occidental las superficies que se pueden considerar representantes de la región de los médanos, regio- nes de las cuales da perfecta idea la lámina que está frente á la página 116, en la segunda edición del libro de M. V. Lar- geau titulado Ze Sahara algerien, y que representa los mé- danos al S. de Tugurt, siempre que se prescinda de los gran- des que están casi en el límite del horizonte junto á un bosque de palmeras. En efecto, los del Sahara occiden- tal son montoncitos de arena cuarzosa de 0,25 m. á 0,30 m. de alto el que más, que á veces descansan sobre una base también de arena movediza, como representa la lámina indi- cada, pero con mucha más frecuencia están sobre la misma hamada, es decir, sobre la misma superficie de la roca pulida y estriada, siendo esta última forma de suelo un tránsito de la hamada propiamente dicha al erg. En estas regiones es donde únicamente se conserva algo de humedad desde unas lluvias para otras, que da origen al desarrollo de una vegeta- ción herbácea constituida principalmente de gramíneas, en ocasiones de esparto, de Zycium, de Sonchus, etc., agrupada siempre al SO. de cada montoncito; y á su vez cada uno de ellos sirve de albergue á una porción de animales de todos los grupos zoológicos. En ella crece el único árbol de esta re- gión, talh 6 guendu!l (Acacia tortilis Hayne) retorcido en todos sentidos por su lucha con el viento, y que á veces constituye bosquecillos; y por ella corren las manadas de gacelas y los grupos del antílope uerc (Oryx leucoryz Pallas), y al decir de los moros también del mhuwrr, que nosotros no hemos llegado á ver. ln ellas están los pozos, y son las que buscan los viaje- ros para establecer sus campamentos en sitios donde puedan - comer los camellos. Desde Río de Oro á Ydyil no se encuen- 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) tran más que estos médanos minúsculos, pero en el mismo borde occidental de la sebkja, y para bajar á ella se atravie- san unos cuantos que tienen ya una altura de 10 á 12 m. Según nos decian los adrarenses, el viaje por el Adrar et- Tmarr hubiese sido muy molesto para nosotros, 4 causa del gran número y extraordinaria elevación de los médanos que habríamos tenido que atravesar para ir á Uadan, Xinguit y Atar, y pasar al Adrar Suttuf como era nuestro proyecto. Se- gún este dato parece que figura con razón en todos los mapas el gran Adrar, en la zona de médanos que atraviesa el África septentrional, desde la proximidad casi de la costa de la pe- queña Syrte en el Mediterráneo, hasta la costa del Atlántico entre cabos Blanco y Timris, formando primero el Erg orien— tal y el Erg occidental, separados entre sí por la hamada en cuyos bordes se asientan Uargla y El Golea, y después el in- menso Iguidi, que comenzando en esta hamada termina en el Atlántico. Además de estas dos formas de suelo hay en la porción del Sahara occidental que hemos atravesado, la sedkja, de lá cual diremos algo en la parte geológica. Esto es lo que se observa con respecto á las diversas formas que ofrece la superficie del suelo en el occidente del Gran Desierto. Orográficamente hay que considerar en esta región dos partes: una central, meseta rígida, de gran antigiiedad geológica, cuya altura oscila entre 300 y 350 m. sobre el nivel del mar, y constituye lo que se llama el Tiris que termina en la región del Adrar; y otra que comenzando en la misma costa, con una altura de 40 6 50 m. sobre el nivel del mar, se va elevando por mesetas sucesivas paralelas á aquella, hasta la altura de 300 m. en que comienza la meseta central. Esta segunda parte comprende los países que á contar de la costa llevan los nombres de Guerguer, L'Aatf, Ar-Rak, Au- Haufrit y Tisnik, cuya mitad occidental ó sean los dos prime- ros, están constituidos de materiales modernos y tienen una facies especial. Interrumpen las mesetas de Guerguer y L'Aatf depresiones de fondo plano, orientadas paralelamente á la costa, cuyas paredes se levantan en curva rápida y elíptica hasta la altura de 20 6 24 m., curva que comparan los moros á la de las costillas; estas depresiones tienen una anchura va- riable, á veces de 200 m. y los naturales las llaman /yuf 6 (15) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 327 vientre. El pozo Teguextemt está situado en el mayor que he- mos atravesado. Los dyuf de esta parte del Sahara que tienen la orientación del alíseo, son producidos á mi juicio por este viento, merced á lo deleznable de las areniscas infrayacentes a las calizas, una vez rotas estas por grandes grietas para- lelas á la costa. Características de las regiones de los dyuf son dos formas de colinas que distinguen los moros con los nombres de gort, plural guertét y de guelb, plural gleibat. El gort y los guertét alcanzan de 20 á 30 m. de elevación cuando más, se hallan orientados como el dyuf que los encierra, y poseen una superficie plana y forma general artesonada; son pequeñas mesetas aisladas ó en serie lineal, cuya superficie está siempre formada por la caliza. El guelb—corazon—y los gleibat tienen por el contrario la caliza en el centro, presen- tando en esa parte su mayor diámetro, mientras que la supe- rior é inferior son de arenisca, y más delgadas por el mayor desgaste que el viento y las arenas producen en este mate- rial. Entre Teguextemt y Ksaibet el-Adam vimos los más típi- cos de todo nuestro viaje. Estos dos nombres los generalizan los moros aplicándolos á relieves orográficos de distintas rocas, siempre que recuerden algo por su forma los accidentes típicos de los que están cons- tituidos de materiales modernos; asi llaman guelb á algunos mogotes graníticos, tales como gueld Uncara en Tisnik, y los guelb Tumiac, El-Demna, Zuammel, etc., etc., de los países arcáicos. Además de estos dos nombres hemos visto usar el de cudia, plural cudiet, aplicado como en castellano la voz a/cudia, á cerros y colinas de base ancha y extremo más ó6 menos agudo, sea cualquiera el material que las constituya; corresponde esta forma orográfica á la que en España se llama cuetos y muelas. El Tiris, país esencialmente granítico, difiere por completo de las comarcas de la misma naturaleza de nuestra Península. En esta meseta, de accidentación muy suave, formada por curvas de gran amplitud, cuyo desnivel varía entre los 300 y 350 m., se levantan de vez en cuando cerrillos aislados en forma de cuetos y muelas de 40 ó 44 m. de elevación, constituidas por rocas graníticas 6 granitico-gneísicas, la mayoría de las ve- ces separados unos de otros hasta por kilómetros de distancia. . 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) La mayor parte de los accidentes orográficos que hemos visto en el Sahara occidental de más importancia que los in- dicados, que se conocen con el nombre de deybel 6 montaña, están constituidos por la reunión de cerros ó cuetos que se to- can por sus bases y entre los cuales no existen cuerdas ó cor- deles, es decir, que no están unidos por crestas; buen ejemplo de esto es el macizo de Aussert. Estas series longitudinales de cuetos están orientadas con muy raras excepciones NNE.- SSO. 6 NE.-SO. que es el rumbo que llevan en esta parte del África la mayoría de los fenómenos geológicos. Tal es por ejemplo dyebel Tisnik, y por las noticias de los adrarenses las montañas de su país conocidas con los nombres dyebel Tangharad, dyebel Gúinit y dyebel Yaul, estos dos prolonga- ción al SSO. de dyebel Ydyil, que nosotros vimos al E. del pozo El-Auiy. En dyebel Ydyil hay ya algo que se parece á un sis- tema montañoso articulado, con sus faldas, cuerdas, etc., aun- que de un modo embrionario. 111.— Hidrogratía. El carácter propio de esta comarca es la carencia absoluta de aguas corrientes superficiales, por más que algunos viaje- ros hayan dicho lo contrario. Todos los naturales del país aseguran que desde Séguia el-Hamra hasta el Senegal, no hay ningún río ni arroyo cons- tante, ni que dure más que la lluvia que le origina, dato que está perfectamente de acuerdo con las condiciones meteoroló- gicas y geológicas, y especialmente con la sequedad atmosfé- rica y permeabilidad de las arenas. Cuando llueve de un modo torrencial durante las tormentas, el agua es evaporada y ab- sorbida inmediatamente, llegando á formar cuando más peque- ños y muy pasajeros arroyos, cuyas huellas, muy escasas por cierto, son las únicas señales de agua corriente que encuentra el expedicionario. Una observación que hemos recogido, y viene en apoyo de este hecho, es que los moros de esta región que no han ido á Marruecos ú al Senegal, no tienen idea de lo que es un río, y les cuesta trabajo creer en la existencia de aquellos de que han oído hablar y darse cuenta de su estructura; no compren- (17) Quiroga.—OB3ERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 329 den que el agua pueda existir más que en pozos ó charcas. Dan, sin embargo, el nombre de vad á casi todas las depre- siones del terreno, aun aquellas cuyo origen presenta menos probabilidades de ser la acción erosiva del agua, como sucede con los dyuf. Podemos asegurar que no existe río ni rambla en el fondo de la bahía de Río de Oro, donde aparece todavía en los mapas el Uad Meguetha Merzug, ni tampoco el que dicen desemboca en la costa del continente dentro de la bahía frente á Villa Cisneros (1). Respecto á los ríos que los mapas pintan atravesando el Adrar et-Tmar ó de los dátiles, todos los adrarenses á quie- nes hemos preguntado están unánimes en asegurar, que no existen corrientes constantes de agua, y que la parte más baja de las depresiones que separan sus montañas no la lle- van sino mientras dura una lluvia torrencial, y ha sido ya evaporada y absorbida cuando sobreviene otra precipitación acuosa, que en aquella zona, como en el resto del Sáhara occidental, no son muy frecuentes ni aun en invierno. En cambio esta región es muy rica en pozos, alrededor de los cuales crecen numerosas palmeras, cuyo fruto es la base de alimentacion de aquellos naturales. Se comprende que tampoco sean posibles los manantiales ó fuentes en el interior, y sí únicamente en la costa, que es donde sabemos que existen algunos por más que no los hemos visto. Según noticias dadas por diversos marineros canarios que recorren estas costas, hay agua de manantial, dulce y abundante, en los siguientes puntos comprendidos entre Cabo Bojador y Cabo Blanco: la Bombarda, el Roguete (sale de un risco en gran abundancia y ponen tubos para recogerla), entre Morron del Ancla y Buen Jardin, Buen Jardin, la Boca de la Aguada, el Golfo (bahía de Cintra). Las sebkjas son lagunas temporales de agua salada que se forman en algunas depresiones del suelo, en cuyo fondo se deposita la arcilla que fué arrastrada, y queda, por evapo- ración del agua, la sal que estaba disuelta. Los pozos son designados genéricamente por estos moros (1) Ya no figuran estos ríos en la edición de 1887 de la gran Carta especial de Africa de Justus Perthes, de Gotha. 330 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) con la voz xelja hassi, diminutivo huissi, plural huissen, ape- lación que demuestra claramente que fueron pueblos de origen bereber quienes los abrieron. El único pozo de que hemos oído hablar en nuestro viaje que sea llamado con el nombre genérico árabe es Bir Emseran, á 56 km. al S. de Huissi Aissa. La incuria de aquellos habitantes hace que el agua de es- tos pozos, única que poseen para satisfacer sus necesidades, tenga generalmente peores condiciones de las que tendría si fueran más humanos, ocupándose algo de su bienestar terrenal aunque perdiesen un trozo de paraíso. Como nin- gún pozo tiene brocal y dan de beber á los ganados á su alrededor, el agua que estos derraman y la sobrante que los pastores vierten al lado mismo del pozo, corre hácia él acom- pañada de los excrementos, orina, etc., y da, á la que aún no se ha sacado, olor y sabor á hidrógeno sulfurado y gran canti- dad de materias sólidas no enteramente insolubles. Además, por si lo anterior fuera poco, no limpian nunca los pozos y están constantemente revolviendo su contenido, de modo que en la mayoría de ellos, el agua que sale es un barro claro, re- pugnante por su color negruzco, olor y sabor, en que los clo- ruros, sulfatos y sulfhídrico disueltos, se mezclan con las ma- terias inorgánicas y las orgánicas que se hallan en un estado más ó menos avanzado de putrefacción. Al moro no preocu- pan nada las condiciones de este brebaje que toma por agua. Se puede asegurar que ninguno de estos pozos ha sido abierto por los pobladores actuales de la región; no tienen estas gentes actividad ni medios para buscar su emplaza- miento é iluminar sus aguas; ni recuerdan, ni saben decir nada acerca de quién los haya abierto; tampoco se preocupan de buscar sitio y útiles para perforar otros. Hé aquí las condiciones de los que nosotros hemos visto: Hass: Tawurta: palabras xelhas (1) que significan pozo de la zorra; está situado en la península de Río de Oro, 48 km. al N. de la factoría, en una depresión de 2 m. bajo el nivel ge- neral del suelo. Es un agujero circular de 1 m. de ancho (1) La indicación acerca del origen del nombre con que los moros designan los pozos y su significado, la debo á mi compañero de expedición el eminente arabista D. Felipe Rizzo. (9 Quiroga. —OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 331 por 3 de profundo, en cuyo fondo hay otro más pequeño á modo de pozeta que contiene el agua, cuya profundidad es de 1 m. y donde arroja el viento todos los objetos que arras- tra. El 28 de Mayo de 1886 á las doce del día la temperatura del aire 4 la sombra era 25,5” C., y la del agua á la misma hora y en el momento de sacarla era 22” C. Es turbia aunque poco, salada, y sabe y huele á sulfhídrico. Está en cuaternario marino. Huissi A1ssa—pocito de Jesús—está situado en la costa de Africa frente á la factoría de la peninsula, en la misma forma- ción que el anterior, á la orilla y casi nivel del mar, y tiene por tanto un agua muy salada. Los empleados de la factoría le han hecho un brocal de piedras y barro. No se seca. Su nombre es árabe. Hass: Teguextemt; también en cuaternario, en un dyuf del Guerguer, territorio de los Uled Delim, á 40 km. de la costa, 70 de la factoría y 73 m. sobre el nivel del mar; agua salada aunque no tanto como la del Aíssa; bastante clara, que sabía y olía á sulfhidrico cuando pasamos hacia el interior y no tenía nada de este gas á nuestra vuelta. Tiene 4 m. de profundidad y sección cuadrada de 1 m. de lado; está entibado con palos y sin cubrir sus paredes. No se seca; su nombre es xelha. Hassi Bu-Hofra, nombre árabe que significa padre del hoyo ode la depresión. En granito, en el pais de Au-Haufrit, á 160 kilómetros de la factoría, 125 de la costa y 227 m. sobre el nivel del mar. Tiene 21 m. hasta el nivel del agua, por cuya razón no se puede sacar á mano como en los anteriores, sino que un camello, alejándose del pozo, tira de una cuerda que lleva al otro extremo un medio odre, cuya boca se mantiene abierta merced á dos medios aros de madera que apoyan sus extremos en la boca del medio odre y se cruzan encima por el centro, donde va atada la cuerda. Esta resbala sobre una polea hecha por su rozamiento en un trozo cilíndrico de madera, por cuyo centro pasa un palo largo horizontal colocado sobre la boca del pozo, que apoya sus extremos en la horquilla de dos grandes palos clavados verticalmente á los lados del pozo. El agua es bastante buena pues apenas es salada y no con- tiene sulfhídrico. Este pozo tampoco se seca nunca. Hassien Dumus. Tampoco es árabe el nombre de estos pozos que están abiertos en el granito del Tiris á 239 km. de la fac- 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) toria, 200 de la costa y á 304 m. sobre el nivel del mar. Son tres pozos poco profundos; dos de ellos muy próximos, situados en dos pequeñas depresiones del terreno, tendrán unos 6 m, de profundidad, y el tercero es una excavación de 3 m. en un arenal inmediato. El agua es dulce y muy buena y abundante, nada salada ni sulfhíidrica. El día 29 de Junio de 1886 á nues- tro paso por estos pozos, no había menos de 5.000 cabezas de ganado á beber, entre camellos, carneros y cabras. Hassien Tenúúlek. Nombre xelha de dos pozos situados á 200 m. uno de otro, á 322 km. de la factoría, 287 de la costa y 311 m. sobre el nivel del mar, en gneis. La parte superior del más importante es una excavación en forma de embudo, de 6 m. de profundidad, á cuyo fondo hay que bajar para lle- gar á la verdadera boca del pozo, habiendo una gran distan- cia entre esta y la superficie del agua. Están entibados con palos en la parte superior y su anchura es de 1,5042 m. El agua es enteramente dulce. Hassi El Awty. Este nombre es árabe y significa el torcido. Está situado al E. de la sebkja de Ydyil y cerca de ella, á 415 km. de la factoría, 380 de la costa y 180 m. sobre el nivel del mar, en granito. La superficie del agua está 15 m. más baja que la boca del pozo, que tiene 3,50 m. de ancha. Está revestido interiormente de piedras irregulares sin ar- gamasa, y torcido, sobre todo hacia la parte inferior, de modo que se oculta la mitad de la superficie del agua, que es buena y tan ligeramente salada que apenas se percibe algo de este sabor después de haberla bebido. Al ENE. y muy cerca de Hassi El Auiy está Hassi Derk en granito también, cuya agua dicen que es enteramente dulce. Hassien Aglaw. Nombre xelha de veintidos pocitos muy próximos uno á otro, de agua tan salada que no la beben ni aun los camellos. Están á 300 m. sobre el nivel del mar y á unos 70 km. al E. de Aussert; en granito. Hassi Aussert. Nombre también xelha de un pozo situado al pié de un macizo sienítico, á 320 m. sobre el nivel del mar y 210 km. de la costa. Tiene una gran profundidad y 4 m. de ancho; revestido de sillares á medio labrar con una gran pie- dra perforada que sirve de base á la obra de sillería. El agua es buena y abundante; había muchos ganados á su alrededor cuando nosotros pasamos. (21) Quiroga.—oOBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 333 Tenemos noticias acerca de la situación de otros muchos pozos, pero no hemos visto más que los que dejo indicados. Ya he dicho antes cuál es el origen del sulfhídrico del agua de los pozos de esta parte del desierto, y en virtud de él se comprende que varíe la cantidad de aquel gas en diversas épocas en un mismo pozo. Aguas salobres propiamente dichas, es decir, cargadas de yeso ú de bicarbonato cálcico, no he pro- bado ninguna; probablemente lo será la de los pozos Aglau porque están abiertos en una pequeña sebkja en cuyo suelo he cogido abundantes cristales de yeso. La sal domina en lasaguas de los pozos próximos al mar ó á las sebkjas, y la presencia en este caso de este mineral es fácil de explicar. Siempre las aguas mejores del desierto me han parecido más ricas en ma- terias minerales disueltas que las potables de nuestro país, y esto depende á mi juicio, no de que aquellos terrenos cedan al agua mayor cantidad de materias solubles que los nuestros, sino de que la masa de agua que los lixivia es más pequeña y da por tanto soluciones más concentradas. Se observa que todos los pozos están situados en el fondo de las depresiones ó en sus laderas. La particular estructura geológica del país y la masa de arenas que cubre todas sus formaciones, hace imposible seña- lar de antemano con algunas probabilidades de éxito, los sitios donde debe intentarse la perforación de nuevos pozos. En las formaciones cuaternarias, cuyos elementos litológicos están horizontales, es imposible indicar los lugares en que deben abrirse. El granito por su estructura peculiar, y los depósitos arcáicos y paleozóicos por la uniclinal que ofrecen, imposibi- litan de igual modo tan importante predicción. A esto hay que añadir la masa de arenas, que nivelando casi toda la superficie del suelo, oculta los vestigios de agua. Quedará pues reducido el que se ocupe de este asunto en el Sáhara occidental, á hacer tentativas en aquellas depresiones que por su vegetación y los accidentes orográficos que las rodeen, parezcan reunir condi- ciones para contener depósitos de agua á mayor ó menor pro- fundidad. No me parece que existen actualmente en el Sáhara occiden- tal depresiones articuladas y con salida hacia cualquier punto del horizonte, que puedan tomarse como lechos de antiguos rios, que si alguna vez corrieron por estas regiones serían de 334 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (079) escasa importancia y el viento se ha encargado de borrar las huellas que dejaron. Las depresiones que hemos atravesado, más abundantes en las formaciones cuaternarias del Guerguer y L'Aatf y en las pizarras cristalinas del Ar-Rak, que en el Tiris, aunque tienen á veces varios kilómetros de longitud, como Ksaibet-el-Adam y el mismo Fuy, están casi siempre limitadas por todas partes, cerradas en todas direcciones, y su orientación viene á ser la de la costa. El agua en estas regiones no puede correr sino hasta la parte más baja de las depresiones, donde se estanca para desaparecer al poco tiempo por absorción y evaporación. En el Tiris, cuyas depresiones son menos profundas y más anchas, tampoco hay lugar á pen- sar en lechos de antiguos rios, y las aguas torrenciales corren aún mucho menos que en las regiones anteriores, detenién- dose pronto en numerosas charcas más 6 menos profundas. Este sistema hidrográfico depende del orográfico que hemos descrito antes, propio de esta comarca, y que se puede resu- mir diciendo, que consiste en una serie escalonada de mese- tas, en las cuales se levantan mayor ó menor número de coli- nas aisladas ó constituyendo pequeños grupos separados unos de otros. A este sistema orográfico incierto, embrionario, co- rresponde necesariamente uno hidrográfico de las mismas condiciones. IV.—Geología. La constitución geológica de la porción del Sáhara occiden- tal que ha visitado la Comisión española, es bastante senci- lla, según puede verse rápidamente en el Croguis geológico que he trazado de dicha región, y acompaña á este trabajo, que, como el de todas las exploraciones análogas en aquellas tierras, no puede tener más que un valor aproximado, provi- sional, sobre todo en lo que se refiere á límites de los distin- tos. grupos y sistemas geológicos. A los geólogos que poste- riormente pasen por allí, toca confirmar lo que haya de cierto en mi trabajo, y corregir lo mucho que necesitará enmienda. En este pequeño mapa (Lám. III) se nota inmediatamente que la parte central más alta, el núcleo de la porción sep- tentrional del continente africano, está constituido por for- maciones de origen interno, especialmente graníticas, y otras (23) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁMARA. 335 externas del grupo arcáico, acompañadas ambas de algunos depósitos de la era paleozóica. Los escalones que descienden hasta el mar los componen, según mi opinión actual, forma- ciones marinas y terrestres, pertenecientes á la era cuater- naria. En las noticias que publiqué de nuestro viaje (1) en cuanto llegué á Madrid, consideraba los depósitos marinos de la costa como terciarios muy modernos, pliocenos, ócuando más miocenos; pero las investigaciones posteriores, de que luego daré cuenta, me han hecho variar de opinión, y estos depósitos de la costa, para mí hoy son cuaternarios. En resumen, en la parte de Sáhara occidental que he reco- rrido, existen depósitos de los grupos arcáico, paleozóico y cuaternario, así como formaciones eruptivas ó de origen in- terno que alcanzan un gran desarrollo. No puedo menos de hacer constar aquí, que mis observacio- nes no están conformes con las consignadas por el intrépido viajero Dr. Oscar Lenz en su mapa geológico del África occi- dental (2), y que con posterioridad ha tenido en cuenta exclu- sivamente en esta región el sabio profesor Dr. C. de Zittel, para la confección de su mapa geológico de África (3). Ya lla- mé la atención precedentemente (4) acerca de la gran dife- rencia que existe entre la constitución geológica que el doc- tor Lenz supone á aquella parte del gran desierto africano, y lo que yo he visto. No volvería á hablar de esto, si el ilustre paleontólogo y profesor de Munic, no hubiese admitido como cierta la estructura geológica que el Dr. Lenz supone al Sá- hara occidental. 1.? El Dr. Lenz considera cretácea la península de Río de Oro y la costa de enfrente, pues forman parte de una estrecha faja de sedimentos de este período que el viajero austriaco pinta extendiéndose desde Larache hasta Cabo Blanco; igual (1) Apuntes de un viaje por el Sahara occidental. (ANAL. DE LA Soc. ESP. DE HisT NAT., t. xv, 1886.—Revista de Geografía comercial, Julio-Setiembre de 1886.) (2) Geologische Karte von West-Afrika. Petermann's Mittheilungen, etc., 28 Band. 1882. 1. (3) Berghaus' Physikalischer Atlas.—I. Abt. Geologie. N.* 12. Afrika, 1888. (4) Apuntes de un viaje por el Sahara occidental. (ANAL. DE La Soc. Esp. DE HisT. Nar.,t. xv, 1886, páginas 503 y 504.) — Estructura y formación del Sáhara occidental; observaciones al mapa de Lenz. (Revista de Geografía comercial, números 25-30, Julio- Setiembre de 1836, páginas 65 y 66.) 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) edad se atribuye á esta región en el mapa del profesor Zittel. Río de Oro y la costa que media entre este punto y Cabo Bo- jador, que es la sección de costa que yo he visto, es induda- blemente de edad geológica más moderna; en mis primeras publicaciones supuse esta zona terciaria de lo más reciente, pero hoy, por razones que expondré en su lugar, la tengo por cuaternaria. 2.” Al cretáceo sigue en el mapa del Dr. Lenz, marchando hacia el interior desde Rio de Oro, una ancha zona de arenas del desierto, zona reproducida en el mapa geológico de África del profesor Zittel con el nombre de cuaternaria. Es verdad que en esa región hay arenas que no forman, sin embargo, Erg ó Iguidi, región de médanos, como las hay con el mismo carácter en la costa y más interior; pero en esa zona he podido reconocer con facilidad, además de algunos depósitos cuater- narios, y no precisamente de arenas, materiales arcáicos, pa- leozóicos y graníticos. 3.” Pone en contacto el Dr. Lenz la zona anterior de arenas con el devónico, en las proximidades de la sebkja de Ydyil, incluyendo esta célebre salina en el paleozóico, así como los pozos El Huiy, Turin, etc., que prolonga hasta el N. y cerca- nías de Uadan, considerando asi todo el tercio superior del Adrar el-Tmarr como devónico. Este devónico es el extremo meridional de un gran manchón que ocupa, según el doctor Lenz, casi todo el Sáhara occidental, incluyendo la región de Iguidi, el oasis de Tafilete, y que, partiendo del de Figuig, llega hasta el supuesto cretáceo de la costa, haciendo devó- nico el suelo de la porción meridional del Anti-Atlas y el Sus y toda la región del Nun, Tekna y Séguia el-Hamra. Cierto que está perfectamente establecida la existencia del sistema devónico al NNE. de Figuig, S. de Géryville y Laguat, en el país de Tafilete, entre el Erg occidental y el Iguidi en los uad Messaura y Messaud, en parte de Tuat, en el Muydir, montes Irauan, Tassili de los Azdjer (1), etc.; pero no quiere esto de- cir que todo el terreno comprendido entre estos manchones devónicos y el centro del Adrar et-Tmarr sea también devó- nico. Por de pronto, la región de la sebkja de Ydyil y pozo (1) PomeL: Ze Sañara. Alger, 1872, páginas 58 y 59.—G. ROLLAND: Carte géologique du Sahara, etc. (Bull. de la Soc. de Géographie, 2.2 trimestre. Paris, 1886.) (25, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 337 El Auiy la he visto constituida por granito. Es de temer que hayan sido tomados como areniscas muchos granitos del De- sierto occidental, que son poco coherentes y muy pobres en mica. En la carta geológica de África del Prof. Zittel figura este mismo gran manchón devónico con el nombre general de pa- leozóico. Comenzaré la descripción de los terrenos que he visto en el Sáhara occidental por la de las rocas eruptivas, á causa del oran desarrollo é importancia que el granito tiene en la cons- titución de esta interesante comarca del África septentrional. FORMACIONES DE ORIGEN INTERNO. 1. Granito en masa. Constituye esta roca la mayor parte de la meseta conocida con el nombre de Tiris cuya altura media oscila entre 300 y 350 m. sobre el nivel del mar. Aparece de un modo repentino á continuación de las pi- zarras cristalinas de Ar-Rak, y casi en los confines de esta región con la de Au-Haufrit, poco antes de llegar al pozo de Bu-Hofra, y se prolonga hasta dos jornadas al O. de los pozos de Teniúlek, con la sola interrupción de una estrecha banda paleozóica al oriente de dyebel Tisnik. Lo volvimos á encon- trar unos 65 km. antes de llegar á la sebkja de Ydyil, cuyo macizo y todo lo que desde él se alcanza á ver es granito. A nuestro regreso salimos del granito de la sebkja á jornada y media escasa al occidente de ella, para volverlo á encontrar al día y medio de marcha desde este punto, siguiendo por gra- nito durante otra jornada. El macizo que podríamos llamar de Bu-Hofra y Dumus, que es el más occidental, es enteramente análogo, por la natura- leza de sus materiales, al oriental en que se asienta la sebkja de Ydyil; pero el central y más pequeño que atravesamos á nuestro regreso, donde están los pozos Aglau, está rodeado por completo de gmneis, y es muy rico en epidota, teniendo por esto y su facies gran semejanza con los granitos epidotíferos que atraviesan en delgados filoncillos el gneis de Hassien Teniúlek. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 22 - 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Esta región granítica, que no es montañosa, no presenta más relieves que los cudiet, colinas 6 muelas de 40 á 50 m. de alto, aislados unos de otros, y las lapas, como dicen en Ex- tremadura muy gráficamente, ó6 sean superficies convexas, de tamaño variable, pero cuyo eje horizontal mayor no excede de 104 15 m. mientras que su máxima altura no pasa de 25 a 30 cm., ofreciendo la superficie perfectamente pulida y es- triada de NE. á SO. Las colinas graníticas son de una pieza, bruñidas y estriadas en la superficie; parece que no las atra- viesan líneas de fractura, y en ninguna he visto piedras ca- balleras. En general los granitos de esta comarca son de grano grue- so 4 mediano, poco coherentes muchos de ellos y recuerdan entonces á las areniscas, y todos muy pobres en mica. Su co- lor dominante es gris ceniza uniforme, por el predominio del cuarzo y el feldespato; este es el tipo más común en Bu-Hofra y en los alrededores de la sebkja. Los de Dumus son rojos interiormente y algo pegmatoideos; por el bruñido de las arenas adquieren exteriormente un color pardo rojizo. Los del pequeño manchón en que están situados los pozos Aglau son más coherentes, tanto como los de Dumus, y de un color bas- tante agradable, por la combinación del feldespato rosa con la pistacita. Algunos de los de Tisnik contienen abundantes cristales porfíricos de ortosa, y pequeñas colonias de cris- talitos de hornblenda, poseyendo el conjunto un color gris mucho más oscuro, que está reforzado por el pulimento, en las superficies expuestas al aire. El roce constante de las arenas que acarrea el viento, pro- duce en la superficie de estas rocas efectos diversos, según su estructura. En los granitos de Dumus, en que la ortosa y el cuarzo se empastan un poco, el pulimento es completo, y se llegan á producir superficies planas á veces bastante extensas, pequeñas hamadas desprovistas de vegetación y de arenas. En los arenáceos y porfiroides, el feldespato se desgasta más rápidamente que el cuarzo, que se pule y suaviza, sobresa- liendo de la superficie de la roca. Los granitos que he visto y recogido en el Sáhara occiden- tal pertenecen á los dos grupos siguientes: a) Granitito propiamente dicho. 0) Granitito anfibólico porfiroideo. ¿7 Quiroga.—oOBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 339 a) Granitito propiamente dicho.—A este grupo corresponden la mayoría de las rocas graníticas del manchón de Bu-Hofra y Teniúlek y todas las de la sebkja. Unos son granudos y poco coherentes (Bu-Hofra, Ydyil), y otros más compactos (Dumus), y en todos ellos hay gran escasez de mica. Por regla general la ortosa está bastante alterada, acusán- dose en muchos granos alguna de las dos esfoliaciones rec- tangulares por las numerosas estrías que los atraviesan, según las cuales la descomposición es más avanzada; estrías que se hacen tan visibles en algunos individuos que, en luz natural, los dan aspecto de plagioclasas. El producto de esta alteración es un agregado irregular de escamas y agujas sumamente finas, de color verdoso muy ligero, con acción sobre la luz po- larizada y descomponible por los ácidos, especialmente por el sulfúrico, dejando sílice libre y en la disolución, además de la sílice disuelta, alúmina, hierro, cal, magnesia en bastante cantidad y álcalis. Creo que este producto deutógeno, de natu- raleza micácea al parecer, sea derivado, no tan solo de la ortosa, sinó también de la biotita, que ha contribuido á su formación con la mayor parte de la magnesia, mientras que el hierro, bajo la forma de hidrato férrico se ha infiltrado por entre los granos de cuarzo y feldespato y sus hendiduras y planos de esfoliación. En los granitos de Dumus son una excepción los granos de ortosa alterada, la mayor parte se conservan muy frescos. No he visto ninguna ortosa maclada. Además de este feldespato se suele hallar en todos estos granitos otro que abunda especialmente en los de Dumus, formado por una asociación de ortosa y albita (microperthita) constituyendo este último elemento venas fusiformes, parale- las entre sí, muy puras y limpias en el seno del primero que nunca se conserva tan fresco. Estas venas de albita, que tiene la que más una centésima de milímetro de anchura, se dicotomizan, continuando paralelas las dos ramas, que en ocasiones se vuelven á soldar más adelante, dejando entre sí una masa lenticular de ortosa. Hay muchos individuos fel- despáticos en los que las venas de albita atraviesan del todo la ortosa, y otros en que las apófisis de aquella concluyen en el seno de esta. Todas las bandas de albita tienen la misma orientación óptica, cuando son sencillas, pero en algunos ca- sos se notan en ellas las estrías polisintéticas. Es muy fre- 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) cuente también que penetre á la vez por dos lados opuestos de una misma masa feldespática, entrecruzándose, á modo de peines opuestos, las bandas de uno y otro lado, sin llegar cada sistema al borde contrario, sino terminando en punta cerca de él. Estas bandas de albita recuerdan fielmente las de la misma sustancia que atraviesan en sentido diagonal las secciones de microclina paralelas á 001. De los granitos de Dumus he conseguido separar medte el liquido de Thoulet, y el examen óptico posterior de los gra- nos feldespáticos, unos de ortosa pura y otros de la mezcla de ortosa y albita, y sometidos ambos á la acción del ácido fluosilícico en gotas distintas, la ortosa pura apenas produce algún cristalillo de fiuosilicato sódico perdido en una masa de los del fluosilicato potásico, mientras que la mezcla de los dos feldespatos, da origen á la formación de número casi igual de cristales de una y otra sal. La falta de contornos cristalinos de los granos constituidos por los dos feldespatos, me ha impedido reconocer si la aso- ciación de ambas sustancias obedecía á la ley que rige la perthita del Canadá y de otras localidades, tan bien estudiada por M. Des Cloizeaux (1), 6 si por el contrario, como ya este sabio indica, son una agrupación irregular. El tamaño de estos cristales de microperthita es variable, oscilando entre 0,05 mm. y 1,5 mm. Los individuos que se aproximan á esta última dimensión, hacen el efecto de ele- mentos microporfíricos, mientras que los que se acercan á la primera, están perdidos entre los menudos granos que for- man este material. La ortosa también tiene estas dos varie- dades de tamaño. Además de estos dos feldespatos, se presenta algún grano microporfírico de microclina, y otros de oligoclasa, suma-= mente raros estos últimos en los granitos de Dumus; ambas especies están bien conservadas, sobre todo la última. El cuarzo manifiesta también dos tipos de tamaño; uno que pasa de l mm. 6 1,5 mm., y otro el más abundante en las ro- cas de Dumus, que oscila alrededor de las 0,5 mm.; el prime- ro es esencialmente granítico y el segundo tiene más carác- (1) Mem. sur Vexistence, les propr. opt. et crist. etc. du microcline. Pág. 33 y si- guientes. (29, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 341 ter granulítico. El cuarzo del primer tipo, ofrece contornos mucho más enteros que los del segundo, que son por el con- trario ricos en apófisis redondeadas y senos. Es muy frecuente en estos granitos saharianos, que los feldespatos encierren granos redondeados 6 exagonales de cuarzo, recordando en ocasiones á los cuarzos de los pórfidos por las penetraciones de materia feldespática en el interior de la sílice libre. La de estos materiales es rica en inclusiones gaseosas y líquidas de burbuja móvil. Escasa es la biotita fresca que se encuentra en estos gra- nitos, reducida á pequeños grupos de laminillas verde ama- rillentas en luz natural, que exhibe un color verde oscuro cuando sus planos de esfoliación básica son paralelos á la sección principal del polarizador, y otro amarillo claro cuando son normales. Pero en cambio, es más frecuente ha- llarla descompuesta formando pequeñas manchas irregulares, constituidas por sustancias cloríticas y ferruginosas, con gránulos de magnetita en algunas. Aquellos granitos que más descompuesta tienen la biotita, poseen más transformada también su ortosa en el agregado de escamas y fibras de que hablé antes. Los granitos de Dumus deben su color rojo á la gran canti- dad de hidrato férrico, más 6 menos arcilloso que tiñe sus elementos, especialmente el feldespato, y está depositado en mayor abundancia en los intersticios que resultan entre sus granos, según demuestra el microscopio empleando la luz reflejada. (0) Granitito amfibólico porfiroideo.—Estos granitos proce- den de la región de Tisnik, situada entre Bu-Hofra y Dumus. Son los únicos porfiroideos que he visto en mi viaje, y la ortosa porfírica con mucha frecuencia está maclada según la ley de Karlsbad. A simple vista se distinguen además en ellos grupos negros, más ó menos ferruginosos, formados por la asociación de la hornblenda y la mica, esta última bastan- te alterada. . La ortosa es el elemento dominante y constituye granos de tamaño medio á más de los cristales porfíricos. El feldespato de la primera de estas dos formas, es siempre sencillo, y muchas veces está descompuesto según el mismo proceso que he descrito en los granititos de Bu-Hofra é Ydyil, 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) yendo acompañada en algunos ejemplares esta materia mi- cácea de granillos de epidota. Los feldespatos menos alterados, tienen un color gris rosá- ceo, á consecuencia de contener en su masa gran cantidad de agujas exagonales alargadas, y con mucha frecuencia defor-= madas, de oligisto. La más larga que he hallado mide 0,142 m., siendo excesivamente delgada, y la más ancha 0,0071 m.; hay que observarlas con objetivos de bastante aumento, el núm. 6 de Nachet, por ejemplo. Están orientadas constituyendo tres series, dos normales entre sí y paralelas á las principales es- foliaciones de la ortosa, y la otra formando ángulos de 45" con las dos primeras. En algunos de estos feldespatos he visto huecos rombales, paralelos, llenos de cuarzo de igual orientación óptica en todos ellos, que encierra sus características inclusiones fluidas. El mayor observado mide 0,4260 m. de longitud por 0,2414 m. de ancho, y el más pequeño, 0,0426 por cada lado. Sus contor- nos no son igualmente limpios, pues mientras los dos lados más cortos limitan perfectamente el cuarzo, separándolo con toda claridad del feldespato, los dos más largos no son claros, el feldespato está alterado en su contacto, hecho casi opaco á fuerza de granos kaolínicos y agrupaciones aciculares, y se pasa insensiblemente al cuarzo disminuyendo los productos de alteración de la ortosa. Estos lados limpios y claramente perfilados, corresponden á una de las esfoliaciones fáciles, hecha visible en la ortosa merced á su estado de alteración. Los ángulos agudos de estos huecos llenos de cuarzo, oscilan alrededor de 78”, y los obtusos, de 96”. La microperthita constituye granos más ó menos redondea- dos, no tan abundantes como en los granitos de Dumus, y que con frecuencia se adhieren varios á un gran cristal de ortosa. Existen también algunos individuos de microclina y oli- goclasa. El cuarzo no forma de ordinario individuos tan grandes como la ortosa, y es rico en inclusiones fluidas. La biotita tiene los mismos caracteres que la de las rocas anteriores, y con mucha frecuencia rodea los granos de ilme- nita, más ó menos transformados en titanomorfita. Á estos mi- nerales va unida la hornblenda que es verde, tan abundante como la mica y perfectamente caracterizada y distinguible de (31). Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 343 esta por sus esfoliaciones y extinciones. Las masas negras que produce la asociación de estos minerales que nunca van separados uno de otro, son escasas. En todos estos granititos existen claramente diferenciados dos grupos de elementos, el uno formado de grandes cristales feldespáticos, ortosa especialmente, cementados por superfi- cies extensas de cuarzo, y el otro constituído de elementos granulíticos, en los cuales predomina el cuarzo, que lleva per- didos en su masa microindividuos de microperthita y oligo- clasa faltos de contornos cristalinos. Hay tal diferencia entre el tamaño y condiciones de ambos grupos de elementos, sobre todo en los granitos de Bu-Hofra, que se ve uno arrastrado á pensar en dos períodos distintos de solidificación de estos mi- nerales, ó acaso en uno, posterior al de formación de todos, en que los minerales granulíticos se han producido á expensas de los graníticos, por destrucción parcial bajo la influencia tanto de causas mecánicas como químicas. 2. Sienita eleolítica. Hassi Aussert, situado entre el Adrar et-Tmarr y el Suttuf, cae al occidente de un grupo de colinas de muy extraño as- pecto, que se alza repentinamente, al parecer, en el contacto del arcáico con el paleozóico, sin que sea posible precisar las relaciones entre las rocas de Aussert y los depósitos que las rodean. Según pude observar, la mayoría de aquellos picos debe estar formada por la misma roca, que es una bellísima sienita eleo- litica, absolutamente fresca y bien conservada. Las arenas que lleva el viento han producido en ella una superficie granulosa, sólo que así como en el granito las granulaciones salientes son de cuarzo, en el material de Aussert, están formadas de feldespato y amfibol, por sufrir la eleolita un desgaste más rápido. Esta roca es de color gris, y á simple vista, y mejor aún con una lente, se diferencian sus elementos unos de otros: los in- dividuos de feldespato por su color y esfoliación propia; la eleolita, á causa de su color gris y lustre graso característico; y los cristalillos de amfibol por ser enteramente negros y mos- 344 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) trar claramente su esfoliación prismática. Es fácil separar del polvo grueso de esta roca algunos granitos de lustre grasien- to, y reconocer en ellos las propiedades químicas de aquella variedad de nefelina. Las preparaciones de esta roca son bellísimas, sobre todo en luz polarizada, por la pureza y variedad de las maclas fel- despáticas. La ortosa pura no es su feldespato más abundante, y carece, como todos los demás minerales de este grupo, de contornos regulares. Es frecuente que sus cristales se presenten sencillos, pero no dejan también de hallarse algunos maclados según la ley de Karlsbad. Las inclusiones gaseosas que encierra, tie- nen casi siempre la forma de cristales negativos ú huecos de ortosa; además de estas, contiene algunos microlitos bastante bien formados de amfibol, que ofrece mucho parecido con el que constituye uno de los elementos más característicos de la roca. Esta ortosa ha dado indicios de sodio, aplicando el pro- cedimiento microquímico de Behrens á granos desprovistos en lo posible de inclusiones, separados con un pincelito en el microscopio con luz polarizada, de aquella porción del polvo de la roca insoluble en ácido clorhídrico, que tenía la densi- dad de la ortosa. La microperthita de esta roca es más abundante que la ortosa, y sumamente bellas sus secciones delgadas entre los nicoles cruzados. Se presenta en cristales unas veces sencillos y otras maclados segun la ley de Karlsbad ó la de Babeno, estos últimos no tan numerosos como los primeros, aunque sí frecuentes. La albita se asocia con la ortosa, de modo que las láminas de aquella tienen sus trazas normales á 100, y paralelas á la arista 100: 110 de esta, haciendo sus trazas en 001 de la ortosa, un ángulo de 95” con la arista 100: 001. De aqui resulta, que en la mayoría de las secciones de los crista- les sencillos de microperthita, y en los maclados según la ley de Karlsbad, las bandas de albita son paralelas á la mayor longitud de las secciones y el plano de combinación en las maclas, mientras que, en las que se realizan según la ley de Babeno, las láminas de albita forman un ángulo casi recto, cuyo vértice está situado en el plano de combinación de la macla, mientras que los lados del ángulo son paralelos 4 100. Tienen de particular estas bandas de albita, que se encorvan (33) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 315 algo á veces ó cambian de dirección, uniéndose unas á otras para formar redes de mallas muy alargadas y fusiformes, siendo muy raras las bandas que, comenzando en un extremo del cristal, terminan en el opuesto, pues con mucha frecuen- cia concluyen en punta en el seno de la masa de ortosa. El encorvamiento y cambio de dirección de las venas de albita, es debido á que se adosan unas á otras las maclas simples á diferentes alturas de los planos próximos normales á la direc- ción de las bandas. En la mayoría de las secciones de esta sustancia, las venas de albita tienen su mayor longitud paralela á la de la sección, y esto unido á los valores máximos de las extinciones de la ortosa con relación á la longitud de las secciones, demues- tra que la mayoría de los cristales de microperthita pertene- cen al tipo común de ortosas que tienen su máximo des- arrollo según c y el mínimo según 5. Hay otras secciones, aunque escasas, que deben corresponder á cristales desarro- llados según el clino-eje, como los que se asocian para cons- tituir la macla de Babeno, y sus secciones muestran casi siempre esta misma macla. Las porciones de ortosa que separan las bandas de albita entre sí, son algo más anchas que estas, llegando en algunos casos á tener 0,040 m. Ninguno de los cristales de microperthita tiene contornos limpios, pero el estudio de su estructura lo han facilitado sus numerosas maclas. Todos ellos tratados por ácido fluosilícico, producen en igual cantidad el fluosilicato potásico y el sódico. Encierran las mismas inclusiones que los cristales de ortosa y su densidad 2.554 á 15”, es más próxima á la de la ortosa que á la de la albita. La microclina es muy abundante, más que la ortosa pura, y aunque carece también de contornos regulares, las extincio- nes de las dos series de banditas muestran que gran número de secciones de este mineral son bastante paralelas á 001. La ortosa que las cementa varía en cantidad de unas secciones á otras, y á veces en puntos diferentes de una misma sección. La plagioclasa es el más raro de los feldespatos que contiene esta roca. Constituye granos pequeños perdidos entre los fel- despatos anteriores, y parece corresponder á la oligoclasa por sus caracteres ópticos. 346 ANALES DE HISTORIA NATURAL. / (34) La eleolita es alotriomorfa y constituye próximamente una cuarta parte de la totalidad de los elementos que entran en esta sienita, mientras que los feldespatos forman la mitad y el otro cuarto es de amfibol. La orientación óptica de los granos de eleolita es muy variada, puesto que son raras las secciones de dos granos contiguos que tengan la misma. Lo único notable que ofrece es, su riqueza en agujas largas y finas, incoloras, colocadas sin orden alguno en todos sentidos y con más abundancia en el centro del cristal que en sus bordes, con frecuencia despro- vistos de ellas; que se extinguen paralelamente á su longitud, por cuyos caracteres las considero de natrolita. Van acompa- ñadas, en el seno de la eleolita, por gránulos negros, opacos, sumamente pequeños, constituyendo una especie de arenilla, entre los cuales existen algunos de sección cuadrada, referi- bles á la magnetita, mientras que de la mayoría no es posible discernir si tienen forma regular ni aun con el objetivo nú- mero 9 de inmersión de Nachet. El amfibol, que es una arfvedsonita, no está en contacto de la eleolita, sino entre los individuos de feldespato, é íntima- mente asociado á la titanita; parece que su formación, siendo posterior á la de este último mineral, puesto que incluye en su masa algunos granos de él, es sin embargo anterior á la de los feldespatos que lo contienen en su seno y lo han arro- jado fuera casi totalmente al individualizarse, obligándolo 4 formar series lineares entre los cristales que ellos constituían, y permitiéndole raras veces dar nacimiento á colonias amfibó- licas de mayor anchura, entre cuyos cristales siempre hay penetraciones de los feldespáticos. Su forma es irregular, y el color verde oscuro, algo ama- rillento unas veces, azulado otras, según la dirección en que han sido cortados por la sección sus elementos ópticos, pero siempre intenso. Ofrece las esfoliaciones propias de la especie, y su policroismo es gy = verde bastante amarillento Mis = pardo verdoso amarillento N y= verde muy oscuro azulado, siendo sus tintas más oscuras que las de la arfvedsonita de Groenlandia. El sentido de su alargamiento es positivo, con (35) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 347 extinción máxima de 0” á 6”, siendo el primer valor el más frecuente; 24 — Np= 0,025. Su densidad es 3.512, y tratán- dola por ácido fluosilícico, produce cristales bien caracteriza- dos de fluosilicato sódico, á más de los de hierro y magnesio. La titanita es muy abundante en esta roca, constituyendo eranos elipsoidales y cuneiformes, y también cristales bas- tante perfectos en forma de tejado, pero correspondientes más bien que á la combinación más sencilla y frecuente en la tita- nita de las sienitas, á saber: 111.001.100 dominando 111, á un cristal en que el tejado estuviese formado por la combinación 102.111 ó esta otra 001.021; la pequeñez de los cristales perfec- tos incluídos en los otros minerales, y un cierto redondea- miento que han sufrido, me han impedido precisar un poco mejor estas formas. A juzgar, sin embargo, por el contorno y propiedades ópticas de algunas secciones, creo que 102 está bastante desarrollado en los cristales de titanita de la roca de Aussert. La sección mayor de esfena que he visto en esta roca mide 0,8 mm. de longitud. Exhibe con toda claridad el relieve pleocroismo y polarización cromática que le son característi- cos. Su color es amarillo de miel. No he hallado ninguna macla de titanita en esta roca. Siempre está íntimamente asociada á la arfvedsonita, festoneando los cristales de este amfibol y á veces encerrado en él, por lo cual parece haberle precedido en su formación. Algunos granos se ven también entre los cristales de feldespato, aunque en este lugar es más frecuente el zircón, bajo la forma de pequeños granos pris- máticos cuadrados, casi incoloros ó con un ligero tinte ama- rillento, y todos los demás caracteres que le son propios. Es bastante más escaso que la esfena. Contiene la roca de Aussert muy poco cuarzo bajo la forma de granos irregulares esporádicos, perdidos entre los cristales de feldespato. El hierro titanado no es tampoco muy abundante y está siempre asociado al amfibol y titanita. 3. Diabasa. En tres puntos distintos he recogido ejemplares de este material eruptivo, á saber: en el granito de Tisnik, en el pa- 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) leozóico que está al oriente de esta comarca; y por último, en el gneis de los alrededores de los pozos de Teniúlek. En nin- guno de ellos me ha sido posible precisar las relaciones de esta roca con aquellas entre las cuales aparece, por las con- diciones especiales en que se hacen estos viajes, y estar aque- llos terrenos cubiertos de una capa de arenas que no dejaba al exterior más que los picos de la roca eruptiva. Las más cristalinas son las de Teniúlek, una de ellas sobre todo, la sigue la del paleozóico, y por último, la del granito de Tisnik es la más afanítica de las tres. La superficie de todas es lustrosa y suave al tacto á pesar de ser granuda cuando ha estado largo tiempo expuesta á la acción del viento. A simple vista se reconocen en las que son más cristalinas, una de Teniúlek y la del paleozóico, dos elementos, uno blanco en la de Teniúlek ó blanco verdoso en la del paleozóico y otro negro, que en fracturas recientes, muestra una esfoliación prismática brillante. Otra de las diabasas que cogí en Teniú- lek, á pesar de ofrecer una estructura granuda no se diferen- cian bien sus elementos ni aun con la lente, es afanítica. La que recogí en el granito de Tisnik lo es mucho más, y su fractura reciente, que es concóidea astillosa, pone de mani- fiesto una superficie algo granuda; he recogido, pues, dos diabasas cristalinas y dos afaníticas, consideradas macroscó- picamente, porque en secciones delgadas todas ellas se mues- tran cristalinas y con un piroxeno muy análogo. Las de Teniúlek son olivínicas, y su feldespato y piroxeno están bastante frescos, al contrario de lo que sucede á la que recogí en el paleozóico, que carece de olivino y su feldespato y piroxeno se hallan en un período avanzado de transforma- ción, siendo además eminentemente cuarcifera. A este se- gundo grupo debe referirse igualmente la diabasa que apa- rece en el granito de Tisnik, aunque no sea tan rica en mine- rales deutógenos como la anterior. Diabasas de Teniúlek.—La mayor parte de su feldespato es labrador, bastante bien conservado en general, excepto su contorno que rara vez existe completo. Algunos de sus crista- les están constituídos por la macla de la albita sencilla, aun- que son pocos, pues la mayoría son polisintéticos, si bien el número de los cristales elementales que los forman no pasa (87, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 349 de seis ú ocho. Existen algunas maclas según la ley de la albita-periclina. Con bastante escasez se ven además algunos cristales de oligoclasa. La descomposición de estos feldespatos ha comenzado por el interior, siendo resultado de ella unas manchas irregulares, blancas, opacas, sin acción sobre la luz polarizada, constituí- das por la aglomeración de granos muy pequeños, que al ser tratados por los ácidos, producen alguna efervescencia debida sin duda á una pequeña parte de carbonato cálcico, quedando como residuo insoluble la inmensa mayoría de la sustancia granuda que constituye la mancha, y que probablemente será de naturaleza caolínica. Frecuentemente esta caoliniza- ción del feldespato se propaga á lo largo de los planos de es- foliación. La augita es alotriomorfa y no presenta por tanto sus con- tornos propios, pero sus esfoliaciones se ven claramente en muchos cortes. Es transparente, poseyendo en luz natural un color ligeramente amarillento, las líneas de esfoliación y fractura están bastante acusadas por el principio de alteración en que se halla al mineral, que comienza á lo largo de dichas líneas ó normalmente á ellas por pequeñas estrías cortas y muy juntas, que cuando se desarrollan mucho en longitud dan facies dialágica al piroxeno; estas estrías corresponden á la esfoliación ortopinacoidal. Pero donde los derivados de la augita se producen y agrupan en mayor cantidad, es en los bordes de este mineral, llegando á constituir un agregado de fibrillas, unas veces paralelas, otras entrecruzadas, de color verde amarillento y algún pleocroismo, en las cuales coincide el máximum de absorción con la longitud de las fibrillas, mientras que normalmente á ella exhibe una tinta amari- llenta ligeramente verdosa. Este producto es descomponible por ácido clorhídrico, y se puede referir á la viridita. Intima- mente asociados á él y en su consecuencia derivados del pi- roxeno, se ven granillos de magnetita. Casi la mitad de los cristales de augita de estas diabasas están maclados según 100, y muchos son polisintéticos, presentándose las bandas más finas en el centro; por efecto de alteración los planos de unión son claramente visibles aun en luz natural. Hé hallado en esta roca una gran masa cristalina de augita desarrollada en el sentido ortopinacoidal y maclada, torcida en su último 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) tercio como si la hubiesen doblado con la mano, formando sus dos ramas un ángulo de 115”. Cuando la extinción comien- za por uno de sus extremos, va corriendo sucesivamente toda la barra augítica; recuerda el modo de extinguirse de las ortosas. El olivino de estas rocas es escaso y perfectamente idiomór- fico. Constituye restos de cristales de tamaño mayor, empo- trados á la vez en los feldespatos y en los piroxenos, demos- trando así la prioridad de su formación con respecto á estos dos elementos. Le acompañan un poco de serpentina y mag- netita en los bordes y líneas de fractura, pero á pesar de esto está bastante bien conservado. Es notable, por lo fresca que se halla, la ilmenita de estas rocas, pues en raros casos está rodeada de su derivado gris. El cuarzo es muy escaso, y solo se encuentran algunos gra- nos en cada preparación, perdidos entre los demás elementos; son irregulares y muy pobres en inclusiones. Agujas largas de apatito cruzan estas diabasas aunque no en gran abun- dancia. Diabasa recogida en el paleozdico.—La plagioclasa no existe ya como tal en esta roca, sino exclusivamente los productos que de ella se derivan. Tan avanzada está su evolución, que los cristales de este mineral no encierran nada de sustancia feldespática caracterizada por sus propiedades ópticas, pues ha perdido hasta el polisintetismo peculiar á sus cristales. La mayoría de ellos están formados de un mineral incoloro, fibroso-laminar, sin pleocroismo, con una fuerte polarización cromática, extinguiéndose según su longitud, y no descom- ponible por los ácidos, que recuerda las micas blancas. Irre- gularmente esparcidos en esta sustancia Ó acumulados en puntos diversos de su interior, se halla epidota abundante, que en la mayoría de los casos está formada por granos re- dondeados, pero que á veces, constituye masas homogéneas de alguna extensión, con todos los caracteres de este mineral, incluso un fuerte pleocroismo amarillo. A más de estos dos productos derivados, hay contornos de cristales feldespáticos, que encierran agrupaciones granulíticas de cuarzo, existien- do algunos de aquellos, aunque pocos, que no contienen más que cuarzo y epidota, estando el primero cortado en rombos unas veces, en triángulos otras, todos de la misma orientación 139) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SAHARA. 351 óptica, y separados entre sí por otro cuarzo también uniforme en su extinción, pero de diversa orientación que el primero, y en el cual yacen los granitos de epidota, mientras que la sílice que muestra contornos regulares está exenta de ellos. La extinción de ambos cuarzos forma entre sí un ángulo de 35” como término medio. Entre los cristales del feldespato así alterados, se ven masas de cuarzo homogéneas y ricas en in- clusiones líquidas con burbuja móvil, que destruyen los con- tornos de los antiguos cristales de feldespato, confundiéndose con el cuarzo que estos encierran; parecen formadas por una secreción y concreción posterior de la silice deutógena del feldespato. La augita está por lo general irregularmente limitada, pero además se presentan cristales bien terminados de esta sus- tancia; es casi incolora, frecuentemente ofrece un comienzo de dialagización y sobre todo de cambio en hornblenda y biotita, que va del exterior al interior, existiendo bastantes cristales cuyos bordes son de biotita, y á esta sigue la hornblenda verde, que está en contacto inmediato con el piroxeno del centro; la transformación es insensible. A veces todo el cris- tal se ha convertido en una verdadera uralita bordeada de biotita, y cuando se tratan estas preparaciones por el ácido clorhídrico, se ve que en contacto con la hornblenda hay materia viridítica, y aun se notan laminillas totalmente cons- tituidas por esta sustancia. La orientación óptica de la horn- blenda que está en inmediato contacto de la augita, no es pa- ralela con la de esta en algunas ocasiones, y entonces, cuando se extingue la augita, se ven en su interior una porción de fibrillas que brillan como la hornblenda inmediata que no está extinguida. He reconocido algunos individuos de augita-horn- blenda en los que hacía un angulo de 65” la extinción del piroxeno con la del amfibol que de él procede. El policroismo de la hornblenda no es muy intenso y sus colores son los ordinarios en la variedad verde; la biotita es pardo-amarillen- ta y le ofrece señalado y de la disposición más frecuente de sus colores. Casi todo el piroxeno esta maclado según 100. No son raros largos cristales, y aun secciones exagonales, de apatito. La ilmenita, convertida casi en su totalidad en ti- tanomorfita, es abundante. La estructura de esta roca es más cristalina que la de las 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) anteriores, porque su piroxeno es idiomorfo en mayor número de individuos. Diabasa de Tisnik.—Como he dicho al principio, es la más afanítica de todas, considerada macroscópicamente. De igual modo que en la roca anterior, de la plagioclasa no queda más que los contornos de sus cristales, cuya sustancia ha sido totalmente cambiada en una mica (?) blanca, cuarzo y sustancias viridítica y caolínica. La mica (?) blanca deutógena de la plagioclasa, es en esta roca sumamente rara, y se pue- den considerar los cristales de feldespato pseudomorfizados por cuarzo y viridita, el primero ocupando casi la totalidad de la masa, y la segunda llenando los planos de macla, y las grietas de fractura y esfoliación de los antiguos feldespa- tos. No he hallado resto alguno de la materia que los cons- tituía. El cuarzo, que cubre superficies muy extensas, incluye todas las otras materias derivadas del feldespato, pero es muy po- bre en inclusiones de las que le son características; parece exclusivamente deutógeno de aquel mineral. Además se presentan en estos cristales manchas de natura- leza caolínica. La augita se conserva en mejor estado que la de la diabasa anterior; sus masas no son de tan gran tamaño, y los indivi- duos están más aislados, faltando completamente la facies dia- lágica que ofrecía ya el piroxeno de la diabasa del paleozóico. Con frecuencia existen colonias de individuos piroxénicos, cada uno de los cuales ofrece una orientación óptica distinta de la de los demás. Asociada al piroxeno, á veces encerrada en un grupo de granos de este mineral, se ven láminas de clorita de un color verde bastante intenso, pleocróicas, no atacables sensible- mente por el ácido clorhídrico, y que entre los nicoles cruza- dos ofrecen una polarización cromática muy débil, de colores azulado-amarillentos. La ilmenita existe formando cristales aislados, no grandes masas, pero de formas características y sobre todo interesan- tes, porque en lugar de la titanita gris y opaca que casi siem- pre la acompaña como producto secundario, en esta roca va unida á titanita perfectamente transparente y caracterizada. Existe algo de magnetita, que en su mayor parte se ha per- (41) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 353 oxidado, produciendo laminillas de hierro oligisto y en algu- nos puntos limonita. También esta diabasa contiene apatito en agujas largas. Resumiendo lo que se refiere á la estructura de todas estas diabasas africanas, es de notar que las de Teniúlek la tienen ofítica bien clara, intersticial con mesostasis del piroxeno, el cual carece por tanto en absoluto de contornos propios, y mol- dea á todos los otros elementos, de los que parece ser el olivi- no el más antiguo, mientras que las de Tisnik y el paleozóico del Tiris, poseen más augita idiomórfica, sobre todo la pri- mera, y por tanto su estructura es más bien hipidiomórfica granuda. 4. Granito en filón. De este grupo he podido recoger tres tipos solamente en el gneis de los alrededores de los pozos Teniúlek y en el que se halla situado al S. de este punto y al E. del manchón grani- tico de pozos Aglau. Estas rocas atraviesan el gmneis casi N.áS., juzgando por la pequeña extensión que me ha sido dado observar de sus filones respectivos. Pegmatita de Tenúúlek. — Agregado pegmatítico de ortosa blanca y cuarzo hialino, sin que á primera vista se perciba ningún otro elemento; de superficie lustrosa y suave por la erosión eoliana, sobresaliendo los granos de cuarzo por su mayor dureza. Además de los anteriores elementos, el micros- copio revela la existencia de mica verde, clorita, epidota, zir- cón y apatito. La ortosa presenta macroscópicamente un color blanco de leche manchado en algunos sitios con pintas rosadas , y en el microscopio es opaca ó trasluciente cuando más, de bordes corroídos por el cuarzo que con mucha frecuencia la penetra por los planos de esfoliación, impregnándola de un modo in- sensible en la mayoría de los casos. Es muy raro el cristal de feldespato que manifiesta en la luz polarizada sus colores pro- pios, pues la mayoría no muestran sino los fenómenos cromá- ticos de los derivados y productos que encierra. Cuando se observan en luz reflejada las preparaciones de esta roca, ade- más de darse muy bien cuenta del ataque del feldespato por el ácido silícico, se ve que aquel se presenta opaco y gris en ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 23 301 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) toda su extensión, merced á lo avanzada que se halla su des- composición en kaolín. Si después se examina este mineral por refracción y con gran aumento, se observan entre el kao- lín multitud de granos y hasta pequeñas masas incoloras y muy refringentes y birefringentes, sin pleocroismo alguno, que pertenecen á la epidota, que se halla irregularmente es- parcida en la mayoría de los casos, y que en otros están sus granos alineados en los planos de esfoliación, que es donde más fácilmente el feldespato es disuelto y transformado por el cuarzo. Esta epidota constituye á veces dentro del mismo feldespato agregados de granos que tienen una vaga tenden- cia á disponerse radialmente. También sucede que diversos granos de epidota han emigrado al exterior del feldespato, formando nidos de este mineral entre la ortosa y el cuarzo. Hay también contornos de individuos que fueron de ortosa y actualmente son masas de cuarzo ricas en kaolín y granos sueltos de epidota. El cuarzo cementa al feldespato y es granulítico, recono- ciéndose en muchas masas, aun en luz natural, los distintos individuos que las constituyen por las fibrillas de clorita que separan unos de otros. Es muy rico en inclusiones líquidas de burbuja móvil, habiendo algunas que las presentan dobles; están acumuladas en masas que se ramifican en todos senti- dos, pasando á través de distintos granos. De una mica verdosa que debió existir, aunque en pequeña cantidad, apenas quedan restos, pues la mayor parte se ha convertido en clorita amarillento-verdosa bajo forma de fibri- llas que se extinguen longitudinalmente y rodean á los res- tos de mica, ó se han esparcido también por la roca, sobre todo entre los granos de cuarzo. Se distingue de la mica por- que esta ocupa el centro de los agregados de clorita, y ofrece sus esfoliaciones, pleocroismo, polarización cromática, y no es radiada. El zircón y el apatito son raros. Del primero he visto un bonito grupo de dos cristales prismáticos apuntados unidos por una cara del prisma, algo redondeadas sus aristas, de 0,128 m. de longitud, y que posee todas las propiedades de este mineral con gran claridad; está encerrado en un grano de feldespato enteramente kaolinizado y penetrado por la sílice. (43) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 355 Granito en filón de Teniúlek.—Ya he dicho que también atra- viesa el gneis de esta localidad algún filón de una roca que á primera vista parece un microgranito, pero que estudiada en el.-microscopio se ve que no corresponde á este, sino que es un granito muy semejante á los del Tiris. A simple vista se reconocen los granos de cuarzo y feldes- pato dominando este sobre aquel, y entre ellos, y en muy pe- queña cantidad, laminillas de color verde oscuro que el mi- croscopio demuestra que pertenecen á una moscovita rodeada de clorita; existen además microclina y una plagioclasa, epi- dota, magnetita secundaria y algún cristal de zircón. La ortosa tiene toda la facies de la de los granititos que des- cribí antes, incluso su metamorfismo en productos de natu- raleza micácea al parecer, derivados que constituyen á veces la totalidad de la sustancia que encierran los contornos de antiguos cristales feldespáticos. Dentro de la ortosa así meta- morfoseada se hallan individuos de clorita de color verde in- tenso, que por su forma parecen ser derivados de la mica, y también cristales algo redondeados pero muy característicos de zircón. No he visto ninguna macla de este feldespato. La microclina, que no deja de abundar, se presenta sin al- teración alguna, y no lleva inclusiones de albita. En cuanto á la plagioclasa, es sumamente rara, pero se conserva mejor que el feldespato órtico; es oligoclasa. El cuarzo existe en gran abundancia, y tienen la mayoría de sus individuos facies y condiciones totalmente graníticas, viéndose algunos, aunque pocos, corroidos al modo de los de los pórfidos, y aun formando masas redondeadas en el inte- rior del feldespato alterado. Es frecuente también que la sílice penetre y empaste los productos de alteración de este mineral. El elemento ferro-magnesiano es una mica muy escasa, de color verde en luz natural, en algunos individuos algo amari- llento, cuyos planos de esfoliación están fuertemente acusa- dos por efecto de la alteración; el ángulo de sus ejes ópticos es bastante grande y bien marcado su pleocroismo, pues pasa de un color amarillento muy claro normalmente á 2, á un ver- de muy intenso paralelamente á esta dirección. Entre sus pla- nos de esfoliación contiene un producto gris opaco, de altera- ción que constituye frecuentemente masas redondeadas según se descubre usando grandes aumentos. 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4)- Raro es el individuo de mica que no lleva á su alrededor laminillas irregulares de clorita, que á veces se separa del punto de origen corriéndose por entre los granos de cuarzo y feldespato, viéndosela acompañada en esta última situación por granos irregulares de epidota, ya incolora, ya amarilla de limón, sobre todo cuando el feldespato, por entre cuyos indi- viduos circula la clorita, está descompuesto en materia kao- línica. Asociados á la mica y clorita van algunos gránulos de mag- netita y laminillas de oligisto, resultado del metamorfismo del primer mineral. La semejanza de este granito filoniano con el que constitu- ye las masas graniíticas de Bu-Hofra y Dumus, Ydyil y Aglau es tan grande, que mezclado con los ejemplares de aquellos granitos en masa no se puede separar de ellos. Parece este granito de Teniúlek formado por apófisis de las masas grani- ticas antedichas en el gneis. Rocas de epidota.—En el gneis de los alrededores de pozos Teniúlek, y en el que atravesamos á nuestro regreso todo el día 14 y gran parte del 15 de Julio, situado al S. de aquel, afloran de N. á $. crestones de cuarzo que son la conclusión de filones estrechos de rocas de estructura granítica formadas. ya de silice y epidota exclusivamente, ya de estos dos mine- rales mas una ortosa rosada. A su vez estas rocas epidotiferas parecen los últimos términos de la evolución de los anteriores eranitos en filón, que todos son ricos en epidota. En aquellos de estos materiales que están constituidos sola- mente, al parecer, de cuarzo y epidota, el primero es gris, muy vítreo, y la segunda granuda y de un bellísimo color verde, añadiéndose á estos elementos en algunos sitios muy limitados de la roca, algo de ortosa generalmente rosada, ín- timamente unida á la epidota, repartida con mucha desigual- dad, pues se halla condensada en algún punto que otro, mien- tras que el resto del ejemplar está desprovisto de ella. El cuarzo es el subsiratum que engloba los granos de epidota, ordinaria- mente muy pequeños, como arenilla fina, por excepción algo mayores y siempre irregulares y amontonados y poseyendo un bellisimo pleocroismo amarillo vivo y fuerte polarización cro- mática. El cuarzo no tiene sus individuos bien diferenciados unos de otros ni con luz natural ni con la polarizada, sino que, (45) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 357 por el contrario, están fundidos en un todo homogéneo que presenta un cierto carácter calcedonioso. Es rico, sobre todo en determinados puntos, en inclusiones gaseosas y aun algu- nas líquidas, y hay sitios en que también contiéne granillos grises Opacos, al parecer de naturaleza kaolínica. El feldes- pato es turbio á causa de los granitos de epidota que contiene y van aumentando en determinados puntos hasta desaparecer la materia feldespática; por otros puntos esta se funde insen- siblemente en el cuarzo. Se encuentra también en estas rocas algo de ilmenita bastante alterada. Hay rocas de este grupo sumamente bellas constituidas por una ortosa rosada y cuarzo, cuyos bordes están borrosos como si ambos minerales se hubiesen penetrado 6 fundido al ponerse en contacto, á los cuales se asocia epidota muy verde y abun- dante, intimamente unida á la ortosa, por cuya masa se rami- fica en delicadas venas. Estos ejemplares muestran la misma composición, estructura y relaciones de sus elementos que los antedichos pobres en ortosa. 