Te en ene Tt hg ae eens ean there tne eM ha tab eal abil te edid deg aakh Loe advede toot ake yeeros nea 4 * Debt shaven oy yeas eh ey Sei Pe pam ttt, et Dp Rp Sheed it ps rem - : > 4-33 rae, care epcpernetc: rere te . ‘ . a ae ee be be s - i “3 ba noes —~ ta rapecetes ae ees a: Date oi par i hist pe ewe aatsae Lath pipe tn ieee _ * 2 . “b: Fi dedicate i a te etree! = ~ * Ag: ed ee , ‘ Aa Me PNR Resta Pe Ne oe 4 seem > = me eSeavpeponaatenoamoccaehcapeaniere ™ NNSA NE oe : ox sutpintg Sate! a Roe ‘ = ont ene eseentavtg nana tert Cred Mgr SDF ST ee ae * he aes ANALES ILIsSTORIA > NATURAL. PON Age ES DE LA SOCIEBDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. TOMO DECIMONOVENO. MADRID: DOG. Olt VAR, “STESORER 0. CALLE DE ALCALA, 41, TERCERO. 48910. VIT7E Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL La Socrepap EspaNoxa pe Hisrorta Natura, creada y sostenida tan solo por esfuerzos individuales, se consti- tuv6 conforme 4 la Circular y Reglamento adjuntos, obteniendo tan favorable acogida dentro y fuera de Espafia, que al poco tiempo de su fundacion contaba ya con mis de cuatrocientos socios, y se hallaba en relacio- nes con las principales Sociedades cientificas de diversas naciones. Ha llevado esta Asociacion a feliz término y con toda exactitud cuanto se prometia, publicando un tomo cada afio de unas 600 paginas en 8.°, de excelente papel é impresion, con las laminas necesarias para la mejor inteligencia del texto, ya litografiadas, ya graba- das en piedra 6 en acero, y también algunas iluminadas & mano por los mejores artistas, tanto de Espafia como del extranjero, empleando en estos gastos exclusiva- mente la reducida cotizacion (15 pesetas anuales) de cada socio, pues todos los cargos en esta Corporacion son gratuitos. Las personas interesadas por deber 0 aficion en la pro- pagacion de los conocimientos de las ciencias naturales 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. que quieran ingresar en esta SociepAD, y no conozcan a ninguno de sus socios, pueden dirigirse al Sr. Tesorero, D. Ignacio Bolivar, 6 al Sr. Secretario, D. Francisco Quiroga y Rodriguez, calle de Alcala, 11, 2.°, Madrid, quienes dardn las explicaciones necesarias. Estos sefiores estan también encargados de recibir - suscripciones para las Bibliotecas publicas 6 particulares, las Sociedades cientificas, los Establecimientos de ense- fianza, etc., por un precio igual al de la cotizacion de cada socio, el cual no varia, ya resida el suscriptor en Madrid, en las provincias, en el’ extranjero 6 en Ultra- mar, recibiendo siempre por el correo y francas de porte las publicaciones de esta Corporacion. La Socrepap ha acordado recientemente admitir, bajo el titulo de Socios agregados, 4 los aficionados a los estudios cientificos que asi lo deseen. Estos socios, cuyos derechos y deberes se declaran en las adiciones al Regla- mento, recibiran todos los afios un ejemplar de las Actas de las Sesiones de la Sociedad y contribuiran 4 los gastos de la misma con la cuota anual de cinco pesetas. CIRGULAR DE LOS SOGIOS FUNDADORES. Hace tiempo que entre las personas dedicadas en Espana al estudio de la naturaleza, se echan de menos los lazos de mutua unién y concierto que en otras naciones facilitan el progreso cientifico, alentado por la colectiva influencia y sostenido por Ja oportuna publicidad de todo lo bueno y util, que sea debido a la actividad individual. Demostrado se halla por larga y triste experiencia, cOmo notables trabajos de acreditados naturalistas, cuyos nombres traspasaron los confines de la Peninsula, se hicieron infruc- tuosos, no llegando a4 terminarse, desvanecida la esperanza de que fuesen conocidos; 6 habiéndose terminado, perdieron su novedad é importancia cientifica por el transcurso de los afios. Debe ensayarse por cuantos cultivan actualmente las cien- cias naturales en Espafia un comtin esfuerzo para evitar en lo sucesivo, dentro de los posibles limites, las dificultades é inconvenientes que se originan del aislamiento, contribu- yendo todos 4 los nobles fines que se propone la SocIEDAD EspaXNoLa DE Historia NATURAL, iniciada en Madrid aimpulsos de celo y entusiasmo puramente cientificos. Ninguna prueba se exige al que aspire 4 formar parte de esta Sociedad, ninguna obligacién se imponen los socios de presentar en ella sus trabajos cientificos, aun cuando se espera confiadamente que comunicaran 4 sus colegas los des- cubrimientos que hayan logrado hacer, estando reducidos todos sus compromisos 4 satisfacer la cuota anual, recibiendo en cambio lo que se publique durante el ano. 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Estan llamados, pues, & formar parte de esta Sociedad, no solo las personas que por aficiédn 6 deber se dedican a las ciencias naturales, sino también cuantos crean provechoso y conveniente alentar en Espana tales estudios, propagar los conocimientos que se refieren 4 este ramo del saber humano, y dar 4 conocer las producciones naturales del pais. Tan importante objeto tendran lcs ANALES DE LA SOCIEDAD EspaNoLa DE Histor1A NATURAL, y en ellos se insertaran prefe- rentemente los catalogos totales 6 parciales de las produccio- nes de una localidad determinada, la descripcién de especies nuevas, la critica de las ya publicadas, 6 igualmente las monografias de un grupo particular de seres naturales, cuando haya suficientes datos para ello, y las noticias parciales acerca. de la gea, flora y fauna de la Peninsula y sus provincias ultramarinas, todo acompaniado de los grabados y laminas necesarias. El adjunto Reglamento manifiesta en sus pormenores cuales son los intentos de la naciente Soviedad, y es de esperar que suficientemente enterado, tanto del objeto como de la organi- zacién acordada por la misma, se servira V. manifestar si gusta inscribirse como socio fundador t ordinario. Madrid 15 de Marzo de 1871.—“ignacio Bolivar. — Miguel Colmeiro.— Joaquin Gonzalez Hidalgo.— Pedro Gonzalez de Velasco.— Marcos Jiménez de la Espada.— Rafael Martinez Molina.—Francisco de Paula Martinez y Saez.— Patricio Maria Paz y Membiela.—Sandalio de Pereda y Martinez.— Laureano Pérez Arcas.—José Solano y Eulate.—Serafin de Uhagén.— Juan Vilanova y Piera.— Bernardo Zapater. REGLAMENTO DE LA NH yb SOCIEDAD ESPANOLA DE WISTORIA NATURAL, CHPITULO: I. Disposiciones generales. Articute 1.° Se constituye en Madrid una SocigepAp Espa- NOLA DE Historta NATURAL, Cuyo objeto es el cultivo y adelan- tamiento de esta ciencia, principalmente por medio del estu- dio de las producciones naturales de Espafia y sus provincias ultramarinas, y de la publicacién de cuanto a dichas preduc- ciones se refiera. Art. 2.° El numero de socios sera ilimitado, pudiendo per- tenecer 4 la Sociedad tanto los espafioles como los extranjeros. Art. 3.° Para ser admitido en la Sociedad se necesita ser propuesto por uno de los socios, y se decidira acerca de su admisién en la sesidn inmediata, por mayoria de votos, des- pués de oido el informe de tres socios nombrados al efecto. Arr. 4.° Todo socio pagara una cuota anual de 15 ptas., que hara llegar sin descuento y por conducto seguro al Tesorero, en la época de admisién, y posteriormente en el mes de nero de cada ano. Art. 5.° Los socios recibiran su diploma, el Reglamento y las publicaciones de la Sociedad desde el afio en que se veri- fique su ingreso. Art. 6.°. Todos los socios tendran derecho 4 asistir @ las sesiones con voz y voto en ellas; pero solo se pasara papeleta de citacién 4 los que avisen al Secretario que residen en Madrid habitual 6 temporalmente. Arr. 7.° Los que dejen transcurrir un afo sin satisfacer su cnota anual, asi como los que manifiesten su deseo de no con- 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. tinuar perteneciendo 4 la Sociedad, seran borrados de la lista de socios, y relevados del pago de su cuota desde el afio en que se tome tal resolucion. Arr. 8.° Se Hamaran socios fundadores los que se compro- metan a cubrir el déficit ocasionado por las publicaciones de la Sociedad durante el primer afio de esta. Arr. 9° Las publicaciones de la Sociedad llevaran el titulo de ANALES DE LA SocirpAD ESPANOLA DE HisTortA NATURAL, y apa- receran por cuadernos, formando al fin del aio un volumen completo con las figuras y laminas que se crea convenientes. Arr. 10. Todos los aos se publicara en los ANALES una lista de los socios pertenecientes a la misma, asi como la indi- cacién de los que por cualquiera causa hayan dejado de per- tenecer 4 ella durante el ultimo ano. Arr. 11. Los autores de las Memorias publicadas podran obtener una tirada aparte de su trabajo, haciéndolo saber con anticipacién al Tesorero, y abonandole previamente el importe de los gastos que se originen por este concepto. CAPITULO TL: Organizacion de la Sociedad. Art. 12. LaSociedad nombrara anualmente su Junta direc- tiva, compuesta del Presidente, Vicepresidente, Secretario, Vicesecretario y Tesorero, siendo elegidos por mayoria de votos entre los socios residentes en Madrid. Arr. 13. Se procedera en la sesién ordinaria del mes de Diciembre al nombramiento de las personas que hayan de desempenar estos cargos desde la del mes de Enero inmediato, no pudiendo ser reelegido el Presidente hasta después de dos anos. Art. 14. Corresponde al Presidente dirigir las discusiones, y su voto sera decisivo en caso de empate. Art. 15. El Secretario extendera el acta de las sesiones, estara encargado de la correspondencia cientifica, y ejercera el cargo de Contador. REGLAMENTO. 11 Art. 16. El Tesorero recaudara las cuotas de los socios, hara los pagos acordados por la Sociedad, y distribuira las publicaciones de esta, presentando al fin de cada ano las cuentas documentadas, que deber4n examinarse por una Comisién nombrada al efecto. CAPITULO III. Sesiones. Art. 17. La Sociedad se reuniraé en sesidn ordinaria el pri- mer miércoles no festivo de cada mes, a las ocho de la noche. Art. 18. El orden de las sesiones sera el siguiente: 1.° Lectura y aprobacion del acta de la sesién anterior. 2.° Comunicacién de la correspondencia y de los trabajos cientificos dirigidos a la Sociedad. 3.° Presentacién de informes y proposiciones por escrito. 4.° Comunicaciones verbales. Art. 19. No sera permitida discusién alguna que sea extrafia al objeto cientifico de la Sociedad. Art. 20. Podra concurrir 4 las sesiones cualquiera persona que no pertenezca a la Sociedad, siempre que previamente sea presentada por uno de los socios. Art. 21. En la ultima sesién de cada afio hara el Secretario una relacién del estado de la Sociedad y de los trabajos cien- tificos en que se haya ocupado. Art. 22. El Presidente convocaraé 4 sesidn extraordinaria cuando lo crea oportuno, 6 en virtud de peticién por escrito de cinco socios, no pudiéndose en ella tratar sino de los asun- tos para que hubiese sido convocada y que deben ser conoci- dos de antemano. Art. 23. Para modificar el Reglamento 6 disolver la Socie- dad, se necesitaraé una proposicién fundada y firmada por cinco socios, la cual se presentaré en sesidn ordinaria. Si en ella fuere tomada en consideracién, se nombraran cinco socios que emitan un informe razonado, el cual se discutira y votara en sesidn extraordinaria, convocada expresamente con este 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. objeto, no siendo admitida la proposicion si no fuere aprobada por las dos terceras partes de los socios residentes habitual- mente en Madrid. En caso de no reunirse este numero, basta- ran las dos terceras partes de los socios presentes en la sesiOn inmediata. CAPITULO IV. Publicaciones. Art. 24. Una Comisién compuesta del Presidente, Secreta- rio, Tesorero y otros tres socios nombrados todos los anos con este objeto, sera encargada de examinar las Memorias dirigi- das 4 la Sociedad, elegir las que se crean mas convenientes para su insercién en los ANALES, y Vigilar su publicacidn. Art. 25. Ningwn trabajo se puede insertar en los ANALES sin haber sido leido antes en la Sociedad, ya en totalidad, ya en extracto. Art. 26. Seran devueltos 4 sus autores los manuscritos que no se hayan publicado un afio después de haber sido leidos en la Sociedad. Art. 27. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. Art. 28. La Sociedad se reserva el derecho de imprimir los trabajos cientificos que se le remitan en idioma extran- jero, siempre que lo tenga por conveniente. Art. 29. Quedaran en poder de la Sociedad los manuscritos de las Memorias que se inserten en los ANALES. Art. 30. Los objetos naturales que la Sociedad reciba seran depositados en las colecciones puiblicas de Madrid, donde se crea que puedan ser mas convenientes, y conservarse para ser estudiados con mayor facilidad por los naturalistas, dando conocimiento de todo ello al remitente. Madrid 15 de Marzo de 1871. ADICIONES AL REGLAMENTO. SECCIONES. 1.° La SocrepAp EspaNona DE Historra NATURAL autoriza la formacion de Secciones de la misma en todos aquellos puntos donde lleguen 4 reunirse 15 socios residentes, llevando cada Seccion el nombre de la localidad respectiva. 2.° Las Secciones se reyiran en un todo por el Reglamento de la Sociedad, salvo en lo referente al art. 23 del cap. 111, que se refiere 4 la modificacién del Reglamento, y 4 los articu- los 24 al 29 del cap. 1v, que tienen relacién con las publica- ciones de la Sociedad. En consecuencia, nombraran su Junta directiva con arreglo al cap. I. 3.° Las actas de las Secciones, una vez aprobadas por estas, asi como los trabajos cientificos que en las mismas se pre- senten, deberan remitirse por el Secretario de cada una de ellas 4 la Sociedad para los efectos del Reglamento en lo que a estos se refiere. 4° los acuerdos de las Secciones solo podran versar sobre asuntos econodmicos 6 administrativos que con ellas se rela- cionen y que en nada afecten al interés general de la Sociedad. 5.° Cada Seccién formara con la anticipacién conveniente un presupuesto anual de gastos, que habra de enviar a la Sociedad para su aprobacidn; obtenida la cual, sera su importe abonado 4 la Seccion por el Sr. Tesorero de la Sociedad. Madrid 4 de Marzo de 1885. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 1 SOCIOS AGREGADOS. 1.° La SocrepAD EspANOLA DE HistrortA NATURAL admitiré bajo la denominacién de Socios agregados, previas las formali- dades exigidas para los numerarios en el art. 3.° del Regla- mento a los aficionados al estudio de la Historia natural que manifestaren 4 alguno de los socios numerarios su deseo de formar parte de aquella en el concepto indicado. 2.° Los Socios agregados podran asistir 4 las sesiones tomando parte en ellas, aunque sin voto en las cuestiones de indole administrativa, y concurrir 4 las expediciones que realice la Soctepap. Recibiran un diploma en el que se acre- dite su cualidad de Socio agregado, un ejemplar del Regla- mento, y otro, cada afio, de las Actas de las sesiones. Tendran también derecho 4 consultar las obras de la Biblioteca de la Sociedad en el local destinado al efecto. 3.° Los Socios agregados abonaran una cuota de cinco pese- tas que satisfaran la primera vez en el momento de su ingreso en la Corporacién; y en los aos sucesivos, en el mes de Enero. 4.° Todas las disposiciones del Reglamento de la Sociedad que no se hayan modificado expresamente en estas disposi- ciones, seran extensivas 4 los Socios agregados. Madrid 5 de Marzo de 1890. MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL IN SAO ENPECIES ESPANOLAS DEL GREPO «CHOLEVA®, D. SERAFIN DE UHAGON. (Sesion del 4 de Diciembre de 1889.) Al presentar & mis consocios este ensayo, no pretendo cier- tamente ser el iniciador de Ja idea de ir poco 4 poco dando & conocer la fauna coleopterolégica de nuestra patria por medio del estudio y publicacién parcial de grupos 6 de familias, se- gin los materiales que 4 este fin sea posible reunir. Esta idea fué hace tiempo, no ya iniciada, sino puesta en ejecucidn por el Sr. D. Laureano Pérez Arcas, con su Revista critica de las especies espanolas del género «Percus», y Mi proposito se re- duce & despertar en forma practica aquel recuerdo, para que otros entomdlogos mas competentes y en mejores condiciones que yo sigan las huellas de tan sabio y respetado cuanto que- rido maestro. Que no ha de faltarles ayuda en esta empresa me lo prueba el hecho de la que 4 mi me han prestado, con la comunica- cidn de especies 6 de datos interesantes sobre otras, en el extranjero los Sres. D. R. Oberthiir, Kraatz, Baudi, Seidlitz, Reitter y Fauvel, en Espafia los Sres. Pérez Arcas, Martinez y 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Saez, Bolivar, Cazurro y Vazquez, de Madrid y el Sr. Marto- rell, de Barcelona, & quienes ruego acepten por su amabili- dad la expresién de mi profundo agradecimiento. A ellos se debera lo poco bueno que en este estudio pueda hallarse. El grupo Choleve pertenece al orden de los Coleoptera, divi- sidn Necrophagi, familia Szlphide, tribu Cholevini, y se dis- tingue por los caracteres siguientes: Forma general oval mas 6 menos oblonga 6 eliptica; cuerpo pubescente. Cabeza bruscamente truncada por detras, asi como los ojos; el vértice saliente en forma de quilla transversal. Palpos con el ultimo artejo cénico 6 en forma de lezna. Antenas de once artejos, mas 6 menos engrosadas 6 en maza hacia la extremidad. La maza formada por los cinco ultimos artejos. Ojos visibles. Elitros cubriendo siempre el abdomen. Caderas anteriores cénicas y salientes; caderas posteriores planas, transversas, contiguas; sus trocanteres desarrollados. Episternones metatoracicos en triangulo alargado. Abdomen de 6 segmentos aparentes; (7 con un segmento adicional, no siempre visible, en la extremidad. Tarsos de 5 artejos, los anteriores siempre dilatados en los co y también a veces el primero 6 los dos primeros artejos de los intermedios en el mismo sexo. Los dos grupos de la misma tribu con los que tiene mayor analogia y en cuya proximidad debe colocarse, son: los Ba- thysci@, que carecen de ojos y en los cuales las caderas posteriores estan separadas, aunque en grado variable, y los Colones, cuyo abdomen presenta tan solo 5 segmentos en los ¢ y 4 en las 9, siendo la maza de las antenas de 4 ar- tejos. Ademas en ambos grupos ni la cabeza esta truncada por detras, ni es su vértice saliente en forma de quilla trans- versal. No entra en mi propésito el hacer un examen detenido de las diversas modificaciones que se observan en la estructura (3) Uhag6n.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV™>. 7 de los érganos, pues para ello se necesitaria someter al estu- dio mayor contingente de especies que el que abarca el pre- sente trabajo, reducido a las de Espana tan solo. La forma de las antenas y las proporciones de sus artejos son caracteres de importancia, para cuya exacta apreciacién es util advertir que en buen numero de casos los artejos estan comprimidos en grado mayor 6 menor, de suerte que es con- veniente observarlos en el sentido de su mayor anchura, pues de otro modo, tal artejo que puede parecer tan ancho como largo mirado de perfil, por decirlo asi, resultara transverso si se le examina por el lado plano. Por otra parte, las antenas son siempre un poco mas largas en los 7 que en las Q y sus artejos suelen guardar en sus proporciones idéntica relacién de uno 4 otro sexo. Conviene asimismo tener presente que los p2litos que forman la pubescencia ofrecen en los angulos pos- teriores del protdrax una disposicion 4 veces convergente, de tal modo, que sobresaliendo del angulo mismo (subgénero Catops), hacen aparecer a este agudo y un poco saliente, cuan- do es obtuso en realidad. Las especies, todas de tamafo relativamente pequefio, son agiles y viven principalmente entre las hojas caidas y otros restos vegetales en estado de descomposicién, en sitios oscu- ros y htimedos, en los cadaveres de animales pequenios, de- bajo de las piedras y a veces en la entrada y aun en el inte- rior de las cavernas y otros lugares subterraneos. Las inclui- das hasta ahora en el género Catopsimorphus Aubé, suelen encontrarse en los hormigueros con senalada preferencia. Su vida evolutiva es muy poco conocida. Unicamente Erich- son (Arch. Wiegm. 1841, 1, p. 102) y Schiddte (Nat. Tidsskr, 1863, p. 228, t. 10, f. 1-6) han descrito la larva de la Choleva Jusca Panz. Respecto de su historia y sin ocuparnos de los antiguos autores De Geer, Geoffroy, Fourcroy, Panzer, Fréh- lich, Fabricius, Marsham y Linneo, que respectivamente refi- rieron las especies de ellos conocidas 4 los géneros Dermestes, Silpha, Peltis, Helops, Luperus, Cistela, Hydrophilus, Mordella y Chrysomela, citaré en primer término 4 Latreille, quien en su Précis des caractéres géenériques des Insectes (1796) establecid el género Choleva. Paykull (Fauna Suec. 1, p. 342) describié el género dos afios después (1798), cambiando su nombre por el de Cafops. ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Knoch (Jlliger Kef. Preuss., p. 84) volvid a describirlo en el mismo afio con el nombre de Plomaphagus. Spence, en 1815 (Zransact. of the Linnean Soc., t. x1), pu- blicéd la primera monografia de este género, que dividiéd en tres secciones, basandose en la forma de las antenas, la de los angulos posteriores del protérax, la presencia 6 ausencia de estrias en los élitros y la dilatacién en los x del primer artejo de los tarsos intermedios. Ulteriormente se ocuparon de él y describieron nuevas es- pecies diferentes naturalistas, entre los que figuran: Stephens (Jllustrations of British Entomology)........ 1830 Newman (Entomological Magazine)........0+cecrenes 1833 Erichson (Kédfer der Mark Brandenburg)..........006 1837 StnnemanPeWISChlANAS. PAULA) tereratare\e.s wags o -luiore eeviebete wis ee 1839 Ger (AM MUNA : FICLOCLICH) «vest petarstcrs'- (alot wie s mipietelsmterayarers 1841 Kellner (Stetiin. LNtom. Zevtscles)... ot. ut. cieislteaielce > 1846 Redtenbacher (HAWN GUSUTIAC) sot clo widnistelisere ee 1849 Aubé (Annales Soc. Entom. France, 1850) creo el géne- ro Catopsimorphus, y entre los trabajos publicados después citaré los siguientes con preferencia: Kraatz.— Revision der europiischen arten der Gattung Catops (Stettineentom. Aeitscls). sty ery vickieieveti-isis a 1852 Fairmaire et Laboulbene.— Haune entomologique fran- CHEUSO’ Oks «save eletei olots satereiolens Vaxeietecteme) tec ier eee ae at 1854 Murray.— Monograph of the genus Catops. (Ann. Nat. AS TOT YAK VILL. ers ik ace ends et cus eae sens een eae Hedegevels 1856 Redtenbacher. — Fauna austriaca. Hd. 2...........066 1858 Thomson.—Shandinaviens Coleoptera, 1v y 1x, en que se establecen los géneros Sciodrepa, Nargus, Nemadus V DEMOCHTUS Satine tars 3 sistem ca bhs unekd erate ethan eteree rs 1862—1867 De Marseul. L’Abeille, xx11.—Précis des genres et especes de la tribu des Silphides de Vancien monde, en el que se encuentran reunidas las descripciones de todas las especies ‘conocidas del autor. Shae es. oe 1884 Reitter.— Bestimmungs Tabellen der europiischen Co- leopleren, xt1; trabajo que comprende las especies europeas de da divisién Mecrophagt.....+..+.s+00% - 1885 _ En el mismo aio, en la entrega 2.°, parte 2.°, del tomo 11 de la Naturgeschichte der Insecten Deutsch- 763) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV™». 19 lands, de Erichson, ha tratado dicho distinguido autor los Silphid@ de Alemania. Des Gozis.— Recherches sur Vespéece typique de quelques anciens genres, en cuyo optisculo el autor divide el género Calopsimorphus Aubé, en tres, que denomina Catopsimorphus, Attumbra y Atliscurra..... ea. Soret LOO ‘Seidlitz.— Deutsche Entom. Zeitsch. xxx. El autor, en la pag. 81 y siguientes, se ocupa de las divisiones propuestas en el antiguo género Catops Payk., pu- blicando 4 la vez un nuevo cuadro sindptico de las especies del género Plomaphagus Mllig........ shee ETON, En el propio afio, Reitter (Deutsche entom. Zeitsch. xxxt, p. 277 a 281 y 507) describe otras especies de Choleve y pro- pone dos nuevos cuadros sindpticos para la clasificacién de das del género Choleva de los grupos de la C. angustata F. y A. agilis Mlig. Y finalmente, el Sr. Seidlitz en sus Mauna baltica, Kd. 2. y Fauna transsyloanica, ambas en publicacién, trata con su acostumbrado talento los Choleve de las regiones respec- divas. Se me dispensara, asi lo espero, la larga enumeracién de autores que precede, en beneficio de los naturalistas espafio- les a quienes, al dedicarles este ensayo, deseo proporcionar todos los elementos bibliograficos que puedan necesitar para estudios ulteriores del grupo que me ocupa. Las ideas en dichos trabajos expuestas me han servido para establecer el cuadro de los Choleve de Espana que’ presento 4 ‘mis colegas a continuacioén, y sobre el cual haré previamente algunas observaciones. Las especies que el Sr. Reitter refiere al subgénero Choleva -ofrecen, a4 mi juicio, particularidades suficientes para formar an género aparte a la cabeza del grupo. En efecto, en ninguna otra de las divisiones propuestas con- curren los tres caracteres positivos siguientes : Cuerpo alargado y estrecho. Antenas largas y poco engrosadas hacia la extremidad. Muslos posteriores dos veces tan largos como las caderas. Caracteres combinados con otros tres negativos, a saber: Klitros sin arrugas transversas. ETI Ie oe 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Mesosternon sin quilla longitudinal. | Tarsos intermedios sin artejos dilatados en los ¢. En todas las demas divisiones los caracteres que preceden se presentan de modo distinto, aunque combinados en forma varia, por lo cual constituyen, & mi entender, meras seccio- nes de un solo género, al cual dejo el nombre de Catops Payk. No exceptto el género Catopsimorphus Aubé, pues dado que el labro, cuya forma se ha invocado como caracter diferencial (Fairmaire et Laboulbéne, Faune entom. francaise, 1, p. 305), es idéntico al de las otras especies (Duval, Genera des Coléop- teres d’ Europe, i, p. 106, nota primera), solo quedan para su dis- tincién la forma de las antenas y las proporciones del ultimo artejo de estas, caracteres por si solos de escasa importancia como genéricos en atencidn a su variabilidad. El valor de es- tas divisiones es bastante convencional, siendo probable que en lo futuro y & medida que se descubran nuevas especies, resulte la conveniencia y aun la necesidad mas bien de redu- cir que de aumentar su ntimero, quizas ya hoy excesivo. Asi, por ejemplo, el subgénero Sciodrepa Thoms., cuyas es- pecies, segun la caracteristica primitiva de su autor, tienen los artejos 4.° 4 6.° de las antenas transversos, encierra ya el C. scitu/us Er., que presenta el 4.° artejo mas largo que an- cho, el 5.° 4 lo sumo tan ancho como largo y el 6.° solo lige- ramente transverso, siendo también la maza de las antenas menos marcada que en el C. Watsoni Spence, y C. alpinus Gyll., unicos que en un principio formaron este grupo. Si en él in- cluimos ademas, como propone el Sr. Seidlitz, los C. depressus Murray y pallidus Men., que tienen los artejos de las antenas alin mas largos, la maza menos senalada yen los que los ojos ofrecen tan solo un desarrollo normal, dificilmente encon- traremos medio de separarlo del grupo de los Catops verda- deros. De igual modo el género 6 subgénero Aftiscurra creado por el Sr. Des Gozis para separar el C. Marqueti Fairm. de las de- mas especies de Catopsimorphus, no me parece llamado 4a pre- valecer, pues si bien aquella, por sus antenas cortas y aplas- tadas, se distingue con facilidad del C. drevicollis Kraataz y del C. Rougeti Saulcy, el C. dalmatinus Kraatz, presenta esta misma disposicién de las antenas combinada con la mayor (7) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 21 longitud de dichos érganos, de donde resulta que los artejos son también relativamente mas largos, y menos transversos, y es probable que entre las demas especies extranas, como el C. dalmatinus, 4 nuestra fauna, puedan observarse otros ca- racteres que acentten la transicion. De acuerdo con el Sr. Seidlitz, entiendo que las especies del subgénero Anemadus Reitter, deben figurar 4 la cabeza del e@énero Catops Payk., pues a pesar de diferenciarse por impor- tantes caracteres, es imposible desconocer que por su aspecto general y sus antenas se les parecen en extremo, hasta el punto de haber sido en un principio y durante algun tiempo consideradas como verdaderos Choleve. Difiero, por otra par- te, de dicho distinguido autor al colocar el subgénero Catops Payk., no en ultimo lugar, como él lo hace, sino tan proximo al primero como la combinacién de sus caracteres lo permite, pues en razon al nombre que lleva parece merecer esta rela- tiva antelacién 6 preferencia: A. Cuerpo oblongo alargado; antenas delgadas, casi tan largas como la mitad del cuerpo, muy poco engrosadas hacia la extremidad. Eli- tros estriados y sin arrugas transversas. Mesosternon sin quilla longitudinal. Muslos posteriores dos veces tan largos como las ca- deras. Tarsos intermedios sencillos en ambos sexos. Gun. Choleva Latr. AA. Cuerpo oblongo alargado con las antenas bastante largas y poco en- grosadas hacia la extremidad, 6 mds 6 menos oblongo u oyal oblongo, con las antenas mas cortas y mas 6 menos en maza; pero en el primer caso con arrugas transyersas en los élitros y con los tarsos intermedios ensanchados en los <7. Mesosternén con 6 sin quilla. Muslos posteriores mucho mas cortos. Tarsos intermedios en los (7 con 6 sin artejos ensanchados. Gin. Gatops Pavk. B. Mesosternon aquillado. Elitros con arrugas transversas, C, Caderas intermedias contiguas. Protorax sin arrugas transversas. Tar- 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8): sos intermedios con los dos primeros artejos ensanchados en los: Cc’. Forma general y antenas parecidas 4 las del género Choleva.. Susgrn. Anemadus Reitter. CC. Caderas intermedias separadas por la quilla mesosternal. Protérax con finas arrugas transversas, Tarsos intermedios sencillos en am-- bos sexos. Forma general y antenas mas cortas. Suscren. Ptomaphagus Illig. BB. Mesosternon sin quilla. Elitros sin arrugas transversas. D. Tarsos intermedios con el primer artejo ensanchado en los ¢*. Man- dibulas con un solo diente en el borde interior. E. Ojos separados de la comisura de la boca por un espacio tan ancho é- mas que el grueso del primer artejo de las antenas. SusGEN. Catops Payk. EE. Ojos grandes, separados de la comisura de la boca por un espacio» mas estrecho que el grueso del primer artejo de las antenas. SusaEn. Sciodrepa Thoms. DD. Tarsos intermedios sencillos en ambos sexos. Mandibulas con varios= dientes en el borde interior. F. Artejo 8.° de las antenas notablemente menor que los adyacentes; el! ultimo poco mas largo que el anterior, y no comprimido. Susarn. Nargus Thoms. FF. Artejo 8.° de las antenas muy poco menor que los adyacentes 6 tam grande como estos. G. Ultimo artejo de las antenas tan largo como los dos anteriores re- unidos y algo comprimido; maza normal. Suscen. Attumbra Des Gozis. GG. Ultimo artejo de las antenas tan largo como los tres anteriores re- unidos; maza mas 6 menos comprimida. H, Antenas con los artejos desde el 3.° al 6.° normales, no transversos;. el 8.° apenas 6 no mas estrechd, pero algo mas corto que los adya- centes; la maza empieza en el 7.° artejo. Suspgen. Catopsimorphus Aubé. HH, Antenas con los artejos, desde el 3.° al 6.°, apretados unos contra: otros, transversos, deprimidos, asi como los siguientes, hasta el! (9) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 23 10.° inclusive, y dificiles de contar; el 8.0 no mas estrecho y ape- nas perceptiblemente mas corto que los adyacentes; la maza pue- de decirse que empieza desde el 3. artejo. Suseen. Attiscurra Des Gozis. CUADRO SINOPTICO DE LAS ESPECIES. Gin. Choleva Latr. a. Cuerpo por encima brillante, con puntuacion fuerte, bien sefialada en el protorax, algo rugosa en los élitros y el fondo casi liso. Muslos posteriores en los (7 sin diente. Long. 5,50 mm. C. punctata Bris. aa. Cuerpo por encima mate, con puntuacién muy fina y muy apretada y el fondo de los élitros imperceptiblemente granugiento. Muslos posteriores en los o” con un pequeno diente en el tercio basal. Long. 5 mm. C. Sturmi Bris. Gun. Gatops Payk. Susgen. Anemadus Reitter. a. Protérax en su mayor anchura apenas 6 no mas estrecho que los élitros. b. Elitros casi sin estrias, con el dngulo sutural redondeado en ambos sexos. Long. 2,20 4 2,50 mm. A. vandalitie Heyd. bb. Elitros con estrias bastante sefialadas y la extremidad de cada uno redondeada separadamente en los o”, en angulo agudo en las 9. Long. 3 4 3,50 mm. A. clathratus Perris. aa. Protérax en su mayor anchura evidentemente mas estrecho que los élitros; estos estriados, con la extremidad de cada uno redondeada 24 ada. bb. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) separadamente en los ¢7, en dngulo agudo y aun espiniforme en las 9. Long. 3,50 mm. A. angusticollis Kraatz. SupgEen. Ptomaphagus Illig. Tibias posteriores ligera aunque visiblemente encorvadas hacia aden- tro en los (7. Antenas mas robustas, con el 4.° artejo ligeramente transverso y la maza mayor, mas alargada y mas paralela. Protérax negro parduzco; élitros y pies rojizos; antenas del mismo color con la maza oscura. Long. 3 mm. P. clavalis Reitter. Tibias posteriores rectas en ambos sexos. Antenas menos robustas con el 4.° artejo no transverso y la maza menor y mas oblonga. Elitros estrechados en linea casi recta desde la base; oblicua, pero marcadamente truncados en el apice. Tarsos anteriores en los ( muy ensanchados, formando una paleta oblonga tan ancha como la tibia. Cuerpo negro parduzco en su totalidad, 6 con los élitros mas 6 menos castaiio-oscuros, algo mas claros hacia la extremidad; antenas rojizas con la maza oscura. Long. 2,10 4 3 mm. P. sericatus Chaud. Elitros mas regularmente oblongos, no estrechados desde la base, con los lados mas en linea curva, tan oblicuamente truncados que mas bien parecen obtusamente redondeados en el apice. Tarsos ante- riores en los go” menos ensanchados, formando una paleta oblongo- alargada mas paralela que en la especie anterior y mas estrecha que la tibia. Cuerpo rojizo-ferruginoso, asi como las antenas y los pies. Long. 2 mm. P. Rosenhaueri sp. nov. SuspGEuN. Gatops Payk. a. Protérax estrechado en curya hacia adelante desde la base, con su mayor anchura en esta. b. Antenas con todos sus artejos, el 8.° inclusive, mas largos que anchos. Long. 4 4 5 mm. C. pallidus Men. (11) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®». 25 bb. Antenas con los artejos 8.° al 10.0 no mas largos que anchos. Lone. 4 a 5mm. C. depressus Murray. aa. Protorax estrechado en curva hacia adelante y hacia atras; su mayor anchura 4 mayor 6 menor distancia de la base. e. Lados del protérax en curya regular, sin sinuosidad junto 4 los angu- los posteriores. d. Antenas con el artejo 8.° tan largo como ancho. Long. 4,50 45,50 mm. C. marginicollis Luc. dd, Autenas con el artejo 8.° distintamente transyerso. e. Antenas con el artejo 6.° mas largo que ancho. Jf. Antenas con la maza oscura. Protérax con su mayor anchura hacia el medio 6 poco después; base mas 6 menos escotada 4 cada lado, con los angulos posteriores en grado variable, pero siempre dirigidos hacia atras y agudos. Tibias anteriores escotadas interiormente en la base en los (7. Long. 44 5 mm. C. nigricans Spence. Jf. Autenas generalmente de un solo color; el artejo 7.° con frecuencia mas oscuro en su extremidad, y la maza oscura pocas veces. Pro- torax con su mayor anchura cerca de la base; esta muy ligeramente sinuosa 4 cada lado, con los angulos posteriores rectos 6 casi rec- tos, apenas dirigidos hacia atrdis. Tibias anteriores casi iguales en ambos sexos. Long. 3,80 4 4,50 mm. C. fuscus Panz. ee. Antenas con el artejo 6.9 no mas largo que ancho. g. Antenas con el ultimo artejo no mas estrecho que el anterior. Proté- rax apenas el doble mas ancho que largo, sus lados medianamente redondeados, su mayor anchura hacia el medio. Long. 3,50 mm. C. coracinus Kelln. gg. Antenas con el ultimo artejo ligeramente mds estrecho que el prece- dente. Protérax el doble mas ancho que largo, tan ancho en los ( como los élitros, fuertemente redondeado en los lados, su mayor anchura después del medio. Long. 4 mm. C. grandicollis Erichs. cc. Lados del protérax mds 6 menos sinuosos junto 4 los dngulos poste- riores. 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) h. Antenas con el artejo 6.0 mds largo que ancho en los ,/, 4 veces tan largo como ancho en las 9. Maza poco marcada. Long. 3,50 4 4,50 mm. C. quadraticollis Aubé. hh. Antenas con el artejo 6.° mas ancho que largo, 6 4 lo sumo tan largo como ancho en los ¢, transyerso en las 9. Maza bien marcada. Long. 3,50 4 4 mm. C. tristis Panz. SupgEn. Sciodrepa Thoms. a. Forma mas oblonga; angulos posteriores del protérax rectos; antenas mis cortas, con los artejos 4.°, 5.° y 6.° transversos y la maza mucho: mas marcada. Long. 2,60 4 3 mm. S. Watsoni Spence. aa. Forma mas oval, mayor; angulos posteriores del protérax mas agudos y un poco dirigidos hacia atras; antenas mas largas, con los artejos 4.0 y 5.0 no transyersos, siéndolo apenas el 6.° y la maza mucho menos marcada. Long. 3 mm. S. scitula Erichs. Susein. Nargus Thoms. a. Protorax y élitros finisima y muy densamente punteados. Puntuacion de los élitros no mas fuerte que la del protorax. Antenas con el 6.0 artejo evidentemente mas largo que ancho. b. Forma mas oval y mas convexa. Protorax algo mas ancho, general- mente sin mancha discoidal. Angulo sutural redondeado en ambos sexos. Trocanteres de los muslos posteriores en los ¢ con la extre- midad prolongada & modo de espina encoryada hacia adentro. Long. 2,50 4 3 mm. N. velox Spence. bb. Forma mas oblonga, menos convexa. Prot6rax un poco mas estrecho, con una mancha oscura 4 lo largo del medio. Angulo sutural redon- deado en. los ©, ligeramente saliente y puntiagudo en las Q. Tro- cdnteres de los muslos posteriores con la extremidad normal en ambos sexos. Long. 2,70 4 3 mm. N. notaticollis Baudi. (13) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 27 aa. Protérax y élitros con puntuacién mas fuerte y menos densa. Puntua- cidn de los élitros mas fuerte que la del protérax. Antenas con el 6.° artejo 4 lo sumo tan largo como ancho. c. Angulos posteriores del protérax un poco obtusos 6 casi rectos. Tarsos anteriores en los <7 tan anchos como las tibias. d. Oblongo, algo prolongado, poco brillante. Protérax algo mds de vez y media mas ancho que largo, su mayor anchura en el medio 6 poco después y alli ligeramente mas ancho que los élitros en la base. Elitros cerca de dos veces mas largos que anchos, casi paralelos al principio, después gradualmente estrechados hacia la extremidad y algo aguzados en esta; con puntuacién mas fuerte, pero apenas mas espaciada que la del protérax. Abdomen del color general. Long. 2,20 mm. N. Wilkinii Spence. dd. Oval, mas ancho que el anterior, mas brillante. Protorax el doble mas ancho que largo, su mayor anchura mas cerca de la base y alli apenas mds ancho que la base de los élitros. Elitros vez y media mas largos que anchos, con los lados redondeados mas regular- mente y Ja extremidad anchamente obtusa, casi truncada; su pun- tuacién mas fuerte y mds espaciada que la del protérax. Abdomen oscuro. Long. 2,20 mm. N. brunneus St. cc. Angulos posteriores del protérax anchamente obtusos. Tarsos anterio- res en los ¢ mas estrechos que las tibias. Oval, convexo, brillante. Protérax el doble mds ancho que largo, apenas perceptiblemente punteado. Elitros vez y media mas largos que anchos, gradualmente estrechados desde el tercio de su longitud; su puntuacién mucho mas fuerte que la del protérax. Long. 1,50 4 2 mm. N. anisotomoides Spence. Susarmn. Attumbra Des Gozis. A. Josephine Saulcy. Suscin. Catopsimorphus Aubé. a. Forma mas conyexa; protérax con los lados mas redondeados hacia adelante y los a4ngulos posteriores mas agudos; élitros mas ovales; antenas generalmente mds claras, los artejos $.° y 10.° mas anchos 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (14) que el 7.°, por lo cual la maza resulta muy gradualmente marcada. Muslos anteriores é intermedios pelosos en el borde interior. Lon- gitud 2,75 43 mm. C. brevicollis Kraatz. aa. Forma menos conyexa; protérax con los lados menos redondeados, ligeramente entrantes al llegar 4 la base y los angulos posteriores mas obtusos; antenas generalmente mds oscuras, mas cortas, los artejos 9.° y 10.° no mas anchos que el 7.°, por lo cual la maza re- sulta mas paralela. Muslos con el borde interior lampifo. Longi- tud 2,75 4 3 mm. C. Rougeti Saulcy. SuspGEN. Attiscurra Des Gozis. A. Marqueti Fairm. Guinero GCholeva Latr. Précis des caracteres génériques des Insectes, 1796, p. 14. 1. Choleva punctata Bris. Choleva punctata Bris., Ann. Soc. entom. de France, 1866, p- 364.—Marseul, Abeille, 1x, p. 55.—Reitt., Bestim. Tab. der eur. Coleop. xu, p. 41.—Id. Deutsch. ent. Zeitsch, 1887, p. 280. Oblongo-alargada; de color castano-amarillento, brillante, mas oscuro en la cabeza, mas claro en las partes de la boca, las antenas y los pies; con pubescencia muy fina amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacién mucho menos profunda y mas es- paciada que la del protérax. Antenas delgadas, largas, alcan- zando dirigidas hacia atras al cuarto anterior de los élitros, ligeramente engrosadas hacia la extremidad: 1.° artejo como dos veces y media mas largo que ancho; 2.° algo mas corto y menos robusto que el 1.°; el 3.° un tercio préximamente mas largo que el 2.°; el 4.° ligeramente mas corto que el 3.°; 5.° (5) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE>. 29 y 6.° casi iguales y apenas mas cortos que el 4.°; 7.° de la lon- gitud de los dos anteriores, pero algo mas grueso hacia la ex- tremidad; 8.° el doble mas largo que ancho, casi una mitad mas corto que el 7.° y un poco mas estrecho que este; 9.° y 10.° casi iguales y casi tan anchos en la extremidad como el 7.°, pero un poco mas cortos; 11.° apenas mas ancho y apenas también mas largo que los dos precedentes y terminado en punta. Protérax ligeramente trasversal, convexo hacia adelante, deprimido desde el tercio anterior 4 lo largo de los bordes la- terales que resultan por esto levantados y con vestigios de un surco longitudinal; su mayor anchura antes del medio; lados notablemente estrechados y redondeados desde alli hacia el borde anterior, mas paralelos y menos estrechados hacia la base, que es casi recta, con los Angulos posteriores obtusa- mente redondeados. Puntuacion bastante fuerte y, aunque apretada, bien sefia- lada y perceptible. Escudete triangular, rugoso. Kiitros oblongo alargados, tan anchos en la base como el protérax en su mayor anchura y mucho mas hacia el medio, dos veces y media cuando menos mas largos que anchos, en- sanchados gradualmente en linea poco curva hasta el tercio 6 poco mas de la longitud, estrechados también gradualmente hacia la extremidad y aguzados en esta; con estrias fuerte- mente punteadas, las dorsales mas senaladas que las latera- les, la sutural mas hundida que las demas. Puntuacioén de los intervalos mas fuerte que la del protdrax, bastante apretada, semi-rugosa; el fondo brillante, casi liso. Pies largos y delgados; espina terminal de las tibias poste- riores un poco mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo densa y finamente punteado. o7. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos poco en- sanchados: el primero apenas de la anchura de la tibia. Ti- bias intermedias muy ligeramente encorvadas hacia adentro. Trocanteres posteriores prolongados hacia atris en forma de hachuela, truncados en la extremidad con el angulo externo saliente y agudo. Angulo sutural separadamente redondeado. Anteultimo segmento abdominal con una escotadura en arco, 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) precedida de una depresién, en el medio del borde posterior. Reinosa (Piochard de la Briilerie); Puerto de Navacerrada (Martinez y Saez!) La descripcién que precede esta hecha sobre el ejemplar cv’, unico, hallado por el Sr. Martinez y Saez en dicha ultima lo- calidad. No he visto ejemplares del otro sexo. 2. Choleva Sturmi Bris. Choleva Sturmi Bris., Cat. et mat. pour la faune franc., Grenier, 1863, p. 7.—Marseul, Abeille, 1, p. x1.—Seid- litz, Fauna balt. ed. 2, 1 lief., p. 321.—Id. Fauna iranssyly., 11 lief... ps o05. Choleva angustata Reitt., Bestimm. Tab. der europ Coleop. xu, p. 42.—Id. Ins. Deutsch. 11, 2 Abth., p. 229.—Id. Deutsch. ent. Zeitsch. 1887, p. 280. Oblongo-alargada; de color castafo 6 amarillento ferrugi- noso, poco brillante; la cabeza oscura, asi como el pecho y el abdomen en mayor 6 menor extensidn y también 4 veces el disco del protérax; con pubescencia muy fina, sedosa, amari- llenta, dirigida hacia atras. Cabeza apenas perceptiblemente punteada, con una fosita puntiforme en la frente. Antenas delgadas, largas, pasando dirigidas hacia atras del cuarto anterior de los élitros, lige- ramente engrosadas hacia la extremidad: 1.°° artejo unas dos veces y media mas largo que ancho; el 2.° algo mas corto y mas delgado que el 1.°; el 3.° un tercio mas largo que el 2.”; el 4.° un poco mas corto que el 3.°; 5.° y 6.°iguales, apenas menos largos que el 4.°; el 7.° de la longitud de los dos ante- riores, apenas perceptiblemente mas grueso hacia la extre- midad; el 8.° el doble mas largo que ancho, muy ligeramente mas estrecho que el 7.°; 9.° y 10.° casi iguales, muy poco mas cortos que el 7.° y de igual anchura; el 11.° apenas mas an- cho y muy poco mas largo que el anterior y terminado en punta. Protérax un poco transversal, ligeramente convexo hacia adelante y en el disco; con vestigios de un surco longitudi- nal; los bordes laterales ensanchados, pero planos, sin depre- sidn, a no ser junto 4 los angulos posteriores; la mayor an- chura antes del medio; lados redondeados y casi igualmente (17) Uhagon.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV>». 31 estrechados hacia adelante y hacia atras; Aangulos posteriores obtusamente redondeados; base anchamente escotada. Pun- tuacién muy fina y muy apretada, semi-rugosa. Escudete triangular, con puntuacién mas fuerte que la del protorax. Elitros oblongo alargados, moderadamente convexos, mases- trechos en la base que el protérax en su mayor anchura, pero hacia el medio marcadamente mas anchos que este, mas de tres veces mas largos que anchos, ensanchados gradualmente en linea poco curva hasta cerca de la mitad de la longitud y es- trechados después en igual forma hacia la extremidad que resulta casi oblicuamente truncada; con estrias ligeramente punteadas, bien sefaladas, aun las laterales, y algo mas pro- fundas hacia atras; la sutural poco mas hundida que las otras. Puntuacion de los intervalos mas fuerte y mas espa- ciada que la del protérax. Pies largos y delgados; tibias intermedias ligeramente en- corvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos corres- pondientes. Trocanteres sencillos en ambos sexos. Peano por debajo fina y densamente punteado. co’. Forma general ligeramente mas estrecha; protorax mas redondeado en los lados, élitros mas paralelos. Tarsos anterio- res con los tres primeros artejos ensanchados: el 1.° mas ancho que la extremidad de la tibia. Muslos posteriores con un pequeno diente en el tercio basal del borde inferior. An- culo sutural redondeado. Quinto segmento del abdomen nor- mal, el 2.°, 3.° y 4.°, con una ligera impresion longitudinal en el medio. Q. Forma ligeramente mas ancha, élitros mas redondeados. Tarsos anteriores sencillos. Muslos posteriores inermes. An- gulo sutural prolongado en un pequeno diente. Quinto seg- mento abdominal provisto de una ancha escotadura ojival; el 2.°, 3.° y 4.° sin impresién en el medio. . El Escorial, en los hormigueros (Zapater!); coleccién del se- for Pérez Arcas, generosamente donada por este al Museo de Madrid. Solo he visto dos ejemplares, o y 9, que me han servido para la descripcién que precede. Se distingue facilmente de la C. puntacta, Bris., por su as- 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) pecto mate, su puntuacién mucho menos fuerte y mas densa y por sus caracteres sexuales. Reitter refirid esta especie en sus Necrophaga a la C. angus- tata F.; pero sabida es la dificultad, casi insuperable, de re- solver estas cuestiones de sinonimia, tratandose de autores antiguos, cuyas descripciones, si bien utiles en la época re- mota en que se hicieron para diferenciar las pocas especies entonces conocidas, resultan del todo insuficientes por el ma- yor numero de estas, que hoy es preciso estudiar y distinguir. El mismo Sr. Reitter asi lo ha reconocido después (Deutsch. ent. Zeits. xxx1, p. 277), aadiendo que Spence, Erichson y aun Murray hubieron de tener delante varias especies con el nom- bre de C. angustata y entiendo que ante las fundadas dudas que el caso ofrece, es mas seguro el omitir tales citas, para cuya comprobacién seria necesario examinar detenidamente los ejemplares mismos que dichos autores estudiaron. GinERO Gatops Payk. Fauna Suec. 1798. 1, p. 342. SuspGkrNErRo Anemadus Reitt. Bestimm. Tab. der eur. Coleop. x11, 1885. Necrophaga, p. 38- 1. Anemadus Vandalitie Heyd. Catops Vandalitig Heyd., Entom. Reise nach dem sudl. Spanien, 1870, p. 97.—Marseul, Abeille, xxm, p. 108. Anemadus Vandalitie Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleopt. xi1, p. 60. Choleva gracilis Kraatz, Entom. Reise nach dem sudl. ‘ Spanien, p. 99. Catops gracilis Marseul, Abeille, xxit, p. 74. Oblongo-alargado; de color amarillento6castafio ferruginoso mds 6 menos intenso; la cabeza generalmente mas oscura y con frecuencia también el disco del protorax, las piezas meso y metatoracicas y el abdomen; las partes de la boca, la base (19) Uhagon.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®>. 33 de las antenas, su ultimo artejo, y los piés mas claros; con pubescencia muy fina, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacién superficial muy fina y apretada, el fondo reticulado. Antenas largas, delgadas, alcanzando dirigidas hacia atras al cuarto anterior de los élitros, ligera- mente engrosadas hacia la extremidad: |e" artejo poco mas de dos veces mas largo que ancho; el 2.° no mas corto y poco menos robusto que el 1.°; el 3.° muy ligeramente mas delga- do, pero apenas 6 no mas corto que el 2.°; el 4.° y 6.° iguales 6 casiiguales, muy poco mas cortos que el 3.°; el 5.° muy lige- ramente mas largo que los dos adyacentes; el 7.° un poco mas largo y ligeramente mas robusto que cualquiera de los tres anteriores; el 8.° tan largo como ancho, casi el doble mas corto que el 7.°; 9.° y 10.° casi iguales, un poco mas cortos, pero tan anchos 6 ligeramente mas que el 7.°; el 11.° cerca del doble mas largo que cualquiera de los dos precedentes, tan ancho.6 mas que estos y terminado en punta. Protoérax moderadamente convexo, algo mas de vez y me- dia tan ancho como largo, su mayor anchura después del me- dio y alli tan ancho como los élitros; lados redondeados y es- trechados mas hacia adelante que hacia atras; 4ngulos poste- riores obtusos; base casi recta. Superficie reticulada en el fondo, con puntuacidén ligera, muy fina, apretada, andloga 4 la de la cabeza. Escudete triangular, con puntuacién ligeramente mas fuer- te que la del protérax. Elitros oblongo-alargados; moderadamente convexos; en la base mas estrechos que el protérax, pero hacia el tercio de la longitud tan anchos como este; dos veces y media tan largos como anchos; ensanchados en linea poco curva hasta el tercio, empezando a estrecharse poco después hacia la extremidad; angulo sutural redondeado en ambos sexos; estrias apenas perceptibles, excepto la sutural, esta poco sefalada al princi- pio y mas profunda hacia atras; superficie con pequefias arru- gas 6 estrias en sentido transversal. Pies largos, poco robustos; espina terminal de las tibias pos- teriores ligeramente mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co” Forma ligeramente mas esbelta. Tarsos anteriores con los ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) tres primeros artejos é intermedios con dos, moderadamente ensanchados, el primer artejo en ambos tan ancho cuando menos como la extremidad de la tibia. Tibias intermedias lige- ramente encorvadas hacia adentro en su Ultimo tercio. Ulti- mo segmento del abdomen con una incisioén profunda, trian - gular, longitudinal. © Tarsos sencillos. Tibias intermedias apenas menos encor- vadas. Ultimo segmento abdominal sin incision. Madrid!, (Martinez!); Escorial, Navacerrada, San Ildefonso (Pérez Arcas!, Martinez! ); Sierra de Gredos!, Reinosa!, (Crotch!); Sierra de la Nieve, Ronda (Heyden!); Cordoba (Dieck!). La especie tiene en nuestra peninsula, como podra verse, un area de dispersién bastante extensa. Yo la he encontrado en Madrid (Casa de Campo) bajo las hojas de los platanos, en Rei- nosa en los bosques de hayas y en las grandes alturas de Gre- dos debajo de las piedras, junto a la nieve. 2. Anemadus clathratus Perris. Catops clathratus Perris, Ann. Soc. ent. de France, 1864, p. 281.—Marseul, Abeille, rx, p. 54. Anemadus transversostriatus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. x11, p. 60. Oblongo-alargado; de color amarillento 6 castaho mas 6 menos intenso segun la madurez de los ejemplares, la cabeza generalmente mas obscura, las partes de la boca, el primero y ultimo artejo de las antenas y los pies mas claros; con pubes- cencia fina, muy corta, amarillenta, dirigida hacia atras. Ca- beza con puntuacion superficial muy fina y apretada, el fondo reticulado. Antenas largas, delgadas, alcanzando dirigidas hacia atras al cuarto anterior de los élitros, ligeramente en- grosadas hacia la extremidad: 1." artejo el doble mas largo que ancho; el 2.° tan largo y apenas menos robusto que el 1.°: el 3.° & su vez, tan largo y tan robusto como el 2.°; 4.° y 5.° iguales 6 casi iguales; 6.° apenas perceptiblemente mas corto que los dos precedentes; 7.° de la longitud del 6.° pero ligera- mente mas robusto y de forma mas oblonga; 8.° el doble mas largo que ancho, casi el doble mas corto que el 7.°; 9.° y 10.° casi iguales, algo mas cortos y un poco mas anchos que el 7.°; 11.° cerca del doble tan largo como cualquiera de los dos an- 421) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV>». 35 teriores, tan ancho 6 ligeramente mas que estos y terminado -en punta. Protérax moderadamente convexo; casi el doble mas ancho ‘que largo; su mayor anchura un poco después del medio y alli apenas tan ancho 6 ligeramente mas estrecho que los éli- tros; lados redondeados y estrechados mas hacia adelante que hacia atras; angulos posteriores obtusos, ligeramente dirigi- dos hacia atras; base oblicua y anchamente sinuosa 4 cada Jado, recta en la parte media. Superficie reticulada en el fon- ‘do, con puntuacién muy fina, apretada, andloga 4 la de la ca: beza, de aspecto granugiento por efecto de la pubescencia. Escudete triangular, con puntuacién igual a la del pro- torax. Elitros oblongo-alargados; moderadamente convexos; en la base un poco mas estrechos que el protdrax, pero hacia el ter- cio de lalongitud tan anchos 6 ligeramente mAs que este; unas tres veces y media mas largos que anchos; ensanchados gra- dualmente en linea poco curva hasta el cuarto 6 poco mas de la longitud, empezando a estrecharse después hacia la extre- midad y aguzados en esta; con estrias algo irregulares, bas- tante senaladas, sobre todo las anteriores, la sutural mucho mas profunda que las demas. Superficie con arrugas bastante marcadas en sentido transversal. Pies largos y delgados; espina terminal de las tibias poste- riores ligeramente mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o. Forma general algo mas estrecha. Elitros relativamente mas largos, con los lados menus redondeados, mas regular- mente oblicuos. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos é intermedios con dos, moderadamente ensanchados, el prime- ro en ambos ligeramente mas estrecho que la extremidad de las tibias. Tibias intermedias ligeramente encorvadas hacia adentro en su ultimo tercio. Angulo sutural de los élitros re- -dondeado. Ultimo segmento.del abdomen con una incisién profunda longitudinal. Q. Forma relativamente algo mas ancha. Klitros mas redon- deados. Tarsos sencillos; tibias intermedias apenas menos en- corvadas. Angulo sutural agudo. Ultimo segmento del ab- domen sin incisién. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22): Navacerrada, Pefialara (Perris); Escorial! (Martinez!, Ober- thiir!); San Ildefonso (Pérez Arcas!); Valsain, Villarejo del Valle (Martinez!); Alsasua (Oberthtir!); Carracedo! La especie parece tener cierta preferencia por los sitios en donde abundan los pinos, bajo cuyos detritus suele encontrar- se, aunque no con mucha frecuencia. — Se distingue del A. vandalitie Heyd., por su tamafio ma- yor, su forma mas atenuada hacia atras, la mayor longitud relativa del artejo 8.° de las antenas, el protérax relativamente mas ancho, sinuado 4a los lados de la base, los élitros mas lar- gos, con las arrugas transversas mas fuertes y por sus caracte- res sexuales. Los Sres. Reitter y Seidlitz reunen esta especie al A. trans- versostriatus Murray, de Portugal (Monograph of the genus Ca- tops, p. 62). Aunque considero posible y aun probable esta reunién, no me atrevo aun a darla por definitiva, pues entre los ejemplares o que he tenido 4 la vista, ninguno he encon- trado con los élitros cinco veces tan largos como el protérax, que es como el Sr. Murray los describe, ni he hallado tam- poco entre los ¢7 y las 9 diferencia tan notable como la referi- da descripcion parece indicar. 3. Anemadus angusticollis Kraatz. Choleva angusticollis Kraatz, Entom. Reise nach dem sudl. Spanien, 1870, p. 98. Catops angusticollis Marseul, Abeille, xx, p. 69. Anemadus angusticollis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xu, p. 60. Oblongo-alargado; de color amarillento ferruginoso 6 casta- fio claro, la cabeza y el protérax generalmente mas oscuros en los ejemplares bien desarrollados, las partes de la boca, las antenas, sobre todo el ultimo artejo de estas y los pies mas claros; el 7.° artejo de las antenas suele tener la extremidad oscura, y & veces también ocurre lo propio con los tres si- cuientes. El cuerpo ofrece una pubescencia corta, fina, ama- rillenta, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacion mas fuerte que en las dos especies anteriores; el fondo reticulado y casi granugiento. Antenas largas, delgadas, alcanzando dirigidas hacia atras al cuarto (23) Uhagé6n.—ksPECIES DEL GRUPO «“CHOLEV™>». 37 anterior de los élitros, ligeramente engrosadas hacia la ex- tremidad: 1.° artejo, el doble mas largo que ancho; 2.° no mas corto ni mas delgado que el 1.°; 3.° tan largo y apenas menos robusto que el 2.°; 4.° y 5.° iguales 6 casi iguales, apenas 6 no mas cortos que el 3.°; 6.° muy ligeramente mas corto que los dos que le preceden; 7.° de la longitud del 6.° y muy poco mas grueso hacia la extremidad; 8.° el doble mas largo que ancho, casi el doble mas corto que el 7.° y ligera- mente mas estrecho; 9.° como una mitad mas largo que el 8.°, tan ancho cuando menos como el 7.°; 10.° de la longitud del 8.°, pero tan anchocomo el 9.°; 11.° casi el doble mas largo que el anterior, tan ancho 6 mas que este, y terminado en punta. Protérax poco convexo; casi plano en su segunda mitad ha- cia los angulos posteriores, & veces con una fosita ancha y poco profunda cerca de estos; muy poco mas ancho que lar- go; lados mas 6 menos redondeados, mas 6 menos estrechados hacia adelante segun los sexos; en su mayor anchura eviden- temente mas estrecho que los élitros; angulos posteriores muy obtusos; base ligera y anchamente escotada en el medio, ligeramente oblicua en los lados. Superficie reticulada en el fondo; puntuacion bastante fuerte y apretada, analoga a la de la cabeza, de aspecto marcadamente granugiento. Escudete triangular, con puntuacién analoga, pero menos fuerte que la del protorax. Elitros oblongo-alargados; poco convexos; en la base un poco mas estrechos que el protérax en su anchura mayor, pero hacia el medio evidentemente mas anchos que este; como unas cuatro veces mas largos que anchos; ensanchados gradualmente en linea poco curva hasta el tercio 6 poco mas de la longitud, desde alli hasta la mitad casi paralelos y es- trechados después gradualmente también hacia la extremi- dad, la cual resulta algo aguzada; con estrias algo irregula- res bastante sefialadas, sobre todo las interiores; las exteriores mas confusas, la sutural poco mas profunda que las dos 6 tres primeras. Superficie con arrugas bien marcadas en sentido transversal. Pies largos y delgados; espina terminal de las tibias poste- riores ligeramente mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (21) oO. Forma general mas prolongada y mas esbelta. Protérax relativamente mas ancho, mas estrechado hacia adelante, mas redondeado en los lados en su segunda mitad; su mayor anchura hacia el ultimo tercio. Elitros relativamente mas largos con los lados mas paralelos en su tercio medio. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos é intermedios con dos, moderadamente ensanchados, el primero en ambos no mas ancho que la extremidad de las tibias. Tibias anteriores com- primidas en la segunda mitad, las intermedias son poco en- corvadas hacia adentro en su ultima mitad. Angulo sutural redondeado. Ultimo segmento del abdomen con una incisién profunda longitudinal. El 5.° segmento ligeramente escotado. ©. Forma mas ancha, menos prolongada. Protdérax relativa- mente mas estrecho, poco mas ancho en la base que en el borde anterior; los lados mucho menos redondeados en la segunda mitad; su mayor anchura muy poco después del me- dio. Klitros mas cortos, con los lados mas redondeados. Tarsos- sencillos, asi como las tibias anteriores; las intermedias ape- nas menos encorvadas hacia adentro. Angulo sutural agudo y & veces prolongado en forma de pequefa espina 6 diente, en cuyo caso la extremidad de cada élitro resulta ligeramente- escotada. Antetltimo segmento abdominal con una pequena escotadura triangular en el medio del borde posterior; el ul- timo sin incisién. Cérdoba (Dieck!); Badajoz!, Navacerrada!, Escorial!, Villa— rejo del Valle! (Martinez!). Se encuentra debajo de las piedras y es poco frecuente. Aun cuando por el tamafio, las estrias de los élitros y le forma del angulo sutural en las 9 se aproxima esta especie del A. clathratus Perris, se distingue facilmente de este, ast como del A. vandalitie Heyd., entre otros caracteres, por el protérax menos transverso y evidentemente mas estrecho que los élitros, y por ser mas fuerte la puntuacion. (2) Uhag6n.—kSPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®». 39 ScBGENERO Ptomaphagus III. Keef. Preuss., 1789, p. 84. 1. Ptomaphagus clavalis Reitt. Catops clavalis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Co- leop. x11, 1885, p. 63. Ptomaphagus clavalis Seidlitz, Deutsch. ent. Zeitsch., 1887 —p.-91- Oblongo; poco brillante; de color castafio rojizo; la cabeza negruzca, asi como el protdérax, el escudete y la parte inferior del cuerpo, excepcién hecha de la extremidad del abdomen; el protorax con tendencia al color general hacia los lados y 4 lo largo del borde posterior; las partes de la boca rojizas y también las antenas, excepto los artejos 7.°, 9.°, 10.° y 11.° que son oscuros. Con pubescencia fina, sedosa, semidorada, diri- gida hacia atras. Cabeza vaga y muy finamente estriada al través, puntua- cién casi imperceptible, oculta por la pubescencia. Antenas bastante robustas, dirigidas hacia atras pasando un poco del borde posterior del protérax: 1." artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y ligeramente mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas corto que el 2.°; 4.° como una tercera parte mas corto que el 3.°, ligeramente transver- so; 5.° de igual longitud, pero un poco mas ancho y por lo tanto mas transverso que el 4.°; 6.° mas transverso alin, como tres veces mas ancho que largo; 7.° cuando menos el doble mas largo y muy ligeramente mas ancho que el 6.°; 8.° de las proporciones que el 6.°; 9.° igual 6 casi igual al 7.°; 10.° un poco mas largo y muy ligeramente mas estrecho que el 9.°; 11.° el doble mas largo que el 10.°, un poco mas estrecho que este y terminado en punta. Maza bien marcada, algo paralela. Protérax bastante convexo, cerca de una mitad mas ancho que largo, su mayor anchura en la base; lados bastante estre- chados y redondeados hacia adelante y casi paralelos hacia la base; angulos anteriores declives, redondeados; base recta en la parte media, visiblemente sinuosa 4 cada lado cerca de los 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) 4ngulos posteriores; estos son poco agudos y ligeramente di- rigidos hacia atras. Superficie cubierta de finas arrugas trans- versas ocultas por la pubescencia. Escudete triangular con finas arrugas transversas. Elitros oblongos; moderadamente convexos; por encima algo deprimidos; en la base misma muy ligeramente mas es- trechos que el protérax, pero, inmediatamente después, tan anchos como este; mas de dos veces tan largos como anchos; casi paralelos hasta cerca de la mitad de su longitud y estre- chados después gradualmente en linea casi recta hasta el ul- timo cuarto, punto en el cual el borde lateral se redondea para formar la extremidad que es obtusa, mas bien que truncada; angulo sutural obtuso; estria sutural, Unica, ligera al prin- cipio, profunda hacia atras. Superficie cubierta de finas arru- gas transversas, tan fuertes como las del protdérax, las exte- riores mas paralelas 4 la base, las interiores dirigidas obli- cuamente hacia la sutura; poco perceptibles por efecto de la pubescencia. Pies bastante robustos; espina terminal de las tibias poste- riores muy poco mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado, de aspecto semiru- goso, pubescente. o&. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados, el primero y el segundo tan anchos como la extremi- dad de la tibia y como la maza de las antenas. Tibias interme- dias y, aunque en grado menor, las posteriores encorvadas hacia adentro en su segunda mitad. Refiero 4 esta especie un ejemplar ,/, unico, encontrado en Mallorca por el Sr. Moragues y comunicado por el Sr. Marti- nez y Saez. Segtin su autor la especie procede de la isla de Cerdena. De ella dice el Sr. Reitter que las antenas son negras, ex- cepto los dos artejos basales. El Sr. Seidlitz las describe como oscuras con la base mas clara, lo que parece convenir mejor al ejemplar balear. 2. Ptomaphagus sericatus Chaud. Catops sericatus Chaud., Bull. Mosc., 1845, m1, p. 199. (27) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO « CHOLEV®>». 4 Choleva sericea Fairm. et Laboulb., Faune entom. franc¢., 1, p. 305 (ex parte). Catops sericeus Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 442.— Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 75.—Marseul, Abeille, xxu, p. 105.—Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., x11, p. 63 (ex parte). Ptomaphagus sericatus Seidlitz, Deuts. ent. Zeitsch.. 1887, p. 92.—Id. Fauna baltica, Ed. 2, 317.—p. 1 lief., Id. Fauna transsylv., 1 lief., p. 334. Catops tenuicornis Rosenh., Die Thiere andalusiens, p.61. Oblongo; algo brillante; de color negro 6 negro-parduzco; élitros generalmente castafos 6 castafio-oscuros, mas claros hacia la extremidad, la regidn sutural con frecuencia mas os- cura; el protdrax 4 veces mas claro hacia los bordes laterales y 4 lo largo del posterior; las partes de la boca rojizo-amari- llentas; las antenas del mismo color, excepto los artejos 7.° y siguientes, que son negruzcos, los artejos 4.°, 5.° y 6.° a veces mas oscuros que los tres basales; los pies castafio-rojizos con los muslos y la extremidad de las tibias generalmente mas oscuros y los tarsos algo mas claros. Con pubescencia fina, sedosa, pardo-rojiza, dirigida hacia atras. Cabeza vaga y finamente estriada al traves en su parte pos- terior, mas bien punteada hacia adelante; la escultura oculta por la pubescencia. Antenas poco robustas, no llegando 6 al- canzando apenas al borde posterior del protorax, dirigidas hacia atras: 1. artejo, dos veces y media a tres veces mas largo que ancho; 2.°.un poco mas corto y apenas mas delgado que el 1.°; 3.2 un poco mas corto y ligeramente mas delgado que el 2.°; 4.°& su vez un poco mas corto que el 3.°, casi cua- drado; 5.° de la longitud del 4.°, apenas mas transverso; 6." un poco mas transverso que el 5.°, doble mas ancho que lar- go; 7.° doble mas largo y notablemente mas ancho que el 6.° 8.° tan ancho 6 casi tan ancho como el 7.°, tres veces proxi- mamente mas ancho que largo; 9.° y 10.° casi iguales, de la longitud del 7.°, relativamente un poco mas anchos y mas transversos; 11.° una mitad préximamente mas largo que el anterior, apenas perceptiblemente mas estrecho y terminado en punta roma. Maza bastante marcada, oblonga. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Protérax convexo; menos de una mitad m4s ancho que lar- @o; su mayor anchura en la base; lados bastante estrechados y redondeados hacia adelante y casi paralelos 6 ligerfsima- mente entrantes hacia atras; Aangulos anteriores declives, re- dondeados; base recta en la parte media, anchamente sinuosa a cada Jado hacia los angulos posteriores; estos un poco agu- dos y dirigidos hacia atras. Superficie cubierta de arrugas transversas y finas, pero bien sefaladas y mas visibles que en la especie anterior. Escudete triangular con arrugas transversas como las del protérax. Klitros oblongos; moderadamente convexos; por encima algo deprimidos; en la base tan anchos 6 casi tan anchos como el protdrax; cerca de dos veces tan largos como anchos; lados estrechados casi desde la base y gradualmente en linea casi recta hasta muy cerca de la extremidad, oblicuamente truncados en esta; angulo sutural obtuso; estria sutural uni- ca, ligera al principio, profunda hacia atras. Superficie con finas arrugas tan senaladas como las del protérax, dirigidas oblicuamente hacia la sutura, excepto las mas préximas a los bordes laterales, las cuales son mAs paralelas 4 la base. Pies bastante robustos; espina terminal de las tibias poste- riores casi tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado, de aspecto semi- rugoso por efecto de la pubescencia. o. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados en forma de paleta oblonga, los dos primeros tan an- chos como la extremidad de la tibia y como la maza de las antenas. Tibias intermedias en su segunda mitad encorvadas hacia adentro. Q. Tarsos anteriores sencillos. Tibias intermedias ligera- mente menos encorvadas. Madrid! (Pérez Arcas!, Lauffer!, Cazurro!); Navacerrada!; Badajoz!; Las Hurdes (Sanz de Diego!); Sevilla (Cazurro!); Al- geciras (Rosenhauer). Se encuentra entre las hojas caidas, debajo de las piedras y en los detritus. La he recogido con la manga sobre las plan- tas, pero no con frecuencia. Especie variable, pero que se distingue facilmente de la an- (29) Uhagon.— SPECIES DEL GRUPO «CHOLEV.®». 43 terior por su coloracién, su forma relativamente mas ancha, sus élitros mas cortos, menos paralelos, mas cuneiformes, con la extremidad mas distintamente truncada; sus antenas me- nos robustas, con el 4.° artejo apenas 6 no transverso, la maza mas oblonga; las tibias posteriores rectas en ambos sexos. El Sr. Seidlitz separa el C. sericatus Chaud. del C. sericeus Panz., 4 mi juicio con justa razon y aunque de esta ultima especie no he de ocuparme, puesto que, hasta ahora al menos, no me consta que se haya encontrado en Espana, quizas las observaciones que siguen puedan servir para afirmar su res- tablecimiento. Gracias 4 la amabilidad, proverbial entre nosotros, del dis- tinguido entomdlogo el Sr. D. Renato Oberthtir, de Rennes, poseedor hoy de la coleccién del Sr. Rosenhauer, he tenido ocasién de examinar un tipo del Catops tenuicornis de este au- tor, confirmaéndome su estudio en la sospecha, que ya abriga- ba desde que conoci el trabajo del Sr. Seidlitz, de que di- cha especie pudiera muy bien ser idéntica al C@. sericatus Chaud. Coinparando el referido ejemplar, que es <, con dos, Wy 9, del C. sericeus Panz. de Rennes (Francia) que haee ya anos tuvo la bondad de enviarme mi citado amigo el Sr. Oberthir, y cuya determinacién juzgo exacta por la forma caracteristica de las tibias posteriores del o’, he podido comprobar las dife- rencias sehaladas por el Sr. Rosenhauer, & saber: el tamano menor, las antenas mas delgadas, con mayor ntimero de arte- jos rojizos y el Ultimo mas puntiagudo, asi como las arrugas del protérax y de los élitros algo menos marcadas. La forma de los Angulos posteriores del protérax me ha parecido en los tres casi idéntica, pero entiendo que este caracter, algo varia- ble dentro de ciertos limites y cuya exacta apreciacién de- pende también de la manera como se haya preparado el in- secto, no es motivo bastante para dudar de que el Sr. Ro- senhauer, al hacer el estudio comparativo de su especie, se sirviese de ejemplares del verdadero C. sericeus Panz. Por otra parte, no encuentro medio de separar el referido ejemplar tipico de otros de diferentes localidades de Espana que tengo 4 la vista y cuyos caracteres coinciden con los que el Sr. Seidlitz atribuye al C. sericatus Chaud., con alguna lige- ra variacién en las proporciones de los artejos 2.° y 3.° de las 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) antenas, pero resultando siempre 6 casi siempre que este es algo mas corto y mas delgado que aquel si se observan con suficiente aumento y la necesaria atencién. En el ejemplar de Rosenhauer el 3.° artejo presenta también respecto del 2.° esas mismas relaciones. ; Indica el Sr. Seidlitz entre los caracteres que separan el C. sericatus Chaud. del C. sericeus Panz., el que en las 9 de aquel los cuatro primeros artejos de los tarsos anteriores son apenas mas anchos que el artejo terminal. Yo encuentro que los tres primeros son cuando menos, en su mayor anchura, evidentemente mas anchos que el ultimo, sin embargo de ser {a dilatacién relativamente menor que en las Q del C. seviceus Panz. Hallandose esta especie, no solo en la Europa meridional, sino también en una buena parte de la Europa media, es mas que probable que muchos de los autores de faunas locales de esta ultima regién tuvieran a la vista ejemplares de ella y a la vez del C. sericeus Panz. En Rennes, por ejemplo, se en- cuentran las dos especies, segtin individuos que me ha remi- tido el Sr. Oberthiir. Esto no obstante, he creido deber citar tan solo aquellos autores de cuyas noticias puede deducirse claramente que se han ocupado del C. sericatus Chaud. 3. Ptomaphagus Rosenhaueri sp. nov. Catops tenuicornis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. x11, p. 63. Oblongus, rufo-ferrugineus, capite tantum postice obscuriore; antennis gracilibus, concoloribus, articulo nono septimo paulu- lum breviore, clava oblonga, angustata; prothorace transverso elytrisque via confertim transversimque strigosis; his oblongis, lateribus usque ad medium subparallelis, deinde apicem versus curvatim atlenuatis, apice obtuse rotundatis. of Larsis anticis modice dilatatis, patella oblongo-elongata. tibia apice et clava antennarum paulo angustiort formantibus. Ab Pt. sericato Chaud. differt statura minore, coloratione, elytris ad basim apicem versus nec subrecte coarctatis, sed magis parallelis, apice nec oblique subtruncatis, sed subrotundatis, tar- sis anticis in maribus angustioribus. (31) Uhag6n.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 45 — Oblongo; algo brillante; de color rojizo 6 rojizo ferruginoso: la cabeza posteriormente mas oscura, las partes de la boca, las antenas en su totalidad y los pies mas claros, la extremi- dad de las tibias oscura; con pubescencia fina, sedosa, semi- dorada, dirigida hacia atras. Cabeza finamente estriada al través, vagamente punteada hacia adelante, la escultura oculta por la pubescencia. Ante- nas poco robustas, dirigidas hacia atras no alcanzando al borde posterior del protérax: 1.°° artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un tercio mas corto y apenas percepti- blemente mas delgado que el 1.°; 3.° ligeramente mas corto y mas delgado que el 2.°; 4.° cuadrado 6 casi cuadrado, un poco mas corto que el 3.°; 5.° igual 6 casi igual al 4.°en longitud y apenas mas transverso; 6.° un poco mas corto que el5.°, cuan- do menos de su anchura, cerca del doble tan ancho como lar- 0; 7.° el doble 6 cerca del doble mas largo que el 6.° y distin- tamente mas ancho en su extremidad; 8.° unas tres veces mas ancho que largo, un poco mas estrecho que el 7.°; 9.° muy li- geramente mas corto que el 7.° y cuando menos de su anchu- ra, cerca de tres veces mas largo que el 8.°; 10.° tan largo como el 7.° y tan ancho como el 9.°; 11.° como una mitad mas largo que el anterior, apenas de su anchura y terminado en punta roma. Maza poco y gradualmente marcada. Protorax bastante convexo; como una mitad mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados bastante estrecha- dos y redondeados hacia adelante, paralelos hacia atras; an- geulos anteriores declives, redondeados; base recta en la part+ media, anchamente sinuosa 4 cada lado hacia los angulos pos- teriores; estos agudos y dirigidos hacia atras. Superficie cu- bierta de arrugas transversas, finas, pero bastante visibles. Escudete triangular, con arrugas transversas. Elitros oblongo-ovales; moderadamente convexos; por enci- ma algo deprimidos; en la base tan anchos como el protérax: cerca de dos veces tan largos como anchos; lados paralelos 6 casi paralelos hasta cerca de la mitad de la longitud, estre- chados después en curva hacia la extremidad, obtusamente redondeados en esta; Angulo sutural obtuso y ligeramente saliente; estria sutural unica, bastante profunda y mas hacia atras. Superficie con finas arrugas, tan senaladas cuando me- nos como las del protérax, dirigidas oblicuamente hacia la 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) sutura, excepto las mas proximas @ los bordes laterales, que son mas paralelas 4 la base. , Pies moderadamente robustos; espina terminal de las tibias posteriores ligeramente mas corta que la mitad del primer ar- tejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado, de aspecto semi- rugoso por efecto de la pubescencia. c*. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados, los dos primeros un poco mas estrechos que la extre- midad de la tibia y que la maza de las antenas. Tibias inter- medias en su segunda mitad un poco encorvadas hacia adentro. Elitros mas redondeados en la extremidad. Q. Tarsos anteriores sencillos. Tibias intermedias apenas menos encorvadas. Elitros con la extremidad relativamente mas obtusa. Espana meridional (Reitter). He visto dos ejemplares, ~7 y Q, recibidos directamente de] Sr. Reitter; la 9 pertenece al Sr. Martinez y Saez, el o figura en mi coleccién. Se distingue bien del P?. clavalis Reitt. por su coloracién, su forma mas corta, sus antenas menos robustas con el 4.° ar- tejo no transverso y la maza mas estrecha; las tibias posterio- res en los (7 sencillas y los tarsos anteriores mucho menos en- sanchados en el mismo sexo. Del Pt. sericatus Chaud. la separan asimismo su tamafo e@weneralmente menor; su coloracién; sus élitros mas regular- mente oblongos, no estrechados desde la base, sino paralelos en su primera mitad, obtusamente redondeados en el apice; la maza de las antenas menos marcada; los tarsos anteriores en los (7 también mucho menos ensanchados, formando una paleta oblongo-alargada mas paralela que en la referida es-~ Decie: El Sr. Reitter refirid la que nos ocupa en sus «Necrophaga» al C. tenuicornis Rosenh., pero el Sr. Seidlitz considera con ra- zon el caso dudoso y hace observar que la descripcidn no le conviene, Basta, en efecto, comparar los términos’de ella con los ca- racteres indicados por aquel: (33) ' Uhagén.— ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV& » 47 C. tenuicornis Rosenh. C. tenuicornis Reitt. Schwarz..... Fihler..... die vier ers- Rostroth..... Fiihler einfarbig..... ten Glieder rothgelb, die tibrigen | Fliigeldecken an der Spitze ge- schwatz..... Fliigeldecken an der | meinschaftlich stumpf abgerundet. Spitze schriig abgestutzt. Se trata pues, 4 mijuicio, de una especie aun no descrita que dedico al autor de Die Thiere andalusiens. SuBGENERO Catops Payk. Faun. Suec. 1, 1798, p. 342. 1. Catops pallidus Men. Catops pallidus Men., Catal. rais. des obj. de Zool. Cau- case, 1832, p. 169.—Murray, Monogr. of the Gen. Cu- tops, p. 67.—Marseul, Abeille, xxi, p. 85. Ptomaphagus pallidus Reitt., Bestimm. Tab., der europ. Coleop. xu, p. 50. Catops Menetriesi Fald., Faun. Transc. 1, p. 224. Catops rufus Kraatz, Entom. Reise nach dem Sudl. Spa- nien, p..96. Choleva cuneiformis Fairm., Ann. Soc. entom. de Fran- ce, 1879, p. 166. Catops cuneiformis Marseul, Abeille, xxir, p. 70. Oblongo; poco convexo; por encima algo deprimido; algo brillante; de color rojizo 6 amarillo ferruginoso, apenas més oscuro en la cabeza, algo mas en las piezas meso y metaster- nales, ligeramente mas claro en las partes de la boca, las an- tenas y los pies; los ojos negros. Con pubescencia fina, sedosa. amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza bastante fuerte y densamente punteada. Antenas lar- gas, delgadas, alcanzando dirigidas hacia atras al sexto ante- rior de los élitros: 1.°° artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° una tercera parte mas largo y no mas estrecho que el 2.°; 4.° un poco mas corto que el 3.°; 5.° y 6.° iguales, ligeramente mas cortos que el 4.°; 7.° muy ligeramente mas largo que cual- 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (34) quiera de los dos anteriores, de igual robustez hasta la mitad de su longitud, pero ensanchado después hacia la extremidad en donde es un poco mas ancho que aquellos, resultando asi un poco piriforme; 8.° mas cilfndrico, como una mitad mas corto que el 7.°, algo mas estrecho en su extremidad, el doble mas largo que ancho; 9.° un poco mas corto y tan ancho cuan- do menos como el 7.°, de la forma de este; 10.° de la forma y de la anchura del 9.°, pero ligeramente mas corto; 11.° tan ancho 6 apenas tan ancho como el 10.°, como una mitad mas largo y terminado en punta. Maza muy poco marcada. Protorax poco convevo; proximamente una tercera parte mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados estre- chados y redondeados hacia adelante, casi paralelos hacia atras; angulos anteriores declives; base ligera y anchamente sinuada a cada lado junto 4 los angulos posteriores que son rectos. Puntuacién muy fina, muy densa, mucho mas que en la cabeza. Kscudete triangular, con puntuacién igual a la del pro- torax. Elitros oblongo-ovales; poco convexos; por encima algo de- primidos; en la base poco mas anchos que el protérax; como dos veces y media mas largos que anchos; lados gradualmente ensanchados en curva hasta el cuarto anterior en donde esta su mayor anchura, estrechados después gradualmente tam- bién hacia la extremidad y en su conjunto bastante aguzados en esta; angulo sutural un poco obtuso en el apice. Superfi- cie con puntuacion muy fina y densa, muy poco mas fuerte que la del protorax; con vestigios de estrias muy finas, super- ficiales, visibles tan solo a cierta luz; la sutural también fina, poco marcada al principio, mas profunda hacia atras. Pies largos y delgados. Tibias provistas en.su borde exterior de espinas bastante largas. Espina terminal de las posteriores cuando menos tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. cf. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensancha- dos asi como el primero de los intermedios. Cartagena (Dieck, ex Kraatz; Oberthiir!). Solo he visto un ejemplar 9 comunicado por el Sr. Oberthiir y cuyo protérax, algo deteriorado, no me ha permitido hacer (35) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «“CHOLEVE>». 49 una descripcién quizads tan exacta y completa como quisiera de este segmento. Los caracteres del <7 los he copiado del Sr. Kraatz. Kl Sr. Fairmaire resulta haber descrito esta especie, de Sici- lia, con el nombre de Choleva cuneiformis, no cuneipennis como dicen los Sres. Reitter y Seidlitz. 2. Gatops depressus Murray. Catops depressus Murray , Monogr. of the Gen. Catops, 1856, p. 57.—Marseul, Abeille, xxi, p. 83. Plomaphagus depressus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xu, p. 50. Oval eliptico; moderadamente convexo; por encima un poco deprimido; poco brillante; de color castafio rojizo 6 rojizo ferruginoso, la cabeza oscura y también con frecuencia el disco del protérax en mayor 6 menor extensidn, el escudete, las piezas meso y metatoracicas y el abdomen, excepto en su extremidad y 4 lo largo del borde posterior de sus segmentos que son mas claros, asi como las partes de la boca, la base de las antenas, la extremidad de su ultimo artejo y los pies; el 7.° artejo de las antenas 4 veces oscuro en el apice. Con pu- bescencia muy fina, sedosa, dirigida hacia atras, amarillenta en la cabeza y el protérax, gris cenicienta en los élitros. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas bastante del- gadas, pero moderadamente largas, alcanzando dirigidas ha- cia atras al borde posterior del protérax: 1.°" artejo, como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y ape: nas mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas largo y mas del- gado queel 2.°; 4.° ligeramente mas corto que el 3.° y de igual robustez; 5.° apenas visiblemente mas corto que el 4.°; 6.°, en la misma relacién respecto al 5.°; 7.° apenas mas largo, pero un poco mas grueso que el 6.°; 8.° cerca del doble mas ancho que largo, mas de la mitad mas corto que el 7.° y apenas mas estrecho; 9.° menos de una mitad mas corto que el 7.° y de su anchura, cerca del doble mas largo que el 8.°; 10.° muy lige- ramente mas corto que el 9.° y tan ancho como este; 11.° como una mitad mas largo que el 10.°, apenas mas estrecho y ter- minado en punta. Maza poco marcada. Protérax moderadamente convexo; un poco mas del doble ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados bas- tante estrechados pero poco redondeados hacia el borde ante- rior que es mas de la mitad mas estrecho que aquella, hacia atras la linea de los lados es todavia mas tendida y aun ofre- ce, en ciertos ejemplares, en su ultima parte, ligerisima ten- dencia 4 la inflexién; 4ngulos anteriores declives; base muy ligera y anchamente sinuosa a cada lado hacia los angulos posteriores; estos casi agudos, apenas perceptiblemente diri- gidos hacia atras. Puntuacién muy fina y densa, bastante mas que en la cabeza. Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del pro- torax. Elitros ovales; poco convexos, pero con la regién humeral algo levantada en bastante extensién; en la base apenas mas anchos, un poco menos de dos veces tan largos como anchos; lados ensanchados en linea muy poco curva tan solo hasta la séptima parte prédximamente de su Jongitud y desde alli gra- dualmente estrechados también en curva muy suave al prin- cipio, pero mas perceptible hacia la extremidad; en su con- junto resultan continuar la linea externa formada por los lados del protérax y son un poco triangulares, con los hume- ros un poco salientes y la extremidad obtusamente redondea- da. Angulo sutural obtuso en el apice. Superficie con puntua- cidn fina, menos densa que en el protdrax; con vestigios de estrias finas, superficiales, algo mas visibles que en la espe- cie anterior sobre todo hacia la extremidad; la sutural bas- tante profunda y mas hacia atras. Pies largos, pero bastante robustos; tibias provistas de espi- nas bastante largas en su borde exterior; las intermedias bas- tante fuertemente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores no mas larga que la mitad del primer ar- tejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co. Tibias anteriores un poco sinuadas interiormente en la base. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensan- chados, el primero un poco mas ancho que la extremidad de la tibia. Tarsos intermedios con el primer artejo también en- sanchado, ligeramente mas estrecho que la tibia en su extre- midad. Angulo sutural mas anchamente obtuso. ©. Tarsos sencillos. Angulo sutural mas agudo. (37) Uhag6n.—EsPECIES DEL GRUPO “CHOLEV». 51 Madrid! (Martinez!; Vazquez!). He encontrado esta especie, bastante rara, en la entrada de la Cueva de la Magdalena, junto al antiguo canal y también debajo de las piedras. El Sr. Martinez la ha hallado en la Fuen- te de la Mina (Casa de Campo), y el Sr. Vazquez en la misma posesion real, en el cadaver de un perro. Se distingue facilmente de la anterior por su forma mucho mas oval, su puntuacién mas fina, las antenas mas cortas con el artejo 8.° transverso, el protdrax mas ancho y los élitros mas anchos también y mas triangulares, menos oblongos. Hl Sr. Seidlitz (Deutsch. ent. Zeitsch. 1887, p. 94), la incluye asi como el C. pallidus Men., en el subgénero Sciodrepa Thoms., si bien con dudas respecto de la ultima que no ha llegado -& conocer. Yo entiendo que ambas especies pertenecen al subgénero Catops Payk., puesaparte de que no encuentro en el desarrollo de sus ojos diferencia notable con el C. nigricans Spence 6 el C. fuscus Panz., por ejemplo, aun examinando la cabeza por debajo y de lado, que es como mejor puede apre- ciarse la distancia que media entre el borde inferior de aque- llos érganos y la comisura de la boca, la forma alargada de los artejos 4.°, 5.° y 6.° de las antenas y su maza muy poco mar- cada permiten con mucha dificultad el colocarlas entre las especies de aquel grupo. 3. Catops marginicollis, Luc. Catops marginicollis, Luc., Expl. Algérie. Zoologie, tv, 1849, p. 224, pl. 21, f. 4.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 65.—Marseul, Abeille, xxi, p. 109. Catops meridionalis, Aubé, Ann. Soc. entom. de France, 1850, p. 326, pl. 11, f. 2.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 428.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p- 27.—Marseul, Abeille, xx1, p. 81. Catops andalusicus, Heyd., Entom. Reise nach dem Sudl. Spanien, p. 95.—Marseul, Abeille, xx, p. 82. Ptomaphagus marginicollis, Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. x1, p. 53. Oval oblongo; bastante convexo; por encima algo deprimi- do; poco brillante; de color castaho oscuro 6 parduzco, algo 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38): mas claro hacia los angulos anteriores y bordes laterales del protorax, en el antepecto, las epipleuras de los élitros, a lo largo de la sutura y en el abdomen; la cabeza negruzca; las partes de la boca, las antenas y los pies rojizos; la base de las. antenas y el ultimo artejo de estas mas claros, el 7.° artejo oscuro en el apice. Con pubescencia fina, sedosa, rojizo-ama- rillenta, dirigida hacia atras. Cabeza bastante fina y densamente punteada. Antenas bas- tante largas y delgadas, alcanzando, dirigidas hacia atras, at sexto anterior de los élitros: 1.°° artejo cerca de cuatro veces mas largo que ancho; 2.° mas de una mitad mas corto y un poco mas delgado que el 1.°; 3.° cerca del doble mas largo y ligeramente mencs grueso que el 2.°; 4.° un poco mas corto que el 3.° y de igual robustez; 5.° un poco mas corto que el 4.°; . 6.° & su vez mas corto que el 5.°, pero casi imperceptiblemen- te; ambos, casi tan robustos como el 4.°; 7.° muy ligeramente corto y mas grueso que el 6.°; 8.° como una mitad mas corto y ligeramente mas delgado que el 7.°, tan largo como ancho; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales, un poco mas largos que el 8.0 y de la anchura del 7.°; 11.° una mitad mas largo que cualquie- ra de los dos anteriores, de su anchura y terminado en punta. Maza poco marcada. Protérax bastante convexo; cerca de dos veces tan ancho como largo; su mayor anchura hacia el final del segundo tercio 6 poco después; lados bastante estrechados y redon- deados desde alli hacia adelante, mucho menos hacia atras; angulos anteriores declives, redondeados; base ligeramente sinuosa sobre el escudete, mas fuerte y anchamente junto a los angulos posteriores que son un poco agudos y diri- gwidos hacia atras. Puntuacién fina, muy densa, de aspecto granugiento. Escudete triangular, con puntuacién igual a la del pro- térax. Elitros oval-oblongos, bastante convexos; por encima algo deprimidos; en la base mas estrechos que el protdérax en su anchura mayor; unas dos veces tan largos como anchos; en— sanchados en linea curva hasta el primer tercio y alli bastan- te mas anchos que aquel; estrechados después gradualmente y también en curva hacia la extremidad y redondeados en esta. Angulo sutural obtuso en el apice. Superficie con pun- (39) Uhag6n.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 53 tuaciédn bastante mas fuerte y mas espaciada que en el protd- rax, pareciendo reticulada por efecto de la pubescencia; con vestigios de estrias finas, superficiales, mas visibles en la base y sobre todo en el tercio posterior; la sutural poco marcada al principio, mas profunda hacia atras. Pies largos, pero bastante robustos; tibias intermedias bas- tante fuertemente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores 4 lo sumo tan larga como la mitad del pri- mer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co’. Tibias anteriores un poco sinuadas interiormente en la base; tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensancha- dos, el primero tan ancho como la extremidad de la tibia. Tarsos intermedios con el primer artejo también ensanchado, mas estrecho que la tibia en su extremidad. Q. Elitros relativamente algo mas anchos. Tarsos sencillos. Andalucia (Staudinger!); Sierra de la Nieve, Ronda (Heyden!); Granada (Sainz Gutiérrez!). Solo he visto el ejemplar 9, unico, de esta ultima proceden- cia, que forma parte de la coleccién del Sr. Pérez Arcas. Dicho ejemplar, atacado por los Anthrenus, ha perdido la mitad del protorax. Se distingue de las dos especies anteriores, entre otros ca- racteres de menos importancia, por su tamafio mayor, la for- ma del protérax cuya mayor anchura se encuentra antes de la base y las proporciones del artejo 8.° de las antenas. 4. Catops nigricans Spence. Choleva nigricans Spence, Trans. Linn. Soc., x1, 1815, p. 14].—Redtenb., Fauna aust., Ed. 1, p. 144.—Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 303.—Redtenb., Fauna aust., Ed. 2, p. 281. Catops nigricans Erichs., Kifer d. Mark. Brand., 1, pagi- na 237.—Sturm, Deutsch. Ins., x1v, p. 18, tab. 278, f. c. C.—Heer, Fauna Helv., 1, p. 380.—Kraatz, Stettin. ent., Zeit., 1855, p. 429.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 29.—Thomson, Skand. Coleop., 1v, p. 63.— Seidlitz, Fauna balt., Ed. 1, m lief., p. 221.—Mar- seul, Abeille, xx, p. 88.—Seidlitz, Fauna balt., Ed. 2, 1 lief., p. 319.—Id. Fauna Transsylv, 1, p. 336. 54 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40). Ptomaphagus nigricans Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., xu, p. 53.—Id. Ins. Deutsch., 111, 2 abth. pa- gina 245. Var. minor. Catops fuliginosus Erichs., Kifer d. Mark. Brand., 1, p. 239.—Sturm, Deutsch. Ins., xiv, p. 28.— Redtenb., Fauna Aust., Ed. 1, p. 771. Catops caliginosus (Mus. Berol.) Var. major. Catops longipennis Chaud., Bull. Mosc., 1845, WT: 9p. e060. Oblongo oval; bastante convexo; por encima ligeramente deprimido; poco brillante; de color pardo negruzco algo va- riable en intensidad; la cabeza generalmente oscura, negruz- ca;.el protérax 4 veces algo mas claro hacia los angulos an- teriores y los bordes laterales; los élitros en la regidn hume- ral, los bordes laterales y las epipleuras con frecuencia mas claras también, asi como el antepecto y el borde posterior de los anillos del abdomen; las partes de la boca y las ante- nas rojizas, con los artejos 7.°, 9.°, 10.° y 11.°, oscuros y fre- cuentemente también, en los ejemplares bien desarrollados,. los dos 6 tres artejos antes de la maza y el 8.° un poco mas oscuros que los de la base: piés rojizos con los muslos inter- medios y posteriores con frecuencia algo mas oscuros. Pubes— cencia fina, sedosa, dirigida hacia atras, gris amarillenta en la cabeza y el protérax, negruzca en los élitros; estos a me- nudo vestidos de una especie de polvillo 6 eflorescencia ceni- cienta con visos azulados. Cabeza bastante fina y‘densamente punteada. Antenas bas- tante delgadas pero moderadamente largas, llegando 6 pa- sando muy poco, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1.°° artejo cerca de cuatro veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas largo y ligeramente mas delgado que el 2.°; 4.° poco mas corto que el 3.° y de igual robustez; 5.° y 6.° iguales 6 casi iguales, imperceptiblemente mas cortos que el 4.°, progresiva y ligerisimamente mas anchos en su ex- tremidad; 7.° ligeramente mas largo que el 6.°, pero evi- dentemente mas grueso; 8.° & lo sumo tan largo como la mitad del 7.° y ligeramente mas estrecho, muy poco mas an- cho que largo; 9.° menos del doble mas largo que el 8.° y (41) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «“CHOLEV®». 55 muy ligeramente mas ancho que el 7.° en su extremidad; 10.° igual 6 casi igual al 9.°; 11.° como una mitad mas largo que el 10.°, cuando menos de su anchura y terminado en punta. Maza poco marcada. Protérax bastante convexo; cerca de dos veces tan ancho como largo; su mayor anchura en el medio 6 muy poco des- pués; lados bastante estrechados y redondeados hacia ade- lante, menos hacia atras; cerca de una mitad mas estrecho en el borde anterior que en la base; angulos anteriores decli- ves, redondeados; base con una ligerisima sinuosidad 4 cada lado de la parte media y otra mas ancha y mas pronunciada junto 4 los angulos posteriores; estos un poco agudos y diri- gidos hacia atras. Puntuacidn un poco menos fuerte y tan densa 6 mas que en la cabeza, de aspecto casi reticulado 6 ligeramente granugiento. Escudete triangular, con puntuacién analoga 4 la del pro- torax. Elitros oblongos; bastante convexos; por encima muy lige- ramente deprimidos; en la base ligeramente mas anchos que la base del protérax; como dos veces mas largos que anchos; | ensanchados en linea curva hasta el cuarto prédximamente de la longitud y alli un poco mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y gradualmente hacia la extremidad y en su conjunto algo aguzados y obtusamente redondeados en esta. Angulo sutural obtuso, casi redondeado. Superficie con puntuacién bastante mas fuerte y mas espaciada que en el protérax, aunque de aspecto andlogo por efecto de la pubescencia; con vestigios de estrias finas, superficiales, bastante visibles en la declivi- dad posterior; estria sutural fina, muy poco senalada al prin- cipio, mas profunda hacia atras. Pies largos, pero bastante robustos; tibias intermedias bas- tante encorvadas hacia adentro; espina terminal de las pos- teriores tan larga 6 algo mas que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo fina y densamente punteado y pubes- cente. co. Protérax un poco mas redondeado en los lados. Elitros relativamente algo mas estrechos. Tibias anteriores fuerte- mente comprimidas y como escotadas interiormente en la 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) base. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensan- chados, el primero tan ancho 6 un poco mas que la extremi- dad de la tibia; tarsos intermedios con el primer artejo tam- bién ensanchado, ligeramente mas estrecho que la tibia en su extremidad. Q. Protérax con los lados relativamente menos redondeados. Elitros ligeramente mas anchos, mas paralelos en su tercio medio. Tibias anteriores normales. Tarsos sencillos. Fscorial! (Pérez Arcas!, Heyden!); Madrid (Martinez!); Venta de Cardenas (Heyden!); Andalucia (Staudinger!); Huejar (Ober- thiir!); Barcelona, Montserrat; Banyuls, Vernet les Bains, fron- tera francesa (Oberthiir!) Debajo de las piedras y en los detritus, pero no con mucha frecuencia. Especie variable no solo en el tamafio, sino en la forma y en la mayor 6 menor proyeccién de los angulos posteriores del protérax, segin son mas 6 menos marcadas las sinuosida- des de la base. A la variedad C. /uliginosus Er., que también se encuentra en nuestra Peninsula con tanta 6 mas frecuencia que el tipo, corresponden los ejemplares mas pequefios con los 4ngulos posteriores menos salientes hacia atras. En estos la escotadu- ra de las tibias anteriores de los o’, aunque siempre visible, resulta menos marcada. Entre otros caracteres se distingue del C. marginicollis Luc., por su tamano generalmente menor; los élitros relativamente mas largos, mas oblongos; sus antenas mas cortas, las pro- porciones de algunos de sus artejos, principalmente del 8.°, que es evidentemente transverso, teniendo ademas estos 6ér- ganos la maza oscura y por los caracteres de los ¢. 5. Catops fuscus Panz. FHelops fuscus Panz., Faun. Germ. 1793, p. 18. Luperus fuscus Fréhl., Naturf. p. 28, 24, 2, t. 1, f. 16. Catops sericeus Payk., Fauna Suec. 1, p. 342. Catops rufescens ¥., Syst. El., u, p. 563. Choleva sericea Spence, Trans. Linn. Soc. x1, 1815, pa- gina 145. Catops festinans Gyll., Ins. Suec. Iv, p. 314. (43) Uhag6n.—kESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVZ». 57 Choleva fusca Redtenb., Fauna aust. Hd. 1.*, p. 144.— Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc. 1, p. 101.—Red- tenb., Fauna aust. Ed. 2.*, p. 281. Catops fuscus Er., Kifer d. Mark., Brand. 1, p. 235.— Sturm, Deutsch. Ins. x1v, p. 13, tab. 274, f. a. A.— Heer, Fauna Helv. 1, p. 379.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit. 1852, p. 407.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 26.—Thomson, Skand. Coleop. tv, p. 63.—Idem, id., Ix, pagina 347.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.’, 11 lief., pagina 221.—Marseul, Abeille, xxu, p. 84.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, 1 lief., p. 319.—Idem, Fauna transsylv. 11 lief., p. 336. Ptomaphagus fuscus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xu, p. 53.—Idem, Ins. Deuts. m1, 2 abth. pa- gina 246. Oval oblongo; moderadamente convexo; por encima algo de- primido; poco brillante; de color castafio muy variable en intensidad, desde el tostado casi negruzco hasta el amari- llento ferruginoso, segtin el desarrollo de los ejemplares; ge- neralmente la cabeza oscura, asi como el disco del protorax en mayor 6 menor extensién, el escudete, las piezas meso y metasternales y el abdomen, excepto 4 veces el borde poste - rior de los anillos y el ultimo de estos en su extremidad; también suele ser anchamente oscura la regidn escutelar y sutural de los élitros; las partes de la boca, las antenas y los pies mas claros; el 7.° artejo de las antenas casi siempre !e-- gruzco en el apice y algunas veces también los artejos 8.°, 9.°, 10.° y 11.° de color algo m4s oscuro que el resto. Con pu- bescencia fina, sedosa, gris amarillenta, dirigida hacia atras; los élitros 4 menudo vestidos de una especie de eflorescen- cia 6 polvillo ceniciento con visos azulados. Cabeza bastante fina y densamente punteada. Antenas bas- tante deigadas, moderadamente largas, pasando apenas 6 muy poco, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protorax: 1.e* artejo como cuatro veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas largo que el 2.° y de su robustez; 4.° ligeramente mas corto que el 3.°; 5.° mas ligeramente atin mas corto que el 4.°; 6° en igual relacién con el 5.°; 7.° un poco mas largo que el 6.° 5 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) proximamente de la longitud del 5.°, pero evidentemente mas grueso hacia la extremidad que cualquiera de los dos; 8.° como una mitad mas corto que el 7.°, un poco mas estrecho y muy ligeramente transverso; 9.° imperceptiblemente mas corto que el 7.° y cuando menos de su anchura en el apice; 10.° muy poco mas corto que el 9.° y tan grueso como este; 11.° cerca del doble mas largo y por lo menos tan grueso como el 10.°, terminando en punta. Maza poco marcada. Protérax poco convexo; algo brillante; por lo menos dos ve- ces tan ancho como largo; su mayor anchura al comienzo del ultimo tercio; lados bastante estrechados y redondeados hacia adelante, menos hacia atras; una mitad mas estrecho en el borde anterior que en la base; angulos anteriores declives, redondeados; base ancha, pero muy débilmente sinuosa 4 cada lado, hacia los 4angulos posteriores; estos casi rectos, apenas 6 ligerisimamente dirigidos hacia atras. Pun- tuacién muy fina y densa, notablemente mas fina que en la cabeza. | Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del pro- torax. Elitros oval-oblongos; casi mates; poco convexos; por enci- ma algo deprimidos; en la base muy ligeramente mas anchos que la base del protérax; apenas el doble mas largos que an- chos; ensanchados en linea curva hasta el cuarto 6 poco mas de la longitud y alli un poco mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y gradualmente hacia la extremidad y en su conjunto algo aguzados y obtusamente redondeados en esta. Angulo sutu- ral obtuso, casi redondeado. Superficie con puntuacidén algo mas fuerte y mas espaciada que la del protdrax, de aspecto ligeramente granugiento; con vestigios de estrias finas, su- perficiales, mas visibles en la declividad posterior; la suturak fina, muy poco sefalada al principio, mas profunda hacia atras. Pies largos, pero bastante robustos; tibias intermedias bas- tante encorvadas hacia adentro; espina terminal de las pos- teriores tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo fina y densamente punteado y pubes- cente. (45) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV™». 59 ¥. Elitros relativamente un poco mas estrechos, mas oblon- gos. Tibias anteriores un poco comprimidas y sinuadas inte- riormente en la base. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensanchados, el primero un poco mas estrecho que la extremidad de la tibia. Tarsos intermedios con el primer arte- jo, también ensanchado, cerca de la mitad mas estrecho que la tibia en su extremidad. ©. Elitros relativamente un poco mas anchos, mas ovales. Tibjas anteriores normales; tarsos sencillos. Madrid, Soria (Pérez Arcas!); Pinto (Sanz de Diego!); Val- sain (Martinez!); Cuenca (Castro!); Barcelona (Martorell!, Ober- thiir!); Granada (Heyden!). Se encuentra en los detritus y debajo de las piedras y es bastante frecuente. El Sr. Pérez Arcas la ha hallado en la Cueva del Asno, provincia de Soria. Especie proxima & la anterior pero que se distingue, a parte de la coloracién y de ser siempre 6 casi siempre mas clara la maza de las antenas, por su forma mas corta, mas oval; el pro- ~ torax menos redondeado en los lados, algo mas estrechado hacia adelante y menos hacia la base, con su mayor anchura mucho mas cerca de esta y los 4ngulos posteriores mas obtusos y apenas dirigidos hacia atras; por los élitros mas cortos y rela- tivamente mas anchos y por no tener los & las tibias anterio- res escotadas interiormente. 6. Catops coracinus Kellner. Catops coracinus Kelln., Stettin. ent. Zeit. 1846. vir, pagi- na 177.—Kraatz, Stettin ent. Zeit. 1852, p. 431.—Mu- rray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 32.—Marseul, Abeille, xxi, p. 89.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.* 1 lief, p. 319.—Idem, Fauna transsylv. 1 lief, p. 336. Choleva coracina Redtenb., Fauna aust. Ed. 1.*, p. 771.— Idem, id. Ed. 2.*, p. 283. Catops tibialis? Dej., Catal. Ed. 3.*, p. 133 (ex Murray). Catops femoralis Thomson, Skand. Coleop. iv, p. 64.— Idem, id., 1x, p. 347.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.*, mi lief, p. 221.—Marseul, Abeille, xxu, p. 87. Ptomaphagus coracinus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Caleop. xu, p. 54.—Idem, Ins. Deutsch. 11. 2 abth., p. 248. 60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) Oblongo; moderadamente convexo; por encima algodeprimi- do; poco brillante; de color negro parduzco, a veces ligera- mente mas claro hacia los bordes laterales del protérax y de los élitros; las partes de la boca, las antenas y los pies rojizos; los artejos de la maza de aquellas oscuros en grado variable y & veces también el 6.°, asi como los muslos intermedios y posteriores. Con pubescencia fina, sedosa, amarillenta en la cabeza y el protérax, negruzca en los élitros; estos 4 menudo vestidos de una especie de eflorescencia cenicienta con refie- jos azulados. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas moderadamen- te largas y delgadas, pasando apenas 6 muy poco, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1.¢T artejo, unas tres veces mas largo que ancho; 2.° como una tercera parte mas corto y un poco mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas largo que el 2.° y de igual robustez; 4.° un poco mas corto que el 3.°, de la longitud del 2.°; 5.° 4 su vez un poco mas cor- to que el 4.°; 6.° notablemente mas corto que el 5.°, casi cua- drado 6 ligerisimamente transverso, segun los sexos; 7.° muy poco mas largo que el 6.°, pero notablemente mas grueso y evidentemente transverso; 8.° el doble mas-ancho que largo, mas corto que la mitad del 7.° y bastante mas estrecho; 9.° y 10.° casi iguales, 6 este imperceptiblemente mas estrecho que aquel, préximamente de las proporciones del 7.°; 11.° cerca del doble mas largo que el anterior, de su anchura y termi- nado en punta. Maza poco marcada. Protérax moderadamente convexo; apenas el doble mas an- cho que largo; su mayor anchura hacia el medio; lados bas- tante estrechados y redondeados hacia adelante, mas rectos y menos estrechados hacia atras; como una tercera parte mas estrecho en el borde anterior que en la base; Angulos ante- riores declives, redondeados; base recta, 6 casi recta, salvo un ligero seno poco perceptible 4 cada lado de la parte media; angulos posteriores un poco obtusos. Puntuacién un poco mas fina y mas densa que en la cabeza, muy menudamente gra- nugienta en su aspecto. Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del protdérax. Klitros oblongo-ovales; moderadamente convexos; por enci- ma ligeramente deprimidos; en la base apenas mas anchos que la base del protérax; unas dos veces tan largos como an- (47) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®». 61 chos; ensanchados en linea curva hasta el tercio préxima- mente de la longitud y alli un poco mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y eradualmente hacia la extremidad y en su conjunto bastante aguzados aunque obtusamente redondeados en esta. Angulo sutural agudo en el apice. Superficie con puntuacién un poco mas fuerte y mas espaciada que en el protérax, casi sin vestigios de estrias; la sutural fina, muy poco visible al prin- cipio, mas profunda hacia atras. Pies moderadamente largos: bastante delgados; tibias inter- medias bastante encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores algo mas larga que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo algo brillante, aunque fina y densamente punteado y pubescente. co’. Muslos anteriores con un pequeno tubérculo en la segun- da mitad de su cara interna; los intermedios con un ligero le- vantamiento cénico, también en su cara interna, un poco an- tes del medio. Tibias anteriores apenas sinuadas interiormente _ enla base. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos en- sanchados, el primero apenas menos ancho que la extremidad de la tibia. Tarsos intermedios con el primer artejo también ensanchado, ligeramente mas estrecho que la tibia en su ex= tremidad. ©. Muslos anteriores 6 intermedios normales. Tarsos sen- cillos. Madrid! (Cazurro!; Vézquez!), Granada (Dieck, ex Kraatz.) He encontrado esta especie debajo de las piedras. No parece frecuente. Se distingue del C. nigricans Spence, con los ejemplares pequefios del cual tiene gran analogia, por su forma mas oblonga, el protérax mucho menos redondeado en la segunda mitad de sus lados y menos estrechado hacia la base, con los 4ngulos posteriores mas obtusos y no dirigidos hacia atras. Ademas el artejo 6.° de las antenas, casi cuadrado 6 ligera- mente transverso en el C. coracinus Kelln., es evidentemente mas largo que ancho en aquella especie. Del C. fuscus Panz., le separan en seguida su tamanio nota- blemente menor, su coloracién, su forma mas alargada, el protérax menos transverso, menos redondeado en los lados, 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) los élitros mas oblongos y las proporciones del 6.° artejo de las antenas, caracter por el cual el C. fuscus Panz.,se asemeja al C. nigricans Spence. Por fin, en el C. coracinus Kelln., los 7 presentan caracte- res que no se observan en los de aquellas especies. 7. Catops grandicollis Erichs. Catops grandicollis Erichs., Kifer d. Mark Brand., 1837, I, p. 237.—Heer, Fauna Helv., 1, p. 380.—Kraatz, Ste- ttin. ent. Zeit., 1852, p. 432.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 40.—Seidlitz, Fauna balt., Ed. 1.*, 11, lief., p. 221.—Marseul, Abeille, xx11, p. 92.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, in lief., p. 319.—Id. Fauna trans- sylv. 1 lef., p. 336. Choleva grandicollis Redtenb., Fauna aust., Ed. 1, p. 144. Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 300.—Red- tenb., Fauna aust. Ed. 2.’, p. 280. Ptomaphagus grandicollis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., xu, p. 55.—Id. Ins. Deuts., 11, 2 abth., p. 249: Oval-oblongo; moderadamente convexo; por encima algo deprimido; poco brillante; de color negro-parduzco, las partes de la boca y las avtenas rojizas, los dos primeros artejos ge- neralmente mas claros y lamaza mas 6 menos oscurg; los pies rojizos 6 rojizo-oscuros, los muslos intermedios y posterio- res mas 6 menos negruzcos, los tarsos mas claros. Con pubes- cencia sedosa, dirigida hacia atras, amarillenta, semidorada y mas densa en la cabeza y el protérax, pardo-negruzca y mas fina en los élitros; estos 4 menudo vestidus de una eflo- rescencia ceniciento-azulada como en las especies precedentes. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas bastante ro- bustas, relativamente cortas, llegando apenas, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protérax: 1.°" artejo, cerca de tres veces mas largo que ancho; 2.° como una tercera parte mas corto y un poco mas delgado que el 1.°; 3.° lo menos un tercio mas largo que el 2.° y de igual robustez; 4.° préximamente de la longitud del 2.°; 5.° igual 6 casi igual al 4.°; 6.° muy poco mas corto que el 5.° y apenas mas grueso en su extremidad, tan largo como ancho 6 muy ligeramente transverso, segun (49) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 63 los sexos; 7.° un poco mas largo que el 6.°, cuando menos tan largo como el 5.°, pero notablemente mas ancho en su extre - midad; 8.° como tres veces mas corto que el 7.°y un poco mas estrecho que este; 9.° el doble mas largo que el 8.° y tan an- cho como el 7.°; 10.° apenas perceptiblemente mas corto que el 9.° y de su anchura; 11.° como una mitad mas largo y muy ligeramente mas estrecho que el 10.°, terminando en punta. Maza poco marcada. Protérax moderadamente convexo; el doble mas ancho que largo, su mayor anchura un poco después del medio; lados notablemente estrechados y redondeados hacia adelante, me- nos estrechados pero casi igualmente redondeados hacia atras; cerca de una mitad mas estrecho en el borde anterior que en la base; Aangulos anteriores declives, redondeados; base recta 6 casi recta, salvo un seno apenas perceptible a cada lado de la parte media; 4angulos posteriores, en realidad obtusos, aun- que mirados por encima parezcan rectos en el apice. Puntua- cion mas fina y mas densa que en la cabeza, de aspecto muy menudamente granugiento. Escudete triangular, con puntuacion igual 4 la del protérax. Elitros oval-oblongos; moderadamente convexos; por encima ligeramente deprimidos; en la base apenas mas anchos que la base del protérax; vez y media proximamente tan largos como anchos; ensanchados en linea curva hasta el cuarto proxima- mente de la longitud y alli apenas mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y gradualmente hacia la extremidad y en su conjunto algo agu- zados y obtusamente redondeados en esta. Angulo sutural re- dondeado. Superficie con puntuacioén bastante mas fuerte y mas espaciada que en el protérax; con ligerisimos vestigios de estrias; la sutural casi imperceptible al principio, mas pro- funda hacia atras. Pies moderadamente largos, bastante robustos; tibias inter- medias un poco encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores un poco mas larga que la mitad del primer ar- tejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente, bri- llante en los espacios lampinos. o’. Protérax relativamente mas redondeado y mas estrechado en su segunda mitad. Elitros mas oblongos, mas prontamente 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50): estrechados hacia atras, en su mayor anchura apenas mas anchos que el protdrax. Muslos anteriores con un pequeno tu- bérculo en su cara interna, un poco después del medio. Tibias anteriores un poco sinuadas interiormente en la base, algo ensanchadas hacia la extremidad. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensanchados, el primero casi tan ancho como la extremidad de la tibia; tarsos intermedios con el pri- mer artejo también ensanchado, un poco mas estrecho que la tibia en su extremidad. ©. Protérax relativamente menos redondeado y menos estre- chado hacia atras. Elitros mas anchos, mas ovales, mas redon- deados en los lados y mas paralelos en el tercio medio; en su mayor anchura distintamente mas anchos que el protdérax. Muslos y tibias anteriores normales; tarsos sencillos. Madrid! (Cazurro!); San Ildefonso (Vazquez!). La especie no parece ser frecuente. Se diferencia del C. coracinus Kelln., por su forma mas an- cha, mas oval; el protérax relativamente mucho mayor y mas transverso, mucho mas redondeado en los lados; los élitros mas cortos, menos oblongos y por el ultimo artejo de las an- tenas ligeramente mas estrecho que el anteultimo. Los o& se reconocen prontamente por la forma del protérax y su anchura con relacién 4 la de los élitros; pero las Q ofre- cen, seguin se ha visto, proporciones distintas y es necesario algtin cuidado para referirlas 4 la especie que nos ocupa, pa- reciéndose bastante a los ejemplares pequenos y fuertemente coloreados del mismo sexo del C. fuscus Panz. El estudio de las antenas y de los angulos posteriores del protérax sirve, no obstante, para distinguirlas con facilidad relativa. 8. Catops quadraticollis Aubé. Catops quadraticollis Aubé, Ann. Soc. ent. de France, 1850, p. 326, t. x1, fig. 3.—Murray, Monogr. ofthe Gen. Catops, p. 46.—Marseul, Abeille, xxm, p. 91. Choleva quadraticollis Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 302. Ptomaphagus quadraticollis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop:,2a1, p: 00: Catops Bugnioni? Tourn., Bull. Soc. ent. Suisse, 11, 1869- US72.p) 436: (51) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 65 Oblongo-oval; moderadamente convexo; por encima ligera- mente deprimido; poco brillante; de color negro 6 negro par- duzco, las partes de la boca, las antenas y los pies rojizos, la maza de las antenas y los muslos oscuros; con pubescencia fina, sedosa, dirigida hacia atras, gris amarillenta en la ca- beza y el protérax, mas oscura en los élitros, estos 4 menudo vestidos de la eflorescencia cenicienta azulada de que se ha hecho mencién en las especies anteriores. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas moderada- mente largas, pasando muy poco, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1.e° artejo como tres veces tan largo como ancho; 2.” un tercio mas corto y apenas mas del- gado que el 1.°; 3.° un poco mas largo que el 2.’ y de igual robustez; 4.° un poco mas corto que el 3.° y apenas percepti- blemente mas largo que el 2.°; 5.° y 6.° casi iguales, un poco mas cortos que el 4.°, mas largos que anchos, este apenas mas robusto que aquel; 7.° muy ligeramente mas largo que el 6.°, pero notablemente mas grueso hacia su extremidad; 8.° tan largo como la mitad del 7.° y ligeramente mas estrecho que este, mas ancho que largo; 9.° casi igual 6 muy ligeramente mas corto que el 7.°; 10.° apenas menos largo que el 9.° y de su anchura; 11.° como una mitad mas largo que el 10.°, de igual robustez y terminado en punta. Maza poco marcada. Protérax ligeramente brillante, poco convexo; por encima algo plano; un poco mas ancho que largo; lados estrechados hacia adelante y de forma variable seguin los sexos; cerca de una tercera parte mas estrecho en el borde anterior que en la base; 4ngulos anteriores declives, redondeados; base recta 6 casi recta; angulos posteriores rectos. Puntuaci6n tan fina y densa 6 mas que en la cabeza, de aspecto menudamente reti- culado 6 granugiento. Escudete triangular, con puntuacion andloga & la del pro- torax. Elitros oblongo-ovales: moderadamente convexos; por enci- ma ligeramente deprimidos; en la base un poco mas anchos que la base del protérax; cerca de dos veces tan largos como anchos; ensanchados en curva muy gradual hasta el tercio proéximamente de su longitud y alli evidentemente mas an- chos que la mayor anchura de aquel; estrechados después en la misma forma hacia la extremidad y en su conjunto obtusa- ANALES DE HIST. NaT. — XIX. 