ih ¥ es i ut a i * y (s ‘ rye hid * “4 ine Ne it i abet Rt hy ba ie 1 H Oral * ie. i be 45; a (he , We Ba Pate hitamusttameaicet Lone alt 7 4 aN Re iti (aan pp Hinanruc assy rye can ne i Bits sk : sae hea eat erat ACERS i pale nasal tien alent ih bee ita Hs eta é THI a ! ST haset Hiss ate iy * i Mt wish i tt " iin # if HY Hh GET vo) PU ee ee Fr ry, rea 1 daly Us ANALES HISTORIA NATURAL. BBR rie 1 o- .2 9, ry y ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. AVCO)INE@) IMSS) LIM OMOSPI Ode MADRID: DON I. BOLIVAR, TESORERO. CALLE DE ALCALA, 41, TERCERO. 4889. ly Foe ¢ Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica— das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. INSECTOS ENCONTRADOS mn . S.A. NAS, CR nw sS POR DON MIGUEL CUNI Y MARTORELL. (Sesion del 3 de Agosto de 1887.) Uno de los principales obstaculos que detienen el progreso de la entomologia en nuestro pais es la creencia, bastante extendida entre los que 4 dicha ciencia se dedican, de que unicamente merecen el honor de ser publicados los trabajos descriptivos, 6 sean monografias, y los resultados de explora- ciones serias que abracen comarcas enteras, y con semejante preocupacion se dejan dormir en las colecciones infinidad de especies halladas en las rapidas excursiones que se verifican en diversos lugares y pueblos, quedando asi ignorados gran numero de datos interesantisimos. Es menester, pues, desvanecer esa fatal prevencidn, é imi- tar los procedimientos que se emplean cuando se trata de levantar un edificio. En este caso, lo primero que se hace es ir 4 la cantera, recoger alli las piedras, acarrearlas luego y amontonarlas en el solar que se tiene preparado, y de esta manera los albaniles, como las encuentran & mano, se sirven facilmente de ellas para construir aunque sea un palacio. Si faltaran los cantos, gpudiera acaso nadie, por inteligente que fuese, fabricar una simple cabafia? 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) A nuestra Espafa le falta ese edificio, es decir, el Catalogo general de sus insectos, y no lo alcanzara, por cierto, hasta que se hayan ido 4 buscar los materiales a las canteras ento- moldgicas, que son los campos, praderas y bosques, y sean conocidos todos los hallazgos, con los datos minuciosos y pre- cisos de la localidad, época del ano en que aparecen las espe- cies, plantas de que viven las orugas, etc., etc., que si 4 pri- mera vista parecen insignificantes tales noticias, son en rea- lidad de sumo valor para la ciencia que cultivamos. Los que mas abrigan ese temor pueril que hemos indicado al principio; los que no se atreven 4 publicar notas de los in- sectos que van cazando, son los jévenes, nuestros noveles en- tomdlogos, precisamente los que, por su juventud, vigor y entusiasmo, se hallan en las mejores condiciones para poder proporcionar los acopios mas abundantes y preciosos, y de paso diremos que quizas convendria, para resolverles a tomar parte activa en la empresa, fomentar en ellos el amor de la entomologia patria, Recordemos con satisfaccién que Catalufia es una de la re- giones espafiolas que mas ha estudiado sus insectos, asi como debe entristecernos la consideracién de que hay provincias en nuestra misma Peninsula que no cuentan ni tan siquiera con una sola persona que 4 la entomologia se dedique. Por lo tanto, no desmayemos, antes bien trabajemos mien- tras tengamos fuerzas, y si no nos es dable visitar toda la Es- paiia, al menos no dejemos sin escudrifar un solo rincén de nuestro querido Principado y hagamos conocer las riquezas naturales que encierra. A fin de animar y dar el ejemplo, presento una sencilla lista de los insectos que recogi en una excursién que hice a ulti- mos de Mayo del afio 1886 al derruido monasterio de Santas Creus, que se halla situado en la provincia de Tarragona, cu- yos alrededores recorri durante mi corta permanencia en aquel delicioso sitio. (3) Cuni.—INSECTOS ENCONTRADIS EN SANTAS CREUS. 7 LEPIDOPTEROS. Papilio podalirius Lin., var. Feis- thamelii Dup. Pieris brassice Lin. Anthocharis eupheno Lin. Colias edusa F. Lycena Escheri Hb. agestis S. V. Vanessa atalanta Lin. Melitea phebe 8. V. athalia Rott. Epinephele pasiphaé Esp. Acontia luctuosa Esp. Agrophila sulphuralis \.. Metroptria monogramma Hh. Acidalia sylvestraria Hh. Eurycreon nudalis Hb. Orobena frumentalis Lin. — Abun- dante. Crambus pinellus L. COLEOPTEROS. Notiophilus uliginosus Fab. Carabus violaceus Lin. Lebia cyanocephala Lin. Cymindis melanocephala Dej. Chlenius vestitus Payk. Licinus silphoides Fab. Calathus cisteloides Il. — melanocephalus Lin. — micropterus Iuft. Anchomenus albipes Fab. a viduus Panz. Abacetus Salzmanni Ramb. Feronia barbara Dej. Percus politus Dej. Aristus spherocephalus Ol. — Bas- tante. Stenolophus teutonus Sch. Harpalus consentaneus Dej. — eneus Fab. Bembidium tricolor Fab. tibialis Duft. Creophilus maxillosus Lin. Xantholinus glabratus Gravy. tricolor F. Pederus ruficollis Fab.— Abundan- te en la riera. Olibrus geminus Il. Meligethes flavipes Sturm. — Fre- cuente. Cryptophagus lycoperdi Herbst. Aphodius lugens Creutz. Onthophagus taurus Lin. Jurcatus Fab. ovatus Lin. Caccobius Schreberi Lin. Cardiophorus biguttatus F.—Abunda. var. ornatus Cand. Agriotes corsicus Cand. | Rhagonycha fulva Se. Attalus thoracicus Ol. | Malachius bipustulatus Lin. elegans Ol. _ Henicopus calcaratus K. Dolichosoma viridi-ceruleum Geott. —Abundante. Lasioderma bubalus Fairm. Heliopathes montivagus Muls. Cistela murina Lin. | Lagria hirta Lin.—Frecuente. Mordella aculeata Lin. Mordellistena pumilla Gyll. (Edemera cerulea Lin. flavipes Fab. 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Strophosomus obesus Marsh. ? Clythra scopolina Lin. Sitones sulcifrons Th. | Cryptocephalus rugicollis Ol. Brachyderes pubescens Bohin. — tristigma Charp. Larinus jacee Fab. | Chrysomela Banksii Fab. Lixus angustatus Kab. Gastrophysa polygoni Lin. — Fre- — pollinosus Germ. cuente. Erirhinus vorax Fab. | Malacosoma lusitanicum Lin. Ceuthorhynchus Bertrandi Perris.? | Haltica mercurialis Fab.— Abunda. Cartallum ebulinum Lin. | Spheroderma cardui Gyll.— Abun- Agapanthia cardi Lin. | dante. Phyteecia rufimana Schr. | Hispa testacea Lin. Crioceris asparagi Lin. | Halyzia duodecimguttata Pod. Clythra longipes Fab. | Exochomus quadripustulatus Lin. ORTOPTEROS. Loboptera decipiens Germ.—Abun- dante. Bacillus gallicus Charp. Tettix subulata Lin. NEU ROPTEROS. Libellula depressa Lin. Calopteryx splendens Harris. Aschna cyanea Mull. | Calopteryx splendens var. xanthos— Gomphus simillimus Selys. © toma. HEMIPTEROS. Sehirus sexmaculatus Ramb. | Geocoris erythrocephalus Lep. Palomena viridissima Pod. Pachymerus pineti H. 8. Carpocoris baccarum Lin. Hyalochilus ovatulus Costa. Piezodorus incarnatus Germ. Beosus pulcher H. 8. Rhaphigaster grisea Fab. | Scolopostethus pilosus Reut. Strachia ornata Lin. | Heterogaster urtice Fab. — oleracea Lin.—Abundante. | — artemisic Schill. Strobilotoma typhecornis Fab. Platyplax salvie Schill. Brothrostethus denticulatus Scop. Calocoris chenopodii F.—Abundante. Syromastes marginatus Lin. | Harpactor iracundus Se. Gonocerus venator F. Philenus campestris Fall. — Fre- Camptopus lateralis Ger. | cuente. Stenocephalus neglectus H, 8. _ spumarius Lin.— Idem. + Lygeus equestris Lin.—Frecuente. | Centrotus cornutus Lin. — apuans Rossi. (5) Cuni.—iINSECTOS ENCONTRADOS EN SANTAS CREUS. 9 HIMENOPTEROS. Dolerus pratensis Lin. Myrmica rubida Latr.—Abundante. Cephus tabidus Fab. Bombus muscorum Smith. Tapinoma erraticum Latr. | DIPTEROS. Tipula gigantea Schr. | Tabanus vicinus Ege. Ctenophora flaveolata F. | Linnia marginata F. _Especies de hemipteros, descubiertos recientemente en Cataluia. Palomena viridissima Pod., en Santas Creus, por Cuni. Peribalus vernalis Wolft., en Camprodén, idem. Picromerus bidens Lin., idem, id. Beosus pulcher H. S., en Santas Creus, idem. Scolopostethus pilosus Reut., idem, id. Calocoris infusus H. S., en Camprodén, por Roca. Dicyphus globulifer Fall., idem, id. mbidare cet ASL Ret ria = yen asian . ‘ i ~ . gee ene fiicaishide sb Sati arate aPC orale hg ante a ee. bate ere ty ibe ge ri SA: WIR a Yo Risrt +! WX) + Ane BoBs. : Wes ri vances al AG! oh 6 pete fy Jeasetretines me sms aim i ‘5 volt bo ee ae beh f Rol atts fi jnd thee oe oe ANIL te ae ig’ mags’ 4s pauls phe yen © : te d% sh lean oe egal | : PAO) RV Si nt Perret tee Ed ua ites evry ta ets otedalt sad Al ae Le eer, Beale tphels 3 ty 9 Tey tre ae Rye eu i 4) sik a Beatin & eT peer oe on te lila is, mel tke Ric Rieigat ‘ame Mee, : a ‘ soTG sii ane “pei S i jet sy AYR ace ae rr a pinta . rast ~ eo cate > on COLEOPTEROS DE MALLORCA, POR DON FERNANDO MORAGUES Y DE MANZANOS. (Sesion del 3 de Octubre de 1888.) eee Carabidee. Cicindela littoralis Fabr.— En los arenales. Puerto de Manacor (Cala An- guila). Primavera y verano. — flexuosa Fabr.—En la mayor parte de las playas. Notiophilus substriatus Wat.— Sitios himedos, entre las plantas y hoja- rasca. Cercanias de Palma. Primavera. Macrothorax morbillosus Fabr.—Debajo de las piedras y corriendo por los senderos. Toda la isla y casi todo el afio. Calosoma sycophanta Lin.—En los bosques y jardines. Valldemosa (Pasto- rich). Mayo. — indagator Fabr.— Debajo de las piedras y vegetales en descom- posicién. Cercanias de Palma. Manacor (Son Moro). Mayo. Nebria complanata L.— En el arenal de Son Sufier, debajo de las piedras y troncos arrojados en la arena. — brevicollis Fabr.— Debajo de las piedras en sitios himedos. Cerca- nias de Palma. Primavera. — Gylienhali Schh.—Manacor (Son Moro). Mayo. Scarites buparius Forst.—En el arenal de Santa Margarita (Son Real); Ma- nacor (Cala Mollanda). Mayo. — levigatus Fabr.—Se le encuentra en las playas. Palma (Torre den Pau); Manacor, Santa Margarita. Primavera y verano. — arenarius Bon.— Lugares pantanosos; debajo de las piedras, es- condidos en sus madrigueras durante el dia. Palma (Estaynis de Son Sufier); Manacor (Cap des Toy). Primavera y verano. Teniolobus planus Bon.—Idem, id. Dyschirius immarginatus Putz.— Lugares himedos y arenosos; debajo de las plantas y corriendo durante las horas de sol. Palma, Ma- nacor. Primavera y verano. 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Dyschirius Hispanus Putz.— Lugares himedos y arenosos. Palma, Mana. cor. Primavera y verano. Brachinus exhalans Rossi.— Debajo de las piedras, en las orillas de las acequias y parajes himedos. Cercanias de Palma. Otofio é inyierno, — bombarda Dej.—Idem, id. —— explodens Duft.—Idem, id. _ sclopeta Fabr.—Idem, id. Drypta dentata Rossi.—Debajo de las piedras en sitios humedos. Manacor (Cap des Toy). Unico. Mayo. Demetrias atricapillus Lin. — Sobre los arbustos y en los sembrados. Palma, Manacor, Valldemosa, Porreras. Primavera y ve- rano, Dromius linearis Oliv.i— Sembrados y rastrojos, y debajo de la corteza de los arboles. Cercanias de Palma. Santa Maria. Primavera y yerano. Blechrus glabratus Duft.—Sitios humedos, debajo de las plantas y corrien- do durante las horas de sol. Palma (Son Sufier); Manacor (Cap des Toy; Estaym den Mas). Primavera y verano. — plagiatus Duft.—Idem, id. Metabletus fusco-maculatus Mtsch.—Idem, id. = scapularis Dej.—Idem, id. Amblystomus metallescens Dej.—Idem, id. Cymindoidea Bufo Fabr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Masoreus Atgyptius? Dej.—Idem, id. Chlenius velutinus, var. auricollis Gené.—Debajo de las piedras, en sitios muy htmedos. Cerecanias de Palma (Son Sufer); Manacor (Cap des Toy); Santa Margarita (Son Real; Torrent de ne Borjas). Primavera y verano. — spoliatus Rossi.—Idem, id. — variegatus Fourcr.—Idem, id. — vestitus Payk.—Idem, id. — tibialis Dej.—-Idem, id. Licinus silphoides Fabr., var. granulatus Dej.—Debajo de las piedras, Toda la isla, y casi todo el ano. Broscus insularis Pioch.—Inmediaciones de Manacor (Son Moro). Pogonus littoralis Duft.— Sitios himedos; debajo de las piedras y entre la hierba. Inmediaciones de Palma; Manacor; Santa Margarita. Primavera y verano. — smaragdinus Waltl.—Idem, id. — gilvipes Dej.—Idem, id. Sphodrus leucophthalmus L.—Cayernas y sitios himedos y oscuros. In- mediationes de Palma. Escaso, Primavera. 3) Moragues.— COLEGPTEROS DE MALLORCA. 13 Lemosthenes complanatus Dej.—Cavernas y sitios himedos y oscuros. In- mediaciones de Palma. Escaso. Primavera. Pristonychus Algerinus Gory.—Cercanias de Palma; debajo de las piedras, encontrandose hasta en los jardines de las casas. Primavera. Escaso. Calathus cisteloides Il.— Debajo de las piedras y hojarasca. Casi toda la isla y la mayor parte del afio. — circumseptus Germ.—Idem, id. — micropterus Duft.—Idem, id. Platynus (Anchomenus) albipes Fabr.—Debajo de las piedras. Palma, Ma- nacor. Primavera. Agonum marginatum Lin.— Debajo de las piedras, en sitios himedos. Manacor (Cap des Toy); Calvia (Porrasa). Primavera y ve- rano. — WMudlleri Hbst.—Idem, id. — atratus Duft.—Idem, id. Feronia cuprea Lin.—Idem, id. Orthomus barbarus, var. Balearicus Pioch.—Debajo de las piedras. Toda la isla. Primavera y verano. Percus plicatus Dej.— Toda la isla y en todas époeas. Amara tricuspidata Dej.— Cercanias de Palma. Mayo y Junio. Celia rufo-enea Dej.—Manacor (Son Moro). Leiocnemis arcuata Putz.—Idem, id. Bradytus fulva De Geer.--Idem, id. Zabrus piger Dej.— Debajo de las piedras. Casi toda la isla. Primavera y verano. Aristus capito Dej.—Idem, id. Ditomus cordatus, var. Balearicus Schauf.—Idem, id. — tricuspidatus Fabr.—Idem, id. Carterus dama Rossi.—Debajo de las piedras (Puig-Mayor). Mayo. Apotomus rufithorax Pecch.— Palma (Estayfis de Son Suner). Escaso. Mayo. Acinopus picipes Oliv.—Debajo de las piedras. Toda la isla y en todas épo- cas del afio. Dichirotrichus obsoletus Dej.—Manacor (Pou den Torriscos). Mayo. Anisodactylus peciloides Steph.—Idem, id. Harpalus rotundicollis Fairm.—Cercanias de Palma. _ cordatus Duft.—Debajo de las piedras en sitios humedos. Mana- cor (Son Moro). Mayo. — pubescens Miiller.—Idem, id. — ferrugineus Fabr.—Idem, id. fn — Psittacus Foure.—Idem, id. — ceneus Fabr.—Idem, id. — tenebrosus Dej.—Idem, id. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Stenolophus Teutonus, var. abdominalis Gené.—Sitios muy himedos, debajo de las piedras y entre las raices de las plantas. Palma (Prat); Manacor (Cap des Toy); Santa Margarita, La Puebla y en to- das partes donde hay aguas estancadas. Primavera y verano. — proximus Dej.—Idem, id. Egadroma marginata Dej.—Idem, id. Acupalpus dorsalis Fabr.—Idem, id. — notatus Muls.—Idem, id. — brunnipes Strm.—Idem, id. Bradycellus distinctus Dej.—Idem, id. Trechus quadristriatus Schrank.—Idem, id. Tachys hemorrhoidalis Dej.—Idem, id. — parvulus? Dej.—Idem, id. — scutellaris Germ.—Idem, id. — rubicundus Chaud.—Idem, id. Bembidion rufescens Guér.—Idem, id. Philochthus guttula Fabr.—Idem, id. — vicinus Lucas.—Idem, id. a fumigatus Duft.—Idem, id. Lopha quadrimaculata L.—Idem, id. — quadripustulata Dej.—Idem, id. Leja maculata Dej.—Idem, id. — minima Fabr.—Idem, id. a — yar. Normanna Dej.—Idem, id. — lampros Herbst.—Idem, id. — ambigua Dej.—Idem, id. — leta Brull.—Idem, id. Peryphus lunatus Duft.—Idem, id. — Dahlii Dej.—Iden, id. Notaphus punctulatus var. Dufouri Perris.—Idem, id. Tachypus cyanicornis Pand.— Entre las plantas. Jardines de Palma. Vall- demosa (Son Puyg). — flavipes Lin.—Cercanias de Palma. Mayo. Dytiscidee. Haliplus mucronatus Steph.— Esta especie, como las demas de la familia, vive en el agua de los estanques, fuentes, balsas, etc. Palma. Primavera y verano. Hyphydrus variegatus Aubé.—Idem, id. Hydroporus inequalis Fabr.—Idem, id. 65) Moragues.—CoLEOPTEROS DE MALLORCA. 15 Coelambus confluens Fabr.— Esta especie, como las dems de la familia. vive en el agua de los estanques, fuentes, balsas, ete. Palma. Primavera y verano. — minutissimus Gm.—Palina; Manacor (Cap des Toy). — geminus Fabr.—Idem, id, — lepidus Oliv.—Idem, id. — flavipes Oliv.—Idem, id. — opatrinus var. Brannani Schauf.—Idem, id. — variegatus Aubé.—Idem, id. os Ceresyi Aubé.—Idem, id. — canaliculatus Lacord.—Idem, id. _ marginatus Duft.—-Idem, id. — lituratus Fabr.—Idem, id. — limbatus Aubé.—Idem, id. Noterus clavicornis De Geer.—Idem, id. — levis Sturm.—Idem, id. Laccophilus minutus Lin.— Estanques de la huerta de Palma; Manacor; La Puebla. - testaceus Aubé.—Idem, id. _ hyalinus De Geer.—Idem, id. Colymbetes coriaceus Lap.—Casi toda la isla, Cymatopterus fuscus Lin.—Estanques de las inmediaciones de Palma, Agabus maculatus Lin.—Casi toda la isla, — didymus Ol.—Idem, id. — brunneus Fabr.—En el torrente de Marratxi. Mayo. — nebulosus Forst.—Casi toda la isla. — binotatus Aubé.—Idem, id. — nitidus var. biguttatus Oliv. —Cercanias de Palma. Primavera y verano. — bipustulatus Lin.—Idem, id. Cybister virens Mill.—Estanques de la huerta de Palma. Primavera. — tripunctatus Oliv.—Idem, id. : Dytiscus circumflecus Fabr.—Casi toda la isla. — punctulatus Fabr.—Palma; Valldemosa (sa Noguera). Verano. Eunectes sticticus Lin. —En un eéstanque de la acequia (se Real). Pocos ejemplares encontrados en el fondo de dicho estanque. Mayo. Gyrinide. Gyrinus striatus Oliv.—Inmediaciones de Palma. — urinator Ill.—Casi toda la isla. — natator Lin.—Manacor (Cap des Toy). 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Hydrophilide. Hydrophilus pistaceus Lap.— Casi toda Ja isla. Hydrochares flavipes Stev.— Palma. Hydrobius convexus Brull.—Palma (Son Sufier). Anacena bipustulata Merh.— Manacor. Mayo. Phithydrus testaceus Fabr.—Idem, id. Helochares lividus Forst.—Idem, id. — Ludovici Schauf.—Idem id. Laccobius sinuatus var. nigriceps Thoms.—Idem, id. Berosus affinis Brull.—Palma, Manacor, La Puebla, Santa Margarita. Pri- mayera y verano. Limnebius truncatellus Thunb.—Idem, id. Helophorus rugosus Oliv. —Palma. — nubilus? Fabr.—Idem, id. — aquaticus Lin.—Marratxi. Mayo. —- granularis Lin. _ obscurus Muls. Ochthebius marinus Payk.— Encuéntrase esta especie en la costa, dentro del agua de mar que contienen los hoyos de las rocas 4 causa de los temporales. Primavera. -- bicolon Germ.—Palma, Manacor; en las aguas estancadas. Pri- mavera y verano. — Hybernicus Curt.— Casi toda la isla. Hydrena nigrita Germ.—Idem, id. Spheridium scarabeoides Lin.— En los excrementos de ganado yacuno. Toda la isla. Primavera y verano. a bipustulatum Fabr.—Idem, id. Cercyon quisquilius Lin.—Idem, id, Staphilinide. Falagria sulcata Payk.—Inmediaciones de Palma. — obscura Gray.—Idem, id. Aleochara tristis Gravy.—Idem, id. Drusilla canaliculata F.—Debajo de las piedras. Homalota melanaria Sahl. Leucoparyphus silphoides Lin.—Sobre las flores. Tachinus flavolimbatus P. ™ Moragues.—CoLEOPTEROS DE MALLORCA. 7 Tachyporus solutus Er.—Sobre las flores. Casi toda la isla. Primavera. — chrysomelinus Lin.—Idem, id. — Hypnorum Fabr.—Idem, id. — pusillus Gray.—Idem, id. — nitidulus Fabr.—Idem, id. Quedius molochinus Gray.—Debajo de las piedras. — semiceneus Steph.—Idem, id. — sp.?—Idem, id. Fimus mazillosus Lin.—Sobre los caddveres en putrefaccién, los cuales devoran. Goérius olens Miill.—Toda la isla y en todas épocas; debajo de las piedras. — ophthalmicus Scop.— Debajo de las piedras. Alcudia. — «neocephalus De Geer.—Manacor (Son Moro). Tasgius pedator Gray.—Debajo de las piedras en sitios himedos. Palma (Prat). — planipennis Aubé.—Idem, id. Cafius cribratus Er.—Idem, id. Remus xantholoma Grav.— Manacor (Son Moro). — sericeus Holme.—Debajo de las piedras. Philonthus laminatus Creutz.—Idem, Palma. — ebeninus Gray.—Idem, id. Gabrius nigritulus Gray.—Idem, id. Xantholinus glabratus Grav.—Idem, id. — linearis Oliv.—Idem, id. Eulissus fulgidus Fabr.—Idem, id. Leptacinus formicetorum Mirkel.—Idem, id. Othius leviusculus Steph.—Idem, id. Lathrobium multipunctatum Gray.—Idem, id. Achenium striatum Latr.— Palma. Cryptobium glaberrimum Herbst.—Idem, id. Scopeus gracilis Sperk.—Idem, id. Stilicus orbiculatus Payk.—Idem, id. Sunius melanurus Kiist.—Idem, id. — angustatus Payk.—Idem, id. Peederus fuscipes Curt.— Esta especie, lo mismo que las que siguen, habi- tan junto al agua, corriendo de una parte 4 otra durante el dia. Palma (Prat); Manacor (Cap des Toy). Primavera y ve- rano. Stenus bipunctatus Er.—Idem, id. — guttula Mill.—Idew, id. — ater Mannh.—Idem, id. Bledius unicornis Germ.—Idem, id. — Graéllsii Fauv.—Idem, id. ANALES DE HIST, NAT.—XVIII. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Platystethus cornutus Gyll.— Materias en descomposicién. Palma, Mana- cor, Calvid. Primavera y verano. — spinosus Hr.—Idem, id. Oxytelus sculptus Gravy.—ldem, id. — inustus Grav.—Idem, id. — speculifrons Kraatz.—Idem, id. Pselaphide. Bryaxis Carthagenica Saule.—Sitios muy humedos, debajo de la hojarasca y otros vegetales en descomposicién. (Prat de Son Sufier.) — Uhagoni Saule.—Idem, id. Scydmeenide. Scydmeenus hirticollis Il. Eumicrus tarsatus Miull.—A la caida de la tarde, sobre las tapias de los huertos (Cami fondo). Primavera y verano. Silphide. Silpha granulata Ol.—En los cadaveres en putrefaccion, siendo abundante por toda la isla. — puncticollis Luc.—Como la especie anterior, abundando por los ca- minos de las afueras de la ciudad. Primavera y verano. Necrophorus humator Geze.—Un solo ejemplar muerto, aunque completo. Palma. Junio. Trichopterygide. Trichopteryx brevipennis Er. Histeride. Platysoma filiforme Er.—Palma, Manacor. Hister major Lin.—Toda la isla y en todas épocas. __ 12-striatus Schr.— En los excrementos y sustancias vegetales en descomposicion. (9) Moragues.—COoLEGPTEROS DE MALLORCA. 19 Carcinops minima Aubé.— Debajo de las piedras; cercanias de Palma. Mayo. Saprinus semipunctatus Fabr.— En los cadaveres y excrementos. Palma, Manacor, Petra (Comunas). Primavera y verano. — nitidulus Payk.—Idem, id. — subnitidus Mars.—Idem, id. — speculifer Latr.—Palma (Torre den Pau), — dimidiatus Il. Plegaderus Otti Mars.—Debajo de las piedras. Onthophilus exaratus Il.— Debajo de vegetales en descomposicién. (La Real). Mayo. Phalacride. Phalacrus corruscus Payk.—Sobre las plantas. Olibrus bicolor Fabr.—Sobre las plantas y flores. Primavera y verano. — discoideus Kiist.—Idem, id. — affinis? Sturm.—Idem, id. Stilbus testaceus Panz.—Idem, id. Nitidularide. Brachypterus pallipes Mur. Carpophilus luridus Mur.— Vegetales en descomposicion. Palma. Primayera y verano. Nitidula flavomaculata Rossi.— En los caddyeres en descomposicion. Pri- mayera y verano. — carnaria Schall.—Idem, id. Pria Dulcamare Scop. Meligethes Brassice Scop. — opacus Rosenh.—Primavera y verano. — planiusculus Heer.—Sobre el Cistus salvifolius L. Palma, arenal de Son Sufier. Mayo. — fuscus Oliv.—Idem, id. Trogositide. Tenebrioides Mauritanica Lin.—En los graneros y almacenes de harina. Toda la isla, 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Colydiide. Aulonium bicolor Herbst.—En los troncos de los arboles secos, principal- mente pinos. Génova (Son Berga). Mayo. Cucujide. Monotoma spinicollis? Aubé.—Cercanias de Palma. Verano. — quadricollis Aubé.—Idem, id. Cry ptophagide. Cryptophagus cellaris Scop.— Sobre las plantas y volando 4 la caida de la tarde. Verano. — scutellatus Newm.—Idem, id. a Scanicus Lin.—Idem, id. — Vini Panz.—Idem, id. Leucohimatium elongatum Er.—En los campos de trigo. Palma. Primavera y verano. Oryptophilus integer Heer.—Sobre varias plantas. Casi toda la isla. Prima- vera y verano. Anchicera testacea Steph.—Idem, id. Ephistemus globulus Payk. Lathridiide. Lathridius angusticollis Humm. Corticaria distinguenda Vila. Tritomide. Litargus coloratus Rosenh.—En los cafiayerales entre la hojarasca, Prima- vera y verano, Typhea fumata Lin.— Sobre los cardos y otras plantas. Palma, Manacor (Son Moro). Berginus Tamaricis Wollst. (11) Moragues.—COLEGPTEROS DE MALLORCA. 21 Thorictide. Torictus grandicollis Germ.— Un solo ejemplar encontrado debajo de una piedra. Mayo. Dermestide. Dermestes Frischii Kugel.—Sobre los cadayeres en descomposicién. Toda la isla. Primavera y verano. _ undulatus Brahm.—Valldemosa (Son Moragues). Julio, _ cadaverinus Fabr.—Pudiera ser que las larvas de esta especie hubieran sido transportadas, pues solo hemos encontrado dicho insecto junto 4 los almacenes de cueros. Palma. Verano. Attagenus piceus Oliv.— Sobre las plantas. Anthrenus scrophularie Lin.— En los jardines, sobre las flores, y en las habitaciones, causando grandes destrozos sus larvas 4 las colecciones de Historia Natural. Desgraciadamente muy abundante. Primavera y verano. — Goliath Sauley.-- En los jardines, sobre las flores. Palma, So- ller, Valldemosa. Mayo. Scarabeide. Ateuchus sacer Lin.— Toda la isla, siendo mas abundante en el llano que en los montes. — semipunctatus Fabr.—Esta especie habita los arenales. Palma (Son Sufier, Torre den Pau); Manacor, en todas las playas. Primavera y verano, — laticollis Lin.—Toda la isla, reuniéndose numerosos ejemplares en las bofigas. Primavera y verano. Gymnopleurus Sturmii Mac Leay.—Idem, id. Copris Hispanus Lin.—Idem, id. Bubas bison Lin.—Idem, id. Onitis Olivieri Il.— En las mismas condiciones. Palma (Coll den Rabasa). Cheironitis Hungaricus Herbst.—Manacor (Cap des Toy). Onthophagus rugosus Poda.—Toda la isla. Oniticellus fuluus Goeze.—Palma, Manacor. — pallipes Fabr.—Idem, id. Aphodius scybalarius Fabr.—Idem, id. 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Aphodius fimetarius Lin.—(Son Sufier, Prat). — constans Duft.—Toda la isla. — granarius Lin.—Palma. — lugens Creutz.—Toda la isla. — lividus Ol.—Idem, id. — porcus Fabr.— Palma. — quadriguttatus Herbst.—Idem. Melinopterus consputus Creutz.—Toda la isla. Ammeecius elevatus Ol.—Palma. Rhyssemus Germanus Lin.—En los arenales. Palma (Torre den Pau). Mayo. Psammobius cesus Panz.—Toda la isla. Psammodius porcicollis Ill.— En los arenales; junto 4 las raices de las plantas. Thorectes levigatus Fabr.—Toda la isla, Trox hispidus Pont.—Entre la tierra arenosa. Palma; molinar de levante. Mayo. Rhizotrogus lepidus Schauf.— Durante el crepusculo vespertino yuelan de una parte 4 otra en gran numero. Calyia (Santa Ponsa). Santa Margarita (Son Real). Otofio. _ vexator Schauf.—En Valldemosa (Son Moragues). Polyphylla fullo Lin.— En los pinares. Elaphocera Capdeboni Schauf.—Se la ve volar de un sitio 4 otro en busca de la hembra, no solo al anochecer, sino también durante el dia, principalmente después de haber llovido. Palma (Son Sufier); Calvia (Santa Ponsa); Santa Maria. Otomo. Pentodon Algerinus Herbst.— Al anochecer se encuentran muchos ejem- plares por los caminos. Verano y otono. Phyllognathus Silenus Fabr.—Idem, id. Oryctes Grypus Ill._—Idem, id. Oxythyrea funesta Poda.—Sobre las flores, ocasionando muchos perjuicios 4 los jardineros, como también 4 los arboles frutales. Prima- vera y verano. Tropinota squalida Lin.—Idem, id. — hirta Poda.—Sobre las flores y debajo de las piedras durante el invierno. Cetonia opaca Fabr.—Sobre los cardos y arboles frutales. Toda la isla. Valgus hemipterus Lin.—En los campos de trigo. Soller. Mayo. Buprestide. Chalecophora Mariana Lin.—En los pinares y bosques de encinas, volando durante las horas de sol caliente. Verano. (13) Moragues.— COLEOPTEROS DE MALLORCA. 23 Capnodis tenebricosa Herbst.—Sobre los troncos de los lentiscos. Manacor (Son Moro). Verano. Buprestis flavopunctata De Geer.— En los pinares. Valldemosa (Son Mo- ragues); Campos (Bastida). Verano, — octoguttata Lin.—Como la especie anterior, siendo mas abun- dante. Hurythyrea micans Fabr.— Sobre los ciruelos y otros frutales. Manacor (Son Moro); Valldemosa (Son Puig). Verano. Anthaxia Creesus Villers.—Sobre las flores. — inculta Germ.—Idem, id. _ salicett I.—Manacor. — morio Fabr.—Idem, id. Ptosima 11-maculata Herbst.—Sobre las flores y en los pinares. Vallde- mosa, Soller, Manacor. Acmeodera cylindrica Fabr.—Toda la isla. _— bipunctata Oliv.—Sobre las amapolas. Binisalem. Mayo. — virgulata Il.—Sobre las flores. Manacor (Son Moro). Mayo. Chrysobothrys affinis Fabry.—Sobre los arboles frutales y volando durante las horas de sol. Valldemosa, Petra, Campos. Verano. Melybeeus amethystinus Oliv.—Sobre los cardos. Alrededores de Palma (Riera). Mayo. Agrilus angustulus Il.—Sobre las cepas y cardos. Elateride. Adelocera punctata Herbst.— Sobre los pinos. Valldemosa (Son Farran- dell); Santa Maria. Heteroderes crucifer Rossi—Lugares humedos, entre la hojarasca. Calvia (Porrasa). Mayo. Drasterius bimaculatus Rossi.— Casi toda la isla y en todas épocas. Negastrius dermestoides var. 4-guttatus Lap.— Entre la hojarasca y debajo de las piedras. Manacor (Cap des Toy). Mayo. Cardiophorus rufipes Fourcr.—Casi toda la isla. Melanotus fuscipes Gyllh.—Encontrado entre los troncos secos de lentisco, Manacor. Agosto. Agriotes sordidus Tll.— Sobre varias plantas y debajo de las piedras. Toda la isla. Telephoride. Lampyris Reicheit Duy.—Toda la isla. Primavera y verano. Malthinus filicornis var. scriptus. Kiesw.—Sobre los lentiscos y otras plan- tas. Manacor (Rafal, Son Moro). Primavera y verano. 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Malacogaster nigripes Schauf.—Dentro de las conchas de los Helix, los cuales deyoran. Cercanias de Palma. Primavera. Drilus amabilis Schauf.— Sobre las plantas. De esta especie, como de la anterior, se encuentran pocos ejemplares; quizds no hayamos descubierto sus parajes favoritos. Primavera. Malachius spinosus Er.—Sobre las plantas. Mayo. —_ ceeruleus Er.—Idem, id. Attalus Ulicis Er.—Idem, id. Charopus. rotundatus Er.—Idem, id. — multicaudis Kiesw.—Idem, id. Colotes maculatus Lap.—Idem, id. Psilothrix nobilis I1l.—Idem, id. — splendidus Schauf.—Idem, id. Haplocnemus limbipennis Kiesw.—Idem, id. Danacea pygmea Schauf.—Idem, id. — ziczac Schauf.—Idem, id. Cleridee. Tillus transversalis Charp.— Sobre los cardos. Trichodes leucopsideus Ol— Sobre el Chrysanthemum coronarium L. Cer- canias de Palma. Primavera. Enoplium serraticorne F.—Suele encontrarse trepando por las paredes de las habitaciones. Primavera y verano. Escaso. Agonolia rufipes De Geer.—En los cementerios, devorando los cadaveres. P Ptinide. Ptinus dilophus 111.— Esta especie, lo mismo que las que siguen, salen de la madera y suelen encontrarse en las habitaciones. Prima- vera y verano. — Lusitanus Ill.—Idem, id. — hirticornis Kiesw.—Idem, id. — fur Lin.—Idem, id. Gibbium psylloides Czenp.—Manacor (Son Moro). En las habitaciones. Pri- mavera y verano. Anobiide. Anobium pertinax Lin.—Como las especies anteriores. Hadrobregmus nitidum Herbst.—Idem, id. (15) Moragues.—COLEOPTEROS DE MALLORCA. 5 Nicobium hirtum Ill.—-Como las especies anteriores. Artobium paniceum Lin.—Idem, id. Metholcus cylindricus Germ. Calypterus bucephalus Ill. Lasioderma hemorrhoidale? Il. — leve Ill. Hypora serricorne Fabr.—Sobre los cardos. Cercanias de Palma. Primavera. Sinoxylon sexdentatum Oliv.—Esta especie, como las que siguen, salen de la lefia seca, en la cual viven sus larvas. Primavera y verano. Xylopertha preusta Germ.—Idem, id. — pustulata Fabr.—Idem, id. Bostrychus capucinus Lin.—Idem, id. — bimaculatus Oliv.—Idem, id. -- laricis Fabr.—Idem, id. Dinoderus substriatus Payk.—Idem, id. Cis hispidus Payk.—Idem, id. Tenebrionide. Erodius tibialis Lin.—Especie abundante en el arenal de Son Sumer. Pri- mavera. Pachychila sublunata Sol.—Sobre los muros de Palma y sus afueras. Tentyria Schauwmii Kraatz.— Casi todo el afio, principalmente en los are- nales. — basalis Schauf.—Cercanias de Palma, Alcudia y gran parte de la isla. Stenosis Sardoa Kiist.— Debajo de las piedras. Dichillus leviusculus.—Idem. Manacor. Ejemplar tnico eidontride en el mes de Mayo, Helenophorus collaris Lin.—Lugares himedos y oscuros; bodegas, cue- vas, etc., como también en una tapia junto al mar llamada «Pared Blanca», de la cual salen bastantes ejemplares al anochecer. Primavera y verano. Acis punctata Thunb.—Casi todo el afio. Alcudia. — acuminata Fabr.—Toda Ja isla y en todas épocas. Scaurus rugulosus Sol.— Alrededores de Palma, andando por los caminos. Primavera y verano. — uncinus Forst.—Idem, id. — striatus Fabr.—Idem, id. — punctatus F. Hbst.—Idem, id. Blaps similis Latr.— Lugares himedos y oscuros; materias en descompo- sicién, principalmente vegetales. Casi todo el afio. 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Blaps gibba Lap.—Lugares himedos y oscuros; materias en descomposi- cién, principalmente vegetales. Casi todo el ano. -——~ gages Lin.—Idem, id. Asida planipennis Schauf.—Debajo de las piedras durante el invierno. Valldemosa (Son Pax). — Cardone Pérez.—Como la anterior, siendo mas abunidonte y encon- trandose casi por todas partes. — Barceloi Pérez.—Valldemosa (Son Farrandell, Miramar). Escasa. — depressa Sol.— Durante la primavera y verano es muy abundante por muchas partes de la isla. — Moraguesi Schauf.—Especie abundante durante el invierno. Toda la isla. ‘ Pimelia cribra Sol.— Abunda en los arenales (Son Suner, Torre den Pau). Primavera. Crypticus gibbulus Quens.— Debajo de las piedras. Micrositus semicostatus Muls.—Idem, id. Gonocephalum rusticum Oliv.—Cercanias de Palma, trepando por las ta- pias; en las carreteras y debajo de las piedras. — meridionale Kiist.—Idem, id. — fuscum Kiist.—Idem, id. _ pygmeum Stev.-—Idem, id. Microzoon tibiale Fabr.—Un solo ejemplar. Mayo. Helioctamenus hippopotamus Schauf.—Debajo de las piedras, junto 4 Bell- ver. Marzo. Phaleria cadaverina Fabr.— En los arenales entre los despojos que se en- cuentran en las playas. Gnathocerus cornutus Fabr.— En los graneros. Primavera y verano. Corticeus Fraxini Kugel.— Debajo de la corteza de algunos arboles des- pués de cortados y secos. Palma (Son Berga). Mayo. Alphitobius diaperinus Panz.—En los palomares, juntamente con los tene- brios. Primavera y verano. Cataphronetis crenata Germ.— Manacor (Cap des Toy). Mayo. Tenebrio obscurus Fabr.—En los depositos de salvado y en los palomares; su larva se emplea para alimentar 4 los ruisenores. Verano. Misolampus Goudotii Brem.—Valldemosa (Son Maragues, Son Farrandell). Verano. Helops sp.? Pseudicocerus Balearicus Will.—En los arenales, junto 4 las raices de las plantas. Palma (Son Sufier); Manacor (Cala Anguila). Mayo. Nesotes viridicollis Schauf.— Debajo de la corteza de los arboles. Todo el ano. Manacor, Inca. (17) Moragues.— COLEOPTEROS DE MALLORCA. 27 Cistelidee. Cistela Luperus var. ferruginea Fabr.—Sobre las plantas, principalmente sobre las flores del Cistus. Toda la isla. Primavera y verano. Omophlus ruficollis Fabr.—Sobre las plantas. Palma (Estayfis blanchs). Mayo. Pedilidee. Euglenes nigripennis Villa.—Sobre las plantas. Valldemosa (Son Mora- gues). Primavera y verano. Aderus Boleti Marsh.— Idem. Manacor. Anthicide. Notoxus cornutus Fabr.—Esta especie, como las que siguen, se encuentran 2 sobre los arbustos y diversas plantas. Primavera y verano. Leptaleus Rodriguesi Latr.— Palma. Anthicus humilis Germ.—Idem, id. — minutus Laf.—Idem, id. — floralis Lin.—Idem, id. — wstabilis Lat.—Idem, id. — tenellus Laf.—Idem, id. — quadrioculatus Laf.—Idem, id. — quadrimaculatus Lue.—Idem, id. — fuscicornis Laf.—Idem, id. — Iluteicornis Schmidt.—Idem, id. Mordellide. Mordella sulcicauda Muls.—Primayera y verano. Mordellistena micans Germ.—Idem, id. aa pumilla Gyll.—Idem, id. Anaspis nigripes Bris.—Idem, id. — pulicaria Costa.—Idem, id. Nassipa flava Lin.—Idem, id. Spanisa labiata Cogta.—Idem, id. 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Rhipiphoride. Emenadia larvata Schr.—Sobre los cardos. Cantharide. Meloé Proscarabeus Lin.— Estos insectos se encuentran principalmente en los campos de trigo, orillas de acequias y caminos, etc., du- rante el invierno y primavera. Palma. — violaceus Marsh.—Idem, id. — purpurascens Grm.—Manacor. — Tuccius Rossi.—Toda la isla. Zonitis preusta Fabr.—Sobre los cardos. Alrededores de Santa Catalina. Primavera. CGdemeride. Nacerdes melanwra Lin.—Idem, id. Edemera tibialis Luc.—Sobre las flores de las cebollas. Palma. — barbara Fabr.—Sobre diversas plantas. Toda la isla. Primavera. — flavipes Fabr.—Idem, id. _ lurida Marsh.—Idem, id. Pythide. Mycterus curculionoides Fabr. Curculionide. Otiorhynchus Valldemose Schauf.— En los arenales, junto 4 las raices de las plantas. Palma (Son Sufer); Manacor. Mayo. — Miramare Schauf.—Idem, id. Ewurychirus cribicollis var. reticollis Boh.— Debajo de las piedras en sitios humedos. Peritelus globulicollis Marsh.—(Torre den Pau). Scythropus Javeti var. Balearicus Schauf.—Sobre los pinos. Abunda por toda la isla. Primavera y verano. Strophomorphus porcellus Schénh.—Debajo de las piedras. (19) Moragues.— COLEGPTEROS DE MALLORCA. 29 Brachyderes pubescens Boh.—Sobre los pinos y encinas. Sitones griseus Fabr.— Sobre los romeros. Manacor. — cachecta Gyll.—Sobre el Cistus salvifolius L. Palma (Son Sufier). Mayo. — erinitus Oliv.— Sobre diversas plantas. — puncticollis Stph.—Idem, id. — lineatus Lin.—Idem, id. — humeralis Stph.—Idem, id. Trachyphleus variegatus Kiist.—(Torre den Pau). a canaliculatus Schauf.—Idem, id. Cathormiocerus curviscapus Seidl.—Idem, id. Cneorrhinus plagiatus Schall.—Idem, id. Thylacites fritillum Panz.—Palma (Estayfis blanchs de Son Sufier). Mayo. _ var. brevicollis Heyd.—Idem, id. Brachycerus Balearicus Bedel.— Por las carreteras y trepando por las ta- pias y acequias. Invierno y primavera. — plicatus var. Tetanicus Lue.—Idem, id. — undatus Fabr.— Valldemosa (Son Moragues); Santa Margarita. Rhytirrhinus dilatatus Fabr.—Debajo de las plantas. Cercanias de Palma. Febrero y Marzo. — crispatus Rohen.—Idem, id. — impressicollis Boh.—Bellver. — longulus Rosenh.— Palma. Gronops lunata Fabr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Hypera philanthus Oliv.—Debajo de las piedras. Palma (Manacor). — crinita Boh.—Idem, id. Phytonomus punctata Fabr.—Muros de Palma. — . variabilis Herbst.—Sobre las plantas. Palma. Primavera y verano, — trilineata Marsh.—Sobre el Cistus salvifolius L. En los arena- nales. Mayo. _ var. plagiata Redtb.—Idem, id. _ Pollux Fabr.— Palma. — nigrirostris Fabr.—Sobre diversas plantas. Palma. Primavera. Coniatus Tamaricis Fabr.—Sobre el Tamarix gallica L. Palma (Son Sumer); Calvia (Porrasa). Mayo y Junio. Acentrus histrio Bohem.—Sobre las plantas. Palma. Primavera y verano. Rhytideres plicatus Oliy.—Alrededores de Palma. Invierno y primavera. — var. Siculus Fahrs.—Idem, id. Cleonus punctiventris Grm.—Idem, id. — Hispanus Chevr.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Temnorrhinus conicirostris Oliv.—Idem, id. Plagiographus obliquus Fabr.—Frecuentan los caminos. Palma. 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Plagiographus excoriatus Gyllh.—Frecuentan los caminos. Palma. Chromosomus ocularis Fabr.— Valldemosa. Liawus augurius Boh. — anguinus Lin.—Sobre los arbustos y plantas. Palma. Primavera. — Ascanii Lin.—Sobre la Beta vulgaris L. Primavera. — yar. albomarginatus Boh.—Idem, id. — Algirus Lin.—Sobre los habares y en distintas plantas. Primavera. — vilis Rossi.—Sobre los cardos. Cercanias de Palma. Mayo. — Scolopax Boh.—Idem, id. — — var. Cynare Grils.—Idem, id. — Cardui Oliy.—Idem, id. — acutus De Geer.—Idem, id. Larinus Cynare Fab.—Idem, id. — Scolymi Oliv.—Idem, id. — flavescens Germ.—Idem, id. — Ursus Fabr.—Idem, id. Rhinocyllus conicus var. antiodontalgicus Grb.—Idem, id, Pissodes notatus Fabr. Dorytomus vorax Fabr. Balaninus Elephas Gyllh. Tychius striatulus Gyllh.—Sobre el Cistus salvifolius. (Son Sufier). Mayo. — squamosus Gyllh.—Sobre varias plantas. Miccotrogus capucinus var. signaticollis Chevr.—Idem, id. _ cuprifer Panz.— Palma, Mayo. Sibynia primita Herbst.—Sobre las plantas. Manacor (Cap des Toy). Mayo, Mecinus circulatus Marsh.—Idem, id. -—— circumcinctus Rossi.—Idem, id. Gymnetron pascuorum Gyllh.—Idem, id. = variabile Rosh.—Idem, id. Rhinusa Antirrhini Germ. Spherula hemispherica Ol.—Idem, id. Ramphus flavicornis Clairy.— Sobre los frutales. Casi toda la isla, Prima- vera y verano. a ceneus Boh.—Idem, id. Ceeliodes Cardui Herbst.—Sobre varias plantas. Primavera. Ceuthorhynchus assimilis Payk.—Idem, id. — geographicus Goez.—Idem, id. — Andree Germ.—Idem, id. _ asperifoliarum Gyllh.—Idem, id. — quadriders Panz.—Idem, id. — ceneicollis Germ.—Idem, id. _ cyanipennis Germ,—Idem, id. Baris nitens Fabr.—Sobre los cardos. Cercanias de Palma. Primavera. (21) Moragues.— COLEOPTEROS DE MALLORCA. 31 Baris viridisericea Goeze.—Idem, id. Unico. — cerulescens Scop.—Idem, id. Sphenophorus piceus Pall.—(Prat de Son Sufier). Mayo. Calandra granaria Lin.—En los graneros de trigo. — Oryze Lin.—En el arroz. Cherorrhinus squalidus Fairm. Mesites pallidipennis Boh.—Palma. Phleophagus spadix Herbst. Apion Pomone Fabr.—Sobre varias plantas. Primavera y verano. — cyaneum De Geer.—Idem, id. — confluens Kirb.—Idem, id. — semivittatum Gyll.—Idem, id. — flavofemoratum Herbst.—Idem, id. — urticarium Herbst.—Idem, id. — cneum Fabr.—Idem, id. — radiolus Kirb.—Idem, id. — seniculum Kirb.—Idem, id. — rufirostre Fabr.—Idem, id. — dissimile Germ.—Idem, id. — assimile Kirb.—Idem, id. — vorax Herbst.—Idem, id. — frumentarium Lin.—Iden, id. — Malve Fabr.—Sobre las malvaceas. — violaceum Kirb.—Sobre las plantas. Rhynchites megacephalus Grm.—Sobre los lentiscos. Mayo. Anthribide. Urodon pygmeus Gyll—Sobre diversas plantas. Palma, Manacor, Inca, Soller y casi toda la isla. Primavera. Bruchide. Spermophagus Cardui Boh.—Sobre los cardos y otras plantas. Toda la isla. Primavera. Bruchus bimaculatus Oliv.—Sobre varias plantas. Primavera. “ — Martinezii Allard.—Idem, id. Escaso. — foveolatus Gyllh.—Idem, id. — rufimanus Boh.— En los habares y depositos de estos granos. — seminarius Lin.—Sobre varias plantas. — brachialis Fahrs.—Idem, id. 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Bruchus rufipes Herbst.—Sobre varias plantas. — sp.—Idem, id. Scolytide. Hylastes linearis Er.— Debajo de la corteza de los troncos de los arboles secos. Primavera y verano. Hylurgus ligniperda Fabr.—Idem, id. Blastophagus minor Hart.—Idem, id. Hylesinus Fraxini Fabr.—Idem, id. — vestitus Muls.—Idem, id. Scolytus rugulosus Ratz.—Idem, id. Crypturgus cinereus Herbst.—Idem, id. — mediterraneus EKichh.—Idem, id. Hypoborus Ficus Er.—En los troncos secos de higuera. Primavera y verano: Tomicus Laricis Fabr.—En yarias clases de troncos. — bidentatus var. 4-dens Hart.—Idem, id. Cerambycide. Cerambyx cerdo Lin.— En los bosques y sobre los troncos de los arboles frutales. Verano. — Scopolit Fiissl.—Idem. Valldemosa. Hylotrypes bajulus Lin.—Debajo de la corteza de los arboles. Palma. Ve- rano. —_ — var. lividus Muls.—Idem, id. Criocephalus rusticus Lin. Palma. Stromatium unicolor Oliv.—Idem, id. Hesperophanes cinereus Villers.—Manacor. _ sericeus Fabr.—Manacor.. Verano. Clytus arvicola Oliv.— Sobre los frutales. Valldemosa (Son Moragues). Ve- rano. — Agyptiacus Fabr.—Sobre el Cistus salvifolius. Palma (arenal de Son Sufier). Mayo. — glabromaculatus Goez.—Valldemosa. Verano. Cartallum ebulinum Lin.—Sobre los cardos. Palma, Primavera. Escaso. Gracilia minuta Fabr.— Palma. Exilia timida Ménétr.— Santa Maria. Verano. Stenopterus rufus Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. a rufus var. preustus Fabr.—Idem, id. — — var. nigripes Kraatz.—Idem, id. (23) Moragues.— COLEOPTEROS DE MALLORCA. 38 Stenopterus var. ater Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. Monohammus Galloprovincialis Ol.—Sobre los lentiscos. Marratxi. Mayo. Escaso. Belodera Troberti Muls.—Manacor (Son Moro). Julio. Niphona picticornis Muls.—Troncos de higuera. Agapanthia Cardui Lin.—Sobre los cardos. Calamobius gracilis Creutz.— En los campos de cebada. Manacor (Son Moro). Mayo. Vesperus strepens Fabr.— Manacor, Valldemosa, Campos (La Bastida). Verano. Leptura cordigera Fiissl.—Valldemosa, Porreras. Chrysomelide. Lema melanopa Lin.—Sobre los esparragos. Crioceris campestris Lin.—Sobre las plantas. Macrolenes ruficollis Faby.—Sobre los lentiscos. Lachnea pubescens Dufour.—Sobre las plantas. Cryptocephalus floralis Kryn.—Sobre la Capularia viscosa G. et G. Prima- vera y verano. — alboscutellatus Suffr.— Sobre los lentiscos. Pachnephorus impressus Rosenh.—Sobre varias plantas. Palma. Mayo. _— cylindricus Luc.—Idem, id. Timarcha Balearica Gory.—Toda la isla, y la mayor parte del afio. Chrysomela Banksii Fabr.— Debajo de las piedras y sobre varias plantas. — erythromera Luc.— Debajo de las piedras. Palma. Escasa. — Menthastri Suffr.—Sobre la menta. — var. fulminans Suffr.—Idem, id. _ Americana Lin.—Sobre el romero. Galeruca sanguinea Fabr.—Palma. Mayo. Aulacophora abdominalis Fabr.— En los cafiaverales y sobre varias plan- tas. Palma. Valldemosa (Son Puig). Primavera y verano. Haltica ampelophaga Guér.—En las cepas. — Hispana Allard.—Sobre las plantas. Manacor (Cap des Toy). Mayo. Crepidodera aurata Marsh.—Idem, id. — ventralis Ill.— Palma. Batophila erata Marsh.—Idem, id. Podagrica fuscicornis Lin.—Sobre las malyadceas y cardos, cuyas plantas destruyen.. Phyllotreta flexuosa I1.— Palma. — cruciferce Goeze.—Idem, id. Aphthona nigriceps Redt.—Idem, id. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 3. 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Longitarsus dorsalis Fabr.—Sobre las malydceas y cardos. Palma. _ pusillus? Gyll.—Idem, id. Chetocnema aridula Gyll.—Manacor (Cap des Toy). Mayo. Psylliodes Hyoscyami Lin.—Sobre varias plantas. Primavera. a cyanopterus Il.—-Idem, id. — cupreus Koch.—I=dem, id. — pallidipennis Rosenh.—Idem, id. Spheroderma rubidum Graélls.—Sobre los cardos. Hispa testacea Lin.—Sobre el Cistus Monspeliensis L. Primavera. Abun- dantisima. Cassida ferruginea Goeze.— Sobre los frutales. Maria (Son Perot Clapés). Mayo. —- inquinata var. depressa Suffr.— Manacor (Son Moro). Mayo. Ejem- plar unico encontrado sobre un cardo. — margaritacea Schall.—Sobre la menta. Coccinellidee. Hippodamia variegata Goeze.— Sobre los arbustos. Adalia bipunctata Lin.— Sobre distintas plantas y arbustos. Toda la isla. Primavera y verano. Harmonia Doubliert Muls.—Idem , id. — 12-pustulata Fabr.—Idem, id. Coccinella 10-punctata Lin.—Idem, id. — var. 4-punctata Lin.—Idem, id. _ var. 2-pustulata Herbst.—Idem, id. — var. obliquata Reich.—Sobre las encinas. — septempunctata Lin.—Toda la isla. Chilocorus similis Rossi.—Sobre los naranjos. — bipustulatus Lin.—Sobre las zarzas. Palma. Exochomus 4-pustulatus Lin.—Sobre varias plantas. = nigromaculatus Goeze.—Idem, id. Epilachna chrysomelina Fabr.—Palma. Scymnus interruptus Goeze.—Sobre las plantas. — frontalis Fabr.—Idem, id. Pullus suturalis Thunb.—Idem, id. — minimus Rossi.—Idem, id. Rhizobius litura Fabr.—Sobre los lentiscos. Primavera y verano. Corylophide. Sacium obscurum Sahlb.—Palma. FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum AUCTORE J OSE Pet @o IM. EUR BE Zi) esAldReAS. PARS TERTIA. ©? (Sesion del 9 de Mayo de 1888.) AN ORDO CAMPANULINARUM. Fam. Gucurbitacee Juss. Bryonia L. 659.—B. dioica Jacq. ~DC., Prodr., 111, p. 307.—Moris, Fl. sard., 1, p. 87.—Rchb., Ic., x1x, t. 260!—Wk. et Lge., 1. c., p. 275.—Vulg. Nueza. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in sepibus et du- metis huc illuc frequenter occurrit.—%. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geog.— Europa media et regio feré omnis mediterranea. Echalium ch. 660.—E. Elaterium ?7ch. Moris, 1. c., p. 89.—Rchb., 1. c., t. 258! —Wk. et Lge., 1.c., p. 277.—Momordica Elaterium L., Sp. pl., p. 1484.— Cucumis silvestris Dod., Pempt., p. 652 ic.!—Vulg. Cohombrillo. (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pig. 349 de los ANALES, y para la segun- da el tomo xvi, pag. 273. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (230) Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis incultisque huc illuc frequens.—4. Flor. a Aprili ad Septemb. (v. v.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania, regio fere omnis medite- rranea. Fam. Lobeliacese Juss. Lobelia Z. 661.—L. urens ZL. a. longebracteata, bracteis linearibus acutis calyce longioribus, floribus subsessilibus vel plus minusve pedunculatis, ca- lycis laciniis lineari-acutatis tubum obconicum equanti- bus superantibusve.—Z. wrens Wk. et Lge., l. ¢., p. 278. Hab. in humidis silvaticis, paludosis et ad rivos regionis inferioris, sed haud frequens: circa Cddiz (Picard); Sanliucar, Ubrique (Clem.); prope A /geciras (Seidenst.); in ditione oppidi Tarifa in Dehesa del Pedregoso.—. Maio, Julio. (v. v.) 8. brevibracteata, bracteis minimis, floribus brevioribus, caly- cis laciniis triangulari-subulatis mediam vel tertiam tubi partem equantibus. Hab. in humidis et aquis lente fluentibus, in loco Dehesa de Gigonza urbis Jerez. (Vv. V.) Ar. geogr.—Spec. in Anglia meridionali, Gallia occidentali, Hispania boreali et austro-occidentali, Lusitania, Madera. Laurentia J/ich. 662.—L. Michelii DC. Prodr., vu, p. 409.—Wk. et.Lge., 1]. c., p. 278.—Lobelia Lau- rentia L., Sp. pl., p. 1321.—Laurentia annua, minima, flore ce- vuleo Michel., Nov. pl., p. 18, t. 14! Hab. in humidis regionis inferioris: prope Ubrigue (Clem.); circa Algeciras (Nilsson).— ©. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania borealis, regio mediterranea occi- dentalis. (231) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 37 Fam. Gampanulacee /uss. TRIB. WAHLENBERGIE Endl. Jasione JZ. 663.—J. montana Z. 8. dentata DC., Prodr. vu, p. 415.—./. echinata, Boiss., Reut., Pug., p. 73.—J. Heldreichii, Boiss., Diag. pl. or. m1, n. 6, p. 120.—J. montana 8. echinata, Wk. et Lge., 1. c., p. 282. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, ru- _ pestribus, collibus aridis et inter frutices huc illuc frequens. —Q@., 4. Apr., Jun. (v. v.) y. bracteosa Willk., Bot. Zeit. 1847, p. 863.—/. betica Rodr. in herb. Boutel.—/. montana, 8. littoralis Boiss., Voy. bot. 1, p. 396, non Fries.—./. blepharodon Boiss., Reut., Pug., p. 72. Hab. in arenosis et silvaticis regionis inferioris: G7braltar (Boiss.); Avcos (Boiss., Reut.); Puerto de Santa Maria (Reut., Bourg.); Sanlicar (Colm.); in pinetis prope Puerto Real et alibi.—@. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa omni, Oriente, Africa boreali. 664.—J. rosularis Bozss., Reut. Pug., p. 74.—Wk. et Lge., l. c., p. 284. Hab. in regione inferiore, in monte S7//a de la Reina circa San Roque (Boiss., Reut.)— 4. Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hucusque in loco dicto tantum detecta. TRIB. CAMPANULE (. Don. Campanula Z. 665.—C. mollis Z. Sp. pl., p. 237.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 399.—Wk. et. Lge., l. c., p. 289.—C. velutina Desf., Flor. atl. 1, p. 180, t. 51!—Cav. Prel’, p.- 119: 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (232) Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis inferioris et montane: in monte Szerra de Libar prope Villaluenga (Née); in declivitate septentrionali montis Pefidn de Gibraltar! (Brouss., Webb, Boiss., Kel.) —%. Maio, Julio. (v. v.) 8, lasiantha.— Differt a precedente calycis laciniis longiori- bus, corolla villosa nec glabra. Hab. in rupestribus regionis subalpine, in loco dicto Cueva de la Gotera supra Benamahoma. (v. v.) y. microphylla DC., Prodr. vu, p. 463.—C. microphylla Cav., An. ClENC? Te po 19. Hab. in monte Gibraltar (Brouss.) (n. v.) Ar, geogr.—Spec. in Hispania australi, Africa boreali. 666.—C. dichotoma Z. DC. Prodr., l. c., p.462.—Wk. et Lge., l.c., p. 289.—C. afra . Cav... All. \Clene IIL, Pals Hab. in collibus et rupestribus, in prov. Gaditana (Duf.)— @. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Italia australis, Afri- ca borealis, Canarie. 667.—C. Erinus Z. L. c., p. 240.—Desf., 1. c., p. 181.—Rchb., Ic. x1x, t. 246, f. 1! —Wk. et Lge., l. c., p. 289.— Hrini sive Rapuncult minimum genus Colum., Phyt., p. 122, t. 37, f. 1! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis, rupestribus, ad sepes et muros huc illuc satis frequens.—@. Mart., Maio. (v. V.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canariz, Madera. 668.—C. Rapunculus Z. L.c, p. 232.—DC., Prodr. vi, p. 480.—Wk. et Lge., l. c., p- 293.—C. elatior Hoffm. et Link., Flor. port. 1, p. 11, t. 80!— Rapunculum Dod., Pempt., p. 165, ic.! ’ Hab. in pascuis, dumosis, silvaticis et collibus regionis in- ferioris et montane, per omnem feré provinciam abundans.— @. Apr., Maio. (v. v.) (233) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 39 8. calyce strigoso DC., 1. c.—C. verruculosa Hoffm. et Link., bee, oot. Sh! Hab. cum precedente. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Sibiria Uralensi, Oriente, Africa boreali. 669.—C. patula Z. L. c., p. 232.—Cav. Prel., p. 118.—Wk. et Lge., 1. c., p. 294. Hab. in incultis regionis inferioris: G7bra/tar (Brouss.); ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez).—®. Maio, Julio. (n. v.) g. calycina Wk. et Lge., 1. c.? Hab. ad sepes in humidis umbrosisque, prope Jerez loco Hi- juela de la Canaleja. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media, occidentali et austro-oc- cidentali, Africa boreali; var. 8. in Hispania boreali. De esta Ultima planta, que parece corresponder, segtin la descripcion, 4 la expresada forma de la.C. patula, no he visto mas que un ejemplar florifero, algo incompleto, que recogi el 1.° de Julio de 1880. 670.—C. decumbens DC. Prodr. vi, p. 481.--Wk. et Lge., 1. c., p. 295. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane, in Szerra del Pinar prope Grazalema (Herb. H. Madr.!)—@®.Jun., Jul. (v.s.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. A esta especie parece que corresponde un ejemplar incom- pleto que hallé casualmente entre varias plantas recogidas por mi en los montes de Grazalema. De la C. Leflingiz difiere principalmente por sus fiores mucho mas pequenas y por el tubo del caliz esférico y cubierto de pelos blancos retrorsos. 671.—C. Leeflingii Brot. Phyt. Lus., p. 41, t. 18!—Boiss., Voy. bot. 1, p. 401, t. 120 a! —C. erinoides Cav., Anal. cienc. m1, p. 20.—C. Left. var. occi- dentalis Lange, Pug., p. 157.—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 295. Hab. in regione inferiore et montana, ubiin pascuis, dumo- . sis, silvaticis et inter segetes per omnem provinciam frequens, varlis formis ludens.—@®. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Regoum Maroccanum. 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (234) Specularia Heist. 672.—S. hybrida DC. L. c., p. 490.—Wk. et Lge., l.c., p. 296.—Campanula hybrida L., Sp. pl., p. 239.—Brot., Flor. lus. 1, p. 287. Hab. in arvis regionis inferioris, ad Puerto de Santa Maria (Bourg..)-@®. Apr:, Jun. (n. Vv.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa borealis. Trachelium Z. 673.—T. ceruleum ZL. DC., Prodr. vir, p. 491.—Desf., Flor. atl. 1, p. 182.—Wk. et ee l. c., p. 298.—Valeriana cerulea tee folio Barr., Plant. ic. 683, 684!—Vulg. A dfileres. Hab. ad muros humidos et rupes umbrosas regionis inferio- ris: San Roque (Pourr.); Ubrique (Clem.); Sanlucar (Colm.); Je- vez locis Dehesa de Gigonza, Manantial de Tempul et alibi.—4- Jun., Jul. (v..v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. ORDO VERTICILLATARUM., Fam. Rubiacez uss. TRIB. PUTORIE Lange. Putoria Pers. 674.—P. calabrica Pers. 5. hispanica.—P. calabrica Boiss., Voy. bot. 1, p. 278, et Wk. et Lge., l. c., p. 300, non Pers.—P. hispanica Boiss., Reut., Diag., pl. or. 1, n. 2, p. 108. Hab. in rupestribus calcareis regionis inferioris et montane: prope Grazalema in loco dicto Puerto del Moro (Laguna!); in monte Sierra del Endrinal prope Benaocaz.—%. Maio, Julio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis calidior. (235) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 11 TRIB. STELLATE Lange. Sherardia JZ. 675.—S. arvensis Z. Sp. pl., p. 149.—Rchb., Ic. xv, t. 1183!—Wk. et Lge., l. c., p. 300.—Asperula flore carneo, acuto Barr., Plant. ic. 541, f. 1! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis et argilloso-calcareis, inter segetes preecipue, per omnem pro- vinciam satis frequens.—©®. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarie. Asperula J. 676.—A. arvensis L. L. c.; p. 150.—Cav. Preel., p. 347.—Rchb., l.c., t. L1V7!— Wk. et Lge., 1. c., p. 301.—Asperula cerulea Dod. Pempt. p. 352, ic.! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in agris et colli- bus siccis huc illuc frequenter occurrit.—@. Apr., Maio. (Vv. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens. In Africa bo- reali olim reperta (sec. Boiss.), sed ut videtur, a recentiori- bus non visa. 677.—A. hirsuta Des/. Flor. atl. 1, p. 127.—Wk. et Lge., 1. c., p. 301.—A. repens Brot., Phyt. 1, n. 10, t. 10! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in collibus calcareis et arenosis, inter frutices, huc illuc satis frequens. —4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Africa boreali- occidentalis. 678.—A. effusa Boiss. Voy. bot. m1, p. 280 in adnot.—Wk. et Lge., 1. c., p. 304.— A. paniculata Boiss., Elench., n. 98, et Voy. bot., t. 83. Hab. in dumosis regionis montane, prope Benaocaz.—Jun., Juls (avs) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (236) A esta especie parece que corresponde un ejemplar que re- cogi en los montes de Benaocaz, el 17 de Junio de 1883, ha- llandose al principio de su floraciédn; pero la vellosidad que presenta en su mitad inferior es bastante mas densa que la de la planta de Sierra Bermeja, segtin la descripcién que se ha dado de ella. Crucianella ZL. 679.—C. patula ZL. Sp. pl., p. 602.—Boiss., Voy. bot, 11, p. 283.—Cut. y Am. Man., p. 340.—Wk. et Lge., 1. c., p. 305. Hab. in siccis incultis: Cadiz (Cabrera, in herb. Agardh ex Lange).—@®. Maio., Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Algeria. 680.—C. angustifolia Z. L. c., p. 157.—Boiss., 1. c., p. 283.—Wk. et Lge., 1. c., p. 306. —Rubia spicata angustifolia Barr., Plant. ic. 550! Hab. in incultis arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Alcala (Bourg.); inter San Fer- nando et Puerto Real in loco Pinar de Villanueva et alibi.—@. Maio, Junio. (Vv. v.) Ar. geogr.—-Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis. 681.—C. maritima JZ. L. c., p. 158.—Wk. et Lge., l..c., p. 306.—Rubia marina Clus., Rar. pl. hist. u, p. 176 ic.! Hab. in arenosis maritimis, ubi frequens.—4. Maio, Julio. (Vv. Vv.) : Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Rubia Z. 682.—R. tinctorum Z. L. c., p. 158.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 284.— Wk. et Lge., l.c., p. 306.—Rubia major Clus., l. c. 1, p. 177 ic.!—Vulg. Rubia. (237) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 13 Hab. in vineis et ad sepes regionis inferioris: Sanlicar (Clem., Colm.); Chiclana (Cabrera!); Jerez.—4. Maio, Junio. (V.cV., 66:82) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Oriens. 683.—R. peregrina Z. L. c., p. 158.—Boiss., ]. c., p. 285.—Wk. et Lge., 1. c., p. 307. —R. peregr. 8. intermedia Gr. Godr., Fl. Franc. 1, p. 13. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis et ad sepes abundat.—4. Mart., Jun. (v. v.) &. lucida Webb et Berth., Phyt. Canar. 11, p. 186.—A2. lucida L., DC., Prodr. iv, p. 590.—Boiss., l. c., p. 284.—2R. splendens Hoffm. et Link., Flor. port. 11, p. 67, t. 85.—R. peregr. var. latifolia Gr. et Godr., 1. c.—Wk. et Lge., l. c. Hab. cum precedente. (v. v.) S. var. pubescens.—R. lucida 8. pubescens Lange, Pug. u, p. 160. Hab. in dumosis, in pago dicto #7 Bosque (Reut.) (n. v.) vy. angustifolia Webb et Berth., 1. c., p. 187.—Wk. et Lge., I. c. —R. angustifolia L., Mant., p. 39.—Boiss., l. c., p. 284.— R. longifolia Poir., Suppl. 11, p. 703 et Boiss., 1. c. Hab. in eisdem locis, sed ut videtur, haud frequens: G7bral- tar (Juss., Kel.); Alcala (Salvad.); San Rogue (Boiss.); prope Chiclana (Lange) (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa occidentali, regione omni me- diterranea, Canariis, Madera, Azoricis. Galium Z. 684.—G. ellipticum JW727/d. DC. Prodr. tv, p. 599.—Wk. et Lge., l. c., p. 310.—Cruciata major, villosa, flore Molluginis albo Barr., Plant. ic. 324! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in nemoribus montosis frequenter occurrit: prope San Rogue (Pourr.); circa Algeciras (Schott) in loco dicto Garganta del Capitan!; Caste- liar in Dehesa de la Almoraima (Reut.); inter A7cos et Grazale- 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (238) ma (Boiss., Reut.); in Picacho de Alcalé (Bourg.); in montibus Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jardilla, Dehesa del Torongil et alibi urbis Jevez.— 4. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Madera, Ca- narie. 685.—G. concatenatum Coss. Pl. crit., .p. 38.—Wk et Lge., 1. ¢., p. 312. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in pascuis, inter frutices, haud infrequens: prope Chiclana (Monnard., Duf.); circa Alcala et in pinetis ad Puerto Real (Bourg.); in pago dicto #/ Bosque (Reut.); in Dehesa del Berroquejo urbis Medina; in ditione Jerez locis Sierra del Aljibe, Dehesa de Ma- tanza, Martelilla et alibi.—%. Maio, Junio. (Vv. v.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 686.—G. Mollugo Z. 8. erectum Coss. et Germ., Flor. Par., p. 445.—Wk. et Lge., 1. c., p. 314.—@. erectum Huds., DC., Prodr. tv, p. 595. Hab. in dumosis regionis montane et subalpine: in monti- bus supra Grazalema; in Dehesa de Fardela prope Benaocaz.— 4. Maio, Junio. (Vv. v.) Ar. geogr.—Europa omnis media et australis, Oriens, Africa borealis. 687.—G. fruticescens Cav. Ic. m1, p..3, t. 206, f. 2.—Wk. et Lge., 1. c., p. 314. Hab. in aridis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Ma- ria (Gutiérrez).—4. }. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et australis. 688.—G. verum JZ. Sp. pl., p. 155.—Wk. et Lge., 1. c., p. 315.— Gallium Dod. Pempt., p. 351 ic! Hab. in arenosis incultis, aridis et ad sepes regionis infe- rioris, montane et subalpine: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem., Colm.); in montibus prope Grazalema.—4. SUD. DUE ve Vs) Ar. geogr.—Europa omnis, Asia borealis et occidentalis, Africa borealis. (239) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. _ 45 689.—G. nevadense Boss. et Rewt. Diag. pl. or. 11, n. 2, p. 115? Hab. in rupestribus regionis subalpine, in monte Cerro de San Cristébal supra Grazalema.— 4. (Vv. Vv.) A esta especie parece que corresponden unos ejemplares, sin flores ni frutos, que recogi el dia 17 de Octubre de 1879 en la parte superior del expresado Cerro de San Cristobal. 690.—G. palustre Z. 8. elongatum Coss. et Germ., Flor. Par., p. 447.—Wk. et Lge., l. c., p. 321.—G@. elongatum Presl., Fl. Sic. 1, p. 59. Hab. in paludosis et ad rivulos regionis inferioris et sub- montane: prope Sanlicar (Reut.); circa Grazalema; inter Vejer et Medina ad Arroyo de Najera; in loco Arroyo del Albadalejo urbis J/erez.—4. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Oriente, Africa bo- reali, Azoricis. 691.—G. campestre Schousd. Wk. et Lge., l. c., p. 323, an G. gibraltaricum Schott? Hab. in agris et collibus siccis regionis inferioris: prope Arcos (Schousb.); circa San Rogue (Reut.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); prope Cadiz (Colm.); in monte Gibraltar!; in loco Mesas de Bolanos urbis Jerez et alibi.—@. Maio, Junio. (V. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Africa boreali- occidentalis. 692.—G. setaceum Lam. DC., Prodr. iv, p. 609.—Wk. et Lge., 1. c., p. 323.—G@. capi- Hapetive lenis p: 7a; t. 191; f. M! ' Hab. in siccis regionis inferioris, circa Cadiz (Luf.)—@. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea fere omnis, Canarie. 693.—G. divaricatum Zam. DC., l. c., p. 607.—Wk. et Lge., 1. c., p. 323.—G. album mi- nimum, spanospermum Barr., Plant. ic. 57! 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (240) Hab. in arenosis et in collibus siccis regionis inferioris: G7- braltar (in herb. Pavon ex Lange); San Roque (Reut.); Cadiz. Puerto de Santa Maria (Bourg.)—@. Maio, Junio. (n. v.) g. lasiocarpum Reut.—Wk. et Lge., 1. ¢. Hab. in collibus calcareis regionis submontane, prope Be- naocaz. (Vv. V.) Ar. geogr.—Gallia media, regio mediterranea feré omnis, Azorice. 694.—G. parisiense JL. a. Lecocarpum Tausch., Koch. Flor. germ. 1, p. 284.—@. angli- cum Huds. Fl. angl., p. 69.—G@. par. a. nudum Gr. et Godr., Flor. Franc. 11, p. 42.—Wk. et Lge., l. c., p. 324. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto Real (Bourg.)—Apr. , Maio. (n. v.) 8. trichocarpum Tausch., Koch., 1. c.—G@. litigiosum DC., 1. ¢., p- 609.—G. par. 8. vestitum Gr. et Godr., 1. c.—Wk. et eer lirc:! Hab. in silvaticis regionis montane, in Szerra del Aljibe ur- bis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis, Canarize, Madera, Azorice. 695.—G. Aparine Z. Sp. pl., p. 157.—Wk. et Lge., 1. c., p: 325.— Ayparine Dod. Pempt., p. 350 ic.!—A. vulgaris Quer., Flor. esp. m1, p. 56, t. 15! Hab. in regione inferiore et montana, ubiin dumosis, rude- ratis et ad sepes huc illuc satis frequens.—@. Mart., Apr. (Vv. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Sibiria, regio omnis medi- . terranea, Canariz, Madera, Azorice. 696.—G. tricorne |Vith. DC., Prodr. iv, p. 608.—Wk. et Lge., 1]. c., p. 326. Hab. in argillosis calcareisque, rupestribus, cultis et ad se- pes regionis inferioris et montane: Gibraliar (Kelaart); in vi- neis prope Jerez; in monte Sierra del Caos supra Benaocaz et alibi.—@. Mart., Maio. (v. v.) (241) Perez Lara.— FLORULA GADITANA. ry Ar. geogr.—Europa media et australis, Oriens, Africa borealis. 697.—G. saccharatum A JI. Flor. ped. 1, p. 9.—Wk. et Lge., 1. c., p. 326.—Valantia Apa- rine L., 1. c., p. 1491. Hab. in regione inferiore et submontana, ubiin cultis, pas- cuis, ruderatis et lapidosis herbidis frequens.—@. Febr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media, regio omnis mediterranea, Ca- narie, Madera. 698.—G. murale A//. L. c.1, p. 8, t. 77, f. 1!—Wk. et Lge., 1. c., p. 326.—Sherar- dia muralis L.,1.¢., p. 149.—Callipeltis muralis Moris, Flor. sard. 11, p. 309. Hab. in regione inferiore et montana, ubiin arenosis, rude- ratis, ad rupes et muros huc illuc frequens.—©@. Febr., Maio. Gv Wi) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canariz, Madera. Vaillantia DC. 699.—V. muralis Z. Sp. pl., p. 1490.—Wk. et Lge., 1. c., p. 327. Hab. in collibus calcareis regionis inferioris, in monte G7- braltar (Brouss., Clem.)—@. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 700.—V. hispida Z. : L. c., p. 1490.—Wk. et Lge., 1. c., p. 328. Hab. in arenosis et collibus calcareis regionis inferioris: 7- braltar (Willk.); prope Chiclana (Winkler).—@®. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-orientalis, Italia meridionalis, Grecia, Asia minor, Syria, Persia australis, Africa borealis, Canarie. 4S ANALES DE HISTORIA NATURAL. (242) ORDO CAPRIFOLIACEARUM. Fam. Lonicerez Juss. TRIB. SAMBUCEZE H. B. K. Sambucus Z. 701.—S. Ebulus Z. Sp. pl., p. 385.—Rchb., Ic. xu, f. 1434!—Wk. et Lge., 1. ¢., p- 329.—#bulus Dod., Pempt., p. 377 ic! Hab, in humidis regionis inferioris: circa Sanlucar (Clem.); prope Vejer; in ditione Jerez in loco Hijuela de la Canaleja et ad Charco de los Hurones.—2,. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa fereé omnis, Oriens, Africa borealis, Madera. 702.—S. nigra L. L. c., p. 385.—Cav. Preel., p. 122.—Rchb., l. c., t. 14385!— Wk. et Lge., 1. c., p. 329.—Sambucus Dod., 1. c., p. 832 ic!— Vulg. Sauco. Hab. in silvaticis et ad sepes regionis inferioris: in prov. gaditana (Herb. H. Madr.!); inter Algeciras et Jimena (Laguna); ad Hrmita del Mimbral urbis Jerez.—h. Apr., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.— Europa media et australis, Oriens, Africa bo- realis. Viburnum J. 703.—V. Tinus Z. L. c., p. 383.—Cav. Prel., p. 393.—Moris, Flor. sard. 0, p. 279.—Wk. et Lge., l. c., p. 331.—Zenus 1 et m1, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 49 ic.!—Vulg. Durillo. Hab. in dumetis silvisque regionis inferioris et submonta- ne: Algeciras (Née); Alcala, Ubrique (Clem.); in Sierra de Pal- ma prope Los Barrios (Willk.); in Sierra de Granada et ad Barbate circa Vejer! (Willk., Laguna); in ditione Jerez ubi in (243) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 19 montibus Jarda; Gordilla, Charco de los Hurones et alibi abun- danter occurrit.—}. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania, regio mediterranea feré omnis. TRIB. LONICERE-E R. Br. / Lonicera JZ. 704.—L. implexa A7f. DC., Prodr. iv, p. 331.—Moris, Flor. sard. 1, p. 281.—Rchb., Ic. xvu1, t. 1173!—Wk. et Lge., 1. c., p. 331.—Z. balearica DC.., Flor. fr.—Vulg. Madreselva. Hab. in regione inferiore, ubi in dumosis et ad sepes huc illuc frequenter occurrit.—b. Maio, Junio. (v. v.) 8. puberula, foliis subtus puberulis aut interdum dense villo- sis, capitulo terminali verticillisque 6-8 floris, corollis ut in «, nunc glanduloso-setulosis, nunc preterea, ob pilos alios longiusculos, plus minusve villosis, nunc om- ~ nino glabris. Transitum facit, ut videtur, ad Z. splendi- dam Boiss., a qua tamen differt precipue fioribus paucio- ribus et minoribus, genitalibus vix exsertis, stylo hispido. Hab. in dumosis regionis inferioris et montane; prope U/b77- que; in montibus Dehesa de Atrera circa Arcos; in ditione Jeréz locis Dehesa de los Romerales, Sierra de Dos Hermanas et alibi. —(v. Vv.) Ar. geogr.—Spec. in regione mediterranea fere omnis. 705.—L. etrusca Santi. DC., Prodr. tv, p. 331.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 275.—Rchb., l.c., t. 1172!—Wk. et Lge., 1. c., p. 332.—Ball, Spic., p. 481. Hab. in rupestribus calcareis dumosis regionis montane, prope Benaocaz.—h. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Madera, Lusitania, regio mediterranea fere omnis. 706.—L. Periclymenum Z. Sp. pl., p. 247.—Rchb., 1. c., t. 1172!—Wk. et Lge., 1.c., p. 332. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (244) Hab. in dumetis et ad sepes regionis inferioris: prope A7- cala (Clem.); circa Sanlicar (Colm.)—%. Maio, Julio. (n. v.) 6. hispanica Ball., Spic., p. 482.—Z. Periclymenum Boiss., Voy. bot. 1, p. 276.—L. hispanica Boiss., Reut., Pug., p. 52.— Wk. et Lge., 1. c., p. 382.—Vulg. Madreselva. Hab. in sepibus dumetisque regionis inferioris et submon- tanze: in monte Sverra de Retin prope Vejer (Laguna); in pago Huertas de Benamahoma; in loco Tajo de Enmedio prope Zahara; in ditione Jerez, Dehesa de Gigonza, Dehesa de la Dorada et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Africa boreali; var. in Lusitania, Hispania media et australi, Mauritania Tingitana. Los caracteres sefialados para distinguir especificamente esta planta de la Z. Periclymenum, son sumamente variables, como lo han manifestado el Sr. Laguna (Resum. Flor. for. esp. 11, p. 156), y el Sr. Ball. (Spic., p. 482). Del estudio comparativo de todos los ejemplares que poseo, entre los que se hallan algunos procedentes del Escorial, re- sulta que varian indistintamente por la latitud y la forma mas 6 menos aguzada de sus hojas, por el tamafio de los dientes del céliz, por la longitud de las flores y por la vellosidad de las hojas, de las bracteas, de los caélices y de las corolas, la cual es mas 6 menos densa y parcamente 6 apenas glandulosa en unos casos, y en otros extremadamente glandulosa, como se observa en la mayor parte de los ejemplares de Jerez. 707.—L. biflora Desf. Flor. atl. 1, p. 184, t. 52!— Z. canescens Schousb. Ob. veg. Mar., p. 88.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 277.—Wk. et Lge., 1. c., p. 333. Hab. ad sepes et in argillosis salsuginosis, in prov. Gadi- tana (Duf.)—%. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Africa boreali-occi- dentalis. (245) Perez Lara.—FrLORULA GADITANA. 51 ORDO ERICINARUM. Fam. Ericacee JZindl. TRIB. ARBUTE-E DC, Arbutus JZ. 708.—A. Unedo Z. Sp. pl., p. 566.—Wk. et Lge, l. c. u, p. 340.—Ardutus Clus., Rar. pl., hist. 1, p. 47 ic.!—A. vulgaris Barr., Plant. ic. 674!— Vulg. Madrono. Hab. in regione inferiore et montana, ubiin arenosis rupes- tribusque dumosis et silvaticis huc illue abundat.—%. Octob., Febr. (v. v.) Ar. geogr.—Hibernia, Gallia occidentalis, Hispania, Lusita- nia, regio mediterranea imprimis occidentalis. TRIB. RHODORE Don. Rhododendron Z. 709:—R. ponticum Z. 8. beticum.—R. beticum Boiss. et Reut., Diagn. pl. or. 0, n. 3, p. 118.—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 342.—R. ponticum Boiss., Voy. bot. 11, p. 406, et auct. hisp. et lusit. antiq. non L.— Vulg. Ojaranzo. Hab. in regione inferiore et montana inter 200-1.000 metr. alt., ubi in locis silvaticis ad rivos ferrugineos crescit: circa Algeciras (Née, Clem., Boiss., Reut.); in loco Garganta del Ca- pitan! (Laguna); in monte Picacho de Alcala! (Clem., Webb, Bourg.); prope Zos Barrios in Sierra de Palma (Willk.) in Dehesa de Ojén!; circa Tarifa (Laguna) in montibus Dehesa del Pedregoso et Canutos del Rayo!; in ditione Jerez ubi presertim in faucibus montium Serra de la Gallina, Sierra del A ljibe et Dehesa del Marrufo abundanter occurrit.—»b. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. Esta magnifica planta varia bastante por su elevacién, de 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (246) 1-3 m.; por sus hojas, ya oblongas, ya trasovado-lanceoladas 6 lanceoladas, ordinariamente aguzadas y en a]gunos casos ob- tusillas 6 completamente obtusas y escotadas, planas 6 mas 6 menos revueltas en la margen, y de 6-16 cm. de longitud por 2-5 de latitud; por sus corolas de 3-6 cm. de diametro, que comunmente presentan por dentro, en la parte inferior, una franja de vellos blancos, y a veces carecen de esta franja, siendo casi lampinas y aun totalmente lampinas; y por ultimo, por sus frutos cilindricos, truncados 6 mas 6 menos redondos en el apice. Por lo que he observado, parece que la vellosidad de los pe- dunculos es el caracter mas constante entre todos los que se han sefalado, para distinguir el R. deticum del R. ponticum. TRIB. ERICEE Don. Erica Z. 710.—E. ciliaris Z. Sp. pl., p. 503.—Wk. et Lge., 1. c., p. 343.— Arica xu, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 46 ic! Hab. in collibus arenosis regionis inferioris et montane: prope Ubrique (Clem.); in ditione Jerez locis Sierra del A ljibe! (Clem.) Dehesa del Corchadillo et ad Puerto del Quejigal; supra Alcala (Clem., Webb); prope Los Barrios in Sierra de Luna (Laguna); circa A /geciras (Ball.)—h. Maio, Octob. (v. v.) Ar. geogr.—Anglia austro-occidentalis, Gallia occidentalis, Hispania borealis et occidentalis, Lusitania, Mauritania Tin- gitana. 711.—E. australis Z. Mant., p. 231.—Boiss., Voy. bot. n, p. 405.—Wk. et Lge., l. c., p. 345.—Vulg. Brezo. ; Hab. in dumetis regionis inferioris et montane ad alt. 150- 1.000 m.: Conil (Clem.); Arcos (Lag.); prope Zos Barrios in Sie- gra de Palma (Willk.) Sierra de Luna (Laguna); circa Vejer (Willk.) in Sierra de Retin (Laguna); in monte Picacho de Alcalé (Bourg.); prope Ubrigue et in montibus Szerra del Aljibe, Marrufo, Garcisobaco et alibi urbis Jerez ubi satis frequens.—». Febr., Maio. (v. v.) (247) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 53 Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis et austro-occi- dentalis, Mauritania Tingitana. 712.—E. arborea Z. Sp. pl., p. 502.— Wk. et Lge., l. c., p. 346.— Hrica Coris fo- fio 1, Clus. 1. c., p. 41 ic.!—Vulg. Brezo blanco. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis ne- moribusque huc illuc satis frequens.—¥%. Februario, Aprili. (v. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio mediterranea feré omnis, Canarie, Madera. En los ejemplares que he recogido los pedtinculos son bas- tante mas largos que en otros que tengo 4 la vista, proceden- tes de Francia y de Cerdena. 713.—E. scoparia Z. L. c., p. 502.—Wk. et Lge., l.c., p. 346.— £rica Corts fo fio tv,.Clus. 1. 'c.,;p. 42 ic.! Variat ramulis foliisque glabris v. interdum undique dense brevissimeque hirsutis. : Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, pinetis et querce- tis huc illuc frequenter occurrit.—%. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, Hispania, regio mediterranea occidentalis, Madera. 714.—E. umbellata Z. L. c., p. 501.—Lefl., It. hisp., p. 188.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 405.—Wk. et Lge., l. c., p. 347. Hab. in dumetis et rupestribus umbrosis regionis inferioris et submontane: in Picacho de Alcala (Bourg.); in Sierra del A ljibe, Dehesa de la Jardilia et alibi urbis Jerez.—%. Aprili, Junio. (v. v.) 8. subcampanulata DC., Prodr. vu, p. 666.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in arenosis dumosis: prope Cadiz (Picard); in Dehesa de Campano circa Chiclana; in monte Sierra del Saladillo su- pra Algeciras. (Vv. Vv.) y. major Coss.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. prope San Roque (Willk.) (n. v.) 54 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (248) S. anandra Lange, Pug., p. 223.—Wk. et Lge., 1. ¢. Hab. in rupestribus umbrosis, in monte Sierva de Luna pro- pe Los Barrios (Nilsson) (n. v.) - Arg. geogr. — Lusitania, Hispania boreali-occidentalis et austro-occidentalis, Mauritania Tingitana. 715.—E. mediterranea Z. Mant., p. 229.—Wk. et Lge., l. c., p. 348.—Z. carnea 8. occi- dentalis DC., Prodr. vi, p. 614. Hab. in arenosis, in prov. Gaditana (Duf.) —%. Jan., Mart. (110¥;.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis. Calluna Salisd. 716.—C. vulgaris Salisd. DC., Prodr. vit, p. 613.—Wk. et Lge., 1. c., p. 348.— rica vulgaris L., Sp. pl., p. 501.—Vulg. Brecina. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis silvis- que arenosis huc illuc satis frequens.—. Jul., Nov. (v. v.) Ar. geogr.— Europa fere omnis, Sibiria Uralensis, Africa boreali-occidentalis, America borealis. ORDO PLUMBAGINIUM. Fam. Plantagineze Juss. Plantago JZ. 717.—P. arenaria Waldst. et Ait. Plant. rar. Hung’. 1, p. 51, t. 51.—Wk. et Lge., 1. c., p. 351. Hab. in sabulosis maritimis,- prope Sandiucar (Colmeiro).— @. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia, Helvetia australis, Italia-bo- realis, Germania, regio Danubialis, Turcia europea, Rossia media et australis, Asia occidentalis. cr or (249) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 718.—P. Psyllium Z. Sp. pl., p. 167.—Wk. et Lge., 1. c., p. 351.—P. afraL., l.c., p. 168.—P. sicu/a Presl., delic. Prag., p. 70.—Vulg. Zargatona, Zaragatona. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque huc illuc abundat.—@. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie. 719.—P. amplexicaulis Cav. Ic. 1, p. 22, t. 125! et Preel., p. 342.—Boiss., Voy. bot. 11, p- 535.—Wk. et Lge., 1. c., p. 351.—P. lagopoides Desf., Flor. atl; p. 135, t. 39! Hab. in collibus siccis regionis inferioris: in prov. Gaditana (Boiss.); prope Algeciras (Winkler).—@. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-orientalis, Grecia, Asia occi- dentalis, Africa borealis, Canariz. 720.—P. Leeflingii Z. Sp. pl., p. 166.—Leefl., It. hisp., p. 124.—Wk. et Lge., l.c., p. 352. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Maria (Winkler). —@. Maio. (n. v.) . Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et australis, Oriens, Africa borealis, Canariz. 721.—P. Lagopus ZL. L. c., p. 165.—Wk. et Lge., 1. c., p. 353.—P. quinquenervia cum globulis albis pilosis J. Bauh., Hist. pl. 11, p. 504 ic.! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, her- bidis, sterilibusque huc illuc frequens.—@®. Aprili, Junio. (Vv. V.) 8. lusitanica Ball., Spic., p. 636.—P. lusitanica Desf., Flor. atl. I, p. 135.—-Brot., Flor. lus. 1, p. 156.—Wk. et: Lge., l.c., p. 353.—P. Lag. 3. cylindrica Boiss., Voy. bot. 1, p. 536. —P. trinervia latifolia minor incana hisp. Barr., Plant. ic. 745! Hab. in arenosis cultis herbidisque regionis inferioris: G7- braltar (Kelaart); in ditione Jerez (Seidenst.) in loco A dzertas 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (250) de Caulina, ad Castillo de Tempul et alibi; prope Algeciras (Nilsson); inter A7vcos et Bornos. (v. Vv.) Ar. geogr.— P. Lagopus in Lusitania, Madera, Canariis et regione fere omnis mediterranea; s. in calidiore. 722.—P. lanceolata Z. L. c., p. 164.—Desf., Flor. atl. 1, p. 134.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 354.—P. minor Dod., Pempt., p. 107 ic.! Hab. in pratis graminosisque regionis inferioris, prope Jevez in loco Llanos de Caulina.—%. Apr., Junio. (v. v.) _ £. eriophylla Decais. in DC., Prodr. xin, p. 715.—Wk. et Lge., l. c.—P. eriophora Hoftm. et Link, Flor. port. 1, p. 423. Hab. in pascuis regionis montane, in Sierra del Pinar su- pra Benamahoma. (v.v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa tota, Asia occidentali, Africa boreali. 723.—P. albicans L. L. c., p. 156.—Cav., Ic. 11, p. 21, t. 124!—P. ald. var. major Boiss., Voy. bot. 11, p. 535 syn. excl. Holosteum Salmant. ma- jus Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 110 ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque et ad sepes huc illuc satis frequens.— 4. Apr., Maio. (v. v.) g. nana Boiss., 1. c.—P. alb. vy. angustifolia Wk. et Lge., 1. c., p. 304. Hab. in collibus aridis et in arenosis maritimis, ubi prope Jerez, circa Puerto Real et preesertim ad Puerto de Santa Maria locis #1 Coto et La Puntilla abundat. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea. 724.—P. Bellardi A//. Flor. pedem. I, p. 82, t. 85, f. 3!—Wk. et Lge., l. c., p. 355. —P. pilosa Pourr., Cav., 1. c., t. 249, f. 1!—Leontopodium creti- cum aliud Clus., l. c. u, p. 112, ic.! Hab. in arenosis et collibus siccis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Rodriguez); Gibraltar (Kelaart); prope Chiclana (Winkler).— @. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio feré omnis mediterranea. (251) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 57 725.—P. serraria ZL. L. c., p- 166.—Wk. et Lge.,1.c., p. 359.—P. angustifolia, serrata, hispanica Barr., Plant. ic. 749! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque incultis, collibus, pascuis et ad vias frequenter occurrit.— 4. Apr., Maio. (v. v.) 6. hispanica Decais. in DC., Prodr. x11, 731.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in collibus prope Jerez et ad Convento de la Piedad circa Puerto de Santa Maria. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Sicilia, Italia aus- tralis, Dalmatia, Grecia, Africa borealis, Canarie, Azorice. 726.—P. macrorrhiza Poir. Voy. 11, p. 154.—Wk. et Lge., l.c., p. 359.—P. crithmoides Desf., Flor. atl. 1, p. 140.—P. ceratophylia Hoffm. et Link., Flor. port. 1, p. 491.—P. coronopifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 157. Hab. in arenosis maritimis, prope Cadiz (Duf.)—4. Apr., Ju- nio. (n. v.) Ar. geogr.— Lusitania et regio mediterranea imprimis occi- dentalis. 727.—P. Coronopus L. L. c., p. 166.—Wk. et Lge., l. c., p. 359.— Herba stella sive Cornu cervinum Dod., Pempt., p. 109, ic.!—Vulg. Astrella de mar. ' Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis, aridis et ad vias abundat.—©@. @. Flor. anno feré toto. (v. v.) 8. crithmifolia Wk. et Lge., 1. ¢. Hab. in eisdem locis. (v. v.) y. maritima Gr. Godr., Flor. Franc. 1, p. 722.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in pratis maritimis, prope Cadiz. (v. v.) 5. semplex Decais. in DC., Prodr., 1. c., p. 732.—P. coron. <. in- tegrata Wk. et Lge., 1. c. Hab. in pascuis arenosis, maritimis presertim; in Dehesa del Torno prope Jerez; in loco Hi Coto ad Puerto de Santa Ma- Ta. (Vv. V.) 58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2525 Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarize, Madera, Azorice. 728.—P. major L. L.c., p. 163.—Moris, Flor. sard. m1, p. 58.—Wk. et Lge., l. c., p. 361.—Dod. Pempt., p. 107, ic.!—P. intermedia Gilib., Wk. et Lge., 1. c.—P. maj. y. intermedia Decais. in DC., 1. ¢c., p- 695.—Vulg. Zlanten. P. foliis ovatis ellipticisve puberulis, basin versus grosse obtuseque dentatis, in petiolum limbum sequantem contrac- tis, pedunculis erectis v. arcuato-adscendentibus, spicis cylin- dricis 10-20 centim., apice nihil v. manifeste attenuatis, co- rolle lobis semper lanceolatis acutis. Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis, cultis, ad fossas et aqueeductus huc illuc frequens.—4. Flor. a Martio ad Sep- tembrim. (v. v.) Ar. geogr.—Europa tota, Sibiria, Asia occidentalis, Africa borealis et inde in orbem feré totum hodie diffusa. Fam. Plumbaginese 7nd. TRIB. STATICEE Bartl. Armeria Willd. 729.—A. gaditana Boss. In DC., Prodr. xu, p. 675.—Wk. et Lge., l.c., p. 363.— Statice pseudoarmeria Cav., Ic. 1, p. 38 non alior. Hab. in pascuis arenosis ad oram maris: in agro Gaditano (Picard, Monnard); in pinetis ad Chiclana (Lange); in loco dicto Z/ Coto prope Puerto de Santa Maria et alibi.— 4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-occidentalis, Lusitania aus- tralis. 730.—A. Boissieriana Coss. Pl. critiq., p. 44.—Wk. et Lge., l. c., p. 363. Hab. in pascuis et collibus arenosis regionis inferioris: Me- 253) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 59 dina, Puerto Real (Bourg.); in Sierra de San Cristébal ad Puerto de Santa Maria; in ditione Jerez locis Mesas de Bolaios, Llanos de Caulina et alibi.— 2. Mart., Apr. (v. Vv.) Ar. geogr.—Stirps ut videtur, ditionis Gaditane propria. 731.—A. pinifolia Rem. Sch. Hoffm. et Link., Flor. port., p. 437, t. 75!—Wk. et Lge., l.c., p. 363.—Statice pinifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 486. Hab. in arenosis regionis inferioris, in pinetis prope CAz- clana (Lange).— 4. Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. 732.—A. macrophylla Boiss. et Reut. Pug., p. 100.—Wk. et Lge., l. c., p. 364.—A. betica y. steno- phylia Boiss. in DC., Prodr. x11, p. 676. Hab. in arenosis silvaticis regionis inferioris: circa Cadiz (Fauché, Bourg.); prope San Roque (Boiss., Reut.); in pinetis ad Chiclana; in Dehesa Monte de Enmedio prope Vejer; in Pinar de Villanueva circa Puerto Real. —2. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hucusque in provincia gaditana tantum detecta. 733.—A. fasciculata Wold. Boiss. in DC., 1. c., p. 675.—Wk. et Lge., 1. c., p. 364. Hab. in arenosis maritimis: ad fretum Herculeum (Webb); prope Sanlucar (Fauché).—»b. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Corsica, Sardinia. 734.—A. betica Boiss. Voy. bot. 1, p. 749 et in DC., Prodr., 1. c., p. 676.—WkK. et ees. |. C., Pp. o04. Hab. in arenosis maritimis: circa Cddiz (Fauché); prope San ‘Roque (Boiss.); Chiclana, Conil et prope Vejer ad Cabo de Tra- falgar (Willk.)—2. Mart., Jun. (n. v.) 8. stenophylla Boiss., Pug., p. 100 in adnot.— Wk. et Lge., l.c. Hab. in pinetis, prope Chiclana (Bourg.) (n. v.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana, Africa borealis. 735.—A. latifolia Willd. Boiss. in' DC., 1. c., p. 684.—Wk. et Lge., 1. c., p. 365.— 60 , ANALES DE HISTORIA NATURAL. (254) A. cephalotes Hoffm. et Link., Flor. port., p. 441.—Statice pseu- doarmeria Brot., Flor. lus. 1, p. 488. Hab. in arenosis, prope Chiclana (Colm.)— 4. Apr., Maio. ane ¥i:;) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis. 736.—A. allioides Boiss. Voy. bot. 11, p. 525 (excl. syn. fl. grec.) et in DC., Prodr., l. c., p. 684.—Wk. et Lge., 1. c., p. 366.—Statice alliacea Cav. Ic. 11, t. 109 non alior, Hab. in collibus dumosis regionis inferioris, in preedio De- hesa de Gigonza ditionis Jerez.—4. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania. Statice Willd. 737.—S. ferulacea Z. Sp. pl., p. 396.—Brot., Flor. lus. 1, p. 490.—Mutel, Fl. franc. In, p. 90, t. 56 (bis), f. 421!—Wk. et Lge., l. c., p. 371. Hab. in arenosis humidis salsuginosis ad oram maris: Ca- diz, Sanlicar (Clem., Rodrig.); ad Puerto de Santa Maria (Clem., Winkler) in loco #7 Coto; prope San Fernando in De- hesa de la Carne ; circa Jerez ad Arroyo del Albaladejo et alibi. —%. Junio, Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. He recogido numerosos ejemplares de esta planta, y en ellos, lo mismo que en otros que poseo de Francia, de las cercanias de Narbona, las flores son constantemente de color rosa y no amarillas como se dice en el Prodi. Flor. hisp. y en el Prodr. regn. veg. de DC. 738.—S. diffusa Pow. Mutel, 1. c., p. 90, t. 56 (bis), f. 422!:— Wk. et Lge., 1. c., p. 372. Hab. in arenosis humidis maritimis: circa Cadiz (Fauché); prope Algeciras et juxta Palmones (Nilsson); ad San Fernando. —4. Jun., Julio. (Vv. v.) Ar. geog.—Lusitania australis, Gallia australis! (255) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 61 739.—S. echioides Z. L. c., p. 394.—Gou. Illustr., p. 22, t. 2, f. 4!—Wk. et Lge., l.c., p. 373.—Limonium minus, obtuso folio viminibus foliosis Barr., Plant. ic. 806! Hab. in arenosis argillosisque salsuginosis regionis inferio- ris: circa Chiclana et ad Puerto de Santa Maria (Rodriguez). —@®. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea. 740.—S. virgata Willd. Boiss. in DC., Prodr. xu, p. 654.—Wk. et Lge., l. c., p. 375. — St. cordata Desf., Flor. atl. non L. Hab. in arenosis et rupestribus maritimis: Gibraltar (Lag.); ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Clem.); prope Sanlicar (Clem.)—2%. Jun., Oct. (n. v.) ‘ Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 741.—S. spathulata Des/. 8. emarginata Boiss., Voy. bot. 11, p.530 et DC., Prodr. xu, p. 650. —WKk. et Lge., l. c., p. 377.—S. emarginata Willd. Hab. in rupibus maritimis: in monte Gidral/ar! (Salzm., Boiss., Funk.); prope Zarifa (Boiss.)—4. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Africa boreali. 742.—S. ovalifolia Poir. Boiss. in DC., 1. c., p. 646.—Wk et Lge., l. c., p. 379.—S8. auri- culefolia Brot., Flor. lus. et Vahl. Simb., pro parte. Hab. in arenosis argillosisque salsis humidis regionis infe- rioris: prope San Fernando (Boiss.); ad Rio San Pedro inter Puerto de Santa Maria et Puerto Real.—%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Hispania, Lusitania, Mau- ritania Tingitana, Madera. 743.—S. lychnidifolia Girard. Boiss. in DC., 1. c., p. 646.—Wk. et Lge., l. c., p. 379. Hab. in arenosis maritimis: circa Cddiz (Boiss.); prope Puerto heal (Chape!); in loco #/ Coto ad Puerto de Santa Maria.— 4. Maio, Junio. (v. v. et s.) 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (256) 8. corymbosa Boiss. in DC., 1. c.—Wk. et Lge., l. ¢. Hab. in maritimis, prope Cddiz (Boiss.) (n. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis et australis, Lusitania, His- pania australis, Mauritania Tingitana. 744.—S. Limonium JZ. Var. macroclada Boiss. in DC.,1. c., p. 645.—Wk. et Lge., l. c., p. 380. Hab. in arenosis maritimis, prope Puerto de Santa Maria (Winkler).— 4. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. ad littora totius Europe, Asie occidenta- lis et. Africee borealis. 745.—S. sinuata ZL. L. c., p. 397.—Mutel, Flor franc. 11, p. 90, t. 56, f. 4220!—Boiss. Voy. bot. 11, p. 529.—Wk. et Lge., l. c., p. 380.—Vulg. Szem- previva azul. Hab. in arenosis maritimis: Zasi/a (Pourr.); San Roque, Cadiz (Willk.), Gidraltar! (Kelaart); prope Puerto Real (Bourg.!) ad Pinar de Villanueva; circa Puerto de Santa Maria (Winkler) in loco #1 Cofo.—%. Apr., Junio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Limoniastrum Mech. 746.—L. monopetalum Zozss. In DC., Prodr. x11, p. 689.—Wk. et Lge., l. c., p. 381.—Séa- tice monopetala L., Sp. pl. 1, p. 396.—Vulg. Salado. Hab. ad littora maris, ubi in humidis salsis atque ad ripas lacuum salsorum abundat.—>. Jun., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Gallia medite- rranea, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Africa borealis. (257) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 63 TRIB. PLUMBAGE-E Spach. Plumbago L. 747.—P. europea J. Sp. pl., p. 215.—Wk. et Lge., l. c., p. 382.—P. lapathifolia Schousb., Obs. veg. Mar., p. 80 non Willd.—P. guorundam Clus., Rar. pl. hist. u, p. 124 ic.! Hab, in ruderatis et ad sepes regionis inferioris: in vicinita- tibus Gibraltar (Kel.); prope Sanlucar (Colm.)—4. Jul., Aug. (n. V.) Ar. geogr.—Kuropa australis tota, Asia occidentalis, Africa borealis. ORDO LABIATIFLORARUM NUCULIFERARUM. Fam. Globularieze arti. Globularia JZ. 748.—G. Alypum JZ. Sp. pl., p. 189.—Wk. et Lge., l. c., p. 386.—Hippoglossum valentinum Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 90 ic.!\—Vulg. Corona de Rey. Hab. in regione inferiore, ubi in rupestribus et collibus du- mosis huc illuc frequens.—». Flor. a Octob. ad Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Regio fereé omnis mediterranea. Fam. Verbenacez //uss. TRIB. VERBENEA! Schauer. Verbena Jl. 749.—V. officinalis Z. Sp. pl., p. 29.—Cav. Prel., p. 66.—Wk. et Lge., 1. c., p. 388. —V. vulgaris Clus., 1. c. 1, p. 45 ic.! 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (258) Hab. in regione inferiore et montana, ubi in incultis, hu- midis, ad vias et sepes huc illuc satis frequens.— 2. Maio, Octobri. (v. v.) Ar. geogr.—Species per regiones temperatas et subtropicas orbis feré totius late diffusa. 750.—V. supina Z. L. c., p. 29.—Cav. Prel., p. 66.— Wk. et Lge., 1. c., p. 388!— Chis: le:,5p.746 164! Hab. in agris derelictis locisque hyeme inundatis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Clem.!); circa Medina; in ditione Jerez locis Llanos de la Aina, Madre- Vieja ad Rio Guadalete et alibii—@. Apr., Jun. (Vv. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio feré omnis mediterranea, Ca- narie. TRIB. WEVECEAZE Schauer. Vitex J. 751.—V. Agnus-castus ZL. Sp. pl., p. 890.—Cav. Prel., p. 89.—Wk. et Lge., 1. c., p. 389. —Vitex Dod. Pempt., p. 762 ic.! Hab. in arenosis humentibus, ad ripas fluminum rivorum- que regionis inferioris: Vejer, Sanlucar (Clem.); San Rogue (Boiss.); in Sterra de Algeciras et ad Rio Barbate circa Vejer (Laguna!); in ditione Zos Barrios.—»b. Jun., Jul. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Fam. Labiatez Juss. TRIB. dcvvipieg Benth. Lavandula Journ. 752.—L. Stechas ZL. Sp. pl., p. 800.—Cav. Prel. p., 70.—Wk. et Lge., l.c., p. 390. Stechas brevioribus ligulis Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 344 ic.!— Vulg. Cantueso. (259) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 65 Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis du- mosis et collibus siccis huc illuc abundanter occurrit. — %. Mart., Jun. (v. v.) 8. elongata. —Differt a specie tomento tenuiore; foliis adultis internodiis elongatis brevioribus, virentibus, 20-25 mm. long.; spicis longiuscule pedunculatis; calycibus dense albo-tomentosis tubum corolle equantibus. Hab. in collibus dumosis, prope Benaocaz. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, regione omni mediterranea, Madera, Canariis. La LZ. viridis Ait., segtin su descripcién, parece que pre- senta bastante afinidad con la planta recogida por mi cerca de Benaocaz; pero esta difiere de ella, entre otros caracteres, por su indumento, por sus entrenudos alargados, siendo los superiores de una longitud casi doble que la de las hojas, por sus espigas mas densas, y por sus bracteas todas de un color violaceo-purpureo. 753.—L. dentata Z. L. c., p. 800.—Cav. Preel. p. 70.—Wk. et Lge., l. c., p. 391. —Stechas crispo folio Clus., 1. ¢., p. 345 ic.! Hab. in rupestribus regionis inferioris, in monte Pefion de Gibraltar (Kel., Nilsson).—%. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Madera et regio mediterranea occidentalis ca-- lidior. 754.—L. latifolia V7d/. Hist. pl. Dauph. mu, p. 363.—Wk. et Lge., l.c., p. 392.— L. spica 8. L., 1. ¢., p. 800.—Vulg. Alhucema. Hab. in collibus siccis regionis inferioris, prope Chiclana (Chape).—%4. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. j95.—L, lanata Boiss.! Voy. bot. 11, p. 478, t. 135!—Wk. et Lge., l. c., p. 392.— L. Spica 8. laniyera Webb, It. hisp.—Vulg. A lhucemilla bravia. Hab. in collibus dumosis et rupestribus aridis a regione in- feriore ad subalpinam: prope Grazalema locis Llano de la Du- quesa et Puerto del Moro (Laguna); inter Zahara et Bena- ANALES DE HIST. NAT.— XVIII. 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (260) mahoma ad Garganta del Pinar; in montibus circa Benaocaz. —+t. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania Granatensis et Malacitana. 756.—L. multifida Z. L. c., p. 800.—Cav. Prel., p. 71.—Brot., Flor. lus. 1, p. 170. —Wk. et Lge., 1. c., p. 392.—ZL. pinnatifida Webb, 1. c., p. 19. —L. multifido folio Clus., 1. c., p. 345 ic.!—Vulg. A lhucemilia. Hab. in collibus declivibusque aridis regionis inferioris: prope Zarifa (Herb. H. Madrit.!); circa San Rogue (Pourr.); in monte Pefdn de Gibraltar! (Willk., Kel., Lange, Winkler).— h. Mart., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Calabria, Africa borealis. TRIB. MENTHOIDE Benth. Mentha Z. 757.—M. aquatica ZL. Sp. pl., p. 805.—Rehb., Ic. xvi, t. 85, f. 1!— Wk. et Lge., bé., 3p. 394: Hab. in locis humidis: Gibraliar (Talbot, Kel.) —4. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria, Africa borealis et australis, Madera, America septentrionalis. 758.—M. silvestris Z. Sp. pl., p. 804.—Wk. et Lge., l. c., p. 396. Hab. in humidis regionis inferioris, prope Sandiucar (Clem.) —4.Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.— Europa feré tota, Asia occidentalis et septen- trionalis, Africa borealis, Canariz, Prom. B. Spei. 759.—M. rotundifolia Z. L. c., p. 805.—Cav., Preel., p. 321.—Brot., Flor. lus. 1, p. 167. —Rchb., Ic. Fl. germ., xvi, t. 81!—Wk. et Lge., l. c., p. 396. —Vulg. Mastranzo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi ad fossas et in humentibus huc illuc abundat.— 4. Jun., Aug. (Vv. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia temperata, Afri- ca borealis, America borealis. (261) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 67 760.—M. Pulegium Z. g. tomentella Boiss., Voy. bot. u, p. 480.—M. tomentella Hoffm. et Link, Flor. port.1, p. 73.—M. Pulegium s. villosa Benth. in DC., Prodr. xn, p. 175.—Wk. et Lge., 1. c., p. 397.— Vulg. Poleo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis humi- dis et in inundatis huc illuc abundanter occurrit.—4. Junio, Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media etaustrali, Oriente, Afri- ca boreali, Abyssinia et in utraque America extratropica. Lycopus Z. 761.—L. europeus Z. i Sp. pl., p. 30.—Brot., Flor. lus. 1, p. 16.— Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 69.—Wk. et Lge., 1. c., p. 397.—Marrubium aquatile Dod., Pempt., p. 585 ic.! Hab. in humidis et ad rivulos regionis inferioris: prope A /- geciras (Née); circa Sanlicar (Clem.)—4. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis et septen- trionalis, Africa borealis. TRIB. THYWMEZE Benth. Origanum /. 762.—0. compactum Benth. DC., Prodr. x11, p. 192.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 485, t. 147!— Wk. et Lge., l.c., p. 398.—0. glandulosum Salzm. exs. non Desf.—Vulg. Orégano. Variat spicis plus minusve elongatis et foliis floralibus gla- berrimis vel hirsuto-ciliatis. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus dumosis precipue calcareis, huc illuc satis frequens.—}. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania autralis, Mauritania Tin- | gitana. 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (262) 763.—0. virens Hoffm. et Link. Flor. port. 1, p. 119, t. 9!—Boiss., l. c., p. 486.—Wk. et Lge., l. c., p. 398.—0. vulgare Brot., Flor. lus. 1, p. 169 non L.— Vulg. Orégano. Hab. in collibus et inter frutices regionis inferioris et mon- tane: prope Alcald; in loco dicto Garganta del Pinar inter Zahara et Grazalema; in Sierra del Valle urbis Jerez et alibi. —.Jun., Aug. (Vv. Vv.) Ar. geogr.— Baleares, Hispania, Lusitania, Azorice , Made- ra, Canariez. Thymus Z. 764.—T. Mastichina Z. Sp. pl., p. 827.—Cav., Prel., p. 333.—Brot., Flor. lus. 1, pa- gina 176.—Wk. et Lge., l.c., p. 400.— Zvagoriganum 1 Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 355 ic.!—Vulg. Almoraud, Almoraduz. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus siccis dumosisque frequens.—». Maio, Julio. (v. v.) 6. bracteosus Willk. in Wk. et Lge., l. c. Hab. in eisdem locis: circa Cadiz (Boiss., Reut.); prope Be- naocaz. (V. V.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa borealis. Los ejemplares que he recogido cerca de Benaocaz se distin- guen por ser algo mas vellosos, por las hojas florales mas an- chas y por las divisiones del cAliz un poco mas cortas; pero las cabezuelas son del mismo tamafo que las de la forma or- dinaria. . 765.—T. tomentosus W7il/d. Enum. pl. , p. 626.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 401.—Z. Masti- china 8. micranthus Boiss., Voy. bot. 11, p. 487.— Origanuwm Majorana Clem., Ens.!—Vulg. Almoraduz. Planta ut anterior, cujus forsam mera varietas, valde varia- bilis quoad staturam, indumentum, foliorum figuram, capitu- lorum magnitudinem, laciniarum calycis formam et longitu- dinem, etc. Hab. in arenosis dumosis ad littora maris: cirea Sanlicar (Clem.!); prope Cadiz (Fauché, Picard); ad Puerto de Santa (263) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 69 Maria (Bourg.); in pinetis prope Chiclana! (Lange); in loco dicto Zas Canteras juxta Puerto Real et alibi.—%. Maio, Junio. (v. v. ets.) 6. virescens Coss., Pl. crit., p. 43.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in eisdem locis: in Pinar de la Dehesilia ad Chiclana; in Dehesa Monte de Enmedio prope Vejer. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania australis. 766.—T. hirtus JVilld. a. legitimus Boiss., Voy. bot. 1, p. 488, t. 138, f. a.!—Wk. et beegl csp: 401: _ Hab. in rupestribus regionis inferioris, in monte Peidn de Gibraltar! (Boiss., Kel.)—%. Maio, Julio. (v. v.) 8. ertanthus Boiss., 1. c.—Benth. in DC., Prodr. xu, p. 198.— Wk. et Lge., 1. ¢.—Vulg. Zomillo. Hab. in rupestribus calcareis siccis regionis montane et subalpine, in montibus prope Grazalemda. (Vv. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis, Canarie. Después de haber comparado minuciosamente los ejempla- res que he recogido del 7’. Airtus con varias formas del 7. vi/- garis, procedentes de Aragén y del Mediodia de Francia, abri- go duda sobre si estas dos plantas son especificamente distin- tas. Los caracteres sefialados para distinguir la primera, tales como los relativos 4 la vellosidad, 4 la forma y dimensiones de las hojas florales, y 4 la mayor 6 menor aproximacioén de los verticilos, formando cabezuelas mas 6 menos alargadas 6 - casi globosas, son sumamente variables. El presentar el 7’. hir- dus sus flores sentadas 6 casi sentadas es el tnico caracter constante que he observado para poderlo distinguir del 7’. vul- garis , que las presenta siempre sobre pedtinculos que alcan- zan una longitud igual 4 la mitad 6 4 los dos tercios del caliz. Pero para resolver esta cuestidn, como las que a cada paso presenta este dificil género, es preciso un estudio mas dete- nido y con mayor suma de datos. "67.—T. diffusus Salzm. Benth. in DC,, 1. c., p. 198.—Wk. et'Lge., ]. c., p. 402. 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (261) Hab. in regione inferiore, in monte Pefén de Gibraltar (Salzm., Masson, Lemann).—¥#, (n. v.) Ar. geogr.—Hucusque in loco notato tantum detectus. Es probable que esta planta sea solo una forma de la ante- rior, de la cual, seguin Bentham, no difiere mas que por sus hojas florales estrechas. 768.—T. Zygis L. Sp. pl., p. 825.—Cav., Prel., p. 332.—Wk. et Lge., l. c., p. 402.—7’. tenutfolius Mill., Benth. in DC., Prodr., 1. c., p. 198. — 7. tenuif. «. gracilis Boiss., Voy. bot. 11, p. 488, t. 187, f. a.! Vulg. Zomillo salsero. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus are- nosis argillosisque dumosis huc illuc frequenter provenit.— h. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania centralis, orientalis et australis. 769.—T. granatens's Boiss. L. c., p. 491, t. 140! Benth. in DC., 1. c., p. 202.—Wk. et Lge., l. c., p. 406. Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis montane et subalpine, in montibus inter Grazalema et Benaocaz.—b. Ju- nio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis. 770.—T. algarbiensis Zange. Pug. ul, p. 5.—Z’. albicans Coss. ap. Bourg., Plan. exs. non Hoffm. et Link.—Z’. albicans var. macrocephalus Rouy Mat., Flor. port., p. 44. ’ Hab. in siccis regionis inferioris, prope Cadiz (Duf.)—». Ju- nio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.— Lusitania australis. 771.—T. cephalotus Z. L. c., p. 826.—Brot., Flor. lus. 1, p. 175 et Phyt. 11, p. 101, t. 118!—Hoffm. et Link., For. port. 1, p. 127, t. 13!—Wk. et Lge., l.c., p. 407.—Zragoriganum Dy bag capite, hispanicum Barr., Plant. ic. 788! Hab. in arenosis siccis regionis inferioris, in prov. Gaditana (Webb).—b. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitanid et Hispania australes. (265) Perez Lara.—FLORULA GADITANA, 71 772.—T. capitatus Hojm. et Link. L. ¢c., p. 123.—Z. creticus Brot., Flor. lus. 1, p. 174 et Phyt., p- 27, t. 12!—Satureia capitata L., Sp. pl., p. 795.— Coridothy- mus capitatus Rchb., Wk. et Lge., 1. c., p. 408.—Zhymum legi- timum Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 375 ic.!—Vulg. Zomillo. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus siccis, saxosis et aridis maritimis crescit, per omnem provinciam abundans.— h. Maio, Octobri. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea calidior. TRIB. MELISSEE Benth. Satureia J. 773.—S. cuneifolia Zen. 8. obovata Boiss., Voy. bot. 11, p. 495.— WS. obovata Lag., Gen. et sp., p. 18.— 8. cuneifolia Wk. et Lge., 1. c., p. 410 non Ten. A Hab. in rupestribus dumosis apricis regionis inferioris, pro- pe Zahara in loco dicto Zajo de Enmedio.—¥%. Jul., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—. cunezfolia in Europa austro-orientali et Asia media occidentali; var. obovada in Hispania australi. 774.—S. inodora Salem. Benth. in DC., Prodr. xu, p. 210.—Ball. Spic., p. 612. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris: prope Conz/ et circa Alcald in monte Hl Picacho dicto (Boiss.); in ditione Algeciras loco Cuartel de las Corzas (Laguna); prope San Ro- que (Ball.)—. (n. v.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 775.—S. hortensis L. Sp. pl., p. 795.—Wk. et Lge., ]. c., p. 410. Hab. in regione inferiore huc illuc culta et rara subsponta- nea.—@®. Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Europa mediterranea imprimis orientalis, Sibi- ria, Asia minor. 72 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (266) Micromeria Zenth. 776.—M. greca Benth. 8. latifolia Boiss., Voy. bot. 1, p. 496.—Wk. et Lge., l. c., p. 411. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis calcareisque et rupestribus apricis huc illuc satis frequens.—%. Apr., Junio. (Vv. V.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione fere omnis medi- terranea. Calamintha Wench. 777.—C. Nepeta Savi. Flor. pis. u, p. 63.—Hoffm. et Link, Flor. port.1, p. 141.— Wk. et Lge., 1. c., p. 412.— Melissa Nepeta L., Sp. pl., p. 828. —Thymus Nepeta Brot., Flor. lus. 1, p. 178. Hab. in collibus siccis,-in monte Gibraltar (Boiss.)—4. Ju- nio, Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 778.—C. menthefolia Host. Flor. austr. 1, p. 129.—Gren. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 664. —Wk. et Lge., 1. c., p. 413.—C. montana Hoffm. et Link, l. c., p. 177.—Vulg. ae oP pastora. Hab. in sylvis, vallibus, inter frutices locisque dumosis, ubi a maritimis ad regionem montanam huc illuc abundat.— 4. Jun., Octobri. (v. v.) 6. belica Ball. Spic., p. 613.—C. dbetica Boiss. et Held. in Boiss. Reut. Pug., p. 92.—Wk. et Lge., 1. c., p. 413.—C. menthe- Jolia g. paucifiora Lange, Pug., p. 176. Hab. in eisdem locis ubi preecedens, sed minus frequens. (¥. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa imprimis austro- occidentali; var. in Lusitania, Hispania, Mauritania Tingitana. (267) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. "3 779.—C. Acinos Clairv. 8. granatensis.—C. granatensis Boiss. et Reut., 1. c., p. 94.— Wk. et Lge., l.c., p. 416.—Melissa alpina Boiss., Voy. bot. ll, p. 497! Differt a forma typica hujus speciei radice bienni v. peren- nante, foliis calycibusque pilis brevibus copiosioribus vestitis, corollis paulo longioribus. Hab. in rupestribus regionis montane et subalpine: prope Grazalema (Boiss.) in Cerro de San Cristobal; circa Benaocaz in Sierra del Endrinal.—®. 4. Maio, Julio. (v. v.) Arg. geogr.—C. Acinos in Europa feré omni, regione Cauca- sico-Caspica et Africa boreali; var. granaéensis in Hispania australi. , En mi entender, esta planta, segun han sospechado los mis- mos autores que la han descrito como especie nueva, es solo una variedad de la (. Acznos que, por efecto de las condicio- nes en que habita, prolonga algo mas su vida, como la prolon- gan en circunstancias andlogas otras plantas anuales. En el Mediodia de Italia, en Cerdefia y en Sicilia, acontece esto tam- bién 4 la C. Acinos, y Moris lo hace notar en su ora sardoa, sefialando la duracién de esta planta con los signos respecti- vos de anual y bisanual. 780.—C. Clinopodium J/o77s. 8. pterocephala ined.—Differt a specie colore obscure virente; foliis serratis, subtus adpresse villosissimis; cymulis mul- tifloris in capitulum globosum dense plumosum aggrega- tis; calycibus 10-12 mm. longi profunde bilabiatis, pilis longioribus, hirtissimis; labiis subequilongis, superiore ultra medium in dentes mediam tubi partem superantes abrupte elongatos, setaceos, fisso, inferiore ad basin usque in dentes, tubum eequantes, setaceos, partito; dentibus omnibus longissime ciliatis; corolla minore, violacea, la- cinias calycinas vix superante. Hab. in locis silvaticis umbrosisque regionis inferioris: in montibus prope Jimena; in Dehesa de Atrera et Dehesa del Jun- coso oppidi Arcos; in ditione Jerez locis Sierra del Aljibe, De- hesa del Torongil, montes del Abanto et alibi.—. Maio, Ju- nio. (Vv. V.) 74 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (268) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Asia occidentali, Africa boreali. Esta planta se distingue 4 primera vista de la forma comun abundante en el N. de Espafia, por los célices, que con dien- tes cerdaceos mas prolongados y provistos de pelos muy lar- gos dan 4 la cabezuela, formada por su reunién, un aspecto notablemente plumoso. La C. villosa De Noé, sub Clinopodio in Bull. Soc. Bot. Fr. u, p. 580, parece ser muy afin de la planta mia; pero difiere, seguin la descripcién, por sus hojas mas grandes y por los calices apenas bilabiados y con dientes aun mas largos. Melissa Z.° 781.—M. officinalis Z. Sp. pl., p. 827.—Brot., Flor. lus. 1, p. 179.—Wk. et Lge., l.c., p. 417.—. cordifolia Pers., Syn. 11, p. 1382.—Vulg. Zo- rongil. Hab. ad aquas in silvis et vallibus umbrosis regionis infe- rioris: in montibus prope Jimena (Henseler); in Dehesa de Be- nahu et Dehesa del Torongil urbis Jerez. In hortis quoque fre- quenter colitur.—4. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Hyssopus J. 782.—H. officinalis Z. Sp. pl., p. 796.—Benth. in DC., Prodr. xm, p. 251.—Wk. et Lge., l. c., p. 418. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane: in Cerro de San Cristébal ad Grazalema (Clem.); in monte Sierra del Pinar supra Benamahoma (Herb. Hort. Matr.)—%. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et mediterranea, Asia occidenta- lis, Sibiria, Africa borealis. J ul (269) Perez Lara. -FLORULA GADITANA. TRIB. MONARDEE Benth. Rosmarinus /. 783.—R. officinalis Z. Sp. pl., p. 33.—Cav., Prel., p. 19.—Brot., Flor. lus. 1, p. 16. —Wk. et Lge., l.c., p. 419.—2&. Coronaria Dod. Pempt., p. 272 ic.!—Vulg. Romero. Hab. in arenosis, dumosis, collibus siccis et rupestribus, ubi a maritimis ad regionem montanam huc illuc frequens.— }. Flor. a Novembri ad Majum. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. Salvia JL. 784.—S. lavandulefolia Vahi. Webb, It. hisp., p. 19.—Wk. et Lge., l. c., p. 421.—S. his- panorum Lag., Gen. et sp., p. 1.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 748.— S. officinalis 6. hispanica Boiss., 1. c., p. 481.—S. offic. 8. his- panorum Benth. in DC., Prodr. x11, p. 264.—Vulg. Salvia real. Hab. in siccis dumosisque regionis montane , in montibus prope Benaocaz.—. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. 785.—S. viridis Z. Sp. pl., p. 34.—Desf., Flor. atl.1, p. 20, t. 1!—Wk. et Lge., 16.3 p: 422; Hab. in aridis arenosisque regionis inferioris, ad Puerto de Santa Maria (Bout.)—@. Martio, Maio. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania austro-orientalis, Italia, Sicilia, Dal- matia, Turcia, Grecia, Asia occidentalis, Africa borealis. 786.—S. tingitana 77¢/. Benth. in DC., Prodr. xm, p. 282.—Wk. et Lge., 1. c., p. 423. —S. fetida Lam., Illustr. 1, p. 69.—/S. coarctata Vahl.— Bien- nis caule erecto a medio ample paniculato-ramoso; foliis infe- rioribus petiolatis, ovatis v. subcordato-ovalibus, inciso-cre- natis, rugosis, subtus preecipue villoso-lanatis; verticillastris 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (270) distantibus, racemosis, supremis abortientibus; calycibus campanulatis, villosissimis, glanduloso-punctatis, labio supe- riore tridentato, dente intermedio brevissimo v. subnullo, la- teralibus et laciniis labii inferioris apice subulato-spinulosis; corollis albis calyce duplo longioribus. Planta variabilis quoad foliorum formam, magnitudinem et indumentum. Hab. in arenosis argillosisque dumosis regionis inferioris: in agro Gaditano (Picard, Webb, Cabrera, Elizalde); inter Arcos et Algar; in ditione Jerez locis Dehesa de Berlanga, Pa- sada del Rayo, Cejos del Inglés, Dehesa de Calvario et alibi.— @. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Africa borealis. 787.—S. Athiopis Z. Sp. pl., p. 89.—Cav., Preel., p. 290.—Rchb., Ic. 1. c., t. 47!— Wk. et Lge., 1. c., p. 423.—W¢thiopis laciniatis foliis Barr., Plant. ic. 188! Hab. in arenosis, in vicinitatibus Cadiz (Elizalde).— 4. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr. Hispania, Gallia et Germania australis, Italia media, Dalmatia, Grecia, regio Danubialis, Rossia australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 788.—S. argentea L. L.c., p. 38.—Wk. et Lge., l. c., p. 424—S. patula Desf,, Flor. atl. 1, p. 25.—S. #thiopis Brot., Flor. lus. 1, p. 18 non L. —S. candidissimy Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 151, t. 20! non Vahl. Hab. in incultis et ad agrorum margines regionis inferio- ris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem.); in loco dicto Buenavista circa Jerez (Bourg.); prope Sanliucar (Colm.)— @. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior. 789.—S. bicolor Des/. Flor. atl. 1, p. 22, t. 2!—Cav., Preel., p. 289.—Benth. in DC., Prodr. xu, p. 288.—Wk. et Lge., 1. c., p. 424.— Ball. Spic., p. 616. . Hab. in pinguibus herbidis, inter segetes et ad agrorum margines regionis inferioris: prope Cadiz (Fauché ex Boiss.); (21) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. iL ad Huertas del Librervo circa Vejfer; in pago Facinas oppidi Tarifa; prope Jimena in via qua itur ad Benazaina; in ditione Jerez ad radices septentrionales montis Szerra de Dos Herma- nas.—@. Maio, Junio. (v. v.) Arg. geogr.—Hispania Malacitana, Africa borealis Esta planta magnifica, que por la belleza de sus largos ra- cimos poblados de flores merece ser cultivada en los jardines, es bastante polimorfa, como lo ha manifestado el Sr. Ball en su Spicilegium Flore maroccane. Varia en cuanto a su vello- sidad, & la forma y dimensiones de las hojas y al tamafio de las flores. Es lo mas probable que la S. inamena Vahl sea solo una for- ma parvifiora de esta especie, supuesto que las ligeras dife- rencias que la separan de ella, anotadas por Bentham en DC., l.c., se refieren precisamente a los caracteres variables que quedan senalados, y ademas la figura del Horminum sylv. ma- jus hastato folio Barr., ic. 186, citada por los Sres. Willkomm y Lange en la sinonimia de la 8. zname@na Vahl, conviene per- fectamente en todos sus detalles con los ejemplares que he recogido. En la mayor parte de estos, los tallos son muy vellosos, con pelos glanduloso-hispidos; las hojas, bastante variables, alcan- zando algunas hasta 35 cm. de longitud, son profundamente acorazonadas y muy aguzadas, como se representan en la ci- tada lamina de Barrelier; y las flores, con el labio superior azul y el inferior blanco, son algo mas grandes que las figu- radas en la lamina de la Flora atlantica. 790.—S. bullata Vahl. Lange, Pug., p. 179.—Wk. et Lge., 1. c., p. 425.—S. betica Boiss., Voy. bot. 1, p. 483. Hab. in siccis preecipue arenosis et gypsaceis, inter frutices regionis inferioris: prope Medina (Schousb.) in loco dicto £7 Berroquejo; prope Cadiz (Fauché); in quercetis circa San Ro- que (Boiss.); inter Arcos et Hl Bosque; in ditione Jerez ubi ad Puerto de Guillén, in Dehesa de los Cuquillos, Dehesa de Marte- lilla et alibi abundat.— 4. Apr., Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania. _ Esta planta, de la cual he recogido numerosos ejemplares tanto en Arcos y Jerez como cerca de Medina y en los alcor- 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (272) nocales inmediatos 4 San Roque, en donde Schousboe y Bois- sier recogieron respectivamente los suyos, es bastante poli- morfa. Varia por sus tallos, ya simples y de 15 4 25 cm., ya algo ramosos en su mitad superior y elevados hasta 50 cm.; por sus hojas, de 6-18 cm. con el peciolo, oblongas, aovadas 6 aovado-lanceoladas, festonadas y 4 veces rasgadas (S. bullata s. lacera Per. Lar., Herb.), muy obtusas 6 agudillas, casi siem- pre acorazonadas en la base, mas 6 menos rugosas, en algu- nos casos lampifias y por lo comun con todos los nervios cu- biertos de pelos cortos y encrespados en las dos paginas 6 en la inferior solamente; por sus calices, de un color violaceo oscuro 6 rojizo, mas 6 menos vellosos, y con los dientes del labio inferior terminados en una arista 6 rejoncito muy corto, 6 bien bastante perceptible y espinosillo en otras ocasiones; y finalmente por sus corolas, de color rojizo mas 6 menos subi- do, con el tubo incluso 6 saliente del caliz, y alcanzando e} doble 6 aun mas del doble de la longitud de este. Creo muy probable que esta planta no difiera especifica- mente de la S. sclareoides Brot., de la cual no he podido obte- ner ejemplares, y solo he visto la lamina de la Phytographia Lusitania. 2 791.—S. verbenaca Z. 8. oblongifolia Benth. in DC., Prodr. xir, p. 294.—Lange, Pug., p- 179.—Wk. et Lge., l. c., p. 426.—S. oblongata Vahl, Enum. 1, p. 256.—S. verbenaca 8. serolina Boiss., Voy. bot. 1, p. 484. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in graminosis, herbidis, pascuis et collibus siccis huc illuc abundat.—4. Flor. a Decembri ad Junium. (Vv. v.) y. precoz Lange, 1. c.—Wk. et Lge., l. c.—S. clandestina L., Sp. pl., p. 36.—S. vertenacoides Brot., Flor. lus. 1, p. 17.— S. hyemalis Brot., Phyt., p. 3, t. 83!—S. verd. «. vernalis Boiss., 1. c.— Horminum sylv. inciso folio, cesio flore, ita- licum Barr., Plant. ic. 220! Hab. in eisdem locis, ubi adhuc frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Asia occidentali, Africa boreali. (273) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. "9 TRIB. NEPETE Benth. Nepeta J. 792.—N. tuberosa ZL. Sp. pl., p. 798.—Brot., Flor. lus. 1, p. 173.—Boiss., Voy. bot. Ir, p. 502.—Wk. et Lge., l. c., p. 429 syn. NV. violacea Brot. excl.—V. lanata Jaq., Obs. bot. m1, p. 21, t. 75. Planta satis polymorfa. Variat viridis et canescens, caule simplici aut superne ramoso, foliis nunc cordatis ovato-lan- ceolatis, nunc cordato-oblongis obtusis v. acutiusculis, verti- cillastris distinctis paucifloris vel in spicam longam densam confluentibus, atque bracteis plus minusve violaceis et an- gustioribus latioribusve. Specimina nonnulla lecta a me inter NV. tuberosam et N. reticulatam ambigua videntur. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis saxosis et colli- bus dumosis apricis frequenter occurrit: in monte Gibraltar! (Webb, Boiss., Kel., Winkler); prope San Roque (Boiss.); in collibus ad Alcala; inter Arcos et Algav; in ditione Jerez locis Dehesa de los Romerales, Dehesa de Gigonza, Sierra del Vaile et alibi.—4. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Sicilia. 793.—N. reticulata Des/. Flor. atl. 1, p. 11, t. 124!—Boiss., Voy. bot. m, p. 502.—Wk. et Lge.; I:c., p: 430: Hab. in herbidis cultisque regionis inferioris et montane: Gibraltar (Clem.); in prov. Gaditana (Duf.)—4. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa borealis. 794.—N. Apulei Ucria. In Guss., Prodr. Flor. Sic. 1, p. 80.—Boiss., Voy. bot. 11, p- 501.—Wk. et Lge., l.c., p. 430.— NV. rosea Salzm. in Benth., Lab., p. 471.—JV. acerosa Webb, It. hisp., p. 20. Hab. in dumosis regionis submontane, ubi in montibus inter Ubrique et Cortes specimen unicum legi.— 4. Apr., Jun. (v. Vv.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Africa boreali-occi- dentalis. 80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (274) Glechoma JZ. 795.—G. hederacea L. L. c., p. 807.—Brot., Flor. lus. 1, p. 162.—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 106.—Wk. et Lge., l. c., p. 434.— Nepeta Gle- choma Benth. in DC., Prodr. xu, p. 391. Hab. in umbrosis humidis regionis montane; prope Bendo- caz et in Cerro de San Cristébai supra Grazalema (Clem.)— 4. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa tota, Asia occidentalis, Sibiria, Japonia. TRIB. STACHYDEE Benth. Lamium JZ. 796.—L. amplexicaule Z. Sp. pl., p. 809.—Cav., Prel., p. 327.—Brot., Flor. lus. 1, p. 166.—Wk. et Lge., 1. c., p. 49. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in herbidis et cultis preecipue arenosis crescit, huc illue abundans.— @. Fe- bruario, Maio. (v. v.) Hab. in herbidis regionis montane, ubi inter Benamahoma et Grazalema specimen unicum die 31 Julii 1880 legi, cui de- sunt flores et folia inferiora. Proximum videtur LZ. amplexicau- lis, sed notabiliter differt foliis floralibus cordato-ovatis, in- ciso-crenatis lobatisve, breviter petiolatis nec sessilibus; ca- lycis subduplo majoris, 9 mm. longi, laciniis lanceolatis, apice subulatis, demum patentibus; acheniis majoribus tuberculis albis confluentibus ideoque subvermiculatis. Ar. geogr.