5. Melafiro. En el contacto del granito con el gneis en el Tiris, entre pozos Dumus y pozos Teniúlek, he recogido una roca porfírica constituida por una masa negra muy compacta, de fractura pequeño-astillosa, que encierra diseminados cristales blancos y blanco-rojizos de feldespato. El microscopio revela que el elemento dominante en la pasta es el piroxeno, en individuos sumamente pequeños, acompañado además de olivino micro- porfírico; composición que unida á la consideración de la facies del ejemplar, lleva á clasificarlo como un melafiro muy pobre en feldespato y que recuerda los augitofiros del Tirol. El feldespato porfírico es bastante escaso y se halla alterado hasta el punto de disolverse una buena parte de él con viva efervescencia en el ácido clorhídrico diluido, dejando un pe- queño residuo formado por cuarzo y una sustancia insoluble casi opaca, á la cual los ácidos quitan el color amarillento rojizo ó rojo que generalmente la impregna. Ha perdido por completo las propiedades ópticas que lo caracterizaran, no 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) pudiéndose decir de él actualmente, sino que por sus contor- nos debió ser una plagioclasa, además rica en cal á juzgar por la calcita que encierra entre los últimos términos de su evolu- ción. Se advierte en los restos de cristales feldespáticos una cierta tendencia á originar agrupaciones radiales. Algunos cristales son grises y opacos aun en láminas muy delgadas por haberse convertido totalmente en arcilla. El olivino, que es el otro elemento porfirico de la roca, rara vez conserva sus contornos regulares, que generalmente han sido destruidos por las acciones químicas de la materia que lo envuelve; pero en cambio está bien caracterizado por todas sus otras propiedades, incluso las químicas, y su evolución característica, de la que presentan comienzos bien señalados algunos individuos. El magma de esta roca se puede considerar formado casi en absoluto de microlitos de piroxeno de color gris algo violáceo, unidos á biotita muy escasa en pequeñas laminillas y acom- pañados por gránulos de magnetita y algún que otro micro- lito feldespático. En determinados puntos en que los microli- tos de augita no se hallan tan apretados se hace visible un resto de base vitrea incolora, pero que es ya muy escasa. FORMACIONES SEDIMENTARIAS. ARCAICO. Ocupa una extensión de 100 á 115 km. en el camino que recorrimos, constituyendo juntamente con el granito la meseta rígida cuya altura oscila entre 300 y 400 m., y que forma el verdadero esqueleto del Sáhara occidental. Está compuesto de los tres miembros siguientes: superior, pizarras cristalinas; medio, gneis piroxénicos y piroxeno- amfibólicos; inferior, gneis glandular. El paso de unos miembros á otros tiene lugar en el arcáico de esta región, como en todas las demás del mundo donde se presenta, de un modo insensible mediante capas que apare- cen primero aisladas y luego van aumentando en número y potencia hasta predominar, constituyendo más tarde por sí solas el terreno. (47) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 359 El enorme macizo granítico de Bu—Hofra y Dumus, que cons- tituye las regiones de Au-Haufrit, Tisnik, Dumus y Suiyik, separa todo el miembro inferior arcáico y bastantes estratos del medio que buzan al SE. del resto del horizonte medio y todo el superior que caen al NO. Capas de igual naturaleza se hallan en Teniúlek y en el Ar-Rak con buzamiento contrario. Roto el primitivo arcáico por su centro, indudablemente más débil, la parte superior cayó al NO. descendiendo en la vertical, mientras que la superior se inclinó al SE. chocando contra el macizo granítico de Ydyil. HORIZONTE INFERIOR. Gneis glandular ó inferior. Este horizonte está principalmente constituído por un gneis lleno de gruesos individuos de feldespato, que recuerda en todo la roca dominante en la inmediata sierra de Guadarrama. Este material forma por sí solo la parte más occidental de la región gneisica comprendida entre las dos masas graníticas de Dumus é Ydyil. Algunos kilómetros antes de llegar á Te- niúlek se asocia con el anterior otro gneis de grano más menudo, no pizarroso sin embargo, y se mezclan ambos en algunos sitios de un modo tan irregular que no parece sino que estuvieron pastosos y fueron revueltos exprofeso. Este nuevo gneis comienza á presentarse formando masas á veces de algunos metros, redondeadas y con más frecuencia len- ticulares y torcidas, 6 estrelladas con sus brazos encorvados en diversos sentidos; constituye el gneis finamente granudo, grandes masas provistas de numerosas apófisis que penetran en el glandular. Visto este conjunto desde el camello parece una grawacka de grandes elementos. Pasado Teniúlek, hacia el Oriente, se normaliza la forma de las capas de este gneis no glandular, adquiriendo sus ele- mentos en muchos puntos una disposición estratoidea á la par que se van haciendo más raras las rocas de gruesos ele- mentos con grandes cristales de feldespato. Además, en el mismo Teniúlek, comienzan á presentarse concordantes con los estratos de este, algunos del gneis piroxénico, que van 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) siendo más frecuentes hacia Ydyil y abundan tanto en- la base de las pizarras del Ar-Rak. El gneis que cruzamos á nuestro regreso presenta la misma disposición y caracteres que acabo de indicar en el gran man- chón de Teniúlek, al cual indudablemente pertenecen, y sobre todo el que está situado al S. de los mismos pozos de Teniúlek. Gneis glandular.—Es de grano grueso y sus glándulas están constituidas de ortosa pura y sin maclar. Sus elementos visi- bles, además de las glándulas, son la ortosa y el cuarzo y una sustancia negra cuya naturaleza es imposible discernir en las superficies pulidas de la roca, pero que en las fracturas recientes se reconoce su naturaleza micácea. Este elemento que contornea en ocasiones las glándulas de ortosa es muy escaso. Excusado es decir que las superficies libres de estas rocas están pulidas del mismo modo que las del granito, sobresa- liendo en su superficie los granos de cuarzo. Los grandes cristales de feldespato alcanzan á veces 6 ú 8 cm. de eje mayor. Tienen color gris y le quitan transpa- rencia las numerosas vetas blancas y rojas que lo atraviesan. Son redondeados sin contorno cristalino y nunca están ma- clados. El microscopio revela, sobre todo en las secciones pa- ralelas á la base, que están casi exclusivamente formados de microclina, uno de cuyos sistemas de individuos, el que se presenta normal próximamente á la traza de 010 en las sec- ciones paralelas á 001, está más desarrollado que el otro. La ortosa es sumamente rara y no se halla nada de albita. En estos gneis el feldespato no porfírico, el que no consti- tuye glándulas, pertenece á la ortosa, microclina, microper- thita y oligoclasa. La primera forma la mitad de la sustancia feldespática y no se distingue por ninguna particularidad especial, sino es por contener algunos granos esporádicos y redondeados de zircón y hallarse en un comienzo de kaolini- zación, que se acentúa más según su base. La segunda, bas- tante abundante, se diferencia de la que constituye los cris- tales porfíricos en que ambos sistemas de laminillas están igualmente desarrollados y contiene más ortosa; carece tam- bién de albita. La tercera es rara y la constituye albita en pequeñas bandas dicótomas embutidas en ortosa dominante. (49, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 361 Por último, la cuarta es sumamente escasa y forma algunos granos perdidos entre los más pequeños de los anteriores. Dos tipos de cuarzo contiene este gneis: uno granítico en grandes individuos homogéneos, y el otro granulítico que bordea á muchos granos del primero y da origen á pequeñas masas de aspecto homogéneo en luz natural que la polari- zada resuelve en sus verdaderos constituyentes, y aun á veces existen venillas de esta sílice, propagándose entre los indi- viduos de feldespato y cuarzo granítico. Este último contiene series de inclusiones fluidas, alguna vez con burbuja fija, así como también cristales redondeados de zircón, uno de los cuales, el mayor de todos los que he visto en esta roca, pre- senta en su superficie un resquebrajamiento originado por hendiduras bastante profundas. También el cuarzo granulí- tico encierra zircón. Ya he dicho antes que este gneis es muy pobre en mica, y añadiré que además está muy alterada y convertida en limo- nita y productos arcilloso-ferruginosos opacos, y debe ser ti- tanifera porque siempre va asociada á los escasos granos de ilmenita que contiene la roca; he visto un grupo formado por mica, ilmenita y zircón íntimamente unidos. En algunos puntos en que no está opaca del todo, se observa que es de color pardo y aparentemente uniáxica. Gneis estratoideos.—Se dividen claramente en dos grupos: el uno constituido por los más estratoideos y exclusivamente biotíticos; y el otro por los menos estratoideos, que son biotíti- co-amfibólicos y contienen tanta hornblenda como mica. To- dos los que he recogido proceden de los alrededores de Te- niúlek. a) Sin amfidol.—Constan de ortosa, algo de microclina y oligoclasa, cuarzo, biotita y magnetita. El primero de estos minerales no presenta nada de particu- lar, sino que comienza á kaolinizarse por los bordes de sus secciones. La microclina es muy escasa y pertenece al tipo de la que existe en el gneis glandular. La oligoclasa es más rara todavía. Hay también dos cuarzos en este gneis: uno granítico y el otro granulítico, con la misma disposición indicada en el gneis glandular; contienen mucho zircón, alguno de cuyos cristales encierra grandes inclusiones gaseosas, y el cuarzo 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) eranítico especialmente, incluye además cristales prismáti- cos apuntados de apatito. La biotita es muy parda, y por alteración se va haciendo rojiza hasta convertirse en una sustancia limonítica, opaca y rica en granillos de magnetita secundaria. Lo más notable que ofrece es su disposición, pues con frecuencia se acumulan pequeñísimas laminillas redondeadas de biotita formando ve- nas que penetran por entre los cuarzos graníticos y ortosas, venas que casi siempre van acompañando las de cuarzo gra- nulítico. En estas venas se suelen ver láminas grandes de mica estiradas y torcidas, según la dirección é inflexiones de la co- rriente. Las particularidades de estructura de todos estos gneis, so- bre todo las venas de cuarzo granulítico cementando los ele- mentos graníticos, dan á estos materiales un aspecto klástico en el microscopio sumamente notable, y que los diferencia perfectamente de los gneis anteriores más viejos. b) Con hornblenda.—El gneis amfibólico-micáceo se halla en Teniúlek entre el estratoideo anterior, del cual procede, sin que le diferencie otra cosa que una menor tendencia de sus elementos á disponerse en pequeñas capas lenticulares, y la presencia de la hornblenda en cantidad igual á la mica. Ambos elementos ferro-magnesianos son visibles macroscó- picamente, sobre todo en las fracturas frescas, distinguiéndo- se la hornblenda por su color negro-verdoso y esfoliación prismática, y la mica por su estructura y color dorado-parduz- co. Predomina uno ú otro de ellos en los pequeños estratos que estos elementos forman en la roca. La ortosa no tiene de particular sino su estado de alteración más avanzado que la de los gneis anteriores; su producto es el kaolín asociado á fibrillas de un mineral blanco de natura- leza micácea. Le acompaña escasa microperthita en granos pequeños y algún que otro individuo de microclina de exiguo tamaño. La presencia de la microperthita que falta ya en los eneis estratoideos simplemente micáceos, aproxima los amfi- bólicos á los glandulares. La oligoclasa es muy escasa. Apenas encierra este gneis algún que otro nido de cuarzo eranulítico, y el granítico no es muy rico en inclusiones flui- das y rara vez contiene zircón. La mica es biotita, de color pardo castaña intenso las sec- (51) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 363 ciones paralelas á la esfoliación, y amarillo ligeramente ro- jizo las normales, y con su pleocroismo y demás caracteres. Constituye asociaciones unas veces de pequeñas laminillas y otras de individuos mayores. Manifiesta tendencia á peroxi- darse tomando un tono rojizo, y aun á producir en un grado más avanzado de alteración una materia limonítico-arcillosa, opaca, que se extiende por entre los individuos de feldespato y CUArzo. La hornblenda es de forma irregular y color verde-parduzco en luz natural, con sus esfoliaciones características y demás propiedades. Son muy raros los individuos de hornblenda que no encierren alguna lámina de mica, viéndose frecuentemen- te láminas que son una parte de amfibol y otra de mica; y como en este caso siempre esta especie ocupa la periferia, es dado á mi juicio creer que el mineral micáceo es un derivado de la hornblenda. Las masas de uno y otro elemento coloreado van siempre acompañadas de magnetita irregular, viéndose sin embargo de cuando en cuando algún grano octaédrico de esta sus- tancia. HORIZONTE MEDIO. Gneis piroxénicos. Del conjunto de gneis pizarrosos, micáceos y amfibólicos, calizas y rocas verdes, que forma la parte superior del gneis en todas las regiones arcáicas del globo, no he visto ni reco- gido en la parte del Sáhara occidental visitada por mí sino dos tipos de granulitas; una esencialmente ácida y ortósica, verdadera leptinita, y otra granulita pirozénica. Una exploración verdaderamente geológica de la zona gneí- sica comprendida entre los pozos Teniúlek y el macizo gra- nítico de Ydyil, acaso diera por resultado el hallazgo de los gneis pizarrosos, micáceos y amfibólicos, sobre todo de estos últimos, puesto que entre los gneis más inferiores los hemos visto ya amfibólicos y encima, en las pizarras cristalinas, predominan las amfibolitas. Pero yo no he hallado otros repre- sentantes de la porción más moderna del gneis que los indica- dos, que he recogido en Teniúlek entre los gneis glandulares 364 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) y estratoideos, en Ar-Rak entre las pizarras y en Bu-Hofra en el mismo granito. Sin embargo, las condiciones en que yacen estas rocas en Teniúlek y en la región de Ar-Rak y el no haber yo visto gneis pizarrosos, sino que directamente de los gneis glandular y estratoideos con granulitas intercaladas se pasa al granito de Ydyil, me hace sospechar que probablemente apenas existen allí otros representantes del horizonte superior del gneis que las rocas citadas, que enlazan la parte más vieja del arcáico con las pizarras cristalinas. Si esto es así, no se puede decir en realidad que en el Sáhara occidental esté representado el gneis superior, sino más bien una facies especial del período de tránsito del inferior al superior. Granulitas piroxénicas. La textura de estas rocas varía bastante, pues las hay cla- ramente granudas en las que se reconocen á simple vista sus dos elementos, piroxeno y feldespato, como sucede á las de Ar-Rak, y en cambio las de Teniúlek son pizarrosas y afani- ticas. ll examen microscópico hace ver igualmente algunas diferencias entre ellas que obligan á describirlas por separado. Granulitas pirozénicas granudas de Ar- Rak.—Sus elementos discernibles á simple vista están muy puros. Son rocas muy ricas en feldespatos muy bien conservados, pues además de la ortosa contienen anortita y oligoclasa y aún algunos granos de labrador, maclados los tres últi- mos según la ley de la albita, ya sola, ya combinada con la de la periclina; no se ve en ellas microlina, pero en cambio presenta en abundancia microperthita; fuera de esto la ortosa aparece sencilla. Las plagioclasas son los feldespatos domi- nantes. El piroxeno de esta roca es un diópsido tan ferrífero que tiene color verde azulado en luz natural, mostrando un ligero pleocroismo que varía del verde azulado al verde más claro y amarillento. Ensayados mediante el soplete algunos granos separados de los otros elementos con el líquido de Thoulet, se los ve fundirse con facilidad en un vidrio bastante obscuro nada magnético. Tiene la forma de granos gruesos, irregularmente poligonales como los de las coccolitas, unidos uno á otro formando largas cadenas casi siempre flexuosas y (53, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 365 articuladas unas con otras. En sus grietas exhibe materia ferrífera producida por la peroxidación de una parte del óxido ferroso que contiene, y muestra incluídos en el centro de su masa unas bellas láminas exagonales alargadas de oligisto, dispuestas en dos series que se cortan entre sí bajo ángulos de 74, es decir que son paralelas á la base y á la ortopina- coide. Estos microlitos de oligisto, así como la sustancia ferru- ginosa de las grietas, se disuelven completamente en el agua regia hirviendo sin que el piroxeno pierda nada de su color subido. El cuarzo no es muy abundante y forma granos aislados pobres en inclusiones. Con estos elementos y masas irregula- res de magnetita se halla también, aunque muy raro, algún cristalillo de esfena. El zircón existe, sobre todo, dentro del feldespato en grani- tos redondeados é incoloros. La magnetita constituye gránu- los grandes irregulares. La microestructura de estas rocas es gruesamente granulitica y granuda. Granulitas pirozénicas pizarrosas de Teniúlek.—Ya he dicho que los elementos de estos materiales no son discernibles á simple vista y que su textura es pizarrosa. Todas convienen en no tener más plagioclasa que la oligoclasa y ser su dióp- sido menos ferrífero que el de las anteriores, poseyendo un pleocroismo notable y gran tendencia á transformarse en amfibol. El feldespato ortosa de algunas de estas rocas se pre- senta sin haber sufrido transformación de ningún género, sencillo y sin constituir asociaciones microperthiticas con la albita. En otras, caracterizadas siempre por ser finamente egranulíticas, abunda la ortosa más que en la roca anterior, siendo muy raro hallarla fresca, pues casi toda está conver- tida en una sustancia fibrilar, que muestra en conjunto pola- rización de agregado, recordando mucho á la sericita Ú pro- ductos análogos. La plagioclasa, más abundante que la ortosa, presenta los caracteres de la oligoclasa en la constitución de sus maclas polisintéticas y en sus ángulos de extinción; ofrece algunas asociaciones muy bellas de las maclas de la albita y la peri- clina. El piroxeno no es tan ferriífero comoen las rocas de Ar-Rak, y por eso se muestra incoloro ó ligeramente verde-azulado en 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) la luz natural; en la mayoría de los casos exhibe un notable policroismo que recuerda por sus tonos extremos rosa fuerte y verde azulado el de la distena de la granulita de Hartmanns- dorf, aunque, sin embargo, el mineral de la roca de Teniúlek no puede confundirse con el de la roca sajona, por la forma octogonal de sus secciones básicas, esfoliaciones prismáticas de 87”, valor máximo de las extinciones de sus diversas Zonas y reacciones químicas por los procedimientos de Boricky, Behrens y Streng. Su pleocroismo es N p =TOSA fuerte, Mim =Verde-azulado muy claro, Ny = gris verdoso claro. Muchos individuos de piroxeno tienen gránulos de magne- tita en sus bordes y en el interior arenilla negra de esta sus- tancia dispuesta en lineas paralelas á 100, hallándose ma- teria ferruginosa en las grietas que los atraviesan. La mayo- ría de sus cristales son sencillos, pero se encuentran también algunos polisintéticos, presentando una de las series de indi- viduos reducidos á finas estrías, mientras que la otra está constituida por bandas, reproduciendo la disposición de las plagioclasas. Cuando se los observa bajando el condensador se notan en él estrías finas según 100. Tiene el diópsido de estas rocas africanas una gran ten- dencia á convertirse en amtfibol, realizándose siempre esta transformación del exterior al interior, unas veces por tcdo el perímetro del individuo piroxénico y otras por un solo lado. En el primer caso la hornblenda constituye el borde externo del individuo piroxénico. El amfibol resultante es una horn- blenda de color verde amarillento muy intenso, tan limpia y transparente, que no se diría si se viese aislada que era un producto secundario, pues no recuerda de ningún modo la uralita ni sustancias análogas. La magnetita no es muy abundante y se halla constituyendo masas grandes aisladas, algunas acompañadas de bastante limonita, sustancia que también penetra por las grietas or- thopinacoidales del piroxeno, al cual rodea otras veces com- pletamente. La microestructura de estas rocas de Teniúlek es clara- mente granulítica. (55) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 367 A través del granito de Bu-Hofra y del gran manto de are- nas que el viento ha acumulado á ambos lados de un potente banco de pizarras piroxénicas que luego describiré, y muy próximos á él afloran algunos lechos delgados de una granu- lita piroxénica más cristalina que las de Teniúlek, aun á sim- ple vista, pero idénticas á las de esta localidad por la natura- leza y disposición de sus elementos, incluso el pleocroismo del piroxeno, que es sin embargo casi incoloro en luz natu- ral, y el predominio de la ortosa sobre los otros feldespatos, que siempre se halla cambiada en sustancias micácea y kao- línica. La hornblenda es también más abundante que en las rocas anteriores. Leptinitas. Interestratificadas en los gneis de Teniúlek y pizarras cris- talinas de Ar-Rak, juntamente con los materiales última- mente descritos, existen leptinitas bien caracterizadas, pero faltas en absoluto de granate. Macroscópicamente considera- das, son rocas de grano fino, de color de rosa manchado con alguna que otra pinta verde obscura, y cuya superficie ex- puesta al aire libre, está pulida y estriada como el granito en iguales condiciones. Nunca forma lechos de más de 3 6 4 centimetros de espesor. A simple vista no existe ninguna diferencia entre las lepti- nitas del gneis y las de las pizarras; pero el microscopio la demuestra, pues las primeras constan de granos de feldes- pato y algunos de cuarzo, cementados por cuarzo granulítico, mientras que en las segundas todos los elementos tienen el mismo grueso; la estructura es francamente granulítica y á veces algo estratoidea. La roca de los gneis, si no fuera por su macroestructura y su posición concordante con estos, se diría un pórfido cuarci- fero granulítico. Su feldespato corresponde la mayor parte á la ortosa, y la otra á la microclina y plagioclasa, dominando aquella sobre esta; muchos de sus granos están un poco re- dondeados y en algunos penetra algo el cuarzo granulítico, cuyos individuos se ven aislados á veces en el interior de ciertos cristales de feldespato. Es frecuente ver cristales de ortosa y microclina rodeados total 6 parcialmente de una 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) franja estrecha de sustancia muy finamente granulítica que, al parecer, es de naturaleza feldespática. Esto es más visible entre dos granos próximos de feldespato, porque entonces es esta materia la que los separa y no el cuarzo granulítico. A veces esta disgregación del feldespato, que muy bien pudiera ser resultado de su ataque por la masa ácida que lo rodea, se realiza quedando incólumes unas peninsulitas microscópicas de feldespato, que penetran en la masa granulítica de esta sustancia. Los granos gruesos de cuarzo no son muy abundantes; con- tienen muchas series de inclusiones gaseosas y alguna líqui- da con burbuja móvil. En cambio el cuarzo granulítico es predominante y en él nadan bastante separados unos de otros, los grandes cristales antedichos. Además de estos elementos existen en esta roca laminillas esporádicas de mica parda casi totalmente convertida en clorita, y algunas manchas irregu- lares de magnetita. La leptinita de las pizarras es francamente granulítica y estratoidea tanto macro como microscópicamente. Los ele- mentos de esta roca son todos del mismo tamaño próxima- mente, y los feldespatos forman las dos terceras partes de su masa, conservándose perfectamente frescos. El dominante es la ortosa ya sencilla, ya unida á la albita, constituyendo aso- ciaciones microperthiticas. Mucho menos frecuente es la mi- croclina asociada casi siempre á mucha ortosa, y el feldes- pato más raro es la oligoclasa. Algunas ortosas son ricas en inclusiones gaseosas de forma rectangular, al menos por uno de sus extremos, y en otras algo alteradas abundan lamini- llas rojas de oligisto que, sin embargo, son más frecuentes entre los granos que constituyen la roca. El cuarzo, en gene- ral, no contiene muchas inclusiones, si bien algunos granos las encierran especialmente gaseosas y de burbuja fija, for- mando series que con frecuencia pasan de unos granos á otros. La mica es muy escasa, completamente incolora si es pura, manifestando tan solo un poco de absorción de luz cuando la dirección de su esfoliación básica coincide con el plano de vi- bración del polarizador y se va volviendo amarillenta y pardo rojiza hasta ponerse casi opaca conforme aumenta su altera- ción, y en su último período se carga de laminillas de oligisto. Está siempre dispuesta en el sentido de la estratificación de (57, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 369 la roca. Algún que otro zircón casi incoloro se halla esparcido por este material bajo forma de granos sumamente pequeños y redondeados, y casi siempre situados en las proximidades de la mica ó en su inmediato contacto. | HORIZONTE SUPERIOR. Pizarras cristalinas. He dicho ya que en la región llamada de Ar-Rak, entre los depósitos modernos de la costa y el granito de Bu-Hofra, existe un conjunto petrográfico, en el cual dominan las piza- rras cristalinas, especialmente las amfibólicas, casi vertical, con un ligero buzamiento al NO., dirigiéndose de N. á S., aunque con algunas inflexiones, que contiene lentejas de cuarzo más ó menos largas, y de dos decímetros de ancho la que más, así como otras de las granulitas que acabo de des- cribir. Estos materiales no hacen más que aflorar sin consti- tuir mogotes niinterrumpir la uniformidad del suelo. La presencia entre sus estratos de las granulitas y pizarras piroxénicas, y el predominio que en ellos tienen las amfiboli- tas, son hechos que me hacen considerar este conjunto como perteneciente á la parte más baja del horizonte de las piza- rras cristalinas, ó sise quiere mejor, al tránsito del gneis su- perior á las pizarras más inferiores. Las rocas que constituyen este miembro arcaico, á contar desde las más profundas á las superiores, son pizarras piroxé- nicas, pizarras amfibólicas y pizarras micáceas, además de las granulitas ya descritas y del cuarzo. Pizarras piroxénicas. Al NO. del pozo Bu-Hofra, y en sus inmediaciones, aparece un gran crestón de unos 2 m. de espesor que sobresale 3 6 4 sobre el nivel del suelo granítico, corriendo de N. áS. por es- pacio de 15 Ó 16 m., con la misma dirección y ligero buza- miento occidental que las pizarras cristalinas próximas, á las cuales es paralelo; lo constituyen una roca negra, que se frag- menta en grandes paralelepípedos, que á simple vista parece estar constituida exclusivamente de magnetita y cuarzo, y en ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) : la que el microscopio revela además la presencia de un piro-- xeno incoloro del grupo del diópsido. Separando sus elemen- tos mediante liquidos de Thoulet de diferentes densidades se obtiene la siguiente composición para cien partes: 52 de magnetito. 32 de súlice. 16 de pirozeno. La magnetita constituye pequeñas masas lenticulares es- ponjosas, acribilladas por el cuarzo y el piroxeno y que en algunos puntos tiende á peroxidarse manchando de pardo ro- jizo sus alrededores. Esta magnetita no contiene titano en cantidad apreciable, y se disuelve en el ácido clorhídrico aun en frío, siempre que esté algunas horas en su contacto. El cuarzo es granulítico y transparente porque no encierra más que en determinados puntos, series de inclusiones que pasan de un grano á otro, la mayoría irregulares, algunas diexaé- dricas, muchas conteniendo gases y otras dobles con burbuja más interior muy móvil que parecen ser de ácido carbónico. El piroxeno que tiene la forma de granos irregulares está unas veces completamente limpio y fresco, y se muestra incoloro con sus esfoliaciones, extinciones y cromatismo propio, y otras es algo opaco á causa de granillos grises formados especial- mente en los planos de esfoliación por los cuales ha entrado también sustancia ferruginosa producida en la peroxidación de la magnetita inmediata. Estos piroxenos grisáceos semi- opacos hacen una ligera efervescencia cuando se los trata con acido clorhídrico, prestando á la disolución, además de hierro, cal dominante y magnesia; el piroxeno pierde de un 1*/,á un 2 por 100 de su peso al ser tratado por los ácidos. Los grani- llos de piroxeno se agrupan también como los de cuarzo y la magnetita en masas lenticulares. Mucho tiempo estuve incli- nado á considerar esta roca como un material filoniano; pero su disposición estratoidea, sobre todo en lo que se refiere á la magnetita y el cuarzo, este último además exclusivamente granulítico como el de las pizarras cristalinas; la identidad del diópsido de esta roca con el de los gneis piroxénicos antes descritos; la gran proximidad á la granulita piroxénica indu- dable antes mencionada y que guarda estrechasrelaciones con las de Teniúlek por su composición y caracteres de sus ele- (59, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 371 mentos; y, por último, el paralelismo en dirección y buza- miento de las rocas de Bu-Hofra con las pizarras arcaicas de Ar-Rak, me llevan hoy á considerar este material como una potente capa de pizarra cristalina perfectamente comparable á las amfibólicas sin más que sustituír la hornblenda 6 la ac- tinota, por el diópsido, tanto más, cuanto que describiré más adelante alguna pizarra actinolítica de Ar-Rak que por su facies y riqueza en magnetita recuerda á la pizarra piroxé- nica de Bu-Hofra. La presencia de tan gran cantidad de magnetita en estos materiales, sobre todo en el piroxénico, no tiene nada de extraño si se recuerda que en este horizonte del arcaico apa- recen potentes masas de magnetita. A distancia de 30 á 40 m. de uno y otro lado de la gran capa de pizarra piroxénica de Bu-Hofra se presentan los gra- nitos perfectamente caracterizados. Es indudable, pues, que entre las pizarras cristalinas de Ar-Rak, y las piroxénicas y granulitas piroxénicas de Bu-Hofra, existe granito. Pizarras amiibólicas. Pizarra actinolitica.—Un solo ejemplar he recogido, que por la gran cantidad de magnetita que contiene, está en ínti- ma relación con la pizarra piroxénica de Bu-Hofra. Es una roca muy negra y densa en la que á simple vista no se reco- noce más que la magnetita y algunos granos de cuarzo. La magnetita forma la cuarta parte de la roca y está en masas lenticulares esponjosas, totalmente soluble en ácido clorhídrico, de las cuales derivan venillas de limonita que serpentean entre los demás elementos. La actinota forma también unas pequeñas masas lenticulares de color verde muy claro, de aspecto granudo, que usando objetivos de al- gún poder se resuelven en un confuso agregado de fragmentos de prismas y agujas cuyas propiedades ópticas son difíciles de estudiar por la sobreposición en que se hallan, teniendo que elegir para ello los fragmentos más largos colocados en el borde de la masa, y que penetran en la del cuarzo. En estos es posible reconocer, sobre todo con la placa de cuatro secto- res del Sr. Bertrand, que se extingue á muy pocos grados de su longitud, cuatro á seis 4 lo más, que no son pleocróicos, | 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) brillando entre los nicoles cruzados con los colores propios de estos amfiboles y que el sentido de su alargamiento es po- sitivo. Muestran alguna fractura normal á su longitud. En masa, presentan una polarización de agregado muy confusa. y poco brillante. Las lentejillas de este mineral se agrupan alrededor de las de magnetita que viene á servirlas de cemento. El cuarzo es muy abundante, y constituye como los elementos anteriores, masas lenticulares de textura granulítica. La de esta roca, que se presenta francamente pizarrosa en el microscopio á causa de la disposición que guardan sus ele- mentos, es más compacta en masa por la gran cantidad de magnetita que posee. Es una roca muy semejante á la de Bu- Hofra por la disposición de sus elementos y aspecto exterior del material, siendo aquella sin embargo más compacta, me- nos pizarrosa á simple vista, por la mucha magnetita que contiene. Pizarras amfibólico-micdceas.—Se distingue en ellas á sim- ple vista una parte verde oscura casi negra de otra blanca y mate; ambas constituyen pequeñas masas lenticulares delga- das, agrupadas de tal modo que dan á la roca una textura es- tratóidea. En las porciones oscuras se ven de vez en cuando hojuelas de una mica verdoso-plateada. El microscopio revela que la porción blanca está consti- tuída por cuarzo granulítico que contiene gran abundancia de agujas y prismas de actinota, íntimamente relacionada con la hornblenda. Los granillos de cuarzo son sumamente finos, hasta el punto de que el magma que constituyen cuan- do se observa con los nicoles cruzados, recuerda el de algu- nos microgranitos y granifofiros. En esta base de cuarzo finamente granítico, están encerrados numerosos prismas y agujitas de actinota como verdaderas inclusiones, tan abun- dantes en algunos, que no dejan ver con claridad el cuarzo que los contiene. El aspecto de esta actinota es idéntico al de la pizarra actinolítica antes descrita, solo que en aquella está más triturada, no se presenta en agujas tan grandes, y la magnetita ha condensado á su alrededor en forma de ma- sas lenticulares y encerrado también en su masa los fragmen- tos de actinota. A pesar de la mejor conservación de este mineral en la roca (61) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 373 que describo, casi ningún prisma presenta completa su ter- minación. La mayoría están rotos y otros aparecen adelgaza- dos en sus extremos, mostrando de vez en cuando los que son más largos, fracturas normales á su máximo desarrollo. Son incoloros cuando están aislados y muy ligeramente verdosas las masas á que dan nacimiento agrupándose. No manifies- tan pleocroismo, y para determinar el momento de su extin- ción con alguna seguridad, hay que usar la placa de cuatro sectores del Sr. Bertrand, 6 la sensible, á causa de estar em- potrados en el cuarzo. La porción verde se resuelve en tres elementos cuando se la somete al ácido sulfúrico hirviendo. Una parte es descom- puesta por este reactivo, dejando escamas de sílice de la mis- ma forma que las hojuelas del mineral y conteniendo su diso- lución hierro y magnesia en abundancia; corresponden á la biotita. Otra parte no es atacada de un modo sensible y se diferencia en dos minerales, uno que ofrece el color, pleocrois- mo y esfoliaciones de la hornblenda, y otro amarillento ver- doso, sin pleocroismo y con los demás caracteres del talco. La hornblenda constituye por sí sola la mitad de la porción verde de la roca. Forma láminas y secciones de cristales de color verde amarillento. La mayoría sencillos, si bien se ve alguno que otro maclado, según la ley común á este mineral, por 100. Las secciones paralelas más 6 menos exactamente á la base, tienen á la luz natural un color verde amarillento; su ángulo plano obtuso posee valores que oscilan alrededor de 124”, y las trazas de las esfoliaciones prismáticas están marca- das por granitos de cuarzo dispuestos según estas direcciones, en series interrumpidas que dividen las láminas de hornblen- da en secciones romboidales. El pleocroismo de este mineral en estas secciones no es muy intenso, pues ofrece un color amarillo paja muy claro cuando la braquidiagonal coincide con el plano de vibración del polarizador, y verde amarillento cuando la es normal; la polarización cromática da colores rojo y verde intensos irisados en los bordes de las secciones crista- linas. Las de esta hornblenda, que son más ó menos normales á la base, se presentan igualmente constituidas de laminillas rectangulares algo redondeadas, dispuestas en series longi- tudinales, según las trazas de una de las esfoliaciones pris- máticas, separadas también unas de otras por granillos de 371 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) cuarzo. Está adornada de un color verde amarillento eñ luz natural, que cambia en verde azulado cuando las trazas de la esfoliación prismática y el plano de vibración del polarizador son paralelos, y en otro pajizo claro cuando son normales una a otra estas dos direcciones. Existen en más abundancia que estas dos clases de secciones otras que se aproximan ya á un tipo, ya á otro de los indicados, y cuya distinción de la bio- tita es á veces difícil. Este último mineral es también de color verde amarillento y está intimamente unido á la hornblenda de la cual se de- riva, por lo que no hay ninguna sección de mica que tenga contornos regulares, y es difícil referir á la forma del mine- ral la posición de los ejes de elasticidad, así como las tintas de pleocroismo, siendo en muchos casos necesario acudir á la luz convergente, y, sobre todo, al empleo del ácido sulfúrico. El talco se reconoce bien en las preparaciones de esta roca por su color amarillento muy claro, falta de pleocroismo y po- larización cromática formando aguas, con predominio del co- lor rojo. En algunos puntos están asociadas diversas fibrillas constituyendo grupos radiales incompletos. Los cristales de granate se agrupan en pequeños nidos, ge- neralmente lenticulares en el sentido de la estratificación, es- tando incluídas la mayoría en el seno de la parte cuarzosa de la roca. Casi todos los granos tienen contornos poligonales irre- gulares más 6 menos redondeados en la mayoría, pero que en unos pocos son exagonales, demostrando que el cristal es un rombododecaedro. Su color en luz natural es rojo muy pálido y muestra gran relieve y superficie rugosa. Es rico en inclu- siones gaseosas irregulares que en algunos cristales grandes están agrupadas en el centro y suelen ir acompañadas de gra- nillos de magnetita; no he visto ninguna de cuarzo. No tiene indicios de la más ligera alteración. En uno de ellos he visto iluminarse su zona periférica al hacer girar la preparación entre los nicoles cruzados, permaneciendo el centro perfec- tamente extinguido; esto último se verifica en todos los demás cristales de este mineral que he observado. Algún que otro granate suelto se encuentra en la masa del cuarzo, pero son muy raros. La ilmenita y su derivado el leucoxeno, constituyen peque- ñas masas irregulares esparcidas por la roca, y el rutilo suele (63, Quiroga. —OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 375 ir asociado á ellas en forma de granos y masas irregulares, mostrando las mayores de estas, grietas separadas y grandes, paralelas entre sí y al sentido de su longitud, según las cuales tiene lugar la extinción. El color de este mineral es amarillo de miel un poco rojizo con fuerte relieve sin pleocroismo, y una polarización cromática bastante viva y rica, sobre todo en los rojos. Pizarras ampfibolico-epidóticas.—Estas rocas del Ar-Rak son muy cuarciferas, tienen algún feldespato, y su hornblenda po- see ese tono azulado tan característico de estos materiales ar- caicos. Su estructura es más francamente pizarrosa que las del tipo anterior, y varían bastante unos ejemplares de otros por la riqueza y frescura de su feldespato, mayor menor canti- dad de epidota, aunque siempre bastante, y presencia Ó au- sencia de rutilo. Es la roca dominante en este horizonte. Son de un color verde muy oscuro, pizarroso-granudas, y en todas se distingue bien á simple vista la hornblenda por su color y esfoliaciones, y á veces la porción feldespático-cuarzosa. El mayor número de las secciones de amfibol, que es el ele— mento dominante, están dadas en el sentido de su longitud y casi ninguna conserva la terminación del cristal; todas poseen estrías gruesas de esfoliación prismática paralelas á su longi- tud, y encierran granos del cuarzo que las rodea. Las seccio- nes paralelas á la base, que son rombales, tienen rotos los vér- tices azudos de estos rombos, y los contornos de todas ellas están frecuentemente interrumpidos por los granos de cuarzo que desde el exterior penetran más ó menos en los cristales del amfibol, contribuyendo con los que encierra en su interior a darle un aspecto careado ú escoriáceo. Su pleocroismo es muy fuerte, siendo: ny = verde bastante azulado Mim = Verde intenso Mp = amarillo claro verdoso. Las extinciones medidas en este amfibol han oscilado entre 12” y 22, siendo la mayoría de 16”. Casi todos estos cristales - son sencillos, pero no deja de verse alguno que otro maclado según 100. Su polarización cromática es fuerte, dominando las tintas azulado-verdosas y amarillas. Pobre en inclusiones, no encierra más que los granos de cuarzo antes citados, alguna 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) gaseosa y laminillas de hematites. Derivadas del amfibol éín- timamente unidas á él se encuentran laminillas de clorita y aun de biotita parduzca. Prismas de actinota con todos los ca- racteres de la que forma parte de las pizarras actinolíticas y amfibólico-micáceas antes descritas, se unen á veces á la horn- blenda. Con respecto á su riqueza en feldespatos, estas rocas ofrecen una serie completa que comienza por un extremo en una pi- zarra amfibólica, rica en plagioclasa, y por tanto más pobre en silice libre, de microestructura granuda, que debe refe- rirse más bien á una diorita labradórica pizarrosa y algo cuar- cifera, y concluye por el otro extremo en una pizarra amfibó- lica muy ácida, muy rica en cuarzo granulítico, de textura estratoidea, una verdadera amfibolita. En las primeras, el fel- despato, que es un labrador, se conserva muy fresco, al paso que en las segundas el poco que queda está tan alterado, que es difícil asegurar á qué especie pertenece. Las reacciones microquímicas de los granillos aislados de este mineral, muestran que es sódico-cálcico, y sus facies y angulos de extinción, que pertenece al labrador. La mayoría de sus maclas son polisintéticas, aunque hay algunas senci- llas, y todas se realizan siguiendo la ley de la albita; no he observado ninguna según otra ley. El cuarzo es más ó menos abundante, eranulítico sobre todo en las rocas muy ácidas, y contiene inclusiones gaseosas y lÍ- quidas; laminillas de hierro rojo existen en los puntos de se- paración de unos granos y otros, y también á veces en su in- terior. En todas estas rocas abunda una epidota incolora casi siem- pre, apenas teñida de amarillo muy claro en algún que otro grano, que posee un fuerte relieve, superficie muy rugosa y una polarización cromática intensa, sobre todo en los colores rojo y naranja, colores que son de una gran transparencia y forman un contraste muy vivo con el blanco puro ó ligera- mente amarillento del cuarzo inmediato. Por todos estos ca- racteres se debe clasificar este mineral entre la epidota, aun- que la mayor parte de las veces está constituyendo acumula- ciones de granos ya muy menudos ya más gruesos; alguna forma prismas acanalados de gran relieve é€ intensa y trans- parente polarización cromática, y que se extinguen totalmente (65) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 371 según su longitud. Hay granos que muestran su pleocroismo característico, y aun á veces en el seno de un cristal que no lo manifiesta se percibe algún punto en que se ofrece este fe- nómeno. Es muy rico en inclusiones gaseosas y líquidas. Es el zircón en estas rocas bastante escaso, y no presenta nada que sea digno de notarse. Constituye, como siempre, pe- queños granos prismáticos redondeados, débilmente colorea- dos de amarillo, sin pleocroismo, extinguiéndose en el sentido de su longitud y con fuerte birefringencia. La magnetita está sustituida casi en su totalidad por la il- menita, que en algunas de estas rocas va intimamente asocia- da al rutilo. Este mineral se presenta á veces bajo forma de grandes cristales incompletos, fragmentados irregularmente, que ofrecen hendiduras obscuras y rectilineas de esfoliación, paralelamente á los cuales se extinguen; su color es amarillo parduzco. Con mucha frecuencia está maclado según 112, constituyendo maclas sencillas 4 cuando más de tres indivi- duos, tendiendo á originar una agrupación centrada. En uno de los grandes individuos de rutilo he visto unas agujas rec- tas muy finas que parecen negras, las más largas son parale— las al eje vertical, y las otras hacen con ellas un ángulo de 552 y brillan entre los nicoles cuando el cristal está extinguido según las primeras. Pizarras micdceas.—Son muy escasas y conservan aún mu- Cha facies granítica, pues dentro de su estructura pizarrosa son eminentemente granudas y sumamente ricas en Cuarzo que domina con mucho á la mica, carácter que tienen de co— mún con las rocas inferiores. A simple vista se advierte ya que contiene dos micas, siendo la dominante plateada, que el mi- croscopio demuestra pertenece al grupo de las moscovitas, y la otra, sumamente escasa, se la ve á simple vista bajo forma de pajitas negras que en la sección delgada de esta roca apa- recen como laminillas esporádicas de biotita parda, á veces opaca por alteración. El cuarzo es en unos puntos más granítico que granulítico, y en otros al revés, y siempre poseen sus individuos un tama- ño intermedio al que es propio de cada una de estas dos for- mas de la sílice anhidra. Es rico en finas series de pequeñas inclusiones fluidas que se cruzan en todos sentidos y pasan de unos granos a otros. Aunque muy escasamente, se ven perdi- 378 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) dos entre los individuos de este elemento otros de feldespato, así órthico como anórthico, presencia, la de este último, que establece una diferencia entre el material que describo y los oneis descritos antes. En las secciones delgadas no se percibe con el microscopio la estructura pizarrosa de la roca, gracias á su textura gra- nuda y á la escasez de mica. PALEOZOICO. A nuestra ida desde Río de Oro hasta el N. del Adrar et- Tmarr, y en los límites de la región de Tisnik con la del Tiris, caminamos durante una ú dos horas de la mañana del 28 de Junio por un conjunto de cuarcitas grises, pizarras obscuras más ó menos silíceas y calizas sacaróideas claras, concordan- tes entre sí, cuya dirección oscilaba pocos grados alrededor de la línea N.-S.; casi verticales, pero con un ligero buzamiento que variaba entre el O. y el NO., según las inflexiones de las capas antedichas. A nuestro regreso á la costa, volvimos á cruzar estos mismos materiales con caracteres idénticos á los atravesados durante la ida, solo que su espesor era mucho mayor, puesto que estuvimos andando por este sistema du- rante las dos jornadas del 18 de Julio, á pocas horas de haber salido de Aussert, y gran parte de la primera jornada del 19, y aunque no caminábamos normalmente á la dirección de los estratos, lo haciamos bajo un ángulo próximamente igual al de la ida. Los bancos de caliza dominaban en la parte supe- rior del sistema. La facies de este complejo de materiales me hizo colocarlo inmediatamente en el grupo paleozoico; pero como no hallé fósiles, no me ha sido dado determinar el sistema á que perte- nece, y por lo tanto corroborar la clasificación hecha exclusi- vamente en vista de los caracteres litológicos. En el mapa se ha exagerado un poco este grupo, sobre todo la porción N., y le he puesto la inicial del sistema silúrico, aunque con duda, porque me produjo la impresión de ser un miembro muy viejo del paleozoico, que presenta bastantes trazos de la facies general del de Argel que describe M. A. Po- (67, Quiroga.—oOBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 379 mel (1), faltando en absoluto las pudingas, areniscas y arci- llas que se hallan en el devónico y carbonífero de aquella re- ción y sus colindantes, según el mismo geólogo. PElIOCENO. En las primeras noticias que publiqué acerca de nuestro viaje por el desierto bajo la impresión que me habían produ- cido los materiales de la costa de Africa, los consideré como terciarios marinos muy modernos, miocenos superiores ó plio- cenos. Contribuyó también á que yo emitiese esta opinión la que oí á los Sres. Macpherson, Mallada, etc., al ver los ejem-— plares que yo había recogido. Después la lectura del intere- sante opúsculo de M. Pomel titulado Ze Sahara, y especial- mente la extensión que este ilustre geólogo da á lo que él llama terrain de transport subatlantique et plages émergées (pá- ginas 50 y 91), una de las formas de los depósitos cuaternarios en Africa, que lo hace llegar á Tánger, Mazagán, Saffí y hasta Cabo Blanco, me hicieron asignar en la primera parte de este trabajo á estos depósitos marinos costeros la misma edad que á los terrestres evidentemente cuaternarios que los cubren, comenzando en Teguextemt para terminar sobre las pizarras cristalinas de Ar-Rak. En el tiempo que ha mediado entre la publicación del se- gundo y tercer cuaderno del tomo actual de estos 4nales, el Sr. Mallada ha tenido la bondad de examinar más detenida- mente los ejemplares que traje de Río de Oro y costa del Sa- hara occidental, y entre ellos ha reconocido tres especies de Ostreas, la edulis, crassisima y Princeps, y moldes de Fy!herea, Tellina, Conus y Turritella, y en mi poder tengo, además, al- guno de Pectunculus y un Balanus. La opinión del Sr. Mallada es que estos fósiles corresponden indudablemente á la parte superior del mioceno ó al plioceno, siendo los estratos que los encierran enteramente comparables á los que constituyen el mioceno marino de las provincias del levante y mediodía de nuestra Península, cuyas calizas ricas en fósiles se confunden (1) Ze Sañara, pág. 27. Argel, 1872. 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) enteramente con las que yo he traído de Africa. Del mismo parecer que el Sr. Mallada son los Sres. Egozcue y Gonzalo y Tarín. De acuerdo, pues, con la autorizada opinión de estos geólo- gos, vuelvo á mi primer modo de pensar, y considero las cali- zas fosiliferas marinas que se extienden desde la costa hasta el pozo Teguextemt, y entre Río de Oro y Cabo Bojador como pliocenas. Donde mejor se pueden estudiar estos materiales es en la peninsula de Río de Oro, porque en la costa africana sufrie- ron una intensa denudación que ha reducido mucho su es- pesor. En la primer localidad tienen un espesor de 6 a 7 m., son de color blanco anteado y ligeramente rojizo otros ejemplares, ásperas al tacto y constituidas en su mayoría por un conglo- merado de moldes de moluscos, acompañados de granos y pe- queños cantos redondeados de cuarzo. Tratadas por los ácidos, dejan un residuo variable de arcilla, copos de sílice y arena. Hay algunos puntos en los bancos de esta roca en que escasean los fósiles, y aun llegan á desaparecer por completo, hacién- dose compacta, aunque sin perder su textura, algo granuda y aspereza al tacto, causadas una y otra por las arenas Cuarzosas que contiene. En las secciones delgadas de este material se reconoce con el microscopio, además de la presencia de gra- nillos de cuarzo hialino con sus inclusiones características, pequeños fragmentos de conchas fósiles triturados y desgasta- dos por rozamiento, y masas pequeñas esféricas glauconiferas, que acaso pertenezcan á foraminiferos, aunque no he visto con claridad en ninguna de ellas cámaras ni poros superficia- les que recuerdan por su forma las Orbulinas, tan abundantes en el plioceno. La caliza que cementa todo esto, no presenta con claridad sus esfoliaciones propias, ni es transparente, sino por el contrario es irregularmente turbia, y cuando se la disuelve con los ácidos en el mismo porta-objeto, deja como residuo unos copos que fijan muy bien la fuchsina, por cuya razón los refiero á la sílice hidratada. Están, pues, estas cali- zas penetradas de sílice por capilaridad, sílice que ha debido llegar á ellas en estado de disolución. En Río de Oro estas calizas pliocenas están inclinadas hacia la bahía, en cuya costa se levantan á 7 m. sobre el nivel del (69) Quiroga. —OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 381 mar, mientras que en la del Atlántico llegan hasta unos 30 metros en Tarf lEserak—Punta Azul de los Canarios—y á 20 como nivel medio. En realidad, están constituídas por moldes de fósiles, entre los que el Sr. Mallada ha reconocido los de Cy/herea, Pectun- culus, Tellina, Conus, Turritella y Balanus; pero en algunos sitios se cargan de ostras de tal modo, que excluyen los otros fósiles y constituyen verdaderos bancos de este molusco, en los que predomina la O. edulis, acompañándola algunos indi- viduos de la O. crassisima y de la O. Princeps, según las deter- minaciones del Sr. Mallada. Haciéndose cuarciferos, á la par que desaparecen los fósiles, pasan insensiblemente estos estratos calizos por su parte in- ferior, á unas areniscas amarillentas de poca coherencia, en las que nunca falta en absoluto el carbonato cálcico; en Río de Oro son los materiales que están en contacto inmediato del agua en la bajamar. En algunos sitios están atravesadas por cilindros, unos macizos y otros huecos, más coherentes que la roca que los rodea por ser más ricos en caliza; diríase que son conductos por donde han circulado aguas cargadas de bicar- bonato cálcico. Al ser tratadas por los ácidos se disuelve el cemento calizo, y queda un residuo formado de granitos re- dondeados de cuarzo hialino y unos copos de sílice hidratada. Estas areniscas parecen concordantes con las calizas supe- riores. Para observar estas areniscas en todo su desarrollo, así como los materiales que vienen debajo, es necesario trasladarse al otro lado de la bahía en la costa del continente africano. En el sitio llamado Huissi A1issa 6 Pocito de Jesús, la costa forma unos escarpes cuya altura sobre el mar varía entre 45 y 50 m. La parte superior está constituida por la caliza de Rio de Oro con un espesor de 0,5 á 1 m. Debajo se presenta la arenisca que indiqué antes, amarillenta y más rica en carbonato cál- cico en la proximidad de las calizas, se va haciendo más roja y perdiendo caliza conforme baja en su nivel; en la parte me- dia alcanza el máximum de coloración amarillento-rojiza y está atravesada en algunos sitios por canutillos, cilindros, planchas, masas estalactitiformes de areniscas sumamente ricas en limonita, que son, á mi juicio, testimonio irrecusable de que allí ha tenido lugar una poderosa acción geiseriana 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 70) ferruginosa. Hay puntos en que el viento se ha llevado los granos de sílice no cementados por limonita, dejando al des- cubierto un esqueleto de arenisca ferruginosa, cuyas partes tienen todas las formas y direcciones posibles, siendo en unos lados huecas y en otros macizas, y revelando que la circula- ción de las aguas ferruginosas no fué tan solo capilar, sino que tuvo lugar preferentemente por conductos, grietas, etc., de la roca. Tratadas por los ácidos las secciones delgadas de estas areniscas ferruginosas, apenas dan indicios de caliza, pierden hierro, pero no llega á desaparecer todo el pigmento ferru- ginoso ni aun estando veinticuatro horas en agua regia, ni tampoco se disgregan porque el cemento es siliceo y de as- pecto cuarcifero no calcedonioso. Conforme bajan de nivel, estas areniscas pierden hierro á la par que coherencia, llegando á ser enteramente blancas, para hacerse verdes más abajo, merced á la interposición irregular de una sustancia de aquel color, perteneciente á la ylauconita por todos sus caracteres físicos y químicos. Esta masa de are- niscas tiene en Huissi Aissa un espesor de 25 á 30 m., y pasa por debajo insensiblemente por pérdida del cuarzo, á unas margas verde-azuladas de 6 ú Sm. de potencia, que llegan hasta el nivel del mar y están cruzadas en todos sentidos por venas de yeso fibroso. Disuelta la caliza de estas margas por los ácidos diluidos queda sobre el depósito arcilloso otro for- mado de copos blanquecinos de sílice hidratada. Esta parte de la costa del Africa occidental está formada por un complejo, que he visto extenderse hasta Cabo Boja- dor, de calizas superiores evidentemente pliocenas, arenis- cas medias y margas inferiores, concordantes entre sí y hori- zontales, al menos por lo que se puede observar en los escar- pes de la costa; elementos litológicos que pasan insensible- mente unos á otros, pues que las margas van adquiriendo granos de cuarzo poco á poco hasta que se transforman en las areniscas verdes, que lentamente á su vez pierden la glauco- nita, cambiándola por limonita, transformándose en las are- niscas ferruginosas centrales; la pérdida de hierro y cemento silíceo que estas experimentan y aumento de caliza, las con- vierte finalmente en las calizas que coronan las costas de esta región de Africa, cuya estructura está representada en la figu- ra 1.* Corte geológico de la peninsula de Rio de Oro y costa de (11) Quiroga.—oOBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 383 África de.la lámina que acompaña á mis Apuntes de un viaje por el Sahara occidental (1). Esta concordancia y paso insensible de unos materiales á otros, lleva naturalmente á considerarlos como un todo ho- mogéneo perteneciente al mismo periodo geológico, al plioce-. no. Además, en el horizonte de las areniscas ferruginosas en Huissi Aissa, existe gran cantidad de restos de troncos vege- tales, muchos de tamaño considerable, como el que yo he traido, que mide 0",80 Xx 0,76, fosilizados por la sílice, se- gún demuestran las secciones delgadas que he preparado; troncos que, al menos el recogido por mi, pertenecen á vege- tales muy próximos á las leguminosas del grupo de las Caesal- pineas, según la autorizada opinión del sabio paleofitólogo profesor doctor A. Schenk, de Leipzig, que ha tenido la bon- dad de estudiar un fragmento del que yo recogí, denominán- dolo Caesalpiniozrylon Quirogoanum, que, según me decía en su última carta, describirá muy en breve juntamente con otros vegetales fósiles también africanos. La existencia de semejantes fósiles en estas areniscas da al conjunto de estos depósitos una estrecha semejanza con los estudiados por el Sr. Thomas en Túnez, y que este geólogo re- fiere al plioceno (2). En efecto, en Uad Manura, como en Huissi Aissa, la base de esta formación la constituyen margas yesí- feras que contienen balanus y O. crassisima en Túnez, mientras que en las de la costa del Sahara occidental yo no he hallado fósil alguno, sobre las cuales yacen areniscas ferruginosas que poseen diseminados en todas direcciones troncos vegetales fosilizados por la sílice y el hierro, este en menor cantidad que aquel, según las investigaciones del Sr. Fliche (3) sobre los fósiles de Túnez, que concuerdan con las mías sobre los de Huissi Aissa. En estos, la silice forma esferolitas incompletas, todas de carácter positivo, por lo que la considero más como cuarzo que como calcedonia. Las esferolitas más perfectas están en los vasos y algunas tienen su centro en la pared de ellos. (1) AN. DE LA Soc. Esp. DE HisT. NAT., xv, 1886. (Q) Vote sur la géologie de la formation pliocene a trones F'arbres silicifes de la Tuni— sic.—Compt. rend., 1888, ler octobre, 567. (3) Sur les bois silicifiés de la Tunisie et de 'Algerie.—Compt. rend., 1888, ler octo- bre, 569. 384 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Los caracteres litológicos que el Sr. Bleicher (1) reconoce en los materiales que contienen los leños fósiles de Túnez y Ar- gelia son los mismos que yo he visto en los de la costa occi- dental del Sahara, con la única diferencia de que yo no he ha- llado la mica cálcica blanca que, según M. Bleicher, contienen los de las costas argelina y tunecina. En todos los demás ca- racteres, la analogía de los materiales de una y otra región es tan grande, que llega á ser identidad. Estoy también de acuerdo con el Sr. Bleicher en que el modo de fosilización de estas maderas ha sido una sustitución lenta de la materia or- gánica por la sílice hidratada y el hierro que aguas artesianas traían en disolución. Estas aguas circulaban por el seno de las rocas impregnándolas de silice y hierro, no solo por capi- laridad, sino también por conductos, grietas y superficies de las mismas rocas, constituyendo las areniscas cuarciferas de cemento siliíceo-ferruginoso estalactitiformes que se hallan en el seno de las menos coherentes y ferruginosas con ce- mento calizo, que contienen, sin embargo, sílice infiltrada. Esta sílice podrá tener un origen geiseriano, profundo, ó por el contrario, haber sido tomada por el agua en los terrenos inferiores al plioceno. En resumen, el plioceno de la costa del Sáhara occidental está constituído como sigue: 3. Calizas marinas amarillentas ó rojizas, cuarciferas, pe- netradas de sílice hidratada, con O. edulis, crassisi- ma y Princeps, Balanus, Orbulinas, moldes de Cythe- rea, Tellina, Pectunculus, Turritella y Conus. 2, Areniscas cuarzosas de cemento calizo, impregnadas de sílice hidratada ferruginosa, que en algunos si- tios constituye un cemento abundante y da mucha consistencia á la roca, con maderas silicificadas es- parcidas en desorden. La parte más inferior de estas areniscas la constituyen verdaderas glauconias, y pasan á las margas inferiores. Por su parte superior se convierten insensiblemente en las calizas ante- riores con las cuales concuerdan. (1) Recherches lithologiques sur la formation d bois silicifiés de la Tunisie eb 0'Alge- rie.—Compt. rend., 1888, 1er octobre, 572, (73) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 385 1.” Margas azulado-verdosas, concordantes con los miem- bros anteriores, yesiferas é impregnadas de hidrato silícico. El profesor Sr. de Zittel considera las formaciones de la selva fósil de Gebel, Achmar y el Cairo, pertenecientes al mio- ceno (1). De todos modos, y sea cualquiera la edad de estos depósitos, está demostrado que una formación costera, fluvio- marina, particularmente caracterizada por encerrar en su seno maderas silicificadas, se extiende por todo el litoral del Africa septentrional desde Egipto á Cabo Blanco, sufriendo tan solo ligeras interrupciones en algunos puntos de la costa. Comenzaron en esta región durante aquel período una serie de sumersiones y emersiones de la costa que en absoluto no han concluido todavía, puesto que después de emergidos los materiales pliocenos coronados por las calizas marinas, su- frieron roturas en la dirección NNE.-SSO., una de las cuales constituye la bahía de Río de Oro, cuya peninsula estuvo su- mergida en el fondo de los mares, mientras en el continente vecino eran intensamente denudadas las calizas, gracias á un abundante régimen fluviátil, bien contrario á las condi- ciones climatológicas de aquella comarca actualmente, se depositaba durante la época cuaternaria el espeso manto de arenas que indudablemente cubrió el Sáhara y que hoy está siendo destruído merced á la sequedad de aquella atmósfera y constancia de sus vientos. En el centro de la península de Río de Oro he recogido calizas pliocenas perforadas por mo- luscos, en cuyos agujeros quedan restos de Serpulas muy re- cientes. CUATERNARIO. En las inmediaciones de Teguextemt, encima de la caliza marina, hállanse, conforme se sube hacia el interior, unas areniscas blancas muy incoherentes, más que las inferiores á la caliza, concordantes con estratos calizos interpuestos for— (1) Beitr. Geol. u. Pal. der libyschen Wúste etc., pág. 132. (Palaentographica, 39, Band. Cassel, 1883 ) ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 1059) [31] 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 711) mados de granos de cuarzo muy menudos y abundantes ce- mentados por una caliza arcillosa, casi una marga y toda esta masa cuajada de Helix, cuyas conchas están rellenas también de la roca que las contiene. Las areniscas que yacen inmedia- tamente debajo de estas calizas con /Meliz y que alcanzan hasta 15 6 20 m. de espesor, pasan insensiblemente á las cali- zas dichas, enriqueciéndose paulatinamente en caliza margo- sa, que cementa los granillos redondeados de la sílice de las areniscas. Estas calizas tienen 4á 6 m. de potencia, y en al- gunos puntos se transforman en un conglomerado cuarcifero, porque los granillos de esta sustancia se convierten en cantos de diversas variedades de sílice, entre los cuales dominan los de facies calcedoniosa, á veces concrecionadas y de color me- lado rojizo uniforme, sumamente bello. Las preparaciones que para el microscopio he hecho de uno de estos, lo muestran for- mado de grandes y bellas esferolitas silíceas, solamente per- ceptibles en luz polarizada que presentan entre los nicoles cruzados una cruz negra cuyas ramas coinciden con los planos de vibración de los prismas, y que estudiadas con un cuarzo sensible ofrecen un caracter positivo bien marcado que las separa completamente de la verdadera calcedonia, según las investigaciones del profesor Sr. Mallard, para llevarla al cuar zo propiamente dicho, 6 anhídrico silícico. Es el mismo carác- ter que tiene la sílice que fosiliza los troncos vegetales de Huíssi Aissa. Las arenas que acarrea el viento se llevan el cemento mar- goso del conglomerado, dejando sueltos los cantos silíceos en la superficie del suelo, y en la misma posición que ocupa- ban dentro de la roca. Gracias á semejante procedimiento erosivo, se reconoce que estos manchones de conglome- rado tienen forma redondeada, y 6 ú 8 m. de diámetro cuan- do más. Estas calizas se disgregan á mi juicio por los cambios brus- cos de temperatura propios de la región, en casquetes esféri- cos, á veces muy delgados, papirácecs, dejando en su centro una bola. En esta forma de fragmentación natural, debe in- fluir la condición margosa de la roca. La erosión del viento da origen á unos pilotes de 1 m. de altura, algunos bastante delgados, y que con frecuencia son cavernosos por la caída de los cantos de cuarzo que contenían. Son estas calizas de (15) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 387 un color amarillo herrumbroso, á veces chocolate, y más oscu- ras, Casi negras. Esta alternancia de calizas con MAeliz y areniscas blancas incoherentes, ocupa la mitad oriental de la región del Guer- guer, la de L'Aatf y una parte del Ar-Rak, hasta colocarse encima de las pizarras cristalinas de esta región, alcanzando una altura de 160 m. sobre el nivel del mar, y una extensión de 65 km. á contar desde la costa. ¿ Depósitos cuaternarios de las mismas condiciones litológi- cas y paleontológicas que este se hallan en las provincias me- ridionales de nuestra peninsula, según me ha indicado el Sr. Gonzalo y Tarin. Más caracteristica del Sahara que estas formaciones, son los barros salado-yesiferos de las sebkjas, depósitos que he tenido ocasión de ver durante nuestro viaje, en la célebre sebkja de Ydyil, la salina más importante del desierto occi- dental, en los pozos Aglau, y aun también, aunque con mu- cho menor desarrollo, al S. de pozos Dumus. La sebkja de Ydyil situada en el límite N. del Adrar et- Tmarr es una depresión del granito que está á 150 m. sobre el nivel del mar, cuyo lado occidental sube rápidamente hasta los 300 elevándose suavemente por el oriental á Hassi El Auiy á 180 m., y Hasi Derk y el N. del Adrar et-Tmarr, levantán- dose poco á poco el terreno por este lado á la altura general de la meseta, es decir, de 300 á 350 m. La sebkja dista unos 370 km. de la costa. Es de forma próximamente elíptica y su eje mayor, que está orientado NE.-SO., mide unos 30 km. mientras que el menor no pasa de 8. Está completamente seca en verano y cubierta de una costra blanca de sal de 5 mm. de espesor, producida por la evaporación de la disolución salina que sube por capilaridad á la superficie del suelo; al andar por ella se rompe la costra salina produciendo un ruido análogo al de vajilla rota. Debajo de la costra exterior hay arciila gris azulada impregnada de solución de sal queá 1 dm. escaso de la superficie está completamente hecha barro; yo introduje desde la superficie la baqueta de una ter- cerola Winchester sin encontrar obstáculo alguno. Cuando ha llovido recientemente dicen que la sebkja no se puede atravesar porque constituye un fangal cubierto de una capa de agua de más ó menos espesor. A través del barro sa- 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) lado de la sebkja se ven asomar frecuentes lapas de granito. Con gran sentimiento mío no puedo decir nada acerca de su estructura, porque los moros que fueron á enseñárnosla nos pasearon durante una tarde al comandante Sr. Cervera, jefe de la expedición, al Hach L'Ajdar y á mí por toda ella, sin que hubiera medio de que acertasen con los puntos donde se arranca la sal. Al entrar en la sebkja por el lado del pozo El Auiy vimos en el suelo unas cuantas losas de esta sustancia que median 0,80 m. de largo por 0,20 m. de ancho, teniendo el grueso del espesor de la capa unos 0,07 m. Es incolora, bas- tante transparente por el medio de las capas y grisácea en las salbandas á causa de la arcilla que contiene. Su textura es eruesamente laminar, y en su disolución se reconoce la, pre- sencia de una proporción notable de yeso y ligeros indicios de magnesio. El Sr. Vincent asegura (1) que la sal está dispuesta en el seno de la arcilla en 4 capas horizontales de espesor va- riable entre 5 y 20 cm. En el barro de la sebkja de Ydyil no he visto cristales de yeso ni aun después de seco, estando en cambio cuajado de cristalillos de sal común. Es probable que los depósitos de yeso en esta salina sean los más inferiores por ser la sal menos soluble. Ya he dicho que el borde oriental de la sebkja en cuestión se eleva paulatinamente á Huissi El Auiy, Hassi Derk, Dyebel Ydyil para alcanzar las alturas de 300 m. propias de la meseta central. Pero el occidental es más abrupto y existe en él una serie de médanos de 10 4 12m. de alto que cubren el borde de: la salina y están orientados paralelamente á ella. La salina de Ydyil pertenece á un moro de la tribu de los Yahya-u-Aozman, quien autoriza para extraer sal á todo el que se presente con un pico y le dé una losa de 0,80 m. por 0,20 m. y del grueso de la capa—las que yo he visto tie- nen 0,07—por cada siete que corte. Las seis restantes cons- tituyen la carga de un camello. Esta sal se exporta para el alto Sudan y su principal mercado está en Xinguit y llevan tam- bién bastante á Timbuctu. En el primero de estos mercados compran una negra joven y bien formada por 14 6 16 losas de A A A «o (1) Voyage dans P'Adrar et retour a Saint-Lovis.