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) mente redondeados en esta; 4ngulo sutural obtusamente re- dondeado. Superficie con puntuacién algo mas fuerte y menos densa que en el protérax; con ligerisimos vestigios de estrias; la sutural fina, apenas visible en el primer tercio, mas pro- funda hacia atras. Pies bastante largos, moderadamente robustos; tibias inter- medias un poco encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores un poco mas larga que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. oS. Protérax con los lados redondeados sobre todo hacia ade- lante, subsinuosos junto 4 los angulos posteriores; su mayor anchura hacia el medio. Muslos anteriores con un pequefo tubérculo en su cara interna. Tibias anteriores interiormente subdentadas en la base, notablemente sinuosas 6 mas bien escotadas después. Tarsos del mismo par con los tres prime- ros artejos ensanchados, el primero ligeramente mas ancho que la extremidad de la tibia; tarsos intermedios con el pri- mer artejo también ensanchado, algo mas estrecho que la ti- bia en su extremidad. ©. Protérax con los lados redondeados hacia adelante en el quinto anterior, pero después paralelos 6 casi paralelos hacia atras y muy ligeramente oblicuos hacia adentro al llegar a los angulos posteriores, sin sinuosidad perceptible junto a estos. Muslos y tibias anteriores normales. Tarsos sencillos. No he visto ejemplar alguno espanol, pero el Sr. Reitter cita la especie como encontrandose en el norte de nuestra Pe- ninsula. La descripcién que precede esta hecha sobre una 9 de Fran- cia enviada por dicho autor y sobre un 5, de Francia también, bondadosamente comunicado por el Sr. Fauvel. El Sr. Reitter considera probable que el Catops Bugnioni Tourn., deba referirse 4 esta especie. Se distingue del C. grandicollis Erichs., por su forma mas oblonga; las antenas mas largas, siendo mas largos también relativamente los artejos 6.° y 8.° y mas ancho el artejo ter- minal; por su protdrax mucho menos transverso, con los la- dos menos redondeados y los angulos posteriores mas rectos y mas pronunciados; los élitros son también mas largos en proporcion. 63) Uhago.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVH». 67 9. Catops tristis Panz. Helops tristis Panz., Fauna Germ. 1793, p. 8. Catops tristis var. Gyll., Ins. Suec., rv, p. 312. Choleva Leachi Spence, Trans. Linn. Soc., xir, 1815, p. 148. Catops trisiis Erichs., Kafer d. Mark Brand., p. 238.— Heer, Fauna Helv., 1, p. 380.—Kraatz, Stettin ent. Zeit., 1852, p. 433.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 36.—Thomson, Skand. Coleop., 1v, p. 60. Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1, im lief., p. 221.—Mar- seul, Abeille, xxm, p. 95.—Seidlitz, Fauna balt., Ed. 2, 11 lief., p. 320.—Idem, Fauna transsylv., 1 lief., Piool. Catops fuscus Dej., Catal., Ed. 3, p. 133. Catops abdominalis Rosenh., Beitr. Ins. Faun. Europ., Pepeeee Catops nigrita Sturm, Deutsch. Ins., xiv, p. 24, tab. 275, |X i Oe Choleva tristis Redtenb., Fauna Aust., Ed. 1, p. 144.— Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc.,1, p. 302.— Redtenb., Fauna Aust., Ed. 2, p. 281. Ptomaphagus. tristis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., x11, p. 57.—Id., Ins. Deutsch., 111, 2 abth. p. 253. Oblongo-oval; poco convexo; por encima algo deprimido; poco brillante; de color pardo negruzco; la cabeza y también el protérax generalmente mas oscuros; los élitros, sobre todo hacia la base, ligeramente mas claros; las partes de la boca, las antenas, los pies y a veces la base del abdomen rojizos 6 pardo rojizos; la maza de las antenas oscura excepto a veces la extremidad del ultimo artejo; los muslos, principalmente los intermedios y posteriores también oscuros, los tarsos cla- ros; con pubescencia fina, sedosa, dirigida hacia atras, ama- rillenta y mas densa en la cabeza y el protédrax, gris par- duzca en los élitros; estos generalmente vestidos de una 4 modo de eflorescencia cenicienta con visos azulados. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas moderada- mente largas, alcanzando 6 pasando apenas, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1.*" artejo unas tres veces tan largo como ancho; 2.° como un tercio mas corto y 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) un poco mas delgado que el 1.°; 3.° un poco mas largo que el 2.° y de igual robustez; 4.° como un tercio mas corto que el 3.°, casi tan largo como el 2.°; 5.° ligeramente mas corto que el 4.°, poco mas largo que ancho; 6.° un poco mas corto que el 5.° y muy ligeramente transverso; 7.° mas de una mitad mas largo y notablemente mas ancho en su extremidad que el 6.°; 8.° como tres veces mas corto que el 7.°, notablemente mas estrecho que este, mas del doble mas ancho que largo; 9.° transverso, muy poco mas corto que el 7.°, tan ancho & casi tan ancho como este; 10.° apenas mas corto y mas es- trecho que el 9.°; 11.° como una mitad mas largo y ligera- mente mas delgado que el anterior, terminado en punta. Maza bastante marcada. Protérax poco convexo; como una mitad mas ancho que lar- go; su mayor anchura hacia el medio 6 muy poco antes; lados bastante estrechados y redondeados hacia adelante, mas rectos y menos estrechados hacia atras y apenas visi- blemente sinuosos junto 4 los 4ngulos posteriores; como una, tercera parte mas estrecho en el borde anterior que en la base; angulos anteriores declives, redondeados; base recta 6 casi recta, salvo un seno casi imperceptible a cada lado de la parte media; angulos posteriores rectos y ligeramente salientes ha- cia afuera en el Apice mismo. Puntuacién tan fina y densa 6 mas que en la cabeza, muy menudamente granugienta en su aspecto. Escudete triangular, con puntuacién analoga a la del pro- torax. Elitros oval-oblongos; moderadamente convexos; por encima ligeramente deprimidos; en la base un poco mas anchos que la base del protérax; vez y media proéximamente tan largos: como anchos; ensanchados en linea curva hasta el cuarto 6 poco mas de la longitud y alli evidentemente mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y gradualmente hacia la extremidad y en su conjunto bastante aguzados, aunque obtusamente redondeados en esta; angulo sutural redondeado obtusamente. Superficie con pun- tuacién un poco mas fuerte y menos densa que en el protérax; con ligerisimos vestigios de estrias; la sutural fina, general- mente muy poco visible en el primer tercio, mas profunda hacia atras. 455) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV™». 69 Pies bastante largos; moderadamente robustos; tibias in- termedias un poco encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o7- Muslos anteriores con un pequeno tubérculo en su cara interna, uu poco después del medio. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensanchados, el primero un poco mas estrecho que la tibia en su extremidad; tarsos interme- dios, con el primer artejo también ensanchado, bastante mas estrecho que la extremidad de la tibia. Q. Muslos anteriores normales. Tarsos sencillos. Alsasua!, un solo ejemplar o’, encontrado entre las hojas faidas y en descomposicion. Proximo al C. quadraticollis Aubé, por tener los lados del protérax ligerisimamente sinuosos junto 4 los angulos poste- riores, pero distinto por ser este segmento mas transverso, con los lados mas en curva; por la forma transversa del 6.° artejo de las antenas y por la maza de estas mas marcada. Por su aspecto general y las proporciones del artejo 6.° de las ante- mas se parece bastante al C. coracinus Kelln., pero en este el protdrax es mas transversoaun, con los lados mas redondeados en su segunda mitad y en modo alguno sinuosos junto a los angulos posteriores, los cuales son obtusos. El C. grandicollis Krichs., tiene el protédrax mucho mas ancho y de forma muy distinta. SuscgiNERO Sciodrepa Thomson. ~ Skand. Coleop. tv, 1862, p. 66. 1. Sciodrepa Watsoni Spence. Choleva Watsoni Spence, Trans. Linn. Soc. x1, 1815, p. 156. Catops agilis Fab., Syst. El. 1, p. 565.—Panz., Fauna Germ., p. 95.—Duftsch., Fauna aust. m1, p.75.—Gyll., Ins. Suec. 1, p. 277.—Dej., Catal. Ed. 3, p. 133. Catops fumatus Erichs., Kifer d. Mark. Brand, 1. p. 240.— Sturm , Deutsch. Ins. xiv, p. 3l, tab. 276. 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56): f. c. C.—Heer, Fauna Helv.1, p. 382.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 436.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 54.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1*, mm lief, p- 220.—Marseul, Abeille, xxir, p. 98.—Seidlitz, Fauna balt., Ed. 2, 1 lief, p. 318.—Id. Fauna transsylv., 1 lief, p. 335. Choleva fumata Redtenb., Fauna aust. Ed. 1, p. 144.— Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc. 1, p. 303.—Red- tenb., Fauna aust. Ed. 2, p. 280. Sciodrepa fumata Thoms., Skand. Coleop. tv, p. 67. Catopsimorphus curticornis Fairm., Ann. Soc. ent. de France, 1877, Bull, p. txv.—Marseul, Abeille, xx, prll?: Ptomaphagus Watsoni Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xu, p. 51.—Id. Ins. Deuts. m1, 2 abth., p. 241. Oblongo-oval; bastante convexo; por encima muy ligera- mente deprimido; algo brillante; de color castano mas 6 me- nos oscuro; la cabeza negruzca asi como el protdrax, excepto a veces hacia los lados, el escudete y las piezas meso y me- tasternales; los élitros mas claros en la regidn humeral, mas oscuros en la regién sutural y posterior; el abdomen mas 6 menos oscuro con el borde posterior de los anillos con frecuen- cia mas claro; las partes de la boca, los tres 6 cuatro primeros artejos de las antenas, asi como el Ultimo, rojizos 6 rojizo-ama- rillentos, los demas artejos oscuros; los pies rojizos 6 castano- rojizos, los muslos oscuros principalmente los intermedios y posteriores, los-tarsos algo mas claros; con pubescencia fina, aunque algo densa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza fina y densamente punteada. Antenas bastante ro- bustas, cortas, legando apenas 6 no alcanzando, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protérax: 1.° artejo unas tres veces mas largo que ancho; 2.° como una tercera parte mas corto y apenas mas delgado que el 1.°; 3.° ligeramente mas corto que el 2.°; 4.° tan largo como la mitad del 3.° y casi el doble mas ancho que largo; 5.° proximamente de la longi- tud del 4.° pero todavia mas ancho y por lo tanto mas transver- so; 6.° ligeramente mas corto y mas ancho que el 5.°; 7.° cuan= do menos el doble mas largo y un poco mas ancho que el 6.°; 8.° de la longitud y de la anchura del 6.°; 9.° el doble 6 cerca (57) Uhag6n.—kEsSPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®>». i del doble mas largo que el 8.°, ligeramente mas ancho que este, aunque no tanto como el 7.°; 10.° proximamente tan largo como el 9.° y apenas mas Ba ak 11.° como una mitad mas largo y un poco mas delgado que el anterior, terminado en punta. Maza bien marcada. Protérax bastante convexo; muy cerca del doble mas anche que largo; su mayor anchura, mirado por encima, 4 cortisima distancia de la base; lados bastante redondeados y estrecha- dos hacia adelante; paralelos 6 imperceptiblemente entrantes en la base misma; como una tercera parte mas ancho en esta que en el borde anterior; angulos anteriores declives, redon— deados; base recta en la parte media, apenas y anchamente sinuosa 4 cada lado hacia los 4ngulos posteriores; estos rec- tos. Puntuacién tan densa pero bastante mas fina que en la cabeza, de aspecto reticulado mas bien que granugiento. — Escudete triangular, con puntuacién igual a la del pro- térax. Elitros oval-oblongos; moderadamente convexos; por enci- ma muy ligeramente deprimidos; en la base tan anchos como la base del protérax; poco mas,de vez y media tan largos como anchos; ensanchados en linea curva hasta el tercio 6 poco mas de la longitud y alli ligeramente mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después también en curva y eradualmente hacia la extremidad y en su conjunto obtusa- mente redondeados en esta; Angulo sutural obtuso. Superficie con puntuacion algo mas fuerte y menos densa que en el pro- térax, sin vestigios de estrias, excepto la sutural; esta muy poco senalada al principio, mas profunda hacia atras. Pies moderadamente largos, poco robustos; tibias interme- dias ligeramente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores por lo menos tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo fina y densamente punteado y pubes- cente. co. Forma ligeramente mas estrecha. Elitros generalmente algo mas paralelos en su mitad anterior. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos ensanchados, el primero muy poco mas estrecho que la extremidad de la tibia; tarsos interme- dios con el primer artejo también ensanchado, algo mas es- trecho que la tibia en su extremidad. 72 , ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) Q. Forma ligeramente mas ancha. Elitros un poco mas re- dondeados. Tarsos anteriores 6 intermedios sencillos. Alsasua!; San Ildefonso, Navacerrada, Madrid (Vazquez!); El Empalme (Cuni!). Bastante frecuente entre las hojas caidas y en descomposi- cidn y alguna vez debajo de las piedras. 2. Sciodrepa scitula Erichs. Catops scitulus Erichs. Kafer d. Mark Brand. 1837, 1, p- 241.—Sturm, Deutsch. Ins. xiv, p. 33, tab. 277, f. a. A.—Kraatz, Stettin ent. Zeit. 1852, p.437.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 57.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.*, mm lief., p. 220.—Marseul, Abeille, xxu, p- 99.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, m1 lief., p. 318.— Id. Fauna transsylv., 1 lief., p. 335. Choleva fumata? Spence, Trans. Linn. Soc. x1, 1815, p. 155. Catops luridus Dej., Cat. Ed. 2.*, p. 133. Catops ambiyuus Heer, Faune Helv. 1, p. 381. Choleva scitula Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 304.—Redtenb., Fauna aust. Ed. 2.°, p. 283. Sciodrepa umbrina Thoms., Skand. Coleop. iv, p. 65. Ptomaphagus fumatus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xu, p. 50.—Id. Ins. Deutsch. 11, 2 abth., p. 240. Oval-oblongo; moderadamente convexo; por encima ligera- mente deprimido; casi mate; de color castafio tostado, la cabe- za oscura, el protérax con frecuencia mas Claro hacia los bor- des laterales y también ligeramente la regién basilar de los élitros; las partes de la boca, las antenas y los pies rojizos 6 rojizo algo oscuros, la base de aquellas y la extremidad del ultimo artejo rojizo amarillentos; con pubescencia muy fina, sedosa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza muy fina y densamente punteada. Antenas modera- damente largas, alcanzando, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protorax: 1. artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° igual en longitud al 2.° 6 muy ligeramente mas largo que este; 4.° cerca de un tercio mas corto que el 3.°, distintamente mas largo que ancho; 5.° tan largo como el 4.° y muy ligera- (59) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV». 73 mente mas robusto; 6.° un poco mas corto que el 5.°, casi cuadrado 6 ligeramente transverso; 7.° casi dos veces tan largo como el 6.° y notablemente mas ancho hacia la extremi- dad; 8.° 4 lo sumo tan largo como la mitad del 7.° y un poco mas estrecho que este, el doble mas ancho que largo; 9.° igual 6 casi igual en longitud al 7.° y de su anchura; 10.° apenas mas corto y tan ancho como el 9.°; 11.° apenas una mitad mas largo y ligeramente mas estrecho que elanterior, terminando en punta. Maza poco marcada. Protérax bastante convexo; cerca del doble mas ancho que largo; su mayor anchura casi en la base; lados bastante estre- chados y redondeados hacia adelante; paralelos 6 impercepti- blemente entrantes en la base misma; cerca de una mitad mas ancho en esta que en el borde anterior; angulos anteriores declives, redondeados; base recta en el medio, visible aunque anchamente sinuosa 4 cada lado hacia los 4ngulos posteriores, estos un poco agudos y dirigidos hacia atras. Puntuacién tan densa pero un poco mas fina que en la cabeza, de aspecto re- ticulado mas bien que granugiento. Escudete triangular, con puntuacidn analoga a la del pro- - térax. Elitros oval-oblongos; moderadamente convexos; por encima ligeramente deprimidos; en la base tan anchos como la base del protérax; poco mas de vez y media tan largos como an- chos; ensanchados en curva muy suave hasta el tercio 6 poco mas de la longitud y alli ligerisimamente mas anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados después en igual forma hacia la extremidad y en su conjunto obtusamente redondea- dos en esta; 4angulo sutural variable segun los sexos. Super- ficie con puntuacién algo mas fuerte y menos densa que en el protérax, sin vestigios de estrias excepto la sutural, esta poco senalada al principio, mas profunda hacia atras. Pies moderadamente largos y robustos; tibias intermedias un poco encorvadas hacia adentro; espina terminal de las pos- teriores notablemente mas larga que la mitad del primer ar- tejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o7. Angulo sutural obtusamente redondeado. Tarsos anterio- res con los tres primeros artejos ensanchados, el primero casi tan ancho como la tibia en su extremidad; tarsos intermedios 74 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ~ (60) con el primer artejo también ensanchado, un poco mas estre- chos que la extremidad de la tibia. ©. Angulo sutural un poco agudo. Tarsos anteriores é inter- medios sencillos. No he visto ejemplar alguno de nuestra Peninsula y la des- cripciédn que precede esta hecha sobre los que, procedentes de la Bosnia central me ha remitido el Sr. Reitter; pero el Conde Dejean cita en la segunda edicién de su catalogo un Catops luridus,— Hispania, y el Sr. Murray, que ha estudiado los ejemplares de la coleccién de aquel célebre entomdlogo, los refiere al C. scitulus Er., ahadiendo: «Los primeros ejemplares son scitulus, siguen después al- cunos del velox y finalmente lo que puede ser brunneus St.» (Murray, Monogr. of the Gen. Catops. p. 86.) La incluyo, por esta razén, en el presente trabajo. Se distingue facilmente de la especie anterior por su tama- fio algo mayor, su forma un poco mas oval, su coloracién mas uniforme, sus antenas un poco mas largas, los artejos 4.° y 5.° no transversos, siéndolo apenas el 6.° y la maza mucho menos marcada. La base del protérax es también mas sinuosa hacia los angulos posteriores, estos resultan mas agudos y dirigidos hacia atras; la espina terminal de las tibias poste- riores es mas larga que en aquella especie. SuspagiNero Nargus Thomson. Skand. Coleop. 1x, 1867, p. 349. 1. Nargus velox Spence. Choleva velox Spence, Trans. Linn. Soc. x1, 1815, pagi- na 154.—Redtenb., Fauna aust. Ed. 1.*, p. 144.—Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 8304.—Redtenb., Fauna aust. Ed. 2.4, p. 282. ; Catops velox Erichs., Kifer d. Mark. Brand. 1, p. 241.— Sturm, Deutsch. Ins. xiv-3, 5, tab. 277. f. b. B—Heer, Fauna Helv. 1, p. 383.—Kraatz, Stettin ent. Zeit. 1852, p. 437.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 59.— Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.*, 11 lief., p. 219.—Marseul, (61) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV® ». 5 Abeille, xxi, p. 75.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, 1 lief., p. 317.—Idem, Fauna transsylv., 1m lief., p. 334. Catops pallidus Dej., Catal. Ed. 3.’, p. 133. Nargus veloc Thoms., Skand. Coleop. x1, p. 349.—Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. xr, p. 44.—Idem, Ins. Deutsch. 111. 2 abth., p. 232. Oval oblongo; bastante convexo; algo brillante, principal- mente en el protérax; de color amarillento rojizo 6 ferruginoso mas 6 menos tostado y bastante variable, a veces uniforme, otras con el protérax rojizo y la cabeza, el escudete y los éli- tros oscuros, parduzcos; rara vez con el protérax oscuro en el disco; las partes de la boca, la base de las antenas, su ulti- mo artejo y los pies claros; con pubescencia finisima, densa, sedosa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza muy fina y muy densamente punteada. Antenas del- gadas, moderadamente largas, alcanzando, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protdérax: 1.¢" artejo como tres ve- ces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° tan largo, pero ligeramente mas delgado que el 2.°, no tan largo como el 1.°; 4.° como una tercera parte mas corto que el 3.°; 5.° un poco mas largo que el 4.°; 6.° un poco mas corto que el 5.°, cerca del doble mas largo que an- cho; 7.° tan largo como el 5.°, pero mas grueso en su extre- midad; 8.° apenas tan largo como Ja mitad del 7.°, ligeramen- te mas estrecho que este y un poco transverso; 9.° un poco mas corto, pero algo mas ancho que el 7.°; 10.° igual 6 casi igual al 9.°; 11.° como una mitad mas largo que el 10.°, de su an— chura y terminado en punta roma. Maza poco marcada. Protérax bastante convexo; el doble mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados bastante estrechados y re- dondeados hacia al borde anterior, muy ligeramente entran- tes en la base misma; como una tercera parte mas estrecho en aquel que en esta; 4angulos anteriores declives, redondeados; base recta en la parte media, ligera y anchamente sinuosa & cada lado hacia los 4ngulos posteriores; estos ligeramente obtusos y un poco dirigidos hacia atras. Puntuacidén suma- mente fina y densa, tanto 6 mas que en la cabeza. Escudete triangular, con puntuacién igual a la del pro- torax. 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) Elitros oval-oblongos; bastante convexos; por encima lige- ramente deprimidos; en Ja base tan anchos como la base del protérax; apenas vez y media tan largos como anchos; lados apenas ensanchados en curva hasta el cuarto proximamente de la longitud y alli muy ligeramente mas anchos que la ma- yor anchura del protérax; estrechados después también en curva y gradualmente hacia la extremidad y, en su conjunto, obtusamente redondeados en esta; angulo sutural redondeado. Superficie con puntuacién apenas menos fina y menos densa que en el protdrax, en su aspecto ligerisima y muy menuda- mente reticulada al través; con vestigios casi imperceptibles de estrias; la sutural muy poco visible al principio, mas pro- funda hacia atras. Pies bastante largos y delgados; tibias intermedias ligera- mente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las pos- teriores tan larga como la mitad del primer ate de los tar- sos correspondientes. Cuerpo por debajo muy fina y densamente punteado y pu- bescente. o. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados; el primero tan ancho como la extremidad de la tibia. Trocanteres de los muslos posteriores prolongados en una a modo de espina encorvada, saliente hacia atras. 5.° seg- mento abdominal ancho, aunque poco profundamente esco- tado en el medio del borde posterior; el 6.° con una pequena incision triangular en su extremidad. 6. Tarsos anteriores sencillos. Abdomen y trocanteres de los muslos posteriores normales. Aunque los ejemplares de Espana son generalmente de for- ma mas corta, mas oval, que los de Francia y Alemania que he tenido ocasién de examinar, no puedo con fundamento re- ferirlos a otra especie. Se encuentra con alguna frecuencia entre las hojas caidas, en sitios humedos, sobre todo a principios de la primavera. No sé verdaderamente si el WV. velox Thoms. (C. scitulus Thoms., Skand. Coleop. tv, p. 65), figura con justicia en la si- nonimia. Algunos términos de la descripcion: subovatus, an- tennis... arliculo 6.° leviter transverso. Prothorace... macula me- dia antica fusca. Corpore subtus fusco brunneum, parecen conve- nir mas al VV. dbrunneus St. (63) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE». 7 2. Nargus notaticollis Baudi. Choleva notaticollis Baudi, Deutsch. ent. Zeitsch. 1864, pagina 227.—Marseul, Abeille, x1, p. 52. Oblongo; poco convexo; por encima ligeramente deprimi- do; poco brillante; de color amarillento-ferruginoso, a veces mas oscuro en los élitros y el abdomen: la cabeza negruzca, asi como una mancha longitudinal bastante ancha en el medio del protérax, el escudete y las piezas meso y metasternales; las partes de la boca, las antenas, los pies, las epipleuras de los _élitros y el borde posterior de los segmentos del abdomen mas claros. Con pubescencia muy fina, densa, sedosa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza muy fina y muy densamente punteada. Antenas bas- tante delgadas; moderadamente largas, alcanzando 6 pasando apenas, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protdé- rax: 1.cf artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y ligeramente mas delgado que el 1.°; 3.° tan largo, pero un poco menos robusto que el 2.°; 4.° como una tercera parte mas corto que el 3.°;5.° igual 6 apenas mas corto que el 4.°; 6.° ligeramente mas corto que el 5.°, el doble mas largo que ancho; 7.° tan largo como el 5.*, pero un poco mas grueso que este y que los anteriores en su extremi- dad; 8.° tan largo como la mitad del 7.°, apenas mas estrecho que este y ligeramente transverso; 9.° igual 6 casi igual en longitud al 7.°, pero un poco mas ancho en el apice; 10.° muy ligeramente mAs corto que el 9.° y de su anchura; 11.° como una mitad mas largo que el 10.°, tan ancho como este y termi- nado en punta roma. Maza poco y gradualmente marcada. Protérax moderadamente convexo; el doble 6 cerca del do- ble mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados moderadamente estrechados y redondeados hacia el borde anterior, casi imperceptiblemente entrantes en la base misma; cerca de una mitad mAs estrecho en aquel que en esta; angu- los anteriores declives, redondeados; base recta en la parte media, ligerisima y anchamente sinuosa a cada lado hacia los Angulos posteriores, estos casi rectos, muy ligeramente obtusos en el apice y un poco dirigidos hacia atras. Puntua- cién sumamente fina y densa, tanto 6 mas que en la cabeza. Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del protorax. 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) [litros oblongo-ovales; poco convexos; por encima algo de- primidos; en la base tan anchos como la base del protorax; por lo menos vez y media tan largos como anchos; lados poco sensiblemente ensanchados en curva hasta el tercio 6 poco mas de la longitud y alli apenas mas anchos que la mayor anchura del protérax; estrechados después también en curva | y gradualmente hacia la extremidad y en su conjunto obtu- samente redondeados en esta; angulo sutural variable segun los sexos. Superficie con puntuacién tan fina y densa 6 ape- nas menos que en el protérax, de aspecto ligerisimamente reticulado al través, sin vestigios de estrias, excepto la sutu- ral, esta apenas visible en su primer tercio, mas profunda ha- cia atras. Pies bastante largos y delgados; tibias intermedias muy li- geramente encorvadas hacia adentro; trocanteres posterivres normales en ambos sexos; espina terminal de las tibias pos- teriores tan larga como la mitad del primer artejo de los tar- sos correspondientes. co’. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados, el primero cuando menos tan ancho como la extre- midad de la tibia. Angulo sutural redondeado. 5.° segmento abdominal profunda y anchamente escotado en su borde pos- terior, que es lampino; el 6.° con una pequefia incisidn trian- gular en su extremidad. Q. Tarsos anteriores sencillos. Angulo sutural un poco pro- longado y agudo. Abdémen normal. El Sr. Kraatz, al enumerar las especies del género Choleva que conoce de Andalucia (Entom. Reise nach dem Sudl. Spa- nien, p. 101, nota b.) dice lo siguiente: «Algunos ejemplares de una Choleva, recogidos por el sefior Dieck junto & Cordoba, se diferencian de la velox casi unica- mente por su forma algo menor, el protérax menos ancho, con el disco mas oscuro, asi es que no puedo considerarlos con pleno convencimiento como especie propia; sin embargo, no dejaré de hacer constar que aun no he tenido delante ejemplares iguales de Alemania. En cambio, dichos indivi- duos andaluces parecen ser idénticos a la Choleva notaticollis Baudi, de Chipre, de la cual poseo algunos ejemplares ti- picos.» Analoga opinién he llegado 4 formar yo mismo respecto de (65) Uhag6n.— SPECIES DEL GRUPO «“CHOLEV®». 79 un ejemplar ,* comunicado por el Sr. Oberthiir en unidn de otros dos (7 yQ, con el nombre de C. velox false, todos proce- dentes de Granada y al parecer recogidos ala vezy en las mis- mas condiciones. Los dos ultimos por su forma mas oval, mas convexa, su protérax aparentemente mas ancho, de colorigual, los trocanteres posteriores del ,“ con la extremidad encorvada y espiniforme y por tener la 9 el 4angulo sutural redondeado, pertenecen, 4 mi juicio, al verdadero JV. velox Spence. El pri- mero, 6 sea el o’ 4 que antes hago referencia, por su forma mas oblonga, menos convexa, el protorax ligeramente mas es- _trecho, ofreciendo 4 lo largo de la parte media del disco una mancha oscura aunque algo difusa, los élitros mas largos y los trocanteres posteriores normales corresponden, & mi en- tender, al WV. notaticollis Baudi. El estudio de una 9 que el Sr. Kraatz con amabilidad suma ha tenido 4 bien comunicar- me, como tipo de Baudi, procedente de Siria, seguin indica la etiqueta, ha contribuido 4 afirmarme en tal creencia. Esto, no obstante, como el Sr. Reitter (Bestimm. Tab. der europ. Coleop., xu, p. 44) dice que los trocanteres posteriores de los x del N. notaticollis Baudi se prolongan en una larga espina, he creido deber consultar al Sr. Baudi de Selve y de la contestacién del erudito entomdlogo italiano deduzco que el Sr. Reitter ha padecido error por lo que al mencionado ca- racter se refiere, como también parece haberlo padecido al reunir a esta especie la Choleva conjungens Saulcy. El Sr. Baudi describe los trocanteres como sigue: Trochanteres in omnibus simplices. El Sr. Sauley dice en su descripcién al hablar de los o’: (Ann. Soc. ent. de France, 1864, p. 427.) Mas trochanteribus posticis magnis, apice intus in spinam longam acute curvatis. El Sr. Baudi ha tenido la bondad, 4 mi ruego, de verificar nuevamente este caracter en los o de su coleccién y me es- cribe que de un modo terminante puede asegurarme que en su especie todos los trocanteres son sencillos en ambos sexos. Comparala el Sr. Baudi con la Choleva (Sciodrepa) Watsoni Spence, diciendo que es atin mas prolongada y en efecto le cuadra esta comparacion, a juzgar por el ejemplar remitido por el Sr. Kraatz, asi como le convienen mas los términos elongato ovata de la descripcién, que el de ovata que el sefior 80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) Saulcy aplica & su C. conjungens, por lo cual y también por la forma de los trocanteres posteriores de los vy, esta ultima especie debe de ser distinta y mucho mas afine al WN. velox Spence. 3. Nargus Wilkinii Spence. Choleva Wilkinit Spence, Trans. Linn. Soc., x1, 1815, p. 57. Catops flavescens Dej., Catal. Ed. 3, p. 157. Catoys precox Krichs., Kafer. d. Mark. Brand., 1, p. 242. —Sturm, Deutsch. Ins., xtv,; p. 37,stab:"27/7,.1..ce-©: —Heer, Fauna Helv., 1, p. 318.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 4388.—Murray, Monogr. of the Gen. Ca- tops, p. 61.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.*, m1 lief, p. 219. —Marseul, Abeille, xxi, p. 77.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, 111 lief, p. 318.—Id. Fauna transsylv., lief, p. 334. Choleva precox Redtenb., Fauna Aust. Ed. 1*, p. 145.— Fairm. et Laboulb., Faune ent. franc., 1, p. 304.—Red- tenb., Fauna Aust. Ed. 2’, p. 282. Nargus Wilkinivi Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Co- leop., x11, p. 45.—Id. Ins. Deutsch., 11. 2abth., p. 234. Oblongo; bastante convexo; por encima muy ligeramente deprimido; poco brillante por ser finisimamente reticulado el fondo de los tegumentos; de color amarillento ferruginoso 6 rojizo mas 6 menos tostado; Ja cabeza un poco oscura hacia atras y & veces también el escudete; las partes de la boca, las” antenas, principalmente en la base, y los pies mas claros. Con pubescencia muy fina, bastante densa, sedosa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacion fina y superficial, no muy densa. Antenas bastante delgadas; moderadamente largas, alcanzando 6 pasando muy poco, dirigidas hacia atras, del borde poste- rior del protorax: 1.* artejo, como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° a su vez un poco mas corto y mas delgado que el 2.°; 4.° como una tercera parte mas corto que el 3.°, pero de igual robus- tez; 5.° ligeramente mas largo que el 4.°; 6.° de la longitud del 4.°, imperceptiblemente mas grueso que este, tan ancho como largo; 7.° igual 6 casi igual al 5.° en longitud, pero evi- (67) Uhag6n.—kEsPECIES DEL GRUPO « CHOLEV.E». 81 dentemente mas robusto y cerca de vez y media tan largo como ancho; 8.° préximamente tan largo como la mitad del 7.°, apenas mas estrecho que este y distintamente transverso; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales, muy ligeramente mas cortos que el 7.° pero cuando menos de su anchura; 11.° como una mitad mas largo que cualquiera de los dos anteriores y tan ancho como ellos, terminando en punta 6 pareciendo mas bien truncado y con un pequefio apéndice cénico en su extre- midad. Maza poco y gradualmente marcada. Protérax bastante convexo; algo mas de vez y media tan ancho como largo; su mayor anchura poco antes de la base; lados bastante estrechados y redondeados hacia el borde an- terior, muy ligeramente entrantes hacia atras; cerca de una mitad mas estrecho en el borde anterior que en la base; An- gulos anteriores declives, redondeados; base recta 6 casi recta; angulos posteriores un poco obtusos. Puntuacién fina, super- ficial, analoga 4 la de la cabeza, de aspecto ligeramente ru- goso por efecto de la pubescencia. Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del pro- torax. Elitros oblongo-ovales; moderadamente convexos; por enci- ma ligeramente deprimidos; en la base apenas tan anchos como la base del protérax; mas de vez y media tan largos como anchos; lados casi paralelos, poco sensiblemente ensan- chados en curva hasta el tercio prdximamente de la longitud y alli tan anchos 6 apenas mas que la mayor anchura del protérax, después gradualmente estrechados hacia la extre- midad y en su conjunto algo aguzados y obtusamente redon- deados en esta; Angulo sutural obtusamente redondeado. Su- perficie con puntuacidn tan densa 6 casi tan densa pero un poco mas fuerte que la del protédrax; apenas con vestigios de estrias; la sutural fina, casi invisible en su primer tercio, mas profunda hacia atras. Pies bastantes largos; poco robustos; tibias intermedias muy ligeramente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores mAs corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Trocanteres posteriores norma- les en ambos sexos. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o'. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- ANALES DE HIST. NAT. —XIX. 6 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) chados, el primero apenas 6 no mas estrecho que la extremi- dad de la tibia. 5.° segmento abdominal con el borde posterior ancho, pero poco profundamente escotado; el ultimo con una pequena incisién triangular en su extremidad. ©. Tarsos anteriores sencillos. Abdomen normal. El Sr. Kraatz, en la ya citada obra (Entom. Reise nach dem Sudl. Spanien, p. 101, nota C.), dice sobre esta especie lo si- guiente: Choleva Wilkinit Spence (= precor Er.) «No me aventuro 4 separar de la Ch. Wilkinii, algunos ejemplares en no muy buen estado de conservacién, encon- trados por el Sr. Dieck cerca de Malaga, Algeciras y Cérdo- ba; los de la ultima localidad son mas oscuros, los de las dos primeras de color rojo castafio mas claro; 4 estos ultimos con- viene bien referir la especie espafiola Choleva flavescens Dej. citada en el catalogo de Gemminger, bajo el nombre de Wai- kinit.» El Sr. Murray, que ha tenido ocasién de examinar los de la coleccién del conde Dejean, refiere también dicha especie al C. precox Erichs. (Monogr. of the Gen. Catops, p. 86.) Por mi parte no he tenido a la vista ejemplar alguno pro- cedente de Espafia y la descripcién que precede esta hecha sobre ejemplares de diferentes localidades de Alemania, que existen en mi coleccion. Entre otros caracteres, se distingue del VV. velox Spence y del NV. nodaticollis Baudi, por su tamano menor; su puntuacidn mas fuerte y menos densa, siendo la de los élitros mas fuerte que la del protérax y por tener el artejo 6.° de las antenas tan largo como ancho y no el doble 6 cerca del doble mas largo que ancho, como en aquellas. 4, Nargus brunneus Sturm. Catops brunneus Sturm, Deutsch. Ins., 1839, xiv, p. 38, tab. 278, f. a. A.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit. , 1852, p. 439.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 63. —Marseul, Abeille, xxu, p. 79.—Seidlitz, Fauna balt., Ed. 2.*, mr lief., p. 318.—Idem, Fauna transsylv., 01, lief esos: (69) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVE>». 83 Choleva brunnea Redtenb., Fauna Aust., Ed. 1.*, p. 145.— Idem, id, Edt 2.*, p. 282: Nargus brunneus Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Co- leop., x11, p. 44.—Idem, Ins. Deutsch., 1, 2 abth., pagina 235. Oval, ligeramente oblongo; bastante convexo; brillante, por ser el fondo de los tegumentos casi liso; de color rojizo 6 fe- rruginoso-castafio, 4 veces un poco tostado; la cabeza oscura asi como el escudete; las piezas meso y metasternales y el abdomen, aunque este generalmente con menos intensidad; -a veces el disco del protoérax es también mas oscuro; las par- tes de la boca, las antenas y los pies mas claros. Con pubes- cencia muy fina, sedosa, semi-dorada, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacién muy fina, superficial, bastante den- sa. Antenas poco robustas, alcanzando 6 pasando muy poco, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1.°" ar- tejo cerca de tres veces mas largo que ancho; 2.° muy poco mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° como una cuarta parte mas corto y un poco mas delgado que el 2.°; 4.° poco menos de la mitad mas corto que el 3.° y poco mas largo que ancho; 5.° ligeramente mas largo que el 4.°; 6.° marcadamente mas corto que el 5.° y también un poco mas corto que el 4.°, ape- nas mas ancho que ellos, algo variable en sus proporciones, & veces tan largo como ancho, otras ligeramente transverso; 7.° proximamente de la longitud del 5.° pero mas grueso que los anteriores, muy ligeramente mas largo que ancho; 8.° tan largo como la mitad del 7.°, apenas mas estrecho que este, notablemente transverso; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales, de la longitud del 7.°, pero un poco mas anchos y por lo tanto mas transversos; 11.° como vez y media tan largo como el 10.°, tan ancho como este, pareciendo truncado y con un pequeno apéndice cénico en su extremidad. Maza poco y gradualmente marcada. Protérax bastante convexo; el doble mas ancho que largo; su mayor anchura muy cerca de la base; lados bastante estre- chados y redondeados hacia el borde.anterior, apenas 6 muy ligeramente entrantes hacia atras; como una mitad mas es- trecho en el borde anterior que en la base; augulos anterio- res declives, redondeados; base recta 6 casi recta; angulos 84 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (70) posteriores ligeramente obtusos. Puntuacioén fina, superficial, bastante densa, de aspecto ligeramente rugoso. Escudete triangular, con puntuacion igual a la del protérax. Elitros oval-oblongos; bastante convexos; por encima lige— ramente deprimidos; en la base misma tan anchos como la base del protérax y apenas menos que la mayor anchura de este; vez y media tan largos como anchos; lados poco sensi- blemente ensanchados hasta el cuarto proéximamente de la longitud y alli ligeramente mas anchos que la mayor anchu- ra del protérax, después gradualmente estrechados hacia la extremidad y en su conjunto anchamente obtusos y casi trun- cados en esta; Angulo sutural, obtusamente redondeado. Su- perficie con puntuacién algo menos densa y distintamente mas fuerte que la del protérax; sin vestigios de estrias, ex- cepto la sutural; esta poco visible al principio, mas profunda hacia atras. Pies moderadamente largos y delgados; tibias intermedias- ligeramente encorvadas hacia adentro; espina terminal de las posteriores apenas tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. oy”: Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados, el primero apenas 6 no mas estrecho que la tibia en su extremidad. 5.° segmento abdominal con el borde posterior apenas perceptiblemente escotado. Q. Tarsos sencillos. Abdomen normal, Escorial! (Cazurro!, Oberthiir!); San Ildefonso (Martinez!); Lanjarén (Oberthiir!, Martinez!); Montes Alberes, frontera francesa (Oberthitir!). Se diferencia del VV. Wilkinii Spence, por su forma mas oval, menos prolongada; su aspecto mas brillante; el protérax rela- tivamente un poco mas ancho; los élitros mas cortos, mas an- © chos, menos paralelos, mas redondeados y en su conjunto no aguzados, sino anchamente obtusos y casi truncados en la. extremidad, su puntuacién mas fuerte y el abdomen oscuro- ). Nargus anisotomoides Spence. Choleva anisotomoides Spence, Trans. Linn. Soc. x1, 1815, p- 156.—Redtenb., Fauna aust. Ed. 1.*, p. 145.—Fairm. (71) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV>. 85 et Laboulb., Faune ent. franc. 1, p. 304.—Redtenb., Fauna aust. Ed. 2.*, p. 282. Catops anisotomoides Sturm, Deutsch. Ins. xiv, p. 42, tab. 278, f.c. C.—Heer, Fauna Helv. 1, p. 384.—Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 4839.—Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 64.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 1.*, m1 lief., p. 219.—Marseul, Abeille, xxu, p. 107.—Seidlitz, Fauna balt. Ed. 2.*, m1 lef., p. 318.—Id. Fauna trans- Sivlv.,. 11 liet., p.1334. Demochrus anisotomoides Thomson, Skand. Coleop. 1x, p. 350. Nargus anisotomoides Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. x11, p. 47.—Id. Ins. Deutscch. 111, 2 abth, p. 235. Oval, algo oblongo; bastante convexo; brillante; el fondo de los tegumentos liso; de color rojizo ferruginoso 6 castaio mas 6 menos oscuro; & veces algo mas claro hacia los bordes late- rales del protérax y de los élitros, las epipleuras de estos y el abdomen; la cabeza negruzca; las partes de la boca, las ante- nas y los pies rojizo-amarillentos. Con pubescencia fina, no muy densa, sedosa, gris amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza brillante, con puntuacidn muy fina, superficial, apenas perceptible. Antenas poco robustas, alcanzando ape- nas, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protdrax: 1.°° artejo como tres veces mas largo que ancho; 2.° un poco mas corto y apenas mas delgado que el 1.°; 3.° como una ter- cera parte mas corto y un poco mas delgado que el 2.°; 4.°4 su vez una tercera parte mas corto, pero apenas menos robus- to que el 3.°; 5.° ligeramente mas largo que el 4.°; 6.° distin- tamente mas corto que el 5.° y apenas mas corto también que el 4.°, casi cuadrado 6 ligeramente transverso; 7.° proximamen- te de la longitud del 5.°, pero evidentemente mas grueso que este y que los anteriores, un poco mas largo que ancho; 8.° tan largo como la mitad del 7.°, ligerisimamente mas estre- cho, distintamente transverso; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales, apenas de lalongitud del 7.°, pero evidentemente mas gruesos y un poco transversos; 11.° como vez y media tan largo como el 10.°, tan ancho como este y mas bien terminado en punta roma que provisto del apéndice cénico que presentan las dos especies anteriores. Maza poco y gradualmente marcada. 86 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 12) Protorex brillante; bastante convexo; un poco mas del doble mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados mo- deradamente estrechados y redondeados hacia el borde ante- rior, apenas 6 muy Jigeramente entrantes en la base misma; como una tercera parte mas estrecho en aquel que en ésta; angulos anteriores declives, redondeados; base recta 6 casi recta; a4angulos posteriores anchamente obtusos, casi redon- deados. Puntuacién muy fina, poco definida, superficial, ape- nas perceptible, como la de la cabeza. Escudete triangular, punteado como el protérax. Elitros ovales, ligeramente oblongos; bastante convexos; por encima ligeramente deprimidos, en la base tan anchos 6 apenas menos que la base del protérax; vez y media tan lar- gos como anchos; lados insensiblemente y muy poco ensan- chados hasta el cuarto 6 poco mas de la longitud y alli ligeri- simamente mas anchos que la mayor anchura del protdérax, después gradualmente estrechados en curva hacia la extremi- dad yen su conjunto ligeramente aguzados y obtusamente redondeados en esta; angulo sutural obtusamente redondea- do. Superficie menos brillante que la del protérax, con pun- tuacidn mucho mas fuerte y mas definida, de aspecto algo ru- goso al través; sin vestigios de estrias excepto la sutural, esta menos visible al principio, mas profunda hacia atras. Pies moderadamente largos y delgados; tibias intermedias apenas encorvadas hacia adentro; espina terminal de las pos- teriores mucho mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ensan- chados, el primero un poco mas estrecho que la extremidad de la tibia. ©. Tarsos anteriores sencillos. Montserrat. Un solo ejemplar, bondadosamente comunicado por el Sr. Martorell. Se distingue facilmente del NV. drunneus Sturm, por su tama- flo menor; su forma mas convexa; su aspecto atin mas brillan- te sobre todo en la cabeza y el protérax, la puntuacion de este y de aquella mas fina, menos densa, la de los élitros relativa- mente mas fuerte; el protdrax mas ancho, con sus angulos posteriores més redondeadosg; los élitros con los lados menos (73) Uhagon.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEVZ» 87 paralelos, mas estrechados hacia la extremidad, algo aguza- « dos y no semi-truncados en esta. SusGENERO Attumbra Des Gozis. ‘ Recherches sur l’espéce typique, 1886, p. 17. Attumbra Josephine Saulcy. Catopsimorphus Josephine Saulecy, Ann. Soc. ent. de France, 1862, p. 286.—Marseul, Abeille, xxu, p. 115.— Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. x11, p. 49. Oblongo-oval; poco convexo; deprimido por encima; bastante brillante; la cabeza, el protérax y el escudete negros; los éli- tros de color amarillento anaranjado, negruzcos en mayor 6 menor extensidn hacia la extremidad; el cuerpo por debajo negro parduzco; las partes de la boca rojizo-amarillentas; las antenas rojizo-oscuras, con los dos primeros artejos y el ulti- mo algo mas claros; los pies rojizo-amarillentos, los muslos in- termedios y posteriores mas oscuros. Con pubescencia fina, gris amarillenta, no muy abundante y dirigida hacia atras, y ademas, en los élitros, con pelos mas largos, rigidos, dispues- tos serial y longitudinalmente, un poco inclinados también hacia atras. Cabeza finisimamente reticulada en el fondo, con puntua- cién bastante densa, pero fina y superficial. Antenas modera- damente robustas, largas, pasando bastante, dirigidas hacia atras, del borde posterior del protérax: 1. artejo, poco mas de dos veces tan largo como ancho; 2.° distintamente mas corto y mas delgado que el 1.°; 3.° cerca de una tercera parte mas largo que el 2.°; 4.° casi igual al 2.° en longitud, pero li- geramente mas grueso; 5.° muy poco mas corto que el 4.°; 6.° apenas menor que el 5.° y como este, un poco mas largo que ancho; 7.° apenas mas largo y mas grueso que el 6.°; 8.° casi tan largo como el 6.°, un poco mas corto y muy ligera- mente mas delgado que el 7.’, tan largo como ancho 6 imper- ceptiblemente transverso; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales, un poco mas largos que el 8.° y un poco mas gruesos que el 7.°; 88 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) 1]1.° tan largo como los dos anteriores reunidos, cuando me- nos de su anchura, comprimido y terminado en punta. Maza apenas y muy gradualmente marcada. Protérax poco convexo; en general oblicua y anchamente deprimido a cada lado hacia los angulos posteriores; por lo menos el doble mas ancho que largo; su mayor anchura un poco después del medio; lados moderadamente estrechados y redondeados hacia adelante, mas redondeados hacia atras; cerca de una tercera parte mas estrecho en el borde anterior que en la base; angulos anteriores declives, redondeados; base, mas bien que sinuosa, cortada un poco oblicuamente a cada lado hacia los 4angulos posteriores; estos anchamente obtusos. Puntuacién fina, superficial, bastante densa, igual a la de la cabeza; el fondo finisimamente reticulado como en aquella. Escudete bastante grande, triangular, con escultura igual a la del protérax. Klitros oblongo-ovales; poco convevos; por encima deprimi- dos; en la base tan anchos como la base del protorax; cerca de dos veces tan largos como anchos; apenas sensiblemente en- sanchados hasta el quinto préximamente de la longitud y alli ligeramente mas anchos que la mayor anchura de aquel, des- pués casi paralelos hasta el ultimo tercio y por fin gradual- mente estrechados en curva hacia la extremidad, que resulta anchamente obtusa; a4ngulo sutural redondeado. Superficie con puntuacién bastante densa, mas fuerte y mas definida que la del protérax; el fondo brillante, casi liso; apenas con ves- tigios de estrias; la sutural poco sefialada al principio, mas pro- funda hacia atras. Pies bastante largos; moderadamente robustos; espina ter- minal de las tibias posteriores mucho mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co”. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos débil- mente ensanchados, el primero un poco mas estrecho que la tibia en su extremidad. Q. Tarsos anteriores sencillos. Escorial! (Perez Arcas!, Martinez!, Oberthiir!); Villarejo del Valle (Martinez!); Castillejos (Heyden). Ha de encontrarse también en nuestra regidn pirenaica 475) Uhag6n.— SPECIES DEL GRUPO «CHOLEV». 89 oriental, por mas que no he visto ejemplares de esta proce- dencia. Vive debajo de las piedras, generalmente en compania de hormigas del género A iia y es poco frecuente. SupgiNEero Catopsimorphus Aubé. Ann. Soc. ent. de France, 1850, p. 324, pl. 2.*, fig. 1.*, a, b, C,,d.Je: 1. Catopsimorphus brevicollis Kraatz. Catops brevicollis Kraatz, Stettin. ent. Zeit., 1852, p. 136. Murray, Monogr. of the Gen. Catops, p. 56.—Marseul, Abeille;, xxi, p. 100: Catopsimorphus formicetorum Peyr., Ann. Soc. ent. de France, 1857, p. 716.—Marseul, Abeille, xxu, p. 116. Catopsimorphus Fairmairet o Delar., Ann. Soc. ent. de Prance; 1660); Bull.. pt xxxir. Catopomorphus brevicollis Reitt., Bestimm. Tabel. der eu- rop. Coleop., xu, p. 48. Oval-oblongo; bastante convexo; poco brillante; de color par- duzco en la cabeza y el protérax, el escudete y la parte infe- rior del cuerpo, 4 veces con la extremidad del abdomen rojizo amarillenta; élitros castaho-oscuros, con frecuencia mas cla- ros en la regidn humeral, mas oscuros en el tercio posterior y a veces también a lo largo de la sutura; las partes de la boca rojizo-amarillentas; los pies rojizos con los muslos intermedios y mas frecuentemente atin los posteriores mas oscuros, los tarsos siempre mas claros; antenas rojizas 6 rojizo-amarillen- tas en su totalidad 6 con la maza mas oscura, los dos pri- meros artejos, asi como la extremidad del ultimo, siempre 6 casi siempre mas claros. Pubescencia fina, sedosa, gris ama- rillenta, dirigida hacia atras. Cabeza finisimamente reticulada en el fondo, con puntua- cién muy fina, superficial, bastante apretada. Antenas mode- radamente largas, alcanzando, dirigidas hacia atras, la altura de la extremidad del escudete: 1.° artejo unas tres veces mas largo que ancho; 2.° como un tercio mas corto y apeaas me- 90 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76) nos robusto que el 1.°; 3.° algo variable, ligeramente mas corto, 6 igual 6 casi mas largo que el 2.°; 4.° apenas mas corto que el 3.°; 5.° y 6.° casi iguales y apenas perceptiblemente mas cortos que el 4.°; 7.° como una tercera parte mas largo que el 6.° y algo mas ancho en su extremidad; 8.° como una mitad mas corto que el 7.° y cuando menos tan ancho como este; 9.° casi tan largo como el 7.° y en su extremidad ligera- mente mas ancho que este y que el 8.°; 10.° ligeramente mas largo y mas ancho en el apice que el 9.°; 11.° tan largo como los tres anteriores reunidos, en su anchura mayor tan ancho cuando menos como el precedente y terminado en punta. Maza gradualmente marcada, los artejos que la forman ‘compa dos, principalmente el ultimo. Protérax convexo, sobre todo hacia adelante; con frecuen- cia ligeramente deprimido 4 cada lado del borde posterior; un poco mas del doble mas ancho que largo; lados notablemente estrechados y redondeados hacia el borde anterior que es poco mas ancho que la tercera parte de la base; angulos anteriores muy declives, redondeados. Mirado por encima, la mayor an- chura resulta en la base misma y esta anchamente sinuosa & cada lado con los angulos posteriores agudos y dirigidos ha- cia atras, por mas que examinados lateralmente los angulos sean en el apice obtusos. Puntuacién fina, apretada, de as- pecto granugiento por efecto de la pubescencia; el fondo fini- simamente reticulado. Escudete triangular, con puntuacién igual 4 la del pro- torax. Elitros oval-oblongos; bastante convexos; de la anchura del protérax en la base; poco mas de dos veces tan largos como anchos; ensanchados gradualmente hasta el tercio 6 poco mas de la longitud, en donde son ligeramente mas anchos que el protérax y estrechados después gradualmente también hacia la extremidad; 4ngulo sutural redondeado. Puntuacién ana- loga a la del protorax aunque un poco mas fuerte y mas es- paciada; superficie con ligeros vestigios de estrias muy finas perceptibles principalmente, y no en todos los ejemplares, en la declividad posterior; estria sutural fina, poco profunda al principio, mas senalada hacia atras. Pies moderadamente robustos; muslos anteriores é interme- dios en su borde interior con pelos amarillentos 6 blanqueci- (77) Uhag6n.—ESPECIES DEL GRUPO «CHOLEV®». 9] nos semi-rigidos dispuestos en sentido algo oblicuo y 4 modo de brocha. Esta particularidad se observa también, aunque en mucho menor grado, en los muslos posteriores. Tibias in- termedias ligeramente encorvadas hacia adentro en su se- gunda mitad. Espina terminal de las posteriores mucho mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspon— dientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ligera- mente ensanchados, el primero un poco mas estrecho que la extremidad de la tibia. ©. Tarsos anteriores sencillos. Madrid! (Martinez!); Escorial (Pérez Arcas!); Alfakar (Ober- thiir! ) La especie debe también encontrarse en la regién pirenaica oriental de nuestra Peninsula, puesto que ha sido hallada en la francesa (Port Vendres, Collioure, etc.). Vive debajo de las piedras, en los hormigueros. 2. Catopsimorphus Rougeti Saulcy. Catopsimorphus Rougeti Saulcy, Ann. Soc. ent. de Fran- ce, 1863, p. 653.—Marseul, Abeille, J, p. 71. Catopsimorphus Fairmairet 9 Delar., Ann. Soc. ent. de France, 1860. Bull., p. xxxit. Catopomorphus Rougeti Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., x11, p. 48. Oblongo; algo mas paralelo y menos convexo que el ante- rior; algo mas brillante; de color negro en la cabeza, el pro- torax, el escudete y la parte inferior del cuerpo; élitros casta- fos, generalmente mas claros en la regiédn humeral, mas os- curos en el tercio y aun la mitad posterior y 4 veces también ‘lo largo de la sutura; las partes de la boca rojizo amarillen- tas; las antenas rojizas 6 rojizo oscuras en su totalidad, 6 con la maza pardo negruzca, la extremidad del Ultimo artejo ama- rillenta; pies rojizos, con los muslos posteriores a veces algo mas oscuros, los tarsos siempre mas claros. En algunos ejem- plares el protérax es mas claro hacia los bordes laterales y a lo largo del posterior. Pubescencia fina, sedosa, gris amari- llenta, dirigida hacia atras. 92 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (78) Cabeza finisimamente reticulada en el fondo, con puntua- cién muy fina, bastante apretada, superficial. Antenas modera- damente largas, alcanzando 4 lo sumo, dirigidas hacia atras, la altura de la extremidad del escudete: 1.°° artejo unas tres veces mas largo que ancho; 2.° como una mitad mas corto y muy poco menos robusto que el 1.°; 3.° apenas mas corto que el 2.°, ligeramente mas cilindrico; 4.°, 5.° y 6.° iguales 6 casi iguales, un poco mas cortos que el 3.°; 7.° el doble mas largo que el 6.°, un poco mas ancho en su extremidad; 8.° muy poco mas de la mitad mas corto que el 7.° y apenas perceptible- mente mas estrecho que este; 9.° ligeramente mas corto que el '7.° y tan ancho en su extremidad; 10. igual 6 apenas mas largo que el 9.° y de su anchura; 11.° tan largo como los tres anteriores reunidos, en su anchura mayor muy ligera- mente mas ancho que el precedente y terminado en punta. Maza casi paralela desde el artejo 7.° hasta el 10.°, los artejos que la forman comprimidos, principalmente el ultimo. Protérax bastante convexo; 4 veces ligeramente deprimido en los lados de la base; un poco mas del doble mas ancho que largo; lados poco redondeados aunque notablemente estre- chados hacia el borde anterior, que tiene cerca de la mitad de la anchura de la base; angulos anteriores muy declives, re- dondeados. Mirado por encima, la mayor anchura no resulta enteramente en la base, sino un poco antes, pues al llegar a ella los lados se encorvan ligeramente hacia adentro para formar los angulos posteriores que son anchamente obtusos y un poco dirigidos hacia atras; base anchamente sinuosa @ cada lado. Puntuacion fina, apretada, de aspecto granugiento por efecto de la pubescencia; el fondo finisimamente reti- culado. Escudete triangular, con puntuaciédn igual a la del pro- torax. Klitros oval-oblongos; moderadamente convexos; por enci- ma bastante deprimidos; en la base muy ligeramente menos anchos que la mayor anchura del protérax; muy poco y muy gradualmente ensanchados en curva hasta el sexto de la lon- gitud, en donde son apenas mas anchos que aquel; casi para- lelos después hasta la mitad y luego estrechados gradual- mente hacia la extremidad, que es anchamente obtusa; an- gulo sutural redondeado. Pantuacién andloga a la del proto- (79) Uhag6n.— SPECIES DEL GRUPO «“CHOLEVAE». 98 rax, apenas mas fuerte y mas espaciada; superficie 4 veces con vestigios apenas perceptibles de estrias muy finas, prin- cipalmente en la declividad posterior; estria sutural fina, poco profunda al principio y mas sefialada hacia atras. En los ejem- plares bien conservados pueden observarse, sobre todo hacia los lados y en la declividad posterior, algunos pelos rigidos semi-dorados dispuestos en series en sentido longitudinal. Pies moderadamente robustos; muslos con el borde interior lampino; tibias intermedias casi rectas; espina terminal de las posteriores mucho mas corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. o. Tarsos anteriores con los cuatro primeros artejos ligera- mente ensanchados; el primero un poco mas estrecho que la extremidad de la tibia. ©. Tarsos anteriores sencillos. Madrid! (Pérez Arcas!, Martinez!, Vazquez!, Oberthiir!); Es- corial (Pérez Arcas!, Oberthiir!); Vallecas (Bolivar!); Vicalvaro (Martinez!); Jativa (Bosca!); Sierra de Jaén (Seidlitz!). Tam- bién en la frontera pirendica oriental francesa (Montes Albe- res, Portvendres, Collioure), por lo cual ha de encontrarse se - guramente en la vertiente espafola de aquella regién. specie que parece ser en nuestra Peninsula mucho mas frecuente que la anterior, como lo prueba el hecho de haber tenido de ella 4 la vista sobre cincuenta ejemplares, mientras que del C. brevicollis Kraatz, solo he podido reunir media do- cena. Aunque sumamente afine 4 esta ultima, se distingue por su forma mas estrecha, menos convexa, mas deprimida; las an- tenas generalmente mAs oscuras, un poco mas cortas y con la maza mas paralela; el protodrax con el borde anterior algo mas ancho, los lados menos redondeados, y un poco entran- tes al llegar 4 la base, sus angulos posteriores mas obtusos; los élitros menos ovales, mas paralelos, con la extremidad mas obtusa; los muslos anteriores é intermedios desprovistos en el borde interior de pelos largos y semi-rigidos. 94 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) SusGENERO Attiscurra Des Gozis. Recherches sur l’espéce typique, 1886, p. 17. Attiscurra Marqueti Fairm. Catopsimorphus Marquet Fairm., Ann. Soc. ent. de Fran- ce, 1857, p. 729.—Marseul, Abeille, xx1r, p. 114. Catopsimorphus bicolor Kraatz, Entom. Reise nach dem Sudl. Spanien, p. 102.—Marseul, Abeille, xxi, p. 112. Catopomorphus Marquet Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop., x, p. 48. Oval ligeramente oblongo; convexo; apenas deprimido por encima; algo brillante; la cabeza, el protérax y el escudete negro-parduzcos, el protérax a veces mas claro hacia los bor- des laterales y posterior; los élitros castafo-claros 6 amari- llentos, con frecuencia ligeramente mas oscuros hacia los bordes laterales, el sutural y la extremidad; cuerpo por debajo castanho-oscuro, algo variable en intensidad; las partes de la boca y los piés rojizos; la extremidad de las tibias y los tarsos posteriores a veces algo mas oscuros; las antenas general- mente rojizo oscuras, con los dos primeros artejos y el ultimo de color claro amarillento. Pubescencia muy fina, corta, se- dosa, amarillenta, dirigida hacia atras. Cabeza con puntuacién sumamente fina, densa, poco defi- ‘nida, superficial. Antenas robustas, cortas, no alcanzando, dirigidas hacia atras, al borde posterior del protérax; sus artejos comprimidos, apretados unos contra otros 4 excepcidén de los dos basales, dificiles de contar: 1.e" artejo el doble proximamente mas largo que ancho; 2.° casi cénico, tan largo 6 poco menos como la mitad del 1.2 y un poco mas estrecho que este, ligeramente transverso; 3.° un poco mas corto que el anterior, apenas mas ancho, distintamente trans- verso; los tres siguientes atin mas transversos, aumentando muy gradualmente en longitud y anchura; 7.° mas de una mitad mas largo que el anterior y apenas mas ancho; 8.° li- gerisimamente mas corto que el 7.° y de su anchura; 9.° y 10.° iguales 6 casi iguales al 7.° en sus proporciones, quizas este apenas perceptiblemente mas estrecho que aquel; 11.° de la anchura del 10.°, tan largo como los tres anteriores reunidos 81) Uhagén.—EsPECIES DEL GRUPO «CHOLEV >». 5) y terminado en punta. Maza muy gradualmente marcada | desde el 3.e° artejo, fusiforme. Protoérax grande; convexo; por lo menos el doble mas ancho que largo; su mayor anchura en la base; lados notablemente estrechados y redondeados hacia el borde anterior, muy lige- ramente entrantes en la base misma; como una mitad mas es- trecho en aquel que en esta; angulos anteriores declives, re- dondeados; base ligera y anchamente sinuosa a cada lado hacia los Angulos posteriores; estos anchamente obtusos, casi redondeados. Puntuacién sumamente fina, densa, poco defi- nida, presentando el fondo un aspecto mate, muy menuda- mente granugiento. Escudete triangular, con puntuacién igual a la del protorax. Klitros ovales; bastante convexos; por encima muy ligera- mente deprimidos; en su base tan anchos como la base del protérax y en su mayor anchura no mas anchos que la ma- yor anchura de aquel; menos de vez y media tan largos como anchos; lados paralelos 6 casi paralelos en el primer tercio de la longitud, luego gradualmente estrechados en curva hacia la extremidad y obtusamente redondeados en esta; angulo sutural obtusamente redondeado. Superficie con puntuacién fina, densa, mas fuerte y mas definida que la del protdérax, de aspecto muy ligeramente rugoso; con vestigios de estrias; la sutural fina, muy poco sefialada al principio, mas profunda hacia atras. Pies cortos y poco robustos; espina terminal de las tibias - posteriores relativamente robusta y tan larga como la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. co’. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos débilmente ensanchados; el primero mas estrecho que la tibia en su ex- tremidad. ©. Tarsos anteriores sencillos. Escorial! (Pérez Arcas!, Martinez!); La Palma (Huelva) (Mar- tinez!); Jaen, Cordoba (Kraatz!). Como las dos especies del subgénero anterior, se encuentra debajo de las piedras, en los hormigueros. El Sr. Reitter refiere 4 esta especie el C. bicolor Kraatz. No me ha sido posible, como hubiera deseado, el comprobar con ejemplares tipicos la exactitud de esta sinonimia. 96 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) CATALOGO DE LOS «CHOLEV» DE ESPANA, Gnnero Choleva Latr. Choleva punctata Bris. — Sturm Bris. Género Gatops Payk. SuRGENERO Amemadus Reitt. Anemadus vandalitie Heyd. — clathratus Perris. — angusticollis Kraatz. SUBGENERO Ptomaphagus Illig. Ptomaphagus clavalis Reitt. — sericatus Chaud. — Rosenhaueri sp. noy. SuRGENERO Catops Payk. Catops pallidus Men. — depressus Murr. — marginicollis Lue. — nigricans Spence. — fuscus Panz. — coracinus Kelln. Catops grandicollis Erichs. — quadraticollis Aubé. — tristis Panz. SUBGENERO Seiodrepa Thoms. Sciodrepa Watsoni Spence. — scitula Erichs. SUBGENERO Nargus Thoms. Nargus velox Spence. — notaticollis Baudi. — Wilkinii Spence. — brunneus St. — anisotomoides Spence. SUBGENERO Attumbra Des Gozis. Attumbra Josephine Saulcy. -SuBGENERO Catopsimorphus Aubé. Catopsimorphus brevicollis Kraatz. _ Rougeti Saulcy. SUBGENERO Attiseurra Des Gozis. Attiscurra Marqueti Fairm, DATOS ALGOLOGICOS POR D. JUAN J. RODRIGUEZ VY FPEMENTAS. (Sesion del 5 de Febrero de 1890.) Ill. UNA ESPECIE NUEVA DEL GENERO CLADHYMENIA. Cladhymenia Bornetii sp. nova. Cl. fronde a disco radicali surgente, caulescente, foliosa, cum caule perenne, tereti, grosso, nigricante, vagéque ramoso; foliis, sew laminis foliiformis, annuis, roseis, carnosis, fasciculatis, tri-pinnatifidis , basi longé attenuatis; segmentis demum a mar- gine et disco denticulatis; tetrasporis infra apicem denticularum, in zona transversale, absque ordine aggregatis; antheridiis atque cystocarpiis ignotis. DescripciOn.—Fronda de 5 410cm., naciendo de un disco radical, con estipe caulescente y laminas foliaceas. Estipe perenne, cilindrico, de 2-3 mm. de grueso, negruzco, duro, vagamente ramoso. Laminas agrupadas en hacecillos termi- nales y laterales, anuales, rosadas, carnosas, largamente ate- nuadas en la base, ordinariamente tri-pinnatifidas en la parte superior, rara vez simples, con segmentos obtusos, oblongos i obovales; las adultas provistas de dientes 6 ligulas en los bordes y 4 veces en el disco. Estructura celulosa, con tejido interno, compuesto de células redondeadas y laxas; capa cor- tical formada de una sola serie de células poliédricas. Tetras- poras grandes, desarrolladas en los dientes, y formando en su conjunto una zona transversal, infra-apical y sin orden apa- ANALES DE HIST. NAT.—XIX. ra 98 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) rente: cada tetraspora ocupa una ancha cavidad en el interior del diente, el cual adquiere mayor espesor en su parte tetras- porifera, 4 causa probablemente del desarrollo de las tetras— poras y de la formacidén de las referidas cavidades. Anteridios y cistocarpios desconocidos. En Marzo y Abril aparecen las nuevas laminas foliiformes, aunque alguna vez he encontrado hasta mediados de Mayo ejemplares que conservaban las laminas del afio anterior. Solo durante los meses de Marzo y Abril he recogido la planta con fruto tetraspérico; pero dado el desarrollo que he obser- vado en varios individuos, opino que la fructificacidn debe de empezar en Octubre 6 Noviembre. Como las laminas son car- nosas, aunque no gelatinosas, se adhieren algo al papel con la desecacion. Habita en alta mar, desde 80 4 120 m. de profundidad, al E. y SE. del puerto de Mahon, y en varios otros puntos de las costas de Menorca, como son hacia Adaya, isla de Colom, cabo de Favaritx, Binillanti, cabo de Font y Canutells; pero solo abunda, al parecer, 4 unos 5 6 6 km. al SE. del puerto de Mahon. Dedico esta especie al eminente algdlogo de Paris, M. Bor- net, no solo para demostrarle mi profundo agradecimiento, sino porque ha sido para mi un apoyo tan eficaz y un guia> tan inteligente en mis investigaciones, que le corresponde de derecho gran parte del mérito que caber pueda 4 mis descu- brimientos. Hasta ahora, segun mis noticias, solo eran conocidas tres es- pecies del género Cladhymenia: las Cl. Lyalii Harv. y Cl. oblon- gifolia Harv., que crecen en la Nueva Zelandia, y la Cl. occi- dentalis Farlow mscr., especie inédita encontrada en 188] en las islas Bermudas por el distinguido algdélogo y profesor de Cambridge Mr. Farlow. La Cl. Bornetiz es, pues, la cuarta especie del género, y su primer representante en el Medite- rraneo. Tiempo hace que esta planta fué encontrada en estado esté- ril en Porto Maurizio, costas de Liguria, por el Dr. Strafforello, segun me ha comunicado M. Bornet. El Dr. Ardissone la refi- - 116 & la Halymenia Corinaldi en sus Floridee Jtaliche (vol. 1, (18) Rodriguez.— DATOS ALGOLOGICOS. 99 pag. 66), si bien posteriormente hizo constar en su Phycologia mediterranea (vol. 1, pag. 147) que habia examinado de nuevo los fragmentos, y que estaba convencido de que no pertene- -cian 4 dicha especie. Jacobo Agardh, al establecer el diagnéstico del género Cla- dhymenia (Epicr. Syst. Florid., p. 662), dice: «Frons planata ecostata pinnatim decomposita, demum processus fructiferis fimbriata..... Spheerospore in fimbriis evolute.....» Y en efec- to, habiendo podido examinar un ejemplar fructificado de la Cl. oblongifolia, he observado que los apéndices marginales, por su longitud y abundancia, tienen la forma de verdaderas franjas. En la Cl. Bornetiz los apéndices son mas cortos y mu- cho més distanciados, por lo cual he creido deber sustituir al nombre de franjas el de dientes. Esta diferencia es de tan escaso valor, que puede decirse que la planta de Menorca, asi por la forma y estructura de su fronda como por la fructifica- cidn tetrasporica, conviene con la frase diagndstica del géne- ro Cladhymenia. Sin embargo, de su comparacidn con dos es- pecies congéneres resulta una diferencia mas notable, seguin ha tenido 4 bien comunicarme M. Bornet, 4 quien la consulté. La estructura de las franjas 6 apéndices tetraspéricos de las Cl. oblongifolia y Cl. occidentalis presenta un tubo central, del que nacen cuatro 6 cinco gruesas ramas en forma de rayos que se dirigen 4 la periferia, y entre estos rayos se desarrollan las tetrasporas. En la Cl. Bornetii no sucede asi: como lo de- muestra la fig. 6, en el centro del apéndice se ve una masa de pequenas células de donde parten numerosos filamentos mu- cho mas delgados que los de las dos especies antes citadas, que se dirigen 4 la capa cortical; y si es que existe un tubo 6 filamento central, es tan poco aparente, que me ha sido im- posible precisar su existencia en las varias secciones que he practicado. Estudios posteriores pudieran, pues, demostrar que el tipo de crecimiento de la Cl. Bornetiz es distinto de las otras especies, y en este caso procederia quiza la creacidn de un nuevo género. Es esta una cuestidn que queda por ventilar, si bien, con los datos que hoy me son conocidos, no creo con- veniente separar esta planta del género Cladhymenic. La capa cortical de la fronda de la Cl. Bornetii, vista de pla- no, aparece formada por una serie de células penta 6 exago- nales (fig. 4), analogas 4 las que se ven en los Wilophyllum. 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Las células que constituyen la capa cortical de la Cl. oblongi- folia son mas redondeadas, y las de la Cl. occidentalis son alargadas y alineadas, muy parecidas 4 las de la Chondia. striolata Ag. Escritas las anteriores lineas, llega 4 mi conocimiento que Mr. Kiitzing ha figurado en sus Zabule Phycologice (vol. xvii, tab. 98) con el nombre de Spherococcus Palmetta var. subdivisa, una planta procedente de Dalmacia que parece referirse 4 la especie descrita. Y en efecto, la fig. d dada por Mr. Kiitzing conviene exactamente_ con las laminas foliaceas de nuestra planta, la cual, por lo visto, se encuentra, ademas de las Ba- leares, en las costas de Liguria y de Dalmacia. Explicacion de la lamina II. Fig. 1. Ejemplar joven recogido en Marzo: sobre un antiguo estipe aparecen las nuevas laminas folidceas.—Tamafio natural. » 2, HEjemplar mas desarrollado, recogido en Junio.—Tamafio na- tural. >» 38, Ejemplar tetrasporifero , recogido en Abril—Tamafo natural. >» 4. Tejido cortical de la l4mina, visto de plano.— Aumento 100 didmetros. » §. Diente tetrasporifero.—Aumento 45 didmetros. » 6. Seccidn transversal del mismo.—Idem, id. » 7. Seccidn transversal de la lamina.—Idem, id. HERBORIZACION EN PANTICOSA (JULIO Y AGOSTO DE 1889), POR D. JUAN J. RODRIGUEZ Y FEMENIAS. (Sesion del 8 de Enero de 1890.) La estancia en el balneario de Panticosa no tiene nada de agradable. Las dos novenas, 6 sean los diez y ocho dias de tratamiento que los médicos imponen generalmente a los en- fermos, parecen 4 estos interminables, 4 motivo de las esca- sisimas distracciones de que en aquel agreste sitio se dispone. Conocedor de esta circunstancia, propiseme en el ultimo ve- rano dedicar las largas horas que el tratamiento deja libres a la recoleccién y estudio de las plantas que crecen en aque- llos alrededores; y al efecto, adicioné mi reducido equipaje con el Prodromus Flore Hispanice de Willkomm y Lange, la Flore Francaise de Gillet y Magne, y algunas manos de papel secante. Y por cierto que no me arrepenti de haber realizado mi pro- posito. Las horas pasaron velozmente, y al terminar los diez y ocho dias de permanencia en el balneario— del 30 Julio al 16 Agosto—habia recogido, estudiado y desecado las 139 espe- - cies que 4 continuacién se detallan, entre las cuales hay no pocas interesantes 6 nuevas para aquella regidn; siendo de notar que cuatro de ellas (Zeucanthemum commutatum, Campa- nula linifolia, Lathyrus pyrenaicus & Hypericum Desetangsit ), no estan comprendidas en la citada Flora de los sefiores Willkomm y Lange. Debo hacer constar, sin embargo, que obtuve ese resultado merced 4 la cooperacién que me presté el farmacéutico de Laguna de Cameros D. Sebastian Hombria, joven y activo botanico que fué mi compafero en toda la tem- 102 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) porada, y que me auxilid, asi en la recoleccién como en la desecacioén de las plantas. Quedan todavia muchas fanerdga- mas por recoger en aquellas empinadas vertientes y elevadi- simos pefiascos, 4 menudo inaccesibles, que quiza tome por objeto de estudio en anos sucesivos. Las especies que no me fué dado clasificar con los escasos elementos de que alli disponia, lo fueron poco después por el distinguido botanico de Paris M. Rouy, que tan conocedor es de la flora de Espana. Hallandose situado el establecimiento balneario de Panti- cosa 4 1.636 m. sobre el nivel del mar, y habiéndome limitado- & herborizar en las laderas mas inmediatas al circo en que se halla aquel enclavado, y en la parte superior del barranco del Escalar, puede darse por sentado que todas las plantas por mi recogidas proceden de 1.600 4 1.700 m. de altura. En la relacién que sigue he adoptado el orden admitido en el Prodromus Flore Hispanice de Willkomm y Lange, con eb objeto de facilitar su consulta. Polypodium vulgare L.—Penas himedas. Asplenium Trichomanes L.—Idem. — seplentrionale Sw.—Idem. Cystopteris fragilis Brhd.—Idem. Polystichum Filiz mas Rth.—Idem. Aspidium aculeatum Koch.—Idem. — Lonchitis Sw.—Idem. Briza media L..—Laderas; abunda. Molinia cerulea Moch.—Rara en las laderas humedas. Orchis maculata L..—En los prados; muy rara. Juncus bufonius L..—Sitios humedos. Tofieldia calyculata Vahlenb.—Pefiascos muy humedos; rara.. Merendera montana Lge.—Pradera; empieza a florecer 4 me- diados de Agosto. Rumex scutatus ..—Abunda en las laderas. ‘aleriana officinalis L.—Sitios himedos del Escalar. Trichera silvatica Schrad.—Laderas. Bellis perennis .—Laderas himedas en el,Escalar. Erigeron alpinus L.—Laderas y grietas de los penascos. Aster alpinus L.—Raro en las laderas humedas. Solidago Virga aurea L.—Grietas de las penas. (3) Rodriguez.— HERBORIZACION EN PANTICOSA,. 108 Gnaphalium norwegicum Gunn., var. angustifolia Willk. — Laderas. — supinum L.?—Laderas. Achillea Millefolium L..—Pradera. Leucanthemum conmutatum Timb.—En los prados y laderas. Senecio viscosus L.—Lados de los caminos. Carduus carlinefolius Lamk.—Laderas. Hypocheris radicata L., var. rostrata Moris.—Pefiascos. Hieracium Pilosella L.—Pradera. — amplexicaule L..—Laderas. Jasione humilis Lois., var. montana.—Laderas. Phyteuwma Halleri All.—tLaderas. Campanula glomerata L.— Pradera. — Trachelium L.—ULaderas. — linifolia Lam.—Idem. = rotundifolia L.—Pradera. Galium vernum Scop.—Grietas de los pefiascos. — anisophyllum Vill.2—Laderas. — pyrenaicum Gou.—Idem. Rhododendron ferrugineum L.—dem. La floracion termina en Julio. Calluna vulgaris Salisb.—Laderas. Plantago carinata Schrad.—Idem. Globularia cordifolia L. 3. nana Camb.— Penascos. Thymus Serpillum L.—Abunda en laderas y pefnascos. Calamintha alpina Bth.—Laderas. — Clinopodium Bth.—Idem. Nepeta Nepetella Koch.—Idem. Lamium maculatum L.—Idem. Galeopsis pyrenaica Bartl.—Pradera. = Tetrahit L.—Laderas. Sideritis hyssopifolia L., var. angustifolia Bth.—Laderas. Brunella alba Pall.—Laderas. Teucrium Scorodonia L. (forma calice pubescente).—Laderas. — Chamedrys L.—Penascos. Myosotis intermedia Lk., var. stenantha.—Sitios muy humedos. Solanum Dulcamara L.—Sitios humedos. 3 Scrophularia alpestris J. Gay.—Laderas. ; — canina L.—Margenes de la carretera. Linaria alpina DC.—Laderas. 104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Linaria supina Desf.—Laderas. Antirrhinum sempervirens Lap.—Grietas de los penascos. Digitalis purpurea L.—Comun en las laderas. Erinus alpinus L.—Abunda en las grietas de las peflas som- brias. Veronica serpyllifolia L.—Sitios aguanosos. — Pong Gou.—Pradera, en sitios himedos. — fruticulosa L., var. pilosa Gr. Godr.—Penascos. — Beccabunga L..—Sitios aguanosos. Pedicularis silvatica L.—Sitios muy humedos. Euphrasia oficinalis L., var. (forma muy aproximada 4 la Luph. parviflora Fries).—Abunda en las laderas. Pinguicula vulgaris L.—Sitios muy humedos. Primula farinosa L.—Sitios aguanosos, entre los musgos. — viscosa Vill.—Grietas de las peas. La floracién habia ya terminado. Vincetoxicum oficinale Mcench.—Abunda. Eryngium Bourgatt Gou.—Laderas. Conopodium denudatum Koch.—Pradera. Savifraga aizoides L.—Abunda en sitios muy humedos. — Aizoon Jacqg., var. microphylla Koch.—Grietas de los penascos. — exarata Vill.—Grietas de las pefias. — Pentadactylis Lap.—Idem. —- stellaris L.—Laderas, en sitios himedos. Sempervivum arachnoideum L..—Laderas; rara. Sedum reflexum L.—Penascos. — anglicum Huds.—Laderas. — hirsutwm All.—Idem. Scleranthus perennis LL.—Idem. Paronychia capitata Lam., var. serpyllifolia Gr. Godr.—Grie- tas de los penascos. Sperguiaria rubra Pers., var. alpina Willk.—Margenes de la carretera. Epilobium collinum Gmel.—Pradera. Cotoneaster vulgaris Lindl.—Penascos. Alchemilla vulgaris L.—Abunda en sitios himedos. — alpina L.—Pefiascos. Rubus cesius LL.—Laderas. Fragaria vesca \..—Tdem. (5) Rodriguez.—HERBORIZACION EN PANTICOSA. 105 Potentilla alchemilloides Lap.—Peiiascos; rara. _ Tormentilla Sibth.—Laderas; abunda. — argentea L.—Laderas. Geum urbanum L.—Sitios hiumedos de las laderas; rara. Hippocrepis comosa L., var. prostrata Boiss. {El caliz es lampi- ho, con los dos dientes superiores divergentes, arqueado- recurvados).—Grietas de los pefascos. Vicia pyrenaica Pourr.— Pefias. — sepium L., var. montana Koch.—Laderas. Lathyrus pyrenaicus Jord.—Laderas pedregosas del Escalar. Anthyllis Vulneraria L., var. vulgaris Willk., flaviflora.—Mar- genes de la carretera. Lotus corniculatus L., var. alpinus Boiss.—Pradera. Trifolium montanum L.—Pradera. — repens L..—Abunda en las laderas. — alpinum L.—Laderas. = pratense L.—Muy comun en todas partes. khamnus pumila L.—Penascos. Luphorbia Hsula L.—Pradera. Buzus sempervirens L.—Laderas del Escalar. Geranium pyrenaicum L.—Laderas. Linum catharticum L.—idem. Polygala calcarea Schultz.—Pefas humedas. — vulgaris L.—Grietas de los pefascos. Malva moschata L.—Laderas; rara. Hypericum fimbriatum Lam.—Penascos. — perforatum L.—Laderas. — Desetangsii Lamotte, var. perforatum Bonnet. — Pradera, en sitios humedos. — nummularium L.—Penascos. . Sagina procumbens L.—Sitios humedos de las laderas. Cerastium alpinum L.—Sitios aguanosos. Silene Sazifraga L..—Grietas de los penascos. — rupestris L.—Idem. — nutans L.—Laderas. — inflata Sm.—Idem. Gypsophila repens L..—Pefiascos muy humedos. Dianthus deltoides L.—Pradera. h- — Requienii Gr. Godr.—Laderas; raro. ~~ — pungens Gr. Godr.—Penascos. 106 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Viola canina L.—Penascos. — lutea Huds.—Laderas. Parnassia palustris L.—Sitios muy humedos. Sisymbrium austriacum Jacq., var. acutangulum Koch.— Pra- dera. Cardamine resedifolia L.—Laderas. Meconopsis Cambrica Vig.—Idem; rara. Reseda glauca ..—Penascos. Ranunculus Stevent Andrz.—Comun en sitios himedos. Anemone Hepatica L.—Grietas de los pefascos humedos; sin flor. Helleborus fetidus L.—Abunda en las laderas. Aconitum Napellus L.—Idem. LOS FOSFATOS DE CAL NATURALES, ENSAYO DE MONOGRAFIA MINERG-GEOLOGIGA, POR D. SALVADOR CALDERON Y ARANA. (Sesion del.6 de Noviembre de 1889.) INT RODUCCION: El apatito y los demas fosfatos de cal naturales constituyen un asunto de estudio, bajo el punto de vista de su origen, transformaciones y relaciones con los restantes factores de la vida del globo, que ofrece un interés especial para mostrar en un segundo ensayo la direccién que deberia seguir esa rama que hemos propuesto llamar la Mineralogia geoldgica (1). A esta corresponderia encauzar las investigaciones genéticas y de quimica terrestre, segun un plan cientifico de que se ca- rece aun. El estudio de los fosfatos naturales muestra bien claramente como, 4 pesar de producirse un material considerable de da- tos sobre la historia de una especie mineral, no se llega a constituir un cuerpo de doctrina, por falta de un plan cienti- fico que presida 4 los naturalistas en este linaje de investiga- ciones. Los agricultores, en sus ensayos y luminosas polémi- cas sobre el verdadero valor de los fosfatos como abonos y mejoramientos de las tierras; los industriales, en sus trabajos para obtener dichas sustancias & bajo precio y para fabricar (1) CALDERON: La sal comin y si papel en eb organismo del globo. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo xviz, 1€88.) 108 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) con ellas los superfosfatos; los gedlogos, esclareciendo la edad y formacién de los depésitos, y los quimicos, ocupados en per- seguir las transformaciones del fosfato, tanto en el seno de las tierras arables y de los organismos como en sus laboratorios, y de reproducir en ellos los procesos genéticos naturales, to- dos, y cada cual desde su especial punto de vista y en esferas desgraciadamente independientes, han realizado infinidad de trabajos y producido valiosisimas investigaciones que es difi- cil recopilar, y mas aun enlazar sistematicamente (1). Y, sin embargo, al intentar nosotros esta obra, sin pretender lograrlo de un modo cumplido, hemos podido comprobar una vez mas que siempre que en el campo de la ciencia de los materiales constitutivos del globo se reune el cuestionario de los puntos tanteados sobre un asunto cualquiera, se observa la deficien- cia de muchos términos, aun de los mas necesarios para pe- netrar en la indole verdadera de los problemas que entrana su papel como parte integrante del organismo terrestre. Cierto que en el caso que motiva el presente ensayo puede afirmarse ya con seguridad que la fuente primera y univer- sal de los fosfatos naturales es el apatito, que en forma de cristales microscépicos se halla disperso en el seno de las ro- cas antiguas, tanto graniticas y eruptivas como sedimenta- rias metamorfizadas; pero gqué sabemos aun respecto al ori- gen de este apatito, ni de su paso 4 otras rocas sedimenta- rias, en las que se halla tan pronto cristalino como amorfo, de su influencia en la produccién de otros fosfatos y otros minerales, que, ano dudarlo, deben su existencia 4 las ac- ciones y reacciones de los elementos del apatito primitivo con diversos factores integrantes de la corteza terrestre? Otra cuestion muy oscura y desatendida, 4 pesar de su ma- nifiesta transcendencia, es la tocante & la parquedad que la naturaleza muestra en punto & creacién de minerales fosfa- tados. Il quimico, disponiendo de un material y de elemen- (1) En medio de los muchisimos trabajos monograficos locales que sobre el asunto se vienen publicando, y de los que tendremos ocasion de citar algunos, solo conoce- mos con caracter de recopilacion, entre los modernos, uno de M. P. Lévy (Des phos- phates de chauz, de leurs principaux gisements en France et a Vétranger. Utilisation en Agriculture. «Annal. des Science. géol., t xx, nimeros 38, 4. Paris, 1883»), y sobre todo la bella monografia sobre la naturaleza y origen de los fosfatos de cal de R. A. F. Pen- rose (« Bull. of the United-Stat. geol. Survey, n° 16, 1888»). (8) CalderoOn.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 109 tos insignificantes en comparacidn de los que pone en juego el gran laboratorio terrestre, ha logrado producir un gran numero de compuestos de este grupo que no existen en el clobo, y otros que solo se presentan en circunstancias muy excepcionales. Los principales fosfatos que se conocen en es- tado natural son los de cal, magnesia y hierro: estos dos ulti- mos relativamente escasos; y mucho mas todavia lo son otras combinaciones multiples, que forman fosfatos dobles y tri- ples, en que interviene la alumina, por ejemplo, el mineral que con el nombre de goyacita ha descrito M. Damour (1), y que se compone de acido fosférico, alumina y cal, y se halla en pequenos granos redondeados en los terrenos diamantife- ros de la provincia de Ouro Preto, en el Brasil. Asimismo se citan como excepcionales los fosfatos de cal hidratados , como la fair fielddila y \a isoclasa del guano, y la sombrerita mezcla de fosfato de cal hidratado con otros fosfatos de la isla del Sombrero. Es, en fin, notable que en el estado natural no exis- tan ni el fosfato acido de cal 6 superfosfato, el bicalcico 6 pre- cipitado que crea la industria de los abonos, ni el tetracalci- co, que los ingleses Gilchrist y Thomas han logrado producir en condiciones econémicas utilizando el acido fosférico de las escorias y bajo la influencia de una alta temperatura. Asimis- mo los silico-fosfatos, con la sola excepcidén de unos granillos de la creta de Ciply, de que haremos mérito especial, y que acaban de descubrirse, todos los demas son productos artifi- ciales, pues algunos minerales reputados como tales (hipoclo- vila, sordawalita, etc.), parecen ser simples mezclas de silica- tos y fusfatos. En cambio en el laboratorio de MM. Hautefeuille y Margottet (2) han obtenido un verdadero /osfato de silice, como ellos le han llamado, y cristalizado hermosamente bajo cuatro formas distintas, que responde 4 la formula Ph 0°, Si 0%, cuerpo resultante de someter a la accién del calor una disolu- cién de silice en el Acido fosforico. Deshidratando la disolu- cién 4 una temperatura elevada se producen ademas concre- ciones de fosfato de stlice hidratado. Los fosfatos naturales se pueden dividir en dos series de muy distinto desarrollo en el globo: apatitos, en cuya*base (1) Bull. de la Soc. miné. de France, t. vir, 1884. (2) Compt. rend. Acad. des Scienc., 3 de Enero de 1837. a eh ae 110 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) domina la cal, y wagneritas, en que la cal es remplazada por la magnesia. Los primeros son exagonales, al paso que son monoclinicos los segundos. Las reproducciones artificiales han puesto de manifiesto una serie de wagneritas paralela a la de los apatitos, serie que no tiene equivalente en los com- puestos naturales (1). La causa de semejante sobriedad en la produccién de espe- cies fosfatadas, y el predominio tan preponderante que, en en medio de condiciones diversas por extremo, ofrece el fos- fato anhidro sobre los demas fosfatos de cal, es cuestidn, como queda dicho, de alto interés, pues parece constituir una nota caracteristica de la economia del globo terrestre. Otro orden de consideraciones independiente 4 primera vista . de las anteriores, y que no obstante resulta en realidad inse- parable de ellas, se refiere 4 la relacién que el fosfato de cal ofrece con los organismos. Todos los vegetales y todos los animales lo contienen, siquiera sea en pequena cantidad; pero con tal constancia, que constituye un factor indispensable para su desarrollo. Al mismo tiempo, ellos se encargan de hacerle emigrar de un punto 4 otro en una rotacién eterna y vertiginosa, cual la de muy pocas sustancias minerales; y 4 ellos se debe la inmensa mayoria del fosfato interpuesto en los sedimentos, merced al apatito de las antiguas rocas. Asi, este ultimo, que se reputa como un cuerpo casi del todo inata- cable por los agentes fisico-quimicos, entra en el torrente de la circulacién del globo, merced 4 la accién combinada de estos agentes y de los organismos, en esa solidaridad, atin no bastante declarada, de los mundos mineral y organico. Esta complejidad de relaciones del fosfato de cal, lleva con- sigo su pluralidad de yacimientos que tanto le caracteriza, pues integra en la constitucién de toda clase de rocas, desde las graniticas y cristalofilicas, hasta las metamoérficas, vol- canicas y sedimentarias de todas las épocas, siendo la mejor prueba de la difusidn universal del acido fosférico la existen- cia de la vida organica en todos los parajes. De aqui tantas teorias sobre el origen de los fosfatos, teorias que todas tienen verdad en lo que afirman y error en lo que niegan, al preten- der caracter absoluto. (1) Fouqué et Michel Lévy: Synthese des minéraux et des roches. Paris, 1882. 45) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 1 El cuadro sistematico de estas cuestiones y de otras subor- dinadas 4 ellas, bajoel punto de vista puramente especulativo, abarcandolas bajo sus multiples aspectos y relaciones entre sf, presenta, 4 no dudarlo, un campo de estudio de excepcional interés para el esclarecimiento de esa fisiologia intima del globo, que empieza apenas 4 bosquejarse, y que es al cono- cimiento de la vida de la tierra lo que la fisiologia histolo6gica al estudio de los organismos. HISTORIA DEL ESTUDIO DE LOS FOSFATOS. El estudio de los fosfatos de cal es uno de los primeramente emprendidos por los naturalistas que cultivaban diversos ramos de la ciencia, tanto bajo el punto de vista puramente especulativo, como bajo el de las aplicaciones 4 la industria agricola. Los memorables trabajos de Liebig vinieron a sinte- tizar el resultado final de tantas investigaciones, que no es ' otro en definitiva mas que el principio de la circulacién ince- sante y de la indestructibilidad de la materia; pero faltaban al gran quimico los datos que la geologia moderna ha podido reunir para poder seguir paso 4 paso esas emigraciones, que constituyen los procesos vitales del globo. Mas antes de llegar a resultados tan sintéticos, el descubri- miento de los fosfatos de cal naturales y el de su difusién en pequenias cantidades en las rocas de todos los origenes y eda- — des y en el seno de todos los organismos, se habia ido hacien- do mediante una labor lenta y altamente cientifica. De este asunto se ha ocupado bajo el punto de vista historico el emi- nente Daubrée, haciendo una narracién bastante detallada de los fosfatos (1), de la cual vamos 4 resumir las noticias prin- cipales, que completaremos en algunos puntos con otras que hemos podido nosotros inquirir, y con datos posteriores a la fecha de publicacion de su trabajo. (1) Notice sur les nouveaux gisements du chaux phosphate. (Mém. de la Soc. imp. 4d’Agriculture, 1868.) 112 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) El descubrimiento de las combinaciones mineraldgicas del fosforo se remonta 4 fines de 1700, época en que Klaproth se- falé la presencia de este cuerpo en los fosfatos naturales de cal, de plomo y de hierro. Posteriormente, y a compas del perfeccionamiento de los métodos analiticos, la existencia del fosforo se fué comprobando en otros minerales y en otras ro- cas: asi Fownes, reconociendo la composicién de varias espe- cies litoldgicas, encontré una proporcién de acido fosforico muy variable en las margas, y Fehling, en 1850, did 4 luz una notable serie de trabajos, probando que el mismo cuerpo existia en forma de cal fosfatada en las calizas del Wurtem- burgo. Desde luego se comprende que, al estudiar el gedlogo los materiales integrantes de la corteza terrestre en grandes ex- tensiones, ha de sorprender todos los momentos de las evolu- ciones y transportes que minerales como el que nos ocupa reco- rren, pasando insensiblemente desde su estado de pureza hasta cambiarse en otras especies, de donde nace la dificultad de definir estas; dificultad que ha transcendido hasta la nomen- clatura misma.. Asi los fosfatos de cal fueron definidos con notable vaguedad é incertidumbre durante mucho tiempo, lo cual procedia, ademas de la razén ahora dicha, de la falta de conocimientos quimicos y de confundir las variedades crista- lizadas con otros minerales muy distintos. Werner, el padre de la Mineralogia cientifica, fué el primero que fij6 con bastante exactitud los caracteres del género cal, formando tres especies con los fosfatos de esta base, y poco después las citadas investigaciones de Klaproth permitieron distinguir ademas del fosfato disperso en las rocas, los yaci- mientos especiales de esta sustancia en estado de cal fosfa- tada, llamando apatito 4 las variedades cristalizadas y fos/o- rita & las compactas, amorfas 6 terrosas. Poco tiempo después el gran Hatiy vuelve 4 ocuparse de la cuestién, y propone la idea, que corridé entre los mineralogis- tas, de formar con los fosfatos de cal naturales un género que comprendiese las tres especies descritas con independencia por Werner, y cuya definicién precisé también él mismo del modo siguiente: la /osforita, como especie amorfa, 6 mas bien, radiada; el apatito, especie cristalizada, llamada asi de araréw, yo engaio, aludiendo 4 que sus predecesores la habian con- (7) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 113 fundido 4 veces con la crisolita, la amatista, el berilo, la tur- malina, el espato-fiuor y otros minerales, y, en fin, el spar- gelstein, también cristalizado, pero verdoso y algo distinto del anterior. Posteriormente, este género de Haiiy ha descendido 4 la categoria de especie, bajo el nombre colectivo de apatito, que abarca como variedades las ya denominadas por Werner y otras descubiertas después; y, generalizindose el mismo nombre, suele usarse en una acepcidn atin mas lata y vaga, como sinénimo de fosfato natural, en cuyo sentido se suele decir apatito de hierro, de cobre, de plomo, etc. Los mineralogistas han tardado mucho en llegar 4 un acuerdo sobre la composicién del género fosfato tal como le definid Hatiy, y sobre todo de la especie apatito; pues, en tanto que este le conceptuaba simplemente como un fosfato de cal, Rosse consideraba al fluoruro de calcio que entra en su constitucién, no como un elemento accesorio y accidental, sino como un factor esencial del mismo, opinidn que se ha confirmado al] fin y segun la cual existen en el apatito dos sustancias: fosfatada la una y fluorurada la otra. Mas tarde otros quimicos han descubierto apatitos en los que el cloro reemplaza al fluor. Sin insistir mas en este orden de consideraciones, que se trataran con mayor amplitud al ocuparnos de la composicién de los fosfatos, vamos & continuar nuestra rapida exposicién histérica del asunto mencionando los descubrimientos de los minerales y rocas fosfatadas, que tan poderosa influencia han ejercido en todos los desarrollos modernos de la agricultura tedrica y practica. El primer hallazgo y estudio de nédulos de cal fosfatada en los terrenos sedimentarios se debe 4 Berthier, quien en 1818, encontré que las piritas de Wissant, en el Paso de Calais, con- tenian dicha sustancia. En 1820 volvié 4 reconocerla en cier- tos néddulos de los contornos del Havre, yaciendo en estratos cretaceos sincrdénicos de los de Wissant, cuyos resultados, ani- mando a otros geélogos, produjeron bien pronto descubri- mientos analogos en Kent y Surrey, en Inglaterra. M. Paine de Farnham, en 1848, anuncia la ventaja de susti- tuir 4 los huesos los nédulos fosfatados para la fertilizacién de las tierras; y aunque sus ideas no fueron universalmente aco- gidas desde luego sin reserva, no dejaron de estimular 4 mu- ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 8 114 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) chos exploradores en el descubrimiento de nuevos yacimien- tos de fosfato. Se fijaron estos Ultimos en la analogia que el terreno cretaceo ofrece en los dos litorales opuestos de la Man- cha, analogia que lleva 4 pensar que en lado francés debian hallarse los mismos ndédulos de la ribera inglesa, como, en efecto, se comprobo bien pronto: Mengy encontro en los de- partamentos del Norte y de los Ardennes los fosfatos de cal mezclados con los de hierro; Melon y Rousseau los reconocie- ron en otros departamentos del O., en el gault, en una zona de 300 km., y con gran riqueza; Lory descubrio la fosforita de Isére, la Drdme y Saboya, y, multiplicandose los hallazgos, hoy se conoce dicho cuerpo en 39 departamentos franceses. Este gran movimiento fué iniciado por Elie de Beaumont, que en 1856 llamo el primero la atencidn sobre la importancia de los fosfatos. Al mismo tiempo que en Francia, en Alemania, en Bélgica y en Inglaterra continuaban las exploraciones con el igual ardor que hoy reina, aunque tardiamente, en el Mediodia de Espana. En Westfalia se descubria la existencia de la fosfo- rita diseminada en la arcilla pizarrosa de la cuenca carboni- fera del Rechr, junta con la pirita y el carbonato de hierro, en forma de rifiones de color negro (Nierenpacken) intima- mente unidos 4 los fosfatos de hierro, de magnesio y de alu- minio, con materia carbonosa. En Bélgica, después de muchas investigaciones, aparecié en el término de Verviers, la fosfo- rita en el limite de la caliza carbonifera, donde arma ordina- riamente la limonita con otros minerales de hierro. ; En Espana el descubrimiento de las fosforitas de Extrema- dura se remonta al siglo pasado, en que Bowles (1) did 4 co- nocer este mineral de Logrosan como una de las curiosidades de nuestro suelo, describiendo su fosforescencia, pero sin te- ner idea de su composicidn, ni darle otro género de impor- tancia. Mas tarde otros observadores han hablado del mismo cuerpo, concediéndole 4 menudo extension tal en la localidad que se ha dicho formaba montafas enteras y se usaba como piedra de construccidn, errores que todavia reproducen algu- nas obras modernas. Pelletier, Donadai, Proust, Dauveny y Q) Lntroduccién & la Historia natural. 9) CalderOn.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 115 otros quimicos emprendieron trabajos mas serios que los que antes habia para averiguar la verdadera composicién y ri- queza de los fosfatos de Caceres, de cuya explotacién se traté en Cortes en 1855, en sesiones que quedaron memorables, y no por cierto como pagina giloriosa de la ciencia espafiola en aquellos tiempos. Estas sirvieron, sin embargo, para que se comisionara 4 los ingenieros Sres. Naranjo y Pefuelas, que inician el primer estudio geoldégico serio sobre este asunto, que fué seguido de otra Memoria, buena como todas las suyas, de D. Casiano de Prado (1), y luego de otras muchas de varios ingenieros, que seria larga tarea ir enumerando. En 1870 se empezo 4 agitar en Extremadura con vivo inte- rés la investigacién de los criaderos de fosforita, suponiéndo- se, y no sin fundamento, que no serian los Wnicos que existie- ran en el pais, los de Logrosan que ya se conocian. Con efec- to, hoy en todo el territorio comprendido entre Zarza Mayor y Ceclavin, en una superficie de 29 km., se han descubierto mas de veinte filones, que han motivado mas de cien regis- tros mineros. Estos filones, que arman en granito, en pizarras cambricas 6 estan intercalados en caliza, se prolongan en Por- tugal por el Alemtejo, constituyendo en conjunto con los es- pafoles una zona de excepcional importancia, cuyo estudio puede consultarse en la excelente Memoria de los sefiores Egozcue y Mallada (2), que tendremos ocasién de citar en lo sucesivo con diferentes motivos. La investigacién de los yacimientos de fosforita se prosigue en toda Europa con un tesén siempre estimulado por la buena salida del producto en Inglaterra y Alemania, que son casi las Unicas naciones consumidoras de él en toda Europa. Fran- cia, que ha sido desde el tiempo de M. Desailly la iniciadora de la explotacién de los fosfatos en grande escala, y que man- tiene con ella hoy mas de 30.000 obreros, marcha, sin embar- go, muy rezagada en punto al empleo de producto tan precio- . so para aumentar la produccion agricola. En cuanto 4 los de- mas paises productores de fosfatos, y particularmente Espana, la industria en cuestidn lucha con grandes dificultades, que (1) De la fosforita y de otras sustancias minerales Josfatadas.—Madrid, 1857. (2) Memoria geologico-minera de la provincia de Caceres. (Memorias de la Comisién del Mapa geologico d2 Espana, 1876.) 116 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) no seria oportuno tratar aqui, y entre ellas muy sefialada- mente la de que Inglaterra se ha hecho duefia de todo el fos- fato de Europa, con excepcidén del de Francia. Los descubrimientos de depdsitos de fosfato mas importan- tes que se han realizado hasta ahora se remontan & pocos afios. Tales son los de Rusia, entre el Dnieper y el Volga, donde ocupan una superficie estimada por Yermoloff en 20 millones de hectareas, suficiente para adoquinar la mitad de Kuropa, y los depésitos de cal fosfatada de la Carolina del Sur, los més importantes de todos bajo el punto de vista co- mercial, pues en 1884 ha proporcionado esta la importante ci- fra de 437.000 toneladas. Cuando el Norte de Francia haya agotado sus yacimientos, podra, 4 ejemplo de Inglaterra y Alemania, dirigirse sea 4 Rusia, sea 4 América, y los agricul- tores obtendran fosfatos para abonar sus tierras durante mu- chos siglos todavia. Para no adelantar el planteo de cuestiones que 4 su tiempo hemos de tocar, no entramos en esta rapida resefia histdrica ni en la cuestién del descubrimiento y polémicas sobre el em- pleo de los fosfatos en agricultura, ni en las luminosas discu- siones entabladas entre los naturalistas de diversos ramos so- bre el origen de la fosforita y del apatito. Nos bastara por ahora, y como decimos, 4 reserva de tratar tan importantes asuntos oportunamente, decir que el estudio de los fosfatos naturales, perseguido con fines diversos, pero en todos de un modo singularmente activo, ha producido tantos resultados bajo el punto de vista de la investigacién tedrica, como bene- ficios bajo el de las industrias extractiva, fabril y agricola. IT. CARACTERES DE LOS FOSFATOS DE CAL. Si 4 partir de las variedades extremas bien caracterizadas se van examinando las formas intermedias entre los tipos de fosfatos de cal naturales descritos por Hatiy, se encuentran tantos transitos y tan insensibles, que se borran todos los limites dentro de los cuales pudieran encerrarse. Asimismo, de las fosforitas ricas se pasa 4 otras de menor ley, y de estas (11) Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 117 gradualmente 4 las calizas fosfatadas y 4 otras rocas, que in- dudablemente, 4 nuestro juicio, deben estudiarse también en una monografia del caracter de la presente, puesto que estas son tan pronto causa de formacién de depdsitos de fosforita, como efecto de las acciones y reacciones de esta sobre diver- sos materiales de la corteza terrestre. Ks dificil, y quiza imposible, en el estado actual de los co- nocimientos sobre la génesis de los minerales, establecer una clasificacién razonada de las heterogéneas materias fosfata- das que se conocen; y por ello entendemos que el punto de vista ecléctico es el Unico que cabe adoptar con algun prove- cho para resolver la cuestidn, siquiera sea de un modo provi- sional. En este concepto la clasificaciédn de Penrose (1), aun- que arbitraria en muchos casos, como el mismo autor reco- noce, es sin embargo la mas completa que existe, por abarcar todos los yacimientos y formas en que la especie se presenta. Consta de dos grupos: el primero (minerales fosfatados) com- prende los grupos dotados de las propiedades inherentes 4 la especie; el segundo (rocas fosfatadas) encierra todas las sus- tancias fosfatadas que no pueden incluirse en la divisién an- terior, subdividiendo estos grupos del modo que indica el si- guiente cuadro (2): (Ar AD BtLbO Sa ccs scrote cts Sis eis Cay) Minerales fosfatados.? Fosforitas. (Clor-apatitos. (ciptita. Ndédulos de fosfato amorfo. Hake gle Hess ‘(Conglomerados. Caliza fosfatada. Rocas fosfatadas.. Solubles: a enanawe age er ie tes eat A : Desleibles 6 insolubles. Bone-beds. Con arreglo 4 esta clasificacidn expondremos sucesivamente las cuestiones referentes 4 la caracteristica, yacimiento, ori- gen y funciones de cada uno de los grupos, empezando por el estudio purameate mineraldgico. (1) Obra citada. (2) Hemos agregado al cuadro de’Penrose la ciplita, especie que acaba de darse 4 conocer. 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Apatito. Estudiando bajo esta denominacién el fosfato anhidro de cal con otro compuesto en menor cantidad, y siempre crista- lizado, debemos estudiar aqui, ademas del apatito tipico, otras variedades que responden a la misma composicién y forma, por mas que algunos mineralogistas las hayan separado en especies independientes, atendiendo 4 consideraciones que en ultimo término son secundarias, Los ejemplares que por su belleza y perfeccién deben to- marse como modelos para definir el grupo y estudiar sus ca- racteres son los cristales de Arendal, Snarum, Hammond en Nueva-York, estados de Maine, Massachusset, Nueva Jersey y otros puntos de la América septentrional y de Bolivia, donde se presentan los apatitos incoloros asociados al espato calizo, & la escapolita y 4 otros minerales en formaciones de contac- to. Son particularmente notables los bellisimos prismas exa- gonales terminados por piramides, de color verde amarillento claro, que encierra la caliza arcaica del Canada, de los cuales presentd Mr. Logan en la Exposicién universal de Londres cristales de hasta 3 decimetros de longitud por 1 de diametro. Mr. Penrose menciona un individuo hallado entre otros en el condado de Ontario, que pesa mas de 700 kg. La exposicién de la historia cristalografica del apatito pre- sentada en detalle seria demasiado larga para poderla inten- tar aqui, sin exceder los limites de extensiédn en que en este bosquejo hemos procurado encerrarnos. Estos cristales, que son bastante frecuentes, pertenecen al sistema exagonal y & la seccién hemiédrico-piramidal, isomorfos con la piromor- fita, la vanadita y la mimetesita; pero dentro de esta seccién se encuentran infinidad de formas que se van multiplicando de dia en dia. Las mas ordinarias son: 2 P (JM), o P 2(e), oP (P), = P(r), 2 P(z), y también 2 P 2 (s/: cuando se presen- tan piramides diexagonales y prismas, aparecen por regla ge- neral solo con la mitad de sus caras; pero en ciertos cristales de Pfitsch y otros sitios han hallado, sin embargo, G. vom Rath y Hessenberg la piramide 3 P =, y también Kenngott y Rh 3 Klein el prisma « P >, aunque esto es muy raro. (18) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 119 Para dar una idea de las formas principales del apatito nos limitaremos 4 reproducir las siguientes figuras de la clasica obra de Naumann y Zirkel (1). Figuras 1 45. Fig. 1.—« P.P; forma frecuente en la esparraguina y la moroxita. Las aristas latera- les del prisma se hallan frecuentemente truncadas por » P 2. Fig. 2.—ao P, 0 P, P, combinacién muy frecuente, P : z = 139° 47'. Fig. 3.— La combinacién anterior con adicién de las caras 2 P 2. 1 Fig. 4—2 P, oP, P,2P2; Pir— 157° 5!. ‘ 3 Fig. 5.— oP, oP, P, 2P, 2P2,3P > P2, © P2 \de San Gotardo). Combinacién in- 3 teresante, 4 causa del desarrollo hemiédrico de la pirdmide 3 P a (w/y del prisma 2 P > (C). El conocimiento de las formas cristalinas del apatito se ha enriquecido mucho en estos Ultimos anos con los estudios cristalograficos del profesor Schrauf, de Viena, sobre ejempla- res de diversas localidades y los de Klein sobre los de Sulzba- chthal (1). También es digno de particular mencién el hallaz- go realizado por el profesor Struve, en el yacimiento famoso por muchos respectos, del Valle de Ala, de apatitos de forma limpia, con dos piramides, exagonal una y dodecagona la otra, no observadas hasta ahora, cuyos simbolos son 17, 12, 701 ?/; para la primera y 43151 0—(0'! 0 h 4%) para la segunda. Ordinariamente los cristales de apatito se presentan limpios, en prismas bastantes cortos, estando la alturacon la base en la relacién de 7 4 10; pero las obliteraciones no son tampoco raras, sobre todo en ciertas localidades. La hemiedria de los cristales de apatito se muestra clara- (1) Blemente der Mineralogie, pig. 498. Leipzig , 1881. (2) Neues Jahrb. f. Min.; 1868, pig. 604; 1871, paginas, 485, 515, 571 y 1872, pag. 121. 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) mente mediante la corrosién. Baumberger, que la ha estudia- do cuidadosamente, ha demostrado que sus figuras reveladas por el acido clorhidrico en las caras del prisma solo son simé- tricas en la direccién del eje mayor, desarrollandose del modo que indica la adjunta figura, que reproducimos de la exce- lente obra del profesor Tschermak (1), la cual muestra el ca- racter piramidal hemiédrico de la especie merced 4 la falta de simetria (2). Figura 6. La exfoliacién del apatito es indistinta sezun @ y 6. Con frecuencia se observa una prismatica terminal dominante segun JJ0O O. En las secciones delgadas, sobre todo de los pe- quenos ejemplares que se hallan diseminados en las rocas, no se percibe ninguna indicacién de exfoliaciones terminales: en cambio la paralela 4 la base es casi siempre muy visible, notandose con mucha frecuencia irregularidades en su direc- cidén. Las secciones paralelas al eje aparecen por esto formadas por un conjunto de trozos astillosos ajustados unos 4 otros (3). El apatito cristalizado suele ser diafano é incoloro, 4 veces blanco, como los hermosos ejemplares de San Gotardo y los mates de Snarum; pero son muy frecuentes los colores palidos, sobre todo el morado, el verde, el verde rojizo, el azul y en ocasiones el rosado y el moreno. Las variedades blancas son a veces opalinas en la direccién paralela al eje. El polvo de to- das ellas es blanco. Ofrecen estos cristales un lustre vitreo muy marcado, sobre todo en las caras planas, en que tiende 4 ser resinoso: en cam- (1) Lehrbuch der Mineralogie (segunda parte). (2) Sitzungsber. der bayer. Akad. dev Wissensenh. 1875. 43) FouQqUE et MicHEL Livy: Min. micrograph., Paris 1879 (articulo apatito). (15) CalderO6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 121 bio las curvas y las superficies de fractura tienen un brillo mas bien craso. El policroismo del apatito es muy acentuado, particular- mente en los cristales de color moreno, y aun en el de otros colores, como el notable por esta circunstancia de Schlaggen- wald, que aparece verde montana en la direccién de la base y azul en la del eje. Ciertamente ninguna sustancia uni-eje pre- senta tan marcada esta propiedad, que seria de un gran valor para su diagndstico microscdépico, si desgraciadamente no desapareciese por completo en las secciones delgadas. La birefraccién, aunque débil, se puede reconocer bien, siendo doble y negativa, caracterizada en general del modo siguiente: »= 1.646, «1.642 para el amarillo. Lattermann ha hallado en la esparraguina de Jumilla »,,—1.6388, ¢,,=1.6345. En muchos cr@tales transparentes y voluminosos se distin- guen dos ejes, y hasta alguna diversidad de los sectores en la seccién basica, como si se tratase de individuos gemelos mo- noclinicos, por lo cual Mallard y otros (1) consideran como mimético al apatito: en los individuos microscépicos no esdado observar esta y otras anomalias épticas, que podrian en ellos seguirse con provecho, tanto para su estudio cristalografico, como para diferenciarlos de otras especies analogas por su aspecto exterior. Como se ha dicho, elapatito aparece en el campo del micros- copio cuando se examinan secciones delgadas de un gran numero de rocas, distinguiéndose del medio circundante en virtud de su fuerte refraccién éptica. Generalmente afecta la forma de microlitos numerosos, regulares, dispersos por la pasta de la roca; mas se citan asociaciones ordenadas de peque- fos individuos reunidos en torno de uno mayor y cefiidos a lo largo de las aristas del cristal central, de suerte que sus ejes se encuentran paralelos. Otras veces el apatito aparece como inclusién dentro de otros minerales, como la augita, el anfibol, la mica, el feldespato y muchos otros, entre ellos la nefelina, sobre todo en los basaltos nefelinicos. Las secciones de dicho mineral ofrecen forma exagonal, cuando son paralelas 4 la base; rectangular sencilla 6 simétricamente truncada en los 41) Maui Rp: Annal. des Mines; vol. x, 1876. 122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) angulos, cuando lo son al eje principal, y disimétrica en las oblicuas. Dominan las formas alargadas en los individuos microscopicos, al contrario de lo que sucede en los grandes, viéndose ordinariamente las secciones de 2 P (1010), oP (0001), P (1011); esto ultimo sobre todo en la familia del gabbro, segun Rosenbusch (1). Reducido a seccién transparente el apatito se vuelve inco- loro y solo en casos excepcionales presenta un tinte ligera- mente azulado 6 amarillo claro. La superficie desgastada aparece pulimentada y lisa, al contrario de las naturales, que frecuentemente estan acribilladas por asperezas 6 corrosiones irregulares, que les dan un aspecto rugoso, analogo al del olivino. Aunque de ordinario la microestructura del apatito no ofrece particularidades especiales, se citan algunos nota- bles en este respecto: asi MM. Fouqué et Michel Lévy (2) han reconocido en la andesita piroxénica del Santorino y en la anfibolita del Cantal, prismas huecos en el sentido del eje principal, en los cuales dicha cavidad se abria al exterior a través de una de las bases, y por esta abertura se habria intro- ducido el magma fundamental de la roca. También es curioso el caso citado por el Sr. Macpherson (3) en algunos apatitos que se presentan como inclusidén en el feldespato del gneis de la Serrania de Ronda, los cuales orientados en direcciédn mas 6 menos normal 4 los planos de crucero, han sido segmentados en diferentes fragmentos por infiltraciones que han penetrado dentro de los cristales feldespaticos que los contienen. No suele presentar inclusiones el apatito; pero no dejan tampoco de citarse muchos casos en que hace excepcion a esta regla general la presencia de granulos esféricos 6 corptsculos cilindricos alargados, negros y opacos en los planos paralelos a la superficie del cristal. En las secciones orientadas, segun la base , forman figuras exagonales regulares y concéntricas, consistiendo estas inclusiones en gases 6 vapores. En ocasio- nes estan repartidas por todo el cristal en tal numero, que le empafian por completo, y aun en algun caso se han visto or- denadas paralela 6 transversalmente 4 la seccién del eje prin- (1) Mikroskop. Physiogr. der petrogr., wicht. Min.; 2.2 edic. 1885, pag. 355. (2) Obra citada. (3) Rocas de la Serrania de Ronda. (ANAL. SOC. ESP. DE Hist. NAT., t. vit, 1879.) (17) Calder6n.— FOSFATOS DE GAL NATURALES. 123 cipal, afectando la forma de estrellas de seis radios. Es sabido que las variedades verdes de apatito, como algunas del Valais, del Canada, Schlaggenwald y Pfitsch en Baviera, contienen gruesas inclusiones de dos liquidos, agua y acido carbdénico Figura 7. a. Seccidn transversal de apatito con inclusiones (Hussak).— 0. Seccién longitudinal con inclusiones zonares y orientadas de augita (Hussak).—c. Seccién longitudi- nal con exfoliaciones irregulares paralelas 4 la base (Hussak).— d. Inclusién de tres zonas en el apatito. Aumento 590 didametros (Fouqué y Lévy). liquido, de los cuales el mas excéntrico es el agua: en su in- terior se encuentra el segundo en estado esferoidal y el in- tervalo entre ambos esta lleno, seguin se cree, de acido carbo- nico gaseoso. Sandberger (1) ha hallado también inclusiones de este cuerpo en la esparraguina del Zillerthal en el Tirol, mas otras de agujitas de amianto, que permanecian inaltera- bles y flexibles en la disolucién de acido nitrico. En‘fin, se han citado en el apatito del Morvan inclusiones de picotita como las del olivino. En el examen microscopico de las secciones delgadas de las rocas y de los minerales puede tomarse el apatito por otros minerales que ofrezcan parecida absorcién éptica; y por esta razon, antes de abandonar el orden de consideraciones que nos viene ocupando, diremos dos palabras sobre el diagnds- tico de la especie en cuestidn, bajo el punto de vista de sus caracteres fisicos. Desde luego la nefelina es la que suele con- fundirse més facilmente con el apatito, sino se tiene en cuen- tala mayor refraccién éptica y el indice de refraccién del pri- mero (1,54), que puede servir para distinguir las dos sustan- cias, particularmente cuando aparecen reunidas en la misma (1) Untersuch. itber Evzgiinge, 1881. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) roca. El profesor Zirkel (1), que ha estudiado particularmente esta cuestidn, hace notar ademas las diferencias de aspecto microscépico de ambos minerales: la nefelina se presenta en cristales numerosos en una misma preparacion, al paso que © los del apatito estan dispersos; y por otra parte, los prismas de la primera son cortos y sus secciones exagonales siempre aplastadas y con bordes no cortantes y marcados como los del segundo. Cuando el apatito se halla en secciones transversales y en estado de inclusién, se parece por extremo a la hauyna; pero las longitudinales que pueda haber en la misma preparacién y la indole de los productos de descomposicién, serviran para diferenciar los dos minerales en la mayoria de los casos, sin tener necesidad de recurrir 4 los procedimientos micro-quimi- cos. Otro tanto cabe decir del diagndéstico del apatite y el cuarzo y la tridimita, que en ocasiones pueden confundirse. Los colores de polarizacién, mucho mas vivos en estos que en el primero, sirven de medio distintivo, al cual agregan MM. Fouquet y Michel Lévy la particularidad del apatito de presentar en uno de los lados de la seccidn basica que se ob- serva, estrias muy prdximas y paralelas debidas 4 la exfolia- cidn (2). En fin, se dice que el apatito notablemente pleocrdico de algunas rocas, como las traquitas del lago Laacher y otras, ofrece semejanza notable con la turmalina; pero justamente su misma absorcién éptica en que E>0, aparte de los carac- teres quimicos, serviran para diferenciar pronto especies mi- nerales tan distintas en todos los demas respectos (3). El peso especifico del apatito es de 3,16 4 3,22, el cual es relativamente considerable. Por eso cuando se pulverizan ro- cas que le contienen y se trata el polvo por los liquidos pesa- dos, este mineral se coloca con las bases metalicas densas, quedando asi aislado de otras sustancias que suelen acompa- farle (zircén, titano, rutilo, etc.) Su separaciodn de las espe- cies metalicas se consigue facilmente por medio del electro- iman. ‘1) Untersueh. ber die mikrosk. Zusammensetz. und Struct. der Basaltgest. Bonn , 1870. (2) Obra citada, pdg. 305, fig. 72. (3) RoseNBuscH: Obra citada. (19) Calderon.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 125 El fosfato de cal cristalizado es notablemente mas duro que el compacto, pues la dureza del primero, que es tipica en la conocida escala de Mohs, ocupa el num. 5, al paso que la del segundo pocas veces se acerca 4 esta cifra, que es la mayor de todas las sustancias calizas. Comparten los minerales que nos ocupan con el espato fluor y algunos otros una singular propiedad, sobre la cual no se ha dicho todavia la ultima palabra: nos referimos 4 la fosfo- rescencia, esto es 4 la facultad de emitir luz por la accién del calor bajo los 100°, que ha dado nombre 4 la fosforita. Algu- nas veces es tan marcada, que una particulilla calentada pro- duce en la oscuridad luces muy bellas amarillo-verdosas. Hay apatitos que se hacen fosforescentes solo por la exposicién & los rayos solares; otros presentan igual fendmeno bajo el cho- que del martillo, como lo hemos notado en algunas varieda- des de Caceres; y los Sres. Egozcue y Mallada (1) han obser- vado que después de obtenida la fosforescencia en un crisol de platino calentado por una lampara de Berzelius, se repro- duce esta al arrojar el mineral sobre una superficie fria; de- duciéndose de aqui que por un descenso brusco de tempera- tura se manifiesta de nuevo el fendmeno. Es de notar que la fosforescencia es mas marcada sirviéndose del mineral pul- verizado, pero que no por eso deja de producirse calentando sus pedazos. Mas no todos los apatitos ni fosfatos de cal, en general, son igualmente fosforescentes, ni aun poseen todos dicha propie- dad: entre las fosforitas las variedades terrosas suelen mani- festarla en mas alto grado, y entre los apatitos se sabe que los cristales piramidales de las formaciones volcaénicas no son fosforescentes por el calor, al paso que lo son habitualmente los no piramidales que yacen en las rocas pluténicas, meta- morficas y en los filones metaliferos. Semejantes coinciden- cias parecen confirmar plenamente la opinién de Draper y otros fisicos sobre la explicacién del fendmeno como una pro- piedad inherente 4 la sustancia desde la época de su forma- cidén 6 cristalizacion, y relacionada con las condiciones en que esta se realizé, que ha quedado en estos cuerpos en estado (1) Obra citada. 