—Z. amplexicaule in Europa fere omni, Asia oc- cidentali et centrali, Africa boreali, Canariis. 797.—L. flexuosum 7’en. Flor. nap. 1, p. 19, t. 52 et Syll., p. 287.—Guss., Flor. Sic. prodr. 11, p. 95,—Wk. et Lge., l. c., p. 437. ; (275) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 81 Hab. in umbrosis et silvaticis regionis inferioris et monta- ne: in Dehesa del Pedregoso prope Tarifa; in monte Sierra del Aljibe urbis Jerez.— 4. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. Stachys Z. 798.—S. germanica Z. 8. lusitanica.—S. lusitanica Brot., Phyt., p. 78, t. 109!—Rouy, Mat. Fl. port., p. 28.—S. cretica Boiss., Voy. bot. 1, p. 504 non Sibth. et Sm.—S. germanica Wk. et Lge., 1. c., p. 440 ex parte.— Hriostomum lusitanicum Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 105, t. 7! —Differt a forma typica hujus speciei indumento molliter lanato-tomentoso nec lanato-sericeo; foliis paucioribus dissitioribusque, floralibus sessilibus, late cordato-triangularibus verticillastro subbrevioribus; calycis dentibus longe acuminato-subulatis, pungenti- spinosis, tubo paulo brevioribus; corollis sepe omnino albis aut purpureo-maculatis. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi im herbidis incultis et collibus dumosis huc illuc satis frequens.—4. Apr., Junio. (Vv. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et meridionali, Asia oc- cidentali, Africa boreali. 799.—S. circinnata Z’Her. Stirp. 1, p.51, t. 26.—Cav., Prel., p. 73.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 504.—Wk. et Lge., l. c., p. 442.—8. velutina Willd., Enum. suppl., p. 41. Variat villi plus minusve copia; foliis rotundatis, ovatis seu ovato-lanceolatis ; verticillastris nunc omnibus distinctis v. remotis, nunc superioribus approximatis; corollis 12-16 mm. long., purpureis, albo-maculatis aut omnino albis. Hab. in glareosis rupiumque fissuris regionis inferioris et montane: in monte Pefdn de Gibraltar! (Durand, Boiss., Le- mann, Willk., Kel., Winkl.); in Sierra del Caos supra Benao- caz; in loco dicto Vizia del Moro prope Grazalema; in montibus ad Villaluenga.—%. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa borealis. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 6 B2 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (276) 800.—S. arvensis Z. Sp. pl., p. 814.—Brot., Flor. lus. 1, p. 165.—Rchb., Ic. xvm, t. 1212, f. 1I—Wk. et Lge., 1. c., p. 442. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, agris arvisque precipue arenosis satis frequens. Ad Puerto de Santa Maria legit cl. Gutiérrez!—@. Febr., Apr. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Africa borealis, Canarie, Madera, Azoricze. In America boreali et tropica forsan advena, hodie spontanea. 801.—S. hirta Z. L. c., p. 813.—Desf., Flor. atl. 1, p. 20.— Brot. , Flor. lus. 1, p. 165.—Rechb., Ic., 1. c., t. 1213, f. 1! —Wk. et Lge., l.c., p. 443. —Tetrahitum hirtum Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 104.— Ocimastrum valentinum Clus., Rar. pl. hist. n, p. 42 ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, cultis, ad viarum agrorumque margines per omnem provinciam satis frequens. Ad Puerto de Santa Maria quoque legit cl. Gutiérrez!—@. Mar- tio, Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.— Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Madera, Canariz. 802. —S. maritima Z. Mant., p. 82.—Cav., Prel., p. 74.—Rchb., Ic., l. c., t. 1213, f. 31—Wk. et Lge., 1. c., p. 4438. Hab. in sabulosis maritimis, in prov. Gaditana (Cabrera).— 4. Apr., Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea Europe feré totius. 803.—S. recta L. Mant., p. 82.—Rchb., Ic., 1. c., t. 13, f. 1. —Wk. et Lge., l.c., p. 444.—8. Sideritis Vill., Flor. dauph. 11, p. 375. Hab. in siccis dumosis regionis inferioris, prope Sanliucar ¢(Colm.)— 4. Maio, Augusto. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Caucasus. 804.—S. arenaria Vahl. Symb. 1, p. 64.—Desf., Flor. atl. 1, p. 21, t. 126!—S. pres- trata Lag., Cat. hort. Matr. Hab. in arenosis maritimis, prope Sanducar (Clem.)— 2° Apr., Sans (nev) {2i7) Perez Lara.—FfLORULA GADITANA. 83 Ar. geogr.—Hispania Malacitana, Sicilia, Italia meridiona- jis, Africa borealis. Betonica Z. 805.—B. officinalis Z. 4. algeriensis Ball., Spic., p. 624.— B. officinalis Desf., Flor. atl. 1, p. 19 et Clem., Ens. non L.— B. algeriensis De. Noé in Bull. Soc. Fr. 1, p. 582.—B. Clementei Per. Lar., Plant. nov., p. 2. Hab. in collibus arenosis, dumetis locisque lapidosis frutice coopertis regionis inferioris: prope San Rogue (Ball); in monte Sierra del Saladillo circa Algeciras; inter Castellar et Los Ba- rrios.—2,. Maio, Junio (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa omni et Asia occidentali; var. 3s. in Africa boreali. El examen de un numero mayor de ejemplares que he re- cogido ultimamente cerca de Castellar y en las inmediaciones de San Roque, donde el Sr. Ball hallé los suyos, me ha demos- trado que la B. Clementez es solo una forma, ligeramente dis- tinta por su vellosidad, de la B. algeriensis publicada ya por el Sr. Vizconde de Noé con bastante anterioridad, y que esta ultima planta, como lo ha manifestado el Sr. Ball, no puede distinguirse especificamente de la B. oficinalis. Ballota Z. 3806.—B. nigra ZL. Var. /etida Koch, Syn. fl. germ., p. 494.—Boiss., Voy. bot. 1, p- 510.—Wk. et Lge., l. c., p. 446.—B. f@tida Lam., Flor. fr. nu, p. 381. Hab. in ruderatis regionis montane, juxta urbem Grazale- ma.—%. Jun., Aug. (v. v-) A Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia occidentali, Africa boreali. 307.—B. hirsuta Benth. ; DC., Prodr. xu, p. 518.—Boiss., Voy: bot. u, p. 509.—Wk. et 84 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (278) Lge., l. c., p- 446.—Ball, Spic., p. 628.—B. africana Colm., Apunt., p. 121 non Benth.—Marrubium hispanicum Desf., Flor. atl. 11, p. 23 et auct. hisp. antiq. non L.— WM. cinereum Brot., Phyt., p. 81, t. 110! Hab. in dumetis et locis arenosis lapidosisque frutice coo- pertis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Gutié- rrez!); prope Alcala (Cabrera!); circa Vejer (Laguna); in De- hesa de Gigonza, ad Ermita del Mimbral et alibi urbis Jerez.— 4. }. Maio, Junio. (v. v. et 8.) 3. hispida Benth. in DC., 1. ¢. Hab. in montosis in loco dicto Zajo de Hnmedio prope Zaha- 7a.—(V. V-) Ar. geogr. —Lusitania!, Hispania centralis et australis, Africa boreali-occidentalis. Phlomis ZL. 808.—Ph. Herba-venti Z. Sp. pl., p. 819.—Cav., Prel., p. 6.—Brot., Flor. lus.1, p. 167- —Boiss., Voy. bot. 1, p. BT1.- Wk. et. Lee:, lL. C., 0p; Sent Vulg. Aguavientos. Hab. in regione inferiore et montana, ubiad agrorum mar- gines et inter segetes huc illuc frequenter occurrit.— 4. Apr., Junio. (v. v.) 8. tomentosa Boiss., l. c.—Wk. et Lge., 1. ¢.— Ph. pungens Wild., Benth. in DC., Prodr. xm, p. 542. Hab. in agris incultis et inter segetes: in agro Gaditano (Boiss.); in loco Cortijo de Charco-Dulce prope Medina et alibi- —(v. Vv.) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi omni, Asia occidentali, Africa boreali. 809. —Ph. purpurea ZL. L. c., p. 818.—Cav., Prel., p- "6.—Brot., Flor. lus. 1, p. 166. __Hoffm. et Link, l. c., p. 112.—Wk. et Lge., luc. , p:448.—— Stachys fruticosa, repens, purpureo flore Barr., Plant. ic. 400!— Vulg. Matlagallos. Hab. in regione inferiore et submontaua, ubi in collibus 4279) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 85 dumosis et ad sepes crescit, huc illuc abundans.—%. Martio, Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.— Lusitania australis, Hispania centralis et aus- tralis. 810.—Ph. fruticosa Z. L. c., p. 818.—Cav., Prel., p. 76.—Wk. et Leg., 1. c., p: 448. —Verbascum silv. Matthioli Cluss., Rar. pl. hist. 1, p. 28 ic.! Hab. in collibus saxosis, in monte Gibraltar (Kelaart).— %. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa mediterranea orientalis, Asia minor. $11.—Ph. crinita Cav.! Ic. 111, p. 25, t. 247! et Prel., p. 76.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 510.—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 448.—Ball, Spic., p. 629.— Ph. biloba Desf., Flor. atl. u, p. 25, t. 127! Hab. in saxosis regionis montane et subalpine, in monte Cerro de San Cristobal supra Grazalema.—%. Jun., Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. Mis ejemplares son completamente iguales 4 los que de Ca- vanilles se conservan en el herbario del Jardin Botdnico de Madrid. $12.—Ph. Lychnites Z. L. c., p. 819.—Brot., Flor. lus. 1, p. 166.—Wk. et Lge., l. c., p. 449.—Clus., l. c. u, p. 27 ic.!—Stachys prelongo angustogue Folio flor. luteo etc. Barr., Plant. ic. 1321! Hab. in collibus siccis et rupestribus calcareis regionis in- ferioris et montane: prope A /cald (Cabrera in herb. Chape!); circa Grazalema (Laguna).—%. Maio, Junio. (v. s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et mediterranea, Gallia mediterranea. _ Marrubium Z. 813.—M. vulgare JZ. L. c., p. 816.—Brot., Flor. lus. 1, p. 168.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 449. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in ruderatis, colli- 86: ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (280+) bus dumosis et ad vias huc illuc abundat.—4. Aprili, Julio. (V.-Var et 8.) ; Ar. geogr.—Europa fereé omnis, Asia occidentalis, Africa. borealis et tropica, America. Sideritis JZ. 814.—S. grandiflora Salzm. Benth. in DC., Prodr. x11, p. 441.—Wk. et Lge., 1. c., p. 4521 Hab. in collibus regionis inferioris, prope Paterna oppidum. dy. JUTTAS Se1..1 (eV) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 815.—S. betica Lange. Pug., p. 184.—Wk. et Lge., l. c., p. 452. Hab. in campis aridis, prope Medina (Schousb. ex Lange). —%. Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. gaditana, nisi forte var. 8. angustifolie, sed a nemine recentiorum inventa. 816.—S. hirsuta Z. Sp. pl., p. 803.—Cav., Ic. m1, p. 1, t. 302! et Prel., p. 324.— Wk. et Lge., 1. c., p. 454. Hab. in pascuis, collibus aridis et rupestribus regionis in- ferioris et montane: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!); in vicinitatibus Cddiz (Boiss.); circa Puerto Real; in Sierra de San Cristdbal urbis Jerez; ad Molino de la Escalera prope Ar- cos; in Sierra dela Silla ad Benaocaz et alibi.—t. Apr., Junio. (v. v. et 8:) Ar. geogr.— Europa’australi- occidentalis, Regnum Maroc- canum. 817.—S. scordioides Z. 6. Cavanillesti Wk. et Lge., l. c., p. 455.—S. scordioides Cav., Ic. tv, p. 2, t. 303! et Preel., p. 323 non L.—S. Cavanillesi¢ Lag., Gen. et sp. p. 18. Hab. in collibus aridis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!); in monte Gibraltar (Link).—». Apr., Julio, (v. 8.) _ (281) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 81 Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Gallia aus- tralis. 818.—S. arborescens Salzm. Benth., Lab., p. 579.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 505, t. 146!— Wik et) Lge.; Ic., p. 457. Hab. in rupestribus dumosis, in monte Gibraltar (Brouss., Salzm., Lemann).—%. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes. 819.—S. angustifolia Zam. Dict. 11, p. 168.—Wk. et Lge., 1. c., p. 457.— 8. linearifolia Brot., Flor. lus..1, p. 161 et Phyt., p. 95, t. 115!—Boiss., 1.-c¢., p- 506 non Lag. Hab. in collibus siccis et rupestribus calcareis regionis in- ferioris: prope Cadiz (Boiss.); circa Vejer (Laguna); ad Puerto de Santa Maria (Winkler); inter Medina et San Fernando.— h. Apr., Junio. [v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis et austro-orien- talis. 820:—S. incana ZL. Var. ? Hab. in rupestribus calcareis regionis montane, ubi eam die 31 Julii 1886 in monte Sierra del Endrinal prope Benaocaz defioratam fructiferamque legi.—%. He hallado esta planta después de pasada su florescencia, y cuando solo en dos ejemplares se conservaban algunos ra- mos fructiferos; pero por lo que he podido observar, parece que difiere de todas las formas de la §. ¢mcana por su borra niveo-lanosa mas densa; por sus hojas algo mas anchas, ob- tusas, ligeramente dentadas en la parte superior, siendo las inferiores trasovadas y largamente atenuadas en la base; por sus hojas florales casi tan largas. como los calices, aovadas, agudas, y enteras 6 casi enteras las inferiores, y las superio- res anchamente aovado-acorazonadas y provistas de 2-3 dien- tes grandes y espinosos en cada lado; y finalmente, por sus verticilastros, todos aproximados, 6 el inferior solamente un poco distante, formando una espiga densa y corta. De la S. stachydioides Willk., que segtin la descripcién se 88 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (282) asemeja mucho, parece que se distingue por las hojas florales algo mAs cortas, agudas y espinosas, y por sus calices rectos, con dientes espinosillos y un poco mas largos. 821.—S. romana JZ. Sp. pl., p. 802.—Cav., Ic. m1, p. 69, t. 187! et Preel., p. 323.— Brot., Flor. lus. 1, p. 162.—Burgsdorfia romana Hotfm. et Link, Flor. port., p. 97. Hab. in arenosis, sterilibus, collibus siccis regionis inferio- ris et montane: prope Puerto Real in-Pinar de Villanueva; in montibus prope Ubrique; in loco Mesas de Bolanos circa Jerez et alibi.— @. Apr., Maio. (Vv. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio feré omnis medite- rranea. Cleonia JZ. 822.—C. lusitanica Z. Sp. pl., p. 887.—Cav., Prel., p. 334.—Brot., Flor. lus. 1, p- 181.—Boiss., Voy. bot. u, p. 499.—Wk. et Lge., 1. c., p. 463. — Brunella odorata lusitanica, flore violaceo Barr., Plant. ic. 561! mala. Hab. in incultis arenosis argillosisque, pascuis, collibus siccis regionis inferioris: prope Sau Rogue (Boiss.); circa A/- cald; in collibus inter Arcos et Algar; in ditione Jerez locis Mesas de Bolatos, Dehesa de Calvario et precipue in pratis ad Torre de Melgarejo ubi abundat.— ©. Apr., Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occiden- talis. Brunella Z. 823.—B. vulgaris L. Sp. pl., p. 887.—Wk. et Lge., l. c., p. 464.—Prwnella vulga- vis et P. intermedia Brot., Flor. lus. 1, p. 180.— Brunella Dod., Pempt., p. 136 ic.!—B. major, folio non dissecto Quer., Flor. esp. 111, p. 295, t. 60!—Vulg. Hierda de las heridas. Hab. in umbrosis, silvaticis, dumosis humidis regionis in- ferioris et montane: circa Alcala; in faucibus montium prope Jimena; inter Algar et Ubrique; ad Vina del Moro prope Benao- (283) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 89 caz; in ditione Jerez locis Sierra del Aljibe, Dehesa de Gigonza et precipue in dehesas Jarda, Quejigal y A banto ubi abundat. —4. Apr., Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Orbis feré totus. He recogido muchos ejemplares en los que se demuestra claramente la inconstancia de los caracteres que se han sena- lado para distinguir la P. intermedia Brot. de la B. vulgaris, y por lo tanto, el acierto con que ha procedido Bentham unien- do sinonimicamente estas dos plantas. Prasium JZ. 824.—P. majus Z. Sp. pl., p. 838.—Benth. in DC., Prodr. xu, p. 556.—Wk. et Lge., l. c., p. 465.—Zeucrium fruticans albo et amplo flore ita- licum Barr., Plant. ic. 895! Hab. in collibus dumosis et rupestribus regionis inferioris: in monte Pefén de Gibraltar! (Boiss., Willk., Winkl.); prope Algeciras (Nilsson).— 4. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio fere omnis mediterranea calidior, Lusi- tania, Madera. TRIB. AVUGEE Benth. Ajuga JL. 825.—A. Iva Schreb. Benth. in DC., 1. c., p. 600.—Wk. et Lge., l. c., p. 467.— A. pseudoiva DC., Flor. fr. suppl., p. 395.—A. Jva et A. pseudo- ava Boiss., Voy. bot. u, p. 519.—Zeucrium [va L., Sp. pl., p. 787. —Cav., Ic. 11, p. 18, t. 120! et Prel., p. 80.—Brot., Flor lus. 1, p. 163.—Anthyllis altera Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 186 ic.!— Vulg. Hierba crin. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus aridis locisque in- cultis arenosis et rupestribus huc illuc satis frequens.— 4. Mart., Jul. (v. v. et s.) Ar. geogr.— Regio omnis mediterranea, Lusitania, Madera, Canarie. Ademas de las formas de flores purptreas y de flores ama- 90 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (284) rillas he recogido varios ejemplares en los que las corolas son blanquecinas, y otros en los que estas son amarillas con man- chas purpureas. Teucrium 7. 826.—T. Pseudochamepitys Z. Sp. pl., p. 787.—Cav., Prel., p. 80.—Gr. Godr., Flor. Franc. u, p. 708.—Wk. et Lge., l. c., p. 468.—7’. Vissolianum L.., 1. ¢., p. 786.—Brot., Flor. lus. 1, p. 162.— Pseudochamepitys Clus., l.c. u, p. 185 ic.!—Vulg. Hierba de la Cruz. Hab. in collibus siccis, rupestribus sterilibusque regionis inferioris: prope Cadiz (Picard); ad Chiclana (Lange); in ditio- ne Jerez locis Dehesa de los Garciagos (Laguna), Puerto de Gui- llén et Mesas de Bolafos; inter Arcos et Algar et alibi.— 4. b. Mart., Maio. (v. v.) Are. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et mediterranea, Gallia mediterranea, Algeria. En el Prodr. Flor. hisp. Wk. et Lge., 1. c., se dice entre los caracteres sefialados 4 la seccién Zeucris: « Nucule reticulato- globose, glabre»; pero tanto en los numerosos ejemplares que he examinado del 7. Pseudochamepitys, recogidos en la pro- vincia de Cadiz y en el Mediodia de Francia, como en todos los que he visto de las demas especies de esta seccién que ha- bitan en Espafa, las nuculas 6 nuececillas se hallan siempre cubiertas de una breve vellosidad, mAs 6 menos densa, y de condiciones algo variables segtin las especies. 827.—T. campanulatum Z. Sp. pl., p. 786.—Cav., Preel., p. 83.—Guss., Flor. Sic. pr. 1, p. 73.—Wk. et Lge., l.c., p. 469. Hab. in humidis regionis inferioris, prope Algeciras (Née!). —2. Maio, Julio. (v. s.) Ar. geogr.—Baleares, Sicilia, Italia australis. 828.—T. aristatum Per. Zar. In Flor. gadit. exsice.—T. herbaceum, pluricaule, caulibus adscendentibus 20-30 centim., trichotome ramosissimis, gla- briusculis v. sub lente pilis brevissimis reflexis vestitis, mul- tifloris, demum (foliis cito delapsis) subaphyllis; foliis infe- (285) Perez Lara.— FLORULA GADITANA. Oo} rioribus....., supremis floralibus sessilibus, minute puberulis v. subscabridis, profunde tripartitis, laciniis linearibus, inte- gerrimis, margine revolutis; pedunculis unifloris calyce paulo brevioribus; calycibus 6 mm., extus scabriusculis, campanu- latis, 5-partitis; laciniis lanceolatis, trinerviis, equalibus in aristam albidam eis parum breviorem productis; corolla 4,5 milim., extus villosa, cerulescente, lacinias calycinas vix superante; filamentis hirtulis, subinclusis; nuculis pellucido- pruinosis, apice subvillosis. Hab. in incultis humidis regionis inferioris, in loco Dehesa de la Florida urbis Jerez.— 4. Apr., Junio. (v. v.) ; No me ha sido posible ver las hojas inferiores de esta planta; pero los principales caracteres que he examinado la distin- guen de todas Jas especies afines que me son conocidas. Por sus cAlices largamente aristados con el tubo provisto de 10 nervios muy prominentes, y sus coroles pequefisimas inclusas en ellos, aparte de otros caracteres, difiere del 7’. campanula- dum y asimismo del 7’. orientale, 7. multicaule, 7. parviflo- rum y demas especies orientales con las que tiene semejanza. 829.—T. fruticans Z. L. c., p. 787.—Cav., Preel., p. 82.—Brot., Flor. lus. 1, p. 163. —Boiss., Voy. bot. 1, p. 512.—Wk. et Lge., 1. c., p. 469.— T. latifolium L., 1. ¢., p. 788.—TZ. frut. beticum Clus., 1. ¢. 1, p. 348, ic.!—Vulg. Olivilla. Hab. in regione inferiore, ubi in dumetis et ad sepes huc illuc abundat.—%. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Regio mediterranea occidentalis. 830.—T. Scorodonia Z. L. c., p. 789.—Cav., Preel., p. 81.—Brot., Flor. lus. 1, p. 163. —Rcehb.., Ic. xvut, t. 36, f. 2!—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 469.—Sal- via agrestis s. Sphacelus Dod., Pempt., p. 289 ic.! Hab. in humidis silvaticis regionis montane, prope Ubrique. —4. Maio, Julio. (v. v.) Var. Pseudoscorodonia.—T. Pseudoscorodonia Desf., Flor, atl. 11, p. 5, t. 119! —Ball, Spic.,.p. 631. Hab. in dumosis humidiusculis locisque silvaticis regionis inferioris et montane: in Dehesa.de Ojén prope Los Barrios; 92 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (286) inter Jimena et Castellar; in monte Sierra del Aljibe, Dehesa de Benaht et alibi urbis Jerez.—(v. Vv.) S. var. beticum.— TZ’. beticum Boiss., Reut., Pug., p. 98.—Wk. et Lge., l.c., p. 470.—Z’. Pseudoscor. var. beticum Ball, 1. ¢. Hab. in eisdem locis: prope Alcald (Fauché); Gibraltar (Salzm., Durand, Kel.); juxta San Rogue (Boiss., Reut., Ball); prope Algeciras (Boiss., Reut.) in Sierra del Saladillo; in di- tione Jerez locis Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jarda et alibi. —(v. Vv.) - Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Africa boreali, Ma- dera; var. in Italia australi, Sicilia, Africa boreali occidentali. He comparado los ejemplares que he recogido cerca de Ubri- que con otros del 7’. Scorodonia, procedentes de las inmedia- ciones de Panticosa, y son absolutamente iguales. Algunos de los que he recogido en la Dehesa de Benahu y otros en la Sierra del Aljibe han sido clasificados por el Sr. Willkomm como correspondientes al 7’. Pseudoscorodonia, diferenciandose solamente por presentar la pagina inferior de las hojas con una vellosidad menos densa. Por ultimo, los que recogi en la Sierra del Saladillo, cerca de Algeciras, donde Boissier halld parte de los que le sirvieron para establecer el 7’. beticum, se ajustan perfectamente 4 la descripcion dada por él en el Pu- gillus 1. c. Pero he recogido, ademas de estos, otro numero no pequenio de ejemplares, los cuales, verdaderamente ambiguos entre esas formas extremas, prueban que la mayor 6 menor elevacién y consistencia del tallo, la forma y dimensiones de las hojas y de las bracteas, la vellosidad mas 6 menos abun- dante y nada 6 bastante glandulosa en la parte superior de los ramos y en los calices, el tamano de estos, variable de 5-8 mm., y la corola casi inclusa en el caliz 0 con el tubo mas 6 menos saliente , son caracteres sumamente variables que se combinan de muy diversos modos, y que carecen, por tanto, de valor, como ya lo ha sospechado el Sr. Ball, para fundar en ellos esas distinciones especificas. 831.—T. resupinatum Des/. Flor. atl. u, p. 4, t. 117! —Wk. et Lge., 1. ¢., Pp. 470. Hab. in argillosis arenosisque herbidis humidiusculis re- gionis inferioris: San Rogue (Pourr., Schousb.); prope Chicla- (287) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. Os na et ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); circa Algeciras et prope Zarifa (Nilsson); ad radices septentrionales montis S%e- va de Dos Hermanas urbis Jerez et alibi.—@. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania, Africa boreali-occidentalis. En mis ejemplares los tallos se elevan hasta 60 centimetros. 832.—T. spinosum JZ. Sp. pl., p. 793.—Brot., Flor. lus. 1, p. 164.—Wk. et Lge., l.c., p. 471!—Z’. mucronatum L., 1. c.—Scordium spinosum Cav., Ic. 1, p. 19, t. 31!—Vulg. Gatuna, Gatuna morisca. Hab. in arenosis calcareisque incultis et inter segetes re— gionis inferioris: circa Sanlucar (Clem.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); inter A7vcos et Bornos; prope Jerez ad Rancho de Zarpa et in Olivar de Parpalana ubi abundat.— @, Junio, Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Canarie, Lusitania, Hispania media et austra- lis, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Asia mediterranea. 833.—T. Scordium Z. 8. scordioides Parl., Flor. ital. v1, p. 293.—Z. scordioides Schreb. Pl. unilab., p. 37.—Wk. et Lge., l. c., p. 472.— 7. Scov- dium Cav., Prel., p. 81.—Brot., Flor. lus. 1, p. 164.—7’. la- nuginosum Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 84, t. 3! Hab. in humidis, ad paludes, fossas et fontes regionis infe— rioris et montane: ad Sanlicar (Clem.); prope Alcala; in De- hesa de Gigonza urbis Jerez et alibi.i—4. Maio, Augusto. (Vv. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa boreali et media, Sibiria, Cau- caso; var. in Europa australi, Asia occidentali, Africa boreali. 834.—T. lucidum JZ. Sp. pl., p. 790.—Rchb., Ic. xvi, t. 38, f. 5|—Wk. et Lge., Gee 4 cb. Hab. in fissuris rupium montis Gibraltar (Kelaart).—. Ju- nio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania mediterranea, Gallia autro-orientalis, Italia borealis, Africa borealis. 835.—T. Marum Z. L. ¢., p. 788.—Cav., Prel., p. 81.—Rchb., Ic. 1. ¢., t. 35, f. 3. —Wk. et Lge., 1. c., p. 473. 91 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (288) Hab. in collibus siccis et rupestribus maritimis (Cabrera): prope Grazalema (Herb. hor. Matr.)—%. Jun., Jul. (v. s.) Ar. geogr.—Europa mediterranea occidentalis. 836.—T. Polium Z. L. c., p. 792.—Cav., Preel., p. 79.— 7’. Pol. var. vulgare Ben- tham in DC., Prodr. x1, p. 592.—Wk. et Lge., 1. c., p. 478. Hab. in rupestribus et collibus siccis regionis inferioris et montane: in monte Gibraltar (Kelaart); prope Udrique; inter Algodonales et Puertoserrano; ad Ermita de la Garganta circa Zahara et alibi.—+t. Maio, Julio. (v. v.) 6. angustifolium Benth., 1. c.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 517.— T. capitatum L., 1. c.—Cav., Ic. 11, p. 17, t. 119! et Prel., p. 78.—Wk. et Lge., l. c., p. 479. Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior: prope A7cos; in loco dicto Pewa-Arpada urbis Alcala; ad Torre Estrella prope Medina ; in ditione Jerez locis Puerto de Guillén, Sierra del Valle, Dehesa de Gigonza et alibi.—(v.-v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 837.—T. aureum Schreb. Cav. , Ic. 11; p..16),'t. 117! ef: Preel.4 p: '19:—Gr:'Godr., Flor: Franc. 11, p. 713.—Wk. et Lge., l.c., p.477.—7Z. Polium a. fla- vescens Benth. in DC., 1. c.— Polium montanum ITI Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 361, ic!—Vulg. Wregoncillo. Hab. in rupestribus calcareis a regione inferiore ad subal- pinam adscendens: in monte G7draltar ; in Cerro de San Cris- tébal supra Grazalema; in montibus inter Benaocaz et Villa- luenga; in Sierra de Algodonales et alibi.—%4. Maio, Augusto. (Vv. V.) 6. gnaphalodes Cut., Flor. Madr., p. 554.—Z. gnuaphalodes Vahl, Sym. 1, p. 41.—Wk. et Lge., l. c., p. 480.— 7. Lanigerum Lag., Gen. et sp., p. 17.—Z. aureum var. latifolium s-var. canescens Rouy, Mat. Flor. port., p. 11.— Poliuwm monta- num V purpureo flore Clus., 1. c., p. 362 ic.! Hab. in eisdem lccis cum precedente: prope )2llaluenga; in Sierra del Endrinal supra Benaccaz; in Sierra del Pinar in- ter Benamahoma et Grazalema.—(v. Vv.) (289) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 95 Ar. geogr.—Spec. in montibus Italie, Galliw austro-orien- talis et Hispanie mediterranee; var. in Hispania media et australi, Regno Maroccano. ORDO TUBIFLORARUM., Fam. Asperifolize nd. TRIB. BORRAGE DC. Echium JZ. 838.—E. pomponium Bozss. Diag. pl. or., n. 11, p. 93 et Pug., p. 79.—Wk. et Lge., l. c., p. 483.—Z. glomeratium Boiss., Voy. bot. 11, p. 424, t. 124! Planta polymorpha. Variat caule 80-190 centim. long ; foliis inferioribus acutis v. obtusis, nunc sessilibus, nunc in petio- lum plus minusve longum attenuatis, caulinis floralibusque basi vix v. satis dilatatis, subcordatis; corollis 10-15 mm. long., filamentis tuboque intus hirsutis aut glabris. Hab. in argillosis incultis et dumetis regionis inferioris: prope Cddiz (Fauché); Gibraltar (Willk., Kel.); in loco dicto El Espanal prope Jimena; inter Alcala et Medina; in ditione Jerez ad Garganta del Caballo et in Dehesa de Gigonza ubi abundat.— ©. Apr., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. Es muy probable que esta planta sea solo una variedad del EF. glomeratum Poir. 839.—E. albicans Zag. et Rodr. Anal. cienc. nat. v, p. 269.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 425, t. 125!—Wk. et Lge., 1. c., p. 485.— #. alb. a. Lagasce et 8. Boissiert Webb, Ot. hisp., p. 18, t. 12! Variat promiscue foliis latioribus angustioribusque et co- rollis fauce plus minusve ampliatis. Hab. in rupestribus calcareis arenosisque regionis monta- ne: ad Grazalema (Boiss.) in Cerro de San Cristébal; in Sierra 96 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (290) del Endrinal prope Benaocaz; in loco dicto La Manga de Villa- luenga et alibi.—4. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis. 840.—E. pustulatum S7d¢h. et Sm. Flor. grec. 1, p. 125.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 421.—Wk. et Lge., l. c., p. 484.—#. vulgare Brot., Flor. lus. 1, p. 289.— EZ. tuberculatum Hoftm. et Link, Flor. port. 1, p. 183.—2Z. vul- gare var. «. et 7. Bertol., Flor. ital. 1, p. 348 et 349. Hab. in incultis, in monte Pejdén de Gibraltar (Willk., Kel., Winkl.); circa Puerto de Santa Maria (Bourg.)—®. Apr., Ju- nio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Africa boreali-occidentalis. 841.—E. gaditanum Boiss. Voy. bot. 11, p. 422!—Wk. et Lge., 1. c., p. 486.—Z. ttalicum Cabr. in Herb. Chape non L. Planta quoad staturam, indumentum, foliorum figuram, corollarum magnitudinem, glabritatem v. villi copiam fila- mentorum valde variabilis. Forsan hec cum #. pustulato si- mul, ut cl. Ball suspicatur, non nisi Z. vulgaris forme austra- les sunt. Hab. in arenosis maritimis: prope Cadiz (Picard, Monnard.) ad Castillo de Puntales; circa Puerto de Santa Maria (Bourg.) in loco #/ Coto; inter San Fernando et Cadiz ad Torre-gorda: prope Sanliucar locis Las Piletas, Castillo del Espiritu Santo et alibi.—@®. Maio, Augusto. (v. v ) Ar. geogr.—Hispania australis et borealis, Algeria. 842.—E. italicum Z. Sp. pl., p. 200.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 423.—Wk. et Lge., l. c., p. 486.—2Z. pyrenaicum Desf., Flor. atl. 1, p. 164.—2. py- ramidatum DC., Prodr. x, p. 23.— Hchii altera species Dod., Pempt., p. 620, ic.! Hab. in aridis regionis inferioris: prope Grazalema (Prolon- go!); circa Sanlucar (Colm.); inter Jimena et San Roque ubi in loco dicto Bocaleones legi specimen unicum valde incomple- tum,.et ideo minus certum.—®. Apr., Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. (291) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 97 843.—E. maritimum Wii/d. Sp. pl. 1, p. 788.—Rchb., Ic. xvi, t. 98, f. 2!—Coss., Pl. crit., p. 123.—Wk. et Lge., 1. c., p. 487.—#. plantagineum g. mari- “imum Kunze, Chlor.—Z ycopsis spathule folio hispanica Barr., Plant. ic. 1012! Hab. in arenosis maritimis, prope San Rogue (Willk.)— ©, ®@, 4. Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. 844.—E. plantagineum Z. Mant., p. 202:—Cav., Prel., p. 95.—Boiss., Voy. bot. un, p. 423.—Rchb., Ic. 1. c., t. 99, f. 1-2I—Wk. et Lyeijal. eis s487. —F. violaceum DC., Prodr. x, p. 22, var. «. ex parte.—Lycopsis lato Plantaginis folio, italica Barr. 1. c. ic. 1026! Hab. in regione inferiore ubi in arvis arenosis argillosisque et ad vias crescit per omnem provinciam abundans.—©. ©. Febr., Jun. (v. v.) p. megalanthos.—E. megalanthos Lapeyr., Hist. Pyr., p. 29. Hab. in collibus aridis et in arenosis incultis, ubi huc illuc satis frequens.— (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera. Esta planta presenta aspectos sumamente diversos, seguin los sitios en que se cria. En los terrenos fértiles 6 cultivados, los tallos son robustos y se elevan & 50 y aun 470 cm.; las hojas inferiores, que con el peciolo alcanzan frecuentemente hasta 26 cm. de longitud , Son aovadas 6 eliptico-lanceoladas, atenuadas en la base y con un nervio central del cual parten en cada lado cuatro 6 cinco nervios paralelos que se dirigen hacia la parte superior; y las centrales y las superiores, suce- Sivamente mucho mas pequenas, son oblongo-lanceoladas, sentadas, acorazonado-redondeadas en la base y muy obtusas 0 agudillas en el Apice; las flores, bastante numerosas, se pre- sentan en cimas escorpioideas en la parte superior del tallo y de los ramos, y las corolas miden 14-18 mm. de longitud. En los terrenos arenosos incultos y en los estériles los tallos son delgados, y su altura varia de 25-40 cm.; las hojas infe- riores, bruscamente contraidas en un peciolo mas corto que el limbo, solo llegan con este & una longitud de 8-12 cm., ANALES DE HIST. NAT. — XvIII, a 93 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (292) y las centrales y superiores son también proporcionalmente mucho mas pequeiias; los ramos y las flores se presentan co- munmente en menor numero, y las corolas son mucho mayo- res, alcanzando una longitud de 18 a 32 mm. Finalmente, en los sitios mas endurecidos 6 encespedados de estos ultimos terrenos, los tallos son aun mucho mas del- gados, simples 6 muy poco ramosos, y SU altura solo llega & 10-20 cm.; las hojas todas son proporcionalmente bastante mas pequefias y estrechas; las flores se presentan en un grupo terminal, ordinariamente solitario, y las corolas alcanzan de 18-28 mm. de longitud. En este ultimo estado presenta un aspecto igual al del EB. maritimum, planta considerada por Boissier, con razén tal vez, como variedad de hojas estrechas del 2. plantagineumn, pero todos los ejemplares que he examinado se distinguen de aquel por los nervios paralelos que presentan sus hojas infe- riores, y por las hojas superiores que son redondeado-acora- zonadas y no atenuadas en la base. 845.—E. creticum L. Sp. pl., p. 200.—Moris, Flor. gard. 111, p. 128, t. 97!—Wk. et Lge., l. c., p. 487 excl. syn. Fl. grec.—Z. australe Lam., Illustr., n. 1860.—Z. grandiflorum Desf., Flor. atl. 1, p. 166, t. 46! Hab. in incultis: prope Puerto Real (Osbeck); in monte G7- braltar (Kelaart).—@®- ®. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea fere omnis occidentalis. 846.—E. parviflorum JJ/ench. Met. plant., p. 493 (1794).— B. calycinum Viv., Ann. bot. 1, p. 164 (1804).—Bois., Voy. bot. 11, p. 423.—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 488.—Z. creticum Sibth. et Sm., Flor. greec., pr. 1, p- 126 non L. Hab. in collibus siccis et arenosis maritimis: prope Cadiz (Fauché); in monte Gibraltar (Willk.)—@. Mart., Apr. (n. Vv.) Ar. geogr.—Regio mediterranea fere omnis. (293) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 99 Elizaldia JVil/z. 847.—E. nonneoides JVil7s. Pl. haloph., p. 129.—Wk. et Lge., 1. c., p. 489.—Nonnea mul- ticolor Kunze, Chlor. Hab. in arenosis maritimis, prope Cadiz ad Castillo de Pun- tales (Willk.)—@®. ®.? Dec., Febr. (n. v.) Ar. geogr.— Planta gaditana rarissima quoniam a nemine recentiorum visa est. Nonnea JMedih. 848.—N. nigricans DC. Flor. franc. 1, p. 626.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 429.—Wk. et ‘Lge., 1. c., p. 490.— Lycopsis nigricans Lam., Dict. 11, D627, Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 130, t. 23!—Zchioides NIGrICANS Desf., Flor. atl. 1, p. 163.—A nchusa nigricans Brot., Flor. lus. ip p. 298. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque, rupestribus et ad vias huc illuc frequens.— ©. ©. Jan., Apr. {v. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis, Sici- lia, Africa boreali-occidentalis. Borrago Z. 849.—B. officinalis Z. Sp. pl., p. 197.—Cav., Preel., p. 95.—Rchb., l. c., t. 101, f. 3! aa eet. Lee. 1. ¢.,.p. 492.—Borago Dod., Pempt., p. 616, ic.! —Vulg. Borraja. Variat corollis ceeruleis aut albis. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis, herbidis et ad agro- rum margines abundat.— ©. ®. Mart., Maio. (v. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera. . 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (294 Anchusa JZ. 850.—A. calcarea Bozss. Voy. bot. 11, p. 431, t. 123 a.!—DC., Prodr. x, p. 42.—Wk. et Leeyil: c.;p. 494. Planta quoad staturam, indumentum, foliorum figuram, et. corollarum nucularumque magnitudinem valde variabilis. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris: ad San Fer- nando (Fauché); circa San Rogue et prope Vejer (Willk.); in loco dicto Za Piedad prope Puerto de Santa Maria (Bourg.); in Dehesa de la Florida urbis Jerez et alibi.—4. Mart., Jun. (v. v.): Ar. geogr.— Hispania australis. 851.—A. undulata Z. Sp. pl., p. 191.—Guss., Plant. rar., p. 81, t. 16!—Hoffm. et Link, Flor. port. i, p. 177, t. 22!—Wk. et Lge., l. c., p. 494.— A. nigricans Brot., Flor. lus. 1, p. 298 et Phyt. 1, t. 157! Hab. in herbidis maritimis, prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez).—@. Mart., Maio. (n. v.) 8. angustissima DC., Prodr. x, p. 44.—Wk. el Lge., 1. c.— A. angustis, dentatis, foliis, hispanica Barr., Plant. ic. 578! Hab. in arvis arenosis, prope Puerto Real (Osbech). Ar. geogr.— Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 852.—A. italica Refz. Obs. 1, p. 12.—Brot., Phyt. 11, t. 156!—Wk. et Lge., l.c., p. 495.—A. officinalis Desf., Flor. atl. 1, p. 157 non L.—A. Alci- biadion Dod., Pempt., p. 618, ic.!—Vulg. Algamula, Lengua de vaca. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis ar- gillosisque cultis et ad vias abundat.—4. Apr., Maio. (v. v-) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarize, Madera. 853.—A. arvensis I. Bied. Flor. taur. 1, p. 123.—Boiss., Flor. or. 1v, p. 160.—Lycopsis arvensis L., Sp. pl., p. 199.—Wk. et Lge., l. c., p. 495. 4295) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 101 Hab. in arvis regionis inferioris, prope Sanlucar (Colm.)— @. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Sibiria. 854.—A. orientalis Rchd. Ic. Flor. germ. xviul, t. 109, f. 2!—Boiss., Flor. or. 1v, p. 161. —A. ovata Lehm., Asp. n. 266.—Lycopsis orientalis L., Sp. pl., p. 199.— Wk. et Lge., l. c., p. 495.—A. tuberculato-hispida, caulibus erectis v. adscendentibus dichotome ramosis; foliis Obsolete sinuato-dentatis, inferioribus ovato-oblongis in pe- tiolum attenuatis, superioribus ovato-lanceolatis, basi ine- qualibus semiamplexicaulibus; racemis laxis foliatis; calycis quinquepartiti demum aucti laciniis linearibus; corolle tubo pallido curvato et sub curvatura angustato, limbo ceruleo; fornicibus papillosis; staminibus infra mediam tubi partem insertis ; nuculis curvato-rostratis, nervulis prominentibus subreticulatis et inter reticula valde granulato-tuberculatis. —Caules 20-40 centim. long.; corolla 4 mm. longa. Hab. in argillosis ad sepes et inter segetes regionis inferio- ris: prope Jerez locis Hijuela del Carrascal et Olivar de Clave- 7ia.— @®. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Rossia australis, Asia occi- dentalis. Adest etiam in Belgio, sed forsam introducta. Alkanna Zausch. 855.—A. tinctoria Zausch. In Flora 1824, p. 234 excl. syn. L.—Rchb., Ic., l. c., t. 115, f. 1!—Wk. et Lge., 1. c., p. 496.—Lithospermum tinctorium L., Sp. pl., ed. 1, p. 132.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 428.—Anchusa tinctoria Desf., Flor. atl. 1, p. 156 non L. ex Moris. Hab. in collibus, rupestribus et arenosis a mare non dissi- tis: prope Puerto Real; in pinetis circa Chiclana ; ad Castillo de Dota Blanca inter Jerez et Puerto de Santa Maria.— 4. Mar- tio, Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea feré omnis. 102 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (296 Lithospermum Z. 856.—L. fruticosum Z. Sp. pl., p. 190.—Gr. Godr., Flor. France. 11, p. 517.—Wk. et Lge., l. c., p. 499.—Ball, Spic., p. 574.— Anchusa lignosior Monspeliensium flore violaceo Barr., Plant. ic. 1168! —Vulg. Hierba de las siete sangrias. Hab. in collibus -aridis dumosis regionis inferioris et mon- tanee: in prov. gaditana (Cabrera); inter Medina et Arcos (Willk.); prope Udrigue; in montibus Dehesa Charco de los Hu- vones urbis Jerez et alibi.—%. Jan., Jun. (v. v.) B. prostratum.—L. zrostratum Lois., Flor. gall. 1, p. 148, t. 4!— Boiss., Voy. bot. 11, p. 428.—Gr. Godr., l. c., p. 518.— Wk. et Lge., 1. c., p. 499.—Z. fruticosum Brot. , Flor. lus. et Phyt. 11, t. 155!—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 170, t. 21!:—L. difusum Lag., Gen. et sp., p. 10.—Z. prostr., B. erectum Coss., Pl. crit., p. 42. Hab. in ericetis locisque dumosis aridis regionis inferioris et montane: in monte Sierra de Palma oppidi Los Barrios (Willk., Winkler); in Sierra de Algeciras (Laguna); in Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jarda et El Corchadillo urbis Jerez et alibi.—(v. v.) Inter specimina lecta a me plurima ambigua inter var. 8. et formam normalem Z. /ruticos?. Ar. geogr.— Gallia australis et austro-occidentalis, Hispa- nia, Lusitania, Africa boreali-occidentalis. 857.—L. apulum Vad. Symb. 11, p. 33.—Wk. et Lge., 1. c., p. 501.—Myosotis apula L., Sp. pl., p. 189.—Rhylispermum apulum Rehb., l.c., t. 112, f. 3F Hab. in arenosis et collibus aridis regionis inferioris: prope San Roque (Willk.); circa Puerto de Santa Maria (Bourg.!); juxta Chiclana (Winkler); inter Arcos et Algar; in Sierra de San Cristébal, Mesas de Bolafos et ad Puerto de Guillén urbis Jerez et alibi.-- @®. Martio, Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. (297) Perez Lara.—FLORULA GADITANA, 103 858.—L. arvense L. Sp. pl., p. 190.—Cav., Prel., p. 359.—Wk. et Lge., 1. c., p. 501.—Ball, Spic., p. 573.—Parl. Flor. ital. vr, p. 920.—R/y- tispermum arvense Link, Rchb., Ic., l. c., t. 113, f. 5! Hab. in cultis, herbidis, inter segetes regionis inferioris: prope Alcala; ad Huertas de la Piedad circa Puerto de Santa Maria; in loco Adiertas de Caulina urbis Jerez et alibi. — @®. Mart., Maio. (v. v.) 8. monstrosum flore albo Parl. 1. c.—Z. Gasparrinii Heldr. in Guss., Flor. Sic. syn. 1, p. 217. Hab. in arenosis calcareisque aridis, inter frutices regionis inferioris et montane: inter Grazalema et Zahara; in collibus prope Algar; in monte Sierra del Valle urbis Jerez et alibi.— (Vv. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré tota, Asia occidentali et boreali, Japonia, Africa boreali, Canariis; var. in regione me- diterranea feré omni. Myosotis L. 859.—M. palustris With. 8. betica, caule basi repente, elevato 30-60 centim., angulato, ramoso, dense setoso-hirsuto; foliis inferioribus obovato- oblongis, superioribus oblongis obtusiusculis; racemis demum elongatis laxifloris, plus minusve foliatis; pedi- cellis fructiferis patulo-reflexis inferioribus calyce 2-3-plo longioribus; calyce adpresse piloso, 5-partito; corolle parve (3-4 mm.), limbo ceruleo aut sepe albo, fauce flava; nuculis late ovatis, basi truncatis, nitidis. Hab. in uliginosis et ad rivulos ferrugineos regionis infe- rioris et montane: in monte Sierra del Aljibe et in Dehesa del Corchadillo urbis Jerez et alibi.—y. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré tota, Asia boreali et occi- dentali, Africa boreali, Madera. Esta planta difiere principalmente de la M. lingulata, que en mi entender es también mera variedad de la WM. palustris, por su tallo, rastrero en la base, anguloso y muy pelierizado; por sus hojas, mas obtusas, siendo las radicales casi espatu- 104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (298) ladas, y todas mas cubiertas de pelos perceptiblemente tuber- culosos en la base, y por sus calices con las divisiones mas , profundas. 860.—M. Welwitschii Boiss. et Reut. Diag. pl. or. 11, n. 3, p. 138. Hab. in udis, prope Cadiz (Fauché ex Boiss.)—@. Aprili, Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania. 861.—M. stricta Zink. 8. pinetorum Kunze, Chlor.—Wk. et Lge., l. c., p. 503. Hab. in pinetis inter Chiclana et Contd (Willk.)—@. Mart., Jun. (n. Vv.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni imprimis orientali, Oriente, Africa boreali. 862.—M. versicolor Rchd. Fl. Excurs. 1, p. 341.—Wk. et Lge., l. c., p. 504.—J/. arven- sis 7. versicolor Pers., Syn. 1, p. 156. Hab. in graminosis arenosisque subhumidis regionis infe- rioris: prope Alcalé (Cabrera! in herb. Chape); in Dehesa de Garcisobaco urbis Jerez. —@®. Mart., Maio. (v. v. et 8s.) Ar. geogr.—Europa media, occidentalis et australi-occiden- talis; occurrit etiam in Africa boreali-occidentali, Canariis, Madera, Azoricis. 863.—M. intermedia Zink. Enum. hort. ber. 1, p. 164.—Wk. et Lge., l. c., p. 504.— M. scorpioides var. arvensis L., Sp. pl., p. 188. Hab. in cultis et in arenosis sylvestribus: ad Puerto de San- ta Maria (Osbeck, Gutiérrez); circa Sanlicar et circa Algeciras (Clem.); prope Gibraltar (Kel.)—@. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa tota, Asia occidentalis et septentrio- nalis. 864.—M. sylvatica Hof'm. Deutsch. Fl. 1, p. 61.—Wk. et Lge., l. c., p. 505.—JZ. arven- sis var. sylvatica Pers., Syn. 1, p. 156. (299) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 105 Hab. in sylvaticis et umbrosis humidis, montanis, in regio- ne finitima Gibraltar (Kel.)—®. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis , media et septentrionalis, Africa orientalis et borealis, Canariz. Cynoglossum JZ. 865.—C. cheirifolium Z. Sp. pl., p. 193.—Cav., Preel., p. 358.—Rchb., Ic. xvi, t. 131, f. 3!—Wk. et Lge., l. c., p. 507.—C. argentewm Lam., Flor. fr. i, p. 277.—C. creticum 1 Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 162 ic.! Hab. in collibus calcareis et rupestribus regionis inferioris: in monte Gibraltar (Kel., Winkl.); ad Convento del Valle urbis Jerez et alibi.—@., 4. Mart., Apr. (Vv. v.) 8. heterocarpum Kunze, Chlor., p. 49.—Ball, Spic., p. 570.— C. arundanum Coss., Pl. crit., p. 41.—Wk. et Lge., 1. c., p. 507. Variat foliis angustioribus latioribusque ef faciei superioris nucularum centro tuberculato aut plus minusve echinato. Hab. in arenosis rupestribusque regionis inferioris, monta- ne et subalpine: in loco #7 Coto ad Puerto de Santa Maria (Willk.); in monte Santa Ana supra Chiclana (Willk., Chape!); in Sierra del Pinar prope Benamahoma; in loco dicto La Man- ga circa Villaluenga et alibi.—(v. v. ets.) | Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione omni mediterra- nea occidentali; var. s. in Hispania australi et Africa boreali- occidentali. 866.—C. clandestinum Des/./ Flor. atl. 1, p. 159, t.42!—Hoffm. et Link, Flor. port.1, p. 190. —Wk. et Lge., 1. c., p. 508.—-Ball, Spic., p. 570.—C. officinale Brot., Flor. lus. 1, p. 295 non L. Hab. in graminosis, ad vias et margines agrorum regionis inferioris: ad San Fernando (Willk.); circa Puerto de Santa Maria (Herb. Matr.!, Willk.); prope Medina; in ditione Jerez (Winkler) ubi presertim in loco Zlanos de Caulina satis fre- quens.—®,. Jan., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Sardinia, Sici- lia, Italia australis, Africa boreali-occidentalis. 106 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (300) Mis ejemplares son completamente iguales 4 otros -de las inmediaciones de Tanger que fueron donados por el mismo Desfontaines 4 Cavanilles, y que se conservan en el herbario general del Jardin Botanico de Madrid. 867.—C. creticum VZi/. Hist. pl. Dauph. 1, p. 457. (1787).—Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 162 ic.!—C. pictum Ait., Hort. Kew. 1, p. 179 (1789).—Hoffm. et Link, Flor. port., 1. c., t. 24! (excl., f. 3 et 6).—Brot., Phyt. u, t. 159!—Wk. et Lge., 1. c., p. 508.—C. officinale Desf., Flor. atl. 1, p. 158 non L. test. Boiss. et Moris. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in incultis, ruderatis et ad vias huc illuc satis frequens.— ©., @. Martio, Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera, Azorice. Omphalodes Journ. 868.—0. amplexicaulis Zehm. DC., Prodr. x, p. 160.—Wk. et Lge., l. c., p. 510.—O. brassi- cefolia Boiss., Voy. bot. 1, p. 4385.— Cynoglossum brassicefo- lium Lag.., Gen. et sp., p. 10. Hab. in incultis regionis inferioris, in Cervo de Santa Ana supra Chiclana (Clem.).—@®. Apr., Jun. (n. Vv.) Ar. geogr.—Hispania australis. 869.—O. linifolia J/@nch. Meth., p. 419.—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 193.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 435.—Wk. et Lge., l.c., p. 510.—Cynoglossum linifolium L., Sp. pl., p. 193.—Linum albo Blattarie fl. sem. discoso Barr., Plant. ic. 1234! Hab. in arenosis calcareisque dumosis et collibus siccis re- gionis inferioris: prope Chiclana (Bourg.!) in loco Pinar de Hierro; in Dehesa Monte del Medio circa Vejer ; in collibus ad Algar; in Dehesa de los Romerales et in monte Sierra del Valle urbis Jerez et alibi.i—@. Apr., Maio. (v. v. et 8.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis et Gallo provincia, Hispania, _ Lusitania. (301) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 107 Cerinthe Journ. 870.—C. major Zam. Dict. iv, p. 67.—Wk. et Lge., l.c., p.511.—L., Sp. pl., p. 195 ex parte.—C. aspera Roth., Catal. bot. 1, p. 33.—C. guorundam major versicolore flore Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 167 ic.!—Quer., Flor. esp. iv, p. 143, t. 24!—Vulg. Dientes de perro. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque cul- tis, herbidis, ad vias et margines agrorum huc illuc satis fre- quens.— @. Febr., Maio. (v. v.) 6. purpurascens Boiss., Voy. bot. 11, p. 421.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in eisdem locis, ubi vulgatissima.— (Vv. v.) Ar. geogr.— Lusitania et regio mediterranea imprimis occi- dentalis. TRIB. HELIOTROPE Endl. Heliotropium JZ. 871.—H. europeum Z. Sp. pl., p. 187.— Wk. et Lge., 1. c., p. 513 ex parte.—H. ma- jus Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 46, ic.!—Vule. Hzerba borreguera. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis et ruderatis huc illuc frequens.— ®. Jun., Oct. (v. v.) 8. tenuiflorum Guss., Flor. sic. pr.1, p. 205.—ZH. tenuiflorum Cuss. un plsinsap, 213th it. 1! Hab. in pinguibus argillosis, vineis et ruderatis, sed priori multo frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarie, Madera, Azorice. 872.—H. supinum Z. L. c., p. 187.—Cav., Prel., p. 360.—Wk. et Lge., l.c., p. 513. =e lUga, Le Cyy Pn, 47 iC! Hab. in arvis argillosis, margaceis et arenosis pinguibus regionis inferioris: prope Jerez (Bourg.!) locis Cortijo del Pino, 108 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (302) Caulina et Canada del Moro; circa Arcos ad Cortijo de Casa- blanca; prope Medina in preedio Pozo-dulce et alibi.—@. Julio, Sept. (v. v. et s.) Ar. geogr.— Europa meridionalis, Asia occidentalis, Africa borealis, Senegalia, Abyssinia. Fam. Gonvolvulaceze Vent. Cressa JL. 873. —C. cretica L. 8. occidentalis Willk., Illustr. Fl. Hisp. 1, p. 13, t. x, f. 5-7!— C. villosa Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 372.—C. cretica Wk. et Lge., 1. c., p. 514! Variat caulibus erectis v. diffusis; foliis cordato-ovatis, ova- tis v. ovato-lanceolatis, nunc diaphanis, nunc opacis; corolle laciniis subtus et versus apicem pilosis vel glabratis. Hab. in argillosis salsis subinundatis regionis inferioris: prope Sanlucar (Clem.); circa San Fernando et ad Puerto de Santa Maria (Cabrera); ad Laguna de Torrox prope Jerez et alibi.— 4. Jul., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Africa boreali-occidentalis et occidentalis. Convolvulus Z. 874.—C. lanuginosus Des”. Ap. Lam., Encycl. bot. 11, p. 551 non Vahl.—Wk. et Lge., l.c., p. 516.—C. capitatus Cav., Ic. u, p. 72, t. 182! non Vahl.— C. saxatilis Vahl, Symb. 11, p. 33.—C. saat. a. villosus Boiss., Voy. bot. 1, p. 416.—C. sawat. erectus, villosus , perennis , flore ex albo purpurascente, hisp. Barr., Plant. ic. 470! Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis inferioris, prope Alcald.— 4. Apr., Jun. (v. v.) 6. sericeus Boiss., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c.—C. linearis DC., Flor. fr. suppl., p. 424.—C. lanug. 8. argenteus Gr. Godr., Flor. Franc. 11, p. 501. (308) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 109 Hab. in pinetis prope Puerto Real, ubi cl. Bourgeau! die 23 Aprilis 1849 legit.—(v. s.) Ar. geogr.—Gallia australis, Hispania centralis et medite- rranea. 875.—C. tricolor Z. Sp. pl., p. 225.—Cav. Prel., p. 365.—Brot., Flor. lus. 1, p. 168. —Rchb., Ic. xvi, t. 137! —Wk. et Lge., 1. c., p. 517!—C. lon- gifolius , azureus , niveo umbilico, supinus Barr., Plant. ic. 322! —Vulg. Campanilla azul. Hab. in regione inferiore, ubi in pinguibus, herbidis et in- ter segetes huc illuc abundat. In arvis prope Jerez vulgatissi- mus.—@. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 876.—C. meonanthus Hofm. et Link. Flor. port. 1, p. 369, t. 69!—Boiss., Voy. bot. 11, p. 419.— Parl., Flor. ital. v1, p. 812.—C. tricolor gs. Brot., Flor. lus. 1, p. 268.—C. tricolor 8. meonanthus Choisy in DC., Prodr. 1x, p. 405.—Wk. et Lge., l. c., p. 517! Hab. in regione inferiore, ubi in arvis locisque herbosis huc illuc abundanter occurrit.— @. Apr., Maio. (v. v.) 8. spathulatus, foliis lanceolato-obovatis v. spathulatis; brac- teolis lineari-setaceis; sepalis ovatis, acutis, margine late scariosis; corolla 18-20 mm. long. Hab. in cultis pinguibus, prope /erez.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Sicilia, Italia aus- trali. Esta planta varia mucho por su vellosidad, por la forma de las hojas, por el tamafic de las bracteolas insertas ya en la mitad, ya en el tercio superior del peduinculo, por la forma de los sépalos, y finalmente, por el tamaiio y el color de la corola, cuyo limbo es unas veces azul palido y otras rosa lilaceo. La var 8., por su aspecto y la vellosidad de los tallos y de las ho- jas, puede confundirse & primera vista con el C. tricolor ; pero aun prescindiendo del color de Jas flores, se distingue bien de este por sus sépalos apenas vellosos, muy escariosos y des- provistos de nervios, y ademas por sus frutos completamente lampifios como en la var. «. 110 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (304) 877.—C. humilis Jacq. Coll. iv, p. 209, t. 22, f. 2 (1790).—C. undulatus Cav.!—Ic. 11, p. 39, t.277, f. 1! (1795) et Prel., p. 365.—Wk. et Lge., l.c., p. 518.—C. evolvuloides Desf., Flor. atl. 1, p. 176, t. 49! Hab. in arvis et cultis regionis inferioris, prope San Roque (Willk.)—@. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.-Hispania centralis et-australis, Liguria, Sicilia, Cyprus, Africa borealis. 878.—C. siculus Z. Sp. pl., p. 223.—Cav., Prel, p. 97.—Wk. et Lge., l.c., p. 518. Hab. in rupestribus, in monte Pefdn de Gibraltar (Willk., Kel., Winkl.)—Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea imprimis occidentalis, Ca- narize, Madera. . 879.—C. arvensis Z. L. c., p. 218.—Cav., Preel., p. 364.—Rchb., Ic. xvi, t. 136, f. 2} —-Wk. et Lge., I. c., p. 518.—C. minor Clus., Rar. pl. hist. i, p. 50ic.!—C. minor arvensis etc. Quer., Flor. esp. iv, p. 401, t. 56!—Vulg. Corregiiela. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis, vineis, inter segetes et ad sepes vulgatissimus.—3. Maio, Augusto. (Wey ve) 8. linearifolius Choisy in DC., Prodr. 1x, p. 407.—Wk. et Lge. 1.c. Hab. in arenosis ad oram maris, prope Gibraliar (Kelaart). (n. v.) Ar. geogr.—Orbis feré totus. 880.—C. altheoides Z. L. ¢., p. 222.—Cav., Preel., p. 364.—Rchb., Ic., 1. c., t. 138, f. 1 et 2!—Wk. et Lge:, 1. c., p. 519.—C. t¢alicus Reem., Sch., Syst. veg..iv, p. 266.—C. Althee folio Clus., 1. c., p. 49 ic.!— C. Betonice Altheeque foliis, repens, argenteus , flore purpureo Barr., Plant. ic. 312!—Vulg. Campaniilla rosa. Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis, ad sepes, vinea- rum viarumque margines huc illuc abundat.—%. Apr., Maio. (Vv. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canariz, Madera. (305) Perez Lara.—FLORULA GADITANA,. 111 Calystegia R. Br. &81.—C. sepium &. Br. Choisy in DC., Prodr. 1x, p. 433.—Rchb., Ic., l. c., t. 139! — Wk. et Lge., l.c., p. 519.—Convolvulus sepium L., 1. ¢., p. 218. —Smilax levis, major Dod., Pempt., p. 388 ic.!—Vulg. Corre- giiela mayor. { Hab. ad sepes et fossas humidas regionis inferioris: Gibral- tar (Kel.); prope Bornos; circa Veser; in ditione Jerez locis Arroyo del Albaladejo, Dehesa de Gigonza et alibi.—4. Maio, Julio. (v. Vv.) Ar. geogr.—In temperatis orbis feré totius. 882.—C. sylvestris Rem. et Sch. Syst. veg. iv, p. 183.—C. sylvatica Choisy in DC., 1. c., p. 433. —Convolvulus sylvestris Waldst. et Kit. in Willd., Enum. hort. berol. 1, p. 202 (1809).—Guss., Plant. rar., p. 90.—Convolvulus sylvaticus Waldst. et Kit., Descript. pl. Hung. 11, p. 290, t. 261! {1812).—Differt a precedente, cujus fortasse nil nisi mera va- rietas, foliis cordato-ovatis v. cordato-sagittatis amplioribus; bracteis maximis, obtusis, concavis, se invicem amplectenti- bus; corollis feré duplo majoribus. | Hab. in sepibus humentibus regionis inferioris, prope A/- geciras in loco Rio ancho dicto.—%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Sicilia, Italia, Grecia, Europa media orientalis, Asia minor, Africa borealis. 883.—C. Soldanella R. Br. Choisy in DC., 1. c., p. 433.—Rchb. Ic., 1. c., t. 140, f. 2!— Wk. et Lge., 1. c., p. 519.—Convoloulus Soldanella L. Sp. pl., p. 226.— Soldanella Dod., Pempt., p. 391 ic.! Hab. in arenosis maritimis: in prov. Gaditana (Cabrera); prope Algeciras (Clem.) et ad Palmones (Nilsson).—4. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Littora Europes occidentalis et regionis medi- terraneze. Ocurrit etiam in maritimis Nove-Zelandix, Nove- Hollandiz, Californie et Americ meridionalis. 112 : ANALES DE HISTORIA NATURAL. (306) Fam. Cuscute Choisy. Cuscuta L. 884.—C. Epithymum Z. 6. obtusata Engelm., Cusc., p. 10.—Wk. et Lge., 1. c., p. 521. Hab. ad Genisteas et Labiatas suffruticosas parasitica, in monte Sterra de Luna oppidi Los Barrios (Nilsson).— @. Apr., Julio. (n. v.) y. Kotschyt Engelm., 1. c.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in ¢hymis, ericis, plantaginibus aliisque plantis parasitica frequenter provenit. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia minori, Sibi- ria Altaica, Africa boreali, Canariis. Fam. Solanaceze Zar/l. Triguera Cav. 885.—T. ambrosiaca Cav. Dissert., app. 1, t. A.!—Boiss. Voy. bot. 1, p. 437.—Dunal in DC., Prodr. xi, pars. 1, p. 22.— Wk. et Lge., 1. c¢., p. 524. —Vulg. Almizclera. Hab. in argillosis pinguibus cultis incultisque regionis in- ferioris: in prov. Gaditana (Cabrera); circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!); inter Vezer et Tarifa (Fauché); prope Me- dina (Fauché, Bourg’.!); in ditione Jerez ad Vivias de Capirete, Cortijo del Pino et alibi.—@. Mart., Apr. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Hispania australis, Algeria. 886.—T. Osbeckii Wi77h. Wk. et Lge., 1. c., p. 524.—Z’. baccata Gmel., Dunal in DC., Prodr. x1, p. 22.—Verbascum Osbeckii L. Sp., pl., p. 255. (307) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 113 Hab. in agris regionis inferioris, prope Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutiérrez).— 4. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. Solanum JZ. 887.—S. sodomeum 7. Sp., pl. 1, p. 268 syn. excl.—Cav. Preel, p. 115.—Wk. et Lge., l. c., p. 525.—S. Hermanni Dun. Sol., p. 212, t. 2, f. B.—Vulg. Tomatera del Diablo. Hab. in arenosis maritimis, sepibus, collibus et dumetis regionis inferioris: in monte Dehesa de Rojitan urbis Jerez; in loco #7 Hspaial prope Jimena; in montibus urbis Los Barrios; inter Algeciras et Tarifa; in Dehesa Monte del Medio et ad Cabo de Trafalgar prope Vejer; in vicinitatibus oppid. Chis clana, Cadiz, Puerto- Real, Puerto de Santa Maria et preecipue ad San Fernando ubi in monte Cerro de los Martires abundat. —}. Flor. a Februario ad autumnum. (v. v.) Ar. geogr.—Secundum auctores ex Prom. Bone Spei mi- gratum; hodie spontaneum in Lusitania et in calidioribus regionis mediterranee occidentalis. 888.—S. Dulcamara /. Sp. pl., 1, p. 264.—Cav. Preel., p. 111.—Rchb. Ic. xx, t. 12, f. 1!—Wk. et Lge., l. c., p. 525.—Dulcamara Dod. Pempt., p. 398 ic.! Hab. in humidis ad sepes et rivos regionis inferioris: in ditione Jerez (Clem.); prope Chiclana (Chape!); circa Veser et inter Algeciras et Jimena (Laguna).—v%. Apr., Jun. (Vv. s.) Ar. geogr.—Kuropa feré tota, Asia occidentalis, Sibiria, Japonia, China, Africa borealis. 889.—S. Bonariense Z. L. ¢., p. 264 excl. syn. Plum.—Cav. Prel, p. 113.—Dunal in DC., Prodr. xu, p. 348.—Wk. et Lge., 1. c., p. 526. Hab. in incultis, ad sepes et muros regionis inferioris: in vicinitatibus Zarifa, Jerez, Puerto-Real et preecipue juxta San Fernando et circa Cadiz ubi abundant.—%. Mart. Jul. (Vv: ¥.) ANALIS DE HIST. NAT.— XVIII. 8 114 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (308) Ar. geogr.—Ex America australi oriundum; hodie in His- pania australi spontaneum factum est. 890.—S. nigrum Z. L. c., p. 266.—Cav. Preel., p. 112.—Wk. et Lge., 1. c., p. 526. —S'. nigrum var. oleracewm Mutel Flor., franc. 11, p. 326, t. 39, f. 298!—S'. Dilleniz Schult., Gistr. fl. 11, edit. 1, p. 393. -Wk. et Lge., l. c., p. 527.—S. parviforum Badaro, Dunal in DC. Prodr. x1, p. 51.—S. hortense Dod., 1. c., p. 451 ic.!—Vulg. flierba mora. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis preser- tim humentibus, hortis, vineis et inter frutices satis fre- quens.— @. Fl. anno feré toto. (v. v.) 6. suffruticosum Moris Flor. sard. 11, p. 148.—S. sufruticosum Schousb. in Willd. Enum. 1, p. 1.236.—S. negrum 8. indu- ratum Boiss. Flor. or. 1v, p. 284. Hab. in ruderatis, ad sepes et muros et inter frutices regio- nis inferioris, ubi huc illuc frequenter occurrit.—4. (v. v.) 7. miniatum Mert. et Koch Deutschl. Flor. 1, p. 231.—Mutel, l.c., p. 326, t. 40, f. 302!—S. méniatum Bernh. in Willd. Enum. 1, p. 236.—Wk. et Lge., l. c., p. 527. Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis, inter frutices et ad sepes frequens.— (©. (Vv. V.) &. humile.—S. humile Bernh. in Willd., 1. c., p. 236.—Wk. et Leet lic., p.o27. Hab. in ruderatis et cultis regionis inferioris, prope Puertu de Santa Maria (Lange).—©. (n. v.) Ar. geogr. Spec. in temperatis et calidioribus orbis fere totius. 891.—S. villosum Zam. ~ Dict. iv, p. 289.—Wk. et Lge., 1. c., p. 527.—S. nigrum var. villosum L. Sp., pl., p- 266. Hab. in ruderatis, ad sepes et muros regionis inferioris: circa Cadiz (Picard, Dufour); ad Chiclana (Chape!); Gibraltar ({Kel.); circa Sanlicar (Colm.); prope Jerez et alibi.—@. Flor. a primo vere ad autumnum. (Vv. V. ets.) 309) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 115 Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canariz, Madera. - Physalis ZL. 892.—Ph. Alkekengi Z. Sp. pl., 1, p. 262.—Wk. et Lge.; l. ¢., p. 528.—A lhehengi officinarum Quer. Flor. esp., 11, p. 222, t. 32! Hab. in umbrosis, in ditione Jerez (Clem.)—%. Maio, Junio. {n. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia occidenta- lis, Sibiria. - 893.—Ph. peruviana LZ. Sp. pl. u, p. 1.670.—Dunal in DC., Prodr. xm, p. 440.— Wik2 etpbee, .l64 p. 529. Hab. in arenosis humidis, prope Cadiz (Picard, Chape!)— %. Maio, Augusto. (v. s.) | Ar. geogr.—Ex America meridionali oriunda; hodie per Sicilie insulas, Hispaniam littoralem, Maderam, Canarias, Africam australem, Philippinas, Novam Hollandiam etc., facta est spontanea. Withania Pauq. 894.—W. somnifera Dun. In DC., Prodr. xin, p. 453.—Wk. et Lge., 1. c., p. 529.— Physalis somnifera L., Sp. pl., p. 261.—Cav. Ic. 11, p. 2, t. 103! et Prel., p. 370.—Solanum somniferum Clus. Rar., pl. hist. m, p. 85 ic.!—S. m7. vesicarium coralloides Barr. Plant. ic. 149! Hab. in sepibus regionis inferioris, prope Buceite ad limites provincie Malacitane.—%. Maio, Augusto. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea calidior, India orientalis, Africa orientalis et australis, Insule Canarienses et Capitis Viridis, Prom. B. Spei. 895.—W. frutescens Paug. Boiss. Voy., bot. 1, p. 437.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 529.— Atropa frutescens L., Sp. pl., p. 260.—Physalis suberosa Cav. 116 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (310) Ic. 11, p. 1, t. 102!—Solanum frutex, rotundifolium hispanicum Barr. Plant. ic. 1.173! Hab. ad sepes apricas, in vicinitatibus Gibraltar (Kel: )— »: Apr, Novs./(n, v2) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa borealis, Canariz. Mandragora Juss. 896.—M. officinarum Z. Sp. pl. ed. 1, p. 181.—Wk. et Lge., 1. c., p. 531.—I. vernalis Bertol. Comm. Mand., p. 9, t. 1.—Dunal in DC., Prodr. x1m,. p. 466.—A tropa Mandragora L., Sp. pl., ed. 2, p. 259. Hab. in cultis regionis inferioris, prope San/ucar (Colm.). — 4. Febr., Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Italia, Dalmatia, Grecia, Syria, Africa borealis. 897.—M. autumnalis Spreng. Syst. veg. 1, p. 699.—Wk. et Lge., 1]. c., p. 5381.—IL. micro- carpa Bertol., 1. c., p. 12, t. 3—Vulg. Berengenilla. Hab. in regione inferiore, ubi in argillosis, vineis, arvis et collibus per omnem feré provinciam abundat.—4. Flor. a Septembri ad Decembrem. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Sardinia, Sici= lia, Italia australis, Grecia, Africa borealis. Lycium J. 898.—L. europeum Z. Mant. p. 47.—Wk. et Lge., l. c., p. 532.—Z. meditervraneum Dunal in DC., Prodr. xm, p. 523.—Rhamnus primus Clus., l.c., 1, p. 109 ic.!—Jasminoides aculeatum, salicis folio, flore pareoo, ex albo purpurascente Michel. Nov. pl., p. 224, t. 105, f. 1!—Vulg. Hscambrones. Hab. in regione inferiore; ubi in dumetis et ad sepes preeser- tim mari finitimis frequens.—%. Flor. Mart., Maio, iterum- que, interdum, autumno (Vv. v.) Arg. geogr.—Lusitania, regio mediterranea, Canarie. 311) Perez Lara.—FLORULA GADITANA, 7 Datura JZ. 399.—D. Stramonium Z. Sp. pl., p. 205.—Cav. Preel., p. 102.—Rchb. Ic. xx, t. 3.— Wk. et Lge., l. c., p. 533.—Solanum manicum Dioscoridis Co- dum. Phyt., p. 37, t. 12! Hab. in ruderatis et ad fimeta regionis inferioris: prope Sanlicar (Clem., Colm.); in pago dicto Palmones; in ditione Jevez ad Ermita del Mimbral et alibi.—@. Flor. a Maio ad No- vembrem. (Vv. v.) Ar. geogr.—Secundum auctores ex America oriunda; hodie per omnem feré Europam, Asiam et Africam borealem facta est spontanea. 900.—D. Metel L. L. ¢., p. 256.—Cav. Preel, p. 102.—Wk. et Lge., l.c., p. 534. —Stramonia Dod. Pempt., p. 457 ic.! Colitur in hortis atque ex hortis anfuga sub spontanea in- terdum provenit: in Gibraltar (Pourr., Kel.); prope Cddiz (teste Alph. DC.)—@. Jul., Sept. (v. c.) * Ar. geogr.—Ex America tropica dicitur oriunda; hodie in regione mediterranea introducta. Hyoscyamus Jl. 901.—H. niger Z. Sp. pl., p. 257.—Cav., Preel., p. 366.—Rchb., Ic., 1. c., t. 2, f. 2!—Wk. et Lge., l. c., p. 534.—H. niger vulgaris Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 83 ic.! Hab. in ruderatis et ad sepes regionis inferioris: prope Saz- dicar (Clem., Colm.); justa Coni/ (Clem.)— ©, ®. Apr., Maio. {n. Vv.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Africa borealis, Asia occi- dentalis, Sibiria, India borealis. 902 —H. albus JZ. L. ¢., p. 257.—Rehb., Ic., 1. c., t..2, f. l=-Wk: et Lge, L.c., p. 534.—Vulg. Belevo. 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (312y Hab. in regione inferiore, ubiin ruderatis, ad muros et vias huc illuc frequenter occurrit. pera 2. Flor. per annum feré totum. (Vv. v.) 8. major.—H. albus 8. L., 1.¢.— H. major Mill., Dict.—Dunal in DC., Prodr. xu, p. 548.— H. albus vulgaris Clus., |. c., p. 84 ic.!—Vulg. Beleno. Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior.— 4. (v. v.) Ar. geogr. —Lusitania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera, Azorice. Nicotiana JZ. 903.—N. glauca (rah. In Bot. Mag.—Dunal in DC., Prodr. xi, p. 562.—Vulg. Za- baco moruno. Hab. in regione inferiore, ubi ex hortis anfuga huc illuc spontanea provenit. In vicinitatibus Cadiz, San Fernando, Puerto Real et Jerez ad sepes et vias satis frequens.—b. Flor. a primo vere ad autumnum. (Vy. Vv.) Ar. geogr.—Ex America australis oriunda; hodie in insulis Capitis viridis, Canariis, Hispania australis et Italia facta este spontanea. ORDO LABIATIFLORARUM CAPSULIFERARUM Fam. Acanthacese //uss. Acanthus J. 904.—A. mollis L. Sp. pl., p. 891.—Rchb., Ic. xx, t. 190!—Wk. et Lge., l.c., p. 5387.—A. sativus Dod., Pempt., p. 707 ic.!—Quer., Flor. esp. u, p. 154, t. 17!—Vulg. Carneruna, Hierba gigante. Hab. in regione inferiore, ubi in pinguibus umbrosis, ad rupes et sepes humidas per omnem provinciam frequenter occurrit.—%. Apr., Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. (313) Perez Lara.—FrLORULA GADITANA. 119: Fam. Scrophulariaces ind. TRIB. VWERBASCE.E Benth. Verbascum JZ. 905.—V. thapsiforme Schrad. Monogr. I, p. 21.—Rchb. Ic., xx, t. 171I—Wk. et Lge., l. ¢., p. 540.—Vule. Jopo de zorra. . Hab. in collibus aridis locisque arenosis regionis inferioris et montane: in Szerra del Pinar supra Grazalema; in Dehesa de Fardela circa Benaocaz; in montibus prope Jimena et alibi. —@). Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa tota media et meridionalis. 906.—V. phlomoides Z. Sp. pl., p. 253.—Wk. et Lge., l.c., p. 540.—V. macranthum Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 215, t. 27! Hab. in incultis regionis inferioris, prope Ubrigue (Clem.)— 2). Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis. A la forma australis de esta especie (V. australe Schrad.) parece que corresponde un ejemplar que recogi el dia 9 de Julio de 1886 en la Dehesa de Ja Algaida proxima 4 Sanlucar; pero por su estado incompleto, pasada ya totalmente su flora- cidn, no es posible clasificarlo con exactitud. 907.—V. virgatum /JV7¢h. Benth. in DC., Prodr. x, p. 229.—Wk. et Lge., l. c., p. 541. —V. blatarioides Lam. Dict. 1v, p. 220.—Hoffm. et Link, Flor. port., t. 28!—V. viscidulum Pers. Syn. 1, p. 215.—V. Celsie Boiss. Voy. bot. 11, p. 444! . Hab. in arenosis, saxosis, silvaticis regionis inferioris et montane: prope San Rogue (Brouss.); in Dehesa de la Almo- raima circa Castellav; in loco #l Espanal ad Jimena; in ditione urbis Jerez locis Dehesa de la Jardilla, Garganta del Astillero et alibi.—®. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et austro- occidentalis. 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (314) 908.—V. sinuatum Z. Sp. pl., p. 254.—Rchb. Ic., xx, t. 24|—Wk. et Lge., 1. c., p. 542.—Vulg. Gordolobo. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus siccis locisque arenosis incultis vulgatissimum.—@®. Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarie. Celsia ZL. 909.—C. sinuata Cav. Anal. cienc. nat. u1, p. 68.—Willk., Illustr. Flor. Hisp. u, p. 58, t. 126!—C. grandifiora Pourr. in Herb. reg. Matrit.!— C. cretica Benth. in DC., Prodr. x, p. 244 quoad plant. Gadi- tanam et Tingitanam non L. fil. ex Willk.—C. Cavanillesii Kunze, Chlor. in Flora 1846, p. 698.—C. cretica var.? Cavani- dlesit Willk. in Wk. et Lge., 1. c., p. 345! Hab. in arenosis ad oram maris: in isthmo Gaditano (Clem.); circa San Fernando (Cabrera! in herb. Chape); juxta Puerto de Santa Maria (Clem.) ad Pinar de Platero; prope Cadiz (Willk.) —@. Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 910.—C. Barnadesii G. Don. Var. (?) detica Willk. in litt.! et in Illustr. Flor. Hisp. m1, p. 55, t. 125!—C. Jericiencis Per. Lar. in litt. ad Willk. Hab. in locis argillosis calcareisque dumosis regionis infe- — rioris: in ditione Jerez locis Dehesa de Calvario et prope E/ Cuervo ad Cortijo de los Prados.—@. Apr., Maio. (v. v.-) Ar. geogr.—Spec. in Hispania australis. TRIB. ANTHERRINEZ Chav. Anarrhinum JDes/. 911.—A. laxiflorum Boiss. Voy. bot. 11, p. 448, t. 127!—Benth. in DC., Prod?, X, p. 289; —Wk. et Lge., l. c., p. 556. Hab. in rupestribus regionis montane et subalpine: supra (315) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 121 Benamahoma (Henseler!); inter Grazalema et San Roque (Reut.) —4. Maio, Julio. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis. 912.—A. bellidifolium Des/. Flor. atl. 1, p. 51.—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 226, t. 32!—Brot., Phyt. 1, t. 143!—Wk. et Lge., 1. c., p. 557.—An- tirrhinum bellidifolium L., Sp. pl., p. 860.—Linaria odorata Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 320 ic.! Hab. in rupestribus et silvaticis humidis regionis inferioris et montane: circa Grazalema (Clem.); in monte #/ Picacho prope Alcala de los Gazules (Clem., Cabrera); in Gibraltar“ (Kel.); in Szerra de la Potrica prope Jimena; in ditione urbis Jerez locis Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jardilla et alibi.— @- 4. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania, Gallia media et australis, Helvetia occidentalis, Italia boreali-occidentalis. Linaria /uss. 913.—L. cirrhosa Dum. Cours. Bot. cult. 1, p. 92 (1802).—Willd., Enum. hort. berol. 11, p. 639 (1809).—Lange, Pug., p. 203.—Wk. et Lge., l. c., p. 559. —Antirrhinum cirrhosum L., Mant., p. 249. Hab. in arenosis dumosis et herbidis subhumidis regionis inferioris: in Gibraltar (Brouss.); circa San Rogue (Brouss., Pourr.) in Szerra Carbonera (Nilsson); prope Cadiz (Duf., Fau- ché, Reut.); in Dehesa de la Algaida prope Sanlicar (Reut.)— @. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr. —Lusitania et Hispania australes, Gallia austra- lis, Baleares, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Dal- matia, Africa borealis. Mis ejemplares difieren de la forma tipica por sus pedun- culos algo mas largos (hasta 3 centim.). 914.—L. Elatine 1/771. Dict. n. 16.—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 230.—Wk. et Lge., l.c. p. 560.—Antirrhinum Elatine L., Sp. pl., p. 851.— Llatine altera Dod., Pempt., p. 42, ic.! 122} ANALES DE HISTORIA NATURAL. (316) Hab. in agris regionis.inferioris, in ditione Jerez (Clem.)— @. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Abyssinia, Africa borealis, Madera, Canarize. 915.—L. spuria Mill. L. c., n. 15.—Wk. et Lge., 1. c., p. 560.— L. lanigera Hoftm. et Link, l. c., p. 231, t. 34! non Desf.—Antirrhinum spurium Lies he Ca pep areode Hab. in cultis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Ma- ria (Gutiérrez).—@. Jun., Sept. (n. v.) Ar. geogr.— Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Madera, Canarie. 916.—L. lanigera Desf. Flor. atl. 11, p. 38, t. 130!—Boiss., Voy. bot. 1, p. 453.—Lan- ge, Pug., p. 203.—Wk. et Lge., l. c., p. 560.—Z. dealbata Hoffim.-erlink <1: ¢/; p. 2316s dol — Boiss. Voy vbot..ale-ee —Antirrhinum lanigerum Brot., Flor. lus., p. 189 et Phyt., 1294 Variat foliis ovatis v. orbiculari- cordatis integerrimis v. ba- sin versus inwqualiter serratis; pedicellis folio brevioribus v. paulo longioribus; calycis segmentis lanceolato-linearibus, lanceolatis v. ovato-lanceolatis; corollis, minoribus semper quam in Z. spuria cujus tamen sit forsan mera varietas, modo omnino flavis, modo labio superiore violaceo atque inferiore flavescente aut albicante punctis violaceis ad palatum ma-— culato. Hab. in regione inferiore, ubiin agris demessis v. derelictis atque in incultis huc illuc frequens.— ©. @. Jul., Oct. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Africa borealis, Madera. 917.—L. triphylla IJ/. Dict. n. 2.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, t. 63, f. 1! —Wk. et Lge., l.c., p.561.—Antirrhinum triphyllum L., Sp. pl., p. 852. —Linaria hispanica 1, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 320, ic.! Hab. in agris regionis inferioris, prope Puerto Real (Bourg.) —Q@. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Kuropa meridionalis, Africa borealis. * (317) Perez Lara.—FLORULA GADITANA, oy 918.—L. hirta MWench. Jacq., Misc. 11, p. 334 et Ic. rar. 1, t. 117!—Cav., Prel., p. 338. —Lange, Pug., p. 210.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 561.—Z. semi- glabra Salam. exs.—Antirrhinum hirtum L., 1. ¢., p. 857. Hab. in arvis regionis inferioris, ad limites prov. Gaditane, juxta viam a Grazalema ad Ronda.—@. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania. 919.—L. bipartita Willd. Enum., p. 640.— Wk. et Lge., 1. ¢, p. 563 syn.—Z. lino- grisea Hoffm. et Link, excl.—Antirrhinum bipartitum Vent- Hort. Cels., t. 82. Hab. in arenosis regionis inferioris: in vicinitatibus Cadiz (Cabrera!, Duf., Webb); prope Chiclana (Colm.)—@. Febr., Apr. (Vv. Ss.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania asturica, Africa boreali- occidentalis. 920 —L. Spartea Hof'm. et Link. Hlors port. 1, Pp. 2335. ts 36!—Wk. et Bee crol. Caso Ds a0 — L. juncea Desf., Flor. atl. 1, p. 43.—4ntirrhinum sparteum. L., Sp. pl., p. 854.—Cav., Ic. 1, t. 32!—Brot., Phyt., t. 130! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis cul- tis incultisque, presertim in vineis prope Jerez, abundat.— @. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia austro-occidentalis, Hispania, Lusita— nia, Africa borealis, Canarie. 921.—L. viscosa Dum. Cours. Bot. cult. 11, p. 92.—Benth. in DC., Prodr. x, p. 276.—Wk. et Lge., l.c., p. 564.—A ntirrhinum viscosum L., 1. ¢., p. 855. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus are- nosis locisque incultis huc illuc frequens.—@. Febr., Maio. (Vv. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Africa boreali- occidentalis. No me ha sido posible hacer un estudio detenido de esta especie; pero por lo que he visto en los ejemplares por mi recogidos, son tan variables y se combinan de tal modo los caracteres senalados para distinguirla de la anterior, que en 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (318) algunos casos es muy dificil decidir entre ambas para hacer la referencia exacta. 922.—L. pedunculata Spreng. Syst. 1, p. 797.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 454, t. 132, f. a.!— Wk. et Lee., l.c., p. 566.—Antirrhinum pedunculatum L.., Sp. pl. p. sa7: Hab. in arenosis a mare non dissitis: in Gibraltar (Brouss., Boiss., Willk., Kel., Nilsson); prope Cadiz (Cabrera!, Fauché, Duf., Colm., Lange); inter San Fernando et Cadiz (Bourg.); circa Chiclana (Winkler); justa pagum Palmones atque ad Algeciras (Nilsson).—@. 4. Apr., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania mediterranea. _ 923.—L. amethystea Hof'm. et Link. Flor. port. 1, p. 253, t. 47!—Boiss., Voy. bot., 1. c., p. 464.— Lange, Pug., p. 208.—Wk. et Lge., l. c., p.566.—Antirrhinum amethysteum Brot., Flor. lus. 1, p. 197 et Phyt., t. 137! Hab. in collibus et arenosis incultis regionis inferiori-: prope Zarifa (Clem.); in Gibraltar (Boiss.); circa Alcala de los Gazules (Cabrera in herb. Chape!)—@. Mart., Maio. (v. s.) 6. albifora Boiss., 1. c.—Wk. et Lge., l. c., p. 567.—A ntirrhi- num bipunctatum Cav., Ic. 1, t. 33, f. 1! Hab. in eisdem locis, ad Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutiérrez, Bourg.); in Gibraltar (Cav., Kel.); in vicinitatibus Cadiz (Duf., Chape!)—(v. s.) y. Broussonnetii.— Antirrhinum Broussonnetii Poir., Dict. suppl. Iv, p. 23.—A. multipunctatum Brot., Flor. lus. 1, p. 195.—Linaria Broussonnetii Chav., Mon. Ant., p. 169.— Wk. et Lge., l. c., p. 567.— Pro subsp. Ball, Spie., p. 593. —L. multipunctata Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 254, t. 48!—Z. ignescens Kunze, Chlor., n. 488.—Z. amethystea 6. favifiora Lange, Pug., p. 208. Hab. in arenosis incultis: in Siesa de San ‘Cristébal inter Jerez et Puerto de Santa Maria (Bourg.) ad Castillo de Dona Blanca; in vicinitatibus Cadiz (Reut.)—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Africa boreali. (319) Perez Lara.—FrLORULA GADITANA, 125 924.—L. Munbyana Boiss. e¢ Reut. Pug., p. 89.—Lange, Pug., p. 208.—Wk. et Lge., 1. c., p. 567. —Pro subsp. Ball in Spic., p. 593. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris; inter Gibraltar et San Roque (Schousb.); in monte Sierra de San Cristébal in- ter Jerez et Puerto de Santa Maria (Willk.); prope Cadiz et in pinetis ad Chiclana (Lange).—®. Febr., Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Africa boreali-occidentalis. Es probable que esta planta sea solo una variedad de ta L. amethystea. 925.—L. arvensis Des/. Flor. atl. 11, p. 45.—Lange, Pug., p. 206.—Wk. et Lge., l. ¢., p. 569.—A ntirrhinum arvense var. a. L., Sp. pl., p. 855. Hab. in agris regionis inferioris, prope Puerto de Santa Ma- ria (Osbeck).—@. Mart., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 926.—L. micrantha S77. Syst. 11, p. 794.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 458.—Lange, Pug., p- 206.—Wk. et Lge., l.c., p. 570.—Z. parviflora Desf., 1. c., p- 44, t. 137!—Antirrhinum micranthum Cav., Ic. 1, p. 51, Ct fe aa Hab. in argilloso-calcareis cultis regionis inferioris, prope Jerez in Vinas de Torroz.—@. Jan., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Asia occidentalis, Africa borealis. En los pocos ejemplares que he recogido de esta planta, las semillas son siempre finamente tuberculoso-escabrosas en el centro y las corolas presentan el espolén un poco mas grueso que el de las flores de la LZ. arvensis. 927.—L. glauca Spreng. Syst. 1, p. 796.—Lange, Pug., p. 208.—Wk. et Lge., 1. c., p. 570.—Z. bipunctata Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 255.— Antirrhinum glaucum L., Sp. pl., p. 856.—Cav., Ic. 1. ¢., t. 33, f. 2I—A. bipunctatum L., 1. c., p. 853 non Cav. Hab. in incultis regionis inferioris, in vicinitatibus Cadiz (Boiss.)—@. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Italia borealis ex Cesati-. 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (320) 928.—L. Henseleri Boiss. et Reut. Pug., p. 88.—Lange, Pug., p. 208.—Wk. et Lge., 1.c., p. 572. —L,. supina var. minima et glauca Boiss., Voy. bot. 11, p. 461. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Cadiz (Fauché ex Boiss.) —@. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et meridionalis. 929.—L. cesia DC. - Chav., Monoer., p. 174.—Lange, Pug., p. 207.—Wk. et Lee., l.c., p. 572.—Antirrhinum cesium Lag., Pers., Syn-u, p. 157. Hab. in arenosis regionis inferioris, in vicinitatibus Cadiz (Duf.)—4. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et meridionalis. 930.—L. melanantha Boiss. et Reuwt. Pug., p. 85.—Lange, Pug., p. 207.—Wk. et Lge., 1. c., p. 573. —Willk., Illustr. Flor. Hispan. 1, p. 35, t. 112, A!l—Z. trists Boiss., Voy. bot. 1, p. 460 ex parte. , Hab. in rupibus regionis montane, in Cerro de San Cristo- bal supra Grazalema (Heens. ex Boiss.) — 4%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et australis, Baleares. 931.—L. tristis Wi//. Benth. in DC., Prodr. x, p. 281.—Wk. et Lge., 1. c., p. 573. —Willk., Illustr., 1. c., p. 36, t. 112, Bl—Antirrhinum triste L., Syst., p. 465. Hab. in fissuris rupium regionis inferioris et montane: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in monte Peidn de Gibraltar (Brouss., Boiss., Kel, Winkler); in monte Picacho de Alcala (Clem.); in monte Sierva del Aljibe urbis Jerez et alibi. —2. Maio, Junio. (Vv. Vv.) Ar. geogr.—Hispania australis. En la lamina de Willk., Z2lust. Flor. Hisp., se representan las corolas de esta planta con los lobos del labio superior, estriados, pero en todos los ejemplares que he recogido en Gibraltar y en Jerez, estos son estriados y reticulados en el apice, del mismo modo que en la Z. anticaria Boiss. et Reut. 932.—L. verticillata Bozss. Var.? gaditana Per. Lar. in herb.—Multicaulis, lete viridis, \ (821) Perez Lara.—\¥LORULA GADITANA. 127 parte suprema excepta glaberrima; caulibus adscendentibus 20-28 em., simplicibus v. parce rumosis, basi et apice brevi spatio nudis; foliis fere omnibus 4-6 verticillatis, anguste lanceolatis v. linearibus, tenuibus, planis, 8-20 mm. long.; ‘racemo brevi, paucifioro, capitato, pedicellis brevissimis, bracteis linearibus v. spathulatis, cum rachide, pedicellis, calycibusque dense breviterque hirto-glandulosis; calycis -‘geomentis spathulatis, acutiuscutis, inequalibus; corolla me- diocri 15-17 mm., extus parce glanduloso-hirta, violacea, pa- lato aurantiaco, sulcato, fauce aurantiaco-velutina, labio su- ‘periore ad tertiam partem bilobo, lobis oblongis, obtusis, upice reticulatis, calcare subcurvato, acuto, reliqua corolla paulo breviore; capsula..... Ob semina non visa de affinitate hujus plante haud omnino certus sum, sed verisimiliter in grege L. verticillate v. L. tris- dis collocanda erit. Hab. in rupestribus regionis montane, in monte Svzer7a del Pinar supra Benamahoma.—4. Jul., Aug. (Vv. v.) 933.—L. platycalix Boiss. Voy. bot. 11, p. 459, t. 130!—Benth. in DC., Prod., l.c., p. 281. —Whk. et Lge., l.c., p. 576. Hab. in fissuris rupium regionis montane et subalpine: in Cerro de San Cristobal supra Grazalema (Heens., Prolongo!); in Sierra del Pinar prope Benamahoma; in montibus ad Llanos de Campobuche inter Grazalema et Villaluenga ubi abundat.— @. Maio, Junio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. Esta planta es ciertamente anual y no perenne, como por error se ha consignado. 934.—L. triernithophora JVidld. Benthy in DCyeProdr., |. ce). ps27). _Lange, Pug., p. 206.— Wk. et Lge., 1. ¢., p. 576.—Antirrhinum triornithophorum L.,-Sp: pl., p. 853. Hab. in dumosis silvaticis regionis montane; in monte Sierra de Livar prope Villaluenga (Née); in Serra del Pinar circa Grazalema (Hens.)—4. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania boreali- occidentalis et cen- tralis. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (322) 935.—L. latifolia Des/. Flor. atl. 11, p. 40, t. 134!—Benth. in DC., Prodr., l.c., p. 271, —Wk. et Lge., 1. c., p. 576.—Antirrhinum ite Willd., Sp. ll, p. 238. Hab. in argillosis cultis, inter pee se regionis inferioris: prope A/cald (Bourg.); circa Sanlicar (Colm.); in loco dicto Pago de Roboatun prope Jerez et alibi.— ®. Febr., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. 936.—L. villosa DC. Boiss., Voy. bot. 11, p. 450.—A ndirrhinum villosum L., Sp.pl., p- 852.—Chenorrhinun villosum Lange in Wk. et Lge., 1. ¢., p- 580.—A ntirrhinum sacatile minus etc. Barr., Plant. ic. 597! Hab. ad muros et in fissuris rupium a regione inferiore ad subalpinam usque: in monte Gibraltar (Brouss., Salzm., Kel.); prope Grazalema (Clem.)— 4%. Flor a Martio ad Septembrim. (v. v.) 8. pusilla Boiss., 1. c.—Lange, Pug., p. 206.— Z. nummularia Lange, pl. exs. Hab. in eisdem locis: in Gzbraltar (Pourr., Webb, Funk., Winkler); prope Vever (Willk.) in muris pontis super fluvium Barbate; in monte Cerro de San Cristébal supra Grazalema et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Hispania preecipue australis. Antirrhinum ZZ. 937.—A. Orontium Z. Sp. pl., p. 860.—Cav., Prel., p. 85.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, t. 57, f. 1!—Wk. et Lge., l. c., p. 581.—A. minus flore car- neo elatius Barr., Plant. ic. 652! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in cultis et sterilibus incultis huc illuc frequens.—@®. Mart., Maio. (v. v.) 8. grandiforum Chav., Monog., p. 90.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 450.—A. calycinum Lam., Dict. iv, p. 365.—Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 262, t. 52!—A. minus albo amplo flore Barr., 1. c., ic. 656! (323) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 129 Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré tota, Asia media et occi- dentali, Abyssinia, Africa boreali, Canariis, Madera; var. g. in Lusitania et in regione mediterranea calidiore. 938.—A. majus ZL. Sp. pl., p. 859.—Cav., Prel., p. 85.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 449.—Wk. et Lge., l.c., p. 583.—Antirrhinum Dod., Pempt., De 182 1¢.! Hab. in rupibus, tectis, ad muros vetustos regionis infe- rioris: prope Algeciras (Née); in Benaocaz et circa Chiclana (Clem.); in monte Gzbraltar! (Clem., Kel.); prope Sanlucar (Colmeiro); in Dehesa de Atrera ditionis Avcos; in tectis urbis Jerez et alibi.—Mart., Jun. (v. v.) 8. ramosissimum Willk., herb. et in Wk. et Lge., 1. c. Hab. in sepibus et rupestribus dumosis: prope Veer ( Willk.); in loco dicto Garganta del Caballo urbis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione fere omni medi- terranea; var. 8. in Lusitania et Africa boreali. 939.—A. tortuosum Bosc. Chav., Monogr., p. 87.—Benth. in DC., Prodr. x, p. 291,— Wikret hiee.; 1. ¢.,) p-/ 683. Hab. in rupibus, in monte Gibraltar (Reut., Ball, Nilsson). —4. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—In regione mediterranea, ubi huc illuc occurrit. 940.—A. hispanicum Chav. Monogr., p. 83.—Boiss. et Reut., Pug., p. 81.—Lange, Pug., p. 202.—Wk. et Lge., l. c., p. 584. Hab. in rupibus et ad muros regionis montane, supra Be- namahoma.—%. Maio, Julio. (v. v.) 8. glabrescens Lange.— Wk. et Lge., 1. c. Hab. in eisdem locis, in Cerro de San Cristébal prope Graza- lema (Clem.)—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania occidentali et aus- trali. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 9 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (324) TRIB. CHELONEZE Benth. Scrophularia Z. 941.—S. peregrina Z. Sp. pl., p. 866.—Cav., Preel., p. 339.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, t. 55, f. L!—Wk. et Lge., l. c., p. 548. Hab. in ruderatis et ad sepes regionis inferioris: prope C/i- clana (Colm.); in vicinitatibus Cadiz (Bourg.)—@. Apr., Jun. (n. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea. 942.—§. Scorodonia Z. L. c., p. 864.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 445.—Rchb., Ic. l.c., t. 52!—Lange, Pug. 111, p. 199.—Wk. et Lge., l..c., p. 550. Hab. in dumosis humidis et ad aquas regionis inferioris et montane: prope Grazalema; in ditione urbis Jerez locis Sierra del Aljibe, Manantial de Tempul et alibi.—4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Hibernia, Anglia australis, Belgium, Gallia occidentalis, Hispania, Lusitania, Africa boreali-occidentalis, Canarize, Madera, Azorice. 943.—S. nodosa ZL. Sp. pl., p. 863.—Rchb., Ic. 1. c., t. 53!—Wk. el Lge., 1. ¢., p. 551. Hab. in silvaticis humidis regionis montane, in Sverra del Pinar prope Grazalema (Clem. ex Colm.)—4. Maio, Jul. (n. v.) Ar. geogr.— Europa feré omnis imprimis septentrionalis et media, Sibiria. 944.—§. laxiflora Lange. Diagn. pl. 1, p. 231. Hab. in umbrosis regionis inferioris, in montibus Szerva de Palma (Fritze) et Sterra de Luna (Nilsson) ditionis Zos Ba- 77108. —%. Mart., Apr. (n. v.) Probabiliter nil nisi 8. auriculate var. pauciflora. 945.—S. auriculata Z. L. c., p. 864.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 445.—S. auriculata |. major Lange in Wk. et Lge., |. ¢c., p. 552. 4325) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 131 Variat foliis subtus villosis et superne glabris, aut utrinque villosis v. utrinque glabris, modo exauriculatis, modo auri- culato-appendiculatis v. interdum lyrato-pinnatisectis. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis et ad aquas huc illuc frequenter occurrit.—. Flor. a Mart. ad Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior occi- dentalis. 946.—S. sambucifolia Z. Sp. pl., p. 865.—Lange, Pug., p. 199.—Wk. et Lge., 1. ¢., p. 552.—S. mellifera Ait., Hort. Kew. 1, p. 343.—Desf., Flor. atl. 11, p. 53, t. 143!—Boiss., Voy. bot. 11, p. 446. Planta quoad staturam et foliorum figuram maxime poly- morpha. Variat insuper inflorescentia plus minusve foliata, pedicellis dense glandulosis v. subglaberrimis. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis et ad sepes huc illuc satis frequens.— 4. Feb., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et australis, Africa boreali-occidentalis. ‘947.—S. crithmifolia Boiss. Voy. bot. 11, p. 447.—Wk. et Lge., l. c., p. 554. Hab. in rupestribus regionis montane: in Cerro de San Cris- t0bal supra Grazalema (Reut.): in Szerra del Pinar prope Bena- mahoma.—%. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania orientalis et meridionalis. 948.—S. canina Z. Sp. pl., p. 863.—Cav., Prel., p. 339.—Wk. et Lge., l. c., p. 594.—S. bicolor Sibt., Guss., Plant. rar., p. 259, t. 44!—Ruta canina Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 209, ic.! Hab. in collibus siccis regionis inferioris: prope Sanlicar (Clem.); in monte Gidalbin urbis Jerez.—%. Aprili, Maio. {v. Vv.) 8. pinnatifida Boiss., Voy. bot. 11, p. 446.—Wk. et Lge., 1. ¢.— S. pinnatifida Brot., Flor. lus. 1, p. 202. Hab. in eisdem locis sed frequentior: prope Veger (Willk.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); inter Olvera et Zorrealha- guime et alibi. (v. v.) 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (326) 7. betica Boiss., 1. c.— Rouy Mat. Fl. port. 2, p. 4.—8. frutes- cens Wk. et Lge., 1. c., p. 555 ex parte.—S. frutescens var. &. Brot., Flor. lus., 1. c. Hab. ad littora maris, ubi interfrutices et ad sepes huc illuc satis frequens.—(v. V.) 5. Srutescens Boiss., 1. c.—Rouy, l.c.—S. /frutescens L., Sp. pl., p. 866.—Brot., Flor. lus., 1. c—Wk. et Lge., l. c., ex parte. Hab. in arenosis ad oram maris: Gibraltar (Kel.); in Dehesa de la Algaida prope Sanlicar.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi, Asia minori et Africa. boreali; var. 8. in Lusitania, Hispania, insula Pantellaria, Africa boreali; var. y. in Lusitania; var. 5. in Lusitania, His- pania atlantica, Mauritania Tingitana. TRIB. DIGETALEE Benth. Digitalis Z. 949.—D. obscura Z. Sp. pl., p. 867.—Cav., Preel., p. 340.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 466.—Wk. et Lge., l. c., p. 587. Hab. in rupestribus regionis submontane, prope Alcala de los Gazules (Clem.)—%. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis, orientalis et austro-orien- talis. 950.—D. purpurea Z. g. tomentosa Webb, Iter., p. 25.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 464.— Wk. et Lge., 1. c., p. 589.—D. tomentosa Hotfm. et Link, Flor. port. 1, p. 221, t. 29!—Brot., Phyt. 11, p. 159, t. 149! Variat foliis inferioribus in petiolum abrupte v. sensim angustatis, pedicellis calyce et bractea vix v. subduplo lon- gioribus, calycis segmentis obtusis v. acutiusculis, corolla extus plus minusve pubescente. Hab. in silvaticis regionis inferioris et montane: in loco Garganta del Capitan prope Algeciras; in montibus prope (327) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 133 Jimena; in Sierra del Aljibe urbis Jerez et alibi. —%. Maio, Ju- nio. (Vv. Vv.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania. Lafuentea Lag. 951.—L. rotundifolia Zag. Gen. et. sp., p. 19.—Coss., Pl. crit., p. 173.—Wk. et Lge., l.c., p. 591.—Willk., Illust. Flor. Hisp. u, p. 48, t. 116!—Du- r1eua spicata Merat. Hab. in monte Pefdén de Gibraltar, ubi ex Colm. cl. Brouss. legit, sed a nemini recentiorum visa. —%4. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis. Erinus Z. 952.—E. alpinus Z. Sp. pl., p. 878.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 467.—Rchb., Ic. xx, t. 741—Wk. et Lee., 1. c., p. 591. Hab. in rupium calcarearum fissuris regionis subalpine: prope Grazalema in monte Cerro de San Crisidbal et in loco dicto Cueva de la Gotera (Clem.); in Szerra del Pinar supra Benamahoma.—%. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—In montosis Lusitanie , Hispaniz, Gallie aus- tralis, Helvetie, Italie, Sardinie, Balearium, huc illuc oc- currit. Sibthorpia L. 953.—S. europea L. Sp. pl., p. 880.—Lange, Pug., p. 214.—Wk. et Lge., l. c., p. 592. Hab. in umbrosis humidis regionis submontane: in monte Picacho de Alcala (Bourg.); in Sierra de Luna oppidi Los Ba- rrios (Nilsson!)—4. Jun., Sept. (v. s.) Ar. geogr.— Europa occidentalis et austro-occidentalis. 134 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (328) TRIB. VERONICEE Benth. Veronica ZL. 954.—V. hederefolia Z. Sp. pl., p. 19.—Cav., Preel., p. 292.—Lange, Pug., p. 212.— Rchb., Ic. xx, t. 77!—Wk. et Lge., l. c., p. 594. Hab. in arvis et ad vias regionis inferioris et montane: pro- pe Sanlicar et ad Conil (Clem.); circa Chiclana (Cabrera); in vicinitatibus Cadiz (Lange); inter Vidlamartin et Puertoserra- no.—@. Jan., Apr. (Vv. v.) Ar. geogr.— Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. 955.—V. cymbalaria Bodard. Diss., p. 3.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 470.—Lange, Pug., p. 212- —Rehb., Te. 1."¢., t. 77, f 5! — Wk. et Lee: , lac.) pa 594 V. cymbalariefolia Vahl., Enum. pl. 1, p. 81. Hab. in agris, locis umbrosis, ad rupes et muros regionis inferioris et montane: prope Grazalema (Heens.); in monte Pe- jidn de Gibraltar (Boiss., Willk., Kel.); in Dehesa de la Alcaria urbis Jerez et alibi.i—@. Jan., Apr. (Vv. v.) Ar. geogr.—Hispania et regio mediterranea feré omnis. 956.—V. agrestis Z. L. c., p. 18.—Lange, Pug., p. 212.— Rchb., Ic. xx, t. 79!— Wk. et Lge., l. c., p. 594. Hab. in cultis regionis inferioris: circa Chiclana (Lange); prope Jerez.— ®. Decemb., Mart. (v. v.) g. didyma Coss. et Germ., Flor. Par., p. 349.—V. didyma Ten., Fl.nap: pr., p. 6.—Rchb., Ie. 1. ¢., t. 77, f. 1 et 21]—V. po- lila Fries, Nov. Fl. Suec., ed. 2, p. 1.—Wk. et Lge., ]. ¢., p. 595. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arvis, hortis et vineis huc illuc satis frequens.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria, Africa borealis. (329) ~ Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 135 957.—V. triphyllos Z. Sp. pl., p. 19.—Lange, Pug., p. 212.—Rchb., Ic. 1. c., t. 100! —Wk. et Lge., l.c., p. 596.—V. digitata Lam., Flor. Fr. 11, p. 445 non Vahl. Hab. in agris regionis inferioris, prope Sanlucar (Colm.)— ®. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—EKuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 958.—V. racemifoliata Perv. Laz. Plant. noy., p. 3.—Simplex v. parum ramosa, caule subbi- fariam tomentoso-piloso, superne dense glanduloso-hirto; fo- liis pubescentibus, imis breviter petiolatis, late ovato-cordatis, inciso-paucidentalis, dente terminali reliquis majore, ceteris et floralibus sessilibus conformibus v. subconformibus; race- mo laxo multifloro; pedicellis erectis calyce brevioribus; ca- lycis laciniis quatuor, oblongo-lanceolatis, inequilongis; cap- sula compressa, dense glanduloso-ciliata, suborbiculata, apice profunde emarginate-biloba, lobis rotundatis; stylo fissura breviore; seminibus 16-20, ovatis, radiato-rugosis, undulato- marginatis. A proxima V/. arvensi L. differt imprimis caule simplici; fo- liis latioribus, imis, mediis floralibusque conformibus v. pa- rum angustioribus; capsula basi rotundatiore; seminibus ma- nifeste radiato-rugosis, margine undulata nec integra. Hab. in arenosis regionis inferioris, ubi prope Jeez rare occurrit.—@. Mart., Apr. (v. v.) 959.—V. arvensis Z. Sp. pl., p. 18.—Lange, Pug., p. 213.— Rchb., Ic. 1. c., t. 99! —Wk. et Lge., 1. c., p. 596. — Alyssum Dioscoridis Column., Rhyvt-. pe cl, t. 3! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis, herbi- dis et ad vias huc illuc frequenter provenit.—@. Mart., Maio. Ovs¥3} Ar. geogr.—Europa omnis, Asia occidentalis, Songaria, Si- biria, Africa borealis, Canariz. 960.—V. Anagallis Z. Sp. pl., p. 16.—Lange, Pug., p. 214.—Rchb., Ic. l. c., t. 81! —Wk. et Lge., l. c., p. 604. 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (380) Hee planta, valde polymorpha, in species notis diagnosti- cis instabilibus definitas ab auctoribus nonnullis divisa est. Forma communior ditionis Gaditane a forma communiore Gallize et Hispanic borealis differt partibus omnibus plus mi- nusve hirto-glandulosis; foliis parum angustioribus, serratis; calycis laciniis duplo minoribus tertiam capsule partem vix superantibus; capsula minore elliptico-ovata, apice seepe sub- attenuata, vix emarginata. He note tamen parum stabiles, et forme intermedi non desunt. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in aquis stagnan- tibus et ad rivulos huc illuc frequenter occurrit.—®. v. 4. Apr., Jun. (v.iv.) Ar. geogr.—Spec. in Europa tota, Asia temperata et subtro- pica, Africa boreali, Canariis, America boreali. TRIB. EUPHRASIEZE Benth. Pedicularis Z. 961.—P. silvatica Z. Sp. pl., p. 845.—Lange, Pug., p. 215.—Rchb., Ic. Flor. germ. xx, t. 128!—Wk. et Lge., 1. c., p. 608. Hab. in humidis silvaticis regionis submontane, in monte Ll Picacho prope Alcala de los Gazules (Bourg.)— ©. v. 4. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré tota. 962.—P. lusitanica Hojfm. et Link. Flor. port. 1, p. 306, t. 61! —Wk. et Lge., l. c., p. 609. Hab. in saxosis et ericetis humidis regionis submontane: supra Algeciras (Boiss., Reut.); in ditione Los Barrios in monte Sierra de Palma (Winkler) in cacumine montis Cerro de la Comadre (Willk.); in Dehesa del Quejigal urbis Jerez.— @. Mar- tio, Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Lusitania. Eufragia Grised. 963.—E. viscosa Benth. DC., Prodr. x, p. 543.—Lange, Pug., p. 215.— Wk. et Lge., 4331) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 137 l. c., p. 612.—Barisia viscosa L., Sp. pl., p. 839.—Lasiopera viscosa Hoffm. et Link, Flor. port., l.c., t. 61!—Zvrixago viscosa Rchb., Boiss., Voy. bot. 11, p. 473.—A lectorolophus italica luteo- pallida Barr., Plant. ic. 665! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pratis, pascuis et silvaticis humentibus huc illuc frequenter provenit. — @. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis, Lusitania, regio medite- rranea, Madera, Canariz. 964.—E. latifolia G7vised. Spic. Fl. Rumel. 11, p. 14.—Lange, Pug., p. 215.—Wk. et Lge., l. c., p. 613.—Huphrasia latifolia L., 1. ¢., p. 841.—Z7ri- zago latifolia Rchb., Webb Iter, p. 24.—Huphrasia latifolia atropurpurea Barr., 1. c., ic. 276! Hab. in pratis arenosis, in prov. Gaditana (Duf.)—@. Mar- tio, Apr. (n. v.) Ar. geogr.— Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Trixago Stev. 965.—T. apula Sev. Mem. Mosq. vi, p. 4.—Lange, Pug., p. 215.—Wk. et Lge., l.c., p. 613.—Barisia Trixago L., Sp. pl., ed. 1, p. 602.—B. ma- zima et B. versicolor Pers., Syn. 11, p. 151.—Rhinanthus Tri- wago L., Sp. pl., ed. u, p. 840.—Brot., Phyt. Lus. 11, t. 146!— R. versicolor Willd., Sp. 11, p. 190.— Lasiopera rhinantina Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 300, t. 58!— Zrizago altius se- rratis foliis Barr., 1. ¢., ic. 774, I1!—A lectorolophos italica, ver'- sicolor, spicata Barr., 1. c., ic. 666! Hab. in regione infetiote et submontana, ubi in pratis, her- bidis locisque arenosis huc illuc satis frequens.—@. Aprili, Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, regio omnis me- diterranea, Abyssinia, Canarie. Occurrit etiam in Africa aus- trali et in Brasilia australi. 138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (332) Odontites //aller. 966.—0. tenuifolia G. Don. Gen. Syst. 1v, p. 611.—Lange, Pug., p. 216.—Wk. et Lge., l. c., p. 615.—Fuphrasia tenuifolia Pers., Syn. 11, p. 150.— Brot., Phyt. Lus. 11, t. 124!— 2. linifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 185 non L.—Zasiopera tenuifolia Hotfm. et Link, Flor. port- I, p. 302, t. 60! Hab. in ericetis et dumosis regionis inferioris: in vicinita— tibus Cadiz (Duf., Boiss.); prope Chiclana (Bourg.)— ©. Julio, Sept. (n. v.) 8. australis Benth. in DC., Prodr. x, p. 550.—Wk. et Lge., 1. c-. Hab. circa Cadiz (Picard ex Benth.)—(n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania occidentalis. 967.—0. purpurea G. Don. L.c., p. 611.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 472.—-Wk. et Lge., 1. c., p. 616.—Fuphrasia purpurea Desf., Flor. atl. 11, p. 36.—Bartsia purpurea Ball, Spic., p. 602. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Bovnos versus Pajarete (Clem. ex Boiss. )—@. Aug., Oct. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa borealis. Fam. Orobanchacee Zindl. TRIB. OROBANCHEE Wight. Orobanche J. 968.—0. gracilis Smith. Linn., Trans. 1v, p. 172 (1798).— O. cruenta Bertol., Rar. pl. dec. 111, p. 56 (1810).—Rchb., Ic. Fl. germ. xx, t. 159!—Wk. et Peers, aps Gels Hab. in regione inferiore, prope Chiclana (Kalisch. ex Willk.) —%. Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia minor. (333) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 139 969.—0. reticulata Vallr. Gen. Orob. Diasc., p. 42.—Lange, Pug., p. 217.—Wk. et Lee) icp. 62k Hab. in regione inferiore, ubi ad Cistos parasitica: in vici- nitatibus Cadiz (Monnard); in Gibraltar (Leman.); prope Puerto Real (Bourg.); in pinetis circa Chiclana in loco dicto #7 A lcor- nocalejo urbis Jerez et alibi.—%. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Mauritania Tingitana. 970.—O. sanguinea Presi. Del. Prag., p. 71 (1822).—O. cerinita Viv., Flor. cors. sp. nov., ‘p. 11 (1824).—Moris, Flor. sard. 11, p. 248, t. 104!.—Wk. et ier ae ps Ole: Hab. in regione inferiore ad radices Leguminosarum, in G7- brallar (Salzm. ex Moris).—%. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, ins. Steechades, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia, Dalmatia, Algeria. 971.—0. foetida Des/. Flor. atl. 1, p. 59, t. 144!—Boiss., Voy. bot. 1, p. 475.— Wk. et Lge., 1. c., p. 622.—Ball, Spic., p. 604. Hab. in regione inferiore, ubi ad Leyuminosas parasitica: in vicinitatibus Cddiz (Fauché); in Gzbraltar (Kel.); circa Medina (Bourg.); prope Algeciras (Winkler); in loco #7 Zspazal prope Jimena; in Pinar de Hierro circa Chiclana; in ditione Jerez locis Dehesa de las Cuevas, Llanos de Caulina et alibi.—4. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Africa borealis. Esta planta es bastante polimorfa y creo muy probable que la anterior y la siguiente, esto es, la O. sanguinea Presl. y la 0. densiflora Salzm., sean solo variedades suyas. $72.—0. densiflora Salzm. Reut. in DC., Prodr. x1, p. 19.— Wk. et Lge., 1. c., p. 622. Hab. in regione inferiore ad radices Leguminosarum: prope Puerto de Santa Maria (Bourg.); circa Sanlicar (Colm.); inter Algeciras et San Rogue (Winkler); in declivitate septentrio- nali montis Sierra del Aljibe urbis Jerez.—%. Apr., Maio. A) Ar. geogr.—Hispania, Sardinia, Mauritania Tingitana. 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (334) 973.—0. speciosa DC. Flor. fr. v, p. 393.—Rchb., Ic., Flor. germ. xx, t. 161!—Wk. et Lge., l. c., p. 622.—0. pruinosa Lap., Suppl., p. 87.—Vulg. Jopo, Esparrago de lobo. Variat precipue, segmentis calycis integris v. plus mi- nusve inequaliter bifidis, filamentis basi pubescentibus v. a basi ad medium usque villosissimis. Hab. in regione inferiore ad radices Vicie@ Fabe nec non aliarum Leguminosarum: prope Jerez ad Monasterio de la Car- tuja, in Campos de Roboatun et alibi.—%. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Canariz. 974.—0. barbata Poi. Dict. rv, p. 621 non Rehb.—Brot., Flor. lus. 1, p. 183.—Wk. et) User, le. 7 ps O24: Hab. in arenosis preecipue maritimis, ad radices Lotorum aliarumque Leguminosarum: circa Puerto de Santa Maria (Winkler); in Pinar de Platero; ad Convento de Regla prope Chipiona.—4. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Imp. Maroccanum. En todos los ejemplares que he recogido, los estambres se hallan insertos cerca de la base de la corola, 6 sea en la cuarta parte inferior de su tubo. 975.—0. minor Swit. Trans. Linn. Iv, p. 178.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 475.—Wk. et Lee.; I..¢:, p.-625. Hab. in regione inferiore et montana ad variarum planta- rum radices: in monte Pefidn de Gibraltar (Kel.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); in ditione Jerez in Dehesa de la Jardilla et alibi.—@. 4. Mart., Jun. (v. v.) Var. (?) procerior Rchb. —Wk. et Lge., |. c. Hab. in agro Gaditano (Fauché).—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et meridionalis, Asia minori, Africa boreali; var. in Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentali. 976.—0. amethystea 7huill. Flor. Par., ed. 2, 1, p. 317.—Wk. et Lge., 1. c., p. 626.— 0. Eryngit Duby, Bot. Gall. 1, p. 350. (335) Perez Lara.—IlLORULA GADITANA. 14) Hab. in regione inferiore, Hryngii specierum parasitica: inter San Fernando et Cadiz (Fauché); in vicinitatibus Chi- clana (Colm.); circa Puerto Real (Bourg.); in loco Llanos de Caulina prope Jerez. —4. Apr., Jun. (Vv. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia minor, Algeria. 977.—0. cernua Ze. It. hisp., p. 152.—Wk. et Lge., l. c., p. 626.—O. hispanica Boiss., Voy. bot. 11, p. 476. Hab. in regione inferiore, prope Algeciras (Winkler).— 4. Apr., Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea, Asia occidentalis, India, Nova Hollandia. TRIB. LATHREACEE Wight. Phelipza Journ. 978.—P. cerulea C. A. Mey. Enum. Cauc., p. 104.—Wk. et Lge., l. c., p. 627.—Ovroban- che cerulea Vill., Dauph. i, p. 406. Hab. in regione inferiore, super radices.....: in Gibraltar (Kel.);. prope Puerto de Santa Maria (Colm.)—4. Maio, Ju- nio. (nD. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Sibiria, Imp. Maroccanum. 979.—P. ramosa C. A. Mey. L. c., p. 104.—Wk. et Lge., l. c., p. 629.—Orobanche ramosa L., Sp. pl., p. 822.—Mutel, Flor. franc. 11, p. 353, t. 43, f. 313! —Orobanche 11 Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 271, ic.! Hab. in regione inferiore ad Leyuminosarum variarumque plantarum radices: prope Puerto Real (Osbeck); circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Sanlicar (Clem.); in Gibral- tar (Kel.); ad Chiclana (Chape!, Kalisch); in ditione Jerez inter Carrascal et Espartina.— ad. Apr., Maio. (v. vy. et s.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia occidenta- lis, Africa borealis, Canariz, Prom. B. Spei, Abyssinia. 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (336) 980.—P. Muteli Rewt. In DC., Prodr. x1, p. 8.—Wk. et Lge., l. c., p. 629.—Oroban- che Muteli F. Schultz in Mutel, Flor. franc. 11, p. 353, t. suppl., 2, f.-5! Hab. in collibus et arenosis maritimis ad radices variarum plantarum: prope Sanlicar (Colm.); in vicinitatibus Cadiz (Bourg.); circa Puerto de Santa Maria locis Pinar de Platero et La Piedad.—@. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—In Europa australi, Asia occidentali et Africa boreali, cum precedente cujus forsan mera varietas. 981.—P. lutea Des/. Flor. atl. 1, p. 61, t. 146!:—Wk. et Lge., ]. c., p. 630. Hab. in vicinitatibus Cddiz (Duf.)— 4. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis, Africa borealis, Arabia. 982.—P. tinctoria Walp. Rep. 11, p. 462.—P. lusitanica Coss., Pl. crit., p. 43.—Wk. et Lge., 1. c., p. 630.—P. lutea Webb, It. hisp., p. 21, non Desf.—Lathrea Phelipea L., Sp. pl., p. 843.—Brot., Flor. lus. 1, p. 184.—Orobanche tinctoria Willd., Sp. pl. m1, p. 353.—Cis- tanche lutea Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 319, t. 63!—Vulg. Esparrago marino. | Hab. in maritimis ad Chenopodiacearum variarum radices: prope Chiclana (Rodriguez, Cabrera!); circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem., Rodriguez); inter San Fernando et Cadiz (Webb, Colm., Bourg., Winkler); prope Puwerto-Real versus #/ Arsenal.—4. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania littoralis, Mauritania Tingitana. Fam. Lentibulariez Rich. Utricularia L. 983.—U. vulgaris Z. Sp. pl., p. 26.—Rchb., Ic. Fl. germ. xx, t. 201, 202!—Wk. et Lge., les ipxtsat (337) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 113 Hab. in aquis stagnantibus regionis submontanee, in monte Sierra del Aljibe urbis Jerez (Clem.)— 4. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia septentrionalis, Africa borealis, America septentrionalis. Pinguicula /. 984.—P. lusitanica Z. Sp. pl., p. 25.—Lois., Flor. gall. 1, p. 14, t. 1!—Brot., Phyt. Lus. I, p. 1, t. 1!—Wk. et. Lge., 1. c., p. 635.—P. PAGE TE. Flor. angl., ed. 2, p. 8. Hab. in humidis regionis iaferjoris et montane: prope Algeciras (Née); circa Ubrigue (Clem.); in monte Picacho de Alcala (Bourg.); in Sierra de Luna urbis Los Barrios (Nilsson!) —4. Maio, Julio. (v. s.) Ar. geogr.—Europa occidentalis ex Hibernia usque Lusita- niam, Mauritania Tingitana. ESTUDIO MICROGRAFICO DE LOS ALOES my. ENMLeLrANO RODRIGUEZ RISUENO. (Sesion del 9 de Mayo de 1888.) Sabido es, 4 poco que se profundice el estudio de la cien- cia, la exuberancia de formas organicas’y minerales que la Naturaleza manifiesta y las distintas consideraciones a que se prestan, ya sean dirigidas a los individuos aislados 6 sobre el admirable conjunto de los seres. No hay, pues, en otra ciencia tantos motivos de estudio y tan variados argumentos que desarrollar. Ante esa diver- sidad escogi con preferencia un asunto, proporcionado 4 las nociones que en un ramo de la ciencia botanica he adquirido y que no exigiera para su explicacion medios superiores 4 los existentes en nuestros gabinetes de estudio. El trabajo que versara sobre una consideracidn filosdfica, si habia de ser razonado, seria imposible llevarlo 4 cabo por precisarse vasto conocimiento de las cosas y autoridad para decirlas. Quiero con esto significar, que preferi 4 una disertacion puramente académica, un asunto practico, que me sirva al mismo tiempo para dar firmeza 4 los conocimientos que en rigor deben preceder 4 otros mas 6 menos tedricos. Dentro de esta clase de estudios, hay muchos é importantes todos ellos: un analisis quimico de ciertas sustancias; la des- cripcion detallada de los caracteres exteriores de un grupo natural 6 la fisiologia del mismo llenarian el objeto que me propongo conseguir. ANALES DE HIST. NAT. —XVIIL 10 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Sin embargo, son necesarios todos los enseres de un gabi- nete quimico para un ensayo analitico, de igual manera que- un grupo completo de animales 6 plantas para un trabajo descriptivo; en las delicadas cuestiones de fisiologia no se puede prescindir de aparatos apropiados, a4 fin de apreciar el crecimiento, la circulacion, etc.: todas estas causas me han animado a fijarme en el estudio micrografico de un grupo de plantas que estuviera bien representado en las colecciones del Jardin Botanico; y he hallado el género Aloe que lo esta por treinta especies, teniendo la ventaja de existir ejemplares de las diversas claves establecidas por los botanicos dentro del género. Por otra parte, si los multiples seres que la Naturaleza nos ofrece, ya procedan del reino organico 6 ya del inorganico, son siempre objeto para el que la estudia de minuciosa y seria observacion, deben serlo con preferencia, si es posible, aque- llos que, ocupando un lugar determinado en el vasto campo de la Historia Natural, estan dotados de cualidades especia- les, que el hombre en los distintos casos sabe justipreciar. El grupo de plantas que me ha servido de estudio se en- cuentra precisamente en esta circunstancia: el género Aloe forma parte de las Liliaceas, y en tal concepto ha de tratarse de él en Botanica como uno de tantos géneros en la ciencia constituidos, estableciendo todas las analogias organicas que le contienen en la familia y las diferencias que obligan 4 formar una divisién dentro de ella; sin embargo, entre sus afines merece atencién particular, si entramos en cierto or- den de consideraciones. 1. Aplicacion.—La tiene y muy marcada en Terapéutica un jugo analogo al latex, elaborado en el tejido secretor de la planta y que desecado por evaporacién constituye el aci- bar, sustancia empleada con frecuencia en ciertas necesida- des de nuestro organismo. Seguramente que no es necesario decir mucho mas sobre la importancia de estos vegetales en el sentido de su utilidad por ser de todos bien conocida. 2." Hstructura.—El aspecto singular y muy distinto que los aloes presentan en sus especies, atrae en primer lugar la atencién aun del mas indiferente, é impulsa después a inves- tigar cuales sean el origen y la estructura intima de su va- riada configuracién orgdnica, debiendo hacer notar que, si (3) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 147 bien la estructura de las plantas agrupadas en el género oscila entre dilatados limites, se infiere facilmente del estu- dio comparativo y detallado de algunas especies que estan sometidas todas en su esencia 4 un tipo general de organiza- cidn, dentro del que se ostentan diferencias de forma, color, consistencia, etc., que constituyen los caracteres especificos. 3." Adorno.—Son plantas que se usan hoy como objeto de ornamentacion y apreciadas entre nosotros por los accidentes numerosos de sus gruesas hojas, como son aguijones, tu- bérculos, zonas coloreadas, etc.: las flores colocadas en un largo escapo, bien separadas unas de otras 6 en denso racimo terminal, ostentan en algunas especies un bello color rojo, que ofrece en unidn de las bracteitas un conjunto elegante: en nuestro clima no todas las especies florecen, y aun las que llegan 4 hacerlo no adquieren las proporciones que en otros paises mas calidos. Oportuno, es pues, por muchos conceptos exponer algunas notas acerca de la estructura micrografica de los Aloes; y ya que efecto de mi impericia no desenvuelva cual yo quisiera el vasto contenido de este asunto, bien por pasarse inadver- tidos datos tal vez de importancia 6 por no expresar fielmente los caracteres impresos en estos seres, me servira de gran -aliento en mis ulteriores estudios el tener de mi parte la benevolencia de tan ilustrados consocios. Se entiende con claridad por el simple enunciado de este tema que esta fuera de los limites de mis aspiraciones todo lo referente 4 la parte descriptiva de estas plantas, y aun mas las cuestiones relacionadas con el desarrollo morfolégico de los tejidos, desde que estos se inician en el meristemo hasta llegar por continuo y gradual crecimiento al término de su completo desarrollo. Seguro es que en esta clase de estudios tienen marcada im- portancia, por la luz que arrojan, los detalles sobre la epigé- nesis de los elementos organicos; pero no lo es menos, que para obtener resultados positivos es necesario allegar medios adecuados y, lo que en mi entender es dificil poseer, un ca- racter perspicaz y el esmero indispensable en las preparacio- nes anatémicas. Me refiero solamente 4 los érganos ya formados y en su estado normal. Partiendo de este principio, he revisado las 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) especies del género, y como exponer en ese orden las obser- vaciones seria prolijo y por demas cansada la repeticién de tantos elementos comunes a aquellas, prefiero imprimir un doble caracter 4 la cuestidn: primera, deducir del estudio hecho sobre las especies sometidas 4 ensayo una ley de orga- nizacién que pueda abarcar 4 todas, una estructura prototi- pica, si es permitida la frase, 4 la que se amolde con mas 6 menos precisidn la peculiar de cada una; y segunda, como complemento de la consideracién anterior, manifestar segui- damente en qué estriba el desvio que de la norma dada para el género existe en casos particulares, y cual sea la impor- tancia de esa separacidn. Con este criterio creo conseguir ademas que mis observacio- nes sean lo mas completas posible dentro de la deficiencia que las acompana; porque no llevaria a resultado alguno que fuera ventajoso y concluyente el hacer sucesivamente el exa- men aislado de cada especie, cuando el numero de las que en nuestras colecciones existen, si bien no es despreciable, dista mucho de representar el total de las admitidas en el género. Es preciso, por ultimo, declarar que no habiendo limites de separacién entre los diferentes caracteres, porque varian de especie 4 especie y dentro de cada una cambian notable- mente con el crecimiento y con la edad, al incluirlos en una expresién general, no es posible aplicarla con exactitud en todos los casos; es necesario adoptar como principio conven- cional aquello que mas veces se repite: en las células epidér- micas, por ejemplo, el numero de lados mas constante carac- terizaré el tejido bajo este punto de vista, aunque no sea de un modo general. Réstame hacer constar publicamente la gratitud inmensa de que soy deudor 4 mis distinguidos profesores, que con sus discretas advertencias 6 poniendo 4 mi disposicién con mar- cado interés cuantos medios de estudio encontraban, han contribuido en gran parte 4 la terminacién de estos apuntes. No es menor mi reconocimiento hacia el sefor ayudante del Jardin Botanico, D. Blas Lazaro, bajo cuya direccion he tra- bajado, pues ha resuelto con constancia y con la mayor ama- bilidad cuantas dudas se me presentaban: reciban dichos se- hores mi respetuoso afecto como pobre compensacién 4 su valioso apoyo. (5) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO D& LOS ALOES. 49 Concluida esta introduccién, obligada en parte para la cla- ridad del asunto, procede enumerar las especies estudiadas y el orden de exposicion. Puede reducirse la estructura de los Adoes a cuatro teji- dos principales, que enunciados por orden de importancia 6 desarrollo son: &jido tegumentario; tejido parenquimatoso; teji- do fibroso-vascular y tejido secretor. En los dos primeros tejidos, atendiendo 4 su extensidén, he seguido la marcha empleada por el Sr. Castellarnau (D. Joa- quin Maria) en el «Estudio micrografico de la Madera de las Coniferas espanolas y especialmente del género Pinus» (1). Lista de las especies estudiadas. A loe arborescens Mill. | Aloe obscura Mill. — atrovirens De. — plicatilis Mill. — attenuata Haw. — prolifera Haw. — distans Haw. — recurva Haw. — exrcavata W. — saponaria Haw. — fasciata Salm. et Dyck. — sinuata Brot. Jrutescens Salm. embricata Haw. latifolia Haw. soccotvina Lam. spiralis L. sulcata Salm. — macra Ait. — tuberculata Haw. — maculata Thunb. — variegata L. — margaritifera Ait. — verrucosa Ait. — mitreformis W. — viscosa L. — mollis Schult. (| — vulgaris Lam. — ntida, Salm. TEJIDO TEGUMENTARIO. A. Epidermis propiamente tal. « Epidermis unica. (1) Células de membrana delgada. a) Flor. — Perigonio. + Estambre y pistilo. > Ovario. (1) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NatT.—Tomo x11, cuaderno 1.° 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) b) Bractea. . (2) Células de membrana gruesa. a) Estudio de la célula en conjunto. Forma y contenido. — en la hoja. + en el escapo y pedunculo. 6) Estudio particular de la membrana. — Fases de desarrollo. + Cera. a« Epidermis reforzada. (1) Aguijones. (2) Tubérculos. &. Estomas. (1) Superficiales, (2) Profundos. Como se ve por el adjunto cuadro, ocupa el primer lugar la descripcién de la epidermis, reservando para el final lo re- ferente 4 los estomas; de esta manera se evita la confusidn que habia de provenir si se mezclaran 4 cada paso los datos ~ esenciales de la epidermis y los caracteres propios de los estomas; ademas hay en estos tal variedad de tipos, y algu- nos tan notables, que bien merecen ser indicados separada- mente. Dentro del primer grupo, tan amplio que encierra casi todo lo referente 4 este tejido, tiene lugar otra divisién: epidermis unica, que es muy general, y epidermis reforzada que se limita a los accidentes de la hoja. Pero, como la epidermis unica 6 sencilla recubre todos los érganos, es muy natural una subdivisién: considerar primero la epidermis de las par- tes tiernas, como son la bractea y la flor, en las que la mem- brana es delgada; y estudiar seguidamente las gruesas célu- las de la hoja y escapo inconfundibles con las que la flor tiene en todas sus partes. Encuéntrase en la bractea un anillo que enlaza los grupos ly 2: en efecto, la bractea & juzgar por el aspecto, por la estructura de los haces y del parénquima, y hasta por la misma epidermis, tiene entrada indudablemente en el grupo destinado para la flor; pero el eje 6 linea media esta provisto de una epidermis andloga en la resistencia 4 la protectora de {7) Rodriguez Risuefio. — ESTUDIO DE LOS ALOES. 