—/(Le Tour du Monde, 1861.) (11) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 389 sal; un negro joven y robusto por 10 d 12, y una niña de 648 años por 4 0 6. Los del país no la usan para nada porque su ali- mento casi exclusivo es la leche de camella; cualquier otra cosa que coman la toman sin sal. Los pozos Aglau, en número de 23, están abiertos en un suelo arcilloso, asentado igualmente sobre granito, y cubierto de cristales blancos de 0,5 41 cm. de largo de yeso en flecha, eflorescidos gracias á la falta casi absoluta de vapor de agua en aquella atmósfera. El carácter salobre de las aguas de estos pozos, que las inca- pacita para ser bebidas ni aun por los camellos, lo deben á las sales, especialmente al yeso, que toman de las arcillas. Al $. de pozos Dumus existen también sobre el granito de- pósitos arcillosos de poco espesor, en los cuales no he visto cristales de sal ni de yeso, formados por el cieno arrastrado por las aguas que afluyen allí de los alrededores. Están ro- deados de tarajales. El proceso de formación de las sebkjas, que comenzó en los tiempos cuaternarios, continúa hoy en las mismas condicio- nes, y es una de tantas buenas pruebas como hay en el Sahara, contra la opinión de los que pensaron en una sumerb- sión de esta comarca durante la época cuaternaria. Ocupando siempre las sebkjas los fondos de las depresiones, las partes más bajas que en ellas existen, es evidente que á ellas afuyen las corrientes temporales de agua, llevando la arcilla produ- cida en la alteración de los silicatos aluminosos y la sal co- mún que ha tomado de las rocas por donde pasa, puesto que el cloruro sódico existe en todas ellas. La sal común de las sebkjas es, pues, el resultado de una lixiviación de las rocas de aquellas comarcas, operada por pequeña cantidad de agua que se satura pronto de sales y durante un espacio de tiempo inmenso. Si alguna vez hubiesen estado las sebkjas bajo el mar Ú sometidas á un régimen de lluvia abundante, habrían desaparecido. Desde el momento en que en una sebkja se forme una costra salina algo gruesa, como sucede en la de Ydyil, no puede perder toda su agua por evaporación, y queda su interior en admirables condiciones para que se realice en su seno, no solo la concentración y cristalización de las sales por orden de solubilidades, sino también las reacciones quí- micas consiguientes entre ellas. El yeso debe proceder del 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) que juntamente con caliza forma, según el Sr. Rolland (1), el cemento de los aluviones de arenas cuarzosas que cubren el suelo de esta parte de África. DEPÓSITOS ACTUALES. Á más de los de las sebkjas pertenecen á este período los depósitos de arenas que cubren casi toda la superficie del suelo recorrido por la expedición española. Estas arenas forman montecillos hasta de 0,5 m. de alto, asentados unas veces sobre la roca desnuda de cualquier for- mación que sea, y otras sobre un manto de arena que cubre los materiales infrayacentes. Estos montoncitos están orien- tados siempre, sin excepción alguna, de NE. á SO., y por tanto deben su origen á los vientos dominantes en aquella región. Los granos de cuarzo que los constituye, tienen sus aristas redondeadas y son de tamaño variable desde 0,5 mm. hasta 30 4 cuando más. Algunos conservan en ciertos sitios una costra blanquecina que se disuelve con efervescencia en los ácidos diluidos y parece ser resto del cemento calizo que aglomeraba aquellos granos. Estas arenas son el producto de la disgregación y acarreo por el viento de areniscas incohe- rentes, probablemente idénticas á las que todavía existen interestratificadas con las calizas margosas con Helix en el Guerguer y L'Aatf y de la misma época, que debieron cubrir extensas superficies del Sáhara septentrional. La expedición española no atravesó más médanos que los que he indicado existen sobre la margen occidental de la sebkja de Ydyil; médanos de 8 á 10 m. de alto, orienta- dos NE.-SO. y constituidos exclusivamente por una arena cuarzosa, de grano uniforme y muy redondo, que no conserva ya costra alguna, y tiene por tanto el carácter de haber ro- dado mucho más que las arenas anteriores. El origen de estos médanos es exclusivamente eoliano, y las arenas que los constituyen se desprendieron de sus primitivas areniscas hace mucho más tiempo que las anteriormente indicadas. (1) Hidrographie et Orographie du Sahara algérien.—Bull. de la Soc. de Géogr.,?.* se- rie, 2. trimestre, 1886, pág. 211, nota. (19, Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 391 Durante la época cuaternaria, el Sáhara occidental, lo mis- mo que todas las otras regiones del gran desierto, fueron el asiento de un intenso fenómeno aluvial que supone un ré- gimen de lluvias abundantes y frecuentes, durante el que se depositaron en toda su superficie areniscas incoherentes de las que son restos las de L'Aatf y Guerguer, al cual ha suce- dido en la época actual un extremo de sequedad en el que los vientos están destruyendo los depósitos fluviales anteriores. En el istmo que une la península de Río de Oro al conti- nente, existen colinas de 20 m. de alto coronadas por un de- pósito de arenas sueltas ricas en restos de moluscos, idénticos á los que actualmente viven en aquellos mares, y entre los que abundan sobre todo valvas del género 47cx. Estas arenas descansan inmediatamente sobre las calizas pliocenas y son una prueba bien clara de que aquella península ha estado su- mergida en los mares actuales hasta tiempos muy recientes. Explicación de las láminas. Acerca de la lámina V, que es un croquis geológico de la parte del Sahara occidental que atravesó la comisión españo- la, no tengo que añadir á lo dicho en el texto, sino que el bos- quejo geográfico que ha servido de base está hecho por el jefe de la expedición, comandante Sr. Cervera, quien efectuó las observaciones astronómicas en los lugares que se indican en el Croguis y en algunos otros, especialmente de la península de Río de Oro. A mi no me pertenecen más que las cotas de altu- ra y la parte geológica. La lámina VI representa la sección transversa de la madera fósil Caesalpiniorylon Quirogoanum Schenk, amplificada 15 y 65 veces. Los dibujos originales que han servido para hacerla están dibujados con la cámara clara del profesor Abbe, á los aumentos de 25 y 100 respectivamente. La figura primera X 15 da una idea de su constitución his- tológica, y principalmente de la” distribución relativa de los vasos y tejido celular en medio del tejido fundamental fibroso; y la segunda X 65 representa la sección de un grupo de pa- rénquima paratraqueal rodeando un vaso, y atravesado por va- 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) rios radios medulares. El tejido que se ve en todo su alrededor pertenece al fibroso fundamental. La disposición anatómica de los diversos tejidos componen- tes de esta madera ofrece grandes analogías con la de muchos arboles dicotiledones tropicales que viven en la actualidad. Los vasos son grandes, de paredes gruesas, con puntuaciones (areolares?) muy pequeñas, siendo completa la perforación en- tre los elementos de una misma serie vertical. La sección trans- versa es elíptica, con el diámetro mayor dispuesto en direc- ción radial, oscilando entre 8 y 20 céntimos de milímetro; pero, por término medio, tiene 15; el espesor de las paredes es de 5 u. Por lo común, los vasos están aislados, contándose unos 55 en cada 25 mm.? de sección transversal; y se ven también algu- nas agrupaciones de dos, y más raras veces de tres. La reunión se efectúa siempre en sentido radial. Los vasos están siempre rodeados por un estuche de parén- quima paratraqueal, formado por celdillas grandes y bastante alargadas, y en la sección transversal aparecen como manchas elípticas más ó menos regulares —en otras preparaciones ofre- cen un contorno algo más regular que en la que representa la figura X 15— tendiendo á alargarse en sentido tangencial, lo que hace que muchas de ellas sean afluentes y se continúen en bandas tangenciales, simulando, si se examinan con débil aumento, anillos anuales. Estos están muy poco marcados y en extremo borrosos, pues apenas se indican por bandas es- trechas de parénquima, de dos a tres celdillas de espesor, que miden por término medio 83 céntimos de milímetro. Los vasos que entre ellas se encuentran son más pequeños que los res- tantes. Los radios medulares son numerosos, delgados y de una sola celdilla de espesor, atravesando las masas de tejido fibroso y paratraqueal, y siendo tangentes á los vasos cuando con ellos se encuentran. Por término medio se cuentan en la sección transversal de 55 á 60 en cada 5 mm. El tejido fundamental está, al parecer, constituido exclusi- vamente por fibras leñosas; mas no se llega á la certeza de que no puedan ser celdillas fibrosas y aun traquéidas, pues el estado de mineralización en que se encuentran los ejemplares recogidos no permite ver con toda claridad los últimos deta- lles. En ellas no se nota aplastamiento radial alguno en el lí- (81) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLÓGICAS EN EL SÁHARA. 393 mite externo de las zonas anuales de crecimiento, carácter que casi siempre es muy notable en los árboles de nuestros climas, y que no se presenta en muchos de los que vegetan en las regiones tropicales. Esta explicación y los hermosos dibujos que han servido para hacer los grabados de esta lámina, son debidos á D. Joa- quín María de Castellarnau, por cuya atención le doy las más expresivas gracias. k Y ñ ON REN m v ¿ s Le 0 Po A y F bf ñ e IA de Y » 77 y . . " , Al ' 0 e A ok P Pr y . IA ins e E E ARA A A AS ACER AN SANA ESA EAN de IR ej y ici OO . O SR y E ardid ls MIOS A SN q AAA ARO ui APA QU DU A AA ¿A PDA ple AO y 00 f AROS A A A RA is PA ÓN A A AA 155 A dic a Arata AAA pbaioel ] E O E qe RR A A Te ¿ NS 1 Ii AS E A A ' ' a e e ¿eo á me a dd A a Ñ » h 7 1 k Y k L $7 £ . U » 0 MN a 1 bi 3 e r A A K Te ' e ”A » a E E AA FET ' d a f y 7 ON A Y 5% A Ñ eN A f eS . ; ' Ke E cd EN 4 >] sl y p p ”. LA EN NEO AN DAA Ii ei RON ed. E RASO ES 7 Le 2 pá y A A O A E eat sd IAE a de NO 2 pe, A SAS AS Y J A EN tr DE AD E A A e . 4 t E EIA ARAN TIA E IR Y MS. CO y 4 % y pd IE NLAGEO e 48 "0 R , > » £ AS UL A ex $ p Ae > ¡O PY 3 > l pa ; po ¿ y E » =P. el USAS ERA AN 49 , OR Y e A h E NE AN Ps ES A q ST AA ALIS la [WA ir AS O A Y HER e PATA E Dari Oe O Ñ de e VA E DS | MENTRE Ax dur A EA 2 be sE Z PERO AA IE NS mo A dd IA AA E AA ES ” S MANE O el AAN AGE UR sd ANAL 03 AS, y e mo PLA TOS nd wa e Mts AAA » ETA RAE 3 UN EE ES E LE PA A A a PA o e E IC O A ALÍ Lope 0 MA é UE EAS pe Y a E qm ia Pio ES na AE ON a, EUR Prado ron RATA E CAS A ES O Abra e a ALA 1 POS + A A AAA AA HUSN AA. E | telas cana E 0 0 E Mee: O OS IO Eo > Ne ¡00 4 A . a y $ 4. > ; E E Y e, ; , ve V Al Es Ms p ' AL Ñ Y - e! PA PRO 708 v ea ' pe ' 4 ALGUNOS BASALTOS DE LA COSTA OCCIDENTAL DE ÁFRICA, POR D. BALDOMERO LÓPEZ CANIZARES. (Sesión del 2 de Octubre de 1889.) En las colecciones de Historia Natural, recogidas por el explorador africano D. Luís Sorela y Guajardo en sus excur- siones á Fernando Póo y la costa occidental de África, figuran materiales geológicos muy interesantes que si bien no forman datos bastantes con que realizar un estudio completo de las rocas de las localidades mencionadas, la importancia que los litólogos modernos dan á cuanto se refiere al conocimiento de materiales volcánicos, ha sido causa de que me determine á publicar este trabajo, contando con los consejos de nuestro consocio el Sr. Quiroga, que con su amabilidad de siempre, conocida de cuantos se dedican á esta rama de las ciencias naturales, me ha guiado en él, resolviendo cuantas dudas se me han presentado en el estudio de estas rocas. No pueden formar estos datos una monografía completa de los materiales volcánicos de las citadas localidades, pues para ello habría sido indispensable estudiar el mayor número posi- ble de ellas y tomar ciertos 'datos, que como la extensión y yacimiento de la roca, tan importantes son para esta clase de investigaciones; limítome, tan solo, á exponer el estudio mi- crográfico de los basaltos recogidos por el Sr. Sorela y la carac- terística de ellos en aquellas localidades que á mi juicio son más interesantes y que por la mayor abundancia de ejempla- res recogidos he podido efectuar investigaciones más deta- lladas. 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (Q) Aunque todas las rocas que he examinado pertenecen al grupo de los basaltos, no todas están formadas por los mismos elementos mineralógicos por pertenecer á distintas varieda- des. Al hacer el estudio de estas en cada localidad se hacen indicaciones de la estructura general que presentan y de los principales caracteres que proporciona la investigación mi- crográfica de los minerales que las constituyen. Del número, importancia y papel que desempeña cada uno de los elementos puede juzgarse por el siguiente cuadro: ÁA Minerales primitivos. a) Esenciales. Nefelina. Feldespato. Augita. Magnetita. TImenita. Olivino. b) Accidentales. Apatito. Biotita. B Minerales secundarios ú de segunda formación. Limonita. Caliza. Aragonito. Serpentina. Opalo. Cabo Verde. EN LA COSTA DE LAS POSESIONES FRANCESAS DEL SENEGAL. A. Basaltos nefelinicos.—Algunos basaltos- pertenecientes á esta localidad se distinguen por estar constituidos como base del magma por una sustancia incolora en la luz natural, amorfa y sin que llegue á presentar formas bien diferencia- das; á veces se dibujan entre los nicoles cruzados secciones rectangulares, que parecen extinguirse paralelamente á los lados del rectángulo. Varia esta materia desde un gris claro á (3) Cañizares.—BASALTOS DE LA COSTA DE ÁFRICA. 397 uno más turbio y presenta poros gaseosos distribuidos irregu- larmente. Tratada la roca en secciones delgadas por el ácido clorhí- drico, la materia amorfa á que me refiero, se disuelve gelati- nizándose y dando por resultado al secarse, un residuo turbio formado por sílice gelatinosa soluble en potasa cáustica y cristalitos exaédricos de cloruro de sodio, que nos indica la naturaleza nefelínica de la sustancia. Generalmente incolora la nefelina de estos basaltos, se halla dotada de una birefringencia débil, con escasa polarización cromática. La escasez de ejemplares que poseo procedentes de esta loca- lidad, no me ha permitido averiguar si en algunos basaltos la nefelina ha llegado á constituir formas bien determinadas. Sobre este magma nefelínico se encuentran en estado fane- rómero cristales y granos de augita con cristales porfíricos de olivino á veces fracturados y en mayor 6 menor grado de alteración. De dos maneras distintas se presenta el piroxeno augita en estas rocas: una porfírica, con formas irregulares, fragmenta- das, que con frecuencia son de tamaño considerable ó de for- mas cristalinas y secciones bien determinadas, siendo estas en su mayoría oblicuas ó paralelas á (100) y (010); otra microlítica constituyendo la base de la roca, en pequeñisimos fragmen- tos 6 imperfectos cristales, que corresponden en general á las combinaciones (111) . (110). (010) . (100) y (111). (110) . (100). Todos ellos se presentan alargados según el eje C. No presenta la augita indicios de alteración; su pleocroismo es débil y de un color gris violáceo que se hace ligeramente amarillento 6 pasa á un tono violado, dominando este último especialmente en los ejemplares más compactos. Contiene el piroxeno de estas rocas abundantes inclusiones de magnetita que forma gránulos á veces cuadrados; 2nc/usio- nes vitreas de formas redondeadas, constituidas por un vidrio generalmente incoloro ó ligeramente amarillento y algunas secciones de piroxeno aparecen formadas por vetas de una materia serpentínica de color amarillo rojizo. En estos basaltos, algunas secciones de augita se presentan abundantemente salpicadas de inclusiones vítreas de formas alargadas, con otras de magnetita y limonita, sobre todo esta 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) última que se halla en gránulos dispuestos en pelotones ó for- mando líneas seriadas que parecen corresponder á zonas de crecimiento de los cristales piroxénicos. La magnetita se encuentra en todas estas rocas en mayor 6 menor cantidad; en algunas es tan abundante que llega á privarla casi totalmente de su transparencia; en otras se halla desigualmente distribuida por haberse condensado en unos puntos con preferencia á otros. En general es irregular cons- tituyendo gránulos sueltos ó confusamente octaédricos; tam- bién se halla en secciones bien determinadas que correspon- den al cubo d al octaedro. Por alteración queda reducida á un producto ocráceo de color oscuro. La ¿/mentta tiene escasa participación en la constitución de estas rocas; se presenta opaca formando agrupaciones irregu- lares y como recortadas con algunas secciones exagonales. Casi siempre se presenta acompañada de una materia grisá- cea, probablemente como producto derivado. El único elemento que siempre se presenta porfírico en estas rocas es el 0/ivino. Sus secciones á veces bien determinadas y que corresponden á cristales perfectos son rómbicas ú exago- nales alargadas, verificándose en ellas las extinciones paralela y normalmente á los lados mayores del exagono; en general se presenta redondeado y en pequeños fragmentos, como pro- ducto de la trituración y descomposición de cristales mayores. Incoloro cuando no tiene indicios de alteración, generalmente muestra fisuras curvas y estárodeado casi siempre en los bor- des de magnetita que á veces suele contener también en el centro. Con frecuencia se encuentra transformado en limonita, que afecta la forma de. pequeñas laminillas dispuestas normal- mente á los bordes y hendiduras de las secciones de olivino, tiñendo estas de un amarillo rojizo que no cambia en la luz polarizada y llegando en algunos puntos á tal grado la trans- formación que han desaparecido los granos del mineral pri- mitivo quedando en su lugar vacios ó moldes negativos de sus cristales. Otras secciones se hallan transformadas en serpen- tina amarillento-verdosa, de estructura reticular que se ex- tiende en ramificaciones por el interior del cristal, desparra-- mándose por la roca. Contiene como inclusiones el olivino, gránulos negros de (5) Cañizares.—BASALTOS DE LA COSTA DE ÁFRICA. 399 magnetita y algunas vítreas incoloras con burbuja fija, rodea- da de un fuerte anillo de refracción. El elemento que se presenta abundante en estas rocas á la par que en los feldespáticos de esta misma localidad y en los procedentes de Rufisque, es el apalito. Se muestra este mine- ral en formas rectangulares, alargadas paralelamente al eje vertical y en estrechisimas agujas que atraviesan el magma y los diferentes elementos de la roca; en secciones irregulares normales al eje óptico, pues que aparecen extinguidas siem- pre, cualquiera que sea la orientación de la preparación y en secciones exagonales oblicuas al eje en las que se percibe al mismo tiempo las caras laterales del prisma. Incoloro, pasa á blanco ligeramente azulado y muestra inclusiones pulveru- lentas en los bordes de las secciones ú dispuestas en el centro del exágono, formando granos de un negro violado. Puede referirse á la /imonita el mineral que resulta de la transformación del olivino procedente de la peroxidación del hierro que este contiene; es opaca ú de un amarillo rojo que no cambia á la luz polarizada y soluble en los ácidos. La caliza que se presenta abundante en los basaltos nefelí- nicos de Cabo Verde, forma agregados cristalinos en los que se ve perfectamente su esfoliación caracteristica, mostrando sus secciones manchadas por una materia clorítica de un color verdoso-amarillento que con frecuencia las rodea, depositán- dose también entre sus junturas y grietas; rellena las oque- dades de la roca y en algunos puntos ha desaparecido, como se observa á simple vista en aquellas partes que por hallarse al exterior han estado expuestas á la acción de las aguas y de los agentes atmosféricos. Al microscopio alternan de tal modo la caliza y el olivino que induce á creer que aquella se ha formado á expensas de este, por ser más ó menos cálcico y no de los piroxenos, pues que las secciones de olivino se en— cuentran deformadas, corroidas y sustituidas en parte por la caliza. La serpentina se halla formando ramificaciones verdoso- amarillentas, que atraviesan de un borde á otro las secciones de olivino penetrando por las resquebrajaduras del cristal y llenando sus oquedades. El carácter distintivo que macroscópicamente presentan los basaltos nefelínicos de esta localidad es hallarse en su mayo- 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) ría abundantemente salpicados de nódulos y agregados cris- talinos de caliza. El color que domina en estas rocas es el gris, predominando el negro en los ejemplares menos ricos en nódu- los calizos. B. Basaltos feldespáticos. —Son rocas cuyo aspecto varía desde un negro brillante y tan finamente granudo que apare- cen compactos, hasta el gris ceniza de aspecto completamente tobáceo y manchadas por abundantes é irregulares zonas de un gris más Oscuro. Microscópicamente están caracterizadas por presentar en abundancia finisimas agujas de apatito—pues conveniente- mente pulverizada la roca da la reacción caracteristica del ácido fosfórico—que atraviesan los diferentes elementos de la roca, con secciones exagonales del mismo mineral, oblicuas al eje y en las que se perciben distintamente las caras del prisma. El aragonito se presenta en cristales bacilares de un blanco agrisado 0 ligeramente amarillento, agrupados en formas variadas y tapizando las grietas y vacuolas. Aparece formado por capas concéntricas y ligera é irregularmente ondeadas. El /eldespato constituye cristales que se distinguen gene- ralmente por su buen estado de conservación. Su color es gris y ofrece maclas muy abundantes según la ley de la albita y pequeños cristales alargados según (001) . (010). Encierra numerosas inclusiones de magnetita y fragmentos vítreos de color oscuro. En algunos ejemplares de esta localidad que son de elemen- tos más gruesos, el feldespato se conserva muy fresco y bello. El de todas estas rocas corresponde al labrador. El vidrio, más abundante en los ejemplares que poseen una estructura afanitica, se presenta salpicado de pequeñas y tenues particulas de magnetita con algunos productos de des- vitrificación y pequeños microlitos feldespáticos en su mayor parte no maclados. e) Cañizares. —BASALTOS DE LA COSTA DE ÁFRICA. 101 Rufisque. EN LA COSTA DE LAS POSESIONES FRANCESAS DEL SENEGAL AL E. DE DAKAR Y CABO VERDE. Están caracterizados los basaltos de esta localidad por pre- sentar la 4uy¿ta siempre porfírica y constituyendo individuos de tamaño variable; este oscila desde secciones cristalinas bien determinadas, á cristales cortos y deformados, estando rela- cionadas las formas que presenta el piroxeno con la mayor 6 menor cantidad, que tiene la roca, de hierro magnético. Los ejemplares que contienen este elemento en mayor cantidad son más opacos y en ellos aparece la magnetita agrupada con pequeños é irregulares cristales de piroxeno en diversos pun- tos de la roca, presentando en este caso solo el olivino como elemento porfírico. En los ejemplares más opacos que son los más tenaces, se presenta el o0/iv/n0 completamente fresco, sin ofrecer indicios de alteración y en los que contienen nidos formados por cristales de peridoto, presenta este poros gaseo- sos, apareciendo su contacto con la roca completamente limpio y sin penetración del magma de esta por las fisuras y 0que- dades de aquel. Las secciones más regulares del olivino corres- ponden á la zona del braquiprisma y del braquipinacoide. Aunque escasas presentan los basaltos de esta localidad, pequeñas é irregulares laminillas de botita de color rojizo y que afectan formas irregulares. Macroscópicamente caracteriza estas rocas por hallarse sal- picadas de nódulos blancos de aragonito, que alternan con orandes cristales de olivino, llegando estos á agruparse for- mando nidos de 2 4 4 cm. de diámetro. El color que presentan es gris oscuro ú negro azulado y fuera de los mencionados elementos tienen aspecto anamesi- tico; algunos ejemplares se hallan atravesados por células angulosas de tamaño variable. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 26 402 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Fernando Póo. Los basaltos de esta localidad han sido estudiados y descri- tos por el Sr. Macpherson (1), por lo cual no necesitamos entrar aquí en detalles que serían una repetición de su escrito. Este ilustre geólogo ha notado que todos ellos pertenecen á una misma variedad, distinguiéndose unos ejemplares de otros por el mayor ó menor tamaño de los elementos que los cons- tituyen. Como carácter general á todas estas rocas, dice el Sr. Mac- pherson, puede citarse el hecho de estar la individualización bastante avanzada en todas ellas, habiendo ejemplares en los que por faltar el vidrio casi en absoluto y estar constituidos por grandes elementos, pueden considerarse como verdaderas doleritas. Los elementos que las forman son piroxeno, feldes- pato labrador, olivino, magnetita, apatito y un vidrio en gene- ral incoloro. En los basaltos de Fernando Póo hay algunos ejemplares cuyo feldespato se halla sustituido parcial ú totalmente por una sustancia amorfa, ligeramente agrisada, que ofrece todos los caracteres del ópalo y conserva la forma del mineral pri- mitivo. Algunas de estas pseudomorfosis conservan aún en su centro pequeños fragmentos del mineral feldespático, que se distinguen por una limpieza extraordinaria á pesar de ha- llarse corroídos y sin formas regulares por haber sido susti- tuidos por el elemento á que me refiero. Completamente coloide y de un blanco lechoso, el ópalo, se halla atravesado por grietas curvas y hendiduras irregulares, debidas á un retraimiento posterior y en las que aparecen depositadas pequeñas partículas y laminillas de un verde amarillento. Es soluble en una disolución concentrada de potasa y después de tratarle por ácido clorhídrico retiene por imbibición el color de una disolución alcohólica de fuchsina. Los ejemplares doleríticos de esta región se hallan consti- tuídos, ya por elementos gruesos y discernibles á la simple (1) ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., tomo xv, pág. 314. (9) Cañizares.—BASALTOS DE LA COSTA DE ÁFRICA. 103 vista, de piroxeno, alternando con nidos de olivino de 4 á 6.cm. de diámetro como muestran los ejemplares procedentes de Arrebola y alto Banapa, bien son basaltos casi anamesí- ticos, constituidos por un agregado de augita, magnetita y feldespato. En estos últimos que proceden]de la comarca de Moca y Kutari, con la finura del grano aumenta la cantidad de magnetita, de tal modo, que no solo quita á la roca su transparencia sino que le presta mayor tenacidad. El aspecto de los basaltos de estas localidades, varía desde un gris ceniza, á veces completamente tobáceo, al negro azu- lado, muy compacto y atravesado por células irregulares y de tamaño variable. CIR ql vorusA dd, ASA ARA A ade Ñ e A q, LO pl 1 1 E z INTO seda ds A e Di f e e Ñ ee ya LE] t A A A E des de Pe SN 7 AH (E 00 ] EN 0 e > NA Es, aia Y Ui: ae BA A sl AO OA 20 To AS mol 0 EUUICOIOS 0/5: CARCASA ps mide po 004 y 444 de ir Asi y 5H) JVR MATO EA 0 ¡DEV 13ER TU poe A PE E Ñ nl 3% > : A ADN 4 Y LAN 0 ISLAS q A ÓN ? pe $9 0 una AN qye E sd br roo TUE : hs 0 ¿A 1: e | cd As ' Y > f A ¿ AAA bed Ma 0 , nee” p 0 e ye 4 ne Ao d E ps OT AETTS A d 1 E D Le ] AE dl po bad data Dri: a $e se se eo Sa, MIO Y til AY EAS: MODA y 1 eñ El 0 ñ P a he MS ñ (de 0] 1.4 4 f a íS ROL, : a ' ñ Í A e o Ya $ 0 DE 4 a NX AO IA : j EE seg Dr A í ” y RA ds al i >El ki | A ' NA La P y ? A j DIV 2 DE a y v9 E y La d A A fa la be dl... MAA . Ñ J barda ee vá Y , ¿ HN 8 ar p —* ' ás y ! » y MW ke a » : A e : Ñ i 7 4d 1 p f A DATOS ALGOLÓGICOS POR D. JUAN J. RODRÍGUEZ Y FEMENÍAS. (Sesión del 6 de Noviembre de 1889.) DOS ESPECIES NUEVAS DEL GÉNERO NITOPHYLLUM. Nitophyllum carneum sp. nova. N. fronde longe stipitata, cum stipite simplice vel bifurcato, monostromatica, enerva et avenia, carnea, cuneata vel fñabellata, vage palmatifida; segmentis latis, obtusissimis, in margine inte- gris; soris minutis, punciiformis, per superficiem sparsis, bicon- vezis, cum tetrasporis utrasque paginas occupantibus; coccidits in una pagina prominulis, per totam frondem superiorem con- Spersis. DescripcióN.—Estipe simple ó bifurcado, generalmente lar- go, bien marcado, y visible aún en los individuos más jóve- nes. Lámina de la fronda monostromática (aunque en la base y junto al estipe tiene dos Ó tres estratos de celdas), sin ner- vios y sin venas, de color de carne, en forma de cuña ó de abanico, irregularmente palmatifida, con segmentos anchos, obtusisimos, enteros ó provistos de dientes poco pronunciados (véase lám. III, fig. 4.*) en la margen. Soros esparcidos en casi toda la superficie de la fronda, en forma de puntos de 0,35 á 1,05 mm. de diámetro, biconvexos, con tetrasporas desarrolla- das en ambas páginas (véase lám. III, fig. 6.*). Coccidios sal- picando la parte superior de la lámina, convexos, es decir, prominentes en una sola página.—La planta adulta mide de 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 449 cm.,es notable por su color rosa claro, y también por su rigidez, pues, aunque la fronda está formada de un solo es- trato de células, si se coge un ejemplar por el estipe, la lá- mina se sostiene erguida sin doblarse por su peso. Habita en alta mar, en las costas de Menorca, desde 80 á 130 m. de profundidad, al E. y SE. del puerto de Mahón, al E. de la isla del Aire, al S. de los Canutells, y hacia Mongofre. —Encuéntrase con tetrasporas en Junio, y con cistocarpios en Octubre. La especie más próxima parece ser el N. carybdeum Borzt, pero este es sentado, alcanza 35 cm. y fué recogido á 5 m. de fondo, mientras que la especie descrita es siempre estipitada, los mayores ejemplares que he encontrado no pasan de 8 cm., y crece desde 80 á 130 m. de profundidad: además los soros y las tetrasporas del Y. carneum son más pequeños que los del DN. carybdeum, según se deduce de las figuras dadas por el Sr. Borzi. (Véase Votarisia, Aprile, 1886, lám. IT.) Nitophyllum marmoratum sp. nova. DN. fronde breviter stipitata, monostromatica, enerva, venosa, rosea, fabellata vel rotundata, palmatilobata; lobis brevibus, 0b- tusis, in margine integris; venis ez una serie celularwm compost- tis, anastomosantis, marmoratis, fere im totam frondem porrec- lis; soris minutis, per superficiam sparsis, convezis, cum tetras- poris unam paginam occupantibus; coccidiis..... DescrircióN.—Estipe simple, generalmente corto y á veces casi nulo. Lámina de la fronda monostromática, sin nervios, venosa, de color de rosa, redondeada ó en forma de abanico, palmatilobada; con lobos cortos, anchos, obtusos, enteros en la margen: venas compuestas de una sola serie de células, anastomasadas de un modo parecido á las vetas del mármol, extendidas en casi toda la lámina. Soros esparcidos, pequeños de 0,36 á 0,54 mm. de diámetro, convexos, es decir, con tetras- poras desarrolladas en una sola página. Coccidios desconoci- dos.—La planta adulta mide de 44 6 cm. (3) Rodriguez.—DATOS ALGOLÓGICOS. 107 Habita en alta mar, desde 70 á 120 m. de profundidad, en las inmediaciones de la isla de Menorca: al NE. de la Mola, al E. y SE. del puerto de Mahón, y hacia el Cabo de Font y Ca- nutells. —Encontrada con tetrasporas en Junio y Septiembre, y con anteridios en Junio. Paréceme difícil que esta especie pueda confundirse con ninguna otra. La más próxima será probablemente el Y. Bon- nemaisoni, el cual se distingue desde luego por su estipe ge- neralmente prolongado y ramificado en la parte inferior de la lámina, por su carencia de venas, por el borde de las lacinias denticulado, y por sus soros mucho mayores, que miden de 0,50 á 1,05 mm. de diametro. Al estudiar las dos especies nuevas que preceden y compa- rarlas con las afines para fijar los caracteres diferenciales, he observado que los autores han dado hasta aquí escaso valor á un carácter que para mí es de importancia y al parecer cons- tante en cada especie. Refiérome á ser los soros convexos Ú biconvexos: en el primer caso las tetrasporas del soro se des- arrollan en un solo lado ó página de la fronda (lám. IV, figu- ra 6.*); y en el segundo caso las tetrasporas se desarrollan en ambas páginas, 0 sea á los dos lados del tejido celular de la fronda. (Lám. III, fig. 6.*) Unas veces las células alineadas que constituyen este te- jido, y que al principio cortan verticalmente el soro, conser— van su posición hasta la madurez, formando un tabique 6 di- visión bien marcada que separa las tetrasporas de uno y otro lado, como ocurre en el //. carneum; y otras veces dichas cé- lulas son de tal modo comprimidas y dislocadas con el creci- miento de las tetrasporas, que cuando el soro está desarrolla- do, el tabique es apenas aparente ó está completamente obli- terado, como sucede en el V. Bonnemalson?. Es de notar que en algunas especies el tejido celular ordi- nario de la fronda parece modificarse en el punto en que el soro se produce: así es que el Sr. Borzi ha observado que el 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) corte de un soro de su V. carybdeum presentaba en el centro un tejido compuesto de dos estratos de células de forma ordi- naria, cuando la lámina de esta planta es monostromática; de modo que el tejido se había duplicado en el punto de produc- ción del soro (véase la fig. 3.* de la lám. del /. carybdeum). En los varios cortes que he practicado de soros del /V. car- neum, no he visto, por el contrario, más que un solo estrato de células iguales á las del tejido laminar, lo cual podría consti- tuir otro carácter diferencial entre ambas especies, si la obser- vación de numerosos ejemplares demostrara que es constante en cada una de ellas. Por otra parte, al estudiar la estructura de un cistocarpio del V. carneum, pude observar que el tejido celular de la lámina se había duplicado, es decir, que cons- taba de dos series de células, sobre las cuales descansaban los filamentos esporiferos. De todos modos, me inclino á creer que un detenido examen de la forma convexa ó biconvexa de los soros en cada especie, aconsejará la reforma de las secciones, por demás artificiales, en que hoy se divide el género Vitophyllum. Por de pronto, teniendo en cuenta la importancia de dicho carácter, he for- mado el siguiente cuadro sinóptico de las especies que hasta aquí han sido citadas en el Mediterráneo, y que publico espe- rando que contribuirá á facilitar su determinación. Debo añadir que en la descripción de las especies de este género, se ha usado la palabra venas, unas veces para desig- nar las prolongaciones del estipe sobre la lámina, y otras para designar las series 6 alineaciones superficiales de células. Para la debida claridad llamo nervios á las prolongaciones de la costilla del estipe, formadas por la superposición de varios estratos de células, por ejemplo, las que se ven en la parte inferior de la lámina del V. Hillie y que alcanzan casi la extremidad de los segmentos en el Y. Gmelini; y llamo venas á las series ó alineaciones de células que se ven en los V. mar- moratum, Sandrianum y otros. Hé aquí el (5) Rodriguez.—DATOS ALGOLÓGICOS. 409 CUADRO SINÓPTICO DE LAS ESPECIES MEDITERRÁNEAS DEL GÍÚNERO NITOPHYLLUM. TI. Fronda más ó menos erguida, no radicante. A. Fronda filiforme. Soros infra-axilares. . N. confervaceum Menegh. B. Fronda plana, membranácea. a. Soros grandes, casi solitarios debajo de las extremidades de los segmen- tos de la fronda. Planta sentada, dicotoma: segmentos lineares, un- cmados e o ato UN, UNCINALUI Y. Ag. Segmentos más anchos y soros mayores (D)..umconioe o... Var. (WN. venulosum Zanard.) db. Soros esparcidos en toda ó en la mayor parte de la superficie de la fronda. 1 Soros biconmvexos, con tetrasporas desarrolladas en las dos páginas de la lámina. Fronda monostro- mática, sin nervios ni venas. — Tabique central que divide vertical- mente el soro, marcado y muy visible. * Fronda subsentada, dicotomo-flabe- lada, con segmentos lineales. Te- trasporas de 30-36 micromilíme- tros de diámetro .............. N. punctatum Harv. *% Fronda sentada, ancha, orbicular, palmatilobada, con lóbulos cor- tos y anchos. Tetrasporas de 20 á 24 micromilímetros de diáme- tro. Planta que alcanza 35 cm., recogida á unos 5 m. de profun- didad..... (N. albidum Ardiss?). N. carybdeum Borzi. *** Fronda largamente estipitada, cu- neada flabelada, palmatilobada ó palmatifida, con Jóbulos anchos. Estipe simple ó ramoso, no pro- longado sobre la lámina. Borde de los lóbulos entero al principio, (1) En varios ejemplares recogidos en Menorca del NV. uncinatum, he encontrado segmentos con venas reticuladas, iguales á la fig. 5.2 A del V. venulosum Zanard. Icon. Creo por tanto que este carácter es de escaso ó ningún valor. 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. á veces dentado-franjeado al ter- minar la vegetación. Soros de 0,35-1,05 mm. de diámetro. Planta que alcanza unos 9 cm. y crece entre 80 y 130 m. de profundidad. Tabique central del soro poco visible ú obliterado. Fronda estipitada, irregularmente palmatifida. Esti- pe simple ó ramoso, con nervio prolongado y generalmente rami- ficado en la base de las frondas antiguas, pero con ramas no anastomosadas, apenas mani- fiesto en las frondas jóvenes. Borde de las lacinias denticula- do. Soros de 0,50-1,05 mm. de AMELIA Elo 2 Soros convexos, con tetrasporas des- arrolladas en una sola página de la lámina. Fronda estipitada, ve- nosa. * Fronda monostromática, flabelada, lobada. Estipe simple, corto ó casi nulo. Nervios nulos. Venas cubriendo toda la superficie de la lámina, formadas de una sola se- rie de células, reticulado-marmó- reas. Soros de 0,36-0,54 nm. de diámetro. Borde de los lóbulos GUA son bob oooO noboo suas Fronda 2-3-estromática, irregular- mente palmatilobada ó palmati- fida. Estipe corto, cuneado, pro- longado en la parte inferior de la lámina, y descompuesto en varios nervios ramosos, dicotomo-reti- culados. Venas ocupando solo la parte superior de la lámina, anas- tomosadas, formadas por 1-3 se- ries de células. Soros pequeños. Borde de las lacinias entero? (1). ÑN. carneum Rodr. N. Bonnemaison: Grey. N. marmoratum Rodr. N. Hilliw Grey. (6) (M) El V. Zillie ha sido solo citado en Marsella por Agardh y aun con duda, de modo que su presencia en el Mediterráneo es muy problemática. (7) Rodriguez.—DATOS ALGOLÓGICOS. 411 c. Soros formando líneas longitudinales, subparalelas al borde de las laci- nias, ú ocupando prolificaciones marginales. Fronda estipitada. 1 Fronda 2-3-estromática. Soros ali- neados junto al borde de las laci- nias. Nervios que alcanzan casi la extremidad de los segmentos. Ve- nas nulas. Borde de las lacinias entero ó provisto de dientes trian- gulares, Obtusos............. (1) N. Gmelini Grey. 2 Fronda monostromática. Soros ali- neados junto al borde de las laci- nias. Nervios subnulos, pronto desvanecidos. Venas formadas de 2-3 series de células, recorriendo la parte mediana de los segmentos. Borde de las lacinias provisto de numerosos dientes pestañosos... N. Sandrianum Zanard. 3 Fronda monostromática. Soros más abundantes en la base de las laci- nias, generalmente desarrollados en prolificaciones marginales. Ner- vios en la base de los segmentos. Venas formadas de 1-2 series de células, flexuosas, subreticuladas. Borde entero ó denticulado...... N. laceratum rev. II. Fronda horizontal, tendida y radicante en la página inferior.......o.oo..... N. reptans Crouan. (1) El V. Gmelini fué citado en Marsella por Castagne y en Antibes por la señora Favarger. Mess les 2. 3." 4.* De 6: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Explicación de las láminas. Lám. 11.— Vitophyllum carneum Rodr. Ejemplar tetrasporifero.—Tamaño natural. Ejemplar joven con estipe ramoso.—Idem. Ejemplar joven con estipe simple.—Idem. Fracción del borde de la fronda, con dientes cortos y obtusos.— Aumento 100 diámetros. Soro visto de plano.—Idem. Sección de un soro.—Idem. LAm. IV.—Vitophyllum marmoratum Rodr. Ejemplar joven.—Tamaño natural. Ejemplar tetrasporifero.—Idem. Fracción de la fronda, vista de plano, para demostrar la ramificación de las venas.—Aumento 100 diá- metros. Célula.—Aumento 300 diámetros. Soro visto de plano.—Aumento 100 diámetros. Sección de un soro.—Idem. (9) Rodríguez.—DATOS ALGOLÓGICOS. 113 1, LA CONSTITUCIÓN MINERALÓGICA DEL SUELO, ¿PUEDE CONTRIBUIR Á LA RIQUEZA ALGOLÓGICA DE UN PAÍS? El distinguido botánico de Génova, Sr. Piccone, insertó en la Votarisia, revista trimestral que se publica en Venecia, un trabajo con el título de Voterelle ficologiche, en el cual se ocupa de una frase contenida en la introducción de mis 4/gas de las Baleares. La frase que llamó la atención del Sr. Piccone, es la siguiente: «La flora marina del archipiélago balear es muy rica, ya por la variada constitución mineralógica de las islas que lo forman, ya por estar situadas en el centro del Me- diterráneo y llevar hacia ellas gérmenes de muchas especies los vientos y corrientes submarinas». Después de manifestar su conformidad en que las corrientes submarinas han contribuido á la diseminación de las algas, declara el Sr. Piccone que no puede aceptar que hayan in- fluido en la riqueza de la flora marina de las Baleares, ni los vientos, ni la diversa constitución mineralógica de estas islas. Pero añade á renglón seguido que también admite mi aserto en Cuanto á los vientos, si es que yo quise referirme al movi- miento que estos imprimen á las olas; y como no fué otro mi objeto, queda también este punto fuera de discusión. La discrepancia se reduce, pues, á esta cuestión: La consti- tución mineralózica del suelo, ¿puede contribuir a la riqueza al- gológica de un pats? Mas, el Sr. Piccone, altera la frase por mí escrita, y esta- blece la proposición en estos términos: 52 la constitución qut- mica del cuerpo sobre el cual están fijadas las algas puede influir en su distribución geográfica, lo que dista mucho de ser lo mismo. Y de esta proposición así sentada, toma pie el distin- guido profesor de Génova para afirmar las opiniones que emi- tió en anteriores estudios, y sostener que las algas solo se sir- ven del cuerpo en que se hallan fijas como punto de apoyo, y no para tomar del mismo sustancia alguna de nutrición; citando con este motivo varias especies tenidas como rupico- 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) las que han sido encontradas sobre varias algas, y otras teni- das como fucicolas que han sido recogidas sobre piedras. Desde el momento en que el Sr. Piccone ha cambiado inde- bidamente mis palabras constitución mineralógica por constilu- ción quimica, atribuyéndome una opinión que no he emitido, creo innecesario entrar en el examen de su proposición. Admitiendo como buenas sus teorías, y suponiendo que las algas marinas toman todos sus elementos de nutrición del agua que las rodea, y no de los cuerpos en que se hallan fija- das, no será difícil admitir también que, así como muchos zoófitos y moluscos abundan en los puntos cuyo suelo es cal- cáreo, por necesitar la cal como elemento de vida, tomándola del agua que los circuye; del mismo modo las algas que ne- cesitan cierta cantidad de cal para su desarrollo, prefieren los sitios cuyo suelo es calcáreo, porque en ellos el agua contiene, por efecto del continuo roce de las corrientes, mayor cantidad de cal en disolución. Y si se acepta esta hipótesis, resultará que la constitución mineralógica del suelo habrá contribuido á la riqueza algológica de un país, sin que el cuerpo en que se hallan fijadas las algas haya influido en lo más mínimo en dicha riqueza. Conste, pues, que yo no senté la teoría que el Sr. Piccone tuvo á bien combatir. ENUMERACIÓN DE LOS GRÍLIDOS DE FILIPINAS, POR DIECANNA O OO NVNAN E (Sesión del G de Noviembre de 1889.) SPSS nnalsss Los grilidos de Filipinas no han sido objeto de ningún estudio especial. La enumeración de los ortópteros de aque- llas islas que en 1877 publicó en Stokolmo el Prof. C. Stál, bajo el nombre de Or¿hoptera nova ex Insulis Philippinis (Ofversigt af Kongl. Vetenskaps Akademiens Fórhandlingar, núm. 10), iba tan solo encaminada á dar á conocer las especies nuevas del viaje del Dr. Semper; en ella se describen veintiuna espe- cies y se proponen algunos géneros nuevos en las tribus de los ecantinos y de los eneopterinos. La obra fundamental del Sr. H. de Saussure, cuyo segundo tomo se publicó el año siguiente, no ha podido quitar importancia al folleto de Stál, ya que su autor no pudo conocerle en tiempo oportuno para hacerse cargo de las nuevas divisiones genéricas, que en este se proponen. H. de Saussure cita en su obra (Méelanges orthopté- rologiques, GFryllides, 1.* parte, 1877, 2.*, 1878) quince espe- cies de Filipinas. Unas y otras tuvo en cuenta el Sr. Jordana en su Bosquejo geográfico é histórico-natural del archipiélago fili- pino, publicado en Madrid en 1885, enumerando treinta y seis especies, de las que, en mi juicio, dos deben reducirse á una sola; son estas el Mnesilobus lineolatus Stál y el Calyptotrypus simodus Sauss. En la siguiente lista se enumeran cincuenta y siete espe- cies, debiéndose este aumento á las inteligentes investigacio- 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) nes del Sr. D. Carlos Mazarredo y á las no menos valiosas de los Sres. D. José Pérez Maeso y D. Domingo Sánchez y Sánchez. Como no he visto todas las especies que cito, no puedo ates- tiguar de la validez de todas ellas; antes, por el contrario, creo firmemente que con el tiempo han de pasar algunas á aumen- tar la sinonimia de otras. 1. Gryllotalpa vulgaris Latr. Genera, 11, 95, 1807.—Saussure, Gryll., 1, 195, f. 1, 2, 4-8. Esta especie, que es la europea, se encuentra en el Asia occidental y en el África septentrional, en las Islas Mascare- ñas y en las de Asia. F. Walker ha descrito, bajo el nombre de Gr. grandis, ejemplares de Java y Filipinas que, según el Sr. Saussure, deben referirse á esta especie, aunque el autor los compara al Gr. africana Pal. de B. 2. Gryllotalpa africana Pal. de B. Ins. d'Afr. et d'Amer. 229. Orth. Pl. 11, c. f. 6. —Saussu— Te AC palos Se encuentra en toda el África, en el Asia meridional y sus islas y en la India, China, Java, Sumatra, Borneo y Japón. Por mi parte lo he recibido de Filipinas enviado por el señor Baer, y el Sr. Mazarredo lo ha recogido en Tabaco (Albay) y en la hacienda Causip (Camarines Sur). El Sr. Saussure, al hablar de la patria de este insecto, excluye el Norte de Africa por carecer de datos referentes á esta región; pero en mi colección existen ejemplares proce- dentes del Riff, recogidos por el Sr. Figari, y lo tengo además de China, recogido por el Sr. Colin de Planchy, y de Java, enviado por el Sr. Brunner. 3. Tridactylus riparius Sauss. GT Ap AOS No es fácil determinar las diferencias entre esta especie y el Tr. japonicus de Haan, que al parecer están reducidas á la coloración más oscura en el 77. riparius Sauss.; pero como este carácter es variable y no de grande importancia nos inclinamos á creer que muy bien pudieran referirse ambos nombres á una sola especie. Conservamos, sin embargo, el nombre de Saussure porque conviene mejor la coloración de (3) Bolivar.— GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 117 esta especie á nuestros ejemplares que proceden de Norzaga- ray (Bulacán), Volcán Bulusán (Albay) y Dolores (Tayabas), y han sido recogidos por el Sr. Mazarredo. La especie no estaba citada más que de las islas de la Sonda. 4. Nemobius tagalicus, sp. nov. FPusco-testaceus, villosus atque fusco-setosus. Capite glodoso; Fronte inter antennas lato; vertice quingue-7ufo-lineato. Pronoto transverso antrorsum subindistincte angustato, lateribus valde setoso el plus minusve obscuriore, marginibus pallidioribus, mi- nuteque fusco-punctatis. Elytris abdomine vizx longioribus, testa- ceis, vitía laterali pallida; specwlo postice areolis magnis cum area apical? confuso; venis duabus mediis dorsalibus elylrorum Q prope apicem subito fortiter flezuoso-curvatis. Alis longissime caudatis, elyiris duplo vel plus duplo longioribus. Pedibus testa- ceis; femoribus posticis fusco-lineatis; tibiis posticis utrimque 4spinosis. Cercis abdominis longitudini subequalibus. Oviposi- lore femorum Jere longitudinas. Long. corporis 79 “mm - pron. 162 SE elytr- 4.8 - alarum 10 - fem. post. 45 = Ovisc. 3,9 Loc. Causip (Camarines Sur); Ligao, Daraga (Albay), Dolc- res (Tayabas), Mazarredo! Es muy parecido al V. cubensis Sauss., pero tiene el ovis- capto más largo y la coloración, así como la forma del tímpano elitral, bastante diversa. Lo hubiera clasificado como J. indi- cus Walker si no fuese porque esta especie solo tiene, según Walker, tres espinas en las tibias y los élitros una mitad más largos que el abdomen, cuando en los ejemplares de Filipinas son próximamente tan largos como él y hay cuatro espinas en las tibias. En la nueva especie los cercos tienen la misma longitud que el oviscapto y son bastante más cortos que las alas. El campo marginal de los élitros, aparte de la vena mediastina, no tiene en la Q más que dos venas. En uno de los ejemplares á que me refiero las alas han sufrido una atrofia considerable en términos de ser casi rudimentarias, y los ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 27 418 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) élitros también se han acortado de modo que dejan al descu- bierto los últimos anillos abdominales. 5. Nemobius Luzonicus, sp. n. Fusco testaceus et nigro-setosus, subtus pallidus. Capite pro- noto latiore superne brunneo-quadri-limeato; fronte inter anten- nas latiusculo. Pronoto antrorsum distincte angustato, lateribus longe setoso; canthis valde rotundatis, lobis lateralibus subtus pallidis, subsinuatis. Elytris abdomine parum longioribus, fuscis, linea humerali pallida, venis tribus dorsalibus fere rectis. Alis longe caudatis elytris duplo longioribus. Pedibus testaceis; femoribus posticis fusco-lineatis; tibi0s posticis ulrimgue qua- drispinosis; metatarsi calcare interno pone medium articula prima tarsorum posticorum vizx extenso. Ovipositore compresso, apicem versus sensim ampliato, femoribus distincle breviore. Long. corporis Q 41,8 =MPEOM: 1 > pelyte: 2,8 - alarum S - fem.post. 3,5 = oOviscapti 2,5 Loc. Filipinas (Mazarredo!). Mucho más pequeño que el anterior y su coloración muy semejante. Por su oviscapto más corto se aproxima al VW. Vo- vare y al Javanus y Malgachus Sauss., de los que se distin- gue no solo por el color, sino por las proporciones de los órganos todos y por el número de espinas de las tibias. 6. Nemobius Novarze Sauss. Cola 2 ALO. El conocimiento de esta especie data del viaje de la /Vovara, y hasta ahora se la creía propia de Java, pero el Sr. Mazarredo la ha encontrado en Ligao (Albay). 7. Nemobius histrio Sauss. Gryll., 1, p. 263. Loc. Ligao (Albay), Mazarredo!; Bataan, Sanchez! Citado tan solo de Java. (5) Bolivar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 419 8. Brachytrypus achatinus Stoll. Acheta achatina Stoll, Repres. Gryll., tb. 2c, f. 8 y (1815). Brachytrupes ustulatus Serville, Orth., 326 Y Q. Brachytrypus achatinus Saussure, Gryll., p. 889. f. 4,4 e. Var. g. Con los élitros más cortos, la vena mediastina 4-ra- mosa y las alas más cortas que los élitros. Poseo un ejemplar de la variedad indicada procedente de Bataan. 9. Gryllus bimaculatus De Geer. Mém. Ins., 1v, 521, tb. 43, f. 4 09 1773. Acheta capensis Fabr., Spec. Ins. 1, 354 (1781). Liogryllus bimaculatus Saussure, Gryll., p. 307, f. 10, 6 bis, 6 a. Esta especie puede ser considerada como cosmopolita; habita en todo el hemisferio oriental y ha sido ya citada de las islas de Asia, si bien no hallamos indicación que se refiera á las islas Filipinas. En mi colección existe un ejemplar de Dolores (Tayabas) recogido por el Sr. Mazarredo. 10. Gryllus mitratus Burm. Handb., 11, 734 (1838). Sauss., Gryll., 322. Gryllus occipitalis Serv., Orth., 239 (1839). Aun cuando citada esta especie de las islas de la Sonda, Java y Malaca, no creo lo estuviese de Filipinas, de donde proceden varios ejemplares de mi colección, recogidos en Bato por el Sr. Mazarredo. 11. Gryllus plebejus Sauss. Gryll., p. 333: Especie propia de estas islas. Lo tengo de Sibul (Bulacán) y de Tayabas (Mazarredo!). 12. Gryllus consobrinus Sauss. Gryll., p. 356, fig. x1, 4. Habita en las Indias orientales y también en el Africa orien- tal, y había sido ya indicado como de Filipinas. En mi colec- ción lo hay de Causip, Bato é Irocin (Albay) (Mazarredo!). Se distingue bien del anterior por su menor tamaño y por tener dos venas oblicuas en el élitro del y. 420 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 13. Gryllodes Berthellus Sauss. Gryll., p. 373. Citado del Japón, de Amboina, de la isla de Banka y de la de Amoy en la costa de China. Conozco dos ejemplares de Filipinas; uno del Museo de Madrid, recogido por el Sr. Pérez Maeso en los montes de Angat (Bulacán) y otro de mi colec- ción hallado por el Sr. Mazarredo en Norzagaray (en la misma provincia). Este último ejemplar es y”, y como solo era cono- cida hasta ahora la Q, conviene indicar que en aquel los élitros cubren por completo el abdomen y son más anchos que el pronoto en su base, ofreciendo solo dos venas oblicuas; el espejo se halla atravesado por una vena apenas arqueada y situada más atrás del medio, y el área apical está cubierta por grandes mallas romboidales. Las porciones laterales ofre— cen la misma disposición que en la $ por lo que respecta á la divergencia entre las dos venas superiores casi rectas y las dos inferiores encorvadas en la base, pero la vena mediastina sostiene hasta tres ramos que son flexuosos. El ejemplar del Museo corresponde á la variedad de élitros cortos (solo cubren la mitad del abdomen) y de alas abortivas, por lo que la vena mediastina no da más que un solo ramo. 14. Loxoblemmus histrionicus Stal. Ofvers. af. k. Vetensk. Akad. Fórhandl., 1877, p. 48. 15. Loxoblemmus satellitius Stál. ICAA AELS: Refiero á esta especie un y de Bataan recogido por el señor Sanchez. 16. Loxoblemmus monstrosus Stal. Cp AS: Especie de Filipinas, que no conozco. 17. Ectatoderus abdominalis Stal. l. c., p. 48. Refiero á esta especie un individuo de Antipolo (Manila) recogido por el Sr. D. Domingo Sánchez, aun cuando el tamaño es un poco menor del que le atribuye Stál. Comparada con la siguiente especie resulta el rostro tan ancho como el primer (7) Bolivar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 421 artejo de las antenas y sin surco profundo, que solo se halla indicado por una línea superficial; del mismo modo están indicadas las fositas que hay en aquella especie sobre la frente junto á la base del rostro. Los élitros están redondeados pos- teriormente con la margen extendida y sin área apical. Il ejemplar carece de patas. 18. Ectatoderus cucullatus, sp. nov. Pallide rufus. Capite superne depressiusculo; fronte inter antennas articulo primo antennarum haud latiore; scutello faciali angustiusculo, basi ¿impresso-bipunctato, ante medium transversim sulcato: antennis crassiusculis, hirsutis, remote fusco-annulatis, articulo apicali palporum maxillarium pallido, trigono. Pronolo postice valde producto, ampliato, rotundalo, dorso depresso. Elytris succineis, magnis, ultra marginem posti- cum pronoti valde productis, postice truncatis el fusco-terminatis, campo laterali rufo, speculo haud transverso, antice obtuse angu- lato, valde plicato, medio vena obliqua diviso, area apicali angusta, areolis magnis instructa. Pedidus pallidis longe pilosis. Abdomine fusco-argenteo squamoso, margine postico segmentorum supra pallido. Femoribus posticis...? Long. corporis 7*" =" ¿PLOMO - elytr. 4 Loc. Volcán Mayon (Albay) (Mazarredo!) Esta especie es afine al Ze. noumeensis Bol., del que se dis- tingue, desde luego, por la forma del tubérculo facial, que es en la nueva especie más estrecho que el artejo primero de las antenas, y que ofrece además la particularidad de estar atravesado por un surco, y con dos puntos hundidos en la base. La forma del pronoto es la misma que en la especie Ci- tada y en el Ect. varicolor, según puede verse en la figura 4 de la monografía del Sr. Saussure. Los élitros cubren casi todo el abdomen á excepción de los dos ó tres últimos segmentos, y están truncados en el extremo, donde ofrecen un color más oscuro; el timpano queda medio oculto bajo la prolongación posterior del pronoto, pero el espejo queda todo á descubierto; su forma es triangular con el lado antero- externo curvo, y su 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) superficie está de tal manera cubierta de pliegues que no puede distinguirse la vena media sino con gran dificultad. Los fémures posteriores faltan. 19. Arachnocephalus Steini Sauss. Gryll., p. 481. El Sr. Saussure cita esta especie como procedente de Liñón (Museo de Berlin), pero yo no he visto ejemplares de Filipinas; en cambio lo tengo en mi colección de Noumea (Nueva Cale- donia), de donde no estaba citado. 20. Arachnocephalus Dewitzi Sauss. Gryll., p. 483. Citado de Manila. El Sr. Mazarredo lo ha hallado en Talisay (Batangas). 21. Tremellia spurca Stál. Ofv. af k. Vet. Ak. Fórhandl, 1877, p. 49. 22, Phaloria amplipennis Sta!. Ne, pagisdo: 23. Vescelia infumata Stál. IC mpado: 24. Strophia lugubrina Stal. l. c., pág. 49. Ninguna de estas cuatro especies, representantes de otros tantos géneros, me es conocida, ni puedo tampoco decidir si podrán referirse á otras especies 6 géneros del Sr. Saussure. El folleto en que fueron publicadas, anterior por su fecha al 2.2 volumen de la monografía de los grílidos, debió publicarse casi al mismo tiempo que ella, de modo que el Sr. Saussure no pudo tener en cuenta estas especies al escribir su notable monografía. 25. Homoeogryllus japonicus de Haan. Gryllus (Phalangopsis) japonicus de Haan, Bijdr. Orth. 236 Y. Homceogryllus japonicus Saussure, Gryll. 11, p. 568. (9) Bolíivar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 123 Poseo un ejemplar de Sibul (Bulacán) recogido por el señor Mazarredo. Comparado con los de la China le encuentro algunas peque- ñas variaciones en la venulación de los élitros, pero no tan grandes que autoricen á considerarle como de especie distin- ta. La especie en cuestión no había sido citada de Filipinas. 26. Arachnopsis annulipes, sp. nov. Pallide testaceo-flavescens. Capite pronotoque fusco-variegatis, pedibus fusco anmulatis. Vertice pallido, rostro infra antennas Fusco marginato. Pronoto transverso, breviter piloso, lobis late- ralibus retrorsum oblique lruncatis, antice angulato-rotundatis, pallidis. Elytris apicem abdominis haud attingentibus, latis, apice rotundato-truncatis, fuscis, venis ¿arum expressis, palli- dis, speculo abortivo, postice areolis in seriem transversam dispo- sitis. Pedibus elongatis, tibiis anticis base haud dilatatis, fora- mine parvo, interno ovato, pellucido; externo subindistincto, pilo- so: femoribus posticis pone medium filiformibus; tibiis 3-3 spi- nosis, spinis duabus primis latere externo validioribus: articulo primo tarsorum posticorum articulo tertio duplo longiore. La- mina supra-anali trigona, ulringue subsinuata apice rotundata. Cercis corpore valde longioribus, longissime pilosis $ O. Long. corporis y 0,11" - pron. 1,8 = elytr. 5) Loc. Cueva Puning (Angat), Domingo Sánchez! (Museo de Madrid). Solo he visto un macho adulto y dos ninfas y y 9: en la del Y los rudimentos de los élitros forman dos escamas redon- deadas. El y adulto carece de patas posteriores. Los cercos de la ninfa y tienen 15"”, y los fémures posteriores 11””. En las larvas los timpanos tibiales no son perceptibles; y como el se- ñor Saussure no conoció sino una larva de su 47. Nietneri de Ceylán, creyó que carecerían siempre de ellos. Hay, pues, ne- cesidad de variar la característica de este género, que quizás deba reunirse con el Endacustes. 27. Ecanthus indicus Sauss. Gryll., 11, p. 594. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Loc. Talisay (Batangas), Dolores (Mazarredo!). Citado de las Indias orientales, Bombay, Madrás y Java. 28. Trigonidium cicindeloides Rb. Faune de l'Andalousie, 11, p. 39 (1838). —Saussure, Gryll., 11, p. 603. Fué descrita esta especie por ejemplares de España, siendo encontrada después en Italia, Dalmacia y Grecia. El Sr. Sau- sure refiere, con duda á esta misma especie, un ejemplar re- cogido en Ceylán por el Sr. Humbert. Los descubiertos por el Sr. Mazarredo en Nueva Cáceres (Camarines Sur), solo difieren de los europeos por ser de menor tamaño y por la coloración más oscura de las tibias posteriores. 29. Homceoxiphus lepidulus Stal. Metioche lepidula Stál, Ofvers. afkongl. Vetensk. Ak. Fór- hand, 1877, p. 48. Loc. Ligao (Albay) Mazarredo!; Bataan, Sánchez! La longitud de las alas, así como el color de los élitros, pue- de variar en esta especie; en la mayoría de los ejemplares que he visto, las alas no sobresalen de los élitros; y en otros, por el contrario, son caudiformes y se extienden hasta la mitad de las tibias posteriores. En cuanto á la coloración de los élitros, he observado que á veces la porción dorsal es enteramente grís, y otras es negra y brillante; en este último caso el in- secto se asemeja considerablemente al Trigonidium cicindelo?- des Rb. 30. Homoeoxiphus vittaticollis Stal. Trigonidiuwm vittaticolle Stál, Fregat. Eug. Resa Ins. AO Homeoriphus? vittaticollis Sauss., Gryll., 11, p. 614. Stál describió esta especie, que fué recogida en Manila du- rante el viaje de la fragata sueca Zuygenta, y sin embargo ol- vidó enumerarla más tarde en sus ortópteros de Filipinas. Como no me es conocida esta especie, acepto la opinión del Sr. Saussure, incluyéndola en este género. 31. Gyrtoxiphus fulvus Brun. Cyrioxipha fulva Brunner, ap. Cat. Godeffroy, n. 4611. Cyrtoxiphus Fulvus Saussure, Gryll., 11, p. 621. (11) Bolivar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 125 Esta especie de las islas Fidgi se encuentra también en Fi- lipinas, habiéndola hallado el Sr. Mazarredo en Ligao (Albay) y Causip (Camarines Sur). 32. Cyrtoxiphus pusillus Sauss. Gryll., 11, p. 026, Refiero á esta especie y á la anterior, aunque con alguna duda, individuos procedentes de Ligao (Albay) y Nueva Cáce- res (Camarines Sur), recogidos por el Sr. Mazarredo. La espe- cie solo se había citado de Ceilán. 33. Lebinthus biteeniatus Stal. Ofv. af kongl. Vet. Ak., Fórhand, 1877, p. 50. Loc. Isla Bagatao (Albay) Mazarredo! 34. Lebinthus Sanchezi, sp. nov. L. bitemiato affimis ab hoc vitta lateral: fava nulla; elytris $ valde abbreviatis intus tantum inter se approximatis atque di- vergentibus. Long. corp. SEE - pron. 2 - elytr. 1,5 =. fem. post. 9 - Ovip. il Loc. Jala Jala (distrito de Morong) Mazarredo! Dedico esta especie al Sr. D. Domingo Sánchez y Sánchez, colector zoológico en Filipinas, que con tan grande interés se dedica á la exploración de aquellas islas. 32. Lebinthus Saussurei Bol. Pareneopterus biteniatus Saussure, Gryll., 11, p. 674, f. LIx (1878). El Sr. Saussure ha creado el género Pareneopterus casi al mismo tiempo que Stál el Zebinthus, y como la obra del señor Stal lleva fecha anterior, he conservado la prioridad á las de- nominaciones del naturalista sueco. Todavía es más curioso que ambos autores hayan dado el mismo nombre á dos espe- cies que deben estar reunidas en un mismo género, y que sin embargo son distintas, obligándome esta circunstancia á cam- biar el último publicado por el que propongo. Esta especie es 426 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) algo mayor que el bi/eniatus Stál, y se distingue principal- mente de él por ser aptera, circunstancia que solo puede afir- marse de la Q que es el único sexo conocido de la especie en cuestión. 36. Heterotrypus modulator Sauss. Grill uep. 68, E: Refiero á esta especie un individuo y” procedente de Nueva Cáceres y recogido por el Sr. Mazarredo. 37. Heterotrypus Buqueti Serv. Platydactylus Buqueti Serville, Orth., 367, Q, 1839. GFryllus (Phalangopsis) Bugueti de Haan, Bijdr. Orth. 236, y (syn. excl.) - - -helvolus ibd., p. 235, Q. Heterotrypus Bugueti Saussure, Gryl!., 11, p. 682, fig. LI, 2. He visto un solo individuo Y hallado en los montes de An- gat por el Sr. Pérez Maeso, y que se encuentra en la colección del Museo de Madrid. La circunstancia de no estar completo el ejemplar á que me refiero, y la de observar en él algunas pequeñas diferencias en la disposición de las nerviaciones de los élitros, me obligan á no dar como enteramente cierta la existencia de esta especie en las islas Filipinas, por si corres— pondiera este ejemplar á otra especie diversa aun cuando muy afine al 4. Buqueti Serv. 38. Calyptotrypus conspersus Stal. Parecanthus conspersus Stál, Ofv. af k. Vetensk. Akad. Foórh., p. 50, 1877. No conozco esta especie, que Stál colocó en el género Pare- canthus, pero que sospecho deba corresponder al Ca/lyptotrypus, porque habiendo Stál conocido los dos sexos pudo apreciar la existencia del tambor en los élitros del /. No sucede lo mismo con el P. fuscinervis Stál y el P. cinereus de Haan, que Stál reune en el mismo género con el anterior y el siguiente, por- que solo conoció la Q; así el Sr. Saussure ha llevado el segun- do al género Aphonus, que corresponde al grupo de los eneop- terinos de élitros iguales en ambos sexos. El Calyptotrypus conspersus Stál pudiera ser igual al C. marmoratus de Haan, de Java y el Japón. (13) Bolívar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 427 39. Calyptotrypus Saussurei Stál. Parecanthus Saussure? Stal, 1. c., p. 50. Poseo un y” enviado desde Filipinas por el Sr. Mazarredo. Es una especie de gran tamaño, y notable por la mancha amarilla que lleva el estigma del élitro. El área dorsal ofrece seis venas oblicuas, de las cuales las tres internas son parale- las, sinuosas y mayores que las externas, que son curvas con la concavidad dirigida hacia fuera: el espejo es más largo que ancho y en ángulo recto por delante, con la mitad anterior un poco más larga que la posterior, dividido por una vena obli- cua que se encorva un poco antes de insertarse en el ángulo externo del espejo, que es muy obtuso y casi redondeado; el área apical es muy larga, formando por si sola más del tercio de la longitud total del élitro. En el ejemplar á que me re- fiero, la mancha negra, transversa de la base de las tibias pos- teriores, está reducida á un punto negro. 40. Calyptotrypus tibialis Sauss. Gryllides, 11, p. 720, f. 4. Refiero á esta especie, solo citada hasta ahora de las Molu- cas, una Q de Ligao (Albay) encontrada por el Sr. Mazarredo, á la que conviene perfectamente la descripción original, so- bre todo en lo que respecta á la forma de las tibias anteriores. Varía, sin embargo, la longitud del oviscapto, que en nuestro ejemplar es solo de 15"n, 41. Calyptotrypus fuscinervis Stál. Parecanthus fuscinervis Stál, l. c, p. 51. No conozco esta especie, que muy bien pudiera no corres- ponder al género Calyptotrypus. Atendiendo al tamaño y á la coloración creí un momento pudiera referirse al Podoscirtus congruus Walk; pero en esta especie el oviscapto es muy lar- go, carácter opuesto á lo que indica Stáal de su P. fuscinervis. 42. Mnesilobus bicolor de Haan. Gryllus (Phalangopsis) bicolor de Haan, Bijdr. Orth., 239, Calyptotrypus bicolor Saussure, Gryll., 11, p. 727. El Sr. Saussure cita esta especie como propia de Java; el Sr. Mazarredo la ha encontrado en Manila. La forma del tím- 493 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) pano tibial interno, que es oval y prolongado, y la falta de línea negra en el pronoto son caracteres que determinan muy bien esta especie. 43. Mnesilobus lineolatus Stál. 1. Pola Calyptotrypus simodus Saussure, Gryll., 11, p. 730. No conozco esta especie que debe ser muy característica por su coloración. Es propia de Filipinas. 44. Mnesilobus splendidulus Stal. CAPAS Tampoco he visto ejemplares que puedan referirse á esta especie. 45. Mnesilobus pallidulus, sp. nov. Unicolor, pallide testaceus, cinereo-villosus. Vena mediastina 7-74mosa, tympano venis duabus parallelis obliguis sinuosis, dua- bus minoribus arcuatis; speculo elongato ovali; antice acute an- yulato, ante medium vena obligua transversa, area apicali parva. Alis breviter caudatis. Tibiis anticis valde fusiformibus, supra sinuatis el bi-¿mpressis; foramine externo ovato, interno elonga- to: femoribus posticis concoloribus . Long. corporis 1]».m - pron. MS) - elytr. 11 en post Loc. Sibul, Mazarredo! Es afine esta especie á las anteriores, pero fácil de recono- cer inmediatamente por su color uniforme. El área apical de los élitros apenas representa la cuarta parte de la longitud total de aquellos, y las alas sobresalen un milímetro del extremo de los élitros durante el reposo. La forma de los fémures anteriores es muy característica, y basta, á mi juicio, para la creación del género Mnesibulus. 46. Scepastus pachyrrhyncoides Gerst. Ent. Zeitschr. von Stett., t. 24, p. 423, tb. 1, fig. 3 0 (1863) Saussure, Gryll., 11, p. 732. (15) Bolívar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 429 Especie sumamente notable por su aspecto y coloración que la hacen asemejarse á los Pachyrrhynchus (coleópteros), en cuya compañía vive sobre el árbol del café. Es propia de Filipinas. 47. Euscirtus tagalicus Stál. IC pal Loc. Sibul, Mazarredo! Esta especie es semejante al 7. crassiceps, y tiene, como ella, el oviscapto deprimido y recto, pero se distingue por el mayor número de espinas de las tibias posteriores, por la coloración del pronoto y por la cabeza que es más pequeña que en aque- lla especie. 48. Euscirtus pallidus Stal. cp le 49. Euscirtus dorsalis Stál. ECH —Ps Ol: 50. Euscirtus Maesoi, sp. nov. Testaceo-favescens. Capite validissimo, pronoto transverso, postice bisinuato. Elytris pallidis guadrato-areolatis, corpore longioribus; vena mediastina uni vel biramosa. Alis longe cau- datis. Ovipositore parum curvato, femoribus posticis fere duplo longiore. Long. corporis 13%" - pron. 1,8 SIA 11 alar: 7 - fem. post. 12 - Ovip. 23 Loc. Filipinas, Pérez Maeso! Museo de Madrid. El oviscapto se aproxima al tipo de los que le tienen depri- mido, y es notable por su extraordinaria longitud. Su cabeza se parece á la del E. crassiceps por su gran tamaño, y es más larga y ancha que el pronoto. Como las descripciones de Stál son tan breves y están hechas solo por y, es difícil decidir si esta especie podrá referirse á alguna de aquellas, especial- mente al Z. dorsalis. 430 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) 51. Euscirtus concinnus de Haan. Gryllus (Eneoptera) concinnmus de Haan, Bijdr. orth., p+ 230,091 39. Euscirtus concinnus Saussure, Gryll., 11, p. 766. Esta especie se encuentra también en Java. 52. Euscirtus sigmoidalis Sauss. Gryll., 11, p. 768. Loc. Daraga (Albay), Mazarredo! Bataan, Sanchez! Esta especie quizá no sea distinta del H. pallidus Stal. 53. Euscirtus hemelytrus de Haan. Gryllus (Eneoptera) hemelytrus de Haan, 1. c., p. 231, DAR Mot Euscirtus subapterus Stál, l. c., p. 52. Loc. Sibul(Bulacán) y Monte Mazaraga (Albay) Mazarredo! No encuentro diferencia apreciable entre la especie de de Haan y la de Stál. Las descripciones de ambas convienen en un todo á los ejemplares filipinos. 54. Podoscirtus picturatus Stál. Munda picturata Stal, 1. c., p. 51. No he visto este insecto que el autor compara con el Podos- cirtus fasciatus de Haan. El género Munda Stal no me parece diferir del Podoscir- tus Serv. 55. Podoscirtus cicur Sauss. Grape Especie propia de Filipinas. 56. Podoscirtus congruus Walker. Laurepa congrua Walker, Cat. 1. 98 7 (non. 9 sec. Sauss). Podoscirtus congruus Saussure, Gryll. 11, p. 793. Loc. Sibul, Mazarredo! ¿y 9. La Q no era conocida; difiere del Y por su mayor tamaño; el oviscapto alcanza 14 mm. de longitud y sus valvas no son agudas ni dentadas por debajo. La coloración es variable: en unos ejemplares todo el dorso del pronoto es oscuro, en otros solo hay dos líneas laterales oscuras, que pueden también (17) Bolivar.—GRÍLIDOS DE FILIPINAS. 431 faltar; lo mismo puede decirse de la línea negra lateral de los élitros, de la que solo queda un pequeño punto humeral ape- nas visible. 57. Aphonus cinereus de Haan. Gryllus (Eneoptera) cinereus de Haan, l. c., p. 232, TD. xx, o-9 Q: Parecantims cinereus Stál, 1. c., p. 51. Aphonus cinereus Saussure, Gryll., 11, p. 802. No me es conocida esta especie que Stal cita por primera vez de Filipinas. Se encuentra también en Java, Célebes y Nueva Guinea. El Sr. Scudder, en Boston Journal, x1, p. 140, 1868, describe con el nombre de Zxeoptera unicolor un grilido de Manila que no sé á qué especie ni aun á qué género de los actuales pueda referirse. o. 5 ens al De ¡diva Abd Saga pes ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesión del 9 de Enero de 1889. PRESIDENCIA DE D. FRANCISCO MARTÍNEZ Y SAEZ. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario leyó una comunicación del Sr. Conde de Moriana, dando las gracias por su elección para el cargo de Presidente y haciendo constar la imposibilidad en que se halla de asistir á las sesiones por residir actualmente en el extran- jero, y su deseo, por tanto, de que se le relevara de este Cargo. El Sr. Presidente del año anterior, Sr. Galdo, después de consultar á la Sociedad, manifestó que no era motivo sufi- ciente la residencia actual del Sr. Conde de Moriana para ad- mitir la renuncia de su puesto, tanto más cuanto que el señor Vicepresidente, por su obligada residencia en esta población y su amor á la Sociedad, no presentaría obstáculo para susti- tuirle. Acto seguido el Sr. Galdo cedió la Presidencia al Vice- presidente electo Sr. Martínez y Saez. El Sr. Vicepresidente, al ocupar su puesto, dió las gracias a la Sociedad por el sitio á que le había elevado, haciendo promesa de servir á la Sociedad en todo cuanto le fuera posi- ble. Concluyó pidiendo un voto de gracias para el Presidente que fué durante el año anterior, Sr. Galdo, que concedió uná- nime la Sociedad. —El Sr. Vidal y Compairé, Secretario de la Comisión nom- brada en la sesión de Diciembre para examinar las cuentas ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVllle 1 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del año anterior presentadas por el Sr. Tesorero, dió lectura al siguiente dictamen: «Los que suscriben designados en la sesión anterior para constituir la Comisión que con arreglo al Reglamento ha de nombrarse para el examen de las cuentas presentadas por el Sr. Tesorero, han desempeñado su cometido habiendo encon- trado justificada la inversión de los fondos de la Sociedad. Del examen verificado resulta un total de 5.633,42 pesetas de ingresos y 4.998,27 de gastos quedando un sobrante á favor de la Sociedad en 1.” de Diciembre de 635,15 pesetas. Comparados estos datos con los de años anteriores, se ve una notable mejora debida en su mayor parte al celo ¿interés poco comunes que se notan en el Sr. Tesorero, por lo que la Comisión pide para dicho señor un cumplidísimo voto de gracias. Madrid 30 de Diciembre de 1888.