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) potencial. El] calor, aunque desprovisto en si mismo de inten- sidad visual, es capaz de desligar bastante las moléculas para volverlas aptas para ejercer el poder lento de vibracién que poseen (1). Ks el apatito un mineral de base de cal, en cuya constitu- cidn entran el acido fosférico, el fluor y el cloro: estos dos til- timos cuerpos se reemplazan uno a otro, segun se trate de un fluorapatito 6 de un cloroapatito. Naumann y Zirkel dan como composicion general de estas variedades la siguiente: Cloroapatito = Ca? P® O!* Cl=3 Ca® P?2 O8 ++ Ca Cl. Fluorapatito = Ca® P® O!? F — 8 Ca® P? O08 + Ca F°. En el primero el cloro entra por 6,82, el acido fosforico por 40,92 y en el segundo el fluor por 3,77, el acido fosférico por 42,26 por 100 mas el resto que indican las precedentes formu- las. Hay que notar que en realidad no se conoce el cloroapatito puro, pues el mismo de Kragerie, reputado antes como tal, estudiado por Vélker, did solo 4,10 de cloro: en cambio son frecuentes los fluorapatitos que solo contienen indicios de cloro. Estudios muy minuciosos de algunos mineralogistas mo- dernos parecen revelar relaciones delicadas entre la composi- cidén y la forma en cada una de las dos variedades de apatito mencionadas. En efecto v. Kokscharow sostiene que las aris- tas medias de los que no contienen cloro son algo mas agudas que las de los que lo contienen, observacion confirmada por otros trabajos de Pusyrewsky sobre cinco variedades de diver- sas localidades, que ha medido cuidadosamente y en muchas direcciones, hallando variaciones en las aristas medias de la forma fundamental que oscilan entre 80° 12’ 4 80° 36’ (2). Citanse también apatitos en cuya composicion entran, aun- que en pequena proporcién, otros cuerpos, como el yodo, el cerio, el lantano y el didimio que contiene en un 2 por 100 la esparraguina de Jumilla; el cerio y el iterbio en indicios en el apatito de Snarum, segun Weber, que cree procedan de inclu- (1) Tyndall. Za dumiere. (Edic. franc.) 5.2 leccion. (2) Materialen zur Mineralogie Russlands; t. v, pag. 88. (21) Calderon.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 127 siones de kritolita; el manganeso en cristales del Brauchville, en Connecticut, que disueltos por el acido nitrico y tratados por el fluosilicico han dejado a Penfield (1) romboedros de man- ganeso fluosilicatado, indicando contener dicho apatito hasta 10,59 de oxidulo de manganeso. Otras sustancias extrafias intervienen como mezcla en diversos ejemplares y sobre todo el hierro; ciertos hidrocarburos, que difundidos en los crista- les de apatito le comunican coloraciones accidentales, seguin se cree, y, en fin el carbonato de cal hallado en un caso por Haushofer (2), quién presume que el fosfato y el carbonato forman en ella no un compuesto doble, como algunos minera- logistas pretenden, sino una mezcla intima, y que el ultimo debe estar en estado de aragonito, lo que explica la viva de- crepitacién que produce cuando se le trata al soplete al pasar el aragonito a caliza y sufrir el aumento consiguiente de volumen. Los siguientes analisis ofrecen la composicién de algunos apatitos: Un cristal verdoso de Caceres, segin los Sres. Egozcue y Mallada (8): Hostato: cAleicontribasico. 3.05). cjcsersfach. « 93,820 NW OGUROKCALCIC OM aes ee ieee 5,443 Clonarcesleicou dass vew lac 1s ats eeu deci wis 0,309 SHINES. ob Soe Seve taieacs tae yovals tas cha tie, eel eianeks 0,300 POLO Gas eres atiterets epethcke ecient Shenae 0,128 100,000 Apatito de Snarum, segin Rose: Acido fosfdrico........ BO Atm on Sone SOE 41,48 COT SARS aC aR se ahaa uch Vale Fes ie 49,65 CONGO ess ovskais cyansy oak es ori atohe cig Secate eee. rahe 2,71 DEUS re Pens sl esstesnioseoata eranal ares dere ee ete 2,21 Wet errege otal etiare Sten tes: stanestaentte fates 3,93 (i) Americ. Journ. of Sc. xix, pag. 867. (2) Journ. fiir prakt. Chemie, vi1, 1873. (3) Obra citada. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Apatito de Bamble en Suecia, segun el Dr. Woslker, en dos ejemplares puros de distintas variedades: APA MISTOSCOPICA). «cs eee tenis 0,43 0,19 Agua de constitucién............. 0,40 0,23 Acido fost6rico.\oyatwcenee coe ek 41,74 41,25 Calewiareds tn: ¢ aie cena as 54,12 56,62 @loruroidescalciorasaseteeee eer 0,37 0,29 Ma pTie gta g. 05 lec cs vieit/n eee pleepenirannts 0,20 0,38 Fosfato de hierro y de alimina.... 0,45 0,40 Partes insolubles en el acido...... 0,97 0,17 Mlcalig nme... cscs elec tae eee 0,50 0,17 El apatito de las venas de la costa meridional de Noruega es un fluorapatito con un poco de cloro que contiene hasta 90 por 100 de fosfato. Tratado el apatito por el soplete se funde dificilmente y solo en los bordes del fragmento, dando un poco de vidrio incoloro y transparente. Las variedades coloreadas se vuelven diafa- nas desde que obra sobre ellas una temperatura un tanto ele- vada. Pero la reaccién caracteristica de este, como de los de- mas fosfatos de cal, por la via seca, se produce humedeciendo su superficie con acido sulfurico y haciendo caer sobre ella un dardo muy pequeno, al mismo tiempo que se aproxima eradualmente 4 la llama el hilo de platino que sostiene al trozo ensayado; cuidando siempre de humedecerle de nuevo, a medida que el acido se volatiliza, se produce un color verde azulado palido caracteristico. Esta reaccién es sumamente sensible, pero exige alguna practica por parte del operador. También se pueden reconocer los fosfatos de cal y de algunas otras bases calentando un trozo, después de desecado, en un tubo de vidrio en cuyo fondo se hubiera puesto previamente un poco de sodio; rompiendo el tubo después de verificada la reaccién, y ahadiendo una gota de agua, se desprende un fuerte olor aliaceo, debido al hidrédgeno fosforado que se des- prende. Este medio proporciona una reaccién muy sensible, y es recomendado en este concepto por algunos operadores. En fin, es dado distinguir también por la via seca el apatito facilmente tratando su polvo con el de 6xido de cobre y la sa. de fosforo, por producirse la reaccién del cloro y colorearse la perla de azul purpureo. (23) Calder6n.—FoSFATOS DE CAL NATURALES. 129 El polvo del apatito se disuelve en los acidos, empleandose generalmente 4 este fin el nitrico, en el cual lo hace lenta- mente y sin efervescencia. Tratada esta disolucién débilmente acida por el acetato de plomo, da un precipitado de fosfato de plomo fusible en perla poliédrica: con el nitrato de plata blanco y con el molibdato de amoniaco disuelto en el mismo acido nitrico, deposita fosfomolibdato aménico cuando se la calienta ligeramente (1). Este método puede servir también para dosar el acido. La disolucién nitrica de los apatitos man- ganesiferos da con el acido fluosilicico cristales romboédricos de aspecto prismatico de manganeso fluosilicatado, siguiendo el método empleado por Penfield para el analisis de los ejem- plares del Connecticut (2). Mayor dificultad ofrece el reconocimiento del apatito dis- perso en el seno de otros minerales y rocas, cuando no es dado aislarle con ayuda de los liquidos densos. Forchham- mer (3) propuso para estos casos utilizar la propiedad de dicho mineral, descubierta por él, de disolverse facilmente en el cloruro de sodio fundido. Ya hemos visto los caracteres épticos que bastan en la ma- yoria de los casos para distinguir el apatito de los demas mi- nerales en el campo del microscopio; mas si estos no fueran decisivos, habria que apelar 4 los medios quimicos, y ante todo &su solubilidad en el acido clorhidrico para diferenciarle del cuarzo, y 4 la ausencia del residuo gelatinoso para hacerlo de la nefelina. Tratando de dar mAs precisién 4 estos ensayos A. Streng en 1876 (4), dotd 4 la petrografia microscépica de uno de sus mas preciosos agentes de investigacién, emplean- do al efecto el reactivo de Fresenins. Es sabido que cuando se mezcla una disolucién nitrica de un fosfato con otra también nitrica de molibdato aménico en exceso, se obtiene un preci- pitado cristalino amarillo que solo encierra un 3,6 por 100 de acido fosférico. Como se necesita de un exceso de acido mo- libdico para obtener esta reaccién, aconseja Streng poner una (1) H. DeBRAy: Recherch. sur les combinat. de Vacid. molybd. et de Vacid. phosph. (Compt. rend., Abril, 1868.) (2) Obra citada. (3) Neues Jahrb. fiir Min., 1855. (4) Ueber die mikrosk. Unterscheid. von Nephelin und Apatit. (Min. Mitth. Tescher- mak, 1.) ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 9 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) gotita de la solucién de fosfato extendida en contacto con una gota gruesa del reactivo concentrado. Se ven asi formarse octaedros regulares y dodecaedros romboidales amarillos de fosfomolibdato aménico. Este es un medio facil y muy sensi- ble de distinguir el apatito de la nefelina, hasta el punto de que se ha aplicado luego 4 otros casos para reconocer la pre- sencia de vestigios de acido fosférico en diferentes cuerpos. Para terminar lo referente a la historia de los caracteres del apatito enumeraremos algunas de sus variedades y pretendi- das especies, que han recibido nombre especial por alguna particularidad notable. Entre ellas la mas importante es la esparraguina 6 spargelstein, denominaciones alusivas & su co= lor verde claro, comparado al de los esparragos, y que ha sido caracterizado por terminar sus cristales en una piramide com- pleta, que no es mas que la prolongacion de las facetas anula- res tan frecuentes en el apatito diafano. Las adjuntas figuras Figuras 8 y 9. que reproducimos del magnifico atlas del profesor Schrauf, dan idea de un cristal aislado y tipico de Jumilla (fig. 8) y de otro de la misma localidad analogo 4 la moroxita (fig. 9). La presencia de algunos cuerpos accidentales en la composicién de la esparraguina de Jumilla y del Cabo de Gata, su fractura generalmente concdidea y su estriacién en las caras prisma- ticas, bastaron 4 Werner y 4 sus secuaces en este punto para considerarla como una especie 6 subespecie independiente, lo que en realidad es hoy insostenible. A ella deben aproximarse (25) Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 131 también los cristales vinosos 6 verdosos incluidos en la talcita de Greisner, en el Zitterthal. Otros también muy limpios ana- logos al que representa la fig. 8, verde-oscuros, de fractura granuliforme, yacen en la caliza granular y en las llamadas masas ferriferas del Arendal, y han sido distinguidos con el nombre de moroxita, aunque este se aplica también 4 veces & una variedad mamelonar de la misma localidad. Grube ha dado 4 conocer unos cristales procedentes de cerca de Frei- berg, y con los cuales ha constituido la variedad llamada pseudo-apatito, que son verdaderamente curiosos por su opa- cidad y aspecto mate, color blanco amarillento 6 algo rojizo, y, en suma, por su aspecto; pero segun Breithaupt y Freuzel no son una variedad, sino una pseudomurfosis del apatito en piromorfita. Otros hallazgos han recibido nombres especiales que no se fundan en razén sdlida alguna, y cuya recopilacién seria ta- rea larga y dificil; por ejemplo, con el dictado de francolita, se han distinguido unos cristales blancos de Tavistock, en el Devonshire, que no son mas que individuos de un apatito normal, segun el analisis de Henry. Tampoco se puede conce- der la importancia que algunos mineralogistas, y entre ellos Hermann, han querido atribuir a la existencia de un 7 por 100 de magnesia en la variedad lechosa de los Urales, llamada f¢a/- coapatito, y de la que algunos han pretendido hacer hasta una especie independiente, pues ni sus caracteres fisicos, su for- ma, ni su composicién quimica (3 Ca* P? O8 + Mg? P2 08) au- torizan esta separacién, y mas bien llevan 4 pensar con Nau- man que no son otra cosa sino apatitos alterados. Entre el estado marcadamente cristalino que caracteriza al apatito y el amorfo de la verdadera fosforita existen formas intermedias, en las cuales es dificil decidir 4 qué grupo deben llevarse. En este caso se encuentran esas costras arracimadas y reniformes de estructura indistintamente fibrosa que se hallan en los contornos de Nassau sobre la fosforita com-— pacta, y que Stein describié con el nombre de eséafelita. Ana- lizadas estas costras han dado hasta un 7 49 por 100 de car- bonato de cal y vestigios de iodo, siendo probablemente, se - gun algunos, un compuesto doble, al paso que para Hansho- fer debe ser mas bien, como hemos dicho, una mezcla intima de fosfato y de carbonato de cal en estado de aragonito, en 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) favor de cuya opinién militan las observaciones de Sandber- ger y Streng (1) que han reconocido en dicha estafelita la for- ma del apatito. En Extremadura y en ia Noruega meridional, particular- mente en Krageré, se ve con frecuencia pasar la fosforita & un apatito de grano cristalino grueso en las hendiduras de la roca 6 en el contacto con las salbandas. Muchas otras varie- dades subcompactas 6 granulares, verdosas 6 rojizas se ha- llan en los mismos parajes, y particularmente en Noruega, donde las dadas 4 conocer por las modernas y bellas investi- gaciones de Bragger y Reusch (2), pasan 4 los dos extremos cristalino y amorfo, mezclandose con la hornblenda y la mag- netita granular. Estas y otras muchas variedades de menor importancia pre- senta el apatito, como es natural suceda tratandose de una especie tan diseminada en el globo y cuyos yacimientos son tan variados como tendremos ocasion de mostrar en el siguien- te capitulo: mas teniendo en cuenta el criterio que prevalece entre los mineralogistas modernos de tomar solo como carac- teres esenciales la composicion y la forma, y examinando la serie gradual de las desviaciones 4 partir de los ejemplares tipicos hasta los situados en los confines de la especie, cabe definir y caracterizar como tal al apatito con la misma preci- sion relativa que muchas otras, sobre todo en atencién a que si el concepto de especie ha perdido ya el valor que tuvo en otro tiempo tratandose de los seres organicos, en punto a los minerales nunca ha podido significar otra cosa que un mo- mento indeciso de su evolucion. Fosforita. Con este nombre se designan las variedades de fosfato de cal naturales, no cristalizadas sino litoideas, subterrosas y concrecionadas. Otras variedades que han recibido denomina- ciones particulares, como la eupicroiia, fosfato concrecionado de Hammondsville (Nueva-York), y varias mas son estados (1) Obra citada. (2) Vorkomm, der Apatit in Norwegen (Zeit. der Geol. Gessells., xxv, 1875.) (27) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 133 particulares de descomposicién 6 momentos de esa serie evo- lutiva que, por transiciOn insensible, comienza en el estado cristalino y termina en el térreo, serie que puede seguirse perfectamente en los yacimientos de Caceres. Ningun caracter absoluto puede fijarse como definitivo de la fosforita por lo que se refiere 4 su aspecto, lo cual expresa bien el nombre vulgar de piedra enganosa con que la designan en Caceres. La estructura de esta sustancia es también sumamente va- riable: la hay compacta, radiada con superficie reniforme (para la cual reservaba Werner el dictado de fosforita), con- crecionada y hasta terrosa, como la que yace sobre la vena de hierro de Amberg, en Baviera, que se adhiere fuertemente 4 la lengua, y la pulverulenta llamada tierra de Marmarosh en Hungria. Entre todas estas variedades, la mas curiosa, sin duda, y la mas rica en aspectos diversos es la concrecionada, que domina sobre todo en los pequenos yacimientos de Extre- madura y Andalucia; cuyos ejemplares son frecuentemente opalinos, de colores delicados, testaceos y con nticleos térreos y cavernosos, alrededor de los cuales parece se depositaron las capas. Accidentalmente contienen dendritas de manga- neso, vetas de Oxido de hierro y cristales de espato calizo. En algunas las laminas han adoptado la forma de esferas huecas de delgadas paredes, y en otras se advierte un agrietamiento regular, como el de esos rifones de hierro carbonatado que producen las llamadas sepéarias (Caucaso, Cerro del Santo en Sevilla, etc.) El aspecto de las variedades mas compactas es enteramente idéntico al de las agatas por la delgadez, finura y alternacién de colores de las capas concéntricas que las forman; en las demas la analogia con los carbonatos de zinc, por lo que toca a su aspecto, es sorprendente, estando repre- sentadas todas las variedades que de estos se conocen. No es menos interesante que la estructura macroscopica, la microscépica de estas fosforitas agatiformes espafolas. Las secciones delgadas descubren en ellas zonas opacas, mas 6 menos meladas, que suelen brillar algo entre los nicoles cru- zados, y otras perfectamente transparentes, que presentan entre estos una ligera tinta azulada. Dichas zonas concéntri- cas originan algunos rifones que manifiestan una cruz y el centro negros, vistos del modo antes dicho, al modo de esfe- 134 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28): rolitas de algunos pechsteins y pdérfidos feldespaticos. Hay zonas turbias, poco transparentes y de color algo melado en que la polarizacién cromatica es bastante brillante. Figura 10. Desde esta estructura dominante en las fosforitas de Anda- lucia, se las ve en ocasiones pasar 4 la compacta y palmeada, pudiéndose seguir todos los grados intermedios, particular- mente en la provincia de Caceres (1). El brillo, mate en la generalidad de las fosforitas, se vuelve marcadamente resinoideo en las conerecionadas, y la fractura es en ellas muy conchoidea. Asimismo la densidad, que es de 2,62 a 2,89 en los ejemplares de composicidn pura, varia nota- blemente en razon de las sustancias que pueden adicionarse. El fosfato tricalcico basico, 6 sea el natural, es irreductible en el carbon é insoluble en el agua, 4 diferencia de los dical- cico y monocalcico, que son artificiales y producidos, como se sabe, por la industria, precisamente para aprovechar esta pro- piedad. Sien vez del agua pura actta sobre la fosforita el agua acidulada, entonces puede observarse un ataque lento 6 rapido, dejando copitos de sflice gelatinosa y acusando la pre- sencia del hierro por el sulfocianato. El Sr. Quiroga, ocupan- dose en averiguar si las variedades concrecionadas de Bélmez (1) EGozcur y Matiapa: Obra citada. (29) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 135 y otros puntos eran 6 no coloides, puso en el dializador 0,50 gr. de fosforita disuelta en la menor cantidad posible de acido clor- hidrico con 500 gramos de agua destilada, y pudo compro- bar el paso total de aquella en veinte dias 4 través de la mem- brana. No todas las fosforitas se conducen lo mismo en este respecto, pues como lo ha probado M. Berthelot, existen dos estados distintos de fosfatos térreos, uno coloide y otro crista- loide, ambos representados entre los yacimientos conocidos de estas sustancias. Los analisis de las fosforitas de distintas localidades reve- lan diferencias considerables, no solo en punto a los minera- les que con caracter accesorio las acompanan, sino en cuanto 4 la misma ley de fosfato. De aqui resulta la imposibilidad de fijar de un modo exacto la composicién de la fosforita, si bien como término medio y tipo de comparacién puede tomarse el siguiente de M. Rivot (1): Fosfato tribasico de cal............ 81,15 95,00 Fluoruro de calcio......... Ra ae 14,90 2,75 PReroxidoldeiwerror. secre yale ole 2,14 vestigios TLIC seperate cearetvore eicietetoe ee ee ere oe 1,70 2,00 99,89 99,75 Existen, sin embargo, muchisimos ejemplares cuya ley de fosfato es tan inferior 4 la sefalada en estos analisis, que no merecen explotarse hoy, que solo se exportan los que contie- nen un 60 por 100 de dicho cuerpo. En cambio la osteolita de Wetteran, cerca de Ostheim, es un fosfato de cal casi puro, por lo que Bromeis pretende debe distinguirse como una es- pecie independiente. También M. Douvillé, ensayando nuevos procedimientos de analisis de estos minerales, ha encontrado que los fosfatos de Argenton tienen composicién igual al apa- tito, con el cual podrian unirse si el examen de las secciones delgadas no revelase en el campo del microscopio una estruc- tura en capas amorfas y multitud de espiculas de esponjas. La fosforita de Amberg, anteriormente citada, contiene, se- (1) Recherches sur Vemploi agricole des phosphates , 1860. 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (30) gun Schréder, casi 90 por 100 de cal fosfatada, algo de fluor y vestigios de yodo, 3 partes de acido silicico, un poco de 6xido de hierro, acido carbénico y agua. Sin proponernos reproducir aqui los muchos analisis de fosforitas que se hallan dispersos en diferentes estudios, va- rios de los cuales pueden verse en una reciente Memoria de M. Paul Lévy (1), copiaremos solamente uno 4 continuaci6n, y por via de ejemplo, de los Sres. Egozcue y Mallada (2), de una muestra del filén Costanza, en la provincia de Caceres: Fosfato calcico tribasico......... Staveteicis 87,320 Elaorurores] Ciconaseer eee SidiSisiehevotovedehels 6,158 Sulfatoreslcicoss see Seles stelotaeen FIDCICIOS Oxide férricd. ie eine eee ee ee 1,800 Perdxido:dé man ganesoe oi. fe eee eee 0,356 IUUVIN AES sec antes oe cae create arene eens indicios SIRCO. erase ve Sean cll Meee ces 1,800 Agua hisrosedpitasanec cies tree ele ee 2,300 PerdidaseVar.k cancun ae Bicyaets tees 0,266 100,000 La siguiente lista dara idea de la variable proporcién de fosfato que contienen los ejemplares de varias localidades: Fostforitas de Logrosane o20 2 tice ce tiie sels ed lets Serie encidien: SOOF SOONG > CEMNASSAU 3 :cfott Stele les iccaeeeeN Os ett NO tales -- 604 92 > devElornachuelos:piersity ccm chases Sepik ote eeetes 70 > detEriedland ( Bohemia) \.c swiss memrcieenn cule ee senino » de Caceres (ley media)........ Steushe cle hereetensieveieromere 70483 . > de Bélmez (variedades concrecionadas mas ricas). 90 » de Amberg (Baviera) 2. ...2 5 0s see aizcgdsegar Sao) eho) Osteolita’ des Wetteranss. sic sts «12isn1ie,e vs sicitaete PAR OF aa 95 (1) Des phosph. de chauz, de leurs princip. gisem. en France, etc. («Anal. des Scienc. géol.», t. xx, nimeros 3-4, Paris, 1889.) (2) Obra citada. (31) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 137 Ciplita. Con este nombre acaba de dar 4 conocer M. J. Ortlieb (1) una nueva especie de fosfato natural que aparece en forma de granos morenos en la creta de Ciply, del departamento del Norte y de Bélgica. Aislados estos de su ganga por separacién mecanica, se ve que son muy poco solubles en el acido sulfu- roso, en tanto que este disuelve perfectamente 4 los nédulos de fosfato que los acompanan y 4 la creta que forma dicha ganga. Se encuentra también este mineral constituyendo el fosfato rico de las bolsadas de Mesvin-Ciply y el llamado /os/ato verde del E. de Mons. La ciplita aislada se presenta al microscopio como granos rodados de transparencia y color variables, desde la diafani- dad completa al blanco lechoso puro, tefido de amarillo 6 de gris 6 al oscuro. Bajo el punto de vista quimico es un cuerpo complejo: al lado del acido fosférico se encuentran 5 4 8 por 100 de acido carbénico y 11 412 por 100 de acido silicico. El carbonato y el silicato de cal forman parte constante de la molécula de dicho mineral, sin que, sin embargo, sea este un cuerpo de composicidn constante. La ciplita puede representarse por la composicidn siguien- te, segun los ensayos de M. Ortlieb: AGido fOslOricoss, As escrowed ek 31,97 UTE O eas. areca; bys saatarowwie!s opxts evn ees tate. 6015 11,66 Acido carbonico. ate. ccs. < feue deco: 5,94 Cale eras ote Yojana Ee aes Na ca 50,43 100,00 Estos ntimeros conducen 4 la formula 2 Ph? 0° (Si 0? C 0) 4 Ca? O. (1) Sur la ciplyte. (Soc. géol. du Nord, 1889.) 138 -ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) Y si bien seria prematuro asignar todavia al nuevo mineral una formula definitiva, ya permite afirmar con seguridad la existencia de un fosfo-silicato carbonatado natural, que quizas represente un término de una serie de compuestos posibles, pero que la ciencia no ha encontrado realizados todavia en la corteza terrestre. Noddulos de fosfato amorfo. Una vez descritos los minerales fosfatados, debemos entrar en el estudio de las rocas que contienen el cuerpo en cuestién en mayor 6 menor cantidad, y en primer término ocuparnos de los nédulos de fosfato amorfo. Esta divisidn comprende, segun Mr. Penrose (1), los depdsitos de fosfatos de Las Caroli- nas de Norte-América, de Alabama, de Martha’s Vineyard, de La Florida, dela Gales del Norte, Inglaterra, Bélgica, Francia septentrional y Rusia. Consisten en caliza mas 6 menos fosfatada, y se presentan en forma de nddulos libres en un cemento de composicién variable. Son los depésitos més importantes bajo el punto de vista comercial, elevandose su produccioén anual 4 700.000 to- neladas. Los caracteres de estos néddulos son por extremo variados. Los famosos de Pernes, en el Norte de Francia, conocidos ge- neralmente con el nombre de coprolitos, ofrecen distintos ta- manos, desde el de un granito de arena hasta el de masas or- dinariamente esféricas, de 546 cm.: su textura es porosa y caen en polvo cuando han sido expuestos al aire durante al- gun tiempo, bastando para desmenuzarlos una presién fuerte entre los dedos. Los ejemplares de los Ardennes y de otros puntos de Francia aparecen casi constantemente coloreados de verde por la glauconia. Los nédulos estan generalmente desprovistos de estructura cristalina, siendo 4 lo mas algunas veces concrecionada; fre- cuentemente encierran fragmentos de conchas 6 de huesos. Su composicion es tan variable como sus caracteres exterio- (1) Obra citada. (38) CalderOn.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 139 res. Asi los de la Carolina del Sur, de superficie irregular y tan voluminosos que cada uno pesa 4 veces mas de una tone- lada, ofrecen leyes de fosfatos comprendidas entre 25 por 100 a 70 por 100. Los de la Somma contienen el fosfato unido al fluoruro y cloruro de calcio, segun recientes analisis de M. P. Lévy (1), y ciertas brechas fosfatadas de los rellenos en bolsadas de Tarn-et-Garonne son notables por la alta propor- cidn de yodo que encierran (2). En la mencionada Memoria de M. P. Lévy se consignan va- rios analisis de nédulos franceses, que nosotros no reproduci- mos aqui: solo reccrdaremos como tipico el dado por Dehérain en dos variedades distintas: LICE WrALCUlla tae leis siete ciatetsis syeieic, ss 33,4 26,4 AGidO HOBforico. 2 << vec dati ecs cs oes 20,8 21,3 Carat? sieee oe eee PETG ALAM SOUR SEE ces 22,5 30,8 IMI OTE SIGs eters stem trot ey Steer S iets sieles ee 3,0 isi Onidorde hierrou. icra. 2h ee: Lass 3,8 13,0 SALUT re yervet erences: < letceranole) ov etehiVaterene anal 1,0 1,0 Anhidrido carbénico y pérdida........ 15:5 5,8 100,0 100,0 En muchos nédulos, como se ha observado en los de la Ca- rolina del Sur, en los de Cambridge y en otros, la ley de fos- fato no es uniforme en todo su espesor, como lo ha demostra- do el siguiente analisis de M. Bouriez de los de Pernes, en el departamento del Norte (3): TITULO DE ACIDO FOSFORICO. EJEMPLARES NUMERO. Superficie.| Centro. 1. Canto compacto denso, uniformemente duro.| 30,54 26,72 2. Canto menos denso, con algunas particulas BSR GrOUADLESY 22815: se are le oe Lee cle aretesek 28,41 27,33 3. Canto que presenta partes duras y partes muy desmoronables blanquecinas. . i 26,74 26,83 (1) Obra citada. (2) LAPPARENT: Tyraité de géol., 1883, paginas 1023 y 1024. (83) LADRIERE et CayEux: Compte-rendu de Vexcursion de Pernes en Artois. (Société géologique du Nord, Annales, t. xv1, 1889.) 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) Calizas fosfatadas. Existen calizas sedimentarias que encierran cantidades 4 veces considerables de fosfato de cal. Estas calizas son diver- sas y la procedencia del cuerpo citado difiere mucho, segun los yacimientos. Yermoloff menciona una caliza del Gobierno de Nevgorod, que contiene 12 por 100 de fosfato de cal, y Penrose otra de Kentucky, perteneciente 4 las capas de Cincinnati, que en- -cierra mas de 31 por 100 de Acido fosférico. Los fosfatos de Orville, en el Norte de Francia, consisten en una creta blanca plagada de pequefios granos semicristalinos de cal fosfatada, que comunican 4 la roca una riqueza de un 12 por 100. En algunos puntos 4 cierta profundidad los bancos van enriqueciéndose, llegando hasta una ley de 45 por 100. Los granos fosfatados desaparecen en ocasiones, dan lugar a venas y a capitas, 6 infiltrandose en la roca pueden transfor- marla en una verdadera caliza fosfatada. Otra variedad constituyen las Hamadas por los italianos terre cimiteriali, que en Parma, Médena y Reggio, son em- pleadas puras como abonos. Mencionaremos, en fin, la savia fosfatada madrepérica de la isla del Sombrero (en las Antillas), Namada también sombrert- ta, que contiene nada menos que un 75 4 90 por 100 de fosfato de cal, y solo 364 de carbonato y 7 49 de arcilla. Se utiliza como abono muy fuerte esta curiosa roca, sobre cuyo origen diremos oportunamente algunas palabras. Rocas huesiferas (Bone beds). De este grupo forman parte las brechas huesosas de las ca- vernas y ciertos depdsitos lacustres, ricos en osamentas. Por lo que a las formaciones de las cavernas se refiere, con- sisten en depdsitos de osamentas de los animales que se refu- giaron en otro tiempo en aquellos albergues naturales y cons- tituyen en ocasiones masas de muchos pies de espesor. En Kuropa existen multitud de cavernas con estos rellenos; pero (35) Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 141 fuera de ella parecen mas escasas, si bien los datos son toda- via insuficientes para afirmar esto de un modo terminante. En la parte meridional de los Estados- Unidos se encuentran diversas cavernas que fueron habitadas por murciélagos, y sus excrementos, mezclados con sus huesos, han dado lugar & veces 4 un depédsito de fosfato y nitrato que se utiliza como abono. Las osamentas de los animales sorprendidos por las inun- daciones 6 enterrados en el fango costero de ciertos lagos donde acudian 4 beber, han originado en ocasiones los lla- mados depdsitos lacustres. Entre ellos los mas importantes que se conocen son los de las orillas de las fuentes saladas de Kentucky, al O. del Mississipi, y los de las Malas Tierras de Nebraska. En la Sierra Palacios, provincia de Cérdoba (1), y en los fa- mosos yacimientos franceses de Tarn-et-Garonne, en Quency, ademas de la roca fosfatada que se extrae de los filones, exis- te una arcilla cargada de fosfato y plagada de fragmentos de huesos en grandisimo numero. Estos huesos parecen indepen- dientes de la fosfatizacién de la roca, al menos por lo que se refiere 4 las localidades espafiolas, y su penetracion en la ar- cilla mientras estuvo blanda, debe reconocer un origen ana- logo al atribuido ahora 4 los depésitos lacustres. Guanos. Con este nombre se designan, como se sabe, principalmente los depdsitos costeros de excrementos, y particularmente de aves marinas de alimentacidén exclusivamente carnivora, co- mo los pelicanos y cuervos marinos. Lo mismo que la palo- miyga se acumula en los palomares, el guano se va formando en vasta escala en ciertas localidades situadas entre los trdépi- cos, donde los han ido dejando las generaciones sucesivas. La costa occidental de la América del Sur es la regién por excelencia de estas formaciones. De Rivero evalua en 38.000.000 de toneladas la masa de guano del Peru, y calcula que 600.000 (1) CALDERON: Note sur les phosphor. nouvellem. découvert. au midi de VLspagne (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.3 serie, t. vir, 1879.) 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) aves, dando cada noche una pulgada de excremento, habrian podido producir esta enorme masa en un periodo de 5.000 anos. Para formarse una idea del consumo de animales mari- nos que se necesitan para originarse estos yacimientos, se calcula que son precisos 600 kg. de pescado por cada 100 de guano, que contiene 14 por 100 de nitrdgeno; lo cual implica para formar los citados 38 millones de toneladas del Peru, un consumo de 230 millones de toneladas de peces. Para que la acumulacién pueda verificarse, es preciso que el clima sea excesivamente ‘seco, pues de otro modo las llu- vias van acarreando una parte por lo menos de los principios contenidos en los excrementos, y asise forman los guanos in- solubles de algunas islas del Océano Pacifico, del NK. de la Australia, de muchas islas de la India occidental y de la costa de Chile. Pero en las costas del Peru, donde las lluvias son es- casas por extremo, acuden las aves 4 depositar sus excremen- tos, que se van acumulando y se desecan parcialmente, con- centrando asi en pequefio volumen sus principios utiles. Tal sucede 4 lo largo de las costas del Peru, en las islas Chinchas, Guanape, Macabi, Lobos, Ballesta, Patillos, y en la costa mis- ma, en los yacimientos de Huanillos, Pabellén, Punta de Lo- bos, etc. También existen en las costas de Bolivia, designados con el nombre de guano de Mejillones, y en las de Colombia, Venezuela, Nueva Granada y el Ecuador. Las costas de Méji- co, de la California y diversas islas del mar de ias Antillas y del golfo de Méjico ofrecen depdsitos de alguna importancia. Fuera de América, ciertos puntos de la AustraMa, la costa O. del Africa; en Asia las costas de China y del Japon, y en Ku- ropa, aunque en pequefia escala, en la costa mediterranea, en Italia y en Almeria, se conocen algunos depésitos de guano. La diseminacién de estas sustancias es por tanto muy grande, y su produccién no es especialidad de ninguna region, sino que depende exclusivamente de la aglomeracién de excre- mentos de animales que viven en sociedad y de la falta de lluvias que los dispersen. El guano es una materia generalmente pulverulenta en la superficie y que se va volviendo compacta con la profundidad; su color es blanco gris, amarillo 6 pardo, y desprende un olor aromatico particular, vivo y penetrante, que se desarrolla por la humedad y parece debido 4 diversos acidos organicos. La 431) CalderOn.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 143 composicién de esta sustancia es muy variable, tanto por la alimentacién diversa de los seres que la han producido, como por haber 6 no sufrido la accién de las aguas y por la mayor 6 menor pureza en que se encuentra. Muchos guanos contie- nen restos esqueléticos de aves, de peces y de focas y otros animales que hacen variar su composicién. En todos los casos el Acido fosférico se halla en estado de fosfato tricalcico, dical- cico, aménico 6 amodnico magnésico, asociandose 4 ellos di- versas sales y entre ellas el yeso. Algunos mineralogistas consideran al guano americano tipico, llamado fosfatado, es decir, al desprovisto ya por el lavado natural de sales amonia- cales y de materia organica, como una mezcla del fosfato pul- verulento llamado osteolita, con un fosfato de cal monoclini- co, que se designa con el nombre de brushita. Al empezar 4 explotar los guanos se extrajeron por de pron- to los productos mas ricos de las Chinchas y Anganos; pero agotados desde 1860, ha habido que ir sacando productos de inferior calidad. Hé aqui la composicién de los antiguos guanos peruvianos: Weelcker. | Karmrodt. Way. Girardin. Nitrégeno total. 16,34 16,92 12,00 ATHONIACOsscche.aateetekd Nts 14,08 » > Fostato de cal. 32,30 15,50 24,00 1,19 > 2,75 5,11 > Magnesia 3,69 Acido sulftirico. ......... 0,62 1,04 0,50 0,18 Arena y silice 1,45 | Humedad 17,13 ee Con el nombre de guanos en roca se designan ciertos minera- les fosfatados, abundantes en ciertas regiones proximas al Ecuador, y sefialadamente en el mar de las Antillas y en el golfo de los Caribes, que derivan directamente del guano, y 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) en muchos sitios se encuentran simulténeamente con él. Los fosfatos alcalinos de este, arrastrados por las aguas fluviales, se han ido infiltrando en las rocas subyacentes, ordinaria- mente de formacién madreporica, y el acido fosférieo combi- nandose con la cal, ha originado un fosfato que ha acabado por desalojar al carbonato. En otros casos el fosfato de cal, residuo del lavado de los guanos, se ha aglomerado bajo la influencia de cementos calizos, ferruginosos 6 aluminosos 6 de caparazones organicos, produciéndose trozos de una gran dureza. En las islas de Navasa, Alta Vela, Redonda y Sombrero, el mineral contiene el acido fosforico combinado en gran parte con la alumina y la cal se halla solo en vestigios. El llamado guano de Colombia, del golfo de Maracaibo, constituye grue- sas masas que forman especies de geodas, y contienen hasta 35 6 40 por 100 de acido fosférico, del cual una parte se en- cuentra en estado de fosfato tribasico y la otra en el de piro- fosfato, sin indicios de carbonato de cal. III. YACIMIENTO. Los trabajos de los quimicos han probado desde el gran Liebig, que el fésforo es un factor universal de la vida de los seres y aun de la misma actividad de nuestro globo, y de aqui su extraordinaria difusidn en todas las rocas. La misma ley debe regir en la naturaleza entera, como lo indica la presen- cia de dicho cuerpo en estado de fosfuro y de fosfato, relle- nando los huecos de los hierros metedéricos. De todos los fosfatos, el de cal es el Unico almacén general de fésforo, al menos en nuestro globo: su cantidad, fuera de casos excepcionales, es pequefa relativamente 4 la en que se encuentran muchas rocas; pero el papel importante que jue- ga radica en su extremada difusion. Se halla, en efecto, en cuantas formas hemos descrito en el precedente capitulo y en otras indeterminadas aun, entre materiales de todos los ori- genes y de todas las edades; asi es que, las tierras vegetales, como producto que son de la alteracién de rocas diversas por (89) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 145 extremo, contienen fosfato de cal sin excepcién, siquiera al- gunas veces en proporcién cortisima, variando desde 1 por 1.000 en las mas estériles, hasta 20 por 100 en las mas fértiles. Las que proceden de la destruccién de las calizas, suelen ser las mas ricas en dicha sustancia, por lo cual son las que me- nos necesitan del abono por regla general. En fin, el agua del mar, las pluviales y el aire contienen en suspension vesti- gios de fosfato, asf como todos los polvos atmosféricos, y el guano, que no es en ultimo término otra cosa mas que acu- mulaciones de los fosfatos marinos producidos por las aves que se alimentan de peces y de otros animales, los cuales los sacan directa 6 indirectamente del medio en que viven. La clasificacién de los yacimientos de una sustancia tan universalmente repartida, es dificil por extremo: sin embar- go, el eminente mineralogista italiano Bombicci (1), ha pro- puesto la siguiente, que merece recordarse como un ensayo aceptable, siquiera sea provisionalmente: 1.°, filones metali- feros; 2.°, pizarras metamorficas, cloriticas, talcosas, etc.; 3.°, concreciones hidrotermales, y 4.° coprolitos. Siguiendo el plan que nos hemos trazado, vamos & exami- nar sucesivamente el modo de yacer de cada uno de los gru- pos descritos en el anterior capitulo, con arregio 4 la clasifi- cacién de Penrose, que hemos aceptado con ligeras varia— ciones. El apatito, aunque nunca como elemento esencial, se en- cuentra casi sin excepcidn en las rocas eruptivas, sedimenta- rias y metamorficas: es el Unico mineral fosfatado y fluoru- rado que en cantidad apreciable integra en la constitucién de las rocas silicatadas. Mucho antes de los modernos progresos de la petrografia, el analisis quimico habia probado la pre- sencia en estas del fosforo, si bien se ignoraba la forma bajo la cual se encontraba en ellas dicho cuerpo, que no parecia integrar en la constitucién de ninguno de los minerales cons- titutivos perceptibles 4 la simple vista 6 con ayuda de la len- te. Mas desde el fecundo descubrimiento del examen micros- copico de las rocas, reducidas 4 secciones delgadas, se pudo comprobar que el fésforo provenia del apatito, que en forma (1) Lfosfati e arseniati natural. Bologna, 1870. ANALES DE HIST, NAT.— XIX, 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) de cristales microscdépicos existe disperso por la pasta 6 como inclusion de diversos silicatos. Los filones y masas de apatito de alguna consideracién, son relativamente tan escasos, como amplia es la diseminacién de este mineral en el seno de las rocas. Y es de notar que en es- tas se reparte 4 menudo con notable desigualdad, abundando a trechos en unos sitios y escaseando en otros, como lo ha ob- servado el Sr. Quiroga en la limburgita de Nuévalos (1), y ofreciendo diversos caracteres: en unos sitios constituye agu- jas largas y delgadas y en otros cristales relativamente grue- sos, que dan claras secciones hexagonales. En forma de inclusidn se presenta el apatito en casi todos los minerales petrograficos, sin excluir el mismo hierro oxi- dulado, que ha sido uno de los que cristalizaron primero. Las rocas graniticas y porfidicas contienen apatito con mu- cha constancia. Se sabe que los granitos de S. Piero, Elba, Cornouailles, Devonshire, Guadarrama, Somosierra y otros, encierran a veces abundantes cristales macroscopicos en las cavidades, asociados 4 la turmalina, 4 la lepidolita, al topa- cio, etc., y que son notables por sus dimensiones los del Maine, New Hampshire y Baveno sobre el lago Maggiore; pero la ma- nera habitual de hallarse el apatito en las rocas graniticas es en interposiciones microscopicas. Otro tanto ocurre en las sie- nitas, citandose la hermosa de Briella, en el Piamonte, por el bello color violeta y por el claro pleocroismo de su apatito (2). En menor grado se observa lo mismo en las sienitas de Mon- zom y de otras localidades. Se halla asimismo el apatito en las rocas pizarrosas cristali- nas de todos los parajes del globo donde se han estudiado estas con ayuda de los medios amplificantes: en los Estados-Unidos, Canada, Inglaterra, Noruega, Sajonia, Tirol, Bohemia, Fran- cia y Espana. A diferencia de como aparece en el granito y en las rocas eruptivas antiguas y modernas, en el gneis y en las pizarras cristalinas existe dicho mineral de preferencia en granos redondeados U ovales alargados, sin bordes crista- linos, 6al menos muy poco marcados. Las rocas subordinadas (1) ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT.; t. xIV, 1885. (2) Cossa: Ricerce di chimica mineral, sulle sienit. del Biellese.—(Atti della R. Acad. di Torino; xxvitt. 1875.) (4) Calderon.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 147 4 las de estas antiguas formaciones se presentan casi siempre y con contornos mas marcados que como se ve en estas: tal -sucede en las serpentinas y rocas talcosas del Tirol, de Sviz- zera, etc., en las que se encuentran & veces en bellas masas diafanas 6 de color amarillo-verdoso 6 de aceite; las calizas cristalinas de Piermont, Hampshire, ofrecen cristales nitidos con esfena, y en las de Robinson se hallaron los famosos cris- tales mencionados de hasta un pie de largo. En cambio abun- dan los cristales microscépicos de esta sustancia en la caliza granular de Arendal. Las anfibolitas ferriferas de Suecia y Groenlandia presentan masas granulares de apatito verdosas 6 de tinte rosaceo. Las mismas cuarcitas contienen también el mineral en San Gotardo, Norvich y Bolton en Massachussets. Las rocas cristalinas antiguas ofrecen ademas de indicios de fosfatos de hierro y de alumina, el apatito microscépico en prismas perfectamente conformados, en tablas divididas en articulos 6 en menudos granos difundidos por la pasta como polvo. Suele abundar en la primera forma en los melafidos, diabasas y sobre todo en los gabbros (1), y constituir largas columnas transparentes en las porfiritas: en otras, como las dioritas y particularmente las micaceas, es en cambio escaso, pero muy constante. Segun M. Lechartier, la proporcién de acido fosférico varia de 1 4 2 milésimas en las rocas graniticas, y rara vez excede de 0,5 por 100 en las pizarras. Son sobre todo ricas en apatito las rocas volcanicas, y en- tre ellas sehaladamente las basicas. Se calcula que contienen por término medio de 5 4 10 milésimas de acido fosférico. Nosotros hemos comprobado la existencia del apatito en to- das las de Canarias (2), notando que aun aquellas en que no se perciben los cristales en el campo del microscopio, su diso- lucién nitrica acusa indicios de fosfatos mediante la del mo- libdato amoénico, nitrica también. Analogas observaciones han hecho otros exploradores modernos de varias regiones volca- nicas (3). Este apatito es casi siempre microscdpico y solo por (1) HaaeGe: Ueber Gabbro; Kiel, 1871. (2) CALDERON: Nuevas observaciones sobre la litologia de Tenerife y Gran Canaria.— (ANAL. DE LA SOc. ESP. DE HIST. NAT.; t. 1X, 1880.) 43) RiccHrarpi (Compt. rend.; t xciv, 188, nim. 19), ha hallado en las cenizas lan- 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42)p excepcidn alcanza dimensiones suficientes para que pueda verse 4 la simple vista, como sucede en las proyecciones del lago Laach, en Alemania, en los agregados aciculares de las lavas del Vesubio, y sobre todo en la conocida esparraguina de la toba andesitica de Jumilla, calificada generalmente, aunque con notoria impropiedad, de traquita. Aparece el apatito en las traquitas en las formas habituales,. es decir, de agujas y prismas transparentes, y también en co- lumnas grises pardo-azuladas y pardo-violeta, con pleocrois- mo generalmente muy marcado. Rosenbusch (1), cita como individuos de notable pleocroismo los contenidos en las bom- bas del lago Laacher, y en la roca de Alsberg en el Rédano. Por transporte y deposito hidrotermal, se ha formado en las cavidades de la traquita descompuesta de Ostheim (Hanau), la variedad de apatito amorfo, terroso y blanco llamado os¢eo- lita. En las traquitas cuarciferas, el apatito es tan pronto abundante como escaso. En cambio las fonolitas le presentan sin excepcidn, tanto transparente, como en gruesos prismas de color azul 6 pardo, que han sido 4 veces confundidos con la hauyna, como en Krenzberg, Rédano y en otras locali- dades. Contienen también casi siempre cristales de apatito las an- desitas piroxénicas y anfibolicas, habiéndose observado en ellos con frecuencia inclusiones dispuestas ordenadamente, si bien algunas veces han sido tomados por tales otros de nefe- lina y de nosean. En las tefritas aparece a veces tenido de co- lor oscuro 6 violeta, siendo débil su pleocroismo y la absor- cién para el rayo extraordinario, mas fuerte que para el ordi- nario. En las rocas modernas, como en las antiguas, se observa en general que las mas ricas en apatito son también las mas an- fiboliferas 6 de mica negra. Ejemplo de ello dan las andesitas anfibdlicas con respecto 4 las piroxénicas, y entre las antiguas las sienitas, kersantitas y porfiritas micaceas. zadas por el Vesubio en 1882, asi como en todos los demas materiales arrojados por este volcdn en dicho afio y en 1868, una cantidad considerable de acido fosforico an- hidro, que evalua en un 2 por 100, por término medio, y que equiyaldria 4 4,39 por 10), calculado como fosfato neutro de cal, (1) Mikrosk. Phisiogr. der massig. Gest. 3) Calderén.—_FOSFATOS DE CAL NATURALES. 149 El basalto y las lavas augiticas suelen encerrar apatito en largos prismas, microscépicos por supuesto, é incoloros. Como excepcidn desta regla merecen citarse los de Ciudad Real, estu- diados por el Sr. Quiroga (1), en los que este mineral accesorio es muy escaso, en contraposicién 4 lo que ordinariamente ocu- rre en tales rocas, donde abunda tanto, que en sus productos de descomposicidn puede reconocerse mucho fosfato de cal, lo cual contribuye 4 la conocida feracidad de las tierras produ- cidas por Ja alteracién de los materiales volcanicos. La des- composicién de las columnas basalticas de Schénwalde, no lejos de Friedland, en Bohemia, da segun Diirre una tierra blanca como la nieve, que consiste esencialmente en fosfato de cal neutro y procede de la alteracién del apatito del basal- to. Los del Lazio de Antrim, en Irlanda, las lavas erraticas del Alto Loire, las tobas y los peperinos del Cheyrac y las lavas del Vesubio entre otras, ofrecen el apatito acicular 6 capi- lar, pero macroscépico, 4 que haciamos referencia hace poco. En fin, los basaltos nefelinicos y todas las rocas volcanicas ne- felinicas suelen ser muy ricas en cristales de esta sustancia, citandose como notable en este respecto la roca de Katzen- buchel (2). Como se desprende de todos estos datos, el apatito se pre- senta de andlogo modo y con igual caracter en toda clase de rocas macizas y estrato-cristalinas, sin distincién tampoco de edad geolégica. Sin embargo, en general se nota que los cris- tales piramidados son propios de las formaciones volcanicas, asi como los no piramidados pertenecen 4 las pluténicas, me- tamorficas y 4 los filones metaliferos, y que los primeros no son fosforesentes por el calor, en contraposicién 4 los segun- dos, diferencias que deben relacionarse sin duda con las con- diciones diversas en que unos y otros se engendraron. Entre las rocas sedimentarias, son notables como ricas en apatito 6 en ciplita, las cretas de la Somma y de Mons, que le contienen en pequefios individuos de color moreno y que Co- munican a la creta un color gris rojizo. Ademas de estas apariciones en forma microscopica en cris- (1) studio microgr. de algunos basalt. de Ciudad Real. (ANAL. DE LA SOC. ESPAN. DE HIstT. NAT., t. 1x, 188).) (2) RosenBuscu: Nephelinit v. Katzenbuckel, Friburg i. B. 1869. 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (44 yy tales dispersos y de pequefios rellenos en las oquedades de las rocas, se presenta el apatito algunas veces en masas de alguna consideracion, como sucede en North-Elsusley, donde este mineral puro cristalino con mica y asociado 4 la caliza, aleanza un espesor de cerca de 3 m. Estos casos son, sin embargo, excepcionales, y solo se conocen como depdositos importan- tes bajo el punto de vista econémico, los de Espafia, Norue- ga y el Canada. En Espana, el verdadero apatito en cristales blancos, mora- dos 6 amarillentos, cementados por fosforita, se encuentra en varios puntos de la provincia de Caceres, como sucede en Mal- partida, donde yacen en el granito; en la frontera portuguesa y luego enel Alemtejo en Portugal. Naturalmente la produc- cidn de estos apatitos es insignificante en comparacién con la de las fosforitas de la misma region, y no pasa de algunos centenares de toneladas. Todavia en menor cantidad se pre- senta la esparraguina de Jumilla, tantas veces mencionada, en cristales dispersos en una toba andesitica, alternando con laminas de hierro oligisto. Los yacimientos de Noruega se extienden 4 lo largo de la costa meridional de Langesund Fjord 4 Arendal. El apatito en masas 6 en cristales forma venas en el gneis, granito, cuarci- tas, pizarras y gabbros, pareciendo existir indiferentemente en la roca hornblendifera como en cualquier otra de las del pais; sin embargo, se nota que el gabbro se encuentra frecuen- temente en su proximidad. Los fosfatos de Noruega son los mas ricos que se conocen, pues segtin los analisis de Peter- mann contienen 86 por 100 de fosfato de cal; pero la poca abun- dancia del mineral y la dificultad de les transportes han hecho decaer su explotacién, una vez agotadas las partes mas acce- sibles. Los depdésitos de apatito del Canada, estudiados con el inte- rés y perseverancia 4a que su valor industrial les ha hecho acreedores, merecen nos entretengan un momento. Las mayores masas son las de los condados de Ottera y On- tario en el coronamiento del laurentino inferior, horizonte ca- racterizado por la gran eantidad de rocas piroxénicas que en él se presentan. El yacimiento principal que contiene el apa- tito, consiste en una serie de capas, mas 6 menos metamorfi— zadas, & veces vagamente estratificadas y contorneadas & me- (45) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 151 nudo, cuarcitas, gneises, pizarras, calizas y rocas piroxénicas, que alcanzan en conjunto un espesor de 900 4 1.200 m. El piroxeno, frecuentemente reemplazado por el anfibol, adquiere dimensiones colosales en el pais de Ontario. Colinas enteras estan formadas por él, unido 4 venas de feldespato y a cuarcitas en diversas proporciones. Algunas venas de espato calizo con serpentina y crisolita, estan también asociadas al apatito. Este mineral se encuentra en el Canada en lechos y en ve- nas. Sterry Hunt (1), cree que las segundas son mas frecuen- tes que los primeros, asi como pequefas masas descubiertas por él marcan lineas de estratificacién en el piroxeno. El pro- fesor Dawson (2), piensa que muchos de los depdsitos de la regién de Ontario son verdaderas capas, opinion contraria a la sustentada por el profesor B. J. Harrington, quien estima que estos depdsitos cortan 4 los estratos de las rocas de la comarca. Por lo que se refiere 4 las venas, se presentan bien definidas en el Canada, y con frecuencia alcanzando dimensiones con- siderables; una de Ontario se ha podido seguir sin solucién de continuidad en una distancia de 27 millas. La composicién de estas venas varia de un punto 4 otro de tal suerte, que una misma, constituida en un sitio por apatito, con feldespato y piroxeno, aparece en otro formada por espato calizo, que en- cierra los minerales mencionados. Los depésitos mas extensos, explotados actualmente en el Canada y sobre todo en el pais de Quebec, estan dispuestos en masas irregulares en las rocas feldespaticas y piroxénicas, mas bien que en venas, al decir de Penrose (3). En algunos puntos el apatito parece ocupar las hendiduras, al paso que en otros se halla en estado de segregaciones, 4 que haremos alusiédn oportunamente. La profundidad hasta la cual llega el apatito, no se conoce todavia bien; la maxima, alcanzada en el Canada, en 1886, ha sido de 350 pies. De todos modos, esta, como las dimensiones (1) The Apatite Deposites of Canada (Transact. Ann. Inst. of Minnig. Enginers. X11, 1884.) (2) Note on the Phosph. of the Laurent. and Cambr. rocks of Canada (Q. J. G. S., 1876). (3) Obra citada. 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) de las bolsadas y de las hendiduras llenas de apatito, son por extremo variables. Los minerales diversos que acompaiian al apatito en estas localidades americanas, se hallan frecuentemente muy abun- dantes y en un estado de conservacidn perfecta. Penrose da la siguiente lista de ellos, que indica su variedad notable: Apatito. Granate. Wilsonita. Espato calizo. Epidota. Talco. Espato fluor. Tdocrasa. Clorita. Opalo. Turmalina. Prehnita. Calcedonia. Titanita. Chabasita. Albita. Zircon. Galena. Piroxeno. Orthoclasa. Esfalerita. Hornblenda, Cuarzo. Molibdenita. Flogopita. Escapolita. Grafito. Los depésitos de fosforita son mucho mas extensos y fre- cuentes que los de apatito. Entre ellos merecen mencién es- pecial los de Espana, SO. de Francia y Nassau en Alemania, de los cuales diremos algunas palabras. En Espafia los principales yacimientos de los llamados generalmente en el comercio /os/atos de Caceres, son tres que constituyen las masas mas considerables de esta sustancia que se conocen: el primero y mas importante es el que confina con la capital de dicha provincia; el segundo, mucho menos abun: dante, pero de mas ley, es el de Logrosan, y el tercero, quizas el mas considerable, pero mas pobre en ley de fosfato es el de Valencia, también en la misma provincia extremena. Aparte de estos existen en la misma otros muchos filones, cuya enu- meracién puede verse en la excelente Memoria de los sefores Egozcue y Mallada, que hemos tenido ocasién de citar varias veces. Son diversos los yacimientos de las fosforitas de la provin- cia de Caceres, como se comprende dada la inmensa superfi- cie que ocupan en una zona tan extensa y de constitucion geologica tan varia. Los citados ingenieros han hecho una clasificacién de ellos que los deja reducidos 4 tres grupos: filones que atraviesan el granito, de los cuales los mayores se hallan entre Zarza la Mayor y Ceclavin, en una superficie de 27 km.; filones que siguen la direccién de las pizarras en que 447) Calder6én.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 153 arman, entre los que se encuentran los de Logrosan, los cer- canos a la ciudad de Caceres y los de Zarza la Mayor, y masas en las irregularidades de los bancos de la caliza devénica, los cuales en cierta extensidn aparecen impregnados de dicho mineral, de cuyas masas la principal es la del Calerizo de Ca- ceres y otras que existen en el término de la Aliseda y en varios puntos. Formaciones analogas 6 mas bien la continuacidén de las de Caceres, se han encontrado no hace muchos anos en Portugal, en la provincia de Alemtejo. Andalucia ha proporcionado también un gran numero de yacimientos de fosforita en estos ultimos afios, pertenecientes 4 la tercera categoria, sefalada en Caceres, es decir, 4 la clase de los rellenos en formaciones calizas. Todas estas fosforitas son concrecionadas, agatiformes y constituidas por capitas superpuestas, como se indicé en el anterior capitulo. Entre ellas deben recordarse las del puerto de Espiel, Bélmez, Alma- dén, el Cerro del Santo, Hornachuelos, en la provincia de Se- villa, y otros muchos, cuya importancia es mas bien geologica que industrial, pues semejantes filones son limitados, acaban en cufa en todos sentidos y quedan agotados 4 los pocos anos de explotacidon. En la sierra Alhamilla, existe un yacimiento que da una fos— forita blanca, facil de reducir 4 polvo, pero de un titulo de 25a 30 por 100 solamente, conteniendo 30 por 100 de silice y una fuerte proporcidn de yeso. La base de la produccién espanfiola esta en los depdsitos de Caceres, que son de excelente calidad y dan buenos superfosfatos, si bien los gastos de transporte y otras causas, que no hay para qué entrar 4 enumerar aqui, constituyen grandes obstaculos para el desarrollo de estas minas. Segun la ultima estadistica oficial, la de 1887, se extrajeron en Espafia en dicho afio 21.963 toneladas de fosforita, por valor de 63.081 pesetas. En el SO. de Francia se conocen las fosforitas de los depar- tamentos del Lot, Tarn-et-Garonne y del Aveyron en las hen- diduras 6 en las cavidades superficiales de una meseta de caliza gris, compacta y dura, que pertenece al jurasico supe- rior, ocupando una extensién de 40 km. de N. aS. Estos depo- sitos, cuyo estudio ha dado lugar 4 vivas controversias, se 154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) encuentran tan pronto en cavidades irregulares, que no exce- den jamas de algunos metros de longitud, como en hendidu- ras alargadas, generalmente paralelas, que se ensanchan 6 estrechan en su trayecto; los mas ricos son los que se extienden en linea recta y tienen sus paredes lisas y verticales. Los caracteres de la sustancia fosfatada son diferentes segun la direccién de las hendiduras: asi M. Trutat ha com- probado que en las que corren de ENE. 4 OSO. contienen mineral compacto, vitreo y agatiforme, al paso que en las dispuestas en angulo recto, este consiste en geodas llenas de carbonato de cal 6 de arcilla ferruginosa. Los esqueletos de animales terrestres y de conchas de agua dulce que contienen estos depdsitos del SO. de Francia, les prestan una importancia capital para el gedlogo. Aunque los fosfatos son considerados como jurasicos, la presencia de Cainotherium, Amphitragus, Antrhacothertum y Acerotherium en los de Tarn-et-Garonne indican la fauna proxima 4 Ja época miocena, y parecen confirmar la referencia de la época de la formacién de las brechas huesosas al oligoceno (1). La produccién llegé 4 20.000 toneladas por ano desde 1870 a 1875, pero hoy esta paralizada, empleandose el fosfato en el pais mismo en su estado bruto. En Nassau, Alemania, las fosforitas se encuentran disemi- nadas con el apatito en las cavidades de una caliza dolomitica dura, maciza, de edad devénica. Yacen en la superficie del suelo 6 bajo una arcilla que puede alcanzar un espesor de 200 pies. Las cavidades que contienen la fosforita fueron fragua- das por la accion del agua antes del depdsito de este mineral, cuyo espesor varia de 6 pulgadas 4 6 pies. La presencia de la fosforita esta ligada alli con la de la caliza, lo cual, uni- do 4 la carencia de restos organicos en la primera, parece indicar que es.debida 4 un trabajo de concentracién. Su ley de fosfato varia de 60 4 92 por 100, y contienen un 245 por 100 de fluor y escasos carbonato, éxido de hierro y alumina. Su explotacion, en otro tiempo algun tanto desarrollada, ha de- caido notablemente en la actualidad, y sin embargo este yacimiento es el mas rico en su género que posee Alemania, la cual es tributaria al extranjero en abonos fosfatados. (1) LaAppaRENT: 7 raité de géologie, 1882, pag. 1024. (49) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 155 Otras muchas localidades ofrecen yacimientos poco consi- derables 6 no bien conocidos todavia de fosforitas, sobre todo concrecionadas. Asi en en Schlakenwald (Bohemia), en Am- berg (Babiera), Tavistock en el Devonshiere, Hammonds-Ville en los Estados-Unidos, existen fosforitas concrecionadas en masas mamelonadas 6 reniformes, de fractura vitrea, muy fina, de un gris moreno 6 azulado, rellenando frecuentemente hendiduras 6 grietas de caliza mas antiguas. En el Caucaso hay preciosas variedades que simulan cuarzos resinitas. Tam- .bién la India ha proporcionado analogos hallazgos en estos ultimos afios (1). La fosforita suele asociarse 4 minerales diversos de magne- sia, allimina, calcio (carbonatos y sulfatos), hierro y manga- neso. Con estos ultimos se encuentra en el Mediodia de Espafia muchas veces. Hemos visto que pasan insensiblemente 4 ca- liza y caliza dolomitica en Andalucia, Nassau, Baviera y otros sitios, las variedades concrecionadas, y de un modo general puede afirmarse que todas las calizas contienen fosfato en mayor 6 menor proporcidn; por eso en los estudios agronémi- mos de las tierras se dosa la cantidad de este cuerpo, tan im- portante al agricultor, precipitandole en jalea y separandole, mediante la calcinacién y los acidos, del carbonato de cal. La fosforita de Nassau, que es muy rica en acompaniantes, encie- rra pequenios cristales de apatito, hematites cristalina, piro- lusita, y ademas wawelita, espato calizo, wollastonita, jaspe y calcedonia. En los filones suele hallarsele también con el fluoruro de calcio. Si de los yacimientos de los minerales pasamos 4 las rocas fosfatadas, deberemos describir los de los nédulos de fosfato amorfo, cuyas principales localidades y caracteres hemos mencionado. De ellas la de la Carolina del Sur, en los Estados: Unidos, es la m&s importante de todas por su produccién anual. Un horizonte de arenas y arcillas fosiliferas que des- cansa sobre margas eocenas, est&é coronado por un lecho que encierra con fragmentos de conchas marinas un gran numero de dientes de tiburones, huesos de cetaceos y demas restos de mastodontes, megaterios, elefantes, ciervos, caballos y (1) G. HuaHeEs: On some West Indian phosphates. (Q. J. G. 8.3 xt, 1885.) 156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) otros animales terrestres. Contiene ademas abundantes y vo- luminosos nddulos irregulares con una ley de fosfato variable. Esta capa de ndédulos, que llega hasta 2 4 pies, se encuen- tra &4 una profundidad escasa, junto 4 corrientes de agua y cerca de la costa, circunstancias muy favorables para su explotacién. También existen en el fondo de muchos ria- chuelos que recorren la regién de los fosfatos, néddulos que habiendo quedado despojados del cemento que les trababa por la accidn de las aguas, adquieren un elevado valor in- dustrial. Ka la Carolina del Norte hay dos especies de depdsitos: le- chos de nédulos analogos 4 los de la Carolina del Sur, aunque en yacimientos poco extensos, y un conglomercado de nddulos cementado por caliza blanca. Los ndédulos libres descansan sobre margas eocenas y estan asociados a dientes y huesos de vertebrados, empotrados en una materia arenosa 6 en una marga conchifera; constituyen el conglomerado osamentas y dientes de tiburones y néddulos y granos de cuarzo trabados por caliza, originando el todo una formacién que varia consi- derablemente de composicién y ley en la profundidad. Kn los Estados-Unidos abundan otras formaciones de néddu- los fosfatados, por mas que la mayoria no ofrezcan condicio- nes para poderse explotar con provecho: asi ocurre en el Ala- bama, en dos bandas de nédulos, fésiles y conchas cementados por caliza, que parecen pertenecer 4 la edad cretacea; en Martha’s Vineyard, enantiguas deltas de época terciaria; en la Florida, donde se conocen manchoncillos de conglomerados fosfatados, y en Gales del Norte, donde existen varias rocas fosfatadas, que han sido referidas al grupo de Bala y Caradoc (silurico inferior). Las capas que contienen estas se hallan profundamente dislocadas. Entre ellas figura un lecho de néddulos en el que apenas pueden reconocerse ya huellas organicas; pero en el interior de estos se encuentran muchos restos de esponjas, y no es raro ver fragmentos de conchas y de caparazones de crustaceos. Inglaterra posee rocas fosfatadas analogas 4 las de los Esta- dos- Unidos en el cretaceo y en el terciario: las del primero, de las formaciones llamados del Upper y del Lower Green- sand, son las mas importantes como cantidad y como calidad, pero insuficientes para satisfacer al gran consumo de superfos- (51) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 157 fatos que hace el pais y que es tributario al extranjero de fos- fatos. En los condados de Cambridge y de Bedfort, de Oxford, en el Yorkshire y en otras localidades, una sustancia siliceo-caliza con granos de glauconia y de fosfatos del horizonte superior del Upper Greensand, encierra abundantes nédulos. La men- cionada sustancia caliza esta formada casi en totalidad por restos fdsiles (espiculas de esponjas, plas y placas de herizos de mar, conchas y corales diminutos y foraminiferos), y la sustancia silicea por granos cuarzosos de una arenisca y aun fragmentos de obsidiana. En esta curiosa formacién, que los gedlogos ingleses han estudiado cuidadosamente, el lecho de fosfato comprende los nédulos y los fosiles, y entre estos ulti- mos particularmente los restos de esponjas. Muchos ndédulos estan desgastados, redondeados y partidos, indicando que fue- ron en otro tiempo arrastrados y golpeados bajo el impulso de poderosas corrientes. El Lower Greensand presenta diversas capas de nddulos, que se conocen en el pais con nombres alusivos 4 su posicién estratigrafica relativa. Asi se ve en la parte inferior la capa llamada del Lower phosphate, formada por rifiones general- mente rodados, reunidos con fragmentos de granos cuarzosos, y de fésiles marinos variados; viene después una zona arenosa, en la que descansa el Upper phosphate bed, de analogos carac- teres 4 la anterior, y sobre ella otra de arenas y arcillas, que pertenece al gault, coronada @ su vez por otra tercera de néddulos. Estos tres lechos se reunen en uno solo en ciertos casos. En el crag de Norfolk, de Suffolk y de Essex y bajo él se encuentran depdsitos de fusfatos terciarios, consistentes en una masa de ndédulos, fragmentos de conchas, granos de are- na, dientes de cetaceos y de tiburones, huesos de mamiferos y trozos de arenisca verde. Los nédulos, que por lo general _ estan redondeados y desgastados, contienen 53 por 100 de fos- fato de cal y 13 por 100 de fosfato de hierro. En Norfolk la sus- tancia fosfatada es poco abundante, se halla mas diseminada que en Suffolk y esté formada por osamentas de elefantes, de mastodontes y de rinocerontes. Bélgica y el N. de Francia constituyen otra regién natural bajo el punto de vista de las rocas fosfatadas que en ellos 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) existen. La creta gris y otros diversos niveles son el yaci- miento de ellas por excelencia en las formas siguientes: nddulos de fosfato mezclado con carbonato en lacreta y en las arenas verdes; cantos rodados procedentes de los anteriores y granos diseminados en pequefias concreciones (Donllens) 6 en cristalinos de ciplita (Cyply). M. Olry (1) ha hecho un estudio detenido de los nédulos, mezcla de fosfato y de carbonato de cal conocidos en el pais con el nombre de ¢wn. La creta de la Somma y del Paso de Calais con Balemnitella quadrata encie- rra también un 12 por 100 de acido fosférico debida 4 los mis- mos cuerpos y hasta 4 pequenos cristales morenos, que dise- minados en grandisimo numero comunican 4 la roca un color gris, como dijimos anteriormente. Otro tanto ocurre en la creta pulverulenta de los alrededores de Mons, una y otra con una ley media de fosfato de 12 por 100 y explotadas en la actualidad. En la zona de Ammonites latus y Amm. tubercula- tus de la Meuse y de los Ardennes se encuentra una capa de barro de alfarero, que alcanza en ocasiones de 25 4 30 m. de espesor, la cual contiene nddulos fosfatados. También existen en Francia rocas fosfatadas en la costa de Oro y enel SE., junto al nacimiento del Rédano, en Seyssel, cerca de Grenoble, yaciendo en el gault inferior y en el Lower Greensand. En el Isere y la Drome hay otros que encierran Belemnites dilatatus. En el mismo terreno los nédulos irregu- lares, negruzcos, del tamafio de un huevo, forman en el Artois bancos de 15 4 20 m. de espesor. Se calcula que solo en Ja edad albiana de la zona de los Ardennes se encierran 80 millo- nes de toneladas de fosfato. En general los yacimientos de rifones franceses corresponden al lias, al infra-cretaceo y al coronamiento de la edad secundaria; pero algunos, como los de Lot, aunque rellenan las hendiduras de la caliza jurasica, son en realidad de edad oligocena (2). La peninsula ibérica no parece rica en yacimientos de rocas fosfatadas, en contraposicién a sus grandisimos recursos el verdaderas fosforitas. Se conocen, sin embargo, nédulos ana- logos 4 los franceses en la provincia de Badajoz, junto 4 la Zarza, Garrobilla y Esparragalejo, y en Portugal cerca de las (1) Les phosphates dechauv et les établissements Paul Desailly; Paris, 1889. (2) LAPPARENT: 7'raité de géol. i883; pag. 1023 (53) Calderon.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 159 arenas bituminosas explotadas en Granja, distrito de Leizia y proéximas al mar. En estos ultimos anos la atencién de los gedlogos é indus- triales franceses se ha fijado en los yacimientos de Tunez, descubiertos modernamente por M. Ph. Thomas, miembro de la comisiéon cientifica 4dicha comarca, el cual ha descrito fos- fatos suesonicos al SO. de la regencia, que se extienden hasta cerca de Gafsa. Por la parte S. son nodulosos y margosos; pero al N. toman el aspecto de los del N. de Francia y Bélgica, y aparecen mezclados con dientes de plagiostomos y restos de Ostrea multicostata. Reaparecen, en fin, iguales formaciones & poniente, si bien alli se debilita su contenido de acido fus- forico hasta un 2 4 3 por 100. Posteriormente el mismo explo- rador ha encontrado otros fosfatos muy ricos y abundantes en otros parajes de Tunez (1). M. Quintin (2) concede extraordi- naria importancia 4 estos hallazgos para restablecer la anti- gua fertilidad agotada ya en aquella comarca y en una buena parte de la Argelia. Mas los depésitos fosfatados de mayor extensiédn é impor- tancia del mundo, parecen ser, sin duda alguna, los de Ru- sia. Una sola de sus zonas, si bien la principal, que se asienta entre el Dnieper y el Volga, abraza unos 20 millones de hecta- reas, segun las interesantes noticias comunicadas por Yer- moloff (3). Se encuentran generalmente en el terreno creta- ceo, y alguna vez en formaciones siluricas, jurasicas y ter- ciarias. El fosfato toma formas muy diversas: generalmente constituye nddulos y rifones analogos 4 los yacimientos fran- ceses de este género; otras veces aglomeraciones pizarrosas de nédulos trabados por un cemento, como en los alrededores de Koursk, de Voroneja y de Tambof, y otras, como en la creta blanca, que es el yacimiento principal, consiste en un agregado de fragmentos de conchas y otros fésiles y nédulos trabados por una arena gris 6 amarilla. Estos aparecen 4 me- nudo cementados, constituyendo masas sdlidas estimadas como material de construccién y reparacién de los caminos. La riqueza que posee Rusia en semejantes formaciones es tal, (1) Compt. rend.; 1885 y 1887. (2) Compt. rend., Mayo 1887. (3) Journ. @agricult. pratique, 1872, t. 1, pag. 660. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54): que bastaria para satisfacer las exigencias de la agricultura, no solo nacional (que atin no ha empezado 4 emplear fosfa- tos), sino la de la Europa entera, el dia que se sienta necesi- dad de buscar nuevas fuentes de abono; segtin las palabras del mismo Yermoloff, «la Rusia Central, que reposa entera- mente sobre fosfatos, podria suministrar bastante contingente de ellos para empedrar la mitad de Europa.» Los nédulos esféricos, oscuros, del terreno silurico de la Podolia, poseen una riqueza media de 75 a 88 por 100 de fos- fato. Estas formaciones son independientes de las calizas fosfa- tadas del gobierno de Novgorod, 4 que hicimos mencidn al tratar de dichas rocas. Los depdsitos fosfatados huesiferos consisten en brechas cuaternarias, en rellenos de cavernas y formaciones lacus- tres, constituidas casi en totalidad por osamentas, todos ellos de muy escasa importancia industrial. A esta categoria per- tenecen las margas rojizas, salpicadas de huesos, que rellena antiguas grietas en Tarn-et-Garonne, y la formacidén, casi idéntica, que dimos 4 conocer en Sierra Palacios hace algu- nos afios (1). En esta marga yacen, en efecto, mandibulas, dientes y restos de Zepus y de otros roedores, de ciervos, de Sus, Equus y varios mamiferos mas; pero independientemente del contingente que estos restos puedan aportar al total de la roca, la marga misma esta penetrada de fosfato, por lo cual ha sido explotada como fosforita industrial, como sucede en otros rellenos de diluvium rojo no huesiferos de la misma Sierra Palacios. Las cavernas que sirvieron de refugio & un crecido numero de animales, suelen ofrecer depdsitos de osamentas de mu- chos pies de espesor en ocasiones. En Europa es donde abun - dan, sobre todo, estas formaciones, si bien, aunque menos numerosas y ricas, se conocen otras en América y en Asia. Terminaremos este capitulo, notando con Daubrée que existen yacimientos de fosfatos en todos los miembros de la serie sedimentaria, y por consiguiente, de todas las épocas geologicas, sin que, como en algun tiempo se creyé, sean el (1) CaLpERON: Contribuciones al estudio de la fosforita de Bélmez. (ANAL DE LA SoclEDAD ESPANOLA DE Hist. NAT. t. vil, 1878.) (55) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 161 patrimonio de determinados momentos de la vida del globo. La siguiente enumeracién demuestra el poco valor de esta ultima creencia: Periodo arcdico. ....— Rocas apatiferas del Canada. Periodo paleozdéico. .—Estratos con lingulas y capas de nédulos del Ca- nada. Fosfatos carboniferos de Westfalia y fos- foritas concrecionadas de Bélmez. Terreno triasico.....—Luneville. Concreciones poco importantes en ya- rias localidades. Terreno jurasico. ...— Calvados, Franconia, Wurtemberg, Baden, etc. Abunda en el lias de Francia, asociado 4 los minerales de hierro. Terreno cretaceo....— Gault de Gran-Pré, Paso de Calais, Ardennes, Al- pes maritimos y otras localidades de Inglate- rra, Alemania, ete. Terreno mioceno....—Fosforitas concrecionadas de Hornachuelos. Terreno oligoceno...—Brechas huesosas de Tarn-et-Garonne y Lot. Terreno plioceno....— Crag rojo de Suffolk, ete. Terreno cuaternario.—Brechas fosfatadas de algunas cayernas y de relle- nos (Tarn-et-Garonne, Sierra Palacios, Alma- dén, etc.) Guanos. LIAS ORIGEN Y EVOLUCIONES. Conocemos la historia de un cuerpo natural, ha dicho Tschermak, cuando sabemos cémo se ha formado y de dénde ha venido. El fosfato de cal proporciona un ejemplo brillante de la verdad de esta transcendental afirmacién, mostrandonos cémo cada progreso importante en el estudio de los minera- les que comprende, y cada descubrimiento de yacimientos ha traido consigo nuevas explicaciones y nuevas luces sobre las cuestiones de su origen. De aqui tantas teorias sobre el gé- nesis de los fosfatos, que parecen & primera vista un verdade- ro caos de conjeturas, y que, sin embargo, cuando se meto- dizan y examinan reflexivamente, vienen, en ultimo térmi- no, & reducirse & un escaso numero de inducciones funda- mentales y nada caprichosas en realidad. No quiere decir esto que los prob'emas de origen de los ANALES DE HIST. NAT.— XIX. TT 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) fosfatos naturales estén resueltos total ni parcialmente; pero es indudable que sabemos con certeza algo sobre ellos, que servira de firme punto de partida para las investigaciones del porvenir. Los datos en que se fundan las inducciones sobre el origen de los minerales que nos ocupan, son de drdenes diversos y de diferente importancia. Examinémoslos sucesivamente: 1.° Los caracteres quimicos y fisicos, y entre estos sefala- damente la estructura, indican diverso modo de formarse los apatitos y las fosforitas; y entre estas unas concrecionadas, otras compactas y otras térreas, revelan variadas huellas de la acciOn de las causas modificadoras y formadoras del globo. La presencia 6 ausencia de materias 6 restos organicos sirve también, en muchas ocasiones, para esclarecer la edad y modo de formacion de ciertas fosforitas. Naa yacimiento, que es tan multiple en estos minerales como hemos visto en el anterior capitulo, sin que deje de pre- sentarse en ninguno de los conocidos, da preciosos indicios en punto 4 las cuestiones genéticas; asi los hay filonianos en los terrenos antiguos, sedimentarios, de acarreo y metamorficos. 3.° Las asociaciones, aunque en realidad no son sino un dato complementario del anterior, ofrecen en ocasiones im- portancia especial, por cuanto los minerales formados junta- mente, indican con su naturaleza quimica una comunidad de origen; por eso el profesor Bombicci (1) se ha ocupado espe- cialmente de los acompanantes de la fosforita como impor- tante dato para su teoria de las asociaciones poligénicas. Se nota, por ejemplo, el apatito frecuentemente bien cristalizado, concomitante con la fluorina, la lepidolita, el topacio y la tur- malina, todos ellos minerales fluoriferos, en los filones es- tanniferos de muchas localidades de Bohemia, Sajonia y Cor- nouailles. Aunque con otro caracter se encuentran dichos cristales asociados 4 otros minerales silicatados de las anti- guas rocas de los Alpes, como a la albita la variedad incolora de San Gotardo y ala epidota de Untersulzbach los pequenos cristales y las tablas limpidas de excepcional tamafo que Ci- tamos como modelos de apatitos. En Suecia y Noruega el apa- (1) Obra citada. (57) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 163 tito sub-compacto y granular se halla mezclado con magnetita y hornblenda. Ya hemos visto que por este ultimo mineral muestra el apatito cierta predileccién en las rocas cristalinas, y que en general se reputan como mas ricas en este las mas anfibélicas y micaceas; mas no por eso es raro tampoco en las piroxénicas, como sucede en la cocolita de Riaza, rica en apa- tito, sezun el Sr. Quiroga; en el Canada y en otros paises, se han visto 4 veces gruesos prismas de él unidos al piroxeno, y a la flogopita en las formaciones de caliza arcaica. Una fosfo- rita terrosa se halla sobre la vena de hierro de Amberg’, en Ba- viera, y en las masas ferriferas del Arendal existen cristales de color verde en la magnetita, de la variedad llamada moroxita. Los hidréxidos de hierro y de manganeso son acompanantes casi invariables de la fosforita en la provincia de Caceres, la cual se asocia también en ocasiones con la galena cubica, como sucede en Zarza la Mayor, con la pirita de hierro en for- ma de brechas, y con las piritas arsenical y ferro-cobriza, como en la mina 77wjil/ana. Mas el compaifiero verdaderamente in- separable de la fosforita de Caceres es el cuarzo, unido con aquella tan intimamente en los filones, que estos deben con- siderarse, segtin los Sres. Egozcue y Mallada, como una mez- cla de ambas sustancias en la que predominan alternativa- mente una Ui otra de ellas. En el caso en que el cuarzo disminu- ye mas, todavia acompana al fosfato, siquiera sea en delgados filetes 6 en cristalillos y agrupaciones granuliticas microscé- picas. Como casos especiales y en determinados sitios, se citan también asociaciones de fosfatos con minerales de magne- sia y aun de boro, sobre todo en algunos guanos, y con ciertos cloruros metalicos en algunas venas fosfatadas antiguas. Hemos visto, en fin, que casi todos los terrenos sedimenta- rios contienen fosfatos de cal, pero sobre todo los calizos y fe- rruginosos. Esta asociacién es importante, porque muestra que las circunstancias que han producido la precipitacién del carbonato de cal y del éxido de hierro y la descomposicién de estos minerales, son las mismas que han originado las de dichos fosfatos, asi como sucede también en el laboratorio en el analisis llamado comercial, cuando se satura por el amonia- co una disolucién que contiene estas diferentes sustancias. 4.° Jl estudio de las emigraciones del fosfato de cal ha 161 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58), probado que asi como otros muchos minerales, dan el espec- taculo de una continua transformacién y aun su vuelta al es- tado originario, para emprender después quizas nuevas evolu- ciones. Luego mostraremos cémo mediante estas investigacio-. nes quedan reducidos a meros problemas de transporte algunos que se suelen llamar impropiamente de origen, analogamente a lo que sobre este punto dijimos en nuestro precedente en- sayo sobre la sal comun. 5.° Por ultimo, las reproducciones artificiales han dado 4 conocer varias reacciones capaces de dar por resultado verda-. deros apatitos y han ampliado el campo de los conocimientos sobre los fosfatos de cal posibles en la naturaleza, y sobre al- gunos que solo se hallan rara vez, arrojando luz sobre la trans- formacién de estos minerales unos en otros. Tres procedimientos han dado por resultado la reproduccién de los fosfatos de cal: 1.° el empleo de los cloruros y fluoruros como fundentes; 2.° la intervencién de un agente volatil 4 una alta temperatura; 3.° la via humeda combinada con la pre- sidn (1). Forchhammer (2), fundiendo juntamente el fosfato de cal tribasico con el cloruro sddico, obtuvo después del enfriamien- to, largos cristales hexagonales de cloroapatito. Sirviéndose del cloruro calcico en exceso y fundiendo en él los elementos de este fluorapatito, se forman, como lo han logrado H. Sainte- Claire Deville y Caron, cristales prismaticos alargados y bellos de un verdadero fluorapatito, y si repitiendo otras experien- cias se mezclan fosfatos de cal naturales, pulverizados con sal comin, se obtienen apatitos 4 la vez clorurados y fiuorurados como los naturales. Manrose los produjo asimismo por medio del fosfato de sosa desecado y calentado al rojo en presencia de un cloruro 6 de un fiuoruro; y en una experiencia en que empledé solo el cloruro en exceso como fundente, habiendo di- suelto luego este en el agua hirviendo, recogié un polvo cris- talino compuesto de prismas cuya forma y composicién co- rresponden al apatito. Puede producirse el fostato directamente haciendo digerir una mezcla de acido fosférico y de carbonato (1) Fouqu& et Micnen Livy: Synthese des min. et des voches. Paris, (882; piginas 262 y siguientes. (2) Ann. di Chemie et Pharm. t. xc, pag. 77. 59) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 165 de cal, como lo consiguiéd M. Debray (1), y si este se calienta &@ 250°, en presencia de una disolucién de cloruro de calcio, se transforma en apatito. El cambio del fosfato amorfo en cristalizado ha sido coms probado también por otras experiencias interesantes. El mis- mo quimico ahora citado, ha logrado de un modo completo dicha transformacion, tratando la fosforita por el vapor de acido clorhidrico, explicando asi algunas formas con que este cuerpo se presenta a veces en la naturaleza. Forchhammer, con el proposito de perseguir los procesos naturales, se sirvid del. fosfato extraido del polvo de diversas rocas, como la marga de Moén, la arcilla de Flensburg, la de Sylt y la de Copenhague; y mezclandole con cloruro de sodio en exceso, obtuvo apatito después de la fusién. Al mismo resultado llegé empleando huesos calcinados, que sirviéndose del fosfato de cal mas puro. Semejantes experiencias arrojan mucha luz sobre algunos problemas de origen del apatito y de la transformacién de los fosfatos unos en otros: pero todavia en este linaje de cuestio- nes las reproducciones artificiales no han dado mas que una parte de las soluciones buscadas, por cuanto alin no se ha llegado 4 crear los apatitos en los magmas silicatados, que es el punto capital de las cuestiones referentes al fosfato primi- tivo, del cual han derivado y se han difundido todos los que hoy existen en las rocas de la corteza terrestre. En vista de todos estos datos de indole tan variada, los gedé- logos han expuesto muchas teorias con arreglo al estado de los conocimientos en su época sobre los procesos de formacién de los fosfatos de cal naturales; teorias, que aun en medio de su diversidad aparente, pueden reducirse & tres puntos de vista primordiales, que expondremos sucesivamente: uno que considera 4 los seres organicos como el agente general de la produccién de los depdsitos de este cuerpo y de su dise- minacion; otro que atribuye 4 las fuentes el poder de haberle acarreado desde el nucleo central 6 desde la pirosfera, y solo concede a los organismos un papel muy secundario y local, como formadores de rocas y minerales fosfatados, y otro que (1) Compt. rend.;t. Lu, 1361. 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60): considera como punto de partida el apatito contenido en las rocas antiguas, y todos los agentes dindmicos de la tierra, como factores de un proceso lento y constante de emigracién a las demas rocas. Las teorias del origen puramente organico de este, como de lds demas minerales de cal, tienen su abolengo en el mis- mo Linneo, que asi como Macculloch y otros en tiempos mas modernos, no veian otra solucién mas que esta para expli- carse la rareza de tales sustancias en las épocas antiguas, y su gradual y constante crecimiento en las posteriores, hasta terminar con una abundancia extraordinaria en las moder- nas. Y esta tendencia llegé 4 adquirir de tal modo carta de naturaleza, que antes de los trabajos de Lecog todo fcsfato se reputaba sin discusidn como un resto fésil, y asi no habia para Dufrenoy rifdén 6 nédulo que no fuese un coprolito. En suma, los partidarios de esta manera de ver no consideran en los depdsitos de fosfatos sino despojos de animales 6 marinos 6 continentales. En efecto, los caparazones y partes esqueléticas de los pe- ces, equinodermos, gusanos, moluscos y pdlipos, contienen una -proporcién elevada relativamente de fosfato calizo, el cual existe también en todo el cuerpo de los mismos en ma: yor 6 menor proporcién. Cuando mueren, sus despojos se mezclan a las arcillas y otros sedimentos, y el acido fosforico puesto en libertad por la putrefaccién, se combina con una parte del carbonato, originando nédulos, venas 6 calizas fos- fatadas, segln las circunstancias que acompafan al fend- meno. En apoyo de esta teoria, y queriendo explicar con ella el origen del fosfato de los Ardennes, recuerda M. Cornet (1), que en diversos parajes, después del cambio del monzén, principalmente en Octubre y en Noviembre, millares de pe- ces muertos de todas clases son lanzados por las olas a la costa. En las de Perim y Aden, los habitantes tienen que de- dicarse a enterrar estas masas de carne en putrefaccidn, a fin de que no infesten el aire. Este fendmeno puede haberse re- petido en diversos tiempos geoldgicos, y como las capas de dicho fosfato cretéceo se depositaron, segtin Gosselet (2), cerca (1) Quart. Journ. Geol. Soc. 1836 (2) Lecons sur les gites de phosphate de chauxe du Nord dela France Lille, 1€89. 3) amie Calderé6n.—FOSsFATOS DE CAL NATURALES. 167 de la playa y en mares poco profundos, la teoria de Cornet no se hace inadmisible por lo que respecta a4 aquella regidén. M. Bor, de Amiens, coincide en la misma idea, atribuyendo el relleno fosfatado de las bolsadas de la Somma y otras ana- logas, 4 peces y diversas materias en descomposicidn, arras- tradas por las olas y depositadas en los huecos preexistentes del terreno, fosilizadas, pulverizadas después, y acabadas de disolver lentamente merced a la accién de aguas mas 6 menos carbénicas. Sin embargo, M. Derennes, que ha podido estu- diar bien la estructura y demas caracteres de los rellenos en Beauval, no participa de semejante opinién, y hace constar que consisten estos alli en una mezcla de creta y cal fosfatada, que indica son mas bien el producto del acarreo y lavado de rocas preexistentes que contenian ya el fosfato de cal. Los restos esqueléticos de los animales marinos, sobre todo invertebrados, pueden ser una causa de acumulacion de fos- fatos, por mas que se haya exagerado 4 veces su importancia, y sobre todo querido dar cuenta por ellos de mas hechos de los que razonablemente encuentran dicha explicacién. En la actualidad se forman en ciertas profundidades del mar dep6- sitos fosfatados, respecto a cuyo proceso reinan algunas du- das; pero la infiuencia que para el suministro de su sustancia ejerce la vida parece evidente, y se comprueba por la extre- mada abundancia de espiculas de esponjas que ofrecen dichos depositos. En algunas rocas fosfatadas, la presencia de los restos es- queléticos y su abundancia son manifiestas, como ocurre en tantas margas empleadas por esta razén en agricultura. Mr. Matthew (1) ha descubierto que la sustancia fosfatada de las calizas del Canada se reduce en el campo del microscopio a porciones de Lingulas, y los tubos que atraviesan, en el mismo pais, los conglomerados calizos, son de origen orga- nico, &juicio de M. Dawson (2). También en los nédulos de la América del Norte es muy frecuente encontrar esponjas, fragmentos de moluscos y caparazones de crustaceos, esca- mas y dientes de peces, hecho interpretado por unos, como (1) Geol. New Brunswick. (Geol. Surv. 1876.) (2) Note on the Phosph. of the Laurent. and Cambi. vocks of Canada. (Q. J. GS, 1876 ) 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) MM. Johnson y Sollas, como prueba de la antigua com- posicion totalmente organica del ndédulo, al paso que M. Pen- rose atribuye este a la mineralizacién de un lecho calizo, que podia contener los restos organicos citados, 6 al engloba- miento de estos por una sustancia caliza ulteriormente fosfa- tada. Para el profesor Dawson no solo dichos fosfatos, sino el mismo apatito laurentino del Canada son de origen animal. Ya es de todos conocida la importancia de las polémicas 4 que el estudio de estas rocas ha dado lugar entre los sabios ameri- canos, principalmente con motivo de la naturaleza del Hozoon, que*yace en dichos terrenos, y es sabido también que este eminente profesor tomé con calor extraordinario el partido en favor de la procedencia organica de estos restos problematicos. Precisamente la presencia cerca de él del grafito y del apatito en la forma que describimos oportunamente constituye uno de los argumentos que mas ha hecho valer en pro de su opinidén, fundandose, entre otras razones, en la presencia del acido fluorhidrico en la composicién de dichos apatitos, pues es sabido que las partes esqueléticas y sobre todo el esmalte den- tario de ciertos animales, contienen fluoruro asociado al fos- fato. Seguin él, los organismos de las primeras edades tendrian una predileccién marcada por la materia fosfatada, con la cual constituirian sus caparazones y esqueletos. Semejante opinién no es inadmisible en absoluto; pero en realidad ni las razones alegadas son convincentes é incontrovertibles, pues se cono- cen fluor-apatitos que evidentemente no son de procedencia organica, en el seno de las rocas cristalinas antiguas, ni ex- plica el cambio incomprensible en las condiciones ordinarias del fosfato disuelto y luego separado en estado amorfo en apatito, es decir, en fosfato cristalizado. Por lo que se refiere 4 los animales continentales, sus restos esqueléticos, y sobre todo sus excrementos, particularmente tratandose de los reptiles, peces y mamiferos carnivoros cons- tituyen la principal fuente del Acido fosforico. Fosilizados estos dan lugar a los coprolitos, tantas veces mencionados, marinos unos, como los notables y abundantisimos en el terreno cretaceo de Macropoma y de otros origenes los demas. Ya hemos visto la exagerada difusién que se atribuy6é en un tiempo a semejantes restos, refiriendo 4 ellos cuantos ndédulos (63) CalderOn.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 169 se conocian; opinidn insostenible hoy de todo punto, porque decir que los ndédulos fosfatados de los Ardennes, que yacen en un sedimento abundante de conchas y restos de reptiles carnivoros son los residuos de la digestiédn de estos, como se ha sostenido, lucha’con la inmensa extensién horizontal que hoy se sabe ofrece dicha capa en Francia y en Inglaterra, y con el hecho de que estos nédulos se encuentran asimismo en parajes desprovistos por completo de tales restos fosiles. Los excrementos por su mera acumulacion constituyen, como se ha dicho, el guano del Pert y de muchas otras loca— lidades costeras. Se comprende facilmente que estas formacio- nes sean todas modernas geologicamente hablando, y que hayan desaparecido las de épocas anteriores, por mas que no hayan dejado de constituirse en ellas; y aun hay autores que admiten para el fosfato de la creta el mismo origen que reco- noce el guano actual. M. Delfortrie, entre otros, considera las brechas del SO. de Francia como guanos alterados de edad cuaternaria, y M. Péron, que las reputa mas antiguas, no difiere, sin embargo, mucho de esta opinidn, al suponer que aguas eocenas descendieron subitamente de la meseta jura- sica, aniquilando 4 los animales y arrastrando sus restos mez- clados con masas de guano. La accidn del tiempo y de las aguas cargadas de acido carbonico habrian transformado el fosfato convirtiéndole en concreciones y fosfcritas de diversa naturaleza. | Hemos visto cOmo en ocasiones las materias solubles del guano, infiltrandose en el terreno calizo sobre el cual reposan, dan origen 4 nuevas formaciones: asi en la isla del Sombrero, Redonda, Navasa, Alta Vela y en muchas del mar de las Anti- llas, después de explotar los guanos superficiales, se extrae la caliza madreporica, sobre que estos descansaron, la cual fos- fatizada en el transcurso del tiempo, posee hoy una ley sufi- ciente para permitir su beneficio. La misma explicacién en- cuentra M. J. Ortlieb (1) para la ciplita, que se halla dispersa en granos en la creta del N. de Francia y Bélgica, como se indicéd oportunamente. El ve en ellos la ultima expresién de un antiguo yacimiento de guano, denudado a trechos 6 arras- (1) Sur la ciplyte (Ann. Soc. géol. du Noid; t. xvi, 1889). 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) trado de puntos proximos. Los bancos de creta fosfatada dura inmediatos, habrian servido de substratum al guano; es decir, que su contacto con este les habria hecho sufrir un cierto me- tamorfismo por impregnacién de soluciones fosfatadas. La ciplita corresponderia 4 las capas inferiores del guano, endu- recidas después de una disolucién parcial y de recristalizacion, en términos de poder ser rodada en forma de arena antes de ser empastada en el banco de creta morena en que aparece. Cualquiera que sea la explicacién que se adopte de la pro- cedencia de este fosfato cretaceo, la antes mencionada de M. Cornet, 6 la reciente de M. Ortlieb, siempre se viene & parar 4 un origen no interno y en relacién con los organis- mos. Todos los quimicos que se han ocupado de analizar los fosfatos de Mons (MM. Stas, Petermann, Melsens, Lucion y el mismo Ortlieb), han comprobado en ella notables dosis de materias organicas, una parte de las cuales es nitrogenada y quizas quitinosa, segun presume M. Renard. Hemos dicho que las acumulaciones de huesos de los ani- males terrestres pueden en ocasiones ser una causa de forma- cidén de fosfatos, si bien esto solo ha tenido lugar en circuns- tancias muy especiales y en casos mucho menos frecuentes de los que algunos gedlogos supusieron en otro tiempo. En los bordes pantanosos de las fuentes saladas del Kentucky, al O. del Mississipi, y en las Malas Tierras de Nebraska, como. en otros parajes que ofrecen analogas condiciones, se encuen- tra un sinntimero de restos de animales que sin duda se ente- rraron en el barro blando, habiendo acudido 4 aquellos sitios fugitivos 6 en busca de agua para beber. Los fosfatos del crag de Norfolk en Inglaterra consisten en brechas de huesos de mastodontes, elefantes y rinocerontes, y sin duda deben ha- berse constituido por modo analogo a los depositos lacustres americanos. Las margas fosfatadas de Tarn-et- Garonne y laenteramente analoga de la Sierra Palacios, contienen un sinnumero de huesos rotos de rumiantes, solipedos y sobre todo roedores, que pueden también haber muerto por una circunstancia espe- cial y haber sido enterrados mientras la sustancia margosa. estaba atin blanda. M. Malinowski cree que las emanaciones volcanicas de la Auvernia matarian todos los animales de la regién y proporcionarian asi el contingente de fosfato que (65) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 17h presentan sus rocas; pero aparte de que la edad de estas osa- mentas no conviene con la de la energia de los volcanes del SO. de Francia, esta idea no seria aplicable 4 las margas huesiferas de los yacimientos espanoles de Sierra Palacios, idénticos por sus caracteres 4 los de Lot, Tarn-et-Garonne. Por otra parte, aunque los restos éseos abundan tantisimo en algunas de estas brechas, estos se encuentran perfectamente frescos, sin haber cedido sustancia 4 la roca que les cifie, en términos de presentar la misma ley de fosfato en las porciones abundantes en huesos que en las desprovistas de ellos. Asi creemos haber demostrado en trabajos anteriores citados, que, al menos por lo que a los yacimientos espanoles se refiere, la fosfatizaciou de estas rocas es de todo punto independiente de los restos que se hallan empastados en ellas. La teoria del origen organico de los fosfatos de cal da cuenta en definitiva de la procedencia de estas sustancias en deter- minados casos; pero no satisface para otros muchos, y sobre todo para las grandes formaciones, cuyo yacimiento y manera de ser del mineral aleja la idea de semejante procedencia. Asi hemos visto grandes depdsitos armar lejos de los terrenos sedimentarios y en el seno de las rocas macizas antiguas; y aun entre los sedimentos, no todos los terrenos ricos en fési- les lo son en fosfatos. Muchas veces los restos organicos que se presentau en los mismos nddulos parecen extrafios a la composicion de estos, hecho demostrado tratandose de los coguins de la zona de Ammonites mamillaris de Argonne (Fran- cia), en los que se observa una concentracién de fosfato alre- dedor de maderas fésiles 6 conchas calizas, siempre que estas se hallasen en un estado de descomposicién porosa, pero sin que ellos puedan dar luz sobre el primer origen de la sustan- cia fosfatada. Tratandose del apatito, incluso el contenido en las rocas sedimentarias, la teoria organica es todavia mas impotente que en los demas casos para resolver las cuestiones de origen; porque, aun suponiendo que los seres vivos hayan suminis- trado el fosfato, quedan por dilucidar los procesos de conver- sidn de este en cristales dentro de las capas sedimentariag, al paso que su transporte desde antiguas rocas feldespaticas des- compuestas, es mucho mas facil de comprender. Por eso el profesor Sterry Hunt rechaza el abolengo animal atribuido 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) por Dawson al apatito del Canada, y cree que como la silice, el éxido de hierro y los silicatos que contienen aquellas rocas se produjeron en la costra terrestre, lo mismo que los que se encuentran incluidos en el granito, merced & los procesos propios del globo en la época primitiva. Pero aun admitido que el metamorfismo de los restos fosfa- tados animales pueda acabar por producir apatito, lo que nunca se ha podido explicar por esta via es la formacién de fosforita en masa, la cual constituye, como hemos visto, depo- sitos inmensamente mas considerables que los de aquel. Es natural que en la infancia de la ciencia el acrecenta- miento gradual y constante de los minerales de cal en el trans- curso de las edades, sorprendiera a los investigadores, y se tratase de buscar en la organizacién el agente creador de las materias cuya procedencia se ignoraba; pero hoy la geologia posee muchos datos que entonces faltaban para plantear acer- tadamente estas graves cuestiones. En primer lugar sabemos por lo que se refiere al caso presente, que en el seno de las rocas antiguas y encerrada bajo forma microscépica, existe una cantidad de apatito considerable, que constituye un alma- cén invisible de dicha sustancia. Conocemos ademas procesos de emigracién desde unas 4 otras formaciones que nos expli- can de una parte el viaje de estos cuerpos de las rocas crista- linas 4 los sedimentos, y de ctra el hecho de su existencia en los terrenos mas modernos y su falta en los anteriores, mer- cel 4 haber sido sustraidos de estos para transportarlos 4 aquellos. Por lo demas los organismos son incapaces de crear las sus- tancias en cuestidn, y es sabido que los testaceos marinos y lacustres sacan del agua en que viven los elementos con que fabrican sus caparazones, estando probado que no pueden vivir cuando esta agua no contiene materias calizas. Los seres vivos contribuyen en grandisima manera y son los principales agentes de la difusidn de los fosfatos, como de otros cuerpos, y esta es en realidad su verdadera funcién por lo que respecta 4 ellos, y no la de creadores ni aun acumula- dores de fosfates, fuera de los casos especiales mencionados. En el seno de las aguas las materias albuminoideas precipitan los minerales de cal disueltos, que acabarian por convertir al liquido en una disolucién saturada, y en la vida continental — Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 173 los vegetales sacan el fosfato de las tierras y este pasa al reino animal con los alimentos, el cual le devuelve a la tierra bajo una forma nueva, de todo lo cual resulta un proceso prepon- derantemente difusivo y no de concentracién, como supone la teoria que acabamos de examinar. La teoria hidrotermal explica el origen de los fosfatos por la acumulacioén del disuelto en las aguas minerales, y supone que la mineralizacién de estas se verificé en el interior de la tierra. Lecoq (1), que es el iniciador de esta teoria, fué inducido & aplicarla 4 las fosforitas por el hallazgo de variedades con- crecionadas cuya estructura indicaba la intervencién de un agente acuoso y por la presencia de dicho cuerpo en varias fuentes y en las emanaciones de vapor de otras. Las aguas de Montemayor en la sierra de Béjar, en Espafia, dan un ejemplo de lo mismo, pues dejan un residuo que contiene un 9,7 por 100 de acido fosférico. Los manantiales de Niedes-selters, Carlsbad, Marienbad, Vichy y otras llevan también fosfatos de sosa y de potasa. La aparicién de esta nueva manera de ver en momentos en que ya no satisfacia la del origen organico para dar cuenta de muchos fosfatos que se descubrian en Francia y en Inglaterra, fué causa de que se acogieran las ideas de Lecoq con un entu- siamo extraordinario y de que algunos quisieran ver huellas de antiguos geyseres donde quiera que se tropezaba con un yacimiento grande 6 pequefio de cal fosfatada. Mas poco 4 poco la justa importacia de la teoria se ha ido reduciendo & sus verdaderos limites, y quedando solo de ella lo que tiene de cierto, se aplica con éxito 4 un cierto género de formacio- nes, el de las concrecionadas, como vamos a indicar. Desde que Leymerie (2) y Rey-Lescure (3) se esforzaron en explicar por via acuosa y en contra de las opiniones de Peron, Delfortrie y Malinowsky, la formacién de los fosfatos del SO. de Francia, los ensayos en el mismo sentido se han repetido muchas veces. M. Daubrée (4) ha insistido sobre todo en la (1) Bausc minérales. (2) Note sur les phosph. de Queney.—Toulose, 1872. (8) Note sur les phosphatieres de Tarn-et-Garonne (Bull. de la Soc. géol., 3v¢ serie, tomo III.) (4) Gissem. dela chaua phosph. décourerte dans les départ, de Tarn-et Garonne. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (63) escasez de huesos en aquellas rocas para que puedan conside- rarse estos como origen primero del fosfato y en la dificultad de comprender, cédmo a expensas de este hubieran podido sedimentarse quimicamente capas, ni nddulos, hechos que encuentra sencillos dentro de la teoria de las fuentes calientes, por mas que a este se le hayan hecho después graves obje- ciones que no encuentran facil respuesta. Totre los trabajos memorables realizados en pro de la misma idea merece mencion particular el de M. N. de Mercey (1) en Picardia. Por medio de pozos practicados en la creta fusfatada descubierta por él en dicha regién, pudo estudiarla a diversas profundidades, llegando 4 la conclusién de que el fosfato rico no proviene de la alteracién sub-aérea de la creta fosfatada, pues en Hardivillers y en Hallencourt se encuentran venas 6 capas en masas lenticulares intercaladas en la masa de aque- lla roca, la cual se presenta de un modo enteramente normal. La disposicidn de los yacimientos de Lombardia parece indicar cuencas submarinas, en las que se abrieron paso al principio de la sedimentacién de la creta con Belemnites quadratus fuen- tes mineralizadoras. Los ejes de las cuencas estan en relacién con las direcciones del Oise y de la Somme y la riqueza de sus fosfatos crece en ellas de los bordes hacia el centro, 4 compas del espesor de las capas. La teoria hidrotérmica de los yacimientos que hemos men- cionado funda su principal argumento en la presencia del yodo, del manganeso y de las pisolitas de hierro con el fosfato 6 cerca de él, sustancias que son generalmente debidas 4 fuentes calientes. Ciertas brechas fosfatadas de los rellenos en bolsadas de la Somme parece en efecto que contienen mu- cho yodo, y al fosfato acompafia también 4 veces en canti- dad fluoruro y cloruro de calcio, segun recientes noticias de M. P. Lévy (2). De estos y otros datos deduce el profesor Lap- parent (3) que en las margas y arcillas fosfatadas de Tarn-et- Garonne, ricas en huesos de batracios y ofidios, acompafiados de sus partes blandas fosfatizadas, las aguas normales en que estos seres vivian fueron sustituidas rapidamente por otras (1) Compt. rend.; Noviembre, 1887. (2) Obra citada (3) Traité de g?ol., 1-83, paginas 1.022 y 1.024. (69) Caldero6n.—FOSFATOS DRE CAL NATURALES. 1% aguas, ricas en acido fosférico, pero débilmente acidas y 4 una temperatura poco elevada. Una explicacién andloga daria quizas cuenta también de los caracteres del yacimiento de Picardia. La teoria de las fuentes mineralizadoras tiene perfecta apli- cacién sobre todo 4 la génesis de las fosforitas concrecionadas del Mediodia de Espana. El aspecto cavernoso y la estructura en capas contorneadas de dicho mineral, su asociacién con la silice, afectando iguales caracteres en estrechas bandas para- lelas opalinas dentro del fosfato, que en Ceclavin, por ejemplo, presenta la facies del sinder, su asociacién con el manganeso y otros muchos caracteres, indican claramente el modo como se formaron estos depdsitos. Asi es que los Sres. Egozcue y Mallada, tratando de la provincia de Caceres (1); y nosotros, ocupandonos de la fosforita de Bélmez (2) y luego de otras de Andalucia, hemos acogido sin reserva la solucién del hidro- termalismo para explicar las particularidades de estructura y yacimiento de dichos fosfatos. Las pruebas mas claras y evidentes de semejante origen se tienen alli donde la fosforita concrecionada arma en bancos calizos, que es el caso general, en los pequefios yacimientos de Andalucia y en algunos de Caceres, como se dijo oportu- namente. Las dos sustancias, fosforita y caliza, en los filones irregulares y acabados en cufa que por lo general forman, se cambian insensiblemente de una 4 otra, 4 menos de hallarse el contacto como corroido y lleno de pequenas oquedades, que indican el paso del agente de disolucién. En el seno de la masa concrecionada se ven los conductos por los cuales se infiltré el agua, conductos ordinariamente tinicos en su ori- gen, que luego se bifurcan, y en fin se ramifican por la masa en canaliculos, que son al presente venas de fosforita. En los espacios en que la transformacién no ha sido completa, se reconocen los caracteres de la caliza madre, y asi posee el Gabinete de Historia Natural de la Universidad de Sevilla fosforitas de B4lmez que encierran Hucriniles perfectamente conservados. A veces se encuentran trozos de caliza y de fos- forita, arrancados y cementados luego mas lejos en otras fos- (1) Obra citada. (2) Obra citada. 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (70 foritas, y también pizarras arcillosas del contacto deshechas y con sus planos de juntura y de crucero borrados, lo cual indica que el agente hidrotermal no debio ser nada tranquilo. El geyserismo de esta parte de la Peninsula, en la que pre- cisamente no existe ninguna otra huella de voleanismo, debe referirse 4 una época muchomas moderna de lo que se supuso al principio, 4 juzgar por recientes descubrimientos. Obrando sobre una zona sumamente extensa, han metamorfoseado ca- lizas de muy diversas edades; pero es racional suponer que todas estas manifestaciones son contemporaneas, y estaran en relacién con alguno de los ultimos movimientos de la zona meridional contra el borde de la meseta. Hé aqui algunos ejemplos de la diversa antigiiedad de las calizas, transforma- das en fosforita en la regidn que nos ocupa: Edad ; ; de las calizas s Ss Ea re Fosforitas concrecionada Ronee en fosforitas. Ca aae Cerro del Santo (Sevilla)........ Sictetshers Aredica. Santa Eufemia (Cérdoba)........ sderotatene Silurica? Calerizo, Aliseda (Caceres)............ Devonica. Bélmez y Espiel (Cérdoba)............ Carbonifera. Hornachuelos (Sevilla).......... A, see Miocena. Marga fosfatada de Sierra Palacios, etc. | Cuaternaria. Reducida la teoria hidrotermal 4 explicar el modo de forma- cién de los yacimientos mencionados y de algunos otros ana- logos, casi siempre filonianos, es sin duda admisible, pormas que por su indole solo tenga el valor de una induccion nunca comprobable por la experiencia. Mas cuando se trata de hallar en ella una panacea para resolver el origen universal de los fosfatos y aun de otros minerales, se tropieza con dificultades verdaderamente insolubles. Como ha dicho muy bien M. Bar- rois, es inutil aplicarla 4 aquellas regiones donde no existen fallas que hayan dislocado los terrenos sedimentarios y fra- guado, por tanto, camino 4 las aguas mineralizadoras. Asi en la cuenca de Paris, donde no hay vestigios de grandes acci- dentes, la existencia de los fosfatos no puede atribuirse 4 dicho origen; y eso aun 4 falta de otra explicacién plausible de él- (7). Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 117 En ultimo término la via hidrotermal no es mas que un caso particular, una forma determinada de emigracidn de sustan- cias minerales; pero ni ella permite inducir la procedencia de estas, pues caprichosamente se ha afirmado que vinieran del interior de la tierra, afirmacién incompatible con el estado de los conocimientos modernos sobfe el volcanismo, ni nos dice nada sobre el génesis del apatito ni de los depésitos evidente- mente relacionados con los organismos. La unica teoria que explica el origen de todos los fosfatos de cal naturales, es la de la emigracién desde un punto de partida unico, que es el apatito encerrado en estado micros- copico en las rocas primitivas. Las formaciones organicas y las fosfatizaciones por los manantiales no son mas que casos par--: ticulares del proceso de emigracién de estos minerales. El origen del fosfato microscépico contenido en los granitos es el mismo de estos: como mineral de los mas antiguos, y quiza el primero de los que integran en la constitucién de las rocas cristalinas, se le ve envuelto y moldeado por todos sus acompanantes. Cuando se presenta en venas, en masas 6 en cristales en el gneis, en el granito 6 en las antiguas pizarras, como hemos visto ocurre en la costa meridional de Noruega, se halla asociado 4 diversos silicatos y puede ser eruptivo, como suponen Bréggers y Reusch (1). Estando las rocas de este pais desprovistas casi en absoluto de acido fosférico, de- ducen estos sabios que los elementos de estas venas no pro- vienen de ningun modo de aquellas. Otro argumento en favor del origen eruptivo se funda en que dichas venas son frecuen- temente granudas en los bordes y cristalinas en el centro. Sin embargo de la validez de estos argumentos contra la hi- potesis de una verdadera emigracidn de rocas lejanas, dejan en pie otra solucion que parece mucho mas satisfactoria que lade un origen eruptivo: la de una secrecién lateral de la roca madre, analoga 4 la que tiene lugar en ciertos filones metali- feros. Persistiendo las causas formadoras, estos productos de secreciOn, pequenios al principio, pueden haber ido creciendo en el transcurso del tiempo, hasta producir los grandes indi- (1) Vorkommen des Apatit in Norwegen (Zeit. ad. Geol. Gesveils. 1875. xxvit.) ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 12 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72) viduos de apatito, de albita, de epidota, de clorita, etc. que hemos visto se presentan en drusas y rellenos en diversas rocas antiquisimas. Una parte de los apatitos del Canada, el que forma las bol- sadas de Quebec, reconocen evidentemente por origen la se- crecién del de las rocas vecinas. El piroxeno que le cerca con- tiene 4 menudo un 10 415 por 100 de este mineral, y su rique- za en fosfato crece 4 medida que la bolsada se halla mas proxima. Estas, como las grietas, parecen sacar sus caracteres distintivos de las rocas cercanas: cuando estas son piroxéni- cas, feldespaticas y calizas, los cristales asociados al apatito son generalmente de piroxeno, de feldespato y de espato cali- zo; al contrario cuando el anfibol abunda en torno de las bol- sadas, grandes masas de este bisilicato se encuentran en el interior de las cavidades de la roca. Bajo otra forma la osteolita de Wetterau, cerca de Ostheim, no es tampoco mas que un producto de la secrecién de la do- lerita, descompuesto rapidamente. Kin otras ocasiones la roca, completamente alterada, deja li- bres los elementos mas resistentes, y entre ellos los cristales de apatito, que pueden ser sedimentados en tal estado, mezcla- dos con otras sustancias. Tal debe ser el origen del apatito de algunos yacimientos verdaderamente dispuestos en capas, al decir del profesor Sterry Hunt. No creemos aventurado dar una solucién analoga al oscuro problema del apatito contenido en las rocas volcanicas, sobre el cual no se ha expresado ninguna explicacion satisfactoria, ni la reproduccién artificial ha podido aportar contingente alguno. Se han creado en el laboratorio por M. Debray agru- paciones de agujas del mineral que nos ocupa, en un todo comparables a los fieltros de Capo di Bove; pero estos son me- ras transformaciones del fosfato tribasico de cal por la accién de los vapores del Acido clorhidrico, que corresponden en suma 4 un producto secundario. Mas con respecto al apatito incluido en la pasta de la roca, no conocemos otra hipdtesis seria mas que la de Dana (1), quien le atribuye a los restos de moluscos y celentéreos del agua del mar, que penetro en los (1) Manual of Geology, 2.* edicion, 1875. (73) Calderon.—FoOSFATOS DE CAL NATURALES. 179 crateres; de este modo dichos cristales representarian el resul- tado de un metamorfismo final de la sustancia fosfatada de dichos organismos, asi como las células siliceas de la toba de Pompeya serian las partes atin no transformadas. Es posible que pueda haber ocurrido algo de esto en algunos casos, y que la corta cantidad de’sales fosfatadas, que con las de sosa y de potasa desprenden los focos explosivos y fumaro- las, provengan del agua del mar, suposicién que tiene en su apoyo el dato de que estas son arrojadas en la misma propor- cidén en que existen en dicha agua; es decir, figurando en pri- mer término los cloruros y sobre todo el de sodio, después los sulfatos, luego indicios de sales mas raras, y entre ellas los fosfatos, y, en fin, las sustancias metalicas (cobre, plomo, ta- lio, etc.) (1). Pero desde luego parece evidente que estos cuer- pos reconocen un origen distinto que las sustancias compo- nentes de la roca, como el piroxeno, el anfibol, el feldespato, la magnetita, etc., que proceden de los materiales que forman las paredes del foco volcanico atacado, removidos y rehechos lentamente en aquellas profundidades, y que otro tanto debe pensarse del apatito, intimamente unido aaquellos, y contem- poraneo en la trama de las rocas volcanicas. En el siguiente capitulo nos ocuparemos de la descomposi- cién del apatito, que, aunque sumamente lenta y dificilen las condiciones ordinarias, se ha podido verificar en mayor escala en el seno de la corteza terrestre bajo la influencia de las aguas carbonicas y en circunstancias especiales. Ella explica la pro- cedencia del fosfato acarreado al exterior por las fuentes, que han originado, como hemos dicho, las variedades concrecio- nadas, procedencia que en ultimo término se remonta al apa- tito microscépico de las antiguas rocas. La disolucién del fos- fato, asi como de la silice que llevaban estos manantiales, tenia que ser activada por la presencia de un Aalcali, que seria naturalmente la sosa 6 la potasa. Ahora bien, una roca grani- tica, rica en apatito, sometida 4 la accién de aguas termales cargadas de acido carbénico, suministraria todos los elemen- tos para producir los sulfatos concrecionados y siliceos descri- tos oportunamente: el feldespato daria el alcali disolvente y la (1) K. Fucus: Les volcais et les tremblements de terre, Paris, 1878. nt, 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4p silice; y favoreciendo el primero la disolucién del apatito, am- bos cuerpos podrian depositarse en zonas en el punto en que surge al exterior el manantial. Una vez transformado el apatito en fosforita, se vuelve sus- ceptible de toda clase de transportes, acumulaciones y cam- bios bajo la influencia de los agentes qui:nicos y mecanicos de la superficie del globo y sefaladamente bajo la de los orga- nismos. Entonces todas las teorias propuestas por diversos in- vestigadores tienen aplicacién para esclarecer la formacién de las capas, nédulos y rellenos, como que en Ultimo caso no son sino diferentes manifestaciones del gran proceso de emi- gracion de las sustancias minerales. El mar, que es el recipiente universal de todas las materias que componen lacorteza del globo, contiene en sus aguas una cantidad apreciable de acido fosforico, seguin los analisis me- morables de Forchhammer (1). Este contenido, relativamente muy considerable, puesto que puede sefialarse en los analisis de pequefias cantidades, procede de fuentes hidrotermales sub- marinas y del fosfato transportado por las aguas continenta- les, mas el que debieron encerrar los océanos primitivos, como lo demuestran la composicién de las rocas arcaicas del Canada y de otros puntos. Las aguas terrestres contienen igualmente fosfatos en débil proporcién, que se puede hacer sensible cuando se emplean aguas de riego en enorme canti- dad. Ya hemos visto que los organismos no crean fosfato, y si solo lo aislan del medio en que viven, merced a la sustancia albuminodidea para fabricar sus esqueletos, en unidn con otras sales calizas, los cuales acumulandose dan lugar & rocas fos- fatadas. Otras veces se forman en el fondo del mar especies de gran- des concreciones fosfatadas, como sucede en Australia, que parecen ser una secrecion del liquido mismo, pero en las cua- les han debido intervenir de algun modo los organismos. Asi es que casi siempre se notaen ellas una extremada riqueza de espiculas de esponjas, hecho comprobado también por M. Don- ville en los fosfatos de los alrededores de Argenton, los cuales tienen la misma composicién quimica que el apatito. Los né- (1) Phil. Trans., t. chy, pig.-2.3. X73) Calderén.