151 la hoja, sobre todo en bracteas fuertes, como en los A. suJ- cata y excavata. No es decir con esto que la bractea no sea una hoja modifi- cada, puesto que Si esa opinién no se demostrara por el estu- dio micrografico y comparado de ambos apéndices, la haria ver con claridad el examen del aspecto de las ultimas hojas del tallo: es notable la especie A. maculata, porque en ella al- canzan las hojas terminales un desarrollo mucho menor que las inferiores, pero exceden considerablemente 4 las bracteas, y poseen todos los caracteres exteriores de las mismas, de manera que se ve el paso de la hoja 4 la bractea. Una vez limitado el estudio de la epidermis 4 la hoja, es preciso dedicar una parte 4 la membrana celular, después de considerar la célula en si y en relacién con las demas; es de- cir, hablar ligeramente de su forma, contenido y disposicion, consideraciones que se han de extender al escapo y pe- dunculo. Respecto a la membrana celular, hay dos extremos muy distintos en cuanto al desarrollo, pero tan bien relacionados por una gradacién intermedia que es preferible compendiar en fases de desarrollo lo referente 4 este punto, 4 dar una formula sintética, que no seria adecuada en muchos casos particulares. Se puede formar 4a partir de lo mas sencillo una serie por la que pasa el crecimiento de la membrana celular, notandose que el ultimo grado de esa escala establece el tran- sito a la epidermis reforzada. Corresponde indicar después, aunque de una manera gene- ral, cOmo se presentan los depdsitos de cera en las células epidérmicas y qué grado de importancia alcanzan en las especies. Descripcion del tejido tegumentario. A.—Se presenta en una capa de células por lo general sen- cilla, manifiesta en todos los érganos, siquiera no siempre sea igual la importancia de su desarrollo. Hs el tejido mas vasto por la variacién que ofrece, y a darle importancia contribuyen las verrugas y aguijones. Desde las especies en que solo se inicia el espesor de la 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8p membrana hasta aquellas en que adquiere el maximo desarro- llo, puede decirse que pasa por cuatro grados diversos, como indicaré en su lugar. Acerca de la forma en las células epidérmicas, nada em concreto se puede establecer; varia entre dilatados limites, y como en medio de esa diversidad hay fijeza dentro de cada organo, es necesario describirla en cada uno de ellos. La disposicién en muchos casos es arbitraria, y en otros ordenada; advirtiendo que este orden consiste en filas que siguen el eje del organo por ellas cubierto, ya sean paralelas entre si (fig. 1) 6 convergentes por unirse dos inmediatas; es- decir, que las filas siguen marcado paralelismo 6 se interrum- pen, que es lo general: en una y otra disposicién las células de dos hileras contiguas son alternas, aumentando la cons- tancia en la alternacién con la regularidad en la forma y la simetria en la disposiciédn de las filas (figuras 1 y 11). Como: observacién muchas veces cumplida se puede decir que la disposicién y flgura de las celdas guarda relacién con la con- sistencia de sus membranas: si la membrana es tenue, las cé- lulas, irregulares por completo (fig..7), apenas se someten & orden de colocacién, excepto en las alargadas; si aquella es en extremo resistente, la forma es marcadamente poligonal, pero distribuidas en series no muy rectas (figuras 2 y 3), y por ultimo, cuando la membrana posee una consistencia me- dia, aparecen regulares y en series notablemente rectas (figu- ras ly 5). Las células tegumentarias contienen principios esenciales y constantes, como son el protoplasma y nucleo. Aparece el protoplasma llenando la célula con el aspecto de un liquido- denso y granuloso a la vez. Siempre que para conservar algun corte de la flor le he puesto en glicerina, se marca el protoplasma como un anu- barrado central (fig. 6), efecto de la contraccién que le desvia de las paredes celulares. En las células jovenes toma el proto- plasma la forma de hilillos tortuosos que son algun tanto paralelos 6 se cruzan en fino enrejado (fig. 12). En un escapo viejo de A. twberculata, la cavidad de aque- llas células mds avanzadas en el crecimiento empezaba ya & presentar vacuolas 6 lagunas celulares aisladas (fig. 4), pero que se reunen para formar una mayor, que ocupa toda la (9) Rodriguez Risueilo.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 153 cavidad celular. En la hoja ha desaparecido el protoplasma, cuando las especies son de epidermis muy resistente. El nucleo existe, aun en las células de la hoja, si bien no siempre es visible en el corte superficial de este 6rgano, por razones que a su tiempo indicaré. Invariablemente el niicleo es circular y tinico en la celdilla; esta caracterizado 4 veces por el doble contorno de su cu- bierta (fig. 4), y muy generalmente es central, conteniendo finas granulaciones entre las cuales se destaca un circulito excéntrico y mas brillante (nucleolo): los ultimos caracteres indicados se ponen de manifiesto por medio del acido acético, merced 4 la transparencia que adquiere la masa. Ademas del protoplasma y nucleo hay otras sustancias, siquiera sean de un modo accidental, tales son: las materias colorantes, granitos de almidon y con mucha frecuencia cris- tales de oxalato calcico, sobre todo cuando el crecimiento esta adelantado; 7 por cierto que nada sorprende tanto como ver esos Ccuerpecitos geométricos, cuya longitud aparente, con un aumento de 500 diametros, esta comprendida entre 1 y 3 mm. Como caracter negativo se puede agregar la ausencia de rafi- des en las células de la epidermis. Debe sentarse como principio muy general, no obstante lo dicho, que no son debidos al tejido tegumentario los colores de los distintos organos: la delicadeza que casi siempre tiene induce 4 error, atribuyéndole el pigmento que es propio de los tejidos inferiores. La presencia 6 ausencia de los estomas es caracter de im- portancia, y su estructura esta en armonia con la naturaleza de la epidermis. Son abundantes en el ovario y en la hoja, dispuestos al azar y a veces sin orientacion. (1) Células de membrana delgada. — Perigonio.—La epidermis se presenta en ambas caras, constituida en la base de la flor por células siempre irregula- res y de contorno sinuoso (figuras 6 y 7); digo en la base, por- que desde el medio de la flor hasta el extremo, en lo que constituye propiamente el tubo de la flor, las células son muy distintas de las inferiores. La epidermis externa y la interna bajo esta consideracién varian algo, siendo la segunda la que ofrece mayores anomalias. 154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (.0) A fin de poder sintetizar la variedad de formas, considero 4 la vez que el contorno la disposicién. En el caso de mayor irregularidad, el mas frecuente en la epidermis interna, pa- rece que las grandes células de que se compone (fig. 7) es- tan formadas por varias lineas sinuosas en sentido opuesto y unidas por sus partes salientes; 4 medida que las sinuosi- dades adquieren distinto desarrollo, se presentan formas mas irregulares y desordenadas. En el A. soccotrina he observado las formas mas regulares en las células que ocupan el eje del perigonio por su parte externa. Otras veces, y esto es lo mas frecuente en la base de la epi- dermis externa, las células, aunque de lados sinuosos 6 ar- queados, son semejantes en la forma y se colocan en lineas que siguen invariablemente la direccién del pétalo (fig. 6); en la flor de A. variegata, el tipo de las células epidérmicas es alargado, aunque conservando la disposicién indicada. Kno el medio y el extremo del perigonio estan provistas de membranas mas consistentes, y en su forma recuerdan la epi- dermis representada en la fig. 5; es decir, paredes ligera- mente curvas y su disposicién alineada como en la parte in- ferior. Unas y otras estan ocupadas por el protoplasma, que envuelve en el centro al niicleo como un cuerpo de mayor densidad. Es constante la falta de materias inorganicas, pues tan solo en la flor de A. maculata he visto algwin cristalito octaédrico 6 masas irregulares erizadas de puntitas cristalinas. + Hstambrey Pistilo.—La epidermis en estos Organos es un tejido continuo, incoloro y fino, a través del cual se per- cibe el color amarillo que tienen estos verticilos en algunas especies. Vistas las células en el corte horizontal se distinguen de las inmediatas por su forma algiin tanto cuadrada; esto nos in- dica que son prismaticas. Cuando se las examina de frente, aparecen en ambos érganos largas y estrechas (figuras 10 y 11), dispuestas en filas alternas; pero con una diferencia: en el estambre los lados cortos son oblicuos (fig. 10), & veces tanto, que las células asemejan fibras, atendiendo a que sus agudas puntas se compenetran, como se observa en el A. ex- cavata; en el pistilo, por el contrario, son horizontales y dan lugar 4 células rectangulares (fig. 11). 411) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 155 Las membranas poseen rugosidades longitudinales y el nt- cleo, como las celdas tienen poca anchura, ocupa en muchas todo el espacio transversal. En el estambre las rugosidades se presentan pocas veces, y limitadas 4 las superficies de con- tacto de las células. Las del pistilo son muy marcadas, como se ve en la figura 11, pues la longitud de las células dismi- nuye en el extremo, hasta que las ultimas forman el estigma en unidn con las del parénquima interior. El pistilo, que en realidad es sencillo, procede de la solda- dura intima de tres, como lo demuestra el estigma: este es triple en algunas especies y formado siempre por células que ensanchan gradualmente desde la base 4 manera de los fios- culos de una compuesta, conteniendo protoplasma reticular y granitos incoloros. Las que revisten la antera y el conectivo pertenecen al tipo poligonal; son exagonas, de distinta magnitud segun las es- pecies y dotadas de protoplasma bajo la forma de hilos flexuo- sos (fig. 12): los nuicleos son pequefios. La membrana descrita (exoteca) es tinica, de igual modo que la interna (endoteca): esta aparece rasgada, sobre todo si es avanzado el creci- miento de la antera. El poélen es sencillo, con una cicatriz encorvada 6 longitu- dinal, representada por una linea oscura cuando el podlen se halla en la antera; pero se borra cuando adquiere turgescen- cia, bien sea por medio del agua 6 por la sustancia viscosa del estigma: en ese estado se advierte que la epidermis es incolora, de un aspecto granujiento y que la tintura de iodo diluida la da color amarillo. En las preparaciones del polen es facil ver la forma que naturalmente tiene, comparada por su semejanza a la de un grano de trigo. Cuando se colocan en el microscopio preparaciones del estigma se ponen de mani- fiesto granitos de polen, que emiten por un punto de su esfera un tubo polinico tortuoso y transparente. Por fin, invade el campo del microscopio en las secciones de ja antera un liguido algo denso, que lleva en suspensién mul- titud de corpusculos blancos 6 amarillos y otras sustancias de asimilacién, materiales que proceden indudablemente de los granos polinicos. > Ovario.—Esta dotado de dos epidermis: una externa (fig. 8), y otra interna (fig. 9), andlogas al parecer en la primera edad. 156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) En un corte horizontal se reconoce que son tres los carpe- los, perfectamente distintos porque se marcan los tres planos de sutura, que llegan hasta el eje central del ovario. Como la estructura de los carpelos es igual, todo lo que de uno se diga es aplicable 4 los demas. En la misma seccién horizontal limitan el parénquima de? carpelo dos filas de células: una fila de células exteriores y casi clibicas, y otra interior de células algo mas alargadas en la direccién paralela al plano epidérmico, como en la fig. 15 lo estan las epidérmicas de la hoja: coinciden ambas filas en ser incoloras y de grandes nucleos. Lo dicho es lo general, pero no lo absoluto, porque en algu- nos ovarios (A. arborescens, soccotrina y macra), las membra- nas epidérmicas, sin perder la forma descrita, contienen un liquido amarillo; y se corrobora este hecho, cuando se ve en la juntura de los carpelos dos series paralelas de células colo- readas, que llegan hasta la placenta, y que son las epidermis externas en contacto. En este caso solamente la forma separa las celdillas epidérmicas de las inferiores, coloreadas también. Las celdillas (fig. 8) son poligonos irregulares, sin que se pueda decir mas acerca de ellas: varia tanto el numero de lados, aunque predomina el exagono, y la disposicién es tan arbitraria que no son caracteres de valor. El hecho casual de durar un ovario de A. arborescens, mas tiempo del ordinario en nuestros climas me did ocasién de estudiar cOmodamente la epidermis interna, cosa que no es facil de hacer en el ovario incipiente: en el caso presente (fig. 9) la epidermis carecia de estomas y sus células endure- cidas daban 4 la membrana consistencia cartilaginea. Como se ve en el dibujo, la membrana aparece en las paredes sur- cada por lineas oscuras, colocadas transversalmente, repre- sentando lineas de comunicacién entre célula y célula. b) Bractea.—Este érgano se asemeja por la organizacion al perigonio: las células del eje son andlogas en la forma a las del extremo de la flor, y las laterales van tomando el aspecto representado en la fig. 6, hasta adquirir en los bordes la forma irregular; es decir, que ofrece la bractea las tres formas de células descritas en el perigonio, y ademas en la misma dis- posicion. El fuerte endurecimiento de la membrana, puesto de mani- <13) Rodriguez Risueiio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 157 fiesto por las incrustaciones que lleva, es caracter de las célu- las colocadas en la linea media: dato que aproxima la bractea a una hoja representada en la fig. 1, por ejemplo. Pero es de advertir que de esta propiedad, si bien no en tan alto grado, participan igualmente las extremas del perigonio. (2) Células demembrana gruesa.—Prescindiendo de la mem- brana en cuanto 4 su espesor, y considerandolo solamente como la cubierta de la célula, es logico estudiar la forma va- riada que adquiere esta parte de la célula en los érganos pro- tegidos por una epidermis resistente. — Hoja.—En el corte horizontal y vertical (figuras 15 y 18), aparece siempre una fila de células, claramente distintas, por la transparencia y menor volumen, de las que forman el pa- rénquima Clorofilico. La forma en dichos cortes, enunciado de una manera gene- ral, es eliptica, aunque no debe tomarse esta frase en el rigor geométrico porque los polos que pudiéramos llamar de la elipse son lineas que determinan la unién de cada celda con su inmediata. Prescindiendo del tamafio, que no es caracter importante. Ja longitud relativa de los ejes varia considerablemente: asi es que sin perder los évalos su forma los hay alargados y re- ducidos, como se observa en las figuras 16 y 18 respectiva- mente: en los A. vulgaris y latifolia, resultan células epidér- micas alargadas y algun tanto tabulares. Si el eje mayor dis- minuye, los elipsoides son cortos como en el citado A. ezca- vata, y en el A. mollis. Por fin, las células epidérmicas del A. soccotrina, son cuadradas 6 ligeramente circulares. La forma propia se manifiesta en un fragmento desgarrado de la epidermis, libre del tejido inferior para que no se ori- gine confusién en el microscopio: de esa manera se manifies- tan casi siempre poligonos marcados (figuras 1, 2 y 3), si bien el nimero de lados y su longitud no son constantes. A la manera como la forma elipsoidal varia entre la elipse alargada y la casi circular, cambia el poligono entre el con- torno ligeramente circular y el regular exacto. in el mayor numero de especies son poligonos marcados, y el numero de sus lados oscila entre cuatro y ocho, siendo comunisimo el exagono. En el A. soccotrina (fig. 1) tenemos un ejemplo de admira- 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14> ble regularidad, asi como el A. variegata ofrece el tipo mas andmalo de la serie: tanto en esa especie como en el A. fru- tescens las células apenas presentan facies poligonal. Las células 4 que me refiero contienen algunos granitos de almidén, 6 sean cuerpecitos incoloros y muy visibles, cuando tratada la preparacién por la tintura diluida de iodo, toman un color violado, que es algo oscuro por la intensidad: esta propiedad manifiesta que son granos de fécula, aunque en corto numero. + Fscapo y Pedunculo.—Las células epidérmicas en estos érganos se terminan por lineas, que forman un contorno lige- ramente poligonal, alargado siempre en direccién del eje (fig. 4). Generalmente el crecimiento es excesivo, y esto hace que en una seccién horizontal la pared externa forme una curvatura (fig. 14): en la seccién de frente se reconocen célu- las ligeramente exagonas y terminadas en punta obtusa. En la especie A. nitida los exagonos son mas regulares, parecién- dose en esta propiedad 4 los que se hallan en el pedtnculo: en la seccién transversal de este se hallan las celdillas epidér- micas alineadas, y envolviendo 4 todas una fajita continua y estrecha, pero muy. refringente, formando una ondulacién en cada célula (A. excavata, maculata y soccotrina). — Fases de desarrollo.—La membrana celular adquiere ma- yor 6 menor consistencia efecto de la sustancia que se depo- sita en ella. La naturaleza de los materiales que en la epidermis da resis- tencia 4 la membrana, &4 mi modo de ver, es organica y no mineral, juzgando por la manera que tienen dichas sustan- cias de portarse con los acidos inorganicos: las particulas sdlidas que incrustan la membrana (figuras 1 y 2), y cuya variedad indicaré 4 continuacién, no se alteran en nada por los acidos clorhidrico y nitrico, tampoco por la potasa con- centrada y fria; en cambio desaparecen con rapidez las for- maciones de oxalato de cal, ya sean amorfas 6 cristalinas. Se encuentra un excelente reactivo en el cloruro de zinc iodado como medio de distinguir en el campo del microscopio la epidermis normal de la endurecida: colocada una gota sobre el corte fino de la hoja, & cubierto de la luz para que sea mas intensa la accién, no ofrecen las mismas propiedades todos los puntos de la preparacién. Si ha obrado el reactivo (15) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 159 por espacio de algunos minutos, como conviene cuando sola- mente nos proponemos establecer la oposicién de caracteres en la parte del vegetal, en dos de estas, en el parénquima clorofilico y en el acuoso, se pone de manifiesto una tinta violada, asi como la parte epidérmica se colorea de amarillo. Los dos colores citados son tan distintos entre si como las causas que los producen: el primero procede de una reaccién quimica entre el liquido y la celulosa, en tanto que el ama- rillo es del color propio del reactivo; la epidermis no hace mas que fijarlo con intensidad. Por este medio se demuestra que el espesor de la mem- brana, sobre todo en la hoja, no es debido a la celulosa pura que compone las células en los parénquimas citados: si asi fuera, ademas del color violado que la da el cloruro de zinc iodado, tendria un disolvente en el sulfato cuprico aménico, sin necesidad de ser tratada previamente por los acidos; en la paracelulosa es necesaria la preparacién por los acidos. No ataca 4 la metacelulosa el licor de Schweitzer ni antes ni des- pués de ser tratada por los acidos. La materia organica que endurece en este caso la membrana es la cutina 6 cutosa, pa- recida a la vasculosa en que no la alteran los acidos, pero dis- tinta en que la cutosa es soluble en la potasa hirviendo y de ella se extraen aceites grasos. Las siguientes observaciones tienen por objeto sefialar la importancia 6 el desarrollo que alcanza en los A oes esta Ulti- ma materia celuldsica. El grado primero y mas sencillo es el que ofrece el pe. dunculo floral, en el cual las paredes celulares, lejos de ser tenues como en la flor, por ejemplo; empiezan 4 endurecerse por la adicién de celulosa, aumentando el espesor: en la sec- cién transversal de un pedunculo de A. excavata 6 de A. ma- culata se hallan las celdillas epidérmicas alineadas y envuel- tas por una zona refringente. Vista la epidermis de frente se revela la pared celular como una linea brillante y gruesecilla que a cierta distancia focal parece ser doble 6 formada de dos lineas que limitan la amplitud de la membrana. En una fase segunda de desarrollo, la pared no solamente es fuerte y brillante, sino que la dan mas consistencia unas eminencias irregulares unidas 4 ella: son estas muy raras en la célula del escapo, pero abundantisimas en las hojas. En el 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) corte vertical (fig. 17) de los A. latifolia, soccotrina (fig. 15), distans y spiralis, aparecen dichas elevaciones, sobre todo si el corte es grueso, bajo la forma de escamitas imbricadas con el borde agudo 6 redondeado; es decir, en el corte horizontal la escamita es semicircular 6 triangular. Viéndolas de frente completamos el conocimiento de estos cuerpos: se presentan como masas irregulares, ya sean cua- dradas 6 ligeramente circulares (figuras 1 y 5) (A. soccotrina y latifolia), 6 bien afecten la forma conica (fig. 2) como en el A. spiralis; masas que se contactan y confunden cuando son abundantes como en el 4. /rutescens. Es curioso, bajo este punto de vista, el A. variegata: la epi- dermis que cubre la parte verde de la hoja difiere de la que protege las zonas incoloras de la misma; la diferencia esta, no en la forma de las células que siempre es bastante irregular, sino mas bien en la menor produccién de cutosa que se ob- serva en las partes no verdes: se puede decir que en estas es normal la membrana celular, de poca consistencia y apenas modificada en ellas la celulosa; por el contrario, en la epider- mis de una mancha joven se observa un grado de mayor en- durecimiento; con un aumento de 250 a 300 diadmetros llaman la atencién unas lineas gruesas que forman las cabeceras de la célula y resaltan por su extraordinaria refringencia. El erueso de esas partes cuticularizadas es mayor en el centro de la linea que en los extremos de ella, y la disposicién no es ar- bitraria, pues los dos lados endurecidos en cada célula son pa- ralelos entre si y siguen todos la direccién transversal de la hoja. Cuando la produccién de cutosa es abundante, como son muchas las estrias cuticularizadas, ademas muy préximas y todas de igual orientacién, dan 4 la epidermis una ligera ru- gosidad, que se percibe en algunas manchas en la base de las hojas: las células de estas manchas, ademas de tener sus lados cuticularizados, participan de la estructura que indicaré a continuacion. Por consiguiente, en el A. variegata encontra- mos unas células normales, otras en un principio de altera- cién, y por fin, en las que constituyen las manchas antiguas de la base de la hoja es mas considerable la cuticula. En la bractea (fig. 5) se observan también, aunque en numero mas limitado, gruesas é irregulares masas que permanecen inde- pendientes y algun tanto alineadas. (17) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 161 Otro grado 6 fase de desarrollo lo hallamos muy caracteri- zado en los A. excavata y mollis, por ejemplo. La cuticula es mas resistente y abundante: mas resistente, porque forma ya una gruesa cubierta de la hoja, y mas abundante, por la dis- posicién que toma; efecto de la excesiva produccién de mate- ria celuldsica la epidermis se encoge, pero con tal regulari- dad, que forma en cada célula un saliente igual 4 esta en volumen, ofreciendo el corte unas veces el aspecto de una la- mina flexuosa (fig. 18) y en otras el de una sierra (fig. 16), aunque los dientes, que pudiéramos llamar, no tienen punta aguda; la cuspide es circular, aun en aquellos que, cual los del A. excavata (fig. 16), es el cono alargado y estrecho. En un corte horizontal de la hoja (fig. 18) es facil ver la es- tructura y la forma del cono en las especies: en unas, como en las A. mollis y prolifera (fig. 18) es un cono poco alargado y la cuspide exactamente redondeada, de la misma forma, pero de un desarrollo mucho menor, son los mameloncitos celula- res en los A. variegata y plicatilis; si bien hay que recordar respecto a la primera especie lo indicado ya, que solo en las manchas antiguas presentan las células un pequefio cono del que carecen las que estan en via de crecimiento. En otras especies de que es buen ejemplo el A. angustifolia, las elevaciones que forma la cutosa son conos de clispide mas aguda (fig. 18) y 4 la vez su base mas extensa por el tamafio que adquieren en esta’ especie las células epidérmicas. Por fin, otro aspecto muy distinto presenta el 4. excavata (fig. 16): el vértice,de la pequefia piramide no puede llevar aqui con propiedad ese nombre, porque mas bien es un casquete circu- lar colocado sobre una angostura, alcanzando por consiguien- te mas extensidn el extremo que la parte inmediata inferior; esta forma, lo mismo que la oblicuidad de algunos mamelo- nes, explica la disposiciédn con que se les ve mirados en direc- cidn de su eje mayor; es decir, proyectados sobre la célula que sirve de base a cada uno de ellos. La estructura de la cuticula no es en realidad tan sencilla como parece, cuando se mira con pequefos aumentos, en cuyo caso no se distingue mas que una lamina continua sobre las células epidérmicas, ondulada 6 aserrada, segtin que los sa- lientes son obtusos y 4 distancia unos de otros, 6 agudos y aproximados. Mirada una seccién horizontal 6 vertical de la ANALES DE HIST. NAT.— XVIII. : 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) hoja con un aumento de 500 diametros, se descubre primera- mente en la piramide una superficie desigual, erizada de los mismos accidentes que tenia la membrana celular en las es- pecies citadas como ejemplo de la segunda fase de desarrollo; por lo tanto, si la célula epidérmica del A. distans (y sus ana- logos) tiene la superficie externa semejante 4 la que ofrece una célula del A. mollis, y no se diferencia la primera de la segunda mas que en la protuberancia, se infiere que las dos son en la esencia de la misma naturaleza; lo que sucede es que en el A. mollis la produccién de materia celuldésica es mas abundante que en el A. distans, y como consecuencia se va formando gradualmente un monticulo en el centro de la mem- brana celular, aumentando por adicién de nueva sustancia, 4 veces en tal cantidad, que se desprende de la célula la esferi- ta que se ha formado. Los accidentes de la superficie son escamitas triangulares, mas abundantes y opacas en la base del cono que en el extre- mo; en este punto son muy pequenas y brillantes, como en los A. angustifolia y tuberculata, 6 grandes, como fragmentos de esfera alrededor de un nticleo (A. excavata). Cuando se ve la preparacidn de frente (fig. 2), tratandose de una superficie con elevaciones, es necesario variar paulatina- mente la distancia focal del microscopio para examinar las partes inferiores y las superiores. En esa posicién se proyecta el vértice del cono como una mancha circular y brillante ana- loga en el aspecto 4 un nucleo pequeno; y tanta es la seme- janza en las especies de mamelones reducidos, que a primera vista pudiera ser tomado como niicleo ese punto luminoso; en otras especies se ve claramente por su mayor tamano y estruc- tura que no existe nada de eso. El aspecto de la proyeccidn es efecto de la forma: si el ex- tremo del cono es agudo, es una mancha desvanecida; si, como signifiqué en el A. excavata , el extremo es un casquete esférico sobre un cuello estrecho, en la proyeccion se vera un circulo perfectamente limitado (fig. 2) y rodeado de los sa- lientes triangulares. A primera vista se reconoce que la parte endurecida no lo esta de igual manera: la resistencia es mayor en la faja mas externa de la zona cuticularizada, que representa en espesor la mitad del total; esa zona es mas clara, fija el cloruro de (19) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 163 zinc iodado con mas intensidad y en ella son mayores las in- crustaciones. Se ha indicado ya que en una seccidn del escapo la cuticula forma una zona sinuosa alrededor (fig. 14); pero en el escapo de A. arborescens en un corte horizontal, aparece cada célula con una elevacién pequena, analoga al parecer a un tubercu- lito de la hoja; sin embargo, hay mucha diferencia: en el es- capo esas elevaciones son verdaderas estrias longitudinales y no interrumpidas, mientras que en la hoja son tuberculitos independientes cada uno colocado en su célula; y como estas son alineadas, los tubérculos forman lineas longitudinales y transversales, visibles sin ayuda de lente y muy marcadas en los bordes de la hoja del A. attenuata. En contraposicién 4 la parte saliente de cuticula hay otra interior colocada entre cada dos células, siendo en las espe- cies citadas un estilete sencillo, que separa cada célula de su inmediata. Por fin, hay un cuarto grado de cuticularizacién que puede estudiarse en aquellas especies (A. maculata, sulcata y nitida) de hojas tersas y duras 4 la vez. El hecho de ofrecer al tacto una suavidad completa, asegu- ra que el microscopio no ha de descubrir en ellas la menor desigualdad externa, pero en cambio la presentan hacia el in- terior como se ve én las figuras 19 y 20. En esas hojas la cuticula es una zona gruesa, brillante y plana, que emite robustos conos entre célula y célula, repre- sentados ya en el caso anterior por aquellas finas prolonga- ciones intercelulares. Creciendo esas partes entrantes por adi- cidn de capas, la célula epidérmica es comprimida y queda formada de una parte ancha que es la base y un cuello de la longitud del cono. ; Kn el A. nitida y sobre todo en el A. maculata, las células son mas cortas y por la parte superior mas anchas (fig. 20), pero en cambio los conos de cutina no penetran tanto. En la epidermis de A. sulcata el cuello de la célula es muy largo, lo mismo que lo es el cono. El nucleo en estas células existe como un pequeno circulo colocado independientemente en el cuello 6 en la base de la célula. Dada la anchura que tiene la zona externa, al practicar una seccién de m 4m podra suceder que el corte no alcance a 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20). la cavidad celular, 6 por el contrario, que sea cortada si pro- fundizamos, como se ve en las figuras 3 y 13: en el primer caso, se marcan en la preparacion los contornos poligonales de las células, y una multitud de lineas paralelas que atraviesan la membrana parece que indican sus capas de crecimiento; en el segundo caso, ademas de los lados rectos (fig. 3), se mani- fiesta la cavidad celular como un circulo claro y una ancha zona intermedia, que ocupa la mayor extensién de algunas células; es sencillamente la parte cuticularizada. No obstante de existir nticleos son pocos los que aparecen, y la razon es obvia: si esas masas son muy pequenas con re- lacion a la cavidad celular y ademas sin lugar fijo de coloca- cién, al verificar un corte perpendicular 4 la-longitud de la célula, no es facil que en él sean comprendidos mas de dos 6 tres nucleos. Tratando la preparacién por el cloruro zincico iodado, y de- jando actuar el reactivo por espacio de algunos minutos, se observan dos colores distintos y ambos de gran intensidad: azul oscuro en las cavidades de las células y amarillo de oro en sus gruesas paredes, representados en las figuras 19 y 20; el primero por las celdas y el segundo por los conos entran- tes. El cambio de coloracién no es brusco, porque no habien- do adquirido las capas mas inferiores el mismo endureci- miento que las demas, no es tan limpio el color amarillo que adquieren. En el A. sulcata (fig. 3) la membrana al parecer esta libre de asperezas; pero en la misma seccion de la especie A. niti- da (fig. 13) las capas mas interiores llevan elevaciones ondu- ladas que se dirigen hacia el interior; son, & mi modo de ver, repliezues de la misma membrana, que aumentando de volu- men por el crecimiento y encontrando grande obstaculo 4 su distensién en las paredes que separan las células, necesaria- mente sus dobleces han de presentarse en el interior que es el lugar de menor resistencia. + Depdsitos de cera.—Se presenta esta sustancia en la hoja, escapo y flor bajo la forma de escamitas algo transparentes y aglomeradas, sobre todo en la unién de las células. En el es- capo, cuando no es muy abundante el depdésito (fig. 4) las es- camitas se alargan, y reunidas forman cordoncitos transver- sales, flexuosos y de distinta longitud. 421) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 165 En las hojas de A. prolifera, mollis, tuberculata y plicatilis, el depdsito de cera es muy abundante, ofreciendo un aspecto curioso, principalmente en la ultima especie: la capa cérea es continua y solamente interrumpida por los tuberculitos de las células; por lo tanto, aquellos resaltan al microscopio como es- pacios claros entre la masa de cera, homogénea y poco trans- parente. ax Epiderms reforzada.—Como tal podemos considerar la que recubre los aguijones y tubérculos de las hojas. En realidad las observaciones que siguen se refieren princi- palmente 4 las células inferiores a la epidermis 6 que sirven de refuerzo, toda vez que 4 las epidérmicas se pueden aplicar las consideraciones que anteceden, hechas sobre la forma y disposicién celular 6 sobre la alteracién que sufre la mem- brana. Sin embargo, es oportuno sefalar algun rasgo caracteristi- co que sea comtin a la epidermis del aguijén y del tubérculo: las paredes celulares en los dos 6rganos son constantemente gruesas y provistas como la epidermis de la hoja de granula- ciones diversas € irregulares, pero no he observado sobre ella la excrecencia organica que hemos sefalado en muchas hojas; en el aguijoén las células carecen seguramente de ellas, toda vez que no han aparecido habiendo estudiado este érgano en las distintas épocas de la vegetacién. No me cabe la misma seguridad respecto a la epidermis del tubérculo por no haber hecho observaciones fuera de la estacidn de primavera: en esta época, dado un corte vertical en la hoja de A. twberculata, de modo que comprenda un fragmento de la epidermis gene- ral y 4 la vez la seccidn de un tubérculo, es facil convencerse de que en este son las células quiza mas resistentes que las mismas de la epidermis general y guardan la forma poliédri- ca de estas, pero se ve que las células epidérmicas hasta la base del tubérculo lleva cada una su pequefia excrecencia, y de pronto deja de existir en las que se elevan para cubrir el tubérculo propiamente tal. La forma de las células epidérmicas es alargada en todo el aguijoOn y en los lados del tubérculo, pero con una diferencia que esta en armonia con la naturaleza de estos Organos: el aguijén termina en punta aguda y necesariamente las células desde la base aparecen mas estrechadas en el extremo que se 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) dirige 4 la clispide de aque]; el tubérculo es redondeado y sus células superiores son poligonos cortos é irregulares. (1) Aguijones.—Merecen este nombre los apéndices agudos. que presentan muchas hojas de A/oes colocados en dos filas laterales y 4 veces en tres, por existir una intermedia que no siempre es completa. El aguijén es sencillamente un agregado de células mas 6 menos numeroso y de distinta resistencia segun las especies; no contienen resto alguno de los haces fibroso-vasculares que corren en direccién paralela a la del borde de la hoja, pero alejados de él, y por lo tanto de los apéndices que el borde lleva 6 sean los aguijones. En una seccion perpendicular al eje mayor se pone de ma- nifiesto su curiosa estructura: primeramente, la periferia de la elipse (que tal forma tiene la seccién) es gruesa, y la mem- brana envia prolongaciones entre célula y célula. Esta zona se caracteriza por ser la parte mas endurecida, y ademas la que fija con mas intensidad la tintura de iodo concentrada: bajo esta consideracién son notables los aguijones de los A. distans y mitreformis, porque este caracter, que las otras especies ofrecen con el iodo, lo presentan naturalmente los aguijones jévenes y los extremos de los antiguos en las espe- cies citadas. A primera vista aparecen amarillos los aguijones de A. distans y mitreformis, y pudiera creerse que ese color residia en todo el tejido; pero colocada en el microscopio una seccidn horizontal 6 vertical, se ve que solamente la membra- na periférica y las prolongaciones intercelulares son de un color amarillo, que forma contraste con la transparencia de las células inmediatas. Debajo de la cubierta de células externas existen dos 6 tres capas de refuerzo, capas que guardan hasta cierto punto la misma disposicién eliptica de la envoltura epidérmica. Las celdas son redondeadas y sus paredes adquieren tal desarrollo, que la cavidad celular queda reducida & un peque- fio circulo, que aparece hueco, como es natural, en la seccién horizontal: la cavidad celular es mayor en las celdillas del centro que en las periféricas, lo cual se explica por tener en estas la membrana mayor espesor y resistencia. A veces la forma no es por completo circular, si bien en muchas ocasiones esta oculta por la direccién oblicua del cor- (28) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 167 te: si este no es exactamente normal al eje del aguijén, cada célula va seguida de un espacio oscuro en uno de sus lados, el cual es debido al espesor de la membrana que se pone de manifiesto al ser cortada oblicuamente. No son tan frecuentes como en los tubérculos espacios in- tercelulares que dejan tres celdas contiguas como un pequefio triangulo, cuyos lados curvos representan las tres membranas que los forman. En aguijones de gran desarrollo (A. prolifera) se presentan en las superficies de contacto lineas oscuras: son delgados conductos de comunicacion que irradian de la célula y se di- rigen 4 todas las inmediatas. En un corte dado, segun la direccidn del eje, se presentan las lineas de comunicacién como las que existen en la epider- mis del ovario representada en la fig. 9. No es dificil en- contrar entre las celdas cavidades mayores, ocupadas por un numero considerable de rafides y otras masas irregulares de igual naturaleza, toda vez que se disuelven como aquellos en el acido clorhidrico. En ese corte vertical aparecen exagonos largos, de paredes gruesas y conteniendo algunos granitos de fécula. Los lados de las células ofrecen poca diferencia en las especies: en los A. latifolia y mollis son rectos y la forma es un exagono estrechado en su parte superior; en el A. prolifera son sinuo- sos y las células ofrecen los extremos planos; en la especie citada el aguijon es robusto, como lo demuestran los conos intercelulares y las paredes de las células, sobre todo las epi- dérmicas, que reforzadas desigualmente ofrecen el aspecto de una linea gruesa y dentada, lo mismo que sucede con las su- perficies irregulares y las crestas salientes de la membrana en el A. prolifera. El numero mas limitado de las capas de refuerzo y la menor consistencia de las células epidérmicas hacen que el aguijén sea flexible y transparente en el A. atrovirens, por ejemplo. La misma estructura del aguijén tiene la zona incolora y resistente que sirve de borde & muchas hojas de Alves, & cuya parte estan intimamente unidos los aguijones; y es notable que el parénquima clorofilico sigue la direccién de ese con- torno, pues termina cerca de los lados de la hoja en una linea recta, y en la base de cada aguijon forma una pequefia pira- 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) mide deprimida, que pudiera servirle como de nucleo, si pe- netrase algo mas en ese apéndice; quiero significar con esto, que el parénquima clorofilico de los bordes de la hoja es en la forma un remedo del tejido tegumentario, al cual pudiera servir como de molde, si las zonas que refuerzan la epidermis en esos puntos fueran capas de parénquima clorofilico. (2) Tubérculos.—Bajo este nombre comprenderemos, ade- mas de las elevaciones asi llamadas en el A. tuberculata, los accidentes que adornan las hojas de otras especies, como los A. margaritifera, verrucosa, fasciata y otras; es decir, que si todas las irregularidades de la superficie de las hojas son dis- tintas en el aspecto, en la forma, volumen y colocacién, con- sideraciones que suministran datos de importancia en la caracteristica de las especies, aparecen todas ellas iguales en la investigacién micrografica, cuando menos en los grandes rasgos de su estructura. No son los tubérculos en ningun caso excreciones tegumen- tarias y sin vida, como pudiera creerse, siendo suficiente para convencerse de ello observar un corte vertical, que compren- da el tubérculo y una parte epidérmica de la hoja: en él se ve que la capa mas exterior del tubérculo es continuacién de la epidermis general, la cual no hace mas que elevarse por el crecimiento excesivo del parénquima inferior, lo mismo que se forma un grano en nuestra piel: ese parénquima lleva cé- lulas que contienen los principios necesarios para la vida. Por consiguiente, contribuyen 4 formar el tubérculo dos tejidos diferentes: el parenquimatoso que es, por decirlo asi, la mé- dula del tubérculo, y el epidérmico que le sirve de estuche. El epidérmico es facil obtenerlo completo por la maceracién de una hoja, toda vez que desaparece el parénquima y queda la epidermis con depresiones en la parte interna, que corres- ponden 4 elevaciones en la exterior y en las cuales se aloja la parte blanda; comparado este tejido con la epidermis de la hoja no presenta diferencias notables. Para verificar secciones normales al eje del tubérculo se debe principiar por separar el casquete 6 parte superior, en’ la cual se marca la figura poligonal de las células y entre ellas aletin estoma en el tubérculo del A. terrucosa. Profundi- zando el corte, aparecen las células circulares y con la cavi- dad pequefia, efecto del incremento de la membrana: entre (25) Rodriguez Risuefio.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 169 tres membranas queda un espacio perfectamente triangular. El tamajfio relativo de los circulos varia mas considerable- mente que en una seccidn igual del aguijén: unos ocupan casi toda la célula, porque esta tiene la membrana poco endu- recida, y otros no tienen mas diametro que el de un nucleo pequeno, lo cual nos indica que la membrana adquiere consi- derable espesor, siendo constantes los canales de comunica- cidn entre unas células y otras. No he observado cavidades intercelulares con rafides, como son frecuentes en el aguijén; pero mas que en este abundan en el tubérculo granitos de fécula en un protoplasma poco denso. A corta distancia de la cuspide llega el parénquima clorofi- lico, por cuya razon en secciones bastante superiores 4 la base del tubérculo se presentan ya células con granitos clorofilicos y membranas cada vez mas tenues. En algunas especies (A. angustifolia y fasciaia) el tubércu- lo en su parte mas elevada es de un blanco puro, debido a gran numero de burbujas de aire que ocupan las células in- feriores. B. Hstomas.—Estan repartidos por la mayor parte de los érganos, en algunos con abundancia, aunque siempre sin or- den y 4 veces sin orientacién: es caracter constante el perma- necer independientes unos de otros y 4 regular distancia. Las dos células que lo forman estan siempre colocadas en el mismo plano de las epidérmicas; y, como estas son super- ficiales en unos Organos y profundas en otros, por la capa de cuticula que las cubre, este cambio de posicidén lleva consigo diferencias notables en los estomas. Siendo de organizacion mas sencilla los superficiales, deben ser estudiados en primer lugar, para pasar después a los mas complicados. (1) Las dos células que los componen son redondeadas en su parte externa y ligeramente concavas en la interna; de ma- nera que al unirse y dar lugar al estoma este es en general de forma redondeada (figuras 8 y 12), y la abertura, que se marca por un rodete continuo, es mas 6 menos longitudinal y eliptica. Ocupan las células epidérmicas abundantes grani- tos incoloros; por la tintura de iodo diluida coloreados en azul. La forma ligeramente eliptica en las células y el ostiolo alargado unas veces y otras lineal, se encuentran en los esto- 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) mas del escapo, pedunculo, bractea (fig. 5) y parte verde del perigonio, haciendo notar, que el ntimero en las citadas par- tes es muy escaso, principalmente en las dos primeras. Los que se hallan en la base del perigonio afectan una forma exactamente circular, y el ostiolo, comparado con los estomas del escapo, disminuye de longitud en la misma proporcién que las células: el perigonio y la bractea son las partes del vegetal que menos estomas presentan, exceptuando el fila- mento y el pistilo que carecen en absoluto de ellos. . En la epidermis interna del perigonio no he hallado esto- mas en la mayor parte de las flores, aunque no puede dedu- cirse de esto un caracter negativo, toda vez que en alguna ocasién lleva estomas por el interior la parte clorofilica del perigonio. Entre las celdillas poligonales del ovario (fig. 8) se presen- tan estomas generalmente circulares y algunos tan deprimi- dos, que la longitud del ostiolo es menor que la distancia transversal de las células; en una palabra, las células son mas anchas que altas y el ostiolo es casi circular: esta forma es propia también de los estomas del conectivo (fig. 12). La disposicién relativa es muy variada, asi como la orien- tacién: las aberturas estan dirigidas en el escapo, bractea y perigonio paralelamente al eje de estos Organos, asi como en el ovario y antera pueden tomar esa direccién 6 inclinarse a derecha é izquierda hasta formar su eje angulo recto con el del érgano que los lleva (figuras 12 y 8). La disposicidn, relacionada con las células que los rodean, no es mas fija, aunque en cada organo se presenta siempre igual: en todos los érganos cuya epidermis es compuesta de células alargadas y colocadas en linea recta, los estomas se encuentran en esas lineas, entre dos células que limitan las extremidades del ostiolo y otras dos laterales correspondientes a las filas inmediatas (figuras 4 y 5). En el conectivo, cuando las células exagonales guardan cierto orden de colocacién, la manera de quedar los estomas entre ellas es constante; pero en el ovario que existen en nu- mero mas considerable que en la misma hoja, como las célu- las estan distribuidas al azar, no es fijo el numero de las que forman cada estoma, y parece que cada uno sirve de apoyo a una porcién de celdillas que convergen en ellos (fig. 8). Sien- (27) Rodriguez Risuefio.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 171 do necesario estudiar el ovario cuando es muy joven, es difi- cil preparar la membrana interior, y por lo tanto ver si lleva estomas: la epidermis interna de un ovario de A. arborescens (fig. 9) carecia de estos 6drganos, si bien, repito, no merecen alto grado de importancia los caracteres apreciados en una parte de la flor que esta sufriendo continuas variaciones. Los estomas mayores son los del conectivo y algunos del ovario, ofreciendo 4 la vez una estructura delicada, hasta el punto de que, si la epidermis no esta acompafiada de algunas células clorofilicas, es necesario mirar atentamente la prepa- racion para distinguirlos, como circulos de gran tamafo que resaltan sobre el fondo verde amarillento. No he observado estomas en el corte horizontal del escapo, ya sea por la dificultad de obtener una seccién completa, 6 por el corto nimero que este érgano contiene en su epi- dermis. (2) Como conclusién al tejido tegumentario resta exponer lo perteneciente 4 los estomas profundos de la hoja. La dife- rencia entre estos estomas y los anteriores no estriba en la forma de las células, pues como se ve en las figuras 3, 15, 16 y 18, es andloga en unos y otros: dos células arrifonadas, muy ricas en materia clorofilica y granos de fécula; la diferencia esta en que los anteriores se encuentran al nivel de la super- ficie, y en estos, como mas profundos, existe ademas de las células estomaticas (fig. 15) un canal de forma variada, que las pone en comunicacidn directa con la atmésfera. Para dar una explicacién de cémo aparecen los estomas en las preparaciones de la epidermis, cuando se la estudia de frente, es preciso, en primer lugar, separar de la hoja laminas muy delgadas, ya sean certadas en direccién de sus nervios 6 perpendicularmente 4 ellos (figuras 17 y 18). En el primer caso, es decir, en la direccién longitudinal de la hoja, siguien- do la zona epidérmica, se distinguen células de trecho en tre- cho, ordenadas por pares, de un volumen algo mayor que el de un nticleo, y por consiguiente, mucho menores que las epidérmicas como se ve en la fig. 16: entre dos de estas célu- las epidérmicas se encuentran colocadas las estomaticas con mucha simetria, y en su cavidad exactamente circular es abundante la materia clorofilica acompafiada de granitos ami- laceos: sin atender 4 la disposicidn y menor volumen, sola- 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) mente por el color verde se distinguirian las células estoma- ticas de las propiamente epidérmicas. Empleando en la preparacion la tintura de iodo concentra- da, adquiere el contenido de las pequefias células un tinte azul, que si alcanza mucha intensidad permite ver claramen- te la posicién de los estomas y el tamafio de sus células, las cuales aparecen como dos esferillas tangentes que tienen la misma altura de las epidérmicas, no considerando como an- chura de estas el espesor de la cuticula; es decir, que el esto- ma en este caso se compone de dos partes: las dos células que estan profundas y un estrecho canal que, a partir de estas, termina en la superficie de la hoja; el punto en que el canal aparece esta considerablemente elevado de la superficie (figu- ras 16 y 18), formando un tubérculo muy analogo 4 los latera- les, solamente que es truncado (fig. 16). La disposicién en conjunto es muy particular: como las cé- lulas reunidas constituyen una superficie circular algo depri- mida y nace de esa depresién el conducto, que forma en la base un vientrecillo antes de estrecharse en un cuello largo, tiene el estoma en conjunto todo el aspecto de una calabacita vinatera (fig. 15). Esto es lo que se observa en la mayoria de las especies, si bien es facil deducir que no siempre es igual el desarrollo del estoma, ni en el volumen de las células estomaticas, ni en la longitud del canal: en el A. variegata, por ejemplo, las célu- las estomaticas son muy pequenas, y la extension del canal aumenta sin formar curvatura desde la base hasta la super- ficie; en el A. excavata (fig. 16), las células estan profundas y de ellas parte un largo canal, que termina en la superficie formando un tubérculo; pero la abertura es un poco inferior al nivel de la cuticula, lo cual hace que limiten el conducto externo dos superficies elevadas y fuertemente endurecidas; ‘en el A. attenuata (fig. 18), la irregularidad aumenta, porque el canal es sumamente ancho y de lados céncavos, que vienen 4 terminar al nivel de los tubérculos y estan reforzados por dos prominencias (a y 0) encorvadas hacia el interior; en el A. distans el estoma es de la misma configuracién, solamente que las dos prominencias, curvas en la especie anterior, son rectas y mas cdnicas en la especie citada. En las hojas de superficie lisa (A. nitida, sulcata, DC.), las (29) Rodriguez Risueii0.— ESTUDIO DE LOS ALOES. 173 células estomaticas son muy profundas, y el canal es tan largo, que traspasa el nivel de la epidermis, terminando con dos monticulos laterales (fig. 20); en todos los casos lleva cada estoma un espacio vacio debajo de sus células, 6 sea la camara estomatica muy distinta de las células inmediatas que son clorofilicas. Conocida ya la verdadera estructura del estoma nos damos facil explicacién del aspecto que presenta en una seccién practicada segtin el plano de la epidermis. En un corte superficial (figuras 12 y 13) se presentan los estomas entre cuatro células epidérmicas, caracterizados por la forma rectangular de su grueso contorno, y por ser los huecos mas pequefios que aparecen en la superficie epi- dérmica (1). , Si la seccién es profunda se pondran de manifiesto las dos células estomaticas entre las epidérmicas (fig. 3). Las cuatro células que limitan la abertura del canal esto- matico no varian por su forma de las demas, y en cuanto 4 la consistencia esta es igual en todas, dicho en términos gene- rales; solamente en la epidermis de A. spiralis y verrucosa las células inmediatas a los estomas estan mas cutinizadas, hasta el punto de que dando lugar en la superficie 4 cuadrados 6 espacios mas oscuros, aun sin fijarse detenidamente en el es- toma, es conocida desde luego la posicién que ocupa. Es dificil fijar de un modo absoluto los estomas que existen en una superficie dada; en cuanto al ntimero relativo, proce- diendo la apreciacién exacta de tal caracter de observar y comparar muchos tipos variados de plantas, y no teniendo la seguridad que da la practica, creo mas prudente exponer las siguientes observaciones: en primer lugar, la parte mas abun- dante de estomas es la hoja, sin que se diferencien por esta consideracién las dos superficies de ella: las partes verdes tienen mas estomas que las incoloras, principalmente cuando la planta es joven; asi es que en el 4. variegata las manchas lancas y jévenes carecen de ellos, cuando ya los posee la parte verde que las limita. Las especies citadas como ejemplo (1) Aun cuando en el dibujo es oscuro el fondo del estoma estaé hecho con objeto de fijar su posicién; en realidad debe ser incoloro, toda vez que es hueco el canal, tinica parte del estoma que se alcanza en un corte superficial. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) de mayor cuticularizacién, y algunas otras, tienen muy pocos estomas: asi, por ejemplo, en la superficie circular que llena el campo del microscopio con un aumento de 250 4 300 dia- metros, no hay mas de dos 6 tres estomas en los A. spiralis y nitida, mientras que en igual superficie del A. /rutescens apa- recen 8 y 17 6 20 en los A. plicatilis y tuberculata. No he observado estomas en el filamento y pistilo, como tampoco en el aguijén y bordes cuticularizados de la hoja. TEJIDO PARENQUIMATOSO. a) Células elipsdideas 6 ligeramente poligonales. «) Con un liquido amarillo. (Conectivo). 6) Solo con granos clorofilicos. (Hoja y carpelos). y) Incoloras. -++ Células pequefias y muy unidas. (Placenta). — -—-_ grandes y flojas. (Parénquima acuoso de la hoja). b) Células cortas. (1) Paredes sinuosas. ; «) Solo con clorofila. (Extremo de la flor y eje de la bractea) 6) Solo con granos rojos. (Base de la flor). 7) Incoloras..... (Margenes del perigonio y bractea). (2) Paredes ligeramente curvas. «) Con gotas de aceite y granos clorofilicos. (Hoja). c) Células alargadas. a) Células con granos clorofilicos. (Escapo). 8s) oo o— — rojos. (Pediiuculo y extremo del escapo). y) Células incoloras 6 con granos de almidon. Descripcion del tejido parenquimatoso. Una vez descartado del conjunto el tejido tegumentario, valiéndonos de propiedades tan marcadas é importantes como las seflaladas, que sin dejar lugar 4 confusién hacen de su estudio una parte singular y bien limitada, procede exponer en segundo lugar el llamado tejido parenquimatoso. (31) Rodriguez Risueflo.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 1%5 Si con la imaginacién se aislan el tejido fibroso-vascular y el secretor, que existen con claridad en estas plantas, queda ocupando la mayor extensién en todos los miembros un con- junto de células, cuya nota mas saliente es la vaguedad en la forma, contenido y disposicién, descubriéndose no obstante de eso breves rasgos de afinidad en su organizacidn: ese agre- g@ado de células le comprendo para mayor sencillez con el nombre genérico de parénqguimda. Como consecuencia de esta diversidad es necesario metodi- zar en cuanto pueda el asunto; y toda vez que no se sigue la marcha de describir aisladamente los érganos, establezco las agrupaciones que parecen ser mas naturales, sin que cause sorpresa el ver que en un grupo determinado entran dos par- tes distintas, la hoja y el ovario, por ejemplo; aunque segu- ramente, cualquiera que fuese la combinacién seguida no salvaria tal inconveniente, 4 no ser que estableciera una cla- sificacién para cada miembro, en cuyo caso, dando entrada a el estudio individual, desapareceria el caracter general y deductivo que he propuesto guardar. La forma es el caracter elegido como principal en el adjunto cuadro, por lo mismo que es el caracter mas constante; asi, en la hoja siempre predomina la anchura en sus células clo- rofilicas; las del escapo y pedunculo son alargadas, como es natural en érganos en los que predomina la longitud. El primer grupo abraza las formas circulares, las elipsdi- deas y las ligeramente poligonales: no es posible separar estos tres contornos, dada la frecuencia con que de uno se pasa 4 los demas, ya sea el cambio insensible, como sucede en la hoja, 6 ya tan brusco que alternen dos formas, por ejemplo, en el ovario la angulosa y la redondeada. En el segundo grupo estan aquellas en que las dimensiones son proximamente iguales, y nunca por completo redondea- das, pero tampoco poligonales; es un ‘grupo que enlaza si se quiere el primero con el tercero. En el ultimo estan todas aquellas células manifiestamente alargadas, prescindiendo del lugar que ocupan y de las mate- rias que contienen. La consideracién del contenido, sirve para dividir los prime- ros grupos, muy complejos como es consiguiente, siendo digno de notarse que células de determinada forma y conte- 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) nido se repiten con ligeras diferencias en la serie de las espe- cies. A veces no hay un solo contenido, sino dos 6 mas, cual sucede en las celdillas que encierran liquidos coloreados: a primera vista se cree que ocupan estos toda la célula, pero, cuando se miran con mayores aumentos y la densidad lo per- mite, se descubren granulaciones que parecen ser coloreadas, hasta que por la fractura de la célula el liquido se derrama y queda aislada la materia granulosa, viéndose entonces que es incolora. «) Est& comprendido en la primera divisién el tejido que forma la mayor parte del conectivo en determinadas especies, sobre todo en los A. soccotrina, arborescens y macra. Es nece- sario colocar la antera dentro de Ja hendidura practicada en un fragmento de médula del girasol, si deseamos tener cortes finos y completos, que den idea del conjunto: de esa manera aparecen en una seccidn horizontal (con un aumento de 100 didémetros, para observar 4 la vez todo el corte), las cuatro celdas de las anteras implantadas en una masa correspon- diente al conectivo, masa que es compuesta de la epidermis tenue, como ya se ha dicho, de un sombreado central (haz fibroso-vascular), mas de un agregado celular coloreado y ho- mogéneo, ocupando el espacio que media entre la epidermis y el centro: ese es el parénquima. En la seccién horizontal no hay diferencia de forma entre las células epidérmicas y las centrales; pero en un corte ais- lado del conectivo, que sea vertical, se completa el conoci- miento de la estructura, si bien la aglomeracién de células que aparecen en el mayor ntiimero de preparaciones, efecto’ de lo dificil que es separar la epidermis, origina alguna con- fusidn; pero salimos de ella cuando se ve el parénquima ais- lado en determinados puntos de la preparacién. En tal caso se perciben células de paredes continuamente curvas, ora formen circulos, ya dvalos 6 contornos irregulares por las presiones que sufren. La falta de espacios intercelulares, por una parte, la delga- dez de los tabiques de separacién, que apenas se perciben, por otra y la uniformidad del contenido, que es un liquido de un color amarillo intenso, hacen que no se vea con clari- dad la estructura del tejido, sino solamente un fondo colo- reado sobre el que se destacan las paredes de las células epi- (38) Rodriguez Risuefio.—-ESTUDIO DE LOS ALOES. 177 dérmicas: facil es, por consiguiente, al ver unas células mar- cadamente poligonales (fig. 12) y de una resistencia propor- cional 4 su grueso, atribuirlas propiedades que no tienen, porque el color amarillo es propio de las_subepidérmicas. Si el rasurador destruye accidentalmente algunas celdillas y quedan entonces incoloras, es cuando en las que permanecen llenas se marcan las curvaturas de su contorno. El liquido amarillento Neva en suspensién multitud de gra- nitos de fécula sencillos é incoloros. - En el ovario de las citadas especies hay células analogas 4 las descritas, aunque no con tanta constancia, siendo notable el volumen que alcanzan, casi doble del que tienen las demas células del parénquima, sin excluir las epidérmicas, que son amarillentas también en las citadas especies. Ocupan las cé- lulas de que trato la parte mas interna de cada carpelo; es de- cir, un casquete que envolviendo al haz fibroso-vascular, ter- mina en la epidermis interna del mismo carpelo, describiendo una curva; en las especies restantes ni la epidermis ni el parénquima eneierran este liquido amarillo, que es sustituido por materiales sdlidos. 8) En este grupo estudiamos el parénquima clorofilico en los carpelos y en la hoja. . El parénquima de los carpelos es un conjunto de apretadas celdillas en las que disminuye la figura angulosa. Todas con- tienen, y en especial las proximas 4 los tres haces vasculares, gruesos granos clorofilicos, aunque varia la intensidad segiuin la edad y la planta: en las especies A. soccotrina, arborescens y macra los granos verdes son abundantes en xantofila, y en general la clorofila es poco intensa, habiendo casos de pre- sentarse las células con un contenido granuloso casi incoloro. Los cambios de color en el ovario tienen su explicacién; porque en el estado joven de estos érganos florales, lo mismo que veremos en el desarrollo del escapo, la vida es activa, la divisién y crecimiento de lus celdillas se esta verificando con energia, y en este movimiento vital los productos que aque- llas contienen han de sufrir continuas transformaciones hasta llegar 4 desempefiar cada uno la funcidén a que esta destinado definitivamente, ya sea la funcidn clorofilica 6 ya la alimen- tacién directa del vegetal. En la hoja se presenta muy pura la clorofila; es perceptible ANALES DE HIST. NAT. — XVII. 12 178 y ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) a simple vista, seccionando la hoja en sentido longitudinal 6 transversal, una zona verde subepidérmica, de poco espesor en proporciodn al total de la hoja, y su color no siempre de igual intensidad. Cuando se coloca una seccidn en el microscopio aparece la zona verde, que arranca 6 parte inmediatamente de la epider- mis (fig. 19), siendo de notar la diferencia insensible que se presenta en la forma de las células: las que componen la pri- mera fila y las dos siguientes, filas que son paralelas 4 la epi- dermis, son elipses alargadas perpendicularmente a la direc- cién del eje foliar, y dispuestas de manera que el extremo de las celdas de una fila viene a corresponder precisamente entre dos de la fila contigua; es decir, que las filas son alternas; y como & la vez el desarrollo en volumen: es proximamente igual, guardan mucha regularidad en la disposicién, que puede decirse es en empalizada (figuras 15 y 19). Si son agudos los extremos de las células, porque se forman aquellos de dos lados, es mas completo el contacto 6 unién con las de la fila inmediata; en caso de ser ligeramente cur- vos (fig. 16) quedan huecos .celulares insignificantes, que siempre se ponen de manifiesto. La disposicién en empalizada se marca admirablemente en el parénquima clorofilico de las especies A. maculata y sul- cata: con tal regularidad se colocan las células paralelamente a la epidermis, que gracias 4 sus grandes dimensiones se percibe a simple vista un fino rayadito, que representa las filas celulares. Fuera de este corto numero de filas las células restantes van acortandose, se hacen redondeadas y pierden en gran parte la disposicién en lineas, 4 medida que se acercan a los haces vasculares. Como consecuencia de la figura circular en las células interiores, se hallan en el tejido espacios interce- lulares irregulares, que se ponen en comunicacioén, como se ve seccionando la hoja en varias direcciones. La seccién que se hace por un plano perpendicular al eje mayor de las células da idea completa de la forma, es decir, el plano de seccidn es paralelo al de la epidermis: en esa sec- cidn se reconoce si el elipsoide celular que se presenta en los otros cortes es 6 no exacto: si al cortarlos perpendicularmente a su eje mayor son circulares las celdas de la seccion y dejan (35) Rodriguez Risueiio.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 179 pequenios espacios intercelulares, los elipsoides tienen una forma bastante regular; pero si las celdas son alguin tanto cuadradas 6 rectangulares (A. soccotrina), y por consiguiente no dejan pequenos espacios intercelulares, las células clorofi- licas no son de superficie completamente redondeada, sino mas bien prismatica. El cambio en la forma de las celdas es propiedad del mayor numero de especies, aunque en algunas se marca poco y no existe en el A. /rutescens, por ejemplo, cambio que cesa en la proximidad de los haces fibroso-vasculares cuando el parén- quima clorofilico los envuelve, adquiriendo entonces una forma distinta y un contenido mas variado, como indicare- mos 4 su tiempo. En el A. sulcata (fig. 19) se observa con claridad el cambio brusco en la figura del parénquima; 4 las células subepidér- micas elipsdideas y regulares en la colocacién siguen las inte- riores, ofreciendo las formas mas raras y sinuosas; asi es que los espacios intercelulares, grandes y numerosos 4 la vez,, estan ocupados por muchas burbujas de aire que, cuando se las mira en el microscopio, aparecen formando 4 la célula un borde oscuro; esas burbujas son visibles 4 simple vista y tan penetradas en el.tejido, que aun después de permanecer una seccién muchos dias en glicerina, no se la ve desprovista de tal elemento. Las células clorofilicas experimentan un cambio de forma en la base de los tubérculos; en ese caso, saliendo las células de la linea clorofilica subepidérmica, se alargan hacia fuera y siguen la direccién del eje del tubérculo, si bien las basicas pierden rapidamente la clorofila, y las superiores estan priva- das por completo de ese principio, con sus paredes mas grue- sas; por estas razones pueden considerarse como células de refuerzo. El tamano no siempre es igual; llaman la atencién por su gran volumen las de A. soccotrina y A. latifolia; pequenas y dle escaso contenido en el A..varieyata; pequefias y circulares todas en los A. spiralis y tuberculata; muy irregulares en el A. distans, y la zona verde es muy estrecha en el A. plica- tilis. El nucleo es pocas veces perceptible en este tejido, 4 no ser -en aquellos casos (A. variegata) de granos clorofilicos peque- 180 ' ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (36) flos y separados, en que el nucleo es claramente visible, como: la mayor masa de la célula. Es muy comun la presencia de grandes cavidades en las células, que ocupan 4 veces por completo el hueco celular, adhiriéndose los granos clorofilicos 4 la pared; las vacuolas 6 lagunas celulares son casi siempre circulares y desprovistas en su interior de clorofila. Puede creerse, sobre todo cuando la materia verde esta en cantidad exigua y las células son re- dondas, que hay muchas lagunas celulares, y en realidad no es asi, como puéde comprenderse; por delgado que sea el corte ha de llevar mas de una capa de células, y si la mas superior es transparente, se percibiran al través los espacios intercelu- lares que dejan las que estan inmediatamente debajo, como si fueran lagunas; sin embargo, estas se distinguen del espacio intercelular en que el espacio es sinuoso y muy irregular, en tanto que las lagunas, sean grandes 6 pequefias, unas 6 va- rias, son circulares. En algunas especies (A. soccotrina y distans) no he visto la- gunas, pero quiza consista en que la planta no se encontraba en condiciones apropiadas para que se presenten. Respecto a la clorofila existe poca variacién; siempre son libres los granos clorofilicos, y este es un caracter constante en las especies. En aquellas plantas ricas en esta materia, en- tre las que pueden figurar los A. atlenuata, tuberculata, niti- da, etc., los granos son gruesos, limpios y de un color bastante intenso, colocados en filas de un extremo a otro de la célula cuando esta es alargada, ocupandola por completo de esa ma- nera; en las que son circulares la clorofila, ocupa general- mente el centro, 6 se retira de él por aparecer las lagunas ce- lulares. En las especies poco clorofilicas los granos son muy pequenos y deun color palido. En los granos clorofilicos de mayor volumen he notado por mucho tiempo en la masa clorofilica unos puntos, oscuros al parecer, hasta que sin duda, por una presién ejercida sobre el cubre-objetos, se estableciéd un movimiento rapido en la pre- paracién; con el aumento de 500 didmetros puede observarse entonces la presencia de unos cuerpos muy pequenos, elipti- cos é incoloros, que se fijan unos sobre la clorofila y otros for- man pequenos agregados, después de pasar algunos segun- dos; estos son los leucitos incoloros que se presentan en los 437) Rodriguez Risuefio.—rsTUDIO DE LOS ALOES. 181 granos clorofilicos, pero no se percibe su verdadera delicadeza por el color intenso del fondo verde sobre que descansan. El por qué se presentan manchas blancas en las hojas y de qué depende su intensidad, tiene explicacién en este sitio, sin que podamos decir otro tanto acerca de la forma que afecta cada una de ellas, y la variada disposicién que tienen en las distintas especies, y 4 las cuales caracterizan, pues en ellas se fundan muchos nombres especificos, como son A. variegata, nitida, maculata, etc. Dirigiendo el corte en la hoja de manera que se logre alcan- zar una mancha de A. /atifolia, por ejemplo, se advierte la escasez de granos clorofilicos en células redondeadas y en- vueltas por pequefias cantidades de aire; la ausencia de mate- ria verde y la presencia de aire en los espacios aislados del parénquima, son las dos causas de formacién de manchas. En la especie citada, lo mismo que en los A. obscura y saponaria, estan las manchas desvanecidas; son de un blanco sucio, por- que existe en las células algun granito clorofilico y el parén- quima restante no es muy abundante en esta materia. En la esencia sucede lo propio con las manchas de A. varie- gata, la especie que las presenta mayores; el aspecto rugoso que ofrecen sabemos que es debido a las células epidérmicas. La blancura de la especie A. nztida se debe a causas analogas; primeramente el aire esta en mayor cantidad ocupando los espacios intercelulares, las células estan privadas de clorofila, y por otra parte, el blanco contrasta con el color intenso que tiene el parénquima inmediato, que es muy rico en clorofila. vy) Por ultimo, en el grupo «) se comprenden otras células redondeadas 6 angulosas, pero incoloras, que existen en el parénquima: son incoloras y transparentes, porque su conte- nido liquido, asi como los granos que en él flotan, son inco- loros. -++ Las que forman en el ovario la columna central tienen la figura redondeada, marcada en el corte horizontal y mejor en el vertical, porque el corte se desgarra en los bordes, favo- reciendo el verlas cuando estan aisladas. El tejido de la pla- centa y de la columna central es de celdillas numerosas, y, como a la vez no tienen trabazén alguna, es facil separar sus partes. Los nucleos aparecen en confusiOdn, envueltos por un protoplasma denso y granuloso como manchas circulares y le2 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) resplandecientes, aproximadas a las paredes. Contienen todas g@ruesos granos incoloros, y en corto numero, repartidos por la cavidad celular, como lo estan los clorofilicos en el parén- .quima del carpelo. La forma de las células varia poco de unas especies 4 otras: el caso de mayor regularidad lo he observado en el ovario del A. excavata: las proximas 4 los bordes, 6 que han de llevar los évulos, se alargan en forma de maza. La resistencia de las paredes celulares en la placenta no es pequefia, tratandose de una parte muy tierna del vegetal; y tanto es asi, que nunca se desfiguran las celdillas por la pre- sién, formando esto contraste con las que se describen 4 con- tinuacién, componentes de lo que se llama por los autores pa- rénquima acuoso de la hoja. — El nombre de este tejido alude 4 la gran cantidad de un jugo que llena sus numerosas células: es sin duda ese liquido muy abundante en agua, pero contiene a la vez otros princi- pios que le hacen adquirir la consistencia de la goma. Lleva en suspensién algunos granitos de fécula y raras masas clo- rofilicas, que toman respectivamente color violado y amarillo por la tintura de iodo muy diluida. En las secciones del parénquima acuoso se presenta el cam- po surcado por multitud de lineas flexuosas, dirigidas en to- dos sentidos, y que corresponden 4 membranas celulares muy abundantes en celuloss; puestas por poco tiempo a la accion del cloruro de zinc iodado adquieren un intenso color vivlado. La confusién de lineas procede de la abundancia de células superpuestas que contiene el corte, desfiguradas por su ex- cesiva tenuidad; pero mirando detenidamente al microscopio (con un aumento de 100 diaémetros) un fragmento del parén- quima, sin ejercer sobre él presién alguna, es posible distin- guir espacios cerrados, contornos que forman las lineas enfo- cadas primeramente, prescindiendo de las que aparecen en planos inferiores; se observa con ayuda de mayores aumentos, que esos espacios son exagonales, algo alargados en direccién transversal de la hoja, y ligeramente circulares los extremos de cada exagono. Fijandose en una célula y variando paulatinamente la dis- tancia focal, se dibujan otras lineas algo encorvadas, que si- guen exactamente la direcciédn de su contorno, y que repre- sentan otras tantas células alineadas con la primera. Esa mis- (39) Rodriguez Risueiio.—kESTUDIO DE LOS ALOES. 183 ma regularidad existe en la colocacién 4 derecha é izquierda, hasta el punto de marcarse 4 simple vista el enrejado que es- tablecen las lineas de unién colocadas horizontal y vertical- mente; esto no causa extrafieza tratandose de células tan grandes, que ocupa una sola todo el campo de observacion, a poco que sea el aumento empleado: son indudablemente las mayores de estos vegetales. Ofrece este parénquima otra particularidad en su contenido mineral 6 inorganico; es por esencia el parénquima del oxalato de cal cristalizado. Al hablar de la epidermis he citado ejemplos de células en que se habia depositado el oxalato de cal bajo Ja forma de cristales exactamente octaédricos, cristales siempre escasos y mas todavia en el parénquima acuoso; pero en compensacion, las agujas prismaticas de esta sustancia son abundantes en el parénquima clorofilico de la hoja y hay verdadera profusién en el acuoso de algunas especies; aunque en el parénquima clorofilico es menor el numero y su presencia es mas constante que en el acuoso. Las de A. prolifera y angustifolia se distinguen de otras por una multitud de lineas brillantes, que, como agujas visibles a simple vista, invaden su parénquima acuoso. Cada uno de esos estiletes 6 agujas es un largo paquete de rafides, orienta- dos todos en direccién del eje de la hoja. Las células que los contienen son mas largas y estrechas que las inmediatas, aunque también de paredes sinuosas y ligeramente estrecha- das en los bordes. Es lo general que estos prismas sean aciculares, de agudas puntas; en el A. spiralis son verdaderos prismas de base an- cha y siempre estan formados en células aisladas, que guar- dan entre si distancia proporcional, y colocadas en lineas: es segura la ausencia de granulaciones en las células que llevan rafides. El numero y tamafio varian mucho: en unas especies como en la A. latifolia son escasos; en otras (A. sulcata y tubercula- ta) son abundantes en la hoja, en el escapo y en la flor; los rafides son pequefios en las celdillas del ovario, por ejemplo; pero largos en la hoja y sobre todo en el A. tuderculata ad- quieren un desarrollo extraordinario. El parénquima en las hojas varia algo en cuanto al desarro- 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ° (40) llo; pero en general es muy grande en todas las especies, pues la fuerte epidermis que tienen impide la evaporacién del agua contenida en él, y que pierden muy pronto al ser cortada la hoja. 6) Pasando ya al segundo grupo, encontramos células ana- logas & las anteriores por el contenido, pero diferentes en ge- neral por la forma. Son de poca longitud, algunas tan largas como te pero invariabiemente los lados, en vez de formar contornos circula- res 6 elipsdideos, son rectos 6 sinuosos: tampoco adquieren la longitud de las Ultimas que se exponen, y por eso se considera este grupo como unidn de los extremos, miradas las cosas de esta manera. «) Merece citarse primeramente el parénquima interepi- dérmico del perigonio y bractea: en el eje de ambas partes, y principalmente én la base de la bractea y cuello de la flor, se presenta un parénquima clorofilico de granos abundantes, limpios, de gran volumen y colocados de modo que llenan las células. Son estas del tipo representado en la fig. 6, 6 sea la epidermis del perigonio; pero el desarrollo es mayor y las paredes atin mas flexuosas, como puede verse muy bien en la flor de A. maculata. 8) Células de la misma forma pero con otro contenido ofrece la base del perigonio en todas las flores de Aloe: ese conte- nido es la materia roja que de un modo constante se presenta en granos, que flotan en el protoplasma. Comparados con los clorofilicos presentan notables diferen- cias, no ya en su naturaleza como es consiguiente, sino en su disposicién y forma; esta es eliptica y con facilidad se desfigu- ran por la compresién del cubre objetos. Nunca lenan los granillos rojos la célula con la uniformidad de la clorofila; es decir, se presentan en todas las partes de la célula, pero de- jando espacios claros: se unen por sus extremos en numero de cuatro 6 cinco solamente, dando lugar 4 cordoncillos rectos, semicirculares 6 sinuosos y colocados en todas direcciones. Mirando las cosas con buena voluntad se encuentra en esa disposicién cierto parecido en el aspecto con algunas prepa- raciones de Bacillus. Es comin que estén los granillos aisla- dos en la célula 6 alrededor del nucleo, y 4 veces de tal modo, que cuaudo la masa del nucleo no es perceptible, sea por su (al) Rodriguez Risuefio.—rSTUDIO DE LOS ALOES. 185 transparencia 6 por no estar enfocada a la par que estos cor- pusculos, se puede fijar la posicidn que ocupa, merced a4 una corona oscura que forma la agrupacidn de estos cuerpos mi- croscépicos. La intensidad del color y su abundancia en las especies, va- rian notablemente con la edad: las flores jévenes tienen un color rojo intenso, que palidece mucho cuando la flor esta proxima 4 caer. Segun observaciones hechas muy recientemente sobre este punto por D. Blas Lazaro é Ibiza, publicadas en los ANALES DE LA Soc. Esp. bE Hist. Nar. (1), y algunas noticias aun inéditas que particularmente me han sido comunicadas por él mismo, la materia colorante roja de los A does es soluble enel éter, un poco mas en la esencia de trementina, y mas que en ningun otro disolvente en el cloroformo; y ofrece la notable particula- ridad de que no se modifica su color por la accion de los aci- dos ni de las bases, lo cual demuestra que no es Cianina enro- jecida como la generalidad de los colores rojos de las flores. vy) Esta sustancia colorante roja no se presenta en las par- tes laterales de la bractea, ni en.los bordes del perigonio, que son por completo incoloros. Siendo sinuosos los lados de las células, dejan espacios intercelulares en los que el aire se aloja alrededor de la celda vegetal. 2) El parénquima, que lleva en estas plantas materias olea- ginosas y 4 la vez granos clorofilicos, se encuentra en la par- te interior de la hoja (fig. 19); es decir, entre el parénquima clorofilico subepidérmico y el acuoso. No se reconoce bien en un corte horizontal de la hoja, 4 no ser que se presente accidentalmente en la proximidad de los haces. Pero en un corte vertical (fig. 19) de la hoja llama en primer lugar la atencién la naturaleza del contenido: en efec- to, el aceite se presenta en esferillas de un color amarillo ca- racteristico y con marcada refringencia. El tamano de la gota de aceite varia mucho, segun el estado de desarrollo: el minimo puede compararse al de un grano clorofilico, adquiriendo en el caso de mayor desenvolvimiento el tamafio doble de un nucleo. (1) Actas de la Sociedad Espanola de Historia Natural, ato 1886, pag. 24. 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) La masa oleaginosa es limpia, de un color amarillo puro cuando empieza 4 formarse, pero con la edad es enturbiada por finas granulaciones que penetran en su masa: en este. caso las esferillas son opacas, y solamente en aquellos puntos, transparentes, como son los bordes, se percibe en gran canti- dad una granulacién como puntos oscuros, que es de presu- mir sean granitos de almidon, si bien no he tenido habilidad suficiente para demostrarlo, dada su pequefiez y principal- mente la posicién oculta en que se encuentran. Es lo general que haya una sola gota en cada célula y que esté adherida 4 una de sus paredes; alguna vez hay reunidas dos 6 mas, principalmente cuando son de pequefio didmetro. El parénquima de que se trata se halla localizado , de modo que ocupa la misma regién de la hoja en todas las especies: esta regidn es la de los haces fibroso-vasculares, pudiendo decir que las celdas que tienen materiales grasos forman a cada haz una envoltura externa (fig. 15). Consideradas en si las células son cortas, de bordes mas ‘rectos que curvos y colocadas en lineas longitudinales, alter- nas entre si. Kl nimero de estas filas no es muy grande, aun- que el desarrollo varia en las especies: las A. soccotrina, varie- gata y latifolia se pueden citar como ejemplo de escasa sus- tancia oleaginosa, las A. tuberculata, excavata, sulcata como ejemplos de abundancia. Es muy general que el aceite y el parénquima que lo encie- rra sean abundantes en las especies de epidermis fuertes, aun- que entonces son impuras las grandes esferas que forma la materia oleaginosa: el volumen y la limpieza de la esferilla oleaginosa, guardan en este caso proporcién inversa. En rigor, esto tiene un punto de enlace con el parénquima verde de la hoja, porque el principio clorofilico esta aqui bien representado; pero aparte de este caracter, las células en el parénquima Clorofilico son mayores y de otra forma, como se inician ya en el corte horizontal. La clorofila esta dispersa por las paredes de las células, fijandose algunos granos en las gotas de aceite; y, como los bordes de aquellos aparecen oscuros, pudiera creerse ver en la esferilla una superficie reticular, cuando en realidad no hay tal cosa (fig. 19.) C) Células en que domina la longitud.— Es seguro encon- (43) Rodriguez Risuefio.—ESTUDIO DE LOS ALORS. 187 trarlas en todas las partes del vegetal, aunque con distintos caracteres. «) Kl parénquima clorofilico del escapo (fig. 17), se com- pone de células alineadas y alternas, un poco estrechadas en las extremidades. Por medio de un corte horizontal se pone de manifiesto la disposicién de este parénquima (fig. 14): debajo de la fila ex- terna 6 sea la epidermis incolora, aparece-una zona circular, continua, estrecha y coloreada, zona compuesta de celdas, que en el escapo viejo estan comprimidas por efecto del cre- cimiento de la capa fibrosa adyacente; pero antes de llegar esa época son .células ligeramente redondeadas, que dejan espacios intercelulares de poca importancia. La clorofila, ya se presente en granos 6 ya en masas anormales cuadrangu-— lares, como sucede en el escapo de A. macra, no es tan fre- cuente como en la hoja ni el color verde es tan uniforme en todas las capas: disminuye en las interiores. Los escapos de 4. variegata y nitida, distan mucho fie los caracteres asignados 4 las demas especies: sus células no son tan alargadas y terminan por paredes curvas que contribu- yen a formar grandes vacios intercelulares, & la vez que au- menta la anchura de la célula; y asi como en el mayor numero de especies la longitud es cuadruple de la anchura, en estas alcanza el doble. ; En el extremo del escapo y en los érganos florales esta re- presentado el parénquima descrito por células cilindricas ali- neadas siempre y de una longitud media; es decir, las de} estambre y pistilo son claramente cilindros alargados; las de} pedunculo floral son las que alcanzan menor longitud. Es tan limitada la extensién de la zona coloreada, que sola- mente esta compuesta de dos 6 tres capas de células paralelas a la epidermis (fig. 14), y 4 las cuales siguen otras muy ana- logas al parecer, pero distintas en realidad, como que perte- necen al tejido fibroso. Es constante también la colocacién de los corpusculos en masas arracimadas centrales 6 prodximas a uno de los extre- mos; cuando el contenido es muy pobre, los granillos unidos en grupos de tres 6 cuatro se esparcen por la cavidad de la célula. En el estambre y pistilo es lo general que ocupen este parénquima leucitos en niimero extraordinario; pero en los 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) érganos florales de los A. macra y arborescens, soccolrina y eax- cavala el color amarillento es debido 4 la gran cantidad de xantofila que tienen las celdas subepidérmicas. S) El pedtinculo floral adquiere un tinte rojo, merced 4 los granitos de ese color, que aumentan en el extremo del escapo. vy) Prescindiendo de los granitos de fécula esparcidos en corta cantidad por la planta, este principio es muy abundante en todos los érganos bajo la forma de granillos pequefios, de menor tamano que los clorofilicos, si bien alguna vez por ex- cepcidn ofrecen casi las dimensiones ordinarias de un niicleo. Guardan la disposicién doble de la clorofila: 6 arracimados en la célula 6 dispersos por sus paredes. Con aumento de 500 diametros se consigue distinguir, ade- mas del borde circular del grano, otro circulito interior que le es concéntrico, mas visible cuando adquiere un color rojo 6 violado mediante la tintura de iodo no muy concentrada. Las células colocadas préximas 4 los haces se estrechan gra- dualmente hacia los extremos que son ligeramente curvos; otras veces la terminacién es una linea recta que sefala la union de dos células. El eje del escapo lo componen unas células de gran volu- men (figuras 14 y 17), prismaticas y sin contenido especial: en un corte horizontal del escapo y del pedunculo, sobresalen las células interiores por ser las mayores a la vez que las mas regulares y transparentes: son frecuentes grandes espacios intercelulares y accidentales algunos granos de clorofila. A esta divisién del parénquima corresponde el que forma la mayor parte de una raiz joven: este drgano se compone en un principio de una regidén externa, de un pequeno circulito in- terior de haces fibroso-vasculares y de un parénquima inter- medio muy desarrollado: ese parénquima esta constituido de células poligonales y alineadas, un poco mas largas que an- chas, llevando en su protoplasma denso granos de fécula ais— lados. Kl nticleo es central, pocas veces préximo 4 las paredes: es- tas ofrecen mas resistencia que el tejido parenquimatoso de la hoja y escapo, con el cual tiene puntos de contacto el de la raiz, como son: la disposicién de las células, que dejan inter- valos ocupados por el aire, y el numero considerable de cel- (45) Rodriguez Risuefio.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 139 dillas llenas de rafides, aunque no adquieren en la raiz la longitud que en las otras partes del vegetal. El parénquima descrito se colorea en azul por el cloruro de zinc iodado, lo cual demuestra que es la parte mas celuldsica de la raiz. En la raiz central que esta ya mas desenvuelta queda el pa- rénquima reducido 4 una zona muy exterior, si bien es cierto que habiendo aumentado el espacio reducido que ocupaba la zona fibrosa-vascular, el parénquima adquiere mucha impor- tancia entre los haces que estan dispersos por todo el cuerpo de la raiz. Este tejido se conoce en un corte horizontal por la uniformidad que presentan en todas partes sus celdillas re- dondeadas: es un tejido flojo, asi como en la zona exterior las celdillas estan algtin tanto comprimidas. TEJIDO FIBROSO-VASCULAR. Asi como en los tejidos epidérmico y parenquimatoso ofre— cen diferencias las especies del género Aloe, bajo este punto de vista guardan un estrecho enlace y se las puede aplicar todo lo que se ha dicho en general de los haces fibroso-vascu- lares acerca de las plantas monocotiledéneas: por esta razon me limitaré 4 referir la disposicién que tiene este tejido en las distintas partes de la planta y alguna diferencia notada en las especies. El tejido en cuestién es facil de distinguir en todos los ér- ganos, cuando menos en su conjunto, cualquiera que sea la edad: siempre se destacan aisladas en un parénquima general- mente flojo unas masas mas oscuras, debido 4 la aglomeracion de pequefias células y 4 las paredes dobles de las diferentes clases de vasos. Alguna vez se hallan los haces repartidos en el parénquima afectando gran regularidad. En la hoja ocupan el limite entre el parénquima clorofilico y el acuoso, rodeados por todas par- tes del primero, menos por la cara interna que estan en in- mediato contacto del acuoso: de manera que los hacecillos no penetran en el parénquima interno de la hoja, sobre todo si la zona clorofilica esta muy desarrollada; cuando es reducida (A. plicatilis) los haces tienen mas puntos de contacto con la zona interna. 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) En una seccién horizontal parecen ser independientes los hacecillos, y como siguen el borde interno de la zona clorofi- lica, puede decirse que en conjunto forman una elipse irregu- lar, forma que tienen la mayor parte de las hojas en la seccién horizontal. Si la hoja se corta por la zona fibroso-vascular segun un plano paralelo a la epidermis, se ve que los haces, aunque marchan todos paralelos al eje foliar, no son por completo in- dependientes, sino que envian finas ramificaciones horizon- tales de la misma estructura que el haz de donde proceden. Como entre el borde de la hoja y la zona vascular media todo el parénquima clorofilico, no alcanza 4 los aguijones ramifi- cacién alguna de los haces, debiendo ser asi considerados como verdaderos aguijones. El numero de hacecillos es considerable en el escapo y en el pedtinculo floral, en cuyos érganos se reparten, guardando cierta disposicién circular y colocados en varias series; es de- cir, que no hay una fila unica como en la hoja, sino dos 6 mas circulos concéntricos, siquiera no sea completa la exactitud en la colocacidén. . Lejos de ocupar los haces todo el espesor del escapo, se en- cuentran limitados por una zona externa subepidérmica, 6 mejor dicho, colocada debajo de la zona clorofilica (fig. 14 f.); es decir, que los haces estan rodeados: primero, por una zona llamada fibrosa, rodeando 4 esta exteriormente la clorofilica -y cubriendo la clorofilica esté la epidermis. En el pedtinculo sucede lo propio, solamente que la zona fibrosa no se desarro- lla 6 muy poco. En el perigonio siguen generalmente tres fasciculos bastan- te aproximados la direccidn del eje. En una seccidn horizontal del estambre y pistilo se observa en el primero un haz central y continuo, asi como en el pistilo son tres, correspondientes 4 los tres carpelos del ovario, que se sueldan y se prolongan en el estilo, cuyo eje es hueco y desprovisto de parénquima. En la raiz joven se encuentran los haces en numero consi- derable, limitados en el centro y perfectamente separados los del liber de los lefiosos: en la raiz principal 6 central la mayor parte del diametro esté ocupado por un parénquima uniforme en el que se encuentran los haces aislados y de un desarrollo muy desigual. (47) Rodriguez Risuefio.—rESTUDIO DE LOS ALOES. 191 Fibras.—En la seccion horizontal de la hoja se distinguen en cada uno de los haces unas céluias de paredes en general no muy resistentes, prismaticas y colocadas entre los vasos espirales y la envoltura que forman al haz aquellas células del parénquima que contienen materias oleaginosas y cloro- filicas (fig. 15). En un corte vertical se ven fibras de células muy estrechas y alargadas, con sus lados mayores rectos y los cortos en ge- neral oblicuos, razén por la cual sus extremidades se compe- netran: esas fibras contienen su nucleo y abundantes grani- llos de almidon. Unas veces es poco marcada la forma genuina de la fibra: sucede, por ejemplo, en el A. soccotvina que la parte fibrosa del haz esta representada por células finas, no muy largas y con los lados cortos poco oblicuos: estos caracteres tienen las fibras que acompafian 4 los haces en todas las partes tiernas, como son los estambres, ovario, pistilo y perigonio; debiendo advertir que en alguna ocasién, como en el ovario, se da el nombre de fibras por analogia 4 unas celdillas tenues, inco- loras, porque llevan protoplasma y almidon, y de extremos ligeramente curvos. Otras veces, la resistencia algo mayor de las paredes y las agudas puntas que tienen por aumentar notablemente la in- clinacién de los extremos, dan 4 las fibras un caracter mas propio, como se observa principalmente en el escapo. Por fin, el grado de mayor complicacién se encuentra en las hojas de A. spiralis, imbricata y algunas otras: en estas es- pecies llama la atencién la mayor resistencia que ofrecen sus tejidos al cortarlos para ser sometidos a4 estudio. En la seccién horizontal sobresalen por su mayor refringencia las fibras, que si bien ocupan en estas especies el mismo lugar que en las demas (fig. 75), son aqui de paredes tan gruesas que casi desaparece la cavidad interior, de la cual parten lineas de co- municacion con las células inmediatas: en el corte vertical se ve que son muy alargadas y terminadas por agudas puntas. Kn contacto de los haces fibroso-vasculares del escapo hay “siempre una zona de células prismaticas que es continua, segun se deduce de una seccién horizontal, y 4 la vez resis— tente, por el espesor considerable de las paredes celulares que se colorean fuertemente de amarillo por la tintura de iodo: 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) son células fibrosas de extraordinaria longitud, dispuestas en linea recta, y sus lados menores tienen marcada inclinacién 6 se conservan horizontales, siendo entonces la fibra rectan- gular (fig. 17). Las membranas tienen puntuaciones irregulares en gran cantidad, que aparecen al microscopio como triangulos pe- quefios y oscuros. Estas fibras, representantes de las del liber, contienen ademas del nucleo granitos amilaceos, y el proto- plasma en algunas esta retirado 4 las paredes. El escapo viejo tiene una lignificacién mas completa, existiendo entre una y otra fibra conductos de comunicacion. Siempre las fibras que ocupan la parte mas externa de la zona tienen menos longitud y mas anchura que las siguien- tes, aunque todas dejan estrechos canales intercelulares, cuya presencia se acusa por el aire que penetra, formando entre dos fibras un espacio oscuro de la longitud de estas, si bien natu- ralmente es casi lineal. En la seccién vertical del pedinculo ocupan el lugar de las fibras descritas unas lineas de células alargadas, aunque no tanto como en el escapo, y de lados cortos casi horizontales: a juzgar por la posicién y el aspecto pueden representar las fibras de liber del escapo, aunque el endurecimiento de las paredes es incompleto, porque la materia celuldésica que las incrusta, como esta en corta cantidad, se deposita solamente en ciertos puntos, de modo que 4 lo largo de la pared de la célula alter- nan las porciones endurecidas y las nermales. En el centro de una raiz joven se encuentran las fibras envueltas por la zona de haces fibroso-vasculares: son de paredes oscuras y¥ con puntuaciones en la membrana. Deben considerarse como fibras por su forma eliptica las células que forman la membrana intermedia de la antera (mesoteca). En una seccién horizontal se ven células, 4 veces de gran tamaiio (A. arborescens), como anchos elipsoides, co- locados unos 4 continuacién de otros sin dejar espacios hue- cos. En el corte horizontal de la antera parece distinguirse las células fibrosas debajo de la epidermis colocadas en dos filas; pero consiste en que el corte, por delicado que sea, lleva cuan- do menos dos series de células que, al ser comprimidas por el cubre-objetos, se colocan en un piano horizontal, cuan- do en realidad estaban una sobre otra en un plano unico y (49) Rodriguez Risuefio.—ESTUDIO DE LOS ALOES. 193 vertical constituyendo en la antera la membrana intermedia. Las células fibrosas de la antera ofrecen claramente una espiral continua de vueltas bastante separadas: la escultura mas abundante es la reticular. Vasos.—Los mas abundantes en estos vegetales son las tra- queas, que se presentan en todos sus grados de desarrollo y crecimiento, reconocidas en el corte horizontal por espacios circulares y de doble borde, que existen en la parte interior de cada haz: la figura circular es generalmente algo alarga- da, y el diametro varia de unas traqueas 4 otras. En la seccién vertical del escapo 6 de la hoja, las traqueas aparecen como en los demas vegetales, con las vueltas de es- pira unidas 6 separadas, seguin el crecimiento. La direccién de la espiricula es constante: imaginando, como se supone siempre, que se observara la traquea, colocados interiormen- te en direccién del eje, veriamos de frente pasar la espiricula de izquierda 4 derecha. En general, la espiricula es Unica, pero en algunas prepa- raciones de la hoja y escapo he contado mayor ntimero, gra- cias a la facilidad con que se extienden en sus extremos: en el escapo de A. mitida se observan muchas traéqueas de tres espiriculas, numero que es bastante frecuente en la hoja del A. plicatilis y de otras varias especies, aunque este caracter no es esencial y distintivo de unas y otras: la tnica vez que he visto traqueas de cinco hilillos espirales ha sido en la hoja de A. soccotrina. En los érganos citados marchan las traqueas sin interrup- cién hasta terminar en el extremo; pero la parte joven de estos vasos mas bien se compone de células no muy largas y unidas oblicuamente por sus extremos. Las traqueas se mar- can con claridad en un corte vertical y céntrico del ovario, en el cual se ven ascender estos vasos cerrados en paquetes que se distribuyen a lo largo del eje para terminar cada uno entre las células de los évulos. Los vasos rayados siguen en importancia 4 las traqueas, principalmente en el escapo y en la raiz. En una seccién ho- rizontal se distinguen de las traqueas por su mayor diametro y contorno poligonal: en la raizjoven se encuentran los haces representantes de los lefiosos colocados en circulos, y todos los espacios mas oscuros, que representan los vasos cortados ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 13 194 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) horizontalmente, son poligonos, lo cual nos demuestra que los vasos son prismaticos; en efecto, en una seccién vertical se ve que los vasos interiores tienen mayor calibre que los externos; pero todos son prismaticos y rayaflos. Es muy general, sobre todo en el escapo, que afecten las rayas gran regularidad en su colocacién: cada cara del prisma lleva una serie longitudinal de rayas horizontales y paralelas entre si, pudiendo ser tenidos por esta razdn como vasos pro- piamente escalariformes; otras veces la regularidad falta, no tanto en la forma de las rayas como en la colocacién. Por fin, se observan en la forma libérica los vasos cribosos como largas células alineadas, llevando en uno de sus extre- mos una masa protoplasmica amarillenta, cuyo color se acen- tua por la tintura de iodo, asi como los granitos amildceos que contienen lo toman azul. TEJIDO SECRETOR. Si la denominacién de tejido se hace hoy extensiva 4 las células, que estando aisladas en el parénquima 6 en la epi- dermis contienen alguna sustancia especial, con mayor mo- tivo puede considerarse como tejido propiamente secretor a la reunidn de células que existen en los A Joes, productoras del liquido amargo que los caracteriza. Bajo esta consideracién hay notable analogia entre las es- pecies, 4 lo menos en lo fundamental, como es la estructura y disposicién de las celdas; por esta razon puede reducirse a pocas palabras lo referente 4 las secreciones de estos vege- tales. En una seccién longitudinal de la hoja (fig. 18) que se ex- tiende hasta la zona vascular, llaman la atencién espacios largos y uniformemente coloreados, cuya direccién es para- lela 4 la de los vasos y fibras: esto se observa en cada uno de los haces, aunque algunas veces no sean perceptibles, ya por el espesor del corte 6 por derramarse el liquido coloreado. A primera vista pudiera creerse que esa materia colorante esta contenida en las células clorofilicas que envuelven al haz (fig. 19), porque se destacan sus gruesas paredes sobre el fondo coloreado; pero en alguna seccién mejor hecha por el (1) Rodriguez Risuefio.—ESTUD1O DE LOS ALOES. 195 medio del haz, se deja ver que el jugo de acibar esta ence- rrado en células especiales (fig. 18) unidas para formar un tejido continuo alrededor del haz fibroso-vascular. Los con- tornos de las células, que apenas se distinguen por estar ocu- padas, resaltan cuando, al destrozar en el corte la membrana celular, queda la cavidad vacia; entonces se ven células lar- gas y en proporcién anchas, de pared muy delgada y en algunos puntos sinuosa. Si bien estan alineadas y en con- tacto por sus bordes, no he visto que se comuniquen, por lo menos de una manera manifiesta, toda vez que cuando el contenido de alguna se derrama, queda ocupada la inme- diata; sin embargo, pueden existir en el tabique de separa- cién perforaciones por las que en largo tiempo tuviera el l{- quido paso 4 la célula contigua. En el corte horizontal no podria formarse idea exacta de este tejido sin estudiar antes el vertical, porque en aquel se ven solamente las células elipsoidales y en linea curva, ro- deando 4 las fibras y vasos (fig. 15). La cavidad de estas esta ocupada por un liquido homogéneo y de un color verde amarillento, aunque varia con la especie y edad del vegetal; tiene ademas otras propiedades que se no- tan al hacer las preparaciones, como son un olor fuerte y desagradable (A. arborescens) juntamente con el olor amargo caracteristico: este es el liquido que desecado da lugar al aci- dar de distintos caracteres, variedades y usos, cuya enume- racién no corresponde a este lugar. En general, todas las especies lo poseen, aunque algunas, como el A. variegata, en muy corta cantidad. Es muy comtin que las especies de mucho parénquima acuoso (A. vulgaris, mollis, distans, etc.) y de epidermis poco resistente, lleven grandes células secretoras. Cuando la densidad del liquido no es muy grande, se per- cibe un numero extgaordinario de pequefios glébulos que, al parecer, son de un color analogo al acibar; pero, en reali- dad, son corpusculos incoloros de almidén, como puede verse en una Célula vacia, y la que se clasifica como secretora sin mas que atender 4 su colocacién y forma, andlogas 4 las des- critas como tales. Ademas se encuentra adherido 4 las pare: des un nucleo de proporciones ordinarias. Otra sustancia segregada en estas plantas es un liquido in- 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52p coloro, de consistencia gomosa y sabor dulce, que llena e} tubo del perigonio en una edad avanzada de la flor: se pro- duce en glandulas 6 espacios secretores colocados en la base del perigonio y en su parte interna. No me ha sido posible dar una seccién paralela al eje del perigonio sin que se des- truya por completo su parénquima delicado; solamente en cortes horizontales es facil comprender la estructura y coloca- cidn de estas glandulas. ' Es conveniente dar secciones 4 partir de la base de la fior, una vez separada esta del pedunculo, é ir levantando laminas delgadas hasta llegar al lugar ocupado por los espacios secre- tores, que es casi la base del perigonio, en la cual, aun sin | ayuda de lente, se distingue un espacio hueco en cada pieza del perigonio, del que fluye un liquido mas denso en ese acto que cuando naturalmente es producido y se va depositando en la parte ancha de la flor. . Se ve con ayuda del microscopio que en contacto de los haces ascendentes del perigonio y hacia su lado externo, exis- ten unas cavidades limitadas por células incoloras, cruzando solamente el interior de aquellos tabiques delgados é irregu- lares que, 4 juzgar por el aspecto, parecen ser de la misma sustancia gomosa que se encuentra en la glandula. Es de creer que ese mucilago proceda, como sucede en otras plan- tas, de una transformacién sufrida por las paredes celulares. Esas glandulas estan limitadas en su exterior por el parén- quima que lleva el pigmento sdlido, el cual produce el color rojo en la flor del Adve. Explicacion de las laminas. LAMINA I, Figura 1.-—Epidermis de una hoja (A. soccotrind). (200 diame- tros.) e—estoma; 7, c=incrustacién celuldsica; c=célula. Figura 2.A—Epidermis de una hoja (A. excavata) (id.) 7, ¢= incrustacién celuldésica; e—estoma; c, c—cono de cutosa. 53) Rodriguez Risuefio.—kESTUDIO DE LOS ALOES. 197 Figura 3.°—Epidermis de una hoja (A. sulcata) (id.) e=esto- ma; ”, c—=pared celular; nucleo. Figura 4.*—Epidermis de escapo (A. tuberculata) (id.) n—=nu- cleo; ov—oxalato de cal; y—protoplasma; v = vacuola; e—estoma; 0—cera. Figura 5.'—Epidermis de bractea (A. sulcata) (id). e—estoma; 2, c=incrustacién celuldsica. Figura 6.’—Epidermis externa del perigonio (A. maculata) (id.) y—=protoplasma; 2==nucleo. Figura '7.-—Epidermis interna del perigonio (A. excavata) (id.) p=protoplasma; »—nucleo. Figura 8.*—Epidermis exterior del ovario (A. arborescens) (id.) e—estoma. Figura 9.*—Epidermis interior del ovario (A. arborescens) (id.) Figura \2.—Epidermis de la antera (A. macra) (id.) e=-esto- ma; 2—nucleo; 4, y—hilos protoplasmicos. LAMINA II. Figura 10.—Epidermis de un estambre (A. maculata) (id.) n—nucleo; p==protoplasma. Figura 11.—Epidermis de un pistilo (A. soccotrina) (id.) r, m —rugosidad de la membrana; e’—estigma. Figura 13.—Corte profundo de la epidermis (A. nztida) (id.) p, c=pared celular; 2, c—incrustacion celuld- sica; e—estoma. wane 14.—Corte horizontal de un escapo (A. soccotrina) (id.) c, e—células epidérmicas; p, c’—parénquima clorofilico; /—fibras; y, —=parénquima interno. Figura 15.—Corte horizontal de una hoja (A. soccotrina) (id.) c, e’’=conducto estomatico; d=células esto- maticas; g—gotas de aceite; c, a=células de acibar; /—fibras; ¢— traqueas. Figura 16.—Corte vertical de una hoja (A. excavata) (id.) c, ¢ =cono de cutosa; m—clorofila; d’—camara es- tomatica; c, e’’; d, como en la figura 15. Figura 17.—Corte vertical de escapo (A. soccotrina) (id.) c, e —=células epidérmicas; 7, c’ parénquima cloro- filico; 7= fibras; p, = parénquima interno. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) Figura 18.—Corte vertical de una hoja (A. attenuata) (id.) c, c—=cono de cutosa; ¢, e”’; d; m; d’, como en la figura 16. Figura 19.—Corte vertical de una hoja (A. sudcata) (id.) c, c= cono de cutosa; g, @—=aceite con almidén; g, m =—aceite con clorofila; m, clorofila. Figura 20.—Corte vertical de una hoja de A. nitida (id.) Las letras representan lo mismo que en la fig. 16. Pees AS DH DAS BATHAR HS. D. JUAN J. RODRIGUEZ Y FEMENIAS. (Sesion del 1.° de Febrero de 1888.) (CONTINUACION.) CLASSIS.—ALGA. Ornvo 1.—SCHIZOPHYCEZ. Fan. I.—COCCOGONEZ. Croococcus. 1. Croococcus rufescens Naegel. Binisafulla en las paredes del aljibe (Femenias). (1) Fam. J7.—HORMOGONEE. Oscillaria. 2. Oscillaria tenuis Ag. Abrevadero de Trebeluger (Femenias). 3. O.sordida Kg. Pozo de Trebeluger (Fem.) (1) Entiéndase que todas las localidades que se citan pertenecen 4 la isla de Me- norca, 4 menos de expresarse lo contrario. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Lyngbya. - Lyngbya semiplena J. Ag.; Leibleinia semiplena Ke. Puerto de Fornells. 5. L.luteo-fusca J. Ag. Fornells en poco fondo, Mayo. 6. L. polychroa Thuret; Leibleinia polychroa Menegh. Binibeca (Fem.); hacia la Mezquita sobre otras algas. 7. L. interrupta Keg.? Biniancolla (Fem.) Microcoleus. 8. Microcoleus terrestris Desm.? Pozo de Trebeluger (Fem.) = M. lyngbyaceus Thuret; Hydrocoleum lyngbyaceum Ke. Puerto de Mahon en Cala-Teulera; Fornells. Hypheotrix. 10. Hypheothrix Zeukeri Kg. Binisafulla en el aljibe (Fem.) ll. H. serpens. Hacia la Mezquita. Leptothrix. 12. Leptothrix rigidula Kg. Binisaida, sobre Grif/ithsia. 13. L. subtilissima Rabenh. Abreyadero del pozo de Biniramet (Fem.) (23) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 201 Calothrix. 14. Calothrix balearica Born. et Flah. San Luis en la cisterna de Santa Magdalena, en Mayo (Fem.) 15. C. parasitica Thuret. Entre Torret y Binibeca sobre Nemalion lubricum, en poco fondo. 16. GC. crustacea Thuret. Torre den Penjat (Fem.) Rivularia. 17. Rivularia mesenterica Thuret. Hacia la Mezquita, sobre la playa. Orvo 1l—_CHLOROPHYCE£.. Fam. I.—PALMELLACE. Cystococcus. 18. Gystococcus humicola Naeg.? Mahon, en sitios himedos (Fem.) Palmophyllum. 19. Palmophyllum orbiculatum Thuret; P. crassum Rabenh.? Desde poca profundidad hasta 130 metros. Binisaida; al SE. del puerto de Mahon. Palmella. 20. Palmella margaritacea Kg.? Cabo de Favaritx, sobre Cystosira. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Porphyridium. 21. Porphyridium cruentum Naeg. Muros humedos del muelle de Mahon, Enero. Fam.: II.—CONJUGATEA. Cosmarium., 22. Cosmarium Meneghinii Breb. Abrevadero del pozo de Son Tretze (Fem.) Spirogyra. 23. Spirogyra communis Kg. Torrente de Sanarro en Ferrerias, Marzo. Fam. JI7.—ULVACEA. Ulva. 24. Ulva Lactuca Lejol.: U. latissima De Not. Abunda en el puerto de Mahon. Var. perforata. Puerto de Mahén, hacia el Cos-nou. Var. rigida; U. rigida Ag. Puerto de Mahon, en Cala-Figuera. Enteromorpha. 25. Enteromorpha compressa Grev. Mallorca.—Bahia de Palma (Burnat et Barbey.) Menorca.—Alcaufar (Fem.); Son Bou, Tirant, Se Nitja, Mez- quita, etc. (Rodriguez.) (25) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 208 Fam. ITV.—CLADOPHORE. Conferva. 26. Conferva fontinalis K¢.? Abreyadero de Son Tretze en San Luis (Fem.) Cheetomorpha. 27. CGheetomorpha Linum Kg. Entre la Mezquita y el Cabo negro. 28. Ch. littoreum Harv. var.? Fornells. 29. Ch. vasta Kg. Torre den Penjant. 30. Ch. aerea Kg. Mezquita, Pou den Carles (Rodr.); Torre den Penjat, Alcaufar (Fem.) Nora. Excluimos la Ch. implexa Kg.; citada por Colmeiro con referen- cia 4 Texidor, el cual clasificé por tal la Ch. aerea. Rhizoclonium. 31. Rhizoclonium rivulare Kg. Habita en las Baleares, sin expresar la localidad (Weyler),. Cladophora. LLAVE ANALITICA DE LAS ESPECIES MARITIMAS DEL MEDITERRANEO (1). ( Ramusculos terminales arqueados............ Bescrap hes eieYoe ai ate (ehamisculos ¢erminales, FECtOR: « <'s\s.0:e ee ici ee oe nese a+ e.0eioe's 5 (1) Siendo muy numerosas las especies de este género, creo conveniente publicar la llave analitica de todas las mediterrdneas porque, ademds de las que hoy puedo citar como baledricas, quedan no pocas por descubrir en estas islas. 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Planta de 1-2 cm., mucosa, muy ramosa: ra- 2 musculos subpectinados............... Cl. torulosa Kg. PlantasmayvOreserecetes cis cteiarere Bhensicrcevene 3 ( Planta amarillenta. Ramas dicotomas...... Cl. falcata Harv. ( Planta verde si... 22 saree cee ialiveae ps ste eras 4 ‘ Ramas dicotomas: ramuscules aproximados, POHCIOS = s-.tcte wine See eae beste maciarsiets -. Cl. refracta Kg. Ramas fasciculadas: ramtsculos unilatera- les.vPlantaide:cd-Siemlscreris salen sels .--- Cl. uncata Bert. Filamentos superiores mas anchos que los inferiores. Ramas di-tricotomas. Plantas MASUUE TA Sepsteteveteted , ) Plantas verdes...... Bennet SSGdcGnn 6 BOBS ““ ) Plantas amarillentas 6 blanquecinas....... /Ramas alternas. Articulos inferiores 2-4 yve- ces mds largos que su didmetro. Fila- 23 minales de 0,04-0,06 mm. de espesor. larity Cd Gr5- On Cline cuetateriere sie ne ours rt ts Ramas bi-tricotomas. Articulos inferiores | mentos primarios de 0,07 mm.; los ter- \ Filamentos primarios de 0,09 mm., los su- periores de 0,04-0,05 mm. de espesor. 24 JA einENGhy GAL Onis SoGocomoeopoG OL ie Filamentos primarios de 0,07 mm.; los su- periores de 0,03 mm. de espesor........ ' Planta poco ramosa, con ramas muy largas. Articulos inferiores 4-10 veces mas lar- POS Que sil diametro. :.. 2... css cc eee ae Planta matty eamsa a. s<\.s.s\ ois sicviae lees oh 6-8 veces mas largos que su didmetro.... Cl. Cl. Cl. Cl. Cl. Cl. Cl. conglomerata Kg. Juscescens Kg. heteropsis Kg. utriculosa Ke. opposita Keg. -arcta Kg. 24 rupestris Kg. . Rudolphiana Harv. . liniformis Kg. 26 208 4 | / | : ; | 32. 34. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) Filamentos primarios de 0,09 mm. de espe- sor. Articulos inferiores 4-8 veces mas lar- gos que su didmetro............ .e.ee-- Cl. flavovirens Kg. Filamentos primarios de 0,04-0,07 mm. a GSIOOIs ooo donboduoe de Hon SbDoSSdo050 : 27 Ramas fasciculadas. Articulos inferiores 4-6 veces mas largcs que su didmetro. Fila- mentos primarios de 0,04-0,06 mm.; los superiores de 0,03-0,04 mm. de espesor. Plantae lacs... bbb bp aD SP) . 9]. 95. 96. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 213 . formosa Cleve.—Isla de Cabrera (Soderlund). crassa Greg. var.—Idem id. (Id.) Proteus Greg.—Idem id. (Id.) . robusta Greg.—Idem id. (Id.) marina W.Sm.—Idem id. (Id.) Ergadensis Greg.—Idem id. (Id.) lineata Greg.—Idem id. (Id.) constricta Grun.—lIdem id. (Id.) cymbifera Greg.—Idem id. (Id.) dubia Greg.—lIdem id. (Id.) . cingulata Cleve.—Idem id. (Id.) acuta Greg.—Idem id. (Id.) acutiuscula Kg.—Mahon (Rodr.) ostrearia Breb.—Isla de Cabrera (Soderlund). cuneata Cleve.—Idem id. (Id.) exserta Grun.—Idem id. (Id.) truncata Greg.—lIdem id. (Id.) . arcuata Schm.—Idem id. (Id.) . binodis Greg.—lIdem id. (Id.) . eunotizeformis Grun.—Mahdon (Rodr.) NAVICULE. Mastogloia apiculata Sm.— Puerto de Fornells (Ro- driguez). Stauroneis amphoroides Grun. — Isla de Cabrera (Soderlund). Navicula directa Ralf.—Idem id (Id.) Poe sae Bs 2 . pennata A. Schm.—Idem id. (Id.) . leptostauron Grun.—Idem id. (Id.) carinifera Grun.—Idem id. (Id.) Lyra Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . Hennedyi Greg. var.—Idem id. (Id.) abrupta Grev.—Idem id. (Id.) Sandriana Grun.—Idem id. (Id.) . Exsul A. Schm.—lIdem id. (Id.) . forcipata Grev.—Idem id. (Id.) Smithii Bréb. var.—Idem id. (Id.) . fusca Greg.—Idem id. (Id.) . lineata Donk. var.—Idem id. (Id.) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) . Entomon Ehrb. var.—Isla de Cabrera (Soderlund). . Kutzingii Grun.—Idem id. (Id.) gemmata Grev.—Idem id. (Id.) gemmatula Grun. var.—Idem id. (Id.) dalmatica Grun.—Idem id. (Id.) . tubcincta A. Schm.—Idem id. (Id.) nitescens Greg.—Idem id. (Id.) Crabro Ehrb.—Idem id. (Id.) guttata Grun.; A. Schm. atl. 46, fig. 10.—Idem id. (Id.) . Powellii Lewis.—Idem id. (Id.) . Lorenziana Grun.—Idem id. (Id.) Musca Greg.—Idem id. (Id.) . Liber Sm.—Mahon (Rodr.) Vv ar.—Isla de Cabrera (Soderlund). elongata Grun.—Idem id. (Id.) . cancellata Donk.—Idem id. (Id.) . Claviculus Greg.—Idem id. (Id.) . compressicauda A. Schm.—Idem id. (Id.) . crucifera Grun. NV. apiculata Greg. var.?—Idem id. (Id.) N. plicatula Grun.—Idem id. (Id.) N. Castracanei Grun.—Idem id. (Id.) N. Soderlundii Cleve.—Idem id. (Id.) Schizonema mixacanthum Menegh.; MMicromega mixacanthum Kg.—Alta mar en la costa Sur de Me- norca (Rodr.) Sch. medusinum Menegh.; Jicromega medusinum Kg.—Alta mar en la costa de Menorca (Rodr.) Sch. humile Kg.—Menorca hacia el Cabo de Fava- ritx, & 24 m. (Rodr.) Pleurosigma Balticum Sm. Tate de Cabrera (So- derlund). Pl. Wansbeckii Donk.—Idem id. (Id.) Pleurosigma dalmaticum Grun.; P. decorum Sm. var.?—Idem id. (Id.) Pl. speciosum Sm.—Idem id. (Id.) Pl. obscurum Sm.—Idem id. (Id.) Pl. balearicum Cleve et Grun.; P. stvigilis Sm. var.? —Idem id. (Id.) ata aes aaa ee (37) 130. 131. 132. 133. 134. 135. 136. 137. 138. 139. 140. 141. 142. 143. 144. 145. 146. 147. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 215 Pl. subrigidum Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). Rhoicosigma mediterraneum Cleve.—Idem id. (Id.) Rh. robustum Grun.—Idem id. (Id.) Rh. Reichardti Grun.—Idem id. (Id.) Toxonidea halearica Cleve.—Idem id. (Id.) Amphiprora plicata Greg.—Idem id. (Id.) A. lepidoptera Greg.—Idem id. (Id.) A. balearica Cleve et Grun.; A. sulcata O. Mear. var.? —Idem id. (Id.) A. elegans Greg.—Idem id. (Id.) > A. guarnerensis Grun.—Idem id. (Id.) Auricula Amphitrites Castracane.—Idem id. (Id.) A. complexa Grun.; Amphiprora compleca Greg.— Idem id. (Id.) ACHNANTHEZ. Achnanthes exilis Kg.— Menorca, en San Luis (Fem.) A. brevipes Ag.—Mahon (Rodr.) A. longipes Ag.—Idem (Id.) A. Danica Grun.; Cocconeis danica Flog.; Ach. hete- ropsis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). COCCONEIDE®. Orthoneis splendida Grun.; Cocconeis splendida Greg. —Isla de Cabrera (Soderlund). O. fimbriata Grun.; Cocconeis fimbriata Brig.—Idem idem (Id.) O. ovata Grun.—Idem id. (Id.) Cocconeis molesta Ke.—Menorca, en la Mezquita y Fornells sobre Lyngbya (Rodr.) Cc. lamprosticta Greg.?—Isla de Cabrera (Soderlund). CG. Scutellum Ehrb.—Mahon (Rodr.) CG. helvetica Naegel.; C. sculelliformis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). CG. granulifera Grev.—Idem id. (Id.) Cc. pseudomarginata Greg.—Idem id. (Id.); Mahdén (Rodriguez). C. costata Greg. var.—Isla de Cabrera (Soderlund). ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) C. Arraniensis Grev.—Isla de Cabrera (Soderlund). Cc. Lorenziana Grun.—Idem id. (Id.) C. dirupta Greg. var. fevella Grun.—Mahon (Rodr.) Trib. [7.—PSEUDO-RAPHIDE*, FRAGILLARIES. Plagiogramma interruptum Grev.; Denticula in- terrupta Greg.—Isla de Cabrera (Soderlund). Plagiogramma pygmzeum Grev.—Idem id. (Id.) Pl. pulchellum Grev.—Idem id. (Id.) Dimerogramma minor Ralf.—Idem id. (Id.) D. Williamsonii Grun.; Glyphodesmis adriatica Cast. —Idem id. (Id.) D. Fluminense Grun.—Idem id. (Id.) D. distans Ralf.—Idem id. (Id.) Rhaphoneis nitida Grun.—Idem id. (Id.) Rh. Surirella Grun.—Idem id. (Id.) Synedra fulgens Sm.—Menorca, en Binidali (Rodr.) S. robusta Ralf.—Isla de Cabrera (Soderlund). S. Baculus Greg.—lIdem id. (Id.) S. undulata Greg.—Idem id. (Id.) Sceptroneis marina Grun.—Idem id. (Id.) Licmophora Gdipus Grun.—Mahon (Rodr.) L. tenella..... kRhipidophora tenella Kg.— Menorca en Binisaida (Id.) L. oceanica.....; Rhipidophora oceanica Kg.—Idem id. (Rodr.) L. tenuis Grun.—Menorca hacia la Mezquita (Id.) Podosphenia dalmatica ..... ; Rhipidophora dalma- tica Kg.—Idem id. (Rodr.) Podocystis adriatica Kg.—Isla de Cabrera (Soder- lund); Menorca hacia la Mezquita sobre Lyngbya (Rodr.) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. Ai TABELLARIEX, Grammatophora oceanica [hrb.--Mahdn (Rodr.) Hyalosira delicatula Kg.—Menorca en Mahon, For- nells y Se Nitja, sobre otras algas (Rodr.) Rhabdonema adriaticum Kg.—Mahon (Rodr.) SURIRELLE%. Surirella fastuosa Ehrb. var. /eyida Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). Var. subcuneata Grun.—Idem id. (Id.) Var. panduriformis Grun.—Idem id. (Id.) S. japonica A. Schm.—Idem id. (Id.) S. intercedens Grun.—lIdem id. (Id.) S. Baldjickii Norm.—Idem id. (Id.) S. lata Sm.—Idem id. (Id.) Campylodiscus mediterraneus Grun.—Idem id. (Idem). . limbatus Bréb.—Idem id. (Id.) . adriaticus Grun.—Idem id. (Id.) Lorenzianus Grun.—Idem id. (Id.) Ralfsii Sm.—Idem id. (Id.) balearicus Cleve.—Idem id. (Id.) Thuretii Bréb.—Idem id. (Id.) . subangularis Schm. atl. 18, figuras 5 y 6.—Idem idem (Id.) Nitzschia marginulata Grun.—Idem id. (Id.) . ocellata Cleve.—Idem id. (Id.) . panduriformis Greg.—Idem id. (Id.) . lata Wit.—Idem id. (Id.) . angularis Greg.—Idem id. (Id.) . guarnerensis Grun.—Idem id. (Id.) . spathulata Bréb.—Idem id. (Id.) Smithii Ralf.—Idem id. (Id.) . insignis Greg. var. mediterranea Grun.—Idem id. (Idem). Var. spathulifera Grun.