a | eal - cr . v + ae ed rs = Disks *. = my ee “ * >» 7 & ot! - ‘ on { 2 aA a a mal ss © ; “ Peay - : - HISTORIA NATURAL. ' " * ry vt ACA Tes DE LA SOCIEDAD ESPANOLA \ S ERR Ean TOMO TERCERO. DES a al Be) MADRID: DON I. BOLIVARSEESORERO. (o)/Sachadyas|- ED)s gee eS / Nady ee) ails 1894, DE HISTORIA NATURAL. bt eae Articulo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias | ubiiea- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. 7 8 ati VANS s Cee 5 ‘ By \¥ fj {7 a * 4) ; Ve vine 1#)) v : + BP rare i ‘. ‘ ri % ‘ IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29, ry a ' ‘ ; | ‘ ° "i + ‘ a : ine <. Sea as | oh a MEMORIAS DE Bl Se oA NAP. Ae CONTRIBUCIONES Ora 8s ESTUDIO DE LA GLAUCONITA, ), SALVADOR CALDERON Y D, FEDERICO CHAVES Y PEREZ DEL PULGAR, (Seccion de Sevilla.— Sesion del 5 de Septiembre de 1893.) eee Ks sabido que con los nombres de glauconia y glauconita se designa un curioso mineral, abundantemente distribuido en ciertas rocas, y respecto a4 cuyo origen y evoluciones se han emitido opuestas hipotesis, sostenidas todavia por mineralo- gistas y gedlogos. No nos proponemos presentar aqui la descripcién de esta substancia, cuyos caracteres, hasta donde estos son conocidos, se encuentran consignados en las obras de Mineralogia; sdlo recordaremos que es un silicato ferroso—potasico, verde, cris talino, que en estado de granos pequenhos, numerosos y redon- deados, se halla disperso en el seno de ciertas rocas sedimen- tarias, calizas, margas, areniscas y arenas cretacicas de color verde, merced 4 la abundancia de granos glauconosos. Las rocas margosas y calizas que contienen este mineral son fosi- liferas y ricas sobre todo en formas diminutas 6 microscépicas de briozoos, coraliarios y particularmente foraminiferos, ob- 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) servandose, como luego indicaremos, estrecha relacién entre la distribucion de los esqueletos de dichos seres y la de los granos de glauconita. Los antiguos mineralogistas confundian estos granos verdes con la clorita (1); pero los trabajos sucesivos de Erhenberg, Bayley, Reuss, modernamente los de Murray y Renard, y, en fin, los recientes y muy valiosos de L. Cayeux (2) han fijado de un modo terminante la diferente naturaleza de dichas dos substancias minerales. Merced 4 los estudios de estos sabios se conocen con bastante precision las particulares circunstan— cias de yacimiento de la glauconita, y, en cierto modo, su historia geologica; mas no sucede otro tanto en lo que se re- fiere a su composicidn y propiedades épticas, cuestiones toda- via muy obscuras y que constituyen el preferente asunto del presente estudio preliminar. La circunstancia de abundar en Andalucia las rocas glau- conosas de edad terciaria contemporaneas de la molasa suiza y del terciario de Viena, y sobre todo nummulticas, nos hizo pensar sisu estudio podria arrojar alguna luz sobre las impor- tantes cuestiones ahora enunciadas, y en esta esperanza em— prendimos el presente trabajo en el Museo de la Universidad de Sevilla, utilizando los materiales extranjeros y del pais que en éste existen. Entre ellos nos hemos fijado especialmente en los siguientes, de los cuales hemos tallado suficiente numero (le laminas delgadas: Creta tobacea de Rouen (3). Arenisca de Bidache. Arena verde del bosque de Bolonia (4). (1) Buena prueba de ello es la siguiente nota que figura en la clasica obra de A. Burat, dando cuenta de un andlisis de Berthier: «Los granos verdes cloritosos de la creta glauconosa han sido analizados por M. Berthier, el cual ha obtenido los re- sultados siguientes: SHUI Pi ER AA Bs Ss SPR UES SS 0,50 Protéxido de hierro............ 0,21 ATUTOUINA, ois s1e'e s 6 onary eters 0,07 DUS Gira fort caves « )oiticetemringeets iereterey 0,10 UM EA clclwlolis re ssi Meier betocdele 8 Oil (BuRAT: Traité du gisement et de Vexploitation des minérauax utiles, 1? partie, p. 188. Paris, 1855.) (2) L. Cayeux: Notes sur la glauconite. (Ann. de la Soc. géol. du Nord , 1892.) (3) Douvinii: Bull. de la Soc. géol. de France, 3° série, vut. (4) MEUNIER: @éol. des environs de Paris. Paris, 1875. 43) Calderén y Chaves.—ESTUDIO DE LA GLAUCONITA. 1 Losa de Tarifa (Cadiz), consistente en una arenisca Cuarzosa, gris, dura y homogénea, de edad eocénica, muy usada en el pais por estas propiedades como losa para pavimentos (1). Caliza granuda de Jerez de la Frontera, también eocénica, con Nummutites, llamada en el pais martelilla (2). Caliza blanca, compacta, con Vummutlites del eocénico infe- rtor de Moron (8). Arenisca caliza dura helveciense de Sierra Morena, con //e- lereostegina costata D’Orb. (4). Hemos observado gran conformidad en los caracteres de la elauconita de todas estas rocas, que responden a una sola y misma variedad, sin que en ninguna de ellas hayamos visto la variedad exfoliada de que habla L. Cayeux en su impor- tante Memoria antes citada. En general se presenta en granos redondeados de diverso tamano, pero siempre pequeno, ya dispersa entre los demas elementos detriticos de la roca, 6 ya en relacién de contacto con los esqueletos de los foraminife— ros, llenando sus camaras, como sucede en la martelilla, en la caliza de Moron, y se cita analogamente de muchas otras loca- lidades del extranjero. Otras veces el mineral esta disperso indiferentemente en la pasta y en relacidn con los organismos, como se observa en la creta tobacea de Rouen; y, por ultimo, cuando la roca es arenacea, como la glauconosa del bosque de Bolonia, contiene los granos ya sueltos, 6, lo que es mas fre- cuente, engastados en otros de cuarzo 6 formandoles una cos- tra incompleta. El color de la glauconita en lamina delgada varia entre el verde esmeralda y el de la esparraguina. Esta coloracién se aprecia muy bien cuando la seccion es algo gruesa; pero no asi los demas caracteres que exigen para su estudio laminas excesivamente deleadas. Hay en todas nuestras preparaciones algunos granos que, aun en estas condiciones, muestran un (1) Macpuerson: Bosquejo geoldgico de la provincia de Cadiz, 1872. (2) CaLpERON: Foraminiferos fosiles de Andalucia. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIstT NAT., tomo xvi, Actas.) (3) CALDERON: Los volcanes fangosos de Moron. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo xv.) (4) CaLpERON: Za Sierra de Peiaflor y sus yacimientos auriferos. (ANAL. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., tomo Xx.) 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4p color pardo, y los de la martelilla de Jerez se encuentran en este caso sin excepcion. La glauconita se presenta en todos los ejemplares examina- dos como un mineral de alta refringencia. Ofrece siempre un débil policroismo, que sdlo puede observarse valiéndose de grandes ampliaciones, para fijarse aisladamente en uno de los pequenos elementos que por su agregacién constituyen cada grano de glauconita. En estas condiciones es dado percibir las tintas verde-oscuro intenso y amarillo limén claro indicadas en el-trabajo de Cayeux, y que nosotros hemos observado me- jor que en ningtin otro ejemplar en las preparaciones de la losa de Tarifa. Como acabamos de decir, los granos de glauconita son ver- daderos agregados cristalinos de pequenisimos elementos, cuya posicién relativa no obedece @ orientacién alguna. Ast es que, examinados entre los nicoles cruzados, se advierte que en ninguna posicidn lega a extinguirse la totalidad de los granitos; y si en estas circunstancias se enfoca y desenfoca alternativamente, se ven puntos que se extinguen en ciertos momentos é iluminan en otros, lo que indica su desigual orien- tacidn. Fijandose en un solo elemento de los que constituyen el grano, se puede notar que se extingue en cuatro posiciones correspondientes a dos cuerdas normales durante una rotacién completa de la platina; pero hay que notar que las direcciones de extincidn no guardan relacién alguna con el sentido del alargamiento en aquellos granitos que no son esféricos. La estructura de agregado cristalino del mineral que nos ocupa explica el por qué no se observa bien el policroismo en ‘ada grano, pues coexisten en él orientaciones Opticas tan dis- tintas cuantas son las innumerables laminas que le compo-— nen, dispuestas en todas posiciones con respecto a los planos (le vibraciones de los nicoles. La glauconita nos parece comportarse indudablemente por sus propiedades 6pticas como un mineral rombico. Hemos observado que en los granos de color pardo se extin- gue entre los nicoles cruzados una superficie mayor de cada laminilla que en los verdes. Semejante circunstancia pudiera provenir de la alteracion que han sufrido dichos granos par— dos, acusada, como luego diremos, por el mismo color en que se transformé el verde primitivo. La alteracién consiste con (5) Calderén y Chaves.—usTUDIO DE LA GLAUCONITA. 9 toda probabilidad en una oxidacién del silicato ferroso-pota— sico de la glauconita, la cual habra operado la separacidén de una cantidad de éxido férrico, capaz de obrar como una subs- tancia isédtropa que impregne la glauconita no alterada to- davia. Numerosos analisis se han efectuado con propdsito de deter- minar la composicién de la glauconita. Se ha comprobado por ellos que se encuentran en este mineral la sflice, los gxidos ferroso y férrico, la potasa, la alumina, la sosa, la cal, la mag- nesia y el agua; pero las relaciones entre dichos cuerpos no han ofrecido suficiente constancia para deducir de ellas la fér- mula de una especie quimica. Examinando detenidamente los resultados de los andalisis, se advierte cierta relacién constante entre la proporcién de silice, a veces la de potasa y la de 6xido de hierro, relacién que no se observa, en cambio, en la de la cal, la magnesia, la sosa, la alumina y el Oxido férrico. Asi la magnesia varia en dos analisis desde 16,6 °/, (Berthier) a 0°/, (D. Rogers); la cal desde 3,3 °/, (Berthier) a 0 °%/, (Pisani), y la alimina de 13,32 %/, (Dana) a 1,7 (Berthier); la ausencia de la alumina se ha hecho constar repetidas veces, mientras que otros la senalan en pro- porciones muy distintas; el agua, en fin, sufre variaciones tan considerables, que en una glauconita de Villers-sur-Mer, de- partamento de Calvados, analizada por Pisani, llega a 3 molé- culas, al paso que en la formula consignada en la Huciclopedia quimica de Fremy (1) se eleva 4 6 moléculas. Todos estos datos han conducido a considerar la glauconita como un silicato ferroso-potasico hidratado, en el cual podrian intervenir acci- dentalmente las demas substancias encontradas en los analisis. Hasta ahora ningtin trabajo sintético se ha realizado que pudiera dar luz sobre la composicién y formacién de la glau- conita, y en general se poseen muy pocos datos relativos a la preparaciOn de los silicatos de protéxido de hierro por via humeda. En vista de estas deficiencias, y como intento de una reproduccidn de este género, tomando por base la composicion atribuida como mas verisimil 4 la glauconita, hemos tratado (1) Tomoin; Métauz, 4¢ partie, pag. 113. 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) de colocar los elementos de un silicato ferroso—potasico en condiciones de formar dicha sal, escogiendo desde luego la via humeda, puesto que ésta ha realizado sin duda alguna el proceso de la produccién natural de la glauconita. Es un hecho conocido que actuando en frio una disolucién de sulfato ferroso sobre otra de silicato potasico, se forma un precipitado volu— minoso, verde sucio, de silicato ferroso, que se va oscureciendo poco a poco. Este precipitado es cristalino y pasa rapidamente a sal de sesquidxido, aun en el seno del liquido, tomando un color amarillento-rojizo. Teniendo en cuenta que si en lugar del sulfato ferroso se empleara el sulfato ferroso—potasico, podria obtenerse por doble descomposicién un silicato ferroso- potasico, colocamos en un matraz provisto de un corcho a través del cual pasaba un tubo afilado en un extremo, sulfato ferroso—potasico disuelto, preparado seguin las indicaciones de Berzelius (1); anadimos unas gotas de acido sulftrico y un trocito de alambre de hierro, con objeto de reducir la sal de sesquidxido que en las manipulaciones hubiera podido formar- se. Se elevé algo la temperatura, y cuando el ataque del hierro tocaba & su término, se anadid un ligero exceso de sulfato potasico. Una vez cesado el desprendimiento de hidrdgeno, se anadid la disolucién del silicato potasico, y acto continuo se produjo un abundante precipitado azul verdoso sucio. Al cabo de algunos dias este color se va volviendo mas verdoso, y por ultimo, amarillo, merced a la oxidacién; pero si se trata de desecar el precipitado en la estufa, una vez recogido sobre un filtro, se oxida con suma rapidez y queda sin vestigios de Oxido ferroso. La elauconita debe, 4 nuestro juicio, encontrarse en intima relacion con este silicato ferroso potasico producido artificial— mente, en el cual se hallan el 6xido ferroso y la silice en las proporciones de 20,4 4 50,1 respectivamente; muy andalogas a las que figuran en el analisis de la glauconita de Villers-sur- Mer hecho por Pisani (2), que da 20,1 4 54,1 para los mismos cuerpos. Segtin este mineralogista, la glauconita responde a la formula (RO), (Si O,), + 2 HO. (1) Traité de Chimie min., vég. et anim. Trad. par Erzlinger et Hoefer, 1845. (2) Des CLoizEaux: Manuel de minéralogie, t. 1, pag. 542. (7) Calderon y Chaves.—ESTUDIO DE LA GLAUCONITA. Ml al paso que en la Hnciclopedia de Fremy (1) se la atribuye la siguiente: 2 (Fe, K) 0, 2 Fe, 03, 9 Si O,, 6 HO. Fijémonos por un momento en la primera formula y trate— mos de desarrollarla en conformidad con los conocimientos quimicos actuales sobre los oxacidos del silicio. El acido silicico que originase semejante silicato seria un anhidrido resultante de la separacién de una molécula de agua, de dos de acido parasilicico, segtin expresa la igualdad 2 sie Og, —— Hak) =i Oe A este acido podria corresponder uno de los dos esquemas siguientes: HO—Si—O—Si—0—Si—O—Si—O—Si—0O—Si—OH || | | | | || 0 0 OH OH 0 0 HO imens OH \ gi Si HOY’ SE Ou 0 | 0 Nae eZ an NO HO—Si—O—O— Si —OH Wie La formula consignada en la obra de Fremy no parece, en cambio, tener relacién con acido alguno polisilicico. Aplazamos para otra ocasién el estudio mas especial del silicato ferroso-potasico obtenido como hemos dicho; pero por ahora, circunscribiéndonos al asunto del presente estudio, sélo nos toca hacer notar la facil formaciédn de dicho silicato en circunstancias que bien pueden concurrir en la naturaleza para la produccién de la glauconita. (1) Encyclopédie chimique, t. 11. Métauz, 4¢ partie, pag. 113. 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Cuestidn obscura y dificil es la del origen de los granos de glauconita, asi como el por qué lo hace sélo en esta forma y por qué no abunda mas esta substancia en la naturaleza, hallandose tan profusamente esparcidos sus componentes. El reciente trabajo citado del distinguido gedlogo L. Cayeux con- tiene observaciones interesantes sobre este problema de génesis mineraldgica, siendo de notar que se aparta de la opinidén mas gveneralmente admitida, segin la cual existe una relacidn de concomitancia entre la presencia del mineral en cuestidn y la de los organismos microscépicos. Supone que los granos de elauconita se han formado en el fondo de los mares en que vivian los restos fosiles animales que les acompanan, y que luego fueron arrastrados con los elementos detriticos de las rocas en cuyo interior se encuentran. En apoyo de su manera de ver, nota que la glauconita no aparece exclusivamente ocupando las camaras de los foraminiferos, sino que con fre- cuencia forma granos sueltos dispersos entre los demas ele- mentos de la roca. Debe advertirse, sin embargo, que el estado de relleno de cavidades de pequenos organismos es el mas habitual en la elauconita, y que si bien aparece con frecuencia en granos sueltos, en estos puede reconocerse las mas veces la forma de moldes mas 6 menos borrosos 6 rodados de las camaras de dichos protozoos, como lo han indicado ya los paleonté- logos (1). La cuestidn apuntada es, como se ve, compleja y al mismo tiempo capital para la solucién del obscuro problema de la glauconita, el cual parece reclama absolutamente la interven- cidn de una substancia gelatinosa, como vamos 4 tratar de demostrar. Los gedlogos que se han ocupado de preferencia en este linaje de cuestiones de la quimica del globo, entre ellos Roth (2) y Credner (3), han puesto de relieve la poca estabilidad de las sales ferrosas naturales que determinaria la total des— aparicién de los silicatos de protdxido de hierro de la corteza terrestre en la zona superficial, si los procesos de reduccion no (1) Zirrey: Traité de Paléontologie. Trad. francesa, t. 1, pig. 67. (2) Allgemeine und chemische Geologie, tomo 1, Berlin, 1579. (3) Traité de Géol. et de Paléont., (trad. francesa). Paris, 1879. 9) Calderon y Chaves.—rESTUDIO DE LA GLAUCONITA. 18 contrarrestaran y se opusieran a esta obra. Entre dichos silica- tos, son todavia mas inestables los formados por via himeda que los producidos por la ignea, exigiendo su conservaciOn la ausencia de toda materia capaz de prestar oxigeno con facili- dad. Ahora bien; siendo la glauconita un silicato de protéxido de origen submarino, necesita indispensablemente para su conservacion la influencia de un medio reductor, que podria ser la substancia sarcédica, mas propicia para semejante papel que cualquiera otra, cuya existencia, ademas, nos seria dificil imaginar. Creemos, por tanto, que la materia gelatinosa que existe en suspensidn en las aguas, y sobre todo la substancia organizada misma que Henaba las camaras de los foraminife— ros 6 las cavidades de otros pequenos seres provistos de esque- leto, han sido, sin duda alguna, los agentes reductores a favor de los cuales se ha consolidado el silicato de protdxido de hierro y de potasio. El Sr. Cayeux, haciéndose cargo de la diferencia de tamaiio que presentan los granos de glauconita en las diversas rocas que los contienen, nota acertadamente que todos ellos varian en el mismo sentido y a la par, creyendo poder fijar una rela- cidn constante entre el volumen de dichos granos y el de los otros minerales detriticos que los acompanan. Nosotros hemos comprobado, ademas, en nuestras preparaciones una conexidn constante entre la amplitud de las cavidades de los organismos y la de los granos de glauconita que la roca encierra. Asi, para citar algunos ejemplos, estos Ultimos son macroscépicos y abundantes en la caliza de Hetercosteginas de Sierra Morena y en la creta tobacea de Rouen; al paso que sélo alcanzan dimen- siones microscopicas y son mas escasos en las calizas eocénicas con Rotalias y Bolivinas dispersas de la provincia de Cadiz y en el barro calizo de Globigerinas de Moron. En todos estos casos, la relacién entre los foraminiferos y la glauconita es de todo punto manifiesta. Nosotros sélo creemos poder deducir de estas observaciones la existencia de un proceso consistente en una sencilla reduc- cidn operada por las materias animales, prescindiendo por ahora de discutir la hipotesis de Sterry Hunt (1), de que la (1) Mineral Physiology and Physiography. New-York. (2. edicién). 1889. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) substancia organizada en presencia de las sales de hierro disueltas dé lugar a la formacién de sales ferrosas de Acido organico, manantial por excelencia de las soluciones fe— rrosas. Parece perfectamente establecido el hecho de que la glauco- nita sdlo se forma en las profundidades oceanicas y nunca en las costas ni 4 débil hondura. Tal sucede, actualmente, en el llamado /odo de Globigerinas que se elabora en el fondo de los mares, y se ha producido igualmente en épocas anteriores, dejando formaciones analogas en un todo, como la roca antes citada de Mordn y las areniscas glauconosas del cretacico superior de New-Jersey. En el valle del Guadalquivir, que ha estado sometido durante el periodo terciario y el cuaternario a una serie de ascensos y descensos totales y parciales, se observa un hecho muy significativo en comprobacidn del aserto que acabamos de consignar (1). Los sedimentos que corresponden ai formaciones profundas son glauconosos, al paso que estan desprovistos de este silicato los producidos 4 menos hondura, intercalandose los glauconosos a los no glauconosos. Asi con- tienen este mineral las rocas calizas del eocénico; vienen lue- go sedimentos desprovistos de él, que son de origen menos profundo, y otra vez vuelve a aparecer en la caliza arena- cea helveciense con Hetereostegina costata D’Orb., para no presentarse después en las demas capas miocénicas ni plio- cénicas depositadas durante el periodo de emergencia del valle. Las teorfas de los Sres. Reuss y Cayeux, no pueden dar cuenta de esta coincidencia significativa, relacionada, indudable- mente, con las condicioues del medio bioldgico submarino. El fondo del lecho del Océano es el receptaculo de una lluvia incesante de foraminiferos, cuyas conchas y substancia sar- cédica se van depositando y formando alli una materia pastosa al mezclarse con otros elementos minerales en un estado de notable tenuidad, sumamente favorable para la realizacion de los procesos quimico-g@eolégicos. Nétese que nosotros no pretendemos que sean tnica y pre- (1) CAaLpERON: Movimientos pliocénicos y postmiocénicos en el valle del Guadalquivir. (ANAL, Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo xx11, 1893.) (11) Calderon y Chaves.—rstupI0 DE LA GLAUCONITA. 15 cisamente los foraminiferos, los briozoos y los coraliarios los agentes que han intervenido en la formacidén de la @lauconita, como parecen opinar los que han seguido fielmente en este punto la opinidén clasica de Erhenberg (1); pues como indican Giimbel y Cayeux, el mineral se presenta 4 veces en forma de un barniz en la superficie y en las desigualdades de los eranos de cuarzo de ciertas areniscas glauconosas que no puede atri- buirse 4 ningtin relleno de cAmaras ni cavidades. En este caso el agente reductor debe haber sido la materia or@anica que en un estado aproximadamente homogéneo se difunde por el fondo del mar. Sterry Hunt (2), examinando la cuestidn desde el punto de vista quimico, se fija en la presencia de los depdsitos de sepio- lita y de talco en los sedimentos terciarios y los considera como originados por un mismo silicato pectolitico desconocido, cuya relacion de protoxido, silice y agua seria 3:9: 3. Seguin este reputado mineralogista se trata de una doble descompo— sicidn operada entre la disolucién de un silicato pectolitico que tuviera una base potasico-calcica parecido a la apofilita, y una sal ferrosa disuelta, la cual resultaria de la reduccién de sedimentos que contuvieran Oxido férrico por las materias or@anicas. Estas condiciones serian muy a proposito para la formacion de la glauconita; y si en lugar de actuar dicho silicato con la disolucién de sal ferrosa fria, lo hiciera en caliente con aguas magnesianas, se originarian el talco y la sepiolita. Es facil, en efecto, darse cuenta del proceso de consolidacién del silicato de protéxido de hierro y de potasio desde el punto de vista de Sterry Hunt, atendiendo 4 que la sustraccidén del agua por una parte y los cambios moleculares por otra, deter- Minarian ese estado cristalino de la sustancia que recuerda algo el del cuarzo granulitico y acusa la probable influencia de una sustancia gelatinosa que no se hallé en condiciones propicias para que la orientacién de sus moléculas se operara con entera libertad. Terminaremos observando que la glauconita es un mineral (1) Ueber den Grimdsand. (Abth. d. K. Akad. Wiss. Berlin, 1855.) (2) Op. cit. 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) poco alterable; pero no de tal resistencia que no se pueda reconocer en ella la obra de los agentes de la descomposicién. Hemos observado los granos mas frescos en las rocas de sédi- mento quimico mas compactas, y por tanto poco accesibles a las acciones atmosféricas; al paso que los granos sueltos de las arenas @lauconosas se conducen, como hemos dicho, 4 la luz polarizada: su color verde primitivo se ha transformado en amarillo y parduzco y ofrecen sus superficies empanadas y corroidas. | El hecho de que una porcién variable del hierro de la glau- conita se halle al estado de sesquidxido, encuentra su explica- cidn en un fendmeno de oxidacion, que revelan al microscopio ciertos granos de una coloracién verde algo parduzca 6 ama-— rillenta, que en su periferia presentan mas exagerado el tono amarillento, merced indudablemente 4 la oxidacién. Nosotros no hemos notado nunca ésta mas intensa en el centro que en los bordes del grano de glauconita. Algunas rocas en que abundan los granos de este silicato, presentan manchas como de productos terrosos y ferruginosos que deben ser con toda probabilidad el resultado final de la descomposicion de este mineral; otras veces llenan el interior de las camaras de los foraminiferos 6 los bordean, hechos que se observan en toda la masa de la martelilla de Jerez; pero hasta ahora no hemos tenido ocasidn de observar la serie de estados intermedios entre el cambio de coloracién de los granos que inicia la alteracién y su completa conversioén en un pro- ducto terroso. Resumiendo los resultados 4 que nos parece haber podido llegar, estudiando los ejemplares de las localidades citadas, en lacompleja y obscura historia de la glauconita, diremos que este silicato es, 4 nuestro entender, un mineral rdmbico, de alta reftingencia y de una estructura semi-granulitica, consis- tente en un agregado de individuos imperfectamente desarro- llados y nunca orientados. La composicidn de la glauconita es, & nuestro juicio, menos complicada de lo que algunos autores han supuesto. Creemos haber obtenido por procedi- mientos de laboratorio una sal andloga y que puede dar alguna luz sobre su @énesis por via himeda, si bien en la naturaleza parece haber intervenido con toda seguridad la (13) Calderon y Chaves.—rstrupIO DE LA GLAUCONITA. 17 materia organica como agente reductor que ha obrado de un modo lento. Por ultimo, hemos seguido en lo posible la marcha de la descomposicion de este silicato, cuyo resultado final deben ser ciertas manchas de 6xido de hierro que pre- sentan algunas rocas plagadas de restos fésiles de organismos microscdépicos. ANALES DE HIST. NAT.— XXIll. 2 NOTAS MINERALOGIGAS. NUEVOS WALLAZGOS EN LA PROVING DE SEVICLA, POR 1p. StAc VA DOR (CAT DmRoOmM. (SecciOén de Sevilla.— Sesion del 2 de Febrero de 1894.) Como materiales, tiles quizas aletn dia para la minera— logia espaniola, he reunido en el presente bosquejo algunos datos nuevos 6 poco conocidos referentes a minerales y sus yacimientos de la provincia de Sevilla. Los ejemplares a que en él voy a hacer referencia, han sido recogidos en su mayoria por mi en excursiones que he ido realizando en estos ultimos anos, 6 por algunos de mis discipulos, y figuran en la colec— cidn regional que voy formando en el Museo de la Universidad de Sevilla, habiendo procurado remitir también ejemplares al de Madrid, de aquellos de que poseia duplicados, con el pro- posito de enriquecer la serie de minerales espanoles que se va constituyendo en este ultimo, y de que ha empezado a dar noticia nuestro distinguido consocio D. Lucas Fernandez Navarro. Las colecciones del Museo de Madrid en manos de su competente y celoso personal de profesores y ayudantes han de ser la base de los trabajos de conjunto, de que se esta ya tan necesitado, sobre las producciones naturales de nuestro pais; el de provincias llenara su misién si contribuye con su modesto 6bolo (tan modesto como son los medios de que dis— pone), allegando pequenos materiales, como el presente, para tan importantes obras. 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Baritina granuda en roca. Hace algun tiempo me fueron remitidas de Penafior en con- sulta, muestras de una roca gris, compacta, homogénea y sumamente pesada. La facies, mas de roca granudo-cristalina que de una masa mineral de estos ejemplares, y la existencia de puntos y laminillas distribuidos en la pasta 4 modo de individuos porfidicos, hicieron creer, aun a personas practicas en el reconocimiento de las substancias minerales, que se tra- taba de una roca maciza, quizas de una sienita; pero no satis— fecho con esta clasificacién, por no explicar la débil dureza de la piedra, que se deja rayar facilmente con la punta de un cortaplumas, ni la notable densidad de la misma, hube de estudiarla macro y microscopicamente, llegando a los resulta- dos que voy a indicar 4 continuacion. La densidad media de los trozos examinados ha dado la cifra de 4,02; su dureza es de 3,5. Al soplete se funde en un esmalte blanco y el analisis ha mostrado un gran predominio de barita sobre las demas bases, hierro abundante, cal é indi— cios de cobre en la parte atacable por el acido nitrico. En las secciones transparentes, examinadas al microscopio, se ve que se trata de una roca de estructura cristalina, cons— tituida predominantemente por granos lamelares de baritina, entre los cuales se hallan algunos carbonatos en agregados e@ranudos y rara vez en individuos mayores, los cuales, en su mayoria, deben ser de calcita. Se perciben también dise- minaciones abundantes de hierro opaco, soluble en el acido clorhidrico, en gran parte de magnetita, con productos de descomposicion en sus bordes, referibles unos al leucoxeno y otros al hierro titanado, y, por Ultimo, algunos fragmentitos de g@ranate y partes cloriticas, de origen micaceo, al parecer. Habiéndome asegurado que la roca de que se trata abundaba en Penaflor en términos de constituir grandes macizos, em— prendi una excursion en compania de los Sres. Vinsac, Chaves y Barras, de la SocrepAD ESPANOLA DE Histor1A NATURAL para comprobar este dato y examinar el yacimiento. Nosotros solo vimos la roca de baritina formando el hastial 8. de la mina de cobre (bornita, calcopirita y pirita cuprifera) de la «Dehesa de 3) Calderdn.—NOTAS MINERALOGICAS. 21 Almenara,» al N. de Penaflor, propiedad de D. Gualterio Poole. La mina estaba, por desgracia, inundada, lo que nos impidié comprobar el espesor y relaciones de la roca, que a veces parece estratificada por contener vetas paralelas de cuarzo, desde capilares hasta de 1 cm. de espesor. Dos circunstancias me parecen dignas de mencionarse en la roca de Penaflor: de una parte su aspecto y estructura, tan diversos de los que estamos acostumbrados a ver en las bari- tinas espanolas; otra el armar este filon de contacto en los eneises micaceos, estando el terreno arcaico de la regién des— provisto de todo género de formaciones andalogas a la en cues- tidn, ni en su composicion, ni en la manera de aparecer. Toba de limonita. Procedente del Pedroso existe en las colecciones de la Uni- versidad un ejemplar de esta variedad, que aunque no es rara en ciertas regiones extranjeras, abundantes en Oxidos de hierro y sobre todo piritas, no sé que se haya citado todavia de Espana. El citado ejemplar es sumamente poroso, obscuro, de color de madera de cedro y mate, siendo notable por su lige- reza, que se explica bien por consistir totalmente en envol— ventes delgados de tallos vegetales é incrustaciones de hojas dle Quercus, & veces admirables. Esta toba tiene exactamente el mismo aspecto, aparte del color, que las tobas calizas mas ligeras, y reconoce, como ellas un origen incrustante. Por eso los italianos Haman a semejante sustancia /u/o di ferro. Moronita. Hallazgos posteriores al precedente trabajo sobre esta sus— fancia, realizado en colaboracién con el Sr. Paul (1), me han permitido reconocer la extensidn considerable de la notable formacion alli descrita en varias direcciones en torno de Morén. Constituye manchones de diversa amplitud, llamados (1) La Moronita y los yacimientos diatomaceos de Mordn. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo xv, 1836.) 22. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) en el pais a/beros, y que se consagran al cultivo de las vinas. unico al que se prestan. La zona principal y mas ancha de estos manchones va desde Morén a Montellano. Reciente- mente he reconocido la misma sustancia en una muestra que me ha sido consultada con otro objeto, procedente de la pro— vincia de Cordoba, entre Aguilar y Puente-Genil, donde se dice se halla interpuesta entre rocas calizas. En el citado estudio hemos definido la moronita como una mezcla de silice y carbonato de cal: la primera forma las cubiertas de innumerables y elegantes diatomeas, esqueletos de radiolarios y espiculas de espongiarios y celentéreos, al paso que el segundo se encuentra principalmente fosilizando esqueletos de foraminiferos. Estos ultimos, que hasta aqui no habian podido ser reconocidos claramente, se han separado por medio del sulfato de sosa, obteniendo asi un verdadero barro de Globigerinas, que indica se trata de un depdsito de mar profundo. Ningun hallazgo semejante a éste se ha reali- zado hasta ahora en Andalucia, pues en ella los foraminiferos, aunque abundantes, habian sido encontrados en formaciones rizopodicas miocénicas y plocénicas, nunca mas antiguas, ni de profundidades oceanicas tan considerables como la que revela la que me ocupa (1). Los dos componentes fundamentales de la moronita, calizo y siliceo, se mezclan intimamente, pero en proporciones muy varias segun las procedencias y se@tin la profundidad. De aqui resulta que la roca pasa unas veces a un tripoli diatoma- ceo casi puro, como acontece en ciertos depdsitos cercanos a Moron, y otras a una caliza de foraminiferos algo silicea y arcillosa, como en Coripe. Esta ultima variedad constituye lo que los franceses Haman dove d Globigérines, considerada ordinariamente como equivalente terciario y post-terciario de la creta (2). (1) Véanse mis precedentes notas: Foraminiferos fosiles de Andalucia (ANAL. DE LA Soc. ESP. DE Hist. NAT., tomo xvi, Actas/, y Foramintferos pliocenos de Andalucia. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HISTORIA NAT., tomo xx11, Actas.) (2) M. L. Cayeux, que ha estudiado micrograéficamente la creta de Lille, no es partidario de esta opinién, pues cree que esta substancia se ha formado mucho mas cerca de la costa que el lodo de Globigerinas, el cual s6lo por excepcidn contiene ele- mentos terrigenos, siendo los escasos y pequenos fragmentos minerales que encierra, producidos por la actividad voleanica submarina, al paso que la creta aprisiona tnica- mente detritus minerales que proceden del continente. (5) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 23 Semejantes diferencias de composicién estén en armonia con otras referentes a la fauna '!que en cada caso contiene, y parecen indicar variaciones durante la sedimentacién de estos depdésitos en la profundidad del mar y consiguientemente en la naturaleza de su fondo, los cuales implican cambios corre lativos en las condiciones bioldgicas, andlogamente 4 lo obser- vado en muchos depositos pliocénicos de la cuenca del Medi- terraneo. La moronita tipica, tal como la hemos definido el Sr. Paul y yo, es la que ofrece el término medio entre la variedad que pasa al tripoli y la que lo hace al barro de faraminiferos. Caliza cuarcifera de Moron. En otro precedente estudio he tenido ocasion de describir la caliza eocénica de Moron, compacta, blanco-agrisada, plagada de partes espatizadas, que son restos fosiles de briozoos y fora- miniferos, entre estos los Vammulites Murchisoni y atessica (1). Reducida a laminas delgadas y examinada al microscopio ofrece una porcién de inclusiones extranas: nddulos arrinona- dos de limonita, granos y vetas de @lauconia rellenando las camaras de los foraminiferos 6 sueltos y procedentes de otros ya alterados, laminillas de mica y de oligisto, trocitos y eranos de una roca eruptiva (diabasita?) y algunos restos con- fusos y mal determinables. Pero el mineral que mas me ha llamado la atencién entre los que contiene esta caliza es el cuarzo, que en la Serrezuela de los Charcos, inmediata a los volcanes fangosos, se presenta en cristales hialinos, comple- tos (prismas bipiramidados), de 7 a8 mm. por 3 de ancho, vy con abundancia en ciertas partes de la roca. La presencia y los caracteres de estos individuos cuarzosos en el seno de dicha caliza fosilifera, sugieren & mi juicio motivos de reflexion que voy a apuntar ligeramenle. Sélo puede explicarse la existencia de semejantes cristales en la roca, de una de estas dos maneras: por haberse formado en su interior, 6 por proceder de una roca mas antigua des— (1) CaLpERON: Los volcanes fangosos de Mordén. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo xx.) 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) compuesta y haber sido envueltos entre la caliza al tiempo de la cristalizacién. La primera hipotesis se ha aplicado al escla— recimiento de otros hechos analogos, como las calizas carboni- ‘as marinas de diversas localidades, entre ellas en Espana las de los Picos de Europa, que estan prenadas de estas inclusio- nes siliceas. El] Sr. Macpherson (1) ha visto en las calizas que estan en contacto con la ofita de Biarritz cristales de cuarzo de 10 mm. de diametro y finos como palillos de dientes, que parecen haberse engendrado dentro de la matriz en que se hallan. A un proceso semejante se deben las concreciones siliceas de la creta, obrando en estas la accidn dinamica con eran energia para poner en movimiento todas las moléculas, La silice podria estar contenida en la roca, bien en estado de arena 6 en otra forma. M. de la Vallée-Poussin (2) pensaba que los cristalitos de cuarzo diseminados en la caliza carbo- nica de Bélgica son debidos a la concentracién de la silice de procedencia organica contenida en la roca durante la recristali- zacion general de la caliza. Esta se halla constituida esencial- mente de conchas de foraminiferos reunidas por un cemento espatico. Cualquiera que sea el origen, ya organico ya arena- ceo U otro, de la silice que contuviera la caliza, ha tenido que ser removida y concentrada, a semejanza de lo que se observa en las calizas arcaicas de Sierra Morena y de otras regiones. Pudiera aceptarse semejante explicacidn para los cristales cuarzosos contenidos en la caliza eocénica de Moron, pero yo me inclino, sin embargo, 4 ver en ellos un producto de trans- porte de rocas mas antiguas, tanto porque entre los mencio- nados restos y minerales microscopicos que contiene, algunos reconocen indudablemente este origen, como porque las superficies de contacto de los cuarzos con la caliza es limpia y normal, sin que se descubra en ella nada que acuse fenomenos de metamorfismo ni de transporte molecular. En los ejemplares que he donado al Museo de la Universidad de Sevilla, se nota que los trozos mas abundantes en cristales de cuarzo son también los mas ricos en Nwmmulites muy pertectos, sin que la proximidad de los cristales haya producido en ellos la (1) Comunicacién particular. (2) Note sur des banes de calcaire carbonifere renfermant des foraminiferes et des cristaur de quartz. (Bull, Ac. R. de Beigique, 3¢ série, tomo xv, nim, 2, 1888.) 7) Calderon.—NO?TAS MINERALOGICAS. 5 menor modificacién, lo cual pudiera explicarse tanto por la teoria de M. de la Vallée-Poussin, como por la de haber sido englobados al tiempo de la sedimentacidn. La tinica dificultad que se ofrece para aceptar esta ultima suposicidn es que la mayoria de los cristales de cuarzo no solo no se hallan desgas- tados ni redondeados, sino que conservan en sus dangulos y aristas una pureza extraordinaria, incompatible, al parecer, con la idea de que hayan sido separados de otra masa descom- puesta y transportados antes de sedimentarse. Esto. pudiera depender, sin embargo, de circunstancias especiales en que semejantes trabajos se realizaran y que no es facil determinar. Ademas de la cuestién apuntada, suscita otra la presencia de los cristales cuarzosos empotrados en la caliza eocénica de Moron, que no ha sido hasta ahora resuelta satisfactoriamente: la del origen de los cuarzos hialinos, hematoideo, ahumado y lechoso, que tanto abundan en el seno de los yesos ofiticos de ésta como de otras muchas regiones. Generalmente se consi— deran como un producto epigénico, aunque sin precisar bien su @énesis; pero si se tiene en cuenta que en Mordn, como en ‘asi toda la regién epigénica de Andalucia y en otras, el yeso es un producto de transformacidn de las calizas eocénicas, cabe sospechar que dichos cristales existieran en ellas antes del cambio del carbonato en sulfato de la roca que los apri— siona. Los cuarzos que acabo de describir son incoloros y transparentes y no tenidos, como habitualmente se encuentran en el yeso; pero también he tenido ocasidn de ver algtin jacinto de Compostela indudable en la caliza eocénica men— cionada. E Inclusiones en el cuarzo de los porfidos de la provincia de Sevilla. Las secciones delgadas de un gran nimero de rocas porfidi- cas de Sierra Morena presentan individuos de cuarzo con numerosas inclusiones de forma diexaédrica, como ya lo ha indicado el Sr. Macpherson (1). (1) Estudio geol.y petrogr. del N. de la prov. de Sevilla. (Bol. de la Com. del Mapa geologico de Espaia, t. v1, 1879.) 26 ANALES DE’ HISTORIA NATURAL. (8) Estas inclusiones aparecen unas veces solas y otras alter— nando con otras redondeadas. hecho observado también por el Sr. J. Boscha (1) en los porfidos de las minas de Tharsis y de varios cercanos a los yacimientos cupriferos de la provincia de Huelva, y ampliado por el mismo con la observacién de muchas rocas andalogas de diferentes localidades de Europa. Kn estas, como en las espanolas, se nota que a menudo en dos preparaciones de un mismo ejemplar, uno ofrece tales inclu- siones y faltan, por el contrario, en el otro. Para mostrar el numero y relaciones de todas las inclusiones, tanto diexaédri- cas como redondeadas que ha observado en diferentes prepa— raciones de porfidos, presenta el autor un cuadro del que copio las localidades de la. provincia de Huelva mencionadas por él y a las que agrego las de los ejemplares de Sierra Morena, que he podido examinar en la forma siguiente: tue ap 2 EE ARORICASs: | REDOMDERUAES LOGALIDAD: : de Con Sin Con Sin inclu- | micro- | micro-] micro- | micro- siones.] lito. lito. lito. lito. | Sierra Blanca (278 m.) (Huelva) . 4 1 1 2 0 | WMilem eet ce cassie ey yeras 1 A 1 0 oO | FES 20D: |e aa ep AS [APTLY 1 1 0 3 BGC OirOv ir acaisint ise oi dese wistehe eee clleaetO > 9 2 4 | VCE IR AN te ate pe Sec a > 16 5 6 MOADEZAS IUWDIAS 5 stqiieiss) sicveive fae 13 > 13 0 0 Me tity Us wee avn rie ees Sae1s > 5 3 5 Mina La Duquesa (340).........] 15 2 12 0 1 Castillo de las Guardas......... 9 1 1 3 4 Montero (Sierra Morena)........ 5 1 2 2 0 Marmolejo (Sierra Morena)......] 12 > | 10 2 > El Sr. Boscha opina que esta diversidad de inclusiones es debida & una serie de cambios alternados de temperatura durante la solidificacién de la roca. Empieza por sentar que con toda probabilidad el orden de consolidacién de los elemen- (1) Remarques sur les inclusions de certains quartz des porphyres. Breda, 1885. (9) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 7 tos de los pértidos no ha sido siempre el mismo en todas estas rocas, dependiendo de la composicién de la mezecla fundida a expensas de la cual se formaron. Una vez comenzada la cris— talizacién, ha podido continuar hasta la solidificacién com- pleta, lo que se demuestra 4 su juicio por el examen de la base cripto-cristalina de ciertos pérfidos graniticos, en la cual se encuentran todos los minerales esenciales del porfido mismo. Hay que tener en cuenta, ademas, que algunos cuarzos deben haberse introducido en el estado en que aparecen en la masa de la roca, pues difieren completamente por su /acies de los demas desarrollados en ésta. Ocupandose el Sr. Macpherson de las inclusiones en el cuarzo de los porfidos de Sierra Morena dice: «Ciertas cavidades del cuarzo presentan 4 menudo la particularidad de ser moldes negativos de la forma cristalina de esta substancia, observan— dose algunos diexaedros muy bien caracterizados, hecho que no deja de ser de alguna importancia si se tiene en cuenta la tendencia en estas rocas a la forma cristalina ». Ss «Aunque, considerada en general, la reparticién de estas inclusiones es muy irregular, en determinados sitios se observa cierto orden. Asi, por ejemplo, se ve que en algunas de las pla- cas de cuarzo que existen entre los bordes de los fragmentos de feldespato que han sido atravesados por las vetillas de ma- teria silicea, segun la direccién de cualquiera de las caras del crucero, las inclusiones tienen tendencia a alinearse paralela- mente a la misma direccién, cual si el movimiento molecular que se iniciaba por la nea de menor resistencia que el feldes- pato ofrecia 4 la infiltracién del magma siliceo, se hubiera conservado por algtin tiempo fuera ya de su accion directa» (1). Conviene notar, ademas, como dato para el esclarecimiento de esta cuestién, que en el cuarzo globular de los porfidos gra- nitdideos micaceos, son muy raras las inclusiones provistas de burbujas, al paso que en las grandes placas de cuarzo ce estructura globular abundan mucho y les acompanan nume— rosos cristales de apatito. Notase también que el cuarzo empas- tado en los porfidos feldespaticos de Sierra Morena, consiste, en su mayoria, en restos de cristales preexistentes a las reac— (1) Op. cit., pdg. 46. h toa) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ciones que deben haber realizado la formacioén de la roca; otros, en cambio, son de solidificacién. mas reciente. Segtin la teoria del Sr. Boscha, si en un cuarzo porfidico se hallaba una inclusion de contorno indefinido, vitrea 6 de otra substancia que pudiera disolver el cuarzo al fundirse, la forma de la materia incluida tendria que cambiar por no ser igual la solubilidad en las diferentes direcciones. Si esta se encontrara en su minimum normalmente a las caras del romboedro, la materia incluida adquiriria una forma proxima al diexaedro. «Por efecto del enfriamiento, el cuarzo comenzaria a cristalizar regularmente completando el cristal rodeado. Pero importa notar que, con toda probabilidad en este proceso, el cristal negativo continuara tomando una forma regular, puesto que justamente en los angulos nuevamente formados se depositara el minimum de materia soluble por unidad de superficie.» Fil6n de fluorita en una cantera de yeso. Los trabajos de extraccion de la gran cantera de yeso inme- dliata al cementerio de Moron, que como he indicado repetidas veces, es un producto de metamorfismo de. la caliza eocénica, pusieron a descubierto hace poco anos unos curiosos filoncillos que han desaparecido ya por la continua labor de que es objeto aquel sitio. De uno de dichos filoncillos tuvo la prevision de recoger y traerme D. José Angulo unas muestras. y entre ellas un grupo de dos bellos cristales de fluorita de 3 ¢m., consis— tentes en cubo-octaedros dominantes con caras de triaquis— octaedro (0, > 0 >, #0). En una de mis tltimas excursiones a Moron, he podido todavia ver en una extensidn de muchos inetros el filon de donde se sacaron los cristales y recoger trozos de él con objeto de reconocer su estructura. Esta constituido en su centro por la fluorita de color verde mar; 4 ésta envuelve na zona mas espesa, fuertemente impregnada de materia organica, que presenta vestigios de acido sulfurico y fosforico, (le allimina y silice, con algo de hierro y sin indicios de fiuor. Ml contacto entre el fildn y la roca de yeso en que arma, es perfectamente limpio y sin adherencia entre ambos. Semejante hallazgo reviste, 4 mi juicio, cierta importancia ilesde el punto de vista de la g@énesis mineralégica: tanto por (11) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 29 la edad moderna de este filén de fluorita, especie mineral que se reputa antiquisima, como por hallarse cristalizada y en cristales relativamente voluminosos, formados evidentemente por via humeda. Aqui no tienen aplicacion ni la experiencia clasica de Sénarmont ni la de Becquerel para la reproduccién de dicho mineral, y se presenta un problema de los mas obs- curos. ; Es sabido que el fluoruro calcico ha sido considerado como uno de los cuerpos esencialmente insolubles y en los que apo- yaban los plutonistas la teoria eruptiva de los filones; los par- tidarids de la teoria hidrotermal, sin embargo, han probado que en éste, como en otros muchos casos, la quimica precipi- tada del laboratorio no puede aplicarse a la natural sin ciertas reservas. Asi el agua de Carlsbad contiene, entre otras subs— tancias. un poco de fiuoruro de calcio, UN !/s99.499, Cantidad que, aunque parece insignificante, suma en el transcurso del ano un acarreo de 12.500 ke. También lo contienen, segun Daubrée (1), las famosas fuentes de Plombiéres y algo de fluo- rita existe entre los productos minerales que impregnan el cemento y los ladrillos romanos de los antiguos conductos de agua de esta localidad, asi como en las hendiduras del granito con cristales de fluorita, antes tomados por amatistas, y que reconocen un origen hidrotermal. Recientes experiencias de Binder (2) han probado que cuando actuia el agua, aunque sea pura, bajo una presion alta, disuelve en cantidad apreciable ciertos minerales, y entre ellos la fluo— rita, tan poco atacable en las condiciones normales. Cuanto 4 la edad de esta fluorita es indeterminable de un modo preciso; pero, desde luego, posterior a los yesos eocéni— cos que atraviesa y anterior al terreno moderno, pues nada analogo a esto se presenta en la actualidad en la regién. Los Sres. Barrois y Offret (3) citan la presencia de la fluorita en el yeso de las Alpujarras que arma. en la parte superior del cam- brico, asociada 4 otros varios minerales, pero suponen haya sido arrancada de las salbandas pizarrosas por el hinchamiento (1) Bull. de la Soc. géol. de France, 2.4 serie, tomo xvi. y Annales des nines, 5." serie, tomo xIlI. (2) Min. und Petrogr. Mitth., tomo xu, pag. 382. (3) Sur la constitution de la chaine bétique. (Compt. rend., 7 Junio, 1886.) 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) del yeso al tiempo de su formacién. El yacimiento fiuorifero mas moderno de que tengo noticia es el citado por el eminente Sr. Scacchi (1) cerca de Pompeya, donde existe un producto volcanico consistente en unas tobas calizas sometidas eviden— temente a emanaciones fluorhidricas que han operado en aque- lla profunda alteracion, y las han hecho cubrirse y penetrarse de mica y otros productos secundarios, debidos 4 la influencia de dicho poderoso agente. El fluor se halla en las manchas Hlanquecinas depositadas por las fumarolas secas en los silla- res que rodean a la lava, y este cuerpo corresponde al primer estadio de la energia volcanica. ‘ No parece inverosimil, en vista de estas observaciones, que puedan realizarse en ciertas condiciones desprendimientos de fluor libre, que en el caso de que se trata, actuando sobre el yeso 0 sobre la caliza antes de transformarse, serian capaces de haber producido directamente la fluorita. Es admisible también el origen hidrotermal de los filoncillos de Moron, analogamente a las formaciones fluoriferas de Plombieéres, aunque obrando en circunstancias algo diferentes. Lo que resulta indudable es que no son obra de agentes igneos erup- tivos. Dendrita de turmalina. Aunque la turmalina negra es un mineral frecuente en el eranito de diversas localidades, me ha parecido digna de mencion por su belleza una dendrita de esta sustancia que contiene un trozo de granito de Gerena, regalado a las colec— ciones de la Universidad de Sevilla por su descubridor don Manuel Bueno. Ks de notar que en el granito de Gerena es muy rara la tur- malina, y en todo el trozo muy espeso en que se halla el ejem- plar no he observado ningun otro cristal grande ni pequeno (le dicho mineral. De aqui la admiracién de los canteros cuando al partir el trozo de granito para sacar de él un ado-- quin, aparecié tan curiosa agrupacién, la cual ha llamado (1) Breve notizia dei vulcani Nuoviferi della Catania. 1883. (13) Calderon.—NOTAS MINERALOGICAS. 31 también la atencién de varios mineralogistas extranjeros que han estado de paso por Sevilla en estos ultimos anos (1). Alofana. Corresponden a esta especie unos ejemplares de un silicato amorfo hidratado con algo de silicato de cobre, que me han sido donados procedentes de dos distintas localidades. Uno es de Penaflor, aunque no conozco su exacta y detallada proce- dencia, si bien me han indicado formaba una capita cerca de la anabergita de la mina Awrora (2); el otro de Villagarcia, en Badajoz, y ambos bastante analogos y bien caracterizados. Aunque disponiendo de escaso niimero de ejemplares y no voluminosos, el Sr. Quiroga ha podido ensayarlos, recono- ciendo en la disolucién chorhidrica alumina y cobre, observar que daban agua abundante en el tubo y precisar su composi-— cion, que corresponde 4 la formula SiO’ Al? 5H?0. Estan teni- dos de azul celeste por un silicato de cobre, que debe estar interpuesto mecanicamente, como se ha observado en otras alofanas extranjeras. Los ejemplares de Penaflor tienen un aspecto opalino, estructura concrecionada, con laminas de diversos colores, blanco, amarillento en los sitios descompuestos, y capitas azules. La alofana de Villagarcia se encuentra en concreciones mamelonadas sobre galena y asociada a otros productos secundarios. Estos mamelones, de color azul intenso y brillo opalino, ofrecen en la fractura una estructura finamente fibro- radiada. No tengo noticia de que se haya mencionado de Espana esta especie mineralogica, Cuyas asociaciones en los dos casos citados me parecen ademas interesantes. (1) No es extraho que algtin aficionado del pais haya creido poder fundar en el trozo correspondiente 4 la otra mitad de nuestro ejemplar el gran descubrimiento de fosiles en el granito... ;Qué mucho si hombres ilustrados y en importantes centros extranjeros de cultura cientifica han descrito como plantas fosiles ciertas dendritas de los meteoritos! (2) CALDERON: La sierra de Pefiaflor (Sevilla) y sus yacimientos auriferos. (ANAL- Soc. esp. DE Hist. NAT., tomo, xx, 1883.) 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Magnetita del cerro del Iman. En una precedente nota he hablado de este mineral como una de las modificaciones probables experimentadas por los magmas ofiticos en la zona epigénica de Moroén. Entonces solo conocia los ejemplares hallados en forma de cantos sueltos en las inmediaciones de la Dehesa del Roble; pero en una excur- sion posterior he examinado esta substancia en un mayor estado de frescura y estudiado un importante yacimiento que me ha permitido ampliar unos datos y rectificar otros referen- tes 4 la historia de esta magnetita. El mineral de que se trata esta intimamente unido a la moscovita, formando ambos una verdadera roca. La magnetita es en su mayor parte granuda, de un negro intenso, brillante y de estructura concrecionada en las partes en que domina. En las oquedades y planos de juntura aparecen en las super- ficies grupos de cristales de la forma (III, 110), de caras curvas y de unos4 45 mm. Es muy débilmente magnética y no polar. El yacimiento de la roca en cuestidn, explorado en compa- fia de D. Miguel Cala, es el Cerro del Iman, en el término de Moron y cerca de la Dehesa de los Charcos. Forma un mon— ticulo calizo y desde su vértice a 140 m. de altitud hasta la base, que median unos 90 m., esta atravesado por la parte 8. por Ys 2 SVC 1. Caliza del eocénico medio metamorfizada.—2. La misma convertida en mairmol.— 3. Filon de magnetita y sus ramificaciones. un filén que aparece descubierto en lo alto en un circulo de 10 m. Este envia ramificaciones @ la caliza las cuales en los sitios denudados afloran como crestoncillos, @eneralmente paralelos al filon principal. Kn el pais se conoce y ha Wamado de muy antiguo la aten- cidn, el filn mencionado, al quealude el nombre de Cerro del (15) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 33 Iman, y tratando de explotarle, los trabajadores habian obser- vado ya que los instrumentos de hierro se pegaban @ la piedra en ciertos sitios, cuando se intentaba arrancarla. También existe, segtin me han asegurado, junto 4 la Sierra de Laita, en el sitio llamado las Lumbreras, otro afloramiento igual, conocido en el pais con el nombre de Herriza del Iman. La roca del Cerro del Iman me parecid. al principio una asociacién de talco y magnetita; pero examinados algunos ejemplares por el senor profesor Cohen, me Hlam6 la atencién sobre la naturaleza del bisilicato, que no obstante su decidido aspecto taledideo, pudiera ser una mica, como lo han confir- mado las investigaciones ulteriores. En efecto, en vista de que ni los caracteres exteriores, ni por desgracia en este caso los Opticos, podian decidir la cuestién, hubo que apelar a los quimicos, los cuales revelaron que dichas laminas se colorea— ban de azul intenso en caliente, mediante la disolucién del cobalto, y no en rojizo como lo hubiera hecho el talco. El senor profesor Quiroga, 4 quien consulté también los ejemplares, ha llegado al mismo resultado, reconociendo la alumina y los alcalis con el fluoruro amdénico y el acido sulftirico, sepa- rando primero la alumina y el hierro, después la magnesia, encontrando la potasa y la sosa en el residuo seco y calcinado hasta expulsar las sales amoniacales. En definitiva, por ambos caminos se ha podido reconocer en este mineral de aspecto » taledideo, una mica, que luego se ha visto era una moscovita bastante rica en sosa, puesto que en una laminilla colocada en una gota de acido fluosilicico, y dejada evaporar sobre acido sulfirico, se formaron cristales de fluosilicato magnée- sico, acompanados de otros exagonales abundantes del sédico. He indicado todos estos pormenores por tratarse de un mineral que proporciona un ejemplo de lo enganosos que suelen ser los caracteres exteriores, y de la necesidad de comprobar la clasificacién por medio de los ensayos quimicos, aun tratandose de las especies mas frecuentes y conocidas. Las laminas mayores de la citada moscovita estan cubiertas de una costra caliza algo espesa, que contribuye 4 enmascarar- las, y cerca de ella hay ademas algo de carbonato de magnesia. La magnetita se asocia generalmente 4 la moscovita en forma de granos apretados, intimamente unidos a las pajuelas de este mineral. Cuando el tamano de uno de estos elementos ANALES DE HIST. NAT. —XVIlI. 3 BE: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) crece, lo hace asimismo el del otro; la magnetita se presenta en cristales, la moscovita lo hace también en masas de apariencia exagonal muy limpias, de color verde claro, cuando no estan empanadas por la costra caliza. En general, por el contrario, los componentes se hacen tan pequenos, que la roca se vuelve cripto-cristalina, y entonces sdlo en las secciones delgadas, y con ayuda del microscopio, se puede apreciar la estructura y percibir que consiste en un agregado de granillos de magnetita y de pequenas laminas de moscovita con algunos productos secundarios. Entre estos dominan laminillas de calcita, granos de cuarzo y un mineral en agujas disperso cerca de la magnetita, que debe ser una ceolita. La composicion de la roca del Cerro del Iman es muy curiosa, y debiera designarse con un nombre nuevo si se tratara de un material eruptivo primordial, cosa que no puede asegurarse ni negarse rotundamente por este solo hallazgo. Kl Sr. Cohen se inclina a ver en ella un producto de descomposicion 6 evc— ‘lucién, aun cuando en ninguna de las preparaciones exami- nadas se haya observado resto alguno de los componentes de la supuesta roca primordial. De todas suertes, la edad post- eocénica de este material y el hallarse en una region atrave- sada por tantas erupciones ofiticas de las que derivan produc- tos variados, son circunstancias que militan en favor de la -idea que sostuve en la citada nota, de que deben referirse a ellas, por mas que ninguna asociacién analoga se haya encontrado hasta aqui dentro ni fuera de la regioén en la proximidad de las ofitas. Minerales secundarios en las ofitas de Moron. Ademas de los productos habituales en esta clase de rocas y mencionados de varias localidades. el término de Morén me ha proporcionado una serie de minerales curiosos, ya por ser bastante raros 6 nuevos en tales circunstancias, ya por algu- nas particularidades que ofrecen. De algunos de ellos he dado cuenta en un trabajo precedente (1); mas otros encontrados (1) Sur les modifeatiors des roches ophitiques de Moron. (Compt. rend., 8 de Sep- tiembre, 1890.) (17) Calderén.—NOTAS MINERALOGICAS. 95 después de la redaccidn de éste, no han sido mencionados hasta ahora, por lo cual diré algunas palabras de todos ellos para dar idea en conjunto de los procesos evolutivos de las ofitas de esta localidad. Granate. Kn un apuntamiento ofitico cercano a la Dehesa del Roble, las modificaciones de la roca han producido minerales que hasta ahora no se han mencionado en semejantes yacimientos y diversos de los demas de la regién. Entre ellos son particu- larmente notables el granate y la wernerita. La roca que contiene estos dos minerales ofrece a la simple vista una pasta verdosa con pequenos puntos blancos de feldespato, laminillas de oligisto y abundantes drusas llenas de una substancia mamelonada, rosada 6 amarillenta que, tratada por los acidos, se disuelve con efervescencia, mostrando el predominio de los carbonatos en su composicion; a estos se asocian productos ceoliticos dificilmente determinables. Entre la materia mamelonada é6 intimamente adherida a ella, se encuentra el granate en forma de filoncillos y en cris— tales rombododecaédricos muy completos, negros, resinosos, generalmente pequenos y solo por excepcidn del tamano de un guisante, y aun de 15™™ & 8™™, En ambos casos se halla fresco, con superficie brillante y con sus exfoliaciones perfec— tamente marcadas. En las secciones transparentes muestra una doble refraccidn intensa, hasta el punto de que podria hacer dudar se tratara de un mineral regular, 4 no ofrecer tan marcada su forma rombododecaédrica. Ya he indicado en mi precedente estudio citado que dicho granate es un producto secundario, como lo indica su manera de aparecer en las drusas, acompanado de carbonato y ceoli- tas, hecho analogo al observado por el profesor Cohen en el ZENCAD , = a ie | 4 basalto nefelinico de Katzenbuckel en el Odenwald. he / s \ : Wernerita. \- é; En las superficies de la misma ofita, cerca del granate y Sy os \ Gy, . = F . Pie et a ed! Pe [= asociados a laminas grandes de oligisto, se ven unos prismas eae 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (1s): blancos muy alterados en todos los ejemplares que he recogido,. que a veces miden 2 cm. de longitud por '/, de lado. En una muestra remitida al Sr. Quiroga pudo reconocer bien la forma tetragonal de estos prismas, 6pticamente negativos y bastante birefringentes. La wernerita se encuentra formando costra en los planos de la roca mas alterada, siendo ésta la primera vez. que se menciona dicho mineral en Espana en estado de ejem- plares macroscopicos. Aerinita. A corta distancia del afloramiento de ofita que contiene los: minerales que acabo de indicar, y en una tierra de cultivo: inmediata al cortijo de la Dehesa del Roble, existen unos: cantos sueltos de otra ofita que ha seguido en su evolucién una marcha muy distinta de aquella. La superficie de estos cantos expuesta a la intemperie se cubre de una capa azul que consiste en ese curioso mineral Hamado aerinita, por v. Lasaulx, el cual, como se sabe, pertenece al corto grupo de los silicatos amorfos hidratados. Habiendo ya dado noticia de este raro hallazgo y mencionado las escasas observaciones que pude recoger en el sitio en que se encuentran las piedras en cuestidn (1), me limitaré ahora a resumir los caracteres de esta aerinita de Moron. En el estado fresco es de color azul intenso, de lustre craso: y algo hojosa. Se presenta de tres modos: en delgada capa adherida a la superficie de la ofita y su contacto con ésta perfectamente limpio; en estado de penetracioén en una ofita completamente aerinitizada, es decir, convertida en todo su espesor en una materia térrea, azulada, descompuesta é impregnada de aerinita; por ultimo, en las cavidades irregu- lares de cuarzos granudo-cristalinos transparentes, asociados i un producto téerreo, que parece haber sido arrastrado en su mayor parte por el agua. El color azul tan caracteristico de este mineral creo es debido i una mezcla de compuestos de hierro y cobre, al parecer silicatos; al menos en los ensayos practicados en busca de otro (1) Aerinita de Mordn, (ANAL. DE La Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. XIX. Actas.) 419) CalderOn.—NOTAS MINERALOGICAS. 37 cuerpo a quien imputar semejante particularidad, ni D. Fede- rico Chaves ni yo le hemos hallado. Poco se sabe todavia respecto 4 la historia de la aerinita, que sélo se conoeia hasta ahora de dos yacimientos en los Pirineos de la provincia de Huesca y en la de Lérida. La escasez de ejemplares en Moron, la delgada costra que forman los que se hallan en mayor estado de pureza y el encontrarse en cantos sueltos, no han permitido suministrar materiales para completar dicha historia; pero de todos modos este des— cubrimiento, importante ya en si, permite esperar otros que proporcionen materiales suficientes para esclarecer la compo- sicidn y proceso evolutivo de la aerinita (1). Anfibol. A la salida misma de Moron, 4 Poniente, se halla una masa de roca eruptiva, que ocupara mas de dos hectareas de exten- sidn, formando el cerro del Calvario, notable tanto por si como por los minerales evolutivos que contiene. Es una piedra obscura, tenaz y de fracturas angulosas, cuyo aspecto difiere del general en las ofitas de la regidn, asi como su descompo- sicion, que no se hace en esferdides, sino resolviéndose direc— tamente en una tierra roja. Todos los ejemplares que he tallado estan demasiado alterados para poder estudiar a fondo la roca, que ha debido componerse esencialmente de plagio— clasa, augita y magnetita, aunque los elementos ferro-magne- sianos estan sumamente transformados en productos secunda- rios. Ofrece restos de olivino indudables y en algunas secciones su estructura recuerda la del melafido. No obstante estas circunstancias, los contactos de este afloramiento con las rocas eocsnicas, viéndose en el del SE. una potente formacién de yesos, y otras razones me hacen suponer no se trate de una roca preterciaria, sino de una ofita melafidica. Los trabajos de extraccién de la piedra del cerro del Calva- (1) El profesor Groth (Tabelarische Uebersicht der Mineralien, 3.4 edic., Braunsch_ ~weig, 1889) le asigna como composicion probable la siguiente: Si'8 O69 (Al, Fe]'!0 (Cu, Fe, Mg]? 18 H2 O, [Si O3]'8 [Al 04] [Al, Fe]S [OH]4 Ca, 16 H2 O. 6 acaso 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) rio, que es excelente para el firme de las carreteras y para la construccién después de machacada y mezclada con cal, des— cubre en las partes que se hallan en descomposicion y formando nidos en las leptoclasas, cavidades irregulares que contienen minerales secundarios. El mas abundante de los minerales en cuestidn es el anfibol, que en forma de agujas verde-obscuras 6 verde botella, tras- licidas, y en las mas finas amarillo-verdosas transparentes, tapizan algunas cavidades cavernosas de la roca. Estos largos y delgadisimos cristales se nos clavaban en los dedos como agujas invisibles cuando explorabamos la cantera, producién- donos una urticacién vivisima que nos durdé mas de dos dias. Otras veces forman grupos de prismas mas cortos y apretados que parecen musgo nacido en la roca. Kn las agujas que por excepcion adquie- ren mayor desarrollo, se puede adver— tir que consisten en curiosos prismas de anfibol, sin que en ninguno haya-— mos podido encontrar la piramide hasta ahora. En estos prismas solo se distingue la zona vertical con el ortopinacoide muy desarrollado. Las caras IOO, que en el anfibol férrico faltan 6 estan solamente indicadas, son en estos sumamente lar- eas; carecen en cambio de las O10, ha- bituales en las hornblendas y llevan ademas las IO. El aspecto de estos prismas resulta tabular, como indica la adjunta figura, merced a ese desarrollo extraordinario del ortopinacoide, y de superficie estriada (1). Amianto. La misma roca suele presentar de trecho en trecho com otros productos mas confusos y no bien determinados, delga- das capas de amianto en las antiguas fracturas de la roca. (1) D. Federico Chaves del Pulgar me comunica haber encontrado en una pista- cita de Maro (Mdlaga) un anfibol con el mismo desarrollo y caracteres que el aqui descrito. (21) Calder6n.—NOTAS MINERALOGICAS. 39 Anortita. En los sitios donde esta mas descompuesta la roca del Cal- vario, particularmente en los planos de juntura de la misma, se presenta un mineral en cristales prismaticos alareados, blanco grisaceos y de forma extrana. Constituyen grupos estrellados, que recuerdan por su aspecto los de la carfolita de Schlagenwald, y sus prismas mas enteros miden centime- tro y medio de largo por 2 mm. de seccién. Estos cristales son demasiado imperfectos para poder precisar el indice de sus caras y Sumamente alterables, empanandose y pulverizandose con prontitud. Van acompanados de laminas redondeadas de oligisto. Se trata de un silicato monosimétrico, calcico-aluminoso, con poca 6 ninguna agua, cuya composicién corresponde exactamente a la asignada a la anortita (1). Hay que advertir que constituye una variedad diversa por su aspecto y manera de presentarse de todas las conocidas hasta ahora; hasta el punto de que no me hubiera atrevido a clasificarla como lo he hecho, sin apelar antes a la indiscutible autoridad del emi- nente profesor Schrauf, de Viena, a cuyas luces debo muchas indicaciones valiosas desde que me ocupo en el estudio de las rocas y minerales de Andalucia. Se trata evidentemente de una anortita formada por accio- nes secundarias, anilogamente a otras plagioclasas reciente— mente descritas por Brauns en la diabasa de Friedensdorf, cerca de Marburg (2); y aunque se ha citado algun ejemplo de esto, es muy imperfecto el conocimiento que atin se tiene de semejante génesis. Como es sabido, la anortita es rara en las rocas eruptivas, y por eso el hecho de encontrarse en el cerro del Calvario, cerca del anfibol en largos prismas, pudiera acaso dar luz sobre la produccidn no explicada de ciertos agregados de anortita y hornblenda en largos prismas, que se han citado de varias localidades extranjeras. (1) Dana: Tert-Book of Mineralogy (altima edicién, de 1892). (2) Brauns: Albit, Analcim, Natrolith, Prehnit und Kalkspath , Verwitterungs- producte eines Diabases von Friedesdorf bei Marburg; Newes Jahrb. f. Min.; 1892. 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Titanita. En la misma ofita de la Dehesa del Roble, antes mencionada, en un hueco de la roca, he encontrado dispersos cristales cortos alterados de wernerita y entre ellos de trecho en trecho prismas de anfibol y otros pequefios, pero muy bien confor- mados, evidentemente de titanita. Son estos amarillos ana- ranjados acaramelados y ofrecen un brillo adamantino muy intenso. Los mayores miden 2 mm. de largo por | de ancho; y aunque demasiado pequenos los mas limpios para poderlos estudiar cristalograficamente, en alguno me parece ver la combinacién OOT, IOI, IO, OO, quizas con otras caras que no acierto 4 discernir. : Por su tamano, color, aspecto y manera de presentarse se parecen bastante 4 los ejemplares de titanita de las traquitas del lago Laacher estudiadas por G. v. Rath (1), superando a estas quizas en perfeccidn las que describo. En la localidad alemana yacen como los de las rocas volcanicas de Albano, isla Procida é isla de Ponza, en las drusas y se consideran producidos por sublimacidn, hallandose a veces asociadas a cristales de anfibol que reconocen el mismo origen, segiin la descripcion del profesor Arzruni (2). Sin embargo de estas analogias, creo que la titanita de Mordn, como los demas minerales que la acompanan en las drusas, es de origen secundario y que deriva del hierro titanado de las ofitas. Debo advertir que este mineral parece muy escaso en la localidad, pues en un solo ejemplar le he visto en las drusas y aun empastado en la superficie alterada de la ofita. Sin embargo, este hallazgo es, sin duda, interesante por tratarse de un mineral no mencionado hasta ahora de Espana, ni citado en el extranjero de ninguna roca andloga a la ofita. (1) Poge. Ann., p. 115, 1862. (2) Krystall. Untersuch, an sublimirten Titanit und Amphib. /Zitsungsberichte ad. k. preuss. Akad. zu Berlin, 1882.) CATALOGO DE LAS PERIANTIADAS CUBANAS, ESPONTANEAS Y CULTIVADAS, POR Di MANUEL GOMEZ. DE GACMAZA. (Sesion del 6 de Diciembre de 1893.) El presente trabajo es el complemento del que, con igual titulo, se publicé en los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE Historia NATURAL, tomo xIx, pag. 213. En aquella parte se expuso el catalogo de 70 de las 101 familias que representan en Cuba la sub-clase de las Periantiadas, y hoy se ofrece el de las 31 restantes, repitiéndose, corregido, el de algunas cuyo primer catalogo se anula. Los ntimeros entre paréntesis se refieren a las exsiccatas cubanas de Mr. C. Wright, y las especies se entienden silves— tres, salvo otras indicaciones. Las especies y variedades no seguidas de nombre de autor son simplemente a@nunciadas. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) ORDEN I.—DIALIPETALAS. . SusorDEN |.—Dialipétalas superovariadas. Anondceas. — Menispérmeas. — Laurineas.— Clusidceas. — Dilenidceas. — Ocndceas.— Euforbidceas.— Buxeas. - Bixdceas.— Samidezs.— Pasifloreas.— Cruciferas (!).—Me- lidceas. —-Anacardidceas.—Sapindaceas.—Sabieas (?).—Viteas. Anonaceas. Anona squamosa Lin. (Cult.!)—A non. — bullata Rich.—Anoncillo, Laurel de cuabal. — ILaurifolia Dun.—Anoncillo de Cuba, Laurel de sabana- — muricata Lin. (Cult.!)—Guanabana. — Porto-Riccensis (Cult.)\—Guanabana de Puerto-Rico. — montana Macf.[A. muricata Lin 8.? Dun Cand.|—@Gua- nibana cimarrona, G. de loma, G. amarvilla. — Cascarilloides Wr. [ Rollinia Franci-Frias, Morales.|— Anoncillo, A. de paredon, A. de sabana. — reticulata Lin. [A. glabrata Lin.?; Rich.?; A. mucosa Jacq.?] (Cult.!) —Mamon. — palustris Lin.—Bagd, Palo bobo. — Cherimolia Mill. (Cult.!)—Chirimoya. Oxandra lanceolata, H. B."[O. virgata Rich. Uvaria lanceolata Sw. Uv. virgata Sw. Guatteria virgata, Dun. Boca— vea virgata Benth. y Hook. O. punctuata Wr. ]— Saya comun. —. Laurifolia A. Rich. [Uvaria Sw.; Guatteria Dun.; Bo- cagea Benth y Hook.|—Puwrio. Uvaria para-neglecta. [Asimina neglecta Gris.; Uvaria Mora— lesi G.-M. nombre (°)|—Pimienta malagueta. — Blaini. | Asimina Blainii Gris.]|— Vaya. — neglecta Rich. [Asimina rhombifolia Gris., Uvaria Ri- chardia Morales].—Yaya, Palo de lanza. (1) Lindceas.—Crasuldceas.—Rutidceas.—Anulando su primer catélogo. (2) Leguminosas: apéndice 1. (3) Se desecha ese nombre especifico, que se lee en nuestra ora de Cuba (tesis), 30. (69) Gomez de la Maza.— PrRrIANTIADAS CUBANAS. 43 Xylopia lucida H. B." [X. grandiflora Aubl., 8.* Hib.; Benth. X. longifolia Cand.; X. Cubensis Rich.; X. Dunaliana Planch. y Lindb.; Unona lucida Cand.; Un. Xylo- pioides Dun., Ceelocline? lucida Cand.; Un. acuti- flora Dun.; Uvaria febrifuga Humb.] — Walagueta brava. — glabra Lin. [X. obtusifolia Rich.; Habzelia obtusifolia Cand.|—Cirio, Pico de gallo laurel, Guabico de sabana, Guimba, Palo de bomba. — Athiopica Rich. [Unona Dun.]| (Cult.)— Pimienta de Guined. Monodora Myristica Dun. [Anona Giartn.] (Cult.)— Hnenioso, Nuez moscada. Menispérmeas. Pachygone Cubensis Gris. (1104, 1853).—Chicharroncillo. 6, angustifolia A. Gray. — Domingensis Eichler. [Cocculus Cand.; Hyperbena Benth. y Hook.] (28, 1105). = axilliflorum. [Anomospermum (Apabuta) axilliflo— rum Gris.] (1854).—Chicharron de farallon. Cissampelos Pareira Lin. (21).—Pareira brava (tipo y var.) 7, Gris. [C. Caapeba Lin.) (22), Laurineas. Acrodiclidium Jamaicense Nees. [Symphysodaphne Cubensis Rich.; Aydendron? Cubense Rich.] (481 ('). 1401, 1410, 1410*).—Zeviza. -= Wrightii Meissn. (481 (7), 2854, 2855).—Zaure/. Hernandia Cubensis Gris. (1390). —_ sonora Lin. (2592). Persea montana Spreng. [Phebe Gris.] (476, 1406, 1407, 1411). —Boniato del pinar. (1) Coleccion de los anos 1460-6}. (2) Idem 1856-57. 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (70) Persea Cubensis Meissn. | Pheebe hypoleuca Rich.]— Boniatlo blanco. — sylvestris Rich.—Aguacate silvestre. — gratissima Gartn.—Aguacale. — triplinervis [Phebe Gris.; Persea Cinnamomifolia Rich., no Kunth.| (482, 1400).—Boniatillo, Boniato blanco (tipo y var.) gs, Wrighti [Phebe Cubensis Nees.; Ceramocarpium Cubense Nees.; Phebe Antillana; 7, Cubensis Meissn. | (481, 2590). y, Valenzuelana|Pheebe Rich.; Oreodaphne? alba Rich. | (2583, 2591). Cinnamomum Zeylanicum Breyn; », commune Nees. (Cult.)— Laurel canelero. Beilschmiedia pendula [Hufelandia Nees.] (485, 486, 1402, 1403, 1414).—Zaurel de loma. Nectandra leucantha Nees. [N. Antillana Meissn. N.? Magno-— live folia Rich., no Nees.] (480, 1899).—dA guacatillo, Boniato aguacatillo, Baullia. _ Willdenowiana Nees. [N. sanguinea Gris., no Rottb. N. Cigua Rich.] (484, 2589).—Cigua, Sigua. — exaltata Gris. |Oreodaphne Nees. N. Boniato Rich. ] (2587, 2588).—Boniatillo, Boniato amarillo, Boniato de costa. Ocotea cuneata [Oreodaphne? obovata Rich.) Nectandra cuneata Gris. Nemodaphne cuneata Meissn. (1412, 1413, 1413"?) —Canelillo. — leucoxylon [Oreodaphne Nees. Nectandra? longifolia Rich., no Nees.] (483, 486, 487, 1398).—A guacatillo. 6, elongata |Oreodaphne leucoxylon Nees.; 8, elongata Meissn.]} (477). — floribunda (Strychnodaphne Gris. Oreodaphne Linde- niana Rich.| (1404, 1405, 1408, 1409, 2586).— Bonialo laurel. Laurus nobilis Lin. (Cult.)\—Zaurel comin. Cassytha Americana Nees. (488). (71) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS., 15 Clusiaceas. Rheedia aristata Gris.—Manaju, Cabima. — fruticosa Wr.—Fspuela de caballero, de los pinares. — Ruscifolia Gris.—MVanajucillo. — elliptica Sauval.—Manaju de costa. Garcinia Mangostana Lin. (Cult.)—Mangustdn. Calophyllon Calaba Jacq. (Calophyllum).—Ocuw/e. Mammea americana Lin. [Reedia Gris.] (Cult.)—Wamey de Santo Domingo, M. amarillo. Quiina ternatiflora Sauval.—Jcaquillo de las Pozas. Clusia rosea Lin.—Copey. — alba Lin.? [Tovomita Clusioides Gris.? Chrysochlamys ? Clusioides Gris. ?].—Copeicillo. — flava Lin.—Omitida por Sauval. — venosa Lin. ?—Copeicillo de manglar. — minor Lin. ? Dileniaceas. Tetracera volubilis Lin. (1839) [T. Paeppigiana Schlecht.|— Bejuco guard, Bejuco carey. — cuspidata Mey. (1843) [Doliocarpus semidentatus Garcke; Delima dasyphylla Miq.|— IWantequilla. Mata-negro. Davilla rugosa Poir. (1840, 1841) [D. Sagraana Rich. |—Bejuco colorado, Bejuco guard. : e g, ciliata Gris., Cat. 2. (Péppo en herb. Hook.) [D. ci- liata Rich. (‘)]. Curatella americana Lin. (1842).— aca-buey, Chaparro. Ocnaceas. Ouratea elliptica. [Gomphia Rich.; G. pinetorum Wr. |—Gua- nabanilla del pinar. (1) Es erréneo D. ciliaris Rich. 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72) Ouratea Ilicifolia H. B.., nombre [Gomphia Cand.] (2117).— Guanabanilla de sabana. — nitida [Gomphia Sw.; G. acuminata Rich., no Cand. ?| (2115).—Guanabanilla de monte. — alaternifolia [Gomphia Rich.] 68).—Guanabanilla. — revoluta [Gomphia Wr.] (1128).—@Guanabanilla. Euforbiaceas. Euphorbia pilulifera Lin.— Hierba de boca, H. de la nina, Go- londvina, Malcasada. — Hypericifolia Lin.—/Hierba de la nina. — punicea Sw:—/lor de Pascua. —— Buxifolia Lam.* ('). ¢, flexuosa Boiss. — Tirucalli Lin. (Cult.)\—Disciplinilla. — pulcherrima Willd. (Cult.) — splendens Bojer (cult..\—Gvracia de Dios. — Jacquinisefiora Hook. (Cult.) prostrata Ait. (548, 549).—Wierba de la nina, Golon- drind. — serpens Kunth (2013, 2014).—Zechera, Hierba lechera (tipo y var.) e?, Centunculoides Gris. [Euphorbia Kunth] (2012). — adenoptera Bertolini [E. dioica Kunt] (557, 2015). — trichotoma Kunth (8709).—Zechera marina. — cyanogala Wr. [E. Cubensis Boiss.] (2018). — Cassythoides Boiss. (553, 2017). — monantha Wr. (1421). a Graminea Jacq. (exot. ?) e, penduculosa Boiss. [Euphorbia Rich. |] a= Leterophylla Lin. (exot.) y, Graminifolia Engelm. [. Havanensis Willd.|— Lechosa. €, geniculata | Huphorbia Ortega; E. Prunifolia Jacq. | (554).—Lechosa. (1) Es el tipo 6 la var. la exsiccata de Wr., 2016. 473) Gomez de la Maza.—PrmRIANTIADAS CUBANAS. 17 Euphorbia microphylla Morales.—Parece una mala determi- nacion,. Pedilanthus Tithymaloides Poit.—//amo real, Dictamo real, Gallito colorado. — angustifolius Poit.—/tamo real, Dictamo veal. — linearifolius Gris. (1677).—J/lamo real, Dicltamo real, Dalechampia scandens Lin. [D. scandens; ¢, genuina J. Miill.| (2010). — denticulata Wr. (2011). Pera Bumelivfolia Gris. —Hayabacand, Jayabacand, Yaya- bacand. — oppositifolia J. Miill—Hayabacand, Jayabacand, Yaya- bacand. Ricinus communis Lin.—Palma Cristi, Higuereta, Ricino. Croton Origanifolius Lam.* (exot.) 6, discolor J. Mill. («) [Croton Gris., no Willd. | — ?Prunifolius Vahl. [Lasiocroton Gris. | — niveus Jacq. — linearis Jacq. [C. Cascarilla Lin., en parte; C. Hippo- pheeoides Rich.] (560, 1967, en parte). e, Sagreeanus [Croton J. Miill.| (1967, en parte). — lucidus Lin. (567).—Cuaba de ingenio, Caobilla (tipo y variedad), var. (566) ('!) [C. Cubanus J. Miill.] — Corylifolius Lam.* (566).—Cuaba de ingenio. — craspedotrichus Gris (1963). 6, adpressus [Croton Wr. y Gris. | y ?, scaberrimus [Croton J. Miill.] — stenophyllus Gris (1967, en parte; 1669).—C/lavellina de laguna (tipo y var.) 8, acutifolius J. Mill. (560). — viminalis Gris. (565). — Populifolius Lam.* — glandulosus Lin. [C. divaricatus Gris., no Lin.| (568, 1958, 1959). — lobatus Lin.—/railecillo cimarron (tipo y var.) §, intermedius J. Miill. 41) Coleccion de los aos 1856-57. 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (74) Croton Yunquensi Gris. (1966). Lindenianus Rich. spiralis J. Mill. [C. Astroites Ait.] (1670). ciliato-glandulosus Ortega (Cuba ?) [C. penicellatus Vent., Rich. ?]. clavuliger J. Mill. [C. penicellatus Gris., Rich.?] (1960). —Cancilla, Canelillo ? albidus J. Mill. [C. flavens Gris., no Lin. ni J. Mill.] (1965). pandureformis J. Mill. [C. Domingensis Vahl., se@tin Gris.] (157). maritimus Walth. (1993). bispinosus Sauval. trigonocarpus Wr. (1972). nummulariefolius Rich. [C. Serpylloides Gris.] (569). pachysepalus Gris. (559). fulvus Rich. Francavillanus J. Miill. homolepidus J. Miilll. [C. Cascarilloides Vahl.] (1971). —Clavellina de laguna. Myricefolius Gris. (1969). Rosmarinifolius Gris. (1968). cerinus J. Mill. [C. procumbens Wr., no Jacq.] (1970). spinosus Sauval., no autores (3690). pervestitus Gris. (1964). leucophlebius Gris. (1962). Vaccinioides Rich. Acidocroton Adelioides Gris. (8702). Mettenia g@lobosa Gris. [Croton globosus Sw.; Ricinus globo- sus Willd.] (1973). Tournesolia Castanefolia [Caperonia S8.-Hil.; C. nervosa Rich.; C. palustris Kunth., Gris.] (1974). 6, inflata [Caperonia palustris; var. inflata Gris. ] (3704). palustris [Caperonia 8.'-Hil.; C. Castaneefolia Gris., no 8.'-Hil.] (1975). candicans [Argythamnia Sw.; Argyrothamnia J. Miill.] (570). Tragia volubilis Lin. [T. monandra H. B.-|—Candelilla. gracilis Gris.—Candelilla. (75) Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 19 Platygyne pruriens H. B. [P. urens Mere.; P. hexandra J. Mill.; Tragia pruriens Willd.; T. hexandra Jaeq.; Acan- thocaulon fruticans Klotzsch].—Pringd-mozd. Bernardia Corensis J. Miill. [Polyboea, Klotzsch|.—Omitida por Gris. y Sauval. — microphylla J. Miill. [Adelia, Rich.] (1977). a dichotoma J. Mill. (exot.) (‘). 6, venosa J. Miill. [Bernardia, Gris.| (1425). var. [B. intermedia Gris.; B. Mexicana J. Miill:; a, genuina J. Miill.: solamente en lo que se refiere a Cuba] (1425). Acalypha Chamredrifolia J. Miill. [A. reptans Sw.; A. Corcho- rifolia Willd.; no Rich.] (1426, 1672). , pendula J. Miill. (.) [Acalypha Wr. y Gris.] (1981). , fissa J. Miill. (1983). «, Glechomeefolia J. Mill. [Acalypha Rich.] (572). S, pygmea J. Mill. [Acalypha Rich. | n, nana J. Miill. [Acalypha Gris.: A. pygmea Gris.; no Rich.] (1984). — Hernandifolia Sw. a distans J. Miill. [A. virgata Gris.; no Lin.] (1982). — membranacea Rich. [A. adenophora Gris.] (1986, 1986", 1986?). _ laxiflora J. Miill. — setosa Rich. a persimilis J. Miill. [A. Cor. chorifolia Rich.; no Willd. ] — Havanensis J. Miill. —_— cuspidata Jacq. (1985). — Alopecuroides Jacq. (571). _— tricolor Hortul. (Cult.!)—Acd/i/a. — _ polystachya Jacq. (Cult.!)—Acdlifa. Ricinella pedunculosa J. Mill. [ Adelia Ricinella Lin.; A. pe- dunculosa Rich.] (581, 1425).—Jia espinosa. — sylvestris J. Mill. [Adelia Gris.] (1976). Alchornea latifolia Sw.—Aguacatillo. Leucocroton Wrightii Gris. (561, 562, 1424).—Cuaba amarilla (tipo y var.). O7 “G (1) Es el tipo 6 una var. la exsiccata de Wr., 1671? ANALLS DE HIST. NAT.— XXIII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (76) Leucocroton var. [L. flavicans J. Miill.: «. latifolius J. Miill.| (1994). var. [L. flavicans J. Miill.: 6, angustifolius J. Miill.| — revolutus Sauval. (8701). — virens Gris. (1978). Ditta Myricoides Gris. (1429). Excrecaria Caribeea Gris. [E. brachypoda Gris.: Actinostemon Caribeus Gris.; A. concolor J. Miill.; 7, Cari- beeus J. Miill.: Sebastiania brachypoda Sauval.; nombre]. — Laurocerasus J. Miill. (exot.) 8, elliptica J. Mill. [Sapium Laurifolium Gris. | (578).—Lechero, Palo de leche (6 y 7). y, Laurifolia J. Mill. [Sapium Aucuparium Willd.; Stillingia Laurifolia Rich. | — lucida Sw. [Sebastiania J. Mtill.|—Saz7/. — biglandulosa J. Mill. (exot.) 4, Daphnoides J. Miill. [Sapium Gris.] (1980). — Sagrei J. Mill. [E. Myrcifolia Gris.; Sebastiania Myrcifolia Sauval.; nombre] (2006, 2007?).— Wan- zanillo del Morrillo. = Vahli [Sebastiania corniculata J. Miill.: 9, genuina J. Miill.; Microstachys Vahli Rich.] (1979). os albicans Gris. [Sebastiania Grisebachiana J. Mull; a, albicans J. Miill.: S. albicans Sauval.: nombre, en parte] (2003).—Vaiti bobo. 8, venulosa |Sebastiana Grisebachiana J. Miill.: 6, virens J. Miill.; E. venulosa Wr.: S. albicans Sauval.; nombre, en parte] (2004). — pallens Gris. [Sebastiania pallens J. Miill.: x. ge- nuina J. Miill.| (1427).—Saiti de hoja menuda. 68, tenax [Sebastiana pallens J. Miill.; 6. tenax J. Miill.; E. tenax Wr. y Gris.]| (2002). _ leucosperma J. Miill. [Sapium leucospermum Wr. y Gris.] (10002, 20008). : — leucogyna J. Mill. [Sapium leucogynum Wr. y Gris. | (2000). — eglandulosa J. Mill. [Stillingia Rich.; Sapium ade- nodor Gris.] (1428). — erythrosperma Gris. (1673). 477) Gomez de la Maza.— PrRIANTIADAS CUBANAS. 51 Excecaria Cubensis J. Miill. [Bonania Rich. | (1997).—/iligrana de costa. — emarginata J. Mill. [Bonania Wr. y Gris.] (1998).— Filigrana de costa. _ sebifera J. Mill. [Stillingia Mich.*|] (Cult.)—A7rdo/ del sebo, A. de la cera, Cera. Omphalea diandra Lin.—dA vel/ano de costa. — trichotoma J. Miill.—A re//ano de costa. — hypoleuca Gris. — triandra Lin.? (Cuba? Cult.?)— Arellano de Cubar, Avellana de América? Hyppomane Mancinella Lin. — IWanzanillo, Arbol del diablo, Penipeniche, Pinipiniche. Hura crepitans Lin.—Haba, Habilla, Salvadera. Manihot utilissima Pohl. (Cult.!)—/nea agria. — palmata J. Mill. (exot.) 6, Aipi J. Mill. (Cult.!)—Swea dulce. Jatropha Curcas Lin. |Curcas purgans Adans.; C. Indica Rich. | (Cult.!)—Piion botija, P. purgante. — multifida Lin. (Cult.!)—Chayo. Don Tomas, Nuez vomica cubana, Pinon comico. — Gossypiifolia Lin. (exot.) 6, elegans J. Miill. [Jatropha Klotzsch|.—/railecillo, Frailecito, San Juan del Cobre, Tua-tua, Tuatua. — diversifolia Rich. [J. hastata Gris.; J. integerrima Jacq.] (575).—Peregrina (tipo y var.). 8, Tupifolia [Jatrofa Gris.| (1953). 7, pandurefolia G.-M. [Jatropha Andrews.: J. hastata Jacq.| (1952). *, pauciflora [Jatropha Wr. (1954). —_— Angustifolia Gris. (1956).—Peregrina del pinar (ti y var.). Ps $8, spathulata J. Miill. («) [J. glauca Gris.] (1955). a fragrans Kunth. — quinquelobata Miller.—Omitida por Sauval. — Rangel [J. peltata Sauval.] (') (8689).— Palo santo. _ ?[Cnidoscolus sp., Gris., Cat. pl. Cub., 17, esp. n.° 51.| (1) Sin relacién ninguna con el J. peltata Steud., exotica; ni con el J. peltata Kuntk., también exdtica. av 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (Wis Aleurites Moluccana Willd. (Cult.!)—Noga/l de la India. Drypetes incurva J. Miill.—//7weso, Maco. — crocea Poitr. [D. glauca Rich., Gris.: no Vahl.] _ %, latifolia, J. Miill.—/7veso. — @lomerata Gris. (exot.) 8, Olivacea J. Miill.—Chicharron espinoso. a triplinervia J. Miill. — mucronata Gris.—Hueso de costa. y Phylanthus nobilis J Mill. (exot.) n, Antillanus J. Mill. [Cicca Antillana Juss. | Niruri Lin. [Ph. Niruri; 6, genuinus J. Miill.— THierba de la nina (tipo y var.). ¢, tenuicaulis J. Miill. tenuicaulis J. Miill.— Wierba de la nina. cyclanthera H. B.°—/Hierba de la nifa (tipo y var.). 4, gracillimus J. Miill. y, Lindenianus J. Miill (2). carnosulus Griss.: Wr. » pruinosus Rich. pentaphyllus Gris.; Wr. [Ph. Niruri J. Miull.; S, radicans J. Miill.\—Hverba de la nina. acuminatus Vahl {no Ph. Conami Sw.] virens J. Miill. [Cicca Wr.|— Callitriche deflexa A. Braun. Tetralyx brachypetalus Gris. (1995). Buxeas. Buxus subcolumnaris J. Mill. [| Tricera levigata Gris., no Sw. | (1920). — Cubana H. B." [Tricera Rich.|— Boj de Cuba. — Citrifolia Spreng’. (exot.) y. brevipes J. Mill. [Tricera fasciculata Gris. exclusiva- mente para parte de la exsiccata de Wr. num. 1919| (1919 en parte). acuminata J. Mill. [Tricera fasciculata Gris., idem.: Tricera acuminata Gris.] (1919, en parte). — retusa J. Mill. [Tricera Gris.]| (1921). 8, gonoclada (Tricera Wr. Buxus J. Miill.) — glomerata J. Mill. [Tricera Gris.] (1676). — Wrightii J. Mull. [Tricera microphylla Gris.] (1928). Bixaceas. Letia Ternstremioides Gris.—Guaguasi. Xylosma infestum Gris.—//ueso espinoso. — Buxifolium A. Gray.—/Hueso de costa. — Scheefferioides A. Gray.—/ueso de costa. Flacourtia Ramontchi L’Hérit. (Cult.) — Ciruela de Madagascar. Bixa Orellana Lin. (Cult.)\—A chiole, Bija. Cochlospermum Hibiscoides Kunth.—Bo/ija. Canella alba Murr.—Cvrbana. Papaya Carica Girtn. (naturalizada!)— Papaya, Fruta bomba. — Posoposa [Carica Lin.]— Papaya cimarronda. Turnera Cistoides Lin. — viscosa Sauval., nombre |Piriqueta Gris.] — pumilea Lin. — hirsutissima Sauval. — Ulmifolia Lin.—JWMWavi-Lope. — microphylla Desv. — acaulis Gris. (81) Gomez de la Maza.— PERIANTIADAS CUBANAS., 55 Samideas. Homalium racemosum Jacq. (1106).—Omitido por Sauval. Samyda serrulata Lin. (19?, 1896). — grandiflora Gris. (1897).—/’a de lor grande. Ludia reticulata |Prockia Meissn.; Banara Gris.] (1882). — glaberrima {[Banara Wr.| (1883). Guidonia Ilicifolia (') | Valentinia Sw.:; Casearia Valentinia G.-M. y Mol.*, nombre]. — Aquifolia |Valentinia coriacea Gris.; Casearia Aqui- folia Sauval., nombre]. _ parvifolia G.-M., Dice. bot., 93. |Casearia Willkd.: C. parviflora Rich.; Jaeq.; no Lam.*? ni Willd.; Samyda parviflora Lin.; C. decandra Jacq.: C. punctata Spreng.|—Quinda. — hirsuta G.-M., Dice. bot., 94. [Casearia Sw.|—Raspa- lengua. — hirta [Casearia Sw.; Samyda tomentosa Sw.] (14?. 15, 1884, 1885).—J/’a peluda. 8, glabriora [Casearia hirta Sw.: var., Gris., en par- beclsey. — ramiflora |Casearia Vahl.; Iroucana Guianensis Aubl.; C. hirta Sw.; var., Gris., en parte] (18, 1888). —Sia brava. , Spinosa [Casearia ramifiora Vahl.; var. spinosa Gris.; Samyda spinosa Lin.: Casearia spinosa Willd.; C. odorata Macf.; C. aculeata Jacq. | — spinescens Gris. [Guidonia Gris.; Samyda Sw.] (13). G> —JSia prieta. — alba [Casearia Rich.] (1890).—J//a blanca. _— stipulario [Casearia Vent.; C. lanceolata Miq.: Sa- myda arborea Rich.; C. Hostmanniana Steud.: C. incana Bert.] (16).—G@uasimilla del pinar. — emarginata [Casearia Wr.] (1894). 8. ramosissima [Casearia Wr.] (1893). (1) NoH.B.", Hist. dex pl., wv, 272, nombre y figura. 55 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) Guidonia sylvestris [Casearia Sw.; C. parviflora Willd., Cand., excluyendo Lin.: Macf., no Jacq., Rich., ni Lam.'?| (17, 5942, 595) (4). — Rompe-hueso, Sarna, Sarnilla, Sarna de pervo, Lloron, Palo cotorra. y. Myricoides [Casearia sylvestris Sw.; var., Myri- coides Gris.] (1891, 1892). 6, sub-opacis | Casearia sylvestris Sw.; var., Gris.| CI12). — _ preecox [Casearia Gris.] (1889). a eriophora (?) [Casearia Wr.] (1895).