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 181 dulos de la Carolina del Sur parecen 4 veces una concrecién 6 una segregacion en el fondo de pantanos, en medio de cuen- cas pequenas asociados 4 la turba, pero casi siempre se ve algun resto orgénico que serviria de punto de partida a la concrecién. M. H. Lasne afirma que en todos los fosfatos de origen sedimentario que ha examinado, ha podido comprobar estas tres sustancias: fluoruro de calcio, materias organicas y un exceso de cal. El conjunto de observaciones que preceden, indica que los fosfatos sedimentarios debieron depositarse en el fondo del mar de un modo normal y en unidn con otras rocas, sobre todo*calizas. Este precipitado amorfo ha podido 4 la larga adoptar las configuraciones variadas que hoy presenta, so- bre todo bajo la influencia del agua cargada de acido carbé- nico, que arrastraraé en forma de bicarbonato el carbonato acompanante, y el fosfato reducido 4 granos aislados se acu- mularia y aun rellenaria bolsadas del terreno, como sucede en Ja regién de los fosfatos cretaceos franceses. Estos gra- nos dispersos uniformemente en su estado primitivo, someti- dos 4 los agentes naturales, y sobre todo al agua carbénica, se han concentrado en ciertos puntos, originando Jos rinones enclavados en las capas sedimentarias de todas las edades geologicas. Entre los varios hechos de la misma indole que se explican por estos fendmenos de transporte, es uno el enriquecimiento de ciertas calizas fosfatadas, en cuyo interior existen néddulos que han quedado sirviendo de nticleos de condensacidén del fosfato, el cual, menos soluble que el carbonato, ha ido que- dando aislado. Por eso mientras los rinones empotrados en la caliza contienen un 15 4 20 por 100 de acido fosférico, los ais- lados de su ganga alcanzan un 25 4 30 por 100. Hemos visto que en muchos ndédulos la ley de fosfato es mayor en la periferia que en el centro. Penrose (1) hace notar que este hecho se puede interpretar de dos modos diversos, 6 bien porque el fosfato haya enriquecido 4 un nddulo primiti- vamente calizo, 6 bien porque el nddulo formado primitiva- mente de carbonato y de fosfato calizo, haya sufrido la accion (1) Obra citada. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76) de las aguas cargadas de acido carbénico, que arrastrarian mas facilmente el primer cuerpo del exterior que del interior. El procedimiento seria diferente en los dos casos, y sin em- bargo, el resultado final vendria a ser el mismo. Los granos de arena fosfatada aislados por lixiviacién en otras épocas geolégicas han podido ser arrastrados 6 cubier- tos por otros sedimentos, apareciendo hoy entre estratos dis- tintos de las rocas que les dieron origen. En el departamento. del N. de Francia se conocen muchos ejemplos de esta clase de yacimientos, de granos sueltos cubiertos por sedimentos terciarios. Mr. Keeping (1) piensa también que los fosfatos lau- rentinos del Canada no se formaron donde ahora aparecen, sino que han sido transportados por las aguas desde los depo- sitos antiguos. En otras ocasiones, las aguas han obrado, no solo mecanica- mente, transportando los fosfatos, ni quimicamente sobre el carbonato que les acompania, sino disolviendo de nuevo el mismo fosfato y depositandolo bajo nueva forma 4 mayor 6 menor distancia. Ya hemos citado con otro motivo el curioso caso de las islas del Sombrero; Navasa y otras del N. de las pequenas Antillas, donde la caliza sobre que descansa el gua- no se infiltra de fosfato en tales términos, que se explota como sustancia fosfatada después de haber sacado el guano supra- yacente. En las cercanias de los grandes y pequenos filones de fosforita se observan muy & menudo casos de emigracién analogos. Las grietas de lacaliza y de la fosforita de Santa Eufe- mia y Bélmez estan rellenas de un diduvium rojo que las aguas carbonicas se han encargado de enriquecer hasta hacerle uti- lizable como abono. ; M. Trutat ha comprobado en Lot y Tarn-et-Garonne que en las hendiduras que corren de ENE. 4 OSO. la fosforita es com- pacta, vitrea, semejante al agata y rara vez geddica, y que por el contrario, en las dispuestas en angulo recto, consiste el mineral en geodas llenas de carbonato de cal 6 de arcilla fe- rruginosa. Este sabio gedlogo piensa que las primeras hendi- duras son anteriores a las que les son perpendiculares y que la sustancia fosfatada fué disuelta en los antiguos filones bajo (1) Quart. Journ, Geol. Soe , 1876. 7) Calderén.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 183 la influencia del acido carbénico y depositado después en los otros en forma geddica. Tn todos estos casos, asi como en los de la levigacién y en- riquecimiento del fosfato por el arrastre del carbonato acom- panante, reina bastante acuerdo en las opiniones de los gedé- logos, asi como en atribuir al agua la causa del fenomeno. La creencia general es también que esta agua es la misma de lluvia, que filtrandose 4 través de los terrenos permeables, llega mas 6 menos cargada de acido carbénico a las capas profundas. Asi por descomposicién de la creta y fraguado de cavidades en ella, rellenas luego por los granos fosfatados ais- lados explican las bolsadas de fosfato Dewalque y Pettermann en Bélgica; Barrois, Gosselet, Potier y Boussines en Francia, y Whitaker, Hughes, Codrington y Woodward en Inglaterra. Con todo, M. P. Levy, objeta, 4 semejante manera de ver, que dada la cantidad de acido carbénico que las aguas de llu- via pueden recoger en la atmésfera para fraguar los pozos de ciertas bolsadas de la Somme, que alcanzan hasta 20 metros de profundidad, se necesitaria un periodo de mas de 850.000 anos, segtin su calculo, y como por otra parte entiende que 4 su juicio el relleno por los silex revela haberse operado bajo la presién de las capas superiores, en zonas concéntricas 4 la pared, no ve posible que la excavacion hubiese existido antes del depésito de materias que la han rellenado. Estima él mas plausible suponer en vista de estas circunstancias que la diso- lucién de la creta que ha dado lugar‘al desplome de las capas superiores se ha verificado en la proximidad de las fallas por aguas de origen interno, citando como razon concluyente la existencia de un manantial carbdnico inherente a la creta misma en el N. de Francia, del que se desprenden crecidas cantidades de gas por los huecos que se encuentran bajo los fosfatos ricos. Recapitulando las consideraciones expuestas en el presente capitulo, resulta en definitiva que la fuente primera y univer- sal de los fosfatos es el apatito contenido en forma microscé- pica en las rocas, del cual derivan los cristales mayores, y de ambos los depésitos de fosforita y el fosfato disperso en los se- dimentos y en los restos organicos. Los demas origenes fun - dados en numerosos datos y que han dado lugar a discusiones tan llenas de interés, son solo casos particulares de emigra- 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (78) cién, en la cual todos los agentes, pero particularmente las fuentes y los organismos en los terrenos marcadamente sedi- mentarios han intervenido para condensar las particulas fos- fatadas. V FUNCIONES. El fosfato de cal, en tanto que se halla en estado de crista- les microscépicos de apatito en el seno de las rocas graniticas y estrato-cristalinas, es una sustancia, puede decirse, inerte, esto es que no coopera de un modo sensible a los procesos vita- les del globo. La manera como en dichas circunstancias existe, indica también que no intervino en la produccién de los mi- nerales que le acompanan, tanto porque su cantidad es de- masiado pequefia para que hubiera obrado como disolvente, como porque su cristalizacién ha precedido 4 la del cuarzo y . a la de los silicatos de dichas rocas. Pero tan pronto como, bajo la infiuencia de los agentes dinamicos, se descompone y entra en el torrente de la circulacién, se convierte en un fac- tor de evoluciones geoldgicas integrando y estimulando la vida de los organismos. Los antiguos gedlogos, que no podian comprender esta su- cesion de cambios, por desconocer el punto de partida, esto es, la existencia en una difusién incomparable del apatito microscépico, y que de otra parte le reputaban indescompo- nible, estaban rodeados de tinieblas en punto al origen de los fosfatos, como hemos mostrado en el anterior capitulo. Por eso importa entrar algo mas en detalle de lo que hasta aqui hemos hecho en el mecanismo de sus transformaciones y en primer lugar del cambio del apatito en productos acarreables por los agentes dinamicos. Indudablente el apatito es un mineral de los que resisten mas 4 la descomposicién entre los principales que integran en la constitucién de las rocas de la corteza terrestre: alli don- de el olivino, la nefelina y la leucita que le acompanaban en las rocas basicas, estan cambiados en productos deutégenos, 6 el feldespato asociado en los pérfidos y granitos es ya una masa kaolinizada, se encuentra al fosfato de cal cristalizado fresco {79) Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. : 185 en medio de las ruinas de todos sus companeros. Como por otra parte el Acido fosférico no es desalojado a alta tempera- tura de sus combinaciones quimicas por el acido silicico, el apatito permanece en cristales intactos conservando sus aris— tas y sus angulos vivos en el seno de rocas metamorfoseadas profundamente, por haber sufrido la accién de un calor in- tenso. De estos hallazgos vino durante algun tiempo a gene- ralizarse la creencia de que el apatito era un fosfato tan inal- terable como los de hierro y de alumina, y de aqui la des- orientacién que sufrieron los mineralogistas antiguos en pun- to 4 las transformaciones de la especie que nos ocupa. Modernamente el profesor Sterry Hunt volvié sobre la cues- tidn, y fijandose en la forma redondeada de un gran numero de cristales de apatito del Canada, la atribuyé 4 la accién de una disolucion parcial de los mismos después del depésito, y no 4 una fusién, como lo habia pensado precedentemente el Dr. Emmons. Esta disolucién, producida segtn él por aguas termales, habria arrastrado el fosfato que disolviera 4 las ve- nas de Quebec, citadas oportunamente, las cuales contienen frecuentemente fragmentos de dichos cristales redondeados, cementados por apatito y fosfato, lo que indica erosiones en épocas diferentes. Pero dondese ha podido comprobar mejor la alterabilidad del apatito es en las rocas volcanicas. La osteolita, esa varie- dad impura y maciza, adherente a la lengua, que rellena los espacios de la traquita en descomposicién de Ostheim (Hanau) y de la dolerita y el basalto, no es mas que un producto evo- lutivo de aquel mineral. La alteracién de las columnas basal- ticas de Schénwalde, no lejos de Friedland en Bohemia, da, segin Diirre, una tierra blanca como la nieve, que consiste esencialmente en fosfato de cal neutro, y reconoce el mismo origen que la osteolita. También es sabido que la fertilidad proverbial de las tierras procedentes de la descomposicién de las rocas volcanicas, sobre todo las recientemente formadas, el bienestar de sus poblaciones, el vigor de las razas animales, la intensidad de su produccién vegetal de que son buenos ejemplos, las Canarias y la Limagne en Francia, consiste en gran parte en su riqueza en fosfatos, por mas que hasta los tiempos modernos se ignorase la procedencia de estos. En cambio la descomposicién de las rocas cristalinas, que 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) son aparte de las volcanicas, las mas ricas en apatito, da or- dinariamente tierras estériles en fosfato y en caliza, por ha- ber sufrido la prolongada accidén disolvente del agua cargada de acido carbénico. La marcha de la descomposicién de los apatitos es un tanto distinta en cada cas9, lo cual puede provenir tanto de diferen- cias de estructura y disposicién molecular que se nos escapan todavia, y que producen, por ejemplo, que unos sean fosfores- centes y otros no, como de la diversidad de las condiciones en que obran los agentes transformadores. Son casos especiales de descomposicién del apatito, las variedades blancas y le-, chosas que hemos citado de algunas localidades, asi como el talcoapatito del Ural, descrito por Hermann, y cuya férmula es 3Ca? P? 08 + Mg? P? O08. La prueba de la influencia de la diversidad de condiciones en la produccion de estos efectos variados y a la par la descomposicién del apatito, la ha dade experimental R. Miiller (1) estudiando la accién del agua car- boénica sobre varios minerales pulverizados; poniéndolos en dicha agua pudo comprobar que elataque crecia enormemen- te a las 3 4% atmésferas de presién, hasta el punto de que en siete semanas el apatito en estas condiciones cedidé 2.018 por 100 de su peso. Por estos procesos el fosfato y el carbonato de las antiguas rocas ha ido emigrando poco a poco 4 las sedimentarias que dan por regla general tierras mas ricas en dichos cuerpos que las procedentes de la alteracioén de las cristalinas y pizarras primitivas. Todo lo que tiene de lenta y dificil la descomposicién del fos- fato de cal en estado cristalino, al menos en las condiciones normales, tiene de rapida y completa la del mismo en estado amorfo. Nos referimos & su descomposicién mineral, no 4 su disolucién completa que es mucho mas gradual, como desde luego se comprende. Cuando se emplea la fosforita como abo- no en terrenos graniticos, hay ocasién de observar bien el diferente grado de solubilidad de las dos variedades de fos- fato de cal, pues en tanto que la amorfa se altera visiblemente a beneficio de la acidez propia de dichas tierras, el apatito na- (1) seh. Mineral. Mitth., 1877, pig. 52. (81) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 187 tural que estas contienen permanece indefinidamente in- célume. La alteracién de la fosforita produce como resultado final un cuerpo de nueva composiciédn, mas rico em agua y en acido carbénico, y al mismo tiempo de estructura mas terrosa y ds- pera que el mineral primitivo. Entre los dos términos de la serie da lugar 4 estados particulares, muchas veces a produc- ciones puramente locales, que son las variedades descritas en ocasiones por los mineralogistas, como especies independien- tes, tales son el pseudoapatito, el hidroapatito, el taleoapatito y la eupircroita, esta ultima en forma de nédulos fibrosos en Hammondsville (Estados: Unidos). El fosfato disuelto en el agua que lleva acido carbdénico 6 sales amoniacales es absorbido por los vegetales, hecho fun- damental de la fisiologia de las plantas y en el que se funda el empleo de los abonos, y que, sin embargo, no fué demos- trado hasta una época relativamente reciente por las expe- riencias de M. Bobierre (1). En esta descomposicion de los fos- fatos que el suelo contiene, 6 que se le agregan artificial- mente, como en la de la fosforita en masa, quedan atin cues- tiones que resolver por extremo oscuras, asi como en punto 4 las circunstancias locales, que producen en unos casos una alteracién rapida y lenta en otros, completa 4 veces y solo par- cial en otras ocasiones. Asi se ha notado que el mineral pulve- rizado y abandonado al aire se hace tanto més facilmente so- luble, cuanto es mayor el grado de coloracién amarillenta que adquiere. Es probable que esta conccmitancia dependa de la oxidacién del hierro que acompana a la fosforita casi cons- tantemente, pues parece que las mas ricas en este cuerpo son las que ceden mayor cantidad de anhidrido carbdénico; y esto se explica por la accién de dicho gas sobre el carbonato calci- co, que es muy enérgica sobre el fosfato de hierro al md- zcimum. Ya en 1857 el célebre Thénard mostré que el acido fosforico forma con la alimina y el sesquidxido de hierro una combi- nacién insoluble en el acide carbénico, pero que se hace solu- ble por el contacto del silicato de cal, atribuyendo dicha trans- (1) Compt. rend.—1857. 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) formacién a la presencia de este cuerpo en las tierras. Casi al mismo tiempo M. Dehérain demostraba que la propiedad di- solvente corresponde en mayor grado a los carbonatos alca- linos y alcalino térreos, pues haciendo pasar a través de un suelo que contenga fosfatos insolubles, agua cargada de acido carbénico y carbonatos de potasa 6 de amoniaco, una parte del fosfato se disuelve inmediatamente. Las materias orgawicas producen el mismo efecto por la formacién de carbonato amé- nico que originan sus descomposiciones. Resulta de las investigaciones de M. Dehérain, que los fos- fatos de cal puestos en el suelo, sufren una serie de cambios por extremo interesante, y que pueden dar mucha luz en la historia geoldgica de estos minerales; entra primero en diso- luciOn en el acido carbénico y los acidos débiles; después pasa al estado insoluble, uniéndose 4 la alumina y al oxido de hie- rro, hasta que mas tarde la influencia de los carbonatos alca- linos 6 alcalino-térreos le vuelve nuevamente al estado so- luble. M. Girard (1) ha probado que el agua cargada de acido carbonico, que es susceptible de disolver cantidades notables de fosfato de cal, pierde en gran parte este poder cuando se encuentra saturada de carbonato de la misma base. Por expe- riencias cuidadosas ha llegado 4 este importante resultado, que revela la influencia de las rocas calizas para despojar a las aguas que circulan por el globo de su facultad disolvente de fosfato, 6 mejor para retardarla notablemente. Las materias organicas encerradas en las rocas sedimenta- rias y las contenidas en abundancia en las tierras arables, sea por los residuos de las plantas que en ellas han vivido 6 por la adicion artificial, dan lugar 4 la materia hiimica compleja y a sales en parte organicas y en parte minerales, y entre ellas a fosfatos. M. Grandeau ha mostrado que el Acido fosférico vuelto solu- ble a favor de los compuestos himicos se separa de estos por la dialisis, y como las raices de las plantas son verdaderos dializadores, pueden sustraer dicho cuerpo del suelo sin nece- sidad de otro agente intermedio. Esta experiencia es del ma- {1} Les engrais, t 11, Paris.—1889. (83) CalderoOn.—FosFATOS DE CAL NATURALES. 189° yor interés, pues pone de manifiesto el papel de la materia or- ganica en la fertilidad de la tierra. Ya Risler habia probado-. anteriormente la solubilidad del fosfato de cal en el acido hi- mico, encontrando en una de sus experiencias que 0,728 gr. de materia organica habian bastado para hacer entrar en diso- lucion en el agua 0,397 gr. de fusfato de cal, es decir, casi el doble de su peso. Im porta tener muy en cuenta para explicarse los diferentes gradvus de intensidad en la descomposicién de los minerales que nos ocupan y de su disolucioén en el terreno, la estructura y el estado de divisién enque se hallen. Aumentandose las superficies de contacto con la humedad y los agentes climaté- ricos, todas las reacciones se verifican con mayor facilidad. asta es quizas la principal razon de la inalterabilidad de los apatitos, formados de una sustancia muy dura y compacta, aun cuando se pongan en la tierra pulverizados. Los diversos. fosfatos amorfos tienen igualmente, aparte de su grado de finura, una resistencia dependiente de la testura; los hay que se aproximan en este respecto 4 los apatitos, y olros que lo hacen por el contrario a lus huesos, y entre estos dos extremos se encuentran todos los términos intermedios, y por consi- guiente, tudos los grados de asimilabilidad por las raices. En el seno de las tierras fuertemente acidas, como las turbo- sas y esteparias, que contienen una crecida cantidad de acido humico libre procedente de restos vegetales acumulados en terrenos desprovistos de caliza, los fosfatos se disuelven rapi- damente, furmando un verdadero superfosfato, como en la fa- bricacién artificial. Entonces es sumamente asimilable por las plantas. puesto que se presenta en un estado de divisién, no ya mecanica, sino quimica. La descomposicién de los fosfatos que produce la emigra- cidn de los mismos, es comose ve, en ultimo término, la trans- formacion de una sustancia mineral insoluble en otra de igual composicidén, pero soluble. Il cambio del apatito en fosforita es asimismo el paso de un cuerpo cristaloide en otro coloide. Ya hemos visto que el Sr. Quiroga ha demostrado que se hallan en este segundo caso las fosforitas concrecionadas de Andalucia; pero tratan- dose de otras variedades compactas 6 térreas, hay motivos para suponer que no lo sean, al mewos en totalidad. En efec- 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8h to, M. Berthelot, ha establecido la existencia de dos estados distintos de fosfatos térreos, uno coloide y otro cristaloide, y trabajos posteriores de M. A. Joly (1), han revelado otros dos estados dentro del cristalizado, uno de fosfatos simples y otro de los dobles. También ha probado la transformacién en cier- tas condiciones de la sal coloide inicial de base Unica, en una sal doble cristalizada. No obstante, de la extraordinaria difusién de los fosfatos de cal en la naturaleza, su influencia como productores de otras especies minerales , parece bastante escasa. La lentitud de sus acciones por via acuosa y la irreductibilidad del fosfato tricalcico por el carbon en las condiciones ordinarias, y aun con Ja ayuda de las temperaturas elevadas, inducen también & pensar que su importancia como agente quimico no debe ser muy extensa. Sin embargo, conviene no dar a este género de inducciones un valor demasiado absoluto, tanto porque no es dado prever tedricamente todas las circunstancias en que puede influir un cuerpo natural en el complejo laboratorio terrestre, cuanto porque nosotros no conocemos la totalidad de los productos que existen en la superficie y en el espesor de la corteza, y sobre todo los que han podido existir en épo- cas anteriores. El fosfato de cal es capaz, en efecto, con la ayuda de la temperatura y del cloruro de sodio de haber dado lugar a -otros fosfatos, obrando sobre sulfatos y éxidos. De aqui, la asociacién de estos 4 ciertos apatitos antiguos y al urano fos- fatado, que en laminillas brillantes se encuentra en varias minas de Trujillo, Alburquerque y otros sitios de la provincia de Caceres. Hemos visto también que algunos cloruros meta- licos se encuentran frecuentemente con los fosfatos naturales en condiciones enteramente excepcionales, sobre cuya pro- duccién ban dado luz las interesantes investigaciones de M. J. Ribau (2). Haciendo este quimico pasar cloro y éxido de carbono & la vez, por una mezcla de carbon y fosfato trical- cico, este se transformé en totalidad, a baja temperatura, en oxicloruro de fésforo con producciodn de cloruro de calcio y de (1) Compt. rend.; 1887. (2) Sur une méthode de transformation du phosph. tricatcique en composés chiorés du phosph. (Comp. rend.; t. xcv, 1882.) 485) Calderén.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 191 acido carbénico. El agente reductor es el éxido de carbono, no interviniendo el carbon sino como un cuerpo poroso, que sirve solo para condensar los gases. Este singular proceso de reduccién y de cloruracién, ti otro que atin no conozcamos, basta para explicar, como hemos dicho, la asociacién de ciertos cloruros con los fosfatos natu- rales que se presenta en algunos sitios, y es una buena com- probacién de la idea apuntada respecto 4 la deficiencia de nuestros conocimientos en punto al papel que puedan jugar estos minerales en la quimica terrestre. Los fosfatos de hierro, de magnesio y de aluminio que se asocian al de cal en los nédulos de Westfalia llamados JVie- rvenpacken, parece evidentemente el resultado de una accién quimica compleja del ultimo sobre el hierro y sustancias ar- cillosas que le acompanaban, con ayuda de las materias orga- nicas que en estado de materia carbonosa se presentan ahora en dichos nddulos. El hierro fosfatado es uno de los acompafiantes mas habi- tuales, debidos a la accion del fosfato de cal sobre el dxido de hierro, particularmente cuando ha sufrido la influencia descomponente de los agentes naturales. En Orville departa- mento del Norte las areniscas con ndédulos de fosfato contienen accidentalmente venas arcillosas intercaladas, tefidas por dicho mineral ferrifero. Haidinger (1), menciona la existencia de la vivianita en un esqueleto sacado por é1 de unos escom- bros, y M. Nickles (2), ha encontrado en una tibia procedente de un cementerio una materia azul, que resultdé ser dicho mi- neral examinado al microscopio. Estos hallazgos no pueden sorprender, pues se sabe hace tiempo por los estudios de Réa- mur que las falsas turquesas de Simorre en Gascufia, y de otros sitios, son dientes fdésiles coloreados de azul verdoso por un poco de fosfato de hierro, y que estos dientes, como ya lo suposo Cuvier, pertenecen al Mastodon angustidens, y a otras especies del mismo género. También en las conchas fé- siles es frecuente ver dicho mineral en pequefios cristales 6 manchas azules. Es muy interesante el analisis de los nédulos de las Isletas, en Francia, hecho por Dehérain, porque mues— (1) Journ. prakt. Chem.; t. xuiv. (2) Comp. rend.; t. XLt. 192. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (86): tra que una parte del acido fosforico que contienen esta com- binado con el Oxido de hierro, pues la cantidad de cal que poseen, es insuficiente para formar con el acido fosférico fos- fato de cal tribasico. Este descubrimiento prueba que pueden existir minerales de este grupo en un estado latente, por de- cirlo asi, y que contribuyan a la pluralidad de modos de pro- ducirse la difusién y alteraciones de los fosfatos. Las tierras vegetales, y en general los productos térreos de la descomposicién de las rocas, gozan de la facultad descu- bierta por Liebig, de retener el fosfato de cal disuelto en el agua 4 favor del acido carbénico que esta contenga. Esta absorcién en grandes proporciones ejerce una infiuencia in- mensa en la composicion de la capa mas superficial del globo neutralizando, para hacerse soluble el fosfato el exceso de acidez que esta posee naturalmente, con gran perjuicio de las: plantas, en cuyo respecto los minerales que nos ocupan son unos de los modificadores mas importantes de ese manto su- perficial en el que se realizan tantos procesos quimicos lentos pero constantes. El agua mds 6 menos carboénica que circula en los intersti- cios del suelu, no disuelve mas que cantidades infinitesimales de fosfato, asi es que este cuerpo no es arrastrado por ella @ las regiones profundas, sino en cortisima proporcion. La funcién caracteristica por excelencia de los fosfatos de cal en la quimica del globo es la bioldgica, por cuya virtud sirven de eslabén indispensable entre el mundo organico y la materia mineral. Se sabe en efecto, que todos los seres vivos contienen fosfato; que estos proceden directamente del conte- nido en las rocas y en las tierras, y que intervienen activa- mente en los procesos de nutricién del organismo, sea como fermentos 6 como medio de conservar la vida de estos, segun deduce Pasteur de sus experiencias, 0 interviniendo directamente en las funciones celulares, como piensan otros. Por lo que a los vegetales se refiere, se sabe, desde los ana- lisis de Th. Saussure de principios de siglo, que el fosfato existe en todos ellos, hallandose en el residuo mineral de todos sus tejidos sometidos a la incineracidn. Constituye ade- mas durante su vida uno de los elementos mas importantes. de la nutriciédn. Las observaciones directas han confirmado estas inducciones de Liebig, pues los cultivos hechos en tie- (87) Calder6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 193 rras desprovistas en absoluto de fésforo, no han dado lugar 4 ninguna produccién vegetal. Hoy se sabe que este cuerpo retenido en las tierras es disuelto gradualmente, merced al acido carbénico que lleva el agua, y sobre todo 4 la aci- dez propia de las raices. No se distribuye por igual en toda la planta, pues los granos le contienen en mucha mayor propor- cién que las demas partes, nise halla en la misma cantidad en todos los vegetales, habiendo en este respecto grandisimas diferencias entre ellos. Las mas ricas en fosfatos son las que mas intervienen en la alimentacién de los animales, y sefa- ladamente las gramineas, y en general son también las que econtienen mayor proporcidn de nitrégeno. Merced al reino vegetal, el fosfato pasa, por medio del ali- mento, a los animales fitéfagos, y de estos a4 los carnivoros. Ambos poseen fésforo en los huesos y dientes, en los apéndi- ces dérmicos, en los musculos, en la sangre, bilis y orina, y sobre todo en las células nerviosas. El cerebro le contiene en tal cantidad, que algunos fisidlogos han expresado. su impor- tancia considerandole inseparable del pensamiento. En una palabra, todos los tejidos del cuerpo, excepto los elasticos, dejan por incineracién un residuo, que consiste principal- mente en fosfato calcico, lo cual induce ademas & pensar que este no se encuentra solamente en estado de disolucién en el liquido que embebe los tejidos, sino unido ademas quimica- mente a la sustancia albuminoidea. El fosfato de cal es el predominante entre los fosfatos del organismo, sobre todo en la constitucién de los armazones re- sistentes en estado de fosfato tricalcico(PhO‘)? Ca’ segun Heintz, mas bien que en el de fosfato neutro, como lo admitian Rec- klinghausen y Wildt. Asociado al fluoruro forma el esmalte de los dientes de ciertos animales. M. Jolly, que ha escrito una obra voluminosa sobre los fosfatos en el seno de los organis- mos (1), opina que en cambio predomina el fosfato de potasa en el aparato nervioso, el de sosa en el suero de la sangre, el de hierro en los glébulos y el de magnesia en los musculos; pero todos los datos en que se funda son tan problematicos, que no tienen estas afirmaciones otro valor que el de meras conje- (1) Les phosphates et leurs fonctions chez les étres vivants. Paris, 1887. ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 13 194 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (88) turas. Lo que si se sabe con certeza es que el fosfato de sosa existe en el suero de la sangre en la proporcidn de 245 dg. por 1.000. La existencia del fosfato tricalcico en los huesos y dientes es un hecho conocido ya de todo el mundo; y sin embargo, el descubrimiento del fosforo en ellos no pasa de 1769, en que Gahn lo separé y en comun con Scheele publicd un procedi- miento muy notable para extraerlo de ellos. Hoy sabemos que estos érganos contienen hasta un 60, un 70 y en ocasiones un 80 por 100 de dicho cuerpo, y que un esqueleto de buey encie- rra mas de 13 ke. de fosfato térreo por término medio. Se ha calculado que la sepultura humana almacena cada afio en Francia mas de 600.000 ke. de acido fosférico. Los productos de secrecién de los animales son una via de devolucién a la tierra, aunque bajo nueva forma, de los fosfa- tos que de ella reciben indirectamente por medio de las plan- tas. Elie de Beaumont ha calculado que el acido fosforico qui- tado a la tierra por los hombres y contenido en sus huesos y su carne, puede evaluarse en el correspondiente 4 mas de dos millones de toneladas de fosfato de cal puro, esto es, en mas de 5.167.000 de nodulos de fosfato, teniendo en cuenta el numero de hombres nacidos desde los celtas hasta nuestros dias y que han vivido en el territorio francés; el almacenado en las sepul- turas, solo representa una fraccién muy poco considerable de la cantidad que ha perdido la Francia. La descomposicién de los cadaveres y las secreciones duran- te la vida, constituyen procesos de restitucion que influyen poderosamente, como explicamos en su lugar, en la difusién de los fosfatos por todo el globo. Asi el excremento del gana- do es un excelente abono por su riqueza en fosfatos y en acido fosférico. Las cenizas de los excrementos humanos contienen 36,06 por 100 de acido fosférico: segin Wechsarg, el fosfato de magnesia predomina en ellos sobre el de cal; pero Porter cree, al contrario, que encierran mas de cal que de magnesia. Ya sabemos que los excrementos de las aves constituyen esos orandes depdsitos de guano, que solo en las islas del Peru han debido componer mas de 378 millones de quintales métricos. Existe también en otras muchas localidades costeras del Peru, de Bolivia, del Cabo de Buena Esperanza, etc., donde acuden por millones las aves que se alimentan sobre todo de peces, (89) Calderon.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 195 como sucede en las costas del Pacifico; y si no llegan 4 conso- lidarse en otros parajes diversos, es porque no reinando la se- quia que en estos, las materias fecales son arrastradas por las lluvias 4 medida que se forman; en todo caso quedan solo las partes menos solubles y el guano pierde sus elementos nitro- genados, como sucede en algunas islas del Océano Pacifico, al NE. de la Australia, en muchas islas de la India occidental y en la misma costa de Chile. Asi en estos guanos el fosfato de cal se concentra hasta formar casi exclusivamente la masa. Tal sucede en el guano de Mejillones, a una altitud de 500 m., en la costa de Bolivia, notable por encerrar muchas concre- ciones de fosfato aménico-magnésico, y casi ninguna cal. En la orina de los mamiferos existe el fosfato aménico-mag- nésico en disolucién en la de los animales carnivoros y que, precipitandose lentamente en ocasiones, constituye concrecio- nes 6 calculos de un volumen a veces muy-considerable; por el contrario, en los herbivoros solo esta en suspension y en pe- uefa cantidad. Como se sabe, el descubrimiento del fésforo, que data de 1669, se debié & ensayos de evaporacion de la ori- na, por cuyo medio se obtuvo dicho cuerpo durante mas de un siglo, evaporando el liquido hasta sequedad y calcinando el residuo con arena fina. De lo dicho resulta que los animales toman entre sus ali- mentos una cantidad de fosfato muy considerable; asi es que después de asimilado el que para su nutricién necesitan, eli- Minan todavia un contingente importante en los residuos de su digestidn. Bischoff (1) ha llegado por experiencias cuida- dosas a deducir que en los carnivoros, el perro por ejemplo, una tercera parte del acido fosférico excretado sale con los ex- _crementos al estado de fosfato de calcio, de magnesio y de hie: rro, y que el resto es excretado por las orinas en estado de fos- fato acido, 4 favor del cual los fosfatos térreos arrojados se mantienen en disolucién. En los hervivoros al contrario, los fosfatos son reemplazados en la orina por los carbonatos, y el intestino es la via de eliminacidén de los primeros. Parece, como dice Beaunis (2), que los elementos organicos tienen una es- pecie de afinidad por el acido fosfdrico: asi los musculos de los (1) Chemic und physic. Geologie, t. 1. (2) Nouveaux élém. de phys. humain: 1881; t. 1, pag. 86. 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) herbivoros contienen tanto como el de los carnivoros, aunque en los primeros la sangre y los alimentos ingeridos encierren mucha menor proporcién de fosfatos que los de los carnivoros. Los tejidos de los vertebrados marinos son mas ricos en fosfato que los de los continentales, y esta repartido este mas homogéneamente por su cuerpo que en los segundos. Entre los mamiferos, los cetaceos poseen mayor cantidad de él que los restantes. Cuando todos estos pobladores del mar mueren, sus despojos se mezclan @ las arcillas y 4 otros sedimentos, combinandose el fosfato que queda en libertad por la putre- faccién con el carbonato de cal de dichos sedimentos. Se sabe que el pescado podrido es altamente fosforescente y que los residuos de las pesquerias de Terra- Nova, de los mares pola- res, de las costas de Noruega y de las oceanicas de Francia, contienen ta] cantidad de fosfato, que se utilizan con provecho en la industria de los abonos. A veces la pesca tiene por unico objeto la fabricacién de abonos, destinando a este efecto el cuerpo entero de los animales (1). Cualquiera que sea el grupo animal que examinemos y los tejidos de este cuya composicidn se estudie, siempre aparecen los fosfatos en mayor 6 menor cantidad, como indicando estar- les encomendadas importantes funciones. Mucho se ha escrito y se encuentra recopilado en la obra citada de M. Jolly sobre el papel de dichos compuestos en la nutricién, y, sin em- bargo, estos problemas distan de estar resueltos por los fisié- logos. Para este autor los fosfatos, no solo constituyen el ar- mazon de todos los elementos histoldgicos animales y vege- tales, sino que sus transformaciones en el organismo son la principal condicién de las funciones de la célula. Sea de esto lo que quiera, lo cierto es que los acidos organicos, producidos por algunos tejidos, descomponen los fosfatos neutros 6 basi- cos, proporcionados por la sangre, y los transforman en fosfa- tos acidos. También es evidente que el fosfato de cal consti- tuye el principal elemento de resistencia de los tejidos, y sobre todo de los huesos, tratandose de los animales superio- res. Los hermanos Dusart (2) Haman znanicidn mineral al reblandecimiento que experimentan los huesos cuando no (1) Miinrz er Girarp: Les engrais; 1889, tomo 11, paginas 231 y siguientes. (2) De Vinanition minérale. («Gaz. médical. de Paris», 1874.) (91) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 197 reciben la cantidad necesaria de fosfatos por escasez en la alimentacién 6 por perturbaciones en la nutriciédn, como en el embarazo 6 en el momento de la denticién, probando que, aunque no fuera mas que en el respecto puramente mecanico, la vida seria imposible si se privase 4 un individuo en abso- luto de dichos elementos minerales. Hemos insistido algun tanto en lo referente 4 la existencia y papel del fosfato en los animales, por relacionarse intima- mente esta cuestidn con la del origen organico, atribuido a este cuerpo por Linneo y Macculloch. Cierto que las acumu- laciones de excrementos producen los depdsitos de guano, y metamorfoseados han podido convertirse en ciplita 6 interpo- nerse en otras rocas; que los antiguos huesos, dientes, conchas y cenénquimas dan lugar 4 formaciones fosfatadas; pero no es menos cierto que el fosfato, con el cual se han fabricado estas, procede del suelo, absorbido por la planta, 6 del disuelto en las aguas del mar y separado directamente por la sustancia albuminodidea. Ni los testaceos marinos pueden vivir en un liquido privado de materias calizas, ni los vertebrados aéreos Subsisten sometidos 4 una alimentacién en que no entre una cierta cantidad de fosfato. Resulta en definitiva del proceso organico, que el acido fosférico que existe en pequefia cantidad en todos los suelos, asi como en todas las aguas, es absorbido por los vegetales terrestres y marinos, operando asi una primera concentracion. Los animales toman 4 las plantas que les sirven de alimento la cantidad de dicho cuerpo necesaria para la formacidén de sus armazones esqueléticos y de sus demas tejidos, realizando asi una segunda concentracién mas importante que la ante- rior. En fin, la ultima y mas completa se produce en la des- composicién que sucede a la muerte del animal y que para en la destruccién de la sustancia organica, dejando aislada la materia mineral en la cual el. fosfato de cal entra por un 85 por 100. Resumiendo brevemente las conclusiones finales de carac- ter general que se deducen de este breve estudio, diremos que el fosfato de cal es un factor caracteristico de la actividad de 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (92) nuestro planeta. El es el nucleo por excelencia de esa estrecha relacion entre la vida organica y los fendmenos evolutivos de la tierra; pues en los continentes, pasando del suelo y de las aguas subterraneas al reino vegetal, y de este al cuerpo de los animales, vuelve bajo nueva forma a la tierra; y en los mares, tomandole las algas y los corales de igual suerte del liquido ambiente, es puesto en condiciones de acumularse y combinarse de mil modos. Y como los fosfatos constituyen un factor indispensable para la vida organica, y esta & su vez interviene en todos los grandes fenédmenos geolégicos, la fun- cidn de dichos minerales resulta en definitiva tan importante como la del mismo oxigeno, hidrégeno, carbono, azufre y otros cuerpos, sin los cuales no se concibe dinamismo alguno. Toda la habitabilidad del globo, es decir, la existencia de las faunas y floras que viven y han vivido en él, depende entre otras causas principales de lade los fosfatos de cal. Es posible que el acido fosférico se hallase libre 6 en combinaciones que desconocemos en los periodos primitivos; pero el incremento’ de este cuerpo en el transcurso de las edades, exigido por la multiplicacién de la vida, es debido &@ la descomposicién y arrastre del apatito encerrado como inclusion en las antiguas rocas cristalinas. Esto hace presumir que el fosfato de cal ac- tivo debe ir en aumento gradual é incesante, merced al con- tinuo alterarse de dichas rocas, favoreciendo asi la creciente multiplicacién de los seres vivos, que al par que animan y embellecen la morada terrestre, intervienen poderosamente en todos los procesos geologicos. 493) Caldero6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 199 APENDICE. APLICACION DE LOS FOSFATOS NATURALES A LA AGRICULTURA. Hemos visto que el desarrollo de las plantas es imposible sin laintervencidn de los fosfatos, y que los cultivos hechos en suelos desprovistos por completo de estas sustancias no han dado lugar 4 ninguna produccién vegetal. De otra parte los animales las necesitan tanto como los vegetales, y por consi- guiente la base de la riqueza humana y aun de su existencia, que se funda en los seres que pueden proporcionarnos el sus- tento y las materias primas para las industrias, esta intima- mente ligada con laabundancia 6 escasez de los fosfatos en el suelo. Aunque el acido fosférico se halla, como hemos notado, di- seminado extraordinariamente, hay tierras solo provistas de él en una cantidad demasiado pequefia para bastar 4 las nece- sidades del cultivo, y aun las ricas, acaban por empobre- cerse después de prolongadas cosechas, sobre todo de ciertas plantas. De aqui ha surgido la necesidad de adicionar dicho elemento & los suelos que por contener poca cantidad son esté- riles, y la de reponerle en los agotados por los cultivos conti- nuados, constituyendo la importantisima aplicacién de las ma- terias fosfatadas, que, por fundarse en principios intimamente ligados con los expuestos, hemos creido deberia tratarse, no obstante su caracter esencialmente practico, en la presente monografia. El empleo agricola de los fosfatos solo se remonta 4 unos cuarenta afios; asi es que todavia en 1847 se consigna en el Diccionario de historia natural de D’Orbigny, que estos mine- rales solo sirven para extraer el fésforo, y que, por tanto, sus aplicaciones son bien escasas; pero en tan corto periodo de tiempo se ha esparcido de tal modo su uso, sobre todo en In- glaterra y Alemania, que ha bastado para agotar muchos ya- 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (94): cimientos de fosforita, y se ha convertido ya en una verdade- ra necesidad en estos paises, acostumbrados al aumento de sus cosechas y a poner en cultivo tierras antes reputadas impro- ductivas, merced 4 la adicién de tan precisas materias. Kl memorable Elie de Beaumont fué el primero en procla- mar en Francia la utilidad agricola de los fosfatos naturales y su benéfica influencia en el rendimiento del cultivo del trigo. Poco antes en Inglaterra se probaba la accion productiva en las cosechas de los huesos pulverizados, y en Francia la del negro. de refinacién. El duque de Richmond, célebre agrénomo inglés, demostré por medio de experiencias directas que los huesos calcinados y desprovistos de materia animal eran tan fertili- zantes como los frescos, y dedujo, contra la opinién de Payen, sostenida en 1832 y luego generalizada, que el principio acti- vo de tales restos no radicaba en la grasa ni en la gelatina, sino en el fosfato de cal, y en este merced al acido fosforico. Una vez sentado tal principio fundamental, se ocurrio en bre- ve sustituir el fosfato de los huesos, cuyo precio es elevado y cuya produccién es naturalmente limitada, por los fosfatos mi- nerales. En 1842, Mr. Lawes establecié en Inglaterra el primer laboratorio de superfosfatos, y por entonces Elie de Beaumont iniciaba en el continente esa gran reforma, 4 la que debe la agricultura todo el impulso que ha sufrido en nuestros dias. Poco tiempo después comienza la exploracién activa de los yacimientos de fosfatos. El ingeniero M. de Molon, encargado por el Ministerio de Agricultura, emprendio la tarea de bus- carlos por todas partes, escribiendo una memoria que se ha hecho célebre (1), y casi al mismo tiempo Meugy, Nesbit, De- lanone, Pousnarede, Jaille, Desailly y otros muchos descubrian tantos yacimientos en Francia, que esta industria adquirié en breve una extensiédn inmensa: en 1886 la produccién ha sido alli de 184.166 toneladas. En Bélgica la explotacién de los fosfatos de la creta iniciada en 1874 por M. Cornet, progresé tan repentinamente, que en 1886 pasaron de 100.000 las toneladas extraidas, propagan- dose la industria 4 Picardia. Los fosfatos ricos de estos yaci- mientos dosan de 25 & 40 por 100 de acido fosforico, pero el (1) Enqguéle sur les engrais industriels, 1865. (95) CGalderé6n.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 201 mas abundante solo contiene 8,25 por 100. Esta explotacién, tan rapidamente desarrollada, marcha ya en rapida deca- dencia. Ya hemos visto que los fosfatos del porvenir se encuentran en los Estados- Unidos y en Rusia, donde se presentan en can- tidad suficiente para tranquilizar 4 los agrOnomos, que empe- zaban & inquietarse por la suerte de la agricultura, dada la marcha rapida dé agotamiento de los yacimientos europeos conocidos antes de estos modernos descubrimientos. Los productos de la alteracién de ciertas rocas, como las cristalinas antiguas y las areniscas de todas las edades, se ha- llan casi por completo privadas de fosfatos, al paso que los re- sultantes de calizas y materias volcanicas contienen, por regla general, una cantidad crecida de dichos minerales. Mas como las tierras arables rara vez proceden exclusivamente de una sola clase de rocas, y, por el contrario, resultan casi siempre de la mezcla de muchos detritus diferentes, es raro encontrar- las desprovistas en absoluto de fosfato ni extraordinariamente ricas en ellos, viéndose todos los grados intermedios entre ambos extremos. El agricultor necesita conocer la cantidad de fosfato que po- seen las tierras que va 4 cultivar, y este dato puede obtenerse por medios distintos que se han estudiado cuidadosamente en estos ultimos afios. El analisis quimico es desde luego el mas seguro para averiguar con certeza la proporcion en que existe dicho cuerpo: asi, seguin numerosos analisis de Gasparin, Pra- del y otros muchos investigadores, hay tierras muy ricas, que son las que contienen mas de 2 por 1.000 de acido fosférico; ricas, de 1 4 2; pobres, de 0,1 4 0,5, y muy pobres, de menos de 0,1. Mas el analisis quimico no puede fijar el valor del fosfato bajo el punto de vista de su fertilidad y de la proporcidén de él, que es inmediatamente utilizable, lo cual, tratandose de las tierras de grado intermedio, deja en gran incertidumbre, aun después de conocer los resultados analiticos. Como regla ge- neral dan MM. Miintz y Girad (1), que los suelos que alcanzan un | por 1.000 de acido fosférico son poco sensibles 4 la adicién de fosfato, y que dicha riqueza basta para mantener un buen (i) Les engrais, tomo 11, 1889. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (96) cultivo: solo se necesita, para conservar la fertilidad, sostener esta proporcidn, reemplazando la cantidad sustraida por las cosechas. Otro medio de inducir la proporcién en que los fosfatos de cal wtiles se encuentran en las tierras, se funda en el cultivo de las mismas. Cuando las plantas, y particularmente los cerea- les, se presentan con una vegetacién vigorosa en la parte folia- cea y en los tallos, pero con espigas poco llenas y granos abor- tados numerosos, se puede afirmar la insuficiencia del Acido fosforico en el suelo. Todavia cabe llegar 4 mayor certeza so- metiendo al analisis los cereales recolectados, tomando como tipo normal las cantidades siguientes de acido fosforico. Grano. Paja. TRIO OLE Se craton ee 0,82 0,23 Cements x2 ts we ctepn eer 0,82 0,25 @ebadarcicere: tay ca 0,72 0,19 IA VETS healer occth. sees tioke 0,55 0,28 MAI sche: dx Showexsie chewshete 0,55 0,38 : SALLACEMOL, -ersisiere sie = 0,61 0,18 M. Dehérain (1) ha precisado las bases en que debe fundarse el analisis de las tierras y los datos para inducir la cantidad de abono fosfatado que conviene distribuirselas en cada caso. Es muy notable, al comparar entre si las diversas plantas de cultivo, bajo el punto de vista de su riqueza en acido fos- férico, que hay una coincidencia constante entre esta y la de nitrdgeno, por lo cual es preciso emplear simultaneamente abonos de las dos clases para obtener buenos resultados, como ya lo consigné M. Boussingault & consecuencia de sus estu- dios sobre los guanos. No todos los vegetales absorben la misma cantidad de acido fosforico, ni por consiguiente agotan los suelos en igual gra- do. Como ejemplos citaremos algunos, calculando por hecta- rea y en el supuesto de una cosecha me‘dia: (1) Sur le valeur des engrais et particulierement des phosphates et des sels ammonia- cawc. (Conférence de l’Assoc de profess. départament. d’Agricult., 1887.) 497) Calder6n.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 203 BET Gobet ot ketatel Navates oP ata ojin 16) Kee yw Pabatars;\c\celsyeites sacs 36,6 ke. IV CHESS ODOC Ue SSOSGSE 21 TPE O Olea cyciesis qs cate ole 45 GUISAMGO ne «ccetisa net wie 26,5 Vina (60 hect. de vino)... 9,7 Colaae.. -<. dats taan, Serer 47,8 MAAN HANLON oro: wicvess eins Bs uaa fe ETI crs stats: ois ates ree ates 4 21,8 Olivonaroae sececrinatie os 8,1 UGA AA crete hereretare etree 115,0 Los productos fosfatados con los cuales puede el agricultor restituir a las tierras las pérdidas que en estas materias expe- rimentan por el cultivo, son de naturaleza diversa; fosfatos minerales, huesos y guanos, sustancias todas que contienen principalmente fosfato tribaésico de cal y que son insolubles en el agua. En estos ultimos afios ha alcanzado también extra- ordinaria importancia la extraccién del acido fosférico que contienen los minerales de hierro, consistiendo la industria en los subproductos de la fabricacién de los aceros y que se llaman comercialmente escorias de desfosfatacion 6 fosforo de Thomas. Limitandonos a los fosfatos naturales, debemos notar, ante todo, que noobran de un modo idéntico en la vegetacion, lo cual depende de las diferencias de estructura y agregacién molecular que cada uno presenta, en relacién con las condi- clones en que se han formado. Para servirse de dichas materias en estado natural, hay que pulverizarlas y cernerlas, reducirlas, en fin, a un cierto grado de finura, sin el cual es muy dificil se verifiquen las reaccio- nes que va 4 utilizar el cultivador. Por eso los ndédulos, los coprolitos y los huesos que no son triturables, no tienen valor fertilizante empleados directamente. Una vez pulverizado el fosfato, interpuesto y bien mezclado con la tierra de cultivo, deben comenzar esas reacciones suti- les que producen su lenta descomposicion, haciéndole alter- nativamente soluble é insoluble, del modo que hemos dejado explicado. En las tierras fuertemente acidas, pobladas de ma- lezas 6 en los suelos turbosos, que contienen una gran can- tidad de acido humico libre, y aun de Acido acético, segiin M. Dehérain, los fosfatos se vuelven prontamente solubles, forman un verdadero superfosfato y acompana al fendmenoun desprendimiento de acido carbénico debido al ataque de la ca- liza, que se halla siempre asociada 4 aquellos. En cambio en las tierras arcillosas, en las cuales circula escaso acido carbé- 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (98y nico, la descomposicién del fosfato de cal es lenta, y solo en el transcurso del tiempo forma una combinacién con el dxido de hierro y la alumina, sobre cuya reaccién reina todavia bas- tante oscuridad. Tampoco es ordinariamente rapida la trans- formacion del cuerpo que nos ocupa en las tierras calizas, y esto 4 causa de-su pobreza en materias organicas. Los fosfatos convienen en general 4 toda clase de tierras, y se citan regiones enteras estériles en otro tiempo que se han transformado en tierras fértiles, merced 4 la adicién de dichas sustancias. Su accién es, sobre todo, admirable en los suelos arenosos, como se ha visto bien en'Salogne, cuya agricultura, antes moribunda, se ha regenerado merced 4 ellos, En las ca- lizas no es su eficacia tan grande, tanto por descomponerse en ellas con lentitud, como hemos dicho, cuanto porque estas contienen ya de suyo fosfato. muchas veces en cantidad sufi- ciente. Sin embargo, M. Ladureau (1) ha hecho notar que es exagerada la opinidn de los que creen que las tierras calcareas no han menester nunca de tales abonos, probando por medio de analisis que 4 la larga se empobrecen en fosfato, sobre todo por el cultivo prolongado de los cereales, siendo entonces for- zoso acudir 4 suplir la deficiencia. En las tierras acidas antes mencionadas y en las que por proceder de la descomposicién de rocas graniticas y estrato- cristalinas presentan anélogo caracter, la experiencia ha mos- trado que la adicién de fosfatos y materias calizas da un exce- lente resultado, sobre todo al descuajarlas para ponerlas en cultivo. Cuando se trata de paramos incultos, pero secos, antes de proceder 4 la primera labor, se espolvorea el fosfato, para que se entierre mediante esta operacidn. En el caso de tierras pantanosas 6 htiimedas, después de haber hecho zanjas y de dar asi salida al mayor exceso de liquido que por este medio sea posible, todavia quedan demasiado encharcadas para cul- tivarlas; pero esparciendo entonces el fosfato en su superficie, no tarda en nacer un césped espeso, que se consolida y permite proceder al desfonde al afio siguiente. En Francia, no obstan- te de reinar alin mucha mas indolencia que en Inglaterra y Ale- mania en punto al empleo de los fosfatos, se saca un partido (1) Lacide phosphorigque dans les terres arables du nora de la France. (Compt. rend., t. xcry, 1:82.) (99) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 20 inmenso del saneamiento y cultivo de los paramos y estepas aridas con ayuda de estas sustancias, que es una de las em- presas mas lucrativas que se conocen. Como dichas tierras acidas se encuentran en excepcionales condiciones para atacar y utilizar los fosfatos, se pueden usar en ellas los minerales, que por ser menos alterables no tienen aplicacion en la generalidad de los casos, como el apatito y la ciplita, 6 sean las cretas fosfatadas que la contienen. No es posible fijar el tiempo durante el cual ejercera el abo- no su influencia en la tierra; pero empleando & razén de 1.000 kilogramos por hectarea, indudablemente bastard para cierto numero de afios, hasta que visiblemente la fertilidad comien- ce a disminuir. Entonces convendra completar la accién de los fosfatos por la de los otros abonos, porque los primeros no producen todo su efecto, sino mediante una transformacién de las funciones del suelo, que se logra merced 4 la adicién de caliza 6 de marga. Aunque a los fosfatos naturales acompafian casi siempre carbonatos, estos no se hallan en cantidad sufi- ciente muchas veces para neutralizar toda la acidez de las tierras, y de aqui que al cabo de algunos afios el fosfato quede inerte, si no se auxilia su asimilacién por las plantas, destru- yendo por la cal el estado quimico del suelo. Las tierras arcillosas impermeables se encuentran casi en las mismas condiciones en punto @ produccién vegetal que las excesivamente acidas de que acabamos de ocuparnos: im- pregnadas de agua y circulando dificilmente el aire en ellas, contienen en estado adinamico una cantidad 4 veces muy con- siderable de materias organicas. Para mejorarlas es preciso modificar por el laboreo su estado fisico, y para cambiar su composicién, conviene emplear sucesivamente el fosfato y la cal, lograndose la alteracién del primero, merced 4 la oxida- cién lenta de la materia organica, que en unién con el acido carbénico, constituye el principal agente de la disolucién del fosfato (1). En la generalidad de los casos las tierras no poseen substan- cias organicas en cantidad suficiente para operar la descom- posicion de los fosfatos, y de aqui que de antiguo se haya con- (1) H. Lasne: De la solubilité des phosph. ct superphosph.; 1881. 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100y venido en la necesidad de su asociacién para constituir con ambos el abono. El estiércol suele emplearse de preferencia & este fin, el cual, entrando en fermentacién, reacciona induda- blemente sobre el fosfato, por mas que esta accién no se pueda revelar por los métodos quimicos ordinarios. También se usan con el mismo objeto diversas materias organicas, como paja, serrin, barreduras y otras muchas, cualquiera de las cuales da el mismo resultado y cada cultivador puede elegir entre las que le tengan mas cuenta: lo principal es que el montén de abono fabricado se conserve humedo. Como el fosfato no experimenta la rapida descomposicién que sufren los abonos nitrogenados, no requiere una época determinada para ponerlo en las tierras, ni sus dosis necesitan regularse con exactitud, como sucede tratandose de aquellos. MM. Miintz y Girard (1) aconsejan servirse desde luego de gran- des cantidades, juzgando preferible poner de una vez el acido fosforico necesario para una serie de cultivos, al fracciona- miento de su distribucién. «Cuando se ha reconocido la nece- sidad del acido fosforico en un terreno, se puede sin vacilar llevar las dosis & 1.000 y 1.500 ke. de fosfato natural, que re- presentan un 200 a 300 ke. de acido fosforico por hectarea y un adelanto medio de 60 francos.» Conviene enterrar el fosfato todo lo profundamente posible, puesto que no hay que contar en él con la difusidn natural propia de los abonos nitrogenados. Se recomienda, siempre que esto sea realizable, dividir el fosfato que vad emplearse en dos partes, una que se enterraré mediante labores profundas, y otra que se mezclara a la tierra, con ayuda de remociones superficiales con el arado, y perpendicularmente a la anterior, con el objeto de conseguir una mezcla intima. Hemos dicho que para favorecer la accién de los fosfatos es necesaria su pulverizacién, & cuyo fin se muelen y ciernen, volviendo 4 triturar las partes gruesas que no han pasado por el tamiz. La importancia de esta operacién, encaminada @ au- mentar las superficies de contacto, ha sido puesta de relieve por la siguiente experiencia de MM. Barral y Menier: en agua saturada de acido carbdnico colocaron trozos cortados en for- (1) Obra citada, t. 11, pag. 521. (101) Calderén.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. 207 ma de cubos del fosfato de los Ardennes, de dimensiones de- crecientes, y al cabo de una hora obtuvieron los siguientes re- sultados: Partes Acido ’ fosforico disueltas. disuelto. Cubos de 3 mm. de lado....| 4mg. 2 meg. — de2 _— Seen fl 1 5 — del — Sell PEAS 25 Polvo impalpable.......... 81 42 Siendo, por consiguiente, la solubilidad proporcional 4 las superficies, el analisis quimico por si solo no puede dar el va- lor real de los fosfatos, pues que su provecho agricola crece en razon de la tenuidad en que se hallan. Siendo preciso, por con- siguiente, apreciar este grado de finura, se han propuesto di- versos medios; pero el mas conveniente parece ser el empleo de tamices de seda, particularmente de los numeros 110 y 230, que corresponden a los grados de pulverizacién que corren ha- bitualmente en el comercio. El estado molecular de los fosfatos, segtin la naturaleza de estos minerales, influye poderosamente en su grado de solubi- lidad. Los que poseen una textura compacta, sufren con me- nos energia que los demas la accién de los agentes disolven- tes, resistencia que depende de la misma constitucidn fisica de cada mineral. Para medir este grado de asimilacién diferente, se han ideado varios medios, y entre ellos el més moderno es el tratamiento en caliente por una disolucién de oxalato amé- nico, dosando el acido fosférico que se disuelve. Otros agréno- mos prefieren emplear a este fin las disoluciones de acido car- bdnico y las materias himicas, porque estos agentes son los que realizan en el seno de la tierra la transformacién de los fosfatos en forma asimilable para las plantas. De todos modos la reaccién indicada por tales reactivos no se ha confirmado siempre en la practica de los cultivos, y los resultados obteni- dos por el examen quimico no pueden aplicarse sin alguna reserva, a lo que recurriraé luego en el terreno. De todos los fosfatos minerales los apatitos son los que mas 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (102) resisten 4 la accién de los disolventes quimicos; vienen des- pués las fosforitas palmeadas, concrecionadas y testaceas, que deben pulverizarse cuidadosamente para emplearlas en el es- tado natural y mezclarse con mantillo; la ciplita y los fosfatos arenaceos son asimismo poco descomponibles, y, en fin, los né- dulos y coprolitos se atacan mucho mas facilmente que los mi- nerales precedentes por los reactivos, siendo eminentemente higroscépicos y sensibles 4 las acciones atmosféricas. En Francia se usan generalmente los fosfatos en estado na- tural pulverizados y tamizados; pero en Inglaterra casi siem- pre se someten 4 la accién de los acidos, fabricando los cono- cidos superfosfatos, que mezclados con otras materias pro- ducen los abonos fosfatados. A este fin suele emplearse una mezcla de 60 partes de acido sulfurico por 15 de acido clorhi- drico, que actuando sobre 100 de fosfato pulverizado dan un producto que se seca lentamente y sin endurecerse en virtud del cloruro de calcio que se forma. Desde hace pocos anos se fabrican en Caceres superfosfatos muy concentrados y de alto valor, extrayendo el acido fosférico de los minerales de ganga silicea y sirviéndose de él para atacar 4 los de ganga caliza. En estos compuestos industriales, 4 diferencia del fosfato natural, el Acido existe bajo tres formas: fosfato monocalcico, soluble en el agua; fosfato bicalcico y fosfatos de hierro y de alumina. El acido fosférico combinado con un solo equivalente de base se difunde inmediatamente en los liquidos del suelo; pero encontrando en él carbonato de cal, alumina y hierro, forma en seguida compuestos insolubles, y se comporta lo mismo que elde las sustancias minerales tribasicas. A la lar- ga estos fosfatos de hierro y alumina, que son el resultado de la transformacidén lenta de los diferentes fosfatos en las tierras, entran en reaccién con la materia organica, originando pro- ductos esencialmente asimilables. El Acido fosférico combinado 4 la cal en estado bibasico en los superfosfatos y en los fosfatos antes citados, se transforma rapidamente en el suelo en compuestos complejos; pero siendo muy notable el grado de divisién de estos fosfatos, la altera- ciédn es en ellos bastante rapida. Estos fosfatos bibasicos son insolubles en el agua, pero solubles en el citrato amdénico. Resulta en definitiva de todos los estudios realizados con (103) Calderdn.—FOSFATOS DE CAL NATURALES. 209 objeto de aquilatar las ventajas del empleo de los fosfatos que han sufrido tratamiento quimico sobre los naturales, que en ambos casos el acido fosférico es conducido por una serie de reacciones al estado insoluble. Lo que varia es la rapidez con que estas reacciones se verifican y el grado de difusién de cada una. Los superfosfatos tienen la ventaja de hallarse por extremo divididos y con una tenuidad que si no llega al ideal, es merced a la aglomeracién que sufren las moléculas después de la desecacién, y & veces 4 reacciones quimicas ulteriores. Sin duda ninguna esta es la mayor ventaja que ofrecen los productos industriales en cuestidn sobre los minerales sola- mente pulverizados; pues, por lo demas, las raices pueden sa- car partido de los productos insolubles, disolverlos, gracias 4 la acidez de sus jugos, y absorberlos por la dialisis. Lo evi- dente 6 incuestionable en este punto es que la asimilacién de todas estas sustancias es proporcional a su estado de difusién en el suelo (1). Cuando se examinan al microscopio polvos de fosfatos na- turales, aun de los tamizados, se observa que hay una serie de particulas diminutas por extremo y otra que consiste en trocitos que quedaran largo tiempo inmovilizados en la tierra antes de ser asimilados por las plantas. En los tratados por los procedimientos quimicos no sucede esto, sino que se encuen- tran en un estado de divisidn homogénea, y como por otra parte la impregnacién que sufren en el suelo antes de hacer- se insolubles es bastante rapida, se induce que estos deben aprovecharse mucho antes y de un modo mucho mas homo- géneo que los productos naturales pulverizados por las raices de las plantas. Si por medios mecanicos fuera dado llevar es- tos ultimos al mismo grado de divisién que aquellos, apenas habria entre unos y otros diferencia sensible bajo el punto de vista agricola. De estas consideraciones se desprende la ineficacia de los tan debatidos procedimientos quimicos, ideados para que todos los cultivadores puedan ensayar los fosfatos y calcular su verdadero valor comercial; pues importaria mas medir el grado de divisidn de estos que no su solubilidad en el agua 6 (1) H. Lasne: Oper. cit. ANALES DE HIST. NAT. —XIX. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) en el citrato, que conduce a errores muy graves bajo el punto de vista econdmico (1). En la actualidad los superfosfatos no alcanzan el precio tan elevado que han llegado 4 tener atin no hace mucho tiempo; pero todavia es triple del de los fosfatos naturales, de modo que el agricultor puede por el mismo precio proporcionar tres veces mas cantidad de acido fosférico 4 sus tierras, sirvién- dose de estos Ultimos, que de los tratados por procedimientos quimicos. La diferencia esta en que en un caso se deja una reserva para el porvenir en el terreno, al paso que en el otro se obtiene un resultado mas inmediato. Entre estos dos siste- mas, que convendran mas 6 menos segun que el cultivo sea preponderantemente intensivo 6 extensivo, y en parte tam- bién, como hemos dicho, seguin la naturaleza de la tierra que se quiere abonar, cabe un procedimiento mixto, que consiste en emplear simultaneamente los fosfatos naturales econdmi- cos, para que la tierra se vaya enriqueciendo, y los superfos- fatos para aprovechar el tiempo necesario para que aquellos empiecen a activar. Llegado este dia, bastara afadir un poco del mismo 4 los estiércoles, & fin de conservar la riqueza de fosfato de sus tierras, sin tener que apelar nunca a los pro- ductos industriales. Para terminar, y recapitulando todas las consideraciones expuestas en el presente capitulo, recordaremos que el fosfato obra en los suelos de tres modos diversos, que segun el orden de su importancia son: 1.° Como abono, restituyendo 4 las tierras un elemento indispensable para su fertilidad y que los cultivos acaban por arrebatarlas. Las exigencias en este punto de las cosechas son tan variables, que oscilan de 15 & 50 kg. por hectarea, siendo las plantas forrajeras y los cereales los que hacen mayor consumo, por mas que todas acaben por empobrecer los suelos mediante un cultivo prolongado. 2.° Como factores que cooperan activamente 4 los trabajos de fermentacion y que producen los elementos indispensables a la vida y al desarrollo de los fermentos. M. Pasteur ha reali- zado, en comprobacion de esta tesis, experiencias interesantes por todo extremo. (1) P. Livy: Oper. cit. (105) Calderon.— FOSFATOS DE CAL NATURALES. Qi El mismo principio da también cuenta del hecho notado por primera vez por Boussingault de la favorable influencia del empleo simultaneo de los estiércoles nitrogenados y fos- fatados, que ofrece la naturaleza en forma de guanos, 6 en el fosfato amdénico-magnésico. A menudo se ve al abono nitro- genado producir un efecto escaso, 4 causa de la insuficiencia del acido fosforico y vice-versa. 3.° Los fosfatos solos, 6 mejor unidos 4 los carbonatos, obran absorbiendo, para hacerse solubles, el exceso de acidos que pueden contener las tierras, con gran perjuicio de las plantas, por cuya accién sanean los suelos al mismo tiempo que los enriquecen. hs ae te at eae whe ie ) BAK tis.) Shes ashataa a iit p>) Paw ci aria Dane) Vike BASIE ED CATALOGO DE LAS PERIANTIADAS CUBANAS, ESPONTANEAS Y CULTIVADAS, POR De MANUEL ‘GOMEZ DEVE A UNEAZA: (Sesion del 4 de Junio de 1890.) La subclase de las Pertantiadas esta representada en Cuba por 101 familias, correspondiendo 66 al orden de las Dialipé- talas y 35 al de las Gamopeétalas. De esas familias que tienen representantes en Cuba nos ocupan actualmente 70. Nuestro trabajo se funda, sobre todo, en las exsiccatas de las plantas recolectadas en los campos cubanos por Mr. C. Wright, citando entre paréntesis los numeros de muchas de esas ¢zsic- catas. Utilizamos también los datos que ofrecen las obras de M. A. Grisebach (1) y la del Sr. D. F. A. Sauvalle (2), y expo- nemos, en fin, cuantas especies, espontaneas 6 cultivadas, hemos diagnosticado en nuestros estudios practicos. (1) Plante Wrightiane e Cuba Orientali: ex Mem. Acad. Amer. Scient. et Artium, n. ser , tom. vill, pars 1, Dec. 1860; pars 11, Nov. 1862. Cantabrigiz Nod. Angl. Catalogus plantarum Cubensium. Lipsie , 1866. (2) Flora cubana (Revisio Catalogi Grisebachianum vel Index plantarum Cubensium). Hayane, 1873: publicado por la Real Academia de Ciencias médicas, fisicas y natura- les de la Habana. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) ORDEN I.—DIALIPETALAS., SuporDEN 1.—Dialipétalas superovariadas. Ranunculdceas. — Magnolidceas. — Berberideas. — Ninfeaceas. — Malvaceas. — Terns- tremidceas. — Cisteas.— Hipericdceas — Tamariscineas.—Violaceas. — Droserdaceas. —Nepenteas. — Resedaceas.— Capparideas.— Papaveraceas. — Geranidceas.— Lina- ceas.— Urassuldceas. — Elatineas.— Cariofileas. — Portulaceas — Zigofileas.-- Ruta- ceas.—Simaruhbeas.—Malpiguidceas.—Poligaleas.—Leguminosas.—Connareas.—Ro- siceas.—Moringeas. —Celastraceas.—Dicapetaleas.—llicineas.— Pittospéreas,—Ola- cineas.— Ramneas. Ranunculaceas. Nigella Damasceena Lin. (Cult.)—Avraiuela, arana. Delphinium ajacis Lin. (Cult.)—#spuela de caballero. Ranunculus recurvatus Poir.? (Sylv!). [Ranunculus Cubensis Gris.]|—Boton de oro. - Asiaticus Lin. (Cult.)—J/arimoia, francesilla. Anemone estivalis G.-M., nomen (Cult.) [Adonis estivalis Lin.|—/lor Adonis, gota de sangre? — vernalis G.-M., nomen (Cult.) | Adonis vernalis Lin:] —Flor Adonis. — coronaria Lin. (Cult.)— Anémone. — hortensis Lin. (Calt.)—Anémone. Clematis dioica Lin. (1, 2) [Clematis Havanensis Kth., Rich.; Clematis pallida Rich.]—Cabello de angel. — sericea Kth. (Sylv.)—Cadbello de angel. — Flammulastrum Gris. (1561).—/Fldmula. Magnoliaceas. Illicium parviflorum Mich.* (3).—Anis, badiana. Magnolia Plumieri Sw. (1100) [Talauma Cand.|—Magnolia. — grandiflora Lin. (Cult.)— Magnolia. Liriodendron Tulipifera Lin. (Cult.2)— Zulipero. (3) Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 215 Berberideas. Berberis Fraxinifolia Hook. ? (1855) [Mahonia Cubensis Rich. ] —Cerillo de loma. Ninfeaceas. Cabomba Piauhiensis Gardner? Brasenia Nympheeoides H. B. | Brasenia peltata Pursh.; Hydro- peltis purpurea Mich*.; Menyanthes peltata Thunb.; Me- nyanthes Nympheoides Thunb.; Villarsia peltata Rem. & Schult.; Limnanthemum peltatum Gris.] Nymphea ampla Cand. [Excl]. 8, Cand.|—//or de agua, nelum- bio blanco. — Rudgeana Mey. |Nymphea ampla Cand.; 8, Rud- geana Cand. |—Ninfea. — odorata Ait.— Nenu far blanco. — Jamesoniana Planch.—Nelumbio. — cerulea Sav. (Cult.)— Nenu far azul. _ alba Lin. (Cult.!)—Nenufar, ninfea. Nuphar advena Ait.—Ovda. Nelumbo lutea H. B." [Nelumbium luteum Willd.; Nelumbium pentaphyllum Willd.; Nelumbium codophyllum Rafin.; Nelumbium Jamaicense Cand.|—Nelwmbio amarillo. ao nucifera Geertn. (No lo hay en Cuba.) [Nelumbo In- dica Poir.; Nelumbium speciosum Willd.; Nelum- bium Asiaticum Rich.]; &, Tamara G.-M. (Cult.!) {Nelumbium speciosum Willd.; 8, Tamara Cand.] — Nelumbio. Malvaceas. Berrya (1) Cubensis G.-M., nomen (1117) [Carpodiptera Cuben- sis Gris.|—Majagua de costa, majagua del pinar. (1) Seccion Carpodiptera G.-M., nombre. 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Muntingia Calabura Lin. (46).— Wemizo, guasima cerezo, capu- lindas. Luhea platypetala Rich.—Gudsima amarilla, gudsima varia. Corchorus olitorius Lin.—G@ringuele, gregré, grengué, grénguere. — pilolobus Link. — siliquosus Lin. (45).—Malva te. == hirsutus Lin. Trichospermum Mexicanum H.-B"[ Belotia Grewiefolia Rich.] —Guasimilla, guacimilla, majagiilla blanca, majagiiilla macho. Triumfetta semitriloba Lin. (43) [T. heterophylla Lam.*; T. Ha- vanensis K.‘#; T. Ulmifolia Desv.; T. diversiloba Presl.; T. angulata Lam.*|—Gwizazo. _ Grossulariefolia Rich. (44).— Guzzazo bobo, Guiza- cillo. — rhomboidea Jacq.— Guizazo de cochino. — hispida Rich.— Guizazo. -- Alteeoides Lam.* Prockia Crucis Lin. (11) [Trilix Gris.; Prockia tomentosa Rich. ] — Guasimilla. Sloanea Amyedalina Gris. (1119).—Cvesta de gallo. — Curatellifolia Gris. (1118).—Cresta de gallo, pito. — longiseta Wr.— Cresta de gallo. Sterculia Carthagenensis Cav. (Cult.!)—Camaruca. Helicteres Guazum@folia K.* — semitriloba Bertero [H. furfuracea Rich. ] — trapezifolia Rich.—Majagiiilla de costa. _ rotundata Gris. — Jamaicensis Jacq.— Majagiiilla de costa. . Dombeya (1) penduliflora G.-M. (2) (Cult.!) [Astrapsea pendu- liflora Cand. (3); A. Wallichii Lindl., Ker.] Pentapetes Pheenicea Lin. (Sylv.)—Cdaamo. Melochia pyramidata Lin. (Sylv.)—J/alva comin. (1) Seccion Astrapeu H. Bn (2) Arbol bellisimo; ramos divergentes. Hojas de 0,22 m. 4 0,24 m., acorazonadas, ampliamente dentadas; estipulas folidceas, muy grandes, onduladas, ovales, acumi- nadas. Flores en nimero de 40 4 50, de corola purpurea, reunidas en capitulos mag- nos y suspendidos de la extremidad de un pedunculo largo y erizado. India oriental, donde parece introducida; Madagascar. (3) Especie no citada en el Prodromus. (5) Gomez de la Maza.— peRIANTIADAS CUBANAS. 217 Melochia tomentosa Lin. (40). — nodiflora Sw. (39) [Riedleia Cand.; Mougeotia k."; Mougeotia Carpinifolia Wendl.|—J/alva colorada. — hirsuta Cav. [Riedleia Cand.; Mougeotia K.‘; Ried- leia serrata Vent.; Melochia serrata Benth.; Melo- chia vestita Benth.; M. Melissefolia Gris. non Benth. |] — manducata Sauval. Waltheria Indica Lin. (Sylv.!) [W. Americana Lin.; W. ellip- tica Cav.]; 8, prostrata G.-M., nomen (Sylv.!) |W. Ameri- cana Lin.; var. Sauval.; W. microphylla Cav.?] (1).—Malva blanca. Buettneria (2) Euphrasifolia G.-M., nomen (Sylv.!) [Ayenia Gris.| _ (3) pusilla G.-M., nomen (41) [Ayenia Lin.; Buet- tneria microphylla Gris.; non Lin.| (4). — Scorpiura Wr. (Sylv.!) Theobroma Guazuma Lin. (Sylv.!) [G@uazuma Ulmifolia Lam.*] —Guasima. — tomentosa G.-M., nomen (47) [Guazuma tomento- sa K.%; G. polybotrya Cav.; G. parvifolia Rich.] —Gudsima. —_ Cacao Lin. (Cult.!)—Cacao. Malva leprosa Ort. (Cuba, segun Cand.) — tricuspidata Ait. (Sylv.!) (5) [Malva Americana Cav.; Lin.; M. Carpinifolia Desvons.; M. Coromandeliana Willd.; Sida Jamaicensis Mill.; Malva Ulmifolia Balb.; M. Curassavica Desvons.; M. Domingensis Spreng.; Malvastrum tricuspidatum A. Gray] (6). — Malva rizada.. — spicata Lin. (27) (7) [Malva polystachya Cav. Malva (1) 4Qué es la exsiccata Wrightiana nimero 42? (2) Seccién Ayenia, G.-M., nombre. (3) Idem. (4) Es invencién de Sauvalle la Puettneria que atribuye 4 Lam.k y que pone bajo el nombre erréneo de Bitttneria , 6 sea Bitttneria microphylla Lam.‘ (5) Es exotica su var. G, sub-triloba Cand. [Malva Antillarum Zucc.]} (6) Plente Wrightiane Texano-Neo-Mevicane, pag. 16. (7) Hay que elegir entre 2 Cand. {Malva ovata Cav] y 5 Cand. [Malva spicata Cay.; Malva sub-lobata Desrous.} a 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Betulina Desvons; Malvastrum spicatum A. Gray] (1). Althea rosea Cav. (Cult.!)—Varita de San Jose. Sida Carpinifolia Lin. f. (1115) |S. lanceolata Roxb.; Rich.; S. acuta Burm.; Rich.]; 7, brevicuspidata Gris. (1565). —Malwva de caballo. — ciliaris Lin. (Sylv.!) (2) [S. involucrata Rich. | — callifera Gris. — Jamaicensis Cav. (3) (29); 6, glomerata G.-M., nomen (1566) [S. glomerata Cav. | — pyramidata Cav. (1570) (4). — phlebococca Gris. — paniculata Lin. (1569). — cordifolia Lin. (Cuba?) {[S. multiflora Cav.]; 5, Altheifo- lia G.-M., nomen (31) [Sida Altheeifolia Sw.] (5). — Hedervfolia Cav. (1567).— Vedra terresire. — Linifolia Juss. — spinosa Lin. (28).—M/alva de caballo. — rhombifolia Lin. (1116).— Malwa de cochino. — urens Lin. (30°; 1564).—Malva peluda. — supina L’Heérit. — Ulmifolia Cav.: forma sub-glabra (30). — nervosa Cand. (1568). — triquetra Lin. (Sylv.!) [Abutilon triquetrum Rich.; 8. tri- sulcata Jacq.; Bastardia triquetra 8S. A. de Morales].— Escoba cimarrona. — Occidentalis Lin. [Gaya affinis Rich.; G. Occidentalis Gris.] Bastardia viscosa K.* (Sylv.!)—4scoba de bruja. Anoda hastata Cav. Abutilon Indicum G. Don [A. Asiaticum W.& Arn.; non G. Don; non Sida Asiatica Lin.; Sida Indica Lin.; Cav., Diss., 1, (1) Bot. Pacif. Expl.,1, p. 147; y Pl. Fendler, p.22. Es erroneo citar 4 Gris. como autor de este nombre. (2) Generalmente crece asociada al Stylosanthes procumbens Sw., leguminosa papilionacea cubana. (3) En Gris , Plante Wrightiane e Cuba Orientali, p. 168, y en Sauval, Flora cuba- na, p. 11, se lee Lin., en vez de Cav. (4) Especie omitida por Sauval; admitida por Gris., Pl. Wright. Cuba. (5) Las var. y, aristosa G.-M., nombre [S. Altheifolia Sw.; 6, aristosa Cand.); y 6, Guadalupense G.-M., nombre, son exoticas. (1) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. 219 pag. 33, t. 7, f. 10?; Abutilon elongatum Meench?; Sida cordifolia Forsk.?; non Lin.|]— Botoncillo de oro, botin de oro. Abutilon pedunculare K.‘" [Sida peduncularis Cand. | A dudilon. — confertiflorum Rich. (1572). permolle G. Don (1571) [Sida permollis Willd.] — lignosum Rich. (Cuba! &*) [Sida lignosa Cav. | — crispumG. Don. |A. trichodum Rich.; Bastardia cris- pa Rich.; Sida crispa Lin. | _ striatum Hortul. (Cult.!) (1). [Sida picta Hook. ] Wissadula spicata Presl. — rostrata Planch.; Benth. ? (Exdtica) [W. Periploci- folia Thw., Gris.; Abutilon Periplocifolium G. Don; Sida Periplocifolia Lin.]; 6, Caribeea G.-M. (Sylv.) |Sida Caribeea Sloane; Sida Periplocifolia Lin.; 6, Caribeea Cand.]; °, Wrightiana G.-M. (Sylv.); «, Hernandioides G.-M. (Sylv.) [Sida Hernandioides L’Hérit. | (2). Urena sinuata Lin. (1114).—£scoba, carapicho. — lobata Lin. — (3) capitata G.-M. (4) (Sylv.!); 8, Alcezefolia G.-M. (5) (36).—Malva mulata. — (6) Menchi G.-M. (7). (1) Gris.: Die Geographishe Verbreitung der Pflanzen Westindien, p. 38, senala como cubano el A dutilon striatum Kunth. (2) Las var. 7 2, Peruvianu G.-M. (Sida periplocifolia Lin.; y?, Peruciana Cand.]; 7, Zeylanica G.-M. {| W. Zeylanica Medik.; Sida Periplocifolia Lin.; x, Zeylanica Cand.]; y &, albicans G.-M. [Abutilon Periplocifolium G. Don; §, albicans Eggers], son exd- ticas.—Ignoramos si son sindénimos de esta especie los nombres siguientes: A duti- lon lazifiorum Guil.; A. parviflorum St.-Hil.; Sida excelsior Cav.; S. heterosperma Hochst.; Wissadula excelsior Presl. (3) Seccion Malachra G.-M. [Género Malachra Lin.| Carpelos inermes. (4) [Sida capitata Lin.; Malachra capitatu Lin.) (@ Tallo escabroso. Hojas acora- zonadas, sub-redondeadas, obtusamente angulosas, denticuladas. Involucros pedun- culados, 3-filos , 7-floros.—Puntos pantanosos de algunas Antillas [Cuba, Puerto-Rico (Malva de caballo), Guadalupe, Islas Virgenes, etc.], del Congo y de la India. (5) (Malachra Alceefolia Jacq.) Capitulos pedunculados, 5-filos, sub-10-floros. — Cuba, Islas Virgenes, Caracas.—La var. y, rotundifolia G.-M. [Malachra rotundifo- lia Schrank], del Brasil, es desconocida en Cuba. Sus caracteres son: hojas orbicu- lado-crenadas. Capitulos pedunculados, 3-filos , 5-floros. Foliolos del involucro reni- forme-orbiculados. (6) Seccion Malachra G.-M. (7) (Malachra palmata Meench]. ({) Tallo erguido, escabroso. Hojas palmado-loba- das; lobulos 3-5, el intermedio dilatado en el dpice. Flores medianas, amarillas.— Cuba, Puerto-Rico, Trinidad. 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Urena (1) radiata G.-M. (2) (85; 1573).—J/alva mulata. — (3) urens G.-M. (4). : — (5) Texana G.-M., nomen (Sylv.) [Malachra Texana A. Gray ]. — (6) innominata G.-M., nomen (Sylv.) [Malachra..... (Es- pecie num. 197 de Sauvalle, Flora cubana.)| Pavonia Typhaleea Cav. (33) [P. Typhaleeoides K."; P. Pseudo- Typhalea Gris.]— Zadano. — spinifex Cav. (84); 8, Grisebachi G.-M., nomen (1113). —Majagiiilla de costa, espinosa. — racemosa Sw.—Majagiiilla. — linearis Rich. — intermixta Rich. — hispida Sauval. — sub-pandurata Wr.—Majagiiin. — cordifolia Wr.—Majagiiin. — megalophylla Wr. — Achanioides Gris.—Majagiilla. Malvaviscus arboreus Cav.—Malvavisco, majagiiilio. _ Drummondii Torrey & A. Gray.—alvavisco. a pulvinatus Rich. (7). Hibiscus Sororius Lin.—MWajagiiilla, hibisco blanco. — Bancroftianus Mac-Fadyen [H. truncatus Rich.]— Hibisco silvestre. — neglectus Sauval. — Pheeniceus Jacq. (1574).—Peregrina. — Cannabinus Lin.—/lor de San Juan. — Cubensis Rich. — cryptocarpus Rich. (1575).— Majagiiilla de costa, hi- bisco de costa. (1) Seccién Malachra G.-M. (2) [Sida radiata Lin.; Malachra radiata Lin.) Q) Hojas palmado-lobadas. Capitulos pedunculados, 5-filos, «-floros; invélucros acuminados. Flores blanco-rosadas, ebrac- teadas.—Cuba, Puerto-Rico (Walva blanca), Santo Domingo, Guadalupe, Cayena. (3) Seccién Malachra G.-M. (4) ({Malachra urens Poit.) @) Hojas lobadas, 5-nervias. Capitulos sub-sentados; foliolos del involucro dentados en la base. —Cuba, Santo Domingo, Saint-Thomas. (5) Seccion Malachra G.-M. (6) Idem. (7) Especie admitida por Gris , Cat. pl. Cub., p. 28, y omitida por Sauval. (9) Gomez de la Maza.—pruRIANTIADAS CUBANAS. — 221 Hibiscus bifurcatus Cav.—Majagiiilla del pinar, hibisco del pinar. — costatus Rich.—H7d7sco de sabana. — furcellatus Desvons. — Tiliaceus Lin. (Sylv.!)[Paritium Tiliaceum Juss.; Pa- ritium elatum G. Don|.—Majagua comin. — Sabdariffa Lin. (Cult.!)-— Aleluya roja de Guinea, agrio de Guinea, serent, aleluya. — Syriacus Lin. (Cult.) — Rosa-Sinensis Lin. (Cult.!)—ar-Pacifico, Sangre de Adonis, amapola, Hercules. _ Var. de flores blancas (Cult.)—Zeche de Venus. — Var. de flores amarillas (Cult:)—J/ar-Pacifico ama- rillo. — Var. de flores rojas dobles (Cult.!)—I/ar-Pacijfico mo- judo. — esculentus Lin. (Cult.!)—Quimbomdbo. — Abelmoschus Lin. (Cult.)—A belmosco, ambarina. Gossypium herbaceum Lin. (Cult.)—A /godén (1). — Barbadense Lin. (Cult.)—<4/godon. — arboreum Lin. (Cult.)—A /godon. — hirsutum Lin. (Cult.)—A/goddn. -- racemosum Poir. (Cult.)—A/godon. Thespesia populnea Corr. (1576).—Majagua de Florida. Kosteletzchya hastata Presl. [Hibiscus hastatus Cav.] — pentasperma Gris.{Hibiscus pentaspermusBert.] Bombax emarginatum G.-M. (2). [Pachira emarginata Rich.] —Seibdn, ceibon. Kriodendron anfractuosum Cand. (3); 8, Caribeum Cand. (Sylv.!)—Sezba, cezba. Pachira aquatica Aubl. (Sylv.!) (4).—Carolinea, seibon de agua, seibon de arroyo, castano silvestre, ceibon de agua, ceibdn de arroyo. (1) En Cuba se usa mas este nombre que el de Algodonero. (2) Diccionario botanico de los nombres vulgares cubanos y puerto-riguenos. Articulo Seibon. (8) Esta especie esta dividida en tres var.,a, 5, ¥, por Cand., sin admitir el Hrio- dendron anfractuosum Cand, como tipo, ni como tal la var. a. Tal vez cada var. sea una especie distinta. (4) Véase G.-M., Flora de Cuba, tesis para el doctorado, Habana, 1887, p. 32. 922 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Pachira insignis Savigny (Cult.!)—Carolinea. — alba Aubl. (Cult.!)—Carolinea blanca. — minor Aubl. (Cult.)—Carolinea. Adansonia digitata Lin. (Cult.)— Baobab. Ochroma Lagopus Sw. (38).—Zanero, seibon botija. Nota. Entiéndase que las especies citadas en esta familia son silvestres en Cuba, salvo indicacién contraria. Hacemos esta advertencia porque en muchas de ellas no ponemos indi- caciOn alguna sobre su existencia en la isla. Ternstremiaceas. Hemocharis Curtyana G.-M. (Sylv.) [Laplacea Rich.]— Al- menaro. - Wrighti G.-M. (Sylv.) [Laplacea Wrightii Gris. | Almendro. Ternstremia elliptica Sw. (Sylv.); 8, Clusioidea G.-M., nomen (Sylv.) [T. Clusieefolia Gris.; non K.t?}. — obovalis Rich. (Sylv.)—Copey vera. _ albopunctata Choisy (Sylv.)—Copey vera. a flavescens Gris. (Sylv.)\—Copey vera. — cernua Gris. (Sylv.)—Copey vera. Marila dissiliflora Sauval. (Sylv.) [Marila racemosa Gris.; non Sw. |] Eroteum Theeoides Sw. (Sylv.) [Cleyera Planch. ] —- hirsutum G.-M. (49) [Freziera hirsuta Sm.] Marcgravia umbellata Lin. (Sylv.) — oligandra Wr. (Sylv.) Cisteas. Lechea minor Lin. (Sylv.!) Hipericaceas. Hypericum Crux-Andrete G.-M. (2129) [Ascyrum Crux-Andres Lin.; A. multicaule Mich.*; A. stans Mich.?; A. Hyperi- coides Lin. ] (11) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. 223 Hypericum amplexicaule G.-M. (2128) [Ascyrum amplexicaule Mich.*; A. Cubense Gris. | — Arenarioides Rich. (Cuba!).—azorquzlla de costa. — hecatophyllum Sauval. — Styphelioides Rich. (2127). — Galioides Lam. |H. axillare Lam.*; H. fascicula- tum Lam.*; H. limosum Gris., p. p.] — Diosmoides Gris. (2124). a= limosum Gris. Vismia Guianensis Pers. (Cult.)—Zacre. Tamariscineas. Tamarix Gallica Lin. (Cult.)—Zalaya, tamariz. Violaceas. Hybanthus strictus H. B.- (20) [Ionidium strictum Vent. |— Trecacuanha de Méjico. — procumbens G.-M. (1898) [Ionidium (6 Jonidium) Gris. ]—Vvoleta silvestre. —- lineatus G.-M., nomen (Cuba!) [Ionidium linea- tum Ging.; Viola lineata Ortega]; 6, dubium G.-M., nomen (Cuba) | Viola lineata Herb., Host., Monsp.|—Violeta silvestre. — Havanensis Jacq. (114) [Ionidium Havanense Benth. & Hook. | Viola odorata Lin. (Cult.!)— Violeta. — tricolor Lin. (Cult.!)—Pensamiento. Sauvagesia pulchella Planch. (Sylv.) — erecta Lin. (Sylv.!)—Hierba de San Martin. Droseraceas. Drosera intermedia Drev. & Hayn. (Exdtica); y, Americana Cand. (1899) |Drosera Americana Willd.; D. longi- folia Sm.; 7, Americana Gris. ] — communis St.-Hil. (1900); 6, Cubensis G.-M. nomen (1901); 7?, breviscapa Wr. (1902). 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 12) Nepenteas. Nepenthes distillatoria Lin. (Cult.)—Wepentes. Resedaceas. Reseda odorata Lin. (Cult.!)—Reseda. Capparideas. Cleome pungens Willd. (1865).—Volatina. — polygama Lin. (9; 1866).—Volatina. — Houstoni R. Br. (1864) [C. Cubensis Rich.]—Volatina. — procumbens Jacq. (1868).—Volatina. — macrorhiza Sauval (!).—Volatina. — Guianensis Aubl. (1867). Gynandropsis pentaphylla Cand. |Cleome Lin.]—Volatina. Capparis frondosa Jacq. (1871). — Jamaicensis Jacq. (9; 1870) [C. emarginata Rich.]— Carbonero. . — Cynophallophora Lin. (10).—P..... de perro, mostaza, Palo diablo. — Grisebachii Eichler (9°) [C. Amygdalina A. Gray, Pl. Wright. Tex., 155; non Lam.*|—Alcaparro. — ferruginea Lin. (1869) (1). Papaveraceas. Argemone Mexicana Lin. (Silvestre!).—Cardo santo. Bocconia frutescens Lin. (6); 7, subtomentosa L’Hérit (Cuba?). —Palo amarillo, palo amargo. Papaver rhoeas Lin. (Cult.!)— Camelia, amapola. — somniferum Lin. (Cult.)—A dormidera. — (1) Sauval. la omite, al menos aparentemente; por esta razén la citamos con reserva. (13) Gomez de la Maza.— pERIANTIADAS CUBANAS.. 995 Geraniaceas. Oxalis corniculata Lin. (55); £2, microphylla G.-M., nomen (56) [Oxalis microphylla Poir.]; 7, pygmea Gris. (2178).—Vinagrera, vinagrillo. — frutescens Lin. (2177). — violacea Lin. (1579) [Oxalis intermedia Rich.] —Vina- grillo. Impatiens Balsamina Lin. (Cult.! )—Madama. Tropeolum majus Lin. (Cult.!) —Maranuela. Pelargonium odoratissimum Ait. (Cult.!)—Geranio rosa. Averrhoa Bilimbi Lin. (Cult.!)—Calamias, Camtas. Linaceas. a Linum usitatissimum Lin. (Cult.)—Zzno. Erythroxylon minutifolium G.-M., nomen (2133) [Erythroxi- lum minutifolium Gris.]— Arado de piedra, sibanicu, cubanicu, cubainicu. — brevipes G.-M., nomen (Cuba!) [Erythroxylum brevipes Cand.]; 8, spinescens G.-M., nomen (2134) [Erythroxylum spinescens Rich.] _ alternifolium G.-M., nomen (2136; 3138) [Ery- throxylum alternifolium Rich.]; 6?, pedicella- re G.-M., nomen (2139) [Erythroxylum alter- niflorum Rich.; var.? pedicellare Gris.]—./7bd. — lineolatum G.-M., nomen (Cuba) [Erythroxylum lineolatum Cand.]—/ibda. — obovatum G.-M., nomen (2140; 2141) Erythroxy- lum obovatum Macf.; Erythroxylum affine Rich.—Avrabo colorado. — rufum G.-M., nomen (Cuba!) |Erythroxylum ru- fum Cav.|—Arabo colorado. - squamatum G.-M., nomen (Cuba?) (1) [Erythro- xylum squamatum Vahl]. (1) Gris.: Cat. pl. Cub., p. 42, lo admite como de Cuba. ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Erythroxylon Havanense G.-M., nomen (2137) [Erythroxylum Havanense Jacq.]—/vbd. : ~- obtusum G.-M., nomen (86; 1149) [ Erythroxy- | lum obtusum Cand.; Erythroxylum Havanen- se K.'*; non Jacq.; Hrythroxylum areolatum Pepp.; non Lin.]— J/2dd. _ Coca H. B. (Cult.) [Erythroxylum Coca Lam.*] —Coca del Pert. Crassulaceas. Bryophyllon calycinum G.-M., nomen (Sylv.!) [Bryophyllum calycinum Salisb.]—Prodigiosa, vibora, hoja bruja, tmor- tal, polipo herbadceo, siempreviva. Elatineas. Bergia sessiliflora Gris. (2542). Cariofileas. Arenaria serpens K. Drymaria cordata Willd. (Cuba?); 8, diandra Gris. (24). — Ortegioides Gris. (2019). Dianthus Sinensis Lin. (Cult.!)—Clavel de la China. — barbatus Lin. (Cult.!)—Clavel de poeta. Lychnis Coeli-Rosa Desr. (Cult.)—Rosa del cielo. — Chalcedonica Lin. (Cult.)—Cruz de Jerusalem, cruz de Malta. Portulaceas. Talinum patens Willd. (26).—Verdolaga francesa. Claytonia perfoliata Donn (Sylv.) [C. Cubensis Bonpl.]—Ve'- dolaga de Cuba. Portulaca oleracea Lin. (Sylv.)—Verdolaga verdadera. — lanceolata Engelm. (2026). (15) Gomez de la Maza.— peRIANTIADAS CUBANAS. 24 Portulaca pilosa Lin. (2023; 2025); var. (2024).—Salta-Perico, diez delidia, verdolaga de sabana. — grandifiora Lindl. (Cult.!); 6, Thomburnii Hort. (Cult.!) —Verdolaga. — Halimoides Lin. (Sylv.)—Verdolaga. — quadrifida Lin. (Sylv.)— Verdolaga. — . microphylla Rich. (Sylv.)—Verdolaga. Zigofileas. Tribulus maximus Lin. (Sylv.!)—Advo/7o. — Cistoides Lin. (Sylv.!)— {So 5 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) Linociera Bumelioides Gris. (2941). — axilliflora Gris. (1388: es erréneo el num. 1338 que cita Gris., Plante Wrightiane e Cuba Orientalt, pag. 519). — Salicifolia G.-M., nomen (409, del ano 1856) [Heenian- thus Salicifolius Gris.|—Bayito. — ? incrassata G.-M., nomen (citada como de Cuba por Gris., Catalogus plantarum Cubensium, pag. 169; omitida por Sauval., Flora Cubana) [Chionanthus-. incrassata Sw.; Heenianthus incrassatus Gris. | Olea Europea Lin. (Exdtico); 6, sativa Cand. (Cult. en el Jar— din Botanico, donde no llega a fructificar).— Olzvo. Forsoleaco Pseudo-Exceecaria G.-M. (2008) |Excecaria polyan- dra Gris.; Drypetes levigata Gris.] (Lo hay también en Saint-Croix y Saint-Jan).— Vaztv. Forestiera Rhamnifolia Gris. (2939). — Cassinoides Poir. (2940) (1). — porulosa Poir. (411). (1) V. la nota de la Hensonia Myrtifolia Gris. en las Sapoteas. Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 261 49) “N-'D MMvINT-Opnasd “yf ‘BUND Ue volMgpUa ‘Bolu ofoadsq ‘NqI1y Bl Op SetojOVIBO : W-"H oOvALOSUOyT :OOlUN OLOTAH ‘BANU NGUy (Ff) “SBOIOIp ‘4 SBipuvizo, A SeIpULBITy ‘seIpUBUOU Seroy :a10g DMAaISALOyy OLVUAX) (¢) “SBOTOTP SOLOY "puBD “VY vNDIJaY O1UNH ‘SvApURIze} Saloy : |qnVy vadahvpy o1aUEH (2) “SBOIOIP SaLOY : NOT sugedv.yaz o1eugy (1) Se SE = Ln ee Se ‘[Svaogayseap ] soloeds suugsyjag— purg vuxoyy nruvog ‘BpIn[oxe sloedsq “UJIBt) aNOUYIY_ :OSOpup OIL) *(f) Svoopofosiog *****svurvstjod £ seapuerod eal | “SBOIOPBATUg “htt ttt t tts 9 +++ serpuNIqey oz [RSF Ani :39) ‘(g) svoupxBa yy pane eae Saas 2 Gaetan ty se ea oes GO LOLD, OLA BULU CIO, | @) ‘SBIPULEI} O (Z) SvoULe[Q ‘osourRD : sealer aa Coho ; ojnIg ** BpeUOAqoIAquIa BITTE SOLO[T *SB9TO OPTED) serpuguour SLO] ‘SBOSULIIG **°**000g ie oP UOUTT BIOTA Se ee ‘(I) svopuvuoMy crt t ttt +s epemorqoriquieus CII TUIEg A ‘svipuBry ‘SBOUTUISB SL ‘OLOLUBJUOd oJUOTATR.IOTIOX) 9} ZOA BIBI | | \‘SBIPUBID ,'T! /OUIIN.GIS BLOUBU Bl OP VI[IUIVJ VT SOWIPIAIP Sor}OsSON ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50): Labiadas. Ocimum canum Sims [O. Americanum Lin.]—A/ldahaca cima- v7TONU. Basilicum Lin. (Cuba?). 8, Anisatum Benth. (Cult.!)—A lbahaca anisada. ©, difforme Benth. (Cult.!)\—A ldahaca de hojas anchas, albahaca mondonguera. ? Lactuceefolium (Cult.?)—Albahaca de hojas de le- chuga. minimum Lin. (Cult.)—A lbahaca de hojas jinas. Sanctum Lin. (Cuba?); 7, Cubensis G.-M., nomen (3155).—A lbahaca cimarrona, albahaquilla. micranthum Willd. (Silvestre! ).— A /dahaca de clavo, albahaca cimarrona. Orthosiphon glabratus Benth. (Cult.?)—A/ldahaca aromatica. Coleus Blumei Benth. (Cult.!)—Manto de la Virgen. Marsypianthes Hyptoides Mart. (3051). Hyptis gonocephala Wr. (3154).—Orégano. — uliginosa S.'-Hil.? (3148) [H. Eriocauloides Rich.] pedalipes Gris. (3152). capitata Jacq. (443).— San Dieguillo, San Diego ci- MArTON. brevipes Poit. (Cuba?); var. (3144; 3145). actinocephala Gris. (3146). Lanceefolia Schum. (3656). minutifolia Gris. (8147). ammotropha Wr. (3153). Spicata Poit. (441 6 444). suaveolens Poit. (445; 446).— Orégano cimarron. pectinata Poit. (3149).—A /hucema del pats. scoparia Poit. (1608).—Ajvedrea? verticillata Jacq. (3150) [H. stellulata Benth; var. Gris. | Mentha Piperita Lin. (Cult.)—J/enta inglesa, hierba buena de olor de pimienta. sylvestris Lin. (Cult.)— Menta silvestre, hierba buena silvestre. sativa Lin. (Cult.)—Azerda buena. Thymus vulgaris Lin. (Cult.!)—Zomzllo. (51) Gomez de la Maza.— pERIANTIADAS CUBANAS. 263 Micromeria obovata Benth. (1643). Salvia Occidentalis Sw.; 6, obscura G.-M. [Salvia obscura Benth. ]—Salvia. — tenella Sw. (Cuba?); s, albiflora Mol.' & G.-M. (Silves- tre!); var. (1361) [S. micrantha Vahl]. — serotina Lin.—Hverba buena cimarrona. — splendens Sellow. (Cult.!)—Banderilla. —- patens Benth. (Cult.?) — coccinea Lin. — microphylla kK. — Strobilanthoides Wr. (3156). — Speirematoides Sauval. (3657). Monarda punctata Lin. (Cult.)—Orégano francés. Cedronella Mexicana Benth. (Cult.) [Gardoquia Betonicoides Lindl. |—Cedronela de Méjico. Glechoma Hederacea Lin. (Cult.) [Nepeta glechoma Benth. |— Tiedra terrestre. Scutellaria purpurascens Sw. (461). o- Havanensis Jacq. [S. Cubensis Rich.]—scudo de la Habana. Leonurus Sibiricus Lin. Leonotis Nepetefolia R. Br. (3157).— Bastén de San Francisco. Teucrium Cubense Lin.—Agrimonia. — inflatum Sw.—Agrimonia. — Canadense Lin. (Cuba?); var. hypoleucum Gris. (3158) [T. argenteum Wr.]—Agrimonia. Utricularieas. Genlisea luteoviridis Sauval. (3621). Pinguicula filifolia Wr. (2886).— Grasilla. — albida Wr. (2885). Utricularia porphyrophylla Wr. (2890). — breviscapa Wr. (2893) [Drosera incisa Rich.? | — spirandra Wr. (2897). — obtusa Sw. (2896) [U. gracilis K.™] — vaga Gris. (2892). — foliosa Lin. (2895); 8, oligosperma G.-M. (2895*) [U. oligosperma S.*-Hil.| 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) Utricularia purpurea Walt. (2894; 2900). — clivacea Wr. (2891). — simplex Sauval. (3619). == sclerocarpa Sauval. (3620). — subulata Lin. (2901). — pusilla Vahl? (2902; 2903). — cornuta Mich.* (2899); 6, Michauxi G.-M., nomen (2898). _ longeciliata A. Cand. (2904; 2905, p. p.) [Polypom- pholix laciniata Benj.]; 6, rubrocalcarata G.-M. (2905) [Polypompholix laciniata Benj.; var. ru- brocalcarata Gris. | Bignoniaceas. Jacaranda cerulea Gris. (Sylv.) [Bignonia Lin.; J. Bahamensis Cand.; non R. Br.]—A bey macho. — Sagreeana Cand. (Sylv.!, 3034) [J. Bahamensis R. Br. non Cand.; Tanecium paniculatum Sieb.]; 4, ar- borea Gris. (360).—A bey. Bignonia Aiquinoctialis Lin. (3046). — Sagreeana Cand. (3049). — unguis Lin. (349; 1340).—Be/uco perdiz rosado, una de gato. — Gnaphalantha Rich. (3050). Macfadyena podopogon Gris. (3052) [Spathodea Cand. ] Pithecoctenium hexagonum Cand. (1337; 3051) [P. muricatum Moc. (1). P. Aubletii Gris.; non Splitg.]— Besuco de perdiz, bejuco peludo. Catalpa purpurea Gris. (Sylv.) (2). — punctata Gris. (3035); 6, pubescens G.-M., nomen (3036) [C. pubescens Gris.]—Roble de olor. Tanzecium parasiticum Sw.? (434) [Schlegelia parasitica Miers.; S. brachyantha Gris. |—Giiira macho. Tecoma leucoxylon Mart. (1339?; 1838; 3041; 3043); 6, Miquelii Cand. (Cuba?); 7, minus-lepidota Gris., Pl. Wright. (1) Es erréneo Macf. dado por Sauval. como autor de esta especie. (2) Sauval. omite esta especie. (53) Gomez de la Maza.— pERIANTIADAS CUBANAS. 265 Cuba, fol. 524 (1338).— Hbano amarillo, palo blanco, lento blanco. 5?, pentaphylla G.-M., nomen (3042) [T. pentaphylla Juss.]—Roble de yugo, roble blanco. Tecoma stans Juss. (3046) [T. Sambucifolia Gris.; non K.**] — Sauco amarillo. — dubia Sauval., Zoc. cit., fol. 95. — setulosa Gris. (3040). — sanguinea Sauval., doc. cit., fol. 96. — lepidota Cand. (1341, p. p.) [Bignonia K.” T. trachy- carpa Gris.]; 6?, Myrtifolia G.-M., nomen (Sylv. sec. Rugel) [T. Myrtifolia Gris. | — lepidophylla Gris., Pl. Wright. Cuba, fol. 524, p. p. (1341, p. p.) [Bignonia Rich. ]— Rompe-ropa, roble sabanero, sabanero. — hypoleuca Sauval., FV. cud , fol. 94 (1341, p. p.) [T. le- pidophylla Gris., doc. ci¢., p. p.| — bibracteolata Gris. (Sylv.) — hemantha Gris. (3047). — spiralis Wr. (3038). — actinophyla Gris. (3045). — longiflora Gris. (3044).— Rodble real. — Jasminoides Lindl. (1) (Cuba?).—/Jazminillo. Selaginaceas. Bontia Daphnoides Lin. (Cult.!)—Acectuna americana, bontia. Plantagineas. Plantago major Lin. (3711).—Zlantén. (1) Hay autores que admiten esta especie con Don; otros con K.th 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) SuporDEN Il.-Gamopétalas inferovariadas. Lobelieas.— Goodenieas. — Caprifolidceas. —Valerianeas. — Dipsdceas. — Compuestas. Lobelieas. Lobelia Cliffortiana Willd. (340).— Zodelia. Isotoma longifiora Presl. (337).— Revienta caballos, quibey, Tibey. Siphocampylus Manettieeflorus Hook. (339; 2881). = patens Gris. (2883). == cernuus Gris. (2882). Tupa ensifolia A. Cand. (2879). — montana Wr. (2880). — assurgens A. Cand. (338). — imberbis Gris. (1319). Goodenieas. Sceevola Plumieri Vahl (Cuba!). — Wrighti G.-M., nomen (2884) [Scevola Plumieri Vahl; var. Wrightii Gris. ] Caprifoliaceas. Viburnum Opulus Lin. (Cuba?); g, sterilis Cand. (Cult.)—Bola de nieve, mundillo, rosa de Gueldres. Sambucus nigra Lin. (Cult.)—Sazco blanco. Lonicera Caprifolium Lin. (Cult.)\—J/adreselva. Valerianeas. Valeriana scandens Lin. (Cuba?); 8, dentata Gris. (277; 278); y, indivisa Gris. (276). (55) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. 267 Dipsaceas. Scabiosa atropurpurea Lin. (Cult.)—Zscabiosa, viuda, amba- rind, escobilla morisca. Compuestas. Carduus Mexicanus Moric. (3615) [Cirsium Mexicanum Cand. | Chuquiraga Pardoiana G.-M. & Mol.* (1) (2875) [Anastraphia llicifolia Don}].—Cardoncillo. — Mantuensis G.-M. & Mol.* (2876) [Anastraphia Wr.|—Cardoncillo. _ intertexta Mol.* & C.-M. (2877) [Anastraphia Wr. ] —Cardoncillo. Gerbera obovata G.-M. & Mol.‘ (2) (8617) [Chaptalia Sauval.] — nutans G.-M. (3) (331) [Leria nutans Cand.; Leria in- tegrifolia Cass.; Leria sinuata Cand.]; 8, leiocarpa G.-M. (2872) [Leria leiocarpa Cand. ] — albicans G.-M., nomen (2873) [Leria albicans Cand.] — pumila G.-M.. nomen (333) [Leria pumila Cand. ]; g, stenocephala G.-M., nomen (2874) [Leria Gris. | (1) Seccién Anastraphia H. Bx, Hist. pl., vu, 91. [LObulos de las corolas largos, ri- gidos, sub-iguales. Bracteas del invélucro agudas 6 espinositas. Pajas del vilano 1-2 seriadas, dsperas. Hojas espinoso-dentadas. } (2) Seccidn Chaptalia H. B.». loc. cit., 95. [Hojas integras, dentadas 6 liradas. Esca- po l-cefalo, sub-desnudo. Corolas del radio comunmente liguladas.| G. obovata G.-M. & Mol.t Planta perenne? Tallo sub-confertifolio. Hojas ob-ovales 6 espatulado-oblongas, integras 6 dentadas, inferiormente leonado-lanudas, superior- mente aracnoideo-tomentosas. Escapo terminal comunmente mas largo que la hoja, Invélucro blanco-tomentoso, con escamas agudas. Corolas exteriores con una ligula breve, exserta, oblongo-linear, mas larga que las ramas del estilo. Corolas interme- dias sub-bidentadas. Corolas centrales sub-igualmente-5-fidas, estilo incluso, estig- mas breves, carnositos. Acanas estriadas, peludas. Cuba (3) G@. [Chaptalia, nutans G -M. 4 Hojas sub-liradas 6 espatuladas las inferiores; mayores y liradas las superiores, con el segmento terminal ancho, ovalo-oblongo; to- das son sentadas, arrosetadas, verdes y lampinas por encima y blanco-afelpadas por debajo. Invélucro 3-4-seriado , con escamas lanceolado-lineares, las exteriores meno- res, apretadas, agudas. Receptadculo desnudo, plano. Flores del radio 1-3, liguladas, ©; en el disco varias series de flores ©; en el centro algunas On Acana sub-compri- mida, estriada, rostrada é igual al vilano velludo. En toda la América tropical, desde Tejas hasta Uruguay. 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) Gerbera media G.-M., nomen (332) [Leria Gris. ] Trixis frutescens P. Br. (1) (3302); 6, angustifolia Cand. (Cuba) (Perdicium Havanense K.*; Trixis Havanensis Spreng.] Perezia (2) Vanillosma Mol.* & G.-M. (3) (3616) [Proustia Sauval.] Catanance cerulea G.-M., nomen (Cult.) [Catananche Lin.— Hierba Cupido, flor de Cupido, cupidona. Lactuca intybacea Jacq. (2878) [Brachyrhamphus intybaceus Cand. | — oleracea G.-M. (Habana!; 3618?) [Sonchus oleraceus, a, 6, Lin. Siciliatus Lam.‘]—Cerraja. — capitata Cand. (Cult.! )—Zechuga. Vernonia complicata Wr. (2790). — Ottonis Schult. — stictophylla Sauval. (3596). os (4) Mentheefolia Less. (282 46 382?); 6, Grisebachii Schult. (1305; 2792). — Hieracioides Gris. (13806); s, Cubensis G.-M., nomen (2791) [V. Cubensis Gris.]—Zagana de aura, rom- pesaragiiey morado. — Havanensis Cand.—Rompesaragiiey. - arborescens Sw. (Exética); 8, ovatifolia Cand. (Cuba); e, Wrighti G.-M. nomen (1309) [Vernonia Wrigh- tii Schult. ] — rigida Sw. (Cuba?); 8, Sagreana G.-M., nomen (281) [Vernonia Sagreeana Cand.]; 7, Valenzuelana G.-M., nomen (2785) [Vernonia Valenzuelana Rich. ]—Zagana de aura. _— ineequiserrata Schult. (285, prior) [Vernonia rubri- caulis Gris., Pl. Wright. Cuba, 511; non K.""); 6, obtusifolia Gris. (285, posterior); 7, angustifo- lia Gris. (2784).—Lagana de aura, de paredon. (1) Es erréneo R. Br, en Sauval., #7. Cud., 84. (2) Seecién Proustia H. B.», loc. cit., 101.—Sub-seccién Vanillosma G.-M. Acanas linear-oblongas, mazudo-glandulosas. Vilano leonado, 1-serial, igualmente aserrado en el 4pice. Especie 1, cubana. (8) Arbusto sub-trepador, ramosisimo. Hojas eliptico-oblongas, sub-sentadas. Ca- pitulos 96 mds, en el dpice de pedtinculos simples 6 brevemente ramosos, 5-floros. Escamas del invélucro 8-12, agudas, las exteriores oyales, las interiores oblongo- lineares. Anteras larguisimas. (4) Seguin Gris., P2. Wright. Cuba, p. 510, esta especie debe colocarse en la seccién Lepidaploa Cand., § 1, y no en el $2, como hace este ultimo autor, Prodi., v, p. 38. (57) Gomez de la Maza.— pERTANTIADAS CUBANAS. 269 Vernonia remotiflora Rich. (286; 2786); 5, divaricata G.-M., nomen (2787) [Vernonia divaricata Sw. V. arbo- rescens Sw.; &, divaricata Gris. |—Rompesaragiiey, lagana de aura. — membranacea Gris. (Sylv.)—Zagaia de aura. --- 2 lepidota Gris. (2789). _ (1) Pileselloides G.-M. (Cuba) [Lachnorhiza (2) Pilo- selloides Rich ]; 8, Asteroides G.-M. (2835) [Lach- norhiza Asteroides Gris. | Elephantopus tomentosus Lin. (280) [E. mollis K.""]— Lengua de vaca. _ spicatus Juss. (281).—Zenyua de vaca. — pratensis Sauval. (2793) [E. scaber Gris.; non Lin.]—Lengua de vaca. Sparganophorus Vaillantii Gertn. (279); var. longifolius Gris. (2783). Eupatorium diffusum Vahl (293) [Bulbostylis diffusa Cand.] (3). — Orinocenses G.-M. (4) (3599) [Mikania Orinocen- sis K." Mikania deltoides Poepp.|; 8, Batateefo- lius G.-M. (2814) [Mikania Batateefolia Cand.]; y, Tamoides G.-M. (3600) [Mikania Tamoides Cand.|—Guaco. — Houstonis Sw. (303) [Mikania Swartziana Gris.] —Guaco. —~ Anethifolium Raddi (Cuba?). — nudosum G.-M., nomen [Mikania nodosa Spreng. ] (1) Seecién Zachnorhiza H.B.», loc. cit , 20. (2) Es erroneo Zachnorrhiza (8) Eserr6éneo el Brickellia diffusa Cand. que cita Sauval., F7. cud., 76. (4) Seccién Mikania H. B.., loc. cit. , 128. [Capitulos 4-floros, rara vez 3-5-floros In- volucro con 4 6 3-5 br-cteas. Acana 5-angular. Vilano con pajas dsperas 6 brevemente barbadas, 1-2 seriadas. Tallo comunmente voluble, rara vez erguido. Hojas opuestas. } § Acorazonados. E. Orinocensis G.-M. 6 @ Lefiosa, voluble, lampifia; ramos estriados. Hojas pe- cioladas, sub-redondo-ovales, acorazonadas, acuminadas, anguloso-dentadas hacia la base, reticulado-D-nervias. Corimbos apanojados; capitulos pedicelados, solitarios. Escamas del invélucro oblongo-lanceoladas. Acana lampina. Cuba; Orinoco. 6B. @ Trepadora. Invélucro compuesto de 4 escamas acuminadas y una 5.? exterior mis corta que las otras y estrecha. Cuba. 'y. ©) Trepadora. Invélucro con 4 escamas oblongo-lineares, agudas, y una 5.% ex- terior linear y mds corta. Cuba. 270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) Eupatorium Borregoianum G.-M. (299; 2813) [Mikania Cory- dalifolia Gris.]—Gwaco. _ hastatum G.-M., nomen (302) [Mikania hastata Willd.]|—Gwaco. — Trinitarium G.-M., nomen (2818) [Mikania Trini- taria Cand.]; 8, volubilis G.-M. (301) [Mikania volubilis Pepp.; Mikania attenuata Rich.; non Cand.|]—Guaco. - reticulosum Mol.' & G.-M. (2815) [Mikania reticu- losa Sauval.; Mikania congesta Cand.; var. Gris.]| —Guaco. — Marguezianum G.-M. (1) (Cuba!) [Mikania mollis K."|—Guaco. — Ranunculifolium G.-M., nomen (3601) |Mikania Ranunculifolia Richard ].—Gwaco, guaquillo. a nervosum Sw.? (2804); 6, nudifiorum Rich. (Cuba!); 7, Celtidifolium G.-M. (Cuba?) [E. Celtidifolium Rich.; non Lam.*?]; 7, quintuplinerve G.-M. (2805) [E. Celtidifolium, var. quintuplinerve Gris.|—Rompesaragiey. — Cowleyanum G.-M. & Mol.t (2) (300; 2817) [Mika- nia gonoclada Cand.; excl. 6, ambigua; M. Poep- pigii Spreng.]—Guaco. — crispiflorum Mol.' & G.-M. (8) (2816) [Mikania cris- piflora Sauval.; Mikania Convolvulacea Gris.; non Cand.; Mikania congesta Cand.]— Guaco. — multicaulum G.-M., nomen (2795; 2796; 2797) [Phania multicaulis Cand.; P. Matricarioides Gris.] (1) #. [Mikania. § Acorazonados] Marguezianum, G.-M. 5 CM Lefniosa, voluble; ra- mas 6-angulares, cano-tomentosas. Hojas pecioladas, sub-redondo-ovales , acorazona- das, sub-acuminadas, sub-integras, reticulado-6-nervias, superiormente pubescente- erizadas, inferiormente apenas cano-tomentosas. Corimhos apanojados. Capitulos sen- tados, solitarios; bracteola acuminada, mas corta que el involucro. Las escamas de este son linear-oblongas, obtusas, pubescentes externamente. Acana lampina. Cuba; Pert. (2) G.-M., Husayo de Farmacojitologia cubana, Habana, 1889, p. 84. (8) 2. [Mikania. § Acorazonados] crispiflorum Mol.t & G.-M. 8 @ Trepadora. Tallo estriado, ramas erizado-pubescentes. Hojas largamente pecioladas, membranosas, 3-5-nervias, acorazonadas, 3-lobadas, con el l6bulo terminal triangular, agudo. Pano- jas terminales mds largas que las hojas Escamas del involucro linear-oblongas , acu- minadas. Pajas del vilano Asperas, leonadas. Acana 5-gona. Cuba. £ (59) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. 71 Eupatorium (1) Planellasianum G.-M. & Mol.* (2798) [Phania Domingensis Gris.] — Osseeanum Cand.—ompesaragiiey. a Conyzoides Vahl (295); 8, heterolepis Gris. (294). —Rompesaragiey. _ odoratum Lin. (Cuba?); 8, Cubense Cand. (Cuba). —A lbahaquillo, filigrana de sabana. — repandum Willd.—Rompesaragiiey. — Iveefolium Lin. (2799); 8, serratum Gris. (2800).— Rompesaragiiey. = Lantanifolium Gris. (1307; 1308); var.? (1629) [E. hypoleucum Gris.]; var.? (287) [E. Plucheoi- des Gris., p. p.; KE. heterophyllum Rich., non Cand.]; var.? (2801) [E. Plucheoides Gris. p. p.; K. Libanoticum Schult.; E. reticulatum Rich.; non Desv.|—Rompesaragiiey. = grandiceps Sauval. (2788) [Vernonia arborescens Gris., p. p-; non Sw.; V. Gnaphalifolia Rich.— Rompesaragiey. — aromatisans Cand. (Cult.!) [E. triplinerve Guib.; Piqueria trinervia Guib.; non Cab.]—Z7ébol de olor. = canescens Vahl (2802).— Rompesaragiicy. = Celestinum Lin.; « (2811).— Rompesaragiiey, ce- lestind. — . Ageratifolium Cand. (297?) (1633; 2803) [E. Hava- nense K.*"|—Rompesaragiiey. ~- incisum Gris. (2806).— Rompesaragiiey. — Ayapanoides Gris. (2807).— A yapana. — Lindenianum Rich.—fompesaragiiey. — villosum Sw. (296); var.? (2808) [E. Cubense Cand.] —Rompesaragiiey, albahaca de sabana, rompesa- ragiey de sabana. — Cynanchifolium Cand. (1632) [E. Peppigii Spreng.?]; var (2809).— Rompesaragiiey. glumaceum Cand.—Rompesaragiiey. (1) Seccién Phania H. B.», loc. cit., 129. [Anteras apenas 6 nada apendiculadas. Acana 5-gona 6 5-angular, lisa entre las costillas. Vilano compuesto de unas 5 pajas. Tallo herbadceo, erguido 6 trepador. Hojas opuestas, 3-sectas 6 inciso-dentadas.] 7 OTS i ) : 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) Eupatorium coronopifolium Willd.—Rompesaragiiey. -- Feniculaceum Willd. (2810).—Hinojo de sabana. — Dalea Lin. (1311, p. p.) [Critonia Dalea Cand.] — Pseudo-Dalea G.-M. & Mol.* (2812) [Critonia Pseu- do-Dalea Cand.; Eupatorium Dalea K.*; Eupa- torium trichosanthum Rich. | —_ Grisebachi Mol.t & G.-M. (1311, p. p.) [Critonia imbricata Gris. | — macrophyllum Lin. (298) [Hebeclinium Cand.| Ageratum Conyzoides Lin. (1310). — muticum Gris. (1631). — maritimum K.' — ceeruleum Lin. (Natural!); forma albiflora! (Natu- ral! ).—Celestina, celestina azul, celestina blanca. Adenostemma Swartzii Cass. (291) [Lavenia decumbens Sw.] — Berterii Cand. (292) [A. triangulare Gris.; non Cand. | Kuhnia Rosmarinifolia Vent.— Lengua de vaca. Aster carneus Nees.? (2827). — Linifolius Lin. (2828). Erigeron lyratum G.-M., nomen (2834) [Conyza lyrata K.*] — obtusum G.-M., nomen [Conyza obtusa K.*] — Jamaicensis Lin. (305; 2826). — Thrincioides Gris. (2824); var.? (2822) [E. Bellioides Gris , p. p.; non Cand.] — Hyoseroides Gris. (2823). — Bellioides Cand.? (304). — Bellidiastroides Gris. (2825). — rivularis Sw. (Cuba?); var. (306; 1312). — Canadensis Lin. (1313).—Achicoria silvestre. Baccharis Halimifolia Lin. (Cuba?); 6, angustior Cand. (2831). —Bajaquillo. — Scoparioides Gris. (2832).—Hinojo. Solidago virgata Mich.* (3602).—Plumerito. — )Domingensis Spreng. (1314) [Baccharis Ptarmicifolia Gris., Pl. Wright. Cuba, 513; non Cand.] Hysterionica (1) marginata G.-M. (2830) [Haplopappus margi- natus Gris., Cat. pl. Cub., 149]. (1) Seccion Haplopappus H. B.", Zoc. cit., 156. (61) Gomez de la Maza.—PpERIANTIADAS CUBANAS. 73 Gnaphalium albescens Sw. (Cuba?); var. Cubense Gris. (322). — purpureum Lin. (2866). -— Americanum Mill. (323).— Verdasco. Helychrysum macranthum Benth. (Cult.! )—Znmortal de Aus- tralia. — Orientale Geertn. (Cult.!)\—Jnmortal, siempreviva, elernda. Grangea Domingensis G.-M. (2865) [Egletes Cass.]; 6, viscosa G.-M. (3614) [Egletes Less. |—Manzanilla del pais. Placus purpurascens G.-M., nomen (2841) [Pluchea purpuras- cens Cand.]; 6, glabratum G.-M., nomen (Cuba!) [Plu- chea glabrata Cand.|—Sa/via colorada. — bifrons G.-M. nomen (2833) [Pluchea bifrons Cand.|— Salvia macho, salvia morada. — odoratus H. B." (308) [Pluchea odorata Cass.|—Salvia de playa, salvia cimarrona, salvia del pais. — (I) polycephalus G.-M. (2837; 2838; 2839) [Sachsia poly- cephala Gris.; S. divaricata Gris. | — tricephalus G.-M. (2836) [Sachsia tricephala Gris. | — (2) coronopifolius G.-M. (2840) [Rhodogeron Gris. | Pterocaulon virgatum Cand. (Cuba?); var (307) [P. Alopecu- roideum Cand.|—Svempreviva. Helianthus annuus Lin. (Cult.!)—Girasol, mirasol. —_ speciosus Hook. |Tithonia speciosa Hook.; Leighia Cand.] — Baillonianus G.-M. (3) (2853) [Viguiera Helian- thoides K.; V. Sagreeana Cand. | _— microclinus G.-M., nomen [Viguiera microcline Cand.| (1) Seccién Sachsia G.-M. [Géneros Sachsia Gris., y Rhodogeron Gris | Corolas fe- meninas filiformes 6 liguladas, limbo 2-3-dentado 6 diminutamente dentado. Tallo perenne. Hojas basilares, rosetadas Capitulos remotamente cimosos, (2) Seccion Sachsia. [V. (1)]. (3) Seccién Viguiera H. B., loc. cit., 47. [Pajas del vilano persistentes 6 caducas, acompanadas de escamitas persistentes. Brdcteas exteriores del invdlucro secas en su base 6 herbaceas. Hojas superiores generalmente alternas, las inferiores opuestas. Capitulos poco voluminosos, casi iguales 4 sus pedinculos.]| H. Baillonianus G-M. @): Tallo lampifio. Hojas ovales, acuminadas, integras, tri- nervias, superiormente dsperas, inferiormente pobladas de pelos; peciolos velludo- ciliados. Brdcteas del invélucro uniseriadas, lineares, erizadas, con el Apice dilatado- sub-espatulado. Receptaculo largamente conico, excayado, Cuba. ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) Wulftia Havanensis Cand. - — angustifolia G.-M., nomen (3607) [Melanthera angus- tifolia Rich. ] — deltoidea G.-M. (1) (8609) [Melanthera deltoidea Rich. M. Urticeefolia Cass.; M. Linnei K.'] — hastata G.-M., nomen (3608) |Melanthera hastata Rich.] (2). Verbesina Encelioides G.-M., nomen (3611) [Ximenesia Ence- lioides Cav.] — arborescens G.-M. (3) (2849); &, argentea G.-M. (4) (Cuba!). — carnosa G.-M., nomen; £, triloba G.-M., nomen (2851) | Wedelia carnosa Rich.; 8, triloba Cand.] — gracilis G.-M., nomen (2852) | Wedelia gracilis Rich. | — reticulata G.-M., nomen (1634) [Wedelia reticulata Cand.|—Careicillo amarillo. — Veroniceefolia G.-M., nomen {Wedelia Veronicefo- lia Rich. ] —- Forso-Cubana G.-M., nomen [ Wedelia acuminata Cand.| — Spilanthoides G.-M., nomen (313) [Wedelia serrata Rich.; Tilesia Spilanthoides Gris.; Calydermos? Spilanthoides Gris. | (1) Seccion Melunthera H. Bn, loc. cit., 203. [Pajas del vilano o, 6 2-3, rara vez 0. Acana carnosa.]—=W. deltoidea G.-M. 2, 6 } en su patria, generalmente ({) en los jar- dines europeos. Hojas opuestas, dspero-pubescentes, dvalo-deltoideas 6 sub-alabarda- das, agudas, cuneiformes en la base, aserrado-dentadas, 3-nervias y pecioladas. Esca- mas del invélucro 2-seriadas, oval-oblongas, pubescentes, agudas. Receptdculo con pajas obtusas, sub-mucronuladas. Cuba [Habana!], Puerto-Rico, otras Antillas; Nue- va-Granada, etc. (2) Es erroneo el Melanthera hastata Mich.x de Sauval., doc. cit., 80. (83) Lampina. Hojas espatuladas 6 espatulado-oblongas, enteras, carnosas, lampi- nas, sentadas, semiabrazadoras, mucronuladas, cubiertas de polvo blancuzco; estipu- las pegadas al tallo, escamiformes. Invélucro formado de dos series de brdcteas: la externa, carnosa, comprende dos bracteas oblongas 6 espatulado-oblongas y dos ova- les, mucronuladas; la interna comprende 8 bracteas membranosas en el dpice, carno- sas en la base. Capitulos terminales, con el pedinculo tan largo como las hojas. Aca- nas del radio 3-gonas, las del disco 4-gonas; todas coronadas de 4. dientes. 4 5. Cuba, Puerto-Rico, Sainte-Croix, Bahamas, Bermudas; Borrichia, Cand.; Buphthalmum Lin.; Diomedeu indentata Cass.; D. glabrata K.th (4) Sericeo-lanuda, argentada. h. Cuba; Pert. Borrichia Cand.; Buphthalmum ca- num L’Heérith ; Diomedea argentea K.th (63) Gomez de la Maza.—prriIANTIADAS CUBANAS. a7 Verbesina alata Lin. (Cuba! ); var. hispida Gris. (1316).— Bo- toncillo. — Wrightii Schult. (1317) [Ancistrophora A. Gray. ] a serrata Cav. es Chinensis Lin. (Cult.2)—Salvia de Cuba. — Persicifolia Cand. Spilanthus Beccabunga G.-M., nomen (Sylv.!) [Spilanthes Bec- cabunga Cand.|—Botdn de oro. — ? insipida G.-M., nomen (Habana!; 23610?) [Spilan- thes insipida Jacq.] Salmea pauciceps Gris. (2854). — glaberrima Wr. (2855). — scandens Cand. (309; 771) [S. grandiceps Cass. ] — Caleoides Gris. (2856). Eleutheranthera ruderalis G.-M. (810; 2842) (1) [Melampodium ruderale Sw.; Kegelia ruderalis Schult.; Tetranthus rude- ralis Gris.; Ogiera ruderalis Gris.; O. triplinervis Cass.; 6, leiocarpa Cand.] Eclipta erecta Lin. (2848). Iinhydra sessilis Cand. (Cuba?); var. (2850) [E. subcuneata Cand.; E. maritima Less. ] Isocarpha Atriplicifolia R. Br. (2857); var. Wrightii Gris. (2858). Zinnia elegans Jacq. (Cult.!)—Cagigal, reina Luisa. Bidens leucantha Willd. (317); ¢, pilosa G.-M., nomen (316) [B. pilosa Lin.|—Romerdllo, vomerillo blanco. | — bipinnata Lin. (Cuba?); vy, Cynapiifolia G.-M., nomen (315) [B. Cynapiifolia K.]—Romerillo de loma. — Coreopsidis Cand. (Cuba!); var. Gris., Pl. Wright., 514 (314) [Cosmos luteus, Bot. A/ag., t. 1689].—Romerillo de cost. — Rubifolia Kk. — variabilis G.-M., nomen (Cult.!) [Dahlia variabilis Desf.|—Dahlia. — coccinea G.-M., nomen (Cult.!) [Dahlia coccinea Cav.] —Dahlia. — Berteriana Spreng. (Cuba!) [Cosmos caudatus K.t]; var. (318) [Cosmos sulphureus Cav. | (1) 2. ruderalis G.-M. @) Ascendente. Hojas ovaleg, pecioladas. Pajas escariosas, Ciliadas, acuminadas. Acana lisa 6 tuberculosa. Cuba y Guayana francesa. : 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) Chrysanthellum procumbens Rich. (319).—J/anzanilla del pais. Trichospira Menthoides K. (4597). Synedrella nodifiora Gertn. (320). Tridax procumbens Lin. (2861).—Romerillo. Melampodium humile Sw. (311) [Acanthospermum Cand. ]— Pinedo. Parthenium hysterophorus Lin.—Zscoba amarga, artemisillo, confitillo. Lagascea mollis Cav. (2794).—Romerillo cimarrén. Pinillosia? Bellioides Gris. (2844) [Tetracanthus humilis Wr. ] -— Tetranthoides Cand. (2843). — repens Schult. (312) [Microccecia Hook. f.] Clibadium Havanense Cand. -- hispidulum G.-M. & Mol.* (1315) (1) [Lantanopsis hispidula Wr. ] Heptanthus Cochlearifolius Gris. (2819); var. (2820) [H. Ra- nunculoides Gris. | — brevipes Wr. (2821). Elvira biflora Cand. Gaillardia picta Sw. (Cult.!) Flaveria Contrayerba Pers. (2860) (2).—Contrahier ba. — linearis Lag’. (2859). — repanda Lag. (Sub-natural!) [ Broteroa trinervata Pers.; Brotera Contrayerba Spreng.|—Contrahierba. Thymopsis Wrightii Benth. (3603) [| Tetranthus Thymoides Gris. | Tagetes cancellatus G.-M., nomen (1304) [Lebetina cancellata Cass. | (3). — erecta Lin. (Cult.!)—Flor de muerto, clavelon, copete. — patula Lin. (Cult.!)—Damasquina, cagigala. Pectis ciliaris Lin. (2862).— Romero cimarréon. — prostrata Cav. (2862; 2863).—Romero macho. (1) Seccién Zantanopsis H. B®, loc. cit., 288. [Invélucro ovoideo, poseyendo hasta 4 bracteas. Capitulos diminutos, bifloros (salvo en los casos de aborto), con una, flor O y otra Os y dispuestos en cimas terminales. Una especie de Cuba y Santo Domingo.] C. hispidulum G.-M. & Mol.t Hierba sub-lenosa, delgada, macilento-erizada. Hojas opuestas, rombo-lanceoladas, triplinervias. (2) Es del todo erréneo Broteroa Contrahierba Spreng., que cita Sauval., Zoc. cit., 81. (3) Parece erréneo Lebetinia cancellata Cav. en Gris., Cat. pl. Cub., 156, y Sauval., loc. cit. , 82. - (65) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS. Q77 Pectis Cubensis Gris. (8613).— Romero cimarrin. — pratensis Sauval. (8612).—Romero cimarron. — costata Ser. & Merc. (Cuba, sec. Cand.; omitida por Sauval.) [Lorantea prostrata Lagasca]. — punctata Jacq. (290; 1630).—Romero cimarrén. — Plumieri Gris. (2864) [P. floribunda Rich.]— Romero ci- MArTOn. Porophyllon Equisetiforme G.-M. & Mol.* (2868) (1) [Lescaillea Kquisetiformis Gris. | _ ruderale G.-M., nomen (321) [Porophyllum Cass. | Senecio polyphlebius Gris. (329). — vulgaris Lin. (Cuba?); £, Filiz-Cube G.-M., nomen (1318).— Aierba cana. — plumbeus Gris. (328; 2869).— Retama arbol. — trineurus Gris. (327). — Almironcillo G.-M., nomen (2870) [Cacalia discolor Gris. ]|—A lmironcillo. — Hieracifolius Lin. (Cuba?) [Erechtites Hieracifolia Raf.|; 8, Carduifolius G.-M. (324) [Senecio Hieracifolius Meyer; Erechtites Carduifolia Cand.; Erechtites Hie- racifolia Raf., 6, Carduifolius Gris., 77. Br. W. Lnd., 381]; v, Cacalioides G.-M. (Silvestre!) [Senecio Caca- lioides Fischer; Erechtites Cacalioides Less. | — Sonchifolius Mench (326, p. p.) [Emilia Sonchifolia Cand. ] Liabum Wrightii Gris. (288; 2871). — Brownei Cass. (289). — Cubense Schult. Neurolena lobata R. Br. (325; 772).—Retama arbusto, romerillo. Chrysanthemum Indicum Thunb. (Cult.!)—/lor de Roma. — coronarium Lin. (Cult.!)—J/oya. —- Santa-Maria G.-M., nomen (Cult.!) [Pyrethrum Tanacetum Cand.]—Santa Maria, hierba de Santa Maria, hierba romana. Ambrosia Artemisizefolia Lin. (2846).—A7rtemisa. (1) Seccién Zescaillea G.-M. Ramas del estilo aguditas 0 obtusitas en el dpice. Fruto lampino. Vilano setoso. Tallo sub-lenoso, sub-afilo y opuestamente escamifero. Una especie de Cuba. P. Bquisetiforme G.-M. & Mol.t Caracteres de la seccion, Cuba occidental. 278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) Ambrosia psilostachya Cand. — Crithmifolia Cand. (2845).—Carquesa. Xanthium strumarium Lin. (3604) [X. Canadense Lin.?; X. ma- crocarpum Rich.?; Cand.?; X. Orientale Lin.?]— Gutzazo de caballos, lampurda. Iva Cheiranthifolia K. (2847).— Arlemisa de playa. - imbricata Walt. (3605). CONSIDERACIONES SOBRE LA DENTICION DE LOS ROEDORES, POR DON SALVADOR CALDERON. (Seccion de Sevilla.—Sesion del 12 de Mayo de 1890.) aa aaa Hace algunos afios, durante nuestra residencia en el extran- jero, emprendimos un estudio sobre la estructura de los dien- tes y causas de la conformacidn de estos érganos en los roe- dores, 4 cuya investigacién nos habia conducido el hallazgo de varias brechas huesosas procedentes de Belmez, Cabra y otras localidades, todas por extremo ricas en dientes de ani- males comprendidos en este orden. Nuestro objeto era hallar caracteres que sirvieran para reconocerlos, practicando sec- ciones delgadas, & lo que se suelen prestar mucho las rocas que los cementan, supliendo con estos datos la escasez de otros, debida 4 la poca abundancia de restos esqueléticos de roedores, facil de explicar tratandose de anitnales de pequefio tamanho, expuestos 4 la destruccién y que, aun en el caso de haberse petrificado, pasan inadvertidos las mas veces al sacar de las canteras las rocas en que yacen. Mas, tratando de estudiar con dicho motivo la organizacion del sistema dentario de los roedores, pudimos al propio tiempo reconocer el estado deficiente de la ciencia anatémica en punto 4 su comparacién con los érganos correspondientes de los demas mamiferos, y mucho mas aun en lo que respecta alas causas de sus peculiares caracteres, en muchas de cuyas cuestiones puede decirse estamos 4 la altura de Galeno, de Vesalio 6 de Hustachi, iniciadores de la odontologia. 