—Z. Gómez Carrasco.—Sal- vador Prado.—P. Vidal y Compañtre.» La Sociedad aprobó por unanimidad el anterior dictamen y el voto de gracias que en él se pide para el Sr. Tesorero por lo hábilmente que viene desempeñando su cargo. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: De M. G. de Vries van Doesburgh, de Kralinge, Holanda, anunciando el envío de un ejemplar del trabajo titulado Lista y descripción de los carábidos del género Amara de los Paises Bajos y limitrofes, publicado en holandés. Del director del Museo de Zoología comparada de Harvard College, en Cambridge, anunciando el recibo del 2.” cuaderno del tomo xvi de nuestro ANALES. Del director general de Administración y Fomento del Mi- nisterio de Ultramar enviando para la biblioteca de la Socie- dad dos ejemplares de la obra Documentos relativos al cultivo del Tabaco, por D. Alvaro Reinoso. Del Sr. D. José María de Lacoizqueta regalando á la Socie- dad un ejemplar del Diccionario de los nombres Euskaros de las plantas de que es autor. Del Sr. D. Francisco Angulo y Suero remitiendo á la biblio- teca de la Sociedad un ejemplar de la Fisiografía y fiórula farmacéutica hispánica, de que es autor en colaboración del Sr. D. Ricardo Sádaba y del Real. DE HISTORIA NATURAL. 3 —Se hicieron cuatro propuestas de socios. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio: Journal 0f the Royal Microscopical Society.—Año 1888, Di- ciembre, parte 6.* Bulletino della Societa Entomologica ¿taliana.—Año Xx. A tti della Societa Entomologica italiana.—Años 1886 y 1887. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo x111, nú- mero 9. Amnales de la Société Entomologique de Belgique.—Tomo XxxI. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Moscou.— 1888, núm. 3. Meteorologische Beobachtungen angefihrt am Meteorologischen Observatorium der Landwirthschaftlichen Akademie bei Moskau. —1888. Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College.—Vol. xvi. Three Cruises of the United States coast and Geodetic Survey Steamer «Blake,» by Alex. Agassiz.—Vol. 1 y 1. Zoologischer Anzeiger.— Números 294, 295 y 296. Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid. — Tomo xxv,' núm. 3 y 4. Crónica cientifica de Barcelona.—Año x1, núm. 266. Como donativo: Tabellarisch oversicht der nederland waargenomen soorten van hef. geslacht Amara Bonelli, door Dr. Ed. Everts; regalo del Sr. G. de Vries van Doesburgh. Recueil d'études paléontologiques sur la faune crétacigue du Portugal. Description des Echinodermes, por D. P. de Loriol. Entrega 2.*; regalo de la Comisión geológica de Portugal. Fitografia y fiórula farmacéutica hispánica, por el Dr. D. Ri- cardo de Sádaba y García del Real y el Licdo. D. Francis- co Angulo y Suero. Madrid, 1885; regalo del Sr. Angulo y Suero. Diccionario de los nombres Euskaros de las plantas en corres- pondencia con los vulgares castellanos y franceses y cientificos latinos, por D. José M. de Lacoizqueta. Pamplona, 1888: regalo del autor. Votice sur la Station Zoologique d' Arcachon.—1886; regalo de la Sociedad científica de Arcachon. 4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Note sur une nowvelle espece de Laminatre de la iia por M. Ed. Bornet; regalo de D. J. Rodríguez. Documentos relativos al cultivo del tabaco, por el Dr. ea. Reinoso.—Tomo 1, 1.* parte; enviado por el Ilmo. Sr. Director general de Administración y Fomento del Ministerio de Ul- tramar. Semanario Farmacéutico.—Año xvi, números 10 á 14; dona- tivo desu director D. Vicente Martín de Argenta. —La Sociedad acordó dar las gracias á los donantes. —El Sr. Lázaro (D. Blas) dió cuenta de un trabajo titulado Datos para la flora algológica del Norte y Noroeste de España, indicando que era el fruto de las expediciones que llevó á cabo en veranos anteriores. La Sociedad acordó que pasase á la Co- misión de publicación. —El Sr. Aulet mostró el vaciado en escayola de un molar joven de mastodonte, hallado en las minas de lignito de Esta- var, en la Cerdaña (Cataluña). Sesión del 6 de Febrero de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO” MARTÍNEZ Y SAEZ. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones reci- bidas: Del Sr. Conde de Moriana, dando las gracias por no haberle sido admitida su dimisión del cargo de Presidente de la So- ciedad. Del Secretario general de la Academia Real de Ciencias de Lisboa, acusando recibo de los cuadernos 1.” y 2.? del tomo xn de nuestros ANALES. _—Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio: Zoologischer Anzeiger.—Números 297 y 298. Verhandlungen del k. k. zo0logisch. botanischen Gesellschaft. —1888. American Association for the Advancement of Sciencie.— 1888. Annual report 0f the Smithsonian Institution.—1885, parte 2.* —PFossil plants collected at Golden Colorado, by Leo Lesquercus. DE HISTORIA NATURAL. 5 American VNaturalist.—Vol. x11, números 262 4 264. Bulletin de la Société Gevlogique de France.—3.* serie, t. xvi. Bulletin de la Société academique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Tomo vir, números 1, 2, 3. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo x1, núme- ros 143. Bulletin mensuel de la Sociéte linneenne du Nord de la Fran- ce.—1884. Tomos vi y vir, 1885, números 139 á 162. Crónica cientifica de Barcelona.—Números 267 á 269. Como donativo: Orthopterologische Beitrize, por el Dr. D. F. Karsch; regalo del autor. Semanario Parmacéutico.—Números 154 18 del presente año; regalo de su director D. Vicente Martín de Argenta. Revista cientifica.— Núm. 3; regalo de su director el Doctor D. V. Castelló. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —(Quedaron admitidos como socios los señores Aulet y Soler (D. Eugenio), de Madrid; Nacher y Vilar (D. Pascual), idem; López de Zuazo (D. José), idem; presentados por D. Ignacio Bolivar, y Pino y Vivo (D. José), de Murcia; presentado por D. Ricardo Codorniú. —Se hicieron cuatro nuevas propuestas. —El Sr. Medina como Secretario de la Sección de Sevilla, remite el acta del mes de Enero que se inserta á continuación. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 42 de Enero de 418809. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. — Abierta la sesión á las ocho de la noche se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Paul leyó la siguiente nota: 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA «En una excursión verificada el 25 de Noviembre próximo pasado, al inmediato pueblo de Camas, se recogieron algunas plantas, que he estudiado posteriormente y cuya clasificación es como sigue: Bellis perennas L. Centawrea pullata L. Silene inflata Sm. Mandragora autumnalis Spr. Ecbalium £Elaterium Rich. Cichorium Intybus L. Calendula arvensis L. - Cynodon Dactylon Pers. Ficaria ranunculoides Mch. Microlonchus Clusit Spach. Solanum nigrum L. Rubus fruticosus L. Dapime Gnidium L., en fruto. | Verbena oficinalis L. Lythrum acutangulum? Lag. Feniculum oficinale Al. Mentha Pulegium L. Chara fetida Br. Centaurea Calcitrapa L. De los insectos que en esta misma excursión se recogieron, no damos cuenta porno ofrecer interés á causa de su excesiva frecuencia y de haberlos ya consignado en la relación de otras excursiones, como especies muy comunes de la fauna de esta comarca.» — El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente comunicación: Vota sobre la existencia del «Inuus» en Gibraltar. En la crónica del último número de Ze Vaturaliste, 2.* serie, núm. 43, 1888, he leído la siguiente noticia, que por parecer- me de algún interés, transcribo á continuación: «Los monos en Gibraltar.—En 1880 se contaban una veintena de monos en Gibraltar. Desde esta época se han multiplicado de tal manera y han causado tan grandes daños, que ha ha- bido que recurrir á todos los medios para destruirlos. Esto se ha conseguido tanto por las armas de fuego, como por medio de venenos, reduciendo así considerablemente el número de estos vecinos incómodos.» Semejantes noticias luchan de tal modo con todo cuanto he podido averiguar sobre estos interesantes y únicos cuadruma- nos europeos, que he tratado de comprobar la exactitud de semejantes hechos, y, como era natural, han resultado una pura novela. Sirva, sin embargo, esta referencia de motivo DE HISTORIA NATURAL. 1 para reseñar y comentar algo de lo mucho que se ha dicho sobre la existencia de la mona en el Peñón. Imrie fué el primero que por el año de 1789 trató en las Me- morias de la Sociedad Real de Edimburgo, de la presencia del macaco en Gibraltar, refiriendo á esta especie dos cráneos encontrados en las brechas calizas sobre que está construída la fortaleza; cráneos que se supuso primero y se negó después fueran verdaderos restos fósiles. Más tarde la existencia allí de dicho cuadrumano ha sido afirmada y contradicha repeti- das veces, hasta la mitad de este siglo, desde cuando ya no hay cuestión sobre semejante punto. No así respecto á la fecha, número de individuos y significación de su existencia en el continente europeo. En honor de la verdad hay que confesar que los datos son insuficientes para decidir si el macaco debe considerarse ó no como una especie autóctona del Mediodía de España, y para hallar en ella la prueba fehaciente de la unión de Europa con el N. de África hasta un período reciente, como algunos natu- ralistas han supuesto. Nada comprueba que fueran fósiles los cráneos á que se refiere Imrie, ni las brillantes exploraciones de Falconer y Busk en Gibraltar han descubierto allí ningún resto paleontológico del orden de los cuadrumanos. Algunos geógrafos han negado hasta que en tiempo de los árabes vi- viera este cuadrumano en Gibraltar, fundándose en que los escritores musulmanes no hacen mérito de él, si bien G. Smith, que ha dado sobre la cuestión noticias interesantes, cuenta una leyenda árabe, según la cual las monas conocían un paso subterráneo á través del estrecho de Marruecos y Gibraltar. Lo cierto es que la mona vive en dicho sitio desde tiempo inmemorial, si bien los datos numéricos sobre el acrecenta- miento ó disminución de los individuos de la bandada comien- zan en el año 1855, época en que empiezan á ser objeto de verdadera protección, llevándose facilmente su estadística por cuanto van siempre juntos. Antes de esta fecha su número debía ser algo crecido en opinión de Posselt, que refiere que los propietarios de los huertos solían poner trampas para pre- servar de sus rapacidades las cosechas. Al disminuir aquellos, por efecto de esta persecución, vino la idea de ampararlos, evitando la extinción completa de estos últimos representan- tes de los cuadrumanos en Europa. En 1856, según informes 8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA adquiridos por Brehm del guardian de estos animales, el nú- mero de individuos era de once. Después quedaron reducidos á cuatro, y hubieran acabado por extinguirse, si no se hubiera hecho importar algunos nuevos del N. de África. Se sabe po- sitivamente que en tiempo del gobernador inglés Willian Co- drington existían tan pocos individuos, que para prevenir su desaparición, se hicieron venir de Tánger tres 6 cuatro más, los cuales se reprodujeron después. Como se ve, el /nuus de Gibraltar, lejos de tender á exten— derse á otros puntos, como lo haría si fuera una especie au- tóctona, camina siempre hacia la desaparición de nuestro con- tinente; así es que la opinión sostenida por Blainville (1) de que estos monos fueron introducidos en estado doméstico y vueltos por accidente al salvaje, se comprueba por el hecho de necesitar para su conservación un cuidado de renovación constante. También niega este eminente naturalista el su- puesto de que en ninguna época haya podido ser muy nume- rosa la bandada en Gibraltar, por faltar alimento en la loca- lidad con que sostenerse. Se ha cuestionado cuál pudiera ser la alimentación del Inwus en el árido peñasco calizo de Gibraltar. Unos sostenian que vivía de raices y yerbas aromáticas, lo cual pareció desde luego excepcional, pues en ningún cuadrumano se observa semejánte régimen: otros afirmaban que comían principal- mente los frutos que robaban en los jardines, lo cual consti- tuye por sí sola una explicación insuficiente, pues ni estos son allí tan numerosos que pudieran bastar para sostener se- mejantes merodeadores (sobre todo en el caso de que se multi- plicaran en gran número), ni es creible que los dueños con- sintieran estas rapacidades como estado permanente. Lo más cierto esque se alimentan principalmente de las raices tiernas y frutos del palmito que crece al lado oriental del Peñón, mezclando algunos insectos y alacranes, para apoderarse de los cuales levantan las piedras, que algunas veces bajan ro- dando con estrépito por aquellas abruptas pendientes. A mijuicio, la afirmación de Blainville es muy atinada: la pobreza en materias nutritivas excluye la probabilidad de que (1) Osteographie; capitulo de los Primates. DE HISTORIA NATURAL. 9 en aquel paraje se hayan multiplicado mucho las monas, ni la de que puedan hacerlo tampoco en lo sucesivo. A la misma causa atribuyo el fracaso del ensayo de aclimatación de dicha especie en el coto de Oñana en 1827, que refiere el Sr. Macha- do, donde los individuos transportados de Marruecos, desapa- recieron en poco tiempo, no obstante haberse ya reproducido algunos. Creo que la cuestión apuntada puede resumirse en los mis- mos términos en que lo hizo Blainville, diciendo que el /2uvs ecaudatus es un animal importado en Gibraltar, como en la isla de Borbón, que se mantiene allí por la protección del hombre, pero que el área geográfica de los cuadrumanos está totalmente comprendida en el África y el Asia. Voy á reproducir, para terminar, las indicaciones que sobre la mona de Gibraltar se consignan en el curioso libro del eminente zoólogo, el Dr. Kobelt, en el que refiere su viaje á las Columnas de Hércules, indicaciones realizadas por el estilo humorístico con que está sazonada la obra: «Desde las baterías, dice, se pueden ver todos los escarpes de la costa E., guaridas de los monos, cuya vigilancia está encomendada al sargento que está allí de centinela. Inglate- rra se ha hecho un deber de conciencia de proteger á los úni- cos cuadrumanos de Europa, prohibiendo, bajo penas severas, el matarlos ni molestarlos. La mona de Gibraltar es el macaco sin cola //nwus ecaudatus), especie muy abundante en el N. de África, y, sobre todo, en la parte de Marruecos, donde vive de preferencia en los desfiladeros inaccesibles y en los bosques. Alcanza hasta cuatro piés de altura; pero es completamente inofensiva, en tanto que no se la moleste, pues entonces se pone en guardia y de aquí su tendencia á ocupar siempre las AMIA ES CIA ds A AIR RANIA »En Gibraltar es bien conocida la protección de que goza la mona, y en cuanto al forastero solo por excepción tiene oca- sión de ver la bandada. Solo dos motivos la hacen salir du- rante el día de sus escondites en las quiebras inaccesibles del lado oriental: la falta de agua durante el estío y el tirano de Gibraltar, como llaman allí al viento de levante. . A »El sargento que está encargado desde hace mucho tiempo de la custodia de los monos, cuenta que vienen ordinaria— mente al lado O. en las primeras noches de verano en busca 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de agua que beber. Aprovecha esta ocasión para hacer su re- gistro civil, que aparece indefectiblemente en la Gibraltar Chronicle entre los ¿nteresting events. La manada se ha multi- plicado recientemente de un modo considerable y ahora cuenta unos 20 individuos. Algunos años antes se encontraba muy disminuida y amenazaba desaparecer, á causa de que el viejo lorwn mayor (pues los ingleses honran con el mismo título al jefe de la manada que al de la plaza fuerte), había fallecido sin dejar sucesor y su reino se veía amenazado de una próxima ruina. Entonces intervino el Gobierno inglés, é hizo buscar en Marruecos un joven mono, lleno de esperanzas, al cual puso en el trono. En esta coronación obtuvo mayor éxite que en el Afghanistan, pues las monas viudas recibieron con los brazos abiertos al nuevo town, que quedó convertido desde entonces en el César definitivo, no sin descontento, sin em- bargo, de algunos: de los que poseen jardines en Gibraltar, porque los monos los saquean de noche de un modo desver- gonzado. Cuando no pueden hacer esto, viven principalmente de las raices y frutos de los palmitos que crecen en gran nú- mero en las pendientes del E.» (1). —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «Habiendo tenido ocasión de estudiar los Quirópteros exis- tentes en las colecciones del gabinete de Historia Natural de esta Universidad que nuestro digno consocio el Sr. Calderón ha puesto galantemente á mi disposición, he podido determi- nar las especies procedentes de esta región que forman parte de dichas colecciones. Creyendo de gran utilidad todo lo refe- rente á la fauna de Andalucía y especialmente tratándose de un grupo tan poco estudiado todavía en ella, como al que me refiero, voy á permitirme presentar brevemente el resultado de mis investigaciones. Ante todo y como precedente histórico, debo mencionar los datos referentes á este grupo, contenidos en el Catálogo Mmetó- dico y razonado de los Mamiferos de Andalucia, de D. Antonio Machado, en el cual se citan las siguientes especies: Disopes Savii Schinz.—Sevilla y Córdoba. Vespertilio barbastellus Schreb.—Alcázar de Sevilla. (1) Kobelt. Vach den Sáulen des Hercules. —Francfort, 1883; pág. 11 y siguientes. DE HISTORIA NATURAL. 11 Vespertilio auritus L.—En las torres y campanarios. — murinus L.—En los techos de los edificios, tejados y ventanas. — noctula Schreb.—En los huecos de las torres y de los árboles. —= pipistrellus Schreb.—En los mismos lugares que el precedente. Riainolophus unihastatus E. Geotfr.—Coto del Rey. Posteriormente á dicho Catálogo, ha aparecido otro del se- ñor Martínez Reguera, sobre los Mamiferos del término de Montoro, del cual se mencionan las especies siguientes: Rhinolophus ferrum-equinum L. | Vespertilio noctula Schreb. — hippocrezis Herm. — serotinus L. Vespertilio murinus L. — auritus L. — pipistrellus Schreb. — barbastellus Schr. Comparando estas dos listas y teniendo en cuenta los nom- bres sinónimos que figuran en una y otra, resulta que en la primera se cita una especie que no consta en la segunda (D2- sopes Savii Schinz), y en esta última aparece en cambio el Rhinolophus hippocrepis Herm., de que no hizo mérito el señor Machado. Tratando de determinar los ejemplares de Quirópteros reco- gidos en nuestras últimas excursiones, busqué en las colec- ciones de la Universidad las que habiendo servido al Sr. Ma- chado para la redacción de su trabajó, suponía existieran allí; pero hube de sufrir gran desencanto al notar la falta de la mayor parte de dichas especies, componiéndose principal- mente la colección de individuos procedentes de Almadenejos y Ciudad-Real, donados por D. Eduardo Boscá y de otros de Sevilla recogidos por D. Salvador Calderón y determinados en Madrid por el Sr. Martínez y Saez. Fuera de estos solo se ha- llan escasos ejemplares correspondientes á dos especies, como lo comprueba un principio de Catálogo de los animales exis- tentes en el gabinete de Historia Natural suscrito por D. Ro- mualdo G. Fragoso, único que existía hasta la confección del que se acaba de terminar. De mis estudios sobre dichos ejemplares, resulta que todos pueden reducirse á las tres siguientes especies: 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Rhinolophus hipposideros Bechs.—Alcázar de Sevilla, Tocina, Coto del Rey. Vesperugo borealis Nilss.—Sevilla. Mimiopterus Schreibersii Natt.—Sevilla. Es de notar que el Vesperugo borealis Nilss., no citado hasta ahora de Andalucía ni de España, constituye una especie su- mamente frecuente en los alrededores de Sevilla y aun dentro de la población. Respecto á las otras mencionadas en los Catálogos de los Sres. Machado y Reguera, yo no puedo afir— mar ni negar su existencia en el país, limitándome á con- signar que no he encontrado hasta hoy ningún dato que la compruebe.» —El Sr. Garcia Parra propuso que se pasara una comunica— ción, felicitando al Sr. Peral por su invento, acordándose así por unanimidad. —El Sr. Calderón participó á la Sociedad que en el Instituto de Málaga y bajo la dirección del profesor de Física de aquel centro, D. Pedro Marcolain, se acababan de instalar dos seis- moscopios sistema Galli, uno de ellos relacionado con un reloj parado en las doce, y un tercer aparato, que es un péndulo ho- rizontal. Los tres se hallan en relación con un timbre de alar- ma y con números del cuadro indicador del servicio. La caida de un cuerpo cilindro-cónico que termina en un trozo de aguja y se apoya sobre otra aguja, produce el cierre del circuito eléctrico en los seismoscopios. Hasta el presente no se ha obtenido ninguna indicación; verdad es que la instalación de los aparatos es sobrado reciente para que hubiera habido ocasión de comprobarlos. Se felicitó de que al fin se hubieran cumplido los votos que en sus precedentes notas sobre los terremotos de Andalucía había hecho con insistencia, de que se instalasen en la zona sometida á tan terribles fenómenos, aparatos avisadores y re- gistradores, que pudieran servir de medios de estudio, y aun de previsión, en parte, de funestas consecuencias, y terminó felicitando al Sr. Marcolain de ser el iniciador entre nosotros de tan importante adelanto. AS DE HISTORIA NATURAL. 13 —El Sr. Cazurro leyó la siguiente nota: «De todas las provincias ú regiones marítimas en que ha di- vidido Europa, el Sr. C. Heller en su clásica obra Die Crusta- ceen des súdlichen Ewropa, para el estudio del interesante grupo de los crustáceos podoftalmos, una de las menos conocidas es la lusitánica; pues en la citada obra no se mencionan de esta región sino 50 especies de crustáceos podoftalmos, y de ellas, según su autor hace notar, ninguna es propia de esta región, sino que en su totalidad habitan también en el Mediterráneo, 33 de ellas en la región Céltica y soló 26 en la Artica, siendo pues de estas regiones la Mediterránea con la que más pare- cido tiene, como también así lo comprueba el encontrarse en la región lusitánica el Felasimus Tangerí Eyd., tan abundan- te en lys costas de Marruecos y de Andalucía, en donde sa— bemos que se pescan para recoger solamente la pata anterior terminada.en pinza, la cual se arranca y se arroja el anima! al mar, en donde á las mudas siguientes regenera el miembro arrancado y queda en disposición de volver á ser pescado para sufrir igual mutilación, vendiendo luego estas patas en el mercado con el nombre de todos conocido de Bocas de la Isla por su figura y ser la isla de San Fernando donde en más abundancia se recoge este curioso crustáceo. Hoy día esta región ha sido mejor explorada por el celoso profesor de la Universidad de Coimbra, el Sr. D. M. Paulino D'Oliveira, el cual ha tenido ocasión de recoger en ella una nueva especie, la Maja GFolíziana, muy próxima á la 1. squi- nado Rond., y que recientemente ha descrito. También la colección de nuestro Museo de Historia Natural, en el que merced al celoso profesor encargado de las colecciones de artropodos, D. Ignacio Bolívar, cuenta hoy con una impor- tante y bien ordenada colección de crustáceos de España y Portugal, compuesta de 177 especies, han ingresado recien- temente varias especies de crustáceos de la región lusitá- nica, recogidas por nuestro consocio D. Maximino Sanz de Diego, cuyas valiosas investigaciones en nuestra fauna son de gran valor, y las cuales creo interesante citar como datos para la fauna carcinológica tan poco conocida de la región lusitánica. M4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Stenorhynchus longirostris M. Edw. Inachus thoracicus Roux. Maja squinado Rond.— Nom- bre vulgar burro. Cancer pagurus L. Carcinus menas Leach. Polybius Henslowi Leach. Pachygrapsus marmoratus Fabr. Calappa granulata Fabr. Atelecyclus cruentatus Desm. Eupagurus Bernhardus L. Paguristes maculatus Risso. Pazurus striatus Latr. Clibanarius misanthropus Ris. Porcelana longicornis M. Edw. Galathea strigosa Fabr. Palinurus vulgaris Latr. Gebia littoralis Desm. Crangon vulgaris Fabr. Palemon serratus Fabr. — squilla Fabr. Idotea linearis L. Armadillidium pustulatum Dum. Balanus sp. Y —El Sr. Secretario leyó la siguiente nota remitida desde Santa Olalla (Toledo) por el Sr. González Fragoso: Hongos hallados en los alrededores de Carmena (Toledo). Psalliota cretacea Quelet. — Vaillantii? Quelet. — campestris Quelet. — pratensis Quelet. Amanita cesarea Quelet. Volvaria glotocephala Gillet. Phallus impudicus L. Morchellia esculenta P. Erineum vitis DO. Puccimia malvacearum Mont. Uredo Rose P. — Euphorbir Rebent. — Carbo DC. — Caries DC. Oidium Tucker? Berk. Sesión del 1413 de Marzo de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTÍNEZ Y SAEZ. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Sr. Pino y Vivo (D. José), de Murcia, dando gracias por su admisión. DE HISTORIA NATURAL. 15 Del director de la Comisión geológica de los Estados-Unidos de América, anunciando el envío de los números 40 4 47 de su Boletín y un ejemplar de un libro titulado Mineral Resour- ces of the United States for 1887. Del conservador de la biblioteca del Museo de la fundación de P. Teyler, de Harlem, acusando el recibo del cuaderno 3." del tomo xvn de nuestros ANALES. Del archivero de la Sociedad botánica de Copenhague, dando noticia de haber llegado á su poder el tomo xvi y los cuadernos 1 y 2 del xvi de los ANALES. De la Sociedad entomológica de Stockholmo, participando el envío del último año de su diario y dando gracias por las publicaciones remitidas de esta Sociedad. Del profescr Antonio D'Achiardi, de la Universidad de Pisa, Secretario de la Sociedad Toscana de Ciencias naturales, par- ticipando el fallecimiento de su Presidente, José Meneghini. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Números 299 á 301. Entomologisk Tidskrift.—Año 9." The American Naturalist.—Vol. xx11, núm. 265. Journal of the Royal Microscopical Society.—Año 1888, par- te 6: 1889, parte 1.: Bulletin de la Société GFéologique de France.—1888, núm. 10. —1889, núm. 1. Annuaire geologique umiverselle.—Tomo 1v, 1888. Bulletin de la Société Zoologique de France.—1889, núm. 1. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Vol. vi, 11 de Noviembre de 1888. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxvrI, en- tregas dy as Boletin de la Comisión del Mapa geológico de España.— Tomo xIv. Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid. —Tomo Xxv, números 5.” y 6.” Crónica cientifica de Barcelona.—Año x1r, números 270 y 271. Como donativo; Repertoire alphabetique des noms spéecifiques admis ou proposés dans la sous.famille des Libellulines. Bruxelles, 1889.—Conseils pour Pétude des palpicornes aqguatiques.—Matériauz pour la fau- 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ne entomologique de la province de Namur, Coléopleres 3.Mt cen turie, por A. Preudhomme de Borre; regalo del autor. Sur Palimentation des naufragés en pleine mer.—Sur la troi- sieme campagne scientifique de l'Hirondelle. — Sur Pemplot de nasses pour les recherches zoologiques en profonde.—Sur un dis positif destine a eclairer les eaux profondes.—Sur la quatrieme campagne scientifique de 1 Hirondelle. — Sur un cachalot des Acores; regalo de su autor el príncipe de Mónaco. Semanario farmacéutico.—Año xyIr, números 19 4 23, regalo de su director D. Vicente M. de Argenta. Apuntes, noticias y datos de uma excursión forestal, por don José Secall, regalo de su autor. Influencia de la Quimica en el progreso de los ejércitos, por el Dr. D. Martín Bayod y Martínez, regalo del autor. La cuestión del rio Muni. Conferencia pronunciada por el Excmo. Sr. D. Francisco Coello, el 9 de Enero de 1889, en reunión pública de la Sociedad Geográfica de Madrid; regalo de esta Corporación. Memoria inaugural leida por D. Lauro Clariana y Ricart en la Real Academia de ciencias y artes de Barcelona; regalo del autor. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los do- nantes. —(Juedaron admitidos como socios los señores Dargent (D. Florismundo), de Málaga, propuesto por D. Ignacio Bolívar, á nombre de don Julio Ferrand; Martínez Pacheco (D. José), de Madrid, propuesto por D. Vicente M. de Argenta; Mazzuchelli (D. Camilo), de Madrid, propuesto por D. Juan Vilanova. —Se hicieron tres nuevas propuestas. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha remitido las actas de las sesiones celebradas por aquella Sec- ción el 8 de Febrero y el 2 del corriente que se insertan á con» tinuación: DE HISTORIA NATURAL, 17 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 8 de Febrero de 18809. 4 PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE MENESES. Abierta la sesión á las siete y media, se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 3.” de los ANALES. —Se leyó una comunicación de D. Isaac Peral, dando las gracias, en contestación á la que se le dirigió por esta Sección. —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Presidente dió las gracias á la Sección por haberle conferido el honroso cargo de Vicepresidente de la misma. —El Sr. Seras, leyó la nota siguiente: «Los excelentes resultados obtenidos por los ensayos que en distintos puntos de Andalucía se han practicado sobre el cultivo del Kucaliptus, hacen pensar al menos versado en asuntos agrícolas, la importancia inmensa que adquiriría tan conocida mirtácea el día que existieran grandes plantaciones de ella en este país de tan privilegiado clima y se les presta- ran los cuidados que merecen. »Hubiera tenido por exagerados los bellos resultados de dichos ensayos, si no hubiese yo mismo observado el rapido crecimiento de tan útil planta, que con escasos ó nulos cuida- dos, da productos muy superiores á los de casi todos los árbo- les que se cultivan en nuestro suelo. »Las plantaciones que he tenido ocasión de observar, son las existentes en Huelva, en la capital misma y en fincas no muy lejanas á ella. A la derecha del Hotel-Colón, detrás de la * casa del Sr. Sumdhein, se encuentra una que consta de unos 400 piés, los cuales han adquirido en doce años alturas de 12 a 14 m.: en otra situada en una de las fincas por donde pasa la ribera de la Anicoba, aquellos árboles han alcanzado en ocho años una elevación de 8 4 9 y más metros. Asimismo en todas las posesiones que se asientan 4 ambas márgenes de dicha ribera, se advierten planteles establecidos con objeto ACTAS DIE LA SOC. ESP. — XVIII. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de desterrar las numerosas fiebres tan comunes en aquellos sitios en la época de sequía. Citaré, en fin, dos plantaciones de importancia relativa en dos fincas próximas á dicha capi- tal; una pertenece al Excmo. Sr. D. Manuel Vázquez y otra se halla en la conocida finca de Piguerillas, propiedad del señor Sumdhein, que fué hecha por el Sr. D. F. de la Cueva, y en la que algunos de los árboles en el período de quince años, adquirieron alturas de 16 y 18 m.; muchos de ellos ya no existen, por haberse cortado con objeto de construir con su madera traviesas para ferrocarriles. »De todas las plantaciones que conozco en dicha localidad, la que más me ha llamado la atención, es una, no muy extensa, situada á la salida de Huelva, por la carretera de Sevilla: en ella se nota tan diferente desarrollo en piés plan- tados en una misma época, qne no puede menos de sorpren- der al más desatento observador. Estas diferencias del des- arrollo consisten, á mijuicio, en la disposición y naturaleza del suelo ó mejor del subsuelo marismeño y salitroso de esta zona. Allí donde el suelo alcanza poco espesor, como sucede en la base de las pendientes, las raices le atraviesan y pene- tran en dichas capas profundas, tan desfavorables para el arbolado, al paso que los piés de planta nacidos en las partes elevadas 6 á media ladera, que solo han atravesado las rocas del suelo, presentan considerable desarrollo. »Existen además en Huelva numerosos Zucaliptus, pues raro es el jardin ú huerta desprovisto de uno ó varios, notándose en todos extraordinario crecimiento y lozanía, manifestada por el verdor de sus hojas, por la intensidad del aroma exhalado y por el vigoroso desarrollo de sus Copas, caracteres opuestos a los que ofrecen los individuos raquíticos, los cuales, además de alcanzar menos altura, tienen las ramas laterales cortas con relación á la longitud del tronco y despiden muy escaso aro- ma. Un ejemplar del jardín del Gobierno civil ha adquirido en el trascurso de diez años una altura de 14 m. y unaanchura en la copa de 6. Además de este existían en el mismo local dos Fucaliptus colocados á la puerta del cuerpo de guardia, los cuales en el mismo tiempo llegaron á una elevación igual, si bien ostentaban menos copa, merced á que los soldados se entretenían en clavar sus bayonetas y descortezarles, lo cual dió por resultado su muerte. DE HISTORIA NATURAL. 19 »De estos datos se desprende que los Zucaliptus globulus tie- men en nuestro país fácil aclimatación; tanto más cuanto que las plantaciones que yo he observado se hallaban privadas de los cuidados que se aconsejan para sacar de ellas grandes uti- lidades. '»Las que esta planta proporciona son numerosas, consistien- do la principal de ellas en las propiedades de su madera, la cual además de su extremada dureza, comparable á la del no- gal ó del roble, presenta mayor resistencia que estas últimas á la putrefacción por el agua y al ataque por los insectos. En Huelva he visto usar la madera del Zucaliptus para varas de carros, prefiriéndose á todas las demás para este objeto; así mismo los barcos balleneros construidos en Hobart-Towon de- ben su solidez á la buena calidad de la madera de Tasmania y particularmente de Zucaliptus globulus. »Esta planta es reputada como medio de saneamiento de los parajes pantanosos, habiéndose comprobado su virtud y nota- ble eficacia en no pocas localidades de Andalucía: así ha ocu- rrido en efecto en la mina de hierro del Pedroso (provincia de Sevilla) y en las sierras de la provincia de Huelva, donde en la época de los calores se desarrollan muchas fiebres como he dicho acontece en la ribera de Anicoba. 6 »Se explica este fenómeno, sobre todo tratándose de grandes plantaciones, por la acción de las hojas, que obrando como pantallas, impiden la acción directa de los rayos solares sobre la tierra, al mismo tiempo que las raices absorben la humedad del suelo, por cuya influencia combinada el vegetal destruye los elementos que determinan la producción de los organis- mos parasitarios. De otra parte se ha comprobado la existencia en el arbol en cuestión y con mayor abundancia en la corteza y hojas, de una esencia oxidada estudiada por Cloez y desig- nada con el nombre de Kucaliptol, cuya fórmula es C% H2 07, y cuya densidad es de 0,905 á la cual se deben las conocidas propiedades febrifugas de tan precioso vegetal. »Tales son las observaciones que porel momento puedo co- municar á la sección sobre el Zucaliptus en Andalucía, obser- vaciones que espero pueda ampliar en lo sucesivo y de que daré cuenta si lo estiman de alguna utilidad mis distinguidos Cconsocios.» El Sr. Presidente manifestó que en una estación de la línea 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA férrea de Béjar á Lisboa, denominada Pinhal Novo, se había notado durante muchos años el gran número de empleados que morían del paludismo, lo cual se modificó completamente cuando se hicieron plantaciones de Kucaliptus, siendo hoy aquel lugar uno de los puntos más salubres de Portugal. Dijo que citaba este caso por ser muy conocido en el vecino reino y de tanto bulto, en comprobación de lo que acababa de sos- tener el Sr. Seras. —El Sr. González y Garcia de Meneses dió lectura á la si- guiente comunicación: Vota sobre las minas de masas de pirita de hierro cobrizas de la provincia de Huelva. En contacto por el lado meridional del horizonte arcáico,. que constituye la línea de crestas más salientes de calizas cris- talinas, que forman la parte de la cordillera Mariánica en la provincia de Huelva y constituye en ella las llamadas sierras de Aracena y Aroche, se asienta la zona ú horizonte geológico que contiene las minas tan renombradas Rt0-Tinto, Tharsis, Sotiel-Coronada, La Zarza, Cueva de la Mora, etc. de la pro- vincia de Huelva; Castillo de las Guardas y Aznalcollar de la provincia de Sevilla y Santo Domingo y Aljustrel del Sur de Portugal. Dicha zona está compuesta principalmente de pizarras alu- minosas ferro-masnesianas mas ó menos metamorfizadas por unos macizos de intrusión que la cortan en diferentes puntos, constituidos por diabasas 6 dioritas en la parte más meridio- nal de la zona y el granito ó el gneis en la parte más al Norte 6 más inmediata á las calizas de las crestas de la sierra alta. En la región que corre más al Norte de la zona, no se han descubierto en las pizarras restos fósiles de ninguna clase, y so- lamente en la región meridional se han podido recoger estos, principalmente la Posidonomia Beckeri, en las cercanías de las minas del Alosno y algunos depósitos encrintticos en las inme- diaciones de las minas de la Coronada; fósiles, estos que ca- racterizan el horizonte geológico llamado del Cu/m á que per- tenece la zona de pizarras que nos ocupa. Los macizos de intrusión, así como las formaciones calizas: y pizarrosas, mencionados, están alíneados en la dirección DE HISTORIA NATURAL. 21 dominante N. 45 O., en fajas paralelas y las partes estrati- ficadas de toda la zona tienen la misma dirección dominante N. 45” O., una inclinación próximamente de 70 con la horizon- tal y un buzamiento al N. 45” E. salvo contadas excepciones, en las que el buzamiento es contrario ó sea al S. 45” O, De toda la zona expresada, que es la minera de la provincia de Huelva, se pueden consignar las siguientes observaciones, que he tenido ocasión de hacer y de comprobar siempre, du- rante los once años que he vivido en ella, estudiándola cuida- dosamente. En la inmediación de toda la mina de pirita de hierro cobriza en masa, existe á nivel más alto que ella, algún macizo de in- trusión diorítico 6 diabásico, y de tanta ó más importancia por su magnitud, con relación á los demás macizos de la zona, cuanto lo es también la de la masa de pirita que constituye la mina próxima. Dichos macizos se hallan en un estado de transformación y desagregación continuos, debidos á la acción del aire y de las aguas exteriores é interiores, por cuya virtud ceden á estas diversos elementos metalíferos, principalmente de hierro y de cobre. Penetrando dichas aguas en las masas de piritas de hierro, compuestas de diversos sulfuros y oxi-sulfuros, dejan en estas sus elementos metálicos más reductibles, principal- mente el cobre, el cual acumulándose en los caminos que re- Corren las aguas con más facilidad, cobriza las piritas de hie- rro; habiéndose constituido y constituyéndose así los yaci- mientos cupriferos que hoy se explotan en la región que nos Ocupa. En comprobación de este punto de vista, podemos consignar los hechos siguientes: 1. El cobre en las minas de la provincia de Huelva, no se halla asociado en las masas á la pirita de hierro en proporción constante, sino que siempre se encuentra, formando sulfuros y oxi-sulfuros, acumulado en las grietas y caminos de menor resistencia de las piritas preexistentes. 2. En las masas mineras de la zona que nos ocupa, la parte más rica en cobre, es la inmediata al lecho, lo que se explica, porque siendo este generalmente impermeable, las aguas in- teriores que han surcado la masa de pirita de hierro se han de- tenido acumulándose en él. 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 3. La cobrización en estas minas llega al máximun á una profundidad determinada, después de la cual, decrece rápida- mente hasta desaparecer; guardando relación el crecimiento y decrecimiento de ley de cobre con la mayor ú menor facili- dad que han encontrado en su curso las aguas interiores. 4." Los filoncillos, manchas y vetillas de pirita, interpues- tos entre las pizarras que forman las cajas estériles de estas masas, son de sulfuros de cobre, y hasta de cobre nativo, donde: han tenido acceso las aguas interiores que provienen de las. dioritas y demás rocas de intrusión próximas; y son de piritas de hierro puras 0 pobrísimas en cobre, los de la parte opuesta ó de salida de las aguas después de haber atravesado las masas. 5.” La riqueza relativa en cobre de estas masas análogas de pirita de hierro, guarda relación con la posición de sus alturas, principalmente dentro de la zona, y con los macizos de intru- sión que están en sus inmediaciones; podría suponerse esa re- lación, puesto que, en igualdad de tiempo y demás condicio- nes, ha debido llegar á ella más ó menos cobre disuelto según su posición; y asi resulta, que lá mina más rica en cobre (pues alcanza hasta ahora una media superior al 4 por 100, al paso que las demás análogas no llegan al 3) es la mina Sotzel-Coro- nada, que solo está unos 50 m. sobre el nivel del mar, siendo la más baja de la zona absoluta y relativamente á las rocas de intrusión. En cambio, la mina más pobre, que es la llamada Confesionarios, constituida solamente por la pirita de hierro, con vestigios no más de cobre, es la más alta de todas las de la región, absoluta y relativamente á los macizos de penetra- ción diabásicos que la rodean y se extienden principalmente al Norte de ella. Las observaciones que dejo consignadas, forman parte de un estudio extenso que estoy concluyendo sobre la mineraliza- ción en general de la zona cuprifera de la provincia de Huelva, estudio que tendré el honor de comunicar á esta Sociedad cuan- do termine la comprobación de algunos datos. No creo, sin embargo, aventurado adelantar hoy sobre dicho estudio, la afirmación de que así, como el cobre en las minas de la región que me ocupa, ha venido depositándose y reuniéndose lenta- mente por la acción continua y normal de las aguas y del aire, obrando como disolventes y como elementos de reacción y de DE HISTORIA NATURAL. 23 vehículo para la emigración ó transporte de dicho metal; del mismo modo, las masas de pirita de hierro que constituyen, principalmente, las principales minas, y las infinitas filtracio- nes piritosas que por toda la zona se encuentran, son producto de la obra lenta y continua de dichos agentes, agua y aire sobre las rocas de la zona, que transforman lenta pero radical- mente los elementos mineralógicos del horizonte que nos ocupa. —El Sr. Calderón dijo que en una excursión que había rea- lizado recientemente por el término de Coronil, en compa- nía del profesor D. Manuel Sales, tuvo ocasión de ver un yaci- miento prehistórico, descubierto por el Sr. Candau el pasado año, y en el que se trabaja en la actualidad para limpiar de los acarreos que le cubren. Hállase este en un viñedo situado á unos 3 km. al $. del pueblo del Coronil, y junto al hermoso castillo feudal llamado de la Aguzadera, asentado, como todo el terreno circundante, sobre una arenisca miocena suma- mente fosilífera. El monumento prehistórico, al menos lo que se reconoce hasta ahora, es un menbir sobre sepultura, cons- truído en una colina de dicha arenisca, que destaca de todas las lomas redondeadas que la circundan. Los objetos encon- trados consisten en cuchillos y puntas de pedernal, vasijas es- féricas de barro no cocido de diferentes tamaños, un punzón y hachas de bronce de la misma forma que los celtas de piedra 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA pulimentada, y restos humanos, entre ellos una mandíbula y parte de una tibia platicnema. Se trata, pues, de un yaci- miento de la época del bronce; pero del primer período de esta época, Ó sea de la transición de la piedra al metal, del cual no se conocía aún nada en España y muy poco en el extranjero. El mismo señor presentó una serie de dibujos de los mencio- nados objetos, ejecutados por el Sr. Candau, de los cuales son copia los anteriores perfiles de las dos hachas de bronce más caracteristicas, reducidas á la mitad de su verdadero tamaño. Sesión del 2 de Marzo de 1889. PBESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE MENESES. Abierta la sesión á las ocho de la noche, se leyó y aprobó el acta de la anterior. —(Quedó admitido como socio el señor Laza y Herrera (D. Enrique), propuesto por D. Manuel Medina. —5Se hicieron dos propuestas de socios. —El Sr. Calderon hizo la siguiente comunicación: Ofitas del Cerro de la Plata, en la laguna de Fuente-Piedra. «En mi nota sobre la laguna en cuestión, leída en la sesión de Agosto último en esta Sociedad, decía al tratar de la roca cristalina del cerro de la Plata, que esta ofrecía dos aspectos sumamente diversos, uno de los cuales era la porfirita ensta- títica, de que dí también cuenta. En realidad debí decir más bien, que el macizo cristalino está principalmente constituido por una ofita diabásica, que pasa en unos puntos á dicha por- firita, al paso que en otros lo hace á otra roca, que difiere no- tablemente de ambas por su composición y estructura. El material principal y dominante en el cerro es una piedra compacta, cristalina y de un color grís verdoso en las super- ficies frescas. Aunque bastante alterado, sus secciones delga- das muestran que se trata de una roca del grupo diabásico, si bien desprovista de la estructura bien característica de esta DE HISTORIA NATURAL. 25 familia, pues la augita ofrece por lo general límites marcados. Junto á este mineral y al feldespato se encuentran calcita y titanita. Semejante roca pasa localmente á la porfirita enstatítica de que me ocupé en otra sesión, y también á otra de que voy á tratar ahora, que he recogido además en cantos sueltos al otro lado de la laguna, sin poder determinar su procedencia exacta, pero que no deben haber venido de muy lejos. Desde luego los caracteres exteriores de la roca que voy á examinar difieren completamente de los que ofrecen las des- critas anteriormente. Se trata ahora de un material grís oscu- ro, pasando á negro, pesado y muy compacto. De su pasta criptocristalina solo destacan en las superficies frescas puntos diminutos más brillantes que el resto y muy rara vez algún individuo cristalino de hasta algunos milímetros, de color amarillento. Resiste tenazmente al choque del martillo, bajo el cual se desprenden esquirlas de ángulos muy vivos que muestran la compacidad de la roca. Las superficies expuestas á la intemperie se alisan y forman una capa de color ocráceo oscuro, que profundiza poco. Las secciones delgadas examinadas al microscopio no difie- ren menos que el aspecto exterior de las pertenecientes á la otra roca del mismo macizo. Esta se compone de feldespato completamente alterado, hornblenda fresca, hierro oxidado opaco y olivino, en individuos grandes aislados. Asociación tan singular me llamó de tal modo la atención, que envié un trozo del ejemplar al distinguido profesor Cohen, que con su habitual amabilidad no solo comprobó ser esta la composición de la roca. sino que me ha comunicado algunas consideracio- nes importantes sobre ella, de que daré después cuenta. El feldespato aparece en estado de cristales pequeños alar- gados y estrechos, como suele hacerlo en los basaltos, y nunca en forma de individuos porfídicos. Por su opacidad y estado de alteración no se puede afirmar con certeza si es una orto- clasa ó una plagioclasa, aunque el aspecto de él parece evi- dentemente el de esta última. La forma general de sus maclas y el modo de reunirse en grupos estrellados recuerdan mucho la plagioclasa de otras ofitas. La hornblenda, muy abundante, rellena los huecos que quedan entre los cristales de feldespato, en forma más bien 26 ACTAS DE LA SOCIEDaD ESPAÑOLA eranuda que cristalina, y con esa adaptación que da lugar a la estructura llamada panidiomorfogranuda por Rossenbusclh. Esta hornblenda de color verdoso, está generalmente muy fresca, como he dicho, y se caracteriza perfectamente además por su pleocroismo marcado y por sus exfoliaciones, aún cuando las secciones básicas bien claras escasean mucho. De los restantes minerales los más abundantes son el /3e770 titanado en pequeños grupos y la magnetita en granillos dis- persos, sobre todo como inclusión en la hornblenda. La oxi- dación de estos da lugar algunas veces á laminillas de hierro oligisto. El olívino, en fin, se halla como mineral accesorio en indi- viduos grandes, aislados, y ellos son los que constituyen aquellos cristales amarillentos, que he dicho se percibían alguna vez á la simple vista en la pasta de la roca. Aunque este mineral está bastante descompuesto, con todo aparece muy bien caracterizado, y en las partes centrales de sus frag- mentos irregulares todavía es dado examinar sus vivos colores de polarización. Los bordes exteriores se transforman en ser- pentina que se corre á veces por la pasta en forma de venillas muy finas. Como dice con mucha razón el profesor Cohen, el aspecto y la composición de esta roca en un todo análogo al de las an- tiguas (Tiefengesteine de Rosenbusch), son tan diversos de los que ofrece la porfirita de que dí cuenta en otra sesión, que apenas podría creerse formaran parte de un mismo ma- cizo rocoso. Y sin embargo, los apuntes de viaje y el recuerdo que conservo del yacimiento, me hacen creer que asi es en realidad, aunque me propongo repetir la excursión para es- tudiar más en detalle si la porfirita forma parte importante del macizo y la roca que he descrito ahora no es más que una facies superficial de la otra, aunque su desarrollo no parece comparable al de las dioritas típicas. De cualquier modo que sea, esta roca debe clasificarse pe- trográficamente en otro grupo que su compañera, siquiera no resulte ser más que una derivación de ella. En opinión del profesor Cohen, si se admite que su feldespato sea una orto- clasa, podría compararse mejor que á ninguna otra familia, por su estructura, composición y aspecto, á la mineta horn- blendífera (Hornblende Vogesis de Rosenbusch); pero, si como DE HISTORIA NATURAL. z1 parece más probable, el feldespato es una plagioclasa, debe- rían asimilarse más bien á la kersantita hornblendífera (camp- tonita de Rosenbusch). A esta clasificación se opone, á juicio del citado profesor, el que dichas rocas solo se conocen en forma de gangas en las edades más antiguas y no en filones ni en apuntamientos entre capas terciarias ni secundarias, pero es de notar que M. Barrois refiere las kersantitas de As- turias á la época de las grandes dislocaciones del suelo que dieron nacimientos á los Pirineos las cuales tuvieron lugar entre el eoceno y el mioceno (1). Al tratar de comparar la roca que me ocupa con las restantes ofitas del país, se tropieza con las dudas que indiqué al des- cribir la porfirita de la misma localidad: si la denominación de ofita se toma en su acepción geológica, las circunstancias del yacimiento, de los fenómenos epigénicos de contacto y de la edad del ejemplar de que trato, inducen á incluirla dentro de semejante familia; pero si con esta palabra se quiere dis- tinguir un grupo petrográfico bien definido, es difícil poder decidir si deben ó no entrar en él las rocas accidentales del cerro de la Plata. En contra de esta asimilación hablan: 1.” el predominio absoluto del anfibol como bisilicato trapeano, en oposición á lo que ocurre ordinariamente en las rocas ofíticas de Andalucía, en las cuales abunda más el piroxeno; 2.” los caracteres de la hornblenda, que no parecen revelar un origen dialágico, como es lo normal en las ofitas que pasan a dioritas, en las cuales este mineral tiende á ser fibroso, descubre al- gunos restos de la sustancia de que procede y de productos intermedios de la evolución; 3.” la presencia del olivino, que hasta ahora no se había citado nunca en las ofitas. No obstante estos caracteres, el Sr. Macpherson (2) ha citado tantos enlaces de la familia de las ofitas con las demás rocas básicas, que no puede sorprender ciertamente el hallazgo de una variedad que venga á revelar otros nuevos. El aspecto megascópico de la roca en cuestión conserva la /acies de las ofitas del grupo más cristalino de la región andaluza, y la (1) Barrors: Recherches sur les terrains anciens des Asturies et de la Galice. Lille, 1882. (2) Sobre las rocas erup. de la prov. de Cádiz y su semejanza con las ojitas del Pirineo. ANAL. DE La Soc. ESPAÑ. DE HisT. NaT., t. v, 1876. 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA estructura no deja todavía de descubrir muchos caracteres de este grupo; asi es que á trechos, sobre todo donde la prepara- ción es suficientemente delgada, la estructura ofítica aparece con toda claridad, los fragmentos de hornblenda se ven arro- llados y aglomerados por el trabajo de individualización del feldespato y este ha tendido á formar grupos estrellados como en muchas ofitas cristalinas de la región. En vista de semejantes contradicciones he denominado á la roca ofita kersantitica, para indicar de una parte su naturale— za geológica, y de otra su clasificación petrográfica más apro- ximada. Esta pluralidad de /acties de la roca de Fuente-Piedra es ver- daderamente notable, y en concepto del profesor Cohen, «solo comparable á la que ofrecen el macizo porfirítico de Wilsdruft- Postchappel, cerca de Bruhus ó la roca de Klausen en el Tirol, según Teller y John. —El Sr. Laza leyó la siguiente comunicación: «Nuevas investigaciones sobre las homologias de los huesos del oído. Dada la inmensa importancia que en la actualidad se con- cede á los estudios del carácter que motiva la presente nota, creo de sumo interés científico, los trabajos recientes del pro- fesor Gadow, sobre las homologías de los huesos del oído, que han venido á dar luces sobre el problema del origen de la ca- dena auditiva, uno de los referentes á anatomía comparada que se halla rodeado de mayor oscuridad (1). Durante mucho tiempo ha ocupado la atención de los sabios el origen de esta cadena desligada de las demás partes del endo-esqueleto, habiéndose realizado recientes trabajos, espe- ciales sobre este asunto por los eminentes anatómicos Albrecht, Dollo, Bauer y Gradenigo. Las más importantes conclusiones fueron formuladas por Albrecht, el cual atendiendo á razones teóricas, defendía que el conjunto de la cadena auditiva en (1) Hans Gadow.—On the modifications of the first and second visceral arches with especial reference to the Homologies of the auditory Ossicles.—Phil. Trans. of the R. Soc. of London; vol 179 (1888). B. pp. 451-485. (Plates 71-74.) DE HISTORIA NATURAL. 29 todos los anfibios y amniotes, es homológa con la hiomandí- bula de los peces. Nótase sin embargo, al decir del profesor Gadow, que una de sus premisas es muy discutible, y además que sus princi- pales conclusiones se oponen abiertamente á las ideas que do- minan en lo concerniente á la morfología de los arcos viscera- les. En resumen, sus deducciones sobre el origen de la cadena auditiva no han sido nunca admitidas con general aceptación. Los trabajos del profesor Gadow, reunen á la condición de estar basados en estudios y observaciones minuciosas, el ha- ber dispuesto para establecer definitivamente su opinión de un variado arsenal de rarisimas formas (recogidas por él mis- mo, sobre todo en las costas de Portugal) de Zlasmobranquios especialmente de /lZeptanchus, Hexanchus, Centrophorus, Mylio- batis y Trygon. En su memoria publicada al fin del pasado año, describe detalladamente y representa, con rara delicadeza en las cua- tro magnificas láminas que la acompañan, el aparato cuya homología estudia en cada una de dichas formas, siendo muy de notar el orden metódico de la exposición de los hechos y de su doctrina general. Considerando el desarrollo filogenético de los primeros arcos viscerales, nos muestra muy interesantes cambios de función desde los selacios más inferiores hasta los mamíferos más complicados; pues estando consagrados enteramente en sus comienzos á la respiración para soportar por su estructura de agallas el total arco hioideo, se cambian pronto en un factor del sistema alimenticio formando su mitad más próxima la articulación del aparato masticador, al paso que la mitad pos- terior integra en el proceso de deglución; de aquí que su dis- posición suspensorial, si se me permite la expresión, sea reem- plazada por una nueva modificación. Al propio tiempo la hio- mandibula queda libre y aun desaparece, en los casos en que no se destina á una nueva función, la de la conducción del sonido, á consecuencia de la cual se encamina por otras evolu- ciones, salvándose asi de atrofiarse. El sistema total de uno á cuatro elementos del oido medio que ejercen la misma función de conductores del sonido, debe ser considerado como de un origen común; más claro, como una modificación de la hiomandíbula. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Estas son las bases en que el profesor Gadow se funda para explicar su opinión sobre dichas evoluciones. En la disposición primitiva, tal como se presenta en los no- tidánidos, el palato-cuadrado soporta solamente la mandíbula; el segundo arco permanece indiferente y la hiomandibula y el cuadrado están articulados al cráneo. Más adelante, en los ráyidos y los selacios, la hiomandíbula adquiere un fibro-cartilago de conexión con la mandíbula, el aparato masticador se vuelve anfistílico y el hioides suele ad- quirir una inserción al cráneo. En los teleosteos, se advierten hondas modificaciones pro- ducidas por la preponderancia adquirida por el cuadrado ó suspensorio autostílico; al mismo tiempo que la hiomandíbula se divide en dos elementos, uno próximo, que es recibido en una ventana de la cápsula ótica y se convierte en estribo, y otro distante, que se va perdiendo sucesivamente (Proteus, ¡S2- ren, Menopoma). Esta disposición autostilica va prevaleciendo en los anfibios: toda la mandíbula adquiere una inserción al timpano y se di- ferencia al mismo tiempo en diversas piezas distintas, como la columnilla y el maleolo ú extra-columnilla. El cuadrado forma una parte importante del marco timpánico. Prescindiendo de otras disposiciones intermedias, encontra- mos en el género Gecko y luego en los mamiferos, el extremo terminal del hioides adherido al cráneo; en varios casos se se- para de este la porción próxima del hioides, subsistiendo bien desarrollada, y en otros se va reduciendo hasta desaparecer, como acontece en los quelonios, cocodrilos, ofidios y aves. El cuadrado abandora gradualmente su articulación con la mandíbula, la cual va siendo reemplazada por otra exterior craneal y el hueso se reduce enteramente á marco timpanico; el yunque y el martillo se funden las más veces y se apoyan contra la región parotídea y la articulación de la mandíbula se hace doblemente cóncavo-convexa (monotremos). Por último, en los monodelfos la mandíbula pierde su arti- culación con el cuadrado y la articulación maxilar se reduce á una pieza única cóncavo-convexa, cuya concavidad pertene- ce á la mandíbula. El distinguido profesor de Cambridge analiza cuidadosa- mente en la Memoria citada, todas estas evoluciones sucesivas, DE HISTORIA NATURAL. 31 mas otras intermedias que por brevedad nos ha sido forzoso omitir aquí, terminando con un interesante cuadro compara- tivo de todas estas homologías en los anfibios, reptiles, aves y mamíferos. No pretendo afirmar que el difícil problema de las homolo- glas de los huesos del oído quede completamente resuelto con el magnifico trabajo que he bosquejado imperfectamente, mas me parece evidente que ha proporcionado nuevos hechos y puntos de vista notoriamente originales y fecundos.» —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «Como todos los datos que se relacionan con la fauna hime- nopterológica andaluza, tienen interés á causa de lo poco es- tudiada que se halla esta zona en dicho respecto, no creo de- jará de interesar la noticia de haber encontrado en una excur- sión que realicé al inmediato pueblo de Tomares, en el mes de Octubre último, una especie bastante curiosa y no citada hasta ahora de España. Entre varias obreras de Tetramorium coespitum L. var. hallé algunos ejemplares de Strongylognathus Huberi Forel, var. afer Emery, Q, de cuya especie solo se conocía un ejemplar también Q, procedente de Argelia, que sirvió al Sr. Emery para la descripción de la variedad. Creo digna de mención la circunstancia curiosa de no haber encontrado ningún ejemplar de la obrera de Strongylognathus Huberi Forel, lo que no deja de ser notable tratándose de un hormiguero mixto, en que la hormiga esclavizadora es la di- cha especie de Strongylognathus. Si puedo tener la fortuna de recoger nuevos datos sobre este asunto, los comunicaré á la Sociedad. La especie en cuestión es de tal importancia que el distin- guido mirmecólogo M. Ernest André, me rogó le enviase al- gunos ejemplares de ella (como así tuve el gusto de hacerlo), a causa de ser muy rara y no tenerla en su colección.» —El Sr. Vilanova dijo que consideraba de gran importancia la estación prehistórica de que daba noticia el Sr. Calderón en el acta de la sesión celebrada el 8 de Febrero porla sección de Sevilla, pues venía á enriquecer juntamente con la de Al- coy, Linares y otras varias, la serie de las descubiertas en es- 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tos últimos años en nuestro país, con evidentes señales de ha- ber permanecido en ellas el hombre desde el período neolítico por lo menos, hasta el primer período de la edad de los meta-- les, ofreciendo los instrumentos de una y otra época la misma forma, por lo cual creía de interés se le indicara al Sr. Calde- rón la necesidad de precisar con toda exactitud, mediante un ensayo químico, si los instrumentos de metal eran realmente de bronce ó lo que es más probable y general estaban exclu- sivamente constituidos por el cobre. A propósito de este asunto recordó que él había ya sosteni- do en la reunión de Lisboa la opinión de que los celtas planos llamados de bronce contenían solamente cobre, opinión que entonces pareció exagerada, pero á la cual se inclinaban hoy ya bastantes prehistoriadores y que había recibido última- mente un apoyo magistral con las investigaciones químicas llevadas á cabo por el ilustre Berthelot sobre una estatuita egipcia que figuraba como bronce y la encontró constituida solamente de cobre y los razonamientos del sabio químico en demostración de que necesariamente el conocimiento del co- bre debía haber precedido al del estaño y por tanto al de la aleación de ambos. Puso en conocimiento de la sociedad que M. Cotteau está imprimiendo ya su trabajo sobre los equinodermos de Callosa v Finestrat (Alicante) que comprende la descripción de 60 es- pecies, 30 de ellas nuevas y cuyas láminas después de hecha la publicación estarán á disposición de la Sociedad. Dió cuen— ta además del curioso fenómeno geológico conocido en la pro- vincia de Alicante con el nombre de las Ventanas de Albatera ó de Crevillente que son unos grandes huecos simulando des- de lejos ventanas abiertas horizontalmente y con regularidad en los estratos de la caliza miocena marina con grandes C/y- peaster que está dispuesta verticalmente y se eleva á una al- tura de 15430 m. sobre el nivel del valle. Está en relación esta roca con otra eruptiva, agente de un interesante meta- morfismo. —El Sr. Secretario, dió cuenta de haber recibido por inter- medio del Sr. Presidente un trabajo del Sr. Cuní y Martorell, de Barcelona, titulado Miscelaneas entomolóogicas. Arácnidos de Amer y Montserrat. La sociedad acordó que este trabajo pasa- se a la comisión de publicación. DE HISTORIA NATURAL. Sesión del 3 de Abril de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones siguientes. Del Presidente y Secretario de la Comisión de organización del Congreso internacional de Zoología que ha de celebrarse en París con ocasión de la próxima Exposición Universal, para que remita la Sociedad un resumen hecho por alguno de los Socios, de los trabajos y descubrimientos que se hayan realizado en España desde 1867 y que más hayan contribuido al progreso de la Zoología. Del Presidente de la Sociedad botánica de Francia anuncian- do la celebración de un Congreso botánico durante el mes de Agosto próximo. Del de la Sociedad Geológica de Francia dando conocimien - to de que su reunión extraordinaria tendrá lugar este año en Paris el 18 de Agosto. Del Sr. de Vries van Doesburgh, de Kralinge, felicitando á la Sociedad por haber entrado en el décimo octavo año de su existencia. : —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: Á cambio; Zoologischer Anzeiger.—Números 302 y 303. Bulletin de la Société Zoologique de PFrance.—Tomo xIv. núm. 2. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Yomo XXVI, en- tregas 4.” y 5.?. Crónica cientifica de Barcelona.—Números 272 y 273. Como donativo; Verslag van de zestiende wintervergadering der nederlandsche entomologische vereeniging, regalo del Sr. de Vries van Does- burgh. Beitriye zur lebensweise der Gattungen Atemeles und Lome- chusa, regalo de su autor el Rev. P. E. Wasmann, $. J. Semanario Farmacéutico.—Año xvI, números 24, 25 y 26. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —Fueron admitidos como socios los señores Deby (D. Julián), Ingeniero de Londres, presentado por D. Ignacio Bolivar. Plaza y Escobar (D. Francisco), de Madrid. presentado por D. Laureano Perez Arcas. Capdebon y Singala (D. José), de Mallorca. presentado por D. Francisco Martínez y Saez. —El Sr. D. Carlos Ferrer, Vice-Secretario de la sección de Barcelona ha remitido las actas de las sesiones celebradas en los meses de Enero y Febrero que se insertan á continuación. SECCIÓN DE BARCELONA. Sesión del 9 de Enero de 18809. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. El Sr. Trémols puso en conocimiento de la sección que ha- biía tenido recientemente el gusto de asistir á alguna de las sesiones de la Sociedad en Madrid, donde se habia enterado de los notables trabajos de la sección de Sevilla y en particular de sus excursiones; proceder que recomendaba á la sección de Barcelona. Esta admitió en principio las excursiones cienti- fico-naturales y después de oportunas indicaciones del Sr. Don Juan Joaquin Rodriguez y Femenías, que se hallaba acciden- talmente en Barcelona y asistía á la sesión, y de otras observa- ciones no menos oportunas de los Sres. de Delás y Presidente, quedó encargado este último de proponer á la sección en su sesión inmediata el modo de llevar á cabo dichas excursiones. —Se presentó á la sección un ejemplar de Cursor2us Latham, gallicus Gmelin , quien lo colocaba en su género Charadrius; especie denominada europeus por dicho Latham, así como la DE HISTORIA NATURAL. 30 denominaron por su color dominante ¿sabellinus Meyer y Wa- oler sucesivamente. Dicha especie solo accidentalmente apa - rece en Europa y aun no más que en su parte meridional; así el Sr. D. José Arévalo y Baca, catedrático de la Universidad de Valencia, en su memoria de «Aves de España», trabajo premiado por la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales en el concurso de 1882, publicada dicha memoria en 1887, cita refiriéndose al Sr. H. Saunders, que reciente- mente se habían pagado 80 libras esterlinas por un individuo de la referida especie cogido en Londres. No parece pues muy propio el calificativo específico europeus de Latham ni el de yallicus de Gmelin y Bonaparte, como observa oportunamente C. J. Temminck en su Manuel dA'Ornithologie. C. Degland y Z. Gerbe citan la misma especie en París, Dunquerque, Saint- Omer, Calais, Abbeville, Amiens, Dieppe, Fécamp, Metz, Sud de Francia, Suiza y Lombardía; dicho Sr. Arévalo la cita en Málaga, Granada y Valencia; el Sr. Vayreda en Gerona y el ejemplar presentado había sido cogido en Barcelona y figura en el gabinete de su Universidad. Sesión del 13 de Febrero de 418809. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Montserrat se excusó por no haber podido presentar las bases de excursiones que ofreciera en la sesión anterior. Presentado á la sección un conglomerado de Cardium fósiles en una marga hallada á 40 m. de profundidad, 24 bajo el nivel del mar, al abrir un pozo en las Huertas de San Beltrán, en la falda N. del Montfjuich de Barcelona, Enero de 1883. Al mismo tiempo hizo el Sr. Montserrat algunas consideraciones sobre los levantamientos y hundimientos que se han verificado en los alrededores de Barcelona durante las épocas geológicas y que todavía se observan hoy los primeros en las inmediacio- nes de dicha ciudad, así como se nota más bien hundimientos en los contornos del Montgat, que va quedando más bajo. Presentáronse á la sección varios ejemplares marítimos dragados en el puerto; entre ellos algunos racimos de huevos 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de Sepia oficinalis Linneo; varios individuos sueltos y agre- gados de Clavellima lepadiformis Múller; otros de Actimia sul- cata Pennant y otros de Forgonia no determinados todavía.» —El Sr. Vilanova dijo que según sus últimas noticias el tra- bajo de M. Cotteau sobre equinodermos de Alicante contenía la descripción de 66 especies, 50 de las cuales eran nuevas, ha- biendo cuatro géneros tambien nuevos para la ciencia. Aña- dió que en opinión del ilustre paleontólogo francés la locali- dad de Alcoy era la más rica dentro no solo de las que ofrecen equinodermos terciarios sino entre todas aquellas que ofrecen equinodermos en los distintos terrenos. —El Sr. Martínez y Saez leyó lo siguiente: «Con el título de Berrage zur Lebensweise der Gattungen A te- meles und Lomechusa, ha publicado el Rev. Padre D. E. Was- mann, $. J., un precioso estudio que, tanto por su interés cuanto por haber aparecido en alemán y en una revista poco conocida entre nosotros (Tijschrift voor Entomologie, t. XXXI), me ha parecido conveniente tengan de él conocimiento nues- tros consocios, al tiempo de presentar un ejemplar que el au- tor destina á nuestra biblioteca. En el primer capítulo el Sr. Wasmann se ocupa de las noti- cias históricas preliminares y del método de observación; y habiendo tenido presentes todas las impresas que hacen rela- ción á los insectos que viven con las hormigas, aleuna ma- nuscrita y las comunicaciones interesantes, principalmente de los Sres. Kraatz, de Berlín, P. J. Carbonnelle, S. J., de Brú- sel, y Sr. Leesberg, de Haag, redacta un escrito que siempre será de utilidad para los que se ocupen de los insectos mirme- cófilos, cuyo primer descubrimiento referente al coleóptero Claviger foveolatus Múll. y á la hormiga Zasius flavus F. se hizo en 1818 por el ministro protestante Miller, que le consi- deró como distinto del C/. testaceus, descrito por Preyssler en 1790. Sin embargo de versar solamente las investigaciones so- bre las costumbres de dos géneros fundados en 1789 por Pay- kull en su Monografía de los estafilínidos, la revisión com- pleta de los trabajos publicados acerca del asunto se amplía con la noticia de los pertenecientes á otro análogo, Dinarda, y aun de otras familias, 4mplhotis y Heterius, dando cuenta DE HISTORIA NATURAL. 3 sucinta de todo lo referente á tan curiosa biología é indica- ciones escrupulosas de los autores á los cuales se deben los descubrimientos y los títulos de las obras en que los han pu- blicado, consignándose también las que tratan de las hormi- gas, aunque solo se dedican á ello diez páginas, siendo de ob- servación propia y de adelanto las restantes hasta el total de las 84 de compacta impresión que tiene el estudio. Puede de- cirse que el Sr. Wasmann ha hecho exquisitas diligencias por conocer el estado de la cuestión hasta el año pasado; y si es siempre necesario á todo autor, como decía nuestro insigne abate Cavanilles, valerse de lo que otros escribieron con crí- tica y conocimiento, encuentro que es más conveniente ha- cerlo en todo lo relativo á la vida y las costumbres de los ani- males, con el fin de poder repetir 6 confirmar las observacio- nes, Ú para preparar otras y aun hacer variadas experiencias, que ciertamente no á todos es permitido verificar, dadas las excepcionales condiciones que tiene que poseer el observador y las circunstancias indispensables al efecto. No pretendo re- bajar el mérito de aleunos catálogos que tanto han contri- buído al adelanto de la Historia natural, y entre ellos la Bio- logie der Káfer Europas de Rupertsberger; pero hallo que ins- truyen con más recreo las enumeraciones en la forma que el Sr. Wasmann ha adoptado. De cuatro métodos diferentes se ha valido el autor para te- ner los coleópteros y las colonias de hormigas en cautividad, á cuyo efecto se depositan en frascos de diferentes condicio- nes, en nidos de vidric ó en otros construidos con tabletas de madera ó corcho unidas entre sí del modo conveniente por medio de placas de estaño, siguiéndose con ventaja, según los casos, cada procedimiento. Aunque ya son muchos los descu- brimientos que respecto á los insectos terrestres y acuáticos se han hecho, por haberlos colocado en condiciones semejan- tes en lo posible á las que tienen en su medio natural, sería de desear que se fundaran más estaciones zoológicas con este objeto, de modo análogo á las establecidas en diferentes paí- ses para el estudio de la fauna y de la flora marinas (1). (1) Véase BuIseRET (M. A.): Zes stations zoologiques des bords de la mer. («Revue des questions scientifiques publiée par la Société scientifique de Bruxelles.» Treizit- me année, premiere livraison.) ACTAS DE LA SOC. ESP. —XVIII. 