—d4 gracejo de monte. _ Leetioides [Zuelania Rich.; Leetia longifolia Rich.: Samyda icosandra Sw.; Z. crenata Gris.; Letia crenata Rich.: Thiodia Letioides Gris.; Lretia? Guidonia. Sw.: Casearia Leetioides Rich.] (1108, 1111, 1878, 1879).—Guaguasi. — tremula |[Zuelania Gris.] (2640). — [Casearia? sp. nov., Sauval., #7. cvb., num. 94.] Lunania Grayi Gris.—Zunania. é — Sauvalleii Gris. [L. racemosa Gris., no Flook.}J— Lunania, _ dodecandra Wr.—Lunania. — divaricata Benth.—Zunania (tipo y var.). 6, pentandra Wr. Pasifloreas. Passiflora alata Ait. (Cult.;\—Pasionaria. — foetida Lin.; Cav. | P. Hibiscifolia Lam.*; P. Gossy- pifolia Desy.; P. variegata Mill.; P. hirsuta Lodd.] Pasionaria hedioida, P. vejigosa. — rubra Lin. [P. capsularis Lin.; Id., s, acutiloba, y y, gweminifolia Cand.; P. capsularis Smith. ]—Pasio- naria de cerca. — maliformis Lin. |P. ornata Kunth.]|— Granadilla de WOW. (1) Transicion entre el tipo y j. (2) Se desecha el nombre especifico que se lee en nuestro Lusayo de Farmacofito- logiu cubana, pag. 17, nota 2, ¢.; y en el Dice. bot., pag. 11, art. Agvacejo de monte. 483) Gomez de la Maza.—PpmrIANTIADAS CUBANAS. 57 Passiflora Murucuja Lin. [P. coriacea Rich.; Murucuja ocellata Pers. ] (Cult.) — WMurucuya, Pasionaria vejigosa, P. hedionda, P. hedionda, flor carmin. — pallida Lin. [P. Hederacea Cav.?; P. minima Lin., no Jacq.: no P. maculata Scan.; P. angustifolia Sw.: P. heterophylla Jacq.; Cieca heterophyla Moénch.; ‘P. longifolia, Lam.*; P. Warei Nutt.; P. suberosa Lin.?; P. lineariloba J. Flook.?}—~Pa- sionaria de cerca, Huevo de gallo, H. de gato. _ quadrangularis Lin. (Cult.!)—Pasionaria. — stipulata Aubl.? (2599).— Pasionaria de las pozas. — Berteriana Balbi.—Pasionania de cerca. a sexflora Juss.—Pasionaria de cerca. _ multiflora Lin.— Pasionaria de cerca, P. vainilla. — reticulata Sauval.—Pasionaria. Sm\ — pubescens Kunth. — holosericea Lin. — incarnata Lin. — pedata Lin.—Giiirito de pasion. | = Brasiliana Hort. Par. (Cult.)—Pasionaria. — ciliata Ait.—Pasionaria de la Candelaria. — pendulifilora Bertero.— Pasionaria hedionda, P. ve- Jigosa. — amabilis J. Hook. (Cult.)\—Pasionavria. — oblongata Sw.—P. hedionda, P. hedionda, flor car— min, P vejigosa. Cruciferas. Cheiranthus Cheiri Lin. (Cult.)—A/eli amarillo, A. pajizo, Ramo de oro. Matthiola annua Sweet (Cult.)—F#ucanto, Cuarentena. — , Nasturtium officinale R. Br. (7).—Berro. — palustre Cand.—Ribano de agua. —- brevipes Gris. [N. palustre Cand.; 7 ry - o ' a Di, 2 ln” i ab aw 2 we COREY ML soil ai i bile t . ue : a oa. 7 7 re 7 ran Cae ose ee ae 1 a & | aa eS | tel tt ot 2 ae a Pe . ot at et ee ae | " ~~, Wo L4 = 3) 5! fer gela! thw : set Hanae eel et | | » oe or] . A See ll ; a ; : 7 oe, 1 _ T 7 ig Sees -. wel | a Y + ie 2 - a" i 413) Cabrera y Diaz.—yYACIMIENTOS DE CARMONA. 113 hasta ahora se han ocupado de este asunto. No dudamos que este estudio vendria a descifrar 6 ayudar al menos @ la reso- lucién del problema planteado, si bien conviene aplazarlo hasta que las nuevas exploraciones proyectadas enriquezcan tan valioso material. Lo hallado en estado de utilizarse alevin tanto es una calavera y un craneo: la primera parece dolico- céfala, de eminentes arcos supra-orbitarios y boveda elevada. Los restantes huesos se desmenuzaron al tratar de exhumar- los y tampoco se hallaron con abundancia por existir un solo esqueleto en cada sepultura, por regla general. Paréceme, pues, evidente que es prematuro cuanto se pretenda deducir con elementos tan escasos en punto a la raza 6 razas & que correspondan los habitantes primitivos de Carmona, sin renun- ciar por ello a la esperanza de que las futuras exploraciones sean mas fecundas en tan importante respecto. Por analogia con lo comprobado en otros yacimientos de Andalucia, particularmente en la cueva de La Mujer y de-las de Gibraltar, mas que por los datos antropologicos que Car- mona haya proporcionado, se hace admisible la opinidn del Sr. Sales de atribuir las primitivas industrias carmonenses a la raza de Cro-Magnon, ya pura 6 mezclada con otras, pero conviene advertir que ésta no caracteriza en Espana ni en Ca- narias una época prehistérica bien definida, como sucede en el centro de Europa, y que atin demostrado este punto, cosa hoy dificil, el problema planteado no quedaria resuelto por eso. Es éste muy complejo, presenta elementos demasiado varios y fragmentarios para esclarecerle por ahora, sobre todo en punto a dilucidar en todo el conjunto de particularidades imperfecta- mente bosquejadas en estas paginas, lo que hay aqui de comin a la prehistoria europea y lo que se distingue por un caracter local y genuinamente espanol, y aun puede decirse andaluz. No puedo menos, antes de terminar, de hacer constar mi sincero agradecimiento al Sr. D. Juan Pelaez y Barrén, de Carmona, por el desinterés y amabilidad con que fuimos reci- bidos por él, asi como por la cantidad de datos y noticias que nos ha suministrado, haciendo extensiva mi gratitud a4 mi distinguido amigo el Sr. Pineda, que con sus habiles dibujos se ha prestado galantemente a enriquecer este ligero trabajo con la unica parte de indiscutible utilidad é importancia que puede ofrecer. ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 8 1l4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14> Explicacién de las laminas. LAMINA I. Varios instrumentos de silex de tipos cheleano y solutreano. (A mitad de su tamano.) LAMINA II. Instrumentos de silex de tipo paleolitico. (A mitad de su ta— mano.) Figuras 1 y 2. Tipo solutreano. Sierras de pedernal. 5,6 y 7. Laminas de pedernal. 8a12. Puntas de flecha de pedernal patinizado. ws at uN LAMINA III. Figuras 144. Hachas pulimentadas. 5. Gubia, vista de frente y de perfil. 6,7 y 8. Trozos de ceramica con adornos. 9y10. Pesas de telar, de barro sin cocer. (Mitad de tamano.) LAMINA IV. 1. Pequeno vaso de alabastro. (Mitad de su tamano.) 2. Anillo de cobre cubierto de una chapa de oro. (Id.) Botén de broche cubierto de una chapa de oro. (Id.) 4. Arpon de cobre. (Id.) 5. Anfora de barro cocido que contenia trozos calcina- dos de huesos de ciervo. (!/, del tamano natural.) 6. Lanza de cobre. (Mitad de tamano.) Trozo de madera 6 pasta labrada figurando una flor dle loto. (Id.) &. Fibula de cobre. (Id.) Fig. - ~ (15) Cabrera y Diaz.—YACIMIENTOS DE CARMONA. 15 Fig. 9. Pasador. (Mitad de tamano.) 10. Arete de cobre cubierto de oro. (Id.) 11. Broche de cobre, cuyos extremos terminan por ¢a- bezas de serpiente. (Id.) 12,13 y 14. Trozos de hueso labrado. (Id.) 15. Trozo de concha labrado. (Id.) LAMINA V. Figuras 1 a8. Trozosde hueso grabados. (Mitadde tamano.) 9y 10. Trozo de concha grabado por las dos caras: 9 anverso y 10 reverso. (Id.) ll y 12. Trozos de madera 6 pasta correspondiente al mismo objeto de la fig.»7, lam. 5. (Id.) tae is nd Peete ie ae oe a ae oe hers 7% pie nines thy ae Bis PAN fy) é rey 0 erpesy fsx i oi mths yf “7 on. é a: vc Pare w On S SUR QUELQUES DECOUVERTES PREHISTORIQUES AUTOUR DE SEGOBRIGA DANS LESPAGNE CENTRALE, PAR BE O.CiA CALS Bip bye SF: (Sesion del 14 de Febrero de 1894.) INTRODUCTION. Au mois de Juillet 1892, j’avais été chargé par le R. P. Fita, Villustre archéologue espagnol, d’aller relever, au nom de VYAcadémie Royale d'Histoire, plusieurs inscriptions qu’un propriétaire d’Uclés, M. Roman Garcia y Soria, venait de dé- couvrir sur le cerro (1) de Cabeza del Griego. Je m’acquittai de ma mission, en compagnie de M. Garcia lui-méme et de son neveu, M. Pelayo Quintero y Atauri, professeur & I’Kcole des beaux-arts de Grenade. Tandis que, nos travaux terminés, nous prenions un mo- deste repas, & ’ombre de notre galera (2), le seul ombrage qui se rencontrat alors sur le versant septentrional du mon- ticule, il me revint en mémoire une promesse que j’avais faite a M. Cartailhac, avant de quitter Toulouse, celle d’ex- plorer les grottes des environs d’Uclés et d’y rechercher des vestiges d’habitations préhistoriques. Je priai done mes ai- mables compagnons de m’indiquer la direction de la Cueva (1) Monticule. (2) Sorte de char 4 bancs. 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) del Toro, grotte assez fameuse dans le pays; mais ils ne purent me fournir aucun renseignement sur ce sujet (1). Toutefois M. Quintero, ayant eu connaissance du but de mes recherches, m’apprit aussitot qu’un garde des environs du ce77o venait de découvrir, 2 une demi-lieue de la, une sorte de souterrain dont nul n’avait encore soupconné l’existence. Ce fut, comme pour la célebre grotte d’ Aurignac, un lapin qui donna léveil. Le pauvre animal poursuivi par le garde s’était blotti sous une large dalle; la dalle soulevée laissa apercevoir un long et étroit couloir. Mais personne n’osait s’y aventurer, le garde moins que tout autre: «Me da miedo lo sobrenatural— disait-il; le surnaturel me fait peur.» Je n’avais aucun motif pour éprou- ver les mémes craintes, et je résolus immédiatement d’explo- rer la caverne. M. Pelayo Quintero soffrit a prendre pour moi des informations plus précises sur le heu de la découverte. Il fit plus: quelques jours plus tard, il voulut bien descendre le premier dans la grotte et sengager assez avant dans la gale- rie principale. Puis il m’invita a l’y accompagner. Notre premiére expédition eut lieu le 13 Octobre 1892. M. Al- varo Yastzembiec de Yendrzeyowski, médecin et maire d’Uclés, s’était joint a nous. M. Quintero nous conduisit au bord d’une sorte de puits ver- tical, s’;ouvrant au ras du sol, et mesurant deux métres envi- ron de profondeur. Cet orifice, qui me parut alors percé dans le roc vif, livrait a peine passage a un homme, quand nous y descendimes pour la premiére fois. Etait-ce 1a vraiment une (1) Cette grotte que je visitai plus tard en Février 1893 ne renferme aucune trace dhabitation. C’est une caverne artificielle, creusée dans un massif gy pseux, a 20 mi- nutes environ de Bayona, ancienne forteresse qui domine la route de Madrid a Va- lence, au point ow elle est coupée par le Giguela. Elle se compose de plusieurs galeries horizontales, pratiquées au ciseau dans Vépaisseur de la colline et convergeant toutes plus ou moins directement vers une sorte de vestibule qui fait suite 4 l'entrée. Ces galeries sont basses et jonchées de débris aigus, arrachés aux parois. Il faut pour les parcourir se tenir constamment courbé ou se trainer sur les genoux ; mais elles empruntent aux lueurs des torches une incomparable beauté. Les multiples facettes des cristaux dont la votite est revétue, s’en renvoient les rayons, et donnent naissance & mille jeux de lumiére qui prétent a la grotte un aspect féerique. Elle est d’origine relativement récente et ne parait guére remonter au deli de l'époque romaine. Cornide pense avec raison que les Romains venaient y chercber la pierre spéculaire dont Pline parle tout au long dans son Hiséoire naturelle (livre KEXVI, ‘Cc. 22°) (3) Capelle.—DiCOUVERTES PREHISTORIQUES. — . 119 issue artificielle? N’était-ce pas plutdt le résultat dun éboule- ment? Je ne saurais le dire. Je ne songeai pas & m’en rendre compte en cette circonstance, et depuis, des chercheurs de trésors, comme il s’en trouve malheureusement partout, la jugeant trop étroite, ’ont agrandie pour y passer plus a l’aise. Au fond du puits s’ouvrait un couloir de quatre metres de longueur, vrai terrier qui débouchait dans la galerie centrale. Cette galerie était au début encombrée sur un parcours d’une trentaine de métres par d’énormes quartiers de roc, détachés de la volte ou précipités du dehors. Une masse considérable de terre, venue de l’extérieur, en avait rempli les interstices, laissant a peine serpenter entre ces blocs un sentier raide, étroit, tortueux, par ott les renards avaient acces dans cette immense taniere. Je ne saurais dire au prix de quelles fatigues nous pimes atteindre la premiere salle, les pieds en avant, la téte clouée au sol, les bras collés le long du corps, ayant toutes les peines du monde a conserver allumées, sans mettre le feu a nos véte- ments, les bougies dont la faible lueur ne servait méme point a diriger notre marche. M. Quintero, qui le premier avait exploré une partie du boyau central, s’était fait notre guide et nous indiquait de son mieux les recoins ott il convenait de nous garer: il fallut en effet. des prodiges de prudence pour éviter de nous écraser les — uns les autres, en faisant rouler devant nous sur une pente aussi raide les rochers mobiles qui génaient la descente ou se détachaient sur notre passage. Nous atteignimes enfin une salle assez vaste ot: il nous fut possible de nous tenir debout sans trop de difficulté. Le résultat de cette premiere expédition fut de faire naitre en moi la certitude que je me trouvais véritablement dans une grotte préhistorique. Les nombreux fragments de poterie qui jonchaient le sol, les ossements gisant a fleur de terre, la fumée dont la volte était noircie: voila bien de précieux indices. La suite me montra que je ne m’étais point trompé. Mais je dus, ce jour-la, me borner a ces constatations. On ne pouvait songer a commencer les fouilles sans avoir auparavant rendu le passage plus praticable. Il fallait moins encore pen- ser aretirer avec nous de la grotte des objets fragiles ou volu- ' mineux, tant l’ascension était malaisée. Nous avions employé \ 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4 plus dune heure a descendre jusqu’a cinquante ou soixante métres environ de l’entrée: deux heures nous suffirent & peine pour remonter, et c’est au prix d’indescriptibles efforts que tel de mes compagnons dont la corpulence dépassait la moyenne parvint a se hisser le long de la pente glissante et raide, quel- quefois presque perpendiculaire, par ott il était descendu sans. trop de mal. Je n’avais guere qu’un jour par semaine a consacrer & mes recherches, et bien souvent des occupations imprévues pou- vaient m’empécher de reprendre mon travail au jour fixé. Néanmoins je me mis résolument & l’ceuvre: plusieurs de mes. amis voulurent bien m’aider tour a tour dans mes explora— tions. Il serait trop long d’en dresser la liste: mais il est de mon devoir et c’est une joie pour moi de leur témoigner ici Vexpression de ma sincere gratitude. Ils m’ont secondé avec un dévouement et une intelligence que.de graves et nombreu- ses difficultés n’ont pas un instant déconcertés. Aussi n’hésitée- je pas a leur attribuer une grande partie de ces découvertes. J’ai donné a la grotte le nom de Grotte de Segobriga, parce que les ruines de cette ville s’étagent sur le tertre qui la re- garde (1). On y trouve les restes @une civilisation primitive: des outils, des armes, des ornements, des poteries, des sque— lettes humains appartenant a des races dés longtemps dispa— rues de ces contrées, des ossements d’oiseaux et de mammife- res dont la chair a dt servir de nourriture aux troglodytes. Ktudier cette civilisation, ces races, cette faune; demander aux débris mémes de la ville quelles furent ses origines pré— historiques, tel est objet de ce travail. Je m’aiderai pour ren- dre cette étude plus compléte, soit des objets analogues retrou- vés ca et la dans le pays, soit des ruines échelonnées de dis— tance en distance sur les collines des alentours. Ces objets sont de plusieurs sortes: je citerai notamment des morceaux de silex, des coquillages perforés, des poincons en os, des haches de pierre, des fragments de poterie. Répandus (1) J’adopte Vopinion du R. P. Fita qui, aprés Morales, Cornide et d’autres auteurs, placent & Cabeza del Griego \es ruines de Segobriga. Malgré toutes les raisons alle- guées par Madoz dans son Dictionnaire géographique de VEspagne contre cette opi- nion, il semble que les derniéres découvertes aient mis désormais ce point hors de doute. (5) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 12 dans toute la contrée, sur les collines, a la surface des champs, dans le lit desséché des torrents, si la plupart ont vu bien des siécles passer sur eux dun pied dédaigneux, quelques-uns n’ont pourtant pas manqué d’attirer lattention des habitants de la région. Ici comme en Gréce, & Rome, et plus tard dans les Gaules, les céraunies ou pierres de foudre, piedras de rayo, ont été et sont encore l'objet de la superstition populaire. Heu- reux qui peut en rencontrer une sur sa route: il se croit pré- servé par elle de tous les maux présents et & venir. M. Luis Valdecabras, député provincial de Cuenca, m’a assuré que l’on admettait dans certaines parties de la région deux sortes de céraunies: les unes de forme allongée, assez épaisses, aux bords latéraux arrondis, préservent de la foudre: les autres plus courtes, minces, aux arétes saillantes ou du moins plus marquées, sont un précieux talisman contre les maladies de toute sorte: les premiéres sont md/es, les autres Femelles. Faut-il voir dans ces absurdes croyances un vestige de tra— ditions antiques? Au dire de Pline, un vieil auteur du nom de Sotacus distinguait deux especes de céraunies, Pune noire, Vautre rouge, toutes deux semblables & des haches. Celles qui étaient & la fois noires et arrondies servaient & prendre des villes et des flottes: on les nommait détyles: on donnait a celles dont la forme était allongée le nom de céraunies proprement dites. Certains en admettaient encore une troisieme espéce fort rare et trés recherchée au pays des Parthes, parce qu’on ne la trouvait qu’aux endroits frappés de la foudre (1). Les éclats de silex se rencontrent plus communément encore: ils apparaissent sur tous les points de la région, dissémineés dans les sillons des champs labourés ou mélés a la poussiere des chemins. Il est du reste fort difficile de savoir a quelle époque il faut en faire remonter la taille: car tres peu présen— (1) «Est inter candidas et que ceraunia vocatur, fulgorem siderum rapiens. Ipsa erystallina, splendoris ceerulei, in Carmania nascens. Albam esse Zenothemis fate- tur, sed habere intus stellam concursantem. Fieri et ceraunias, quas nitro et aceto per aliquot dies maceratas concipere stellam eam que post totidem menses relan- guescat. Sotacus et alia duo genera fecit ceraunie, nigree rubentesque ac similes eas esse securibus: iis que nigre sunt et rotund, urbes expugnari et classes, easque betulos vocari: que vero longw sunt, ceraunias. Faciunt et aliam raram admodum, et Parthorum magis quesitam, quoniam non alibi inveniatur, quam in loco fulmine icto » (PLIN., Hist. nat., 1. Xxxvii, 51.) 122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) tent une forme bien déterminée, et comme par ailleurs on se sert dans le pays pour triturer la paille de claies armées de ces éclats, il est fort possible que beaucoup d’entre eux aient servi a cet usage aprés avoir été recherchés dans ce but. Les poincons en os se montrent rarement ala surface du sol ot ils demeurent exposés aux intempéries des saisons et échap-. pent difficilement a une destruction prompte et complete; mais il est assez fréquent d’en rencontrer apres les inondations dans les ravins ou sur les flanes des collines. Apres Pinondation du 14 Septembre dernier, on en recueillit un certain nombre que les eaux avaient entrainés jusque dans notre Auveria. Quant aux ruines préhistoriques, éparses dans la contrée, il faudrait, pour en faire une étude approfondie, beaucoup de temps et des moyens que je n’ai pas: je me contenterai donc de signaler en passant tout ce qui aura pu attirer mon atten- tion sans prétendre faire davantage. Dans la premiére partie de ce travail, je décrirai la grotte elle-méme et les objets que j’y ai rencontrés. Je traiterai suc- cessivement des hommes et des animaux dont j’ai retrouvé les restes. Cette étude sera nécessairement incompléte; car les fouilles ne sont pas terminées; elles ne le seront peut-étre ja- mais. Toutefois puisque je me vois forcé de les interrompre et que je ne suis point assuré de pouvoir plus tard les reprendre, il me parait opportun de publier dés aujourd’hui les résultats que j’ai obtenus. Sil m’était permis d’entreprendre un jour les fouilles de la ville elle-méme, j’aborderais alors la seconde partie de cette étude, et ferais connaitre les trésors archéolo- giques que recélent ces vastes ruines. La civilisation des premiers Celtibéres n’est pas sans analo- gie avec celles que MM. Henri et Louis Siret nous ont fait con- naitre dans leur bel ouvrage: Les dges du métal dans le Sud- List de V Espagne. M. Louis Siret a eu Vamabilité de me fournir a plusieurs reprises dans une intéressante correspondance des renseignements qui m’ont été fort utiles, tant pour la conti- nuation méthodique des explorations que pour la rédaction de ces notes. M. de Lapparent et Son Excellence M. Federico de Botella, inspecteur général des mines, m’ont donné la solu- tion de plusieurs doutes relatifs a la géologie du pays (1). (1) Je dois au crayon de M. P. Quintero et du P. P. de Bernebruch la plupart des (7) Capelle.— pDiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 128 M. Francisco Quiroga y Rodriguez, professeur de cristallo— graphie a l'Université Centrale de Madrid, s’est chargé d’ana- lyser les roches. La plupart des instruments ou objets en pierre, recueillis dans nos excursions, sont passés sous ses yeux (1). M. Francisco de Paula Martinez y Saez, professeur de Zoo- graphie, section des Vertebrés, dans la méme Université, a bien voulu me diriger et m’aider dans l’examen des ossements et la détermination des espéces. Les pieces douteuses ont été soumises & MM. Albert Gaudry et Philippe van Beneden (2). De sympathiques encouragements me sont venus de divers cotés. En France et en Belgique, des savants distingueés m’ont fait Lhonneur de s’intéresser & mes fouilles. J’ai déja cité plu- sieurs noms: je ne puis oublier de signaler encore M. le Mar- quis de Nadaillac et M. Emile Cartailhac dont les travaux ont de nos jours fait faire un si grand pas a lanthropologie. En Espagne, Son Excellence M. Canovas, ancien Président du Conseil des Ministres, Son Excellence M. Moret, ministre de V'Instruction publique, le R. P. Fita et lAcadémie Royale d'Histoire, M. Ignace Bolivar, membre du Conseil Supérieur de l'Instruction publique, m’ont donné a plusieurs reprises des marques de leur bienveillance. Je me rendrais coupable d’ingratitude si je ne remerciais du fond du cceur tous ces hommes éminents qui m’ont aidé de leur concours et secondé de leurs conseils, dans l’ceuvre a divers titres si ardue pour moi, que j’avais entrepris de con- duire a bonne fin. Puissent ces notes jeter quelques lueurs sur les origines en- core mystérieuses des civilisations préhistoriques de PEspagne centrale et préparer la voie aux chercheurs de l'avenir. Uclés, 1 janvier 1894. dessins qui accompagnent cette étude. Plusieurs planches m’ont été g@racieusement prétées par MM. Siret et par M. le Directeur de la Société d’excursions de Madrid. (1) L’examen de ces objets était déja terminé lorsqu’une mort impréyue nous a brusquement ravi cet homme aussi éminent qu’aimable et désintéressé. (2) M. van Beneden s’était aimablement offert & m’aider dans l'étude des osse- ments trouvés dans la grotte; mais la mort l’a surpris avant qu’il ait pu la mener a terme. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) CHAPITRE PREMIER. La région explorée. Avant d’entreprendre l'étude de la civilisation enfouie dans la grotte de Segobriga, grotte qui a été le principal théatre de nos fouilles, je veux jeter un coup d’ceil sur la contrée au sein de laquelle cette civilisation a pris naissance. J’esquisserai d’une main rapide lhistoire de cette région, tour & tour fond de mer crétacée ou de lac miocene, couverte jadis de luxu— riantes foréts, hérissée aujourd’hui de rocs dénudés et stéri- les, thédtre, dans la suite des ages, de tant d’invasions san- glantes et @héroiques revendications. Je parlerai d’abord de la configuration physique du pays et du climat qui y régne. Un second paragraphe sera consacré a l'étude des terrains. J'exposerai ensuite briévement les caractéres principaux de la faune et de la flore. Je terminerai enfin par un résumé succinct de son histoire a travers les siécles. Sr — LA REGION EXPLOREE.—CONFIGURATION PHYSIQUE.—CLIMAT. I. Configuration physique.— La région explorée fait partie de lantique Celtibérie. La Celtibérie était bornée a ?Est par la cordillére de ’Idubéda, chaine de montagnes qui séparait autrefois du royaume de Castille celui d’Aragon. Deux ra- meaux, détachés de ’Idubéda, marquaient ses limites au Nord et au Midi. Celui du Nord naissait au-dessus de Numance et courait vers Voccident en formant sur son passage les sierras d@Urbion, d’Oca, du Guadarrama. Le rameau du Sud, aux ci- mes d’abord peu élevées, mais bientdt coupé de gorges apres et scabreuses, n’était autre que l’Orospéda, sur les pentes sep- tentrionales duquel s’étaient fixés les Orétans. Cette chaine (9) Capelle.—picOUVERTES PREHISTORIQUES. 125 traversait la province actuelle de Cuenca et l’ancien royaume de Valence, puis allait se perdre dans la mer, au deli du cap Saint-Vincent (1). Elle était limitée dans sa partie occidentale par la Carpé- tanie. Mais je n’ai pu étendre mes recherches dans tout le pays occupé autrefois par les Celtiberes. La région que j’ai visitée, bornée au Nord par la montagne d’Altomira, a ’Ouest par une droite tracée de la station de Huelves au Chateau d’Almenara, a l'Est par les villages d’Alcazar, Carrascosa, Rozalen, Mon- talbo; au Sud par ceux de Hito, Almonacid, la Puebla de Alme- nara, est baignée par le Rianzares, le Bedija et le Giguela. Elle est montueuse et coupée de vallées fertiles. II. Climat.— Les facteurs principaux du climat d’un pays sont, d’apres Humboldt, la pression barométrique, lhumidité, le plus ou moins d’agitation et de transparence dans lair, la tension électrique de l’atmosphere, la force et la fréquence des orages, enfin l’altitude et la latitude du leu. Je vais signaler les quelques observations que j’ai pu faire pendant un séjour de sept ou huit ans, & Uclés, centre de la partie explorée de la province. (1) Au dela de l’/dudéda, dit Strabon, s’étend la Celtibérie, région vaste et d’aspect varié, mais dont la plus grande partie est naturellement abrupte et souvent ravagée par les débordements de grands fieuves. Elle est sillonnée par l’Anas et le Tage, et cest 1A que prennent leur source cette série de conrs d’eau qui se dirigent vers VOcéan occidental. Je citerai parmi eux le Dwirivs (Douro), qui passe pres de Nwinaii- tia et de Saguntia. Le Bétis nait dans |’ Orospéda, traverse l’Orétanie et descend vers la Bétique. Au Nord des Celtibéres, sur les frontiéres du pays des Cantabres Conisques, habitent les Vérons, qui sont eux aussi une branche de la grande émigration celti- que; ils ont pour capitale Varia, sise 4 l'un des passages de |’ Lbre. A Ouest de la Celtibérie on rencontre quelques tribus d’Astures, de Callaigues, de Vacéens, ainsi que des Vétons et des Carpétans: la méme contrée est limitée au Sud par les Orétans et les diverses tribus Jastétanes et sudétanes, qui habitent l’Orospéva. L’I[dubeda \a Yorne du coté de l'Est. La Celtibérie est divisée en quatre cantons; mais les districts de Est et du Midi sont occupés par la peuplade la plus puissante , je veux dire la nation des Arvagues qui touche au pays des Carpétans et aux sources du 7age. La plus fameuse de leurs cités est Nomentia ou Numantia qui fit montre de tant de valeur pendant cette céle- bre guerre entre Celtibéres et Romains, qui dura vingt ans. Personne n’ignore en effet que les Numantins, ayant détruit plusieurs armées romaines avec leurs géné- raux, soutinrent un long siege, enfermés dans leurs murailles, et se laissérent pour la plupart mourir de faim, A l’exception d’un petit nombre qui rendit la place... Nw- mantia est située 4 800 stades de Cvsaraugusta, ville batie sur le cours de |’Hbre. On compte aussi parmi les villes de la Celtibérie, Segodriga et Bilbilis, aux environs des- quels eut lieu la lutte entre Métellus et Sertorius. (Strabon, liv. lf, ch. Iv.) 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 1. Hauteur barometrique.—Le barométre descend rarement au-dessous de 665"™; cependant le 18 février 1892, a 11 h. du matin, il marquait 661™™; mais je ne l’avais jamais vu descen- dre aussi bas. Cette dépression extraordinaire fut suivie d’une violente tempéte, amenée par un courant du SO. La hauteur moyenne fut en 1892: AADUVICT ee! scx 2.5 jure cider lon regere ee tee 685 EV ITOD 3s, 05205 wo pictowel chore ke Slo aieraiele 690 DY ATA:.5, o3012r'acatalaborens eoate eit Sn wiatanay 682 AS VITAL ars myenc os Sie ke ot ate tare ence tt onc ere 683 NY AT oS np cise ths ante de U aaeeee eae 683 JATIN 6k ove, eee ar eeterer tages 687 OUND, 5 sco aeceretha kas a. ce nae 688,5 Aout (2¢ quimzaine). 3... 4. 689 DE PlSMIPTC se oc. CFs cio. tec oe ate clas 690 CLOGS sis.ciefss si.06% We Selige! ale eke’ 8 679 NOVemMDY erg as sc PW ate wo tiga wae 679 Décembre (1° quinzaine)....... 691 2. Thermometre.—l\ est fort rare que le thermoméetre s’abais- se au-dessous de 10° ou 12° centigrades, et qwil s’éléve au-des- sus de 40° a Vombre. La température moyenne en 1892 fut la suivante: Max. Min. PADVICE. Sicily crevete bass spatedo ee ae 11 —12 OVI C Tawieyc os: ytrociersicxetoye cro eiacene 16 — 5 EDT Scans capris siete erie ake 18 — 4 PAVIA «fe icere ath stern poe itariteane 22 — 2 Naiiass Garis aks ae eo aee ens oe a7 0 JUN ie ein painters aie ada ioe atee ed cee 36 5 Anes aasane ayepelowine fons rotaickers Poe eke 39 12 INOW eterers Scoge sonsob asp 35 12 SOpLemM Hers wise woe ne eie sigs sie 30 11 GEO DEG 6 oleae won ene oe ree Ba ete 25 2 Novembre....... RASTER A obs Ce oh ae 25 0 Décembre (1° quinzaine) ..... . 13 —2 Les matinées sont en général trés fraiches, méme pendant lépoque des plus grandes chaleurs, et il est presque inoui de voir sécouler 4 ou 5 jours consécutifsS sans que la brise vienne rafraichir la temptrature. ql) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 127 3. Direction des vents.—Les vents du SE., SW., W. dominent pendant une grande partie de ’année, spécialement & certai- nes ¢poques: ainsi le vent du SW. qui améne d’ordinaire la pluie souffle plus fréquemment en Septembre, Octobre et No- vembre, si le printemps a été beau. Si au contraire le prin— temps est pluvieux, ce qui est arrivé durant plusieurs années consécutives, c’est le vent du SE. qui domine en automne. Ces deux vents soufflent parfois avec une extréme violence. La saison chaude est trés seche: elle commence avec les der- niers jours de Mai et dure jusque vers la deuxiéme quinzaine dAont. Depuis quelques années il est fort rare d’avoir un prin- temps completement beau: on peut méme dire quwil n’y a guere ici de printemps et que l’on passe presque sans transition de Vhiver a l’été. L’hiver est peu rigoureux; mais le vent du N. et surtout celui du NE. s’y font souvent sentir a cette époque de l’année. Ce dernier a recu dans le pays le nom de Matacabras et il y rend le froid beaucoup plus sensible que dans des régions plus septentrionales. Les premieres glaces n’apparaissent @ue- re qu’avec les premiers jours de Décembre; mais les gelées se prolongent parfois jusqu’au commencement de Mai. Les orages sont peu fréquents; ils passent @énéralement sans éclater: il est des années ott ’on en compte a peine deux ou trois; mais il est fort rare que les derniers jours de Juillet en soient exempts (1). (1) Etat de ’atmosphére en 1892. Beas Gem psana cnctioseiio ne sreceier: 126 PLUM Ce Nee tree suerte arene, Seine ei €5 Browillar dhe anscr4 see atrtnoe neces Ae dE! COUNMEDE Ack sledee saamayeat ace sentria 20 NWa@e niet s.6 bias puna cemnaciace 105 OTERO ais owstohclortrciecs ereciicareciteren 13 IN CID C. sfericuie «ie a7sir lererasitre eeveiceat return 7 GYresileneeor. CBiecies one Vaso Pade 3 En 1893, la neige n’est tombée qu’une seule fois et en minime quantité. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 00 APERCU GEOLOGIQUE. () La région qui nous occupe faisait partie, a ’époque des mers crétacées, du golfe de la Nouvelle Castille. Ce golfe, compre- nant les provinces de Madrid, Guadalajara, Albacete, Cuenca, Valence, Murcie et Alicante, communiquait par ces trois der- niéres avec la Méditerranée; mais c’est tout pres de Cuenca que finit le grand bassin lacustre tertiaire qui embrassait une partie de la Nouvelle Castille et de la Manche, bassin dont Uclés, Sahelices, Segobriga faisaient partie, et qui se compose surtout de miocéne. Ce bassin est limité a PEst par une bande crayeuse longue de 130 a 140 kilométres, dont Cuenca occupe le centre. (1) Il est peu de provinces en Espagne dont la géologie ait donné naissance a plus de mémoires que la province de Cuenca. De Verneuil et Collomb, et apres eux M. Jac- quot, avaient jeté de précieux jalons dans cette étude; mais les remarquables tra - vaux de M. Federico de Botella et M. Daniel de Cortaézar ont enrichi la science de nouveaux et précieux documents. De Verneuil étudia la géologie de l’Espagne de 18i9 & 1865. On trouve dans les Comptes rendus de l’Académie des Sciences diverses notes de ce savant sur la province de Cuenca. Plusieurs de ses mémoires sur l’Espagne furent résumés et présentés au public en 1864, 6poque ov il publia sa Carte géologique de i’ Espagne. \l y donnait pré- cisément plus de développement a la géologie de la partie orientale (provinces de Cuenca, Valence, Alicante, Teruel, Guadalajara) qu'il avait tout particuliérement explorée. Il existe encore d'autres mémoires du méme auteur dans le Bulletin de la Société gcologique de France. Un de ces mémoires paru en 1852 (t. x, 2 série) y expose la cons- titution géologique des provinces qu’il devait plus tard detailler dayantage dans sa carte. M. Jacquot fit paraitre en 1866 une étude sur la Serrania ou partie montagneuse de la province de Cuenca. On trouverait encore de précieux renseignements dans Espana y sus antiguos mares de S. BE. M. Federico de Botella y de Hornos, inspecteur général des mines. Madrid, 1892. Mais l’ouvrage le plus utile & consulter est la Descripcidn fisica , geologica y agrolo- gica de la provincia de Cuenca, par Daniel de Cortdzar, ingénieur des mines et mem- bre de la Société géologique de France. Madrid, 1875. Les quelques notes que je transcris ne sont qu’un résumé trés succinct de ces di- vers ouvrages. Je doisaS. E.M. Danielde Cortdzar ia plupart des coupes géologiques qui figurent dans ce c\apitre. (23) Capelle.—piiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 120 A lOuest. une série de collines cretacees perce les dépots miocénes, entre dans la province de Cuenca par Buendia, court du N. au 8., en passant par Jabalera et Mazarulleque, et vient se dissimuler ca et l& aux environs d’Ucleés sous les cou- ches tertiaires. Elle ne tarde pas a reparaitre franchement entre Rozalen et Sahelices, ott elle se divise en deux branches, dont l'une se dirige vers Almenara et va s’étendre jusqu’au delA de Mota del Cuervo: l'autre touche a Almonacid del Mar- quesado et finit au SE. de Belmonte. C’est dans la premiére de ces ramifications que fut batie la ville de Segobriga. La longueur de ces collines est d’environ 100 kilometres: leur largeur varie de 2a 6, Ces formations crétacées de la partie occidentale sont les seules comprises dans la partie explorée. Je ne parlerai point des autres. Le systéme crétacé de toute la province, et, par consequent, des collines dont je viens de parler, présente de haut en bas les couches suivantes, d’aprés une coupe prise par M. Corta- gar, & Una (fig. 1), au dessus de la grande source des Borho- fones, et pouvant étre considérée comme typique: 1. Calcaires caverneux alternant avec des marnes blancha- tres qui constituent sur une grande épaisseur la partie supé- rieure de la formation. 2. Calcaires légerement cristallins, en couches peu epais- ses, sur une profondeur de 25 metres. 3. Sur un métre d’épaisseur, lit de marnes de couleur gris de fumée. 4. Strate calcaire de couleur gris clair, haute de 50 metres, présentant en sa partie supérieure plusieurs couches assez minces, d’un grain plus menu, d’une texture plus unie, qui surplombent sur la coupe comme une corniche. 5. Second lit de marnes, épais de deux metres. 6. Calcaire jaurdtre compact, sans stratification bien mar- quée; épaisseur: 25 metres. 7. Calcaire marneux d’un jaune verdatre, alternant avec des marnes plus foncées; hauteur totale: 30 metres environ. 8. Séries de couches de grés feldspathique , décomposées a leur surface, profondes de 20 métres. 9. Conglomérats reposant sur les couches jurassiques. Dans les collines de Ouest, cette disposition est générale- ANALES DE HIST. NAT. —X’ Ill. 9 ik 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) ment conserveée; mais les diverses strates sont d’ordinaire plus minces. Les couches calcaires revétent une couleur foncée, le plus souvent rougeatre: les lits @argile et de marne blancha- tres qui les séparent ont Fig. 1. peu d’épaisseur et sont parfois assez riches en fossiles. Comme on le voit, la formation crétacee se Coupe du terrain crétacé a Via. compose de deux séries 1, 2, 3. Caleaires.—4. Marnes.— 5. Arkoses. de couches, les unes cal- caires, les autres arénacées. Ces derniéres sont a la base du systeme: elles sont constituées par des quartz a gros grains ot se rencontrent des éléments feldspathiques. Ce sont de vraies arkoses de couleur blanchatre, bien que souvent ta- chées et méme imprégrées par des oxydes de fer. La profondeur moyenne de la trame arénacée est d’environ 100 métres, d’apres M. de Cortazar: on y rencontre souvent VOstrea flavella VOrb. La série calcaire est constituée, dans les collines, par des roches de texture plus ou moins cristalline, toujours métamor- phiques et caverneuses. Ces dépdts se montrent sous forme de Fiz. 2. “ a . - s ‘ 2 oanenl ear “FY tien tnbed ; "~~ a - Speer etl + I to e BR i ryt. P ae , ? a : Taye ee © Plissement des collines crétacées a Uclés. (15) Capelle.—piCOUVERTES PREHISTORIQUES. 131 bancs mesurant de 0,20 &2 2 métres d’épaisseur, intercalés avec des argiles et des marnes. Ils ne sont pas horizontaux comme ceux de la Serrania; mais plisses ou soulevés sans que cependant la rupture de leurs axes anticlinaux puisse étre considérée comme constante: ces ondulations sont surtout sensibles au détroit de Paredes (pl. vi), a travers lequel le Rian- zares s'est frayé un passage entre les villages de Huelves et Paredes, et au Nord du mo- , ’ , : : Fig. 3. nastere d’Uclés ott, dit M. de ‘: Cortazar, on voit en projec- 3 ‘ fy tion horizontale ces couches former un arc de prés de 90° ats correspondant i un rayon de COS SS 500 metres (fig. 2). Profil géologigue des bords du Giguela, au , a ee Batan del Hito. Le terrain tertiaire les lon- : EE ae ~ Calcaires, marnes et argiles crétacées. eeides deuxicbtés It semble, '~;T Mecenosmompholithes etmamnes milo: souvent avoir suivi le mou- vement des crétes crayeuses et il n’est pas rare de le voir, sur le versant Est, affleurer presque au sommet des collines, tandis que le versant Ouest étrangement tourmente ne présente que des calcaires crétaces ; a Fig. 4. jusqu’a une grande Fs Oo élévation (fig. 3). 3 2 2 Au sortir de Saheli- i = EE ces, la faille qui sépa- re le crétacé du ter- tiaire est si marquée qu'elle forme, pres de we 94415 6 SHA Se 1.8. 776 Oa aed Point de contact des terrains crétacé et tertiaire a la route et aux por- Sahelices. . 1368 Argiles calcaires. tes mémes du village, 25 Marnes sablonneuses. 5 pes he {7 Caleaires semi-cristallins. une sorte de fosseé lar- 9 Caleaires argileux fossiliferes. Ws Feat a b ¢ Gompholithes, macignos et marnes mioceénes. ge et profond (fig. 4). Les espéces fossiles recueillies par M. Cortazar dans le ter- ‘ain dont nous venons de parler sont les suivantes: Ammonites Mantelli? Sow. (Rampe de San Pablo, a Cuenca.) Globicoucha rotundata D’Orb. (Muela de Valdecabras, etc.) Tylostoma Torrubie Sharpe. (Campillo de Paravientos.) Natica hispanica D’Orb. (Mota del Cuervo, etc.) Crassatella impressa Sow. (Campillo de Paravientos.) 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Cardium hillanum Sow. (Palomera, etc.) Avea cenomanensis D’Orb. (Mota del Cuervo.) Avicula subpectinoides Reuss. (Cuenca, etc.) Ostrea columba Desh. (Cuenca, Mota del Cuervo, etc.) — farella D’Orb. (Cueva del Fraile, etc.) Rhynchonella contorta D’Orb. (Sahelices.) — Lamarkiana D’Orb. (Sahelices.) Hemiaster Fournelli Desh. (Cuenca, Mota del Cuervo.) — Bufo Brongn. (Cuenca.) . Phymosoma Delamarrei Desh. (Mota del Cuervo.) — circinatum Agass. (Id.) Diplopodia Roissyi Desor. (Id.) Salenia scutigera Gray. (Id.) Radiolites divers. (Palomera, La Parra, etc.) Fig. 5. Bien que les colli- ( nes, dont je viens d’in- diquer sommairement la constitution , appar- tiennent toutes au sys- teme crétacé, le ter— rain tertiaire acquiert neanmoins un déve— . Pate tae ee a cepa const ble dans la province, ou il couvre une superficie de 9.000 kilométres carrés,. et il s'étend en larges plaques dans la zone que j'ai exploree. Il est constitue en grande partie par des dépots d’eau douce. La formation miocéne d’eau douce présente, comme dans le centre de la péninsule, trois séries de couches distinctes: la série supérieure, composée de calcaires siliceux, la série mo- yenne de marnes, argiles et eypses, la série inférieure d’argile rougeatre, de macignos et de gompholithes. Cette formation est cependant bien loin d’étre partout homogéne. Dans la région qui nous occupe, c’est A dire en prenant, par exemple, pour centre le village de Sahelices, domine la zone des argiles. Les macignos et les gompholithes y sont recou- verts dune é@paisse couche de terre argileuse, & laquelle se trouvent mélés de nombreux cailloux de quartzite. La serie calcaire, qui n’apparait presque sur aucun point de (17) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 133 la région septentrionale, acquiert en revanche un grand dé- veloppement dans les environs de Tarancon et de Montalbo. Elle est en général superposée aux couches gypseuses Ou assise sur les argiles rouges qui remplacent ces dernieres. Les gypses abondent dans lancienne Celtibérie; mais ils sont plus transparents dans le bassin du Tage que dans celui du Guadiana. Il yadu reste des exceptions, et, quoique situés sur les bords du Giguela, les gypses des environs de Bayona ont eu leur célébrité, dans les temps antiques. «La pierre spé- culaire, dit Pline. se divise facilement en minces lamelles. On ne la trouvait autrefois que dans l’Espagne citérieure: encore son aire d’extension était-elle assez réduite et n’embrassait- elle point plus de cent mille pas autour de la ville de Sego- briga. Aujourd’hui on la retire de Chypre, de Cappadoce, de Sicile: on la méme tout récemment découverte en Afrique. Mais nulle part elle n’est d’aussi bonne qualité qu’en Espagne. Les pierres spéculaires de Cappadoce sont grandes; mais elles manquent de dureté et de transparence: celles de Bologne en Italie sont petites, souillées de taches et mélées de silex; elles ressemblent a celles que l’on extrait en Espagne du fond des puits de mine percés a une grande profondeur » (1). La série des macignos et des gompholithes ne fait jamais défaut dans toute l’étendue du tertiaire; mais elle est souvent recouverte par les argiles et les gypses ou par les formations calcaires, et ne frappe pas les yeux. Les caleaires et les marnes sont remarquables par la quan- tite considérable de magnésie qu’ils renferment. Les deux premieres séries sont riches en fossiles. Je signa- lerai avec M. de Cortazar les espéces suivantes: (1) «Specularis vero (quoniam et hic nomen obtinet) faciliore multo natura findi- tur in quamlibet tenues crustas. Hispania hune olim Citerior tantum dabat, nec tota, sed intra centum millia passuum circa Segobricam urbem: jam et Cypros, et Cappadocia, et Sicilia, et nuper inventum Africa: postferendos omnes tamen Hispa- nie, et Cappadocie , mollissimis et amplissimz magnitudinis, sed obscuris. Sunt et in Bononiensi Italie parte breves, maculosi, complexa silicis alligati, quorum tamen appareat natura similis eis, qui in Hispania puteis effodiuntur profunda altitudine. Necnon et saxo inclusus sub terra invenitur extrahiturque, aut exciditur... Inveni- tur et niger aliquando. Sed candido natura mira, quum sit millitia nota, perpetiendi soles rigoresque: nec senescit, si modo injuria non arsit, quum hoe etiam in cemen- tis multorum generum accidat. Invenere et alium usum in ramentis quoque, Cir- cum maximum ludis Circensibus sternendi, ut sit in commendatione candor.» (Plin. loc. cit.) 13 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Hipparion gracile Kaup. Planorbis cornu Brongn. Lymned longiscata Brongn. Bithynia pusilla Desh. — Gouberti Chalmas. Potamides Lamarkii Brongn. Planorbis rotundatus Brongn. | Cytherea incrassata Desh. — corneus Lin. D’apres Prado, les gompholithes et les macignos seraient éocenes: les autres formations sont miocenes. Le soulevement, qui porta le fond du lac mioceéne a la hauteur ot nous le vo- yons aujourd’hui, dut étre fort lent. Les couches ne sont pas horizontales mais lég~erement inclinées dans le sens de l’écou- lement des eaux. Le courant était donc marqué; mais la pente peu rapide. Il y eut cependant de violentes poussées qui en- trainérent en bien des endroits la couche calcaire et souvent méme les gypses. D’ot venaient les grands courants d’eau qui alimentaient ‘ces lacs tertiaires de Espagne? I] n’est point facile de le pré- sumer. Il est cependant prouvé qu’ils ne pouvaient tirer leur origine de l’Espagne elle-méme. II est done plausible de sup- poser l’existence d’un grand continent, qui venait s‘unir a tra- vers les mers a la péninsule ibérique. Cette opinion conforme i la théorie de M. Ed. Forbes, en vertu de laquelle l'Irlande aurait autrefois communiqué avec cette derniere contrée, n'est point en contradiction avec les traditions antiques, et permet peut-étre d’expliquer pourquoi les fouilles préhistoriques met- tent au jour, sur divers points, des objets analogues a ceux que nous ont livrés les découvertes de Schliemann et les civi- sations éteintes d'Afrique et d’Asie (1). § Ill. FAUNE DE LA REGION EXPLOREE. La nature ne présente plus, autour de Segobriga, l’aspect to) o qu'elle offrait au temps de nos troglodytes et plus récemment encore sous les Romains. Les guerres qui, a diverses reprises, (1) CORTAZAR, Op. cit. passim. (19) Capelle.—pirCOUVERTES PREHISTORIQUES. 7 135 ont désolé la contrée, ne pouvaient manquer, apres avoir dé- truit les villes et dispersé les populations, de semer la dévas— tation dans les campagnes et les foréts environnantes. L’im- prevoyance des habitants a fait le reste. J'ai vu tout autour de Cuenca et dans les environs de la ci/é enchantée de magnifiques vallons couverts d’arbres séeculaires. Les rochers gigantesques, dont les montagnes s’y couronnent, sont revétus d’un ample manteau de verdure, les sources y jaillissent a chaque pas, les vents viennent briser dans la ra- miure des vieux pins leurs fureurs impuissantes, et la nature, vierge encore, épanche de son sein, aux yeux du passant, d’incomparables trésors de grace et de fraicheur. Tels devaient étre les alentours de Segobriga, lorsque les hommes mirent pour la premiere fois le pied sur ces collines: tels ils durent se conserver durant bien des siecles encore. On rencontre ca et la quelques oasis echappées au désastre uni- versel, et il est aisé de voir ce que devait étre autrefois ce pays: si admirablement découpé et placé par la Providence dans des conditions climatériques vraiment exceptionnelles. Mais il est arrive ici ce qui ne tardera pas a arriver la-bas. ou c’est par centaines de mille que se chiffrent les arbres qui, tous les deux ans, descendent le cours du Jucar, poussés par les gancheros. Les rochers dépouillés sont d'une nudité repous- sante et tout le pays ressemble a un désert. Aussi est-il fort aisé de comprendre combien pauvre y doit étre la faune. Les mammiferes ne sont guere représentés que par le renard, le blaireau, le liévre, le lapin, le lérot et quelques autres es- peces communes a toute l'Europe méridionale. Le sanglier, le loup, le cerf, le chevreuil qui peuplaient le pays, a l’époque romaine, se sont peu a peu retirés vers les plateaux élevés et les gorges profondes de la Serrania ou ont pour jamais disparu. Je donnerai dans un chapitre spécial la liste des animaux dont j’ai retrouvé les ossements dans la grotte. Je veux me borner ici a signaler ceux que l’on rencontre encore dans la région explorée. | La faune ornithologique est plus riche. Je dois a M. Luis Valdecabras, député provincial de Cuenca, de précieux ren- seignements sur ce sujet. J’ai compleété ces indications par des recherches personnelles et par les données que m’a fournies le Catalogo de las aves de Espana, Portugal é¢ islas Baleares, de 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) D. Ventura de los Reyes y Prosper (1). Je n’en dresserai pas la liste complete; mais je veux du moins indiquer un certain nombre d’especes. | Les grands OISEAUX DE PROIE ne séjournent g@uere dans cette région; mais ils y font, a différentes époques, spécialement au printemps et en automne, des apparitions fréquentes. Je citerai en particulier: Gypaétus barbatus L., Neophron percnop- terus L., Vultur monachus L., Gyps fulvus Briss., Aquila chry- saétos L., Aquila pennata Gmel., Milvus regalis Briss., Palco cenchris Naum. OISEAUX DE NUIT: Bubo maximus Flemm., Olus vulgaris Flemm., S/riz fliammea L. PassEREAUX: Cypselus melba L..—Ces martinets arrivent en troupes au mois d’Avril, et repartent dés les premiers jours d’Aout. Ils forment quelquefois de véritables nuées autour du monastere d’Uclés.—Airundo rustica L., Alcedo hispida L., Upupa epops ., Saxicola enanthe L., Sylvia atricapilla \., Regulus ignicapillus Brehin., Lusciola luscinia L., Turdus me- pula L.. Lurdus iliacus L.. Corvus corar L., Pica caudata l., Sturnus vulgaris L., Passer domestica ., Carduelis elegans Steph., Alauda arvensis L. GALLINACES: Perdiz rubra Briss., Coturnix communis Bona- terre, Otis tarda L., Pluvialis apricarius ., Venellus crista- tus Mey., Rallus aquaticus L.. Crex pratensis Bechst., Anser cinereus Mey., Anser sylvestris Briss., Spatula clypeata L. Les cigognes, si communes dans plusieurs provinces d’Es- pagne, n’ont point, a ma connaissance, été rencontrees dans cette région; mais on a parfois apercu des vols de grues et entendu leurs cris percants. Les serpents ne sont point tres varies et n’abondent pas. Je signalerai seulement les deux espéces suivantes que j’ai moi- méme recueillies: Zropidonotus natrix L., Rhinechis scalaris Seba. Dans un rayon de plusieurs lieues autour d’Uclés on n/a jamais vu d’espece venimeuse. Je citerai parmi les sauriens: Blanus cinereus Wagl., Gongy- lus ocellatus Forsk, Psammodromus hispanicus Fitz, Lacerta (1) Reyes y Prosper: Catalogo de las aves de Espaiia, Portugal é islas Paleares. Madrid, 1885. (21) Capelle.—pDiECOUVERTES PREHISTORIQUES. 137 ocellata Daud., Tropidosaura algira Fitz, Platydactylus faceta- nus Aldrov. On remarque parmiles Jathraciens: Pleurodeles Walllii Mich ., Pelobates cultripes Cuv., Pelodytes punctatus Duges, Discoglos- sus pictus Otth., Bufo calamita Laur. On trouve des tortues sur les bords du Rio Salado; mais elles y sont fort rares. INsEecTES.—Parmi les insectes, les orthopteres et les carabi- ques ont été étudiés avec soin par le R. P. Pantel. Voici quel- ques especes caractéeristiques: OrtHopTERES: Leplinia hispanica Bol., Discothera tunetana Fin. et Bon., Slauronotus crassiusculus Pant., @dipoda Char- pentieri Fieb., Cuculligera flexuosa Serv., Ocnerodes Brunneri Bol., Scirtobenus grallatus Pant. , Platycleis oporina Bol., Pyec- nogaster Graellsii Bol., Saga serrata Fabr., Gryllodes Panteli Caz.. Gryllomorpha Uclensis Pant. (1). CARABIQUES: Nebria brevicollis Fairm., Leistus expansus Putz., Carabus helluo D., Cymindis plicipennis Chd., Lebia cyathi- gerd Rossi, Licinus granulatus D., Scarites planus Fabr., Carte- rus Dama Rossi, Ophonus Cunii Fairm., Harpalus ibericus Pant., H. salinator Pant., Zabrus Castroi Mart., Acorius salinarius Pant., Amara sollicita Pant., Penetretus rufipennis D., Tachys histriatus Duft (2). SIV. FLORE DES ENVIRONS DE SEGOBRIGA. On cultive principalement dans cette région le blé, la vigne et Volivier. On remarque aussi de loin en loin quelques champs @anis, de pois chiches ou de pommes de terre. La flore spontanée a un caractére mixte. A cOté des espéces propres a la zone de Volivier, on rencontre de nombreuses plantes de la région montagneuse. Les collines sont en g@éné— ral dénudées ou couvertes & peine de plantes chétives et ra— (1) R. P. PantrEt: Contribution & Vl Orthoptérologie del’ Espagne centrale. Madrid, 1886.— Notes orthoptérologiques. Madrid, 1890. (2) RP. PANTEL: Catalogue raisonné des coléopteres carnassiers des environs a’ Uclés. Madrid, 1888. 138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) bougties. Seules, celles qui bordent les deux rives du Giguela conservent encore quelques bois de chénes-verts, misérables vestiges des immenses foréts qui ombrageaient autrefois toute la contrée (1). I] serait hors de propos de dresser une liste complete des plantes qui ont été recueillies entre Altomira et Almenara, points extrémes de la région explorée. Je me bornerai a em—- prunter aux notes du R. P. Pantel les noms de quelques espe— ces, dont les unes croissent sur les collines crétacées du voisi- nage, les autres dans les terrains gypseux, d'autres enfin dans les stations salées de Montalbo (laguna) et de Belinchon: CoLLInes.— Ranunculus gramineus L., R. chlorophyllus L., Sumaria spicata L., Alyssum serpyllifolium Desf. , Clypeola Santhlaspi L., Tberis primata Gouan., Helianthemum polifo- lium DC., Arenaria tetraquetra Gr. et Godr., Linum suffrutico- sum L., Rhamnus pumila L., Genista scarpius DC., Paronychia mived DC., Pistorinia hispanica DC., Scandyx australis L., Sene- cio minutus DC., Jasonia glutinosa DC., Centaurea Scusana Chaix., C. collina L., Atractylis humilis L., Andryala ragusina L., As- terolinum stellatum Link et Hoff., Coris monspeliensis L., Om- phalodes linifolia Monch., Linaria melanantha Boiss. et Reut., Teucrium gnaphalodes Vahi., Muscari neglectum Guss., Dactylis hispanica Roth., Ranunculus gramineus L., Beuplerum frutices— cens L., Plantago cynops L., Mercurialis tomentosa L. , Buphor- bia niceensis All., Crocus carpetanus Boiss. et Reut. TERRAINS GYPSEUX.—feseda ramosissima Pourr., Helianthe- mum squamatum Pers., Gypsophila structum L., Centaurea hys- sopifolia Vahl., Erythrea gypsiata Boiss. et Reut., ZTeucrium capitatum L., T. pumilum L., Kochia prostrata Schrad., Lyge@eum Spartum L., Eruca vesicaria Cav., Mathiola tristis R. Br. TERRAINS SALES.—Fyankenia Reuteri Boiss., Herniaria fruti- cosa L., Statice echioides L., Salicornia herbacea ., Salsola ver- miculata L. (1) Strabon parle quelque part des vastes foréts de la Celtibérie. (28) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 130 pie wie SEGOBRIGA ET SES ENVIRONS A TRAVERS LES SIECLES. Il y a 20 ans a peine, la Péninsule [bérique était comme un livre fermé dont personne n’avait encore eu la témeérité de rompre les sceaux, et l’on pouvait lui appliquer ce que Hum- boldt disait de la terre: «Ce qui est au-dessous est aussi in- connu que peut l’étre linterieur des autres planétes.» Mais depuis quelque temps, saisie a son tour du vertige universel, elle s’est livrée aux explorateurs: les savants ont tourmentee de mille maniéres pour lui arracher les secrets de son histoire, et ses premieres réponses ont fait présager qu’on trouverait dans l’Espagne préhistorique la solution de tant @énigmes qui ont surgi tout & coup au sein des restes boulevers@s des vieilles générations. 7 Toutefois malgré des efforts persévérants, on n’a pu recons- tituer encore la chaine des traditions antiques. De nouveaux anneaux viennent sans doute tous les jours se souder aux an- ciens; mais il subsiste tant de solutions de continuité qu’il nest pas possible de porter sur les premiers habitants de cette contrée un jugement str et sans appel. S’'il faut en croire de vieux auteurs, il existait jadis, en face des colonnes d’Hercule, une terre privilégiée. L’air en était pur, le climat tempéré: le sol portait presque de lui-méme tous les fruits de la terre. Les nombreux habitants qui la peu- plaient voulurent un jour réduire en servitude l’Kurope et VAsie. La Grece et Egypte se soumirent a leurs armes et avec elles toutes les provinces du Sud de l'Europe; mais les nations asservies ne tarderent pas a secouer leur joug et re- foulérent jusque dans le pays d’ow ils étaient venus les flots des envahisseurs. Le ciel se mit de la partie; il y eut au sein de la terre des dislocations terribles; des volcans surgirent, les mers s’éleverent, et du jour au lendemain l’Atlantide dis- parut de la face du monde. Les prétres Egyptiens qui firent a Solon le récit de cet éve- nement en faisaient remonter la date a 9.000 ans avant la ve- 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) nue de ce législateur en Egypte, c’est-a-dire pres de 10.000 ans avant J. C. On a youlu se baser sur cette légende pour inférer que le centre et le midi de la péninsule furent, au lendemain des ré- volutions plocenes, peuplées par des hommes venus de ce con- tinent mystérieux. Que faut-il en croire? Il est certain que les immenses dépots lacustres des temps miocenes, dépdts qui couvrent en Espagne une superficie de 14.500 kilometres carrés environ, supposent l’existence de grands cours d’eau, venant par le Nord Ouest de la Péninsule de contrées inconnues, qui unissaient alors l’ Amérique a l’Eu- rope. Ces terres disparurent un jour; mais il semble que cette catastrophe ait précedé de plusieurs milliers d’années lV’appa- rition de Vhomme sur le globe, tant il existe de différences entre la faune et la flore de lAmérique du Sud et celles de Vancien continent. (Juoiquwil en soit de cette hypotheése, il est manifeste que Vancienne Celtibérie a été habitée par homme a une époque fort reculée. Les alluvions quaternaires du Manzanares a San Isidro (Madrid), ont livré des armes et des outils produits d’une industrie qui correspond aux périodes chelléenne ou mousté- rienne de la France. M. Francois Quiroga, professeur du Muséum d'Histoire na- turelle de Madrid, voulut bien me faire visiter le gisement en question. Cet aimable savant, dont le pére a été lun des plus infatigables explorateurs de San Isidro, m’a montré plusieurs instruments quwil avait recueillis de sa main dans les sables limoneux rubéfiés de la couche supérieure. Prado et Vilanova prétendent en avoir rencontré dans les graviers, qui sont im- médiatement superposés au tertiaire et font suite aux argiles sur lesquelles s’étend le niveau a Hlephas Africanus. M. Qui- roga qui suit depuis longtemps les progrés de l’exploitation m’a affirmé qu’a sa connaissance jamais objet de ce genre n’avait été retiré de strates aussi profondes. Mais la presence dun étre humain @ San Isidro pendant la période quaternaire n’en est pas moins mise hors de doute (fig’. 6). Si lon faisait au centre de l’Espagne de sérieuses explora- tions, on parviendrait, je le crois, a rattacher a cette civilisa- tion primitive les civilisations de beaucoup postérieures dont on retrouve chaque jour de nouveaux indices. Mais un travail (25) Capelle.—pECOUVERTES PREHISTORIQUES. M4! de ce genre dont M. Louis Siret a entrepris ’exécution pour le Sud Est de la Péninsule, demanderait la mise en commun de beaucoup defforts et probablement la protection efticace in Wea Hh on hia HN est ie a seen er ‘a aiaee ye eli juice baat fet lit iH or vit eee SL Lit] ey peeeial ketal iff mae Ie yee os Sos ors 1 ——— jivenie a Eps Picamet 2) meee o So 100 150 ae mé Se tt tt J tt 1 St 1 1 1 (Ech me iz) Bete Be PGeaviers A ainstruments taillés 2? 3°, fafa apres Frado et Vilenova ) “Terliaire (id) Coupe du terrain quaternaire a San Isidro, d’aprés M. Louis Siret. du gouvernement espagnol, tant sont profondément enracinés les préjugés auxquels on se butte parmi les populations et la | cupidité mal éclairée de certains propriétaires ou archéolo- cues de circonstance On a, sur plusieurs points de la province, rencontre divers objets se rapportant a lage de pierre. Une des explorations les plus intéressantes a été menée a bout en Janvier 1892 par M. Romualdo Moro, délégué de S. Exe. M. le Marquis de Comillas. M. Moro visita la station préhistorique de Perales de Tajuna, située a quelques lieues au Nord Est de Segobriga, sur la route de Valence & Madrid. Outre les cavernes déja a demi explorées de Perales et de Tielmes, il reconnut environ 50 ha- bitations creusées dans une muraille de rochers a une hauteur qui atteint parfois pres d’une vingtaine de metres, et y trouva, a 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) au milieu de débris appartenant a l’époque celtiberique ou a celle de l’occupation romaine, des indices caractéristiques de l’age de pierre (1). M. de Cortaizar croit avoir vu des habitations semblables aux environs d’'Uclés: mais, malgré des recherches sérieuses, je n'ai pu les retrouver (2). A quelle époque remontent ces diverses civilisations? A quel peuple faut-il les attribuer? Dans l'état actuel de la science, il . serait fort teméraire de vouloir méme hasarder une opinion quelconque sur ce sujet. Plusieurs auteurs anciens et moder- nes ont émis bien des hypotheses: aucune n'est suffisamment justifiee. Les Tyriens sont les premiers conquérants de la Péninsule dont l'histoire nous ait conserve le souvenir (3). Sil faut en croire les traditions du pays, ils ont laissé a Segobriga des vestiges de leur passage. Mais cette ville fut surtout impor- tante au temps des Celtiberes (4). Gebhardt (5) croit pouvoir placer vers le milieu du vi° siecle avant notre ere la premiere immigration des Celtes en Es- pagne. Ces peuplades, chassées des rives de la Garonne par les Volsques Tectosages, franchirent les Pyrénées et de gré ou de force vinrent s’établir parmi les Iberes (6). D’apres Diodore de Sicile, les habitants du pays opposerent d’abord aux fugitifs (1) Boletin de la Real Academia de la Historia, t. xx, Febrero, 1§92. (2) Descripcion Fisica, geologica y agrologica de la provincia de Cuenca.—1) existe bien aux environs d’Uclés plusieurs trous percés dans le roc; mais rien n’indique qu’ils aient jamais servi d'habitation. naractpevacar exeAQoda: thy mAciotyy autey ex meproucing, nal Et: zeOTseoy ™ ‘ ‘ Tuplors, cita KeAtoic, ob vov Kkzktiénoss vor Briewves nzxdodvtat, ete. (Strabon, liv. 111. ch, 4.) 4) STRABON, Joc cit (5) Gupnarpt: Historia de Espana, t.1, p. 28. (6) Lucain a consacré dans sa Pharsale ces antiques souvenirs: ... profugique a gente vetusta Gallorum, Celt# miscentes nomen Iberis. (Phars., iv. Iv, v. 9 et 10.) Martial y fait, lui aussi, allusion dans sa description de la Celtibérie. Nos Celtis genitos et ex Iberis. (Epigi., lib. rv, v. 49.) (27) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 148 une légitime resistance; mais ils ne tarderent point a faire la paix et & contracter avec eux des mariages (1). Segobriga fut, au dire de Strabon, une de leurs principales villes, et c'est entre Bilbilis et cette derniere cité qu’eut lieu la grande lutte entre Sertorius et Métellus. La guerre des Cel- tibéres contre les Romains dura deux cents ans. Ce fut une véritable lutte de @éants. Elle est connue dans l’histoire sous le nom de Guerre de feu (2). Les historiens nous affirment que les Celtiberes furent d’au- tant plus prompts a se plier aux coutumes romaines qu’ils avaient plus longtemps résisté aux armées de la République. Quoiqu il en soit, la Celtibérie se couvrit bientét de places im- portantes. On trouve aux environs d’'Ucleés les débris de plu- sieurs cités romaines. La plus considérable est sans contredit Segobriga: mais on peut aussi visiter prés d’Alcazar une autre ville dont les ruines ont livré de nombreuses monnaies et des mosaiques remarquables de fraicheur. Cest probablement au vur® siecle, lors de linvasion arabe, que toutes ces places furent rasées ou livrées aux flammes. Aujourd’hui la capitale des Celtiberes n’existe plus, et la seule localité vraiment célebre des environs est le village dUclés. Uclés était déja une place forte au temps des Visigoths: mais il faut reporter sa fondation a une date plus reculée: car les 2 1 \ < n a AGI PS (1) Odto: yao to madouov wept tis yuloxs aAArAors Sranoheurioavtes, of TE "MWérsee nor of Kekcol. vat ust tata Sradkvidvte- val thy yoiouv zown nator BTN GZES ZAL OL INECATOL, AKL WETH TAYTA GLAAVUEVTES ZA THY YWEaY ZOIVY ZATOL— wisavtes ett Oléxryawlas moos ahAtAous suvbldcuevon, Orr thy ExyuElav Tateys EtUy OY TIS ReOsHvOotas. (Diodore de Sicile, 1. v, ch. 23.) (2) Ona donné le nom de Guerre de feu, dit Polybe, a celle qui éclata entre les Celtiberes et les Romains. Ce fut une lutte de géants. une série ininterrompue de batailles. En Grece et en Asie, un combat, deux ou plus, mettaient le plus souvent fin aux hostilités, et les combats eux-mémes cessaient d’ordinaire apres le premier choe des troupes. Mais ici il n’en fut pas de meme. La nuit seule pouvait séparer les deux partis, et ils se hitaient d’en venir aux mains, dés l’aube suivante, comme pris de remords d’avoir interrompu la lutte. Quand on apprit a Rome et le chiffre des morts et V’audace des ennemis, et la crainte qu’eprouvait Métellus lui-méme, la jeunesse romaine fut prise d’une terreur indicible, telle, au dire des vieillards, que jamais la République n’en avait connu de semblable. C’est alors que P. Cornélius Scipion demanda au Sénat le commandement des troupes d’Ibérie et commenca la campagne qui devait immortaliser son nom. (Polib., Mragm. xiv.) Apres deux siécles de résistance , la Celtibérie fut convertie en province romaine et son histoire se confondit avec celle de ses vainqueurs. 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) inondations ou les fouilles archéologiques ont mis fréquem- ment au jour de nombreux vestiges de civilisations antérieu— res. Il est méme certain que sur l’emplacement ou dans les environs du village actuel se dressait autrefois un village ou une ville préhistorique: on a souvent trouvé sur les collines voisines et jusque dans la Averta du monastére des poincons en os et des haches de pierre. Sous les Arabes, Uclés prit encore plus d importance et resta pendant quatre siecles un des boulevards de l’Islamisme. A la fin du x1" siecle, le croissant y dominait encore. Le mariage en quatriemes noces de Zaida, fille convertie du roi maure de Séville, avec Alphonse VI, roi de Castille, mit aux mains de ce prince la redoutable forteresse. Ici se placerait l'un des épi- sodes les plus touchants et les plus célebres de la chronique d’Uclés et de Vhistoire de la Péninsule. Mais il nous entraine- rait trop loin de notre sujet. On pourra en lire le récit détaillé dans toutes les histoires d’Espagne (1). Alphonse VI voulut envoyer au secours d’Uclés, assiég@é par Témin-ben-Yusef, son fils don Sanche, age de 12 ans et sept de ses comtes, a la téte dune armée imposante; mais la vie- toire trahit ce jour-la les drapeaux de Castille: Don Sanche et les sept comtes périrent les armes a la main. La déroute fut bientot générale et les musulmans entrérent ce jour-la dans la place. Alphonse mourut de douleur. : La bataille d@’Uclés ouvrait aux infidéles les portes de la Cas- tille: ils s’y précipiterent. Ce ne fut qu’apres les grandes jour- nées de Calatrava et d’Almerie, au mois d’Aout 1158, que don Sanche III reprit possession de la redoutable citadelle. Uclés n’avait été jusque-la quwune forteresse. Les Templiers y jeterent les fondements d'un monastére. Apres eux, les che- valiers de Saint-Jean, puis lordre de Saint-Jacques de ’Epeée y établirent leur résidence. A Vombre du couvent et grace asa position qui en faisait un asile réputé inexpugnable, la ville se développa: elle compta, dit-on, jusqu’’ 10 mille habitants, eut un évéque et sept pa- roisses. (1) Je citerai par exemple: D. Luis Garcia Sanz, Nueva Historia de Espana.—Don Jos& ANTONIO ConpE, Historia de la dominacioén de los arabes en Espana, sacada de varios manuscritos y memorias ardbigas. 3.° parte, cap. xx1v.—JOSEPH LAVALLEE, Espagne, t. 1°", p. 256, etc. (29) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 145 Les rois l'accablérent de privileges, et lun de ses alcades pouvait écrire: «Je crois qwil n’est pas possible de nommer une cité du rovaume qui posséde plus d’immunités. Sil fallait seulement les énumeérer toutes, j’aurais besoin d’un gros vo- lume.» D’apres Agurleta, ce serait a Uclés qu’aurait éte fondée la premiére faculté de Théologie catholique de l’Espagne (1). Francois I* y fut recu le 29 Juillet 1525, dix mois apres la bataille de Pavie. C'est enfin au pied méme de l’antique forteresse que le gé- néral Victor vint en 1809 se heurter contre les troupes espa- enoles. On peut voir dans Thiers le récit de cette bataille (2). Tels sont les principaux évenements qui se sont accomplis depuis la conquéte de la Celtibérie par les Romains dans cette région, témoin de révolutions si nombreuses. J’ai cru quwil convenait den esquisser rapidement l’histoire, avant d’entre- prendre le récit de mes découvertes et la description du lieu méme oti elles ont été accomplies (3). CHAPITRE DEUXIEME. wa) — SEGOBRIGA. Segobriga est une ancienne cité romaine, d'origine celtibe- rique, dont les ruines s’étagent sur la rive droite du Giguela, 4 trois quarts de lieue environ de Sahelices, gros village de la province de Cuenca, dans la Nouvelle-Castille, sur la route de Madrid a Valence (fig. 7). (1) AGuRLETA: Vida del fundador de la Orden de Santiago, p. 1418. (2) Turers: Histoire du Consulat et de l’Eimpire. t. 1x. (8) J’ai emprunté tous les détails qui précedent aux Lettres d’Uclés,t.1,n.1, pa- ges 19-20. ANALLS DE HiST. NAT.— XZIll. 10 146 A une demi- a er arene TMA SESE Ee eee areas en EOE, AO AE ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) lieue environ de Villarrubio. on laisse la cav7e- E DU XVIII SIBCLE. (Dessin de Calvi.) » \ AVUI ES UNE GR » \ IGA D’API 3R Se: 7 tg ; af ny. ¥ { 3 EGO! i 6 8; | a FIG ST ah . alk oes > Bom - leva, pour se diriger vers les bois qui s’étendent de Castillejo 1 Torrelengua, et au bout d’une heure, on arrive au pied @un (31) Capelle.— DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 147 monticule dont le gazon touffu offre, au printemps, un singu- lier contraste avec les arides collines des alentours. Comme dans toute la Manche, la nature environnante est sauvage, le pays désert. A peine rencontre-t-on de loin en loin quelque rare moulin égaré sur la riviére. Mais les horizons ne manquent pas de beauté. La chaine d’Altomira court du SO. au NO. enserrant dans ses plis le royal monastére (@Uclés (1) (1) Uclés, tel qu’il existe aujourd@’hui, se compose de trois parties distinctes: le village, la forteresse, le monastére. Le village.—«A quelle époque et par qui fut fondé Uclés? Les archéologues espa- enols ne sont pas d’accord. Tandis que les uns remontent hardiment jusqu’aux Oclades dont Oclés aurait été la capitale dés le xrve siécle avant J. C., ou a la guerre de Troie et A cet Oclés, fils d’Antiphane et pére d’Amphiaraies dont. Homére fait men- tion (/Odyssée, xv, 244), d'autres se contentent d’une colonie phénicienne ou grecque, établie dans ces contrées, 4 une époque reculée, mais inconnue...» Lettres d’ Uclés, tsT>. Po Li. Le village n’a conservé aucun vestige de son ancienne splendeur. Des sept parois- ses qui, dit-on , composaient l’ancienne ville d’Uclés, il reste 4 peine une population de 1.800 dimes. La forteresse.—La forteresse comprend d’abord le mur de premiere enceinte qui remonte en grande partie jusqu’aux Maures, car ce n’est que plus tard qu’on a pra- tiqué dans langle SO. la porte ogivale des sept Comtes. Une seconde muraille fer- mait la citadelle proprement dite. Au midi, elle se dresse encore sur le rocher & pic: du coté du village ou la pente est plus accessible, elle était flanquée de tours rondes dont on distingue a peine les ruines. Surce plateau s’élevent plusieurs ouvrages de guerre. I] ne reste plus de- bout que des pansde mur, une grande tour carrée dominant au SE. le passage percé dans la pierre, et au Nord deux autres tours dont les sommets sont réunis par un pont de briques. Le monastére.—Au Nord de la forteresse dont il est séparé par une esplanade taillee dans le roc, s’éléve le monastére. C’est un carré assez régulierement orienté dont les cotés ont 80 m. de longueur. Au milieu de la facade méridionale s’ouvre la porte d’entrée. L'il a d’abord peine ase retrouver au milieu de cette profusion de trophées, d’écussons armoriés, de figu- res allégoriques, d’animaux fantastiques ou réels, de coquillages et d’ornements ca- pricieux. C’est le style du xviue siecle avec tont son luxe de rocailles... La cour intérieure offre un aspect imposant avec ses larges cloitres de 44 m. de long , ses 36 arcades supportées par des pilastres doriques, et au dessus de la corni- che autant de fenétres et de balcons séparés par des colonnes du méme ordre... Le pavé est fait de belles dalles; au milieu est une citerne ott se réunissent les eaux des toits. C’est un beau morceau de sculpture... L’église en forme de croix latine n’a qu'une seule nef avec des chapelles latérales. Cest un beau monument d’une longueur totale de 64 m. sur 24 de hauteur. Le dori- que y domine... Sous le chceur est le Panthéon, vaste crypte funéraire ot furent transportées, avec les restes des anciens chevaliers, les cendres du jeune infant don Sanche. L’aile orientale renferme le réfectoire dont le plafond est une des curiosités d’Ucleés. Trente-six des soixante-quinze caissons octogones qui le composent représentent en 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) dont les constructions grandioses s’apercoivent du plateau méme qui domine la grotte (fig. 8). A deux heues, au SE., le chateau démantelé d’Almenara profile sur le bleu du ciel sa noire silhouette. Austeres et brilants pendant la journée, ces hauts plateaux de la Castille méridionale deviennent, aux ra- yons mourants du soleil, ravissants de fraicheur et de coloris. Les soirées @automne y respirent surtout un charme incompa- rable, et la premiere étoile a dés longtemps franchi les limites de Vhorizon, quand l’ceil émerveillé se détache a regret de ce tableau enchanteur,. oti toutes les couleurs, toutes les nuances sharmonisent, se succedent et s’effacent tour a tour sur les nuages du couchant. La butte conique ot s’éleve la ville est connue dans le pays sous le nom de Medina ou de Cabeza del Griego. A dater du xime® siecle, ces deux dénominations se rencontrent indifféremment dans les documents publics; mais des les premieres fouilles demi-relief les tétes des grands-maitres légitimes. Tout autour on lit sur la corniche une longue inscription... . Le grand escaliev pourrait a lui seul donner une idée de la somptuosité du monas- tere. Les 80 marches de plus de trois métres de longueur, sont d’une seule pierre et forment trois rampes. Celle du milieu arrive a un large palier; les deux autres en retour aboutissent parallélement aux cloitres supérieurs. La courbe des vottes qui les supporte est curieuse et gracieuse. La balustrade est en fer et de petites colonnes carrées la consolident de distance en distance. La cage, ornée d’un grand tableau, éclairée par quatre fenétres, avec des moulures et des écussons armoriés au plafond, pourrait contenir une maison... La facade occidentale n’a de remarquable que sa regularité grandiose... A lextrémité de cette facade en allant au Nord, on voit un pan du vieux castillo, pieusement enchiasseé dans les nouvelles constructions comme une relique des temps héroiques. Tout pres s’ouvre la porte principale de l’église Elle est & deux ordres superposés, corinthien et composite, resserrée entre deux massifs contreforts et flanquée de deux tours carrées avec simple balustrade a jour depuis que la foudre a renversé leurs fléches. La facade septentrionale est nue, froide et austére... La porte latérale de l’église, qui s’ouvre au milieu, a, comme la précédente, huit grandes colonnes monolithes en ewranit et de deux ordres, ionique et dorien, trés-purs. Elle aurait été batie, dit-on, sur les plans d’Herrera, le dernier architecte de l’Escurial. La facade éclairée par le soleil levant est la plus ancienne, la plus irréguliére et la plus ornementée. La corniche un peu lourde et l’encadrement des fenétres sont char- wés de sculptures de la Renaissance trés-fines, mais sans ensemble. Malheureuse- ment le temps et quelque peu les hommes en ont maltraité beaucoup. Au milieu de tant de figurines, armes, génies, médaillons, feuillages, oiseaux fantastiques, vases, fieurs et colonnettes, remarquons l’emploi fréquent des coquilles et la variété que artiste a su trouver dans un motif aussi simple et aussi rebelle. A Vextrémité Nord de cette facade s’élance un peu lourdement dans les airs la flé- che qui domine le chceur, la seule que la foudre ait épargnée. (Lettres @' Uclés, t. 1, passim.) (-qoniqauiag op “d ep UIsseq) “AELOWD VT INVNINOG AVELVTd—"8 OM 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) entreprises vers 1540, les érudits émirent Vavis qu’on avait découvert Pemplacement de l’antique Segobriga. De nombreuses médailles, des inscriptions relevées dans ces derniers temps sur des pierres ensevelies jusqu’au sein d’une épaisse couche de décombres ou dissimulées sous les ronces, viennent tous les jours corroborer cette opinion. Les coordonnées géographiques de la ville sont d’aprés le stieler’s Hand Atlas: Latitude: ance oes 39°55 N. ongitudey. 2.5...) 5°,06 O. (Méridien de Paris.) L’altitude au sommet du monticule est d’environ 780 m. Place de trés-haute importance, et peut-étre capitale de la Celtibérie sous les Romains (1), siege épiscopal au temps des Visigoths, Segobriga fut réduite en cendres et disparut de la scene de histoire, avant presque d’y étre entrée, & une épo- que dont personne n’a pu encore assigner la date précise, mais qui, on a tout lieu de le croire, a dv coincider avee lin- vasion arabe. L’incendie fut si violent qwil n’est pas rare de rencontrer parmi les décombres des masses de verre et de fer fondues par le feu. Les villas qui émaillaient la campagne et dont les vestiges se rencontrent encore ca et la le long des débris des voies ro- maines subirent le méme sort que la cité: la contrée devint déserte et Poubli descendit peu a peu sur ces ruines, envelop- pant jusqu’au nom méme que la ville avait porte. C’est seulement vers le milieu du xvi® siecle que attention publique fut appelée sur ce qui restait de Segobriga. Le 7 Mai 1529, Don Pedro Guarsia de Almaguer, prieur triennal des Santiagistes d’Uclés, posait dans cette ville la premiére pierre du monastere dont les somptueux batiments ont survécu a Vextinction de Ordre de Saint-Jacques. Uclés n’est qu’a deux heures de marche de Cabeza del Griego. Le cervo offrait aux architectes une mine inépuisable de pierres de taille; ils ne se firent pas faute d’en extraire les matériaux qui furent a (1) Pune: Hist. nat., loc. cit. (35) Capelle.—pDiECOUVERTES PREHISTORIQUES. 151 leur convenance. Sil faut en croire le témoignage de Luis de Lucena, on mit alors au jour un grand nombre inscriptions et Vantiquites (1). Les fouilles inaugurées & cette occasion furent reprises en 1760-1766, Elles se continuérent en 1789, sur Vordre et par les soins de M. Antonio Tavira y Almazan. On recueillit & cette époque de nombreux objets dont Cornide fait ’énumération dans un mémoire publié pour la premiere fois a Madrid en 1799. Mais les invasions et les guerres civiles, qui depuis pres dun siécle ont désolé la péninsule, dispersérent aux quatre vents du ciel ces restes de la puissance romaine ou visig‘o- thique. Les travaux dés lors interrompus semblaient abandonnés pour jamais lorsque M. Roman Garcia Soria se remit & l’ceuvre avec courage, a ses propres frais tout d’abord, puis aux frais d'un riche industriel anglais, M. Thompson. Des fouilles pour- suivies avec énergie et persévérance découvrirent avec les débris de la cité romaine les restes de civilisations plus an- ciennes. Les travaux ne furent pas longtemps continués: mais deja le R. P. Fita pouvait écrire en 1889: «Il est impossible de parcourir le tertre élevé de Cabeza del Griego et ses environs, sans en emporter la conviction profonde quwil y eut la une cité romaine de premiere importance. Cette cité fut batie sans doute, suivant usage des Grecs, sur une autre ville indigéne des Celtibéres. Qui sait sien percant dans le ce77o une tran- chée verticale comme le fit le docteur Schliemann sur les hau- teurs d'Hissarlik, on ne découvrirait pas, étagés a la facon des couches géologiques, les vestiges des divers peuples qui ont bati leurs demeures sur les hauteurs de Cabeza del Griego? I] n’est pas hors de propos de noter ici que M. Garcia Soria possede un certain nombre de haches que l’on rapporte d’ordi- naire a la période néolithique ou age de la pierre polie. J’ai moi-méme recueilli dans un tombeau chrétien de la basilique (1) Une des ces inscriptions, gravée sur une pierre de 1,l4 m. de long sur 0,54 m. de haut, a été encastrée dans la facade orientale du couvent. Elle est ainsi concue: Caer V Vif. S) e@) en BY eG Able Gis cael: Hie Se Bie Ici a été enseveli Caius Julius, Celtibére, fils de Caius, dela tribu Galeria. e* 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) visigothique une hache en silex parfaitement conservée, de dimensions minuscules, puisqu’elle mesure a peine deux cen- timetres de longueur, mais d’un tranchant tres aigu. Cet ins— trument avait pu rouler jusque-la parmi les décombres des— cendus de Cabeza del Griego. M. Garcia Soria possede en outre une splendide collection d’armes diverses en cuivre pur ou en bronze, provenant toutes des flancs mémes de la colline» (1). Les prévisions du célebre archéologue ne devaient point tar- der a se réaliser. Des que je connus lexistence d’une grotte profonde aux environs des ruines, je ne doutai pas qu'elle ne fit le point de départ des diverses civilisations qui s’étaient succédé a travers les ages, en cet endroit méme. On passe, pour se rendre a la grotte. a quelques métres du moulin de Medina, en suivant pendant un quart d’heure envi- ron le chemin du pont de Lujan. Non loin dun massif de che- nes-verts, ce chemin oblique brusquement a gauche vers la riviere. I] faut alors ’abandonner et s’engager dans les gorges arides de Villalba. A mi-colline, les bouquets d’arbres devien- nent plus fréquents; ils jaillissent en général du milieu de tas de pierres qui, & mon avis, sont des ruines de maisons. Tout a coup la vallée s’élargit et on se trouve en face d’une lande in- culte, bordée de coté et d’autre par des yeuses (fig. 9). Les tas de pierres d’ou elles sortent sont plus rapproches, et si lon examine avec soin les flancs de la colline, on voit serpenter le long des ruines, les restes de trois murailles superposées, a la facon des murs de soutenement qui retiennent, sur les pentes. du Liban, les vignes et les étroites bandes de terre oti elles se nourrissent. Ces murailles, baties en pierre seche, sont for- mées de blocs assez considérables et inclinées de bas en haut dun angle de 20 4 25 degrés dont le sommet serait a leur base. J’ai fait fouiller les pierres amoncelées et je suis arrive a un sol uniformé de dalles larges et irrégulieres, mais juxtaposées de facon a ne laisser entre elles aucun vide. Nayant pas l’au- torisation d’arracher les arbres, je n’ai pu pousser plus loin mes investigations; mais j'ai tout lieu de croire que la plupart des chénes-verts qui bordent la lande, plongent leurs racines ‘dans des cavernes analogues a celles que j’ai découverte. Ce (1) D. Juan pe Dios DE LA Rapa y DetG@apo y D. FIDEL Fita: Lecursidn arqueolo- gica a Uciés, Sahelices y Cabeza del Griego. AVA OARS op atydvrso0joyq) ULLOUD WI aa GHaTTVA— “6 ‘dir 154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (33) qui semble corroborer cette opinion, c’est que, vers le com- mencement du printemps, plusieurs de ces arbres se couvrent bien avant les autres d’une nueée de fleurs précoces. I] est fort probable qwils vont puiser dans les débris du sol une nourri- ture plus abondante et dans les canaux souterrains ot ces dé- bris sont accumulés une chaleur constante et plus élevée que celle de lair ambiant (1). J’ai constaté moi-méme cette pré- cocité dans les deux arbres qui avaient poussé a l’entrée de la grotte explorée et dont les racines se distribuaient a une grande profondeur dans les diverses galeries. ‘A chacune de ces grottes ou de ces ouvertures correspondait peut-étre une habitation. M. Louis Siret dont Vopinion fait autorite semble pencher vers cette hypotheése. Ses nombreuses explorations dans le SEK. lui ont en effet permis de se convain- cre que la plupart des maisons de certaines villes préhistori- ques communiquaient avec un souterrain owt les habitants ‘pouvaient en temps de siege se réfugier, et oi ils conser- vaient dans des puits ou des citernes la provision d'eau dont ils avaient alors besoin. Au bas de la petite esplanade, vers le sommet de laquelle s’ouvre la grotte, et du cdté opposé a Vorifice, se déroule un petit torrent toujours a sec, lorsqu’il ne pleut pas. Les eaux y apportent souvent, avec la terre arrachée aux flancs des colli- nes, des eclats de silex taillés de plusieurs facons: nous y avons aussi recueilli deux ou trois scies et un percuteur. Les mémes éclats se rencontrent aussi fréquemment dissé- minés sur la croupe des collines: quelques-uns affectent la forme des pointes de fleche; d’autres n’ont aucune forme dé- terminée. On trouve enfin ca et la des fragments de poteries a moitié ensevelis dans la terre ou cachés sous les plantes, des cailloux roulés que seule la main de homme a pu laisser tomber en ce leu, et divers indices qui ne permettent point de douter que ce site aujourd’hui désert n’ait vu autrefois fleurir une des premieres civilisations. (1) On pourrait sans doute attribuer cette précocité 4 un fond de terre plus con- sidérable. Je ne crois pourtant pas que la nature du terrain autorise cette supposi- tion. (39) Capelle.—DUCOUVERTES PREHISTORIQUES. 155 § II. LA GROTTE PREHISTORIQUE.—ASPECT , PLAN ET FORMATION. La grotte s’ouvre sur une pente maigrement boisee, faisant face & l'Ouest au tertre de Segobriga, a quelques centaines de métres de l’endroit précis ot le Giguela s’échappe du réseau ‘de collines qui, descendu de la Sierra d’Altomira, va dans la direction du SO. s’étendre sur les plaines désolées de la Man- che. Elle est percée dans les strates calcaires du _ terrain crétace (pl. vi). L’ouverture qui donne accés dans la caverne est élevée de 85 métres environ, au dessus du niveau de la riviere. La gale- rie principale, longue de 165 metres, se bifurque en maints endroits et donne naissance a de nombreuses galeries latéra- les qui courent dans les flanes de la montagne. Elle aboutit par une pente d'une extréme rapidité a une nappe d’eau sou- terraine. Pour donner une idée de la raideur de la descente, qu il me suffise de dire que la profondeur de la grotte est de plus de 80 metres: ce qui fait une pente moyenne de 50 centi- metres par metre. Ces mesures ne sont pas approximatives: elles ont été prises Pune au cordeau, l’autre a l'aide d’un ba- rometre. C’est seulement vers le troisieme mois de notre exploration que nous avons pu découvrir Ventrée primitive. Cette entrée avait été murée sur une profondeur de 4 ou 5 metres avec d’énormes pierres liées entre elles au moyen d’une argile jau- natre, d'une extréme consistance quand elle a durci (pl. vm). Elle a probablement été bouchée a ’époque méme ow la grotte servait dhabitation. Au-dessus de lentrée ainsi murée, le sol avait été completement nivelé. Nous pénétrions, comme je lai dit, dans la galerie principale par un conduit latéral qui com- muniquait avec l’extérieur. A droite de lentrée se trouve une salle ot dix hommes peu- vent étre a laise. Elle est comme le point central ou conver- gent huit canaux d’inégale grandeur, dont trois ou quatre n’ont été qu’a demi explorés. L’un d’eux doit donner sur le dehors, si jen juge par les nombreuses racines qui y péné- »™ 156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) trent; deux autres raménent au couloir central, et deux enfin vont aboutir a une excavation qui s’ouvre sur la meme galerie. Sur le parcours de l’avenue centrale (pl. 1x). a droite et a gauche, viennent déboucher de distance en distance dans des vestibules un peu plus larges d’étroits conduits en are de cercle que nous avons dt déblayer un a un. Ces couloirs renfermaient tous une multitude d’ossements, des debris de vases et d’au- tres objets de fabrication préhistorique: quelques-uns abou— tissent tres certainement a des salles plus vastes. complete— ment obstruées, mais je n’ai pu les explorer tous, en particulier | ceux qui se trouvent a gauche en entrant. Plusieurs cepen— dant ont été déblayés, puis comblés de nouveau avec les mate- riaux que les fouilles successives ne cessaient d’amonceler. C’est ainsi que nous avons du remplir de décombres une assez grande salle désignée dans le plan par la lettre O, puis les conduits et les chambres situés tout autour de la sépulture $* jusqu’en S*‘. Lors de nos premieres explorations, la chambre 5* ne communiquait avec la galerie centrale que par la salle C ol nous avions tout @abord établi notre cuisine. A-l'extrémité inférieure de cette salle, le couloir principal se bifurque et étreint de ses deux bras une sorte d‘ilot de pierre contre lequel se sont arrétés en grand nombre des fragments de poteries de divers types: ces tessons se rencontrent, a tout instant, dans chacune des galeries marquees sur le plan, et bien au dela encore, dans la galerie de l’eau et dans les gran- des artéres. Je ne crains pas d’exagérer en affirmant que 12 ou 15 tombereaux ne suffiraient pas a recueillir tous les debris de céramique qui ont passé par nos mains. Au dela de Vilot, le couloir redescend en sauts brusques et précipités; il ne tarde pas a se diviser de nouveau. La bifur- cation de gauche nous conduit a une des salles les plus spa- cieuses de la grotte. Le sol en est jonché de pierres ¢normes. de pots cassés, de blé carbonisé et de charbon de bois. Au chevet de la salle, le regard est attiré par une sorte de construction en pierre d’aspect bizarre sur laquelle j’aurai a revenir plus tard, et qui était sans doute un tombeau ou un autel pour les sacrifices. Plusieurs galeries de moindre importance partent de ce cen- tre qui parait avoir été spécialement habité. Elles renferment toutes des débris de charbon et de poteries: dans toutes l’on (41) Capelle.—DECOUVERTES PREHISTORIQUES. 