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Por fortuna, posteriormente & la época en que comenzamos el presente ensayo, ha surgido la direccién mecanica en el estudio morfolégico de los vertebrados, y sus principales cam- peones, los profesores norte-americanos Cope, Ryder y Osborn, han dado un impulso sin precedentes 4 esta importante rama de la Anatomia comparada, como tendremos ocasién de mos- trar con motivo del problema que nos ocupa. Seguin esta nueva direccién, el organismo es un medio completamente plastico, al cual va modelando el trabajo muscular, tanto en el curso de la vida individual, como en el de las generaciones sucesi- vas, siendo posible reconocer en toda modificacién esquelética la huella del trabajo perseverante que la ha producido (1). Veremos que asi dan cuenta de un modo de todo punto satis- factorio, a nuestro juicio, de la formacién gradual del sistema dentario roedor. Mas lo que no explican estos anatémicos, ni hasta ahora se ha indicado, es el punto de partida de la desviacién, en virtud del cual se inicia la forma de denticién roedora, separandose de las de otros mamiferos, indudablemente anteriores en el tiempo. En este respecto creemos poder afadir algun contin- gente, siquiera sea pequeno, al esclarecimiento de problemas tan transcendentales, ofreciendo, si no resultados definitivos, motivos al menos de reflexién y estudio. Séanos permitido exponer primeramente algunos preceden- tes de la cuestién. 1D Es sabido que el sistema masticador de los mamiferos se ca- racteriza ante todo por la insercién de los dientes, siempre en los bordes alveolares de las mandibulas, sin que los haya implantados en el paladar 6 en la lengua, como acontece en otros vertebrados, y después se distingue por la existencia de un epitelio, que penetra en el saquito dentario, y es origen del esmalte que tapiza la corona del diente. Los reptiles y los peces ofrecen los caracteres contrarios; sus dientes, ademas, son mas numerosos y mas semejantes entre si, al paso que en (1) Véase la exposicién sucinta de la doctrina de Cope, hecha por nosotros en estos ANALES, tomo xvil1, Actas, paginas 81 y siguientes. (3) Calder6n.— DENTICION DE LOS ROEDORES. 281 los mamiferos difieren unos de otros por el ntimero, la forma, la disposicién y las funciones especiales que desempefian. A su vez, dentro de la clase, se observan muchisimos cambios relacionados con las costumbres y la alimentacién, variable en cada orden, ora de materias blandas, ora de sustancias duras, unas vegetales, otras animales. Generalmente se pro- duce en ellos una primera denticién, que es reemplazada des- pués por otra definitiva, aunque en esta regla hay algunas excepciones, por lo cual se llaman monofiodontes 4 los mami- feros que no renuevan dichos érganos (cetaceos y desdenta- dos), y difiodontes al resto. F. Cuvier (1) y sus discipulos concedieron una importancia extraordinaria a los caracteres dentarios en la clasificacién y reconocimiento de los mamiferos, tanto vivos como foésiles, fundandose en la fijeza de estos caracteres, en la facilidad de apreciarlos con exactitud y en la conexién que guardan con el proceso nutritivo del animal. No hay duda, en efecto, de que el empleo de estos caracteres ha contribuido en gran ma- nera a los adelantos post-linneanos de la mammalogia; pero no es menos cierto que su abuso ha llevado también 4 veces & incurrir en graves errores: diganlo, por lo que se refiere a la taxonomia, la colocacién de las zarigtieyas y otros didelfos junto 4 los placentarios insectivoros, y en lo tocante a la de- terminacion, los dientes fdsiles de delfines tomados por restos de saurios y los de cocodrilos por los de delfines, merced a fijarse nicamente en semejanzas externas. No es posible con- ceder 4 los caracteres dentarios una significacién morfolodgica exclusiva, sin caer en equivocaciones semejantes; y esto por dos razones: 1.*, porque en grupos muy distintos se producen analogias y afinidades, siempre que coincidan en el régimen alimenticio y otras causas modificadoras, originandose térmi- nos correspondientes, que no implican, sin embargo, comu- nidad de filiacién; y 2.*, porque el agente evolutivo del sistema dentario no es solamente la alimentacién, sino que estos Orga- nos pueden transformarse para servir ademas para otros fines diversos, como el ataque 6 la defensa directa 6 indirecta. Por lo que se refiere 4 la denticién de los roedores, desde (1) Les Dents des Mamiferes, Paris, 1825. 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) luego llama en ella la atencién el gran desarrollo de sus inci- sivos, la falta de caninos (1) y la presencia de uno 6 rara vez de dos premolares, después de los cuales siguen los molares, echados muy atras y ampliamente separados de los incisivos por un gran espacio vacfo 6 barra, que proporciona uno de los caracteres por los cuales se distingue este orden del afine 4 él, de los insectivoros. Un examen mas detenido descubre otras varias particulari- dades en el sistema masticador de los roedores. Los incisivos, en numero de Ee rara vez = son largos y en- corvados en forma de arco. Superiormente su corona ancha y terminada en bisel, se conserva cortante, merced a un des- gaste continuo, y apta para la defensa y para separar las sus- tancias duras de que el animal se alimenta; si bien esta forma varia algun tanto con el empleo mas especial que de sus dien- tes hace cada especie, pues en unas sirve particularmente para roer 6 cortar y en otras para la defensa. La raiz ofrece tres 6 cuatro caras planas 6 convexas, lisas 6 estriadas, y tan pronto blancas como amarillentas 6 rojizas. Los incisivos superiores, mas fuertes que los inferiores, estan implantados en los intermaxilares, huesos estos muy desarro- llados en los roedores. Unos y otros dientes poseen un solido arraigo en los alvéolos, en cuyo fondo existe una cavidad en forma de embudo, en la que se encierra el bulbo, que es per- sistente y reproduce el diente, en direccién circular, 4 medida que se desgasta. La cara anterior 6 externa de los incisivos esta protegida por una capa espesa de esmalte durisimo, que constituye el borde cortante en bisel, al paso que en el resto del diente este se reduce a una capita muy tenute, y la sustancia ordinaria (1) Algunos naturalistas han discutido si existian 6 no caninos atrofiados en cier- tos roedores. Broussonet, en 1779, estudiando el numero y disposicién de los incisivos de la mandibula superior del conejo, comparada con la de otras formas del orden, supuso que los posteriores podrian considerarse como caninos. La penetracion de dichos dientes hasta el hueso maxilar, ha hecho también coincidir otras veces en la misma idea, hoy inadmisible, pues cada diente pertenece en realidad al hueso en el cual la mucosa se hunde en forma de cripta para alojar su bulbo, que lo hace en los roedores siempre en el intermaxilar. También los incisivos inferiores se prolongan dentro del hueso en ciertas especies, pasando bajo la serie de los molares, hasta for- mar saliente 4 veces el extremo de su raiz detrés de los molares mismos; y, sin em- bargo, 4 nadie se le ha ocurrido considerarlos por eso como muelas. (5) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 283 predominante se desgasta mas rapidamente que aquella por el uso. En algunos géneros uno 6 dos surcos longitudinales recorren los incisivos, ya de ambas mandibulas 6 ya solo de la superior, que es lo mas frecuente. En la mandibula superior, y ademas de los incisivos ordina- rios ahora descritos, se encuentran en muchos roedores, como los lepéridos, un par de incisivos mas pequefnios, ocultos detras de aquellos, érganos de una significacién morfologica muy importante, como veremos después, y por cuya presencia llamé Illiger duplicidentados & estos roedores, en oposicién a los que carecen de ellos, y que denomind wxicidentados (ratas, ardillas, conejos de Indias). Los molares se hallan en general, y aunque existen excep- ciones 4 esta regla, en igual numero en ambas mandibulas. Su forma prismatica, la profunda inflexidn que muestran los surcos transversos de esmalte, repartidos a la vez lateral y verticalmente, constituyen particularidades muy distintivas del grupo. Estos relieves de esmalte sumamente variables en su forma, proporcionan caracteres utiles para la sub-divisién de los roedores, asi como otras circunstancias referentes a la presencia 6 ausencia de raices, y 4 la forma, estructura y nu- mero de los molares, todo lo cual se relaciona con la alimen- tacién de cada grupo. A pesar de la disposicién aparentemente laberintica de los repliegues de los molares de los roedores, el profesor Ryder (1) ha podido hallar en ella una ley general, segun la cual, en los géneros que son isognatos, las inflexiones presentan igual profundidad en los lados opuestos de ambos molares superior é inferior; pero en los anisognatos, entre los cuales se cuentan la mayoria de aquellos roedores en los que los molares infe- riores tienen una expansién mas vasta que los superiores, dichas inflexiones aparecen mas numerosas y profundas en los lados opuestos de los molares de arriba y de abajo. La ex- pansién mayor de las coronas de los molares inferiores de- pende frecuentemente, mas que de la posicidn de estas, de la direccién de las raices. Ks notable la oblicuidad de los ejes de los molares, que son (1) Proced. Acad. Phiiad. , 1877. 284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) opuestos en las dos mandibulas: hacia arriba y adelante en la inferior, y hacia abajo y atras en la superior. Comparando la disposicién y estructura del sistema denta- rio de los roedores con los de los restantes mamiferos, se des- cubren analogias y diferencias notablemente significativas. En primer lugar, los de este orden son difiodontes, pero in- completos; pues entre sus dientes los incisivos obedecen 4 la ley general de los que reciben este nombre, viniendo a cons- tituir asi el vértice de las dos series de los monofiodontes y los difiodontes (1). En cuanto 4 los dientes mismos, se da como caracter general de los mamiferos que cuando acaban de desarrollarse estos érganos, difieren mucho de los de los sau- rios, pues su cavidad se reduce 4 un canal estrecho; mas se- mejante caracter no puede en rigor aplicarse 4 la mayor parte de los roedores, los cuales conservan en sus molares una gran cavidad (Cavia, Arctomis, Lepus, etc.), cuya circunstancia, que corresponde a& un estado inferior, sé halla en armonia con ese crecimiento continuo de dichos dientes, de que se hizo antes mérito (2). Por ultimo, se dice que los roedores ocupan tam- bién una posicién singular como forma de transito entre otros érdenes, en lo que se refiere a la estructura de sus dientes, que ni son de los desprovistos de esmalte, como los de ciertos mamiferos (por ejemplo, los superiores del elefante), ni de los cubiertos por él uniformemente, como los de la mayoria de los monodelfos superiores, pues los que nos ocupan poseen esta sustancia, aunque solo en la cara anterior de sus inci- SiVOS. Las secciones delgadas, practicadas en el laboratorio del Gabinete de la Universidad, nos han demostrado que dicha estructura no tiene ese cardcter que generalmente se le atri- buye. El esmalte ocupa, en forma de una cinta de igual an- chura, la capa anterior del incisivo del conejo, se dobla por los lados y se dirige en cua hasta el tercio medio, donde se (1) Durante mucho tiempo se negé por los naturalistas la renovacién de los dien- tes en los roedores, como todavia la niega el vulgo. Laurillard y Cuvier /Les Dents des Mamiféres, pig. 44), han sido los primeros en notar una serie de dientes de leche extremadamente precoz en varios roedores, que los pierden ya durante la vida in- trauterina. En el género Zepus, pocos dias después del nacimiento, caen dichos pri- meros dientes, fendmeno que ocurre asimismo en los incisivos rudimentarios. (2) Véase para mayores detalles Owen; Odontography, London, 1844. (7) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 285 reduce a una banda estrecha, pero continua, que envuelve el resto del diente. El examen de la seccién 4 la luz polarizada no deja lugar 4 duda de que esta sustancia forma una envol- tura continua, por mas que se espese en la cara anterior, y que no desaparezca en la posterior como hasta aqui se ha creido. Esta disposicidn se explica por la compresién que ejerce el diente sobre la parte posterior de la campana del esmalte, merced al desarrollo oblicuo de dicho organo. Otro tanto ocurre en los molares, en cuya cara externa se espesa el esmalte y luego va adelgazando hasta reducirse 4 una cinta por los lados. El examen microscépico de los dientes de los roedores revela ademas en el esmalte una serie de pliegues, como arrollados segun dos direcciones, cual si hubiesen obedecido 4 su impul- so. Debajo viene la dentina, cuyos conductos son muy marca- dos y forman una red anastomasada gruesa. La denticién del roedor en conjunto ofrece muchos puntos de analogia con la del insectivoro, como lo indico hace tiempo el insigne I. Geoffroy Saint Hilaire, al paso que difiere bas- tante de la del carnivoro. En las formas de denticion insecti- vora se observa, sin embargo, como caracteres distintivos con respecto 4 la que nos ocupa, que los incisivos de la mandibula inferior estan protegidos detras de los de la superior, y no se tocan por su borde. En otro respecto, la presencia de cemento, habitual en Jos molares de los roedores, los aproxima 4 los de los paquidermos, rumiantes y delfines. Hemos dicho que los molares de los roedores estan separa- dos de los incisivos por un gran espacio vacio, y que los ejes de cada una de estas dos clases de dientes son totalmente di- versos, lo cual guarda relacién con la disposicién singular de las mandibulas. La superior es corta y el intermaxilar se halla notablemente desarrollado: la inferior varia bastante en su forma, pero siempre tiende & ensancharse mucho por detras. Dentro del anisognatismo dominante en los mamiferos de este orden, resultan dos disposiciones distintas segun sea la man- dibula inferior la mas estrecha t ocurra lo inverso, cuyos casos ha distinguido el profesor Ryder (1) del modo siguiente: (1) Oper. cit. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) ANISOGNATOS. ISOGNATOS. ieee ehh > oe Hipoanisognatos. Epianisognatos. Arvicola. Histricidos. Lepus. : nae Capromys. Castoridos. Cavidos. Los céndilos de Ja mandibula no se mueven en cavidades elenoideas especiales, sino libremente de atras adelante 6 vice- versa, en surcos longitudinales con desaparicién de la apofisis post-glenoidea, de suerte que en estos todo movimiento late- ral es casi imposible, al paso que los deslizamientos en el sentido del eje mayor de Ja cabeza, son amplisimos. En este importante caracter de Ja falta de apofisis post-glenoidea, funda Cope (1) la distincién entre los roedores y los bunotéridos (insectivoros, creodontos, teniodontos y tilodontos), y como consecuencia natural de él, el céndilo de la mandibula es sub-globular 6 sea extendido en el sentido antero-posterior, consistiendo la cavidad glenoidea en el espacio longitudinal ocupado por una ranura transversa. A esta forma de tritura- cién de los alimentos en la direccién antero-posterior, resul- tante de dichas particularidades y de la posicién tan posterior de la quijada, ha llamado Ryder masticacion propinal. El sistema motor de la mandibula ofrece una disposicién particular en armonia con dicha masticacién, cuyo juego, asi como la mecanica de los incisivos, responden al enorme tra- bajo que exige la accién de roer. La vasta superficie de inser- cién del musculo temporal, se extiende hacia adelante desde las ramas hasta frente 4 los primeros molares superiores, am- plitud que depende de la atrofia y hasta desaparicion a veces de Ja apofisis coronoides. Por la contraccién de este musculo, la rama es empujada hacia atras y arriba, desde el momento en que el incisivo inferior toca con el superior y los molares de abajo son echados posteriormente y en oposicién a los su- periores. Los musculos terigoideos interno y externo se hallan tam- bién extraordinariamente desarrollados en Jos roedores, por (1) On the Evolution of the Vertebrata progressive and retrogressive. Amer. Natur., 1885. (9) Calder6én.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 287 lo cual est&é ensanchada en proporcidn la fosa terigoidea, ejer- ciendo aquellos un trabajo constante de presidén hacia atras, como tendiendo 4 doblar el borde del Angulo de la mandibula. Aunque obrando de muy diferente modo en el acto de la mas- ticacién que lo hace el temporal, ambos musculos cierran la boca. Mientras esta se halla abierta, los maséteros y el terigoi- deo interno arrastran la mandibula hacia adelante y arriba, hasta que los incisivos, asi como los molares, choquen con algtin cuerpo, como el alimento, 6 se pongan en contacto. Entonces se relajan estos musculos, pero continuando el tem- poral su accion hacia arriba, la rama de la mandibula retro- cede hasta donde lo permiten las partes adyacentes. Al gran desarrollo de los musculos mencionados, y particu- larmente del masétero, se debe la abertura tan singularmente reducida que ofrece la boca de los roedores, pequefiez com- pensada en parte frecuentemente, aunque de otro modo, por la hendidura media del labio superior. De toda esta serie arménica de caracteres de las partes duras y blandas, resulta en definitiva ese juego especial y caracte- ristico de esa masticacion de los roedores, 6 mds propiamente de Jos animales que roen, que ha llamado propinal el profesor Ryder. IM: 2A qué se debe ese conjunto de particularidades, sin duda alguna intimamente ligadas unas con otras, que presenta el sistema dentario de los roedores? Hoy no satisfacen aquellas explicaciones vagas que en otro tiempo se daban para respon- der 4 preguntas andlogas, como el clima, el género de vida, la alimentacién, a parte de que se encuentran animales del orden que nos ocupa en todas las regiones del globo, por mas que predominen, como es natural, alli donde existe una vege- tacidn mas rica y abundante: hay ademas entre ellos especies arboreas, acuaticas, terrestres, de madriguera, y, por tanto, unas esencialmente corredoras y otras que trepan, que nadan 6 que escarban. En cuanto al régimen alimenticio, se observan asimismo dentro del grupo notables diferencias, siendo dificil poder definir su alimentacién: los mas prefieren las raices, cortezas, tubérculos y frutos consistentes, pero sin dejar de 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) devorar las sustancias animales, si hallan ocasién favorable para ello; algunos son habitualmente omnivoros, y a veces en géneros muy afines, y aun en especies de un mismo género, se conocen preferencias muy diversas en este respecto, como sucede con el conejo y la liebre, esta Ultima tan afecta a la carne, que devora los cadaveres de los mamiferos, lo cual es origen, no pocas veces, de enfermedades que se trasmiten al hombre. No es dudoso que la funcién engendra al organo y que el medio influye hasta el punto de que el animal tiene que adap- tarse & él para poder vivir; mas dentro de esta causa comun, se comprenden tantos agentes modificadores y la complicacién de unos con otros llega 4 ser tal, que en tanto no se precise la accién mecanica y especial en cada caso que ha ejercido cada uno, no puede darse por conocido y explicado un proceso evolutivo. Tal es lo que, tratandose de los roedores, han logra- do en gran parte Cope (1) y Ryder (2), y de cuyos recientes resultados vamos 4 dar sumaria cuenta. El primer factor en el tiempo y por su importancia en la produccién de todo el sistema de masticacion roedora, es el aumento de longitud de los incisivos de ambas mandibulas. El efecto inmediato de semejante disposicién, parece deberia ser mantener la boca perpetuamente abierta, como acontece en parte en ciertos fdsiles de organizacién intermedia entre los roedores y los bunotéridos de Cope; pero en los actuales esto no puede ocurrir, merced 4 la forma particular de la por- cién post-dentaria de las mandibulas y 4 la posibilidad de deslizar una contra otra, aun estando en contacto. Este desli- zamiento produce una presién hacia atras, consiguiente 4 la que ejercen unos incisivos contra otros, y tanto mayor, cuanto lo es la longitud de estos, aconteciendo precisamente lo in- verso que en los carnivoros, en los cuales las presiones tienen que obrar hacia adelante, por efecto del desarrollo de los caninos. 5 El incisivo del roedor se prolonga en razén directa del uso y del desgaste consiguiente, sobre todo de la parte solo prote- gida por una delgada capa de esmalte. A esto debe conservar (1) American Naturalist, 1885. (2) Socxcit. (11) Calder6n.— DENTICION DE LOS ROEDORES. 289 siempre la misma dimension y el corte afilado, rozando con- tinuamente el diente inferior con el superior en la direccién forzada de atras adelante, tinica que permite el encaje de la mandibula. Si el roedor pierde un diente, roto 6 mutilada su parte libre, & causa de algun golpe, el correspondiente en la otra mandibula no puede desgastarse, crece y encorvandose en forma de cuerno 6 de defensa de elefante, daia inmensa- mente 4 la nutricidén del animal. En el Museo de la Universi- dad de Sevilla existen craneos de conejo con esta curiosa de- formacion, que también suele observarse en las ratas. La constante presién hacia atras de la mandibula inferior se iniciaria, 4 compas de la prolongacidén de los incisivos, en las formas que sirvieron de punto de partida & los roedores. Esta accién permanente ha obrado de un modo directo, pri- mero aumentando el diametro antero-posterior de los incisivos, y en particular de los inferiores, y segundo empujando hacia atras la apdfisis post-glenoidea, que ha acabado por inutili- zarse como medio de resistencia, aplastandola hacia afuera y, por ultimo, atrofiandola, hasta que la quijada vino 4 ocupar la posicién retrégrada propia de los roedores. Desde este mo- mento, la accién de los musculos elevadores tomé un nuevo rumbo, originandose el proceso de la masticacién propinal, que se describié oportunamente. Otra serie de efectos del desarrollo de los incisivos y de la consiguiente forma de masticacién, se revela en el estudio de los molares. La posicién tan notablemente retirada que estos ocupan, particularmente en los castores, arvicolas y Bathyer- gus, en comparacion con la que se observa en los demas érde- nes de los mamiferos, es un resultado facil de explicar por la accién permanente de los superiores hacia adelante y abajo, tendiendo 4 distender el hueso maxilar hacia atras, hasta llevar los ultimos molares bajo la fosa temporal y posteriores a la orbita. La direccién vertical de los molares en las formas primiti- vas del orden (escitridos) y oblicua en los géneros en que estos dientes son prismaticos, es otra consecuencia también, segun Ryder, de la misma causa: en efecto, cuando las coro- nas de los molares de una mandibula estan aproximadas a las de sus opuestos, y estos deslizan posteriormente en el plano del eje mayor de la mandibula, comprimen y obligan hacia ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) arriba y adelante 4 los inferiores, y hacia abajo y atras a los superiores, produciéndose el desarrollo de las largas coronas prismaticas y las direcciones opuestas en ambas mandibulas, que observamos en dichos dientes. La estructura misma de los molares es influida de un modo notorio por dicha accién compresora, pues iniciandose por breves coronas con crestas transversales estrechas y sencillas en el Psittacotherium y en los escitiridos, se llega, a. través de formas intermedias, 4 otras dotadas de laminas verticales de esmalte, que algunas veces dividen las coronas enteramente al través (Chinchilla, Castor y Cavia) 6 aparecen solamente en la terminacién de las coronas, cruzando el agregado de pris- mas de que cada molar esta compuesto. Semejante estructura laminar, en el sentido vertical, es evidentemente obra del re- lleno de las crestas transversas, producido asimismo por la presién que ha impreso 4 las coronas su direccidn oblicua: por eso, cuando no ha actuado este agente mas que en la por- cidén terminal, los prismas estan cenidos en lo alto de la corona y libres en la base, como acontece en las arvicolas, castores é histricidos en general., Puede explicarse de igual suerte la produccion de los plie- gues que ofrece la superficie de los molares de los roedores? Cope se inclina 4 creerlo, por mas de que carezca de datos positivos para afirmarlo con certeza, fundandose en el hecho, ya notado en el anterior capitulo, de que las inflexiones de dichos dientes son de igual magnitud en los lados opuestos de ambos molares superior é inferior, al paso que en los géneros isognatos tales inflexiones son mas numerosas y profundas en sentido opuesto. El examen de las secciones delgadas de los molares de los roedores apoya también 4 nuestro juicio dicha suposicién, pues el replegamiento del esmalte trasciende al interior, y las lineas oscuras de los conductillos se encuentran doblemente onduladas como obedeciendo 4 dos direcciones de presion angulares. Termina el insigne naturalista de Filadelfia afirmando en conclusién que, 4 su juicio, queda suficientemente probado que casi todas las particularidades del sistema dentario de los roedores y el mecanismo de su masticacién, son consecuen- cias mecanicas de la longitud extraordinaria de sus dientes incisivos. 413) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 291 FV; Solo nos resta investigar, para exponer las consideraciones que nos sugiere el sistema dentario de los roedores, cual sea la causa del desarrollo longitudinal adquirido por los incisivos de estos animales, al cual se deben, como queda indicado, todas las restantes particularidades de dicho sistema. Consecuentes con el antiguo principio, tan fecundamente desarrollado por ellos, de que el uso desarrolla los érganos, los naturalistas norte-americanos atribuyen el crecimiento en longitud de los incisivos al uso continuado; mas, sin negar la validez de esta ley fisioldgica, pensamos nosotros que no basta por si sola para explicar el nacimiento del sistema dentario roedor, saliendo de otros mas homogéneos en las épocas geo- l6gicas antiguas, porque la masticacién y desgaste perseve- rantes robustecerian cada vez mas los dientes y empujarian hacia atraés la mandibula, 4 condicién de que faltasen los ca- ninos 6 fuesen suficientemente cortos para no alcanzarse; pues si no, obrando estos de un modo inverso, dirigirian las presiones precisamente hacia adelante, como sucede en los carnivoros. Se necesita, por consiguiente, que el uso actue sobre sujetos que presenten ciertos caracteres, los cuales pue- den haber aparecido como meros casos individuales anémalos, quizas en varios grupos de mamiferos, y haberse constituido en variedades constantes, alli donde la deformacidn ha preva- lecido (1). Calificamos de variedades a estas desviaciones, que han sido la cuna de la forma de masticacién roedora, siguiendo el tec- uicismo de I. Geoffroy Saint- Hilaire (2), para indicar modifi- caciones compatibles con el sostenimiento normal de la vida, ‘1) La probabilidad de este importante proceso biolégico ha sido ya senalada algu- ma vez, Aunque con ocasion de grupos muy diversos del que nos ocupa, por algunos naturalistas pensadores. Recordaremos 4 M. Fontaines, quien con ocasion de la filia- cion de los Pecten restitutensis y latissimus (Bull. de la Soc. gedl. de Fr., 1884), ha explicado por dicho principio como de dos formas afines y contempordneas se ha extinguido la una bajo influencias diversas, y desarrollado la otra por,hallarlas favo- rables. Asimismo, otras muchas formas, que parecen mutaciones de un tipo previo, alebieron ser en su origen meras yariedares contemporineas de este tipo. (2) Hist. générale et particulidre de3 anomalies de Vo-ganisation, tomo t. 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14 a diferencia de los vicios de conformacién y las monstruosi- dades, por mas que unas y otras se remonten 4 las fases de evolucidn intrauterina. La historia de las anomalias dentarias de los mamiferos es: fecunda en desviaciones de todos géneros de los tipos norma- les: unas se refieren al aumento en el numero de raices y tubérculos 6 4 la disminucidn del habitual en la especie, y & veces 4 la falta de raices, de cuya carencia se citan casos em el hombre; otras 4 variaciones en mas y en menos en el nt- mero como los curiosos casos citados por Otto, de hombres en los cuales no existian mas que dos incisivos superiores; otras,. por ultimo, 4 anomalias de insercién y de implantacién, dan- dose en los mamiferos ejemplos de dientes palatinos, y otros. en que el canino se hallaba situado entre los dos incisivos,. después de los cuales deberia estar colocado. La dupliciden- tacién de los roedores que la ofrecen se presenta 4 menudo en nuestra especie y en las de otros mamiferos, cuando la mandibula es estrecha y no deja sitio para que puedan exten- derse en una sola linea todos los incisivos. La teratologia ex- plica perfectamente esta disposicién roedora, de que no puede dar cuenta el proceso mecanico de la escuela de Cope. Esta misma ciencia es fecunda en ejemplos de desarrollo anormal en la longitud de los dientes en los carniceros, pa- quidermos é insectivoros, pero desgraciadamente para la in- vestigacién que 4 nosotros nos toca en este ensayo, los anaté- micos se han fijado muy poco en dichas anomalias, por con- siderarlas demasiado frecuentes y de escasa importancia, y asi sus descripciones son deficientes y han dejado de consig- narse muchas, que hubieran ofrecido un interés no previsto por ellos. De todos modos, el incremento teratolégico de los incisivos: es un hecho conocido en diversos mamiferos y capaz de ex- plicar la génesis de la denticién roedora, confirmando el prin- cipio sentado por Geoffroy Saint Hilaire, de que «algunas anomalias dan accidentalmente 4 un género de dientes los caracteres de otro género 6 bien al conjunto del sistema den- tario de un animal, condiciones que existen de una manera constante y regular en otra especie» (1). (1) Obra cit., tomo 1, pag. 548. 15) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 298 Otra serie de motivos para inducir que la masticacidén roe- dora se ha debido iniciar en variedades de filiacién diversa, Se refiere 4 que realmente existe de un modo normal en gru- pos enteros, asi como en géneros aislados, correspondientes a términos completamente distintos de la serie de los mamife- ros, lo cual ha dado lugar 4 grandes vacilaciones, cuando no & errores, en las clasificaciones esencialmente fundadas en los caracteres dentarios, Entre dichas formas decididamente roedoroideas por su sis- tema masticador, citaremos en primer término el género Chyromys, el aye-aye de Madagascar, mamifero de posicién dudosa en la serie, desprovisto de canino y dotado de dos incisivos salientes y robustos en cada mandibula, sepa- rados de los molares por una amplia barra 6 espacio vacfo. Estos dientes se asemejan mucho por su disposicién & los de los roedores, si bien difieren de ellos por estar revestidos de esmalte en toda su superficie; también los molares, en numero de = son roedoroideos y tienen coronas analogas & las de las ardillas. E. Geoffroy y Cuvier, atendiendo a estos caracteres dentarios, llevaron el Chyromys 4 los roedores, al paso que Blainville é Is. Geoffroy, dando mas importancia 4 otras con- sideraciones, le colocaron en sus lemtridos, entre los pri- mates. Otro curiosisimo género dotado de denticién roedoroidea es el Hyraz. Ofrece ete, en el estado adulto, siete pares de mo- lares del tipo rinoceréntico en cada mandibula, y separados de ellos por una barra los incisivos, en numero de dos, de forma triedra, encorvados y constituyendo pequefias defensas. Frotando los inferiores medios contra el vértice algo inclinado hacia arriba de los superiores, que son proclives, 4 manera de los de los lemuridos, se van desgastando oblicuamente. Algu- nos naturalistas, como G. Cuvier, han considerado el par ex- terno de estos incisivos como caninos, pero Pallas no ve en ellos sino dientes accesorios, y otros observadores han hecho notar que poseen mas de una raiz, lo que no concuerda con la suposicién de Cuvier. Los huesos de la nariz estan articu- lados con los intermaxilares y adquieren un desarrollo pro- porcional a la fuerza de los incisivos. El régimen herbivoro de estos animales africanos se indica por su conformacién dentaria y la del intestino, todo lo cual, unido 4 su facies 294 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16). externa, 4 Sus movimientos y aun 4 su tamafnio, no mayor que el de un conejo, les presta un exterior roedoroideo, que hizo los llevase el célebre Pallas al género Cavia, y que Cuvier los colocase provisionalmente entre los roedores, aunque no sin desconocer sus analogias con los proboscidios. Oken vid en ellos una forma de lemurido, al paso que Milne-Edwards pro- puso constituyeran por si el grupo de los hiracidos, y, en fin, Haeckel los ha reunido con los proboscidios en un mismo orden, el de los guildforos (1). En el importante grupo de los didelfos fitéfagos encontra- mos también una serie de animales verdaderamente roedores, por lo que se refiere 4 su aparato masticador, del cual debe- mos decir algunas palabras. . La boca de estos animales presenta generalmente seis inci- sivos en la mandibula superior, muy diferentes por su tamafo, y dos en la inferior, sumamente grandes y cestriformes. Los caninos no existen 6 son muy romos. En la mandibula supe- rior hay dos 6 tres falsos molares y uno 6 dos en la inferior no aguzados, 4 los que siguen tres 6 cuatro molares verdade- ros, con coronas provistas de diversos tubérculos. Son estos. didelfos animales arboricolas, que comen frutos, hojas y re- tonos. Entre los géneros particularmente notables por su denticién enteramente analoga a la de los roedores monodelfos, se dis- tinguen, sobre todo, el Phascolomys de Australia, pues como estos ultimos, tiene un par de anchos incisivos, y los molares, en numero de cinco, largos, encorvados y con pliegues, estan separados de los otros dientes por una larga barra. La analo- gia de las costumbres, consiguiente 4 la de Ja alimentacién, imprime también aire de roedores 4 estos singulares didelfos. Entre las formas fosiles hay ejemplos mas numerosos de esta singular analogia que nos presenta el género Phascolomys, segtin lo han revelado particularmente las investigaciones de Cope, el cual generaliza 4 ellas el proceso genético atribuido & los roedores monodelfos, fundandose en la falta en unos y otros de toda. prominencia post-glenoidea (2). El profesor . (1) Véase H. George: lonographie du G. Daman. These de la Faculté des sciences d€ Paris, 1875. (2) Note on the Marsupalia multituberculata. American Naturalist, 1888. (17) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 295 H. F. Osborn cree que en los plagiaulacidos la masticacién se produciria por un movimiento alternativo de los molares in- feriores contra los superiores, y que otro tanto ha debido ocu- rrir en otras familias extinguidas; pero como la estructura de las coronas es diversa en ellos, esto exige alguna explicacién. Los molares presentan tubérculos cénicos en series longitudi- nales, dos en la mandibula inferior y tres en la superior: las dos series de la primera alternan con las dos de la segunda, moviéndose en la ranura formada por dichas series, en tanto que las tres series de la mandibula superior abrazan 4 las dos de los molares correspondientes en la otra mandibula. Asi se verificaba la masticacién en el Chirox, Ptilodus, y probable- mente en el 7vritylodon; pero en el Polymastodon el engrosa- miento de los tubérculos impedia el cierre de las muelas du- rante la masticacion, los obligaba 4 deslizar unos sobre otros, truncandose sus vértices con el uso, hasta desaparecer del todo en los ejemplares pertenecientes 4 individuos viejos. Indudablemente, si se atendiera con exclusivismo 4 los ca- racteres dentarios, todos estos fosiles se colocarian en el orden de los roedores, como algunos naturalistas han hecho con el Phascolomys, que es su forma actual mas analoga. Es verdad que otros, como P. Gervais, han discutido en punto a esta analogia, haciendo notar que en dicho género la mandibula esta articulada al craneo por un céndilo transverso; pero a esto podria contestarse hoy con el hallazgo de formas fosiles americanas, enteramente afines, en las cuales este es redon- deado y casi vertical. De todas las precedentes consideraciones se deduce que mamiferos de troncos muy diversos se aproximan notable mente en cuanto el sistema dentario acepta el caracter roedor, y esto lo mismo en las desviaciones aisladas que en los grupos fijados ya firmemente por una larga herencia. Por la misma razon cabe dudar de la naturalidad del orden de los roedores, fundado esencialmente en los caracteres den- tarios y en su filogenia, tan poco conocida todavia; de aqui el desacuerdo que reina entre los naturalistas en punto 4 los limites del grupo, y sobre todo en su clasificacién, siendo tantas las propuestas, que hemos renunciado 4 hacer su his- toria, como pensamos al planear este modesto ensayo. Seme- jantes oscuridades y vacilaciones no tienen su raiz meramente 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) en la escasez lamentable de roedores fésiles, 6 de sus ascen- dientes, que sin embargo han debido abundar tanto en otras épocas geolégicas, sino que reconoce también por causa la misma falta de un concepto claro, aun relativamente al que se tiene de otros grupos, de lo que caracterice al orden de que se trata; circunstancia ya hace mucho tiempo notada por el insigne naturalista Laurillard. En estos ultimos tiempos Cope (1) cree haber hallado en su Psittacotherium el antecesor buscado hace tiempo de los roe- dores actuales. En este género no hay todavia diastema, pero si dos pequefnios incisivos de disposicién roedora en cada lado de la mandibula inferior. Otros descubrimientos le han llevado a pensar que dicho género corresponde 4 una categoria de formas bastante extendida en otras épocas geoldgicas. En el Zedlothertum y en el Calamodon el primer incisivo in- ferior es rudimentario y el segundo el diente efectivo. Un ter- cero se presenta en el Calamodon, el cual falta aparentemente en el Zillotherium, y el Psittacotherium ofrece, en cambio, el primer incisivo bien desarrollado, si bien el segundo es ma- yor. En el #sthonyz el gran diente segundo es verdaderamente el segundo incisivo, al paso que el primero es pequefio, y ru- dimentario el tercero, lo que induce 4 suponer que el incisivo inferior de los roedores es el segundo en la serie general de los mamiferos. Sin negar el alcance de estos descubrimientos paleontoldé- gicos, creemos que no bastan para poner en ellos el origen comun de todos los roedores actuales, pues que, aun en punto al desarrollo, existencia 6 ausencia de los pequenos incisivos, se observan diferencias tales entre los animales comprendidos en dicho orden, que no es dado fundar un caracter general y colectivo solo en semejantes érganos. El Psittacotherium puede ser, en efecto, una primera iniciacién de una serie de anima- les roedores didelfos, como el Ctenacodon y sus analogos de otra correspondiente monodelfa; pero deducir de aqui una comunidad de origen para todos los animales comprendidos en el orden de los roedores, vale tanto como afirmar que este grupo es natural, cosa que no creemos admisible. Desde luego, (1) American Naturalist. Tertiary Vertebrata, 1885. (19) Calder6n.—DENTICION DE LOS ROEDORES. 297 y sin salir de los caracteres dentarios, hemos mencionado dentro de é1 series completamente diversas: unas de molares afines a los de los insectivoros, otras en que son tuberculosos (marmotas y ardillas) y recuerdan los de ciertos primates americanos y algunas fieras omnivoras: los hay provistos de raices y otros que carecen por completo de ellas. En definitiva, parécenos razonable deducir de todos los hechos consignados en este bosquejo, que la génesis de la masticacién roedora puede explicarse por el concurso de dos factores: uno la evolucién mecanica de Cope y su escuela, y otro el que hemos propuesto, a saber, la variedad teratologica, ambos insuficientes por si solos para producir semejante re- sultado. De esta suerte, mamiferos de filogenia muy diversa han podido coincidir en una forma particular de masticacion, por iniciarse en cada uno de ellos un desarrollo anormal de los incisivos y una gran brevedad en los caninos 6 su ausen- cia. Estas variedades, aparecidas en el seno de faunas de otras épocas, han prevalecido y se han ido acentuando cada vez, em virtud del proceso mecanico descrito, merced 4 hallar en la vegetaciOn abundante de entonces, condiciones abonadas para su desarrollo creciente. $e Hi en Bear h a DIAGNOSIS DE ORTOPTEROS NUEVOS, POR DOM LGINACIO BOnta VAR. (Sesion del 5 de Febrero de 1890.) Con ocasién del estudio que hice el aio anterior de los or- tépteros del Museo Nacional de Lisboa y de los de la isla de Cuba (1), encontré en mi colecciédn varias especies nuevas cuyas diagnosis reunidas constituyen el presente. trabajo. Proceden en su maygr parte estas especies de un lote que compré al Sr. Staudinger, de Dresde, formado por especies recogidas en 1887 por el Dr. Hahnel en Faro, Chiriqui, Santa- ren, Itaituba y otras regiones del Amazonas, y por el Sr. Gar- leppi en Cumbase (alto Pert), y de otro que adquiri del sefor Frusthorfer, procedente de sus cazas en la cuenca del rio Ca- pibary; las restantes las debo 4 la generosidad de varios natu- ralistas, & quienes envio la expresién de mi sincera gratitud, y entre los que no he de dejar de citar & nuestro colega el se- for Oberthur, que me ha proporcionado en diferentes oca- siones especies del Uyanyembe recogidas por el misionero P. Hautteceeur, al Dr. Ch. Bonnet que me ha procurado algu- nas recogidas en el Japén por M. Faurie, y 4 los Sres. Baer y Mazarredo, de quienes proceden las especies filipinas. Madrid, Enero de 1890. (1) Bnumération des orthopteres de Vile de Cuba, publicado en las « Mémoires de la Société Zoologique de France», tomo, i888. Ortopteros de Africa del Museo de Lisboa, en el «Jornal de Sciencias mathematicas, physicas e naturaes, 2.4serie, nimeros 11 y 111, 1889, y num. tv, Lisboa, 1890. 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Lista de las especies descritas: . Temnopteryx dimidiatipes.—Fi- lipinas. brachyptera.— Africa boreal. . Thyrsocera lineaticollis. — Su- matra. . Stylopyga nitida.—Filipinas. . Panchlora Brazze.— Congo. . Compsomantis tumidiceps. — Fi- lipinas. . Otomantis scutigera.—Lourenco Marques. . Blepharodes candelarius. — Mo- gadixo, . Obrimus quadratipes.—Filipinas. . Tisamenus cervicornis.—Idem. asper.—Idem. . Odontomelus brachypterus Gerst. Ashante. . Phleoba leta.---Madagascar. . Duronia virgula.— Ashante. — Gerstaeckeri. — Africa occidental. tricarinata.—Ashante. . Comacris sansibaricus. — Zan- zibar. . Toxopterus miniatus.—Pert. . Compsacris pulcher.—Peru. . Gymnobothrus Oberthuri. - Afri- ca central. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. Arcyptera Carvalhoi.—Louren¢o Marques. Tropidonotus Laufferi.— Peru. Eleochlora Fruhstorferi.— San- ta Catharina. Prionacris cerulescens. — Alto Amazonas. Coptacra annulipes. — Filipi- nas. EHuryphymus adspersus.— Lou- renco Marques. Euprepocnemis Oberthuri.—Atri- ca central. Pezotettix Fauriei.—Japon. — mikado.—Idem. Coscineuta cicatricosa. — Alto Amazonas. 1. Letratenia nitidedla—t|dem. . Mastusia spectabilis—Idem. . Morsimus serraticollis. — Wai- giou. . Platycleis Bonneti.—Japon. . Decticus japonicus.—Idem. . Rhaphidophora Baeri.— Manila. . Brachytrypus politu. — Africa central. . Nemobiopsis Gundlachi.—Cuba. 9. Laranda annulata.— Brasil. . Posus mictifornis. — Madagas- car. Temnopteryx dimidiatipes, sp. nov., fig. 1. Fusco-castanea. Caput nigrum, vertex flavus longitudinali- ter nigro-quadristrigatus, epistomate nec non palpis articulo ultimo nigro excepto pallidis. Antenne rufe. Pronotum pos- tice recte truncatum, nigrum, nitidum, antice lateribusque flavicinctum. Elytra cornea, abbreviata, intus sese tangentia, (3) Bolivar. — ORTOPTEROS NUEVOS. 301 - postice valde oblique truncata, extus littura flava, intus prope marginem posticum pronoti macula parva rufa. Pedes testa- cei, cox plaga magna nigra, femoribus base nec non tibiis base apiceque nigris. Abdomen supra subtusque flavo-circun- datum. Lamina supraanalis angulata. Cerci bicolores, dimi- dio apicali testacei. Lamina subgenitalis ampla, rotundata 9. Long. corporis (ota - _ pronoti 2,5 - elytrorum 2,2 Loc. Causip (Camarines Sur), Mazarredo. Los élitros son sin duda de igual forma que en el Z. indica Sauss. Temnopteryx brachyptera, sp. nov., fig. 2. Pallide testacea, fusco-variegata. Frons fusca. Pronotum postice late truncatum, disco ruguloso, fusco-strigato. Elytra dimidium abdomine tegentia, intus sese tangentia, postice recte truncata, angulis posticis rotundatis, vena anali et scapulari tantum perspiquis, impressis, ceeteris oblitteratis. Tibie postice supra fusco-annulate. Abdomen fusco-varium. Lamina supraanalis transversa, parum producta, obtuse an- gulata. Cérci prope apicem fusco-annulati. Lamina subgeni- talis oblongo-producta, apice lobo parvo subquadrato. Styli brevissimi ¢’. Long. corporis Gee - pronoti 1.8 - elytrorum 2 Loc. Africa boreal. Ignoro la procedencia de este insecto que existe en mi coleccién con esta sola indicacidn. Es del tamanio de la Aphlebia virgulata Bol., y debe colocarse en la proximidad del 7’. znconspicua Brunn.; pero en este, del que solo se conoce la 2, los élitros deben ser mucho mas grandes que en la especie que acabo de describir. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Thyrsocera lineaticollis, sp. nov. Fusca. Caput rufum. Vertex longitudinaliter fusco-strigatus, palpis nigris. Antenne medio valde hirsute, nigre, ante api- cem albe. Pronotum antice sensim angustatum, postice ro- tundatum atque flavo-limbatum, disco fusco-nigro, linea alba longitudinali postice abbreviata, lateribus pellucidis. Elytra fusco-castanea, margine externo pallido. Coxe antic testa- cee, apice nigre. Femora omnia.nigra, subtus pallida. Tibie rufescentes. Cerci? Long. corporis 2 10" - pronoti 2.8 Lat. pronoti postice 3,5 Long. elytrorum 12,5 Loc. Sumatra. El estado del unico ejemplar que he visto no permite completar esta descripcién; pero los caracteres expresados bastan para distinguir la especie de sus congé- neres. Stylopyga nitida, sp. nov. Obscure castanea, nitida, ore pedibusque pallidis. Antenne rufe. Frons nitida, convexa, lata. Pronotum unicolor, levissi- mum. Elytra et ale perfecte explicate, abdomine longiores; elytra picea, versus marginem anticum dilutiora et plus mi- nusve ferruginea: area anali levissima, venis indistinctis. Plante tarsorum posticorum minutissime. Lamina supraana- lis postice obtuse angulato-rotundata, integra, medio longi- tudinaliter canaliculata ©. Long. corporis 13™* =. .promoti ., 45 - elytrorum 14 - femor-posticorum 4,5 - tibiar. post. 5 - tars. pos. 4 ©) Bolivar.— ORTOPTEROS NUEVOS. 303 Loc. Visita Catbacon (Albay) Filipinas, Mazarredo! Por su aspecto ofrece alguna analogia con la Periplaneta pallipalpis Serv.; pero, aparte de su menor tamaiio, es una verdadera Stylopyga, mientras que aquella pertenece, segun Stal, al género Methana. Panchlora Brazze, sp. nov. Griseo-fulva. Antenne rufo-castanee. Vertex inter oculos late fuscus. Frons inter antennas fascia transversa subarcua- ta parum expressa. Pronotum obtuse trigonum, postice valde obtuse angulatum; disco antice posticeque subtilissime trans- versim strigato, medio maculis fuscis subindistinctis, utrin- que fascia lata nigra antrorsum angustata intus irregulariter sinuata, extus flavo-marginata; marginibus lateralibus parum deflexis prope angulum lateralium indistincte rufo-fasciatis. Elytra apicem abdominis valde superantia pone medium transversim minutissimeque griseo-tesellata: vena radiali us- que ad medium nigra; campo anali multiseriatim punctulato, venis 12 parum expressis. Ale antice fusce, campo radiali apicem versus pellucido, transversim fusco-tesellato 9. Long. corporis 30™" - pronoti 8 Lat. pronoti 11 Long. elytrorum 30 Loc. Regidn del Congo (Brazza). Gracias 4 la generosidad del Dr. Bonnet figura esta especie en mi coleccidn. Compsomantis tumidiceps, sp. nov. Pallide ochracea. Caput crassum. Vertex planiusculus, an- trorsum rotundatus; scutellum postice levissime arcuatum. Pronotum haud granulatum, retrorsum sensim angustatum, marginibus minutissime serrulatis. Elytra omnino coriacea, valde abbreviata, vena anali ante apicem abbreviata. Ale 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) apice obtuse rotundato-truncate, dimidio antico nec non basi campi analis ochracee, postice late fusce, venis transversis campi anaiis hialino-circumdatis. Coxe antice superne obtuse serrulate, tibie extus 7-intus 11 spinosee. Pedes postici bre- vissimi; femora apice infuscata. Articulus primus tarsorum posticorum articulis duobus sequentibus unitis subbrevior. Long. corporis 9 29" - pronoti 6 - elytrorum 9 - fem. post. 6 Loc. Dolores (Filipinas), Mazarredo. Esta especie debe fignrar al lado de la C. crassipes de Haan, Micromantis (Compsomantis) crassiceps Sauss., 1. c., p. 23. (Saussure escribe siempre crasszpes por lapsus calami), de la que se distingue porque los élitros y alas son mas cortos, por la coloracion de las alas y otros caracteres. Otomantis, gen. nov., fig. 3. Caput valde transversum: scutello frontali latitudine sua triplo vel plus triplo breviori, postice obtuse angulato et in dentem parvum producto; pone ocellos linea transversa sub- arcuata, medio tuberculo antice deplanato instructa; vertice transverse compresso, latiusculo, ad oculos rectangulariter prominenti. Oculi conici, extrorsum producti, apice tubercu- lati. Antenne lineares, longe inter se distantes. Pronotum latitudinem capitis vix vel haud longius; ad humeros modice dilatatum, pone eos distincte constrictum; sulco transverso vix ante medium sito. Elytra perfecte explicata, marium laxe, feminarum dense reticulata; venis ulnaribus ramosis. Ale utriusque sexus hyaline: area radiali feminarum minutissime reticulata, ad apicem rotundato-truncata: venis radialibus haud divisis; vena ulnaria antica ramosa. Pedes anteriores validi: coxee pone marginem posticum pronoti valde product; femo- ra clypeata, supra dilatata, apicem versus angustata, subtus spinis discoidalibus quatuor armata; tibie extus spine equa- liter cumbentes. Pedes posteriores graciles; femora apicem versus lobata; subtus carinata; tibicee postice ante apicem an- (7) ; Bolivar. — ORTOPTEROS NUEVOS. 305 eustate. Articulo primo tarsorum posticorum articulis tribus sequentibus unitis haud longiore. Género préximo al Acromantis Sauss. y al Ambivia Stal, y que participa de los caracteres de ambos, pero que ofrece ade- mas otros muy notables que le distinguen. Otomantis scutigera, sp. nov., fig. 3, 3 a-d. Viridis vel testacea. Pronotum utringue ante humeros valde sinuatum et subserratum. Elytra marium angusta, margini- bus subparallelis; hyalina, laxe reticulata, venis versus api- cem parce fusco-punctatis, area marginali angusta, prasina: feminarum ovata, dense reticulata, area marginali latissima. Ale marium hyaline, area radiali obtuse producta, apice te- nuiter infuscata, feminarum, area radiali dense venosa antice apiceque subopaca; vena ulnari anteriore pone medium oa vel vix ante medium 9 furcata. Coxe antice supra subtusque serrulate. Femora anteriora extus obsolete fasciata, carina superiore apicem versus sinuata et subserrata. Pedibus pos- ticis fusco-annulatis. Lamina infraanalis ,” apice biaurita. Cerci cylindrici, elongati. Abdomen 9 latiusculum. Long. corporis © 6.2)" 9 26 Latitudo capitis 4,2 5,2 Long. pronoti 4,2 5,5 - elytrorum. 17 16 Latit. - 4,5 6 Long’. fem. ant. 5,5 6,5 - - post. 5 6 Loc. Lourenco Marques. Me ha sido proporcionada esta especie por el Sr. Carvalho Monteiro, de Lisboa. Blepharodes, gen. nov., fig. 4. Vertex in processum conicum apice depressum et subbilo- batum, antice longitrorsum tricarinatum productus. Scutel- lum frontale medio, carina acuta antice producta instructum. Antennis 9 apicem processum verticis haud attingentibus, ANALES D= HiST. NAT.—XIX. 20 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (8) ad oculos insertis, oculi obtusissime conici. Pronotum bre- viusculum, antice fossulatum? lobo antico quam postico dimi- dio breviori, dilatatione humerali rhomboidali, marginibus horizontaliter expansis, spinosis, parum pone medium subito parallelis. Elytra perfecte explicata, oblonga, vena ulnaria antica ramosa. Ale hyaline, campo radiali ante apicem latis- simo, vena radiali postica prope apicem furcata; vena ulnaria antica paullo ante medium elytri divisa. Coxe antice supra subtusque spinosee, longe pone marginem posticum pronoti extense. Femora compressa, superne recta, subtus in margi- ne externo quinquespinosa, inter spinas denticulata. Tibize utrinque pluridentate. Coxe quatuor postice triquetre. Fe- mora intermedia et postica elongata, haud lobata. Articulus primus tarsorum posticorum plus dimidiam longitudinem tarsorum ocupans. Abdomen dilatatum; segmentis singulis lateraliter dentatis. ‘ Este género pertenece 4 la tribu de los empusinos, y debe figurar al lado del género Blepharis Serv., del que se distin- gue por la forma de los ojos que son obtusamente cénicos, por la del tubérculo del vértice que es mucho mas largo que el resto de la cabeza y deprimido en el apice, y por carecer de lébulos foliaceos en las patas. Blepharodes candelarius, sp. nov., fig. 4. Exsiccatus pallide testaceus. Pronotum medio sulcatum. Coxe antic supra subtusque sat fortiter spinosee , carina ex- terna indistincte granulose. Femora antica intus ante me- dium plaga magna nigra. Elytra ultra apicem abdominis haud extensa, marginibus subparallelis, ante medium fascia obliqua pallida, ramis vene ulnarie pallide circumdatis. Ale hyaline Q. Long. capitis leu - pronoti 2) - elytrorum 18 Latitudo - 6 Long. fem. anticorum 8,5 - - posticorum 12 - art. primo tars. post. 4,5 (9) Bolivar.—oOrRTOPTEROS NUEVOS. 307 Loc. Mogadixo (Revoil!). Esta curiosa especie me ha sido proporcionada por el senor Deyrolle, de Paris. Obrimus quadratipes, sp. nov. Rufo-fuscus, granulato-spinosus. Caput octospinosum. Pro- notum prope marginem posticum spinis duabus validis apice nigris armatum. Mesonotum 6 spinosum, spinis duabus anti- cis marginalibus, spinis mediis parvis, spinis posterioribus validioribus apice nigro. Metapleuree margine spinose, supra coxas spinis duabus majoribus armate. Metanotum prope marginem posticum bispinosum. Metapleure fortiter spino- se, Femora prismatica, modice incrassata, carinis spinis trian- gularibus plurimis armatee. Tibie omnie carinis dentato-ser- ratis. Abdomen granuloso-spinosum, segmentis ultimis supra medio carinatis. Cerci brevissimi ;/. Long. corporis 42™™ - pronoti 352 -- mesonoti a - fem. post. 9,5 Loc. Filipinas, Mazarredo. El Acanthoderus Mesoplatus Westw. se aproxima tanto 4 esta especie, que creo debe in- cluirse en el mismo género y no en el Dares, como supone Stal. Esta especie se distinguira de la nuestra principalmente por carecer de espinas grandes en los segmentos basilares del abdomen. Tisamenus cervicornis, sp. nov., fig. 5, 54a. Fuscus, granuloso-rugosus. Caput supra utrinque crista obliqua compressa pluridentata, dente secundo validiore, pos- tice lateribus tuberculo conico armatum. Pronotum disco ca- rinis duabus obliquis retrorsum convergentibus, antice com- pressis et fortiter bispinosis. Mesonotum carinatum, area an- teriore triangulari, subconcava, subequilatera, vel parum lon- 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) giore quam antice latiore, medium mesonoti haud attingente, carinis antice productis. Mesopleure denticulate et supra coxas posticas unispinose. Metanotum medio carinatum. Me- tapleure dilatate, serrulato-dentate, dentibus duobus ultimis- validioribus. Femora carinis serrulato-denticulatis, in 9 cari- nis superioribus fere muticis. Abdomen obtuse carinatum, segmentis basalibus utrinque bi-posticis pluri tuberculatis. Segmentis apicalibus 9 compresso-carinatis. - Longitudo corporis Gteon © 48 - pronoti 4.5 6 - mesonoti 7,0 9 ~ fem. post. 7,5 2 Loc. Camarines Sur (Filipinas), Mazarredo. Esta especie se distingue del 7. serratorius Stal y del deplanatum Westw. por la forma y disposicién de los tubérculos de que esta ar- mada la cabeza y los segmentos toracicos. Tisamenus asper, sp. nov. Fuscus, granoso-tuberculatus. Antenne apicem versus fer- ruginez, femoribus anticis longiores. Caput dorso utrinque crista obliqua denticulata, postice lateribus, tuberculo antice: serrulato. Pronotum dorso ante sulcum transversum tubercu- lis compresis elevatis tri-vel quadridentatis, antrorsum diver- gentibus, margine antico lateribus pone spiraculum tubercu- lato. Mesonotum longitrorsum carinatum, antice area plana triangulari usque medium mesonoti extensa, utrinque cari- nula granulata terminata. Mesopleure sex-dentate. Metano- tum medio carinatum. Metapleure denticulate, ante coxas posticas denticulo validiore armate. Femora carinis inte- cris 9 vel tuberculatis (7. Abdomen tantum tuberculis parvis: rotundatis preditum, segmentis ultimis medio carinatis. Seementum ultimum dorsale fortiter tuberculatum, utrinque carinula curvata, serrulata, armatum. Lamina supra-analis parva, obtuse acuminata. Lamina infra-analis magna, com- pressa, acuminata cy. (11) Bolivar.—orTOPTEROS NUEVOS. 309 Long. corporis 50" - pronoti 4,5 - mesonoti 10,5 - fem. post. 12 Loc. Angat (Filipinas), Mazarredo. Esta especie tiene mas analogia con el 7. deplanatus Westw. yel Z. serratorius Stal, que con el 7’. draconinus Westw. Odontomelus, gen. nov., fig. 6. Differt a genere Macheridia Stal, vertice a fastigio linea impressa arcuata separato: lobo postico pronoti brevissimo, margine postico valde angulatim exciso; elytris brevissimis; alis nullis. Corresponde & este género la Opomala brachyptera Gerst., de la que solo se conocia la hembra. Odontomelus brachypterus Gerst., fig. 6, 6 @. Opomala brachyptera Gerst., Die Gliederthier-fauna des San- Ssibar-Gebietes, 1873, pag. 34, taf. m, fig. 5,5 @9. Corpore fusco (in sicco) utrinque vitta flava longitudinali ab apice frontis ad extremitatem abdominis extensa. Fasti- gium verticis oblongum, productum, subtilissime carinatum. Pronotum carinulis discretis longitudinaliter sculptum, pos- tice obtuse angulatum; lobis deflexis margine postico sinuato. Elytra rudimentaria, apice coxarum posticarum extensa. La- mina subgenitalis (7 acute compresso-producta o 9. Long ycorporis: )o7);21™=" On292" - pronoti 3,9 5 - elytrorum 2,9 3 - fem. post. 13 16 Loc. Pais de los Ashantes (Africa occidental), Reitter! 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12): Phleoba leeta, sp. nov. Pallide viridis vel testacea, dorso seepe lete viridi. Antenna articulis 3-7 latis, denique angustatee. Vertice horizontali, marginibus deplanatis in eoden plano jacentes; fastigio lon- giusculo, medio obtuse carinato. Frons valde obliqua, costa late sulcata, oS versum vix ampliata.. Pronotum antice trunca- tum, postice obtusissime angulatum, dorso retrorsum distinete ampliato, carinis lateralibus postice magis distantibus , sulco postico leviter pone medium sito; sulcis transversis prozone indistinctis: lobis deflexis extus angustatis ad carinas margi- nales dorsi fusco-lineatis. Elytra apicem femorum posticorum parum superantia, apice obtuse acuminata, area scapulari lete viridi, vena radiali antica ante medium nigra. Ale hyaline, antice prope apicem anguste nebulose, venis corp analis: nigris. Pedes postici pilosi, rufi. Lone sCorporisesk iorecl" 2 O27 - pronoti 3,9 ae - elytrorum 19 24 - fem. post. 13,5 17 Loc. Madagascar (P. Pantel). Debo esta especie 4 la generosidad del R. P. Pantel. Esta especie es semejante 4 la PAl. viridula P. B., pero su tamano menor, la desigualdad de los ldbulos del pronoto y la coloracidn la distinguen por completo de aquella. Duronia virgula sp. nov. Decolorata? Fusco-testacea. Vertex parum productus, trian- gularis, subconcaviusculus vel deplanatus, haud carinatus; antennis subfiliformibus. Fronte parum obliqua, costa sulca- ta. Pronotum dorso ampliato, carinis lateralibus in prozonam bi-interruptis, postice fascia pallida usque marginem posticum continuatis vittam nigram secantibus; sulco postico medio vel fere ante medium posito, metazona punctata, postice obtuse (13) Bolivar.— ORTOPTEROS NUEVOS. 311 angulata; lobis deflexis angulo infero-postico subrotundato, margine inferiori antice sinuato. Metapleure fascia obliqua albida ornate. Elytra apicem femorum parum superantia, area anali pallida, discoidali fusca, pallide variegata, apice obtuse rotundata. Ale extus nebulose. Femora postica supra obsolete fusco-quadrifasciata. Tibize postice fuscee prope basim annulo pallido. Abdomen supra testaceum, lateribus late rufo- fuscum © Q. Long. corporis lee Os 18e" - pronoti 2,9 3 - elytrorum 12 17,5 - fem. post. 9 12 Loc. Pais de los Ashantes (Reitter); Congo, Dr. Bonnet. Esta especie se distingue bien de la D. fracta Fieb.=D. Lu- cast Bol.—D. Laure Borm. porque en las dos primeras las qui- llas laterales del pronoto estan interrumpidas en la prozona por los surcos transversos, y de las D. stenoptera Schaum, seé- micarinata Gerst. y tricarinata Bol., porque en las ultimas es- tas mismas quillas son rectas. Duronia Gerstaeckerii, sp. nov. Fusco-testacea. Vertexe productus, subtriangularis © vel oblongus. Oculi valde exserti. Antennis prope basim distinc- te ensiformibus, pone medium filiformibus, pallideque annu- latis. Fronte valde obliqua, costa subsulcata. Pronotum dorso angusto, carina media obsoletissima, carinis lateralibus an- trorsum parum divergentibus, in prozonam bi-interruptis, pone sulcum posticum nullis; metazona grosse punctata, tan- tum medio obsolete carinata, postice obtusissime angulata, subrotundata; lobis deflexis ad carinas superiores infuscatis, postice punctatis, integris, infra antice sinuatis, angulo pos- tico fere recto. Elytra apicem femorum parum superantia, apice obtuse truncata, fusco-nebulosa, versus apicem venulis transversis plurimis pallidis. Ale crulez, antice apiceque fuscee. Femora postica extus obscuriora, ante apicem nec non tibize prope basim pallide annulatis. Abdomen fuscum, late- ribus rufo-vittatis o 9. 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Long. corporis ° qo 24" © - pronoti 4,5 - elytrorum 23 - fem. post. 16 Loc. Pais de los Ashantes y Gabon (Gerstaecker, Reitter). Igual observacién que para la especie precedente. Duronia tricarinata, sp. nov. Verisimiliter decolorata; rufo-fusca. Fastigium verticis con- caviusculum. Costa frontalis versus clypeum sulcata. Anten- nis tantum prope basim angustissime ensiformibus. Pronotum postice obtuse angulatum, sulco postico medio sito, carinis lateralibus parallelis tantum prope marginem posticum obso- letis; metazona rugulosa; lobis deflexis extus obtuse angula- tis et pallide vittatis. Elytra apicem femorum extensa, fusco- maculata; area scapulari vena adventia instructa. Ale dimi- dio apicali fuscee; disco interno?. Femora omnia fusco-punc- tata Q. Long. corporis 0E - ‘pronoti 3,5 - €lytrorum~ 16 - fem. post. 12 Loc. Pais de los Ashantes, Reitter! Esta especie es muy parecida a la D. stenoptera Schaum y a la D. semicarinata Gerst., porque en ella las quillas laterales del pronoto se prolongan casi hasta tocar el borde posterior del mismo. El tubérculo del vértice es mas saliente y angu- loso que en la D. stenopiera, y los élitros ofrecen una vena es- purea 4 lo largo del area escapular, que en la especie citada solo se ve en la base. Comacris, gen. nov. A gen. Duronia Stal differt; elytris latioribus; alis sexuum difformibus, areis media et ulnaria dilatatis, areolis quadra- tis © vel longioribus quam latioribus «7; area scapulari prope apicem ampliata, opaca. (15) Bolivar.— ORTOPTEROS NUEVOS. 313 Comacris sansibaricus, sp. nov. Rufo-testaceus. Fastigium verticis deplanatum, obtuse triangulare, haud carinulatum. Antenne subfiliformes. Costa frontalis subsulcata, apicem versus levissime ampliata. Pro- notum supra subparallelum, carinis lateralibus prope mar- ginem posticum oblitteratis, sulco postico medio sito tantum intersectis; metazona punctata, postice obtuse angulata; lobis lateralibus ad carinas superiores late fusco-fasciatis, subtus pallidis; margine externo antice sinuato, angulo postico fere recto. Elytra apicem femorum vix longiora ~ area mediastina prope basim breviter lobata, scapulari prope medium elytro- rum dilatata; venis radialibus fuscis. Ale nebulose, areis me- dia et ulnaria © © dilatatis, pellucidis. Femora testacea, geni- culis posticis infuscatis. Tibize pallide, cinereo-villose. Abdo- men lateribus fusco-vittatum © 9. Long. corporis Epon 4 Oo 208" - pronoti 25 3 - elytrorum 13 16 - fem. post. 9,5 12 Loc. Zanzibar, Deyrolle. Toxopterus, gen. nov. Vertex triangularis, marginibus obtusis sed angustis, supra convexus, foveole frontales basales, triquetre , anguste. An- tenn filiformes, (7 marginem posticum pronoti superantes, apice clavate, 2 breviores, apicem versus subampliate. Oculi subglobosi. Costa frontalis usque ad clypeum continuata, sul- cata. Pronotum supra planiusculum , medio carinatum, sulco postico medio vel vix pone medium sito; postice angulatum, carinis lateralibus medio oblitteratis. Elytra perfecte explica- ta, apice oblique truncata. Ale colorate; areis media et ulna- ria ampliatis, quadrato-reticulatis. Femora postica basi incras- Sata. Tibie postice cylindric, apicem versus vix ampliate. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Toxopterus miniatus, sp. nov. Fuscus, rugulosus. Vertex carinatus, marginibus puncta- tis. Frons carnea, nigro-punctata. Tempora nigra. Prono- tum postice recte angulatum; lobis deflexis dimidio inferiori pallidis, margine externo antice sinuato, postico integro; an- culo postico fere recto. Elytra fusca, apicem femorum parum superantia; area mediastina prope basim lobata, pone medium elytri vix extensa; vena ulnaria antica medio dichotoma. Alz miniacex, antice margineque externo fusco-nigris, ramo ra- diali postico medium elytri dichotomo. Pectus nigrum. Fe- mora postica supra extusque nec non lateribus thoracis gri- seo-testaceis, subtus intusque nigra. Tibi postice excepto annulo pallido basali nigro-nitide. Abdomen nigro-fus- cum ¢ 9. Long. corporis» co” 20" = 7Ox29% 7 prong 4,5 6 - elytrorum 19 23 - fem. post. ye 16,5 Loc. Cumbase (Pert). Este género es afine al Orphula Stal como el Gomphocerus Th. al Stenobothrus Fisch., distinguiéndose del mismo modo que estos por la forma de las antenas. Ademas las quillas laterales del pronoto interrumpidas en el medio también con- tribuyen 4 separarle del género Orphula Stal, asi como la ve- nulacién de los campos anteriores del ala mas conforme con la del Comacris Bol. de Africa que con la del género ame- ricano. Compsacris, gen. nov. Vertex triangularis, parvus, marginibus acutis, elevatis; foveole verticis nulle vel minute, basales. Antenne filifor- mes. Frous valde obliqua, costa ad clypeum perducta atque sensim ampliata. Pronotum compressiusculum, subcylindri- cum, carina media percurrenti, lateralibus prope marginem anticum callo pallido indicatis, et pone sulcum posticum cons- (17) Bolivar.—ORTOPTEROS NUEVOS. 315 picuis, antrorsum valde divergentibus. Metazona prozona fere dimidio breviori. Elytra perfecte explicata, apice anguste ro- tundata. Ale normales, areis media et ulnaria haud ampliatis. Femora postica pone medium filiformia. Tibie postice cylin- dracee. Tarsi elongati. Género proximo al O7phula, pero con las antenas completa- mente filiformes; las fositas del vértice pequefnisimas, 6 mejor dicho nulas; las quillas del pronoto existentes tan solo en la metazona, y las alas normales. Compsacris pulcher, sp. nov. o Viridi prassinus; © pallide rufo-testacea, utrinque vitta lata nigra o” vel fusca 9 a vertice oriunda usque ad apicem elytrorum perducta. Vertice haud carinato, convexo. Antenne apice pallide. Costa frontalis subsulcata. Pronotum postice subrotundatum, metazona impresso-punctata; lobis deflexis margine postico integro, margine externo antice oblique truncato, subsinuato; angulo postico recto. Elytra apicem ab- dominis o& parum vel 9 haud superantia, venis fuscis; area anali ,y viridi, 9 grisea, fusco-punctata. Ale antice anguste fusce, extus dilute infumate et irideo-micantes, disco interno dilutissime coccinese. Femora antica o viridia vel fusco-gri- sea; postica rufa, ante apicem nigrum, annulo pallido ornata. Tibiw postice nigro-olivaceze, basi pallide annulate, longe cinereo-villosa ¢& 9. Abdomen pallidum. Long. corporis Cal OR - pronoti 3 4 - elytrorum 12,5 * 15 - fem. post. 12,5 14,5 Loc. Villa Bella en el Peru, Dr. Hahnel! (Staudinger). Es un precioso insecto de colores vivos en el «>, mas oscu- ros en la 9. Gymnobothrus Oberthuri, sp. nov. Statura majore. Colore pallide ferrugineo, fusco-variegato. Foveole verticis minute, trigone, supra arcuate, marginibus 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) rotundatis. Costa frontalis inter antennas punctata, ad ocellum breviter coarctata et ante eum late sulcata. Pronotum postice angulatum, angulo immo subrotundatum; metazona punctata; carinis lateralibus ante sulcum angulariter inflexis, biinter- ruptis, pone sulcum oblitteratis, antice extus, postice intus ferrugineo-notatis; lobis deflexis ferrugineo-fuscis, fascia lata obliqua exteriore pallida. Elytra ante medium rufescentia, dimidio apicali subpellucido, vena scapulari recta, area me- diastina pone medium elytrorum extensa, basi ampliata. Ale infumate, disco interno hyaline, antice prope apicem angus- te fuscee. Femora postica basi latiuscula, supra maculata. Lo- bis metasternalibus pone foveolas valde convergentibus sed leviter distantibus 9. — Long. corporis 1822 - pronoti 3,8 = -elytrorum, 7-6 — em. POst. 2. 4150 Loc. Tabora (Unyanyembe) R. P. Hauttecceur. Ie Trim., 1885. Esta especie, bastante semejante al G. cruciatus Bol., pero distinta ‘por la forma de las fositas del vértice y de la quilla frontal, me ha sido regalada por el Sr. Oberthur, de Rennes. Arcyptera Carvalhoi, sp. nov. Statura parva. Colore griseo, fusco-vario. Foveole verticis punctate, marginibus rotundatis. Caput pone oculos flavo- fasciatum. Pronotum postice angulo recto decisum, carinis lateralibus postice plus minusve oblitteratis, fascia fusca ad oculos oriunda secantibus; lobis deflexis fusco-teniatis. Ely- tra apicem abdominis parum superantia, latiuscula, hyalina, basi apiceque infuscata; area scapulari o” abbreviata, pone medium valde dilatata; venis radiali postica et ulnari medium elytri contiguis areolis irregularibus formantibus; area inter ulnaria latissima, venis rectis, parallelis, instructa: 9 area sca- pulari pone medium elytri producta, basi dilatata; vena ulnari anteriore et radiali modice distantibus; area inter ulnaria areolis complures series duas formantibus. Ale dilute cceru- (19) Bolivar.—orTOPTEROS NUEVOS. 3) lescentes, apice late infumate. Femora postica pallida, fusco- biannulata, geniculis tibiisque posticis fuscis, has basi an- nulo flavo. Lobis metasternalibus pone foveolas connatis o 9. Long. corporis ermace ? 19°" - pronoti 3.5 + - elytrorum 12 15 - fem. post. 8,5 11,5 Loc. Lourenco Marquez (Africa oriental). Esta especie me ha sido proporcionada por el conocido lepi- dopterdlogo Sr. Carvalho Monteiro, de Lisboa, 4 quien tengo el gusto de dedicarla. Tropidonotus Laufferi, sp. nov. Pallide ochraceus. Fastigium verticis triangulare, levissime subtransversum, distincte carinulatum. Antenne subensifor- mes. Costa frontalis tantum medio subsulcata, marginibus ob- tusatis. Pronotum compressum, cristatum, crista a latere visa recta, postice haud crenulata, granulis minutis utrinque sculp- ta; carinis lateralibus retrorsum vix divergentibus, fere paral- lelis, levigatis; metazona postice acute producta; lobis defle- xis postice recte angulatis, angulo immo rotundato. Elytra apicem femorum modice superantia, apice anguste rotundata; venis radialibus fuscis, testaceo-maculatis; ceteris absque maculis nigris subelevatis. Ale base rose, pone medium fas- cia arquata fusca, margine postico subparallela; dimidio api- cali subpellucide, intervallo scalare hyalino, decolore. Pros- ternum tuberculo subcompresso, recurvo, antice prope basim plano. Femora postica elongata, basi paulo dilatata, carina superiore subserrata, ceteris rare punctatis; anguli genicula- res haud producti; lobi geniculares acutiusculi. Tibie postice extus spinis 18-19 armatee. Long. corporis 40 - pronoti 12 - elytrorum 4] - fem. post. 26 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Loc. Cumbase (Alto Peri), Garleppi, Enero, 1887. (Stau- dinger). Dedico esta especie al Sr. D. Jorge Lauffer, nuestro conso- cio y distinguido entomdlogo, que me ha proporcionado va- rias especies americanas interesantes. Eleeochlora Fruhstorferi, sp. nov., fig. 7. Saturate viridis, subtus flavescens. Fastigium verticis mag- num, sursum versum, valde elevatum, apice obtuse rotunda- tum, marginibus subreflexis, supra purpureum. Antenne, ar- ticulis duobus basalibus exceptis, purpurex , parum amplia- tee, articulis 22 composite, ~ pone medium elytrorum exten- see. Pronotum granoso-scabrum, antice obtuse-postice acute productum, medio acute cristatum, crista a latere visa sub- recta vel levissime curvata, sulcis tribus profunde intersecta, obtuse crenata, obscure rufa, carinis lateralibus tuberculatis, in metazona plica crassa a crista media sulco obtuso sejuncta formantibus; lobis defiexis ubique angustissime flavo-margi- natis. Elytra abdomine vix breviora, apicem versus sensim angustata, apice anguste rotundata, antice posticeque late flavo-limbata, margine flavo antico antemedium nec non pos- tico usque apicem intus nigro-vittatis. Ale dilute citrine, antice virescentes. Femora postica pallide olivacea, spinis tibiarum posticarum nigris. Lamina supra-analis ©,” postice acuminata, medio longitrorsum canaliculata, prope basim ca- rinata, transversa, nigro-picta, externe antrorsum curvata. Lamina subgenitalis, conica, longe producta, subtus apice compresso-carinata Long. corporis su" - pronoti 12,5 = -elytrorum,’ 420 — _fem. post.” 22 Loc. Santa Catharina (Rio Capivary), Fruhstorfer, 1888. Esta especie se distingue de todas las conocidas por la forma del tubérculo del vértice y por la del pronoto. (21) Bolivar.—orTOPTEROS NUEVOS. 319 Prionacris coerulescens, sp. nov. Olivaceo-rufescens, subtus parce pilosa. Caput antice forti- ter impresso-punctatum, pone oculos punctis impressis sub- seriatis dispositis. Fastigium verticis fortiter declive , crebre punctatum, medio sulco brevissimo instructum. Costa frontalis apicem versus valde angustata, ante ocellum parum distincta, transverse convexa, punctata, haud sulcata; intervallum ocu- lorum, latitudine maxima oculorum que latum. Oculi glo- bosi, valde exserti. Antenne filiformes, valde elongate, rufz. Pronotum antice truncatum vel medio subsinuatum, postice rectangulum, sulco postico parum pone medium sito; crista media vix elevata, prope marginem anticum obsoleta, in lobo antico leviter biincisa, in lobo postico preecipue postice levis- sime elevata; lobo criste inter sulcos posticos sito reliquis magis elevato. Elytra apicem femorum superantia, venis plu- rimis rufis, vena radiali media rufo-sanguinea. Ale ccerule, apicem versus dilutiores, venis radialibus medio incrassatis. Femora postica carinis valde serrato-dentatis. Tibiz pallide rufe, spinis basi coccineo-indutis. Tuberculum prosternale conicum. Lamina supra-analis ¢ trigona, elongata, basi sub- compressa, bicarinata, carinis postice convergentibus. Seg- mentum ultimum abdominis superne valde rotundato-sinua- tum, utrinque haud dentato-productum; lamina subgenitalis breviter sed acute sinuata c’. Long. corporis 297" - pronoti 6 - elytrorum 26 - fem. post. 15 Loc. Alto Amazonas. No solo se distingue del P7. compressa Stal por su menor tamano, sino por otros muchos caracteres que quiza obliga- ran a formar con ella un género distinto, para lo cual conven- dria conocer los dos sexos. He recibido esta especie del sefior O. Staudinger, de Blassevitz (Dresde). 320° ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Coptacra annulipes, sp. nov. Pallide ferruginea, albido pilosa. Vertex subtransversus, intervalum oculorum basi coste frontalis subangustius; costa grosse punctata. Antenne pallid. Pronotum lobo postico ru- guloso-punctato, basi angulum rectum formans. Elytra obs- cure fusco-marmorata. Ale ccerulescentes, apice fumose. Fe- mora postica extus intusque oblique fusco-annulata, area infero-externa fusca, area infero-interna sanguinea. Tibie rufee, spinis apice nigris. Pectus flavum ¢ Q. Long. corporis o 16™ OF 2a2% - pronoti - 5,5 - elytrorum 15 22 - fem. post. 11 14 Loc. Dolores (Filipinas). Esta especie me ha sido regalada por su descubridor el se- fior D. Carlos Mazarredo. Es de menor tamanfio que la C. cyanoptera Stal, también de Filipinas y de coloracion diferente, y ofrece también alguna analogia con la C. premorsa Stal, dela China, principalmente por la estrechez del vértice entre los ojos, pero en esta el borde posterior del pronoto es obtuso, las alas son oscuras y verdo- sas en la base, y los fémures estan coloreados de diverso modo. Euryphymus adspersus, sp. nov., fig. 8, 8 a. Griseus, albido fuscoque adspersus, subtus flavescens. Ver- tex valde declivis, inter oculos, basi coste frontalis haud duplo latius. Costa frontalis subparallela, ante ocellum in (7 sub- oblitterata ad fastigium haud vel levissime angustata. Prono- tum rugulosum, postice rectangulum vel subacutangulum, carina media parum elevata, carinis lateralibus, rugulis vel fascia albida tantum indicatis; lobis deflexis medio atro-signa- tis, angulo postico anguste rotundato. Elytra abbreviata, fus- co-varia, area post-radiali, vena intercalata parum expressa (23) Bolivar.—OrTOPTEROS NUEVOS. "321 instructa. Ale hyaline, venis anticis incrassatis, fuscis. Fe- mora postica longe albido-ciliata, intus subtusque sanguinea. Tibiee rufee, basi extus fusco adspersee. Tuberculum proster- nale late-triangulare. Intervalum loborum mesosternalium ¢” vix 9 magis transversum. Lamina supra-analis <7 antrorsum angustata, lateraliter subsinuata, postice medio processo parvo zeque longo ac lato instructa, supra longitrorsum carinata, carina basi dichotoma; medio transverse quadrituberculata, tuberculis externis elongatis. Cercis (7 apice compressis, am- pliatis, extus subexcavatis. Lamina supraanalis Q trigona, utrinque sinuata ¢ 9. Long. corporis © 15™ © 24m - pronoti 4 ey - elytrorum 9,5 13 - fem. post. 10 14 Loc. Lourenco Marquez (mi coleccién). Esta especie me ha sido proporcionada por el Sr. Carvalho Monteiro, de Lisboa, y debe figurar al lado del #. holtentotus Stal. Euprepocnemis /7ed. (Cataloipus), nov. sub-gen. Frons valde obliqua, costa frontalis in fastigium verticis sensim arcuatim continuata, inter oculos vix angustata; fas- tigium verticis convexum, nitidiusculum. Vertex inter oculos subindistincte bifosulatus, medio leviter carinatus. Tubercu- lum prosternale ab antico compressum. Lamina subgenitalis co magna, elongata, apice fissa. Euprepocnemis (Cataloipus) Oberthuri, sp. nov., figura 9, 9a. Statura #. ambigue sed carinis lateralibus dorsi pronoti prope marginem anticum subconvergentibus; prosterni tu- berculo valde obliquo apice mesosterni tangente, ab antico deplanato, apice late rotundato; costa frontalis clypeum ANALES DE HIST. NAT. —XIX. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) versus levissime et fere subindistincte ampliata; elytris parce maculatis tantum area media maculis seriatis valde inter se distantibus. Tibiis posticis pallidis , verisimiliter decoloratis. Lamina supra-analis o”* base medio sulcata, apice rotundata; cercis spathulatis, valde compressis, subtus sinuatis; lamina subgenitalis magna, apice anguste rotundata, fissa. Long. corporis, %o77 31° Q 54™" - pronoti 6 10 - elytrorum 25 45 - fem. post. 24g 30 Loc. Tabora en el Uyanyembe (Africa central) R. P. Haut- tecceur! Este magnifico insecto me ha sido regalado por el Sr. Ober- thur, 4 quien se lo dedico. Existen ademas en mi coleccidn otras dos especies que pue- den referirse & este subgénero, y son: el #. cymbifera Krauss, del Senegal, y el #. ambigua Stal, de Angola. Pezotettix Fauriei, sp. nov. Corpus parum villosum, ochraceum, rufo-variegatum. An- tenne augustiuscule , pone marginem posticum pronoti in 2 vix extensee. Frons leviuscula, costa tota sulcata. Pronotum postice subemarginatum, margine antico distincte reflexo, sulcis transversis sat profunde impressis, percurrentibus, sulco postico longe pone medium sito; carina media antice subindistincta, postice perfecte explicata, prozona indis- tincte rugulosa, metazona punctata; lobis deflexis fere an- gulatim insertis, profunde sulcatis, macula flava submedia ornatis. Elytra segmentum primum abdominale haud supe- rantia, lateralia, angustissima, rugulosa. Tuberculum pros- ternale conicum, subacutum; lobis mesosterni subtransversis: inter se valde distantibus. Segmentum primum abdominale tympano magno, aperto, instructum. Femora postica elongata, apice supra carina media breviter sed acute producta, lobis genicularibus rufis, sjfinis tibiarum posticarum tantum apice nigris. (25) Bolivar. — OrTOPTEROS NUEVOS. 323 Long. corporis ©. 31°? - pronoti 6.2 - elytrorum 4,5 - fem. post. IN Loc. Yeso (Japon), Dr. Bonnet, recogido per el Sr. Faurie. Pezotettix Mikado, sp. nov. Decoloratus, griseo-olivaceus. Antenne capite et pronoto multo longiores. Costa frontalis parallela, sulcata. Vertex in- ter oculos costa frontali subangustius; pone oculos vitta nigra ornatus. Pronotum antice leve, nitidiusculum, postice impres- so-punctatum; margine postico rotundato; carina media levi- ter elevata sulco postico tantum intersecta, loco carinarum lateralium nigro-vittatum. Elytra valde abbreviata, apicem segmenti primi abdominis vix superantia, lata, minute reti- culata, apice late rotundato-truncata. Femora omnia subin- crassata, antica pallida, postica grisea, vitta arcuata geni- culari nigra; lobi geniculares pallidi. Tibizw postice pallide rufee, spinis totis nigris. Tuberculum prosternale acumina- tum. Valvule ovipositoris curvate Q. Long. corporis 33"° - pronoti 7,9 - elytrorum 4,5 - fem. post. 17 Loc. Yeso (Japon), Dr. Bonnet. Coscineuta cicatricosa, sp. nov. Ochraceo-rufescens. Capite pronotoque grosse impresso- punctatis nec non callis levigatis, rufis, conspersis. Antenne articulis primis exceptis nigre. Costa frontalis inter antennas spatio levigato abbreviato. Elytra fusca, pallide venosa. Ale suavissime infumate apicem versus obscuriores. Femora pos- tica levigata, obscure rufo-testacea, subtus intusque sangui- 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) nea, carina superiore angustissime testacea. Tibize posticee fusce, griseo-pilose. Abdomen obscure fuscum, base supra nec non segmentorum omnium margine postico rufo-testa- ceis 9. Long. corporis Bone - pronoti 6 - elytrorum 29 - fem. post. aly) Loc. Alto Amazonas (Staudinger). Tetrateenia nitidula, sp. nov. Rufo-testacea. Caput nigro-nitidum, supra viride, ante ocu- los fascia transversa vitellina per laterem thoracis continuata; clypeo, mandibulisque maculis parvis flavis; fastigium supra subsulcatum. Antenne nigre, apice rufe. Pronotum prasinum, grosse punctatum, postice obtuse angulatum, carina media subtili, utrinque nigro strigata; lobis deflexis nigro-nitidis; metapleuris nigris, flavo unimaculatis. Elytra apicem abdomi- nis haud attingentia, viridia, area costalis fusco-nigra. Ale extus fuscee. Pectus rufum. Femora antica viridia; postica corallina, base, apice, strigiisque longitudinalibus arez ex- terne nigro-nitidis, maculis dorsalibus basali et preapicali annulogue medio subinterrupto flavis. Tibize postice rufo- fusce Q. Long. corporis Zee - pronoti +4 - elytrorum 10 =" * femix post. = 12 Loc. Alto Amazonas (Staudinger). De menor tamafo que la 7. surinama Serv., y proxima- mente del tamano de la 7’. brachyptera Gerst., pero muy dife- rente por su coloracion. (27) Bolivar.—orT6PTEROS NUEVOS. 325 Mastusia spectabilis, sp. nov. Prasina, cinereo-villosa. Frons opaca; costa media late sul- cata, fastigio capitis subtransverso, parvo, breviter fossulato, prope oculos macula parva, et inter eos spatio nigro impresso instructo; capite supra, genis, pronoto, mesopleuris et meta- pleuris, dorso abdominis nec non elytris nigro-nitidis, capite pronotoque quadri vitellino-lineatis, vittis dorsalibus angus- tioribus usque apicem elytrorum perductis. Elytra apicem ab- dominis haud attingentia. Ale cerule, apice anguste fusce. Femora antica apice rufa; postica viridia, apice infuscata. Ti- biz postice cerulee, longe griseo-pilose, spinis pallidis, apice nigris. Abdomine subtus, lateribus, nec non marginem posti- cum segmentorum dorsalium testaceis. Lamina supra-analis apice trifida. Cerci brevi, curvati, supra sinuati, apice com- pressi ¢. Long. corporis 30"" - pronoti 6 - elytrorum 16 = fem. post. .20 Loc. Alto Amazonas (Staudinger). Morsimus serraticollis, sp. nov. Pallide-ochraceus, pedibus testaceis. Antenne anguste fus- co-annulate. Pronotum subacute tectiforme, carina media serrulato-dentata, dorso vitta fusca versus marginem posti- cum valde ampliata ornato; lobis deflexis declivibus, extus granulatis. Elytra punctis raris sparsis notata, margine antico prope basim fusco-notato. Area costali latissima, ramo ven radialis interioris toto recto ad venam radialem quam ad ul- narem exteriorem haud magis appropinquato. Femorum Cari- nis inferioribus serrulato-ondulatis, femoribus posticis subtus pone medium distincte dentatis. Tibie intermediz compresse, margine externo toto serrulato., Ovipositor lanceolatus, apice acutus, margine dorsali apiceque infuscatis, base subtus si- nuato 9. 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Long. corporis Agr - pronoti 6,5 - elytrorum 56 ‘Lat. max. elytr. 16 Long. fem. post. 17 - ovipositoris 19 Loc. Waigiou (Nueva Guinea), Staudinger. Supongo sea la isla llamada Tierra del agua. Platycleis Bonneti, sp. nov. Statura mediana. Colore castaneo. Vertex latus, vittis tribus fusco-nigris medio flavo-lineatis ornatus, vitta media diffusa. Pronotum antice vix vel haud coarctatum, postice obtuse ro- tundatum, carinula postica expressa, disco medio fusco-bisig- nato; lobis deflexis fuscis, postice anguste flavo-marginatis. Elytra pallide grisea, fusco-venosa, pronoto ~ vix, 9 valde breviora; “7 speculo reticulato; margine interno sinuata, 0 oblonga, apice anguste rotundata. Femora postica pone me- dium valde angustata, pagina externa late fusco-fasciata. Ab- domen fuscum, seepe dorso pallidiore, fusco-signato. Segmen- tum ultimum dorsale ¥ apice anguste excisum, lobis breviter acuminatis, retrorsum convergentibus. Cerci lamina subgeni- tali parum longiores, tantum basi dentati. Lamina subgeni- talis fusca, flavo bicarinata, apice anguste fissa. Seementum anale 9 medio canaliculatum cum lamina supra-anali confu- sum. Ovipositore basi excepta fusco, basi incurvo, pronoto parum longiore. Lamina subgenitalis, profunde emarginata, lobis triangularibus, acutis ¢ 9. Long. corporis ees © QQnm - pronoti 6 7.5 - elytrorum 5 4,5 - fem. post. 15,5 24 - ovipositoris 11 Loc. Yeso (Japon). He recibido esta especie del Dr. Bonnet, en unidn de otras (29) Bolivar.— oRTOPTEROS NUEVOS. 397 varias especies interesantes de la misma procedencia. La for- ma del oviscapto es enteramente la misma que en el Pl. g7%- sea ¥. Sin embargo, la especie europea mas afine 4 la que aca- bo de describir es el Pl. fusca Brunn., de Grecia. Decticus japonicus, sp. nov. Fuscus, nitidulus. Vertex pallidus, pone oculos linea an- gusta flava. Pronotum compressiusculum, postice subrotun- dato-truncatum; dorso angusto, retrorsum parum Vel vix am- pliato, carina media perducta; lobis deflexis angulatim inser- tis. Elytra apicem abdominis haud superantia, pallide grisea, vena radiali fusca, apice anguste rotundata. Femora postica ante medium plus minusve fusea. Tibize antics supra spinis quatuor (vel tantum tribus) armatze. Ovipositor pronoto vix longior, basi incurvus. Lamina subgenitalis elongata, com- pressiuscula, apice angulatim emarginata, lobis acutis Q. Long. corporis pee - pronoti et) = elytrorunmt 115 - fem. post. 25 - ovipositoris 11 Loc. Yeso (Japon). lista especie, que me ha sido también regalada por mi ex- celente amigo el Dr. Bonnet, pudiera quiza con igual razén colocarse en el género Piatycleis si solo se atiende al numero de espinas del borde superior de las tibias anteriores; pero su forma general, la longitud de las patas posteriores y el pro- noto aquillado en toda su extensién, deciden claramente en favor del género Decticus, en el que la incluyo. Solo conozco una especie de Decticus del Japén, que es el D. Liirgert de Haan, que no tiene analogia alguna con esta, y que sin duda debera llevarse 4 otro género si en efecto tiene el prosternon espinoso como indica de Haan. 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30). Raphidophora Baeri, sp. nov. Fusco-ferruginea. Antenne longissime. Pronoti lobis de- flexis sat elevatis, margine inferiore rotundato, postico subsi- nuato. Femora postica basi valde dilatata tertia parte apicali tantum angustata, subtus carina interna medio trispinosa. Tibize posticee calcare primo interno metatarso equante , hic supra hirsutus, trispinosus. Ovipositor parum incurvus, cas- taneus, nitidus, apice obtuse acuminatus, marginibus inte- gris. Lamina subgenitalis 9 triangularis haud acuminato-pro- ducta ©. Long. corporis oon - pronoti 9,5 - femorum post. 27 - tibiarum 26 - tarsorum posticorum 11 - ovipositoris 16,5 Loc. Manila (Baer). Intermedia entre la Rk. picea Serv. y la gracilis Brunn.; de una y de otra se distingue por las proporciones de los fému- res posteriores y la longitud relativa del calcaneo primero in- terno y del metatarso posterior que en esta especie son igua- les, mientras que en las citadas son desiguales. La placa infra- anal es triangular, pero no se prolonga en pico agudo como en la RA. gracilis Brunn. Mis ejemplares de esta ultima espe- cie son tipicos. Brachytrypus politus, sp. nov. Minor, fulvescens, supra fuscus, nitidus, pedibus griseo- villosis, anterioribus longe fimbriatis. Ocellis haud tubercula- tis. Fronte fusca, medio macula pallida. Pronotum valde trans- versum, anticeampliatum atquerufo-ciliatum, postice subtrun- catum, disco depressiusculo, lateribus coarctato; lobis deflexis fortiter impressis, fere plicatis, pallide plagiatis, subtus recte (31) Bolivar.—orTOPTEROS NUEVOS. 929 truncatis, retrorsum parum augustatis. Elytra apicem abdo- minis valde superantia, supra fusca, nitida, venis longitudi- nalibus parallelis , valde expressis , areolis rhomboidalibus; vena mediastina quadri-ramosa. Ale fusce, caudate. Tibie antice utrinque tympano lanceolato instruct; articulis pri- mo tertioque tarsorum anticorum subeque longis. Femora postica basi parum incrassata, ante apicem annulo fusco. Tibiz posticee parum spinosa (2-4 vel 2-2), calcare supero in- terno intermedio vix longius, metatarso postico elongato, val- de compresso, angustissime sulcato, parce spinoso. Ovipositor minutissimus, acutus &. Long’. corporis pane ( - pronoti 4,5 - elytrorum 22 - fem. ant. 6 - - post. 12 - tib. post. 8 - met. post. 4 - ovipositoris 3 Loc. Tabora en el Uyanyembe (Africa central). Recogido por el misionero R. P. Hauttecceur y remitido al Sr. Oberthur, quien ha tenido la bondad de regalarmele para mi coleccién. Aun cuando el pronoto no es enteramente seli- forme como en los Macrogrylius, quiza deba figurar esta es- pecie en el referido grupo. La brillantez de la cabeza, torax y élitros, le dan cierto parecido con el Br. achatinus Stoll. Nemobiopsis, gen. nov., fig. 10. Corpus gracile, angustum. Caput subperpendiculare, inter antennas tumidulum. Ocelli in trigonum obtusatum dispositi, ocelli postici validiores. Oculi globosi, antrorsum exserti. Palpi breves, articulo ultimo trigono, apice oblique truncato. An- tenn corpore duplo longiores, medio vel fere inframedium capitis inserte. Pronotum transversum, antrorsum angusta- tum. Elytra o 9 corpore longiora ubique venis parallelis lon- gitudinalibus instructa, venis transversis subindistinctis, 0% 339 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) absque tympano. Alz caudate. Pedes compressi. Tibi anti- ce intus extusque tympano pellucido, elliptico, instructe. Ar- ticulus primus tarsorum posticorum elongatus. Femora pos- tica brevia, ante apicem haud filiformia. Tibie posticee femo- ra breviores, supra deplanate, marginibus compressiuscu- lis atque serrulatis, pone medium utrinque trispinosis, apice extus calcaribus tribus, intus tantum duobus; calcare medio externo tertio longiore; calcare secundo interno ceteris lon- gior. Metatarsus posticus magnus, compressus, supra biseria- tim serratus. Articulus secundus minutus, compressus. Cerci elongati, filiformi, base conici, incrassati. Ovipositor sursum curvatus, apice acutus. lil aspecto del insecto que motiva estas lineas es el de un Nemobius, pero la forma del metatarso posterior no conviene con la del género indicado, ni tampoco la armadura de las tibias posteriores, cuyos bordes estan aserrados, al mismo tiempo que provistos de espinas movibles. Atendiendo 4 este caracter, debe llevarse el nuevo género 4 las tribus de los ecantinos 6 de los eneopterinos. Si se tiene en cuenta que los élitros son de igual forma en ambos sexos, y que falta por completo el timpano caracteristico de los machos, disposicién que en los eneopterinos se observa con alguna frecuencia, pudiera creerse que el género en cuestién perteneciera a di- cha tribu; pero la forma del segundo artejo de los tarsos de- cide en favor de los ecantinos la mayor analogia, debiendo ser, por tanto, colocado en esta tribu y en la proximidad del género Pentacenthrus, con el que conviene por el ntimero de espolones 6 calcaneos de las tibias posteriores, que son tres en el lado externo y solo dos en el interno. Procede este insecto de la isla de Cuba, donde ha sido des- cubierto por el Sr. Gundlach. Nemobiopsis Gundlachi, sp. nov., fig. 10. Fuscus, subtus cum pedibus testaceus, fusco-setosus. Pro- notum leviusculum, fuscum. Elytra supra pallide fusca, ve- nis longitudinalibus rectis, fuscis. Ale fusce , irideo mican- tes, articulus primus tarsorum posticorum in o& medio am- pliatus. (33) Bolivar.— orTOPTEROS NUEVCS. 331 Long’. corporis oe Reale - pronoti 1.5 - elytrorum 6,5 Sey aul 10,5 - fem. post. 5 - ovipositoris 3,0 Loc. Cuba, Gundlach. Laranda annulata, sp. nov. Colore luteo, fusco-vario, pedibus fusco-annulatis. Corpus griseo-villosum, fuscoque pilosum, sub compressum. Caput supra late fusco-bifasciatum. Pronotum antice subsinuatum, postice truncatum, lobis deflexis antice altioribus quam pos- tice, subrotundatis. Elytra (7 mesonotum haud superantia, in- tus leviter incumbentia, rotundata, cornea, subindistincte venosa; © nulla. Tibie antice compressiuscule, foramine nullo. Femora postica versus apicem angustata. Tibi pos- tice femoribus longiores inter spinas ultimas tantum setose, intus extusque 4 spinose. Calcare supero-externo quam infe- riore longiore. Calcaribus binis inferioribus parvis sed externo quam interno breviore. Calcare supero-interno intermedio vix longiore, metatarso postico biseriatim spinoso. Ovipositor rec- EES ot D, Long. corporis oe ie" Oars - pronoti 2,0 2,8 - fem. ant. 5,5 6 - - post. 10,5 11,5 = ti: post. ri 12 - ovipositoris ll Loc. Apiahy, provincia de San Paolo (Brasil). Soy deudor de esta especie al Sr. D. Ignacio Puiggari, quien la ha recogido en la localidad indicada. Por su pequefi ta- mafio, asi como por los demas caracteres indicados, no puede confundirse con ninguna de las especies conocidas. Podria llevarse esta especie al género Phalangopsis Sauss. por sus fémures filiformes en el tercio apical; pero la coloco en este 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (84) por la circunstancia de tener el metatarso posterior provisto de dos series de espinas, no sin reconocer que quizas debiera establecerse para ella un nuevo género en atencidn a las pro- porciones de los espolones tibiales, como con razén me ha hecho observar nuestro respetable consocio el R. P. Pantel. Posus, gen. nov., fig. 11. Corpus supra planiusculum. Caput verticale. Frontis ros- trum, modice latum, inter antennas articulo primo antenna- rum haud duplo latius. Ocelli in trigonum equilaterum dispo- siti, ocello antico supero. Palpi max. elongati, articulo ultimo apice valde ampliato. Pronoti dorso nec excavato nec coarc- tato, planiusculo, postice medio obtusissime angulato, an- trorsum angustato; lobis deflexis perpendiculariter insertis, supra haud carinatis, subtus rotundatis, antice vis altioribus quam posticé. Elytra supra plana, perfecte explicata, apicem abdominis valde superantia; harpa venis obliquis 6 haud pa- rallelis; speculo venis duabus introrsum parum divergentibus; campo apicali trigono apice anguste rotundato; campi deflexi angulo recto vel subacuto inserti, vena mediastina multi- ramosa, venis subparallelis, primis obliquis, ceteris rectis, ad basim angulatis. Ale caudate. Femora antica compressius- cula, subtus sulcata. Tibi antice, utrinque tympano instruc- te. Femora postica apicem versus attenuata, filiformia. Tibize ~ postice usque ad apicem serrulate, quadrispinose, spinis ulti- mis ad apicem insertis, calcare supero interno quam interme- dio valde longius, metatarso postico biseriatim spinoso; ar- ticulo secundo tarsorum minuto, compresso. Corresponde este género 4 la tribu de los Fcantinos, en la que debe figurar al lado del género Homeogrylius Guér., del que sin embargo se distingue por numerosos caracteres. Posus mictiformis, sp. nov., fig. 11. Omnino fuscus. Antenne basi pallide, pone medium rufo annulate. Frons nigra. Vertex castaneus, obscure fusco-vitta- tus. Pronotum dorso sulco medio levi postice abbreviato, sub- (35) Bolivar.— oRTOPTEROS NUEVOS. 333 fossulato, castaneo, lobis deflexis nigris. Elytra basi ferrugi- nea, vena mediastina 24 ramosa, ramis 7 primis obliquis, ceteris subtransversis basi angulatis; campo apicali fortiter venoso. Tibize antice annulo medio rufo. Femora postica fus- ca, carinis inferioribus pallidis, fusco-maculatis; pagina in- terna pallide rufa. Calcare supero-interno tibiarum postica- rum intermedio sesqui longiore ©. Long. corporis ‘oe - pronoti 3 - elytrorum 7) - fem. ant. 6,8 - fem. post. AW - tib. post. 16 Loc. Madagascar. Esta especie me ha sido proporcionada por el Sr. H. Dey- rolle, de Paris. Figura 1. ~I (ea) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) Explicacion de la lamina I. Temnopteryx dimidiatipes -7. Muy aumentada. - brachyptera cy. Idem id. Otomantis scutigera ~’. Cabeza vista de frente, muy aumentada. - - ©. Protorax por encima. - - Q. Pata anterior. Blepharodes candelarius. Cabeza de frente, muy au- mentada. Tisamenus cervicornis >. Apenas aumentado. - - ©. Extremidad del abdomen de lado. Odontomelus brachypterus Gerst. Cabeza de lado, muy aumentada. - - Cabeza por. encima. Eleochlora Fruhstorfert ~. Cabeza y pronoto au- mentados. Euryphymus adspersus cy. Extremidad del abdo- men por encima; muy aumentada. - - cy”. La misma, vista de lado. Cataloipus Oberthuri o7. Extremidad del abdomen por arriba, muy au- mentada. - - of: Idem id. de lado. Nemobiopsis Gundlacht. Tibia y tarso posterior muy aumentados. Posus mictiformis (7. Tamaio natural. NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES Tee. AN) Sauea eas (Sesion del 5 de Marzo de 1890.) Al REVISION MONOGRAPHIQUE DU GENRE GRYLLOMORPHA Zed. L’étude monographique d’un groupe inférieur ne peut pré- senter en général qu’un intérét médiocre, a peine en propor- tion avec le travail quelle exige. Cela est vrai tout particulic- rement de la monographie d’un genre isolé, quand il ne com- prend que des especes bien tranchées et en petit nombre. Néanmoins, l’étude du genre Gryllomorpha Fieber, emprunte fA quelques circonstances un a-propos que l’on jugera peut- etre suffisant pour lui donner le caractére @un travail véri- tablement utile, au point de vue de la systématique. Ce genre a été établi, comme on sait, sur une espece uni- que, le G7. dalmatina Ocsk., la seule qui soit connue depuis une époque relativement éloignée et que l’on trouve commu- nément dans les collections. D’autres ont été publiées succes- sivement, principalement dans ces huit dernieres années, mais les descriptions en sont éparses ca et la et a Vheure ac- tuelle il n’existe pas d’ouvrage oti tous les Gryllomorpha con- nus soient étudiés d’ensemble. Une telle étude cependant est absolument nécessaire pour une connaissance suffisamment exacte des espéces, en méme temps qu'elle est de nature a ré- véler, & Vintérieur du genre, des caracteres d’un grand inté- rét, pouvant servir de base a des rapprochements naturels. D’ailleurs il fallait compléter plusieurs diagnoses qui ont été données d’aprés les oc” seuls, faire connaitre deux especes 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) inédites et séparer de l’espéce ancienne le G7. longicauda Ramb., travail qui, infailliblement, aurait introduit la con- fusion dans ce petit groupe, s'il n’avait été fondu avec les élé- ments préexistants, dans un remaniement général. Des matériaux assez complets ont été mis a ma disposition, pour cette étude. Outre les représentants du G7. dalmatina et des especes nouvelles, que je trouvais dans ma propre collec- tion, j’avais sous les yeux les types des GG7. Fragosoz Bol. et Bolivari Cazurro, communiqués avec une grande obligeance par M. le Prof. Bolivar. Je recevais d’autre part de nombreux exemplaires du G7. aliena Br., espece des plus intéressantes et imparfaitement connue; ces précieux insectes ont été ré- coltés 2 Manrése par le P. E, Capelle, un de mes premiers compagnons d@’excursions autour d’Uclés, dont il m’est parti- culiérement agréable d’enregistrer les découvertes entomolo- giques. Enfin, M. P. Mabille, Professeur au Lycée de Vanves, a bien voulu, de son cété, me confier les types'du G7. (A cheta) longicauda Ramb.; c’est au moins la quatriéme fois que cet excellent collegue me procure la satisfaction d’étudier de visu divers insectes décrits dans la Faune entomologique de l’Anda- lousie: on ne saurait ni conserver avec plus de soins un héri- tage scientifique de famille, ni le faire servir avec plus @in- telligence et de bonne grace a éclaircir les doutes qui sur- gissent. L’ensemble de ces spécimens constituait déja un matériel d’étude difficile a réunir, en dehors des circonstances qui m’ont favorisé. Tout récemment, il a été complété dune manieére aussi heureuse qu’inattendue par un exemplaire 97 du G”. lon- gicauda Ramb., le premier, sans doute, qui ait pu étre soumis a étude dans un état de développement et de conservation suffisants; c’est une des tres intéressantes captures faites a Chiclana (Cadix) par M. Lopez Cepero, quia bien voulu, en parfait galant homme, s’en priver, au bénéfice de mon travail. Aux auteurs de ces communications et de quelques autres, @une bienveillance égale, qui seront signalées ca et la, il faut renvoyer le mérite des quelques éclaircissements que Von pourrait trouver dans ces notes; je suis heureux de leur faire ici mes vifs remerciments. Uclés, 8 Septembre 1890. 1832. 1838. 1838. 183). 1853. Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 337 Apercu critico-historique et bibliographique. Ocskay, in Act. Leopold. Acad., t. xv1, P. 1, p. 959, décrit, sous le nom de Acheta dalmatina Ocsk., le premier Gryllomorpha connu. Les auteurs contem- porains ou postérieurs, jusqu’a Fieber, maintiennent Vespece dans le genre Acheta Fab., ou la placent dans le genre Gryllus L. Rampur (/aune entomologique de l’Andalousie, p. 34, pl. u, fig. 9), publie son Acheta longicauda, réuni, tres communément, a Vespece précédente, a titre de sim- ple variété géographique; nous verrons plus loin quwil convient de le considérer comme espéce lé- gitime. HERRICH-SCHAFFER (Faune insectorum Germania initia (PAnzER), fasc. 156, tb. 19), réédite lespece d’Ocskay, sous le nom de Achela aptera, qwil change plus tard, dans le /Vomenclator entomol., pour celui de Gryllus apterus. Servitute (Histoire naturelle des insectes, Orthopteres), semble n’avoir pas pris garde aux descriptions pré- cédentes et ne mentionune aucun Gril/on que Von puisse rapporter au genre actuel Gryllomorpha. Firper (Synopsis der europdischen Orthoptera. p. 66), établit le genre Gryl/omorpha et y range, comme es- peces distinctes: 1° Gr. longicauda Ramb. 2°) Gr. dalmatina Ocsk. 3 GT fascias Fie bs; ce troisiéme nom fait sans doute double emploi avec celui de Gr. longicauda Ramb. Fiscurer (Orthoptera europea, p. 173), maintient l’es- pece d’Ocskay dans le genre Gry/dlus et la décrit sous le nom de Gryllus apterus Herr.-Sch. A cette occasion, le célébre orthoptérologue décrit en note une espece voisine, «speciem afinem», le Gr. bivittatus Fisch., dont les auteurs postérieurs n’ont pas cru devoir tenir compte. Il est fort douteux ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 22 338 1877. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4y que cette espéce ait des affinités réelles avec la pré- cédente et doive étre comptée parmi les Gryllomor- pha. Si elle s’en rapproche par l’absence de tympan aux tibias antérieurs, elle s’en éloigne par l’absence de serrulation a la base des tibias postérieurs. Les deux caracteres sont d’ordre générique et presque de méme importance; Fischer parait done avoir ex- clu son espéce du genre qui nous occupe, par cela méme quiil les a mentionnés. Il est vrai que dans le groupe du Gryllomorpha Fragosot Bol., les denticu- les qui forment la serrulation des tibias postérieurs sont quelquefois tres rares et toujours difficilement perceptibles, mais la grandeur relativement consi- dérable des élytres attribués par Fischer a son espe- ce ne permet pas de la rattacher ace groupe. Ily a plus: Vexistence de veines longitudinales, & la sur- face des mémes organes, semble indiquer un type tout-a-fait étranger aux Gryllomorpha. De ces remarques on peut conclure qwil n’y a pas lieu de revenir sur l’exclusion dont le Gryllus bivit- tatus Fisch. a été équivalamment l’objet de la part des auteurs (1). pe Saussure (Mélanges orthoptérologiques, fasc. v, p- 448), adopte le genre établi par Fieber, en donnant au nom une désinence masculine. La caractéristique est complétée et deux espéces sont décrites: Gryllomorphus dalmatinus Ocsk., @Europe, Gryllomorphus morbillosus Walk. (Zaora morbillo- sa), de l'Afrique méridionale. De ces deux espéces, la premiere seule, vraisem- blablement, a pu étre étudiée en nature par le savant auteur de la Monographie des Gryliides. Cest sur elle que les caracteres génériques ont été relevés. (1) Le type de Fischer appartenait, au rapport meme de cet auteur, au Musée de VY Académie de Strasbourg. Il n’a pas tenu au zele de l’excellent Directeur du Musée actuel de cette ville, Dr. Déderlein, que la lumiére ne fut faite sur le point qui vient a’étre discuté; mais ses recherches pour retrouver le précieux insecte ont été infruc- tueuses. C’est du moins un fait acquis 4 la science par les soins de M. Déderlein, qwil ne faut plus compter sur la possibilité d’un controle, par l’examen de ce type, évi— demment perdu. ( Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLOGIQUES.. 339 La seconde n’aurait été placée dans le méme gen- re que sur la foi de descriptions insuffisantes. Telle est du moins Ja conclusion qui parait se dégager de renseignements tres circonstanciés, recus du’ British Museum, oti le type de Walker est conser- vé. Sur mon désir, avec une courtoisie que je me plais & reconnaitre ici, M. Ch. 0. Waterhouse a revu Vinsecte et constaté qu’il a les tibias postérieurs serrulés dés da base et jusque entre les épines de la moitié apicale. Un croquis, représentant le profil de la patte postérieure, confirme les explications écri- tes de M. Waterhouse. Le Zaora morbillosa présente effectivement le faciés d’un Gryllomorpha et manque de tympan aux pattes antérieures, mais la serrula— tion des tibias postérieurs est tout autre que dans ce genre. On devra le placer, sans doute, parmi les Phalangopsites, dans le voisinage du genre Zaranda Walk. L’adoption dune désinence masculine, pour le nom du genre, se rattache & une mesure tres géné- rale, prise contre les terminaisons féminines anté- rieurement introduites, soit par M. de Saussure lui- méme, soit par d’autes auteurs (1). Cette modification fut acceptée, en totalité ou en partie, par la plupart des orthoptéristes; le seul fait d’avoir été proposée dans un ouvrage aussi impor- tant que les Mélanges orthoptérologiques , constituait pour elle et a bon droit, une sorte de consécration. Cependant on ne voit pas qu’elle ait été déterminée par des motifs dune valeur indiscutable. La raison @uniformité, qui se présente tout d’abord (1) Une terminaison masculine a été substituée a la terminaison féminine, dans les noms: Diatrypa Sauss. Diplacusta Sauss. aussi bien que dans: Cyrtoripha Br. Endacusta Brs Myrmerophila Latr. Laranda Walk. ee ie ee | eo 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) a lesprit, n’a pas été alléguée par l’auteur et n’était pas, dailleurs, recevable, car on pourrait la faire valoir dans les autres familles d’Orthopteres, ou méme dans les autres branches de la systématique et on serait conduit du coup a une révolution dans la nomenclature. La raison de grammaire, indiquée dans une intéressante note de la page 429, suppose que le nom du genre est essentiellement un adjecti/: or c’est 1a une manieére de voir quil est difficile de concilier avec le principe fondamental de la nomen- clature binaire. Du reste, quoi quil en puisse étre des principes, il semble que la question ait été défi- nitivement tranchée par le Congres international de Zoologie, tenu a Paris en 1889. Le nom de Grylio- morpha ayant été légitimement proposé et n’impli- quant aucune irrégularité au point de vue linguis- tique, la loide priorité (1) exige qu’il soit maintenu. 1878. DE Saussure (Jélanges orthoptérologiques , fasc. v1, pa- ges 51] et passim), donne, sur les affinités du gen- re, des renseignements complémentaires. 1882. BrRUNNER von WaTTENWYL (Prodromus der europiis- chen Orthopteren, pages 443 et suivantes), remanie la caractéristique du genre et ajoute a l’espece an- cienne, dans laquelle il englobe l’espece de Ram- bur, le Gryllomorphus alienus Br., décrit dapres le Jo seul. 1887. Botivar (Hspecies nuevas 6 criticas de Ortdpteros, in ANAL. DE LA Soc. ESP. DE Hist. NAT., t. xvi, p. 113), fait connaitre, d’apres le ¢ seul, le Gryllomorphus Fragosot Bol., décrit provisoirement dans le journal «Le Naturaliste», année 1885. 1888. Cazurro (Hnumeracion de los Ortdépteros de Espana y Portugal, in ANAL. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. xviI, p. 463), décrit le (7 du Gryllomorphus Boli- vari Caz., ’une des especes les plus remarquables du groupe. 1888. Rerowskr (Bevtrige zur Orthopteren- Kunde der Krim, (1) Article 35 des Régles adoptées par le Congrés pour la nomenclature des étres organisés. (7) Pantel.— NOTES CRTHOPTEROLOGIQUES. 341 in «Bull. de la Soc. imp. des nat. de Moscou», n° 3, p. 414), signale la découverte de la 9 du G@ryllomor- pha Fragosot Bol., jusque Ja inconnue et releve quelques caractéres qui la distinguent du co. Caractéres génériques. Le genre, comme tout groupe naturel, est basé avant tout sur le faciés, c. a. d. sur cette résultante a laquelle concou- rent a la fois toutes les parties et leurs rapports innombrables, sans que analyse, souvent, puisse définir la part qui revient 2 chacune, ni le degré d’importance de ces apports indivi- duels. Cet ensemble, 4 peu prés indescriptible, est néanmoins assez saisissable 4 l’ceil et c’est l' impression générale qui en résulte qui sert de critérium au systématiste, dans le choix des caractéres de détail qu’il utilise pour définir le genre. Qu’on y prenne garde ou non, on considére comme génériques les caractéres que l’observation montre fixes chez toutes les espéces gu’un méme facies ne permet pas de séparer. En te- nant compte de cette remarque, on peut indiquer comme gé- nériques, chez les Gryllomorpha: La déclivité du vertex , la saillie comprimée du front, entre les antennes et le renflement de l’épistome (Fieber). La disposition en triangle des ocelles et l’écartement remar- quable des deux latéraux par rapport aux yeux composés (Saussure). La longueur des antennes (Saussure). La forme du pronotum et spécialement des lobes réfiéchis (Saussure) et aussi la maniére dont ces parties s’appliquent sur les flancs. L’absence des élytres ou leur forme de simples écailles, quand ils existent et l’absence constante d’ailes (Brunner); les élytres sont coriaces, lobiformes, un peu plus développés chez le .7, mais toujours dépourvus d’organe musical. L’absence de tympan aux tibias antérieurs (Fieber); l’ar- mure apicale des tibias antérieurs et intermédiaires et la lon- gueur remarquable du premier article des tarses (Saussure); état gréle des pattes en général. L’armure des tibias postérieurs, dans presque tous ses dé- 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) tails, notamment les denticules qui garnissent en dessus le deuxiéme quart basilaire (Saussure). co La grandeur de la plaque sous-génitale, toujours plus ou moins saillante au dela de la plaque suranale. Q La forme triangulaire de la plaque supra-anale, la con- formation de l’oviscapte et de la plaque sous-génitale. Caractéres variables.—On peut assurément considérer com- me générique lexistence de 4 longues épines sur l’une et lautre carene des tibias postérieurs: pourtant il existe assez souvent une épine surnuméraire, reconnaissable sans doute asa longueur un peu plus petite, mais bien distincte des den- ticules qui précédent: c’est le cas du Gryll. longicauda type de Rambur et de plusieurs autres échantillons de ma collec- tion, appartenant aux @Gr. dalmatina Ocsk. et Fragosoi Bol. D’autre part, les denticules sont sujets a s’atrophier, sur- tout dans quelques especes. De telles exceptions montrent que Varmure des pattes, a laquelle on attache une grande importance pour la délimita— tion des groupes, ne représente un caractere sérieux que Si elle est considérée dans ses traits les plus généraux. Caractéres spécifiques. Le genre ne renferme jusqu’a présent que des especes net- tement tranchées. On peut considérer, pour les caractériser: La forme générale, la taille et la coloration. Un certain aspect général, produit a la fois par l’état super- ficiel du tégument et par sa vestiture: l’insecte est mat ou brillant, presque glabre ou tomenteux. La distanee relative des ocelles latéraux entre eux et par rapport a l’ocelle impair. La longueur du dernier article des palpes maxillaires par rapport au précédent. La largeur du pronotum au bord antérieur, comparative- ment 4 sa largeur au bord postérieur; la présence ou l’absen- ce d’un ourlet au bord postérieur (caractére de sous-genre). L’existence ou l’absence des élytres; leur forme et leur état superficiel, quand ils existent (caractéres de sous-genre). Le contour du mesonotum et les rides ou accidents de sur- (9) Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 313 face pouvant exister sur les segments recouverts par les ély- tres (caracteres de sous- genre). L’armure apicale des tibias intermédiaires (caractére de sous-genre). Dans les tibias postérieurs, le caractére spécial de la serru- lation sur le deuxiéme quart basilaire, la grandeur relative des épines de la moitié apicale comparées entre elles, la gran- deur relative de la quatriéme épine externe et du premier éperon qui la suit, la grandeur relative des deux premiers €perons internes. cr La forme des plaques anales (caracteres de sous-genres). © La forme de Voviscapte et principalement sa longueur relativement a celle des cerci ou des fémurs; la plaque sous- génitale peut aussi étre utilisée, quoique peu dissemblable dans les diverses especes. Caractéeres variables. Outre la taille, la coloration et quelques autres caractéres moins importants, comme la nature du trian- ele déterminé par les ocelles, il faut signaler, comme étant susceptibles de varier, la serrulation qui précéde les longues épines et en général les particularités prises de l’'armure des tibias. Pour décider, par exemple, si la 4° épine externe du tibia est z que le premier éperon du méme coté, il serait im- prudent de sappuyer sur une seule observation , a moins que la disproportion ne fut tres marquée. Le pronotum étant toujours demi-cylindrique, les limites latérales de sa partie dorsale ou disque sont purement idéales- de la une certaine difficulté pour juger s’il est plus ou moins large au bord antérieur qu’au bord postérieur, difficulté augmentée dans certains cas par la présence de taches laté- rales symétriques, simulant de fausses limites; indépendam- ment de la difficulté @appréciation, la largeur relative du pronotum a ses deux bords est quelquefois tres variable (Gry- Llomorpha aliena Br.) La forme des plaques anales chez le ¢ doit étre tenue pour un caractere de premier ordre, en soi tres peu variable, mais qu'il faut correctement apprécier. Pour ce qui concerne la plaque sur-anale, il ne faut pas oublier qu’elle est membra- neuse et souple a son bord libre et qu'elle concourt directe- ment a l’occlusion de l’anus. De 1a résulte que le milieu du bord postérieur peut étre plus ou moins ramené, d’arriére en 344 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) avant et comme invaginé par les contractions du sphincter anal et, par suite, le contour de la plaque plus ou moins alté- ré. Ce qui ne varie pas d’une facon appréciable, ce sont les bords latéraux et les prolongements des angles postérieurs, quand il en existe. La plaque sous-génitale, d’une autre part, est comprimée ou non, fermée ou béante. Mais dans le cas ov cette piece est notablement développée et saillante au dela de la plaque sur-anale, ces apparences sont surtout liées a l'état. de vacuité ou de réplétion. Autre est Vaspect de cette sorte de: poche quand elle est distendue par de volumineux spermato- phores, que l’animal porte durant plusieurs jours, autre quand elle est a peu pres affaissée sur elle-méme, dans sa partie apicale. L’oviscapte est assez variable en longueur (@”. aliena). Distribution des espéces en groupes secondaires ou sous-genres. Les Gryllomorpha actuellement connus se partagent en trois groupes nettement définis, que l’on peut considérer, dans un catalogue ou dans une collection, comme de simples sous-genres. Quelques orthoptéristes penseront peut-étre quils reposent sur des caracteres d’ordre générique et je dois avouer que j’aurais peu d’objections a élever contre cette manieére de voir. Le premier groupe, pour lequel je propose le nom de Peta- loptila, par allusion a la forme des élytres (1), est formé des espéces dont les oo sont pourvus d’élytres squamiformes, plats, horizontaux, & contour ovalaire. Il est représenté ac- tuellement par les GG”. aliena Br. et Bolivard Caz. Ces espéces présentent, comme caractéres corrélatifs du pré- cédent, deux particularités assez singulieres, dont l'une est. peut-étre sans exemple chez les Grydlides, autre étant au moins tres rare: c’est, d’une part, Ja tendance des segments dorsaux recouverts par les élytres a se charger d’élévations réguliéeres et de ’autre, le contour, distinctement arrondi et. presque semi-orbiculaire, du bord postérieur du mesonotum. (1) Tgtadov, lame allongée; m7iAoz, aile. (11) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 345 Quelques autres caractéres sont communs aux deux espé- ces: la plaque sous-génitale des oo” est peu saillante, compa- rativement, peu ou pas comprimée, entiere ou a peine excisée mais non fendue et béante en dessus; les tibias intermédiai- res sont armés de quatre éperons et la 4° épine externe, dans les tibias postérieurs, est plus longue que le premier éperon du méme coté. Le type général de lélytre chez le <7, est une lame qua- drangulaire, plane et horizontale, insérée au bord du meso- notum par son angle antéro-externe. Le bord extérieur est a peu pres droit, tandis que le bord intérieur (sutural) est fie- xueux, en méme temps que l’angle antéro-interne est large- ment arrondi; il résulte de cette double circonstance que les deux élytres ne se touchent pas ou ne se juxtaposent que tan- gentiellement, laissant a découvert, en arriére du pronotum, un espace triangulaire qui simule un large écusson. A l’ex- trémité apicale, langle externe est arrondi; langle interne, droit ou méme aigu, est simplement émoussé. L’élytre est situé tout entier sur le dos, mais il offre, au bord extérieur, une bande mince défléchie, rappelant les épipleures des co- léopteres; cette bande est séparée du disque par une nerveure saillante qui représente, vraisemblablement, la nervure ra- diale. La surface du disque est finement grenue et tomenteu- se, comme l’ensemble du tégument. L’organe tout entier est coriace et sans aucun indice de tambour. A l’angle apical in- terne et le long du bord, sur une étendue plus ou moins con- sidérable, il s’épaissit, devient glabre, luisant, roux ou noira- tre et sa surface est rendue rdpeuse par des fossettes irrégu- lieres. Le caractére si singulier des rides dorsales mérite assuré- ment d’étre décrit; il le sera & propos du @7. aliena Br., chez lequel ces sortes d’accidents atteignent leur plus haut degré de développement. . Un deuxiéme groupe, qu’il convient d’appeler, par opposi- tion au précédent, Discoptila (1), est constitué par des espéces dont les oo’ sont pourvus d’élytres tres petits, orbiculaires, arrondis et bombés en forme de cuilleron. Il comprend les GGr. Fragosot Bol. et Kriipert m. (1) Ai:gx2s, disque; m7iAdy, aile. 2) ? >] 346 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) La ressemblance, entre ces deux espéeces, se poursuit dans un grand nombre de caractéres: la coloration est uniforme, bien que différente dans les deux; la téte et le pronotum sont luisants; le processus frontal est plus étroit que le premier article des antennes; sur les tibias intermédiaires, léperon supérieur externe fait défaut (1); les tibias postérieurs sont un peu comprimés; les denticules qui précédent les épines sont petits et rares jusqu’a disparaitre presque complétement; le premier article du tarse postérieur est tres comprimé, surtout a la base et chargé en dessus de denticules que des soies mas- quent un peu; chez le o’, la plaque sous-génitale est tres peu comprimée, entiére et ouverte en dessus. Le troisiéme groupe enfin, celui des Gryllomorpha sens. str., est formé d’especes apteres, les GG. uclensis m., dalmatina Ocsk. et longicauda Ramb., ayant méme aspect, méme colo- ration consistant dans un fond gris blanchatre sur lequel se détachent des mouchetures plus ou moins sombres, méme duvet court et mémes soies noires éparses. Le processus inter- antennaire est aussi large que le premier article des anten- nes; le pronotum n’est pas rebordé postérieurement, comme il Vétait dans les deux groupes précédents; l’armure des pattes, moins forte que dans le premier groupe, l’est plus que dans le second; le bord postérieur du 9° segment dorsal est arrondi ou méme anguleux au milieu, du moins chez le o’;.la plaque sous-génitale ¢v est bilobée; la plaque supra-anale (Y est aussi d’un type particulier; on y distingue deux plans successifs sé- parés par une dépression transversale abrupte et les bords la- téraux sont renfiés ou prolongés. Affinités naturelles. Le genre Gryllomorpha, établi sur une espéce que les au- teurs avaient décrite communément parmi les vrais Grydlus, paraissait avoir sa place comme naturelle dans la tribu des Gryllii et cest a ce groupe quil a été réuni tout d’abord par M. H. de Saussure, dans le v® fascicule de ses Mélanges (1) Le sens du mot externe est défini par la condition que la patte intermédiaire s0it dirigée en arriére. (13) Pantel— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 347 orthoptérologiques. L’auteur, cependant, revient plus tard sur cette maniére de voir et propose, dans le vi° fascicule, de le placer parmi les Phalangopsites, dans la tribu des @eanthit. Plus récemment encore, M. Brunner von Wattenwyl, dans son Prodromus der europidischen Orthopteren, reporte les Gryl- lomorpha parmi les Gryllii, sans qu’on en puisse conclure, cependant, que la question de leurs affinités est pleinement élucidée; ce serait méconnaitre le caractére particulier du Prodromus, ouvrage classique, dans lequel une haute criti- que a réglé l’admission des grandes divisions, mais ouvrage limité & la faune européenne, dans lequel, par conséquent, ces divisions devaient étre réduites le plus possible. Rappeler de tels faits, c’est dire assez clairement qu’il est malaisé d’assigner la place du genre Gryllomorpha, dans le cadre des tribus généralement adoptées. Des caractéres sé- rieux semblent les séparer des Gryllii. La serrulation du 2° quart basilaire des tibias postérieurs et la forme arrondie qui Vaccompagne a titre de caractére connexe, seraient des ex- ceptions, dans cette tribu. Le faciés tout particulier que les Gryllomorpha doivent en partie a leurs pattes allongées, a leurs tibias gréles, non arqués, témoigne d’un genre de vie qui n’est point celui des autres Grylliz. Ces insectes en effet ne terrent pas, mais se cachent simplement sous les pierres (Gr. uclensis), ou dans les trous des vieux murs (GG. dalma- tina, aliena, Fragosoi), ou sous les feuilles mortes (Gr. aliena). Ajoutons un caractére qui parait corrélatif des précédents: les lobes défléchis du pronotum, au lieu d’étre exactement appli- qués contre les flancs, se moulent lAchement sur la hanche antérieure et se tiennent -une certaine distance, pour lais- ser une plus grande aisance au jeu de cette piéce (1). Cette disposition permet 4 la patte antérieure de s’étendre norma- lement a l’axe du corps, ce qui contribue a donner a |’insecte quelque chose du faciés des Zocustides. C’est encore 1a un in- dice d’un type créé avec d'autres instincts que ceux des Gryl- (1) Au premier abord on serait tenté de ne voir 1a qu’une conséquence du manque d’élytres; il semble en effet que linsertion de l’élytre, par cela méme qu'elle déter- mine une petite élévation du prosotum, aux épaules, appelle un affaissement plus complet de la partie tombante; mais l’observation montre qu’a cet égard les Gry llit complétement aptéres, tels que le Gryllodes furcatus , les Cophogryllus... ne different pas sensiblement des espeéces ailées. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) dai. A ceux-ci il fallait, comme le remarque tres bien M. de Saussure, des appendices susceptibles de s’appliquer contre le corps pour en faire disparattre les saillies-et permettre la progression dans les étroits tunnels qui conduisent a leurs retraites. Il serait facile de signaler encore quelques notes de détail, empruntées surtout & larmure des tibias posté- rieurs: celle-ci, par exemple, que chez les Gryllomorpha l’épe- ron supérieur externe est toujours le plus petit des six, tandis que chez les Gry/li il est généralament plus grand que les deux inférieurs. Les caractéres qui viennent d’étre mentionnés sont aussi ceux des Phalangopsites et notamment du genre Laranda Walk (1). Le rapprochement proposé par M. de Saussure se- rait donc, de ce coté, parfaitement correct. Mais il faut recon- naitre que la différence est grande entre ces types et celui dun Wceanthus. M. de Saussure avoue du reste que la tribu des @canthii, telle qwil a cru devoir la délimiter, renferme des éléments hétérogenes, @affinités tres équivoques. On ob- tiendrait des coupes plus naturelles et fondées sur des carac- teres dimportance équivalente, en élevant le groupe des Pha- langopsites au rang de tribu, surtout s’il devenait possible, dans une nouvelle étude d’ensemble, d’en éliminer quelques genres, chez lesquels les femurs postérieurs et les lobes réfié- chis du pronotum sont conformés comme chez les @eanthiz vrais. Distribution géographique des espeéces. Elimination faite du Zaora morbillosa Walker, le genre Gryl- lomorpha parait propre a l'Europe méridionale et a la région méditerranéenne. Son aire d’habitat est principalement com- (1) Le fait n’est pas douteux si lon s’en rapporte a la diagnose du genre Zaranda, p. 519 des Mélanges. Il y aurait au contraire des restrictions importantes a faire, si Yon prenait pour base d’une comparaison avec les Gryllomorpha, le Laranda annulata Bolivar, dont un exemplaire J a été mis gracieusement ima disposition par auteur de Vespéce. Le faciés de ce Gryllide est bien celui du Gryllomorpha Fragosvi Bol., dont ila notamment les élytres en forme d’écailles orbiculaires; mais les pattes postérieu- res sont d’un autre type; outre que le tibia est notablement plus long que le fémur, VYéperon supérieur externe est plus grand que l’inférieur; deux caractéres importants opposés & ceux des Gryllomorphu, qui paraissent, du méme coup, justifier ’établisse- ment d’un genre nouy eau, pour l’espéce de M. Bolivar. (15) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 349 prise entre le 35° paralléle au Sud et le 45° au Nord. La partie occidentale de cette zone, représentée par la péninsule ibéri- que, est si exceptionnellement favorisée, pour le nombre des espéces, qu’on pourrait la regarder comme la véritable patrie du genre. Sur les sept especes connues, six vivent en Espagne: GGr. aliena Br., Bolivari Caz., Fragosot Bol., uclensis Pant., dalmatina Ocsk., longicauda Ramb.; trois ne sont connues que de cette région: Gr. aliena Br., Bolivari Caz., uclensis Pant.; enfin, l’Espagne est le seul pays qui posséde, a la fois, les trois sous-genres distingués plus haut. La faune de la Gréce revendique le second rang et possede trois especes: @@r. Fragosoi Bol., Kriipert Pant., dalmatina Ocsk., dont une propre, le Gr. Avriiperi. La limite orientale de la zone est occupée, au nord, par le Gr. Fragosot que Von a signalé en Crimée et au midi, par deux espéces du Liban. J’ai recu de cette derniére localité, par l’intermédiaire du R. P. Torrend, missionnaire, deux 9°, dont lune pourrait se rapporter au G7. dalmatina et lautre au Gr. Kriiperi; de nouveaux matériaux sont nécessaires pour une détermination complete. Il est indubitable que de nouvelles explorations sont appe- lées & reculer, dans les divers sens, les limites de cette zone @habitat, mais sans lui enlever totalement, suivant toutes les probabilités, son caractere méridional. Descriptions (1). Grn. Gryllomorpha Fieb. Corpus cylindricum, modice depressum. breviter tomentosum et selis hirsutulum; setis circa ocellum medium confertis et in pronoto fimbrias marginales formantibus. Caput verticale, breve; Jrons, antennas inter, compresso-producta; clypeus tumescens. Antenne elongate, filiformes: artliculus basalis processu inter - (1) Tlm’a paru plus avantageux, principalement dans une monographie, de ne point séparer la diagnose de la description iz extenso qui peut étre faite en langue vulgaire. On se condamne ainsi ’ une description latine bien plus détaillée que la phrase linnéenne, toute faite d’ablatifs absolus, dont elle tire son origine, mais on évite un double emploi évident. On ne peut que féliciter M. Brunner d’avoir rédigé son Prodromus tout-a-fait dans le sens de cette amélioration. 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) antennalt medio subeque latus vel latior. Oculi verticaliter mo- dice elongatt, infra aliquantulum attenuati. Palpi mavrillares elongati; horum articulus terminalis compressiusculus, apicem versus dilatatus et, in siccis, obliquissime truncatus. Pronotum hemicylindricum, supra nonnthil deplanaltum, transversum, an- tice posticeque truncatum vel late rotundato-emarginalum: lobi deflexi antice altiores quam postice, corport parum adpressi, an- gulo postico oblusissimo, late rotundato, lobulo exlra-limbali an- gusto. Hlytra squamiformia et coriacea, vel nulla; ale nulle. Pedes elongati; femoribus, saltem posticis, tibiis longioribus. Tibie antice tympano destitute, apice, infra, calcaribus binis mediocribus armate. Tibie intermedia 4 vel 3-calcarate, calcare externo supero reliquis multo minore (in Gr. Bolivari, subequali). Tarsi ulriusque paris notabiliter elongati; articulus primus re- liquis duobus simul sumptis multo longior, superne rotundalus, pagina infera elevata, linearis, utringue setis for tioribus ciliata. Tibie jostice, bast, quadrante primo, teretes, mutice; quadrante altero supra deplanate et ulringue serrulate, subinde in utroque margine spinis quatuor elongatis, articulato-insertis, versus api- cem introrsum curvatis, necnon calcaribus sex consuetis, armate. Spinarum series externa tola aliguantulum retro sistens, quo fit ut spina apicalis magis distet a calcare subsequenti, in hac serie, quam in serié opposita; spine 2 et 3° in eadem serie externa dis- tincte longiores quam 1* et 4 (exceptionem prebet Gr. Bolivari); spina basalis servet interne reliquis brevior (exc. Gr. Bolivari), he inter se subeque longe. Calcaria interna 1" et 2" longissima, subequalia; calcar externum 1°" omnium brevissimum; calcar externum 2°" 1° et 3° longius, brevius tamen calcaribus 1° et 2° seriez interne. Tarsorum posticorum articulus 1" reliquis simul sumplis multo longicr, compressus, supra haud vel viz canalicu- laius , utringue serrulatus, apice spinis robustissimis armalus, infra setis spinescentibus hispidus. Cerci longissimi, pilis erec- lis hirsutt (1). (1) La vestiture complete comprend trois sortes de poils, pl. Ill, fig. 6, B. Ala base et seulement au coté interne, les longs poils dressés sont remplacés par des poils courts, renfiés en massue. Ce caractére n’est point d’ordre générique et s’observe communément chez les Gryllides. 11 a été signalé par Yersin, «Bull. n° 43 de la Soc. vaudoise des Sc. nat.», & propos du G@rylius campestris. Ces singuliers accessoires sont, vraisemblablement, des organes spéciaux de sensibilité tactile et peut étre offriraient-ils, 4 cause de leur grosseur, un sujet particulierement approprié 4 l’étu- de des connexions du systéme nerveux avec les poils chitineux. (17) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 351 o Llytra, quum adsunt, organo musicali destituta. Lamina supra-analis varia. Lamina subgenitalis ampla, cymbiformis. Q Lamina supra-analis triangularis , declivis. Ovipositor elongatus , gracilis, rectus vel modice decurvus; parte terminali haud dilatata, apice lateribusque acutis, basi, a latere visa, si- nuata. Lamina subgenitalis transversa vel subtransversa, postice obtusalim excisa. Gryllomorpha Fieber, 1853; Bolivar, 1876; Finot, 1890. Gryllomorphus Saussure, 1877; Brunner, 1882; Auctores poster. communiter. Acheta Ocskay, 1833; Herrich-Schiffer, 1838; Rambur, 1839. Gryllus Herrich-Schiaffer, 1835; Fischer Fr., 1853; Costa, 1875. Pratiquement, un Gryllomorpha se reconnaitra tout de suite a son facies caractéristique, a l’existence du processus fron- tal, au renflement de l’épistome, & l’absence de tympan aux tibias antérieurs et ala présence de denticules sur le 2° % ba- silaire des tibias postérieurs. Conspectus specierum. 4° Mares. | Llytra deplanata, elongatula; pronotum etiam postice lim- batum ; dorsum basi distincte vel obsolete rugatum; tibie intermedia 4-calcarate; segmentum dorsale I" postice truncatum; lamina subgenitalis nec fissa NCC COMPTESS Os. sisrsta'c, atest (Subg. Petaloptila) 2. Elytra convexo-cochleata; pronotum etiam postice limbatum; dorsum basi haud accidentatum; tibie intermedia 1( 5-calcarate; segmentum dorsale 9°" postice trunca- tum: lamina subgenitalis nec fissa nec compressa. (Subg. Discoptila) 3. Elytra nulla; pronotum postice haud limbatum; dorsum bast haud accidentatum; tibie intermedia 4-calcarate; segmentum dorsale 9" postice arcuatum; lamina | subgenitalis apice medio fissa, compressa. (Gryllomorpha sens str.) 4. 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (13) | Minor, castaneus; elytra subrectangularia ; metanotum (in siccis presertim) cucullatim unirugatum ; tibie pos- lice spina serier interne 1* reliquis brevior. 2 1. Gr. aliena Br. | Major, ochraceus; elytra ovalaria; metanotum haud acciden- tatum; tibie postice spinis internis equalibus. 2. Gr. Bolivari Caz. | Testaceus; elytra orbicularia, postice volundata, medio im- | pressa; tibia postice spina seriei externe # calcare subsequenti nonnihil brevior; lamina supra-analis multo latior quam longior. 3. Gr. Fragosoi Bol. Piceus ; elytra postice truncato-rotundata, tola convexa; tibia postice spina serie: externe # calcare subsequenti | longior ; lamina supra-analis minus transversa. \ 4. Gr. Kruperi sp. n. ‘ Pusillus; tibia postice spina seriei externe 4 calcare subse- | quenti brevior; lamina subjenitalis haud vel pa- rum laminam supra-analem superans; hac in cor- nu duplex notabiliter producta. 5. G. uclensis sp. n. Magnus; tibie postice spina serie: externe 4° calcare subse- quentt longior; lamina subgenitalis longe ultra laminam supra-analem productd........+.. 95. Luridus, obscuro-maculatus; lamina supra-analis apice late angulatim excisa, angulis posticis inflatis, haud PTOAUCTIS oe. od...) 6G, dalmatina Ocsk: 5< Castaneus, lurido-maculatus ; lamina supra-analis margine postico truncata, angulis posticis haud vel viz in- flatis sed in lobos acuminatos productis. 7. Gr. longicauda Ramb. 2° Feminee. Elytra adsunt, etsi minima, exerta vel tota abscondita; pro- L notum postice distincte limbatum........6+- 2- ] Elytra desunt; pronotum postice haud vel obsolete limbatum. \ (Gryllomorpha s. str.) 5. (a9) Pantel.—NOTES URTHOPTEROLOGIQUES. 353 Corpus pallide ochraceum vel variegatum ; tibia inlermedie 9 4-calearat@.......... (Subg. Petaloptila) 3. | Corpus uniformiter testaceum vel piceum; tibie intermedia \ 3-calcarat@.......... (Subg. Discoptila) 4. Corpus lurido-griseum, castaneo-variegatum; statura medio- cris; tibie postice spina serier interne 1* reliquis OTEOUOT aio is oi oes ac ast een ee GL. aliena: Bi: Corpus ochraceum:; statura magna; tibie postice spina seriet interne 1* reliquis haud brevior. 2. Gr. Bolivari Caz. ' Corpus testaceum, libie postice spina serie: externe 4 calcare subsequenti brevior....... 3. Gr. Fragosoi Bol. Corpus piceum? tibie postice spina serie: externe 4° calcare subsequenti longior? 4. Gr. Kruperi sp. n. (1). 4 } sequenti brevior...... ... 9. Gr. uclensis sp. n. Statura magna; tibie postice spina serie externe 4 culcare ao Se OF Pictura corporis pallidior ; ovipositor cercis subeque longus. 6. Gr. dalmatina Ocsk. e |] Piciura corporis vividior; ovipositor cercos valde superans. \ 7. Gr. longicauda Ramb. | Statura pusilla; tibie postice spina seriei externe 4 calcare | SCOWCILD LOMO UOTAL I aie, ai ciaens seta clean ocr eter. f-°Gr- altena- Br: \(pleing ta by AS BOs): Habitus fere, color staturaque Nemobii sylvestris. Corpus depressiusculum, lurido-griseum, castaneo-maculosum ; tomento brevi albescenti, setis fuscis. Caput nitidiusculum, supra casta- newm. Ocelli in trigonum rectangulum vel obtusangulum dispo- siti; ocelli laterales ab ocello medio multo magis quam ab oculo distantes. Processus frontalis, medio, articulo 1° antennarum latitudine equalis. Articulus terminalis palporum mazillarium articulo penultimo haud sesquilongior. Pronotum antice postice- que truncatum et subeque latum vel antice distincle latius, mar- gine utroque limbato: lobi deflexi angulo antico fere recto, parle postica macula humerali sat constanti distincta. Tibie interme- 1) La Q de cette espéce étant inconnue, le cadre ne peut étre comp!été qu’en lui supposant des caractéres analogues 4 ceux du méme sexe, dans l’espéce voisine. Cette hypothese parait assez bien justifiée par l’étroite ressemblance des Nate mais ne peut étre acceptée, cependant, qu’avec réserve. ANALES DE UIST. NAT. — XIX. 23 354 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) die 4-calcarate (1). Tibie postice supra, parte serrulata, depla- nata, obsolete canaliculata; spine alternantes; spina seriei ex- terne 4° calcare sequenti longior. Articulus 1 tarsorum postico- gum religuis duobus fere 2-plo longior, pagina supera deplanata, a basi ad apicem sensim ampliata, denticulis marginalibus ex- pressis. Cerci regulariter pallidt. co Corpus, exceptis pronoto cum appendicibus, fere totum cas- taneum, supra rufescens. Mesonoli pars exerta tota dorsalis, se- mi-orbicularis. Hlytrs subrectangularia, corpori concolora, to- mentosula, plana, dorsalia, marginem posticum segmenti 2' fere altingentia, apice truncata, angulo apicalc externo rotundato, margine sulurali flexuoso, circa apicem sinuato: discus planus, preter venam jurta-marginalem venis 2 rectis perductus; regio suturalis versus apicem glabra, nitida, rufescens vel nigrescens, incrassata, fossulato-rugosa. Metanotum ruga marginali magna arcuata, segmento 1° incumbente, accidentatum. Segmentum 1° plica marginali tumescentt 2-plo breviori, recta; segmentum 2» elevatione basali vix exerta, medio angulosa et barbata, necnon tuberculo juxta-marginalt notabiliter elevato, postice excavato, predita. Lamina supra-analis transversa, plana, marginibus lateralibus versus apicem convergentibus, pone medium, bis sed parum profunde, abrupte sinuatis, quomodo tuberculum effor- mant; pars postica villosa, pro gradu contractionis analis, forme variabilis, sed regulariter truncata. Lamina subgenitalis saccata, nec fissa nec compressa, medio nonnihil excisa et introrsum pli- cata, supra hians, ultra laminam supra-analem producta. Q Pallidior, tota marmorata, maculis dorsalibus sat regula- viter 3-seriatis. Mesonotum postice minus rotundatum. Elytra minima, cvata, viz ad insertionem mesopleurarum apparentia vel tota abscondita. Lamina supra-analis triangularis, brevis, lateribus ante medium abrupte sed parum profunde sinuates. Ovipositor cercis longior, decurvus. Lamina subgenitalis parva, apice late angulatim excisa. Longit. corporis:...... o7 9-10 -14™ 91] -15™ =e PTOUMOM scans eve. 2 - 2,5 2,2- 3 wae OY GT tren eete 2,0- 3 ==> Tem) Ost... 7-7,5-10 8 - 9 — oviposit...... 7 -10 (1) Calcar externum superum ceteris 2-plo brevius. (21) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 355 Gryllomorphus alienus Brunner, «Prodr.», p. 444. ~- — Cazurro, «Enumeracioén de los Ortépte- ros de Espana y Portugal», pages 30 et 72. Hapitat. L’Espagne centrale et. septentrionale: Valence (Bosca, type de Brunner); Manrése, Monserrat (Capelle, c. m.); Salto del Jucar, en amont de Villalba, prov. de Cuenca (c. m.); sous les feuilles tombées et dans la mousse des terrains humi- des (Capelle), ou sous les pierres irregulierement entassées des alluvions récentes. La description précédente a été faite d’apres un assez grand nombre d’exemplaires, dont quelques-uns desséchés apres la capture, d’autres mis dans l’alcool ou gardés vivants. L’on y remarquera l’une ou l’autre divergence, par rapport a la des- cription originale du o’, qui pourraient faire douter de l’iden- tité des formes visées, si cette identité n’avait été reconnue par M. Brunner lui-méme. Dans le Prodromus, les élévations dorsales sont signalées simplement par ces mots: «segmento primo medio rufo-bituberculato». Une telle indication se rap- porte sans doute au tubercule unique, évidé en arriére, qui occupe en réalité le bord du deuxieme segment, mais qui semble situé au milieu, quand l’abdomen est rétracté par la dessiccation. Le véritable rang de ce segment, comme les accidents de ceux qui précédent, n’auraient pu étre décou- verts qu’en soulevant les élytres, c. a. d. en sacrifiant le précieux insecte, resté unique jusqu’aux recherches du P. Capelle. D’aprés Ja méme description, les segments dorsaux de l’ab- domen seraient bordés de blanc: je n’ai pu observer ce carac- tere sur aucun de mes spécimens. Dans son intéressant travail, M. Cazurro établit une com- paraison assez détaillée entre son Gryllomorphus Bolivarz et Vespéce qui nous occupe, mais en prenaut pour base la des- cription du Prodromus. Le caractére le plus singulier du Gryllomorpha aliena réside dans les saillies dorsales dont il vient d’étre parlé et dans les dispositions corrélatives des élytres. Le metanotum porte une sorte de bourrelet, arqué en avant, dont on se ferait une idée exacte en imaginant un renflement transversai, élevé entre le le et le 4° quart de la largeur du dos, qui aurait été rabattu 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) en arriere et déborderait sur le premier segment abdominal. Sur celui-ci est un renflement de méme type, mais moins étendu de part et d’autre et non rabattu; il est un peu sur- baissé vers le milieu en forme d’anse de panier et creux en arriere; sur l’insecte vivant on voit, en outre, un tubercule basal, prolongé en carenes, en arriére et sur les cétés. Le deu- xieme segment est subitement déprimé pres de son insertion: la partie élevée, ordinairement cachée apres la mort et ne de- venant visible que par une légére traction longitudinale, est apguleuse au milieu, creusée en dessus de tres petits sillons visibles a une forte loupe et garnie, sur la pointe médiane, d’une double brosse de poils serrés et longs; en arriere, pres du bord libre, s’éleve un gros tubercule lisse, un peu étranglé en forme de champignon, légerement rejeté en avant et creusé, en arriere, d’une large fovéole. Sur le troisieme segment on n’observe qu’une ligne élevée, peu distincte. Les figures 7/B, 1/C, ont été dessinées dans le but de ren- dre saississables ces curieuses particularités. La région ac- cidentée, depuis le pronotum, est glabre et de couleur rousse. Les élytres, @autre part, son épaissis et rugueux, le long du bord sutural, précisement dans les parties qui reposent sur les saillies dorsales. Cette circonstance, jointe a ’absence de tambour, ameéne naturellement a rechercher si ces élytres, d’un type si nouveau, ne seraient point destinés a produire une stridulation, en frottant contre les rides sous-jacentes (1). Dans le but d’éclaircir cette question, quelques exemplaires ont été désarticulés et examinés @ un bon grossissement, mais je n’ai su découvrir nulle part rien d’analogue aux fines stries ou aux fines granulations qui caractérisent les surfaces stri- dulantes, chez les Coléopteres par exemple. L’observation de Vinsecte vivant mais captif, n’a fourni, d’ailleurs, aucune donnée nouvelle. Néanmoins je demeure convaincu que des observations plus patientes et mieux dirigées révéleraient la destination de ces dispositions insolites. Je ne saurais étre (1) Ine pourrait étre question que d'une stridulation faible, produite par le méme mécanisme que celle de certains Coléopteres: Cerambyz, Geotrupes, Necro- phorus, p. eX. (23) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 357 de ceux qui admettent, dans les ceuvres de l’infiniment Sage, ce que l’on a appelé l’hyperdélie, ou les productions inutiles. Ces notes étaient rédigées depuis des mois, hormis quelques remarques intercalaires, quand une heureuse circonstance m’a permis d’observer sur le vif le Gryllomorpha aliena. Je me ré- serve de dire un peu plus tard comment je dois a l’exquise amabilité de M. José Ortega, avocat au barreau de Cuenca, d’avoir pu commencer l’exploration orthoptérologique d’une tres intéressante région de la Sierra, a quelques lieues seule- ment de la capitale de notre province. Je me borne présente- ment & quelques observations sur l’espece qui nous occupe. Cette espéce a été capturée dans la premiere quinzaine d@aott, sur la rive gauche du Jucar, non loin du village de Villalba, & quelque 50 metres en amont de la cascade qui porte le nom de SaZéo. Elle vit sur la berge méme de la riviere, sous les pierres entassées péle-méle avec des débris desséchés de matieres végétales, c. a.d. équivalemment dans les vieux murs et dans les décombres, comme ses congéneres. Les individus étaient assez nombreux, presque tous al’état de nymphe et quelques-uns a l'état de jeunes larves. Un certain nombre de ces nymphes ont été transportées vivantes a Uclés et mises dans un large cristallisoir ot elles vivent de fruits et de pain et arrivent régulierement a l’état d’insecte parfait. Le po a état de nymphe a la livrée pale de la Q adulte. La plaque suranale est triangulaire et trés semblable aussi a celle de la 9. Les fourreaux des élytres sont ovalaires, prolongés jusqu’au bord du premier segment de abdomen, pales, avec une tache discoidale obscure; bien que l’animal doive toujours étre privé d’ailes, on reconnait, a l’examen des bords latéraux, qwils sont renversés, comme chez les especes pourvues d’or- ganes du vol complets et bien développés. Toutefois, cette in- version et par suite l’état larvaire du sujet, ne peut guére se reconnaitre au premier aspect. Sur les segments dorsaux on n’observe ducun indice des saillies qui doivent apparaitre a la derniere mue. La Qalétat de nymphe ne differe de l’adulte que par son oviscapte court, gros, brusquement acuminé, finement tomen- 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) teux. Cette piece acquiert une longueur double, a la derniere mue. C’est, du reste, leseul organe extérieur qui subisse alors une modification un peu notable. On peut suivre a lVeeil, sur un individu qui vient de se dégager de son enveloppe, le tra- vail exceptionnellement actif qui se fait dans ces valves chi- tineuses, destinées a présenter, tout-a-l’heure la consistance et l’inertie de la corne; en ce moment elles obéissent a action musculaire et on voit tout lorgane s’infléchir a droite et a gauche, a diverses reprises, pour étirer ses diverses parties et atteindre sa longueur normale. Les moignons des élytres existent dans la nymphe, mais ils sont tres petits. Chez le ¢ adulte, les élytres sont tantot écartés ’un de lau- tre, tantot en contact par leur bord intérieur; ils n’arrivent guére qu’au milieu du deuxiéme segment. Le bourrelet du metanotum est moins accusé qu’apres la mort; les autres sont tres marqués et la partie libre de chaque segment étant plus grande, on distingue trés bien les détails décrits. Les individus des bords du Jucar different de ceux du Nord de l’Espagne par leur taille plus grande, leur pronotum dis- tinctement plus étroit en arriére et l’oviscapte de la 9, pro- portionnellement plus long. 2. Gr. Bolivari Caz. (pl. 11, fig. 2). oo Cylindrico-fusiformis, ochraceus, albo-tomentosus et nigro- setulosus. Caput parvum, pronoto angustius. Processus frontalis articulo basali antennarum multo angustior. Ocelli magni, ex- presst, in equilatus sere dispositi; ocelli laterales ab oculo et ab ocello medio subeque distantes. Articulus terminalis palpi. ma- aillaris articulo precedenti sesquilongior, truncatura ad medium haud perducta. Pronotum antice magis, postice minus constric- tum, marginibus limbatis; discus partim glabro-nitidus; lobi de- flexi medio convext, corport parum adpressi, angulo antico tate rotundato, margine infero primum modice, subinde subito et quasi angulatim obliquissime ascendente. Mesonoti pars exerta tota dorsalis, postice rotundata. Elytra ovalaria, secundum seg- mentum vin superantia, corport concolora, albo-tomentosula; margo uterque converus, margo suluralis prope apicem sinuatus; discus planus, venis obsoletis; vena radialis expressa, a basi ad apicem perducta, ubique margini parallela; regio suturalis a primo quadrante ad apicem incrassata, nigra, nitida. Segmenta (%5) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 359 abdominis 1°" e¢ 2" rugis transversis duabus parum expressis. Tibia intermedia quadricalcarate, calcaribus sat elongalis. Ti - bie postice supra, parte serrulata deplanata; spine alternantes; Spine seriei interne inter se subequales; spine externe secunda lertiaque viz prima longiores, spina quarta brevior, calcare sub- sequenti tamen distincte longior ; arliculus primus tarsorum ce- teris unitis fere 2-plo longior. Lamina supra-analis transversa, trapezoidea, postice truncata, marginibus lateralibus medio non- nihil angulosis, inflatulis, margine postico medio dense villoso, angulis posticis in tuberculum exertum productis. Lamina sub- genilalis integra, parum compressa, supra hians. Q Larva. Tota pallida; mesonoto postice rotundato, medio subanguloso, elytris utringue lobulo exserto indicatis; lamina subgenitali brevissima, postice angulatim late excisa. ong.-Corps..'s.- eeee 7% 17™™ (a processu frontali ad apicem lamine subgenit). — pronotie .)...2. 3 == Welly tronic.) 4,5 — fem. post..... ll Gryllomorphus Bolivart Cazurro, «Enumeracion de los Ortép- teros de Espana y Portugal», p. 29. Habitat. L’Espagne orientale et méridionale: Cabeso, pro- vince d’Alicante; Tabernes, prov. de Valence (Bosca, coll. de M. Bolivar). La description a été faite sur un tres bel exemplaire con- servé dans l’alcool. Avec cet unique adulte 9’, j’ai pu étu- dier deux larves 2°, du 3° ou 4° age, d’apres lesquelles on peut affirmer que la 9 du Gryllomorpha Bolivari possede des élytres plus grands que celle de l’espece précédente. Ces or- ganes se voient chez la larve sous forme de moignons insérés sur les cotés du mesonotum et déja saillants en arriére du pronotum. Cette espece, remarquable, en premier lieu, par la taille et la coloration, est du méme type que la précédente, seulement les saillies dorsales ne sont représentées ici que par des lignes transversales peu élevées, auxquelles l’attention s’arréterait difficilement si elle n’avait été mise en éveil par l’étude préa- lable du Gryllomorpha aliena. Ces lignes, au nombre de deux 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6, pour chaque segment, commencent a se montrer sur le pre- mier segment de l’abdomen et ne sont guére visibles au dela du second. Les élytres offrent toutes les particularités décrites a prapos de l’espéce voisine, a exception du contour. Mais un caractére qui atteint, dans le G7. Bolivari, un de- eré exceptionnel de perfection, c’est l’armure des pattes. Sans parler des poils spinescents qui s’observent sur les fémurs des deux premiéres paires de pattes, les éperons terminaux sont au nombre de quatre, dans les tibias intermédiaires et, par une exception unique, le supérieur, du coté externe, offre le méme développement que son symétrique. Sur les tibias pos- térieurs, la premiére épine de la série interne est aussi lon- cue que les trois suivantes et la premiére de la série externe Vest autant que la deuxieme et la troisieme. 3. Gr. Fragosoi Bol. (pl. 1, fig. 3, A, B.) Parallela, testacea, parce et tenuissime tomentosa, capite pro- notogue pallidioribus. glabriusculis , nitidis. Ocelli in trigonum obtusangulum dispositi. Processus interantennalis, medio, multo- angustior quam articulus basalis antennarum. Articulus termt- nalis palporum maxillarium articulo penultimo sesquilongior, truncatura medium non attingente. Pronotum antice posticeque truncatum limbalumque. Femora, presertim antica et interme- dia, setis erectis, spinas imitantibus, armata. Tibie intermedia 3-calcarate. Tibie postice compressa, supra parum deplanate, denticulis minimis, interdum prope deficientibus : spine vir al- ternantes; spina apicalis externa calcare sequenti nonnihil bre- vior. Tarsi postici articulus primus ceteris unitis 2-plo longior, vobustus, paulo arcuatus, notabiliter compressus , supra haud ca- naliculatus, denticulis latere presertim interno rarioribus, setis Sere obtectis. J Elytra orbicularia, medium metanoti attingentia: margo internus, prope basin, in lobulum dentiformem, a supero non distinguendum , replicatus ; discus obsolete punctatus , cochlea to- converus, prope basin late impressus. Lamina supra-analis trans- versalis, 2-plo latior quam longior, postice rotundato-excisa, angulis nonnihil productis, marginibus lateralibus haud infla- lis. Lamina sub-genitalis cymbiformis, via compressa, integra, supra hians. (27) Pantel.—NovTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 302 QO Elytra minima, orbicularia , tota abscondita. Lamina su- pra-analis ampla, marginibus lateralibus sinuatis. Ovipositor viz decurvus, cercis subeque longus. Lon @its[COrpeite jee. 2 sc of iisoat2ss O10.5=12=" == SY pranoter!. e534). Qe) 2 2 =i2\2 so 7 ely iret eeasss 132 = eetems POSbises/ 4. « 8,5 9 — oviposit........ 6,5- 7,5 Gryllomorphus Fragosoi Bolivar, «Le Naturaliste», 1885. — o — «Especies nuevas de Ortépte- ros», in ANAL. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. XVI, p.-li3- — _— Cazurro, « Enumeracidén de los Ortép- teros de Esp. y Port., p. 72. —_ — Retowski, « Beitrige zur Orthopteren- Kunde der Krim», in Bull. de la Soc. imp. des nat. de Moscou, 1888, p. 414. Hapitat. L’Espagne méridionale: Séville (Fragoso, Cal- derén, types de M. Bolivar); la Gréce (Kriiper, collection de M. Bolivar et ma collection); la Crimée, le Maroc (Retowski). La description précédente a été faite d’aprés cing exemplai- res, dont deux oc’ et trois 99. Chez le & de provenance es- pagnole les élytres sont trés finement rebordés, comme il est dit dans la description originale, détail que l’on a de la peine a retrouver chez celui de Gréce. C’est d’ailleurs la seule diffé— rence observée entre ces deux insectes. L’élytre consiste en une lame orbiculaire mince, coriace, sans nervures, luisante, convexe, mais offrant vers le milieu une large concavité, comme si lorgane avait été repoussé par une pression exercée du dehors et dont le point d’application serait un peu plus rapproché du bord interne que du bord ex- terne. Les deux élytres ne sont pas tout 4 fait en contact. Le bord interne est un peu dilaté, prés de la base, et replié per- pendiculairement a la surface du disque. L’armure caractéristique des pattes est bien moins vigou- 262 ANALUNS DE HISTORIA NATURAL. (28) reuse que dans le groupe précédent. Le nombre des éperons, aux tibias intermédiaires, est réduit a trois et les denticules des tibias postérieurs et du premier article des tarses sont quelquefois tres rares et toujours difficiles a apercevoir; de nombreuses soies raides contribuent, du reste, 4 les masquer. M. Retowski a fait observer, dans le travail cité ci-dessus, que la O est entierement privée d’organes du vol (1) et sa re- marque a été reproduite par les Archiv. fiir Naturg., 1889, Bd. ir, H. 2, p. 78. Telles sont, en effet, les apparences; mais en voutant légerement Vinsecte et en rejetant le pronotum en avant, comme le représente la fig. 3/B, on met a découvert Vélytre e. 4. Gr. .Kriperi, sp. n. (pl. 1, fig. 4). Parallela, nigra, ore, pedibus et corpore subtus, fuscessentibus, parce tomentosa, capite pronotoque glabriusculis , nitidis. Caput pronoto haud angustius. Ocellt laterales ab oculo paulo minus quam ab ocello medio distantes. Processus frontalis, medio, ar- ticulo basali antennarum fere 2-plo angustior, infra ocellum nonnihil sulcatus. Articulus terminalis palporum macxillarium articulo penultimo paulo longior, notabiliter dilalatus, trunca- tura ad medium haud perducta. Pronotum antice et postice trun- catum et limbatum, antice nonnihil angustatum; disco supra de- planato-inequalt. Tibie intermedia 3-calcarate. Tibie postice compresse; supra, parte serrulata, obsolete canaliculate, denticu- lione vara et setis pene obtecta; spine modice alternantes ; spina seried exzterne ultima calcare subsequenti longior; articulus 1" tarsorum ut in specie precedenti, setis obsitus et serrulatione egre distinguenda, distinctiore tamen quam in tibvis. oc Hlytra minima, latiora quam longiora (parte exerta), pos- tice rolundato-truncatula, angulo externo rotundato; cochleato- conver, medio haud impressa. Lamina supra-analis ampla, disco medio late impresso, apice? Lamina subgenitalis ampla, integra, nolaibiliter ultra laminam supra-analem producta, late- ribus supra hiantibus. Q LHucdum ignota. (1)... der Flugorgane giinzlich entbehren. 29) Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLUGIQUES. 263 Longite corporis: . «iiss. ula ey PROMO ss sr. 2is dees : 2 SS OUVUD 's,'s, 8, Sas/latdaraore 3 0,7 =e enmys, POsti:), Ft/d. waa 8 Hasitat. La Gréce: Mont Parnasse (Krtiper, c. m.); et peut étre la Syrie. L’unique exemplaire examiné m’a été envoyé, avec d'autres especes intéressantes, par M. le D' Ch. Kriiper, ‘Conservateur du Musée d’Athénes, a qui je me fais un verita- ble plaisir de dédier l'espece. L’état de conservation du spécimen, assez satisfaisant pour Vensemble, me laisse dans le doute au sujet de Pextrémité de la plaque supra-anale et du bord interne de l’élytre. Il est difficile de vérifier s’il existe, dans cette espece, un lobule replié tel que celui qui est signalé dans la précédente. Mal- gré ces défectuosités on peut s’assurer que les élytres comme la plaque supra-anale sont tout autres que dans le Gr. Prago- soi. Ces deux caractéres, auxquels il faut joindre la colora- tion, toute a fait différente aussi, séparent les deux especes, dont les affinités d’ailleurs sont tres étroites. J’ai en collection deux 9Q provenant du Liban (R. P. Tor- rend, missionnaire), qui paraissent appartenir a une espece voisiné sinon ala méme. La taille de ces deux exemplaires n’est que de 9"" et le processus interantennaire est propor- tionnellement plus large que dans celui du mont Parnasse. La lumiére ne peut ¢tre faite sur ce point que par la décou- verte d’une Q authentique, de cette derniére localité ou des régions voisines. Il est permis d’espécer cette découverte, a bref aélai, des actives recherches de M. Kriiper. Peut-étre, la O existe-t-elle déja au Musée de Berlin, ot l’espéce parait représentée, d’apres un renseignement obligeamment com- muniqué par M. Brunner. Il est toujours regrettable de publier une espece d’aprés un seul individu: je ne m’y serais point résolu, pour celle-ci, si je n’avais cru que l’avantage de compléter une étude d’en- semble doit faire passer par dessus quelques incertitudes de détail et justifie, non les inexactitudes, mais les déficits d’une description. J’ai cherché a éviter les premiéres, tout en me résignant aux seconds. Néanmoins, dans la pensée d’éviter Vinconvénient réel inhérent a ce parti, j’ai cherché a obtenir 36k ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) la communication temporaire des spécimens conservés au Musée de Berlin. Obligé de constater que je n’y ai point réus- si, joffre du moins de communiquer mon propre exemplaire 2 celui de mes collegues qui voudrait compléter la descrip- tion de Vespéce. 5. Gr. uclensis, sp. n. (pl. 11, fig. 5, A, B). Pusilla, opaca, lurido-testacea, fusco-maculosa, pallide-to- mentosa, nigro-setosa. Corpus parallelum, modice medio dilata- tum et depressum. Caput pronoti latitudinis, glabriusculum, nitidum (1). Ocelli in triangulum obtusangulum vel rectangulum dispositi; ocelli laterales ab oculo et ab ocello medio subeque distantes. Processus interantennalis articulo basali antennarum nonnihil latior. Articulus terminalis palporum mazillariwm articulo penultimo equilongus, truncatura fere ad medium ducta. Pronotum pallidum, margine antico fusco, tenuiter limbato, c- liato; margine postico nec limbato nec ciliato; disco fascia trans: versali ultra medium sita, medio interrupta, ornato. Mesonotum parvum, utringue macula fusca. Metanotum amplum, latiuscule pallide-marginatum. Elytra nulla. Segmenta abdominalia minus regulariter picta, margine tamen postico pallidiore. Tibia inter- medie 4-calcarate, calcare supero externo vix distincto. Tibie postice snpra, parte serrulata, deplanate, haud canaliculate, denticulis numerosis , distinctissimis; spine vix alternantes ; spi- na serie: externe ultima calcare subsequentt brevior. Tarsi pos- tict articulus 1“ robustus , prismaticus, supra planus, utringue distinctissime serrulatus; articuli 2” et 3° gracillimi. oY Segmentum dorsale 9" postice rotundatum. Lamine supra- analis pars basalis plana, nitidiuscula, transversa, via exerta, a parte apicali abrupte per depressionem transversam distincta; hecin cornua bina, cercos truncatos spurios imitantia, bipartita. Lamiua subgenitalis compresso-cucullata, medio fissa, lobis an- gulo supero contiguis. Q Lamina supra-analis triangularis, apice retusa, lateribus, prope basin, viv angulato-sinuatis. Ovipositor rectus vel tenwis- sime decurvus, cercis distincte longior. Lamina subgenitalis par- va, triangularis, apice truncata verius quam excisa. (1) In exemplis coloris vividioris: frons fusca, lineis pallidis et imprimis linea media postice furcata, ornata. (31) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 365 TROT UL COMM atest’ sts oda «a ot ded 0" On7 5 Oz — antennarum..... 18 18 —\ PROMO Ea cialsisnare's hehe 1,2- 1,5 Ne2=138 —. fem. post....... Sa 5- 6,5 5 = 6,5 sh ONG UE Rr F state chal! ove se 6 - 7,5 Gryllomorphus sp.? Pantel, «Contribution a l’orthoptérologie de l’Esp. centr. in AN. DE LA Soc. ESP. DE HIST. Nat., t. Xv, p. 286. Hasirat. L’Espagne centrale: Uclés (c. m.), sur le flanc dune éminence rocailleuse et stérile, entourée de champs cultivés. Vit sous les pierres, quelquefois par petites sociétés. Octobre. Cette espece, la plus petite du genre, est remarquable par les prolongements singuliers de la plaque suranale, chez le &’. Lors de la publication de mon premier travail sur les Orthop- teres d’Uclés, je ne connaissais que la 9, représentée par deux individus sur lesquels je n’osai formuler un jugement catégo- rique. Ces spécimens étaient si chétifs qu’on pouvait douter qwils fussent adultes et j’avoue que, pour triompher de cette appréhension, j’ai du en observer un certain nombre et arréter mon attention sur la forme bien définitive des piéces anales, dans les deux sexes. Les noms géographiques, employés comme noms d’espéces, offrent bien quelques inconvénients: on doit en général leur préférer les qualificatifs qui facilitent le travail de la mémoire en rappelant un caractere saillant et qui ont une utilité réelle, méme quand le caractére auxquel ils font allusion n’est pas exclusivement propre a l’espéce désignée. Néanmoins l’on pardonnera une exception qui, dans ma pensée, est un hom- mage rendu a Vhospitalité d’aujourd’hui, aussi bien gu’a la gloire religieuse et militaire d’autrefois. 6. Gr. dalmatina Ocsk. (pl. m1, fig. 6, A, 8-d). Magna, stramineo-grisea, fusco-marmorata, opaca. Corpus cylindricum. Ocelli in trigonum oblusum dispositi; ocelli latera- les aque ab oculo et ab ocello medio distantes. Processus frontalis, medio, articulo basali antennarum latitudine equalis. Palpi macillares elongati; articulus ultimus penultimo sesquilongior, 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (82) parum dilatatus, truncatura (in siccis) ultra prium trientem haud perducta. Pronotum antice distincte, postice indistincte limbatum. Elytra nulla. Tibia intermedia 4-calcarate. calcare externo supero minimo. Tibie postice supra, parte serrulata, deplanate vel obsolete canaliculate, denticulis interdum rario- vibus; spine seriet interne subeque longe, spina seriei externe ultima calcare sequenti longior. Segmentum dorsale 9" postice: rotundatum. oc” Caput pronoto haud angustius. Lamina supra-analis niti- diuscula, transversa, marginibus lateralibus versus apicem non- nihil convergentibus, margine postico late angulatim exciso vel truncato, angulis posticis inflatulis, apice retusis, disco trans- versim impresso, Lamina subgenitalis ampla, compressa, medio Jissa, lobis horizontalibus, postice rotundatis et contiguis. Q Caput pronoto angustius. Lamina supra-analis simpliciter triangularis, disco impresso. Ovipositor cercis subeque longus, modice decurvus. Lamina subgenitalis parva, triangularis, apice obluse angulatim excisa. LONG it COMP .G seat otek oo 18-19" OM ES == (sp PrONObY Hes Bhai: 3,2 2,8 == fem poses .thet'ss 13-14 12 =f OVIPOSIEHA hotties. 12 Acheta dalmatina Ocskay, «Nova Acta Ac. nat. Cur.» XvI, 0, p. 959, 1833. — aptera Herrich-Schaffer, in «Fauna Insect. Germ.» (Panzer), tb. 19, 1838. Gryllus apterus Herrich-Schiffer, «Nomencl. entom. 11, p. 24. — — Fischer, «Orthoptera europ.», p. 175. —- — Costa, «Fauna Regn. Nap.», p. 34, pl. 1x, fig. 3. Gryllomorpha daimatina Fischer, «Syn. der europ. Orth.», p. 67. — _ Finot, « Faune de la France, Ins. Or- thopt.», p. 242, fig. 155. — aptera Bolivar, «Ortép. de Esp.», p. 272. Gryllomorphus dalmatinus Saussure, «Mel. orthopt.», fase. v, p. 449, fig. xxiv. — — Dubrony, «Aun. mus. civ. Gene- va», XII, p. 24. — — Krauss, «Orth. Faun. Istr.», p. 90. (33) Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 367 Gryllomorphus dalmatinus Brunner, «Prodr. der eur. Orthopt.», p. 444, fig. 103. — — Cazurro, «Enumeracioén de los Or- tdpteros de Esp. y Port.», p. 72. Hapitat. Le midi de 1’Europe et le littoral méditerranéen: Algérie (Saussure), Espagne (Bolivar, Cazurro), France méri- dionale (Capelle, Marquet, c. m.), Italie (Finot, c. m.), Dalma- tie (Krauss), Grece (Saussure), Turquie (Fischer). Sous les pierres et dans les vieux murs. Je dois & M. Marquet, l’explorateur bien connu des riches- ses entomologiques du Languedoc, d’avoir pu étudier un cer- tain nombre de larves de cette espéce, déja au voisinage de leur derniere mue. La @ nese distingue de l’adulte que par son oviscapte court, finement tomenteux et brusquement acuminé a l’apex. Chez le <’, la plaque suranale donne lieu & quelques obser- vations. Cette piéce est triangulaire-arrondie; c’est la valve anale impaire, dans sa forme la plus commune. II est a re- marquer que tandis que sa longueur est a tres peu de chose pres celle qu’elle doit conserver dans l’adulte, sa largeur est bien inférieure a celle qu'elle doit acquérir. D’autre part, on observe sur le disque une impression triangulaire plus ou moins nette, due ace que les bords latéraux sont renflés en forme de bourrelets allant l’un vers l’autre et concourant a Vapex de la plaque. Cette double circonstance semble permet: tre de supposer que lors de la derniére mue le développement de la plaque porte principalement sur ces bourrelets et se fait en méme temps dans le sens transversal, en les éloignant, ce qui détermine | élargissement de la plaque et dans le sens longitudinal, en repoussant leur extrémité basilaire et les obligeant comme a pivoter autour de leur extrémité apicale, ce qui améne le passage de la forme triangulaire a la forme trapézoidale. Ce dernier mouvement de croissance est-il peu prononcé, les deux bourrelets se sont placés simplement sur le prolongement l’un de l’autre, on a la forme tronquée, Si- gnalée plus haut, dans l’adulte; est-il plus accentué, l’extré- mité basilaire du bourrelet est poussée au dela de l’extrémité apicale, on a la forme excisée. Dans l’un et l’autre cas, ce qui constitue, chez l’adulte, le bord postérieur de la plaque, au- rait contribué & former, chez la larve, les bords latéraux. II 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) est a noter que les bourrelets dont il est ici question ne sont pas indurés, mais de méme consistance que le reste du tégu- ment. Sur un sujet simplement ramolli, on peut pénétrer a leur intérieur, avec une pince fine et en modifier la forme par des tractions en divers sens. Cela étant, on doit supposer que lVinsecte vivant a la faculté de modifier dans certaines limites la forme de la plaque, par exemple, de la faire passer de la forme tronquée a la forme excisée, par un simple retrait de la partie moyenne, dt aux contractions du sphincter anal. Aussi pourrait-on admettre que chez cette espece la forme normale de la plaque suranale est un trapeze dont le bord postérieur peut étre plus ou moins déformé. 7. Gr. longicauda Rarnob. (pl. 11, fig. 7 et fig. 8-7). Speciei precedenti simillima sed minor, abundantius fusco- maculata. Caput nitidum, fusco pallidoque variegatum, corpus opacum, albido-tomentosum et nigro-setosum. Processus fronta- lis, medio, articulo primo antennarum latitudine equalis. Prono- tum antice distincte, postice nequaquam limbatum. Elytra nulla. Tibie intermedia 4-calcarate, calcare supero externo minore, reliquis subequalibus. Tibiarum posticarum spina seriec externe 4 calcare subsequenti longior. Segmentum dorsale 9" postice sub- angulatum. Cerci breviores. o Supra fuscus, testaceo-maculatus, linea dorsali pallida, ab occipite ad medium abdominis distinclus, corpore subtus pedi- busque pallidis, fusco-maculatis. Lamina supra-analis trapezot- dea, transversa, nitidiuscula, disco glabro, medio transversim ampresso; marginibus lateralibus a basi ad medium convergenti- bus, tunc abrupte sinuatis, subinde parallelis ; margine postico truncato, cilialo, angulis posticis in lobos acuminatos productis. Lamina subgenitalis hane valde superans, apice jfissa, lobis a latere visis oblique ascendentibus, parallelis, apice oblique trun- catis, angulis rotundatis. Cerci pallidi. Q Tota lurido-testacea, castaneo-maculata, maculis picturam elegantem formantibus (exemplum Ramburianum nitidiusculum, tomento fere deficiente). Lamina supra-analis triangularis, mar- ginibus lateralibus circa medium abrupte sinuatis. Ovipositor (tn siccis) corport longitudine subequalis, cercos valde superans, basi rectus, subinde modice incurvus. Lamina subgenitalrs ut in Gr. dalmatina. (35) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 369 Longit. corp...... o& 15™™ Q (exempl. Ramb.) 17 — pronot.... 2,2 3 — fem. post.. 10 112 — oviposit... 17! Acheta longicauda Rambur, «Faune de l’Andal.», p. 34, pl. 1, fig. 9. Grylius = — Lucas, «Expl. sc. de ’Alg. Orth.», p. 21. Gryllomorpha longicauda Fieber, «Syn. der eur. Orth.», p. 67. — ? fasciata _— — — _ Gryllomorphus dalmatinus var. Auct. communiter. Hasitat. L’Espagne méridionale (Rambur, coll. Mabille, Cepero, c. m.); l’Algérie (Lucas, Brunner, Finot et Bonnet). Acceptée comme espece distincte par M. Lucas et plus tard par Fieber, cette forme a été réunie avec doute au Gryllomor- pha dalmatina par Fischer, puis considérée comme variété géographique par MM. de Saussure et Brunner. Il faut reconnaitre qu’on ne serait pas conduit a une autre conclusion par l’étude seule des types de Rambur. Ces types comprennent: 1° la O quia été dessinée dans la Faune del An- dalousie, pl. 2, fig. 9; 2° deux oo”, ceux, évidemment, dont parle auteur, dans la description. La Q est conforme 8 la figure, réserve faite de certains dé- tails sur lesquels l’attention du dessinateur ne pouvait se por- ter, & une époque ow les caractéres génériques n’avaient pas encore été signalés: ’armure des tibias postérieurs et la forme des tarses, par exemple, sont visiblement inexactes, ou méme contraires au texte; au contraire, la longueur si remarquable de l’oviscapte, la briéveté des cerci, la vivacité des dessins, sont rendus avec fidélité. Ce sont la des caractéres bien tranchés, mais, pris seuls, auraient ils eu nécessairement la valeur de caracteres spéci- fiques? Les o’c’ sont des nymphes, comme on le reconnait tout de suite 4 leur taille un peu plus petite et & leur tégument rata- tiné; leurs différences par rapport aux nymphes du G*%. dal- matinad ne sont pas assez accusées pour qu'il eut été prudent de s’en autoriser. Tel était état de la question et aucun espoir ne restait de ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) la faire avancer en consultant les collections, quand j’ai recu de M. Cepero l’exemplaire 97 adulte qui a servi pour la des- cription ci-dessus. L’examen de ce spécimen ne laisse aucun doute sur la validité de l’espéce de Rambur. Outre les carac- téres différentiels mentionnés dans la description, la forme du titillateur est tout autre que dans l’espéce d’Ocskay, quoique du méme type dans sa disposition générale. Chez la nimphe ¢’, la plaque supra-anale est triangulaire arrondie, de méme contour que chez le dalmatina de méme dige, avec cette léwere différence que les bords n’en sont pas renfiés d’une facon appréciable. Le Gryllomorpha fasciata Fieb., catalogué et succintement décrit sans indication stire de patrie, se rapporte, probable- ment, a la méme espéce. (37) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 371 II. LES PHASMIDES D’EUROPE ET DES PAYS LIMITROPHES. (Sesion del 1.° de Octubre de 1890 ) NO eee Mon désir était de traiter ce groupe avec quelque étendue, comme celui des Gryllomorpha; la difficulté de réunir des ma- tériaux suffisants m’oblige & me restreindre et a résumer dans quelques observations une étude qui est condamnée par les circonstances a rester tres incomplete. Ces observations seront suivies de la partie descriptive afférente aux espéces accessibles. J’ai hate de faire remarquer que les difficultés auxquelles je viens de faire allusion sont tout-a-fait indépendantes de la bonne volonté de mes correspondants ordinaires. Dans cette circonstance, comme dans toutes les autres, je n’ai eu qu’a me louer de l’empressement qu’ils ont mis & m’aider de leurs savants avis et des matériaux de leurs collections. Il est surtout une collaboration que je me plais 4 rappeler, avec le sentiment de ma reconnaissance personnelle la plus vive et la certitude du bon accueil qui lui sera fait. En se chargeant de la deuxiéme planche de ce travail, M. le Cap. Finot me donnait une marque d’amitié 4 laquelle je demeure trés sensible et assurait & mes modestes notes le mérite d’une illustration exacte autant qu’artistique. On retrouvera ici, heureusement rendu par un habile graveur de Madrid, le crayon auquel nous devons les remarquables planches des Insectes orthopteres de la France. Uclés, 8 Septembre 1890. 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) OBSERVATIONS GENERALES. SUR CERTAINS CARACTERES D'UNE ASSEZ GRANDE GENERALITE DANS LA FAMILLE.—L’organisation générale et la morphologie des Phasmides ont été Vobjet d’importantes observations, soit de la part des anciens auteurs: Gray (1835); Brullé (1836); Burmeister (1838); Serville (1839); Fischer (1853); soit de la part des savants actuels, principalement de M. Brunner von Wattenwyl, auteur d'un remarquable mémoire ayant pour titre: Die morphologische Bedeutung der Segmente (Vienne, 1876). Sans vouloir faire ressortir tout le mérite de cette derniére étude, rappelons quelle a donné la véritable signification du segment médiaire, sur lequel des opinions contraires et tou- jours mal établies, avaient été proposées, par Gray et Brullé dun coté, par Burmeister, Serville, Fischer, de autre. La présence d’un gros stigmate, sur les parties molles latérales, oblige a considérer cette piece comme le premier segment de Vabdomen et la fait rentrer dans laregle générale. Rappelons aussi ’homologie exceptionnellement difficile des organes sexuels externes, établie avec un plein succes sur l'étude comparée. Malgré ces importants résultats, il y a place pour des re- cherches ultérieures, dans un sujet que la rareté relative de matériaux en bon état a rendu moins accessible. Mon but est simplement de signaler quelques points a l’attention des or- thoptéristes. I.—En premier lieu, on remarque dans les segments une tendance assez générale de la plaque ventrale a dépasser la plaque dorsale correspondante. Chez un Bacillus 9, par exem- ple, nous voyons, a lextrémité de Pabdomen, la 10° plaque ventrale (véritable pl. sous-anale) se prolonger en avant sur la 9° plaque dorsale; la 8° (pl. sous-génitale ou opercule) cache entierement ou en partie la 9°, représentée par Voviscapte et se prolonge en arriere bien au dela de la plaque dorsale de méme rang. Plus haut, c’est la plaque métasternale qui s’est développée en arriére jusqu’a atteindre le niveau du bord pos- térieur du segment médiaire, c’est-a-dire du premier segment de abdomen. (39) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 373 Quant a la plaque mésosternale, je la crois également pro- longée, d’arriére en avant, jusqu’au milieu du pronotum. Ici, toutefois, les apparences sont plus difficiles a interpréter. Sur la figure ci-dessous (fig. 1), tracée d’aprés le Bacillus Rossii Q, on voit en ys une plaque hexagonale dont le bord postérieur Fig. 1.—Face yentrale d’un Bacillus (1). est au niveau de l’insertion des hanches de la premiere paire et au dela, une piéce trapézoidale ms qui se termine au niveau du bord postérieur du pronotum. La pensée se présente tout d’abord de considérer l’ensemble des deux comme le pros- SER ae ES (1) Face ventrale dun Bacillus (schématique).—/a/ Limite antérieure du prothorax. —apm/ Articulation pro-mésosternale.—/ @/ Fausse articulation ou pli mésosternal et limite postérieure du pronotum.— Sj... Ss, Sg, S4o/2¢ ... 10¢ segments dorsaux de l’'abdomen.—yp s) Prosternum.—m s/ Partie antérieure du mésosternum, dépassant, en avant, le mésonotum.—WM s/ Partie principale du mésosternum correspondant au mé- sonotum.—3$"s... 8’7, Sg, S'4o/ 2 ... 10e segments ventraux de l'abdomen. On a marqué, sur S’, la tache ombilicale, toujours reconnaissable dans ce genre. 1374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . — (40) ternum; mais diverses particularités montrent que la piéce trapézoidale fait partie du mésosternum. La texture des par- ties Ms et ms est la méme: chez les espéces dont le mésoster- num est chargé de granulations, telles que le Bacillus galli- cus, ces accidents s’observent aussi sur ms, mais non sur ps. D’autre part, la suture ap m représente la véritable articula-— tion pro-mésosternale, peu mobile, sans doute, parce qu’elle n’a,pas de correspondante sur la face dorsale, mais dont le jeu, sur l’insecte vivant ou récemment tué, est suffisant pour la caractériser. Du reste, cette mobilité se révele, méme sur les vieux exemplaires des collections, par une circonstance significative: il arrive parfois que la piece ms est comme dés- articulée et placée un peu obliquement par rapport aps, ala suite des contorsions de l’agonie ou de la préparation. Enfin, il est bien vrai que ms est mobile sur J/s et que, a tenir compte de la seule amplitude du jeu, le plia@ représenterait la véritable articulation pro-mésosternale; mais on remarque tout de suite que cette articulation est d’un caractére excep- tionnel: il n’y a point de partie membraneuse opérant la liai- son et permettant le glissement des parties dures, il y a sim- ple rotation autour de fa, la plaque mésosternale se pliant littéralement suivant cette ligne. Cet empiétement des plaques ventrales, dont les oo four- nissent encore d’autres exemples, a pour effet de réduire la mobilité & un minimum. On doit le considérer comme un des facteurs de Vaptitude remarquable des Phasmides a prendre Vapparence d’un batonnet rigide et & maintenir leur corps ri- goureusement droit et horizontal, sur les quatre pattes posté- rieures, malgré son allongement considérable de part et d’au- tre des points d’appui. C’est donc aussi une des dispositions providentielles destinées a les défendre en les dissimulant. IIl.—L’extrémité de l’abdomen offre, chez le oo”, quelques particularités dignes d’étude. Dans l’impossibilité de presenter ici des résultats absolument généraux, faute davoir étudié un nombre suffisant d’exotiques, je signalerai ceux qui s’appli- quent aux espéces européennes, sans étre limités a ces es- peéces. La plaque dorsale possede, dans le segment anal, un déve- loppement trés prédominant. Sa forme typique est celle d’une lame triangulaire ac (fig. 2), dont la base est repliée de ma- (41) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 375 niére & former une ceinture complete, tandis que la partie apicale demeure étalée. I] résulte de cette disposition que les bords latéraux divergent 4 partir des points de jonction 8, ¢, et que l’ensemble offre la forme d’un cornet ouvert ou d’une spathe protectrice. — Dans la plupart de nos espéces, la base de la plaque ven- trale est occupée en entier par une sorte de grosse corne qui s’avance horizontalement, suivant la ligne médiane et se ter- mine souvent par une pointe cornée. Les dimensions relati- Fig. 2.—10e plaque dorsale d’un Bacillus © (1). ves de ce singulier accessoire et de la piece qui le porte sont telles que les noms ordinaires de ¢wdercule ou de dent lui con- viennent peu; on pourrait l’introduire dans le langage des- criptif sous celui de vomer sous-anal. Toujours appliqué dans nos espéces et plus ou moins dissimulé entre les cerci, il ne peut étre apercu dans sa partie apicale que sur un sujet frais, quand on prend la précaution d’écarter les appendices. Cette circonstance explique suffisamment qu’il n’ait pas attiré (1) Le segment anal, vu par dessous.— 4/ Forme typique de la 10 plaqué dorsale, développée sur un plan;—a/ apex, plus ou moins échancré;—4, c/ angles basilaires.— B) La méme, quand l’enroulement commence aux lobes postérieurs , comme dans les Bacillus;—d, c) angles basilaires rapprochés.—C/ La méme, quand l’enroulement com- mence en deca des lobes apicaux, comme dans les Zeptynia; — 0, c/ angles basilaires rapprochés.— D/ La méme (demi-schématique), avec les autres parties ventrales, dans le Bacillus Rossii;—b, c/ angles basilaires rapprochés; les angles apicaux de la 9e pla- que dorsale sont aussi rapprochés, mais les bords latéraux de celle-ci tendent davan- tage 4 s’éloigner; — v/ vomer sous-anal; —q@/ valve supra-anale; en avant, les deux valves anales inférieures;—7) insertion du cerque droit, supprimé;—s/ cerque gauche. 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) Vattention, du moins en tant que caractére d’une grande gé- néralité. Dans quelques genres exotiques le vomer est dressé (Orobia Stal, p. ex.) et offre un tel développement que les descriptions en ont da tenir compte. Vers l’extrémité, la plaque ventrale forme les deux valves anales inférieures et porte les cerci. Ces appendices sont fer- mes et rigides dans toute leur longueur, mais mobiles 4 leur insertion; ils prennent, au gré de l’animal, pendant la vie et le plus souvent a la mort, une direction normale a l’axe du corps, en se croisant plus ou moins complétement. La valve anale supérieure est représentée par un lobule dé- pendant de la 10° plaque dorsale, toujours trés petit, ordinai- rement invisible, quelquefois visible, sous la forme dun trés petit processus. C’est & cette piéce, absolument normale et commune aux deux sexes, qu’il conviendrait de réserver le nom de plaque sur-anale. Elle représente en effet la valve impaire flexible qui concourt, avec les deux valves inférieu- res, a l’occlusion de l’anus (1). La plaque dorsale étant tou- jours indurée est absolument impropre & cette fonction. On peut la désigner dans les descriptions par le nom de segment anal ou de 10° segment, en lui appliquant, comme a la partie la plus importante, le nom du tout. Le lobe sur-anal n’est guére autre chose que la partie mo- yenne d’un repli inférieur plus ou moins accusé, formé par le bord apical de la plaque dorsale (fig. 2, D). Ce rebord est fré- quemment chargé de tubercules ou méme de denticules cor- nés, dont les plus importants sont vers le sommet de l’angle apical (Bacillus egyptiacus, B. Rossii). Chez quelques espéces dépourvues de vomer, le réle fonctionnel dé’ce harpon parait dévolu aux lobes apicaux: ceux-ci se développent dans le sens de la longueur, se terminent en pointe ou se hérissent de den- ticules internes plus saillants et, se portant l’un vers l’autre, (l) D’aprés Burmeister (Handb. der Hnt., 11, p. 554), les valves anales seraient au nombre de quatre, chez les Phasmides. L’affirmation de cet auteur a été reproduite sans controle par Fischer /Orthoptera europea, p. 136) et plus tard encore par Maurice Girard /(Traité élém. @Ent., 11, p. 94). Les travaux de M. Brunner ont établi la vérité Sur ce point d'organisation et il se trouve qu’il est conforme, comme toujours, & l'unité de plan. (43) Pantel.—NOTES ORTHOPTISROLOGIQUES. 377 constituent une véritable pince (plusieurs espéces exotiques et méme, parmi les es; éces de notre faune, Bacillus algericus). III.—Dans le mémoire ci-dessus loué, de M. Brunner, la pla- que ventrale du premier segment de l’abdomen est comparée & son homologue chez les Acridides. Cette piece, dit le savant auteur, est soudée si intimement au métasternum, quelle contribue & former la cage thoracique. En réalité, la fusion parait encore plus compléte. Chez un Acridide on distingue trés bien, au dela des lobes métaster- naux, une piéce s; éciale, limitée de toutes parts, qui n’a point son analogue au mésosternum; celle que l’on observe ici est semblable en tout, sauf pour la grandeur, 4 celle du mésos- ternum (fig. 1). I] parait difficile @attribuer a ces deux ré- gions une signification différente et peut-étre vaut-il mieux dire simplement que la premiére plaque ventrale de l’abdo- men est absolument indistincte. C’est donc uniquement par analogie que le premier segment visible doit étre compté comme le second. IV.—Le pronotum est construit sur un plan tres général, avec lequel le langage descriptif devra se mettre en harmonie. Cette piéce est typiquement une lame rectangulaire ou tra- pézoidale A. Ses bords antérieur et postérieur sont peu varia- bles; on aura tout au plus a exprimer qu’ils sont droits, échan- crés (bord antérieur), ou arrondis (bord postérieur). Les bords Fig. 3.—Le pronotum d'un Bacillus. latéraux sont ordinairement sinués, au dessus des hanches antérieures, ce qui donne & l’ensemble un aspect lyré, B. L’angle antérieur est formé évidemment par le concours en a des bords antérieur et latéral, non par le bord antérieur 378 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) et la partie sinueuse du bord latéral. Par suite, si l’on avait a qualifier celui du contour théorique B, il faudrait dire qu’il est droit, a sommet vif, mais non qu’il est trongué. Cependant il arrive souvent que l’angle a’, formé par la partie sinueuse et par la partie du bord latéral qui précéde le sinus, est plus ou moins avancé en dehors et prend la forme C ou D. Les auteurs, dans ce cas, disent que l’angle antérieur est oblique- ment ¢rongué ou arrondi. L’expression peut tre maintenue, mais elle a l’inconvénient d’impliquer une autre notion de Vangle antérieur que celles du cas précédent. Elle deviendrait tout a fait rigoureuse si lon disait: angle formé par le bord antérieur et la partie sinueuse du bord lateral, obliquement tron- qué, ou arrondi. SUR QUELQUES CARACTERES DE TRIBU, DANS LES PHASMIDES pb’ Europe.—Dans l|’étude importante qu’ila faite des Phasmi- des (1), Stal s'est abstenu d’introduire dans cette famille une division en tribus ou autres groupes intermédiaires équiva- lents, non qu'il méconnitt la légitimité ou ’importance d’une telle division, mais parce quil la croyait prématurée. Mon but ne peut étre d’aller au dela et d’essayer une caractéristi- que de tribu. Je veux seuleinent relever quelques caractéres qui sont communs aux genres Z#acillus et voisins et qui, par suite, devront étre présupposés dans les diagnoses génériques. I.—Kn prenant pour base l’exposé dichotomique du systeme de Stal, on peut dire, en tout premier lieu, que le groupe a pour caracteres principaux: Corpus elongatum, cylindricum, gracile, apterum. Antenne ¥ 2 haud graciles, femoribus anticis dimidio vel plus dimidio breviores; articulo 1° paulo longiore quam latiore; ar- ticulo 2° transverso, articulis sequentibus haud latiore; articulo - 3° basi angustato. Prothoraz brevis, retrorsum modice ampliatum , potius quam angustatum. Mesothoraz cum metathorace elongati, longitudine sub-equales. Pedes graciles; tibiis anticis femoribus haud brevioribus,; tibiis intermedits et posticis carina inferiore apice furcata vel simplici; arollis magnis. (1) Recensio Orthopterorum, 3. (45) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 379 IIl.—La conformation de lceuf et certaines particularités offertes par la larve constituent des caractéres d’une assez grande généralité dans le groupe, suivant toute vraisemblan- ce et de méme ordre que les précédents. Leur exposé trouve ici sa place. L’ceuf est ovale ou ovale-allongé, arrondi a l’extrémité pos- térieure, tronqué par Vopercule a l’extrémité antérieure (1). Suivant le plus grand méridien de cette sorte d’ellipsoide or- dinairement irrégulier, on observe un cordon saillant, simple sur une partie de son parcours, dédoublé sur le cété dorsal (2) et circonscrivant une aire en forme de fer de lance, plus ou moins allongée. L’opercule est circulaire et environné d’un bourrelet saillant. Tels sont les caractéres communs a plusieurs genres. La forme courte ou notablement allongée, ronde ou com- primée; l'état scabre ou lisse de la surface, paraissent des ca- ractéres génériques. La longueur plus ou moins considérable du cordon méri- dien, le contour et la grandeur de l’aire dorsale, les accidents accessoires de la surface et surtout de lopercule, la grosseur et la couleur... fournissent d’excellents caractéres spécifiques. La grosseur de l’ceuf ne parait pas en relation avec la taille de la mére: celui du Bacillus Rossii est notablement plus petit que celui du Bacillus gallicus, tandis que les dimensions des deux insectes sont dans un rapport inverse. La forme parait corrélative, jusqu’a un certain point, de celle de l’extrémité de l’abdomen. Celui-ci est-ii notablement atténué ou comprimé, |’ceuf sera de forme allongée (Leplynia). Cette remarque doit faire envisager comme un caractere d’une valeur sérieuse l’allongement considérable du 8° segment de abdomen, chez quelques espéces. La larve du Bacillus Rossii éclot un an environ aprés la ponte, du moins quand l’euf a été conservé en tube, dans un 1) Le sens des expressions antérieure, postérieure, est défini par la position occupée dans l’oviscapte par l’euf du Bacillus gallicus. Peut étre pourrait-on dire qu’il est dé- fini de la méme manieére par la situation de l’embryon dans l’euf, car il est naturel de supposer que celui-ci a son extrémité céphalique au dessous de l’opercule qu’il doit repousser au moment de l’éciosion; mais sur ce point je ne puis citer aucune obser- vation. (2) Défini par la méme observation. 380 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) appartement non chauffé (1). Sa longueur, a la premiére mue qui a lieu au moment de l’éclosion, est prés de cinq fois celle de l’ceuf et atteint pres de 10°”. Sa couleur est vert tendre, a Vexception des yeux qui sont noirdtres et des autennes, en partie roses. On voit a l’extrémité de l’abdomen deux cerci notablement saillants, du méme type que ceux de la © adulte, aussi bien que le segment anal tout entier. Les plaques ven- trales des segments 9 et 8sont de méme longueur que les pla- ques dorsales correspondantes. De petites impressions qu’elles portent sur le disque les distinguent seules et font reconnat- tre les segments dont elles font partie pour ceux qui doivent se différencier, lors du développement des organes sexuels externes. Cette circonstance ferait supposer que les sexes peuvent étre reconnus des les premiers ages et que les indi- vidus observés sont des QQ. Les pattes sont arquées, mais irréguliérement et peut-étre & cause des circonstances anor- males de l’éclosion. Elles sont d’ailleurs tout a fait simples, comme celles de l’adulte. Ici se placerait la discussion d’un caractere attribué par plu- sieurs auteurs et notamment par M. Brunner (Prodr., p. 73), aux larves des Phasmides; je veux parler de la forme arquée des pattes et des expansions lobiformes dont elles seraient constamment chargées. Les données font défaut pour établir a cet évard des conclusions catégoriques et d’une application rigoureusement délimitée; mais les faits obligent tout d’abord a restreindre l’extension de ce caractére, puisqu’il sera ques- tion plus loin d’un genre européen, dans lequel il n’existe stirement pas. Des lobes s’observent-ils du moins chez les larves de Bacil- dus @un Age plus avancé? Je n’ai aucun motif de mettre en doute, sur ce point, l’affirmation des auteurs; mais il est trés vrai que l’apparition temporaire d’accessoires qui n’existaient pas dans le jeune age, qui ne doivent pas persister dans l’age adulte, et ’existence d’un tégument plus chargé d’ornements accidentels durant ]’état larvaire que durant celui d’insecte parfait, seraient des singularités auxquelles on n’est point préparé par ]’étude des autres familles d’orthoptéres. (1) Des observations faites sur deux autres espéces permettent de supposer, entre l’époque de la ponte et celle del'éclosion, des intervalles de méme ordre de grandeur. (47) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 381 Ces remarques auraient surtout leur application s’il était vrai, comme le pense M. Brunner, que le Bacillus lobipes Luc. représentat l'état larvaire du B. Rossiz; outre les remarquables expansions représentées dans la figure originale, cet insecte porte, sur un grand nombre de segments dorsaux, des tuber- cules ou élévations d’un caracteére bien défini, dont on ne voit aucun vestige sur l’¢mago et ses tibias intermédiaires sont no- tablement plus courts que les fémurs. SurR LES CARACTERES SUJETS A VARIATION.—1° La couleur, dans les 99 surtout. 2° La structure du tégument: le Bacillus Rossii a le méso- notum et le métanotum quelquefois chargés de granules cal- leux, d’autres fois lisses; le Leptynia attenuata est ordinaire- ment tout a fait lisse, mais certains individus portent latéra- lement, sur les segments thoraciques, une série réguliere de tubercules espacés. 3° Le nombre des articles des antennes: dans le Bacillus Rossii, p. ex. ce nombre est compris entre 20 et 25. Dans quel- ques cas il semble que la longueur totale des antennes soit indépendante de celle du corps (v. plus loin, le tableau des dimensions du Leptynia attenuata ). 4° Le contour du pronotum: le sinus supra-coxal varie de profondeur; langle formé par le bord antérieur et la partie sinueuse du bord latéral est tronqué plus ou moins oblique- ment, ou plus on moins arrondi; le bord antérieur peut, dans une méme espece, étre relevé au milieu ou non relevé (Bacillus Rossii). 5° La longueur relative des tibias et des femurs, dans les pattes intermédiaires et postérieures: dans quelques especes ce repport peut étre 2 a Vunité. 6° L’armure accessoire des fémurs: les épines qui se dé- veloppent sur les carenes inférieures sont absolument varia- bles en nombre et en grandeur; une méme espece peut pré- seuter a Vobservation des pattes notablement épineuses, ou tout a fait mutiques, ou tous les passages d’un extréme a Pautre (Leptynia attenuata). 7° La longueur des fémurs rapportée a d’autres parties du corps. Sil s’agit des fémurs postérieurs comparés aux seg- meuts ubdominaux, la différence entre les termes extrémes 382 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) peut atteindre la valeur d'un segment (Leptynia hispanica, Bacillus Rossii, etc.). 8 Le contour du segment anal chez la Q: dans les cas ot cette piéce est normalement arrondie en arriére, elle peut-étre par une exception trés fréquente largement excisée ou tron- quée. 9° L’opercule ou lame sous-génitale, principalement chez la OQ: dans une méme espeéce cette piéce peut-étre entieére, émarginée ou méme nettement bifide, sans qu’on puisse attri- buer & un accident cette derniére apparence (Bacillus Rossii, Leptynia attenuata). SUR LA DISTINCTION GHNERIQUE.—Le petit nombre des Phas- mides européennes a été réuni jusgu’a présent dans le genre Bacillus Latr. Néanmoins V’homogénéité du groupe était visi- blement altérée par la présence du Bacillus hispanicus Bol., ainsi que l’ont fait remarquer successivement MM. Brunner, en 1882 (1) et Bolivar, en 1889 (2); et 4 ’heure actuelle, étude de l’euf, dans cette remarquable espece (3), comme aussi la découverte d’une espéce voisine, dans laquelle les caractéres du type nouveau se dessinent avec netteté, ne permettent plus lhésitation au. sujet @un élagage du genre Bacillus. S’y refuser serait se condamner a admettre des genres fondés sur des caractéres d’importance trés différente et reconnaitre la méme valeur nominale a des groupes qui ne posséderaient pas, & beaucoup prés, la méme valeur réelle. Cette question résolue, une autre se pose, dont la solution parait tout d’abord plus difficile: le Bacillus hispanicus et les- péce affine doivent-ils former un genre distinct; comme le pense M. Bolivar, ou étre incorporés au genre Macynia Stal, comme le veut M. Brunner? Le genre Macynia, établi sur des especes d’Afrique, est prin- cipalement caractérisé, d’aprés les tableaux du Recensio (3, pa- ges 61 et 62): (1) Prodromus der europadischen Orthopteren, p. 77. (2) Ortdpteros de Africa del Museo de Lisboa, in «Jornal de Sc. math., phis. e nat.», II, p. 90. (8) PANTEL: Contr. @ lU’Orthop. dev Psp. centrale, in «AN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT.», t. XV, Pp. 260. (49) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 383 par des antennes plus longues que celles de Bacillus, dont le 2° article n’est pas ou est & peine transver- sal, dont la plupart des articles sont plus longs ou aussi longs que larges; par des cerci longs et courbés chez le o’, droits chez la Q; par des fémurs postérieurs inermes en dessous ou dentés sur la ligne médiane, non dentés sur les ca- renes latérales. De ces trois sortes de caractéres, la seconde seulement se vérifie dans les especes européennes dont nous recherchons la place générique. Si, pour compléter la caractéristique déduite des tableaux, ona égard aux descriptions d’espéces, pp. 102 et sqq., on cons- tate que le genre Macynia, tel qwil a été compris par son au- teur, renferme des espéces chez lesquelles la caréne inférieu- re des tibias est percurrente (MM. graminea Bates ,? 3-lineata Stal, annulata Westw.), d'autres chez lesquelles cette caréne disparait avant d’atteindre lapex (M. labiata Th.); des espé- ces chez lesquelles le mésothorax est plus grand que le méta- thorax, d’autres chez lesquelles le rapport de grandeur de ces deux piéces est inverse du précédent. Le genre parait peu homogeéne, méme a ne considérer que les oo’, lesquels ce- pendant varient trés peu, d’une espece a l’autre, dans tout ce groupe. Violenter la caractéristique donnée par Stal, pour réunir 4 son genre les deux espéces en litige, ne serait-ce pas relacher les liens qui en unissent les éléments et le condam- ner pour plus tard a une véritable pulvérisation? Quel que doive étre le sort de ce genre, quand il sera mieux connu par létude des OQ et des ufs, mieux vaut, ce semble, mettre a part les espéces européennes, si nettement tranchées. Quelques orthoptéristes penseront peut-étre que la mesure est insuffisante et que les especes dont il est question doivent étre rejetées dans un autre groupe que celui des Bacillus. Ces espéces, en effet, sont dépourvues, sur la caréne inférieure des tibias intermédiaires et postérieurs, de aire imprimée, si heureusement mise a profit par Stal, pour la division primor- diale de la famille. A ne consulter que la commodité d’un tableau dichotomique, le genre nouveau se placerait a cdté des genres Clonaria Stal, Macella Stal, Gratidia Stal, qui cor- 384 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) respondent, dans la section Idu systeme, aux genres Bacillus Latr. et voisins, de la section II. Toutefois, les x«ffinités les plus évidentes semblent le maintenir a c6té de Bacillus: les antennes ne sont pas gréles, comme dans le groupe de Clona- ria, leur deuxiéme article est nettement transversal chez les ©, aussi transversal chez les oo” que dans les vrais Bac/llus et aussi étroit que le 3°; le mésothorax n’est pas plus long que le métathorax, etc. Par une exception qui n’est pas unique, ce genre est dépourvu d’un caractére dont ’absence entraine d’ordinaire un autre type de conformation: cest le cas de re- connaitre que la nature n’est point liée par nos systemes et de se laisser guider par Vappréciation de Vhabitus et de l’en- semble, plutot que de s’attacher matériellément & un détail qui conduirait a assigner une place moins naturelle. Telle est la direction tracée d’avance par Stal, dans quelyues remar- ques d’un grand sens, ot il visait, sans doute, certaines es- péces de son genre Macynia (1). DETERMINATION ET DESCRIPTIONS. Distributio generum. oS 9. Libie intermedia et postice. carina infertore apice fur- cata.—co. Antenne articulo nullo. preter 2™, dis- tinclissime transverso Segmentum anale parallelum, apice eacisum, lob’s margine eaterno cum margine segmenti conlinuato (vel segmentum anale apice fis- sum, lobis compresso-approximatis). Cerct bist nec dilatati nec denlati. recti vel circa apicem tantum curvatt.—2. Abdumen circa ayicem nec compressum nec attenuatum notaliliter. Segmentum abdominis dorsale 8” segmento 9° parum longius Cereisubtrian- gulares, apicem versus atlenuati —Orvum sub-globu- LOSMINiBaetiaa is, bic ee au ehlakisle Gen. Bacillus Latr. (1) Recensio, 3, p. 5. 51) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 385 lo Q. Tibie intermedia et postice, carina inferiore apice sini- | plici.—oy. Antenne articulo uno, circa apicem, dis- tinclissime transverso. Segmentum anale retrorsum dilatatum, azice rotundato-emarginatum, lobis ex- trorsum oblique truncatis. Cerct basi dilatati et den- 1‘ lati, subinde curvati.—2. Abdomen circa apicem compressum vel notrbiliter attenuatum. Segmentum abdominis dorsale 8° segmento 9° saltem 2-plo lon- gius. Cerci teretes, apice obtust. — Ovum oblongo- elliplicum, notabililer elongatum. \ Gen. Leptynia g. n. GEN. Bacillus Zatr. SQ. Tibiarum 2 et 3° paris carina inferior apice furcata. Mesonoluim metanoto solo (1) longius. JS. Gracilis, cylindricus. Antenne longitudine variabiles, in nonnullis quadrantem apicalem femorum anticorum, quando por- recta sunt, attingentes; satis homogenee, articulo nullo, preter 2", transverso, saitem distinctissime, articulo apicali tribus pre- cedentibus simul sumplis reguiariter breviore. Segmentum anale sub-parallelum, postice angulo obtuso excisum, lobis margine externe recto; vel apice compressum et in lobos approximatos di- visum. Operculum modice fornicatum; parte libera a parte basali adherente sulco transversali distincta (2). Vomer sub-anailis, quando adest, basi robustissimus, conicus, apice corneo-mucro- natus (3). Cerci basi simplices, circa apicem modice incurvi vel loti recti. Q. Robustior, depressa. Antennarum articuli omnes, excep- fis 1°, 3°, circa medium wno aut altero et articulo apicali, fere uniformes, aque longi et lati vel parum transversi, articulo api- cali, articulis 4 precedentibus simul sumptis longitudine equali vel longiore. Abdomen versus apicem modice attenuatum, haud compressum. Segmentum abdominis dorsale 8° haud multo lon- gius quam segmentum 9°. Segmentum ventrale 7° postice umbi- QQ) Scilicet, secluso segmento mediano. (2) Pl. tv, fig. 15. Pl. iv, fig. lo et 13. ANALES DE HIST. NAT.— XIX. 25 386 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52): licatum vel alia nota distinctum (1) (an etiam in B. attico?). Cerci depressi, versus apicem attenuatt. Ovum subglobulosum, modice compressum, viz sesquilongius quam latius, leve. Larve, saltem post prima stadia, pedibus lobatis gaudent? Malgré son apparente homogénéité, ce genre comprend deux sous-types, caractérisés par une conformation tres diffé— rente de Vextrémité de l’abdomen ©”. Dans les BB. Rossii, egyptiacus... le segment anal est paralléle, obtusément et peu profondément excisé, les lobes résultant de l’excision demeu- rant étendus horizontalement; la plaque sous-anale porte, & sa base, un vomer volumineux, terminé entre les cerci par une pointe cornée. Dans le B. a/gericus, le segment anal est étroitement excisé et comprimé latéralement vers l’extrémité, les lobes formés tendant a se placer verticalement en se por- tant ’un contre Vautre; la plaque sous-anale est dépourvue de vomer visible, cet accessoire étant évidemment suppléé par les lobes terminaux du segment anal. Le B. gallicus appartient sans doute au méme sous-type. Distributio speéierum. 4° Mares cogniti. | Pedes elongatissimt , mutici. Femora postica ultra medium segmenti dorsalis 6' pertingentia. Tarsi omnes, articulo primo notabiliter elongatlo, in pare antico reliquis articulis simul sumptis fere 2-plo lon- Ike DOVER wee costlier suis ot de OB. Gy ptiacts wana, Pedes modice elongati, aliqui saltem spinulosi. Femora postica multo minora quam in precedent. Tarsi, articulo primo modice elongato, in pare antico religuis si- mul sumptis ad summum sesquilongiore..... 2s = (Lee eave colina (53) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 387 Antenne mesonoto longitudine equales. Vomer subanalis dis- tinctissimus, robustus, apice mucronatus. 2 2. B. Rossii Fabr. Antenne mesonoto longe breviores. Vomer subanalis indis- EETICLUSIEN) a2 « oi05d 3 0:o ciate A St OGRE Oe or OED S Antenne mesonoti dimidia longitudine breviores , circiter 11- articulate. Segmenta thoracis abdominisque dor - salia apice tuberculata. Femora antica subtus den- tata; femora postica segmentum abdominale 4™ haud superantia........ 4. B. gallicus Charp. e Antenne mesonoti dimidiam longitudinem superantes, circi- ter 14-articulate. Segmenta dorsalia haud tuber- culata. Femora antica subtus inermia; femora postica apicem segmentt 5‘ superantia. \ 5. B. algericus Fin. 2° Foemine. Pedes elongati omnes mutici; femora postica medium segmentt abdominalis 6' circiter attingentia; segmenta qua- tuor ultima abdominis simul sumpta mesonoto multo breviora; cerci elongatt, parte exerta, quan- do porrecti, segmentum 9™ circiter equante. 1. B. egyptiacus Gray. Pedes modice elongati, aliqui saltem dentati; femora postica apicem segmenti 5: haud vel parum superantia; segmenta quatuor ultima abdominis simul sumpta mesonoto longitudine equalia vel longiora; cerci abbreviati, parte exerta dimidiam longitudinem segmenti 9: vir superantes vel non attingentes. 2. ! Antenne 20-25 articulate; femora antica spinis armata (an etiam B. atticus?); operculum obovatum, basin segmentt 10: haud vel viz atlingens..... a Baek vate Antenne 13-15 articulate; femora antica inermia; opercu- lum lanceolatum , basin segmenti 10‘ notabiliter OP CIE mth heatats a'aeh ale late! n) vi'els, o/s) «lc si afehaene owe fv AS 2 | (1) An etiam in B. gallico? 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) | Meso-et metanotum via aut neutiquam granulata; femora in- termedia mesonoto subeque longa; femora postica medium segmenti abdominalis 5' vir attingentia; operculum genitale medium segment 9 vir superans. 3 2. B. Rossii Fabr. Meso-et metanotum granulata; femora intermedia mesonoto distincte longiora; femora postica apicem segmentt 5} attingentia ; operculum genitale apicem segmentt Di GULINGENS.. oases cesses sees | 3) Bs AlteCUSe Er | Tegumentum corporis modice granulatum; antenne mesonoti trientem haud vel via excedentes; margines pronott anticus et posticus, nechon margo mesonoti anticus, medio simplices; femora intermedia mesonoto pa- rum longiorad......++..... 4. B. gallicus Charp. 4, Tegumentum expressius et universalius granulatum; antenne mesonoli dimidiam fere longitudinem attingentes; margines pronote transversales ambo, necnon margo mesonoti anticus, medio tuberculati; femora inter- media mesonoto notabiliter longiora. 5. B. algericus Fin. l. B. egyptiacus Gray. (Pl. tv, fig.13 a 17.) 2. Corpus levissimum. Pedes omnes mutict, notabiliter elon- gati. Pronotum lyratum; angulis anticis rectis vel oblusis, propter sinum supra-cozalem, angulos truncatos imitantibus. oc Gracillimus, griseo-lutescens, utringue fascia fusca ab oculo ad apicem abdominis, necnon fascia dorsalit media, in capite deficiente, in pronoto et metanoto sepe in duas lineares divisa, in abdomine regulariter ampliata, perductus. Antenne elongate, femoribus tamen anticis plus dimidio breviores, 17-ar- liculate, articulo 2° sub-eque longo et lato, articulis reliquis distinete longioribus quam latioribus, articulo apicali duobus precedentibus simul sumpiis eque longo. Meso-et metanotum me- dio sub-obsolete carinata. Femora postica paulo ultra medium segmenti 6' pertingentia ; tarsi elongatissimt. Segmenta abdomi- nis dorsalia apice macula punctiformi nigra ornata. Segmentum anale segmento 8° longitudine equale, segmento 9° nonnihil lon- gius, carinatum, postice emarginatum, lobis apice obtusis. Oper- culum genitale lanceolatum, apice breviter fissum (an interdum (55) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 389 integrum?), basin segmenti 10! attingens. Cerci elongati, longe ultra segmentum anale producti, teretes, rectt, circa apicem in- curei, apice ipso obtust. Vomer sub-analis robustus, conicus, apice mucronatus. Q. Lutescens (vel viridis?) vel cinerea. Antenne verosimili- ter 18-articulate (1); articulo 2° transverso vel fere eque longo et lato. Mesonotum cum metanoto medio carinulata. Kemora in- termedia et postica carinis inferioribus interdum sub-dilatatis (an etiam interdum dentatis?); illa mesonoto multo longiora, ista medium segmenti abdominalis 6* circiter attingentia. Segmenta abdominis dorsalia 7, 8, 9, 10, simul swumpta, mesonoto multo breviora. Segmentum anale segmento 9° nonnthil longius, parum expresse carinatum, postice viz emarginatum, lobis late rotunda- tis, valvula supraanali in emarginatura exserta. Seymentum ventrale 7™ nostice umbilico minimo, fusco, nitido, signatum. Operculum genitale lanceolatum, sub-acuminatum , basin seg- mentt 10: notabiliter superans. Cerci elongati; parte exserta, quando porriguntur, segmento dorsal 9° longitudine subequal. WONG COLP res. ...2. o 40. -D0°™ OD osm =) PAMILOMMNS «os 6's 2-9 2 — mesonoti..... 8,5- 9,5 11,5 — fem. antic.... 20 -21 22 — — interm.. 13 - ? 14 — — postic... 17-17 17 Bacteria egyptiaca Gray, «Syn. Phasm.», p. 18 (co). Bacillus egyptiacus Westwood, «Cat. of orth. Insects, Phas- mide», p. 4 (0’). Hasitat. L’Egypte (type de Gray); le mont Liban (R. P. Torrend, missionnaire, c. m.). La description qui précéde est faite d’aprés les individus de Syrie. J’ai cru pouvoir rapporter ces insectes a l’espéce de Gray 4 cause de la concordance du plus grand nombre de ca- racteres, notamment a cause de la longueur des pattes et du premier article des tarses. Il est bien vrai que d’apres West- (1) Dans l’exemplaire le plus complet que j’ai pu examiner, les deux troncons comptent 17 articles, et il semble, a tenir compte de leur forme, qu’il manque uni- quement l’article terminal. 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) wood le dernier segment ventral (opercule?) ne s’étendrait, dans le type, que jusqu’au milieu du 9° segment dorsal et que les cerci seraient en forme de massue (1); mais il n’est pas im- possible qu’un individu ait eu accidentellement un opercule plus court. La difficulté relative a la forme des cerci est plus embarrassante. Mr. Kirby, du British Museum, avait bien voulu se charger de la résoudre par Vobservation directe du type, mais il a trouvé que le précieux insecte avait malheu- reusement perdu l’extrémité de ’abdomen. Malgré l’impossi- bilité d’une vérification, je crois extrémement probable que nos exemplaires se rapportent a l’espece de Gray. La 9 de cette espéce était inédite. On lit dans la diagnose donnée par Westwood que les 4 pat- tes postérieures sont a peu prés égales, chez le 9’, mais l’au- teur annule un peu plus bas la valeur de cette singuliére re- marque, quand il dit que les pattes postérieures font défaut dans l’exemplaire type, le seul qu'il ait étudié. 2. Bo Rossii Kabr. (Ploy, fic. 9" 10,) o. Gracilis, levissimus, fuscus vel fusco-olivaceus , utringue Jascia obscura, interdum albo-pruinosa, ornatus. Antenne lon- giuscule, femoribus tamen anticis plus dimidio breviores, 20-ar- ticulate, articulo apicali duobus precedentibus simul sumptis longiore. Pronotum modice lyratum, angulis margine antico et parte marginis lateralis sinuosa formatis , oblique truncatis. Meso-et metanotum haud carinata. Femora antica mutica. Fe- mora intermedia et postica apice subtus 1-2-spinosa; tlla meso- nolo longitudine sub-equalia, ista apicem fere segmenti abdomi- nalis 5‘ attingentia. Segmentum anale segmentis 8° et 9° paulo longius , versus apicem medio carinulatum, margine postico an- gulatim late exciso, lobis apice subtus sub-mucronatis. Operculum genitale apice truncatum vel obtusum, segmenti dorsalis 9' api- cem attingens. Cerci teretes, parte basali recta, parte apicali in- curva, apice retuso. Vomer sub-analis ut in B. egyptiaco. Q. Magna, viridis vel fusca, partim albido-pruinosa. Anten- ne 20-25-articulate, articulo ultimo articulis 4 precedentibus simul sumptis longitudine equali. Pronotum variabiliter lyra- (1) .... two long, exserted, clavate, curved, anal styles .... the last (ventral seg- ment) extending to about half the length of the ninth dorsal segment. (57) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 391 tum; angulis margine antico et parte sinuosa marginis lateralis Jormatis, oblique truncatis; margine antico regulariter medio reflexo-elevato; interdum, linea elevata transversa margini pos- tico apposita. Meso-et metanotum medio carinata, levia vel parce eburneo-granulata. Femora antica sublus carina interna mutica, carina externa denlibus 4-6, basi dilatatis, remotis inter se, sepe nigris, armata. Femora intermedia et postica subtus carina ulraque spinis 4, gquarum nonnulle sepe obsolete, armata; illa mesonolum longitudine circiter equantia, ista basin segymenti ab- dominalis 5' attingentia vel paulo superantia. Segmenta abdo- minis dorsalia 7, §, 9, 10, simul sumpla, mesonoto longitudine aqualia. Segmentum anale segmento 9° sesquilongius, postice ca- rinatum, apice rotundatum, integrum vel modice excisum , lobis rotundatis, valvula supra-anali rotundata, interdum prominula. Punctum umbilicale segmenti ventralis 7‘ distinctissimum , cas- taneum, nitidum. Operculum genitale ovatum, apice integrum, anterdum acute emarginatum, apicem segmenti dorsalis 9' haud atlingens. Cerci brevissimi, depressi, margine externo recto, mar- gine interno convexo, apice attenuati; parte exserta tertiam par- lem segmenti 9' non excedens. Ovum castaneo-ferrugineum. Costula meridiana fusca, linea- ris, wrregularis, interdum veluti crenulata, longitudine varia- bili, nunc a margine operculi, nune a medio facier ventralis in- cipiens. Area dorsalis oblongo-elongata, cinerea, marginem oper- cult attingens, paulo ante medium, puncia bina elevata, costulam meridianam terminantia includens. Operculum annulo interno elevato, margint parallelo, ornatum. Longit. corp...... o& 58 -62™ (ex D. Brumer) 9 90 -105"" (ex D. Br.) ys ANCENN 10 -12 7,5- 9 — mesonoti.. 10,5- ? 15,5- ? — fem.antic. 22 -22 25 - 29 —-9)/) Inferm......< 2 -15 15m — postic.... 17,5-19 18 - 24 Phasma Rossia Fabricius, «Ent. syst. suppl.», p. 187. Bacillus Rossii Latreille et Auctores. — tripolitanus de Haan, «Orthopt. orient.», p. 101. Synonymia intricata, ut videre est in Prodromo cl. Brun- ner, in quo tamen desideratur indicatio operum Graji et West- woodii. 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) Hapirat. La France méridionale, l’Espagne septentrionale, le nord de l'Afrique, l’Italie, la Dalmatie, la Gréce. Cette espéce est sujette aux nombreuses variations qui ont été signalées plus haut. Il est besoin de tenir compte de cette circonstance pour apprécier les descriptions des nombreux auteurs qui en ont parlé; prises a la lettre, elles seraient sou- vent contradictoires, comme le fait observer Westwood. Néan- moins il est difficile d’admettre que le nombre des articles des antennes tombe 4 13, comme il faudrait le conclure d’une autre observation de cet auteur; on peut soupconner que le spécimen du British Museum dont il parle nest en réalité quun B. gallicus. Cette supposition parait dautant plus légi- time qu’il s’agit d’un insecte a thorax granulé, a fémurs an- térieurs inermes. Pendant la correction des épreuves, j'ai recu de M. Brunner communication d’un couple {de Bacillus provenant de Bone, qui ne parait pas se rapporter €@ une autre espéece, malgré quelques divergences assez notables. La taille est plus gréle et plus réduite, surtout dans le &. La plaque sous-génitale, dans le méme sexe, est un peu émarginée. Cette piece affecte, dans la 9, une forme assez insolite: elle est tres courte, dis- tinctement carénée sur la ligne médiane, sinuée de part et d’autre a Vextrémité et finement chagrinée. Cette derniere particularité s’observe d’ailleurs, quoique & un degré moins marqué, chez des individus d’autres provenances (Athenes,. c. m.) Dimensions du o’: Lonewenr diy Conps:.25 tek ei. Seay wen — des antennes......... Weel — du mésonotum.-:.... «010.5 — des femurs amtér...0..,. .) 20 — — interm..<~ <3 — — postér...... 16 (paraissent dépasser quelque peu l’extrémité du 5° segment). 3. 7B. atticus Br: O. Fusca, albo-pruinosa. Antenne 25-articulate. Pronotune vt in B. Rossii. Mesonotum cum metanoto granulata. Femora antica? Femora intermedia et postica subtus carina ulraque 3-4- spinulosa; ista apicem segmenti abdominalis 5: attingentia. Seg- (59) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 393 mentum anale postice carinatum. Operculum genitale apice obtu- sum, marginem posticum segmentt dorsalis 9' atlingens. Cercé obtusiuscul: (ex Brunner). IGOMOUP COMPS ,.b0i es ae c/s 5 caer ge O02 = WN EATLGG TNT) & <5, a's a5, cceteuoren 8 Se pee TES OM aighiet ate o) 5 oho aie senenels 14.8 Sa ath CM AN CLC steel ess sane ates 2 — eid TENCE TIM s:s wie opeeanehare slap — ti) DOSUIC EA. srachouyes 21 Bacillus atticus Brunner, «Prodr. der europ. Orth.», p. 75. Habitat. Atheénes (coll. de M. Brunner). 4. B. gallicus Charp. (Pl. tv, fig. 11, 12.) co. Fuscus. Antenne brevissime, mesonoto dimidio breviores, 11-articulate. Meso-et metanotum parce punctata; segmenta tho- racis et abdominis dorsalia apice tuberculata. Rudimenta elytro- rum alarumque perspicua. Femora omnia brevia, subtus dentata, intermedia et postica. insuper, supra apice lobata: femora postica segmentum abdominis 4" haud superantia. Operculum genitale apice acuminatum, apicem segmenti 9' haud vel viv attingens. Cerct recli, conicz (Finot), vel depresst (Brunner). (Note omnes decerpte ex Auctoribus.) Q. Viridis vel fusca. Antenne brevissime, mesonoto plus di- midio breviores, 13-articulate, arliculis 1, 3, articulo apicali, necnon circa medium altero, longioribus quam latioribus, articu- lis reliquis transversis, Pronctum modice lyratum, angulis an- ticis obtusis, vel rotundatis; disco inequali, parce interdum gra- nulato. Mesothorax cum metathorace granulati, supra, medio, carinulali, carinula abdomen fere totum percurrente (1). Femora omnia brevia; femora antica mutica; femora intermedia et postica apice subltus 1-2-dentata; illa mesonoto longitudine equalia, ista apicem segmenti 4' paulo sugerantia. Segmenta abdominis dor- salia 7, 8, 9, 10, simul sumpta, mesonoto longitudine equalia. Segmentum anale segmento 8° viz longius, ceterum ut in B. egyp- (1) Quod notatum etiam a Brullé. 394 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) tiaco lerminatum. Segmentum ventrale abdominis 7°" postice umbilico nullo, sed medio elevatulum, utringue plaga subnitida apposita. Operculum genitale tectiforme, lanceolatum, apicem segmenti dorsalis 9: superans vel saltem atiingens. Cerci breves, parte exseria, quando porriguntur, dimidiam partem segmenti 9' circiter attingentes, sub-triquetri sed tamen deplanati, sensim attenuate. Ovum fusco-ferrugineum , nonnihil obscwro-maculosum. Costa meridiana latiuscula, fusca, a polo inferiore oria et in parte ba- sali aree dorsalis desinens. Illa concolor, subparallela, apice modice acuminata, marginem operculi non attingens. Operculum disco medio obscuro, scabro, zona marginali grisea, levi. LongitsConpatscee -- Of 52-54™ © 62-68™ = antennar...o.: 3 4 — mesonoti..... 2 12 — fem. antic.... 14 20 eh “INGeTM®. 6 0s 9 12,5 SSN MPOStIC... S30e 4% 10 15 Phasma gallicum Charpentier, «Hore ent.», p. 94. Bacillus gallicus Burmeister, « Handb. der Ent.», 11, p. 561 et «Auct. posteriores, generatim.» — granulatus Brullé, «Hist. nat. des insect.», ix, p. 110, ple 9; fig. — Rossius Rambur, «Faune de l’Andal.», p. 24. Hapitat. La France, Espagne, la Sicile, la Ligurie, la Grece. 5. B. algericus Finot (in litt.), sp. an var. nov.? o. Olivaceo-rufescens, levis. Antenne mesonoti dimidiam lon- gitudinem superantes, 14-articulate, articulo 2° brevissimo, 3° duobus precedentibus unitis sublongiore. Pronotum antice dis- dincte angustius quam postice; disco sulculo longitudinali medio, sulco transversali medio sito, necnon utringue impressione supra- coxali, inequali; angulis anticis rotundatis, posticis notabiliter deflexis; margine antico medio elevatulo et tuberculo obscuro sig- nato; marginibus lateralibus supra coras late sinuatis, sub-re- flexis. Meso-et metathorax superne inferneque obscuro-olivacet, (61) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 395 nec carinati nec granulati; lateribus albido-pruinosis (1) et parce granulatis (2), vitta rufa vitte albide utrinque apposita. Pedes modice elongati, sat robusti. Femora antica inermia ; intermedia et postica subtus circa apicem ulringue unidentala; isla apicem segmenti 5' superantia. Segmenta abdominis dorsalia ultima me- dio carinulata. Segmentum anale segmnentis 9° et 8° seorsim swmp- tis longius, longitudinaliter carinato-elevatum, a latere visum, medio valde converum, subinde abrupte declive et fere oblique truncatum; carina incrassata et sulcata; lateribus circa medium inflatulis, postea compressis; parte apicali acutissime et profun- de emarginata, veluti fissa, lobis produclis, attenuatis, intus dentatis; angulis basalibus usque ad lineam ventralem mediam productis, contiguis ; marginibus lateralibus hinc divergentibus, ad insertionem cercorum incurvis. Operculum genitale fornica- tum, postice truncato-oblusum (in exemplis quibus studur, plica media in lobos acuminatos apparenter divisum), apicem segmentt dorsalis correspondentis subattingens. Vomer subanalis indis- tinclus. Cerci elongati, bast nonnthil flecuosi, superne teretes, inferne planiusculi, circa apicem incurvi et intus excavati, apice retusi. Q. Cinerea vel viridis, sublota granulata. Antenne mesonott dimidiam fere longitudinem attingentes, 15-articulate. Prono- tum antice angustius quam postice, angulis anticis rotundatis, marginibus lateralibus late sinuatis, postice limbatis ; margini- bus antico et postico medio tuberculo instructis, twberculo postico interdum spiniformi; impressione transversa pone medium sita. Mesonotum et metanotum medio carinulata; mesonoli margine antico, medio, tuberculo interdum spiniforme instructo. Pedes robusti. Femora antica inermia; intermedia et postica subtus utringue circa apicem 1-dentata; ista apicem segmenti abdomi- natis 5' subattingentia. Segmenta abdominis ultima subobsolete longitudinaliter multi-rugata. Segmentum anale medio distincte carinatum (3), postice parum profunde emarginatum, lobis ro- tundatis, lobulo supra-anali distinclo. Segmentum ventrale 7™ postice elevatione vage limitata, rugis obliquis utringue comitan- (1) In vivis, verosimiliter, vitta albida usque ad apicem abdominis ducta. (2) Granulatio interdum obsoleta. (3) Interdum segmenta omnia longitudinaliter medio carinata, ut in specie prae- cedenti. 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) tibus. Operculum genitale elongatum, lanceolatum, ultra basin segmenti analis notabiliter productum. Cerci triangulares, de- pressi, breves, parte exerta dimidia longitudine segmenti 9' bre- v10re. Ovum identice ut in B. gallico. — antenn...... Rye ah 6,2 5 —} mesonotiiecis. - 9,5 2 ==) ./ ifemisanitice se. m. 4 18 23 = — interm...... 12 13) — =) pOStict i.) Ni. 16 19 Hapitat. Le nord del’Afrique: Oran (Finot, Brunner, c. m.) C’est de deux cétés que me sont venus, presque simultané- ment, des représentants tres complets de cette forme curieuse et qui m’a obligé, tout d’abord, je dois le reconnaitre, de mo- difier sur quelques points lidée que je m’étais faite du genre. Cette circonstance m’est un motif de remercier doublement MM. Brunner et Finot de leur générosité et de leur empresse- ment & me venir en aide. L’insecte a été découvert et nommé par M. le Cap. Finot, des 1880. Ses affinités avec le gallicus sont tellement étroites que l’on doit se demander si l’on a affaire a une ou a deux espéces. I’examen de lceuf, que j’ai eu la bonne fortune d’extraire dun abdomen desséché depuis dix ans, tendrait a écarter la seconde hypothese, aussi bien que la comparaison des © 9; car les différences relevées, portant sur des dimensions relati- ves de parties, sur le nombre des articles des antennes, la granulation du tégument..., sont de celles qui peuvent ren- trer dans les limites de la variabilité. Les oc présenteraient des différences autrement profon- des, & prendre pour base de la comparaison la description de gallicus par M. Brunner. Cette espéce, en effet, aurait les fé- murs antérieurs dentés, le segment anal avrondi a Vextré- mité, des rudiments d’élytres et dailes visibles, etc. Mais d’autre part, ’exemplaire provenant d’Hyeéres, décrit et figu- ré par M. Finot, dans ses /nsectes Orthopteres de la France, est parfaitement semblable a ceux d’Oran, comme il résulte (63) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 397 de renseignements manuscrits et d’un excellent croquis com- muniqués par lauteur. Cette circonstance est tout a fait em- barrassante, si lon se souvient que la description du Pvo- dromus est faite d’apres les oo de la collection Yersin, cap- turés aussi dans le midi de la France. Quelque sérieuses que paraissent les différences, on ne pourra se prononcer sur leur valeur, établir la véritable diag- nose du B. gallicus et fixer le sort du B. algericus, qu’apres avoir étudié d’apres nature un assez grand nombre de sujets de l'une et lautre forme et porté spécialement son attention sur le sens de leur variabilité. Toutefois, méme dans le cas ou une telle étude amenerait a admettre Videntité spécifique, ce qui parait tres probable, la forme africaine représenterait une race géographique fort remarquable; il convenait, par conséquent, de la décrire sous un nom particulier. Je lui ai conservé celui qu’elle porte, depuis dix ans, dans la collec- tion du Cap. Finot. Il est a peine besoin de faire observer que la granulation du tégument, par ott la O s’éloignerait notablement, a premie- re vue, de gal/icus, est essentiellement variable. Sur l’exem- plaire recu de M. Finot elle est tres forte; les tubercules du bord postérieur du pronotum et du bord antérieur du mésono- tum sont prolongés en une longue é€pine verticale et des gra- nules se distinguent tres bien méme sur la page ventrale de Vabdomen: sur celui que j'ai recu de M. Brunner, elle est trés comparable a celle de gallicus, les épines sont réduites a des tubercules a peine saillants et l’abdomen est lisse; cependant, le bord antérieur du pronotum porte encore un tubercule qui ne s'‘observe pas chez ga/licus (1). Outre les especes qui précédent, la région circa-méditerra- néenne offrirait a étudier: 1° Bacillus Abdul Westwood (B. gracilis Burm.), de VAbys- sinie et de l’Arabie heureuse; 2° Bacillus lobipes Lucas, de l’Algérie. (1) Voir la note additionnelle, p 88. 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) Le premier demeure a peu prés problématique, soit & cause de Vinsuffisance des renseignements donnés par l’auteur, soit a cause dun caractere surprenant quwil luia attribué et qui consisterait & avoir les fémurs intermédiaires et postérieurs cylindriques. C’est bien avec intention, d’ailleurs, que Bur- meister a parlé de cette forme insolite des fémurs, car il y avait fait allusion dans la diagnose du genre. Le Bacillus lobipes est connu par une description assez dé- taillée de M. Lucas et par de belles figures (1); mais, suivant M. Brunner, V’insecte décrit et figuré ne serait qu’une larve tres avancée de B&B. Rossiz. Dans Vimposibilité d’apporter & cette question le plus petit éclaircissement, puisque je ne connais ni le type de M. Lucas, ni la larve, en méme temps bien authentique et assez avancée du B. Rossii, je dois m’abs- tenir d’émettre une opinion. Grn. Leptynia, gen. nov. MO. Libiarum 2' et 3 paris carina inferior ad apicem per- ducta. Mesonotum metanoto solo vir longius. Segmentum media- num nonnihil brevius quam in Bacillis. ‘oS. Filiformis, cylindricus, in variis speciebus parum dissi- milis. Antenne femoribus anticis circiter 3-plo breviores, hetero- genee, articulo 2° non minus transverso quam im Bacillis oc’, articulis reliquis, usque ad medium antenne, notabiliter elonga- tis; articulis subsequentibus abbreviatis, circa apicem articulo uno distinctissime transverso, articulo apicali articulis tribus precedentibus simul sumptis longiore vel eque longo. Pronotum elongatum, planiusculum, marginibus lateralibus sub-flexuosis, antrorsum convergentibus. Segmentum anale retrorsum dilata- tum, rolundato-excisum, lobis extrorsum oblique truncatis. Oper- culum genitale saccato-inflatum, plica basali transversali haud vel egre distinguenda. Vomer sutanalis totus membranaceus, basi angustior quam in Bacillis et fere linearis. Cerci teretes vel subtriquetri, basi introrsum dilatati et dente obtuso armati, de- hine fere semicirculariter incurvi, apice retust, latere interno granulis microscopicis et setis rariusculis nigrescente. (1) EHe«plcration scientifique del Algérie, Orth., p. 12, pl. 1, fig. 5. (65) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 399 Q. Antenne breves; heterogenee; articulis 1, 3°, 5° et apicali, multo longioribus quam latioribus, articulis reliquis notabiliter transversis, articulo apicali 4 precedentibus simul sumptis ad minus lengitudine equali. Abdomen versus apicem vel compres- sum vel notabiliter attenuatum (an etiam in virvis?). Segmentum abdominis dorsale 8™ segmento 9° saltem 2-plo longius. Segmen- tum ventrale 7 postice neutiguam accidentatum. Cerci teretes, rectt, apice obtust. Ovum oblongo-ellipticum, elongatum, haud compressum, deli- catissime scabrum. Larve in nullo stadio pedibus lobatis predite. Vox Leptynia (A¢7rwéw) alludit ad staturam gracilem, pre- sertim Oc’. Distributio specierum. 4° Mares. | Statura minor et gracilior. Femora intermedia et postica, apice, sublus, carina utraque inermi , longissima; illa, apicem segmenti abdominalis 3", ista, saltem medium 7', interdum medium 8‘ attingentia. Seg- mentum anale segmento 9° longitudine equale. Cercr magis distincte ante tuberculum dilatati, tuberculo ipso parum expresso, fere perpendiculari, nunquam angulum aculissimum cum cerco eformante. } 1. L. hispanica Bol. \ Statura major et robustior. Femora intermedia et postica apice subtus carina utraque denticulis regulariter distinctis armata, breviora; illa medium segments 3'', ista medium 6', interdum medium 7: altingen- tia. Segmentum anale segmento 9° distincte brevius. Cerci minus distincte ante tuberculum dilatati, tu- berculo ipso dentiformi , elongato, longitudinaliter | porrecto et angulum aculissimum cum cerco effor- | MOTION AU Bias he's 5 sateiel as 2. L. attenuata sp. n. 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (€6) 2° Foemine. | Minor, Meso-ct metathorar ad sensum granulali, revera spinis | minusculis hispidi. Femora omnia mutica. Pars | apicalis abdominis (seg. 8, 9, 10) indurata, parce impresso-punclata, supra carinata, a latere visa, convera; segmento anali cucullato-spathiformi, postice acuminato......... 1. L. hispanica Bol. 1 Major, etsi proportionaliter gracilior. Meso-et metathorax disco levi (laleribus interdum serie lineari tuber- culorum ornatis). Kemora intermedia et postica, subtus, apice denticulata vel mutica. Uliima seg- menta abdominis dorsalia notabiliter attenuata, nec indurata nec punctata; segmento anali wt in Bacillis constructo, apice rotundato. | 2. L. attenuata sp. n- 12h: hispanica’ Bol) (Pl'1v; 21g 18 ,.19,522.) co. Gracillimus, levissimus, griseo-albicans, supra fusces- cens, lateribus albo-marginatis, capite semper, thorace interdum pallide bivittatis. Antenne 15-17-articulate. Meso-et metanotum delicatissime carinulata, carinula interdum via distincta. Pedes longissimé et gracillimi. Femora omnia mutica. Femora interme- dia apicem segmenti 3", femora postica medium 7, interdum mediun S'‘ attingentia. Segmentum anale segmento 9° longitudine aequale. Cerci ante tuberculum basale distincte introrsum dila- tati. tuberculo ipso minimo, sepe vir distinguendo, fere perpen- diculari, nunquam angulum acutissimum cum cerco efformante. Operculum genitale postice truncato-rotundatum, apicem segmentt dorsalis 9' haud attingens. 2. Robusta; viridis, lateribus albo-marginatis; vel ferrugi- nea; vel lutescens; vel cinerea, Jusco-maculata. Antenne 11-arti- culate. Pronotum marginibus lateralibus parum flecuosis. Meso- et metathorax prima fronte pagina utraque granulala, reipsa spinis minimis erectis hispida et insuper pagina supera medio carinulata. Femora omnia inermia. Femora intermedia vix me- dium segmenti abdominalis 2', femora postica medium 5‘ circiler attingentia. Abdominis pars apicalis, 3 complectens ultima seg- (67) Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 401 menta, indurata, impresso-punctata, compressa, supra acuto-ca- rinata, a latere visa, convexa. Segmentum abdominis dorsale 8™ segmento 9° sub-duplo longius (saltem plus quam sesquilongius), margine postico utringue, prope angulum, producto. Segmentum anale cucullatum, angulis basalibus sub-contiguis, postice acumi- nato-productum. Operculum planum, apice obtusum, basin segmen- ti 10' attingens. Cerci apicem segmenti analis, quando porrecti, haud attingentes, pilis nigris brevibus, sicuti et valvule anales, obsitt, versus apicem modice attenuati, apice ipso obtusiusculo. Ovum plus 3-plo longius quam latius, latere ventrali recto, la- tere dorsali convexo, per operculum oblique truncatum. Oculo nudo, leve et plumbeum ; oculo lente armato, obscure et sordide lutescens, rugulis fuscis irregularibus, numerosissimis , areolas minimas circumscribentibus, obsitum apparet. Costula meridiana minima, a polo infero ad 1" quadrantem, circiter, ducta, in areola dorsali tuberculo terminata. Area istec basi fere circula- riter rotundata, subinde attenuato-producta, apice longe citra marginem operculi sistente. Operculum convexum, disco ab aliis partibus ovi, colore et structura haud dissimile. Monet. Corps. .202.\.s) Fo” 30-30" & O48) 58" £ . eS ATCCTIMN ce ek6's 6 - 6 3,2- 3,5 — mesonoti.... 6,8- 7,5 7,9-10 fe — fem. antic... 16 -17 15 -17,5 ‘ ee interme Shee = 12 8,5-10 | ~- — postic.. 13 -14 1] -13 Bacillus hispanicus Bolivar, AN. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. vil, p. 423, lam. tv, fig: 2. _ —_ Brunner, «Prodromus» et Auctores. Hasirat. L’Espagne centrale et septentrionale. L’espéce est remarquable par la conformation de l’extrémité de Vabdomen, dans la 9. Les trois derniers segments dorsaux sont indurés et forment un ensemble rigide, comprimé sur les cétés, caréné et notablement convexe en dessus. Les par- ties latérales se rapprochent de maniére a cacher plus ou moins compiétement les plaques ventrales. Le segment anal offre encore cette singularité, qwil est prolongé en une pointe aigitie. Si elle était développée sur un ANALES DE HIST. NAT. — XIX. 26 402 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) plan, cette piéce aurait la forme d'un triangle isocele aigu. L’ouverture anale est bien en deca de l’apex et la valvule su- périeure est, par suite, toujours cachée. 2. L. attenuata, sp. n. (Pl. rv, fig. 20, 21, 23 4 27.) o: Precedenti simillimus, sed major et robustior; griseo- albicans vel olivaceus, fasciis ut in L. hispanica dispositis. An- tenne 16-17-articulate. Meso-et metanotum carinula media obso- leta. Femora antica inermia; femora intermedia et postica sub- tus apice utringue denticulis 1-5; clla medium segmenti 3', ista, ad summum, medium segmenti 7: attingentia, sed sepe breviora. Segmentum anale segmento 9° distincte brevius. Cerci ante tuber- culum basale parum dilatati, tuberculo ipso in dentem longitu- dinalem producto, apice obtuso, angulum acutissimum cum cerco eformante. Operculum genitale postice truncato-rotundatum, apt- cem segmenti dorsalis 9' haud attingens. Q. FHlongata, gracilis. Prasina, lateribus, regulariter, linea alba, dorso interdum fascia fusco-carneda, signatis; interdum fla- vescens vel ferrugineo-rosea. Antenne 12-17-arliculate, meso- noto plus dimidio breviores, articulo ultimo articulis 5 prece- dentibus simul sumptis longitudine interdum equali. Pronotum antice angustius quam postice, marginibus lateralibus parum sinuatis. Meso-et metanotum levia, medio parum expresse cari- nata, lateribus, guandoqgue, serie lineari granulorum vel tuber- culorum spinescentium, ornatis. Femora antica mutica; femora intermedia et postica, subtus, utringue spinulis numero variabi- libus, interdum obsoletis, armata; illa apicem 2' segmenti abdo- mindlis, ista apicem 5‘ haud attingentia. A bdominis pars apica- lis 3'° complectens ultima segmenta, notabiliter, sallem post mor- tem, attenuato-compressa, cwterum haud indurata nec, excepto segmento anali, carinata. Segmentum 8™ segmento 9° plus duplo longius. Segmentum anale eodem segmento 9° plus quam sesqui- longius, postice rotundatum vel angulo aperlissimo excisum, val- vula supra-anali rotundata, exserta. Operculum genitale lanceo- latum, apice truncato-obtusum, apicem segmenti dorsalis 9' haud attingens, valoulis ovipositoris interdum exsertis. Cerci elongati, parte exserta segmento anali dimidio breviore ; cylindric: , apice obtusi, breviter pilosi. Ovum plus 4-plo longius quam latius, parte dorsali paulo con- veriori quam ventrali, extremo cephalico subrecurvo et per oper- 69) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 403 culum oblique truncato. Color plumbeus, griseo marmoratus. Su- perficies delicatissime scabro-rugulosa (1). Area dorsalis, rhom- boideo-lanceolata, brevis, medium longitudinis ovi non attingens, tuberculo incluso nigro majusculo; costula meridiana brevissima, usque ad polum inferum non pertingente, pallida. Polus ipse rugis fortioribus inequalis. Operculum limbo elevato circumda- lum, notabililer convexum et totum verrucis magnis, irregulari- bus, inequale. Longit. corporis..... ¢7 42 -50™ .9 48 -60™ =,» antenn’.)/s< 5,8- 6 3,8- 4,8 — mesonoti.... 8,5- 9 9,5- 9,9 — fem. antic... 18 -20.5 16 -20 — — interm.. J2 -14 2 -13 — — postic.. 15,5-18 13-17 HapiTat. Le Portugal: S® Fiel (2) (R. P. Barret, c. m.); lEs- pagne centrale: Talavera (R. P. Capelle, c. m.); Cepeda, au Sud de Salamanca; Urda, montes de Toledo (Bolivar). L’espece a été découverte en Portugal par le P. Barret et capturée, peu de temps apres, sur les divers points du terri- toire espagnol qui viennent d’étre indiqués. Un premier lot de quatre exemplaires existait dans ma collection depuis des années, grace au P. Capelle; d’autres sont venus successive- ment et, en dernier lieu, M. Bolivar a bien voulu me commu- niquer tous ceux de sa propre collection, en sorte quil m’a été possible d’étudier un assez grand nombre d’individus. Ce nétait pas trop de ces circonstances favorables pour écarter le danger d’une méprise et permettre de saisir la véritable physionomie de l’espece, par suite aussi celle du genre. Les 29 des deux especes offrent des différences bien tran- chées, faciles a saisir a l’ceil et & exprimer dans une descrip- tion. Les oo’, au contraire, sont fort difficiles a distinguer, ainsi qu’il arrive pour des genres exotiques de la méme fa- mille, tels que Bacunculus Burm. Comme d’ailleurs ces deux (1) Fond a points saillants trés fins; ca et 1a des lignes élevées irréguliéres et in- complétes, blanchatres, comme des restes furfurescents d’une cuticule détruite. (2) Pres de Castello Branco. 