—Idem id. (Id.) nananaaa Z2AA*A*AwSAzAwz Cs) — — = Ww WW WwW — pp CO — US = ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) N. fluminensis Grun.—Isla de Cabrera (Soderlund). N. Sigma Sm. var. intercedens Grun.—Idem id. (Id.) Var. consimilis Grun.—Idem id. (Id.) N. valida Cleve et Grun.—Idem id. (Id.) N. punctata Sm. var. elongata Grun.—Idem id. ([d.) Var.? coarctata Grun.—Idem id. (Id.) N. angustata Sm. var. marina Grun.—Idem id. (Id.) Trib. III.—CRYPTO-RAPHIDE. CHAETOCERES. Melosira Westii Sm.—Isla de Cabrera (Soderlund). M. mediterranea Grun.—lIdem id. (Id.) M. sulcata Kg.—Idem id. (Id.) Podosira hormoides Mont. var.—Idem id. (Id.); Ma- hén (Rodr.) Endictya oceanica Khrb.—Idem id. (Id.)—Idem id. (Rodr.) BIDDULPHIE. Anaulus mediterraneus Grun.—lIsla de Cabrera (Soderlund). Cerataulus Smithii Ralf.—Idem id. (Id.) Triceratium Favus Khrb.—Idem id. (Id.) Tr. punctatum Brigh.—Idem id. (Id.) Tr. parallelum Grev.—Idem id. (Id.) Tr. dubium Brigh.—Idem id. (Id.) Tr. spinosum Bail.—Idem id. (Id.) Tr. repletum Grev.—lIdem id. (Id.) Tr. balearicum Cleve et Grun.—Idem id. (Id.) Tr. antediluvianum Grun.; Amphitetras antedilu- viana Khrb.—Mahon (Rodr.) Tr. arcticum Brigh. var.—Mahon (Id.) Biddulphia pulchella Gray.—Isla de Cabrera (So- derlund); Mahon (Rodr.) B. Mobiliensis Bail.—Idem id. (Id.) B. regina Sm.—Idem id. (Id.) B. Tuomeyi Bail.—Idem id. (Id.) (41) 229. 230. 231. 232. 233. 234. 235. 236. 237. 238. 239. 240. 241. 242. 243. 244. Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. 219 EUPODISCE, Auliscus sculptus Ehrb.—Isla de Cabrera (Soder- lund). HELIOPELTEA. Actinoptychus vulgaris Schum.—Idem id. (Id.) A. adriaticus Grun.—Idem id. (Id.) A. undulatus Ehrb.—Idem id. (Id.) ASTEROLAMPREA. Asteromphalus flabellatus Bréb.—Idem id. (Id.) COSCINODISCEA. Actinocyclus Ralfsii Sm.—Idem id. (Id.) A. subtilis Ralf.—Mahon (Rodr.) Hemidiscus cuneiformis Wall.—Isla de Cabrera (Soderlund). Coscinodiscus nitidus Greg.—Idem id. (Id.) . diplostictus Grun.—Idem id. (Id.) asymmetricus Grun.—Idem id. (Id.) . excentricus Ehrb.—Idem id. (Id.) . lineatus Ehrb.—Idem id. (Id.) . radiatus Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . Oculus-Iridis Ehrb. var.—Idem id. (Id.) . Stellaris Roper.?—Idem id. (Id.) ehioionele dents Fam. I7.—PHAOSPOREA. CUADRO SINOPTICO DE LAS TRIBUS. A.—Zoosporangios isomorfos, uniloculares, acompanados de paranemios. 1. Zoosporangios reunidos en soros. Fronda foliacea, estipitadars ss s20r wae hes ee ae, ERE EMEA LS Laminariee. 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) 2. Zoosporangios reunidos en soros. Fronda tubulosa, vesiculosa'é crustdcea: . 6261. .00s..sceecieuiee Asperococce: 3. Zoosporangios desarrollados en receptaculos espe- ciales. Fronda cilindrica 6 comprimida, ramosa... Sporochnee. B.—Zoosporangios isomorfos, pluriloculares. 1. Zoosporangios moniliformes, desarrollados en la parte interna de los filamentos verticilados que revisten la fronda. Esta es filiforme y proyista de un eje articulado.........-.-.2s.e+eeeeeeee- ee. Arthrocladiee. 2. Zoosporangios subcilindricos, formando un estrato continuo en la superficie de la fronda, 6 agrupados en soros puntiformes. Fronda tubulosa 6 foliacea. Scytosiphonec. ('.—Zoosporangios dimorfos, los unos uniloculares y los otros pluriloculares. 1, Zoosporangios acompafados de paranemios, y re- unidos en soros tuberculiformes. Fronda filiforme CiMErICa cies skers © sis Piovesss oe Sac rem isiolsielsts «oaks 1, LILO DMO eres 2. Zoosporangios acompanados de paranemios, desarro- llados sobre filamentos periféricos. Fronda cilin- dracea 6 globosa, inarticulada................-. Chordariee. 3. Zoosporangios laterales. Fronda filiforme, articu- lada,’ monisifonia.s% geir.d Sioa oe ope «ete Solasisleles ee eee CLOgonpete: 4. Zoosporangios laterales. Fronda articulada, polisifo- nia en la parte inferior, monosifonia y esfacelada Onl LOSYAPICES .;0 sire Lassialia ete vale el auteng, caps Serato: one te OD DR CCLREDE. D.—Zoosporangios isomorfos 6 dimorfos, tormando soros en la superficie de la fronda. Anteridios parecidos ‘los zoosporangios pluriloculares. Fronda plana, orbicular, flabeliforme 6 dicotoma............... Cutleriew. Trib. I.—LAMINARLM. Laminaria. 245. Laminaria brevipes Ag. Alta mar desde 45 4130 m. de profundidad, generalmente sobre fondo de arena: al SE. del puerto de Mahon, hacia la Mola, Capifort, Adaya, Cabo de Fayaritx.—FTructifica en Setiembre y Octubre. 246. L. Rodriguezii Bornet. Alta mar desde 85 4 150 m., sobre fondo pedregoso: en las cos- (43) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 221 tas S., E. y N. de Menorca, abundando al SE. del puerto de Mahon, y siendo vulgarmente conocida esta especie con el nombre de fulla de col.—Fructifica en Abril, Mayo y Junio. Trib. J].—ASPEROCOCCE#. Asperococcus. 247. Asperococcus bullosus Lamx.; Zanard. Icon. Phyc. Pe tabe xxv. Desde poco fondo hasta 48 m. de profundidad: Puerto de Mahon, Alcaufar, hacia la Mola, Cabo de Favaritx, Isla de Colom.—Fructi- fica en Setiembre. Striaria. 248. Striaria attenuata Grev. Desde 15 4 90 m.: Puerto de Mahon hacia Cala-Figuera, alta mar al SE. del mismo puerto. Trib. I77.—SPOROCHNEX. Sporochnus. 249. Sporochnus pedunculatus Ag. Hacia Alcaufar y la Mola 4 48 m. de profundidad.—Fructifica en Julio, Agosto y Setiembre. Carpomitra. 250. Carpomitra Cabrereze Kg. var.? De 48 4 100 m. de profundidad, hacia la Mola, Binisafulla y Son Bou.—Fructifica en Noviembre, Diciembre y Enero. Observacién. La planta de Menorca ofrece caracteres espe- ciales: la fronda es enteramente cilindrica; y el fruto, llamado azidio por Zanardini, es piriforme y carece de cabellera du- 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) rante el periodo de Ja fructificacion. Cuando esta ha termi- nado y se han desprendido del receptaculo todas las esporas y paranemios, el eje del fruto queda desnudo y se prolonga extraordinariamente, llegando 4 alcanzar un centimetro: en- tonces es cuando aparecen y se desarrollan en Ja extremidad del eje los pelos confervoideos Iamados cabellera. El] distinguido algélogo M. Bornet, & quien he consultado esta planta, opina que puede constituir una variedad, pero que no puede considerarse como especie distinta; fundandose especialmente en que los ejemplares procedentes de Cadiz, tienen la fronda mucho menos ancha que los de las costas de Inglaterra y de Bretana, viniendo a ser intermediarios entre estos ultimos y los del Mediterraneo que tienen la fronda en- teramente cilindrica. Nereia. 251. Nereia filiformis Zanard.; Sporochnus filiformis J. Ag. Alta mar, de 24 4 50 m.: hacia Alcaufar, la Mola, Adaya é Isla de Colom. | Trib. IV.—ARTHROCLADIES. Arthrocladqdia. 252. Arthrocladia villosa Duby. De 48 4 145 m. de profundidad: puerto de Mahon, hacia la Mol: a, Aleaufar, Binisafulla.—Fructifica en Setiembre. Trib. V.imSCYTOSIPHONE. Scytosiphon. 253. Scytosiphon lomentarius Endl. Menorca.—Puerto de Mahén en Cala-Teulera (Fem.); Se Ne (Rodr.) Lbiza.—(Texidor.) (15) Rodriguez.—ALGAS DE LAS BALEARES. w Ww Hydroclathrus. 254. Hydroclathrus sinuosus Thuret; Asyperococcus si- nuosus Bory. Mallorca.—Bahia de Palma (Burnat y Barbey.) Menorca.—Abunda en poco fondo: puerto de Mahon, Cala de San Esteban, Binisaida, Fornells. Trib. VI.—STILOPHORE”®. Stilophora. 255. Stilophora rhizodes J. Ag. var. adriatica J. Ag. ' Desde flor de agua hasta 90 m.: puerto de Mahon, Fornells, Se Nitja, Binisaida. 256. St. papillosa J. Ag. Alta mar hacia Aleaufar, 4 48 m. de profundidad. Rara. Trib. VIT.—CHORDARIE. CUADRO SINOPTICO DE LOS GIENEROS. A,—Fronda pequena globosa, con eje nucleiforme. Zoos- porangios pluriloculares, desarrollandose en el dpice de filamentos especiales Sa Fels Gpakepahotafn chee isl Alereep tel fers Elachistea. B.—Fronda cilindracea, con eje filamentoso. 1. Zoosporangios pluriloculares, dispuestos en serie ha- cia el apice de los filamentos periféricos.......... Castagnea. 2. Zoosporangios pluriloculares, simples, filiformes é in- tercalados con los filamentos periféricos.......... Nemacystus. 3. Zoosporangios pluriloculares silicuiformes..... Liebmannia. Elachistea. 257. Elachistea attenuata J. Ag. Alta mar, hacia la Isla del Aire, 4 24 m. de profundidad, sobre Cystosira. Rara. e 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) 258. E. intermedia Crouan. Alta mar, hacia la Isla de Colom, 4 80 m. sobre Cystosira. Rara. —Fructifica en Setiembre. Castagnea. 259. Castagnea virescens Thuret; Mesogloia virescens Carm. Alta mar 4 unos 100 m. sobre otras algas.— Fructifica en Junio. Nemacystus. 260. Nemacystus ramulosus Derb. et Sol.; Ziebmannia Posidonie Menegh. Puerto de Fornells. Liebmannia. 261. Liebmannia Leveillei J. Ag.; Mesogloia Leveillet Menegh. Binisaida y Fornells en poco fondo.—Fructifica en Mayo. Trib. VIII.—ECTOCARPE. Ectocarpus. 262. Ectocarpus spinosus Kg.? Hacia la Mola 4 40 m. de profundidad. 263. E. coespitulus J. Ag. Biniancolla sobre Cystosira (Fem.); Binisaida (Rodr.)—Fructifica en Mayo. 264. E. pusillus Grif.; 7. globifer Kg. Andenes del puerto de Mahon (Fem.) Lam. L. Tomo AVM. lade Hist.nat. OC. CSPQNO »delas t etnal P.kKrous Jat. R.Risueno, db. es Ta. : : 3) Fae . hice tina Z if wT rey mM ik ihe . > s hare 7 7 % : i~y . Diy ru ie ; | - s mn ad +. i it * as hy) oe ; PIA oe, a he, pau Ts Y Mh hi ee re ea . a 7 14 : x Tomo HHL Lem If. la de Heist neé. ee. ESP ATO ? Anales delas 7H tie — a le : per pees pee Soe eee < ated ty \SeeS, {a < Lise a ee — ——— . EY Kraus, Tit. R. Risueno,dib. (47) 265. 268. 269. 270. 271. 272. 273. Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 225 E. irregularis Kg. Se Nitja en poco fondo, E. parvulus Kg. Mezquita sobre Enteromorpha. E. Meneghinii Dufour; 7. geminatus Menegh. Andenes del puerto de Mahon.—Fructifica en Junio. Choristocarpus. Choristocarpus tenellus Zanard. Sobre un cangrejo dragado en Binidali, 4 88 m.—Fructifica en Junio. Trib. IX.—SPHACELARIE#. Sphacelaria. Sphacelaria scoparia Lyngb. Mallorca.—Bahia de Palma (Burnat y Barbey). Menorca.—Abunda en toda la costa de la Isla.—Fructifica en Mayo. Sph. filicina Ag. Rara 4 poca profundidad: mas comun de 40 6 100 m.: al SE. del puerto de Mahon; hacia la Mola, cabo Negro, Adaya y Fornells.— Silicuas axilares en Setiembre. Sph. tribuloides Menegh. Mezquita.—Fructifica en Octubre. Sph. cirrhosa Ag.; Sph. pennata Lyngb. De 25 4 80 m. sobre otras algas: alta mar hacia el Cabo de Fava- ritx é Isla de Colom.—Fructifica en Setiembre. Sph. Plumula Zanard. Rara. Hacia el Cabo de Font, 4 95 m.—Propagulas en Octubre. ANALES DE HIST. NAT.— XVII. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) Cladostephus. 274. Cladostephus verticillatus Ag.; Cl. Myriophy- llum Ag. Mezquita, Se Nitja, Fornells, Binisaida, en poco fondo. Trib. X.—CUTLERIE. Cutleria. 275. Cutleria multifida Grev. Rara. Hacia la Mola 4 48 m. de profundidad.—Fructifica en Julio. 276. C. adspersa De Not. Rafalet 4 flor de agua.—Fructifica en Mayo. 277. C. collaris Zanard.; Zanardina collaris Crouan. Bastante comun de 40 4 90 m. de profundidad: hacia la Mola Cabo Negro, Isla de Colom, Pefias de Alayor, Binidali, Cabo de Font, Calas-Covas.—Fructifica en Abril. Aglaozonia. 278. Aglaozonia chilosa Falkenberg? Alta mar, de 70 4 110 m. de profundidad sobre otras algas: hacia Alcaufar, Binidali, Binisafulla, Canutells. Fam. [77.—FUCACEAS. Sargassum. 279. Sargassum linifolium Ag.; S. Boryanuwm Mont. Baleares.—(Weyler, Cambessedes, Oleo.) Menorca.—Alcautar (Fem.); Binisaida, Fornells (Rodr.) (19) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 227 280. S. Hornschuchii Ag. Alta mar, de 110 4 150 m.: hacia Adaya, Cabo de Favaritx, Isla de Colom. Cystosira. CUADRO SINOPTICO DE LAS ESPECIES. A.—Fronda provista de tubéreulos (tofult.) 1. Conceptaculos situados bajo las espinillas supe- riores. Tubérculos cénicos, sentados........... C. Montagnei. 2. Conceptaculos situados en la base de las ramas secundarias. Tubérculos oblongos, pedicelados. C. opuntioides. B.—Fronda desproyvista de tubérculos. 1. Fronda sin vejigas, espinulosa. a. Espinillas numerosas, densas, subuladas, con- ceptaculos confluentes, formando receptacu- LOSS ATCC eras aera easter eieicd ofa aah ers nie ks ab C. amentacea. 6. Espinillas numerosas pero distantes, subula- das; conceptaculos situados en la base de las CSpiHiladiae ws. + act vice es See ees nbees .. ©. selaginoides. c. Espinillas escasas, cortas. Conceptaculos con- fluentes, formando receptaculos apicales..... (C. crinita. 2. Fronda con vejigas. Conceptaculos apicales con- fluentes. a. Fronda espinulosa; ramas disticas............ C. discors. b. Fronda sin espinas. -+ Tallo largo: vejigas en serie cateniforme.... C. barbata. —— Tallo subnulo, con ramas disticas: vejigas grandes, generalmente solitarias............ C. abrotanifohia. 281. Cystosira Montagnei J. Ag. Alta mar al E. del puerto de Mahon y hacia el Cabo Negro y Fornells. 282. C. opuntioides Bory. Alta mar, hacia la Mola, Isla de Colom.—Fructifica en Febrero, Marzo y Abril. 283. C. amentacea Bory. . En eseaso fondo: puerto de Mahén en Cala-Llonga (Rodr.); Al- caufar, Torret, Binisafulla (Fem.); Son Bou (Rodr.). 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) 284. C. selaginoides Nacc.; C. amentacea var. selaginoides Ag.; C. sedoides Ag. Baleares.—(Weyler.) Menorca.—Hacia la Mezquita (Rodr.). 285. C. crinita Duby; C. flaccida Keg. Baleares.—(Weyler.) Menorca.—Puerto de Mahon, Se Nitja (Rodr.). 286. C. discors Ag. Abunda cerca de la superficie: puerto de Mahén, Mezquita, Se Nitja, Algayrens (Rodr.); Biniancolla (Fem.). 287. C. barbata Ag. var. verrucosa Ke. Puerto de Mahon en Cala-Teulera (Fem.). Var. Hoppit J. Ag. Puerto de Mahon (Fem.). Var. Turner J. Ag. Alta mar, hacia el Cabo-Negro (Rodr.). 288. C. abrotanifolia Ag. Biniancolla (Fem.); Mezquita, Se Nitja y alta mar, (Rodr.). Var. sguarrosa; C. squarrosa Kg. Cala de San Esteban, entre la Mezquita y el Cabo-Negro. Var. leptocarpa; C. leptocarpa Ke. Puerto de Mahon en escaso fondo. EXCLUSIONES. Himanthalia lorea Lyngb.—Citado en Menorca por Ramis. Fucus tuberculatus Huds,—Citados en Menorca por Texidor, en Colmeiro Criptog. F. ceranoides L.—Citado en Mallorea y Mahon por Texidor, loc. cit. F. canaliculatus L.—Citado en Menorca por Texidor, loc. cit. Turbinaria denudata Bory.—Citado en Menorea por Hernindez y Oleo- (51) Rodriguez.— ALGAS DE LAS BALEARES. 229 Fam. ITV.—DICTYOTEA. CLAVE ANALITICA DE LOS GENEROS. \ Fronda mas 6 menos nervada............. debeieae 2 ( Fronda desprovista de nervios......sseseeeeeeees 3 Fronda dicotoma: esporas reunidas en soros: tetras- poras esparcidas: células terminales convergentes. Dictyota. Fronda palmada-dicotoma: esporas esparcidas: te- 7 trasporas desconocidas....... siuinetaeie miaterontetcidt ue Spatoglossum. | Fronda entera 6 multifida, flabelada: esporas y te- trasporas reunidas sobre las zonas transversales. Padina. / Fronda dicotoma: esporas esparcidas: tetrasporas \ FOUMIGAS CN SOLON. ccteseyeefevehotsio sie srfalp'etetaretetsiateceie Halyseris. 3 < Fronda dividida en abanico: esporas reunidas en | soros y mezcladas con paranemios: tetrasporas desconocidas...\..0:.'..).". erastacavae Pipher pS ... Zonaria. Dictyota. 289. Dictyota dichotoma Lamx. Abunda cerca de la superficie, y en alta mar se encuentra hasta 4 90 m. de profundidad: puerto de Mahén, Mezquita, Fornells, Se Nitja, Algayrens, puerto de Ciudadela, etc. 290. D. fasciola J. Ag. Poco ‘fondo: Mezquita, Fornells (Rodr.); Binisafulla, Alcaufar (Fem.). : Var. repens; D. repens J. Ag. Mezquita. 291. D. linearis Grev.; D. divaricata Kg. Alcaufar (Fem.). Spatoglossum. 292. Spatoglossum Solierii Kg. Rara en sitios sombrios, 4 2-5 decimetros de profundidad. Bi- nisaida. También lo he encontrado en alta mar, al SE. del puerto . de Mahon, 4 unos 70 m. de profundidad.—Fructifica en Mayo. 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) Padina. 293. Padina Pavonia Lamx. Mallorca.—Bahia de Palma (Burnat y Barbey). Menorca.—Abunda en la costa de la Isla: Fornells, Tirant, Se Nitja, Cala de San Esteban, ete. Halyseris. 294. Halyseris polypodioides Ag. Desde la superficie hasta 90 m. de profundidad. Abunda en toda la costa de Menorca. Zonaria. 295. Zonaria flava Ag. Rara, desde 1 4 85 m.: 4 poco fondo habita en sitios sombrios. Al SE. del puerto de Mahon y en Binisaida.—Fructifica en Se- tiembre. Orvo IV.-FLORIDE&.. “ CLAVE ANALITICA DE LOS GENEROS QUE ESTAN REPRESENTADOS EN EL MEDITERRANEO (2). ' Esporas procedentes de la transformacién y division de las cé- lulas vegetativas, sin constituir fruto capsular. Fronda folia- cea 6 filamentosa, purpurascente (Porphyre)...... ahh Pane! 2 \ Fruto capsular (cistocarpio), 6 desconocido. .,......eeeeesees 3 = (1) ElSr. D’Albertis visit6é en su yacte de recreo las Baleares durante el verano de 1888, recogiendo varias algas que luego entregé al distinguido profesor de Génova Sr. Piccone. Este naturalista las ha examinado, y acaba de publicarlas en un folleto titulado Plenco delle alghe della crociera del Corsaro alle Baleari, el cual comprende 61 especies de estas islas. Por tanto, uniré con gusto en las Florideas el nombre del se- nor D’Albertis al de las localidades citadas en dicho folleto. (2) Los géneros no comprendidos en este catdélogo van precedidos de un asterisco (*)- (83) 5 Rodriguez. — ALGAS DE LAS BALEARES. 231 Fronda membranaceo-foliacea, oscuramente estipi- tada, constituida por un solo estrato de células angulosas, generalmente poligonas............ Fronda filiforme 6 aplanada, simple 6 poco ramosa; células sobrepuestas en uno 6 varios estratos, conteniendo un nucleo de color, al principio ho- mogéneo, que luego se divide horizontal y longi- GUL CUMEL TIN ET NLC sc-woy's io1ars crs oe karenteeions Sener vetesetote Fronda filiforme, cilindrica, mas 6 menos ramosa, constituida por un filamento gelatinoso, que con- tiene una sola serie de gonidios de color, globu- losos t oblongos, indivisos 6 bipartidos........ (PHrOnda An GrustadaydeiGallisc:asrsr csc caret cies elec mrerars | Fronda plana, torcida en espiral. Ceramidios...... Fronda tubulosa, compuesta de filamentos monosi- fonios, articulados, reunidos en forma de red, con mallas cuadrangulares, pentagonas 6 hexdagonas. SUL 1a TEED ep nee ae ee = Se | Fronda no incrustada,de cal, ni torcida en espiral, TU CTUETOTINA GLO: TOC yy hatoredlee tara is el Sxcrascicoropad shavers cheats Fronda compuesta en el centro de filamentos longi- tudinales. Cistocarpios constituidos por filamen- tos esporiferos en el articulo terminal.......... Fronda compuesta de células. Cistocarpios consti- tuidos por filamentos, cuyos articulos se convier- ten todos en esporas (Corallinee).............- / Estrato cortical formado de filamentos subvertica- les, poli-dicotomos, corimbosos................ Estrato cortical constituido por una membrana areolada, compuesta de células pentagonas 6 WGSASOUANY. <1... vetcie-cio saves dele ots me patos aa dhe Oe Fronda inarticulada, ordinariamente horizontal y fijada al suelo por su pagina inferior, compuesta de dos éstratos de célulages. 20. scce. sas wlele Fronda inarticulada, horizontal, compuesta de un polo'estrato: de edlulas..% oti. so vin Rese Fronda inarticulada, tuberiforme 6 fruticulosa, du- risima, saliendo de un hipotallo crustiforme.... Fronda vertical, articulada, filiforme, monosifonia. Fronda vertical, articulada, ramosa, compuesta de dosidistintos estratos: 500,024.25 + 0 no elo sees Porphyra. * Bangia. ay = Goniotrichum. 4 Vidalia. Halodictyon. 10 for Liagora. * Galaxaura. Hapalidium. Lithothammnion. * Endosiphonia. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. cas: el inferior formado de células dispuestas en filamentos perpendiculares............ccecece i Estrato superior constituido por células casi hex4- gonas: el inferior formado de células dispuestas ND: ZONAS tVANAVEISAlGS..% <1 letersi ie chalet erelaeiche Cistocarpios en forma de verruga, sentados en la 3 superficie de los articulos....,......... at eee : Cistocarpios ovoideos 6 en forma de urna, naciendo en las ultimas ramificaciones de la fronda...... Estrato superior constituido por células casi cubi- 9 f ( Fronda filiforme, articulada, monosifonia......... Fronda extendida horizontalmente (Squamariez). . 10 ¢ Fronda cilindrica, 6 comprimida, 6plana..... Sone Fronda tubulosa 6 vesiculosa.........s.eeeeeeee Fronda polisifonia. Ceramidios...............00. Cistocarpios desconocidos. Planta que se reproduce generalmente por medio de propdgulos......... Cistocarpios conocidos en una sola especie. Tetras- 11 poras (?) indivisas, terminales 6 situadas en el lado ‘nrterno:de las \ramasc)./\' . col uy ononten ea, SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL, POR IDIOUN- Ac. JB. MEY Us EA (Sesion del 5 de Junio de 1889.) En mi libro Gurina im Ober-Gailthal, Kaernten (1885, 79), he publicado sobre el succino 6 ambar espafiol lo siguiente: «También en la parte septentrional de Espafia se encuentra succino. Mr. Townsend dice (1): Al regresar de Oviedo un ca- ballero me regalé una coleccién de succino y azabache que abunda en aquella provincia. Segun Mr. Townsend, las minas mas importantes son las situadas en el territorio de Veloncio, las del valle de las Gitierrias y las de la aldea de Arenas, que pertenece 4 la parroquia de Val de Soto. El Sr. Stolpe (2) habla determinadamente de la presencia del succino en Espaiia, y citando la obra Forsdégtil en Almindelig Naturhistorie (Copen- hague, 1791, t. iv, vol. 1, pag. 994) de Fleischer, dice que al ambar espafiol corresponde el primer puesto después del Bal- tico, y sefala como localidades de explotacién 4 Veloncio, en el valle de las Giierrias y Arenas. Segun el Sr. Zincken (3), se encuentra el succino también en las montafias gredosas de Asturias, en Siero y Villaviciosa y en Valle (distrito de Pilona), cuyo terreno pertenece 4 formaciones geoldgicas del periodo cretaceo; ademas se cita su presencia en la provincia de Te- ruel, teniendo los trozos que proceden de esta localidad el (1) Viaje por Lspana, traduccion alemana hecha por Volkmann, 1792, 1, 371. (2) Congr. intern. d’ Anthr., Stockholm, 1874 (1876), 781. (8) Physiogr. der Braunkohle, 1867, 244 y 1871, 56. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) volumen de algunas pulgadas cubicas,‘y distinguiéndose ade- mas por la particularidad de que en la destilacién seca no produce acido {succinico. El Sr. Helm (1) habla de una resina fosil de Oviedo que pasa por succino y tampoco produce acido succinico (2).» A pesar de estas noticias bastante numerosas y plausible- mente exactas, el succino espafiol es casi desconocido en el mundo cientifico, pues hasta ahora no se ha examinado 4 fondo, ni tampoco se ha ocupado ningun autor del problema de si los pueblos que en los tiempos prehistéricos habitaban los paises mediterraneos pudieron sacar el succino de la pe- ninsula de los Pirineos, fundando esta indagacidén en las cien- cias fisicas y naturales. Con este motivo, era mi objeto conseguir succino de las lo- calidades antes citadas para emplearlo como material en la solucioén de los mencionados problemas; y voy 4 publicar los escasos datos que hasta ahora he recogido acerca de los yaci- mientos espafioles de esta resina, con ‘el fin de que sirvan de impulso 4 nuevas investigaciones. El Sr. Dr. Baummann, que estaba en Portugal y Espafia en 1887, me escribid: «El Sr. Choffat, un gedlogo suizo residente en Lisboa, niega de un modo decidido la presencia 6 yacimiento del succino en Portugal. Pero el Sr. Gémez, catedratico de la Escuela politéc- nica de Lisboa, me asegura que é1 mismo lo ha encontrado en un yacimiento de lignito en las cercanias de Lisboa, pero que se concluyé pronto. En el Museo de Madrid no hay un solo ejemplar de succino de origen espanol, pero tengo por indu- dable que se encuentra en pequenas cantidades en la parte septentrional de Espafia. El Sr. Naranjo y Garza cita el succi- no 6 ambar en las paginas 535 y 536 de su obra Hlementos de (1) Sehr. der Naturf. Ges., Danzig, N. F., vi, 2, pag. 235, 1885. (2) Debo 4 la bondad del Sr. D. O. Schneider (Dresde), la comunicacion de las noti- cias siguientes: En el libro de Goebel, De succino libri, 2 (Francfort, 1558), cuenta su autor que Bondeletius dijo tenia en su poder un succino procedente de los Pirineos, compuesto por una parte de succino y de gagate por otra parte, y Zibarius refiere en su obra Ningularium (Francfort), en el cap. De Succ. ortu et essentia: Succinum gagate annatum Bondeletius inuitis ostendit et montibus Pyrenaeis extractum. Véase también Schneider Natur. Beitr., 1883, 211. La presencia de succino en Espana puede corres- ponder bien con la interpretacién del nombre del rio Ebro como‘réo de"succino. Véase Redslob., Zhule, 1855, pag. 13 y siguientes. (3) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL. 303 Mineralogia general (Madrid, 1862). Segun el Sr. Naranjo, la composicidn quimica del succino es la siguiente: GBT GMOs Ses dle oie Fatoetersid sie ialeelavelels 8,59 HITOROSEMOL, seks ia tioeisincle ts eet re 20 7,31 CRAP ONG Sia spt Bhai rover «ate dixie ws 6,73 CRG Oo Sens is cnstetses tains ics yi dosn steceye sieue 5,37 Pero el autor no dice nada de si el succino examinado por él es de origen espafiol 6 no. Cita localidades espafiolas donde se le ha encontrado, como en el sitio llamado de los Ocinos, en Valdenoceda, provincia de Burgos, donde lo hallé él mismo el afio 1839; ademas, Castellén, Suances (cerca de Santander), Villaviciosa (Asturias), Utrillas y otros lugares de Espana, pero afiade que las cantidades explotadas siempre eran muy pequenas.» En vista de esto, he preguntado directamente 4 algunos na- turalistas espafioles. Desde San Sebastian me participo el sefior D. Angel de Larrinua que ignora la existencia del succino en aquella region, pero me comunicé una noticia debida al pro- fesor Quiroga, de Madrid, seguin el cual no hay ejemplar al- guno de succino espanol en el Museo de Historia Natural de aquella capital. Cita las mismas localidades que Naranjo, con excepcidn de Castellon, pero afade Quesa (Valencia). El Sr. D. Teodoro Seebold me informé desde Bilbao de que tampoco conoce una localidad de aquellas provincias donde haya succino, y que los ingenieros de minas le han dicho lo mismo. Pero por mediacién de mi amigo el profesor Blumentritt, de Leitmeritz (Austria), tuve el gusto de recibir del Ilmo. Sr. Co- ronel D. P. A. de Pazos, de Santander, algunos trozos de suc- cino. Dicho sefior afiadia: j «En esta provincia es muy raro encontrar el succino 6 am- bar, pero deseoso de complacerle, he buscado y rebuscado hasta haber logrado los pequefios fragmentos que hoy le en- vio, y son procedentes de una mina de lignito que se explota en las inmediaciones del pequefio pueblo de Miengo del valle de Torrelavega.» Este succino de Miengo tiene un color amarillo blanquecino, mas claro en unos puntos, mas oscuro en otros, y es transpa- 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) rente. Algunos de los pequefios fragmentos que tengo 4 la vista poseen una costra de color gris, mientras que el interior es amarillo. El Dr. Baeowald, de Berlin—que una muerte pre- matura nos ha privado de él,—tuvo la bondad de satisfacer mi deseo, examinando si este succino de Miengo producia acido succinico en la destilacién seca 6 no, y descubrié que no lo producia. Asi, pues, tiene las mismas particularidades quimi- cas que el succino de Oviedo (?), segtin Helm, y el de Teruel, ’ segun Zincken (véase lo anterior). Este caracter es de mucho interés, porque el succino del Baltico, asi como el de Galizia (Austria) y el de Rumania, producen algun acido succinico, mientras que los de Austria, Italia y Sicilia no lo producen 6 dan solamente indicios (1). De la costa oriental de Espafia recibi solamente noticias del Sr. D. Pablo Colvé, de Valencia, que me escribid lo siguiente: «A decir 4 V. la verdad, la presencia del Ambar en Quesa la ignoraba: he pedido ejemplares a4 esa localidad, y asi que los obtenga se los remitiré 4 V. juntamente con otros de diversas localidades como Utrillas (Aragén). En nuestra provincia hay muchos lignitos por el lado de Chelva; es probable que haya también ambar y he encargado que lo busquen.» Pero han pasado dos afios y no he recibido nada, asi como tampoco de los demas sefiores 4 quienes he pedido noticias, sin duda porque no han podido favorecerme con una contes- tacidn positiva. | De todo esto podemos deducir que es muy raro encontrar en Espafia el succino 6 ambar, y por tanto, sumamente dificil que los antiguos lo sacaran de la costa septentrional u orien- tal de esta peninsula. Y es tanto més admisible esta opinién, cuanto que todo el succino espafiol natural 6 trabajado mo- dernamente, que hasta ahora se ha ensayado no produce acido succinico, segtin he dicho antes, mientras que casi todo el la- brado prehistérico lo produce (2). Aunque no parece imposible suponer que las minas succi- niferas de Espaiia explotadas por los antiguos se han agotado U olvidado por completo, es mi opinién que en este caso ha- (1) Véase A. B. Meyer, 1. c. (Gurina), pag. 83, y Del’ ambra prestorica lavorata di Sicilia (Bull. di Palentologia italiana, 1887, 21). (2) L.c., pags. 81 y 23. (5) Meyer.— EL SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL. 305 briamos de encontrar fragmentos de succino trabajado en can- tidades considerables en los tumulos prehistéricos, hallazgo del cual yo no tengo noticias, quiz& porque nunca ha tenido lugar 6 porque ha sido tan raro que no se ha dado & conocer al mundo cientifico. Mi principal objeto al publicar esta breve Memoria es con- tribuir al esclarecimiento de este asunto, animando 4 mis co- legas espafioles para que publiquen en esta Revista todo lo que sepan acerca del succino espanol, su literatura y locali- dades donde se encuentran asi el succino 6 ambar natural como los objetos prehistéricos de esta sustancia, porque los sabios que viven fuera de Espafia tienen escasas noticias so- bre este asunto. Después de dar lectura 4 la anterior memoria del profesor Meyer, el Sr. Quiroga dijo lo siguiente: Con objeto de adquirir algun dato acerca del yacimiento exacto y caracteres del succino espafiol escribi & nuestros con- socios los Sres. Truan, de Gijén, y Bosca, de Valencia, ha- biendo obtenido del primero la siguiente contestacié6n, muy interesante por las noticias bibliograficas que consigna acer- ca del succino asturiano: «Gijon 22 de Mayo 1889. »Sr. D. Francisco Quiroga.—Madrid. »Muy sefior mio y distinguido consocio: Recibi su intere- sante carta 12 del actual é inmediatamente traté de averiguar si efectivamente en Asturias se hallaba atin el succino. »De mis indagaciones resulta, que si bien varias personas me afirmaron que se habian encontrado ejemplares de esta resina fdsil en esta provincia, hasta la fecha no he podido pro- porcionarme alguno de estos. »Aguardo contestaciones de Villaviciosa y otros puntos, pero como se hacen esperar mas de lo regular, no quiero demorar por mas tiempo mi contestacidn, indicandole a V. lo que ave- rigiié sobre el particular. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 20 ee \ 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) - »En el gabinete de Historia Natural de este Instituto de Jo- vellanos, hay dos ejemplares de succino, uno procedente del Baltico y otro que me dicen es asturiano sin que se atrevan 4 asegurar esta ultima procedencia, pero por su aspecto y color debe suponerse sea de esta provincia. »Consultando una de las obras de D. Gaspar Casal, médico de Carlos III, el que escribiéd 4 ultimos del siglo pasado, dice respecto al succino de Asturias lo que sigue: «Ninguno puede negar que son muy apreciables las minas »de succino, que llegamos 4 descubrir en esta montafosa pro- »vincia: no por la utilidad solo que de ellas puede seguirse, si »principalmente por haberse averigtiado, qué cosaes, y donde »se engendra aquel ente; de cuya naturaleza y origen se es- »cribieron tantas y tan varias opiniones y fabulas, cuantas y »cuales encontramos en los libros de Plinio, y aun de muchos »autores modernos de no pequefa estimacidén y fama; y en las »mismas minas hemos visto, que para cuajarse y endurecerse »los aceites, betunes y jugos de la tierra, y llegar casi 4 con- »vertirse en piedras, no son (como algunos juzgaron) sim- »plicites necesarias las salinas aguas del mar. Y finalmente »nos hemos desengafiado de que no todo el succino es en »su origen flavo, como creyeron otros; si de diferentes co- »lores. »Vea quien quisiera la breve, pero muy verdadera his- »toria que en idioma latino escribi de dicho succino astu- »>T1ano.» «Como se desprende de lo prescrito la sustancia que nos ocupa debid revestir en la provincia, bastante importancia, hacia los alos 1780 y 90 6 sea a Ultimos del siglo pasado; vea usted si se puede proporcionar la memoria a que alude el Sr. Casal, pues en ella debe sefalarse cuantos detalles son ne- cesarios, 4 fin de formar un juicio exacto en el asunto, pues hasta el presente me fué imposible hacerme con ella. »En un librito Estudios Asturianos por D. Fermin Canella Secades, veo en la relacién de un viaje por Asturias de Joseph Townsend lo que sigue, respecto al 4mbar de Asturias.» «Cuando volvi 4 Oviedo, un conocido me dié una coleccién »de A4mbar y azabache que en esta provincia se hallan en gran »abundancia. Las dos minas mas notables de Ambar estan en »territorio de Beloncio, una en el valle de las Gwerrias y la (7) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL. 307 »otra sobre el costado de una alta montafia de la aldea de »Arenas, parroquia de Val de Soto. »El Ambar se encuentra entre pizarras, y se parece 4 la ma- »dera; pero cuando se rompe, los bordes dejan ver una costra »blanca que encierra el ambar, amarillo, brillante y transpa- »rente. El azabache es una especie de carbon de piedra abun- »dante en marquesitas, y que acompafia ordinariamente al »ambar. La historia natural de estas sustancias no es bien »conocida, y todos los hechos que 4 ellas se refieren deben ser »recogidos con cuidado. »Hasta estos Ultimos afios solo habia encontrado el 4mbar »& la orilla del mar, adonde era llevado por las olas; pero los »diferentes insectos que se encontraban, como hormigas y »moscas, probaban que era produccion de la tierra. »Ahora se le ha encontrado fosil, y establece asi el punto »de enlace entre los betunes y las resinas. Nosotros, pues, le »vemos como un anillo de esa vasta cadena, cuyo origen tra- »tan de describir todos los filésofos. »Le encontramos en un pais en el que los lechos que le en- »cierran y las rocas que le rodean, cargados de conchas y »plantas marinas, muestran claramente que unos y otros son »un depdsito del Océano.» «En la Revista de Asturias, aiio 11, 25 Junio 1879, num. 17, pagina 277, leo el articulo siguiente sobre el asunto que nos ocupa.» | «Resinas fdsiles. »Succino (Ambar amarillo.— Electron. — Resinita. — Kara- »be.—Bernstein de Werner).— Mineral cuyo descubrimiento »en el pais se debe al Dr. D. Gaspar Casal, sabio médico es- »tablecido en Oviedo el ano de 1720, quien le describe en »su obra Historia natural y médica del Principado de As- »turias. | »Preséntase de aspecto resinoso, compacto y semitranspa- »rente, color amarillo, 4 veces pardo y casi negro de fractura »concoidea; arde facilmente con llama amarillenta, humo »abundante y olor agradable. Sometido 4 una elevada tempe- »ratura se funde, se volatiliza y descompone, dando por re- »sultado acido succinico, materias gaseosas, aceites y residuos »fijos, & causa de la poca pureza de este ambar. »Frotado con un pafio produce un gran desarrollo de elec- 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) »tricidad, circunstancia que fué conocida de los antiguos, a »cuya piedra atribuian grandes virtudes. »En Asturias es raro hallarlo completamente puro, teniendo »ademas la mala cualidad de resquebrajarse facilmente, lo »que le hace inutil para ser trabajado en objetos de capricho. »Asociado al lignito é interpuesto entre su masa es como se »halla el succino en los terrenos terciarios, principalmente »en el cretaceo, en cuyo estado y posicién le hemos hallado »cerca de la regién carbonifera de Santo Firme, en las inme- »diaciones de Pravia. »Hallase igualmente en Villaviciosa, en San Claudio (San- »cloyo) de Oviedo, en Valdesoto y Mieres; asi como en nédu- »los 6 rifiones en el terreno de la creta en Pilofia é Infiesto. »No siendo susceptible de buen pulimento, solo se ha emplea- »do, algunas veces, en ciertos puntos de Asturias, en lugar »de incienso, pero sin explotacién formal, con solo recoger lo »que aparece mas 6 menos a flor de tierra.» «Estuve hoy con un amigo, duefio de unas minas de azaba- che, y le pregunté si en sus minas se habia encontrado alguna vez ejemplares de succino; me dijo que no tenia noticia que se hubiese encontrado, pero que recordaba que hace unos: quince afos, un paisano le habia enseflado una muestra de un mineral que habia tomado él por resina, y que no le ha- bia dado importancia; dicha resina bien pudiera haber sido succino. »Otro amigo me dijo que un primo suyo de la Pola de Siero habia encontrado en una piedra de las que formaban una cerca 6 muro de una huerta, una rama de succino, mas no puede fijar la procedencia. Le dije 4 este amigo que tratase de ad- quirir este ejemplar, lo que me prometid. »Por ahora es todo cuanto le puedo decir sobre esta intere- sante cuestidn; no dejo el asunto de la mano, y sigo mis in- dagaciones, y sobre todo trato de conseguir algun ejemplar, para tener el gusto de enviarselo, 4 fin de que pueda com- probar si produce 6 no acido succinico. »Con este motivo se repite de V. su afectisimo consocio se- guro servidor y amigo Q. B. 8. M., ALFREDO TRUAN.» En una segunda carta, con fecha de 28 de Mayo, me anun- ciaba el envio de un pequefio ejemplar que habia conseguido, escribiéndome lo que sigue: (9) Meyer.—EL SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL. 309 «El amigo que me remite esta muestra me dice lo siguiente: «En la aldea de Cadanes, & una legua de Infiesto, en los sitios »llamados Santa Ana y Riega de la Selor, existen filones de suc- »cino amarillo rojo y amarillo mas oscuro que el de Oriente. »Estos filones 6 vetas tienen de dos 4 cinco centimetros de »espesor, siendo el referido succino de poca cohesion. »El ejemplar adjunto—unico que se ha podido procurar por »el momento—es de color y calidad inferiores 4 lo que se po- »dria extraer.» El pequefio ejemplar que recibi del Sr. Truan pesaba unos 6 gramos; es de color rojo-pardo intenso, hasta el punto de no dejar pasar la luz en cuanto el fragmento es un poco grue- so, resquebrajado en todas direcciones y muy quebradizo; no da acido succinico por destilacién seca, y es enteramente insoluble en el alcohol, éter, sulfuro de carbono, cloroformo y bencina, no pudiendo, por tanto, clasificarse como verdadero ambar ama- rillo. El microscopio muestra en su seccidén transparente gran numero de grietas, acaso producidas al prepararla, y manchas de color mas intenso, pardo-rojizo, redondas y piriformes, alargadas y tortuosas, dispuestas en corriente. En ningun punto muestra la mas pequefia accién sobre la luz polarizada. En otra carta que me escribiéd el inteligente micrégrafo nuestro amable consocio de Gijén, con fecha 12 de Junio, me decia: «De Villaviciosa recibo la nota siguiente: «No hay noticia de que en este Concejo se hubiesen encon- »trado ejemplares de succino (ambar amarillo); lo que hay »son minas de azabache en la marina y algunas de antracita »en Lugas. Los tnicos puntos de la provincia donde se hallo »el succino son Arenas, parroquia de Valdesoto, Concejo de »Siero y la Giierria de Veloncio, parroquia de idem, Concejo »de Pilofia.» Y en esta carta me envia otra que le escribié el Sr. Jimeno Brun, catedratico de Historia Natural en el Instituto de Ovie- do, en que dice: «En este Gabinete no tenemos mas que un ejemplar peque- »fio y malo del succino que V. indica, y que dicen procede del »inmediato Concejo de San Claudio, en la linea de Trubia.» En una nota que proporcioné hace afios 4 mi amigo y nuestro consocio de San Sebastian, Sr. Larrinia, que me pidid datos 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) acerca de localidades donde se hubiese hallado en Espafia el succino, le decia yo que en el Museo no existia ejemplar algu- no de esta especie procedente de nuestra Peninsula. Pero con motivo de la anterior Memoria del Sr. Meyer, revolvi nueva- mente las colecciones, hallando por fin en un rincén cuatro ejemplares de una resina fdsil, dos diferentes en una misma caja con una etiqueta antigua que dice: «Succino del lugar de Qiierrias en Asturias,» y otros dos enteramente iguales, cuya etiqueta, también antigua, dice: «Resina-asfalto de Mo- rella. Por el Sr. Villanova. Hay un ejemplar en la coleccién de Parga que se llama succino de Quirias en Asturias, que se halla en las capas de azabache de Reinosa.» Hl ejemplar 4 que se refiere esta etiqueta es el anteriormen- te citado; pero de todos modos contiene el dato de que se ha encontrado succino en las capas de lignito de las cercanias de Reinosa, que trataré de comprobar. Uno de los ejemplares de Gitierrias se parece mucho en su color al de Cadanes, que tuvo la bondad de enviarme el sefior Truan. Es mucho mayor; conserva en gran parte de su super- ficie una corteza de 2 4 3 cm. de espesor, amarillenta y opaca; ni el interior nit la corteza dan dcido succinico nt se disuelven en los liguidos citados en el ensayo anterior. La coloracién de este ejemplar en seccidn delgada es bastante mas uniforme que en el ejemplar de Cadanes, pero también muestra manchas pequenas de color mas intenso dispuestas en corriente. El otro ejemplar es de color amarillo claro, ligeramente ver- doso, compacto, enteramente transparente, y conserva una corteza blanquecina en la mayor parte de la superficie. Zam- poco da acido succinico, y es enteramente insoluble. En seccién delgada muéstrase casi incoloro y uniforme. Los ejemplares de Morella son de color amarillo-rojizo mu- cho mas oscuro que el del ultimo ensayado, y mas claro que el del anterior; estan resquebrajados en toda su masa, y fam- poco dan dcido succinico por destilacién seca, siendo totalmente insolubles en alcohol y demas liquidos. Esta localidad de Morella (Castellén) no aparece citada por el Sr. Naranjo (1), y tan solo figura la indicacién vaga y ge- (1) Blementos de Mineralogia, pig. 536. Madrid, 1862. (12) Meyer.— EL SUCCINO DE ORIGEN ESPANOL. 311 neral de Castellén en la comunicacioén particular del Sr. Bau- mann al Sr. Meyer, citada por este sabio en el precedente trabajo. Estas son las unicas resinas fosiles espafiolas que he tenido ocasion de ver y ensayar. Respecto del llamado ambar de Utrillas, dice el Sr. Vilano- va (1) lo que sigue: «También, al parecer, se encuentra en Utrillas una especie de resinasfalto que imita al succino 6 ambar amarillo, y se presenta en nddulos 6 rifiones sueltos, modo de estar comun 6 caracteristico de esta sustancia.» La calificacién que de esta resina hace el Sr. Vilanova esta apo- yada por lo que cita el Sr. Meyer en su Memoria con referen- cia 4 la obra del Sr. Zincken, donde se dice que el 4mbar de Teruel no produce acido succinico. Antes de concluir estas noticias afladiré que el Sr. Schultz dice del ambar de Asturias (2) que el lignito (habla de los lig- nitos liasicos) «también se halla en la creta con succino pajizo 6 color de miel mas 6 menos subido, aunque siempre resque- brajado é inutil para elaborar.» Y en otro lugar (3) afiade: «Y en diferentes puntos de Pilona ofrece esta formacidn (cre- tacea) nudos 6 rifiones de 4mbar 6 succino, que por estar muy resquebrajado, lo mismo que el ya citado del lias, no tiene por ahora otra aplicacién que para incienso.» Al tratar del lias asturiano no he hallado en la publicacion del Sr. Schultz otro parrafo en que hable del 4mbar que el primero de los dos transcritos. Pero de todos modos queda bien especificado el caracter de estar muy resquebrajados que yo he indicado en las resinas fdsiles de Asturias. Resumiendo el trabajo del Sr. Meyer y mis observaciones, resulta que hasta el presente se han ensayado, sin que den indicios de Acido succinico por destilacién seca, las siguientes resinas fésiles espaniolas: De Teruel, por Zincken. De Oviedo (de Asturias), por Helm. De Miengo (Torrelavega, Santander), por Baeowald. De Cadanes (Infiesto, Asturias), por Quiroga. (1) Descrip. geol. de la prov. de Teruel, pag. 83- Madrid, 1863, (2) Descrip. geol. de Asturias, pig. 107. Madrid, 1858. (3) Idem id., pag. 125. 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) De Giierrias (Pilofia, Asturias), por Quiroga. De Morella (Castellon), por id. Estos son los datos que he podido reunir hasta ahora acerca del origen y clasificacién de los lamados succinos espafoles, correspondiendo 4 la galante invitacién del sabio Director del Museo Zooldgico-Antropolégico de Dresde. OBSERVACIONES GEOLOGICAS HECHAS EN EL SAHARA OCCIDENTAL, POR JD ebnee ASIC ESCO iG Lee © Gr A. (Sesion del 2 de Octubre de 1889.) Las observaciones de que voy 4 dar cuenta las hice durante mi permanencia de tres meses en Africa—14 de Mayo 4 14 de Agosto de 1886 —como individuo de una comisién enviada por la Sociedad espafiola de Geografia Comercial, para explo- rar la regidn comprendida entre la costa occidental de Africa desde Rio de Oro 4 Cabo Blanco, y los Adrares en el interior, entablando relaciones con sus habitantes; era presidente de esta Sociedad el Excmo. Sr. D. Francisco de Coello, y director de expediciones D. Joaquin Costa. La comisién fué dirigida por el ingeniero militar capitan D. Julio Cervera y Baviera, ventajosamente conocido ya por sus publicaciones y viajes en Marruecos, y llevaba como intérprete al distinguido ara- bista é individuo del cuerpo consular D. Felipe Rizzo; dos soldados de la compafiia de moros tiradores del Riff, que Espafia posee en Ceuta, acompafiaban 4 la expedicién, uno de los cuales, el Hach Abd-el-Kader L'Ajdar, nos presté gran- des servicios. Tanto mi compafiero y amigo el Sr. Cervera como yo, hemos dado cuenta 4 nuestro regreso, en conferencias y publicacio- nes (1), de los resultados que en general tuvo esta expedicion para nuestro pais. (1) Revista de Geografia Comercial, nimeros 25 4 30, Julio-Septiembre de 1886.— ANALES DE LA SOC. ESP. DE Hist. NaT., xv, 1886. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Las investigaciones geolégicas en el Sahara son dificiles é incompletas 4 causa del suelo, el clima y los habitantes. El suelo esta mas 6 menos cubierto de arenas, que ocultan 4 veces en grandes extensiones las formaciones geoldgicas infrayacentes, impidiendo precisar en muchos casos los con- tactos de unas con otras; el clima, por sus condiciones de temperatura y sequedad — sobre todo en la estacién del afio en que nosotros viajamos— obliga & caminar de noche la mayor parte del tiempo; y la mas grande de todas las dificul- tades, la constituyen los habitantes, que por su fanatismo y suspicacia, hijos de la ignorancia, se oponen resueltamente a todo lo que sea hacer observaciones, tomar notas y recoger ejemplares. En prueba de esto, diré que, 4 pesar de mi espe- cial cuidado de hacerlo 4 sus espaldas, llegaron 4 enterarse de que yo recogia piedras, y nos prohibieron el paso desde el pozo Aussert hacia el O. para visitar el Adrar Suttuf, diciendo que yo iba buscando oro y que nos abandonarian 6 algo mas si avanzabamos en aquella direccién. Con pretexto de que profandbamos con nuestra inmunda planta la tierra sagrada del Islam (textual) no nos dejaron bajar hacia el S. del pozo El Auiy, atravesando el Adrar-et-Tmarr, como era nuestra mi- sidn y deseo, no obstante ser muy amigos del Xej Ahmed Uld- el-Aidda 4 quien hicimos muchos regalos, que habia mostrado gran deseo de vernos en su pais y hasta nos hizo algunos obsequios. Por la salina de Ydyil nos paseéd, muy desagradablemente por cierto, una tarde nuestro intimo amigo—segun 61—Si El- Beschir, prometiendo llevarnos al sitio de donde extraian la sal, que al cabo no encontramos. En fin, que con los habitan- tes del Sahara, se hace lo que 4 uno dejan hacer, y aun esto sufriendo vejaciones y con peligro constante de la vida (1). (1) En confirmacién de esto véase la relacion de los viajes de Vincent en 1860 y particularmente de Solelleit en 1880. (3) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 315 I.— Meteorologia. Por si pudieran ser de alguna utilidad publico un resumen de las observaciones meteorolégicas, que me ha sido dado hacer en tan corto tiempo, referentes la mayor parte a la peninsula de Rio de Oro. Presiones.—Han sido tomadas, mas con un fin topografico que meteorologico, con mi aneroide de bolsillo construido por Casella, de Londres, y comparado durante varios dias con el bardmetro normal del Observatorio de Madrid, al salir para la expedicion. En la factoria espanola de Rio de Oro, hay una diferencia bastante notable entre las presiones observadas en los meses de Mayo y Junio, antes de nuestra salida para el interior, y las de Julio y Agosto & nuestro regreso. Durante la primera tempurada—14 de Mayo 4 16 de Junio, 190 observaciones—no he notado ninguna presidn menor de 767 mm. ni mayor de 772 mm., estando colocadas las cifras que expresan las diferentes presiones por orden decreciente de frecuencia, de este modo: 769, 768, 770, 771, 767, 772. La maxima diurna tiene lugar entre ocho y nueve de la mafiana, y la minima de dos 4 tres de la tarde. En la segunda temporada—24 de Julio a 14 de Agosto, 60 observaciones—las presiones han oscilado entre 759 mm. y 764 mm. y su disposicién, segun el orden adoptado en las anteriores, es la que sigue: 761, 762, 763, 760, 764, 759. Las horas de maxima y minima diurnas en esta temporada son las mismas que en la anterior, y sus dife- rencias han oscilado siempre entre 0 mm. y 2,5 mm. siendo las mas frecuentes 1 mm. y 2 mm. La presién media que resulta de todas estas observaciones en ambas temporadas es 768 mm., cifra que me ha servido de base para la nivela- cién barométrica durante nuestra expedicién. Las diferen- cias de presién entre la superficie del mar en la bahia y el patio de la factoria alcanzan un maximun de 0,5 mm. Todavia tienen menos interés meteorolégico que estas, por ser en mucho menor numero, las presiones tomadas en los diversos puntos en que acampamos mas de un dia, como el Duar et Dmiset de los Uled Bu-Sba, pozos Tenitilek, El Auiy; 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) y solamente diré que en el primero de estos puntos, durante los dias 23 al 27 de Junio, ambos inclusive, en 15 observacio- nes, anoté una minima de 739 mm. el dia 27 4 las dos de la tarde. y una maxima de 753 mm. el 24 4 las nueve y media de la mafiana, existiendo este ultimo dia una diferencia de 9 mm. entre la maxima y la minima diurnas; en pozos Teniulek, desde el dia 3 de Julio 4 las nueve de la mafiana, hasta el 8 4 las tres de la tarde, en 21 observaciones, hubo una minima de 735 mm. el dia 5 4 las dos de la tarde, y una maxima de 740 mm. el dia 3 4 las nueve y media de la mafana, siendo la diferencia entre la maxima y minima diurnas 2 63 mm.; y por ultimo, que en nuestro campamento al E. del pozo Hl Auiy durante los dias i0 al 12, 4 las cuatro de la tarde las presiones variaron entre 735 mm. y 743,5 mm. Temperaturas.—Han sido medidas con termémetros de mer- curio, incluso los de minima, construidos por Casella, y los de maxima segun Negreti por Berthélemy, de Paris, comproba- dos previamente por el Observatorio y algunos prestados por este establecimiento. Como es natural, existe una diferencia muy notable entre la temperatura de la peninsula de Rio de Oro y la del interior del desierto. La del primer punto es muy suave, no hay gran diferencia entre la maxima y la minima de las veinticuatro horas, pues la mayor que consta en mi diario es de 5° C. No la he observado tampoco bien acentuada entre la temperatura de las dos épocas que estuvimos en la factoria; no hubo du- rante ese tiempo ninguna minima inferior 4 15° C., ni maxi- ma alguna superior 4 28’ C., 4 la sombra se entiende; siendo entre las primeras la mas frecuente la indicada, y entre estas las comprendidas entre 20° y 25° C. La media de mis 250 ob- servaciones termométricas en Rio de Oro es 20° C. Desde esta regién hacia el interior la temperatura se fué elevando, y aunque no me sea posible dar las maximas y mi- nimas termométricas, por no llevar en observacién durante la marcha los termémetros correspondientes, puedo sf decir que el 28 de Junio 4 las cuatro de la madrugada, hora en que soliamos emprender la marcha de la mafiana todos los dias, la temperatura era de 22° C. y que el 16 de Julio 4 las tres de la tarde 4 la sombra, fué de 49° C. He observado muchos dias que la diferencia entre la temperatura de las cuatro de la ma- (5) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 317 fiana y de las cuatro de la tarde 4 la sombra era de 25° C. Al sol, durante las marchas, hemos estado expuestos 4 tempera- turas que oscilan entre 65° y 70° C. especialmente en la regién del Tiris. Ninguna de las temperaturas que he observado & las cuatro de la mafiana ha bajado de 18° C., la mayoria han sido 20° 6 21° C. Dependiente en gran parte de la temperatura es el fendmeno del espejismo, que observamos algunas veces en el interior, pero muy pocas, y que en cambio se presenta con mucha fre- cuencia en la peninsula de Rio de Oro; siempre pertenece al grupo de los espejismos inferiores. Uno de los mas perfectos que hemos visto en esta regién, fué el 18 de Mayo, volviendo & las tres de la tarde 4 la factoria desde Tarf-l’Serak (Punta azul 6 Ciprés grande, de los canarios). Parecia hallarse esta en un inmenso lago, reflejandose en la superficie de sus aguas los diversos edificios que la componen. Raro es el dia que se deja de observar alguno de estos fendmenos en la peninsula durante las horas de calor. La mayor frecuencia con que en ella se presentan , relativamente al interior del continente, es debida, 4 mi juicio, 4 la gran cantidad de vapor de agua que existe en su atmdsfera, que contribuye, por el calor que ab sorbe, 4 que sea mayor la diferencia de temperatura, y por tanto, de indices de refraccién entre las capas inferiores de la atmosfera, que se hallan en contacto con la superficie terres- tre, y las superiores. Otro fendmeno ligado también con estas ultimas causas es la deformacién que experimenta el disco del sol cuando esta proximo 4 su ocaso. En el interior, todos los dias lo hemos visto ir apareciendo marcadamente eliptico, teniendo hori- zontal el eje mayor, y concluyendo por escalonarse el semi- disco inferior, al entrar en las capas mas bajas de la atmosfera, cargadas de arena la mayor parte de los dias en tal cantidad, que le oscurecian por completo una y aun dos horas antes, a veces, de su verdadera desaparicién bajo el horizonte. Vientos.—Se puede decir que durante nuestro viaje no ha reinado otro viento que el aliseo del NE. En la peninsula de Rio de Oro no hubo ningtin dia en que dejara de hacerlo y en el interior, tan solo en los momentos que precedieron 4 las tormentas. Los dias 30 de Mayo y 16 de Junio amanecieron en Rio de 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Oro con viento suave del E. y cielo totalmente nublado; poco & poco el viento fué subiendo al NE. y haciéndose violento 4 la par que el cielo se despejaba, quedando, por ultimo, com- pletamente limpio; son los unicos dias en que hemos tenido viento de distinto rambo que el NE. Siempre es poco menos que huracanado, de una violencia tal, que los primeros dias de nuestra llegada & Rio de Oro no nos dejaba dormir. Mien- tras él rige no hay nubes en el cielo, y en cuanto pierde velocidad y fuerza aparecen, y van aumentando conforme disminuye aquel. En Julio y Agosto hubo muchos dias que amanecieron nublados con viento NE. muy suave, y segun avanzaba el dia adquiria mayor fuerza y disminuian las nu- bes, llegando 4 desaparecer por completo cuando el viento era HisaennAaS: esto solia tener lugar’ ‘hacia las diez de la manana. La velocidad del viento mantiene constantemente en sus pension en la atmosfera gran cantidad de finisima arena que, aun en dias normales, ocultaal sol una hora antes de su puesta y lo penetra todo, hallandola el viajero en todas las partes de su cuerpo y dentro de los instrumentos, barémetros metalicos, brujulas, etc., por guardados que los lleve. Esta enorme masa de arena, de naturaleza cuarzosa, anima- da con la velocidad de un viento fuerte y constante, forma un poderoso agente de erosién, el mas caracteristico de estas regiones de nuestro planeta. No hay roca que se resista 4 su accidn; las calizas cuaternarias marinas, verdaderas brechas de moluscos fdésiles, ricas en granos y cantos de cuarzo, son pulidas de un modo muy caracteristico, originandose puntas de la rgca orientadas segtin la direccién del viento, de NE. a SO., cuyos extremos estan protegidas por granos de cuarzo. En las pequefias masas aisladas de dicha roca, produce este fendmeno anchos y profundos surcos también pulidos y es- triados, que recuerdan los de los ejemplares de sal de Cardona, y afecta la totalidad de la masa la forma de una cuchilla colo- cada segun el viento. En la peninsula de Rio de Oro es donde he visto los ejem- plares mas bellos de este fendmeno en estos materiales, ejem- plares que vienen 4 ser las graficas seculares de la direccién é intensidad de los vientos alli dominantes. Las cuarcitas, calizas y pizarras paleozdicas, el gneis, el (7) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. — 319 granito y todas las demas rocas eruptivas, poseen la misma superficie brufida y estriada en la direccién del viento. Las areniscas incoherentes del periodo cuaternario son entera- mente deshechas por él, viniendo sus granos, ya sueltos, 4 engrosar el numero de los que transporta aquel agente. Humedad atmosferica; rocios y liuvias.—La factoria de Rio de Oro es donde tnicamente pude realizar algunas observa- ciones psicrométricas, con dos termémetros de mercurio de Casella que tenian caja de cobre, pero la mala instalacién que hube de darlos, 4 falta de otra mejor, y la situacién de la peninsula, que quita gran importancia 4 estas observaciones, me desanimaron para proseguirlas, y asi es que no las efec- tué mas que durante los dias 6 4 13 de Julio. Indicando solo los limites que obtuve en estas cortas observaciones, diré que el dia 8 & las dos de la tarde marcaba el termémetro seco 24,5°C., y el humedo 17,5° C., temperaturas que corresponden a una tension del vapor de agua de 11,4 mm, humedad rela- tiva de 46 y temperatura de rocio de 11,5° C.; y el dia 13 4 las cinco de la manana el termémetro seco sefialaba 18,2° C. y el humedo 16°, correspondiendo 4 estos datos una tensidén en el vapor de agua de 12,3 mm. humedad relativa de 80 y tempe- . ratura de rocio de 14,5° C. La prueba de la cantidad de vapor de agua que contiene la atmosfera de la peninsula y de la zona del continente préxima 4 la costa, esta en la abundancia de los rocios, fendmeno que no observamos en el interior. En las dos primeras regiones y mas especialmente atin en la primera, 4 la hora de haberse puesto el sol, se nota humeda la ropa, sobre todo si es de hilo como era la mia, y al amanecer, la ropa y mantas con que uno se cubre estan empapadas como si hubiera caido sobre ellas un largo chaparrén, y gotean abundantemente las hojas y ramas de las plantas. Por las noches hay que ponerse el im- permeable sobre la manta, porque si no la cala completamente el rocio, y dormir dentro de la tienda, precauciones que no son necesarias en el interior, ya desde la tercera jornada a partir de la costa, donde por el contrario es muy agradable descausar del viento y calor del dia al aire libre, gozando de la tranquilidad y belleza de las noches del desierto. En este, la sequedad atmosférica es tal, que se cae resquebrajada y seca la epidermis de la cara y manos, y hay quien, como yo, 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) en los dias de viento fuerte, siente secarsele la conjuntiva del globo del ojo y tiene que cerrar los ojos. Las maderas se ponen tan secas, que ademas de resquebrajarse, cuando un cajon se cae al suelo se hace pedazos como si fuera de vidrio. Los dos aparatos fotograficos que llevamos no nos sirvieron, porque en los chassis, efecto de la contraccién de la madera, el marco se habia alabeado y entraba luz por todas partes. Ninguna lluvia formal hemos presenciado durante nuestra corta permanencia en Africa. En Rio de Oro cayé un pequenio chaparrén hacia la una de la madrugada el dia 11 de Agosto, y una ligera llovizna la noche del 28 de Julio. Los oficiales de la goleta de guerra Ceres, me dijeron que durante sus viajes & Rio de Oro, habian visto llover tres veces: una en Hnero, un fuerte chubasco, en Marzo y en Agosto. En el interior, en el territorio de Tenitilek, el dia 6 de Julio por la tarde y el 7 al amanecer, cayeron unas gotas que no llegaron 4 humedecer el suelo. El 18 del mismo mes, durante las primeras horas de la noche y entre los territorios de Aussert y Bu-Hofra, cruzamos una zona donde habia llovido con rela- tiva abundancia: la tierra aunque sin barro ya, presentaba evidentes senales de haberse mojado; las huellas de los pe- quefios arroyos eran frecuentes, y nos costd gran trabajo conseguir que nuestros moros no acampasen, para dedicarse & hacer pocitos con la mano en busca de agua fresca; puro pretexto con objeto de terminar nuestra marcha aquella noche. Pero si nosotros no hemos visto llover, en concordancia con los datos de los indigenas de que en verano no llueve seria- mente en aquella regidn, todos ellos afirman que desde Sep- tiembre y durante el invierno, son frecuentes las tormentas con lluvia abundante, y que entonces estas regiones se cubren rapidamente de vegetacién, los ganados encuentran pasto en todas partes, y los duares se diseminan, separandose de los pozos, en cuya proximidad se hallan establecidos duran- te la estacién seca. Lo que, sin embargo, parece faltar siempre en aquellas tie- rras son lluvias temporales tranquilas, 4 juzgar por los datos de los habitantes. Tormentas.—Hemos sufrido las siguientes: el 26 y 30 de Junio y el 5 y 6, y 16 y 17 de Julio. (9) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 321 Las de los dias 26 y 30 de Junio, que pasamos la primera en el Tisnik, en el duar Ed-Dmiset de los Uled-Bu-Sba, y la segunda en el territorio de Dumus, se redujeron 4 un aumento tal de la velocidad del viento NE. 4 eso de las diez de la ma- fiana, que 4 las doce ya estaba nublado el sol por la masa de arena que habia en suspensién en el aire. Ninguna nube se presentd ni el barémetro sufrié alteracién alguna antes ni durante la tormenta. El viento asfixiaba por su velocidad, temperatura y cantidad de arena cuando daba en la cara, y hacia perder el equilibrio si daba por la espalda; en poco tiempo se cubrieron de arena los objetos no muy altos que habia en el suelo. Los dos dias cesé este estado atmosférico durante el oscurecer y primeras horas de la noche, quedando la superficie del suelo rizada como la del agua suavemente agitada por el viento. Estos dias experimenté por primera vez una sensacién muy desagradable, producida por la rapida re- novacion de aquel aire extremadamente seco. Cuando me daba de frente sentia desecarse la parte del globo del ojo expuesta al aire, volviéndose aspera y rozando los parpados que la cu- brian, y cerraba inmediatamente de un modo instintivo los ojos, tanto para librarlos de la evaporacién que sufrian, cuanto para lubrificar su conjuntiva devolviéndola la humedad que habia perdido. El dia 5 de Julio amaneciéd muy despejado con viento NE. bastante fuerte y caliente; la presidn maxima diurna fué de 738 mm. 4 las ocho y media de la mafiana, y la temperatura a la misma hora de 25° C., habiendo sido la minima al amanecer de 21,5° C. A las diez de la mahiana comenzé el viento 4 ha- cerse huracanado, manteniendo en suspensidn gran cantidad de arena; no se podia sufrir cuando daba de frente. A las dos de la tarde se oculté ya el sol sin que hubiese nube alguna, siendo la presién minima diurna 735 mm., perfectamente normal, y la temperatura maxima 4 la sombra 44°C., después de la ultima hora citada. Al oscurecer comenzé 4 disminuir ia velocidad del viento, aclarandose algo la atmdésfera por la deposicién de las arenas, y 4 las doce de la noche reinaba completa tranquilidad. Amanecié el dia 6 con una suave brisa del NE. y nublado desde el S. al SE., nublado que fué extendiéndose hacia el SO. La temperatura minima habia sido de 20° C., la presién 4 las ANALES DE HIST. NAT.— XVIII. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ocho de la mafiana 738,5 mm. y 4 las dos de la tarde 736,5 mm. A eso de la una comenzé 4 llover por el SE. 4 una gran dis- tancia de nosotros, arreciando en aquel punto el viento, 4 la vez que tomaba un movimiento de rotacién 4 juzgar por las grandes mangas de arena que se levantaban desde el suelo. El color gris de las nubes de las regiones superiores de la atmdsfera, se confundia con el de la arena que estaba en suspensién en las mas bajas, gracias al continuo movimiento giratorio del viento. Este estado atmosférico se bajé al S. al cabo de una hora, pasé al SO. corriendo después los demas puntos cardinales de nuestro horizonte en el espacio de dos 6 tres horas, mientras el cielo del lugar donde estabamos, pri- mero enteramente despejado, se fué salpicando de nubecillas, pequefios cumulos aislados, y la atmdésfera se mantenia en una tranquilidad, en una calma verdaderamente imponentes. La maxima que aquel dia marcé el termémetro 4 la sombra fué de 45° C. Esta profunda calma durdé en nuestra zona una hora escasa; 4 las cuatro de la tarde sufrimos un violentisimo y sofocante viento del S. por espacio de treinta minutos, acompanado de muchisima arena y alguna que otra gota de agua, al cabo de cuyo tiempo salté al E. soplando con la mis- ma intensidad que antes, una hora escasa, para ceder después poco 4 poco dando lugar 4 una calma absoluta y sofocante. Todos los lugares del horizonte por donde iba pasando el fendmeno se despejaban después en cuanto se corria a otro punto, excepto la regidn comprendida entre E. y SE. que per- maneciéd siempre nublada y lloviendo. Al oscurecer se fué levantando ligera brisa del NE., dejé de llover entre E. y SE., aunque sin despejarse, por el contrario corriéndose las nubes por el zenit hasta el 0., formando una ancha faja que cruzaba el cielo, mientras que permanecian limpios los demas puntos del horizonte. La noche fué tranquila y hermosa. . La temperatura minima del 7 fué de 21° C., dia que amane- cid con la misma faja de nubes con que anocheciéd el anterior. Cayeron unas cuantas gotas de agua poco después de amane- cer, presentandose un arco iris corto y ancho por el ONO.; conforme fué avanzando el dia el viento NE. arrecié, rom- piendo la zona de nubes, que fué enteramente disuelta antes del mediodia. El 16 de Julio, vispera de nuestra llegada al pozo Aussert, (11) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 328 se paso con toda tranquilidad sin viento apenas mas que ligera brisa del NE. y nubes, grandes cimulos, desde el NO. al SO. En las ultimas horas de la tarde se veia llover abundante- mente por el SO. acompanfiando la lluvia relampagos y gran- des truenos que llegaban 4 nuestros oidos. En las primeras horas de la noche este estado de cosas se acentud, presentan- dose también frecuentes é intensos relampagos de calor por el E., mientras que en el NO. gozamos de un arco iris lunar no muy intenso. El cielo estaba perfectamente despejado en los demas puntos del horizonte, y la luna brillaba con eran’ claridad. Este notable arco iris duré de media a tres cuartos de hora. E117, acampados en un bosque de talh al pié de los cerros de Aussert, hizo viento fuerte del NE. que arreciéd mucho 4 media tarde cargandose la atmdsfera de arenas, de tal modo, que no distinguiamos los arboles y cerros que estaban 4 50 m. de nosotros; al oscurecer todo se tranquilizé. Durante el dia hubo nubes errantes que desaparecieron al arreciar el viento. Al dia siguiente, 18 de Julio, marchando hacia el NO. de Aussert, atravesamos la regidn donde habia llovido el 16, to- davia himeda, con algtin pequefio charco y numerosas arro- yadas ya sin agua. Por ultimo, para terminar estas breves noticias de mis lige- ras observaciones meteoroldgicas, consignaré que el dia 23 de Junio, 4 las dos de la madrugada, vimos aparecer un her- moso bolido globular entre las cuatro estrellas del carro de la Osa mayor, que descendiéd normalmente al horizonte hasta perderse bajo él, iluminando repentinamente el espacio con una luz blanco-azulada muy intensa y semejante 4 la de la luna. El fendmeno duréd muy breves segundos pero fué de gran belleza. II.— Orografia. La peninsula de Rio de Oro—la Dajla de los moros—-orogra- ficamente considerada es una tierra baja y llana, cuyo eje ma- yor forma un angulo de 30° al E. de la linea N.-S.; tiene una altura media de 7m. por su costa SE. bafiada por la bahia, mientras que la del NO. que moja el Atlantico esta 4 20 m. por término medio sobre aquel Océano. La separa del continente 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (12} un istmo arenoso y apenas elevado sobre el nivel del mar, de unos 3 km. de ancho, y de longitud variable con la altura & que suben las mareas en la bahia y Atlantico. Su longitud desde punta Dumford al S.—Ztarf er-Gueiba de los moros—al istmo, es de 37 km. En su parte central no presenta desniveles de consideracion; ligeras depresiones suaves de 1 m. 61,50 m., siendo la mas profunda—2 m. 6 2,50 mas baja que la superfi- cie general—aquella en que esta situado el pozo de Zauurta —pozo de la zorra—a8 km. casialN. de la factoria. Las mayo- res alturas estan al borde del Atlantico, siendo Ztar/f / Fserak —punta azul—6 Ciprés grande de los marineros canarios, la mas elevada, 29 m. sobre el nivel del mar. La zona de unién de la peninsula con el continente esta formada de arenales casi al nivel del mar, que alternan con pequefas mesetas y colinitas artesonadas orientadas como la peninsula, y de 20 & 24 m. la que mas de elevacién. Una de estas colinas situada mas al interior de la bahia, es la llamada isla Herné 6 W’Truc de los moros, que en pleamar es una verdadera isla, pero que en la baja queda unida al istmo por praderas pantanosas de zostera. La porcién del continente africano comprendida entre la peninsula de Rio de Oro y la sebkja de Ydyil, no tiene el carac- ter exclusivo de las Hamadas 6 desiertos pétreos, ni tampoco delos Areg, Erg 5 Iguidi, desiertos arenosos 6 regién de méda- nos, participando sin embargo de los dos. Se encuentran es- parcidas, en todas las formaciones geolégicas, superficies de terreno 4 veces de 1 6 2 km. de longitud, en que la roca esta pulida y estriada de NE. 4 SO., por encima de la cual pasa la arena llevada por el viento sin detenerse un solo grano; donde no hay una planta ni pozo alguno, que presenta la soledad y esterilidad mas espantosas que impresionan tristemente el Animo del viajero que por primera vez atraviesa estas regiones. Ninguna de ellas alcanza Ja extensidn de las hamadas de Mursuk, el Homra y tantas otras de la parte meridional del Sahara central y oriental. En la superficie de estas hamadas, llaman la atencién de cuando en cuando, pequenas extensio- nes 6 manchas de perimetro redondeado, cubiertas de cantos aislados unos de otros pero proximos, que hacen el efecto de estar colocados de intento por la mano del hombre, cuidando mucho de que no se amontonen unos sobre otros. Estas man- (13) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 325 chas de cantos sueltos, se encuentran principalmente en las hamadas de caliza cuaternaria, que unas veces pasa 4 verda- deras areniscas, por su riqueza en pequefios granos de cuar- zo, y otras a conglomerados de elementos cuarzosos y ce- mento calizo. Se comprende bien que las arenas que lleva el viento y rozan constantemente estos materiales, pongan en libertad y arrastren los pequefos elementos, dejando libres pero im situ los grandes, que por su volumen y densidad no pueden transportar. Mayores extensiones que estas hamadas en miniatura ocu- pan en el Sahara occidental las superficies que se pueden considerar representantes de la regién de los médanos, regio- nes de las cuales da perfecta idea la lamina que esta frente a la pagina 116, en la segunda edicién del libro de M. V. Lar- geau titulado Ze Sahara algerien, y que representa los mé- danos al S. de Tugurt, siempre que se prescinda de los gran- des que estan casi en el limite del horizonte junto 4 un bosque de palmeras. En efecto, los del Sahara occiden- tal son montoncitos de arena cuarzosa de 0,25 m. a 0,30 m. de alto el que mas, que 4 veces descansan sobre una base también de arena movediza, como representa la lamina indi- cada, pero con mucha mas frecuencia estan sobre la misma hamada, es decir, sobre la misma superficie de la roca pulida y estriada, siendo esta ultima forma de suelo un transito de la hamada propiamente dicha al erg. En estas regiones es donde unicamente se conserva algo de humedad desde unas lluvias para otras, que da origen al desarrollo de una vegeta- cidn herbacea constituida principalmente de gramineas, en ocasiones de esparto, de Zycium, de Sonchus, etc., agrupada siempre al SO. de cada montoncito; y 4 su vez cada uno de ellos sirve de albergue 4 una porcidn de animales de todos los grupos zoologicos. En ella crece el tinico arbol de esta re- gion, talh 6 guendul (Acacia tortilis Hayne) retorcido en todos sentidos por su lucha con el viento, y que 4 veces constituye bosquecillos; y por ella corren las manadas de gacelas y los grupos del antilope werc (Oryx leucoryr Pallas), y al decir de los moros también del mhurr, que nosotros no hemos llegado a ver. En ellas estan los pozos, y son las que buscan los viaje- ros para establecer sus campamentos en sitios donde puedan comer los camellos. Desde Rio de Oro & Ydyil no se encuen- 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) tran mas que estos médanos minusculos, pero en el mismo borde occidental de la sebkja, y para bajar 4 ella se atravie- san unos cuantos que tienen ya una altura de 10 4 12m. Seglin nos decian los adrarenses, el viaje por el Adrar et- Tmarr hubiese sido muy molesto para nosotros, a causa del gran numero y extraordinaria elevacién de los médanos que habriamos tenido que atravesar para ir & Uadan, Xinguit y Atar, y pasar al Adrar Suttuf como era nuestro proyecto. Se- gun este dato parece que figura con razén en todos los mapas el gran Adrar, en la zona de médanos que atraviesa el Africa septentrional, desde la proximidad casi de la costa de la pe- quefia Syrte en el Mediterraneo, hasta la costa del Atlantico entre cabos Blanco y Timris, formando primero el Erg orien- tal y el Erg occidental, separados entre si por la hamada en cuyos bordes se asientan Uargla y El Golea, y después el in- menso Iguidi, que comenzando en esta hamada termina en el Atlantico. Ademas de estas dos formas de suelo hay en la porcién del Sahara occidental que hemos atravesado, la sebkja, de la cual diremos algo en la parte geoldégica. Esto es lo que se observa con respecto 4 las diversas formas que ofrece la superficie del suelo en el occidente del Gran Desierto. Orograficamente hay que considerar en esta regién dos partes: una central, meseta rigida, de gran antigiiedad geolégica, cuya altura oscila entre 300 y 350 m. sobre el nivel del mar, y constituye lo que se llama el Tiris que termina en la regidn del Adrar; y otra que comenzando en la misma costa, con una altura de 40 6 50 m. sobre el nivel del mar, se va elevando por mesetas sucesivas paralelas 4 aquella, hasta la altura de 300 m. en que comienza la meseta central. Esta segunda parte comprende los paises que 4 contar de la costa llevan los nombres de Guerguer, L’Aatf, Ar-Rak, Au- Haufrit y Tisnik, cuya mitad occidental 6 sean los dos prime- ros, estan constituidos de materiales modernos y tienen una facies especial. Interrumpen las mesetas de Guerguer y L’Aatf depresiones de fondo plano, orientadas paralelamente 4 la costa, cuyas paredes se levantan en curva rapida y eliptica hasta la altura de 20 6 24 m., curva que comparan los moros & la de las costillas; estas depresiones tienen una anchura va- riable, & veces de 200 m. y los naturales las llaman dyuf 6 (15) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 327 vientre. El pozo Teguextemt esta situado en el mayor que he- mos atravesado. Los dyuf de esta parte del Sahara que tienen la orientacién del aliseo, son producidos 4 mi juicio por este viento, merced a lo deleznable de las areniscas infrayacentes a las calizas, una vez rotas estas por grandes grietas para- lelas & la costa. Caracteristicas de las regiones de los dyuf son dos formas de colinas que distinguen los moros con los nombres de gort, plural guertét y de guelb, plural gleibat. El gort y los guertét alcanzan de 20 a 30 m. de elevacioén cuando mas, se hallan orientados como el dyuf que los encierra, y poseen una superficie plana y forma general artesonada; son pequefias mesetas aisladas 6 en serie lineal, cuya superficie esta siempre formada por la caliza. El guelb—corazon—y los gleibat tienen por el contrario la caliza en el centro, presen- tando en esa parte su mayor diametro, mientras que la supe- rior é inferior son de arenisca, y mas delgadas por el mayor desgaste que el viento y las arenas producen en este mate- rial. Entre Teguextemt y Ksaibet el-Adam vimos los mas tipi- cos de todo nuestro viaje. Estos dos nombres los generalizan los moros aplicandolos 4 relieves orograficos de distintas rocas, siempre que recuerden algo por su forma los accidentes tipicos de los que estan cons- tituidos de materiales modernos; asi aman guelb 4 algunos mogotes graniticos, tales como guelb Uncara en Tisnik, y los guelb Tumiac, Hl-Demna, Zuammel, etc., etc., de los paises arcaicos. Ademas de estos dos nombres hemos visto usar el de cudia, plural cudiet, aplicado como en castellano la voz alcudia, a cerros y colinas de base anchay extremo mas 6 menos agudo, sea cualquiera el material que las constituya; corresponde esta forma orografica a la que en Espaiia se llama cuetos y muelas. El Tiris, pais esencialmente granitico, difiere por completode las comarcas de la misma naturaleza de nuestra Peninsula. En esta meseta, de accidentacién muy suave, formada por curvas de gran amplitud, cuyo desnivel varia entre los 300 y 350 m., se levantan de vez en cuando cerrillos aislados en forma de cuetos y muelas de 40 6 44 m. de elevacién, constituidas por rocas graniticas 6 granitico-gneisicas, la mayoria de las ve- ces separados unos de otros hasta por kilémetros de distancia. 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) La mayor parte de los accidentes orograficos que hemos visto en el Sahara occidental de mds importancia que los in- dicados, que se conocen con el nombre de deydel 6 montaiia, estan constituidos por la reunidén de cerros 6 cuetos que se to- can por sus bases y entre los cuales no existen cuerdas 6 cor- deles, es decir, que no estan unidos por crestas; buen ejemplo de esto es el macizo de Aussert. Estas series longitudinales de cuetos estan orientadas con muy raras excepciones NNE.- SSO. 6 NE.-SO. que es el rumbo que llevan en esta parte del Africa la mayoria de los fendmenos geoldégicos. Tal es por ejemplo dyebel Tisnik, y por las noticias de los adrarenses las montafias de su pais conocidas con los nombres dyebel Tangharad, dyebel Giiinit y dyebel Yaul, estos dos prolonga- cidn al SSO. de dyebel Ydyil, que nosotros vimos al E. del pozo Kl-Auiy. En dyebel Ydyil hay ya algo que se parece 4 un sis- tema montafoso articulado, con sus faldas, cuerdas, etc., aun- que de un modo embrionario. III.— Hidrografia. El caracter propio de esta comarca es la carencia absoluta de aguas corrientes superficiales, por mas que algunos Viaje- ros hayan dicho lo contrario. Todos los naturales del pais aseguran que desde Séguia el-Hamra hasta el Senegal, no hay ningwtin rio ni arroyo cons- tante, ni que dure mas que la lluvia que le origina, dato que esta perfectamente de acuerdo con las condiciones meteorold- gicas y geolégicas, y especialmente con la sequedad atmosfé- rica y permeabilidad de las arenas. Cuando llueve de un modo torrencial durante las tormentas, el agua es evaporada y ab- sorbida inmediatamente, llegando & formar cuando mas peque- nos y muy pasajeros arroyos, cuyas huellas, muy escasas por cierto, son las unicas senales de agua corriente que encuentra el expedicionario. Una observacién que hemos recogido, y viene en apoyo de este hecho, es que los moros de esta regién que no han ido 4 Marruecos 6 al Senegal, no tienen idea de lo que es un rio, y les cuesta trabajo creer en la existencia de aquellos de que han oido hablar y darse cuenta de su estructura; no compren- (7) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 329 den que el agua pueda existir mas que en pozos 6 charcas. Dan, sin embargo, el nombre de wad 4 casi todas las depre- siones del terreno, aun aquellas cuyo origen presenta menos probabilidades de ser la accién erosiva del agua, como sucede con los dyuf. Podemos asegurar que no existe rio ni rambla en el fondo de la bahia de Rio de Oro, donde aparece todavia en los mapas el Uad Meguetha Merzug, ni tampoco el que dicen desemboca en la costa del continente dentro de la bahia frente a Villa Cisneros (1). Respecto & los rios que los mapas pintan atravesando el Adrar et-Tmar 6 de los datiles, todos los adrarenses 4 quie- nes hemos preguntado estan unanimes en asegurar, que no existen corrientes constantes de agua, y que la parte mas baja de las depresiones que separan sus montafas no la lle- van sino mientras dura una lluvia torrencial, y ha sido ya evaporada y absorbida cuando sobreviene otra precipitacion acuosa, que en aquella zona, como en el resto del Sahara occidental, no son muy frecuentes ni aun en invierno. En cambio esta regidn es muy rica en pozos, alrededor de los cuales crecen numerosas palmeras, cuyo fruto es la base de alimentacion de aquellos naturales. Se comprende que tampoco sean posibles los manantiales 6 fuentes en el interior, y si Unicamente en la costa, que es donde sabemos que existen algunos por mas que no los hemos visto. Segun noticias dadas por diversos marineros canarios que recorren estas costas, hay agua de manantial, dulce y abundante, en los siguientes puntos comprendidos entre Cabo Bojador y Cabo Blanco: la Bombarda, el Roqguete (sale de un risco en gran abundancia y ponen tubos para recogerla), entre Morron del Ancla y Buen Jardin, Buen Jardin, la Boca de la Aguada, el Golfo (bahia de Cintra). Las sebdjas son lagunas temporales de agua salada que se forman en algunas depresiones del suelo, en cuyo fondo se deposita la arcilla que fué arrastrada, y queda, por evapo- racidn del agua, la sal que estaba disuelta. Los yozos son designados genéricamente por estos moros (1) Yano figuran estos rios en la edicién de 1887 de la gran Carta especial de Africa de Justus Perthes, de Gotha. 330 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) con la voz xelja hasst, diminutivo huissi, plural huvissen, ape- lacién que demuestra claramente que fueron pueblos de origen bereber quienes los abrieron. El unico pozo de que hemos oido hablar en nuestro viaje que sea llamado con el nombre genérico arabe es Bir Hmserani, & 56 km. al S. de Huissi Aissa. La incuria de aquellos habitantes hace que el agua de es- tos pozos, unica que poseen para satisfacer sus necesidades, tenga generalmente peores condiciones de las que tendria si fueran mas humanos, ocupandose algo de su bienestar terrenal aunque perdiesen un trozo de paraiso. Como nin- gun pozo tiene brocal y dan de beber 4 los ganados 4 su alrededor, el agua que estos derraman y la sobrante que los pastores vierten al lado mismo del pozo, corre hacia é] acom- paiiada de los excrementos, orina, etc., y da, 4 la que alin no se ha sacado, olor y sabor 4 hidrégeno sulfurado y gran canti- dad de materias sdlidas no enteramente insolubles. Ademas, por si lo anterior fuera poco, no limpian nunca los pozos y estan constantemente revolviendo su contenido, de modo que en la mayoria de ellos, el agua que sale es un barro claro, re- pugnante por su color negruzco, olor y sabor, en que los clo- ruros, sulfatos y sulfhidrico disueltos, se mezclan con las ma- terias inorganicas y las organicas que se hallan en un estado mas 6 menos avanzado de putrefaccién. Al moro no preocu- pan nada las condiciones de este brebaje que toma por agua. Se puede asegurar que ninguno de estos pozos ha sido abierto por los pobladores actuales de la regiédn; no tienen estas gentes actividad ni medios para buscar su emplaza- miento é iluminar sus aguas; ni recuerdan, ni saben decir nada acerca de quién los haya abierto; tampoco se preocupan de buscar sitio y utiles para perforar otros. Hé aqui las condiciones de los que nosotros hemos visto: Hassi Tauurta: palabras xelhas (1) que significan yozo de la zorra; est& situado en la peninsula de Rio de Oro, 48 km. al N. de la factoria, en una depresiédn de 2 m. bajo el nivel ge- neral del suelo. Es un agujero circular de 1 m. de ancho (1) Laindicacién acerca del origen del nombre con que los moros designan los pozos y su significado, la debo 4 mi compafero de expedicién el eminente arabista D. Felipe Rizzo. 9) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 331 por 3 de profundo, en cuyo fondo hay otro mas pequefio & modo de pozeta que contiene el agua, cuya profundidad es de 1 m. y donde arroja el viento todos los objetos que arras- tra. E] 28 de Mayo de 1886 4 las doce del dia la temperatura del aire & la sombra era 25,5°C., y ladel agua 4 la misma hora y en el momento de sacarla era 22° C. Es turbia aunque poco, salada, y sabe y huele 4 sulfhidrico. Esta en cuaternario marino. Huissi Aissa—pocito de Jestis—esta situado en la costa de Africa frente 4 la factoria de la peninsula, en la misma forma- cion que el anterior, 4 la orilla y casi nivel del mar, y tiene por tanto un agua muy salada. Los empleados de la factoria le han hecho un brocal de piedras y barro. No se seca. Su nombre es arabe. Hassi Teguectemt; también en cuaternario, en un dyuf del Guerguer, territorio de los Uled Delim, 4 40 km. de la costa, 70 de la factoria y 73 m. sobre el nivel del mar; agua salada aunque no tanto como la del Aissa; bastante clara, que sabia y olia & sulfhidrico cuando pasamos hacia el interior y no tenia nada de este gas 4 nuestra vuelta. Tiene 4 m. de profundidad y seccién cuadrada de 1 m. de lado; esta entibado con palos y sin cubrir sus paredes. No se seca; su nombre es xelha. Hassi Bu-Hofra, nombre arabe que significa padre del hoyo 6 de la depresién. En granito, en el pais de Au-Haufrit, a 160 kilémetros de la factoria, 125 de la costa y 227 m. sobre el nivel del mar. Tiene 21 m. hasta el nivel del agua, por cuya razon no se puede sacar & mano como en los anteriores, sino que un camello, alejandose del pozo, tira de una cuerda que lleva al otro extremo un medio odre, cuya boca se mantiene abierta merced & dos medios aros de madera que apoyan sus extremos en la boca del medio odre y se cruzan encima por el centro, donde va atada la cuerda. Esta resbala sobre una polea hecha por su rozamiento en un trozo cilindrico de madera, por cuyo centro pasa un palo largo horizontal colocado sobre la boca del pozo, que apoya sus extremos en la horquilla de dos grandes palos clavados verticalmente 4 los lados del pozo. El agua es bastante buena pues apenas es salada y no con- tiene sulfhidrico. Este pozo tampoco se seca nunca. Hassien Dumus. Tampoco es arabe el nombre de estos pozos que estan abiertos en el granito del Tiris 4 239 km. de la fac- 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) toria, 200 de la costa y 4 304 m. sobre el nivel del mar. Son tres pozos poco profundos; dos de ellos muy préximos, situados en dos pequefias depresiones del terreno, tendran unos 6 m. de profundidad, y el tercero es una excavacién de 3 m. en un arenal inmediato. El agua es duJce y muy buena y abundante, nada salada ni sulfhidrica. El dia 29 de Junio de 1886 4 nues- tro paso por estos pozos, no habia menos de 5.000 cabezas de ganado & beber, entre camellos, carneros y cabras. Hassien Tenitlekh. Nombre xelha de dos pozos situados 4 200 m. uno de otro, 4 322 km. de la factoria, 287 de la costa y 311 m. sobre.el nivel del mar, en gneis. La parte superior del mas importante es una excavacién en forma de embudo, de 6 m. de profundidad, 4 cuyo fondo hay que bajar para lle- gar 4 la verdadera boca del pozo, habiendo una gran distan- cia entre esta y la superficie del agua. Estan entibados con palos en la parte superior y su anchura es de 1,50a2m. El agua es enteramente dulce. Hassi Hl Auiy. Este nombre es arabe y significa e2 torcido. Esta situado al E. de la sebkja de Ydyil y cerca de ella, 4 415 km. de la factoria, 380 de la costa y 180 m. sobre el nivel del mar, en granito. La superficie del agua esta 15 m. mas baja que la boca del pozo, que tiene 3,50 m. de ancha. Esta revestido interiormente de piedras irregulares sin ar-. gamasa, y torcido, sobre todo hacia la parte inferior, de modo que se oculta la mitad de la superficie del agua, que es buena y tan ligeramente salada que apenas se percibe algo de este sabor después de haberla bebido. Al ENE. y muy cerca de Hassi El Auiy esta Hassi Derk en eranito también, cuya agua dicen que es enteramente dulce. Hassien Aglau. Nombre xelha de veintidos pocitos muy proximos uno 4 otro, de agua tan salada que no la beben ni aun los camellos. Estan 4 300 m. sobre el nivel del mar y a unos 70 km. al E. de Aussert; en granito. Hassi Aussert. Nombre también xelha de un pozo situado al pié de un macizo sienitico, 4 320 m. sobre el nivel del mar y 210 km. de la costa. Tiene una gran profundidad y 4 m. de ancho; revestido de sillares 4 medio labrar con una gran pie- dra perforada que sirve de base 4 la obra de silleria. El agua es buena y abundante; habia muchos ganados 4 su alrededor cuando nosotros pasamos. (21) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 333 Tenemos noticias acerca de la situacién de otros muchos pozos, pero no hemos visto mas que los que dejo indicados. Ya he dicho antes cual es el origen del sulfhidrico del agua de los pozos de esta parte del desierto, y en virtud de él se comprende que varie la cantidad de aquel gas en diversas épocas en un mismo pozo. Aguas salobres propiamente dichas, es decir, cargadas de yeso 6 de bicarbonato calcico, no he pro- bado ninguna; probablemente lo sera la de los pozos Aglau porque estan abiertos en una pequefa sebkja en cuyo suelo he cogido abundantes cristales de yeso. La sal domina en lasaguas de los pozos préximos al mar 6 4 las sebkjas, y la presencia en este caso de este mineral es facil de explicar. Siempre las aguas mejores del desierto me han parecido mas ricas en ma- terias minerales disueltas que las potables de nuestro pais, y esto depende 4 mi juicio, node que aquellos terrenos cedan al agua mayor cantidad de materias solubles que los nuestros, sino de que Ja masa de agua que los lixivia es mas pequefia y da por tanto soluciones mas concentradas. Se observa que todos los pozos estan situados en el fondo de las depresiones 6 en sus laderas. La particular estructura geoldgica del pais y la masa de arenas que cubre todas sus formaciones, hace imposible sefia- lar de antemano con algunas probabilidades de éxito, los sitios donde debe intentarse la perforacién de nuevos pozos. En las formaciones cuaternarias, cuyos elementos litolégicos estan horizontales, es imposible indicar los lugares en que deben abrirse. El granito por su estructura peculiar, y los depdsitos arcaéicos y paleozdicos por la uniclinal que ofrecen, imposibi- litan de igual modo tan importante prediccidn. A esto hay que afadir la masa de arenas, que nivelando casi toda la superficie del suelo, oculta los vestigios de agua. Quedara pues reducido el que se ocupe de este asunto en el Sahara occidental, a hacer tentativas en aquellas depresiones que por su vegetacion y los accidentes orograficos que las rodeen, parezcan reunir condi- ciones para contener depdsitos de agua 4 mayor 6 menor pro- fundidad. . No me parece que existen actualmente en el Sahara occiden- tal depresiones articuladas y con salida hacia cualquier punto del horizonte, que puedan tomarse como lechos de antiguos rios, que si alguna vez corrieron por estas regiones serian de 334 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) s escasa importancia y el viento se ha encargado de borrar las huellas que dejaron. Las depresiones que hemos atravesado, mas abundantes en las formaciones cuaternarias del Guerguer y L’Aatf y en las pizarras cristalinas del Ar-Rak, que en el Tiris, aunque tienen 4 veces varios kilémetros de longitud, como Ksaibet-el-Adam y el mismo Fuy, estan casi siempre limitadas por todas partes, cerradas en todas direcciones, y su orientacién viene 4 ser la de la costa. El agua en estas regiones no puede correr sino hasta la parte mas baja de las depresiones, donde se estanca para desaparecer al poco tiempo por absorcién y evaporacién. En el Tiris, cuyas depresiones son menos profundas y mas anchas, tampoco hay lugar a pen- sar en lechos de antiguos rios, y las aguas torrenciales corren atin mucho menos que en las regiones anteriores, detenién- dose pronto en numerosas charcas mas 6 menos profundas. Este sistema hidrografico depende del orografico que hemos descrito antes, propio de esta comarca, y que se puede resu- mir diciendo, que consiste en una serie escalonada de mese- tas, en las cuales se levantan mayor 6 menor numero de coli- nas aisladas 6 constituyendo pequefios grupos separados unos de otros. A este sistema orografico incierto, embrionario, co- rresponde necesariamente uno hidrografico de las mismas condiciones. IV.—Geologia. La constitucién geolédgica de la porcién del Sahara occiden- tal que ha visitado la Comision espafiola, es bastante senci- lla, segtin puede verse rapidamente en el Croguis geoldgico que he trazado de dicha regién, y acompafnia 4 este trabajo, que, como el de todas las exploraciones analogas en aquellas tierras, no puede tener mas que un valor aproximado, provi- sional, sobre todo en lo que se refiere 4 limites de los distin- tos grupos y sistemas geoldgicos. A los gedlogos que poste- riormente pasen por alli, toca confirmar lo que haya de cierto en mi trabajo, y corregir lo mucho que necesitara enmienda. En este pequefio mapa (Lam. JII) se nota inmediatamente que la parte central mas alta, el nucleo de la porcién sep- tentrional del continente africano, esti constituido por for- maciones de origen interno, especialmente graniticas, y otras 3) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 235 externas del grupo arcdico, acompafadas ambas de algunos depésitos de la era paleozdica. Los escalones que descienden hasta el mar los componen, segun mi opinién actual, forma- ciones marinas y terrestres, pertenecientes 4 la era cuater- naria. En las noticias que publiqué de nuestro viaje (1) en cuanto llegué 4 Madrid, consideraba los depdsitos marinos de la costa como terciarios muy modernos, pliocenos, 6 cuando mas miocenos; pero las investigaciones posteriores, de que luego daré cuenta, me han hecho variar de opinidén, y estos depdsitos de la costa, para mi hoy son cuaternarios. En resumen, en la parte de Sahara occidental que he reco- rrido, existen depdsitos de los grupos arcaico, paleozdico y cuaternario, as{ como formaciones eruptivas 6 de origen in- terno que alcanzan un gran desarrollo. No puedo menos de hacer constar aqui, que mis observacio- nes no estan conformes con las consignadas por el intrépido viajero Dr. Oscar Lenz en su mapa geoldgico del Africa occi- dental (2), y que con posterioridad ha tenido en cuenta exclu- sivamente en esta regién el sabio profesor Dr. C. de Zittel, para la confeccién de su mapa geoldgico de Africa (3). Ya la- mé la atenciédn precedentemente (4) acerca de la gran dife- rencia que existe entre la constitucién geolégica que el doc- tor Lenz supone 4 aquella parte del gran desierto africano, y lo que yo he visto. No volveria 4 hablar de esto, si el ilustre paleontdélogo y profesor de Munic, no hubiese admitido como cierta la estructura geolégica que el Dr. Lenz supone al Sa- hara occidental. 1.°. El Dr. Lenz considera cretacea la peninsula de Rio de Oro y la costa de enfrente, pues forman parte de una estrecha faja de sedimentos de este periodo que el viajero austriaco pinta extendiéndose desde Larache hasta Cabo Blanco; igual (1) Apuntes de un viaje por el Schara occidental. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST NaT., t. xv, 1886.—Revista de Geografia comercial, Julio-Setiembre de 1886.) (2) Geologische Karte von West-Afrika. Petermann’s Mittheilungen, etc. , 28 Band. 1882. I. (83) Berghaus’ Physikalischer Atlas.—I. Abt. Geologie. N.° 12. Afrika, 1888. (4) Apuntes de un viaje por el Sahara occidental. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. Nat., t. xv, 1886, paginas 503 y 504.) — Hstructura y formacion del Sahara occidental; observaciones al mapa de Lenz. (Revista de Geografia comercial, numeros 25-30, Julio- Setiembre de 1886, paginas 65 y 66.) 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) edad se atribuye 4 esta regién en el mapa del profesor Zittel. Rio de Oro y la costa que media entre este punto y Cabo Bo- jador, que es la seccién de costa que yo he visto, es 7mduda- blemente de edad geoldgica mas moderna; en mis primeras publicaciones supuse esta zona terciaria de lo mas reciente, pero hoy, por razones que expondré en su lugar, la tengo por cuaternaria. 2.° Al cretaceo sigue en el mapa del Dr. Lenz, marchando hacia el interior desde Rio de Oro, una ancha zona de arenas del desierto, zona reproducida en el mapa geoldgico de Africa del profesor Zittel con el nombre de cuaternaria. Es verdad que en esa regién hay arenas que no forman, sin embargo, Erg 6 Iguidi, regidn de médanos, como las hay con el mismo caracter en la costa y mas interior; pero en esa zona he podido reconocer con facilidad, ademas de algunos depésitos cuater- narios, y no precisamente de arenas, materiales arcaicos, pa- leozdicos y graniticos. 3.° Pone en contacto el Dr. Lenz la zona anterior de arenas con el devénico, en las proximidades de la sebkja de Ydyil, incluyendo esta célebre salina en el paleozdico, asi como los pozos El Huiy, Turin, etc., que prolonga hasta el N. y cerca- nias de Uadan, considerando asi todo el tercio superior del Adrar el-Tmarr como devénico. Este devénico es el extremo meridional de un gran manchén que ocupa, segun el doctor Lenz, casi todo el Sahara occidental, incluyendo la region de Iguidi, el oasis de Tafilete, y que, partiendo del de Figuig, llega hasta el supuesto cretaceo de la costa, haciendo devo- nico el suelo de la porcién meridional del Anti-Atlas y el Sus y toda la regién del Nun, Tekna y Séguia el-Hamra. Cierto que esté perfectamente establecida la existencia del sistema devonico al NNE. de Figuig, S. de Géryville y Laguat, en el pais de Tafilete, entre el Erg occidental y el Iguidi en los uad Messaura y Messaud, en parte de Tuat, en el Muydir, montes Irauan, Tassili de los Azdjer (1), etc.; pero no quiere esto de- cir que todo el terreno comprendido entre estos manchones devénicos y el centro del Adrar et-Tmarr sea también devé- nico. Por de pronto, la regién de la sebkja de Ydyil y pozo (1) Pomen: Ze Shara. Alger, 1872, paginas 58 y 59.—G. RoLLAND: Carte géologique du Sahara, ete. (Bull. de la Soc. de Géographie, 2.° trimestre. Paris, 1886.) 5) Quiroga.—oBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 387 El Auiy la he visto constituida por granito. Es de temer que hayan sido tomados como areniscas muchos granitos del De- sierto occidental, que son poco coherentes y muy pobres en mica. En la carta geolégica de Africa del Prof. Zittel figura este mismo gran manchon devonico con el nombre general de pa- leozdico. Comenzaré la descripcidén de los terrenos que he visto en el Sahara occidental por la de las rocas eruptivas, & causa del gran desarrollo é importancia que el granito tiene en la cons- titucién de esta interesante comarca del Africa septentrional. FORMACIONES DE ORIGEN INTERNO. 4. Granito en masa. Constituye esta roca la mayor parte de la meseta conocida con el nombre de Tiris cuya altura media oscila entre 300 y 350 m. sobre el nivel del mar. Aparece de un modo repentino 4 continuacién de las pi- zarras cristalinas de Ar-Rak, y casi en los confines de esta recién con la de Au-Haufrit, poco antes de llegar al pozo de Bu-Hofra, y se prolonga hasta dos jornadas al O. de los pozos de Tenitilek, con la sola interrupcién de una estrecha banda paleozdica al oriente de dyebel Tisnik. Lo volvimos 4 encon- trar unos 65 km. antes de llegar 4 la sebkja de Ydyil, cuyo macizo y todo lo que desde él se alcanza 4 ver es granito. A nuestro regreso salimos del granito de la sebkja 4 jornada y media escasa al occidente de ella, para volverlo & encontrar al dia y medio de marcha desde este punto, siguiendo por gra- nito durante otra jornada. El macizo que podriamos llamar de Bu-Hofra y Dumus, que es el mas occidental, es enteramente analogo, por la natura- leza de sus materiales, al oriental en que se asienta la sebkja de Ydyil; pero el central y mas pequefio que atravesamos & nuestro regreso, donde estan los pozos Aglau, esta rodeado por completo de gneis, y es muy rico en epidota, teniendo por esto y su facies gran semejanza con los granitos epidotiferos que atraviesan en delgados filoncillos el gneis de Hassien Tenitlek. ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 22 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Esta region granitica, que no es montafiosa, no presenta mas relieves que los cudiet, colinas 6 muelas de 40 450 m. de alto, aislados unos de otros, y las dapas, como dicen en Ex- tremadura muy graficamente, 6 sean superficies convexas, de tamano variable, pero cuyo eje horizontal mayor no excede de 10415 m. mientras que su maxima altura no pasa de 25 a 30 cm., ofreciendo la superficie perfectamente pulida y es- triada de NE. 4 SO. Las colinas graniticas son de una pieza, brufidas y estriadas en la superficie; parece que no las atra- viesan lineas de fractura, y en ninguna he visto piedras ca- balleras. En general los granitos de esta comarca son de grano grue- so 6 mediano, poco coherentes muchos de ellos y recuerdan entonces 4 las areniscas, y todos muy pobres en mica. Su co- lor dominante es gris ceniza uniforme, por el predominio del cuarzo y el feldespato; este es el tipo mas comtin en Bu-Hofra y en los alrededores de la sebkja. Los de Dumus son rojos interiormente y algo pegmatoideos ; por el brufido de las arenas adquieren exteriormente un color pardo rojizo. Los del pequefo manchon en que estan situados los pozos Aglau son mas coberentes, tanto como los de Dumus, y de un color bas- tante agradable, por la combinacién del feldespato rosa con la pistacita. Algunos de los de Tisnik contienen abundantes cristales porfiricos de ortosa, y pequefias colonias de cris- talitos de hornblenda, poseyendo el conjunto un color gris mucho mas oscuro, que esta reforzado por el pulimento, en las superficies expuestas al aire. El roce constante de las arenas que acarrea el viento, pro- duce en la superficie de estas rocas efectos diversos, segun su estructura. En los granitos de Dumus, en que la ortosa y el cuarzo se empastan un poco, el pulimento es completo, y se llegan 4 producir superficies planas a veces bastante extensas, pequefias hamadas desprovistas de vegetacién y de arenas. En los arenaceos y porfiroides , el feldespato se desgasta mas — rapidamente que el cuarzo, que se pule y suaviza, sobresa- liendo de la superficie de la roca. Los granitos que he visto y recogido en el Sahara occiden- tal pertenecen a los dos grupos siguientes: a) Granitito propiamente dicho. b) Granitito anfibdlico porfiroideo. (27) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 339 a) Granitito propiamente dicho.—A este grupo corresponden la mayoria de las rocas graniticas del manchén de Bu-Hofra y Teniulek y todas las de la sebkja. Unos son granudos y poco coherentes (Bu-Hofra, Ydyil), y otros mas compactos (Dumus), y en todos ellos hay gran escasez de mica. Por regla general la ortosa esta bastante alterada, acusan- dose en muchos granos alguna de las dos esfoliaciones rec- tangulares por las numerosas estrias que los atraviesan, segiin las cuales la descomposicién es mas avanzada; estrias que se hacen tan visibles en algunos individuos que, en luz natural, los dan aspecto de plagioclasas. El producto de esta alteracién es un agregado irregular de escamas y agujas sumamente finas, de color verdoso muy ligero, con accidn sobre la luz po- larizada y descomponible por los acidos, especialmente por el sulfirico, dejando silice libre y en la disolucién, ademas de la silice disuelta, alumina, hierro, cal, magnesia en bastante cantidad y alcalis. Creo que este producto deutégeno, de natu- raleza micacea al parecer, sea derivado, no tan solo de la ortosa, sind también de la biotita, que ha contribuido 4 su formacién con la mayor parte de la magnesia, mientras que el hierro, bajo la forma de hidrato férrico se ha infiltrado por entre los granos de cuarzo y feldespato y sus hendiduras y planos de esfoliacién. En los granitos de Dumus son una excepcién los granos de ortosa alterada, la mayor parte se conservan muy frescos. No he visto ninguna ortosa maclada. Ademas de este feldespato se suele hallar en todos estos granitos otro que abunda especialmente en los de Dumus, formado por una asociacién de ortosa y albita (microperthita) constituyendo este ultimo elemento venas fusiformes, parale- las entre si, muy puras y limpias en el seno del primero que nunca se conserva tan fresco. Estas venas de albita, que tiene la que mas una centésima de milimetro de anchura, se dicotomizan, continuando paralelas las dos ramas, que en ocasiones se vuelven a soldar mas adelante, dejando entre si una masa lenticular de ortosa. Hay muchos individuos fel- despaticos en los que las venas de albita atraviesan del todo la ortosa, y otros en que las apdfisis de aquella concluyen en el seno de esta. Todas las bandas de albita tienen la misma orientacién édptica, cuando son sencillas, pero en algunos ca- sos se notan en ellas las estrias polisintéticas. Es muy fre- 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) cuente también que penetre 4 la vez por dos lados opuestos de una misma masa feldespatica, entrecruzandose, & modo.de peines opuestos, las bandas de uno y otro lado, sin llegar cada sistema al borde contrario, sino terminando en punta cerca de él. Estas bandas de albita recuerdan fielmente las de la misma sustancia que atraviesan en sentido diagonal las secciones de microclina paralelas a 001. De los granitos de Dumus he conseguido separar mediante el liquido de Thoulet, y el examen Optico posterior de los gra- nos feldespaticos, unos de ortosa pura y otros de la mezcla de ortosa y albita, y sometidos ambos 4 la accién del acido fluosilicico en gotas distintas, la ortosa pura apenas produce algun cristalillo de fluosilicato sddico perdido en una masa de los del fluosilicato potasico, mientras que la mezcla de los dos feldespatos, da origen a la formacién de numero casi igual de cristales de una y otra sal. La falta de contornos cristalinos de los granos constituidos por los dos feldespatos, me ha impedido reconocer si la aso- ciacidn de ambas sustancias obedecia 4 la ley que rige la perthita del Canaday de otras localidades, tan bien estudiada por M. Des Cloizeaux (1), 6 si por el contrario, como ya este sabio indica, son una agrupacion irregular. El tamano de estos cristales de microperthita es variable, oscilando entre 0,05 mm. y 1,5 mm. Los individuos que se aproximan 4 esta ultima dimensién, hacen el efecto de ele- mentos microporfiricos, mientras que los que se acercan 4 la primera, estan perdidos entre los menudos granos que for- man este material. La ortosa también tiene estas dos varie- dades de tamafio. Ademas de estos dos feldespatos, se presenta algun grano microporfirico de microclina, y otros de oligoclasa, suma- mente raros estos ultimos en los granitos de Dumus; ambas especies estan bien conservadas, sobre todo la ultima. El cuarzo manifiesta también dos tipos de tamano; uno que pasa de 1 mm. 61,5 mm., y otro el mas abundante en las ro- cas de Dumus, que oscila alrededor de las 0,5 mm.; el prime- ro es esencialmente granitico y el segundo tiene mas carac- (1) Mem. sur Vewistence, les propr. opt. et crist. etc. du microcline. Pag. 33 y si- guientes. (29) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 341 ter granulitico. El cuarzo del primer tipo, ofrece contornos mucho mas enteros que los del segundo, que son por el con- trario ricos en apdfisis redondeadas y senos. Es muy frecuente en estos granitos saharianos, que los feldespatos encierren granos redondeados 6 exagonales de cuarzo, recordando en ocasiones 4 los cuarzos de los porfidos por las penetraciones de materia feldespatica en el interior de la silice libre. La de estos materiales es rica en inclusiones gaseosas y liquidas de burbuja movil. Escasa es la biotita fresca que se encuentra en estos gra- nitos, reducida @ pequefios grupos de laminillas verde ama- rillentas en luz natural, que exhibe un color verde oscuro cuando sus planos de esfoliacidn basica son paralelos a la seccidn principal del polarizador, y otro amarillo claro cuando son normales. Pero en cambio, es mas frecuente ha- llarla descompuesta formando pequefias manchas irregulares, constituidas por sustancias cloriticas y ferruginosas, con granulos de magnetita en algunas. Aquellos granitos que mas descompuesta tienen la biotita, poseen mas transformada también su ortosa en el agregado de escamas y fibras de que hablé antes. Los granitos de Dumus deben su color rojo a la gran canti- dad de hidrato férrico, mas 6 menos arcilloso que tine sus elementos, especialmente el feldespato, y esta depositado en mayor abundancia en los intersticios que resultan entre sus granos, segtin demuestra e] microscopio empleando la luz reflejada. (b) Granitito amfibolico porfiroideo.—Estos granitos proce- den de la region de Tisnik, situada entre Bu-Hofra y Dumus. Son los unicos porfiroideos que he visto,en mi viaje, y la ortosa porfirica con mucha frecuencia esta maclada segun la ley de Karlsbad. A simple vista se distinguen ademas en ellos grupos negros, mas 6 menos ferruginosos, formados por la asociacién de la hornblenda y la mica, esta ultima bastan- te alterada. La ortosa es el elemento dominante y constituye granos de tamano medio 4 mas de los cristales porfiricos. El feldespato de la primera de estas dos formas, es siempre sencillo, y muchas veces esta descompuesto segun el mismo proceso que he descrito en los granititos de Bu-Hofraé Ydyil, 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) yendo acompanada en algunos ejemplares esta materia mi- cacea de granillos de epidota. Los feldespatos menos alterados, tienen un color gris rosa- ceo, & consecuencia de contener en su masa gran cantidad de agujas exagonales alargadas, y con mucha frecuencia defor- madas, de oligisto. La mas larga que he hallado mide 0,142 m., siendo excesivamente delgada, y la mas ancha 0,0071 m.; hay que observarlas con objetivos de bastante aumento, el nim. 6 de Nachet, por ejemplo. Estan orientadas constituyendo tres series , dos normales entre si y paralelas 4 las principales es- foliaciones de la ortosa, y Ja otra formando angulos de 45° con las dos primeras. En algunos de estos feldespatos he visto huecos rombales, paralelos, llenos de cuarzo de igual orientacién éptica en todos ellos, que encierra sus caracteristicas inclusiones fluidas. El mayor observado mide 0,4260 m. de longitud por 0,2414 m. de ancho, y el mas pequeno, 0,0426 por cada lado. Sus contor- nos no son igualmente limpios, pues mientras los dos lados mas cortos limitan perfectamente el cuarzo, separandolo con toda claridad del feldespato, los dos mas largos no son claros, el feldespato esta alterado en su contacto, hecho casi opaco a fuerza de granos kaolinicos y agrupaciones aciculares, y se pasa insensiblemente al cuarzo disminuyendo los productos de alteracién de la ortosa. Estos lados limpios y claramente perfilados, corresponden 4 una de las esfoliaciones faciles, hecha visible en la ortosa merced 4 su estado de alteracién. Los angulos agudos de estos huecos llenos de cuarzo, oscilan alrededor de 78°, y los obtusos, de 96°. La microperthita constituye granos mas 6 menos redondea- dos, no tan abundantes como en los granitos de Dumus, y que con frecuencia se adhieren varios 4 un gran cristal de ortosa. Existen también algunos individuos de microclina y oli- coclasa. El cuarzo no forma de ordinario individuos tan grandes como la ortosa, y es rico en inclusiones fluidas. La biotita tiene los mismos caracteres que la de las rocas anteriores, y con mucha frecuencia rodea los granos de ilme- nita, més 6 menos transformados en titanomorfita. A estos mi- nerales va unida la hornblenda que es verde, tan abundante como la mica y perfectamente caracterizada y distinguible de (31) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 343 esta por sus esfoliaciones y extinciones. Las masas negras que produce la asociacién de estos minerales que nunca van separados uno de otro, son escasas. En todos estos granititos existen claramente diferenciados dos grupos de elementos, el uno formado de grandes cristales feldespaticos, ortosa especialmente, cementados por superfi- cies extensas de cuarzo, y el otro constituido de elementos granuliticos, en los cuales predomina el cuarzo, que lleva per- didos en su masa microindividuos de microperthita y oligo- clasa faltos de contornos cristalinos. Hay tal diferencia entre el tamaiio y condiciones de ambos grupos de elementos, sobre todo en los granitos de Bu-Hofra, que se ve uno arrastrado 4 pensar en dos periodos distintos de solidificacién de estos mi- nerales, 6 acaso en uno, posterior al de formacién de todos, en que los minerales granuliticos se han producido 4 expensas de los graniticos, por destruccién parcial bajo la influencia tanto de causas mecanicas como quimicas. 2. Sienita eleolitica. Hassi Aussert, situado entre el Adrar et-Tmarr y el Suttuf, cae al occidente de un grupo de colinas de muy extraiio as- pecto, que se alza repentinamente, al parecer, en el contacto del arcaico con el paleozdico, sin que sea posible precisar las relaciones entre las rocas de Aussert y los depdsitos que las rodean. Segun pude observar, la mayoria de aquellos picos debe estar formada por la misma roca, que es una bellisima sienita eleo- litica, absolutamente fresca y bien conservada. Las arenas que lleva el viento han producido en ella una‘superficie granulosa, sélo que asi como en el granito las granulaciones salientes son de cuarzo, en el material de Aussert, estan formadas de feldespato y amfibol, por sufrir la eleolita un desgaste mas rapido. Esta roca es de color gris, y 4 simple vista, y mejor aun con una lente, se diferencian sus elementos unos de otros: los in- dividuos de feldespato por su color y esfoliacién propia; la eleolita, &4 causa de su color gris y lustre graso caracteristico; y los cristalillos de amfibol por ser enteramente negros y mos- 344 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) trar claramente su esfoliacién prismatica. Es facil separar del polvo grueso de esta roca algunos granitos de lustre grasien- to, y reconocer en ellos las propiedades quimicas de aquella variedad de nefelina. Las preparaciones de esta roca son bellisimas, sobre todo en luz polarizada, por la pureza y variedad de las maclas fel- despaticas. La ortosa pura no es su feldespato mas abundante, y carece, como todos los demas minerales de este grupo, de contornos regulares. Es frecuente que sus cristales se presenten sencillos, pero no dejan también de hallarse algunos maclados seguin la ley de Karlsbad. Las inclusiones gaseosas que encierra, tie- nen Casi siempre la forma de cristales negativos 6 huecos de ortosa; ademas de estas, contiene algunos microlitos bastante bien formados de amfibol, que ofrece mucho parecido con el que constituye uno de los elementos mas caracteristicos de la roca. Esta ortosa ha dado indicios de sodio, aplicando el pro- cedimiento microquimico de Behrens 4 granos desprovistos en lo posible de inclusiones, separados con un pincelito en el microscopio con luz polarizada, de aquella porcién del polvo de la roca insoluble en acido clorhidrico, que tenia la densi- dad de la ortosa. La microperthita de esta roca es mas abundante que la ortosa, y sumamente bellas sus secciones delgadas entre los nicoles cruzados. Se presenta en cristales unas veces sencillos y otras maclados segun la ley de Karlsbad 6 la de Babeno, estos ultimos no tan numerosos como los primeros, aunque si frecuentes. La albita se asocia con la ortosa, de modo que las laminas de aquella tienen sus trazas normales 4 100, y paralelas 4 la arista 100: 110 de esta, haciendo sus trazas en 001 de la ortosa, un Angulo de 95° con la arista 100: 001. De aqui resulta, que en la mayoria de las secciones de los crista- les sencillos de microperthita, y en los maclados seguin la ley de Karlsbad, las bandas de albita son paralelas 4 la mayor longitud de las secciones y el plano de combinacidén en las maclas, mientras que, en las que se realizan segun la ley de Babeno, las laminas de albita forman un Angulo casi recto, cuyo vértice esta situado en el plano de combinacién de la macla, mientras que los lados del Angulo son paralelos 4 100. Tienen de particular estas bandas de albita, que se encorvan (83) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 315° algo 4 veces 6 cambian de direccién, uniéndose unas 4 otras para formar redes de mallas muy alargadas y fusiformes, siendo muy raras Jas bandas que, comenzando en un extremo del cristal, terminan en el opuesto, pues con mucha frecuen- cia concluyen en punta en el seno de la masa de ortosa. El encorvamiento y cambio de direccién de las venas de albita, es debido 4 que se adosan unas 4 otras las maclas simples a diferentes alturas de los planos préximos normales 4 la direc- cidn de las bandas. En la mayoria de las secciones de esta sustancia, las venas de albita tienen su mayor longitud paralela 4 la de la seccion, y esto unido 4 los valores maximos de las extinciones de la ortosa con relacién & la longitud de las secciones, demues- tra que la mayoria de los cristales de microperthita pertene- cen al tipo comun de ortosas que tienen su maximo des- arrollo segtiin c y el minimo segun 0. Hay otras secciones, aunque escasas, que deben corresponder 4 cristales desarro- llados segtin el clino-eje, como los que se asocian para cons-— tituir la macla de Babeno, y sus secciones muestran Casi siempre esta misma macla. Las porciones de ortosa que separan las bandas de albita entre si, son algo mas anchas que estas, llegando en algunos casos 4 tener 0,040 m. Ninguno de los cristales de microperthita tiene contornos limpios, pero el estudio de su estructura lo han facilitado sus numerosas maclas. Todos ellos tratados por acido fluosilicico, producen en igual cantidad el fluosilicato potasico y el sdédico. Encierran las mismas inclusiones que los cristales de ortosa y su densidad 2.554 4 15°, es mas préxima 4 la de la ortosa que 4 la de la albita. La microclina es muy abundante, mas que la ortosa pura, y aunque carece también de contornos regulares, las extincio- nes de las dos series de banditas muestran que gran numero de secciones de este mineral son bastante paralelas 4 001. La ortosa que las cementa varia en cantidad de unas secciones a otras, y 4 veces en puntos diferentes de una misma seccidn. _La plagioclasa es el masraro de los feldespatos que contiene esta roca. Constituye granos pequefios perdidos entre los fel- despatos anteriores, y parece corresponder 4 la oligoclasa por sus caracteres Opticos. 