157 remarque de nombreuses fentes bouchées a la terre glaise, principalement dans certains petits recoins ou culs-de-sac qui semblent avoir servi dhabitation particuliére ou avoir été pré- parés pour des sépultures. J’ai trouvé dans l'un de ces der- niers un joli grattoir en silex, et dans un autre un fragment de torche de résine sans méeche, roulée avec les doigtts et mesu- rant & peine la moitié du diametre d’une bougie ordinaire. Sur la volte méme de ce réduit nous avons constaté la pré- sence de plusieurs taches noires produites par la fumée de ces sortes de torches. I] est a remarquer que dans cette partie de la caverne les trouvailles sont fort rares, et qwil faut chercher longtemps pour se procurer le moindre objet. Si au lieu de descendre a gauche vers la salle du blé, nous suivons Vallée centrale, nous aboutirons, aprés un parcours @environ 100 metres a travers une série de salles plus ou moins grandes et en laissant de coté et d’autre de nombreuses galeries secondaires, a une excavation vaste et profonde, au bas de laquelle commence une nappe d’eau souterraine, dune grande limpidité, mais tres chargée de sels calcaires. Bien que les parois de la grotte soient généralement tapis- sees @un depot de calcaire concretionné dtialaction des eaux (infiltration chargées de carbonate de chaux, on trouve dans le couloir central peu de stalactites. Le calcaire criblé d’in- nombrables trous, percé de niches de toutes grandeurs, est re- véetu a la volte dune épaisse couche de fumée sur laquelle s'est étendu en maints endroits un léger réseau de brillantes cristallisations de carbonate de chaux, dont la transparence est remarquable. Dans les salles inférieures, les concrétions calcaires prennent des formes plus bizarres et offrent souvent laspect de lichens gigantesques tapissant les parois. Les stalactites n’abondent guere que dans une galerie laté- rale tres humide. Cette galerie débouche par ses deux extré- mités dans Vartere principale, mais envoie ¢a et la dans l’épais- .seur de la colline d@innombrables ramifications. Nous avons suivi durant une matineée entiere la plus importante de ces branches sans pouvoir en atteindre la fin. Le passage y est dailleurs fort malaisé. Ici ce sont des puits verticaux ot l’on ne peut descendre sans se dechirer aux multiples aspérités de la roche, la des fentes transversales ot l’on a toutes les peines du monde a se faufiler: partout les parois et la votte sont re- 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42 vétues d’arétes vives et de pointes aigues qui vous mettent tout en sang’. Cette galerie ne parait point avoir été habitée; il n’y a ni fumée a la voute, ni débris de poterie sur le sol. Cependant au point culminant de l’are de cercle, dont les deux extrémi- tés vont en redescendant rejoindre la grande allée, nous avons recueilli des restes humains abandonnés dans l’anfractuosité @une roche. Tels sont le plan et Vaspect de la grotte de Segobriga: quant & son mode de formation, il nest autre que celui que Yon attribue généralement a toutes les cavernes du méme g@enre qui abondent dans le crétacé inférieur. Si je puis en juger par les nombreuses galeries de la caver- ne, la montagne dans laquelle elle est percée doit offrir a l’in- térieur Vaspect d'une vaste éponge. Beaucoup d’espaces au- jour@hui libres étaient sans doute occupés autrefois par des masses de sels qui peu a peu ont été dissoutes par les eaux courantes: ces eaux chargées d’acides ont aussi agi sur les vides préexistants dts a la dislocation des collines. comme il est facile de le constater, si lon considére attentivement les parois de la grotte sur lesquelles on rencontre des traces ma- nifestes d’érosion. Ces excoriations affectent la votite elle- méme,. oti l'on remarque une multitude de poches, dans les— quelles, si nous suivons Popinion de Desnoyers, se trouvaient des dépots de sources thermales ouvertes plus tard par l’action des eaux, lors des bouleversements occasionnés par les inon— dations diluviennes. Sur les parois ainsi modifiées se sont for- mées dans la suite des siecles des concrétions plus récentes affectant des formes étranges, ici des stalactites et des sta— lagmites aussi variées de grandeur que d’aspect, 1a des arbo- risations rappelant les rameaux de Varbre’de Saturne, plus loin des couches plissées semblables a un feuilletage géant ou méme des figures d’animaux. (43) Capelle.—DiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 15) § III. ETAT DE LA CAVERNE AU DEBUT DE L’EXPLORATION.— LE SCL DE LA GROTTE.— FOUILLES DANS LES DIVERSES STRATES QI LE COMPOSENT. La grotte a été comblée de haut en bas par des rochers et des matériaux de nature diverse précipités de l’extérieur dans les galeries qui avoisinent l’entrée. Tous les canaux percés dans les 50 premiers metres autour de l’avenue centrale et figurés sur le plan avaient été envahis par les décombres: au dela le passage était relativement libre. Dans les conduits obstrués Pétage supérieur était formé de blocs de dimensions é¢normes, que deux ou trois hommes avaient de la peine & soulever: cette couche de rochers attei- enait d’ordinaire la volte méme de la caverne, et s’ils n’a— vaient pas roulé plus loin, cest qwils s’étaient arrétés aux saillies des parois. Pour les extraire de la grotte, nous avons du plus @une fois les briser en fragments de moindre impor- tance: sous ces rochers réunis entre eux par de la terre qu’on elt dit au premier abord amenée par les eaux, s’étageaient des strates de nombre et d’épaisseur peu homogénes, oti se trouvaient mélés ou superposés des amas quelquefois consi- dérables de terre, de charbon, de cendres, d’os et de débris divers. Sur le parcours des 20 premiers metres, on rencontrait tout @abord, sous la couche supérieure de pierres, des sque- lettes humains entiers étendus en travers de la galerie princi- pale, et sur lesquels a dtl rouler jusqu’en bas une prodigieuse quantité de décombres. Quelques os portaient encore la trace de blessures, notamment un crane frappé sur le vivant de cing ou six coups de ciseau ou de hache. Au-dessous des cadavres, et, sous les rochers, au dela de la zone occupée par les squelettes, s’étaient successivement éten- dues plusieurs strates qui semblaient avoir été amenées ou égalisées par eau. Les poteries recueillies dans ces diverses couches sont rarement entiéres: plusieurs avaient été écrasées sur place; car nous avons pu les reconstituer, en recueillant 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) soigneusement les debris qui gisaient sous la méme pierre. Si j’en excepte les poincons et les éclats de silex ou de quartzite, les instruments que lon recueille sont relativement en petit nombre, étant donnée immense quantite de tessons qui se rencontrent. Comment expliquer le remplissage de la grotte, remplis- sage quia du coincider avec la ruine complete de la bourgade préhistorique @ laquelle elle appartenait? Deux hypotheses probables se présentent tout @abord a quiconque a pratiqué des fouilles dans la caverne. Ou cette caverne a été comblée a la suite dune épouvantable inondation ou apres une guerre sans merci. Ce sont du moins les seules suppositions quil me paraisse possible de hasarder. Je les donne néanmoins sous toutes reserves. Il ne faut point s’arréter a Vidée d’une sorte de déluge qui, apres avoir inondé toute la région située au-dessous de la grot- te, aurait finalement atteint Vhabitation elle-méme. En effet, Valtitude de Vorifice supérieur est d’environ 800 metres. Avant done qwune inondation de cette nature eut pu s’élever a pa- reille hauteur, il ent fallu que toutes les plaines de la Manche et une grande partie du Sud et de l'Est de PEspagne, placées en contre-bas, fussent submergées. Or, d’apres M. de Lapparent, il n'y a pas eu de période diluviale ou glaciaire, postérieurement i Vavenement de la civilisation néolithique. D’ailleurs l’énormi- té des blocs exclut Pidée dune inondation générale. «Si les cir- constances locales, m’écrivait le grand g@éologue, rendent ad- missible ’hypothese d’un glissement de terre (comme ceux qui se sont produits en Suisse, comblant des vallons importants), cest a cette hypothese que je m’arréterais le plus volontiers. Sinon, j’admettrais une trombe, peut-étre un dérangement du terrain & la suite dun tremblement de terre; mais en aucun cas, je ne croirais devoir recourir a une cause générale.» Je me rallie pleinement & cette opinion. En effet, les géolo- cues américains semblent d’accord pour fixer la derniére ex- tension gilaciaire & huit ou dix mille ans avant l’ére actuelle. Mais on était alors sur tout notre hémisphere en plein paléoli- thique. Depuis lors il y a eu, pendant l'epoque du renne, un ou deux retours de ruissellement, attestant une recrudescence de Vhumidité; mais tout cela était fini, quand avec la tourbe Pépoque néolithique a fait son apparition. Par ailleurs, la ci- (45) Capelle.—pD&ECOUVERTES PREHISTORIQUES. 161 vilisation préhistorique de la caverne parait @tre arrivée a la période de transition du néolithique a age du cuivre, peut- étre méme 2 lage du bronze. Il ne faut donc pas remonter plus haut. Il ne faut pas s’arréter davantage, vu la nature des lieux, & Vhypothése d’un glissement: il resterait a aborder celle Vune inondation partielle, qui aurait coincidé avec un tremblement de terre. Le pied de la montagne de Villalba est baigné par le Gi- guela. Cette riviere n’est remarquable ni par la profondeur de ses eaux ni par l’espace qui sépare ses deux rives; mais resser- rée ca et la entre deux murs de rochers, elle pourrait par une forte crue atteindre un niveau considérable. Une trombe ana- logue a celle qui s’abattit sur le pays, le 14 Septembre 1893, déracinant les arbres, ravinant les collines, arrachant les ro- chers, la terre, les maisons, aurait pu causer ce désastre. Ces débris amoncelés peuvent facilement former un barrage, bar- rage qui séleverait bientot a une tres-grande hauteur. Son Excellence M. Federico de Botella y de Hornos, Inspecteur général des mines, m’assure avoir vu de ses yeux un fait de ce genre dans je ne sais plus quelle vallée de la Sierra, ot un barrage s'étant formé a la suite de pluies diluviennes, les eaux furent en peu d’instants portées & une élévation de 20 a 25 metres et seraient montées plus haut encore si la digue ne se fut rompue. De tels phénomeénes, ajoutait-il, sont assez fré- quents dans certaines parties de l’Espagne. Il y a loin sans doute de 25 a 80 metres, hauteur de Vouver- ture au dessus du niveau de la riviére; mais il n'est pas im- possible qwun barrage s’étant dressé dans les gorges qui sépa- rent le pont de Lujan du moulin de Martin Garcia, l’eau se soit subitement élevée dans cette vallée qui, somme toute, est assez étroite. J'ai moi-méme été ie témoin et failli étre la victime d'une crue extraordinaire du Bedija qui, en deux heures a peine, devint un vaste fleuve et couvrit immense plaine qui sétend au-dessous @Uclés. Si une digue se fat alors élevée entre la colline ot est bati le village et celle qui lui fait face au Nord, Peau ett promptement coulé au niveau des terrasses mémes du monastére. Cette hypothese n’est done pas inadmissible: elle explique- ANALUS DE HIST. NAT.—XKXIII. 11 i 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) rait méme assez que les habitants, voulant se préserver de Vinondation, eussent en toute hate, pour fermer leur demeure a entrée des eaux, bati cet énorme mur de rochers liés & Var- gile qui nous masquait l’ouverture primitive. L’eau pénétrant par les fissures de la colline et montant par les cavités infé- rieures aurait alors submergé ces malheureux. J’avais tout d’abord penché vers cette opinion dans le mémoire que j’adres- sai en Septembre dernier &a Académie Royale d'Histoire; mais. étude des squelettes et les nouvelles fouilles que j’ai prati— quées m’invitent a hasarder une autre explication qui parai— tra peut-étre plus vraisemblable, et qui, & mon avis, doit approcher davantage de la vérité. Les diverses strates superposées que l’on rencontre sont dues a des glissements successifs de terre entrainés par les eaux, lors des pluies torrentielles qui devaient abonder dans un pays tres boisé en ce temps-la, ou sous les pas des troglodytes. Les cendres rejetées des divers foyers ont ainsi pu former.a plu— sieurs reprises les nappes que nous avons découvertes sur tout le parcours du boyau central. Sur ces couches superposées les premiers troglodytes ont cheminé longtemps: puis, désireux sans doute de vivre a la lumiére du jour, ils ont bati leur village dans le vallon, & lendroit o& ’on remarque encore aujourd— hui les monceaux de pierre. Un jour cependant est venu, ou attaqués par des ennemis redoutables, ils ont dd redemander a la caverne l’asile quelle leur avait autrefois prété; ils ont été poursuivis. Les vainqueurs ont violé les sépultures, brisé ou pillé le mobilier, et envahi toutes les galeries attenantes a la eorande issue. Les défenseurs de la grotte qui avaient succombé ont été abandonnés 4 10 ou 15 metres environ de Vorifice. Leurs corps, couverts de grosses pierres précipitées d’en haut, sont restés étendus, sans autre sépulture, en travers de Vallée centrale, ot nous les avons retrouvés (fig. 10). Les assiégeants. ont alors fait rouler dans tous les conduits ot ils pouvaient atteindre une énorme quantité de terre, de pierres ou de dé— bris provenant du sac des habitations supérieures. Puis ils ont muré l’entrée sur une épaisseur de plusieurs métres et nivelé le sol au-dessus. Les eaux filtrant dans la suite des siécles par les ouvertures mal bouchées de la caverne ou par les pores du calcaire ont peu a peu détrempé la terre venue du dehors et, lui ont donné aprés dessiccation la résistance el aspect d’une PREHISTORIQUES. 3s RTI COUVE , » Di Capelle. \ | (47) ‘i ii mt I | ) A tate ATA } \ Fic. 10.—Coup2 verticale du couloir central. (Dessin de P. Quintero.) Petits lits de phosphate de chaux. Couche de cendre. é ve Partie libre. a. Lit de rochers. b. tre. Débris ealeaires . Rochers. A a g. > Terre rouge Terre renfermant les cadavres et de Cc. h. nombreuses débris. Strate de charbon. t. d. 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) masse boueuse solidifiée, telle quelle serait si elle y avait été amenée par une inondation (1). Les assiégés prisonniers dans la caverne ont sans doute promptement épuisé leurs provisions de comestibles et de lu- minaire, et ils n’ont pas tardé a mourir de faim. Cela explique pourquoi nous avons trouvé ca et la, a fleur de terre et éche- lonnés dans les diverses galeries, des squelettes sans sépul- ture, dont la plupart détrempés et dissous par ’humidité se réduisaient en poudre au seul contact de nos mains. En deux ou trois endroits, aux ossements d’un adulte se mélaient des restes d’enfants. Les cranes de ces squelettes ne se rencon- traient presque jamais; il n’en subsistait plus qwun cercle de poussiere blanche au milieu duquel émergeaient quelques dents. Nous avons rencontré, je lai déja dit, un de ces cadavres, au point culminant d’une galerie lointaine. Y avait-il été apporté par les survivants cherchant a se préserver de sa mau- vaise odeur? Le malheureux auquel il appartenait était-il venu périr la apres avoir longtemps erré pour trouver une issue et s’enfuir au dehors? I] serait bien difficile de le dire. Un des faits les plus remarquables a signaler dans le sac de la caverne, c’est la violation des sépultures. Les peuples de Vage de bronze ensevelissaient tres souvent leurs morts dans des urnes (pl. x). Dans la grotte de Segobriga cette coutume existait aussi; mais de toutes les sépultures que nous avons rencontrées jusqu ici, une seule paraissait intacte , et encore, comme on le verra plus loin, ne renfermait-elle qwune partie du squelette. Partout ailleurs les urnes étaient brisées, les os- sements dispersés. La cupidité des vainqueurs avait-elle violé ce dernier asile de la mort pour aller jusque dans les tombes chercher les joyaux et les armes que l'on déposait d’ordinaire aupres des cadavres? Le champ des conjectures est bien vaste, et je ne veux pas m’y engager. Quoiquwil en soit, nous avons trouvé la grotte dans un état de bouleversement complet, et cependant il ne semble pas quelle ait jamais été visitée avant nous depuis les Ages préhistoriques. En effet, Ventrée par la- (1) Dans cette deuxiéme hypothése , je n’'exclus pas la formation des strates infé- rieures 4 la suite de glissements et de pluies torrentielles; mais je parle seulement de la couche supérieure de terre beaucoup plus épaisse que les autres. (49) Capelle.—prECOUVERTES PREHISTORIQUES. 165 quelle nous y avons pénétré était totalement inconnue: elle navait probablement jamais servi qu’aux fauves de la con- trée; car lorsque nous y descendfmes pour la premiére fois, nous pumes a grand peine nous frayer un passage a travers les décombres avant de rejoindre l’avenue centrale, et la méme il fallut faire rouler beaucoup de pierres sous nos pieds pour y passer a l’aise. Par ailleurs, comme j’ai eu l’occasion de le dire plus haut, l’ancienne entrée était fermée par une épaisse muraille batie non & la chaux, mais & laide de l’argile. Or cette argile dont j’ai apporté & Madrid quelques échantillons est absolument de la méme nature que celle qui servait aux constructions intérieures de la grotte. Il est done peu probable quelle ait été employée & une époque de beaucoup postérieure a ces constructions. De plus, comme elle ne se trouve pas com- munément dans le pays et que le gypse au contraire y abonde, il n'est guére croyable que ceux qui ont muré lentrée se fus- sent servi a cet effet d’une substance aussi rare aux environs de la grotte, alors quwils avaient sous la main du platre en abondance, s‘ils avaient connu le platre ou s’‘ils en avaient soupconné Vusage. Nous sommes donc ramenés a une époque fort reculée, et trés-probablement a l’époque méme oti la grotte cessa d’étre habitée. Passons maintenant & l’étude du sol de la caverne. Ce sol est done recouvert de plusieurs couches de terre et de débris superposés. Ces couches, en nombre d’autant plus grand que la déclivité est moindre, atteignent en certains endroits le chiffre de douze, notamment au bas de la petite salle désignée dans le plan sous le nom de cuisine, a coté du Kjdkkenmédding. La couche inférieure est généralement formée par une terre rougeatre mélée de petits cristaux de carbonate de chaux. Elle constituait primitivement le sol méme de la grotte. Cette assise est maintes fois recouverte par une couche de cendres grise ou blanchatre dans laquelle il n’est pas rare de rencontrer des débris de charbon & demi-briilé ou méme de bois rouge entiée- rement respecté par les flammes, mais rongé par lhumidite. Le charbon est quelquefois si abondant qwil forme une strate complétement distincte. Dans lun et Pautre cas, on remarque souvent dans la cendre de petits lits de phosphate de chaux, résidu de la combustion des os, qui attirent les regards par leur éclatante blancheur. 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) Au-dessus de Vassise du charbon on rencontre une, deux, trois, souvent quatre assises de terre. On distingue générale- ment par la couleur de cette terre les différentes strates: elles sont du reste parfois intercalées d’une seconde couche de charbon ou de cendres. J’ai dessiné et fait reproduire deux tranchées ot l’on peut voir la disposition de ces strates: lune delles est prise de la galerie centrale (fig. 10); autre de la salle supérieure, située a Ventrée de la caverne (fig. 11). On remarquera dans cette derniére un vase entier touchant par un de ses cotés le sommet dune calotte sphérique taillée dans la votte et reposant par sa base sur une terre meuble qui a envahi la partie inférieure de la calotte. Ce vase n’a pu étre porté en cet endroit par un étre vivant: il semble que leau seule ait dd le soulever jusqu’au faite de la salle et le laisser en se retirant reposer sur la boue; mais dans cette salle la terre tres séche et tres ténue ne gardait aucune trace d’inon- dation. J’inclinerais donc a croire que ce vase ainsi que deux ou trois autres trouvés dans les mémes conditions ont été jetés dans la chambre déja presque entierement comblée et portés contre la volte par le choc de la terre qui continuait a tomber en biais par Pouverture supérieure. Telle est la disposition des strates; il me reste maintenant a faire Phistorique des fouilles et & dire un mot de la maniere dont nous les avons exécutées. § IV. HISTORIQUE DES FOUILLES. Les fouilles ont commencé en Octobre 1892. M. Quintero ve- nait de partir pour Madrid; je me trouvai ainsi privé de mon premier compagnon dexpédition; mais nous men continua— mes pas moins les recherches commencées. Nous ne pouvions du premier coup arriver & une parfaite organisation. Comme toute chose au monde, Vexploration de la grotte dut suivre la voie du progrés. Les débuts furent tres humbles, soit parce que nous ne soupconnions pas encore létendue de nos découvertes, soit parce que nous étions con— traints de procéder avec prudence. 451) Capelle.—piicouverrus PREHISTORIQUES. 167 La grotte en effet est située au milieu Vune région ineulte et déserte, dans un ravin caché a tous les regards. Il nous fut longtemps difficile @en connaitre le véritable pro riétaire. g ] proy Fic. 11.—Premiére chambre a droite de l’entrée. (Dessin de P. Quintero.) «. Terre a débris.—Sépulture remaniée. e. Débris de calcaires plus ou moins 4. Lit de charbons, soudés entre eux. ¢. Couche de cendres mélées de char- | f. Rochers soudés aux parois, sous les- bon, quels partent des galeries secon- a. Terre rougeatre. daires. 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52> Tout le pays environnant appartenait autrefois aux Santiagis- tes VUclés ou aux dominicains d’Ocanha. Apres l’extinction de VOrdre de Saint-Jacques et l’exclaustration des moines, leurs. biens furent vendus & vil prix. Divers particuliers se les par- tagerent. Tout ce qui n’entra pas en ligne de compte fut attri- bué aux municipalités. I] faut croire que la démarcation des limites ne se fit pas d’une facon fort rigoureuse, puisqu’il nous fut longtemps impossible de savoir a qui appartenait la grotte. Nous ne pouvions cependant passer en pourparlers un temps précieux et nous commencdames a explorer la caverne. Toutefois il fallait se mettre a l’ceeuvre sans éveiller Patten- tion; car, ne pouvant disposer que d’un jour par semaine, je devais laisser le champ libre a tout venant pendant les six autres journées. Or si l’on avait eu vent de nos travaux, une nuée de chercheurs de trésors se seraient abattus sur la g¢rotte. Je m’enveloppai done du plus grand mystere. Accompagné seulement d’un ou deux de mes amis, j’arrivais & la grotte avant laurore: nous en sortions seulement lorsque le soleil s'était dérobé derriere Vhorizon. Qui done ett pu soupconner qu’a 100 pieds sous terre, nous grattions le sol avec ardeur? Les premieres excursions furent consacrées a reconnaitre la caverne: nous entreprimes ensuite les fouilles avec méthode, en commencant par le bas. Nous cachions généralement dans une anfractuosité voisine de ’entrée nos habits et nos vivres; puis nous nous laissions glisser le long de la pente rapide jusqwau chantier que nous avions choisi. Le travail durait de sept heures et demie & midi. A midi, au signal donné, nous nous réunissions tous dans une petite chambre dont la volte noircie nous disait assez qwelle avait pu servir de cuisine aux troglodytes (1): nous y trouvames plus tard en abondance des os éclatés et des débris de nourriture et de foyer. A une heure et demie, on se remettait &louvrage et lon sortait de la grotte a la nuit tombante. (1) L’appétit, la gaité, souvent Ja joie d’heureuses découvertes faisaient le meil- leur assaisonnement de nos modestes déjeuners. Si un indigéne, non moins curieux et plus hardi que les autres, se fit alors aventuré a travers les sombres méandres de la caverne, en se trouyant tout a coup face A face avec trois vigoureux gaillards, & l'‘accoutrement bizarre, assis devant une table de pierre et vaguement éclairés par les lueurs fantastiques de deux lampes fumeuses, il efit cru voir attablés autour de leurs festins barbares les troglodytes des anciens Ages. (53) Capelle.—pDECOUVERTES PREHISTORIQUES. 169 Tels furent nos débuts: comme on le voit, ils étaient em-— preints d'une certaine poésie. Mais nous ne tardaimes point 4 nous convaincre que ce mode d’exploration était peu pratique. Il ne suffisait point en effet de remuer le sol; force était de trou- ver un débouché aux décombres qui s’amoncelaient, élever avec les pierres que nos recherches mettaient au jour des mu- railles capables de contenir la terre. En un mot sil fallait des chercheurs, il fallait aussi des ouvriers. Toutefois avant d’en- treprendre en grand les fouilles, je voulus m’assurer de leur valeur et me munir des autorisations nécessaires. Je présen- tai vers la fin de Décembre aux professeurs du Muséum de Madrid les ossements d’animaux que j’avais rencontrés et jallai étudier au Musée archéologique les différents types de poteries anciennes qui s’y conservent. Tout le monde fut (avis que les fouilles devaient continuer. Je revins donc a Uclés, décidé a reprendre les travaux. Mais jappris, & mon arrivée, qu’un envieux, il s’en trouve partout, ayant eu veut de nos fouilles et du but de mon voyage, avait, sans autre forme de procés, fait murer la grotte, de sa propre autorité et sans en avertir personne. Sur ces entrefaites, nous parvinmes a savoir enfin le nom du propriétaire. C’était un ingénieur attaché au ministere de l’Instruction publique, M. Gregorio Alonso y Grimaldi, résidant & Madrid. Son frére, M. José Maria Alonso, était ’administrateur de la propriété. Je me rendis chez lui sans tarder et j’en obtins toutes les au- torisations désirables. Deux jours apres nous revenions & la grotte. Il ne nous fallut pas moins @une matinée pour extraire les blocs de rochers quwon avait jetés dans le puits: aprés quoi, nous nous remimes a lceuvre avec entrain. Les travaux recommencérent vers la mi-Janvier 1893: ils furent abandonnés & deux reprises durant un mois ou un mois et demi par suite du mauvais temps ou du manque de loisirs. Je cessai, faute de ressources, toute ex- ploration vers la fin de Septembre, aprés une somme totale de quarante excursions environ, pendant lesquelles le nombre des travailleurs avait varié de trois & douze. Kn Novembre, Son Excellence M. le Marquis de Comillas voulut bien nous envoyer un délégué qui se chargeait de nous aider dans nos recherches: mes occupations du moment ne me permirent malheureusement pas de diriger ces travaux. Le 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) délégué revint apres deux jours passés a la grotte, en disant quwil n’y avait plus rien a trouver. Je suis cependant d’avis que nous sommes loin d’avoir découvert tout ce que renferme cette colline ot, sije me base sur les indications de M. Louis Siret, ce n’est pas une habitation, c’est un village ou une ville en partie souterraine de l’dge du bronze que nous avons re- trouvée. Apres quelques journées de travail et de recherches persévérantes il ne serait point malaisé, je crois, de démon- trer que mes espérances sont légitimes; mais il faut, pour con- tinuer les fouilles, des ressources que nous n’avons pas. Je terminerai ce chapitre en indiquant la méthode que nous avons suivie pour faire le relevé de toutes les trouvailles. Mais je dois avouer tout dabord quwil n’est pas possible de juger d’aprés la couche ou il aura été trouvé de lage auquel peut se rapporter un instrument ou une poterie: car on en trouve de semblables a toutes les hauteurs. Je n’ai pas cru pouvoir don- ner une idée plus exacte de la composition de ces strates et de notre méthode d’investigation quwen transcrivant quelques extraits pris au hasard dans notre journal de découvertes. Chacun de mes compagnons était tenu de consigner sur le papier, le lendemain ou le soir méme de chaque expédition, le résultat de ses travaux personnels. Ce sont la les documents qui ont servi de base a ce travail. Je les transcris sans y rien changer. Excursion du 31—1—9s. Lieu des fouilles: Diverticule a droite de la galerie princi- pale, a peu de distance des lampes.—Longueur, 3 métres; lar- geur, 1,50 m.—Ltat du sol, meuble.—Epaisseur variant de 0a 60 centimetres. 1° Couche superficielle grattée depuis peu (excursion pré- cédente), formée de terre noire, de pierres et de téts. 2° Couche plus profonde réguliere; strate compacte, for- mée (@une pate Lante comme de largile et de tres nombreux débris organiques, morceaux de charbon et de bois, ete. 3° Le reste, tres pauvre en terre, formé principalement de pierres, de débris de poteries, os, charbon. Objets trouvés: 1° Petit pot: couche superficielle, contre la paroi du diverticule. (55) Capelle.—bDiCOUVERTES PREHISTORIQUES. 171 2° Hache en pierre polie, impossible de préciser: je la crois des couches superficielles, au-dessus de Vargile. 3° Ciseau en cuivre: 3™° couche. 4° Ornement en forme de bouton: s’est montré dans un éboulement de la tranchée verticale—probablement du méme dépot que la piece métallique. Grand morceau de poterie (depuis brisé en deux): 3me couche. Renfermait un contenu tout différent des matériaux environnants, formant une masse unie, grasse au toucher, qui s'est détachée en gardant la forme de la poterie: —fouillée avec soin, elle n’a fourni que quelques os. 6° Petit amas d’os filiformes: couche 3™°, 7° Ossements divers ca et la. ' Observation.—Le sol rocheux du diverticule est tres inégal et la couche 3™° parait y avoir été amenée par des g'lissades successives (des griedas font communiquer avec la galerie).— La couche 2™° parait avoir été formée sur place — parmi les objets trouvés appartenant a la 2™e couche, il faut signaler encore: 8° Matiere blanche a étudier au jour (structure apparente du charbon de bois). mo 9) Excursion du 28 —2— 98. Place fouillée: La «sépulture?».—Le sol était libre sous la grande dalle transversale qui forme volte — mais des pierres grosses et moyennes étaient entassées et fermaient l’ouverture qui fait communiquer avec Vexcavation continuant sous la galerie principale.— Pierres enlevées: excavation visitée.—Le sol présentait peu de matériaux a fouiller: tout saupoudré de blé qui parait avoir glissé par les fissures de l’amas qui est au-dessus (trés important) —charbon, — morceaux de roche noircis par le feu.—Tas de blé aggloméré, dont un irisé. Sol de la «sépulture» a fourni parties de squelette: 1° Drenfant (dents, vertébres cervicales, phalanges...) — placées superficiellement contre les grosses pierres dont il a été question.—Au dessous couche de poussiére d’os. 2° D’adulte (humérus perforé, partie inférieure du radius..., 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) grosse téte spongieuse)... placées superficiellement a l'autre extremité.—Au-dessous couche de poussiére d’os. La ¢ranchée du sol offrait une épaisseur maxima de 50 cmr.— Plusieurs strates distinctes indiquant lVarrivée successive des matériaux par glissades.—Les plus profondes formées de pier— res, de tessons nombreux et de blé, — tout cela tres meuble. Vers la superficie une couche plus réguliere et plus liée par de la terre noire. Je ne veux point prolonger ces citations qui n’offrent du reste par elles-mémes aucun intérét; mais elles suffiront a dé- montrer avec quels soins nous avons fait nos recherches. Je ne confiais généralement le travail des fouilles qu’é mes amis ou a des ouvriers sur lesquels je pouvais compter. Les autres s’occupaient a déblayer le terrain précédemment fouillé, @ construire des murailles, a rejeter la terre dans les galeries déja explorées. Mais quand la tache devenait trop ardue ou dangereuse, il était difficile de la laisser tout entiere a nos hommes. On verra (apres un exemple comment nous procé— dions d’ordinaire dans ces circonstances. Je venais d’assister avec un de mes amis 4 l’exploration des trois petites cham— bres, faisant suite a la 2™¢ salle: quand ce travail fut terminé, nous attaquames de bas en haut le mur de terre et de pierres qui obstruait les couloirs supérieurs de communication avec la galerie centrale. Il y avait 14 un danger réel, & cause de la rapidité de la pente et des énormes rochers qui surplombaient sur notre téte, préts a se détacher au premier mouvement de la masse de terre qui les tenait assujettis: aussi nous laissimes derriére nous tous les ouvriers, leur enjoignant de se borner & enlever les décombres & mesure qwils tomberaient. Puis nous nous mimes & l’ceuvre. Les pieds appuyés sur la pente raide, m’arc-boutant d’un bras contre la paroi de la caverne, de ’au- tre je jouais du pic. Quelques gros rochers nous donnerent beaucoup de mal; mais ce fut bien une autre affaire, quand je me vis tout & coup en face d’une vraie muraille de pierres qui obstruaient le conduit. Ce conduit, fort rapide des Pabord, devenait ensuite perpendiculaire, de telle sorte que les maté— riaux & extraire se trouvaient & peu pres sur notre téte; il y avait l& plusieurs métres cubes de rochers, se soutenant & peine les uns les autres et menacant d’écraser de leur masse quiconque les ferait tomber. a 7) Capelle.— pECOUVERTES PREHISTORIQUES. 173 I] fallait cependant se résoudre 4 en provoquer l’éboulement. Les ouvriers se garérent de leur mieux dans les couloirs voi- sins. Quand ils y furent en streté, je les priai de venir me dé- gager, le mur une fois démoli. Tout danger sérieux étant ainsi écarté, je me garai dans un trou latéral ot je pus m’introduire en rampant, et armé d’une longue barre, je commencai du fond de ma retraite a saper la muraille par la base. La besoene n’était point aisée: j’avais la face contre terre, le corps serré comme dans un étau: c’est a peine s'il m’était possible de mou- voir les bras. Mais la récompense de nos efforts ne se fit pas longtemps attendre. Sous l’impulsion du levier, un des blocs se détacha: aussitdt une avalanche de terre et de pierres passa comme un éclair devant mes yeux. L’obstacle était vaincu. Toutefois ma position n’était pas gaie. Le courant d’air pro- duit par la chute avait éteint la lumiére et je me trouvais blo- qué dans.mon terrier par les décombres. Heureusement les ouvriers accoururent sans retard, et ils me rendirent la liberté. Le moment était venu de fouiller les débris: nous etimes la joie d’y trouver une abondante moisson de poteries et @instruments (1). (1) Nous n’avons eu aucun accident notable 4 déplorer, malgré les inévitables dangers que présentent toujours ces sortes de travaux. Un jour c’est un rocher du poids de plusieurs quintaux qui tombe perpendiculairement sur la téte d’un de mes ouvriers: mais celui-ci a le temps de se garer et en est quitte pour la perte de sa cas- quette. Un autre jour, j'‘étais adossé contre un bloc énorme qui paraissait défier la pioche pour longtemps. Un de mes meilleurs travailleurs s‘appliquait 4 le déchaus- ser. Tout A coup un glissement de terre imprévu fait rouler le rocher, dont le faite va fort heureusement s’arc-bouter contre la paroi voisine. Sans cela nous ¢tions l'un et l'autre écrasés par sa chute. Plus d’une fois, en déblayant une galerie, je fus en- trainé par un éboulement et me relevai tout meurtri au milieu des os et des tessons préhistoriques que je venais de mettre 4 découvert. Le beau temps favorisa généralement notre entreprise; mais nos deux derniéres explorations furent,&ce point de vue, moins fortunées que les précédentes. Nous fiimes enveloppés le 14 Septembre dans l’épouvantable trombe qui s’abattit sur la nouvelle Castille et fit tant de victimes, 4 Villacanas, apres avoir ravagé toute la contrée. Nous avions quitté Uclés par un fort vilain temps. Le ciel était terne, gris d’acier. Ce n’était plus ce ciel bleu de Castille, ot les peintres d’antan découpaient d'ordinaire le manteau de leurs Vierges. Un mauvais vent du SE. faisait rage depuis quatre ou cing jours. Lhorizon était cerclé de noir. La journée, qui s’ouvrait sous de si facheux auspices, fut plus fructueuse que de coutume, et nous remontdimes vers les cing heures du soir, chargés de dépouilles opimes. L’état du ciel avait bien chan- gé; le cercle noir s’était retréci; le vent, qui soufflait plus furieux que jamais, avait adéja bien de la peine 4 contenir la tempéte. Des quatre heures, deux de mes com- pagnons, apres avoir passé la soirée sur la colline, jugtrent plus prudent de regagner 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) J’en ai dit assez, je crois, sur la maniére dont nous avons procédé aux fouilles. Nous examinerons dans les chapitres suivants quels objets elles ont mis au jour et quelle lumieére elles projettent sur la civilisation de nos troglodytes. Uclés: un seul préféra m’attendre et rentrer avec moi. Laissant en arriére nos ou- vriers qui s’attardaient 4 gotiter, nous primes précipitamment notre route a travers la colline. Dés que nous en etimes gravi le sommet, il nous fut aisé de voir quel dan- ger allait fondre sur nous. Nous espérions pourtant l’éviter encore: cet espoir nous donna des ailes; mais il ne devait point tarder 4 étre décu. Il n’était pas encore six heures, et déj& un grondement sourd et continu s’élevait vers le SO. On efit dit de lourdes et innombrables batteries d’artillerie roulant sur un sol rocailleux. Les nuages s’illuminaient de splendides éclairs: des gerbes d’étin- celles jaillissaient 4 tous les coins du ciel. Nous volions vers la route de Valence; mais l’orage volait plus vite que nous. Les premiers grélons nous atteignirent a la hauteur des vignes de Villarrubio. Nous étions 4 plus d’une heure de distance de toute habitation. Une choza en paille se dressait au milieu des vignes. Nous youli- mes nous y réfugier; mais elle était fermée: ce fut un bonheur pour nous; car une heure aprés elle était balayée par l'inondation. Je ne raconterai pas les mille et une péripéties de cette odyssée. Aveuglés par la foudre, criblés par la gréle, le visage ruisselant d’eau, la respiration coupée par le vent, nous allions par cette nuit noire, seuls dans ce pays désolé, nous cramponnant lun & autre pour nous garantir des faux pas et éviter d’étre séparés. Ce n'était pas de la pluie, c’était une nappe d’eau qui tombait du ciel. Des torrents se formaient aux moindres sinuosités des collines, entrainant dans leur course folle les rochers, la terre, les vignes, ravinant les chemins, bouleversant les champs. : Le chemin creux qui méne a Uclés suit le bas de la vallée. Nous y etimes bientot de Veau jusqu’a la ceinture, et le torrent grossissait toujours. Il fallut gagner préci- pitamment les hauteurs ot nous trouvames un refuge dans une misérable cabane- Crest 1A que nous attendimes, transis de froid, la fin de lorage. Cette expédition fut ’avant-derniére, Je revins encore une fois 4 la grotte; puisje laissai la pioche pour mettre la main a la plume. LA PENINSULA IBERICA SEISMICA Sus, COlONLAS. POR EE, DE MONTESSUS DE BALLORE. (Sesion del 10 de Enero de 1894.) Desde tiempos remotisimos, desde que el hombre atemori- zado por tremendas catastrofes causadas por el juego de las fuerzas naturales, como huracanes, terremotos, erupciones volcanicas, etc., busca sus causas y los medios de precaverse de tales peligros, innumerables hipdétesis han sido presentadas para explicar estos temibles fendmenos. A pesar de los esfuer— zos de los fildsofos antiguos desde Aristételes hasta Plinio y Séneca, no obstante los trabajos de los sabios modernos como Von Hoff, Mallet, Perrey, Fuchs, Falb y otros muchos, y en fin, a pesar de las observaciones de los seismdlogos japoneses é italianos del dia, no hay, tal vez, entre las ciencias naturales un ramo todavia tan misterioso como la seismologia 6 sea el estudio de los movimientos de la corteza terrestre. La meteoro- logia moderna se desarrolla brillantemente buscando y descu- briendo poco a poco las leyes de los movimientos del aire y de los meteoros que nacen en su seno, y todo induce a creer que en un porvenir poco lejano se preveeran las tempestades, las lluvias y los cambios de tiempo. Ast los peligros temidos para las cosechas y la navegacidn, podran, 41lo menos, disminuirse, si no evitarse del todo. En cuanto 4 los gedlogos, han estu- diado las capas exteriores de la tierra con tanto éxito, que los movimientos terrestres ocurridos en los tiempos anteriores a 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) la venida del hombre, son ahora mejor conocidos que los que presenciamos diariamente, y que se manifiestan por terremo- tos y erupciones. zDe dénde viene tanta ignorancia nuestra, respecto a los fendmenos sismicos, mientras que los meteoroldgicos y los geologicos son ahora bastante bien conocidos? Es que los pri- meros tienen su origen en el interior de la tierra, y 4 una profundidad, ora grande, ora pequena, pero del todo inacce- sible a nuestros sentidos y medios de investigacion. Por esto, en vez de considerar los seismos como fendmenos de la dinamica terrestre interna, se han buscado sus causas en la atmdésfera, en los espacios césmicos é€ interplanetarios, en fin, en todas partes salvo en las del interior del globo, donde se producen realmente; sencillo parece enunciar esta verdad, que los temblores nacen bajo nuestros pies, y sin embargo, esta idea tan logica es muy reciente, y todavia no es aceptada por todos. Me vanagilorio con haber hasta la fecha hecho grandes es— fuerzos con el propdsito de devolver a la geologia un ramo, la seismologia, que le ha sido robado por la meteorologia y la astronomia. Este es, en pocas palabras, el plan que estoy des— arrollando desde hace muchos anos. Después de haber sido testigo ocular de numerosos temblores mientras habitaba la América central, tan célebre por las catastrofes espantosas que tantas veces han asolado San Salvador y Guatemala, el caos de las teorias sismicas me parecio cientificamente intolerable, y puse una mano atrevida en medio de las contradicciones de los sabios que han estudiado los seismos. Numerosas leyes habian sido aceptadas, cimentadas en es- tadisticas insuficientes. Después de haber recopilado un gran ntimero de fendmenos seismicos (mas de 80.000), observados en todas partes del mundo, he podido demostrar, por medio de es- tadisticas muy extensas, que los temblores no tienen relacion alguna con las horas del dia, es decir, con la posicién relativa del sol, ni tampoco con las fases de la luna, ni con su distancia (apogeo y perigeo), ni con su posicidn relativa al lugar que tiembla, y que son independientes de las estaciones astroné- micas y de los puntos equinocciales y solsticiales. Todas estas influencias habian sido enunciadas, en particular, por el famoso seismélogo francés A. Perrey, y ya no subsisten. Por (3) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 1i7 lo que toca 4 la presién barométrica, probé también, por medio de mis propias observaciones sobre el Izalco (1880-85) y de las del observatorio de Guatemala (1853-63) que sus varia- ciones no tienen influencia sobre las sacudidas terrestres, ni sobre las erupciones del citado volcan, que se producen re- gularmente de cuarto en cuarto de hora poco mas 6 menos. A priori, es evidente que las variaciones del peso de la columna de aire que descansa sobre el suelo, no puede influir sobre los movimientos terrestres. Me falta todavia probar que tampoco tienen influencia las estaciones. Entre tantas teorias superficialmente sentadas, esta ultima es la Unica que merezca refutaciOn seria por medio de cifras, porque si las aguas atmosféricas llegan en ciertas estaciones al contacto de las capas profundas muy calidas, podria acontecer, que vapori- zandose bruscamente, produzcan explosiones, y por consi- guiente, sacudidas, 6 bien que disolviendo ciertos estratos, estos, hundiéndose bajo el peso de los superiores, sacudan el suelo. Estas hipdtesis son logicas, aunque yo las creo falsas. La cuestidn queda, sin embargo, reservada. Puesto que los temblores de tierra se producen en el interior del globo y tienen alla sus causas, alli es donde deben estu- diarse. Por desgracia, los estratos terrestres nos son inaccesi- bles, cuando menos, 4 una distancia que no basta para el objeto. Tenemos que buscar indicios en la superficie, lo que embrolla mucho el asunto. Cualquiera que sea el origen geol6- gico de los seismos, hay que determinar, en primer lugar, los caracteres geologicos y geograficos que diferencian entre si los paises en los cuales tiembla frecuente y fuertemente la tierra, de aquellos en los que estos fendmenos no ocurren 6 son casi completamente desconocidos. Si los seismos resultan tinica- mente de las fuerzas geoldgicas todavia en juego, claro es que si no se descubren asi sus causas primordiales, la seis- mologia, sin embargo, habra dado un paso decisivo. Estas ideas no son completamente nuevas. Hace tiempo que se ha notado que, por ejemplo, en América, los temblores parecen tener relacién con los grandes relieves de la Sierra de los Andes desde el Cabo de Hornos hasta el estrecho de Bering, mientras que la falda atlantica permanece estable, con excep- cin de las partes de alto relieve, como México. Pero la cues- tidn del relieve no influye sola, puesto que las faldas de ciertas ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 12 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4): gwrandes sierras son algunas veces muy estables, por ejem— plo, las de los Pirineos, salvo en los alrededores del Béarn, en Francia, y otros muchos casos semejantes. Los terrenos volcanicos modernos 6 antiguos no son tam— poco muy inestables, por ejemplo, en Méjico y en los alrede- dores de los volcanes extinguidos de Olot, en Catalufa; del Puy de Dome, en Auvernia; del Hifel, en Westphalia, etc. No se sabe si los terrenos primarios se hallan mas 6 menos sacudidos que los secundarios y los terciarios. Algunos sabios han mostrado la influencia de las «fallas,» por ejemplo, en Andalucia; pero el hecho recae principalmente sobre la propagacién de las oscilaciones sismicas, mas que sobre su produccion; la tierra no tiembla en todas las reziones muy quebrantadas. Ademas, quién sabe si tiembla mucho en aquellas porque estan muy fracturadas, y por consiguiente, porque son poco solidas, 6 bien si estan quebrantadas precisa- mente 4 causa de los muchos terremotos que las han sacudido por debajo desde los tiempos geoldgicos,. Por fin, si hasta la fecha las relaciones de los seismos con el relieve y la naturaleza del terreno han sido sospechadas, toda- via no han sido sentadas de una manera que se aplique a todas las regiones en las cuales se notan los temblores. Para alcanzar este punto, hay que establecer, en primer lugar, una clasificacién entre todas las regiones del globo seguin el niimero y la intensidad de los temblores que sufre cada una, y por tanto, hallar un medio de representar numé— ricamente lo que puede HNamarse su «seismicidad.» Una vez hecha esta clasificacién, aparecera claramente el conjunto de condiciones geologicas y geograficas favorables a la produc- cién de los seismos. ZPero como cifrar la sismicidad de una region? Generalmente se relata que tal ciudad ha sido sacudida por un temblor. No siempre es este punto el centro del fendmeno; pero siendo ligeros los temblores, y por consiguiente, los que conmueven pequena area, los mas comunes, el verdadero centro no estara muy lejos del lugar senalado. Asi, pues, apuntando con mi catalogo en los mapas los lugares sacudidos se deter- minaran, y de una manera bastante exacta, las regiones seis- micas por medio del agrupamiento de estos puntos. Esto se lee a.la simple vista en los mapas adjuntos. (5) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 179 Conocidas las regiones hay que calcular sus seismicidades, contando para cada una con el nimero medio de los temblores y con la intensidad de los que la sacuden; y como en cuanto 4 este Ultimo elemento no se le ha podido cifrar matematica— mente todavia, faltando una escala que no sea convencional, como la de Rossi-Forel, queda sélo el nimero medio de tem— blores para evaluar la seismicidad. Afortunadamente aconte- ce que estos dos factores parecen ser generalmente propor- cionales, esto es, que sdlo los paises en los cuales el suelo tiembla frecuentemente, padecen de terremotos asoladores, que es lo que de antiguo decia el refran: «donde ha tembla- do, alli temblara.» Bastara, pues, conocer el nimero medio de dias durante los cuales tiembla anualmente la tierra en cada regidn, habiendo demostrado en otro trabajo que esta unidad es preferible al numero mismo de temblores. Sea § en kilometros cuadrados la superficie de una regién determinada como se ha dicho antes, y en la cual durante 2 anos un obser- vador concienzudo haya notado p dias de temblores, ya peque- nos, ya grandes, pero que tengan su centro dentro de ella; us 4 sera el numero medio anual de dias de temblores en ella. 4 1 y ‘ , - ; ie = Sera entonces la superficie de esta regién sacudida me- Z dianamente un dia al ano. Cuanto menor sea este ntimero. mas frecuentemente la regién estara sujeta 4 temblores. Asi la Y : Sn 35 r superficie eae expresada en kildmetros cuadrados dara el inverso de la sismicidad buscada. Para mas comodidad se con- servara este numero y no se empleara la sismicidad verda— dera 2. nS Practicamente, y segtin que estén los paises mas 6 menos civilizados, es claro que la seismicidad deducida de mi catalogo se aproximara mas 6 menos 4 su valor absoluto. Por ejemplo. es evidente que la seismicidad de la Andalucia se halla mu-— cho mejor conocida que la de Marruecos, aunque muy proba- blemente sean iguales, 6 cuando menos, poco diferentes. Pero lo que importa es el valor relativo, de tal suerte, que las cifras deducidas de las observaciones y de las relaciones pongan las regiones seismicas en el mismo orden en que hubiesen sido 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) puestas con las seismicidades absolutas; en general, el numero de los hechos es suficiente para que esta condicion esté reali-— zada; en caso contrario se prevendra al lector. En los mapas adjuntos de la Peninsula ibérica y de sus colo- nias el numero colocado al lado de cada nombre indica el nu- mero de dias que ha sido centro de movimiento seismico, y no el numero de veces que ha sido sacudido, este Ultimo mucho mayor que el primero, pues que de esta manera se desatiende el numero de veces que el lugar ha sido comprendido en el area sacudida por un gran temblor, teniendo su centro en otro punto. Ahora siguen algunos pormenores sucintos sobre las 24 re- giones, en las cuales se han dividido estos paises, y en el orden de su seismicidad decreciente. 1. Azores.—Seismicidad: 294 km.?—Esta seismicidad muy fuerte ha sido calculada, teniendo en cuenta no solamente la superficie de las islas, sino también la del mar interpuesto, pues es claro que para los archipiélagos en el area sumergida debe estar tantas veces como en la emergida el centro de los fendmenos seismicos. Por consiguiente, al no tomar mas que la superficie terrestre, la seismicidad calculada seria mayor que la verdadera en proporcién del area maritima desaten- dida. Este error seria mucho mas grave para las pequenas islas aisladas, caso en que el método no puede emplearse. 2. Canarias.—Seismicidad: 2.117 km.?—Esta cifra parece menor que la verdadera. Es probable que deberia aproximarse mas a la de las Azores, pero los documentos no son suficientes. Faltando casi completamente las observaciones, no se ha podido calcular la seismicidad de las islas de Cabo Verde; debe también aproximarse a la de las Azores. 3. Puerto-Rico.—Seismicidad: 2.289 km.? 4. Provincia de las Camarines en la isla de Luzon.—Seismici- dad: 2.876 km.2—Esta regidn comprende la parte del 8. de Luzon desde el istmo de Atimonan. La seismicidad de las cuatro regiones, en las cuales se ha dividido la isla, esta bastante bien conocida, habiéndose podido aprovechar las observaciones hechas en el observatorio de Manila desde mu- chos anos, y las hechas en lo demas del archipiélago y que estan publicadas en el Boletin de este establecimiento. 5. Manila.—Seismicidad: 2.983 km.?— Esta region se ex- (7) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBERICA. 181 tiende desde el istmo de Atimonan hasta una linea que va del golfo de Lingayen hasta la bahia de Baler, pasando por las montanas de donde sale el Rio Grande. Manila y las Camari- nes tienen casi las mismas seismicidades, de lo cual se deduce que los voleanes Taal y Mayon tendrian igual influencia sobre la produccidn de los temblores. 6. Jlocos, en la isla de Luzon.—Seismicidad: 3.714 km.*—Esta regidn se extiende al O. de la cuenca del Rio Grande, com- prendiendo las sierras intrincadas que bajan al Océano. 7. Mdalaga.—Seismicidad: 7.262 km.?—Esta seismicidad no es tan fuerte como 4 primera ojeada la darian 4 suponer los desastres de 1884-85 y de 1804. Es que las ruinas han sido muy aumentadas por los defectos de las construcciones en Andalucia; en la América central este terremoto no hubiera tenido muy gran importancia, ni tampoco en las Filipinas. Estas series numerosisimas deben considerarse como fendme- nos anormales. Sin esta precaucidn, la seismicidad hubiese sido igual 4 353 km.?, asi muy errdnea. La regién malaguena comprende el litoral desde la emboca- dura del rio Guadalhorce, hasta la punta de Elena, extendién- dose en el interior hasta Granada, pero sin abrazar la Sierra Nevada, cuya masa parece constituir un obstaculo invencible ala propagacidn de los temblores, que refluyen contra ella sin poderla sacudir. 8. Mindanao.—Seismicidad: 7.776 km.?—Esta cifra tendra en lo futuro que aumentarse notablemente, cuando puedan utilizarse observaciones hechas por mas tiempo en Zamboan- ga, Pollok y Surigao. Entonces se determinaran probable- mente dos 6 tres regiones seismicas diferentes. 9. Zimor.—Seismicidad: 7.930 km.2—Este numero, muy bien determinado, ha sido deducido de las observaciones hechas en la parte holandesa, suponiendo que la seismicidad tendria el mismo valor en la parte portuguesa, en la cual no se hacen observaciones seguidas. Esta isla pertenece 4 una regidn de las mas importantes que se extiende desde Bali hasta Timor-Laut en la prolongacidn del eje volcanico javanés. 10. Valencia y Murcia. —Seismicidad: 8.022 km.?— Esta region comprende la costa desde la Sierra Almagrera, al N. del rio Almanzora, hasta Valencia, extendiéndose & unos 60 km. en el interior. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) ll. Zishoa.—Seismicidad: 9.800 km.?—Esta regién se ex- tiende desde Setubal hasta la embocadura del rio Litz, es- tando sus limites en el interior mal fijados al E. de Lisboa. Recordandose las catastrofes de 153] y de 1755, asombrara tal vez ver tan pequena seismicidad. Es que estos terremotos no pertenecen verdaderamente al continente, pero si al Océano Atlantico, sea que se hayan originado en las Azores, sea que sus centros hubiesen estado al O. de este archipiélago. 12. Cuba oriental.—Seismicidad: 12.770 km.?— El Hmite occidental de esta regidn corre desde la embocadura del rio Canto, siguiéndolo hasta su unidn con el rio Salado, hasta Jibara, al SE. del banco de Bahama. Cuba es la parte menos sacudida de las Antillas. 13. Luzon NE.—Seismicidad: 14.124 km.2—Esta regién com- prende la costa, al N. de la bahia de Baler y la cuenca del Rio Grande. Tiene en la nueva Ecija el importante centro seismico de Dupac, estudiado en 1880-81 por el P. Xabert. 14. Avrchipiélago Filipino, comprendiendo las islas entre Luzin y Mindanao.—Seismicidad : 21.050 km.2—Si las observa- clones en la isla de Mindoro y las de la granja modelo Carlota en la de Negros duraran desde mas anos, este numero tendria probablemente que aumentarse. No se sabe nada sobre la seismicidad de las islas Calamia- nes, Palarran, Jolé, Carolinas, Marianas y Ladrones. Es muy probable que la de este ultimo archipiélago sea muy grande. pues que en 1849 de la Gironiére, observé veintinueve dias de temblores en Umata, isla de Guam, del 24 de Enero al 11 de Marzo. Aunque esta serie pueda haber sido anormal, sin em- bargo, una seismicidad fuerte queda probable. 15. Admeria.—Seismicidad: 22.821 km.?—Esta region se extiende alrededor de los rios de Almeria y Almanzora, pasando hasta Baza, del otro lado de la sierra de Lucar, y abrazando, pues, los manantiales del Guadiana Menor. Sin haber des- atendido como anormal la serie de 1863, la sismicidad hubiese sido mucho mas grande, 6 igual 4 9.244 km.? l6@ Cuba central.—Seismicidad: 41.170 km.? 17. Cataluia.—Seismicidad: 64.590 km.2—Esta region esta limitada al O. por una linea que, abrazando la parte superior de la hoya del Segre, alcanza el mar 4 la embocadura del Ebro. Se notara la poca influencia de los voleanes extinguidos de Olot. 49) Montessus de Ballore.—LA PENINSULA IBURICA. 183 18. Andalucia.—Seismicidad: 85.204 km.’—La parte princi- pal de esta region es la cuenca del rio Guadalquivir. Esta limi- tada al N. por una linea que va de Huelva hasta Linares, pasando por Cordoba, y se termina en la sierra de Lucar. 19. Region de Daussy, parte interior.—Seismicidad: 107.365 kildmetros cuadrados.—Esta regidn seismica ha sido descu- bierta en 1838 por el ingeniero hidrégrafo francés Daussy. Este sabio, compulsando los diarios de a bordo de muchos navios, se asombré de los numerosos terremotos de mar senalados en diferentes puntos del Atlantico situados al FE. de la roca de San Pablo entre 1° al N. y 3° al S., y desde 18° hasta 26° al O. del meridiano de Paris. Pongo el Atlantico en la presente monografia, porque presenta este Océano casi unicamente colonias espanolas y portuguesas. Muchas veces también los navegantes han visto humo negro salir del mar en estos parajes, y los puentes y aparejos de sus naves han sido cubiertos por cenizas, muy diferentes de las arenas que procedentes del Sahara, y que empujadas por el viento, vie- nen, a veces, hasta las Canarias y las islas de Cabo Verde. Aqui hay, evidentemente, un volcan submarino, 6 mejor dicho, una sierra volcanica submarina, cuyos esfuerzos han sido notados por los navegantes, y que forma un anillo de la cadena volcanica que casi sin interrupcidn se extiende desde las Azores hasta Tristan de Acunha, comprendiendo Madera, las Canarias, las islas de Cabo Verde, la roca de San Pablo, la Ascensidn y Santa Elena, que para algunos son los vestigios del célebre, pero nada mas que hipotético, continente sumer- gido, la Atlantida. Lo mas cierto es que si los azares de la navegacidn han per- mitido el calculo de la seismicidad de esta regidn, podemos suponer que es en realidad mucho mas fuerte. Seguin la den- sidad y el agrupamiento de los puntos senalados y determina- dos por sus latitudes y longitudes, dos regiones aparecen en el mapa, una interior en forma de lemniscata aplastada, otra exterior en la de una judia. Las seismicidades calculadas, pero ciertamente muy erréneas por defecto, son respectiva- mente 107.365 y 737.066 km.? 20. Cuba occidental.—Seismicidad: 128.252 km.?—Hsta re- gién esta limitada al E. por una linea que va del fondo de la bahia de la Broa al S.. hasta la punta Icacos al N. 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) 21. Portugal y Espana NO.—Seismicidad: 272.351 km.2— Esta regién esta limitada mas convencional que naturalmente por las fronteras de ambos paises, y por dos lineas de las cua- les una alcanza el Océano al N. de Gijén, y la segunda al O. en Setubal, pasando por Olivenza y Beja. 22. Navarra.—Seismicidad: 301.500 km.?—Ksta region for— ma un triangulo, cuya base se apoya en el golfo de Gascuna desde Marquina hasta San Sebastian, y en los Pirineos desde esta ultima ciudad hasta Orbaiceta, mientras que su vértice esta situado en Calahorra y Arnedo. 23. Hspana central.—Seismicidad: 606.656 km.?—KEsta re- gidn comprende lo que queda de la Peninsula, una vez supri- midas las regiones seismicas anteriormente descritas. Se notara un pequeno centro seismico en las sierras de Al- barracin y del Tremedal, pero cuya seismicidad, probable- mente escasa, no ha podido calcularse, no siendo suficientes las observaciones. Lo mismo ha sucedido para las islas Balea- res, a pesar de las de Pablo Boury en 1851 y 1852; debe ser bastante fuerte. La Peninsula tiene una seismicidad general igual a 83.922 kilometros cuadrados, mas tedrica que verdadera. 24. Region de Daussy, parte exterior.—Seismicidad : 737.066 kilometros cuadrados.—Véase antes nim. 19. Estos sucintos pormenores muestran cuantas regiones tienen seismicidad bastante mal determinada, 4 pesar de mis trabajos y del nimero considerable de seismos sobre los cuales esta fundado. Pero la ciencia debe contentarse con adelantar paso i paso, y muy 4 menudo, sin atreverse 4 sacar de los hechos mas de lo que pueden dar, y sobre todo, sin enganarse 4a si misma sobre el alcance de sus descubrimientos sucesivos. Sdlo a este precio aumentaran nuestros conocimientos, sin que pa- dezca la ciencia al retroceder por culpa de brillantes, pero falsas hipotesis. Belle-Ile-en-mer, 25 de Noviembre de 1893. ESTRUCTURA DEL CANGLIO DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS, POR Demy SR ANION Ww sCATAT:. (Sesiodn del 4 de Julio de 1894.) El ganglio de la habenula, descrito primeramente por Mei- nert, es un pequeno acimulo de substancia gris situado en la union de la cara interna con la superior del talamo dptico, en el espesor mismo de la estria medular de este érgano (fre- nos de la glandula pineal). Segtin aquel autor, de la habenula procede un fasciculo de fibras nerviosas que, descendiendo oblicuamente por el espesor del talamo, se termina en la subs- tancia gris interpeduncular. Este haz ha recibido el nombre de vetro-reflejo (Meinert) 6 manojo de Meinert (Forel). El ganglio de la habenula constituye un drgano esencial en la construccién del encéfalo, pues no falta en ningtin verte— brado, y hasta parece adquirir, conforme se desciende en la escala animal, un volumen relativo mayor. Las indagaciones de Edinger (1), Mayser (2), P. Ramon (3), han aportado muchos datos relativos 4 la homologia y conexiones de este centro; pero sdlo van Gehuchten (4) ha logrado, gracias al método de (1) EpINGER: Untersuchungen tiber die vergleichende Anatomie der Gehirns. IT, Das Zivischenhirn. 1&92. (2) Mayser: Vergleichend anatomische Studien weber das Gehirn der Knochenfische mit besonderer Berucksichtigung der Cyprinoiden. — Zeitschr. f. wiss Zool., BA. 36, 1882. (3) P. RamMOn x Casa: Investigaciones micrograficas en el encéfalo de los batracios y reptiles, etc. Zaragoza, 1894. (4) VAN GEHUCHTEN: Contribution a l'étude du systéme nerveux des téléostéens. — La cellule, t. x, 1893. 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Golgi, esclarecer la morfologia de las células que lo pueblan y el origen de las fibras del fasciculo de Meinert. Confirmando las inducciones de Gudden (quien después de la extirpacién de la habenula en los mamiferos habia notado una degenera— cidn secundaria descendente del manojo retro-reflejo), van Gehuchten ha acertado 4 ver en los teleédsteos que dicho fas— ciculo se compone de la reunidén de los cilindros-ejes de las células yacentes en la habenula, los cuales, después de entre- cruzarse en la linea media, acaban por arborizaciones libres en el espesor del ganglio interpeduncular. Disposicién pare- cida hemos confirmado nosotros en el salmon y barbo de po- cos dias (1). Pero todas estas observaciones histoldgicas refiérense a los vertebrados inferiores. De la estructura de la habenula de los mamiferos no tenemos ningtn conocimiento preciso, por no haberse aplicado, que sepamos, los métodos reveladores de las expansiones protoplasmicas y nerviosas. Lo que sabemos con- cierne, mas que a la textura, a la disposicién macroscopica y relaciones topograficas de aquel centro. Esta consideracion nos ha movido a estudiar con los métodos de Weigert, de Golgi y de Cox, el ganglio de la habenula del raton, conejo, cone- jillo de Indias, gato y perro. En el presente escrito damos un resumen de los resultados obtenidos. La habenula de los pequenhos mamiferos es un organo muy aparente que afecta la misma disposicion macroscopica que la del hombre. Un corte transversal del cerebro intermediario, que interese el centro de la habenula, muestra este ganglio bajo la forma de un abultamiento ovoideo, recubierto hacia arriba y hacia fuera por manojos de fibras medulares (sd7ia medullaris), y separado hacia adentro del ventriculo medio, a favor de una pequena depresidn. Un examen superficial del corte tenido por el proceder de Weigert-—Pal 6 por el carmin de Grenacher, revela ya que dicho ganglio no es un organo homogéneo, sino que en realidad se compone de dos masas grises de estructura algo diversa, que por su situacion distin- guiremos en niicleo interno y nucleo externo. Niucleo 6 ganglio interno. (Fig.1, 4). Constituye la por- (1) S. R. Casau: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los teledsteos. — (ANALES DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., 2.4 Serie, tomo 111, 1894.) (3) Cajal.mrsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 187 cidn mas caracteristica de la habenula, y se distingue por el numero y pequenez extraordinarios de sus células, asi como por las tupidas y singulares arborizaciones nerviosas que la cruzan. Fig. 1. =e (A= NUR me 8 fe Ranssi\il ‘ 5 2 2 TT 2 2 ESAS | \\ MI Corte transversal de la habenula del conejo adultos. (Método de Weigert-Pal.) A, foco gris interno; B, foco externo; C, porcion inicial del manojo retro-reflejo; V, ven- triculo medio; DY, porcion superior del talamo; @, porcion de la stria cuyas fibras van al foco interno; J; haces de la s¢ria, destinados al foco externo. a Células.—Son de talla menuda, casi tanto como los granos del cerebelo. En el gato y perro de pocos dias, donde las hemos estudiado especialmente, casi todas estas células afectan figura estrellada; algunas muestran, no obstante, formas de huso 6 de pera; su distribucion no obedece a ley alguna, hallandose dispersas por el ganglio, constituyendo una masa apretada que se limita hacia adentro por el epitelio, y hacia afuera por haces de fibras meduladas que la separan del nucleo externo. Las expansiones protoplasmicas, en ntiimero de dos, tres 6 mas, nacen gruesas, marchan en direcciones varias, y cada una de ellas emite un numero considerable de ramillas termi- nales de contornos asperos, 4 menudo espinosos 6 verrugosos, y de curso sumamente intrincado. La poca longitud de las 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) ramas secundarias y terciarias, el apifamiento de estas en un recinto limitado, asi como el curso laberintico de las mismas, presta 4 las células de la habenula un caracter especial que permite distinguirlas al primer golpe de vista de cualquier elemento de los centros. (Fig. 2, 4.) KUNE S \ \ SSs Sk WER Oy St NURS XK Ganglio de la habenula del perro recién nacido. A, células del foco interno; B, células del foco externo; C,corte transversal de las fibras de la strta medullaris; D, fascicalo retro-reflejo; a, cilindros-ejes de las células del foco interno; J, cilindros-ejes de las del externo. (5) Cajal.—rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 189 En el conejo de ocho dias estas células no han alcanzado la plenitud de su desarrollo, afectando una morfologia distinta de las adultas. Casi todas se muestran fusiformes, con un tallo protoplasmico, grueso y de contorno aspero, 4 menudo diri- gido hacia arriba y afuera. Las prolongaciones protoplasmi- cas secundarias son poco numerosas, y aparecen recubiertas de espinas colaterales 6 de excrecencias verrugosas bastante largas. (Fig. 3, @.) Ganglio de la habenula del conejo de ocho dias. a,células del ganglio interno; J, arborizaciones terminales de las fibras de la stria; d, cilindros-ejes constitutivos del fasciculo de Meinert. El cilindro-eje de las células del ganglio interno es fino, y brota comunmente del cuerpo celular, rara vez de una expan- sién protoplasmica. En las células adultas, 6 casi adultas, su curso es complicado; 4 menudo asciende para descender des- 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL, . (6) pués; otras veces se dirige hacia adentro 6 hacia afuera, do- blandose ulteriormente para hacerse vertical: en todo caso, después de un trayecto variable, gana la parte inferior y exter- na del ganglio, é ingresa en el fasciculo de Meinert. En el conejo y raton de pocos dias, el curso del cilindro-eje es menos complicado, dirigiéndose desde luego hacia afuera y abajo. En el gato y perro estos cilindros-ejes presentan algunas cola- terales (en numero de 1, 2 6 3), que se ramifican y pierden en el espesor mismo del ganglio interno, como poniéndose en conexion con las células de éste; pero-vense también expan- siones nerviosas completamente desprovistas de colaterales. Una vez que dichos cilindros-ejes ingresan en el haz retro- reflejo, conservan su individualidad, sin ramificarse, por lo menos en la mayor parte de su trayecto. b Fibras nerviosas.— El espesor del ganglio interno de la habenula esta leno de arborizaciones terminales de fibras ner- viosas desprendidas de los manojos constitutivos de lo que se lama la estria medular del ventriculo medio 0 de la capa optica. Este es un hecho que puede facilmente observarse tanto en las preparaciones de Weigert-Pal como en las de Golgi. Dichas fibras son espesas, descienden de la estria medular, inclinan- dose de arriba 4 abajo y de afuera a adentro, y poseen envol- tura de mielina hasta cerca de su arborizacién terminal. El curso de algunas fibras es mas complicado, trazando grandes vueltas y hasta recurriendo para terminarse cerca de la estria; pero en todo caso acaban en el espesor del ganglio interno, sin transponer sus fronteras. Tocante a la arborizacién nerviosa terminal, es una de las mas notables que nos presentan los centros nerviosos. En vez de la ramificacién amplia, difusa y floja que parece ser lo ca- racteristico de la terminacion de las fibras nerviosas del cere- bro y masas grises centrales, observamos aqui una arboriza— cién riquisima, notablemente tupida, de ramitas fuertemente varicosas y tan proximas, 4 veces, que 4 nada pueden compa- rarse mejor que 4 los plexos apretados que rodean las células de Purkinje del cerebelo. Hay parajes en que la arborizacion se presenta como un nido de maleza en donde es imposible discernir el origen y la terminacién de las fibrillas secunda- rias. Por lo comin, antes de emitir las ramas terminales la fibra se espesa; luego suministra dos 6 tres ramas que no tar- (7) Cajal.rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 191 dan en resolverse en verdaderos penachos de hilos groseros, varicosos, intimamente entremezclados. Cada arborizacién suele contener tres 6 cuatro huecos correspondientes al cuer- po de otras tantas celulas nerviosas; por manera que la comu- nicacién, al igual de lo ocurrido con otras células centrales, no es individual, es decir, de una fibra 4 una célula, sino de una fibra terminal a un grupo mas 6 menos numeroso de cor- pusculos nerviosos. En ocasiones, las fibras nerviosas emiten, ademas de su arborizacién terminal, alguna rama colateral previa, también acabada en nidos pericelulares. Por lo demas, estas singulares arborizaciones presentan igual aspecto en cuantos mamiferos las hemos estudiado: el ratén, conejo, perro y gato; solamente varia la extensién de las mismas, que es mayor en los animales de gran encéfalo. De lo expuesto se sigue, que el ganglio interno, parte prin- cipal y caracteristica de la habenula, recibe fibras nerviosas de los manojos internos de la stvia medullaris, y por consi- guiente, que existe un centro nervioso (aquel donde tienen su origen las fibras de dicha estria) que transmite 4 la habenula corrientes centrifugas, las cuales, derivando por el fasciculo retro-reflejo, van 4 obrar sobre el ganglio interpeduncular. 4De donde provienen las fibras de la stria medullaris? En cortes horizontales seriados del encéfalo del rat6n hémoslas seguido hasta la parte anterior del talamo déptico, donde se hacen descendentes; pero no hemos logrado determinar sus células de origen. De todos modos, cabe afirmar que la s/ria medullaris de los mamiferos es un haz homologo del que Edin- ger y nosotros hemos descrito en los peces, manojo que Hega del cerebro con el fasciculo basal y se termina mediante arbo- rizaciones libres entre las células de la habenula. Ganglio externo. Consta de células gruesas, estrelladas, provistas de apéndices divergentes y de gran longitud, al modo de los de casi todas las células del talamo 6éptico y pro- tuberancia. (Fig. 2, &.) Estas células, abundantes en la re- cvidn inferior del ganglio, estan entremezcladas con manojos de fibras meduladas antero-posteriores en la porcién supero- externa del mismo. Tales manojos corresponden 4 la mitad externa de la stria medullaris. El cilindro-eje de algunas de estas células es grueso, sumi-— nistra tres, cuatro 6 mas colaterales, distribuidas en el espe- 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) sor mismo del nucleo externo (fig. 2, 0), y, después de un tra- yecto variable, ingresa en el fasciculo de Meinert, donde des- taca por su relativo espesor de las otras fibras constitutivas, que son delgadas y provienen, como dejamos dicho, de los pequenos corpusculos del ganglio interno. | Otros elementos emiten cilindros-ejes que se dirigen hacia Fig. 4. Arborizaciones nerviosas del foco interno del ganglio de la habenula del conejo de ocho dias. a, arborizacion simple; ¢, arborizacién doble; 2, corte transversal de la percién interna de la stria medullaris; e, origen del haz retro-reflejo. 9) Cajal.—rsTRUCTURA DE LA HABENULA DE LOS MAMIFEROS. 193 afuera y aun hacia arriba, suministrando un gran niimero de colaterales ramificadas y terminadas entre los cuerpos celula- res; pero no habiendo podido seguir dichas expansiones fun- cionales durante un trayecto suficiente, no podemos decir si se comportan como las de las demas células, contribuyendo i formar el fasciculo de Meinert, 6 si llevan un camino dife- rente. Entre las células del nucleo externo se advierte un plexo sumamente tupido, pero formado de hebras finas, granulosas (en lo que discrepa del yacente en el foco interno), difusamente ramificadas. Es indudable que una gran parte de estas arbori- zaciones representan la terminacion de fibras desprendidas de los manojos externos de la stria medullaris; pero juzgamos probable que una buena porcidn dimana de otras regiones, todavia indeterminadas, del talamo 6Optico. Sobre este punto, asi como tocante al origen de las fibras de la sf7ia@, son preci- sas nuevas y mas profundas investigaciones. ¢Qué relaciones tiene la habenula con la glandula pineal y con el nervio 6pti- co? Respecto a este Ultimo nervio podemos asegurar que jamas penetran sus fibras en la habenula. Nuestras observaciones en ratas, 4 quienes se extirpd el globo del ojo, y cuyos centros nerviosos fueron tratados por el-método de Marchi, prueban que las fibras llegadas de la retina penetran en el espesor de los cuerpos geniculados, asi como en la zona profunda de los tubéreulos cuadrigéminos, pero no abordan nunca la linea media, ni penetran en ninguno de los dos focos grises de la habenula. Con todo, debemos hacer constar que en los teleés— teos hemos creido notar la existencia de un hacecillo de fibras que, saliendo de la habenula, ingresaba en el nervio 6ptico. Tegnoramos qué significacién puedan tener tales fibras, que parecen haber sido vistas también por Edinger. Tocante 4 la glandula pineal, las conexiones que mantiene con la habenula son de mera contigitidad. El pedunculo de dicha @landula es un haz arqueado de fibrillas que parece jun- tar las dos habenulas, pero del cual no se-desprende una sola fibra ascendente para aquel érgano. En cambio hemos adver- tido en el espesor de la @landula pineal una infinidad de fibras nerviosas ramificadas, dispuestas en plexo y a4 la manera del que muestran las glandulas verdaderas. Hacia la base de la glandula estas fibras nerviosas, reunidas en hacecillos, ganan ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 13 10k ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) las paredes de los vasos de la tela coroidea, continuandose con el rico plexo simpatico envolvente de las gruesas arterias del cerebro. En cuanto al modo de origen de la comisura de la habenula 6 pedunculo de la glandula pineal, nuestras observaciones no son todavia suficientes. ALGUNAS CONTRIBUCIONES CONOCIMENTO DE LOS GANGLION DEL ENCEFALO, Hew S. AMON a GATAT: (Sesién del 1.° de Agosto de 1894.) I.— Puente de Varolio. La morfologia y conexiones de las células de los ganglios del puente de Varolio son muy poco conocidas. El primer en— sayo con el método de Golgi lo debemos a Livio Vincenzi (1), quien describié las células de dichos ganglios como corpuscu- los pequenos, fusiformes 6 triangulares, de expansiones rami-— ficadas. Kélliker (2) ha tendo estas células en el gato y conejo, y ha confirmado las descripciones de Vincenzi, hallando ade- mas un plexo intersticial de fibrillas, en gran parte meduladas, de que ya habia hablado Bechterew (3). Pero ni Vincenzi ni Koélliker, parecen haber seguido lo suficiente los cilindros-ejes de las células del puente. Nuestros trabajos, realizados por los métodos de Golgi y Vei- gert en la protuberancia del gato, perro, conejo de Indias, rata y raton blancos, nos permiten dar como seguras las siguientes conclusiones. Los hacecillos de las piramides suministran, &su paso por la protuberancia, una cantidad extraordinaria de colaterales fini- (1) VincEenzi: Sesiones de la Academia de Turin. 2.° serie, t. xxxvit, 1889. (2) KOLLIKER: Handbuch der Gewebelehre des Menschen. 6 Aufi. 1893. (3) BrcHTEREW: Neurologische Centralbiatt. 1885, Bd. 5. 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) simas, ramificadas y terminadas libremente entre las células del puente. Estas colaterales lenan toda la masa gris de la protuberancia, marchando en distinta direccion segun su ori— cen. Las que proceden de los fasciculos anteriores de las pira— mides, se distribuyen en la masa central y siguen en gran parte una direccién postero-anterior. Las que proceden de los manojos piramidales mas hondos, se pierden en los tabiques crises intercalados. Las colaterales y sus innumerables ramifi- caciones constituyen en toda la substancia gris de la protube- rancia un plexo tupidisimo, en el cual se ven numerosos hue- cos donde se alojan las células nerviosas. @ig’. 1, D.) Las células de la protuberancia afectan una figura, ya trian- eular, ya estrellada, ya de huso, y exhiben expansiones proto- plasmicas no muy largas, varicosas, varias veces dicotomiza— das y sin orientacién preferente. Su talla es comparable a la de los corpusculos de las olivas bulbares. Ocupan estas células todo el espacio que media entre las fibras transversales mis superficiales y el plano anterior del lemnisco interno 6 porcién media de la cinta de Reil. Muchas de ellas rellenan los inters— ticios de los haces de las piramides, mostrandose mas 6 menos horizontales. (Fig. 1.) El cilindro-eje es fino y no suministra colaterales que, caso de existir, 6 deben ser poquisimas 6 acaso se desarrollen mas tardiamente (nuestras observaciones han recaido en mamiferos recién nacidos 6 de pocos dias). El curso de dicha expansion es variable para cada zona de substancia gris. Los cilindros— ejes nacidos de células situadas delante de las piramides, diri- wense comunmente adelante, llegan a la superficie del puente y térnanse horizontales para ganar, una vez cruzada la linea media, los manojos de substancia blanca del otro lado. En otras células, el cilindro-eje marcha resueltamente hacia adentro y se contintia con una fibra transversal del otro lado. Pero exis— ten también expansiones nerviosas que, ya directamente, ya después de inflexiones y revueltas, ingresan en los paquetes de fibras nerviosas de su lado, marchando hacia afuera, sin pasar por la linea media. En resumen; los cilindros-ejes de las células del puente se contintian, las mds, con las fibras de los pediinculos medios del lado opuesto, las menos, con las fibras de igual naturaleza, pero del mismo lado. Esto no es sino la expresiOn de lo que nuestras preparaciones presentan; no po- (3) Cajal. pu LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 197 demos negar la existencia de'células cuyo cilindro-eje se com- porte de otro modo; declaramos solamente que hasta ahora no se han mostrado en nuestras impregnaciones. En los cortes transversales de la protuberancia del raton de Fig. 1; ~~ ~ AN SS De SY oS SEALY 3s S ‘ \\ Ne SAN . ass sz < \ ~ \N : ane RRR NY \\ a i me es WY iK 4 it MA itis Ny | YY pCR We Jyh WS WN WMA WW Wh \ dehy | RSS Ss ANS WS RAs SUN. as aiGaaaty Corte transversal de la protuberancia del perro recién nacido. A, haces de la via piramidal; B, lemnisco interno; D, plexo nervioso formado por co- laterales de las pirdmides; @, célula cuyo cilindro-eje marchaba hacia afuera; b, células cuyo cilindro-eje iba hacia el rafe.—Nora: el cilindro-eje esta marcado con la letra e. pocos dias, es facil seguir los cilindros-ejes de las células del puente, a lo largo de los pedtinculos cerebelosos medios, hasta los hemisferios cerebelosos, de cuya substancia blanca consti- tuyen un factor importante, Hn algunos casos hemos tenido la fortuna de perseguir dichas fibras hasta el espesor mismo de las laminas cerebelosas, habiendo notado que, de trecho en trecho, suministran colaterales ascendentes penetrantes en la capa de los granos. La delgadez notable de las fibras de origen protuberancial con relacién a las demas fibras constitutivas de 193 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) la substancia blanca cerebelosa} y el hecho frecuente de que cuando las primeras se tinen por el cromato argeéntico, las segundas permanecen incoloras, contribuyen también a impe- dir la confusién de las unas con las otras. a . Nt bAI Na aS i ER 2 sv ot > 1 2 be arg Wa ‘ pay WS Ne rare para AS ees Ry SSNS Porcién anterior de la protuberancia del ratOn de dos dias. A, pirdmides; 2B, lemnisco interno; (, células de la protuberancia; ¢, cilindros-ejes; O, colaterales de las pirdmides. Pero, como es sabido, los pedtinculos cerebelosos medios contienen también fibras gruesas mas tempranamente medu- ladas, especialmente acumuladas en el tercio posterior de la protuberancia, alli donde los focos de substancia gris disminu- yen notablemente. Las experiencias de Bechterew y Mingazzini, las de Marchi y las que nosotros mismos hemos realizado por el método de las degeneraciones, prueban que estas gruesas fibras nacen del cerebelo en las células de Purkinje, y después de cruzar el rafe protuberancial, se terminan en la suéstantia reticularis y en el nucleus reticularis tegmenti de Bechterew. En este punto tales fibras cerebelosas centrifugas actuarian sobre (5) Cajal— DE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 199 células cuyos cilindros-ejes formarian una via longitudinal en- lazada quizas, como quiere Bechterew, con los nucleos de origen de los nervios motores craneales, a los que llevaria el cerebelo su accion regulatriz. También Kolliker se inclina 4 estimar formada la protuberancia de dos clases de fibras, las centripe- tas, que saldrian del puente y se terminarian en el cerebelo, y las centrifugas que desde las células de Purkinje del cerebelo marcharian al puente donde se comunicarian con el hemiste- rio cerebeloso del otro lado. Nuestras tentativas para tenir por el cromato argéntico las fibras del puente Hegadas del cerebelo no han sido acompana- das de éxito mas que en el ratén recién nacido. Como muestra la fig. 3, C, dichas fibras son mucho mas espesas que las origi- nadas en las células del puente, cruzan en hacecillos la linea media, pasando muchas por entre los manojos de las pirami- des, y al llegar 4 una regién situada por fuera del lemnisco medio, no lejos de la raiz descendente del trigémino y detras del nucleo del facial, se incurvan bruscamente para tomar direccién antero-posterior (fig. 3, #). Algunas de ellas se conti- nuan con una fibra longitudinal ascendente 6 descendente por mero acodamiento; pero las mas se bifurcan, suministrando ya dos ramas iguales, ascendente una y descendente otra, ya dos ramas desiguales, de que la descendente suele ser mas del- gada que la ascendente. Este caso nos ha parecido ser el mas general, aunque se encuentre alguna vez la disposicidn con- traria, es decir, que la rama descendente sea mas robusta que la ascendente. Finalmente, no es raro notar que, antes de la bifurcacion, el tallo nervioso emite una 6 dos colaterales que parecen destinadas a la oliva superior (fig. 3). Del curso lon- gitudinal de ambas fibras, descendente y ascendente (las cua- les no siempre marchan en el mismo plano), proceden colate- rales probablemente ferminadas en torno de las células de la substantia reticularis y en el espesor de los nticleos del facial y de otros nervios motores. Sin negar la existencia de fibras comisurales, tales como la segunda clase de las mencionadas por Kélliker, ni pretender prejuzgar la soluciOn de las multiples cuestiones que todavia ofrece la anatomia del puente de Varolio, nosotros nos limi- taremos a dar como seguras las siguientes conclusiones ana- tomo-fisioldgicas. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 1. El puente de Varolio es punto de origen de la mayor parte de las fibras constitutivas de los pedinculos cerebelosos medios; estas fibras abordan la substancia blanca del cerebelo, de la cual pasan a la corteza de las laminillas, continuandose quizas con las Hamadas fibras trepadoras 2. El puente consta también de fibras de Purkinje del cerebelo que, después de cruzar el rafe y descender por él mas 6 menos verticalmente, se hacen longitudinales en la swbstan— tia reticularis del lado opuesto. 3. Estos hechos, junto con la existencia de las colaterales protuberanciales de la via piramidal, arrojan alguna luz sobre Fig. 3. Yon: . UE YY ws Why ar My \* nf — awe be NY fie ane wh WN, VW \4n mn LAL Try ve gi ala i A Me i wagylB eal ’ | 7 P up ay Shes.) Vy \y 4 i = Wi) Coli ran YA " - Cha \ Nas Roe wy is ik Lice a sae nes AU ne eee \ (B -- eau ‘ign \ coat! wut ‘4 Aue w vet wl ih Re ed mo Qa sll he AD at } ‘ : ay cv the tates 7 pare ane ie aaa ms iia é } yA’ Ma ae OS mu a Net wwf Ne 2 ee " Sete fate 4; Nid Ma ae Ret tee Oo Gr —<™~ ‘ ~S ——— Corte frontal de la porcidn posterior de la protuberancia del ratoén recién nacido. A, haces de las pirdmides; B, lemnisco interno; C, fibras lleradas del cerebelo; b, bifurcaciones de estas fibras; D, rafe; Y, region de la oliva superior. el mecanismo de accidn del cerebro sobre el cerebelo. Por ejemplo: supong'amos que el cerebro envia a los musculos a lo largo de la via piramidal, una incitacion motriz voluntaria. Al nivel de la protuberancia, y merced a las colaterales supradi- chas, una parte de la corriente nerviosa derivara hacia el cerebelo por las fibras de origen protuberancial, a solicitar de las células de Purkinje y de sus corptsculos subordinados una accién coordinatriz de la impulsién motora, que podria descen- der a los nuicleos motores del bulbo y médula espinal, ya por (7) Cajal— br LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 201 la segunda especie de fibras protuberanciales, ya también por la via de los cuerpos restiformes 6 acaso por las fibras descen— dentes cerebelosas de Marchi, yacentes en el cordon antero— lateral. Resulta, pues, que el cerebelo tiene noticia de toda impulsidn motriz voluntaria y que su concurso parece necesa- rio para la ejecucién precisa y coordinada de los movimientos. 4. La via piramidal se halla enlazada, mediante colaterales, con varios focos grises cefalicos y medulares. Por ejemplo: con las células de los cuerpos estriados, a favor de las colaterales de los fasciculos de la capsula interna; con la substantia nigra de Soemering, a beneficio de otras colaterales surgidas de la cara superior de los pedtnculos; con las células del puente, y, por tanto, con la corteza cerebelosa, mediante las citadas cola- terales protuberanciales; y, finalmente, y con ayuda de colate- rales de los cordones, con todos los nucleos motores del bulbo y médula espinal. II.—Ganglios cerebelosos. La substancia blanca del cerebelo aloja en su seno, como es sabido, varios focos grises que en el hombre son: la oliva 6 nucleo dentado, ganglio voluminoso situado con el espesor de los hemisferios; el xvcleo del techo, foco gris irregular colocado por dentro del precedente é insinuado en gran parte en la substancia blanca del ldbulo medio; y, en fin, dos pequenas masas grises, emplazadas entre los dos ganglios citados, y designadas émbolo y nucleo globuloso. En ciertos animales, en el gato por ejemplo, estos Ultimos focos, forman uno solo (KOélliker). Seguin nuestras observacio- nes, en el conejillo de Indias, conejo, rata y raton, sdlo apare- cen bien deslindados dos focos grises: uno externo, voluminoso, de contornos lobulados, que corresponde a da oliva; otro interno, irregular, emplazado en la substancia blanca del lébulo medio y recorrido por gruesos haces de fibras nerviosas, y que corresponde indudablemente al ganglio del techo. La separaciOn de la oliva y del nucleo del techo es perfecta hacia adelante, pero hacia atras se aproximan tanto que legan a tocarse y confundirse. En las preparaciones de Weigert-Pal, notase ademas que, 4 medida que dichos focos se hacen poste- 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) riores y se avecinan a la regién de origen del acustico, se hace mis aparente un cordén de hacecillos medulados que parece unir el nucleo de Deiters con el del techo y en parte con la oliva (manojo cerebeloso-acistico ). En las aves no existiria, segin Kélliker (1), mas que el nucleo del techo; no obstante, Brandis (2) ha descrito reciente- mente en el cerebelo de estos animales dos aglomeraciones ganglionares, iterna y externa; y si hemos de dar fe a nues— tras indagaciones por el método de Weigert-Pal, recaidas en la gvallina y algunos pajaros, lejos de haber reduccién en el nimero de ganglios y células con relacién a los pequenos mamiferos, habria mas bien aumento. Asi en los pajaros, cerca de la linea media y lindantes con una cavidad en forma de rendija continuada con el ventriculo cuarto, se ven dos gan- elios voluminosos que por su posicidn corresponden probable- mente a los ganglios del techo de los mamiferos. Por fuera de estos focos, y en el espesor de la substancia blanca lateral, vense varios grupos celulares que en ciertos cortes aparecen unidos, constituyendo una masa gris en forma de semicirculo de concavidad superior. El conjunto de estos nucleos forma una masa considerable que corresponde quizas a la oliva de los mamiferos. Del ganglio interno, 6 del del techo, sale un manojo compacto de fibras que se dirige hacia abajo pare marchar @ la regién del actstico, mientras que de los focos de la oliva proceden hacecillos diseminados, plexiformes, que se dirigen igualmente hacia el bulbo. Como ha indicado Bran- dis, las mitades laterales del cerebelo se comunican mediante una comisura de substancia blanca, que pasa por debajo de los nuicleos del techo. No solo en las aves sino hasta en los peces, cabe reconocer dos acimulos @anglionares bien deslindados en la substancia blanca cerebelosa. En los teledsteos hemos tenido ocasion de observar (3) que el actimulo interno, probablemente homolog al del techo de los mamiferos, consta de células cuyos cilin- dros-ejes penetran en el cerebelo para terminar en la corteza (1) KétuiKer: Handbuch der Geivebelehre des Menschen. 2 Band, 68 Aufl. 1893. (2) Branpis: Untersuchungen iiber das Gehirn der Vogel, 11 Theil: Das Kleinhirn. Archiv. f. mikroskopische Anatomie. 43 Band, 1891. (3) CaJsaL: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los teledsteos. ANALES DR LA Soc. Esp. DE Hist. NAT. 2." serie, t. 11, 1891. (9) ° Cajal pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 203 (fig. 4, 4). El acimulo externo se compone de células cuyas expansiones nerviosas marchan hacia el bulbo. Kn mi sentir, el prejuicio de estimar el ganglio olivar anejo 4 los hemisferios y el del techo al ldbulo medio, no descansa en base suficiente; y juzgamos mucho mas probable, que dichos ganglios tengan representacién en todo cerebelo, cualquiera que sea el des— arrollo relativo de los tres ldbulos corticales. Estructura del nucleo del techo. Kdélliker, que ha tenido, a : ye ak % at eae aigh (7 tT Tl N= ff ieee ——- > ee eta Una — it T eR ee A “— Sau iyy ———__ ~~ Seema —~ —$—$——————— Corte antero-posterior del arranque del cerebelo en laftrucha de pocas semanas, La seccién pasa por fuera del ventriculo cerebeloso. A, ganglio de células unipolares 6 bipolares, cuyo cilindro-eje penetra en el cerebelo; C, pedinculo posterior; D, ganglio cerebeloso posterior; 2B, pedinculo transver- sal; G, fibras del bulbo; /, células de Purkinje; 7, granos; H, lobulo optico. por el método de Golgi, las células de este ganglio, las des- cribe como corpusculos voluminosos, multipolares, cuyos cilin- dros-ejes, dirigidos hacia el pedtnculo, no ha podido seguir suficientemente. Entre los mismos yace un plexo de fibras nerviosas semejante al que se ve en el nucleo dentado, El nucleo globoso posee una estructura analoga, salvo que sus elementos poseen menor estatura. 