404 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (70, especes vivent ensemble dans certaines localités, p. ex. Tala- vera, Urda, on se trouve tout d’abord en présence d’une dou- ble difficulté: décider si on posséde les ov des deux Leptynia ou d’un seul et, si l’on croit avoir les deux, trouver des carac- teres différentiels pour les séparer. Je confesse que j’étais dans un grand embarras quand M. Bolivar m’a fourni le moyen d’en sortir en appelant mon attention sur les différences de longueur que présente le der- nier segment de l’abdomen. En se laissant guider par ce ca- ractere, on partage aisément l’ensemble des oo” en deux croupes, dans lesquels un examen ultérieur découvre les dift férences relatives a la longueur et a l’armure des fémurs, a la forme et au développement du tubercule basilaire des cerci, et enfin & la taille. La coexistence de ces diverses notes, tou- tes assez variables, si on les prend isolément, confirme V’im- portance reconnue, par l’ceil exercé de l’éminent orthoptée- riste de Madrid, a la longueur du dernier segment, rapporté a celui qui le précede. Enfin, quelques circonstances de cap- ture donnent encore plus de force a ces conclusions: parmi les exemplaires provenant de Cepeda se trouvent 1 pet 10 pris par M. Bolivar sur la méme plante et que l’on peut pré- sumer, 2 bon droit, appartenir & la méme espéce; d’autre part, parmi ceux que j’ai recus en nombre de Portugal, il n’existe aucun L. hispanica 9; il semble par conséquent que tous les co”, au nombre de 13, ne puissent appartenir qu’a Vespéce nouvelle; or ces fc’, aussi bien que celui de Cepeda, offrent avec une grande netteté les caractéres énumérés ci- dessus, dans la description. Le Bacillus angolensis, que M. Bolivar a rapproché de Ais- panicus (1), ne rentre pas dans le genre Leptynia, tel quil est caractérisé ci-dessus. La forme des antennes, Ja longueur con- — sidérable du métanotum et aussi, probablement, la longueur relative des segments 8 et 9, obligent a chercher, dans un autre genre, la place de cette espéce. (1) Ortépteros de Africa del Museo de Lisboa, in «Jornal de sciencias math. , phys. e nat.», 1889. (71) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 405 Ill. LES ORTHOPTERES DES ENVIRONS D’UCLES. Depuis la publication de mon premier travail sur les Or- thopteres de cette localité (1), des rectifications et des addi- tions sont devenues nécessaires et quelques observations nou- velles ont été faites, qui peuvent servir a compléter la con- naissance de plusieurs especes. Je donnerai par ordre ces divers renseignements et je les ferai suivre de la liste com- plete des especes, telle que je crois devoir l’admettre, 4 l’heure actuelle. Anisolabis mecesta Gené. Il faut sans doute rapporter a cette espéce, a titre de larves, les exemplaires que j’ai catalogués en 1886 sous le nom de A. annulipes Luc. Jignorais alors que la larve de A. masta présente des antennes quelquefois annelées de blanc, vers Pextrémité (2). Discothera tunetana Fin. et Bonn. (Pl. 1v, fig. 1-8.) Trois nouveaux exemplaires, dont deux 99 et un vy, ont été pris depuis 1886, sur les collines seches des environs immé- diats d’Uclés. Les 992 étaient abritées sous des pierres bien aérées en dessous; le & était posé sur une pierre. Les trois captures sont des mois de juillet et d’aott. L’examen des 29 a pu étre fait dans de bien meilleures conditions que la premiére fois, sur les individus vivants ou récemment asphyxiés. Les parties dures, non déformables, (1) Contribution a VOrthoptérologie dev Espagne centrale, ANAL DE LA SOC. ESP. DE HIsT. NAT., t. Xv, 1836. (2) Fryot: Faune de la France, lisectes orthoptéeres, p. 65. 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72y sont conformes aux descriptions déja faites. Les segments dorsaux de l’abdomen sont d'un noir luisant sur le disque et bordés de gris; le segment anal est & peu pres entiérement gris. Une carene peu prononcée longe la hgne médiane de Vabdomen. Les segments ventraux sont gris, ponctués de brun, comme la plus grande partie du tégument. La plaque sous-génitale est creusée, dans la partie apicale, d'un léger sillon médian qui s’accentue pendant la dessiccation et trés légerement excisée a lextrémité, conformément a la descrip- tion originale de MM. Finot et Bonnet; ce détail est difficile & remarquer apres la dessiccation, a cause du sillon médian dans lequel il disparait; je n’ai pas su le reconnaitre sur mon premier exemplaire et j’ai commis la faute de dire que la pla- que sous-génitale était entiere. Les cerci sont formés de 1] ar- ticles distincts, cylindriques 4 la base, comprimés a lextré- mité de l’appendice; le dernier article est plus grand que les précédents, foliacé, ovalaire, sinué-tronqué a l’apex; l’ensem- ble de l’appendice est de la couleur du corps, assez velu, courbé en dehors et en bas. Leo est inédit. La taille, dans l’individu étudié, est un peu plus svelte que dans la Q. Les antennes sont un peu moins longues que le corps. Les ocelles, remarquablement gros, sont trés saillants. Les élytres sont un peu plus hyalins et moins chargés de veinules transversales que dans la Q; la veine ra- diale postérieure est d’abord droite et parallele @ la veine ra- diale antérieure, puis sinfléchit anguleusement, un peu avant le milieu de l’élytre; la veine ulnaire antérieure est une seule fois rameuse (le rameau postérieur est bifurqué dans la 9). La plaque supra-anale est arrondie en arriére. La plaque sous- génitale, longuement saillante au dela de la plaque supra- anale, est tronquée-sinuée, dans cet exemplaire et dépourvue de styles; mais il y a lieu de la croire anormale, a cause d’une légére dyssimétrie dans les deux moitiés. L’absence de styles serait une singularité surprenante , méme dans une tribu aussi peu connue que celle des A morphoscelide et il est a pré- sumer que l’insecte avait perdu ces appendices avant la cap- ture; en observant sur tranche, sous un bon grossissement, le bord de la plaque sous-génitale, on reconnait au sommet des lobes une cicatrice ombiliquée qui parait marquer l’inser- tion des styles. Les cerci sont du méme type que ceux de la Q; 73) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 407 leur dernier article est notablement plus comprimé que les deux précédents et absolument laminaire (1). Il a été remarqué déja que le Discothera tunetana est un in- secte lourd dans ses allures, destiné, ce semble, & vivre sur le sol ou sur les plantes basses. Les circonstances de capture confirment cette premiére opinion et peut étre le développe- ment remarquable des ocelles, chez le <’, pourrait-il étre re- gardé comme un indice de meurs crépusculaires. Ameles Spallanzania Rossi. De taille fort variable. J’ai eu sous les yeux le trés petit in- dividu (17"",5) qui a servi de type au dessinateur de Rambur pour la fig. 4, pl. 1, de la Faune de l’Andalousie: c’est un in- secte bien caractérisé et qui ne différe méme pas par les di- mensions des plus petits échantillons d’Uclés. C’est donc tout a fait correctement que les deux types des figures 4 et 5 ont été associés par l’auteur. Mais la fig. 4 est évidemment assez défectueuse: les yeux ont été chargés d'un tubercule qui n’existe pas; le pronotum a été allongé et sa dilatation humé- rale transportée en avant. C’est sans doute pour ces raisons que M. Brunner ayait re- noncé a accepter le Mantis brevis Ramb. & comme un Ameles Spallanzania, préférant le rattacher avec doute a Am. nana. Stenobothrus Panteli Bol. St. stigmaticus Bolivar, Pantel, olim. En décrivant cette espéce & nouveau (2), M. Bolivar a fait cesser la confusion dont elle était Vobjet. (1) Bien qu’il ne soit question dans ce travail que du point de vue descriptif, re- marquons en passant un phénoméne biologique dont on cite d’autres exemples, mais qu'il est toujours intéressant de constater sur une espéce déterminée. Les insectes qui font objet de cette note avaient été gardés vivants, dans des tubes 4 éducations ot. ils sont morts d’inanition, sans doute parcequ’une proie a leur convenance n’a pas été mise a leur portée. Or; la vie a paru se retirer graduellement et des mouve- ments persistaient dans les cerci, 24 heures aprés qu’on n’en observait plus dans'le reste du corps et alors que les antennes étaient déja raidies par la dessiccation. (2) Zspecies nuevas 6 criticas de Ortopteros, ANAL. DE LA SOc. ESP. DE HIST. NAT., t. XVI, p. 95, 1887. 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) Epacromia platypygia Pant. J’ai fait remarquer dans la description de cette espece que les élytres du o’, un peu plus longs que ’abdomen dans l’in- secte vivant, sont un peu plus courts dans Vinsecte desséché. Cette remarque ayant excité quelque étonnement, j’ai dt soumettre & une nouvelle vérification le fait dont il s’agit. Je transcris ici de mon journal d’observations les nombres qui mesurent la saillie de abdomen au dela des élytres, respecti- vement avant et aprés la mort: N° 1 vivant, + 2,5"" mort, Os0R 2 + 4,0 — 1,5 3 + 2,0 + 0,5 De ces nombres il faut conclure, non que les élytres se rac- courcissent, mais que l'abdomen s’allonge sensiblement, aprés la mort. Dans Péchantillon n° 2 cet allongement total a été de 5,5"", mais il n’est pas toujours aussi considérable et souvent il n’est pas suffisant pour que l'abdomen dépasse les élytres. On doit sans doute rattacher @ la méme cause physiologique Vallongement et la courbure de abdomen, deux caractéres singuliers qui s’accompagnent dans cette espéce. Pendant les convulsions de l’agonie, les muscles extenseurs qui font jouer les uns dans les autres les segments de abdomen, surtout les muscles de la page ventrale, s’établiraient dans une sorte de tétanos, duquel résulteraient en méme temps les deux effets, car la courbure est die, simplement, & un allongement pré- dominant de la partie ventrale. De telles contractions locales, rendues permanentes par la mort, ne sont point nouvelles, chez les Orthopteres: chez les Acridiens que l’on retire asphyxiés du flacon de chasse, il arrive fréquemment que l'un des tibias postérieurs est vio- lemment étendu, tandis que autre est obstinément replié. Sphingonotus arenarius Luc. Il s'agit dune espéce différant du Sph. cerulans par une fascie fumeuse, au disque de l’aile. D’un caractére absolument (75) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 409 variable, cette fascie n’est, a la rigueur, ni celle du Sph. azu- rescens Ramb., nicelle du Sph. arenarius Luc., du moins telles qu’elles sont décrites dans tous les ouvrages et notamment dans la récente et remarquable monographie de M. de Saus- sure; elle se rapproche plus ou moins de lune ou de l'autre, suivant les individus. Cette circonstance me détermina tout dabord a cataloguer l’espéce sous le nom de Sph. azurescens, en signalant toutefois les variations qui la raprochent de are- NarUUs. Actuellement, apres l’observation d’un tres grand nombre d’individus (je crois en avoir observé attentivement plusieurs centaines), j’adopterai plutot le nom de arenarius, mais avec la conviction qu’il faudrait reprendre l'étude de tout le groupe et y faire des reductions nombreuses. Voici du reste quelques remarques qui pourront renseigner sur la place qwil convient dWassigner a cette forme et expliquer mes hésitations. of. Fascie ordinairement plus sombre et plus développée: le plus souvent elle atteint le bord antérieur, sans offrir de solution de continuité; quelquefois elle est interrompue sur le parcours de la veine divisante ou sur celui de la veine ra- diale; enfin, sur certains exemplaires, elle est maculeuse ow réduite & une tache tout entiere contenue au dela du champ discoidal (terminologie du Prodromus @dip.) 2. Fascie comme dans le o’, dans les exemplaires les plus favorisés; ordinairement plus largement interrompue, ou rac- courcie en avant, ou réduite a une nébulosité a peine percep- tible, reléguée dans le champ radié. Quand elle est compléte, cette fascie offre de la ressemblan- ce avec celle du Sph. azurescens: elle en differe cependant en ce que 1° ses bords sont moins bien arrétés, 2° elle est propor- tionnellement beaucoup plus élargie, au milieu, dans la par- tie de plus grande courbure et plus étroite en avant. Je laisse a de plus habiles de décider si cette forme doit étre envisagée comme un azurescens chez lequel la fascie typique- ment complete tend a s’effacer, pluté6t que comme un arend- vius dans lequel la tache tendrait & s'allonger en une fascie compléte. Mais au dessus de cette question il y en aurait une autre, plus importante: ce serait d’examiner si l’on peut bien considérer comme espéces différentes des formes telles que azurescens, arenarius , cerulans... qui different & peu pres uni- 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76) quement par une tache ou une fascie de l’aile, alors que celle- ci se présente avec un tel degré de variabilité. Je ne voudrais pas dire, avec M. de Saussure, quil y a la comme des espéces naissantes, plutdt que des espéces nées, car je ne connais les especes naissantes ni dans la philosophie ni dans la nature, mais avec ce savant je dirais volontiers qwil y a la des races locales; il faudrait une bonne fois les déposséder de la place quwelles ont usurpée au milieu des espéces. Cadipoda Charpentieri /icd. Ctypohippus Charpentiert Fieber, «Syn.», 23. 1853. “dipoda — Brunner, «Predr.», 164. 1882. “5 — Saussure, «Addit. ad Prodr. idipod.», 50. 1888. —- _ Finot, «Faune de la Fr. Ins. Orth.», 148. 1890. -— cerulescens var. «, Saussure, «Prodr. Gidip.», 151. 1884. — collina Pantel, «Contr. &2lVOrth. de l’Esp. centr.» in ANAL. DE LA SOC. ESP..DE HIST. NAtv., t. XV, p. 246. 1886. Gryllus cyanopterus Rambur, «Faune ent. de l’Andal.», p. 84. 1839. Lors de la publication de mes précédentes notes sur les Or- thoptéres d’Uclés, lespece de Fieber était devenue presque un mythe, pour les orthoptéristes. Elle existait dans les collec- tions, mais presque toujours confondue avec Wd. cwrulescens (individus a ailes bleues) ou avec @d. gratiosa (individus a ailes roses); elle était décrite dans les ouvrages d’ensemble les plus récents, mais apres des individus affectés de varia- tion (1), ou méme appartenant a une autre espéce (2), en sorte qu’on ne trouvait dans ces descriptions qu’un secours insuffi- (1) ... pronoto subtoto albido, guttulis elongatis rarioribus.—Brunner, Prodromus der europiischen Orthopteren. (2)... fascia arcuata fusca marginem posticun latiuscule liberante (plus que dans gratiosa/,—de Saussure, Prodromus @dipodiorum, ce qui serapporte, d’aprés l’auteur, al @d. Ledereri Sauss. (77) Pantel.—NoTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 411 sant. D’ailleurs personne n’avait signalé ce caractére princi- pal, que les ailes sont bleues ou roses, comme dans l’@d. va- riabilis Pall., ni l’extraordinaire cortege de variations relati- ves 2 la sculpture et & la coloration qui accompagne, dans cette espeéce, la forme normale. Aprés des efforts assez laborieux pour opérer la séparation d’avec Gd. cerulescens et pour maintenir dans la méme espéce les individus bleus et les individus roses, je crus pouvoir don- ner un nom et une description; ce ne fut pas, cependant, sans exprimer un doute au sujet des rapports avec Wd. Charpen- Heri, trop mal connu pour étre exclu avec certitude. Postérieurement, dans ses Additamenta ad Prodromum @di- podiorum, M. de Saussure a admis, sans faire connaitre ses motifs, lidentité de l’espece de Fieber et de la mienne. Des motifs irrécusables, cependant, établissent définitivement cette identité et je suis en mesure de les faire connaitre, gra- ce & lobligeance des savants qui possedent les types de Fieber. Les insectes étudiés par cet auteur provenaient, comme on peut le reconnaitre en se reportant a la description originale, Synopsis, p. 23, du midi de la France, de la Sicile et de PEgyp- te. Les types de Sicile sont entre les mains de M. Brunner: ce savant ena fait obligeamment la comparaison avec des col/ina d'Uclés et a reconnu lidentité spécifique des uns et des au- tres. Les types d’Egypte sont conservés au Musée Zoologique de Halle. Il était intéressant de vérifier s’ils appartiennent bien & la méme espéce et j’estime que la question pouvait étre mise 4 |’étude sans injure pour Fieber, vu la difficulté du cwroupe. Mon excellent ami le D' Krauss, de Tubingue, a bien voulu se charger de cette vérification et elle a conduit a la méme conclusion. En rappelant ici la collaboration de M. Krauss a la solution dun doute qui avait bien son intérét, qu’il me soit permis d’étendre mes remerciments 2 M. le Prof. Taschenberg, de Université de Halle, pour son empressement & lui commu- niquer les types de Fieber. Si les demandes déclaircissements rencontraient chez tous les savants un accueil aussi bienveil- lant, l'étude deviendrait possible méme pour les modestes tra- vailleurs de province. Les deux types du Musée de Halle, 7 et 2, ont été décolorés 412 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 78) par leur séjour dans l’alcool, mais ils sont bien reconnaissa— bles. J’ai sous les yeux de beaux dessins a Vaquarelle de M. Krauss, représentant la 9 vue de profil, les ailes au repos et lecy vu par dessus, l’élytre et l’aile gauche étalés: la bande fumeuse de Vaile est tout a-fait celle des exemplaires d’Ks- pagne. L’@dipoda Charpentiert a eu ce sort singulier que la plupart des orthoptéristes qui se sont occupés de son histoire ont été victimes de quelque méprise. Les premiers eux-mémes n’ont pas échappé a cette condition, & commencer par Rambur. Cet auteur a connu Vespece, comme le démontre d’une maniere irrécusable ’exemplaire étalé qui existe encore dans sa collec- tion et que M. Mabille a eu lamabilité de me communiquer: Vinsecte est étiqueté Gryllus cyanopterus, sans le point de doute qui se voit dans le texte de la Maune de l’ Andalousie, p- 84. D’ailleurs, la description qu’il en a donnée est suffisante pour l’époque et il a pris soin, en particulier, de la séparer de @d. cerulescens (1). Son erreur consiste en ce quwil l’a rappor- tée au Sphingonotus cyanopterus Charp. L’erreur de Fieber a été de ne point tenir compte de la des- cription de Rambur et d’imposer a l’espéce un nom qui ne de- vrait pas étre conservé, car «la regle veut que, lorsqu’une espéce nouvelle a été confondue avec une espece connue, on donne a Vinsecte le nom de l’auteur>» (2). A la rigueur, cette espéce devrait étre appelée Wdipoda Ramburi: néanmoins, le nom Charpentieri ayant été adopté dans Vimportante mono- graphie de M. de Saussure, il y aurait trop dinconvénients a presser l’application de la loi. Apres ces renseignements sur la synonymie, quil me soit permis d’ajouter quelques remarques sur les caractéres de lespece: ’ Il est regrettable que les Additamenta ne présentent pas sous son vrai jour un Caractere sur lequel je crois avoir insisté avec raison: la couleur des ailes. D’apres M. de Saussure, le type ordinaire aurait les ailes bleues et seule la variété sulphu- vans les aurait rosescentes. La vérité est que le type, quelles (1) Ce quiaurait dui dissuader Fischer de ranger le Gryllus cyanopterus Ramb. par- miles synonymes de Hdipoda carulescens L. M. Brunner a adopté cette méme opinion. (2) Dr Saussure: Additamenta ad Prodromum @dipodiorum, p. 3d. (79) Pantel.— NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 413 que soient les variations accidentelles de la sculpture et de la couleur du tégument, a les ailes le plus souvent bleues, quel- quefois roses. En sorte que la couleur rose n’est pas méme un caractere de variété proprement dite. Le caractére spécifique de la couleur des ailes, c’est d’étre indifféremment bleue ou rose, ici comme dans l@dipoda variabilis Pall. La description de M. de Saussure est accompagnée d’une remarque dans laquelle les notes que j’ai données pour distin- gcuer |’'@d. collina de ’@d. cerulescens sont réduites & ces in- dications: «les élytres sont en général plus courts; la livrée de ses ailes est un peu différente, les femurs sont plus courts.» Je reconnais volontiers que des expressions aussi vagues seraient a peine suffisantes pour le but a atteindre. Mais si le lecteur veut bien se reporter & mon étude, il trouvera en pre- mier lieu une description détaillée qui convient & une des deux espéces et ne convient pas a Vautre; c’est la quw’il faut prendre les différences. Suit une remarque sur ce que l’on pourrait appeler les traits saillants de la physionomie de l’es- péce: j’ai cru pouvoir les placer dans les formes lourdes et raccourcies et dans la livrée des ailes, ce dernier caraciére devant étre pris, bien entendu, conformément la description qui précede, c’est-A-dire sans perdre de vue que la couleur est indifféremment bleue ou rose et que la bande radiale arrive jusqu’au % basilaire de l’élytre; ce qui ne permettrait pas de dire que la livrée est seulement wa pew différente. Du reste, jai pris soin dindiquer spécialement, parmi les caracteres qui séparent V’@dipoda collina du cerulescens, la longueur plus grande de la bande radiale; M. de Saussure reconnait bien la valeur de ce caractere, puisqu’il l’a souligné dans la diagnose et qu’il le répéte quand il veut indiquer les différen- ces par rapport a l’@d. cerulescens. L’auteur des Additamenta n’admet point que les formes soient plus ramassées que dans l@dipoda cwrulescens , ni que la bande transversale laisse quelquefois libre le bord posté- rieur de l’aile: sur ces deux points, l’observation fréquente de Vespéce, extraordinairement vulgaire dans la région, ne me permet point de modifier ma premiere appréciation. 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) Tettix Ceperoi Bol. Cette espece a été rencontrée dans la localité, depuis 1886. Platycleis oporina Bol. Décrit sur deux exemplaires, o& 9, pris sous le chateau de Castillejo (término de Saelices), parle P. A. Blanchard, mon regretté compagnon d’excursions. Les tentatives plusieurs fois renouvelées pour retrouver l’espéce ont été infructueu- ses.—Terrain un peu humide, couvert de hautes herbes et ombrag‘é, sur les bords du Gigiiela.— Aout. Saga serrata Fabr. Un nouvel exemplaire a été pris, marchaut assez lourde- ment et par soubresauts, sur les éteules.—Aout; versant Ouest de la montagne d’Altomira. La méme espéce a été prise vers la méme époque a Talavera de la Reina, et j'ai recu du P. Capelle un certain nombre d’cufs. Ils sont fusiformes, comprimés?, obtus aux deux bouts; d’une couleur olivatre. Leur longueur est de 12™ et leur lar- geur au milieu, de 3"°? (1). Tout récemment j’ai pu examiner les ceufs de Saga Natolie et syriaca; ils ne different pas des précédents, si ce n’est par la couleur, laquelle, du reste, a pu étre altérée par un séjour prolongé dans Valcool. Gryllus campestris Z. Dans mon précédent travail il était fait mention d’un indi- vidu offrant la variation accidentelle que M. le D’ Krauss a (1) Les échantillons que j'ai sous les yeux sont tres comprimés, mais d’un facon inégale et peut-étre a cause de la dessiccation. (81) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 415 décrite sous le nom de var. caudata. Il est tres probable que la note de Rambur, Faune del’ Andalousie, Orth., p. 29, se rap- porte au méme cas, au lieu de se rapporter a un prétendu hybride des GG@r. bimaculatus et campestris. L’existence d’individus a ailes caudées parait donc bien cons- tatée, quoique probablement assez rare. M. de Saussure avait fait remarquer dans sa monographie des Gryllides (1) que le Gryllus campestris n’a jamais que de petites ailes. Gryllus desertus Pall., v. melas Charp. Dans la région explorée, on trouve la var. melas, elytris plus minusve abbreviatis, non le type, elytris fere abdominis longitudinis. En signalant l’existence du type, j’avais suivi le Prodromus de M. Brunner, qui lui attribue «elytra rite seg- mentum abdominale 4" haud superantia». Une autre erreur a été commise par moi, au sujet de ce grillon; elle consiste 4 avoir séparé les (G7. melas Charp. et agricola Ramb., qui constituent une seule variéteé. Gryllus burdigalensis Zaiv., var.? arvensis Ramb., an var. localis? J’ai sous les yeux les types de Rambur, de la collection Ma- bille. Ils comprennent deux oo’, du midi de l’ Espagne (Ma- laga, Grenade) et une 9 dont la provenance n’est pas indiquée. Les deux oc ne sont pas absolument pareils: celui de Gre- nade a la veine radiale distinctement birameuse, une ligne transversale claire sur le front, les élytres gris, couvrant les % de l’abdomen. Dans celui de Malaga, le front est tout noir, la veine radiale parait unirameuse?, les élytres sont presque noirs et dépassent un peu le milieu de l’abdomen. Dans la 9, les élytres arrivent jusqua l’extrémité de l’abdo- men. L’oviscapte a été brisé au niveau de l’extrémité des cerci; le graveur de Rambur n’a pas tenu compte de cette circons- (i) Mélanges orth ,v, p. 176. 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) tance et ilen résulte que la fig. 8 de la pl. 1 est un peu fautive. Je posséde trois 92 de Malaga entierement conformes au type dont il vient d’étre parle. A Uclés, outre le Gr. burdigalensis typique et la mauvaise variété Cerisyz, on trouve une variété que j’ai rapportée pré- cédemment & arvensis Ramb., mais qwil serait peut-étre plus rationnel d’envisager comme une variété locale particuliére. Les élytres de la 9 sont deux fois plus courts que dans le type de Rambur et leur vénulation est plus serrée. La tache fron- tale n’existe pas. Le tegument n'a point la teinte un peu bru- ne des exemplaires frais de Malaga. Les élytres du & sont plus longs que dans le type Ramburien de cette localité. Gryllodes Panteli Caz. Espece décrite ré:emment (1) d’aprés des individus prove- nant d’Uclés. Ses mceurs ne différent pas de celles du G7. pi- piens Duf. et le chant est aussi le méme: c’est, a s’y mépren- dre, le piaulement des jeunes poulets. D’aprés cet indice, on peut affirmer que lune ou autre espéce existe sur un tres grand nombre de collines, dans la région. Les manceuvres de linsecte, pendant la stridulation, ne peuvent pas facilement étre surprises, en pleine campagne, Vanimal est trop timide pour les continuer en présence de Vobservateur, mais j’ai pu les observer sur quelques indivi- dus gardés en captivité: les élytres sont dressés presque a an- gle droit, ou quelquefois & 45° seulement, sur l’axe du corps, puis séparés latéralement; ils conservent cette situation pen- dant quelque temps, méme lorsqu’une période de silence suc- céde a une période de chant. Les larves different de Vadulte par la couleur plus sombre de la téte et se rapprochent par ce caractere, du pzpiens, beau- coup plus que l’adulte. (1) Cazurro: Hnumeracion de los Ort. de Esp. y Port., in AN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NaT., t. XVI. (83) Pantel.— NOTES CRTHOPTEROLOGIQUES. 417 CATALOGUE DES ORTHOPTERES D'UCLES ET DES LOCALITES ENVIRONNANTES Forficulide. Labidura Leach. . riparia Pall, Anisolabis Fieb. . meesta Gené. Forficula L. . auricularia L. Blattidee. Ectobia Westw. 4, ericetorum Wesm. es 17. hispanica Bol. 5. livida Fabr. Aphlebia Br. Acridide. 6. subaptera Ramb. Acrida Stal. Loboptera Br. 18. nasuta L. Stal. 7. decipiens Germ. Oxycoryphus Fisch. Periplaneta Burm. 19. compressicornis Latr. G orientalis 1. Paracinema Fisch. Mantidze 20. tricolor Tunb. Discothera Fin. et Bonn. Stenobothrus Fisch. 9. tunetana Fin. et Bonn. 21. Bolivari Br. 22. festivus Bol. Mantis L. 23. Panteli Bol. 10. religiosa L. 24. Raymondi Yers. ¢ 25. minutissimus Bol. Iris Sauss. 26. binotatus Charp. 11, oratoria L. 27. apicalis Herr.-Sch. ANALES DE HIST. NAT.—XIX. 12. 13. 14. 2 15. 16. Fischeria Sauss. betica Ramb. Ameles Burm. decolor Charp. Spallanzania Rossi. Assoi Bol. Empusa Illig. egena Charp. Phasmide. Leptynia Pant. 36. 46. 47. 48. 49. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (84) . vagans Fieb. . bicolor Charp. . Jucundus Fisch. . pulvinatus Fisch. W. . parallelus Zett. Stauronotus Fisch. 3. maroccanus Th. . Genei Ocsk. . crassiusculus Pant. Arcyptera Sery. hispanica Ramb. Epacromia Fisch. . strepens Latr. . thalassina Fabr. . platypygia Pant. Sphingonotus Fieb. . ceerulans L. . arenarius Lue. Acrotylus Fieb. . insubricus Scop. (Gdipoda Latr. . coerulescens L. . Charpentieri Fieb. 5. fusco-cincta Luc. CG&daleus Fieb. nigro-fasciatus de Geer. Pachytylus Fieb. cinerascens Fabr. Cuculligera Fisch. Jlexuosa Serv. Pyrgomorpha Serv. grylloides Latr. Ocnerodes Br. . Brunneri Bol. 52. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. Pamphagus Th. . deceptorius Bol. Acridium Geoffr. egyptium I. Caloptenus Burm. . ttalicus IL. Platyphyma Fisch. . Giorne Rossi. Tettix Charp. . bipunctatus L. . Ceperoi Bol. Paratettix. Bol. . meridionalis Ramb. Locustidee. Phaneroptera Sery. . 4-punctata Br. Xiphidium Sery. thoracicum Fisch. W. Locusta de Geer. viridissima L. Thyreonotus Serv. corsicus Serv. Scirtobzenus Pant. grallatus Pant. Platycleis Fieb. grisea Fabr. intermedia Serv. affinis Fieb. tessellata Charp. oporina Bol. Decticus Latr. albifrons Fabr. (85) Pantel.—NorTEs ORTHOPTEROLOGIQUES. 419 Ephippigera Latr. Gryllomorpha Fieb. 69. Brunneri Bol. 77. uclensis Pant. 70. Perezi Bol. ‘71. carinata Bol. Gryllus L. Platystolus Bol | 78. campestris L. atystolus ; ‘ y ) 79. desertus Pall., v. melas Charp. 2. surcularius Bol. | 80. burdigalensis Latr. 2 3. Martinezi Bol. 28 v.? arvensis Ramb. Pycnogaster Graells. 74. Graellst Bol. | Gryllodes Sauss. 81. pipiens Dut. Saga Charp. | 82. Panteli Caz. 75. serrata Fabr. | Platyblemmus Sery. Gryllidse 83. lusitanicus Sery. QGicanthus Serv. Gryllotaipa Latr. 76. pellucens Scop. 84. vulgaris Latr. Explication de la planche III. 1. Gryllomorpha aliena Br.— A, Vinsecte entier, «7, un peu grossi.—B, les segments accidentés vus de face: les élytres sont supposés violemment écartés, le deuxiéme segment a été dégagé par traction, pour mettre a dé- couvert |’élévation de la partie basilaire.— C, la méme région vue de profil: Pélytre gauche a été rejeté latéra- lement; la longueur du deuxieme segment a été inten- tionnellement exagérée.—D, 9, profil des segments tho- raciques destiné 4 donner une idée de l’élytre e: cet or- egane est situé latéralement, en arriére de l’angle pos- térieur du lobe réfiéchi et recouvre la suture qui mar- que la séparation du mésonotum et des mésopleures: le pronotum a été soulevé et repoussé en avant. Les am- plifications respectives des croquis B, C, D peuvent se déduire de la fig. 1/4. 2. Gryllomorpha Bolivari Caz.—c’, un peu grossi; élytre droit violemment écarté pour laisser voir les couples de lignes élevées, sur les segments dorsaux. 3. Gryllomorpha Fragosot Bol.—A, ~, partie moyenne du 420 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (86): corps, avec les élytres, grossie.— B, 9, profil des seg- ments thoraciques montrant l’élytre é¢, peu grossi; l’in- secte est vouté, ce qui porte en avant le pronotum. 4. Gryllomorpha Kriiperi Pant.—co’, partie moyenne, avec les élytres, grossie. 5. G@ryllomorpha uclensis Pant.—A, Vinsecte entier, oc’, un peu grossi.—B, l’extrémité de abdomen, plus grossie; la plaque sous-génitale apparait, entre les cornes de la plaque supra-anale. 6. Gryllomorpha dalmatina Ocsk.—A, 0, extrémité de Vab- domen vu par dessus, un peu grossi.— 8B, portion de la base d’un cerque, fortement grossie, montrant, dans leurs rapports de grandeur et de situation, les trois sor- tes de poils: les poils courts et appliqués qui forment: le fond de la vestiture; les poils longs, dressés, qui hé- rissent l’ergane sur toute sa longueur et les poils ren- fiés en massue que l’on observe seulement a la base, au coté interne. 7. Gryllomorpha longicauda Ramb.—o’, extrémité de l’abdo- men vu par dessus, plus grossie que la fig. 6/A. 8. Profil de la plaque sous-génitale, dans les GG”. dalmatina & (d) et longicauda & (Ll. Explication de la planche IV. 1-8. Discothera tunetana Fin. et Bonn.—1, -, téte et pro- notum vus par dessus (+).2, o’, téte vue par de- vant (+).—3, o”, téte et pronotum vus de profil (=). —4, y, extrémité de l’abdomen vue de profil CO) 5, co’, extrémité de ’abdomen vue par dessous(~). —6, 9, ensemble vu par dessus (~).—7, Q, extrémi- té de abdomen vue par dessus (=).—8, la méme, vue par dessous et 9-10. Bacillus Rossii Fabr.—9, ceuf, dessus de l’opercule (= —10, euf privé de son opercule, vu par le cété dor- sal (>). 11-12. 13-17. 18-19. 20-21. w wo Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 421 Bacillus gallicus Charp.—11, euf, bout céphalique, vu de face (+).—12, ceuf muni de son opercule, vu l a par le cété dorsal (=). Bacillus egyptiacus Gray.—13, o7, extrémité de l’ab- domen vue de profil; le vomer sous-anal a été vio- lemment écarté de sa position, mais non exagéré dans sa forme (+).—14, la méme, vue par dessus ce —15, la méme, vue par dessous; l’opercule génital montre avec netteté en sd, la suture transversale ou fausse articulation basilaire qui parait étre un caractére générique (5).—16, Q, extrémité de l’ab- domen vue par dessus (+).-17, la méme, vue par dessous (=); en 0, lombilic de la 7° plaque ventrale. Leptynia hispanica Bol.—18, ceuf, bout céphalique vu de face Gas ceuf muni de son opercule, vu par A4s o le cété dorsal ue Leptynia attenuata Pant.—20, cy, extrémité de l’abdo- men vue par dessus; dans les figures 20, 21, 22, les cerci, toujours croisés apres la mort, ont été écar- tés, afin de rendre visible le tubercule de la base (+).—21, la méme, vue par dessous (=). Leptynia hispanica Bol.— o%, extrémité de l’abdomen vue par dessus (=): Leptynia atlenuata Pant.—23, 9, extrémité de ’abdo- men vue de profil (=).—24, la méme vue par dessus (>) —25, la méme vue par dessous (=). — 26, euf, dessus de Vopercule, hérissé de verrues (+). — 27, ceuf privé de son opercule, vu par le coté dorsal (;). 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (88) Ps a NOTE ADDITIONNELLE SUR LE BACILLUS GALLICUS <. Quelques renseignements viennent de m étre envoyés, avec une parfaite complaisance, par M. Brunner, sur le type qui a servi pour la description du Prodromus. Il n’était plus temps de les mettre a profit pour éclairer la discussion soulevée ci- dessus, p. 62, mais il faut les reproduire ici, comme une des piéces importantes du dossier de Bacillus gallicus. «Mon unique exemplaire ode B. gallicus, écrit le savant orthoptérologue, provient de feu Yersin, avec indication de sa main «Hyéres».—Le segment anal est arrondi 4 l’extrémité, bien différent du Bacil/us d’Oran.—Les fémurs antérieurs sont dentés.— La construction du métanotum différe beaucoup. D’abord, il est beaucoup moins svelte et porte, a l’extrémité, un nodule. Les rudiments des organes du vol sont plus larges et, enfin, le segment médian porte aussi un nodule.» Il est donc bien constaté quil existe, de la méme localité, deux oo’, dont un trés voisin de algericus, Vautre tres diffé- rent. Quel est celui des deux qui doit étre associé avec la © connue de tout le monde sous le nom de B. gallicus? Des re- cherches ultérieures peuvent seules le décider. Si c’est le pre- mier, il faudra conclure que le © de la collection Brunner appartient a une espece dont il reste a découvrir la Q; si c’est le second, on aurait affaire a deux espéces dont les oo se- raient entre eux de types tres différents, les OQ étant a peine dissemblables. Du reste, méme dans ce dernier cas, le Bac. al- gericus devrait rester comme race géographique et j’estime que daus l’état actuel de la question l’incertitude porte uni- quement sur la caractéristique du véritable © de gallicus. Uclés, 24 Février 1891. EPIDIORITA DE CAZALLA DE LA SIERRA (PROVINCIA DE SEVILLA), DON SALVADOR CALDERON Y DON CARLOS DEL RIO. (Sesion del 19 de Marzo de 1890.) El estudio de la interesante roca que encabeza la presente descripcién nos ha proporcionado ocasién de examinar una parte de los terrenos arcaico y cambrico superior de Cazalla de la Sierra, localidad célebre desde antiguo por sus riquezas mineras y del mayor interés bajo el respecto de la constitu- cién geolégica. En realidad nada nuevo tenemos que anadir & lo ya dicho sobre la regién por el Sr. Macpherson, en su memorable trabajo sobre esta provincia (1); pero nuestro tra- bajo quizaés sea de algtiin provecho por confirmar mas en detalle las observaciones de gedlogio tan eminente sobre una zona todavia poco estudiada, y por precisar con algun mayor detalle que se ha hecho hasta ahora, la naturaleza de una curiosa roca plagioclasico-anfibdlica, derivada por evolucion de las diabasas. Con objeto de fijar con toda la exactitud posible la serie de materiales que vamos 4 describir para dar idea del yaci- miento de la epidiorita, sus relaciones y posicién, nos referi- remos al adjunto corte esquematico, que va del Cerro de Santiago al Cerro Gordo de Cabeza Garcia, 4 través de la (1) studio geol. y petrogr. del N. de la provincia de Sevilla. «Bol. de la Com. del Mapa geol. de Espana»; tomo y1, 1879. 424 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Ribera de Benalija, en el término de Cazalla de la Sierra, el cual comprende todas las rocas que interesan 4 nuestro objeto. | SACalizatcensecce 4, Epidiorita y contacto de esta con el 7. Pizarra arcillosa ) Cambrico superior. gabbro. y sericitica..... 3. Gabbro. 6. Pizarra aren a 2. Microgranito. oie Arcaico. apndts DA NCOSA mee eisla cate 1. Sienita. Distance. horiz. = 4.000 m. 1. Stenita.—Aparece en la Ribera sobresaliendo por encima del agua 2 6 3 m. en la estacién lluviosa, y esta atravesada por una bella faja de epidiorita, con bordes de contacto lim- pios y paralelos, corriendo de NE. a SO. Esta sienita es una roca de aspecto granitdideo, compuesta de cristales perceptibles, 4 la simple vista (de 1 4 2 mm.) de ortosa blanco-verdosa y de anfibol verde, con muchos puntos brillantes. Examinada al microscopio ofrece la misma estructura gra- nitdidea con predominio del feldespato. Este, aunque turbio, presenta los caracteres de la ortosa. El anfibol, muy dicroico, ofrece un color verde azulado cuando esta fresco, color que se cambia en rojizo por efecto de la alteracién, adquiriendo también, merced 4 ella, una estructura fibrosa muy marcada. Tanto en estado de inclusién en el anfibol, como diseminado en el feldespato, abundan la titanita y el hierro titanifero y magnético. En un cristal de feldespato hemos visto uno de esos individuos alargados, originando la inclusién que men- ciona el Sr. Macpherson en la sienita de la Media Fanega, y que es probable sea turmalina 6 rutilo. Toda la roca se halla muy descompuesta, y principalmente el anfibol, que transformado en productos ferriferos, y alguna 3) Calderon y del Rio.—EPIDIORITA DE CAZALLA DE LA SIERRA. 425 vez cloriticos, penetra entre los cristales de feldespato y entre sus exfoliaciones. Se observa también algo de cuarzo secun- dario. 2. Microgranito.—Ocupa esta roca una gran extensién en - la Ribera de Benalija, alternando con pizarras, y 4 veces con capitas de arenisca ferruginosa. En la orilla derecha hay una planicie bastante extensa de este microgranito, sobre el cual descansa un banco de 0,5 m. de altura de pizarras, dirigidas de NO. a SE., buzando al NE. 3. Gabbro.—En contacto con la sienita y con la epidiorita, como indica el corte, se halla el gabbro en la Ribera de Bena- lija, ocupando después una extensiédn mucho mayor que las sienitas. Contrasta notablemente el aspecto orografico de estas dos rocas, que en los gabbros se distingue por formas redondeadas, parecidas 4 las que produce el granito, al paso que las sienitas se dan 4 conocer por sus 4ngulos salientes y sus escabrosidades. En estas segundas rocas se encuentran la mayor parte de las fajas de epidiorita; pero los primeros no dejan también de hallarse atravesados por algunas de estas. El gabbro que esta en contacto con la epidiorita es una roca que presenta cristales bastante grandes de feldespato algo verdosos, alternando con otros verde-oscuros de dialaga, sal- picados de puntos brillantes de magnetita. La estructura es distintamente granitdidea. Las secciones delgadas muestran fragmentos irregulares de dialaga, que en algunos puntos esta en contacto directo con el anfibol. La dialaga es fuerte- mente dicrdica. Encuéntrase también hornblenda como ele- mento primitivo, y esparcida en todo el feldespato. Este, aun- que algo descompuesto, es marcadamente polisintético, y sus cruceros se perciben con toda perfeccién. Abunda el hierro magnético 4 veces en forma de placas grandes en el piroxeno, asi como la clorita en los puntos en que esta mas descom- puesta la dialaga, viéndose en estos también algo de serpen- tina. Por ultimo, cortando con bastante oblicuidad 4 un cris- tal de feldespato, hemos observado agujas finas de apatito, originando bellas inclusiones. 4. Laepidiorita, que se describira después en particular, arma entre estas rocas en forma de capas-filones, pasando & veces 4 diabasa y otras mostrando transitos al gabbro; tal sucede en el fildn senalado con el num. 4 en el corte prece- 426 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) dente, en cuyos bordes se observan inirusiones de epidiorita, que ofrecen fendmenos muy curiosos. Se ven, por ejemplo, vetas que se tomarian por clorita 4 la simple vista, y consis- ' ten en realidad en productos y elementos de la pasta que han penetrado en estado fluido, siendo fuertemente comprimidos entre las laminas de los grandes individuos porfiricos, 4 los cuales han disgregado y contorneado. A la luz polarizada, y con la lamina de cuarzo, cada una de las laminas de feldes- pato disociadas presenta un vivo color diverso de el de las restantes, correspondiendo a bandas polisintéticas. 5. El terreno arcaico comienza por una serie de arcosas obscuras, sumamente compactas, astillosas, 4 veces de aspecto algo tobaceo, y salpicadas de abundantes laminillas de mica. Alternan con ellas pizarras arcillosas, y toda la formacién se encuentra atravesada en este sitio por apdfisis de microgra- nito. 6. Vienen después pizarras cloriticas en contacto en el corte con un filén de epidiorita y & veces con arenisca ferru- ginosa. 7. Sobre estas rocas reposa el terreno cambrico superior, constituido en su base por una potente serie de pizarras muy alteradas, en hojuelas finas, de color gris amarillento y entre las cuales parecen dominar las sericiticas. 8. El coronamiento en el Cerro de Santiago, y corriendo luego extensamente al NE., le forman las calizas llamadas jabalunas en el pais, como siempre de color grisaéceo mas 6 menos claro, ceniciento-azuladas, compactas y puras. El terreno cambrico compone una faja, que partiendo de Cazalla de la Sierra, se prolonga hasta mas alla del Cerro de Santiago de NE. 4 SO. Cortandolas en una direccién normal a partir de dicho Cerro, y siguiendo el curso de la Ribera de Benalija, se llega, después de atravesar un pequefio trecho de pizarras cambricas, que ya se inclinan un poco al NE., a las arcosas en que arma la epidiorita. Aunque no de un modo muy aparente, en este punto se encuentra la discordancia entre las capas cambricas y las arcaicas, que vienen 4 morir en los microgranitos y sienitas del fondo de la Ribera. (5) Calderon y del Rio.—EPrpIoRITA DE CAZALLA DE LA SIERRA. 427 Hemos visto que la epidiorita arma en forma de filones- capas en las pizarras arcaicas, en la sienita y en el gabbro, originando formaciones aisladas y de poca extensidn, de las cuales la mas importante es la representada en el corte atra- vesando la sienita. El aspecto exterior de los ejemplares mas frescos y tipicos de la roca que nos ocupaes el propio de un material compacto, pesado, tenaz y duro. De una pasta gris obscura uniforme, destacan grandes y abundantes cristales blanco-sucios, de lustre vitreo, que desde luego se reconocen como manchas zonadas de plagioclasa. Ademas de estos cristales, que alcan- zan hasta 1 cm., existe otra serie de feldespatos mas peque- hos, solo discernibles por su brillo, 4 menos de servirse de una lente. La roca en estado fresco es de fractura un tanto concdidea y muy resistente al choque del martillo. Por alteracion se va volviendo rojiza y se empafian sus cristales de feldespato, por mas que resiste mucho 4 la descomposicién, alisando sus superficies expuestas 4 la intemperie. La densidad es de 2,87. Al soplete se funde, aunque con alguna dificultad, dando un vidrio oscuro. El examen exterior de la epidiorita de Cazalla lleva & pen- sar en las dioritas, no obstante de presentar esos cristales porfiricos tan notables que suelen verse en las rocas diabasi- cas del pais. Con todo, en su aspecto se advierte algo diverso con respecto 4 la mayoria de las rocas verdes de la provincia de Sevilla que hemos examinado. Reducidas 4 secciones delgadas aparece en el microscopio un agregado de plagioclasa, en cristales porfiricos y en la materia fundamental, de abundante hornblenda, cuarzo es- caso, ilmenita, leucoxeno, biotita aunque en poca cantidad, clorita, epidota y apatito como accesorios. Los elementos esenciales son exclusivamente la plagioclasa y el anfibol. El feldespato de la pasta parece una albita, una oligoclasa 6 quizas ambas cosas; mas en su mayor parte esta tan evolu- cionado, que se tomaria mas bien por cuarzo que por feldes- pato, sin un examen atento de la preparacion. El sefor profe- sor Lossen, de Berlin, que con su amabilidad habitual ha te- nido la complacencia de examinar esta roca y compararla con 428 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) sus analogas del Harz, piensa, que aparte de la plagioclasa brimaria, turbia, existe otro feldespato de nueva formacidn, diafano, transparente y que casi nunca esta maclado, afec- tando la apariencia de trozos de cuarzo. De todos modos, en este estado en las secciones delgadas es muy dificil, y mas aun cuando escasea, distinguir la albita del cuarzo, pues ofrecen ambos una birefringencia muy préxima. La poca abundancia del mineral no ha permitido tampoco intentar su separaciOn para ensayarlo. El anfibol es una hornblenda fibrosa, de distintos colores, segun la proporcién de hierro que contiene. Se observan en ella unas inclusiones morenas, aunque en pequefa cantidad, y otras de tono verde azulado 6 verde mar, hasta el transpa- rente, las cuales son de biotita. Esta hornblenda es segura- mente secundaria y de procedencia evolutiva, como lo indica bien su falta de la fuerte absorcién, que es habitual en la de las rocas de desbordamiento (Hrgusgesteine), paleovolcanicas de Rosenbusch. Los cristales porfiricos grandes consisten en un labrador generalmente turbio, convertido por evolucién en una saus- sirita de los antiguos mineralogistas. Donde se conserva fres- co, presenta la estructura polisintética de los feldespatos tri- clinicos. La pasta penetra en tal cantidad por las junturas, que estos individuos porfiricos parecen 4 veces asociaciones de feldespato y de un producto magnesiano cloritico, que afecta polarizacién de agregado. Kl profesor Lossen ha creido percibir una vez de un modo distinto alguna inclusién de turmalina en un labrador volu- minoso. El color azul de esta inclusién y su fuerte pleocrois- mo, le han inducido 4 considerarle de dicho modo, sobre todo en atencién al color azul del cristal cuando su eje principal se hallaba perpendicular 4 la seccién principal del nicol, lo que le distingue de la glaucofana, con la que podria confun- dirse, al paso que cuando el eje principal del cristal se coloca paralelamente 4 la seccién principal del polarizador, el color se vuelve totalmente pardo amarillento. Estos indicios se completan con la observacién de una pequena terminacién romboédrica perpendicularmente al contorno de la plagio- clasa. La existencia de la turmalina en la epidiorita, como: en q@) Calderon y del Rio.—EPIpIORITA DE CAZALLA DELA SIERRA. 429 todas las andlogas 4 ella, constituye un hecho excepcional, pero no inexplicable teniendo en cuenta la proximidad en que se halla con la sienita en la Ribera de Benalija. Ya hemos di- cho que se observa en esta ultima roca alguna inclusién de turmalina en el feldespato, y un simple fendmeno de trans- porte puede esclarecer este, como otros muchos hallazgos se- mejantes. Los restantes minerales, que entran en variable proporcidén 4 formar parte de la epidiorita de Cazalla de la Sierra, son los siguientes: Magnetita, ilmenita y esfena 6 leucoxeno, este ultimo pro- ducto evolutivo magnificamente desarrollado y ofreciendo su descomposicidn caracteristica. Cerca de él existe alguna epi- dota. No falta carbonato, ni tampoco algun apatito. El Sr. Quiro- @a, que ha examinado esta roca, ha observado también, como inclusion en el feldespato y en granos irregulares, unos cris- tales incoloros, de marcado relieve, extinciones longitudinales y fuerte pleocroismo cromatico, que pudiera ser zoisita. Es dudosa la existencia del cuarzo: ya hemos dicho que los cristales que se tomarian por tales en las preparaciones son en realidad de feldespato, por lo cual hemos acudido en consulta de esta duda 4 dos petrégrafos tan eminentes comoel Sr. Qui- roga, ya citado, y el profesor Cohen, y ambos convienen en que, aunque escaso y como residuo de la alteracién del feldes- pato, algo de cuarzo existe cerca de este. También es obscura é importante la cuestidn de si contiene 6 no la roca restos de augita. Nosotros no hemos podido com- probarla en nuestras preparaciones, pero el Sr. Quiroga dice haberla visto, si bien escasa, sirviéndose del objetivo de '/, y de un fuerte ocular. Estos pequenos restos, perdidos entre la hornblenda fibrosa, pero ofreciendo sus exfoliaciones prisma- ticas primitivas, declaran el origen diabasico de los ejempla- res que describimos. La estructura de la epidiorita de Cazalla, cristalina, porfi- rdidea a la simple vista, se vuelve en las secciones delgadas diabasica ti ofitica, segtin la denominacién de Michel Lévy. Los grandes individuos porfirdideos feldespaticos, que si bien frecuentes en las diabasas, constituyen un hecho excepcional tratandose de las epidioritas, no ejercen en, realidad influen- 430 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) cia sensible en la estructura de la roca; asi es que su existen- cia 6 ausencia no constituye sino un caracter de todo punto accesorio. Comparando la roca que examinamos con algunas diabasas tipicas, que en pequefos filoncillos asoman cerca de ella en el contacto del cémbrico y del arcaico, se hallan analogias y diferencias entre unas y otras que hemos sometido al examen del eminente profesor Cohen de Greifswald. Desde luego el aspecto macroscopico es notablemente parecido, presentando dichas diabasas, plagioclasas porfiricas en un todo semejantes a las descritas en la epidiorita. Como elementos primarios contienen solo plagioclasa, augita y hierro opaco: la primera en forma de barras y la segunda llenando los espacios vacios que esta deja, produciéndose, en suma, una estructura ofitica. La augita, que es abundante en estas diabasas, se ha trans- formado en parte en hornblenda, 6 mejor en uralita, y esta 4 su vez en clorita en ciertos sitios, de modo que la clorita no se ha producido directamente del mineral piroxénico. Al veri- ficarse la uralitizacién de este ultimo se ha segregado a la par una parte de mineral de hierro en pequenos granos. También se ven en la roca algunos granos de cuarzo y pajuelas de bio- _tita, ambos secundarios; pero no hemos percibido vestigio alguno de la turmalina ni mineral analogo al citado antes en la epidiorita, lo cual se comprende bien dado el origen emi- gratorio que es forzoso atribuir 4 dicho mineral y su proce- dencia de las sienitas préximas. Como se ve, la epidiorita presenta analogias y diferencias con respecto a las diabasas uraliticas, usando la antigua de- nominacion, que se hallan cerca de ella en la Ribera de Bena- lija; pero no por las primeras es dado comprender sin alguna aclaracidn un miembro del grupo anfibdélico-plagioclasico, en otro del piroxénico, al menos bajo el punto de vista de la cla- sificacién petrografica. ¢ A no dudarlo, la roca en cuestién es de origen diabasico, segun lo acreditan: 1.°, su estructura macro y microscépica; 2.°, los restos de piroxeno descubiertos en ella por el Sr. Qui- roga; 3.°, la presencia casi exclusiva de ilmenita y de su deri- vado la titanomorfita. No cabe, pues, referirla 4 las porfiritas anfibélicas filonianas, lo cual implicaria ademas conceder una importancia excesiva 4 elementos que solo desempenan @) Calderon y del Rio.—EPIDIORITA DE CAZALLA DELASIERRA. 431 un papel secundario en su composicidn. Por eso el Sr. Mac- -pherson ha descrito las rocas analogas 4 la de Cazalla que nos ocupa entre las diabasas, como un momento de una de sus series evolutivas. Nosotros hemos pedido al sefior profesor Lossen su opinidén sobre el parecido de la roca de Benalija con las analogas de Alemania, que él ha descrito tan magistralmente, y conviene en que su composicién general, el aspecto fasciculado de la hornblenda, la presencia del hierro titanado, y especialmente la estructura, la aproxima 4 las epidioritas de Giimbel, que arman en pequenios filones en las pizarras cambricas superio- res y silliricas inferiores del Fichtelgebirge, de los Ardennes y del Thuringer Waldt, aunque difieren de ellas en ciertos detalles, como la ausencia de las grandes plagioclasas porfi- ricas y de las inclusiones de turmalina de nuestra roca. En vista de esto nos ha parecido conveniente distinguirla con el dictado de epidiorita, siquiera este no tenga mas valor que el de indicar una fase evolutiva, toda vez que las mismas epidio- ritas de Giimbel han sido incluidas entre las diabasas por el profesor Rosenbusch. Lomo ALY. Lam, lnales dela Soc.cspanola de ist.nat. F Kraus. 1.Bolivar. Anales dela Soe.espanola de list. nat. Lomo ALK. Lam. I. Dekant..,.del. Kraus, lit. Anales de la Soc. esparola de Hist. nat. Tome XIE. Lam. IV. A Finot, del ~ E Lets, 9° c%,! (va ary URE Acne ei Af Ney wes ( ay Ip aa i AMAA i ; MU ‘ RE a atts y te nat ie : ; é Aye audit ‘ y ‘ vf } tt tt Ni ARI Cra at Beh a Hl Ab ‘ f ARMS AAO pi ybs RUMI bas NADER apf eae Bi

14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —El Sr. Medina leyé la nota siguiente: «La lista de ortépteros que doy 4 continuacién se refiere a los insectos de este orden que forman parte de la coleccién entomoldgica existente en el Museo de la Universidad, cuyos ejemplares han sido recogidos en excursiones verificadas por el Sr. Calderédn, acompafado de sus discipulos y por mi. Al darla hoy 4 conocer 4 nuestros consocios me guia la idea de anticipar, en forma de notas, los materiales que un dia han de llegar 4 constituir el Catalogo de los insectos de Andalucia. »La mayor importancia de dicha lista estriba en el conoci- miento de algunas especies que hasta hoy no se habian citado de la regiédn andaluza, lo cual, gracias 4 ser bien conocidas la mayor parte de las especies propias de esta zona, aumenta su interés para los entomdlogos. »No podriamos hoy comunicar estas noticias a la Seccidn si nuestro distinguido consocio D. Ignacio Bolivar no nos hu- biera ofrecido su valioso concurso en la determinacidén de las especies que le hemos consultado, a lo cual siempre se ha prestado galantemente tan ilustre especialista. »Algunas de las especies que posee dicha coleccién nos han sido enviadas por nuestro querido amigo y consocio el sefior Lépez Cepero, de Chiclana. Forfictlidos. Labidura riparia Pall. % 9.—Sevilla; Diciembre y Junio. — pallipes Duf. % 9.—Sevilla; Octubre y Diciembre. Anisolabis annulipes Luc.—Pedroso; Julio. — mesta Gené.—Penaflor; Mayo. Labia minor L.—Sevilla; Junio. Forficula auricularia L. o% 2.—Sevilla; Julio. Blatidos. Aphlebia trivittata Serv.—Penaflor; Septiembre. Phyllodromia germanica L.—Sevilla; Septiembre. Loboptera decipiens Germ.—Sevilla; Agosto. _— — var.—Dos Hermanas; Abril. Periplaneta orientalis L.—Sevilla; Agosto. — americana L.—Sevilla; Agosto. DE HISTORIA NATURAL. Mantidos. Hierodula bioculata Burm.—Sevilla; Noviembre. Mantis religiosa L. & 9.—Pefiaflor, Sevilla; Septiembre. Iris oratoria L.—Penaflor; Septiembre. Ameles Spallanzania Rossi.—Sevilla; Agosto. Fasmidos. Bacillus hispanicus Bol.—Chiclana (Cepero). Acrididos. Tryzalis wnguiculata Ramb.—Sevilla; Junio. Oxycoryphus compressicornis Latr.—Chiclana (Cepero). Paracinema tricolor Thunb.—Chiclana (Cepero), Sevilla. Sthetophyma hispanicum Rb.—Chiclana (Cepero). Stenobothrus hemorrhoidalis Charp.—Coria; Noviembre. — binotatus Charp.—Chiclana (Cepero). - apicalis Herr-Schiff.—Sevilla; Junio. — pulvinatus Fisch. W.—Chiclana (Cepero). — elegans Charp.—Chiclana (Cepero). Stauronotus Maroccanus Thunb.—Sevilla; Junio. — Genet Ocsk.—Sevilla; Septiembre. Epacromia strepens Latr.— Sevilla; Junio, Octubre. 7 thalassina Fabr.—Sevilla; Junio. G@daleus nigro-fasciatus De Geer.—Chiclana (Cepero). Pachytylus cinerascens Fabr.—Sevilla; Septiembre. @dipoda cerulescens L.—Sevilla; Septiembre y Octubre. — collina Pantel.—Fuente-Piedra; Julio. Acrotylus insubricus Scop.—Sevilla; Septiembre. — pdatruelis Sturm.—Tomares; Noviembre. Sphingonotus cerulans L.—Valverde; Abril. — azurescens Ramb.—Sevilla; Julio. _ imitans Br.—Chiclana (Cepero). Pyrgomorpha rosea Charp.—Chiclana (Cepero). Eunapius Stali Borm.—Dos Hermanas; Abril. — rugulosus Stal.—Chiclana (Cepero). Acridium Agyptium L.—Sevilla; Septiembre y Enero. 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA s Caloptenus Italicus L.—Sevilla; Junio. Tenemos un ejemplar curioso por la brevedad de los élitros. Euprepocnemis plorans Charp.—Sevilla; Diciembre. Platyphyma Giorne Rossi.—Sevilla; Noviembre. Tettiv bipunctatus L.—Sevilla; Julio y Diciembre. — subulatus L.—Sevilla; Mayo. — Ceperot Bol.—Chiclana (Cepero). Paratettia meridionalis Ramb.—Sevilla; Junio. Locustidos. Odontura spinulicauda Ramb.—Dos Hermanas; Abril. Phaneroptera nana Charp.—Sevilla; Noviembre. Tylopsis liliifolia Fabr.—Coria (Sevilla); Agosto. Xiphidium fuscum Fabr.—Sevilla; Junio. — concolor Burm.—Sevilla; Junio. Locusta viridissima L.—Sevilla; Agosto. Amphiestris Betica Ramb.—Sevilla; Junio. Pterolepis spoliata Ramb.—Chiclana (Cepero). Thyreonotus Corsicus Serv.—Chiclana (Cepero). Antaxius spinibrachius Fisch.—Sevilla. Platycleis intermedia Serv.—Sevilla; Junio. — laticauda Br.—Sevilla; Julio. — lessellata Charp.—Sevilla; Junio. — decorata Fieb.—Sevilla; Junio. Decticus albifrons Fabr.—Sevilla; Junio. Fphippigera hispanica Fieb.—Sevilla; Junio. Pycnogaster inermis Ramb.—Chiclana (Cepero). Grilidos. Ecanthus pellucens Scop.—Cazalla; Agosto. Trigonidium cicindeloides Serv.—Sevilla; Noviembre. Gryllus campestris L.—Sevilla; Enero. — bimaculatus De Geer.—Utrera, Agosto; Sevilla, No- viembre. — — var. alis caudatis.—Utrera; Agosto. — desertus Pall.—Sevilla; Diciembre. — domesticus L.—Sevilla. — Burdigalensis Latr.—Sevilla; Junio. DE HISTORIA NATURAL. 17 Platyblemmus lusitanicus Serv.—Sevilla; Junio. — caliendrum Fisch.—Hornachuelos; Junio. Gryllomorphus Fragosoi Bol.—Dos Hermanas. Mogisoplistus brunneus Serv.—Sevilla; Septiembre. Gryllotalpa vulgaris Latr.—Sevilla; Marzo y Junio. Tridactylus variegatus Latr.—Chiclana (Cepero).» —Procedidse 4 elegir la nueva mesa para el afio proximo, quedando constituida en la forma siguiente: Presidente....... D. Antonio Gonzalez y Garcia de Meneses. Vicepresidente... D. Antonio Esquivias. TRESOVENO «20.6 aise « D. Manuel de Paul. WCCKELATION.|.. .G'. D. Manuel Medina. Vicesecretario.... D. Mauricio Dominguez Adame. Sesién del 5 de Febrero de 1890. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —K] Sr. Secretario puso en conocimiento de la Sociedad la triste nueva del fallecimiento del socio D. Alfredo Truan, de Gijon, tan modesto como inteligente diatomista y micrégrafo, acaecida el 3 de Enero ultimo. La Sociedad, respondiendo a la indicacién del Sr. Presidente, manifestd el deseo de que cons- tase de un modo especial en la presente acta el profundo sen- timiento con que habia oido la noticia. Con esta ocasién el Sr. Bolivar did a conocer el proyecto que tenia nuestro conso- cio el Sr. D. Fernando Garcia Arenal de escribir para la So- ciedad una noticia necrologica acerca del Sr. Truan, idea aprobada por el Sr. Pérez Arcas, con quien la habia consul- tado el Sr. Garcia Arenal. —Fueron puestas sobre la mesa las publicaciones recibidas durante el pasado mes de Enero, acordando la Sociedad que se diera las gracias 4 los donantes de todas las que fueran re- galadas. —Se hizo una nueva propuesta de socio. —El Sr. Bolivar leyé el siguiente proyecto de adicién ai Re- glamento de la Sociedad: ACTAS DE LA 80C, ESP.—XIX. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA «Los que suscriben, creyendo contribuir al desarrollo de la SocrepaD EspaANoLA DE HisTorta NATURAL, y procurando al propio tiempo que aumente y se extienda en nuestra patria la aficidn al estudio de las ciencias naturales, proponen 4 la Junta se sirva aprobar las disposiciones siguientes: »1.* La Sociedad admitira bajo la calificacién de socios agre- gados, previas las formalidades exigidas para los numerarios en el art. 3.° del Reglamento, 4 los aficionados al estudio de la Historia natural que manifestaren a alguno de los socios numerarios su deseo de formar parte de nuestra Sociedad en el concepto indicado. »2.°. Los socios agregados podran asistir 4 las sesiones, to- mando parte en ellas, aunque sin voto, en las cuestiones de indole administrativa, y concurrir 4 las expediciones que rea- lice la Sociedad. Recibiran un diploma en el que se acredite su cualidad de Socio agregado, un ejemplar del Reglamento y otro, todos los anos, de las Actas de las sesiones, de las que a este fin se hara una tirada especial. Tendran también derecho 4 consultar las obras de la biblioteca en el local destinado al efecto. »3.". Los socios agregados pagaran una cuota de 5 pesetas, que satisfaran, la primera vez en el momento de su ingreso en la Sociedad, y en los afios sucesivos en el mes de Enero. »4.° y ultima. Todas las disposiciones del Reglamento de la Sociedad que no se hayan modificado expresamente en es- tas disposiciones seran extensivas 4 los socios agregados. »Madrid 5 de Febrero de 1890.—L. PirEz ArcAS.—IGNACIO BoLivAR.—AURELIO VAZQUEZ.—M. Cazurro.—F. QuIROGA.» —KEl Sr. Presidente, después de hacer que fuese leido por el Sr. Secretario el art. 23 del Reglamento, referente a las modi- ficaciones y adiciones que este pueda sufrir, y de acuerdo con lo que en él se dispone, pregunté a la Sociedad si se tomaba en consideracién la proposicion del Sr. Bolivar, que lo'‘fué por unanimidad, y en su virtud el Sr. Presidente, ateniéndose al Reglamento, dijo que era necesario nombrar cinco socios que emitieran un informe que habra de discutirse en sesidn ex- traordinaria. A propuesta del Sr. Presidente fueron nombra- dos los Sres. Sainz, Roca, Sanz de Diego, Prado y Hoyos. —También propuso el Sr. Bolivar una modificacién en la redaccidn de las Actas, que consiste en suprimir en cada una DE HISTORIA NATURAL. 19 de ellas la enumeracién de las publicaciones recibidas du- rante el mes anterior, colocando una lista de las que han lle- gado a poder de la Sociedad en el transcurso del afo en la re- lacién que hace el Secretario de los trabajos realizados por la Sociedad durante el mismo, y que va inserta en el acta de Di- ciembre. La Sociedad, previa pregunta del Sr. Presidente, aprobé sin discusién y por unanimidad lo propuesto por el ‘Sr. Bolivar. —KEl Sr. Bolivar did cuenta 4 la Sociedad de un trabajo suyo que titula Diagnosis de ortdpteros nuevos, que pasd 4 la Comi- sidn de publicacién, leyendo inmediatamente después la si- guiente noticia: «El Gryllodes muticus De Geer, encontrado hasta ahora en el Yucatan, Guayana, Puerto-Rico y Guadalupe, habita tam- bién en la Isla de Cuba, segun he podido comprobar por dos ejemplares recogidos en Guantanamo por el Sr. D. Juan Gun- dlach, y que este infatigable explorador ha tenido la atencién de enviarme. »También en la Peninsula ha sido descubierta recientemen- te otra especie de Gryllodes, que habita en los alrededores de Ciudad-Real, con la particularidad de que esta especie, nueva para la ciencia, es una dejlas mas notables del género, por- que presenta numerosas particularidades que le distinguen de todos los Gryllodes europeos, y que no indico, para obligar a que lo haga a su descubridor nuestro consocio D. José Maria de la Fuente, quien de continuar la exploracién de la regién indicada con el celo con que la ha emprendido, ha de de- berle la entomologia espanola muchos descubrimientos inte- resantes.» —El Sr. Secretario did cuenta 4 la Sociedad de unos nuevos Datos algologicos enviados por el Sr. Rodriguez y Femenias. La Sociedad acord6 que pasasen 4 la Comisién de publica- cion. —El Sr. Vilanova ley6é la nota siguiente: «Débese la recoleccién de los huesos fdsiles del que con toda justicia debe titularse Museo valentino Botet, al celo, entusias- mo y perseverante actividad del Sr. Carles, joven catalan, in- fatigable escrutador de la naturaleza, el cual, habiéndose ins- talado hace catorce anos en Buenos Aires en busca de fortuna, entré en algunos colegios de segunda ensefanza en concepto 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de profesor de Ciencias, y en especial de Matematicas y Geo- erafia; atraido empero por el afan de descubrir algun dia algo de lo mucho interesante que figura en el Museo de Historia Natural bonarense, en gran parte organizado por el eminente y veterano profesor Burmeister, emprendio una serie de acti- vas pesquisas, destinando a sufragar los gastos que estas oca- sionaban todos los modestos ahorros que su posicidn le per- mitia. A este fin, segun el propio Carles me refirié, en el mo- mento que contaba con 400 6 500 pesos, se marchaba 4 explo- rar el légamo diluvial pampero en diversas localidades de la cuenca vastisima del Rio de la Plata, y cuando el caudal pe- cuniario se agotaba, volvia 4 Buenos Aires con la bolsa vacia, pero con algunas cajas de interesantes objetos. Dispensabanle en los centros de ensefianza aquellas escapadas en gracia al objeto que las motivaba; y de este modo llego 4 reunir la pre- ciosa coleccién de que voy & daros cuenta, que figura y existe hoy en la ciudad del Cid, gracias a la generosidad de uno de sus hijos, el Sr. D. José Rodrigo Botet, quien sabedor del me- dio compromiso de Carles de ceder tan inestimables tesoros paleontolégicos para un Museo de Copenhague, se apresuré & comprarlos en mejores condiciones, llevado del noble y gene- roso deseo de dotar 4 su patria de un Museo tal vez unico en su g@énero en Europa. Veamos ahora en qué consiste tan intere- sante coleccién, toda ella de mamiferos fdésiles de la forma- cién diluvial representada por el famoso légamo pampero, que segun el infatigable y malogrado viajero D’Orbigny, ocupa la enorme superficie de 22.000 leguas francesas cuadradas. »Comenzaré por dar una idea de los restos humanos, que completan casi un esqueleto, si bien sera asunto por todo ex- tremo arduo el montarlo por el estado de muchos de sus hue- sos. Pero la luz que dan todos ellos es grande, en especial las dos mandibulas, en las cuales no falta un solo diente; el nu- mero de vértebras dorsales, la posicién del agujero occipi- tal, etc., etc. La mandibula inferior es muy notable por sus grandes dimensiones, por la anchura de la rama horizontal, por la ligera oblicuidad de la apéfisis articular, lo cual con- cuerda perfectamente con el desgaste que ostentan todos los dientes. Estos ofrecen en el centro de su corona una ranura bastante acentuada, caracter que se observa en casi todas las mandibulas primitivas, como indicio cierto del régimen gra- e DE HISTORIA NATURAL. 21 nivoro que por fuerza tenian que adoptar los salvajes de tan remotos tiempos, pero que en honor 4 la verdad, no he visto tan pronunciada en otro caso. También es de notar la caries bastante profunda que ostenta el tercer molar de ambos lados en la mandibula inferior, lo cual tampoco es frecuente ver, como que algunos aatores han llegado 4 negar que existiera el hecho. Procede este interesante esqueleto de la orilla dere- cha del rio Samborombon; fué hallado 4 cosa de un metro de profundidad, no lejos del Megaterio, que figura entre los cu- riosos objetos traidos y de que voy 4 dar cuenta. Los célebres naturalistas de Buenos Aires, Burmeister y Ameghino, citan este esqueleto, por constarles su descubrimiento, pero no habiéndolo podido examinar, ha quedado por decirlo asi iné- dito. Yo no he visto la columna vertebral, ni el esternén, ni el hueso llamado occipital; pero el Sr. Carles, observador deli- cado y concienzudo, asegura que en la regién dorsal existen trece vértebras, en vez de las doce que llevan por lo comun todos los esqueletos humanos. Al ‘mismo se debe laindicacién de que el agujero occipital, cuyos dos condilos reciben la pri- mera vértebra, es algo mas posterior que de ordinario, cir- cunstancia que daria al cuerpo del individuo de que se trata una cierta oblicuidad en vez de mantenerse enteramente ver- tical, como sucede sobre todo en las razas civilizadas. Por ul- timo, dice Carles, que el esternén presenta un orificio natural, que no se observa en el del hombre sano; todos cuyos rasgos acusan un cierto grado de inferioridad orgénica, que a la par que quilatan el mérito del esqueleto en cuestidn, diriase que acreditan su remota antigiiedad, circunstancia que se revela también por el estado de su fosilizacién y por el matiz de los huesos, igual en un todo al que ofrecen los demas restos fési- les de la coleccion, y al color del cieno diluvial, donde unos y otros se han encontrado. »El esqueleto de Megaterio, grande y magnifico, est& casi completo, y sera tal vez el primero que tendremos el gusto de ver montado, puesse esta trabajando en armarle. De este gran desdentado, que figura en los Museos de Madrid, del Jardin de plantas de Paris, de Londres y de Turin, ha traido Carles mas de una cabeza perfectamente conservada, la cual permitira tal vez determinar alguna especie diferente del americano que es la conocida. 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Del propio yacimiento (cuenca del Samborombon), proce- den varios Hoplophorus, uno mayor que el llamado ornatus, que también figura en la coleccién, y se encontré en el Rio de la Plata junto con tubos caudales y diferentes piezas esquelé- ticas de otro individuo que servira para completar las ante- riores. »De estos singulares animales, cuya denticién y dibujos de las coronas de los molares se parecen mucho 4a los del Glypto- don, he visto en la coleccién Botet dos caparazones muy no- tables correspondientes & la especie ovnatus y 4 otra inédita, siendo por todo extremo raros en las colecciones europeas que yo conozco; pero atin llamaron mas mi atencidn los tubos cau- dales perfectamente conservados, y que serviran sin duda al- cuna para corregir la equivocacién cometida por el insigne paleontologista inglés Owen, quien atribuyd este singular apéndice al Glyptodon_que ostenta otro muy distinto, como lo demuestra el que trajo también en excelente estado de conser- vacion el amigo Carles. »Son por todo extremo curiosos los restos de Sce/idotherium, de los cuales hay en la coleccién varios ejemplares, que se dis- tinguen sobre todo por la forma casi cilindrica del craneo, por su extremada dimensidén longitudinal que excede y mucho de medio metro, y por los pocos pero notables dientes que llevan en ambas mandibulas y con ondulaciones notables en la co- rona. »Dos especies se conocen: el Scelidotheriwm magnum y el que se amé equivocadamente leptocephalum; proceden de la for- macion diluvial de la cuenca del Plata, figurando entre los res- tos traidos la mayor parte de los esqueletos. La tercera especie, no publicada atin en ningun tratado de Paleontologia, se en- contré en el rio Salado, y se distingue especialmente por la extremada longitud y estrechez del craneo, y. por la analogia que ofrecen los arcos cigomaticos con los del Mylodon. »También aparecidé en la propia cuenca platense, seguin el catalogo que me facilité el Sr. Carles, una especie inédita de Futalus, cuyo neuroesqueleto bien conservado se encuentra en gran parte representado por piezas naturales; otras estan restauradas. Pero de este singular. mamifero, lo mas curioso recogido por tan diligente explorador, es el caparazén pare- cido al de los Hoplophorus, siquiera sea mas chico, que cubria DE HISTORIA NATURAL. 23 el cuerpo, y otro muy bonito y bien conservado que resguar- daba la cabeza, como se ve hoy en algunos animales del Sur América, liamados Zatuejos y Armadillos. »Del rio Salado proceden muchos huesos y dos caparazones de Glyptodon, probablemente del c/avipes y del asper, los cuales casi del todo restaurados con paciencia y habilidad suma, pue- den ya contemplarse en el Laboratorio Carles. Son mucho mas grandes que los anteriormente citados y mas redondos, al paso que los de Hoplophorus son ovalados. De tan singulares ani- males, cuyas piezas del escudo hanse por algunos atribuido equivocadamente al Megaterio, opinidn que también rechaza como infundada el Sr. Carles, es una de las piezas mas nota- bles la cola, que es grande y formada de varios anillos toscos y tuberculosos que encajan unos en otros, encontrandose en las junturas una parte que debia ser blanda 6 algo consistente tan solo en vida del animal, pero que la interposicién de algu- na substancia pétrea, por virtud tal vez del procedimiento de fosilizacién, se ha convertido en una especie de placa dura é irregular, de las cuales he visto mas de una en la coleccion. »También llevaba una especie de coraza 6 de escudo, otro singular animal llamado Dedicurus, del cual figuran alli va- rias piezas del neuroesqueleto, y algunas placas de la cubierta que comunica 4 dichos mamiferos el aspecto de inmensas tor- tugas, pero con la particularidad de que dichas piezas estan llenas de agujeros, caracter que jamas ostentan ni las de Glyp- todon ni las de los Hoplophorus. »Es notable por sus dimensiones y perfecto estado de conser- cién, un craneo de Zowvodon, y una mandibula inferior que lleva dos dientes, los otros desaparecieron. »Son curiosos los huesos, y en especial los de dos craneos de otro mamifero, llamado Mesotherium, por Mr. Serres, y que hoy lleva el nombre de 7'ypotheriwm, el cual ostenta caracte- res de diversos érdenes; lleva dos dientes incisivos estriados y mucho mas robustos que los del castor, circunstancia que le comunica el aspecto de un gran roedor; pero la presencia de otros dientes en el sitio que corresponde 4 los caninos, asi como la estructura de los molares, lo separan de dicho orden y lo colocan como intermedio de otros. Los craneos del c7vista- tum y de otra especie no conocida, que figuran en la coleccién de que se trata, son muy notables por la brevedad del diame- 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tro antero-posterior que lo hace casi redondo, y por la forma y tuberosidades que ofrecen algunos huesos de la cara y los frontales, en cuya parte posterior se observa una doble solu- cién de continuidad junto a las enormes orbitas de los ojos, cuya funcidn se desconoce. »Hs verdaderamente singular, formando contraste con lo que se observa en el antiguo continente, la pobreza en animales carniceros que ostenta sobre todo la fauna fdsil cuaterna- ria americana del Sur} y, sin embargo, logrd el diligente é infatigable investigador Carles descubrir y llevar 4 Valencia, segun he visto, algunos trozos de mandibula provista de sus dientes caracteristicos, del Oso de Buenos Aires, Ursus bona- riensis, y tauchos huesos pertenecientes 4 dos individuos del género Macherodus, especie no conocida 6 no publicada, sien- do notable el craneo de tamafo casi tan grande como el del oso de las cavernas de Europa; por desgracia se rompieron, y han desaparecido los dos grandes colmillos, que son en el gé- nero muy notables y caracteristicos. »Completaré esta imperfecta resefia sefialando un colmillo roto de Mastodon Humboldtii, procedente del rio Samborom- bon; varios huesos de Macrauchenia patagonica, encontrados en la propia cuenca, y por ultimo, algunas piezas esqueléticas del Mylodon gracile, también de la formacién diluvial del Rio de la Plata. ) »Como puede inferirse de lo dicho hasta aqui, la coleccién paleontologica que Valencia debe al celo y pericia del Sr. Car- les y a la generosidad del buen patricio Sr. Botet, es digna de que por quien corresponda, sea Ayuntamiento 6 Universidad, se le destine un local decoroso y apropiado para la oportuna y conveniente colocacién de todas las riquezas que contiene, pues estoy seguro que ha de ir mas de un curioso y aficionado a estos estudios & examinar y conocer lo que tal vez no pueda verificar en otros Museos, pues aun en los de Paris, Londres, Milan, etc., que yo conozco, dista mucho de existir lo que en Valencia he tenido el gusto.de admirar, merced 4 la galante- ria de estos dos bienhechores de la ciencia, 4 nombre de la cual les felicito de todo corazon. »Algtin dia podraé suceder que previa la oportuna autoriza- cién del ministro 6 del director de Instruccién publica, me traslade a Valencia con mis discipulos 4 explicarles practica- DE HISTORIA NATURAL. 25 mente lo que en Madrid, falto de materiales de esta indole, pues apenas tengo en las colecciones de mi catedra mas que el Megaterio no completo y un caparazén de Glyplodon, solo puedo indicarles tedricamente, de palabra, 6 valiéndome de dibujos. Cuando esto ocurra, podran los escasos amantes de estos estudios que aqui existen, suplir en pequefia escala la falta de la enseflanza de la Paleontologia, que como formando ~ parte del doctorado en Ciencias Naturales, solo se da en la Universidad Central.» Sesion extraordinaria del 1.° de Marzo de 1890. PRESIDENCIA DE DON LAUREANO PEREZ ARCAS. Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —HI Sr. Secretario did cuenta del informe siguiente presen- tado por la Comisién nombrada en aquella acerca de algunas adiciones al Reglamento, propuestas por los Sres. Pérez Ar- cas, Bolivar, Vazquez, Cazurro y Quiroga: «Reunidos los que suscriben para dictaminar sobre la pro- posicién adicional al Reglamento, presentada por los seflores Pérez Arcas, Bolivar, Vazquez, Quiroga y Cazurro, creando una clase especial de socios con el nombre de agregados y fijando los derechos y deberes que les corresponden. »Acordaron admitirla después de examinar el razonamiento y exposicioén de la reforma y en vista de lo mucho que el faci- litar el ingreso en nuestra Sociedad puede contribuir al ade- lantamiento y progreso de las ciencias naturales en Espana, primer fin que la Sociedad persigue; de no oponerse en nada 4 los articulos del reglamento ni disminuir los derechos de los socios ya existentes; de considerar que el ingreso de socios ha de aumentar el haber de la Sociedad y contribuir por tanto a su prosperidad y mejora; sin olvidar, por ultimo, los resulta- dos que se deben esperar de los trabajos de los nuevos socios. »Por tanto la Comisién tiene el honor de proponer 4 la Socie- dad, no solo que admita la adicién en la misma forma que esta redactada, sino que conceda un voto de gracias a sus fir- mantes por el interés y actividad que con sus fecundas ini- ciativas demuestran estar animados hacia la Sociedad. » 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Los cuatro articulos de que se compone dicha proposicién son los siguientes: «l.° La Sociedad admitira bajo la calificacién de socios agre- gados previas las formalidades exigidas para los numerarios en el art. 3.° del Reglamento 4 los aficionados al estudio de la Historia Natural, que manifestasen & algunos de los socios numerarios, su deseo de formar parte de nuestra Sociedad en el concepto indicado. »2.° Los socios agregados podran asistir 4 las sesiones tomando parte en ellas aunque sin voto en las cuestiones de indole administrativa y concurrir 4 las expediciones que rea- lice la Sociedad. Recibiran un diploma en el que se acredite su calidad de Socio agregado, un ejemplar del Reglamento y otro, todos los afios, de las Actas de las sesiones de las que & este fin se hara una tiradaespecial. Tendran también derecho a consultar las obras de la biblioteca en el local destinado al efecto. »3.° Los socios agregados pagaran una cuota de 5 pesetas que satisfaran, la primera vez en el momento de su ingreso en la Sociedad y en los afios sucesivos en el mes de Enero. »4.° y ultimo. Todas las disposiciones del Reglamento de la Sociedad que no se hayan modificado expresamente en es- tas disposiciones seran extensivas 4 los socios agregados. »Madrid 20 de Febrero de 1890.—#/1 Presidente, PrEpRo SAINz. —MAaxiMINoO Sanz.—SALvapoR Prapo y Sainz.—S. Roca Y Vrecino.—#/ Secretario, Luis DE Hoyos SAINz.» Puesto a discusién por el Sr. Presidente, después de algunas indicaciones del Sr. Bolivar, de que solo se trataba de adicio- nes y no de reforma y por tanto podrian estas ser aprobadas sin necesidad de sesiones extraordinarias, seglun se habia hecho cuando se crearon las secciones, el Sr. Presidente, hizo notar que en ultimo resultado adicionar el Reglamento es reformarlo y por tanto en su concepto debia seguirse exacta- mente ahora lo preceptuado por este en su art. 23 que fué leido por el Secretario. Siendo el nimero de socios presentes muy inferior al de las dos terceras partes de los residentes en Madrid, indispensable seein el citado art. 23 del Reglamento para que pueda recaer votacién sobre cualquier asunto, el Sr. Presidente, anuncid que la votacién era necesario diferirla hasta la sesién proxima, DE HISTORIA NATURAL. 27 en la cual bastaba para que fuese aprobado el dictamen el voto afirmativo de las dos terceras partes de los socios que estuviesen presentes. Sesion extraordinaria del 5 de Marzo de 1890. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. Leida el acta de la sesidn extraordinaria anterior fué apro- bada. —E]l Sr. Presidente recordé a los socios el objeto de la pre- sente reunidn y después de hacer que el Secretario leyese el art. 23 del Reglamento, que se refiere 4 eStos casos, abrié dis- cusiOn sobre la proposicién del Sr. Bolivar y no habiendo nadie que tomase la palabra en contra, la puso 4 votacién siendo aprobada por unanimidad. No habiendo mA&s asuntos de que tratar en esta sesién extraordinaria, el Sr. Presidente la did por terminada constituyéndose la Sociedad en Sesion ordinaria. El Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Director de la Comision geoldgica de los Estados-Unidos, anunciando el envio del Seventh Annual Report 1885-86, de aquella Comisién. De los Directores del Museo de la fundacién de P. Teyler de Harlem, participando haber recibido el cuaderno 3.° del ultimo tomo de los ANALES. Del Dr. Otto Stapf, Privat-docent de la Universidad de Viena, regalando & nuestra Sociedad un ejemplar de su publicacién Die Arten der Gattung Ephedra y suplicando a los botanicos espanoles, le comuniquen datos acerca de la distribucién y biologia de las especies de este género en Espafia. Del Ilmo. Sr. Director general de Instruccion publica indi- cando se designe persona que recoja en el Ministerio de Fomento el diploma y medalla de oro con que fué premiada la Sociedad en la Exposicion Universal de Barcelona. Este diplo- 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ma y medalla obraban ya en poder de la Sociedad y estuvie- ron expuestos durante esta sesidn. —Pusiéronse sobre la mesa las publicaciones recibidas desde la ultima reunidn acordando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —Fué admitido socio el sefior Goitia (D. Alejandro), de Madrid. propuesto por D. Manuel Janer. —HEl Sr. Secretario, leyé el siguiente articulo necrolégico escrito y enviado por el socio D. Segundo Cuesta, ingeniero de montes. . Don Sebastian Vidal y Soler. «No es la indole especial de esta publicacién la mas apro- piada para hacer una larga y minuciosa resefa biografica de las altas dotes de ilustracién y sabiduria que atesoraba el que llev6 el nombre que encabeza estas lineas; reclama mas que nada, ocultar a las miradas del hombre las condiciones que como tal avaloraban su personalidad, para poner solo de mani- fiesto, aunque muy someramente, las que reunia como sabio y concienzudo naturalista. »Nacid en Barcelona en Abril de 1842, entrando el afio 1860 en la Escuela de Ingenieros de montes establecida en Villa- viciosa de Odén, en la que alcanzé pronto por su inteligencia y aplicacién al par que el aprecio de sus profesores y compa- heros, los primeros numeros de su promocion. En ella termin6é sus estudios en Agosto de 1865, recibiendo el titulo de inge- niero de montes, y de alli sacé la decidida vocacién 4 la bota- nica que habia de constituir después el rasgo mas saliente de su personalidad. »Comisionado para seguir los estudios de su carrera, primero en la escuela de Tharand (Sajonia), y después en la politéc- nica de Zurich, en ambas se dedicé desde luego al estudio de la botanica, llegando 4 hacerse estimar mucho de Willkomm que después ha alabado varias de sus obras, citandole como uno de nuestros mejores botanicos, y siendo uno de los disci- pulos predilectos de Cramer. De regreso de estas comisiones, DE HISTORIA NATURAL. 29 fué nombrado profesor de botanica de la Escuela de montes, cargo que desempend, hasta que en 1871 pasé 4 Filipinas como inspector de montes y director del jardin botanico. De vuelta a Espana por enfermo empezé sus publicaciones por la obra Los montes de Filipinas, Hl clima de Filipinas, folleto que tra- dujo de Semper, Zas maderas de Filipinas y la traduccién de los Viajes por Filipinas del Doctor Jagor. »Creada la «Comision de la Flora y Estadistica forestal de Filipinas» fué designado como el mas a propésito para la jefa— tura y direccién de ella, por lo que pasé nuevamente al archi- piélago, trabajando con fe y constancia en su nuevo cargo, llegando 4 formar un buen herbario de las plantas de aquel pais y siendo la primera autoridad botanica de aquellas islas. Habiendo sido nombrado representante de Filipinas en la Exposicién Universal de Filadelfia, al terminar aquel certa- men, publicéd en colaboracién con su sabio companero D. José Jordana los A puntes sobre los montes y laagricultura norte-ame- vicand. Kn esta como en las otras anteriormente citadas échase de ver su aficién 4 la botanica, haciendo gala de sus profun- dos conocimientos y de la solidez de la ciencia que poseia. »Entra seguidamente de lleno en el campo de la botanica y publica como jefe de la comisién de la Flora el Catdlogo meto- dico de las plantas lenosas silvestres y asilvestradas observadas en la provincia de Manila el aiio 1880, en 1883 la Resevia de la flora del archipiélago filipino, y en el propio afio se publicd en Manila la Sznopsis de familias y géneros de plantas lenosas de Filipinas, escrita para satisfacer las necesidades del servicio forestal y como introduccién 4 la flora forestal del archipié- lago. Es esta obra la mas notable entre las suyas & manera de guia practica para la determinacién de géneros, cefida en cuanto al método seguido al Genera Plantarum de Bentham y. Hooker hijo, acompafia 4 la obra un atlas de 100 laminas con 1.900 figuras, que comprenden 82 familias y 390 géneros, tomados casi todos los apuntes del natural é indicando la pro- cedencia de los ejemplares dibujados. En 1885 publicé en Manila las Phaneragame Cumingiane Philippinarum, y en 1886 la ultima de sus obras Revision de plantas vasculares filipinas, que comprende 136 familias, 811 géneros y proximamente 2.200 especies, mereciendo por ello justas alabanzas de los botanicos extranjeros. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Tales han sido, brevemente expuestos, los importantes tra- bajos realizados por el jefe de la Comisién de la Flora, que seguramente habria dado cima 4 la redaccién de la forestal filipina, si el apoyo oficial que venia obteniendo en su empresa, no hubiese desaparecido, mandando suprimir con supina tor: peza tan importante como Util servicio. A pesar de tan rudo golpe, privado de la proteccién del Gobierno, todavia seguia trabajando cuando le ha sorprendido la muerte, que no era su animo de los que se dejan avasallar por los contratiempos, ni podia decaer su entusiasmo por contrarias que le fuesen las disposiciones de nuestros gobernantes. »Visité cuantos herbarios contenian plantas filipinas y nos deja su nombre unido a la ciencia 4 que consagro su inteli- gencia en el género Vidalia de la familia de las Gutiferas, distincién merecida que le hizo el Sr. Fernandez Villar. »Su muerte ha sido muy sentida, sobre todo en Filipinas donde gozaba de generales simpatias por su caracter afable, su talento y su trato ameno. Sin apasionamientos de escuela, con profundo respeto 4 las opiniones ‘ajenas y alejado de los hechos de la vida publica, poseia aquel espiritu sereno tan observador y concienzudo, que llegan a alcanzar los que en su breve paso por la tierra solo se preocupan de hacer adelan- tar las ciencias y rendir tributo 4 los afectos del alma. »Ha muerto ain joven y cuando la patria podia prometerse épimos frutos de su saber, frutos sazonados por la experiencia y por aquella paciente observacién 4 que dan singular apti- tud los afios dedicados 4 ella y la aficidn que forma un verda- dero culto y como una segunda personalidad que le lleva irremisiblemente 4 escudrifar mas y mas los misterios de la naturaleza. Descanse en pazy alla desde la region en que esta reina, vera cdmo & pesar de las injusticias de la tierra, es llorada su pérdida, que deja entre los naturalistas un vacio dificil de llenar.» El Sr. Presidente, amigo y compamiero del Sr. Vidal y Soler, le consagré sentidas frases elogiando sus condiciones de caracter, laboriosidad é inteligencia. El Sr. Bolivar presenta en nombre del R. P. J. Pantel nues- tro consocio de Uclés, una memoria que lleva por titulo Noles orthoptérologiques I. Revision monographique du genre Gryllo- morphus Fieb., en la que el autor hace el estudio comparativo DE HISTORIA NATURAL. 31 de las especies del género describiendo dos nuevas, una de ellas espanola y propone la divisién del género en tres gru- pos secundarios, caracterizandolos con la precisién y claridad que distinguen los trabajos todos de nuestro ilustrado conso- cio. Esta memoria vaacompanada de una lamina. La Sociedad acogié con satisfaccién esta memoria y acordé pasara a la Co- misién de publicacién. —El mismo Sr. Bolivar leyé la siguiente nota: En el periddico inglés The Hutomologist’s Monthly Magazine vol. xxv (1889), pag. 344, se inserta una nota del Sr. Roberto de Mac Lachlan referente a varios neurdpteros de la peninsula ibérica recogidos en Gibraltar y en sus cercanias. Como son escasos los datos relativos a los insectos de este orden y ava- lora la nota citada la reconocida competencia del Sr. Mac La- chlan me parece de interés, para nuestros ANALES la indica- cién de las especies que en aquella se citan y que son las si- guientes: Panorpa meridionalis Rb.—San Roque. Palpares hispanus Hagen.—Gibraltar, San Roque, Algeciras. Creagris plumbeus Ol.—Gibraltar. — var. nigrum Ramb.—Cork Woods. Myrmecelurus trigrammus Pall.—Gibraltar. Macronenurus appendiculatus Latr.—San Roque, Cork Woods. — ? sp.—Gibraltar. Myrmeleon nemausiensis Borkhausen.—Cork Woods. Nemoptera bipennis llliger (Zusitanica Leach).—Gibraltar. Chrysopa nigropunciata Kd. Pictet.—Gibraltar. Sympetrum Fonscolombii Sélys.—Gibraltar. Orthetrum nitidinervis Sélys.—Algeciras. Cordulegaster annulatus Latr.—Gibraltar (var. inmaculifrons Sélys.) Ai schna afinis V. der Lind.—Algeciras. —El Sr. Cazurro presentdé 4 la Sociedad un ejemplar de una ninfa acuatica, al parecer de lepiddptero, acerca de la cual dié las siguientes noticias: «En una excursién que realicé en el mes de Julio del pasa- do ano al pico de Pefialara, cerca de La Granja, en compafiia de los Sres. Bolivar, Gila y Elizalde, tuve la dicha de encon- 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA trar debajo de una piedra, sumergida en un arroyo y a bas- tante altura, cerca ya del limite de los pinos, una ninfa 6 cri- salida acuatica, cuya descripcidn creo interesante. »La cabeza, envuelta en su cefaloteca, es pequefia pero bien perceptible, con dos ojos 4 los lados y el aparato bucal cla- ramente visible debajo de los tegumentos; el térax bien desarrollado, algo giboso, presenta cerca de la cabeza un abultamiento & cuyos lados se encuentran situados dos tron- cos traqueales, en los que se distingue perfectamente el hilo en espiral de la traquea; cada uno de estos troncos se divide en dos, que 4 su vez se ramifican cerca de su origen, consti- tuyendo asi un arbol de cuatro ramas. En el térax se implan- tan envueltas en sus estuches las alas y las patas. Sigue al torax un abdomen formado, al parecer, por diez anillos, cada uno de los cuales lleva dos puntos negros que parecen es- tigmas. ; »La forma general de esta ninfa es la de una crisalida de lepiddptero, y por su aspecto parece serlo. »Estaba protegida por una especie de escudo, de una forma dificil de describir, el cual presentaba anteriormente dos es- cotaduras por las cuales asomaba sus branquias al exterior, y los bordes del escudo quedaban pegados & la cara inferior de la piedra. »Llamandome la atencién esta curiosa ninfa, he recurrido & la opinién mas ilustrada del especialista Sr. Staudinger, quien con mejores conocimientos podra resolver la cuestion, y en cuanto sepa su opinidn me apresuraré 4 comunicarla & esta Sociedad. »El caso seria Ssumamente curioso; pues si bien es cierto que el Sr. Berg ha descrito un género de mariposas cuyas larvas y ninfas son acuaticas (Paludelia), estas habitan en la Amé- rica meridional y en Europa no se ha citado hasta hoy género ninguno que presente esta particularidad.» —El Sr. Hoyos leyo la nota que sigue: Anomalias dentarias. «Obsérvanse mas frecuentemente de lo que a la simple ins- peccion de los individuos resulta, anomalias de constitucién en los drganos y aparatos que los integran. Alteraciones ana- DE HISTORIA NATURAL. 33 tdmico-morfolégicas, que se descubren en un examen atento, tal como el necesario para el estudio antropoldgico del indivi- duo. Casos especiales que basta estudiar bajo un concepto puramente teratoldgico, sin necesidad de recurrir a explicar- los por fendmenos atavicos 6 reminiscencias de pasadas for- mas en ejemplares actuales. Varios hemos tenido ocasién de observar en el corto nimero de observaciones hasta hoy he- chas, pero los suficientes para poder deducir que existen ano- malias dentarias, esqueléticas, musculares, etc., en 8 por 100 de los individuos estudiados. »Expondremos hoy dos de las primeras 6 que afectan al sis- tema dentario, curiosas y de importancia, por ser de las que los antropélogos tienen hoy sometidas 4 discusion. : »>Es la primera la observada en un joven de diez y seis afios, natural de Madrid, pero de padres santanderinos, de gran des- arrollo, especialmente éseo, elevado indice cefalico y sana complexidn. Es tan andmala su dentadura, que no puede me- nos de extrafiar 4 una simple inspeccién 4 que sea sometido. Presenta en la mandibula superior dos dientes, que sin ulte- rior examen se tomarian como incisivos supernumerarios, pues ambos estén colocados en un plano superior y antericr a Jos demas, correspondiendo en su simetria 4 los incisivos laterales; pero detenidamente estudiados se ve que son los caninos excesivamente agudos y cénicos, con una inclinacién exterior muy pronunciada, estan rodeados de unos anillos de la membrana mucosa, como el resto de la encia, pero con un desarrollo tal que semejan rodetes que casi ocultan el diente. Son los incisivos superiores medios de tan gran tamafo, que a su hipertrofia es debido indudablemente el desplazamiento de los caninos 4 una linea diversa de la normal. »No es esto solo loanédmalo, pues hay un desarreglo tal, que hace que las partes homologas de los dientes tiendan a orien- tarse de igual modo y a esto se debe la inclinacién y asimetria de los mismos. Presenta en la mandibula inferior unos incisi- vos pequefios desgastados lateralmente y recubiertos hasta aparecer nulos, por unas carunculas 6 excrecencias carnosas de la encia, que en igual numero que ellos y simétricamente colocadas los recubren. Tienen cinco tubérculos los molares inferiores, siguiéndose en ellos una franca ley de crecimiento, que contrasta con lo agudo de los tubérculos, circunstancia ACTAS DE LA SOC. ESP.— XIX- 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que también se ve en los premolares. Preséntase bien desarro- llado el bulbo de la muela del juicio, la que indudablemente aparecera pronto. El estado general de la dentadura es per- verso, debido 4 la caries que la afecta. »Es notable la irregularidad dentaria por el gran desarrollo maxilar que alcanza; una altura menio alveolar de 47 mm. una latitud bigoniaca de 104, que con los 126 de la dizigomati- ca, da un indice de 82,5; la distancia sinfiso goniaca es de 96 elevando el indice facial 4 63,5, siendo de notar que el marca- do prognatismo alveolar da un indice de 30,9, que es el sefia- lado 4 los neo-caledonios. »gCabe, pues, aplicar deducciones de superioridad é inferio- ridad & estas anomalias? Dificil seria. De un lado desplaza- miento de los dientes, gran capacidad craneal, ley de creci- miento; de otro, aparicién pronta (probable) de la muela del juicio, uso posterior, tamano, etc., invalidan tales asertos. Seria, pues, preciso colocar 4 este individuo en un punto cri- tico de convergencia de formas inferiores y elevadas. »Es el segundo menos notable, pero no deja de ser in- teresante y andlogo a él, aunque doble; ha sido presenta- do y descrito por Virchow en el tomo correspondiente al ano 1889 del Verhandlungen der Berliner Gesellschaft fur Anthropologie Hthnologie und Urgeschicthe. Consiste en la presencia de un incisivo medio supernumerario, que no es probable que sea de la primera denticioén; esta coloca- do en la mandibula inferior, anterior é inferior 4 los otros, que son pequefios. La formula dentaria del ejemplar que tiene once anos y marcado tipo vasco, debido 4 la madre, 2—2 0—0 1—2 1—1 } es I Sac Fae C ean 12 aay eS == oe ,Ornere, pues, algo de la media normal determinada por M. Magitot para los once afios. El desarrollo mandibular esta expresado por 56 mm. de altura mento alveolar, debido a lo pronunciado del mentén; 96 de /atitud bigoniaca, cuyo indice con la biz- gomatica es de 89,7, cifra que como el indice cefalico de 75, el frontal de 66,6, el facial de 57, el de la cara de 110 y el de prog- natismo de 15,5, corresponde 4 un vasco puro, segun las de- terminaciones del Sr. Aranzadi.» —HE1 Sr. Quiroga ley6 la nota que sigue: «M. Mallard, el sabio profesor de la Escuela de Minas de Pa- DE HISTORIA NATURAL. 35 ris, acaba de publicar en el num. 2 del tomo x11, que corres- ponde a este aiio, del Bulletin de la Socvéte francaise de Mine- yalogie, una interesante nota dando 4 conocer una nueva for- ma de la silice cristalizada, que titula su autor Lussatita. Este nuevo mineral forma concreciones de aspecto calcedo- nioso sobre cristales de roca 6 asociadas 4 verdaderas calce- donias de las que se distinguen por ser positivas al modo del cuarzo, mientras que las calcedonias legitimas, seguin recien- tes investigaciones del mismo profesor Mallard, son marcada- mente negativas. Ademas, la densidad de la lussatita es de 2,04, mientras que la de la calcedonia es 2,59, la de la tridi- mita 2,29, y se acerca mas 4 la del dpalo, que oscila entre 1,93 y 2,09. También el indice medio para la raya del sodio, que es 1,446, es mas proximo al del dpalo que al de las otras va- riedades de cuarzo. Sin embargo, la lussatita es una silice anhidra y pura, pues ha perdido de 7,9 4 8,3 por 100 desu peso calentandola a 1.000°, y no deja como residuo mas que 0,001 por 100 de sulfato después de haberla tratado por los Aaci- dos fluorhidrico y sulfurico. La pérdida de peso acaso no deba atribuirse a la verdadera lussatita, sino al dpalo que rodea sus fibras. El sabio cristaldgrafo ha reconocido hasta ahora este mineral en las siguientes localidades: en forma de una costra calcedoniosa sobre los cristales de cuarzo del yacimiento de betun de Lussat, de donde le ha dado nombre, cerca de Pont- du-Chateau (Puy-de-Doéme); en ciertas concreciones azules que cubren la limonita de Tresztyan (Hungria); en las esta- lactitas de calcedonia de Cornuailles: y por ultimo, con mas abundancia que en ninguua parte, en algunos ejemplares de silice estratificada y amarillenta de las islas Feroé, que cons- tan de capas alternas de dpalo, calcedonia y lussatita. Estos yacimientos de la lussatita hacen prever que se ira encon- trando en muchas calcedonias y dpalos conforme se vayan es- tudiando estos con detenimiento. »Viene esta nueva forma de la silice 4 aumentar el niimero de los diversos estados en que se congce ya este cuerpo, pues tenemos: el cuarzo exagonal y positivo; la tridimita asimétri- - ca de facies exagonal y que toma realmente esta forma A tem- peraturas elevadas; la calcedonia, negativa; lussatita, positi- va; el dpalo isétropo; lo cual hace sospechar que los diversos estados de la silice forman una serie continua que por ahora 36 ACTAS DE LA SOCTEDAD ESPANOLA aparece limitada entre el estado isdétropo {épalo) y el anisétro- po uniaxico, presentandose dentro de esta ultima forma, unas veces con signo positivo (cuarzo, lussatita) y otras con el ne- gativo (calcedonia); diferencias que acaso dependan de las condiciones mecanicas 4 que haya estado sometida la silice en el momento de su solidificacién. »Es de presumir que estas diferencias y otras, para nosotros hasta ahora desconocidas, no hayan dejado de tener influen- cia en la constitucién de los silicatos.» SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 15 de Febrero de 1890. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. —Se leyé y aprobé el acta de Ja anterior. —Se repartidé el cuaderno 2.° de los ANALES. —Se hizo una propuesta de socio. Se did lectura 4 la siguiente nota del Sr. Laza (D. Enrique): Sobre la cabra de Sierra Nevada (Ibex hispanica Schimp). «Deseoso de cooperar & la obra emprendida por esa Seccidn de Sevilla de ir dando & conocer y depurando las investigacio- nes sobre los productos naturales de Andalucia, y cumpliendo 4 la par una promesa hecha & mi querido profesor D. Salvador Calderén, he aprovechado mi estancia en Granada para recoger algunos datos sobre el interesante animal que motiva la pre- sente nota. Poco es todavia lo que se ha escrito, particular- mente en. Hspana, relativamente a las costumbres de esta ca- bra montés, y por ello creo podran ser quizas de alguna utili- dad las noticias que he ido coleccionando de personas tan ve- ridicas y conocedoras del asunto, como el sefor conde de Florida Blanca y algunos otros cazadores de la localidad. »Sin entrar 4 exponer los caracteres de la especie en cues- tién, que se hallan consignados en las obras clasicas, diré que DE HISTORIA NATURAL. 37 vesta hermosa cabraalcanza grandes dimensiones: un ejemplar disecado de los que yo he visto, mide aproximadamente 115 centimetros desde la base del cuello hasta la insercién de la cola, y 75 desde el extremo de la pezufia hasta la primera vér- tebra dorsal. Los cuernos, en individuos viejos y de corpulen- cia extraordinaria, llegan 4 tener hasta 1 m. »Creo un dato notable y poco conocido el de que la cadra 6 macho montés, como la llaman en Granada, ofrece dos pelajes: uno de invierno y otro de verano, blanquecino el primero, lanoso y cubierto de una especie de borra prestando al animal feo aspecto, y sedoso el segundo, pardo, y ostentando la faja negra caracteristica que recorre toda la espina dorsal. »>En Granada existen muchas cabezas disecadas de esta es- pecie en poder de los cazadores, y el Instituto posee dos indi- viduos completos y la Universidad tres (1). »Vive la cabra montés en toda la Sierra Nevada, pero de preferencia la buscan los cazadores en los sitios llamados el Picacho, Cueva de la Zorrera y en la Sierra de Casulas, al NO. de Motril, donde parece se va retirando, desde hace algun tiempo, por efecto de la persecucién de que es victima. Los cazadores saben que los buenos acechaderos son los parajes donde abunda el centeno, que constituye el alimento predi- lecto del animal. »Los aficionados y conocedores antiguos de aquellas sierras, aseguran que la especie viene en disminucién desde hace tiempo; pero otros recuerdan que en época no muy lejana ha- bia llegado 4 ser rara por extremo, y que posteriormente vol- vid & ir en aumento el numero de individuos, habiendo quien supone que estos cambios no dependen de la persecucién, como me parece a mi natural, y si mas bien de enfermedades. »La cabra pasa gran parte del dia echada, hasta la hora de la comida, en que se reune la bandada y se dirige al sitio ele- gido por el guia. Para asegurar la tranquilidad de esta, coloca dicho jefe uno 6 varios centinelas en parajes convenientes, relevandose de tiempo en tiempo, seguin el numero de indivi- duos de que se compone la manada. Cuando el centinela pre- (1) La Universidad de Sevilla cuenta, desde hace dos afios, con un ejemplar de- bido 41a generosidad del reputado catedrdtico de la Facultad de Medicina de Grana- da D. Eduardo Garcia Duarte. 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA vé la aproximidad de un peligro, da un silbido especial, que es la sefial convenida para la fuga. La vista y el olfato auxilian extraordinariamente 4 estos animales para advertir la presencia de sus enemigos, y particularmente el segundo, que es finisimo, 6 como dicen los cazadores, ventean admira- blemente, asi que hay que perseguirlos en direccién contraria al viento. »La delicadeza de los sentidos de la cabra montés, lo escar- pado del terreno donde habita, y sobre todo, la ligereza y agi- lidad que despliega en sus movimientos, hacen dificil su caza, siendo contadas las personas que como profesién se de- dican 4 ella, entre las cuales algunas han alcanzado reputa- cidn en el pais por su destreza é inteligencia, y en la actuali- dad se cita en tal concepto como notable a Enrique Munoz, conocido mas bien por Enrique el de Agron. »Dos son los sistemas venatorios que se ponen en practica para cazar la cabra montés en Sierra Nevada: el del acecho y el de los ojeos. El primero es casi el Unico realizado en la actualidad, tanto por escasear las personas de que poder dis- poner para organizar un verdadero ojeo, cuanto por las malas condiciones del terreno en punto 4 permitir precisar los sen- deros que el animal tome en su rapida retirada. En la mayo- ria de los casos depende el modo de cazarle de circunstancias variables, tales como la direccién del viento, la abundancia 6 escasez de comederos y las dificultades que presente el suelo en cada paraje. »Las épocas en que tan interesante caza puede realizarse con mayor fruto, son dos: una durante el mes de Agosto, en la que la sierra se descubre de nieves, y es dado, por consi- guiente, subir 4 los sitios elevados, y la otra en el mes de No- viembre, durante el cual la cabra suele descender 4 las faldas, retirandose de los hielos que invaden las cimas. Esto, no obs- tante, también se caza la cabra, en cuestién, durante el resto del ano, y sin respeto alguno al periodo de la veda. »No pasa el ntiimero de individuos cazados durante el ano de 25 4 30. Durante el mes de Noviembre ultimo han matado cuatro piezas los cazadores de Granada, y la carne se ha ven- dido 4 peseta la libra sencilla (de 460 gramos), dato que con- signo como prueba de lo mucho que se estima. De los restan- tes despojos, la piel es el mas buscado, utilizandola como abri- DE HISTORIA NATURAL. 39 go para la cama (cubre pies) y otros usos analogos, si bien su escasez no permite llegue 4 constituir un producto comercial. »Dicese que la cabra montés entra en celo en la ultima quincena del mes de Mayo, hasta cuyo tiempo los sexos per- manecen separados. Entonces se entablan luchas entre los machos 4 que algunos cazadores dan el nombre de drama, aunque otros designan con él el periodo del celo. Después de este vuelven & separarse los sexos y 4 formarse las manadas, compuestas & veces hasta de 50 individuos, que marchan en fila guiadas por el mas viejo, yendo los machos 4 un lado de la sierra, y las hembras al opuesto, dgnas bien, separandose en diversas direcciones. »La hembra pare un cabrito, pocas veces dos, y la lactan- cia dura muy corto tiempo. A ultimo de Abril se ven ya cho- tos llamados por los cazadores cegajos 6 cegajas, seguin el sexo, sin que por esto dejen de observarse en el mes de Mayo algu- nos recién nacidos, aunque esto sea raro, y Se consideren por los expertos en la materia como atrasados. Los cabritos no se separan de la madre hasta el periodo del celo. »Algunas contradicciones en que caen los cazadores respec- to & las costumbres del Jbez hispanica, me han hecho ser parco en detalles, que aunque curiosos, no me parecian perfecta- mente confirmados. Por esta razén aplazo para mas adelante completar estos apuntes con otros datos, que espero poder obtener y depurar debidamente antes de comunicarlos 4 tan ilustre Sociedad.» —El Sr. Calderon envio la nota siguiente: «En una excursién emprendida 4 la dehesa de Canillas, tér- mino de Guillena, los Sres. D. Feliciano Candau y Pizarro y D. José Cascales y Munoz, han descubierto recientemente un importante tiumulo prehistérico, que seguin las noticias de estos exploradores, representa la transicién de los primitivos dol- menes de la edad neolitica 4 los tumulos de corredor de la época del bronce. El plano de la construccién forma un trape- cio de 7,15 m. de altura, cuyas bases paralelas tienen respectiva mente 1,43 y 0,83 m. de longitud; los lados paralelos estan constituidos por enormes piedras no talladas de 1,25 m. de altura media que, colocadas verticalmente sin cemento de ninguna clase, sostienen el enorme peso de otros monolitos largos que, puestos horizontalmente, forman la techumbre. 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Hay en este curioso monumento una parte ensanchada que serviria de camara funeraria, en la que se depositaria el ca- daver sentado 6 acurrucado, modo de enterramiento distinto del usado mas tarde en las épocas del bronce 6 del hierro. No se han hallado objetos en este tumulo, que sin duda ha debido ser profanado; pues el nombre de Puerto de los entierros que tiene el sitio, indica que de antiguo son conocidos en el pais estos monumentos, en los cuales no habran dejado de buscar- se tesoros, segun ocurre de ordinario en analogos casos. »También notaron dichos sefores la existencia de otro tu- mulo menos importantg y muy destruido en una dehesa proxi- ma a la de Canillas, y el emplazamiento de un tercero en el lugar llamado Barranco de los Junciales. »Es de esperar que la continuacidn de exploraciones tan in- teligentes y afortunadas produzcan interesantisimos frutos para la prehistoria y la paleontologia de esta regién, frutos que nos complaceremos en dar 4 conocer en esta Sociedad.» Sesion del 9 de Abril de 1890. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesidén anterior fué aprobada. —HEl Sr. Secretario did cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Secretario general de la Academia Real de Ciencias de Lisboa, participando haber recibido aquella corporacién los cuadernos 2.° y 3.° del tomo xvi de los ANALES. Del Bibliotecario de la Sociedad Linneana del Norte de Fran- cia, rogando se le envien los cuadernos de nuestros ANALES que faltan en aquella Sociedad; y del Archivero de la Sociedad Linneana de Burdeos, manifestando igual deseo. La Sociedad acordé que, acerca de estas dos peticiones, resolviera la Comi- sidn de publicacién. —Quedaron admitidos como socios numerarios los sefores Nogués y Reynaldo (D. Alfredo), de Madrid, propuesto por D. Santos Roca y Vecino, y DE HISTORIA NATURAL. 4) Fernandez y Navarro (D. Lucas), Rivera y Ruiz (D. Miguel), Dusmet y Alonso (D. José Marta), Hernandez y Alvarez (D. José), Becerra y Fernandez (D. Antonio), Saenz y Lopez (D. Juan), de Madrid, propuestos por el que suscribe. —Sobre la mesa estaban todas las publicaciones recibidas durante el mes de Marzo, acordando la Sociedad se diesen las gracias a los donantes de las que no proceden de cambio. El Sr. Bolivar pregunté si habia llegado & la Secretaria una comunicacion del Sr. Gonzalez Linares, poniendo 4 disposicién de los socios el Laboratorio de biologia marina de que es di- rector, y cuya creacién en Santander acaba de ser decretada y las mesas y medios de trabajo que necesiten los naturalistas miembros de ella. El] mismo sefor afadidé que si todavia la Sociedad no habia recibido dicha comunicacién, tenia segu- ridad de que llegaria 4 su poder de un momento 4 otro, porque asi se lo habia manifestado el Directcr del Establecimiento, y para ese caso, proponia que se diesen las gracias de oficio al mismo, Sr. Gonzalez de Linares, pasando 4 la vez otra comu- nicaciOn al Sr. Ministro de Fomento, para expresarle la satis- faccién con que la Sociedad ha visto la instalacién definitiva en Santander del Laboratorio de ,biologia marina, que viene a llenar un vacio inmenso, sentido por todos los naturalistas nacionales y extranjeros, y que ha de influir pronto y venta- josamente en el desarrollo de las ciencias naturales en nues- tro pais; exponiendo ademas 4 la consideracioén del Sr. Minis- tro la necesidad de que se restablezcan las plazas de alumnos de ciencias naturales, pensionados en aquel Laboratorio, su- primidas en estas ultimas economias. El Sr. Presidente, abundando en las ideas del Sr. Bolivar, pregunto 4 la Sociedad si estaba conforme con lo expuesto por este senor, y autorizaba al Secretario para que lo realizase tan luego como se recibiese la comunicacién anunciada; la Socie- dad asi lo acordé unanimemente. Kl Sr. Simarro dié 4 la Sociedad numerosos é interesantes detalles acerca de la estructura y disposicién del nervio vago en algunos peces, acompanando sus explicaciones de dibujos 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que reproducia en el encerado, y mostrando al final bellas preparaciones que los socios vieron con mucho interés. El Sr. Presidente did las gracias al Sr. Simarro por haber puesto en conocimiento de la Sociedad sus interesantes tra- bajos, rogando 4 esta concediera 4 dicho sefor un voto de gracias que la Sociedad otorgé por unanimidad. El Sr. Cazurro presento a la Sociedad algunos ejemplares y preparaciones micrograficas de un bryozoo de agua dulce en- contrado en los alrededores de Madrid, acerca del cual did las siguientes noticias: «Hn una excursién que verifiqué en el pasado mes de Fe- brero, por los alrededores de Madrid con objeto de recolectar crustaceos entomostraceos, en un drroyo cerca de la llamada puerta de Hierro en el km. 6 de la carretera del Pardo, que sale de la llamada fuente de la Salud, recogi también algunas especies para estudiarlas vivas y en el agua en que las recogt existian también, entre las Zemnas que flotaban en su super- ficie muchos ejemplares de los Planorbis Dufourt y Perezit; especialmente de este iiltimo facil de reconocer por su forma casi plana y escaso tamanio, algunos de los de esta ultima es- pecie estaban cubiertos, por un parasito que formaba colonias ramificadas que ofrecian el aspecto de un moho, las cuales examinadas al microscopio se vefan formadas por gran nu- mero de zoecias de bryozoo. »No es la primera vez que a esta sociedad se presentan ejem- plares de tan curiosos animales, pues no hace muchas sesio- nes el Sr. D. Augusto Gonzalez de Linares, tan competente en el estudio de los animales inferiores, y director de la esta- cién biolégica del Cantabrico, presentd ejemplares de un bryozoo encontrado por él sobre las raices de los arboles de la orilla del Manzanares cerca del puente de San Fernando, los cuales pertenecen al género Plumatella. »Los que hoy presento 4 la Sociedad por su aspecto y condi- ciones de vida, por ser pardsitos sobre un molusco y hallarse en aguas cenagosas y no limpias y corrientes, parecen ser distintos de los ya citados y creo que pertenezcan al género Paludicella descrito por Van Beneden, y habitante en aguas cenagosas.» El mismo Sr. Cazurro presenté también & la sociedad una hacha paleolitica y unos fosiles encontrados recientemente DE HISTORIA NATURAL. 43 en San Isidro, acerca de los cuales leyé la adjunta noticia: «En las excursiones que recientemente he realizado con ob- jeto de examinar el terreno diluvial de San Isidro y recoger armas prehistdricas, he tenido la fortuna de adquirir los obje- tos que hoy presento a la Sociedad. Uno de ellos es una hacha paleolitica de las del tipo chelense, perfectamente terminada y cuyas dimensiones son 18 < 10 X 4, bonito ejemplar que no ofreceria nada notable 4 no estar fabricada con un material con el cual hasta ahora no tengo noticia esté fabricado nin- guno de los instrumentos prehistéricos de dicha localidad, pues todos ellos estan tallados en pedernales y menos frecuen- temente en cuarcitas, como algtin ejemplar que he tenido ya ocasién de presentar & la Sociedad, y al que hoy me refiero esta trabajado en una roca granita bastante caolinizada pero aun bastante dura y compacta. »También he adquirido de los trabajadores especialmente de uno conocido en aquella localidad con el nombre del Sr. An- tonio (a) e/ Chato, el cual acompané al inolvidable D. Casiano de Prado en sus exploraciones de esa localidad, unos huesos fosiles bastante notables, encontrados sobre la capa llamada del gredén, especie de arcilla gris muy compacta que forma alli las ultimas capas del cuaternario. »Los mas notables de ellos, pues la mayoria son fragmentos imposibles de reconocer, son: primero, dos mandibulas infe- riores juntas pertenecientes al mismo animal probablemente y que estan aplastadas como si hubiesen sufrido una gran presion, no presentan sino la porcién en que se insertan los molares, estos en numero de cinco en cada mandibula, el ul- timo el mas pequefio, y con los repliegues de esmalte bien marcados y parecidos 4 los de un H/ipparion é indudablemente pertenecientes 4 un équido; también adquiri un molar suelto perteneciente también 4 un équido pero indudablemente de un género y especie distinto del anterior, y finalmente el ex- tremo de un metatarsiano facil de reconocer también como perteneciente al dedo medio de un Perisodactilo. Las mandi- bulas presentan una longitud de 17cm. y cada molar de 3 cm. 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA SECCION DE SEVILLA. Sesion del 19 de Marzo de 1890, PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZALEZ Y GARCIA DE MENESES. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se repartiéd el cuaderno 3.° de los ANALES.. —(Queddé admitido como socio el Sr. Sanchez Arjona (D. Ro- drigo), presentado por D. Manuel Medina. —Se hicieron dos propuestas de socio. —}] Sr. Calderon presenté un trabajo acerca de la Hpidiorita de Cazalla de la Sierra, escrito en colaboracién con D. Carlos del Rio. «El Sr. Galderén dijo que entendiendo cumplia a nuestra Seccién, 4 mas de las comunicaciones en que se da cuenta de los trabajos de los socios, relatar los sucesos relacionados con la Historia natural que ocurran en la regién andaluza, ha- bia tratado de averiguar para notificarlo, lo que hubiese de cierto en punto a la abundancia extraordinaria con que este ano se ha presentado la sardina en las costas de Malaga. Re- cordé el interés con que se estudian en la actualidad estos viajes andmalos de los peces y particularmente los de la sar- dina, tanto bajo el punto de vista tedrico, por relacionarse con las transcendentales cuestiones referentes @ la distribucion de las corrientes oceanicas, como bajo el industrial, en el que dicha especie alcanza una importancia excepcional. »Resulta en efecto de sus averiguaciones, que la sardina se ha pescado este mes de un modo insdlito, como no ocurria des- de hace algunos afios, en la provincia de Malaga. La arroba de dicho pescado se ha vendido hasta 35 céntimos de peseta, ha- biéndose tirado mucho por falta de compradores. En algunas calles se veian montones medio podridos, que hacian la deli- cia de los perros y gatos. En cambio han faltado por completo los boquerones durante mas de dos meses, si bien han apare- cido después con abundancia, aunque no tanta como en la DE HISTORIA NATURAL. 45 que se presenté la sardina. Estos se han vendido 4 media- dos de Noviembre 4 0,50 peseta la arroba, y si no han llega- do 4 tirarse también, ha sido por su empleo tradicional en la localidad en la fabricacién de anchoas que se exportan venta- josamente. | y »Después de la sardina, el pescado que se presentdé con ma- vor abundancia en esta época, fué la pescadilla 6 p7Jotilla, como alli la llaman, que se ha vendido al precio de 0,65 pese- tas la arroba, y cuyo tamafio medio era de 5 4 6 pulgadas. »Segun comin creencia, la exuberancia de pesca observa- da este ano en los mercados de la provincia de Malaga, ha sido debida al uso de las parejas, procedimiento que, con ex- celente acuerdo, se ha prohibido, ante el temor de que por é} se diera fin bien pronto con los criaderos.» «El Sr. Gonzalez y Garcia de Meneses dijo: que la abun- dancia de la pescadilla ha sido general en toda la costa an- daluza, habiéndose vendido en Sevilla 4 un precio desconoci- do desde hace muchos anos por su baratura. A su juicio, no depende dicha abundancia del sistema de pesca de las parejas, puesto que en Cadiz y Huelva donde no ha sido menor que en Malaga la exuberancia de pescadilla, se ha empleado el siste- ma tradicional de pesca en aquellas costas. Tambien hablé el mismo sefor del fendmeno observado de la invasién del mar en las costas de Portugal, de que viene dando cuenta la prensa estos dias. Dicho fenémeno se atribu- ye generalmente 4 un cambio de direccién en la corriente del Gulf-Stream, y es posible que se refiera al mismo la ané- mala distribucién del pescado de que se ocupa la nota del Sr. Calderon. —El Sr. Medina ley6 la nota siguiente: «Habiéndome encomendado nuestro distinguido consocio Sr. Calderén el arreglo de las colecciones entomoldgiceas del pais de esta Universidad, transcribo 4 continuacion la lista de coledpteros recogidos por él mismo en Fuente-Piedra (Ma- laga) en el mes de Julio y ofrecida en la sesién de 4 de Mayo de 1889, segtin las determinaciones hechas en Madrid por el ilustre Presidente de nuestra Sociedad Sr. D. Francisco de Paula Martinez y Saez. 