346 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) La eleolita es alotriomorfa y constituye préximamente una cuarta parte de la totalidad de los elementos que entran en esta sienita, mientras que los feldespatos forman la mitad y el otro cuarto es de amfibol. La orientacién dptica de los granos de eleolita es muy variada, puesto que son raras las secciones de dos granos contiguos que tengan la misma. Lo unico notable que ofrece es, Su riqueza en agujas largas y finas, incoloras, colocadas sin orden alguno en todos sentidos y con mas abundancia en el centro del cristal que en sus bordes, con frecuencia despro- vistos de ellas; que se extinguen paralelaménte 4 su longitud, por cuyos caracteres las considero de natrolita. Van acompa- fladas, en el seno de la eleolita, por granulos negros, opacos, sumamente pequenos, constituyendo una especie de arenilla, entre los cuales existen algunos de seccién cuadrada, referi- bles 4 la magnetita, mientras que de la mayoria no es posible discernir si tienen forma regular ni aun con el objetivo nu- mero 9 de inmersién de Nachet. El amfibol, que es una arfvedsonita, no esta en contacto de la eleolita, sino entre los individuos de feldespato, é intima- mente asociado 4 la titanita; parece que su formacién, siendo posterior 4 la de este Ultimo mineral, puesto que incluye en su masa algunos granos de él, es sin embargo anterior 4 la de los feldespatos que lo contienen en su seno y lo han arro- jado fuera casi totalmente al individualizarse, obligandolo 4 formar series lineares entre los cristales que ellos constituian, y permitiéndole raras veces dar nacimiento 4 colonias amfibo- licas de mayor anchura, entre cuyos cristales siempre hay penetraciones de los feldespaticos. Su forma es irregular, y el color verde oscuro, algo ama- rillento unas veces, azulado otras, segun la direccién en que han sido cortados por la seccién sus elementos épticos, pero siempre intenso. Ofrece las esfoliaciones propias de la especie, y su policroismo es Ng = verde bastante amarillento Nm = pardo verdoso amarillento M p= Verde muy oscuro azulado, siendo sus tintas mds oscuras que las de la arfvedsonita de Groenlandia. El sentido de su alargamiento es positivo, con (85) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 347 extincidn maxima de 0° 4 6°, siendo el primer valor el mas frecuente; 2y — 2p»= 0,025. Su densidad e8 3.512, y tratan- dola por acido fluosilicico, produce cristales bien caracteriza- dos de fluosilicato sédico, 4 mds de los de hierro y magnesio. La titanita es muy abundante en esta roca, constituyendo egranos elipsoidales y cuneiformes, y también cristales bas- tante perfectos en forma de tejado, pero correspondientes mas bien que a la combinaciin mas sencilla y frecuente en la tita- nita de las sienitas, 4 saber: 111.001.1000 dominando 11], 4 un cristal en que el tejado estuviese formado por la combinacién 102.111 6 esta otra 601.021; la pequefiez de los cristales perfec- tos incluidos en los otros minerales, y un cierto redondea- miento que han sufrido, me han impedido precisar un poco mejor estas formas. A juzgar, sin embargo, por el contorno y propiedades dpticas de algunas secciones, creo que 102 esta bastante desarrollado en los cristales de titanita de la roca de Aussert. La seccién mayor de esfena que he visto en esta roca mide 0,8 mm. de longitud. Exhibe con toda claridad el relieve pleocroismo y polarizacién cromatica que le son caracteristi- cos. Su color es amarillo de miel. No he hallado ninguna macla de titanita en esta roca. Siempre esta intimamente asociada 4 la arfvedsonita, festoneando los cristales de este amfibol y 4 veces encerrado en él, por lo cual parece haberle precedido en su formacién. Algunos granos se ven también entre los cristales de feldespato, aunque en este lugar es mas frecuente el zircén, bajo la forma de pequefios granos pris- maticos cuadrados, casi incoloros 6 con un ligero tinte ama- rillento, y todos los demas caracteres que le son propios. Es bastante mas escaso que la esfena. Contiene:la roca de Aussert muy poco cuarzo bajo la forma de granos irregulares esporadicos, perdidos entre los cristales de feldespato. El hierro titanado no es tampoco muy abundante y esta siempre asociado al amfibol y titanita. 3. Diabasa. En tres puntos distintos he recogido ejemplares de este material eruptivo, 4 saber: en el granito de Tisnik, en el pa- 348 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) leozdico que esta al oriente de esta comarca; y por ultimo, en el gneis de los alrededores de los pozos de Tenitlek. En nin- guno de ellos me ha sido posible precisar las relaciones de esta roca con aquellas entre las cuales aparece, por las con- diciones especiales en que se hacen estos viajes, y estar aque- llos terrenos cubiertos de una capa de arenas que no dejaba al exterior mas que los picos de la roca eruptiva. Las mas cristalinas son las de Tenitlek, una de ellas sobre todo, la sigue la del paleozdico, y por ultimo, la del granito de Tisnik es la mas afanitica de las tres. La superficie de todas es lustrosa y suave al tacto 4 pesar de ser granuda cuando ha estado largo tiempo expuesta a la accidn del viento. A simple vista se reconocen en las que son mas cristalinas, una de Tenitilek y la del paleozdico, dos elementos, uno blanco en la de Tenitilek 6 blanco verdoso en la del paleozdico y otro negro, que en fracturas recientes, muestra una esfoliacién prismatica brillante. Otra de las diabasas que cogi en Teniu- lek, 4 pesar de ofrecer una estructura granuda no se diferen- cian bien sus elementos ni aun con la lente, es afanitica. La que recogi en el granito de Tisnik lo es mucho mas, y su fractura reciente, que es concdidea astillosa, pone de mani- fiesto una superficie algo granuda; he recogido, pues, dos diabasas cristalinas y dos afaniticas, consideradas macrosco- picamente, porque en secciones delgadas todas ellas se mues- tran cristalinas y con un piroxeno muy analogo. Las de Tenitlek son olivinicas, y su feldespato y piroxeno estan bastante frescos, al contrario de lo que sucede 4 la qne recogi en el paleozdico, que carece de olivino y su feldespato y piroxeno se hallan en un periodo avanzado de transforma- ciédn, siendo ademas eminentemente cuarcifera. A este se- gundo grupo debe referirse igualmente la diabasa que apa- rece en el granito de Tisnik, aunque no sea tan rica en mine- rales deutdgenos como la anterior. Diabasas de Teniileh.—La mayor parte de su feldespato es labrador, bastante bien conservado en general, excepto su contorno que rara vez existe completo. Algunos de sus crista- les estan constituidos por la macla de la albita sencilla, aun- que son pocos, pues la mayoria son polisintéticos, si bien el ‘numero de los cristales elementales que los forman no pasa (87) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 349 de seis & ocho. Existen algunas maclas segun la ley de la albita-periclina. Con bastante escasez se ven ademas algunos cristales de oligoclasa. La descomposicién de estos feldespatos ha comenzado por el interior, siendo resultado de ella unas manchas irregulares, blancas, opacas, sin accién sobre la luz polarizada, constitui- das por la aglomeracién de granos muy pequefios, que al ser tratados por los acidos, producen alguna efervescencia debida sin duda 4 una pequefia parte de carbonato calcico, quedando como residuo insoluble la inmensa mayoria de la sustancia granuda que constituye la mancha, y que probablemente sera de naturaleza caolinica. Frecuentemente esta caoliniza- cidn del feldespato se propaga 4 lo largo de los planos de es- foliacién. La augita es alotriomorfa y no presenta por tanto sus con- tornos propios, pero sus esfoliaciones se ven claramente en muchos cortes. Es transparente, poseyendo en luz natural un color ligeramente amarillento, las lineas de esfoliacién y fractura estan bastante acusadas por el principio de alteracién en que se halla al mineral, que comienza a lo largo de dichas lineas 6 normalmente 4 ellas por pequefias estrias cortas y muy juntas, que cuando se desarrollan mucho en longitud dan facies dialagica al piroxeno; estas estrias corresponden & la esfoliacién ortopinacoidal. Pero donde los derivados de la augita se producen y agrupan en mayor cantidad, es en los bordes de este mineral, llegando 4 constituir un agregado de fibrillas, unas veces paralelas, otras entrecruzadas, de color verde amarillento y algun pleocroismo, en las cuales coincide el maximum de absorcién con la longitud de las fibrillas, mientras que normalmente 4 ella exhibe una tinta amari- llenta ligeramente verdosa. Este producto es descomponible por acido clorhidrico, y se puede referir 4 la viridita. Intima- mente asociados & él y en su consecuencia derivados del pi- roxeno, se ven granillos de magnetita. Casi la mitad de los cristales de augita de estas diabasas estan maclados segun 100, y muchos son polisintéticos, presentandose las bandas mas finas en el centro; por efecto de alteracién los planos de unién son claramente visibles aun en luz natural. Hé hallado en esta roca una gran masa cristalina de augita desarrollada en el sentido ortopinacoidal y maclada, torcida en su ultimo 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) tercio como si la hubiesen doblado con la mano, formando sus dos ramas un angulo de 115°. Cuando la extincién comien- za por uno de sus extremos, va corriendo sucesivamente toda la barra augitica; recuerda el modo de extinguirse de las ortosas. El] olivino de estas rocas es escaso y perfectamente idiomér- fico. Constituye restos de cristales de tamafio mayor, empo- trados 4 la vez en los feldespatos y en los piroxenos, demos- trando asi la prioridad de su formacién con respecto a estos dos elementos. Le acompafan un poco de serpentina y mag- netita en los bordes y lineas de fractura, pero 4 pesar de esto esta bastante bien conservado. Ks notable, por lo fresca que se halla, la ilmenita de estas rocas, pues en raros casos esté rodeada de su derivado gris. E] cuarzo es muy escaso, y solo se encuentran algunos gra- nos en cada preparacion, perdidos entre los demas elementos; son irregulares y muy pobres en inclusiones. Agujas largas de apatito cruzan estas diabasas aunque no en gran abun- dancia. Diabasa vecogida en el paleozdico.—La plagioclasa no existe ya como tal en esta roca, sino exclusivamente los productos que de ella se derivan. Tan avanzada esta su evolucién, que los cristales de este mineral no encierran nada de sustancia feldespatica caracterizada por sus propiedades épticas, pues ha perdido hasta el polisintetismo peculiar 4 sus cristales. La mayoria de ellos estan formados de un mineral incoloro, fibroso-laminar, sin pleocroismo, con una fuerte polarizacién cromatica, extinguiéndose segun su longitud, y no descom- ponible por los acidos, que recuerda las micas blancas. Irre- gularmente esparcidos en esta sustancia 6 acumulados en puntos diversos de su interior, se halla epidota abundante, que en la mayoria de los casos esta formada por granos re- dondeados, pero que 4 veces, constituye masas homogéneas de alguna extensién, con todos los caracteres de este mineral, incluso un fuerte pleocroismo amarillo. A mas de estos dos productos derivados, hay contornos de cristales feldespaticos, que encierran agrupaciones granuliticas de cuarzo, existien- do algunos de aquellos, aunque pocos, que no contienen mas que cuarzo y epidota, estando el primero cortado en rombos unas veces, en triangulos otras, todos de la misma orientacién 439) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 351 éptica, y separados entre si por otro cuarzo también uniforme en su extincién, pero de diversa orientacién que el primero, y en el cual yacen los granitos de epidota, mientras que la silice que muestra contornos regulares esta exenta de ellos. La extinciédn de ambos cuarzos forma entre si un angulo de 35° como término medio. Entre los cristales del feldespato asi alterados, se ven masas de cuarzo homogéneas y ricas en in- clusiones liquidas con burbuja movil, que destruyen los con- tornos de los antiguos cristales de feldespato, confundiéndose con el cuarzo que estos encierran; parecen formadas por una secrecién y concrecién posterior de la silice deutdgena del feldespato. La augita esta por lo general irregularmente limitada, pero ademas se presentan cristales bien terminados de esta sus- tancia; es casi incolora, frecuentemente ofrece un comienzo de dialagizacién y sobre todo de cambio en hornblenda y biotita, que va del exterior al interior, existiendo bastantes cristales cuyos bordes son de biotita, y 4 esta sigue la hornblenda verde, que esta en contacto inmediato con el piroxeno del centro; la transformacion es insensible. A veces todo el cris- tal se ha convertido en una verdadera uralita bordeada de biotita, y cuando se tratan estas preparaciones por el acido clorhidrico, se ve que en contacto con la hornblenda hay materia viriditica, y aun se notan laminillas totalmente cons- tituidas por esta sustancia. La orientacién dptica de la horn- blenda que esta en inmediato contacto de la augita, no es pa- ralela con la de esta en algunas ocasiones, y entonces, cuando se extingue la augita, se ven en su interior una porcidén de fibrillas que brillan como la hornblenda inmediata que no esta extinguida. He reconocido algunos individuos de augita-horn- blenda en los que hacia un Angulo de 65° la extincién del piroxeno con la del amfibol que de él procede. El policroismo de la hornblenda no es muy intenso y sus colores son los ordinarios en la variedad verde; la biotita es pardo-amarillen- ta y le ofrece sefialado y de la disposicién mas frecuente de ‘sus colores. Casi todo el piroxeno esta maclado segun 100. No son raros largos cristales, y aun secciones exagonales, de apatito. La ilmenita, convertida casi en su totalidad en ti- tanomorfita, es abundante. La estructura de esta roca es mas cristalina que la de las 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) anteriores, porque su piroxeno es idiomorfo en mayor numero de individuos. Diabasa de Tisnik.—Como he dicho al principio, es la mas afanitica de todas, considerada macroscépicamente. De igual modo que en la roca anterior, de la plagioclasa no queda mas que los contornos de sus cristales, cuya sustancia ha sido totalmente cambiada en una mica (?) blanca, cuarzo y sustancias viriditica y caolinica. La mica (?)lanca deutédgena de la plagioclasa, es en esta roca sumamente rara, y se pue- den considerar los cristales de feldespato pseudomorfizados por cuarzo y viridita, el primero ocupando casi la totalidad de la masa, y la segunda llenando los planos de macla, y las grietas de fractura y esfoliacién de los antiguos feldespa- tos. No he hallado resto. alguno de la materia que los cons- tituia. El cuarzo, que cubre superficies muy extensas, incluye todas las otras materias derivadas del feldespato, pero es muy po- bre en inclusiones de las que le son caracteristicas; parece exclusivamente deutédgeno de aquel mineral. Ademas se presentan en estos cristales manchas de natura- leza caolinica. La augita se conserva en mejor estado que la de la diabasa anterior; sus masas no son de tan gran tamaifio, y los indivi- duos estan mas aislados, faltando completamente la facies dia- lagica que ofrecia ya el piroxeno de la diabasa del paleozdico. Con frecuencia existen colonias de individuos piroxénicos, cada uno de los cuales ofrece una orientacién dptica distinta de la de los demas. Asociada al piroxeno, 4 veces encerrada en un grupo de granos de este mineral, se ven laminas de clorita de un color verde bastante intenso, pleocrdicas, no atacables sensible- mente por el acido clorhidrico, y que entre los nicoles cruza- dos ofrecen una polarizacién cromatica muy débil, de colores azulado-amarillentos. La ilmenita existe formando cristales aislados, no grandes masas, pero de formas caracteristicas y sobre todo interesan- tes, porque en lugar de la titanita gris y opaca que casi siem- pre la acompaiia como producto secundario, en esta roca va unida & titanita perfectamente transparente y caracterizada. Existe algo de magnetita, que en su mayor parte se ha per- (41) Quiroga. —OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 353 oxidado, produciendo laminillas de hierro oligisto y en algu- nos puntos limonita. También esta diabasa contiene apatito en agujas largas. Resumiendo lo. que se refiere 4 la estructura de todas estas diabasas africanas, es de notar que las de Tenitilek la tienen ofitica bien clara, intersticial con mesostasis del piroxeno, el cual carece por tanto en absoluto de contornos propios, y mol- dea 4 todos los dtros elementos, de los que parece ser el olivi- no el mas antiguo, mientras que las de Tisnik y el paleozdico del Tiris, poseen mas augita idiomorfica, sobre todo la pri- mera, y por tanto su estructura es mas bien hipidiomérfica granuda. 4. Granito en fildén. De este grupo he podido recoger tres tipos solamente en el gneis de los alrededores de los pozos Tenitilek y en el que se halla situado al 8. de este punto y al E. del manchén grani- tico de pozos Aglau. Estas rocas atraviesan el gneis casi N.aS., juzgando por la pequefia extensidn que me ha sido dado observar de sus filones respectivos. Pegmatita de Teniuleh.—Agregado pegmatitico de ortosa blanca y cuarzo hialino, sin que 4 primera vista se perciba ningun otro elemento; de superficie lustrosa y suave por la erosidn eoliana, sobresaliendo los granos de cuarzo por su mayor dureza. Ademas de los anteriores elementos, el micros- copio revela la existencia de mica verde, clorita, epidota, zir- con y apatito. La ortosa presenta macroscdpicamente un color blanco de leche manchado en algunos sitios con pintas rosadas, y en el microscopio es opaca 6 trasluciente cuando mas, de bordes corroidos por el cuarzo que con mucha frecuencia la penetra por los planos de esfoliacién, impregnandola de un modo in- sensible en la mayoria de los casos. Es muy raro el cristal de feldespato que manifiesta en la luz polarizada sus colores pro- pios, pues la mayoria no muestran sino los fendmenos croma- ticos de los derivados y productos que encierra. Cuando se observan en luz reflejada las preparaciones de esta roca, ade- mas de darse muy bien cuenta del ataque del feldespato por el acido silicico, se ve que aquel se presenta opaco y gris en ANALES DE HIST. NAT.—XVIII. 23 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) toda su extensién , merced 4 lo avanzada que se halla su des- composicién en kaolin. Si después se examina este mineral por refraccién y con gran aumento, se observan entre el kao- lin multitud de granos y hasta pequefias masas incoloras y muy refringentes y birefringentes, sin pleocroismo alguno, que pertenecen 4 la epidota, que se halla irregularmente es- parcida en la mayoria de los casos, y que en otros estan sus granos alineados en los planos de esfoliacién, que es donde mas facilmente el feldespato es disuelto y transformado por el cuarzo. Esta epidota constituye a veces dentro del mismo feldespato agregados de granos que tienen una vaga tenden- cia 4 disponerse radialmente. También sucede que diversos granos de epidota han emigrado al exterior del feldespato, formando nidos de este mineral entre la ortosa y el cuarzo. Hay también contornos de individuos que fueron de ortosa y actualmente son masas de cuarzo ricas en kaolin y granos sueltos de epidota. Kl cuarzo cementa al feldespato y es granulitico, recono- ciéndose en muchas masas, aun en luz natural, los distintos individuos que las constituyen por las fibrillas de clorita que separan unos de otros. Es muy rico en inclusiones liquidas de burbuja mdvil, habiendo algunas que las presentan dobles; estan acumuladas en masas que se ramifican en todos senti- dos, pasando 4 través de distintos granos. De una mica verdosa que debié existir, aunque en pequena cantidad, apenas quedan restos, pues la mayor parte se ha convertido en clorita amarillento-verdosa bajo forma de fibri- llas que se extinguen longitudinalmente y rodean 4 los res- tos de mica, 6 se han esparcido también por la roca, sobre todo entre los granos de cuarzo. Se distingue de la mica por- que esta ocupa el centro de los agregados de clorita, y ofrece sus esfoliaciones, pleocroismo, polarizacién cromatica, y no es radiada. El zircén y el apatito son raros. Del primero he visto un bonito grupo de dos cristales prismaticos apuntados unidos por una cara del prisma, algo redondeadas sus aristas, de 0,128 m. de longitud, y que posee todas las propiedades de este mineral con gran claridad; esta encerrado en un grano de feldespato enteramente kaolinizado y penetrado por la silice. (43) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 355 Granito en fildn de Teniviekh.—Ya he dicho que también atra- viesa el gneis de esta localidad algun filén de una roca que 4 primera vista parece un microgranito, pero que estudiada en el microscopio se ve que no corresponde a este, sino que es un granito muy semejante 4a los del Tiris. A simple vista se reconocen los granos de cuarzo y feldes- pato dominando este sobre aquel, y entre ellos, y en muy pe- quefia cantidad, laminillas de color verde oscuro que el mi- croscopio demuestra que pertenecen 4 una moscovita rodeada de clorita; existen ademas microclina y una plagioclasa, epi- dota, magnetita secundaria y algun cristal de zircén. La ortosa tiene toda la facies de la de los granititos que des- cribi antes, incluso su metamorfismo en productos de natu- raleza micacea al parecer, derivados que constituyen 4 veces la totalidad de la sustancia que encierran los contornos de antiguos cristales feldespaticos. Dentro de la ortosa asi meta- morfoseada se hallan individuos de clorita de color verde in- tenso, que por su forma parecen ser derivados de la mica, y también cristales algo redondeados pero muy caracteristicos de zircon. No he visto ninguna macla de este feldespato. La microclina, que no deja de abundar, se presenta sin al- teracién alguna, y no lleva inclusiones de albita. En cuanto a la plagioclasa, es sumamente rara, pero se conserva mejor que el feldespato drtico; es oligoclasa. El cuarzo existe en gran abundancia, y tienen la mayoria de sus individuos facies y condiciones totalmente graniticas, viéndose algunos, aunque pocos, corroidos al modo de los de los porfidos, y aun formando masas redondeadas en el inte- rior del feldespato alterado. Es frecuente también que la silice penetre y empaste los productos de alteracién de este mineral. El elemento ferro-magnesiano es una mica muy escasa, de color verde en luz natural, en algunos individuos algo amari- llento, cuyos planos de esfoliacién estan fuertemente acusa- dos por efecto de la alteracién; el 4angulo de sus ejes dpticos es bastante grande y bien marcado su pleocroismo, pues pasa de un color amarillento muy claro normalmente 4 %» & un ver- de muy intenso paralelamente 4 esta direccién. Entre sus pla- nos de esfoliacién contiene un producto gris opaco, de altera- cién que constituye frecuentemente masas redondeadas segun se descubre usando grandes aumentos. 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) Raro es el individuo de mica que no lleva 4 su alrededor laminillas irregulares de clorita, que 4 veces se separa del punto de origen corriéndose por entre los granos de cuarzo y feldespato, viéndosela acompanada en esta ultima situacién por granos irregulares de epidota, ya incolora, ya amarilla de limén, sobre todo cuando el feldespato, por entre cuyos indi- viduos circula la clorita, esta descompuesto en materia kao- linica. Asociados a la mica y clorita van algunos granulos de mag- netita y laminillas de oligisto, resultado del metamorfismo del primer mineral. La semejanza de este granito filoniano con el que constitu- ye las masas graniticas de Bu-Hofra y Dumus, Ydyil y Aglau es tan grande, que mezclado con los ejemplares de aquellos granitos en masa no se puede separar de ellos. Parece este granito de Tenitlek formado por apofisis de las masas grani- ticas antedichas en el gneis. kocas de epidota.—En el gneis de los alrededores de pozos Tenitlek, y en el que atravesamos 4 nuestro regreso todo el dia 14 y gran parte del 15 de Julio, situado al S. de aquel, afloran de N. 4S. crestones de cuarzo que son la conclusién de filones estrechos de rocas de estructura granitica formadas ya de silice y epidota exclusivamente, ya de estos dos mine- rales mas una ortosa rosada. A su vez estas rocas epidotiferas parecen los ultimos términos de la evolucién de los anteriores granitos en fildn, que todos son ricos en epidota. En aquellos de estos materiales que estan constituidos sola- mente, al parecer, de cuarzo y epidota, el primero es gris, muy vitreo, y la segunda granuda y de un bellisimo color verde, anadiéndose a estos elementos en algunos sitios muy limitados de la roca, algo de ortosa generalmente rosada, in- timamente unida 4 la epidota, repartida con mucha desigual- dad, pues se halla condensada en algun punto que otro, mien- tras que el resto del ejemplar esta desprovisto de ella. El cuarzo es el subsiratwm que engloba los granos de epidota, ordinaria- mente muy pequenos, como arenilla fina, por excepcidn algo mayores y siempre irregulares y amontonados y poseyendo un bellisimo pleocroismo amarillo vivo y fuerte polarizacién cro- matica. El cuarzo no tiene sus individuos bien diferenciados unos de otros ni con luz natural ni con la polarizada, sino que, (45) Quiroga. oBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 357 por el contrario, estan fundidos en un todo homogéneo que presenta un cierto caracter calcedonioso. Es rico, sobre todo en determinados puntos, en inclusiones gaseosas y aun algu- nas liquidas, y hay sitios en que también contiéne granillos grises opacos, al parecer de naturaleza kaolinica. El feldes- pato es turbio 4 causa de los granitos de epidota que contiene y van aumentando en determinados puntos hasta desaparecer la materia feldespatica; por otros puntos esta se funde insen- siblemente en el cuarzo. Se encuentra también en estas rocas algo de ilmenita bastante alterada. Hay rocas de este grupo sumamente bellas constituidas por una ortosa rosada y cuarzo, cuyos bordes estan borrosos como si ambos minerales se hubiesen penetrado 6 fundido al ponerse en contacto, a los cuales se asocia epidota muy verde y abun- dante, intimamente unida 4 la ortosa, por cuya masa se rami- fica en delicadas venas. Estos ejemplares muestran la misma composicidn, estructura y relaciones de sus elementos que los antedichos pobres en ortosa. 5. Melafiro. En el contacto del granito con el gneis en el Tiris, entre pozos Dumus y pozos Teniulek, he recogido una roca porfirica constituida por una masa negra muy compacta, de fractura pequeno-astillosa, que encierra diseminados cristales blancos y blanco-rojizos de feldespato. El microscopio revela que el elemento dominante en la pasta es el piroxeno, en individuos sumamente pequefios, acompanado ademas de olivino micro- porfirico; composiciédn que unida a la consideracién de la facies del ejemplar, lleva 4 clasificarlo como un melafiro muy pobre en feldespato y que recuerda los augitofiros del Tirol. El feldespato porfirico es bastante escaso y se halla alterado hasta el punto de disolverse una buena parte de él con viva efervescencia en el acido clorhidrico diluido, dejando un pe- quefo residuo formado por cuarzo y una sustancia insoluble casi opaca, a la cual los acidos quitan el color amarillento rojizo 6 rojo que generalmente la impregna. Ha perdido por completo las propiedades épticas que lo caracterizaran, no 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) pudiéndose decir de él] actualmente, sino que por sus contor- nos debié ser una plagioclasa, ademas rica en cal & juzgar por la calcita que encierra entre los ultimos términos de su evolu- cién. Se advierte en los restos de cristales feldespaticos una cierta tendencia 4 originar agrupaciones radiales. Algunos cristales son grises y opacos aun en laminas muy delgadas por haberse convertido totalmente en arcilla. El olivino, que es el otro elemento porfirico de la roca, rara vez conserva sus contornos regulares, que generalmente han sido destruidos por las acciones quimicas de la materia que lo envuelve; pero en cambio esta bien caracterizado por todas sus otras propiedades, incluso las quimicas, y su evolucién caracteristica, de la que presentan comienzos bien sefalados aleunos individuos. El magma de esta roca se puede considerar formado casi en absoluto de microlitos de piroxeno de color gris algo violaceo, unidos 4 biotita muy escasa en pequenas laminillas y acom- pafiados por granulos de magnetita y algun que otro micro- lito feldespatico. En determinados puntos en que los microli- tos de augita no se hallan tan apretados se hace visible un resto de base vitrea incolora, pero que es ya muy escasa. FORMACIONES SEDIMENTARIAS. ARCAICO. Ocupa una extensién de 100 4 115 km. en el camino que recorrimos, constituyendo juntamente con el granito la meseta rigida cuya altura oscila entre 300 y 400 m., y que forma el verdadero esqueleto del Sahara occidental. Est&é compuesto de los tres miembros siguientes: superior, pizarras cristalinas; medio, gneis piroxénicos y piroxeno- amfibdlicos; inferior, gneis glandular. El paso de unos miembros 4 otros tiene lugar en el arcaico ‘de esta regidn, como en todas las demas del mundo donde se presenta, de un modo insensible mediante capas que apare- cen primero aisladas y luego van aumentando en ntimero y potencia hasta predominar, constituyendo mas tarde por si . solas el terreno. (47) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 359 El enorme macizo granitico de Bu-Hofra y Dumus, que cons- tituye las regiones de Au-Haufrit, Tisnik, Dumus y Suiyik, separa todo el miembro inferior arcaico y bastantes estratos del medio que buzan al SE. del resto del horizonte medio y todo el superior que caen al NO. Capas de igual naturaleza se hallan en Tenitlek yen el Ar-Rak con buzamiento contrario. Roto el primitivo arcaéico por su centro, indudablemente mas débil, la parte superior cayé al NO. descendiendo en la vertical, mientras que la superior se incliné al SE. chocando contra el macizo granitico de Ydyil. HORIZONTE INFERIOR. Gneis glandular 6 inferior. Este horizonte esta principalmente constituido por un gneis lleno de gruesos individuos de feldespato, que recuerda en todo la roca dominante en la inmediata sierra de Guadarrama. Este material forma por si solo la parte mas occidental de la regidn gneisica comprendida entre las dos masas graniticas de Dumus é Ydyil. Algunos kilédmetros antes de llegar 4 Te- nitlek se asocia con el anterior otro gneis de grano mas menudo, no pizarroso sin embargo, y se mezclan ambos en algunos sitios de un modo tan irregular que no parece sino que estuvieron pastosos y fueron revueltos exprofeso. Este nuevo gneis comienza 4 presentarse formando masas & veces de algunos metros, redondeadas y con mas frecuencia len- ticulares y torcidas, 6 estrelladas con sus brazos encorvados en diversos sentidos; constituye el gneis finamente granudo, grandes masas provistas de numerosas apofisis que penetran en el glandular. Visto este conjunto desde el camello parece una grawacka de grandes elementos. Pasado Tenitlek, hacia el Oriente, se normaliza la forma de las capas de este gneis no glandular, adquiriendo sus ele- mentos en muchos puntos una disposicién estratoidea a la par que se van haciendo mas raras las rocas de gruesos ele- mentos con grandes cristales de feldespato. Ademas, en el mismo Tenitlek, comienzan 4 presentarse concordantes con los estratos de este, algunos del gneis piroxénico, que van 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) siendo mas frecuentes hacia Ydyil y abundan tanto en la base de las pizarras del Ar-Rak. El gneis que cruzamos 4 nuestro regreso presenta la misma disposicién y caracteres que acabo de indicaren el gran man- chén de Tenitlek, al cual indudablemente pertenecen, y sobre todo el que esta situado al S. de los mismos pozos de Tenitlek. Gneis glandular.—Es de grano grueso y sus glandulas estan constituidas de ortosa pura y sin maclar. Sus elementos visi- bles, ademas de las glandulas, son la ortosa y el cuarzo y una sustancia negra cuya naturaleza es imposible discernir en las superficies pulidas de la roca, pero que en las fracturas recientes se reconoce su naturaleza micacea. Este elemento que contornea en ocasiones las glandulas de ortosa es muy escaso. Excusado es decir que las superficies libres de estas rocas estan pulidas del mismo modo que las del granito, sobresa- liendo en su superficie los granos de cuarzo. Los grandes cristales de feldespato alcanzan a veces 6 u 8 cm. de eje mayor. Tienen color gris y le quitan transpa- rencia las numerosas vetas blancas y rojas que lo atraviesan. Son redondeados sin contorno cristalino y nunca estan ma- clados. El microscopio revela, sobre todo en las secciones pa- ralelas 4 la base, que estan casi exclusivamente formados de microclina, uno de cuyos sistemas de individuos, el que se presenta normal proéximamente 4 la traza de 010 en las sec- ciones paralelas 4 001, esté mas desarrollado que el otro. La ortosa es sumamente rara y no se halla nada de albita. En estos gneis el feldespato no porfirico, el que no consti- tuye glandulas, pertenece 4 la ortosa, microclina, microper- thita y oligoclasa. La primera forma la mitad de la sustancia feldespatica y no se distingue por ninguna particularidad especial, sino es por contener algunos granos esporadicos y redondeados de zircén y hallarse en un comienzo de kaolini- zacion, que se acenttia mas segun su base. La segunda, bas- tante abundante, se diferencia de la que constituye los cris- tales porfiricos en que ambos sistemas de laminillas estan igualmente desarrollados y contiene mas ortosa; carece tam- bién de albita. La tercera es rara y la constituye albita en pequefas bandas dicdtomas embutidas en ortosa dominante. (49) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 361 Por ultimo, la cuarta es sumamente escasa y forma algunos granos perdidos entre los mas pequefnos de los anteriores. Dos tipos de cuarzo contiene este gneis: uno granitico en grandes individuos homogéneos, y el otro granulitico que bordea 4 muchos granos del primero y da origen & pequefas masas de aspecto homogéneo en luz natural que la polari- zada resuelve en sus verdaderos constituyentes, y aun a veces existen venillas de esta silice, propagandose entre los indi- viduos de feldespato y cuarzo granitico. Este ultimo contiene series de inclusiones fluidas, alguna vez con burbuja fija, asi como también cristales redondeados de zircon, uno de los cuales, el mayor de todos los que he visto en esta roca, pre- senta en su superficie un resquebrajamiento originado por hendiduras bastante profundas. También el cuarzo granuli- tico encierra zircdén. Ya he dicho antes que este gneis es muy pobre en mica, y afiadiré que ademas est& muy alterada y convertida en limo- nita y productos arcilloso-ferruginosos opacos, y debe ser ti- tanifera porque siempre va asociada 4 los escasos granos de ilmenita que contiene la roca; he visto un grupo formado por mica, ilmenita y zircon intimamente unidos. En algunos puntos en que no esta opaca del todo, se observa que es de color pardo y aparentemente uniaxica. Gneis estratoideos.—Se dividen claramente en dos grupos: el uno constituido por los mas estratoideos y exclusivamente biotiticos; y el otro por los menos estratoideos, que son biotiti- co-amfibdélicos y contienen tanta hornblenda como mica. To- dos los que he recogido proceden de los alrededores de Te- nitilek. a) Sin amfibol.—Constan de ortosa, algo de microclina y oligoclasa, cuarzo, biotita y magnetita. El primero de estos minerales no presenta nada de particu- lar, sino que comienza 4 kaolinizarse por los bordes de sus secciones. La microclina es muy escasa y pertenece al tipo de la que existe en el gneis glandular. La oligoclasa es mas rara todavia. Hay también dos cuarzos en este gneis: uno granitico y el otro granulitico, con la misma disposicién indicada en el gneis glandular; contienen mucho zircon, alguno de cuyos cristales encierra grandes inclusiones gaseosas, y el cuarzo 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) granitico especialmente, incluye ademas cristales prismati- cos apuntados de apatito. La biotita es muy parda, y por alteracién se va haciendo rojiza hasta convertirse en una sustancia limonitica, opaca y rica en granillos de magnetita secundaria. Lo mas notable que ofrece es su disposicién, pues con frecuencia se acumulan pequenisimas laminillas redondeadas de biotita formando ve- nas que penetran por entre los cuarzos graniticos y ortosas, venas que casi siempre van acompaniando las de cuarzo gra- nulitico. En estas venas se suelen ver laminas grandes de mica estiradas y torcidas, seguin la direccidén é inflexiones de la co- rriente. Las particularidades de estructura de todos estos gneis, so- bre todo las venas de cuarzo granulitico cementando los ele- mentos graniticos, dan 4 estos materiales un aspecto klastico en el microscopio sumamente notable, y que los diferencia perfectamente de los gneis anteriores mas Viejos. b) Con hornblenda.—El gneis amfibdlico-micaceo se halla en Tenitlek entre el estratoideo anterior, del cual procede, sin que le diferencie otra cosa que una menor tendencia de sus elementos 4 disponerse en pequefnias capas lenticulares, y la presencia de la hornblenda en cantidad igual a la mica. Ambos elementos ferro-magnesianos son visibles macroscé- picamente, sobre todo en las fracturas frescas, distinguiéndo- se la hornblenda por su color negro-verdoso y esfoliacién prismatica, y la mica por su estructura y color dorado-parduz- co. Predomina uno Uw otro de ellos en los pequenos estratos que estos elementos forman en la roca, La ortosa no tiene de particular sino su estado de alteracién mas avanzado que la de los gneis anteriores; su producto es el kaolin asociado 4 fibrillas de un mineral blanco de natura- leza micacea. Le acompafa escasa microperthita en granos pequeiios y algun que otro individuo de microclina de exiguo tamano. La presencia de la microperthita que falta ya en los eneis estratoideos simplemente micaceos, aproxima los amfi- bédlicos 4 los glandulares. La oligoclasa es muy escasa. Apenas encierra este gneis algtin que otro nido de cuarzo eranulitico, y el granitico no es muy rico en inclusiones flui- das y rara vez contiene zircon. La mica es biotita, de color pardo castana intenso las sec- (51) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS KEN EL SAHARA. 363 ciones paralelas 4 la esfoliacién, y amarillo ligeramente ro- jizo las normales, y con su pleocroismo y demas caracteres. Constituye asociaciones unas veces de pequenas laminillas y otras de individuos mayores. Manifiesta tendencia a peroxi- darse tomando un tono rojizo, y aun 4 producir en un grado mas avanzado de alteracién una materia limonitico-arcillosa, opaca, que se extiende por entre los individuos de feldespato y cuarzo, La hornblenda es de forma irregular y color verde-parduzco en luz natural, con sus esfoliaciones caracteristicas y demas propiedades. Son muy raros los individuos de hornblenda que no encierren alguna lamina de mica, viéndose frecuentemen- te laminas que son una parte de amfibol y otra de mica; y como en este caso siempre esta especie ocupa la periferia, es dado a mi juicio creer que el mineral micaceo es un derivado de la hornblenda. Las masas de uno y otro elemento coloreado van siempre acompafadas de magnetita irregular, viéndose sin embargo de cuando en cuando algtin grano octaédrico de esta sus- tancia. HORIZONTE MEDIO. ‘Gneis piroxénicos. Del conjunto de gneis pizarrosos, micaceos y amfibdlicos, calizas y rocas verdes, que forma la parte superior del gneis en todas las regiones arcaicas del globo, no he visto ni reco- gido en la parte del Sahara occidental visitada por mi sino dos tipos de granulitas; una esencialmente acida y ortdsica, verdadera leptinita, y otra granulita piroxénica. Una exploracién verdaderamente geoldgica de la zona gnei- sica comprendida entre los pozos Tenitlek y el macizo gra- nitico de Ydyil, acaso diera por resultado el hallazgo de los gneis pizarrosos, micaceos y amfibdlicos, sobre todo de estos ultimos, puesto que entre los gneis mas inferiores los hemos visto ya amfibdlicos y encima, en las pizarras cristalinas, ° predominan las amfibolitas. Pero yo no he hallado otros repre- sentantes de la porcién mas moderna del gneis que los indica- dos, que he recogido en Tenitilek entre los gneis glandulares 364 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) y estratoideos, en Ar-Rak entre las pizarras y en Bu-Hofra en el mismo granito. Sin embargo, las condiciones en que yacen estas rocas en Tenitilek y en la regién de Ar-Rak y el no haber yo visto gneis pizarrosos, sino que directamente de los gneis glandular y estratoideos con granulitas intercaladas se pasa al granito de Ydyil, me hace sospechar que probablemente apenas existen alli otros representantes del horizonte superior del gneis que las rocas citadas, que enlazan la parte mas vieja del arcaico con las pizarras cristalinas. Si esto es asi, no se puede decir en realidad que en el Sahara occidental esté representado el gneis superior, sino mas bien una facies especial del periodo de transito del inferior al superior. Granulitas piroxénicas. La textura de estas rocas varia bastante, pues las hay cla- ramente granudas en las que se reconocen a simple vista sus dos elementos, piroxeno y feldespato, como sucede 4a las de Ar-Rak, y en cambio las de Tenitlek son pizarrosas y afani- ticas. El examen microscépico hace ver igualmente algunas diferencias entre ellas que obligan 4 describirlas por separado. Granulitas piroxénicas granudas de Ar-Rak.—Sus elementos discernibles 4 simple vista estan muy puros. Son rocas muy ricas en feldespatos muy bien conservados, pues ademas de la ortosa contienen anortita y oligoclasa y aun algunos granos de labrador, maclados los tres ulti- mos segun la ley de la albita, ya sola, ya combinada con la de la periclina; no se ve en ellas microlina, pero en cambio presenta en abundancia microperthita; fuera de esto la ortosa aparece sencilla. Las plagioclasas son los feldespatos domi- nantes. El piroxeno de esta roca es un didpsido tan ferrifero que tiene color verde azulado en luz natural, mostrando un ligero pleocroismo que varia del verde azulado al verde mas claro y amarillento. Ensayados mediante el soplete algunos granos separados de los otros elementos con el liquido de Thoulet, se los ve fundirse con facilidad en un vidrio bastante obscuro nada magnético. Tiene la forma de granos gruesos, irrecularmente poligonales como los de las coccolitas, unidos uno 4 otro formando largas cadenas casi siempre flexuosas y (63) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 365 articuladas unas con otras. En sus grietas exhibe materia ferrifera producida por la peroxidacién de una parte del oxido ferroso que contiene, y muestra incluidos en el centro de su masa unas bellas laminas exagonales alargadas de oligisto, dispuestas en dos series que se cortan entre si bajo 4ngulos de 74°, es decir que son paralelas 4 la base y 4 la ortopina- coide. Estos microlitos de oligisto, asi como la sustancia ferru- ginosa de las grietas, se disuelven completamente en el agua regia hirviendo sin que el piroxeno pierda nada de su color subido. El cuarzo no es muy abundante y forma granos aislados pobres en inclusiones. Con estos elementos y masas irregula- res de magnetita se halla también, aunque muy raro, algun cristalillo de esfena. El zircon existe, sobre todo, dentro del feldespato en grani- tos redondeados é incoloros. La magnetita constituye granu- los grandes irregulares. La microestructura de estas rocas es gruesamente granulitica y granuda. Granulitas pirozénicas pizarrosas de Tenitlek.—Ya he dicho que los elementos de estos materiales no son discernibles a simple vista y que su textura es pizarrosa. Todas convienen en no tener mas plagioclasa que la oligoclasa y ser su didp- sido menos ferrifero que el de las anteriores, poseyendo un pleocroismo notable y gran tendencia 4 transformarse en amfibol. El féldespato ortosa de algunas de estas rocas se pre- senta sin haber sufrido transformacién de ningtin género, sencillo y sin constituir asociaciones microperthiticas con la albita. En otras, caracterizadas siempre por ser finamente granuliticas, abunda la ortosa mas que en la roca anterior, siendo muy raro hallarla fresca, pues casi toda esta conver- tida en una sustancia fibrilar, que muestra en conjunto pola- rizacion de agregado, recordando mucho 4 la sericita 6 pro- ductos anadlogos. La plagioclasa, mas abundante que la ortosa, presenta los caracteres de la oligoclasa en la constitucién de sus maclas polisintéticas y en sus 4ngulos de extincién; ofrece algunas asociaciones muy bellas de las maclas de la albita y la peri- clina. El piroxeno no es tan ferrifero como en las rocas de Ar-Rak, y por eso se muestra incoloro 6 ligeramente verde-azulado en 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) la luz natural; en la mayoria de los casos exhibe un notable policroismo que recuerda por sus tonos extremos rosa fuerte y verde azulado el de la distena de la granulita de Hartmanns- dorf, aunque, sin embargo, el mineral de la roca de Tenitlek no puede confundirse con el de la roca sajona, por la forma octogonal de sus secciones basicas, esfoliaciones prismaticas de 87°, valor maximo de las extinciones de sus diversas zonas y reacciones quimicas por los procedimientos de Boricky, Behrens y Streng. Su pleocroismo es N » = rosa fuerte, Nm = Verde-azulado muy claro, Ng = gris verdoso claro. Muchos individuos de piroxeno tienen granulos de magne- tita en sus bordes y en el interior arenilla negra de esta sus- tancia dispuesta en lineas paralelas a 100, hallandose ma- teria ferruginosa en las grietas que los atraviesan. La mayo- ria de sus cristales son sencillos, pero se encuentran también algunos polisintéticos, presentando una de las series de indi- viduos reducidos 4 finas estrias, mientras que la otra esta constituida por bandas, reproduciendo la disposicién de las plagioclasas. Cuando se los observa bajando el condensador se notan en él estrias finas segun 100. Tiene el didpsido de estas rocas africanas una gran ten- dencia 4 convertirse en amfibol, realizindose Siempre esta transformacion del exterior al interior, unas veces por tcdo el perimetro del individuo piroxénico y otras por un solo lado. En el primer caso la hornblenda constituye el borde externo del individuo piroxénico. El amfibol resultante es una horn- blenda de color verde amarillento muy intenso, tan limpia y transparente, que no se diria si se viese aislada que era un producto secundario, pues no recuerda de ningun modo la uralita ni sustancias analogas. La magnetita no es muy abundante y se halla constituyendo masas grandes aisladas, algunas acompanadas de bastante limonita, sustancia que también penetra por las grietas or- thopinacoidales del piroxeno, al cual rodea otras veces com- pletamente. La microestructura de estas rocas de Tenitlek es clara- mente granulitica. (55) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 367 A través del granito de Bu-Hofra y del gran manto de are- nas que el viento ha acumulado 4 ambos lados de un potente banco de pizarras piroxénicas que luego describiré, y muy proximos 4 él afloran algunos lechos delgados de una granu- lita piroxénica mAs cristalina que las de Tenitlek, aun 4 sim- ple vista, pero idénticas 4 las de esta localidad por la natura- leza y disposicién de sus elementos, incluso el pleocroismo del piroxeno, que es sin embargo casi incoloro en luz natu- ral, y el predominio de la ortosa sobre los otros feldespatos, que siempre se halla cambiada en sustancias micacea y kao- linica. La hornblenda es también mas abundante que en las rocas anteriores. Leptinitas. Interestratificadas en los gneis de Tenitlek y pizarras cris- talinas de Ar-Rak, juntamente con los materiales ultima- mente descritos, existen leptinitas bien caracterizadas, pero faltas en absoluto de granate. Macroscépicamente considera- das, son rocas de grano fino, de color de rosa manchado con alguna que otra pinta verde obscura, y cuya superficie ex- puesta al aire libre, esta pulida y estriada como el granito en iguales condiciones. Nunca forma lechos de mas de 3 6 4 centimetros de espesor. A simple vista no existe ninguna diferencia entre las lepti- nitas del gneis y las de las pizarras; pero el microscopio la demuestra, pues las primeras constan de granos de feldes- pato y algunos de cuarzo, cementados por cuarzo granulitico, mientras que en las segundas todos los elementos tienen el mismo grueso; la estructura es francamente granulitica y a veces algo estratoidea. La roca de los gneis, si no fuera por su macroestructura y su posicién concordante con estos, se diria un pérfido cuarci- fero granulitico. Su feldespato corresponde la mayor parte 4 la ortosa, y la otra 4 la microclina y plagioclasa, dominando aquella sobre esta; muchos de sus granos estan un poco re- dondeados y en algunos penetra algo el cuarzo granulitico, cuyos individuos se ven aislados 4 veces en el interior de ciertos cristales de feldespato. Es frecuente ver cristales de ortosa y microclina rodeados total 6 parcialmente de una 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) franja estrecha de sustancia muy finamente granulitica que, al parecer, es de naturaleza feldespatica. Esto es mas visible entre dos granos préximos de feldespato, porque entonces es esta materia la que los separa y no el cuarzo granulitico. A veces esta disgregacién del feldespato, que muy bien pudiera ser resultado de su ataque por la masa acida que lo rodea, se realiza quedando incédlumes unas peninsulitas microscépicas de feldespato, que penetran en la masa granulitica de esta sustancia. Los granos gruesos de cuarzo no son muy abundantes; con- tienen muchas series de inclusiones gaseosas y alguna liqui- da con burbuja moévil. En cambio el cuarzo granulitico es predominante y en él nadan bastante separados unos de otros, los grandes cristales antedichos. Ademas de estos elementos existen en esta roca laminillas esporddicas de mica parda casi totalmente convertida en clorita, y algunas manchas irregu- lares de magnetita. La leptinita de las pizarras es francamente granulitica y estratoidea tanto macro como microscépicamente. Los ele- mentos de esta roca son todos del mismo tamafio proéxima- mente, y los feldespatos forman las dos terceras partes de su masa, conservandose perfectamente frescos. El dominante es la ortosa ya sencilla, ya unida 4 la albita, constituyendo aso- ciaciones microperthiticas. Mucho menos frecuente es la mi- croclina asociada casi siempre & mucha ortosa, y el feldes- pato mas raro es la oligoclasa. Algunas ortosas son ricas en inclusiones gaseosas de forma rectangular, al menos por uno de sus extremos, y en otras algo alteradas abundan lamini- llas rojas de oligisto que, sin embargo, son mas frecuentes entre los granos que constituyen la roca, El cuarzo, en gene- ral, no contiene muchas inclusiones, si bien algunos granos las encierran especialmente gaseosas y de burbuja fija, for- mando series que con frecuencia pasan de unos granos a otros. La mica es muy escasa, completamente incolora si es pura, manifestando tan solo un poco de absorcién de luz cuando la direccién de su esfoliacién baésica coincide con el plano de vi- bracion del polarizador y se va volviendo amarillenta y pardo rojiza hasta ponerse casi opaca conforme aumenta su altera- cién, y ensulltimo periodo se carga de laminillas de oligisto. Esta siempre dispuesta en el sentido de la estratificacion de (657) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. — 369 la roca. Algtin que otro zircén casi incoloro se halla esparcido por este material bajo forma de granos sumamente pequefios y redondeados, y casi siempre situados en las proximidades de la mica 6 en su inmediato contacto. HORIZONTE SUPERIOR. Pizarras cristalinas. He dicho ya que en la regién llamada de Ar-Rak, entre los depésitos modernos de la costa y el granito de Bu-Hofra, existe un conjunto petrografico, en el cual dominan las piza- rras cristalinas, especialmente las amfibdlicas, casi vertical, con un ligero buzamiento al NO., dirigiéndose de N. 4 S., aunque con algunas inflexiones, que contiene lentejas de cuarzo mas 6 menos largas, y de dos decimetros de ancho la que mas, asi como otras de las granulitas que acabo de des- cribir. Estos materiales no hacen mas que aflorar sin consti- tuir mogotes niinterrumpir la uniformidad del suelo. La presencia entre sus estratos de las granulitas y pizarras piroxénicas, y el predominio que en ellos tienen las amfiboli- tas, son hechos que me hacen considerar este conjunto como perteneciente a la parte mas baja del horizonte de las piza- rras cristalinas, 6 sise quiere mejor, al transito del gneis su- perior 4 las pizarras mas inferiores. Las rocas que constituyen este miembro arcaico, 4 contar desde las mas profundas 4 las superiores, son pizarras piroxé- nicas, pizarras amfibdlicas y pizarras micaceas, ademas de las granulitas ya descritas y del cuarzo. Pizarras piroxénicas. Al NO. del pozo Bu-Hofra, y en sus inmediaciones, aparece un gran crestén de unos 2 m. de espesor que sobresale 3 6 4 sobre el nivel del suelo granitico, corriendo de N. aS. por es- pacio de 15 6 16 m., con la misma direccién y ligero buza- miento occidental que las pizarras cristalinas prdximas, a las cuales es paralelo; lo constituyen una roca negra, que se frag- menta en grandes paralelepipedos, que 4 simple vista parece estar constituida exclusivamente de magnetita y cuarzo, y en ANALES DE HIST. NAT, — XVIII. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) la que el microscopio revela ademas la presencia de un piro- xeno incoloro del grupo del didpsido. Separando sus elemen- tos mediante liquidos de Thoulet de diferentes densidades se obtiene la siguiente composicidén para cien partes: 52 de magnetita. 32 de silice. 16 de piroxzeno. La magnetita constituye pequefias masas lenticulares es- ponjosas, acribilladas por el cuarzo y el piroxeno y que en algunos puntos tiende 4 peroxidarse manchando de pardo ro- jizo sus alrededores. Esta magnetita no contiene titano en cantidad apreciable, y se disuelve en el acido clorhidrico aun en frio, siempre que esté algunas horas en su contacto. El cuarzo es granulitico y transparente porque no encierra mas que en determinados puntos, series de inclusiones que pasan de un grano & otro, la mayoria irregulares, algunas diexaé- dricas, muchas conteniendo gases y otras dobles con burbuja mas interior muy movil que parecen ser de acido carbénico. El piroxeno que tiene la forma de granos irregulares esta unas veces completamente limpio y fresco, y se muestra incoloro con sus esfoliaciones, extinciones y cromatismo propio, y otras es algo opaco 4 causa de granillos grises formados especial- mente en los planos de esfoliacién por los cuales ha entrado también sustancia ferruginosa producida en la peroxidacién de la magnetita inmediata. Estos piroxenos grisaceos semi- opacos hacen una ligera efervescencia cuando se los trata con acido clorhidrico, prestando 4 la disolucién, ademas de hierro, cal dominante y magnesia; el piroxgno pierde de un 1'/,a un 2 por 100 de su peso al ser tratado por los acidos. Los grani- lles de piroxeno se agrupan también como los de cuarzo y la magnetita en masas lenticulares. Mucho tiempo estuve incli- nado 4 considerar esta roca como un material filoniano; pero su disposicién estratoidea, sobre todo en lo que se refiere 4 la magnetita y el cuarzo, este ultimo ademas exclusivamente granulitico como el de las pizarras cristalinas; la identidad del diédpsido de esta roca con el de los gneis piroxénicos antes descritos; la gran proximidad 4 la granulita piroxénica indu- dable antes mencionada y que guardaestrechasrelaciones con las de Tenitlek por su composicién y caracteres de sus ele- (9) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 371 mentos; y, por ultimo, el paralelismo en direccién y buza- miento de las rocas de Bu-Hofra con las pizarras arcaicas de Ar-Rak, me llevan hoy 4 considerar este material como una potente capa de pizarra cristalina perfectamente comparable 4 las amfibdlicas sin mas que sustituir la hornblenda 6 la ac- tinota, por el didpsido, tanto mas, cuanto que describiré mas adelante alguna pizarra actinolitica de Ar-Rak que por su facies y riqueza en magnetita recuerda a la pizarra piroxé- nica de Bu-Hofra. La presencia de tan gran cantidad de magnetita en estos materiales, sobre todo en el piroxénico, no tiene nada de extrano si se recuerda que en este horizonte del arcaico apa- recen potentes masas de magnetita. A distancia de 30 a 40 m. de uno y otro lado de la gran capa de pizarra piroxénica de Bu-Hofra se presentan los gra- nitos perfectamente caracterizados. Es indudable, pues, que entre las pizarras cristalinas de Ar-Rak, y las piroxénicas y granulitas piroxénicas de Bu-Hofra, existe granito. Pizarras amf{ibolicas. Pizarra actinolitica.—Un solo ejemplar he recogido, que por la gran cantidad de magnetita que contiene, esta en inti- ma relacién con la pizarra piroxénica de Bu-Hofra. Es una roca muy negra y densa en la que 4 simple vista no se reco- noce mas que la magnetita y algunos granos de cuarzo. La magnetita forma la cuarta parte de la roca y esta en masas lenticulares esponjosas, totalmente soluble en acido clorhidrico, de las cuales derivan venillas de limonita que serpentean entre los demas elementos. La actinota forma también unas pequefias masas lenticulares de color verde muy claro, de aspecto granudo, que usando objetivos de al- gin poder se resuelven en un confuso agregado de fragmentos de prismas y agujas cuyas propiedades épticas son dificiles de estudiar por la sobreposicién en que se hallan, teniendo que elegir para ello los fragmentos mas largos colocados en el borde de la masa, y que penetran en la del cuarzo. En estos es posible reconocer, sobre todo con la placa de cuatro secto- res del Sr. Bertrand, que se extingue 4 muy pocos grados de su longitud, cuatro 4 seis 4 lo mas, que no son pleocrdicos, 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60y brillando entre los nicoles cruzados con los colores propios de estos amfiboles y que el sentido de su alargamiento es po- sitivo. Muestran alguna fractura normal 4 su longitud. En masa, presentan una polarizacién de agregado muy confusa y poco brillante. Las lentejillas de este mineral se agrupan alrededor de las de magnetita que viene 4a servirlas de cemento. El cuarzo es muy abundante, y constituye como los elementos anteriores, masas lenticulares de textura granulitica. La de esta roca, que se presenta francamente pizarrosa en el microscopio 4 causa de la disposicién que guardan sus ele- mentos, es mas compacta en masa por la gran cantidad de - magnetita que posee. Es una roca muy semejante 4 la de Bu- Hofra por la disposicién de sus elementos y aspecto exterior del material, siendo aquella sin embargo mas compacta, me- nos pizarrosa & simple vista, por la mucha magnetita que contiene. Pizarras amfibolico-micaceas.—Se distingue en ellas a sim- ple vista una parte verde oscura casi negra de otra blanca y mate; ambas constituyen pequefias masas lenticulares delga- das, agrupadas de tal modo que dan 4a la roca una textura es- tratéidea. En las porciones oscuras se ven de vez en cuando hojuelas de una mica verdoso-plateada. El microscopio revela que la porcién blanca esta consti- tuida por cuarzo granulitico que contiene gran abundancia de agujas y prismas de actinota, intimamente relacionada con la hornblenda. Los granillos de cuarzo son sumamente finos, hasta el punto de que el magma que constituyen cuan- do se observa con los nicoles cruzados, recuerda el de algu- nos microgranitos y granitofiros. En esta base de cuarzo finamente granitico, estan encerrados numerosos prismas y agujitas de actinota como verdaderas inclusiones, tan abun- dantes en algunos, que no dejan ver con claridad el cuarzo que los contiene. El aspecto de esta actinota es idéntico al de la pizarra actinolitica antes descrita, solo que en aquella esté mas triturada, no se presenta en agujas tan grandes, y la magnetita ha condensado 4 su alrededor en forma de ma- sas lenticulares y encerrado también en su masa los fragmen- tos de actinota. A pesar de la mejor conservacién de este mineral en Ja roca (61) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 373 que describo, casi ningun prisma presenta completa su ter- minacioén. La mayoria estan rotos y otros aparecen adelgaza- dos en sus extremos, mostrando de vez en cuando los que son mas largos, fracturas normales 4 su maximo desarrollo. Son incoloros cuando estan aislados y muy ligeramente verdosas las masas 4 qgue dan nacimiento agrupandose. No manifies- tan pleocroismo, y para determinar el momento de su extin- cidn con alguna seguridad, hay que usar la placa de cuatro sectores del Sr. Bertrand, 6 la sensible, 4 causa de estar em- potrados en el cuarzo. La porcién verde se resuelve en tres elementos cuando se la somete al acido sulftrico hirviendo. Una parte es descom- puesta por este reactivo, dejando escamas de silice de la mis- ma forma que las hojuelas del mineral y conteniendo su diso- lucién hierro y magnesia en abundancia; corresponden 4 la biotita. Otra parte no es atacada de un modo sensible y se diferencia en dos minerales, uno que ofrece el color, pleocrois- mo y esfoliaciones de la hornblenda, y otro amarillento ver- doso, sin pleocroismo y con los demas caracteres del talco. La hornblenda constituye por si sola la mitad de la porcién verde de la roca. Forma laminas y secciones de cristales de color verde amarillento. La mayoria sencillos, si bien se ve alguno que otro maclado, seguin la ley comtin 4 este mineral, por 100. Las secciones paralelas mas 6 menos exactamente 4 la base, tienen 4 la luz natural un color verde amarillento; su angulo plano obtuso posee valores que oscilan alrededor de 124°, y las trazas de las esfoliaciones prismaticas estan marca- das por granitos de cuarzo dispuestos segun estas direcciones, en series interrumpidas que dividen las laminas de hornblen- da en secciones romboidales. El pleocroismo de este mineral en estas secciones no es muy intenso, pues ofrece un color amarillo paja muy claro cuando la braquidiagonal coincide con el plano de vibracién del polarizador, y verde amarillento cuando laes normal; la polarizacién cromatica da colores rojo y verde intensos irisados en los bordes de las secciones crista- linas. Las de esta hornblenda, que son mas 6 menos normales a la base, se presentan igualmente constituidas de laminillas rectangulares algo redondeadas, dispuestas en series longi- tudinales, segun las trazas de una de las esfoliaciones pris- maticas, separadas también unas de otras por granillos de 374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) cuarzo. Esta adornada de un color verde amarillento en luz natural, que cambia en verde azulado cuando las trazas de la esfoliacién prismatica y el plano de vibracion del polarizador son paralelos, y en otro pajizo claro cuando son normales una a otra estas dos direcciones. Existen en mas abundancia que estas dos clases de secciones otras que se aproximan ya 4 un tipo, ya 4 otro de los indicados, y cuya distincién de la bio- _tita es 4 veces dificil. Este ultimo mineral es también de color verde amarillento y esta intimamente unido a la hornblenda de la cual se de- riva, por lo que no hay ninguna seccién de mica que tenga contornos regulares, y es dificil referir 4 la forma del mine- ral la posicién de los ejes de elasticidad, asi como las tintas de pleocroismo, siendo en muchos casos necesario acudir 4 la luz convergente, y, sobre todo, al empleo del acido sulftrico. El talco se reconoce bien en las preparaciones de esta roca por su color amarillento muy claro, falta de pleocroismo y po- larizacion cromatica formando aguas, con predominio del co- lor rojo. En algunos puntos estan asociadas diversas fibrillas constituyendo grupos radiales incompletos. Los cristales de granate se agrupan en pequefios nidos, ge- neralmente lenticulares en el sentido de la estratificacidén, es- tando incluidas la mayoria en el seno de la parte cuarzosa de la roca. Casi todos los granos tienen contornos poligonales irre- gulares mas 6 menos redondeados en la mayoria, pero que en unos pocos son exagonales, demostrando que el cristal es un rombododecaedro. Su color en luz natural es rojo muy palido y muestra gran relieve y superficie rugosa. Es rico en inclu- siones gaseosas irregulares que en algunos cristales grandes. estin agrupadas en el centro y suelen ir acompanadas de gra- nillos de magnetita; no he visto ninguna de cuarzo. No tiene indicios de la mas ligera alteracioén. En uno de ellos he visto iluminarse su zona periférica al hacer girar la preparacién entre los nicoles cruzados, permaneciendo el centro perfec- tamente extinguido; esto ultimo se verifica en todos los demas cristales de este mineral que he observado. Algtin que otro granate suelto se encuentra en la masa del cuarzo, pero son muy raros. La ilmenita y su derivado el leucoxeno, constituyen peque- flas masas irregulares esparcidas por la roca, y el rutilo suele (63) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 375 ir asociado 4 ellas en forma de granos y masas irregulares, mostrando las mayores de estas, grietas separadas y grandes, paralelas entre si y al sentido de su longitud, segun las cuales tiene lugar la extincién. El color de este mineral es amarillo de miel un poco rojizo con fuerte relieve sin pleocroismo, y una polarizacién cromatica bastante viva y rica, sobre todo en los rojos. Pizarras amfibdlico-epiddticas.— Estas rocas del Ar-Rak son muy cuarciferas, tienen algun feldespato, y su hornblenda po- see ese tono azulado tan caracteristico de estos materiales ar- caicos. Su estructura es mas francamente pizarrosa que las del tipo anterior, y varian bastante unos ejemplares de otros por la riqueza y frescura de su feldespato, mayor 6 menor canti- dad de epidota, aunque siempre bastante, y presencia 6 au- sencia de rutilo. Es la roca dominante en este horizonte. Son de un color verde muy oscuro, pizarroso-granudas, y en todas se distingue bien 4 simple vista la hornblenda por su color y esfoliaciones, y 4 veces laporcién feldespatico-cuarzosa. El mayor numero de las secciones de amfibol, que es el ele- mento dominante, estan dadas en el sentido de su longitud y casi ninguna conserva la terminacion del cristal; todas poseen estrias gruesas de esfoliacién prismatica paralelas a su longi- tud, y encierran granos del cuarzo que las rodea. Las seccio- nes paralelas 4 la base, que son rombales, tienen rotos los vér- tices agudos de estos rombos, y los contornos de tudas ellas estan frecuentemente interrumpidos por los granos de cuarzo que desde el exterior penetran mas 6 menos en los cristales del amfibol, contribuyendo con los que encierra en su interior & darle un aspecto careado 6 escoriaceo. Su pleocroismo es muy fuerte, siendo: Mg == verde bastante azulado Nm = verde intenso My — amarillo claro verdoso. Las extinciones medidas en este amfibol han oscilado entre 12° y 22°, siendo la mayoria de 16°. Casi todos estos cristales son sencillos, pero no deja de verse alguno que otro maclado segiin 100. Su polarizacién cromatica es fuerte, dominando las tintas azulado-verdosas y amarillas. Pobre en inclusiones, no encierra mas que los granos de cuarzo antes citados, alguna 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) gaseosa y laminillas de hematites. Derivadas del amfibol éin- timamente unidas 4 él se encuentran laminillas de clorita y aun de biotita parduzca. Prismas de actinota con todos los ca- racteres de la que forma parte de las pizarras actinoliticas y amfibdélico-micaceas antes descritas, se unen 4 veces a la horn- blenda. Con respecto 4 su riqueza en feldespatos, estas rocas ofrecen una serie completa que comienza por un extremo en una pi- zarra amfibdlica, rica en plagioclasa, y por tanto mas pobre en silice libre, de microestructura granuda, que debe refe- rirse mas bien 4 una diorita labradérica pizarrosa y algo cuar- cifera, y concluye por el otro extremo en una pizarra amfibdé- lica muy acida, muy rica en cuarzo granulitico, de textura estratoidea, una verdadera amfibolita. En las primeras, el fel- despato, que es un labrador, se conserva muy fresco, al paso que en las segundas el poco que queda esta tan alterado, que es dificil asegurar 4 qué especie pertenece. Las reacciones microquimicas de los granillos aislados de este mineral, muestran que es sddico-calcico, y sus facies y angulos de extincién, que pertenece al labrador. La mayoria de sus maclas son polisintéticas, aunque hay algunas senci- llas, y todas se realizan siguiendo la ley de la albita; no he observado ninguna segitin otra ley. El cuarzo es mas 6 menos abundante, granulitico sobre todo en las rocas muy acidas, y contiene inclusiones gaseosas y li- quidas; laminillas de hierro rojo existen en los puntos de se- paracién de unos granos y otros, y también 4 veces en su in- terior. En todas estas rocas abunda una epidota incolora casi siem- pre, apenas tefida de amarillo muy claro en algun que otro grano, que posee un fuerte relieve, superficie muy rugosa y una polarizacién cromatica intensa, sobre todo en los colores rojo y naranja, colores que son de una gran transparencia y forman un contraste muy vivo con el blanco puro 6 ligera- mente amarillento del cuarzo inmediato. Por todos estos ca- racteres se debe clasificar este mineral entre la epidota, aun- que la mayor parte de las veces esta constituyendo acumula- ciones de granos ya muy menudos ya mas gruesos; alguna forma prismas acanalados de gran relieve é intensa y trans- parente polarizacion cromatica, y que se extinguen totalmente (65) Quiroga.—oBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 37 segun su longitud. Hay granos que muestran su pleocroismo caracteristico, y aun 4 veces en el seno de un cristal que no lo manifiesta se percibe algvin punto en que se ofrece este fe- nomeno. Es muy rico en inclusiones gaseosas y liquidas. Es e] zircdn en estas rocas bastante escaso, y no presenta nada que sea digno de notarse. Constituye, como siempre, pe- quenos granos prismaticos redondeados, débilmente colorea- dos de amarillo, sin pleocroismo, extinguiéndose en el sentido de su longitud y con fuerte birefringencia. La magnetita esta sustituida casi en su totalidad por la il- menita, que en algunas de estas rocas va intimamente asocia- da al rutilo. Este mineral se presenta 4 veces bajo forma de grandes cristales incompletos, fragmentados irregularmente, que ofrecen hendiduras obscuras y rectilineas de esfoliacién, paralelamente a los cuales se extinguen; su color es amarillo parduzco. Con mucha frecuencia esta maclado segiin 112, constituyendo maclas sencillas 6 cuando mas de tres indivi- duos, tendiendo 4 originar una agrupacién centrada. En uno de los grandes individuos de rutilo he visto unas agujas rec- tas muy finas que parecen negras, las mas largas son parale- las al eje vertical, y las otras hacen con ellas un angulo de 55° y briilan entre los nicoles cuando el cristal esta extinguido segun las primeras. _ Pizarras micdceas.—Son muy escasas y conservan aun mu- cha facies granitica, pues dentro de su estructura pizarrosa son eminentemente granudas y sumamente ricas en cuarzo que domina con mucho 4 la mica, caracter que tienen de co- mun con las rocas inferiores. A simple vista se advierte ya que contiene dos micas, siendo la dominante plateada, que el mi- croscopio demuestra pertenece al grupo de las moscovitas, y la otra, sumamente escasa, se la ve 4 simple vista bajo forma de pajitas negras que en la seccién delgada de esta roca apa- recen como laminillas esporadicas de biotita parda, & veces opaca por alteracién. El cuarzo es en unos puntos mas granitico que granulitico, y en otros al revés, y siempre poseen sus individuos un tama- flo intermedio al que es propio de cada una de estas dos for- mas de la silice anhidra. Es rico en finas series de pequefias inclusiones fluidas que se cruzan en todos sentidos y pasan de unos granos a otros. Aunque muy escasamente, se ven perdi- 378 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) dos entre los individuos de este elemento otros de feldespato, asi érthico como andrthico, presencia, la de este ultimo, que establece una diferencia entre el material que describo y los gneis descritos antes. En las secciones delgadas no se percibe con el microscopio la estructura pizarrosa de la roca, gracias 4 su textura gra- nuda y 4 la escasez de mica. PALEOZOICO. A nuestra ida desde Rio de Oro hasta el N. del Adrar et- Tmarr, y en los limites de la regién de Tisnik con la del Tiris, caminamos durante una 6 dos horas de la mafiana del 28 de Junio por un conjunto de cuarcitas grises, pizarras obscuras mas 6 menos siliceas y calizas sacardideas claras, concordan- tes entre si, cuya direccién oscilaba pocos grados alrededor de la linea N.-S.; casi verticales, pero con un ligero buzamiento que variaba entre el O. y el NO., segun las inflexiones de las capas antedichas. A nuestro regreso 4 la costa, volvimos & cruzar estos mismos materiales con caracteres idénticos 4 los atravesados durante la ida, solo que su espesor era mucho mayor, puesto que estuvimos andando por este sistema du- rante las dos jornadas del 18 de Julio, & pocas horas de haber salido de Aussert, y gran parte de la primera jornada del 19, y aunque no caminabamos normalmente 4 la direccién de los estratos, lo haciamos bajo un angulo préximamente igual al de la ida. Los bancos de caliza dominaban en la parte supe- rior del sistema. La facies de este complejo de materiales me hizo colocarlo inmediatamente en el grupo paleozoico; pero como no hallé fosiles, no me ha sido dado determinar el sistema 4 que perte- nece, y por lo tanto corroborar la clasificacién hecha exclusi- vamente en vista de los caracteres litolégicos. En el mapa se ha exagerado un poco este grupo, sobre todo la porcién N., y le he puesto la inicial del sistema siltrico, aunque con duda, porque me produjo la impresién de ser un miembro muy viejo del paleozoico, que presenta bastantes trazos de la facies general del de Argel que describe M. A. Po- (7) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 379 mel (1), faltando en absoluto las pudingas, areniscas y arci- llas que se hallan en el devénico y carbonifero de aquella re- gién y sus colindantes, segtin el mismo gedlogo. PRIOCENC: En las primeras noticias que publiqué acerca de nuestro viaje por el desierto bajo la impresién que me habian produ- cido los materiales de la costa de Africa, los consideré como terciarios marinos muy modernos, miocenos superiores 6 plio- cenos. Contribuyé también 4 que yo emitiese esta opinidn la que oi 4 los Sres. Macpherson, Mallada, etc., al ver los ejem-— plares que yo habia recogido. Después la lectura del intere- sante opusculo de M. Pomel titulado Ze Sahara, y especial- mente la extensiédn que este ilustre gedlogo da 4 lo que él llama terrain de transport subatiantique et plages émergées (pa- ginas 50 y 91), una de las formas de los depésitos cuaternarios en Africa, que lo hace llegar 4 Tanger, Mazagan, Saffi y hasta Cabo Blanco, me hicieron asignar en la primera parte de este trabajo 4 estos depdsitos marinos costeros la misma edad que 4 los terrestres evidentemente cuaternarios que los cubren, comenzando en Teguextemt para terminar sobre las pizarras cristalinas de Ar-Rak. En el tiempo que ha mediado entre la publicacién del se- gundo y tercer cuaderno del tomo actual de estos Anales, el Sr. Mallada ha tenido la bondad de examinar mas detenida- mente los ejemplares que traje de Rio de Oro y costa del Sa- hara occidental, y entre ellos ha reconocido tres especies de Ostreas, la edulis, crassisima y Princeps, y moldes de Gytherea, Tellina, Conus y Turritella, y en mi poder tengo, ademas, al- guno de Pectunculus y un Balanus. La opinion del Sr. Mallada es que estos fésiles corresponden indudablemente 4 la parte superior del mioceno 6 al plioceno, siendo los estratos que los encierran enteramente comparables 4 los que constituyen el mioceno marino de las provincias del levante y mediodia de nuestra Peninsula, cuyas calizas ricas en fésiles se confunden (1) Ze Sahara, pag. 27. Argel, 1872. 330 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) enteramente con las que yo he traido de Africa. Del mismo parecer que el Sr. Mallada son los Sres. Egozcue y Gonzalo y Tarin. De acuerdo, pues, con la autorizada opinién de estos gedlo- gos, vuelvo 4 mi primer modo de pensar, y considero las cali- zas fosiliferas marinas que se extienden desde la costa hasta el pozo Teguextemt, y entre Rio de Oro y Cabo Bojador como pliocenas. Donde mejor se pueden estudiar estos materiales es en la peninsula de Rio de Oro, porque en la costa africana sufrie- ron una intensa denudacién que ha reducido mucho su es- pesor. : En la primer localidad tienen un espesor de 6 47 m., son de color blanco anteado y ligeramente rojizo otros ejemplares, asperas al tacto y constituidas en su mayoria por un conglo- merado de moldes de moluscos, acompafiados de granos y pe- quefios cantos redondeados de cuarzo. Tratadas por los acidos, dejan un residuo variable de arcilla, copos de silice y arena. Hay algunos puntos en los bancos de esta roca en que escasean los fésiles, y aun llegan a desaparecer por completo, hacién- dose compacta, aunque sin perder su textura, algo granuda y aspereza al tacto, causadas una y otra por las arenas cuarzosas que contiene. En las secciones delgadas de este material se reconoce con el microscopio, ademas de la presencia de gra- nillos de cuarzo hialino con sus inclusiones caracteristicas, pequefios fragmentos de conchas fosiles triturados y desgasta- dos por rozamiento, y masas pequenas esféricas glauconiferas, que acaso pertenezcan a foraminiferos, aunque no he visto con Claridad en ninguna de ellas camaras ni poros superficia- les que recuerdan por su forma las Ordu/inas, tan abundantes en el plioceno. La caliza que cementa todo esto, no presenta con claridad sus esfoliaciones propias, ni es transparente, sino por el contrario es irregularmente turbia, y cuando se la disuelve con-los acidos en el mismo porta-objeto, deja como residuo unos copos que fijan muy bien la fuchsina, por cuya raz0On los refiero 4 la s¢lice hidratada. Estan, pues, estas cali- zas penetradas de silice por capilaridad, silice que ha debido llegar 4 ellas en estado de disolucidén. En Rio de Oro estas calizas pliocenas estan inclinadas hacia la bahia, en cuya costa se levantan 4 7 m. sobre el nivel del (69) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 381 ‘ mar, mientras que en la del Atlantico llegan hasta unos 30 metros en Tarf ’Eserak—Punta Azul de los Canarios—y 4 20 como nivel medio. En realidad, estan constituidas por moldes de fdsiles, entre los que el Sr. Mallada ha reconocido los de Cytherea, Pectun- culus, Tellina, Conus, Turritella y Balanus; pero en algunos sitios se cargan de ostras de tal modo, que excluyen los otros fésiles y constituyen verdaderos bancos de este molusco, en los que predomina la O. edulis, acompafandola algunos indi- viduos de la O. crassisima y de la O. Princeps, segun las deter- minaciones del Sr. Mallada. -Haciéndose cuarciferos, 4 la par que desaparecen los fosiles, pasan insensiblemente estos estratos calizos por su parte in- ferior, 4 unas areniscas amarillentas de poca coherencia, en las que nunca falta en absoluto el carbonato calcico; en Rio de Oro son los materiales que estan en contacto inmediato del agua en la bajamar. En algunos sitios estan atravesadas por cilindros, unos macizos y otros huecos, mas coherentes que la roca que los rodea por ser mas ricos en caliza; dirfase que son conductos por donde han circulado aguas cargadas de bicar- bonato calcico. Al ser tratadas por los acidos se disuelve el cemento calizo, y queda un residuo formado de granitos re- dondeados de cuarzo hialino y unos copos de silice hidratada. Estas areniscas parecen concordantes con las calizas supe- riores. Para observar estas areniscas en todo su desarrollo, asi como los materiales que vienen debajo, es necesario trasladarse al otro lado de la bahia en la costa del continente africano. En el sitio llamado Huzssi Aissa 6 Pocito de Jesiis, la costa forma unos escarpes cuya altura sobre el mar varia entre 45 y 50 m. La parte superior esta constituida por la caliza de Rio de Oro con un espesor de 0,5 4 1 m. Debajo se presenta la arenisca que indiqué antes, amarillenta y mas rica en carbonato cal- cico en la proximidad de las calizas, se va haciendo mas roja y perdiendo caliza conforme baja en su nivel; en la parte me- dia alcanza el maximum de coloracién amarillento-rojiza y esta atravesada en algunos sitios por canutillos, cilindros, planchas, masas estalactitiformes de areniscas sumamente ricas en limonita, que son, a mi juicio, testimonio irrecusable de que alli ha tenido lugar una poderosa accién geiseriana 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 70) ferruginosa. Hay puntos en que el viento se ha llevado los granos de silice no cementados por limonita, dejando al des- cubierto un esqueleto de arenisca ferruginosa, cuyas partes tienen todas las formas y direcciones posibles, siendo en unos lados huecas y en otros macizas, y revelando que la circula-- cién de las aguas ferruginosas no fué tan solo capilar, sino que tuvo lugar preferentemente por conductos, grietas, etc., de laroca. Tratadas por los acidos las secciones delgadas de estas areniscas ferruginosas, apenas dan indicios de caliza, pierden hierro, pero no llega 4 desaparecer todo el pigmento ferru- ginoso ni aun estando veinticuatro horas en agua regia, ni tampoco se disgregan porque el cemento es siliceo y de as- pecto cuarcifero no calcedonioso. Conforme bajan de nivel, estas areniscas pierden hierro a la par que coherencia, llegando a ser enteramente blancas, para hacerse verdes mas abajo, merced 4a la interposicion irregular de una sustancia de aquel color, perteneciente a la glauconita por todos sus caracteres fisicos y quimicos. Esta masa de are- niscas tiene en Huissi Aissa un espesor de 25 4 30 m., y pasa por debajo insensiblemente por pérdida del cuarzo, 4 unas margas verde-azuladas de 6U 8m. de potencia, que llegan hasta el nivel del mar y estan cruzadas en todos sentidos por venas de yeso fibroso. Disuelta la caliza de estas margas por los acidos diluidos queda sobre el depésito arcilloso otro for- mado de copos blanquecinos de silice hidratada. Esta parte de la costa del Africa occidental esta formada por un complejo, que he visto extenderse hasta Cabo Boja- dor, de calizas superiores evidentemente pliocenas, arenis- cas medias y margas inferiores, concordantes entre si y hori- zontales, al menos por lo que se puede observar en los escar- pes de la costa; elementos litoldgicos que pasan insensible- mente unos a otros, pues que las margas van adquiriendo granos de cuarzo poco a poco hasta que se transforman en las areniscas verdes, que lentamente 4 su vez pierden la glauco- nita, cambiandola por limonita, transformandose en las are- niscas ferruginosas centrales; la pérdida de hierro y cemento siliceo que estas experimentan y aumento de caliza, las con- vierte finalmente en las calizas que coronan las costas de esta regidn de Africa, cuya estructura esta representada en la figu- ral.’ Corle geologico de la peninsula de Rio de Oro y costa de (71) Quiroga. —OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 383 Africa de la lamina que acompafia 4 mis Apuntes de un viaje por el Sahara occidental (1). Esta concordancia y paso insensible de unos materiales 4 otros, lleva naturalmente 4 considerarlos como un todo ho- mog‘éneo perteneciente al mismo periodo geolégico, al plioce- no. Ademas, en el horizonte de las areniscas ferruginosas en Huissi Aissa, existe gran cantidad de restos de troncos vege- tales, muchos de tamafio considerable, como el que yo he traido, que mide 0",80 < 0°,76, fosilizados por la silice, se- gun demuestran las secciones delgadas que he preparado; troncos que, al menos el recogido por mi, pertenecen 4 vege- tales muy proximos 4 las leguminosas del grupo de las Caesal- pineas, segtin la autorizada opinién del sabio paleofitdlogo profesor doctor A. Schenk, de Leipzig, que ha tenido la bon- dad de estudiar un fragmento del que yo recogi, denominan- dolo Caesalpiniozylon Quirogoanum, que, segun me decia en su ultima carta, describiraé muy en breve juntamente con otros vegetales fésiles también africanos. La existencia de semejantes fdésiles en estas areniscas da al conjunto de estos depdsitos una estrecha semejanza con los estudiados por el Sr. Thomas en Tunez, y que este gedlogo re- fiere al plioceno (2). En efecto, en Uad Manura, como en Huissi Aissa, la base de esta formacién la constituyen margas yesi- feras que contienen balanus y O. crassisima en Tunez, mientras que en las de la costa del Sahara occidental yo no he hallado fosil alguno, sobre las cuales yacen areniscas ferruginosas que poseen diseminados en todas direcciones troncos vegetales fosilizados por la silice y el hierro, este en menor cantidad que aquel, segun las investigaciones del Sr. Fliche (3) sobre los fésiles de Tunez, que concuerdan con las mias sobre los de Huissi Aissa. En estos, la silice forma esferolitas incompletas, todas de caracter positivo, por lo que la considero mas como cuarzo que como calcedonia. Las esferolitas mas perfectas estan en los vasos y algunas tienen su centro en la pared de ellos. (1) AN. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NaT., xv, 1886. (2) Note sur la géologie de la formation pliocene & troncs @arbres silicifics de la Tuni- sie.—Compt. rend., 1888, ler octobre, 567. (3) Sur les bois silicifiés de la Tunisie et de V Algerie.—Compt. rend., 1888, ler octo- bre, 569. : 384 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72) Los caracteres litol6gicos que el Sr. Bleicher (1) reconoce en los materiales que contienen los lefios fésiles de Tunez y Ar- gelia son los mismos que yo he visto en los de la costa occi- dental del Sahara, con la unica diferencia de que yono he ha- llado la mica calcica blanca que, segun M. Bleicher, contienen los de las costas argelina y tunecina. En todos los demas ca- racteres, la analogia de los materiales de una y otra region es tan grande, que llega a ser identidad. Estoy también de acuerdo con el Sr. Bleicher en que el modo de fosilizacién de estas maderas ha sido una sustitucién lenta de la materia or- ganica por la silice hidratada y el hierro que aguas artesianas traian en disolucién. Estas aguas circulaban por el seno de las rocas impregnandolas de silice y hierro, no solo por capi- laridad, sino también por conductos, grietas y superficies de las mismas rocas, constituyendo las areniscas cuarciferas de cemento siliceo-ferruginoso estalactitiformes que se hallan en el seno de las menos coherentes y ferruginosas con ce- mento calizo, que contienen, sin embargo, silice infiltrada. Esta silice podra tener un origen geiseriano, profundo, 6 por el contrario, haber sido tomada por el agua en los terrenos inferiores al plioceno. En resumen, el plioceno de la costa del Sahara occidental esta constituido como sigue: 3.° Calizas marinas amarillentas 6 rojizas, cuarciferas, pe- netradas de silice hidratada, con O. edulis, crassisi- ma y Princeps, Balanus, Orbulinas, moldes de Cythe- ret, Tellina, Pectunculus, Turritella y Conus. 2.° Areniscas cuarzosas de cemento calizo, impregnadas: de silice hidratada ferruginosa, que en algunos si- tios constituye un cemento abundante y da mucha consistencia 4 la roca, con maderas silicificadas es- parcidas en desorden. La parte mas inferior de estas areniscas la constituyen verdaderas glauconias, y pasan 4 las margas inferiores. Por su parte superior se convierten insensiblemente en las calizas ante- riores con las cuales concuerdan. (1) Recherches lithologigucs sur la formation & bois silicifés de la Tunisie et d’Alge- rvie.—Compt. rend., 1888, ler octobre, 572. 6 (73) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 385 1.°. Margas azulado-verdosas, concordantes con los miem- bros anteriores, yesiferas é impregnadas de hidrato silicico. El profesor Sr. de Zittel considera las formaciones de la selva fosil de Gebel, Achmar y el Cairo, pertenecientes al mio- ceno (1). De todos modos, y sea cualquiera la edad de estos depésitos, esta demostrado que una formacion costera, fluvio- marina, particularmente caracterizada por encerrar en su seno maderas silicificadas, se extiende por todo el litoral del Africa septentrional desde Egipto 4 Cabo Blanco, sufriendo tan solo ligeras interrupciones en algunos puntos de la costa. Comenzaron en esta regidn durante aquel periodo una serie de sumersiones y emersiones de la costa que en absoluto no han concluido todavia, puesto que después de emergidos los materiales pliocenos coronados por las calizas marinas, su- frieron roturas en la direccién NNE.-SSO., una de las cuales constituye la bahia de Rio de Oro, cuya peninsula estuvo su- mergida en el fondo de los mares, mientras en el continente vecino eran intensamente denudadas las calizas, gracias a un abundante régimen fiuviatil, bien contrario 4 las condi- ciones climatolégicas de aquella comarca actualmente, se depositaba durante la época cuaternaria el espeso manto de arenas que indudablemente cubrio el Sahara y que hoy esta siendo destruido merced a la sequedad de aquella atmésfera y constancia de sus vientos. En el centro de la peninsula de Rio de Oro he recogido calizas pliocenas perforadas por mo- luscos, en cuyos agujeros quedan restos de Serpulas muy re- cientes. CUATERNARIO. En las inmediaciones de Teguextemt, encima de la caliza marina, hallanse, conforme se sube hacia el interior, unas areniscas blancas muy incoherentes, mas que las inferiores a la caliza, concordantes con estratos calizos interpuestos for- (1) Beitr. Geol. u. Pal. der libyschen Wiitste etc., pag. 132. (Palaentographica, 39, Band. Cassel, 1883 ) ANALES DE HIST. NAT. — XVIII. 5) pa 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) mados de granos de cuarzo muy menudos y abundantes ce- mentados por una caliza arcillosa, casi una marga y toda esta masa cuajada de //eliz, cuyas conchas estan rellenas también de la roca que las contiene. Las areniscas que yacen inmedia- tamente debajo de estas calizas con Heliz y que alcanzan hasta 15 6 20 m. de espesor, pasan insensiblemente 4 las cali- zas dichas, enriqueciéndose paulatinamente en caliza margo- sa, que cementa los granillos redondeados de la silice de las areniscas. Estas calizas tienen 446m. de potencia, y en al- gunos puntos se transforman en un conglomerado cuarcifero, porque los granillos de esta sustancia se convierten en cantos de diversas variedades de silice, entre los cuales dominan los de facies calcedoniosa, a veces concrecionadas y de color me- lado rojizo uniforme, sumamente bello. Las preparaciones que para el microscopio he hecho de uno de estos, lo muestran for- mado de grandes y bellas esferolitas silfceas, solamente per- ceptibles en luz polarizada que presentan entre los nicoles cruzados una cruz negra cuyas ramas coinciden con los planos de vibracién de los prismas, y que estudiadas con un cuarzo sensible ofrecen un caracter positivo bien marcado que las separa completamente de la verdadera calcedonia, segun las investigaciones del profesor Sr. Mallard, para llevarla al cuar. zo propiamente dicho, 6 anhidrico silicico. Es el mismo carac- ter que tiene la silice que fosiliza los troncos vegetales de Huissi Aissa. Las arenas que acarrea el viento se llevan el cemento mar- goso del conglomerado, dejando sueltos los cantos siliceos en la superficie del suelo, y en la misma posiciédn que ocupa- ban dentro de la roca. Gracias a semejante procedimiento erosivo, se reconoce que estos manchones de conglome- rado tienen forma redondeada, y 6 8 m. de diametro cuan- do mas. Estas calizas se disgregan 4 mi juicio por los cambios brus- cos de temperatura propios de la regién, en casquetes esféri- cos, & veces muy delgados, papiracecs, dejando en su centro una bola. En esta forma de fragmentacion natural, debe in- fluir la condicién margosa de la roca. La erosién del viento da origen 4 unos pilotes de 1 m. de altura, algunos bastante deleados, y que con frecuencia son cavernosos por la caida de los cantos de cuarzo que contenian. Son estas calizas de (%) Quiroga.—oBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 387 un color amarillo herrumbroso, a veces chocolate, y mas oscu- ras, casi negras. Esta alternancia de calizas con feliz y areniscas blancas incoherentes, ocupa la mitad oriental de la regién del Guer- guer, la de L’Aatf y una parte del Ar-Rak, hasta colocarse encima de las pizarras cristalinas de esta regién, alcanzando una altura de 160 m. sobre el nivel del mar, y una extensién de 65 km. 4 contar desde la costa. Depositos cuaternarios de las mismas condiciones litolégi- cas y paleontolégicas que este se hallan en las provincias me- ridionales de nuestra peninsula, seguin me ha indicado el Sr. Gonzalo y Tarin. Mas caracteristica del Sahara que estas formaciones, son los barros salado-yesiferos de las sebkjas, depdsitos que he tenido ocasién de ver durante nuestro viaje, en la célebre sebkja de Ydyil, la salina mas importante del desierto occi- dental, en los pozos Aglau, y aun también, aunque con mu- cho menor desarrollo, al S. de pozos Dumus. La sebkja de Ydyil situada en el limite N. del Adrar et- Tmarr es una depresidn del granito que esta 4 150 m. sobre el nivel del mar, cuyo lado occidental sube rapidamente hasta los 300 elevandose suavemente por el oriental 4 Hassi El Auiy 4 180 m., y Hasi Derk y el N. del Adrar et-Tmarr, levantan- dose poco 4 poco el terreno por este lado a la altura general de la meseta, es decir, de 300 4 350 m. La sebkja dista unos 370 km. de la costa. Es de forma préximamente eljptica y su eje mayor, que esta orientado NE.-SO., mide unos 30 km. mientras que el menor no pasa de 8. Esté completamente seca en verano y cubierta de una costra blanca de sal de 5 mm. de espesor, producida por la evaporacién de la disolucién salina que sube por capilaridad 4 la superficie del suelo; al andar por ella se rompe la costra salina produciendo un ruido analogo al de vajilla rota. Debajo de ‘la costra exterior hay arciila gris azulada impregnada de solucién de sal que a 1 dm. escaso de la superficie esta completamente hecha barro; yo introduje desde la superficie la baqueta de una ter- cerola Winchester sin encontrar obstéculo alguno. Cuando ha llovido recientemente dicen que la sebkja no se puede atravesar porque constituye un fangal cubierto de una capa de agua de mas 6 menos espesor. A través del barro sa- 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76). lado de la sebkja se ven asomar frecuentes lapas de granito. Con gran sentimiento mio no puedo decir nada acerca de su estructura, porque los moros que fueron 4 ensefarnosla nos pasearon durante una tarde al comandante Sr. Cervera, jefe de la expedicién, al Hach L’Ajdary 4 mi por toda ella, sin que hubiera medio de que acertasen con los puntos donde se arranca la sal. Al entrar en la sebkja por el lado del pozo El Auiy vimos en el suelo unas cuantas losas de esta sustancia que median 0,80 m. de largo por 0,20 m. de ancho, teniendo el grueso del espesor de la capa unos 0,07 m. Es incolora, bas- tante transparente porel medio de las capas y grisacea en las salbandas 4 causa de laarcilla que contiene. Su textura es gruesamente laminar, y en su disolucién se reconoce la pre- sencia de una proporcion notable de yeso y ligeros indicios de magnesio. El Sr. Vincent asegura (1) que la sal esta dispuesta en el seno de la arcilla en 4 capas horizontales de espesor va- riable entre 5 y 20 cm. En el barro de la sebkja de Ydyil no he visto cristales de yeso ni aun después de seco, estando en cambio cuajado de cristalillos de sal comtin. Es probable que los depdsitos de yeso en esta salina sean los mas inferiores por ser la sal menos soluble. Ya he dicho que el borde oriental de la sebkja en cuestién se eleva paulatinamente 4 Huissi El Auiy, Hassi Derk, Dyebel Ydyil para alcanzar las alturas de 300 m. propias de la meseta central. Pero el occidental es mas abrupto y existe en él una serie de médanos de 10 & 12m. de alto que cubren el borde de la salina y estan orientados paralelamente 4 ella. La salina de Ydyil pertenece 4 un moro de la tribu de los Yahya-u-Aozman, quien autoriza para extraer sal a todo el que se presente con un pico y le dé una losa de 0,80 m. por 0,20 m. y del grueso de la capa—las que yo he visto tie- nen 0,07—por cada siete que corte. Las seis restantes cons- tituyen la carga de un camello. Esta sal se exporta para el alto Sudan y su principal mercado esta en Xinguit y llevan tam- bién bastante 4 Timbuctu. En el primero de estos mercados compran una negra joven y bien formada por 14 6 16 losas de (1) Voyage dans VAdrar et retour & Saint-Louis.—(Le Tour du Monde, 1861.) (7 Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 389 sal; un negro joven y robusto por 10 6 12, y una nifade6a8 anos por 4 66. Los del pais no la usan para nada porque su ali- mento casi exclusivo es la leche de camella; cualquier otra cosa que coman la toman sin sal. Los pozos Aglau, en numero de 23, estan abiertos en un suelo arcilloso, asentado igualmente sobre granito, y cubierto de cristales blancos de 0,5 41 cm. de largo de yeso en fiecha, eflorescidos gracias a la falta casi absoluta de vapor de agua en aquella atmosfera. El caracter salobre de las aguas de estos pozos, que las inca- pacita para ser bebidas ni aun por los camellos, lo deben a las sales, especialmente al yeso, que toman de las arcillas. | ALS. de pozos Dumus existen también sobre el granito de- positos arcillosos de poco espesor, en los cuales no he visto cristales de sal ni de yeso, formados por el cieno arrastrado por las aguas que afluyen alli de los alrededores. Estan ro- deados de tarajales. El proceso de formacidén de las sebkjas, que comenzé en los tiempos cuaternarios, continua hoy en las mismas condicio- nes, y es una de tantas buenas pruebas como hay en el Sahara, contra la opinién de los que pensaron en una sumerb- sidn de esta comarca durante la época cuaternaria. Ocupando siempre las sebkjas los fondos de las depresiones, las partes mas bajas que en ellas existen, es evidente que aellas afluyen las corrientes temporales de agua, llevando la arcilla produ- cida en la alteracién de los silicatos aluminosos y la sal co- mun que ha tomado de las rocas por donde pasa, puesto que el cloruro sddico existe en todas ellas. La sal comun de las sebkjas es, pues, el resultado de una lixiviacién de las rocas de aquellas comarcas, operada por pequena cantidad de agua que se satura pronto de sales y durante un espacio de tiempo inmenso. Si alguna vez hubiesen estado las sebkjas bajo el mar 6 sometidas 4 un régimen de lluvia abundante, habrian desaparecido. Desde el momento en que en una sebkja se forme una costra salina algo gruesa, como sucede en la de Ydyil, no puede perder toda su agua por evaporacion, y queda su interior en admirables condiciones para que se realice en su seno, no solo la concentracién y cristalizacién de las sales por orden de solubilidades, sino también las reacciones qui- micas consiguientes entre ellas. El yeso debe proceder del 390. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (78) que juntamente con caliza forma, segtin el Sr. Rolland (1), el cemento de los aluviones de arenas cuarzosas que cubren el suelo de esta parte de Africa. DEPOSITOS ACTUALES. A mas de los de las sebkjas pertenecen 4 este periodo los depdsitos de arenas que cubren casi toda la superficie del suelo recorrido por la expedicién espanola. Estas arenas forman montecillos hasta de 0,5 m. de alto, asentados unas veces sobre la roca desnuda de cualquier for- macion que sea, y otras sobre un manto de arena que cubre los materiales infrayacentes. Estos montoncitos estan orien- tados siempre, sin excepcidn alguna, de NE. a SO., y por tanto deben su origen 4 los vientos dominantes en aquella region. Los granos de cuarzo que los constituye, tienen sus aristas redondeadas y son de tamafio variable desde 0,5 mm. hasta 36 4 cuando mas. Algunos conservan en ciertos sitios una costra blanquecina que se disuelve con efervescencia en los acidos diluidos y parece ser resto del cemento calizo que aglomeraba aquellos granos. Estas arenas son el producto de la disgregacién y acarreo por el viento de areniscas incohe- rentes, probablemente idénticas 4 las que todavia existen interestratificadas con las calizas margosas con Heliz en el Guerguer y L’Aatf y de la misma época, que debieron cubrir extensas superficies del Sahara septentrional. La expedicién espafiola no atraveséd més médanos que los que he indicado existen sobre la margen occidental de la sebkja de Ydyil; médanos de 8 4 10 m. de alto, orienta- dos NE.-SO. y constituidos exclusivamente por una arena cuarzosa, de grano uniforme y muy redondo, que no conserva ya costra alguna, y tiene por tanto el caracter de haber ro- dado mucho mas que las arenas anteriores. El origen de estos médanos es exclusivamente eoliano, y las arenas que los constituyen se desprendieron de sus primitivas areniscas hace mucho mas tiempo que las anteriormente indicadas. (1) Hidrographie et Orographie du Sahara algérien.—Bull. de la Soc. de Géogr., 2. se- rie, 2.° trimestre, 1886, pag. 211, nota. (79) Quiroga.—OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 391 Durante la época cuaternaria, el Sahara occidental, lo mis- mo que todas las otras regiones del gran desierto, fueron elasiento de un intenso fendmeno aluvial que supone un ré- gimen de lluvias abundantes y frecuentes, durante el que se depositaron en toda su superficie areniscas incoherentes de las que son restos las de L’Aatf y Guerguer, al cual ha suce- dido en la época actual un extremo de sequedad en el que los vientos estan destruyendo los depdsitos fluviales anteriores. En el istmo que une la peninsula de Rio de Oro al conti- nente, existen colinas de 20 m. de alto coronadas por un de- posito de arenas sueltas ricas en restos de moluscos, idénticos & los que actualmente viven en aquellos mares, y entre los que abundan sobre todo valvas del género Arca. Estas arenas descansan inmediatamente sobre las calizas pliocenas y son una prueba bien clara de que aquella peninsula ha estado su- mergida en los mares actuales hasta tiempos muy recientes. Explicacién de las laminas. Acerca de la lAmina V, que es un croquis geolégico de la parte del Sahara occidental que atraves6é la comisién espafio- la, no tengo que afiadir a lo dicho en el texto, sino que el bos- quejo geografico que ha servido de base esta hecho por el jefe de la expedicién, comandante Sr. Cervera, quien efectud las observaciones astronémicas en los lugares que se indican en el Croguis y en algunos otros, especialmente de la peninsula de Rio de Oro. A mi no me pertenecen mas que las cotas de altu- ra y la parte geoldgica. La lamina VI representa la seccién transversa de la madera fésil Caesalpinioxylon Quirogoanum Schenk, amplificada 15 y 65 veces. Los dibujos originales que han servido para hacerla estan dibujados con la camara clara del profesor Abbe, 4 los aumentos de 25 y 100 respectivamente. La figura primera X 15 da una idea de su constitucién his- tolégica, y principalmente de la distribucién relativa de los vasos y tejido celular en medio del tejido fundamental fibroso; y la segunda X 65 representa la seccidn de un grupo de pa- rénquima paratraqueal rodeando un vaso, y atravesado por va- 392 3 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) rios radios medulares. El tejido que se ve en tudo su alrededor pertenece al fibroso fundamental. La disposicién anatémica de los diversos tejidos componen- tes de esta madera ofrece grandes analogias con la de muchos arboles dicotiledones tropicales que viven en la actualidad. Los vasos son grandes, de paredes gruesas, con puntuaciones (areolares?) muy pequenas, siendo completa la perforacién en- tre los elementos de una misma serie vertical. La seccién trans- versa es eliptica, con el diametro mayor dispuesto en direc- cidn radial, oscilando entre 8 y 20 céntimos de milimetro; pero, por término medio, tiene 15; el espesor de las paredes es de 5 u. Por lo comutin, los vasos estan aislados, contandose unos 55 en cada 25 mm.? de seccién transversal; y se ven también algu- nas agrupaciones de dos, y mas raras veces de tres. La reunién se efectua siempre en sentido radial. Los vasos estan siempre rodeados por un estuche de parén- quima paratraqueal, formado por celdillas grandes y bastante alargadas, y en la seccién transversal aparecen cemo manchas elipticas mas 6 menos regulares—en otras preparaciones ofre- cen un contorno algo mas regular que en la que representa la figura X 15 — tendiendo 4 alargarse en sentido tangencial, lo que hace que muchas de ellas sean afluentes y se contintien eu bandas tangenciales, simulando, si se examinan con débil aumento, anillos anuales. Estos estan muy poco marcados y en extremo borrosos, pues apenas se indican por bandas es- trechas de parénquima, de dos 4 tres celdillas de espesor, que miden por término medio 83 céntimos de milimetro. Los vasos que entre ellas se encuentran son mas pequenos que los res- tantes. Los radios medulares son numerosos, delgados y de una sola celdilla de espesor, atravesando las masas de tejido fibroso y paratraqueal, y siendo tangentes 4 los vasos cuando con ellos se encuentran. Por término medio se cuentan en la seccién transversal de 55 4 60 en cada 5 mm. Kl tejido fundamental esta, al parecer, constituido exclusi- vamente por fibras lenosas; mas no se llega & la certeza de que no puedan ser celdillas fibrosas y aun traquéidas, pues el estado de mineralizacidn en que se encuentran los ejemplares recogidos no permite ver con toda claridad los ultimos deta- lles. En ellas no se nota aplastamiento radial alguno en el li- (81) Quiroga.— OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL SAHARA. 393 mite externo de las zonas anuales de crecimiento, cardcter que casi siempre es muy notable en los arboles de nuestros climas, y que no se presenta en muchos de los que vegetan en las regiones tropicales. Esta explicacién y los hermosos dibujos que han servido para hacer los grabados de esta lamina, son debidos 4 D. Joa- quin Marfa de Castellarnau, por cuya atencidn le doy las mas expresivas gracias. ALGUNOS BASALTOS DE LA COSTA OCCIDENTAL DE AFRICA, POR D. BALDOMERO LOPEZ CANIZARES. (Sesion del 2 de Octubre de 1889.) En las colecciones de Historia Natural, recogidas por el explorador africano D. Luis Sorela y Guajardo en sus excur- siones 4 Fernando Péo y la costa occidental de Africa, figuran materiales geolégicos muy interesantes que si bien no forman datos bastantes con que realizar un estudio completo de las rocas de las localidades mencionadas, la importancia que los litslogos modernos dan 4 cuanto se refiere al conocimiento de materiales volcanicos, ha sido causa de que me determine a publicar este trabajo, contando con los consejos de nuestro consocio el Sr. Quiroga, que con su amabilidad de siempre, conocida de cuantos se dedican 4 esta rama de las ciencias naturales, me ha guiado en él, resolviendo cuantas dudas se me han presentado en el estudio de estas rocas. No pueden formar estos datos una monografia completa de los materiales volcanicos de las citadas localidades, pues para ello habria sido indispensable estudiar el mayor numero posi- ble de ellas y tomar ciertos ’datos, que como la extensién y yacimiento de la roca, tan importantes son para esta clase de investigaciones; limitome, tan solo, 4 exponer el estudio mi- crografico de los basaltos recogidos por el Sr. Sorela y la carac- teristica de ellos en aquellas localidades que a mi juicio son mas interesantes y que por la mayor abundancia de ejempla- res recogidos he podido efectuar investigaciones mas deta- lladas. 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Aunque todas las rocas que he examinado pertenecen al grupo de los basaltos, no todas estan formadas por los mismos elementos mineralégicos por pertenecer 4 distintas varieda- des. Al hacer el estudio de estas en cada localidad se hacen indicaciones de la estructura general que presentan y de los principales caracteres que proporciona la investigacién mi- crografica de los minerales que las constituyen. Del niimero, importancia y papel que desempefa cada uno de los elementos puede juzgarse por el siguiente cuadro: A Minerales primitivos. a) Esenciales. Nefelina. Feldespato. Augita. Maegnetita. Ilmenita. Olivino. b) Accidentales. Apatito. Biotita. B Minerales secundarios 6 de segunda formacidn. Limonita. Caliza. Aragonito. Serpentina. Opalo. Cabo Verde. EN LA COSTA DE LAS POSESIONES FRANCESAS DEL SENEGAL. A. Basaltos nefelinicos.—Algunos basaltos pertenecientes & esta localidad se distinguen por estar constituidos como base del magma por una sustancia incolora en la luz natural, amorfa y sin que llegue 4 presentar formas bien diferencia- das; 4 veces se dibujan entre los nicoles cruzados secciones rectangulares, que parecen extinguirse paralelamente a los lados del rectangulo. Varia esta materia desde un gris claro & (3) Caflizares.— BASALTOS DE LA COSTA DE AFRICA. 397 uno mas turbio y presenta poros gaseosos distribuidos irregu- larmente. Tratada la roca en secciones delgadas por el acido clorhi- drico, la materia amorfa 4 que me refiero, se disuelve gelati- nizandose y dando por resultado al secarse, un residuo turbio formado por silice gelatinosa soluble en potasa caustica y cristalitos exaédricos de cloruro de sodio, que nos indica la naturaleza nefelinica de la sustancia. Generalmente incolora la nefelina de estos basaltos, se halla dotada de una birefringencia débil, con escasa polarizacién cromatica. La escasez de ejemplares que poseo procedentes de esta loca- lidad, no me ha permitido averiguar si en algunos basaltos la nefelina ha llegado 4 constituir formas bien determinadas. Sobre este magma nefelinico se encuentran en estado fane- romero cristales y granos de augita con cristales porfiricos de olivino 4 veces fracturados y en mayor 6 menor grado de alteracion. De dos maneras distintas se presenta el piroxeno augita en estas rocas: una porfirica, con formas irregulares, fragmenta- das, que con frecuencia son de tamafio considerable 6 de for- mas cristalinas y secciones bien determinadas, siendo estas en su mayoria oblicuas 6 paralelas a4 (100) y (010); otra microlitica constituyendo la base de la roca, en pequefiisimos fragmen- tos 6 imperfectos cristales, que corresponden en general a las combinaciones (111) . (110). (010) . (100) y (111) . (410) . (100). Todos ellos se presentan alargados seguin el eje C. No presenta la augita indicios de alteracién; su pleocroismo es débil y de un color gris violaceo que se hace ligeramente amarillento 6 pasa 4 un tono violado, dominando este ultimo especialmente en los ejemplares mas compactos. Contiene el piroxeno de estas rocas abundantes inclusiones de magnetita que forma granulos 4 veces cuadrados; 7u¢lusio- nes vitreas de formas rédondeadas, constituidas por un vidrio generalmente incoloro 6 ligeramente amarillento y algunas secciones de piroxeno aparecen formadas por vetas de una materia serpentinica de color amarillo rojizo. En estos basaltos, algunas secciones de augita se presentan abundantemente salpicadas de inclusiones vitreas de formas alargadas, con otras de magnetita y limonita, sobre todo esta 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) ‘ultima que se hallaen granulos dispuestos en pelotones 6 for- mando lineas seriadas que parecen corresponder 4 zonas de erecimiento de los cristales piroxénicos. La magnetita se encuentra en todas estas rocas en mayor 0 menor cantidad; en algunas es tan abundante que llega a privarla casi totalmente de su transparencia; en otras se halla desigualmente distribuida por haberse condensado en unos puntos con preferencia 4 otros. En general es irregular cons- tituyendo granulos sueltos 6 confusamente octaédricos; tam- bién se halla en secciones bien determinadas que correspon- den al cubo 6 al octaedro. Por alteracion queda reducida @ un producto ocraceo de color oscuro. La ilmenita tiene escasa participacién en la constituciodn de- estas rocas; se presenta opaca formando agrupaciones irregu- lares y como recortadas con algunas secciones exagonales. Casi siempre se presenta acompafada de una materia erisa- cea, probablemente como producto derivado. El unico elemento que siempre se presenta porfirico en estas rocas es el olivino. Sus secciones & veces bien determinadas y que corresponden a cristales perfectos son rdmbicas 0 exago- nales alargadas, verificandose en ellas las extinciones paralela y normalmente 4 los lados mayores del exagono; en general se presenta redondeado y en pequeios fragmentos, como pro- ducto de la trituracién y descomposicién de cristales mayores. Incoloro cuando no tiene indicios de alteracién, generalmente muestra fisuras curvas y estarodeado casi siempre en los bor- des de magnetita que 4 veces suele contener también en el centro. Con frecuencia se encuentra transformado en limonita, que afecta la forma de pequenas laminillas dispuestas normal- mente & los bordes y hendiduras de las secciones de olivino, tifendo estas de un amarillo rojizo que no cambia en la luz polarizada y legando en algunos puntos 4 tal grado la trans- formacion que han desaparecido los granos del mineral pri- mitivo quedando en su lugar vacios 6 moldes negativos de sus cristales. Otras secciones se hallan transformadas en serpen— tina amarillento-verdosa, de estructura reticular que se ex- tiende en ramificaciones por el interior del cristal, desparra- mandose por la reca. Contiene como inclusiones el olivino, granulos negros de (5) Caflizares.— BASALTOS DE LA COSTA DE AFRICA. 399 magnetita y algunas vitreas incoloras con burbuja fija, rodea- da de un fuerte anillo de refraccién. El] elemento que se presenta abundante en estas rocas a la par que en los feldespaticos de esta misma localidad y en los procedentes de Rufisque, es el apatito. Se muestra este mine- ral en formas rectangulares, alargadas paralelamente al eje vertical y en estrechisimas agujas que atraviesan el magma y los diferentes elementos de la roca; en secciones irregulares normales al eje dptico, pues que aparecen extinguidas siem- pre, cualquiera que sea la orientacién de la preparacién y en secciones exagonales oblicuas al eje en las que se percibe al mismo tiempo las caras laterales del prisma. Incoloro, pasa a blanco ligeramente azulado y muestra inclusiones pulveru- lentas en los bordes de las secciones 6 dispuestas en el centro del exagono, formando granos de un negro violado. Puede referirse 4 la /imonita el mineral que resulta de la transformacién del olivino procedente de la peroxidacion del hierro que este contiene; es opaca 6 de un amarillo rojo que no cambia a la luz polarizada y soluble en los Acidos. La caliza que se presenta abundante en los basaltos nefeli- nicos de Cabo Verde, forma agregados cristalinos en los que se ve perfectamente su esfoliacién caracteristica, mostrando sus secciones manchadas por una materia cloritica de un color verdoso-amarillento que con frecuencia las rodea, depositan- dose también entre sus junturas y grietas; rellena las oque- dades de la roca y en algunos puntos ha desaparecido, como se observa 4 simple vista en aquellas partes que por hallarse al exterior han estado expuestas a la accién de las aguas y de los agentes atmosféricos. Al microscopio alternan de tal modo la caliza y el olivino que induce 4 creer que aquella se ha formado a expensas de este, por ser mds 6 menos calcico y no de los piroxenos, pues que las secciones de olivino se en- cuentran deformadas, corroidas y sustituidas en parte por la caliza. | La serpentina se halla formando ramificaciones verdoso- amarillentas, que atraviesan de un borde 4a otro las secciones de olivino penetrando por las resquebrajaduras del cristal y llenando sus oquedades. El caracter distintivo que macroscépicamente presentan los basaltos nefelinicos de esta localidad es hallarse en su mayo- 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) ria abundantemente salpicados de néddulos y agregados cris- talinos de caliza. El color que domina en estas rocas es el gris, predominando el negro en los ejemplares menos ricos en ndédu- los calizos. B. Basaltos feldespiticos.—Son rocas cuyo aspecto varia desde un negro brillante y tan finamente granudo que apare- cen compactos, hasta el gris ceniza de aspecto completamente tobaceo y manchadas por abundantes é irregulares zonas de un gris mas oscuro. Microscépicamente estan caracterizadas por presentar en abundancia finisimas agujas de apatito—pues conveniente- mente pulverizada la roca da la reaccién caracteristica del Acido fosférico—que atraviesan los diferentes elementos de la roca, con secciones exagonales del mismo mineral, oblicuas al eje y en las que se perciben distintamente las caras del prisma. El aragonito se presenta en cristales bacilares de un blanco agrisado 6 ligeramente amarillento, agrupados en formas variadas y tapizando las grietas y vacuolas. Aparece formado por capas concéntricas y ligera é irregularmente ondeadas. El feldespato constituye cristales que se distinguen gene- ralmente por su buen estado de conservacion. Su color es gris y ofrece maclas muy abundantes segtin la ley de la albita y pequeiios cristales alargados segtin (001) . (010). Encierra numerosas inclusiones de magnetita y fragmentos vitreos de color oscuro. En algunos ejemplares de esta localidad que son de elemen- tos mas gruesos, el feldespato se conserva muy fresco y bello. El de todas estas rocas corresponde al labrador. El vidrio, m4s abundante en los ejemplares que poseen una estructura afanitica, se presenta salpicado de pequenas y tenues particulas de magnetita con algunos productos de des- vitrificacién y pequefios microlitos feldespaticos en su mayor parte no maclados. (7) Cafiizares.— BASALTOS DE LA COSTA DE AFRICA. 401 Rufisque. EN LA COSTA DE LAS POSESIONES FRANCESAS DEL SENEGAL AL E. DE DAKAR Y CABO VERDE. Estan caracterizados los basaltos de esta localidad por pre- sentar la dugita siempre porfirica y constituyendo individuos de tamanio variable; este oscila desde secciones cristalinas bien determinadas, 4 cristales cortos y deformados, estando rela- cionadas las formas que presenta el piroxeno con la mayor 6 menor cantidad, que tiene la roca, de hierro magnético. Los ejemplares que contienen este elemento en mayor cantidad son mas opacos y en ellos aparece lamagnetita agrupada con pequefos é irregulares cristales de piroxeno en diversos pun- tos de la roca, presentando en este caso solo el olivino como elemento porfirico. En los ejemplares mas opacos que son los mas tenaces, se presenta el olivino completamente fresco, sin ofrecer indicios de alteracién y en los que contienen nidos formados por cristales de peridoto, presenta este poros gaseo- sos, apareciendo su contacto con la roca completamente limpio y sin penetracién del magma de esta por las fisuras y oque- dades de aquel. Las secciones mas regulares del olivino corres- ponden 4 la zona del braquiprisma y del braquipinacoide. Aunque escasas presentan los basaltos de esta localidad, pequenas é irregulares laminillas de dzotita de color rojizo y que afectan formas irregulares. Macroscépicamente caracteriza estas rocas por hallarse sal- picadas de nédulos blancos de aragonito, que alternan con grandes cristales de olivino, llegando estos 4 agruparse for- mando nidos de 244 cm. de diametro. El color que presentan es gris oscuro 6 negro azulado y fuera de los mencionados elementos tienen aspecto anamesi- tico; algunos ejemplares se hallan atravesados por células angulosas de tamano variable. ANALES DE HIST. NAT.— XVIII. 26 {02 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Fernando Poo. Los basaltos de esta localidad han sido estudiados y descri- tos porel Sr. Macpherson (1), por lo cual no necesitamos entrar aqui en detalles que serian una repeticién de su escrito. Este ilustre gedlogo ha notado que todos ellos pertenecen 4 una misma variedad, distinguiéndose unos ejemplares de otros por el mayor 6 menor tamatio de los elementos que los cons- tituyen. Como caracter general a todas estas rocas, dice el Sr. Mac- pherson, puede citarse el hecho de estar la individualizacién bastante avanzada en todas ellas, habiendo ejemplares en los que por faltar el vidrio casi en absoluto y estar constituidos por grandes elementos, pueden considerarse como verdaderas doleritas. Los elementos que las forman son piroxeno, feldes- pato labrador, olivino, magnetita, apatito y un vidrio en gene- ral incoloro. En los basaltos de Fernando Poo hay algunos ejemplares cuyo feldespato se halla sustituido parcial 6 totalmente por una sustancia amorfa, ligeramente agrisada, que ofrece todos los caracteres del dpalo y conserva la forma del mineral pri- mitivo. Algunas de estas pseudomorfosis conservan alin en su centro pequenos fragmentos del mineral feldespatico, que se distinguen por una limpieza extraordinaria 4 pesar de ha- llarse corroidos y sin formas regulares por haber sido susti- tuidos por el elemento 4 que me refiero. Completamente coloide y de un blanco lechoso, el opalo, se halla atravesado por grietas curvas y hendiduras irregulares, debidas 4 un retraimiento posterior y en las que aparecen depositadas pequefias particulas y laminillas de un verde amarillento. Es soluble en una disolucién concentrada de potasa y después de tratarle por acido clorhidrico retiene por imbibicién el color de una disolucién alcohdlica de fuchsina. Los ejemplares doleriticos de esta regién se hallan consti- tuidos, ya por elementos gruesos y discernibles 4 la simple (1) ANat. DE LA Soc, Esp. DE Hist. NaT., tomo xv, pag. 314. (9) Caflizares.— BASALTOS DE LA COSTA DE AFRICA. 