4 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Trátase de los sitios en que se han encontrado con las-hor- migas las especies de los géneros A temeles y Lomechusa, sien- do numerosas las citas hechas para cada una de ellas, no limi- tándose el autor á las propias, sino que también consigna las observaciones de otras personas y las obras correspondientes. En el importante capítulo consagrado al estudio del 4 teme- les emarginatus y paradozus y su relación respecto á las hor- migas que normalmente los hospedan, están detalladamente tratados los puntos siguientes: 1.”, circunstancias de su es- tación; 2.”, números proporcionales con cuadros sinópticos; 3.”, hibridismo y variedades, que están representadas en parte por grabados intercalados en el texto; 4.”, época en la cual se encuentran con las Myrmicas; 5.”, generacion, desarrollo y duración de la vida; 6.”, instalación parasítica en relación con las hormigas que los hospedan; 7.”, olor de Atemeles y de Myr- mica; 8.*, costumbres generales de Atemeles; 9.”, relaciones de hospedaje, demostrándose por un grabado cómo se prepara por la Myrmica scabrinodss la alimentación del 4 temeles emar- ginatus; y 10.”, conclusiones de los capítulos 8 y 9. No es menos interesante lo consignado por el Sr. Wasmann con referencia á la Zomechusa strumosa F. y sus instalaciones entre las hormigas que generalmente la hospedan, pues se trata de las cuestiones siguientes: 1.*, sitio en que se en- cuentran; 2.*, cópula y desarrollo; 3.*, instalación parasítica; 4.*, olor de Lomechusa; 5.*, relaciones de hospedaje; 6.*, con- clusiones del capítulo 5.” Sin embargo de ser importantes y curiosos todos los asun- tos tratados en tan valioso estudio, y notables las numerosas observaciones, que no podría describir sin exceder los límites que he de dar á esta noticia, debemos esperar, según nos dice el Sr. Wasmann, que después de un examen detenido de la clase de vida que supone el hospedaje de las hormigas, ensa- yará el publicar una revista comparativa de los coleópteros mirmecófilos, que dará á conocer la analogía entre estos y sus hormigas en tamaño, color y forma, cuyos estudios compara- dos contribuirán también á completar el conocimiento pro- fundo de las instalaciones de los Atemeles y Lomechusa res- pecto á las hormigas que los alojan. Tales comunicaciones encierran gran interés en cuestiones relativas á la teoría de la descendencia y á la psicología comparada; pero para llegar DE HISTORIA NATURAL. 39 á resultados en los puntos de vista filosóficos que resultan de las correlaciones entre las hormigas y los escarabajos es ne- cesario fijarse principalmente en lo que puede llamarse las instalaciones internacionales de las hormigas que los hospe- dan. Por lo menos el ensayo de que se trata, hecho después de varios años de estudio, proyecta alguna luz acerca de las leyes en que aquellas interesantes y muy complicadas relaciones puedan estar fundadas, y especialmente por lo que tienen re- lación con las discusiones histórico-naturales filogenéticas y psicológicas, en las que el Sr. Wasmann se propone entrar á su tiempo. Por referirse á descubrimientos hechos durante la impresión de su estudio, se ocupa el autor en un apéndice de las larvas de los A temeles, probablemente del emarginatus, describiendo su modo de vivir, su desarrollo y su forma, ilustrando estas noticias interesantes con grabados intercalados en el texto. Hecho por un naturalista tan competente en el asunto, como lo prueban otros de sus artículos (1) dados á conocer en publi- caciones científicas acreditadas, el estudio del cual doy noti- cia sucinta, es tan solo el principio de otros muy importantes que hace el Sr. Wasmann, y demuestran que hay armonía en los conocimientos al parecer más diferentes, y que pueden ilustrarse entre sí los ramos varios de la ciencia.» —El Sr. Vicesecretario puso en conocimiento de la Sociedad que para satisfacer los deseos de esta, y especialmente del se- ñor Vilanova, manifestados en la sesión anterior, había escri- to al Sr. Calderón (D. Salvador), de Sevilla, indicándole la con- veniencia de que se ensayaran los celtas planos hallados en Coronil, para fijar con precisión si eran de cobre ó de bronce, y que, con efecto, á los pocos días recibió una carta de aquel señor en que decía que, hecho el ensayo, resultó ser cobre puro el metal que los constituye. (1) Veber die Lebensweise von «Dinarda dentata» (Deutsch. Ent. Zeitschr.; 1886, 1; 1887, 1).—Ueber die Lebensweise einiger Ameisengáste (Deutsch. Ent. Zeitschr.; 1886, 1). —Die Getreidesammelnden Ameisen in alter und neuer Zeit (Tijschrift voor Entomol., 1887, 1888, 1, 3). 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sesión del 1.2 de Mayo de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTÍNEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El señor Secretario dió cuenta de la comunicación del Presidente del Museo de Zoología comparada del Harvard College, de Cambridge, acusando recibo del tercer cuaderno del tomo xvi de nuestros ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiryer.—Números 304 y 305. Verhandlungen del k. R. zoologisch-botanischen Gesellschaft.— Tomo XxxIx, cuaderno 1.” Jouwrnal of the Royal Microscopical Society.—Año 1889, par- te 2." Bulletin de la Société Zoologique de FPrance.— Tomo xIv, nú- mero 3. Bulletin de la Société Geologique de France.—Serie 3.*, $. XVII, núm. 3. Crónica cientifica de Barcelona.—Año xtt, números 274 y 275. Como donativo; Semanario Farmacéutico.—Año xvi, números 27 á 30; remi- tidos por su director D. Vicente Martín de Argenta. Description of a New Dipterous Insect, Psamathiomya pecti— nata; regalo de su autor D. Julián Deby. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —Se hicieron nuevas propuestas de socios. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha re- mitido el acta de la sesión celebrada por aquella el 3 de Abril que se inserta á continuación: DE HISTORIA NATURAL. 11 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 3 de Abril de 18809. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —(Quedaron admitidos como socios los señores Santervas y Molina (D. José), García Nuñez (D. Manuel), propuestos por D. Manuel Medina. —El Sr. Garcia Parra dió lectura á la siguiente nota: «Los señores socios que van á tener la paciencia de oirme tendrán presente, porque ya lo dije alguna vez, que no soy naturalista y lo siento bastante. Mi gran cariño á las ciencias naturales prácticas, digámoslo así, me llevó al campo de la observación, y en él pudieron ver mis ojos lo que en los libros no hallaron. Palissi, Dampier, Laplaze, Strobel, Buffon y otros muchos, nada me dicen en sus libros que he leído que pudiera servir para ampliar mis observaciones profanas; ni una pala- bra suya, ni un concepto les tomé, y al proponerme recopilar esas observaciones que en forma de capítulos comprenderá las de algunos animales y plantas, lo hago entregado á mis propias fuerzas. Dispensadme, por lo tanto, que llame las co- sas por sus nombres vulgares; desconozco el tecnicismo cien- tífico que no aprendí en los libros de los sabios que cité por hacérseme difícil y enojoso; yo no hice otra cosa que observar en el campo y comprobar ajenas relaciones para apreciar los grados de inteligencia de algunos animales; y digo de inteli- gencia, porque para mi no existe el instinto. La codorniz. » En los momentos en que distraigo la atención de los ilus- trados consocios se está verificando el paso de esta graciosa y simpática ave, desde las costas africanas á las de Europa, en 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA la parte que baña el Mediterráneo; ni un solo año deja de ser nuestro huésped, y en esto no se parece á otros emigrantes. La golondrina no se vió en Europa el año 17 de este siglo, ni la tórtola el año 31, en cuyo invierno tampoco aparecieron los chorlitos; la codorniz no tiene intermitencias, y su canto sonoro y agradable, que por este tiempo se deja sentir, da á los campos ese sabor de primavera que restaura el ánimo y le hace olvidar los achaques del invierno. « Bien venida,» ex- clama el labrador al sentir en medio de sus cebadas el primer canto. »El paso de la codorniz dura todo el mes de Abril, y en ese tiempo se calcula que cruzan el Mediterráneo mil millones de codornices; y en apoyo de esta cifra puedo dar muchos datos estadísticos, tanto mios como de otros más autorizados obser- vadores que se han ocupado de este asunto. »Los días de Levante son los que aprovechan para el paso, y si el viento es recio, con mucha mar y temporal de aguas, es sabido que hay mayor entrada. »En las costas de África, y muy especialmente en Marruecos y la Argelia, se van reuniendo las codornices, y allí esperan el tiempo próspero, de tal manera, que por la tarde se ven hormigueros de ellas y á las cinco de la mañana del siguiente día ya no se encuentra ni una. Vuelve á reunirse otra tanda que va llegando del interior, y recuerdo haber tenido en Ceu- ta días de matar con la escopeta todas las que quise, y volver engolosinado á la mañana siguiente y no hallar una, porque aquella noche sopló el Levante. »Hay puntos de la costa donde cargan más, y está averi- guado que no es por el Estrecho por donde más pasan; de lo que se deduce lo poco que las preocupa su largo viaje. Yo las he visto levantar el vuelo en las arenas, tomar unos 10 6 12 metros de altura y volar por encima de las aguas con rapidez tal, que en un instante se perdían de vista; y este vuelo no puede terminar más que en la costa opuesta. »Cuanto se ha dicho y escrito de vicisitudes que pasan por el mar es invención, es fantasía que solo sirve para desfigurar la verdad, que es el alimento de la ciencia; unos sostienen que descansan en los barcos, y no puede negarse que alguna que otra codorniz se ha visto parar un momento en ellos, tal vez porque lo hallaron á su paso; otros dicen que caen al agua DE HISTORIA NATURAL. 43 y levantan un ala á guisa de vela latina, para que el viento las conduzca, lo cual es imposible, porque ni es palmípeda ni sabe nadar, ni su pluma es espesa, ni tiene una sola de las condiciones de ave acuática; y otros, en fin, aseguran que solo una cuarta parte de las codornices que salen de África llegan á Europa, y que las demás se ahogan. Tampoco esto puede ser; ningún marino vió una codorniz muerta sobre las aguas, ni estas las arrojaron á las playas, como sucede con todos los cuerpos flotantes. He dicho que ninguna de estas y otras vicisitudes que cuentan son verdad, y pocas palabras me bastarán para probarlo. ¿Cómo creer que la naturaleza, que impone á algunos animales la necesidad de emigrar, ha- bía de privarlos de los medios para efectuarlo? Yo siempre he creido que la naturaleza es un ciego de nacimiento que no equivoca nunca el camino de su casa, ni se lleva á los ojos la cuchara. »La codorniz, por su estructura, no parece á propósito para grandes viajes aéreos; sus alas son cortas y su pluma escasa, al revés de la golondrina y el vencejo, que casi pasan su vida en el aire; y sin embargo, aquella ave tiene un vuelo tan rá- pido, á pesar de sus alas cortas, que me atrevo á asegurar que en pocas horas cruzan el Mediterráneo por los puntos más an- chos; y esto que parece imposible no lo es, como voy á pro- barlo á los ilustrados socios que me oyen. »La codorniz no cruza el mar de noche. Cuando de España sale para África levantan el vuelo ya muy de día, después de haber comido, y se las ve partir por encima del mar hasta perderse de vista; los cazadores, que están apostados en los puntos del paso, matan muchas, y todas tienen el buche lleno de semillas; de creer es que para venir suceda lo mismo, por- que yo he ido á cazarlas infinidad de veces á su llegada, y he muerto muchas en la misma orilla del mar antes de echarse en la playa, y también traían los buches llenos de semillas; sembradas esas semillas, como algunas veces lo hice, en ma- cetas, nacen y producen una especie de cardo de hoja muy elegante y flor azul inodora. Ahora bien; si esos granos ger- minan, dicho se está que el animal no tuvo tiempo de hacer la digestión, y es sabido el poco que en ella emplean las aves. A algunos puntos de las costas de Italia llegan tantas codor— nices, que las cogen á millones con unas redes que ponen en 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA las orillas del mar, que tienen 4 m. de alto y muchos metros de largo; digo que las cogen á millones, y la prueba es que hay un obispado (no estoy cierto si es el de Ancona) que tenía por el Papa el privilegio de explotar la caza de las codorni- ces, y de eso solo se sostenía sin recibir subvención alguna del Gobierno pontificio. »Las codornices que en la temporada se cogían, puestas en conserva las embarcaban, y Cada año salían por los meses de Junio y Julio diversos barcos para las' Américas y Norte de Europa, llevando cada uno por término medio 700.000 codor- nices en aceite, que yo he comido en París y en Buenos- Aires. »Hoy no sucede eso ya, porque una de las primeras medi- das que tomó el rey al hacerse la unión italiana y establecerse en Roma, fué quitar á ese obispado sus pingiies rentas, reti- rándole el privilegio de esa caza, cuya justa medida todos los cazadores le agradecimos mucho; pues desde que se prohibió ese modo de cazar abunda esa ave en Italia, cosa que antes no sucedía. »Así como las que vienen á España traen el buche lleno de semilla de cardo, las que llegan á Italia lo llevan con panizo ó maíz silvestre muy fino, que también germina si se siembra; y tal cantidad de él recogen en las fábricas de conservas, que mantienen gran número de cerdos y gallinas en el tiempo que dura la entrada y aun después. »Ese grano sin digerir me afirma en la opinión, mía exclu- sivamente, de que esta ave no busca los estrechos para venir á Europa, puesto que en Italia llevan una comida en el buche y en España traen otra, según las que encuentran en las re- giones donde toman el último alimento antes de partir; y en esas mismas semillas me apoyo para sostemer que esa trave- sía la hacen en cortisimo tiempo, porque de todos es sabida la rápida digestión de las aves. »Las codornices que cruzan el Mediterráneo y tienen menos que volar en su emigración son las que desde Ceuta al cabo Ferrat, en África, van en busca de la costa que está enfrente, y que comprende desde Gibraltar al cabo de Gata, y creo yo que estas apenas emplearán más de 25 á 30 minutos; mas las que partiendo del cabo Ferrat y golfo de Arceu hasta Deli, en África, vienen á buscar nuestra costa, entre cabo de Gata y DE HISTORIA NATURAL. 45 cabo Creus, supongo, por los fundamentos ya expuestos, que emplearán unos 50 minutos. »Tengo por inexacto lo que se dice de llegar tan cansadas que se las puede coger con las manos; y tan no es así, que si en el momento de poner los piés en tierra se va á ellas con el perro, no esperan y vuelan tierra adentro hasta perderse de vista, cosa que me ha sucedido muchas veces. »Una vez llegadas á la costa se internan un poco y perma- necen todo el día ocultas en la maleza, y este es el tiempo que aprovechan los cazadores de escopeta y perro para matarlas; pero llegada la noche vuelan y marchan sin descanso, resul- tando que al amanecer, cuando paran, se hallan á 50 6 más leguas de la costa. En tres días queda toda la Península Ibé- rica cubierta de codornices que han tenido que atravesar los ríos, grandes cordilleras, algunas aún cubiertas de nieve, y bosques inmensos, hasta encontrar anchos valles y llanuras dilatadas, donde la sementera está más adelantada, y este es el momento de empezar á cazarlas con reclamo hembra y red. A esta clase de caza he sido muy aficionado; y los años que me he dedicado á ella sin perder día, trasladándome de una vega á otra en Castilla la Nueva y la Vieja y en la Rioja, siem- pre he cogido de 1.500 4 2.000 codornices. En el año 1877, en que las cogí con deseo por no haberlas cazado en los cuatro que estuve emigrado, tuve la ocurrencia de ir poniendo en una sala grande, en Madrid, todas las que cogía en las vegas * de Colmenar, Tajuña, Jarama, Algete y pueblos de la falda de Guadarrama, y llegué á reunir 1.600, que comían cañamones por valor de 16 rs. diarios. Cuando llegó Noviembre empeza- ron á morirse muchas, tanto que en ese mes perecieron más de 400. Quizás con una estufa en aquel salón hubieran podido pasar todo el invierno; pero ello es que dispuse venderlas, y me compró 700 el Sr. D. José Argaiz, que era presidente de la Sociedad de tiro de pichón, de que también yo era socio; las que me quedaron las vendi á las cocinas del palacio de Orien- te. No atestiguo con muertos. »Con la red se cogen con facilidad muchas codornices, por- que acuden ciegas al reclamo hembra, y sucede con frecuen- cia que al cogerlas de la red dejan la mano llena de semen. »Crían dos veces en la sementera, y su nido es muy sencillo, como el de todas las aves que lo hacen en el suelo; ponen de 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 10 á 14 huevos, que solo la hembra saca, porque el macho, cuando aquella está echada, no se acerca jamás al nido; así es que cuando un cazador mata la hembra, aquel se pierde, porque el macho no incuba los huevos. »La hembra apenas canta, y son muy pocas las personas que las han oído en el campo; de tal manera se recatan, que se cazan pocas, al paso que el macho, con su continuo cantar, siempre está diciendo en dónde se halla. »Es creencia general que, así para venir como para mar- char, necesitan los bandos un guión, y esto no es cierto. Lo que se suele llamar guión es una ave acuática cuya entrada coincide con la de la codorniz, como sucede con el abejaruco, el vencejo y la tórtola, ninguno de los cuales entra en bandos ni necesita de otros que les enseñe el camino; ellos vuelan y ya saben dónde van. Inútil sería que tratáramos de averiguar lo que jamás alcanzaremos á saber, porque la naturaleza tiene secretos que el hombre buscará siempre en vano. Nos conten- taremos con saber que los calores de África traen á Europa las codornices y los frios de esta las vuelve á allá, de lo que se desprende que esta ave necesita para vivir una temperatura media de 30 centígrados, y que mueren tanto por los grandes fríos como por las temperaturas superiores á 40”. Por eso la sabia naturaleza las dotó de ese gran instinto de orientación, que también tienen la paloma y todas las aves viajeras. »Que la codorniz sabe el esfuerzo que tiene que hacer para alcanzar la costa opuesta es indudable, y lo demuestra el ali- mento con que se preparan antes de marchar; pero la razón más fuerte es la observación siguiente: cuando se reunen en las costas para emigrar, los cazadores las persiguen, los pe- rros las paran, y al levantar el vuelo siempre es en dirección del mar; si el cazador les tira y no les da, sigue su vuelo, que ya no para hasta la costa de África; pero si la hiere, aunque sea muy levemente, si le corta con los perdigones siquiera una sola pluma, se vuelve en el momento a tierra, y es señal infalible de que el tiro le tocó; lo que demuestra que sabe los trabajos que la esperan en su larga travesía, lo cual es algo más que instinto. »Las lluvias de codornices, de que ya nos habla la Biblia, se suelen repetir todavía en nuestro tiempo, pues hace seis años en los Puertos, La Isla y Chiclana hubo ocasión de pre- - DE HISTORIA NATURAL. 47 senciar una tan numerosa, que bastaba cerrar las puertas para coger infinidad de las que se entraban por las casas. Los muchachos daban hasta una docena por un cuarto á los pocos que querían comprarlas, pues todos los vecinos tenían en abundancia. »Para probar el gran instinto de este animalito y lo fino de sus sentidos, basta ver que por el tiempo en que el Nilo in- vade todo el bajo Egipto, se halla aquel país lleno de codor- nices, pero el día antes de desbordarse las aguas no queda una sola; su marcha es el aviso de que la inundación empezará dentro de algunas horas. »Pocas palabras más, y concluyo, que ya es tiempo. Recién llegadas, y cuando ya están tranquilas en el paraje que esco- gieron, si se las levanta vuelan más al Norte que al Sur; y cuando ya en Setiembre están en vísperas de emigrar vuelan hacia el Sur y rara vez al Norte. Si se coge una y se enjaula en el campo ó se pone en el suelo, se la verá siempre mirando á África.» El Sr. Calderón manifestó que, según los datos admitidos, la codorniz en sus emigraciones recorre más de 50 leguas en una noche, y que los granos de plantas que contienen en el buche pueden estar en él desde hace más de un día sin haber sufrido alteración, El Sr. Paúl confirmó el dato citado por el Sr. García Pa- rra refiriéndose á la lluvia de codornices, que presenció en Puerto Real hace seis años. El Sr. Garcia Parra contestó á la observación hecha por el Sr. Calderón, en prueba de la velocidad de la emigración de la codorniz, que él las había cazado en las costas de Denia y Tarragona, observando que á la hora de salir el sol ya habían emprendido su vuelo hacia África, y cuando entran lo hacen generalmente á las siete de la mañana. —El Sr. Calderón leyó la comunicación que sigue: Excursiones 4 Peñaflor. «Pocos puntos de la región montañosa de esta provincia ofrecen condiciones más favorables que el pueblo de Peñaflor para realizar excursiones cientificas, tanto por la comodidad 43 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del viaje y suficiencia de recursos de dicho pueblo, como por la variedad de producciones naturales que pueden recogerse en los alrededores. »Mis excursiones á este pueblo se realizaron hace dos años y en compañía de mi querido discípulo D. Mariano Solano, habiéndonos instalado durante la primera y más fructífera, en el mes de Junio, en la casa de la Compañía Aurora, es de- cir, enteramente en el campo. »Como en mi precedente bosquejo geológico de la sierra de Peñaflor y de sus yacimientos auriferos (1) me ocupé ya de la constitución del suelo de la región, me limitaré á exponer en forma de catálogo los minerales y rocas que de ella traje, que son los siguientes: MINERALES. Caliza espática en romboedros blancos.—Junto á San Gui- llermo. Fosforitas concrecionadas, testáceas, de varios colores, y otras con geodas de espato calizo.—Cerro del Santo. Aglomeración de cristales de ortosa.—Junto a San Guillermo. Anfibol verde laminar.—En la anfibolita de Peñaflor. Epidota en masa. — Canto suelto procedente de la cumbre del Barranco de la Higuera. Alofana.—Este notable mineral kaolínico me fué entregado por D. Pedro Solano como de cerca de San Guillermo, y ha sido reconocido y ensayado por D. Francisco Quiroga, que desconocía su existencia en España. Calamina basta.—San Guillermo. Hierro carbonatado con hierro oligisto.— San Guillermo. Hierro oligisto hojoso con cuarzo.—San Guillermo. Malaquita con cobre rojo.— Dehesa de Almenara. Cobre hidro-silicatado.—Dehesa de Almenara. Chalcopirita con hierro micáceo.—Dehesa de Almenara. Disomosa.—Mina Aurora. Anabergita (producto de alteración de la anterior). —Mina Aurora. (1) ANAL. DE La Soc. Esp. DE HIST. NAT., tomo xv, 1886. DE HISTORIA NATURAL. 49 Arenas lavadas, con anabergita, oligisto micáceo y oro.— Arroyo de Tablada. Oro nativo en la anabergita.— Mina Aurora. ROCAS. Diabasitas, dos variedades en cantos sueltos, Diabasas, diversos tipos, algunas epidotíferas de varios si- tios cercanos á la casa de la Compañía Aurora. Tránsitos de la diabasa á la eufótida, y eufótidas tipicas de los mismos sitios que las anteriores. Gneis, roca de cuarzo y mica, y pizarras anfibólicas. Micacitas ordinarias y granatiferas, asociadas á las anfibo- litas. Cipolinos micáceos, epidotíferos y egranatíferos del Barranco de la Higuera. Caliza de Orbitolimas. — Junto á la casa de la Compañia Aurora. Conglomerado de la base de la molasa con Os!rzas.— Junto á la casa de la Compañía Aurora. Varios fósiles del mismo sitio (Pecten cubierto de Balanus, Ostrea longirostris y O. Velainaz, Clypeaster insignis y Cl. altus, un diente de escualo, etc.) »Aunque nuestras expediciones á Peñaflor tenían por prin- cipal objetivo el estudio del terreno, y sobre todo de las rocas eruptivas, los ratos que consagramos á la recolección de in- sectos no dejaron de ser de bastante resultado, como lo prueba la siguiente lista, en la que las personas entendidas en esta materia hallarán algunas especies que no son comunes, al lado de otras muy, frecuentes: Lestes viridis Vand. Lygeus pedestris Stal. Amisolabis muesta Géné. Velia rivulorum O. Aphlebia trivittata Serv. Macroglossa stellatarum L. Mantis religiosa L. | Carabus beticus Deyr. Iris oratoria L. | Brachinus variventris Schauf. Caloptenus italicus L. Aptinus displosor Duf. Epacromia strepens Latr. | Harpalus rotundicollis Fairm. Odontotarsus grammicus L. Pecilus cupreus L. VNepa cinerea L. Calathus punctipennis Germ. 5) ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Spheridium bipustulatum E. | Scawrus punctatus Herbst. Onitis irroratus Rossi. Cossyphus Hoffmanseggí Hrbs. Geotrupes hemisphericus Ol. Micrositus elongatus Latr. Hoplia aulica L. -— longulus Muls. Pachychila hispantca Sol. Lagria Grenieri Bris. Tentyria platyceps Stev. Chrysomela americana L. »Es prodigiosa la cantidad de escorpiones y miriápodos que se oculta bajo las piedras al pié de aquellas sierras, hasta el punto de que no se levanta una sola sin que se encuentre al- guno, por lo cual hay que explorarlas con precaución. Tam- bién la tarántula invade los montes bajos, sin que falten per- sonas que hacen un medio de vida de tocar en la guitarra el aire que restablece la salud de las personas picadas por aque- lla: superstición que alcanza allí hasta á los hombres ins- truidos. »Entre los muchos arácnidos que traje de Peñaflor son no- tables por su tamaño algunas Zycosas, la Argiope lobata Pall. y el Ziobunum doridee Can. »Durante el mes de Mayo pude recoger facilmente por estar aletargados aún, merced á la temperatura fresca que allí rei- naba, el Tropidonotus natriz L. y el Tr. viperinus Latr, y mu- chos individuos de Bufo calamita Laur. »Hubiera deseado haber traído también ejemplares de los pequeños pájaros que habitan los montes y las huertas de Pe- ñaflor, lo cual me había sido recomendado especialmente por nuestro ilustre consocio el profesor D. Francisco Martínez; pero falto de medios y de tiempo para desollarlos sobre el te- rreno, todos llegaron completamente pasados, no obstante las precauciones que procuré tomar para su conservación. Así se perdieron entre otras especies la Sylvia atricapilla L., la Pica cyanea Pall., Oriolus galbula L. y otras, habiéndose podido sal- var solamente un Zanius rufus Briss., individuo joven. »Es de esperar que nuevas excursiones realizadas con más elementos y por mayor número de personas produzcan abun- dante cosecha y proporcionen muchos datos nuevos sobre las producciones naturales de estas sierras, no bien exploradas todavía bajo el punto de vista de la Historia natural.» DE HISTORIA NATURAL. 51 —El Sr. Ferrer, Secretario accidental de la Sección de Bar- celona, ha remitido el acta siguiente de la sesión que tuvo aquella el 13 de Marzo del corriente año. SECCIÓN DE BARCELONA. Sesión del 13 de Marzo de 18809. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Vicesecretario puso en conocimiento de la Sociedad haberse hecho cargo y depositado en el local donde celebra la Sección sus reuniones de todos los papeles de Secretaría y publicaciones pertenecientes á la Sección. —El Sr. de Delás leyó el siguiente escrito: Excursión a Vallvidrera. «Con objeto de recoger algunas plantas, el día 20 de Fe- brero hicimos una excursión á las montañas vecinas de Bar- celona. »Muy atrasada está la vegetación en esta época para que pudiéramos tener esperanza de una gran recolección; sin embargo, los almendros, melocotoneros y albaricoqueros, cu- biertos de flores blancas y rosadas, nos anunciaban por el ca- mino que no había de ser completamente inútil nuestra ex- pedición. »Recogimos FPumaria capreolata L. y F. oficinalis L., que entre las varias especies de este género que abundan, sobre todo en los sembrados, eran las únicas que hallamos en flor; Diplotaxis erucoides DC. y Alyssum maritimum L., plantas que florecen todo el año; Zrodium moschatum L'Her.; el abundan- tísimo Ulezx parvifiorus Pour.; Euphorbia terracina L. y 1. Cha- racias L.; Calendula arvensis L.; Lavandula Stechas L. y un musgo que con los limitados medios de que disponemos se ha clasificado con el nombre de Fymnostomum microstomum Hed.» —El Sr. Cuni hizo la comunicación que sigue: 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Lista de los insectos recogidos durante un corto paseo por los alrededores de Amer, que es una población de Cataluña, situada en la parte Norte de la provincia de Gerona. COLEÓPTEROS. Anmisodactylus binotatus Fab. Sitones griseus Fab.—Abundante. Sisyphus Sche/feri L. Larinus angustatus Fab. Hister neglectus 111. Tychius heematocephalus Gy]l. Onthophagus fracticornis Prey. Auletes cisticola Fairm. — furcatus Fab. Lema melanopa L. — Hubneri Fab. Clythra longipes Fab.—Abunda. — lucidus 1. — scopolina L.— Frecuente. — taurus L. Cryptocephalus bimaculatus Ol. Oniticellus flavipes Fab. — marginellus Ol. Aphodius granarius L. — More L — lugens Creutz. Gomioctena cegrota Fab. Geotrupes hypocrita 111. Luperus circumfusus Marsh. o. sylvaticus Panz. Haltica ampelophaga Guér. Mordella aculeata L. Hispa atra L. — fasciata Fab. — testacea L. Edemera flavipes Fab. Coccinella 7-punctata L. — virescens Muls. Scymnus Ahrensí Muls. Sitones crinitus Ol. — Mminutus Payk. — gressorius Fab. | HEMÍPTEROS. Odontotarsus caudatus Klug. Corizus parumpunctatus Sehill. BEurygaster maura L. Maccevethus errans Fab. Neottiglossa bifida Costa. Lygeus equestris L. Eysarcoris misellus Stál. Nysius senecionis Schill. Carpocoris baccarum L.—Abundante | Pachymerus saturnius Rossi. Piezodorus incarnatus Germ. Heterogaster affinis HS. Codophila lunula Fab. Miris calcaratus Fall. Nezara prasina L., var. viridula Fab. | Calocoris marginellus Rossi. Syromastes marginatus L. Cyphodema instabile L. Verlusia rhombea L. Capsus laniarius L. — sulcicornis Fab. Nabis lativentris Boh. Micrelytra fossularum Rossi. Harpactor iracundus Sc. Camptopus lateralis Ger.—Frecuente | Phileenus campestris Fall. Corizus abutilon Rossi. Selenocephalus obsoletus Ger. — capitatus Fab. DE HISTORIA NATURAL. 53 ORTÓPTEROS. Ectobia livida Fab. Ephippiger Duriewi Bol. Forficula auricularia L. — vitium Serv. Ameles Spallanzania Rossi. —El Sr. Prado y Sáinz presentó á la Sociedad dos ejempla- res existentes en este Museo, y acerca de los cuales leyó la si- guiente nota: «Procedentes de Mendoza y regalados por el Reverendo Pa- dre Valdivia han ingresado recientemente en las colecciones del Museo de Ciencias dos curiosos ejemplares de larvas de cicádidos que presentan el curioso caso de tener sobre sí des- arrollados dos hongos del género Cordyceps. »Ya desde muy antiguo se hablaba de los insectos que se convertían en árboles, peregrina metamorfosis conocida hasta por los japoneses, y que se refiere á las curiosas vegetaciones que forman estos hongos sobre los insectos. »Muchos hongos se desarrollan sobre los insectos causán- doles la muerte y formando verdaderas plagas; así vemos al principio del otoño muchas moscas muertas pegadas á los cristales y rodeadas de una aureola blanquecina que forman los filamentos de un hongo bien conocido: la ZEmpusa musce. »Actualmente, y basándose en la circunstancia de que di- chos hongos, Basidiomycetes, solo se desarrollan sobre los in- sectos, se los ha tratado de utilizar en provecho de la agricul- tura, recogiendo las esporas y esparciéndolas por los campos azotados por las plagas de insectos (1). Así se ha propuesto destruir la langosta /Stauwronotus maroccanus Thunb.) por la Entomophthora colorata, descrita por Sorokin en 1880, y que se desarrolla sobre los acrídidos, del mismo modo que lo hace la Antomophthora Grylls. »Naturalistas tan conocidos como Girad y Laboulbéne han (1) CH. BRONGNIART: Les entomophthorées et leur application a la destruction des insectes nuisibles. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XVIII. 5 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA llamado recientemente la atención sobre estos hechos, que han motivado curiosas experiencias tratando de obtener can- tidades grandes de estos hongos, especialmente de los géne- ros Empusa y Tarichium , haciéndoles vegetar sobre larvas de moscas, que después de muertas y desecadas eran trituradas y esparcidas por los lugares sujetos á la experiencia. »Recientemente Pasteur ha manifestado que mediante cul- tivos sobre gelatina podrían obtenerse las esporas de estos hongos en gran cantidad, y Metschnikoff y Krassilstchik en Odesa han logrado, mediante cultivos en caldo, grandes can- tidades de estos hongos, con los que han conseguido destruir los Cleonus que asolaban un campo sembrado de remolachas. »Parece ser que á dichos señores les han dado mejores re- sultados los hongos del género 7/saria que los de las Entomoph- thoras. »Los hongos del género Cordyceps, pertenecientes á los /1?- comycetes, causan los mismos efectos. Se presentan en los in- sectos formando masas rojas, constituidas por un tejido blan- do, fibroso, lleno de cavidades ovoideas (peritecas), en las que se encierran células alargadas ú tecas que contienen las espo- ras que dan lugar á la reproducción; pero esta tiene también lugar por otro procedimiento, pues frecuentemente se desarro- llan sobre el hongo primitivo arborizaciones que llegan á al- canzar de 24 5 cm., y en cuyo extremo se desarrollan masas abultadas que contienen las esporas. Estas ramificaciones fue- ron consideradas en un principio como vegetales distintos, formando con ellas el género /s$ar14. »En Europa se conocen 12 especies de este curioso género; pero en América, sobre todo, es donde más abundan, dando lugar á la antigua creencia aludida de que los insectos se pueden transformar en vegetales. »En los ejemplares ingresados en el Museo de Ciencias na- turales, la base envuelve gran parte del insecto, y sobre ella se levantan en diversos puntos una larga estipe de más de 5 centímetros, delgada y sinuosa, que termina en un abulta- miento verrucoso, el cual contiene las esporas.» —El señor Secretario dió cuenta á la Sociedad de estar ya impreso el cuaderno 1.” del tomo xvi de los ANALES, y del cual no se habían podido traer ejemplares á la sesión por fal- tar las láminas que el grabador no había entregado aún, pero DE HISTORIA NATURAL. 50 que lo efectuaría uno de estos días, y en seguida se procede- ría á su distribución. Contiene este cuaderno 224 páginas de Memorias y 36 de Actas, y está ilustrado con dos láminas correspondientes al trabajo del Sr. Rodríguez Risueño sobre el Estudio micrográ- fico de los Aloes. Sesión del 5 de Junio de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTÍNEZ Y SAEZ. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El señor Secretario dió cuenta de una comunicación del conservador de la biblioteca del Museo de la Fundación de P. Teyler, de Harlem, acusando recibo del cuaderno 1.” del tomo xvnmi de los ANALES, y del Secretario general de la Aca- demia de Ciencias de Lisboa, diciendo haber llegado á su po- der el cuaderno 3.” del tomo xv11 de nuestra publicación. —Se pusieron sobre la mesa las siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Números 306 a 308. The Faults in the triassic formation near Meridien, Conneti— cut, por W. Morris Davis.—T7he Coral Reefs of the Hamahan Islands, por A. Agassiz («Bulletin of the Museum of Compara- tive Zoology at Harvard College »). Archives Neerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xx11, cuaderno 2.” Bulletin de la Société Zoologique de France. —Tomo XIv, nú- mero 4. Actes de la Société linneenne de Bordeauz.—5.* serie, tomo rt. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Tomo v1.— Alla memoria del Prof. Giuseppe Meneghins. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo XxvI, en- trega 6.*; tomo xxvir, entrega 1.* Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid. —Tomo XxvI, números 1.” y 2.* Crónica cientifica de Barcelona.—Año xt, números 276 y 277. Como donativo; Relatorio acerca da quarta sessúo do Congresso geologico inter- national realizada em Londres, por J. Ph. N. Delgado.— Mono- 56 ; ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA graphia do genero Dicranophyllum, por W. de Lima; regalo de la Comisión de trabajos geológicos de Portugal. Poissons lune (Orthagoriscus mola) captures pendant deux campagnes de 1 Hirondelle; regalo de su autor el principe Al- berto de Mónaco. 11 genere Physaloptera, Rudolphi.—A ppendice al mio lavoro «I distomi dez pesca marim e d' acqua dolce;» regalo del autor D. Miguel Stossich. The paleontologie history of the genus Platamus; regalo de su autor D. F. Ward. Vuyt dias en Camprodon : regalado por su autor D. Miguel Cuní y Martorell. Matériauz pour la faune entomologique du Hainaut.—Coléop- teres. 4me centurie: donativo de su autor D. A. Preudhomme de Borre. Semanario Farmacéutico.—Año xvi, números 31 á 34; regalo de su director D. Vicente Martín de Argenta. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —(Quedaron admitidos como socios los señores Madariaga (D. Juan Angel de), de Murcia; Musso y Moreno (D. José), de Murcia; Sainz de Baranda (D. José), de Madrid; presentados por D. Carlos de Mazarredo. Fumouze (Dr. A.), de Paris; Olea y Córdoba (D. Gregorio), de Manila; Moragas y Ucelay (D. Ricardo), de Madrid; presentados por D. Ignacio Bolívar. Riutor y Arbós (D. Miguel), de Palma de Mallorca, presentado por D. Ignacio Bolívar, 4 nombre de D. Ig- nacio Moragues é Ibarra. Loher (D. Augusto), de Manila; Martínez de la Escalera (D. Manuel), de Alcalá de Henares; presentados por D. Manuel Cazurro. —Se hizo una nueva propuesta de socio. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha en- viado la siguiente acta de la sesión celebrada en aquella ca- pital el 4 de Mayo del corriente año. DE HISTORIA NATURAL. 57 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 4 de Mayo de 18809. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE MENESES. Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón leyó la siguiente nota: Excursión a Puente Piedra (parte z00lógica). «En nota comunicada á esta Sociedad en la sesión de 8 de Agosto di cuenta de los resultados obtenidos en punto á la geología de la Laguna de Fuente Piedra, y he pensado que valdría la pena de entretener un momento vuestra atención con la indicación de los animales recogidos en mis expedicio- nes á dicho punto, clasificados ya en parte en el Gabinete de la Universidad ó consultados con personas competentes. »La última expedición realizada á Fuente Piedra en Julio de 1888 ha sido la más fecunda en resultados por lo tocante á zoología. Salí de Sevilla á las diez de la mañana, con tiempo despejado y caluroso, estando el barómetro sumamente alto (772) relativamente á la presión normal de Sevilla. El camino, asi como el término de Fuente Piedra, se hallaban ya bastante agostados, sobre todo este último, que, como toda la divisoria de Andalucía á los dos mares, sufre los rigores de un clima destemplado, frío y desapacible en invierno, y ardiente por extremo en verano; no siendo raro que en la noche que sigue a un día calurosísimo se sienta uno molestado por una tempe- ratura excesivamente baja. Las circunstancias de estación no eran, por consiguiente, las más favorables; pero en compen- sación de esto, la permanencia tranquila en un cómodo aloja- miento de la Compañía agrícola y salinera, que dirige mi her- mano D. Laureano, y su situación propicia en medio del campo y cercana á la Laguna, me facilitaban la ocasión de repetir las salidas á horas distintas y sitios de diversas condiciones de habitat. 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Mi atención se fijó especialmente en los canales de des- agúe de la laguna, llenos de agua ligeramente salada, y en los terrenos yesosos é impregnados de sal, donde esperaba encontrar una fauna esteparia bien distinta de la que estamos acostumbrados á explorar en los alrededores de Sevilla. La laguna, que en esta época está ya completamente seca y cu- bierta de polvo finisimo, que el viento levanta en grandes. nubes, aparece poblada de una vegetación especial, esencial- mente marítima, en la que dominan la Salsola soda L., la Sa- licornia herbacea L., la Kochia prostrata Schrad., varios Stati- ces y otras plantas propias de los suelos salitrosos. »Antes del desagiie la fauna ornitológica de la Laguna de Fuente Piedra era mucho más rica que en la actualidad. El Sr. Arévalo y Baca, en su Memoria sobre las aves de España, cita de ella el fiamenco como habitando casi todo el año, cosa que ya no ocurre en la actualidad, y refiere haber visto una bandada de más de 200 individuos. Yo he recibido también el año pasado del mismo punto cuatro ejemplares de esta espe- cie, que por cierto reciben allí el nombre vulgar de cayar20. Todavía se cazaban en esta época el 4nas boschas L., la Ma- reca penelope Selby, la Dafila acuta Eyt., la Querquedula angus- tirostris Pp., la Q. crecca Steph. y Q. circia Steph., y otros pa- tos que durante el mes de Junio abundan mucho en las lagu- nillas del valle, según informes de personas entendidas y aficionadas á la caza. »Una exploración algún tanto perseverante de los largos canales de desagiúe, siempre llenos de agua que bordean la laguna, sería seguramente fecundísima en ejemplares de plantas y animales. Aunque yo no pude realizar semejante rebusca con todo el detenimiento necesario, ni la estación era entonces la mejor, pude convencerme de la gran variedad de especies vegetales que viven en las orillas y en el fondo de dichos canales. También me llamó la atención la abundancia de algunas especies, como la Zymnea acutalis Morelet, entre los moluscos, que se ven por millares, y sin duda su gran di- fusión ha perjudicado á la de los demás, pues no vi ningún otro gastrópodo en las mismas aguas; la Vatriz viperina Latr. en inmenso número de individuos con el cuerpo enterrado en parte en el cieno y el resto rígido, asomando solo la cabeza fuera del agua, que zambullian rápidamente al sentir el me- DE HISTORIA NATURAL. 59 nor ruido; en fin, infinidad de pequeños crustáceos y de co- leópteros acuáticos y de larvas, cuya forma adulta desconoz- co, se veían pulular donde el líquido estaba más á descubier- to. Mi guía tenía particular empeño en mostrarme un animal extraordinario, según su descripción, que al fin pudo hallarse y resultó ser una larva de Dytiscus. »A las orillas de los canales vagan en número infinito los neurópteros, sin que hallara, sin embargo, ninguna especie nueva para las colecciones de la Universidad. También es no- table por su abundancia en estos sitios la Cicindela maura L., y supongo que variados carábidos deberán acompañarla en estación un poco menos adelantada que en la que pude reali- zar esta excursión. »Dejando la laguna y recorriendo las peñas calizas que la bordean por el E., y sobre todo ascendiendo á la vecina sierra de la Camorra, hay ocasión de encontrar otras formas muy distintas y variadas. Para mí fué entonces muy agradable re- coger en inmensa abundancia bajo las piedras dos especies de caracoles que, aunque no raras, no había tenido aún oca- sión de hallar: el gran Helix alonensis Fer. y el bello 17. mar- morata, var. pulchella Rossm. | »Estando en estudio todavía la mayor parte de los arácni- dos éinsectos recogidos por mi en Fuente Piedra, me limitaré, para terminar, á citar los hemipteros que recientemente ha clasificado nuestro eminente consocio D. Ignacio Bolívar: Eysarcoris inconspicuus H. S. ¡| Corizus tiyrinus Schill. Carpocoris lunatus E. Lygens sacatilis Scop. Phyllomorpha laciniata Vil. | Henestaris Genet Spinola. Coreus filicornis Burm. Beosus luscus F. — spimiger Fab. Tettigometra costulata Fieb. Camplopus lateralis Germ. Reduvius personatus L. Corizus parumpunctatus Schil. | 4/ligus sp. —El Sr. Laza hizo la comunicación siguiente: 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Un libro sobre Mutis y la expedición botánica de Bogotá. «De la expedición botánica de Bogotá llevada á cabo á fines del siglo anterior, bajo la dirección del célebre Mutis (1), solo quedan datos que en la actualidad se conservan en los archi- vos de Sevilla y Simancas. »Estos datos, estudiados y esclarecidos por el ilustrado ca- nónigo D. Federico González Suárez, le han servido para re- dactar una Memoria, precedida de un retrato y un facsíimile de Mutis (2), que en el año anterior publicó el Ayuntamiento de Quito, y que creo interesante por contener bastantes por- menores sobre tan célebre y accidentada expedición. Como, según frases de su autor, reina notable ignorancia en todo cuanto se refiere á los acontecimientos sucedidos en la época del gobierno de las colonias en América, cuando aquellas for- maban parte de la vasta monarquía española, ocurre á veces que el espíritu de partido 6 el amor patrio de los españoles resentido contribuyen á que los hechos se falseen y las cosas se describan bajo puntos de vista engañosos. »Imparcial el Sr. González, analiza los hechos con criterio recto, censurando unas veces y aplaudiendo otras la conducta nuestra para con las colonias. Detalla asimismo con precisión notable los curiosos incidentes de la expedición de Mutis, y con especialidad aclara los puntos relativos al descubrimiento de la quina y el guaco, sobre los cuales algunos escritores han hecho comentarios inexactos ú erróneos, que el autor de la Memoria á que me refiero rectifica, fundándose en docu-=: mentos que le sirven de base para sostener sus opiniones, y revelando claramente el espíritu verídico y desapasionado que le adorna. »La protección que Carlos III dispensó 4 Mutis y el celo que mostró por la realización de su expedición, como asimismo el interés de este monarca por el cultivo y engrandecimiento de (1) El insigne hijo de esta Universidad de Sevilla, á quien Linneo dedicó un gé- nero de plantas y Humboldt una de sus obras. (2) Memoria histórica sobre Mutis y la expedición botánica de Bogotá en el siglo pasado (1782-1808), escrita por D. Federico González Suárez, presbítero. Quito, 1888; 101 pá- ginas. DE HISTORIA NATURAL. 61 la Historia natural, son los hechos más enaltecidos por el se- ñor González. No por esto deja de censurar que el adelanta- miento científico é industrial de las colonias estuviese siem- pre subordinado al de la metrópoli. »En definitiva, estimo que la Memoria del Sr. González Suá- rez ofrece interés para la historia de la botánica española en general y para la de la gloriosa expedición de Mutis en par- ticular, y que debe satisfacer nuestro amor patrio el hecho de ser su autor americano é iniciar la época en que los publicistas de estos países se empiezan á ocupar con imparcialidad de los sucesos referentes á la época de nuestra dominación en el con- tinente americano.» —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «En mi constante deseo de dar á conocer á los señores so- cios todos los datos que voy reuniendo sobre la interesante fauna himenopterológica de esta región, voy á comunicar hoy las especies de crisídidos que he podido reunir hasta el día, cuyos ejemplares he consultado con el distinguido especia- lista M. Robert du Buysson. La mayor parte de estas especies no están citadas de Andalucía ni de España, razón por la cual creo que ha de ofrecer más interés la pequeña lista que va á continuación. Stilbum calens Fabr. var.—Alcalá! (Agosto). Omalus punctulatus H. Dahlb. —Sevilla!; San Juan de Aznal- farache! (Julio y Octubre). Philoctetes micans K1.—Sevilla! (Julio). Chrysis ignita L. 2.—Almensilla, Río! (Julio); Tomares! (No- viembre). — crucifera Ab. 0.—Sevilla! (Octubre). — viridimargo Ab. et Buyss. 2.—Morón, Angulo! (Agos- to); Fuente Piedra, Calderón! (Julio). — bidentata L., var. Pyrrhina Dahlb. y/.—San Juan de Aznalfarache! (Octubre). En la estación por que atravesamos es de suponer que se podrán recoger nuevos y abundantes ejemplares de estos be- llísimos insectos, de cuya clasificación ofrezco tener al co- rriente á la Sociedad.» 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —El Sr. Ferrer, Secretario accidental de la Sección de Bar- celona, ha remitido el acta de la sesión que aquella celebró el 10 de Abril último, que se inserta á continuación: SECCIÓN DE BARCELONA. Sesión del 10 de Abril de 18809. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. | —Fué propuesto para socio el Sr. D. Carlos de Camps y de Olzinellas. —El Sr. Cuni leyó el siguiente proyecto de excursión á unos 20 km. al SO. de Barcelona. «Para hacer hallazgos importantes en entomología no es condición precisa trasladarse á los puntos más apartados y selvosos de la provincia, pues con solo recorrer y escudriñar con esmero los campos y montes de las poblaciones que ro- dean Barcelona puede, el que no le es dable alejarse mucho de la capital, obtener provechosa cosecha de insectos con que aumentar sus colecciones y descubrir especies nuevas. »Una prueba de ello es que los distinguidos naturalistas de esta ciudad, mis apreciables amigos D. Daniel Múller y D. Pe- dro Antiga, han enriquecido nuestra fauna entomológica con una infinidad de especies recogidas, la mayor parte, en sitios que no distan 10 km. de su habitual residencia. »Así, pues, á los que deseen verificar una excursión de la que puedan regresar el mismo día, se les recomienda tomen el primer tren de la línea de Villanueva, y después de un tra- yecto que la locomotora vence en 30 minutos, bajen en la es- tación de Gabá, que está situada en el litoral de Poniente, y emprendan la subida á la montaña, siguiendo la carretera que conduce á Begas, si bien es preferible para el entomólogo tomar uno de los senderos que serpentean por entre bosques de pinos, madroños y brezos. »Al llegar á la cumbre de la montaña, á unos 500 m. de al- tura, se presenta un extenso valle en el cual se halla encla- DE HISTORIA NATURAL. 63 vado el referido pueblo de Begas , y el observador comprende desde luego que ha de haber en esta localidad y en la de Gabá algunas plantas é insectos distintos que recuerden diferentes temperaturas ó climas; por ejemplo, se verán al comenzar la ascensión varios piés de palmito (Chamerops humilis), que vegetan en las márgenes de la carretera, no pasando de alli, y bastantes algarrobos, mientras que faltan estos en el valle, así como los naranjos, la pita (Agave americana) y el nopal (Opuntia); abundando en los áridos de la cordillera, como en Montserrat, el Aphyllanthes monspeliensis L., la Santolina cha- mecyparissus L. y la Primula oficinalis Jacq.; plantas todas estas que apenas figuran en la flora del litoral. »En cuanto á insectos, podrán cazarse en los arenales de Gabá el Scarites gigas L. y otros propios de la zona marítima; en cambio, en Begas, vuela el lepidóptero Odezia atrata L., y es frecuente el Percus síulius Duf. »Habida consideración de lo expuesto, pueden animarse los jóvenes entomólogos barceloneses, y tomando las pinzas y los frascos dirigirse hacia Gabá y Begas, que, si en la lista que tengo el honor de presentar á esta Sección no hay especies nuevas, á ellos, con más actividad y mejor vista, no les será difícil lograrlas y adquirir datos interesantísimos para la fau- na entomológica de nuestro Principado.» —El mismo Sr. Cuni leyó lo siguiente: Insectos que recogí en Begas en Mayo de 1887. LEPIDÓPTEROS. Leucophasia sinapis L. Epinephele pasiphe Esp. Thecla rubi L. Cenonympha pamphalus L. Colias edusa F. Syrichthus sao Hb. Lycena adonis S. V., var. ceronus | Deilephila Elpenor L. Esp. Zygena lavandule Esp. — cegon S. V.—Frecuente. | Fumea crassiorella Br. — alsus S. V. Acidalia ornata Scop. — corydon Scop. Crocallis dardoinaria Donz. — Escheri Hb. | Aspilates citraria Hb. — panoptes Hb. Odezia atrata L. Melanargía syllius Hbrt. Eupithecia scopariata Rbr. Pararge megera L. Pleurota ericella Dup. A 61 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA COLEÓPTEROS. Cicindela campestris L. Carabus violaceus Fab. Chlceenius azureus Duít. Licinus cequatus Dej. Calathus cisteloides 111. Percus stultus Duf. Acinopus tenebrioides Dutt. Harpalus azureus Fab. — distinguendus Duft. Ocypus olens Miller. Oxytelus sculpturatus Grav. Necrophorus fossor Er. Olibrus bicolor Fab.—Frecuente. — geminus 111. Meligethes viridescens Er. Attagenus verbasci L. Anthrenus museorum L. Onthophagus furcatus Fab. Geotrupes Typhous L. Oxythyrea stictica L. Cetonia hirtella L. Cardiophorus biguttatus Fab. Telephorus eremita Rosh. Rhagonycha nigricollis Mot. Malachius bipustulatus L. Attalus pictus Kiesw. Henicopus griseus Kúst. Dolichosoma viridi-coruleum Geotft. —Abunda. Lobonyx ciliatus Gráells.—Frecuente Danaciwa tomentosa Panz. Ptinus hirticollis Kiesw. Xyletinus laticollis Dutt. Lasioderma fulvescens Muls. Blaps gigas L. Asida sericea 01. —Frecuente. _Heliopathes abreviatus Ol. — montivagus Muls. Gonocephalum meridionale Kust Cistela murina L. Lagria hirta L. Anthicus olivaceus Latt. Mordella aculeata L. (Edemera virescens Muls.—Abunda. Peritelus adusticornis Kiesw. Brachyderes incanus L. — pubescens Boh. Sitones gressorius Fab. Metallites Fairmaires Kiesw. — ovipennis Bris. Polydrosus armipes Brull. —= mollis Boh. Seythropus glabratus Chevr. Geonemus flabellipes Ol. Phytonomus constans Boh. — ononidis Chevl. Balaninus turbatus Gyl. Apion angustatum Kirb. — assimile Kirb. — astragali Payk. — ervi Kirb. — malve Fab. — radiolus Kirb. — tubiferum Gyllh. — viciae Payk. Attelabus curculionoides L. Rhynchites coeruleocephalus Schall. Spermophagus cardus Gyllh. Bruchus marginellus Fab. — rufimanus Boh. — sertatus 111. — variegatus Gem. Clythra Lacordaires Reid. — Abun- dante. — longipes Fab.—Idem. Cryptocephalus Koyi Suftr. — Morel. — rugicollis Ol. DE HISTORIA NATURAL. 65 Cryptocephalus violaceus Fab. — virgatus Suftr. Chrysomela americana L. — Fre- cuente. Coccinella septempunctata L. Malacosoma Lusitanicum L. Agelastica halensis L. Psylliodes chrysocephalus L. Spheeroderma testaceum Fab. Hispa testacea L. Chilocorus bipustulatus Fab. Haltica coerulea Payk. Longitarsus melanocephalus Gyl. HEMÍPTEROS. Neottiglossa leporina H. $. Piezodorus incarnatus Germ. Micrelytra fossularum Rossi. Stenocephalus neglectus H. $. Lygeus equestris L. Kleidocerus didymus Zett. = geminatus Fieb. Aphanus tristis Fieb., var. inarimen- sis Costa. Gastrodes ferrugineus L. Heterogaster artemisicv Schill. Calocoris bipunctatus Fab. — marginellus Fab. Stiphrosoma cicadifrons Costa. Pachyxyphus lineellus Mis. Psallus Crotschii Scott. Cixius discrepans Fieb. Hysteropterum grylloides Fieb. = maculifrons Mis. Asiraca clavicornis Fab. Triecphora dorsata G.—Abundante. — sanguinolenta L.—Idem. Philceenus campestris Fall. — spumarius L. Centrotus cornutus L. Agallia venosa Fall. Grypotes pinetellus Boh. Thamnotettix crocea H. $. ORTÓPTEROS. Forficula mcesta Géné. Loboptera decipiens Germ. Bacillus Rossúi Fab. Bacillus gallicus Charp. Gryllus campestris L. HIMENÓPTEROS. Amasis obscura Fab. Schizocera furcata Vill. Athalia rose L. Pachyprotasis nape L.—No es es- casa. Cephus tabidus Fab. Rhodites rosce L. Amblyteles antennatorius Gray. Pompilus orbitalis A. Costa. sp. nov. Ammophila holosericea Ger. Vespa vulgaris L. Eumenes pomiformis Rossi. 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Camponotus cruentatus Latr.— Id. — lateralis Ol. = sylvaticus Ol. — Fre- cuente. Pheidole pallidula Nyl. — Abunda debajo de las piedras. Osmia fulviventris Pz.—Frecuente. DÍPTEROS. Pachyrhina maculosa Mg. Conomyia ferruginea Scop. Crysops ccecutiens L. Anthrax flava Mes. Exoprosopa Pandora F. Argyromceba sinuata Fll. Bombylius ater Scop. Thereva nobilitata F. Dioctria hyalipennas Y. Emptis opaca Y. — rustica Fll. Dolichopus ceneus Deg. Tetanocera ferruginea Ell. Limnia marginata Y. Geomyza combinata L. Chlorops nasuta Sch.—Abundante. Orellia Wiedemannú Mg. Tephritis leontodontis Deg. — tessellata Lw. Dasyphora pratorum Mg. Pollenia depressa Mg. Nyctia halterata Pz. Rhinophora atramentaria Mg. Echinomyia tessellata E. Melithreptus menthastri L. Melanostoma mellina L. Volucella bombylans L. Paragus bicolor Y. He descubierto últimamente en Cataluña las siguientes es- pecies de insectos: COLEÓPTEROS. Lasioderma fulvescens Muls.— En | Tychius hematocephalus Gyl.—Amer Begas. Scymnus Apetzi Muls.—Idem. Phytonomus constans Boh.—1Idem. HEMÍPTEROS. Aphanus tristis Fieb., var. inari- | Psallus Crotschii Scott.— En Begas. Grypotes pinetellus Boh.—Idem. Thamnotettix crocea H.—Idem. mensis Costa.—En Begas. Gastrodes ferrugineus L. Stiphrosoma cicadifrons Costa.—Id. DÍPTEROS. Orellia Wiedemannmi Mg.—Begas. | Tephritis leontodontis Deg.—Idem. DE HISTORIA NATURAL. 67 —El Sr. Montserrat manifiesta que el 25 de Marzo anterior, hallándose detenido por la tramontana en Torruella de Mont- grí, donde había acudido para visitar un enfermo, pudo veri- ficar en compañía de los Sres. D. Casimiro Valentí, médico, y D. Baldomero Mascort, farmacéutico, una excursión á Estar- dit, donde se observa la formación de una duna de arena finí- sima, que alcanza unos 50 m. de ancho por 1 km. de longitud; viniendo dicha arena de Castellón de Ampurias, dirigiéndose hacia la casa solariega de Reixach, en el Montplá, hacia el NO. de Estardit, atravesando una sierra y con un crecimiento extraordinario, pues en unos cuatro años ha cubierto un ca- mino de unos 300 m., formando una pirámide que ha llegado á cubrir un tronco de palmera de unos 5 m. de altura. En dicha duna puede observarse en abundancia el Psamma arenaria L., el Rumez acetosella L., el Pancratium mariti- mum L., etc., etc. —El Sr. Almera puso en conocimiento de la Sección que en el manchón de grauwacka del Puget y Vallcarca, donde había hallado una flora monocotiledónea, según había notificado á la Academia de Ciencias de Barcelona en la sesión de 23 del próximo pasado Marzo acababa de descubrir una impresión de hojas de Odontopteris Brongniart, algunos de cuyos ejem- plares traía. —El mismo Sr. Almera llama la atención sobre la invasión del mar en la costa de Levante, que en pocos años ha perdido unos 50 m. álo largo desde Badalona hasta Mataró, lo cual ha obligado á retirar algo la línea férrea allí instalada, y ha ve- nido á dejar dentro del mar algunas cercas con sus puertas. El Sr. Cuni corrobora lo dicho por el Sr. Almera, recordando al mismo tiempo la desaparición de un banco de Ostrea edu - las L., que existía hace pocos años frente de Calella, á unos 2 kilómetros mar adentro. El Sr. Almera recuerda con tal motivo la desaparición de otro banco de Pectunculus en las costas del Masnou y de Premiá. —El Sr. Castel dió cuenta á la Sociedad del acuerdo adop- tado por las clases médicas de la provincia de Teruel para honrar la memoria de su comprofesor D. Francisco Loscos, 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA distinguido botánico á quien tanto debe el conocimiento de la Flora de Aragón; y después de enumerar sucintamente los méritos contraídos por dicho naturalista, y de anunciar que la Sociedad sería oportunamente invitada por la Junta ges- tora para contribuir á tan patriótica empresa, rogó á la Socie- dad escogitase los medios de coadyuvar, ya con algún recurso pecuniario en la suscripción iniciada, ya por cualquier otro medio 6 á un tiempo por todos aquellos que estimase más oportuno y hacedero. Anunció también que, por su parte, y como tributo debido al hombre de especiales conocimientos, de incansable laborio- sidad y de inmenso amor á su patria, se hallaba redactando una biografía, destinada á propagar los méritos de Loscos, tan grandes como lo fué siempre la modestia del antiguo far- macéutico de Castelserás. El señor Presidente, haciéndose intérprete de los senti- mientos de la Sociedad, felicita al Sr. Castel y le ruega que transmita esta felicitación á las corporaciones y particulares de Teruel, por la idea de perpetuar la memoria del infatiga- ble cuanto modesto botánico aragonés, á quien se debe en eran parte el conocimiento de la flora de aquella región, ase- eurándole que la Sociedad, que se ha honrado contando al sabio botánico en el número de sus miembros, no puede me- nos de asociarse á la idea de dar á conocer su nombre, si bien debe quedar la Sociedad en completa libertad de determinar la forma en que pueda tomar parte en tan patriótica manifes- tación. El Sr. Bolivar propone el nombramiento de una Comisión que indique á la Sociedad en un breve plazo el modo de reali- zar este pensamiento, si es que la Junta directiva no se cree bastante autorizada para ello. El Sr. Castel dice que le parece muy oportuno lo manifes- tado por el Sr. Bolívar, para que la Sociedad no resuelva de plano y escoja el medio que mejor le parezca de adherirse á la realización de la idea; pero que, enemigo de las Comisiones, cree preferible que la Junta directiva quede autorizada para ' proponer á la Sociedad lo que le parezca más conveniente en alguna de las sesiones, porque no es necesario que sea preci- samente en la inmediata, puesto que hay un año de plazo para decidir acerca de este asunto. DE HISTORIA NATURAL. 69 Habiendo preguntado el Sr. Bolivar si el Sr. Castel forma- ría con la Junta directiva la Comisión, y después de decir di- cho señor Castel que no creía necesaria su presencia en esta, manifestó el señor Presidente que, por el contrario, conside- raba de todo punto indispensable que se uniese á ella para asesorarla como persona más enterada del asunto, á lo cual accedió el Sr. Castel, acordándolo también así la Sociedad. —El Sr. Vázquez puso en conocimiento de la Sociedad que al fin se había conseguido una Real orden con fecha de 13 de Mayo último, publicada en la Gaceta del 3 del corriente, para que los insectos que se reciban del extranjero paguen los de- rechos de aduana por la partida 194 del Arancel, en lugar de hacerlo, como venía sucediendo, por la 193, es decir, que en vez de satisfacer 1,40 pesetas por insecto, adeuden 6 pesetas por cada 100 kg. de insectos. —El señor Secretario dió cuenta de un escrito titulado Z7 Succino de origen español, que su autor el sabio Director del Real Museo Zoológico y Antropológico-Etnográfico de Dresde, el Dr. A. B. Meyer, le ha remitido para esta Sociedad, aña- diendo después algunos datos propios sobre este asunto. La Sociedad acordó que pasase á la Comisión de publicación. —El Sr. D. Lucas von Heyden remite una lista que se inser- ta como adición al catálogo intitulado Coleopteros de Mallorca por el Sr. Moragues, si bien no se sabe si todos se encuentran en Mallorca, pues ha sido hecha en vista de ejemplares que provienen principalmente del Sr. Vill, que ha explorado las islas de Mallorca y de Menorca: Helophorus porculus Bedel.—Prat. Hydrobius fuscipes var. balearicus Schfs.—Baleares. Aphodius ibericus Harold.—Baleares. Pentodon balearicus Krtz.—Palma.—Tipos. Lampyris (Nyctophila) Heydeni Ern. Oliv.—Miramar.—Tipos. Anthrenus pimpinelle var. delicatulus Ksw.—Miramar. — verbasci L.—Miramar. Xenoscelis costipennis Fairm.— Baleares. Cetonia cardui GyU.—Miramar. Attalus coloratus Abeille.— Baleares. —Tipos. — lusitanicus Er.—Miramar (Alex. v. Homeyer). Charopus nitidus Kúst.—Baleares. ACTAS DI LA SOC. ESP. —XVII. 6 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Scaurus vicinus Sol.—Ciudadela (Menorca). Stenosis intricata Reitter.—Baleares.—Tipos. Pimelia balearica Sol.—Baleares. Ammophthorus rufus Luc.—Idem. E Phaleria oblonga Kiúst.—Idem. Tsomira melanophthalma Luc.—Idem. (aguilus Chevr. ) | corsicus Stierl. 4 Phyllotreta consobrina Curtis.—Idem. Brachyderes Miramar. Sesión del 3 de Julio de 1889. PRESIDENCIA DE DON CARLOS CASTEL. Asisten los Sres. Calderón (D. Salvador), de Sevilla, y Delás, de Barcelona. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El señor Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del bibliotecario de la Universidad Real de Cristianía, acu- sando recibo del tomo xvi y cuaderno 1.” del xvir de nuestros ANALES, y anunciando el envío de sus publicaciones. Del Secretario de la Comisión geológica de los Estados-Uni- dos y del Director del Museo de Zoología comparada de Har- vard College, dando cuenta de haber recibido el cuaderno 1.” del tomo xvur de los ANALES. Del Secretario de la Institución Smithsoniana, diciendo ha- ber recibido el tomo xvHn de nuestros ANALES. Del Presidente y Secretario de la Comisión para erigir un monumento en Teruel al botánico Loscos, invitando á la So- ciedad á coadyuvar á tan honroso fin. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiyer.—Números 309 y 310. Jowrnal of the Royal Microscopical Society. —Parte 3.*, Ju- nio, núm. 70. Forhandlinger ved de Skandinavishe Naturforskeres trettende Móde, 1. Cristiana, 1886. DE HISTORIA NATURAL. T Vorges Vextrige. El Bidrag til Nord-Europas Natuwr-0g Cul- tur historie, por el Dr. F. C. Shúbeler. Cristianía, 1888. Bulletin de la Socielé Impériale des Naturalistes de Mos- cou.—Año 1888, núm. 4 Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xIv, nú- mero 5. Bulletin de la Société Académique franco-hispano portugaise. —Tomo 1x, números 1 y 2. Crónica cientifica de Barcelona.—Año xt1, números 278 y 279. Como donativo; A Catalogue of the Moths of India, por C. Swinhoe y E. C. Co- tes; donativo del Museo de Calcuta. Francisco Loscos y Bernal; regalo de su autor D. Carlos Castel. Semanario Farmacéutico.-—Año xvti, números 36 á 39; regalo «de su director D. Vicente Martín de Argenta. Estudio quimico farmacológico del Felsemio; donativo de su autor D. Ricardo Moragas y Ucelay. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —Fué admitido como socio el señor Martínez Aguirre (D. Cesáreo), de Málaga, propuesto por D. Manuel Medina. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha re- mitido el acta de la sesión del mes de Junio, que se inserta á continuación. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Junio de 18809. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 1.” de los ANALES. —El Sr. Calderón leyó las noticias siguientes : «Entre las visitas de naturalistas distinguidos que en este WE ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA último tiempo han venido á favorecernos, ha ofrecido patti- cular interés la del Sr. Dr. Pohlig, profesor supernumerario de la Universidad de Bona, de cuya alta competencia en punto á la fauna Cuaternaria he tenido ya ocasión de ocuparme en esta Sociedad. El principal objeto de su venida á Sevilla era el examen de los restos de elefantes que posee el Gabinete de - la Universidad, y que conocía solo por vaciados que yo le ha— bía remitido. »No obstante la rara perfección con que dichas reproduc- ciones se obtuvieron en los talleres de las obras de recons- trucción de la catedral, el estudio de los originales ha modi- ficado las opiniones que formara al principio, y en vista de aquellas, el distinguido profesor, por cuya razón creo importa consignar aquí las definitivas sobre asunto tan importante. »Los molares procedentes de Brenes, Cantillana y Dehesa de la Rinconada, que, como se recordará (1), consideró al prin- cipio como pertenecientes con toda probabilidad al Z. ant- quus y algunos al Z. (antiquus) Melite Falk., halla ahora que no son fósiles, y que deben más bien referirse al actual E. ¿2- dicus. »Difícil es explicar el hallazgo en Andalucía de estos ejem- plares, de los cuales algunos ofrecen señales evidentes de ha- ber sido rodados y desgastados por la acción de las aguas; pero el análisis de estos molares y sus caracteres exteriores muestran de un modo evidente que no se trata de verdaderos fósiles. Lo probable es, y la explicación no es nueva, pues se han dado ya hallazgos semejantes, que dichos elefantes fue- sen importados por los romanos, los cuales traían estos y otros animales de lejanas tierras para hacerlos luchar en sus circos. »El gran molar de la cantera de balastro del cementerio de Sevilla es, en cambio, un ejemplar evidentemente fósil, de enorme dimension y el más notable de variedad extrema de E. antiguus que quizás exista en Europa. El distinguido pa- leontólogo ha comprobado la exactitud de las medidas con- signadas en la anterior nota citada, y publicará un dibujo y descripción de él, de que daré oportuna noticia. »Examinó con particular interés el mismo Sr. Pohlig nues- (1) Véase mi precedente «Nota sobre la existencia del Elephas antiguus en Anda- ucía», Acta de la sesión del 7 de No ¡embre de 1887, t. xy1 de estos ANALES. 1 , Acta del lel 7 de N mbre de 1887, t. xv1 de estos ANALE DE HISTORIA NATURAL. 73 tra magnífica mandíbula de Almodóvar del Río, que, como recordaréis, ha dado lugar á una interesante polémica, en la que nuestro distinguido consocio el Sr. Machado ha tomado el partido de Falkoner, quien consideró hace años el resto como perteneciente á su Z. armentacus, al paso que Wood- wards y el Sr. Vilanova la refieren simplemente á un 4. anti—- quus. Para el profesor de Bona (y para mí después de haber consultado la Monografía y Atlas de los elefantes fósiles que ha publicado este señor) la segunda opinión es tan evidente, que la cuestión puede darse por resuelta definitivamente, hoy que se conocen varios ejemplares de mandíbulas completas análogas á la nuestra, las cuales no existían en las coleccio- nes en la época en que Falkoner clasificó nuestro ejemplar, aparte de que estos estudios han adelantado muchísimo en este último tiempo. »De todos modos la mandíbula de Almodóvar del Río sigue siendo la joya más preciosa del Gabinete de Sevilla, ejemplar único en España, y, como lo ha declarado el insigne visitante, de los más raros y notables de Europa en su género (1). .»De todos estos datos y del examen del diluvium del cemen- terio deduce el Sr. Pohlig, en armonía con otras consideracio- nes, que en España solo ha vivido el Y. antiguus, siendo aquí su existencia mucho más larga que en Alemania, donde las formaciones correspondientes al citado diluvium contienen allí en cambio el Z. meridionalis. »Por último, ha llamado la atención del Sr. Pohlig un frag- mento de molar recogido por el Sr. del Río en una de nues- tras excursiones á Alcalá de Guadaira, molar que pertenece (1) Con sorpresa he visto en la nota que en contestación á la mía leyó el Sr. Ma- chado en la sesión de 1.2 de Junio último, que yo omití hablar de este ejemplar en mi «Enumeración de los vertebrados fósiles de España,» siendo así que allí figura en su lusar correspondiente (pág. 426, t. v de estos ANALES). También me he ocupado de él en mi nota On the fossil Vertebrata hitherto discovered in Spain (Quart. Journ. of the geol. Soc., vol. xxx11, 1887), y luego especialmente en una nota que figura en el acta del 4 de Abril de 1887, t. vi de estos ANALES, en la que reproduje el párrafo relativo á la historia del ejemplar en cuestión que se halla en la memorable Descripción física y geológica de la provincia de Madrid del inolvidable D. Casiano de Prado. Por lo demás, la mejor prueba de la estima en que tengo este, como otros legados valiosos que mi digno antecesor dejó en el Gabinete que está ahora á mi cargo, es la instalación que he dedicado al ejemplar, en una magnífica urna y con una montura hechas ez profeso para él, y, sobre todo, el haber sacado reproducciones que he repar- tido, como dije, á los principales centros paleontológicos de Europa y América. 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA evidentemente á un rinoceronte (y con probabilidad al R2hi- noceros Merckli Kaup), respecto á cuyo ejemplar y yacimiento espero poder ampliar más adelante las noticias.» —El Sr. García Parra dió lectura á un artículo sobre las go- londrinas, que había escrito para leerle en la Sección, y que esta oyó con el mayor interés. Después de ocuparse en varias tradiciones y supersticiones relativas á estos interesantes pá- jaros, pasó á tratar de sus observaciones sobre ellos en Anda- lucía, notando que de todas las aves de entrada esta es la que más tiempo permanece entre nosotros, puesto que solo tres meses, y aun menos, deja de ser nuestro huesped. El 17 de Enero por la mañana, con tiempo frío, se vieron este año en Sevilla las primeras golondrinas; el 25 empezó un temporal de agua y viento N. muy desapacible, y en breve se notó la desaparición de dichos pájaros hasta fines de Fe- brero. Es indudable que este mes le pasaron en África, hu- yendo del mal tiempo y el frio (8” cent. en el centro del día); de aquí mismo no habían de ir más al N., donde aún hubie- ran encontrado peores condiciones de temperatura. Por el Sr. D. José Palomino, catedrático del Instituto .de Málaga, sabía que el pasado año aún había golondrinas en dicha ciudad el día 15 de Noviembre; de suerte que si para el 15 de Enero están de regreso, como sucede habitualmente, resulta que solo dos meses falta ese pájaro en Audalucía. Dijo haber observado muchas veces en el mes de Octubre erandes bandadas de golondrinas produciendo ruidosa alga- rabía, y se diría que concertando su marcha, pues de la noche á la mañana desaparecen, quedando solo rezagada alguna que otra de las pertenecientes á la segunda postura. Trató 4 continuación de la industriosa fabricación y de la composición de los nidos, tanto de la golondrtna como del vencejo, y después de referir observaciones de diversos natu- ralistas, mencionó la de un campesino conocido suyo, que tuvo la paciencia de contar los viajes que dió una pareja de colondrinas para hacer su nido, en número de unos 800. Esto tiene su comprobación, añadió, porque contando las verrugas exteriores de que está formado el nido, resultarían tantas como viajes dió la pareja, puesto que en cada uno no traen barro más que para una verruga, que van soldando entre las ya puestas.