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Cicindela maura L. | Opatrum meridionale \Kiist. Ditomus spherocephalus Ol. Anthicus humilis Germ. Ophonus meridionalis De}. — plumbeus Laf. Harpalus tenebrosus De}. Mordellistena micans Germ. Acinopus picipes Oliv. Probosca convexa ¥. Colymbetes fuscus L. Brachyderes Reichei? Gyrinus Dejeant Brull. Tylacites chalcogrammus Boh. Berosus afinis Brull. Sibinia primita Herbst. Hydrophilus pistaceus Lap. Coptocephala floralis Oliv. Xantholinus tricolor F. Cryptocephalus Koyt Sfir. Onthophagus taurus Schr. Exochomus nigromaculatus Tentyria modesta Rosh. Goeze. Stenosis hispanica Sol. Platynaspis luteorubra Goeze. Cryplicus gibbulus Quens. Scymnus frontalis F.» Micrositus obesus Waltl. —El Sr. Medina dijo que en una reciente comunicacién de M. Laboulbéne & la Academia de Ciencias de Paris se sefiala como nuevo enemigo de la vid el Apate Francisca Fabr. en Timez; y como quiera que en nuestra Sociedad se ha dado ya cuenta por el Sr. Calderén de la existencia del Apate bimacu- lata Ol. en los vintedos de Puerto Real, debia hacer constar la prioridad de esta noticia. M. Laboulbene propone como medio de defensa cortar los sarmientos atacados, recoger Jas ramas rotas 6 la planta en- ferma y quemarlas después. Todo antes de la salida del in- secto. —Iil Sr. Calderén did cuenta del fallecimiento del catedrati- co de Historia Natural de la Universidad de Valencia, D. José Arévalo y Baca, individuo que fué de esta Sociedad. En ella publicé un trabajo sobre Za Sierra de la Juma, y es autor de una Memoria sobre Aves de Espana, premiada por la Real Aca- demia de Ciencias, trabajo importante que hacia prometer mucho del sabio catedratico, prematuramente arrebatado a la ciencia patria. —El Sr. Paul participo6 también la noticia de la muerte de nuestro consocio D. Alfredo Truan, Director de la fabrica de vidrios de Gijon, 6 incansable micrégrafo y reputado en todo el mundo cientifico por sus investigaciones en microfotografia y en el estudio de las Diatomeas. La muerte le ha sorprendido DE HISTORIA NATURAL. 47 en el momento en que se disponia 4 dar 4 luz un importante trabajo sobre las diatomeas fésiles de Morén que seguramente hubiera coronado su envidiable reputacion. La Seccién acordé se hiciera constar en acta el sentimiento con que habia sabido las sensibles pérdidas de tan esclarecidos naturalistas. Sesion del 7 de Mayo de 1890. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO MARTINEZ. —Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario did cuenta de las siguientes comunica- ciones: Del conservador de la biblioteca del Museo Teyler, de Har- lem, anunciando el envio del cuaderno 4.° del volumen 111 co- rrespondiente a la segunda serie de los Archivos de aquel Museo, y de los cuadernos 1-3 del volumen 11 del catalogo de su biblioteca. Del Secretario de la Sociedad de Naturalistas de Napoles y del Presidente de la Sociedad liguistica de Ciencias naturales y geograficas, de Génova, pidiendo el cambio de sus publica- ciones respectivas con las nuestras. La Sociedad acordé que sobre este punto resolviera la Cumisién de publicacién. —Se propusieron tres socios numerarios y uno agregado. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas desde la sesidn anterior, acordando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donadores de las que son regaladas. —EI Sr. Secretario leyé la siguiente noticia necroldgica es- crita por el socio D. Fernando Garcia Arenal, de Pontevedra: Don Alfredo Truan y Luard. «El dia 3 de Enero de este aio, ha muerto Alfredo Truan; una pulmonia nos le arrebaté en pocos dias, cuando estaba en la plenitud de su fuerza y de su inteligencia, y cuando por su edad y robustez era de esperar que se prolongase por muchos anos tan preciosa existencia. Los naturalistas de Espafia y del 43 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA extranjero saben lo que las ciencias naturales han perdido: la industria perdié uno de los trabajadores mas activos é inteli- gentes; lo que su familia y sus amigos perdieron, es mas para sentido que para dicho. »Naciéd Truan el 19 de Marzo de 1833, en el Cantén de Vaud (Suiza) (de cuyo pais era su padre, su madre era espafiola), y donde paso los primeros afios de su vida; vino 4 Espafia, pero volvid después 4 su pais natal 4 completar su educacién, y conservo toda la vida el amor y la perseverancia en el trabajo que caracterizan 4 los mejores hijos de la feliz reptiblica Hel- vética. Su padre, D. Luis, fué un industrial notable, que ha montado en Espafia varias fabricas de vidrio y loza, habién- dose establecido definitivamente en Gijon, cuya fAbrica de vidrio, dirigida por él, llegé a ser la mejor de Espafia. No tenia, respecto & educacién, las ideas dominantes en Espaiia, y no dedicé 4 sus hijos 4 carreras literarias; penso en que el mayor le sustituyese en la direccién de la fabrica, y mand6 4 nuestro compafiero 4 Suiza para que se hiciera litégrafo y fotdgrafo, y como tal se establecié en Gijén el ano de 1858, continuando hasta el de 1863 en que traspas6 su establecimiento. »Dejando la litografia y la fotografia como industrias, estudid tedrica y practicamente la del vidrio, siendo aventajado dis- cipulo de su padre que era un gran maestro, y sucediéndole a su muerte en unién con su hermano D. Antonio, en la direc- cién de la fabrica de vidrio de Gijon. »Estos principios no hacian sospechar al hombre de ciencia, ni estas circunstancias eran las mas favorables para revelar al que habia de honrarla, pero las poderosas facultades, como las grandes corrientes, vencen obstaculos insuperables para los débiles, y Truan, en las horas que le dejaba libres la indus- tria, se consagraba al estudio, mostrando desde luego grande aficién y excepcional aptitud para los trabajos micrograficos, continuandolos con tan apasionada perseverancia, que bien puede decirse que se engolfé en la inmensidad de lo infinita- mente pequefio; dirfase que el lema de su vida cientifica era an parvis maxima. »Durante algunos aos anduvo como errante por el vasto campo de las Ciencias naturales, prefiriendo siempre observar con el microscopio; ya se dedicaba 4 la petromicrografia, ya estudiaba algas 6 infusorios; estos eran el principal objeto de DE HISTORIA NATURAL. 49 sus investigaciones cuando tuvimos la suerte de conocerle en 1875, y solo alguna vez, y como poracaso, se ocupaba entonces de las diatomeas, que habian de ser su especialidad y revelar su raro mérito. Estos primeros pasos firmes, pero inciertos en cuanto 4 su direccién, se explican por el aislamiento. Los que viven en centros donde el entendimiento se cultiva y comuni- can sus dudas 4 quien puede resolverlas, sus convicciones al que las fortalece, sus errores 4 quien los combate, su fe al que participa de ella, el que ve reflejada su inteligencia en otras, cuya luz a la vez recibe, no puede formarse idea de lo que es el aislamiento intelectual y de la fuerza que exige y de la que gasta. Lo notable no es que el industrial cultivase la ciencia, lo admirable es que la hiciese avanzar estando solo. Hs pre- ciso haber visto de cerca & Truan para comprender hasta qué punto reunia cualidades extraordinarias, gcOmo sin ellas, en la especie de desierto intelectual en que vivid, habria llegado 4 ser una celebridad cientifica y llevado 4 cabo sus incompa- rables preparaciones foto-micrograficas? »E1 que estas lineas escribe, tiene la satisfaccién y una espe- cie de consuelo por haber contribuido 4 sacar 4 Truan de su aislamiento. Se publica en Boston (Estados-Unidos), un Dzrec- torio internacional cientifico, en que estan los nombres y direc- cién de todas las personas que se dedican 4 las ciencias y de que tienen noticia los redactores de la obra; estos piden datos & cuantas personas juzgan que pueden darselos, y 4 ellos in- dicamos en 1884, el nombre de Truadn, como naturalista dis- tinguido, y especialmente dedicado a estudios micrograficos y 4 diatomeas. Apenas aparecid su nombre en el Directorio cientifico, Mr. Kinker, de Amsterdan, le escribia haciéndole varias preguntas, y por la contestacién adivino el naturalista eminente todo el mérito del desconocido, que pronto dejé de serlo, porque el sabio holandés le puso en comunicacién con muchos eminentes extranjeros que se dedicaban & estudios micrograficos. »En una ocasién, rogaba Truan al Dr. Otto N. Witt que le indicara algo respecto 4 los procedimientos y medios de que se valia Miiller para sus admirables preparaciones de diato- meas, y Otto le contesté que no tenia nada que decirle ni él que aprender, porque sus preparaciones eran tan buenas como las del famosvu preparador. ACTAS DE LA SOC. ESP. — XIX. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Si el mérito de Truan era raro, su modestia bien puede de- cirse que igualaba 4 su mérito, y nos costé no poco trabajo conseguir que publicara en los ANALES DE HisTor1A NATURAL su notabilisimo Hnsayo sobre la sinopsis de las diatomeas de As- turias, y parecia extranar queel Dr. Otto N. Witt solicitase su colaboracién, que obtuvo, publicando ambos en Berlin una monografia sobre las diatomeas de Jeremias. También quiso Janisch asociarle 4 sus trabajos, pero sus ocupaciones no le permitieron colaborar en la obra del eminente aleman. »Alguien que prodiga elogios, ha dicho que con el mérito de Truan podian haberse hecho tres 6 cuatro hombres notables, y asi era la verdad; hacia muchas cosas y todas con perfec- cién. j{Qué modo de observar, de dibujar, de litografiar, de fo- tografiar! Le faltaba tiempo para cultivar tan variadas facul- tades. La oleo-fotografia que le valié una medalla de plata en la Exposicion de la Corufia, y por la cual obtuvo privilegio de invencion, era como un filon de larica mina que en gran parte se quedé sin explotar, porque la actividad del inventor, con ser mucha, no podia hacer que el dia tuviese, como habria necesitado, noventa horas; los de veinticuatro fueron contados y pocos, muriendo a los cincuenta y tres afos, cuando al vi- gor de la inteligencia unia la madurez y el estimulo que con- forta de los homenajes merecidos. »Sin hacer él nada para salir de su incdégnito cientifico, le iban sacando los que le apreciaban en lo que valia. »Pertenecia a nuestra Sociedad desde 1883. Era miembro co- rresponsal de la Academia Pontificia de Roma y de la Socie- dad francesa de fotografia, que le honréd con una mencidn honorifica. El Dr. Otto N. Witt expuso en Berlin unas foto- grafias suyas de diatomeas, bien lejos de pensar que la me- dalla de premio que le remitia, habia de llegar cuando ya no podia verla el dia en que fallecid. »Habia hecho Truaén muchas diligencias infructuosas para proporcionarse tierra fésil de Morén, que al fin obtuvo; en sus diatomeas trabajaba, y en lugar de la notable monogra- fia que esperabamos, vemos una de las cosas mas tristes que se pueden ver; la obra excepcional interrumpida por una muerte prematura. »Otra cualidad admiraban en Truan los que le conocian, y era lo que podria llamarse prodigalidad cientifica, porque lo DE HISTORIA NATURAL. el que él sabia estaba 4 disposicién de todos los que querian aprender, aun de los que no podian, y disponiendo de tan poco tiempo, leia y contestaba largas cartas de naturalistas, a veces principiantes, como si creyese que era una obligacién que cumplia gustoso, ensefiar 4 todos lo que no habia apren- dido de nadie. Como testimonio elocuente é imparcial de lo que valia, vamos 4 copiar algunos parrafos de cartas dirigi- das 4 sus hijos por eminentes naturalistas extranjeros: «Wilhelmshutteden, 18 de Enero de 1890. »Su sefior padre ha adquirido una alta reputacién por sus trabajos cientificos, sobre todo en el estudio de las diatomeas y su prematura muerte es una pérdida irreparable para la ciencia; todos los amantes de esta rama del saber estaran con- migo de duelo. Su nombre, por sus concienzudos trabajos, esta tan estrechamente unido 4 los estudios sobre las diato- meas, que vivira siempre, y aunque esto no pueda reparar una pérdida irreparable, podra aliviar algo el dolor de uste- des recibir de todas partes el testimonio de amor y gran esti- macioén que inspiraba Truaén, con el que tuve el honor y la dicha de estar en amistosa correspondencia.— C. JANISCH.» «Anveres, 21 de Enero de 1890. »Habiendo estado muy enfermo, no he podido escribir antes diciéndoles lo mucho que me ha afectado la muerte de su pa- dre, arrebatado prematuramente 4 la ciencia y al amor de su familia y de sus amigos; es una verdadera pérdida para to- dos.—Dr. Henri VAN HEUSELL.» «Roma, 22 de Enero de 1890. »Yo, que esperaba recibir con tanto gusto la remesa que me habia anunciado, recibo la fatal noticia de la muerte de mi excelente corresponsal; la comuniqué 4 la Academia que, como yo, deplora tan triste acontecimiento. No puedo borrar la impresién dolorosa que me ha causado la pérdida de su padre.—EL ConDE M. Francisco CASTRACANE.» «Londres, 18 de Febrero de 1890. »Con el mayor sentimiento he sabido la muerte prematura de su excelente padre; habia decidido visitarle en la prdxima 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA , primavera, pero en este mundo el hombre propone y Dios dis- pone... »Deseo mucho saber qué piensan ustedes hacer de su co- leccién de diatomeas; si se deciden 4 disponer de ellas, acuér- dense de mi, que estaria dispuesto 4 adquirirlas, aunque no fuese mas que como recuerdo de mi antiguo amigo y colabo- rador en los estudios microscépicos.—JULIEN DEBY.» «Leipzig, 25 de Enero de 1890. »Acabo de recibir la inesperada noticia del fallecimiento de su sefior padre. La muerte de persona tan excelente afligira a sus numerosos amigos de todos los paises que le estimaron y respetaron como hombre, como amigo y como sabio. Su me- moria no morira.—ErRNEstT DEBES.» «Javarnok, 17 de Enero de 1890. »Estoy desconsolado con la pérdida de su padre querido y mi amigo incomparable. »Le tengo presente en mis oraciones. »La pérdida no es tan solo para la familia, sino mayor, si cabe, para sus amigos y para la ciencia. »Ha muerto un hombre bueno y solamente me queda su re- cuerdo. »Ruego & ustedes que me envien algunos datos para publi- car su biografia.—RANTOISEL. » «Amsterdan, 18 de Enero de 1890. »Vuestro padre, un amigo tan excelente para mi, ya no existe; arrebatado prematuramente 4 su familia, 4 la sociedad y 4 la ciencia, sera sentido por todos los que le conocian. Los ojos se me jlenan de lagrimas al considerar lo que todos he- mos perdido.—I. KINKER.» Si como se ha dicho, y creemos que con razon, los extranje- ros son la posteridad, véase su juicio respecto 4 Truan: ellos corroboran el nuestro, y prueban que la amistad no exagera su mérito, sino que le enaltece la justicia; hacérsela, y ver que otros se la hacen, es nuestro consuelo. —H] Sr. Bolivar ley6é lo que sigue: El estudio de la nomenclatura de los seres organizados ha DE HISTORIA NATURAL. 53 sido una de las cuestiones que mas han lamado la atencién del Congreso Zoolégico celebrado en Paris con motivo de la reciente Exposicidn Universal, habiéndose debatido en dos sesiones el informe que la Sociedad Zoolégica habia encomen- dado al Dr. Blanchard, informe acabadisimo y que honra ver- daderamente 4 su autor, adoptandose como resultado de esta discusion, en la que intervinieron naturalistas tan competen- tes y conocidos como los Sres. Sélys Longchamps, Riley, Milne Edwards, Mac Lachlan, Blanchard, Bedel, P. Fischer, Chaper, Preudhomme de Borre, J. de Guerne, L. Vaillant, Dautzenberg, Trouessart, Simén, Kraatz, Girad, las reglas que deberan seguirse en lo sucesivo, y que juzgamos deben ser conocidas de los naturalistas espafioles, y 4 este fin publi- cadas por nuestra Sociedad; son las siguientes: Reglas para la nomenclatura de los seres organizados, adoptadas por el Congreso Internacional de Zoologia celebrado en Paris en el ato 1889. I.—NOMENCLATURA DE LOS SERES ORGANIZADOS. l. La nomenclatura adoptada para los seres organizados es binaria y binominal. Sera esencialmente latina. Cada sér se designara por medio de un nombre genérico seguido de otro especifico. Ejemplo: Corvus coraz. ' 2. En casos especiales, en los que sea conveniente distin- guir las variedades, podra afiadirse un tercer nombre & los indicados. Ejemplo: Corvus corax Kamtschaticus. 3. Se considerara como falta decir Corvus Kamtschaticus, y por consiguiente, sera innecesaria la interposicién de la abreviatura var. (varietas) entre el nombre de la especie y el de la variedad (1). 4. Si & pesar de esto se interpusiera la palabra vaz%edas, se har& que concuerde con ella el nombre de la variedad. Ejemplo: Corvus corax var. Kamtschatica. Por el contrario en el caso de no usarse dicho término, el nombre de la variedad ba de concordar con el genérico. Ejemplo: Corvus corax Kamts- chaticus. (1) El Congreso no ha creido conveniente someter 4 votacion los articulos 2.° y 3.°, y deja 4 cada autor libertad completa para adoptar uno t otro, publicandolos, sin embargo, por referirse 4 ellos el art. 4.° 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANCLA II.—DEL NOMBRE GENERICO. 5. El nombre genérico constaraé de wna sola palabra, ya see simple 6 compuesta, que habra de ser latina 6 latinizada, y que se considerara y tratara como tal si no procediera de este idioma. 6. Podran emplearse como nombres genéricos: a. Sustantivos griegos, 4 los que se aplicaran con fideli- dad las reglas de la transcripcién latina. Ejemplo: Ancylus, Amphibola, Aplysia, Pompholyx, Physa, Cylichna. b. Palabras compuestas de raices griegas, colocando siem- pre el atributo delante del término principal. Ejemplo: S¢teno- gyra, Pleurobranchus, Tylodina, Cyclostoma, Sarcocystis, Pelo- dytes, Hydrophilus, Rhizobius. Como excepciones que no deben ser imitadas, pueden sena- larse algunos nombres corrientes, como Hippopotamus, Phily- drus, Biorhiza, etc., en los que el atributo esta después que la palabra principal; pero estos nombres son viciosos y no deben ser imitados. c. Sustantivos latinos, como Ancilla, Auricula, Cassis, Co- nus, Dolium, Metula, Oliva. En manera alguna pueden reco- . mendarse el uso de los adjetivos ni el de los participios pasa- dos, como en Prasina y Productus. d. Palabras latinas compuestas. Ejemplo: Stiliger, Dola- brifer, Semifusus. e. Palabras derivadas de otras griegas 6 latinas, que ex- presan disminucién, comparacién, semejanza, posesién, como Lingularius, Lingulina, Lingulinopsis, Lingulella, Lingulepis, Lingulops, derivadas todas de Lingula. 7. Nombres heroicos y mitolégicos. Ejemplo: Oszvis, Ve- nus, Brisinga, Velleda, Crimora, & los que se dara una desi- nencia latina, si carecieren de ella. (Zgirus, Gindulia.) g. Nombres propios usados en la antigtiedad. Ejemplo: Cleopatra, Belisarius, Melania. h. Apellidos modernos, dandoles una terminacién que ex- prese dedicatoria. Los apellidos tomados de los idiomas latinos y germanicos conservaran su ortografia propia, sin que se supriman los sig- nos especiales que puedan llevar ciertas letras. DE HISTORIA NATURAL. 5d Todo nombre terminado por una consonante, tomara la de- sinencia zus, 7a, wm. Asi: Selysius, Lamarckia, Kollikeria, Miilleria, Stilia, Kroyeria, Ibanezia. Los nombres terminados por una de las vocales @, 7, 0, y por la consonante y, tomaran la desinencia ws, a, wm. Como: Blain- villea, Wyvillea, Cavolinia, Fatioa, Bernaya, Quoya. Los terminados en @, tomaran la desinencia en 7a. Ejemplo: Danaia. Asi como los acabados en ~ 6 eau, 4 los que por eufo- nia se les afladiraé Una 7, como Payraudeautia. 7. Nombres de buques que se trataran como los mitoldgi- cos (Vega), 6 como los patronimicos modernos. Asi: Blakea, Hirondellea, Challengeria. 7. Nombres barbaros, entendiendo por tales los tomados de lenguas habladas por paises no civilizados; como Vanikoro, los cuales deben latinizarse en cuanto 4su terminacién. Ejem- plo: Yetus. &. Nombres formados por simple agregacion de letras, como Fossarus, Neda, Clanculus. 1. Anagramas. Ejemplo: Verlusia, Linospa. 7. Cuando los apellidos que se empleen como nombres ge- néricos, consten de varios vocablos, solo se haré uso de uno de ellos, como en Selysius, Targionia, Moquina, Edwardsia, Duthiersia. 8. Las particulas de que van precedidos ciertos nombres patronimicos, deberan excluirse, y por el contrario, los ar- ticulos seran agregados asi: Selysius, Blainvillea, Lacazea, La- cepedea, Benedenia, Chiajea. Esta regla no es aplicable cuando dicha particula esta en- globada en el nombre como en Dumerilia. 9. Los nombres especificados en los parrafos f, g, 4 67 del articulo 6.°, no deben entrar en la formacién de los nombres genéricos compuestos; por esto no deben recomendarse como ejemplo de nombres genéricos los de Hugrimmia, Buchiceras, Heromorpha y Mibiusispongia. 10. Se procurara no usar en Zoologia nombres genéricos. ya existentes en Botanica, ni en estalos empleados en aquella, aun cuando existan nombres que se usan en ambos reinos ala vez sin graves inconvenientes. Ejemplo: Balanus, Mirrha, Ha- genia, Mirbelia. 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA II]. —DEL NOMBBE ESPECIFICO. 11. Los nombres especificos, ya sean sustantivos 6 adjeti- vos, deberan también ser univocos, aun cuando por excep- cién se admitan nombres compuestos de dos vocablos que ten- gan por objeto dedicar la especie 4 una persona cuyo nombre sea doble, 6 expresar su comparacién con un objeto determi- nado. Asi: Sancte-Catarine, Jan-Mayeni, cornu-pastoris, cor- anguinum. En este caso las dos palabras que componen el nom- bre deberan unirse por medio de un guidn, como se deja hecho en los ejemplos indicados. 12. Los nombres especificos, pueden ser de tres categorias. a. Sustantivos 6 adjetivos que expresen alguna cualidad de la especie, bien sea la forma, el color, la procedencia, el habito, 6 los usos, costumbres etc., como cor, cordiformis , gi- gas, giganteus, fluviorum, fontinalis, edulis, piscivorus, flavo- punctatus, albipennis, etc. b. Apellidos de personas & quienes se dedique la especie. Estos nombres se pondran siempre en genitivo, para cuya formacion se anadira en todos los casos una? al nombre exacto y completo de la persona 4 quien se dedique la especie. Ejem- plo: Cuviert, Linnei, Cotteaui, Miilleri, Sebati, Rissoi, Pierrer (apellido). En el caso de que el nombre 6 apellido de que se trata haya sido empleado-y declinado en la lengua latina, seguira las regias de. la declinacién; asi: Plinit, Aristotelis, Victoris, Antoni, Elisabethe, Petri (nombre). c. Otros nombres que se unen al del género por oposicién, como J/eo, coret, Hebe, Napoleo, arctos, calcar. 13. El mejor nombre especifico sera siempre un adjetivo latino, corto, facil de pronunciar y que suene bien. Pueden, sin embargo, admitirse palabras griegas latiniza- das 6 palabras barbaras no declinables. Ejemplo. Aipposideros, echinococcus, zigzag. 14. Debe evitarse que el nombre de la especie sea el mismo que el del género, como sucede en Zrutta truttu; y cuando haya de denominarse una variedad, no se la debera dar el nombre de la especie como en el Amblystoma jefersonianum jepersonianum. DE HISTORIA NATURAL. 57 15. Los prefijos swb y pseudo, solo pueden anteponerse a sustantivos 6 adjetivos latinos 6 griegos respectivamente, como subterraneus, subviridis, Pseudocanthus , Pseudophis, Pseudomys. En manera alguna se antepondran 4 nombres propios; por esto son viciosos los nombres sub-Wilsoni y pseudo-Grate- loupana. 16. La desinencia En los otros apuntamientos cercanos las ofitas no presen- tan vestigios de dicha evolucioén, y es de notar que han toma- do en ella rumbos muy diversos. En el que se encuentra poco antes de llegar a4 la dehesa, yendo de Moron, dicharoca acaba por transformarse en un agregado cripto-cristalino negro, de talco y magnetita. El talco, ademas, se halla en laminillas argentinas macroscopicas, abundantes, sobre todo, en los pla- nos de juntura que han dado acceso 4 los agentes destructo- res. En cambio en el otro apuntamiento que aflora al otro lado del caserio, al pie del cerro préximo, la ofita por su descompo- sicidn se ha plagado de cavidades prolongadas irregulares, que se rellenaron de cal carbonatada concrecionada, apare- ciendo de trecho en trecho, y sobre todo cerca de la caliza, granates irregulares 6 cristalizados en rombododecaedros, des- de un milimetro hasta dos centimetros. »A reserva de ocuparme algun dia con mayor pormenor de estas singularisimas evoluciones, de que no creo se hayan ci- tado hasta ahora ejemplos analogos, notaré solo por el mo- mento que la individualidad de las ofitas de la dehesa del Ro- ble, constituye un caso curiosisimo, y que una manifestacién especial de sus evoluciones, tan notables como locales, es la aerinita que he descrito sumariamente. »Ciertamente estos datos son atin insuficientes para resol- ver las cuestiones referentes a la verdadera composici6én y pro- ceso genético de la aerinita; pero de todos modos, su hallazgo en dos formas no conocidas hasta aqui, y, sobre todo, en una locaiidad nueva, siendo tan escasas, que no pasaban de dos las citadas, puede servir para comprobar los datos hasta ahora ACTAS DE LA SOC. ESP.—XIX, 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mejor averiguados sobre el particular y para abrir nuevo cam- po para ulteriores investigaciones.» El Sr. Medina ley6 la nota siguiente: «Recientemente ha visitado el Museo de Historia Natural de esta Universidad el distinguido naturalista M. Adrien Dolffus, especialista en Crustaceos Isépodos y Director de la Meuzlle des jeunes naturalistes, que ve la luz publica en Paris y que goza en Francia de justa reputacion. »Nuestro primer deseo en dicha visita fué mostrarle los ejem- plares que posee dicho Museo de las especies de isépodos reu- nidas en excursiones y procedentes de localidades andaluzas, sin perjuicio de continuar consultandole todo lo que posterior- mente sigamos recogiendo. »De la determinacion hecha por el Sr. Dolffus, 4 simple vista, y sin consultar libro alguno, como hubiera sido su deseo, han resultado las siguientes especies: Armadillidium vulgare Latr.—Sevilla; Julio y Septiembre. Pe- droso; Julio. Porcellio scaber Latr.—Sevilla; Julio. — levis Latr.—Sevilla; Agosto. — ornatus Edw.—Sevilla. — sp. nov. ?—Sevilla; Septiembre. Idotea marina L.—Cadiz. Anilocra sp. 2 Piojo de mar.—Nerja (Malaga). »Numerosos ejemplares de dichos crustaceos conservé el mencionado especialista para estudiarlos en Paris, entre ellos algunos muy curiosos, que recogimos en Constantina, y que es probable sean nuevos, y de cuya clasificacién procuraré dar cuenta 4 la Secczdn & su debido tiempo.» —Hl Sr. Galderdn did lectura 4 la nota que sigue: «Facavaciones en Montilla. »Don Ricardo Rodriguez de la Cruz, abogado de Montilla (Cordoba), ha emprendido una serie de investigaciones del mas alto interés en un sitio que se halla 4 un cuarto de milla al N. de dicha poblacién, y 4 unas dos de los Llanos de Banda. Kstas pesquisas le han permitido encontrar en?un depdsito de DE HISTORIA NATURAL. {3 areniscas rojas terciarias removidas, cierto numero de monu- mentos, que compara 4 dolmenes, y en ellos restos esqueléti- os, cefalicos, tibias, peronés, fémures y claviculas, correspon- dientes 4 cinco esqueletos que, segun sus noticias, se hallan en estado fdésil. Indican estos restos esqueléticos y arqueoldogi- cos que los cadaveres fueron depositados en el suelo, cubier- tos luego por medio metro de tierra, encima de la cual se puso una piedra vasta y pesada. A la cabeza de uno de estos esque- ° letos se hallé un jarrito de alfarero tosco, hecho & mano y de aspecto neolitico. Las sepulturas estan alineadas, y algunas contienen restos de dos esqueletos. »Desgraciadamente solo se ha encontrado una calavera in- completa, pues solo conserva el craneo y parte de la mandi- bula inferior; pero, en concepto de M. Hamy, que ha exami- nado una fotografia de la misma, es subdolicocéfala, y su in- dice debe ser de 75 4 76 (1). »El] Sr. Rodriguez de la Cruz ha tenido la complacencia de enviarme fotografias de todos los restos indicados, y me co- munica que, viéadose en la imposibilidad de continuar las excavaciones costosas emprendidas, por falta de apoyo oficial, piensa publicar en breve una memoria sobre los descubri- mientos que ha podido realizar; y entre tanto me autoriza para comunicar desta SociEDAD las noticias que preceden, por las que creo merece nuestros sinceros placemes.» Sesion del 6 de Agosto de i890. PRESIDENCIA DE DON AURELIO VAZQUEZ FIGUEROA. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —E1 Sr. Secretario did cuenta de haberse recibido un B. L. M. del Sr. Presidente de la Comisién del Mapa Geoldgico, remi- tiendo un ejemplar del tomo 11 de la Memoria geoldgica de la provincia de Huelva del Sr. Gonzalo y Tarin. Se pusieron sobre la Mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la SocrepAp que se diesen las gracias 4 los donantes de las que son regaladas. (l) ZL Antropsilogie, t.1, nam. 1, 1890. 84 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —Se hicieron cuatro propuestas de socios numerarios. —E] Sr. Vazquez dijo que entre las mariposas recolectadas por él ultimamente en Madrid, se encuentran las especies no- tables siguientes: Stigia Australis. Acronicta Pontica, recientemente descubierta. — Agrotis favina, no conocida hasta ahora en Espana. En San Ildefonso se ha encontrado entre otras especies no- tables, la Bryophila Pineti, conocida solo como de Siria y An- dalucta. Entre algunas orugas de Saturnia Isabelle, cogidas en San Ildefonso y convertidas en crisalidas, salid una hembra de esta mariposa en el mes de Octubre del afio ultimo, a pesar de que la época normal de su aparicién es en el mes de Mayo. —E]l Sr. Quiroga leyo la nota que sigue: «Cuero de montana del Cerro de Almodovar en Vallecas (Madrid). »Hallase en las grietas que en todas direcciones atraviesan la sepiolita, 6 piedra loca de dicha localidad, unas laminas mas 6 menos flexuosas, 4 veces muy tenues, casi transparentes y flexibles, otras veces mas gruesas, de un color amarillo ver- doso recién salidas de la cantera, semejando mas bien un li- quen que una sustancia mineral, que se hacen rigidas y vuel- ven blancas al cabo de poco tiempo, y que por su aspecto an- tedicho llevan con propiedad el nombre que encabeza esta nota. »Todo el mundo en nuestro pais considera este mineral como una variedad de asbesto, 6 mas bien de amianto, de fibras en- trecruzadas en todos sentidos, a lo cual se suponia que era debida su flexibilidad, incluyendo este amianto por su com- posicién entre los anfiboles no aluminosos magnésico-calci- cos, algo ferriferos. »A Herrgen, primer profesor de Mineralogia en el Museo, creo yo que es debida la noticia primera acerca de la existen- cia de esta curiosa piedra en Vallecas. En sus Materzales para la Geografia mineralégica de Espana y sus posesiones en Amé- DE HISTORIA NATURAL. 8&5 rica, publicada en 1799 (1), constituye con ella la especie se- gunda, que titula Corcho de montana, de la familia octava as- besto, cuya primera especie es el amianto. Es notable que, conociendo D. Casiano de Prado aquella localidad como la conocia, se le haya pasado mencionar el corcho de montana entre los minerales que se hallan en el terciario de la pro- vincia de Madrid, ni tampoco entre las rocas que lo forman, citando como cita varias veces la magnesita 6 sepiolita (2), no puede menos de haber sido un olvido. Por lo demas, todos los libros de Mineralogia, escritos en Espafia desde el notable de Naranjo hasta el del Sr. Orio, siguen la opinién de Herrgen en este punto, que debidé ser la de Werner, y fué también la de Haiiy, Dufrenoy, Des Cloizeaux y hasta del mismo Dana en su clasico A System of Mineralogie, puesto que en la pa- gina 234 de su quinta edicién coloca esta sustancia entre los asbestos, pero advirtiendo que son frecuentemente hidratados. Los mineralogistas alemanes modernos, en su mayoria profe- san una opinidn distinta, y colocan el corcho de montana enire los silicatos magnésicos hidratados del grupo de la ser- pentina, al lado del crisotilo, xilotilo de Glocker, 6serpentina fibrosa; Nauman-Zirkel (3), Groth (4) y Tschermak (5), siguen este parecer. »No me habia preocupado de esta divergencia de opiniones hasta que hace poco tiempo, examinando una bella prepara- cién de cuero de montafia hecha por el alumno del Museo, Sr. Fernandez Navarro, me llamé la atencién la gran analo- gia que muestra en el microscopio con laserpentina, especial- mente cuando se la observa en luz polarizada. En luz natural es de un color amarillo ligeramente verdoso, distribuida esta coloraciOn en manchas irregulares y de aspecto finamente granudo cuando se baja el condensador. En luz polarizada aparece constituido por un entrecruzamiento de fibras, la ma- yoria cortas, flexuosas, positivas, que se extinguen segun su longitud, poco birefrigentes, pues polarizan en el blanco 6 (1) AN. DE Hist. Nat., t. 1, pag. 250. {2) Descrip. fis. y geol. de la prov. de Madrid.—Madrid, 1864, paginas 14] y 148. (3) Blemente der Mineralogie, El\fte Aufl., Leipzig, 1881, pag. 687. (4) Tab. Vbers. der Min., Zw. Auf., Braunschweig, 1882, pag. 98. (5) Lehr. der Min , Zw. Aufl., Wien, 1885, pdg. 504. 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cuando mas en el amarillo de primer orden y entrecruzadas en todas direcciones, y que estan cementadas por una sustan- cia al parecer isdtropa, pero que haciendo girar la platina muestra nuevas fibras. »El resultado de este examen 6ptico me llevé 4 hacer otro quimico, que aunque ligero y exclusivamente cualitativo, ha venido 4 dar la razén a los mineralogistas que colocan el cuero de montana entre las serpentinas fibrosas, al menos el del Cerro de Almodévar. Efectivamente esta sustancia da agua abundante en el tubo cerrado, aun aquellos ejemplares que estan en las colecciones del Museo desde principio de siglo. Es perfectamente atacable por el acido clorhidrico de- jando una laminilla de silice de la misma forma que tenia el fragmento ensayado, que se muestra completamente isdtropa en luz polarizada. La disolucién contiene solamente y ademas de algo de silice, hierro y magnesia, esta en gran cantidad y no da ni indicios siquiera de alimina ni cal. La presencia del agua y la ausencia de cal demuestran evidentemente que el cuero de montana de Vallecas no es un asbesto, es de- cir, un anfibol calcico, sino un crisotilo, silicato magnésico hidratado, de la familia de las serpentinas. Su asociacion con la sepiolita debia haber hecho sospechar ya que seria un mi- neral mas magnésico que calcico. »Los analisis de cueros de montana que figuran en el libro de Dana antes citado y en el de Rammelsberg (1), ponen de manifiesto que si bien parte de estos minerales son asbestos, otra parte son crisotilos.» SECCION DE SEVILLA. Sesion del 419 de Julio de 14890, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se ley6 y aprobé el acta de la anterior. —Se repartid el cuaderno 1.° de los ANALES. —E] Sr. Calderén dié lectura 4 la siguiente noticia de una (1) Handb. der Mineraleh , Zw. Aufl. Leipzig, 1875. 1, 401. DE HISTORIA NATURAL. 87 «Hacursion por la provincia de Huelva. »En 22 de Junio ultimo emprendimos una excursién para unirnos con nuestro presidente D. Antonio G. y G. de Mene- ses, en la region minera situada al NO. de la ciudad de Huel- va, que comprende las minas de Los Confesonarios, Cueva de la Mora, Calanas y San Mijuel, todas situadas en un corto trecho. »Salimos de Sevilla 4 las siete y cuarto de la manana por la linea de Huelva, con tiempo algo nublado y el barémetro alto, egando poco después de las once 4 dicha capital, y partiendo de ella una hora mas tarde por la nueva linea de Zafra, hasta la estacién de Val del Amuza, donde nos espera- ban caballerias que habian de conducirnos a4 la mina de la Cueva de la Mora, situada en el corazon de la regidn que iba- mos a visitar. »Dicha regién es montuosa y arida en general, por cubrir- la una capa débil de tierra vegetal, que descansa sobre roca viva, y que es naturalmente impermeable. Su clima poco llu- vioso y templado en invierno y en el estio calido, se unen & las circunstancias anteriores para hacer de aquella regién como de casi toda la zona minera de la provincia de Huelva, un pais poco favorecido bajo el punto de vista agricola. Y por si todo esto no fuera bastante, los humos de las calcinaciones de la Cueva de la Mora y de La Zarza, han acabado de des- truir el arbolado, que en otro tiempo habia en el término de estas minas, ofreciéndose 4 la vista del expedicionario un paisaje curioso por su absoluta aridez. »La constitucién geologica de la regién es bastante mono- tona, reduciéndose 4 pizarras arcillosas, que buzan siempre al NO., interrumpidas por filones cuarzosos y con alternacio- nes de diabasas y porfidos. De estas rocas y de su disposicién se ha dado una idea en otra nota (1), y tiene completa apli- cacion lo en ella dicho 4 la regién que motiva la presente. »La primera mina que visitamos, la de Los Confesonarios, es de pirita de hierro exclusivamente. Consiste en un filén (1) CaALDERON: Un corte geoldgico de la provincia de Huelva.—ANAL. DE LA Soc. Es- PANOLA DE Hist. Nat.; t. xv, Actas, pag. 60. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA monotono, encajado entre dos salbandas: una de pizarra clo- ritica y otra de rocas magnesianas y arcillosas. El mineral es purisimo, granudo-cristalino y de una composicion unifor- me en todo su espesor, exportandose y siendo muy apreciado para la fabricacioén del azufre, por su pureza. Esta mina de la que ya nos hablo el Sr. Gonzalez y G. de Meneses, por ser la mas elevada de la provincia (340 m.), y al mismmo tiempo la unica quizas de ella que solo contiene indicios de cobre (1), ofrece por lo demas la disposicién general, terminando en su parte superior por un potente crestonaje de limonita. »Después pasamos 4 visitar la mina de la Cueva de la Vora, dirigida por nuestro presidente, y alli hicimos un alto de va- rios dias, sirviéndonos de centro de excursiones. Cueva de la Mora es una mina de pirita de hierro cuprifera perfectamente tipica, situada 4 unos 130 m. mas baja que Los Confesonarios. Muy cerca de ella se encuentra la famosa de Monte Romero; cuyos trabajos ahora paralizados, van 4 comenzarse en breve. Ksta es curiosa precisamente por lo contrario que la de Los Confesonarios; por la variedad y complejidad de sus minera- les, que ademas del cobre, contienen niquel, cobalto, zinc y plomo, pasando inferiormente 4 blenda el filon de tan varia- da composicion. El gabinete de la Universidad de Sevilla, posee niquelinas y cobaltinas de esta mina excepcional, de donde los regalé el Sr. Gonzalez y G. de Meneses, el cual dice haber visto en ella hermosos cristales de estas sustancias y el admirable cobre oxidado en cristales capilares de color rubi, llamado calcotriquita. »Al paso se visitaron también las pequefas minas de man- ganeso, que en nidos en los filones de cuarzo se hallan en di- ferentes sitios y que explota la industria particular. »Después de atravesar una penosa crisis, estos dos produc- tos naturales de la regidn minera de la provincia de Huelva, empiezan 4 elevar sus precios y a adquirir una aceptacién, que si no llega a la de los mejores tiempos, es mas sodlida que la que habian alcanzado hasta aqui. El cobre recibe dos aplica- ciones nuevas importantisimas, que aseguran su porvenir: de un lado la fabricacién de conductores eléctricos, constituye un (1) Nota sobre jas minas de masas de pirita de hierro cobrizus de la provincia de Huelva.— ANAL. DE LA Soc. ESPAN. DE Hist. Nat.; t. xvii, Actas, pag. 20. DE HISTORIA NATURAL. 89 consumo creciente siempre, 4 compas de los desarrollos de la electricidad como medio telegrafico; de otro la agricultura, sirviéndose del sulfato en las pulverizaciones, arroja al campo anualmente un numero fabuloso de toneladas de cobre, que a diferencia de todas las demas aplicaciones de este metal, que- dan completamente perdidas, y no es posible recoger para en- tregarlas de nuevo 4 la industria. »En cuanto al manganeso, también es solicitado para una aplicacién en Rio-Tinto que hasta aqui no tenia, consistente en la metalurgia del cobre por cloruracién, sirviéndose de di- cho oxido y de la sal comun. Sin embargo de esta nueva fuen- te de consumo y de la exportacién antigua para la fabricacién del acero manganesifero, esta industria minera se desarrolla poco, por cuanto los compradores solo quieren el manganeso- metal, como ellos llaman al mineral rico, consistente en una mezcla de diversos éxidos (desde el protdxido al bidxido), que- dando una pérdida de mineral pobre que no tiene colocacién. »Aungue disponiendo de poco tiempo, no se dejé de explo- rar algun tanto la region, sobre todo en e] término de la Cue- va de la Mora y Monte-Romero, bajo el punto de vista prehis- torico y zooldgico. Se visitd el sitio en que se hallaron los fa- mosos martillos mineros de piedra de Monte- Romero, existen- tes en las colecciones de la Universidad de Sevilla, 4 las cua- les fueron regalados por el Sr. Gonzalez y G. de Meneses; ins- trumentos curiosos, muy bien fabricados, y que se distinguen por la marcada entalladura que ofrecen en su parte media, y que servia para fijarlos sdlidamente 4 un mango. El senor di- rector de la Mina de San Miguel tuvo la generosidad de ceder para las mismas colecciones el mejor de unos cuatro 6 cinco que ha hallado en el término de dicha mina y que es de una confeccion notable. Estos instrumentos, que suelen llamarse fenicios en el pais, estan fabricados de diabasa; pero eligiendo los nédulos que quedan alli donde se descompone la roca en capas concéntricas, nédulos que tienen una tenacidad é inal- terabilidad asombrosas, y que no podria esperarse de una roca tan rica en feldespato. »En punto & zoologia, nuestras recolecciones han sido casi exclusivamente entomolégicas. De vertebrados no hallamos nada notable, y de moluscos exclusivamente pudo recogerse una especie de Azcylus en Jos arroyos, siendo absoluta la ca- 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA rencia de caracoles en aquellos terrenos faltos de caliza. Los ortépteros estaban en estado de larva en su inmensa mayoria, merced 4 lo atrasado de la estacién en el presente afio; y es- caseando la mayor parte de los insectos de otros drdenes, la principal recoleccién consistid en himendpteros y en aracni- dos, que estan en estudio. »Terminaremos dando cuenta de nuestras observaciones so- bre la influencia de los humos producidos por las calcinacio- nes al aire libre sobre los organismos. Parece que en los ani- males invertebrados no ejercen otra accidn que la consiguien- te a la disminucién del arbolado, pues en el término de las minas existen representacién de todos los érdenes de insectos y de los aracnidos, hallandose los habituales en los arroyos y regatos. Se nos ha dicho que en el agua agria de San Miguel, que contiene hasta dos litros de sulfatos por metro cubico, vi- ven hemipteros, y se nos ha prometido enviarnos ejemplares. También hemos notado toda clase de animales domésticos en la proximidad de las minas, y llamaron nuestra atencion en la Cueva de la Mora los pavos reales viviendo impasibles junto a las mismas teleras. Los habitantes de los pueblos cercanos 4 las minas no sufren tampoco enfermedad especial imputable a dichos gases; pero no deja de ser exagerada la opinién de que los trabajadores de las teleras disfruten de una cabal sa- lud, pues en ellos es habitual la tos y un estado irritativo de las vias respiratorias, que se acentua, sobre todo, en los que tienen que remover los residuos eminentemente acidos de la calcinacion. »La accién de los Aumos es mucho mas destructora de las plantas que de los animales, asi es que los montes que en otro tiempo existieron en la regidn, han desaparecido casi total- mente, no sobreviviendo en medio de tanta ruina mas que las jaras en los sitios menos expuestos 4 su accidn, y las adelfas, que por cierto lozanisimas y cuajadas de sus hermosas flores, convertian en vergeles los regatos que exploramos en nuestra excursién. Se dice que en la Cueva de la Mora todas estas adel- fas murieron en la época de las grandes calcinaciones y que han retonado al disminuir estas. También observamos aqul, como en los demas sitios mas 6 menos cercanos & estos des- prendimientos de gases, su accion fatal sobre las criptégamas: muchisimo antes de llegar 4 sitios donde pueda advertirse su DE HISTORIA NATURAL. 9k influencia sobre las fanerdgamas, se nota la carencia ‘total de liquenes, conservandose las tejas de un modo indefinido con la misma limpieza que cuando se pusieron. »El orden de destruccién de los vegetales mas frecuentes en la regién es, segun nuestras averiguaciones, el siguiente, em- pezando por los que mueren primero: »>].° Ahulaga 6 cambronera. D2. O]O: »3.° Murta y tomillo. »4.° Saguarzo (especie de jara) y madrono. »5.° Adelfa. »6.°. Encina, jara, brezo y lentisco. »7.° Altramuz lobero (habichuelo). »8.° Olivo, naranjo y parra. »En definitiva, parece que en la llamada Cuestidn de los hu- mos se cometen exageraciones por una y otra parte: ni se pue- de negar que estos han causado grandes dafios, ni cabe des- conocer que ya es tarde para acudir al remedio que oportuna- mente se hubiera podido aplicar, armonizando los intereses de la industria con los de la agricultura; y hoy que la vida de la regién minera de la provincia de Huelva ha tomado nuevos derroteros, merced 4 aquel estado de oesas, el agri- cultor ha sido vencido en su lucha tardia, y no parece le que- da mas remedio que ir retrocediendo ante los humos y buscar la compensacion de este sacrificio en el acrecentamiento de la poblacién y en el aumento de riqueza publica, que han de pro- porcionar mejor salida 4 sus productos, obtenidos mas lejos y en nuevas tierras.» —HEl Sr. Calderon leyé lo siguiente: «Tratado elemental de Geologia, por Oddn de Buén. Barcelona, 1890. »Al ver la luz publica una obra didactica sobre ciencia de tanta importancia y tan poco divulgada entre nosotros, debi- da a profesor reputado, como lo es el Dr. D. Odén de Buén, he creido valia la pena de dedicar algunos momentos de aten- cidn & su estructura general, aparte de guardarla después, para irla estudiando despacio y aprender en ella lo mucho que ensenia. No se trata de una obra voluminosa, como la del 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sr. Vilanova, ni de unos elementos tan sucintos como los del Sr. Landerer, sino de un texto, un doctrinal intermedio entre ambos por su tamano, y que viene a llenar en este concepto una laguna que existia en nuestra literatura cientifica. »Mas la obra De Buén no difiere solamente de cuanto se ha producido con anterioridad en Espana sobre la materia, por sus dimensiones, sino que lo hace asimismo, y muy radical- mente, en la forma y en el fondo. Ha recopilado mucho de lo mas importante hecho entre nosotros; pero no buscandolo en los manuales y extractos, sino en los mismos trabajos origi- nales, llevando a rigor el conceder 4 cada uno lo suyo, citan- do siempre & los autores de las investigaciones de que da cuenta, »Divide el Sr. De Buén el asunto de su obra en cinco partes, ademas de unas breves indicaciones preliminares, destinadas a proporcionar al lector un concepto previo de la ciencia grandiosa que va 4 presentarse ante su vista. La primera par- te se refiere & la morfologia terrestre, es decir, 4 la geodesia y.a la estructura de la tierra en general y la de nuestra Pe- ninsula en particular; y con estos antecedentes entra en la parte segunda en el estudio de la litologia, que comprende como capitulos el examen general y especial de los minerales y las rocas, concluyendo por su manera de presentarse en el globo, 6 sea la arquitecténica, segtin el término adoptado por el autor. Lainclusién de la Mineralogia en la Geologia, me ha parecido siempre una exigencia racional, al par que una ne- cesidad didactica urgentisima, y la considero como una de las excelencias de la obra que estoy examinando. Viene después la dinamica terrestre; es decir, lo que suele denominarse tra- tado de las causas actuales 6 de los agentes modificadores del globo, incluyendo la doctrina orogénica, casi siempre des- atendida en los manuales, incluso los extranjeros y mas re- putados. A continuacién pasa el autor 4 ocuparse en la Geo- logia histérica, describiendo las formaciones y terrenos en sus rasgos capitales, dentro de los limites posibles en una obra de unas 400 paginas, para terminar con el estudio de la Geologia comparada, que comprende el origen. de los astros, el examen de los meteoritos y el porvenir de la tierra. »>El autor ha logrado dar 4 su obra un caracter espafiol que tiene forzosamente que cautivarnos. Escribir un libro tan a la DE HISTORIA NATURAL. 93 moderna como el ultimo que pudiera salir de Leipzig 6 Ber- lin, y tan espaftiol como pudieran componerlo Feijéo 6 Torru- bia, si resucitaran para ello, es resolver un problema que no ha tenido precedentes. »Mas con la misma sinceridad con que, sin regatearle mis alabanzas, admiro la factura y originalidad de la obra de mi querido companero, voy a senalar algunos puntos en que di- fiero de su opinién respecto al plan. gNo hubiera sido mas 1dé- gico tratar del origen y clasificacién de los astros en la intro- duccién y considerar luego la tierra como un caso particular, yendo del todo 4 la parte, como procura hacerlo siempre el Sr. De Buén? También entiendo que hubiera convenido estu- diar la dindmica terrestre antes que la litologia, pues las in- dicaciones que hace respecto 4 génesis y evolucién de los mi- nerales, tanto en general como sirviéndose del ejemplo de la sal comin, en que toma, para honra mia, por base mi ensayo sobre esta sustancia, estas investigaciones, digo, tienen que resultar oscuras al que no haya lefdo la tercera parte. Y, por tiltimo, hallo que el estudio de las rocas y minerales, distri- buido entre la mineralogia especial, la petrografia y la Geo- logia comparada, al ocuparse de los meteoritos, queda disper- so, perdiendo la unidad que, fuera de estos casos, tanto do- mina en la importante obra que critico. Quizas estas observa- ciones, lealmente expuestas por quien desearia que este libro no tuviese lunar alguno, merezcan la reflexién del Sr. De Buén, toda vez que pronto hemos de ver una nueva edicién, segiin es grande la acogida que ha merecido. »Hay dos maneras completamente distintas de escribir li- bros de texto: una consiste en tener 4 la vista el mayor nu- mero posible de obras elementales analogas, y examinando cémo cada autor ha tratado los asuntos, inspirandose en unos y otros, redactar el suyo; otro sistema de componer tales li- bros es el de empaparse de las cuestiones en las obras latas y en las monografias, y hecha la composicién de lugar, extrac- tar lo sustancial de la doctrina, libremente y sin sujetarse al modo como los demas elementalistas lo hayan realizado. Asi- mismo en la exposicidn se notan dos corrientes diversas: cla- sica la una, si asi puede decirse, y moderna la otra. La pri- mera, imperante en las obras francesas, da una importancia capital 4 las palabras, 4 los términos técnicos, siendo lo esen- 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANCLA cial en tales obras el definir muchos nombres de la ciencia sobre que versa el tratado, los cuales se ponen en letra bas- tardilla; los expositores ingleses, al contrario, se preocupan de establecer conceptos; son menos cuidadosos del tecnicismo y de recargar de pormenores; pero procuran que los puntos de vista principales queden amplia y sdlidamente sentados. »Con decir que el Sr. De Buén es de los que escriben con- sultando las mejores fuentes y exponiendo su sustancia tal como él la entiende, y que es de los que atienden 4 los con- ceptos mas que a las palabras, est& emitido el juicio que me merece la factura de su obra. Huelga decir que el lenguaje es correcto y castizo, tratandose de un trabajo del Sr. De Buén, y que la edicién es esmerada y cuidadosa, estando hecha en el establecimiento tipografico de «La Academia», de Barcelo- na; pero la abundancia y perfeccion de los grabados y lami- nas que ilustran la obra, constituyen una circunstaneia que no puede pasar desapercibida. »En suma: el joven profesor ha prestado un servicio indu- dable 4 nuestro pais, escribiendo su Zratado elemental de Geo- logia, obra esencialmente espanola, nueva en el fondo y en la forma, al alcance de los ultimos descubrimientos, al par que sencilla en su exposicion; y si todavia presenta, 4 mi humilde juicio, algunos pequefios lunares, una revisidn meditada y prolija podra borrarlos en la préxima edicién, por mas que ya la primera haga verdadero honor 4 la ciencia patria » Sesion del 3 de Septiembre de 1890. PRESIDENCIA DE DON MAXIMO LAGUNA. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —KH] Sr. Secretario dijo haber recibido dos comunicaciones, una del Director del Observatorio Vaticano de Roma, y otra del Secretario general de la Sociedad «Carlos Ribeiro», de Porto, pidiendo el envio de las publicaciones de nuestra So- ciedad & cambio de las suyas. La Sociedad acordé que estas peticiones pasasen, como todas las andlogas anteriores, 4 la Comision de publicacion. —Kstaban sobre la mesa las publicaciones ultimamente re- * a ee DE HISTORIA NATURAL. 95 cibidas, determinando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las que fueran regaladas. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los senores Garcia y Garcia (D. Manuel), ingeniero agrénomo de Burgos, ; Quadras (D. José Florencio), de Manila, Guerrero (D. Leén), farmacéutico en Manila, propuestos por D. Ignacio Bolivar el primero en nom- bre de D. Manuel Cazurro, y los dos ultimos en el de D. Domingo Sanchez; y Rodriguez y Pérez (D. Felipe), y Hernandez y Martinez (D. Carlos), ambos de Madrid, propuestos por D. F. Quiroga. —El Sr. Vilanova comunicé a la Sociedad las impresiones recogidas en un reciente viaje 4 Francia con motivo del Con- greso que la Asociacién francesa para el progreso de las cien- cias celebroé del 7 al 14 de Agosto Ultimo en la ciudad de Li- moges, célebre por su kaolin y por su ceramica. «Como es sabido en las asambleas como la de que se trata, distribiiyense las tareas cientificas entre asuntos generales que se tratan en conferencias publicas que de antemano con- fia la Asociacién 4 personas de reconocida competencia, dis- cusién de asuntos concretos en las varias secciones en que la Sociedad se divide, y visitas y correrias de todos géneros, esto es, cientificas, industriales, de recreo, etc., dejando aparte las fiestas y obsequios que corporaciones y particulares dispen- san a los congresistas. »De todo esto hubo en Limoges, proponiéndome tan solo por el momento dar una idea de lo mas culminante, y sobre todo de aquello que mas directamente pueda interesarnos. »El discurso del presidente Sr. Cornu, distinguido profesor y académico, versé sobre la importancia de la fisica y de sus numerosas relaciones con las demas ciencias, y en especial con las naturales. »Otros dos discursos también pronunciados en el teatro por via de conferencias corrieron 4 cargo del famoso higienista Dr. Papias, de Paris, y del Sr. Garnier; aquel diserté acerca 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de la higiene del obrero, abordando 4 este propdsito las cues- tiones mas importantes relativas a4 las horas que deben traba- jar, al descanso semanal, al trabajo de las mujeres y de los ninos, etc.; este trazé la curiosa historia de la ceramica, fijan- dose muy especialmente en la de Sevres y Limoges como prin- cipales centros de tan importante industria. »También leyeron discursos el joven alcalde de la ciudad, dandonos la bienvenida a los que de lejanas tierras habiamos respondido al generoso llamamiento; del Secretario de la Aso- ciacion para relatar lo hecho por esta durante el afo ultimo y exponer el estado prospero que ofrece, y por fin el Tesorero rindiendo cuentas bastante mas lisonjeras que las de nuestra modesta y pobre Sociedad, pues que cuenta con un capital que excede de 2.000.000 de reales, lo cual permite destinar cantidades muy respetables a prestar eficaz apoyo 4 los natu- ralistas escasos de recursos pero afanosos por el trabajo y el estudio. »El mismo dia de la inauguracidén de la Asamblea, terminada la ceremonia, se reunen los individuos inscritos en las dieci- siete secciones en sus respectivos locales para nombrar las respectivas mesas y proponer los asuntos que han de discu- tirse al dia siguiente. Yo tuve la satisfaccion de ser nombrado presidente de honor con los Sres. Malaise, belga, y O'Reilly, profesor en Dublin, en la de Geologia, y con Waldemar Sch- midt, de Copenhague, en la antropologica. Por la noche nos’ obsequid el Ayuntamientd con una brillante fiesta en el sun- tuoso palacio de la ciudad, con acompafnamiento de cham- pagne, helados y pasteles. »El dia 8 de Agosto 4 las ocho y media comenzaron a fun- cionar la mayor parte de las secciones; pero como yo solo po- dia turnar entre las dos secciones indicadas, de los asuntos en ellas tratados voy & daros sumaria cuenta y una mera in- dicacién de la de Zoologia. »En la geolégica los Sres. Malaise y O’Reilly nos ensenaron ejemplares de Oldhamia de sus respectivos paises, organismos primitivos que se encuentran en pizarras arcaicas, pero tan borrosos y poco definidos, que dejan el animo perplejo; us aseguro que si no los hay mas Claros, puede hasta ponerse en duda que sean lo que se supone. »Algo mas evidente y decisivo fué lo que motivé mi comu- DE HISTORIA NATURAL. 7 nicacién, pues se trataba de los Zaonurus y Spongiriomorpha de Alcoy descritos por Saporta y de otras algas sueltas y bien caracterizadas descubiertas por mi en el terreno terciario de Guardamar y Aspe de la provincia de Alicante. Por desgracia no asistia 4 la sesién ningtin especialista, pudiendo deciros tan solo que dichos objetos Hamaron mucho la atencidn de mis compafieros, aunque ninguno de ellos me sacara de duda acerca de su clasificacién. »E] Sr. Gorecix, Director de la Escuela de Minas del Brasil, disertO extensamente acerca de los criaderos de diamantes en Minas Geraes que considera como dispuestos 6 armando en filones, atribuyéndoles el mismo origen que el de los minera- les de filén, aunque sin explicar satisfactoriamente el génesis de tan preciadas gemas, las cuales, formando parte de la se- rie de combustibles de procedencia vegetal que concluye en la turba actual, dirlase mejor que representan con el grafito la ultima y mas completa metamorfosis de la materia orga- nica reduciéndola a carbén puro, cosa que no se comprende cémo pudo realizarse en los filones., »El Sr. Loriot, de Lausana, discurrié sobre los equinoder- mos de Portugal, y el Sr. Cotteau sobre el género Fstrinolam- pas, presentando ademas la primera parte de la Memoria ya impresa de los erizos numuliticos de Alicante, entregandome un ejemplar que lleva la mas calurosa dedicatoria y prodi- gandome grandes elogios por haberle proporcionado tantos y tan valiosos materiales, sin los que la Memoria no hubiera podido escribirse; por eso la dedicatoria termina con esta fra- se latina: sine te guid fuisset? »El Sr. Pommerol nos did cuenta de una especie pequena de caballo encontrada en la formacidén diluvial de la Simagne (Auvernia). »E] Sr. Michaut hablé sobre un horizonte siliceo existente en el piso jurasico Balhonense de la Cote dor. »El Sr. Caraven-Cachen discurrié acerca de la época & que deben referirse los conglomerados terciarios del Tarn y del Aude (Departamentos de). »El Sr. Donnezan senald el descubrimiento de fdsiles inte- resantes, de restos de mamiferos, sobre todo en el plioceno de Perpinan. . »El Sr. Verrier leyé una nota sobre las rocas eruptivas y ~ ACTAS DE LA SOC. ESP.— XIX. d 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los terrenos antiguos de Cércega. M. Nicolas remitié una nota que leyé Cotteau acerca de la fauna malacoldgica del cretacico danense de S. Remy y les Beaux. »El Sr. Burret trazo una resefa de la estructura geoldgica del Departamento del Viena alto. »Yo ensefié y di 4 mis amigos de la seccidn varios ejempla- res de la Dusodila de Hellin, acerca de cuyo criadero discu- tri brevemente, lo mismo que sobre las rocas ofiticas de Ali- cante, Valencia y Castellon, cuyas fotografias, hechas bajo la direccién del Sr. Quiroga, interesaron mucho 4 los gedlogos que las examinaron. »>En la seccién de Antropologia, presidida por el Dr. Jan- velle, inicié las tareas el 8 de Agosto 4 las ocho de la manana con la lectura de una interesante Memoria del Sr. Pommerol, referente 4 la influencia que en todos tiempos tuvo la mano como simbolo y en las supersticiones, asunto que motivo una seria discusidn entre el autor y los Sres. Mortillet hijo, Sal- mon, Schmidt, etc. »El mismo Mortillet (Adrian) nos did cuenta de las épocas protohistoricas dichas chellense y mustierense en Italia. »Valdemar Schmidt presento el cuadro de los tiempos pro- tohistoricos de Dinamarca. »El Sr. Vacher expuso los caracteres antropoldgicos de la poblacién limosina. »El Sr. Capus discurrié sobre la etnografia de los kirghizes de Panier. »El Dr. Janvelle expuso algunas consideraciones sobre los délmenes de Roknia y de Argelia en general, asunto que dis- cutid Mortillet. »>E1 Sr. Charsiere hablé sobre las relaciones que existen en- tre la constitucién fisioldgica de las razas y la mimica res- pectiva. »El Dr. Carret describié la gruta de Doria y lo queen ella se ha encontrado. »Por ultimo, cupome la satisfaccién de presentar un hacha plana de cobre procedente de Sierra Elvira y otra también de cobre ya de forma tan extrafla, que llamé la atencién de mis companeros de seccién, encontrada con otras muchas abrien- do un hoyo en Elche para plantar un arbol, segun D. Aure- liano Ibarra, que me la regald. El Sr. Mortillet, que siguiendo DE HISTORIA NATURAL. 99 las huellas de su padre se habia atrevido 4 negar la importan- cia de estos utiles en metal puro, cediendo 4 la evidencia de los hechos, tuvo la franqueza de declarar, como ya antes ha- bian hecho Cartailhac y Chantre, que debe admitirse un pe- riodo intermedio entre la piedra pulimentada y el bronce, caracterizado por el uso del cobre puro. »En la seccién de Zoologia tuve el gusto de presentar un pez cogido en el rfo Adaja, de Avila, hace cinco afios, intacto y sin la menor preparacién para conservarle. Propiedad cu- riosa que ofrecen todos los que viven en cierto trayecto de dicho rio, con la particularidad que si al cabo de cinco, diez 6 mas afios de cogido se pone el pescado en agua, la carne toma su estado normal hasta el punto de freirse y comerse como si estuviera fresco. »En la misma seccioén el Sr. Brongniart did cuenta de insec: tos fésiles del terreno carbénico provistos de seis alas. El se- nor Schlumberger discurrié sobre un nuevo foraminifero del litoral de Siberia. »Terminadas las tareas del Congreso, y aun durante las mismas, aprovechamos los dias festivos para realizar algunas excursiones y Visitas 4 colecciones y localidades geoldgicas y arqueoldgicas importantes. »Llama la atencién y forma doloroso contraste con lo que aqui sucede, ver el afan de las gentes por esclarecer la histo- ria primitiva patria buscando y acumulando datos en museos publicos y particulares que existen hasta en poblaciones de escaso vecindario, como sucede en Rochechouard y en Gue- ret, adonde fuimos para admirar las colecciones antropold- gicas y etnograficas cuya importancia es excusado encarecer. »Visitamos la famosa localidad del S. Iricix, donde se ex- plota el kaolin que se emplea en Limoges y Sevres para la ceramica, las estaciones protohistdéricas del valle del rio Tar- doira, y como excursidn final fuimos seis amigos 4 reconocer las localidades clasicas de la Magdalena, Mantiers, Cro- Magnon, les Egries y Langerie alta y baja; todas pertenecen & la categoria de abrigos naturales que forman los imponen- tes cintos calizos del terreno cretacico que limitan la cuenca del rio Vezore, dando 4 la comarca el aspecto mas pintoresco que puede imaginarse. »Tales han sido en resumen los principales resultados de mi 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA visita 4 Limoges, 4 los que, como es consiguiente, hay que agregar los abundantes materiales recogidos, la mayor parte de los cuales he tenido el gusto de entregar al companero Quiroga para que se coloquen donde corresponda.» —HKl1 Sr. Quiroga dijo que hacia cinco 6 seis aos que yendo de paseo por las orillas del canal del Manzanares con los se- fiores Bolivar y Cazurro, encontraron un ejemplar suelto de yeso, sumamente interesante, que ahora habia traido al Mu- seo juntamente con todas las rocas que poseia, y tenia el gusto de presentar 4 la Sociedad. Esta formado por el agrupamiento de romboedros cuya arista ecuatorial mide de 5 a7 cm., blan- cos, envueltos en arcilla gris del mioceno. Los valores de los diedros, tanto agudos como obtusos, oscilan alrededor de los del romboedro mas frecuente en la calcita, con diferencias hasta de dos grados cuando mas, diferencias que no son gran- des si se tiene en cuenta io asperas y desiguales que son las superficies que limitan estas pseudomorfosis. Cada una esta formada por infinito numero de masas laminares de yeso, agrupadas irregularmente, segun demuestra la observacion de las exfoliaciones caracteristicas de esta sustancia. Parece, pues, indudable que en este ejemplar se ha realizado un cam- bio de la calcita en selenita por la accién del acido sulftrico producido acaso por oxidacién del sulfhidrico, que hasta pu- diera tener un origen organico, cambio que ha debido ope- rarse con lentitud como todos estos fendmenos de pseudo- morfosis. Y ya que hablo de movimientos lentos moleculares en el seno de las arcillas terciarias de Madrid, presentaré 4 la So- ciedad este otro ejemplo que recogi en el camino del Puente de ladrillo al Piul el dia 17 de Mayo de 1885. Ks una marga algo arenosa, blanco-amarillenta, que lleva numerosas impre- siones y moldes en hueco de cristalitos de yeso muy desarro- llados segtn el braquieje, y muy cortos segun el eje vertical, cristales que han desaparecido por completo del seno de la marga sin dejar mas que sus huellas en virtud probablemente de una disolucién operada por el agua con una gran tranqui- lidad, puesto que no se han deformado los moldes negativos de los cristales 4 pesar de estar vaciados en una materia tan movible y deleznable como el barro margoso que los apri- sionaba. Ee DE HISTORIA NATURAL. 101 SECCION DE SEVILLA. Sesionedel 144 die Agosto ader 4 8i9/07. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Calderon leyé la nota siguiente: Trabajos del Dr. Osann sopre rocas volcanicas del cabo de Gata. «Los estudios cuyos resultados capitales me propongo rese- nar han aparecido en dos Memorias insertas en la Revista de la Sociedad geolégica alemana, y son el fruto de las expedi- ciones realizadas en el cabo de Gata por el joven autor, ayu- dante del Instituto mineralégico de Heidelberg durante el invierno de 1887 & 1888. »En la primera de estas Memorias (1), por cierto de interés excepcional, después de una descripcién en conjunto de la regién, en que realmente afiade poco 4 lo que ya se sabia, entra el Sr. Osann en el estudio del famoso Hoyazo, reputado generalmente como un antiguo crater, y aun como una com- probacioén, en concepto de algunos, de la teoria de los crate- res de levantamiento. Semejante suposicién se funda en ha- llarse formados exteriormente los muros del monte de caliza terciaria, andalogamente 4 como acontece en otros accidentes del N. de la Sierra del cabo. El autor hace notar que dirigién- dose del campo de Nijar 4 la sierra Alhamilla, el Hoyezo no se distingue en nada de otras colinas terciarias que le cercan y algunas se enlazan con él, siendo, por tanto, un mero resto de denudacién y no un verdadero crater, como hasta aqui se ha dicho. Por otra parte, en contra de la idea de atribuir 4 la (1) Ueber den Cordiecrit fithrenden Andesit von Hoyazo (Cabo de Gata). Zeitschr, d. Deutsch. geolog. Gesellschaft. 1888, 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA explosion el origen de este accidente, opone razones convin- centes, entre ellas que en ninguna parte del terciario, ni en el mismo Hoyazo 6 en sus alrededores, se encuentran pro- ductos volcanicos reposando sobre dicho terreno, ni inclusio- nes en él de productos eruptivos, y que en los muros del N. y del KE. del crater yacen bajo las calizas tobas andesiticas po- rosas, indudablemente mas antiguas. Por estas y otras razo- nes prueba que el terciario que descansa sobre las rocas erup- tivas es més moderno que estas, y explica por Ja denudacién la produccién de semejante fendmeno crateroideo. Lo que no cree posible decidir es si su formacién es debida meramente 4 la erosién ordinaria, favorecida por la alterabilidad de las to- bas porosas, mayor que la de la caliza, 6 si han obrado con mas eficacia los manantiales termales, ultimos restos del vol- canismo, en esta, como en otras muchisimas regiones vol- canicas. K Se ocupa después en describir la roca del Hoyazo, que yo di a conocer anteriormente (1) con el nombre de andesita mi- cacea, si bien amplia los detalles, y aflade el hallazgo de in- clusiones de zircén y de un piroxeno rombico en pequefias columnas, que yo no tuve ocasién de hallar en el escaso nu- mero de ejemplares que poseia. Otras ampliaciones importan- tes se refieren 4 la cordierita que encierra esta roca y a4 sus abundantes inclusiones, que son de tres clases: 1.*, fragmen- tos de cuarzo puro hasta el tamano de un puno, distribuidos muy desigualmente y de bordes redondeados y como fundi- dos, de naturaleza evidentemente secundaria; 2.*, nddulos también de dimensiones variables, desde la de un puno hasta la microscépica, que consisten en partes iguales aproximada- mente de cuarzo y cordierita , esta extraordinariamente pura, cuya formula, segun el analisis de Gmelin, es 3 (Mg, Fe) 0 3 (M. Fe), 0, 8 Si 0,; 3.", inclusiones mayores y mas abundantes que las dos ante- riores, de gneis biotitico, groseramente fibroso, rico en cor- (1) Estudio petvo,rajfico sobre las rocas volcanicas del cabo de Gata ¢ isla de Alboran. «Bol, de la Com. del Mapa geol. de Espana», tomo 1x, 1882. DE HISTORIA NATURAL. 108 dierita, con inclusiones capilares de silimanita y de granate almandina, del mismo que presentan las andesitas. Por lo que se refiere al papel que el granate y la cordierita juegan en esta roca volcanica, el autor cree, como lo habia yo sostenido anteriormente, aunque no menciona mi opinién, que lo mismo que el cuarzo, no han sido segregados en la pasta , sino meramente encerrados y luego separados de otros componentes que se fundieron. Algunas cordieritas pequefas muy bien terminadas pueden haber recristalizado en el mag- ma fundido, difiriendo por su aspecto de los trozos opacos re- dondeados y mates unicamente empastados. La segunda Memoria del Dr. Osann sobre las rocas volcani- cas del cabo de Gata (1), describe un grupo que hasta ahora no se habfa estudiado en la regidn, y se ocupa de otra roca de ella poco conocida. Después de dividir las rocas de Gata del mismo modo que yo lo hice, y de notar también como yo la ausencia en ella de basaltos , de rocas de nefelina 6 leucita y la del olivino, pasa al estudio de las andesitas augitico-hipersténicas, 4 las cuales caracteriza por su falta de biotita y de hornblenda, en contra- posicién 4 las andesitas anfibdlicas y micaceas, que contienen augita en extraordinaria cantidad. Entre las en cuestién unas son mas ricas en hiperstena y otras en augita, pero ambos minerales coexisten en todas. Los ejemplares de color claro del Cerro de los Lobos, Fuente Grande y el Morrén de los Ge- noveses, son ricos en plagioclasa y pobres en augita, al con- trario que los de la Serrata, El Plomo, Las Negras, etc., que son oscuros. La constitucién mineralégica normal de dichas rocas se muestra ordenadamente segun la siguiente sucesién: 1.° De origen intratelurico: hierro, apatito, hiperstena, au- gita y plagioclasa. 2.° De origen efusivo: augita, plagioclasa y base, que for- man la materia fundamental. La hiperstena nunca se encuentra en la pasta fundamental; lo hace en variable cantidad porfiricamente, y 4 veces en in- (1) Beitrdge sur Kenntniss der Hruptivgesteine der cabo de Gata (proy. Almeria). «Zeitschr. d. Deutsch. geolog. Gessellschaft», 1889. 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dividuos maclados (Fraile Grande). La plagioclasa porfirica es generalmeute anortita. En el Cerro de las Amatistas ha visto accesoriamente granos de cuarzo diexaédricos. La es- tructura de estas andesitas pertenece al tipo hialopelitico, con excepcidn de una hallada en el Morron de los Genoveses, que es francamente vitreo-porfirica. Menciona después el Sr. Osann la roca del Collado de la Cruz del Muerto, en la Serrata, que yo he descrito como tra- quita sodalitica, citando sus curiosos almendrones de hasta 6 cm. de sodalita, con una formacién derivada silicea consti- tuida por tridimita. Otros fragmentos de la misma proceden- cia, también amigdaldideos, son bastante distintos de los an- teriores, y sus concreciones ofrecen una estructura singular, que describe muy bien el autor como consecuencia del enfria- miento del centro 4 la periferia. Por ultimo, se ocupa el Dr. Osann de la roca negra limbur- gitica de Vera, notablemente vitrea, con individuos porfidicos de olivino y mica y almendras calizas, de la que yo hice una ligera descripcién, refiriéndome principalmente 4 las noticias particulares que sobre un ejemplar consultado se sirvid co- municarme el senor profesor Cohen. Son curiosos los datos de yacimiento que nos da 4 conocer la Memoria 4 que me refiero. Encuéntrase la roca en terreno plioceno y 4 6 km. al SO. de Vera, donde se alza el Cerro Ne- gro, formado por la limburgita, la cual constituye otros tres manchones y numerosos apuntamientos al E., restos de una gran corriente que de dicho Cerro se extendié cerca de 8 km. sobre el terciario. El espesor no ha pasado de 8 m. en los sitios preservados de la erosidn. Esta erupcién es moderna y muy posterior & las rocas volcanicas del cabo de Gata; de donde se deduce que aqui, como en tantas otras regiones, la actividad terminé produciendo erupciones basicas. Asigna el autor a esta roca los caracteres ya conocidos, si bien ampliando bastante los detalles y fijandose en las nota- bles variedades micaceas. El gran papel que la mica juega, ya como diseminacién, ya en la pasta fundamental, y el as- pecto de didpsido que ofrece su piroxeno, son, 4 su juicio, ra- zones, aparte de la estructura vitreo-porfirica de la roca, para separarla de las limburgitas y compararla con los lamprofidos olivinicos (minettas) de las épocas ante-terciarias. Apoyando DE HISTORIA NATURAL. 105 ademas esta comparacién el analisis quimico, cree necesario constituir con dicha roca una nueva especie equivalente post- terciaria de aquella, para la cual propone el nombre de vervia, alusivo 4 la ciudad de Vera, en cuya proximidad se encuentra. —l Sr. Medina ley6 lo siguiente: NOTAS ENTOMOLOGICAS. Hemipteros recogidos en Guadalcanal y Cazalla de la Sierra por los senores Calderon y Rio, y clasificados por nuestro consocio D. Ignacio Bolivar. Heterdpteros. Psacasta cerinthe Faby. Neides tipularius L. Eurygaster hottentotus Fabr. Pyrrhocoris egyptius L. Graphosoma semipunctatum Fabr. Lygeus saxatilis Scop. _ lineatum L. — militaris Fabr. Atha cribrosa Fieb. Lygeosoma punctatoguttatwm Faby. Neottiglossa bifida Costa. Nysius senecionis Schill. — leporina H. Sch. Platyplax salvie Schill. Strachia picta H. Sch. Metopoplax ditomoides Costa. Carpocoris baccarum L. Monanthia Wolffri Fieb. Peribalus vernalis Wolff. Brachytropis calearata Fall. Rhaphigaster griseus Fabr. Liocoris tripustulatus Faby. Picromerus bidens L. Lygus pratensis Fabr., var. Micrelytra fossularum Rossi. Nabis lativentris Boh. Camptopus lateralis Germ. Gerris najas D. G. Chorosoma Schillingt Schml. Velia rivulorwm Fabr. Syromastes marginatus L. ~ Nepa cinerea I. Homopteros. Hyalestes obsoletus Sign. Aphrophora Alni Fall. Dictyophara europea L. Philenus lineatus L. Asiraca clavicornis Faby. Atractotypus cinctus Perris. Triecphora sanguinolenta L. Stegelytra Bolivarii Sign. Lepyronia coleoptrata L. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XIX. 8 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Apidos recientemente encontrados y clasificados por mi, del género Nomada. Nomada fucata Panz., var. Q.— Camas (junto 4 Sevilla), Febrero. — sexfasciata Panz. Q.—Camas, Febrero, — agrestis Fab. 9.—Sevilla, Mayo. — Lathburiana Kirby ¢7.—Camas, Febrero. Lepidopteros recientemente recogidos en mi excursion 4 Constantina (Sierra Morena) en Mayo ultimo. Pieris Brassice I.. Vanessa cardui L. — Lapel. Epinephele Janira Och. — Napit. — Ida Esp. — Daplidice i. - | Macroglossa stellatarum L. Colias Edusa L. : Sphinx convolvuli L. Polyommatus Phloeas L. Zygena sarpedon Bay. Argynnis Lathonia L. Sesion del 4.° de Octubre de 1890. PRESIDENCIA DE_DON CARLOS DE MAZARREDO. Leida el acta de la sesién anterior, fué aprobada. —ll Sr. Secretario did cuenta de una comunicacién del Sr. D. Primitivo Artigas, remitiendo 4 la Sociedad con destino a su biblioteca un ejemplar de su obra Selvicullura 6 cria cultivo de los bosques. La Sociedad acordé que se dieran las gracias 4 dicho sefior. —Sobre la mesa estaban las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —Hl Sr. Bolivar presenté la continuacién de la memoria del R. P. Pantel sobre insectos ortdpteros y que comprende un precioso estudio sobre los Bacillus de Europa y la revisién de los ortépteros de Uclés, acordandose pasara 4 la Comisién de publicacion. —KHI Sr. Vilanova dié algunas noticias acerca de sus explora- ~ DE HISTORIA NATURAL. | 107 ciones de los monumentos prehistéricos de Eguilaz y Salva- tierra que no han sido tan productivas como hubiera deseado, & causa sin duda de haber sido profanados anteriormente en busca de tesoros. Indicé también que en la reunidn tenida en Limoges este verano pasado por la Sociedad francesa para el adelanto de las ciencias hab{fa presentado, como lo hacia ahora 4 nuestra Sociedad, unas fotografias de las preparacio- nes de las ofitas que él ha recogido en la provincia de Ali- cante y sus limitrofes, con objeto de ver si las publicaba por su cuenta aquella corporacién; pero que habiendo puesto alguna dificultad para ello, las mostraba 4 la Sociedad para que, pasando el asunto 4 la Comisioén de publicacién, viera esta si le era posible 4 la Sociedad hacerlo y determinara el tiempo y forma de llevarlo 4 cabo. —Preguntada la Sociedad por el Sr. Presidente si aceptaba lo propuesto por el Sr. Vilanova esta lo acordé asi. —El Sr. Quiroga, aludido por el Sr. Vilanova al dar idea de lo que representaban las fotografias que estaba mostrando, indic6 que juzgaba de interés la publicacidn de todo lo que se refiriese 6 estos materiales, pues algunos de ellos especial- mente, presentaban fendmenos muy interesantes, pudiendo citar entre las mas notables la fotografia de la ofita de Almach en Callosa, en preparacion delgada, y la del Cerro de San Juliin en Segorbe; la primera por lo que se refiere 4 su estruc- tura notablemente porfirica, y la segunda por lo que hace relacidn & su composicién principalmente, pues en ella entra en cantidad notable la wernerita, segtin habia indicado ya & la Sociedad en una nota anterior, concluyendo por afiadir que aquel mismo dia habia reconocido como wernerita unos pris- mas cuadrados blancos de 15 mm. de longitud por 3 de lado, que acompanian a una ofita de Morén en Sevilla que le habia sido remitida por el Sr. Calderén, de Sevilla, mineral que creia era la primera vez que se habia reconocido en Espafia formando ejemplares macroscépicos. Dicha ofita de Morén contiene como mineral también secundario bellos rombodo- decaedros de granate. : —EI Sr. Prado y Sainz ley6 la siguiente nota sobre Jas espe- cies espanolas del género Pimelia. «A 18 se eleva el. numero de especies del género Pimelia que viven en Espana, pudiendo decirse que en su mayor 108 ACTAS DE LA SOGIEDAD ESPANOLA parte son propias y caracteristicas de nuestro suelo. Es nota- ble que Portugal no posea una sola especie que le sea pecu- liar. No incluimos en el numero de las espafiolas las especies citadas como de la Peninsula por falsa determinacién 6 por error evidente en la indicacién de la patria, como son las siguientes: P. Latreillet Sol., var. B.—Islas Baleares? P. sericea Ol., var. A.—Islas Baleares? P. Boyert Sol.—Espania? »Tampoco incluimos la P. interjecta Sol., cuya patria se ignora, aun cuando se la suponga espafiola por algunos. »Todas las especies restantes, esto es, las reconocidas como espaniolas se hallan representadas en la coleccién entomolo- gica del Museo de Madrid formando parte de la coleccién de la Peninsula, asi como muchas de ellas lo estan también en la general. La enumeracién que sigue se refiere exclusiva- mente 4 la coleccién peninsular, formada en absoluto, por lo que 4 este género se refiere, con materiales procedentes de la coleccién del profesor Sr. Pérez Arcas y que el Dr. Sénac ha tenido 4 la vista para la publicacién de su monografia sobre este género, con lo que todos los ejemplares, que son numerosos, pueden considerarse como tipicos, lo que acre- cienta su valor. El Dr. Sénac ha descrito dos especies que ya figuraban como nuevas segun el profesor citado, y ha tenido la galanteria de conservar 4 una de ellas (P. Vilanove) el nombre que la habia dado el Sr. Pérez Arcas, cambiando el de la otra especie por el de P. Perezt en honor de nuestro ilustre consocio. »Las especies son las siguientes: Pimelia maura Sol.—Espafia (Schauffuss); Cadiz (Lesna). Se halla en Marruecos y se la cita con duda de Por- tugal. — Perezi Sénac.—Aguilas (Ehlers). — variolosa Sol.— Almeria (Amor); Granada (Sainz); Ma- laga (Tarnier, Vuillefroy). También se halla en Marruecos. — #uida Sol.—Malaga (Tarnier, Vuillefroy). DE. HISTORIA NATURAL. 109 Pimelia cribra Sol.—Mahon (Hidalgo, Cardona); Islas Baleares (Comendador). var. elevata Sénac.—Ibiza (Paz, Uhagén); Columbre- tes (Vilanova). »Esta variedad, notable por las gruesas costillas que Hevan los élitros y por la escultura de los intervalos, habia sido considerada como una nueva especie por el Sr. Pérez Arcas, en cuya coleccidén existia aunque sin nombre. Seguin el doc- tor Sénac, merece cuando menos constituir una variedad. En la misma coleccidn existen ejemplares procedentes de Valen- cia (Hidalgo, Zapater), que el Sr. Sénac considera como inter- medios entre esta especie y la betica, var. distincta. Pimelia integra Rosenh.—Andalucia (Rosenhauer). — Vilanove Sénac.—Alhama de Aragén (Pérez Arcas). »Esta especie figuraba como nueva en la coleccidén del senor Pérez Arcas quien la habia dedicado al respetable catedratico de esta Universidad D. Juan Vilanova. La especie procede de Alhama de Aragén y no de Granada como equivocadamente indica el Dr. Sénac. Pimelia castellana Pérez Arcas.— Madrid, Escorial, Avila (Pé- rez Arcas); Valladolid (Chevrolat); Villarejo (Marti- nez y Saez). »Estas tres ultimas, segiin el Dr. Sénac, son mas proximas 4 la P. deltica Sol. que a la castellana Pérez. — brevicollis Sol.—Sierra de Bacares (Isern); Murcia (Pé- rez Arcas); Lorca (Canovas). — modesta Herbst.—Requena en la provincia de Valen- cia (Pérez Arcas). Esta especie también se encuentra en Portugal. — betica Sol.—Andalucia (Deyrolle); Sierra de Bacares (Isern); Murcia (Guirao); Lorca (Canovas). var. distincta Sol.—Sierra de Bacares (Isern); Ciudad- Real, Toledo, Requena, Murcia, Cordoba (Pérez Ar- cas); San Juan de Alcaraz (Paz); Albaida (Cortade- llas); Castellén (Uhagon). También se halla en Portugal. 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAN_LA Pimetia incerta Sol.—Espatia (Deyrolle); Cadiz, Sevilla (Pérez Areas); Extremadura (Paz); Palma del Condado (Martinez y Saez). También se cita de Portugal. — costata Waltl.—Puerto de Santa Maria (Kraatz); Por- tugal (Paulino d’Oliveira). var. A. (Hesperica Sol).—Sevilla (Vogel); Andalucia (Schauffss). var. D. (graphica Baud).—Menorca (Pérez Arcas). Hsta especie se supone existe también en Argelia. — yunctata Sol.—Madrid (Pérez Arcas); Quero (Amor). —- monticola Rosenh.—Sierra de Bacares (Isern); Gra- nada (Sainz, Argiielles}; Puerto de Santa Maria (Kraatz); Andalucia (Schauffuss). — vrotundata Sol.—Ciudad-Real (Mora). — scabrosa Sol.—Tarifa (Tarnier). También existe en Marruecos. — fornicata Herbst.—Sevilla (Vogel); Tarifa (Tarnier); Cadiz (Pérez Arcas). También en Marruecos.» Sesion del 5 de Noviembre de 1890. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTINEZ Y SAEZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —Hl Sr. Secretario did cuenta de haber recibido un B. L. M. -del P. Director del Observatorio meteorolégico de Manila anun- ciando el envio de un ejemplar de las observaciones verifica- das durante el mes de Enero de 1890, y pidiendo el cambio con nuestros ANALES. La Sociedad acordé se dieran las gracias al P. Director de aquel establecimiento por su regalo, pasando la peticién de cambio 4 la Comisién de publicacion para que resuelva lo que estime conveniente. . —Se hicieron dos nuevas propuestas de socios numerarios. — istaban sobre la mesa las publicaciones recibidas desde la ultima reunién, acordando la Sociedad que se diesen las gracias 4 los donantes de las que son regaladas. DE HISTORIA NATURAL. 111 —Hl Sr. Vilanova puso en conocimiento de la Sociedad que durante su ultima estancia en Paris con motivo del Congreso de Americanistas, habia entregado al Secretario de la Asocia- cién francesa para el adeclanto de las ciencias las fotografias de ofitas del Levante de Espana que presentdé 4 la Sociedad en la sesidn anterior, y que dicho senor le prometié que se publicarian en las Actas de la ultima reunidn de aquella cor- poracién. Anadio ademas que, una vez en Paris, y cumpliendo una comisién del Sr. D. Antonio Canovas del Castillo, pasé & Amberes 4 visitar la coleccién de objetos proto-histéricos es- panoles de los Sres. Siret, sobre la cual dara una conferencia en el Ateneo por encargo también del mismo Sr. Canovas. Hizo también algunas consideraciones acerca de la gran impor- tancia de dicha coleccién , que contiene unas mil sepulturas, algunas con dos cadaveres y 4 veces restos de incineracién, cien craneos humanos préximamente, varios de ellos adorna- dos todavia con coronas de plata nativa y que datan del prin- cipio del periodo neolitico, y gran numero de vasijas y restos de ceramica, collares, instrumentos, etc., etc., objetos reuni- dos todos con gran perseverancia y 4 costa de grandes desve- los y sacrificios por los hermanos Sres. Siret durante su per- manencia en el Levante de Espafa. SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 48 de Octubre de 1890, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —(Quedé admitido como socio el senor Serrano y Sellés (D. Emilio), presentado por D. Manuel Medina. —FEl Sr. Calderén (D. Salvador) presentéd un breve trabajo del Dr. Westerlund, de Suecia, titulado Species novas generis Vitree Fitz. ad Hispaliam inventas. 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA La Sociedad acordé pasara 4 la Comisién de publicacién. —I1 mismo sefor did cuenta de dos publicaciones del con- servador de la seccién zoolégica del Museo de Lisboa, el sefior A. Girard, tituladas (Vola sobre os cephalopodes de Portugal (Jornal de sciencias, Lisboa, 1889), y Révesion des mollusques du Muséum de Lisbonne. 1. Céphalopodes (Jornal de sciencias, Lisboa, 1890). Resulta de estos interesantes estudios la exis- tencia en Portugal de 14 especies, y entre ellas una nueva (Todaropsis Veranyi), que deben representar muy aproxima- damente el total de las que frecuentan las costas del vecino reino. «Fundamos esta afirmacion, dice el autor, en que la fauna de las costas oceanicas de Espana, desde Gibraltar has- ta la Corufia, todavia poco conocida, no nos proporciona nin- guna especie diferente, y por otro lado en que Portugal se halla comprendido en la regidn lusitanica de Hoyle, que se extiende desde el S. de las islas britanicas hasta las Canarias, regidn que puede caracterizarse por su pobreza en formas es- pecificas, tanto que Hoyle, que reunid todas esas especies, cita unicamente nueve mas, que no hemos observado, y que parecen ser en su mayoria meras variedades debidas al sexo 6 4 la edad.» La lista de dichos cefalépodos portugueses es la siguiente: Argonauta argo L. Sepia Filliouxit Laf. Octopus vulgaris Lmk. Loligo vulgaris Lik. — tuberculatus Blainvy. — Forbesi Steens. Fledone cirrhosa Lmk. Teuthis media lL. Sepiola Rondeletit Leach. Tilex Coindetit Ver. — dailantica D’Orb. Todaropsis Verany2 Gir. Sepia officinalis L. Ommastrephes Caroli Furt. —E] Sr. Calderén dijo que habia leido en los periddicos que el volcan llamado Mombacho, en Nicaragua, se hallaba en plena actividad, y que la poblacién entera de Granada, la mas importante de la reptiblica, habia huido en masa. Con este motivo habia repasado los apuntes de la excursion que realizé & dicho volcin en 1882, una de las mas interesantes que re- cordaba haber realizado, y de ellos entresacaba algunos datos para entretener a la Seccidon. El Mombacho es una montafia imponente que se halla en DE HISTORIA NATURAL. 113 los bordes de esa magnifica cuenca de agua dulce de 160 km. de largo por 60 de ancho, que se llama el lago de Granada 6 de Nicaragua. La ciudad de Granada dista solo una legua de dicho volcan, y no es mucho que la erupcidn haya producido en los habitantes de esta el espanto que nos comunica el telé- grafo y temblores verdaderamente terribles y destructores. Forma el Mombacho en conjunto un ancho cono irregular, terminando por una cima rota y dentada, que desciende por el lado S. hacia una meseta que le sirve de asiento. La cima se eleva 4 unos 4.000 pies; pero como no existe un estudio to- pografico del monte, se desconocen sus exactas dimensiones. Afiadié que, por desgracia, tenia muy escasos datos sobre la petrografia del Mombacho, por haberse perdido, asi como otros efectos suyos, las rocas que recogiéd en su excursién y expidié para la Peninsula, donde se proponia estudiarlas. Re- cuerda, sin embargo, que entre estas hab{a muchas que rom- pian la monotonia de las andesitas piroxénicas que componen la inmensa mayoria del suelo volcanico de la América cen- tral, y entre ellas algunas que parecian traquitas y fonolitas. Estas rocas estan cubiertas en las partes bajas de la falda sep- tentrional y oriental por los conglomerados andesiticos y tra- quiticos que forman la barrera del lago por aquella parte. A su vez sobre estos conglomerados descubrio el Sr. Calderén lavas olivinicas y dapillis en un crater moderno, aunque ex- tinguido, vecino 4 la laguna de Apoyo. En toda la, regiédn centro-americana se pueden reconocer huellas de energias volcanicas reproducidas en muchos pe- riodos sucesivos; pero el Mombacho, asi como el grandioso pico de Ometepe, que se alza en el lago de Nicaragua, pare- cian los mas seguramente extinguidos de toda la zona, y de ellos se dice que no han producido manifestacién alguna des- de el periodo histérico. En cambio en tiempos anteriores ha debido el Mombacho ser uno de los focos explosivos mas im- ponentes del mundo, ajuzgar por los inmensos trozos de su vértice, hoy roto, que yacen al pie del gigantesco monte. Uno de ellos compone el cerro llamado Posintepe, junto 4 Grana- da, y otros, que llegaron al lago, han dado origen a un lindo archipiélago de mas de cien islitas, unas microscépicas y a flor de agua, y otras que se alzan hasta 300 m. Tal es el ver- dadero origen de estas islas y de otros grandes trozos que mé- 114 ACTAS DE LA § CIEDAD ESPANOLA dian entre ellas y el volcan, y no el que han supuesto Scher- zer y otros gedgrafos que han escrito sobre la América central. Aunque el volcanismo marcha en decadencia en toda esta regidn, come lo patentiza la misma historia desde la época de la conquista, dista mucho de hallarse extinguido, y esta erup- cidn insdlita del Mombacho da una buena prueba de lo teme- rario que es el calificar de inactivo un volcan, y particular- mente en la América central, como ya lo hizo notar el Sr. Cal- derén en su precedente trabajo sobre Los grandes lagos nicara- gitenses, inserto en el tomo x1 de estos ANaLES, y al que remitia a quien quisiera ampliar los datos sobre la regién objeto de la presente noticia. —EI Sr. Medina leyéd la siguiente nota entomoldgica sobre los crisididos de Hornachuelos (Cordoba) recogidos por D. Ma- nuel Garcia Nunez en el mes de Junio ultimo. Chrysis ignita L. — simplex Dahlb. — insoluta Ab. — Chevrieri Ab. — emarginatula Spin. — micans Rossi. — Saussure Chevr. — mediocris Dahlb. — bidentata L. — — var. maculifrons Buyss. _ — — cingulicornis Forst. = == — consanguinea Mocs. a — — fenestrata Ad. — purpureifrons Ab. — <écisa Ab. et Buyss. — pyrophana Dahlb. — angustifrons Ab. = -- var. Castellana Buyss Hlolopyga ovata Dahlb. -- — var. amenula Dahlb. Hedychrum lucidulum Lep. Cleptes afra Luc. — — var. Meding Buyss., var nov. DE HISTORIA NATURAL, 119 Sesi6én del 3 de Diciembre de 1890. PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO DE P. MARTINEZ Y SADZ. Leida el acta de la sesién anterior fué aprobada. —-El Sr. Secretario did cuenta de haber recibido una comu- nicacién del bibliotecario de la Academia de Ciencias natura- les de Filadelfia pidiendo el cambio de las publicaciones de aquella corporacién por las de la nuestra, y del Director ge- neral de Administracién y Fomento del Ministerio de Ultra- mar, enviando por orden del sefor Ministro de aquel ramo dos ejemplares de la Memoria descriptiva de los manantiales medicinales de la isla de Luzén, para la biblioteca de la Socie- dad. Esta acordé que el primer asunto pasara 4 la Comision de publicaciéu y que se diesen las gracias al Sr. Director ge- neral de Administracién y Fomento del Ministerio de Ultra~ mar por el donativo 4 que se refiere la segunda comunica~ cin. —flFueron admitidos como socios numerarios los senores Pau (D. Carlos), licenciado en Farmacia, de Segorbe (Cas- tellén), propuesto por el Sr. Argenta; Rodriguez (D. Ulpiano), farmacéutico en Manila, propuesto en la sesién anterior por D. Domingo San- chez, —Sobre la mesa estaban las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad que se dieran las gracias 4 los donantes de las que fueron regaladas. —HEl Sr. Bolivar ley6é la siguiente lista que comprende 96 especies de crustaceos recogidos por nuestro consocio D. Ma- ximino Sanz de Diego en Guetaria, cerca de San Sebastian, el verano ultimo, afadiendo las siguientes consideraciones. Solo 4 la pericia y 4 la larga practica que ha llegado a alean- zar el Sr. Sanz en la caza y pesca de los animales es dado ha- llar en tan breve tiempo tal numero Ge especies, que en su 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mayoria son de pequefio tamafio, y por lo tanto de mas dificil captura, por lo que no es de extraflar que en gran parte no estén representadas en la coleccién de crustaceos de la Penin- sula que vengo formando en el Museo de Madrid de unos cuan- tos afios 4 esta parte. Si 4 estas se agregan algunas especies vulgares que el Sr. Sanz no ha creido deber recoger, pero que existen en aquella localidad, como en toda la costa cantabri- ca, no se encontrara exagerado se calculen en mas de 100 las especies que pueden recogerse en la localidad indicada sin valerse de dragas ni de otros medios de pesca que nuestro co- lega no ha podido emplear por carecer en absoluto de ellos. Los que conocen las dificultades que presenta la pesca de estos animales, cada uno de los cuales tiene sus costumbres propias y su habitat particular, podran apreciar la suma de esfuerzos y toda la actividad y el trabajo que representa esta coleccién. En efecto, aparte de unas cuantas especies que Vi- ven en el limite de las mareas, y que pueden recogerse con facilidad, por lo que constituyen el fondo, digamoslo asi, de los envios que recibo de diferentes localidades en respuesta a las continuas gestiones y demandas 4 que me obliga el pro- posito de aumentar y completar en lo posible la coleccion del Museo a que me he referido, y cuya lista, ya bastante nume- rosa, me propongo ofrecer en breve a esta Sociedad , las res- tantes ha debido buscarlas nuestro colega valiéndose de los medios que le han sugerido las circunstancias 6 su propia iniciativa, y entre los que merece conocerse el que voy a exponer, no solo porque puede servir de indicacion para el hallazgo de ciertas especies, sino también porque da idea de los trabajos que requieren estas exploraciones.y de los peli- gros que las acompajian. Las boyas que cierran el puerto de Guetaria son unas inmensas campanas de hierro de hasta 4 metros de diametro, flotantes merced al aire que encierran y ancladas por medio de una cadena que, a guisa de badajo, tienen en su interior, y que desciende hasta el fondo del mar; esta cadena, tendida desde la superficie hasta el fondo en si- tios ya de mucha profundidad, sirve de asiento 4 muchas es- pecies gue encuentran refugio y alimento en las algas que se enredan en los eslabones de la cadena. Este ha sido uno de los principales cazaderos que ha utilizado el Sr. Sanz, el cual, permaneciendo horas enteras en el agua, buzaba hasta aga- DE HISTORIA NATURAL. 11% rrarse 4 la cadena del ancla por debajo de la boya, no sin ex- ponerse a recibir los golpes de esta, movida constantemente por las olas, y en el breve tiempo que estaba sumergido reco- gia y encerraba en un-saco atado 4 la cintura las algas que encontraba al alcance de sus manos, y que examinaba des- pués de volver 4 la superficie y de haberse colocado sobre el lomo descubierto de la boya, donde tomaba al mismo tiempo un relativo descanso. 3 Entre las especies que se enumeran, todas ellas interesan- tes bajo el punto de vista de la geografia carcinologica de la Peninsula, hay algunas nuevas y otras muchas que se citan por primera vez de nuestra patria. Lepas anatifera L.—En las maderas que arroja el mar a la costa. Pollicipes cornucopia Leach.—Es el percebe comutin que solo queda a descubierto en las grandes mareas. Balanus sp. Chthamalus stellatus Polii—Fsta especie es comun en toda la costa del Cantabrico. Sacculina Benedent Kossm.?—Sobre el Xantho rivulosa. Solo se habia citado del Mediterraneo. Caprella equilibra Say.— Ninguna especie de este género tes niamos en la coleccion de Espana. — acutifrons Desm.—Ks la especie recogida en mayor abundancia. — linearis M. Edw. — hystrix Kroyer. Cyrtophium Darwint Sp. B.—Hecha excepcion del Zalidrus, la Orchestia y el Gammarus marinus, ninguna de las especies de isépodos siguientes existe en el Museo. Microdeutopus versiculatus Sp. B. Elasmopus rapaz Costa. Podocerus falcatus Mont. — capillatus Rathke. Sunamphithoé hamulus Sp. B. -- gammaroides Sp. B. -- conformata Sp. B. Amphithoé rubricata Mont. — littorina Sp. B.—M. Chevreux, 4 quien he consul- 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tado esta especie, la considera como una variedad de la anterior debida al mimetismo. Talitrus Locusta L.— Esta y la siguiente son especies casi te- rrestres, puesto que se encuentran en la playa entre las aleas que deja el mar al retirarse durante la marea baja. Orchestia littorea Leach. Hyale Nilssont Rathke. — camptonyz Heller. Halirages bispinosus Sp. B. Atylus Swammerdami M. dw. Calliopius norvegicus Boeck. Amphithopsis latipes M. Sars.—M. Chevreux dice no haber en- contrado nunca en Francia esta especie. Deaamine spinosa Mont. spiniventris Grube. Stenothoé marina Sp. B. — monoculoides Mont. Parapleustes sp. nov.—Un solo ejemplar que ha sido exami- | nado por M. Chevreux. Gammaropsis erythrophthalma Lillj. Aora gracilis Sp. B. Gammarus Berilliont Catta.--Esta especie fué descubierta por M. Berillon en la cima del Mondarrain en los bajos Pirineos, & 750 m. de altu- ra, en el agua de una fuente que con- tenia notables cantidades de sales de hierro. Segun el Sr. Sanz es comtin en todas las fuentes del monte Garate. — marinus Leach. Gammarella brevicaudata M. Edw. Melita palmata Mont. Brachyscelus acuticaudatus Stebbing.—Sobre la piel del bonito. Anthura gracilis Mont.—Tampoco tenemos esta especie en el Museo, ni las dos siguientes. Anceus macxillaris Mont.—En el interior de las conchas vacias de los Balanus que dejan descubiertos las grandes mareas. Nerocila maculata M. Kdw.—Hl Sr. Sanz ha recogido ejempla- res de las dos formas que describid Milne Bites con los nombres de maculata y afints. Ceratothoa estroides Risso.— En la boca de las bogas. DE HISTORIA NATURAI,. 119 Spheroma Prideauzianum Leach. — serratum Leach. Dynamene rubra Mont.—En el interior de los Balanus. — Montagui Leach.—El género Dynamene no figura en la coleccidn del Museo. Cymodocea pilosa M. Edw. Nesea bidentata Adams. Campecopea Cranchii Leach.—Tampoco existe este género en nuestra coleccidn. Idotea tricuspidata Desm. — linearis Latr. — acuminata Leach. — appendiculats Risso. Arturus sp. nov.—M. Chevreux, con quien he consultado esta especie, la cree afine al A. damnoniensis Stebbing, aun- que distinta en su sentir. Jera albifrons Leach. Bopyrus squillarum Latr.—Sobre Palemon serratus Fabr. Gyge sp.—Sobre Hippolyte y Virbius. Ligia oceanica L. Philoscia muscorum Latr. — sp. Porcellio dilatatus Brandt. Armadillidium vulgare Latr. — granulatum M. Edw. Mysis sp. Siriella frontalis M. Edw. Palemon serratus Fabr: — squilla lL. Hippolyte Cranchii Leach. -- Sp. Virbius varians Leach.—Muchos ejemplares con diversas va- riedades. Esta especie y la siguiente alin no las he es- tudiado. A thanas nitescens Leach. Alpheus megacheles Hailst (Hdiwvardsi M. Edw.) — dentipes Guér. Lysmata seticaudatt Risso. Nephrops norvegicus L. Galathea squamifera Leach, 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Clibanarius misanthropus Heller.—Esta especie eS comin en toda la costa; yo la he hallado en San Vicente de la Bar- quera en-mucha abundancia. Porceliana platycheles Penn. Stenorhynchus phalangium Penn. Inachus dorynchus Leach. Herbstia condyliata M. Edw. Maja squinado Herbst. Pisa Gibbsit Leach. — tetraodon Leach. Cancer pagurus L. Pirimela denticulata Mont. Aantho vivulosa Risso. Lriphia spinifrons Sav. Portunus puber L. Polybius Henslowi Leach. Carcinus menas Leach. Platyonychus nasuius Latr. Pachygrapsus marmoratus M. Edw. —HEl Sr. Quiroga leyo la siguiente nota: Eacursién desde las Rozas al Bscorial pasando por Valdemorillo. «Hn la provincia de Madrid y entre los rios Aulencia y Pera- les, afluentes del Guadarrama y del Alberche respectivamente, y & unos 28 km. de la capital en la direccién 10° N., existen dos bandas paralelas, una de gneis y otra de terreno cretacico, arrumbadas de NH. & SO., que son las mas proximas de esta naturaleza 4 la coronada villa. »Prado, que debid probablemente ser quien primero reco- nociese y fijara la posicién de estos dos interesantes mancho- nes gneisico y cretacico, los sittia entre los pueblos de Valde- morillo, Nava la Gamella, Colmenar del Arroyo, Perales de Milla, Quijorna, Villanueva de la Cafiada (La Espernada) y Villanueva del Pardillo, quedando el primero al N., el segun- do y tercero al O., Perales al S., Quijorna y La Espernada al SE. y Villanueva del Pardillo al E. de dichos manchones. Eno el mapa geolégico de la provincia de Madrid, hecho y publicado en 1864 por el mismo sabio gedlogo, asigna al man- —_—-- DE HISTORIA NATURAL. 121 chén gneisico una forma lenticular alargada con una longi- tud de 15.600 m. de NE. 4 SO. y una anchura maxima de 2.100 m. entre Valdemorillo y La Espernada, siendo el creta- cico, que esta situado en el borde SE. del anterior, mucho mas estrecho y bastante mas corto, pues su longitud es de 9.500 m. y su anchura cuando mas de 600 m. Sobre el borde SE. del cretacico descansan las arenas del diluvium de Madrid, mien- tras que él & su vez se apoya sobre el gneis por su margen NO. - y éste lo hace sobre el granito de Valdemorillo por dicho rumbo. »La faja cretacica de Valdemorillo parece ser un resto de la de Torrelaguna, el Vellon yel Molar, que ha quedado 4 pesar de la intensa denudacioén sufrida por los materiales de este periodo. | »La proximidad de estos manchones 4 Madrid me habia hecho formar desde algun tiempo el proyecto de visitarlos, y con ese objeto tenia el plan de una excursién partiendo de Las Rozas & Villanueva del Pardillo, recorrer después el terreno que media entre este pueblo y Valdemorillo y bajar de aqui por la carretera del Escorial 4 Navalcarnero hasta Villanueva de la Cafiada, por otro nombre La Espernada, volviendo desde este pueblo directamente 4 Las Rozas 6 pasando otra vez por Villanueva del Pardillo. Esta excursién, que representa una marcha de 44,5 km., es posible hacerla en un dia de verano cuando los trenes salen de Madrid mas temprano y anochece a las 8 de la noche; pero no ya en esta estacién, en que ade- mas de salir de Madrid mas tarde los trenes oscurece a las 5" de la tarde. Asi es, que el domingo 9 de Noviembre del afio corriente no he podido realizar sino una parte de mi antiguo proyecto. »Sali de Madrid en el tren de Galicia que se pone en mar- cha 4 las 7" 25" de la mafiana, acompafado de los Sres. Ri- vera, Hernandez (D. Carlos) y Sanchez Navarro, alumnos del Museo de Historia Natural, llegando 4 Las Rozas 4 las 8 de la mafiana. »Nos encaminamos inmediatamente 4 Villanueva del Par- dillo primero por la carretera que va por el S. de Las Rozas hasta pasar la primer alcantarilla que esta sobre el A77oyo del Plantio, donde tomamos la vereda de la izquierda que lleva una direccién OSO. para cambiarla al cabo de1 km. por ACTAS DE LA SOC. ESP. — XIX. 9 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la de ONO. por la falda meridional de la Cumbre, hasta que a los 3,5 km. encuentra una carretera nueva al final de su kilémetro primero, que debe partir de la que antes seguimos, y conduce a Villanueva del Pardillo siguiendo proximamente el antiguo cari! de Cuelgaperros. A los5,5 km. en dicha carre: terra hay un sencillo y elegante puente, de un solo ojo y barandillas de hierro, sobre el rio Guadarrama, que apenas -llevaba agua, y en cuyas margenes existe aletin arbolado, sobre todo de chopos. Desde el puente se ve en direccién de aguas abajo del rio el espeso monte que rodea al Castillo de Villafranca. En las trincheras de esta carretera, 4 poco de pasar el puente, se observan sefiales claras de la denudacién que las aguas torrenciales procedentes de la Sierra de Gua- darrama produjeron durante el mismo periodo cuaternario . sobre el diluvium ya depositado y de la sedimentacioOn que siguid & este fendmeno. »A las 10" 30™ de la mafiana entramos en el pueblecillo de Villanueva del Pardillo, donde almorzamos, saliendo 4 las 11 con direccién a Valdemorillo. Todo este camino corre por las arenas del diluvium en. las que cada vez se van haciendo mas frecuentes los cantos de granito y gneis, hasta que en las margenes profundas del Arroyo de Valbellido & los 3.500 m. de Villanueva, los cantos aumentan en numero y volumen, pre- sentandose muchos de porfidos cuarciferos con abundantes cristales de ortosa. A los 600 m., poco mas 6 menos, se atra- viesa el rio Aulencia, reducido 4 la sazon a una serie de char- cos, que aqui corre atin por el diluvium, rico en grandes can- tos de granito y especialmente porfidos, algunos muy bellos por su pasta de color negro intenso, grandes cristales de ortosa muy fresca, granos vitreos de cuarzo y laminas de biotita. Kn sus margenes hallamos.también un canto de una bella roca granitica de grano grueso, feldespato muy blanco y fresco, mica plateada muy escasa y prismas abundantes de turmalina negra, que 4juzgar por la presencia de estos dos ultimos minerales debidé pertenecer 4 algun granito de fildn, una @plita 6 cosa asi. La margen izquierda del rfo en un torno que alli hace es un acantilado vertical de arenas diluviales de 25 6 30 m. de elevacion. A los 100 m. de pasar el rio y ala izquierda del camino estan las canteras de Don Leon en creta- cico. Consisten en unos bancos de caliza gris clara y caliza a fe oe DE HISTORIA NATURAL. 123 arcillosa, poco mas oscura, de fractura concoidea, con algunas arcillas irisadas, el todo inclinado 40° con direccién N. 23° E. y buzamiento al H. 24°S. (1). Entre las calizas se ven algunas venillas capilares cortas, muy delgadas é irregulares de pi- rita, que se oxida mediante la accidn del aire.y tifie de rojo. la roca en que yace y la que esta debajo. En las mismas calizas obsérvanse algunas superficies verticales de resbala- miento. Entre las arcillas rojas y grises que hay encima de las calizas corren ciertas vetillas verticales de 25 mm. de ancha la que mas, de caliza fibrosa y mate, que deja un resi- duo muy blanco cuando se disuelve en los acidos formado de silice y alumina; constituye una variedad bastante curiosa de este mineral. Un poco mas abajo de las canteras y casi ala orilla del rio estan los hornos en que calcinan estas calizas mas 6 menos arcillosas, algunas bastante, para hacer cal viva de las que contienen poca arcilla y silice libres, y cemento 6 cal hidraulica de las que son ricas en estas dos sustancias que alcanza mas valor que el primer preducto. Ya Prado dice (2) que en el cretaceo de Madrid «hay también calizas arcillosas 6 margosas, ya duras, ya bastante blandas». Estas Ultimas se hallan sobre todo en la faja cretacea de Valdemorillo, tanto 4 la parte E. como a la del O., y se emplean 6 se han empleado como calizas hidraulicas bastante buenas. Analizada una de ellas en el Jaboratorio de la Escuela de Minas, did el resultado siguiente: Carbonato calcico...... = Cie aseeeenenee chisiwes syren! a OOLOU. — MASMESICOS 3% 3f-gu pi Mee meee DOM, PTL COMI tie a aoa e ohees yt ee 6,00 ACM ret aectep st ie lateioke a aoa hos Goats ee ae 8,50 Od OMCTEL COS So a hs |. ey OER PIA Re eS 3,00 OUT NPCTOIOA. 24a efsta ccc cts tayuiineyacela Steere ane 4,28 100,00 »No hallamos fdsil alguno en aquellas capas de caliza, y habiendo preguntado al guarda de las canteras y hornos si (1) «La inclinacién de las capas del terreno cretaceo es de 30° al SE.» (PRADO: Des= crip. geol. de la prov. de Madrid, pig. 121.) (2) Loc. cit.. pag. 119, 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA aparecian en ellas conchas 6 caracoles hechos piedra, nos respondidé qne no los habian encontrado nunea. En la prolon- gacion al SH. de esta banda cretacica en Quijorna hallé Prado un Mytilus (1) que también encontré en Cerceda (2), que con- sidera nuevo y lo describe con el nombre especifico de Ver- newli, representandolo en las figuras 12 y 12 @ de la lamina 1 de su obra. »Siguiendo el camino que llevabamos, detras y encima de estas canteras afloran las calizas en la superficie del terreno, corroidas por las aguas, y a continuacién de ellas explotan por medio de socavones de 12 4 15 m. de profundidad una arena amarillenta que yace debajo de las calizas y concor- dante con ellas. El espesor total del cretacico en este punto escasamente llegara a4 0,05 km. y sus estratos parecen ser ex- clusivamente uniclinales con el buzamiento y direccidn antes indicados. »Descansa este terreno inmediatamente sobre un gneis bastante pizarroso y rico en granos y glandulitas de feldes- pato muy caolinizado, estado que es causa de que se deshaga la roca al cortar un ejemplar. Prado indica ya (3) que entre Valdemorillo y Quijorna el gneis se halla muy descompuesto, anadiendo que aun se intentd extraer de alli algun caolin que por su impureza no pudo tener aplicacién. Algunas glan- dulas feldespaticas de este gneis son grandes hasta de 35 a 40 mm. y suelen estar constituidas por la macla de Karlsbad, hallandose sueltas por el camino que todo él corre por este material y se une a la carretera de Navalcarnero al Iscorial poco antes del poste del kildmetro 41. Son frecuentes en este gneis venas de pegmatita cuya ortosa predomina, constitu- yendo grandes masas espaticas bastante bien conservadas. »Durante este camino no se ve claramente el buzamiento del gneis; sin embargo, encima de la trinchera que hay sobre el poste del kilometro 41 parece que lo hace al SE. »Poco & poco esta roca va dejando de ser pizarrosa y ad- (1) Zoc. cit., paginas 122 y 123. Lam. 11, figuras 12 y 12a. (2) En la caliza de Cerceda he hallado ejemplares de Zima casi siempre incomple- tos. Prado cita en esta localidad dos especies de este género, la cretosa y la dichotoma, esta mas abundante que aquella. (3) Zoe. cit., pag. 80. DE HISTORIA NATURAL. 125 quiere mas cuarzo, 4 la vez que las glandulas feldespaticas son todas mas grandes 6 irregulares, en una palabra, que lentamente va pasando 4 gneis glandular inferior. En una trinchera del lado derecho en el kildmetro 42 hay una vena vertical de una roca eruptiva que tendra de 30 4 40 cm. de espesor, y esta completamente transformada en una arcilla eris oscura moteada de blanco, conservando aun su tendencia & romperse en casquetes esféricos. »Proximamente frente a Santa Ana, entre el kilémetro 43 y el 44, termina el gneis cediendo su lugar 4 un granito are- naceo atravesado por numerosas venas de cuarzo lacteo. Kilémetro y medio, pues, antes de llegar 4 Valdemorillo se entra ya en Ja masa granitica que se extiende sin interrup- cidén hasta el eneis del Escorial. Por lo tanto, la anchura de esta faja gneisica entre Valdemorillo y el rio Aulencia vendra a ser de unos 3.500 m. »A las 3" de la tarde pasamos por Valdemorillo y continua- mos nuestra marcha al Escorial, adonde llegamos 4 las 5" de la tarde, regresando a Madrid en el tren que pasa por aquella estacion & las 5% 40™. »El total de nuestra marcha, que hizo muy molesta el vien- to NO. fuerte que soplé todo el dia, fué de unos 32 km.» —E]l Sr. Secretario leyé la siguiente acta de la Ultima sesién de la Seccién de Sevilla remitida por el Secretario Sr. Medina: SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 8 de Noviembre de 1890. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobé el acta de la anterior. —El Sr. Medina presenté un trabajo titulado Catdlogo pro- visional de las Hormigas de Andalucia. —El Sr. Puiggener leyé la nota siguiente: 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pina prolifera del Pinus Pinea ZL. (Pino pinonero). «En el Museo de la Universidad de Sevilla existe un nota- ble ejemplar de la monstruosidad que encabeza la presente nota, procedente del coto de Oana, y que probablemente se- ria donado como curiosidad al profesor D. Antonio Machado cuando estaba al frente de las colecciones & que me refiero. »Habiéndose ocupado ya D. Miguel Colmeiro en esta Socie- dad (1) de otros dos casos de la misma monstruosidad en di- cha especie, procedentes de la provincia de Alicante y rega- lados por D. Ramon de Campoamor al Jardin Botanico de Ma- drid, no necesito entrar 4 describir este fendmeno de prolife- racién ni repetir las consideraciones teratolégicas que ha ex- puesto tan acertadamente el sabio profesor. Me bastara com- parar con dicho ejemplar el mucho mas notable del coto de Oana que existe en la Universidad de Sevilla, pues ofrece una longitud doble que la representada en la lamina que acompania al trabajo del Sr. Colmeiro, lo que indica un vigor de vegetaciOn verdaderamente notable, como lo prueban las siguientes medidas: Longitud de la pifia NEES elias wvtorts sarabar et ate aie 7 cm. Didametrodetlaamismiane see aye eee: 8 Prolongacion dell ejex...s. se tes eae 61. Dis metronmexMN Onna sere ieleeiete ee wee 2 Longitud de las hojas mayores....... 14 »Del eje primero, que se prolonga, salen 4 los 9 cm. otros dos ejes, uno de los cuales esta cortado en el ejemplar; el otro alcanza una longitud de 40 cm. Ambos Hevan flores, teniendo solo el principal cuatro. »La pifla aparece un tanto deformada por hallarse abierta. »Sostiene hojas abundantes, que pasan seguramente de 300, no obstante hallarse mutilado el ejemplar, y estas son tan cre cidas y desarrolladas como las de cualquier ramo normal.» —Hl Sr. Calderon leyo la siguiente comunicacidn: QQ) Prolifcacion observada en dos pias del pino doncel, ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST Nat., tomo vir, 1873. DE HISTORIA NATURAL. 127 Excursion & Cantillana y desembocadura del Biar. «Hl dia 16 de Julio del corriente afio, y en compania de al- g@unos sefores socios del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, emprendimos la excursidn 4 los sitios qne enca- bezan la presente noticia. . »Partimos de Sevilla por la linea férrea 4 las 8" 15™ de la noche, llegando 4 Brenes 4 las 10" 15™, y de allf en coche 4 Cantillana. A las 4" 30™ de la mafiana salimos del pueblo por el camino de Tocina con objeto de visitar antigtiedades que se decian pertenecientes 4 las épocas prehistoricas, lo cual no resultd confirmado. Tomamos después en direccién opuesta, dirigiéndonos a la desembocadura del Biar, en el Guadalqui- vir, por donde seguimos al N. un corto trecho, para dirigir- nos luego al SE. hacia Villanueva, pasando por el Cerro de la Nnecarnacién, para regresar 4 Sevilla por la noche en el tren correo de Mérida. Empleamos, pues, en nuestra excursidn el dia entero y sin pérdida de tiempo, no obstante el calor pro- pio de la estacion, y sobre todo en este pais. »Lo mas interesante para nosotros fué, sin duda alguna, el examen del terreno triasico en ese manchon tnico en toda la Andalucia atlantica que el Biar y sus afluentes han puesto 4 descubierto en la época de las grandes erosiones cuaternarias. Hallase representado este terreno unicamente en su divisién inferior por una gruesa formacién de conglomerados, que pa- san a@ veces & brechas: de cantos 6 trozos empastados suma- mente heterogéneos, tanto por su naturaleza, pues los hay de cuarcita, de pizarra, de caliza y de porfido cuarcifero, como por su tamafio, siendo con frecuencia muy gruesos; entre ellos se interestratifican capas de una gruesa arenisca. Toda la formacidn se distingue por un color mezcla de rojo y mo- rado, donde el hierro y el manganeso han impreso su huella. Nos dijeron que una mina de este ultimo metal fué descu- bierta y empezé a explotarse en el sitio llamado Los Cuchare- vos. También parece se han encontrado en la misma forma- cién vetillas carbonosas. »Varias veces tuvimos ocasién de observar en nuestro itine- rario ondulante la superposicién de las calizas miocenas sobre 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA el conglomerado triasico. Al paso que el segundo parece com- pletamente estéril en restos fdsiles, las primeras los ofrecen con suma abundancia; aunque por regla general tan tenaz- mente adheridos 4 la roca, que es imposible desprenderlos. La erosion se ha encargado de poner a descubierto enormes bancos de esas Ostv@as gigantescas, tan caracteristicas del miocerfo, y cuyo estado de conservacién causa verdadera sor- presa. En el citado Cerro de la Encarnacién pudimos ver toda la estructura de la regidn que nos ocupa: las antiguas piza- rras y cuarcitas muy levantadas y dirigidas al NO. se hallan en la base, en discordancia notable con los conglomerados tridsicos que reposan sobre ellas y poco inclinadas, y asu vez otro conglomerado calizo mioceno completamente horizontal, formando el coronamiento del cerro y reposando transgresi- vamente al Mediodia sobre el trias y al N. sobre las pizarras y cuarcitas arcdicas. Nuestra excursién termin6 en la parte gceoldgica, dejando en nosotros un vehemente deseo de‘estu- diar mas en detalle dicho cerro y relacionar sus materiales con los de la vecina formacién carbonifera de Villanueva. »Hubiéramos querido recoger algunas plantas, pero estas es- caseaban por extremo, merced 4 la sequia del verano, hallan- dose solo en flor algunas en el cauce del Biar, que estaba casi completamente seco. La cosecha de aceite y de uva se presen- taba, sin embargo, bajo muy buenos auspicios en aquella zona. Averiguamos que en el aio anterior el mi/diu se des- arrollé mucho en ciertos vinedos de Cantillana después de una tormenta que descargé 4 mediados de Abril, inutilizando una cosecha que prometia ser abundantisima; pero este ano feliz- mente no se ha reproducido el parasito. Parece que la seque- dad del verano en una gran parte de Andalucia hace a esta criptégama mucho menos temible aqui que en el Norte de Kspafa y en el resto de Europa. »Se recogieron bastantes insectos, que estan en estudio, y en cambio pudo notarse la escasez de moluscos, reducidos 4 algunos Helix pisana Mill. y . conspurcata Drp. en los troncos de los naranjos de las huertas. En las charquillas 4 que estaba casi reducido el Biar notamos profusién de angui- las, y en las de las hondonadas de la Sierra abundaban las bogas. Parece que hay muchisimas viboras en aquellos terre- nos pedregosos, aunque nosotros no tuvimos ocasién de en- DE HISTORIA NATURAL. 129 contrar ninguna. Entre las aves tomamos nota de haber visto con abundancia los abejarucos, las tértolas, las pipitas, entre ellas la amarilla (Budytes flava \..), y otros pajarillos. Y en punto 4 mamiferos, los guardas nos participaron la profusién de conejos en los sitios acotados, que son extensos, y las visi- tas en invierno de los lobos, los cuales suelen bajar hasta los vifiedos cercanos 4 Cantillana, segtin sus noticias.» —~ —Leidos los articulos 12, 13, 16 y 21 del reglamento el sefior Tesorero presentéd las cuentas, de cuya situacién da idea el siguiente Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Espafiola de Historia Natural, desde 1.° de Diciembre de 1889 4 30 de Noviembre de 1890, INGRESOS. PESETAS. Saldo en 1.° de Diciembre de 1889.............-.. leveletetotetstotetaseiaie Se0uOnCHC een 120505 Cobradoporncwotas atrasadas -.-fs a olersierere 20 Vode es POW SESEM tapys OCHONSUSCRUDCLOMCS s/s) .1n1«\2)