403 vista, de piroxeno, alternando con nidos de olivino de 4 a 6 cm. de diametro como muestran los ejemplares procedentes de Arrebola y alto Banapa, 6 bien son basaltos casi anamesi- ticos, constituidos por un agregado de augita, magnetita y feldespato. En estos ultimos que procedenjde la comarca de Moca y Kutari, con la finura del grano aumenta la cantidad de magnetita, de tal modo, que no solo quita 4 la roca su transparencia sino que le presta mayor tenacidad. El aspecto de los basaltos de estas localidades, varia desde un gris ceniza, 4 veces completamente tobaceo, al negro azu- lado, muy compacto y atravesado por células irregulares y de tamano variable. Aly $ | rs nf ole a i, Cie APA) id ‘q vate A i “ala . ak ae ; syed ope fa Pi ARRAS RO Re ATT jis oan ‘ eae al * PRA 7" wae y ba el rhe ing “y ay Mont re ny aie aay . w git 7 a 7 ala DATOS ALGOLOGICOS POR D. JUAN J. RODRIGUEZ Y FEMENITAS. (Sesion del 6 de Noviembre de 1889.) DOS ESPECIES NUEVAS DEL GENERO NITOPHYLLUM. Nitophyllum carneum sp. nova. NV. fronde longé stipitata, cum stipite simplice vel bifurcato, monostromatica, enerva et avenia, carnea, cuneata vel firbellata, vage palmatifida; segmentis latis, obtusissimis, in margine inte- gris; soris minutis, punctiformis, per superficiem sparsis, bicon- vexris, cum tetrasporis utrasque paginas occupantibus; coccidtis in Una pagina prominulis, per totam frondem superiorem con- spersis. Descripcidn.—Estipe simple 6 bifurcado, generalmente lar- go, bien marcado, y visible aun en los individuos mas jéve- nes. Lamina de la fronda monostromatica (aunque en la base y junto al estipe tiene dos 6 tres estratos de celdas), sin ner- vios y sin venas, de color de carne, en forma de cufia 6 de abanico, irregularmente palmatifida, con segmentos anchos, obtusisimos, enteros 6 provistos de dientes poco pronunciados (véase lam. III, fig. 4.*) en la margen. Soros esparcidos en casi toda la superficie de la fronda, en forma de puntos de 0,35 4 1,05 mm. de diametro, biconvexos, con tetrasporas desarrolla- das en ambas paginas (véase lam. III, fig. 6.*). Coccidios sal- picando la parte superior de la lamina, convexos, es decir, prominentes en una sola pagina.—La planta adulta mide de 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) 449 cm.,es notable por su color rosa claro, y también por su rigidez, pues, aunque la fronda esta formada de un solo es- trato de células, si se coge un ejemplar por el estipe, la la- mina se sostiene erguida sin doblarse por su peso. Habita en alta mar, en las costas de Menorca, desde 80 4 130 m. de profundidad, al E. y SE. del puerto de Mahon, al K. de la isla del Aire, al S. de los Canutells, y hacia Mongofre. —Encuéntrase con tetrasporas en Junio, y con cistocarpios en Octubre. La especie mas proxima parece ser el WV. carybdeum Bore, pero este es sentado, alcanza 35 cm. y fué recogido 45 m. de fondo, mientras que la especie descrita es siempre estipitada, los mayores ejemplares que he encontrado no pasan de 8 cm., y crece desde 80 4 130 m. de profundidad: ademas los soros y las tetrasporas del VV. carnewm son mas pequenos que los del N. carybdeum, segin se deduce de las figuras dadas por el Sr. Borzi. (Véase Notarisia, Aprile, 1886, lam. II.) Nitophyllum marmoratum sp. nova. lV. fronde breviter stipitata, monostromatica, enerva, venosa, rosea, flabellata vel rotundata, palmatilobata; lobis brevibus, ob- tusis, in margine integris; venis ex una serie celularum composi- tis, anastomosantis, marmoratis, fere in totam frondem porrec- lis; soris minulis, per superficiam sparsis, convexis, cum tetras— poris unam paginam occupantibus; coccidiis..... DrscripciOn.—Estipe simple, generalmente corto y 4 veces casi nulo. Lamina de la fronda monostromatica, sin nervios, venosa, de color de rosa, redondeada 6 en forma de abanico, palmatilobada; con lobos cortos, anchos, obtusos, enteros en la margen: venas compuestas de una sola serie de células, anastomasadas de un modo parecido & las vetas del marmol, extendidas en casi toda la lamina. Soros esparcidos, pequenos de 0,36 4 0,54 mm. de diametro, convexos, es decir, con tetras- poras desarrolladas en una sola pagina. Coccidios desconoci-— dos.—La planta adulta mide de 446 cm. (3) Rodriguez.— DATOS ALGOLOGICOS. 107 Habita en alta mar, desde 70 4 120 m. de profundidad, en las inmediaciones de la isla de Menorca: al NE. de la Mola, al E. y SE. del puerto de Mahon, y hacia el Cabo de Font y Ca- nutells.— Encontrada con tetrasporas en Junio y Septiembre, y con anteridios en Junio. Paréceme dificil que esta especie pueda confundirse con ninguna otra. La mas proxima sera probablemente el WV. Bon- nemaisoni, el cual se distingue desde luego por su estipe ge- neralmente prolongado y ramificado en la parte inferior de la lamina, por su carencia de venas, por el borde de las lacinias denticulado, y por sus soros mucho mayores, que miden de 0,50 4 1,05 mm. de diametro. Al estudiar las dos especies nuevas que preceden y compa- rarlas con las afines para fijar los caracteres diferenciales, he observado que los autores han dado hasta aqui escaso valor a un caracter que para mi es de importancia y al parecer cons- tante en cada especie. Refiérome 4 ser los soros convexos 6 biconvexos: en el primer caso las tetrasporas del soro se des- arrollan en un solo lado 6 pagina de la fronda (lam. IV, figu- ra 6.*); y en el segundo caso las tetrasporas se desarrollan en ambas paginas, 6 sea a los dos lados del tejido celular de la fronda. (Lam. III, fig. 6.*) Unas veces las células alineadas que constituyen este te- jido, y que al principio cortan verticalmente el soro, conser- van su posicién hasta la madurez, formando un tabique 6 di- visién bien marcada que separa las tetrasporas de uno y otro lado, como ocurre en el JV. carneum; y otras veces dichas cé- lulas son de tal modo comprimidas y dislocadas con el creci- miento de las tetrasporas, que cuando el soro esta desarrolla- do, el tabique es apenas aparente 6 esta completamente obli- terado, como sucede en el VV. Bonnemaison. Es de notar que en algunas especies el tejido celular ordi- nario de la fronda parece modificarse en el punto en que el soro se produce: asi es que el Sr. Borzi ha observado que el 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) corte de un soro de su JV. carybdeum presentaba en el centro un tejido compuesto de dos estratos de células de forma ordi- naria, cuando la lamina de esta planta es monostromatica; de modo que el tejido se habia duplicado en el punto de produc- cién del soro (véase la fig. 3.* de la lam. del /V. carybdeum). En los varios cortes que he practicado de soros del JV. car- neum, no he visto, por el contrario, més que un solo estrato de células iguales 4 las del tejido laminar, lo cual podria consti~ tuir otro caracter diferencial entre ambas especies, si la obser- vacién de numerosos ejemplares demostrara que es constante en cada una de ellas. Por otra parte, al estudiar la estructura de un cistocarpio del JV. carneum, pude observar que el tejido celular de la lamina se habia duplicado, es decir, que cons- taba de dos series de células, sobre las cuales descansaban los filamentos esporiferos. De todos modos, me inclino 4 creer que un detenido examen de la forma convexa 6 biconvexa de los soros en cada especie, aconsejara la reforma de las secciones, por demas artificiales, en que hoy se divide el género Nitophyllum. Por de pronto, teniendo en cuenta la importancia de dicho caracter, he for- mado el siguiente cuadro sindptico de las especies que hasta aqui han sido citadas en el Mediterraneo, y que publico espe- rando que contribuira a facilitar su determinacion. Debo afadir que en la descripcién de las especies de este @énero, se ha usado la palabra venas, unas veces para desig- nar las prolongaciones del estipe sobre la lamina, y otras para designar las series 6 alineaciones superficiales de células. Para la debida claridad llamo nervios 4 las prolongaciones de la costilla del estipe, formadas por la superposicién de varios estratos de células, por ejemplo, las que se ven en la parte inferior de la lamina del NV. Hilli@ y que alcanzan casi la extremidad de los segmentos en el NV. Gmelini; y llamo venas a las series 6 alineaciones de células que se ven en los JV. mar- moratum, Sandrianum y otros. Hé aqui el 4) Rodriguez.— DATOS ALGOLOGICOS. 409 CUADRO SINGPTICO DE LAS ESPECIES MEDITERRANEAS DEL GENERO NITOPHYLLUM. I. Fronda mds 6 menos erguida, no radicante. A. Fronda filiforme. Soros infra-axilares.. N. confervacewm Menegh. B. Fronda plana, membranacea. a. Soros grandes, casi solitarios debajo de las extremidades de los segmen- tos de la fronda. Planta sentada, dicotoma: segmentos lineares, un- Cinados is 2 eR EO Se? N. uncinatum J. Ag. Segmentos mas anchos y soros mayoresi(D).c2cmmeatanes -.. var. (NV. venulosum Zanard.) 6. Soros esparcidos en toda 6 en la mayor parte de la superficie de la fronda. 1 Soros biconvexos, con tetrasporas desarrolladas en las dos paginas de la lamina. Fronda monostro- matica, sin nervios ni venas. — Tabique central que divide vertical- mente el soro, marcado y muy visible. * Fronda subsentada, dicotomo-flabe- lada, con segmentos lineales: Te- trasporas de 30-36 micromilime- tros de didmetro..... SUDUSCGCS N. punctatum Harv. ** Fronda sentada, ancha, orbicular, palmatilobada, con lébulos cor- tos y anchos. Tetrasporas de 20 & 24 micromilimetros de didme- tro. Planta que alcanza 35 cm., recogida 4 unos 5 m. de profun- didad..... (N. albidum Ardiss?). NV. carybdeum Borzi. Fronda largamente estipitada, cu- neada flabelada, palmatilobada 6 palmatifida, con Jdbulos anchos. Estipe simple 6 ramoso, no pro- longado sobre la lamina. Borde de los lébulos entero al principio, (1) En varios ejemplares recogidos en Menorca del WN. wacinatum, he encontrado segmentos con venas reticuladas, iguales 4 la fig. 5.2 A del NV. venulosum Zanard. Icon. Creo por tanto que este cardcter es de escaso 6 ningun valor. 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 4 veces dentado-franjeado al ter- minar la vegetacién. Soros de 0,35-1,05 mm. de diametro. Planta que aleanza unos 9 cm. y crece entre 80 y 130 m. de profundidad. Tabique central del soro poco visible u% obliterado. Fronda estipitada, irregularmente palmatifida. Esti- pe simple 6 ramoso, con nervio prolongado y generalmente rami- ficado en la base de las frondas antiguas, pero con ramas no anastomosadas, apenas mani- fiesto en las frondas jdovenes. Borde de las lacinias denticula- do. Soros de 0,50-1,05 mm. de diametrO..:<)<-.ersreta ick 3 RP i 2 Soros convexos, con tetrasporas des- arrolladas en una sola pagina de la ldmina. Fronda estipitada, ve- nosa. * Fronda monostromatica, flabelada, lobada. Estipe simple, corto 6 casi nulo. Nervios nulos. Venas cubriendo toda la superficie de la lamina, formadas de una sola se- rie de células, reticulado-marm6- reas. Soros de 0,36-0,54 nm. de didmetro. Borde de los lébulos CULEL OM reielefejelotetoralote faker Sb 40.00 Ol Fronda 2-3-estromatica, irregular- mente palmatilobada 6 palmati- fida. Estipe corto, cuneado, pro- longado en la parte inferior de la lamina, y descompuesto en varios nervios ramosos, dicetomo-reti- culados. Venas ocupando solo la parte superior de la lamina, anas- tomosadas, formadas por 1-3 se- ries de células. Soros pequenos. ‘Borde de las lacinias entero? (1). NV. carneum Rodr. N. Bonnemaisoni Grey. N. marmoratum Rody. N. Hillie Grey. (6) (1) El N. Hillie ha sido solo citado en Marsella por Agardh y aun con duda, de modo que su presencia en el Mediterraneo es muy problematica. (7) Rodriguez.— DATOS ALGOLOGICOS. 411 c. Soros formando lineas longitudinales, subparalelas al borde de las laci- nias, & ocupando prolificaciones marginales. Fronda estipitada. 1 Fronda 2-3-estromatica. Soros ali- neados junto al borde de las laci- nias. Nervios que alcanzan casi la extremidad de los segmentos. Ve- nas nulas. Borde de las lacinias entero 6 provisto de dientes trian- gularés;obtusos: .\0s). 202.3 #@) 2 Fronda monostromatica. Soros ali- neados junto al borde de las laci- nias. Neryios subnulos, pronto desvanecidos. Venas formadas de 2-3 series de células, recorriendo la parte mediana de los segmentos. Borde de las lacinias provisto de numerosos dientes pestafiosos... 3 Fronda monostromatica. Soros mas abundantes en la base de las laci- nias, generalmente desarrollados en prolificaciones marginales. Ner- vios en la base de los segmentos. Venas formadas de 1-2 series de células, flexuosas, subreticuladas. Borde entero 6 denticulado...... Uf. Fronda horizontal, tendiday radicante en la pagina inferior. ..\.2c)a.i- «es . N. Gmelini Grey. N. Sandrianum Zanard. N. laceratum Grev. N. reptans Crouan. (1) El WN. Gmelini fué citado en Marsella por Castagne y en Antibes por la sefora Favarger. 412 ge. 1. 2. a 4.* 5.° O: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Explicacién de las laminas. LAM. III.— Nitophyllum carneum Rodr. Ejemplar tetrasporifero.—Tamafio natural. Ejemplar joven con estipe ramoso.—Idem. Ejemplar joven con estipe simple.—Idem. Fraccién del borde de la fronda, con dientes cortos y obtusos.— Aumento 100 diametros. Soro visto de plano.—Idem. Seccién de un soro.—Idem. LAM. IV.—Nitophyllum marmoratum Rodr. Ejemplar joven.—Tamaino natural. Ejemplar tetrasporifero.—Idem. Fraccidn de la fronda, vista de plano, para demostrar la ramificacién de las venas.—Aumento 100 dia- metros. Célula.—Aumento 300 diametros. Soro visto de plano.— Aumento 100 diametros. Seccién de un soro.—Idem. (9) Rodriguez.— DATOS ALGOLOGICOS. 413 HT. LA CONSTITUCION MINERALOGICA DEL SUELO, 4PUEDE CONTRIBUIR A LA RIQUEZA ALGOLOGICA DE UN PAIS? El distinguido botanico de Génova, Sr. Piccone, insertd en la Votarisia, revista trimestral que se publica en Venecia, un trabajo con el titulo de WVolerelle ficologiche, en el cual se ocupa de una frase contenida en la introduccién de mis Algas de las Baleares. La frase que llamo la atencidén del Sr. Piccone, es la siguiente: «La flora marina del archipiélago balear es muy rica, ya por la variada constitucién mineraldgica de las islas que lo forman, ya por estar situadas en el centro del Me- diterraneo y llevar hacia ellas gérmenes de muchas especies los vientos y corrientes submarinas». Después de manifestar su conformidad en que las corrientes submarinas han contribuido 4 la diseminacidén de las algas, declara el Sr. Piccone que no puede aceptar que hayan in- fluido en la riqueza de la flora marina de las Baleares, ni los vientos, ni la diversa constitucién mineralégica de estas islas. Pero aflade a renglén seguido que también admite mi aserto en cuanto a los vientos, si es que yo quise referirme al movi- miento que estos imprimen a las olas; y como no fué otro mi objeto, queda también este punto fuera de discusion. La discrepancia se reduce, pues, a esta cuestidn: Za consti- tucion mineralogica del suelo, gpuede contribuir & la riqueza al- gologica de un pais? Mas, el Sr. Piccone, altera la frase por mi escrita, y esta- blece la proposicién en estos términos: Sz Ja constitucién qui- mica del cuerpo sobre et cual estan fijadas las algas puede influir en su distribucidn geografica, lo que dista mucho de ser lo mismo. ¥ de esta proposicién asi sentada, toma pie el distin- guido profesor de Génova para afirmar las opiniones que emi- tid en anteriores estudios, y sostener que las algas solo se sir- ven del cuerpo en que se hallan fijas como punto de apoyo, y no para tomar del mismo sustancia alguna de nutricién; citando con este motivo varias especies tenidas como rupico- 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) las que han sido encontradas sobre varias algas, y otras teni- das como fucicolas que han sido recogidas sobre piedras. Desde el momento en que el Sr. Piccone ha cambiado inde- bidamente mis palabras constitucidn mineraldgica por constitu- cidn guimica, atribuyéndome una opinién que no he emitido, creo innecesario entrar en el examen de su proposicién. Admitiendo como buenas sus teorias, y suponiendo que las algas marinas toman todos sus elementos de nutricién del agua que las rodea, y no de los cuerpos en que se hallan fija- das, no sera dificil admitir también que, as{ como muchos zoOfitos y moluscos abundan en los puntos cuyo suelo es cal- careo, por necesitar la cal como elemento de vida, tomandola del agua que los circuye; del mismo modo las algas que ne- cesitan cierta cantidad de cal para su desarrollo, prefieren los sitios cuyo suelo es calcareo, porque en ellos el agua contiene, por efecto del continuo roce de las corrientes, mayor cantidad de cal en disolucién. Y si se acepta esta hipdtesis, resultara que la constitucién mineraldgica del suelo habra contribuido 4 la riqueza algologica de un pais, sin que el cuerpo en que se hallan fijadas las algas haya influido en lo mas minimo en dicha riqueza. Conste, pues, que yo no senté la teoria que el Sr. Piccone tuvo & bien combatir. ENUMERACION DE LOS GRILIDOS DE FILIPINAS, POR 7. ous GeaiN ALS SO.) 33 Oi ESV AL ee (Sesion del 6 de Noviembre de 1889.) Los grilidos de Filipinas no han sido objeto de ningun estudio especial. La enumeracidn de los ortépteros de aque- llas islas que en 1877 publicé en Stokolmo el Prof. C. Stal, bajo el nombre de Orthoptera nova ex Insulis Philippinis (Ofversigt af Kongl. Vetenskaps Akademiens Foérhandlingar, num. 10), iba tan solo encaminada 4 dar a conocer las especies nuevas del viaje del Dr. Semper; en ella se describen veintiuna espe- cies y se proponen algunos géneros nuevos en las tribus de los ecantinos y de los eneopterinos. La obra fundamental del Sr. H. de Saussure, cuyo segundo tomo se publicé el afio siguiente, no ha podido quitar importancia al folleto de Stal, ya que su autor no pudo conocerle en tiempo oportuno para hacerse cargo de las nuevas divisiones genéricas, que en este se proponen. H. de Saussure cita en su obra (J/¢langes orthopte- rologiques, Gryllides, 1.* parte, 1877, 2.°, 1878) quince espe- cies de Filipinas. Unas y otras tuvo en cuenta el Sr. Jordana en su Bosquejo geogrifico ¢ historico-natural del archipiélago fili- pino, publicado en Madrid en 1885, enumerando treinta y seis especies, de las que, en mi juicio, dos deben reducirse 4 una sola; son estas el Mnesilobus lineolatus Stal y el Calyptotrypus simodus Sauss. En la siguiente lista se enumeran cincuenta y siete espe- cies, debiéndose este aumento 4 las inteligentes investigacio- 2 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) nes del Sr. D. Carlos Mazarredo y 4 las no menos valiosas de los Sres. D. José Pérez Maeso y D. Domingo Sanchez y Sanchez. Como no he visto todas las especies gue cito, no puedo ates- tiguar de la validez de todas ellas; antes, por el contrario, creo firmemente que con el tiempo han de pasar algunas 4 aumen- tar la sinonimia de otras. 1. Gryllotalpa vulgaris Latr. Genera, 111, 95, 1807.—Saussure, Gryll., 1, 195, f. 1, 2, 4-8. Esta especie, que es la europea, se encuentra en el Asia occidental y en el Africa septentrional, en las Islas Mascare- fas y en las de Asia. F. Walker ha descrito, bajo el nombre de Gr. grandis, ejemplares de Java y Filipinas que, segun el Sr. Saussure, deben referirse 4 esta especie, aunque el autor los compara al G7. africana Pal. de B. 2. Gryllotalpa africana Pal. de B. Ins. d’Afr. et d’Amer. 229. Orth. Pl. 11, c. f. 6. —Saussu- re;lne.pill9: Se encuentra en toda el Africa, en el Asia meridional y sus islas y en la India, China, Java, Sumatra, Borneo y Japon. Por mi parte lo he recibido de Filipinas enviado por el senor Baer, y el Sr. Mazarredo lo ha recogido en Tabaco (Albay) y en la hacienda Causip (Camarines Sur). El Sr. Saussure, al hablar de la patria de este insecto, excluye el Norte de Africa por carecer de datos referentes a esta regidn; pero en mi coleccién existen ejemplares proce- dentes del Riff, recogidos por el Sr. Figari, y lo tengo ademas de China, recogido por el Sr. Colin de Planchy, y de Java, enviado por el Sr. Brunner. 3. Tridactylus riparius Sauss. Gryll., 1, p. 216. No es facil determinar las diferencias entre esta especie y el 77. japonicus de Haan, que al parecer estan reducidas 4 la coloracién mas oscura en el 77. 7iparius Sauss.; pero como este caracter es variable y no de grande importancia nos inclinamos A creer que muy bien pudieran referirse ambos nombres 4 una sola especie. Conservamos, sin embargo, el nombre de Saussure porque conviene mejor la coloracién de (3) Bolivar.— GRILIDOS DE FILIPINAS. NI esta especie a nuestros ejemplares que proceden de Norzaga- ray (Bulacan), Volcan Bulusan (Albay) y Dolores (Tayabas), y han sido recogidos por el Sr. Mazarredo. La especie no estaba citada mas que de las islas de la Sonda. 4. Nemobius tagalicus, sp. nov.. Fusco-testaceus, villosus atque fusco-setosus. Capite globoso; Jronte inter antennas lato; vertice quingue-rufo-lineato. Pronoto transverso antrorsum subindistincte angustato, latleribus valde setoso et plus minusve obscuriore, marginibus pallidioribus, mi- nuteque fusco-punctatis. Blytris abdomine via longioribus, testa- ceis, vitta laterali pallida; speculo postice avreolis magnis cum area apicals confuso; venis duabus mediis dorsalibus elytrorum 2 prope apicem subito fortiter flexuoso-curvatis. Alis longissime caudatis, elytris duplo vel plus duplo longioribus. Pedibus testa- ceis; femoribus posticis fusco-lineatis; tibiis posticis utrimque A-spinosis. Cercis abdominis longitudini subequalibus. Oviposi- tore femorum fere longitudinis. Long. corporis ~Q 7™™ =). pron: 1,2 - elytr. 4,8 - alarum 10 - fem. post. 4,5 - ovisc. 3,0 Loc. Causip (Camarines Sur); Ligao, Daraga (Albay), Dolo- res (Tayabas), Mazarredo! Es muy parecido al JN. cubensis Sauss., pero tiene el ovis- capto mas largo y lacoloracién, asi como la forma del timpano. elitral, bastante diversa. Lo hubiera clasificado como J. indi- cus Walker si no fuese porque esta especie solo tiene, segun Walker, tres espinas en las tibias y los élitros una mitad mas largos que el abdomen, cuando en los ejemplares de Filipinas son proximamente tan largos como él y hay cuatro espinas en las tibias. En la nueva especie los cercos tienen la misma longitud que el oviscapto y son bastante mas cortos que las alas. El campo marginal de los élitros, aparte de la vena mediastina, no tiene en la Q mas que dos venas. En uno de los ejemplares 4 que me refiero las alas han sufrido una atrofia considerable en términos de ser casi rudimentarias, y los ANALES DE HIST. NAT.— XVIII. 27 418 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) élitros también se han acortado de modo que dejan al descu- bierto los ultimos anillos abdominales. 5. Nemobius Luzonicus, sp. n. Fusco -testaceus et nigro-setosus, subtus pallidus. Capite pro- noto latiore superne brunneo-quadri-lineato; fronte inter anten- nas latiusculo. Pronoto antrorsum distincte angustato, lateribus longe setoso; canthis valde rotundatis, lobis lateralibus subtus pallidis, subsinuatis. Elytris abdomine parum longioribus, fuscis, linea humerali pallida, venis tribus dorsalibus fere rectis. Alis longe caudatis elytris duplo longioribus. Pedibus testaceis; Femoribus posticis fusco-lineatis; libiis posticis ulrimgue qua- drispinosis; metatarsi calcare interno pone medium articuli primt tarsorum posticorum viz extenso. Ovipositore compresso, apicem versus sensim ampliato, femoribus distincle breviore. Long. corporis 9 4™™,8 — pron. 1 Se NIG cs 2,8 - alarum 8 —» fem. post: "3)5 — oviscapti 2,5 Loc. Filipinas (Mazarredo!). Mucho mas pequeno que el anterior y su coloracién muy semejante. Por su oviscapto mas corto se aproxima al JV. WVo- vare y al Javanus y Malgachus Sauss., de los que se distin- gue no solo por el color, sino por las proporciones de los Organos todos y por el numero de espinas de las tibias. 6. Nemobius Novaree Sauss. Grylliy a py 2ol) Teo: El conocimiento de esta especie data del viaje de la JVovara, y hasta ahora se la creia propia de Java, pero el Sr. Mazarredo la ha encontrado en Ligao (Albay). 7. Nemobius histrio Sauss. Gryll,, 1, p. 263. Loc. Ligao (Albay), Mazarredo!; Bataan, Sanchez! Citado tan solo de Java. 6) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 419 8. Brachytrypus achatinus Stoll. Acheta achatina Stoll, Repres. Gryll., tb. 2c, f. 8 (7 (1815). Brachytrupes ustulatus Serville, Orth., 326 ¢ Q. Brachytrypus achatinus Saussure, Gryll., p. 889. f. 4, 4 e. Var. g. Con los élitros mas cortos, la vena mediastina 4-ra- mosa y las alas mas cortas que los élitros. Poseo un ejemplar de la variedad indicada procedente de Bataan. 9. Gryllus bimaculatus De Geer. Mém. Ins., 1v, 521, tb. 43, f. 49 1773. Acheta capensis Fabr., Spec. Ins. 1, 354 (1781). Liogrylius bimaculatus Saussure, Gryll., p. 307, f. 10, 6 bis, 6a. Esta especie puede ser considerada como cosmopolita; habita en todo el hemisferio oriental y ha sido ya citada de las islas de Asia, si bien no hallamos indicacién que se refiera 4 las islas Filipinas. En mi coleccién existe un ejemplar de Dolores (Tayabas) recogido por el Sr. Mazarredo. 10. Gryllus mitratus Burm. Handb., 11, '734 (1838). Sauss., Gryll., 322. Gryllus occipitalis Serv., Orth., 239 (1839). Aun cuando citada esta especie de las islas de la Sonda, Java y Malaca, no creo lo estuyiese de Filipinas, de donde proceden varios ejemplares de mi coleccién, reecogidos en Bato por el Sr. Mazarredo. ll. Gryllus plebejus Sauss. Gryll., p. 333: Especie propia de estas islas. Lo tengo de Sibul (Bulacan) y de Tayabas (Mazarredo!). 12. Gryllus consobrinus Sauss. Gryll., p..356, fig. x1, 4. Habita en las Indias orientales y también en el Africa orien- tal, y habia sido ya indicado como de Filipinas. En mi colec- cidn lo hay de Causip, Bato é Irocin (Albay) (Mazarredo!). Se distingue bien del anterior por su menor tamano y por tener dos venas oblicuas en el élitro del ¢. 420 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6): 13. Gryllodes Berthellus Sauss. Gryll., p. 373. Citado del Japén, de Amboina, de la isla de Banka y de la de Amoy en la costa de China. Conozco dos ejemplares de Filipinas; uno del Museo de Madrid, recogido por el Sr. Pérez Maeso en los montes de Angat (Bulacan) y otro de mi colec- cidn hallado por el Sr. Mazarredo en Norzagaray (en la misma provincia). Este ultimo ejemplar es o’, y como solo era cono- cida hasta ahora la 9, conviene indicar que en aquel los élitros cubren por completo el abdomen y son mas anchos que el pronoto en su base, ofreciendo solo dos venas oblicuas; el espejo se halla atravesado por una vena apenas arqueada y situada mas atras del medio, y el area apical esta cubierta por grandes mallas romboidales. Las porciones laterales ofre- cen la misma disposicién que en la 2 por lo que respecta a la divergencia entre las dos venas superiores casi rectas y las dos inferiores encorvadas en la base, pero la vena mediastina sostiene hasta tres ramos que son flexuosos. El ejemplar del Museo corresponde 4 la variedad de élitros cortos (solo cubren la mitad del abdomen) y de alas abortivas, por lo que la vena mediastina no da mas que un solo ramo. 14. Loxoblemmus histrionicus Stal. Ofvers. af. k. Vetensk. Akad. Férhandl., 1877, p. 48. 15. Loxoblemmus satellitius Stal. ies p48: Refiero 4 esta especie un © de Bataan recogido por el senor Sanchez. 16. Loxoblemmus monstrosus Stal. Lc). p.48. Especie de Filipinas, que no conozco. 17. Ectatoderus abdominalis Stal. LGp 48; Refiero & esta especie un individuo de Antipolo (Manila) recogido porel Sr. D. Domingo Sanchez, aun cuando el tamano es un poco menor del que le atribuye Stal. Comparada con la siguiente especie resulta el rostro tan ancho como el primer (7) Bolivar. —GRILIDOS DE FILIPINAS. 421 artejo de las antenas y sin surco profundo, que solo se halla indicado por una linea superficial; del mismo modo estan indicadas las fositas que hay en aquella especie sobre la frente junto a la base del rostro. Los élitros estan redondeados pos- teriormente con la margen extendida y sin area apical. El ejemplar carece de patas. 18. Ectatoderus cucullatus, sp. nov. Pallide rufus. Capite superne depressiusculo; fronte inter antennas articulo primo antennarum haud latiore; scutello faciali angustiusculo, basi impresso-bipunctato, ante medium transversim sulcato: antennis crassiusculis, hirsutis, remote Fusco-annulatis, articulo apicali palporum maxillarium pallido, trigono. Pronolo postice valde producto, ampliato, rotundato, dorso depresso. Llytris succineis, magnis, ulira marginem posti- cum pronoti valde productis, postice truncatis et fusco-terminatis, campo laterali rufo, speculo haud transverso, antice obtuse angu- lato, valde plicato, medio vena obliqua diviso, area apicali angusta, areolis magnis instructa. Pedibus pallidis longe pilosis. A bdomine fusco-argenteo squamoso, margine postico segmentorum supra pallido. Femoribus posticis...? Long. corporis 7™™ = pron.) “3:9 - elytr. 4 Loc. Volcan Mayon (Albay) (Mazarredo!) Esta especie es afine al Het. nowmeensis Bol., del que se dis- tingue, desde luego, por la forma del tubérculo facial, que es en la nueva especie mas estrecho que el artejo primero de las antenas, y que ofrece ademas la particularidad de estar atravesado por un surco, y con dos puntos hundidos en la base. La forma del pronoto es la misma que en la especie ci- tada y en el Het. varicolor, segiin puede verse en la figura 4 de la monografia del Sr. Saussure. Los élitros cubren casi todo el abdomen a excepcidn de los dos 6 tres Ultimos segmentos, y estan truncados en el extremo, donde ofrecen un color mas oscuro; el timpano queda medio oculto bajo la prolongacién posterior del pronoto, pero el espejo queda todo a descubierto; su forma es triangular con el lado antero-externo curvo, y su 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) superficie esté de tal manera cubierta de pliegues que no puede distinguirse la vena media sino con gran dificultad. Los fémures posteriores faltan. 19. Arachnocephalus Steini Sauss. Grvyll; p. 438i: El Sr. Saussure cita esta especie como procedente de Luzén (Museo de Berlin), pero yo no he visto ejemplares de Filipinas; en cambio lo tengo en mi coleccién de Noumea (Nueva Cale- donia), de donde no estaba citado. 20. Arachnocephalus Dewitzi Sauss. Gryll., p. 483. Citado de Manila. El Sr. Mazarredo lo ha hallado en Talisay (Batangas). 21. Tremellia spurca Stal. Ofv. af k. Vet. Ak. Férhandl , 1877, p. 49. - 22. Phaloria amplipennis Stal. l.c., pag. 49. 23. Vescelia infumata Stal. l. ¢., pag. 49. 24. Strophia lugubrina Stal. l.c., pag. 49. Ninguna de estas cuatro especies, representantes de otros tantos géneros, me es conocida, ni puedo tampoco decidir si podraén referirse 4 otras especies 6 géneros del Sr. Saussure. El folleto en que fueron publicadas, anterior por su fecha al 2.° volumen de la monografia de los grilidos, debié publicarse casi al mismo tiempo que ella, de modo que el Sr. Saussure no pudo tener en cuenta estas especies al escribir su notable monografia. 25. Homceogryllus japonicus de Haan. Gryllus (Phalangopsis) japonicus de Haan, Bijdr. Orth. 236 J. Homeogryllus japonicus Saussure, Gryll. 11, p. 568. (9) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 423 Poseo un ejemplar de Sibul (Bulacan) recogido por el sefior Mazarredo. Comparado con los de la China le encuentro algunas peque- has variaciones en la venulacidén de los élitros, pero no tan grandes que autoricen a considerarle como de especie distin- ta. La especie en cuestién no habia sido citada de Filipinas. 26. Arachnopsis annulipes, sp. nov. Pallide testaceo-flavescens. Capite pronotoqgue fusco-variegatis, pedibus fusco annulatis. Vertice pallido, rostro infra antennas Fusco marginato. Pronoto transverso, breviter piloso, lobis late- ralibus retrorsum oblique truncatis, antice angulalo-rotundatis, pallidis. Elytris apicem abdominis haud attingentibus, latis, apice rotundato-truncatis, fuscis, venis parvum expressis, palli- dis, speculo abortivo, postice areolis in seriem transversam dispo- sitis. Pedibus elongatis, tibiis anticis base haud dilatatis, fora- mine parvo, interno ovato, pellucido; externo subindistincto, pilo- so: femoribus posticis pone medium filiformibus; tibiis 3-3 spiz nosis, spinis duabus primis latere externo validioribus: articulo primo tarsorum posticorum articulo tertio duplo longiore. La- ming supra-anali trigona, ulringue subsinuata apice rotundata. Cercis corpore valde longioribus, longissime pilosis S ©. Long. corporis <7 0,11™™ - pron. 1,8 - elytr. 5 Loc. Cueva Puning (Angat), Domingo Sanchez! (Museo de Madrid). Solo he visto un macho adulto y dos ninfas (7 y 9: en la del 7 los rudimentos de los élitros forman dos escamas redon- deadas. El ,y adulto carece de patas posteriores. Los cercos de la ninfa yy tienen 15™™, y los fémures posteriores 11™™. En las larvas los timpanos tibiales no son perceptibles; y como el se- nor Saussure no conocié sino una larva de su Av. Nietneri de Ceylan, creyé que carecerian siempre de ellos. Hay, pues, ne- cesidad de variar la caracteristica de este género, que quizas deba reunirse con el Hndacustes. 27. GEcanthus indicus Sauss. Gryll., 11, p. 594. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Loc. Talisay (Batangas), Dolores (Mazarredo!). Citado de las Indias orientales, Bombay, Madras y Java. 28. Trigonidium cicindeloides Rb. Faune de l’Andalousie, 11, p. 39 (1838).—Saussure, Gryll., I, p. 603. Fué descrita esta especie por ejemplares de Espana, siendo encontrada después en Italia, Dalmacia y Grecia. El Sr. Sau- sure refiere, con duda 4 esta misma especie, un ejemplar re- cogido en Ceylan por el Sr. Humbert. Los descubiertos por el Sr. Mazarredo en Nueva Caceres (Camarines Sur), solo difieren de los europeos por ser de menor tamano y por la coloracién mas oscura de las tibias posteriores. 29. Homceoxiphus lepidulus Stal. Metioche lepidula Stal, Ofvers. afkongl. Vetensk. Ak. For- hand, 1877, p. 48. Loc. Ligao (Albay) Mazarredo!; Bataan, Sanchez! * La longitud de las alas, asi como el color de los élitros, pue- de variar en esta especie; en la mayoria de los ejemplares que he visto, las alas no sobresalen de los élitros; y en otros, por el contrario, son caudiformes yse extienden hasta la mitad de las tibias posteriores. En cuanto 4 la coloracion de los élitros, he observado que a veces la porcién dorsal es enteramente gris, y otras es negra y brillante; en este ultimo caso el in- secto se asemeja considerablemente al Zrigonidium cicindelot- des Rb. 30. Homceoxiphus vittaticollis Stal. Trigonidium vittaticolle Stal, Fregat. Eug. Resa Ins. 31%; O. Homeoxiphus? vittaticollis Sauss., Gryll., 11, p. 614. Stal describidé esta especie, que fué recogida en Manila du- rante el viaje de la fragata sueca Hugenia, y sin embargo ol- vidé enumerarla mas tarde en sus ortépteros de Filipinas. Como no me es conocida esta especie, acepto la opinion del Sr. Saussure, incluyéndola en este género. 31. Gyrtoxiphus fulvus Brun. Cyrtoxipha fulva Brunner, ap. Cat. Godeffroy, n. 4611. Cyrtoxiphus fulvous Saussure, Gryll., 11, p. 621. (11) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 425 Esta especie de las islas Fidgi se encuentra también en Fi- lipinas, habiéndola hallado el Sr. Mazarredo en Ligao (Albay) y Causip (Camarines Sur). 32. Cyrtoxiphus pusillus Sauss. Gryll., 1, p. 626. Refiero 4 esta especie y & la anterior, aunque con alguna duda, individuos procedentes de Ligao (Albay) y Nueva Cace- res (Camarines Sur), recogidos por el Sr. Mazarredo. La espe- cie solo se habia citado de Ceilan. 33. Lebinthus bitzeniatus Stal. Ofv. af kongl. Vet. Ak., Férhand, 1877. p. 50. Loc. Isla Bagatao (Albay) Mazarredo! 34. Lebinthus Sanchezi, sp. nov. L. biteniato affinis ab hoc vitta laterali fava nulla; elytris & valde abbreviatis intus tantum inter se approximatis atque dt- vergentibus. Long. corp. oe - pron. 2 - elytr. 1,5 = fem. post: 9 - ovip. a Loc. Jala Jala (distrito de Morong) Mazarredo! Dedico esta especie al Sr. D. Domingo Sanchez y Sanchez, colector zooldgico en Filipinas, que con tan grande interés se dedica a la exploracién de aquellas islas. 3). Lebinthus Saussurei Bol. Pareneopterus biteniatus Saussure, Gryll., 11, p. 674, f2L.1E(L878): El Sr. Saussure ha creado el género Pareneopterus casi al mismo tiempo que Stal el Zedbinthus, y como la obra del sefior Stal lleva fecha anterior, he conservado la prioridad 4 las de- nominaciones del naturalista sueco. Todavia es mas curioso que ambos autores hayan dado el mismo nombre 4 dos espe- cies que deben estar reunidas en un mismo género, y que sin embargo son distintas, obligandome esta circunstancia 4 cam- biar el ultimo publhicado por el que propongo. Esta especie es 426 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) algo mayor que el diteniatus Stal, y se distingue principal- mente de él por ser aptera, circunstancia que solo puede afir- marse de la 9 que es el tinico sexo conocido de la especie en cuestion. 36. Heterotrypus modulator Sauss. Gryll., 11, p. 685, o. Refiero 4 esta especie un individuo © procedente de Nueva Caceres y recogido por el Sr. Mazarredo. 37. Heterotrypus Buqueti Serv. Platydactylus Buqueti Serville, Orth., 367, O, 1839. Gryllus (Phalangopsis) Buqueti de Haan, Bijdr. Orth. 236, o (Syn. excl.) = - helvolus ibd., p. 235, Q. Heterotrypus Buqueti Saussure, Gryll., 1, p. 682, fig. x1, 2. He visto un solo individuo ~ hallado en los montes de An- gat por el Sr. Pérez Maeso, y que se encuentra en la coleccién del Museo de Madrid. La circunstancia de no estar completo el ejemplar a que me refiero, y la de observar en él algunas pequefias diferencias en la disposicién de las nerviaciones de los élitros, me obligan 4 no dar como enteramente cierta la existencia de esta especie en las islas Filipinas, por si corres- pondiera este ejemplar 4 otra especie diversa aun cuando muy afine al H. Bugueti Serv. 38. Calyptotrypus conspersus Stal. Parecanthus conspersus Stal, Ofv. af k. Vetensk. Akad. Forh., p. 50, 1877. No conozco esta especie, que Stal colocé en el género Pare: canthus, pero que sospecho deba corresponder al Calyptotrypus, porque habiendo Stal conocido los dos sexos pudo apreciar la existencia del tambor en los élitros del ¢”. No sucede lo mismo con el P. fuscinervis Stal y el P. cinereus de Haan, que Stal reune en el mismo género con el anterior y el siguiente, por- que solo conocid la 9; asi el Sr. Saussure ha llevado el segun- do al género Aphonus, que corresponde al grupo de los eneop- terinos de élitros iguales en ambos sexos. El Calyptotrypus conspersus Stal pudiera ser igual al C. marmoratus de Haan, de Java y el Japon. (18) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 427 39. Calyptotrypus Saussurei Stal. Parecanthus Saussuret Stal, l.c., p. 50. Poseo un « enviado desde Filipinas por el Sr. Mazarredo. Es una especie de gran tamano, y notable por la mancha amarilla que lleva el estigma del élitro. El area dorsal ofrece seis venas oblicuas, de las cuales las tres internas son parale- las, sinuosas y mayores que las externas, que son curvas con la concavidad dirigida hacia fuera: el espejo es mas largo que ancho y en angulo recto por delante, con la mitad anterior un poco mas larga que la posterior, dividido por una vena obli- cua que se encorva un poco antes de insertarse en el angulo externo del espejo, que es muy obtuso y casi redondeado; el area apical es muy larga, formando por si sola mas del tercio de la longitud total del élitro. En el ejemplar 4 que me re- fiero, la mancha negra, transversa de la base de las tibias pos- teriores, esta reducida 4 un punto negro. 40. Calyptotrypus tibialis Sauss. Gryllides, 11, p. 720, f. 4. Refiero a esta especie, solo citada hasta ahora de las Molu- cas, una 9 de Ligao (Albay) encontrada por el Sr. Mazarredo, a la que conviene perfectamente la descripcién original, so- bre todo en lo que respecta a la forma de las tibias anteriores. Varia, sin embargo, la longitud del oviscapto, que en nuestro ejemplar es solo de 15™™. 4\1. Calyptotrypus fuscinervis Stal. Parecanthus fuscinervis Stal, |. ce, p. 51. No conozco esta especie, que muy bien pudiera no corres- ponder al género Calyptotrypus. Atendiendo al tamafio y 4 la coloracién crei un momento pudiera referirse al Podoscirtus congruus Walk; pero en esta especie el oviscapto es muy lar- go, caracter opuesto 4 lo que indica Stal de su P. fuscinervis. 42. Mnesilobus bicolor de Haan. Gryllus (Phalangopsis) bicolor de Haan, Bijdr. Orth., 2395 Oe Calyptotrypus bicolor Saussure, Gryll., 1, p. 727. El Sr. Saussure cita esta especie como propia de Java; el Sr. Mazarredo la ha encontrado en Manila. La forma del tim- 428 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) pano tibial interno, que es oval y prolongado, y la falta de linea negra en el pronotoson caracteres que determinan muy bien esta especie. 43. Mnesilobus lineolatus Stal. l..€., "pep. Calyptotrypus simodus Saussure, Gryll., 1, p. 730. No conozco esta especie que debe ser muy caracteristica por su coloracién. Es propia de Filipinas. 44. Mnesilobus splendidulus Stal. Le. 5p. ol. Tampoco he visto ejemplares que puedan referirse 4 esta especie. 45. Mnesilobus pallidulus, sp. nov. Unicolor, pallide testaceus, cinereo-villosus. Vena mediastina 7-ramosa, tympano venis duabus parallelis obliquis sinuosis, dua- bus minoribus arcuatis; speculo elongato ovali; antice acute an- gulato, ante medium vena obliqua transversa, area apicali parva. Alis breviter caudatis. Tibiis anticis valde fusiformibus, supra sinuatis et bi-cmpressis; foramine externo ovato, interno elonga- to: femoribus posticis concoloribus cy. Long’. corporis J]™=™ - pron. 1.8 =1/ “ely.fr. 11 - fem. post. 7 Loc. Sibul, Mazarredo! Hs afine esta especie 4 las anteriores, pero facil de recono- cer inmediatamente por su color uniforme. El area apical de los élitros apenas representa la cuarta parte de la longitud total de aquellos, y las alas sobresalen un milimetro del extremo de los élitros durante el reposo. La forma de los fémures anteriores es muy caracteristica, y basta, 4 mi juicio, para la creacién del género Mnesibulus. 46. Scepastus pachyrrhyncoides Gerst. Ent. Zeitschr. von Stett., t. 24, p. 423, tb. 1, fig. 3 9 (1863) Saussure, Gryll., 1, p. 732. (15) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 429 Especie sumamente notable por su aspecto y coloracién que la hacen asemejarse 4 los Pachyrrhynchus (coleépteros), en cuya compania vive sobre el arbol del café. Es propia de Filipinas. 47. Euscirtus tagalicus Stal. PC... ps ok, Loc. Sibul, Mazarredo! Esta especie es semejante al Z. crassiceps, y tiene, como ella, el oviscapto deprimido y recto, pero se distingue por el mayor numero de espinas de las tibias posteriores, por la coloracién del pronoto y por la cabeza que es mas pequefia que en aque- lla especie. 48. Euscirtus pallidus Stal. 1.5) Da. Obs 49. Euscirtus dorsalis Stal. C35. Pood: 50. Euscirtus Maesoi, sp. nov. Testaceo-flavescens. Capite validissimo, pronoto transverso, postice bisinuato. Elytris pallidis quadrato-areolatis, corpore longioribus; vena mediastina uni vel biramosa. Alis longe cau- datis. Ovipositore parum curvato, femoribus posticis fere duplo longiore. Long. corporis. 4, l3"" - pron. 1,8 = --elyir. 191 - ailar. 17 - fem. post. 12 =) OVID: 23 Loc. Filipinas, Pérez Maeso! Museo de Madrid. El oviscapto se aproxima al tipo de los que le tienen depri- mido, y es notable por su extraordinaria longitud. Su cabeza se parece 4 la del FE. crassiceps por su gran tamafio, y es mas larga y ancha que el pronoto. Como las descripciones de Stal son tan breves y estan hechas solo por (’, es dificil decidir si esta especie podra referirse & alguna de aquellas, especial- mente al Z. dorsalis. 430 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) 51. Euscirtus concinnus de Haan. Gryllus (Eneoptera) concinnus de Haan, Bijdr. orth., p200,bb. xx, fie ao: Euscirtus concinnus Saussure, Gryll., 1, p. 766. Esta especie se encuentra también en Java. 52. Euscirtus sigmoidalis Sauss. Gryll., 11, p. 768. Loc. Daraga (Albay), Mazarredo! Bataan, Sanchez! Esta especie quiza no sea distinta del #. pallidus Stal. 53. Euscirtus hemelytrus de Haan. Gryllus (Eneoptera) hemelytrus de Haan, l. ¢c., p. 231, i. ex ee Qe! Fuscirtus subapterus Stal, 1. c., p. 52. Loc. Sibul (Bulacan) y Monte Mazaragra (Albay) Mazarredo! No encuentro diferencia apreciable entre la especie de de Haan y la de Stal. Las descripciones de ambas convienen en un todo 4 los ejemplares filipinos. 54. Podoscirtus picturatus Stal. Munda picturata Stal, 1. ¢., p. 51. No he visto este insecto que el autor compara con el Pados- cirtus fasciatus de Haan. El género Munda Stal no me parece diferir del Podoscir- tus Serv. 55. Podoscirtus cicur Sauss. Gryll. 1, p. 787. Especie propia de Filipinas. 56. Podoscirtus congruus Walker. Laurepa congrua Walker, Cat. 1. 98 (7 (non. 2 sec. Sauss). Podoscirtus congruus Saussure, Gryll. u, p. 793. Loc. Sibul, Mazarredo! 9 9. La © no era conocida; difiere del .“ por su mayor tamano; el oviscapto alcanza 14 mm. de longitud yy sus valvas no son agudas ni dentadas por debajo. La coloracidn es variable: en unos ejemplares todo el dorso del pronoto es oscuro, en otros solo hay dos lineas laterales oscuras, que pueden también (17) Bolivar.—GRILIDOS DE FILIPINAS. 431 faltar; lo mismo puede decirse de la linea negra lateral de los élitros, de la que solo queda un pequefio punto humeral ape- nas visible. 57. Aphonus cinereus de Haan. Gryllus (Eneoptera) cinereus de Haan, |. c., p. 232, tb. xx, fig.'o 9. Parecanthus cinereus Stal, 1. c., p. 51. Aphonus cinereus Saussure, Gryll., 1, p. 802. No me es conocida esta especie que Stal cita por primera vez de Filipinas. Se encuentra también en Java, Célebes y Nueva Guinea. El Sr. Scudder, en Boston Journal, x11, p. 140, 1868, describe con el nombre de Fneoptera unicolor un grilido de Manila que no sé a qué especie ni aun 4 qué género de los actuales pueda referirse. Anales de la Sve. exp de Mist. nal. 2 908 ae ie B ay S Nicolau gr barcelona Nitephyllim carneum hodrigues : ew a : Anales de la Soe. esp. de Mist nal Tome TW fam. 1 Kodriquerx dib 4 Neolan gr barcelona Ndephyllum marmeratum hodriguex Oe ayes de Hist nal pa eS Ly. 4 ! ; - . Py: j sf CROQUIS GEOLOGICO de una parte del Sahara occidental. .fozos. x Lugares donde se hicreron observactones astronomacas, Linerarve. — Los numeres indican altitudes en metros, LET Cuaternarw. LET Pliaceno. LE Paleozoree. BBY Pearras cristalinas, MM Grows. EEF Granito. + ‘ . ‘ = > Escala “2ooccua. r ; 2° &. de Iherro. 30 4? : 5° 2 ia es : : ’ | 4 re , o ! 24° 25 1} Tenuaka - AQ i) oe eae | f «Bir Emscrant . a iS «Sidi Mhanmed go _____ de Cintra} 2 4 pe Leni ees eee // f/ j Bu el-riah * ADRAK ET-TiAess as i= See oop | ae 3° e ae a 6? EF. Quiroga, dib? . Kraus, it. Pte ere ; Tomo XVIII. Lam. VI. Anales de la Soc, esp. de Mist. Nat. x 15 100 CY CZ X 65 Or Schenk irogoanum lon Qu inioxy Caesalp ‘ ' a ee vigee. Z Wy Fert —"t ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesién del 9 de Enero de 1889. PRESIDENCIA DE D. FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —E] Sr. Secretario leyd una comunicacién del Sr. Conde de Moriana, dando las gracias por su eleccion para el cargo de Presidente y haciendo constar la imposibilidad en que se halla de asistir 4 las sesiones por residir actualmente en el extran- jero, y su deseo, por tanto, de que se le relevara de este cargo. El Sr. Presidente del ao anterior, Sr. Galdo, después de consultar 4 la Sociedad, manifesté6 que no era motivo sufi- ciente la residencia actual del Sr. Conde de Moriana para ad- mitir la renuncia de su puesto, tanto mas cuanio que el sefior Vicepresidente, por su obligada residencia en esta poblacién y su amor 4 la Sociedad, no presentaria obstaculo para susti- tuirle. Acto seguido el Sr. Galdo cedié la Presidencia al Vice-* presidente electo Sr. Martinez y Saez. El Sr. Vicepresidente, al ocupar su puesto, did las gracias a la Sociedad por el sitio 4 que le habia elevado, haciendo promesa de servir a la Sociedad en todo cuanto.le fuera posi- ble. Concluyé pidiendo un voto de gracias para el Presidente que fué durante el afio anterior, Sr. Galdo, que concedié una- nime la Sociedad. —El Sr. Vidal y Compairé, Secretario de la Comision nom- brada en la sesiédn de Diciembre para examinar las cuentas ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVIlle 1 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del afio anterior presentadas por el Sr. Tesorero, did lectura al siguiente dictamen: «Los que suscriben designados en la sesién anterior para constituir la Comisién que con arregilo al Reglamento ha de nombrarse para el examen de las cuentas presentadas por el Sr. Tesorero, han desempenado su cometido habiendo encon- trado justificada la inversién de los fondos de la Sociedad. Del examen verificado resulta un total de 5.633,42 pesetas de ingresos y 4.998,27 de gastos quedando un sobrante 4 favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de 635,15 pesetas. Comparados estos datos con los de afos anteriores, se ve una notable mejora debida en su mayor parte al celo éinterés poco comunes que se notan en el Sr. Tesorero, por lo que la Comisién pide para dicho sefor un cumplidisimo voto de gracias. Madrid 30 de Diciembre de 1888.—Z. Gémez Carrasco.—Sal- vador Prado.—P. Vidal y Compairé.» La Sociedad aprobé por unanimidad el anterior dictamen y el voto de gracias que en él se pide para el Sr. Tesorero por lo habilmente que viene desempefiando su cargo. —El Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: De M. G. de Vries van Doesburgh, de Kralinge, Holanda, anunciando el envio de un ejemplar del trabajo titutado Lasta y descripcidn de los caradbidos del género Amara de los Paises Bajos y limitrofes, publicado en holandés. Del director del Museo de Zoologia comparada de Harvard College, en Cambridge, anunciando el recibo del 2.° cuaderno del tomo xvii de nuestro ANALES. Del director general de Administracién y Fomento del Mi- *nisterio de Ultramar enviando para la biblioteca de la Socie- dad dos ejemplares de la obra Documentos relativos al cultivo del Tabaco, por D. Alvaro Reinoso. Del Sr. D. José Maria de Lacoizqueta regalando a la Socie- dad un ejemplar del Diccionario de los nombres Huskaros de las plantas de que es autor. Del Sr. D. Francisco Angulo y Suero remitiendo 4 la biblio- teca de la Sociedad un ejemplar de la Misiografia y florula farmacéutica hispanica, de que es autor en colaboracién del Sr. D. Ricardo Sadaba y del Real. DE HISTORIA NATURAL. 3 —Se hicieron cuatro propuestas de socios. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio: Journal of the Royal Microscopical Society.—Aiio 1888, Di- ciembre, parte 6.* Bulletino della Societu Entomologica italiana.—Ano xx. A tti della Societa Entomologica italiana.—Afios 1886 y 1887. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xi, nu- mero 9. Annales de la Sociélé Entomologique de Belgique.—Tomo xxxI. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Moscou.— 1888, num. 3. Meteorologische Beobachtungen angefiihrt am Meteorologischen Observatorium der Landwirthschaftlichen A hademie bei Moskau. —1888. Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College.—Vol. Xvi. Three Cruises of the United States coast and Geodetic Survey Steamer «Blake,» by Alex. Agassiz.—Vol. 1 y 11. Zoologischer Anzeiger.— Ntimeros 294, 295 y 296. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid.— Tomo xxv, num. 3 y 4. Cronica cientifica de Barcelona.—Ano x1, nim. 266. Como donativo: Tabellarisch oversicht der nederland waargenomen soorten van hef. geslacht Amara Bonelli, door Dr. Hd. Everts; regalo del Sr. G. de Vries van Doesburgh. Recueil d'études paléontologiques sur la faune crétacique du Portugal. Description des Echinodermes, por D. P. de Loriol. Entrega 2.*; regalo de la Comisién geolégica de Portugal. Fitografia y florula farmacéutica hispanica, por el Dr. D. Ri- cardo de Sadaba y Garcia del Real y el Licdo. D. Francis- co Angulo y Suero. Madrid, 1885; regalo del Sr. Angulo y Suero. ? Diccionario de los nombres Fuskaros de las plantas en corres- pondencia con los vulgares castellanos y franceses y cientificos latinos, por D. José M. de Lacoizqueta. Pamplona, 1888; regalo - del autor. Notice sui la Station Zoologique d Arcachon.—1886; regalo de la Sociedad cientifica de Arcachon. 4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Note sur une nouvelle espéce de Laminaire de la Méditerranée, por M. Ed. Bornet; regalo de D. J. Rodriguez. Documentos relativos al cultivo del tabaco, por el Dr. Alvaro Reinoso.—Tomo 1, 1.* parte; enviado por el Ilmo. Sr. Director general de Administracién y Fomento del Ministerio de Ul- tramar. Semanario Farmacéutico.—Afio xv11, numeros 10 a 14; dona- tivo de su director D. Vicente Martin de Argenta. —La Sociedad acordo dar las gracias 4 los donantes. —Kl Sr. Lazaro (D. Blas) did cuenta de un trabajo titulado Datos para la flora algologica del Norte y Noroeste de Espana, indicando que era el fruto de las expediciones que llevé 4 cabo en veranos anteriores. La Sociedad acordé que pasase a la Co- misién de publicacién. —H]l Sr. Aulet mostré el vaciado en escayola de un molar joven de mastodonte, hallado en las minas de lignito de Esta- var, en la Cerdana (Cataluna). Sesion del 6 de Febrero de 1889. PRESIDENCIA. DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —KEl Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones reci- bidas: Del Sr. Conde de Moriana, dando las gracias por no haberle sido admitida su dimisién del cargo de Presidente de la So- ciedad. Del Secretario general de la Academia Real de Ciencias de Lisboa, acusando recibo de los cuadernos 1.° y 2.° del tomo XIE de nuestros ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio: Zoologischer Anzeiger.—Numeros 297 y 298. Verhandlungen del k. hk. zoologisch. botanischen Gesellschaft. —1]888. American Association for the Advancement of Sciencie.— 1888. Annual report of the Smithsonian Lnstitution.—1885, parte 2.* —Fossil plants collected at Golden Colorado, by Leo Lesquereux. ri DE HISTORIA NATURAL. American Naturalist.—Vol. x11, numeros 262 a 264. Bulletin de la Societé Géologique de France.—3.* serie, t. Xvi. Bulletin de la Societé académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Tomo vil, nimeros 1, 2, 3. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo x1, nime- ros 143. Bulletin mensuel de la Société linnéenne du Nord de la Fran- ¢e.—1884. Tomos vi y vir, 1885, numeros 139 a 162. Cronica cientifica de Barcelona.—Niimeros 267 & 269. Como donativo: Orthopterologische Beitrize, por el Dr. D. F. Karsch; regalo del autor. Semanario Farmacéutico.—Ntimeros 15 4 18 del presente ano; regalo de su director D. Vicente Martin de Argenta. Revista cientifica.— Nim. 3; regalo de su director el Doctor D. V. Castello. ) La Sociedad acordo que se dieran las gracias 4 los donantes. —(Quedaron admitidos como socios los sefores Aulet y Soler (D. Eugenio), de Madrid; Nacher y Vilar (D. Pascual), idem; Lépez de Zuazo (D. José), idem; presentados por D. Ignacio Bolivar, y Pino y Vivo (D. José), de Murcia; presentado por D. Ricardo Codorniu. —Se hicieron cuatro nuevas propuestas. —El Sr. Medina como Secretario de la Seccién de Sevilla, remite el acta del mes de Enero que se inserta 4 continuacidén. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 12 de Enero de 1889. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Abierta la sesién 4 las ocho de la noche se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Hl Sr. Paul leyé la siguiente nota: 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA «En una excursién verificada el 25 de Noviembre préximo pasado, al inmediato pueblo de Camas, se recogieron algunas plantas, que he estudiado posteriormente y cuya Clasificacién es como sigue: Bellis perennis L. Centaurea pullata L. Silene inflata Sm. Mandragora autumnalis Spr. Ecbalium Elaterium Rich. Cichorium Intybus L. Calendula arvensis L. - | Cynodon Dactylon Pers. Ficaria ranunculoides Mch. Microlonchus Clusti Spach. Solanum nigrum lL. Rubus fruticosus L. Daphne Gnidium L., en fruto. | Verbena oficinalis L. Lythrum acutangulum? Lag. Feniculum oficinale All. Mentha Pulegium i. Chara Jetida Br. Centaurea Calcitrapa L. De los insectos que en esta misma excursién se recogieron, no damos cuenta porno ofrecer interés 4 causa de su excesiva frecuencia y de haberlos ya consignado en la relacién de otras excursiones, como especies muy comunes de la fauna de esta comarca.» —El Sr. Calderon did lectura 4 la siguiente comunicacion: Nota sobre la existencia del «Inuus» en Gibraltar. En la crénica del tiltimo numero de Ze Vaturaliste, 2.* serie, num. 43, 1888, he leido la siguiente noticia, que por parecer- me de algun interés, transcribo 4 continuacién: «Los monos en Gibraltar.—En 1880 se contaban una veintena de monos en Gibraltar. Desde esta época se han multiplicado de tal manera y han causado tan grandes dafos, que ha ha- bido que recurrir 4 todos los medios para destruirlos. Esto se ha conseguido tanto por las armas de fuego, como por medio de venenos, reduciendo asi considerablemente el numero de estos vecinos incdmodos.» Semejantes noticias luchan de tal modo con todo cuanto he podido averiguar sobre estos interesantes y tnicos cuadruma- nos europeos, que he tratado de comprobar la exactitud de semejantes hechos, y, como era natural, han resultado una pura novela. Sirva, sin embargo, esta referencia de motivo DE HISTORIA NATURAL. 7 para resehar y comentar algo de lo mucho que se ha dicho sobre la existencia de la mona en el Pefion. Imrie fué el primero que por el ano de 1789 traté en las Me- morias de la Sociedad Real de Edimburgo, de la presencia del macaco en Gibraltar, refiriendo 4 esta especie dos craneos encontrados en las brechas calizas sobre que esta construida la fortaleza; craneos que se supuso primero y se nego después fueran verdaderos restos fésiles. Mas tarde la existencia alli de dicho cuadrumano ha sido afirmada y contradicha repeti- das veces, hasta la mitad de este siglo, desde cuando ya no hay cuestidn sobre semejante punto. No asi respecto 4 la fecha, numero de individuos y significacién de su existencia en el continente europeo. En honor de la verdad hay que confesar que los datos son insuficientes para decidir si el macaco debe considerarse 6 no como una especie autéctona del Mediodia de Espana, y para hallar en ella la prueba fehaciente de la unidn de Europa con el N. de Africa hasta un periodo reciente, como algunos natu- ralistas han supuesto. Nada comprueba que fueran fosiles los craneos 4 que se refiere Imrie, ni las brillantes exploraciones de Falconer y Busk en Gibraltar han descubierto alli ningun resto paleontoldgico del orden de los cuadrumanos. Algunos gwedgrafos han negado hasta que en tiempo de los arabes vi- viera este cuadrumano en Gibraltar, fundandose en que los escritores musulmanes no hacen mérito de él, si bien G. Smith, que ha dado sobre la cuestién noticias interesantes, cuenta una leyenda arabe, segun la cual las monas conocian un paso subterraneo 4 través del estrecho de Marruecos y Gibraltar. Lo cierto es que la mona vive en dicho sitio desde tiempo inmemorial, si bien los datos numéricos sobre el acrecenta- miento 6 disminucidn de los individuos de la bandada comien- zan en el afio 1855, época en que empiezan 4 ser objeto de verdadera proteccién, llevandose facilmente su estadistica por cuanto van siempre juntos. Antes de esta fecha su numero debia ser algo crecido en opinidén de Posselt, que refiere que los propietarios de los huertos solian poner trampas para pre- servar de sus rapacidades las cosechas. Al disminuir aquellos, por efecto de esta persecucién, vino la idea de ampararlos, evitando la extincién completa de estos ultimos representan- tes de los cuadrumanos en Europa. En 1856, seguin informes g ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA adquiridos por Brehm del guardian de estos animales, el nu- mero de individuos era de once. Después quedaron reducidos & cuatro, y hubieran acabado por extinguirse, si no se hubiera hecho importar algunos nuevos del N. de Africa. Se sabe po- sitivamente que en tiempo del gobernador inglés Willian Co- drington existian tan pocos individuos, que para prevenir su desaparicién, se hicieron venir de Tanger tres 6 cuatro mas, los cuales se reprodujeron después. Como se ve, el Jnuus de Gibraltar, lejos de tender a exten- derse & otros puntos, como lo haria si fuera una especie au- toctona, camina siempre hacia la desaparicién de nuestro con- tinente; asi es que la opinién sostenida por Blainville (1) de que estos monos fueron introducidos en estado doméstico y vueltos por accidente al salvaje, se comprueba por el hecho de necesitar para su conservacidn un cuidado de renovacion constante. También niega este eminente naturalista el su- puesto de que en ninguna época haya podido ser muy nume- rosa la bandada en Gibraltar, por faltar alimento en la loca- lidad con que sostenerse. Se ha cuestionado cual pudiera ser la alimentacién del Inuus en el arido pefiasco calizo de Gibraltar. Unos sostenian que vivia de raices y yerbas aromaticas, lo cual parecidé desde luego excepcional, pues en ningtiin cuadrumano se observa semejante régimen: otros afirmaban que comian principal- mente los frutos que robaban en los jardines, lo cual consti- tuye por si sola una explicacién insuficiente, pues ni estos son alli tan numerosos que pudieran bastar para sostener se- mejantes merodeadores (sobre todo en el caso de que se multi- plicaran en gran numero), ni es creible que los duefos con- sintieran estas rapacidades como estado permanente. Lo mas cierto es que se alimentan principalmente de las raices tiernas y frutos del palmito que crece al lado oriental del Penén, mezclando algunos insectos y alacranes, para apoderarse de los cuales levantan las piedras, que algunas veces bajan ro- dando con estrépito por aquellas abruptas pendientes. A mi juicio, la afirmacién de Blainville es muy atinada: la pobreza en materias nutritivas excluye la probabilidad de que (1) Osteographie; capitulo de los Primates. DE HISTORIA NATURAL. 9 en aquel paraje se hayan multiplicado mucho las monas, ni la de que puedan hacerlo tampoco en lo sucesivo. A la misma causa atribuyo el fracaso del ensayo de aclimatacién de dicha especie en el coto de Onana en 1827, que refiere el Sr. Macha- do, donde los individuos transportados de Marruecos, desapa- recieron en poco tiempo, no obstante haberse ya reproducido algunos. Creo que la cuestidn apuntada puede resumirse en los mis- mos términos en que lo hizo Blainville, diciendo que el Znuus ecaudatus es un animal importado en Gibraltar, como en la isla de Borbén, que se mantiene alli por la proteccién del hombre, pero que el area geografica de los cuadrumanos esta totalmente comprendida en el Africa y el Asia. Voy 4 reproducir, para terminar, las indicaciones que sobre la mona de Gibraltar se consignan en el curioso libro del eminente zodlogo, el Dr. Kobelt, en el que refiere su viaje a las Columnas de Hércules, indicaciones realizadas por el estilo humoristico con que esta sazonada la obra: «Desde las baterias, dice, se pueden ver todos los escarpes de la costa E., guaridas de los monos, cuya vigilancia esta encomendada al sargento que esta alli de centinela. Inglate- rra se ha hecho un deber de conciencia de proteger a los tini- cos cuadrumanos de Europa, prohibiendo, bajo penas severas, el matarlos ni molestarlos. La mona de Gibraltar es el macaco sin cola (Jnuus ecaudatus), especie muy abundante en el N. de Africa, y, sobre todo, en la parte de Marruecos, donde vive de preferencia en los desfiladeros inaccesibles y en los bosques. Alcanza hasta cuatro piés de altura; pero es completamente inofensiva, en tanto que no se la moleste, pues entonces se pone en Ss el y de aqui su tendencia 4 ocupar page las alturas: 8. lhe »En Gibraltar es biew conocida la preteceion are que goza ae mona, y en cuanto al forastero solo por excepcion tiene oca- sidn de ver la bandada. Solo dos motivos la hacen salir du- rante el dia de sus escondites en las quiebras inaccesibles del lado oriental: la falta de agua durante el estio y el tirano de Gibraltar, como llaman alli al viento de levante. »>El sargento que esta encargado desde hace mucho fies de la custodia de los monos, cuenta que vienen ordinaria- mente al lado O. en las primeras noches de verano en busca 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de agua que beber. Aprovecha esta ocasién para hacer su re- gistro civil, que aparece indefectiblemente en la Gibraltar Chronicle entre los interesting events. La manada se ha multi- plicado recientemente de un modo considerable y ahora cuenta unos 20 individuos. Algunos anos antes se encontraba muy disminuida y amenazaba desaparecer, 4 causa de que el viejo town mayor (pues los ingleses honran con el mismo titulo al jefe de la manada que al de la plaza fuerte), habia fallecido sin dejar sucesor y su reino se veia amenazado de una proxima ruina. Entonces intervino el Gobierno inglés, é hizo buscar en Marruecos un joven mono, lleno de esperanzas, al cual puso en el trono. En esta coronacién obtuvo mayor éxite que en el Afghanistan, pues las monas viudas recibieron con los brazos abiertos al nuevo town, que quedé convertido desde entonces en el César definitivo, no sin descontento, sin em- bargo, de algunos: de los que poseen jardines en Gibraltar, porque los monos los saquean de noche de un modo desver- gonzado. Cuando no pueden hacer esto, viven principalmente de las raices y frutos de los palmitos que crecen en gran nu- mero en las pendientes del E.» (1). —E] Sr. Medina ley6 la nota siguiente: «Habiendo tenido ocasién de estudiar los Quirdpteros exis- tentes en las colecciones del gabinete de Historia Natural de esta Universidad que nuestro digno consocio el Sr. Calderon ha puesto galantemente 4 mi disposicién, he podido determi- nar las especies procedentes de esta regién que forman parte de dichas colecciones. Creyendo de gran utilidad todo lo refe- rente 4 la fauna de Andalucia y especialmente tratandose de un grupo tan poco estudiado todavia en ella, como al que me refiero, voy 4 permitirme presentar brevemente el resultado de mis investigaciones. Ante todo y como precedente histérico, debo mencionar los datos referentes 4 este grupo, contenidos en el Catdlogo metd- dico y razonado de los Mamiferos de Andalucia, de D. Antonio Machado, en el cual se citan las siguientes especies: Disopes Savii Schinz.—Sevilla y Cordoba. Vespertilio barbastellus Schreb.— Alcazar de Sevilla. (1) Kobelt. Nach den Stulen des Hercules.—Francfort, 1883; pag. 11 y siguientes. DE HISTORIA NATURAL. ll Vespertilio auritus L.—En las torres y campanarios. a murinus L.—En los techos de los edificios, tejados y ventanas. noctula Schreb.—En los huecos de las torres y de los arboles. -- pipistrellus Schreb.—En los mismos lugares que el precedente. Rhinolophus wnihastatus E. Geoffr.—Coto del Rey. Posteriormente 4 dicho Catalogo, ha aparecido otro del se- flor Martinez Reguera, sobre los J/amiferos del término de Montoro, del cual se mencionan las especies siguientes: Rhinolophus ferrum-equinum L. | Vespertilio noctula Schreb. _ hippocrepis Herm. — serotinus L. Vespertilio murinus L. — auritus L. “= pipistrellus Schreb. _ barbastellus Schr. Comparando estas dos listas y teniendo en cuenta los nom- bres sindnimos que figuran en una y otra, resulta que en la primera se cita una especie que no consta en la segunda (Di- sopes Savit Schinz), y en esta Ultima aparece en cambio el Rhinolophus hippocrepis Herm., de que no hizo mérito el sehor Machado. Tratando de determinar los ejemplares de Quirdpteros reco- -gidos en nuestras Ultimas excursiones, busqué en las colec- ciones de la Universidad las que habiendo servido al Sr. Ma- chado para la redaccioén de su trabajo, suponia existieran alli; pero hube de sufrir gran desencanto al notar la falta de la mayor parte de dichas especies, componiéndose principal- mente la coleccién de individuos procedentes de Almadenejos y Ciudad-Real, donados por D. Eduardo Bosca y de otros de Sevilla recogidos por D. Salvador Calderén y determinados en Madrid por el Sr. Martinez y Saez. Fuera de estos solo se ha- llan escasos ejemplares correspondientes 4 dos especies, como lo comprueba un principio de Catalogo de los animales exis- tentes en el gabinete de Historia Natural suscrito por D. Ro- mualdo G. Fragoso, inico que existia hasta la confeccién del que se acaba de terminar. De mis estudios sobre dichos ejemplares, resulta que todos pueden reducirse 4 las tres siguientes especies: 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Rhinolophus hipposideros Bechs.—Alcazar de Sevilla, Tocina, Coto del Rey. Vesperugo borealis Nilss.—Sevilla. Miniopterus Schreibersii Natt.—Sevilla. Es de notar que el Vesperugo borealis Nilss., no citado hasta ahora de Andalucia ni de Espafia, constituye una especie su- mamente frecuente en los alrededores de Sevilla y aun dentro de la poblacién. Respecto 4 las otras mencionadas en los Catalogos de los Sres. Machado y Reguera, yo no puedo afir- mar ni negar su existencia en el pais, limitandome 4 con- signar que no he encontrado hasta hoy ningun dato que la compruebe.» —El Sr. Garcia Parra propuso que se pasara una comunica- cién, felicitando al Sr. Peral por su invento, acordandose asi por unanimidad. —El Sr. Calderon participé 4 la Sociedad que en el Instituto de Malaga y bajo la direccidn del profesor de Fisica de aquel centro, D. Pedro Marcolain, se acababan de instalar dos seis- moscopios sistema Galli, uno de ellos relacionado con un reloj parado en las doce, y un tercer aparato, que es un péndulo ho- rizontal. Los tres se hallan en relacién con un timbre de alar- ma y con numeros del cuadro indicador del servicio. La caida de un cuerpo cilindro-cénico que termina en un trozo de aguja y se apoya sobre otra aguja, produce el cierre del circuito eléctrico en los seismoscopios. Hasta el presente no se ha obtenido ninguna indicacién; verdad es que la instalacién de los aparatos es sobrado reciente para que hubiera habido ocasién de comprobarlos. Se felicité de que al fin se hubieran cumplido los votos que en sus precedentes notas sobre los terremotos de Andalucia habia hecho con insistencia, de que se instalasen en la zona sometida 4 tan terribles fendmenos, aparatos avisadores y re- gistradores, que pudieran servir de medios de estudio, y aun de previsién, en parte, de funestas consecuencias, y termind felicitando al Sr. Marcolain de ser el iniciador entre nosotros de tan importante adelanto. DE HISTORIA NATURAL. 13 —El Sr. Cazurro ley6é la siguiente nota: «De todas las provincias 6 regiones maritimas en que ha di- vidido Europa, el Sr. C. Heller en su clasica obra Die Crusta- ceen des stidlichen Europa, para el estudio del interesante grupo de los crustaceos podoftalmos, una de las menos conocidas es la lusitanica; pues en la citada obra no se mencionan de esta region sino 50 especies de crustaceos podoftalmos, y de ellas, segun su autor hace notar, ninguna es propia de esta regién, sino que en su totalidad habitan también en el Mediterraneo, 33 de ellas en la regién Céltica y sold 26 en la Artica, siendo pues de estas regiones la Mediterranea con la que mas pare- cido tiene, como también asi lo comprueba el encontrarse en la regién lusitanica el Gelasimus Tangeri Kyd., tan abundan- te en las costas de Marruecos y de Andalucia, en donde sa- bemos que se pescan para recoger solamente la pata anterior terminada en pinza, la cual se arranca y se arroja el animal al mar, en donde 4 las mudas siguientes regenera el miembro arrancado y queda en disposicion de volver 4 ser pescado para sufrir igual mutilaciédn, vendiendo luego estas patas en el mercado con el nombre de todos conocido de Bocas de la Isla por su figura y ser la isla de San Fernando donde en mas abundancia se recoge este curioso crustaceo. Hoy dia esta regidn ha sido mejor explorada por el celoso profesor de la Universidad de Coimbra, el Sr. D. M. Paulino D’Oliveira, el cual ha tenido ocasién de recoger en ella una nueva especie, la Maja Goliziana, muy proxima 4 la WZ. syui- nado Rond., y que recientemente ha descrito. También la coleccién de nuestro Museo de Historia Natural, en el que merced al celoso profesor encargado de las colecciones de artropodos, D. Ignacio Bolivar, cuenta hoy con una impor- tante y bien ordenada coleccién de crustaceos de Espafia y Portugal, compuesta de 177 especies, han ingresado recien- temente varias especies de crustaceos de la regidn lusita- nica, recogidas por nuestro consocio D. Maximino Sanz de Diego, cuyas valiosas investigaciones en nuestra fauna son de gran valor, y las cuales creo interesante citar como datos para la fauna carcinoldgica tan poco conocida de la regién lusitanica. 14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Stenorhynchus longirostris M. Edw. Inachus thoracicus Roux. Maja squinado Rond.— Nom- bre vulgar burro. Cancer pagurus L. Carcinus menas Leach. Polybius Henslowi Leach. Pachygrapsus marmoratus Fabr. Calappa granulata Fabr. Atelecyclus cruentatus Desm. Eupagurus Bernhardus L. Paguristes maculatus Risso. Pagurus striatus Latr. Clibanarius misanthropus Ris. Porcelana longicornis M. Edw. Galathea strigosa Fabr. Palinurus vulgaris Latr. Gebia littoralis Desm. Crangon vulgaris Fabr. Palemon serratus Fabr. — sqguilla Fabr. Idotea linearis lL. Armadillidium pustulatum Dum. Balanus sp. —El Sr. Secretario leyé la siguiente nota remitida desde Santa Olalla (Toledo) por el Sr. Gonzalez Fragoso: Hongos hallados en los alrededores de Carmena (Toledo). Psalliota cretacea Quelet. — Vaillantii? Quelet. — campestris Quelet. — pratensis Quelet. — Amanita cesarea Quelet. Volvaria gloiocephala Gillet. Phallus impudicus L. Morchellia esculenta P. Erineum vitis DC. Puccinia malvacearum Mont. Uredo Rose P. — Fuphorbie Rebent. — Carbo DC. — Caries DC. Oidium Tuckeri Berk. Sesién del 143 de Marzo de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Sr. Pino y Vivo (D. José), de Murcia, dando gracias por su admisi6én. DE HISTORIA NATURAL. 15 Del director de la Comisidn geoldgica de los Estados-Unidos de América, anunciando el envio de los numeros 40 4 47 de su Boletin y un ejemplar de un libro titulado Mineral Resour- ces of the United States for 1887. Del conservador de la biblioteca del Museo de la fundacién de P. Teyler, de Harlem, acusando el recibo del cuaderno 3.° del tomo xvi de nuestros ANALES. Del archivero de la Sociedad botanica de Copenhague, dando noticia de haber llegado 4 su poder el tomo xvi y los cuadernos | y 2 del xvir de los ANALES. De la Sociedad entomoldgica de Stockholmo, participando el envio del ultimo afio de su diario y dando gracias por las publicaciones remitidas de esta Sociedad. Del profescr Antonio D’Achiardi, de la Universidad de Pisa, Secretario de la Sociedad Toscana de Ciencias naturales, par- ticipando el fallecimiento de su Presidente, José Meneghini. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 299 a 301. Entomologish Tidskrift.—Anio 9.° The American Naturalist.—Vol. xx1r1, nim. 265. Journal of the Royal Microscopical Society.— Ano 1888, par- te 6.’; 1889, parte 1.’ Bulletin de la Société Géologique de France.—1888, num. 10. —1889, nim. 1. Annuaire géologique universelle.—Tomo tiv, 1888. Bulletin de la Société Zoologique de France.—1889, num. 1. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Vol. v1, 11 de Noviembre de 1888. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxv, en- tregas'1.°,°2.*y- 3.7 Boletin de la Comisién del Mapa geoldgico de Espana.— Tomo xiv. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid.—Tomo xxv, numeros 5.° y 6.° Cronica cientifica de Barcelona.—Afio x11, numeros 270 y 271. Como donativo; Repertoire alphabetique des noms spécifiques admis ou proposes dans la sous-famille des Libellulines. Bruxelles, 1889.—Conseils pour l'étude des palpicornes aquatiques.—Matériauz pour la fau- 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ne entomologique de la province de Namur, Coléopleres 3.” cen- turie, por A. Preudhomme de Borre; regalo del autor. Sur Valimentation des naufragés en pleine mer.— Sur la troi- siéme campagne scientifique de V Hirondelle. — Sur Templot de nasses pour les recherches zoologiques en profonde.—Sur un dis positif destiné a eclairer les eaux profondes.—Sur la quatriéme campagne scientifique de lHirondelle.—Sur un cachalot des Acores; regalo de su autor el principe de Monaco. Semanario farmacéutico.—Aiio xvir, numeros 19 4 23, regalo de su director D. Vicente M. de Argenta. Apuntes, noticias y datos de una excursion forestal, por don José Secall, regalo de su autor. Influencia de la Quimica en el progreso de los ejércitos, por el Dr. D. Martin Bayod y Martinez, regalo del autor. La cuestidn del rio Muni. Conferencia pronunciada por el Excmo. Sr. D. Francisco Coello, el 9 de Enero de 1889, en reunién publica de la Sociedad Geografica de Madrid; regalo de esta Corporacion. Memoria inaugural leida por D. Lauro Clariana y Ricart en la Real Academia de ciencias y artes de Barcelona; regalo del autor. La Sociedad acorddéd que se dieran las gracias 4 los do- nantes. ——(Juedaron admitidos como socios los sefores Dargent (D. Florismundo), de Malaga, propuesto por D. Ignacio Bolivar, 4 nombre de don Julio Ferrand; Martinez Pacheco (D. José), de Madrid, propuesto por D. Vicente M. de Argenta; Mazzuchelli (D. Camilo), de Madrid, propuesto por D. Juan Vilanova. —Se hicieron tres nuevas propuestas. —El Sr. Medina, Secretario de la Secciédn de Sevilla, ha remitido las actas de las sesiones celebradas por aquella Sec- cién el 8 de Febrero y el 2 del corriente que se insertan 4 con- tinuacidn: DE HISTORIA NATURAL. 17 SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 8 de Febrero de 1889. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. Abierta la sesién a las siete y media, se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Se repartio el cuaderno 3.° de los ANALES. —Se leyé una comunicacién de D. Isaac Peral, dando las gracias, en contestacién 4 la que se le dirigiéd por esta Seccion. —Se hizo una propuesta de socio. —EI Sr. Presidente did las gracias 4 la Seccién por haberle conferido el honroso cargo de Vicepresidente de la misma. —EIl Sr. Seras, ley6 la nota siguiente: «Los excelentes resultados obtenidos por los ensayos que en distintos puntos de Andalucia se han practicado sobre el cultivo del Hucaliptus, hacen pensar al menos versado en asuntos agricolas, la importancia inmensa que adquiriria tan conocida mirtacea el dia que existieran grandes plantaciones de ella en este pais de tan privilegiado clima y se les presta- ran los cuidados que merecen. »Hubiera tenido por exagerados los bellos resultados de dichos ensayos, si no hubiese yo mismo observado el rapido crecimiento de tan util planta, que con escasos 6 nulos cuida- dos, da productos muy superiores & los de casi todos los arbo- les que se cultivan en nuestro suelo. »Las plantaciones que he tenido ocasién de observar, son las existentes en Huelva, en la capital misma y en fincas no muy lejanas a ella. A la derecha del Hotel-Colon, detras de la casa del Sr. Sumdhein, se encuentra una que consta de unos 400 piés, los cuales han adquirido en doce afios alturas de 12 a 14 m.: en otra situada en una de las fincas por donde pasa la ribera de la Anicoba, aquellos arboles han alcanzado en ocho afios una elevacidn de 8 4 9 y mas metros. Asimismo en todas las posesiones que se asientan 4 ambas margenes de dicha ribera, se advierten planteles establecidos con objeto ACTAS DE LA SOC. ESP,—XYVIII- 2 LT A Py, 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de desterrar las numerosas fiebres tan comunes en aquellos sitios en la época de sequia. Citaré, en fin, dos plantaciones de importancia relativa en dos fincas préximas 4 dicha capi- tal; una pertenece al Excmo. Sr. D. Manuel Vazquez y otra se halla en la conocida finca de Piguerillas, propiedad del senor Sumdhein, que fué hecha por el Sr. D. F. de la Cueva, y en la que algunos de los arboles en el periodo de quince anos, adquirieron alluras de 16 y 18 m.; muchos de ellos ya no existen, por haberse cortado con objeto de construir con su madera traviesas para ferrocarriles. »De todas las plantaciones que conozco en dicha localidad, la que mas me ha llamado la atencién, es una, no muy extensa, situada 4 la salida de Huelva, por la carretera de Sevilla: en ella se nota tan diferente desarrollo en piés plan- tados en una misma época, qne no puede menos de sorpren- der al mas desatento observador. Estas diferencias del des- arrollo consisten, 4 mi juicio, en la disposicién y naturaleza del suelo 6 mejor del subsuelo marismeno y salitroso de esta zona. Alli donde el suelo alcanza poco espesor, como sucede en la base de las pendientes, las raices le atraviesan y pene- tran en dichas capas profundas, tan desfavorables para el arbolado, al paso que los piés de planta nacidos en las partes elevadas 6 & media ladera, que solo han atravesado las rocas del suelo, presentan considerable desarrollo. »Existen ademas en Huelva numerosos Lucaliptus, pues raro es el jardin 6 huerta desprovisto de uno 6 varios, notandose en todos extraordinario crecimiento y lozania, manifestada por el verdor de sus hojas, por la intensidad del aroma exhalado y por el vigoroso desarrollo de sus copas, caracteres opuestos a los que ofrecen los individuos raquiticos, los cuales, ademas de alcanzar menos altura, tienen las ramas laterales cortas con relacién a la longitud del tronco y despiden muy escaso aro- ma. Un ejemplar del jardin del Gobierno civil ha adquirido en el trascurso de diez afios una altura de 14m. yunaanchura en la copa de 6. Ademas de este existian en el mismo local dos Hucaliptus colocados 4 la puerta del cuerpo de guardia, los cuales en el mismo tiempo llegaron 4 una elevacién igual, si bien ostentaban menos copa, merced 4 que los soldados se entretenian en clavar sus bayonetas y descortezarles, lo cual did por resultado su muerte. — DE HISTORIA NATURAL. 19 »De estos datos se desprende que los Fucaliptus globulus tie - nen en nuestro pais facil aclimatacién; tanto mas cuanto que las plantaciones que yo he observado se hallaban privadas de los cuidados que se aconsejan para sacar de ellas grandes uti- lidades. »Las que esta planta proporciona son numerosas, consistien- do la principal de ellaS en las propiedades de su madera, la cual ademas de su extremada dureza, comparable a la del no- - gal 6 del roble, presenta mayor resistencia que estas ultimas a la putrefaccién por el agua y al ataque por los insectos. En Huelva he visto usar la madera del Hucaliptus para varas de carros, prefiriéndose 4 todas las demas para este objeto; asi mismo los barcos balleneros construidos en Hobart-Towon de- ben su solidez 4 la buena calidad de la madera de Tasmania y particularmente de Lucaliptus globulus. »Esta planta es reputada como medio de saneamiento de los ‘parajes pantanosos, habiéndose comprobado sn virtud y nota- ble eficacia en no pocas localidades de Andalucia: asi ha ocu- rrido en efecto en la mina de hierro del Pedroso (provincia de Sevilla) y en las sierras de la provincia de Huelva, donde en la época de los calores se desarrollan muchas fiebres como he dicho acontece en la ribera de Anicoba. »Se explica este fendmeno, sobre todo tratandose de grandes plantaciones, por la accién de las hojas, que obrando como pantallas, impiden la accién directa de los rayos solares sobre la tierra, al mismo tiempo que lasraices absorben la humedad del suelo, por cuya influencia combinada el vegetal destruye los elementos que determinan la produccidn de los organis- mos parasitarios. De otra parte se ha comprobado la existencia en el arbol en cuestién y con mayor abundancia en la corteza y hojas, de una esencia oxidada estudiada por Cloez y desig- nada con el nombre de Aucaliptol, cuya formula es C24 H?? 02, y cuya densidad es de 0,905 a la cual se deben las conocidas propiedades febrifugas de tan precioso vegetal. »Tales son las observaciones que porel momento puedo co- municar 4 la seccién sobre el Fucaliplus en Andalucia, obser- vaciones qué espero pueda ampliar en lo sucesivo y de que ddaré cuenta si lo estiman de alguna utilidad mis distinguidos CONSOCIOS:» KI Sr. Presidente manifesté que en una estacidén de la linea 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA férrea de Béjar 4 Lisboa, denominada Pinhal Novo, se habia notado durante muchos afios el gran niimero de empleados que morian del paludismo, lo cual se modificé completamente cuando se hicieron plantaciones de Hucaliptus, siendo hoy aquel lugar uno de los puntos mas salubres de Portugal. Dijo que citaba este caso por ser muy conocido en el vecino reino y de tanto bulto, en comprobacién de lo que acababa de sos- . tener el Sr. Seras. —El Sr. Gonzalez y Garcia de Meneses did lectura 4 la si- guiente comunicacion: Nota sobre las minas de masas de pirita de hierro cobrizas de la provincia de Huelva. En contacto por el lado meridional del horizonte arcaico, que constituye la linea de crestas mas salientes de calizas cris- talinas, que forman la parte de la cordillera Marianica en la provincia de Huelva y constituye en ella las llamadas sierras de Aracena y Aroche, se asienta la zona ui horizonte geolégico que contiene las minas tan renombradas Rio-7into, Tharsis, Sotiel-Coronada, La Zarza, Cueva de la Mora, etc. de la pro- vincia de Huelva; Castillo de las Guardas y Aznalcollar de \a provincia de Sevilla y Santo Domingo y Aljustrel del Sur de Portugal. Dicha zona esta compuesta principalmente de pizarras alu- minosas ferro-magnesianas mas 6 menos metamorfizadas por unos macizos de intrusidn que la cortan en diferentes puntos, constituidos por diabasas 6 dioritas en la parte mas meridio- nal de la‘zona y el granito 6 el gneis en la parte mas al Norte 6 mas inmediata a las calizas de las crestas de la sierra alta. En la regién que corre mas al Norte de la zona, no se han descubierto en las pizarras restos fosiles de ninguna clase, y so- lamente en la regidn meridional se han podido recoger estos, principalmente la Posidonomia Beckeri, en las cercanias de las minas del Alosno y algunos depositos encriniticos en las inme- diaciones de las minas de Za Coronada,; fosiles, estos que ca- racterizan el horizonte geolégico Namado del Cuém & que per- tenece la zona de pizarras que nos ocupa. Los macizos de intrusién, asi como las formaciones calizas. y pizarrosas, mencionados, estan alfneados en la direccién DE HISTORIA NATURAL. 21 dominante N. 45° O., en fajas paralelas y las partes estrati- ficadas de toda la zona tienen la misma direcciédn dominante N. 45° O., una inclinacién prdximamente de 70° con la horizon- tal y un buzamiento al N. 45° E. salvo contadas excepciones, en las que el buzamiento es contrario 6 sea al S. 45° O. De toda la zona expresada, que es la minera de la provincia de Huelva, se pueden consignar las siguientes observaciones, que he tenido ocasidn de hacer y de comprobar siempre, du- rante los once anos que he vivido en ella, estudiandola cuida- dosamente. En la inmediacion de toda la mina de pirita de hierro cobriza en masa, existe 4 nivel mas alto que ella, algun macizo de in- trusién dioritico 6 diabasico, y de tanta 6 mas importancia por su magnitud, con relacién 4 los demas macizos de Ja zona, cuanto lo es también la de la masa de pirita que constituye la mina proxima. Dichos macizos se hallan en un estado de transformacién y desagregacion continuos, debidos 4 la accién del aire y de las aguas exteriores é interiores, por cuya virtud ceden 4 estas diversos elementos metaliferos, principalmente de hierro y de cobre. Penetrando dichas aguas en las masas de piritas de hierro, compuestas de diversos sulfuros y oxi-sulfuros, dejan en estas sus elementos metalicos mas reductibles, principal- mente el cobre, el cual acumulandose en los caminos que re- corren las aguas con mas facilidad, cobriza las piritas de hie- rro; habiéndose constituido y constituyéndose asi los yaci- mientos cupriferos que hoy se explotan en la regién que nos ocupa. En comprobacién de este punto de vista, podemos consignar los hechos siguientes: 1.° El cobre en las minas de la provincia de Huelva, no se halla asociado en las masas 4 la pirita de hierro en proporcién constante, sino que siempre se encuentra, formando sulfuros y oxi-sulfuros, acumulado en las grietas y caminos de menor resistencia de las piritas preexistentes. 2.° En las masas mineras de la zona que nos ocupa, la parte mas rica en cobre, es la inmediata al lecho, lo que se explica, porque siendo este generalmente impermeable, las aguas in- teriores que han surcado la masa de pirita de hierro se han de- tenido acumulandose en él. 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 3.° La cobrizacién en estas minas llega al maximun a una profundidad determinada, después de la cual, decrece rapida- mente hasta desaparecer; guardando relacién el crecimiento y decrecimiento de ley de cobre con la mayor 6 menor facili- dad que han encontrado-en su curso las aguas interiores. 4.° Los filoncillos, manchas y vetillas de pirita, interpues- tos entre las pizarras que forman las cajas estériles de estas masas, son de sulfuros de cobre, y hasta de cobre nativo, donde han tenido acceso las aguas interiores que provienen de las dioritas y demas rocas de intrusién proximas; y son de piritas de hierro puras 6 pobrisimas en cobre, los de la parte opuesta 6 de salida de las aguas después de haber atravesado las masas. 5.° La riqueza relativa en cobre de estas masas analogas de pirita de hierro, guarda relacién con la posicién de sus alturas, principalmente dentro dela zona, y con los macizos de intru- sidn que estan en sus inmediaciones; podria suponerse esa re- lacion, puesto que, en igualdad de tiempo y demas condicio- nes, ha debido llegar 4 ella mas 6 menos cobre disuelto segun su posicién; y asi resulta, que la mina mas rica en cobre (pues alcanza hasta ahora una media superior al 4 por 100, al paso que las demas analogas no llegan al 3) es la mina Sotie/-Coro- nada, que solo esté unos 50 m. sobre el nivel del mar, siendo la mAs baja de la zona absoluta y relativamente alas rocas de intrusién. En cambio, la mina mas pobre, que es la llamada Confesionarios, constituida solamente por la pirita de hierro, con vestigios no mas de cobre, es la mas alta de todas las de la regién, absoluta y relativamente 4 los macizos de penetra- cién diabasicos que la rodean y se extienden principalmente al Norte de ella. Las observaciones que dejo consignadas, forman parte de un estudio extenso que estoy concluyendo sobre la mineraliza- cién en general de la zona cuprifera de la provincia de Huelva, estudio que tendré el honor de comunicar a esta Soczedad cuan- do termine la comprobacién de algunos datos. No creo, sin embargo, aventurado adelantar hoy sobre dicho estudio, la afirmacién de que asi, como el cobre en las minas de la region que me ocupa, ha venido depositandose y reuniéndose lenta- mente por la accion continua y normal de las aguas y del aire, obrando como disolventes y como elementos de reaccién y de DE HISTORIA NATURAL. 23 vehiculo para la emigracién 6 transporte de dicho metal; del mismo modo, las masas de pirita de hierro que constituyen, principalmente, las principales minas, y las infinitas filtracio- nes piritosas que por toda la zona se encuentran, son producto de la obra lenta y continua de dichos agentes, agua y aire sobre las rocas de la zona, que transforman lenta pero radical- mente los elementos mineralédgicos del horizonte que nos ocupa. —El Sr. Calder6én dijo que en una excursién que habia rea- lizado recientemente por el término de Coronil, en compa- hia del profesor D. Manuel Sales, tuvo ocasion de ver un yaci- miento prehistérico, descubierto por el Sr. Candau el pasado ano, y en el que se trabaja en la actualidad para limpiar de los acarreos que le cubren. Hallase este en un vifedo situado a unos 3 km. al S. del pueblo del Coronil, y junto al hermoso castillo feudal llamado de la Aguzadera, asentado, como todo el terreno circundante, sobre una arenisca miocena suma- mente fosilifera. Kl monumento prehistérico, al menos lo que se reconoce hasta ahora, es un menhir sobre sepultura, cons- truido en una colina de dicha arenisca, que destaca de todas las lomas redondeadas que la circundan. Los objetos encon- trados consisten en cuchillcos y puntas de pedernal, vasijas es- féricas de barro no cocido de diferentes tamafios, un punzon y hachas de bronce de la misma forma que los celtas de piedra 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA pulimentada, y restos humanos, entre ellos una mandibula y parte de una tibia platicnema. Se trata, pues, de un yaci- miento de la época del bronce; pero del primer periodo de esta época, 6 sea de la transicién de la piedra al. metal, del cual no se conocia alin nadaen Espafa y muy poco enel extranjero. EK] mismo senor presenté una serie de dibujos de los mencio- nados objetos, ejecutados por el Sr. Candau, de los cuales son copia los anteriores perfiles de las dos hachas de bronce mas caracteristicas, reducidas 4 la mitad de su verdadero tamaiio. Sesi6én del 2 de Marzo de 41889. PBESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. Abierta la sesidn 4 las ocho de la noche, se leyé y aprobé el acta de la anterior. —(Qued6 admitido como socio el sefior Laza y Herrera ( D. Enrique), propuesto por D. Manuel Medina. —Se hicieron dos propuestas de socios. —HEl Sr. Galderon hizo la siguiente comunicacidén: Ofitas del Cerro de la Plata, en la laguna de Fuente-Piedra. «En mi nota sobre la laguna en cuestidn, leida en la sesién de Agosto ultimo en esta Sociedad, decia al tratar de la roca cristalina del cerro de la Plata, que esta ofrecia dos aspectos sumamente diversos, uno de los cuales era la porfirita ensta- titica, de que di también cuenta. En realidad debi decir mas bien, que el macizo cristalino esta principalmente constituido por una ofita diabasica, que pasa en unos puntos a dicha por- firita, al paso que en otros lo hace 4 otra roca, que difiere no- tablemente de ambas por su composicién y estructura. El material principal y dominante en el cerro es una piedra compacta, cristalina y de un color gris verdoso en las super- ficies frescas. Aunque bastante alterado, sus secciones delga- das muestran que se trata de una roca del grupo diabasico, si bien desprovista de la estructura bien caracteristica de esta DE HISTORIA NATURAL. 25 familia, pues la augita ofrece por lo general limites marcados. Junto & este mineral y al feldespato se encuentran calcita y titanita. Semejante roca pasa localmente 4 la porfirita enstatitica de que me ocupé en otra sesién, y también 4 otra de que voy @ tratar ahora, que he recogido ademas en cantos sueltos al otro lado de la laguna, sin poder determinar su procedeucia exacta, pero que no deben haber venido de muy lejos. Desde luego los caracteres exteriores de la roca que voy a examinar difieren completamente de los que ofrecen las des- critas anteriormente. Se trata ahora de un material gris oscu- ro, pasando 4 negro, pesado y muy compacto. De su pasta criptocristalina solo destacan en las superficies frescas puntos diminutos mas brillantes que el resto y muy rara vez algun individuo cristalino de hasta algunos milimetros, de color amarillento. Resiste tenazmente al choque del martillo, bajo el cual se desprenden esquirlas de angulos muy vivos que muestran la compacidad de la roca. Las superficies expuestas 4 la intemperie se alisan y forman una capa de color ocraceo oscuro, que profundiza poco. Las secciones delgadas examinadas al microscopio no difie- ren menos que el aspecto exterior de las pertenecientes a la otra roca del mismo macizo. Esta se compone de feldespato completamente alterado, hornblenda fresca, hierro oxidado opaco y olivino, en individuos grandes aislados. Asociacién tan singular me llamo de tal modo la atencién, que envié un trozo'del ejemplar al distinguido profesor Cohen, que con su habitual amabilidad no solo comprobo ser esta la composicién de la roca, sino que me ha comunicado algunas consideracio- nes importantes sobre ella, de que daré después cuenta. El /e/despato aparece en estado de cristales pequenos alar- gados y estrechos, como suele hacerlo en los basaltos, y nunca en forma de individuos porfidicos. Por su opacidad y estado de alteracién no se puede afirmar con certeza si es una orto- clasa 6 una plagioclasa, aunque el aspecto de él parece evi- dentemente el de esta ultima. La forma general de sus maclas y el modo de reunirse en grupos estrellados recuerdan mucho la plagioclasa de otras ofitas. ' La hornblenda, muy abundante, rellena los huecos que quedan entre los cristales de feldespato, en forma mas bien 26 ACTAS DE LA SOCIEDSD ESPANOLA granuda que cristalina, y con esa adaptacién que da lugar 4 la estructura llamada panidiomorfogranuda por Rossenbusch. Esta hornblenda de color verdoso, esta generalmente muy fresca, como he dicho, y se caracteriza perfectamente ademas por su pleocroismo marcado y por sus exfoliaciones, atin cuando las secciones basicas bien claras escasean mucho. De los restantes minerales los més abundantes son el hierro titanado en pequenios grupos y la magnetita en granillos dis- persos, sobre todo como inclusién en la hornblenda. La oxi- dacién de estos da lugar algunas veces a laminillas de hierro oligisto. El olzvino, en fin, se halla como mineral accesorio en indi- viduos grandes, aislados, y ellos son los que constituyen aquellos cristales amarillentos, que he dicho se percibian alguna vez 4 la simple vista en la pasta de la roca. Aunque este mineral esta bastante descompuesto, con todo aparece muy bien caracterizado, y en las partes centrales de sus frag- mentos irregulares todavia es dado examinar sus vivos colores de polarizacion. Los bordes exteriores se transforman en ser- pentina que se corre a veces por la pasta en forma de venillas muy finas. Como dice con mucha razén el profesor Cohen, el aspecto y la composicién de esta roca en un todo analogo al de las an- tiguas (Tiefengesteine de Rosenbusch), son tan diversos de los que ofrece la porfirita de que di cuenta en otra sesién, que apenas podria creerse formaran parte de un mismo ma- cizo rocoso. Y sin embargo, los apuntes de viaje y el recuerdo que conservo del yacimiento, me hacen creer que asi es en realidad, aunque me propongo repetir la excursién para es- tudiar mas en detalle si la porfirita forma parte importante del macizo y la roca que he descrito ahora no es mas que una facies superficial de la otra, aunque su desarrollo no parece comparable al de las dioritas tipicas. De cualquier modo que sea, esta roca debe clasificarse pe- trograficamente en otro grupo que su companera, siquiera no resulte ser mas que una derivacién de ella. En opinidén del profesor Cohen, si se admite que su feldespato sea una orto- clasa, podria compararse mejor que 4 ninguna otra familia, por su estructura, composicién y aspecto, & la mineta horn- blendifera (Hornblende Vogesis de Rosenbusch); pero, si como DE HISTORIA NATURAL. 27 parece mas probable, el feldespato es una plagioclasa, debe- rian asimilarse mas bien 4 la kersantita hornblendifera (camp- tonita de Rosenbusch). A esta clasificacién se opone, a juicio del citado profesor, el que dichas rocas solo se conocen en forma de gangas en las edades mas antiguas y no en filones ni en apuntamientos entre capas terciarias ni secundarias, pero es de notar que M. Barrois refiere las kersantitas de As- turias 4 la época de las grandes dislocaciones del suelo que dieron nacimientos & los Pirineos las cuales tuvieron lugar entre el eoceno y el mioceno (1). Al tratar de comparar la roca que me ocupa con las restantes ofitas del pais, se tropieza con las dudas que indiqué al des- cribir la porfirita de la misma localidad: si la denominacion de ofita se toma en su acepcién geoldgica, las circunstancias del yacimiento, de los fendmenos epigénicos de contacto y de la edad del ejemplar de que trato, inducen 4a incluirla dentro de semejante familia; pero si con esta palabra se quiere dis- tinguir un grupo petrografico bien definido, es dificil poder decidir si deben 6 no entrar en él las rocas accidentales del cerro de la Plata. En contra de esta asimilacién hablan: 1.° el predominio absoluto del anfibol como bisilicato trapeano, en oposicion a lo que ocurre ordinariamente en las rocas ofiticas de Andalucia, en las cuales abunda mas el piroxeno; 2.° los caracteres de la hornblenda, que no parecen revelar un origen dialagico, como es lo normal en las ofitas que pasan a dioritas, en las cuales este mineral tiende 4 ser fibroso, descubre al- gunos restos de la sustancia de que procede y de productos intermedios de la evolucién; 3.° la presencia del olivino, que hasta ahora no se habia citado nunca en las ofitas. No obstante estos caracteres, el Sr. Macpherson (2) hacitado tantos enlaces de la familia de las ofitas con las demas rocas basicas, que no puede sorprender ciertamente el hallazgo de una variedad que venga 4 revelar otros nuevos. El aspecto megascopico de la roca en cuestién conserva la facies de las ofitas del grupo mas cristalino de la regién andaluza, y la (1) Barros: Recherches sur les terrains anciens des Asturies et de ia Galice. Lille, 1882. (2) Sobre las rocas evrup. de la prov. de Cadiz y su semejanza con las ofitas del Pirineo. ANAL. DE LA SOC. ESPAN. DE Hist. Nart., t. v, 1876. 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA estructura no deja todavia de descubrir muchos caracteres de este grupo; asi es que 4 trechos, sobre todo donde la prepara- cién es suficientemente delgada, la estructura ofitica aparece con toda claridad, los fragmentos de hornblenda se ven arro- llados y aglomerados por el trabajo de individualizacién del feldespato y este ha tendido 4 formar grupos estrellados como en muchas oOfitas cristalinas de la regién. En vista de semejantes contradicciones he denominado 4 la roca ofita kersantitica, para indicar de una parte su naturale- za geologica, y de otra su clasificacion petrografica mas apro- ximada. Esta pluralidad de facies de la roca de Fuente-Piedra es ver- daderamente notable, y en concepto del profesor Cohen, solo comparable a la que ofrecen el macizo porfiritico de Wilsdruft- Postchappel, cerca de Bruhus 6 la roca de Klausen en el Tirol, segun Teller y John. —El Sr. Laza ley6 la siguiente comunicacion: «Vuevas investigaciones sobre las homologias de los huesos del otdo. Dada la inmensa importancia que en la actualidad se con- cede a los estudios del caracter que motiva la presente nota, creo de sumo interés cientifico, los trabajos recientes del pro- fesor Gadow, sobre las homologias de los huesos del oido, que han venido 4 dar luces sobre el problema del origen de la ca- dena auditiva, uno de los referentes 4 anatomia comparada que se halla rodeado de mayor oscuridad (1). Durante mucho tiempo ha ocupado laatencién de los sabios el origen de esta cadena desligada de las demas partes del endo-esqueleto, habiéndose realizado recientes trabajos, espe- ciales sobre este asunto por los eminentes anatémicos Albrecht, Dollo, Bauer y Gradenigo. Las mas importautes conclusiones fueron formuladas por Albrecht, el cual atendiendo 4 razones tedricas, defendia que el conjunto de la cadena auditiva en (1) Hans Gadow.—On the modifications of the first and second visceral arches with especial reference to the Homologies of the auditory Ossicles.—Phil. Trans, of the R. Soc. of London; vol 179 (1888). B. pp. 451-485. (Plates 71-74.) DE HISTORIA NATURAL. 29 todos los anfibios y amniotes, es homologa con la hiomandi- bula de los peces. Notase sin embargo, al decir del profesor Gadow, que una de sus premisas es muy discutible, y ademas que sus princi- pales conclusiones se oponen abiertamente 4 las ideas que do- minan en lo concerniente 4 la morfologia de los arcos viscera- les. En resumen, sus deducciones sobre el origen de la cadena auditiva no han sido nunca admitidas con general aceptacion. Los trabajos del profesor Gadow, reunen a la condicién de estar basados en estudios y observaciones minuciosas, el ha- ber dispuesto para establecer definitivamente su opinién de un variado arsenal de rarisimas formas (recogidas por él mis- mo, sobre todo en las costas de Portugal) de Flasmobranquios especialmente de Heplanchus, Hexanchus, Ceatrophorus, Mylio- batis y Trygon. En su memoria publicada al fin del pasado afio, describe detalladamente y representa, con rara delicadeza en las cua- tro magnificas laminas que la acompanan, el aparato cuya homologia estudia en cada una de dichas formas, siende muy de notar el orden metddico de la exposicién de los hechos y de su doctrina general. Considerando el desarrollo filogenético de los primeros arcos viscerales, nos muestra muy interesantes cambios de funcion desde los selacios mas inferiores hasta los mamiferos mas complicados; pues estando consagrados enteramente en sus comienzos a la respiracién para soportar por su estructura de agallas el total arco hioideo, se cambian pronto en un factor del sistema alimenticio formando su mitad mas proxima la articulacién del aparato masticador, al paso que la mitad pos- terior integra en el proceso de deglucidn; de aqui que su dis- posicién suspensorial, si se me permite la expresién, sea reem- plazada por una nueva modificacién. Al propio tiempo la hio- mandibula queda libre y aun desaparece, en los casos en que no se destina 4 una nueva funcidén, la de la conduccidén del sonido, & consecuencia de la cual se encamina por otras evolu- ciones, salvandose asi de atrofiarse. El sistema total de uno 4 cuatro elementos del oido medio que ejercen la misma funcidn de conductores del sonido, debe ser considerado como de un origen comun; mas claro, como una modificacién de la hiomandibula. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Estas son las bases en que el profesor Gadow se funda para explicar su opinidn sobre dichas evoluciones. En la disposicién primitiva, tal como se presenta en los no- tidanidos, el palato-cuadrado soporta solamente la mandibula; el segundo arco permanece indiferente y la hiomandibula y el cuadrado estan articulados al craneo. Mas adelante, en los réyidos y los selacios, la hiomandibula adquiere un fibro-cartilago de conexién con la mandibula, el aparato masticador se vuelve anfistilico y el hioides suele ad- quirir una insercién al craneo. En los teleosteos, se advierten hondas modificaciones pro- ducidas por la preponderancia adquirida por el cuadrado 6 suspensorio autostilico; al mismo tiempo que la hiomandibula se divide en dos elementos, uno préximo, que es recibido en una ventana de la capsula otica y se convierte en estribo, y otro distante, que se va perdiendo sucesivamente ( Proteus, Si- ren, Menopoma), Esta disposicién autostilica va prevaleciendo en los anfibios; toda la mandibula adquiere una insercidn al timpano y se di- ferencia al mismo tiempo en diversas piezas distintas, como la columnilla y el maleolo 6 extra-columnilla. El cuadrado forma una parte importante del marco timpanico. Prescindiendo de otras disposiciones intermedias, encontra- mos en el género Gecko y luego en los mamiferos, el extremo terminal del hioides adherido al craneo; en varios casos se se- para de este la porcién proxima del hioides, subsistiendo bien desarrollada, y en otros se va reduciendo hasta desaparecer, como acontece en los quelonios, cocodrilos, ofidios y aves. El cuadrado abandonra gradualmente su articulacién con la mandibula, la cual va siendo reemplazada por otra exterior craneal y el hueso se reduce enteramente 4 marco timpanico; el yunque y el martillo se funden las més veces y se apoyan contra la regién parotidea y la articulacién de la mandibula se hace doblemente céncavo-convexa (monotremos). Por Ultimo, en los monodelfos la mandibula pierde su arti- culacién con el cuadrado y la articulacién maxilar se reduce a una pieza tinica cOncavo-convexa, cuya concavidad pertene- ce 4 la mandibula. Hl distinguido profesor de Cambridge analiza cuidadosa- mente en la Memoria citada, todas estas evoluciones sucesivas, DE HISTORIA NATURAL. 31 mas otras intermedias que por brevedad nos ha sido forzoso omitir aqui, terminando con un interesante cuadro compara- tivo de todas estas homologtas en los anfibios, reptiles, aves y mamiferos. No pretendo afirmar que el dificil problema de las homolo- gias de los huesos del oido quede completamente resuelto con el magnifico trabajo que he bosquejado imperfectamente, mas me parece evidente que ha proporcionado nuevos hechos y puntos de vista notoriamente originales y fecundos.» —TKil Sr. Medina leyé la nota siguiente: «Como todos los datos que se relacionan con la fauna hime- nopterolégica andaluza, tienen interés 4 causa de lo poco es- tudiada que se halla esta zona en dicho respecto, no creo de- jara de interesar la noticia de haber encontrado en una excur- sidn que realicé al inmediato pueblo de Tomares, en el mes de Octubre ultimo, una especie bastante curiosa y no citada hasta ahora de Espana. Entre varias obreras de Zetramorium cespitum L. var. hallé algunos ejemplares de Strongylognathus Hubert Forel, var. afer Emery, 9, de cuya especie solo se conocia un ejemplar también , procedente de Argelia, que sirvid al Sr. Emery para la descripcién de la variedad. Creo digna de mencidén lacircunstancia curiosa de no haber encontrado ningun ejemplar de la obrera de Strongylognathus fZuberi Forel, lo que no deja de ser notable tratandose de un hormiguero mixto, en que la hormiga esclavizadora es la di- cha especie de Strongylognathus. Si puedo tener la fortuna de recoger nuevos datos sobre este asunto, los comunicaré 4 la Sociedad. La especie en cuestion es de tal importancia que el distin- guido mirmecélogo M. Ernest André, me rogé le enviase al- gunos ejemplares de ella (como asi tuve el gusto de hacerlo), a causa de ser muy rara y no tenerla en su coleccidn.» —Il Sr. Vilanova dijo que consideraba de gran importancia la estacién prehistérica de que daba noticia el Sr. Calderén en el acta de la sesidn celebrada el 8 de Febrero por la seccién de Sevilla, pues venia 4 enriquecer juntamente con la de Al- coy, Linares y otras varias, la serie de las descubiertas en es- 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tos ultimos afios en nuestro pais, con evidentes sefiales de ha- ber permanecido en ellas el hombre desde el perfodo neolitico por lo menos, hasta el primer periodo de la edad de los meta- les, ofreciendo los instrumentos de una y otra época la misma forma, por lo cual crefa de interés se le indicara al Sr. Calde- ron la necesidad de precisar con toda exactitud, mediante un ensayo quimico, si los instrumentos de metal eran realmente de bronce 6 lo que es mas probable y general estaban exclu- sivamente constituidos por el cobre. A proposito de este asunto recordé que él habia ya sosteni- do en la reunién de Lisboa la opinién de que losceltas planos llamados de bronce contenian solamente cobre, opinidn que entonces parecié exagerada, pero 4 la cual se inclinaban hoy ya bastantes prehistoriadores y que habia recibido ultima- mente un apoyo magistral con las investigaciones quimicas llevadas 4 cabo por el ilustre Berthelot sobre una estatuita egipcia que figuraba como bronce y la encontro constituida solamente de cobre y los razonamientos del sabio quimico en demostracién de que necesariamente el conocimientoydel co- bre debia haber precedido al del estafio y por tanto al de la aleacién de ambos. Puso en conocimiento de la sociedad que M. Cotteau esta imprimiendo ya su trabajo sobre los equinodermos de Callosa y Finestrat (Alicante) que comprende la descripcién de 60 es- pecies, 30 de ellas nuevas y cuyas laminas después de hecha la publicacién estaran 4 disposicién de la Sociedad. Did cuen- ta ademas del curioso fendmeno geoldgico conocido en la pro- vincia de Alicante con el nombre de las Ventanas de Albatera 6 de Crevillente que son unos grandes huecos simulando des- de lejos ventanas abiertas horizontalmente y con regularidad en los estratos de la caliza miocena marina con grandes Cly- peaster que esta dispuesta verticalmente y se eleva 4 una al- tura de 15 430 m. sobre el nivel del valle. Est&é en relacién esta roca con otra eruptiva, agente de un interesante meta- morfismo. —E]l Sr. Secretario, did cuenta de haber recibido por inter- medio del Sr. Presidente un trabajo del Sr. Cuni y Martorell, de Barcelona, titulado Miscelaneas entomoldgicas. Ardcnidos de Amer y Montserrat. La sociedad acordé que este trabajo pasa- se 4 la comisién de publicacién. DE HISTORIA NATURAL. 33 Sesién del 3 de Abril de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de Ja sesidén anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones siguientes. Del Presidente y Secretario de la Comisién de organizacién del Congreso internacional de Zoologia que ha de celebrarse en Paris con ocasién de la prédxima Exposicién Universal. para que remita la Sociedad un resumen hecho por alguno de los Socios, de los trabajos y descubrimientos que se hayan realizado en Espafia desde 1867 y que mas hayan contribuido al progreso de la Zoologia. Del Presidente de la Sociedad botanica de Francia anuncian- do la celebracién de un Congreso botanico durante el mes de Agosto proximo. Del de la Sociedad Geolégica de Francia dando conocimien- to de que su reunién extraordinaria tendra lugar este ano en Paris el 18 de Agosto. Del Sr. de Vries van Doesburgh, de Kralinge, felicitando a la Sociedad por haber entrado en el décimo octavo afio de su existencia. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 302 y 303. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xiv, num. 2. Andles de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo XXVI, en- tregas 4.* y 5.’. Cronica cientifica de Barcelona.—Ntimeros 272 y 273. Como donativo; Verslag van de zestiende wintervergadering der nederlandsche entomologische vereeniging, regalo del Sr. de Vries van Does- burgh. Beitrige zur lebensweise der Gattungen Atemeles und Lome- chusa, regalo de su autor el Rev. P. E. Wasmann, S. J. Semanario Farmacéutico.—Afio xvi, nimeros 24, 25 y 26. ACTAS DE LA SOC. ESP,—xVIII. 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA La Sociedad acordo que se dieran las gracias 4 los donantes. —Fueron admitidos como socios los sefiores Deby (D. Julian), Ingeniero de Londres, presentado por D. Ignacio Bolivar. Plaza y Escobar (D. Francisco), de Madrid. presentado por D. Laureano Perez Arcas. Capdebon y Singala (D. José), de Mallorca. presentado por D. Francisco Martinez y Saez. —HEl Sr. D. Carlos Ferrer, Vice-Secretario de la seccién de Barcelona ha remitido las actas de las sesiones celebradas en los meses de Enero y Febrero que se insertan 4 continuacién. SECCION DE BARCELONA. Sesion del 9 de Enero de 41889, PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. El Sr. Trémols puso en conocimiento de la seccién que ha- bia tenido recientemente el gusto de asistir 4 alguna de las sesiones de la Sociedad en Madrid, donde se habia enterado de los notables trabajos de la seccién de Sevilla y en particular de sus excursiones; proceder que recomendaba 4 la seccién de Barcelona. Esta admitié en principio las excursiones cienti- fico-naturales y después de oportunas indicaciones del Sr. Don Juan Joaquin Rodriguez y Femenias, que se hallaba acciden- talmente en Barcelona y asistia 4 la sesién, y de otras observa- ciones no menos oportunas de los Sres. de Delas y Presidente, quedé encargado este ultimo de proponer 4 la seccién en su sesidn inmediata el modo de llevar 4 cabo dichas excursiones. —Se presenté 4 la seccién un ejemplar de Cursorius Latham, gallicus Gmelin , quien lo colocaba en su género Charadrius; especie denominada ewropeus por dicho Latham, asi como la DE HISTORIA NATURAL. en.) denominaron por su color dominante zsabellinus Meyer y Wa- gler sucesivamente. Dicha especie solo accidentalmente apa- rece en Europa y aun no mas que en su parte meridional; asi el Sr. D. José Arévalo y Baca, catedratico de la Universidad de Valencia, en su memoria de «Aves de Espana», trabajo premiado por la Real Academia de Ciencias exactas, fisicas y naturales en el concurso de 1882, publicada dicha memoria en 1887, cita refiriéndose al Sr. H. Saunders, que reciente- mente se habian pagado 80 libras esterlinas por un individuo de la referida especie cogido en Londres. No parece pues muy propio el calificativo especifico ewropeus de Latham ni el de gallicus de Gmelin y Bonaparte, como observa oportunamente C. J. Temminck en su Manuel d@ Ornithologie. C. Degland y Z. Gerbe citan la misma especie en Paris, Dunquerque, Saint- Omer, Calais, Abbeville, Amiens, Dieppe, Fécamp, Metz, Sud de Francia, Suiza y Lombardia; dicho Sr. Arévalo la cita en Malaga, Granada y Valencia; el Sr. Vayreda en Gerona y el ejemplar presentado habia sido cogido en Barcelona y figura. en el gabinete de su Universidad. Sesion del 18 de Febrero de 4889. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —El Sr. Montserrat se excuso por no haber podido presentar las bases de excursiones que ofreciera en la sesién anterior. Presentado 4 la seccién un conglomerado de Cardium fosiles en una marga hallada 4 40 m. de profundidad, 24 bajo el nivel del mar, al abrir un pozo en las Huertas de San Beltran, enla falda N. del Montjuich de Barcelona, Enero de 1883. Al mismo tiempo hizo el Sr. Montserrat algunas consideraciones sobre los levantamientos y hundimientos que se han verificado en los alrededores de Barcelona durante las épocas geologicas y que todavia se observan hoy los primeros en las inmediacio- nes de dicha ciudad, asi como se nota mas bien hundimientos en los contornos del Montgat, que va quedando mas bajo. Presentaronse 4 la seccién varios ejemplares maritimos dragados en el puerto; entre ellos algunos racimos de huevos 56...° ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de Sepia officinalis Linneo; varios individuos sueltos y agre- g@ados de Clavellina lepadiformis Miiller; otros de Actinia sul- cata Pennant y otros de Gorgonia no determinados todavia.» —F] Sr. Vilanova dijo que segun sus Ultimas noticias el tra- bajo de M. Cotteau sobre equinodermos de Alicante contenia la descripcidn de 66 especies, 50 de las cuales eran nuevas, ha- biendo cuatro géneros tambien nuevos para la ciencia. Afia- did que en opinién del ilustre paleontélogo francés la locali- dad de Alcoy era la mas rica dentro no solo de las que ofrecen equinodermos terciarios sino entre todas aquellas que ofrecen equinodermos en los distintos terrenos. —El Sr. Martinez y Saez ley6 lo siguiente: «Con el titulo de Bettrige zur Lebensweise der Gattungen A te- meles und Lomechusa, ha publicado el Rev. Padre D. E. Was- mann, 8. J., un precioso estudio que, tanto por su interés cuanto por haber aparecido en aleman y en una revista poco conocida entre nosotros (Tijschrift voor Hnutomologie, t. XXX1), me ha parecido conveniente tengan de é] conocimiento nues- tros consocios, al tiempo de presentar un ejemplar que el au- tor destina 4 nuestra biblioteca. | En el primer capitulo el Sr. Wasmann se ocupa de las noti- cias histéricas preliminares y del método de observacién: y habiendo tenido presentes todas las impresas que hacen rela- cidn a los insectos que viven con las hormigas, alguna ma- nuscrita y Jas comunicaciones interesantes, principalmente de los Sres. Kraatz, de Berlin, P. J. Carbonnelle, S. J., de Brii- sel, y Sr. Leesberg, de Haag, redacta un escrito que siempre sera de utilidad para los que se ocupen de los insectos mirme- céfilos, cuyo primer descubrimiento referente al coledptero Claviger foveolatus Mill. y & la hormiga Zasius flavus F. se hizo en 1818 por el ministro protestante Miiller, que le consi- deré como distinto del Cl. testaceus, descrito por Preyssler en 1790. Sin embargo de versar solamente las investigaciones so- bre las costumbres de dos géneros fundados en 1789 por Pay- kull en su Monografia de los estafilinidos, la revisidn com- pleta de los trabajos publicados acerca del asunto se amplia con la noticia de los pertenecientes 4 otro andlogo, Dinarda, y aun de otras familias, Amphotis y Heterius, dando cuenta DE HISTORIA NATURAL. 37 sucinta de todo lo referente 4 tan curiosa biologia é indica- ciones escrupulosas de los autores 4 los cuales se deben los descubrimientos y los titulos de las obras en que los han pu- blicado, consignandose también las que tratan de las hormi- gas, aunque solo se dedican 4 ello diez paginas, siendo de ob- servacién propia y de adelanto las restantes hasta el total de las 84 de compacta impresién que tiene el estudio. Puede de- cirse que el Sr. Wasmann ha hecho exquisitas diligencias por conocer el estado de la cuestién hasta el afio pasado; y si es siempre necesario a todo autor, como decia nuestro insigne abate Cavanilles, valerse de lo que otros escribieron con cri- tica y conocimiento, encuentro que es mas conveniente ha- cerlo en todo lo relativo 4 la vida y las costumbres de los ani- males, con el fin de poder repetir 6 confirmar las observacio- nes, 6 para preparar otras y aun hacer variadas experiencias, que ciertamente no a todos es permitido verificar, dadas las excepcionales condiciones que tiene que poseer el observador y las circunstancias indispensables al efecto. No pretendo re- bajar el mérito de algunos catalogos que tanto han contri- buido al adelanto de Ja Historia natural, y entre ellos la Bio- logie der Kifer Furopas de Rupertsberger; pero hallo que ins- truyen con mas recreo las enumeraciones en la forma que el Sr. Wasmann ha adoptado. De cuatro métodos diferentes se ha valido el autor para te- ner los coledédpteros y las colonias de hormigas en cautividad, a cuyo efecto se depositan en frascos de diferentes condicio- nes, en nidos de vidric 6 en otros construidos con tabletas de madera 6 corcho unidas entre si del modo conveniente por medio de placas de estano, siguiéndose con ventaja, segtin los casos, cada procedimiento. Aunque ya son muchos los descu- brimientos que respecto 4 los insectos terrestres y acuaticos se han hecho, por haberlos colocado en condiciones semejan- tes en lo posible 4 las que tienen en su medio natural, seria de desear que se fundaran mAs estaciones zoologicas con este objeto, de niodo analogo 4 las establecidas en diferentes pai- ses para el estudio de la fauna y de la flora marinas (1). (i) Véase BuisereT (M. A ): Zes stations zoologiques des bords de la mer. (« Revue des questions scientifiques publiée par la Société scientifique de Bruxelles.» Treizié- me année, premiére livraison.) ACTAS DE LA SOC. ESP, —XVIII. 