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Segtin Obersteiner (1), entre los dos nucleos del techo existen dos comisuras: una formada por la decusacién de fibras que, saliendo del lado cerebral de un nucleo, se terminan en el lado dorsal del otro, y otra horizontal que junta las porciones caudales de los citados nucleos. Seguin Bechterew (2), los nucleos del techo engendrarian también un haz ascendente que ingresaria en el vermis superior. En nuestras prepara- ciones de la rata y raton de pocos dias, hemos podido notar este haz de Bechterew, haz que nos ha parecido constar de cilindros-ejes originados en las células del techo. De ‘los siste- mas comisurales de Obersteiner, los pequenos mamiferos no permiten observar sino un grueso fasciculo transversal que juntaria ambos nucleos del techo; mas las_fibras constitutivas - de este haz, mas que cilindros-ejes comisurales de los citados nicleos, parecen tubos entrecruzados llegados de la corteza, y que solo tendrian con los ganglios del techo relaciones de contigilidad. ‘ Tocante a la estructura misma de los ganglios del techo, hé aqui lo que nuestras recientes observaciones nos permiten dar como seguro. Consta el ganglio del techo de fibras de paso, de células nerviosas multipolares y de fibras terminales. (Fig. 5, B.) Las fibras de paso constituyen hacecillos que cruzan todo el espesor del ganglio, marchando de fuera adentro y de abajo erriba, para ingresar en la substancia blanca del lobulo medio... De cada fibra, 6 al menos de algunas de ellas, parten finas colaterales que se ramifican prolijament2 en espesor del gan- glio, y constituyen, en torno de las células, un plexo suma- mente intrincado. (Fig. 5, ¢.) Las células, yacen entre los haces, algo separadas entre si, y afectan figura de huso, 6 triangular, 6 estrellada. Sus apéndi- ces protoplasmaticos son largos, se ramifican repetidas veces y muestran varicosidades 6 espinas en sus contornos. Bajo el punto de vista del tamano cabe distinguir estos elementos en gruesos y diminutos; pero no parecen existir entre estas dos variedades celulares diferencias de naturaleza. Kl cilindro-eje puede seguirse facilmente hasta la substancia (1) OBERSTEINER: Anleitung beim Studium des Baues der nervdsen Centralorgane &. 2 Aufl. 1892. BEcHTEREW Arch. J. mikros. Anatomie, 1838. (11) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 205 blanca, en donde por lo comtin cambia de direccién , substra- yéndose al examen. En el perro y gato recién nacidos, es siem- pre imposible perseguir suficientemente dicha expansién para pronunciarse tocante a su paradero; mas en el raton recién We, < MYA Zytey if So We SSN SS ZS ie, Ze Ni > = SS Corte frontal del cerebelo y bulbo del ratén recién nacido. A, ventriculo; B, ganglio del techo; C, oliva; D, comisura que junta los dos nticleos del techo; #, tubérculo actistico; /, fasciculo cerebeloso acustico terminado en los nucleos de Deiters y Bechterew; @, nervio vestibular; /, nucleo de Deiters; M, substancia blanca de un hemisferio cerebeloso; 7, pedtinculo cerebeloso in- ferior; @, célula del techo, cuyo cilindro-eje iba 4 la comisura cerebelosa; 0, célu- las cuya expansion nerviosa parecia ir al manojo cerebeloso actstico; e, células de la oliva, cuyos cilindros-ejes iban hacia adentro; /, expansiones nerviosas del nucleo de Deiters; 7, foco gris triangular; m, facial. nacido es relativamente facil ver, sobre todo en las células mas proximas a la linea central del l6bulo medio, que la expansién nerviosa ingresa en la substancia blanca de las laminillas cerebelosas del vermis, y marcha hacia adentro confundién— 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) dosé con las demas fibras del eje de las circunvoluciones cere- belosas. Puede darse, pues, como probable, que ciertas células del techo suministran cilindros-ejes distribuidos en la subs- tancia gris cerebelosa; aunque, no habiendo seguido tales fibras hasta su remate, no puede excluirse en absoluto la hipd- tesis de un curso extracerebeloso, tras de una decusacion en la linea media. LTibras terminales.—Las hemos visto rara vez, y parecen venir de la substancia blanca de las laminillas superpuestas. La arborizacion terminal es amplia, de ramos numerosos y largos. Estas arborizaciones aparecen mas frecuentemente im- pregnadas en las aves. Ganglio del techo de las aves. Como ha senalado Brandis, el cerebelo de las aves posee un nucleo gris, voluminoso, situado a los lados de la linea media, entre la masa prin- cipal del cerebelo colocada por encima, y un pequeno lobulillo, probablemente homdlogo de la lingula de los mamiferos, yacente por debajo. Una rendija vertical continuada con la cavidad del cuarto ventriculo separa ambos ganglios que, segtin todas las apariencias, corresponden a los del techo de los mamiferos. Las preparaciones Weigert-Pal revelan la existencia de dos comisuras transversales, emplazada la prin- cipal por debajo de los ganglios, y la mas delgada por enci- ma. Llamarémoslas comisuras superior é¢ inferior del cerebelo. Adviértese también que del ganglio del techo emergen fibras medulares para ambas comisuras, particularmente para la inferior, y que entre las células yace un plexo de fibrillas sumamente tupido. (Fig. 6.) La situacion del ganglio del techo es anterior con relacién a la oliva. Los cortes transversales comprensivos del cerebelo y bulbo enfrente del origen real del patético muestran sola- mente los ganglios del techo, que en tal regién adquieren todo su desarrollo. Las secciones frontales mas posteriores, que corresponden en el bulbo a la regién de origen del nervio ves- tibular, exhiben de una manera exclusiva la cadena ganglio- nar, sistema de células que parece ser homdlogo @ la oliva. En fin, algunos de los cortes comprendidos entre estos limites, revelan ambas especies de ganglios: junto 4 la linea media el foco gris del techo, algo disminuido en volumen, y hacia los lados y abajo la pléyade olivar. Como linea divisoria de la (13) Cajal.—prE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 207 oliva y ganglio del techo, se halla un plano casi vertical de fibras meduladas. El método de Golgi aplicado al ganglio del techo del embrién de pollo de catorce a dieciséis dias, revela las partes siguien- tes: 1.*, células; 2.*, colaterales de fibras comisurales y de paso; 3,", arborizaciones terminales. Fig. 6. SSS SS —S SSS = ans Fa: SSS \ <. ©. SZ Corte frontal del ganglio del techo del cerebelo del pollo. Embrion de 16 dias. A, prolongacion del ventriculo del cerebelo; 2, comisura inferior ; C, comisura supe- rior; a, célula cuya expansion nerviosa se dirigia hacia afuera y arriba; e, d, cé- lulas cuya expansi6n nerviosa iba hacia abajo y afuera; Z, fibras terminales que llegaban de lo alto. Las células son, en general, de gran talla, triangulares 6 estrelladas, y estan provistas de largos brazos protoplasmicos, varias veces bifurcados y ya varicosos, ya espinosos. Bajo el punto de vista de la talla, distinguense también estas células en gruesas y diminutas. 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (+ El cilindro-eje lo hemos perseguido de preferencia en los corpusculos voluminosos; es robusto y se dirige, después de alguna inflexién, hacia la substancia blanca, continuandose con una fibra medular; de su curso a través del ganglio brotan una 6 dos colaterales, que se ramifican entre las células veci- nas, contribuyendo a complicar el plexo intercelular consti- tuido por las fibras terminales. (Fig. 6, ¢.) Tocante al paradero del cilindro-eje, hé aqui lo que pode- mos dar como cierto: en la mayor parte de los casos, dirigese hacia abajo, y, llegado 4 la comisura inferior, se hace trans— versal, marchando con las fibras de este corddén de substancia blanca. Por lo comun, los cilindros-ejes nacidos en el ganglio de un lado dirigense hacia afuera con las fibras comisurales: pero se ven también otros que cruzan la linea media, ingre- sando en la mitad opuesta de dicha comisura inferior. Aleu- nos cilindros-ejes nacidos, por lo comun, de corptisculos exter- nos, ganan la substancia blanca lateral, pareciendo ingresar en la corteza cerebelosa. Las fibras de la comisura inferior no son necesariamente comisurales: segtin nuestras observaciones, este Organo repre- senta el eje blanco de una circunvolucién cerebelosa, y a su nivel, cruzan transversalmente fibras de varias procedencias: cilindros-ejes pedunculares; fibras que, arribadas a las partes laterales del cerebelo, se ramifican en los extremos de laminas del lébulo principal y en los ejes blancos de los hemisferios rudimentarios; fibras directas y cruzadas del ganglio del techo, y en fin, otras cuyo origen no puede conjeturarse. En suma; creemos probable que las fibras de los ganglios del techo pene- tran en la substancia blanca de las laminillas, y se distribu- yen en la corteza, sin que esto quiera decir que excluimos otros modos de terminacion. Colaterales.—Algunas fibras de paso, pero sobre todo ciertos cilindros-ejes de la comisura inferior, emiten colaterales que se ramifican en la regidn interna é inferior del ganglio del techo. Estas colaterales son poco numerosas y a veces vienen de fibras transversales muy distantes. Fibras terminales.—Son cilindros-ejes robustos que llegan al wanglio del techo (fig. 6, 6), ya por arriba, del plano de la comisura superior, ya por los lados, de la substancia blanca lateral del cerebelo. Distinguense estas fibras facilmente de 415) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 209 los cilindros-ejes de los corpusculos del techo, no sélo por su gran robustez, sino por las numerosas dicotomias en angulo agudo que presentan, en virtud de las cuales originan una arborizacion nerviosa terminal de enorme extensidn. El con- junto de la ramificacién abarca todo 6 casi todo el ganglio, y de la reunién de las ramillas terminales mas finas con las fibrillas colaterales antes citadas engéndrase un tupido plexo en cuyas mallas habitan los corpusculos nerviosos. Olivas cerebelosas; su estructura en los mamiferos. Hemos estudiado estos ganglios en el gato y perro recién nacidos, y sobre todo en el ratén, donde hemos conseguido las mejores preparaciones. Consta la oliva en todos estos animales de tres factores principales: 1.°, las células; 2.°, las colaterales nacidas de fibras marginales y de paso, y 3.”, las fibras terminales. Células.—Se muestran estrelladas, con apéndices divergentes repetidamente ramificados y cubiertos de asperezas. Existen asimismo células voluminosas y células enanas. No parecen existir entre ambas especies de elementos diferencias de situa- cién, ni de morfologia y conexiones. (Fig. 5, C.) El cilindro-eje es bastante robusto, y después de_ trazar alguna inflexidn, ingresa en la substancia blanca, donde adquiere direcciones tan varias que es dificilisimo determinar su paradero. No obstante, en el raton recién nacido, y en, cortes transversales paralelos al arranque de los pedunculos cerebelosos inferiores, hemos acertado 4 ver que una buena porcién de las expansiones nerviosas de los corptsculos oliva- res, dirigense hacia atras abandonando definitivamente los hemisferios cerebelosos. En pro de un curso extra-cerebeloso ulterior de estos cilindros-ejes milita también el hecho siguien- te: en el raton recién nacido las regiones lateral y superior de la oliva tocan materialmente los ejes blancos de las lamini- llas cerebelosas, y a pesar de lo favorable que es semejante disposicion para sorprender el paso de dichos cilindros-ejes a la capa de los granos, jamas, en multitud de preparaciones, nos fué dado observar un curso semejante. Asi que estimamos probable que las células de la oliva no envian sus expansiones nerviosas a la corteza cerebelosa, sino a otros centros que por ahora no estamos en el caso de concretar. Colaterales.—Al\gunas fibras de paso, que en las olivas son mucho menos numerosas que en el ganglio del techo, pero - ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16> sobre todo varias fibras marginales 6 limitantes de dichos ganglios, emiten colaterales que se ramifican y terminan entre las células. Juzgamos probable que las fibras progenitoras de estas colaterales provienen de la corteza cerebelosa. Fibras terminales.—Constituyen uno de los factores de cons- truccién mas importante de las olivas. Se trata de fibras espe— sas que penetran por la circunferencia del ganglio, y de prefe- rencia por el contorno externo y superior, y las cuales, después de varias dicotomias, acaban entre las células 4 favor de una rica, varicosa y flexuosa arborizacion terminal. Las ramillas mas finas son cortas, parten por lo comin en angulo recto, y se terminan por una varicosidad. El conjunto de cada arbori— zacion lena una gran parte del ganglio, 4 menudo, cerca de la mitad. A estas fibras terminales se debe principalmente el plexo nervioso intersticial que el método de Weigert-Pal denun- cia en el interior de las olivas. Tocante al origen de estas fibras terminales, no podemos emitir una opinidn definitiva, aunque nos sentimos bastante inclinados 4 considerarlas de proceden— cia cortical, es decir, nacidas de células de Purkinje. En apoyo de esta conjetura viene la circunstancia de que dichas fibras no parecen llegar nunca por el camino de los peduncu- los, sino de la substancia blanca de las laminillas cerebelosas inmediatas. (Fig. 7, @ y 0.) Ganglio cerebeloso-acustico de los mamiferos.—En los cortes de cerebelo (ratén) que corresponden enfrente del ganglio de Deiters del acustico, la oliva y el nucleo del techo se confun- den hacia atras, y parecen prolongarse hacia el bulbo me- diante un rastro de células multipolares, generalmente de eran talla. Este grupo celular yace en el espesor mismo, 6 si se quiere en el arranque cerebeloso del fasciculo ceredeloso- acustico descrito por varios autores. Las citadas células envian todos sus cilindros-ejes al mencionado fasciculo, al cual se in— corporan otras quizis procedentes de la oliva y del nucleo del techo. De todos modos, nos parece seguro que, si no la totali- dad, la mayoria de las fibras del haz que junta el cerebelo con la region de origen del acuistico, no proceden de los nucleos de Deiters y de Bechterew, como quiere Kélliker, sino de los gan- clios cerebelosos, particularmente del grupo celular antes cita- do. Estas fibras se bifurcan cerca del nucleo de Deiters y su— ministran colaterales que marchan en direccién de dicho (17) Cajal—pbr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 211 nucleo. Tanto las ramas de bifurcacién como las colaterales, se terminan a beneficio de extensas arborizaciones entre los gruesos corpusculos de los nucleos de Deiters y Bechterew, confundiendo sus ramillas con las ramificaciones del nervio vestibular (fig. 5, 7). El cilindro-eje de las células de este foco es muy robusto y se dirige hacia adentro, quizds 4 cruzar la linea media, como se advertia en la preparacién, que repre- sentamos en la fig. 5, /. Corte frontal de la oliva cerebelosa del ratén blanco de seis dias. ay 3b, fibras que se arborizaban entre las células del ganglio; B, laminilla del hemisferio vecino. Olivas de las aves.—E\ nucleo externo de Brandis, que pro- bablemente corresponde & la oliva de los mamiferos, repre- senta, mas que un Organo nervioso, una pléyade de tres 6 cuatro focos de células ganglionares separados entre si por masas fibrilares meduladas. Estos focos pudieran, por su posi- cién, denominarse interno, externo y superior. Un grupo de células continuado con la pléyade precedente, pero colocado muy cerca del bulbo, en pleno espesor del pedtinculo cerebral, 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) remata por detras la cadena de la oliva. Este foco, descrito y figurado por Brandis, ha recibido de este autor el nombre de nucleo del pedinculo, y corresponde al nucleo cerebeloso acus— tico de los mamiferos. No es nuestro animo describir estos focos minuciosamente. Por otra parte, el estudio de su posicion relativa y de los haces medulares que de ellos proceden, ha sido hecho concienzuda— mente por el sabio mencionado. Limitarémonos aqui a expo- ner los datos que el método de Golgi nos ha proporcionado en los embriones de pollo. Las células del nucleo externo, dice Brandis, que ha ensa- yado también el método de Golgi, son estrelladas y poseen largas y ramificadas expansiones protoplasmicas, que pueden extenderse a la totalidad del ganglio. Existen ademas células fusiformes 6 esféricas de mas pequena talla, que corresponden probablemente a corpusculos de sostén 6 neurdglicos. Entre las células yace un plexo de fibrillas nerviosas (Brandis. ) Nuestras preparaciones del embrion de polio del duodécimo al décimo quinto dia de incubacién, muestran el ganglio olivar mas individualizado que en el adulto. En vez de varios focos, obsérvase una masa ganglionar prolongada de arriba abajo, desde el nucleo del techo y comisura superior hasta el nucleo peduncular. Haces mas 6 menos verticales de fibras nerviosas separan entre si las células. Los factores de compo- sicidn de este conglomerado son: las células, las colaterales de fibras de paso 0 marginales y las fibras terminales. Las cé/ulas son voluminosas, triangulares, fusiformes 6 es— trelladas, y poseen expansiones protoplasmicas dentelladas y varicosas de gran longitud. El cilindro-eje ha sido por nuestra parte objeto de mucha atencion, y nuestras observaciones nos permiten afirmar que, al menos en la gran mayoria de las células, dicha expansion se dirige hacia abajo, ingresa en uno de los fasciculos verticales que cruzan el ganglio, y va al pe- dunculo cerebral y finalmente al bulbo. Este paradero es muy facil de notar en los elementos de la mitad inferior del ganglio, a causa de la poca distancia del recorrido; en los mas superio- res, jamas un corte, por afortunado que sea, nos muestra un cilindro-eje por entero. El ganglio peduncular de Brandis corresponde, como ya diji- mos, al /foco cerebeloso-acistico de los mamiferos. Los cilindros- (19) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 213 ejes de estas células son espesos y se siguen facilmente hasta el bulbo, en cuya region actstica parecen terminar. Kn su ca- mino se bifurcan y emiten colaterales que se arborizan entre las células de un grueso nucleo situado por fuera del foco ves- tibular de pequenos elementos (foco anterior), y el cual corres- ponde probablemente al nucleo de Bechterew de los mamife- ros. No todas las fibras parecen originarse en el cerebelo; algunas nacen probablemente del nucleo de Bechterew, para marchar con el pedtnculo hasta los ganglios olivares y de techo. Esta disposicién recuerda la descrita por Kélliker en los mamiferos. Las colaterales de fibras marginales, son a veces tan gruesas, que semejan ramas de bifurcacién: sus ramificaciones termi- nales contribuyen 4 formar el plexo intersticial y pericelular de la oliva. Aleunas fibras que parecen de paso suministran también colaterales intra-olivares. Las fibras terminales son numerosas y muy robustas; pene- tran en el conglomerado olivar por la parte superior y externa, sobre todo por el plano medular horizontal que hemos llamado mas atras comisura superior, y acaban en el espesor de la oliva, a favor de extensisimas ramificaciones, 4 la manera de las fibras terminales del techo. Aunque nuestros estudios sobre la estructura de los ganglios cerebelosos no estan terminados, y no podemos, por consi- ewuiente, exponer opiniones terminantes y definitivas, consig— naremos a titulo de resumen de nuestros trabajos, que, en eweneral, la oliva 6 sus ganglios homologos parecen contener células cuyos cilindros-ejes salen del cerebelo; mientras que el ewanglio del techo encierra probablemente corpusculos cuya expansidn nerviosa se asocia 4 la substancia blanca del cere- belo, terminando de un modo que no podemos puntualizar. No excluimos, a pesar de esto, la existencia de células que se com- parten de otra suerte y hasta juzgamos probable que una parte de las células del techo envie sus expansiones nerviosas al manojo cerebelo-acustico. Reclama todavia este punto nuevas y mas profundas investigaciones. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) III.—Hip6ofisis. Las numerosisimas preparaciones que hemos ejecutado re- cientemente en la totalidad del encéfalo de los pequenos ma- miferos, nos han proporcionado algunos cortes bastante demos- trativos de la hipofisis. Consta este drgano, en su porcidn ner- viosa, de fibras y células. Las células son estrelladas, triangulares y de contorno aspero é irregular. Casi todas sus expansiones son cortas y terminan a poca distancia en cabos verrugosos y como desgarrados. En un caso se mostraba, por excepcion, una expansidn mas larga, que recordaba la funcional de los corpusculos nerviosos. Nues- {\ Corte frontal de la protuberancia y cuerpo pituitario del ratén de dos dias. Debajo de la protuberancia se ve el lObulo nervioso de la hipdfisis con un plexo nervioso tupidisimo. £, pared antero-inferior del !6bulo epitelial de la hipéfisis; D, pared glandular; /, fibras nerviosas intra-epiteliales; P, células epiteliales. «21) Cajal.—pkr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 215 tras experiencias no son todavia bastantes para decidir si se- mejantes elementos son de naturaleza nerviosa, epitelial 6 conjuntiva. Las fbras nerviosas constituyen el factor principal de la hipo- fisis; son finas, varicosas, se ramifican prolijamente y alcan- zan tal cantidad, que engendran entre las células del organo uno de los plexos mas tupidos y complicados que se conocen. Llena este plexo toda la hipdfisis, dejando solamente ciertos claros 6 huecos habitados por las células. El examen de las secciones longitudinales’ de la hipofisis permite apreciar que tales fibras terminales son mera ramifi- cacién de un manojo de cilindros-ejes que acompanan al pe- diculo, y los cuales, dispersandose en abanico al arribar 4 una masa gris residente detras del kiasma é6ptico, toman origen en numerosas células nerviosas. Muchas fibras se ramifican ya en el espesor del pediculo y acaban cerca de su superficie, me- diante cabos varicosos. A menudo, del plexo terminal situado en el espesor de la hipofisis, hemos visto salir finas hebras que, introduciéndose en la pared epitelial superior del lobulo glandular, acaban, mediante ramitos terminales libres y vari- cosos, entre los corptisculos epiteliales, no lejos de la superfi- cie cavitaria 6 glandular de estos. (Fig. 8, 7.) IV.—Origenes del nervio acustico en las aves. Otro de los temas al que recientemente hemos consagrado nuestros ocios, es el dificil y controvertido del origen del acts- tico en los mamiferos y aves. En los mamiferos, nuestras obser- vaciones no han servido sino para confirmar las indagaciones recientes de L. Sala (1), Held (2) y Kolliker (3) sobre este inte- resante punto. Las bifurcaciones, colaterales y arborizaciones terminales del nervio coclear en el tubérculo actstico y gan- glio ventral; la morfologia especial de las células de dichos (1) L Sata: Veber den Ursprung des Nervus acusticus. (Arch. f. mikros. Anat. Ba. 42, %. 1, 1€93.) (2) Hep: Die centralen Buhnen des Nervus acusticus bei der Katze. (Arch. f. Anat. u. Physiol -Anat. Abth. 1&92.) (3) A. Konuiker: Handbuch der Geiebelehre, etc. 6 Aufl., 1 Band, 1893. 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22> ganglios senalada por Sala y Kélliker; la disposicion terminal del nervio vestibular, etc., aparecen en nuestros preparados del raton, rata y conejo, tal como han sido descritas por dichos sabios y particularmente por el ultimo. Mas adelante, y en el supuesto de que nuestras reiteradas tentativas de analisis arrojen algunos datos nuevos merecedo- res de ver la luz, publicaremos un trabajo de conjunto sobre Vi SiLYY Uy Wy aA\\\ Hpk \ E\\\ 2th f \ ( WET AW AN CO SAN fh Wis ‘heb Corte frontal de la regiédn actstica del bulbo del verderén. (Método de Weigert-Pal.) A, ganglio vestibular posterior 6 de grandes células; B, ganglio vestibular anterior 6 de pequenas células; C, tubérculo acustico; D, nervio vestibular; 7, via central del tubérculo acustico (cuerpo trapezoide?); /#, via vestibular central que se cruza en el rafe. el tema. Entre tanto, séanos licito amar la atencidn de los sabios sobre la disposicién de los ganglios acusticos centrales de las aves, donde existe una disposicion terminal de las fibras vestibulares sumamente interesante para la doctrina general de la conexidn por contacto de las células y fibras nerviosas. Poseen las aves cuatro ganglios actisticos bien deslindados, cuya correspondencia con los de los mamiferos aparece clara para los gang'lios externos y algo dudosa para los internos. (23) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 217 Los ganglios externos 6 cocleares son dos: uno grueso, pro— longado en semiluna y colocado en la parte lateral del bulbo, cerca del cerebelo. Este ganglio corresponde evidentemente al tubéerculo acustico de los mamiferos. El otro es anterior, menos voluminoso, yace a manera de excrecencia en el origen del nervio coclear, y esta situado delante y algo hacia adentro del tubérculo acustico. Muchas de sus células gruesas y con as— pecto de corpusculos ganglionares yacen entre los paquetes de la porcién inicial del fasciculo coclear. Corresponde este ganglio, indudablemente, al zzc/eo accesorio de los mamiferos. Los ganglios internos son otros dos, y por su forma y dispo- sicidn discrepan bastante del nticleo dorsal y del de Deiters del acustico de los mamiferos. No obstante, como reciben las fibras neviosas del nervio vestibular, que en las aves se mues- tra singularmente espeso, pueden considerarse como homolo- gos a los nucleos de terminacién en los mamiferos de la rama vestibular. (Fig. 9, A y B.) Ganglios externos. En el ¢wdérculo olfatorio se observan las bifurcaciones del nervio coclear y las numerosas ramillas co- laterales que las ramas de bifurcacién envian al plexo nervioso intercellular de dicho tubérculo. A menudo una de las ramas de bifurcacién es mas delgada, y reunida con otras se dirige hacia atras, por junto al nervio vestibular, para arborizarse en la zona mas posterior del tubérculo acustico (fig. 11, C). Las células son estrelladas, pequefas, y poseen expansiones diver- gentes, vellosas, que se ponen en relacién con las fibrillas ner- viosas terminales (fig. 10, C). Estas constituyen en torno de aquellas, como han indicado Held y kolliker, verdaderos nidos de hebras varicosas finales. El ganglio accesorio tiene células multipolares gruesas, esfe- roidales, cuyas expansiones se ponen en contacto con fibrillas colaterales y terminales del nervio coclear. Ganglios internos 6 vestibulares. Por dentro y detras del gangilio precedente vense dos focos ganglionares correctamente limitados. Uno de ellos es posterior, mas 6 menos ovoideo, y yace y toca en la superficie dorsal del bulbo: consta de volu- minosos corpusculos que, en las preparaciones de Weigert y las tehidas por el carmin, semejan enteramente células de gan- glios raquideos. Llamarémoslo, para no prejuzgar nada, /oco r posterior 6 ganglio de gruesas células (fig. 10, A). La otra masa 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) gris se extiende en faja transversal algo curvilinea por delante del foco de gruesas células, y la constituyen una hilera apretada de corpusculos algo alargados antero—posteriormente. Llama-— rémosla foco anterior 6 ganglio de pequeias células (fig. 10, B). Este ganglio abraza al foco posterior, cuyo nivel externo re- basa hasta alcanzar la superficie del bulbo, por dentro del tu- bérculo acustico. , En las preparaciones de Weigert-Pal se ve que tales focos yacen envueltos en fibras medulares, recibiendo por fuera gruesos haces del nervio acustico, probablemente de la porcién vestibular, y emitiendo por dentro dos espesos manojos de hebras meduladas que no tardan en fundirse en robustisimo paquete, el cual, dirigiéndose hacia la linea media, se entre- cruza en el rafe con el del otro lado. Los tubos del grueso ma- nojo dorsal (que llamaremos, para abreviar, via vestibular cen- tral), una vez entrecruzados, se comportan de dos maneras: algunos parecen marchar al foco de pequenas células del otro lado, para formar un cordén vestibular directo y cruzado; mientras que la mayor parte quizas ganan, ya ascendiendo por el mismo rafe, ya por fuera de los manojos del fasciculo longitudinal posterior, las regiones centrales del bulbo, regio- nes que son probablemente homologas de la substantia reticu- laris grisea de los mamiferos. (Fig. 9, 7.) La via vestibular central constituye un paquete que se me- dula muy tempranamente (ya lo esta en embriones de pollo de catorce dias), y que por su posicion y gran robustez presta al bulbo raquideo de las aves un sello especial y caracteristico. Los ganglios internos 6 de la rama vestibular tienen que considerar dos cosas: las células y las fibras nerviosas termi- nales. Células y fibras del nucleo de gruesos elementos 6 foco posterior. —Consta de elementos apretados, voluminosos que, cuando se coloran por el cromato argéntico, aparecen esferoidales y de contorno aspero. Algunas de estas células parecen carecer de expansiones; pero, en general, su contorno emite una, dos, rara vez mas apeéndices cortos, groseros, como escotados, que prestan 4 estos corpusculos una gran originalidad morfolo- gica (fig. 10, 4). El cilindro-eje es bastante robusto, marcha hacia adentro y atras é ingresa en la via vestibular central. Las fibras nerviosas penetrantes en este foco vienen de un (25) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 219 macizo de tubos de la rama vestibular yacente detras y fuera del mismo. Dichas fibras invaden el nucleo de fuera 4 dentro, costeando en parte su frontera dorsal, y emiten en su curso algunas colaterales. Tanto la rama principal como las colate- ‘ales, después de alguna dicotomia, se terminan sobre las cé- lulas antes citadas, 4 favor de una arborizacién diminuta, de ramitos cortos, groseros y completamente libres. Hay arbori— zaciones tan pobres, que estan solamente representadas 6 por una horquilla terminal 6 por un mero espesamiento irregular. Las mas recuerdan en un todo la ramificacién protoplasmica Ganglios acusticos centrales del bulbo d2 un embrion de pollo de 14 dias. A, foco vestibular posterior; 2, foco vestibular anterior; C, tubérculo actstico; D, nervio vestibular; #, via vestibular central. digitiforme de los granos del cerebelo. Las arborizaciones que rodean las células mas internas del foco son las mas simples de todas; las de la porcién externa poseen mas ramillas termi- nales. A pesar de todo, la comunicacidn no es individual, es decir, que no tiene lugar entre una fibra terminal y una cé- lula, sino entre varias fibras y varias células. En la parte ex- terna del ganglio obsérvase con fuertes aumentos que el con- torno del cuerpo celular queda intimamente abrazado por dos 6 tres arborizaciones digitiformes que constituyen, reunidas, un pequeio nido pericelular. Y 4 su vez, cada fibra suminis— tra ramificaciones para dos 6 tres células vecinas. En el lado 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) interno del foco, donde yacen también los elementos mas grue- sos y mas esferoidales, cada fibra parece rodear una sola cé- lula; con todo, examinando con fuertes objetivos, se llega a FQ OS SU ye UNIT TT =| x tS G, ganglio triangular del suelo del ventriculo; el foco posterior; c, colaterales del vestibular, que , nacidas de un haz transversal; /, fibras arbo- colaterales para el foco anterior ? D, foco vestibular posterior 6 de gruesas células; 2, foco ejes de las células de este ganglio. via vestibular central; ; b, arborizaciones simples d élulas; F’, Fig. 11.—Regién acustica del bulbo de un embrién de pollo de quince dias. nervio codear; C, tubérculo acistico ; celular anterior 6 de pequenas c a,rama descendente del vestibular se terminan en el foco anterior; d, rizadas en el ganglio triangular; g, cilindros- A, nervio vestibular; B, percibir en algvin sitio que una sola horquilla terminal puede aplicarse 4 dos corpusculos vecinos. (Fig. 11, 0.) No existen, que sepamos, arborizaciones terminales tan po- bres en ramas y cuyo libre acabamiento sea tan facil de dis— (27) Cajal.—prE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 221 cernir; sdlo las fibras olfativas de los peces jovenes (teledsteos de algunos dias) poseen una arborizacién final que se acerque algo, en punto 4 sobriedad de ramillas, 4 las que acabamos de describir. Por cuyo motivo, nosotros aconsejariamos a los sabios que todavia dudan de la terminacion libre de las fibras nerviosas, que elijan como objeto de estudio los ganglios actis- ticos de las aves (embriones de doce a quince dias, método de impregnacién doble). Grande seria nuestra extraneza si, des— pués de este examen, no abandonaban toda reserva sobre la comunicacion intercelular por contactos entre células y arbo- rizaciones nerviosas terminales. Foco anterior 6 ganglios de pequenas células.— Los corpusculos de este ganglio forman una oO dos hileras centrales rodeadas, tanto por delante como por detras, de una masa granulosa comparable, por su aspecto en las preparaciones al carmin, con la capa molecular del cerebelo. El método de Golgi tine bien estas células, revelandolas ora bajo la forma de estrella, ora de huso, ora triangular. Las expansiones protoplasmicas, aunque divergen en todas direcciones, se acumulan especial— mente en los dos imbos moleculares citados, y se caracterizan por las numerosas ramitas secundarias y terciarias que sumi- nistran, las cuales son tan abundantes y cortas, que 4 menudo semejan penachos terminales 6 arborizaciones penniformes. Kl cilindro-eje dirigese hacia adentro, sin suministrar colate- rales, 6 ingresa en la via vestibular central. (Fig. 10, 2.) Las fibrillas nerviosas \legan de la rama vestibular y pene- tran en el ganglio por su cabo externo y cara posterior. Algu- nas de las mismas no son fibras directas, sino ramas de bifur- cacién 6 gruesas colaterales de las fibras del foco celular pos- terior. Cualquiera que sea el origen, las fibras aferentes se dicotomizan una 6 dos veces en angulo agudo; las ramas re- sultantes abordan la capa molecular posterior bordeante de las células del foco, y en tal paraje constituyen una elegante fila de arborizaciones nerviosas terminales, de ramitas cortas, varicosas, digitiformes, algo mas amplias que las del foco pos- terior. Estas ramificaciones se aplican a4 la superficie posterior y apéndices protoplasmicos dorsales del cuerpo de las células. Ademas de las fibras vestibulares directas que acabamos de indicar, existe otro manojo que parece provenir del ramo ves— tibular del otro lado, después de pasar por el rafe, con las 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) fibras de la via central. Este haz costea la superficie anterior del ganglio, y en todo su itinerario por éste suministra, en Angulo recto, infinidad de colaterales que abordan el lado ven- tral de las células, y se resuelven en otra serie de elegantes arborizaciones terminales. Tales ramificaciones son mas ex- tensas y complicadas que las del ramo vestibular directo. Las ramillas terminales acaban hacia el cabo externo del ganglio del mismo modo que las colaterales. En general, nos ha pare- cido que la serie anterior de arborizaciones procede del ramo vestibular del otro lado, como acabamos de exponer; empero, como en el manojo fibrilar que estudiamos hay fibras que no hemos podido seguir, no osamos excluir otros modos de ori- gen ni de terminacion. (Fig. 11, d.) Las dos series de arborizaciones citadas del ganglio de pequefias células permanecen, por lo comun, algo separadas, llenando con sus ramitas las zonas moleculares lmitantes; en algunos parajes, sin embargo, hemos notado que dichas arbo- rizaciones rebasan sus propios limites, imbricandose y confun- dose las de una serie con las de la otra. Seruramente existen otras disposiciones estructurales que todavia no hemos logrado esclarecer. Por ejemplo, del ganglio 6 foco posterior salen ciertas fibras nerviosas que, en vez de ir 4 la via vestibular central citada, se dirigen resueltamente hacia adelante, como hacia la zona reticular, sin pasar por el rafe (fig. 11, e). Por dentro, y detras de dicho cordén central vestibular y en el suelo del ventriculo, se ve un ganglio cuyas células emiten cilindros-ejes que marchan hacia adelante para ingresar en las regiones medias del bulbo; y al mismo tiempo del bulbo llegan cilindros-ejes terminales que se arborizan entre estas células (fig. 11, fy g). Todos estos y otros puntos seran objeto de ulteriores pesquisas. Respecto 4 la homologia de las partes que acabamos de des- cribir con las del aparato acistico central de los mamiferos, sdlo podemos decir, que nuestra via vestibular central parece corresponder A esos manojos arciformes que, segtin ciertos autores, saldrian de los nucleos terminales del ramo vestibular para, después de cruzar el rafe, engendrar en la parte lateral del lemnisco, un camino actistico ascendente. Nuestro /oco posterior, 6 ganglio de grandes células, 4 pesar de su posicion al@o dislocada en las aves, nos inclinamos 4 identificarlo con (29) Cajal. pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 223 el nucleo dorsal; en cambio, nuestro foco anterior, 6 de células pequenas, no pudiendo asimilarse al llamado nicleo de Deiters de la region acustica de los mamiferos, nos inclinamos @ esti- marlo como un organo nuevo, peculiar a las aves, y que acaso esté en relacién con el sentido de la direccién, tan desarro- llado en estos animales, como rudimentario en los mami-— feros (1). vV.—Cuerpo estriado. El cuerpo estriado ha sido investigado a favor del método de Golgi, por Marchi (2) el cual ha senalado, en dicho érgano, la existencia de los dos tipos celulares de Golgi, y la de una red intersticial tupida y complicada 4 donde abocarian fibras nerviosas. Dominan en el cuerpo estriado las células del tipo sensitivo, es decir, aquellas cuyo cilindro-eje se resuelve en una red; por lo cual se inclina Marchi a considerar este gan- glio como de naturaleza sensitiva. Mas, como hace notar Edinger (3), el cuerpo estriado debe contener también células de cilindro-eje largo y descendente; puesto que del ganglio cerebral de los peces (Stammganglion) que representa el cuerpo estriado de los mamiferos, proceden siempre fibras nerviosas que ingresan en el fasciculo basal (dasalen Vorderhirnbiindel), manojo homologo de los pedtinculos cerebrales de los ver- tebrados superiores. Que del ganglio basal de los peces proceden fibras nerviosas que se incorporan al fasciculo basal del cerebro anterior, es un hecho demostrado también recientemente por Van Gehuchten (4) y por nosotros (5). En los reptiles, mi hermano (6) ha logrado asimismo seguir hasta (1) El niicleo de Deiters de las aves Se comporta como el de los mamiferos; yace por fuera y delante de los dos focos grises descritos y se continta, al nivel del origen del fasciculo cerebeloso-actistico, con el nticleo de Bechterew. Las relaciones que dicho ganglio de Deiters tiene con el nervio vestibular, no se muestran con entera claridad en nuestros preparados. (2) Marcai: Sulla fina struttura dei corpi striati e dei talami ottici. Rev. speriment. di Frenatr. t. x11, p 285, 1887. (3) EDINGER: Ueber d. Bedeutung d. Corpus striatum. Verhandlung d. versammlung. siidivestdeutschen Neurologen, in Strasburg, 1887. Arch. f. Psychiatr, t. x1x, Bd. 1887. (4) VAN GEHUCHTEN: Contribution & Vétude du systéme nerveux de Teleostéens. La cellule, t. x, 2 fasc. 1893. (5) Casau: Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los Teleosteos. AN. DE La Soc. Esp. DE Hist. NAT., 1894. (6) P. RaMOn: Investigaciones micrograficas en el encéfalo de los batracios y repti- les, etc. Zaragoza, 1894. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) el pedtinculo cerebral fibras nerviosas, cuyas células de origen, estrelladas y provistas de expansiones espinosas, residen en el ganglio basal. En las aves se repite la misma disposicién, se- ein nos han ensenado las recientes observaciones de C. Sala (1). Nuestros trabajos han recaido en el cuerpo estriado del raton adulto y recién nacido, rata blanca, conejo de ocho dias y pe- rro recién nacido, y han tenido lugar principalmente por el mé- todo doble al cromato argéntico. Los resultados han sido con- cordantes y podemos resumirlos en las siguientes proposiciones: 1.2 El cuerpo estriado se compone de células nerviosas y hacecillos de paso llegados de la corteza cerebral. 2.° Los hacecillos, cuyo curso completo desde la corteza a los pedunculos es facil de seguir en el raton recién nacido, constan de fibras finas y gruesas; todas ellas cruzan de de- lante a atras y de arriba a abajo la masa ganglionar, a la cual dirigen, de cuando en cuando, alguna colateral que, emer- giendo en angulo recto, se ramifica en torno de las células. 3." Ninguna de las fibras de los hacecillos arribados del cerebro termina en el cuerpo estriado; todas parecen fibras de paso que se prolongan hasta la regién de los pedtnculos. 4." En el conejo de ocho dias hemos logrado observar algu- nas fibras gruesas, ascendentes que, separandose de los haces, con cuyos tubos venian confundidas, se ramificaban amplia- mente, produciendo una arborizacién tan lata, que en un caso pudo seguirse en una extensidn superficial de 1 mm. Esta arborizacién consta de ramas largas, en gran parte trans- versales i oblicuas a la direccién de los fasciculos, que se des-° componen dicotémicamente y repetidas veces en ramitos se- cundarios de gran longitud y de direcciones varias. (Figu- ra 12, ay a.) 4.*°. Entre los hacecillos residen las células, que son ya estre- lladas, ya triangulares, ora fusiformes, ora ovoideas, con dos 6 mas tallos protoplasmicos gruesos. Casi todas las expansio- nes protoplasmicas se dicotomizan varias veces, y estan eriza- das de espinas 6 de apéndices verrugosos. (Fig. 12, B y C.) 5." Las células se dividen en dos tipos: elementos de cilin- dro-eje largo, continuado, con una fibra descendente de un haz; elementos de cilindro-eje corto, cuyas ramificaciones (1) Cxaupi0 Sava: La corteza cerebra! de las aves. Madrid, 1893. ] ih WALL Tamo ki Soc. Hsp. de H nat. Lomo XXII, 2 Ld Yin 2 In Acolte Es Sutece F. Fouce $ ‘s. Seputtace KK shhenmaddnis ‘ eA &,¥ Ce " ” c. e eestite " ” oe. Sulzer taleale As rt ” ” i. Ist de pierce 7 poet ee sf 0. Salic coublde ween en " LSmie de la porte fatilee Anales de la Soc. Esp. de Hist. nat. Tomo AXLIT , lam X, SEPULTURE PREHISTORIQUE DE L’'AGE DU CUIVRE. (F, Quintero delineavit.) we AF A ¥ j — = ae 7 ay : : : t ep | ‘ S ' : ; ‘on es in 4 ; a a = 2) © : aa + i ; : b fe _ 7 a tye - “ ) . # J . i] 4 Nig - Lime Oy %, a , eS ? . ‘ é & 7 » J > - a | - 2 a‘ ® 7 A a se ’ 7 » o> & ¢ < > 2 yw fds La ; . 7 on aa) d ; a 7-6 ra ye ' 4 ve red f< -- fa >a fal» : ‘ q g LAY ae atl 34} AWUOVRO) SPAR ee (31) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 225 nerviosas se terminan libremente, después de complicado curso entre los corpusculos vecinos. 6." Las células de cilindro-eje corto, pueden dividirse en dos variedades: células gigantes de largos y velludos apéndices protoplasmicos, cuyo cilindro-eje espeso y de curso variable, produce una arborizacién de gran extensidn; y células media- Corte antero-posterior del cuerpo estriado del conejo de ocho dias. A, fasciculo de fibras bajadas de la corteza cerebral; B, célula de cilindro-eje corto de ancha arborizacién; C, célula de igual especie, pero de mas limitada arbori- zacion nerviosa; @, fibra ascendente terminal, una de cuyas ramas, d@, se ramifica ampliamente; 4, colaterales de las fibras de la corteza;¢, cilindro-eje largo de una célula del cuerpo estriado, ANALES DE HIST. NAT.—XXIII. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) nas y pequenas de expansiones protoplasmicas mas cortas, a menudo flexuosas y recurrentes, y cuyo cilindro-eje fino se descompone en una ramificacion terminal poco extensa pero muy complicada. Las primeras parecen servir a la asociaciOn de grandes territorios del cuerpo estriado; las se@undas seme- jan tener por objeto conexionar grupos limitados de células. 7... Las células de cilindro-eje largo son bastante volumi- nosas y no discrepan mucho morfolégicamente de las otras; la expansiOdn nerviosa no marcha inmediatamente a un hace- cillo, sino que por lo comuin sigue un curso mas 6 menos trans- versal, durante el cual suministra un numero variable de co- laterales, hasta que finalmente ingresa en un haz, caminando hacia abajo. En algunos casos, al abordar el hacecillo, se bi- furca engendrando una rama gruesa descendente y otra gene- ralmente mas fina ascendente. El largo trayecto transversal u oblicuo que siguen dichos cilindros-ejes antes de incorporarse a los fasciculos da lugar 4 que, en la inmensa mayoria de los casos, no pueda sorprenderse su paradero, tomandose facil- mente tales células como corpusculos del tipo sensitivo de Golgi. Cosa analoga sucede en las aves, donde las células que estudiamos suministran también muchas colaterales antes de ingresar en los hacecillos. (Fig. 12, e y /.) 8." El plexo interfascicular senalado por Marchi esta cons- tituido por cuatro especies de fibras terminales: 1.*, colaterales de fibras de proyeccién de la corteza cerebral, es decir, cola- terales de los cilindros-ejés descendentes constitutivos de los fasciculos del cuerpo estriado; 2.", arborizaciones terminales de las dos variedades de células de cilindro-eje corto; 3.*, cola- terales de las células de cilindro-eje largo; 4.*, ramas termi- nales de fibras ascendentes llegadas al parecer de los pe- diunculos cerebrales. 9." Se ve, por lo expuesto, que el cuerpo estriado de los maimiferos corresponde al ganglio fundamental de la vesicula anterior de los vertebrados inferiores, pues como en éstos, dicho érgano posee células cuyos cilindros-ejes descienden a los pedunculos, y arborizaciones de fibras nerviosas ascenden- tes, quizas de origen sensitivo. Pero en los mamiferos existe un factor nuevo, las fibras de proyeccién nacidas de la corteza cerebral y dirigidas a través del ganglio, a cuyas células trans- miten, mediante las colaterales antes citadas, corrientes ner- (33) Cajal—pbr LOS GANGLIOS DEL ENCHFALO. 227 Viosas engendradas en las piramides. Todas las fibras de paso poseen vaina de mielina; la tienen también las ramas princi- pales de las fibras nerviosas terminales; pero carecen de dicha cubierta las colaterales de los manojos y la arborizacién ter- minal de las células sensitivas de Golgi. Para terminar esta nota afadiremos dos detalles. Las célu— las proximas al cuerpo calloso se presentan en el raton, co- nejo, etc., mas 6 menos paralelas a este cuerpo, y exhiben una arborizacién nerviosa terminal de gran complicacion. Las cé- lulas del cuerpo estriado, situadas en la porcion inferior de éste, entre los eruesos manojos que se condensan para formar los pedunculos cerebrales, aleanzan una estatura considera- ble, y en su mayor parte nos han parecido de cilindro-eje largo. VI.— Conexiones distantes de las células de Purkinje del cerebelo. Como es sabido, de la corteza cerebelosa no descienden a la Substancia blanca otros cilindros-ejes que los de las células de Purkinje. Las demas células de la corteza cerebelosa (gra- nos, células de Golgi y estrelladas de la capa molecular) po- seen cilindros-ejes cortos, los cuales se distribuyen en el espe- sor mismo de la substancia gris cortical, sin abordar jamas la substancia blanca. Esto supuesto, nada mis facil que determinar por el método de las degeneraciones y la coloracién de Marchi el curso pro- bable de los cilindros-ejes de las células de Purkinje. Bastara para ello decorticar en los animales una parte de los hemisfe-— rios cerebelosos, cuidando de no interesar los ganglios centra- les (Olivas, ganglio del techo, émbolo, etc.), ni las grandes masas de substancia blanca, y someter las piezas nerviosas, una vez induradas en el liquido de Miiller, 4 la mezcla ‘osmio- bicrémica de Marchi. Las gotas negras de grasa denunciado— ras del asiento de los tubos nerviosos degenerados recaeran de modo exclusivo (si la operacién se ha conducido bien y la in- flamacion se limita 4 la parte lesionada) en los tubos nerviosos de las células de Purkinje. Las demas fibras de la substancia blanca, las musgosas y trepadoras, no degeneraran, puesto 228 » ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) que tienen su origen, y por tanto sus centros troficos, en otros Or@anos nerviosos. Varios son los autores que han estudiado por el método de las degweneraciones los enlaces del cerebelo con los demas cen- tros nerviosos. Deben citarse, por los esclarecimientos aporta— dos a esta cuestion, Veyas (1), Bechterew (2), Monakow (3), Mingazzini (4) y Marchi (5). Pero, en general, los autores que han extirpado porciones del cerebelo no han procurado reser- var los ganglios centrales; y cuando tras la extirpacién ya del vermis, ya de un hemisferio, han comprobado en la protube- rancia, en las olivas bulbares y en los peduinculos cerebelosos superiores degeneraciones secundarias, han debido limitarse a consignar que el centro tréfico 6 las células de origen de tales fibras degeneradas residia en el cerebelo, mas sin pun- tualizar la especie de células, sin decidir, por ejemplo, si los corpusculos cuyos cilindros-ejes degeneraron son los de Pur- kinje 6 los de los ganglios cerebelosos centrales (techo, ém- bolo, nucleo globuloso, olivas). Marchi y Mingazzini, que re- cientemente han practicado hemisecciones cerebelosas, no han tenido en cuenta esta causa de error; y asi, cuando Marchi asegura que las fibras de Purkinje del cerebelo ingresan en el cordén antero-lateral de la médula, en la protuberan- cia, etc., tales aserciones deben considerarse como meras hi- potesis anatomicas. Nuestros experimentos de decorticacién cerebelosa han sido dos, y recaido en conejillos de Indias adultos. Los resultados obtenidos en ambas experiencias concuerdan substancialmen- te, y creemos no carecen de valor, ya que las operaciones se realizaron con fortuna y la lesién cerebelosa acertd 4 limitarse (1) Veyas: Piperim. Beitr. zur Kenntniss d. Verbindungsbahnen des Kleinhirns und des Verlaufs der Fuse. grac. u. cuneat. (Arch. Psych. Bad. 14.) (2) BecHrerew: Zur Anatomie des Schenkels des Kleinhirns. (Neurolog. Centralblatt. 1885.) (3) Monakow: Laperim. Beitr. z. Kenntniss des Corpus vesti forme. (Arch. Psychiatr. Bd. 14.) (4) MINGAzzin1: Véanse sus memorias del Jnutern. Monatschrift s. Anat. u. Physiol. Bd. 8,9 y 10, y su reciente estudio Sule degenerazioni consecutive alle extirpazioni emt cerebellari. Roma, 1894. (5) Marcu: Sul lorigine dei peduncoli cerevellari e sui loro rapporti cogli altri centri nervosi. Firenze, 1891. (85) Cajal.—pE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO, 229 perfectamente. Asi, nos parece dificil que ulteriores experien- cias de igual clase puedan quitar valor a las actuales. Operacion. — Previas las precauciones antisépticas, y con toda la rapidez posible, se extirparon en dos conejos de Indias varias laminillas cerebelosas de los hemisferios. En un caso se decorticaron casi todas las laminillas de la cara superior del hemisferio derecho; en otro conejo se cortaron tangencial- mente unas cuatro laminillas de igual superficie del izquierdo. Los animales fueron sacrificados 4 los catorce dias de la ope- racion. La flegmasia habiase corrido muy poco en la substan- cia blanca, por debajo de las laminillas decorticadas, y no la- bia invadido los gang'lios centrales. No obstante la pequenez de lo extirpado, los animales presentaron, con una energia proporcional al niimero de laminillas decorticadas, las altera- ciones funcionales clasicas que los fisidlogos senalan en los animales que han sufrido mutilaciones del cerebelo. Indurados los centros nerviosos en el liquido de Miller, se coloraron por el método de Marchi, y convenientemente in- cluidos en celoidina, se redujeron a cortes seriados. El estudio de los cortes mostroé la existencia de fibras dege- neradas en los tres pedunculos cerebrales, en armonia con las aserciones de Marchi. Se comprobo también la presencia de fibras degeneradas en el espesor del vermis y hasta en el he- misferio cerebeloso del lado opuesto 4 la lesidn. Como es de presumir, el numero de fibras degeneradas resulté mucho me- nor después de una decorticacién parcial del cerebelo que des- pués de una hemiextirpacidn. La degeneracién guarda tam- bién relacién con el numero de laminillas extirpadas, y en los dos casos se muestra bilateral, aunque mucho mas intensa en el lado de la lesidn que en el opuesto. Expong'amos ahora con orden y en forma abreviada la topografia de las fibras de@eneradas. Espesor del cerebelo.—Kn torno de la lesién veiase una zona de degeneracién difusa que penetraba en el espesor de todas las laminas sanas circundantes. Aleunas pocas fibras degene- radas podian seguirse dentro de las laminas del vermis y hasta la substancia blanca de las circunvoluciones del lado opues- to. Kn general, las gotas de grasa quedan circunscritas en el eje blanco de las laminillas; pero no es raro ver los rosarios de esférulas negras diseminarse por la zona de los granos, aunque sin abordar jamas la capa molecular. 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) 2Qué interpretacién cabe hacer de estas degeneraciones in- tracerebelosas distantes? Dos explicaciones principales se nos ocurren. O existen, como han afirmado varios autores. fibras comisurales y de asociacién que desde las células de Purkinje de un hemisferio se dirigen a todas las laminas del opuesto y al mismo vermis, 6, habiéndose difundido la inflamacion hasta la substancia blanca inmediata del hemisferio cerebeloso, han sido atacadas de degeneracidn muchas fibras ascendentes de paso llegadas de otros centros, probablemente las musgosas y trepadoras destinadas a arborizarse, no sdlo en las lamini- llas cerebelosas lesionadas, sino también en el hemisferio del opuesto lado. Supuesta esta tiltima hipdtesis, la difusidn de la degeneracidn podria comprenderse, teniendo en cuenta dos hechos de observacién que recientemente nos ha mostrado el método de Golgi, 4 saber: I.°, que muchas fibras musgosas antes de penetrar en las laminillas se bifurcan, suministrando ramas terminales que se distribuyen en dos circunvoluciones inmediatas; 4 veces, dichas fibras emiten largas colaterales que, cruzando la substancia blanca, marchan @ laminillas ce- rebelosas bastante lejanas; 2.°, que las fibras delgadas llega— das de la protuberancia, quizas las llamadas trepadoras, su- ministran, & su paso por la substancia blanca de los hemiste- rios, colaterales para las laminillas inmediatas. Es claro que no cabe excluir tampoco la posibilidad de que las fibras de Purkinje se bifurquen 6 emitan, al llegar ala substancia blan- ca, largas colaterales consagradas al hemisferio del opuesto lado y 4 una parte del vermis, analogamente a lo que ocurre con muchas fibras de proyeccion de la corteza cerebral, las cuales en su cruce por el cuerpo calloso abandonan 4 éste una ramilla colateral; pero esta conjetura no nos parece tan pro- bable como la anterior. Olivas y ganglios del techo.— Estos organos no mostraban ninguna alteracién; veianse en ellos solamente pasar algunas pocas fibras degweneradas, pero solamente en los organos co- rrespondientes al lado de la lesidn. PEDUNCULOS CEREBELOSOS. Después de la excisién de varias laminillas cerebelosas de un hemisferio, aparecen constantemente degenerados los pe- (37) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO, 231 dimculos cerebelosos superiores, y la extension de la degene- racidn guarda proporcién con el ntiimero de laminillas extir- padas. La degeneracién se muestra en ambos lados, pero mas extensamente en el lado de la lesién. Las g@otas @rasientas pueden seguirse mas alla del entrecruzamiento de los pe- diinculos hasta los nucleos rojos de Stilling. Aleunas pocas fibras se prolongan todavia hacia adelante, alcanzando el es— pesor del talamo dptico (nucleos externo é interno, que en el conejillo de Indias no aparecen bien deslindados). Es, pues, sumamente probable que la mayor parte, si no todas las fibras del pedtinculo superior, sean cilindros-ejes de Purkinje. Por lo demas, la idea de que dichos pedtinculos tie- nen su origen en la corteza cerebelosa fué ya expuesta por Veyas (1). En sentir de Flechsig, dichos pedtinculos traen su origen tanto del nucleo dentado como de la corteza cerebelosa, y particularmente del vermis. Mas singular es el parecer de Obersteiner, quien considera como foco de origen de un tan importante sistema de fibras el nucleo globuloso. Marchi y Mingazzini afirman un origen cortical y una terminacidn en el nucleo rojo del opuesto lado; pero Marchi anade un aserto que no parece suficientemente fundado, 4 saber: que el pe- dunculo cerebeloso superior reconoceria ademas por origen la oliva cerebelosa, al paso que el medio recibiria preferente— mente fibras del vermis. La cantidad considerable de fibras degeneradas que el pedtinculo cerebeloso superior ofrece des- pués de la extirpacion de algunas laminillas (en términos que cuando se han eliminado casi todas las de la cara superior de un hemisferio aparece degenerada casi la mitad del peduinculo) nos obliga 4 considerar nulas 6 muy poco numerosas las fibras pedunculares cuyo origen radique en focos grises que no sean las células de Purkinje de la corteza. PEDUNCULOS CEREBELOSOS MEDIOS. Las fibras degeneradas abundan mucho mas en la porcién distal que en la proximal de la protuberancia, al revés de lo que afirma Marchi, quien después de la extirpacién del Idbulo medio del cerebelo vid sobre todo degeneradas las fibras de la (1) Loc. cit. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) mitad superior del puente. En nuestras preparaciones, sobre todo en las provenientes del conejillo, al que se decorticé casi toda la cara superior del hemisferio derecho en aquella regién de la protuberancia donde los focos grises abundan (por ejem- plo a la altura del trigémino), las fibras degeneradas eran po- cas, mientras que cerca del cuerpo trapezoide, alli donde los ganglios del puente desaparecen casi por completo, la dege- neracion de las fibras transversales que separan los distintos paquetes de la via piramidal alcanza considerable intensidad. Esto armoniza con los resultados obtenidos mediante el mé- todo de Golgi y los que, a favor del de Flechsig, logré Bech- terew. En nuestro concepto, las fibras tempranamente medula- das de Bechterew, residentes en la porcién inferior del puente, vienen de las células de Purkinje del cerebelo; mientras que las tardiamente meduladas de dicho autor, yacentes en las porciones superiores del puente, tienen su origen en los gan- glios de la protuberancia, y no pueden, por tanto, degenerar después de las extirpaciones 6 decorticaciones del cerebelo. Los haces transversales de fibras degeneradas, después de cruzar la linea media, desaparecen a gran distancia de ésta, en el espesor de la substantia reticularis grisea, por detras y por fuera del lemnisco medio. Este ultimo, asi como la via pirami- dal, no presentan senales de degeneracion. En cambio, detras de los lemniscos, y en una buena parte de la substancia reticu- lar, varios haces longitudinales mostraban gotas grasientas, particularmente en el lado contrario a la lesién. El rafe, hasta cerca del ventriculo, ofrecia tal cual gota de grasa. Tenemos por verosimil que dichas fibras verticales proceden de fibras de Purkinje arribadas por los pedtinculos cerebelosos medios y decusadas en la porcién honda del rafe. Por lo demas, ya Mingazzini ha descrito estas fibras que, segin él, formarian fasciculos longitudinales cerca del rafe en la porcién ventral de la protuberancia. Mis experiencias no me permiten discutir todas las opinio- nes que los autores han emitido tocante al curso de las fibras protuberanciales, pues es claro que, tratandose de preparacio- nes que muestran un corto numero de fibras deweneradas, la presencia de estas tendra valor positivo, pero su ausencia no autorizara ninguna conclusion negativa. Juz@amos, sin em— bargo, probables, pues se armonizan con nuestras experien- ee 439) Cajal.— pr LOS GANGLIOS DEL ENCKFALO, 233 cias, las opiniones de Gudden, y sobre todo de Veyas, quienes afirman que las fibras transversales de la protuberancia se terminan tanto en los focos grises de un lado como en los del opueste; dictamen a que se inclinan también Marchi, Mingaz- zini y Kolliker. Estas fibras terminadas en la protuberancia proceden, como ya hemos dicho, de las células de Purkinje, y se contintuan mediante una bifurcacion en T con una fibra lon- gitudinal (véase el articulo protuberancia de este mismo tra- bajo). La degeneracion del lemnisco ha sido senhalada por Marchi; pero Mingazzini, que ha visto consecutivamente 4 la hemi- extirpaciOn del cerebelo la atrofia de parte de la cinta de Reil del opuesto lado, se inclina a interpretar, con buen acuerdo en nuestro sentir, tales degeneraciones sensitivas como el re- sultado de lesiones inflamatorias secundarias de los niicleos del cordén posterior. Por nuestra parte, no hemos visto nin- guna fibra degenerada en el lemnisco. PEDUNCULOS. CEREBELOSOS INFERIORES. La observacion de cortes transversales que interesen, a dife- rentes alturas, los cuerpos restiformes, denuncia la existencia de degeneraciones descendentes en una buena porcidn de las fibras arciformes anteriores y externas, que en el conejo de Indias se presentan bastante desarrolladas. Casi todas las go- _ tas grasientas forman rosarios que, después de pasar por de- lante de las olivas y ganar el rafe, penetran en el pedtinculo olivar del lado opuesto. Algunas fibras degeneradas cruzan por delante de las piramides, descienden por el rafe hasta la regidn olivar y se insintan en el ganglio del lado contrario. Es posible que una porcion de estas mismas fibras, en vez de terminar en las olivas, se entrecruce en el rafe por debajo de estas, y vaya a formar fibras longitudinales en el espesor de los restos del cordén antero-lateral de la médula. De todos modos, se muestran siempre en los hacecillos longitudinales de la substantia reticularis alba (porcion dorsal), y aun en la substantia reticularis grisea, algunas gotas grasientas dispues- tas en series verticales, que se contintian con las que des— cienden por el cordén antero-laterai de la médula espinal. 234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) El examen de las olivas, previa coloracién con el método de Golgi, viene en apoyo de los resultados obtenidos por la abla— cioén del cerebelo 6 por la mera decorticacién. En el perro, co- nejo y ratén recién nacidos, hemos logrado cerciorarnos de que las fibras de Purkinje se terminan positivamente entre las células de la oliva 4 beneficio de arborizaciones libres, que han sido descubiertas recientemente por Kélliker. A menudo, una fibra de Purkinje llega al lado externo de la oliva y se bi- furca, marchando ambas ramas por delante y detras de este centro, hasta acabar entre sus células. Del trayecto de las fibras transversales limitantes de las olivas brotan también con frecuencia colaterales arborizadas prolijamente entre las células, disposicién asimismo observada por Kélliker, y que nosotros hemos comprobado en el ratén, perro y conejo recién nacidos. Tocante 4 las células de las olivas, nuestras prepara- ciones las muestran, como las han figurado Vincenzi, Kélliker y Van Gehuchten. Cuanto a la marcha de los cilindros-ejes de estas células, nuestros esfuerzos se han estrellado contra el curso irregular y complicado de los mismos, que no consiente una suficiente persecucién ni aun en bulbos de raton recién nacido. Kélliker cree que dichas expansiones marchan al bul- bo, a la regidn del cordén lateral, para constituir una via des- cendente relacionada quizas con los nucleos motores. En nues- tros preparados no hemos logrado confirmar este aserto, ha- biéndonos parecido que los cilindros-ejes de tales células cami- nan mas 6 menos horizontalmente, en direccién de las fibras arciformes llegadas del cerebelo. Este punto reclama todavia nuevas y mas profundas investigaciones. MEDULA ESPINAL. Como ha descubierto Marchi, los cortes de médula espinal de los animales que han sufrido extirpaciones de la substancia eris cerebelosa presentan fibras degeneradas. En nuestros pre- parados las fibras eran poco numerosas, en razon de la poca entidad de las lesiones; pero no faltaron nunca ni en la médula cervical ni en la dorsal y lumbar. En la cervical, donde las gvotas eran mis numerosas, la degeneracién aparecia disemi- nada por todo el cordén antero-lateral, concentrandose espe- (41) Cajal.—pr LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 235 cialmente cerca de la via piramidal directa y en la porcién mas periférica del cordén lateral, quizas en la via cerebelosa ascendente, cuya topografia en el conejillo de Indias no co- nozco de un modo preciso. En uno de los conejillos operados (el que sufrid mayor mutilacién cerebelosa), el foco degene- rado en dicha porcién exterior del cordén lateral alcanzaba mayor desarrollo en el lado de la lesién que en el opuesto. En el conejo que experimenté menor mutilacién, las gotas gra- sientas eran menos numerosas y no se concentraban en el mencionado paraje, hallandose mas bien esparcidas sin orden por todo el cordén antero-lateral, aunque con tendencia a con- centrarse cerca del surco anterior y hasta en el espesor de la via piramidal directa. Importa notar que la degeneracion me- dular es bilateral, con predominancia poco acusada del lado lesionado. En fin, el cordén posterior carece de gotas grasien— tas; sdlo en un caso, y en la regién cervical, hemos advertido tres 6 cuatro fibras degeneradas dentro del territorio del cor- dén de Goll. NERVIOS SENSITIVOS Y MOTORKES. Para terminar, mencionaremos un hecho senalado por Mar- chi, y cuya interpretaciOn se presta 4 graves errores. Este sa— bio ha descrito, como lesiones consecutivas a la extirpacién parcial 6 total del cerebelo, degeneraciones en varios nervios craneales: el motor ocular comtn, el actistico, el hipogloso y el trigémino; y las ha interpretado suponiendo un origen cere- beloso de una porcién de las fibras de estos nervios. Nosotros hemos confirmado también la existencia de tales degeneraciones en los pares mencionados, asi como en el pa- tético y pneumogastrico, y hasta en las raices anteriores y posteriores de la médula espinal, y no sdlo con ocasién de mutilacién cerebelosa, sino también en animales que habian sido objeto de la enucleacién de un ojo, de la seccién de un bulbo olfatorio, 6 que no habian sufrido ninguna operacion. Por consecuencia, juzgamos inaceptable la doctrina defendida por Marchi y por algunos sabios del origen cerebeloso de parte de los tubos de los nervios craneales. En mi sentir, como ha indicado Mayer, los nervios, tanto sensitivos como motores, son asiento, en condiciones normales, de fendmenos de regre- 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) sion y regeneracion que, cuando son algo intensos, imitan com- pletamente las lesiones debidas a las secciones experimenta- les de los mismos. Debemos, en consecuencia, ser muy cautos en dar significacién a la presencia de gotas de grasa en ner- vios cuyos centros troficos no hayan podido ser atacados, ni directa ni indirectamente, por el acto operatorio; en caso de duda, y cuando no se trate de secciones ejecutadas en los ner- vios mismos, los experimentos de contraprueba son absoluta- mente indispensables. En cambio, en la substancia blanca de los centros, asi como en los nervios Optico y olfatorio (que son, mas que nervios, prolongacion de la substancia blanca cerebral), el método de Marchi merece plena confianza, pues que muestra exclusivamente degeneradas las fibras cuya con- tinuidad con sus células de origen ha sido interrumpida, ora en virtud de procesos morbosos, ora mediante un acto ope- ratorio. VII.-—- Terminacion central de las fibras retinianas. Nuestro objeto no es estudiar 4 fondo los multiples origenes del nervio Optico en los mamiferos, sino indicar sumariamente cual es en la rata y raton blancos, animales cuya importancia para la experimentacidn histolégica va siendo por cada dia mayor, la topografia central de las fibras nacidas en la retina. Kn los mamiferos superiores el tema ha sido abordado mu- chas veces, ya en su conjunto, ya en sus detalles, por obser- vadores tan notables como Gudden, Bechterew, Monakow, Ganser, Darkschewstsch, Bellonci, Hamilton, Tartuferi, Sin- ger y Miinzer, etc. En este ensayo hemos utilizado el método de las degenera- ciones y la coloracién de Marchi, usada primeramente en tal asunto por Singer y Miinzer. Nuestros experimentos han con- sistido en enuclear un ojo 4 dos ratones y dos ratas blancas, sacrificar los animales doce dias después y examinar series de cortes de los centros dpticos. Prescindiremos, por ahora, de detalles, y resumiremos lacé- nicamente los resultados obtenidos. 1. In la rata y raton el entrecruzamiento del kiasma no es total, sino parcial, existiendo siempre un pequeno haz que ee (48) Cajal.—pE LOS GANGLIOS DEL ENCEFALO. 237 marcha a la cinta édptica de su lado sin decusarse. Este peque- no haz se situa al principio en la cara superior de la cinta Optica. 2. El grueso de las fibras llegadas de la retina se termina en el cuerpo geniculado externo, donde constituye una es- pesa capa superficial y varias estrias curvilineas profundas. El cuerpo geniculado interno no parece recibir fibras retinia- nas; el haz éptico que lo cubre va destinado al tubérculo cua- drigémino anterior. 3. Encima del cuerpo geniculado externo las fibras retinia- nas revisten una poco extensa superficie del talamo que co- rresponde probablemente al pulvinar de los mamiferos supe- riores. La habenula no recibe ninguna fibra retiniana. 4. Las fibras retinianas mas posteriores del pulvinar 6 de la cara superior del talamo se inclinan hacia atras para ingre- sar en el tubérculo cuadrigémino anterior, juntandose con el grueso paquete de fibras que llega pasando por encima del cuerpo geniculado interno. Todos estos conductores retinianos forman la capa blanca profunda del tubérculo cuadrigémino anterior, marchando, ya oblicua, ya antero—posteriormente, hasta agotarse en la entrada del tubérculo posterior. Cerca de la linea media, en el fondo del surco que separa las eminen- cias bigéminas anteriores, las fibras retinianas se concentran en haz antero-posterior. 5. Las fibras del haz directo marchan al cuerpo geniculado externo de su lado, distribuyendo sus fibras como el fasciculo cruzado, pero sin alcanzar el tubérculo cuadrigémino anterior. 6. El método de Golgi nos ha demostrado que las células del talamo son estrelladas, fusiformes 6 triangulares, y poseen un cilindro-eje largo que marcha, asociado en hacecillos cur- vilineos, hacia abajo y los lados, para reunirse a la continua- cidn de los pedtinculos cerebrales. 7. El nervio éptico recibe también fibras centrifugas, como han indicado varios autores; en el ratén estas fibras parecen tener su arranque en células residentes en las regiones infe- riores del talamo, no lejos de la substancia nigra. Madrid, 1.° de Agosto de 1891. AY Se Lerma et ON + OT iy jae OS Ahir act ees et Were) ce ae We nar Beisets i ioe ieee 5 aL el lg ag Ore Poe ‘ees ae athe: 33 Shree a i 12 “ “¢ 4 redder witha st sae. Leh Be it car peste 4eis “ee ar ev fpose DRIER 964 ieee | oie EE ee he idisth dy Tide wet oo eae spanetes fisatht pa. oye if OINIeS fi sae Le eee vais Ban Ca? fe | Alfie. Joie se “Pome DY ie ah stool a peda") gent a sae. 285 6 | ‘ Lat UG ae bod (164 utes Phen ry hts es” : ee (isle 2 re). Wa rn r ‘ Ly ang ab re o> me hig Lessee eet cal tee PvE t ‘ pictth bt - . > t i ts > ‘ { apt tia; ‘ ' oral 6 Mb el Moser Vis Tats Ree Lp = pbs ot Gy ray eptl ot vist. 70h, hte oh Wie eee BL os ee $ 0 Lb Ry we ee | el Orh epee COM RST see Ait T cng Ue afi uit fit “Y (bet apldeaps 46 305) finn efaytaalbag ae vey Bets Char et ae ne lb 51:9, A ia tes) Cp as! . . edi bia i Awe . ND sg Aisi hPa: 2 fr me 7 24 ' . Aad EN OD pk iets eto] dle eee if auc anne {Dy as, . é es pits yo mead vei, helene eSnips LN Dake me WALLIN ES E® toy ~~ Gy an "4 tion 4 ¢ “4 ° ’ ’ i , oy 4 ™ ah Pr : : nL STP ae { wey ) i» {prey ’ iow s ’ Wend 3 ie eee ts} te At ash ea eae ae tas Le pes Aes co gh Pee gas ate aey Pe 7 A Aghatase Ree star y bei MEE veiled nie Upaloahy litte wba Bria i i bee ale a tc aes CAD Ven Aas ties 17hh iia mn: Wait uide aie Sipe oer tele 3 capil aleve’ eae JOT sy ne aaa ‘a, Py ied aan OF eylre oe ok ofa vin care iid aes j p Siw Ta “ : ; 2 geil es em melt ae ty. 08 anit ai ri lia tee ‘sees baa SP Dy eae ie ae ode eae a. oa i Lod a dos e 2» pres ke Se > : ,*@ p » . re, SPP. de ae £ ing » 4 apd af r 4 J i a ool = Mo — ‘% 5 > aw 9 a = HIMENOPTEROS NUEVOS DE MALLORCA, RECOGIDOS POR D. FERNANDO MORAGUES (Preseirero), Y DESCRITOS POR EL Dr. KRIECHBAU MER (ope Monicnr). (Sesion del 9 de Mayo de 1894.) Siendo (como en efecto lo han sido) tan poco estudiados los himendpteros de esta isla, seguramente tienen que encontrarse entre ellos multitud de nuevas especies, con las cuales podra formarse una lista bastante numerosa é interesante para los aficionados 4 este orden de insectos, como ha sucedido con los coleépteros, cuyo numero de especies tipicas es ya bastante crecido. En 1883 visitaron esta isla el Dr. Otto Schmiedeknecht y el Sr. Friesse con objeto de recoger algunos himendpteros, pero por la corta permanencia en ella (que sélo fué de unas tres semanas), por mas que recogieron una porcién de espe— cies y entre ellas varias nuevas, no pudieron visitar sino algu- nas localidades y en una sola época. Desde entonces hemos seguido nosotros con la aficién a este orden de insectos y todos los anos hemos visitado en varias épocas multitud de localidades, habiendo logrado recoger un crecido numero de especies que daremos 4 conocer dentro de breve tiempo. Entre los melificos figuran varias especies completamente nuevas, las cuales han sido estudiadas por el Sr. Pérez, de Burdeos, y por el citado Sr. Schmiedeknecht; y entre los Ichneumonidos ha encontrado el infatigable y entusiasta ento- mologo el Dr. Kriechbaumer un numero tan crecido de espe- ‘cies nuevas, que considerando para esta Sociedad de gran interés la publicacidn de estas especies, me ha remitido los 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) manuscritos para que pueda publicarlas dando a conocer a mis consocios esta porcién de insectos hasta el presente des— conocidos. Suya, pues, es la gloria de este trabajo, no corres— pondiéndome a mi sino solo el haber recogido en esta isla los insectos que a continuacién quedan descritos. 1. Cephus (Philoecus) balearicus Krchb. nov. sp. 9. Niger, pronoti margine postico tenui, alarum squamula, tibiis anticis maxima parte, posticis basi albis, abdomine medio late rufo, alis hyalinis, stigmate piceo, fusco-cincto. Long. corp. 7 4/,, terebr. 1/, mm. Abdominis segmenta 2-7 rufa, hoc apice, 1 et 8cum valvulis terebrae nigris. Has. Pollenza. Mayo. 2. Ichneumon balearicus Krchb. nov. sp. 9. Niger, orbitis frontalibus, annulo antennarum, scutello ma- culaque segmenti 7 albis, pedibus maxima parte rufis; capite pone oculos oblique angustato, postpetiolo punctulato-—sca— briculo, coxis posticis scopula nulla, alarum stigmate testaceo. Long. 6 '/, mm. I. albosignato maxime affinis, defectu scupule ad J. nudi- corum Thins. vergens, sed ab ambobus statura minus robusta, capite pone oculos oblique angustato et terebra paulo magis prominente sat diversus mihi videtur. Has. Pollenza. Mayo. 3. Ichneumon Moraguesi Krchb. ov. sp. 9. Niger, annulo antennarum, punctis duobus verticis lineo- laque infra alas albis, abdominis segmentis 1-4 castaneis, 6 et 7 macula dorsali alba, tibiis anticis antice albidis, postpe— tiolo punctato, alarum stigmate parvulo nigro. Long. fere 7 mm. I. bilunulato simillimus sed minor, punctis solummodo duobus verticis, sed lineola infra alas albis, antennis apice vix attenuatis, abdominis sezwmento 8&8 haud, terebra minus exertis, tibiis posticis et alarum stigmate totis fuscis, hoc paulo minore, angustiore ab illo sat diversus mihi videtur. Has. Manacor. Mayo. (3) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 24] 4. Amblyteles fossorius (Gr. e. p.) Wsm. ( va7. nigro- scutellata Krehb. Ambl. fossorio Wsm. var. 1. (dehn. Amdl., p. 51: L. palli- pedi Gr. excl. Q) preeter scutellum nigrum omni modo ad eo similis, ut non audeam, hoc individuum ut speciem diversam proclamare. Has. Palma (Son Suner), Mayo; Aleudia, Julio. 5. Apeseleticus balearicus Krchb. xov. sp. °. Capite thoraceque rufis, metanoto, abdomine, pedibus ma- xima parte antennisque nigris, horum annulo et scutello albis, capite pone oculos oblique angustato, metanoto bidentato, alarum stigmate fusco, squamula nigra, radice pallida. Long. 6 mm. Habitu toto A. bellicoso Wsm. affinis sed colore diversus. Pedes nigri, anticorum femora basi excepta, intermediorum femora apice cum tibiis et tarsis anterioribus rufa. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 6. Pheeogenes (?) balearicus Krchb. nov. sp. 0. Niger, seementis 2-4, basi quinti pedibusque ex parte rufis, capite pone oculos haud angustato, antennis breviusculis, sat validis, apicem versus acuminatis, articulis subnodulosis, abdomine cylindrico, segmentis 2-6 latitudine longioribus, alarum stigmate fusco, squamula et radice albis. Long. 6 mm. Coxe, trochanteres, femora anteriora basi, postica apice nigra, tibiee rufee, posticee summa basi et apice nigre, tarsi postici nigri, albo-sericeo micantes. Thorax et abdomen valde elongata. Has. Pollenza (Prat den Bosch). Mayo. 7. Pheeogenes bellulus Krchb. nov. sp. o. Rufus, capite (ore excepto), metathorace, abdominis basi et apice nigris, antennis basi subtus, coxis et trochanteribus anticis flavescentibus, alarum stigmate fusco. Long. 5mm. Caput transversum, pone oculos vix angustatum, disperse punctatum. Antenne abdomine paulo longiores, tenues, sub- filiformes, apice acuminate. Metanoti area supero—et postero ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) —media vix discretis, hac illa vix latiore. Abdomen sub- lineare. Caput nigrum, ore rufo. Antenne rufe, apicem versus fuscescentes, articulo primo subtus flavescente. Tho- rax rufus, metathorace nigro. Abdomen rufum, segmento primo, linea transversa basali quinti, fascia basali sexti septimoque nigris aut fuscis. Pedes fulvi, coxis et trochan- teribus anticis flavis, posticorum geniculis et apice tibiarum fuscis. Has. Palma (Son Suner). Mayo. 8. Ischnus (?) balearicus Krchb. nov. sp. o. Testaceus, capite et abdominis apice nigris, antennis fuscis, flagello subtus ferrugineo, alarum stigmate angusto, testaceo, squamula et radice albis. Long. 7 mm. Margo superus pronoti in albidum vergit. Abdominis seg— menta 5-7 nigra. Has. Pollenza. Junio. 9. Ischnus pictipes Krchb. nov. sp. 9. Niger, antennarum annulo albo, thoracis medio toto et apice subtus pedibusque rufis, puncto coxarum posticarum et tro- chanterum, apice fenrorum et tibiarum posticarum harumque macula infra basin nigris, basi ipsa earum et tarsorum posti- corum alba, alarum stigmate stramineo. Long. 5 '/, mm. Inter minores hujus generis, colore antennarum, thoracis et pedum sat distinctus. Has. Palma (Cala Mayor). Mayo. 10. Cryptus balearicus Krchb. nov. sp. 9. Niger, pilosulus, abdomine glabro, violaceo, ovato-fusci- formi, alis fucescenti-hyalinis, stigmate fusco, areola irregu- lari, pentagona, nervello pone medium vix fracto. Long’. corp. 10 '/,, terebr. 4 mm. Intermedius inter Cr. cyanatorem et Cr. murorum Tschek. (servatum Thins.), illi forma et colore abdominis, huic magni- tudine minore et terebra longiore magis affinis, ab utroque pedibus totis nigris facile distinguendus. / Has. Santany (Pujol). Abril. 45) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 243 11. Goniocryptus parvulus Krchb. nov. sp. Niger, abdominis segmentis 1 apice, 2 et 3 totis, 4 maxima parte, pedum anteriorum geniculis, anticorum tibiis et tarsis rufis, tarsorum posticorum articulis 3 et 4 albis, capite longi- tudine duplo latiore, pone oculos angustato, antennarum articulo 3 latitudine quadruplo longiore, abdomine subfusi- formi-cylindrico, segmento primo elongato, angusto, post- petiolo petiolo vix latiore, alarum stigmate pallido, fusco- cincto, nervello ante medium fracto. Long. 5 mm. Minima specierum hucusque mihi cognitarum, G@. rustico maxime affinis, sed magnitudine minore, tibiis anterioribus fere totis nigris, alarum stigmate intus pallido, areola an- trorsum haud angustata, tarsis posticis albo-annulatis sat diversa. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 12. Hoplocryptus Mallorcanus Krchb. zov sp. Q. Niger, antennarum annulo, macula scutelli et alarum squa- mulis albis, tibiis anticis et femoribus maxima parte rufis, abdomine tricolore, alarum stigmate angusto, fusco, areola antrorsum parum angustata, nervum recurrentem ante me- dium recipiente, nervello ante medium fracto. Long. corp. 9, terebr. 3 1/, mm. H. confactori Gr. (cui dom. Schmiedeknecht in Hunt. Nachr., 1870, p. 146, perperam scutellum nigrum adtribuit), maxime affinis, sed presertim squamulis albis et tarsis posticis totis nigris ab eo differt. Metanotum costis duabus transversis tenuibus, sec distin- ctis instructum. Abdominis segmenta 1-3 rufa, 3 margine api- cali nigro, reliqua nigra, 6 puncto seu macula minuta, 7 macula magna semiorbitali, 8 parva albis signata. Femora antica fere usque ad medium, intermedia basi, postica apice summo, tibiw antice extus medio nigra. Has. Marratxi. Mayo. 13. Microcryptus tricolor Krchb. nov sp. ©. Niger, antennis tricoloribus, thorace, coxis posticis supra et abdominis segmento primo rufis, ultimis albonotatis, alarum stigmate fusco, intima basi pallido, areola pentagona, nervum 244 ANALES DE HISTORIA. NATURAL. (6) recurrentem pone medium excipiente, nervello longe pone medium fracto. Long. corp. 6, terebr. 3/, mm. Acanthocrypto flagitatori (Gr.) Thoms. maxime affinis, qui autem a forma typica hujus generis (qguadrispinus Gr.) habitu toto diversus et cum IMicrocryptis conjungendus mihi videtur. Caput transversum, longitudine dimidio latius, pone oculos oblique angustatum. Antenne subfiliformes, inter medium et apicem vix incrassate. Thorax latitudine duplo longior; meta- thorax breviusculus, postice truncatus, costis duabus trans- versis approximatis, anteriore subtili, posteriore in margine postico partis superioris, infra utrinque supra medium in den- ticulum parvum excurrente; area superomedia costis subtilibus inclusa. Abdomen depressiusculum, ovato-lanceolatum, g@la- brum, nitidum. Antennarum articuli 3 et 4 subtus toti, supra apice rufi. Abdominis segmenta 5 apice, 6 et 8 supra tota alba. Has. Pollenza (Prat den Bosch). Junio. 14. Microcryptus contrarius Krchb. zor. sp. es Niger, macula mandibularum, fascia transversa (medio forte interdum interrupta) clypei et orbitis facialibus albidis, abdo- minis medio, femoribus posticis, tibiis anterioribus saltem antice, posticis apice excepto rufis, alarum stigmate fusco, ‘adice albida, squamula nigra, nervello pone medium fracto. Long. 5 mm. M. perverso meo (Hnt. Nachr., 1893, p. 125) femoribus ante— rioribus nigris, posticis rufis similis, sed duplo minor et alarum squamulis nigris, nitidis sat diversus. Abdominis seemento primo apice, 2-6 tota rufa. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 15. Phygadeuon anthracinus Krchb. nor. sp. °. Niger, antennarum flagello basi subtus rufescente, tibiis anterioribus saltem ex parte et femorum anticorum apice tes- taceis, capite longitudine dimidia latiore, pone oculos haud vel vix angustato, antennis subfiliformibus, basin versus paulo attenuatis, metanoti parte declivi medio impressa, utrin- que denticulo acutiusculo armata, abdomine oblong‘o-ovato, depressiusculo, levi, polito, segmento primo apicem versus parum dilatato, medio late et profunde canaliculato, postpetiolo or (7) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. "uF distincte aciculato, alarum stigmate breviusculo, fusco, basi decolore. Long. corp. 5, terebr. '/, mm. Has. Pollenza. Mayo. 16. Phygadeuon. balearicus krehb. wor. sp. &. Niger, ore pedibusque rufis, tibiarum posticarum apice cum earum tarsis nigris, antennarum articulo primo subtus, puncto ante alas, coxis et trochanteribus anticis vel anterioribus ala- rumque squamula et radice albis, alarum stigmate angustulo, piceo, cellula discoidali latitudine paulo longiore, angulo pos- tico externo acuto, nervello longe pone medium fracto; abdo- mine lanceolato-ovato, planiusculo. Long. 5mm. Ad Phygadeuones sensum restricto Thomsonii referendus, flavimana forma et colore abdominis similis, sed minor, stig- mate angustiore, capite postice angustato et signaturis albis indicatis maxime diversus. Facies subargenteo-sericea, cly- peus parvus,subtriangularis. Metanoti area superomedia trans- versa, hexagona, postero-media paulo excavata, costis longitu- dinalibus tenuibus tripartita. Abdominis petiolus latiusculus, postpetiolus parum dilatatus, irregulariter aciculatus, seg- mentis 2 et 3 basi punctulato-scabriusculis, postice cum abdo- minis apice levibus. Has. Palma (Cala Mayor). Junio. 17. Phygadeuon micromelas Krchb. nov. sp. oy. Niger, nitidus, tibiis anterioribus plus minus piceis, capite transverso, pone oculos parum rotundato-angustato, antennis corpore paulo brevioribus, filiformibus, alis hyalinis, stigmate magno, lato, nigro, radice pallida, squamula nigra, nervello pone medium fracto. Long. 4 mm. Minoribus hujus generis adnumerandus; angulus posticus externus. cellule discoidalis fere rectus, inde MMZicrocryptis appropinquans. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 18. Tryphon (Mesoleius) balearicus Krchb. vov. sp. 9. Niger, mandibulis medio albis, antennarum flagello et abdo- % 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8 minis segmentorum margine externo rufescentibus, pedibus rufis, tibiarum posticarum dimidio basali (summa basi ipsa excepta) albo, apicali et tarsis posticis nigris; antennis corpo— ris longitudine, setaceis, metanoti area superomedia, triangu- lari, impressa, a petiolari indistinte divisa, abdomine ovali, depressiusculo, petiolo latiusculo sensim in postpetiolum apice multo latiore dilatato, terebra vix exserta, alarum stigmate testaceo, basi pallidiore, margine antico et maxima parte pos- tico quoque fusco, areola nulla, nervello pone medium fracto. Long. 6 mm. Habitu toto cum Sphecophaga vesparum (Rtzb.) Wst. quo- dammodo convenit, sed antennis longioribus, apice magis acuminatis et colore pedum abdominisque plane differt. Inter Feersteri genera Sindipnus genus huic speciei proxi- mum esse mihi videtur, sed secundum speciem typicam et unicam collectionis Forsteriane (8. nigricovis) species nostra vix huic generi associari potest. Has. Soller (Soller). Mayo. 19. Bassus balearicus Krchb. nov. sp. 9. Niger, ore, clypeo, orbitis internis, lineola utrinque meso— noti, puncto ante alas, macula scutelli, annulo tibiarum pos— ticarum alarumque squamula et radice albis, antennis subtus rufescentibus, abdominis segmento 2 apice pedibusque rufis, tibiis posticis tricoloribus, tarsis posticis nigris, alarum stig- mate fusco, basi pallida. Long. 4 '/, mm. Impressionibus transversis segmentorum Basso letatorio F. maxime affinis, an ejus var. a Zhomsomnei? sed individua transitoria ad hanc speciem mihi nunquam obvenerunt. Has. Pollenza. Mayo. 20. Homoparus bifoveolatus Krchb. nov. sp.2 ¢. 2. Niger, nitidulus, ore, clypeo, macula media faciei, stria subhamata ante alas, lineola infra alas, coxis et trochanteri— bus alarumque squamula et radice flavis, coxis posticis basi nigris, pedibus ceterum et abdominis medio rufis, orbitis fa- cialibus angustissime et antennis subtus rufescentibus; capite transverso, pone oculos angustato, supra clypeum foveolis duabus magnis et profundis instructo, metanoti nataulis vix (9) Kriechbaumer.— HIMENOPTEROS. 247 ullis, lobo medio late impresso, abdominis apice compresso (an fortuito?), alarum stigmate fulvo, areola nulla, nervello in medio fracto. Long. 5mm. An scutellum flavum sit an nigrum, propter acum id perfo- rantem dubium est. Metanotum punctato-scabriculum, area posteromedia sola distinctiore, magis nitida. Abdominis seg- menta 2-4 rufa, 4 macula magna basali nigra. o”. Facie tota et orbitis frontalibus flavis, abdominis apice haud compresso, lanceolato-cylindrico, segmentis mediis et tarsis posticis plus minus infuscatis, foveolis supra clypeum multo minoribus, fere punctiformibus differt. An sexus o fe- ming hic descriptee ? Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 21. Pimpla semivaria Krchb. nov. sp. Q. Nigra, antennis subtus rufis, capite flavo, thorace flavo- rufoque picto, pedibus rufis, tibiis tarsisque posticis nigro- alboque annulatis, abdomine sublineari, fortiter punctato, seementis 1-5 longitudine latioribus, alarum stigmate fusco, nervello ante medium fracto. Long. corp. 8, terebr. ab origine ad basin segmenti 6, ven- tralis 3 '/, mm. P. angenti maxime affinis, sed thorace maxima parte rufo plane diversa. Caput transversum, pone oculos valde oblique angustatum. Thorax latitudine parum longior; mesonotum nataulis angustis, postice abbreviatis; metanotum brevissi- mum, valde declive, area petiolari excavata, foveiformi. Abdo- men usque ad apicem segmenti 2, paulo dilatatum, 3-5 vix, 6 et 7 distincte angustatis, 2-6 tuberculis majusculis sed parum elevatis, instructis. Terebree valvule (post mortem) involute. Caput nigrum, orbitis anterioribus et superioribus pallide flavis. Antenne fusce, flagello subtus rufo. Thorax albido- pubescens, rufus, supra vittis 3 vix indicatis fuscis, lateribus utrinque vitta transversa indeterminata propleuras, partem superiorem mesopleurarum et metapleuras fere totus occupante maculaque pectorali nigris, margine supero pronoti lineolaque infra alas, margine laterali et apicali scutelli, lineola vel pun- ctis duobus metanoti flavis. Abdomen totum nigrum. Pedes rufi, geniculis flavescentibus, tibiis tarsisque posticis fuscis, 248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ilarum annulo, horum articulis basi rufescentibus vel albidis. Has. Pollenza (Prat den Bosch). Junio. 22. Pimpla tricolor Krchb. nov. sp. o. Niger, thorace pedibusque rufis aut fulvis, ore, clypeo, facie, orbitis omnibus, posticis medio late interruptis, antennarum basi subtus, lineolis ante et infra alas, postscutello, punctis duobus metanoti, coxis et trochanteribus anterioribus flavis, tibiis et tarsis posticis nigris, albo-annulatis, abdomine cylin- rico, fortiter punctato, segmentis 2-5 castaneis, apice nigris, 3-5 tuberculatis. Long. cca 6 mm. Caput transversum, pone oculos valde angustatum. Antenne filiformes, basin versus angustate. Ale hyaline, iridescentes, stigmate piceo, squamula et radice flavis, areola-trapezoidea, obliqua, nervello ante medium fracto. Has. Pollenza. Junio. 23. Pimpla (Epiurus) erythronota (Frst. in coll.) Schmkn. Monogr. Bearbeit. d. Pimpliden in Zool. Jahrb. Vol. m1, p. 524, 9. Habitu toto illi subgeneri Forsteri adnumeranda, in quo unica hc species colore rufo mesonoti ab omnibus reliquis distincta est, quare determinatio vix dubia. Niger, mesothorace et maxima parte metathoracis pedibus— que rufis, abdomine castaneo, segmento primo toto, 2-5 mar- vine postico nigris, antennis basi subtus rufescentibus, alarum stigmate majusculo, flavo, squamula et radice pallidis, areola obliqua, trapezoidea, nervello pone medium fracto. Longe’. corp. cca. 7, terebr. ab origine in basi segmenti sexti ventralis 6, ab apice abdominis 4 '/, mm. Has. Pollenza. Junio. 24. Pimpla (Epiurus) balearica Krchb. nov. sp. 9. Niger, pedibus rufis, anticorum coxis, posticorum trochan- teribus basi, femoribus apice extremo subinfuscatis, tibiis tar- sisque albidis, illis infra basin et apice, his apice articulorum fuscis, antennis breviusculis, alarum stigmate latiusculo, flavo, nervello pone medium fracto, terebra abdominis longitudine. Long. corp. 51/,, terebr. 3, antenn. 3'/, mm. (11) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. 249 P. brevicornis Gr. et Bnoliane Htg. maxime similis et affinis, sed minor, ab illa coxis posterioribus rufis, ab hac sti@mate alarum flavo et coxis anticis nigris, ab utraque antennis pau- lisper longioribus sat differt. P. eicotome Htg. quoque valde similis, sed paulo minor, antennis totis nigris, stigmate paulo angustiore, haud obscurecincto, femoribus posticis apice ni- gris, tarsorum posticorum articulis tribus primis (in e/coloma primo solo) basi albis ab ea differt. Has. Palma. Abril. 25. Pimpla cingulata Krchb. nov. sp. o. Nigra, cingulis abdominis rufis, pedibus fulvis, anteriorum coxis et trochanteribus albidis, posticorum coxis, tibiis et tar- sis nigris, coxis rufo-maculatis, annulo medio tibiarum et summa basi tarsorum albis, antennarum flagello basi rufo, articulis 6 et 7 (si recte vidi) uno latere erosis. Long. corp. Vix 5, antenn. 