—¿Y las materias que les sirven para trabar el ma- DE HISTORIA NATURAL. 75 terial?—le preguntó.—Esas las traen ya amasadas—respondió el diligente observador. Hizo notar el Sr. García Parra que desgraciadamente el res- peto tradicional de que eran objeto las golondrinas, y la re- pugnancia que se tenía á comerlas, va desapareciendo en Andalucía, como ha sucedido ya en Cataluña y Valencia, don- de las cogen con redes y las sirven fritas. La verdad es que su carne, aunque oscura, posee un sabor bastante agradable. Por último, mencionó algunas supersticiones locales refe- rentes á las golondrinas, explicando su origen. Entre ellas se ocupó de la creencia muy general en Andalucía, y que hace se las pergiga en ciertos sitios, de que son muy aficionadas á la pimienta, lo cual no se comprueba, á su juicio, ni en la forma del pico, ni en llevar en el buche granos de esta sus- tancia. —El Sr. Sauternas leyó la nota siguiente: «Habiéndome encomendado el Sr. D. Salvador Calderón el estudio de los lepidópteros del país reunidos en el Gabinete de Historia Natural de esta Universidad, he podido determi- nar las especies que se expresan á continuación, que creo merecen consignarse como datos para el catálogo, aún no realizado, de las mariposas de Andalucía. »Todos los ejemplares de que consta esta colección, que se está formando en la actualidad, se han recogido en estos últi- mos tres años; la mayor parte en excursiones por los alrede- dores de Sevilla, y algunas pocas han sido remitidas de otras localidades de Andalucía por amigos que han tenido tan lau- dable complacencia. El mal estado de conservación, la esca- sez numérica de algunos ejemplares y la falta de ciertas obras de clasificación, me han impedido determinarlos todos, ha- biendo preferido limitarme á mencionar aquellos cuyo nom- bre puedo citar con entera certeza, que son los siguientes: Papilio machaon L.—Sevilla. Julio. Thais rumina, var. Medesicaste 111.—Sevilla. Marzo. Pieris Rape L.—San Juan. Octubre. — Vapi L.—Tomares. Octubre. — daplidice L.—Sevilla. Anthocharis belia Cr. y” y 2.—Dos Hermanas. Febrero. Colias edusa E. y y 9.—Tomares. Noviembre. 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Colias hyale L.—Tomares. Noviembre. Rhodocera rhamnt L.—Sevilla. — Cleopatra L.—Idem. Polyommatus Phleeas L.—Idem. Agosto. > — Euwrydice Rott. Q.—Idem id. Lycena Argus L.—Dos Hermanas. Marzo. — (Egyon Schiff.—Sevilla. — alsus F. S.—Idem. Octubre. — cyllarus Rott.—Idem. Marzo. Vanessa atalanta L.—Sevilla. Junio. — cardui L.—Idem. Mayo. Pararge megera L —Camas. Marzo. — ¿anira L.—Sevilla. Mayo. Epinephele Tithonus L.—Idem. Agosto. Syrichtus alveolus Húbner.—Idem. Octubre. Detlephila euphorbie L.—Idem. Julio. Sphinx convolvuli L.—Idem id. ¡Smerinthus popu!i L.—1Idem. Junio. Macroglossa stellatarum L.—Camas. Noviembre. Saturnia piry Schiff.—Coria. Trochilium apiforme C1.—Sevilla. Junio. Sesia ichneumoniformis F.—Idem. Mayo. — uroceriformis Tr.—Huévar. Julio. — doriliformis O.—Sevilla. Mayo. Deiopeia pulchella L.—Idem. Agosto. . Emydia grammica L. Q.—Alcalá. Mayo. Arctia villica: L.— Jerez. Porthesta chrysorrhea L.—Tomares. Abril. Acronycla rumicis L.—Sevilla. Noviembre. Acontia luctuosa Esper.—Cazalla. Setiembre. Plusia lambda L.—Alcalá. Mayo. Catocala elocata Esper.—Sevilla. Setiembre. Cenonympha pamphilus L.—Dos Hermanas. Marzo. Pyralis farinalis L.—Sevilla. Agosto. Tinea tapezella.—Idem. Marzo. Pterophorus pentadactylus.—Cazalla. Setiembre.» DE HISTORIA NATURAL. Tr —El Sr. Ferrer, Vicesecretario de la Sección de Barcelona, ha remitido la siguiente acta : SECCIÓN DE BARCELONA. Sesión del 8 de Marzo de 18809. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCAHS. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —(Juedó admitido como socio el señor De Camps y de Olzinellas (D. Carlos), ingeniero de Montes, propuesto por D. Francisco de Sales de Delás. —El Sr. de Delás da cuenta de las siguientes diatomeas en- contradas en el intestino de un crustáceo procedente de la Isla de Francia, ofreciendo para más adelante la descripción de las especies nuevas, que pensaba describirlas en un tra- bajo que traía entre manos: Navicula velata Schmard. Grammatophora undula ta Achnanthes n. sp. Ehremberg. Epithemia musculus Kiútzing. | Surirella fastuosa Ehremberg. Synedra n. sp. Coscinodiscus Rothitr Grunow. —El Sr. Cuni leyó lo siguiente: : «En Julio de 1887, mientras me hallaba veraneando en la Calella, tuve noticia de que en los bosques de varios puntos de la provincia de Gerona se había presentado un número tan considerable de orugas, que en pocos días devoraron todas las hojas de los alcornoques, cuyo destrozo puso en zozobra á los propietarios de tan precioso árbol. »Procuréme algunas orugas con el fin de conocer á qué es- pecie de mariposa pertenecian, y al verlas comprendí en se- guida que se trataba de la Ocneria dispar L., perteneciente al grupo de los Lipáridos. : »Para tranquilizar á los hacendados, que con razón se ha- bian alarmado, publiqué en el núm. 9 del 24 de Setiembre del propio año, de la revista que con el título 47 Vaturalista di- 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA rige D. Francisco de A. Darder, un artículo en el cual, des- pués de describir la mencionada oruga y su mariposa, en la forma, dibujos, modo de vivir, etc. , indicaba que, en mi opi- nión, el haber aparecido orugas en cantidad extraordinaria fuera debido á que, por una causa, en el momento desconoci- da, nada había contrariado su desarrollo; tal vez la falta de ciertas aves insectívoras, de insectos carniceros y de hime- nópteros parásitos que, si volvieran de nuevo estos: animales útiles, se restablecería el armonioso equilibrio que el Criador imprimió ásus obras; confirmándolo la consideración de que, no obstante ser la Ocneria dispar L. especie común y vulgar en Cataluña, muy raramente llega á constituir plaga. »En Agosto del año próximo pasado de 1888 lei en un perió- dico que los hacendados de San Feliú de Guixols habían no- tado la presencia de infinidad de escarabajos que recorrían los alcornocales é€ iban detrás de las orugas para devorarlas. Inmediatamente pedí á un amigo que reside en aquella loca- lidad me remitiera algún ejemplar de dicho insecto, lo que hizo con su acostumbrada amabilidad, resultando que el tal escarabajo era la Calosoma sycophanta L., el coleóptero protec- tor por excelencia de la agricultura. »Las larvas de este carábido son muy activas, nunca están hartas; buscan las orugas de las procesionarias hasta dentro de las bolsas de telarañas que tejen en las ramas de la encina y del pino, y llega á ser tan extremada su voracidad, que se atracan de comida hasta hinchárseles la piel, quedando ale- targadas, como acontece á las serpientes, y en tal estado son victimas de otras larvas de la misma especie. »Parecida insaciabilidad posee el insecto perfecto, y como su andar es ligero y rápido, trepa con facilidad por los tron- cos de los árboles á la caza de orugas que destroza por docenas. »Así, pues, cuando los dueños de alcornoques vean discu- rrir por sus fincas abundancia de Calosoma sycophanta , felicí- tense de ello y no destruyan ninguna; antes, por el contrario, procuren se reproduzcan, pues son insectos dignos de la ma- yor protección, no por sus vivos y brillantes colores, sino por los servicios que nos prestan.» DE HISTORIA NATURAL. 79 El Sr. Artigas, á propósito de lo dicho por el Sr. Cuní, con- signado en el acta de la sesión celebrada el 8 de Marzo de este año por la Sección de Barcelona, hizo una sucinta relación de la plaga de la Ocneria dispar L., que desde el año 1887 princi- palmente es el azote de los alcornocales de las inmediaciones de Romanyá, Santa Cristina de Aro, Calonge, Llagostera y otros pueblos. Manifestó que había visto y recogido orugas en varias ocasiones desde 1874, habiéndose ocupado de dicha plaga en la prensa, llamando la atención del Gobierno y de las autoridades locales sobre la misma, á fin de combatir en lo posible el mal que, como en el pasado, se ha reproducido en el presente año, según noticias que se le habían comuni- cado recientemente á dicho señor; y que entendía que la pro- ducción del corcho había de disminuir notablemente en los 'alcornocales invadidos por el mencionado insecto; por lo cual, si fuera posible, vería con gusto que alguno de los señores socios, ya que quizás no sea incumbencia de la Sociedad el hacerlo, que por su cargo esté en condiciones favorables para ello, llamara sobre esto la atención del Gobierno, para que se procurara atajar el mal que experimenta, por la causa referi- da, gran parte de la región montuosa del Bajo Ampurdán (1). Manifestó el Sr. Cazurro que lepidópteros de especies muy afines á la citada por el Sr. Artigas causaban también gran- des destrozos en el arbolado de nuestros paseos públicos, espe- cialmente la Porthesia chrysorhea y el Bombyz neustria, los cuales atacan con predilección los olmos de nuestros paseos públicos, destruyéndolos casi por completo. El Sr. Vázquez Figueroa lamentó el descuido con que en esta cuestión había procedido el Municipio, pues podría haber evitado 6 disminuido considerablemente esta plaga si hubiera dispuesto oportunamente que se hubiesen destruido las bolsas de las orugas, tarea relativameete fácil cuando se trata de jar- dines y paseos; pues desgraciadamente en las grandes exten- siones de bosques el remedio no puede tener aplicación, como por ejemplo en los pinares de La Granja, invadidos el año an- terior por gran número de individuos de la Psilura monacha. hasta tal extremo abundantes, que dificultaban el paso por los () «Plaga de orugas en los alcornocales del Bajo Ampurdán.» La Publicidad (diario de Barcelona), 11 de Octubre de 18€8, 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA senderos revoloteando en extraordinario número alrededor del que por ellos se aventuraba. En estas grandes extensiones de bosque sería imposible desorugar oportunamente como en una corta extensión, y entonces la destrucción de la plaga solo puede quedar confiada á sus enemigos naturales, las aves y los insectos que de ella se alimenten; así, en los citados pi- nares presentóse también en bastante abundancia el Calosoma sycophanta, que tan gran estrago hace en las orugas de estos lepidópteros, siendo así que en años anteriores era sumamente escaso en aquel pinar. El Sr. Delás manifestó, á propósito de la misma cuestión, que en los bosques de alcornoques de Tarragona había habido ocasión en que tan extraordinario era el número de estos lepi- dópteros, que los del centro morían faltos de alimento por ha- berlo consumido ya otros individuos; y que era tal esta abun- dancia, que el ruido que producían al consumir las hojas po- día oirse casi á distancia de un kilómetro. El señor Presidente declaró que la Sociedad había oído con gusto á los señores que habían hablado anteriormente, y que era verdaderamente lastimoso ver destruir el arbolado por es- tas plagas sin tomar medidas para evitarlo, cuando es posible, y ya que por desgracia en la mayoría de los casos no existe esa posibilidad, no favoreciendo, sino, por el contrario, des- truyendo los animales útiles, verdaderos aliados del agricul- tor en su lucha contra los insectos perjudiciales. —El Sr. Cazurro leyó la nota siguiente: «Únicamente como dato curioso acerca de la sinonimia de una especie de ortóptero propia de España comunicaré a la : Sociedad el siguiente: »La Cuculligera filexuosa descrita por Serville en su obra Hist. nat. des insectes orthopthetres en 1839, lo había sido ya muy anteriormente por Olao Worm en una obra muy curiosa pu- blicada por él en 1655, que se titula l/useum Wormianum seu Historia rerum rariorum tamtum naturalium quam artificia- hum tam domesticarum quam Exoticorum que Hafnie Danorum im edibus auctoribus servantur, Amsterdam , por los hermanos Elzevir, 1655, en la cual, con el nombre de Zocusta Hispanica, se transcribe la descripción siguiente: Corpore est cinereo maculato el quibusdam in locis ad favendi- nen inclinante. Caput habdel cucullatum cinereum, squammatumn, DE HISTORIA NATURAL. 81 os triquetrum, mystace sew quatuor pilosis ornatum corporibus, in fronte tenues quasdam antenas ostental, oculos prominulos nigricantes. Alas quatuor variegatas membranaceas nervis qui- busdam per longitudinem excurrentibus. Crura quatuor ante- riora minora in se reflexa, sed duo posteriora trium unciarum longitudine ad saltandum apla, qua corpus tangunt crassa, alío- quin tenua et cornea in extremo serrata. Venter octo sectionibus distinctus in acutam desinit spinam, in extremitate nmigricantem. Totum corpus longitudine est unciarum trium.» »El capuchón que cubre la frente, las manchas de las alas y fuertes nervios que las recorren, así como el color, y sobre todo el tener el abdomen aserrado, me hacen no dudar que se refiere esta descripción á la especie dicha. »Habla luego el autor de que estas langostas se comen, y que sirven como especial remedio contra las estrecheces de orina de la mujer, contra la lepra y contra las enfermedades de los ojos. »Para iguales usos las indicaba, en general, á todos los or- tópteros Pedacio Dioscórides en su obra de medicamentos sim- ples, y en la traducción de Laguna, nuestro célebre compa- triota, en las notas de las diversas ediciones de Salamanca 1566, Barcelona 1677, y Valencia 1595, en las cuales hace re- ferencia de las plagas que en otros países causaban, aunque no en España, y las mismas indicaciones hace Ribera en sus anotaciones á la obra de Laguna.» —El Sr. Calderón, de Sevilla, dijo que había recibido recien- temente las publicaciones que se había servido enviarle el profesor E. D. Cope, de Filadelfia, y que era verdaderamente sorprendente el movimiento científico que representaban, mo- vimiento esencialmente filosófico en sentido de aproximación de la Paleontología y la Zoología, y poco conocido entre nos- otros á pesar de su inmensa transcendencia. Seguramente ningún naturalista, desde Darwin y Wallace, ha dado tanto impulso á las doctrinas de la evolución como el profesor Cope en sus valiosas monografías, y sobre todo en su importante obra The Origin of the Fittest, recientemente apa- recida. Dijo que aunque era muy dificil extractar la doctrina contenida en trabajos tan numerosos y algunos muy extensos, como resultado capital merecía señalarse que el autor consi- dera dos agentes principales de la estructura del esqueleto y 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dentición de los mamiferos: el exceso y la falta de uso, “cada uno de los cuales puede á su vez subdividirse en dos series, del siguiente modo: ¡ Uso. Exceso de desarrollo....... ) l Exuberancia. Desuso. Defecto de desarrollo....... Pobreza. Las dos primeras condiciones son las que han cooperado principalmente para la producción de las estructuras, obran- do como causas mecánicas, que el autor clasifica del siguiente modo: A.—DESARROLLO DE LAS ARTICULACIONES. 1. Mera impresión. Facetas de la extremidad alejada del radio en los diploartos. Expansión de la extremidad cercana del radio en los diploartos. Desarrollo de la extremidad alejada de la tibia junto al astrágalo. Desarrollo de la extremidad próxima del astrágalo junto á la tibia. Troclea external del húmero en los roedores (lepóridos) y metapo- dial y húmero en los diploartos. . Mera torsión. Alternación de los huesos del carpo en los antropomorfos. Redondeamiento de la cabeza del radio en los desdentados y cua- drumanos. Involución apofisaria en los diploartos, etc. . Torsión é impresión sin flexión. Alternación de los huesos del carpo en los ungulados. . Torsión, impresión y flexión en un plano. . Flexión en dos planos. Vértebra cervical en forma de silla de los cuadrumanos. . Flexión en varias direcciones. Articulaciones vertebrales. Cabezas del húmero y fémur. AA.— DESARROLLO FUERA DE LAS ARTICULACIONES (DIENTES). . Dislocación por efecto del desarrollo de las puntas de los molares triífidos. Molares trituberculares. DE HISTORIA NATURAL. 83 8. Empuje transverso. Formas en V de los molares en varios órdenes. 9. Empuje longitudinal. Formas en Y de los multituberculados. Oblicuidad de los molares en muchos roedores. 10. Estímulo de presión y prolongación. Incisivos de los roedores, multituberculados, ete. Molares prismáticos de los diploartos, roedores, etc. Confluencia de los vértices generalmente hacia las crestas. Dientes caninos en general. Incisivos de los proboscidios, Monodon, Halicore, etc. Como se ve claramente examinando esta rápida enumera- ción de las modificaciones sufridas por las partes duras de los mamíferos, impera en ella un solo y único principio mecánico muy sencillo, que á juicio del Sr. Calderón es el mismo por el que los histólogos vienen explicando desde hace mucho tiem- po las transformaciones morfológicas de las células desde su forma esférica y uniforme primitiva. La diversidad de condiciones mecánicas á que están sujetas las diferentes partes del esqueleto del mismo individuo son la causa de la pluralidad de estructuras que este ofrece; princi- pio fecundo formulado por el profesor Cope, y por el cual ex- plica la reducción del número de dedos en el miembro poste- rior cuando su función queda reducida á la progresión rápida ú al salto: tal sucede en los gerbos y canguros, en órdenes por lo demás tan distintos como lo son los marsupiales y roedo- res. Este ejemplo demuestra además que la misma estructura aparece en diversas ramas del reino animal, con tal de que en ellas imperen iguales condiciones mecánicas. Bien lo con- firman el idéntico carácter de la articulación de las extremi- dades en los diploartos y roedores, que tienen de común la ra- pidez de su carrera; la notable analogía de las cabezas del ra- dio en los desdentados y Cuadrumanos, cuyas manos poseen en ambos órdenes una supinación completa; el desarrollo de los caninos tomando la misma forma en todos los animales en que debe servirles de órgano de defensa, y la idéntica marcha de reducción del número de dedos á medida que el organismo se adapta á una progresión más corredora en formas pertene- cientes á diversos órdenes. Sí ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA De estos y otros muchos datos, que sería imposible extrac- tar aquí sin dar á estas noticias una extensión exagerada, de- duce el profesor Cope la ley fundamental de que ¿idénticas cau- sas producen idénticos efectos. Hay que tener, sin embargo, en cuenta que esta identidad no se realiza en un momento, y que como cada forma trae el abolengo de las que le han precedido, la comparación debe establecerse dentro de cada tipo. Así las aletas de los peces son órganos esencialmente diferentes de los remos de los /ch4thyosaurus ú la ballena. Por consiguiente, las mismas causas, obrando sobre estos órganos, han de pro- ducir analoglas, pero nunca identidades morfológicas. El principio de la necesidad mecánica como productor de tan diversas evoluciones de los organismos no es ciertamente nuevo en la Anatomía comparada; pero nunca ha llegado al detalle y precisión que ha alcanzado en los trabajos del profe- sor Cope, tan zoólogo como paleontólogo y dueño de ese rico material de formas fósiles americanas descubiertas unas por él y examinadas otras á fondo por primera vez. Estudios tan transcendentales, así en el pormenor como en su concepción general, no son, sin embargo, como dijo al principio, conoci- dos apenas entre nosotros, ni aun en la vecina República; por lo cual, como una llamada de atención hacia ellos, creía el Sr. Calderón merecían siquiera esta pequeña indicación sobre el alcance de dichas investigaciones. Sesión del 7 de Agosto de 1889, PRESIDENCIA DE DON AURELIO VÁZQUEZ. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta del as comunicaciones si- guientes: Del Secretario de la Institución Smithsoniana de Washing- ton, anunciando el envío de «La cuarta Relación anual de la Comisión geológica de los Estados-Unidos.» Del Secretario de la Academia Real de Ciencias de Lisboa, anunciando el recibo del cuaderno 1.* del tomo xvi de nues- trog ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: DE HISTORIA NATURAL. 85 A cambio; Fouwrth Annual Report of the U. S. Geological Survey. Por D. J. W. Powell. 1882-83. Washington, 1884. On the occurrence of fossils of the cretaceous age on the Island of Martha's Vineyard, Mass. Por D. N. $. Shaler. Verhandlungen der kaiserlich-kóniglichen z00logisch-botamis- chen Gesellschaft in Wien.—Año 1889, cuaderno 2.” Sitzungsberichte der physitalisch-medicinischen Gesellschaft 2u Wiirzburg.—Año 1888. —Verhandlungen der physiktalische- medicinischen Gesellschaft.—Nueva serie, tomo XXI. Bulletin de la Sociéte Imperiale des Naturalistes de Moscou.— Año 1889, núm. 1.— Meleorologische Beobachtungen ausgefihrt aus Meteorologischen Observatorium der Landwirthschaftlichen Akademie bei Moskou.—1888, 2.* mitad. Archives Néerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xxttr, cuadernos 3.” y 4.” Annales de la Société entomologique de Belgigue.—Tomo XxxIt. Annales de la Société entomologigue de France.—6.* serie, tomo VIII. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Tomo vi. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxvi, en- trega 2.* Como donativo; Verslag van de negentiende Wintervergadering der nederlans- chz entomologische Urceniging; regalo de su autor D. G. de Uries van Doesbirgh. Teber króhnkit; regalo de su autor el Dr. L. Darapsky. Abonos para agricultura; donativo de su autor D. Juan Juste. La Sociedad acordó que se diese las gracias á los donantes. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha en- viado las dos actas siguientes: SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 7 de Julio de 41889. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAÚL. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se leyó la nota siguiente remitida por el Sr. Calderón: ACTAS DE LA SOC. ESP. —XVIII. 7 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Noticia de varios casos de deradelfa. «Por coincidencia casual se han reunido en el Gabinete de Historia natural, y en muy breve espacio de tiempo, varios ejemplares monstruosos pertenecientes á diferentes especies, y que todos corresponden á la familia de los deradelfos. »Careciendo aquí de obras con que clasificar estos curiosos casos y apreciar su mérito en relación con la frecuencia con que se presentasen, pedí noticias á nuestro ilustrado consocio de Madrid D. Manuel Cazurro, que, como recordaréis, se ha ocupado recientemente de este género de cuestiones, y á su amabilidad debo los datos que voy á reproducir, como prece- dente á la indicación de nuestros ejemplares. »Como es sabido, Isidoro Geoffroy Saint-Hilaire es el funda- dor de la importante rama de la Morfología, que se ocupa de las monstruosidades. En la clasificación de tan eminente na- turalista (1), nuestros ejemplares entrarían en el grupo de las anomalías complejas, subgrupo de monstruosidades propia- mente tales, que á su vez se subdividen en unitarias, dobles y triples. Entre las dobles, á que corresponden estos casos, pertenecen á la familia de los monocéfalos, caracterizados, como su nombre indica, por ofrecer una cabeza única. Los monstruos de este grupo pueden tener los troncos separados ó unidos en la pelvis, y en el primer caso, que es el presente, cada cuerpo poseer el número correspondiente de miembros, deradelfía, ó solo la mitad, toradelfía. »Malacarne (2) también ha caracterizado y clasificado esta monstruosidad, constituyendo con ella su clase IX, llamadu polisomia, que subdivide en androginia cuando los individuos reunidos pertenecen á los dos sexos, y diginta y diandria res- pectivamente, si ambos fuesen machos ú hembras. »A dicho grupo deradelfia 6 polisomia corresponden los ejem- plares en cuestión del Gabinete de esta Universidad, de los (D) Hist. gén. et part. des anomalies de Porganisme chez homme et les animauz ou Truité de Tératologie. Paris, 1836. (2) Dei monstrui umam, de caratteri su cui ne se potrebve stabilire la clasificarione (Mem. della Soc. ital., 4. 1X). DE HISTORIA NATURAL. 87 cuales dos pertenecen al gato (de cuya especie también acaba de presentarse un caso en Córdoba y ha ingresado en el Gabi- nete de la Academia politécnica de dicha ciudad), otro en el lirón y procede del Coto de Oñana, y el otro de Sevilla en el pollo, todos consistentes en la unión por el tórax de dos indi- viduos que tienen una sola cabeza común. »Según las noticias que, como he dicho, se ha servido comu- nicarme el Sr. Cazurro, se han citado diversos ejemplos de esta monstruosidad en el gato por Aldrovando (1), Vallisnieri, Daubeton, Barkow y Gurlt. Este último naturalista, así como Bartolin, Hoffmann, Regnault y otros, la han mencionado del carnero, del cerdo, del topo y de un lagarto. El profesor de Cádiz D. Celestino Párraga me comunica que ha visto en di- cha ciudad un caso en el cerdo.—En la especie humana la de- radelfia parece ser por extremo rara, y solo la citan Pesta- lozzi (2) y Lavagna (3), que habla de un monstruo¿formado por dos individuos varones nacido vivo á los nueve meses, y el cual murió á las pocas horas. »De nuestros ejemplares el más curioso es el del pollo, tanto A DDN (1) Monstr. hist. (2) Descr. de trois enfants monstrueuz (Joura. de phys.,t. XIV). (3) Storia anatomica sopra un monstruo umano bicorporeo. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA por lo bien caracterizado que se halla, cuanto por no haberse citado todavía, que sepamos, esta monstruosidad en las aves. Fué regalado generosamente á las colecciones de esta Univer- sidad por el Dr. D. Francisco Laborde, en cuya casa nació vivo y continuó viviendo algunas horas y moviendo todas sus pa- tas y alones, no obstante de haber sido arrojado al suelo con violencia por la señora de dicho doctor, asustada cuando, al ayudarle á salir del huevo, vió aparecer forma tan extraña. »Como indica la figura, el número de miembros es el corres- pondiente á los dos individuos que forman el monstruo: en el cuello, aunque no es muy grueso, deben existir las dos series de vértebras que, uniéndose poco antes de la cabeza y bajo una piel común, simulan un cuello único. El occipital es algo más alargado que en los individuos normales, y en su base descubre un examen atento los indicios de un cráneo atro- fiado. El resto de la cabeza y el pico no presentan nada de anormal.» Sesión del 5 de Agosto de 18809. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente comunicación: «En sesión de 8 de Agosto del pasado año nuestro consocio D. Manuel de Paúl hizo una interesante comunicación sobre los olivos de mala casta observados por él en la villa de Hué- var y en Alcalá de Guadaira, cuya pobreza de fruto, á que alude su nombre vulgar, explicó por el aumento que nota en ellos de flores machos, con respecto á las hermafroditas, y por presentar sus ramas un sin número de verrugas que impiden llegar á las flores los jugos necesarios para su buen desarrollo. »También recordaréis que en 7 de Noviembre del citado año el mismo señor, contestando á las dudas surgidas en Madrid por los Sres. Galdo y Botella en vista de su nota, demostró que las referidas verrugas no son producidas por la costumbre de coger el fruto por el sistema llamado del vareo, ni se deben tampoco á la larva de la Zínea oler F., que ocasiona con fre- cuencia otra enfermedad de la misma planta en Andalucía. »Habiendo tenido noticia, con posterioridad á estas notas, DE HISTORIA NATURAL. 89 de que el eminente patólogo M. Prillieux había hecho una comunicación á la Academia de Ciencias de París sobre los tumores del olivo, resolví, de acuerdo con el Sr. Paúl, enviarle ejemplares de las mencionadas verrugas, rogándole las exa- minase en su laboratorio y se sirviese participarme su ilus- trado parecer. Así lo ha hecho el citado sabio francés, contes- tándome, con fecha de 14 de Mayo del corriente, que ha exa- minado los tumores consultados, procedentes de Huévar, cuyo envío le anuncié anticipadamente, y que son parecidos á los que estudió en aquella comunicación, y sn duda ninguna como aquellos debidos d Bacillus. »Creo la noticia de bastante interés para comunicarla á la Sección, al mismo tiempo que expreso mi gratitud á tan dis- tinguido naturalista por la bondad y eficacia con que se ha servido complacerme.» —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «En el núm. 21 (27 Mayo 1889) de los Comptes rendus de la Academia de Ciencias de París, encontramos una interesante nota de M. Laboulbéne, que se ocupa de los daños producidos en las espigas de maíz por un hemíptero, el Pentatoma viri- dula L. Este insecto, provisto de un largo chupador, perfora la espiga cuando todavía está en leche y se nutre de ella. El grano así perforado se atrofia; la espiga por el lado picado queda desprovista de granos y seseca. Examinando diferentes espigas atacadas, se ven unas pequeñas, otras encorvadas y á veces solo existen granos en la base y otras faltan en series paralelas al eje de la espiga y en toda la extensión de ella. Quizás el maíz no sea atacado por este insecto sino después de la recolección del trigo. »En 1887 han sido excesivamente abundantes los Pentatomas en muchas comarcas de las Landas, á las que se hacía una caza asidua dos ú tres veces al día. In 1888 fueron menos nu- mEerosos. »Otro hemiíptero próximo al primero, 4/4 cognata, ha cau- sado según M. Pomel, verdaderos estragos en los cereales de las altas mesetas argelinas. (Comptes rendus del 18 de Marzo de 1889.) »Termina su nota M. Laboulbéne llamando la atención acerca de un insecto que destruye las plantaciones de maíz y trigo en los alrededores de Murcia (España). Este insecto 9 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que según sus noticias es una Mosca llamada paulina, es de color blanco, con rayas negras ligeras sobre las alas y el dorso y por lo demás muy semejante á la chinche. »Estos insectos caen en un campo como un nublado, se posan, atacan las espigas así como al tallo, arrojando un lí- quido infecto y las desecan, quedando el grano reducido á una pasta semejante al almidón. El uso del pan que contu- viera esta sustancia sería mortal. La descripción de un insecto que tuviera las formas de una chinche, no de una mosca, podría ser quizás, en concepto de M. Laboulbéne, un hemip- tero del género 4 l14. »Indudablemente es la 4 lia acuminata, el insecto de que se trata, conocida en esta localidad con el nombre de paulilla. Según los datos que me comunica nuestro distinguido con- socio Sr. Paúl, en los años propicios para su desarrollo causa grandes daños en los trigos, cuyos granos presentan un aspecto especial, á que alude la expresión vulgar de que está almidonado. El pan fabricado con trigo atacado por la 414 presenta manchas, y tanto el gusto como el olor son desagra- dables; pero según quien lo ha comido, no causa daño alguno. »Cuando un trigo se encuentra atacado por la 4/4 acumi- nata, se acostumbra á trillar en pié la parte invadida de la sementera, sirviéndose para esta operación de una tropa de yeguas. »Vulgarmente dan también el nombre de paulilla a varios insectos pertenecientes á los géneros Pentatoma, Strachia, Graphosoma, etc., confusión que se explica por la creencia general entre los trabajadores del campo de que la paulilla toma un color parecido al de la planta á que ataca. »Procuraré tener al corriente á mis dignos consocios de los medios mejores para destruir los hemíipteros perjudiciales á los cereales, que han de ser objeto de una nueva comunica- ción á la Academia de Ciencias por parte del ilustre entomó- logo M. Laboulhéne.» —El Sr. Calderón participó 4 la Sociedad el fallecimiento en Málaga en el mes de Mayo pasado de nuestro eminente consocio D. Francisco Prieto y Caules, Ingeniero primero de caminos y director hacia ya bastantes años de las obras de aquel puerto. Recordó que en medio de las muchas ocupa- DE HISTORIA NATURAL. 91 ciones inherentes á su importante cargo, nunca abandonó el Sr. Prieto sus aficiones á la malacología, en la que era una verdadera notabilidad, habiendo formado uua bella colección y teniendo preparado un trabajo muy extenso sobre moluscos españoles. Últimamente estaba haciendo uno y le llevaba muy adelantado sobre los foraminíferos del notable yaci- miento de Los Tejares de Málaga y sobre las conchas que los acompañan, trabajos que trata de salvar del olvido y publicar la Sociedad de Ciencias de Málaga, gracias á las activas ges- tiones de D. Domingo Orueta. La repentina muerte de tan inteligente y activo naturalista ha perjudicado notablemente á la ciencia malacológica española, tan necesitada de cultiva- dores perseverantes, sobre todo en la región del Mediodía, y privado á las colecciones regionadas de la Universidad, aun incipientes en este ramo, del mejor de sus colaboradores. Terminó el Sr. Calderón rogando á la Sección hiciese constar en el acta su sentimiento por la dolorosa pérdida que ha ex- perimentado la Sociedad en la persona digna de todo respeto y admiración de D. Francisco Prieto y Caules. Así se acordó por unanimidad. —Haciéndose intérprete el Sr. Presidente del sentimiento con que la Sociedad había oído la noticia de la muerte de su distinguido miembro el Sr. Prieto y Caules, de que dió cuenta el Sr. Calderón en la última sesión de la Sección de Sevilla, propuso y la Sociedad aceptó por unanimidad que constase en el acta presente esta profunda pena. —El Sr. G. Linares informó á la Sociedad del hallazgo del terreno wealdico en las inmediaciones de la estación del fe- rrocarril de Santander y en algunos otros puntos de la misma provincia en los valles situados al oriente de esta localidad, con algunos otros pormenores acerca de la geología de aque- lla región, de todo lo cual prometió enviar pronto á la Socie- dad nota detallada. —El Sr. Hoyos puso en conocimiento de la Sociedad dos cu- riosos casos de anomalías en las extremidades. El primero es una polidactilia simétrica y completa obser- vada en un hombre de 30 años de 1.555 mm. de talla, 190 de 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA longitud de la mano y 12 la del pulgar. Por la referida ano- malía le apodan 24 dedos. El dedo sexto ó suplementario há- llase situado en el borde cubital de la mano y cabeza externa del metacarpiano anular, su dirección es oblicua y su longitud menor que la de este. Su parte ósea consta de dos falanges de constitución análoga al pulgar faltando probablemente el falangito y estando el falangete dotado de uña normal: los músculos bien distribuidos y dependientes de los palmares superficiales pero no relacionados con el extensor del dedo pequeño. El pisiforme y ganchudo tiene un tamaño mayor que el normal, al menos al exterior. La sensibilidad es normal así como la aparente distribución de vasos, nervios etc., tra- tándose por tanto de un verdadero dedo y no de un tumor. Este fenómeno ha sido estudiado por Fauvelle que relaciona su existencia con los dedos suplementarios de algunos batra- cios, aunque los por él descritos son menos normales. Poste- riormente en el tomo de 1886 del Verhandlungen der Berliner Gesellschaft fúr Anthropologie, Ethnologie und Urgeschichte se ha publicado una discusión sobre el asunto sostenida por Paul Albrech, Virchow y Nerhing, clasificando el segundo en verdaderos y falsos los casos de hiperdactilia. El Dr. Avia cita la existencia de 24 dedos en una dinastía de los Hyamitas, considerándose como adulterino el individuo que no los pre- senta y conocido idéntico fenómeno durante cuatro generacio- nes en la familia del matemático inglés Colbum. En el caso presente no ha existido en sus antepasados. El segundo es una verdadera tetradactilia, en la mano de- recha de un joven de 15 años normalmente desarrollado y sin más anomalía que la citada, siendo esto de notar porque van estas monstruosidades acompañadas de otras más 6 menos re- lacionadas con ellas, como ocurre en un caso citado por Ve- rrier en el tomo vit, serie 2.? de los Bulletins de la Société de Anthropologie de Paris en que la falta es simétrica en ambas manos y se compensa con dos dedos supletorios en los pies; y en otro de tridactilia de Chundzinski también presentado en dicha publicación en 1886 y también acompañado de otro en el pie correspondiente, pero siendo siempre de constitución anormal é incompleta los dedos. El mismo autor cita en 1887 la curiosa anomalía del criminal Pranzini. El observado por mí es un caso normal, puede decirse, por DE HISTORIA NATURAL. 93 la falta completa del dedo anular desde su articulación me- tacarpiana con el hueso grande del carpo, uniéndose por los músculos el dedo grande y meñique que alcanzan un desarro- llo algo mayor que el normal; la inserción del segundo en el ganchudo se aproxima más al centro de la mano, siendo menos marcada la curva saliente del borde externo. La lon- gitud de la mano es de 152 mm. y 104 la del pulgar. Las causas de esta tetradactilia cree Verrier que son pura- mente mecánicas, debidas á bridas amnióticas y subsiguiente atrofia del órgano que falta. Si se juzgan como órganos rudi- mentarios ú atrofiados habría que buscar la desaparición en los Colobus que hay dedos (el pulgar), que se reducen, y en los Ateles que faltan. L Sesión del 4 de Septiembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON AURELIO VÁZQUEZ. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —$S€e pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Jahrbuch der Hamburgischen Wissenschaftlichen Austalten.— Año vi, primer cuaderno, 1888. Bulletin international de ' Academie des Sciences de Cracovie. —Compt. rend. des Séances de Pannée 1889. Annales de la Sociéte Entomologique de Belgigue.—Tomo xxx. The azoic system, por J. D. Whitney and M. E. Wadsworfh. —On some specimens of permians fossil plants from Colorado; Report on the recent additions on fossil plants to the Museum Collections. Por L. Lesquereux.—T7'he fossiles and thein associa- ted Rocki North of Boston. Por 1. $. Diller.—On an occurrence of Gold in Maine; A microscopical study of the Iron Ore or peridotite of Iron Mine Hill. Por M. E. Wadsworth.—Observa- tions upon the phisical Geography and Geology of Mount Ktaand. Por C. E. Hamlin.— Bulletin of the Museum of Comparative -Zoology at Harvard College. — Tomo vu (serie geológica 1). Índice. Boletim da Sociedade broteriana.—Tomo vr, 1888. 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Boletin de la Comisión del Mapa geológico de España.— Tomo xv. Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid. —Tomo Xxv1, números 3.”, 4." y 5.” Como donativo; La région éepigenique de l'Andalousie el "origine de ses ophites, por D. Salvador Calderón (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.* serie, tomo xv11); regalo del autor. Un coin interessant du tertiaire d' Italie. (Bull. de la Soc. belge de géol.)—Le Ligurien. (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.* serie, tomo xv11); regalo de su autor Dr. F. Sacco. La Sociedad acordó que se diesen las gracias á los donantes. —Los Sres. Cazurro y Hoyos presentaron varios ejemplares de armas prehistóricas acerca de las cuales dieron las siguien- tes noticias: «En una excursión que verificamos recientemente en unión del profesor Quiroga y el Sr. Elizalde á los clásicos aluviones cuaternarios de San Isidro, hemos tenido ocasión de adquirir algunos ejemplares de las hachas talladas en silex que en dicha localidad no es raro encontrar, y creyéndolas de algún interés en unión de otras recolectadas en excursiones ante- riores presentamos á la Sociedad. »Citaremos primeramente una tallada en pedernal gris, no- table por el tamaño, pues es la mayor de las hasta ahora en- contradas, como lo prueban las dimensiones siguientes: lon- gitud 23 cm., latitud 12 y espesor 5. Este bello ejemplar, de forma amigdaloidea y perfectamente tallado, pertenece como casi todas las armas de esta estación al tipo chellense, asi lla- madas por ser la forma típica de los silex encontrados en los aluviones de Chelles, Seine et Marne. Fué adquirido al precio de 4 pesetas de un obrero que dijo haberlo encontrado entre las arenas arcillosas y algo blanquecinas, situadas encima de la grava menuda y arenas abigarradas, caprichosamente teñi- das por hierro y manganeso y muy por cima de la capa de cantos rodados que reposa sobre el yredon. Aunque este como los demás yacimientos no estén por completo determinados. »El segundo ejemplar es una notable hacha de 19 x 14 X 4 que ofrece la particularidad de no estar tallada en pedernal sino en cuarcita, silúrica al parecer, y no tan acabada de labor como las demás, efecto según hace notar el Sr. Vilano- DE HISTORIA NATURAL. % va, tan competente en estas cuestiones, en su reciente dis- curso de recepción en la Academia de la Historia, de que este material no se presta al pulimento como la piedra de chispa, »Al mismo tipo chelense se refieren otros cinco ejemplares, todos ellos de pedernal, cuyo color varía del gris lavanda al rojo melado, preciosa por su perfecta labor una de este último matiz, y cuyas dimensiones varían de l5x9X448X5,5X2Q centímetros. »Son también de notar por su tosca labor otros dos ejempla- res, uno de ellos de 15 X6 X 5 em., muy anguloso, como sino estuviera terminado, tallado en pedernal amarillento, cerco y y bordes muy abiertos y cuya sección perpendicular al eje sería triangular. »El otro también en pedernal blanquecino y como calcinado, del tamaño de 12 Xx 7 Xx 2 de forma muy plana, no presenta en una de sus caras golpe alguno fuera del Iplano concóideo 6 núcleo de percusión que ocupa toda la cara, al paso que la otra está formada por dos planos desiguales que forman una ¿arista bastante elevada que recorre todo el eje mayor del ejemplar, quizás estos dos planos se obtuvieran mejor por presión. Ambas fueron adquiridas de los obreros. »Otro tercer tipo merece llamar la atención, es un ejemplar en pedernal gris, cuyo cabo ó mango es igual á las del tipo chelense puro, pero cuyo corte es recto y no puntiagudo, de suerte que en ella desaparece la forma amigdalóidea, aseme- jándose más bien á una almendra cortada en bisel su punta: sus dimensiones son la siguientes: 12 < 9 X 2 y la anchura del corte 54. Un ejemplar igual existe en las colecciones del Mu- seo de Ciencias Naturales y otro de esta forma que parece su retrato, representa y describe muy brevemente Cartailhac en lo poco que en su obra Zes áges prehistoriques de l* Espagne et Portugal cita de la localidad de San Isidro. »También hemos adquirido un pequeño ejemplar de peder- nal, quizás una esquirla ó casco saltado al tallar las hachas, y que como observa el Sr. Vilanova, muy bien pudieron ser aprovechados primitivamente como cuchillos ó raspadores para los huesos y las pieles. Su aspecto es casi euadrado, sus bordes cortantes y sus dimensiones 5Xx5X l. »Acudiendo con frecuencia á esta localidad, fácil sería ad- quirir por poco precio de los obreros, según hemos hecho, 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA gran número de ejemplares interesantes que permitirían ha- cer un detenido estudio de esta interesante estación, estudio que el Sr. Cartailhac lamenta que no esté ya hecho. También hemos encontrado algunos ejemplares, siempre de pequeño tamaño, pero perfectos por su labor, entre los montones de cantos que forman al cribar las arenas para hacer la pasta para los ladrillos.» —El Sr. Quiroga presentó á la Sociedad por encargo de don Augusto G. de Linares un briozóo y una esponja fluviátiles que este señor ha encontrado en el río Manzanares el primero, y la segunda en el canal del Lozoya, acerca de cuyos objetos presentará el Sr. Linares una nota detallada. —Inmediatamente leyó el mismo Sr. Quiroga su nota si- guiente: AE Sobre las rocas pirozénicas arcáicas en general y las españolas en particular. «Con el título de Contribuciones al estudio de los gneis pi-. rozénicos y rocas de mwernerita, ha publicado recientemente M. Lacroix (1), Preparador en el colegio de Francia, una interesante monografía de los materiales indicados. Llama M. Lacroix gneis de piróxeno á las rocas que los litó - logos alemanes distinguen con el de granulitas pirozénicas, reservando el nombre de pirozenitas, que los franceses daban á semejantes materiales, para las rocas arcáicas constituidas exclusivamente de piroxeno. : El grupo de las piroxenitas tal como lo establece hoy M. Lacroix, había sido ya considerado por el Dr. E. Kalkow:s- ky (2). Este nombre fué igualmente propuesto con anteriori- dad por M. J. Jujovitch (3) para distinguir una roca volcánica sin feldespato, que contiene á la vez y casi con exclusión de otro elemento, augita en los dos estados porfírico y microlítico, que el geólogo de Belgrado estudió en el colegio de Francia, procedente de los Andes, y halló también entre las rocas vol - cánicas recogidas en Gran Canaria por el profesor D. Salvador (1) Bull. de la Soc. franc. de Min ,t x11, núm. 4, 1889. (2) Llemente der Litho"ogie, pág. 231. Heidelberg, 1886. (3) Vote sur les roches eruptives et metamorphiques des Andes, pág. 13. Belgrade, 1880. DE HISTORIA NATURAL. 97 Calderón. El mismo M. Jujovitch en una publicación ulte- rior (1) cambió aquel nombre por el de augititas, que fué aceptado después por el profesor H. Rosenbusch (2), con ob- jeto de reservar el de pirozenitas para las rocas, á que pri- mero se aplicó, y evitar confusiones. En la imposibilidad de pasar revista, siquiera fuese rápida- mente, á la composición y estructura de las rocas arcáicas pi- roxénicas de tantas localidades de todos los continentes como cita M. Lacroix en su trabajo, extractaré algo acerca de las conclusiones generales á que sus investigaciones le han con- ducido, concluyendo por resumir lo que dice de los materiales de esta naturaleza en España, añadiendo ed observación propia sobre el asunto. En la parte superior del piso ¿! del gneis, es decir, en la zona de los gneis pizarrozos que están inmediatamente de- bajo y en contacto con las pizarras cristalinas, y á veces tam- bién entre gneis más ácidos pero siempre superiores, existen rocas piroxénicas, que forman masas lenticulares frecuente— mente dispuestas en serie y siempre concordantes con los gneis inferiores. Tienen colores verdes, son más ó menos compactas y pocas veces estratoideas, y su composición más sencilla está realizada por una asociación granuda de plagio- clasa 6 wernerita y piroxeno, en la que rara vez falta la tita- nita. Cuarzo, ortosa, apatito, zircon, granate, son los ele- mentos más frecuentes. Todas las plagioclasas se presentan, ya solas, ya combinadas; y las werneritas, que desempeñan su papel, corresponden á los diversos tipos de la familia (dipiro, escapolita, etc.); pero al contrario de lo que sucede con los feldespatos, cada yacimiento tiene su wernerita propia, y de los españoles, así como de otros muchos, es característico el dipiro. El piroxeno pertenece á la malacolita. Muchos otros minerales ha reconocido en estas rocas M. La- croix, unos primordiales y otros deutógenos, pero de ellos no citaré sino uno nuevo, la fouguetta, que descubrió en el gnejs de anortita de Salem (presidencia de Madrás), sustancia de color amarillo en masa y casi incoloro en secciones delgadas, que constituye una especie dimorfa de la zoisita. (1) Zes roches des cordilleres, pág. 38, París, 1881. (2) Mikr. Phys. der Mass. Gest., Zi. AUN., pág. 813. Stuttgart, 1887. 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA La frecuencia con que M. Lacroix ha visto en estas rocas la wernerita, le lleva á hacer objeto preferente de su trabajo la investigación de diversas particularidades de este grupo mi- neral, especialmente las que se relacionan con su composi- ción y distribución geológica. En cuanto á la primera cuestión, el objeto del autor es de- terminar las variaciones que sufren las propiedades ópticas de los diversos minerales de este grupo con la variación de su composición, partiendo del supuesto del profesor Tschermak, de que las werneritas constituyen una serie continua, cuyos términos son producidos por la mezcla en proporciones varia- bles de dos sustancias, que el sabio profesor de Viena llama meiontisilicato (Si, Al, Ca, O), = Me) y marialitsilicato (Si, Al¿ Na; 03, Cl = Ma). Dice M. Lacroix que los análisis y me- didas que ha hecho no son suficientes hasta ahora para esta- blecer las relaciones indicadas. Respecto á la segunda, establece como resultado de sus ob- servaciones que las werneritas se presentan en cuatro yaci- mientos diferentes, á saber: 1.” En las rocas volcánicas (materiales proyectados en la Somma). 2.” En los gneis piroxénicos y cipolinos, objeto de su ac- tual memoria. 3. En las rocas eruptivas, donde son el producto de la transformación de los feldespatos, ya por acciones metamór- ficas especiales (filones de apatito de Noruega), ya por accio- nes secundarias (sienita eleolítica, diabasa, etc.). 4.” En las calizas sedimentarias, en las cuales aparecen las werneritas por influencia de las rocas eruptivas (como sucede entre otros ejemplos que cita el autor en algunas calizas de los Pirineos con la sienita eleolítica y las ofitas). No parece que cada especie de wernerita se presente exclu- sivamente en uno de los yacimientos anteriores; el dipiro, sin embargo de hallarse en los cuatro, muestra cierta preferencia POTer Ze yiaEs Las rocas piroxénicas arcáicas españolas que describe M. Lacroix, proceden unas de la provincia de Huelva, envia- das por el autor de la Descripción yeolóyica de aquella comarca, distinguido miembro de la Comisión del Mapa geológico, don Joaquín Gonzalo y Tarin, y otras del Pedroso, en Sevilla, re- DE HISTORIA NATURAL. 99 mitidas por el profesor de aquella Universidad, D. Salvador Calderón. Entre las rocas de ambas localidades ha encontrado el distinguido petrógrafo francés gneis piroxénicos unos sin wernerita y otros con ella. El gneis piroxénico sencillo, tanto de Huelva como del Pe- droso, tiene por elementos esfena, piroxeno, anfibol, oligo- clasa, ortosa, cuarzo y calcita. El piroxeno es verdoso, algo pleocróico, y constituye, ya granos redondeados, ya láminas estalactitiformes. El anfibol, verde muy claro y policróico, parece ser en la roca de Sevilla un producto de uralitización. Los feldespatos y el cuarzo son granudos y moldean á los mi- nerales anteriores, y la caliza ocupa grandes extensiones, ce- mentándolos á todos. Un ejemplar de Huelva, muy rico en calcita, contiene piroxeno incoloro en cristales de muchos mi- límetros de longitud, en parte uralitizados. El gneis piroxénico con wernerita de Huelva tiene casi la misma constitución que el anterior, sin más que sustituir totalmente el feldespato por escapolita, que va acompañadu de abundantes productos de alteración micácea y constituye, ya granos redondeados, ya cristales alargados según el eje vertical. El del Pedroso, consta de piroxeno verde claro, esfena ro- sada, dipiro, ortosa, oligoclasa, cuarzo y epidota secundaria. El piroxeno es granudo; la wernerita se presenta en la sec- ción bajo la forma de láminas grandes, corroídas, de esfolia- ciones prismáticas muy acentuadas, y encerrando en estado de granos piroxeno, ortosa, oligoclasa y cuarzo. M. Lacroix ha encontrado en un cipolino de la Sierra de Peñaflor, el di- piro asociado á titanita, rutilo, mica parda, cuarzo, anfibol, labrador y clorita. Tales son las interesantes noticias que nos da M. Lacroix acerca de las rocas arcáicas, que él llama gneis de piroxeno, en España. Poseo algunos ejemplares de estas rocas procedentes del Pedroso, en Sevilla, que debo á4 la bondad de mi compañero y querido amigo el profesor de aquella Universidad, D. Salva- dor Calderón. Las que contienen wernerita son rocas compac- tas, formadas á simple vista de elementos verdes y blanccs, los primeros bien caracterizados como piroxenos, mientras que en los segundos falta la facies feldespática especialmente, 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA por la carencia de exfoliaciones. En sección transparente, y mediante el microscopio, se muestran unas con estructura francamente granulítica y otras granítica; á este último grupo corresponde el ejemplar del gneis piroxénico con wernerita procedente de esta localidad que describe M. Lacroix, y en la cual el dipiro se diferencia muy bien de los feldespatos y cuarzo á quienes engloba. La wernerita granulítica se distin- gue de los feldespatos y cuarzo granulíticos, sobre todo del último, porque no tiene las apófisis y cavidades articulares que poseen los granos del último mineral. Sus individuos tienden á ser rectangulares, extinguiéndose paralela y nor- malmente á su longitud, cuya propiedad los distingue de las secciones rectangulares de ortosa que lo hacen entre 0” y 5”. Para diferenciar completamente la wernerita de este mineral feldespático, con quien realmente se confunde, hay que va- lerse de los siguientes caracteres: 1.”, bajando el condensador del microscopio se hacen sensibles en la wernerita casi siem- pre, unas estrías finas de esfoliación paralelas entre sí y á los lados mayores del rectángulo; esto la diferencia también en la mayoría de los casos de las plagioclasas; 2.”, observando en luz convergente el carácter uniáxico de las secciones cua- dradas constantemente extinguidas entre los nicoles cruza- dos; 3.”, la birefringencia que en los feldespatos oscila entre 0,007 y 0,013, y en las werneritas entre 0,012 y 0,036; 4.”, tra- tando el polvo de la roca por un líquido de Thoulet de den- sidad 2,60, la ortosa flotará y la wernerita se irá al fondo acompañando á las plagioclasas, de las cuales se las podrá separar con el microscopio; 5.”, una vez aislado algún grano se reconocerá en él la presencia de la sosa por el procedimien- to de Szabo; también se pueden usar los procedimientos de Boricky y Behrens para mostrar la falta de alúmina y potasa en las werneritas. En general se puede decir que cuanta más ortosa contiene una granulita piroxénica, más pobre es en wernerita. En cuanto á las werneritas graniticas, se distinguen muy bien de la ortosa por sus exfoliaciones marcadas, extinciones según ellas, y encerrar á todos los demás elementos bajo forma granulítica. Las werneritas, por su polarización Cro- mática, se confunden con el cuarzo; pero las propiedades an- teriores las diferencian claramente. DE HISTORIA NATURAL. 101 La descripción que hace M. Lacroix del gneis piroxénico con wernerita del Pedroso, conviene perfectamente á la roca núm. 548 de la colección de rocas del Museo de Sevilla que me remitió el Sr. Calderón, con la diferencia de que el ejem- plar que yo tengo es muy rico en zircón, mineral que no cita M. Lacroix. El núm. 541 de la misma colección es enteramente granulítico, y sus elementos son los siguientes: wernerita granulítica muy abundante; ortosa, oligoclasa y cuarzo en granos y mucho más escasos; piroxeno ligeramente verdoso, también granudo y con algo de hornblenda verde; titanita de color de rosa fuerte; ilmenita, dominando sobre la magne- tita; epidota secundaria; zircón, muy abundante en granillos redondeados muy pequeños. La roca señalada con el núme- ro 537 es una verdadera piroxenita, pues no contiene más que diopsido. El Sr. Macpherson describe materiales de esta naturaleza, con el nombre de pizarras pirozénicas, en su petrografía de la Cordillera carpetana y en la del arcáico de Andalucía, y con el de rocas verdes, en la de Galicia (1). De estas dos últimas re- siones no tengo ejemplares, pero de la inmediata sierra de Guadarrama los poseo de Buitrago, Puertos de Malagón y de la Cruz Verde en el Escorial, de Robledo de Chavela y de en- tre la Hoya de la Guija y Peguerinos en la provincia de Ma- drid, confinando con la de Ávila. La mayoría de estas rocas son enteramente graníticas, pues aun el cuarzo escaso que contienen, forma granos pequeños siempre redondeados, perdidos en el seno de la ortosa. Este mineral constituye grandes individuos irregulares, de facies cranítica, en los cuales están empotrados, además del cuarzo antedicho, la plagioclasa y el piroxeno, que generalmente forma cristales grandes redondeados de color verde muy claro y con todas las propiedades del diopsido. No he podido hallar en estas rocas ni un solo grano de wernerita. La esfena no es muy abundante en las rocas del Escorial, pero sí lo es en las de Buitrago, en las que siempre contiene microlitos de rutilo. En resumen, las rocas arcáicas feldespático-piroxénicas de (1) Sucesión estratigráfica de los terrenos arcaicos de España, páginas 61, 112 y 115. Madrid, 1887. (Ay. SOC. ESP. DE HIST. NAT., xI1, 1833.) ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 8 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA la sierra de Guadarrama son de facies y estructura esencial- mente granítica, ortoclásicas y sin wernerita. Se hallan también en el puerto de Malagón y en Robledo de Chavela, rocas de este grupo, en las que sus elementos domi- nantes, feldespato y piroxeno, se han desarrollado en grandes individuos, concentrándose en puntos diversos del material. El feldespato entonces suele ser con mucha frecuencia micro- clina. Existen además en la sierra de Guadarrama verdaderas ,1- roxenitas, en el sentido que da á esta palabra M. Lacroix, es decir, de rocas arcáicas formadas exclusivamente de piroxeno, en el puerto de Malagón (Escorial) (1), en la cuesta del Labra- do, á la izquierda del arroyo de la Parrilla en Riaza (2), y el Sr. Prado la cita ya del Escorial, aunque sin precisar yaci- miento, y de Cercedilla y el Cerro de Piñuecar (3). En el Museo hay ejemplares de la piroxenita del Escorial, recogidos en el siglo pasado y principios del actual. A mi juicio no está bien aplicado el nombre de gneis piro- xénicos á rocas que son complejos granuliticos de plagioclasa y piroxeno, la primera sustituida frecuentemente por werne- rita, y que aparecen como masas lenticulares entre los estra- tos gneísicos, nunca como verdaderos estratos. De todos mo- dos habrá que distinguir en estos materiales piroxénicos dos grupos: el primero, plagioclásico, frecuentemente werneríti- co, y de textura granulítica, del cual son tipo en nuestro país las rocas del Pedroso; y el segundo ortoclásico, que muy rara vez contiene wernerita, de textura granítica, y cuyos repre- sentantes tenemos en la inmediata Sierra de Guadarrama. Los de este último grupo podían llevar mejor el nombre de gneis pirocénicos, reservando para los primeros el de granuli- las pirozénicas. Del tipo alemán de las granulitas convendría separar también, en primer lugar, las granulitas ortoclásico- cuarciferas, que con mucha frecuencia encierran granate, y son las antiguas leptinitas; y en segundo, las pirozenitas ú ro- (1) Macpherson: Sucesión estratigrofica de los terrenos arcaicos de España, pág. “l. Madrid, 1883-87. (AN. SOC. ESP. DE HIST. NAT.) (2) Quiroga: Observaciones sobre alyunas rocas de Riaza (Segovia). AN. DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., t. v, Actas, pág. 31. Madrid, 1976. (8) Descrip. fis. y geol. de la prov. de Madrid, pág. 110. Madrid, 1861. DE HISTORIA NATURAL. 103 CASA fa a loians 1430 56) 1430 27! DEA ITA 1070 3' 1060 56' CSS AAA 1430 4' 1430 27' (1) Esta combinación sencillísima no sabemos se halle figurada más que en la Mineralogía de Dufrenoy (lám. III, fig. 363) 2.2 edic., 1856. (2) En la obra de Naumann-Zirkel /Elemente der Mineralogie, pág. 460. Leipzig, 1881) figuran los ángulos: Sos PES ESAS 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —El Sr. Quiroga dió cuenta á la Sociedad de un trabajo suyo titulado Observaciones geológicas hechas en el Sáhara occidental que pasó á la Comisión de publicación. —El Sr. López Cañizares presentó el resultado de sus inves- tigaciones acerca de algunas rocas volcánicas de la costa oc- cidental de Africa. Sesión del G de Noviembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTÍNEZ Y SÁEZ. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Amzeiger.—Números 311 á 319. Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien.—Tomo XxxIx, cuaderno 3.” Journal of the Royal Microscopical Society.—1889, Agosto. Nouveauz méemotres de la Société imperiale des naturalistes de Moscow.—Tomo xv, entrega 6. Bulletin de la Société Zoologique de France.— Tomo x1v, nú- meros 6 y 7. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxvIu, en- tregas 1 y 2. boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid. —Tomo xxvi, núm. 6. Crónica cientifica de Barcelona.—Año xtt, números 280-287, Como donativo; Ensayo de Farmacofitología cubana.—Plora de Cuba.—Diccio- nario botánico de los nombres vulgares cubanos y puertorriqueños; regalados por su autor D, Manuel Gómez de la Maza. Plantas vasculares de San Lorenzo del Escorial y sus alrede- dores; donativo de su autor D. José Secall. Bibliotheca Debyana.—Volumen 1; regalo del autor don J. Deby. El Imperio de Marruecos. —Números 1 y 3; remitidos por su director y propietario el comandante D. J. Cervera. Semanario Parmacéutico.-—Año xvi, números 41-52; y DE HISTORIA NATURAL. 111 año xvrir, númeres 1-5; regalo de su director D. Vicente Mar- tin de Argenta. La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los donantes. —Quedaron admitidos comos socios los señores Gómez de la Maza (Dr. D. Manuel), de la Habana; presentado por D. Francisco Quiroga. López Monedero (D. Francisco Aquiles), de Madrid; presentado por D. Maximino Sanz de Diego. Esteva Ravassa (D. Gaspar), de Motril; presentado por el Sr. Quiroga, á nombre de D. Enri- que Laza. . —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios. —El Sr. Secretario dió cuenta de un trabajo del Sr. Calde- rón, de Sevilla, acerca de Los fosfatos de cal naturales, y otro del Sr. Rodríguez y Femeniías, titulado Datos algológicos. Dos especies nuevas del género Nitophyllum, que ha venido acompa- ñado de dos láminas grabadas en Barcelona; la Sociedad acor- dó que pasasen ambos á la Comisión de publicación. También presentó el cuaderno 2.” del tomo xvm de los AxALes de la So- ciedad, que contiene la conclusión del trabajo del Sr. Rodrí- guez y Femenías, sobre Algas de las Baleares; uno del señor Lázaro é Ibiza, titulado Datos para la fora algológica del Norte y Noroeste de España; uno del Sr. Cuni y Martorell, Misceld- neas entomológicas. Ardcnidos de Amer y Montserrat; una inte- resante noticia del Succimo de origen español, escrita por el sa- bio director del Museo Zoológico-Antropológico de Dresde, Dr. Meyer; y, por último, concluye con el comienzo de las Observaciones geológicas hechas en el Sáhara occidental, escrito por el que suscribe, que terminará en el cuaderno próximo, donde debe ir la lámina que corresponde á la parte publicada en este. Figuran también en dicho cuaderno las actas de los meses de Mayo hasta Septiembre inclusive. —El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, ha re- mitido el acta que se publica á continuación: 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 9 de Octubre de 418809. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCIA DE MENESES. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —$Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Calderón leyó la siguiente comunicación: Las formaciones tsqueléticas marinas y el origen de la caliza sedimentaria. «De todos es sabido que en las formaciones geológicas más diversas, desde las antiguas á las modernas, y con espesor á veces considerabilísimo, se presentan bancos de carbonato de cal, afectando infinitos aspectos y estructuras, y que asimis- mo en la actualidad el fondo del Océano es asiento de un con- tinuo depósito de sustancia caliza. A no ser por este trabajo incesante de eliminación de semejante cuerpo, el acarreo de él, por las corrientes que proceden de las tierras, acabarían por convertir el mar en una disolución concentrada de bicarbo- nato de cal, que se precipitaría al fin. Pero el punto de satura- ción no llega ni con mucho á realizarse en el seno de los Océa- nos, gracias al equilibrio producido en su composición por los habitantes del medio acuático, sobre todo los coraliarios, los foraminiferos, los equinodermos y los moluscos, los cuales para sostener ú proteger sus partes blandas, se fabrican es- queletos internos ó caparazones calizos. La acumulación de estos en el transcurso de períodos seculares es capaz de consti- tuir formaciones de hasta muchos miles de piés de espesor. »Algunas calizas, y entre ellas señaladamente la creta, son un puro agregado de partes esqueléticas fósiles, y sobre todo de animales microscópicos; otras, y son el mayor número, consisten en una mezcla de elementos espatizados y restos or- gánicos calizos grandes y pequeños, y otras, en fin, preponde- rantes en las formaciones más antiguas, se reducen á una DE HISTORIA NATURAL. 113 asociación de romboedros más 6 menos deformados. Diferen- cias de estructura tan radicalmente distintas indican diversos orígenes en cada caso, y hacen conocer desde luego que nin- guna de las teorías propuestas para explicar la sedimentación del carbonato de cal es absolutamente cierta en lo que niega, así como es verdadera en lo que afirma. »Para unos geólogos es absoluto el aforismo linneano de que toda caliza procede de organismos, y que á no ser por la población marina que segrega conchas y esqueletos, no se hubiera sedimentado ningún depósito de cal carbonatada; para otros la mayor parte de la sustancia que los constituye, cuando no la totalidad, es el resultado de precipitación quí- mica directa. »Se fundan los partidarios de la última opinión, en la existen- cia de depósitos de espesor y extensión considerabilísimos de edad en que el número de los seres organizados era por extre- mo limitado, aun en los casos más favorables. La caliza y la dolomia de estas épocas antiguas, es un agregado puro ó casi puro de sustancias calizas y magnesianas. En otras rocas aná- logas de época menos antigua, los huecos que quedan entre los restos fósiles están llenos por el carbonato espatizado, en el que no se ve estructura orgánica de ninguna especie; de suerte, que parece revelar esta dualidad de estructuras, orgá- nica la una y mineral la otra, coexistentes en la misma roca, otra dualidad de procesos genéticos simultáneos. »Semejante explicación, que á primera vista parece satis- factoria, no lo es tanto cuando se trata de investigar las con- diciones que deben reunirse en el fondo de las aguas para que se pueda producir un precipitado químico directo de carbo- nato de cal. Las fuentes que depositan este cuerpo en forma de tobas, y que abundan en tantos parajes, lo hacen merced á la rápida evaporación que sufren, y al desprendimiento de acido carbónico que queda reducido á la mitad; pero ¿cómo puede darse un conjunto análogo de circunstancias en el mar? Bastará recordar para probar esta imposibilidad, que se nece- sitaría una evaporación de un 75 por 100 de sus aguas para que depositase el carbonato de cal. Este proceso, irrealizable por consiguiente en el fondo de los Océanos actuales, ha po- dido, sin embargo, existir en las épocas geológicas primitivas, cuando los mares eran poco profundos y cuando las lluvias 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA atmosféricas, riquísimas en ácido carbónico, destruían rápi- damente los silicatos de cal y de magnesia de la costra crista- lina, entonces desnuda, acarreando soluciones concentradas de carbonatos de dichas bases. Tal será acaso el origen de las antiguas calizas cristalinas. Asimismo, en la actualidad, cerca de la embocadura de los grandes ríos, aguas muy cargadas de bicarbonato, al encontrarse con las del mar, notablemente más densas que ellas, flotan y se extienden en delgada capa, y expuestas á la acción de los rayos del sol y de los vientos, pierden una parte del ácido carbónico y precipitan el carbona- to de cal. »Lejos de las costas, y sobre todo en las profundidades oceá- nicas, se deposita también caliza y en cantidad mucho más considerable, siendo muy diverso el proceso de su formación. El fondo del Atlántico á todas las profundidades, desde 400 á 5.000 m., en una extensión inmensa, y el del Pacifico, están cubiertos casi uniformemente de un vasto depósito de materia fina de color de crema ó grisáceo, que cuando se deseca se vuelve quebradizo, y puede servir para los mismos usos que la creta ú tiza. En su composición domina el carbonato de cal, pero casi siempre bajo forma de caparazones de foraminíferos. Tan inmensa zona es el receptáculo de una lluvia incesante de Globigerinas, que después de caer de la superficie, atrave- sando capas líquidas de un espesor de 20 3 km., acaban por alcanzar el légamo del fondo y unirse á él, constituyendo un todo que será un día una roca de aspecto homogéneo. »En este sedimento de las profundidades oceánicas se en- cuentran, además de los foraminiferos y de los restos de di- versos organismos, como conchas y fragmentos quitinosos de crustáceos, etc., otros cuerpos curiosos, cuya naturaleza exacta no se conoce todavía; tales son esos innumerables discos pe- queñísimos, en forma de platillos, que se hallan sueltos ú en agregados esferoidales, llamados cocolitos, cocoesforitos de Har- ting, cuerpos maclados, compuestos, rectilíneos 6 sean las conostatas de Harting y costras que proceden de la agrupación de estas. »Los corales llegan á constituir, como se sabe, en el fondo de ciertos mares masas calizas de dimensiones considerables, ramificándose en unos casos como un árbol, 4 desplegándose en masas confusas, como esas materias celulosas que se ven DE HISTORIA NATURAL. 115 en todas las colecciones, y multiplicándose en el transcurso del tiempo, acaban por formar islas 6 esas extensiones consi- derables de tierra llamadas arrecifes de coral. En otras ocasio- nes, la acumulación de las conchas de los moluscos da lugar á barras y á formaciones más ú menos extensas. »Tales son los agentes, tanto de eliminación del exceso de bicarbonato que se reuniría en el mar por el continuo acarreo de las corrientes continentales, como de formación de las rocas calizas; pero el proceso íntimo, en virtud del cual los organis- mos marinos tienen el poder de apoderarse de las sales calizas para fabricar con ellas sus esqueletos, cuestión íntimamente ligada, como se desprende de lo dicho, con la del origen de los sedimentos químicos, es un problema que dista mucho de hallarse resuelto. Este ha sido recientemente objeto de una interesante comunicación del señor profesor Steinmann de Freiburgo, que constituye el asunto de la presente nota (1). »Empieza por notar el distinguido paleontólogo, que la al- búmina posee la propiedad, no observada hasta aquí, de pre- cipitar carbonato de cal de las disoluciones de sales calizas, como el sulfato ó el cloruro, sim ¿2mtermedio de carbonato alca- lino. Si se pone en un porta-objetos una gota de albúmina clara, sin olor, pero débilmente alcalina, tomada de un huevo de ave, con una disolución de cloruro de calcio algo concen- trada Ó con cristales de esta sustancia, se ven aparecer en breve, á los 56 15 minutos, numerosos cuerpos esféricos que producen el enturbiamiento de la disolución antes limpida. Colocando estos en el campo del microscopio y entre los nicoles cruzados, muestran la cruz negra y con frecuencia también los anillos coloreados, correspondientes á los cristales esfero- líticos uniejes, con carácter óptico negativo. Tratados por un ácido diluído se disuelven con efervescencia, dejando un re- siduo orgánico de igual forma. »Realizando esta misma experiencia en mayor escala, y sir- viéndose de la disolución de cloruro de calcio debilitada, se obtienen esas esferas antes mencionadas, calcoesferitas y otras voluminosas, producidas por agrupación de las anteriores, (1) Ueber Schalen-una Kalksteinbildung. (Sitzung.d. Naturforsch. Gesells. zu Frei- bury tí. B. 1889). 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que á menudo contienen en su centro una burbuja de “aire. En la proximidad de estas formaciones calizas, la sustancia albuminoidea toma caracteres de conquiolina, se vuelve blanca y casi del todo insoluble en los álcalis y en los ácidos, y tras lara inmersión en el agua frecuentemente renovada se colo— rea de moreno, como las masas de conquiolina que revisten las partes no cubiertas de concha del cuerpo de muchos mo- luscos. En una palabra, se originan de este modo los mismos productos que obtuvo Harting por la adición de carbonato alcalino. »La importancia de los experimentos de Harting, radica principalmente en la demostración de que un precipitado de cal carbonatada obtenido por la acción de la albúmina ó de otra sustancia nitrogenada, como la gelatina, sobre el carbo- nato alcalino ofrece iguales propiedades químicas y ópticas que los cocolitos de los depósitos marinos, de la creta, etc., y de muchas formaciones calizas orgánicas, señaladamente las láminas porcelánicas de las conchas de los moluscos. Estas consisten también en cristales de espato calizo, numerosos y extremadamente pequeños, que de un modo apreciable, en disposición estrellada ó paralela, yacen en una sustancia con- quioloidea y están separados unos de otros por delgadas mem- branas. El carbonato de cal adquiere, mediante estas envoltu- ras, una considerable resistencia á los agentes de disolución, como lo probó ya Bischoff experimentalmente. »La diferencia entre una calcoesferita artificial y una concha de Orbulina 6 GFlobigerina, consiste solamente en que estas úl- timas contienen un hueco central y poros parietales; por lo demás, la disposición y naturaleza de los cristales de caliza espática es la misma en unas y otras, y poreso ambas ofrecen los caracteres ópticos de los esfero-cristales. No así entre una concha de CFlobigerina y la de un molusco sin nacar, entre las cuales existe una diferencia fundamental. El esqueleto calizo de los corales se constituye, como lo ha mostrado v. Koch, de calcoesferitas simples ó dobles. »La concha de los moluscos procede reconocidamente del endurecimiento (incrustación) de una masa viscosa, sin estruc- tura, albuminosa, que procede del epitelio del manto; de la misma provienen, no solamente la capa'porcelánica, sino tam- bién el nácar. El sucesivo aumento de volumen que se observa DE HISTORIA NATURAL. 