4 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Tratase de los sitios en que se han encontrado con las hor- migas las especies de los géneros A temeles y Lomechusa, sien- do numerosas las citas hechas para cada una de ellas, no limi- tandose el autor 4 las propias, sino que también consigna las observaciones de otras personas y las obras correspondientes. En el importante capitulo consagrado al estudio del A ¢eme- les emarginatus y paradozus y su relacién respecto a las hor- migas que normalmente los hospedan, estan detalladamente tratados los puntos siguientes: 1.°, circunstancias de su es- tacién; 2.°, nuimeros proporcionales con cuadros sindépticos; 3.°, hibridismo y variedades, que estan representadas en parte por grabados intercalados en el texto; 4.°, época en la cual se encuentran con las Myrmicas; 5.°, generacion, desarrollo y duracion de la vida; 6.°, instalacién parasitica en relacién con las hormigas que los hospedan; 7.°, olor de A ¢emeles y de Myr- mica; 8.°, costumbres generales de Atemeles; 9.°, relaciones de hospedaje, demostrandose por un grabado cémo se prepara por la Myrmica scabrinodis la alimentacién del A temeles emar- ginatus; y 10.°, conclusiones de los capitulos 8 y 9. No es menos interesante lo consignado por el Sr. Wasmann con referencia 4 la Lomechusa strumosa F. y sus instalaciones entre las hormigas que generalmente la hospedan, pues se trata de las cuestiones siguientes: 1.*, sitio en que se en- cuentran; 2.*, cépula y desarrollo; 3.*, instalaciédn parasitica; 4.*, olor de Zomechusa; 5.*, relaciones de hospedaje; 6.*, con- clusiones del capitulo 5.° Sin embargo de ser importantes y curiosos todos los asun- tos tratados en tan valioso estudio, y notables las numerosas observaciones, que no podria describir sin exceder los limites que he de dar 4 esta noticia, debemos esperar, segtin nos dice el Sr. Wasmann, que después de un examen detenido de la clase de vida que supone el hospedaje de las hormigas, ensa- yaraé el publicar una revista comparativa de los coledépteros mirmecofilos, que dara 4 conocer la analogia entre estos y sus hormigas en tamano, color y forma, cuyos estudios compara- dos contribuiran también 4 completar el conocimiento pro- fundo de las instalaciones de los Atemeles y Lomechusa res- pecto 4 las hormigas que los alojan. Tales comunicaciones encierran gran interés en cuestiones relativas 4 la teoria de la descendencia y 4 la psicologia comparada; pero para llegar DE HISTORIA NATURAL. 39 & resultados en los puntos de vista filosdficos que resultan de las correlaciones entre las hormigas y los escarabajos es ne- cesario fijarse principalmente en lo que puede llamarse las instalaciones internacionales de las hormigas que los hospe- dan. Por lo menos el ensayo de que se trata, hecho después de varios anos de estudio, proyecta alguna luz acerca de las leyes en que aquellas interesantes y muy complicadas relaciones puedan estar fundadas, y especialmente por lo que tienen re- lacién con las discusiones histdérico-naturales filogenéticas y psicolégicas, en las que el Sr. Wasmann se propone entrar 4 su tiempo. Por referirse 4 descubrimientos hechos durante la impresién de su estudio, se ocupa el autor en un apéndice de las larvas de los A temeles, probablemente del emarginatus, describiendo su modo de vivir, su desarrollo y su forma, ilustrando estas noticias interesantes con grabados intercalados en el texto. Hecho por un naturalista tan competente en el asunto, como lo prueban otros de sus articulos (1) dados 4 conocer en publi- caciones cientificas acreditadas, el estudio del cual doy noti- cia sucinta, es tan solo el principio de otros muy importantes que hace el Sr. Wasmann, y demuestran que hay armonia en los conocimientos al parecer mas diferentes, y que pueden ilustrarse entre si los ramos varios de la ciencia.» —El Sr. Vicesecretario puso en conocimiento de la Sociedad que para satisfacer los deseos de esta, y especialmente del se- flor Vilanova, manifestados en la sesién anterior, habia escri- to al Sr. Calderén (D. Salvador), de Sevilla, indicandole la con- veniencia de que se ensayaran los celtas planos hallados en ‘Coronil, para fijar con precision si eran de cobre 6 de bronce, y que, con efecto, 4 los pocos dias recibié una carta de aquel sefior en que decia que, hecho el ensayo, resulté ser cobre puro el metal que los constituye. (1) Ueber die Lebensweise von « Dinarda dentata» (Deutsch. Ent. Zeitschr. ; 1886, 1: 1887, 1).—Uebver die Lebensweise einiger Ameisengaste (Deutsch. Ent. Zeitschr.; 1886, 1). — Die Getreidesammelnden Ameisen in alter und neuer Zeit (Tijschrift voor Entomol., 1887, 1888, 1, 3). 49 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sesion del 1.° de Mayo de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —El sefior Secretario did cuenta de la comunicacién del Presidente del Museo de Zoologia comparada del Harvard College, de Cambridge, acusando recibo del tercer cuadern del tomo xvii de nuestros ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 304 y 305. Verhandlungen del k. kh. zoologisch-botanischen Geselischaft.— Tomo xxxIx, cuaderno 1.° Journal of the Royal Microscopical Society.— Afio 1889, par- te 2.° Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xtv, nu- mero 3. Bulletin de la Société Géologique de France.—Serie 3.*, t. xvii. num. 3. Cronica cientifica de Barcelona.—Afo xi, numeros 274 y 275. Como donativo; Semanario Farmaceutico.—Afo xvii, numeros 27 é 30; remi- _ tidos por su director D. Vicente Martin de Argenta. Description of a Nem Dipterous Insect, Psamathiomya pecti- nata; regalo de su autor D. Julian Deby. La Sociedad acord6 que se dieran las gracias 4 los donantes. —Se hicieron nuevas propuestas de socios. —E]l Sr. Medina, Secretario de la Seccién de Sevilla, ha re- mitido el acta de la sesién celebrada por aquella el 3 de Abril que se inserta 4 continuacion: DE HISTORIA NATURAL. al SECCION DE SEVILLA. Sesion del 8 de Abril de 41889. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —(Quedaron admitidos como socios los senores Santervas y Molina (D. José), Garcia Nufiez (D. Manuel), propuestos por D. Manuel Medina. —E]l Sr. Garcia Parra did lectura a la siguiente nota: «Los sefiores socios que van 4 tener la paciencia de oirme tendran presente, porque ya lo dije alguna vez, que no soy naturalista y lo siento bastante. Mi gran carifio 4 las ciencias naturales practicas, digamoslo asi, me llevéd al campo de la observacion, y en él pudieron ver mis ojos lo que en los libros no hallaron. Palissi, Dampier, Laplaze, Strobel, Buffon y otros muchos, nada me dicen en sus libros que he leido que pudiera servir para ampliar mis observaciones profanas; ni una pala- bra suya, ni un concepto les tomé, y al proponerme recopilar esas observaciones que en forma de capitulos comprendera las de algunos animales y plantas, lo hago entregado a mis propias fuerzas. Dispensadme, por lo tanto, que llame las co- sas por sus nombres vulgares; desconozco el tecnicismo cien- tifico que no aprendi en los libros de los sabios que cité por hacérseme dificil y enojoso; yo no hice otra cosa que observar en el campo y comprobar ajenas relaciones para apreciar los grados de inteligencia de algunos animales; y digo de inteli- gencia, porque para mi no existe el instinto. La codorniz. » En los momentos en que distraigo la atencidn de los ilus- trados consocios se esta verificando el paso de esta graciosa y simpatica ave, desde las costas africanas 4 las de Europa, en 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la parte que bafa el Mediterraneo; ni un solo ano deja de ser nuestro huésped, y en esto no se parece 4 otros emigrantes. La golondrina no se vid en Europa el ano 17 de este siglo, ni la tortola el afio 31, en cuyo invierno tampoco aparecieron los chorlitos; la codorniz no tiene, intermitencias, y su canto sonoro y agradable, que por este tiempo se deja sentir, da 4 los campos ese sabor de primavera que restaura el animo y le hace olvidar los achaques del invierno. « Bien venida,» ex- clama el labrador al sentir en medio de sus cebadas el primer canto. »El paso de la codorniz dura todo el mes de Abril, y en ese tiempo se calcula que cruzan el Mediterraneo mil millones de codornices; y en apoyo de esta cifra puedo dar muchos datos estadisticos, tanto mios como de otros mas autorizados obser- vadores que se han ocupado de este asunto. »Los dias de Levante son los que aprovechan para el paso, y si el viento es recio, con mucha mar y temporal de aguas, es sabido que hay mayor entrada. »En las costas de Africa, y muy especialmente en Marruecos y la Argelia, se van reuniendo las codornices, y alli esperan el tiempo prdéspero, de tal manera, que por la tarde se ven hormigueros de ellas y 4 las cinco de la manana del siguiente dia ya no se encuentra ni una. Vuelve 4 reunirse otra tanda que va llegando del interior, y recuerdo haber tenido en Ceu- ta dias de matar con la escopeta todas las que quise, y volver engolosinado 4 la manana siguiente y no hallar una, porque aquella noche soplo el Levante. »Hay puntos de la costa donde cargan mas, y esta averi- guado que no es por el Estrecho por donde mas pasan; de lo que se deduce lo poco que las preocupa su largo viaje. Yo las he visto levantar el vuelo en las arenas, tomar unos 10 6 12 metros de altura y volar por encima de las aguas con rapidez tal, que en un instante se perdian de vista; y este vuelo no puede terminar mas que en la costa opuesta. »Cuanto se ha dicho y escrito de vicisitudes que pasan por el mares invencion, es fantasia que solo sirve para desfigurar la verdad, que es el alimento de la ciencia; unos sostienen que descansan en los barcos, y no puede negarse que alguna que otra codorniz se ha visto parar un momento en ellos, tal vez porque lo hallaron 4 su paso; otros dicen que caen al agua DE HISTORIA NATURAL. 43 y levantan un ala a guisa de vela latina, para que el viento las conduzca, lo cual es imposible, porque ni es palmipeda ni sabe nadar, ni su pluma es espesa, ni tiene una sola de las condiciones de ave acuatica; y otros, en fin, aseguran que solo una cuarta parte de las codornices que salen de Africa llegan 4 Europa, y que las demas se ahogan. Tampoco esto puede ser; ningun marino vid una codorniz muerta sobre las aguas, ni estas las arrojaron a las playas, como sucede con todos los cuerpos flotantes. He dicho que ninguna de estas y otras vicisitudes que cuentan son verdad, y pocas palabras me bastaran para probarlo. gCémo creer que la naturaleza, que impone a algunos animales la necesidad de emigrar, ha- bia de privarlos de los medios para efectuarlo? Yo siempre he creido que la naturaleza es un ciego de nacimiento que no equivoca nunca el camino de su casa, ni se lleva 4 los ojos la cuchara. »La codorniz, por su estructura, no parece a4 proposito para grandes viajes aéreos; sus alas son cortas y su pluma escasa, al revés de la golondrina y el vencejo, que casi pasan su vida en el aire; y sin embargo, aquella ave tiene un vuelo tan ra- pido, 4 pesar de sus alas cortas, que me atrevo 4 asegurar que en pocas horas cruzan el Mediterraneo por los puntos mas an- chos; y esto que parece imposible no lo es, como voy 4 pro- barlo a los ilustrados socios que me oyen. »La codorniz no cruza el mar de noche. Cuando de Espana sale para Africa levantan el vuelo ya muy de dia, después de haber comido, y se las ve partir por encima del mar hasta perderse de vista; los cazadores, que estén apostados en los puntos de] paso, matan muchas, y todas tienen el buche lleno de semillas; de creer es que para venir suceda lo mismo, por- que yo he ido a cazarlas infinidad de veces 4 su llegada, y he muerto muchas en la misma orilla del mar antes de echarse en la playa, y también trafan los buches llenos de semillas; sembradas esas semillas, como algunas veces lo hice, en ma- cetas, nacen y producen una especie de cardo de hoja muy elegante y flor azul inodora. Ahora bien; si esos granos ger- minan, dicho se esta que el animal no tuvo tiempo de hacer la digestion, y es sabido el poco que en ella emplean las aves. A algunos puntos de las costas de Italia llegan tantas codor- nices, que las cogen 4 millones con unas redes que ponen en 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA las orillas del mar, que tienen 4 m. de alto y muchos metros de largo; digo que las cogen 4 millones, y la prueba es que hay un obispado (no estoy cierto si es el de Ancona) que tenia por el Papa el privilegio de explotar la caza de las codorni- ces, y de eso solo se sostenia sin recibir subvencién alguna del Gobierno pontificio. »Las codornices que en la temporada se cogian, puestas en conserva las embarcaban, y cada afio salian por los meses de Junio y Julio diversos barcos para las Américas y Norte de Europa, llevando cada uno por término medio 700.000 codor- nices en aceite, que yo he comido en Paris y en Buenos- Aires. »Hoy no sucede eso ya, porque una de las primeras medi- das que tomé el rey al hacerse la unidn italiana y establecerse en Roma, fué quitar 4 ese obispado sus pingties rentas, reti- randole el privilegio de esa caza, cuya justa medida todos los cazadores le agradecimos mucho; pues desde que se prohibid ese modo de cazar abunda esa ave en Italia, cosa que antes no sucedia. »Asi como las que vienen 4 Espaiia traen el buche lleno de semilla de cardo, las que llegan 4 Italia lo llevan con panizo 6 maiz silvestre muy fino, que también germina si se siembra; y tal cantidad de él recogen en las fabricas de conservas, que mantienen gran niimero de cerdos y gallinas en el tiempo que dura la entrada y aun después. _ >Ese grano sin digerir me afirma en la opinién, mia exclu- sivamente, de que esta ave no busca los estrechos para venir 4 Europa, puesto que en Italia llevan una comida en el buche y en Espaia traen otra, segun las que encuentran en las re- giones donde toman el ultimo alimento antes de partir; y en esas mismas semillas me apoyo para sostener que esa trave- sia la hacen en cortisimo tiempo, porque de todos es sabida la rapida digestién de las aves. »Las codornices que cruzan el Mediterraneo y tienen menos que volar en su emigracién son las que desde Ceuta al cabo Ferrat, en Africa, van en busca de la costa que esta enfrente, y que comprende desde Gibraltar al cabo de Gata, y creo yo que estas apenas empleardn mas de 25 4 30 minutos; mas las que partiendo del cabo Ferrat y golfo de Arceu hasta Deli, en Africa, vienen & buscar nuestra costa, entre cabo de Gata y DE HISTORIA NATURAL. 45 cabo Creus, supongo, por los fundamentos ya expuestos, que emplearan unos 50 minutos. »Tengo por inexacto lo que se dice de llegar tan cansadas que se las puede coger con las manos; y tan no es asi, que si en el momento de poner los piés en tierra se va 4 ellas con el perro, no esperan y vuelan tierra adentro hasta perderse de vista, cosa que me ha sucedido muchas veces. »Una vez llegadas 4 la costa se internan un poco y perma- necen todo el dia ocultas en la maleza, y este es el tiempo que aprovechan los cazadores de escopeta y perro para matarlas; pero llegada la noche vuelan y marchan sin descanso, resul- tando que al amanecer, cuando paran, se hallan 450 6 mas leguas de la costa. En tres dias queda toda la Peninsula Ibé- rica cubierta de codornices que han tenido que atravesar los rios, grandes cordilleras, algunas alin cubiertas de nieve, y bosques inmensos, hasta encontrar anchos valles y Nanuras dilatadas, donde la sementera esté mas adelantada, y este es el momento de empezar 4 cazarlas con reclamo hembra y red. A esta clase de caza he sido muy aficionado; y los afios que me he dedicado 4 ella sin perder dia, trasladandome de una vega 4 otra en Castilla la Nueva y la Vieja y en la Rioja, siem- pre he cogido de 1.500 4 2.000 codornices. En el ano 1877, en que las cogi con deseo por no haberlas cazado en los cuatro que estuve emigrado, tuve la ocurrencia de ir poniendo en una sala grande, en Madrid, todas las que cogia en las vegas de Colmenar, Tajufia, Jarama, Algete y pueblos de la falda de Guadarrama, y llegué 4 reunir 1.600, que comian caflamones por valor de 16 rs. diarios. Cuando llegé Noviembre empeza- ron 4 morirse muchas, tanto que en ese mes perecieron mas de 400. Quizas con una estufa en aquel salén hubieran podido pasar todo el invierno; pero ello es que dispuse venderlas, y me compré 700 el Sr. D. José Argaiz, que era presidente de la Sociedad de tiro de pichén, de que también yo era socio; las que me quedaron las vendi 4 las cocinas del palacio de Orien- te. No atestiguo con muertos. »Con la red se cogen con facilidad muchas codornices, por- que acuden ciegas al reclamo hembra, y sucede con frecuen- cia que al cogerlas de la red dejan la mano llena de semen. »Crian dos veces en la sementera, y su nido es muy sencillo, como el de todas las aves que lo hacen en el suelo; ponen de 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 10 4 14 huevos, que solo la hembra saca, porque el macho, cuando aquella esta echada, no se acerca jamas al nido; asi es que cuando un cazador mata la hembra, aquel se pierde, porque el macho no incuba los huevos. . »La hembra apenas canta, y son muy pocas las personas que las han oido en el campo; de tal manera se recatan, que se cazan pocas, al paso que el macho, con su continuo cantar, siempre esta diciendo en dénde se halla. »Es creencia general que, asi para venir como para mar- char, necesitan los bandos un guidn, y esto no es cierto. Lo que se suele llamar guién es una ave acuatica cuya entrada coincide con la de la codorniz, como sucede con el abejaruco, el vencejo y la tértola, ninguno de los cuales entra en bandos ni necesita de otros que les ensefie el camino; ellos vuelan y ya saben dénde van. Invitil seria que trataramos de averiguar lo que jamas alcanzaremos 4 saber, porque la naturaleza tiene secretos que el hombre buscara siempre en vano. Nos conten- taremos con saber que los calores de Africa traen 4 Europa las codornices y los frios de esta las vuelve a alla, de lo que se desprende que esta ave necesita para vivir una temperatura media de 30 centigrados, y que mueren tanto por los grandes frios como por las temperaturas superiores 4 40°. Por eso la sabia naturaleza las doté de ese gran instinto de orientacién, que también tienen la paloma y todas las aves viajeras. »Que la codorniz sabe el esfuerzo que tiene que hacer para alcanzar la costa opuesta es indudable, y lo demuestra el ali- mento con que se preparan antes de marchar; pero la razon mas fuerte es la observacién siguiente: cuando se reunen en las costas para emigrar, los cazadores las persiguen, los pe- rros las paran, y al levantar el vuelo siempre es en direccién del mar; si el cazador les tira y no les da, sigue su vuelo, que ya no para hasta la costa de Africa; pero si la hiere, aunque sea muy levemente, si le corta con los perdigones siquiera una sola pluma, se vuelve en el momento a tierra, y es senal infalible de que el tiro le tocé; lo que demuestra que sabe los trabajos que la esperan en su larga travesia, lo cual es algo mas que instinto. »Las lluvias de codornices, de que ya nos habla la Bid/ia, se suelen repetir todavia en nuestro tiempo, pues hace seis aiios en los Puertos, La Isla y Chiclana hubo ocasién de pre- DE HISTORIA NATURAL. 17 senciar una tan numerosa, que bastaba cerrar las puertas para coger infinidad de las que se entraban por las casas. Los muchachos daban hasta una docena por un cuarto 4 los pocos que querian comprarlas, pues todos los vecinos tenian en abundancia. »Para probar el gran instinto de este animalito y lo fino de sus sentidos, basta ver que por el tiempo en que el Nilo in- vade todo el bajo Egipto, se halla aquel pais lleno de codor- nices, pero el dia antes de desbordarse las aguas no queda una sola; su marcha es el aviso de que la inundacién empezara dentro de algunas horas. »Pocas palabras mas, y concluyo, que ya es tiempo. Recién llegadas, y cuando ya estan tranquilas en el paraje que esco- gieron, si se las levanta vuelan mas al Norte que al Sur; y cuando ya en Setiembre estan en visperas de emigrar vuelan hacia el Sur y rara vez al Norte. Si se coge una y se enjaula en el campo 6 se pone en el suelo, se la vera siempre mirando 4 Africa.» El Sr. Calderén manifesté que, segun los datos admitidos, la codorniz en sus emigraciones recorre mas de 50 legruas en una noche, y que los granos de plantas que contienen en el buche pueden estar en él desde hace mas de un dia sin haber sufrido alteracién. E] Sr. Paul confirmé el dato citado por el Sr. Garcia Pa- rra refiriéndose a la lluvia de codornices, que presencid en Puerto Real hace seis afios. El Sr. Garcia Parra contesté 4 la observacién hecha por el Sr. Calderén, en prueba de la velocidad de la emigracién de la codorniz, que él las habia cazado en las costas de Denia y Tarragona, observando que 4 la hora de salir el sol ya habian emprendido su vuelo hacia Africa, y cuando entran lo hacen generalmente a las siete de la manana. —El Sr. Calderon leyé la comunicacién que sigue: Facursiones d Pehafor. «Pocos puntos de la regién montafiosa de esta provincia ofrecen condiciones mas favorables que el pueblo de Peniaflor para realizar excursiones cientificas, tanto por la comodidad 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del viaje y suficiencia de recursos de dicho pueblo, como por la variedad de producciones naturales que pueden recogerse en los alrededores. »Mis excursiones 4 este pueblo se realizaron hace dos afios y en compania de mi querido discipulo D. Mariano Solano. habiéndonos instalado durante la primera y mas fructifera, en el mes de Junio, en la casa de la Compania Aurora, es de- cir, enteramente en el campo. »Como en mi precedente bosquejo geoldgico de la sierra de Pefiaflor y de sus yacimientos auriferos (1) me ocupé ya de la constitucién del suelo de la regién, me limitaré 4 exponer en forma de catalogo los minerales y rocas que de ella traje, que son los siguientes: MINERALES. Caliza espatica en romboedros blancos.—Junto a San Gui- llermo. Fosforitas concrecionadas, testaceas, de varios colores, y otras con geodas de espato calizo.—Cerro del Santo. Aglomeracion de cristales de ortosa.—Junto a San Guillermo. Anfibol verde laminar.—En la anfibolita de Penaflor. Epidota en masa.—Canto suelto procedente de la cumbre del Barranco de la Higuera. Alofana.—Este notable mineral kaolinico me fué entregado por D. Pedro Solano como de cerca de San Guillermo, y ha sido reconocido y ensayado por D. Francisco Quiroga, que desconocia su existencia en Hspana. Calamina basta.—San Guillermo. Hierro carbonatado con hierro oligisto.—San Guillermo. Hierro oligisto hojoso con cuarzo.—San Guillermo. Malaquita con cobre rojo.— Dehesa de Almenara. Cobre hidro-silicatado.—Dehesa de Almenara. Chalcopirita con hierro micaceo.—Dehesa de Almenara. Disomosa.— Mina Aurora. Anabergita (producto de alteracién de la anterior).— Mina Aurora. (1) ANAL. DE LA Soc. Esp. pE Hist. Nat., tomo xv, 1886. DE HISTORIA NATURAL. 49 Arenas lavadas, con anabergita, oligisto micaceo y oro.— Arroyo de Tablada. Oro nativo en la anabergita.— Mina Aurora. ROCAS. Diabasitas, dos variedades en cantos sueltos. Diabasas, diversos tipos, algunas epidotiferas de varios si- tios cercanos 4 la casa de la Compadia Aurora. Transitos de la diabasa 4 la eufdtida, y eufétidas tipicas de los mismos sitios que las anteriores. Gneis, roca de cuarzo y mica, y pizarras anfibdlicas. Micacitas ordinarias y granatiferas, asociadas 4 las anfibo- litas. Cipolinos micaceos, epidotiferos y granatiferos del Barranco de la Higuera. Caliza de Orbitolinas. — Junto a la casa de la Compafia Aurora. Conglomerado de la base de la molasa con Ostr@as.—Junto a la casa de la Compafia Aurora. Varios fdésiles del mismo sitio (Pecten cubierto de Balanus, Ostrea longirostris y O. Velainai, Clypeaster insignis y Cl. altus, un diente de escualo, etc.) »Aunque nuestras expediciones 4 Pefiaflor tenian por prin- cipal objetivo el estudio del terreno, y sobre todo de las rocas eruptivas, los ratos que consagramos 4 la recoleccién de in- sectos no dejaron de ser de bastante resultado, como lo prueba la siguiente lista, en la que las personas entendidas en esta materia hallaran algunas especies que no son comunes, al lado de otras muy frecuentes: Lestes viridis Vand. Lygeus pedestris Stal. Anisolabis mesta Géné. Velia rivulorum O. Aphlebia trivittata Serv. Macroglossa stellatarum UL. Mantis religiosa L. Carabus beticus Deyr. Tris oratoria L. Brachinus variventris Schauf. Caloptenus italicus L. Aptinus displosor Duf. Epacromia strepens Latr. Harpalus rotundicollis Fairm. Odontotarsus grammicus L, Pecilus cupreus L. Nepa cinerea L. Calathus punctipennis Germ. 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Spheridium bipustulatum ¥. Onitis rroratus Rossi. Geotrupes hemisphericus Ol. Hoplia aulica L. Pachychila hispanica Sol. ' Tentyria platyceps Stev. Scaurus punctatus Herbst. Cossyphus Hoffmanseggi Urbs. Microsiius elongatus Latr. — longulus Muls. | Lagria Grenieri Bris. Chrysomela americana L. »Es prodigiosa la cantidad de escorpiones y miriapodos que se oculta bajo las piedras al pié de aquellas sierras, hasta el punto de que no se levanta una sola sin que se encuentre al- guno, por lo cual hay que explorarlas con precaucién. Tam- bién la tarantula invade los montes bajos, sin que falten per- sonas que hacen un medio de vida de tocar en la guitarra el aire que restablece la salud de las personas picadas por aque- lla: supersticidén que alcanza alli hasta 4 los hombres ins- truidos. »Entre los muchos aracnidos que traje de Penaflor son no- tables por su tamafio algunas Lycosas, la Argiope lobata Pall. y el Liobunum doridee Can. »Durante el mes.de Mayo pude recoger facilmente por estar aletargados atin, merced 4 la temperatura fresca que alli rei- naba, el Zropidonolus natriz L. y el 77. viperinus Latr. y mu- chos individuos de Bufo calamita Laur. »Hubiera deseado haber traido también ejemplares de los pequefios pajaros que habitan los montes y las huertas de Pe- naflor, lo cual me habia sido recomendado especialmente por nuestro ilustre consocio el profesor D. Francisco Martinez; pero falto de medios y de tiempo para desollarlos sobre el te- rreno, todos llegaron completamente pasados, no obstante las precauciones que procuré tomar para su conservacién. Asi se perdieron entre otras especies la Sylvia atricapilla L., la Picea cyanea Pall., Oriolus galbula L. y otras, habiéndose podido sal- var solamente un Lanius rufus Briss., individuo joven. »Es de esperar que nuevas excursiones realizadas con mas elementos y por mayor numero de personas produzcan abun- dante cosecha y proporcionen muchos datos nuevos sobre las producciones naturales de estas sierras, no bien exploradas todavia bajo el punto de vista de la Historia natural.» DE HISTORIA NATURAL. 51 —E] Sr. Ferrer, Secretario accidental de la Seccién de Bar- celona, ha remitido el acta siguiente de la sesidn que tuvo aquella el 13 de Marzo del corriente ano. SECCION DE BARCELONA. Sesi6én del18 de Marzo de 41889. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —HEIl Sr. Vicesecretario puso en conocimiento de la Sociedad haberse hecho cargo y depositado en el local donde celebra la Seccién sus reuniones de todos los papeles de Secretaria y publicaciones pertenecientes 4 la Seccién. —E]l Sr. de Delas leyé el siguiente escrito: FLacursion a Vallvidrera. «Con objeto de recoger algunas plantas, el dia 20 de Fe- brero hicimos una excursién 4 las montafias vecinas de Bar- celona. »Muy atrasada esta la vegetaciédn en esta época para que pudiéramos tener esperanza de una gran recoleccién; sin embargo, los almendros, melocotoneros y albaricoqueros, cu- biertos de flores blancas y rosadas, nos anunciaban por el ca- mino que no habia de ser completamente inutil nuestra ex- pedicion. »Recogimos Fumaria capreolata L. y F. officinalis L., que entre las varias especies de este género que abundan, sobre todo en los sembrados, eran las tinicas que hallamos en flor; Diplotaxis erucoides DC. y Alyssum maritimum L., plantas que florecen todo el aio; Hrodium moschatum L’Her.; el abundan- tisimo Ulex parviflorus Pour.; Euphorbia terracina L. y B. Cha- racias L.; Calendula arvensis L.; Lavandula Stechas L. y un musgo que con los limitados medios de que disponemos se ha clasificado con el nombre de Gymnostomum microstomum Hed.» —KE1 Sr. Guni hizo la comunicacién que sigue: ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA or w » Lista de los insectos recogidos durante un corto paseo por los alrededores de Amer, que es una poblacion de Catalufia, situada en la parte Norte de la provincia de Gerona. COLEOPTEROS. Anisodactylus binotatus Fab. Sisyphus Schefferi L. Hister neglectus Il. Onthophagus fracticornis Prey. -— Surcatus Fab. — «+ Hubneri Fab. ~- lucidus Ill. — taurus L. Oniticellus flavipes Fab. Aphodius granarius L. — lugens Creutz. Geotrupes hypocrita Ill. — sylvaticus Panz. Mordella aculeata L. — fasciata Fab. . Edemera flavipes Fab. — virescens Muls. Sitones crinitus Ol. — gressorius Fab. Sitones griseus Fab.— Abundante. Larinus angustatus Fab. Tychius hematoceyhalus Gyl. Auletes cisticola Fairm. Lema melanopa L. Clythra longipes Fab.—Abunda. — scopolina L.— Frecuente. Cryptocephalus bimaculatus Ol. — marginellus Ol. — Morei L* Gonioctena cegrota Fab. Luperus circumfusus Marsh. Haltica ampelophaga Guér. Hispa atra L. — _testacea L. Coccinella 7-punctata L. Scymnus Ahrensti Muls. — minutus Payk. HEMIPTEROS. Odontotarsus caudatus Klug. Eurygaster maura L. Neottiglossa bifida Costa. Eysarcoris misellus Stal. Carpocoris baccarum L.—Abundante Piezodorus incarnatus Germ. Codophila lunula Fab. Nezara prasina L., var. viridula Fab. Syromastes marginatus L. Verlusia rhombea L. — _ sulcicornis Fab. Micrelytra fossularum Rossi. Camptopus lateralis Ger.—Frecuente Corizus abutilon Rossi. — capitatus Fab. Corizus parumpunctatus Schill. Maccevethus errans Fab. Lygceus equestris L. Nysius senecionis Schill. Pachymerus saturnius Rossi. Heterogaster affinis HS. Miris calcaratus Fall. Calocoris marginellus Rossi. Cyphodema instabile L. Capsus laniarius L. Nabis lativentris Boh. Harpactor iracundus Se. Philenus campestris Fall. Selenocephalus obsoletus Ger. DE HISTORIA NATURAL. 53 OnmrtoPrrTre Ros. Ectobia livida Fab. Ephippiger Durieui Bol. Forficula auricularia L. — vitium Sery. Ameles Spallanzania Rossi. —El Sr. Prado y Sainz presenté 4 ja Sociedad dos ejempla- res existentes en este Museo, y acerca de los cuales leyé la si- guiente nota: « Procedentes de Mendoza y regalados por el Reverendo Pa- dre Valdivia han ingresado recientemente en las colecciones del Museo de Ciencias dos curiosos ejemplares de larvas de cicddidos que presentan el curioso caso de tener sobre si des- arrollados dos hongos del género Cordyceps. »Ya desde muy antiguo se hablaba de los insectos que se convertian en arboles, peregrina metamorfosis conocida hasta por los japoneses, y que se refiere a las curiosas vegetaciones que forman estos hongos sobre los insectos. »Muchos hongos se desarrollan sobre los insectos causan- doles la muerte y formando verdaderas plagas; asi vemos al principio del otofio muchas moscas muertas pegadas 4 los cristales y rodeadas de una aureola blanquecina que forman los filamentos de un hongo bien conocido: la Fmpusa musce. »Actualmente, y basandose en la circunstancia de que di- ches hongos, Basidiomycetes, solo se desarrollan sobre los in- sectos, se los ha tratado de utilizar en provecho de la agricul- tura, recogiendo las esporas y esparciéndolas por los campos azotados por las plagas de insectos (1). Asi se ha propuesto destruir la langosta (Stauronotus maroccanus Thunb.) por la Entomophthora colorata, descrita por Sorokin en 1880, y que se desarrolla sobre los acrididos, del mismo modo que lo hace la Hntomophthora Grylli. »Naturalistas tan conocidos como Girad y Laboulbene han (1) Cu. Bronentart: Les entomophthorées et leus application & la destruction des insectes nuisibles. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 5 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA llamado recientemente la atencién sobre estos hechos, que han motivado curiosas experiencias tratando de obtener can- tidades grandes de estos hongos, especialmente de los géne- ros Hmpusa y Tarichium, haciéndoles vegetar sobre larvas de moscas, que después de muertas y desecadas eran trituradas y esparcidas por los lugares sujetos 4 la experiencia. »Recientemente Pasteur ha manifestado que mediante cul- tivos sobre gelatina podrian obtenerse las esporas de estos hongos en gran cantidad, y Metschnikoff y Krassilstchik en Odesa han logrado, mediante cultivos en caldo, grandes can- tidades de estos hongos, con los que han conseguido destruir los Cleonus que asolaban un campo sembrado de remolachas. »Parece ser que & dichos sefiores les han dado mejores re- sultados los hongos del género Zsavza que los de las Hntomoph- thoras. »Los hongos del género Cordyceps, pertenecientes 4 los F- comycetes, causan los mismos efectos. Se presentan en los in- sectos formando masas rojas, constituidas por un tejido blan- do, fibroso, lleno de cavidades ovoideas (peritecas), en las que se encierran células alargadas 6 tecas que contienen las espo- ras que dan lugar 4 la reproduccién; pero esta tiene también lugar por otro procedimiento, pues frecuentemente se desarro- llan sobre el hongo primitivo arborizaciones que llegan 4 al- canzar de 245 cm., y en cuyo extremo se.desarrollan masas abultadas que contienen las esporas. Estas ramificaciones fue- ron consideradas en un principio como vegetales distintos, formando con ellas el género Jsavia. »En Europa se conocen 12 especies de este curioso género; pero en América, sobre todo, es donde mas abundan, dando lugar 4 la antigua creencia aludida de que los insectos se pueden transformar en vegetales. »En los ejemplares ingresados en el Museo de Ciencias na- turales, la base envuelve gran parte del insecto, y sobre ella se levantan en diversos puntos una larga estipe de mas de 5 centimetros, delgada y sinuosa, que termina en un abulta- miento verrucoso, el cual contiene las esporas.» —E]l sefior Secretario did cuenta 4 la Sociedad de estar ya impreso el cuaderno 1.’ del tomo xvi de los ANALES, y del cual no se habian podido traer ejemplares 4 la sesién por fal- tar las laminas que el grabador no habia entregado aun, pero DE HISTORIA NATURAL. His) que lo efectuaria uno de estos dias, y en seguida se procede- ria 4 su distribucidén. Contiene este cuaderno 224 paginas de Memorias y 36 de Actas, y esta ilustrado con dos laminas correspondientes al trabajo del Sr. Rodriguez Risuefio sobre el Hstudio microgra- fico de los Aloes. Sesion del 5 de Junio de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —El senior Secretario did cuenta de una comunicacion del conservador de la biblioteca del Museo de la Fundacidén de P. Teyler, de Harlem, acusando recibo del cuaderno 1.° del tomo xviti de los ANALES, y del Secretario general de la Aca- demia de Ciencias de Lisboa, diciendo haber llegado 4 su po- der el cuaderno 3.° del tomo xvi de nuestra publicacidén. —Se pusieron sobre la mesa las siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 306 a 308. The Faults in the triassic formation near Meridien, Conneti- cut, por W. Morris Davis.—Zhe Coral Reefs of the Hawahan Islands, por A. Agassiz («Bulletin of the Museum of Compara- tive Zoology at Harvard College»). Archives Neerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xxi, cuaderno 2.° Bulletin de la Société Zoologique de France. —Tomo xiv, nu- mero 4. Actes de la Société linnéenne de Bordeaux.—5.* serie, tomo t. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Tomo v1.— Alla memoria del Prof. Giuseppe Meneghine. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxv, en- trega 6.°; tomo xxvil, entrega 1." Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid.—Tomo xxv1, numeros l1.° y 2.° Cronica cientifica de Barcelona.—Aiio xu, niimeros 276 y 277. Como donativo; Relatorio acerca da quarta sessao do Congresso geologico inter- national realizada em Londres, por J. Ph. N. Delgado.— Mono- 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA graphia do genero Dicranophylium, por W. de Lima; regalo de la Comision de trabajos geolédgicos de Portugal. Poissons lune (Orthagoriscus mola) capturés pendant deus campagnes de 1’ Hirondelle; regalo de su autor el principe Al- berto de Monaco. Il genere Physaloptera, Rudolphi.—Appendice al mio lavoro «I distomi det pesci marine ed acqua dolce ;» regalo del autor D. Miguel Stossich. The paleontologie history of the genus Platanus; regalo de su autor D. F. Ward. Vuyt dias en Camprodon ; regalado por su autor D. Miguel Cunt y Martorell. Matériau pour la faune entomologique du Hainaut.—Coléop- teres. 4”¢ centurie; donativo de su autor D. A. Preudhomme de Borre. Semanario Farmacéutico.—Anio xvi, numeros 31 4 34; regalo de su director D. Vicente Martin de Argenta. La Sociedad acordé que se dieran las gracias 4 los donantes. —(Juedaron admitidos como socios los senfores Madariaga (D. Juan Angel de), de Murcia; Musso y Moreno (D. José), de Murcia; Sainz de Baranda (D. José), de Madrid; presentados por D. Carlos de Mazarredo. Fumouze (Dr. A.), de Paris; Olea y Cordoba (D. Gregorio), de Manila; Moragas y Ucelay (D. Ricardo), de Madrid; presentados por D. Ignacio Bolivar. Riutor y Arbds (D. Miguel), de Palma de Mallorca, presentado por D. Ignacio Bolivar, 4 nombre de D. Ig- nacio Moragues é Ibarra. Loher (D, Augusto), de Manila; Martinez de la Escalera (D. Manuel), de Alcala de Henares; presentados por D. Manuel Cazurro. —Se hizo una nueva propuesta de socio. —El Sr. Medina, Secretario de la Seccién de Sevilla, ha en- viado la siguiente acta de la sesién celebrada en aquella ca- pital el 4 de Mayo del corriente ano. DE HISTORIA NATURAL. 57 SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 4 de Mayo de 1889. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —El Sr. Calder6én ley6 la siguiente nota: Excursion & Fuente Piedra (parte zoologica). «En nota comunicada 4 esta Sociedad en la sesién de 8 de Agosto di cuenta de los resultados obtenidos en punto a la geologia de la Laguna de Fuente Piedra, y he pensado que valdria la pena de entretener un momento vuestra atencién con la indicacién de los animales recogidos en mis expedicio- nes 4 dicho punto, clasificados ya en parte en el Gabinete de la Universidad 6 consultados con personas competentes. »La ultima expedicién realizada 4 Fuente Piedra en Julio de 1888 ha sido la mas fecunda en resultados por lo tocante a zoologia. Sali de Sevilla 4 las diez de la manana, con tiempo despejado y caluroso, estando el barémetro sumamente alto (772) relativamente 4 la presién normal de Sevilla. El camino, asi como el término de Fuente Piedra, se hallaban ya bastante agostados, sobre todo este ultimo, que, como toda la divisoria de Andalucia 4 los dos mares, sufre los rigores de un clima destemplado, frio y desapacible en invierno, y ardiente por extremo en verano; no siendo raro que en la noche que sigue 4 un dia calurosisimo se sienta uno molestado por una tempe- ratura excesivamente baja. Las circunstancias de estacidn no eran, por consiguiente, las mas favorables; pero en compen- sacién de esto, la permanencia tranquila en un comodo aloja- miento de la Compafia agricola y salinera, que dirige mi her- mano D. Laureano, y su situacién propicia en medio del campo y cercana 4 la Laguna, me facilitaban la ocasién de repetir las salidas 4 horas distintas y sitios de diversas condiciones de habitat. : 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Mi atencidn se fijé especialmente en los canales de des- agiie de la laguna, llenos de agua ligeramente salada, y en los terrenos yesosos 6 impregnados de sal, donde esperaba encontrar una fauna esteparia bien distinta de la que estamos acostumbrados 4 explorar en los alrededores de Sevilla. La laguna, que en esta época esta ya completamente seca y cu- bierta de polvo finisimo, que el viento levanta en grandes nubes, aparece poblada de una vegetacién especial, esencial- mente maritima, en la que dominan la Salsola soda L., la Sa- licornia herbacea L., la Kochia prostrata Schrad., varios Stati- ces y otras plantas propias de los suelos salitrosos. »Antes del desagiie la fauna ornitolégica de la Laguna de Fuente Piedra era mucho mas rica que en la actualidad. El Sr. Arévalo y Baca, en su Wemoria sobre las aves de Espana, cita de ella el flamenco como habitando casi todo el afio, cosa que ya no ocurre en la actualidad, y refiere haber visto una bandada de mas de 200 individuos. Yo he recibido también el ano pasado del mismo punto cuatro ejemplares de esta espe- cie, que por cierto reciben alli el nombre vulgar de cagarzo. Todavia se cazaban en esta época el Anas boschas L., la Ma- reca penelope Selby, la Dafila acuta Hyt., la Querquedula angus- tirostris Pp., la Q. crecca Steph. y Q. circia Steph., y otros pa- tos que durante el mes de Junio abundan mucho en las lagu- nillas del valle, segin informes de personas entendidas y aficionadas 4 la caza. »Una exploracién algun tanto perseverante de los largos canales de desagiie, siempre llenos de agua que bordean la laguna, seria seguramente fecundisima en ejemplares de plantas y animales. Aunque yo no pude realizar semejante re busca con todo el detenimiento necesario, ni la estacién era entonces la mejor, pude convencerme de la gran variedad de especies vegetales que viven en las orillas y en el fondo de dichos canales. También me llam6 la atencién la abundancia de algunas especies, como la Lymnea acutalis Morelet, entre los moluscos, que se ven por millares, y sin duda su gran di- fusién ha perjudicado 4 la de los demas, pues no vi ningun otro gastrépodo en las mismas aguas; la Natrix viperina Latr. en inmenso numero de individuos con el cuerpo enterrado en parte en el cieno y el resto rigido, asomando solo la cabeza fuera del agua, que zambullian rapidamente al sentir el me- DE HISTORIA NATURAL. 09 nor ruido; en fin, infinidad de pequefios crustaceos y de co- ledpteros acuaticos y de larvas, cuya forma adulta desconoz- co, se veian pulular donde el liquido estaba mas 4 descubier- to. Mi guia tenia particular empefio en mostrarme un animal extraordinario, segtin su descripcidn, que al fin pudo hallarse y resulté ser una larva de Dytiscus. »A las orillas de los canales vagan en numero infinito los neurdpteros, sin que hallara, sin embargo, ninguna especie nueva para las colecciones de la Universidad. También es no- table por su abundancia en estos sitios la Cicindela maura L., y supongo que variados carabidos deberan acompafarla en estacién un poco menos adelantada que en la que pude reali- zar esta excursion. | »Dejando la laguna y recorriendo las pefias calizas que la bordean por el E., y sobre todo ascendiendo 4 la vecina sierra de la Camorra, hay ocasién de encontrar otras formas muy distintas y variadas. Para mi fué entonces muy agradable re- coger en inmensa abundancia bajo las piedras dos especies de caracoles que, aunque no raras, no habia tenido atin oca- sién de hallar: el gran Heliz alonensis Fer. y el bello H. mar- morata, var. pulchella Rossm. »Estando en estudio todavia la mayor parte de los aracni- dos éinsectos recogidos por mien Fuente Piedra, me limitaré, para terminar, 4 citar los hemipteros que recientemente ha clasificado nuestro eminente consocio D. Ignacio Bolivar: Eysarcoris inconspicuus H.S. | Corizus tigrinus Schill. Carpocoris lunatus ¥. Lygeus saxatilis Scop. Phyllomorpha laciniata Vill. | Henestaris Genet Spinola. Coreus filicornis Burm. Beosus luscus F. — spiniger Fab. Tettigometra costulata Fieb. Camptopus lateralis Germ. Reduvius personatus L. Corizus parumpunctatus Schil. | Alligus sp. —E]l Sr. Laza hizo la comunicacion siguiente: 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Un libro sobre Mutis y la expedicion botanica de Bogota. «De la expedicién botanica de Bogotaé llevada 4 cabo 4 fines del siglo anterior, bajo la direccién del célebre Mutis (1), solo quedan datos que en la actualidad se conservan en los archi- vos de Sevilla y Simancas. »Estos datos, estudiados y esclarecidos por el ilustrado ca- nonigo D. Federico Gonzalez Suarez, le han servido para re- dactar una Memoria, precedida de un retrato y un facsimile de Mutis (2), que en el ano anterior publicé el Ayuntamiento de Quito, y que creo interesante por contener bastantes por- menores sobre tan célebre y accidentada expedicién. Como, segun frases de su autor, reina notable ignorancia en todo cuanto se refiere 4 los acontecimientos sucedidos en la época del gobierno de las colonias en América, cuando aquellas for- maban parte de la vasta monarquia espafiola, ocurre 4 veces que el espiritu de partido 6 el amor patrio de los espafioles resentido contribuyen & que los hechos se falseen y las cosas se describan bajo puntos de vista engaiiosos. »Imparcial el Sr. Gonzalez, analiza los hechos con criterio recto, censurando unas veces y aplaudiendo otras la conducta nuestra para con las colonias. Detalla asimismo con precision notable los curiosos incidentes de la expedicién de Mutis, y con especialidad aclara los puntos relativos al descubrimiento de la quina y el guaco, sobre los cuales algunos escritores han hecho comentarios inexactos 6 erréneos, que el autor de la Memoria 4 que me refiero rectifica, fundandose en docu- mentos que le sirven de base para sostener sus opiniones, y revelando claramente el espiritu veridico y desapasionado que le adorna. »La proteccién que Carlos III dispensé 4 Mutis y el celo que mostré por la realizacién de su expedicién, como asimismo el interés de este monarca por el cultivo y engrandecimiento de . j (1) El insigne hijo de esta Universidad de Sevilla, 4 quien Linneo dedicé un gé- nero de plantas y Humboldt una de sus obras. (2) Memoria historica sobre Mutis y la expedicién botanica de Bogota en el siglo pasado (1782-1808), escrita por D. Federico Gonzdlez Sudrez, presbitero. Quito, 1888; 104 pa- ginas. DE HISTORIA NATURAL. 61 la Historia natural, son los hechos mas enaltecidos por el se- nor Gonzalez. No por esto deja de censurar que el adelanta- miento cientifico é industrial de las colonias estuviese siem - pre subordinado al de la metrépoli. »En definitiva, estimo que la Memoria del Sr. Gonzalez Sua- rez ofrece interés para la historia de la botanica espanola en general y para la de la gloriosa expedicién de Mutis en par- ticular, y que debe satisfacer nuestro amor patrio el hecho de ser su autor americano ¢ iniciar la época en que los publicistas de estos paises se empiezan 4 ocupar con imparcialidad de los sucesos referentes 4 la época de nuestra dominacién en el con- tinente americano.» —E]l Sr. Medina leyo la nota siguiente: «En mi constante deseo de dar a conocer a los sefores so- cios todos los datos que voy reuniendo sobre la interesante fauna himenopteroldgica de esta regidn, voy 4 comunicar hoy las especies de crisididos que he podido reunir hasta el dia, cuyos ejemplares he consultado con el distinguido especia- lista M. Robert du Buysson. La mayor parte de estas especies no estan citadas de Andalucia nide Espafia, razén por la cual creo que ha de ofrecer mas interés la pequefia lista que va & continuacion. Stilbum calens Fabr. var.—Alcala! (Agosto). Omalus punctulatus H. Dahlb. —Sevilla!; San Juan de Aznal- farache! (Julio y Octubre). Philoctetes micans K\.—Sevilla! (Julio). Chrysis ignita L. 2.—Almensilla, Rio! (Julio); Tomares! (No- viembre). — crucifera Ab. 9.—Sevilla! (Octubre). — viridimargo Ab. et Buyss. 2.—Mor6dn, Angulo! (Agos- to); Fuente Piedra, Calderdén! (Julio). — Obidentata L., var. Pyrrhina Dahlb. o.—San Juan de Aznalfarache! (Octubre). En la estacién por que atravesamos es de suponer que se podran recoger nuevos y abundantes ejemplares de estos be- llisimos insectos, de cuya clasificacién ofrezco tener al co- rriente a la Sociedad.» 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —El Sr. Ferrer, Secretario accidental de la Seccién de Bar- celona, ha remitido el acta de la sesidn que aquella celebré el 10 de Abril uiltimo, que se inserta & continuacidén: SECCION DE BARCELONA. Sesi6én del 10 de Abril de 1889. PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Fué propuesto para socio el Sr. D. Carlos de Camps y de Olzinellas. —ll Sr. Cuni leyé el siguiente proyecto de exoursién 4 unos 20 km. al SO. de Barcelona. «Para hacer hallazgos importantes en entomologia no es condicién precisa trasladarse 4 los puntos mas apartados y selvosos de la provincia, pues con solo recorrer y escudrinar con esmero los campos y montes de las poblaciones que ro- dean Barcelona puede, el que no le es dable alejarse mucho de la capital, obtener provechosa cosecha de insectos con que aumentar sus colecciones y descubrir especies nuevas. »Una prueba de ello es que los distinguidos naturalistas de esta ciudad, mis apreciables amigos D. Daniel Miiller y D. Pe- dro Antiga, han enriquecido nuestra fauna entomoldgica con una infinidad de especies recogidas, la mayor parte, en sitios que no distan 10 km. de su habitual residencia. »As{, pues, & los que deseen verificar una excursién de la que puedan regresar el mismo dia, se les recomienda tomen el primer tren de la linea de Villanueva, y después de un tra- yecto que la locomotora vence en 30 minutos, bajen en la es- tacién de Gaba, que esta situada en el litoral de Poniente, y emprendan la subida 4 la montana, siguiendo la carretera que conduce a Begas, si bien es preferible para el entomdlogo tomar uno de los senderos que serpentean por entre bosques de pinos, madronos y brezos. »Al Hegar & la cumbre de la montana, & unos 500 m. de al- tura, se presenta un extenso valle en el cual se halla encla- DE HISTORIA NATURAL. 63 vado el referido pueblo de Begas, y el observador comprende desde luego que ha de haber en esta localidad y en la de Gaba algunas plantas é insectos distintos que recuerden diferentes temperaturas 6 climas; por ejemplo, se veran al comenzar la ascensién varios piés de palmito (Chamerops humilis), que vegetan en las margenes de la carretera, no pasando de alli, y bastantes algarrobos, mientras que faltan estos en el valle, asi como los naranjos, la pita (Agave americana) y el nopal (Opuntia); abundando en los aridos de la cordillera, como en Montserrat, el Aphyllanthes monspeliensis L., la Santolina cha- mecyparissus L. y la Primula officinalis Jacq.; plantas todas estas que apenas figuran en la flora del litoral. »En cuanto & insectos, podran cazarse en los arenales de Gaba el Scarites gigas L. y otros propios de la zona maritima; en cambio, en Begas, vuela el lepidéptero Odezia atrata L., y es frecuente el Percus stultus Duf. »Habida consideracién de lo expuesto, pueden animarse los jovenes entomdlogos barceloneses, y tomando las pinzas y los frascos dirigirse hacia Gaba y Begas, que, si en la lista que tengo el honor de presentar 4 esta Secciédn no hay especies nuevas, 4 ellos, con mas actividad y mejor vista. no les sera dificil lograrlas y adquirir datos interesantisimos para la fau- na entomoldgica de nuestro Principado.» —El mismo Sr. Cuni leyé lo siguiente: Insectos que recogi en Begas en Mayo de 1887. LEPIDOPTEROS. Leucophasia sinapis L. Epinephele pasiphe Esp. Thecla rubi L. Coenonympha pamphilus L. Colias edusa F. Syrichthus sao Hb. Lycena adonis 8. V., var. ceronus | Deilephila Elpenor L. Esp. Zygena lavandule Esp. — egon 8. V.—Frecuente. Fumea crassiorella Br. — alsus 8. V. Acidalia ornata Scop. — corydon Scop. Crocallis dardoinaria Donz. — LEscheri Hb. Aspilates citraria Hb. — panoptes Hb. Odezia atrata L. Melanargia syllius Hbrt. Kupithecia scopariata Rbr. Pararge megera L, Pleurota ericella Dup. . 64 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA COLEOPTEROS. Cicindela campestris L. Carabus violaceus Fab. Chlenius azureus Dutt. Licinus ceequatus De}. Calathus cisteloides Il. Percus stultus Duf. Acinopus tenebrioides Duit. Harpalus azureus Fab. — distinguendus Duft. Ocypus olens Miiller. Oxytelus sculpturatus Grav. Necrophorus fossor Ey. Olibrus bicolor Fab.—Frecuente. — geminus Ill. Meligethes viridescens Ey. Attagenus verbasci L. Anthrenus museorum L. Onthophagus furcatus Fab. Geotrupes Typheus L. Oxythyrea stictica L. Cetonia hirtella L. Cardiophorus biguttatus Fav. Telephorus eremita Rosh. Rhagonycha nigricollis Mot. ‘ Malachius bipustulatus L. Attalus pictus Kiesw. Henicopus griseus Kiist. Dolichosoma viridi-ceruleum Geott. —Abunda. Lobonyx ciliatus Griiells.—Frecuente Danacea tomentosa Panz. Ptinus hirticollis Kiesw. Xyletinus laticollis Dutt. Lasioderma fulvescens Muls. Blaps gigas L. Asida sericea Ol.—Frecuente. Heliopathes abreviatus Ol. — montivagus Muls. ° Gonocephalum meridionale Kust Cistela murina L. Lagria hirta L. Anthicus olivaceus Laft. Mordella aculeata L. (Edemera virescens Muls.—Abunda. Peritelus adusticornis Kiesw. Brachyderes incanus L. — pubescens Boh. Sitones gressorius Fab. Metallites Fairmairei Kiesw. — ovipennis Bris. Polydrosus armipes Brull. = mollis Boh. Scythropus glabratus Chevy. Geonemus flabellipes Ol. Phytonomus constans Boh. — ononidis Chevl. Balaninus turbatus Gyl. Apion angustatum Kirb. — assimile Kirb. — astragali Payk. — ervi Kirb. — malve Fab. — radiolus Kirb. — tubiferum Gyllh. — vicie Payk. Attelabus curculionoides L. Rhynchites coeruleocephalus Schall. Spermophagus cardui Gyllh. Bruchus marginellus Fab. — rufimanus Boh. — _ sertatus Ill. — variegatus Gem. | Clythra Lacordairet Reid. — Abun- dante. — longipes Fab.—Idem. Cryptocephalus Koyi Suftr. = Morei L. — rugicollis Ol. DE HISTORIA Cryptocephalus violaceus Fab. virgatus Suftr. Chrysomela americana L. — Fre- cuente. Coccinella septempunctata L. Malacosoma Lusitanicum L. Agelastica halensis L. NATURAL. 65 Psylliodes chrysocephalus L. Spheroderma testaceum Fab. Hispa testacea L. Chilocorus bipustulatus Fab. | Haltica coerulea Payk. | Longitarsus melanocephalus Gyll. HEMIPTEROS. Neottiglossa leporina H. S. Piezodorus incarnatus Germ. Micrelytra fossularum Rossi. Stenocephalus neglectus H. 8. Lygeus equestris L. Kleidocerus didymus Zett. — geminatus Fieb. Aphanus tristis Fieb., var. inarimen- sis Costa. Gastrodes ferrugineus L. Heterogaster artemisie Schill. Calocoris bipunctatus Fab. marginellus Fab. Stiphrosoma cicadifrons Costa. Pachyxyphus lineellus Mls. Psallus Crotschii Scott. Cixius discrepans Fieb. Hysteropterum grylloides Fieb. maculifrons Mls. | Asiraca clavicornis Fab. Triecphora dorsata G.—Abundante. sanguinolenta L.—Idem. Philenus campestris Fall. spumarius L. Centrotus cornutus L. Agallia venosa Fall. Grypotes pinetellus Boh. Thamnotettix crocea H. 8. ORTOPTEROS. Forficula mesta Géné. Loboptera decipiens Germ. Bacillus Rossti Fab. Bacillus gallicus Charp. Gryllus campestris L. HIMENOPTEROS. Amasis obscura Fab. Schizocera furcata Vill. Athalia rose L. Pachyprotasis nape L.—No es es- casa. Cephus tabidus Fab. Rhodites rose L. Amblyteles antennatorius Grav. Pompilus orbitalis A. Costa. sp. nov. Ammophila holosericea Ger. Vespa vulgaris L. Eumenes pomiformis Rossi. 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Camponotus cruentatus Latr.—Id. | Pheidole pallidula Nyl. — Abunda —_ lateralis Ol. debajo de las piedras. -_- sylvaticus Ol. — Fre- | Osmia fulviventris Pz.—Frecuente. cuente. $ DIPTEROS. Pachyrhina maculosa Mg. Geomyza combinata L. Coenomyia ferruginea Scop. Chlorops nasuta Sch.—Abundante. Crysops cecutiens L. Orellia Wiedemannii Mg. Anthrax flava Mgs. Tephritis leontodontis Deg. Exoprosopa Pandora F. — tessellata Lw. Argyromeba sinuata Fl. Dasyphora pratorum Mg. Bombylius ater Scop. Pollenia depressa Mg. Thereva nobilitata F. Nyctia halterata Pz. Dioctria hyalipennis F. Rhinophora atramentaria Mg. Empis opaca F. Echinomyia tessellata F. — rustica Fl. Melithreptus menthastri L. Dolichopus eneus Deg. Melanostoma mellina L. Tetanocera ferruginea Fil. Volucella bombylans L. Limnia marginata F. Paragus bicolor F. He descubierto ultimamente en Catalufia las siguientes es- pecies de insectos: COLEOPTEROS. Lasioderma fulvescens Muls.—En | Tychiushematocephalus Gyl.—Amer Begas. Scymnus Apetzti Muls.—Idem. Phytonomus constans Boh.—Idem. HEMIPTEROS. Aphanus tristis Fieb., var. inari- | Psallus Crotschii Scott.— En Begas. mensis Costa.—En Begas. Grypotes pinetellus Boh.—Idem. Gastrodes ferrugineus L. Thamnotettix crocea H.—Idem. Stiphrosoma cicadifrons Costa.—Id. DIPTEROS. Orellia Wiedemannii Mg.—Begas. | Tephritis leontodontis Deg—Idem. DE HISTORIA NATURAL. 67 —E]l Sr. Montserrat manifiesta que el 25 de Marzo anterior, hallandose detenido por la tramontana en Torruella de Mont- gri, donde habia acudido para visitar un enfermo, pudo veri- ficar en compaiia de los Sres. D. Casimiro Valenti, médico, y D. Baldomero Mascort, farmacéutico, una excursién a Estar- dit, donde se observa la formacién de una duna de arena fini- sima, que alcanza unos 50 m. de ancho por 1 km. de longitud; viniendo dicha arena de Castellén de Ampurias, dirigiéndose hacia la casa solariega de Reixach, en el Montpla, hacia el NO. de Estardit, atravesando una sierra y con un crecimiento extraordinario, pues en unos cuatro afios ha cubierto un ca- mino de unos 300 m., formando una piramide que ha llegado & cubrir un tronco de palmera de unos 5 m. de altura. En dicha duna puede observarse en abundancia el Psamma arenaria L., el Rumex acetosella L., el Pancratium mariti- mum L., etc., etc. —E] Sr. Almera puso en conocimiento de la Seccién que en el manchon de grauwacka del Puget y Vallcarca, donde habia hallado una flora monocotiledénea, segun habia notificado a la Academia de Ciencias de Barcelona en la sesidn de 23 del proximo pasado Marzo acababa de descubrir una impresién de hojas de Odontopteris Brongniart, algunos de cuyos ejem- plares trata. —El mismo Sr. Almera llama la atencién sobre la invasion del mar en la costa de Levante, que en pocos afios ha perdido unos 50 m. 4lo largo desde Badalona hasta Matard, lo cual ha obligado 4 retirar algo la linea férrea alli instalada, y ha ve- nido 4 dejar dentro del mar algunas cercas con sus puertas. El Sr. Cuni corrobora lo dicho por el Sr. Almera, recordando al mismo tiempo la desaparicién de un banco de Osére@a edu- lus L., que existia hace pocos afios frente de Calella, a unos 2 kilémetros mar adentro. El Sr. Almera recuerda con tal motivo la desaparicién de otro banco de Pectunculus en las costas del Masnou y de Premia. —El Sr. Gastel did cuenta 4 la Sociedad del acuerdo adop- tado por las clases médicas de la provincia de Teruel para honrar la memoria de su comprofesor D. Francisco Loscos, 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA distinguido botanico 4 quien tanto debe el conocimiento de la Flora de Aragén; y después de enumerar sucintamente los méritos contraidos por dicho naturalista, y de anunciar que la Sociedad seria oportunamente invitada por la Junta ges- tora para contribuir a tan patridtica empresa, rogé 4 la Socie- dad escogitase los medios de coadyuvar, ya con algwin recurso pecuniario en la suscripcién iniciada, ya por cualquier otro medio 6 4 un tiempo por todos aquellos que estimase mas oportuno y hacedero. Anuncidé también que, por su parte, y como tributo debido al hombre de especiales conocimientos, de incansable laborio- sidad y de inmenso amor 4a su patria, se hallaba redactando una biografia, destinada a propagar los méritos de Loscos, tan grandes como lo fué siempre la modestia del antiguo far- macéutico de Castelseras. El senor Presidente, haciéndose intérprete de los senti- mientos de la Sociedad, felicita al Sr. Castel y le ruega que transmita esta felicitacidn 4 las corporaciones y particulares de Teruel, por la idea de perpetuar la memoria del infatiga- ble cuanto modesto botanico aragonés, a quien se debe en gran parte el conocimiento de la flora de aquella regién, ase- gurandole que la Sociedad, que se ha honrado contando al sabio botanico en el numero de sus miembros, no puede me- nos de asociarse 4 Ja idea de dar 4 conocer su nombre, si bien debe quedar la Sociedad en completa libertad de determinar la forma en que pueda tomar parte en tan patridtica manifes- tacion. El Sr. Bolivar propone el nombramiento de una Comisién que indique a la Sociedad en un breve plazo el modo de reali- zar este pensamiento, si es que la Junta directiva no se cree bastante autorizada para ello. El Sr. Castel dice que le parece muy oportuno lo manifes- tado por el Sr. Bolivar, para que la Sociedad no resuelva de plano y escoja el medio que mejor le parezca de adherirse a la realizacién de la idea; pero que, enemigo de las Comisiones, cree preferible que la Junta directiva quede autorizada para proponer 4 la Sociedad lo que le parezca mas conveniente en alguna de las sesiones, porque no es necesario que sea preci- samente en la inmediata, puesto que hay un ano de plazo para decidir acerca de este asunto. DE HISTORIA NATURAL. 69 Habiendo preguntado el Sr. Bolivar si el Sr. Castel forma- ria con la Junta directiva la Comisién, y después de decir di- cho sefior Castel que no creia necesaria su presencia en esta, manifesté el sefior Presidente que, por el contrario, conside- raba de todo punto indispensable que se uniese 4 ella para asesorarla como persona mas enterada del asunto, a lo cual accedio el Sr. Castel, acordandolo también asi la Sociedad. —KEl Sr. Vazquez puso en conocimiento de la Sociedad que al fin se hab{a conseguido una Real orden con fecha de 13 de Mayo ultimo, publicada en la Gaceta del 3 del corriente, para que los insectos que se reciban del extranjero paguen los de- rechos de aduana por la partida 194 del Arancel, en lugar de hacerlo, como venia sucediendo, por la 193, es decir, que en vez de satisfacer 1,40 pesetas por insecto, adeuden 6 pesetas por cada 100 kg. de insectos. —E]l sefior Secretario did cuenta de un escrito titulado Z7 Succino de origen espanol; que su autor el sabio Director del Real Museo Zoolégico y Antropoldgico-Etnografico de Dresde, el Dr. A. B. Meyer, le ha remitido para esta Sociedad, afia- diendo después algunos datos propios sobre este asunto. La Sociedad acordé que pasase 4 la Comisién de publicacién. —Hl Sr. D. Lucas von Heyden remite una lista que se inser- ta como adicién al catalogo intitulado Coledpteros de Mallorca por el Sr. Moragues, si bien no se sabe si todos se encuentran en Mallorca, pues ha sido hecha en vista de ejemplares que provienen principalmente del Sr. Vill, que ha explorado las islas de Mallorca y de Menorca: Helophorus porculus Bedel.—Prat. Hydrobius fuscipes var. balearicus Schfs.—Baleares. Aphodius ibericus Harold.—Baleares. Pentodon balearicus Krtz.—Palma.—Tipos. Lampyris (Nyctophila) Heydeni Ern. Oliv.—Miramar.—Tipos. Anthrenus pimpinelle var. delicatulus Ksw.—Miramar. — verbasci L.—Miramar. Xenoscelis costipennis Fairm.— Baleares. Cetonia cardui Gyll.—Miramar. Attalus coloratus Abeille.— Baleares.—Tipos. — Jlusitanicus Er.—Miramar (Alex. v. Homeyer). Charopus nitidus Kiist.—Baleares. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 6 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Scaurus vicinus Sol.—Ciudadela (Menorca). Stenosis intricata Reitter.— Baleares.—Tipos. Pimelia balearica Sol.— Baleares. Ammophthorus rufus Luc.—Idem. Phaleria oblonga Kiist.—Idem. TIsomira melanophthalma Luc.—Idem. ( aquilus Chevr. ) ( corsicus Stierl. \ Phyllotreta consobrina Curtis.—Idem. Brachyderes Miramar. Sesion del 3 de Julio de 1889. PRESIDENCIA DE DON CARLOS CASTEL. Asisten los Sres. Calderén (D. Salvador), de Sevilla, y Delas, de Barcelona. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —HEl senor Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: . Del bibliotecario de la Universidad Real de Cristiania, acu- sando recibo del tomo xvi y cuaderno 1.° del xvi de nuestros ANALES, y anunciando el envio de sus publicaciones. Del Secretario de la Comisién geolégica de los Estados-Uni- dos y del Director del Museo de Zoologia comparada de Har- vard College, dando cuenta de haber recibido el cuaderno 1.’ del tomo xvi de los ANALEsS. Del Secretario de la Institucién Smithsoniana, diciendo ha- ber recibido el tomo xvii de nuestros ANALEs. Del Presidente y Secretario de la Comisién para erigir un monumento en Teruel al botanico Loscos, invitando 4 la So- ciedad & coadyuvar 4 tan honroso fin. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Aneeiger.—Ntimeros 309 y 310. Journal of the Royal Microscopical Society.—Parte 3.", Ju- nio, num. 70. Forhandlinger ved de Skhandinavishe Naturforsheres tretiende Mide, i. Cristiania, 1886. DE HISTORIA NATURAL. . 71 Norges Vextrige. Bt Bidrag til Nord-ELuropas Natur-og Cul- lur historvie, por el Dr. F. C. Shiibeler. Cristiania, 1888. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Mos- cou.—Afio 1888, num. 4 Bulletin de la Sociélé Zoologique de France.—Tomo xiv, nu- mero 5. Bulletin de la Société Académique franco-hispano portugaise. —Tomo 1x, numeros 1 y 2. Cronica cientifica de Barcelona.—Ano xi, numeros 278 y 279. Como donativo; A Catalogue of the Moths of India, por C. Swinhoe y E. C. Co- tes; donativo del Museo de Calcuta. Francisco Loscos y Bernal; regalo de su autor D. Carlos Castel. Semanario Farmacéutico.—Ano xvi, numeros 36 4 39; regalo de su director D. Vicente Martin de Argenta. Estudio quimico farmacoldgico del Gelsemio; donativo de su autor D. Ricardo Moragas y Ucelay. La Sociedad acord6 que se dieran las gracias a los donantes. —Fué admitido como socio el senor Martinez Aguirre (D. Cesareo), de Malaga, propuesto por D. Manuel Medina. —Kl Sr. Medina, Secretario de la Seccidén de Sevilla, ha re- mitido el acta de la sesidn del mes de Junio, que se inserta & continuacién. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 6 de Junio de 1889. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. Se ley6 y aprobé el acta de la anterior. —Se repartid el cuaderno 1.° de los ANALES. —El Sr. Calderén leyé las noticias siguientes : «Entre las visitas de naturalistas distinguidos que en este 72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ultimo tiempo han venido 4 favorecernos, ha ofrecido parti- cular interés la del Sr. Dr. Pohlig, profesor supernumerario de la Universidad de Bona, de cuya alta competencia en punto a la fauna cuaternaria he tenido ya ocasién de ocuparme en esta Sociedad. El principal objeto de su venida 4 Sevilla era el examen de los restos de elefantes que posee el Gabinete de la Universidad, y que conocia solo por vaciados que yo le ha- bia remitido. »No obstante la rara perfecciédn con que dichas reproduc- ciones se obtuvieron en los talleres de las obras de recons- truccion de la catedral, el estudio de los originales ha modi- ficado las opiniones que formara al princrpio, y en vista de aquellas, el distinguido profesor, por cuya razén creo importa consignar aqui las definitivas sobre asunto tan importante. »Los molares procedentes de Brenes, Cantillana y Dehesa de la Rinconada, que, como se recordara (1), consider6 al prin- cipio como pertenecientes con toda probabilidad al &. anéi- quus y algunos al Z#. (antiquus) Melite Falk., halla ahora que no son fdsiles, y que deben mas bien referirse al actual Z. in- dicus. »Dificil es explicar el hallazgo en Andalucia de estos ejem- plares, de los cuales algunos ofrecen sefiales evidentes de ha- ber sido rodados y desgastados por la accién de las aguas; pero el analisis de estos molares y sus caracteres exteriores muestran de un modo evidente que no se trata de verdaderos fosiles. Lo probable es, y la explicacién no es nueva, pues se han dado ya hallazgos semejantes, que dichos elefantes fue- sen importados por los romanos, los cuales traian estos y otros animales de lejanas tierras para hacerlos luchar en sus circos. »El gran molar de la cantera de balastro del cementerio de Sevilla es, en cambio, un ejemplar evidentemente fdsil, de enorme dimension y el mas notable de variedad extrema de E. antiquus que quizds exista en Europa. El distinguido pa- leontélogo ha comprobado la exactitud de las medidas con- signadas en la anterior nota citada, y publicara un dibujo y descripcion de él, de que daré oportuna noticia. »Examin6 con particular interés el mismo Sr. Pohlig nues- (1) Véase mi precedente «Nota sobre la existencia del Zlephas antiguus en Anda- lucia», Acta de la sesién del 7 de No iembre de 1887, t. xvi de estos ANALES. DE HISTORIA NATURAL. - 3 tra magnifica mandibula de Almodévar del Rio, que, como recordaréis, ha dado lugar 4 una interesante polémica, en la que nuestro distinguido consocio el Sr. Machado ha tomado el partido de Falkoner, quien consideré hace afios el resto como perteneciente 4 su Z. armeniacus, al paso que Wood- wards y el Sr. Vilanova la refieren simplemente a un &. anti- quus. Para el profesor de Bona (y para mi después de haber consultado la Monografia y Atlas de los elefantes fosiles que ha publicado este sefior) la segunda opinidn es tan evidente, que la cuestiédn puede darse por resuelta definitivamente, hoy que se conocen varios ejemplares de mandibulas completas analogas 4 la nuestra, las cuales no existian en las coleccio- nes en la época en que Falkoner clasificéd nuestro ejemplar, aparte de que estos estudios han adelantado muchisimo en este Ultimo tiempo. »De todos modos la mandibula de Almodovar del Rio sigue siendo la joya mas preciosa del Gabinete de Sevilla, ejemplar uinico en Espafia, y, como lo ha declarado el insigne visitante, de los mas raros y notables de Europa en su género (1). »De todos estos datos y del examen del diluvium del cemen- terio deduce el Sr. Pohlig, en armonia con otras consideracio- nes, que en Espafia solo ha vivido el #. antiquus, siendo aqui su existencia mucho mas larga que en Alemania, donde las formaciones correspondientes al citado diluvium contienen alli en cambio el 7. meridionalis. »Por ultimo, ha llamado la atencidn del Sr. Pohlig un frag- mento de molar recogido por el Sr. del Rio en una de nues- tras excursiones 4 Alcala de Guadaira, molar que pertenece (‘) Con sorpresa he visto en la nota que en contestacion 4 la mia leyo el Sr. Ma- chado en la sesion de 1.° de Junio ultimo, que yo omiti hablar de este ejemplar en mi «Enumeracion de los vertebrados fosiles de Espanta ,» siendo asi que alli figura en su lugar correspondiente (pag. 426, t. v de estos ANALES). También me he ocupado de él en mi nota On the fossil Vertebrata hitherto discovered in Spain (Quart. Journ. of the geol. Soe. , vol. Xxx111, 1887), y luego especialmente en una nota que figura en el acta del 4 de Abril de 1887, t. v1 de estos ANALES, en la que reproduje el parrafo relativo 4 la historia del ejemplar en cuestién que se halla en la memorable Descripcion fisica y geologica de la provincia de Madrid del inolvidable D. Casiano de Prado. Por lo demas, la mejor prueba de la estima en que tengo este, como otros legados valiosos que mi digno antecesor dejo en el Gabinete que estd ahora 4 mi cargo, es la instalacion que he dedicado al ejemplar, en una magnifica urna y con una montura hechas ex profeso para él, y, sobre todo, el haber sacado reproducciones que he repar- tido, como dije, 4 los principales centros paleontologicos de Europa y América. 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA evidentemente 4 un rinoceronte (y con probabilidad al Rfz- noceros Merchli Kaup), respecto 4 cuyo ejemplar y yacimiento espero poder ampliar mas adelante las noticias.» —l] Sr. Garcia Parra did lectura a un articulo sobre las go- londrinas, que habia escrito para leerle en la Seccién, y que esta oyé con el mayor interés. Después de ocuparse en varias tradiciones y supersticiones relativas 4 estos interesantes pa- jaros, paso a tratar de sus observaciones sobre ellos en Anda- lucia, notando que de todas las aves de entrada esta es la que mas tiempo permanece entre nosotros, puesto que solo tres meses, y aun menos, deja de ser nuestro huesped. El 17 de Enero por la mafiana, con tiempo frio, se vieron este afio en Sevilla las primeras golondrinas; el 25 empezé un temporal de agua y viento N. muy desapacible, y en breve © se noté la desaparicién de dichos pajaros hasta fines de Fe- brero. Es indudable que este mes le pasaron en Africa, hu- yendo del mal tiempo y el frio (8° cent. en el centro del dia); de aqui mismo no habian de ir mas al N.; donde atin hubie- ran encontrado peores condiciones de temperatura. Por el Sr. D. José Palomino, catedratico del Instituto de Malaga, sabia que el pasado afio atin habia golondrinas en dicha ciudad el dia 15 de Noviembre; de suerte que si para el 15 de Enero estan de regreso, como sucede habitualmente, resulta que solo dos meses falta ese pajaro en Audalucia. Dijo haber observado muchas veces en el mes de Octubre grandes bandadas de golondrinas produciendo ruidosa alga- rabia, y se diria que concertando su marcha, pues de la noche & la mafiana desaparecen, quedando solo rezagada alguna que otra de las pertenecientes 4 la segunda postura. Traté & continuacién de la industriosa fabricacién y de la composicién de los nidos, tanto de la golondrtna como del vencejo, y después de referir observaciones de diversos natu- ralistas, menciond la de un campesino conocido suyo, que tuvo la paciencia de contar los viajes que did una pareja de golondrinas para hacer su nido, en numero de unos 800. Esto tiene su comprobacién, afiadié, porque contando las verrugas exteriores de que esta formado el nido, resultarian tantas como viajes did la pareja, puesto que en cada uno no traen barro mas que para una verruga, que van soldando entre las ya puestas.—Y las materias que les sirven para trabar el ma- DE HISTORIA NATURAL. 75 terial2—le pregunt6.—Esas las traen ya amasadas—respondié el diligente observador. Hizo notar el Sr. Garcia Parra que desgraciadamente el res- peto tradicional de que eran objeto las golondrinas, y la re- pugnancia que se tenia 4 comerlas, va desapareciendo en Andalucia, como ha sucedido ya en Cataluna y Valencia, don- de las cogen con redes y las sirven fritas. La verdad es que su carne, aunque oscura, posee un sabor bastante agradable. Por ultimo, mencioné algunas supersticiones locales refe- rentes 4 las golondrinas, explicando su origen. Entre ellas se ocupo de la creencia muy general en Andalucia, y que hace se las persiga en ciertos sitios, de que son muy aficionadas a la pimienta, lo cual no se comprueba, 4 su juicio, ni en la forma del pico, ni en llevar en el buche granos de esta sus- tancia. —E]l Sr. Sauternas ley6 la nota siguiente: « Habiéndome encomendado el Sr. D. Salvador Calderén el estudio de los lepiddpteros del pais reunidos en el Gabinete de Historia Natural de esta Universidad, he podido determi- nar las especies que se expresan a continuacién, que creo merecen consignarse como datos para el catalogo, atin no realizado, de las mariposas de Andalucia. »Todos los ejemplares de que consta esta coleccién, que se esté formando en la actualidad, se han recogido en estos ulti- mos tres afios; la mayor parte en excursiones por los alrede- dores de Sevilla, y algunas pocas han sido remitidas de otras localidades de Andalucia por amigos que han tenido tan lau- dable complacencia. El mal estado de conservacién, la esca- sez numérica de algunos ejemplares y la falta de ciertas obras de clasificacidn, me han impedido determinarlos todos, ha- biendo preferido limitarme a mencionar aquellos cuyo nom- bre puedo citar con entera certeza, que son los siguientes: Papilio machaon L.—Sevilla. Julio. Thais rumina, var. Medesicaste 111.— Sevilla. Marzo. Pieris Rape U.—San Juan. Octubre. — Napi L.—Tomares. Octubre. — daplidice L.—Sevilla. Anthocharis belia Cr. ¢ y 9.—Dos Hermanas. Febrero. Colias edusa F. & y 9.—Tomares. Noviembre. 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Colias hyale L.—Tomares. Noviembre. Rhodocera rhamni L.—Sevilla. — Cleopatra L.—Idem. Polyommatus Phileas L.—Idem. Agosto. — Eurydice Rott. 9.—Idem id. Lycena Argus L.—Dos Hermanas. Marzo. — (M@gon Schiff.—Sevilla. — alsus F. %.—Idem. Octubre. — cyllarus Rott.—Idem. Marzo. Vanessa atalanta L.—Sevilla. Junio. — cardui L.—Idem. Mayo. Pararge megera L —Camas. Marzo. — Jjanira L.— Sevilla. Mayo. Epinephele Tithonus u.—Idem. Agosto. Syrichtus alveolus Hiibner.—Idem. Octubre. Deilephila euphorbie L.—Idem. Julio. Sphing convolouli L.—Idem id. Smerinthus popult L.—Idem. Junio. Macroglossa stellatarum L.—Camas. Noviembre. Saturnia piry Schiff.—Coria. Trochilium apiforme Cl.—Sevilla. Junio. Sesia ichneumoniformis ¥.—Idem. Mayo. — uroceriformis Tr.—Huévar. Julio. — doriliformis 0.—Sevilla. Mayo. Deiopeia pulchella L.—Idem. Agosto. Emydia grammica L. Q.—Alcala. Mayo. Arctia villica L.— Jerez. Porthesia chrysorrhea L.—Tomares. Abril. Acronycla rwmicis L.—Sevilla. Noviembre. Acontia luctuosa Esper.—Cazalla. Setiembre. Plusia lambda L.—Alcala. Mayo. Catocala elocata Ksper.—Sevilla. Setiembre. Cenonympha pamphilus L.—Dos Hermanas. Marzo. Pyralis farinalis L.—Sevilla. Agosto. Tinea tapezella.—Idem. Marzo. Pterophorus pentadactylus.—Cazalla. Setiembre.» DE HISTORIA NATURAL. 7 —Fl Sr. Ferrer, Vicesecretario de la Seccidn de Barcelona, ha remitido la siguiente acta: SECCION DE BARCELONA. Sesion del 8 de Marzo de 41889, PRESIDENCIA DE DON JUAN MONTSERRAT Y ARCHS. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —(ued6 admitido como socio el sefior De Camps y de Olzinellas (D. Carlos), ingeniero de Montes, propuesto por D. Francisco de Sales de Delas. —E]l Sr. de Delas da cuenta de las siguientes diatomeas en- contradas en el intestino de un crustaceo procedente de la Isla de Francia, ofreciendo para mas adelante la descripcion de las especies nuevas, que pensaba describirlas en un tra- bajo que traia entre manos: Navicula velata Schmard. Grammatophora undulata Achnanthes n. sp. Ehremberg. Epithemia musculus Kiitzing. | Surirella fastuosa Ehremberg. Synedra nu. sp. Coscinodiscus Rothit Grunow. —KHl Sr. Cuni ley6 lo siguiente: «En Julio de 1887, mientras me hallaba veraneando en la Calella, tuve noticia de que en los bosques de varios puntos de la provincia de Gerona se habia presentado un numero tan considerable de orugas, que en pocos dias devoraron todas las hojas de los alcornoques, cuyo destrozo puso en zozobra a los propietarios de tan precioso arbol. »Procuréme algunas orugas con el fin de conocer 4 qué es- pecie de mariposa pertenecian, y al verlas comprendi en se- guida que se trataba de la Ocneria dispar L., perteneciente al grupo de los Liparidos. »Para tranquilizar 4 los hacendados, que con razén se ha- bian alarmado, publiqué en el ntim. 9 del 24 de Setiembre del propio ano, de la revista que con el titulo #7 Naturalista di- 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA rige D. Francisco de A. Darder, un articulo en el cual, des- pués de describir la mencionada oruga y su mariposa, en la forma, dibujos, modo de vivir, etc. , indicaba que, en mi opi- nién, el haber aparecido orugas en cantidad extraordinaria fuera debido 4 que, por una causa, en el momento desconoci- da, nada habia contrariado su desarrollo; tal vez la falta de ciertas aves insectivoras, de insectos carniceros y de hime- nopteros parasitos que, si volvieran de nuevo estos animales litiles, se restableceria el armonioso equilibrio que el Criador imprimié 4 sus obras; confirmandolo la consideracién de que, no obstante ser la Ocneria dispar L. especie comun y vulgar en Catalufia, muy raramente llega 4 constituir plaga. »En Agosto del afio prdéximo pasado de 1888 lei en un perid- dico que los hacendados de San Feliu de Guixols habian no- tado la presencia de infinidad de escarabajos que recorrian los alcornocales é iban detras de las orugas para devorarlas. Inmediatamente pedi 4 un amigo que reside en aquella loca- lidad me remitiera algun ejemplar de dicho insecto, lo que hizo con su acostumbrada amabilidad, resultando que el tal escarabajo era la Calosoma sycophanta L., el coleéptero protec- tor por excelencia de la agricultura. »Las larvas de este carabido son muy activas, nunca estan hartas; buscan las orugas de las procesionarias hasta dentro de las bolsas de telarafias que tejen en las ramas de la encina y del pino, y llega 4 ser tan extremada su voracidad, que se atracan de comida hasta hincharseles la piel, quedando ale- targadas, como acontece 4 las serpientes, y en tal estado son victimas de otras larvas de la misma especie. »Parecida insaciabilidad posee el insecto perfecto, y como su andar es ligero y rapido, trepa con facilidad por los tron- cos de los arboles 4 la caza de orugas que destroza por docenas. »Asi, pues, cuando los duefios de alcornoques vean discu- rrir por sus fincas abundancia de Calosoma sycophanta, felici- tense de ello y no destruyan ninguna; antes, por el contrario, procuren se reproduzcan, pues son insectos dignos de la ma- yor proteccién, no por sus vivos y brillantes colores, sino por los servicios que nos prestan.» DE HISTORIA NATURAL. 19 El Sr. Artigas, 4 propdsito de lo dicho por el Sr. Cuni, con- signado en el acta de la sesidn celebrada el] 8 de Marzo de este afio por la Seccién de Barcelona, hizo una sucinta relacidn de la plaga de la Ocneria dispar L., que desde el afio 1887 princi- palmente es el azote de los alcornocales de las inmediaciones de Romanya, Santa Cristina de Aro, Calonge, Llagostera y otros pueblos. Manifesté que habia visto y recogido orugas en varias ocasiones desde 1874, habiéndose ocupado de dicha plaga en la prensa, llamando la atencién del Gobierno y de las autoridades locales sobre la misma, a fin de combatir en lo posible el mal que, como en el pasado, se ha reproducido en el presente aio, segtin noticias que se le habian comuni- cado recientemente 4 dicho sefior; y que entendia que la pro- duccién del corcho habia de disminuir notablemente en los alcornocales invadidos por el mencionado insecto; por lo cual, si fuera posible, veria con gusto que alguno de los sefiores socios, ya que quizas no sea incumbencia de la Sociedad el hacerlo, que por su cargo esté en condiciones favorables para ello, llamara sobre esto la atencién del Gobierno, para que se procurara atajar el mal que experimenta, por la causa referi- da, gran parte de la regidn montuosa del Bajo Ampurdan (1). Manifestd-el Sr. Cazurro que lepiddépteros de especies muy afines 4 la citada por el Sr. Artigas causaban también gran- ~ des destrozos en el arbolado de nuestros paseos publicos, espe- cialmente la Porthesia chrysorhea y el Bombyx neustria, los cuales atacan con predileccién los olmos de nuestros paseos publicos, destruyéndolos casi por completo. El Sr. Vazquez Figueroa lamentdé el descuido con que en esta cuestion habia procedido el Municipio, pues podria haber evitado 6 disminuido considerablemente esta plaga si hubiera dispuesto oportunamente que se hubiesen destruido las bolsas de las orugas, tarea relativameete facil cuando se trata de jar- dines y paseos; pues desgraciadamente en las grandes exten- siones de bosques el remedio no puede tener aplicacién, como por ejemplo en los pinares de La Granja, invadidos el afio an- terior por gran numero de individuos de la Psilura monacha, hasta tal extremo abundantes, que dificultaban el paso por los (1) «Plaga de orugas en los alcornocales del Bajo Ampurdan.» Za Publicidad (diario de Barcelona), 11 de Octubre de 18&8. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA senderos revoloteando en extraordinario numero alrededor del que por ellos se aventuraba. En estas grandes extensiones de bosque seria imposible desorugar oportunamente como en una corta extensidn, y entonces la destruccién de la plaga solo puede quedar confiada 4 sus enemigos naturales, las aves y los insectos que de ella se alimenten; asi, en los citados pi- pares presentése también en bastante abundancia el Calosoma sycophanta, que tan gran estrago hace en las orugas de estos lepiddépteros, siendo asi que en afius anteriores era sumamente escaso en aquel pinar. El Sr. Delas manifesté, 4 propdsito de la misma cuestién, que en los bosques de alcornoques de Tarragona habia habido ocasidn en que tan extraordinario era el numero de estos lepi- dépteros, que los del centro morian faltos de alimento por ha- berlo consumido ya otros individuos; y que era tal esta abun- dancia, que el ruido que producian al consumir las hojas po- dia oirse casi 4 distancia de un kilémetro. ; Kl] senior Presidente declaré que la Sociedad habia oido con gusto a los sefiores que habian hablado anteriormente, y que era verdaderamente lastimoso ver destruir el arbolado por es- tas plagas sin tomar medidas para evitarlo, cuando es posible, y ya que por desgracia en la mayoria de los casos no existe esa posibilidad, no favoreciendo, sino, por el contrario, des- truyendo los animales titiles, verdaderos aliados del agricul- tor en su lucha contra los insectos perjudiciales. —El Sr. Gazurro leyé la nota siguiente: «Unicamente como dato curioso acerca de la sinonimia de una especie de ortéptero propia de Espafia comunicaré a la Sociedad el siguiente: ; »La Cuculligera flexuosa descrita por Serville en su obra fist. nat. des insectes orthopthéres en 1839, lo habia sido ya muy anteriormente por Olao Worm en una obra muy curiosa pu- blicada por él en 1655, que se titula MZusewm Wormianum seu Historia rerum rariorum tamtum naturalium quam artificia- lium tam domesticarum quam Exoticorum que Hafnie Danorum in edibus auctoribus servantur, Amsterdam, por los hermanos Elzevir, 1655, en la cual, con el nombre de Locusta Hispanica, se transcribe la descripcién siguiente: Corpore est cinereo maculato et quibusdam in locis ad flavendi- nen inclinante. Caput habet cucullatum cinereum , sgquammatum, DE HISTORIA NATURAL. 81 os triquetrum, mystace seu quatuor pilosis ornatum corporibus, in fronte tenues quasdam antenas ostentat, oculos prominulos nigricantes. Alas quatuor variegatas membranaceas nervis qui- busdam per longitudinem excurrentibus. Crura quatuor ante- riora minora in se reflexa, sed duo posteriora trium unciarum longitudine ad saltandum apla, qua corpus tangunt crassa, alio- quin tenua et cornea in extremo serrata. Venter oclo sectionibus distinctus in acutam desinit spinam, in extremitate nigricantem. Totum corpus longitudine est unciarum trium.» »El capuchén que cubre la frente, las manchas de las alas y fuertes nervios que las recorren, asi como el color, y sobre todo el tener el abdomen aserrado, me hacen no dudar que se refiere esta descripcién 4 la especie dicha. »Habla luego el autor de que estas langostas se comen, y que sirven como especial remedio contra las estrecheces de orina de la mujer, contra la lepra y contra las enfermedades de los ojos. »Para iguales usos las indicaba, en general, 4 todos los or- tdpteros Pedacio Dioscorides en su obra de medicamentos sim- ples, y en la traduccién de Laguna, nuestro célebre compa- triota, en las notas de las diversas ediciones de Salamanca 1566, Barcelona 1677, y Valencia 1595, en las cuales hace re- ferencia de las plagas que en otros paises causaban, aunque no en Espafia, y las mismas indicaciones hace Ribera en sus anotaciones 4 la obra de Laguna.» —E] Sr. Galderdn, de Sevilla, dijo que habia recibido recien- temente las publicaciones que se habia servido enviarle el profesor E. D. Cope, de Filadelfia, y que era verdaderamente sorprendente el movimiento cientifico que representaban, mo- vimiento esencialmente filosdfico en sentido de aproximacién de la Paleontologia y la Zoologia, y poco conocido entre nos- otros 4 pesar de su inmensa transcendencia. Seguramente ningun naturalista, desde Darwin y Wallace, ha dado tanto impulso 4 las doctrinas de la evolucién como el profesor Cope en sus valiosas monografias, y sobre todo en su importante obra Zhe Origin of the Fittest, recientemente apa- recida. Dijo que aunque era muy dificil extractar la doctrina contenida en trabajos tan numerosos y algunos muy extensos, como resultado capital merecia sefialarse que el autor consi- dera dos agentes principales de la estructura del esqueleto y 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA denticion de los mamiferos: el exceso y la falta de uso, cada uno de los cuales puede 4 su vez subdividirse en dos series, del siguiente modo: Uso. Exceso de desarrollo...... | , ( Exuberancia. Defecto de desarrollo....... one Pobreza. Las dos primeras condiciones son las que han cooperado principalmente para la produccién de las estructuras, obran- do como causas mecanicas, que el autor clasifica del siguiente modo: A.—DESARROLLO DE LAS ARTICULACLONES. 1. Mera impresion. Facetas de la extremidad alejada del radio en los diploartos. Expansion de la extremidad cercana del radio en los diploartos. Desarrollo de la extremidad alejada de la tibia junto al astragalo. Desarrollo de la extremidad préxima del astragalo junto 4 la tibia. Troclea external del humero en los roedores (lepéridos) y metapo- dial y himero en los diploartos. 2, Mera torsion. Alternacién de los huesos del carpo en los antropomorfos. Redondeamiento de la cabeza del radio en los desdentados y cua- drumanos. Involucién apofisaria en los diploartos, etc. 3. Torsién é impresion sin flexion. Alternacién de los huesos del carpo en los ungulados. 4. Torsién, impresion y flexién en un plano. 5. Flexion en dos planos. Vértebra cervical en forma de silla de los cuadrumanos. 6. Flexién en varias direcciones. Articulaciones vertebrales. Cabezas del himero y fémur. AA.—DESARROLLO FUERA DE LAS ARTICULACIONES (DIENTES). . Dislocacién por efecto del desarrollo de las puntas de los molares trifidos. Molares trituberculares. DE HISTORIA NATURAL. 83 8. Empuje transverso. Formas en V de los molares en varios é6rdenes. 9. Empuje longitudinal. Formas en V de los multituberculados. Oblicuidad de los molares en muchos roedores. 10. Estimulo de presién y prolongacion. Incisivos de los roedores, multituberculados, ete. Molarés prismaticos de los diploartos, roedores, etc. Confluencia de los vértices generalmente hacia las crestas. Dientes caninos en general. Incisivos de los proboscidios, Monodon, Halicore, etc. Como se ve claramente examinando esta rapida enumera- cién de las modificaciones sufridas por las partes duras de los mamiferos, impera en ella un solo y nico principio mecanico muy sencillo, que 4 juicio del Sr. Calderén es el mismo por e] que los histélogos vienen explicando desde hace mucho tiem- po las transformaciones morfoldgicas de las células desde su forma esférica y uniforme primitiva. La diversidad de condiciones mecanicas 4 que estan sujetas las diferentes partes del esqueleto del mismo individuo son la causa de la pluralidad de estructuras que este ofrece; princi- pio fecundo formulado por el profesor Cope, y por el cual ex- plica la reduccién del numero de dedos en el miembro poste- rior cuando su funcién queda reducida 4 la progresién rapida 6 al salto: tal sucede en los gerbos y canguros, en érdenes por lo demas tan distintos como lo son los marsupiales y roedo- res. Este ejemplo demuestra ademas que la misma estructura aparece en diversas ramas del reino animal, con tal de que en ellas imperen iguales condiciones mecanicas. Bien lo con- firman el idéntico caracter de la articulacién de las extremi- dades en los diploartos y roedores, que tienen de comtn la ra- pidez de su carrera; la notable analogia de las cabezas del ra- dio en los desdentados y cuadrumanos, cuyas manos poseen en ambos érdenes una supinacién completa; el desarrollo de los caninos tomando la misma forma en todos los animales en que debe servirles de érgano de defensa, y la idéntica marcha de reduccién del numero de dedos 4 medida que el organismo se adapta 4 una progresidn mas corredora en formas pertene- cientes 4 diversos ordenes. 84 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA De estos y otros muchos datos, que serfa imposible extrac- tar aqui sin dar 4 estas noticias una extensién exagerada, de- duce el profesor Cope la ley fundamental de que idénticas cau- sas producen idénticos efectos. Hay que tener, sin embargo, en cuenta que esta identidad no se realiza en un momento, y que como cada forma trae el abolengo de las que le han precedido, la comparacién debe establecerse dentro de cada tipo. Asi las aletas de los peces son é6rganos esencialmente diferentes de los remos de los /chthyosaurus 6 la ballena. Por consiguiente, las mismas causas, obrando sobre estos érganos, han de pro- ducir analogias, pero nunca identidades morfolégicas. El principio de la necesidad mecanica como productor de tan diversas evoluciones de los organismos no es ciertamente nuevo en la Anatomia comparada; pero nunca ha llegado al detalle y precisién que ha alcanzado en los trabajos del profe- sor Cope, tan zodlogo como paleontdélogo y dueno de ese rico material de formas fosiles americanas descubiertas unas por él y examinadas otras 4 fondo por primera vez. Estudios tan transcendentales, asi en el pormenor como en su concepcidén g@eneral, no son, sin embargo, como dijo al principio, conoci- dos apenas entre nosotros, ni aun en la vecina Republica; por lo cual, como una llamada de atencidn hacia ellos, creia el Sr. Calderon merecian siquiera esta pequefia indicacién sobre el alcance de dichas investigaciones. Sesion del 7 de Agosto de 1889. PRESIDENCIA DE DON AURELIO VAZQUEZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta del as comunicaciones si- guientes: Del Secretario de la Institucién Smithsoniana de Washing- ton, anunciando el envio de «La cuarta Relacién anual de la Comisién geolégica de los Estados-Unidos.» Del Secretario de la Academia Real de Ciencias de Lisboa, anunciando el recibo del cuaderno 1.° del tomo xvii de nues- tros ANALES. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: DE HISTORIA NATURAL. 8 A cambio; Fourth Annual Report of the U. S. Geological Survey. Por D. J. W. Powell. 1882-83. Washington, 1884. On the occurrence of fossils of the cretaceous age on the Island of Martha's Vineyard, Mass. Por D. N.S. Shaler. Verhandlungen der kaiserlich-kiniglichen zoologisch-botanis- chen Geselischaft in Wien.—Ano 1889, cuaderno 2.° Sitzungsberichte der physikalisch-medicinischen Gesellschaft 2u Wiirzburg.-—Afio 1888.—Verhandlungen der physikalische- medicinischen Gesellschaft.—Nueva serie, tomo xxtt. Bulletin de la Société Impériale des Naturalistes de Moscou.— Ano 1889, num. 1.— Meleorologische Beobachtungen ausgefiihrt aus Meteorologischen Observatorium der Landwirthschaftlichen Akademie bei Moskou.—1888, 2.* mitad. Archives Néerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xxii, cuadernos 3.° y 4.° Annales de la Société entomologique de Belgique.-—Tomo xxx. Annales de la Société entomologique de France.—6.* serie, tomo VIII. Atti della Societa Toscana di Scienze Naturali.—Tomo v1. Anales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxvil, en- trega 2.° ~ Como donativo; Verslag van de negentiende Wintervergadering der nederlans- che entomologische Urceniging; regalo de su autor D. G. de Uries van Doesbiirgh. Ueber krohnkit; regalo de su autor el Dr. L. Darapsky. Abonos para agricultura; donativo de su autor D. Juan Juste. La Sociedad acordé que se diese las gracias 4 los donantes. —E]l Sr. Medina, Secretario de la Seccién de Sevilla, ha en- viado las dos actas siguientes: SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 7 de Julio de 1889. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se ley6é la nota siguiente remitida por el Sr. Calderén: ACTAS DE LA SOC. ESP. —xXVIII. 7 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Noticia de varios casos de deradelfia. « Por coincidencia casual se han reunido en el Gabinete de Historia natural, y en muy breve espacio de tiempo, varios ejemplares monstruosos pertenecientes 4 diferentes especies, y que todos corresponden 4 la familia de los deradelfos. »Careciendo aqui de obras con que clasificar estos curiosos casos y apreciar su mérito en relacién con la frecuencia con que se presentasen, pedi noticias a nuestro ilustrado consocio de Madrid D. Manuel Cazurro, que, como recordaréis, se ha ocupado recientemente de este género de cuestiones, y 4 su amabilidad debo los datos que voy a reproducir, como prece- dente 4 la indicacién de nuestros ejemplares. »Como es sabido, Isidoro Geoffroy Saint-Hilaire es el funda- dor de la importante rama de la Morfologia, que se ocupa de las monstruosidades. En la clasificacidu de tan eminente na- turalista (1), nuestros ejemplares entrarian en el grupo de las anomalias complejas, subgrupo de monstruosidades propia- mente tales, que 4 su vez se subdividen en unitarias, dobles y triples. Entre las dobles, & que corresponden estos casos, pertenecen & la familia de los monocéfalos, caracterizados, como su nombre indica, por ofrecer una cabeza wnica. Los monstruos de este grupo pueden tener los troncos separados 6 unidos en la pelvis, y en el primer caso, que es el presente, cada cuerpo poseer el niimero correspondiente de miembros, deradelfia, 6 solo la mitad, torvadelfia. »Malacarne (2) también ha caracterizado y clasificado esta monstruosidad, constituyendo con ella su clase IX, Namadu polisomia, que subdivide en androginia cuando los individuos reunidos pertenecen a los dos sexos, y diginia 6 diandria res- pectivamente, si ambos fuesen machos 6 hembras. »A dicho grupo deradelfia 6 polisomia corresponden los ejem- plares en cuestién del Gabinete de esta Universidad, de los (1) Hist. gén. et part. des anomalies de Vorganisme chez Vhomme et les animaux ou Truité de Tératologie. Paris, 1886. (2) Dei monstrui umani, de caratteri su cui ne se potrebe stabilire la clasificazione (Mem. della Soc. ital., t. 1X). ~ DE HISTORIA NATURAL. 87 cualés dos pertenecen al gato (de cuya especie también acaba de presentarse un caso en Cordoba y ha ingresado en el Gabi- nete de la Academia politécnica de dicha ciudad), otro en el lirén y procede del Coto de Ofiana, y el otro de Sevilla en el pollo, todos consistentes en la unidn por el térax de dos indi- viduos que tienen una sola cabeza comun. »Segun las noticias que, como he dicho, se ha servido comu- nicarme el Sr. Cazurro, se han citado diversos ejemplos de esta monstruosidad en el gato por Aldrovando (1), Vallisnieri, Daubeton, Barkow y Gurlt. Este ultimo naturalista, asi como Bartolin, Hoffmann, Regnault y otros, la han mencionado del carnero, del cerdo, del topo y de un lagarto. El profesor de Cadiz D. Celestino Parraga me comunica quegha visto en di- cha ciudad un caso en el cerdo.—En la especie humana la de- radelfia parece ser por extremo rara, y solo la citan Pesta- lozzi (2) y Lavagna (3), que habla de un monstruo’formado por dos individuos varones nacido vivo a los nueve meses, y el cual murio 4 las pocas horas. »De nuestros ejemplares el mas curioso es el del pollo, tanto (1) Monstr. hist. (2) Descr. de trois enfants monstrueux (Journ. de phys., t. XIV). (3) Storia anatomica sopra un monstruo umano bicorporeo. 8&8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA por lo bien caracterizado que se halla, cuanto por no haberse citado todavia, que sepamos, esta monstruosidad en las aves. Fué regalado generosamente 4 las colecciones de esta Univer- sidad por el Dr. D. Francisco Laborde, en cuya casa nacié vivo y continud viviendo algunas horas y moviendo todas sus pa- tas y alones, no obstante de haber sido arrojado al suelo con violencia por la sefora de dicho doctor, asustada cuando, al ayudarle 4 salir del huevo, vid aparecer forma tan extrafia. »Como indica la figura, el nimero de miembros es el corres- pondiente a los dos individuos que forman el monstruo: en el cuello, aunque no es muy grueso, deben existir las dos series de vértebras que, uniéndose poco antes de la cabeza y bajo una piel comun, simulan un cuello unico. El occipital es algo mas alargado que en los individuos normales, y en su base descubre un examen atento los indicios de un craneo atro- fiado. El resto de la cabeza y el pico no presentan nada de anormal.» Sesi6én del 5 de Agosto de 1889. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —El Sr. Calderén did lectura 4 la siguiente comunicacién: «En sesién de 8 de Agosto del pasado ano nuestro consocio D. Manuel de Paul hizo una interesante comunicacién sobre los olivos de mala casta observados por él en la villa de Hué- var y en Alcala de Guadaira, cuya pobreza de fruto, a que alude su nombre vulgar, explicé por el aumento que nota en ellos de flores machos, con respecto 4 las hermafroditas, y por presentar sus ramas un sin numero de verrugas que impiden llegar & las flores los jugos necesarios para su buen desarrollo. »También recordaréis que en 7 de Noviembre del citado ano el mismo sefior, contestando a las dudas surgidas en Madrid por los Sres. Galdo y Botella en vista de su nota, demostré que las referidas verrugas no son producidas por la costumbre de coger el fruto por el sistema llamado del vareo, ni se deben tampoco 4 la larva de la Zinea olee F., que ocasiona con fre- cuencia otra enfermedad de la misma planta en Andalucia. »Habiendo tenido noticia, con posterioridad 4 estas notas, DE HISTORIA NATURAL, 89 de que el eminente patdlogo M. Prillieux habia hecho una comunicacién 4 la Academia de Ciencias de Paris sobre los tumores del olivo, resolvi, de acuerdo con el Sr. Patil, enviarle ejemplares de las mencionadas verrugas, rogandole las exa- minase en su laboratorio y se sirviese participarme su ilus- trado parecer. Asi lo ha hecho el citado sabio francés, contes- tandome, con fecha de 14 de Mayo del corriente , que ha exa- minado los tumores consultados, procedentes de Huévar, cuyo envio le anuncié anticipadamente, y que sou parecidos 4 los que estudidé en aquella comunicacidn, y siz duda ninguna como aquellos debidos d Bacillus. »Creo la noticia de bastante interés para comunicarla 4 la Seccion, al mismo tiempo que expreso mi gratitud 4 tan dis- tinguido naturalista por la bondad y eficacia con que se ha servido complacerme.» —El Sr. Medina leyé la nota siguiente: «En el num. 21 (27 Mayo 1889) de los Comptes rendus de la Academia de Ciencias de Paris, encontramos una interesante nota de M. Laboulbéne, que se ocupa de los dafios producidos en las espigas de maiz por un hemiptero, el Pentatoma viri- dula L. Este insecto, provisto de un largo chupador, perfora la espiga cuando todavia esta en leche y se nutre de ella. El grano asi perforado se atrofia; la espiga por el lado picado queda desprovista de granos y se seca. Examinando diferentes espigas atacadas, se ven unas pequenas, otras encorvadas y a veces solo existen granos en la base y otras faltan en series paralelas al eje de la espiga y en toda la extensidén de ella. (Juizas el maiz no sea atacado por este insecto sino después de la recoleccidén del trigo. »En 1887 han sido excesivamente abundantes los Pentatomas en muchas comarcas de las Landas, 4 las que se hacia una caza asidua dos 6 tres veces al dia. En 1888 fueron menos nu- merosos. »Otro hemiptero préximo al primero, #/ia cognata, ha cau- sado segtin M. Pomel, verdaderos estragos en los cereales de las altas mesetas argelinas. (Comptes rendus del 18 de Marzo de 1889.) »Termina su nota M. Laboulbene llamando la atencién acerca de un insecto que destruye las plantaciones de maiz y trigo en los alrededores de Murcia (Espafia). Este insecto 90: ACTAS.-DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que seguin sus noticias es una mosca llamada paulina, es de color blanco, con rayas negras ligeras sobre las alas y el dorso y por lo demas muy semejante 4 la chinche. »Estos insectos caen en un campo como un nublado, se posan, atacan las espigas asi como al tallo, arrojando un li- quido infecto y las desecan, quedando el grano reducido a una pasta semejante al almidén. El uso del pan que contu- viera esta sustancia seria mortal. La descripcién de un insecto que tuviera las formas de una chinche, no de una mosca, podria ser quizas, en concepto de M. Laboulbene, un hemip- tero del género @lia. »Indudablemente es la Wlia acuminata, el insecto de que se trata, conocida en esta localidad con el nombre de pauiilla. Segun los datos que me comunica nuestro distinguido con- socio Sr. Patil, en los afios propicios para su desarrollo causa grandes danos en los trigos, cuyos granos presentan un aspecto especial, 4 que alude la expresién vulgar de que esta almidonado. El pan fabricado con trigo atacado por la lia presenta manchas, y tanto el gusto como el olor son desagra- dables; pero segun quien lo ha comido, no causa dafo alguno. »Cuando un trigo se encuentra atacado por la Zia acumi- nata, se acostumbra 4 trillar en pié la parte invadida de la sementera, sirviéndose para esta operacién de una tropa de yeguas. »Vulgarmente dan también el nombre de pauiilla 4 varios insectos pertenecientes 4 los géneros Pentatoma, Strachia, Graphosoma, etc., confusién que se explica por la creencia general entre los trabajadores del campo de que la paulilla toma un color parecido al de la planta a que ataca. »Procuraré tener al corriente 4 mis dignos consocios de los medios mejores para destruir los hemipteros perjudiciales a los cereales, que han de ser objeto de una nueva comunica- cién 4 la Academia de Ciencias por parte del ilustre entomé- logo M. Laboulhene.» —El Sr. Calderén participé & la Sociedad el fallecimiento en Malaga en el mes de Mayo pasado de nuestro eminente consocio D. Francisco Prieto y Caules, Ingeniero primero de caminos y director hacia ya bastantes afios de las obras de aquel puerto. Recordéd que en medio de las muchas ocupa- DE HISTORIA NATURAL. 91 ciones inherentes & su importante cargo, nunca abandoné el Sr. Prieto sus aficiones 4 la malacologia, en la que era una verdadera notabilidad, habiendo formado uua bella coleccién y teniendo preparado un trabajo muy extenso sobre moluscos espafioles. Ultimamente estaba haciendo uno y le llevaba muy adelantado sobre los foraminiferos del notable yaci- miento de Los Tejares de Malaga y sobre las conchas que los acompanan, trabajos que trata de salvar del olvido y publicar la Sociedad de Ciencias de Malaga, gracias 4 las activas ges- tiones de D. Domingo Orueta. La repentina muerte de tan inteligente y activo naturalista ha perjudicado notablemente a la ciencia malacolégica espafiola, tan necesitada de cultiva- dores perseverantes, sobre todo en la regién del Mediodia, y privado 4 las colecciones regionadas de la Universidad, aun incipientes en este ramo, del mejor de sus colaboradores. Termin6 el Sr. Calderén rogando 4 la Seccién hiciese constar en el acta su sentimiento por la dolorosa pérdida que ha ex- perimentado la Sociedad en la persona digna de todo respeto y admiracién de D. Francisco Prieto y Caules. Asi se acordé por unanimidad. —Haciéndose intérprete el Sr. Presidente del sentimiento con que la Sociedad habia oido la noticia de la muerte de su distinguido miembro el Sr. Prieto y Caules, de que did cuenta el Sr. Calderon en la ultima sesidn de la Seccién de Sevilla, propuso y la Sociedad aceptéd por unanimidad que constase en el acta presente esta profunda pena. —E]l Sr. G. Linares informé 4 la Sociedad del hallazgo del terreno wealdico en las inmediaciones de la estacién del fe- rrocarril de Santander y en algunos otros puntos de la misma provincia en los valles situados al oriente de esta localidad, con algunos otros pormenores acerca de la geologia de aque- lla regidn, de todo lo cual prometié enviar pronto 4 la Socie- dad nota detallada. —El Sr. Hoyos puso en conocimiento de la Sociedad dos cu- riosos casos de anomalias en las extremidades. El primero es una polidactilia simétrica y completa obser- vada en un hombre de 30 afios de 1.555 mm. de talla, 190 de 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA longitud de la mano y 12 la del pulgar. Por la referida ano- malia le apodan 24 dedos. El dedo sexto 6 suplementario ha- llase situado en el borde cubital de la mano y cabeza externa del metacarpiano anular, su direccién es oblicua y su longitud menor que la de este. Su parte dsea consta de dos falanges de constitucién andloga al pulgar faltando probablemente el falangito y estando el falangete dotado de ufia normal: los musculos bien distribuidos y dependientes de los palmares superficiales pero no relacionados con el extensor del dedo pequeno. El pisiforme y ganchudo tiene un tamafo mayor que el normal, al menos al exterior. La sensibilidad es normal asi como la aparente distribucién de vasos, nervios etc., tra- tandose por tanto de un verdadero dedo y no de un tumor. Este fendmeno ha sido estudiado por Fauvelle que relaciona su existencia con los dedos suplementarios de algunos batra- cios, aunque los por él descritos son menos normales. Poste- riormente en el tomo de 1886 del Verhandlungen der Berliner Gesellschaft fiir Anthropologie, Ethnologie und Urgeschichte se ha publicado una discusién sobre el asunto sostenida por Paul Albrech, Virchow y Nerhing, clasificando el segundo en verdaderos y falsos los casos de hiperdactilia. El Dr. Avia cita la existencia de 24 dedos en una dinastia de los Hyamitas, considerandose como adulterino el individuo que no los pre- senta y conocido idéntico fendmeno durante cuatro generacio- nes en la familia del matematico inglés Colbum. En el caso presente no ha existido en sus antepasados. El segundo es una verdadera tetradactilia, en la mano de- recha de un joven de 15 afios normalmente desarrollado y sin mas anomalia que la citada, siendo esto de notar porque van estas monstruosidades acompafiadas de otras mas 6 menos re- lacionadas con ellas, como ocurre en un caso citado por Ve- rrier en el tomo vil, serie 2.° de los Bulletins de la Société de Anthropologie de Paris en que la falta es simétrica en ambas manos y se compensa con dos dedos supletorios en los pies; y en otro de tridactilia de Chundzinski también presentado en dicha publicacién en 1886 y también acompanado de otro en el pie correspondiente, pero siendo siempre de constitucién anormal é incompleta los dedos. El mismo autor cita en 1887 la curiosa anomalia del criminal Pranzini. El observado por mi es un caso normal, puede decirse, por DE HISTORIA NATURAL. 93 la falta completa del dedo anular desde su articulacién me- tacarpiana con el hueso grande del carpo, uniéndose por los musculos el dedo grande y menique que alcanzan un desarro- llo algo mayor que el normal; la insercién del segundo en el ganchudo se aproxima mas al centro de la mano, siendo menos marcada la curva saliente del borde externo. La lon- gitud de la mano es de 152 mm. y 104 la del pulgar. Las causas de esta tetradactilia cree Verrier que son pura- mente mecanicas, debidas 4 bridas amniodticas y subsiguiente atrofia del érgano que falta. Si se juzgan como érganos rudi- mentarios 6 atrofiados habria que buscar la desaparicién en los Colobus que hay dedos (el pulgar), que se reducen, y en los A teles que faltan. Sesion del 4 de Septiembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON AURELIO VAZQUEZ. Leida el acta de la sesion anterior, fué aprobada. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Jahrbuch der Hamburgischen Wissenschaftlichen A ustalten.— Aflo VI, primer cuaderno, 1888. Bulletin international de ? Academie des Sciences de Gedsonte —Compt. rend. des Séances de l’année 1889. Anntles de la Société Entomologique de Belgique.—Tomo xxix. The azoic system, por J. D. Whitney and M. E. Wadsworfh. —On some specimens of permians fossil plants from Colorado; Report on the recent additions on fossil plants to the Museum Collections. Por L. Lesquereux.—Zhe fossiles and thein associa- ted Rocki North of Boston. Por I. S. Diller.— On an occurrence of Gold in Maine; A microscopical study of the Iron Ove or peridotite of Iron Mine Hill. Por M. E. Wadsworth.—Odserva- tions upon the phisical Geography and Geology of Mount Kiaand. Por C. E. Hamlin.— Bulletin of the Museum of Comparative Zoology at Harvard College. —Tomo vi (serie geoldégica I). Indice. Boletim da Sociedade broteriana.—Tomo V1, 1888. 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Boletin de la Comision del Mapa geoldgico de Espana.— Tomo xv. Boletin de la Sociedad Geogrifica de Madrid.—Tomo xxv1, numeros 3.°, 4.° y 5.° Como donativo; La région épigénique de Vv Andalousie et l'origine de ses ophites, por D. Salvador Calderén (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.° serie, tomo xvir); regalo del autor. Un coin intéressant du tertiaire d Italie. (Bull. de la Soc. belge de géol.)—Le Ligurien. (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.° serie, tomo xvi); regalo de su autor Dr. F. Sacco. La Sociedad acord6 que se diesen las gracias 4 los donantes. —Los Sres. Gazurro y Hoyos presentaron varios ejemplares de armas prehistdéricas acerca de las cuales dieron las siguien- tes noticias: «En una excursién que verificamos recientemente en unidn del profesor Quiroga y el Sr. Elizalde 4 los clasicos aluviones cuaternarios de San Isidro, hemos tenido ocasién de adquirir algunos ejemplares de las hachas talladas en silex que en dicha localidad no es raro encontrar, y creyéndolas de algun interés en unidn de otras recolectadas en excursiones ante- riores presentamos 4 la Sociedad. ; »Citaremos primeramente una tallada en pedernal gris, no- table por el tamafio, pues es la mayor de las hasta ahora en- contradas, como lo prueban las dimensiones siguientes: lon- gitud 23 cm., latitud 12 y espesor 5. Este bello ejemplar, de forma amigdaloidea y perfectamente tallado, pertenece como casi todas las armas de esta estacién al tipo chellense, asi lla- madas por ser la forma tipica de los silex encontrados en los aluviones de Chelles, Seine et Marne. Fué adquirido al precio de 4 pesetas de un obrero que dijo haberlo encontrado entre las arenas arcillosas y algo blanquecinas, situadas encima de Ja grava menuda y arenas abigarradas, caprichosamente teni- das por hierro y manganeso y muy por cima de la capa de cantos rodados que reposa sobre el gredon. Aunque este como los demas yacimientos no estén por completo determinados. »El segundo ejemplar es una notable hacha de 19 x 14 X 4 que ofrece la particularidad de no estar tallada en pedernal sino en cuarcita, silirica al parecer, y no tan acabada de labor como las demas, efecto segun hace notar el Sr. Vilano- DE HISTORIA NATURAL. 95 va, tan competente en estas cuestiones, en su reciente dis- curso de recepcién en la Academia de Ja Historia, de que este material no se presta al pulimento como la piedra de chispa. »Al mismo tipo chelense se refieren otros cinco ejemplares, todos ellos de pedernal, cuyo color varia del gris lavanda al rojo melado, preciosa por su perfecta labor una de este ultimo matiz, y cuyas dimensiones varian de 15 X¥ 9K 448 X 5,5 K 2 centimetros. »Son también de notar por su tosca labor otros.dos ejempla- res, uno de ellos de 15 X 6 X 5 cm., muy anguloso, como si no estuviera terminado, tallado en pedernal amarillento, cerco y y bordes muy abiertos y cuya seccién perpendicular al eje seria triangular. »El otro también en pedernal blanquecino y como calcinado, del tamafio de 12 x7 & 2 de forma muy plana, no presenta en una de sus caras golpe alguno fuera del 'plano concdideo 6 nucleo de percusién que ocupa toda la cara, al paso que la otra esta formada por dos planos desiguales que forman una arista bastante elevada que recorre todo el eje mayor del ejemplar, quizas estos dos planos se obtuvieran mejor por presion. Ambas fueron adquiridas de los obreros. »Otro tercer tipo merece llamar la atencidén, es un ejemplar en pedernal gris, cuyo cabo 6 mango es igual a las del tipo chelense puro, pero cuyo corte es recto y no puntiagudo, de suerte que en ella desaparece la forma amigdaldidea, aseme- jandose mas bien 4 una almendra cortada en bisel su punta; sus dimensiones son la siguientes: 12 * 9 x 2y la anchura del corte 54. Un ejemplar igual existe en las colecciones del Mu- seo de Ciencias Naturales y otro de esta forma que parece su retrato, representa y describe muy brevemente Cartailhac en lo poco que en su obra Les dges prehistoriques de l’ Espagne et Portugal cita de la localidad de San Isidro. »También hemos adquirido un pequefio ejemplar de peder- nal, quizas una esquirla 6 casco saltado al tallar las hachas, y que como observa el Sr: Vilanova, muy bien pudieron ser aprovechados primitivamente como cuchillos 6 raspadores para los huesos y las piéles. Su aspecto es casi cuadrado, sus bordes cortantes y sus dimensiones 5 X 5 X 1. »Acudiendo con frecuencia 4 esta localidad, facil seria ad- quirir por poco precio de los obreros, seguin hemos hecho, 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA gran numero de ejemplares interesantes que permitirian ha- cer un detenido estudio de esta interesante estacién, estudio que el Sr. Cartailhac lamenta que no esté ya hecho. También hemos encontrado algunos ejemplares, siempre de pequeno tamano, pero perfectos por su labor, entre los montones de cantos que furman al cribar las arenas para hacer la pasta para los ladrillos.» —KEl Sr. Quiroga presenté 4 la Sociedad por encargo de don Augusto G. de Linares un briozéo y una esponja fluviatiles que este sefior ha encontrado en el rio Manzanares el primero, y la segunda en el canal del Lozoya, acerca de cuyos objetos presentara el Sr. Linares una nota detallada. —Inmediatamente leyé el mismo Sr. Quiroga su nota si- guiente: Sobre las rocas piroxénicas arcdicas en general y las espanolas en particular. «Con el titulo de Contribuciones al estudio de los gneis pi- roxénicos y rocas de wernerita, ha publicado recientemente M. Lacroix (1), Preparador en el colegio de Francia, una interesante monografia de los materiales indicados. Llama M. Lacroix gneis de pirdxeno a las rocas que los lité logos alemanes distinguen con el de granulitas piroxénicas, reservando el nombre de pirozenitas, que los franceses daban a semejantes materiales, para las rocas arcadicas constituidas exclusivamente de piroxeno. El grupo de las piroxenitas tal como lo establece hoy M. Lacroix, habia sido ya considerado por el Dr. E. Kalkows- ky (2). Este nombre fué igualmente propuesto con anteriori- dad por M. J. Jujovitch (3) para distinguir una roca volcanica sin feldespato, que contiene 4 la vez y casi con exclusién de otro elemento, augita en los dos estados porfirico y microlitico, que el gedlogo de Belgrado estudié en el colegio de Francia, procedente de los Andes, y hallé también entre las rocas vol canicas recogidas en Gran Canaria por el profesor D. Salvador (1) Bull. de la Soc. frang. de Min ,t x11, nim. 4, 1889. (2) Dlemente der Litho’ogie, pag. 231. Heidelberg, 1886. (3) Note sur les roches eruptives et metamorphigques des Andes, pig. 13. Belgrade, 1880. DE HISTORIA NATURAL. 97 Calderén. El mismo M. Jujovitch en una publicacién ulte- rior (1) cambié aquel nombre por el de augititas, que fué aceptado después por el profesor H. Rosenbusch (2), con ob- jeto de reservar el de piroxenitas para las rocas, a que pri- mero se aplicd, y evitar confusiones. En la imposibilidad de pasar revista, siquiera fuese rapida- mente, 4 la composicion y estructura de las rocas arcaicas pi- roxénicas de tantas localidades de todos los continentes como cita M. Lacroix en su trabajo, extractaré algo acerca de las conclusiones generales 4 que sus investigaciones le han con- ducido, concluyendo por resumir lo que dice de los materiales de esta naturaleza en Espafia, afladiendo alguna observacién propia sobre el asunto. En la parte superior del piso ¢! del gneis, es decir, en la zona de los gneis pizarrozos que estan inmediatamente de- bajo y en contacto con las pizarras cristalinas, y 4 veces tam-- bién entre gneis mas acidos pero siempre superiores, existen rocas piroxénicas, que forman masas lenticulares frecuente- mente dispuestas en serie y siempre concordantes con los eneis inferiores. Tienen colores verdes, son mas 6 menos compactas y pocas veces estratoideas, y su composicién mas sencilla esta realizada por una asociacién granuda de plagio- clasa 6 wernerita y piroxeno, en la que rara vez falta la tita- nita. Cuarzo, ortosa, apatito, zircon, granate, son los ele- mentos mas frecuentes. Todas las plagioclasas se presentan, ya solas, ya combinadas; y las werneritas, que desempefnan su papel, corresponden 4 los diversos tipos de la familia (dipiro, -escapolita, etc.); pero al contrario de lo que sucede con los feldespatos, cada yacimiento tiene su wernerita propia, y de los espafioles, asi como de otros muchos, es caracteristico el dipiro. El piroxeno pertenece a la malacolita. Muchos otros minerales ha reconocido en estas rocas M. La- croix, unos primordiales y otros deutégenos, pero de ellos no citaré sino uno nuevo, la fougueita, que descubrié en el gneis de anortita de Salem (presidencia de Madras), sustancia de color amarillo en masa y casi incoloro en secciones delgadas, que constituye una especie dimorfa de la zoisita. (1) Les roches des cordilléres, pig. 38. Paris, 1884. (2) Mikr. Phys. der Mass. Gest., Zw. Aufl., pig. 818. Stuttgart, 1887. 