4 mm. Erosione duorum articulorum antennarum in Lampronotus vergit, sed propter areolam clausam, abdomen tuberculatum et colorem ex parte distincte rufum Pimplis adnumeranda, nisi femina adhuc ignota forte genus novum condere jubet. Caput transversum, pone oculos oblique angustatum, anten- ne tenues, filiformes, apice parum acuminati. Metanotum parum declive, postice medio triangulariter impresso. Abdo- men cylindricum, apice angustatum, segmentis 3-5 leviter tuberculatis, 2-4 margine postico elevatiore, 3 et 5 imma basi, 4 apice excepto castaneo-rufis. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 26. Glypta rufiventris Krchb. nov. sp. 9. Nigra, abdomine (apice extremo excepto) pedibusque rufis, posticorum tibiis apice et infra basin fuscis, tarsis fuscis, his et illis basi summa albidis, clypeo fuscobarbato, facie juxta eum utrinque argenteo-sericea; alarum stigmate rufo, fusco— cincto, nervello pone medium vix fracto. Long’. corp. 6 '/,-7, terebr. individ. minoris 3 mm. Inter nostrate forte G/. hesitatori maxime affinis, sed abdo- mine fere toto rufo ab omnibus speciebus mihi notis, ab illa etiam coxis rufis diversa. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 27. Sagaritis balearica Krchb. nov. sp. ¢. Nigra, abdomine pedibusque rufis, basi nigris, plica ventrali basi nigra, tibiis posticis summa basi albida, infra eam et apice subinfuscatis, calcaribus albis, alis hyalinis, iridescentibus, stigmate fusco, squamula et radice albis, areola minuta, petio- lata, nervello subrecto, haud fracto. Long. 7 mm. Propter plicam ventralem basi nigram in sectione | Thomsonii collocanda, sed angulus posticus externus cellule discoidalis acutus et femora gracilia magis cum sectione 2 conveniunt. Caput transversum, pone oculos valde oblique angustatum. Thorax cum coxis griseo-pubescens, metanoti area superome- dia semiovali, postice aperta et cum posteromedia suborbicu- lari confluente, superolateralibus vix divisis. Abdomen sub- clavato-cylindricum, post-petiolo latitudine fere duplo longiore, depressiusculo, lateribus basi excepta parallelis, apice late rufo, segmentis 2 et 3 sensim et parum dilatatis, illo latitudine me- dia duplo longiore, rufo, basi late, apice angusto nigro-margi- nato, 3 latitudine dimidio longiore, rufo, 46 rufis, supra subin- fuscatis, 7 toto fusco. Valvule genitales breves, obtuse, nigre. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 28. Sagaritis periscelis Krchb. nov. sp. 20. Q. Nigra, abdomine basi excepta pedibusque rufis, coxis omnibus, posticorum trochanteribus basi, tibiis et tarsis nigris, illarum basi summa annuloque medio latiusculo et horum basi albis, alis hyalinis, iridescentibus, stigmate pallide fusco, squamula et radice albis, areola minuta, petiolata, angulo pos- tico externo cellule discoidalis acuto; nervello subrecto, haud fracto; terebra sursum directa, leviter curvata, apicem abdo- minis parum superante. Long. 6 mm. Nec in primam nec in secundam sectionem Thomsonii hance speciem referre licet, quum plica ventralis a colore totius ab- dominis haud discedat. Caput transversum, pone oculos oblique angustatum. Meta— notum distincte areatum, area superomedia majuscula, pen— tagona, basali 2 angustula 1 parva, superolateralibus costa obliqua divisis, anteriore cum basali-laterali confluente, poste- romedia magna, subhexagona. Abdomen e latgre visum bre- (13) Kriechbaumer. —HIMENOPTEROS. 25) viter et fortiter clavatum, apice truncatum, rufum, petiolo et basi postpetioli nigris, segmentis ultimis supra, certo situ apice infra quoque fusco-umbratis, postpetiolo planiusculo, lateribus paralJelis, segm. 2 apicem versus dilatato, latitudine apicali parum longiore, 3 et 4 subquadratis, 5 et 6 longitudine et lati- tudine decrescentibus, transversis, 7 vix prominente, longe rotundato. co”. Abdomine minus dilatato, metanoti area superomedia et posteromedia subelongatis, illa apice aperta et postpetiolo latiore a femina differt, quee differenti individuo presenti tan- tum propriz mihi videntur, quare ne minime quidem dubito, quin hic % cum descripta femina sita conjunctus sit. Has. Manacor. Mayo. 29. Sagaritis trochanterata Krchb. nov. sp. °. Nigra, abdominis segmentus subtus et lateribus ex parte rufis, mandibularum macula, alarum squamula et radice tro- chanteribusque flavis, his supra nigro-maculatis, femoribus anteriorum tibiis tarsisque anticis rufis, femoribus mediis basi, posticis basi, et apice nigris, tibiis posticis albis, apice et infra basin nigris, tarsis posterioribus basi summa albis, alarum stigmate stramineo, nervello longe pone medium vix fracto, nervo superio tenuissimo, terebre valvulis clavatis. Long’. corp. 5, terebr. ?/, mm. Caput transversum, pone oculos oblique angustatum, facie albo-sericea, juxta clypeum maculis duabus e pilis densioribus compositis instructa. Antennee tenues, filiformes. Aree meta— noti iis speciei preecedentis similes, supero-laterali anteriore et basali laterali ut in illa unitis, sed angustioribus, simul sump- tis fere semiorbicularibus. Has. Pollenza. Junio. 30. Sagaritis (?) dorsalis Krchb. xov. sp. 9. Nigra, ore flavo, abdomine elongato, subclavato-cylindrico, rufo, basi apiceque nec non dorso segmentorum intermedio— rum nigris, pedibus albo-rufo-nigroque variis, capite pone oculos oblique angustatum, alarum stigmate stramineo, squa- mula et radice albidis, areola minuta, petiolata, nervello pone medium vix fracto; terebra brevi, valvulis linearibus. Long. 6 mm. 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Caput longitudine duplo latius, facie albo-sericea, maculis duabus juxta clypeum e pilis densioribus compositis instructa. Antenne tenues, filiformes, vix dimidii corporis longitudine. Metanotum distincte areatum, area superomedia subhexagona, basali media parva, triangulari, acute marginata, basali-late— ralibus cum superolateralibus anterioribus confiuentibus, pos- teromedia magna, longa, subtriangulari, versus superome— diam acuminata, lateribus medio minutissime tuberculatis. Abdominis petiolus longus, tenuis, postpetiolus illo brevior, convexiusculus, dimidio anteriore sensim dilatato, posteriore lateribus parallelis; segmentis 1 et 2 nigris, hoc vix apice rufo- marginato, 3-6 rufis, dorso nigro-maculatis, maculis apicem versus angustatis, Sensim minoribus, segmenti sexti strigifor- mi, segm. 7 toto nigro. Color pedum idem ac in specie preece- dente. Alee hyaline, iridescentes, angulo postico externo cellu- lee discoidalis parum acuta. of (an hujus?). Coxe anteriores plus minus flave, femora postica vix apice extremo nigra; abdominis dorsum extensius nigrum; que quidem differentiz sexuales et minoris momenti esse mihi videntur. Valde autem discrepant arez metanoti: area basalis media postice truncata est, superomedia magna, subrhombea, costis posterioribus evanescentibus. Queeritur, utrum hee forma regularis et constans, an irregularis et ab- normis sit, quoad nonnisi pluribus individuis comparatis dis- cerni potest. Has. Pollenza. Mayo. 31. Sagaritis (?) Moraguesi Krchb. nor. sp. 9. Niger, palpis albidis, macula mandibularum et articulo pri- mo antennarum subtus fulvis, abdomine rufo, dorso nigro, plica ventrali basi albida, pedibus albo-rufo-nigroque variis; capite pone oculos angustato, alarum stigmate pallide piceo, radice et squamula albidis, areola majuscula, trapezoidea, pe- tiolata, nervello haud fracto. Long. corp. 5, terebr. 1 '/, (ab origine 2) mm. K minimis hujus generis. Caput transversum, pone oculos oblique angustatum. Plica ventralis basi (se@m. 2) flava, in segmentis ceteris macula quadrata nigra utrinque notata. Pe- des rufi, trochanteribus albis, posticis cum basi femorum ni- gris, tibiis et tarsis posterioribus albis, illis apice et infra basin nm on w (15) Kriechbaumer. — HIMENOPTEROS. nigris, horum articulis apice nigris. Terebra sursum curvata. Secundum Thomsonii systema hee species forte ad Angitius referenda est. Has. Manacor (Son Moro). Mayo. 32. Canidia balearica Krchb. nov. sp. o. Nigra, nitida, femoribus tibiisque anticis fulvis, illis subtus postice nigrolineatis, tibiis posterioribus albis, apice, posticis basi quoque nigris, tarsis posterioribus angustissime albo- annulatis, ale areola brevipetiolata, radice pallida fulva, squa- mula nigra. Long. 5 mm. Ad 2 divisionem 3 B. Thomsonii (Op. ent., p. 1114) referen- da, cujus unica species (C. trochantella), tegulis (squamulis) albis differt. Caput transversum, pone oculos vix angustatum. Trochan— telli postici fulvi, tibiarum posticarum summa basis extus al— bo-maculata. Has. Palma. Junio. 33. Casinaria parvula Krchb. ov. sp. 0. Nigra, pedibus anterioribus ex parte fulvis, tibiis posticis basi summa fulvescenti-albis, medio obscure rufescentibus, metanoto per totam fere longitudinem leviter excavato, costis duabus lateralibus, antice arcuatum junctis, postice obsoletis et canalicula media instructo: abdomine clavato, apice obtuse angustato, segmento tertio latitudine longiore; alis hyalinis, stigmate, squamula et radice fulvis, areola petiolata. Long. 43/, mm. Caput transversum, pone oculos oblique angustatum. An— tenn filiformes, corpore breviores. Terebra oblique ascendens, circa '/, ejus apicem abdominis superans. Pedes anteriores rufi, coxis, trochanteribus et femorum intermediorum basi postico nigris, trochantellis omnibus plus minus rufis. Cellule dis* coidalis angulus posticus externus acutus, areola majuscula, breviter petiolata. Has. Palma. Abril. pet ch Ree ieee Vs eed Seater: ae : Bras Se Bo fil: a0 lem grok | rea s Site sees ma | ny ea sy = a sha sige ; Re 43 gin sag z, ’ ™ Aja ie ataplnn # opt” ye paeelies J id i seeealed uta : se be eel? iii ot aah Eis Fe he f a! Weebi« 2 : Fas TiS. sit aes a tsi VU? (Sul ater iyt, py ae He thier eal . Lf ee 41 nip 4 auth oy MRA Yar ; gia rey Ate Pact we ay Ga fo 3 He ise “gualsant Garhergs " Berni it) ad, ‘ erry wee oar paseehsir ats Bee gy | . Bi pg CATALOGO DE LOS i ae ee ER, es RECOGIDOS EN LOS ALREDEDORES DE MADRID Y EN S. ILDEFONSO, POR DON AURELIO VAZQUEZ FIGUEROA. (Sesién del 9 de Mayo de 1894.) Este catalogo dista mucho de contener todas las especies que se encuentran en las localidades citadas, pero puede ser— vir como uno de los muchos materiales que, reunidos, permi-— tiran formar en su dia un catdlogo general de los lepidépteros de esta region. Mi poca habilidad en la caza de insectos; las ocupaciones de mi profesién: el no haber podido explorar ambas localidades en todas épocas y otra porcién de circunstancias, dan lugar a poder asegurar que el catalogo completo es mucho mayor que la lista que doy a continuacion. A fin de simplificar el trabajo, comprendiendo en la misma nota los insectos de las dos localidades mencionadas, senalo con la inicial—M.—las especies cogidas en Madrid, la mayor parte de las cuales lo han sido en la Casa de Campo, y con las—S. I. —las que han sido cogidas en San Ildefonso y sus cercanias. Como dato curioso he puesto las iniciales ev 7. en aquellas especies que he podido conseguir criando las orugas (ex larva). No senalo las épocas en que se encuentran las diferentes especies por no hacer demasiado extensa esta relacién y por- que en algunas de ellas no las he anotado, sobre todo en espe- cies no conocidas por mi. 256 ANALES DE: HISTORIA NATURAL. (2) Creo que merezca completa confianza la denominacion de ‘todos los lepidopteros que figuran en este catalogo, pues todas las especies que no son muy comunes 6 que presentan alguna dificultad para su clasificacién han sido determinadas por el Dr. O. Staudinger. Poseo también unas 80 especies de microlepidépteros deter— minadas y otras tantas sin determinar; pero su estudio es muy dificil, y necesito el auxilio de alguno de los naturalistas que se dedican exclusivamente a este estudio. Cuando tenga de- terminadas todas las especies publicaré la lista de ellas. Valladolid, 5 de Mayo de 1894. Rhopalocera. Papilio Podalirius Z.—M.-S. I. — Machaon Z. ex |.—M. Thais Rumina Z. ex 1.—M.-S. I. Parnassius Apollo Z.—S. I. Aporia Crategi Z.—S. I. Pieris Brassice Z. ex 1.—M.-S. I. — Rape Z. ex l.—M.-S. I. — Napi Z.—-M.-S. I. — — Vv. Napaere #Hsp.—s. I. — Daplidice Z.—M.-S. I. Anthocaris Belia C7. ex 1.—M. — Ausonia //b. ex 1.—M. Se Le — Cardamines JZ. _ Kuphenoides S¢g7. ex 1.—M.-8. I. Zegris Kupheme vy. Meridionalis Zd. ex 1.—M. Leucophasia Sinapis v. Lathyri /74.—S. I. Colias Hyale Z.—M.-S. I. — Kdusa Habr.—M.-S. I. — — ab Helice 76.—M. Rhodocera Rhamni Z.—M.-8. I. = Cleopatra Z.—M.-S. I. Thecla W. album Anoch.—S. I. — filicis v. AMsculi 7b.—S. I. — — ab. Cerri 7b.—S. I. ow (3) Thecl Thest Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. a Roboris Hsp. ex 1.—M.-S. I. Rubi Z.—S. I. Quercus Z.—M.-S. I. Spini Schif.—M.-S. I. — ab. Lynceus #0.—S. I. or Ballus Fabr.—M. Polyommatus Miegii Voge/.—S. I. — Gordius Swlz.—S. I. — Dorilis Hufn.—S. I. — Phileas Z.—M.-S. I. — — ov. Eleus /adr.—M.-S. I. Lycena Betica Z.—M.-S. I. Telicanus Zang.—M. Argus v. Hypochiona Ramé.—S. I. Astrarche Bgstr.—M.-S. I. — v. Allous 76.—M.-S. I. Icarus Rott.—M.-S. I. — vv. Icarinus Scriba.—M.-S. I. — vy. Cerulea Stg7r.—s. I. Corydon v. Albicans #7. S.—S. I. Argiolus Z.—M.-S. I. Semiargus Rott.—S. I. Cyllarus Rott.—M.-S. I. Melanops #.—M. Libythea Celtis Zaich.—M. Apatura Iris Z.—S. I. Limenitis Camilla Schif.—M.-S. I. Vanessa C. Album Z.—M.-S. I. Polychloros Z. ex 1.—M.-S. I. Urtice Z.—S. I. Io Z.—M.-S. I. Antiopa Z. ex 1.—S. I. Cardui Z. ex 1.—M.-S. I. Atalanta Z.—S. I. Melitzea Artemis v. Provincialis &.—S. I. — v. Desfontainesii 7. S.--S. I. Phebe Anoch.—M.-S. I. Argynnis Daphne Schif.—S. I. Lathonia Z.—M.-S. I. — Aglaia Z.—S. I. ANALES DE HIST. NAT.—XXIII. 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Argynnis Niobe ab. Eris Meig.—S. I. -= Adippe v. Chlorodippe H. S.—S. I. — — ab. Cleodippe Stgr.—S. I. = Selene Schif’.—s. I. — Paphia v. Anargyra S¢g7.—S. I. — Pandora Schif.— M.-S. I. Melanargia Lachesis 46.—M.-S. I. o- ~~ ab. Cataleuca Stg7.—S. I. — Japygia v. Cleanthe B.—S. I. -- Syllius Hdst.—M. —_ Ines Hfsgg.—M. Erebia Evias Zef.—S. I. Satyrus Aleyone Schif’.—M.-S. I. — Circe Fabr.—M.-S. I. — Briseis Z.—M. — Semele Z.—M.-S. I. — Statilinus Hufn.—M-S. I. — Prieuri ab. Uhagonis Oderth.—M. — Actea Hsp.—s. I. Pararge Mera Z.—S. I. — Megera Z.—M.-S. I. — Mgeria Z.—M.-S. I. Epinephele Lycaon Roft.—M. — Janira v. Hispulla #O.—M.-S. I. — Ida Hsp.—M. — Tithonus Z. ex 1.—M-S. I. — Pasiphe Hsp.—M. Coenonympha Iphioides S¢g7.—S. I. — Arcania Z.—S. I. — Dorus Esp.—M. — Pamphilus Z.—M.-S. I. -- — v. Lyllus #sp.—M.-S. I. Spilothyrus Alcexe Hsp.—M. _— Althe v. Beeticus Ramb.—M. Syrichtus Proto #sp. ex 1.—M. — Malve Z.—S. I. — Sao Hb.—S. I. — Carthami //b.—S. I. — Alveus v. Fritillum 46.—M. Hesperia Thaumas //u/n.—M.-S. I. ° ) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. Hesperia Lineola 0.—S. I. — Comma Z.—M.-S. I. _- Acteon Rott.—M. Heterocera. Sphinges. Acherontia Atropos Z. ex 1.—M.-S. I. Sphinx Convolvuli Z. ex 1.—M.-S. I. — Pinastri Z. ex 1.—S. I. Deilephila Euphorbie Z.—M. — Livornica Hsp.—M.-S. I. — Celerio Z.—M.-S. I. Smerinthus Populi Z.—S. I. Macroglossa Stellatarum Z. ex 1.—M.-S. I. — Bombyliformis 0.—S. I. Sesia Chrysidiformis #spy.—M. — Montpeliensis Stgr.—M. Heterogynis Paradoxa Ramd. ex 1.—S. I. Aglaope Infausta Z.—M.-S. I. Ino Statices Z.—S. I. — -— v. Heydenreichii Zd.—S. I. — Globularie v. Notata 7.— M. — Geryon 4O.—M. Zygena Romeo v. Nevadensis Ramb.—S. I. — Sarpedon #d.—M.-S. I. — Trifolii #sp.—S. I. — — v.Syracusia 7.—S. I. — Lonicere #sp.—S. I. — Philipendule Z.—S. I. — Hilaris-0.—M. Bombyces. Sarrothripa Undulana #d.—M. -- — ab. Degenerana 4).—M. — _ ab. Dilutana 7O6.—M. nm 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Hylophila Quercana Schif.—sS. I. Nola Cucullatella Z.—S. I. — Strigula Schif7.—s. I. Nudaria Murina #0. ex 1.—M.-S. I. Lithosia Complana Z.—S. I. — lLutarella Z.—S. I. — Marcida Mn.—S. I. — Caniola Hd.—S. I. Emydia Striata Z.—S. I. Deiopeia Pulchella Z.—M. Euchelia Jacobee Z. ex 1.—M.-S. I. Nemeophila Russula Z.—S. I. Callimorpha Dominula Z.—S. I. — Hera Z.—S. I. Arctia Caja Z. ex 1.—S. I. — Villica ab. Angelica AB. ex. 1.—M. — Hebe Z. ex |.—M.-S. I. —— Dejeanii God. ex 1.—S. I. — Latreillei God.—S. I. Ocnogyna Beetica Ramb. ex 1.—M. Spilosoma Fuliginosa Z.—S. I. — Mendica C/.—S. I. Hepialus Sylvinus Z.—S. I. Cossus Ligniperda Fabr.—M.-S. I. Zeuzera Aisculi Z.—M. Stygia Australis Zat7.—M. Psyche Leschenaulti S¢g7. ex 1.—S. I. Orgya Aurolimbata v. Guadarramensis Stg7. e. 1.—S. I. — Antiqua Z. ex 1l.—S. I. Leucoma Salicis Z. ex 1.—M.-S. I. Porthesia Chrysorrhea Z. ex 1.—M.-S. I. Psilura Monacha Z. ex 1.—S. I. — — ab. Eremita 0.—S. I. Ocneria Dispar Z. ex 1.—M.-S. I. Bombyx Neustria Z. e. 1.—M.-S. I. — Vandalicia J/7//. ex 1.—S. I. — Trifolii Hsp. ex 1.—S. I. — (Quercus Z. ex 1.—M.-S. I. Lasiocampa Pruni Z.—S. I. — Pini Z.—S. I. {7) Vazquez Figueroa.— LEPIDOPTEROS. Saturnia Pyri Schif. ex 1.—M.-S. I. — Isabellae Graélls. ex 1.—S. I. Harpyia Vinula Z. ex 1.—M.-S. I. Notodonta Ziczac Z. ex 1.—M. Lophopteryx Camelina Z.—S. I. Pterostoma Palpina Z.—S. I. Cnethocampa Processionea Z. ex ].—S. I. _- Pityocampa Schiff’. ex 1.—M.-S. I. oa Herculeana Ramb. ex 1.—S. I. Phalera Bucephaloides O. ex 1.—S. I. Pygera Pigra Hufn.—s. I. Noctuce. Acronycta Aceris Z. ex 1.—M.-S. I. — Rumicis Z.—S. I. — Pontica ex ].—M. — Tridens Schif.—M. Bryophila Pineti Stgr.—s. I. — Orybiensis 1/ad.—S. I. — Fraudatricula ab. Simulatricula Ga.—M. _ Algee Fabr. ex 1.—M. — — ab. Mendacula H0.—M. _ Ravula H0.—M. — Muralis Yorst.—M.-S. I. _ — v. Par H).—M.-S. I. = Perla Fabr.—M.-S. I. _ — v. Rojiza.—s. I. Agrotis Pronuba Z. ex 1.—M.-S. I. — Orbona Hufn.—sS. I. — Baja Fabr.—S. I. — Xanthographa Fadr.—S. I. _ _ v. Cohaesa H. S.—S. I. — Puta H).—M. — Glareosa FHsp.—S. I. — Fimbria Z.—S. I. — Plecta Z.—S. I. — Simulans Hufn,—M.-S. I. — Exclamationis Z.—S. I. 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Agrotis Tritici Z.—S. I. — — v. Aquilina HO.—M.-S. I. — Conspicua #d.—M. — Flavina HS.—M. — Segetum Schif.—M. — Crassa Hb6.—M.-S. I. — Obesa B.—S. I. — Trux HO. v. ?—S. I. Neuronia Popularis Fadr.—s. I. Mamestra Brassice Z. ex 1.—M.-S. I. ae Oleracea Z. ex 1.—M. — Chrysozona BRA. ex 1.—M.-S. I. — Serena Fadr.—S. I. Episema Hispana Ramb.—S. I. — Glaucina ab. Gruneri 2.—M. — — ab. Hispana B.—M. Aporophyla Nigra Hw. ex 1.—M.-S. I. Epunda Lychenea #0.—S. I. Polia Dubia Dup.—s. I. — Chi Z.—S. I. — Flavicincta Fabr.—S. I. — Xanthomista v. Nigrocincta 77.—S. I. Apamea Testacea H6.—S. I. Hadena Furuncula 77.—S. I. — Ochroleuca “sp.—s. I. — Didyma #sp.—S. I. — Strigilis C7.—S. I. — Basilinea Fabr.—M. . — Monoglypha Hufn.—S. I. Cloantha Polyodon C/.—S. I. Brotolomia Meticulosa Z. ex 1.—M. Mania Maura Z.—M.-S. I. Leucania Conigera Fadr.—S. I. — Vitellina 7b.—M. — Lithargyria Hsp.—S. I. Caradrina Exigua Hd.—S. I. — Morpheus Hufn.—sS. I. — Ambigua Fabr.—M.-S. I. _ Quadripunctata Fadr.—S. I. Amphipyra Pyramidea Z.—S. I. (8) (9) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. Amphipyra Tragopogonis Z.—S. I. Calymnia Affinis Z. ex 1.—M. — Diffinis Z. ex 1.—M. — — v. Palida ex 1.—M. Panolis Piniperda Panz.—s. I. Cirreedia Xerampelina ab. Unicolor Stg7.—S. I. Xanthia Fulvago ab. Flavescens #sp.—s. I. Xylina Socia Rott.—S. I. Cucullia Verbasci Z. ex 1.—M. — lLychnitis Ramd. ex 1.—S. I. — Blattarize Hsp. ex 1.—M. Plusia Gamma JZ. ex 1.—M.-S. I. Heliothis Dipsaceus Z.—S. I. — Peltiger Schif’. ex 1.—M.-S. I. =_ Armiger Hb.—M.-S. I. Acontia Solaris #sp.—M. — Luctuosa #sp.—M. Thalpochares Respersa Hb.—M.-S. I. — Candidana Fabr.—M.-S. I. — Purpurea.—-+s. I. Agrophila Trabealis Sc.—M. Euclidia Glyphica Z.—S. I. Catocala Elocata Hsp. ex 1.—M.-£. I. — Nupta Z.—S. I. — Sponsa Z.—S. I. — Nymphea #sp.—M.-S. I. — Conversa #sp.—M.-S. I. — Nymphagoga “sp. ex 1.—M. — Promissa #sp.—S. I. Spintherops Spectrum “sp. ex 1.—M.-S. I. _— Dilucida 4.—M.-S. I. Hypena Obesalis #7.—S. I. — Obsitalis Hd.—S. I. Brephos Nothum //d.—M. Geometre. Pseudoterpna Pruinata Hufn.—s. I. — Coronillaria Hb.—S. I. 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Phorodesma Pustulata Hu/fn.—s. I. Acidalia Vittaria 7#.—M. — Luteolaria Const.—s. I. — Ochrata Sc.—M. — Litigiosaria B.—M. — Sericeata 70.—S. I. — - Contiguaria Hb.—S. I. — Spoliata Stg7.—s. I. — Hunmiliata Hufn.—M. — Circuitaria Hd.—S. I. — Herbariata Fabr.—S. I. — Turbidaria HS.—M. — Assellaria HS.—S. I. — Dilutaria #d.—S. I. — Deversaria HS.—S. I. — Mancipiata Stgr.—M. — Marginepunctata Gdze.—M.-S. I. — Moniliata Yadr.—S. I. — Inornata Hw.—S. I. — Aversata Z.—S. I. — Obsoletaria Ramb.—M. — Elongaria Ramb.—S. I. — Rusticata Fabr.—S. I. — Ornata Sc.—S. I. — Decorata BkA.—S. I. — Rubricata /abr.—sS. I. — Miserata Stg7.—S. I. — Emarginata Z.—S. lI. Zonosoma Punctataria Z.—S. I. --- Pupillaria Hd. v. Palida.—S. I. Pellonia Vibicaria C7.—S. I. Abraxas Pantaria Z.—M. Stegania Trimaculata Vil/.—S. I. Cabera Exanthemata Sc.—S. I. Ellopia Prosapiaria Z.—S. I. Eugonia Fuscantaria Hw. ex 1.—M. — Quercaria Hd. ex 1.—M.-S. I. — Alniaria Z.—S. I. Crocallis Tusciaria BAA. ex 1.—M. Urapteryx Sambucaria Z.—S. I. (10) a) Vazquez Figueroa.—LEPIDOPTEROS. Venilia Macularia Z.—S. I. Macaria Notata Z.—S. I. — Liturata Cl.—S. I. Hybernia Progemmaria 4/.—M. — Defoliaria C7.—M. Biston Stratarius Hu/fn. ex 1.—M. Hemerophila Abruptaria Z7/nd.—M. Boarmia llicaria H. G.—S. I. — Repandata Z.—S. I. Tephronia Sepiaria Hu/n.—S. I. Gnophos Stevenaria B.—S. I. — Mucidaria Hé.—S. I. — Furvata Fabr.—S. I. _— Serraria Gu.—S. I. Anthometra Plumularia 2.—S. I. Athroolopha Pennigeraria H6.—S. I. Fidonia Famula #sp.—M. Bupalus Piniarius Z.—S. I. Tephronia Cremiaria /77.—S. I. Selidosema Ericetaria V7i//.—S. I. Enconista Miniosaria Dup.—M. Aspilates Gilvaria Fadr.—s. I. — Ochrearia Rossi.—M. Ligia Jourdanaria Vi//.—M. Heliothea Discoidaria B.—S. I. Sterrha Sacraria Z.—S. I. Lythria Sanguinaria Dup.—S. I. Ortholitha Limitata Sc.—S. I. Odezia Atrata Z.—S. I. Lithostege Griseata Schif’.—M. Anaitis Plagiata Z.—M. Chesias Spartiata /ues/.—M. Triphosa Dubitata Z.—S. I. Scotosia Vetulata Schif.—s. I. — Rhamnata Schif.—s. I. Cidaria Montanata BAh.—S. I. — Dilutata BkA.—M.?-S. I. — Fluctuata Z.—S. I. — Bilineata Z.—M.-S. I. -~ _— v. Testaceolata Sig7.—M.-S. I. 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cidaria Elutata Hd.—S. I. — Sociata BkA.—S. I. — Ocellata Z.—S. I. — Uniformata Bel/.—S. I. — Ribata H0.—S. I. — Sordidata Fabr.—S. I. EKupithecia Assimilata Gu.—M. — Pumilata H6.—S. I. a — ab. Oxydata 77. — Oxycedrata Ramb.—M. _- Subnotata H0d.—S. I. (12) CATALOGO DE LAS PERIANTIADAS CUBANAS, ESPONTANEAS Y CULTIVADAS, POR D. MANUEL GOMEZ DE LA’‘MAZA. (Sesion del 6 de Diciembre de 1893.) ORDEN II.—GAMOPETALAS (1). SusorpEN I.— Gamopétalas superovariadas. Solaéneas. — Convolvuldceas. — A pocineas. — Asclepiadeas.— Escrofularineas. — Gesneraceas.— Acantaceas.— Verbenaceas. Solaneas. Solanum torvum Sw.—Prendedera. — esculentum Dun.—JBerengend. — igneum Lin. y, inerme Dun. 5, Persiceefolium [Solanum Dun. | _— nigrum Lin.—Hierba mora. — triste Jacq.— Zabaco cimarron. — Boldoense A. Cand. [S. cardiophyllum Dun.; no Lindl.] (381, 3023).—/azmin de Italia. — Jasminoides Paxt. (Cult.!)—Jazmin de Italia. — inclusum Gris. [S. tetramerum Durv.; A. Cand.] — tuberosum Lin. (Cult.!)— Papa. (1) Véanse los tomos xrx, p. 213 y xx111, p. 41, de estos mismos ANALES, 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) Solanum indecorum Rich. — Callicarpefolium Kunth y Bouché.—Prendedera ma- cho (tipo y var.). g, asperum [Solanum Valh]. y, radula [Solanum Valh ]. — Kdwardi Kunth y Bouché.—Omitido por Sauval. — Verbascifolium Lin. (3031). — Prendedera macho, P. hedionda, Tabaco cimarron. — fragile Wr. (3024). — Havanense Jacq. (3025).— Zomatillo de la Habana, Aji de China?—¥l 8S. Havanense, Vellozo, es muy dudoso. — lentum Cav. (3026). os virgatum Lam. (385). — Aquartia Dun. (1642). _ Crotonoides Lam.* (382). — lanceefolium Jacq. (exdt.) y?, scabrum [Solanum Vahl] (8028).—A7icon. 5?, Sagreenum [Solanum Rich]. _ Cubense Dun.—No descrito en el Prodromus, omitido por Sauval. — Jamaicense Sw. (380). — aculeatissimum Jacq. (3029). — latifolium Poir. (3030). = Chameacanthum Gris. (3634). — mammosum Lin. (Cuba?)— Giirito. Lycopersicum esculentum Mill. [Solanum Lycopersicum Lin.] (Cult.!)— Zomate. Capsicum pendulum Willd.—A/ji (tipo y var.) 8, minus Dun. [C. Havanese Kunth]. — baccatum Lin.—Aji guaguao. — annuum Lin. (cult.)\—Aji comin, Pimiento. Physalis pubescens Lin. (3635?)— Pantomima, Vejiga de perro. — angulata Lin. (3637).— Zomatillo. 6, Capsicifolia Gris. [Physalis Dun.] (Cult.! silv.?)— Farolillo. y, Linkiana Gris., A Gray [Physalis Nees].—Pantomi- ma, Vejiga de perro. — Hermanni Dun. (3636).—Pantomima, Vejiga de perro. Lycium Acnistoides Gris.—Pa/lo gallina, Belladona de la tierra. (101) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. 269 Datura Stramonium Lin.—Chamico. 6, Tatula Dun.—Chamico, C. azulado. — Metel Lin.—Chamico. — fastuosa Lin.—Chamico de la tierra?, Tunica de Cristo, Nangué. — ceratocaula Ortega.—Chamico silvestre. — suaveolens Kunth.—Campanilla blanca, Flor de campa- na, Floripundio blanco, Arbol de la bibijagua. Solandra grandiflora Sw.—Chamico bejuco. _ longiflora Tuss.—Chamico bejuco. Cestrum nocturnum Lin.—Galdn de noche. — Laurifolium L’Hérit. (1352, 1352*).— Galan de dia, de sabana. — hirtum Sw. (886). _ album Ferrero. — fastigiatum Jacq. — Moquinianum Dun. — odontospermum Jacq.—Omitido por Sauval. — diurnum Lin. (387, en parte, 3032).—Galan de dia (tipo y var.) y, tinctorium [Cestrum Gris.; no Jacq.?; C. diurnum A. Gray?; no Lin.] (376). — macrophyllum Vent. (3887, en parte). — Daphnoides Gris. (1351). Petunia parviflora Juss. (3638). — Nyctaginiflora Juss. (Cult.!)—Petunia. — violacea Lindl. (Cult.!)—Petunia. Nicotiana repanda Willd.—Zabaco cimarron. — Tabacum Lin. [N. Havanensis Lagasca] (Cult. !)— Tabaco. — Plumbaginifolia Viv. a Doniana Dun. Brunfelsia nitida Benth. [B. sinuata Rich.; B. parvifolia Rich.] (3021).—Galan de noche, arbusto, Nabaco. _— Cestroides Rich. {B. purpurea Gris.; B. Vinciflora Gris. | (393, 394, 1349).—Galan de noche morado, Lila de las Antillas. — Americana Sw.—Omitida por Sauval. Schwenkia Americana Lin. [S. adscendens Gris.; no Kunth]. — Tabaco cimarron. 270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (102) Convolvulaceas. Argyreia speciosa Sweet (Cult.!) Ipomea (Calonyction) bona-nox Lin. [Calonyction megalocar- pum Rich.; ©. speciosum Rich. |—/lor de Y, blanca, Bejuco de campanillas. — (Operculina) pterodes Choisy.—A/lmorrana, Tomate de mar, de flor amarilla. — = tuberosa Lin.—Bejuco de indio? — (Schizips) dissecta Pursh.—A guinaldo de almendra. a _— pentaphylia Jacq. [Batatas Choisy].— A gui- naldo velludo. o -—— quinquefolia Gris. [Batatas Choisy]. — (Batatas) Batatas Lam.* (ofrece algunas var.) (Cult.) —Boniato. — — fastigiata Sweet.—d guinaldo. — — Sidefolia Choisy.—Campanilla blanca, Agui- naldo blanco. — — adlterniflora Gris. [I. obtusata Gris.; I. digi- tata Lin.; var., Gris.; I. punctata Wr.; I. Pes-Capre Gris., Cat. 203? no Sw.?]— Aguinaldo de pinares. _— — Jalapoides Gris. _ — calantha Gris. — (Pentadactylis) Cavanillesii Rim. y Schult. — —_ triloba Lin.— Marrullero, Aguinaldo rosado (tipo y var.) 6, Kustachiana Jacq. — tenuissima Choisy. — (Xanthifos) umbellata Mey.—Aguinaldo amarillo. — (Pes-Capre) Pes-Capre Sw.—Boniato de playa. _— — Acetosefolia Rém. y Schult.— Boniato de playa. — —_ Martinicensis Mey. [Aniseia Choisy}. — — Nympheeifolia Gris.—Boniato de playa. a — Imperati Gris. [Convolvulus Vahl.; Bata- tas litoralis Choisy; no I. litoralis Blum.; I. arenaria Rém. y Schult.; no Steud.|—Boniato de playa. (103) Gomez de la Maza.—PprrRIANTIADAS CUBANAS. 271 Ipomea (Pes-Capree) sagittata Desf. — heptaphylla Gris.—Bejuco de indio criollo, morado. — dactylophylla Gris. — calophylla Wr.—TZerciopelo de monte. — Hypargyrea Gris. _ precox Sauval. (Exogonium) repanda Jacq. 8, pratensis Wr. y, undulata Wr. _ arenaria Stend.—Omitida por Sauval. microdactyla Gris. oe Fuchsioides Gris. —_ racemosa Poir. — argentifolia Rich.—TZerciopelo solferino. (Quamoclit) Quamoclit Lin. [Q. vulgaris Choisy |.— Cambustera de hojas menudas. (Mina) coccinea Lin. — Cambustera de hojas anchas, pune. — Hedervfolia Lin. [I. coccinea Lin.; 8, Hederx- folia A. Gray]. (Pharbitis) punctata Sauval (no Wr.) — Cissoides Gris. — Nil Roth.—Manto de la Virgen, Vgusmala azul claro. — purpurea Lam.*[Pharbitis hispida Choisy]. —Aguinaldo purpureo. _ acuminata Rém. y Schult. [Pharbitis mu- . tabilis Choisy; Ph. calycosa Rich. ?] — cathartica Poir.—d guinaldo. — Jamaicensis Don.—Omitida por Sauval, asi como la var. 6, glabrata Gris. — heterophylla Ortega. (Apharbitis) Rudolphi Rém. y Schult. (seccién?) commutata Rém. y Schult. — ?Ramoni Choisy. — ?pinnatifida Don. — ?Serpyllifolia Don. 2 — ? Falkioides Gris. 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) Ipomeea ? (seccidn?) ? [Pharbitis Ostrina Lindl., Bot. Reg:, lami- na 51.] (Cuba, seguin Benth. y Hook., Gen. pl., 11, 872.) Jacquemontia Tamnifolia Gris. [Ipomeea Lin.]|—A guinaldo azul. Convolvulus pentanthus Jacq. ne micranthus Rém. y Schult. — Jamaicensis Jacq. — Valenzuelanus Rich. — Havanensis Jacq. [Ipomea Choisy; C. ruderarius Kunth. ] 8, corolla-majori Gris. o nodiflorus Desr. — tricolor Lin. (Cult.)\—Don Diego de dia. Evolvulus Alsinoides Lin. — arbuscula Poir. — sericeus Sw. 6, argenteus Gris. [Evolvulus Pursh. ] — incanus Pers. — Serpylloides Sauval, nombre [Convolvulus (Ortho- caulos) Serpylloides Gris. ] — nummularius Lfn.—Aguinaldito rastrero. — Congifolius Choisy (Habana, segtn Choisy, en Cand., Prod7., 1x, 449).—Omitido por Sauval. Dichondra repens Forst.—A guinaldito rastrero. Cuscuta (Grammica) Americana Lin.—Bejuco fideo. a — umbellata Kunth. _— = indecora Choisy [C. decora Engelm.] — — obtusiflora Kunth. Apocineas. Allamanda cathartica Lin.—/Jazmin de la tierra, Barbero, Flor de barbero. Carissa grandiflora Cand. (cult.) Thevetia Neriifolia Juss.—Cabalonga, Cobalonga. Rauwolfia nitida Lin.—/uevo de toro. — canescens Lin.—Pa/lo boniato. _ Lamarckii, A. Cand. [R. nitida Lam.*; R. lati- folia A. Cand.; R. lanceolata Gris.; Veg. Kav., A. Cand. ?] = Ternifolia, Kunth.—/yrutillo. (105) Gomez de la Maza.—rrRIANTIADAS CUBANAS. 278 Rauwolfia Alphonsiana J. Mill. [R. parvifolia Spreng.; 8, Cu- bana A. Cand.; R. parvifolia Rich.] — Salicifolia Gris.—Zirio de paredon. — Cubana A. Cand.—dZirio de costa. Vallesia glabra Link.—Pa/lo boniato. Tabernemontana Citrifolia Lin.—Pegojo, Jazmin de la montanat — Laurifolia Lin. (Cuba?) — Berterii A Cand. (exot.) 6, parviflora A. Cand.—Zechoso, Palo lechoso. — (dliscolor Sw. — apoda Sauval. Cameraria latifolia Lin. [Neriandra Havanensis, J. Miill.]|— Maboa. — retusa Gris.—IMaboa de sabana. Strempeliopsis Cubensis [Rauwolfia? Strempelioides Gris.]— Palo boniato. Vinca (Lochnera) rosea Lin. [Lochnera Reich.|—Vicaria. Stemmadenia Galeottiana [Odontostigma Galeottianum Rich. | Plumieria alba Lin.—Zivio, LZ. blanco, Aleli blanco, Atabaiba (tipo y var.) 8, glabra Gris. aid obtusa Lin. (exdt. ?) fe y?, levis Gris.—Zirio amarillo, L. de playa, L. mo- 12% rado. fe — emarginata Gris.—Z777o0 (tipo y var.) bes % 8, Sericifolia [Plumieria Wr.] \z- - Clusioides Gris.—Zirio (tipo y var.) ‘e, 8, parviflora [P. obtusa Lin.; 5, parviflora, Gris. ] NY _ Filifolia Gris.—Zzrio. — rubra Lin.? (Cuba? silv.?)—Zirio tricolor?, L. chu- cho?, L. dulce? — especie (cult. !)—Zirio de Méjico. Malouetia Cubana A. Cand. Anechites asperuginis Gris. [Echites Sw., E. Lappulacea Lam.*; 6, asperuginis A. Cand.| Haplophyton cimidum (!) A. Cand. [Echites cinerea Rich. } Nerium Oleander Lin. (cult.!)—Adel/a, Rosa francesa. — (1) En Benth. y Hook., Gen. pl., 11, 723, se lee cimifugum; y en A. Gray, The Gamop., i, §2, cimicidum. ANALES DE HIST. NAT. — XXIII. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (106) Forsteronia corymbosa Mey.—Curamagiiey prieto, Bejuco prieto. — Alexandri Gris.—Curamagiiey prieto, Bejuco prieto. a (Syringostachyun) Corylifolia Gris. [Thyrsanthus? Corylifolius Gris.; Echites spicata Jacq.?; Fors— teronia spicata Mey.?] Echites (Laubertia) biflora Jacq.—Clavelitos de sabana, C. de manglar. —_ - =— paludosa Vahl. [E. concolor Hamilt.|—C/a- velitos de manglar. — (EKuechites) torosa Jacq.—Bejuco de mangle. a rosea A. Cand. [E. Myrtifolia Rém. y Schult., no Poir.; Mesechites Myrtifolia J. Miill.|—Rosa de sabana. — _ repens Jacq. _ umbellata Jacq. 8, longiflora Gris. y, crassipes [Echites Rich.] oa — litorea Kunth. — (Laseguea) calycosa Rich. — (Mandevilla) Valenzuelana Rich. [Rhabdadenia Wrigh- tiana J. Miill.] — Sagrei Cand. [Rhabdadenia J. Miill.; E. ferruginea Rich. |] — (Rhabdadenia) Cubensis Gris. [Rhabdadenia J. Miill.] — - Lindeniana Gr. [Rhabdadenia J. Miill.] — (Urechites) Andrewsii Chapm. [E. Neriandra Gris.: Neriandra suberecta A. Cand.; E. Ca- tesbeei Don. ?| a — Jamaicensis Gris. [E. Domingensis Sw., no Jacq. | — _ suberecta Jacq. [Urechites J. Miill.|—C/a- velitos de sabana, de flor amarilla. Asclepiadeas. arsdenia clausa R. Br. [M. affinis Rich.] (1374) (4).—Curama- giiey, C. blanco. (tip. y var.) (?). \ _ (1) Es erréneo 1378, en Sauval. (2) Hay que distribuir entre las variedades las exsiccatas de Wr., 1375 y 2970. 107) Gomez de la Maza.—PERIANTIADAS CUBANAS. 275 Marsdenia 6, campanulata [Marsdenia Gris. ] y, bifida [Marsdenia campanulata Gris.; 8, bifida Gris. | agelomerata Dec.s"? elliptica Dec.s"¢ ‘umbellata Gris. (1) (2972). fusca Wr. (2976). Saturejifolia Rich.—Omitida por Sauval. Metastelma parvifiorum R. Br. hamatum Gris. (2959). penicillatum Gris. (2960). 8, brachystephanum | Metastelma Gris.; Astepha- nus Cubensis Kunth; £, pauciflora Gris.] (1665, 2961, en parte) (?). . linearifolia Rich. [Amphistelma Gris.] (°) (2957). fusculum Sauval. Cubense Dec. (3528). Bahamense Gris., Cat. 174 [M. Cubense Gris., F7o- va, 417, no Dec.s2*; M. Schlechtendalii Chapm.., no Dec.2"*} Poicilla Tamnifolia Gris. ovatifolia Gris. (4. Vincetoxicum palustre A. Gray [Ceropegia palustris Pursh.; Lyonia maritima Ell.; Cynanchun angustifo- lium Nutt.; Seutera maritima Dec.s"°; Cynan- chum maritimum Maximo; Amphistelma sa- linarum Wr., en Gris., Cat. 175; Metastelma salinarum, atribuido 4 Wr. por Sauval, autor de este nombre} (2958). scoparium A. Gray [Cynanchum scoparium Nutt.; Cynoctonum? scoparium, Chapm.; Am- phistelma filiforme Gris.; A. Ephedrioides Gris.; A. Graminifolium Gris.; Metastelma filiforme Wr., segin A. Gray, pero creemos que este nombre es de Sauval] (405, 2962, 2969). . (1) Sindénima de la M. elliptica Dec.sne? (2) La otra parte es algin Astephanus, segan Benth. y Hook. (3) gSerdé Vincetoricum ? (4) Véase Astephanus ovalifolius Rich. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (108), Vincetoxicum acuminatum [Orthosia acuminata Gris.] (2966). — oblongatum [Orthosia oblongata Gris.] (2967). Gonolobus Tigrinus Gris. (1667). 6, angustifolius Gris. _ stephanotrichus Gris. (407, 2969). - Ottonis Koch y Bouché. Oxypetalum riparium Kunth (406). Metalepis Cubensis Gris. (2977?) [Gonolobus Rich., excluyendo sinonimia Jacq. ?] Lachnostoma maritima |Ibatia Dec.s¢| — mollis [Ibatia Gris] (2978). Philibertia viminalis A. Gray [Asclepias Sw.; Sarcostemma Brownei Mey.; 8S. clausum Rich.] (1666). — ? scandens [Fischeria Cand.; Cynanchum crispiflo- rum Sw.; Salisb. Gonolobus crispiflorus Rém. y Schult.; Holostemma Candolleanum Spreng. ]} (1378).—Curamagtiey de costa, Huevo de toro, be- juco, Guauro. Fischeria Havanensis Dec.s""°—Curamagiiey de costa. Astephanus Grisebachi [Tylodontia Cubensis Gris.] (2564). — ovalifolius Rich. (403, 2968).—Gris., Pl. Wright., 520, cita la exsiccata de Wr., 1379.— Esta espe- cie sera sindnima de la Poicilla ovatifolia Gris. ? (2965). — urceolatus Gris. o Cubensis Kunth (404). Stephanotis longiflora [Marsdenia Rich.] (2974).—Curamagiiey. — Vinceflora |Marsdenia Gris.] (2975). — floribunda A. Brongn. (Cult.!)—Zstefanotis. Hoya carnosa R. Br. (Cult.!)—F lor de cera. — especie (Cult.!) Calotropis herbacea Wallisch ? (Cult.!) Stapelia variegata Lin. (Cult.!)—Astrella, Africana. Asclepias Curassavica Lin. (401).—//or de calentura, F. de la calentura, encarnada. —- nivea Lin. fA. perennis Sauval, no Walt.?] (402).— Flor de calentura, blanca. — Cornuti Dec.se (Cult.)\—Hierba acolchada, Asclepias de Siria. (109) Gomez de la Maza.—PrERIANTIADAS CUBANAS. a7 Escrofularineas, Micranthemum (Eumicranthemum) (') orbiculatum Mich.* — — (7) rotundatum Wr. - (Hemianthus) (*) Nuttallii A. Gray |[Hem. Mi- cranthemoides Nutt. | _ — punctatum Sauval, nombre {[Hem. punctatus Wr.] - + multiflorum Sauval, nombre (Hem. multifiorus Wr.; Hem. erosus Wr.| -- — trisetosum Sauval, nombre [Hem. trisetosus Wr.] — a Elatinoides Sauval, nombre {Hemianthus Gris.] — a Callitrichoides Sauval, nom- bre [Hemianthus Gris.] (1640, en parte) (4). — — adenander Sauval, nombre [Hemiantus Wr. ] _ — (*) reflexum Sauval, nombre [Hemianthus reflexus Wr.] — (Amphiolanthus) Bryoides [Amphiolanthus Gris. ] — — Arenarioides [Amphiolan- thus Gris. ] — (seccién?) ciliolatum Sauval. — — ? tetrandrum Sauval (°). Hydranthelium humifusum Sauval, nombre [Herpestis (Bra- mia) humifusa Gris.; Herpestris obovata Pépp.?] (%). Encopa tenuifolia Gris. (1) Subseccion Lumicranthemum propios. (2) Subseccion Micropeplidium. (3) Subseccién Buhemianthus. (4) La otra parte es la Oldenlandia Callitrichoides Gris.: Rubiacea. (5) Subseccion Hemiolanthus. {6) Estambres 4-3.— Micranthemum ? {7) Herpestis ? 278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110): Bonnaya alterniflora Sauval ('). Ilysanthes Gratioloides Benth. Capraria biflora Lin.—/Zscabiosa, Majuito. Scoparia dulcis Lin.— Lscobilla. Buchnera elongata Sw.— Fscabiosa. — Americana Lin. Gerardia purpurea Lin. — hispidula Mart. — Domingensis Spreng.—Fernandina blanca. Synapsis Ilicifolia Gris. Russelia sarmentosa Jacq.—Omitida por Sauval. — Juncea Zuccar (Cult.!).—Lagrimas de amor, L. de Ju- piter. Scrophularia micrantha Desy.; no d’Urville. Stemodia maritima Lin. =. Durantifolia Sw. — parviflora Ait. — Ageratifolia Sauval. — radicans Gris. Conobea innominata G.-M. (?) (3003).—Omitida por Gris. y Sauval. Herpestis reflexa Benth. — repens Champ. y Schlecht. _— 8 multistriata Wr. — Beccabunga Gris. — sessiliflora Benth. — rotundifolia Pursh. —_ obovata Pépp. (°). — Chameedryoides Kunth [H. Cubensis Popp. } — Monnieria Kunth.—Gvraciola. — Micro-Monnieria Gris. Torenia (Nortenia) Asiatica Lin. (Cult.!) — Violeta china. Angelonia Salicarizfolia Kunth [A. angustifolia Gris.; no Benth.?]— Hernandina (enana y grande). Linaria (Hlatinoides) Elatine Mill. (Cult.) Antirrhinum majus Lin. (Cult.!)— Boca de dragon, Monigote. (1) Ilysanthes? (2) Enana, postrada, muy ramosa. Hojas diminutas. (3) Véase Hydranthelium. (111) Gomez della Maza.—PeRIANTIADAS CUBANAS. 279 Gesneraceas. Sesamum Indicum Cand. (exot.) y, subindivisum Cand. (Cult.!)—Ajonjoli. Crescentia Cujete Lin. [C. acuminata Kunth].— Gira, @. ci- marrona, Totuma. Cucurbitina Lin.— Wagiiira. Schlegelia parasitica Miers (') [Taneecium (*) parasiticum Sw.] Bellonia spinosa Lin. Niphea pulchella Gris. Heppiella rupincola Wr. [Rhytidophyllum petiolare Gris. Cat., 198, en parte; no Cand.]—Boca de leon. Pentarhaphia (Eupentarhaphia) Duchartreeoides Sauval. —CHitira macho. brachyantha Gris. triflora Gris. incurva Gris. ferruginea Sauval. Salicifolia Gris. glandulosa Gris. verrucosa Dec.s"¢ Cubensis Dec.s¢ (Duchartrea) viridifolia [Duch. Dec.s"°] (°). (Synanthera) humilis [Conradia Mart. ] depressa [Conradia Gris. | Celsioides [Conradia Gris. | Gloxinioides [Conradia Gris. ] Libanensis[Gesneria Morr.; Ophian- the Hanst.; Conradia Gris.; Rhy- tidophyllum floribundum Houtt.; Lem. Herinequia floribunda Dec-s3¢) (1) Sauval hace sinédnimas ambas especies bajo el nombre de Tanecium parasiti- cum Sw., lo que es erroneo. Esta tiiltima especie, su sinonimia y demas, debe borrarse del catalogo de las Bignonidceas (ANALES, XIX, 264). (2) El género Tanecium, admitido modernamente y distinto de Schlegelia, no tiene especies cubanas. Ambos son Gesnerdceas. (3) Gris., Cat., 199, admite D. viridiflora Dec.sne 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (112) Pentarhaphia (Sytnanthera) reticulata [Conradia Gris.] 8, obovata [Conradia reticulata Gris.; 8, obovata Gris. | — _ corrugata [Conradia Gris.] Rhytidophyllon crenulatum Cand. (Rhytidophyllum).— Boca de leon. — tomentosum Mart. (Rhytidophyllum) [Rhyti- dophyllum exertum Gris.]— Boca de ledn, de paredon; Salvilla. — petiolare Cand. (Rhytidophyllum) [Rhytido- phyllum petiolare Gris., Cat., 198, en par- te].—Boca de leon, de paredon. ~- Wrightianum Gris. (Rhytidophyllum).— Boca de leon. Tussacia pulchella Reichb. [Besleria Don]. Alloplectus cristatus Mart. Columnea (EKucolumnea) scandens Lin. — tincta Gris. -— (CoNandra) sanguinea [Besleria Pers.; Collandra Gris.; Alloplectus sanguineus Mart. |] Martynia diandra Glox.—Martinia, Alacrancillo, Araia-gato. Acantaceas. Thunbergia fragrans Roxb. (Silv.)—Zwmbergia. y, Nees. (Silv.)\—Zumbergia. -- alata Bojer (Cult.!)— suitedorstesresecteorrscess ORDEN VI. PERISODAGTinGEs DE HISTORIA NATURAL. 18) Orden I. Quiropteros 6 MurciGlagos. I. Con apéndices membranosos en la nariz y el trago poco desarrollado...........- SRE OR Re oS ROR eR ROE Re OO Re eieccniac Co Go IO neny Merri. Fam. 1. Rinoldfidos. No comprende mis que un solo génerO ...-. eee ee eee eee Rhinolophus Geoff. IJ. Sin apéndices membranosos en la nariz; trago muy desarrollado. 1. Orejas libres 6 soldadas pero sin formar jamas un repliegue en la frente; cola delgada, casi enteramente incluida en la membrana interfemo- TE esa ASS CA AUS OCS COO CERO SUI DEC nnn Cc ceerdar Fam. 2. Vespertilionidos. a. Orejas soldadas entre si cerca de su base. b. Orejas muy grandes, casi tanto como el cuerpo, no dentadas......... SADE RCO. BODE MOD OOD CHOU DCR IDOtDao Rraeictomiatetaretar™ Plecotus Geoff. b.b. Orejas cortas, anchas y dentadas...........-+..+6 Synotus K, et Bl. aa. Orejas libres. c. Frente muy convexa y bruscamente elevada por encima del hocico (las orejas y las alas como en el género Vesperugo TROY LE DIB) ealeetsieicteisieietescicigiereleiere oinieta tus atet=ieveraireya Miniopterus Bp. c.c. Frente ordinaria. d. Primer premolar superior pequenio 6 nulo; trago poco alargado y generalmente encorvado hacia dentro; alas largas y estre- CHAS cc cidiets detae cevaect nes srapiere seyaeteieein ulegeiarele Vesperugo Kk. et Bl. add. Primer premolar superior bien desarrollado; trago largo y generalmente encorvado hacia fuera; alas cortas y anchas.. By ara aloe eta are forever sve s ciel ajaterevevayesotefihera oteteheretaiekster a= Vespertilio XK. et BL. 1.1. Orejas soldadas en gran parte por su borde interno que forma un repliegue sobre la frente; cola gruesa y prolongada en mas de su mitad fuera de la membrana interfemoral. ..........0.-+-eeeee-s- Fam. 3. Embalontridos. No comprende mas que un solo género representado..... Nyctinomis Geof. Fam. 1. Rinoldfidos. Cola contenida en la membrana interfemoral; dedo medio con dos falanges; la primera en linea recta (durante el reposo) con el hueso metacarpico. Narices abiertas en una depresion de la superficie superior del hocico, circundadas por apéndices cutaneos foliaceos. Sin trago. Huesos intermaxilares rudi- mentarios, representados por la delgada lamina Osea, suspen- dida desde el cartilago nasal hasta el centro del espacio que queda entre los caninos. Molares con pliegues distintos en forma de JV. GENERO Rhinolophus Geoff. Nariz con apéndices foliaceos bien desarrollados, en cuya base estan colocadas las aberturas nasales. Dientes: I 33 C * Ps; Mo; = 32 dientes. Orejas bien separadas, anchas y des—- provistas de trago, pero con un antitrago bastante perceptible. 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA 5 a. Longitud del antebrazo, proximamente 57mm. Segundo premolar superior, to- cdndose con el canino, pues el primer premolar es muy pequeno y queda co- locado fuera de la linea de los demas. Membrana interfemoral muy aguda... pour Deeaie Gaia esis ceials «bie ei wlalolelsrcraieip'seielers . Dimensiones: del antebrazo, 0,030; envergadura de las alas, 0,180; cabeza y cuerpo, 0,040; cola, 0,35. Esta especie es una de las mas comunes en la regidn, y es frecuente en los alrededores de Madrid! Pérez (col. Mus.). Vesp. Kuhli \Vatterer.—Color obscuro con los pelos sélo cla- ros en su apice y distribuidos también en el ala de una ma— nera semejante a la que presentan en la especie anterior; bor- de inferior de la membrana interfemoral con una banda blan- ca, poco limitada. Tamano mediano. Orejas mas anchas que en las demas especies, con el borde externo apenas céncayo en su tercio superior y el trago con el borde interno recto y el SP Pie, Mis. eee 2 externo convexo. Calcaneo largo. Dientes: I. aw Primer incisivo superior de un solo Iébulo. Dimensiones: del antebrazo, 0,033; envergadura de las alas, 0,210; cabeza y cuerpo, 0,044; cola, 0,035. El nico dato que poseo para citar esta especie de nuestra regidn es un ejemplar existente en las colecciones del Museo y recogido en el Jardin Botanico de Madrid. GENERO Vespertilio L. Hocico largo y conico con tubérculos glandulares pequenios; aberturas de la nariz en forma de media luna, colocadas algo lateralmente en el extremo del hocico. Orejas separadas, ova— les, mas largas que anchas, con el trago largo y generalmente encorvado hacia fuera. Cola mas corta que la cabeza y el cuer- po. Lobulo post-calcaneo pequeno 6 nulo. Alas cortas y anchas. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXII. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Vesp. murinus Sc/rd.—Color rojo claro por encima, casi blan- quecino en la cara ventral. Tamano grande. Orejas anchas y ovales, tan grandes como la cabeza. Trago largo, recto y pun- tiagudo. Alas insertas en los huesos metatarsicos, cerca de la base de los dedos. Sdélo la Ultima vértebra caudal que es rudi- mentaria libre. Dientes: I. = eae Ee = M. = Dimensiones: del antebrazo, 0,060; envergadura de las alas, 0,355; cabeza y cuerpo, 0,073; cola, 0,052. Es una de las especies mas frecuentes, y abunda en toda la region, tanto en el llano como en los montes. Madrid! Bosca (col. Mus.); Escorial! , La Granja (col. Mus.); area matritense, Graells. Aun cuando no hay dato ninguno que lo pruebe, puede casi asegurarse que en esta regién debe existir también alguna otra especie de este género como el Vesp. Bechsteini Leisl., que se distingue del anterior por tener el antebrazo solamente de 39 mm. de largo, 6 el Vesp. mystacinus Leisl., ain mas pequeno. Famiuia 3.2 Embalontridos. Cola que pasa la membrana interfemoral. Primera falange del dedo medio doblada durante el reposo en la superficie dor- sal del hueso metacarpico. Narices con aberturas circulares sin apéndices foliaceos. Orejas muy soldadas en su borde in- terno, formando un repliegue sobre la frente. Trago distinto. Molares bien desarrollados con pliegues en forma de W en la corona. GENERO Nyctinomus (Geoff. Orejas muy soldadas en su borde interno, formando un re- pliegue, con un antitrago en el borde externo. Alas insertas en el borde inferior de la tibia. Cola larga y gruesa, saliente en mas de su mitad fuera de la membrana interfemoral. Nyct. Cestoni Savi.—Color gris negruzco, algo rojizo. Tama- ho mediano. Orejas ovales muy soldadas y con arrugias. Labio : ae a 2 3 superior muy extensible. Dientes: 1.3; C. 7; P.>; M.q. Dimensiones: del antebrazo, 0,058; envergadura de las alas, DE HISTORIA NATURAL. 19 0,364; cabeza y cuerpo, 0,078; cola, 0,046, de los cuales 0,027 quedan libres. Esta curiosa especie, tinico representante en Europa de la familia de los embalonuridos, es rara en todas partes, y se en- cuentra en la region submontana del area matritense, Graells! Escorial, Martinez! —Kl Sr. Secretario ley las actas siguientes: SECCION DE SEVILLA. Sesi6én del 6 de Diciembre de 18938. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Se repartid el cuaderno 2.° del tomo xxu de los ANALES. —Se procedié a elegir la mesa que ha de actuar en el ano proximo, quedando constituida en la forma siguiente: Presidente: D. Salvador Calderon. Vicepresidente: D. Romualdo Gonzalez Fragoso. Tesorero: D. Manuel de Paul. Secretario: D. Manuel Medina. Vicesecretario: D. Carlos Canal. —Se aprobo el siguiente presupuesto para 1894. Pesetas. Mozo para repartir las citaciones..... Eons OR aAe 30 Gastos de Secretaria y Tesoreria ..........0000ce0 10 FE OMATD. 3 ¢er-eopiehe ots ietdcrs 40 —E]l Sr. Medina leyé lo siguiente: Notas entomologicas. Nuestro distinguido consocio Sr. Uhagén comunicé a esta Sociedad los datos que poseia acerca de las especies espaiolas del género Blaps. Como en dicha comunicacién figuran esca- 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sas noticias de Andalucia, he creido util consignar las especies: de dicho género que tienen representacidn en esta comarca consultando las colecciones de nuestro Museo de Historia Natural. ESPECIES DEL GENERO Blaps. Blaps hispanica Sol.— Malaga (Gracian!); Hornachuelos (Cor- doba) (Garcia Nunez!); Constantina (Sevilla!). — gigas ¥.—Sevilla!; Cazalla (Rio!); Guadalcanal (Sevilla): (Calderon!) — similis Latr.—Sevilla! «Recientemente el mismo Sr. Uhagén se ha ocupado en ampliar las noticias que poseia acerca de las especies espano— las del género Pimelia y con este motivo consignaré los datos. que he podido reunir de dicho género en Andalucia.» | ESPECIES DEL GENERO Pimelia. Pimelia ruida Sol.—Sevilla! — maura Sol.—Chiclana (Cepero!) — betica Sol.—Sevilla! — costata Waltl.—Sevilla! — fornicata Herbst.—Chiclana (Cepero!) —KH]l Sr. Calderon did lectura a las siguientes: Observaciones sobre el mimetismo cromatico cambiante. «El Sr. Murillo, farmacéutico, establecido en esta capital, tuvo la bondad de proporcionarme un niunero bastante crecido: de camaleones vivos, procedentes de Vélez—Malaga, los cuales he podido conservar algun tiempo en tal estado en el Museo de la Universidad, con objeto de estudiar sus costumbres, y sobre todo la curiosa adaptacién al color de los objetos inme- diatos, tan conocida y notable en estos curiosos reptiles. Aleunas observaciones quizas nuevas me ha permitido recoger esta ocasidn; pero el citado estudio, que era el principal, DE HISTORIA NATURAL. 21 encomendado 4 uno de mis mas queridos discipulos, no ha podido realizarse por causas independientes de su voluntad y los camaleones se han ido muriendo, como sucede siempre en Sevilla durante el invierno, al menos desde hace bastantes anos. »Como se trata de un fendmeno que excita la curiosidad g@eneral y cuya explicacién se pide tantas veces al naturalista en esta regidn por los profanos, me ha parecido digna de entreteneros con él algunos momentos, siquiera sea poco lo nuevo que sobre ella pueda anadir, no habiendo tenido ocasién de realizar el estudio micrografico proyectado. »Es sabido que el camaleon, reptil de movimientos tardos y dificiles, en tierra sobre todo, pasa su vida agarrado con ‘sus dedos y su cola prensil a las ramas de los arboles y a las pencas de las chumberas, tomando el color del medio en que se encuentra, lo cual constituye su nica defensa. Cuando se le transporta alternativamente de plantas de color claro a otras de coloracidn muy obscura 6 a4 tierras 6 planos pintados diversamente, es cuando puede observarse mejor los cambios profundos de color que es capaz de experimentar en el espacio de pocas horas. Esta propiedad no es privativa del camaleén, sino que la presentan también otros reptiles y anfibios, parti- cularmente la rana, y aun Cciertos invertebrados, pero con intensidad mas débil que aquel 6 dentro de limites menos amplios. »Mis discipulos y yo hemos observado en nuestros ejempla- res que el mimetismo cromatico del camaleén se hace mas acentuado y rapido bajo la influencia de la luz, que en la penumbra y en la obscuridad, y ademas que se pueden provo- car dos coloraciones independientes en las dos mitades del cuerpo, derecha é izquierda, las cuales parecen distribuirse homogéneamente en cada una de estas dos mitades, lo que indica que se halla regida principalmente esta propiedad por el sistema nervioso central. »La gamma de los colores oscila entre una serie de matices infinita desde el blanco hasta un verde tan intenso que parece negro, y la serie intermedia consiste en tonos verdosos ama-— rillentos y azulados. Me parece que para la produccién de ciertos matices brillantes el animal aprovecha también su propiedad de poder hincharse 6, por el contrario, adelgazarse, 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dando asi diferente tensidn a las células de su piel. Al morir toman un color negruzco primero y luego blanquecino, nunca los verdes y azulados, al mismo tiempo que se contraen y arrugan. »Las recientes investigaciones de M. Dutartre sobre la colo— racion de la piel en la rana, de que ha dado cuenta en el Congreso de la Asociacién francesa de Besancon, explican muchas de las mencionadas particularidades, como voy 4 in- dicar; pero debo hacer antes una indicacién previa para la mejor comprensidn de estas investigaciones. »Hace bastante tiempo que los anatomicos habian explicado- los cambios notables de coloracién de la piel de los cefalopo- dos, y particularmente de la sepia en la que el fendmeno es magnifico, por modificaciones de forma de las células pigmen- tarias, & causa de la contraccién 6 relajamiento de fibras. musculares sometidas @ la voluntad del animal. Esas células pigmentarias son esféricas, estan situadas en la piel 4 diferen- tes profundidades y llenas de granulacioues de pigmento, Nevando el nombre distintivo de cromatoforos. Se cree que en la periferia de estas células se insertan fibras musculares, que al entrar en contraccién, provocan un ensanchamiento del contenido pigmentario de dicha células, lo cualse traduce: al exterior por manchas de forma estrellada y que producen diversos efectos en el juego alternativo de las diferentes capas. de cromatoforos. »Mas tarde estos descubrimientos se han aplicado al estudio. de la adaptacidn cromatica de algunos animales superiores y de vida aérea mencionados, encontrandose que en ellos los: cromatéforos experimentan movimientos ameboideos, los cuales producen su deformacion. M. Dutartre ha comprobado. que en la rana estos movimientos se hallan regidos por el sistema nervioso central y el simpatico, sirviendo los gang lios. de éste de centros secundarios, y que son influidos por la accion directa de la luz, el calor y las corrientes eléctricas. La luz blanca y los rayos menos refrangibles provocan la con- centracién y por consiguiente el aclaramiento del cuerpo; la obscuridad y los rayos menos refrangibles, producen, por el contrario, la dilatacién de los cromatoforos. Los ldbulos épticos son los centros de los reflejos que permiten al animal adoptar la coloracién del medio, por lo cual las. ranas ciegas no presen- DE HISTORIA NATURAL. 23 tan este fendmeno de mimetismo. Por eso, aprovechando la notable independencia de los dos ojos del camaleén, le coloca- mos entre dos planos uno blanco y otro negro, y pudimos comprobar la imitacién de ambos colores con independencia en cada una de las caras repectivas. »M. Dutartre ha encontrado ademas que masas de glébulos rojos pueden ser digeridos localmente por células linfaticas y presentar todas las formas de los cromatoéforos; asi se producen haciendo llegar un haz de luz intenso a la piel completamente incolora del vientre. Muchas veces, como cuando se impide poner ala hembra y hay reabsorcidn de los huevos, pueden originarse manchas que no presentan la organizacién de los cromatoforos. »Por lo que se refiere al camaleon, yo creo que el fendmeno de su mimetismo cromatico es mas complejo que en la rana. De una parte la piel es en él rugosa y susceptible de dilatarse y contraerse ampliamente en casi todo el cuerpo, cuya facul— tad aprovecha para producir tonos de coloracidn de que no son capaces los anfibios. De otra, la serie de capas cromatofo- ras es en el camaleén muy complicada y afecta una estratifi-— ecacidn, en la que parece haber cierta diferenciacién zonar, que esta en harmonia con la actividad notable de la piel de estos reptiles. »Examinando en conjunto el fendmeno de la adaptacién cromatica cambiante, llama la atencién el hecho de presen— tarse aislado en formas correspondientes 4 grupos muy diver— sos del reino animal, como he indicado, lo que hace sospechar tenga alguna representacién, siquiera leve, en otras muchas en que hasta ahora ha pasado inadvertido, y que sea quizas el punto de partida de esa adaptacién cromatica permanente, por cuya virtud los insectos y otros artrépodos, adquieren definitivamente y con tan rara perfeccidn el color del medio en que habitualmente viven. Asi entre los anfibios, vemos el cromatismo cambiante en el género Rana y el permanente en el Hyla, y entre los reptiles el primero en el camaleén y el segundo en los lagartos, tan conocido y notable en Andalucia, que la gente del campo distingue inmediatamente los /agartos de drbol, de pared y de tierra.» —l mismo Sr. Calderon dijo lo siguiente: «El dia 1.° del presente mes a eso de las nueve de la noche, 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA las pocas personas que transitaban en Sevilla 4 la orilla del rio vieron descender rapidamente un cuerpo luminoso trazando en el espacio un dilatado y brillante reguero de fuego, caer y sumergirse con gran ruido en el cauce del rio, mas alla de la Torre del Oro, levantando una ola circular bastante extensa. Tales son las noticias que sobre este fendmeno dan algunos periddicos locales con referencia a la narracién de testigos personales; noticias que convendria ampliar, sobre todo si se confirmara la caida de un meteorito, aunque en tales circuns- tancias seguramente seria perdido para la ciencia, merced al sitio en que se ha sepultado. »También me han participado que este verano ultimo, en un dia que aun no han podido precisar, se vid en la Dehesa de Benjumea, término de la Puebla de Cazalla, 4 las once de la manana, aparecer stubitamente una rafaga luminosa intensa y de colores irisados, como de un cuerpo brillante que se pre— cipitara, perdiéndose tras de unos olivos. »En este, como en el reciente caso de Sevilla, no se percibid explosidn, ni esta confirmada la caida de cuerpo pétreo aleuno, lo que hace suponer que en ambos se trata de fend- menos de la misma indole que el del 8 de Junio del pasado ano de que di cuenta en esta Sociedad; es decir, de particulas cosmicas aglomeradas que arden en la atmdsfera, resolvien- dose después en substancias pulverulentas. »Esta interpretacién pudiera, sin embargo, ser rectificada por ulteriores averiguaciones que se proponia continuar sobre los dos fenédmenos meteorologicos referidos.» —Se did lectura 4 un articulo de M. Decaux sobre la destruc- cidén de los insectos nocivos al arbolado, inserto en el num. 161 de Le Naturaliste, lo que motivé algunas observaciones de varios socios sobre la posible aplicacién en Espana de los parasitos en el exterminio de dichas plagas. Sesi6én del 5 de Enero de i894. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Fl Sr. Cafial (D. Carlos) leyé la siguiente nota: DE HISTORIA NATURAL. 25 Ereursion a Cazalla de la Sierra y San Nicolds del Puerto. «Con objeto de estudiar los restos prehistoricos que pudie— ‘an existir en la parte N. de la provincia de Sevilla, emprendi hace breves dias una excursién por tales sitios; pero fijando principalmente como base de mis investigaciones los pueblos de Cazalla de la Sierra y San Nicolas del Puerto, en cuyos tér- minos tenia noticias de haberse descubierto algunos objetos de dichas edades. »Decidi hacer desde luego una visita 4 la Cueva de Santiago, distante 30 km. del primero de los mencionados puntos. En- cuéntrase la caverna en el cerro que lleva su nombre, que se halla por uno de sus lados casi cortado 4 pico, como vulgar— mente se dice, pues su inclinacién es muy pronunciada. A los pies del mismo, y en la canada que forman el cerro de San— tiago y el de las Vacas, corre la ribera de Benalija, cuyas agi- tadas aguas, 4 causa del choque con los grandes cantos de rocas eruptivas (1) que pretenden oponerse 4 su paso, produ— cen fuerte ruido, 4 la vez que la lozana vegetacién de la Sie- rra, semejante 4 la de regiones mas septentrionales, da a aquel casi inaccesible sitio un aspecto eminentemente salvaje. Una vez recorrida la distancia que existe entre Cazalla y la Cueva han de ofrecerse algunas dificultades antes de entrar en ella, pues en primer término se hace bastante dificil la su— bida al sitio donde esta la boca de la misma, y en segundo, teniendo tres entradas, es de todo punto necesario hacerla por la que se halla al E. de las dos restantes, que es la que verda- deramente conduce al interior de la caverna, pues las otras son el punto de partida de una larga‘serie de galerias y corre- dores en todas direcciones, internandose en los cuales se hace luego peligrosa la salida si al efecto no se ha ido echando paja i otra sefial indicativa de que aquella galeria fué por la que se paso. »Penétrase en la Cueva por una especie de abrigo, en el fondo del cual se abre un pequeno agujero que da acceso a una espaciosa sala que 4 su vez tiene comunicacidn con otra (1) Véase CALDERON ¥ DEL Rio: Hpidiorita de Cazallu de la Sierra. (ANALES DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., tomo x1x, péginas 42i-431 ) 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA por una estrecha abertura; pasada esta tercera estancia, en— cuéntrase en el suelo del corredor una especie de brocal de pozo, de 2 m. de diametro, por donde hay necesidad de des— cender, con el auxilio de cuerdas 6 escala, hasta una profun- didad de 465 m.: desde este punto comienza a recorrerse una galeria muy pendiente y resbaladiza a causa del légamo, pro- ducto de las aguas que cuando, llueve, por alli corren, termi— nada la cual se penetra en una sala de considerables dimen— siones, de techo elevado, conservando en algunos puntos una ligera capa de estalagtita, é indudablemente la que mas im— portancia ofrece de cuantas se compone la Cueva: ésta no continua después, al menos en la parte que he podido visitar, en la misma direccién hasta aqui senalada, sino que el ultimo departamento mencionado tiene lateralmente otros dos mas. pequenos; el de la izquierda esta completamente lleno de agua y al intentar penetrar en él por donde habia menos. (en el centro de la estancia hay mas de 1 m.) tuvimos que retroceder, tanto mi guia como yo, al momento, pues el aire esta muy impuro y la respiracién se hace con mucha dificul- tad; el de la derecha es bastante reducido, sirviendo de paso a otro también Meno de agua. La presencia de ésta en el fondo de la caverna se explica facilmente, pues corriendo inmedia— tas las riberas de Benalija y de las Barandillas y estando aquel mas bajo que el cauce de los regajos, filtranse las aguas que estos llevan hasta el interior de la Cueva. »Tratamos de explorar, con las pocas herramientas y uten— silios que llevabamos el suelo de la gran habitacién antes mencionada. Consistiria el primitivo en la capa de estalag— mita que hoy se conserva 4 0,75 m. de profundidad, pues las aguas han ido formando sedimento que alcanza bastante espesor: hacese indispensable, una vez puesta al descubierto, romper la estalagmita y debajo de esta encontraranse casi seguramente buen numero de objetos prehistdricos. Digo esto, porque aparte de dos que recogi de dudosa autenticidad (1), (1) En el Catélogo de la seccién de Prehistoria general y del pais, del Gabinete de Historia Natural de esta Universidad, se hallan marcados con los nimeros 76 y 119, un fragmento de cuchillo y una astilla, ambos de silex, procedentes, segtin las pape- letas correspondientes, de la Cueva de Santiago. El Sr. Calderén no ha podido darme mds noticias acerca de estos instrumentos por encontrarse en el Museo cuando él se encarz6 de su direccién Creo mas bien, pues en Cazalla me asegura— DE HISTORIA NATURAL. 27 creo plenamente que la Cueva ha sido habitada en aquellos remotos tiempos, fundandome no sélo en las buenas condicio- nes que para ello ofrece, sino también en el siguiente curioso dato que no deja lugar a duda: terminada nuestra visita 4 la ‘averna, y cuando nos disponiamos & salir de ella, observa— mos que para subir a la especie de agujero 6 brocal de pozo que existe en uno de los corredores, como antes dije, no eran necesarias las cuerdas, pues en la roca granitica existen per- fectamente labrados siete 1 ocho pequenos huecos 4 modo de escalones que facilitan en gran modo la ascensién, y que supongo obra del hombre primitivo, pues ala verdad nadie iba hoy dia a hacer tales cosas por el solo placer de hacerlas. »También visité 4 1 km. de San Nicolas del Puerto la Cueva del Fragante, la cual nunca debe haber sido morada del hom-— bre por las malas condiciones que para ello ofrece. »Cercano a este ultimo pueblo, en el sitio llamado Molino de los Nogales, proximo al cual corre la ribera del Huerna, tuve la fortuna de encontrar, sin que acerca de él se me hu-— biera hecho la menor indicaciédn, un hermoso dolmen. Difi-— cultades ajenas por completo a mi propdsito impidieron que explorase dicho monumento, cosa que he de verificar tan pronto como me sea posible. Daré, sin embargo, algunas noti- cias acerca del mismo. Compdénese de grandes piedras en dos series, una encima de la otra, que forman sus paredes, estando el techo constituido por tres de aquellas; mide exterior— mente 9,50 m. de longitud por 8 de latitud; calculando las dimensiones de la cavidad interior, dado el considerable grosor de las piedras, en 5 m. por 4. Seguin pude observar por los intersticios que dejan las rocas el dolmen ha ido rellendn- dose de tierra, efecto sin duda de.las aguas, siendo, no obs— tante, muy facil la extraccién de la misma 4 causa de lo poco compacta que se halla, como procedente de las filtraciones, productoras estas Ultimas, al mismo tiempo, de una ligera capa de estalagtita, que da al interior del monumento un bello aspecto, en la parte que me fué posible examinar. »Merced @ haberlas dejado tal como se encontraron, hacia ron que nadie habia explorado la Cueva, que dichos objetos hay an sido extraidos de la de San Francisco (Guadalcanal), en la cual hizo el Sr. Machado algunas exca- vaciones. 23 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los anios de 1868 a4 1869, para que el visitante pueda recono- cerlas y estudiarlas, me fué dable ver un grupo de sepulturas de la edad del cobre existentes en la jurisdiccién de Cazalla, en un cerro elevado que limita un valle estrecho, llamado de (a Paloma, cerca de la finca denominada de Berlanga, y acerca de las cuales escribieron los Sres. Machado (1) y Macpher- son (2). »Kn el Cerro del Hierro, donde hay escorias pertenecientes a las explotaciones que alli hicieron los romanos, recogi varios fragmentos de oligisto con destino al Gabinete de His— toria Natural de esta Universidad. »Un hacha de doble bisel muy desgastada y un raspador de fibrolita, la primera encontrada por mi y el segundo proce- dente de San Nicolas traje también de la excursidn, para la cual me dieron facilidades en grado sumo los Sres. D. José Alonso y D. José Neguillo, registrador de la propiedad y mé- dico respectivamente de Cazalla de la Sierra.» —Se did lectura 4 la comunicacion siguiente del Sr. Gonza- lez y Garcia de Meneses: «El reciente é interesante trabajo de nuestro Presidente D. Salvador Calderon sobre el Origen de los filones metalife- ros (3), me ha sugerido la idea de comunicar @ la Sociedad algunas observaciones sobre la estructura de ciertas minas de pirita de la provincia de Huelva, la cual me parece aporta su contingente a las cuestiones tan importantes como dificiles a que se refiere el mencionado trabajo. »Yo estoy en un todo de acuerdo con el Sr. Calderén en que los filones y masas metaliferas se han formado mediante la concentracién por via acuosa y superficial de los materiales tenuemente interpuestos en las rocas vecinas; asimismo que este trabajo ha comenzado depositando las reducciones en las fracturas preexistentes del terreno, pero creo que, al menos en los casos que voy acitar, no se trata de meros rellenos de grietas, sino que el mismo fildn se ha ido fraguando la cavi- dad en que yace, dilatandola a4 modo de cuna. (1) Congreso internacional de arqueologia prehistorica. Revista de Filosofia, Litera- turay Ciencias de Sevilla. Sevilla, 1869, vol. 1, pag. 283. (2) Los habi'antes primitivos de Espana. Madrid, 1876, pag. 34. (3) L’origine des Nlons métalliferes. (Feuille des Jeunes Naturalistes; 1893.) DE HISTORIA NATURAL. 29 »El adjunto esquema representa la estructura general de los filones de pirita de la Cueva de la Mora, los Confesonarios y otras de la misma regién, que no cito para atenerme sdlo a lo observado por mi. »E1 macizo rocoso del N. consiste en una roca feldespatica, cristalina, su- mamente descompuesta, llamada po7- jido en el pais; después viene una capa 6 serie de ellas de pizarra extremada-— 1, Roca cristalina descompues- r - ta.—2. Pizarra carbonosa del mente carbonosa, ala que.se debe-el euim: 9. Pizarras:-diversas principal trabajo de reduccién del sul- nie Fee rae fato aportado por las aguas desde la ™"'* roca cristalina antes mencionada. En cierta ocasién, dirigiendo los trabajos de explotacién de una de estas minas, vinieron a avisarme alarmados de que en las proximidades de la pizarra carbonosa se habia sentido de repente una extremada fetidez que se propagaba por las galerias. Se trataba de un despren— dimiento de hidrégeno sulfurado, que prueba bien la abun- dancia de la materia organica en la roca que ejerce el papel reductor. Viene después el filon de pirita con su coronamiento de limonita, habitual en toda esta clase de minas. El muro opuesto se halla constituido por una serie de capas de piza- rras arqueadas en torno del fildn y adelgazadas en la parte mas ancha de éste, las cuales van recobrando su espesor nor— mal por encima y por debajo de la masa de pirita. Los mine- ros conocen bien esta circunstancia y saben que al nivel de la linea a @ los estratos de pizarra si se cortan en esta parte deleada, se precipitan como cunas de punta, descendiendo por los planos de estratificacién 6 isos, como ellos dicen. »Semejante disposicién revela claramente todo el proceso de formacion de estos filones y su gradual acrecentamiento, al modo como crece un cristal en el seno de una disolucidn de composicion igual ala suya, poniendo ademas de manifiesto el trabajo mecanico que se ha ido operando al fraguarse la cavidad en que yace el mineral, la cual, como he dicho, creo es el producto del engruesamiento del fil6n y no una caverna preexistente.» «El Sr. Calderén encarecié la importancia de la nota que acababa de leerse, manifestandose en general de acuerdo con 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la interpretacion del Sr. Gonzalez Meneses en sus observacio- nes, que podrian quizas aplicarse a muchos casos andlogos. Sin embargo, anadid, se exageraria demasiado si quisier sacarse de ahi una ley general para la formacién de las cavi- dades en que se hallan los yacimientos metaliferos, pues para que las cosas hayan podido realizarse en Huelva del indicado modo, ha sido preciso el concurso de dos circunstancias que no siempre se presentan: la elevaciOn y casi verticalidad de los estratos en que encaja el fildn y la flexibilidad de estos, la cual les ha permitido ceder al esfuerzo de compresion. »Conviene, ademas, tener en cuenta que otras causas ante- riores 6 simultineas 4 la precipitacién del metal pudieran haber producido el mismo resultado mecanico descrito. Pre- cisamente hace pocos anos, M. Stuart Menteath se ha ocupado en la Sociedad geoldgica. de Francia (1) de fenodmenos de esta indole en la provincia de Huelva. Las pizarras del Sur del gran cielo abierto de Rio Tinto van sufriendo un movimiento de rotacioén a causa de la excavacion practicada por la extrac— cién del mineral, en cuya virtud en vez de buzar al N., como lo hacian antes, hoy se inclinan en la opuesta direccion. A pocos kildmetros al N., en el camino de Campo Frio, el mismo gedlogo ha notado otro ejemplo analogo de volteo de las mismas pizarras, sdlo que aqui la falta de equilibrio que ha producido el doblez, es la obra de una garganta profunda excavada al pie de los estratos por un arroyo que adquiere fuerza considerable durante las crecidas. »El arqueamiento de las capas levantadas cuando las pre- siones acttian en las fallas dejando un vacio en forma de béveda por debajo, es un hecho conocido de muchos parajes. La famosa gruta del Hecme (Ariége) debe su origen 4 un fendmeno de este género. También es muy frecuente obser- varle en las capas alzadas de margas ricas en yeso, que el agua va disolviendo, sobre todo por debajo, y entonces, faltas de cimiento y adelgazadas, se hunden encorvandose de diversa manera. »Todos los datos precedentes prueban que el fendmeno del arqueamiento de las capas alzadas puede proceder de muy (1) Sur certains relations entre la géologie et Vart des mines. (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.° série, t. xvir, 1889.) DE HISTORIA NATURAL. 31 aliversas causas, sin excluir la indicada por el Sr. Gonzalez de Meneses. No queda demostrado, por tanto, ni aun en el caso que indica el esquema precedente, que el filon se ha fraguado la boveda, mientras no se pruebe que antes de formarse éste la cavidad tenia sus paredes paralelas, lo cual le parecia muy dificil al Sr. Calderon.» —Tll Sr. Calderon did lectura 4 la siguiente nota biblio- grafica: Unionides de U’ Espagne. «Con este titulo acaba de publicar el reputado malacdlogo M. Henry Drouet un interesantisimo trabajo inserto en las Memorias de la Academia de Dijon (4." serie, t. Iv, anos 1893 y 1894), cuya tirada aparte forma un elegante tomo de 88 pa- ginas y dos magnificas laminas dobles. La importancia del asunto y la competencia excepcional con que esta tratado, me han parecido motivos suficientes para dar cuenta del conte- nido de dicho estudio en esta Sociedad. »La parte general se compone de una Introduccidn en la que el autor expone brevemente la historia de los escasos estudios realizados hasta ahora en la Peninsula sobre la familia de las nayades y de una descripcidn en bosquejo de los rasgos salien- tes de las cuencas de la Peninsula y de su hidrografia en rela- cidn con el asunto especial de su trabajo. Esta descripcion, con ser deficiente, merece verdadero elogio, tanto por lo difi- cil de la empresa, dada la falta de datos de que atin se dispo- ne, como por servir de punto de partida para ulteriores inves— tigaciones encaminadas a esclarecer tan importantes cuestio- nes geografico-zooldgicas. Después de expresar su gratitud a los naturalistas espanoles y extranjeros que le han comuni- cado materiales para su obra, pasa el autor 4 mencionar los unidnidos espanoles, que comprenden 48 especies, y de ellas 17 nuevas, distribuidas en la siguiente forma: Margaritana margaritifera L.—Galicia. Unio sinuatus Lmk.—Ebro (Salvana). — littoralis Cuv.—Duero, Tajo; frecuente en Galicia y Por- tugal. — Bigorrensis Mill.—Galicia. 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Unio Circinatus sp. n.—Jicar y Turia, abundante (Bosca). umbonatus Rossm.—Segura (Bosca); Guadaira (Calderon); Genil (Sainz), etc. Hispalensis Kob. _ var. Calderoni Kob.- Guadalquivir (Calderén). — var. Salvadori West. —Guadaira (Calderon). rhysopygus sp. v.—Almenara, Castellon (Bosca). Gandiensis Drouet.—Jtcar (Salvana). subreniformis Bourg.—Gerona (Martorell, Hidalgo, Sal— vana). Courqguinianus Bourg.—Albufera de Valencia (Debeaux). mucidus Mor.—Galicia y Zamora (Macho). cameratus sp. n.—Galicia (Macho), y Duero, en Soria (Juniez). limosellus sp. u.—Duero, Madrid (Macho); Jarama (Hi- dalgo). decurtatus sp. n.—Duero (Macho); Tajo (Morelet); (Ciu— dad-Real (Bosca). gravatus sp. 1.—Espana (Dautzenberg). dactylus Mor.—Ciudad-Real (Bosca); Villanueva de la Serena (Zaragoza). Penchinatianus Bourg.—Provincia de Gerona. Moquinianus Dupuy.—Galicia (Macho); Gerona (de Chia, Salvana). Hispanus Moq.-Tand. — var. Sevillensis Kob.—Guadalquivir (Calderon). — var. sphenoides West. — Guadaira y otros rios de Andalucia. Valentinus Rossm.—Valencia y Castellon (Bosca é Hi- dalgo). Turtoni Payr.—Fluvia (Salvana, de Chia y Serradell). Requieni Mich.—Gerona (Salvana, de Chia). atharsus Bourg.—Valencia (Hidalgo). Aleroni Comp. et Massot.—Gerona y Barcelona (Salvana, de Chia, etc.). Graellsianus Bourg.—Albufera de Valencia (Bourguignat). Almenarensis sp. n.—Almenara, en Castellon de la Plana (Bosca). Belicus Kob.—Guadaira (Calderon). callipygus sp. n.—Ciudad-Real (Bosca). DE HISTORIA NATURAL. 33 Unio turdetanus sp. n.—Moron (Calderén). Anodonta littoralis Drouet.—Gerona (de Chia, Salvana). lativostris sp. n.—Gerona (Salvana). mollis sp. n.—Valencia (Salvana); Gerona (Debeaux). Betica Kob.—Guadaira (Calderon). Calderoni Kob.— Guadaira, abundante cerca de Se- villa (Calderon). melinia Bourg.—Albufera de Valencia (Bosca, Sal— vana, Hidalgo). adusta sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). Castroi Bourg.—Valencia, abundante. regularis Mor.—Galicia. glaucina sp. n.—Galicia (Macho); Gerona (Salvana). prasing sp. n.—Galicia (Dautzenbere, Macho). nobilis sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). bicolor sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca). Martorelli Bourg.—Albufera de Valencia (Salvana, Bosca, Martorell). submacilenta Serv.—Albufera de Valencia (Servain). viriata Serv.—Albufera de Valencia (Bosca, Hidalgo). Valentina sp. u.— Laguna de Almenara, Castellon (Bosca). emaurata sp. n.—Albufera de Valencia (Bosca) (1). Todas las especies inéditas descritas en la Memoria del se- hor Drouet estan representadas en dos magnificas laminas dobles dibujadas por el conocido artista Arnoul, de Paris, acrecentando notablemente el mérito de tan importante tra— bajo, por el cual merece su autor los placemes mas sinceros de los malacdélogos, y muy senaladamente de cuantos natura— listas se interesan por el conocimiento de la fauna espanola. (1) En esta lista s6lo hemos mencionado las localidades en extracto. En la obra de que se trata se dan mas detalles geograficos y morfolégicos, ademifs de la descripcién en latin y francés de casi todas las especies, y mds extensamente de las nuevas. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 3 31 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sesién del 14 de Febrero de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. —Asiste el Sr. Medina (D. Manuel), de Sevilla. —Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. —El Sr. Secretario did cuenta del fallecimiento del socio Sr. Camara y Camara (D. José Maria), de San Clemente (Cuen- ca), y el Sr. Presidente, haciéndose intérprete de la Sociedad, manifestd el sentimiento con que ésta habia oido la noticia. —Fueron admitidos como socios numerarios los senores Palacios (D. Pedro), de Madrid, propuesto en la sesién anterior por el Sr. Cortazar, y Esplugues y Armengol (D. Julio), de Valencia, propuesto en la sesién anterior por el Sr. Bolivar en nombre del Sr. Bosca. —Se hicieron siete nuevas propuestas de socios numerarios. —Hstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas acor- dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —E] Sr. Martinez y Saez da cuenta de un trabajo del socio P. Capelle, de Uclés, que forma la parte primera del estudio de los descubrimientos prehistdricos hechos por su autor en una caverna de Segobriga (Cuenca), Memoria que por acuerdo de la Sociedad paso 4 la Comisién de publicacién. —El Sr. Bolivar leyé la siguiente noticia necrologica que le habia sido remitida por el Sr. D. Edmundo Bordage del Museo de Paris. Noticia necrolégica del Doctor Fischer. «El Museo de Historia Natural de Paris acaba de sufrir (el 29 de Noviembre de 1893) una pérdida dolorosa en la persona del Dr. Paul Henry Fischer. »Nacido en Paris el 7 de Julio de 1835, Paul Henry Fischer empezé sus estudios clasicos y de medicina en Burdeos. Fué Interne des Hoépitauxr de Paris en 1859, y doctor en la misma Facultad en 1863. Sus estudios de medicina no le impidieron _—— DE HISTORIA NATURAL. 35 entregarse con entusiasmo a las ciencias naturales, y en 186] entraba con el titulo de Preparador en el Laboratorio de Pa- leontologia del Museo de Paris dirigido en aquella época por el Sr. d@Archiac. Las investigaciones de Fischer se dirigieron especialmente 4 los moluscos actuales y fosiles. Desde 1876 dirigia el Jowrnal de Conchyliologie, con la colaboracién del Sr. Crosse. Del grado de Preparador paso al de Atde-naturaliste del Museo (titulo cambiado hoy por el de Assistant). Estudio con mucho éxito los animales marinos del litoral de Francia, dando a conocer la distribucién geografica y batimétrica de esos animales, y las profundidades en que se encuentran mu- chos foraminiferos, celentéreos, equinodermos, moluscos, briozoarios, etc. Con la colaboracién del marqués de Folin empezo el estudio de los animales dragados en aquella parte tan curiosa del Golfo de Gascuna, que Iaman los franceses «/a@ Mosse du Cap Breton.» Los dos sabios descubrie- ron un numero considerable de formas desconocidas 6 que recordaban especies que eran solamente conocidas en estado fosil. Paul Fischer hizo con el Sr. Delesse investigaciones sobre los sedimentos submarinos de las playas francesas. Luego fué elegido miembro de la Comisidn de los dragados y tom6 parte de 1880 4 1883 4 bordo del Zravailleur y del Ta- lisman, en las célebres expediciones cientificas que dirigia e] distinguido profesor Milne Edwards. Durante esas expedicio-— nes noto Fischer la enorme extensién de una fauna fria carac- terizada por sus especies boreales y articas, y su desarrollo hasta el Senegal en donde vive bajo de otra fauna que pre- Senta caracteres intertropicales. »De la lista de los trabajos del Dr. Paul Fischer, lista que contiene nada menos de 300 titulos de volimenes, folletos y memorias, daremos: Paléontologie de Asie Mineure (con la colaboracién de los Sres. d’Archiac y de Verneuil); Mollusqgues du Mexique et de VAmérique centrale; Species général et icono- graphie des Coquilles vivantes; Animaux fossiles du Mont Léebe- von (en colaboracién con el Sr. A. Gaudry); Paléontologie de Vile de Rhodes; Cétacés du sud-ouest de la France; Catalogue et distribution géographique des mollusques terrestres, fluviatiles et marins @une partie de UV Indo-Chine; Sur les caractéres de la Saune conchyliologique terrestire et fluviatile récemment eteinte du Sahara; Sur la faune conchyliologique de Vile d’Hainan 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA (Chine). A esos titulos hay que anadir sus Memorias sobre la fauna malacoldgica de la isla de Lord Howe (Océano Pacifico), de Cambodge, de las islas Aleoutieas, del Archipiélago de la Caledonia y de la Bahia de Suez. En colaboracién’ con el Sr. E. L. Bouvier, publicd Memorias sobre las particulari— dades anatomicas de ciertos grupos de moluscos (Sw l’orga- nisation des mollusques prosobranches senestres; Sur Vasymétrie et Venroulement des mollusques univalves, etc.) Por ultimo escri- bid un tratado notable de conquiliologia que hoy dia es cla— sico (AZanuel de Conchyliologie et de Paléontologie Conchyliolo— gique ou Histoire naturelle des mollusques vivants et fossiles). In ese manual el autor ensena que la clasificacién debe fun- darse no solamente sobre las formas de las conchas, sino prin- cipalmente sobre los caracteres anatomicos. »E] Dr. Paul Fischer era Caballero de la Legién de Honor desde 1871; Oficial de Instruccidn publica desde 1881. Habia conseguido varios premios de la Academia de Ciencias de Paris. Habia sido ademas Presidente de la Sociedad Zooldgica y de la Sociedad Geolégica de Francia. Paul Fischer era hom- bre de profundisima erudicidn. Conversaba con encanto y podia con gran facilidad, después de haber tratado asuntos de ciencias naturales y de medicina, discutir sobre filosofia, lite- ratura y estética. Por lo expuesto se comprendera cuan lamen- table ha sido la pérdida y lo unanime del sentimiento experi- mentado por la muerte de un sabio cuya afabilidad sélo podia compararse con su modestia.» —Kl Sr. Secretario leyé la siguiente comunicacién escrita y remitida por el socio Sr. Sanchez Navarro (D. Emilio), de Cadiz: Noticia de wn caso de xifodinia. «A la amabilidad de nuestro buen amigo el R. P. D. Fran- cisco de A. de Vera, Director del Museo Arqueoldgico de Cadiz y vocal naturalista de la Junta de pesca de este departamento, debemos la ocasién de haber podido estudiar un monstruo, que, si bien no es de los mas raros, al menos por la especie & que pertenece, de la que no es siempre facil procurarse fetos, quizas tenga aletin valor cientifico. »Este monstruo fué remitido al R. P. Vera por un patron de «las parejas del dow de la matricula del Puerto de Santa Maria, DE HISTORIA NATURAL. 37 dentro de una vasija con alcohol débil, y habia sido extraido, segtin su descubridor, del vientre de un marrajo. »Los individuos que lo componen se hallan unidos por su cara ventral hasta llegar 4 las aletas toracicas, 4 cuya altura se bifurcan y aparecen dos porciones de torax con sus corres pondientes cabezas, las cuales se hallan afrontadas por su cara ventral, siendo una mas estrecha que la otra a la que excede en longitud. Las aletas toracicas ofrecen la particularidad de que mientras que de un lado cada uno de ellos tiene la suya perfectamente separada y distinta, de el otro se encuentran unidas en toda la longitud del borde lateral que mira hacia la cola: en cuanto a las dorsales cada uno tiene las suyas, colo- cadas en su sitio normal sin presentarse en ellas ninguna ano- malia, teniendo tan sélo una ventral y una anal, de las cuales la primera esta provista de los apéndices caracteristicos a los machos de los selacios, y se hallan situadas en la parte lateral del cuerpo de este monstruo, en la que las aletas pectorales no tienen ningtin punto de unidn, y 4 la misma distancia del hocico y de la cola 4 que se hallan situadas en los ejemplares que no presentan ninguna monstruosidad. »El feto se encuentra en un periodo muy avanzado de su des- arrollo, siendo su longitud, a partir del extremo del hocico correspondiente 4 la cabeza en que aquella es mayor hasta el de la aleta caudal, de 11 cm., y de 10 cm. tomada desde el extremo de la otra. »Segtin la clasificacidn que de los monstruos hace Isidoro Geoffroy Saint-Hilaire (1), el ejemplar de que nos ocupamos pertenece 4 la segunda clase, monstruos compuestos, y dentro de ésta 4 su primera divisién dobles, familia de los sisémidos, cuyo caracter distintivo consiste en tener los individuos que la componen sus térax en parte 6 en un todo confundidos; familia que subdivide en tres géneros: psodimos, cuyos indi- viduos poseen dos térax distintos, a partir de la regidn lum-— bar; xifodimos, en los que tan sdlo parte del térax se encuen- tra confundida y 4 cuyo género pertenece el monstruo de que nos ocupamos; y derodimos, en los que los dos térax se hallan confundidos, formando un solo cuerpo con dos cabezas. (1) Histoire générale et particuliére des anomalies de Vorganisation chez Vhomme et les animaus ou Traité de Teratologie. Paris, 1837. ~~ whe 33 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Los individuos que presentan este género de monstruosidad son viables, como lo demuestra el caso, perfectamente com— probado de Rita Cristina, monstruo humano perteneciente 4 este género, nacido en Cerdefa en 12 de Mayo de 1829 y muerto en Paris a la edad de ocho meses, atribuyéndose su fallecimiento, mas que a otra causa, 4 las malas condicio— nes del medio en que se hallaba. Buchanan en su obra (1) refiere, que, a principios del reinado de Jacobo IV, nacid, en Escocia, un monstruo masculino, perteneciente, 4 juzgar por su descripcién, al género de que nos ocupamos, el cual vivid, segun dicho autor, veintiocho anos. »Regnault en sus Hearts de la Nature, cita un xifodimo, en el que dos de sus cuatro brazos se hallaban soldados. »Sentimos que los datos tan imperfectos que nos han sumi— nistrado sobre la procedencia de este monstruo, y el haber estado sumergido durante largo tiempo en una pequena y débil cantidad de alcohol, nos impida el poder averiguar con seguridad la especie 4 que pertenece, tanto mas, cuanto que no poseemos ningtin dato respecto a la madre, sino el de que era un marrajo, palabra con la que se designan vulgarmente en esta costa a todos los grandes selacios, exceptuando el Sgua- tina angelus L., angelote, y la Zygena malleus Risso, cornudilla, especies ambas que se pescan con bastante frecuencia en estos mares, y de las cuales la ultima se encuentra, como hemos tenido ocasién de ver, en gran niimero y muy cerca de las playas en la parte O. del imperio del Mogreb, viéndolas nadar casi a flor de agua, pues tienen fuera de ésta el extremo de sus aletas dorsales, alrededor de los buques.» —EI Sr. Secretario leyé la nota siguiente, remitida por el Sr. Rodriguez y Femenias (D. Juan J.), de Menorca: Algas de agua dulce recogidas en los baiios de Panticosa, durante el mes de Agosto de 1893. Croococcaceez. Chroococcus...—Sitios aguanosos inmediatos a la « Fuente pur- gante». x OS I a eS (1) Rerum scoticarum historia, lib, x:11. DE HISTORIA NATURAL. 39 Gomphospheria aponina Ke.—Idem, id. Aphanothece rupestris.—ldem, id. Hormogonec Heterocystee. Stigonema thermale Borzi.—Sitios aguanosos inmediatos a la «Fuente purgante». Nostoc commune Vaucher.—Idem, id. — microscopicum Carmichael.—Idem, id. Scytonema figuratum Ag. (Sc. thermale Ke.)—Idem, id. Hormogoneze Homocystee. (Oscillarieze). Phormidium valderianum Gomont.—Punto de nacimiento de la «Fuente termal purgante>». — laminosum Gomont.—Idem, id. Oscillatoria anguina Bory.—Idem, id. La determinacién de las algas que preceden es de toda con— fianza, pues las siete primeras lo han sido por el distinguido algdlogo M. Bornet, y las tres ultimas por M. Gomont, autor de la Monografia de las Oscilarias. —Hl Sr. Secretario leyé la nota que sigue del Sr. Fernandez Navarro: Minerales de Espana existentes en el Museo de Historia Natural. (Segunda nota) (1). «En la nota anterior que con este titulo tuve el honor de presentar a la Sociedad, me ocupé de la primera clase («Ele— mentos») del profesor Groth. En mis estudios posteriores he revisado parte de los ejemplares de la segunda clase («Com- puestos del azufre, el selenio, el teluro, el arsénico, el anti- monio y el bismuto»), hasta llegar 4 la pirrotita; es decir, los sulfidos, selénidos, teluridos, etc., de los metaloides y °. (1) Para la primera nota véase el tomo xx de estos ANALES, pig. 109 de las Actus. 40 ACTAS DE-LA SOCIEDAD ESPANOLA parte de los que Groth Hama silfidos, selénidos, teliri- dos, etc., de los metales. »Pero antes de dar cuenta a la Sociedad de los ejemplares que de estas especies posee la coleccién de minerales de Espana de nuestro Museo, agregaré a la lista anterior algunos hallados después de presentada aquella y haré constar que, observados al espectroscopio los azufres rojizos de Hellin, gracias a la amabilidad de mi amigo el ayudante de Fisica de la Universidad Central, Sr. Gonzalez Marti, me he convencido de que, contra lo que yo suponta, no existe en ellos el selenio 6 existe en cantidad tan pequena que no merece tomarse en consideracién. Los ejemplares 4 que anteriormente me refiero pertenecen a las especies siguientes: »Oro. Un ejemplar consistente en un pequeno trozo de anabergita sobre el que se ha depositado el metal en forma de pegaduras y en bastante cantidad. Procede de Penafior (Sevilla) y ha sido regalado recientemente por nuestro distin- guido consocio D. Salvador Calderon. »Plata nativa. Dos ejemplares hay que agregar a los ya catalogados de esta especie; uno de Herrerias (Almeria) y el otro de la mina Sancho Panza en Cartagena. El primero es exactamente igual 4 los anteriormente descritos de la misma localidad, y en el segundo el metal se encuentra en pegaduras sobre un silicato de alumina del grupo de las haloisitas. ‘ »Mercurio nativo. Un ejemplar, regalo del Exemo. Sr. Don Federico de Botella, en que el azogue esta depositado sobre una cuarcita y acompanado del mercurio cérneo y del cinabrio; procede de Almadenejos. »Cobre nativo. De esta eSpecie hay que agregar tres ejem— plares, todos ellos de Rio-Tinto, los tres cristalizados y analo- gos 4 los demas descritos de dicha localidad. »A llemontita. (As, Sb — Arsenantimon.) De esta especie, no citada en mi nota anterior, he hallado un ejemplar procedente de Guadalcanal, y que en las colecciones del Museo figuraba (indudablemente por la localidad), como mineral de plata. EF] arseniuro de antimonio se encuentra sobre una ganga de es— pato calizo, formando pequenas masas brillantes que se agru- pan en estrellas de ocho 4 doce radios, en algunos puntos de las cuales parecen verse caras de romboedros y otras induda- blemente de exfoliacidn. Va acompanado de masas esféricas DE HISTORIA NATURAL. 