117 en los moluscos acuáticos ha proporcionado á los autores el tan repetido fundamento de la teoría completamente impro- bable del crecimiento de las conchas por intususcepción. Mas el Dr. Steinmann demuestra, que el incremento de volumen de estas en dicho caso no necesita ir acompañado de un creci- miento orgánico correlativo, por el siguiente experimento: coloca en una disolución de cloruro de calcio mucus de un molusco, el cual descompone una parte de esta disolución, lo mismo tratándose de los que producen concha, como el nio, ó de los que no están en este caso, como el Zimaz, originán- dose numerosas calcoesferitas, mientras que dicho mucus, abandonado á sí mismo, solo determina muy poca ó ninguna separación de caliza. De aquí se deduce, que la sustancia de la concha, precipitando las sales calizas del medio, es capaz de experimentar por sí un aumento de volumen. »En los caracoles terrestres provistos de concha, la caliza necesaria para la formación de esta es tomada únicamente por el alimento. El mucus del Feliz pomatias se endurece como una piel distendida con prontitud bajo la influencia de ricas calcoesferitas que acompañan á la producción artificial. En los moluscos acuáticos la caliza puede ser conducida por el agua de alimentación y respiración, como también directamente á la concha por el medio circundante. Según todo lo que sobre la formación de esta se sabe hasta aquí, no se necesita apelar para explicarla á la intervención de un proceso vital inme- diato, sino que podemos darnos cuenta de ella por la infuen- cia de las sales calizas (cloruros y sulfatos) sobre la sustancia albuminoidea del organismo. El medio circundante obra direc- tamente, por yustaposición, y de aquí el espesor relativo de las conchas marinas en comparación con la delgadez que ofrecen en general las de los moluscos terrestres. »No hay duda en punto á que el dérmato-esqueleto de los moluscos es producido por el epitelio del manto; pero hay hechos que prueban que también otras partes del cuerpo pue- den engendrar análogas formaciones. La concha del 47Jo0- nauta es solamente segregada en los estadios embriológicos del manto; pero más tarde se deposita en los brazos una capa que cubre á aquella. Las aurículas laterales del capuchón del Nautilus pompilius, ofrecen asimismo producciones calizas que se asientan en la abertura umbilical. De igual suerte, la ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 9 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cabeza de muchos cefalópodos fósiles estaba desarrollada hasta junto el borde mismo poco determinado de la abertura de la concha; el sifón de las foladas segrega una formación caliza tubulosa y la cubierta de los gastrópodos muestra el poder que tiene su pie de producir piezas conchíferas. »Si se examina la zona oscura de conquiolina que cubre la parte no protegida por concha y fuertemente musculosa del cuerpo blando de muchos moluscos, como, por ejemplo, en el Nautilus, el perilito del tubo respiratorio ú del pie de las bi- valvas, se encuentran constantemente, en unión con la con- quiolina, trozos calizos microscópicos, que no se reunen en una concha dura, sino que, al modo que la misma conquiolina, caen y se renuevan periódicamente. Otro tanto ocurre en la superficie del cuerpo de otros animales marinos, por ejemplo, de los celentéreos, aunque en pequeña escala, y parece que la formación de los caparazones resistentes en los invertebra- dos marinos, debería hallarse mucho más generalizada de lo que ordinariamente acontece, á juzgar por las experiencias antes citadas, y teniendo en cuenta el revestimiento albumi- noso de la superficie del cuerpo de dichos animales. Donde la materia conchifera segregada puede fijarse en partes calizas formadas previamente ó en superficies resistentes exteriores (Teredo), 6 donde permanece inmóvil por mucho tiempo una región del cuerpo, se producen formaciones duras adherentes; pero donde las materias conchiferas son segregadas en una parte musculosa y movible, no llegan, por regla general, á reunirse las porciones aisladas de cuya agregación proceden las conchas compactas, sino que permanecen largo tiempo en las superficies rugosas del cuerpo, y aunque fijan caliza en la conquiolina, la ceden al medio circundante. »De las precedentes consideraciones, deduce el profesor Steinmann la consecuencia muy interesante, bajo el punto de vista morfológico, de que la atrofia 6 falta de concha externa, en ciertos grupos de animales vivos, no impide compararlos á los provistos de aquella, sean actuales ú fósiles, en caso de que otros caracteres favorezcan la comparación y aproximación. Esta circunstancia se comprueba cuando se trata, por ejemplo, de si deben ú no considerarse las actinias como rama de los rugosos; las holoturias como próximos parientes de ciertos cistídeos, ó los octópodos como ammonites vivos. En ciertas DE HISTORIA NATURAL. 119 ramas de los invertebrados, parece dominar la ley de que la formación caliza exterior tiende á reducirse y acaba por des- aparecer en el transcurso del desarrollo ascendente filogené- tico (celentéreos, crinóideos, moluscos). »Volviendo al punto de partida, hemos visto las dudas que aún envuelven á la cuestión del origen de la caliza y la dolo- mia marinas, cuestión sobre la que arroja inesperada luz la propiedad de la albúmina y peculiar de ella, de formar con- Chas, como sabemos, precipitando el carbonato de cal del clo- ruro ó sulfato, y en una forma que-impide su redisolución en el agua del mar. El carbonato de cal que los ríos conducen al mar, sufre por el contrario un cambio en cloruro y quizás en sulfato: los ácidos necesarios para la transformación son pro- porcionados probablemente por las plantas, que separan por la adición de álcalis los correspondientes ácidos. Desde que la composición del agua del mar fué esencialmente igual á la de hoy, pudo el carbonato de cal ir por sí á los Océanos con ayuda de la materia orgánica, sea concrecionada en forma- ciones duras, completas de determinada forma, sea como pie- Zas Cconchiferas, pequeñas y sueltas, ó como cocolitos. Hay hechos geológicos que prueban que las calizas dolomíticas y la dolomia no reconocen otro origen esencialmente distinto * que la caliza. Según experiencias del profesor Steinmann, aún no terminadas, obra asimismo la albúmina sobre las sales de magnesia, pero mucho más débilmente que sobre las de cal, lo cual puede explicar la:preponderancia de la caliza en los sedimentos, por ser retirada del agua del mar en mayor Cantidad que la magnesia. »Muchos metales pesados se precipitan también fácilmente mediante la albúmina. Las experiencias realizadas con ella y el cloruro y el oxídulo de hierro, han producido una pronta y abundante separación de oxhidrato. Análogo resultado debe esperarse operando con el manganeso. »La mencionada manera de conducirse la albúmina nos permite dar cuenta de dos grandes procesos manifiestamente distintos: la formación de los caparazones calizos de los inver- tebrados y el origen de la caliza marina (y acaso también de la dolomia y:algunos otros cuerpos repartidos en pequeña escala en las rocas sedimentarias normales marinas). El agua del mar tendría una composición completamente diversa de 120 ACTAS! DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA la que posee, si estas sustancias no se estuviesen precipitando de un modo continuo. » Termina el profesor Steinmann su interesante nota sobre la propiedad descrita de la albúmina, é inherente á ella, repro- duciendo las siguientes conclusiones del señor profesor Bau- mann, de Freiburgo: «Las sustancias nitrogenadas del cuerpo de los animales, albúmina y materias afines, producen evidentemente por un proceso de fermentación en gran escala, carbonato amónico: no se necesita tampoco prueba especial para demostrar que la masa mucosa que rodea á los animales que viven en el agua, produce una sustancia alimenticia completamente favorable para el sostenimiento de los micro-organismos. No se proce- derá por consiguiente de ligero viendo en este proceso el ori- gen de la separación del carbonato de calcio de las sales cali— zas disueltas en el agua del mar. »El ácido carbónico, acaso el carbonato amónico, que según Drechsel se produce en los líquidos animales, proporciona una cierta explicación de la separación del carbonato de cal dentro del organismo. En tanto que las sales calizas del orga- nismo se engendran por excreción, es proporcionada directa- mente una parte grande ó pequeña de los compuestos calizos que se nos aparecen después bajo forma de conchas. »Muestran las citadas experiencias cómo la cristalización del carbonato de cal acontece casi repentinamente cuando se ponen juntas sales calizas con sustancias albuminóideas que empiezan á descomponerse. Esta propiedad se podría quizás utilizar para descubrir el momento del principio de la des— composición de la sustancia albuminóidea de un modo más preciso que como se logra con los procedimientos actuales (olor, ensayo químico de diversos productos pútridos de la serie aromática). Para ello hay que vencer solo la dificultad de que, cuando se obtenga la disolución fresca de albúmina, al comienzo de la experiencia, se encuentre completamente libre de carbonato amónico.» «Resulta en definitiva de todas las precedentes considera- ciones, que el proceso de la sedimentación de las sales calizas se halla tan íntimamente enlazado con el proceso orgánico, que ambos no son sino modos particulares y resultados diver- sos de un mismo fenómeno: las conchas y los esqueletos se DE HISTORIA NATURAL. 121 forman por sedimentación sobre la superficie de los seres vivos, y los depósitos calizos son la obra de la separación del carbonato de las aguas, operada por la materia orgánica.» —El Sr. Cazurro leyó la siguiente nota. «El Boletín de la Sociedad de Biología de Prancia publica un curiosisimo artículo de los Sres. Giard y Billet, sobre la fosforescencia de algunos crustáceos, acerca de cuya cuestión han hecho también una interesante comunicación á la Aca- demia de Ciencias de París. »La fosforescencia en los crustáceos, sobre todo en los an- fípodos era de antiguo conocida y ya había sido señalada por varios naturalistas, entre ellos Tilesius, Viviani, Surrivay, Snellen, Von Vollenhoven, etc., y resumidas por el reverendo Stebbing en su trabajo sobre los anfípodos del Clalenger, pero la causa de este fenómeno había quedado siempre inex- plicable. »M. Giard observó recientemente en la playa de Wimereux un Zalitrus de viva fosforescencia, estudió atentamente el fenómeno y pudo observar que era debido exclusivamente á una bacteria del grupo de los diplobacterium que medía unos dos y cada una de sus partes geminadas poco menos de un 4, la cual se presentaba en rosarios de cuatro ó cinco indivi- duos que se coloreaban fácilmente por los colores de anilina. »Siendo, pues, este fenómeno una infección parasitaria, in- tentó reproducirla en otros ejemplares que no presentaban la fosforescencia y así lo consiguió inoculando la sangre del ejemplar fosforescente en otros Talitrus y en ejemplares de género distinto como los Fammarus y Orchestias los cuales al cabo de dos días comenzaron á fosforescer y al tercero ad- quirió sa máximum de intensidad el fenómeno, para morir al cabo de varios días de presentarse. »Intentó también [reproducir este fenómeno en crustáceos superiores como el Carcinus menas, pero la fosforescencia quedaba limitada al punto en que se hacía la inoculación 6 solo se extendía como en el Platyonichus nasutus por las vis- cosidades que cubrían el caparazón. »También consiguió reproducir este fenómeno en crustáceos 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA isópodos terrestres de los géneros Philoscia y Porcellio, que al cabo de cuatro días fosforescieron perfectamente. »Según el Sr. Giard, la causa de este fenómeno sería debida al estado especial que dichas bacterias provocarian sobre los: músculos atacados, y por esta razón cree que el animal ino- culado pierde su actividad y apenas si se mueve cuando se le inquieta. »El Sr. Quatrefages en un trabajo sobre la fosforescencia en algunos animales marinos (4nm. Sc. nat., serie 3.?, t. XIV), atribuía este fenómeno á Noctilucas, fijas sobre el caparazón. »El Sr. Giard intentó, con muy poco resultado, cultivar estas bacterias en los caldos y gelatinas ordinarias, pero su colaborador el Sr. Billet, lo ha conseguido empleando un caldo ácido vbtenido por la cocción del bacalao y también regando rodajas de carne de este pescado con agua que contenía san- gre de ejemplares inoculados.» Sesión del 4 de Diciembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTÍNEZ e SÁEZ. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del director de los 4nales de Geologia de Palermo, rogando se suscriba la Sociedad á dicha publicación. De los bibliotecarios del Instituto de Essex de la fundación: de P. Teyler, en Harlem, y del presidente de la Comisión: geológica de los Estados-Unidos anunciando el envío de sus publicaciones. Del bibliotecario de la Sociedad botánica de Lyon, pidiendo cambio con los AxaLrs de esta Sociedad. La Sociedad acordó que estas peticiones pasaran á la Comi- sión de publicación. —Se pusieron sobre la mesa las siguientes: A cambio: Geology and Minning Industry of Leadville, por Mr. Emmons. —(U.$S. Feological Survey). Archives du Musde Teyler.—Serie 2.*, vol. 111, 3.* parte. DE HISTORIA NATURAL. 123 Bulletin of the Essex Institute.—Vol. x1x, números 1-12. Bulletin de la Société ouralienne d'amateurs des Sciencies Naturelles.—Tomo x, cuaderno 3.*, tomo xr, cuadernos 1 y 2. Archives Néerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xx1H, cuaderno 5. Giornale di scienze naturali ed economiche di Palermo.—Vo- lumen xIx. Zoologischer Anzeiger.—Números 320 y 321. Jowrnal of the Royal Microscopical Society.— 1889, Octubre. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xIv, nú- mero $8. La Naturaleza de Mejico.—Serie 2.*, tomo 1. Boletin de la Sociedad Geográfica de Madrid.—Tomo xxvt, números l, 2 y 3. Crónica cientifica de Barcelona.—Año xtr, números 288 y 289. Como donativo: Etude géologique du tunnel du Rocio, por M. P. ChofTat; re- galo del Presidente de la Comisión de Estudios geológicos de Portugal. Intorno a un deposito di roditore e di carnivori sulla vetta di Monte Pellegrino.— Nota intorno ad alcune conchiglie viventi e fossili; regalo de su autor el Marqués Antonio de Gregorio. IV Jahresbericht (1888) der Ornithologischen Beobachtung stationen im Komgreich Sachsen; regalo de su. autor el doctor Meyer. Quadraginta Coleoptera nova argentina; donativo de su autor el Dr. (. Berg: El Imperio de Marruecos, núm. 4; regalo de su Director don Julio Cervera. Semanario Farmacéutico.—Núms. 6-8; regalo de su Director. La Sociedad acordó se dieran las gracias á los donantes. —Fueron admitidos como socios los señores Simarro (Dr. D. Luís), de Madrid, y Sanchez Navarro (D. Manuel), de Cádiz; presentados por D. Ignacio Bolívar. —S$Se hizo una propuesta de socio. El Sr. Medina, Secretario de la Sección de Sevilla, remite el acta siguiente: 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 13 de Noviembre de 418809. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —-Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón leyó la nota siguiente: Peces de las pesquertas andaluzas existentes en el Gabinete de la Universidad de Sevilla. «Los ejemplares de peces, por ser objetos que no llaman la atención de la generalidad, y por su naturaleza putrescible, son difíciles de reunir en las colecciones formadas lejos de las costas. Por otra parte, su conservación en gabinetes mal dota- dos, como el nuestro, está también erizada de dificultades, tanto por el coste de los envases y líquidos conservadores, como por el mucho sitio que ocupan, razones todas que expli- can el escaso desarrollo de los estudios ictiológicos en España. Luchando con tantos inconvenientes nuestra colección en la parte referente á peces, se desarrolla con lentitud suma y resulta bastante abigarrada, componiéndose de ejemplares disecados, otros conservados en cloral y otros reducidos á ór- ganos caracteristicos y aun á preparaciones microscópicas de escamas, etc. Algunos materiales existían en la Universidad á mi lle- gada, pero se han completado mucho posteriormente, gracias sobre todo á donativos de personas tan complacientes como D. Ricardo G. de Meneses, D. Enrique Brunet y D. Ramón Si- cilia, á quienes doy por ello mis expresivas gracias. Con los medios insuficientes de libros y de tipos de compa- ración de que aquí se dispone, seguramente no hubiera lle- gado á clasificar todos los ejemplares, sin la valiosa ayuda, tanto del distinguido profesor de Zoología de los vertebrados de Madrid, nuestro vicepresidente D. Francisco de P. Martínez y Sáez (4 quien he podido enviar algunos duplicados en bene- DE HISTORIA NATURAL. 125 ficio de las colecciones que están á su cargo), como del profe- sor Gadow de Cambridge, que á su paso por Sevilla tuvo la amabilidad de revisar todos los peces y reptiles de nuestro Gabinete. ; Gracias al concurso de tan competentes naturalistas, puedo ofrecer hoy la siguiente lista, que si no es aún muy completa, ni ofrece datos nuevos para la fauna española, podrá confir- mar algunos ya conocidos y servir de promesa para mayores resultados. Labrazx lupus Cuv.— Huelva. Serranus cabrilla L.—Idem. Uranoscopus scaber L.—Málaga. Mullus barbatus L.—Málaga y Huelva. Trigla lineata Walb.—Cádiz. Tr. sp.?—Huelva. Lepidotrigla aspera L.—Idem. Scorpenra scropha L.—Cádiz. Sciena aguila L.—Huelva. Sc. cuwrvata L. Corbineta.— Idem. Umbrina cirrhosa L.—Idem. Corvina nigra Salv. Corvina.—Idem. Sargus Rondeleti C. et V.—Cádiz. S. annularis C.—Huelva. Pagrus vulgaris C. et V.—Cádiz. Chrysophrys aurata L.—Idem. Pagellus eryihrinus L. Pajel.—Huelva. de acarne €. et V.—Idem. Dentez vulgaris L. Dentón.—Cádiz. Cantharus lineatus Mont.—Idem. Boops vulgaris L.—Huelva. Oblata melanura L.—Cádiz. Smaris vulgaris O. et V.—Huelva. Brama mediterranea C.—Málaga. Scomber scombrus L. Caballa.—Huelva. Thynmus vulgaris C. et V. Atún.—Málaga. Xyphias gladius L. Pez espada.—Cádiz. Lichia ammia L.—Id. Cepola rubescens L.—Idem. Mugil capito C. et V.—Idem. 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Blenmius lineatus Guich.—Idem. Lophius piscatorius L.—Cádiz y Huelva. Labrus merula L.—Málaga. L. sp.?—Cádiz. Crenilabrus ocellatus Brunn.—Idem. Belone glacilis Low.—Huelva. Harengus virescens Dekay.—Málaga. Clupea sardina Risso.—Ayamonte. Engraulis encrasicholus L.—Málaga. Phycis mediterraneus L.— Huelva. Solea vulgaris Quens.—Idem. Echeneis remora L.—Cádiz. Conger vulgaris C.—Málaga. Murena helena L. Morena.—Cádiz. Hinpocampus antiguorum Leach. Caballito de mar. —Maálaga. Orthagoriscus mola Bl.—Idem. Scyllium stellare L.—Huelva. Carcharias lamia Risso. Tiburón.— Málaga. Lamna cornubica Gmel.—Idem. Acanthias vulgaris Risso.—Cádiz. Squatina vulgaris Risso. Angelino.—Tres ejemplares, pescados en el Guadalquivir, en la crecida de 1876. Pristis antiquorum Lath.— Cádiz. Torpedo oculata Bel.—Idem. T. marmorata Risso.— Idem. Raja clavata L. Raya.—Málaga. Myliodatis aguila L.—Un paladar procedente de Huelva.» —El Sr. Medina dió lectura á la siguiente comunicación: «Ocupándome en estos días en la clasificación de los ortóp- teros, que los Sres. Calderón y del Río han recogido en sus excursiones del verano último por Guadalcanal y Cazalla de la Sierra, he determinado una especie de grilido, el Hcanthus pellucens Scop., que si bien no es nueva para la fauna anda- luza, solo ha sido citada de ella por Rambur, sin referirse á localidad determinada, á juzgar por los datos consignados en la Sinopsis de los ortópteros de España y Portugal, de nuestro distinguido consocio D. Ignacio Bolívar, y en la reciente Z14- meración de estos insectos del Sr. Cazurro. La especie en cuestión fué recogida abundantemente en el DE HISTORIA NATURAL. 127 mes de Agosto último, siendo de notar que entre los ejempla- res traídos por dichos señores están representados por núnero casi igual los y y las Q. Me ha guiado solamente á poner este dato en conocimiento de mis dignos consocios, la consideración de tratarse de una especie de la cual no poseía hasta ahora ningún ejemplar la colección del Gabinete de Historia Natural de la Universidad, sin duda por ser exclusiva de las regiones montuosas, poco exploradas todavía por nosotros, y haberse recogido estos in- dividuos en bastante número y en época más tardía que la asignada en las publicaciones antes mencionadas.» —El Sr. Quiroga, por encargo del Sr. Bolívar, presentó y dió cuenta á la Sociedad de un trabajo de este señor, titulado Enumeración de los Grilidos de Filipinas, que por acuerdo de la Sociedad pasó á la comisión de publicación. — El mismo presentó á la Sociedad una nota del Sr. Rodrí- guez y Femenías titulada Za constitución mineralógica del suelo, ¿puede contribuir d la riqueza algológica de un pars? que pasó á la Comisión de publicación por acuerdo de la Sociedad. —El Sr. Uhagón dió cuenta á la Sociedad de un trabajo titu- lado Ensayo sobre las especies españolas del grupo de los Choleve, que pasó á la misma Comisión. —El Sr. Cazurro presentó y dió cuenta de un trabajo suyo, Datos para la sinopsis de los dipteros de España, acerca del cual acordó la Sociedad lo mismo que de los anteriores. —Leídos los artículos 12, 13, 16 y 21 del reglamento el señor Tesorero presentó las cuentas, de cuya situación da idea el siguiente 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia Natural, desde 1.2 de Diciembre de 1888 á 30 de Noviembre de 1889. INGRESOS. PESETAS. Saldo en 1.9 de Diciembre de 1888.............. d000$ 0000003000 Jovónoocas ++. 639,15 Cobrado por catorce cuotas atrasadaS...oo.ooomoooo..... OP OdVOODbodopar as San 210 Id. —por doscientas siete cuotas Corrientes....eesccccescoosacocac nacion . 3.105 ld. por dos cuotas adelantadas del Sr. Rodriguez de Cepeda para 1890 Sl era ase DOMsOpUSOno Odo co Posa DOsop9cooae 30 Id. porsesenta y cinco suscripciones........ A A LIO AE E 975 Gastos cobrados de tiradas aparte ......ooo.o... duboodanoonod puadosaVaVoda : 109 Por venta de varios tomos de los ANALES....o.oooooooo.... doonasdodoada OO ROAD eto ojete ODO uo adooS . 5.319,15 GASTOS. PESETAS. Abonado por papel para la impresión, láminas y cubiertas de los cuadernos Sd EItoMO Ay yA e SOI OO SconO . 004, 95 Id. — porimpresión y tiradas aparte del cuaderno 2. del tomo XvIH.... 933,95 Id. — porimpresión del cuaderno 1. del tomo XVII ...... dODODO0DOLESON 980, 87 ld. porimpresión del cuaderno 2.2 del mismo toM0 ........ OOOO VOS 939, 02 Td. por grabado de las láminas 1 y II del tomo XVilI....oooooomooo..... 147 Td. por un grabado en madera (pág. 23 de las Actas)....ooooooooo.... 20 Id. por dos clichés en fotograbado (pág. 87 de las Actas)....o.oomoo.... 15 Id. por otro fotograbado para el cuaderno 3. del tomo xvi en pu- DiiCa ció is. rara tien ato 24 Td. ponla a detona ARdesds 110 Asignación del dependiente de la Sociedad..oooooooomacoommcomm.... dÓBÓ DOS 480 Gastos de correo, franqueo de los ANALES y CorrespondenCia.........- Sube 216,54 Gastos menores, portes de libros, alumbrado, etc., y presupuesto de las EEN bodono coa soe o Duda o00DVOdOddonoodaooa FAS AOOR abbr 168,77 INV 00 robO00noVonocronacaconoeos + ER O RESUMEN. SUManos Ine res os ae aj late ale aloja se. 5.319,15 SUManilos Basto e anodaV9JV sn odn ans 2.090,10 Saldo á favor de la Sociedad en 30 de Noviembre de 1889, 729,05 Para examinar las del año corriente fueron nombrados los Sres. Sainz Gutiérrez, Vázquez y San Millán. —El Sr. Secretario leyó lo siguiente: DE HISTORIA NATURAL. 129 Estado del personal de la Sociedad en 1889. Socios que la formaban en 1.2 de Diciembre de 1888........o.oooooooorommmoo»....». 304 p í Por fallecimiento. 5 ) — ado; aja e ad leete jalea 3 21 a | Por renuncia..... 22 $ A 2mnm Socios ingresados en l88BD...oooocoooommmms»..... A o 30 De Madrid...... 118 * Existentes en 4 de Diciembre de 1889. ....... OOO ODE 7 De provincias... 162 307 / Del extranjero.. 27 y La Sociedad ha perdido este año por fallecimiento á los se- ñores Barceló, Cortés, Prieto y Caules y Vidal, de quienes conservará eterno recuerdo. El número de los que han dejado de formar parte de la So- ciedad, ya voluntariamente, ya por no cumplir sus compro- misos con esta, es por fortuna menor este año que los anterio- res y como unido á esto ha ido el ingreso de mayor número de socios, esta corporación puede abrigar la esperanza de seguir contribuyendo en gran medida al desarrollo de las Ciencias Naturales en España. No puedo concluir sin llamar vuestra atención acerca del entusiasmo y actividad con que la sección de Sevilla prosigue su camino. Es muy sensible que los recursos de la Sociedad, no la permitan consagrar mayor número de ejemplares de su pu- blicación, al cambio con otras de la misma índole que fre- cuentemente recibe en demanda de amistosas relaciones. En este año como en los últimos lo ha verificado con las si- siguientes: Academia de ciencias natwrales y artes, Barcelona. Academia Real das Sciencias, Lisboa. American Association for the Advancement of Science, Salem. American naturalist, Filadelfia. Annuaire géologique universel D'Agincourt, París. Asociacion euskara paga la exploracion y civilizacion del Africa Central, Vitoria. Bericht úber die missenschafilichen Leistungen im Gebiete der Entomologie von Dr. Ph. Bertkaw, Bonn. 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Comision del Mapa Geológico de España, Madrid. Connecticut Academy of Arts and Sciences, New Haven. Crónica cientifica, Barcelona. Deustche Entomologische Zertschrift, Berlin. Entomologisk Tidskrift, Stockholm. Essezr Institute, Salem. Fondation de P. Teyler van der Hulst, Harlem. Museo cívico di Storia naturale, Génova. Museum of Comparative Zovlogy at Harvard College, Cam- bridge Mass. Vatural History Society, Glasgow. Physicalisch-medicinischen Gesellschaft, Wúrzburg. Revue et Magasin de Zoologie, Paris. Royal Microscopical Society, London. Smithsonian Institution, Washington. Sociedad Cientifica Argentina, Buenos Aires. Sociedad Geográfica, Madrid. Sociedad Mejicana de Historia Natwral, Méjico. Sociedade de Instruccáo, Porto. Societá di Scienze naturali ed economiche, Palermo. Societa entomologica italiana, Firenze. Societá toscana di Scienze naturali, Pisa. Société académique hispano-portugaise, Toulouse. Société botanique de France, Paris. Sociéte de Botanique, Copenhague. Société des Sciences historiques et naturelles, Semur. Société d' Histoire natwrelle, Toulouse. Société entomoloyique belge, Bruxelles. Société entomologique de France, Paris. Société francaise de Botanique, Paris. Société géeologique de France, Paris. Société hollandaise des Sciences, Harlem. Société imperiale des naturalistes, Moscou. Société linneenne, Bordeaux. Société linneenne de Normandie, Caen. Société linnéenne du Nord de la France, Amiens. Société malacologique belge, Bruxelles. Société ouwralienne d'amatewrs des Sciences naturelles, Ekathé- rinbourg. Sociétez00logique de France, Paris. DE HISTORIA NATURAL. 131 United States Geological Survey of Territories, Washington. Universitas Regia Fredericiana, Christiania. Verein fir naturmissenschafiliche Unterhaltung, Hamburg. Wiener z00logische-botanische Gesellschaft, Wien. Zoological Sociely, London. Zoologischer Arzeciger, Leipzig. —Verificada la votación correspondiente para elegir los socios que han de desempeñar los cargos en el año venidero, resultan designados en la forma siguiente: Presidente: D. Francisco de P. Martínez y Sáez. Vicepresidente: D. Carlos de Mazarredo. Tesorero: D. Ignacio Bolívar y Urrutia. Secretario: D. Francisco Quiroga. Vice-secretario: D. Manuel Cazurro y Ruíz. Comisión de publicación. D. Máximo Laguna. D. Laureano Pérez Arcas. D. Juan Vilanova y Piera. 1 A A hab UN E 18) o. RO Naci e AR 0 y xo ¿IN AE EA po be Li A Ur do Ñ A a) AN A ALA q y TACO e ia! de pardo. ESOO 8 viles E e 3 O Es > ol old el A e ie id eta ii 3 E : : - E IO PET A ADO . edi e AD DO de 0 O Mire OA in E Es MA e ALA | | ¡ dea l | cp e TOS di (> Add Ñ Dn. o ae Ae - . b A 3 MIT 4 IA GS SR A :d A Ds: Ñ S EE TO ARCE MS O AA ee EEN NAS de ; CA Pue ¿da col 30 E No Ende e a 'E A ERE E de A , EL RN e pg y ñ ES l >. y Dj hu pp? $ Pé . A j ' q 4 hal Í » y » E 10 ¡w ETA s NETAS . 4 y a ; 55 Se z y] AN í A CA F y y Í dos ñ E h 4 f ol e 7 pe NS — ' s í dE 4 s : . E NA 4 y 2 : el ce] De RE ur ADE 4 p a y pr A A ñ ds E AA cal. SA e AY AOS mid A M0 e er A 54 | Ml A E d pa ce v th hu y (el AA : E LAO y 6 nn NE de - 14 == AA RE ; ' LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 1879. ABELA Y Sarnz DE ANDINO (D. Eduardo), Ingeniero agró- nomo.—Plaza de Isabel II, 5, 3.” derecha, Madrid. 1875. Anan DE YaARrza y Torre (D. Ramón), Ingeniero de Minas. —Bilbao.—(Mineralogía, Geología y Paleontología.) 1872. AGUILERA (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— C. de O'Reilly, 42, Habana. 1873. ALMERA (D. Jaime), Presbítero, Licenciado en Teología, Catedrático de Geología en el Seminario conciliar. — C. de Sagristans, 3, 2.” derecha, Barcelona. 1875. AxLowso Martínez (D. Adriano), Licenciado en Medicina y Cirugía, ex-Ayudante premiado del Hospital de San Juan de Dios, Alumno del Doctorado.—C. del Conde de Aranda, 3, entresuelo, Madrid.—( Antropología.) NOTAS.—1.2 El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el año de su admision en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. FP. 2,2 Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su habitacion, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algun ramo de la Historia Natural. ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVIII. 10 1886. 1875. 1885. 1888. 1887. 1887. 1872. 1889, LISTA DE LOS. SEÑORES QUE COMPONEN . ALVAREZ QUINTERO (D. Pedro), Alumno de Ciencias natu- rales.—C. de Tirso, 4, Sevilla ó Apodaca, 7, 2.” Madrid. AnDrés y MonTaLBO (D. Tomás), Dector en ciencias natu- rales.—C. de Hartzenbusch, 9, bajo, Madrid. ANGULO Y Suero (D. Francisco), Farmacéutico militar. — C. de la Corredera alta de San Pablo, 20, 3.”, Madrid.— (Botánica.) ANTÓN Y FERRÁNDIZ (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Pro- fesor auxiliar de la Universidad Central, Ayudante por oposición del Museo de Ciencias naturales.—C. de Vi- llalar, 5, 2.”, Madrid.—/Moluscos, Zoófitos y Antropo- logía.) ARANZADI Y UNAMUNO (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales.—C. de la Montera, 30, 3.", Madrid. ArIas y RoprIGUEZ (D. Amadeo), Alumno de Medicina.— C. de Zurbarán, 4, Sevilla. —(Microgra fía.) Ariza (D. Antonio). —Luque (Córdoba). Arrticas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.—Tra- vesia de Moriana, 2 duplicado, 2.”, Madrid.—(Selvicul- tura.) ATIENZA Y SILVENT (D. Melitón), Catedrático de Agricul- tura en el Instituto.—C. de la Victoria, 13, 2.”, Málaga. AuLeT Y SoLErR (D. Eugenio), Doctor en Ciencias físico- químicas y Licenciado en naturales.—Tetuán, 20, 2.*, Madrid. ÁviLa (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. AzCARATE (D. Casildo), Ingeniero Agrónomo y Catedrático de Fisiografía en la Escuela de Agricultura.—C. de Goya, 25, Madrid. 1872. 1886. 1880. 1887. 1886. 1872. 1885. 1872. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 135 BaraAnbIca (D. Torcuato), Ingeniero de la fábrica de Bo- lueta.—Bilbao. BarBoza pu Bocae (D. José Vicente), Director del Museo de Historia Natural.—Lisboa.—/Mamíiferos, aves y rep- tiles.) BarrrIaL Posaba (D. Clemente), Propietario, Director del Museo de Historia natural y Catedrático de Geología y Paleontología de la Universidad Católica libre y del Co- legio del Salvador, explorador geológico.—Hotel de la Concordia, Montevideo.—(Mineralogía, Geología y Pa- leontología.) BARROETA (D. Gregorio), Doctor en Medicina de la Facul- tad de Méjico, Catedrático de Zoología y Botánica en el Instituto científico de San Luís de Potosí, Miembro ho- norario de la Sociedad Geográfica de Quebec en el Cana- dá, de la Academia de Ciencias naturales de Davenport - Jowa, E-U.—San Luís de Potosi (Méjico).—(Zoología y Botánica.) Bayo y Martínez (D. Martín).—C. de Fuencarral, 37, 3.*, Madrid. BeLLipo (D. Patricio), Ingeniero de Montes.—Zaragoza. BeEnaviDeS (D. José R.), de la Academia de Medicina.— C. de Atocha, 103, 2.9 izquierda, Madrid. BENET Y ANDREU (D. José), Doctor en Ciencias naturales. C. del Olivar, 13, 3.”, Madrid. BoLivar Y Urrutia (D. Ignacio), Catedrático de Entomo- logía en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— "€. de Juan de Mena, 14, Madrid.—(Ortópteros, hemíipte- ros y neurópteros.) BoLivar-Y URRUTIA (D. José María), Licenciado en Medi- cina.—-C. del Carbón, 2, 2.*”, Madrid. 136 1882, 1872. 1872. 1886. 1877. 1883. 1872. 1872, 1882. 1872. 1873. 1886. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN BoLos (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San Rafael, Olot (Gerona) .—(Botánica.) Boscá (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias y en Medicina, Catedrático de Historia natural.—Jardín Botánico, Va- lencia.—(Reptiles de Europa.) BotTELLA Y DE Hornos (D. Federico de), Inspector general del Cuerpo de Minas.—C. de San Andrés, 34, Madrid. , Borrino (D. Luís Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio alta, 2, Santiago de Guba. BrEñosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real Casa.. —San Ildefonso (Segovia). “BuEnN Y DEL Cos (D. Odón), Doctor en Ciencias, Catedrá- tico de Historia natural en la Universidad de Barcelona. —(Botánica.) CADEVALL Y Drars (D. Juan), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en ciencias exactas, Director del Colegio mo- delo.—Tarrasa. CALDERÓN (D. José Angel), Ingeniero civil.—C. de Fuen— carral, 51, 3.”, Madrid. CALDERÓN Y ARANA (D. Laureano), Catedrático de Química biológica en la Facultad de Farmacia de la Universidad. —C. de Carretas, 14, bajo, Madrid.—/Cristalografía.) CALDERÓN Y Arana (D. Salvador), Doctor en Ciencias, Ca— tedrático de Historia natural de la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de Borceguinería, 13, Seyilla.— (Geología y Petrografía.) | CALLEJA Y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. CAMARA Y Cámara (D. José María). —San Clemente (Cuenca). 1884. 1889. 1872. 1888. 1872. 13977. 1875. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 137 CAMPIÓN Y ARISTEGUIETA (D. Ricardo), Perito mercantil.— Plaza de Guipúzcoa, San Sebastián (Guipúzcoa). —(Ento- mología.) Camps Y OLCINELLAS (D. Carlos de).—Barcelona. Cánovas (D. Francisco), Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Murcia.—(Paleontología y Estudios prehis- tóricos.) CaParRÓs Y FernánDEz (D. Alfonso).—Caravaca (Murcia). (Entomología general.) CAPDEBOU Y SinNGaLa (D. José) Profesor.—Palma de Ma- llorca. CarBó (D. Narciso), Presidente de la Sociedad Económica barcelonesa de Amigos del País, Vicepresidente de la Academia de Ciencias naturales de Barcelona, Catedrá- tico de Terapéutica y Farmacología en la Universidad.— C. de la Unión, 15, 1.”, 1.*, Barcelona. Carbó Y Uregz (D. Juan), Ingeniero industrial del Puerto y de la fábrica del gas de San Fernando y del Municipio. —CGádiz. CArvaJaL Y RueDa (D. Basilio), Licenciado en Ciencias y en Farmacia.—C. de Moreno, 196, Hotel del Sur, Bue- nos-Aires. CarvaLHo MonrTErrRO (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Aclimatación de Río Janeiro.—72, Rua do Alecrim (Largo do Barao de Quintella) Lisboa.—(Lepidópteros.) Casas Y ABaD (D. Serafín), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en Medicina y Cirugía, Catedrático de Histo- ria natural en el Instituto.—Huesca. 138 1874. 1876. 1884. 1884. 1881. 1886. 1872. 1885. 1886. 1872. 1873. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN CasTEL (D. Carlos), Ingeniero de Montes.—C. del Desen- gaño, 1, principal derecha, Madrid. CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (D. Joaquín María de), In- geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) CasTELLÓ Y Sánchez (D. Vicente), Licenciado en Farma- cia.—C. del Sacramento, 2, Farmacia, Madrid. Cazurro Y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales.—C. de la Ballesta, 23, 3.” > Madrid. —/(Coleópteros y ortópteros de Europa.) CENTENO (D. José), Ingeniero Jefe de Minas, —Manila. CERVERA Y BabBrERA (D. Julio), Comandante de Ingenieros, Agregado militar á la Embajada española.—Tanger. CERveRA (D. Rafael), de la Academia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.” derecha, Madrid. CerviÑo (D. Antonino), Licenciado en Teología, Párroco de Santa Cristina de la Ramallosa (Pontevedra). Chin Y NARANJO (D. Gregorio), Director del Museo canario. —Las Palmas, Gran Canaria. Cobixa Y LancLIN (D. Ramón), Socio residente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Acade- mia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugía, Doctor en Farmacia. —C. de San Pablo, 70, Barcelona. CoporntuU (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. CoLmeiro (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Gruz de la Orden de Isabel la Católica, de las Academias de Medicina, y de Ciencias exactas, físicas y nalurales de Madrid, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedrático de Botánica y Director del Jardín Botánico.—C. del Bar- quillo, 8, 2.” izquierda, Madrid.—/Botánica.) 1879. 1878. 1877. 1875. 1886. 1874. 1872. 1887. 1872. 1888. 1889. 1872, LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 139 CoLvek (D. Pablo), Doctor en Medicina.—Plaza de Mira- sol, 1, Valencia. ComeErMa (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.-—Ferrol. CorraL Y LasTRA (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de París, de la Sociedad Linneana matriten- se y de la de Higiene.—Plazuela de la Media Luna, 4, principal, Santander. Cortázar (D. Daniel), Ingeniero de Minas.—C. de Velaz- quez, 30, Madrid. CoscoLLano Y BuxiLLoO (D. José), Licenciado en Ciencias naturales.—C. del Cardenal Toledo, 10, Córdoba. CoubEr (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Á vila. Crespí (D. Antonio), Licenciado en Farmacia.—C. de Eguilaz, 3, 3.”, Madrid. Cuesta (D. Segundo).—GC. del Príncipe, 27 principal, Madrid. Cuní y MarTorELL (D. Miguel), Individuo de la Real Aca- demia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Codols, 18, Barcelona.—(Botánica y Entomología.) DAGuERRE DosriraL (D. Alejandro).—Hotel de Madrid, Sevilla. DarGENT (D. Florismundo), Ingeniero Jefe del servicio de vías, Obras y construcciones de los ferrocarriles andalu- ces.—Alameda de los Tristes, 7, Málaga. Desray (D. Luis), Artista-grabador.—Valhermay Auvers- Sur-Oise (Seine-et-Oise).—(Entomología.) 140 1889. 1883. 1872. 1888. 1882. 1876. 1888. 1886. 1885. 1875. 1875. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Deby (D. Julián), Miembro de la Real Sociedad de micro- grafía de Londres, de la Sociedad malacológica de Bél- gica, etc.—31, Belsire Avenue South Hampstead.— Londres. DeLás Y DE GAYOLÁ (D. Francisco de Sales de).—C. Condal, 20, 1.”, Barcelona.—( Botánica.) DourN (D. Carlos Augusto), Presidente de la Sociedad Entomológica.—Stettin (Prusia).—/Coleópteros.) DomINGUEZ ADAME (D. Mauricio), Licenciado en Medicina. —C. de Sauceda, 13, Sevilla.—( Geología.) DORRONSORO (D. Bernabé), Doctor en Farmacia, Catedrá- tico en la Universidad de Granada.—C. de Jacometrezo, 1, Madrid. Era Y Tortosa (D. Marcos), Doctor en Medicina y Ciru- cía, Subdelegado del partido de Velez-Rubio, condeco- rado con la cruz de epidemias, Socio académico profesor del Liceo artístico y literario de Granada, y de la de Amigos del País de Lorca.—Velez-Rubio (Almería). ELIZALDE Y EsLAva (D. Joaquín).—C. Aduana, 26, Madrid. ErICE Y Murúa (D. Tomás), Ingeniero de Montes, Indivi- duo de la Comisión científica de la fragata Blanca.— Madrid. EscALERA (D. Justino), Farmacéutico.—Gijón.—/Botánica.) Espejo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático numerario de Ciencias naturales en el Instituto agrícola de Alfonso XII y Secretario general de la Asociación de agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—(Agricultura y Botánica.) EspLuGa Y SaNncHo (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de primera y segunda enseñanza.—Quintanar de la Orden. 1888. 1889. 1877. 1874. 1874. 1872. 1874. 1887. 1872. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 141 Esquivias y Perez (D. Antonio), Ingeniero de Montes.— C. de Santa Clara, 21, Sevilla. Esteva RAvasa (D. Gaspar), Motril. —Granada. Fai (Excmo. Sr. D. Antonio María), Consejero de Esta- do.—C. de San Onofre, 5, 2.” derecha, Madrid. FaLcón Y Lorenzo (D. Antonio), Ingeniero de Montes del distrito forestal.—Plaza del Arzobispo, 9, Valencia.— (Botánica.) FERNÁNDEZ DE CASTRO (D. Angel), Ingeniero de Montes.— Cádiz. FERNÁNDEZ DE CasTRO (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas.—C. de Jorge Juan, 23, 1.”, Madrid.—(Mineralogía y Geología.) FerNánNDEZz CuEsTA (D. Nemesio).—C. de Tragineros, 22, 3., Madrid. FerNANDEz Losana (Excmo. Sr. D. Cesáreo), Caballero Gran Gruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cor- dón de la de Metjidié, Comendador de número de la de Carlos HI, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distinción por méritos cien- tíficos y de guerra, socio de varias corporaciones cientí- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— Plaza del Progreso, 5, 2.”, Madrid. FERNÁNDEZ MinGuEZ (D. César), Farmacéutico militar.— Manila. FernánbEz Robríguez (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del Instituto del Noviciado.—C. de Pontejos, almacén de papel, Madrid.: 1885. 1874, e) 1877 1888. 1886. ¡yA LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Ferrano (D. Julio), Ingeniero Jefe de la 1.* sección de Vía y Obras de los ferrocarriles andaluces.—C. de Infanzo- nes, Estación de San Bernardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos).—Ronda de la Universidad, 16, 1.2, Barcelona. Ferrer Y ViÑerTa (D. Enrique), Doctor en Medicina, Ca- tedrático de Clínica quirúrgica en la Universidad.— C. de Ballesteros, 7, Valencia. FLOREs Y GONZÁLEZ (D. Roberto). —Escuela normal, Oviedo. FortaNeT (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. FuentE (D. José María de la), Presbítero.—Almagro, Ciu- dad Real. FuentE Y GowzáLgz (D. Eduardo de la), Médico.—Hoyo- casero (Avila). .Fumouze (Dr. A.), 78 Faubourg Saint Denis.—París. Gano (Excmo. Sr. D. Manuel María José de), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Doctor en Ciencias, Director y Catedrático de Historia natural en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Hortaleza, 78, 2.2, Madrid. García (D. Regino), Ayudante de Montes.—Manila. García Y ALvarEz (D. Rafael), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto.—Granada. García Y ARENAL (D. Fernando), Ingeniero de caminos.— Gijón. García Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad Militar.—C. de Daoíz y Velarde, 16 y 18, Madrid.—(Co- leópteros y dipteros de Europa.) 1889. 1888. 1888. 1886. 1884. 1887. 1878. 1877. 1886. 1887. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 143 Garcia Nuñez (D. Manuel).—Sevilla. García Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del Almirante Lobo, 28, Sevilla. García Trejo (D. José Antonio), Alumno de Farmacia.— C. de Ruíz, 30, bajo derecha, Madrid. Gascó (D. Luís G.), Catedrático de análisis matemático en la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. de Bor- ceguinería, 13, Sevilla. GasPAR Y LostkE (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de las Hileras, 7, 2.” derecha, Madrid. Gia Y FiparcO (D. Félix), Doctor en Ciencias naturales. —Segovia. GIRONA Y VILANOVA (D. Ienacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.”, Barcelona. -GoBErT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de la Orden de Isabel la Católica, Miembro de las Sociedades Entomológicas de Francia, Bélgica é Italia, de la Zoológica-botánica de Viena y de otras corporacio- nes científicas.—Rue de la Prefécture, Mont-de-Marsan (Landes).—(Entomología general.) Gocorza Y GonzáLEz (D. José), Ayudante del Museo de Ciencias naturales.—C. de Serrano, 78, 4.” izquierda, Madrid.—(Himenópteros. ) Gómez Carrasco (D. Enrique).—Postigo de San Martín, 9, 2.” derecha, Madrid.—(Coleópteros.) Gómez Pamo (D. Juan Ramón), Doctor y Catedrático de materia farmacéutica vegetal en la Facultad de Farma- cia, de la Real Academia de Medicina.—C. de Santa Isabel, 5, Madrid. 141 1886. 1889. 1881. 1887. 1872. 1886. 1881. 1886. 1883. 1882. 1987. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN GonzáLeEz (R. P. D. Juan Crisóstomo), profesor en las Es- cuelas Pías de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GonzáLez FERNANDEZ (D. Anselmo).—C. de la Montera, 22, Madrid. GonzáLez Fracoso (D. Romualdo), Médico titular de San- ta Olalla, Toledo.—(Musgos.) GONZÁLEZ Y GGARCia DE MENESES (D. Antonio), Ingeniero industrial.—C. de Martinez Montañés, 15, Sevilla. GonzáLez Linares (D. Augusto), Catedrático de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Esta- ción biológica marina.—Santander. GOoNzaLo Y GoYa (D. Angel), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Verdura, 7, principal, Salamanca. GoÑiI Y ARrMENDARIZ (D. Antero).—C. de la Montera, 3, principal, Madrid. Gornón (D. Antonio María), Catedrático de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Habana. Grau (D. Víctor), Doctor en Medicina.—Las Palmas, Gran Canaria. Grau y Acuno (D. José María), Licenciado en Farmacia. —C. de Mesón de Paredes, 10, principal, Madrid. GREDILLA Y GAUNA (D. Apolinar Federico), Doctor en Cien- cias, Ayudante por oposición del Museo de ciencias na- turales.—C. de Leganitos, 29, Madrid. GUALLART Y ELias (D. Eugenio), Ingeniero de Montes.— Ávila. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 145 1885. Guerra EstoPE (D. Jaime).—Ronda de San Pedro, 70, Barcelona. 1874. GUILLERNA Y DE Las Heras (D. César de), Ingeniero de Montes.—C. de Fuencarral, 53, principal derecha, Madrid. S.F. Guirao Y Navarro (D. Angel), Catedrático de Historia natural.—C. de Atocha, 92, principal derecha, Madrid. 1872, GunbLacH (D. Juan), Doctor en Filosofía.—Ingenio Fer- mina, Bemba ó C. de Virtudes, 109, Habana (Cuba). 1886. Gutiérrez SoLana (D. José), Médico.—C. del Conde de Aranda, 9, principal, Madrid. 0 1874. HewnrrIques (D. Julio Augusto), Director del Jardín Botá- nico de Coimbra, Socio del Instituto de la misma ciudad, Individuo de la Sociedad Económica Matritense.—Coim- bra (Portugal). 1875. HexYbewN (D. Lucas von), Mayor retirado, individuo de las Sociedades Entomológicas de Alemania, Francia, San Pe- tersburgo, Suiza, Italia, etc., Caballero de la Orden de la Cruz de Hierro y de San Juan.—(Frankfurtam Main), Schlossstrasse, 54, Bockenheim. 1888. Horos (D. Luis), Alumno de Ciencias naturales.—C. del Barquillo, 36, Madrid. 1873. IÑARRA Y Ecuevarría (D. Fermin), Profesor auxiliar, por oposición, de la sección de Ciencias físico-químicas y naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Gravina, 14, 3.”, Madrid. 1894. Irastorza (D. José), Farmacéutico.—San Sebastián (Gui- púzcoa). 1888. IRIBARREN Y ELras (D. Ricardo), Catedrático de Historia natural en el Instituto.—C. de Antolinez, 3, Sevilla. 1872. 1889. 1873. 1880. 1872. 1872. 1884. 1889. 1880. 1886. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN JIMÉNEZ DE CISNEROS (D. Daniel), Catedrático del Colegio politécnico.—C. de Balcones azules, 15, Cartagena. JIMÉNEZ DE LA EsPADA (D. Marcos).—C. de Claudio Coello, 36, 1.” derecha, Madrid.—(Mamiferos, aves, reptiles y batracios.) JIMÉNEZ DE PEDRO (D. Justo), Doctor en Medicina, Licen- ciado en Farmacia, Director delos baños de Uberuaga de Ubilla (Marquina).—C. de la Magdalena, 1, 2.” izquierda, Madrid. JIMÉNEZ Rico (D. Antonio), Ingeniero de Montes.—Burgo de Osma, Soria. e Kraazz (D. Jorge), Doctor en Filosofía, Presidente de la Sociedad entomológica de Berlín. —Linkstrasse, 28, Berlín. ( LacoizQueTa (D. José María de), Presbítero. —Navarte (Navarra).—( Botánica.) LAGUNA ([D. Máximo), Ingeniero de Montes.—C. del Clavel, 2, 3.” centro, Madrid.—(Botánica.) LARRINÚA Y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.—Plaza de las Escuelas, 1, 2.”, San Sebastián (Guipúzcoa).— (Ornitología, Coleópteros. ) Laurrer (D. Jorge), Miembro de la Sociedad de Historia natural de Augsburgo, de la Entomológica de Munich y de la Zoológica de Regensburgo.—C. de Silva, 40, y 42, principal izquierda, Madrid. Lara Y HERRERA (D. Enrique).—Sevilla. Lázaro £ Isiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- cias, Ayudante del Jardín Botánico.—G. de Monteleón, 18, 3.” izquierda, Madrid.—( Botánica.) Lemus y OLmo (D. Eugenio), Director regente de la Galco- 1876. 1872. 1889. 1887. 1886. 1872. 1872. 1889. 1887. 1875. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. ¡Ey! erafía nacional.—C. del Arco de Santa María, 35, 2.” de- recha, Madrid. Luró (D. Antonio María), Presbítero, Doctor en Sagrada Teología, Bachiller en la Facultad de Ciencias, Vice- Rector y Catedrático de Física y química en el semina- rio central. —Valencia. Luuca Y Díaz (D. José María), Vice-Cónsul de España en Halifax, (Nueva Escocia, Estados-Unidos de Norte-Amé- rica). —(Geografia.) Loner (D. Augusto), Farmacéutico.—C. de la Escolta, Bo- tica de Sartorius, Manila. López CAÑizaRES Y Díez DE Teyaba (D. Baldomero), Licen- ciado en Ciencias naturales.—C. de la Peninsular, 4, principal derecha, Madrid. k ' López CerErO (D. Adolfo). —Chiclana (Cádiz) .—(Entomo- logía, coleópteros de Europa.) Lórrez SroanE (Umo. Sr. D. Victor), Abogado, Jefe supe- rior de administración, Comisario Regio de Agricultura, Industria y Comercio, del Congreso internacional de Antropología y Prehistoria, de las Sociedades Imp. y Real Zool-bot. de Viena, Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, Entom. de Francia, Bélgica, Sui- za, Berlín, Stettin, fundador de la de Alemania y otras. —Coruña.—( Vertebrados.) Lórez DE SiLva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en Ciencias naturales, subdelegado de Sanidad del distrito de Palacio. —C. de Ferraz, 52, Hotel, Madrid. Lórrz DE Zuazo (D. José).—Cercas bajas, 57, 1, Vitoria. Lozano (D. Eduardo).—Barcelona. Lozano (D. Isidoro).—C. de la Colegiata, 12, 2.” derecha, Madrid. 148 1872. 1872. 1878. ST 1872. 1889. 1887. 1875. 1882. 1978. 1872 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Macuano (D. Antonio), Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedrático de Malacología y Actinología en la Facultad de Ciencias en la Universidad.—Paseo de Santa Engra- cia, 42, 3.” izquierda, Madrid. Macho DE VeLano (D. Jerónimo), Doctor en Ciencias, Catedrático de la Facultad de Farmacia en la Universi- dad, Comendador ordinario de la Orden de Isabel la Ca- tólica.—Paseo de Luchana, 16, 2.”, Madrid. Mac-LeENNAN (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). MAcPHERSON (D. Guillermo), Cónsul de Inglaterra.—G. de la Exposición, 2, Barrio de Monasterio, Madrid.—/(Geo- logía.) MAcPHERSON (D. José).—C. de la Exposición, 4, Barrio de Monasterio, Madrid.—(Mineralogía y Geología.) MADARIAGA (D. Juan Angel de), Ingeniero de Montes, Murcia. MabripD MoreN0 (D. José), Doctor en Ciencias naturales. —C. de Lope de Vega, 28, 3.”, Madrid.—(Micrografía.) MarrEr (D. Eugenio), Ingeniero de Minas.—C. de Mendi- zábal, 2, Madrid. MArsTERRA (D. Miguel), Catedrático de ampliación de la Mineralogía en la Facultad de Ciencias, Director del Ga- binete de Historia natural.—C. del Olivar, 3, 2.” izquier- da, Madrid. Marín Y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. —C. de la Luna, 28, 30 y 32, 2.” izquierda, Madrid. Marti Y DE LLEOPART (D. Francisco María de), Licenciado en Derecho civil y canónico.—C. de Santa Ana, 8, prin- cipal, Tarragona. MARTÍN DEL Amo (D. Eduardo Jacobo), Licenciado en Cien- 1872. 1889. 1889. 1889. 1873. 1885. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 149 cias y en Farmacia, pericial por oposición del suprimido Cuerpo de Aduanas de las Antillas. —C. del Sur, Acade- mia de 2.* enseñanza, Vitoria. MArTÍN DE ARGENTA (D. Vicente), Doctor en Ciencias y en Farmacia, Socio del Colegio de Farmacéuticos de Ma- drid, Catedrático de la Facultad de Ciencias.—C. de Hor- taleza, 86, Madrid. MARTÍNEZ AGUIRRE (D. Cesaréo), Catedrático en el Institu- to de 2.* enseñanza.—C. Calderón de la Barca, 1, princi- pal, Málaga. MARTÍNEZ Y ÁNGEL (D. Antonio), Doctor en la Facultad de Medicina.—C. de la Puebla, 11, 3.” izquierda, Madrid. MarrTÍíNEz AÑIBARRO (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Entomológicas de Francia y de Bélgica, correspondiente de la Española de Antropología y de las Económicas de León y Gerona, Presidente de la Comisión antropológica de la provincia de Burgos.— Luin Calvo, 20, Burgos, ó Serrano, 4, bajo derecha, Ma- drid.—/Mineralogía y Geología.) Martinez EscaLERA (D. Manuel).—C. de Lagasca, 32, 2.” izquierda, Madrid.—(Entomología.) Martínez Pacueco (D. José), Doctor en Farmacia.—C. del Barquillo, 17, principal derecha, Madrid. Martínez Y Sazz (D. Francisco de Paula), Catedrático de Zoografía de los vertebrados en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—Plaza de los Ministerios, 5, 3.” 1Z- quierda, Madrid.—(Coleópteros de Europa.) MartíNEz ViGIL (Ilmo. Sr. Fr. Ramón), Obispo de la dió- cesis, ex-Catedrático de Historia natural en la Universi- dad de Manila.—Oviedo. MasrERRER Y RIEROLA (D. Mariano). -G. de Escudillers, 2, 3.”, 2.*, Barcelona. 7 ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVIII, 11 150 1812: 1889. 1884, 1888. 1879. 1876. 1872. 1872. 1886. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN MazaArrEDO (D. Carlos), Ingeniero de Montes. —G. de Glau- dio Coello, 12, Madrid.—(Arácnidos.) MazzucuELtI (D. Camilo). —Travesía de Trujillo, 2, 2.” cen- tro, Madrid. Meberos Y Manzanos (D. Pedro).—San Lorenzo (Gran Canaria). j Mebixa Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, profesor clínico de la Escuela provincial.—C. de Goyeneta, 27, Sevilla. —(Himenópteros.) MeRrcADO Y GonNzáLEz (D. Matías), Licenciado en Medicina y Cirugía, Médico cirujano titular.—Nava del Rey (Va- lladolid.—(Entomología.) Mir Y Navarro (D. Manuel), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.” 1.*, Bar- celona. MIRALLES DE ImeerIaL (D. Clemente). —Rambla de Estu- . dios, 12.245. Barcelona. Moabos (D. Eduardo), Ingeniero de Caminos, Profesor en la Escuela del Cuerpo.—C. de Valverde, 30 y 32, 3.” iz- quierda, Madrid. Momró y VipazL (D. Vicente), Licenciado en Ciencias natu- rales, Perito agrónomo, Individuo de la Sociedad de Agricultura Valenciana y de la de Amigos del País de Santa Cruz de Tenerife, Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Albacete.—(Ornitología.) MonNsErRAT Y Archs (D. Juan), Licenciado en Medicina, Secretario general de la Sociedad Botánica Barcelonesa. —C. del Hospital, 47, Barcelona.—(Botánica.) MonrtEs DE Oca (D. José), Exgobernador de las posesiones españolas del Golfo de Guinea.—C. de las Salesas, 21, principal, Madrid. 1882. 1881. ST. 1888. 1389. 1889. 1873. 1886. 1872. 1886. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 151 MoraGues £ Izarra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 18, Palma (Mallorca). —(Coleópteros y moluscos.) MorAGUEs Y DE Manzanos (D. Fernando), Presbítero.— C. del General Barceló, Palma (Mallorca).—( Coleópteros.) Morrana (Sr. Conde de).—Fuencarral, 55, principal iz- quierda, Madrid, ó en Las Fraguas (Reinosa). Muñoz Coño Y ARREDONDO (D. Luís), Licenciado en Cien- cias naturales y en Derecho, Director y Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Jaén. Murca Y Macmano (D. Leopoldo), Doctor en Medicina, propietario de un Laboratorio histoquímico.—C. de Za- ragoza, 9, Sevilla. Musso y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.—Murcia. NacuEr Y VILAR (D. Pascual), Alumno del Colegio de San Clemente.—Bolonia. NIETO Y SERRANO (Excmo. Sr. D. Matías), Secretario per- petuo de la Academia de Medicina.—Ronda de Recole- tos, 11, Madrid. Noreña y Gutiérrez (D. Antonio).—C. de Alcalá, 80, Madrid. OBERTHÚR (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de Francia,—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilaine), Francia.—(Lepidópteros.) ObernTHUR (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ule-et-Vilaino), Francia.—(Coleópteros.) Ocuoa Y EcuacUen (D. Lucio).—C. de Oriente, 10, 2.* de- recha, Vitoria. 152 1872. 1889. 1887. 1887. 1886. 1886. 1875. 1873. 1881. 1882. 1875. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN OLaviDE (Excmo. Sr. D. José), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de la Academia de Medici- na, Doctor en Medicina.—C. de Alcalá, 49, Madrid. OLEa y CÓRDOBA (D. Gregorio), Farmacéutico militar.— Manila. OrDoz601T1 Y Díaz OrTEGO (D. Santiago), Profesor del Co- legio.—Haro. Onís (D. Mauricio Carlos).—C. de Nuestra Señora, 17, Peñaranda (Salamanca). PabiLLa (D. Juan), Doctor en Medicina y Cirugía de la Escuela de París.—Las Palmas, Gran Canaria. Paz VaLero (D. Antonio J.).—C. de la Paciencia, 5, Córdoba. Paacios y RobriGuez (D. José de), Farmacéutico.—Plaza de Santa Ana, 11, Madrid. PaLou Y FLores (D. Eduardo), Doctor y Catedrático de la Facultad de Derecho.—C. de la Manzana, 4, 2.”, Madrid. PanrEL (D. José), S. J.—Monasterio de Uclés, Tarancón (Guenca).—(Coleópteros, ortópteros.) Pauz Y AROZARENA (D. Manuel José de).—C. de Alfonso XII, 27, Sevilla. PAULINO D'OLIVEIRA (Ilmo. Sr. D. Manuel), Profesor de la: Facultad de Filosofía en la Universidad.—Coimbra (Por+» tugal). Perez Arcas (D. Laureano), de la Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales de Madrid, Catedrático de Zoología en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de las Huertas, 14, 3.”, Madrid.—(Peces y coleópteros de Europa.) 1873. 1881. 1886. 1889. 1889. 1882. 1872. 1887. 1872. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 153 Pérez DE Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias natu- rales, Catedrático de Historia natural en el Instituto.— Guadalajara. Pérez Lara (D. José María).—Jerez de la Frontera (Cá»- diz.—(Botánica.) Prez Magso (D. José).— Sevilla. —( Botánica.) Prrez OrtEGO (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de Santa Isabel, 31, 3.”, Madrid. Pérez San MiLLáN (D. Mauricio), Doctor en Farmacia. Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Burgos. PieLTAIN Y BartOoLI (D. José María), Abogado.—C. de Mo- reto, 1, principal, Madrid. Pixo y Vivo (D. José), Farmacéutico.—Murcia. Praza Y EscoBAR (D. Francisco), Doctor en Medicina.— Atocha, 133, principal, Madrid. » Pozy (D. Felipe), Socio fundador de la Entomológica de Francia, Licenciado en Derecho, Catedrático de Minera- logía y Zoología en la Universidad.—C. del Cerro, 416, Habana.—/Ictiología.) Ponubo (D. Antonio), Socio fundador del Ateneo cientifico, literario y artístico de Vitoria, Licenciado en Farmacia, Doctor en Ciencias naturales, Catedrático de Historia natural en el Instituto.—C. de San Antonio, 1 duplica- do, Vitoria. Prapo Y Sarnz (D. Salvador), Licenciado en Ciencias na- turales.—Plaza de San Ildefonso, 6, Madrid.—/(Minera- logía.) PREUDHOMME DE BorrE (D. Alfredo), Individuo de varias Sociedades, Conservador-Secretario del Museo Real de 154 1872. 1883. 1886. 1888. 1886. 1889. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Historia natural de Bruselas. —Rue Sentin, 11, Schaer= beek, Bruxelles. —/Entomología general, geografía ento- mológica, coleópteros y principalmente heterómeros é hi- drocántaros.) PuiG Y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.—G. de Pavía, 2, 2.”, Madrid. Puiccarí (D. Juan Ignacio), Licenciado en Medicina.— Apiahy, provincia de San Paolo, Brasil. PuIGGENER Y SANCHEZ (D. José).—C. de Moratin, 5, Sevilla. QuIROGA Y RopbriGUEz (D. Francisco), Doctor en Ciencias y en Farmacia, Catedrático de Cristalografía en la Facul- tad de Ciencias de la Universidad.—C. de Goya, 35, 3.", Madrid. Reixoso (D. Fernando), Catedrático de Retórica y Litera- tura del Instituto.—C. de las Animas, 135, Habana. ReYes Y Prosper (D Eduardo), Doctor en Ciencias natu- rales.—GC. de San Bernardo,*56, 2. izquierda, Madrid. — (Dibujo cientifico, Cristalografía.) Reyes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- rales.—GC. de San Bernardo, 56, 2.” derecha, Madrid.— (Ornitología y Malacología.) Rioya Y Martín (D. José), Auxiliar de la Facultad de Ciencias y de la Estación biológica marina.—Santander. Río y Tesero (D, Carlos del), Alumno de Ciencias natura- les.—C. del Compás de la Laguna, 21, Sevilla. Río (D. José), Ingeniero de Montes, Catedrático de la Es- cuela. —Escorial. Riuror y Arñós (D. Miguel), Profesor en el Golegio de Santo Tomás de Aquino.—Inca, Mallorca. 1872, 1872. 1872. 1884. 1889. 1872. 1884. 1873. 1872. 1883. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 155 Riva Patacio (D. Vicente de la), General del ejército me- jicano.—C. de Serrano, 3, Madrid. Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Cate- drático de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Aduana, 13, Valencia. Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), Consejero de Estado, Miembro de la Sociedad Geológica alemana.—C. de Puerta Cerrada, 5, Madrid.—(Mineralogía.) Rivero (Excmo. Sr. D. Roque León del), Inspector gene- ral de segunda clase del Guerpo de Ingenieros de Montes, de los de la Real Casa, Socio fundador de la Geográfica de Madrid, de la Central de Horticultura y de Mérito de la Protectora de Animales y Plantas, Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica, Comendador de la de Cristo de Por- tugal, y Caballero de la de Carlos Tl11.—Invierno, Villa- lar, 6, 1.” izquierda; verano, San Ildefonso (Segovia). Roca Y CarcHan (D. Ignacio). —Barcelona. Roca y Vecino (D. Santos), Licenciado en Ciencias natu- rales.—Puerta de Segovia, 1, principal, Madrid.—(Mi- neralogía.) Robricuez AGuaDo (D. Enrique), Doctor en Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.—G. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. RODRÍGUEZ DE CEPEDA (Excmo. Sr. D. Antonio), Decano y Catedrático de la Facultad de Derecho en la Universidad. —Valencia. RobríGuez Y Femenías (D. Juan J.)—C. de la Libertad, 48, Mahón (Menorca). —(Botánica.) RobríGUeEz MIRANDA JUNIOR (D. Manuel), Ingeniero de puentes, calzadas y minas, Miembro de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos civiles, Catedrático de Geología 156 1880. 1880. 1886. 1880. 1884. 1872, 1878. 1883. 1888. 1872. 1873. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN y Mineralogía aplicadas al laboreo de Minas en el Insti- tuto industrial.—C. de CGedofeita, 468, Porto (Portugal). Robrícuez MoureLo (D. José).—C. de Serrano, 96, 3.", Madrid. Robrícuez Núñez (D. Eduardo), Licenciado en Farmacia, Socio corresponsal de la Linneana matritense, Numera- rio del Gabinete científico.—C. del Castillo, 32 y 34, Santa Cruz (Tenerife). RoprícGuez Risueño (D. Emiliano), Doctor en Ciencias na- turales, Catedrático en la Universidad.—C. de San Blás, 16, principal, Valladolid. Romero Y ALVAREZ (D. Julio), Ingeniero de Montes.— Manila. Rouy (D. Jorge).—Rue Chanchat, 24, Paris. —(Botánica.) Rusro (D. Federico), Doctor en Medicina.—Paseo de Re- coletos, 25, Madrid. Ruiz CasavieLLa (D. Juan), Licenciado en Farmacia.— Caparroso (Navarra). Ruíz CHamorrO (D. Eusebio), Catedrático de Psicología del Instituto del Cardenal Cisneros. —C. de Serrano, 76, 3.”, Madrid. Ruíz be Luzuriaga (D. Vicente). —Habana. Ruiz DE SaLazar (D. Emilio), Director del periódico El Magisterio Español, Licenciado en Derecho, Doctor en Ciencias, Catedrático de la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. del Barco, 20, principal, Madrid. SAAVEDRA (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami-. nos, Individuo de las Academias de Ciencias y de la Historia.—C. de Valverde, 22, 2.9, Madrid. 1889. 1872. 1885. 1886. 1889. 1888. 1885. 1872, 1885. 1889. 1879. 1883. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 157 SAINZ DE BARANDA (D. José), Ingeniero de Montes.—C. de Claudio Coello, 13, Madrid. Sainz GutTIÉRREZ (D. Pedro), Catedrático de Organografía y Fisiología vegetal en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de Jacometrezo, 28, 2.”, Madrid. SaLvaÑá (D. Joaquín María).—C. de Aribau, 11, 3.” 1.” Barcelona. Sáncuez CaBezuDo (D. Federico), Doctor en Farmacia.— Carriches (Toledo). SÁNCHEZ NAVARRO Y NEUMANN (D. Manuel), Miembro de la Sociedad española de Higiene.—C. de la Aduana, 9, Cádiz.—(Paleontología y antropología.) SáncHez Y Robrícuez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales.—C. de Eslava, 1, Sevilla. SáncHez Y SáncHEz (D. Domingo), Ayudante de la Comi- sión de la Flora forestal.—Manila (Filipinas). San Martín (D. Basilio), de la Academia de Medicina.— C. del Arenal, 16, Madrid. San MILLÁN Y ALONSO (D. Rafael), médico-cirujano.—C. de San Lorenzo, 15, Madrid. SANTERVAS Y MoLINa (D. José).—Sevilla. Sanz DE DieGO (D. Maximino), Naturalista-comerciante de objetos y libros de Historia natural, de utensilios para la recolección, preparación y conservación de las coleccio- nes, cambio y venta de las mismas en todos los ramos.— C. de San Bernardo, 94, principal, Madrid. Seca É Ina (D. José), Ingeniero de Montes.—KRonda del Corpus, 7, Salamanca. 158 1881. 1876. 1874. 1888. 1886. 1879. 1889. 1880. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN SeDILLOT (D. Mauricio), Abogado, Miembro fundador de la Sociedad Zoológica de Francia, de las Entomológicas de Francia, de Bélgica, etc.—Rue de l'Odéon, 20, París. —(Coleópteros del antiguo mundo y exóticos, especial- mente hidrocántaros, erolilidos, trogositidos, cléridos y heterómeros.) SeeBOLD (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de Ingenieros civiles de París, representante de la casa F, Krupp. Comendador de la Orden de Carlos III, Ca- ballero de varias Órdenes extranjeras.—C. de la Estufa, 3, 9.7, Bilbao.—(Lepidópteros.) SeLYs-Lon6cHampPs (Sr. Barón Edmundo de), Senador, Individuo de la Real Academia de Bélgica y de otras Academias y Sociedades.—Boulevard de la Sauvenniétre, 34, Lieja (Bélgica). —(Neurópteros (principalmente odo- natos) y lepidópteros de Europa.) SERAS Y GONZÁLEZ (D. Antonio), Alumno de Medicina.— C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla. SERRA (D. Julio), Teniente de Estado Mayor.—C. Ancha, 37, Barcelona. SERRANO Y FarIiGaTI (D. Enrique), Catedrático de Química del Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de las Pozas, 17, Madrid. SIMARRO (D. Luís), Doctor en Medicina.—C. del Arco de Santa María, 41, 1.” izquierda, Madrid.—(Histología.) Simón (D. Eugenio).—Villa Said, 16, París. —(Arácnidos.) SoLano Y EuLaTE (D. José María), Marqués del Socorro, Catedrático de Geología en la Facultad de Ciencias.— C. de Jacometrezo, 41, Madrid.—(Mineralogía y (Geo- logía.) SPANGBERG (D. Jacobo), Doctor en Filosofía, Profesor 1872. 1886. 1872, 1879. 1883. 1888. 1887. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 159 agregado de la Universidad de Upsal.—Velenskaps Aka- demien, Stockholm (Suecia). Suárez (D. Sergio), Ingeniero, Inspector facultalivo de Hacienda.—C. del Prado, 3, 2.?, Madrid.—( Botánica y Entomología.) Tió Y SaLvAaDOR (R. P. D. Dionisio).—Ronda de San An- tonio, Golegio de PP. Escolapios, Barcelona. TorreEPANDO (Sr. Gonde de), Ingeniero de Montes.—C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. Torres Y PerONA (D. Tomás), Administrador general, Ca- tedrático de Química orgánica en la Facultad de Farma- cia y en el Real Colegio de San José, Socio corresponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.—Manila. TremoLs Y BorRELL (D. Federico), Catedrático de Química inorgánica aplicada de la Facultad de Farmacia en la. Universidad.—C. de la Princesa, 1, 3.”, Barcelona.— (Botánica.) TruaN (D. Alfredo), Director Facultativo de la Fábrica de vidrios.—Gijón.—(Diatomeas y fotomicrografía.) Unacón (D. Federico de). —Marquina (Vizcaya). Unacón (D. Serafin de), Miembro de las Sociedades Ento- mológicas de Francia y de Berlín.—GC. de Recoletos, 8, 2.”, Madrid.—(Coleópteros de Europa.) UnrteSs VAN DOEBURGH (D. S, de), Miembro de la Sociedad Entomológica de Holanda, de la Sociedad Entomológica de Suecia, Miembro honorario de la Sociedad Antonio Alzate y de la Sociedad de Historia Natural de Méjico. —Királingen, cerca de Rotterdan, A. núm. 1. Vázquez Aroca (D. Rafael).—C. de la Abada, 21, 3.” iz- quierda, Madrid, ó C. de Mascarones, 14, Córdoba. 160 1887. 1872. 1873. 1888. 1880. 1888. 1883. 1972. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN VázQuez FIGUEROA Y CANALES (D. Aurelio), Director de Te- légrafos.—C. del Baño, 17, 3.”, Madrid.—(Lepidópteros de Europa.) VAYREDA Y VILA (D. Estanislao), Licenciado en Farmacia. —Lladó, Casa Olivas (Gerona).—(Ornitología, Botánica.) VELAz DÉ MEDRANO (D. Fernando), Ingeniero de Montes. —Soria. VIDAL Y COMPAIRE (D. Pío), Licenciado en Ciencias natu- rales.—C. de Piamonte, 6, principal, Madrid. VILANOVA Y PrERA (D. Juan), de las Academias de Medici- na, de Ciencias exactas, físicas y naturales y de la Histo- ria, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedrático de Paleontología en la Facultad de Ciencias de la Universi- dad.—C. de San Vicente, 12, principal, Madrid.—((Geo- logía y Paleontología.) ViLARÓ (D. Juan).—C. de la Reina, 40, Habana. Vinsac (D. Casimiro), Ingeniero civil.—Campo de los Mártires, 11, Sevilla. VizcaYa Y CONDE (D. Atilano Alejandro), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de Fomento, 40, 3.” izquierda, Madrid. YaAÑez (Excmo. Sr. D. Teodoro), Catedrático de la Facul- tad de Medicina de la Universidad.—C. de la Magdalena, 19, principal, Madrid. ZAPATER Y MARCONELL (D. Bernardo), Presbítero.—Alba- rracín.—(Lepidópteros.) ZEROLO (D. Tomás).—Villa de la Orotava, Tenerife. ZuBía (D. Ildefonso), Doctor en Farmacia, Licenciado en 1872. 1875. 1875. 1872. 1874. 1874. 1887. 1885. 1872. 1888. 1877. 1887. 1588. 1882. 1872. 1876. 1889. 1887. 1887. 1887. 1885. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 161 Ciencias naturales, Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, Caballero de Carlos III y Catedrático del Instituto.—C. Mayor, 147, Logroño.—(Botámica.) Socios que han fallecido. BarceLó Y Gomis (D. Francisco), de Palma de Mallorca. Cortés (D. Balbino), de Madrid. LLeT6ET (D. Pedro), de Madrid. Prieto Y Caunes (D, Francisco), de Málaga. VipaL Y SoLER (D. Sebastián), de Manila. Socios que han renunciado á formar parte de la Sociedad. AMADO SALazar (D. Enrique), de la Habana. AnrTIGA (D. Pedro), de Barcelona. Curia (D. Manuel), de Barcelona. EscALANTE (D. José), de Santander. EXTREMERA Y Paz (D. Manuel), de Madrid. GREENHILL (D. Tomás Arturo), de Madrid. IZQUIERDO Y RODRIGUEZ EsPIERA (D. Luis), de Madric. JIMENEZ PLACER (D. Antonio), de Sevilla. Lacassin (R. P. D. Jorge), de Montpellier (Francia). LANDERER (D. José J.), de Tortosa. MARTORELL Y Cunt (D. Jerónimo), de Barcelona. Moracas Y UceLaY (D. Ricardo), de Madrid. Ossori0 Y Zavala (D. Amado), de Rivadeo. Puras Y BaroJa (D. Benjamín), de Madrid. Ramón Y MaLLarrÉ (D. Eduardo), de Barcelona. RIERA Y VILTARET (D. Antonio), de Barcelona. 162 1888. 1878. 1884. 1886. 1872. 1585. SOCIOS DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. RoqQuero Y MarTtínEZ (D. José), de Sevilla. SALARICH Y JIMENEZ (D. José), de Vich. SERRANO Y PLÁ (D. Eduardo), de Valencia. SORELA Y FaJarDO (D. Luís), de Madrid. Ubacu Y SoLER (D. Antonio), de Tarrasa. VeLasco (D. Jesús), de Vitoria. Madrid 31 de Diciembre de 1889. El Secretario, FRANCISCO QUIROGA. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVÍII DE LOS ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. MEMORIAS. Cuní y MarTorELL.-—Insectos encontrados en Santas Oreus........ MorAGUESs Y DE Manzanos.—Coleópteros de Mallorca............. Pérez Lara.—Florula gaditana. (Continuación). ...ooooooooomo.o.mo.o. Ronrícuez Risueño.— Estudio micrográfico de los áloes. (Láminas Na dl ra AN del ea RoDrícuez Y Femenias.—Algas de las Baleares......oo.ooooooo.o.». Lázaro É IBiza.—Datos para la Flora algológica del Norte y Nor- cestendey ESpañai a ARA dl ITA Cuní y MarroreLL.—Misceláneas entomológicas. Arácnidos de Amer vo Montserrat iras el Sd ara raraa Pola Ate Mexer.—El Succino de origen español. ...... bd dla aaa DA Quiroc1.—Observaciones geológicas hechas en el Sáhara occidental. (Mmm y va a AS a as Lórez Caxizares.—Algunos basaltos de la costa occidental de África. Robrícuez y Femenías.—Datos aleológicos. (Láminas m1 y 1V.)..... BoLívar.—Enumeración de los Grilidos de Filipinas...... RÍA PauL.—Nota sobre plantas recogidas en una excursión al pueblo A O A A E IN A 164 ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVIII. Menbixa.—Nota sobre los quirópteros del gabinete de Historia natural de Sevilla dci fue torsto eee BOBO A RA E 56 CALDERÓN.—Noticia sobre la instalación de dos seismógrafos en el Instituto de Málaga........ NO SOS E MS O Dan E CaAzurro.—Nota sobre la región lusitana de la fauna carcinológica. GonzáLez Fracoso.