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA La frecuencia con que M. Lacroix ha visto en estas rocas la wernerita, le lleva 4 hacer objeto preferente de su trabajo la investigacién de diversas particularidades de este grupo mi- neral, especialmente las que se relacionan con su composi- cién y distribucién geoldgica. En cuanto & la primera cuestién, el objeto del autor es de- terminar las variaciones que sufren las propiedades dpticas de los diversos minerales de este grupo con la variacién de su composicién, partiendo del supuesto del profesor Tschermak, de que las werneritas constituyen una serie continua, cuyos términos son producidos por la mezcla en proporciones varia- bles de dos sustancias, que el sabio profesor de Viena llama meionitsilicato (Si, Al, Ca, O; = Me) y martalitsilicato (Si, Al, Na, O,, Cl = Ma). Dice M. Lacroix que los analisis y me- didas que ha hecho no son suficientes hasta ahora para esta- blecer las relaciones indicadas. Respecto 4 la segunda, establece como resultado de sus ob- servaciones que las werneritas se presentan en cuatro yaci- mientos diferentes, & saber: 1.° En las rocas volcaénicas (materiales proyectados en la Somma). 2.° En los gneis piroxénicos y cipolinos, objeto de su ac- tual memoria, 3.° En las rocas eruptivas, donde son el producto de la transformacién de los feldespatos, ya por acciones metamdér- ficas especiales (filones de apatito de Noruega), ya por accio- nes secundarias (sienita eleolitica, diabasa, etc.). 4.°. En las calizas sedimentarias, en las cuales aparecen las werneritas por influencia de las rocas eruptivas (como sucede entre otros ejemplos que cita el autor en algunas calizas de los Pirineos con la sienita eleolitica y las ofitas). No parece que cada especie de wernerita se presente exclu- sivamente en uno de los yacimientos anteriores; el dipiro, sin embargo de hallarse en los cuatro, muestra cierta preferencia por el 2.° y 4.° Las rocas piroxénicas arcdicas espaholas que describe M. Lacroix, proceden unas de la provincia de Huelva, envia- das por el autor dela Descripcidn geold7ica de aquella comarca, distinguido miembro de la Comisidn del Mapa geoldgico, don Joaquin Gonzalo y Tarin, y otras del Pedroso, en Sevilla, re- DE HISTORIA NATURAL. 99 mitidas por el profesor de aquella Universidad, D. Salvador Calderén. Entre las rocas de ambas localidades ha encontrado el distinguido petrégrafo francés gneis piroxénicos unos sin wernerita y otros con ella. El gneis piroxénico sencillo, tanto de Huelva como del Pe- droso, tiene por elementos esfena, piroxeno, anfibol, oligo- clasa, ortosa, cuarzo y calcita. El piroxeno es verdoso, algo pleocréico, y constituye, ya granos redondeados, ya laminas estalactitiformes. El anfibol, verde muy claro y policrdico, parece ser en la roca de Sevilla un producto de uralitizacién. Los feldespatos y el cuarzo son granudos y moldean 4 los mi- nerales anteriores, y la caliza ocupa grandes extensiones, ce- mentandolos a todos. Un ejemplar de Huelva, muy ricc en calcita, contiene piroxeno incoloro en cristales de muchos mi- limetros de longitud, en parte uralitizados. El gneis piroxénico con wernerita de Huelva tiene casi la misma constitucién que el anterior, sin mas que sustituir totalmente el feldespato por escapolita, que va acompanada de abundantes productos de alteracion micacea y constituye, ya granos redondeados, ya cristales alargados segun el eje vertical. El del Pedroso, consta de piroxeno verde claro, esfena ro- sada, dipiro, ortosa, oligoclasa, cuarzo y epidota secundaria. El piroxeno es granudo; la wernerita se presenta en la sec- cién bajo la forma de laminas grandes, corroidas, de esfolia- ciones prismaticas muy acentuadas, y encerrando en estado de granos piroxeno, ortosa, oligoclasa y cuarzo. M. Lacroix ha encontrado en un cipolino de la Sierra de Penaflor, el di- piro asociado 4 titanita, rutilo, mica parda, cuarzo, anfibol, labrador y clorita. Tales son las interesantes noticias que nos da M. Lacroix acerca de las rocas arcaicas, que él llama gneis de piroxeno, en Espana. Poseo algunos ejemplares de estas rocas procedentes del Pedrose, en Sevilla, que debo 4 la bondad de mi compaiiero y querido amigo el profesor de aquella Universidad, D. Salva- dor Calderén. Las que contienen wernerita son rocas compac- tas, formadas 4 simple vista de elementos verdes y blanccs, los primeros bien caracterizados como piroxenos, mientras que en los segundos falta la facies feldespatica especialmente, 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA por la carencia de exfoliaciones. En seccién transparente, y mediante el microscopio, se muestran unas con estructura francamente granulitica y otras granitica; 4 este ultimo grupo corresponde el ejemplar del gneis piroxénico con wernerita procedente de esta localidad que describe M. Lacroix, y en la cual el dipiro se diferencia muy bien de los feldespatos y cuarzo 4 quienes engloba. La wernerita granulitica se distin- gue de los feldespatos y cuarzo granuliticos, sobre todo del ultimo, porque no tiene las apdfisis y cavidades articulares que poseen los granos del ultimo mineral. Sus individuos tienden & ser rectangulares, extinguiéndose paralela y nor- malmente 4 su longitud, cuya propiedad los distingue de las secciones rectangulares de ortosa que lo hacen entre 0° y 5°. Para diferenciar completamente la wernerita de este mineral feldespatico, con quien realmente se confunde, hay que va- lerse de los siguientes caracteres: 1.°, bajando el condensador del microscopio se hacen sensibles en la wernerita casi siem- pre, unas estrias finas de esfoliacién paralelas entre si y 4 los lados mayores del rectangulo; esto la diferencia también en la mayoria de los casos de las plagioclasas; 2.°, observando en luz convergente el caracter uniaxico de las secciones cua- dradas constantemente extinguidas entre los nicoles cruza- dos; 3.°, la birefringencia que en los feldespatos oscila entre 0,007 y 0,013, y en las werneritas entre 0,012 y 0,036; 4.°, tra- tando el polvo de la roca por un liquido de Thoulet de den- sidad 2,60, la ortosa flotar&é y la wernerita se ira al fondo acompanando 4 las plagioclasas, de las cuales se las podra separar con el microscopio; 5.°, una vez aislado algun grano se reconocera en él la presencia de la sosa por el procedimien- to de Szabo; también se pueden usar los procedimientos de Boricky y Behrens para mostrar la falta de alumina y potasa en las werneritas. En general se puede decir que cuanta mas ortosa contiene una granulita piroxénica, mas pobre es en wernerita. En cuanto 4 las werneritas graniticas, se distinguen muy bien de la ortosa por sus exfoliaciones marcadas, extinciones segtin ellas, y encerrar 4 todos los demas elementos bajo forma granulitica. Las werneritas, por su polarizacién cro- mAtica, se confunden con el cuarzo; pero las propiedades an- teriores las diferencian claramente. DE HISTORIA NATURAL. 101 La descripcidn que hace M. Lacroix del gneis piroxénico con wernerita del Pedroso, conviene perfectamente 4 la roca nium. 548 de la coleccién de rocas del Museo de Sevilla que me remitid el Sr. Calderén, con la diferencia de que el ejem- plar que yo tengo es muy rico en zircén, mineral que no cita M. Lacroix. El num. 541 de la misma coleccién es enteramente granulitico, y sus elementos son los siguientes: wernerita granulitica muy abundante; ortosa, oligoclasa y cuarzo en granos y mucho mas escasos; piroxeno ligeramente verdoso, también granudo y con algo de hornblenda verde; titanita de color de rosa fuerte; ilmenita, dominando sobre la magne- tita; epidota secundaria; zircdn, muy abundante en granillos redondeados muy pequefios. La roca sefialada con el nime- ro 537 es una verdadera piroxenita, pues no contiene mas que diopsido. El Sr. Macpherson describe materiales de esta naturaleza, con el nombre de pizarras piroxénicas, en su petrografia de la Cordillera carpetana y en la del arcaico de Andalucia, y con el de vocas verdes, en la de Galicia (1). De estas dos tiltimas re- giones no tengo ejemplares, pero de la inmediata sierra de Guadarrama los poseo de Buitrago, Puertos de Malagoén y de la Cruz Verde en el Escorial, de Robledo de Chavela y de en- tre la Hoya de la Guija y Peguerinos en la provincia de Ma- drid, confinando con la de Avila. La mayoria de estas rocas son enteramente graniticas, pues aun el cuarzo escaso que contienen, forma granos pequefios siempre redondeados, perdidos en el seno de la ortosa. Este mineral constituye grandes individuos irregulares, de facies granitica, en los cuales estan empotrados, ademas del cuarzo antedicho, la plagioclasa y el piroxeno, que generalmente forma cristales grandes redondeados de color verde muy claro y con todas las propiedades del diopsido. No he podido hallar en estas rocas ni un solo grano de wernerita. La esfena no es muy abundante en las rocas del Escorial, pero si lo es en las de Buitrago, en las que siempre contiene microlitos de rutilo. En resumen, las rocas arcaicas feldespatico-piroxénicas de (1) Sucesion estratigrafica de los terrenos arcdicos de Espaiia, paginas 64, 112 y 115. Madrid, 1887. (AN. Soc. Esp. DE Hist. NAT., xr, 1833.) ACTAS DE LA SOC. ESP.—XVIII. 8 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la sierra de Guadarrama son de facies y estructura esencial- mente granitica, ortoclasicas y sin wernerita. Se hallan también en el puerto de Malagén y en Robledo de Chavela, rocas de este grupo, en las que sus elementos domi- nantes, feldespato y piroxeno, se han desarrollado en grandes individuos, concentrandose en puntos diversos del material. El feldespato entonces suele ser con mucha frecuencia micro- clina. Existen ademas en la sierra de Guadarrama verdaderas 77- roxenitas, en el sentido que da 4 esta palabra M. Lacroix, es decir, de rocas arcaéicas formadas exclusivamente de piroxeno, en el puerto de Malagon (Escorial) (1), en la cuesta del Labra- do, 4 la izquierda del arroyo de la Parrilla en Rieza (2), y el Sr. Prado la cita ya del Escorial, aunque sin precisar yaci- miento, y de Cercedilla y el Cerro de Pinuecar (3). En el Museo hay ejemplares de la piroxenita del Escorial, recogidos en el siglo pasado y principios del actual. A mi juicio no esta bien aplicado el nombre de gneis piro- xénicos & rocas que son complejos granuliticos de plagioclasa y pirozeno, la primera sustituida frecuentemente por werne- rita, y que aparecen como masas lenticulares entre los estra- tos gneisicos, nunca como verdaderos estratos. De todos mo- dos habra que distinguir en estos materiales piroxénicos dos grupos: el primero, plagioclasico, frecuentemente werneriti- co, y de textura granulitica, del cual son tipo en nuestro pais las rocas del Pedroso; y el segundo ortoclasico, que muy rara vez contiene wernerita, de textura granitica, y cuyos repre- sentantes tenemos en la inmediata Sierra de Guadarrama. Los de este ultimo grupo podian llevar mejor el nombre de gneis piroxénicos, reservando para los primeros el de granuwli- tas piroxénicas. Del tipo aleman de las granulitas convendria separar también, en primer lugar, las granulitas ortoclasico- cuarciferas, que con mucha frecuencia encierran granate, y son las antiguas lepltinitas; y en segundo, las pirorenitas 6 ro- (1) Macpherson: Sucesion estratigrafica de los terienos arcdicos de Espana, pig. 71. Madrid, 1883-87. (AN. Soc. Esp. DE HIST. NAT.) (2) Quiroga: Observaciones sobre algunas rocas de Riaza (Segovia). AN. DE LA Soc. ESP. DE Hist. NAT., t. v, Actas, pig. 31. Madrid, 1876. (8) Descrip. fis. y geol. de la prov. de Madrid, pig. 110. Madrid, 1864. DE HISTORIA NATURAL. 103 -cas formadas exclusivamente de piroxeno. Las granulitas pro- piamente dichas serian las asociaciones granuliticas de plagio- clasa, cuarzo y un mineral ferro-magnesiano, y en ellas es- tarian incluidas las rocas designadas por M. Lacroix con el nombre de gneis piroxénicos. Estas granulitas, siempre inter- estratificadas en los gneis superiores, no deben confundirse -con las rocas esencialmente graniticas llamadas granulitas por M. Michel Lévy, que son los granitos propiamente dichos El insecto en cuestion es el Apate bimaculata Ol., de la familia de los sinoxylidos, grupo de los teredilos 6 angusti- colos. Esta especie vive en la Francia meridional y también se halla en Cércega y en Turquia, no encontrando, por tanto, raro el Sr. Martinez que se halle en Ja Peninsula, por mas que él no la hubiera visto todavia en ella. »Las larvas de los insectos de esta familia se alojan en los troncos y ramos muertos 6 enfermos, y también en las raices de diferentes Arboles. La del A pate bDimaculata O1., esta indi- cada (1) como viviendo en Francia en el Zamavriz; pero como las larvas lignivoras de las especies de este género no son exclusivas en la eleccién del alimento, no ve dificultad en que puedan atacar asimismo las rafces de las vides, sobre todo si estan plantadas cerca de los tarais 6 tarajes (Tamariz). ' »Estan estudiadas las larvas de las Apade capucina L.y A. va- via Illig., pero no la de la A. dbimaculata O1., intermedia entre aquellas dos, si bien todas ellas son sumamente analogas. »Por lo que toca & los medios de destruccién del parasito, las indicaciones del Sr. Martinez ofrecen un interés verdade- ramente general. El primero y mas eficaz en este, como en (1) Perris. Zarves. Paris, 1877. DE HISTORIA NATURAL. 105 todos los casos analogos, es favorecer el desarrollo de los parasitos animales y vegetales del insecto perjudicial, que tratandose del Apaze pudieran serlo algunos himendpteros, sefaladamente los bracénidos, cuyas hembras agujerean la madera con ayuda de su largo taladro y alcanzando & las larvas introducen en el cuerpo de estas sus huevos. Alli se desarrollan 4 expensas de sus victimas las larvas de dichos braconidos hasta transformarse en capullos sedosos separados que dan 4 su vez los himendpteros. Si se supiera determina- damente cual fuera el parasito 6 parasitos especiales del Apate, se lograria con certeza por este medio destruir muchas de sus larvas y disminuir notablemente sus destrozos. A falta de este dato pudiera intentarse el desarrollo de insectos conocidos como destructores de los géneros y especies mas afines 4 la en cuestidn, como lo son para el Sinoxzylon sexdentatum Ol. y la Xilopertha sinuata ¥. de la misma familia que el A pate, el Opilus mollis L., los Tillus unifasciatus F. y Z. tricolor y el Malachius pulicarius F. (1). Entre los muchos coledpteros enemigos de la vid el mas proximo al Apate bimaculata Ol. es el Sinoxylon sexdenta- tum Ol., siendo aplicable contra todos ellos (como contra la Phylloxera) el sulfuro de carbono 6 el sulfocarburo de pota- sio, la inmersién en agua y en general cuantos medios se emplean como anti-filoxéricos y cuyo campo de operacidén sea el suelo. También pudieran practicarse en este caso algunos de los aconsejados contra la Graptodera ampelophaga Guér., como seria sacudir las ramas con un paraguas de color claro vuelto al revés 4 fin de recoger los insectos perfectos 6 cazarlos sobre las ramas 6 en la tierra cerca de las plantas y matarlos en seguida. No se ocultan al Sr. Martinez las dificultades practicas que estos medios tienen que ofrecer aqui, en el aislamiento y falta (1) Recuerda 4 este propésito el Sr. Martinez haber leido iltimamente que se han obtenido satisfactorios resultados en Rusia contra los Cleonus, cuyas larvas destroza- ban las plantaciones de remolacha, mediante el cultivo en establecimiento adecuado de hongos pardsitos de aquellas, los cuales se distribuian por el terreno en vehiculos susceptibles de contenerlos para infestar con ellos el cuerpo de las larvas. Asi se ha logrado hacerlas morir en grandisimo nimero, y no hay duda de que, resueltas las dificultades econémicas que semejantes procedimientos ofrecen, ellos han de consti- tnir los medios mas eficaces y seguros de destruir los insectos perjudiciales 4 la agricultura. . 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de conocimientos cientificos en que se hallan los mas de nuestros cultivadores, y termina su interesante y amistoso: informe encareciendo la conveniencia de no alarmar dema- siado 4 los agricultores, pues las plagas de los insectos pasan y estan mas cerca de desaparecer cuanto mas duran. Por otra parte, él participa de la escuela que cree que los insectos solo atacan 4 los arboles demasiado viejos, enfermos 6 mal culti- vados, y asi entiende que la persecucién de cada uno de los parasitos, mas es un paliativo que un remedio eficaz. Las plantas introducidas y reproducidas hace mucho tiempo, como sucede en nuestras vides, acaban por hacerse viejas: como especies cultivables, y es preciso irlas sustituyendo com otras nuevas (como las americanas, las del Sudan, etc.) en las cuales pueden ingertarse nuestras variedades. Mientras no se emprenda sistematicamente y se siga con perseverancia esta campafia de renovacidén, la cuestidn de los enemigos de la vid estaré siempre en pié, presentandose bajo formas nue- vas y reclamando estérilmente la proteccién no siempre valiosa de los medios oficiales.» —-El Sr. Garcia Nujiez hizo la siguiente comunicacidn: «En el trabajo topografico del levantamiento de planos, tan necesarios para el gedlogo y en general para el naturalista, una de las operaciones que mas tiempo ocupan es la de trans- portar al papel los puntos marcados en el terreno; por eso en todos los centros en que hay que realizar trabajos de esta clase se siente la necesidad de aligerar estas operaciones, de suyo largas y enojosas, habiéndose propuesto para lograrlo aparatos diversos, y algunos costosos y complicados, y que sin embargo no han dado el resultado apetecido. Como en estos trabajos hay siempre dos adaptaciones variables (el rumbo y la distancia), queda la maquina reducida a reempla- zar el manejo de los simples utensilios usuales, el transporta~ dor y la escala, y esta sustitucién, por sencilla que sea la maquina, resulta de més complicado empleo que los métodos ordinarios. Después de reflexionar sobre el asunto, creo haber simplificado el problema, por una sencilla modificacién del transportador usual, que voy 4 describir sucintamente, pen— sando que podra ser util & los consocios que tengan que ocu- parse en tareas de esta indole. »Es sabido que en el levantamiento de planos el desarrollo DE HISTORIA NATURAL. 107 de los datos de campo se hace generalmente sobre un pliego cuadriculado, sirviéndose para ello de un transportador de talco y de una escala. Sea, por ejemplo, un punto A el que se observa con la brijula en el terreno desde otro punto B; como la posicién del anteojo es paralela 4 la linea 0,180°, al virar de B A A, la linea 0,180° estara en la direccién BA (prescin- diendo de la excentricidad del anteojo). »La aguja sefiala el N.; y por tanto, el angulo que esta mar- que, sera el que AB forma con la linea N.-S. Para transportar la recta al plano, se hace coincidir la linea 0,180° del trans- portador con la N.-S. del papel; y si en el limbo de la brujula se leyé 4 la derecha, en el transportador hay que hacerlo 4 la izquierda, puesto que en la brijula la aguja permanece fija y es el limbo el que se mueve, al paso que en el transportador permanece fija la graduacién y el lapiz recorre el angulo. En esta construccién hay que retirar el transportador cada vez que se toma un punto y adaptar la escala 4 los dos senalados para marcar la distancia sobre la linea que determinan. Ahora bien, mediante una ligera modificacién en el transportador, sé puede simplificar la operacién notablemente, facilitandola en todos los casos y obteniendo una economia de mucho tiempo, importante sobre todo cuando hay que hacer grandes desarrollos, como sucede en el Instituto Geografico para la formacién del mapa. Se reduce esta modificacién a practicar una ranura en el transportador en la direccién del centro al cero y marcar en el borde de ella una escala, como indica la figura. Basta para transportar con este instrumento, hacer 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA coincidir el centro con el punto y el rumbo leido en la brujula con la linea N.-S., y tomar sobre la escala la distancia 4 par- tir del centro. »Desde luego se comprende que con esta modificacién no se deben tomar los rumbos invertidos; puesto que la divisién del transportador se mueve en el mismo sentido que el limbo de la brujula, adoptando, por tanto, la linea 0,180° la misma posicién que en aquella. »Si el transportador que se usaes de papel, se hace la cons- truccién con plantillas, adaptando una al rumbo que se trans- porta y corriéndola con la otra paralelamente, hasta situar el punto en la direccién que la primera determina; marcando entonces la linea se adapta la escala para tomar la distancia. »Puede también modificarse analogamente este transporta- dor y conseguir alin mas brevedad, marcando en él una escala desde el centro al cero, 6 mejor practicando una ranura en este sentido y pegando por debajo una escala del menor e@rueso posible, la cual puede servir para otro transportador, cuando el primero se inutilice, lo que sucede con los de papel después de algtin uso. Para desarrollar se rayan en un papel de calco lineas paralelas 4 la direccién N.-S., los rumbos se toman poniendo en su direccién la paralela correspondiente y se marca la distancia, la cual se toma por transparencia. »Tal es la modificacién del transportador 4 que he llegado después de experimentar tras larga practica los inconvenien- tes de pérdida de tiempo y de aumento de trabajo mecanico que llevan consigo los transportadores usuales. Mas no hu- biera osado dar publicidad a esta modificacién y aun hubiera dudado de que solucién tan facil no hubiera ocurrido a otros antes que 4 mi, si no hubiese oido particularmente la opinion de mis compafieros del Cuerpo de topdgrafos a quienes agra- dezco la buena acogida que han prestado 4 mi modesta idea. »Como no es propio del asunto de esta Sociedad entrar en una descripcién técnica, bajo el punto de vista topografico, del instrumento, me he limitado 4 indicar el medio de ser- virse de él, para que puedan utilizarlo las personas que ten- gan necesidad de hacer trabajos planimétricos, que cada dia van siendo mas necesarios al gedlogo, y aun al naturalista en general, en todo cuanto se refiere 4 la distribucién geo- grafica de los seres objeto de su estudio.» DE HISTORIA NATURAL. 109 —El Sr. Calderén ley6 la siguiente nota: Wulfenita de Linares. «Mi querido discipulo D:. Federico Chaves del Pulgar se ha ocupado en el gabinete de Historia Natural de la Universidad, durante el verano ultimo, en la medida y estudio de algunos cristales naturales y artificiales. »Entre ellos, se ha fijado en los interesantes cristales de wulfenita (plomo molibdatado) de la I/ina del Socorro, de Li- nares, notables por presentarse aislados, y sobre todo por su extraordinaria sencillez. Pertenecen, como es sabido, al sis- tema tetragonal, y ofrecen los caracteres ordinarios de la es- pecie: color amarillo melado, brillo céreo y densidad 6,5. »Estos cristales son tabulares, se hallan libres y como in- dica la figura, estén reducidos 4 la base y una piramide la 1/, P= 113. No ha observado ni la piramide fundamental P =111, ni caras de la hemiedria piramidal (1). Las medidas obtenidas por el Sr. Chaves le han dado el si- guiente resultado (2): Medidos. Calculados. OLRM ASS SE , 730 6! > CEB SM iro temeyaheke eleyene 1430 56! 1430 277’ ER SRSA Gale eae os Ad et TOWOn 3! 106° 56’ CESS o nee 5606 1430 4! 1430 27' (1) Esta combinacion sencillisima no sabemos se halle figurada mds que en la Mineralogia de Dufrenoy (lam. III, fig. 363) 2.4 edic., 1856. (2) En la obra de Naumann-Zirkel (Hlemente der Mineralogie, pig. 460. Leipzig, 1881) figuran los 4ngulos: SES nee 6S 1437 18? 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —E] Sr. Quiroga did cuenta 4 la Sociedad de un trabajo suyo titulado Odservaciones geoldgicas hechas en el Sahara occidental que pasé a la Comisién de publicacién. —El Sr. Lopez Cafiizares presentd el resultado de sus inves- tigaciones acerca de algunas rocas volcanicas de la costa oc- cidental de Africa. Sesion del 6 de Noviembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesidn anterior, fué aprobada. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones siguientes: A cambio; Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 311 4 319. Verhandlungen der kh. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien.—Tomo XxxIx, cuaderno 3.° Journal of the Royal Microscopical Society.— 1889, Agosto. Nouveaux mémotires de la Société impériale des naturalistes de Moscow.—Tomo xv, entrega 6. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xiv, nu- meros 6 y 7. Andales de la Sociedad cientifica argentina.—Tomo xxviu, en- tregas 1 y 2. Boletin de la Sociedad Geogrifica de Madrid.—Tomo xxv1, num. 6, Cronica cientifica de Barcelona.—Ano x11, nuimeros 280-287. Como donativo; Ensayo de Farmacofitologia cubana.—Flora de Cuba.—Diccio- nario botanico de los nombres vulgares cubanos y puertorriquenos; regalados por su autor D. Manuel Gémez de la Maza. Plantas vasculares de San Lorenzo del Escorial y sus alrede- dores; donativo de su autor D. José Secall. Bibliotheca Debyana.—Volumen 1; regalo del autor don J. Deby. Ll Imperio de Marruecos.—Niimeros 1 y 3; remitidos por su director y propietario el comandante D. J. Cervera. Semanario Farmacéutico..—Afio xvir, nimeros 41-52; y DE HISTORIA NATURAL. lit ano xvill, nuimeros 1-5; regalo de su director D. Vicente Mar- tin de Argenta. La Sociedad acordo que se dieran las gracias a los donantes. —Quedaron admitidos comos socios los sefiores Gomez de la Maza (Dr. D. Manuel), de la Habana; presentado por D. Francisco Quiroga. Lopez Monedero (D. Francisco Aquiles), de Madrid; presentado por D. Maximino Sanz de Diego. Esteva Ravassa (D. Gaspar), de Motril; presentado por el Sr. Quiroga, 4 nombre de D. Enri- que Laza. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios. —El Sr. Secretario did cuenta de un trabajo del Sr. Calde- ron, de Sevilla, acerca de Los fosfatos de cal naturales, y otro del Sr. Rodriguez y Femenias, titulado Datos algoldgicos. Dos especies nuevas del género Nitophyllum, que ha venido acompa- fiado de dos laminas grabadas en Barcelona; la Sociedad acor- dé que pasasen ambos 4 la Comisién de publicacién. También presenté el cuaderno 2.° del tomo xvii de los ANALEs de la So- ciedad, que contiene la conclusién del trabajo del Sr. Rodri- guez y Femenias, sobre Algas de las Baleares; uno del sefior Lazaro é Ibiza, titulado Datos para la flora algologica del Norte y Noroeste de Espava; uno del Sr. Cuni y Martorell, I/zscela- neas entomologicas. Ardcnidos de Amer y Montserrat; una inte- resante noticia del Succino de origen espanol, escrita por el sa— bio director del Museo Zoolégico-Antropolégico de Dresde, Dr. Meyer; y, por ultimo, concluye con el comienzo de las Observaciones geoldgicas hechas en el Sahara occidental, escrito por el que suscribe, que terminara en el cuaderno proximo, donde debe ir la lamina que corresponde a la parte publicada en este. Figuran también en dicho cuaderno las actas de los meses de Mayo hasta Septiembre inclusive. —El Sr. Medina, Secretario de la Seccién de Sevilla, ha re- mitido el acta que se publica 4 continuacién: 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 9 de Octubre de 41889. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se hizo una propuesta de socio. —HI Sr. Calder6n leyd la siguiente comunicacidn: Las formaciones esqueléticas marinas y el origen de la caliza sedimentaria. «De todos es sabido que en las formaciones geoldgicas mas diversas, desde las antiguas 4 las modernas, y con espesor a veces considerabilisimo, se presentan bancos de carbonato de cal, afectando infinitos aspectos y estructuras, y que asimis- mo en la actualidad el fondo del Océano es asiento de un con- tinuo depdsito de sustancia caliza. A no ser por este trabajo incesante de eliminacién de semejante cuerpo, el acarreo de él, por las corrientes que proceden de las tierras, acabarian por convertir el mar en una disolucién concentrada de bicarbo- nato de cal, que se precipitaria al fin. Pero el punto de satura- cién no lleganicon mucho a realizarse en el seno de los Océa- nos, gracias al eguilibrio producido en su composicidén por los habitantes del medio acuatico, sobre todo los coraliarios, los foraminiferos, los equinodermos y los moluscos, los cuales para sostener 6 proteger sus partes blandas, se fabrican es- queletos internos 6 caparazones calizos. La acumulacién de estos en el transcurso de periodos seculares es capaz de consti- tuir formaciones de hasta muchos miles de piés de espesor. »Algunas calizas, y entre ellas senaladamente la creta, son un puro agregado de partes esqueléticas fésiles, y sobre todo de animales microscdpicos; otras, y son el mayor numero, consisten en una mezcla de elementos espatizados y restos or- ganicos calizos grandes y pequenos, y otras, en fin, preponde- rantes en las formaciones mas antiguas, se reducen 4 una DE HISTORIA NATURAL. 113 asociacidn de romboedros mas 6 menos deformados. Diferen- cias de estructura tan radicalmente distintas indican diversos origenes en cada caso, y hacen conocer desde luego que nin- cuna de las teorias propuestas para explicar la sedimentacidén del carbonato de cal es absolutamente cierta en lo que niega, asi como es verdadera en lo que afirma. »Para unos gedlogos es absoluto el aforismo linneano de que toda caliza procede de organismos, y que no ser por Ja poblacién marina que segrega conchas y esqueletos, no se hubiera sedimentado ningun deposito de cal carbonatada; para otros la mayor parte de la sustancia que los constituye, cuando no la totalidad, es el resultado de precipitacién qui- mica directa. »Se fundan los partidarios de la ultima opinidn, en la existen- cia de depésitos de espesor y extensién considerabilisimos de edad en que el numero de los seres organizados era por extre- mo limitado, aun en los casos mas favorables. La caliza y la dolomia de estas épocas antiguas, es un agregado puro 6 casi puro de sustancias calizas y magnesianas. En otras rocas ana- logas de época menos antigua, los huecos que quedan entre los restos fésiles estan llenos por el carbonato espatizado, en el que no se ve estructura organica de ninguna especie; de suerte, que parece revelar esta dualidad de estructuras, orga- nica la una y mineral la otra, coexistentes en la misma roca, otra dualidad de procesos genéticos simultaneos. »Semejante explicacién, que a primera vista parece satis- factoria, no lo es tanto cuando se trata de investigar las con- diciones que deben reunirse en el fondo de las aguas para que se pueda producir un precipitado quimico directo de carbo- nato de cal. Las fuentes que depositan este cuerpo en forma de tobas, y que abundan en tantos parajes, lo hacen merced a la rapida evaporacién que sufren, y al desprendimiento de acido carbénico que queda reducido a la mitad; pero gcdmo puede darse un conjunto analogo de circunstancias en el mar? Bastara recordar para probar esta imposibilidad, que se nece- sitaria una evaporacién de un 75 por 100 de sus aguas para que depositase el carbonato de cal. Este proceso, irrealizable por consiguiente en el fondo de los Océanos actuales, ha po- dido, sin embargo, existir en las épocas geologicas primitivas, cuando los mares eran poco profundos y cuando las lluvias 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA atmosféricas, riquisimas en Acido carbénico, destruian rapi- damente los silicatos de cal y de magnesia de la costra crista- lina, entonces desnuda, acarreando soluciones concentradas de carbonatos de dichas bases. Tal sera acaso el origen de las antiguas calizas cristalinas. Asimismo, en la actualidad, cerca de la embocadura de los grandes rios, aguas muy cargadas de bicarbonato, al encontrarse con las del mar, notablemente mas densas que ellas, flotan y se extienden en delgada capa, y expuestas 4 la accién de los rayos del sol y de los vientos, pierden una parte del acido carbdénico y precipitan el carbona- to de cal. »Lejos de las costas, y sobre todo en las profundidades ocea- nicas, se deposita también caliza y en cantidad mucho mas considerable, siendo muy diverso el proceso de su formacion. El fondo del Atlantico & todas las profundidades, desde 400 a 5.000 m., en una extensidn inmensa, y el del Pacifico, estan cubiertos casi uniformemente de un vasto depdsito de materia fina de color de crema 6 grisaceo, que cuando se deseca se vuelve quebradizo, y puede servir para los mismos usos que la creta 6 tiza. En su composicién domina el carbonato de cal, pero casi siempre bajo forma de caparezones de foraminiferos. Tan inmensa zona es el receptaculo de una lluvia incesante de Globigerinas, que después de caer de la superficie, atrave- sando capas liquidas de un espesor de 263 km., acaban por alcanzar el légamo del fondo y unirse a4 él, constituyendo un todo que sera un dia una roca de aspecto homogéneo. »En este sedimento de las profundidades oceanicas se en- cuentran, ademas de los foraminiferos y de los restos de di- versos organismos, como conchas y fragmentos quitinosos de crustaceos, etc., otros cuerpos curiosos, cuya naturaleza exacta no se conoce todavia; tales son esos innumerables discos pe- quefisimos, en forma de platillos, que se hallan sueltos 6 en agregados esferoidales, llamados cocolitos, cocoesforitos de Har- ting, cuerpos maclados, compuestos, rectilineos 6 sean las conostatas de Harting y costras que proceden de la agrupacién de estas. »Los corales llegan 4 constituir, como se sabe, en el fondo de ciertos mares masas calizas de dimensiones considerables, ramificandose en unos casos como un arbol, 6 desplegandose en masas confusas, como esas materias celulosas que se ven DE HISTORIA NATURAL. 115 en todas las colecciones, y multiplicandose en el transcurso del tiempo, acaban por formar islas 6 esas extensiones consi- derables de tierra llamadas arrecifes de coral. En otras ocasio- nes, la acumulacién de las conchas de los moluscos da lugar a barras y 4 formaciones mas 6 menos extensas. »Tales son los agentes, tanto de eliminacién del exceso de bicarbonato que se reuniria en el mar por el continuo acarreo de las corrientes continentales, como de formacidn de las rocas calizas; pero el proceso intimo, en virtud del cual los organis- mos marinos tienen el poder de apoderarse de las sales calizas para fabricar con ellas sus esqueletos, cuestidn intimamente ligada, como se desprende de lo dicho, con la del origen de los sedimentos quimicos, es un problema que dista mucho de hallarse resuelto. Este ha sido recientemente objeto de una interesante comunicacién del senor profesor Steinmann de Freiburgo, que constituye el asunto de la presente nota (1). »Empieza por notar el distinguido paleontdélogo, que la al- bumina posee la propiedad, no observada hasta aqui, de pre- cipitar carbonato de cal de las disoluciones de sales calizas, como el sulfato 6 el cloruro, sim zntermedio de carbonato alca- dino. Si se pone en un porta-objetos una gota de albimina clara, sin olor, pero débilmente alcalina, tomada de un huevo de ave, con una disolucidn de cloruro de calcio algo concen- trada 6 con cristales de esta sustancia, se ven aparecer en breve, & los 5 6 15 minutos, numerosos cuerpos esféricos que producen el enturbiamiento de la disolucién antes limpida. Colocando estos en el campo del microscopio y entre los nicoles cruzados, muestran la cruz negra y con frecuencia también los anillos coloreados, correspondientes 4 los cristales esfero- liticos uniejes, con caracter Optico negative. Tratados por un acido diluido se disuelven con efervescencia, dejando un re- siduo organico de igual forma. »Realizando esta misma experiencia en mayor escala, y sir- viéndose de la disoluciédn de cloruro de calcio debilitada, se obtienen esas esferas antes mencionadas, calcoesferitas y otras voluminosas, producidas por agrupacién de las anteriores, (1) Ueber Schalen-und Kalksteinbildung. (Sitzung.d. Naturforsch. Geselis. zu Frei- durg i. B. 1889). 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que & menudo contienen en su centro una burbuja de aire. En la proximidad de estas formaciones calizas, la sustancia albuminoidea toma caracteres de conquiolina, se vuelve blanca y casi del todo insoluble en los alcalis y en los acidos, y tras larga inmersién en el agua frecuentemente renovada se colo- rea de moreno, como las masas de conquiolina que revisten las partes no cubiertas de concha del cuerpo de muchos mo- luscos. En una palabra, se originan de este modo los mismos productos que obtuvo Harting por la adicién de carbonato alcalino. »La importancia de los experimentos de Harting, radica principalmente en la demostracién de que un precipitado de cal carbonatada obtenido por la accién de la albimina 6 de otra sustancia nitrogenada, como la gelatina, sobre el carbo- nato alcalino ofrece iguales propiedades quimicas y Opticas que los cocolitos de los depésitos marinos, de la creta, etc., y de muchas formaciones calizas orgAnicas, sefialadamente las laminas porcelanicas de las conchas de los moluscos. Estas consisten también en cristales de espato calizo, numerosos y extremadamente pequefios, que de un modo apreciable, en disposicién estrellada 6 paralela, yacen en una sustancia con- quioloidea y estan separados unos de otros por delgadas mem- branas. El carbonato de cal adquiere, mediante estas envoltu- ras, una considerable resistencia 4 los agentes de disolucién, como lo probé ya Bischoff experimentalmente. »La diferencia entre una calcoesferita artificial y una concha de Orbulina 6 Globigerina, consiste solamente en que estas ul- timas contienen un hueco central y poros parietales; por lo demas, la disposicién y naturaleza de los cristales de caliza espatica es la misma en unas y otras, y poreso ambas ofrecen los caracteres épticos de los esfero-cristales. No asi entre una concha de Globigerina y la de un molusco sin nacar, entre las cuales existe una diferencia fundamental. El esqueleto calizo de los corales se constituye, como lo ha mostrado v. Koch, de calcoesferitas simples 6 dobles. »La concha de los moluscos procede reconocidamente del endurecimiento (incrustacion) de una masa viscosa, sin estruc- tura, albuminosa, que procede del epitelio del manto; de la misma provienen, no solamente la capa porcelanica, sino tam- bién el nacar. El sucesivo aumento de volumen que se observa DE HISTORIA NATURAL. 17 en los molusces acuaticos ha proporcionado 4 los autores el tan repetido fundamento de la teoria completamente impro- bable del crecimiento de las conchas por intususcepcién. Mas el Dr. Steinmann demuestra, que el incremento de volumen de estas en dicho caso no necesita ir acompanado de un creci- miento organico correlativo, por el siguiente experimento: coloca en una disolucién de cloruro de calcio mucus de un molusco, el cual descompone una parte de esta disolucién, lo mismo tratandose de los que producen concha, como el Unio, 6 de los que no estan en este caso, como el Limaz, originan- dose numerosas calcoesferitas, mientras que dicho mucus, abandonado a si mismo, solo determina muy poca 6 ninguna separacién de caliza. De aqui se deduce, que lasustancia de la concha, precipitando las sales calizas del medio, es capaz de experimentar por si un aumento de volumen. »Kn los caracoles terrestres provistos de concha, la caliza necesaria para la formacidn de estaes tomada tinicamente por el alimento. El mucus del Helix pomatias se endurece como una piel distendida con prontitud bajo la influencia de ricas calcoesferitas que acompanan ala produccion artificial. En los moluscos acuaticos la caliza puede ser conducida por el agua de alimentacion y respiracién, como también directamente a la concha por el medio circundante. Segun todo lo que sobre la formacién de esta se sabe hasta aqui, no se necesita apelar para explicarla 4 la intervenciédn de un proceso vital inme- diato, sino que podemos darnos cuenta de ella por la influen- cia de las sales calizas (cloruros y sulfatos) sobre la sustancia albuminoidea del organismo. El medio circundante obra direc- tamente, por yustaposicién, y de aqui el espesor relativo de las conchas marinas en comparacion con la delgadez que ofrecen en general las de los moluscos terrestres. »No hay duda en punto 4 que el dérmato-esqueleto de los moluscos es producido por el epitelio del manto; pero hay hechos que prueban que también otras partes del cuerpo pue- den engendrar analogas formaciones. La concha del A7go- nauta es solamente segregada en los estadios embrioldgicos del manto; pero mas tarde se deposita en los brazos una capa que cubre 4 aquella. Las auriculas laterales del capuchoén del Nautilus pompilius, ofrecen asimismo producciones calizas que se asientan en la abertura umbilical. De igual suerte, la ACTAS DE LA SOC, ESP.—XVIII. 9 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cabeza de muchos cefaldpodos fosiles estaba desarrollada hasta ‘junto el borde mismo poco determinado de la abertura de la concha; el sifén de las foladas segrega una formacidén caliza tubulosa y la cubierta de los gastrdpodos muestra el poder que tiene su pie de producir piezas conchiferas. »Si se examina la zona oscura de conquiolina que cubre la parte no protegida por concha y fuertemente musculosa del cuerpo blando de muchos moluscos, como, por ejemplo, en el Nautilus, el perilito del tubo respiratorio 6 del pie de las bi- valvas, se encuentran constantemente, en uniédn con la con- quiolina, trozos calizos microscépicos, que no se reunen en una concha dura, sino que, al modo que la misma conquiolina, caen y se renuevan periddicamente. Otro tanto ocurre en la superficie del cuerpo de otros animales marinos, por ejemplo, de los celentéreos, aunque en pequena escala, y parece que la formacién de los caparazones resistentes en los invertebra- dos marinos, deberia hallarse mucho mas generalizada de lo que ordinariamente acontece, a juzgar por las experiencias antes citadas, y teniendo en cuenta el revestimiento albumi- noso de la superficie del cuerpo de dichos animales. Donde la materia conchifera segregada puede fijarse en partes calizas formadas previamente 6 en superficies resistentes exteriores (Zeredo), 6 donde permanece inmdvil por mucho tiempo una regidn del cuerpo, se producen formaciones duras adherentes; pero donde las materias conchiferas son segregadas en una parte musculosa y movible, no llegan, por regla general, a reunirse las porciones aisladas de cuya agregacién proceden las conchas compactas, sino que permanecen largo tiempo en las superficies rugosas del cuerpo, y aunque fijan caliza en la conquiolina, la ceden al medio circundante. »De las precedentes consideraciones, deduce el profesor Steinmann la consecuencia muy interesante, bajo el punto de vista morfoldgico, de que la atrofia 6 falta de concha externa, en ciertos grupos de animales vivos, no impide compararlos a los provistos de aquella, sean actuales 6 fosiles, en caso de que otros caracteres favorezcan la comparacion y aproximacién. Esta circunstancia se comprueba cuando se trata, por ejemplo, de si deben 6 no considerarse las actinias como rama de los rugosos; las holoturias como préximos parientes de ciertos cistideos, 6 los octépodos como ammonites vivos. En ciertas DE HISTORIA NATURAL. 119 ramas de los invertebrados, parece dominar la ley de que la formacion caliza exterior tiende 4 reducirse y acaba por des- aparecer en el transcurso del desarrollo ascendente filogené- tico {celentéreos, crindideos, moluscos). »Volviendo al punto de partida, hemos visto las dudas que alin envuelven a la cuestién del origen de la caliza y la dolo- mia marinas, cuestién sobre la que arroja inesperada luz la propiedad de la albiimina y peculiar de ella, de formar con- chas, como sabemos, precipitando el carbonato de cal del clo- ruro 6 sulfato, y en una forma que impide su redisolucién en el agua del mar. El carbonato de cal que los rios conducen al mar, sufre por el contrario un cambio en cloruro y quizas en sulfato: los acidos necesarios para la transformacién son pro- porcionados probablemente por las plantas, que separan por la adicién de Aalcalis los correspondientes acidos. Desde que la composicién del agua del mar fué esencialmente igual 4 la de hoy, pudo el carbonato de cal ir por si 4 los Océanos con ayuda de la materia organica, sea concrecionada en forma- ciones duras, completas de determinada forma, sea como pie- zas conchiferas, pequefias y sueltas, 6 como cocolitos. Hay hechos geolégicos que prueban que las calizas dolomiticas y la dolomia no reconocen otro origen esencialmente distinto que la caliza. Seguin experiencias del profesor Steinmann, aun no terminadas, obra asimismo la albtiimina sobre las sales de magnesia, pero mucho mas débilmente que sobre las de cal, lo cual puede explicar la preponderancia de la caliza en los sedimentos, por ser retirada del agua del mar en mayor cantidad que la magnesia. »Muchos metales pesados se precipitan también facilmente mediante la albumina. Las experiencias realizadas con ella y el cloruro y el oxidulo de hierro, han producido una pronta y abundante separacién de oxhidrato. Andlogo resultado debe esperarse operando con el manganeso. »La mencionada manera de conducirse la albtimina nos permite dar cuenta de dos grandes procesos manifiestamente distintos: la formacidén de los caparazones calizos de los inver- tebrados y el origen de la caliza marina (y acaso también de la dolomia y algunos otros cuerpos repartidos en pequefia scala en las rocas sedimentarias normales marinas). El agua del mar tendria una composicidn completamente diversa de 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la que posee, si estas sustancias no se estuviesen precipitando de un modo continuo. » Termina el profesor Steinmann su interesante nota sobre la propiedad descrita de la albiimina, é inherente 4 ella, repro- duciendo las siguientes conclusiones del sefior profesor Bau- mann, de Freiburgo: «Las sustancias nitrogenadas del cuerpo de los animales, albiimina y materias afines, producen evidentemente por un proceso de fermentacién en gran escala, carbonato amdénico: no se necesita tampoco prueba especial para demostrar que la masa mucosa que rodea 4 los animales que viven en el agua, produce una sustancia alimenticia completamente favorable para el sostenimiento de los micro-organismos. No se proce- dera por consiguiente de ligero viendo en este proceso el ori- gen de la separacién del carbonato de calcio de las sales cali- zas disueltas en el agua del mar. »El acido carbénico, acaso el carbonato amonico, que segun Drechsel se produce en los liquidos animales, proporciona una cierta explicacién de la separacién del carbonato de cal dentro del organismo. En tanto que las sales calizas del orga- nismo se engendran por excrecidn, es proporcionada directa- mente una parte grande 6 pequena de los compuestos calizos que se nos aparecen después bajo forma de conchas. »Muestran las citadas experiencias cémo la cristalizacién del carbonato de cal acontece casi repentinamente cuando se ponen juntas sales calizas con sustancias albumindideas que empiezan a descomponerse. Esta propiedad se podria quizas utilizar para descubrir el momento del principio de la des- composicién de la sustancia albumindidea de un modo mas preciso que como se logra con los procedimientos actuales (olor, ensayo quimico de diversos productos putridos de la serie aromatica}. Para ello hay que vencer solo la dificultad de que, cuando se obtenga la disolucién fresca de albimina, al comienzo de la experiencia, se encuentre completamente libre de carbonato amonico.» «Resulta en definitiva de todas las precedentes considera- ciones, que el proceso de la sedimentacidn de las sales calizas se halla tan intimamente enlazado con el proceso organico, que ambos no son sino modos particulares y resultados diver- sos de un mismo fendmeno: las conchas y los esqueletos se DE HISTORIA NATURAL. : 121 forman por sedimentacién sobre la superficie de los seres vivos, y los depdsitos calizos son la obra de la separacién del carbonato de las aguas, operada por la materia orgaénica.» —Kl Sr. Cazurro leyo la siguiente nota. «El Boletin de la Sociedad de Biologia de Francia publica un curiosisimo articulo de los Sres. Giard y Billet, sobre la fosforescencia de algunos crustaceos, acerca de cuya cuestién han hecho también una interesante comunicacién 4 la Aca- demia de Ciencias de Paris. »La fosforescencia en los crustaceos, sobre todo en los an- fipodos era de antiguo conocida y ya habia sido sefialada por varios naturalistas, entre ellos Tilesius, Viviani, Surrivay, Snellen, Von Vollenhoven, etc., y resumidas por el reverendo Stebbing en su trabajo sobre los anfipodos del Chalenger, pero la causa de este fendmeno habia quedado siempre inex- plicable. »M. Giard observé recientemente en la playa de Wimereux un Zalitvus de viva fosforescencia, estudid atentamente el fendmeno y pudo observar que era debido exclusivamente & una bacteria del grupo de los diplobacterium que media unos dos » y cada una de sus partes geminadas poco menos de un #, la cual se presentaba en rosarios de cuatro 6 cinco indivis duos que se coloreaban facilmente por los colores de anilina. »Siendo, pues, este fendmeno una infeccidén parasitaria, in- tentd reproducirla en otros ejemplares que no presentaban la fosforescencia y asi lo consiguiéd inoculando la sangre del ejemplar fosforescente en otros Zalitrus y en ejemplares de género distinto como los Gammarus y Orchestias los cuales al cabo de dos dias comenzaron a fosforescer y al tercero ad- quiriéd su maximum de intensidad el fendmeno, para morir al cabo de varios dias de presentarse. ‘»Intentd también freproducir este fendmeno en crustaceos superiores como el Carcinus menas, pero la fosforescencia quedaba limitada al punto en que se hacia la inoculacién 6 solo se extendia como en el Platyonichus nasutus por las vis- cosidades que cubrian el caparazoén. »También consiguidé reproducir este fendmeno en crustaceos 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA isdpodos terrestres de los géneros Philoscia y Porcellio, que al cabo de cuatro dias fosforescieron perfectamente. »Segun el Sr. Giard, la causade este fendmeno seria debida al estado especial que dichas bacterias provocarian sobre los musculos atacados, y por esta razon cree que el animal ino- culado pierde su actividad y apenas si se mueve cuando se le inquieta. »El Sr. Quatrefages en un trabajo sobre la fosforescencia en algunos animales marinos (Ann. Sc. nat., serie 3.°, t. XIV), atribuia este fendmeno 4 Noctilucas, fijas sobre el caparazon. »El Sr. Giard intentd, con muy poco resultado, cultivar estas bacterias en los caldos y gelatinas ordinarias, pero su colaborador el Sr. Billet, lo ha conseguido empleando un caldo acido obtenido por la coccién del bacalao y también regando rodajas de carne de este pescado con agua que contenia san- gre de ejemplares inoculados.» Sesion del 4 de Diciembre de 1889. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTINEZ Y SAEZ. —Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del director de los Anales de Geologia de Palermo, rogando se suscriba la Sociedad 4 dicha publicacioén. De los bibliotecarios del Instituto de Essex de la fundacién de P. Teyler, en Harlem, y del presidente de la Comisién geolégica de los Estados-Unidos anunciando el envio de sus publicaciones. Del bibliotecario de la Sociedad botanica de Lyon, pidiendo cambio con los ANALES de esta Sociedad. La Sociedad acordé que estas portcimnds pasaran 4 la Comi- sién de publicacion. —Se pusieron sobre la mesa las siguientes: A cambio: Geology and Minning Industry of Leadville, por Mr. Emmons. —(U.8. Geological Survey). Archives du Musée Teyler.—Serie 2.*, vol. 11, 3.* parte. DE HISTORIA NATURAL. 123 Bulletin of the Essex Institute.—Vol. xix, nimeros 1-12. Bulletin de la Société ouralienne damateurs des Sciencies Naturelles.—Tomo x, cuaderno 3.°, tomo x1, cuadernos 1 y 2. Archives Néerlandaises des sciences exactes et naturelles. — Tomo xxi, cuaderno 5. Giornale di scienze naturali ed economiche di Palermo.—Vo- lumen XIx. Zoologischer Anzeiger.—Nimeros 320 y 321. Journal of the Royal Microscopical Society.— 1889, Octubre. Bulletin de la Société Zoologique de France.—Tomo xiv, nu- mero 8. | La Naturaleza de Méjico.—Serie 2.*, tomo I. Boletin de la Sociedad Geografica de Madrid.—Tomo xxvit, numeros 1, 2y 3. Cronica cientifica de Barcelonda.—Afio xi, ntimeros 288 y 289. Como donativo: Etude géologique du tunnel du Rocio, por M. P. Choffat; re- galo del Presidente de la Comision de Estudios geoldgicos de Portugal. Intorno aun deposito di roditore e di carnivori sulla vetta di Monte Pellegrino.— Nota intorno ad alcune conchiglie viventi e fossili; regalo de su autor el Marqués Antonio de Gregorio. IV Jahresbericht (1888) der Ornithologischen Beobachtung Stationen im Konigreich Sachsen; regalo de sa autor el doctor Meyer. Quadraginta Coleoptera nova argentina; donativo de su autor ehDroC..Berg:: . El Imperio de Marruecos, nim. 4; regalo de su Director don Julio Cervera. Semanario Farmacéutico.—Nuims. 6-8; regalo de su Director. La Sociedad acordé se dieran las gracias 4 los donantes. —Fueron admitidos como socios los sefores Simarro (Dr. D. Luis), de Madrid, y Sanchez Navarro (D. Manuel), de Cadiz; presentados por D. Ignacio Bolivar. —Se hizo una propuesta de socio. El Sr. Medina, Secretario de la Seccidén de Sevilla, remite el acta siguiente: 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 18 de Noviembre de 41889. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —-Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —El Sr. Calderon leyé la nota siguiente: Peces de las pesquerias andaluzas existentes en el Gabinete de la Universidad de Sevilla. «Los ejemplares de peces, por ser objetos que no llaman la atencién de la generalidad, y por su naturaleza putrescible, son dificiles de reunir en las colecciones formadas lejos de las costas. Por otra parte, su conservacién en gabinetes mal dota- dos, como el nuestro, est& también erizada de dificultades, tanto por el coste de los envases y liquidos conservadores, como por el mucho sitio que ocupan, razones todas que expli- can el escaso desarrollo de los estudios ictiol6gicos en Espana. Luchando con tantos inconvenientes nuestra coleccién en la parte referente 4 peces, se desarrolla con lentitud suma y resulta bastante abigarrada, componiéndose de ejemplares disecados, otros conservados en cloral y otros reducidos a 6r- ganos caracteristicos y aun 4 preparaciones microscépicas de escamas, etc. Algunos materiales existian en la Universidad 4 mi lle- gada, pero se han completado mucho posteriormente, gracias sobre todo & donativos de personas tan complacientes como D. Ricardo G. de Meneses, D. Enrique Brunet y D. Ramon Si- cilia, 4 quienes doy por ello mis expresivas gracias. Con los medios insuficientes de libros y de tipos de compa- racidn de que aqui se dispone, seguramente no hubiera lle- gado A clasificar todos los ejemplares, sin la valiosa ayuda, tanto del distinguido profesor de Zoologia de los vertebrados de Madrid, nuestro vicepresidente D. Francisco de P. Martinez y Saez (& quien he podido enviar algunos duplicados en bene- DE HISTORIA NATURAL. 125 ficio de las colecciones que estan 4 su cargo), como del profe- sor Gadow de Cambridge, que 4 su paso por Sevilla tuvo la amabilidad de revisar todos los peces y reptiles de nuestro Gabinete. Gracias al concurso de tan competentes naturalistas, puedo ofrecer hoy la siguiente lista, que si no es alin muy completa, ni ofrece datos nuevos para la fauna espafiola, podra confir- mar algunos ya conocidos y servir de promesa para mayores resultados. Labrax lupus Cuv.— Huelva. Serranus cabrilla L.—Idem. Uranoscopus scaber L.— Malaga. Mullus barbatus L.i—Malaga y Huelva. Trigla lineata Walb.—Cadiz. Tr. sp.?—Huelva. Lepidotrigla aspera L.—Idem. Scorpena scropha L.—Cadiz. Sciena aquila L.— Huelva. Sc. curvata L. Corbineta.— Idem. Umbrina cirrhosa L.—Idem. Corvina nigra Salv. Corvina.—Idem. Sargus Rondeleti C, et V.—Cadiz. S. annularis C.—Huelva. Pagrus vulgaris C. et V.—Cadiz. Chrysophrys aurata L.—Idem. Pagelius erythrinus L. Pajel.— Huelva. P. acarne C. et V.—Idem. Dentex vulgaris L. Dentén.—Cadiz. Cantharus lineatus Mont.—Idem. Boops vulgaris L.— Huelva. Oblata melanura L.—Cadiz. Smaris vulgaris C. et V.— Huelva. Brama mediterranea C.—Malaga. Scomber scombrus L. Caballa.— Huelva. Thynnus vulgaris C. et V. A tin.—Malaga. Xyphias gladius L. Pez espada.—Cadiz. Lichia ammia L.—Id. Cepola rubescens L.—Idem. Mugil capito C. et V.—Idem. 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Blennius lineatus Guich.—Idem. Lophius piscatorius L.—Cadiz y Huelva. Labrus merula L.—Malaga. LI. sp.?—Cadiz. Crenilabrus ocellatus Brunn.—Idem. Belone glacilis Low.— Huelva. Harengus virescens Dekay.— Malaga. Clupea sardina Risso.— Ayamonte. Engraulis encrasicholus L.— Malaga. Phycis mediterraneus L.— Huelva. Solea vulgaris Quens.—Idem. Echeneis remora L.— Cadiz. Conger vulgaris C.— Malaga. Murena helena L. Morena.—Cadiz. Hippocampus antiquorum Leach. Caballito de mar.—Malaga. Orthagoriscus mola Bl.—Idem. Scyllium stellare L.— Huelva. Carcharias lamia Risso. Ziburén.— Malaga. Lamna cornubica Gmel.—Idem. Acanthias vulgaris Risso.— Cadiz. Squatina vulgaris Risso. Angelino.— Tres ejemplares, pescados en el Guadalquivir, en la crecida de 1876. Pristis antiquorum Lath.—Cadiz. Torpedo oculata Bel.—Idem. T. marmorata Risso.—Idem. Raja clavata L. Raya.— Malaga. Myliobatis aquila L.—Un paladar procedente de Huelva.» —E] Sr. Medina dio lectura 4 la siguiente comunicacidn: «Ocupandome en estos dias en la clasificacién de los ortop- teros, que los Sres. Calderén y del Rio han recogido en sus excursiones del verano ultimo por Guadalcanal y Cazalla de la Sierra, he determinado una especie de grilido, el @canthus pellucens Scop., que si bien no es nueva para la fauna anda- luza, solo ha sido citada de ella por Rambur, sin referirse 4 localidad determinada, 4 juzgar por los datos consignados en la Sindpsis de los ortépteros de Espana y Portugal, de nuestro distinguido consocio D. Ignacio Bolivar, yen la reciente Znu- meracion de estos insectos del Sr. Cazurro. La especie en cuestién fué recogida abundantemente en el DE HISTORIA NATURAL. 127 mes de Agostu ultimo, siendo de notar que entre los ejempla- res traidos por dichos sefiores estan representados por niinero casi igual los oy las 9. Me ha guiado solamente 4 poner este dato en conocimiento de mis dignos consocios, la consideracién de tratarse de una especie de la cual no poseia hasta ahora ningtin ejemplar la coleccién del Gabinete de Historia Natural de la Universidad, sin duda por ser exclusiva de las regiones montuosas, poco exploradas todavia por nosotros, y haberse recogido estos in- dividuos en bastante nimero y en época mas tardia que la asignada en las publicaciones antes mencionadas.» —EI Sr. Quiroga, por encargo del Sr. Bolivar, presentdé y did cuenta a la Sociedad de un trabajo de este sefior, titulado Enumeracion de los Grilidos de Filipinas, que por acuerdo de la Sociedad pasé 4 la comisién de publicacién. — El mismo presentd a la Sociedad una nota del Sr. Rodri- guez y Femenias titulada Za constitucion mineralogica del suelo, puede contribuir a la riqueza algologica de un pais? que paso 4 la Comision de publicacién por acuerdo de la Sociedad. —F] Sr. Uhagon did cuenta 4 la Sociedad de un trabajo titu- lado Hnsayo sobre las especies espanolas del grupo de los Choleve, que pasoé 4 la misma Comisién. —E] Sr. Cazurro presentdé y did cuenta de un trabajo suyo, Datos para la sinopsis de los dipteros de Espana, acerca del cual acordé la Sociedad lo mismo que de los anteriores. —Leidos los articulos 12, 13, 16 y 21 del reglamento el sefior Tesorero presentd las cuentas, de cuya situacién da idea el siguiente 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Espanola de Historia Natural, desde 1.° de Diciembre de 1888 a 30 de Noviembre de 1889. INGRESOS. , PESETAS. Saldo en 1.° de Diciembre de 1888........... wisiateta|elalataie eletcraig oawinaistslsraie oars oes 635, 15 Cobrado por catorce cuotas atrasadas......csccesssccccccccece nonbdcoonna: 4 2i0 Id. por doscientas siete Cuotas Corrientes... ccccc.+s-cceren-secceacae . 3.105 ld. por dos cuotas adelantadas del Sr. Rodriguez de Cepeda para 1890 WS ee ngeccedspo0ckeadod gonens odo oadgosasGaToDdnd Janqpodcocouc 30 Id. por sesenta y cinco suscripciones....... sininyaielalcielelnisiatsieiateietciatelaiciale aia 75 Gastos cobrados de tiradas aparte .......... Soodconcon06 dadooooacesgagosuc 109 Por venta de varios tomos de los ANALES...........-+:- Agodadad Sonn0e aataeie 255 AROMAT oie leieiote ADO ONDUUAICaINTO0C ww» 9.319,15 GASTOS. PESETAS. Abonado por papel para la impresi6on, laminas y cubiertas de los cuadernos Ds CEO MLO n XavirTy Venlo, Cl CLUx Vill Corea teletsreieter terete istetclebeterevercisiate re 5060 54, 95 Id. _ por impresion y tiradas aparte del cuaderno 2.° del tomo xvil.... 933, 95 Id. por impresion del cuaderno 1.° del tomo xyil....... Soshbocone tcc 980, 87 Id. por impresién del cuaderno 2.° del mismo tomo........ eee detes 939, 02 Id. por grabado de las laminas I y II del tomo xvill............ SaoBac 147 Id. por un grabado en madera ( pag. 23 de las Actas)........... Beier 20 Id. por dos clichés en fotograbado (pég. 87 de las Actas)..... $50 6OScO" 15 Id. por otro fotograbado para el cuaderno 3.° del tomo xvi en pu- MDL CRC TOM oo resays evetalsictore are.o, sie%s ois lerecateleessiaicls! ale eteletscste svoiciate arcicistarets Ags 24 Id. porlalanrina WV delatom oO XviTleecieisieel stele s'ecicc sles ap AvOuS neni tele 110 Asignacién del dependiente de la Sociedad................ wee earaes Seh000" 480 Gastos de correo, franqueo de los ANALES y Correspondencia.....e.s.-2se- 216,54 Gastos menores, portes de libros, alumbrado, etc., y presupuesto de las BECCIONGS.itelenie srelelelee eraievscorcte a clarsfatets's ateraie,ers sieye¥erevareia'e Saerses Sonos 168,77 FRO DAUsels qieleleis civisiee(ainiviaisiaisieis cian slenit Bea DOO a LO RESUMEN. PO UMLAMMLOSHITS TSO ge atelerele scistarsietersie ctateleteisleteisie'eleimterss seers eee 0.519,15 ULI AM) LOSYSASTOS sts ecten slerertateleecieeietiee nistwiciomiiestece esece 4,090,10 Saldo 4 favor de la Sociedad en 30 de Noviembre de 1889, 729,05 Para examinar las del afio corriente fueron nombrados los Sres. Sainz Gutiérrez, Vazquez y San Millan. —Kl Sr. Secretario leyé lo siguiente: DE HISTORIA NATURAL. 129 Estado del personal de la Sociedad en 1889. ( Por fallecimiento. 5 = . Ad ( Por renuncia..... 22 Socios ingresados en 1889....ceccccccccccsscess LO SIA SEE: Aaa RL AC Reet A 30 \ De Madrid...... 118 ) Existentes en 4 de Diciembre de 1889...........-++++- De provincias... 162 307 | Del extranjero . 27 La Sociedad ha perdido este afio por fallecimiento a los se- flores Barcelé, Cortés, Prieto y Caules y Vidal, de quienes conservara eterno recuerdo. El nimero de los que han dejado de formar parte de la So- ciedad, ya voluntariamente, ya por no cumplir sus compro- misos con esta, es por fortuna menor este afio que los anterio- res y como unido 4 esto ha ido el ingreso de mayor ntimero de socios, esta corporaciédn puede abrigar la esperanza de seguir contribuyendo en gran medida al desarrollo de las Ciencias Naturales en Espafia. No puedo concluir sin llamar vuestra atencion acerca del entusiasmo y actividad con que la seccién de Sevilla prosigue su camino. Es muy sensible que los recursos de la Sociedad, no la permitan consagrar mayor numero de ejemplares de su pu- blicacién, al cambio con otras de la misma indole que fre- cuentemente recibe en demanda de amistosas relaciones. En este aio como en los ultimos lo ha verificado con las si- siguientes: Academia de ciencias naturales y artes, Barcelona. Academia Real das Sciencias, Lisboa. American Association for the Advancement of Science, Salem. American naturalist, Filadelfia. Annuaire géologique universel D’ Agincourt, Paris. Asociacion eushara para la exploracion y civilizacion del Africa Central, Vitoria. Bericht tiber die wissenschafllichen Leistungen im Gebiete der Entomologie von Dr. Ph. Bertkhau, Bonn. 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Comision del Mapa Geoldgico de Espana, Madrid. Connecticut Academy of Arts and Sciences, New Haven. Cronica cientifica, Barcelona. Deustche Entomologische Zectschrift, Berlin. Entomologish Tidskrift, Stockholm. Essex Institute, Salem. Fondation de P. Teyler van der Hulst, Harlem. Museo civico di Storia naturale, Génova. Museum of Comparative Zoblogy at Harvard College, Cam- bridge Mass. Natural History Society, Glasgow. Physicalisch-medicinischen Gesellschaft, Wiirzburg. Revue et Magasin de Zoologie, Paris. Royal Microscopical Society, London. Smithsonian Institution, Washington. Sociedad Cientifica Argentina, Buenos Aires. Sociedad Geografica, Madrid. Sociedad Mejicana de Historia Natural, Méjico. Sociedade de Instrucedo, Porto. Societa di Scienze naturali ed economiche, Palermo. Sociela entomologica italiana, Firenze. Societa toscana di Scienze natural, Pisa. Socielé académique hispano-portugaise, Toulouse. Sociclé botanique de France, Paris. Société de Botanique, Copenhague. Société des Sciences historiques et naturelles, Semur. Société d’ Histoire naturelle, Toulouse. Société entomologique belge, Bruxelles. Sociélé entomologique de France, Paris. Société francaise de Botanique, Paris. Société géologique de France, Paris. Société hollandaise des Sciences, Harlem. Socicelé impeériale des naturalistes, Moscou. Société linnéenne, Bordeaux. Sociélé linnéenne de Normandie, Caen. Société linnéenne du Nord de la France, Amiens. Sociélé malacologique belge, Bruxelles. Sociéle ouralienne damateurs des Sciences naturelles, Ekathé- rinbourg. Sociéle zoologique de France, Paris. DE HISTORIA NATURAL. 131 United States Geological Survey of Territories, Washington. Universitas Regia Fredericiana, Christiania. Verein fiir naturwissenschaftliche Unterhaltung, Hamburg. Wiener zoologische-botanische Geselischaft, Wien. Zoological Society, London. Zoologischer Anzeiger, Leipzig. —Verificada la votaciédn correspondiente para elegir los socios que han de desempejfar los cargos en el ao venidero, resultan designados en la forma siguiente: Presidente: D. Francisco de P. Martinez y Saez. Vicepresidente: D. Carlos de Mazarredo. Tesorero: D. Ignacio Bolivar y Urrutia. Secretario: D. Francisco Quiroga. Vice-secretario: D. Manuel Cazurro y Ruiz. Comision de publicacion. D. Maximo Laguna. D. Laureano Pérez Arcas. D. Juan Vilanova y Piera. Ws aera ae SA " Hato 1 v + 2 ; a) Beh 4 LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 1875. ABELA Y Sainz DE AnpiINo (D. Eduardo), Ingeniero agré- nomo.—Plaza de Isabel II, 5, 3.° derecha, Madrid. ADAN DE YARzZA Y TorrE (D. Ramon), Ingeniero de Minas, —Bilbao.—( Mineralogia, Geologia y Paleontologia.) AcuILera (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— C. de O’Reilly, 42, Habana. Aumera (D. Jaime), Presbitero, Licenciado en Teologia, Catedrdtico de Geologia en el Seminario conciliar.— C. de Sagristans, 3, 2.° derecha, Barcelona. Atonso Martinez (D. Adriano), Licenciado en Medicina y Cirugia, ex-Ayudante premiado del Hospital de San Juan de Dios, Alumno del Doctorado.—C. del Conde de Aranda, 3, entresuelo, Madrid.—(Antropologia.) NOTAS.—1.2 El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el aio de su admision en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. F. 2.4 Con el objeto de fomentar las relaciones cientificas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las seas de su habitacion, si el socio cultiva en la actualidad mds especialmente algun ramo de la Historia Natural. ACTAS DE LA S0C. ESP. — XVIII. 10 134 1888. 1872. 1886. 1875. 1885. 1888. 1887. 1887. 1872. 1889, LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN ALVAREZ QuinTERO (D. Pedro), Alumno de Ciencias natu- rales.—C. de Tirso, 4, Sevilla 6 Apodaca, 7, 2.° Madrid. Anpris y Montauso (D. Tomas), Doctor en ciencias natu- rales. —C. de Hartzenbusch, 9, bajo, Madrid. ANGULO y SugerRo (D. Francisco), Farmacéutico militar. — C. de la Corredera alta de San Pablo, 20, 3.°, Madrid.— ( Botanica.) AnTON Y Ferranpiz (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Pro- fesor auxiliar de la Universidad Central, Ayudante por oposicidn del Museo de Ciencias naturales.—C. de Vi- llalar, 5, 2.°, Madrid.—/Moluscos, Zodfitos y Antropo- logia.) AranzabI y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales.—C. de la Montera, 30, 3.°, Madrid. Anias Y Ropricuez (D. Amadeo), Alumno de Medicina.— C. de Zurbardn, 4, Sevilla.—(Micrografia.) Ariza (D. Antonio).—Luque (Cérdoba). Armv1GAs (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.—Tra-. vesia de Moriana, 2 duplicado, 2.°, Madrid.—(Selvicul- tura.) AtvieNzA ¥ Sitvent (D. Melitén), Catedratico de Agricul- tura en el Instituto.—C, de la Victoria, 13, 2.°, Malaga. AuLreT y Souer (D. Eugenio), Doctor en Ciencias fisico- quimicas y Licenciado en naturales.—Tetudn, 20, 2.°, Madrid. Avita (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. AzcdrateE (D. Casildo), Ingeniero Agrénomo y Catedratico de Fisiografia en la Escuela de Agricultura.—C. de Goya, 25, Madrid. 4886. a880. 1887. 1886. 4872. 1885. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 135 Baranpica (D. Torcuato), Ingeniero de la fabrica de Bo- lueta.— Bilbao. Barsoza pu Bocace (D. José Vicente), Director del Museo de Historia Natural.—Lisboa.—(Mamiferos, aves y rep- tiles.) BarriaL Posapa (D. Clemente), Propietario, Director del Museo de Historia natural y Catedratico de Geologia y Paleontologia de la Universidad Catdélica libre y del Co- legio del Salvador, explorador geolégico.—Hotel de la Concordia, Montevideo.—(Mineralogia, Geologia y Pa- leontologia. ) Barroeta (D. Gregorio), Doctor en Medicina de la Facul- tad de Méjico, Catedratico de Zoologia y Botanica en el Instituto cientifico de San Luis de Potosi, Miembro ho- norario de la Sociedad Geografica de Quebec en el Cana- dd, de la Academia de Ciencias naturales de Davenport Jowa, E-U.—San Luis de Potosi (Méjico).—(Zoologia y Botanica.) Bayop y Martinez (D. Martin).—C. de Fuencarral, 37, 3.°, Madrid. Betuipo (D. Patricio), Ingeniero de Montes.—Zaragoza. Benavipes (D. José R.), de la Academia de Medicina.— C. de Atocha, 103, 2.° izquierda, Madrid. Benet y Anpreu (D. José), Doctor en Ciencias naturales. C. del Olivar, 13, 3.°, Madrid. Botivar y Urrutia (D. Ignacio), Catedratico de Entomo- logia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de Juan de Mena, 14, Madrid.—(Ortopteros, hemipte- ros y neurdpteros.) Botivar y Urrutia (D. José. Maria), Licenciado en Medi- cina.—-C. del Carbén, 2, 2.°, Madrid. 136 1882. 1872. 1872. 1886. 1877. 1883, oie: 1872. 1882. 1872. 1873. 1886, LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Botos (D. Ramén), Farmacéutico, Naturalista.x—C. de San Rafael, Olot (Gerona).—( Botanica.) Bosc (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias y en Medicina, Catedradtico de Historia natural.—Jardin Botdnico, Va- lencia.—(Reptiles de Europa.) Bore.ia Y DE Hornos (D. Federico de), Inspector general del Cuerpo de Minas.—C. de San Andrés, 34, Madrid- Bortino (D. Luis Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio. alta, 2, Santiago de Cuba. BreNosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real Casa. —San Ildefonso (Segovia). Burn y pDEt Cos (D. Odén), Doctor en Ciencias, Catedra- tico de Historia natural en Ja Universidad de Barcelona. _ —(Botdnica.) CapEvALL y Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en ciencias exactas, Director del Colegio mo- delo.—Tarrasa. CaLpERON (D. José Angel), Ingeniero civil.—C. de Fuen— carral, 51, 3.°, Madrid. CatperOn y Arana (D. Laureano), Catedratico de Quimica. biolégica en la Facultad de Farmacia de la Universidad. —C. de Carretas, 14, bajo, Madrid.—/(Cristalografia.) CaLDERON y Arana (D. Salvador), Doctor en Ciencias, Ca— tedrdtico de Historia natural de la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de Borceguineria, 13, Sevilla.— (Geologia y Petrografia. ) Cattrsa y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. Camara y CAmara (D. José Marfa).— San Clemente (Cuenca). 1884. 1889. 4872. 1888. 4872. e 4877. 1875. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 137 Campion y ARISTEGUIETA (D. Ricardo), Perito mercantil.— Plaza de Guiptizcoa, San Sebastian (Guiptizcoa).—(Ento- mologia.) Camps y Otcinetas (D. Carlos de).—Barcelona. CAnovas (D. Francisco), Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Murcia.—(Paleontologia y Estudios prehis- toricos. ) Caparros y FernAnpez (D. Alfonso).—Caravaca (Murcia). (Entomologia general.) CappEBou y Sincaua (D. José) Profesor.—Palma de Ma- llorca. Carbo (D. Narciso), Presidente de la Sociedad Econémica barcelonesa de Amigos del Pais, Vicepresidente de la Academia de Ciencias naturales de Barcelona, Catedra- tico de Terapéutica y Farmacologia en la Universidad.— C. de la Unién, 15, 1.°, 1.*, Barcelona. Carsé y Urez (D. Juan), Ingeniero industrial del Puerto y de la fabrica del gas de San Fernando y del Municipio. —Cadiz. CarvasJAL Y Ruepa (D. Basilio), Licenciado en Ciencias y en Farmacia.—C. de Moreno, 196, Hotel del Sur, Bue- nos-Aires. CarvaLHo Monterro (Bxcmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de _ Aclimatacién de Rio Janeiro.—72, Rua do Alecrim (Largo do Barao de Quinfella) Lisboa.—(Lepidopteros. ) Casas y Apap (D. Serafin), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en Medicina y Cirugia, Catedratico de Histo- ria natural en el Instituto.—Huesca. 138 1874. 1876. 1884. 1884. 1881. 1886. 172: 1885. 1886. 1872. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Castet (D. Carlos), Ingeniero de Montes.—C. del Desen- gano, 1, principal derecha, Madrid. CASTELLARNAU Y DE LiEopart (D. Joaquin Maria de), In- geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) CasTELLoé y SAncuez (D. Vicente), Licenciado en Farma- cia.—C. del Sacramento, 2, Farmacia, Madrid. Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales. —C. de la Ballesta, 23, 3.°, Madrid- —/(Coledpteros y ortopteros de Europa. ) CentTeENo (D. José), Ingeniero Jefe de Minas.—Manila. ‘Cervera Y Basrera (D. Julio), Comandante de Ingenieros, Agregado militar 4 la Embajada espanola.—Tanger. Cervera (D. Rafael), de la Academia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.° derecha, Madrid. CerviNo (D. Antonino), Licenciado en Teologia, Pairroco de Santa Cristina de la Ramallosa (Pontevedra). Curt y Naranjo (D. Gregorio), Director del Museo canario- —Las Palmas, Gran Canaria. Coprna y Lanauin (D. Ramén), Socio residente del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Acade- mia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugia, Doctor en Farmacia. —C. de San Pablo, 70, Barcelona. Covorniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. Cotmemo (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabella Catélica, de las Academias de Medicina, y de Ciencias exactas, fisicas y naturales de Madrid, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Botdnica y Director del Jardin Botanico.—C, del Bar- quillo, 8, 2.° izquierda, Madrid.—(Botdnica.) 1879. 1878. 1877. 1875. 1886. 1874. 1872. 1887. 1872. 1888. 1889. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 139 Cotve& (D. Pablo), Doctor en Medicina.—Plaza de Mira- sol, 1, Valencia. Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.-—Ferrol. Corrat y Lasrra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de Paris, de la Sociedad Linneana matriten- se y de la de Higiene.—Plazuela de la Media Luna, 4, principal, Santander. Cortdzar (D. Daniel), Ingeniero de Minas.—C. de Velaz- quez, 30, Madrid. Coscotuano Y Buritio (D. José), Licenciado en Ciencias naturales. —C. del Cardenal Toledo, 10, Gérdoba. Couper (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Avila. Crespi (D. Antonio), Licenciado en Farmacia.—C. de Eguilaz, 3, 3.°, Madrid. Cuesta (D. Segundo).—C. del Principe, 27 principal, Madrid. Cuni y Martorett (D. Miguel), Individuo de la Real Aca- demia de Ciencias naturales y Artes. —C. de Codols, 18, Barcelona.—(Botdnica y Entomologia.) DacuerrE Dosprrau (D. Alejandro).—Hotel de Madrid, Sevilla. DarGent (D. Florismundo), Ingeniero Jefe del servicio de vias, obras y construcciones de los ferrocarriles andalu- ces.—-Alameda de los Tristes, 7, Malaga. Desray (D. Luis), Artista-grabador.—Valhermay Auvers- Sur-Oise (Seine-et-Oise).—(Entomologia.) 1872. 1888. 1882. 1876. 1888. 1886. 1885. 1875. 1875. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Depsy (D. Julian), Miembro de la Real Sociedad de micro- grafia de Londres, de la Sociedad malacolégica de Bél- gica, etc.—31, Belsire Avenue South Hampstead.— Londres. De As y pE Gayo1d (D. Francisco de Sales de).—C. Condal, 20, 1.°, Barcelona.—( Botanica.) Dourn (D. Carlos Augusto), Presidente de la Sociedad Entomolégica.—Stettin (Prusia).—/(Coledpteros.) DominGurz ApamE (D. Mauricio), Licenciado en Medicina. —C. de Sauceda, 13, Sevilla.—(Geologia. ) Dorronsoro (D. Bernabé), Doctor en Farmacia, Catedra- tico en la Universidad de Granada.—C. de Jacometrezo, 1, Madrid. Ecra y Torrosa (D. Marcos), Doctor en Medicina y Ciru- gia, Subdelegado del partido de Velez-Rubio, condeco- rado con la cruz de epidemias, Socio académico profesor del Liceo artistico y literario de Granada, y de la de Amigos del Pais de Lorca.—Velez-Rubio (Almeria). EvizaupeE y Hstava (D. Joaquin).—C. Aduana, 26, Madrid. Erice y Murva (D. Tomas), Ingeniero de Montes, Indivi- duo de la Comisién cientifica de la fragata Blanca.— Madrid. Escauera (D, Justino), Farmacéutico.—Gij6n.—/(Botanica.) Espeyo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Gatedrdtico numerario de Ciencias naturales en el Instituto agricola de Alfonso XII y Secretario general de la Asociacién de agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—(Agricultura y Botanica.) Esptuaa y Sancno (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de primera y segunda ensehanza.—Quintanar de la Orden. 1888. 1889. 1877. 1874. 1874. 1872. 1874. 1887. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 141 Esguivias y Perez (D. Antonio), Ingeniero de Montes.— C. de Santa Clara, 21, Sevilla. Esreva Ravasa (D. Gaspar),-Motril.—Granada. -Fasré (Excmo. Sr. D. Antonio Maria), Consejero de Esta- do.—C. de San Onofre, 5, 2.° derecha, Madrid. Fatcon y Lorenzo (D. Antonio), Ingeniero de Montes del distrito forestal.—Plaza del Arzobispo, 9, Valencia.— (Botanica.) FERNANDEZ DE Castro (D. Angel), Ingeniero de Montes.— Cadiz. FERNANDEZ DE Castro (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas.—C. de Jorge Juan, 23, 1.°, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) FernAnpez Cuesta (D. Nemesio).—C. de Tragineros, 22, 3.°, Madrid. Fernannez Losapa (Excmo. Sr. D. Cesdreo), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catélica, Gran cor- dén de la de Metjidié, Comendador de ntimero de la de Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distincidn por méritos cien- tificos y de guerra, socio de varias corporaciones cienti- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— Plaza del Progreso, 5, 2.°, Madrid. Fernannez Minauez (D. César), Farmacéutico militar.— Manila. FernAnveEz Roprieuez (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del Instituto del Noviciado.—C. de Bontejos, almacén de papel, Madrid. 1885. 1886. 1877. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Ferranp (D. Julio), Ingeniero Jefe de la 1.* seccién de Via y Obras de los ferrocarriles andaluces.—C. de Infanzo- nes, Estaciédn de San Bernardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos).—Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. Ferrer Y ViNerta (D. Enrique), Doctor en Medicina, Ca- tedrdtico de Clinica quirtirgica en la Universidad.— C. de Ballesteros, 7, Valencia. Fores y GonzALeEz (D. Roberto).—EHscuela normal, Oviedo. Fortanet (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. Fuente (D. José Marta de la), Presbitero.—Almagro, Ciu- dad Real. FUuENTE Y GoNzALEZ (D. Eduardo de la), Médico.—Hoyo- casero (Avila). .Fumouze (Dr. A.), 78 Faubourg Saint Denis.—Paris. Gatpo (Excmo. Sr. D. Manuel Maria José de), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catélica, Doctor en Ciencias, Director y Catedratico de Historia natural en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Hortaleza, 78, 2.°, Madrid. Garcia (D. Regino), Ayudante de Montes.—Manila. Garcia y Atvarez (D. Rafael), Catedratico de Historia na- tural en el Instituto.—Granada. Garcia y AnENaL (D. Fernando), Ingeniero de caminos.— Gijon. Garcia Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad Militar.—Cede Daoiz y Velarde, 16 y 18, Madrid.—(Co- ledpteros y dipteros de Europa.) 1889. 1888. 1887, 1888. 1886. 1884. 1887. 1878. 1877. 1886. 1887. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 143 Garcia NuNez (D. Manuel).—Sevilla. Garcia Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del Almirante Lobo, 28, Sevilla. Garcia Treso (D. José Antonio), Alumno de Farmacia.— C. de Ruiz, 30, bajo derecha, Madrid. Gascoé (D. Luis G.), Catedratico de andlisis matematico en la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. de Bor- ceguineria, 13, Sevilla. Gaspar y Loste (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de las Hileras, 7, 2.° derecha, Madrid. Gita Y Frpaueo (D. Félix), Doctor en Ciencias naturales. —Segovia. Grrona Y Vinanova (D. Ignacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.°, Barcelona. ' GoserT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de la Orden de Isabel la Catélica, Miembro de las Sociedades Entomologicas de Francia, Bélgica 6 Italia, de la Zoolégica-botdnica de Viena y de otras corporacio- nes cientificas.—Rue de la Prefécture, Mont-de-Marsan (Landes).—(Entomologia general.) Gocorza y GonzALEz (D. José), Ayudante del Museo de Ciencias naturales.—C. de Serrano, 78, 4.° izquierda, Madrid.—( Himendpteros. ) G6émez Carrasco (D. Enrique).—Postigo de San Martin, 9, 2.° derecha, Madrid.—(Coledpteros.) Gomez Pamo (D. Juan Ramén), Doctor y Catedratico de materia farmacéutica vegetal en la Facultad de Farma- cia, de la Real Academia de Medicina.—C. de Santa Isabel, 5, Madrid. 144 1886. 1889. 1881. 1887. 1872. lise. 1886. 1881. 1886. 1883. 1882. 1887. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN GonzAtez (R. P. D. Juan Crisdéstomo), profesor en las Es- cuelas Pias de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GonzALez FerNanpeEz (D. Anselmo).—C. de la Montera, 22, Madrid. GONZALEZ FRracoso (D. Romualdo), Médico titular de San- ta Olalla, Toledo.—(Musgos.) GonzALEz y Garcia pE Mengsgs (D. Antonio), Ingeniero industrial.—C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. GonziLez Linares (D. Augusto), Catedratico de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Esta- cién bioldgica marina.—Santander. GonzaLo y Goya (D. Angel), Doctor en Ciencias naturales, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Verdura, 7, principal, Salamanca. GoNr y Arnmenpariz (D. Antero).—C. de la Montera, 3, principal, Madrid. Gorpon (D. Antonio Maria), Catedrético de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Habana. Grav (D. Victor), Doctor en Medicina.—Las Palmas, Gran Canaria. Grau y Acupo (D. José Maria), Licenciado en Farmacia. —C. de Mesén de Paredes, 40, principal, Madrid. Grepitta y Gauna (D. Apolinar Federico), Doctor en Cien- cias, Ayudante por oposiciédn del Museo de ciencias na- turales.—C. de Leganitos, 23, Madrid. Guatiart y Exias (D. Eugenio), Ingeniero de Montes.— Avila. 1885. 1874. 1872. 1886. 1874. 1875. 1888. 1873. 1884. 1888. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 145 Guerra Esropre (D, Jaime).—Ronda de San Pedro, 70, Barcelona. GUILLERNA Y DE LAS Heras (D. César de), Ingeniero de Montes.—C. de Fuencarral, 53, principal derecha, Madrid. Gurrao Y Navarro (D. Angel), Catedratico de Historia natural.—C. de Atocha, 92, principal derecha, Madrid. Gunpuacu (D. Juan), Doctor en Filosofia.— Ingenio Fer- mina, Bemba 6 C. de Virtudes, 109, Habana (Cuba). GutTiERREz Souana (D. José), Médico.—C. del Conde de Aranda, 9, principal, Madrid. Henriques (D. Julio Augusto), Director del Jardin Botd- nico de Coimbra, Socio del Instituto de ]a misma ciudad, Individuo de la Sociedad Econémica Matritense.—Coim- bra (Portugal). Heypen (D. Lucas von), Mayor retirado, individuo de las Sociedades Entomolégicas de Alemania, Francia, San Pe- tersburgo, Suiza, Italia, etc., Gaballero de la Orden de la Cruz de Hierro y de San Juan.—(Frankfurt am Main), Schlossstrasse, 54, Bockenheim. Hoyos (D. Luis), Alumno de Ciencias naturales.—C. del Barquillo, 36, Madrid. INarra Y Ecuevarnia (D. Fermin), Profesor auxiliar, por oposicién, dela seccidn de Ciencias fisico-quimicas y naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Gravina, 14, 3.°, Madrid. Irastonza (D. José), Farmacéutico.—San Sebastian (Gui- ptizcoa). Ir1BaRREN y Exsas (D. Ricardo), Catedrdtico de Historia natural en el Instituto.—C. de Antolinez, 3, Sevilla. 1872: 1889. 1873. 1880. eu pes 1872. 1884. 1889. 1880. 1886. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN JIMENEZ DE Cisneros (D. Daniel), Catedratico del Colegio politécnico.—C. de Balcones azules, 15, Cartagena. JiMENEZ DE LA Espana (D. Marcos).—C. de Claudio Coello, 36, 1.° derecha, Madrid.—(Mamiferos, aves, reptiles y batracios. ) JIMENEZ DE Pepro (D. Justo), Doctor en Medicina, Licen- ciado en Farmacia, Director de los banos de Uberuaga de Ubilla (Marquina).—C. de la Magdalena, 1, 2.° izquierda, Madrid. JimzNEz Rico (D. Antonio), Ingeniero de Montes.—Burgo de Osma, Soria. Kraatz (D. Jorge), Doctor en Filosofia, Presidente de la Sociedad ecntomolédgica de Berlin.—Linkstrasse, 28, Berlin, Lacoizgueta (D. José Maria de), Presbitero.—Navarte (Navarra).—( Botanica.) Lacuna (D. Maximo), Ingeniero de Montes.—C. del Clavel, 2, 3.° centro, Madrid.—(Botanica.) Larrinua Y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.—Plaza de las Escuelas, 1, 2.°, San Sebastidn (Guiptzcoa).— (Ornitologia, Coledpteros. ) Laurrer (D. Jorge), Miembro de la Sociedad de Historia natural de Augsburgo, de la Entomoldégica de Munich y de la Zoolégica de Regensburgo.—C. de Silva, 40, y 42, principal izquierda, Madrid. Lara y Herrera (D. Enrique).—Sevilla. LAzaro & Ipiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- cias, Ayudante del Jardin Botdnico.—C. de Monteleén, 18, 3.° izquierda, Madrid.—(Botdnica.) Lemus y Oxo (D. Eugenio), Director regente de la Calco- {876. 1872. 1889. 1887. 1886. 1872. 1872. 1889. 1887. 1875. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 147 erafia nacional.—C. del Arco de Santa Maria, 35, 2.° de- recha, Madrid. Lie6 (D. Antonio Maria), Presbitero, Doctor en Sagrada Teologia, Bachiller en la Facultad de Ciencias, Vice- Rector y Catedratico de Fisica y quimica en el semina- rio central.—Valencia. Luucu y Diaz (D. José Maria), Vice-Cénsul de Espana en Halifax, (Nueva Escocia, Estados-Unidos de Norte-Amé- rica).—(Geografia.) Loner (D. Augusto), Farmacéutico.—C. dela Escolta, Bo- tica de Sartorius, Manila. Léprz CaNizares y Diz bE Teyapa (D. Baldomero), Licen- ciado en Ciencias naturales.—C. de la Peninsular, 4, principal derecha, Madrid. Léprz Cepero (D. Adolfo).—Chiclana (Cadiz).—(Entomo- logia, coledpteros de Europa. ) LépEz SroanE (Ilmo. Sr. D. Victor), Abogado, Jefe supe- rior de administracién, Comisario Regio de Agricultura, Industria y Comercio, del Congreso internacional de Antropologia y Prehistoria, de las Sociedades Imp. y Real Zool-bot. de Viena, Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, Entom. de Francia, Bélgica, Sui- za, Berlin, Stettin, fundador de la de Alemania y otras. —Coruna.—/(Vertebrados.) Lépez bE Sitva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en Ciencias naturales, subdelegado de Sanidad del distrito de Palacio. —C. de Ferraz, 52, Hotel, Madrid. L6éprz bE Zuazo (D. José).—Cercas bajas, 57, 1, Vitoria. Lozano (D. Eduardo).—Barcelona. Lozano (D. Isidoro).—C. de la Colegiata, 12, 2.° derecha, Madrid. 148 1872. 1372, 1872. 1889. 1887. 1875. 1882. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Macuapo (D. Antonio), Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Malacologia y Actinologia en la Facultad de Ciencias en la Universidad.—Paseo de Santa Engra- cia, 42, 3.° izquierda, Madrid. Macuo pe Vetapo (D. Jerénimo), Doctor en Ciencias, Catedratico de la Facultad de Farmacia en la Universi- dad, Comendador ordinario de la Orden de Isabel la Ca- tdlica.—Paseo de Luchana, 16, 2.°, Madrid. Mac-Lennan (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). MacpHERson (D. Guillermo), Consul de Inglaterra.—C. de la Exposicién, 2, Barrio de Monasterio, Madrid.—/Geo- logia. ) MacpuHerson (D. José).—C. de la Exposicién, 4, Barrio de Monasterio, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) MapariacGa (D. Juan Angel de), Ingeniero de Montes, Murcia. Maprip Moreno (D. José), Doctor en Ciencias naturales. —C. de Lope de Vega, 28, 5.°, Madrid.—(Micrografia. ) Marre! (D. Eugenio), Ingeniero de Minas.—C. de Mendi- zabal, 2, Madrid. Marsterra (D. Miguel), Catedratico de ampliacién de la Mineralogia en la Facultad de Ciencias, Director del Ga- binete de Historia natural.—C. del Olivar, 3, 2.° izquier- da, Madrid. Manin y Sancuo (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. —C. de la Luna, 28,30 y 32, 2.° izquierda, Madrid. Marti y bE Lireopart (D. Francisco Marja de), Licenciado en Derecho civil y candénico.—C. de Santa Ana, 8, prin- cipal, Tarragona. Martin pet Amo (D. Eduardo Jacobo), Licenciado en Cien- 1872. 1889. 1874. 1874. 1873. 1885. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 149 cias y en Farmacia, pericial por oposicién del suprimido Cuerpo de Aduanas de las Antillas.—C. del Sur, Acade- mia de 2.* ensefianza, Vitoria. Martin DE ArGenta (D. Vicente), Doctor en Ciencias y en Farmacia, Socio del Colegio de Farmacéuticos de Ma- drid, Catedratico de la Facultad de Ciencias.—C, de Hor= taleza, 86, Madrid. Martinez AcurrreE (D. Cesaréo), Catedratico en el Institu- to de 2.* ensenanza.—C. Calderén de la Barca, 1, princi- pal, Malaga. Martinez y Ancet (D. Antonio), Doctor en la Facultad de Medicina.—C. de la Puebla, 11, 3.° izquierda, Madrid. Martinez ANrparro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Entomolégicas de Francia y de Bélgica, correspondiente de la Espanola de Antropologia y de las Econémicas de Leén y Gerona, Presidente de la Comisién antropolégica de la provincia de Burgos.— Lain Calvo, 20, Burgos, 6 Serrano, 4, bajo derecha, Ma- drid.—(Mineralogia y Geologia.) Martinez Hscatera (D. Manuel).—C. de Lagasca, 32, 2.° izquierda, Madrid.—(Entomologia.) Martinez Pacueco (D. José), Doctor en Farmacia.—C. del Barquillo, 17, principal derecha, Madrid. Marrinez y Sarz (D. Francisco de Paula), Catedratico de Zoografia de los vertebrados en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—Plaza de los Ministerios, 5, 3.° iz- quierda, Madrid.—(Coledpteros de Europa.) Martinez Vicin (Ilmo. Sr. Fr. Ram6én), Obispo de la di6- cesis, ex-Catedratico de Historia natural en la Universi- dad de Manila.—Oviedo. MAsFERRER ¥ RrEroLa (D. Mariano). —C. de Escudillers, 2, 3.2: 5 Barcelona: ACTAS DE LA SOC. ESP. — XVIII. 11 150 1872. 1889. 1884. 1888. 1879. 1876. 1872. 1872. 1872. 1886. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN MazarreEpo (D. Carlos), Ingeniero de Montes. —C. de Clau- dio Coello, 12, Madrid.—(Ardcnidos.) MazzucHE ul (D. Camilo).—Travesia de Trujillo, 2, 2.° cen- tro, Madrid. Meperos y Manzanos (D. Pedro).—San Lorenzo (Gran Canaria). Mepina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, profesor clinico de Ja Escuela provincial.—C. de Goyeneta, 27, Sevilla.—(Himenopteros.) Mercapo y GonzAuez (D. Matias), Licenciado en Medicina y Cirugia, Médico cirujano titular.—Nava del Rey (Va- Nadolid.—( Entomologia.) Mir y Navarro (D. Manuel), Catedrdtico de Historia na- tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.° 1.*, Bar- celona. MrraLues DE ImprrraL (D. Clemente).—Rambla de Estu- dios, 1, 2.°1.*; Barcelona. Mosapos (D. Eduardo), Ingeniero de Caminos, Profesor en la Escuela del Cuerpo.—C. de Valverde, 30 y 32, 3.° iz- quierda, Madrid. Mompo y Vina (D. Vicente), Licenciado en Ciencias natu- rales, Perito agrénomo, Individuo de la Sociedad de Agricultura Valenciana y de la de Amigos del Pais de Santa Cruz de Tenerife, Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Albacele.—(Ornitologia.) Monserrat y Arcus (D. Juan), Licenciado en Medicina, Secretario general de la Sociedad Botanica Barcelonesa. —C. del Hospital, 47, Barcelona.—(Botdnica.) Montes bE Oca (D. Jos¢), Exgobernador de las posesiones espanolas del Golfo de Guinea.—C. de las Salesas, 21, principal, Madrid. 1882. 1881. 1872. 1888. 1889. 1889. 1875. 1886. 1872. i886. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 151 Moracues & Isarra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 18, Palma (Mallorca).—(Coledpteros y moluscos.) MoraGues Y DE Manzanos (D. Fernando), Presbitero.— C. del General Barcelé, Palma (Mallorca).—(Coledpteros.) Moriana (Sr. Conde de).—Fuencarral, 55, principal iz- quierda, Madrid, 6 en Las Fraguas (Reinosa). MuNoz Cozso y Arreponpo (D. Luis), Licenciado en Cien- cias naturales y en Derecho, Director y Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Jaén. Murea y Macuapo (D. Leopoldo), Doctor en Medicina, propietario de un Laboratorio histoquimico.—C. de Za- ragoza, 9, Sevilla. Musso y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.—Murcia. Nacuer y Vitar (D. Pascual), Alumno del Colegio de San Clemente.—Bolonia. Nieto y Serrano (Excmo. Sr. D. Matias), Secretario per- petuo de la Academia de Medicina.—Ronda de Recole- tos, 11, Madrid. NoreNa y GuTIERREZ (D. Antonio).—C. de Alcald, 80, Madrid. Osertulir (D. Carlos), de la Sociedad Entomolégica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Lle-et-Vilaine}, Francia.—(Lepidoépteros.) OsertHir (D. Renato), de la Sociedad Entomoldgica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Lle-et-Vilaine), Francia.—(Coledpteros.) Ocuoa ¥ Ecuaciien (D. Lucio).—C. de Oriente, 10, 2.° de- recha, Vitoria. 152 1872. 1889. 1887. 1887. 1886. 1886. 1875. 1873. 1881. 1882. 1875. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN OxavibE (Excmo. Sr. D. José), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catélica, de la Academia de Medici-: na, Doctor en Medicina.—C. de Alcala, 49, Madrid. Oxvea y Cérposa (D. Gregorio), Farmacéutico militar.— Manila. OrpozGoiTi y Diaz OrtEGO (D. Santiago), Profesor del Co- legio.—Haro. Onis (D. Mauricio Carlos).—C. de Nuestra Senora, 17, Pefiaranda (Salamanca). Papitta (D. Juan), Doctor en Medicina y Cirugia de la Escuela de Paris.—Las Palmas, Gran Canaria. Parz Vatero (D. Antonio J.).—C. de la Paciencia, 5, Cérdoba. Pauacios y Ropricurz (D. José de), Farmacéutico.—Plaza de Santa Ana, 11, Madrid. © Patou y Fiores (D. Eduardo), Doctor y Catedratico de la Facultad de Derecho.—C. de la Manzana, 4, 2.°, Madrid. PanTeEt (D. José), S. J.—Monasterio de Uclés, Tarancon (Guenca).—(Coledpteros, ortépteros.) Paut y Arozarena (D. Manuel José de).—C. de Alfonso XII, 27, Sevilla. Pav.ino p'Otiverra (I]mo. Sr. D. Manuel), Profesor de la Facultad de Filosofia en la Universidad.—Coimbra (Por- tugal). Perez Arcas (D. Laureano), de la Academia de Ciencias exactas, fisicas y naturales de Madrid, Catedratico de Zoologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de las Huertas, 14, 3.°, Madrid.—(Peces y coledpteros de Europa.) 1875. 1881. 1873. 41873. 1873. 1886. 1889. 1889. 1882. 1872. 1887. 4872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 153 PgéreEz DE Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias natu- rales, Catedratico de Historia natural en el Instituto.— Guadalajara. Pérez Lara (D. José Maria).—Jerez de la Frontera (Cd- diz.—( Botanica.) Perez Mazso (D. José).—Sevilla.—(Botdnica. ) Perez Orteco (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de Santa Isabel, 31, 3.°, Madrid. Pérez San MiutAn (D. Mauricio), Doctor en Farmacia. Catedratico de Historia natural en el Instituto.—Burgos. PigLTAIN Y Bartout (D. José Maria), Abogado.—C. de Mo- reto, 1, principal, Madrid. Pino y Vivo (D. José), Farmacéutico.—Murcia. Puiaza y Escopar (D. Francisco), Doctor en Medicina.— Atocha, 133, principal, Madrid. Pory (D. Felipe), Socio fundador de la Entomolégica de Francia, Licenciado en Derecho, Catedratico de Minera- logia y Zoologia en la Universidad.—C. del Cerro, 416, Habana.—(Ictiologia.) Pomso (D. Antonio), Socio fundador del Ateneo cientifico, literario y artistico de Vitoria, Licenciado en Farmacia, Doctor en Ciencias naturales, Catedrdtico de Historia natural en el Instituto.—C. de San Antonio, 1 duplica- do, Vitoria. Prapo y Sainz (D. Salvador), Licenciado en Ciencias na- turales.—Plaza de San Ildefonso, 6, Madrid.—(Minera- logia.) PREUDHOMME DE Borre (D. Alfredo), Individuo de varias Sociedades, Conservador-Secretario del Museo Real de 154 LSiee 1888. 1872. 1879. 1883. 1885. 1886. 1888. 1886. 1889. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Historia natural de Bruselas.—Rue Sentin, 11, Schaer- beek, Bruxelles.—/Entomologia general, geografia ento- mologica, coledpteros y principalmente heterdmeros é hi- drocdntaros. ) Pure y Larnaz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.—C. de Pavia, 2, 2.°, Madrid. Purecari (D. Juan Ignacio), Licenciado en Medicina.— Apiahy, provincia de San Paolo, Brasil. PuIGGENER y Sancuez (D. José).—C. de Moratin, 5, Sevilla. QuiroGa y Ropriguez (D. Francisco), Doctor en Ciencias y en Farmacia, Catedratico de Cristalografia en la Facul- tad de Ciencias de la Universidad.—C. de Goya, 35, 3.°, Madrid. Reinoso (D. Fernando), Catedratico de Retérica y Litera- tura del Instituto.—C. de las Animas, 135, Habana. Reyes y Prosper (D Eduardo), Doctor en Ciencias natu- rales.—C. de San Bernardo, 56, 2.° izquierda, Madrid. —(Dibujo cientifico, Cristalografia.) Reyes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- rales.—C. de San Bernardo, 56, 2.° derecha, Madrid.— (Ornitologia y Malacologia.) RiosA y Martin (D. José), Auxiliar de la Facultad de Ciencias y de la Estacién biolégica marina.—Santander. Rio y Teyero (D. Carlos del), Alumno de Ciencias natura- les.—C. del Compds de la Laguna, 21, Sevilla. Rio (D. José), Ingeniero de Montes, Catedratico de la Es- cuela.—Escorial. Rruror y Ansés (D. Miguel}, Profesor en el Colegio de Santo Tomas de Aquino.—Inca, Mallorca. 1872. 1872. 1884. 1889. 1872. 1884. Stole. 1872. 1883. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 105 Riva Patacio (D. Vicente de la), General del ejército me- jicano.—C. de Serrano, 3, Madrid. Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Cate- dratico de Historia natural en el Instituto.—Plaza de la Aduana, 13, Valencia. Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), Consejero de Estado, Miembro de la Sociedad Geolégica alemana.—C. de Puerta Cerrada, 5, Madrid.—(Mineralogia.) Rivero (Excmo. Sr. D. Roque Leén del), Inspector gene- ral de segunda clase del Cuerpo de Ingenieros de Montes, de los de la Real Casa, Socio fundador de la Geografica de Madrid, de la Central de Horticultura y de Mérito de la Protectora de Animales y Plantas, Caballero Gran Cruz de Isabel Ja Catélica, Comendador de la de Cristo de Por- tugal, y Caballero de la de Carlos Il1I.—Invierno, Villa- lar, 6, 1.° izquierda; verano, San Ildefonso (Segovia). Roca y Carcuan (D. Ignacio).—Barcelona. Roca y Vecrno (D. Santos), Licenciado en Ciencias natu- rales.—Puerta de Segovia, 1, principal, Madrid.—(Mi- neralogia.) Ropricguez Acuavo (D. Enrique), Doctor en Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.—-C. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. RoprigueEz DE Cerepa (Excmo. Sr. D. Antonio), Decano y Catedratico dela Facultad de Derecho en la Universidad. —Valencia. Ropricuez y Femenias (D. Juan J.)—C. de Ja Libertad, 48, Mahoén (Menorca).—(Botdnica.) Ropriguez Mrranpa Junior (D. Manuel), Ingeniero de puentes, calzadas -y minas, Miembro de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos civiles, Catedratico de Geologia 156 1880. 1880. 1886. 1880. 1884. 1872, 1878. 1883. 1888. 1872. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN y Mineralogia aplicadas al laboreo de Minas en el Insti- tuto industrial.—C. de Cedofeita, 468, Porto (Portugal). Ropriguez Mourero (D. José).—C. de Serrano, 96, 3.°, Madrid. Ropriguez NwNez (D. Eduardo), Licenciado en Farmacia, Socio corresponsal de la Linneana matritense, Numera- rio del Gabinete cientifico.—C. del Castillo, 32 y 34, Santa Cruz (Tenerife). Ropricuez RisueNo (D. Emiliano), Doctor en Ciencias na- turales, Catedratico en la Universidad.—C. de San Blas, 16, principal, Valladolid. Romero y Atvarez (D. Julio), Ingeniero de Montes.— Manila. Rouy (D. Jorge).—Rue Chanchat, 24, Paris.—(Botdnica.) Rusio (D. Federico), Doctor en Medicina.—Paseo de Re- coletos, 25, Madrid. Ruiz Casavietta (D. Juan), Licenciado en Farmacia.— Caparroso (Navarra). Ruiz Cuamorro (D. Eusebio), Catedratico de Psicologia del Instituto del Cardenal Cisneros. —C. de Serrano, 76, 3.°, Madrid. Ruiz pe Luzuriaea (D. Vicente).—Habana. Ruiz pe Sauazar (D. Emilio), Director del periddico El Magisterio Espanol, Licenciado en Derecho, Doctor en Ciencias, Catedradtico de la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. del Barco, 20, principal, Madrid. Saavepra (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- nos, Individuo de las Academias de Ciencias y de la Historia.—C. de Valverde, 22, 2.°, Madrid. 1889. 4872. 1885. 1886. 1889. 1888. 1885. 1872. 1885. 1889. 1879. 1883. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 187 Sainz bE Baranpa (D. José), Ingeniero de Montes.—C. de Claudio Coello, 13, Madrid. Sainz Gutiérrez (D. Pedro), Catedratico de Organografia y Fisiologia vegetal en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de Jacometrezo, 28, 2.°, Madrid. SatvaNd (D. Joaquin Maria).—C. de Aribau, 11, 3.° 1.? Barcelona. SAncuez Casezupo (D. Federico), Doctor en Farmacia.— Carriches (Toledo). SAncuHez Navarro y Neumann (D. Manuel), Miembro de la Sociedad espanola de Higiene.—C. de la Aduana, 9, Cadiz.—(Paleontologia y antropologia. ) SAncuez y Ropricuez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales.—C. de Hslava, 1, Sevilla. SAncuez y Sancuez (D. Domingo), Ayudante de la Comi- sion de la Flora forestal.—Manila (Filipinas). San Martin (D. Basilio), de la Academia de Medicina.— C. del Arenal, 16, Madrid. San MitiAn y¥ Atonso (D. Rafael), médico-cirujano.—C. de San Lorenzo, 15, Madrid. Santervas y Mouina (D. José).—Sevilla. Sanz bE Dreco (D. Maximino), Naturalista-comerciante de objetos y libros de Historia natural, de utensilios para la recoleccién, preparacién y couservacién de las coleccio- nes, cambio y venta de las mismas en todos los ramos.— C. de San Bernardo, 94, principal, Madrid. Srecatt & Inpa (D. José), Ingeniero de Montes.—Ronda del Corpus, 7, Salamanca. 1876. 1874. 1888. 1886. 1879. 1889. 1880. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Sepityor (D. Mauricio), Abogado, Miembro fundador de la Sociedad Zoolégica de Francia, de las Entomoldgicas de Francia, de Bélgica, etc.—Rue de l’'Odéon, 20, Paris. —(Coledpteros del antiguo mundo y exdticos, especial- mente hidrocdntaros, erotilidos, trogositidos, cléridos y heteromeros.) Sresoip (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de Ingenieros civiles de Paris, representante de la casa F. Krupp. Comendador de la Orden de Carlos ILI, Ca- ballero de varias 6rdenes extranjeras.—C. de la Estufa, 3, 3.°, Bilbao.—/(Lepidopteros.) Sitys-Lonacuamps (Sr. Barédn Edmundo de), Senador, Individuo de la Real Academia de Bélgica y de. otras Academias y Sociedades.—Boulevard de la Sauvennietre, 34, Lieja (Bélgica).—(Neurdpteros (principalmente odo- natos) y lepidopteros de Europa.) Seras y Gonzduez (D. Antonio), Alumno de Medicina.— C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. Serna (D. Julio), Teniente de Estado Mayor.—C. Ancha, 37, Barcelona. Serrano y Faticati (D. Enrique), Catedratico de Quimica del Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de las Pozas, 17, Madrid. Sruarro (D. Luis), Doctor en Medicina.—C. del Arco de Santa Maria, 41, 1.° izquierda, Madrid.—(Histologia. ) Simon (D. Eugenio).—Villa Said, 16, Paris.—(Ardenidos.} So,ano y Eutare (D. José Maria), Marqués del Socorro, Catedratico de Geologta en la Facultad de Ciencias.— C. de Jacometrezo, 41, Madrid.—(Mineralogia y Geo- logia.) SpanaperG (D. Jacobo), Doctor en Filosofia, Profesor 1886. 1879. 1885. 1888. 1887. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 159 agregado de la Universidad de Upsal.—Vetenskaps Aka- demien, Stockholm (Suecia). Sudrez (D. Sergio), Ingeniero, Inspector facultativo de Hacienda.—C. del Prado, 3, 2.°, Madrid.—(Botdnica y Entomologia.) T16 y Satvapor (R. P. D. Dionisio)—Ronda de San An- tonio, Colegio de PP. Escolapios, Barceluna. Torrepanpbo (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes.—C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. Torres y Perona (D. Tomas), Administrador general, Ca- tedrdtico de Quimica orgdnica en la Facultad de Farma- cia y en el Real Colegio de San José, Socio corresponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.—Manila. Tremo.ts Y Borre tt (D. Federico), Catedraitico de Quimica inorgdnica aplicada de la Facultad de Farmacia en la Universidad.—C. de la Princesa, 1, 3.°, Barcelona.— (Botdnica.) Truan (D. Alfredo), Director Facultativo de la Fabrica de vidrios.—Gijén.—(Diatomeas y fotomicrografia.) UnaGon (D. Federico de).—Marquina (Vizcaya). Unaaon (D. Serafin de), Miembro de las Sociedades Ento- molégicas de Francia y de Berlin.—C. de Recoletos, 8, 2.°, Madrid.—(Coledpteros de Europa.) Uriges vAN Doresureu (D. 8S. de), Miembro de la Sociedad Entomoldégica de Holanda, de la Sociedad Entomolégica de Suecia, Miembro honorario de la Sociedad Antonio Alzate y de la Sociedad de Historia Natural de Méjico. —Krilingen, cerca de Rotterdan, A. num. 1. VAzguez Aroca (D. Rafael).—C. de la Abada, 21, 3.° iz- quierda, Madrid, 6 C. de Mascarones, 14, Cordoba. 160 1887. 1872. 1873. 1888. 1880. 1888. 1883. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN VAzquez Ficueroa y Canates (D. Aurelio), Director de Te- légrafos.—C. del Banfio, 17, 3.°, Madrid.—(Lepidopteros de Europa.) Vayrenpa Y ViLA (D. Estanislao), Licenciado en Farmacia. —Llad6, Casa Olivas (Gerona).—(Ornitologia, Botanica.) VeLaz ne Meprano (D. Fernando), Ingeniero de Montes. —Soria. Vina y Comparre (D. Pio), Licenciado en Ciencias natu- rales.—C. de Piamonte, 6, principal, Madrid. Vitanova Y Prera (D. Juan), de las Academias de Medici- na, de Ciencias exactas, fisicas y naturales y de la Histo- ria, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Paleontologia en la Facultad de Ciencias de la Universi- dad.—C. de San Vicente, 12, principal, Madrid.—(Geo- logia y Paleontologia.) » Vitaro (D. Juan).—C. de la Reina, 40, Habana. Vinsac (D. Casimiro), Ingeniero civil.—Campo de los Martires, 11, Sevilla. Vizcaya Y ConpeE (D. Atilano Alejandro), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de Fomento, 40, 3.° izquierda, Madrid. YaNez (Excmo. Sr. D. Teodoro), Catedratico de la Facul- tad de Medicina de la Universidad.—C. de la Magdalena, 19, principal, Madrid. ZAPATER Y Marconett (D. Bernardo), Presbitero.—Alba- rracin.—/(Lepidépteros.) ZEROLO (D. Tomds).—Villa de la Orotava, Tenerife. Zusia (D. Ildefonso), Doctor en Farmacia, Licenciado en LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 161 Ciencias naturales, Comendador de la Real Orden de Isabel la Catélica, Caballero de Carlos III y Catedratico del Instituto.—C. Mayor, 147, Logrono.—( Botanica. ) Socios que han fallecido. 1872. Barce.dé y Comsis (D. Francisco), de Palma de Mallorca. 1875. Corrks (D. Balbino), de Madrid. 1875. Luereetr (D. Pedro), de Madrid. 1872. Priero y Cautes (D. Francisco), de Malaga. 1874. Vipau y Souter (D. Sebastian), de Manila. Socios que han renunciado a formar parte de la Sociedad. 1874. Amapo Satazar (D. Enrique), de la Habana. 1887. Antica (D. Pedro), de Barcelona. 1885. Cura (D. Manuel), de Barcelona. 1872. Escatante (D. José), de Santander. 1888. Exrremera y Paz (D. Manuel), de Madrid. 1877. Greenuitt (D. Tomas Arturo), de Madrid. 1887. Izqurerpo y Ropriaurz Esprera (D. Luis), de Madrid. 1888. Jimenez Piacer (D. Antonio), de Sevilla. 1882. Lacassin (R. P. D. Jorge), de Montpellier (Francia). 1872. Lanperer (D. José J.), de Tortosa. 1876. Marroreti y Cunt (D. Jerénimo), de Barcelona. 1889. Moraaas y Ucetay (D. Ricardo), de Madrid. 1887. Ossorio y Zavaua (D. Amado), de Rivadeo. 1887. Puras y Barosa (D. Benjamin), de Madrid. 1887. Ramon y Matuarre (D. Eduardo), de Barcelona. 1885. Riera y Vittaret (D. Antonio), de Barcelona. 162 SOCIOS DE LA ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 1888. RoguEero y Martinez (D. José), de Sevilla. 1878. Savaricu y Jimenez (D. José), de Vich. 1884. Serrano y Pid (D. Eduardo), de Valencia. 1886. Soreza y Fasarpo (D. Luis), de Madrid. 1872. Usacu y Sourr (D. Antonio), de Tarrasa. 1885. Vevasco (D. Jesus), de Vitoria. Madrid 31 de Diciembre de 1889. £1 Secretario, FRANCISCO QuIROGA. PN DLE Ga DE LO CONTENIDO EN EL TOMO XVIII DE LOS ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. MEMORIAS. Pags Cunt y Marroretyi.—Insectos encontrados en Santas Creus........ 5 Moracues y pe Manzanos.—Coledpteros de Mallorca..........-.. gt Pérez Lara.—Florula gaditana. (Continuacion)........eeeeee seen 25 Ropricvez RisupXo.— Estudio micrografico de los dloes. (Laminas 7 Saerih VAR ue i SOR bate RCA atatsienstte sear Htenets 145 Ropriguez y Femenias.—Algas de las Baleares....... Pi Statens beleiecots 199 Lizaro & Isiza.—Datos para la Flora algoldgica del Norte y Nor- GeEste de WSpPamae — oculata, 126/. — latissima, 291. INDICE ALFABETICO. 195 Umbrina cirrhosa, 125’. Uranoscopus scaber, 125’. Uredo Carbo, 14’. — Caries, 14’. — Euphorbia, 14’. — Rose, 14’. Urodon pygmeus, 31. Utricularia vulgaris, 142. Vaillantia hispida, 47. — muralis, 47. Valgus hemipterus, 22. Valonia Agagropila, 210. — utricularis, 210. Vanessa atalanta, 7, 76’. — cardui, 76’. Velia rivulorum, 49'. Verbascum phlomoides, 119. — sinuatum, 120. — thapsiforme, 119. — virgatum, 119. Verbena officinalis, 6’, 63. — supina, 64. Verlusia rhombea, 52’. — sulcicornis, 52’. Veronica agrestis, 134. —- Anagallis, 135. — arvensis, 135. — cymbalaria, 134. — hedereefolia, 134. — ** racemifoliata, 135. Vescelia infumata, 422, Vespa vulgaris, 65’. Vespertilio auritus, 11’. — barbastellus, 10’. Vespertilio murinus, 11’. — noctula, 11’. — pipistrellus, 11’. — serotinus, 11’. Vesperugo borealis, 12’. Vesperus strepens, 33. Viburnum Tinus, 48. Vidalia volubilis, 270. Vitex agnus-castus, 4. Volucella bombylans, 66’. Volvaria gloiocephala, 14’. Wernerita, 101. Withania frutescens, 115. — somnifera, 115. Wrangelia multifida, 262. — penicellata, 262. * Wulfenita, 109’. Wurdemannia setacea, 260. Xantholinus elegans, 298. — glabratus, 7, 17. — linearis, 17. — tricolor, 7. Xenoscelis costipennis, 69’. Xyletinus laticollis, 64’. Xylopertha preusta, 25. — pustulata, 25. Xyphias gladius, 125’. Xysticus caperatus, 296. Zabrus piger, 13. Zanardina collaris, 226. Zonaria flava, 230. Zonitis preeusta, 28. Zygena lavandule, 73.’ ADVERTENCIA. El tomo xvi de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HisTorIa NATURAL se publico dividido en tres cuadernos: el 1.2 comprende las paginas 1-224 de las Memorias y 1-36 de las Actas, y aparecié el 30 de Abril de 1889; el 2.° las paginas 225-336 de las primeras y 37-100 de las segundas, y vid la luz publica el 31 de Octubre de 1889; el 3. y ultimo las paginas 337-432 de las Memorias y 101-198 de las Acéas, pS ane el 31 de Diciembre de 1889. Acompafian 4 este tomo dos laminas litografiadas y una cromolitografiada, dos grabadas y una zincofotogra- fia, y seis grabados intercalados en el texto. DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL TOMO XVIII.—CUADERNO 14." MADRID DON I. BOLIVAR, TESOREKO ALCALA, 11, TERCERO 30 DE ABRIL DE 1889 co SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. | Junta Directiva para el ano de 1889. . Presidente 2’... i sis-.0%0 ... Sr. Conde de Moriana. Vicepresidente.......... D. Francisco de Paula Martinez y Siez. DEBOV ERO. cian bora ole nes D. Ignacio Bolivar y Urrutia. DCCKELATIO, ots wisditea eee D. Francisco Quiroga y Rodriguez. Vitesecretanri,o2 Gakinces D. Manuel Cazurro y Ruiz. Por acuerdo de la Sociedad, en la. sesion de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los ANALES, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas correc- ciones que poner en vez de la sesion en que se leyé la Memoria, la in- dicacion del afio y tomo de los ANALES en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor numero de ejemplares en la forma expre- sada, pagaran con arreglo a la siguiente tattia; . 50 400 450 - Cada 100. ejemplares. ejemplares. ejemplares. aes Le pain ass css Sac esate sata ato-saiate Rvn. 3,50 7 40,50 7 Bre: cy renee te casa ie taasiae » | V3 2 AY ABS WOES SPOR e SS elacec cate Bravenet se » 43 26 39 26 Los autores que quieran tiradas aparte de sus memorias, dejando una sola paginacion y afiadiendo sus titulos despues del nombre, pagaran con- forme a la tarifa Sig mene 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. gale se Baa IT GS ek Cala aceratai be ee Ba eee Rvn, 47,50 20 22,50 . 20 Soe ea a basta ster aes Saar » 93 28 33° 28 NG eR ai oe oe eine Monee eee hha » 34 ee 54 hh. En ambos casos seran iguales los siguientes gastos: 50° # 400 450 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. eromueres Una lamina grabada en acero é ilumi- . 128 492 128 TRAC: <0 pantuw, sua apeWiveecocsakele ~Rvn. 64 Una id. id. id., sin iluminar...... » 20 40 60 40 Una id. id., en ’ piedra... Kiald ottavass aa) 8 16 24 16 Cubierta de color sin imprimir.... » 5 10 15 10 ~ Portada aparte...... ceases sesso e eee t eres ree ses tense neees Rvn.. 8. Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta......... > h ADVERTENCIA. oS la l4mina iluminada contuviese mas figuras de lo ordinario, aumentard su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de emplear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresion (40: por 18°), Las laminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole distinta de las que anteriormente se indican, se pagaran al precio que resulte para la So- ciedad. Por las correcciones que-mandaren hacer los autores en los moldes se. abonaran 4 reales por cada hora de trabajo. CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que han satisfecho sus cnotas desde 1.° de Enero 4 30 de Abril del corriente aio. CGCUOTA DE 1886. Comerma, del Ferrol. : Con dar, AB tae Dargent, de Meech . Escalera, de Gijén. CUOTA DE 1887. Espluga, de Quintanar. Ferrer, de Valencia. Fuente, de Ciudad-Real. Gonzalo, de Salamanca. Gordon, de la Habana. Guallart, de Avila. Couder, de Avila. Zerolo, de Tenerife. CUOTA DE 1888. Couder, de Avila. | Trastorza, de San Sebastian. Mac Lenan, de Bilbao. Luzuriaga, de la Habana. Prieto y Caules, de Malaga. Mercado, de Naya del Rey. Salarich, de Vich. - Mufioz Cobo, de Jaén. _ Velaz y Medrano, de Soria. Pantel, de Uclés. Zerolo, de Tenerife. Pérez San Millan, de Burgos. Poey, de la Habana, ee cents aU: Prieto y Caules, de Malaga. Aguilera, de la Habana. _| Reynoso, de la Habana. Atienza, de Malaga. _. | Scebold, de Bilbao. Bellido, de Zaragoza. Vilaré, de la Habana. Bosca, de Valencia. Bottino, de Santiago de Cuba. Campidn, de San Sebastian. Rodriguez de Cepeda, de Valencia. CUOTAS DE 1890 ¥ 1891. ‘Se ruega 4 los séfiores socios no se sirvan para efectuar sus pagos de las libranzas especiales para la prensa. * El Tesorero, I. BoLivapg. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigira al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcala, 11, 3.°, Madrid; y sobre los administrativos, reclamacién de cuadernos de los Ana.es, titulos, pago de cotizaciones,. ete., al Tesorero, D. Ignacio Bolivar, Alcal4, 11, 3.° La Tesoreria esta abierta todos los dias no festivos, de doce 4. dos de la tarde. INDICE Cuni.—Insectos encontrados en Santas Creus......... woes Perez Lara.—Florula gaditana. (Continuwacion)....... Rata Rodriguez Risueno.—Estudio microgrdafico de los 4loes. (Laéminasiym)...... aa Ou aan: PR WE ore pen eS = Rodriguez y Femenias.—Algas de las Baleares.....,.. Actas de la Sociedad Espafiola de Histone: Natural (Enero, Febrero, Marzo ¥ Abra} ccs is ao os eine Ree ae ae ee AVISO IMPORTANTE. su remisién por el correds llegar 4 Tesoreria su cuota anual de 15 pesetas sin descuento MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET, .-— ' DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1.° DEL TOMO XVIII. Moragues.—Coledptefos de Mallorca............... Nope : Los sefiores que aun no hayan recogido el diploma de socio, pue- — den hacerlo en la calle de Alcala, 11, 3.°, pues no es posible hacer El sefior Tesorero recuerda 4 los sefiores socios de provincias el _ art. 4.° del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer en el mes de Enero de cada afio. Los residentes en Barcelona la abona- r4n en casa de D. Francisco de Sales de Delas y de Gayola, Condal, 20, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Medina Ramos, calle de Goyeneta, 27. : : ws £8 GLC — @YALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA . DE HISTORIA NATURAL TOMO XVIII.—CUADERNO 2.° MADRID so DON IT: BOLIVAR, TESORERO oe ALCALA, 1l, TERCERO 31 DE OCTUBRE DE 1889 = Se CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que han satisfecho sus cuotas desde 1.° de Mayo 4 31 de Octubre del corrienté aiio. CUOTA DE 1888. Padilla, de Las Palmas (Gran Ca-— naria). Calleja y Ayuso, de Talavera de la eae Pombo, de Vitoria. Reina. Capdebéu, de Menorca. Ruiz Casaviella, de Caparroso. Garcia Arenal, de Gijon. Lopez Seoane, de Corufia. Madariaga, de Murcia. Mompé, de Albacete. _ Moragues é Ibarra, de Palma. Musso, de Murcia. Momp6, de Albacete. (Menorca). Rodriguez Pacheco, de Seyilla. Riutort, de Palma. Truan, de Gijén. CUOTA DE 1889.. Se ruega 4 los sefiores socios no se sirvan para efectuar sus pagos de las libranzas especiales para la prensa, . El Tesorero, I. BoLivaR. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos cientificos se dirigiré al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcalé, 11, 3.°, Madrid; y sobre los administrativos, reclamacién de cuadernos de los Anazs, titulos, pago de cotizaciones, ete., al Tesorero, D. Ignacio Bolivar, Alcaldé, 11, 3.° La Tesoreria esté abierta todos los dias no festivos, de doce 4 dos de la tarde. Rodriguez y Femenias, de Mahon Las publicaciones regaladas 4 esta Sociedad, 6 adquiridas por la misma, se hallan en poder del Sr. D. Francisco Quiroga y Rodriguez; los sefiores socios que quieran consultar alguna de ellas, pueden dirigirse al Gabinete de Historia Natural, los martes, jueves y sébados no festivos, de diez 4 doce de la manana. Los socios residentes en las provincias de Ultramar, 4 quienes conyenga efectuar el pago de su cotizacién en la Habana, podran verificarlo en casa del Sr. D. Felipe Poey, catedratico de Mineralogia y Zoologia en aquelia Universidad, calle del Cerro, 416, debiendo entregar por razén del giro y demas gastos 4 ps. fs. en oro, 6 su equivalente en papel, en vez de las 15 pesetas que satisfaran si remiten letra sobre Madrid. - MM. les membres de la Société résidant 4 1’étranger, qui éprouveront des difficultés pour remettre a Madrid le montant de leur cotisation, peu- yent le verser a Paris, chez M. le Dr. A. Fumouze, rue Faubourg-Saint- Denis, 78, Trésorier de la Société Entomologique de France, rue Saint-Pla- ‘cide, 52 (faubourg Saint-Germain), en lui remettant 16 francs; ou a Ber- lin, chez Mr. G, Kraatz, Président de la Société Entomologique, Links- trasse, 28, en lui envoyant 4 ¥ thalers. MM. Poey, a la Havane, le Dr. Fumouze a Paris, et Kraatz, 4 Berlin, sont aussi autorisés pour recevoir des souscriptions aux ANALES DE LA SocrIEDAD ESPANOLA DE Historias NaturAL aux mémes prix que ceux marqués pour la cotisation: les souscripteurs recevront chez eux franco par la poste, ainsi que les membres de Ia Société, les cahiers du journal aussit6t qu’ils pa- raitront, Los sefiores socios que quieran se haga alguna enmienda 6 adiciou en la designacién de su domicilio 6 titulos, pueden remitir 4 la Secretaria la nota correspondiente, para que se tenga presente al imprimir la lista de socios, y para la remisién de las publicaciones de la Sociedad. INDICE Rodriguez y Femenias.—