4l de arsénico nativo constituidas por capas concéntricas, y entre dichas capas hay otras finisimas de laallemontita. Ns un ejem- plar muy notable, no sélo por su belleza, sino también por tratarse de una especie poco frecuente. »Pasando ahora 4 los minerales de la segunda clase de Groth y en la primera divisidn, he visto representadas en nuestra coleccién las siguientes especies: »Rejalgar. (As? S?.) Los cinco ejemplares de esta especie que he tenido ocasién de ver son de diversas localidades de Asturias y ninguno esta cristalizado. Uno de ellos, sin locali- dad determinada, se presenta en los planos de exfoliacién de un espato calizo bastante transparente, al cual da un aspecto extrano; otro se encuentra depositado sobre un cinabrio com— pacto (Mieres); otro sobre una pizarra carbonosa y algo ferr— fera (Pola de Lena); los otros dos son masas compactas sin ganga alguna, manchadas en algunos puntos de oropimente. »Estibina. (Sb? S'— Antimonita; Antimonglanz.) Esta espe- cie es mas abundante, puesto que de ella se encuentran ca- torce ejemplares, de Biobra (Orense), Modela (La Mancha), Marana (Leén), Viso del Marqués (Ciudad-Real), Cervantes (Galicia), Pola de Lena y Cangas de Tineo (Asturias), La Bo- dera (Guadalajara), y Castroverde, San Payo de Muradella, Bolano y Sangullo (Lugo). »E] de la primera localidad citada es donativo de D. Manuel Cazurro y consiste en una masa hojosa, de lustre empanado en la superficie. También se presenta en masa el de Modela, al cual acompana en bastante cantidad un 6xido hidratado de antimonio que probablemente es la cervantita. Kl de Marana forma una masa exfoliable en varias direcciones y oxidada en muchos puntos de su superficie. De Viso del Marques hay dos ejemplares andlogos al anterior. Otros dos hay proceden— tes de Cervantes y otro de cada una de las demas localidades citadas, todos en masa y sin mas diferencia que el mayor 6 menor grado de oxidacién de la superficie, excepto el de Can- gas de Tineo que se presenta en cristales imperfectos muy alargados y dispuestos en formas radiantes. »Molibdenita. (MoS? — Molybdinglanz.) De esta especie hay ocho ejemplares de diferentes localidades, todos en masa com- pacta. En la mayor parte de los casos, el sulfuro de molib- deno esta depositado sobre el cuarzo; tal sucede en los de Vi- 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA llacastin y Arroyo de Vegas de Matute (Segovia), Cuevas de Salobre (Asturias) y Hoyo de Manzanares (Madrid). Otro de esta localidad esta sobre una cuarcita; el de Val de Tejos (Leon) sobre otra que también contiene calcopirita, el de Torrelodones (Madrid), sobre un granito cloritico y el de Gui- narel (Gerona) sobre idocrasa; en este el mineral forma lami- nas de contorno confusamente exagonal que se apilan unas sobre otras. »De la segunda divisién que Groth forma en la clase que estoy estudiando, no he visto hasta ahora mas que los tres primeros grupos, de los cuales no hay mas representantes en nuestra coleccién que las tres especies siguientes: »Blenda. (ZnS — Zinkblende.) Hay en la coleccién diez y nueve ejemplares de Onate, El Cuadron, Oyarzun , Colombres, Ceain y Picos de Europa. Las de Onate (Guiptizcoa) son hojo- sas, de aspecto resinoso y de color pardo 6 amarillento; alg@u- nos ejemplares tienen como ganga una arenisca con gran can- tidad de espato calizo y a otros acompafia ademas la galena. Todas ellas son mas 6 menos ferriferas y algunas algo cadmi- feras. »Las procedentes de El Cuadrén (Madrid), son masas redon— deadas de estructura hojosa y color negro, algunas llenas de Greenockita en la superficie; contienen gran cantidad de cadmio y hierro, algo de bismuto é indicios de cobre. La de Oyarzun es de color negro y esta acompanada de galena ho- josa y pirita de hierro; es también muy ferrifera, algo cad- mifera y da indicios de cobre. El unico ejemplar de Colombres (Asturias) esta constituido por una masa negra de estruc— tura hojosa, acompanada de nédulos de siderita parcialmente limonitizada; contiene muchisimo hierro y algo de cadmio. Los de Ceain son los tinicos ejemplares cristalizados y en ellos se encuentran como formas dominantes el rombododecaedro y el diploedro, es de color negro, esta depositada sobre una _ dolomia en parte cristalizada y presenta indicios de hierro, cobre y cadmio. . »Los ejemplares de mayor belleza son los procedentes de las diferentes localidades de Picos de Europa, casi todos ellos transparentes, facilmente exfoliables y de colores amarillen— tos 6 rojizos; no contienen mas que algo de hierro. Suelen ir acompanados de carbonatos de zine, habiendo entre ellos un DE HISTORIA NATURAL. 43 ejemplar procedente de Aliva confusamente cristalizado, y otro muy curioso de la misma localidad, en el cual la blenda esta contenida entre las mallas de una especie de red forma- da por la esmithsonita, demostrando asi la formacidn del car- bonato 4 expensas del sulfuro. En estos ejemplares ha sido en los que mi profesor Sr. Quiroga hizo los experimentos para demostrar las anomalias de las blendas sometidas a ligerisi-— mas acciones mecanicas (1). »Nicolita. (Ni, As—Kupferniquel; Arsennickel.) Los seis ejemplares de esta especie que poseemos proceden de Bailén (Jaén), Gistain y Gtiel (Huesca), Carratraca (Malaga) y Vim- berdi (Tarragona). El primero es compacto, recubierto de una patina de anabergita, y contiene azufre, cobre y antimonio en pequenas cantidades; también contienen anabergita los de las provincias de Huesca, Malaga y Tarragona. El de Gistain es notable por la gran cantidad de azufre que contiene, y el de Giiel por estar como empapando una roca serpentinica. Los de Carratraca no ofrecén nada de particular, y el de Vimberdi consiste en una especie de brecha formada por el Kupferniquel y la baritina, con plata nativa y anabergita; en el ensayo did, ademas del niquel y el arsénico, plata, cobre, cobalto, azufre é indicios de antimonio. »Pirrotita. (Fe! S?’—Pirita magnética, Magnetkies.) Cinco ejemplares de esta especie posee nuestra naciente coleccion. Dos de ellos procedentes de Cazares en la Serrania de Ronda, consisten en dos grandes masas de pirita magnética algo mez- clada con calcopirita. El otro, recogido por el Sr. Quiroga en Marbella (Malaga), consiste en un agregado ya descrito por dicho senor (2), formado por piroxeno, clorita y espato calizo principalmente; en dicho agregado se encuentra la pirrotita, ya en masa compacta, ya en cristales poco determinables de facies exagonal. Otro es una pequeha masa recogida por el Sr. Vila en Teixidelos (Coruna). El ultimo esta constituido por una masa de facil exfoliacién y procede de la provincia de Salamanca, sin localidad determinada.» —El Sr. Hernandez (D. Carlos) leyé la siguiente nota por encargo del Sr. Bolivar: (1) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., XXI, Actas, pig. 115. (2) ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., Xx, Actas, pag. 28. 4} ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA AD COGNITIONEM ORTHOPTERORUM EUROPA ET CONFINIUM. I].— Sobre el género Gryllodes Sauss. «Dificilmente podran reunirse materiales mas numerosos para el estudio de las especies de este g@énero y en especial de las espanolas que los que yo he conseguido, gracias 4la ayuda que me han prestado mis amigos y corresponsales a quienes cito en lugar oportuno, y sin embargo de esto, encuentro aun algunas dificultades para la determinacién de las es— pecies de aquel g@énero a pesar de lo cual me decido 4 publi- car estos apuntes sobre el género Gryllodes, considerando de una parte que aunque incompleto representa este estudio un adelanto notable en el conocimiento de aquellos insectos sobre el que teniamos después de publicado el Prodromus der europaischen orthopteren del Sr. Brunner von Wattenwyl, obra excelente que ha venido a ser como el punto de partida y de referencia para todas las nuevas investigaciones sobre los ortépteros europeos, y de otra que adoptando una forma conve- niente resultan estos estudios en disposicién de ser continua- dos 6 completados por cualquiera otro observador, pudiendo desde luego ser utilizado todo aquello en que se ha Hegado a un resultado satisfactorio y llamadose la atencidn sobre los puntos dudosos, a4 fin de procurar sean objeto de nuevas investigaciones. »Leén Dufour en 1820 describié la primera especie europea de este género incluyéndola en el género G7ryllus con el nombre de G@. pipiens; sus ejemplares procedian de Aragon y de Cataluna. »Fieber en 1853 did & conocer también con el nombre de Gryllus otra especie del Sur de Rusia 4 la que llamé @. late- ralis. »Saussure en 1870 cred el género Gryllodes en el que incluyé estas especies y otras varias exoticas. »Brunner en 1882 describid en su Prodrvomus otra especie europea 6 mejor dicho espanola que es el Gryllodes ibericus. »Después de esta fecha se han descrito las siguientes es- pecies: DE HISTORIA NATURAL. 45 »En 1885, el Gryllodes littoreus Bolivar, de Talavera de la Reina; en 1888, el Gr. Panteli Cazurro, de Uclés; en 1889, el Gr. Brunnervi Riggio, de Sicilia; en 1893, el Gr. Kerhkennensis Finot, de Argelia y Tunez; y en 1894, el G7. macropterus Fuente, de Ciudad Real. »De estas ocho especies cinco como se ve son espanolas, y si se agrega otra especie inédita que poseo y a la que daré el nombre de Gryllodes Hscalere y se excluye el Gr. Brunneri Riggio que en mi concepto debe constituir cuando menos un subgénero aparte para el que propongo el nombre de @7ryl/o— deres y que se caracterizaria por la forma y estructura de los élitros del < que son tan cortos que sélo cubren la base del abdomen y de la anchura del protérax, careciendo ademas de espejo, resultan seis especies espanolas y dos extranhas a nuestra Peninsula, de las Estepas del mar Caspio y del Tur- questan la una y del litoral africano del Mediterraneo la otra. »La dificultad de proporcionarse ejemplares de estos insectos, por ser crepusculares y porque su ccloracién es amarillenta y se confunde con la del terreno en que viven, ha hecho que sean raros en las colecciones y mal conocidas las especies, y de aqui que tenga verdadero interés cuanto tienda a poner en claro lo historia natural de este género tan interesante. »En los Gryllodes europeos hay dos tipos bien distintos que son los definidos en el cuadro adjunto por las letras A y 44, estos dos grupos se caracterizan por el desarrollo de los élitros, forma del espejo y del area apical de los mismos y longitud de los caleaneos; pero como no conozco el Gr. Kerkennensis Finot mas que por la descripcién, y en ella no se hace men- cién de ciertos caracteres, sdlo por analogia incluyo esta espe- cie en el grupo del Gr. macropterus Fuente, con el que con- viene en el desarrollo de los élitros, y al que creo indudable- mente que ha de pertenecer. De estos dos tipos el segundo es exclusivamente espanol. 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA GrNERO Gryllodes Sauss. 1. Elytra ¢ et Q abbreviata, speculo nullo. SuUBGEN. Grylloderes nov. Grylloderes Brunneri Riggio. Naturalista Siciliano, Anno vir, 1888. Acc. di Scienze L. et B. A. Palermo, vol. x, 1887-88. 1889, pag. 35. »Habitat. Sicilia. 2. Hlytra o perfecte explicata speculo instructa. SugGEN. Gryllodes p. d. (MACHOS.) A. Elytra apicem abdoniinis superantia, area apicali producta, elongata, regulariter reticulata instructa, postice anguste rotundata; vena ra- diali ramosa; speculo ovali, valde transverso, vena levissime cur- vata divisso; spinis tibiarum posticarum brevibus; calcaria termi- nalia tibiarum posticarum brevia. b. Elytrorum harpa venulis undulatis tantum duabus............. 1. G. macropterus Fuente. 2. G. Kerkennensis Finot. bb. Elytrorum harpa venulis undulatis quatuor. 3. G. lateralis Fieb. A.A. Elytra apicem abdominis haud superantia, area apicali angustissi- ma, irregulariter reticulata, postice late rotundata vel subtruncata, vena radiali raro uni-ramosa, prope apicem plerumque ramis uno vel duobus parum distinctis instructa; speculo trapezoidali, vena angulata diviso; spinis tibiarum posticarum longiusculis; calcaria tibiarum posticarum dimidiam longitudinem metatarsi seepe sub- attingentia. (Tipo exclusivo de Espana.) c. Elytra postice subtruncata, campo apicali nullo, vena radiali uniramosa. Corpore castaneo........ 4. G. ibericus Brunn. cc. Elytra postice late rotundata, campo apicali angustissimo, vena radiali haud ramosa vel tantum prope apicem ramis subindis- tinctis instructa. Colore stramineo plus minusye fusco-ma- culato, d, Calecar supero internum dimidiam longitudinem metatarsi haud superans. e. Calcaribus duobus superioribus internis insequalibus primo diatincte Lon giOTe.. «ins sn08 oko pica 5. G. pipiens L. Duf. DE HISTORIA NATURAL. V7 ee. Calcaribus duobus superioribus internis equalibus. f. Statura majore, colore obscuriore; tibize posticee: dimidiam longitudinen femoribus superantes; caput pronoto haud PAINS o acidisin win ans Cae cease 3) eni= ., .6,.G. Pantelt Caz. ff. Statura minore, colore pallidiore; tibiee posticee femoribus dimidio breviores, caput pronoto latius...............- E Paieiacs cit dinlé ae vide Cae a tena ents, wet) hak Oe SRA CAPENC | Om dd. Calear supero internum dimidiam longitudinem metatarsi superans; caput pronoto valde latius.. 8. G. littoreus Bol. (HEMBRAS.) A. Elytra abdomine parum vel haud breviora, campo discoidali reti- culato, vena radiali ramosa. Calcaria tibiarum posticarum omnia brevia. Ale adsunt (1)............ 1. G. macropterus Fuente. 2. G. Kerkennensis Finot. 3. G. lateralis Fieb. AA. Elytra valde abbreviata, campo discoidali venis parallelis longitudi- nalibus indivisis haud reticulato, vena radiali haud ramosa; alze null; calearia tibiarum posticarum dimidiam longitudinem me- tatarsi szepe attingentia. b. Ovipositor tibiis posticis longior; elytra a latere visa longitudinem pronoti superantia, ce. Calear superior latere interno tibiarum posticarum intermedio JONSIGr 2a se. Sad boat ace we Detcn ees 4a Gre ibericus) Brunn. 5. G. pipiens L. Duf. ec. Calear superior tibiarum posticarum intermedio eeque longis.... a ieee apaip PING Beene omy Oy Gaekantell Cag. bb. Ovipositor tibiis posticis brevior; elytra longitudinem pronoti haud superantia. d. Caput pronoto vix latium; ovipositor brevissimus, metatarso postico brevior; calcar supero internum dimidiam longitudi- nem metatarsi haud superans....... 7. G. Escalere Bol. dd. Caput pronoto multo latium; ovipositor tibiis posticis parum brevior; calcar supero internum dimidiam longitudinem me- tatarsl SUPETANE..... 0/6 o..0ce ce cn ecte set) Gama. WUCOnens. Dol. (1) Las alas existen en algunos Gryllodes, y hasta pueden ser caudiformes, como en los Grylius. Ignoro si en el Gr. Kerkennensis existiran, aunque sean pequenas y estén ocultas bajo los élitros; respecto al Gr. lateralis Fieb. supongo las tenga, 4 pe- sar de lo que en contrario dicen los autores; puesen la OD que refiero 4 esta especie son caudiformes. Después de todo, es cardcter este muy sujeto 4 variar aun en una misma especie, como se ve en los GryZlus. 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA CGryllodes macropterus Fuente. Stramineus, fusco—maculatus. Caput fusco-rufescens; occiput dilutum haud vel subindistincte pallide lineatum, verter fuscus inter oculos fascia transversa fusca, frons cum ore straminea. Pro- notum antrorsum angustatum o vel ampliatum 9, dorso fusco, medio plaga straminea ad marginem anticum extensa, canthis haud stramineo vittatis; lobis deflexis pallidis, medio supra fus— cis. Ale abbreviate sub elytra abscondite. Femora postica palli- da, supra obscure fusco-strigata ante apicem annulo pallido. Ti- bie postice dimidiam longitudinem femoribus superantes, basi supra subtusque fuscis, condylo pallido spinis marg. superiori, extus 5 intus 5 vel 4. Metatarsum parvum, gracile, supra pauci- dentatum. Calcaria omnia brevia, calcaribus duobus internis su- perioribus eque longis, medium metatarsum haud attingentibus, calcar supero-ezternum spinis tibiarum haud superans. Abdomen supra fusco castaneum dilute variegatum. <<. Hlytra per fecte explicata abdomen superantia, apice anguste rotundata, dilute infumata, subpellucida, campo laterali pellu- cido, venis tribus a vena radial valde divergentibus, alterisque duabus submarginalibus rectis; vena radiali biramosa, ramis fexuosis, quorum primo fere a medio vena radiali emisso; harpa venis duabus vix flexuosis; speculo ovali valde transverso, vend levissime curvata diviso; area apicali producta, elongata, regula- riter reticulata. Q. Hlytra medium abdominis superantia, intus sese tegentia, apicem versus angustata et in apice anguste rotundata, dorso uli in feminas Gryllum reticulato; campo laterali venis 4 parallelis subrectis atque vena radiali medio uniramosa; lamina supra analis magna, oblongo trigona, fusca, flavo-limbata, marginibus lateralibus medio plicato-subemarginatis; ovipositor longitudinis tibiarum post., rectus vel parum arcuatus, castaneus. c7- Long. corp. 14™™; pron. 2™™; elytr. 10™™,5; fem. post. 8™™; 120. p.. 59; met, 2™™. QO. Long. corp. 13"™; pron. 27,2; elyir. "1@™;. fend. POSt. oars £20. 9. 5°52; MeL. 27; OVID. on Gryllodes macropterus Fuente. AN. Soc. Esp. nu Hist. Nat, tomo xxu, Actas, pag. 137. Habitat. Ciudad Real. Justificado hubiera sido también el nombre de macrocephalus por el gran tamano que tiene la cabeza, sobre todo en las hem- DE HISTORIA NATURAL. 49 bras, en ambos sexos es mas ancha que el pronoto, Ns especie notable por mas de un concepto; por la coloracién de la cabeza en la que estan obliteradas las lineas amarillas tan caracteris- ticas en las otras especies, por la longitud de los élitros y la forma particular del espejo; por tener alas, aunque rudimen- tarias; por la coloracién de los fémures anteriores; por la lon- gitud de los calcaneos, todos ellos extraordinariamente cortos, y también por la forma de la placa supra anal de las hembras. Gryllodes Kerkennensis | inot. Stramineus, plerunque castaneo-maculatus. Pronotum antror- sum valde angustatum of; lobis deflezis pallidis. Tibie postice lertia parte femoribus breviores. oo. Hlytra perfecte explicata, abdomen superantia; harpa venis duabus vir flexcuosis. Q. Hlytra medium abdominis superantia; intus sese tegentia. of. Long. corp. 13™™-14™™; pron... 2°™; elytr. 10™™=]1™™; fem. post.2; met. p.? Oo Hong «COT Ps 13°35 pron. (22753, ly tr. 6™™55 ss fem Posts. met. p.?; ovipositor 4™™,2. Gryllodes Kerkennensis Finot. An. Soc. Ent. de France. Bul’. ent. 1893. CCLU. Habitat. ¢ Argelia, Biskra. Mayo; 9 Tunez, isla Kerkennah. No conozco de esta especie mas que la descripcidn que ante- cede, en la que dejan de describirse 6rganos de la mayor im- portancia, como el espejo, el campo lateral y el area apical de los élitros, los espolones de las tibias posteriores y otros, a pesar de lo cual considero esta especie como muy afine al Gr. macropterus Fuente. Gryllodes lateralis Fieb. Pallide testaceus. Caput castaneum, occiput lineis longitudina- dibus 4 stramineis, frons cum ore straminea. Pronotum postice distincte latius quam antice, supra castaneo variegatum, lobis deflexis ad insertionem fusco-fasciatis, ceterum pallidis. Femora postica dilatata, pallida, anguste oblique fusco-lineata. Tibia postice eis parum breviores in utroque margine 6-spinose. . ¢. Hytra abdomine longiora, postice lanceolato-producta , pe- llucida, vena vadiali 5-ramosa? harpa venulis undulatis 4, campo apicali veticulato; speculo transver'so. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 4 i ee ea Sa he ee ee 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA of. Long. corporis 12™™-]5™™; pron. 27™,5; elyir. 8™™-]0™m> Sem. post. 8°™,5; tibiar. post. 6™™,8. Gryllus lateralis Fieber, 1853. Syn., p. 66. . Gryllus pipiens Sauss. Voy. Fedtschenko. Orth., p.31 4 (non), tap. to. Vg. Gryllodes lateralis Sauss., Mél. orth., fase. v, p. 390. Gryllodes lateralis Brunner, Prodr. p. 437. <7. Fieber y Brunner solo describen el o. Habitat. Hstepas del mar Caspio, Turquestan. El Sr. Saussure, en el viaje de Fedtschenko al Turquestan, habla de la © de esta especie, que entonces era considerada. por dicho autor como el G7. pipiens, y la consagra la brevisima frase siguiente: «Q Hlytra squameformia. Ovipositore cercis- longiore, sin que dé las medidas de ella, como hace siempre que describe los dos sexos de una especie. He prescindido, sin embargo, de estos caracteres en la descripcion que antecede,. porque para mi es muy dudoso que la 9 a que se hace aqui referencia sea la del Gr. lateralis Fieb. El Sr. Saussure, a pesar de su buen deseo y de su exquisita amabilidad, no ha podido tampoco resolverme las dudas que le he expuesto acerca de este punto por haber devuelto a Moscou los ejemplares que le sirvieron para su descripcion. Seetin el Sr. Saussure el vértice tiene de 4 a 6 lineas palidas, el pronoto es subcilindrico, el campo lateral de los élitros es ancho, con seis vends sinuosas en el apice y abarcandose las unas @ las otras, y la vena mediastina es biramosa (esta es la radial de Brunner); las oblicuas ser/an 3-5, 3 principales y 1-2 incompletas intercaladas; el espejo en ovalo transversal divi- dido por nerviacién obtusamente doblada y el area apical en triangulo redondeado ocupado por 3 sectores arqueados, trans- versos. Algunas diferencias que se observan entre esta descripcion y la del Sr. Brunner, quizds se deban a que éste sdlo tuvo presente el ejemplar tipo de Fieber, y el Sr. Saussure éste y los de Fedtschenko; sin embargo, hay algunas, como el nu- mero de ramos de la vena radial, que serian cinco segitin Brunner y dos segtin Saussure, que no se explican sino por errata en la obra del primero, pues tenemos por cierto el que solo son dos. Después de escritas las anteriores lineas he tenido la suerte - DE HISTORIA NATURAL. 51 de encontrar un Gry//odes entre otros varios ortépteros, que debo a la generosidad del Sr. Stolazmann; dichos ortépteros proceden de Aschabad, no lejos del Caspio, entre éste y el Tur- questan, que, como se ve, es la localidad de donde procede el Gr. lateralis. Kl ejemplar a que me refiero es una 2 a la que conviene, salvo en lo relativo a su sexo, la descripcién del Gr. lateralis Fieb., por lo que no dudo en considerarla como la verdadera de esta especie. Este ejemplar viene a4 confirmar las conclusioncs 4 que yo habia Hegado en este estudio; el Gryllodes lateralis Fieb. corresponde por completo al mismo tipo que el macropterus Fuente, caracterizado por el gran des— arrollo de los élitros y aun de las alas; pues si bien estos érga- nos son variables, y en una misma especie de @ryl/us pueden ser caudiformes 6 mas cortas que los élitros cuando menos, existen, mientras que en el segundo tipo de este @énero faltan por completo, por la presencia de un campo apical prolongado y de un espejo transverso en los élitros, y por la brevedad de las espinas de las tibias posteriores, que son todas casi iguales y apenas mas largas que el espacio que separa unas de otras, siendo también muy cortos los calcaneos, puesto que el pri- mero del lado externo no es mas largo que la tltima de las espinas de las tibias, mientras que en el segundo grupo las espinas de las tibias van aumentando de longitud hacia el apice de las tibias y son mas largas que el espacio que las se- para. Tengo casi la seguridad de que el Gr. Kerkennensis Finot debe corresponder a esta misma seccién. En cambio la Qa que se refiere M. de Saussure en la obra de Fedtschenko es para mi una especie distinta y quizas nueva. Hé aqui la descripcién del ejemplar a que me refiero: Gryllodes lateralis Fieb. ©. Pallide testaceus, castaneo—fusco—maculatus. Caput castaneo- rufescens, occipitem versus dilutum, pallide lineatum; frons cum ore straminea. Pronotum antrorsum angustatum, supra castaneo- variegatum, lobis defleris ad insertionem maculatis, ceterum pallidis. Elytra apicem abdominis superantia, dorso uti in femi- nas Gryllum reticulato; campo laterali venis 4 haud parallelis atque vena radiali biramosa. Ale longe caudate. Femora postica supra obscure fusco-strigata. Tibia postice dimidiam longitudi- nem femoribus superantes, extus 6 iitus 5 spinose, spina prina 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA margins externi minutissima. Metatarsum gracile, pauci denta- dum. Calcaria omnia brevia; calcaribus duobus internis superiori- bus eque longis, medium metatarsi haud attingentibus, calcar supero-exrternum, spinis tibiarum haud superans. Abdomen supra Susco-castaneum. Lamina supraanalis castanea, pallide margi- nata, oblonga, lateribus sinuata. Ovipositor castaneus. Long. corp. 17=™; pron. 2°™,5; elytr. 11™™; fem. post; 9™™5 Tab: POSt DOONAN MCLs LTR DOU Ges Habitat. Aschabad. Debera tenerse en cuenta, respecto a las dimensiones, que han sido tomadas sobre un ejemplar seco que habia permane- cido mucho tiempo en alcohol, lo que permite suponer seran aleo mayores en vida. Gryllodes ibericus Brunn. : Castaneus. Caput fusco-castaneum. Occiput utringue lineolis pallidis duabus ornatum. Frons rufescens. Pronotum cylindri- cum, castaneum, pallide variegatum. Femora postica unicoloria, incrassata. Tibia postice eis subdimidio breviores, utroque mar- gine 4-Spino0se. oO. Hytra supra planissina, apicem abdominis haud attin- gentia, postice rotundato-truncata, campo apicali nullo, vena ra- diali ramulo unico, harpa venis undulatis 4. Q. Lytra usque ad marginem posticum segmenti abdominalis primi extensa, rotundata, in margine interno incumbentia, venis raris, rectis, indivisis. Ovipositor compressus, distincle decurvus. of. Long, corp. 15™™; pron. 25,5; .elyir. 8"™; fem. POSt ae aaa 10s POSE. DB™,5; 9. Long. corp. 15™™; pron. 2755; elytr. 3°™; fem. postunees tid. post. 5™™; ovipos. 6™™, Gryllodes tbericus Brunner, 1882, Prodr., p. 438, fig. 100. Habitat. Castroceniza (Burgos), Sanz de Diego. Gryllodes pipiens Duf. Stramineus , castaneo-maculatus. Caput castaneum, occiput lineis longitudinalibus 4 stramineis, quarum internis angustiori- bus. Frons cum ore straminea. Pronotum antice et postice sub- aquilatum ¢ vel in? retrorsum subangustatum, supra-castaneum, lobis deflexis stramineis, vitta media castanea. Femora postica pallida, fusco-strigata, exlus ante apicem macula fusca. Tibie DE HISTORIA NATURAL. 53 postice femoribus subdimidio breviores, subtus infuscale, supra extus spinis 4 majoribus atque duobus vel tribus minutis , intus 4 vel 4 majoribus atque 1 minuta. Calcaribus duobus internis supe- rioribus calcare externo intermedio distincte longioribus , calcar superior intermedio longius, dimidiam longitudinem metatarsi Jere attingens vel subattingens. Metatarsum compressum, robus— tum, supra 8,6 denticulatum. Abdomen dorso fuscum. co. Elytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice late rotundata, leviter infumata, pellucida; campo laterali pellu- cido, venis tribus completis subrectis, alteraque basali abbreviata, vend radiali haud ramosa vel tantum prope apicem, venis duobus subindistinctis instructa; harpa venulis tribus majoribus alteris— que duabus parvis undulatis, vena prima angulata; speculo sub- transverso, trapezoidali, vena angulata diviso; area apicali an- gusta, regulariter reticulata. Q. Llytra valde abbreviata, a latere visa longitudinem pronoti vir superantia, margine interno oblique truncata, leviter incum— bentia, venis omnibus subparallelis. Campo laterali venoso. Ovipo- sitor tibiis distincte longior, decurvus, dilute castaneus. oe ong. corp. \Ar™'s pron. 228s Elyire TO; fem: post. 9; 0. post. 4™=™ 8-'met. Bost. 3°™. Q. Long. corp. 14™™; pron. medio 2™™; elytr. 3™™; fem. post. ou 8: Wb. post. 4"™)5; met. post. 2™™,8; ovipos. 7™™, Gryllus pipiens Dufour, 1820. Ann. sc. phys. de Bruxelles v1, p. 315 et auct. Gryllodes pipiens Saussure. Mél. orth. v, p. 391.—Brunn. Prodromus, p. 437. Habitat. Uclés (Cuenca), Pantel; Camprodon (Catalunia), Mas- ferrer y Martorell. Varietas CASTELLANUS. Occiput lineis duabus internis oblitte- ratis; pronotum disco fusco-castaneo; elytrorum campo laterali venis quatuor subrectis alteraque basali abbreviata, vena radiali prope apicem venis duabus subindistinctis emittens, harpa venis undulatis tantum 3, raro 4. Ona (Burgos), R. P. Capelle. Varietas wusitanus. Occiput inte? lineas medias linea angustis- sima flava pictum; pronotum ¢ antrorsum subangustatum, disco Susco-castaneo; elytrorum campo laterali, venis quatuor subrec- 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA tis, externa abbreviata, vena radiali prope apicem venis duabus parum distinctis, harpa venis undulatis 4 vel 5; tibie postice supra exrtus spinis tantum quatuor quarum prima minuta, calca- ribus duobus internis superioribus eque longis, medium metatarsi haud attingentibus. Sierra de Estrella, Paulino d’Oliveira. Varietas VALENTINUS. Statura minore, colore pallidiore; caput supra pallide quadri-fasciatum; pronotum disco plaga castanea pallida varium, lobis deflecis pallidis fascia fusca angustissima; elytra Q longitudo pron. haud superantia, ¢ harpa venulis flexuo- sis tribus, duabus majoribus parallelis, altera minuta basim ver- sus valde divergente. Esta variedad, de color palido y de menor tamano que el tipo, se caracteriza bien por tener solo tres venas en el harpa, y de ellas dos grandes, paralelas, y una tercera pequena que diverge de las otras dos hacia la base, mucho mas que en el tipo; de modo que entre su insercion y la de la vena inme- diata, media doble distancia que entre las otras dos venas, y también la 9, porque los élitros son en ella mas cortos: los fémures también son cortos. Valencia (Junio) Bosca, Martinez Escalera. Los primeros ejemplares que tuve de esta especie fueron de esta ultima procedencia y pertenecian, por tanto, a la variedad valentina; de ellos envié al Sr. Brunner quien, a su vez, los comunicé al Sr. Saussure, de modo que sobre ellos esta he- cha la descripcién de este autor en Meélanges orthoptérologi- ques, Vv. Gryllodes Panteli Cazurro. Stramineus, castaneo-maculatus. Caput castaneum, occiput liners longitudinalibus 4 stramineis subaeque latis. Frons cum ore straminea. Pronotum o& QP antice posticeque eque latum, supra castanewn, lobis deflexis stramineis, vitta fusca subinterrupta. Femora postica pallida, supra tenuiter fusco-strigata, intus ante- apicem macula fusca. Tibie postice femoribus dimidio sub bre- viores, subtus infuscalte, supra extus spinis 4 majoribus atque altera minuta, intus 4. Calcaribus duobus internis superioribus aque longis, calcare intermedio externo viz longioribus, dimidiam longitudinem metatarsi distincte brevioribus; metatarsum com- DE HISTORIA NATURAL. 5) pressum, supra 7-5 vel 7-6 denticulatum. Abdomen dorso strami- neo-fusco-variegalum. oo. Lytra perfecte explicata, latiuscula, abdomen totum obte- gentia, apice late rotundata, pellucida; campo laterali venis tri- bus completis subrectis, atque duabus basalibus abbreviatis; vena radiali tantum prope apicem ramis duobus flexuosis subindistinc- tis emittens, harpa venulis 3, raro 4, undulalis, vena prima for- . titer flexuosa sed haud angulata; speculo fere longo ac lato vena Sortiter inflexa diviso; area apicali distincte latiore quam in sp. precedente (pipiens). Q. Llytra valde abbreviata a latera visa longitudinem pronoti via superantia, margine interno oblique truncata leviter incum- bentia, venis omnibus subparallelis, campo laterali trivenoso. Ovipositor tibiis longior, decurvus, dilute castaneus. o. Long. corp. 15°"; pron. 27,5; elytr. 8°",8; fem. post. 9,9; Lib. post. 5°"; met. post. 3". Q. Long. corp. 13°"; pron. 2°"; elytr. 2'",8; fem. post. 8°",9; Lib. post. 4°",5; met. post. 2°",8; ovipositor 6". Gryllodes Panteli Cazurro, 1888. Ortép. de Esp. y Portugal. AN. DE LA Soc. Esp. pr Hist. NAt., tomo xvi, p. 461. Habitat. Uclés. P. Pantel. Especie muy afine al G7. pipiens del que difiere por diversos aracteres que el Sr. Cazurro ha precisado muy bien en la Me- moria citada. La circunstancia de haber examinado mayor numero de ejemplares me ha permitido rectificar las dimen- siones que estan comprobadas sobre todos ellos. Las de los éli- tros, comparadas con la del abdomen, dan lugar a4 errores; pues éste puede hallarse distendido 6 contraido y sus proporciones en relacién con las de aquellos habran de variar necesaria- mente. Los élitros en el ( son mas anchos que en el G7. pipiens, el espejo es mas alto y el espacio que queda entre las venas que le circundan y las nerviaciones libres externas es mas ancho. Gryllodes Escalere sp. nov. Stramineus. Caput supra castanewn, occiput lineis longitudina- dibus 4 stramineis eque latis. Pronotum antrorsum leviter angus- latum ¢ vel in Q subdilatatum, dorso castaneo variegato; lobis deflexis fascia castanea valde abbreviata tantum prope marginem 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA posticum perspicua. Femora postica oblique fusco-strigata intus ante apicem macula fusca. Tibie postice femoribus dimidio dis- tincte breviores, subtus infuscate, supra extus spinis 4 majoribus atque altera minuta, intus 4 spinose. Calcaribus duobus internis superioribus eque longis, intermedio externo eis subbreviore , me- tatarsum compressum supra 7-5 vel 8-6 dentatum. Abdomen dorso Suscum, pallide variegatum. of. Hlytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice late rotundata, apicem versus infumata, subpellucida, campo late- rali pellucido, venis tribus completis versus apicem sinuatis atque altera basalt incompleta, vena radial tantum prope apicem venu- lis subindistinctis emittens: harpa venulis tribus magnis valde Hernuosis, atque duabus minutis; speculo vir transverso; area api- cali angusta, irregulariter reticulata. Q. Llytra valde abbreviata, a latere visa longitudinem pronoti haud superantia, margine interno oblique rotundato-truncato, venis subparallelis indivisis, campo laterali 3 venoso. Ovipositor libiis fere dimidio brevior, rectus, dilute castaneus. Oo. Long. corp. 12°°; pron. 2; elyir."1"",d3 Fem. POStL B=? ya; HD. post. 4°"; met. 2°",8: Q. Long. corp. 10°"; pron. 1"*,8; elytr. 1°",5; fem. post. 6™,5;. ib. post. 3°53 met. 2°; ovipos. 1=*55. Habitat. Villaviciosa de Odon, Martinez Escalera; Valladolid. Rioja. Ksta especie es, sin duda, la misma que se encuentra en los alrededores de Madrid, y que no he logrado recoger por mit mismo, a pesar de haberlo intentado varias veces. La colora— cidn palida del insecto y sus costumbres crepusculares son un obstaculo casi insuperable para su captura. Solo con duda re— fiero 4 esta especie los ejemplares de Valladolid recogidos por el Sr. Rioja, por ser todos ellos machos y necesitarse de am- bos sexos para determinar con seguridad las especies de este e@énero, Ocupa un lugar intermedio entre el G7. pipiens Duf. 6 mejor el Gr. Panteli Caz. y el littoreus Bol., conservando la forma de aquellos y la coloracién de éste, juntamente con la brevedad extraordinaria de los élitros y del oviscapto de la 9 que carac- terizan esta ultima especie. La dedico 4 D. Manuel Martinez de la Escalera, entusiasta entomodlogo que ha puesto una vez mas & prueba su habilidad y pericia en la caza de los insectos. DE HISTORIA NATURAL. 57 al capturar los ejemplares que me ha regalado, y por los que he hecho la descripcién que antecede. Gryllodes littoreus Bol. Stramineus. Caput incrassatum, supra fuscoriufescens , pallide 4 vittatum. Pronotum ~~ antrorsum angustatum vel ampliatum, dorso parce fusco-maculatum, lobis deflexis impictis vel breviter Fusco-unifasciatis. Femora postica oblique fusco-strigata, brevia, libiis haud duplo longiora, subtus breviter infuscata, supra extus intusque 4 spinosa; calcar supero-internum, intermedio longius, me- tatarso dimidiam longitudinem distincte superans; calcaribus duo- bus superioribus externis subequalibus viz longioribus quam spi- nam quartam marginis externi; metatarsum angustum supra 6-6 vel 6-5 dentatum. Abdomen dorso fusco-varium. oo. Hlytra perfecte explicata, abdomen totum obtegentia, apice late rotundata, apicem versus infumata, subpellucida; campo la- terali pellucido, venis 4 subrectis tantum prope apicem sinuosis, atque altera basali abbreviata; vena radial indivisa tantum jurta apicem venis duabus sinuatis parvis emittens; harpa venis 3 majo- ribus valde sinuatis quarum prima subangulata, atque duabus minutis; speculo parum transverso; area apicali angusta irregu- lariter reticulata. Q. Hlytra valde abbreviata, a latera visa longitudinem pronoti haud vel viz superantia, margine interno oblique rotundato-trun- cato, venis subparallelis indivisis; campo laterali 4 venoso. Ovipo- sitor tibiis distincte brevior, rectus, dilute castaneus. &. Long. corp. 12; pron. 1°",8; elytr. 8°"; fem. post. 7; Hib. post. 4"",2; met. 2°",2. ©. Long. corp. 13°"; pron. 1°",8-2™; elytr. 17",5-2""; fem post. 7°"; tio. post. 4°",2; met. 2°",2; ovip. 3°", 5-4". Gryllodes littoreus Bol. Le Naturaliste, 7° année, num, 22, 15 Nov. 1885.—Zsp. nv. de ortép., AN. DE LA Soc. Esp. pr Hisv. NAT., tomo xvI, p. 109. Habitat. Talavera de la Reina (Toledo). No hay ninguna especie que tenga la coloracién tan clara, ni las patas posteriores con las proporciones que resultan de las medidas apuntadas, sobre todo la longitud de las espinas del borde externo, de las que la ultima Hega casi 4 igualar al calcaneo superior, asi como la del caleaneo supero-interno, que no sdlo es mayor que el intermedio, sino que pasa de la mitad 53 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del metatarso; éste es también mas delgado que en las otras especies. Por la brevedad de los élitros y del oviscapto de la puede compararse con el G7. Hscalere, aun cuando no llega dicho caracter al grado que en aquella especie. Las especies europeas y circa europeas de este g@énero resul- tan del anterior estudio dispuestas de este modo: GEN. Gryllodes Sauss. Sub genus GRYLLODERES Bol. 1. Gr. Brunneri Rigg. Sicilia. Sub genus GRYLLODES p. d. 1.* Seccion. Hspecies europeas. i) Q . lateralis /ied. Estepas del Caspio, Turquestan, Aschabad. . macropterus /wente. Ciudad-Real. . Kerkennensis /inot. Argelia, Tunez. wae GQ ZR 2." Seccidn. Hspecies exclusivamente espanolas. 5. Gr. ibericus Brunn. Castroceniza (Burgos). 6. Gr. pipiens Z. Duf. Cuenca, Aragon, Cataluna. var. castellanus Bol. Ona (Burgos). var. lusitanus Bol. Sierra de Estrella (Portugal). var. vValentinus Bol. Valencia. 7. Gr. Panteli Cazurro. Uclés (Cuenca). Gr. Escaleree Bol. Villaviciosa (Madrid). Gr. littoreus Bol. Talavera de la Reina. See Species mihi ignote et incerteé sedis. 10. Gr. hebreeus Sauss. Q Palestina. 11. Gr. terrestris Sauss. Q Turquestan. Species incertae. 12. Gr. sp. (Gryllodes lateralis 9 Sauss.). Turquestan. (uedan atin dos especies de Egipto que no cito, por consi- derarlas ya como extranas 4 la fauna circa europea. DE HISTORIA NATURAL. 59 —El Sr. Secretario leyé el acta de la Seccién de Sevilla que va a continuacion, SECCION DE SEVILLA. Sesion del 2 de Febrero de 1894, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —Se did lectura 4 un trabajo de D. Salvador Calderén titu- lado: Notas mineralogicas. Nuevos hallazgos en la provincia de Sevilla. —Se acordé pasara 4 la comisién de publicacion. —K] Sr. Calderon did lectura 4 la nota siguiente: Recientes trabajos sobre el origen y formacion de los depositos de mercurio. «El Sr. G. F. Becker, en su Monografia x11 de la Revista geologica, de los Estados-Unidos, y recientemente en una Memoria consagrada 4 los ingenieros de minas, viene ocupan- dose con un interés especial en todo lo referente a los yaci— mientos de mercurio (1). A estos trabajos y al interesantisimo del profesor Schrauf (2), con ocasidn de los modernos descu— brimientos en Idria, se refiere la presente nota, cuyo asunto he creido de interés en nuestra Sociedad, por ser Espana la naciOn que posee el mas importante depdsito del mundo de tan util metal. »E] numero de yacimientos de mercurio conocidos es consi- derable, pero pocos alcanzan verdadera riqueza industrial, pudiéndose citar sdlo en tal concepto el nuestro de Almadén; Idria, al S. de Austria; Huancavelica, en el Pert; California y (1) Quicksilver ore Deposits with statistical tables. Min. Resourc. of the U. S. Was- hington, 1893. (2) Ueber Metacinnaberit von Idria und dessen Paragenesis. (Jahrb. der K. K. geol. Reichsanstalt, 1891.) GO ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la provincia de Kwei-Chau, en China. Considerado en conjunto la distribucién geografica de los yacimientos grandes y peque- hos se verifica a lo largo de la gran cadena montanosa de la Eurasia, en la cintura volcanica de la costa oriental del Asia y al O. de las cordilleras de ambas Américas, es decir, que sigue las lineas de mayor perturbacion geologica. »Como es sabido, el cinabrio 6 vermellén constituye el mineral por excelencia de mercurio; pero desde 1848 ha dejado de ser el Unico en este respecto, pues se ha descubierto en Baviera y luego en otros sitios, particularmente en la famosa mina de Idria, un sulfuro negro explotable. También existe en Utah la tiedmanita (Hg Se) en cantidad suficiente para constituir una pequena industria durante algun tiempo. La tetraedrita mercurial de Hungria ha dado mercurio como. producto asociado. En cuanto al metal nativo solo se conoce en estado de globulitos asociado al cinabrio; las /agunas de mercurio del Rif, de que nos hablaba #7 Jmparcial de hace un par de meses, y que tanto llamaron la atencidn de algunos lectores, son una pura fantasia. »Casi siempre aparecen los minerales de mercurio en la proximidad de rocas eruptivas; pero esto es probablemente una mera coincidencia sin relacién de causalidad, que se explica porque unos y otras estan en regiones trastornadas por las fuerzas orogénicas. Por lo demas, dichas rocas son unas veces basicas (como las diabasas en Almadén y Baviera y el basalto en Persia y California) y otras, por el contrario, acidas (como el poérfido cuarcifero en los depdésitos de Vallalta y las riolitas en Idria). Tampoco hay regla constante en punto ala edad de los yacimientos, pues al paso que unos son tan viejos como el de Almadén, otros de América y Nueva Zelanda estan asociados a lavas terciarias y hasta contemporaneas- Entre los depdésitos mejicanos, unos arman en estratos arcaicos y paleozdicos, otros secundarios y terciarios sin mostrar prefe- rencia por ninguna roca determinada como acompanante habitual. »Entre los minerales asociados al de mercurio figuran como. principales las gangas cuarzosas 6 calizas y ambas a la vez en algunos casos; las de hierro espatico, baritina y sdlo por excepcion las de fluorita (Guadalecazar y Huitzuco, en Méjico) y yeso (California), aunque éste puede ser de origen secunda— DE HISTORIA NATURAL. 61 rio. También se dice haberse hallado el cinabrio con el borax en América, hecho que importaria confirmar dado el origen volcanico que se atribuye siempre a este Ultimo mineral. La pirita y la marcasita son dos especies que rara vez faltan en los depésitos que me ocupan, sin excluir el de Almadén, como errdneamente se ha dicho. En Mieres, Asturias, pero sobre todo en Huancavelica, acompanan al mercurio el mispiquel y el rejalgar; la antimonita en gran cantidad en California; el oro lo hace con mucha frecuencia, aunque en corta proporcion, en América, y huellas de minerales de cobre son habituales, senaladamente de calcopirita, que en pequenas cantidades aparece en Almadén, en New-Almadén y en otras minas de Méjico y Pert. Menos frecuentes son las platas y plomos mer- curiferos 6 los cinabrios argentiferos y plumbiferos, aunque de todo esto se conozcan ejemplos, entre ellos aleuna bolsada de cinabrio en las minas de zinc y plomo de la provincia de Santander; en fin, entre los hallaz@os excepcionales se cita el del niquel (millerita) en venas mercuriales en Sierra Nevada y en la de Avala, en Servia, y al estado microcristalino en otros sitios. »Nuestro ilustre compatriota D. Casiano de Prado, que tanto ha contribuido al esclarecimiento de la historia de los minera- les, del metal objeto de esta resena, decia con mucho acierto: «Si el mercurio muestra alguna afinidad, 6 sea alguna prefe- rencia, hacia alguna substancia, es por la materia carbonosa © bituminosa.» Esta importante afirmacidn ha recibido nuevas confirmaciones después de la muerte del inolvidable inge- niero, y particularmente en California, donde los betunes existen en enorme cantidad junto al cinabrio. Con este hecho debe relacionarse el no menos significativo de hallarse el azufre libre en muchas minas de mercurio, al modo como se deposita por la descomposicién del hidrdgeno sulfurado. »Comparando las asociaciones minerales de las minas impor- tantes de mercurio, se reconocen grandes analogias en todas ellas, pues invariablemente la ganga es silicea, caliza 6 ambas cosas a la vez, y los acompanantes habituales son el betun y con mucha frecuencia la antimonita, de donde deduce el Sr. Becker que la historia geoldgica de estas tres substan- cias tiene mucho de comun. »Tratandose de un mineral tan importante y de antiguo 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA conocido como el de mercurio, es natural que los geolégos y mineros se hayan preocupado de las transcendentales cuestio- nes referentes 4 su origen, emitiendo varias hipdétesis en ar- monia con el estado de la ciencia en la época en que se idea— ron. La primera teoria expuesta para explicar el origen de los filones de cinabrio fué la del transporte, y se fundaba, como es natural, en la volatilidad del mercurio y de su sulfuro. El eminente profesor Schrauf, de Viena, ha vuelto 4 desenvol— verla actualmente con ocasidn de los depdsitos de Idria, los cuales divide en primarios y secundarios; aquellos de origen neumatogénico é hidatogénicos estos; es decir, las impregna- ciones é incrustaciones de cinabrio que no van acompanadas de cuarzo, cuarcita U otras gangas semejantes, son obra de vapores calientes, al paso que el cinabrio que se encuentra con estas gangas 6 con pirita ha sido precipitado de una disolu- cién. Esta segunda via es la tinica probable en concepto del Sr. Becker, en prueba de lo cual aduce algunas razones impor- tantes. Reconoce que indudablemente el cinabrio se presenta en ocasiones como inscrustacién libre 6 casi completamente libre de la ganga 6 de los sulfuros que le acompanan; pero no encuentra en esta circunstancia motivo suficiente para inferir que el mineral se ha depositado merced a la accién subli- mante. Sobre todo, la produccion evidentemente simultanea en muchos casos del mineral y la ganga no pueden explicarse mas que por via de disolucién; de todo lo cual se deduce que no hay razon especial para que el cinabrio se haya formado de un modo distinto que los demas sulfuros metalicos. Algo dice también en favor de esta asimilacién la frecuente proxi— midad de los manantiales termales cargados de sulfuros alcalinos 4 los depdsitos de mercurio (1). A su juicio es evi- dente que muchos de estos han sido precipitados al estado de metacinnabarita (Hg? S* seein Schrauf), y ulteriormente con—- vertidos en sulfuro rojo 6 cinabrio (Hg 8). »Siendo las sulfosales de mercurio y sodio los compuestos solubles mas importantes del metal de que tratamos, interesa (1) Es sabido que los sulfuros potdsico y sédico disuelven en variable proporcién los sulfuros metalicos; el de bario forma sulfosales solubles con el de mercurio, y puede, como el de cadmio, en opinién del profesor Roth, tomar parte en la formacion de los depésitos de mercurio. DE HISTORIA NATURAL. 63 conocer la accién que sobre ellos ejereen las materias bitumi— nosas que acompanan con tanta frecuencia, como queda dicho, i los depdsitos de cinabrio. Con este propdsito el Sr. Becker prepard soluciones de sulfuro merctrico en sulfuro sddico, alcalinizandolas 4 favor del hidrato sédico é hirviendo por- ciones separadas con parafina, benzol, naftalina y antraceno. Todas dieron precipitado negro de sulfuro de mercurio. »E] Sr. Prado opinaba que una parte, por lo menos, del cinabrio de Almadén habia sido depositado por sustitucién del cuarzo. Esta teoria fué acogida por otros gedlogos, los cuales creyeron comprobar en ciertos yacimientos sustituciones analogas por eliminacién de diferentes substancias minerales y organicas. No es de esta opinién el Sr. Becker, el cual encuentra natural que el cinabrio se mezclara con las rocas que hallé en sus cercanias al tiempo de su formacidn. pero no ve en esto una prueba de sustitucién, y mucho menos en los casos en que la disolucién mercurial carece por completo de accion sobre la roca asociada. En California ha creido compro- bar que cuando una disolucion silicea 6 caliza activa se mezclé con otra mercurial y pudieron aquellas empapar las rocas compactas, las soluciones indiferentes de mercurio se queda— ron en las grietas preexistentes, como si hubieran sido sepa- radas por filtracion. »Estas consideraciones conducen al gedlogo norte-americano a aplicar 4 la formacidn de los depdsitos de mercurio la hips— tesis osmotica, segtin la cual la concentraciOén de este mineral puede en gran parte ser debida a la accién producida entre sus disoluciones y los muros de roca, y la descomposicion de las rocas de la comarca, frecuentemente mas avanzada cerca de las venas, resultaria de la absorcién de disoluciones de gangas minerales por los muros limitantes. Se trata, pues, de una especie de concentracién por dialisis. »En todas estas hipotesis, como se habra notado, se pres- cinde del origen primitivo del mineral y sdlo se trata de explicar su concentracion secundaria; bien es verdad que otro tanto ocurre con las cuestiones analogs que suscita la proce— dencia de casi todos los metales filonianos. No entraré aqui a tratar esta materia y me bastara recordar que los gedlogos se separan en ella en dos escuelas principales: los actualistas, 6 partidarios de la teoria de la concentracién 4 expensas de los 6k ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA materiales dispersos en las rocas cercanas, y los vulcanistas, 6 sea los que creen que los filones metaliferos se deben a emisiones del interior del globo. En otro trabajo he dado las razones que militan en favor de la primera escuela y que creo dlecisivas. - »Los depositos de mercurio se presentan bajo formas varia— das: en venas agrietadas 6 reticulares, constituyendo cuerpos irregulares (sdocks), impregnaciones y placeres. Nuestro dep6- sito de Almadén, que como he dicho, es el mayor del mundo, consta de dos amplios filones que cortan en parte la estrati- ficacién y en parte la siguen. Disposicidn semejante presentan algunas de las mas importantes minas de mercurio, y algunas que como séocks suelen considerarse, no son en rigor mas que venas que se dilatan a trechos. Tal sucede en el depdsito de New-Almadeén, al decir del Sr. Becker, el cual propone pare esta clase de disposicién el nombre de chambered veins. »El mencionado gedlogo termina la parte tedrica de su ultima memoria citada con una observacién importante; a saber, que las impregnaciones de cinabrio se presentan usual- mente donde esta substancia yace en contacto con la arenisca, y rara vez en otras circunstancias. La permeabilidad de esta roca, debida al tamano relativamente voluminoso de sus poros 6 intersticios, hace también imposible & su través la accién osmotica. »La industria del valioso metal objeto de esta nota ha adquirido modernos desarrollos de mucha transcendencia, que han sido asunto de interesantes trabajos estadisticos por parte del Sr. Randol; pero su exposicioén saldria del cuadro de las cuestiones doctrinales bosquejadas que he creido merecian por su transcendencia la imperfecta reseha con que quizas he molestado mas de lo justo vuestra atencion. »Para terminar daré lectura 4 una comunicacidn particular que ha tenido la bondad de hacerme nuestro consocio de Madrid, el Sr. Fernandez Navarro, el cual se ha querido en- cargar de estudiar microscépicamente las rocas cinnabariferas de Almadén, aprovechando los ricos materiales del Museo de Madrid, y formando un juicio muy fundado sobre la validez de las consecuencias sacadas por el Sr. Becker para el problema de] origen del citado yacimiento y de sus analogos. »La comunicacién del Sr. Fernandez Navarro dice asi: DE HISTORIA NATURAL. 65 »La afirmacion del gedlogo Becker sobre el yacimiento de Almadén, fundada en la estructura de las rocas cinnabarife- ras, es, & mi juicio, de sobrada importancia para merecer una comprobacion detenida y en vista de varios ejemplares distin- tos, como he tenido ocasién de hacerlo y voy 4 comunicar a usted. »El punto concreto de mis observaciones al citado estudio se refiere 4 las razones expuestas en él para combatir la teoria de la sustitucion: «La teoria de Prado de la sustitucién en Almaden, dice el Sr. Becker, se funda principalmente en la hipdétesis de que la riqueza de las impregnaciones de arenisca silicea solamente puede explicarse asi. Con otro motivo me he ocupado de que una arenisca cuarzosa sin matriz, compuesta de g@ranos esfé— ricos de tamano uniforme, grandes 6 pequenos, apifiados todo lo mas estrechamente posible, como balas de canén, dejan un espacio intersticial representado por 1—7/3 /2—0.26 apro- ximadamente. Si este espacio se rellenara de cinabrio, daria una roca que contuviera 48 por 100 de mercurio. La impree- nacién mas rica que yo he hallado en Almadén sdlo contiene un 33 por 100 de metal. Ademas, muchas secciones que yo he hecho de rocas de Almadén muestran que el cinabrio ha cris talizado simultaneamente con el cuarzo en los intersticios de la arenisca silicea. Las observaciones macroscdpicas revelan también que en Almadén el cinabrio ha cristalizado simulta- neamente con el cuarzo en cordoncillos (1). »Voy a prescindir del argumento por extremo sutil del volu- men de los intersticios de una pila de balas y de lo arriesgado de la conclusion que de él saca el autor sobre la riqueza del metal que asigna a una roca que tuviera tal estructura, con una regularidad en los granos y en el relleno, que no existe en Almadeén, para tratar sdlo del segundo argumento, que es de caracter menos hipotético: el del orden relativo de forma- cidn de la roca y el mineral: »Los ejemplares que he tallado se pueden referir 4 dos tipos: areniscas pizarrosas bituminiferas y verdaderas cuarcitas. »Entre las areniscas hay unas que aparecen como un agre- gado finamente granulitico de cuarzo, con mucha pirita (1) BEcKER: Op. cit.; pag. 19. ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. 5 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA exaédrica, pero sin cemento alguno que los trabe. En ellas el cinabrio esta formando venas en las lineas de fracturas trans— versales 6 entre las hojas. sin mas forma que la dada por los huecos que ha rellenado. Otras areniscas, que por descompo- sicidn de su abundante pirita se fragmentan con gran facili- dad, estan constituidas por cuarzo granulitico cementado por una substancia silicea que recuerda mucho la calcedonia, sin acabar de tener toda su estructura. Contienen estas rocas también piritas, micas blanca y negra y algunas ortosas, estando en ellas el cinabrio como sembrado entre los granos de cuarzo, dentro de los cuales penetra por las roturas y a los que rodea a veces casi por completo. »Este modo de presentarse el cinabrio se repite en las cuar- citas formadas de granos de cuarzo cementados por verdadera calcedonia, tan abundante por lo menos como aquel. En la riqueza en cinabrio de estas rocas se puede notar una verda- dera gradacién: la calcedonia va desapareciendo a medida que el sulfuro de mercurio aumenta, como si fuera sustituida por éste, que juega en los minerales mas ricos el mismo papel que aquella en los mas pobres, es decir, el de cemento que traba los granos de cuarzo. Sometiendo 4 una elevada temperatura un trozo de la roca hasta que todo el cinabrio se volatilice, la cuarcita se vuelve incoherente en términos de desmoronarse entre los dedos 4 la menor presion. »Insisto en que no he observado un solo caso en las quince 6 veinte preparaciones estudiadas, de un grano de cinabrio que tenga forma propia. Todos absolutamente afectan la que les dejan tomar los intersticios del cuarzo. »Respecto & los caracteres macroscopicos que ofrecen los numerosos ejemplares del Museo de Madrid, no hallo nada en ellos tampoco que autorice a pensar que el cinabrio haya cris- talizado a la vez que el cuarzo, pues aunque se presentan en algunos cristales de ambas substancias, nunca los de cinabrio ofrecen la impresién de los de cuarzo y en cambio se suele observar, aunque rara vez, que los prismas de éste van en parte recubiertos de cinabrio. De otra parte, no entiendo que de la cristalizacién simultanea de los dos minerales en algunos puntos, pueda deducirse que son coetaneos, mucho mas teniendo en cuenta la rareza de los ejemplares con cuarzo c.'stalizado. DE HISTORIA NATURAL. 67 »En definitiva, el calculo fundado en el volumen de los intersticios de los granos de las rocas cinnabariferas, me pa- rece discutible por lo menos, y los caracteres macro y micros cépicos de estas, no sdlo no comprueban la teoria del sefor Becker, sino que inducen a conclusiones precisamente con- trarias a ella.» Sesiédn del 7 de Marzo de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. —Ke leyo y aprobo el acta de la sesién anterior. —Quedaron admitidos como socios numerarios los senores Alvarez de Toledo y Acufia (D. Fernando), Conde de Cal- tabellota, de Napoles, presentado por el Sr. Bolivar en nombre de D. Felipe Rodriguez; Soldevilla y Canté (D. Juan) y Miguel é Ivizar (D. Manuel), ambos de Valencia, presentados por el Sr. Bolivar en nombre del senor Bosca; Vera (D. Francisco de Asis), de Cadiz, y Garcia y Garcia (D. Antonio), de Huelva, presentados por el Sr. Bolivar; Olive y Prieto (D. Federico de), de Madrid, presentado por el Sr. Janer; Guerra y Salcedo (D. Félix), de Avila, presentado por el Sr. Quiroga. —Se hizo una propuesta de socio agregado. —KEstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- alando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —1 Sr. Presidente did cuenta 4 la Sociedad del fallecimiento 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de los dos socios Sres. Sainz Gutiérrez, Catedratico de Org-ano- erafia y Fisiologia vegetal en la Facultad de Ciencias, Presi- dente que ha sido de la Sociedad; y Calderon y Arana (D. Lau- reano), Catedratico en la Facultad de Farmacia, acaecido el de ambos el dia 4 del mes actual, consagrando sentidas frases a enumerar los servicios cientificos de los dos ilustres Profeso- res, y proponiendo a la Sociedad que no sélo constase en el acta correspondiente el sentimiento con que ésta habia oido tan tristes nuevas, sino que se publicasen en las Actas no- ticlas necrologicas de ambos con sus retratos, que podrian encomendarse: la del Sr. Sainz Gutiérrez, al Sr. Lazaro por su competencia en la especialidad que profesé aquel distinguido Catedratico, y la del Sr. Calderén al Secretario, proposiciones. que la Sociedad aprobé por unanimidad. —El Sr. Secretario leyé la nota siguiente del Sr. Pau, de: Segorbe: Sobre el trabajo del Sr. Freyn «Neue Pflanzenarten der Pyrenaischen Halbinsel.» »Su autor, el respetable Sr. Freyn, publico en el vol. 1, nu— mero 10 del Bulletin del Hervier Boissier la descripcion de diez plantas pertenecientes 4 variedades 6 especies nuevas. Gracias i la atencion del autor, que tuvo la amabilidad de mandarme un ejemplar, puedo apuntar estas ligeras consideraciones que me sugiere su lectura. Suplico ante todo dispense el Sr. Freyn mi atrevimiento y lgereza, pues no poca se necesita para oponer reparos a tan notabilismo naturalista. »l.2 Arabis Reverchoni Freyn m litt. 1892, 1. c., pag. 542. Willk. Supl. pr. fl. hisp., pag. 302. »La muestra que vino fué colectada en la Sierra de Espa- dan, ni mucho menos puede existir en el Pico: es planta aragonesa de las sierras de Torrijas (Javalambre) y Sacanet. Si existe en Valencia hay que buscarla desde El Toro a Andilla por los limites. »Esto es secundario, lo importante es descubrir si ea efecto pertenece 4 especie nueva, que no lo creo, pues paréceme que pertenece esta planta 4 la A. verna R. Br. ya citada y descu- bierta en Andalucia. »Existen aleunas formas que no parecen iguales a la valen- DE HISTORIA NATURAL. 69 ciana (??). por ejemplo la publicada en el Herbarium normale de F. Schulh, noy. ser., cent. 5, nim. 425. »No presenta el habito tan idéntico 4 la A. alpina L. como dice el Sr. Freyn, pues el tallo sélo lleva una hoja. La forma de las hojas si parece igual. »2.2 7 5.2 Genista anglica L., 8 pilosa Freyn, et Oicia lusita- nica Freyn. »No las conozco por ser plantas de Portugal. »3.° Trifolium Hervieri Freyn in schedis, 1892. »Esta misma forma fué colectada ya anos por mi buen amigo D. Bernardo Zapater y la tenia en mi herbario bajo T. Zapaterii. Parece ser el 7. stedlatum Asso. »4.° Astragalus arragonensis Freyn. A. herolensis. »6.2. Valerianella Willkhommii Freyn. V. Martini Loscos. »7." Scabiosa tomentosa Cav. 8 cinerea Freyn. »Segtin las muestras que el Sr. Reverchon me regald, esta forma pertenece a mi Sc. Zurolensis verdadera. »8.* Leontodon Reverchoni Freyn in Schedis 1892. Esta misma forma que el ano 1887 colecté en Javalambre fué publi- cada bajo Z. carpetanus Lg., comparandole con el dibujo que nos da su autor en su obra Descriptio iconibus illustrata etc., y lam. xxvi, fig. 1.4 No proseyendo muestra clasica es inutil repetir lo que pueda facilmente leerse en el sitio indicado. »El Sr. Freyn, por otra parte, tampoco nos da las diferen- cias que separan su LZ. Reverchoni del LZ. carpetanus, ni deja tampoco entender si posee muestra auténtica; por lo tanto, permitame siga creyendo que los LZ. Reverchoni y L. carpeta- nus Son una misma cosa. »9.* Linaria supina Desf. var. glaberrima Freyn. No la poseo ni la he visto. »10.*° Thymus Porte Freyn in schedis 1891. »Véase de esta especie lo que tengo dicho en la Sesidén del 6 de Julio de 1892 y pag. 112. —E] Sr. Hernandez (D. Carlos) leyé la siguiente nota que le habia sido enviada por D. Emilio Sanchez Navarro: «En una de mis excursiones entomoldgicas, verificada el 20 de Marzo del corriente ano, en el sitio Namado «Puntales», término de Cadiz, después de recoger gran numero de ejem— plares de Hrodius tibialis L., Tentyria levis Sol., Zophosis minu- 1a y Pimelia fornicata Herbst, en tal cantidad, sobre todo esta 70 ACTAS-DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ultima especie, cual nunca esperaba, pude notar un hecho que me extrano, dada las costumbres de los tenebriénidos. »Se trata de una Pimelia que, con una gran brecha en su élitro izquierdo, y la mayor parte de sus visceras devoradas, corria, con mas velocidad que la acostumbrada, perseguida por otra de su misma especie que, cual el buitre de la fabula, se cebaba en sus entranas. »Raro parece este hecho dada la alimentacién habitual de los tenebridnidos, y tanto mas, cuanto que el ejemplar de que me ocupo no presenta diferencia alguna en lo que se refiere a la dureza y coloracién de sus élitros con los del mas desarro- llado y adulto que pueda encontrarse, y 4 mas, teniendo en cuenta la constitucidn anatdmica del aparato masticador de todos ellos, no puede creerse que la brecha a través de la cual una devoraba a la otra, fuera producida por sus mandibulas, y si mas bien por haberle caido algtin objeto duro y pesado encima, cosa facil de explicar dadas las costumbres de estos tenebridnidos, que suelen refugiarse entre las piedras, y que con gran frecuencia presentan en sus élitros abolladuras, clara senal de estos traumatismos.» —El Sr. Hernandez (D. Carlos) presentd, en nombre del Sr. Bolivar, la siguiente nota titulada: Ortopteros recogidos en las Azores por el Sr. Affonso Chaves. «Hl Sr. Barén de Guerne tuvo la atencién de adicionar mi nota sobre los ortépteros de las islas Azores ( Orthopteres prove- nant des voyages de S. A. le Prince de Monaco dans les Archipels de Madeére et des Acores), publicada por la Sociedad zooldgica de Francia en el ano 1891, con las especies citadas por Drouet en sus Lléments de la faune acoréenne, Troyes 1861, obra que yo no habia tenido ocasidn de proporcionarme, completando de esta manera la corta enumeracién de las especies recogidas por S. A. en Madera, y por el mismo Bardn de Guerne y el Sr. Richard durante la cuarta campana del yacht l’//irondelle en las Azores. De las cinco especies citadas por Drouet, dos figuraban entre las enumeradas por mi y son el Gry/lus bima- culatus L. y el Pachytylus danicus L., pues & esta especie se refiere sin duda la @dipoda migratoria L., que, segin Drouet, recibe en las Azores el nombre de Ga/anhoto, si es que DE HISTORIA NATURAL. 71 con el mismo nombre no se confundieron dos especies y se aludid también a la Schistocerca peregrina Ol., como pudiera hacerlo sospechar la indicacién de que es insecto muy cono- cido por sus estragos, asi como los informes que pudo recoger Drouet respecto 4 que este insecto venia de las costas de Africa, en tan gran niimero, que a veces el mar quedaba cubierto de ellos. Estos hechos no se refieren sin duda alguna al Pachy- tylus danicus L., especie que no es devastadora, ni mucho menos al Pachytylus migratorius L., cuya area de emigra- cidn no alcanza a estas islas. En mi opinidn nace esta confu- sidn de que Drouet atribuy6é al Pachytylus danicus L., espe- cie comun en las Azores, y que él confundia con el Pachytylus migratorius L. los hechos arriba expresados y de los que sdélo habla por referencia, los cuales no pueden aplicarse a otré especie que ala Schistocerca peregrina Ol., que habra de admi- tirse entre las especies de las Azores, faltando dilucidar si esta especie vive de ordinario en el archipiélago 6 si solo llega a él 6 a alguna de sus islas en determinadas ocasiones. »Las otras especies citadas por Drouet son la Periplaneta Americana L., especie cosmopolita, que los barcos han espar- cido por todo el mundo, y que bien podra ser comun en los campos y jardines de estas islas, cuando en Madrid la tene- mos hasta en el jardin botanico con otras especies exoticas, y, por ultimo, los Liogryllus campestris y Gryllus domesti- cus L. »Con posterioridad a estas publicaciones, el Sr. D. Francisco Affonso Chaves, Director de la parte zooldgica del Museo de Ponta Delgada en la isla de San Miguel, del grupo de las Azores, llevado del interés cientifico de completar el conoci-— miento de la fauna de aquel Archipiélago, que tantos descu- brimientos le debe en otros grupos zooldgicos, sometid a mi examen las especies que recogid en la isla de San Miguel, entre las que no solamente he encontrado algunas no com- prendidas en mi primera enumeracidn, sino que una de ellas es nueva y otra constituye una variedad también nueva y pertenece a la familia de los fasmidos que hasta ahora no tenia representantes ni en estas islas ni tampoco en las Cana- rias, y alin mas recientemente, el mismo sefor me ha hecho un nuevo envio de especies procedentes de la isla Santa Maria, correspondiente al mismo archipiélago. 72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Las especies enviadas por el Sr. Affonso Chaves son las siguientes: Anisolabis annulipes Luc., ejemplares de bastante tamano, jovenes y adultos.— San Miguel. Forficula auricularia L., las mismas variedades europeas.— San Miguel. Leucophea surinamensis L., jovenes y adultos. Especie cosmo- polita.—San Miguel. Holocompsa Chavesi, sp. nov., macho, hembra y jovenes.— San Miguel. Bacillus gallicus Charp., var. occidentalis nov.; hembras adul- tas y huevos.—San Miguel. Gdipoda fusco-cincta Lucas; ejemplares adultos de ambos sexos.—San Miguel. Pachytylus danicus L.; jovenes y adultos.—San Miguel, Santa Marta. Platycleis laticauda Brunn.; jovenes y adultos.—San Miguel, Santa Maria. Decticus albifrons Fabr.—Santa Maria. Liogryllus bimaculatus De Geer.—Santa Maria. »Esta lista aumenta en seis especies las citadas en la enu- meracion 4 que me refiero al principio, pero es seguro que el Sr. Affonso Chaves ha de descubrir ain mayor nimero de ellas por lo que dejo para mas adelante hacer el resumen de la fauna ortopterolégica del archipiélago de las Azores y paso ‘la descripcién de las nuevas formas. Holocompsa Chavesi sp. nov. oo. Fusca, supra griseo-villosa. Vertex fascia transversa auran- tiacea. Pronotum marginibus anguste ferrugineis. Hlytra aleque abdomen longitudine superantes. Elytra omnino fusca pars basali griseo-pilosa, pone medium macula subtransversa postice sinuata Serruginea. Ale infumate, margine antico, medio, stigma albido- venoso instrucle. Tibie ferruginee. Abdomen fuscum, disco palli- do. Lamina subgenitalis ampla, apice membranacea, emarginata. 2. Fusco ferruginea, supra griseo-villosa, caput ferrugineo lestaceum, frons fusca. Pronotum postice macula Serruginea. Elytra abbreviata, fascia transversa formantia, medium meta- noli haud attingentia, postice truncata, subarcuatim sinuata. DE HISTORIA NATURAL. 73 Pedes testaceo—ferrugineis. Abdomen avinutissime et confertim impresso punctatum, linea media ferruginea, glabra. Lamina supraanalis magna, transversa, postice late rotundata; lamina subgenitalis apice compressiuscula. Long. corporis J 5°™ =P 6™ - pronoti 1,2 1,5 - elytrorum 4,5 1 San Miguel. »La especie es afine a la H. Simonyi Krauss., de las Islas Canarias de la que solo el & es conocido, por lo que la compa- racién debe limitarse a este sexo. Todo el pronoto esta margi— nado de color rojizo mientras que en aquella especie sélo se extiende este color por la margen anterior, el escudete es de igual coloracién que el pronoto y los élitros, y no negro como en la 7. Simonyi Krauss., los élitros carecen del tono violaceo tan frecuente en las especies de este género; y las alas final— mente tienen una mancha a modo de estigma formada por una red de pequefias venas de color blanco de marfil. La 9 que atribuyo a esta especie es notabilisima por la forma de los éli- tros, es la primera de las especies conocidas que los tenga cortos y truncados posteriormente. Dedico la especie al senor D. Francisco Affonso Chaves su descubridor. Bacillus gallicus, ra. occidentalis. Q. Flava vel fusca. Antenne brevissime, mesonoto tertia parte breviores, 12 articulate, articulis 1, 3 et articulo apicali longio— ribus quam latioribus, articulis reliquis transversis. Pronotum, angulis anticis rotundatis, lateribus late sinuatis, disco inequali, granoso vel subtuberculato, antice medio canaliculato, margini- bus antico et postico medio subtuberculatis, impressione transver- sa fere medio sita. Mesothorace cum metathorace valde granoso subtuberculati, supra medio carinulati, carinula abdomen, seg- mentis primo atque penultimo exceptis percurrente. Mesonoti mar- gine antico medio subtuberculato. Femora antica mutica; femora intermedia et postica apice subtus utringue 1 dentata, illa meso- noto longitudine equalia, ista dimidium segmenti 5* attingentia. Segmenta abdominis dorsalia 7, 8, 9, 10 simul sumpta mesonoto longitudine parum breviora. Segmentis ultimis dorsalibus, longi- tudinaliter subcostatis, segmento penultimo supra medio longitu- dinaliter sulcato; segmentum ultimum, segmento 9° parum sed we: ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA distincte longius, subcompresso-carinatum postice vir emargina— tum, lobis subobligue truncatis, subtus rotundatis, valcula supra- anali, medio compresso carinata in emarginatura exerta. Cerci segmento dorsali 9 fere dimidio breviori, conici vel triangulares, subtus longitudinaliter unicarinati intus prope basim subangulati. Segmentum ventrale abdominis 7 nec umbilicatum nec plagia— tum. Operculum genitale tectiforme lanceolatum apicem segmenti dorsalis G parum superans. Long. corporis OQ FO™™ — antenn. 4 — mesonoti 13 — fem.ant. 20 — — inter. 12 = SH0ST HCG Las medidas estan tomadas sobre ejemplares conservados ‘en alcohol. El estudio hecho por nuestro sabio consocio el R. P. Pantel sobre los Bacillus de Europa, publicado en estos mismos ANA- LES, tomo XIx, paginas 371 y siguientes, es tan perfecto y re- sume por tan completa manera cuanto se ha dicho y obser- vado acerca de la zoografia de estos animales, que con su es— tudio se esta al corriente de todas las cuestiones que entrana tan dificil materia, y en posibilidad de publicar los nuevos datos que se obtengan sin temor de contribuir 4 complicar mas esta cuestion. Esta consideracién me ha decidido a hacer la descripcién de este Bacillus, que de no existir el estudio del P. Pantel me hu- biera limitado a presentar como especie dudosa. Con el mismo deseo ya expresado de asimilar estos nuevos materiales al tra- bajo en cuestion, he adoptado la misma plantilla descriptiva que emplea el R. P. Pantel para la descripcién de las especies que estudia; con lo que, no solamente he seguido un modelo perfecto, sino que resaltan mejor las diferencias que con las especies afines presenta esta variedad. Incluyo la forma que describo en la especie B. gallicus Charp. mejor que en el B. algericus Finot, porque debo confesar que también a@ mi me asalta la duda de si esta ultima forma no sera mas que otra variedad de la misma especie europea a que me refiero. Resulta de la descripcién que antecede, comparada con la DE HISTORIA NATURAL. de la © del B. gallicus 1. ¢., pag. 393, que la nueva forma di- fiere por tener las antenas atin mas cortas, puesto que apenas alcanzan ala tercera parte de la longitud del mesonoto, y me- nor el ntimero de sus artejos, no teniendo ningtin artejo medio mas largo que ancho, sino que todos los intermedios son deci- didamente transversos, si bien el sexto y el séptimo, y princi-— palmente aquel, son algo mas largos que los otros, pero sin llegar siquiera a ser cuadrados; por estos caracteres se apro- xima mas la nueva forma al B. gallicus que al algericus; y si bien los caracteres tomados de las antenas no tienen una gran importancia en este género, no deja de ser notable que la for- ma de las Azores se aproxime mas 4 la europea que a la del Norte de Africa. El pronoto granuloso, como todo el cuerpo, tiene muy acusadas las sinuosidades de sus lados, muy mar— cado también el surco medio, que se extiende desde el borde anterior hasta la impresién media, la que esta situada proxi— mamente 4 igual distancia del borde anterior que del poste- rior, é indicadas las granulaciones en el medio de ambos bor- des que representan los tubérculos que en el a/gericus alcan— zan mayor desarrollo. Los fémures son cortos; los intermedios y posteriores sélo tienen una espina en cada una de las quillas inferiores, cerca del apice, y estas espinas son dentiformes y bastante robustas; los fémures anteriores tienen casi igual longitud que el mesonoto, debiendo advertir que en las medi— das que hemos dado mas arriba sdlo hemos medido el femur con su trocanter, pero no la coxa; los fémures posteriores diri- eidos hacia atras llegan 4 la mitad del segmento 5.° del abdo- men, esto es, son un poco mas largos que en el gallicus y mas cortos que en el algericus. Todos los segmentos del abdomen estan aquillados, excepto el primero (segmento mediario) y el noveno; el primero de estos dos es convexo y enteramente liso, y el noveno, en vez de quilla media, tiene un surco, 6 si se quiere dos quillas aproximadas que dejan entre si un estrecho espacio. El segmento 7.° ventral del abdomen no presenta ni fositas ni placas laterales lisas; no ofrece, en suma, caracter alguno digno de mencion. Senala también el P. Pantel como distintivo muy constante entre el gallicus y el algericus la intensidad de la granulacion de los tezumentos, si bien hace la salvedad de que este carac- ter es en extremo variable. Con igual salvedad haré constar 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que la nueva especie se aproxima mas por este caracter al algericus , porque sus tegumentos son muy granulosos, perci- biéndose los granos hasta en los anillos inferiores del abdo- men y mereciendo verdaderamente el nombre de tubérculos en los segmentos dorsales de todo el cuerpo; este caracter ad- quiere mas intensidad en los individuos de coloracién obscura porque en ellos los tuberculitos se acusan mas por el tinte pardo obscuro que toman. Finalmente los huevos corresponden con bastante exactitud a la forma dada a4 conocer por el P. Pan- tel para los del B. gallicus Charp. en estos mismos ANALES. Viniendo ahora a la comparacidn de los ejemplares de las Azores con los que existen en mi coleccién, ya que las anterio- res observaciones estan hechas sobre las descripciones del P. Pantel, resulta que el aspecto y forma general es, en efecto, la del B. gallicus, que yo mismo he recogido en Villa Rutis (Coruna), y que tengo también de Cestona y de Vergara (Gui- plizcoa), encontrados estos ultimos por mis amigos Sres. Sanz de Diego y Larrinta, y que las tinicas diferencias apreciables radican en el nuimero de artejos de las antenas, en lo acci- dentado de la superficie del pronoto, en la carencia completa de quilla en el segmento mediario, que en los espanoles esta indicada cerca del borde posterior, en la existencia de un surco sobre el segmento noveno del abdomen que reemplaza la quilla que existe en los demas segmentos, y en el desarro- llo de los tubérculos que cubren todo el cuerpo mucho mas gruesos que en la © del algericus. Debo advertir que en el ejemplar de Cestona puede apreciarse en el noveno segmento cierta tendencia a convertirse en surco la quilla media, y que ademas tengo otra hembra de Tanger regalada por el senor Olcese, que concuerda enteramente con los ejemplares de las Azores. Estas consideraciones me inclinan 4 considerar por ahora este insecto como una simple variedad del 2B. gallicus Charp. Sesion del 4 de Abril de 1894. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. —Kil Sr. Secretario lee una tarjeta del Sr. Presidente excu- sando su asistencia por ocupaciones. DE HISTORIA NATURAL. 7 —Se lee y aprueba el acta de la sesién anterior. —(Queda admitido como socio agregado el senor Torres Castellanos (D. Miguel), de Madrid o ? b] propuesto en la sesién anterior’ por el Sr. Angulo y Tamayo. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios numerarios. —Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad se diesen las gracias 4 los donantes de las regaladas. —El Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento del socio D. Manuel Janer y Ferran, Bibliotecario de la Sociedad, acae- cido el 21 del pasado Marzo, anadiendo que como recuerdo que la Sociedad consagra a su primer bibliotecario, joven en quien la Historia natural patria tenia fundadas esperanzas por su laboriosidad, inteligencia y modestia, leeria un senor socio el articulo necrologico que acerca del Sr. Janer habia escrito. —El Sr. Fernandez Navarro leyo la siguiente noticia necro— logica: El Dr. D. Manuel Janer y Ferran. «Si sensible es la pérdida de aquellos hombres que con su talento han podido dar dias de gloria a la ciencia patria, no menos deplorable y tal vez mas desconsoladora es la de los que, dotados de clara inteligencia, laboriosidad infatigable y amor al estudio, bajan al sepulcro sin dejar el consuelo de los frutos obtenidos con tan envidiables condiciones. A estos Ulti- mos pertenecia el Dr. Janer y Ferran, que a los 25 anos de edad, cuando podia afirmar que le pertenecia el porvenir y empezaba a ver satisfechas sus modestas aspiraciones, ha falle- cido, victima de rapida enfermedad, el dia 21 del pasado mes de Marzo. »Su vida, corta por desgracia, puede condensarse en la pala- bra /aboriosidad; laboriosidad tan grande que le ha costado la vida. Hizo sus estudios de segunda ensenanza en el coleg@io de Religiosos Agustinos del Escorial, donde, lo mismo que en la Universidad central al seguir mas tarde la Facultad de cien- cias, fué modelo de alumnos, no sdlo por su inteligencia y aplicacion de que dan testimonio las brillantes notas obtenidas 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA en todas las asignaturas, sino también por sus excelentes con- diciones como companero, de que podemos hablar sus amigos, que éramos tantos cuantos tuvimos la suerte de conocerle. »Encontroése a los 22 anos con el titulo de Doctor en Ciencias naturales y una historia académica inmejorable; pero lejos de envanecerse con ellas, fueron estas condiciones nuevos acica- tes que desarrollaron mas y mas en Janer la pasién del estu- dio, como lo demuestran las multiples ocupaciones en que la muerte le ha sorprendido. Era actualmente Ayudante, por opo- sicidn, de zoologia, en el Museo de Historia natural, donde le- vaba muy adelantado el arreglo de las colecciones de animales inferiores que corrian a su cargo; desempenaba también una ayudantia en la Escuela de Artes y Oficios y asistia a su clase sintiendo ya los sintomas de su ultima enfermedad; habia sido nombrado recientemente Bibliotecario de la Sociedad Espanola de Historia natural y como si con todos estos cargos no tuviera bastante para Henar su tiempo, atin se ocupaba en explicar en diferentes colegios, compartir la direccién de uno de ellos y dar numerosas clases particulares. »Y aunque parezca mentira después de la enumeracion de tantos cargos, todos ellos los desempenaba cumplidamente y en todos correspondia a su buen nombre. La Sociedad Espa- nola de Historia natural puede dar fe de ello con sélo mirar el estado en que hoy se encuentra su biblioteca. Formada ésta en su mayoria de las publicaciones periddicas recibidas 4 cambio de los ANALES durante los veintidos anos que lleva de existen- cia, y sin vocal bibliotecario en todo este tiempo, solo la acti- vidad y paciencia de Janer podian en unos cuantos meses ordenar tantos y tan variados materiales. Ocupabase en la actualidad de ir reclamando los niimeros que de las diferentes publicaciones faltaban, para una vez completas todas ellas publicar el catalogo; y en esta tarea ha sido sorprendido por la enfermedad que le ha robado al carino de su familia y amigos. »Maestro, companiero 6 discipulo Janer de casi todos los que me escuchais, no tengo que encareceros el entusiasmo que sentia por las Ciencias naturales. Dotado de un caracter atrac- tivo como pocos, sabia comunicar 4 sus discipulos ese mismo entusiasmo, debiéndose a él el que muchos de ellos sean hoy nuestros consocios. Por esto he creido que interpretaria vues— tros deseos al leer esta nota, para que su insercién en los ANA- DE HISTORIA NATURAL. 19 LES sea considerada como la expresién del sentimiento de nuestra Sociedad por la pérdida de su primer Bibliotecario, que en los dos meses de ejercer su cargo habia logrado pres- tarla ya un servicio de la mayor importancia, puesto que por él sera posible consultar nuestra Biblioteca, mas interesante por la indole de las publicaciones que la constituyen que por el ya considerable numero de volimenes con que cuenta.» El Sr. Presidente propuso que la Sociedad, aceptando la bien escrita noticia biografica que acababa de leer el Sr. Fer- nandez Navarro, la publicase en las Actas de la sesién pre- sente como testimonio del sentimiento con que habia sabido esta triste nueva, y confiriese el cargo de Bibliotecario al mis- mo Sr. Fernandez Navarro que acaba de dar muestras de cono- cer perfectamente el estado en que el Sr. Janer llevaba el arreglo de la Biblioteca. La Sociedad aprobdé en todas sus par- tes lo propuesto por el Sr. Presidente. —El Sr. Secretario leyé la siguiente noticia necrolégica que le habia sido encomendada por la Sociedad en la sesién anterior: Ll profesor D. Laureano Calderon. «Este sabio cristalografo y quimico, investigador tan habil é inteligente — cualidad rarisima en nuestro pais— como pro- fesor claro y brillante, acaba de morir, el dia 4 del pasado Marzo, a las seis de su tarde, a los 46 anos de edad. Hijo de un antiguo y distinguido periodista y hermano de nuestro consocio y bien conocido gedlogo D. Salvador Calderén, Cate- dratico en la Universidad de Sevilla, y del publicista no menos notable D. Alfredo, nacid en Madrid, en cuya Universidad curs6 las Facultades de Farmacia y Ciencias fisico-quimicas, entrando muy joven, apenas concluida su carrera, de ayudante de Analisis quimico, por oposicién, en la primera de dichas Facultades, cargo que desempeno hasta que en 1874 fué nom- brado Catedratico numerario de Quimica orgdnica en la Fa- cultad de Farmacia de Santiago de Galicia, también en virtud de brillante oposicién. Depuesto en 1876 por el Gobierno cuan- do la célebre cuestién universitaria, y libre, por tanto, de su obligacion oficial, se dirigié primero & Paris, donde se consa- gré al estudio de la quimica en el laboratorio del ilustre pro- fesor Berthelot, en el Colegio de Francia, y mas tarde 4 Estras- 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA burgo, en cuyo laboratorio de Cristalografia, dirigido por en- tonces, asi como la catedra correspondiente, por el no menos ilustre profesor Groth, hizo su completa y rapida iniciacién en esta Ciencia, pasando muy pronto de alumno 4 ayudante de la catedra y director de trabajos practicos en dicho labora- DON LAUREANO CALDERON. torio, 4 propuesta del Catedratico ya mencionado. Vuelto a Espana, y reintegrado en sus derechos de Catedratico, adqui- rié el laboratorio quimico particular que en la calle de Carre- tas poseian los Sres. Saez, Utor y Soler, y se consagré con ardor é inteligencia 4 la resolucién de los problemas indus— triales y analiticos que se le presentaban, sin descuidar por DE HISTORIA NATURAL. 81 eso las investigaciones puramente cientificas, hasta que le fueron dadas las catedras de Quimica bioldgica é Historia cri- tica de la Farmacia en esta Facultad de la Universidad Central, que ha venido desempenando de un modo brillante hasta su muerte. »Dentro de la Quimica era Laureano Calderon el represen- tante mas ilustre, si no el inico, de la novisima direccidén de esta ciencia que se conoce con el nombre de la Fisico-quimica, como demuestran sus numerosas investigaciones termo-qui- micas, su notabilisimo discurso inaugural de la Universidad Central en el curso de 1892-93, reproducido en la Revista de cursos cientificos, de Paris, y juzgado por el profesor Ostwald, de la Universidad de Leipzig, uno de los jefes de la Direccién antes indicada en Quimica, como una brillante y clara exposi- cidn sucinta de los problemas que hoy comprende la Quimica g@eneral moderna, y, por ultimo, sus trabajos inéditos, uno ya terminado, acerca de las materias explosivas, y otro, que des— graciadamente ha quedado en fragmentos, que hubiera cons- tituido un Tratado de Quimica general. »Como.cristaldgrafo, su nombre va unido al estauroscopio mas delicado y exacto que hoy se conoce, que figura en todos los microscopios polarizantes modernos, y ha sido ahadido por Fuess, constructor en Berlin, a su microscopio mineraldgico— petrografico. Conocida de todos los que estudian minerales y rocas es la dificultad que ofrece el reconocimiento de la posi- cidn exacta de las direcciones de vibracién en los cristales y secciones cristalinas, y la inseguridad con que se lleva a cabo tal reconocimiento por el método de las extinciones 6 los pro- cedimientos de Kobell 6 Brezina. Laureano Calderén resolvié este problema de un modo ingenioso sustituyendo el objetivo (lel ortoscopio por una placa cortada en una macla artificial (le calcita, cuyas dos mitades se iluminan con diversa intensi- (lad desde el momento en que ninguno de los ejes de elastici- dad del cristal 6 seccién cristalina que se estudia coincide con las direcciones de vibracién de los nicoles. El procedimiento es tan exacto, trabajando, claro es, en luz monocromatica, que el error con que se llega a conocer las direcciones de vibracién dle los cristales no pasa de seis 4 siete minutos. Muchos estu- dios cristalograficos hizo L. Calderén sobre cristales de pro- ductos organicos, entre ellos del azucar de cana, cuyos indices ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 6 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de refraccién, segun los tres ejes de elasticidad y angulos ver- daderos correspondientes de los ejes opticos, determindé para las luces del litio, sodio y talio; pero el que tiene mayor interés mineraldgico, a la vez que espanol, es el de los indices de re- fraccién de la blenda de Picos de Europa, que efectué en Es— trasburgo sobre 14 6 16 bellisimos prismas tallados sobre ejem- plares que en parte le remiti yo, del que resulta que dichas constantes dpticas varian en este mineral con la cantidad de pigmento que exista en el prisma que se estudia. »Ademas de investigador habil y coucienzudo, era Laureano Calderén profesor eminente, que exponia las cuestiones mas dificiles y abstractas con tanta claridad y brillantez que nadie dejaba de entenderle por ajeno que fuese al asunto explicado, ni de recordar las brillantes imagenes de que se habia servido para cautivar la fantasia de sus oyentes. »Un trabajo tenia 77 mente destinado a esta Sociedad, que, no obstante hablarle yo de él cada vez que nos velamos, ani- mandole @ que le diese forma y terminara, apenas ha llegado a’ pasar, desgraciadamente, del estado de proyecto. Debia ser una exposicidn breve, sencilla, practica y clara, como todo lo que él hacia, de los procedimientos de investigacion cristalo- erafica, tanto goniométrica como Optica. Entre sus notas y papeles deben existir unos dibujos de gonidmetros y aparatos de polarizacién que destinaba a dicho trabajo. »La muerte del profesor D. Laureano Calderon ha sido una pérdida irreparable para la ciencia espanola por las condicio— nes que le adornaban, y mucho mas lamentable en el atraso cientifico en que nos hallamos.» —Hl Sr. Secretario presentd y did cuenta a la Sociedad de un trabajo titulado /isectos de Mallorca, hecho por el Sr. Mora- oues y de Manzanos, que por acuerdo de la Sociedad paso a la Comisién de publicacién. A continuacién presenté a la Socie— dad las siguientes notas de D. I. Bolivar: DE HISTORIA NATURAL. 83 AD COGNITIONEM ORTHOPTERORUM EUROPA ET CONFINIUM. Il1.—Hspecies nuevas 6 criticas. Aphlebia Janeri sp. nov. Nigro-picea vel nigro-rufescens, nitida. Caput inter oculos linea transversa pallida ornatum. Pronotum postice subarcuato-trun— catum, antice lateribusque favoalbido limbatum. Elytralateratia, abbreviata, lobiformia, marginem posticuim mesonoli parum supe- rantia, intus oblique rotundata, pallida. Pedes pallidi. Abdomen dorso fusco-punctatum, segmentorum margine postica obscure pallida, segmento sexrto postice retrorsum declivi, postice emargi- nato; abdomen subtus fusco, marginibus flavo-maculatis. Lamina supra-analis & obtuse triangularis, Q angustissime transversa, rotundata. Cerci pone medium annulo pallido. Lamina subgeni- lis § winter cercos obtuse producta, Q magna, postice late-rotun— data, integra. Long. corporis o Q 6™™,5-8™™, Corresponde al grupo de las 44. subaptera Ramb. y carpe- tand Bol. Los élitros son estrechos y un poco mas largos que el mesonoto y el sexto segmento dorsal del abdomen del & ofrece caracteres excepcionales que permiten distinguir esta especie de sus congéneres y que quedan expresados en la diagnosis. Habitat. Tanger, Olcese! Me ha sido remitida de la localidad in- dicada por mi corresponsal y amigo se- nor Olcese, a quien soy deudor de nume- rosos materiales para el estudio de la fau- na de Marruecos, de los que ya he publi- cado algunos en estos mismos ANALES. Aphlebia Janeri Bol. p : Abdomen muy aumentado. Dedico esta especie al malogrado natu- ralista D. Manuel Janer y Ferran, ayudante que ha sido, por oposicion , del Museo de Ciencias de Madrid y Bibliotecario de esta Sociedad, cuya pérdida lamentamos cuantos conociamos su excelente caracter, su laboriosidad y el entusiasmo que sen- tia por las Ciencias naturales que con tanto provecho cultivaba. S4 , ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Aphlebia algerica Bol. ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat., t. x, 1881, 499, tan— lum &. A femina differt, abdomine rvetrorsum angustatum, seg- mento 6.° postice subsinuato, segmento 8.