—Hongos hallados en Carmena (Toledo)........ Sesión del 13 de Marz0........... E A O A A Oi A Seras. —Noticias sobre el cultivo del Kucaliptus en Andalucía...... GowzáLez y García De Meneses. —Observaciones sobre el mismo EU: . ooo tora laa Dado opos ooo9VrodoV oo Vo ados . 20 Íbem.—Nota sobre las minas de masa de pirita de hierro cobrizas de la provincia de Huelva...oo. cameo o ds So Too CALDERÓN. — Sobre un yacimiento prehistórico descubierto por el SriCandauteniCoron ia AO EE be A Íbem.—Ofitas del Cerro de la Plata en la laguna de Fuente Piedra. Laza.—Nuevas investigaciones sobre las homologías de los huesos AO osv.r ecos ob odo od den Mebiva. — Hallazgo del Str oia e Forel, var. Años Emery, en las inmediaciones de Sevilla........ AD On VILANOVA. —Consideraciones sobre la estación prehistórica de Coronil y acerca de la composición química de las hachas planas llamadas. de JPLONCE- ¿Ue eralcierr niche tada fotito 10 e ro lo Ilo ERA Ole Íbrm.—Noticias sobre la obra de M. Cotteau sobre equinodermos... Íbem.—Noticias sobre el fenómeno geológico conocido en Alicante con el nombre de «Ventanas de Albatera»............... Sestómadela de ADEMAS ASAS NE ROA MA So ARICA al SAN Nota sobre el Cursorius Gallicus GM.......... A NE DA y ce MonrserraT.—Consideraciones sobre los levantamientos y hundi- mientos observados en los alrededores de Barcelona...... Indicación de algunos animales dragados en el puerto de Barcelona. VILANOVA.—Nuevos datos sobre la obra de M. Cotteau sobre equino- dermos de Alicante... 0. e RA O ES Martívez Y SArz.—Noticia del estudio del R. P. Wasmann sobre los géneros Atemeles y Lomechusa y sobre los animales mirme- COMO ME ls Balto o vnosogo meso QuiroGa.—Sobre los celtas planos de Coronil........... dopo doS : SEestonidel do de Mayo a IA O ISA e god García Parra.—Estudio sobre la codorniz. .... aa CALDERÓN, PauLn Y García Parra. — Observaciones sobre el mismo ASUMA ii )00900 00 0b08a0 eo co donas o. 3 CALDERÓN. —Excursiones á Peñaflor, con indicación de los minera- les, rocas, fósiles y animales encontrados en ellas........ . DrLAs.—Excursión botánica á Vallvidrera, .....oo.mo.... ¿e 10 12 13 14 14 17 19 20 23 24 24 31 31 32 32 33 34 35 35 36 36 39 40 41 47 47 51 ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVIIJ. Cuxí Y MartoreLL.—Coleópteros, Hemipteros y Ortópteros hallados IN A A O Ce Prano Y Saínz.—Nota acerca de los hongos que se desarrollan sobre LOS HIDE OCIO rra atada e a A SOS Sem del Dide JUNO caera aida e NI AI IVA A CaALDERÓN.—Excursión á Fuente Piedra (parte zoológica)....... de Laza.—Noticia acerca de un libro sobre Mutis y la Expedición botá- DIC de BOLO A a ltefors te aah llo lepa ia nane craialaneia Pelada cla ad MeDINa.—Indicación de varios crisídidos de los alrededores de Sevilla. Cuví y MartoreLL.—Sobre un proyecto de excursión en las inmedia- ciones do rBareclona rro das loa Oo ODO Íbem.—Insectos recogidos en Begas durante el mes de Mayo....... Íbem.—Insectos descubiertos últimamente en Cataluña............ MonrseErRAT.—Noticia sobre una duna que existe en Estardit, con indicación de algunas plantas que crecen en ella.......... ALMERA. —Descubrimiento de impresiones de hojas de Odontopteris en un manchón de grauwacka del Puget y Vallcarca...... ALMERA y Cuxí.—Indicaciones sobre la invasión del mar en la costa ANNA o A A A O A A CasteL.—Indicación sobre los medios de honrar la memoria de don EAT CISCO MOCOS ia alo e a o e HreypeN.—Lista de algunos coleópteros de las Baleares............ AO CA AO A A A CALDERÓN.—Resultado del examen verificado por el Dr. Pohlig de los restos de elefantes que se conservan en el gabinete de la Eiuiwversidad de Sevillaroc miro mocos ela o Is ala ao García Parra.—Noticias sobre las golondrinas........oooooooo... SANTERVAS.—Lista de algunos lepidópteros de Andalucía que existen en el gabinete de la Universidad de Sevilla............... Des. —Diatomeas encontradas en el intestino de un crustáceo de la O eo A A O A Cuní Y MarroreLL.—Sobre el desarrollo extraordinario en Gerona del Ocnena dape Ll a ans Arricas.—Observaciones sobre la plaga de la Ocneria dispar L..... JAZURRO.—Daños que causan la Porthesia chrysorrhea y el Bombyz neustria en el arbolado de Madrid......oooomommomoooo.. Vázquez FicGueroa.—Consideraciones sobre el mismo asunto y sobre la abundancia de la Psilura monacha en los pinares de La Cria os e ES TA aa DeLÁs Y CasteL.—Observaciones sobre el mismo asuntO.......... CAZURRO.—Indicaciones bibliográficas sobre la Cuculligera flexuosa Serville: 0... 0 COPOS OS oa Ss. CaALDERÓN.—Consideraciones acerca de las obras del Prof. E. D. Cope, ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVIllo 12 165 67 67 80 80 166 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVIII. de Filadelfia, y ligera exposición de los principios evoluti- * vos desarolados el iS Sesróndel id de tAgosion a to ll NE CaLDeróN.—Noticia de varios casos de deradelfia........o.o...... Tmem.-Sobre los tumores. deslos OLIVOS 0 loo a a e Meniva.—Indicaciones sobre los daños que causan diversos hemíp- teros en los sembrados y especialmente la 4Glha acuminata en losa. eee a ase els ot de CaLperóx.—Breve noticia necrológica de D. Francisco Prieto y Caules. —Gowzánez Livares.— Hallazgo del terreno wealdico en las inmedia- cioneside satan A Hoyos.—Dos casos de anomalías en las extremidadesS............. Sesión del E de Septiembre dias de Cazurro y Hoyos.— Nota sobre hachas prehistóricas descubiertas en los aluviones de San Isidro (Madrid)... .............. Quiroca.—Sobre un briozóo y una esponja descubiertos por el señor González Linares en el Manzanares...oo.ooooodocan.oo.oo. Íbem.—Sobre las rocas piroxénicas arcaicas en general y las españo- laslenparticular tol el VS E AE Sesión del de Octubre tl CaLnerón. - Noticia de los daños que causan las larvas del Apate bi- Macaco NA SR García Núraez.—Invención de un transportador para el leyantamiento de planos at le e tea SI CALDERÓN Wultenitarde Linares io tati ae ESTONIA Cno e NOLTE AR NN CaLnerón.—Formaciones esqueléticas marinas y origen de la caliza sedimentaria Cazurro.— Nota sobre la fosforescencia de los crustáceos.......... Sestonidel dde DICE nora NS A NN CaLnneróx.—Peces de las pesquerías andaluzas existentes en el gabi- nete de la Universidad de Sevilla.....o.ooso.oonsnconcs o. Mebixa.—Noticias sobre la existencia del (Ecanthus pellucens Sccp. en Cazalla y Guadalcanal te ale tte tas Lista de los señores socios de la Española de Historia natural. .... Índice alfabético de los géneros y especies descritos, ó acerca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes...... IA OS O OO O O OOOO MODE 86 91 ÍNDICE ALFABÉTICO DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES DESCRITOS, Ó ACERCA DE CUYA PATRIA Ó SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES. Abacetus Salzmanni, 7. Acronycta rumicis, 76/. Acanthias vulgaris, 126”. Actinia sulcata, 36". Acantholophus spinosus, 297. Actinocyclus Ralfsii, 219, — tricuspidatus, 296. — subtilis, 219. Acanthus mollis, 118. Actinoptychus adriaticus, 219. Acentrus histrio, 29. — undulatus, 219. Acetabularia mediterranea, 212, — vulgaris, 219. Acheniunm striatum, 17. Acupalpus brunnipes, 14. Achnanthes brevipes, 215. — dorsalis, 14. — danica, 215. — notatus, 14. — exilis, 215. Adalia bipunctata, 34. — longipes, 215. Adelocera punctata, 23. Acidalia ornata, 63”. Aderus Boleti, 27. — sylvestraria, 7. Elia acuminata, 81”, Acinopus picipes, 13. — cognata, SO”. — tenebrioides, 64”. AEschna cyanea, 8. Acis acuminata, 25. Agabus biguttatus, 15. — punctata, 29. — binotatus, 15. Acmeeodera bipunctata, 23. — bipustulatus, 15. — cylindrica, 23. — brunneus, 15. — virgulata, 23. — didymus, 15. Acontia luctuosa, 7, 76'. — maculatus, 15. Acrodiscus Vidovichii, 249. — nebulosus, 15. NOTAS.—1.* Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros ú especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y «le dos los que se dan á conocer como nuevos para la ciencia. 2.2 Los números que indican páginas de las 4c4as llevan despues este sieno ”. 168 Agallia venosa, 65”, Agapanthia cardui, 8, 33. Agelastica halensis, 65. Agelena labirynthica, 296. Aglaozoria chilosa, 226. Agnolia rufipes, 24. Agonum atratum, 13. — marginatum, 13. — Mulleri, 13. Agrilus angustulus, 23, Agriotes corsicus, 7. — sordidus, 23. Agrophila sulphuralis, 7. Ajuga Iva, 89. Aleochara tristis, 16. Aloe arborescens, 149. — atrovirens, 149. — attenuata, 149. — distans, 149. — excavata, 149. — fasciata, 149. — frutescens, 149. — imbricata, 149, — latifolia, 149. — macra, 149, — maculata, 149. — margaritifera, 149. — mitreeformis, 149. — mollis, 149. — nitida, 149. — obscura, 149. — plicatilis, 149. — prolifera, 149. — recurva, 149. — saponaria, 149. — sinuata, 149. — soccotrina, 149. — spiralis, 149. —— sulcata, 149. — tuberculata, 149. — yariegata, 149. — verrucosa, 149. — viscosa, 149. ÍNDICE ALFABÉTICO. Aloe vulgaris, 149. alofana, 48'. Alphitobius diaperinus, 26. Alsidium corallinunm, 265. — Helminthochorton, 272. Alyssum maritimum, 51”, Amanita ceesarea, 14”. Amara tricuspidata, 13. — rufoxnea, 298. Amasis obscura, 65”. Amblystomus metallescens, 12.- Amblyteles antennatorius, 65. Ameles Spallanzania, 53”. Ammcecius elevatus, 22. Ammophila holosericea, 65”. Ammophtorus rufus, 70”. Amphiprora balearica, 215. — elegans, 215. — guarnerensis, 215. — lepidoptera, 215. — plicata, 215. Amphiroa exilis, 274. — rigida, 274. Amphora acuta, 213. — acutiuscula, 213. — arcuata, 213, — binodis, 213. — cingulata, 213. — constricta, 213. — Crassa, 213. — cuneata, 213. — cymbifera, 213. — dubia, 213. — Ergadensis, 213. — eunotisformis, 213. — exserta, 213. — formosa, 213. — Grefhii, 212. — Grevilleana, 212. — lineata, 213. — marina, 213. — ostrearia, 213. — Proteus, 213. ÍNDICE Amphora robusta, 213. — spectabilis, 212. — truncata, 213. anabergita, 48”, Anaceena bipustulata, 16. Anadyomene flabellata, 209. Anarrhinum bellidifolium, 121. — laxiflorum, 120. Anas boschas, 58". Anaspis nigripes, 27. — pulicaria, 27. Anaulus mediterraneus, 218. Anchicera testacea, 20. Anchomenus albipes, 7. -— viduus, 7. Anchusa arvensis, 100. — calcarea, 100. — italica, 100. — orientalis, 101. — tinctoria, 101. — undulata, 100, anfibol, 48”. Angelino, 126”. Anisodactylus binotatus, 52”. — peciloides, 13. Anisolabis maesta, 49”. Anobium pertinax, 24. Anthaxia Croesus, 23. — inculta, 23. — morio, 23. — saliceti, 23. Anthicus floralis, 27. — fuscicormis, 27. — humilis, 27. — instabilis, 27. — luteicornis, 27. — minutus, 27. — olivaceus, 64”. — quadrimaculatus, 27. — quadrioculatus, 27. — tenellus, 27. Anthrax flava, 66'. Anthrenus Goliath, 21. ALFABÉTICO. 169 Anthrenus museorum, 64”, — pimpinellie, 69”. — scerophulariz, 21. — verbasci, 69”. Antirrhinum hispanicum, 129. — majus, 129. — Orontium, 128. — tortuosum, 129. Antocharis eupheno, 7. Anypheena Sabina, 297. Apate bimaculata, 104”, 105”. — capucina, 104”, — varia, 104”. Aphantaulax semi niger, 296. Aphanus tristis, 298, 65, 66, Aphlebia trivittata, 49”. Aphodius constans, 22. — fimetarius, 22. — granarius, 22, 52”, — ibericus, 69”. — lucidus, 22. — lugens, 7, 22, 52”. — porcus, 22. — scybalarius, 21. Aphonus cinereus, 431. Aphthona nigriceps, 33. Aphyllantes monspeliensis, 63”. Apion «eneum, 31. — angustatum, 64”. — assimile, 31, 64”, — astragali, 64”. — confluens, 31. — Cyaneunm, 31. — dissimile, 31. — ervi, 64”. — flavofemoratum, 31. — frumentarium, 31. -— Malvee, 31, 64". — Pomone, 31. — radiolus, 31, 64”. — rufirostre, 31. — semivittatum, 31. — seniculum, 31. 170 ÍNDICE ALFABÉTICO. Apion tubiferum, 64”, — urticarium, 31. — vicio, 64”. — yiolaceum, 31. — yorax, 31. Apotomus rufithorax, 13. Aptinus displosor, 49”. Arachnocephalus Dewitzi, 422. — Steini, 422, ** Arachnopsis annulipes, 423. Arbutus Unedo, 51. Arctia villica, 76'. Argiope Bruennichi, 295. — lobata, 50”. Argyromeeba sinuata, 66". Aristus capito, 13. — spheerocephalus, 7. Armadillidiam pustulatum, 14”. Armeria allioides, 60. — betica, 59. — Boissieriana, 58. — fasciculata, 59. — gaditana, 58. — latifolia, 59. — macrophylla, 59. — pinifolia, 59. Arthrocladia villosa, 222. Artobium paniceum, 25. Ascophyllum nodosunm, 286. Asida Barceloi, 26. — Cardonaze, 26. — depressa, 26. — Moraguesi, 26. — planipennis, 26. — sericea, 64”, Asiraca clavicornis, 65”. Asperococcus bullosus, 221. Asperula arvensis, 41. — effusa, 41. — hirsuta, 41. Aspilates citraria, 63”. Asteromphalus flabellatus, 219. Atelecyclus cruentatus, 14". Atemeles emarginatus, 38” á — paradoxus, 38”. Ateuchus laticollis, 21. — sacer, 21. — semipunctatus, 21. Athalia rose, 65”. Athous Godarti, 298. Attagenus piceus, 21. — verbasci, 64”. Attalus coloratus, 69”. — lusitanicus, 69”. — pictus, 64”. — thoracicus, 7. — ulicis, 24. Attelabus curculionoides, 64”.. Atun, 125". augititas, 97'. Aulacophora abdominalis, 33. Auletes cisticola, 52?. Auliscus sculptus, 219. Aulonium bicolor, 20. Auricula Amphitrites, 215. — complexa, 215. Bacillus gallicus, 8, 65”. Balaninus Elephas, 30. — turbatus, 64”. Ballota hirsuta, 83. — nigra, 83. Baris coerulescens, 31. — nitens, 30. — viridisericea, 31. basalto feldespático, 400, 402. — nefelínico, 396. Batophila «rata, 33. Bellis peremnis, 6'. Belodera Troberti, 33. Belone gracilis, 126”. Bembidion rufescens, 14. — tricolor, 7. RAE e Beosus luscus, 59”. — pulcher, 8, 9. Berginus Tamaricis, 20. ÍNDICE ALFABÉTICO. 171 Berosus afíinis, 16. Betonica officinalis, 83. Biddulphia Mobiliensis, 218. — pulchella, 218. — regina, 218. — Tuomeyi, 218. Bifurcaria tuberculata, 286. Blaps gages, 26. — gibba, 26. — gigas, 64”. — similis, 25. Blastophagus minor, 32. Blechrus elabratus, 12. — plagiatus, 12. Bledius Graellsi, 17; — unicomis, 17. Blennius lineatus, 126”. Bombus muscorun, 9. Bombylius ater, 66”. Bombyx neustria, 79”. Bonnemaisonia asparagoides, 264. Boops vulgaris, 125”. Bornetia secundiflora, 262. Borrago officinalis, 99. Bostrychus bimaculatus, 25. — Capucinus, 25. — laricis, 25. Brachinus bombarda, 12. — exhalans, 12. — explodens, 12. — sclopeta, 12. — yvariventris, 49”. Brachycerus Balearicus, 29. — plicatus, 29. — undatus, 29. Brachyderes aquilus, 70”. — corsicus, 70”, — incanus, 64”. — pubescens, 8, 29, 64”. Brachypterus pallipes, 19. Brachytrypus achatinus, 419. Bradycellus distinctus, 14. Bradytus fulvus, 13. Brama mediterranea, 125”, Broscus insularis, 12. Brotrostethus denticulatus, $. Bruchus bimaculatus, 31. — brachialis, 31. — foveolatus, 31. — marginellus, 64”, — Martinezi, 31. — rufimanus, 31, 64”, — rufipes, 32. — seminarius, 31. — sertatus, 64". — variegatus, 64”. Brunella vulgaris, 88. Bryaxis Carthagenica, 18. — Uhagoni, 18. | Bryonia dioica, 35. Bryopsis cupressoides, 211. — muscosa, 210. — plumosa, 211, 293. Bubas bison, 21. Bufo calamita, 50”. Buprestis flavopunctata, 23. — octoguttata, 23. Caballa, 125. Caballito de mar, 126". Caccohius Schreberi, 7. ** Cesalpinioxylon Quirogoanum, 383, 391, Cafius cribratus, 17. calamina, 48”. Calamintha Acinos, 73. — mentheefolia, 72. — Nepeta, 72. — ** pterocephala, 73. Calamobius eracilis, 33. Calandra granaria, 31. — Oryze, 31. Calappa granulata, 14”. Calathus circumseptus, 13. — cisteloides, 7, 13, 64. — melanocephalus, 7. — micropterus, 7, 13. 172 ÍNDICE ALFABÉTICO. Calathus punctipennis, 49”. Calendula arvensis, 6/, 51”. caliza espática, 48”. Calliblepharis ciliata, 282, — jubata, 257, 282. Callithamnion Borreri, 243. — Byssoides, 243. — Caudatum, 243. — cladodermun, 244. — corymbosum, 243. — Cruciatum, 244. — elegans, 243. — granulatum, 243,277. — interruptum, 244. — Plumula, 244. — ramellosum, 246. — scopulorum, 243. — secundatum, 246. — strictum, 262. — tetragonum, 277. — tetricum, 277. — thuyoideum, 277. — tripinnatum, 243. Callophyllis flabellata, 279. — laciniata, 250, 279. Calluna vulgaris, 54. Callymenia microphylla, 279. Calocoris bipunctatus, 65”. — chenopodi, 8. — infusus, 9. — marginellus, 52”, 65”. Caloptenus italicus, 49”. Calopteryx splendens, 8. Calosiphonia dalmatica, 247. — Finisterre, 247. Calosoma indagator, 11. — sycophanta, 11, 78”, 80”. Calothrix balearica, 201. — confervicola, 293. — cCrustacea, 201. — parasitica, 201. Calypterus bucephalus, 25. Calyptotrypus conspersus, 426. Calyptotrypus fuscinervis, 427. — Saussurel, 427. — simodus, 415. — tibialis, 427. Calystegia sepium, 111. — Soldanella, 111. — sylvestris, 111. Campanula decumbens, 39. — dichotoma, 38. — Erinus, 38. — Loeflingii, 39. — mollis, 37. — patula, 39. — Rapunculus, 38. Camponotus cruentatus, 66/. — lateralis, 297, 299, 66”, — sylvaticus, 66”. Camptopus lateralis, 8, 52, 59”. Campylodiscus adriaticus, 217. — balearicus, 217. — limbatus, 217. — Lorenzianus, 217. — mediterraneus, 217. — Ralfsii, 217. — subangularis, 217. — Thuretii. 217. Cancer pagurus, 14”. Cantharus lineatus, 125”. Capnodis tenebricosa, 23. Capsus laniarius, 52”. Carabus beeticus, 49”. — violaceus, 7, 64”, Carcharias lamia, 126/. Carcinops minima, 19. Carcinus mecenas, 14', 121”. Cardiophorus biguttatus, 7, 64”, — rufus, 23. Carpocoris baccarum, 8, 52”, — lunatus, 59”. Carpomitra Cabrerze, 221. Carpophilus luridus, 19. Cartallum ebullinun, 8, 32. Carterus dama, 13. ÍNDICE ALFABÉTICO. 173 Cassida ferruginea, 34. Ceuthorhynchus Bertrandi, 8. — inquinata, 34. — cyanipennis, 30. — margaritacea, 34. — geographicus, 30. Castagnea virescens, 224. — quadridens, 30. Cataphronetis crenata, 26. Cheetocnema aridula, 34. Cathormiocerus curviscapus, 29. Cheetomorpha aerea, 203. Catocala elocata, 76”. — Linum, 203. Catops fumatus, 298. — littoreum, 203, Caulacanthus ustulatus, 261. — vasta, 203. Caulerpa prolifera, 210. Cheetopteris plumosa, 289. Celia rufo«enea, 13. Chalcophora Mariana, 22. Celsia Barnadesii, 120. Champia parvula, 252, 283. * — sinuata, 120. Chara foetida, 6. Cemonus unicolor, 297. Charopus multicaudis, 24. Centaurea Calcitrapa, 6'. — nitidus, 69”. — pullata, 6'. — rotundatus, 24. Centrotus cornutus, 8, 65'. Chautransia secundata, 276. Cephus tabidus, 9, 65”. Cheironitis Hungaricus, 21. Cepola rubescens, 125”, Chilocorus bipustulatus, 34, 65”. Cerambyx cerdo, 32. — similis, 34. — $copoli, 32. Chiracanthium mildei, 296. Ceramium ciliatum, 241. Chleenius azureus, 64”. — circinatum, 241. — spoliatus, 12. — diaphanunm, 241. E tibialis, 12. — echionotum, 241, 278, — variegatus, 12. — fastigiatum, 241. — yelutinus, 12. — rubrum, 2411, 277. — vestitus, 7, 12. — strictum, 241. Chlorops nasuta, 66. — tenuissimum, 241. Chcerorrhinus squalidus, 31. Cerataulus Smithii, 218. : Chondria dasyphila, 283. Ceratina albilabris, 297. Chondropsis Boryana, 265, — Chalcites, 297. Chondrus crispus, 278. Cercidia prominens, 297. Chondryopsis tenuissima, 265. Cerinthe major, 107. Chromosomus ocularis, 30, Cereyon quisquilius, 16. Chrysis bidentata, 61”. Cetonia cardui, 69. — crucifera, 61'. — hirtella, 64”, — ignita, 61". — Opaca, 22. — viridimargo, 61”. Ceutorhynchidius urens, 298. Chrysobothrys affinis, 23. Ceuthorhynchus Andreze, 30. Chrysomela Americana, 33, 50', 65". — eeneicollis, 30. — Banksi, 8, 33. — asperifoliarum, 30. — erythromera, 33. — assimilis, 30, — Menthastri, 33. 174 ÍNDICE ALFABÉTICO. Chrysophrys aurata, 125”, Chrysops coecutiens, 66'. Chrysymenia Chiajeana, 254. — Uvaria, 254. — vyentricosa, 254. Chylocladia articulata, 252. — clavellosa, 252. — kaliformis, 263. — mediterranea, 263. — phalligera, 252. — reflexa, 263. — squarrosa, 263. Cichorium Intybus, 6'. Cicindela campestris, 64”. — flexuosa, 11. — littoralis, 11. — maura, 59". cipolino, 49”. Cis hispidus, 25. Cistela Luperus, 27. — murina, 7, 64”. Cixius discrepans, 65”. Cladophora albida, 292. — crispata, 209. — crystallina, 209. — falcata, 209. — fracta, 292. — glaucescens, 292. — eracilis, 209, 292. — leeteyirens, 209. — lacustris, 209. — lanosa, 292. — lutescens, 209. — Meneghiniana, 208. — pellucida, 209, 292. — prolifera, 208. — ramulosa, 209. — repens, 208. — rupestris, 292. — utriculosa, 209. Cladostephus tomentosus, 289. — yerticillatus, 226, 289. Jlayellina lepadiformis, 36”. Claviger foveolatus, 36. Cleonia lusitanica, 88. Cleonus hispanicus, 29. — punc'iventris, 29. Clibanarius misanthropus, 14”. Clubiona brevipes, 296, 297. Clupea sardina, 126”. Clypeaster insignis, 49”. — altus, 49”. Clythra Lacordairei, 64'. — longipes, 8, 52”, 64”. — scopolina, 8, 52”. Clytus Agyptiacus, 32. — arvicola, 32. — glabromaculatus, 32. Cneorrhinus plagiatus, 29. cobre hidrosilicatado, 48". — rojo, 48". Coccinella decimpunctata, 34. — septempunctata, 34, 52”, 65”. Cocconeis Arraniensis, 216. — costata, 215. — dirupta, 216. — granulitera, 215. — helvetica, 215. — lamprosticta, 215. — Lorenziana, 216. — molesta, 215. — pseudomarginata, 215. — fScutellum, 215. Codium adheerens, 211, 293. — Bursa, 211, 293. — elongatum, 293. — tomentosum, 211, 293. Codophila lunula, 52”. Codorniz, 41”. Cclambus Brannani, 15. — canaliculatus, 15. — Ceresyi, 15. — confluens, 15. — flavipes, 15. — geminus, 15. — lepidus, 15. ÍNDICE ALFABÉTICO. 175 Ccelambus limbatus, 15. Coscinodiscus excentricus, 219, — lituratus, 15. ' — lineatus, 219. — marginatus, 15. — nitidus, 219. — minutissimus, 15. — Oculus-Tridis, 219. — variegatus, 15. — radiatus, 219. Gccliodes Cardui, 30. — Rotbhii, 77”. Coenomyia ferruginea, 66. — Stellaris, 219. Coenonympha pamphilus, 63, 76”. Cosmarium Meneghinii, 202. Volias edusa, 7, 63", 75". Cossyphus Hoffmanseggi, 50”. — hyale, 76". Crambus pinellus, 7. Colotes maculatus, 24. Crangron vulgaris, 14”. Colymbetes coriaceus, 15. Cremastogaster scutellaris, 297. Conferva fontinalis, 203. Crenilabrus ocellatus, Conger vulgaris, 126, Creophilus maxillosus, 7. Coniatus Tamaricis, 29. Crepidodera aurata, 33. Constantinea reniformis, 250, — ventralis, 33. Convolvulus altheeoides, 110. Cressa cretica, 108. — arvensis, 110. Criocephalus rusticus, 32. — humilis, 110. Crioceris asparagi, 8. — lanuginosus, 108. — campestris, 33. — meonanthus, 109. Crocallis dardoinaria, 63”. — siculus, 110. Croococcus rufescens, 199. — tricolor, 109. Crouania attenuata, 246. Copris Hispanus, 21. — Schousboei, 246. Corallina corniculata, 274. Crucianella angustifolia, 42. — pgranifera, 274. — maritima, 42. — mediterranea, 272, 274. — patula, 42. — officinalis, 274, 285. Crypticus gibbulus, 26. — rubens, 274, 285. Cryptobium glaberrimun, 17. — virgata, 285. Cryptocephalus albo-scutellatus, 33 .- Coreus filicornis, 59”. — bimaculatus, 52”. — spiniger, 59”. — floralis, 33. Corizus abutilon, 52”. == Koyi, 64”. — capitatus, 52”. — marginellus, 52”. — parumpunctatus, 52”, 59”. | — Mori, 52”, 64”, — tigrinus, 59”. — pini, 298. Corticaria distinguenda, 20. — rugicollis, 8, 64”. Corticeus Fraxini, 26. — tristigma, $. Corvina, 125". — violaceus, 65”. Corvina nigra, 125”. peo virgatus, 65. Corvineta, 125. Cryptonemia dichotoma, 249. Coscinodiscus asymmetricus, 219. — lomation, 249. — diplostictus, 219. — tuneeformis, 249. A 176 ÍNDICE ALFABÉTICO. Cryptophagus cellaris, 20. = lycoperdi, 7. — $canicus, 20. — scutellatus, 20. — Vini, 20. Cryptophilus integer, 20. Crypturgus cinereus, 32, — mediterraneus, 32. Ctenophora flaveolata, 9. Cuculligera flexuosa, 80”. Oursorius gallicus, 34”. Cuscuta Epithymun, 112. Cutleria adspersa, 226. — collaris, 226. — multifida, 226, 290. Cybister tripunctatus, 15. — yvirens, 15. Cyclosa conica, 296. Cymatopterus fuscus, 15. Cymindis melanocephala, 7. Cymindoidea bufo, 12. Cynodon Dactylon, 6”. Cynoglossum cheirifolium, 105. — clandestinum, 105. — creticum, 106. Cyphodema instabile, 52”. Cyrtoxiphus pusillus, 425. — fulvus, 424. Oystococeus humicola, 201. (ystoclonium purpurascens, 279. Oystosira abrotanifolia, 228, 287. — amentacea, 227, 228. — barbata, 228, 287. — crinita, 228. — “discors, 228, 287. — ericoides, 287. — fibrosa, 287. — flaccida, 228. — leptocarpa, 228. — Montagnei, 227. — opuntioides, 227. — sedoides, 228. — selaginoides, 228. Cystosira squarrosa, 228. Dafila acuta, 58. Danaceea pygmea, 24. — tomentosa, 64”. — ziczac, 24. Daphne Gnidiun, 6/. Dasya arbuscula, 272. — coccinea, 284, — elegans, 272. — ocellata, 271. — plana, 271. — punicea, 271. — rigidula, 271. — spinella, 271. — squarrosa, 270. — Wurdemanni, 271. Dasycladus claveeformis, 212. Dasyphora pratorum, 66' Datura Metel, 117. — Stramonium, 117. Deilephila Elpenor, 63”. — euphorbiee, 76. Deiopeia pulchella, 76. Delesseria Hypoglossum, 259. — ruscifolia, 259, 281. — sinuosa, 281. Demetrias atricapillus, 12. Dendryphantes nidicolens, 246, 295. Dentex vulgaris, 125". Denton, 125". Derbesia Lamourouxii, 211. — marina, 211. Dermestes cadayerinus, 21. — Frischii, 21. — undulatus, 21. Desmarestia aculeata, 289. — ligulata, 289. diabasa, 347, 49”. diabasita, 49”. Dichirotrichus obsoletus, 13. Dichillus leeviusculus, 25. Dictyna puella, 297. Dictyomeria volubilis, 270. ÍNDICE ALFABÉTICO. Dictyopteris polypodivides, 288. Dictyota dichotoma, 229, 289. — divaricata, 229, — fasciola, 229. — linearis, 229, 289. — repens 229. Digenea simplex, 265. — Wulfeni, 265. Digitalis obscura, 132. — purpurea, 182. Dimerogramma distans, 216. — Fluminense, 216. — minor, 216. — Willianssonii, 216. Dinoderus substriatus, 25. Dioctria hyalipennis, 667. Diodontus minutus, 297, 299. Diomorus calcaratus, 297. Dipsena melanogaster, 297. Diplotaxis erucoides, 51'. disomosa, 48". Disopes Savii, 10”. Ditomus Balearicus, 13. — tricuspidatus, 13. Dolerus pratensis, 9. Dolichopus «eneus, 66. Dolichosoma viridi-coeruleum,7, 64". Dorytomus vorax, 30. Drasterius bimaculatus, 23. Drilus amabilis, 24. Dromius linearis, 12. Drudesnaya coccinea, 246. — dalmatica, 247. — purpurifera, 246. Drusilla canaliculata, 16. Drypta dentata, 12. Dyciphus globuliger, 9. Dyschirius Hispanicus, 12, — inmarginatus, 12. Dytiscus punctulatus, 15. — circumflexus, 15. Ecbalium Elaterium, 35, 6. Echeneis remora, 126". Echinomyia tessellata, 66/. Echium albicans, 95. — Creticum, 28. — gaditanum, 96. — italicum, 96. — maritimum, 97. — parviflorum, 98. — plantagineum, 97. — pomponium, 95. — pustulatum, 96. Ectatoderus abdominalis, 420. — ** cucullatus, 421. Ectobia livida, 53'. Ectocarpus cespitulus, 224. — fasciculatus, 288. — firmus, 288. — granulosus, 288. — Hincksise, 288. — pusillus, 224. — siliculosus, 288. — spinosus, 224. — tomentosus, 288. Egadroma marginata, 14. Elachistea attenuata, 223. — intermedia, 224, Elaphocera Capdeboni, 22. Eleachista fucicola, 289. — pulvinata, 289. Elephas antiquus, 72”. — armeniacus, 73”. — indicus, 72”. — meridionalis, 73”. Elizaldia nonneoides, 99. Emenadia larvata, 28. Empis opaca, 66”. — rustica, 66/. Empusa muscee, 53”. Emus maxillosus, 17. Emydia grammica, 76. Engraulis encrasicholus, 126”. Enoplium serraticorne, 24, Enteromorpha clathrata, 291. — complanata, 291. ñ 178 ÍNDICE ALFABÉTICO. Enteromorpha compressa, 202, 291. — intestinalis, 291. Entomophthora colorata, 53". — grylli, 53. Epacromia strepens, 49”. Epeira acalypha, 296, 297. — adiantra, 296. — angulata, 296. — cucurbitina, 296. — diademata, 296. — dioidia, 297. — Redii, 296. — Sclopetaria, 296. — Sturmi, 296. Ephianthes divinator, 297. Ephippigera Durieui, 53". - — yitium, 53”. epidota, 48”. Epilachna chrysomelina, 34. Epinephele pasiphag, 7, 63". -— Tithonus, 76/. Episinus truncatus, 296. Episthemus globulus, 20. Epithemia musculus, 77”. Erica arborea, 53. — australis, 52. — ciliaris, 52. — mediterranea, 54. — scoparia, 53. — umbellata, 53. Erineun vitis, 14'. Erinus alpinus, 133. Erirhinus vorax, 8. Erodium moschatun, 51”. Erodius tibialis, 25. Eucaliptus globulus, 19”. Eudictya oceanica, 218, eufótida, 49”. Eufracia latifolia, 137. — viscosa, 136. Eueglenes nigripennis, 27. Eulisseus fuleidus, 17. Eumenes pomiformis, 65”, Eumicrus tarsatus, 18. Eunectes sticticus, 15. Euphorbia Characias, 51”. — terracina, 51”. Eupithecia Scopariata, 63”. Kurychirus recticollis, 28. Eurycreon nudalis, 7. Eurygaster maura, 52”. Euryopis acuminata, 298. Eurythyrea micans, 23. Euscirtus concinnus, 430. — dorsalis, 429. — hemelytrus, 430. — ** Maesoi, 429. — pallidus, 429. — sigmoidalis, 430. — tagalicus, 429. Exilia timida, 32. Exochomus nigromaculatus, 34. — quadripustulatus, 8, 34. Exoproscpa Pandora, 66'. Eysarcoris inconspicuus, 59”. — misellus, 52”. Falagria obscura, 16. — sulcata, 16. Fastigiaria furcellata, 278. Fauchea microspora, 253. — repens, 253, 280. Feronia barbara, — Cuprea, 13. Ficaria ranunculoides, 6/. Feniculum ofiicinale, 6”. Forficula auricularia, 298, 53”. — meesta 65”, — pubescens, 298. — Yersini, 298. fosforita, 48. fouqueita, 97”. Fucus angustifolius, 286. — canaliculatus, 228. — ceranoides, 228, 286. — platycarpus, 286. — serviatus, 286. ÍNDICE ALFABÉTICO. 17) Fucus tuberculatus, 228. — vyexiculosus, 286. Fumaria capreolata, 51”. — officinalis, 51". Fumea crassiorella, 63”. Gabrius nigritulus, 17. Galathea strigosa, 14'. Galeruca nymphe:e, 298. — sanguinea, 33. Gallium aparine, 46. — campestre, 45. — concatenatum, 44. — divaricatum, 45. — ellipticum, 43. — fructicescens, 44. — Mollugo, 44. — murale, 47. — nevadense, 45. — palustre, 46. — parisiense, 46. — saccharatum, 47. — setaceum, 45. — tricorne, 46. — yerum, 44. Gastroclonium clavatum, 263. — kaliforme, 263. — reflexum, 263. Gastrodes ferrugineus, 298, 65, 66”. Gastrophysa polygoni, 8. Gebia littoralis, 14'. Gelasimus Tangeri, 13”. Gelidium capillaceum, 282. — cartilagineum, 282. — corneum, 260. — pectinatum, 261. — pulvinatum, 261. — ramellosum, 261. Geocoris erythrocephalus, 8. Geomyza combinata, 66. Geonemus flabellipes, 64. Geotrupes hemispheericus, 50”. — hypocrita, 52'.. — sylvaticus, 52. Geotrupes Typhens, 64/. Gibbium psylloides, 24. Gigartina acicularis, 250, 279. — mamillosa, 278. — pistillata, 279. — Teedii, 278. Glechoma heredacea, 80. Globularia Alypum, 63, Gloiocladia furcata, 255. Gnathocerus cornutus, 26. gneis, 49. — glandular, 359. — piroxénico, 293, 96', 101', 103' Goérius «eneocephalus, 17. — olens, 17. — oOophtbalmicus, 17. Gomphus simillimus, 8. Gonioctena «egrota, 52), Gonocephalum fuscum, 26. — meridionale, 26, 64”. — pyegmeum, 26. — rusticum, 26. Gonocerus venator, 8. Gracilaria compressa, 282. — confervoides, 256, 282. — corallicola, 256. — dura, 256. — multipartita, 282. Gracilia minuta, 32. Grammatophora oceanica, 217. — undulata, 77”. granito en filón, 353. — €n masa, 337. eranulita piroxénica, 364. Grateloupia dichotoma, 247. — filicira, 247. Griftfitbsia barbata, 245. — irregularis, 245. — phyllamphora, 245. — Schousboei, 245. — setacea, 245. — spheerica, 245. Gronops lunata, 29. 180 ÍNDICE ALFABÉTICO. * Gryllodes Berthellus, 420, Gryllotalpa africana, 416. — vulgaris, 416. Gryllus bimaculatus, 419, — campestris, 65”. — consobrinus, 419. — mitratus, 419. — plebejus, 419. Grypotes pinetellus, 299, 65”, 66/, Gymnetron pascuorum, 30, — yariabile, 30. Gymnogongrus niceensis, 251. — norvegicus, 279. Gymnopleurus Sturmi, 21. Gymnostomum microstomum, 51”, Gyrinus natator, 15, — striatus, 15. -— urnator, 15. Hadrobregmus nitidum, 24. Halarachnion ligulatum, 248. Halidrys siliquosa, 286. Haligemia bulbosa, 290. Haliplus mucronatus, 14. Halodictyon mirabile, 272. Haltica ampelophaga, 33, 52”, — coerulea, 65”. — Hispana, 33. — mercurialis, 8. Halymeda Opuntia, 293. — Tuna, 212. Halymenia dichotoma, 248. — fastigiata, 248. — Floresia, 248. — latifolia, 249. — ligulata, 248, 278. — patens, 249. — spathulata, 249. Halyseris polypodioides, 230. Halyzia duodecim-guttata, 8. Hapalidium confervicola, 273. — Phyllactidium, 73. Haplocnemus limbipemnis, 24. Harengus virescens, 126”, Harmonia duodecim-pustulata, 34. — Doublieri, 34. Harpactor iracundus, 8, 52”, Harpalus «eneus, 7, 13. — azureus, 64'. — consentaneus, 7. — cordatus, 13. — distinguendus, 64”. — ferrugineus, 13. — psittacus, 13. — pubescens, 13. — rotundicollis, 13, 49”. — tenebrosus, 13. Hasarius leetabundus, 295. — jucundus, 295, 296. Helenophorus collaris, 29. — porculus, 69”. Helioctamenus hippopotamus, 26. Heliopathes abbreviatus, 64”. — montivagus, 7, 64'. Heliophanus Cambridgei, 295. — cupreus, 296. Heliotropium supinum, 107. — europeum, 107. Helix alonensis, 59. — marmorata, 59”. Helminthora divaricata, 259. Helochares lividus, 16. — Ludovici, 16. Helophorus aquaticus, 16. — granularis, 16. — nubilus?, 16. — obscurus, 16. — rugosus, 16. Hemidiscus cuneiformis, 219. Henestaris Genei, 59”. Henicopus calcaratus, 7. — griseus, 64”. herba cuquera, 265. Herviseus Savienyi, 295. Hesperophanes cinereus, 32. — gericeus, 32. Heterodes crucifer, 23. ÍNDICE ALFABÉTICO. 181 Heterogaster affinis, 298, 52”, — artemisi,, 8, 65. — urtice, 8, 298. Heterotrypus Buqueti, 426. — modulator, 426. hierro oligisto, 48”. Himanthalia lorea, 228, 286. Hipnea musciformis, 282. Hippocampus antiquorum, 126. Hippodamia variegata, 34. Hispa atra, 52”. — testacea, 8, 34, 52”, 65”. Hissopus officinalis, 74. Hister duodecim-striatus, 18. — major, 18. — neglectus, 52. Homalota melanaria, 16. Homceogryllus japonicus, 422. Homcaeoxiphus vittaticollis, 424. — lepidulus, 424, Hoplia aulica, 50'. Hyalochilus ovatulus, 8. Hyalosiva delicatula, 217. Hydreena nigrita, 16. Hydrobius convexus, 16. — fuscipes, 69”. Hydrochares flavipes, 16. Hidroclathrus sinuosus, 223, 290. Hydrolapatum sanguineum, 281. Hydrophilus pistaceus, 16. Hydroporus ineequalis, 14. Hylastes linearis, 32, Hylesminus fraxini, 32, — vestitus, 32. Hylotrupes bajulus, 32. Hylurgus ligniperda, 32. Hyoscyamus albus, 117. — niger, 117. Hypera crinita, 29. — philanthus, 29. Hypheotbrix serpens, 200. — Zeukeri, 200. Hyphydrus variegatus, 14. ACTAS DE LA SOC. ESP — XVIII. l Hypnaea Rissoana, 260. — musciformis, 260. Hypoborus ficus, 32. Hypora serricorne, 25. Hysteropterum Grylloides, 65”. — maculifrons, 65”. Icius notabilis, 296. Idotea linearis, 14”. Inachus thoracicus, 14”, Inuus ecaudatus, 9”. Iris oratoria, 49. Isomira melanophthalma, 70”. Jania adheerens, 274. — corniculata, 274. — rubens, 274. Jasione montana, 37. Kallymenia microphylla, 250. Kleidocerus didymus, 65”. -—- geminatus, 65”. Kochia prostrata, 58”. Labrax lupus, 125", Labrus merula, 126”. Laccobius nigriceps, 16. Lachneea pubescens, 33. Laccophilus hyalinus, 15. — minutus, 15. — testaceus, 15. Leemosthenes complanatus, 13. Lafuentea rotundifolia, 133. Lagria Grenieri, 50". — hirta 7, 298, 64”. Laminaria brevipes, 220. — Clonstoni, 290. — flexicaulis, 290. — Rodriguezii, 220. — Saccharina, 290. Lamium amplexicaule, 80. — flexuosum, SO. Lamna cornubica, 126. Lampyris Heydeni, 69”. — Reichei, 23. Larinus angustatus, 52”. — Cynaree, 30. 13 A 182 ÍNDICE ALFABÉTICO. Larinus flavescens, 30. Leptura cordigera, 33. — Jacex, 8. Lestes viridis, 49”. — Scolymi, 30. Leucohimatium elongatum, 20. — Ursus, 30. Leucoparyphus silphoides, 16. Lasioderma bubalus, 7. Leucophasia sinapis, 63'. — fulvescens, 64', 66. Liagora ceranoides, 260. — heemorrhoidale ?, 25. — distenta, 260. — love, 25. — viscida, 259. Lasius flavus, 36. Libellula depressa, 8. Lathridius angusticollis, 20. Lichia amia, 125”. Lathrobium angustatum, 298, 42'. | Licinus «eequatus, 64”. — multipunctatum, 17. —- silphoides, 12. Laurencia gelatinosa, 264. Licmophora (Edipus, 216. — Michelii, 36. — oOceanica, 216. — obtusa, 264, 283. — tenella, 216. — paniculata, 264. — tenuis, 216. — papillosa, 264, Liebmannia Leveillei, 224. — patentiramea, 264. Limnebius truncatellus, 16. — pinnatifida, 264, 283. Limnia marginata, 66”. Lavandula dentata, 65. Limoniastrum monopetalum, 62. — lanata, 65. Linaria amethystea, 124. — latifolia, — arvensis, 125. — multifida, 66. — bipartita, 123. — Stcochas, 51, 64. — ceesia, 126. Lebia cyanocephala, 7. — cirrhosa, 121. Lebinthus biteeniatus, 425. — Elatine, 121. — ** Sanchezi, 425. — glauca, 125. — ** Saussurei, 425. — Heenseleri, 126. Leiocnemis arcuata, 13. — hirta, 123. Leja ambigua, 14. — lanigera, 122. — loeta, 14. — latifolia, 128. — lampros, 14. — melanantha, 126. — maculata, 14. — micrantha, 125. — minima, 14. — Munbyana, 125. — Normanna, 14. — pedunculata, 124. Lema melanopa, 33, 52”. — platycalix, 127. Lepidotrigla aspera, 125". — Spartea, 123. Leptacinus formicetorum, 17. — Spuria, 122. Leptaleus Rodriguesi, 27. — triornithophora, 127. leptinita, 367. — triphylla, 122. Leptothorax tuberum, 297. — tristis, 126. Leptothrix rigidula, 200. — verticillata, 126. — subtilissima, 200. — villosa, 138. ÍNDICE ALFABÉTICO. 183 Linaria viscosa, 123. Longitarsus melanocephalus, 65”. Linnia marginata, 9. — pusillus, 34, Linyphia clathrata, 297. Lonicera biflora, 50. — frutetorum, 297. ? — etrusca, 49. — marginata, 296, 297. — implexa, 49. — triangularis, 296. — Periclymenum, 49. Liobunura doride, 296, 50”. Lopha quadrimaculata, 14. Litareus coloratus, 20. — quadripustulata, 14. Lithophyllum cristatum, 273. Lophius piscatorius, 126”, — Lenormandi, 285. Loxoblemmus histrionicus, 420. — lichenoides, 273. — monstrosus, 420. Lithospermum apulum, 102. — satellitius, 420. — arvense, 103. Luperus circumfusus, 52”, — fruticosum, 102. Lyceena adonis, 63, Lithothamnion agariciforme, 273. — gon, 63', 76, — Crassum, 285. — agestis, 7. — fasciculatum, 285. — alsus, 63", 76', — polymorphum, 273, 285. — Argus, 76. Litosiphon pusillus, 289, — corydon, 63”. Lixus acutus, 30. — Cyllarus, 76. — Algirus, 30. — Escheri, 7, 63'. — anguinus, 30. — panoptes, 63”. — angustatus, 8. Lycium europ«eum, 116. — Ascani, 30. Lycopus europeeus, 67. — augurius, 30, Lycosa radiata, 295. — cardui, 30. — ruricola, 296. — pollinosus, 8. Lygeeus apuans, 8. — scolopax, 30. — equestris, 8, 52” 65”. — vilis, 30. — pedestris, 49". Lobelia urens, 36. — saxatilis, 59". Lobonyx ciliatus, 64”. Lymnea acutalis, 58”. Loboptera decipiens, 8, 65. Lyngbia Brignolii, 294. Locusta Hispanica, 80”. — interrupta, 200. Lomechusa strumosa, 38". — luteo-fusca, 200. Lomentaria articulata, 252, 283. — major, 294. — cClavata, 263. — majuscula, 294, — clavyellosa, 252. — polychroa, 200. — kaliformis, 263, 283. — semiplena, 200. — parvula, 252. Lythrum acutangulum?, 6”. — patens, 263. Maccevethus errans, 52, — phalligera, 252. Macroglossa stellatarum, 49”, 76”. — squarrosa, 263. Macrolenes ruficollis, 33. Longitarsus dorsalis, 34. Macrothorax morbillosus, 11. xx 184 ÍNDICE ALFABÉTICO. Maja Goltziana, 13". — squinado, 13', 14'. Malachius bipustulatus, 7, 64”. — cCoeruleus, 24. — elegans, 7. — pulicarius, 164". — spinosus, 24. Malacogaster nigripes, 24. Malacosoma lusitanicum, 8, 65”. malaquita, 48”. Malthinus filicornis, 23. Mandragora autumnalis, 116, 6. — officinarum, 116. Mantis religiosa, 49”. Mareca penelope, 58”. Marrubium vulgare, 85. Maso Sundevalli, 297. Masoreus Mgyptiacus, 12. Mastogloia apiculata, 213. Mecinus circulatus, 30. — cirecumcinctus, 30. Megachile argentata, 297. melafiro, 357. Melanargia syllius, 63. Melanostoma mellina, 66'. Meligethes flavipes, 7. — fuscus, 19. — Opacus, 19. — planiusculus, 19. — viridescens, 64”. Melinopterus consputus, 22, Melissa officinalis, 74. Melitea athalia, 7. — phobe, 7. Melithreptus menthastri, 66'. Melobesia agariciformis, 273. — corallin«e, 272. — farinosa, 272. — granulata, 272. — membranacea, 273. — pustulata, 273, 285. Meloe Proscarabeeus, 28. — purpurascens, 28. Meloe Tuccius, 28. — violaceus, 28. Melosira mediterranea, 218. — sulcatf, 218. — Westii, 218. Mentha aquatica, 66. — Pulegium, 6,67. +. — rotundifolia, 66. ó — sylvestris, 66. Messites pallidipennis, 31. Meta segmentata, 297. Metabletus fusco-maculatus, 12. — scapularis, 12. Metallites Fairmairei, 64”. — ovipennis, 64". Metholcus eylindricus, 25. Metroptria monogramma, 7. micacita, 49”, Miccotrogus cuprifer, 30. — Capucinus, 30”, Micrelytra fossularum, 52 65, Microcladia glandulosa, 241. Microcoleus lynebyaceus, 200. — terrestris, 200. Microlonchus Clusii, 6/, Micromeria greeca, 72, Micrositus elongatus, 50”. — longulus, 50”. — semicostatus, 26. Microzoon tibiale, 26. Miniopterus Schreibersii, 12”. Miris calcaratus, 52, Misolampus Goudotii, 26. Mnesilobus bicolor, 427. — lineolatus, 415, 428. — ** pallidulus, 428. — splendidulus, 428. Monohammus galloprovincialis, 33. Monospora clavata, 262. — pedicellata, 262, 277. Monostroma orbiculatum, 292. Monotoma quadricollis, 20. — spinicollis?, 20. ÍNDICE ALFABÉTICO. Morchelia esculenta, 14”. Mordella aculeata, 7, 52”, 64”, — fasciata, 52”. — sulcicauda, 27. Mordellistena micans, 27. — pumilla, 7, 27. Morena, 126/. Mugil capito, 125”. Mullus barbatus, 125". Murena helena, 126. Mycterus curculionoides, 28. Myliobatis aquila, 1267. Myosotis intermedia, 104. — palustris, 103. — stricta, 104. — sylvatica, 104. — yersicolor, 104. — Weldwitschii, 104. Myriotrichia filiformis, 288. Myrmica rubida, 9. Nabis lativentris, 298, 52”. Nacerdes melanura, 28. Nassipa flava, 27. Natrix viperina, 58. Navicula abrupta, 213. — cancellata, 214. — Carinifera, 213. — Castracanei, 214. — Claviculus, 214. — compressicauda, 214. — Crabro, 214. — Crucifera, 214. — dalmatica, 214. — directa, 213. -— elongata, 214, — Entomon, 214. — Exsul, 213. — forcipata, 213. — fusca, 218. — gemmata, 214. — gemmatula, 214, — Hennedyi, 213. — Kutzingii, 214. Navicula leptostauron, 213. — Liber, 214. — lineata, 213. — Lorenziana, 211. — Lyra, 213. — Musca, 214. — nitescens, 214. — pennata, 213. — plicatula, 214. — Poyellii, 214. — Sandriana, 213. — $Smithii, 213. — Soderlundii, 214. — tubincta, 214. — velata, 77”. Nebria brevicollis, 11. — complanata, 11. — Gyllenhali, 11. Necrophorus fossor, 64”. — humator, 18. Negastrius dermestoides, 23. Nemacystus ramulosus, 224, Nemalion lubricum, 159, 277. Nemastoma cervicornis, 246. — cyclocalpee, 246. — minor, 246. Nemobius histrio, 418. — Novaree, 418. — ** Luzonicus, 418. — ** tacalicus, 417. Neottiglossa bifida, 298, 52”. — leporina, 65”. Nepa cinerea, 49”. Nepeta apulei, 79. — reticulata, 79. — tuberosa, 79. Nereia filiformis, 222. Nesotes viridicollis, 26. Neurocaulon foliosum, 250. Nezara prasina, 52”. Nicobium hirtum, 25. Nicotiana glauca, 118. Nitidula carnaria, 19. ASA 186 ÍNDICE ALFABÉTICO. Nitidula flavomaculata, 19, Nitophyllum Bonnemaisoni, 258, 410. — caribdeum, 409. — **carneum, 258, 405, 409, — confervaceum, 408. — Gmelini, 410. — Hillie, 281, 410. — laceratum, 281, 411. — **marmoratum, 258, 406, 410. — punctatum, 258, 281, 409, — reptans, 411. — Samdrianum, 258, 411. — uncinatunm, 258, 408. — versicolor, 281. Nitzschia angularis, 217. — angustata, 218. — fluminensis, 218. — guarnerensis, 217. — insignis, 217. — lata, 217. — marginulata, 217. — ocellata, 217. — panduriformis, 217. — punctata, 218. — Sigma, 218. — $Smithii, 217. — spathulata, 217. — valida, 218. Nonnea nigricans, 99. Notaphus Dufouri, 14. Noterus leevis, 15. — clavicornis, 15. Notiophilus substriatus, 11. — uliginosus, 7. Notoxus cornutus, 27. Nyctia Halterata, 66”. Nyphona picticornis, 33. Nysius Senecionis, 52”. Oblata melanura, 125”. Ochtebius bicolon, 16. — hibernicus, 16. — marinus, 16. ¡ Ocneria dispar, 17”, 78”, 79%. Ocyale mirabilis, 295, 296. Ocypus olens, 64”. Odezia atrata, 63/. Odontites purpurea, 138. — tenuifolia, 138. Odontotarsus caudatus, 52”. — grammicus, 49”. Odynerus bifasciatus, 297. — minutus, 297. (Ecantus indicus, 423. — pellucens, 126”. (Edemera barbara, 28. — coerulea, 7. — flavipes, 7, 28, 52”. — lurida, 28. — tibialis, 28. — virescens, 52”, 64”, ofita, 24”. Oidium Tuckeri, 14”. Olibrus affinis?, 19. — bicolor, 19, 64”. — discoideus, 19. — geminus, 7, 64”, Olios spongitarsis, 295, 296. Olisthopus fuscatus, 298. Omalus auratus, 297. — punctulatus, 61'. Omphalodes amplexicaulis, 166. — linifolia, 106. Omophlus ruficollis, 27. Oniticellus flayipes, 21, 52”. — pallipes, 21. Onitis irroratus, 50”. — Olivieri, 21. Onthophagus fracticornis, 52”. — furcatus, 7, 52”, 64”. — Hubneri, 52. — lucidus, 52”. — ovatus, 7. — rugosus, 21. — taurus, 7, 52”, Onthophilus exaratus, 19. Ophonus rotundatus, 208. Orellia Wiedemannii, 66”. Origanum compactum, 67. — virens, 68. Oriolus galbula, 50”. Orobanche amethystea, 140. — barbata, 140. — cernua, 141. — densiflora, 139. — fotida, 139. — gracilis, 138. — minor, 140. — reticulata, 139. f — sanguinea, 139. — speciosa, 140. Orobena frumentalis, 7. oro nativo, 49”. Orthagoriscus mola, 126. Orthomus barbarus, 13. Orthoneis fimbriata, 215. — oOvata, 215. — splendida, 215. ortosa, 48”. Oryctes Grypus, 22. Oscillaria sordida, 199. — tenuis, 199. Osmia fulviventris, 66/. Ostreea edulis, 67”. — longirostris, 49.” — Veilainai, 49”. Othius leeviusculus, 17. Otiorhynchus Valldemosee, 28. — Miramaree, 28. Oxyopes lineatus, 295, 296. Oxytelus inustus, 18. — sculpturatus, 64”. — sculptus, 18. — speculifrons, 18. Oxythyrea funesta, 22, — stictica, 64”. Pachnephorus impressus, 33. — cCylindricus, 33. Pachychila hispanica, 50”. ÍNDICE ALFABÉTICO. 187 Pachychila sublunata, 25. Pachygrapsus marmoratus, 14”. Pachymerus pineti, 8. — Rolandri, 298. — Saturnius, 52”, Pachyprotasis napz.e, 65”. Pachyrhina maculosa, 66/. Pachyxyphus lineellus, 65. | Padina Payonia, 230, 288. Pederus fuscipes, 17. — ruficollis, 7. Pagellus acarne, 125”. — erythrinus, 125. Pagrus vulgaris, 125". : Paguristes maculatus, 14”. Pagurus Bernhardus, 14”. — striatus, 14”. Pajel, 125”. Palsemon serratus, 14”. — squilla, 14”. Palinurus vulgaris, 14'. Palmella margaritacea, 201. Palmophyllum orbiculatum, 201. Palomena viridissima, 8, 9. Pancratium maritimum, 67. Papilio machaon, 75”. — podalirius, 7. Paragus bicolor, 66”. Pararge janira, 76. — megeera, 76, 63”. Pardosa prativaga, 296. Pedicularis lusitanica, 136. — silyatica, 136. Pelvetia canaliculata, 286. Pentatoma viridula, 89”. Pentodon algerinus, 22. — balearicus, 69”, Percus stultus, 63”, 64”. — plicatus, 13. — politus, 7. Peribalus vernalis, 9. Peritelus adusticornis, 64”. — globulicollis, 28. | f | ' 188 ÍNDICE ALFABÉTICO. Peryphus Dahli, 14. —- lunatus, 14. Peyssonellia Adriatica, 256. — rubra, 256. — squamaria, 276, 255”. Pez espada, 125”. Phalacrus corruscus, 19. Phalangium opilio, 296. Phaleria cadaverina, 26. — oblonga, 70". Phallus impudicus, 14”. Phalora amplipennis, 422. Pheidole pallidula, 66. Phelipeea coerulea, 141. — lutea, 142. — Muteli, 142. — ramosa, 141. — tinctoria, 142. Philenus campestris, 8, 52”, 65”. — spumarius, 8, 65”. Philhydrus testaceus, 16, Philoctetes micans, 61', Philodromus aureolus, 295, 296. -— dispar, 296. — lividus, 295. — rufus, 296. Philonthus ebeninus, 17. — fumigatus, 14. — guttula, 14. -— laminatus, 17. — vicinus, 14. Phlomis crinita, 85. — fructicosa, Só. — Herva-benti, 84. — Lychnites, 85. — purpurea, 84. Phycis mediterraneus, 126'. Phyllitis Fascia, 290. Phyllognathus silenus, 22. Phyllomorpha laciniata, 59”. Phyllophora Brodieei, 279. — Heredia, 251. — membranifolia, 279. Phyllophora nervosa, 251... — niceeensis, 251. Phyllotilus siculus, 251. Phyllotreta consobrina, 70”. — crucifera, 33. — flexuosa, 33. Physactis pilifera, 294. Physalis Alkekengi, 115. Phytecia rufimana, 8. Phytonomus constans, 64”, 66'.. — nigrirostris, 29. — ononidis, 64”. — pollux, 29. — punctata, 29. — trilineata, 29. — variabilis, 29. Pica cyanea, 50”. Picromerus bidens, 9. Pieris Brasicxe, 7. — daplidice, 75”, — Napi, 75'. * — Rape, 75”. Piezodorus incarnatus, 8, 52”, 65! Pimelia balearica, 70”, — Cribra, 26. Pinastroides tinctoria, 270. Pinguicula lusitanica, 143. pirita cobriza, 20". piroxenitas, 102, 96. Pissodes notatus, 30. pizarra anfibólica, 371, 49”. — piroxénica, 101, 369. Plagiographus excoriatus, 30. — obliquus, 29. Plagiogramma interruptum, 216. — pulchellum, 216. — pyegmeun, 216, Plantago albicans, 56. — amplexicaulis, 55. — arenaria, 54. — Bellardi, 56. — Coronopus, 57. — Lagopus, 55. ÍNDICE ALFABÉTICO. Plantago lanceolata, 56. — Loflingii, 55. — macrorrhiza, 57. — major, 58. — Psyllum, 55. — serraria, 56. Platynus albipes, 13. Platyonychus nasutus, 12. Platyplax salvise, 8. Platysoma filiforme, 18. Platystethus cornutus, 18. — spinosus, 18. Plegaderus Otti, 19. Pleophagus spadix, 31. Pleurosigma balearicum, 214. — Balticum, 214. — dalmaticum, 214. — obscurum, 214. — speciosum, 214, — subrigidum, 215. — Wansbeckiiy 214. Plocanium coccineum, 255, 280. Plumbago europea, 63. Plusia lambda, 76/. Podacystis adriatica, 216. Podagrica fuscicornis, 33, 298. Podoscirtus cicur, 430. — Congruus, 430. — picturatus, 430. Podosira hormoides, 218. Podosphenia dalmatica, 216. Poecilus cupreus, 49”. Pogonus gilvipes, 12. — littoralis, 12. — smaragdinus, 12. Pollenia depressa, 66”. Polybius Henslowi, 14”. Polydrosus armipes 64”. — mollis, 64”. Polyoides lumbricalis, 283. Polyommatus Eurydice 76. — Phleeas, 76”. Polyphylla fullo, 22. Polysiphonia Barbatula, 268, — Biasolettiana, 268, — byssoides, 269. — Carmicheliana, 284. — Derbesii, 268. — deusta, 268. — elongata, 269, 284, — fastigiata, 283. — fibrillosa, 284. — flexella, 268. — flocculosa, 268. — foeniculacea, 269. — fruticulosa, 269, 284. — Griffithsiana, 284. — hirta, 269. — macrocephala, 269. — obscura, 268. — oOpaca, 269. — pennata, 267. — phleborrhiza, 269. — polyspora, 269. — pulvinata, 268. — ramellosa, 269. — Requienii, 269. — rigens, 268. — sanguinea, 268. — secunda, 267. — sertularioides, 268. — subcontinua, 268. — subulata, 268. — subulifera, 269. — tenella 267. — Wulfeni, 269. Pompilus orbitalis 65”. Porcelana longicornis, 14”. Porphyra laciniata, 276. — leucosticta, 240, 276. Porphyridium cruentum, 202. Porthesia chrysorrheea, 76', 79”. Posidonomia Beckeri, 20”. Prasium majus, 89. Pria Dulcamaree, 19. Primula ofticinalis, 63”. 189 190 ÍNDICE ALFABÉTICO. Pristis antiquorum, 126. Rhagonycha fulva, 7. Pristonychus Algerinus, 13. — nigricollis, 64". Psalliota campestris, 14/. Rhamphus «eneus, 30. — cretacea, 14”. — flavicornis, 30. — pratensis, 14”. Rhaphigaster grisea, 8. — ¿Vaillantii?, 14”. Rhaphoneis nitida, 216. Psallus Crotschii, 299, 65', 66". — Surirella, 216. Psamma arenaria, 67”. Rhinoceros Merekli, 74”. Psammobius ceesus, 22. Rhinocyllus conicus, 30. — porcicollis, 22. Rhinolophus ferrum-equinum, 11”. Pseudicocerus Balearicus, 26. — hippocrepis, 11'. Psilothrix splendidus, 24. — hipposideros, 12. — nobilis, 24. — unihastatus, 11'. Psilura monacha, 79”. Rhinophora atramentaria, 66”. Psylliodes chrysocephalus, 65". Rhinusa Antbirrbini, 30. — Cupreus, 84. Rhizobius litura, 34. — cyanopterus, 34. Rhizoclonium rivulare, 203. — Hyoscyami, 34. Rhizophyllis Squamariee, 255. — pallidipennis, 34. Rhizotrogus lepidus, 22. Pterocladia capillacea, 260. Rhodites roseze, 65”. Pterophorus pentadactylus, 76”, Rhodocera Cleopatra, 76/. Ptinus dilophus, 24. — rhamni, 76”. == dpi, PL Rhododendron ponticum, 51. — hirticollis, 64”. Rhodophyllis appendiculata, 254. — hirticornis, 24. — bifida, 254, 280. — Lusitanus, 24. Rhodymenia corallicola, 254. Ptosima undecim-maculata, 23. — Cristata, 280. Puccinea malvacearunm, 14”. — ligulata, 280. Pullus minimus, 34. — palmata, 280. — guturalis, 34. — Palmetta, 280. Putoria calabrica, 40. — Sarniensis, 280. Pyralis farinalis, 76'. — Sobolifera, 280. (¿uedius molochinus, 17. Rhoicosigma mediterraneum, 215. — semiseneus, 17. — Reichardti, 215. Querquedula angustirostris, 58”. — robustum, 215. — circia, 58”. Rhynchites coeruleocephalus, 64”. — Crecca, 58'. — megacephalus, 31. Raja clavata, 126”. Rhyssemus Germanus, 22. * Raya, 126. Rhytideres plicatus, 29. Reduvius personatus, 59”. Rbhytirrhinus crispatus, 29. temus sericeus, 17. — dilatatus, 3. — xantholoma, 17. — impressicollis, 29. Rhabdonema adriaticum, 217. — longulus, 29. ÍNDICE ALFABÉTICO. Rivularia mesenterica, 201. Rosmarinus officinalis, 75. Rubia peregrina, 43. — tinctorum, 42. Rubus fruticosus, 6”. Rumex acetosella, 67”. Runcinia lateralis, 295, 206. Rytiphleea complanata, 284. — pinastroides, 270, 284. — thujoides, 284. Sacium obscurum, 34. Saitis barbipes, 295. Salsola herbacea, 58”. — soda, 58'. Salvia Athiopis, 76. — argentea, 76. — bicolor, 76. — bullata, 77. — lavanduleefolia, 75. — tingitana, 75. — verbenaca, 78. — viridis, 75. Sambucus Ebulus, 48. — nigra, 48. Santolina chameecyparissus, 63. Saprinus dimidiatus, 19. — nitidulus, 19. — semipunctatus, 19. — speculifer, 19. — subnitidus, 19. Sarcophyllis edulis, 278. Sargassum Hornschuchii, 227. — linifolium, 226, 287. — vulgare, 287. Sargus annularis, 125. — Rondeleti, 125". Satureia cirneifolia, 71. — hortensis, 71. — inodora, 71. Saturnia pyri, 76”. Scarites arenarius, 11. — buparius, 11. — gigas, 63”. Scarites leevigatus, 11. Scaurus punctatus, 25, 50”. — rugulosus, 25. — sgtriatus, 25. — uncinus, 25. — vicinus, 70”. Scepastus pachyrryncoides, 428. Sceptroneis marina, 216. Schizocera furcata, 65”. Schizonema humile, 214. — medusinum, 214, — mixacanthum, 214. Schizymenia Dubyi, 278. — minor, 247. Scisena aquila, 125. — curvata, 125”. Scinaia furcellata, 259. Scolopostethus pilosus, 8, 9. Scolytus rugulosus, 32, 298. Scomber scombrus, 125”. Scop:eus gracilis, 17. Scorp:ena scropha, 125), Serophularia auriculata, 130. — canina, 131. — crithmifolia, 131. — laxiflora, 130. — nodosa, 130. — peregrina, 130. — sambucifolia, 131. — Scorodonia, 130. Scydmeenus hirticollis, 18. Seyllium stellare, 126. Seymnus Apetzii, 66'. — Ahrensii, 52”. — frontalis, 34. — interruptus, 31. — minutus, 52”. Scythropus Balearicus, 28. — glabratus, 64”. Seytosiphon lomentarius, 222. Segestria senoculata, 298. Sehirus sexmaculatus, $. Selenocephalus obsoletus, 52". 191 192 ÍNDICE ALFABÉTICO. Sepia officinalis, 36”. Serranus cabrilla, 125". Sesia doriliformis, 76”, — ichneumoniformis, 76/. — uroceriformis, 76. Sherardia aryensis, 41. siderita, 48”. Sideritis angustifolia, 87. — arborescens, 87. -— betica, 86. -- grandiflora, 86. — hirsuta, 86. — incana, 87. — romana, 88. — Scordioides, 86. sienita eleolítica, 343. Silene inflata, 6/. Silpha granulata, 18. — puncticollis, 18. Singa albovittata, 297, 298. — sanguinea, 296. sinoxylon sex-dentatum, 25. Sisyphus Scheefferi, 52. Sitones cacheta, 29. -— Crinitus, 29, 52”. — gressorius, 52', 64”. — griseus, 29, 52”, — humeralis, 29. — lineatus, 29, 298. — puncticollis, 29. — sulcifrons, 8. Smaris vulgaris, 125”, Smerinthus populi, 76. Solanum Bonariense, 113. — Dulcamara, 113. — nigrum, 114, 6. — peruvianunm, 115. — sodomeeum, 113. — villosum, 114. Solea vulgaris, 126”. Spanisa labiata, 27. - Spatoglossum Solieri, 228. Specularia hybrida, 40. Spermophagus cardui, 31, 64'. Spermothamnion flabellatum, 262. — strictum, 262. — Turneri, 261. Sphacelaria cirrhosa, 225. — filicina, 225. pennata, 225. — plumula, 225. — Scoparia, 225, 288, — tribuloides, 225. Spheeridium bipustulatum, 16, 50”. — scarabeoides, 16. Spheerococcus coronopifolius, 257, 281. Spheeroderma cardui, 8. — rubidum, 34. — testaceum, 65”. Spheerula hemispheerica, 30. Sphenophorus piceus, 31. Sphinx convolyuli, 76. Sphodrus leucophthalmus, 12. , Sphondylothamnion multifidum, 262. Spirogyra communis, 202. Spirulina Thuretii, 294. Sporochnus pedunculatus, 221, 289. Spyridia filamentosa, 251. Squatina vulgaris, 126". Stachys arenaria, 82. — arvensis, 82. — circinnata, 81. — germanica, 81. — hirta, 82. — 1iaritima, 82. — recta, 82. Staphylinus murinus, 298. Statice diffusa, 60. — echinoides, 61. — ferulacea, 60. — Limoniunm, 62. — lychnifolia, 61. — ovalitolia, 65. — sinuata, 62. ÍNDICE ALFABÉTICO. Statice spathulata, 61. — virgata, 61. Stauroneis amphoroides, 213. Stauronotus maroccanus, 53”. Stenocephalus neglectus, 8, 65”. Stenolophus teutonus, 14, 7”. Stenopterus rufus, 32. Stenorhynchus longirostris, 14'. Stenosis intricata, 70'. — sardoa, 25. Stenus ater, 17. — bipunctatus, 17. — guttula, 17. Steropus globosus, 298. Stilbum calens, 61”. — testaceum, 19. Stilicus orbiculatus, 17. Stilophora papillosa, 223. — rhizodes, 223. Stiphrosoma cicadifrons, 298, 65”, 66”. Strachia oleracea, 8. — oOrnata, 8. Striaria attenuata, 221. Strobilotoma typheecornis, 8. Stromatium unicolor, 32. Strongylognathus Huberi, 31”. * Strophia lugubrina, 422. Strophomorphus porcellus, 28. Strophosomus obesus, 8. succino, 301. Sunius angustatus, 17. — melanurus, 17. Surirella Baldjickii, 217. — fastuosa, 217, 77. — intercedens, 217. — japonica, 217. — lata, 217. Sybinia primita, 30. Sylvia atricapilla, 50”. Syneema globosum, 295, 296, 298. Synedra Baculus, 216. — fulgens, 216, Synedra robusta, 216. — undulata, 216. Syrichtus alveolus, 76/. — gao, 63, Syromastes marginatus, 8, 52”, Tabanus vicinus, 9. Tachinus flayolimbatus, 16. Tachyporus chrysomelinus, 17. — hypnorunm, 17. — nitidulus, 17. — pusillus, 17. — solutus, 17. Tachypus cyanicornis, 14. — flavipes, 14. Tachys heemorroidalis, 14. — parvulus?, 14. — rubicundus, 14. — scutellaris, 14. Teeniolobus planus, 11. Teenioma macrourum, 270. Taonia atomaria, 288. Tapinoma erraticum, 9. Tasgius pedator, 17. — planipennis, 17. Tegenaria parietina, 296. Telephorus eremita, 64”. Temnorrhinus conicirostris, 29. Tenebrio obscurus, 26. Tenebrioides Mauritanica, 19. Tentyria basalis, 25. — platyceps, 50”. — Schaumi, 25. Tephritis leontodontis, 66/. — tessellata, 66”. Tetanocera ferruginea, 66/. Tetragnatha chrysochtoza, 296. — extensa, 296. Tetramorium cespitum, 31”. Tettigometra costulata, 59”. Tettix subulata, 8. Teucrium aristatum, 90. — aureunm, 94. — Campanulatum, 90. 191 ÍNDICE ALFABÉTICO. Teucrium fruticans, 91. — lucidum, 93. — Marunm, 93. — Polium, 94. — pseudochameepitys, 90. — resupinatum, 92. — Scordium, 93. — Scorodonia, 91. — Spinosum, 93. Textrix denticulata, 296. Thais rumina, 75”. Thamnotettix crocea, 299, 65, 66". Thecla rubi, 63”. Thereva nobilitata, 66”. Theridion bimaculatum, 297. — denticulatum, 297. — lineatum, 296. — nigrovariegatum, 296. — pulchellum, 297. T'homisus onustus, 295. Thorectes leevigatus, 22. Thorictus grandicollis, 21. Thylacites fritilluam, 29. Thymus abgarbiensis, 70. — capitatus, 71. — cephalotus, 70. — diffusus, 69. — egranatensis, 70. — hirtus, 69. — Mastichina, 68. — tomentosus, 68. — Zygis, 70. Thynnus vulgaris, 125”. Tibellus oblongus, 296. Tiburon, 126". Tillus transversalis, 24. Timarcha Balearica, 33. Tinea tapezella, 76”. Tipula gigantea, 9. Tomicus bidentatus, 32. — laricis, 32. Torpedo marmorata, 126”. — oculata, 126. Toxonidea balearica, 215. — elegans, 215. Trachelium ccoruleunm, 40. Trachyphlceeus canaliculatus, 29. — variegatus, 29. Trechus quadristriatus, 14. Tremellia spurca, 422. Triceratium antediluvianum, 218. — arcticum, 218. — balearicum, 218. — dubium, 218. — Favus, 218. — parallelum, 218, — punctatum, 218. — repletum, 218. — spinosum, 218. Trichodes leucopsideus, 24. Trichopterix brevipennis, 18. Tridactylus riparius, 416. Triecphora dorsata, 65”. — sanguinolenta, 65”. Trigla lineata, 125”. Trigonidium cicindeloides, 424. Triguera ambrosiaca, 112. — Osbeckii, 112. Trixago apula, 137. 'Trochilium apiforme, 76'. Tropidonotus natrix, 50”. — viperinus, 50”. Tropinota hirta, 22. — squalida, 22. Trox hispidus, 22. Trypoxylon figalus, 297. Turbinaria denudata, 228. Tychius heematocephalus, 52”, 66". — squamosus, 30. — striatulus, 30. Typheea fumata, 20. Udotea Desfontainii, 211, 272. Ulex parviflorus, 51". Uloborus Walckeneerius, 206. Ulva Lactuca, 202, 291. — latissima, 291. ÍNDICE ALFABÉTICO. 195 Umbrina cirrhosa, 125, Uranoscopus scaber, 125”, Uredo Carbo, 14”. — Caries, 14”. — Euphorbix, 14”, — Rosx, 14”. Urodon pygmeus, 31. Utricularia vulgaris, 142. Vaillantia hispida, 47. — muralis, 47. Valgus hemipterus, 22. Valonia Agagropila, 210. — utricularis, 210, Vanessa atalanta, 7, 76'. — cardui, 76/. Velia rivulorum, 49”. Verbascum phlomoides, 119. — sinuatum, 120. — thapsiforme, 119. — virgatum, 119. Verbena officinalis, 6', 63. — supina, 64. Verlusia rhombea, 52”. — sulcicornis, 52”. Veronica agrestis, 134. —- Anagallis, 135. — arvensis, 135. — cymbalaria, 134. — hederefolia, 134. — ** racemifoliata, 135. Vescelia infumata, 422. Vespa vulgaris, 65”, Vespertilio auritus, 11”, — barbastellus, 10”, Vespertilio murinus, 11”. — noctula, 11/. — pipistrellus, 11/. — serotinus, 11”. Vesperugo borealis, 12”, Vesperus strepens, 33. Viburnum Tinus, 48. Vidalia volubilis, 270. Vitex agnus-castus, 64. Volucella bombylans, 66. Volvaria gloiocephala, 14”. Wernerita, 101. Withania frutescens, 115. — somnifera, 115. Wrangelia multifida, 262, — penicellata, 262. * Wulfenita, 109”. Wurdemanmnia setacea, 260. Xantholinus elegans, 298. — glabratus, 7, 17. — linearis, 17. — tricolor, 7. Xenoscelis costipennis, 69”. Xyletinus laticollis, 64'. Xylopertha preusta, 25, — pustulata, 25. Xyphias gladius, 125”. Xysticus caperatus, 296. Zabrus piger, 13. Zanardina collaris, 226. Zonaria flava, 230. Zonitis preeusta, 28. Zygena lavandulee, 73.” 3 e) e A ¡ Alar ad IA E CA E des $ e a AI A e PE de a dE Po IN p $ y EROS To NAS dd Ed ADE ¡E > qe Pe is O O pl A A AA: e NERRE 0 DE PANAS MUS qe A MSN e NS my e ENANA E ES dl E ET A odo MINUS : e TIA a Ed NE A ? z Ñ Ñ p A 1 A A e ESE DENIA O ATAR O EN A CIO ME Ye ARE AU A CRA ARAS PR ne ERA PM DA Ñ É psi 5 y ó YE A - ; Y A w y y il ; í 1 A 4 SE É ; A mr 3 Pe O ADVERTENCIA. El tomo xvii de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DK HisTORIA NATURAL se publicó dividido en tres cuadernos: el 1.” comprende las páginas 1-224 de las Memorias y 1-36 de las Actas, y apareció el 30 de Abril de 1889; el 2.* las páginas 225-336 de las primeras y 37-100 de las segundas, y vió la luz pública*el 31 de Octubre de 1889; el 3.” y último las páginas 337-432 de las Memorias y 101-198 de las Actas, publicándose el 31 de Diciembre de 1889. Acompañan á este tomo dos láminas litografiadas y una cromolitografiada, dos grabadas y una zincofotogra- fía, y seis grabados intercalados en el texto. A 4d res e $e AL eN ¡70498 ae 00 soho , A p A Abe ¿aa ea Anales dela Soc. 'spanola de llistnal. Tomo XVI. Lám. /. óS 1 y NES ¡ a 28 el R.Risueño, dib. Ñ F Kraus, lit. ; Tomo AVIL Lam./1. spanotla deMtistnal. , £ VOL , rdelas , . ( Á, na (a) 66 ¿2000 0-0 ao des Dogo So Los o E F.Kraus, lit. R. Risueño,dib. Anales de la Soc esp de Mist nat lomo NIH Lam MN | fe - ¿SD 0 S ES . ESS 105 oí al D Ps pS E CUOS EA SO (al SS Su 0 a Y Rodriguez dib Ll Nicolau gr Barcelona Nitoplayllin carnetm Hodriguez AO A * - - Md ” E Hip lomo KM Lam. 17 Anales de la Soc. esp. de Mist nal barcelona - Ll Nicolau gr: Nitephyllum marmoratum hodriguez dib Rodriguez a, ] . Zoz0s. 242 = A Na UEJS , ZO? E. Quiroga, deb? AE CROQUIS GEOLOGICO de una parte del Sahara occidental. Lugares donde se hicieron observaciones astrononacas. ERIcO A A LIT Cuaternario. E] Plioceno. do 22 E. de Hierro. A «Du Emsecra Hu el-Artah * E Paleozorco. —__HMmnerario. Escala Losas e 30 Tenuaka A May lot lgarlas Le «Sidi Mhammed ulek Y ¡ | . | ADRAR Los ruimeros indican altitudes en metros. LE 1 Pizarras eristalinas. BE Gncrss. EN Granito. 62 2/ña, PGA ET-TFRFAMROS f e 6 Kraus, lit. Anales de la Soc, esp. de Hist. Nat. Tomo XVII. Lám. Vi. Xx 15 > >» S SÍ O > 0) 7 O) y 17) y IN Ro AÑO = 13 0399 > MESS] (35: [5 ION! SECO LO NOJOJOTO Caesalpinioxylon Quirogoanum Schenk. b Pe A y 7 rre pi ANALES ral 0 ma DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 4 s HISTORIA NATURAL TOMO XVIIl.—CUADERNO 4. Z A E MADRID DAN dl BOLIVAR, TESOREKO ALCALÁ, 11, TERCERO 30 DE ABRIL DE 1889 CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los señores socios de provincias que han satislecho sus cuotas desde 1.” de Enero á 30 de Abril del corriente año. CUOTA DE 1886. Couder, de Ávila. CUOTA DE 1887. Couder, de Avila. Zerolo, de Tenerife. CUOTA DE 1888. Couder, de Ávila. i Mac Lenan, de Bilbao. Prieto y Caules, de Málaga. Salarich, de Vich. Velaz y Medrano, de Soria. Zerolo, de Tenerife. CUOTA DE 1889. Aguilera, de la Habana. Atienza, de Málaga. Bellido, de Zaragoza. Boscá, de Valencia. Bottino, de Santiago de Cuba. Campión, de San Sebastián. Comerma, del Ferrol. Dargent, de Málaga. Escalera, de Gijón. Espluga, de Quintanar. Ferrer, de Valencia. Fuente, de Ciudad-Real. Gonzalo, de Salamanca. - - Gordon, de la Habana. Guallart, de Ávila. Irastorza, de San Sebastián. Luzuriaga, de la Habana. Mercado, de Nava del Rey. Muñoz Cobo, de Jaén. Pantel, de Uclés. Pérez San Millán, de Burgos. Poey, de la Habana. Prieto y Caules, de Málaga: Reynoso, de la Habana. Scebold, de Bilbao. Vilaró, de la Habana. CUOTAS DE 1890 Y 18591. Rodríguez de Cepeda, de Valencia. Se ruega á los señores socios no se sirvan para efectuar sus pagos de las libranzas especiales para la prensa. 4 El Tesorero, I. BoLÍVAR. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos científicos se dirigirá al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcalá, 11, 3.”, Madrid; y sobre los administrativos, reclamación de cuadernos de los AwaLes, títulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolívar, Alcalá, 11, 3.2 La Tesorería está abierta todos los días no festivos, de doce á dos de la tarde. DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL it | MADRID DON I. BOLIVAR, TESOREKO e ALCALÁ, 11, TERCERO - TOMO XVI!ll.—CUADERNO 2. 31 DE OCTUBRE DE 1889 MN 0 CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los señores socios de provincias que han satislecho sus cuotas desde 1.” de Mayo á 31 de Octubre del corriente año. Ela CUOTA DE 1888. Padilla, de Las Palmas (Gran Ca- naria). y Pombo, de Vitoria. Rodríguez y Femenías, de Mahón (Menorca). Rodríguez Pacheco, de Seyilla. Riutort, de Palma. Truan, de Gijón. Calleja y Ayuso, de Talavera de la Reina. En Capdebóu, de Menorca. Ruíz Casaviella, de Caparroso. García Arenal, de Gijón. López Seoane, de Coruña. Madariaga, de Murcia. Mompó, de Albacete. CUOTA DE 1889. Moragues é Ibarra, de Palma. Musso, de Murcia. Mompó, de Albacete. Se ruega á los señores socios no se sirvan para efectuar sus pagos de las libranzas especiales para la prensa. El Tesorero, J. BoLÍvar. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos científicos se dirigirá al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcalá, 11, 3.”, Madrid; y sobre los administrativos, reclamación de cuadernos de los Awazes, títulos, pago de cotizaciones, etc,, al Tesorero, D. Ignacio Bolívar, Alcalá, 11, 3. La Tesorería está abierta todos los días no festivos, de doce á dos de la tarde. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2, DEL TOMO XVIII. Págs. Rodriguez y Femenías.—Algas de las Baleares. (Conclu- SUOMI a Mn NS RS is A E y GA 225 Lázaro é Ibiza. patos 1 para la flora algológica del Norte y Noroeste de España......... Dejas 7 A A Cuní y Martorell. — Misceláneas entomológigas. Arácnidos de Amer y Montserrat... .c..co..«.. a 0 Meyer.—El Succino de origen español...... Eee RISA Quiroga.— Observaciones geológicas hechas en el Sáhara occidental. (Lámina v) (1) 4...... aa la S O SE Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre)..... ISO fecal A ES Y AVISO IMPORTANTE. Los señores que aún no hayan recogido el diploma de socio, pue- den hacerlo en la calle de Alcalá, 11, 3.” pues no es posible hacer su remisión por el correo. El señor Tesorero recuerda á los señores socios de provincias el art. 4. del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer Negar á Tesorería su cuota anual de 15 pesetas sin descuento en el mes de Enero de cada año. Los residentes en Barcelona la abona- rán en casa de D. Francisco de Sales de Delás y de Gayolá, Condal, 20, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Medina Ramos, calle de Goyeneta, 27. (1) Esta lámina se repartirá en el cuaderno 3.* MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. Las publicaciones regaladas á esta Sociedad, ó adquiridas por la misma, se hallan en poder del Sr. D. Francisco Quiroga y Rodríguez; los señores socios que quieran consultar alguna de ellas, pueden dirigirse al Gabinete de Historia Natural, los martes, jueves y sábados no festivos, de diez á doce de la mañana. Los socios residentes en las provincias de Ultramar, á quienes convenga efectuar el pago de su cotización en la Habana, podrán verificarlo en casa del Sr. D. Felipe Poey, catedrático de Mineralogía y Zoología en “aquelia Universidad, calle del Cerro, 416, debiendo entregar por razón del giro y demás gastos 4 ps. fs. en oro, ó su equivalente en papel, en yez de las 15 pesetas que satisfarán si remiten letra sobre Madrid, MM. les membres de la Société résidant a létranger, qui éprouveront des difficultés pour remettre á Madrid le montant de leur cotisation, peu- vent le verser a Paris, chez M. le Dr. A. Fumouze, rue Faubourg-Saint- Denis, 78, Trésorier de la Société Entomologique de France, rue Saint-Pla- cide, 52 (faubourg Saint-Germain), en lui remettant 16 frances; ou a Ber- lin, chez Mr. G. Kraatz, Président de la Société Entomologique, Links- trasse, 28, en lui enyoyant 4 ly thalers. MM. Poey, a la Havane, le Dr. Fumouze á Paris, et Kraatz, á Berlin, sont aussi autorisés pour recevoir des souscriptions aux ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL aux mémes prix que ceux marqués pour la cotisation: les souscripteurs recevront chez eux franco par la poste, ainsi que les membres de la Société, les cahiers du journal aussitót qwils pa- raitront. Los señores socios que quieran se haga alguna enmienda ó adición en la designación de su domicilio ó títulos, pueden remitir 4 la Secretaría la nota correspondiente, para que se tenga presente al imprimir la lista de socios, y para la remisión de las publicaciones de la Sociedad, Y Srs 9 A AS | | | DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA | | | DE HISTORIA NATURAL — TOMO XVII!.—CUADERNO 3.” —MADRID DON I. BOLIVAR, TESOREKO | : LCALÁ, 11, TERCERO 31 DE DICIEMBRE DE 1889 SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el año 1890. residente late ao e D. Francisco de Paula Martínez y Sáez Vicepresidente......... . D. Carlos Mazarredo. PEOR D. Ignacio Bolívar y Urrutia. COLCLaA TIO ci io D. Francisco Quiroga y Rodríguez. Vicesecrelario....... ... D. Manuel Cazurro y Ruíz. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos científicos se dirigirá al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga y Rodríguez, calle de Goya, 35, 3.”, Madrid; y sobre los administrativos, reclamación de cuadernos de los AxNALEs, títulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolívar, Alcalá, 11, 3.2 La Tesorería está abierta todos los días no festivos, de doce á dos de la tarde. Los señores que aún no hayan recogido el diploma de socio, pueden hacerlo en la Tesorería, pues no es posible remitirlo por el correo, “satisfarán si remiten letra sobre Madrid. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 3, DEL TOMO XVIII. Págs. Quiroga.— Observaciones geológicas AS en el Sáhara occidental. (Láminas y y v1.) (Conclusión.).. 2... dida 2Ol 337 Cañizares. — Algunos basaltos de la costa Rio de e O de la do ESA A A A eto 800 Rodríguez y Femenías. — Datos algológicos. minas aa A AN EA EA, NS Me AAA O 05 Bolivar.—Enumeración de los grílidos de Filipinas..... aj ALO Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (Octubre, Noviembre y: Diciembre). ...coooooomo.mo. A a e 101 Lista de los señores socios de la Española de Historia natural. 133 Indice de lo contenido en el tomo xvnr de los ANALES....... 163 Indice alfabético de los géneros y especies descritos, ó acerca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes.... 167 A AS A AN O A ns 197 AVISO IMPORTANTE. El señor Tesorero recuerda á los señores socios de provincias el art. 4. del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer llegar 4 Tesorería su cuota anual de 15 pesetas sin descuento en el mes de Enero de cada año, advirtiéndoles que no deben servirse para efectuar el pago de las libranzas especiales para la prensa. Los residentes en Barcelona la abonarán en casa de D. Francisco de Sales de Delás y de Gayolá, Condal, 20; los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel José Paúl y Arozarena, calle de San Eloy, 34, y los de Ultramar podrán verificarlo en la del Sr. D. Felipe Poey, cate- drático en la Universidad de la Habana, calle del Cerro, 416, de- biendo estos últimos entregar, por razón del giro y demás gastos, 4 $ en oro ó su equivalente en papel, en vez de las 15 pesetas que MM. les membres de la Société résidant a l'étranger, qui éprou- veront des difficultés pour remettre á Madrid le montant de leur cotisation, peuvent le verser á Paris, chez M. le Dr. A. Fumouze, Trésorier de la Société Entomologique de France, 78, Faubourg Saint-Dénis, ou á Berlin, chez Mr. G. Kraatz, Président de la So- ciété Entomologique, Linkstrasse, 28, MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los señores socios: de provincias que han satisfecho sus cuotas desde 1.” de Mayo (1) á 31 de Diciembre de 1889. CUOTA DE 1888. Cánovas, de Murcia. Jiménez de Cisneros, de Cartagena. Mederos, de San Lorenzo. Mompó, de Albacete. CUOTA DE 18809. Calleja, de Talavera. Cámara, de San Clemente. Cánovas, de Murcia. Capdebou, de Menorca. Casas, de Huesca. Castellarnau, de Segovia. Codorniú, de Murcia. Esteve Ravasa, de Motril. García Arenal, de Gijón. Jiménez Rico, de Burgo de Osma. Jiménez de Cisneros, de Cartagena. López Cepero, de Chiclana. López Seoane, de Coruña, Mac Lennan, de Bilbao. Madariaga, de Murcia. Martí, de Tarragona. Mederos, de San Lorenzo. Mompó, de Albacete. Moragues é Ibarra, de Palma. Musso, de Murcia. Ochoa, de Vitoria. Onís, de Peñaranda. Padilla, de Las Palmas. Pérez Arce, de Guadalajara. Pombo, de Vitoria. Rodríguez y Femenías, de Mahón. Riutort, de Palma. Ruiz Casaviella, de Caparroso. Sánchez Navarro, de Cádiz. - Truan, de Gijón. CUOTA DE 1890. Boscá, de Valencia. López Cepero, de Chirlana. López Seoane, de Coruña. Martí, de Tarragona, Uhagón, de Marquina. El Tesorero, T. BoLívan. Las publicaciones regaladas á esta Sociedad, 6 adquiridas por la misma, se hallan en poder del Sr. D. Francisco Quiroga y Rodríguez; los señores socios que quieran consultar alguna de ellas, pueden dirigirse al Gabinete de Historia Natural, los martes, jueves y sábados no festivos, de diez ú doce de la mañana, (1) Por haberse cometido un error en las fechas de la lista anterior se reproduce de nuevo en este cuaderno. CU 3 2044 106 286 784