° postice rotundato, mo- dice producto. Lamina supra-analis transversa, rotundata: lamina subgenitalis elongata, apice subangulato-rotundata, inter cercos producta. LONG: COPPOTLS FO PION Sores CLYLT nem. Habitat. Argelia, Tanger. He recibido los dos sexos en un envio que me ha hecho desde Tanger el Sr. Olcese, y he podido convencerme de que el co de esta especie es el que ahora describo, rectificando en cuanto a éste se refiere la diagnosis que publique en estos ANALEs en el lugar citado. Loboptera maroccana Sj. j07. Nigro-picea, nitida. Thorax lateribus rufotestaceo-marginalus, margine inmo angustissime fusco. Elytra lobiformia, vretrorsum angustata, mazima parte rufo testacea, mesonolum vis longiora. Pedes concolori vel fusco-ferruginel. Abdomen unicolor. segmen- forum margine postica minutissime atque subindistincte plicata, et pilosa, Segmento 6.0 arcuato producto, medio distincte sinuato, segmento 7. in medio transverse producto in lohum votundatum. Lamina supra-analis triangulariter producta, apice in Q distinete sinuata. Cerci ¢ recti, crassiusculi Q distincte sinuato-in flexi. Long. corporis of 10™™; pronoti 3™™; lat. mar. pron, 4°™,5 - - oN 4 SE a LS ie — - Dum. Se distingue de la Z. decipiens Germ. por su mayor tamano y por la coloracion. La faja rojiza lategal no se extiende poste- riormente mas alla del metatorax: los élitros quedan incluidos en ella casi por completo y sobre el protorax se estrecha, con- tinuandose a lo largo de todo el borde anterior. Kl abdomen es dle color negro-piceo uniforme y brillante, y los segmentos 2a 5 tienen el borde posterior recto con una franja de pelos dirigi- DE HISTORIA NATURAL. 85 dos hacia atras; estos pelos se implantan en fositas que hacen aparecer el borde como ligeramente plegado. Los ultimos anillos del abdomen presentan grandes «i- ferencias comparados con los correspondientes de la Z. deci- piens Germ.; el 6." es mas lar- @o que los anteriores y su bor- de posterior en vez de ser rec- to como en aquellos y como lo es también en la especie cita- : id ob 2 da, es sinuoso y esta escotado en el centro; el 7.° ofrece en Loboptera maroccana Bol. : Abd lel le el medio un lébulo redondea- Abdomen del o” y de la Q muy aumentados. do, mas saliente que los an- culos laterales del mismo segmento. En la Z. decipiens Germ., este borde es recto, 6 casi recto, y es menos saliente que los angulos laterales. Por ultimo, la placa supra-anal es triangu— lar y en la Q esta ligeramente escotada en el medio. Los cer- cos también presentan diferencias sexuales que ya quedan in- dicadas en la diagnosis y que pueden apreciarse en la figura adjunta. No conozco la Z. Fortunate Krauss, de Canarias, que debe ser muy afine a esta especie aunque de mayor tamano. Su des- cripcién es tan breve que no permite establecer la distincion. Procede esta especie de Marruecos y poseia de largo tiempo atras los ejemplares de ella que recogi en las inmediaciones de Tetuan, pero la circunstancia de pertenecer los dos al mismo sexo me ha hecho demorar su descripcién, esperando poder confirmar con mayor ntimero de ejemplares las diferencias que presenta con la Z. decipiens Germ., como hoy puedo hacerlo gracias al Sr. Olcese, de Tanger, que me ha enviado reciente- mente numerosos ejemplares de uno y otro sexo. Probable— mente reemplaza esta especie en Marruecos a la Z. deci- piens Germ.; es posible se refieran a ella las citas de los autores. Loboptera minor sp. 70v. A. L. maroccana differt; statura multo minore; segmentorwin abdominis punctis piligeris subindistinctis, segmentis ultimis postice multo minus curvatis. 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Long. corporis & & 6-7". Habitat. Tanger (Olcese!). Difiere de la anterior principalmente por el tamano, sin que existan ejemplares que establezcan el transito de aquella a ésta, a pesar de haber examinado gran numero de ellos. La comparacion detenida que he hecho de una y otra no me ha permitido encontrar otra diferencia que la menor acentuacion de las curvas del borde posterior de los segmentos genitales, y el ser casi imperceptibles los puntos piligeros que hay a lo largo de los segmentos basilares del abdomen. Pyrgomorpha agarena Sp. 70”. Viridis vel griseo-fusca. Capite pone oculos fascia albida per marginem lateralem pronoti continuata. Fronte suaviter bisinua- ta, oculis oblongis, oblique positis, parum exsertis, fastigio eque longo ac lato. Occipite carinato. Antennis brevibus, marginem posticum pronoti haud attingentibus, angustis sed usque ad api- cem depressis. Pronoto sulco typico pone medium sito, punctato- impresso, rugulato sed haud granoso, lobis lateralibus postice sinuatis, margine externa flexuosa, angulo postico rotundato. Bly- tris apicem abdominis haud vel parum superantibus, longitudi- naliter pluristrigatis. Alis abbreviatis. Spina apicali externa tibiarum posticarum nulla SQ. Long. corporis o 13°"; antenn. 4°"; pron. 2°”,5; elytr. 6°"; fem. post. 7,5. Long. corporis Q 20°"; antenn. 5°",5; pron. 4"",5; elytr. 13"; Jem. post. 11". Habitat. Larache (Olcese). Como se ve por las dimensiones, esta especie se distingue ante todo de la Pyrgomorpha grylloides Latr. por su menor tamano; la brevedad de las antenas y de los élitros constitu- yen otras dos diferencias de facil apreciaciOn y, por ultimo, hay otras particularidades de detalle que contribuyen a distin- guir ambas especies, como son la menor longitud del proceso en que termina la cabeza por delante de los ojos, formado por el vertex y las sienes que le rodean, y que en la nueva especie es proximamente tan largo como ancho, considerado en su totalidad, mientras que en la especie comun es distintamente DE HISTORIA NATURAL. 87 mas largo que ancho; sus bordes son al principio paralelos, lo que no ocurre en aquella especie. Los élitros en el o llegan solo a la mitad de los fémures posteriores, y en la 9 alcanzan hasta cerca del apice de los mismos, de modo que en aquel la extremidad del abdomen queda a descubierto; la estructura de estos 6rganos es también diferente, pues carecen, sobre todo en el <’, de las areolas rectangulares dispuestas en series entre las venas longitudinales, y que aqui solo se distinguen en los élitros de la 2 y hacia el apice, estando todo el resto de la superficie cubierto de venas longitudinales muy aproxima-— das unas a otras. Resulta de los caracteres expuestos que, siendo como es a primera vista muy afine esta especie ala P. grylloides Latr., difiere considerablemente de ella, y por tanto de todas las de- mas especies conocidas. El género Pyrgomorpha se ha aumentado desde la publica- cién de mi monografia (1) con dos especies descritas por el Dr. Karsch (2) (P. picturata Karsch, Kuako-Kimpoko y expli- cata Karsch, Nueva Guinea meridional oriental), otras dos que yo he publicado (3) (P. linea-alba Bol., Caconda y Angolen- sis Bol., de Angola), y finalmente, otra que acaba de dar a conocer M. A. Finot (4) (P. debilis Finot, Ain-Sefra, Argelia); en cambio ha disminuido en una especie, la P. breviceps Bol., de Angola, que en vista de mejores ejemplares que el que me sirvid para su descripcidn, he creido deber llevarla al género inmediato Ochrophlebia Stal. Ctenodecticus Masferreri sp. ior. Testaceus, supra cinereus, vitta fusca laterali ornatus. Pro- notum lobis defleris fusco-punctatis, postice albido marginatis, pitta albida supra striga fusca circumscripta. Hlytra in x haud (1) Monografia de los Pirgomorfinos. Madrid, 1881. Tirada aparte de los ANALES DE La Soc. Esp. pe HIstT. NaT., tomo x11, ‘1884. (2) Beitrige zu Ignacio Bolivar’s Monografia de los Pirgomorfinos Madrid, 1881, en Entonologische Nachrichten, Jahrgang xiv. Berlin, 1888. (3) Ortdpteros de Africa del Museo de Lisbou. (Jornal de Sciencias mathematicas, phy- Sicas e naturaes. 2.* serie. Lisboa, 1889.) (4) Bulletin des séances de la Société entomologique de France, 1894. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA obtecta. 9 ligulata, lateralia, marginem posticum pronoti haud superantia. Femora postica ertus vitta nigra atque macula basali nigra ornata. Tihie postice subtus spinis terminalibus duabus internis nullis. Abdomen segmentorum margine postica subpli- cata. Segmentum anale J triangulariter productum, subsulcatum apice sinuatum, lobis obtusis. Cerci, segmentum anale vir supe- ranti. Lamina subgenitalis apice obtusangulariter excisa; styli minutissimi. Ovipositor subrectus, dimidio basali distincte infla- tus. Lamina subgenitalis 2 trigona. bifossulata. apice anguste CLUS. Long. corporiss cio? Ole - pronoti 3 3,2 — fem. post. 7,5 8.5 — ovipositor. 7 Habitat. Monserrat, Masferrer! Esta especie ha sido recogida por D. Mariano Masferrer, en— tomologo barcelonés que ha logrado aumentar con numerosas especies la lista ya larga de los ortopteros espanoles. Es de tamano intermedio entre el C?¢. pupulus Bol. y el Boli- rardi Tare. Toz., y tiene mas analogia por su colorido con la segunda que no con la primera de estas especies; pero la ca- rencia de espinas internas en la extremidad inferior de las ti- bias posteriores la aproxima a la primera. Los élitros estan al descubierto en el macho, y en la hembra solo se distinguen en forma de pequenios lébulos 4 uno y otro lado del protorax. El segmento anal del macho se parece al del C¢. Bolivarii Targ. Toz., solo que sus lObulos no se prolongan formando dos espi- nas como en aquella especie. — IV.— Nuevos datos para la fauna espanola. Las siguientes especies recogidas en Panticosa por D. Ma- nuel Martinez Escalera 4 fines de Julio del ano pasado vienen i determinar el limite extremo del area @eoerafica de aleunas especies de la Peninsula y a aumentar el numero de las espa- holas con alguna del Sur de Francia que atin no habia sido descubierta en nuestro suelo: DE HISTORIA NATURAL. £9 Forficula auricularia Z. Panticosa. Anechura bipunctata “adr. Es la primera vez que se cita este eénero de la Peninsula. Ha sido recogido en Torta. Chelidura sinuata Germ. Panticosa. Stenobothrus nigromaculatus /7. Se. Bujaruelo. -- stigmaticus RO. Bujaruelo. — morio abr. Bujaruelo, Panticosa. — vagans eb. Panticosa. _ parallelus Ze/¢?. Bujaruelo, Panticosa. Gomphocerus maculatus 7hunb. Bujaruelo. _— sibiricus Z. Bujaruelo, Panticosa. Arcyptera fusca Pa//. Bujaruelo. Psophus stridulus Z. Bujaruelo, Panticosa. (Hdipoda ceerulescens Z. Bujaruelo, Panticosa. Caloptenus italicus Z. Panticosa. Pezotettix pedestris Z. Panticosa. — Pyreneeus Fisch. Panticosa. Antaxius hispanicus Bo/. Panticosa. oa Platycleis grisea adr. Panticosa. Decticus verrucivorus Z. Bujaruelo. eh Gryllomorphus Dalmatinus Ocsh. fe qf his —KHi Sr. Secretario leyé el acta siguiente: SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 10 de Marzo de 1894. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —Se repartio el cuaderno 3.° del tomo xxi de los ANALEs. —A propuesta del Sr. Medina se acordé consignar en acta el sentimiento con que la Seccidn habia sabido el fallecimiento del Sr. D. Laureano Calderén y Arana, hermano de nuestro dignisimo Presidente, miembro de esta Sociedad y eminente quimico, cuya muerte ha privado a@ la ciencia patria de uno de sus mas sabios y ardientes cultivadores. ~—Se leyo la siguiente comunicacion del Sr. Chaves: 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Un trabajo reciente sobre el origen de los fosfatos naturales. «Bajo el epigrate Sur quelques phosphates mineraur noureaur ou tres rares et sur la genese des phosphates naturels, y suscrito por M. Armand Gautier, ha publicado el Boletin de la Socie- dad quimica de Paris, con reciente fecha (5 Diciembre de 1893, 3." serie, tomos Ix y X, nlm. 23, pag. 884), un trabajo tanto mas interesante cuanto que 4 minerales de un origen tan obs- curo como los fosfatos se refiere. Después de recordar las di- versas teorias propuestas por los mineralogistas en punto al origen de los fosfatos naturales, el autor comienza a exponer sus investigaciones con la descripcién de la gruta J/inerve 6 de la Coquille, al S. del Hérault, acompanando esta descrip- cién, y la de los fosfatos que en ella yacen, de analisis por él practicados, entre los cuales merece mencion el de la roca que se encuentra 43 6 4 m. bajo el suelo de dicha gruta. Esta roca, de tipo muy diferente al de las fosforitas ordinarias, esta esencialmente formada de fluofosfatos de cal y de altimina, asociados a algo de arcilla. M. Gautier coteja los resultados obtenidos en sus analisis con los de buenos analisis de fosfo- ritas ejecutados por M. Lasne, y de la comparacidn deduce que en los fosfatos de JZinerve la mitad 6 mas del acido fosf6- rico esta unido a la alimina, y que la cal es insuficiente para constituir fosfato tribasico 6 bibasico. Tratase, pues, de un nuevo tipo de fosforita que, aunque de naturaleza semejante, no puede, sin embargo, identificarse con la cirrolita, la her- derita y la tavistockita, especies raras que se encuentran en ciertos filones cuarzosos de terrenos antiguos. Al lado de esta roca existe la érushita cristalizada y el fosfato de alumina (Ph O,), Al,, 7 H, O en un estado de pureza casi absoluta, no descrito hasta ahora, y para el cual propone M. Gautier el nombre de minervita. Este fosfato se halla en polvo blanco, constituido por granos cristalinos pertenecientes, segun nos parece desprenderse de las observaciones del autor, al sistema hexagonal. Después describe la brushita encontrada en las hendiduras de ciertas galerias de J/inerve, y cuyo descubri- miento en esta localidad ofrece bastante interés, puesto que hasta hoy se habia citado solamente de los guanos rocosos de las islas Avas y Sombrero. _e DE HISTORIA NATURAL. 91 »Entra después el autor en la parte capital de su Memoria: en la explicacion de la @énesis de los fosfatos de cal naturales tal como se desprende de sus estudios, y de los de otros qui- micos y mineralogistas que han tratado la cuestion del origen organico de estos minerales. Establece tres categorias de fos— fatos. En la primera coloca los que reconocen como origen la oxidacion del fosforo del nucleo central del globo, y son el apatito, la triplita, la ambligonita, etc., que se encuentran constituyendo granos, inclusiones 6 cristales en ciertas rocas eruptivas y volcanicas, y en el granito, gneis y pegmatita. La segunda categoria comprende variedades de origen hidroter— mal, resultantes de la accién de las aguas cargadas de silice y de acido carbénico sobre los fosfatos de procedencia ignea de la anterior categoria. Finalmente, agrupa los apatitos de los filones de los terrenos cristalinos, concomitantes con el cuarzo, fluorina y casiterita, con los apatitos compactos de los terrenos sedimentarios mas antiguos, con la wavelita, la fis— cherita, la turquesa oriental de las brechas del porfido, y con los fosfatos mas recientes depositados en formas concreciona— das por las aguas termales en las fallas del jurasico, del cre- tacico y del terciario, segtin Daubrée. En la tercera categoria coloca M. Gautier las fosforitas, que contienen con frecuencia como impurezas caliza, sulfato de cal y materia organica ni- trogenada, y en las cuales se pueden distinguir a simple vista, 6 con ayuda del microscopio, restos de seres organizados. Ad- mite para estas fosforitas la teoria org@anica, y considera vanos los esfuerzos de aquellos gedlogos que buscan su origen en la disolucién y depodsito ulterior por las aguas siliceo-carbonicas de los fosfatos de origen igneo 6 hidro-mineral diseminados en los antiguos terrenos, fosfatos que serian depositados en seguida y a medida que se desprendia el acido carbonico con- tenido en el vehiculo disolvente, alrededor de los restos ani- males y vegetales. «Admitir, dice, como M. Lasne, que los fos- fatos concrecionados 6 arenosos provienen de la disolucion de los apatitos de los terrenos antiguos, porque, como ellos, con- tienen 7 a 8,5 por 100 de fluoruro de calcio, es desconocer la afinidad especial de este fluoruro por el fosfato tribasico de cal, afinidad tal, que la parte mineral de los huesos de los animales, aun en el estado de vida, responde 4 la composicién Ph, O,, Ca, (Co;, Fl,, Cl,), que es la misma del apatito, en la 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cual una parte del fluor ha sido reemplazada, se@vin las leyes or- dinarias de la equivalencia, por Cl, y CO,, bivalentes como FI,.» »K1 autor atribuye la génesis de estos fosfatos a la fermen— tacion bacteriana de restos animales depositados en las ribe- ‘as, los pantanos y las costas de los mares geologicos. En esta descomposicion se origina amoniaco, amidas complejas que se dlestruyen con produccién del mismo y de acido lactico, hidrogeno sulfurado, hidrégeno y nitrog@eno libres, materias fosforadas fijas y volatiles y otras substancias. Distingue en este proceso destructivo dos fases: la primera, 6 de reduccidn, seguida de otra de oxidacion, en la que, merced al aire y los fermentos aerobios, se transforma el nitrdgeno en acido nitri- co; el azufre y los sulfuros en acido sulftrico; y el fosforo, que se halla al estado de combinacién org@anica, en acido fosforico. Asi, pues, los productos finales de la destruccion de las mate- rias organizadas son nitratos, sulfatos y fosfatos. Las fuentes (le donde estos ultimos derivan son tres, de las cuales consti- tuyen la primera los fosfatos preexistentes en el esqueleto y los ya preformados en todas las células animales 6 vegetales inalterables por la fermentacion. La segunda fuente la consti- tuyen fosfatos que proceden de la descomposicioén del prota— gon, lecitina, nucleina y otras combinaciones que contienen el fosforo al estado de acido fosfog@licérico, y que los microbios alteran con produccidn de fosfato aménico. Finalmente, cons— titauyen un manantial de acido fosforico los fosfatos que derivan del fosforo organico propiamente dicho, tales como se les en— cuentra formados en principios poco conocidos, como la plas= tina, jecorina, substancias extractivas pécticas, principios fos- forados putridos, etc. Estos productos se oxidan en la segunda fase del fendmeno para dar dcido fosforico nuevo. La oxidacion del fosforo organico se debe, seg@uin el autor, al fermento nitri- ficante, y lo demuestra con experiencias cuantitativas hechas sobre compuestos fosforados de procedencia organica. »Ast producido el acido fosforico, actua sobre el amoniaco resultante de la descomposicion lenta de las combinaciones amidadas, con produccién de fosfato biamoniacal, que arras- trado por las aguas subterraneas reacciona sobre la caliza que encuentra a su paso, formandose fosfato bi 6 tricalcico: (Ph O, (NH,), H + CO, Ca = PhO, CaH + CO, (NH,), DE HISTORIA NATURAL. 93 » 1 carbonato amoénico se oxida mediante el fermento nitrico y acttia sobre el carbonato calcico en exceso, formando nitrato dle cal. IH] ataque del carbonato calcico por las aguas amonia— ‘ales fosfaticas se manifiesta claramente en las @alerias de Minerve. »M. Gautier aplica la misma teoria a la @énesis de los fosfa- tos de alumina, hierro, cobre, etc., y ha verificado experimen- talmente la sintesis del primero por la accién de los fosfatos amoniacales de origen animal sobre la arcilla. »Por ultimo, termina el autor su trabajo con una nota sobre las nitrificaciones que acompanan 4 la fosfatizacién. La accién del fermento nitrico sobre el fosfato cdlcico y el carbonato amonico determina la formacién de nitrato de cal, que es arrastrado por las aguas gracias 4 su solubilidad. »Como nos lo muestra el excelente y concienzudo trabajo del Sr. Calderén, Los fosfatos de cal naturales (1), la teoria or- ganica ha sido, entre las ideadas para explicar la @énesis de los fosfatos naturales, la que menos pruebas experimentales ha presentado en su apoyo. Y aqui radica la importancia del estudio de M. Gautier: el cual, sin condenar las teorias del antiguo origen y del hidrotermalismo, que admite para sus dos primeras categorias de fosfatos, aduce hechos de impor- tancia en pro del origen organico de los minerales de una ter- cera categoria. La novedad de su trabajo estriba capitalmente en el estudio quimico del proceso genético de aquellos fosfatos en cuya formacidn parece muy probable la intervencién de las substancias organicas, no obstante de que sus observacio— nes y experiencias sean en ultimo término comprobaciones no mas de la opinion ya admitida tratandose de aleunos minera— les de un origen ligado intimamente con los procesos bioldgi- cos 6 con la destruccién de los seres organizados. El estudio de las circunstancias en las que se realiza la formacién de los minerales que revelan deber su génesis 4 semejantes proce— sos abre siempre nuevos horizontes 4 la investigacién cienti- fica en todas aquellas cuestiones que 4 la evolucién mineral se refieren.» —Itl Sr. Calderon did lectura 4 la nota siguiente: (1) Véanse los ANALEs de esta Sociedad, tomo x1x, 1890. 9t ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Tratado de Paleontologia por el profesor Zittel. «El ultimo tomo hace tiempo deseado de esta obra, que for- mara seguramente época en los fastos de la ciencia, acaba de publicarse. Y tratandose de trabajo tan transcendental, he creido un deber consagrarle algunas lineas, encaminadas a difundir su conocimiento entre los que en Espana y en la América espanola se interesan por este orden de estudios, y en general por las ciencias naturales. »Se earecia en todas partes de un doctrinal de Paleontologia que siguiera en esta ciencia los progresos de sus hermanas la Zoologia y la Botanica, hasta el punto de que por primera vez se atiende en la que me ocupa a la estructura histoldgica de los fosiles; que siguiera los rumbos que la doctrina transfor— mista ha impreso a la Anatomia comparada, dando importan- cia capital a los lazos de parentesco de los distintos grupos, y que entresacara la substancia de infinidad de monografias publicadas en Memorias y Revistas de distintos paises, y la presentara bajo un plan sistematico y razonado. Los manuales de Nicholson y Briart, por su caracter excesivamente elemen— tal, no podian tampoco suplir la indicada deficiencia, y mu- cho menos otros alemanes é¢ ingleses traducidos al francés con el proposito de servir para la ensenanza superior de la Paleon- tologia (1). »La empresa de escribir semejante obra pedia un hombre dotado de erudicién y perseverancia asombrosas, y que re- uniera por igual conocimientos geoldgicos, zooldgicos, anaté- micos y paleontologicos, necesarios para poder armonizar los datos de la fauna actual con la de las épocas anteriores. El profesor Zittel asume felizmente todas las dificiles y multiples condiciones que exige la realizacion de empresa tan colosal en el estado presente de las ciencias naturales. (1) Esta laguna se proponen llenar, aunque en escala mucho mas modesta que la obra de Zittel, los Lléments de Paléontologie de M. Felix Bernard, en via de publica- cién, y que formara un yolumen de unas 90) paginas. Lo publicado hace esperar un libro bien meditado y discretamente escrito para uso de los estudiantes de ensenanza superior; mas en manera alguna puede reemplazar 4 la obra de que trato, igualmente necesaria 4 maestros y discipulos. DE HISTORIA NATURAL, 95 »El sentido en que se inspira la obra de Zittel es el de con- siderar los fésiles como seres naturales, antecesores 6 estadios de los actuales, y hacer, por consiguiente, la zoologia y la bo- tanica de ellos: no el describir formas y dar nombres a restos, aun desconociendo su or@anizacion, como han hecho muchos paleontdlogos, y el grupo de los esponjiarios, entre otros, pro- porciona singular testimonio de ello. No se propone, por con- siguiente, el autor describir especies, pero si dar en cada grupo todos los precedentes morfoldgicos para poder servirse con conocimientos suficientes de las obras modernas descriptivas: y esto es tan importante, que por la carencia de un tratado de esta indole los gedlogos se limitaban generalmente a clasificar los moluscos y equinodermos que recogian en sus correrias, faltos de preliminares en los restantes grupos que les permi- tiesen saber apreciar los caracteres de las especies. »Profesa el profesor Zittel las doctrinas de los naturalistas modernos, pero declarando que se mantiene en el terreno de la imparcialidad mas estricta, en los casos en que la Paleonto- logia no da pruebas favorables a la teoria de la evolucién. »La obra se divide en dos partes independientes: Paleozoolo- eia y Paleobotanica: la primera redactada exclusivamente por el profesor Zittel, y la segunda comenzada por el famoso Schimper y terminada por Schenk, de Leipzig. Ambas se su- jetan al mismo plan, segun el cual se exponen sucesivamente en todos los grupos los caracteres y la clasificacién, bibliogra- fia de obras generales y trabajos especiales sobre las formas fosiles y estudio particular de los sub-grupos y @éneros, ter- minando con la distribucién geoldgica y filogénica. Ya he di- cho que no se describen las especies, pero si se da la diagno- sis de los géneros, fijandose particularmente en los que sdlo comprenden formas extinguidas. »Hechas estas consideraciones generales, voy 4 intentar dar una idea del contenido de la obra, hasta donde esto es posible, tratandose de un trabajo ya conciso de suyo y que se presta, por consiguiente, muy poco a ser extractado. »El] tomo 1 de la Paleozoologia comienza con un capitulo en que se examinan varias cuestiones preliminares: el concepto de la Paleontologia y del fdsil; las relaciones de esta ciencia con la Morfologia en general y con la Botanica, la Zoologia, la Anatomia y la Embriologia (ontogenia) en particular: y, en 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA fin. la importancia y objeto especial de la ciencia paleontolé- gica. Los dos capitulos siguientes se ocupan de los yacimien- tos y sucesiOn de los fdsiles en las formaciones g@eoldgicas, terminando con una revista historica de esta ciencia, sobria de detalles, a pesar de lo cual hemos echado de menos la men- cidn justisima que merecian nuestros PP. Torrubia y Feijéo, como precursores insignes de la Paleontologia actual. El capi- tulo Iv se consagra a la clasificacion, tratandose con este mo- tivo de las cuestiones transcendentales de la especie, perfec- cién y desarrollo. »Después de estos preliminares comienza el estudio de la Pa- leozoologia, que inicia exponiendo la clasificacién del reino animal, dividido en siete grupos, con arreglo a la del profesor Claus. »E] resto del tomo 1 esta dedicado 4 los protozdos, los celen- téreos (comprendiendo en ellos los esponjiarios), los equino- dlermos, los gusanos y los briozoos, tunicados y braquidpodos. Es por extremo notable y nueva la amplia parte dedicada al estudio de los foraminiferos (68 paginas en la traduccion fran- cesa), en la que condensa los bellos trabajos de Brady, D’Or- bigny, Reuss, Terquem y otros sabios, asi como la referente a los radiolarios (14 paginas), en cuyo grupo era ya conocido como profundo especialista el profesor Zittel, por su monogra- fia sobre los de la creta superior. Otro tanto puede decirse de la dificil clase de los esponjiarios, en la que se fija en la micro- estructura como unico medio de determinar cientificamente los grupos a que pertenecen. Asimismo en la clase de los co- ‘aliarios 6 antozdos (106 paginas), tan atrasada en la mayor parte de las obras clasicas, se nota la influencia de los moder- nos trabajos de Zoologia marina. »Sigue el grupo de los equinodermos (255 paginas), parti- cularmente notable desde el punto de vista estratigrafico. por el gran numero de formas caracteristicas que comprende, aun- que menos desde el filogénico por mostrar ya todas sus Clases, excepto los holoturidos, completamente diferenciados desde el silurico. El tipo de los gusanos, tan importante tratandose de la zoologia viva, proporciona muy escasos datos paleontologi- cos, por el cuerpo blando y sin esqueleto que poseen estos ani- males. Solamente los provistos de secreciones exteriores cali- zas (Serpulas. Spirorbis) vy los dotados de placas mandibulares DE HISTORIA NATURAL. ' 97 fuertes han dejado impresiones 6 piezas sueltas, muchas veces dudosas, en los antiguos depositos. »En el tipo de los moluscos comprende la clasificacién adop- tada los briozdos, los tunicados y los braquidpodos, no sin pro- testar el autor de lo provisional de semejante aproximacion. La parte referente a los briozoos (57 paginas) se halla expuesta seg tin los adelantos de la Zoologia moderna, y ofrece, por con- siguiente, mucha novedad, asi como la consagrada a los bra- quidpodos, en los cuales la estructura de la concha, con los medios amplificantes, ha proporcionado preciosos é inespera— dos datos 4 los modernos investigadores. Es ademas por extre- mo interesante el cuadro de la distribucién geoldgica de estos animales con que termina el tomo t, al cual ilustran 560 figuras. »El tomo 1 (de 870 paginas, con 1.109 grabados en el texto) esta consagrado a los moluscos verdaderos y a los artrdpodos. Recopilar en un cuerpo de doctrina lo esencial y mas aprove- chable de tanto como se ha escrito sobre los moluscos vivos y fosiles, representa una tarea colosal, aun para un sabio de la competencia excepcional de Zittel; asi es que mediaron siete anos entre la aparicidn de este tomo y el anterior. El autor hace notar la predileccién de los gedlogos por la Conquiliolo- gia y los errores a que este predominio expone. Es particular- mente notable el estudio de la concha de los cefalépodos, como todo lo referente al dificil 6 importante grupo de los Ammonites. »De los artropodos se conocen representantes fdsiles de todas las clases, desde la era paleozdica, aunque las condiciones de conservacion fueron desfavorables casi siempre para las for- mas aéreas. En cambio los crustaceos, que por efecto de su vida acuatica han podido legar numerosos y poco destruidos restos, ofrecen mucho mayor interés paleontoldgico que las restantes clases de los artropodos. Entre estos ultimos figuran en primer término los admirables insectos y aracnidos del ambar de Samland con algunas otras procedencias, limitadas hasta ahora a Europa y la América del Norte, y que, sin em- bargo de su escasez, proporcionan al autor base para trans- cendentales consideraciones sobre la distribucién geologica y filogenética de estos seres. »El tomo 11 se ocupa de los vertebrados, con excepcidn de los mamiferos. La antigua clase de los peces motiva un estu- dio magistral de la piel y formaciones duras capaces en ellos ACTAS DE LA SOC, ESP.— XXIII. 7 93 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA de fosilizacion, y otro del esqueleto interno. Sigue la clasifica- cidn y parte descriptiva, que ocupa 330 paginas. La clase de los anfibios ha adquirido también una importancia imprevista con los modernos descubrimientos. En punto a la de los repti- les, la larga serie de trabajos fundamentales emprendida por R. Owen en 1839 habia dado 4 conocer ya la mayor diversi- dad de formas fésiles que vivas en esta clase, y ademas el es— tudio morfoldgico concienzudo de esos organismos extingui-— dos ha ampliado el estrecho cuadro a que los zodlogos clasicos la tenian reducida, dandola la extension que muestran las cla- sificaciones de Huxley, Cope, Marsh, Bauer y Lydekker. El autor se fija luego especialmente en las consideraciones que motiva el conocimiento bastante amplio que hoy se posee de cada uno de los ordenes y familias de la clase, y muy parti- cularmente en punto a los notabilisimos grupos exclusiva— mente fésiles (Iehthyosaurus, Plesiosaurus, Pterosaurus y Mu- chos otros), de los que el famoso Museo que dirige posee tan tinicas riquezas. Por ultimo, la clase de las aves, pobre en restos fésiles, aunque entre ellos se encuentran formas por extremo singulares, como las mesozdéicas provistas de dientes, cierra el tomo 11, que consta de &90 paginas, con 719 figuras en el texto. »E] tomo tv, recién publicado, y cuya traduccion francesa aparecera en breve, se consagra a los mamiferos, y dicho se esta, con sdlo enunciar su asunto, el cumulo de dificultades que ha tenido que vencer el autor para coordinar un material tan rico, pero tan heterogéneo y elaborado con tan diversos criterios como lo es el de los animales fésiles comprendidos en esta clase. Dando preferencia a los modernos trabajos de Flo- wer y Lydekker, la divide en dos subclases: aplacentados y placentados, comprendiendo la primera tres Ordenes, mono- tremas, alotéridos (multituberculados) y marsupiales; y la se- ounda los diez érdenes siguientes: desdentados, cetaceos, si- renios, ungulados, tilodontos, roedores, insectivoros, quirép— teros, carnivoros y primates. »Poco se conoce respecto 4 monotremas fdsiles (el Lehidna Owen Krefft), ni del grupo extinguido de los alotéridos, aun- que se halla representado desde el triasico hasta el terciario inferior; pero de los marsupiales, que en la actualidad estan reducidos 4 escasas especies en América y Australia, la Pa— — DE HISTORIA NATURAL. 99 leontologia da 4 conocer una rica variedad de formas, no sédlo procedentes de las mismas regiones que habitan los actuales, sino de otras muchas y apartadas del globo. Desde que el gran Cuvier demostré, con general admiracidn de los naturalistas, la existencia de marsupiales en Montmartre, los descubrimien- tos se han multiplicado, sobre todo modernamente, propor- cionando el conocimiento de su organizacién peregrina, tan maestramente presentado en la obra de Zittel. »Los desdentados fosiles, como los marsupiales, ofrecen una serie continuada de maravillas anatémicas y bioldgicas re- veladas principalmente por las exploraciones de la América meridional, desde el hallazeo de nuestro famoso megaterio hasta los ultimos descubrimientos de Burmeister, Ameghino y Moreno. »En otro respecto es interesantisimo todo lo referente 4 los mamiferos marinos, tanto del orden de los cetaceos, cuyos restos, abundantes y dificiles de determinar, se hallan desde el eocénico, y corresponden a un ntimero crecido de formas fosiles cuya sinonimia y afinidades han ofrecido las mas veces eran confusiédn, como de los sirenios, en los cuales superan notablemente los extinguidos a los vivos. »El orden de los ungulados es de una importancia paleon— tolégica extraordinaria; asi es que su exposicién ocupa cerca de la mitad del tomo tv. Para hacerse cargo de los limites que el autor le asigna conviene indicar que le divide en los ocho subérdenes siguientes: condilartros (de una de cuyas familias es tipo el famoso Phenacodus de Cope), perisodactilos, artidactilos, amblidpodos, proboscideos, toxodéntidos, tipoté- ridos é hiracoideos. Los dos primeros ofrecen su primera re- presentacién en el hemisferio Norte; los toxodontos y tipote- rios son exclusivamente sud-americanos y los hiracoideos afri- canos y asiaticos. No es posible, dentro de los limites de una ligera resena, entrar en el sin ntimero de cuestiones impor- tantisimas que viene suscitando desde Cuvier el estudio del orden de los ungulados; bastara recordar que entre sus formas fosiles figuran los notables condilartros, antecesores de mu-— chos ungulados actuales; el complicado suborden de los peri— sodactilos con sus siete familias, entre las que se cuentan los tapires, los équidos, los rinocerontes y varias formas extingui- das cuya filiacién discute el autor; los curiosos tapiridos y ri- 100 ' ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA nocerdntidos de espaciosa y rica distribucién, desde el eoceno (entre ellos el sorprendente Dinoceras mirabile Marsh); los pro- boscidios que se inician con el Dinotherium y siguen con los mastodontes y elefantes, cuyos seres ofrecen tanta importan- cia en Geologia y los ultimos en Prehistoria, y, en fin, los sin- gulares toxoddntidos y tipotéridos americanos. »El orden de los roedores es abundante en formas fésiles, en las cuales se descubren interesantes transiciones entre si y con otros grupos de mamiferos. En el de los insectivoros, mas rico en representantes extinguidos que vivos, encuentra el autor el punto de partida de los placentados y el antecesor directo de los quirépteros, que Huxley habia considerado como una rama especial de los insectivoros. »Sigue al de los quirdpteros el estudio del importantisimo orden bajo el respecto paleontoldgico de los carniceros, que divide en tres subdrdenes: creodontos, fisipedos y pinnipedos. Componen el primero, que subdivide en muchas familias, un gran numero de formas extinguidas, las cuales acaban por establecer la transicion al segundo, 6 sea el de los carnivoros propiamente dichos de los clasicos. En la familia de las canidas todo es notable, incluso la cuestidn insoluble del origen de las razas de perros domésticos. Lo mismo acontece en la de las ursidas, tan afine a la anterior cuando se toman en cuenta las formas fdsiles, que osos y perros han sido reunidos en la misma familia por Lydekker. Las mustélidas son también numero- sas en géneros extinguidos y ricas en especies, y mas que ellas todavia las félidas. Termina el estudio de los numerosos car- nivoros fistpedos con una consideragién general sobre su dis- tribucion en el espacio y en el tiempo, del mas alto interés. En cambio el conocimiento que atin se posee de los principales fosiles es demasiado escaso para lle@war & consecuencias sinté- ticas. »E] ultimo orden, el de los primates, comprende en la obra que reseno los prosimios, los simidos y los bimanos. Los pro- simios forman un grupo dividido en cinco familias; algunas de ellas, desaparecidas, han dejado sus restos en el terciario inferior de Europa y Norte-América. Los simidos abarcan cua- tro familias (hapalidos, cébidos, cinopitecos y antropomorfos), de todas las cuales se conocen restos fésiles, si bien escasos é incompletos. Es de lamentar la escasez de datos paleontolégi- DE HISTORIA NATURAL. 10) cos referentes 4 los antropomorfos, por mas que se hayan rea- lizado algunos descubrimientos importantes, como el de un orangutan terciario en la India. »Entrando ya en el estudio de nuestra especie, después de establecer sus caracteres generales, combate el orden de los bimanos de Cuvier, participando en un todo de las ideas de Huxley en punto a la semejanza fisica del hombre y los antro- pomorfos. Expone algunas consideraciones sobre la existencia de nuestra especie en el periodo diluvial, cuando era contem- poranea de animales extinguidos, como lo prueban irrefuta- bles hallazgos paleontoldgicos y los de huesos con grabados que los representan. Los restos cuaternarios aulénticos del hombre son, sin embargo, escasos, hasta el punto de que no los cree suficientes para fundar en ellos caracteres de razas prehistoricas, ni menos para comprobar el paso del bimano al cuadrumano. Asimismo estima insuficientes las pruebas hasta ahora aducidas en favor de la existencia del hombre terciario, por mas que en principio juzgue el hecho admisible, dada el area de dispersidn enorme con que aparecen los testimonios de la industria cuaternaria. »Cierran el estudio de los mamiferos unas consideraciones por extremo transcendentales sobre su desarrollo, origen y distribucién. Se sabe que se inician en el triasico, 6 al menos en él se han recogido sus primeros restos conocidos (dientes de Microlestes y Triglyphus, an craneo de Zvritylodon, un es- queleto de Theriodesmus), hallazgos que hacen presumir una vasta extension de los animales de esta clase predecesores de los de los demas tiempos mesozdicos. Estos ultimos son insec- tivoros en las formaciones jurasicas; después viene el creta— cico, tan infecundo hasta ahora en restos de mamiferos como lo es prédigo el terciario desde el eocénico inferior inclusive. Mas adelante el acrecentamiento y pluralidad de la fauna mastoldgica sigue en auge, segtin lo testifican varios famosos yacimientos europeos, asiaticos y americanos (particularmente las formaciones de Patagonia y las Pampas), todo lo cual da ocasién al profesor Zittel para desenvolver consideraciones valiosisimas, en las que por desgracia no podemos seguirle, para no dar a@ esta bibliografia proporciones excesivas. Dire- mos sélo que la obscuridad mas completa rodea atin la cues- tidn del origen de los mamiferos y de su primitiva dispersidn; 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que en el periodo terciario los centros genéricos son tres: Aus- tralia, la América del Sur (Austro—Columbia) y la Arctogea, que comprende Europa, Asia, Africa y la América del Norte. En la época cuaternaria las faunas europea y norte-asiatica reciben los elementos que les prestan su fisonomia moderna, y quizas entre ellos el hombre, por mas que su verdadera cuna sea todavia indeterminable con certeza. »La parte m esta consagrada a la Paleofitologia, como ya se ha dicho, y compone un volumen de 949 paginas con 432 figu- ras en el texto. La botanica fosil, aunque hace tiempo habia sido asunto de valiosas y multiples monografias, no merecid en general, por parte de los paleontédlogos, el mismo aprecio que el estudio de los animales fosiles, hasta que el famoso Schimper escribid su Zvratado de Paleontologia vegetal. Las mismas obras, tan justamente reputadas en su tiempo, de Pic- tet, D’Orbigny, D’Archiac, Owen, Marcel de Serres, Unger, (Juenstedt y otras, no hacen mérito de las plantas fdsiles. El Tratado de Schimper venta a Nenar esta laguna, aunque en la forma de un trabajo muy especial y costoso, excesivo para los que no buscasen en él un medio de clasificacidn; y por estas razones, el profesor Zittel encarecid a Schimper, y a la muerte de éste al doctor Schenk, se encargase de escribir la parte de Paleofitologia con arreglo al plan y dimensiones ge- nerales de la obra, cuyo cometido han sabido llenar en la alta medida que era de esperar de la competencia reconocida de estos dos profesores. »Tal es la obra colosal que pone digno coronamiento a la reconocida reputacién del sabio profesor de Munich, y con la que ha prestado un inmenso servicio a la ciencia. Ningwtin es- tablecimiento en que ésta se cultive seriamente podra dejar de poseerla, asi como aquellos particulares que se consagren a cualquier ramo de la Historia natural, pues con todos se re- laciona el vasto cuadro de la Paleontologia geolégica y mor- foldgica a la vez, tal como la presenta Zittel. Y no es que yo pretenda hacer el elogio de esta obra, porque éste esta ya he- cho en los centros cientificos mas importantes del mundo, y por hombres harto mas reputados que el autor de esta ligera bibliografia. »Pecaria de injusto si antes de terminar no hiciera indica- cidn alguna respecto al mérito excepcional de la traduccién DE HISTORIA NATURAL. 103 francesa, debida al doctor Ch. Barrois con la colaboracién de MM. Duponchelle, Ch. Maurice y A. Six. No es un trabajo de lucro, ni una de esas traducciones que nuestro inmortal Cer- yantes comparaba con los tapices flamencos vistos por el revés, sino de aquellas pocas en que se conserva la lisura y tez de la haz, y en las que a veces se introducen mejoras al primitivo original por el propio autor, como sucede en la que me ocupa en la parte referente a los protozoos. »Lo mismo en la edicién alemana que en la francesa, for- “man la obra cinco eruesos tomos, con el mismo numero de erabados é igual lujosa impresiOn, en excelente papel y con hermosos tipos. Los numerosos grabados intercalados en el texto se distinguen por su novedad y notable perfeccién, es—- tando en su mayor parte reproducidos ex-profeso del natural, bajo la direccion del profesor Zittel y de los autores de la parte referente a Paleofitologia.» —E]l Sr. Medina dijo que, seguin las recientes observaciones de M. P. Marchal, comunicadas 4 la Academia de Ciencias de Paris sobre la reproduccién de las avispas, la reina no es la unica que engendra en esta especie; pues las conocidas con el dictado de obreras 6 neutras ponen también. Los huevos de estas se desarrollan partenogenéticamente, sin ser fecundados por un macho, y los individuos que nacen de este origen son exclusivamente machos. Terminada la lectura del acta de Sevilla, D. Blas Lazaro pre-— sentd la siguiente noticia necroldgica acerca del Catedratico y Presidente que ha sido de esta corporacién, D. Pedro Sainz Gutiérrez: «En breves palabras habré de dar cuenta a la Sociedad de algunas notas biograficas referentes a D. Pedro Sainz Gutié- rrez, Presidente que fué de esta Sociedad y maestro y carinoso amigo mio, cuyo reciente fallecimiento ha causado dolorosa sensacidn en todos nosotros. »D. Pedro Sainz Gutiérrez nacid en Ogarrio (Santander) en 1824, y cursé primeramente los estudios correspondientes a la Facultad de Farmacia, terminandolos brillantemente el 16 de Enero de 1848, pero su vocacién resuelta por las ciencias de la Naturaleza y su deseo de ensanchar el campo de sus conoci- 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mientos marcaron nuevos rumbos 4 su actividad. En 26 de Julio del mismo ano el Ministro de Comercio, Instruccién y Obras publicas le nombré Regente de 2.* clase para la asigna— tura de Historia Natural en la Escuela Especial de Ingenieros de Montes. »Existia en aquellos tiempos una numerosa comisidn encar— e@ada de formar la carta geologica de Madrid y la general del reino y en ella tenia la Facultad de Ciencias brillante repre- sentacidn. El Sr. Sainz Gutiérrez fué nombrado en 1850, Auxi- liar de la mencionada comisién y en ella estuvo especialmente encareado de los trabajos de preparador-recolector de la seccién zoologica a las ordenes del Vocal de dicha comision D. Mariano de la Paz Graells. »Un ano después, en 1851, recibid el grado de Doctor en Ciencias Naturales, y en 6 de Abril de 1852 tomaba posesién de la catedra de Historia Natural de la Universidad de Granada, ganada por oposicion. En 6 de Septiembre del mismo ano se le expidié por la Universidad Central el titulo de Bachiller en la Facultad de Filosofia. »Durante los primeros anos de su estancia en Granada, aparte de los trabajos propios de su catedra, coopero eficazmente en los realizados por una sociedad exploradora de. Sierra Nevada, recogiendo no pocas especies interesantes de la flora de dicha regién, parte de las cuales se conservan en el Herba— rio espanol del Jardin Botanico de Madrid, al cual fueron donadas por dicho senor, parte en el de la Sociedad Linneana -Matritense, parte deben conservarse, segtin creo, en la Univer- sidad de Granada, y algunas existen en mi coleccién particular por haberme sido entregadas para este fin cuando estudiaba bajo su direccion. »En 1862 presentd a la Sociedad Econémica de Amigos del Pais de Granada, una Memoria sobre la utilidad de los montes y necesidad de atender a su conservacion, la cual fué premiada y publicada por dicha Sociedad, valiéndole el nombramiento de corresponsal de la que de igual nombre existe en Zaragoza. »También publicd en Granada, en 1863, una obra titulada Manual de Mineralogia y Nociones de Geologia, agotada hace muchos anos. »Estos trabajos, la traduccioén de algunos otros de interés para la agricultura, hecha directamente del aleman en una epoca DE HISTORIA NATURAL. 105 en que el conocimiento de esta lengua era muy poco comin en Espana, varias comunicaciones cientificas dirigidas 4 diver- sas asociaciones y algunas de las cuales han visto la luz publica en los ANALES de esta Sociedad, y diversas conferen- cias como la pronunciada en 1878 sobre la U¢ilizacidn de las plantas criptégamas y que forma parte de las conferencias agricolas verificadas en dicho ano en el Ministerio de Fomento, son los escritos que de él nos quedan 6 al menos los que yo he podido recordar en esta ocasiOn. »Fuera de esto, tomd parte activa en diversas asociaciones profesionales y de cultura general, siendo Vocal de la Junta de Agricultura de Granada, Vicepresidente del Liceo Artistico y Literario de dicha poblacién, Presidente de la Asamblea Farmacéutica reunida en Granada en 1865, socio numerario del Colegio de Farmacéuticos de Granada y corresponsal de los de Sevilla y Madrid, igualmente que de la Sociedad Histo— légica de Madrid y de la Sociedad Mejicana de Historia Natural. »Pero donde el Sr. Sainz Gutiérrez empleo la mayor suma de su trabajo fué en la obra activa de la ensenanza, a la que puede decirse que consagré su vida. Cuarenta anos de prote- sorado universitario, desde 1852 4 1877 en la catedra de Gra- nada y desde esta fecha en la de Organografia y Fisiologia vegetal de la Facultad de Ciencias de la Central. En Granada al par que la catedra, de que era titular, desempendé durante varios cursos alguna otra de la Facultad de Farmacia, y du- rante otros tuvo 4 su cargo ensenanzas de caracter cientifico en el Seminario Conciliar de dicha ciudad. En todas estas ense- flanzas, igualmente que en la Universidad Central, ejercid su ministerio con verdadero amor y cuidando, hasta el ultimo curso que explicé, de todos los detalles con el mismo interés que el primer dia. »Preciso es reconocer que la ensefianza de una asignatura como la Organografia y Fisiologia vegetal, tal como hoy es preciso desenvolverla en una Facultad de Ciencias, exige no pocos esfuerzos y penosos estudios, por su extensidn actual y por los rapidos progresos que en su campo se llevan a cabo, pues el programa 4 que ajusté sus lecciones el Sr. Sainz Gutiérrez hasta el ultimo ano, ciertamente no podria tacharse de atrasado ni aun por el naturalista mas exigente. »En un pais como el nuestro, donde los nombres de los que 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cultivan estas ciencias apenas trascienden fuera del corto niimero de especialistas a ellas consagrados, sino en el caso de haber intervenido en las contiendas politicas 6 ejercido fun- ciones publicas que puedan imponer su conocimiento 4 mu- chas gentes, no se puede pedir, ciertamente, que el nombre del Sr. Sainz Gutiérrez sea conocido del pueblo; pero entre los naturalistas espanoles del siglo xIx merecera siempre ser mencionado, y tanto los que de él fueron companeros como los que debemos no poco a sus ensehanzas, pronunciaremos su nombre con encomio y yo especialmente con muy carinoso respeto.» Sesion del 9 de Mayo de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. —Después de leida y aprobada el acta de la sesién anterior el Vicesecretario did cuenta de haber recibido el mapa en 64 ho- jas de la Comisién del mapa geologico de Espana, acordandose dar las mas expresivas gracias al Sr. Presidente de la Comision. —(Juedaron admitidos como socios numerarios los senores: D. Aniceto Llorente y Arregui, Catedratico de Agricultura en el Instituto de 2.* ensefhanza de Burgos, y D. José Sanchez Gomez, de Cartagena, propuestos por D. Ignacio Bolivar. D. Alfonso Vilanova y Pizcueta, Licenciado en Ciencias, de Valencia, propuesto por D. Francisco Quiroga. D. Rafael Alvarez Sereix, ingeniero de Montes, residente en Madrid, propuesto por D. Eugenio Guallart. D. Manuel Diez Solorzano, de Santander. propuesto por D. José Fusset y Tubia. —l] Vicesecretario presenté una Memoria del Dr. Kriech- baumer acerca de varios himendpteros nuevos de Mallorca, DE HISTORIA NATURAL. 107 recogidos por nuestro consocio D. Fernando Moragues; y en nombre de su autor, D. Aurelio Vazquez, un Catalogo de Lepi- dépteros de los alrededores de Madrid. Ambas memorias pasa- ron 4 la Comision de publicacion. Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas acordando la Sociedad dar las gracias 4 los donantes de las regaladas. —E] Vicesecretario did lectura a la nota siguiente, enviada por nuestro consocio D. Carlos Pau, de Segorbe: Nota sobre la «Centaurea incana» Lag. (non Ten. nec auct. pl.) «Lagasca, en su Genera et species, pag. 32 y num. 397, des— cribe ligeramente una planta, que a no citarla en el monte Urchillo, junto a Orihuela, seria imposible descubrir con cer- teza el tipo 4 que se referia, por indicarla vagamente en otras partes de Valencia, Murcia y Granada. Resuelta esta cuestion, no cabe duda alguna acerca del verdadero tipo lagascano. »Pero es el caso que Tenore did cinco anos antes este mismo nombre especifico a otra planta diversa, y por lo tanto preci— saba cambiar el nombre como lo hizo Nyman al proponerla bajo C. Lagasce. »Debiera terminar aqui la cuestidn, pero 4 mi modo de ver las cosas, Nyman no dio el nombre de (. Lagasc@ a la verda- dera C. incana, de Lagasca, sino a otra especie bien diferente y que fué tomada equivocadamente por tal. Did Nyman bajo C. Lagasc@, wna especie que nose citaen el Sylloge, Conspectus y Supplementum: did ese nombre a la C. Spachii C. H. Schultz. »La demostracién se hace evidente leyendo el num. 110 dela pag. 426 del Conspectus Flore Europe, en el que, refiriéndose a Bourgeau, afirma (con admiracidn) que tiene delante, 6 ve, la especie de Lagasca, no siendo asi, pues la muestra que tiene delante, colectada por el autor dicho y determinada por Dufour, es otra especie, segun los autores y segun la muestra que poseo en mi herbario, procedente de las colecciones del mismo Bourgeau. »Convencido como estoy de cuanto llevo dicho, juzgo preciso proponer la planta de Lagasca con nombre diverso, y como se trata de un vegetal del reino valenciano, me gustaria que llevase el nombre de algun botanico de Valencia, y por esto 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA con gusto la dedico al Sr. Guillén, entusiasta por estos estu- dios y jardinero mayor del Jardin Botanico. »Ved aqui la sinonimia de las dos especies mencionadas: »Centaurea Lagasce Nym., Syll., 33.—C. iacana Nym., Wk. (sin Ten. nec Lag.)—C. Spachii C. H., Schultz, ? ‘ined. in. pl. hisp, exe. Tunkti Wk. in Wk. et Lee., Prod. 1, 154. »Centaurea Guilleniana Pau.—C. incana Lag. |. c. (non Ten. nec. aut. pl.)» —Kl mismo senor ley6 la siguiente nota del Sr. Bolivar: «Como a nuestra Sociedad interesa cuanto se relaciona con la fauna espanola, creo conveniente reproducir en las actas las diagnosis de las especies nuevas de Espafia que se publican en el extranjero. En este caso se encuentra un nuevo lepidép- tero que ha sido descubierto por nuestro colega D. Gabriel Fernandez Duro en Aranjuez, y cuya descripcién ha publicado en el Bulletin de la Soc. Entomol. de France, pag. xci, del presente ano, el Sr. P. Thierry—Mieg, quien ha tenido la aten- cion de dedicarla 4 su descubridor: «LITHOSTEGE DUROATA, 2. Sp.—o. Enverg. 24 mill.—Anten- »nes veloutées, presque filiformes. Ailes trés aigiies, les supé- »rieures (un gris picoté de noiratre, avec une bande droite, »mais oblique, jaune tres pale, large de 1 mill., partant du »bord interne, & 2 mill. de langle interne et venant aboutir a »la cote (ott elle fait un crochet interne), & 3 mill. de Vapex. »Un petit point cellulaire noir. Ailes inférieures dun gris »picoté de noiratre, avec une large bande transverse jaune »trés pale, faisant suite & la bande des supérieures et se termi- »nant au milieu du bord abdominal. Frange des quatre ailes »Vun gris jaunitre. Palpes jaundtres, avec lextremité noire. »Abdomen blanc, trés court. Dessous des ailes supérieures »e@ris noir, avec la bande du dessus vaguement indiquée et »Papex jaunidtre. Dessous des ailes inférieures blanc jaunatre, »uni. Frange des quatre ailes dun gris jaunatre. Dessous de »Vabdomen blanc. Tibias antérieurs armés (un ongle crochu »a Vextrémité.» »Seguramente no sera esta la nica especie cuyo descubri- miento se deba al Sr. Fernandez Duro, a juzgar por el grande interés y entusiasmo con que nuestro colega ha emprendido el estudio de los lepidépteros de Espana.» —l Sr. Fernandez Navarro ley la siguiente KE HISTORIA NATURAL. 10) Nota bibliografica. «Entre los libros recibidos en la sesién anterior por la Socie- dad espanola de Historia Natural, figura la primera parte del Compendio de Mineralogia, de D. José Maria Latino Coelho, publicado por la Academia Real de Ciencias de Lisboa, de que el autor es Secretario general. Aunque la parte publicada (6 por lo menos la recibida por nosotros), no comprende mas que la Morfologia mineral, es lo suficiente para conocer que se trata de una obra de indudable importancia, mucho mas para nosotros, que no poseyendo obra alguna original de Mineralogia, escrita segin los adelantos modernos y con la extensidn que ha de tener la del sabio profesor de la «Escuela Politécnica» de Lisboa, hemos de recurrir constantemente a las publicadas en idiomas que nunca nos son tan familiares como el portugués. Esta consideracién, y la de tratarse de obra que no esta 4 la venta, me han hecho creer que seria de alguna utilidad dar en nuestros ANALES una ligera idea de ella, a la vez que la noticia de estar en nuestra biblioteca. »Empieza la obra con una introduccién que ocupa unas 40 paginas. En ella parte de la divisién general del globo terrestre para aislar la porcién sdlida, dar idea de lo que se entiende por rocas y de aqui pasar a la definicidn de los minerales y fdsiles. Al determinar el caracter fundamental de los minerales, se sirve de él para establecer sus analogias y diferencias con los cuerpos organizados, de cuyas diferencias y analogias deduce la individualidad en los minerales, y esto le lleva ldgicamente 4 la definicién del cristal, del mineral cristalino y del mineral amorfo. Termina esta parte con la exposicidn del cuadro general de la asignatura. »No es posible, dada la corta extensién que han de tener estas notas bibliograficas, hacer en ellas una critica detenida de las obras que las motivan, ni yo me creo con autoridad bastante para ello en el presente caso; por esto me limitare tan sdlo 4 sefalar aquello que me parezca mas digno de fijar la atencion. »En esta parte de la obra del Sr. Coelho, escrita de manera que desde luego denota una cultura general verdaderamente envidiable, hay dos puntos culminantes y que seran de verda- 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA dera dificultad para todo aquel que trate de escribir una Mineralogia. El primero de dichos puntos es la definicién del mineral, el establecimiento de su individualidad y las relacio- nes de él con el animal y el vegetal. Afortunadisimo en estas ultimas, al establecerlas seguin la materia (propiedades qui- micas), la forma (manera de limitar el espacio) y la energia (fuerzas, movimiento), no lo ha estado tanto, segin mi modo de ver, en la definicidn del mineral, que considera como «un »cuerpo de origen exclusivamente inorganico, producido por »las fuerzas naturales, sin participacién de la industria huma- »na, y, cuando completamente puro, homogéneo 6 siempre »dotado de las mismas propiedades fisicas y quimicas». Esta definicién excluye del cuadro de la mineralogia cuerpos tan importantes como el tripoli, los carbones minerales, el succino y tantos otros que todo el mundo considera y seguira conside- rando como minerales, 4 pesar de su origen indudablemente organico. Y no es salvar la dificultad el constituir con ellos un apéndice al estudio de los minerales, queriendo suponer que forman el transito de los cuerpos organizados a los inor- ganicos, cosa inadmisible en general y expediente muy pare- cido al de la formacidn del reino psicodiario en biologia. Estos cuerpos son verdaderos minerales y deben entrar por lo tanto sin dudas ni distingos de ninguna especie en la defini- cidn que de ellos se dé. »Respecto al cuadro de la asignatura, la divide el Sr. Coelho en Mineralogia general 6 sintética y Mineralogia especial 6 analitica, anadiendo a ellas como partes complementarias la Minerogenia, Tépica, Paragénesis, Petrografia y Tecnologia. A la vez la parte general queda subdividida en otras dos, Mi- neralogia general propiamente dicha 6 estudio de las propie- dades de los minerales y Sistematica; la primera con tres capi- tulos se@tin se ocupe de las propiedades referibles 4 espacio (Morfologia), 4 energia (Fisica mineral) 6 4 materia (Quimica mineral). »Como he dicho anteriormente, lo que tengo 4 la vista de la obra del naturalista portugués no aleanza mas que a la Morfo- logia, la cual comprende las divisiones: Morfologia regular 6 Cristalografia y Morfologia irregular 6 estudio de los agrega- dos cristalinos y de las formas enteramente accidentales. »E1 primer capitulo, dedicado 4 los principios fundamentales DE HISTORIA NATURAL. il de la Cristalografia, empieza por el estudio de los elementos geométricos del cristal y de las relaciones numéricas que los ligan entre si, consideraciones sobre las diferentes clases de formas y establecimiento de los elementos de simetria. Sigue a esta parte la exposicién de las leyes cristalograficas con todas las consecuencias que de ellas se deducen y la distincién y fija- cidn de los elementos cristalograficos, necesarios para el estu- dio de las notaciones, que viene después. Contintiia con la consideracion de las zonas, y entra, por ultimo, en el estudio detenido de la simetria de los cristales, clasificacién de los mismos en sistemas y faltas de simetria. »Los seis capitulos siguientes estan dedicados al estudio espe- cial de cada uno de los sistemas cristalinos, que desi@na con los nombres de teseral 6 isométrico, tetragonal, rémbico, exagonal, monoclinico y triclinico, y que describe en el orden citado. Existe aqui, 4 mi modo de ver, una falta de ldégica, pues admitiendo con Tschermak la division de los cristales en, de construccién sencilla, de construccién radial y de construc- cién perfectamente simétrica y regular, parece lo natural que fueran estudiados en el orden de su grado de simetria, bien de superior a inferior (isométrico, exagonal, tetragonal, rémbico, monoclinico y triclinico), bien de inferior a superior (orden inverso). También en los sistemas exagonal y tetragonal creo encontrar otra pequena falta de l6gica en el estudio de las for- mas exagonales y tetragonales antes de las diexagonales y ditetragonales, siendo estas las fundamentales de dichos sis— temas y las de simbolo mas general, puesto que sus caras cor- tan a distancias desiguales a todos los ejes binarios. »Las alteraciones en la regularidad tedrica de los cristales constituyen el objeto del capitulo que sigue, alteraciones per- fectamente ordenadas segtin que correspondan a cada una de las seis condiciones tedricas siguientes: 1.*, formacién con ma- teria abundante, espacio necesario y tiempo adecuado; 2.", ca- ras lisas y sin solucién de continuidad; 3.*, caras homdlogas iguales en forma y extensidn; 4.*, aristas homdélogas exacta— mente del mismo valor; 5.*, dimensién del cristal apropiada para su estudio; 6.*, continuidad y homogeneidad de la masa del cristal. Todas las excepciones que a estas seis condiciones se presentan en la naturaleza, son estudiadas con gran exten- sion y claridad. 12. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »E] capitulo con que concluye el tomo se ocupa de la asocia- cidn de los cristales (asociacién paralela y no paralela) compo- sicién estratiforme de muchos de ellos, crecimiento simultaneo regular de cristales de substancias diferentes, agreg@aciones de individuos minerales, pseudomorfosis y gonidmetros. No es posible ir estudiando cada uno de los asuntos tratados bajo estos epigrafes sin alargar demasiado este trabajo. Dejo, pues, de verificarlo, limitandome a hacer constar que en él como en todos los anteriores, y salvo pequenas diferencias de aprecia- cidn, se muestra el Sr. Coelho como mineralogista empapado en todas las teorias modernas, y como hombre de cultura ex- tensisima del que debe estar orgulloso su pais. »De esperar es que la obra comenzada llegue pronto al final de su publicacion, prestando con ello un servicio senalado ala ciencia en la Peninsula ibérica, pues por las razones que al principio decia, este libro sera tan util a los naturalistas espa- holes como a los portugueses.» —KHl Sr. Presidente, no habiendo otros asuntos de que tratar, hizo una brillante disertacidn acerca del pais del petrdleo, cautivando la atencidn del auditorio y motivando algunas ob- servaciones del Sr. Botella. —tl] Vicesecretario ley el acta de la sesién de Abril en la seccién de Sevilla. SECCION DE SEVILLA. Sesion del 16 de Abril de 1894. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —El Sr. Medina ley6 la nota siguiente: Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica de Espana. «Me propongo por medio de estas notas ampliar y rectificar los datos que he venido comunicando a la Seccidn acerca de los himendpteros de Espana que poseo en mis colecciones. DE HISTORIA NATURAL. 113 »Estos datos serviran en su dia para formar el Catalogo de los himendpteros espanoles; mientras esto no pueda llevarse a cabo, creo no sera supérfluo ir consignando las listas de aque- llas familias de las que haya terminado su estudio, después de resueltas todas las dudas y de examinados los ejemplares por reputados especialistas extranjeros. »Hoy me limitaré a dar cuenta de los Tentredinidos y Crisi- didos, consultados aquellos con los Sres. Konow y Dusmet, y estos con el Sr. Buysson. »En estas listas sdlo consignaré los datos que arroje el examen de mis colecciones: © Tentredinidos. Abia sericea L.—y. Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente!). Amasis jucunda Klug.—7. Idem. Hylotoma pyrenaica André.—9. Idem. — Rose Deg.—9 5%. Huévar. (Sevilla) (Paul!). Cladius pectinicornis Geoffr.—9. Cazalla (Sevilla); Rio! Fuente- Piedra (Malaga) (Calderon!) Nematus sp. nov.? pavidus Lep. afinis.—Coruna (Bolivar!). Emphytus viennensis Schr. 2. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) — — var. Medine Konow.—Hueévar (Paul!). »Hé aqui la descripcién de esta nueva variedad publicada recientemente por el Sr. Konow (1): . «EF. viennensis Schrnk. var. Medine nov. var. Pronoti margine posteriore, tegulis, mesopleurarum maxima parte, trochanteribus, genubus, tibiis, tarsis flavis; abdominis segmentis dorsalibus omnibus—secundo tertioqgue exceptis—late flavo-—marginatis.» Athalia spinarum F.—9 ¢*. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — glabricollis Thom.—Q ¢y. Sevilla! Huévar (Paul!); Chi- clana (Cadiz) (Lopez Cepero!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — annulata F.—9. Sevilla! Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). (1) Wiener Entomologische Zeitung, x11 Jarhg., 111 Heft (31 Marz 1894). ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXIII. 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Athalia Rosé L.—9 ~. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Islas Chafarinas (Iborra!). — — var. cordata Lep.—Q c’. Sevilla!, Dos Hermanas (Sevilla!); Cazalla (Rio!). — — var. liberta Klg.—co’. Dos Hermanas!, Corufa (Bolivar!). Macrophya neglecta Wig. var. nigra Konow.—Alcala de Gua- daira (Sevilla!). »Esta nueva variedad la ha descrito también el Sr. Konow (1) recientemente. «M. neglecta Kig. var. nigra, n. var. o” et 9. Tota nigra; femine alis nigricantibus.» »Esta especie es la misma que hace algun tiempo clasifica— mos nosotros por un error como Harpiphorus Calderoni Med. Aprovechamos esta ocasién para deshacer el error. Allantus Beticus? Spin.—9®. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — Hispanicus André.—9 o. Idem. _ balteatus? Kriech.—9© oc’. Idem. — fulviventris? Mocs.—®. Sevilla! — sp. nov?—9®. Sevilla!, Benacazén (Sevilla) (Centeno!). Tomostehus sp. nov?—Chiclana (Lopez Cepero!). »Tanto el Sr. Konow como el Sr. Dusmet no se han atrevido a determinar con seguridad las especies de Ad/antus que ante- ceden, por ser bastante dudosos sus caracteres y existir escaso numero de ejemplares de cada especie. En cuanto al Zomostehus, es un solo ejemplar procedente de Chiclana, sin antenas, y por tanto dificil de determinar. Crisididos. Cleptes afra Luc.—Hornachuelos (Cordoba) (Garcia Nunez!). — — var. Medine Buyss.—Idem. Notozus productus Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente!). (1) Loc. cit. DE HISTORIA NATURAL. 115 Notozus productus var. vulgatus Buysson.—Idem. Ellampus pusillus Fabr.—Sevilla! — — var. Schmiedeknechti Mocs.—Sevilla!, Villal- ba (Huelva) (Tenorio!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) — parvulus Dahlb.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). = auratus L.—Sevilla! Philoctetes micans Klug.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Holopyga fervida Fabr.— Alcala de Guadaira (Sevilla!). — chloroidea Dahlb.—Idem. — gloriosa Fabr. var. amenula Dahlb.—Hornachuelos (Garcia Nunez!), Chiclana (Cadiz) (Lopez Ce- pero!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). _ — var. ovata Dahlb.—Hornachuelos (Garcia Nunez!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Hedychrum lucidulum Fabr.—Hornachuelos (Garcia Nunez!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Chrysogona assimilis Spin.—Sevilla!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Chrysis emarginatula Spin.—Sevilla!, Hornachuelos (Garcia Nuinez!). — simplex Dahlb.—Hornachuelos (Garcia Nuiez!). — angustifrons Ab.—Idem. — — var. Castillana Buyss.—Idem. — dichroa Dahlb.—Sevilla! — purpureifrons Ab.—Hornachuelos (Garcia Nuiez!). — Saussurei Chevr.—Idem, Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — succinta L. var. Germart Wesm.—Chiclana (Lopez Cepero!). — semicincta Lep.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — bidentata L..—Hornachuelos (Garcia Nunez!). — — var. fenestrata Ab.—Idem. = — var. consanguinea Mocs.—Idem. a — — var. integra Fabr.—Calanas (Huelva) (Calyz derén!). ct — — var. pyrrhina Dahlb.—Sevilla! = — var. maculifrons Buyss.—Hornachuelos (Gar- 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cia Nunez!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Chrysis bidentata var. cingulicornis Fors.—Hornachuelos (Gar- cia Nunez!). cyanopygd Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). analis Spin.—Idem. Chevriert Ab.—Hornachuelos (Garcia Nuiiez!). — var. pusilla Buyss.—Moron (Sevilla) (Calderén!) Tachzanowskyi Rad.—Moron (Calderon!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). estiva Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). comparata Lep.—Idem. inequalis Dahlb.—Idem. ignita L.—Sevilla!, Moron (Calderon!); Huévar (Paul!); Cazalla (Rio!); Hornachuelos (Garcia Ninez!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Coruna (Bolivar! — var. infuscata Mocs.—Laguna (Canarias) (Ca- brera!). — var. crucifera Ab. afinis.—Moro6n (Calderén!). — var.?—Moron (Calderon!). cerastes Ab.—Sevilla!, Moron (Calderén!) insoluta Ab. Hornachuelos (Garcia Nunez!), Chiclana (Lopez Cepero!). incisa Ab. Buyss.—Hornachuelos (Garcia Nunez!). cuprata Dahlb.—Alcala de Guadaira (Cabrera!). Grohmanni Dahlb.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). crucifera Ab.—Sevilla! micans Rossi.—Hornachuelos (Garcia Nunez!). pyrophana Dahlb.—Idem. mediocris Dahlb.—Idem. Leach Sch.—Sevilla! varidens Ab.—Alcala de Guadaira! pustulosa Ab.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). hybrida Lep. Alcala de Guadaira! Stilbum splendidum Fabr.—Idem, Puerto—Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). —E] Sr. Calderon presentdé 4 la Sociedad los dos tiltimos fas- ciculos de la publicacién de los ricos materiales paleontolégi- DE HISTORIA NATURAL. 117 cos recogidos en Timez por M. Ph. Thomas en 1885 y 1886, estudiados por este sabio y laborioso gedlogo y por M. A. Pe- zon (1). Comprende esta publicacién cerca de 600 paginas de texto en 8.° y un hermoso atlas en 4.° de 31 laminas, que con- tienen 732 dibujos. De 544 especies descritas, son nuevas para la ciencia 209. «El estudio de la regién tunecina, todavia poco conocida, ofrece para nosotros un doble interés por la situacién de nues- tra Peninsula entre la parte de Europa mas explorada y el continente africano cuya investigacién detallada comienza en la actualidad. Nuestras formaciones geolégicas, asi como las faunas que encierran, participan tan pronto del caracter euro- peo como del africano mediterraneo y a veces establecen la transicidn entre ambos, por lo cual los estudios del caracter del de M. Thomas nos interesan vivamente a los naturalistas espanoles, tanto por su transcendencia general como por esta- blecer los jalones sobre que han de asentarse las consecuen- cias sintéticas 4 que llezuemos en nuestras investigaciones. Por otra parte, es muy probable se hallen en la Peninsula mu- chas de las nuevas formas descritas en esta importante mono- grafia de Tunez. »Los fésiles recogidos por M. Thomas pertenecen 4 grupos diversos, teniendo entre ellos representacién un gran numero de clases; pero los equinodermos y los moluscos pelecipodos ofrecen una preponderancia muy marcada sobre todos los de- mas, lo que indica el caracter sub-litoral de la mayor parte de los horizontes de Tunez. »El trabajo en cuestién no es una lista descarnada de fésiles 6 de referencias bibliograficas, sino que ademas de ofrecer prolijamente descritas las especies nuevas 6 raras, acompanan indicaciones weograficas, morfologicas y estratigraficas a todas aquellas que han ofrecido 4 sus autores alguna particularidad digna de notarse. La indole y limites mas 6 menos amplios de semejantes observaciones no pueden someterse a reglas, como alguien ha pretendido; sino que tienen que dejar libre campo al criterio del autor, el cual si es maduro, como en el caso presente, acrecienta por modo extraordinario el mérito de su trabajo. (1) £aploration scientifique de la Tunisie. 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Naturalmente, falta el complemento a4 esta bella monografia paleontologica, el cual ha de hallarse en la estratigrafia de la regidn, para cuyo estudio posee M. Thomas abundantes mate- riales. Dicha parte estratigrafica ofrecera seguramente, para los que nos interesamos en el conocimiento de la geologia de Espana, una importancia capitalisima, sobre todo después de habernos dado a conocer por el estudio en cuestidn los carac- teres generales de la fauna tunecina.» —El mismo Sr. Calderén se ocupd en los terremotos de escasa duracion sentidos en la noche del 20 de Febrero ultimo en varios pueblos de la provincia de Malaga. Segtin noticias comunicadas por nuestro consocio D. Federico Chaves, que se hallaba a la sazén en Nerja, sintid repentinamente crugir de un modo alarmante el techo de su habitacién bajo la influen- cia de un movimiento de trepidacién, que se convirtidé en osci- lacion. La gente del pais expresaba muy graficamente la for- ma de propagacidén de la sacudida, diciendo que era waa onda que venia del mar. —Se did cuenta de una nota de M. de Coincy, publicada en Le Naturaliste, sobre el curioso polimorfismo adquirido por el cultivo en una planta exclusivamente espanola, 6 mejor ara- gonesa, la Valeriana longifolia Willk. Sesion del 13 de Junio de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. Leida el acta de la sesidn anterior fué aprobada. —KH1 Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento del Sr. Secreta- rio de la Sociedad, D. Francisco Quiroga y Rodriguez, haciendo con frase elocuente y sentida la necrologia de dicho senor. Se acordé hacer constar en las actas el dolor que dicha des- gracia habia producido 4 los sehores socios y encargar al Sr. Calderén que escribiera la biografia del fallecido, 4 quien tantos servicios debia la Sociedad. —Tll Sr. Presidente recomendd ademas a los senores socios que contribuyeran particularmente a la suscripcién abierta en favor de la familia del finado, acordandose que con el primer cuaderno del tomo correspondiente al presente ano se repar- DE HISTORIA NATURAL. 119 tiera la circular y las listas de la suscripcidn iniciada por algunos de los amigos particulares del Sr. Quiroga. También se acordé, como manifestacion de duelo, no proveer el puesto de Secretario en lo que resta de ano, dejando dicha provision para cuando se haga la eleccién de Junta directiva, encargandose hasta entonces del desempeno de dicho cargo el Sr. Vicesecretario. A propuesta del Sr. Presidente se levantd la sesion en senal de duelo. Sesion del 4 de Julio de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. —Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad dar las gracias 4 los autores de las que son regaladas. —E] Sr. Ramén y Cajal did lectura 4 una interesante Memo- ria sobre la «Estructura de la habenula de los mamiferos», que paso a la Comisién de publicacion. —El Sr. Vicesecretario leyé la nota adjunta que habia sido remitida por nuestro consocio D. José Maria de la Fuente: «Mis padecimientos reumaticos me obligaron, aunque ya pasado el ataque y en buen estado de salud relativamente, a buscar en fines de Junio ultimo, como remedio profilactico, las renombradas aguas de Archena en la provincia de Murcia. »Como después de cumplir con la prescripcion facultativa y con los sagrados deberes que siempre acompanan al sacerdote adonde quiera que vaya, aun me quedaba algun tiempo dis-— ponible, resolvi emplearlo, respondiendo 4 mis aficiones, en escudrinar aquellos alrededores en busca de insectos. »Desde luego me did muy mala espina, como vulgarmente se dice, el aspecto pobrisimo de aquellos cerros, de origen indudablemente volcanico, desprovistos casi de vegetacidn, llenos de precipicios y tajaduras, y que llaman poderosamente la atencién, por su figura extraha, de quien por primera vez los contempla. »Desgraciadamente salieron ciertos mis temores. Los coleép- teros, sobre todo, que eran los buscados por mi, con mayor 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA interés, solo me produjeron unas cincuenta y tantas especies; y aun estas mismas, exceptuando algunas pocas, se hallaban representadas por escasisimo niimero de individuos. »Por falta de medios y tiempo no he determinado todo lo que recogi, aunque si lo he verificado con la mayor parte de ello. La mas favorecida de aquella faunula es, sin duda alguna, la parte que a los Moluscos se refiere, ya sean estos terrestres 6 fluviatiles. De ellos hicimos amplia cosecha; pero como su estudio esta solo principiado, dejamos para mas adelante el darlos & conocer. Coleépteros. Cicindela maura L.—En las margenes arenosas del rio Segura. Abundante. Lemosthenes tervicola Herbst. var. beticus Ramb.—Un solo ejemplar debajo de la corteza de un alamo blanco ( Populus alba l.). Dromicus linearis Oliv.—Dos ejemplares mangueando los arbus- tos de las acequias. Orectochilus villosus F.—En los remansos formados por las aguas del Segura. Raro. Celostoma hispanicum Kiist.— Una docena de individuos debajo de las piedras a4 orillas de una charca. Stlusa rubiginosa Er. — Debajo de las piedras; en sitios hime- dos. Muy raro. Pederus rujficollis F.—¥n las orillas del Segura; corriendo por la arena. Muy abundante. Phalacrus fimetarius ¥.—Sobre varias plantas. Poco frecuente. Olibrus bicolor F.—Como el anterior. Dermestes sibiricus Er.—Un ejemplar corriendo por un camino. Hister 12-striatus Schrk.—En las bonigas. Frecuente. — bimaculatus L.—En id. Pocos ejemplares. — — var. morio Schmidt.—En los mismos sitios. Abundante. Saprinus chalcites 11.—Un individuo en una rana seca. Onthophagus Amyntas Oliv.—Un ejemplar en una boniga. — taurus Schreb.—En las bonigas. Muy raro. — Surcatus F.—En los mismos sitios. Algo mas fre- cuente. DE HISTORIA NATURAL. 121 Aphodius sordidus F.—Dos ejemplares en una bonigra. Geotrupes spiniger Marsh. (puncticollis M in las bonigas. Raro. — hypocrita Serv.—En las bonigas y en el excremento humano. Frecuente. Anisoplia floricola F.—Sobre varias plantas. Muy raro. Hoplia aulica L. var. chlorophana Kr.—Sobre las flores de la adelfa (Neriwm oleander 1.) Frecuente. Megapenthes tibialis? Lac.—Un solo ejemplar en bastante mal estado. Cardiophorus Graéllsi Cand.—Sobre las plantas. Raro. Rhagonycha fulva Scop.—En varias plantas, especialmente Umbeliferas. Poco frecuente. Colotes maculatus Lap. (trinotatus Kr.)—Sobre plantas diversas. Raro. FHbeus glabricollis Rey.—Como la especie anterior. Antholinus jocosus Kr.— Algo mas frecuente que los dos ante- riores y en iguales condiciones. Tentyria Peirolerti Sol. —Alguin que otro ejemplar corriendo por los caminos. Stenosis hispanica Sol.—Pegado a las piedras por debajo. Raro. Scaurus sticticus Gemingr. (punctatus ego de las piedras. Raro. Crypticus gibbulus Quens.—Debajo de las piedras. Muy raro Scraptia dubia Oliv.—Sobre las flores. Raro. Notozus trifasciatus Rossi.— Mangueando las altas hierbas. Dos ejemplares. Anthicus humilis Germ.— Debajo de la broza algo humeda. Frecuente. Sitones subcostatus Allard.—Sobre varias plantas. Muy raro. — crinitus Herbst.—Como el anterior. Poco frecuente. — humeralis Steph.—Debajo de la broza y en las plantas. Comun. — lineatus L.—Sobre varias plantas y debajo de las hojas caidas. Frecuente. Larinus vittatus F. (ursus F.)\—Un ejemplar en un cardo. Apion malve ¥.—Con la manga. Raro. Cryptocephalus bimaculatus F.—Un ejemplar; ignoro en qué condiciones. — crassus Oliv.—Sobre diversas plantas. Muy raro. 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pachybrachys pradensis Mars.—Sobre varias plantas. Poco fre- cuente. Lochmea crategi Forst.—Un ejemplar cuya estacion me es des- conocida. Longitarsus tabidus ¥.—Sobre la hierba humeda. Algo frecuente. Hispa atra L.—En varias plantas. Raro. Scymnus interruptus Goeze.—Un ejemplar con la manga. Ortopteros. Labidura riparia Pall.—Debajo de las piedras, a orillas del Segura. (Larvas.) Anisolabis masta Géné.—Un ejemplar debajo de una piedra humeda. Forficula auricularia L.—Debajo de las piedras y de las corte- zas. Comun. Loboptera decipiens Germ.—Debajo de las hojas caidas. Raro. Periplaneta orientalis L.—En las casas. Frecuente. Mantis religiosa L.—Un adulto y varias larvas en los arbustos. Ameles decolor? Charp.—Algunas larvas en las matas. Empusa egena Charp.—Dos ejemplares sobre la adelfa. Tryzalis unguiculata Rhamb.— En los parajes arenosos. Fre- cuente. Stenobothrus festivus Bol. — Entre la hierba alta y himeda. Muy raro. a hemorrhoidalis Charp. — Entre las gramineas. Raro. — jucundus Fisch.—Sobre los juncos; cerca del agua. Frecuente. Stauronotus Genet Ocsk.—En la hierba seca. Muy raro. Acrotylus patruelis Sturm.—Con el anterior. Un ejemplar. Sphingonotus cerulans L.—Kn los caminos arenosos. No raro. — azurescens Ramb.—Con el anterior. Raro. Pyrgomorpha grylloides Latr.—Entre el pasto seco. Un yy unaQ. Caloptenus italicus L.—Campos incultos; en larva casi todos. Abundante. Opomala cylindrica Marsch.— Entre la hierba de las acequias. Seis ejemplares. Locusta viridissima L.—En los arbustos; junto al agua. Raro. DE HISTORIA NATURAL. 123 Thyreonotus corsicus Serv. —En la hierba de las acequias. (Larvas.) Nemobius Heydeni Fisch.—Debajo de las piedras, junto al agua. Muy raro. Gryllus campestris L.—Entre la hierba y debajo de las piedras. Raro. — burdigalensis Latr.—Debajo de los montones de piedras en sitios algo hiumedos. Frecuente. Gryllotalpa vulgaris Latr.—En las huertas y sitios humedos. Raro. Tridactylus variegatus Latr.—Saltando por la arena de las ori- las del Segura. Algo frecuente. Hemipteros. Burygaster hottentota H.-S.—Un ejemplar mangueando la hierba seca. Rhaphigaster grisea ¥F.—Un ejemplar sobre un arbusto. Stenocephalus agilis Scop.—Entre las gramineas. Raro. Corizus crassicornis L.—Con el anterior. Frecuente. Lyg@us punctato-guttatus F.— Debajo de las cortezas de los arboles. Muy raro. Piezoscelis staphylinus Ramb.—Debajo de las piedras. Dos ejem- plares. Dictyonota crassicornis Fall.—Sobre varias plantas. Poco fre- cuente. Velia currens F.—En las charcas y acequias. No raro. Reduvius personatus L.—En el interior de las casas. Raro. Pirates hybridus Scop.—En los huertos debajo de las piedras. Raro. Nabis ferus L.—Un individuo en la hierba seca. Phytocoris exoletus Costa.—Sobre diversas plantas. Poco fre- cuente. Tibicina quadrisignata Hag.—Sobre los arbustos y matas. Fre- cuente. Hysteropterum grylloides F.—En el pasto seco. Muy raro. Huphyllura ole@ Fonsc.—En los olivos. Abundante. 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Lepidopteros. Papilio Podalirius L. var. Feisthameli Dup.— En las huertas- Dos ejemplares. Pieris Daplidice L.—En todas partes. Comin. — brassice L.—En las huertas. Tres individuos. — rape LU.—Con el anterior. Mas frecuente. Anthocharis Belia Esp. var. Ausonia Hb.—Volando por los ca— minos. Frecuente. Lycena betica L.—En las flores de algunos arbustos. Raro. — Astrarche Bg.—A lasombra de los arboles. Abundante. — Icarus Rott.—En las flores de la mielga (Medicago sa— tiva L.)\—Frecuente. Vanessa Atalanta L.—Un ejemplar en el parque del Estableci— miento. Pararge Megera U.—Por los caminos. Raro. — 7.—Sevilla!, Cazalla (Rio!); Puerto- Real (Paul!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). a timidus Sauss.—9.—Alcala de Guadaira!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — Helvetius Sauss.—9 o7.—Utrera!, Alcala de Guadai— ra!, Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). — floricola Sauss.— (7.—Sevilla! . — Delphinatis Giraud.—Sevilla!, Coria!, Cazalla (Rio!). .— reniformis Gmel.—c7.— Sevilla! Pterocheilus hispanicus Medina.—@.— Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) Masaridos. Jugurthia oraniensis Lep.— Q.—Alcala de Guadaira! Celonites abbreviatus Villiers.—9Q.— Dos Hermanas! El Sr. Calderon presentdé una pina de Avaucaria procedente de Malaga, que habia sido donada recientemente a las colec- — — = DE HISTORIA NATURAL. 167 ciones de la Universidad. En dicha provincia se did este fruto por primera vez el pasado ano, cosa que no ha sucedido toda- via en Sevilla, se@uin sus averiguaciones. Recordo con este motivo el Sr. Calderén la alta estimacién que ha adquirido en Europa este g@énero de gigantes de la vegetacién como plantas de jardin 6 de estufa en estos ultimos cuarenta anos. Sin embargo, nuestras araucarias apenas pueden dar idea de la magnificencia de ellas en su pais natal, la América del Sur y la Australia, donde alcanzan hasta 65 m. y mas todavia algunos individuos. La especie aqui mas comun, que se da sin ningtin cuidado, es la A. excelsa Ait., que procede de la isla de Norfolk y aleanza alli la formidable altura antes dicha. En un patio de esta Uni- versidad de Sevilla existe un ejemplar hermosisimo de 6,50 m. de elevacion, a la cual ha legado en unos 30 anos, en que se puso alli por orden del catedratico D. Antonio Machado. La extremidad superior se ha helado en uno de estos ultimos inviernos mas rigurosos; pero nuevamente ha brotado dupli- cada sin detener el crecimiento del arbol, ni perjudicar su belleza. Otros ejemplares, algunos casi de doble elevacidén, existen en los jardines de San Telmo. Aunque esta especie es, en efecto, la mas frecuente aqui, no todos los ejemplares per- tenecen a ella, como se cree vulgarmente. También estan representadas en Sevilla la A. imbricata Pavon, de Chile y los Andes, hasta los 1.000 m. de altitud, aleanzando en su pats los pies hembras hasta 65 m. de altura, y la A. brasiliensis Pavon, cuyas semillas se comen en el Brasil y que aqui, como en el Mediodia de Italia y Grecia, se da al aire libre. En otras partes se cultivan en estufa cuatro 6 cinco especies mas. Entre todas la que prospera mejor al aire libre en nuestros climas es la A. imbricata, pues resiste hasta temperaturas de —12°. El Dr. EK. Hekecl se ha ocupado de ella en este respecto (Le Na- turaliste, nim. 84, 1890), aconsejando su cultivo en las regio- nes humedas y mas templadas de la Bretana, y el Sr. Calde- ron dijo haber visto magnificos ejemplares en el jardin de Luxemburg, junto 4 Viena, que median hasta 15 m. El fruto que presentaba a la Sociedad es un estrobilo grande, subgloboso, con escamas de vistoso aspecto, lenosas y densa- mente imbricadas. Su existencia prueba la posibilidad de aclimatar estas plantas con facilidad en nuestra costa medite— 163 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA -rranea; y sino se han dado con mas frecuencia granos fecun- dos y se dice que no se dan en la provincia de Sevilla, esto debe depender de que no haya pies machos cerca de los pies hembras, circunstancia que aqui no se tiene en cuenta. Ver- dad es que hasta ahora no se ha estudiado el cultivo de estos vegetales en Europa sino exclusivamente como adorno. El citado Dr. Hekecl se fija, sin embargo, en ellos desde el punto de vista de su utilidad, que estima considerable. La madera de araucaria es de favorables condiciones, ligera y susceptible de buen pulimento; ademas la A. imbricata podria dar en Francia palos de 30 m., capaces de rivalizar con los mejores arboles del Norte para la construccién de mastiles, postes, etc. Los frutos contienen granos dulces y agradables, que sirven de alimento a los indigenas de la América austral y se calcula que 18 arboles bien desarrollados bastan para alimentar a un hombre durante todo un aio. Se fija, sobre todo, el mencio- nado botanico en la gomade base de arabina que producen las araucarias (cosa excepcional entre las coniferas) y cuya mate- ria estudié él en colaboracién con el Dr. Schlagdenhauffen. Cree que con el cultivo industrial de estos vegetales en la Bretana, Normandia y Provenza se obtendria goma suficiente para el consumo de todo el pais, el cual dejaria asi de ser tri- butario de los negros del Sudan. Todas estas consideraciones son aplicables a nuestro pais, donde las araucarias se darian bien en muchos puntos; sin embargo, como entre nosotros el consumo de la goma no alcanza la importancia que en la vecina republica, si la prin- cipal utilidad de estos arboles habia de fundarse en la madera y en su venta como planta de adorno, entiende el Sr. Calde- ron que seria preferible fijarse en nuestro precioso y desaten- dido pinsapo, una de las formas mas bellas del reino vegetal, de extraordinaria resistencia al frio y al calor y de cultivo facil, a juzgar por la diversidad de localidades de distinto clima y suelo en que se ha extendido por los parques de Europa. DE HISTORIA NATURAL. 169 Sesién del 5 de Septiembre de 1894. PRESIDENCIA DEL ILUSTRISIMO SENOR DON MAXIMO LAGUNA. —ll Vicesecretario Sr. Hernandez (D. Carlos), did lectura al acta de la sesidn anterior que fué aprobada. —Hstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dandose dar las gracias 4 los autores de las que son regaladas. —Se hicieron varias propuestas de socios que quedaron pen- dientes de admisién hasta la primera Junta. —E] Vicesecretario leyé la siguiente nota remitida desde Santander por nuestros consocios los Sres. D. Augusto Gon- zalez de Linares y D. José Rioja y Martin, Director y Secreta- rio respectivamente de la Hstacién de Biologia maritima de Santander. Un Cachalote hallado muerto en el Cantabrico. «La lancha bonitera de Santona que arrastrd su cadaver a Santander en 19 de Agosto ultimo, parece que debid recogerlo a 20 leguas N.-S. del cabo de Quintres. »Venia ya en mal estado, con la cola comida 4 trechos por los peces y deshilachadas, por decirlo asi, la lengua en sus bordes y la parte terminal del 6rgano generador. »Es un macho que debe suponerse casi adulto, si es exacta la indicacién de M. Bennett (1) sobre las relaciones que guar- dan, en su sentir, con la edad de estos cetaceos, la longitud de su cuerpo y el grado de exteriorizacién de sus dientes, pues supone que permanecen estos invisibles mientras el animal no pasa de 28 pies ingleses, y que se destacan todos ya sobre la encia, cuando pasa de 36. »Tiene, en efecto, este ejemplar 9,10 m. de largo: a cada lado de su quijada hay 25 dientes mas 6 menos descubiertos; en el lado izquierdo no es visible el primero, se ven los 17 in- mediatos, y estan atin ocultos los 7 ultimos; en el lado derecho ————— (1) BENNETT: P. Z, S., 1836; Apud J. E. Gray; On British Cetacea, p. 40, P. Z. S.of London, May 24-1864. 170 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA estan ocultos los 3 primeros, se ven los 17 siguientes y siguen ocultos los 5 ultimos. »Hasta ahora sdlo ha aparecido un diente en el borde in- terno del labio izquierdo superior. »En cuanto a las distancias relativas entre las diversas par— tes del cuerpo, pueden apreciarlas por ahora los senores socios, de una vez, en el esquema adjunto en que Rioja y Martin ha condensado todas las observadas por él con la ayuda, en oca— siones, del Sr. Fuset y Tubia, alumno pensionado en la Es— tacion (1). »No pudo conseguirse poner el animal sobre el vientre para fotografiarlo de perfil, 4 pesar de muchos esfuerzos.. »Las seis fotografias adjuntas, totales y parciales, del ani- mal, que estaba tendido sobre el lado derecho y el dorso, han sido hechas (excepto una, la num. 3, que debe la Estacion, con todas las del Ziphius cavirostris, al generoso interés cientifico del profesor D. Julian Fresnedo) por el alumno pensionado D. Rafael Blanco y Juste, que ayudé ademas, juntamente con el Sr. Fuset y Tubia, al personal de la Estacion en los trabajos de despedazamiento de las partes blandas del animal en los primeros dias de esta tarea en que atin seguimos ocupados. »Ulteriormente diremos a la Sociedad lo que nos vaya pare- ciendo digno de su atencion en nuestro estudio de este animal, que es el tercero de los grandes é interesantes cetaceos que la Estacion de Biologia Maritima ha tenido la suerte de recoger. Ksta es también la tercera vez en que se cree obligada 4 sobre- llevar la penosa tarea de preparar esqueletos cuya magnitud y naturaleza peculiar exceden muchisimo é los medios, asi personales como materiales, de que este centro dispone. »Del Orca gladiator Lacépede, varado en la segunda playa. del Sardinero en 13 de Diciembre de 1890 (antes del regreso de Napoles de uno de nosotros, Rioja y Martin), recibid la Socie- dad fotografias en 1.° de Julio de 1891 (tomo xx, cuaderno 2.°, paginas 99 y 100). »Del Ziphius cavirostris Cuvier, encontrado hace poco mas de un ano por una lancha vizcaina en paraje inmediato al en que aparecié ahora el Cachalote, y cuyo esqueleto sigue exi- (1) El esquema y las fotografias 4 que se hace referencia en esta nota fueron exa- . minados por los socios que asistieron 4 la sesién. ” ln DE HISTORIA NATURAL. 171 giendo todavia muchos cuidados diarios, no se did conoci- miento a los senores socios por esperar libros y datos con qué poder hacerlo mejor. »A mas de estas que pueden lIlamarse piezas principales, nuestra coleccidn cetoldgica naciente cuenta con un esqueleto de Zursiops Tursio P. Gervais, el vaciado en yeso del animal entero (cuya fotografia se presentd también a la Sociedad en 1.° de Julio de 1891) y su piel montada; tres craneos del De/- phinus Delphis .., cuyas cabezas se recogieron, una por nos— otros en el pueblo de Isla, otra en el de Comillas por D. Alvaro Lanuza, y la tercera en el mercado de Santander; un ejemplar pequeno, conservado entero en alcohol, adquirido hace dos meses y cuya fotografia hicieron el Sr. Blanco y Juste, alumno pensionado de la Estacién, y D. Alvaro Fernandez Izquierdo, que se hallaba @ la sazon utilizando en ella los micrétomos mecanicos para sus estudios personales de Histologia; y, por fin, los esqueletos de una hembra y un macho del mismo del- fin, las visceras de estos dos ejemplares, las abdominales de otros cuatro, los cerebros de otros dos y diez cabezas de otros tantos, en maceraciOn ahora como los tres esqueletos dichos, para obtener sus calaveras, procediendo todos estos ejemplares de la pesca de 29 individuos, hecha en la bahia donde queda-— ron casi varados el dia 30 de Agosto ultimo. » —El mismo ley6 la siguiente nota del Sr. Pau, de Segorbe: Plantas de «La Murta» (Alcira). (10 de Abril de 1894.) Reseda suffruticosa Loefi.—keseda minor incisis foliis Barre- her, 587 (certissime). Orillas de los caminos 4 espaldas de Za Murta. Ops. Las especies &4 que pertenecen las dos laminas, 188 y 189 de Barrelier, hasta el presente no se conocian; mas exis— tiendo dichas formas en los monasterios de Porta-—Coeli y La Murta, sitios donde Barrelier pasé largos dias, me autorizan a creer, después de consultar los dibujos con las muestras de ambas localidades, que, la estampa 587 pertenece a la R. sufru- licosa Loefi., y la 588 a la R. Gayana Boiss.; pero con seguridad absoluta la ultima. 172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Phiomis purpurea L. Abunda en los pinares del valle y partes bajas de los montes. Phil. crinita Cav. Rendijas y grietas de las piedras en los montes, mirando al pueblo de Alcira. Rosmarinus officinalis L. En La Murta.—ks la forma R. laziflorus De Noe. Thymelea Thomasti Endl. «) latifolia Pau. Cerrillos proximos a Alcira. Thy. Thomasii Endl. 8 angustifolia Pau. Pinares del valle de Za Murta. Oss. Ks muy diferente de la 7. Tartonraira All. 8 angus- tifolia D'Uro, que tengo de Creta y de la descripcidn de Barre- hier, Diagn. 1354, p. 123, lam. 222, angustifolia, glauca, glabra. Polygala rupestris Pourr. Rendijas de los penascos junto al mismo monasterio. Chenorrhinum crassifolium Lee. Rendijas de los penascos junto al edificio. Satureja obovata Lag.—Marium hispanicum, parroso, oblongo, obtuso, fol. Barr. Icon. 689. Junto al monasterio en las rendijas de.los penascos. Oss. Es imposible de todo punto que la estampa 7&7 de Barrelier pertenezca a esta especie. Se trata de un dibujo mali- simo, del que jamas podra decirse nada seguro, ni bueno. Selaginella denticulata Spring. Abundante en parajes frescos de los pinares. Centaurea pullata L. Orillas de los caminos y ribazos en los cerrillos préximos a Alcira. Vinca (media) obtusifiora Pau. Junto a las mismas ruinas de Za JZurta en los ribazos de las huertas. Arenaria montana L., 8B intricata Scr. (A. valentina Boiss.) Cumbres de los montes de Za Murta en las rendijas de los penascos. Krica arborea L. Cumbres de Za Murta. Tulipa australis Lk., 8 montana Wk. Cumbres de Za Murta saliendo para Alcira. DE HISTORIA NATURAL. 173 Ops. De dos pies, que consta el pliego que tengo delante, lleva uno hojas ensortijadas; el otro, rectas. Carer humilis Leyss. (forma?). Montanas de Za Murta en las vertientes. Sideritis incana 7) sericea Bodr., 11, 458. Sin flores ni frutos junto al monasterio en las laderas del monte. Sideritis angustifolia Lam. Colinas de Za Murta. Scrophularia sciaphila Wilk. Scr. lucida Pourr! lib. Salv. teste Costa, fl. cat. p. 182. (Vide Lange, in Wk. et Lge., prodr. 1, p. 554.) Rendijas de los penascos junto al mismo monasterio encima de la balsa. Oss. Entre las Scr. sciaphila Wk. y Scr. Grenievi Reut. no encuentro diferencias: para mi son una misma cosa. Cistus crispus L. Entre Alcira y Za Murta a orillas del camino. C. Salviefolius L. Con el anterior y mas abundante. Felianthemum origanifolium P. «) genuinum. De Alcira a Za Murta en los ribazos de los caminos. Lberis Tenoreana DC. Pinares de Za Murta en la parte baja de las montanas. Biscutella stenophylla Duk. Rendijas de los pehascos junto al mismo monasterio. (Forma glabrescens.) Erodium moschatum UW Herit. Orillas de los caminos en las cercanias de Alcira. Ranunculus muricatus L. Cercanias de Alcira; orillas de los caminos y huertas. Abun- ) dante. Oss. Planta nueva para la flora de Valencia. R. trilobus Desf. Huertas de las cercanias de Alcira, camino de La Murta. Oss. Planta nueva para la regién valenciana. Rk. gramineus L. Pinares del valle con la variedad /uzulefolius Boiss. Linum Narbonense L. Montanas de Za Murta. 174 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Asplenium Petrarche DC. Sitios sombrios de los penascos en Za Murta. Ozs. Planta recogida con sumo descuido, pues la erei, al tomarla del suelo, A. Z7richomanes L., en compania del cual aparece en el pliego. La forma presentada es sumamente pare- cida al A. viride Huds., y unicamente puede distinguirse por carecer de festones. También he visto otra forma del reino valenciano, afine de ésta, pero de otra seccién que la creo hibrida entre el 4. Pe- lrarche DC. y A. fontanum Brnh. y que la creo no descrita 6 para mi no conocida y por lo mismo la propongo bajo el nom-— bre de: Asplenium valentinum sp. nov.2A—A. Fontano x Petrarche Diagn. Frondes de la figura del 4. fontanum, bipinati-partidos: segmentos aovados, trasovados ti oblongos; lacinias trasovado- orbiculares. Plantita cubierta de la pubescencia glandulosa que lleva el A. Petrarche DC. Se encuentra en Ondara. Arisarum vulgare Wwth. A orillas del camino de Za@ Murta en los cerrillos proximos a la ciudad de Alcira. Centaurea Seridis L. Rara, en el mismo camino junto a las ruinas, antes de llegar a la balsa. Buphorbia heterophylla Dest. (#. Terracina var.) Junto a Za Murta en los ribazos del camino. LH. segetalis L. Campos cultivados de Za Murta. Ophrys lutea Cav. Pinares de Za Murta al pie de los montes. O. fusca Lk. Pinares, en compania del anterior. Ops. Planta nueva para la flora valenciana. Vaillantia hispida lL. Sitios sombrios 4 la bajada del valle yendo a Za Murta. Ons. Paréceme que en Valencia se confundieron esta espe- cie y la V. muralis L. por algunos autores. En Sagunto se cita la V. hispida L., y la especie recogida por mi en el monte del Castillo es V. muralis L. También se indica por los autores la estampa de Barrelier, EE HISTORIA NATURAL. 175 num, 541, como perteneciente a esta especie, no siéndolo de ninguna manera, pues vense los frutos es/éricos del género Galium, bien diferentes por cierto, de los cuernos que acompa- ~tan al fruto en el Vail/antia. La estampa pertenece probablemente al Galium vernum Scop. —Se did lectura al acta de Agosto de la Seccién de Sevilla, que se inserta a continuacion: SECCION DE SEVILLA. Sesi6n del 5 de Agosto de 1894. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyo y aprobo el acta de la anterior. —El Sr. Chaves did lectura 4 la siguiente Nota cristalogrifica sobre la anglesita de Guadalcanal. «Cristales incoloros de la forma que representa la figura ‘adjunta, transparentes, de unos 8 mm. de longitud, ofreciendo maclas que no han podido determinar- se. Las medidas hechas con el goniéme- tro de Wollaston han dado los valores reales siguientes: Gio. 0.13) (OO. == 4gege oe OC kee | VO01S hey = 1A O08 m m }100.69.0} |100.69.0} = 69° 34’ 22{0.100.68} {0.100.68} = 111° 19’ nw (aproximada):.. 3.0; “== '108° 12” a0 da solamente valores aproximados, 4 causa de la deforma- cidn de las imagenes en @, que esta finamente estriada. Entre a y o hay oscilaciones del prisma con el domo que no han podido ser medidas, asi como las que se presentan entre el prisma y el pinacdide {0.1.0}, Sumamente estrecho y no re- flejante. 176 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Estos cristales ofrecen de notable, ademas de su localidad, nueva para esta especie, las formas especiales que presentan, que no corresponden a las ordinariamente citadas en la angle- sita por los libros clasicos, ni a las observadas por algunos autores en este mineral y descritas en trabajos especiales (1).» —Se dio lectura a la siguiente nota remitida por el Sr. Re- limpio (D. Federico): Reconocimiento de la anglesita. «Con motivo de un estudio cristalografico emprendido por mi amigo D. Federico Chaves de cristales de anglesita, que vino a ensayar primeramente en el laboratorio que esta a mi cargo, se me ocurrid que no seria intitil recordar a los mine- ralogistas un medio de reconocimiento facil y seguro de dicha substancia, que no se halla consignado, sin embargo, en los tratados. »En efecto, las obras de Mineralogia semalan como caracte- res quimicos de la anglesita su escasa solubilidad en el acido nitrico diluido y en frio, asi como en el clorhidrico y en el sulfirico concentrado y su solubilidad en las soluciones de potasa. Por la via seca se nota que decrepita cuando se la calienta y se reduce en el interior de la llama, fundiéndose al ° soplete en una perla blanco-lechosa después de fria y dando al fuego de reduccién un granulo de plomo. »Como se ve, ninguno de estos caracteres quimicos distingue de un modo general la anglesita de las otras especies minera- les con quienes puede confundirse. No sucede esto valiéndose del tartrato aménico-amoniacal (2); método sencillo, rapido y que permite reconocer la anglesita aun en cantidades pequenisimas, como puede ser un trocito de cristal despren— dido de la ganga. »Hé aqui cémo se opera: pulverizase el mineral lo mas fina— mente posible y se pone en un tubo de ensayo en digestion con el tartrato amdnico-amoniacal. Si el liquido queda turbio, se filtra 6 se deja en reposo hasta que se deposite el sedimento. (1) KrENNER: Ueber Ungarn's Anglesit. (Zeitschrift fir Krystallographie , 1, \877.) (2) Para preparar el reactivo se pone en un tubo de ensayo disolucién de dcido tér- trico al 10 por 100 y se le echa exceso de amoniaco, DE HISTORIA NATURAL. 177 El liquido claro obtenido asi se divide en dos partes: 4 la una se anade disolucién sulfidrica 6 sulfuro-amdénico, con lo cual se forma un precipitado negro (sulfuro de plomo); 4 la otra se la agrega poco 4 poco acido nitrico, y entonces aparece al principio un precipitado blanco (en forma de nube cuando no se agita), que se desvanece por un exceso de Acido nitrico. Tratando ahora la disolucidn bien transparente por unas gotas de cloruro, 6 mejor, nitrato barico, se forma un precipitado blanco de sulfato barico, insoluble en los acidos.» —E] sr. Calderon dio lectura 4 la nota siguiente: Moluscos marinos de Andalucia, existentes en el Museo de la Universidad de Sevilla. «Una de las series de productos naturales de la regién que he procurado reunir con mas interés en el Museo que esta a mi cargo, es la de los moluscos; tanto por lo descuidado de su estudio en Andalucia, como por el interés que ofrecen como medio de relacionar la fauna actual con las de los periodos geolégicos precedentes, de los que aqui casi exclusivamente conocemos restos conquilioldgicos. Asi es que desde mi Hegada a Sevilla me ocupé en entresacar los pocos ejemplares del pais existentes en la coleccién de conchas, bastante rica, relativa— mente, que aqui habia ya (aunque, como de costumbre, pura- mente exotica), y comencé desde luego a pedir y encargar moluscos a todos los conocidos que los pudieran buscar por entretenimiento, 6 como objeto de adorno, 6 recoger en sus excursiones veraniegas. Por este medio, a falta de la ayuda de aficionados cientificos en el ramo en cuestiOn, y por mis corre- rias, he podido reunir en poco tiempo un numero no despre- ciable de ejemplares de procedencia auténtica. »Por lo que respecta 4 los moluscos terrestres y fluviatiles, el precedente trabajo del eminente Dr. Westerlund (1), da cumplida idea del caracter é importancia de nuestra coleccién malacolégica local; pero respecto a lo marino, sdlo se ha publicado el del Sr. Girard, referente a cefaldpodos (2), y he (1) Faunula molluscorum hispalensis. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NaT., to- mo xx1, 1892.) (2) Notice sur les céphalopodes des cétes de ’ Espagne. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT., t. xx, 1892.) ACTAS DE LA SOC, ESP.—XXIII. 12 178 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA creido que como datos para la fauna espanola, y en previsidn de que la coleccién de que se trata pueda algun dia arrinco- narse 6 perderse, vale la pena de completar aquellas noticias con la lista de las conchas marinas que de ella forman parte. »Puedo responder de la exactitud de las determinaciones, por deberlas 4 la gran competencia y bondad de malacdlogos tan reputados como D. Joaquin Gonzalez Hidalgo, los senores Hugo de Cort, de Bruselas; el Dr. Kobelt, de Francfort; Roberto Zetschin, de Patschkau, y, sobre todo, el conocidisimo senor Marqués de Monterosato, de Palermo, el cual me ha prestado sus grandes luces con una diligencia y un celo tan continua— dos, que verdaderamente 4 él se debe mas que a nadie la cla- sificacién de la serie malacologica andaluza de la Universidad. »Son tantas las personas de la localidad que me han propor- cionado ejemplares mejores 6 peores de conchas del pais, que su enumeracion seria interminable. Sdlo citaré, por haberlo hecho con proposito cientifico y por la importancia de sus recolecciones, a nuestros consocios Sres. D. Manuel de Paul, a quien se debe todo lo existente de Chipiona y Puerto—Real, y D. Federico Chaves, que ha traido no poco de la provincia de Malaga, asi como al ingeniero D. Alfonso Escobar, y en fin, al Dr. Macias, que recogié en Cadiz, y al Sr. Arigo, que lo hizo en Almeria. »En la lista que va a continuacion sigo el orden y adopto los nombres del catalogo de los moluscos marinos de Espana del Sr. Hidalgo (1), indicando los no citados hasta ahora de Anda- dalucia 6 de la Peninsula, con arreglo a las noticias conteni— das en dicho importante catalogo: Conchiferos. Pholas Dactylus L.—Sanlicar de Barrameda. — candida \..—I\dem. (Citada de Malaga.) Teredo.—Cadiz. (Maderas atacadas por esta polilla de mar.) Solen Vagina L.— Huelva (Comin y comestible.) Algeciras. — Siliqua L. (1) Catdlogo de los moluscos marinos testaceos de las costas de Espana éislas Baleares. (Memorias de la Real Academia de Ciencias de Madrid, t. xv, 1890-91.) DE HISTORIA NATURAL. 179 Ceratisolen Legumen LL.—Huelva. Solecurtus strigilatus L.—Idem. Panopea Glycymeris Born.—Malaga. (Un ejemplar completo y magnifico.) Corbula gibba Olivi.—Cadiz. Neera costellata Desh.— Malaga. Mactra stultorum L.—Idem. Lutraria elliptica Lmk.— Huelva. — rugosa Chemn. Psammobia vespertina Chemn.—Algeciras. -— costulata Turt.—Malaga. Tellina incarnata L.—Idem. — wnitida Poli.—Idem. (No citada de Andalucia.) — Cumana Costa.— Huelva. — tenuis Da Costa.—Torrox (Malaga). — balaustina L.— Algeciras. — donacina L.—Almeria. — pulchella Lnk.—Malaga. Fragilia fragilis L.—Idem. Donaxz Trunculus L.—Huelva. — semistriata Poli.—Idem. (Vulg. coguinas.) Scrobicularia piperata Poir.—Cadiz. Syndosmya alba Wood.—Idem. Mesodesma cornea Poli.—Malaga y Algeciras. Venus verrucosa L..—Huelva y Malaga. (Comtn y comestible. Vulg. almeja.) — Gallina L.—Idem. (Id.) Dione Chione L..—Chipiona. Dosinia exoleta U.— Huelva. Tapes decussata L.—idem. (Comtin y comestible. Vulg. a/meja.) — ygeographica Chemn.— Malaga. — aurea Gmel.—Cadiz. (No citada de Andalucia.) Venerupis Irus L.—Cadiz. — decussata Phil.—San Fernando. (No citada de Anda- lucia.) Cardium aculeatum L.— Algeciras. — tuberculatum L. var.—Cadiz y Huelva. — edule L.—Puerto—Real, Huelva y Algeciras. Lucina leucoma Turt.— Malaga. — spinifera Mont.—Idem. 180 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Lucina pecten Lmk.— Algeciras. Ungulina oblonga Lmk.—San Fernando. Kellia corbuloides Phil.—Malaga y Cadiz. Mytilus edulis L.—Cadiz. (Comin y comestible. Vule. mejillon. ) — hesperianus Lmk.—Malaga. (No citado de Espana.) — afer Gmel.—Malaga. Arca Noe \..—Idem. (No citada de Andalucia.) — tetragona Poli.—Malaga. — lacitea L.—Idem. — barbata L.—Nerja. Pectunculus gaditanus Gmel.—Chipiona (Cadiz). Pecten maximus L.—Huelva. — Jacobeus L.—Malaga. — varius L.—Chipiona y Huelva. — flexuosus Poli.—Cadiz. Lima hians Gmel. var.— Algeciras. — Loscombi Leach.— Malaga. Anomia Ephippium L.—Idem. — cepa L.—Cadiz. (No citada de Espana.) Ostrea angulata Lmk.—Cadiz. (Forma bancos que perjudican a las obras de madera del puerto.) — cristata Born.— Huelva. (No citada de Andalucia.) Cefalépodos. Argonauta Argo L.—KEstrecho de Gibraltar. Octopus vulgaris Lmk.—Sanlicar de Barrameda. Sepia Filliouxti Lafont.—Idem. — elegans VOrb.—Idem y Cadiz. Loligo vulgaris Lmk.—Idem, id. Theutis media L.—Sanlicar de Barrameda. Todaropsis Veranyt Girard.—Idem. Spirula Peronii Umk.—Malaga. (Una concha rodada.) Gastrépodos. Murex Brandaris L.— Huelva y Malaga. — Trunculus L..—Malaga. DE HISTORIA NATURAL. 181 Murex Erinaceus L.—Sanlicar de Barrameda. — Kdwardsi Payr.—Torrox (Malaga). — iénermis Ph.—Chipiona. (No citado de Espana.) Fusus corneus L.—Chipiona. Mangelia Vauquelini Payr.— Malaga. — costata Penn.—Chipiona. (No citada de Andalucia.) — attenuata Mont.— Malaga. Lachesis minima Mont.— Almeria. Triton nodiferum Lmk.—Chipiona. — succinctum Lyik.—Idem. — cutaceum L.—Ildem. Tritonium veticulatum Blainv.—Malaga. (No citado de Anda- lucia.) Buccinum maculosum Lmk.—Chipiona. — Orbignyi Payr.—Cadiz. (No citado de Andalucia.) Nassa reticulata L.—Puerto-Real. — mutabilis L.— Malaga. — incrassata Miill.—Idem. — Nudarensis Num.— Almeria. (No citada de Espana.) — Cuvieri Payr.— Malaga. — Pfeifferi Ph.—Puerto-Real. (No citada de Espana.) — corniculum Olivi.—Puerto-Real. ae — var. solida.—Chipiona. — pygnmea Lik.—Tarifa y Malaga. — limata Chemn.—San Fernando. Cyclops Neriteum L.— Malaga. Purpura hemastoma .—Idem. (No citada de Andalucia.) Cymbium papillatum Schum.— Malaga, Huelva. (Idem.) Mitra ebenus Lmk.— Tarifa. — Defranciti Payr.— Malaga. Marginella miliaria L.—Chipiona. — Philippi Mont.—Idem. (No citada de Espana.) Columbella rustica L.—Cadiz. _ — var.—Tarifa. — scripta L.—Algeciras. Cassis undulata Gm\.—Chipiona. Cassidaria rugosa L.—Idem. (No citada de Andalucia.) Natica Sagraiana Orb.— Malaga. — intrincata Don.—Chipiona. Scalaria communis Lyk.—Idem. 1&2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Scalaria pseudoscalaris Brocchi.— Malaga. Ringicula auriculata Men.—Rabida (Huelva). Odostomia conoidea Brock.— Malaga. Kulima polita L.—Algeciras. Conus mediterraneus Brug.—Malaga, Puerto-Real. Chenopus Pes-pelecani L.—Cadiz y Malaga. Halia Priamus Meusch.—Chipiona. (Un ejemplar muy com- pleto de esta notable especie, donado por D. Manuel de Paul.) Cyprea Pyrum Gmel.—Idem. — europea Mont.—Cadiz. Ovula carnea Poyr.—Almerta. (No citada de Andalucia.) — acuminata Brug.—Malaga. Cancellaria cancellata L.—Idem. Cerithium vulgatum Brug.—Puerto-Real. — reticulatum Da Costa.—Chipiona. —- adversum Mont.— Malaga. Littorina neritoides L.—Cadiz, Malaga y Almeria. — punctata Gml.—Cadiz. Rissoa monodonta Biv.— Malaga. — variabilis Mihlf.—Malaga y Almeria. — Cimer L.—Almeria. — Montagui Payr.—Cadiz. — spongicola Mtg.—Malaga. (No citada de Espana.) Hydrobia acuta Lmk.— Puerto-Real. (Idem.) — ulve Penn.—Rabida (Huelva). (No citada de Anda- lucia.) Twrvitella ungulina L.—Cadiz. — triplicata Brocch.—Malaga. Mesalia varia Kiener.—Cadiz. Vermetus triquetter Biv.—Chipiona. Phasianella pulla L.—Tarifa. Turbo rugossus L.—Malaga. * Trochus Ziziphinus L.—Cadiz. “— exasperatus Penn.—Tarifa, Almeria. — striatus L.—Chipiona. — varilineatus Mich.—Idem. — (Gibbula) Magus L.—Malaga. — — Richardi Payr.—Almeria. — — divaricatus L.—Malaga. DE HISTORIA NATURAL. 183 Trochus (Gibbula) umbilicatus Mont.— Almeria y Huelva. — — Adansoni Payr.— Almeria. (No citado de Andalucia.) — _ villicus Phil.—Chipiona. (Idem.) — (Monodonta) articulatus Lmk.—Sanlicar, Malaga. — (Clauculus) cruciatus L.—Malaga. Haliotis tuberculata L.—Chipiona. — striata Lmk.—Idem. Fissurella gibberula Lmk.—Gibraltar. — Nubecula L.—Malaga. Dentalium Tarentinum Lmk.— Almeria. — Dentalis L.—Huelva. Patella vulgata L..—Cadiz. — — var.—Puerto-Real. — — var. elevata Jeff.—Malaga. — aspera LUmk.—Almertia. (No citada de Andalucia.) — cerulea L.—Malaga. — ILusitanica Gmel.—Chipiona. (No citada de Andalucia.) Chiton siculus Gray.—Algeciras. Tornatella fasciata Umk.—Puerto-Real. Bulla striata Brug.—Idem. Philina catena Mont.— Malaga. Aplysia sp.—Sanlicar de Barrameda. Umbrella mediterranea Lmk.— Almeria. Siphonaria Algesire Quoy et Gaim.—Cadiz. —Segun noticia comunicada por el Sr. Paul la enfermedad que padecen los platanos de Oriente de los paseos y alrededo- res de Sevilla, a la que se debe la caida prematura de sus hojas y el aspecto mucho mas desguarnecido que de costumbre que ofrecen, es el ataque por el Gl@osporium nervisequium ( Fu- sarium Platani). Este parasito, al parecer nuevo aqui, es muy comin sobre los citados arboles en el Mediodia de Francia, y especialmente este ano. 184 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sesion del 3 de Octubre de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. Leida el acta de la sesidn anterior, fué aprobada. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los senores D. Juan Enciso y Mena, Licenciado en Derecho, de Car- tagena, propuesto por D. Daniel Jiménez de Cisneros; D. Alvaro Fernandez Izquierdo, Licenciado en Medicina, de Burgos, propuesto por D. José Fuset; D. Cayetano del Toro y Quartillers, Doctor en Medicina, y D. José Rivas y Garcia, Licenciado en Farmacia, de Cadiz, propuestos por D. Francisco de A. Vera. —NSe hicieron seis nuevas propuestas. —KH1 Sr. Presidente did cuenta del fallecimiento de D. Lau- reano Pérez Arcas, ocurrida en Requena, dedicando sentidas frases a la memoria del que fué por dos veces Presidente de la Sociedad y verdaderamente su fundador, y se acordé hacer constar en el acta el sentimiento con que la Sociedad habia oido tan triste noticia, comisionando al Sr. Martinez y Saez (D. Francisco de P.) para escribir la biografia del Sr. Pérez Arcas, que sera leida en una sesidn extraordinaria que cele- brara la Sociedad con este objeto, y publicada en los ANALES con el retrato del finado. Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acordan- dose dar las gracias 4 los autores de las regaladas. —KEl Sr. Vicesecretario presentO, en nombre de D. Carlos Pau, la siguiente nota: Seis Mentas hibridas de las cercanias de Segorbe. «Con el fin de sujetar 4 un tipo determinado las muestras que poseo, me determino 4 publicar las descripciones de cinco DE HISTORIA NATURAL. 185 formas que se encuentran en este pais, y que con toda seguri- dad fueron producidas por cruzamiento. »El caracter mas importante que nos indica la presencia del hibrido producido con la A. aquatica consiste en perder la in- florescencia en cabezuela tomando aspecto espiciforme. »Otro caracter bien importante se refiere 4 la carencia de filamentos, siendo llevadas las anteras estériles en la entrada del tubo. Entre la I. sylvestris y M. rotundifolia esta carencia no tiene valor alguno, pues vense numerosas flores con fila— mentos. ' »La planta que presta el polen en los hibridos de la M7. aqgua- tica se reconoce, teniendo presente que el polen de la especie esta nos dara muestras con las espigas abultadas en el apice; sila M. aquatica es fecundada por la WZ. sylvestris 6 M. rotun- difolia, las espigas seran adelgazadas en su parte superior. »Respecto a la esterilidad, he de advertir que las combina-— ciones de las M. sylvestris y M. rotundifolia dan bastantes nuculas fértiles. La M. aquatica con las M. rotundifolia y M. sylvestris son casi estériles en absoluto. »1.* Mentha Tremolsiana Mihi hb.=M. sylvestris K hirsuta (non Wirtg.) »Planta de estatura elevada (mayor que las J/. sylvestris y M. rotundifolia), cenicienta, de rizoma subterraneo rastrero, cubierta toda ella de pubescencia fina que recuerda su pre- sencia, tallos generalmente sencillos, ramosos en lo alto y asurcados en su parte baja; hojas pecioladas; peciolo corto, blanco-tomentoso; lamina de figura ovalada, aserrada hasta su apice, aguda, acorazonada en la base; dientes agudos; en—- vés punteado-impreso; flores en espiga laxa; caliz tubuloso— acampanado; dientes setiformes, tres veces menores que el tubo; corola tan grande como las de la /. hirsuta y de la mis- ma figura y disposicién; estilo exerto. »La pubescencia de las hojas en el haz es parecida a la de la M. velutina Se}. »Peciolos, 35 mm.; lamina, long. 40 mm.; anchura 35 mm.; long. del caliz y corola, 5mm. »Habita en la margen izquierda del rio Palancia, antes de Hegar a «La Barsella», una colonia de unos 50 individuos. Agosto y Septiembre, 1894. 186 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Dedico esta forma a mi respetable amigo D. Federico Tre- mols, de Barcelona. »2.°. Mentha Cadevalliana Mihi, hb.=M. hirsuta x rotundi- Jolia (var.? microphylla). »Planta enana, alampinada, verde, de hojas que recuerdan algo el sandalo, pero sus glomérulos le dan algtin aspecto de M. Pulegium. Rizoma rastrero; tallo cubierto, en los angulos principalmente, de pelos cortos y reflejos; hojas con peciolo -alargado, elipticas, con tres a seis dientes en cada lado, care- ciendo de ellos en el apice y base, que ésta es algo decurrente; la punta redondeada, lampina, con algtin pelo en las costillas y nervios del envés; las hojas florales son agudas y enteras, lanceoladas 6 lineales. »Las flores son llevadas en espigas laxas, con ligero ensan- chamiento en su punta, pedunculadas; pedtunculos menores que el caliz, llevados los glomérulos inferiores por un pie co- mun, en algunos pies bastante desarrollado. »Caliz lampino, longitudinalmente venoso, con los dientes triangular-aleznados, doble menores que el tubo ligeramente puberulento. »Corola de color rosado, palido, de la misma figura que la M. aquatica, con el lobulo superior bidentado, casi doble mas ancho que los tres restantes; estilos largamente exertos. »Altura generalmente de 15 cm., pero se encuentran algu- nos pies muchisimo mayores. »Lamina de la hoja, 14-24 mm.; peciolo, 6 mm.; caliz, 2mm.;: corola, 4mm. »Abunda en las margenes del «Rio Chiquico», junto a la fuente del Zerrero. Agosto y Septiembre, 1894. »Dedico esta forma a mi estimado amigo y consocio D. Juan Cadevall y Diars, de Tarrasa. »3." Mentha Zapateriana Pau, hb.=M. hirsuta < rotundi- SJolia. »Planta de unos 8 dm. y mas, cubierta de vestidura aspera; hojas eliptico-oblongas, aserradas menos en la base, que es cortada; el apice consiste en un fest6n mucronado; peciolo corto; haz de color verde obscuro; flores en espiga; los glomé- rulos inferiores remotos, en su parte superior apretados. DE HISTORIA NATURAL. 187 »Calices cubiertos de pelos, acampanados; dientes alesna— dos, poco menores que el tubo; corola pequena y de forma y estructura de M. aquatica. »El color, vestidura, tamano, calices pelosos y dientes apar- tan esta forma de la anterior, de la cual es cercana. — »Lugares himedos y selvosos de los barrancos, junto al ce- menterio, en Segorbe, y mas abajo de la fuente del Bervo, en altura. 3 Septiembre, 1893. »Dedico esta forma a mi respetable amigo D. Bernardo Za- pater, de Albarracin. »4." Mentha Viciosoana Pau, hb.—=M. hirsuta & rotundifo- lia (var.? orviculata). »Planta parecida 4 la J/. Pauwi O. Deb.; mas sus espigas cor- tas y cabezudas, color vivo de sus flores y hojas mas redon- deadas, la distinguen al momento. »Mas afine es de la /. Cadevalliana, pero los caracteres di- chos pueden servir para diferenciarla. »Rarisima en la margen derecha del Palancia, antes de le- gar al batan de Zramuso. Septiembre, 1893. »La dedico 4 mi amigo y companero D. Benito Vicioso, de Calatayud. »D." Mentha Paw O. Deb., Rev. de Bot., p. 697, 1892.— M. rotundifolia X* aquatica Pau (non auct.) = M. rotundifolia x hirsuta. »Descrita esta forma por el Sr. O. Debaux en la «Revue de Botanique, y por el Sr. Willkomm en el «Supplementum FI. Hisp.», nada debo afiadir por mi parte. »Ks abundante en toda la cuenca del Palancia, y presenta una variedad de hojas mayores, algo lanosas, y de flores pare- cidas 4 la MZ. sylvestris, que me indujo 4 tomarla por M. sy/—_ vestris X hirsuta, segiin envio que hice al Sr. K. Keck. »6." Mentha sylvestris * rotundifolia (non auct.) »Planta elevada, de aspecto parecido a la I/. rotundifolia: hojas oblongo-lanceoladas, aserradas, lanuginosas y blanque- cinas en el envés; verde y lampino el haz; espigas densas; ca- lices de la U/. rotundifolia; corolas de la M. sylvestris; estam— bres exertos. 188 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Abunda en los ribazos de las cercanias y presenta algunas variaciones. »Nota. El Sr. Cadevall me remitid, creo que de Olot, un fragmento de menta que me parece ser M. velutina Sej. (M. nemorosa X imacrostachya Wirte. »OrrRA. Sialguno desea cultivar las formas descritas, puede servirse comunicarmelo, pues las cultivo en mi huerto.» —E] Sr. Cazurro presenté la continuacién de su fauna ma- tritense. ORDEN IL. Insectivoros. Dientes envueltos por el esmalte; incisivos en numero varia- ble; caninos generalmente mas pequenos que los incisivos y erizados de puntas cOnicas, como asimismo los molares. Man— dibula inferior con condilos transversos. Cabeza generalmente puntiaguda. Las cuatro extremidades con unas y conformadas las mas de las veces para la progresidn; con clavicula bien com- pleta; cubito y radio separados entera 6 parcialmente; huesos metacarpianos y falanges medianamente desarrollados. Ma- mas generalmente abdominales. I. Cuerpo no cubierto de espinas. Tamano pequeno 6 mediano. 1. Tamano mediano; extremidades desemejantes; uno de los pares dispuesto para cavar 6 para nadar. Con 41 dientes en total.............. Fam. 1. Talpidos. a. Extremidades anteriores con la mano robusta y ensanchada, formando una especie, de palapropia para Cavan. .c.cieine) oi stays -hies eric nie Talpa L a.a. Patas anteriores normales; las posteriores palmeadas y propias para la nata- cidn; cola larga, con escamas y comprimida............... Myogale Cuv. 11. Tamano pequeno; extremidades semejantes, homélogas entre si, dispuestas ge- neralmente para la progresién; con 32 dientes cuando mas. Fam. 2. Soricidos. bd. Dientes coloreados de rojo en la punta, en numero de 32; patas y cola ordi- DALIAS, NOCiiAadassp tjseoat,- obi ita da oak Glide se ebeNeet Sorex L. 4.0. Dientes blancos unicoloros, en nimero de 28 4 30. c; Con 28idientes. Coladeleadayr... ci .atnivcns seers sane Crocidura Wagl. c.c. Con 30 dientes. Cola gruesa en la base.............0-. Pachyura Sélys. I.I. Cuerpo cubierto de espinas. Tamano bastante grande... Fam. 3 Erinacéidos. No comprende mas que un solo género ........--. ete RNC pre ve Brinaceus L. Famitia 1. Talpidos. 1 Dientes: C->M + Calavera muy ancha por detras ¢ incli- nada hacia delante, sin apOfisis postorbitaria ni cresta por de- DE HISTORIA NATURAL. 189 lante de la érbita; agujero occipital muy grande, sin apdofisis paroccipital ni mastoidea. Hocico en forma de trompa. Ojos y pabellones de las orejas apenas visibles. Esternon con quilla; omoplato largo y estrecho; cubito y radio distintos. Manos en- sanchadas a veces; con cinco dedos. GENERO Talpa L. Cuerpo casi cilindrico, alargado, con el cuello poco marcado y la cabeza aguda terminada por un hocico prominente, trun- eado y con las aberturas nasales en su extremo dirigidas hacia : a ; By anil 4 3 abajo y no visibles por encima. Dientes: 12; C+; P74; M4- Patas anteriores anchas, con los dedos reunidos por la piel, dejando sélo al descubierto las unas, conformadas para cavar; patas posteriores normales. Cola corta y peluda. T. europza 7.— Esta especie es la Unica cuya existencia he podido comprobar en la regidn que estudiamos, aun cuando es probable que exista también otra especie muy afine, 7’. ceca Savi. Se caracteriza por su pelaje suave, igual, negro 6 par- duzco, con reflejos aterciopelados, y las patas casi desnudas, de color de carne. Los ojos visibles y con parpados movibles. Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,150 m.: de la cola, 0,035: anchura del extremo del hocico, 0,008. Esta especie es sumamente comtn en casi toda la region, sobre*todo en la parte montafiosa 6 cercana a las sierras. En la regidn 8. y E. es algo mas rara. Se la designa generalmente con el nombre de Zopo, aun cuando a veces con esta denomi- nacion se la confunde con las arvicolas. Escorial! Collado Mediano (Conde! col. Museo reg. Cazurro). Region submontana (Graells). La otra especie europea de este género, Zalpa ceca Savi, es algo mas pequena, con los ojos cubiertos por la piel, el hocico algo mas corto y los pelos de los labios y los pies blancos. Pa- rece mas propia del Mediodia que la especie anterior, pero no he visto ningun ejemplar de este género procedente de la pro- vincia que pueda referirse 4 esta especie. 190 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA GENERO Myogale Cuv. Hocico alargado formando una especie de trompa deprimida, en cuyo extremo estan colocadas las aberturas nasales. Cola larga escamosa y comprimida; patas anteriores terminadas por manos pequenas y cubiertas de pelo; las posteriores por pies grandes, escamosos y palmeados, con las unas bastante desarrolladas. Ojos pequenos. Orejas rudimentarias ocultas por los pelos. Dientes: I. eh (0: = P = M. 2. M. pyrenaica Gof.—Unica especie que representa este @é- nero en nuestra Peninsula, se caracteriza por su color pardo mas claro en los costados y gris en el vientre. Las regiones laterales de la trompa con pelos blancos y en los labios cerdas rigidas. En la base de la cola una doble serie de foliculos olandulares que segregan un producto almizclado. Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,129 m.; de la cola, 0,140; del hocico, 0,25. Hsta especie, una de las mas curiosas de nuestra fauna, se encuentra tnicamente en los rios y arroyos de las regiones alpina y subalpina de la provincia, y generalmente, segtn los Sres. Graells y Pérez Arcas, se la conoce con el nombre de Almizclera. Buitrago y Guadarrama (col. Mus. reg. del Sr. Pé- rez Arcas!). Region moutana. Graells, w Famiuia 2.°—Soricidos. Dientes: I, fe ©) >, eed Pei 0 eye -. Calavera ensan- chada por detras, cOnica por delante; sin urco cigomatico, apofisis orbitaria ni fosa terigoidea. Primer incisivo mas erande que los demas y provisto de dos puntas; caninos mas pequenos que el menor de los incisivos; molares superiores formados por dos prismas triangulares; incisivos inferiores inuy prolongados. Forma semejante a la de los ratones. Ester- nédn ancho y sin quilla; clavicula pequena y delgada; radio y cuibito distintos; tibia y peroné soldados inferiormente; con cinco dedos en cada extremidad terminados por unas. Muchas veces con una g@landula odorifera en los costados. Con seis t ocho mamas inguinales. DE HISTORIA NATURAL. 191 GENERO Sorex L. Dientes, en numero de 32, de color rojo anaranjado en la punta; los dos grandes incisivos inferiores de en medio den- tados en su borde superior, y los de la mandibula superior con el talén saliente, apareciendo de este modo como formando dos filas. Cola cubierta de pelos de una misma especie. Dedos casi desnudos; orejas pequefnas ocultas por el pelo. Dientes: Bred ee ae a. Ls} Co aan Mh. Se conocen con el nombre de musaraias. a. Cola mds corta que el cuerpo, descontando la cabeza, y en proporcién poco TE eS Ahe we etd bodkicossonaacde sec aunor “Gor adonbNoO sep OaUaODOCOL S. vulgaris 7. a.a. Cola igual 6 algo mds larga que el tronco, bastante pelosa; tamano algo mayor Queene OSHCCIE AMILETIORS saicta:aca.s:oj-\el aisle sicko enicdialcialslatetsiaicle'el> S. alpinus Schinz. S. vulgaris Z.—Pelo gris aterciopelado. Cola algo cuadrada mas corta que el cuerpo, pardo obscura por encima y gris por debajo. Pies casi desnudos. Con una glandula odorifera en los costados. Canino inferior con un solo tubérculo. Premolar con clos tubérculos. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,065; cola 0,042; pies posteriores, 0,015. Las costumbres salvajes de este mamifero le hacen dificil de capturar y observar; en Espamia parece ser algo frecuente, aun cuando los datos acerca de su existencia no sean muy abun- dantes. Madrid! (col. del Museo) Aranjuez! S. alpinus Schinz.—Pelo gris mas claro en el vientre. Cola tan larga 6 mas que el cuerpo, cubierta de pelo abundante en toda su extensién. Bigotes largos, blanquecinos. Taldn de los incisivos superiores poco marcado; canino inferior con dos tubérculos. De talla algo mayor que la especie precedente. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,070 m.; cola, 0,065; pies posteriores, 0,018. Esta especie habita sdlo las cordilleras elevadas como los Alpes, los Pirineos, etc., y aun cuando con duda, creo poder referir a esta especie algunos ejemplares de las regiones mas elevadas de la sierra de Guadarrama, 192 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA GENERO Crocidura Wagler. Dientes blancos en numero de 28; los dos incisivos inferiores medios, grandes y no dentados, los superiores encorvados en anzuelo con el talon puntiagudo. Cola mas corta que el cuerpo, redondeada, delgada y de igual grueso en toda su longitud. ; Si: ie ae Dientes: I. > C- 7 je? 73 M. = Cr. aranea Schreb.—Unica especie que se encuentra de este género. Caracterizada por su color gris, su cola cilindrica mas larga que la mitad del cuerpo, con pelos cortos sembrados de otros mas largos y fuertes. Orejas bien desarrolladas. Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,060 m.; de la cola, 0,040. Es una de las especies mas comunes de este grupo y la que mas se acerca a las habitaciones y jardines, aun en el mismo Madrid. Generalmente se la designa como a@ todos los sorici- dos, con el nombre de Musarana y también con el de Musgaio, denominacidn poco precisa, pues se aplica también a otras alimanas, aranas, etc., bajo la cual parece ser objeto de creen- cias supersticiosas, pues se cree que produce mal de ojo. Ma- drid! (col. del Museo). Collado Mediano, Conde! (col. del Mu- seo, reg. Cazurro). Castellarnau, La Granja! Jardines de Ma- drid, Graells. GENERO Pachyura Selys. Dientes blancos, en ntimero de 30, con los incisivos inferio- res no dentados; el primer premolar muy pequeno fuera de la linea de los demas. Cola fuerte, cuadrada, disminuyendo insensiblemente en grosor hacia la punta, y tan larga como el cuerpo sin la cabeza. Dientes: I. : On +3 P. = M. = P. etrusca Savi.—Es la unica especie de este género y se distingue facilmente por su diminuta talla, color gris rojizo, mas claro en el vientre, las patas y el hocico. Cabeza @ruesa, orejas grandes, redondeadas. Pies cubiertos de pelos blancos. Cola gruesa en la base, de seccién subcuadrada. Sin @landu- las odoriferas en los lados del cuerpo. DE HISTORIA NATURAL. 193 Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,035 m.; de la cola, 0,025. Esta especie parece bastante rara en la regidn central y mas abundante en el SE. de la Peninsula. No poseo mas datos de su existencia en la provincia que unos ejemplares de Collado Mediano recogidos por el Sr. Conde, que regalé a las Coleccio- nes del Museo de Madrid. Famiutia 3.4—Erinacéidos. 1 Dientes: I. a ad ney M. om pecies exdticas. Calavera ensanchada entre las raices posterio- res de los arcos cigomaticos que son completos y delgados. Clavicula delgada. Omoplato con metacromion largo y pun- tiagudo. Cubito completo y separado. Peroné unido interior— mente con la tibia. Cinco dedos terminados en unas. Cuerpo cubierto en el dorso de pias 6 cerdas mas 6 menos mezcladas con el pelo. ii otras diversas para las es— GENERO Erinaceus JL, Hocico corto y agudo. Cuerpo no muy largo cubierto de espinas y susceptible de arrollarse en bola. Cola corta y pelosa. Dientes: I. = C. 3 iP = M. = Er. europeus Z.—Unica especie europea de este género. Tiene el dorso y los costados cubiertos de espinas de unos 25 mm. de longitud y el resto del cuerpo de pelos largos, gruesos y rigidos. La cola muy corta y pelosa. Las manos con cinco dedos terminados en unas medianamente fuertes. Dimensiones: de la cabeza y el cuerpo, 0,200 m.; del ante- brazo, 0,50; del pie anterior, 0,027; del posterior, 0,040. El erizo comtin es una de las especies mejor conocidas del vulgo por su cubierta extraordinaria de espinas y por su abundancia y costumbres. Se le encuentra tanto en las sierras como en los llanos y no huye de las poblaciones y granjas en cuyas huertas y jardines penetra. Como animal que destruye muchos insectos y babosas, es util 4 la agricultura, pero por comer su carne, por ignorancia y hasta por pasatiempo se le persigue y destruye. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 13 194 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Madrid! El Pardo! Escorial! Navalcarnero!, etc. Area matri- tense, Graells. ORDEN III. Roedores. ae ae 1 2 Dientes envueltos por el esmalte, los incisivos (+ rara VeZ 9) se reproducen continuamente por ser de bulbo persistente y crecen en direccidn circular; sin caninos; molares con super- ficies asperas y transversas generalmente. Mandibula inferior con los céndilos longitudinales, que no se mueven en cavida- des glendideas especiales, sino libremente de atras 4 delante 6 viceversa en surcos longitudinales. Las cuatro extremidades dispuestas para la progresién y provistas generalmente de cinco dedos con unas. I. Dos incisivos solamente en cada mandibula. (SUBORDEN Simplicidentes.) d ] 2 ih, watered eo x 1. Dientes: I. T M. 9 °R 6 3 6 gt 6 33 molares con tubérculos transversos y con la edad pliegues de esmalte 6 con laminas de éste y prismaticos. Peroné, en el adulto, confundido con la tibia, al menos en su tercio in- ferior. 3 a. M. 3° Con intestino ciego. Cola normal, poco pelosa. Fam. 1. Muridos. a. Molares tuberculosos, con raices. Hocico agudo. Cola larga, tanto O Masiquevelicuerpo, ECSCAMOSH.. amie vee date sie cicet peace Mus L. G8. Molares lamelosos, sin raices. Hocico obtuso. Cola mas corta que el cuerpo, cubjerta de pelo... ...:........000+-- Arvicola Lacep. aa. M. ac Sin intestino ciego. Cola en penacho 6 muy pelosa,............. ns e¥elorel afal sioheta)a/enelpit = eteieiela wetete eierdorckorsselotetete lo aiaial Fam. 2. Mioxidos No esta representada mds que por un solo género.... Myovus Schrb. 1 5 1.1. Dientes: I. ar M. 7 molares con raices. Tibia y peroné separados. Cola en penacho, con pelos disticos, tan largacomoelcuerpo. Fam. 3. Escitridos. Un solo género en la regiOn...........-0.66: Siero eck atrbaoRetele Sciurus L. 1.1. Dos incisivos pequenos detrdés de los dos grandes, en la mandibula superior. Cola corta, pelosa. (SUBORDEN Duplicidentes.)........ -.. Fam.4. Lepéridos. Representada por un solo género..........+.04 slsiieinstaietane eine Sie Mose Lepus L. Fam. 1.—Muridos. Dientes: M. >) molares con tubérculos transversos, que por el desgaste se transforman en pliegues de esmalte y con raices 6 con laminas de esmalte, prismaticos y sin raices. Calavera estrecha generalmente; los frontales, algo angostos por delante, tienen frecuentemente una cresta supra-orbitaria; apOfisis DE HISTORIA NATURAL. 195 cigomitica del maxilar superior con dos rafces; sin apdfisis post-orbitaria; el agujero supra-orbitario, ensanchado por arriba y estrechado por abajo; apdfisis corondides y la del Angulo de la mandibula inferior perfectamente marcadas. Claviculas desarrolladas. Las extremidades anteriores por lo comin con cuatro dedos y un rudimento de pulgar; las poste- riores con uno. La tibia y el peroné unidos por debajo. Orejas medianas 6 muy cortas y ocultas por el pelo. Cola variable, 6 larga y escamosa 6 corta y pelosa. Cuerpo generalmente esbelto y prolongado; piel con pelos suaves y rara vez con cerdas. Tamafo generalmente pequeno, en algunos algo mediano. GENERO Mus L. Dientes incisivos lisos; molares tuberculosos, con raices, que en los viejos, efecto del desgaste, forman pliegues de esmalte, los superiores algo dirigidos hacia atras, en numero de tres a cada lado, en ambas mandibulas. Cuerpo corto, con las patas poco prolongadas, bajas; cabeza cénica; ojos grandes y promi- nentes; orejas de mediado tamano, generalmente pelosa; na- riz prolongada y con cerdas formando bigotes. Cola delgada, escamosa, tan larga 6 mas que el cuerpo. Pies sin pelo, con pulgar rudimentario y con ufa plana en las extremidades anteriores; las demas unas fuertes y encorvadas. I. Pliegues palatinos no divididos en el medio: tubérculos de los tarsos anteriores alargados; con diez 6 doce mamas; cola con mas de doscientos anillos. Talla mediana. (Ratas.) 1. Boveda craneal prismatica, con las crestas salientes; arco zigomatico re- gularmente convexo en toda su extensién. Cola un poco mas corta que el cuerpo con 210 anillos escamosos. Orejas apenas mas largas que el tercio MEM ARCADE ZA a \syeret0iciaseaitinl late ninis.« <& aNete ehtato lems atavele ler dela riers M. decumanus Pall. 1.1. Boveda craneal globulosa con crestas relativamente borradas; arco zigo- mAtico comprimido. Cola algo mas larga que la longitud del cuerpo. Ore- jas casi tan largas como la cabeza. a. Color pardo amarillento, blancoen el vientre y amarillo en la gar- ganta. Hocico medianamente agudo............. M. tectorum Savi. a.a. Color gris muy obseuro, negruzco por encima. Hocico algo mds agudo Gueien la Espacio Anterior. cis. cre c)eiesessjnyis\ teeters ettiercieine M. ratius L. I.I. Pliegues palatinos divididos en el medio. Todos los tubérculos del pie redondea- dos; con 6 4 10 mamas; cola delgada, cuando mas con 180 anillos. Talla menos ‘que mediana 6 pequeia. 2. Orejas mas grandes que la mitad de la longitud de la cabeza, desunidas. (Mus. in str. sens. 6 Ratones). 196 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA a. Boveda craneal ovoide; arco zigomatico sdlido y regularmente con— vexo en toda su extensi6n; frontales muy incluidos entre los parie— tales , que se prolongan lateralmente cada uno formando una rama. delgada y aguda. Con 10 mamas. Cola de 180 anillos. Longitud del pie con las unas menos de 20 mm.................. M. musculus L. a.a. Bovyeda craneal globulosa; arco zigomatico delgado y comprimido;. frontales poco incluidos entre los parietales, cuyos 4ngulos antero- laterales son poco agudos. Con 6 mamas. Cola con 150 anillos. Lon- gitud del pie, con las unas, més de 20 mm......... M. sylvaticus L. 2.2. Orejas pequenas, del tercio de la longitud de la cabeza cubiertas de pelos Tasos. Con's MAMAS’ AM ECNOMIS Janes amicus se ial aes M. minutus Pall. M. decumanus Pa//.—Pelo pardo rojizo por encima con pelos. mas obscuros y gruesos, por la cara ventral de color mas claro: casi gris. Pies no pelosos. Cola algo mas corta que el cuerpo- con 210 anillos escamosos. Orejas bastante mas cortas que la cabeza. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,312 m.; cola, 0.192; pie, 0,043. Especie procedente de Oriente, y que en tiempos no muy lejanos, invadié toda la Europa. Es muy comun en toda la provincia. Madrid! Escorial! Pinto (Bolivar, col. Museo.) Area matritense, Graells! Se conoce generalmente con el nombre: de Rata. Kl) Sr. Graells, en su lista citada, la senala especial— mente como propia de las alcantarillas de Madrid. M. tectorum Savi.—Pelo de color pardo amarillento por encima, blanco casi en el vientre y en los pies; con una man— cha de amarillo en la garganta. El hocico medianamente agudo. Orejas casi tan largas como la cabeza. Cola algo mas: larga que el cuerpo, con unos 250 anillos proximamente. Dimensiones: de la cabeza y el cuerpo, 0,170 m.; de la cola, 0,205; pie posterior, 0,041. Esta especie es, en el sentir de algunos, una variedad de la. rata negra comin, distinta sélo por su color rojizo amarillento. M. de l’'Isle supone que esta variedad es una raza oriental de donde procede la rata comin de Europa y que los individuos. que de ella hoy se observan proceden de invasiones recientes- Generalmente se confunde con la especie que sigue. Madrid! El Sr. Bosc’ ha remitido ejemplares de esta especie i las colecciones del Museo, procedentes de Ciudad-Real y Valencia. DE HISTORIA NATURAL. 197 M. rattus Z.—Pelo gris muy obscuro, negruzco por encima y casi ceniza por la cara ventral, pies negruzcos. Hocico mas agudo que en las especies anteriores. Orejas grandes y desnu- das, de la mitad de la longitud de la cabeza. Cola mas larga que el cuerpo, proximamente con unos 260 anillos. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,150 m.; de la cola, 0,200; pie posterior, 0,038. Especie muy comun en toda la Peninsula, que constituye a veces casi una plaga. Como las especies anteriores se designa con el nombre de rata. Provincia de Madrid!, etc. M. musculus Z.—Pelaje gris en su conjunto mas claro en la cara ventral. Cada pelo anillado alternativamente de gris, amarillo y pardo; pies grises. Orejas grandes, desnudas, grises. Mamas en numero de 10. Cola tan larga como todo el cuerpo, delgada, con 180 anillos cuando mas. Talla pequena. Tarsos cortos sin mancha en el talon. Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,090 m.; pie poste— rior, 0,020. Esta especie, que es el ratén doméstico, vive en gran abun- - 4lancia en el interior de las casas Viejas. Provincia de Madrid! M. sylvaticus Z.—Pelo pardo rojizo por encima, blanco en la cara ventral y en los pies, claramente limitados estos colores en los costados; con una mancha obscura parda, rojiza en el talon. Orejas grandes. Con 6 mamas. Cola vellosa, mas obscura por encima, con 150 anillos. Tarsos largos. Dimensiones: del cuerpo y cabeza, 0,120 m.; de la cola, 0,110; pie posterior, 0,025. Como la especie anterior se designa con el nombre vulgar de ratén, y como el doméstico se encuentra a veces en los campos, se les confunde. Es bastante frecuente en gran parte de la provincia, desde el pie de la sierra hasta la Mancha, pues de Ciudad-Real existen en las colecciones del Museo ejemplares regalados por el Sr. Bosca. Madrid! Collado Mediano, Conde (col. Museo, reg. Cazurro). Area matritense, Graells, etc., etc. 198 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA M. minutus Pa//.—Ksta especie, de tamafio atin mas pequeno que la anterior, de color amarillento y con las orejas cortas, redondeadas y pelosas, no ha sido hasta ahora observada, al menos que yo sepa, en esta regién, pero abunda en casi toda Europa meridional y central y algunas personas me aseguran haber visto en los trigos nidos de estos ratones; asi que es muy probable que exista también en la provincia. GENERO Arvicola K. et B. Dientes molares sin raices formados por prismas triangula— res que dan @ la corona la figura es esta corona plana. Orejas cortas 4 veces no visibles fuera del pelo. Hocico grueso y redondeado. Extremidades posteriores algo mas robustas en proporcion que las anteriores, con las plantas anteriores des- nudas, con cinco 06 seis tubérculos. Cola corta, pelosa en toda OA ree eee 53 PB. gi Mg. ; : é 1 su extensidn. Formula dentaria: I. a 84 I. Primer molar con solo siete senos en el esmalte; orejas que salen por encima de los pelos de la cabeza, tan largas como el tercio de la longitud de ésta; cola mas larga que la mitad del cuerpo. (Hemiotomys Sélys; Paludicola Blasius.) 1. Cinco tubérculos en el pie posterior. Forma y dimensiones semejantes 4 las de la rata comiin........ aa eases coe shield eves Ar. amphibius Nig. 1.1. Seis tubérculos en el pie posterior. Tamano poco mayor que el del ratén... Bifdh chelate crates elateiclavay saves’ s elabeieic Sane tela\ ne Min eee sane treads week Av. nivalis Martins. I.I. Primer molar con mas de siete senos de esmalte. Cola més corta que la mitad del cuerpo. 1. Arvicolas de formas rechonchas, algo semejantes 4 las del topo. Orejas muy cortas, ocultas por el pelo. Ojos pequenos. Cola mas corta que la tercera parte de la longitud del cuerpo. Cuatro. mamas. /Microtus Schp.; Terri- cola Fatio.) a. Color gris negruzco. Tercer molar superior con seis espacios y siete Angulos formados por los pliegues de esmalte..............e.seee 5 phathafc Midis aictayar a ered steer Oe mycbaeie glaeeacciereltetne ee Ar. subterraneus Sélys. a.a. Color pardo amarillento. Tercer molar superior con sdlo cinco espa- cios de esmalte Tamanho algo mayor........... Ar. ibericus Sélys. 1.1. Orejas tan largas como el terciode la cabeza, que apenas si asoman por encima de los pelos. Cola algo mas larga que la tercera parte del cuerpo. Ocho mamas. (Agricola B\.; Arvicola Bl ) Una‘ sola especie en esta regidn.........0...ccceeeessreevene Ar. agrestis L. Ar. (Hemiotomys) amphibius Pa//.—Pelo obscuro pardo gris con reflejos rojizos. Tercer molar superior con cinco espacios y seis angulos; primer molar inferior con siete espacios y nueve angulos, y el tercero con cinco espacios, cuatro de ellos DE HISTORIA NATURAL. 199 incompletamente separados, y seis 4ngulos. Orejas medianas de la tercera parte de la longitud de la cabeza. Con cinco tubérculos solamente en la planta de los pies posteriores. Cola de la mitad de la longitud del cuerpo. Talla y forma semejan- tes 4 la de la rata comin. Dimensiones: del cuerpo y la cabeza, 0,172 m.; de la cola, 0,081; pie posterior, 0,032. Esta especie es bastante comin en toda la regién y aun en toda la Peninsula, generalmente se la conoce con el nombre de rata de agua, pues se encuentra de ordinario en las orillas de los charcos y arroyos. Madrid! Arias (col. Museo), Collado Mediano!, Conde (col. Museo, reg. Cazurro). San Martin de la Vega, Arias (col. Museo). Area matritense, Graells. Ar. (Hemiotomys) nivalis J/artins.—Pelo por encima pardo gris bastante claro, amarillento en los costados, cola gris clara a veces blanca y casi blanca en la cara ventral. Tercer molar superior con seis espacios y seis angulos, y el primero inferior con ocho espacios y nueve angulos. Orejas de la tercera parte de la longitud de la cabeza. Pies posteriores con seis tubércu- los redondeados. Cola gruesa de la mitad de la longitud del cuerpo. Tamano bastante menor que el de la especie pre- cedente. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,120 m.; de la cola, 0,060; del pie posterior, 0,012. Esta especie habita siempre en las montafias en las regiones mas elevadas. Es comin en los Alpes y los Pirineos. El senor Castellarnau, en su Catalogo de aves de San Ildefonso, cree poder referir 4 esta especie las galerias y toperas que se observan en bastante abundancia en gran parte de la vecina sierra.. Por mi parte, en Pefia Lara y en otros puntos de la misma sierra he observado estas galerias que el vulgo atribuye a los topos, y he visto vivos, sin poderlos capturar, algunos ejemplares que por su talla y color sdélo podian referirse a esta especie. Ar. (Microtus) subterraneus Sé/ys.—Pelo gris negruzco, ce- niciento en la cara ventral. Primer molar inferior con nueve espacios y once angulos. Tercer molar superior con seis espa- cios de esmalte y siete dangulos. Orejas casi desnudas que 200 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA apenas asoman entre el pelo. Ojos pequenos. Cuatro mamas. Cola mas corta que el tercio de la longitud del cuerpo. Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,090 m.; de la cola, 0,030; del pie posterior, 0,018. Esta especie es uno de los arvicolas mas abundantes en toda Europa y en la region que estudiamos. Generalmente por su habitat subterraneo el vulgo la confunde con el topo. Mu- chos autores la han dividido en diversas especies que, sin em- bargo, seglin la opinidn de Winge, de Elliot, de Trouessart y de la mayoria de los zodlogos que han estudiado reciente- mente este género, creen que pueden reducirse a una sola, siquiera se aprecien las demas como variedades. En nuestra regiOn las variedades mas frecuentes parecen ser la A. Zucertus Sélys y la A. pyrenaicus Sélys, en la regidn montana. Madrid! Arias (col. Museo); Villa del Prado, Arias (col. Mu- seo). Debe también existir por toda la provincia, pues se hallan en las colecciones del Museo ejemplares procedentes de Ciudad- Real, regalados por el Sr. Bosca. Ar. (Microtus) ibericus S¢/ys.—Color pardo algo amarillento, especialmente en la cara ventral. Tercer molar superior mas pequeno con sdlo cinco espacios de esmalte. Orejas muy peque- nas, apenas visibles entre el pelo. Cola corta, bastante peluda. De tamano algo mayor que la especie anterior. Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,100 m.; de la cola, 0,030; del pie posterior, 0,020. ; Esta especie parece ser bastante frecuente en todo el centro de Espana; en nuestra regién se extiende de preferencia en su porcidn mas meridional, hasta la Mancha, pues en las coleccio- nes del Museo existen ejemplares de Ciudad-Real recogidos por el Sr. Bosca, y otros recogidos por mi en Navalcarnero! Ar. (Agricola) agrestis Z.—Pelo gris, amarillento, blanque- cino en la cara ventral y los pies, y mas amarillento en los costados. Tercer molar superior con seis intervalos y siete angulos, el primero inferior con nueve intervalos y nueve angulos, y el tercero inferior con cinco angulos. Orejas de la tercera parte 6 poco mas de la longitud de la cabeza, que aso- man algo entre el pelo. Ojos grandes y prominentes. Cola algo mas larga que la cuarta parte de la longitud del cuer- DE HISTORIA NATURAL. 201 po. Planta de los pies posterior con seis tubérculos. Ocho mamas. Dimensiones: de la cabeza y del cuerpo, 0,100 m.; de la cola, 0,35; del pie posterior, 0,020. Este arvicola es la mas comun en la provincia, sobre todo en las tierras algo humedas y en los campos. Los labradores conocen los estragos que causa, pero la confunden general— mente con el topo y la dan este nombre. Comprende esta especie algunas variedades que muchos autores han considerado como especies distintas; la mas comtin en la regidn parece ser la A. var. arvalis Pall. Madrid! (colec- cidn del Museo). Area matritense, Graells. Faminia 2.4 Midxidos. 4 Dientes: M. > con crestas transversas de esmalte estrechas y aproximadas en la corona. Calavera estrecha en los frontales, Sin apofisis post-orbitaria, agujero infra—-orbitario mediano, prolongado y situado en la base de la apdfisis cigomatica; alvéolos de los incisivos muy grandes; las vejigas dseas de los huesos timpanicos muy desarrolladas. Con clavicula. Un rudimento de pulgar con ufa plana en las extremidades ante- riores y cinco en las posteriores; unas pequenas y cOmprimi- das. Cola de la longitud del cuerpo, terminada en penacho 6 muy pelosa. GENERO Myoxus Schreb. Con dos incisivos en cada mandibula, generalmente algo tenidos de pardo, y los molares blancos. Cabeza bastante grande con el hocico poco alargado, las orejas medianas 6 grandes y los ojos grandes. Cuerpo poco alargado con la cola larga y pelosa, y aun 4 veces distica como en las ardillas. Patas medianas con cuatro dedos y un pulgar rudimentario las anteriores y con cinco dedos las posteriores. Formula den- : 1 0 1 3 taria: I. 72 C. 0? Es 7? M. 3° a. Molares superiores con solo tres pliegues de esmalte, de los cuales los dos mayores est4n situados en el borde externo. Tubérculo metatarsico interno muy estrecho, lineal, empezando al nivel del borde posterior del tubéreulo *metatdrsico externo. Cola cubierta de pelos cortos en la base y distica en el extremo. (Subgénero Lliomys Wagn.)....cs.sceceseerseces M. nitela Schreb- 202 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA a.a. Cinco repliegues de esmalte en cada molar, casi iguales y situados en el borde externo. Tubérculo metatarsico interno oval, comenzando al nivel del medio del tubérculo metatdrsico externo. Cola distica y muy pelosa en toda su lon- pitud. (Subgénero Myorvs Schrep:) ssc. .:eciscies veleeceltes acnies siae) Me GUS Iie M. (Eliomys) nitela Schreb.—Parte superior del cuerpo de color pardo rojizo con un tinte lHgeramente violaceo; una mancha negra alargada parte del hocico, rodea el ojo, se bifurca al nivel de la oreja y termina en el cuello; una man- cha blanca delante de la oreja y otra detras. Cola negra en su parte posterior y blanca en el extremo, Regiones inferiores blancas 6 igeramente grises. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,12 m.; cola, 0,10. Esta especie es comtin en la regidn montanosa de nuestra provincia, sobre todo en los bosques de encina; y el vulgo la designa con el nombre de /ivon, y conociendo el suenho inver- nal de estos animales aplica este nombre 4 las personas de sueno pesado. El Pardo! Montes de la cordillera de Guadarrama! Graells! Cercedilla! M. glis Z.—Color gris apenas mezclado de rojo, con la parte inferior de la cabeza y del cuerpo blanco muy puro. Orejas ovales de la longitud de la tercera parte de la cabeza, cubiertas de pelos cortos. Cola un poco mas corta que el cuerpo, distica y muy pelosa en toda su extension. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,14 m.; de la cola, 0,12. Esta especie parece no ser tan frecuente como la anterior, pero en cambio quizas esta algo mas esparcida. Madrid! (colec- cién del Museo). Collado Mediano, Conde! Ademas de las especies citadas se incluye también en esta familia otro género y especie comiin en otros puntos y que quizis pudiera existir en la regidn que estudiames, el M/uscar- dinus avellanarius L., bastante mas pequeno que los anteriores y con la cola cilindrica y poco pelosa, apenas distica Faminta 3.° Escitiridos. . 5 4 Dientes molares 7, con raices. Calavera ancha por delante; los frontales con una apofisis post-orbitaria; agujero infra- orbitario grande, dirigido hacia delante y con un borde infe- DE HISTORIA NATURAL. 208 rior grueso; el pOmulo, grande, llega hasta la cavidad arti- cular de la mandibula inferior; Angulo de esta casi cuadran- gular y saliente en todo su borde inferior. Labio superior hendido. Con clavicula. Tibia y peroné separados. El cuarto dedo de las manos mas largo que los restantes. Ufas corvas y comprimidas. Cola distica. GENERO Sciurus L. Cabeza redondeada; hocico corto; orejas de mediano tamano, cubiertas en invierno de pelos cortos. Ojos grandes. Dos inci- sivos en cada mandibula, ligeramente parduzcos; molares blancos. Cuerpo alargado; cola larga, cubierta de pelos largos, distica. Patas de mediano tamano terminadas por dedos alar- gados, provistos de ufas curvas y comprimidas; el pulgar de las patas anteriores muy pequeno. 0 2 3 Formula dentaria: I. + C. S. vulgaris Z.—Pelo rojo, de tono parduzco, casi negro 6 muy encarnado; mas obscuros los pelos largos de las orejas y de la cola. Garganta, pecho y abdomen blancos. Cola tan larga como el cuerpo, distica por debajo y formando un hermoso plumero. En verano tienen estos animales todo el pelo del cuerpo mas corto y carecen de los pinceles que llevan en las orejas. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,25 m.; de la cola, 0,23. Esta especie, conocida con el nombre vulgar de ardilla, es muy frecuente en nuestra regidn, en los bosques, sobre todo en los de coniferas, en los que 4 veces ocasiona bastante dano destruyendo las pinas y comiendo las yemas. Escorial!, Peguerinos!, Puerto de Navacerrada!, La Granja! (Castellarnau), Pinares de la Cordillera (Graells). Famivia 4.° Leporidos. ate 6 . ? re . fae Dientes: M. =, sin raices, el ultimo superior muy pequeno y sencillo. La parte craneal de la calavera estrecha, con los agujeros 6pticos unidos en el medio; la apofisis zigomatica con una sola raiz y el agujero infra-orbitario pequefio; la superficie 204 .ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA anterior del maxilar superior con numerosas aberturas muy pequenas; el paladar déseo, corto y estrecho y los alvéolos de los incisivos grandes y acorazonados. Orejas grandes y pro- longadas. Claviculas rudimentarias. Tibia y peroné anquilo— sados en su parte inferior. Extremidades posteriores mas largas y robustas que las anteriores. Cola corta encorvada y pelosa. GENERO Lepus L. Doce molares y cuatro incisivos en la mandibula superior; los dos incisivos mas pequenos detras de los dos mayores; diez molares y dos incisivos en la mandibula inferior. Cabeza bas— tante gruesa; orejas muy largas; ojos grandes; hocico corto cubierto de vello. Cuerpo alargado. Cola muy corta, pelosa y encorvada hacia arriba. Miembros anteriores de tamano me- diano, con cinco dedos; los posteriores mucho mas largos pro- pios para la carrera y con solo cuatro dedos. Oia ee Bhs 3° De eat as ; ; 2 Formula dentaria: I. oe . ntsc a. Patas posteriores muy largas. Punta de la oreja negra. Hendidura post-pala- tina ocupando casi los tres cuartos del espacio comprendido entre las filas de molares y estrechada por detrads. (Subgénero Zepus L.)........ L. timidus L. 4.a. Patas posteriores poco mas largas que las anteriores. Orejas gruesas 6 parduz- cas en la punta. Hendidura post-palatina ocupando casi la mitad del espacio comprendido entre las filas de molares y estrechada por detras (Subgénero Oryctolagus Lilljeb)...... eles aisle love ecaeapsersteralelele giciss siete sinke wie sciaiene hee L. cuniculus L. L. timidus Z.—Pelaje gris rojizo, compuesto de pelos negros y pelos rojizos bajo los cuales se encuentra una capa de otro pelo mas fino de color gris blanquecino; lados amarillentos 6 rojizos con pelos sueltos, unos blancos y otros negros; pecho y vientre blancos. Orejas negras en el extremo. Cola negra por encima y blanca por debajo. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,60 m.; patas posterio— res, 0,29; cola, 0,08. Esta especie es muy comin en toda la peninsula, al contra- rio de lo que sucede con su afin, Zepus variabilis Pall., 6 liebre de montana, que parece hallarse solamente en el Ampurdan. Se conoce vulgarmente con el nombre de /iebre, y su colora— cidn es bastante variable. DE HISTORIA NATURAL. 205 Es comtin en toda la provincia y su caza constituye una diversion muy generalizada. Madrid!, Escorial, Navalecarnero!, Arganda!, etc. Area matritense (Graells.) L. cuniculus Z.—Pardo negruzco por encima, pardo gris en los lados; extremo del hocico pardo negruzco; garganta de color blanco agrisado; porcidén inferior del cuello y superior del pecho gris parduzca, y la ipferior del pecho y el vientre blancos, como asimismo la cara interna de los miembros. Cola peluda, corta, negra por encima y blanca por debajo. Orejas mas cortas que la cabeza con la punta gris. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,40 m.; patas posteriores, 0,09; cola, 0,06. Como la anterior, es esta especie muy comtn en Espana, sobre todo en el centro, y se designa con el nombre vulgar de conejo. Las variedades blancas, negras y rubias no son raras y lo serian menos si las alimanas no las destruyeran mas facil— mente por ser mas visibles que los tipos. En domesticidad se cria también y se conocen multitud de razas. Es muy comun en toda la provincia. ORDEN IV. Fieras. Calavera medianamente comprimida entre las drbitas, con el hueso lacrimal distinto, perforado por un canal lacrimal mas 6 menos saliente fuera de la érbita y formando, en unidn con el pomulo, el borde anterior de ésta. Dientes con esmalte, bien 3 1 desarrollados y de tres clases: I. 3; C.; muy grandes y fuer- Var tes; Pm. >, el ultimo de ellos cortante y conocido con el : , eis Var. nombre de molar carnicero 6 laniario; M. rear tuberculosos: denticién de leche bien desarrollada. Las cuatro extremidades con las articulaciones préximas al cuerpo mas 6 menos inclui- das en los tegumentos; claviculas rudimentarias; huesos navi- cular y semilunar unidos; dedos en numero generalmente de - cinco, 4 veces de cuatro, por atrofia del pulgar, y. terminados por ufas fuertes y ganchudas frecuentemente retractiles. 206 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA I. Con cinco dedos en cada pata. A. Con s6élo cinco molares en cada lado de la mandibula superior, inica- mente uno de ellos tuberculoso; craneo ensanchado. Cola mas corta que la mitad del cuerpo. Pies que apoyan parte de la planta en la progre- SION Mesh Wick «s+ b snehiecirceh Ana ner Cae op terete ererae Fam. 1. Mustélidas. a. Planta de los pies sin pelos. Molar tuberculoso no estrechado en su mitad. 6. Dedos libres; pies alargados; molar tuberculoso muy grande en relaciOn con el carnicero; con 88 dientes en total. Cola apenas més larga que ilajeabezas. 2. sc.) eiceeiasasies Meles Briss. 6.6. Dedos palmeados; pies cortos. Molar tuberculoso poco mayor que el carnicero; con solo 36 dientes............. Lutra Storr. a.a. Planta de los pies vellosa por debajo, no palmeada. Molar tuberculoso estrechado en el medio. c. Con 34 dientes, tres de ellos tuberculosos, 4 cada lado; cola mas corta que la mitad del cuerpo........... Mustela L. c.c. Con 38 dientes, cuatro de ellos tuberculosos; cola casi tan larga como Ja mitad del cuerpo............. Marta Ray. A.A. Con seis molares en cada lado de la mandibula superior, dos de ellos tu- berculosos. Craéneo alargado. Cola casi tan larga como el cuerpo. Digiti- BEAMOS TS el Facts eis cet ce aise eeiasrsr aires actoe nets Fam. 2. Vivérridas. d. Unas retractiles. Dedos de los pies unidos en la base. Con una bolsa glandulosa entre los érganos genitales yiasi@léndulasianales 3... \cgetcdn-deceiee Viverra L. d.d. Unias no retractiles, algo redondeadas. Sin glandula olorosa. Dedos de los piés no unidos en la base....... RaW SHOR OSE RAAAAt sags cecSevecge ae enpestes inte. I.I. Con.cinco dedos en las patas de delante y cuatro en las de detras. B. Unas retrdctiles. Craneo deprimido y ensanchado; un solo molar tuberculoso 4 cada lado de la mandibula superior; 30 dientes en COCHIN SP Ft eoccse tine wrete stain cranes ten eioine - a eetoners Fam. 3. Félidas. e. Extremidades cortas. Cola tan larga como el cuerpo. Orejasisin; pinceless 1.2.1 ca siecatiean e cee Felis L. e.e. Extremidades largas. Cola corta. Con pinceles de peloien las Orejag.eacceccl acne ener Iynz Rafin, B.B. Unas sencillas. Crdneo alargado. Molares tuberculosos en ambas mandibulas; 42 dientes en total.................. Fam. 4. Canidas. No comprende en Espana mas que un solo género.......... Canis L. FamitiA 1.2 Mustélidas. Un solo molar verdadero en la mandibula superior y dos en la inferior 4 cada lado; el ultimo premolar de la superior no comprimido. Calavera con la apdfisis paroccipital no aplicada inmediatamente 4 la vesicula auditiva; la apofisis mastdidea prominente y saliendo hacia afuera 6 abajo detras del con- ducto auditivo externo. Cinco molares cuando mas a cada lado de la mandibula superior, y de ellos solamente uno tubercu- loso. Craneo ensanchado. Cola mas corta que la cabeza. * DE HISTORIA NATURAL. 207 GENERO Meles Brisson. Cabeza de mediano tamano con el hocico bastante alargado; OJOS pequenos; orejas pequenas, redondeadas; cuerpo alarga- do; patas cortas, armadas de unas fuertes y largas; marcha casi plantigrada; cola corta. 1 ~f : 3) Formula dentaria: I. = C: 3 P, 3 a3 M+. M. taxus Schieb.—Pelo largo y basto, de color en general gris parduzco por encima; cada uno de los pelos anillado de estos dos colores y por debajo casi negro. Cabeza blanca con una ancha banda negra a cada lado. Orejas negras bordeadas de blanco en su borde interno. Pelos de la cola mas claros que en el resto del cuerpo. Una bolsa colocada debajo de la cola esparce un olor sumamente desagradable. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,76 m.; de la cola, 0,17. Los dejones, nombre vulgar con que se designa esta especie, son bastante frecuentes en casi toda Espana central y meri— dional. y especialmente en la regidn que estudiamos, en los terrenos accidentados 6 cubiertos de vinedo. . Comun en el area matritense, Graells. El Pardo!, Torrelodo- nes! Villamanta!, Arganda! GENERO Lutra Brisson. Cabeza ancha; orejas muy pequenhas y redondeadas; ojos pequenos; hocico corto y.ancho; cuerpo alargado; patas cortas con los pies palmeados y las unas poco encorvadas; cola fuerte y conica. Formula dentaria: I: ‘ C. . Pm. =; Carn. 3 M. <. oo] oo L. vulgaris Hrzleb.—Dorso y cola pardos; garganta, mejillas y hocico grises; pecho y vientre gris parduzco. Los individuos jovenes, casi del todo grises. Plantas desnudas entre las callo- sidades. Punta del hocico con una estria sin pelo en forma de cinta, en la parte superior, entre las aberturas nasales. Unas cortantes. Oo 41-1] 7s 208 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,80 m.; de la cola, 0,40. Se designa esta especie con el nombre vulgar de nutria, y aun cuando no muy frecuente, no es tampoco rara en los rios y arroyos caudalosos de la provincia, sobre todo en los reman- sos y presas de los molinos. El Sr. Graells la cita de las orillas del Jarama, Tajo, Henares, Alberche, etc. Torrelodones, en el Guadarrama, Pérez Maeso! San Martin de Valdeiglesias! [Museo de Madrid.] Villamanta! Manzanares el Real! GEXERO Mustela L. Cuerpo alargado y vermiforme, cabeza y cola poco alarga-— das; orejas cortas y redondeadas; ojos medianos. Patas cortas con los pies igualmente cortos, vellosos, y no apoyando en la marcha mas que los dedos que estan unidos entre si por un rudimento de membrana. 1 [ey 7; M.-- 1 1 2 cn ee ae Carn. : 3 Formula dentaria: I. 3; C. >; I. Estrechamiento frontal en la porcién anterior del crineo; vesiculas auditivas oblongas; pelaje claro por encima y blanco en el vientre. Cola enteramente rojiza, del color del dorso. Longitud del cuerpo, 0,17 m.; de la cola, 0,04....... sae yccernie eee ska erotade eis tore. suet eelnsuetatelwvotsbare niche lorkenciekace iaIate emmtate M. vulgaris Brisson. 1.IJ. Estrechamiento frontal en el medio del créneo; vesiculas auditivas casi en for- ma de pirdmide triangular................ SurGEn. Foetorius Keys. et Blas. a. Cara algo ancha manchada de blanco 6 amarillento; pelo pardo; hocico poco prolongado. Longitud del cuerpo, 0,88 m...... M putorius Schreb. a.a. Pelo amarillento 6 casi blanco; ojos de color de rosa, cabeza mas estrecha y hocico algo prolongado. Longitud del cuerpo, 0,380 m...... A. furo L. M. vulgaris Bviss.—Cuerpo alargado, casi vermiforme; patas cortas. Cabeza puntiaguda con grandes bigotes en el hocico. Color pardo rojizo, con la garganta, el pecho, el vientre y la cara interna de las patas anteriores blancas. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,17 m.; cola, 0,04. Ksta especie se designa comunmente con el nombre de comadreja, y es de las mis frecuentes de este grupo. De ordi- nario vive en los bosques, en las orillas de los rios, en las casas viejas, etc., y es animal danino, pues ataca a las aves de corral. Area matritense, Graells. Madrid! Collado Mediano!, Conde (col. Museo). Navalcarnero!, Escorial!, ete. DE HISTORIA NATURAL. 209 M. putorius Sc/re).—Cuerpo menos alargiado que en la espe- cie anterior; patas gruesas; hocico poco prolongado; orejas medianas. Pelaje formado por pelos largos, negros, que dejan percibir debajo de ellos otros mas finos y cortos de color ama- rillento; orejas bordeadas de blanco; una mancha blancuzca entre el ojo y laoreja, y una banda blanca que rodea los labios y se ensancha en la nariz y la barbilla. Con glandulas anales que esparcen un olor desagradable. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,40 m.; de la cola, 0,17; pie posterior, 0,06. El vulgo designa esta especie con el nombre de turn, y es bastante frecuente en los montes de casi toda Espana. Area matritense, Graells. Madrid, Casa de Campo!, El Pardo!, Villamanta!, etc. M. furo Z.—Mas pequeno que la especie anterior, con la cabeza mas estrecha y el hocico mas largo y agudo. De color amarillo rojizo 6 a veces completamente blanco con los ojos sonrosados. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,30 m.; de la cola, 0,11. Esta especie se designa con el nombre vulgar de Auron, y en opinidn de muchos autores no es sino una variedad de la anterior. Dicese que procede de Africa, pero en esta region no se encuentra en estado salvaje. En Espana, dice Estrabon, que se cria desde los tiempos mas remotos, importado del Norte de Africa, pero generalmente sélo se encuentra en domesticidad, y los casos que se pueden citar de haberle visto en estado salvaje, se deben referir a individuos cimarrones. Area matritense (aclimatado en ella y procedente de Africa), Graells. Galapagar (en libertad)! GENERO Marta Ray. Cabeza bastante ancha, hocico de mediana longitud; ojos no muy grandes; orejas cortas y redondeadas, cuerpo alargado vermiforme, cola larga; patas mas bien cortas, armadas de unas agudas y encorvadas; marcha semi-plantigrada, dedos libres 6 reunidos solamente en la base. ' ° 3 1 3 1 1 ‘ Formula dentaria: I. —; C. —; P. =; Carn. —; M.-. ge 3 Tp ee er 1 1 rae ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. a U ? (= \e- ot » © 210 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA M. foina Gme/.—Cabeza y cuello pardos, con las patas un poco mas obscuras; garganta, regién inferior del cuello y parte anterior del pecho de color blanco purisimo; cola con pelos largos de color pardo muy obscuro. Su piel esta cubierta de dos especies de pelos, unos largos y finos de color pardo, bajo los cuales se encuentran otros muchos mas finos y mas apre- tados de color mas claro. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 0,48 m.; cola, 0,25. En castellano se designa esta especie con los nombres de garduia, papialbillo y patialbillo, y es bien conocido por los estragos que hace en los animales domésticos. Es comun en toda la provincia. Area matritense, Graells. El Milanillo!, Villamanta! Famiuia 2." Vivérridas. Dientes: P. = M.+ 6 S los incisivos aproximados, los cani- nos robustos y los molares verdaderos de la mandibula supe- rior y el ultimo de la inferior tuberculosos. Calavera regu- larmente deprimida por detras, con la apofisis paroccipital aplicada sobre la vesicula auditiva y la mastoidea poco mar- cada; conducto auditivo externo muy corto. Hocico mediano, deprimido. Extremidades cortas. Glandula prostatica saliente; glandulas de Cowper bastante desarrolladas entre el ano y los organos genitales; glandulas odoriferas. GENERO Viverra L. Cabeza fina, deleada, con las orejas bastante largas y un poco redondeadas; ojos de tamano mediano; hocico regular- mente prolongado. Cuerpo alargado. Patas no muy cortas, como en los mustélidos, terminadas por cinco dedos, todos ellos, armados de unas semi-retractiles agudas y encorvadas; marcha degitigrada. Cola muy larga. 3! ' 3 1 3 Formula dentaria: I. a OPT oa V. genetta 7.—Pelaje gris rojizo, con manchas negras bas- tante numerosas, salvo en la garganta, el pecho y el vientre; DE HISTORIA NATURAL, 211 una raya negra en el dorso. Cola anillada de negro, sin man- cha por encima; hocico negro y a@ cada lado de la nariz una mancha gris. Cerca del ano existe una especie de saco formado por dos glandulas voluminosas que segregan una substancia de olor muy almizclado. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,47 m.; de la cola, 0,41; altura hasta la cruz, 0,19. Se conoce esta especie con el nombre vulgar de ginela, y segun dice el Sr. Graells en su citada lista, es comin en los montes de la provincia. Castellarnau. San Ildefonso , Villa- manta! El Pardo! GENERO Herpestes Illig. Patas cortas con cinco dedos semipalmeados, provistos de unas algo retractiles; lengua aspera con papilas cérneas; ore jas pequenas, redondeadas. Hocico agudo, nariz saliente con un canal central por debajo. Una bolsa voluminosa sencilla cerca del ano representa la glandula odorifera, pero no pro- duce substancia ninguna olorosa. Pelo largo, rigido, anillado, de color claro y obscuro alternativamente. Cola larga. 1 4 Diets eee | PB a Carn. ne M. ane Formula dentaria: I. : 5 C. 53 Herp. ichneumon Z., var. Widdringtonii Gray. — Cuerpo oblongo, cabeza pequena con el hocico saliente; orejas cortas, afiladas; ojos medianos, brillantes, patas cortas, palmeadas; cola larga, gruesa y cOnica, terminada por un pincel. Pelo medianamente largo, algo mas prolongado en el lomo y escaso en el cuello y vientre, de color gris obscuro con el hocico y la punta de la cola negros. En el lomo los pelos son casi negros, con tres anillos claros y la punta parda; los de la cara son muy cortos y los de las orejas suaves y rizosos. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,75 m.; de la cola, 0,40. Muchos autores opinan que el Herpestes de Espana debe constituir una especie aparte, H. WWiddringtonii Gray, pero recientemente la mayoria de los zodlogos, siguiendo el criterio establecido por Trouessart en su catalogo de mamiferos, con- sidera a la mayoria de las especies de este @énero como varie- dades del tipo H. ichneumon L. En. Espana se conoce esta especie con el nombre de me/oncillo, y es mas frecuente en ‘ 212 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Andalucia que en nuestra regién, en la cual no poseo mas datos acerca de su existencia que la cita que de é] hace en su mencionada lista el Sr. Graells, aun cuando adyierte que es bastante raro. Faminia 3." Félidas. Dientes: P. 2 0 = M. + (eB; - 0 = Carn. - M. a molar ver- dadero de la mandibula superior pequeno y tuberculoso y el de la inferior comprimido. Calavera con la apdfisis paroccipi- tal inmediatamente aplicada a la vesicula auditiva, y la mas— toidea pequena 6 poco marcada; el conducto auditivo externo muy corto; sin canal alisfenoides; la vesicula auditiva divi- dida interiormente en dos camaras, anterior y posterior, que se comunican entre si. Hocico muy corto. Lengua con papilas muy fuertes y corneas dirigidas hacia atras. Las extremidades digitigradas con las palmas y plantas pelosas; todas con cinco. dedos, pero el pulgar de las posteriores parece que falta, pues es muy corto. GENERO Felis L. Cabeza ancha; ojos grandes; hocico corto; orejas de mediana longitud, puntiagudas, sin pinceles; cuerpo bastante alarga- do; patas de mediana longitud; ufas agudas muy encorvadas, retractiles; marcha digitigrada. Cola variable pero siempre mas larga que la mitad del cuerpo. Pupila vertical. Lengua aspera. VS . 3 ‘ ] 2 ] 1 Formula dentaria: I. a C. a Pe 5 Carn. 7 M. ie a. Cabeza grande, aplanada. Cola cilindrica terminada por una gran brocha de pelos negros. Garganta con mancha blanca..................0.8.- F. catus L. a.a. Cabeza menos aplanada. Cola adelgazada en el extremo, sin pincel de pelos ne- gros. Garganta sin mancha blanca................00-eeee F. domestica Briss. F. catus 7.—Pelaje grueso, bastante largo, de color rojizo con bandas negras; una raya negra en el lomo; hocico rojo, blanquecino @ cada lado de la nariz; barbilla blanquecina; garganta con una mancha blanca; cuatro fajas paralelas sobre la cabeza y el cuello y tres 6 cuatro en las patas. Cola cilin- drica de igual grueso, con seis ti ocho fajas obscuras y termi- nada por un pincel de pelos de este color. DE HISTORIA NATURAL. 213 Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,70 m.; altura hasta la cruz, 0,35; cola, 0,33. Esta especie se conoce con el nombre de galo salvaje 6 mon- lés, y no es raro en nuestra regidn en los bosques en que: abunda la caza; en los montes de la Mancha es atin mas frecuente. Area matritense, Graells. El Pardo! Villamanta! F. doméstica A7iss., var. hispanicus.— Color sumamente va- riable, pero en los ejemplares tipicos amarillento-rojizos 6 gris por encima, un poco mas rojo en la parte posterior de la cabeza y la linea media de la espalda, mas claro en los costa- dos y casi blanco en el vientre. Tronco con fajas transversas estrechas mas obscuras y algo difuminadas, también marca- das en las patas. En el lomo y la nuca se distinguen ocho de estas fajas. Cola mas delgada en la punta, con tres 6 mas lineas obscuras, de color rojizo por encima y algo blanquecina por debajo. Garganta con una mancha blanquecina. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,54 m.; cola, 0,24. El #. domestica Briss. 6 gato en lenguaje vulgar, es una es- pecie sumamente frecuente en domesticidad y que se cree que procede de hibridaciones de varias especies salvajes (7. manu, de Asia; F. maniculatus, de Africa, y #. catus, de Europa), asi que presenta numerosisimas variedades, pero de todas ellas la mas comun es la descrita con el nombre de /. Aispanicus, que se opina, por su semejanza, que procede del 2. maniculatus Ruppel, que era el gato de los antiguos egipcios que atin vive salvaje en el Norte de Africa. A ella tienden casi todos los gatos que en los campos viven en estado de libertad 6 en una domesticidad relativa. Ademas de esta variedad existen otras cuyo origen es debido, seg iin Fitzinger, a diversos cruces. Asi el F. domesticus striatus, 6 gato rayado, seria el resultado de cruces sucesivos entre el #. maniculatus y el FL. catus, el FP. an- gorensis 6 gato de Angora, del cruce entre el /. maniculatus y el F. manul y el F. ceruleus 6 gato maltés 6 ceniciento del de Angora, y el F. hispanicus. Esta especie en domesticidad es comunisima en la region que estudiamos, y aun cuando con menos frecuencia, se encuentra alguna vez en estado salvaje procedente de indivi- duos escapados. 214 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA GENERO Lynx Rajin. Orejas con pinceles de pelos bien desarrollados. Primer pre- molar superior atrofiado 6 nulo. Patas bastante mas largas que en el género anterior. Cola corta de la cuarta parte de la longitud del cuerpo cuando mas. Tamano bastante consi— derable. ‘ 3 Formula dentaria: I. ee 1 Bere. donde PSs OG; Carn. 3M: o|r L. pardina Ofen.— Color rojo vivo con manchas negras pro- longadas; los pelos de los lados de la cabeza mas largos, rojos y negros por arriba y casi blancos por debajo; las orejas y los. pinceles que las terminan negros con grandes manchas; el cuello con fajas longitudinales; el vientre blanco y la cola rojiza obscura, con la punta negra y mas corta que la cuarta parte del cuerpo. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,80 m.; de la cola, 0,15. Se designa esta especie con los nombres de Jince, lobo cerval y gato clavo, y reemplaza en la Europa meridional al Lynx vulgaris auct. 6 Lynz cervavia Temminck, que es de mayor tamano y con la cola algo mas larga. Esta especie se va haciendo bastante rara en esta regidn, pues poco a poco, por los danos que causa en la caza, se la persigue y destruye. Es frecuente en Sierra Nevada, Extremadura, Sierra Morena, Montes de Toledo, Sierras de Gredos y Guadarrama y sus ramificaciones con la Alcarria y Cuenca y hasta cerca de Madrid. En las Navas y en el Quejigal, cerca de Robledo de Chavela, era muy frecuente, y mi padre, que matd varios alli y en Cercedilla, vid cazar cinco en un dia. En el Pardo, aun cuando muy raro, parece haber existido, y el Sr. Graells la cita de los pinares de San Martin de Valdeiglesias y de los bosques cercanos a Extremadura. Famiuia 4." Canidas. ee ae i 1 Dientes: I. 35 C. 7; P. 5 Carn. +; el borde festoneado. La calavera con la apofisis paroccipital 2 sa cee M. aa los incisivos con inmediatamente aplicada 4 la vesicula auditiva; la apdfisis DE HISTORIA NATURAL. 215 mastdidea pequena; el conducto auditivo externo muy corto; agujero glendideo manifiesto. Marcha digitigrada; las unas romas y no retractiles. Sin glandulas anales. Lengua lisa. GENERO Canis L. Cabeza larga; hocico alargado; ojos bastante grandes; orejas de mediana longitud, terminadas en punta; cuerpo poco alar- g@ado; cola larga y generalmente pelosa; patas bastante largas de ordinario, las posteriores 4 veces con el pulgar rudimenta- rio; unas no muy largas, romas y no retractiles. C. 7 P; = Carn. + M. ; ; 8 Formula dentaria: I. an a. Cola poco pelosa, poco mas larga que la tercera parte del cuerpo. Patas largas; PUpilamad ond an:1) nsec. cicero ne wremmriede rises ee sacig aden: ste SUBGENERO Canis. 6. Color y tamano sumamente variable; cola en general poco pelosa, levan- tada, encorvada hacia arriba y de ordinario hacia la izquierda,.......... isehiserert A Mtoe ton oUb Rates Odor rmoritooe rn asanaccn . Sccs tee C. familiaris L. b.b. Color parduzco, rojizo, tamano considerable (1,20 m.), cola bastante pelosa, caida y péndula. Una raya negra en las patas anteriores, por delante; formas mas esbeltas en general que en la especie precedente. C. lupus L. a.a. Cola mas larga que la mitad del cuerpo, muy pelosa. Patas cortas, pupila verti- cal. Tamano pequeno (0,615 m.)— SUBGENERO Vulpes........... « C. vulpes L. C. familiaris Z.—Incisivos escotados y agudos, caninos grandes algo encorvados y salientes; primer premolar de la mandibula superior mayor que los demas y con el ldébulo interno dirigido hacia dentro. Pupila redondeada. Patas poste- riores con el pulgar rudimentario. Cola mediana, pelosa, generalmente mas corta que las patas. Especie sumamente variable en cuanto a su tamano y color, pues presenta multi- tud de variedades. Esta especie, denominada vulgarmente ye770, es ciertamente la mas comun y de todo el mundo conocida para que sea pre- ciso anadir dato ninguno acerca de ella. C. lupus Z.—Lomo gris rojizo con pelos rojos y negros; regio- nes laterales mas claras y la ventral rojiza clara; garganta blanca; patas parduzco-rojizas, las anteriores con una raya negra por delante; cola con pelos largos, sobre todo por debajo, mas obscura por encima, caida y péndula; hocico negruzco: 216 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA orejas rectas y puntiagudas; de mayor tamano que la especie precedente y de formas en general mas esbeltas. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,15.m.; cola, 0,35; alzada, 0,60. Demasiado comutn en otro tiempo en esta regidn, esta espe- cie, conocida con el nombre de /obo, es hoy mas escasa feliz— mente, pues los pastores y ganaderos le persiguen tenazmente. Esta especie es muy afin al perro comin, a cuya formacién probablemente ha contribuido, si, como muchos opinan, pro- cede de hibridaciones de diversas especies salvajes; de todos modos, su cruce es fecundo y no raro; mi padre pudo observar en Villamanta el de un lobo y una perra que, llegada 4 tér- mino, parié cinco cachorros. El lobo se encuentra general- mente en los sitios mas asperos de las sierras, y sdlo acosado por la necesidad baja al Nano. Area matritense, Graells. Escorial!, Villamanta!, Cercedilla y puertos altos de la sierra!, etc., etc. C. vulpes L.—Pelaje leonado por encima y mezclado a veces con pelos blancos 6 negros y por debajo gris blancuzco; orejas blancas por delante y negras por detras; patas de color mas obscuro, casi negras en el extremo; cola mas larga que la mitad de la longitud del cuerpo, toda ella muy pelosa, formando un hermoso penacho, de color obscuro y terminada por pelos blancos. Hocico muy puntiagudo; orejas grandes y agudas. Pupila oblonga. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 0,70 m.; de la cola, 0,52; alzada, 0,32. Esta especie se designa en castellano con el nombre de zo77a y es frecuente en toda la regién, sobre todo en los montes. La variedad casi negra Canis ( Vulpes ) alopex L. no es muy rara. ORDEN V. Artidactilos. is Dientes de tres clases generalmente y con esmalte; los inci- sivos, cuando existen, divergentes hacia sus raices y en nimero mas reducido 6 nulos en la mandibula superior. Molares con dos 6 tres raices y coronas trituradoras. Extremi- dades con las articulaciones prOximas al cuerpo algo envuel- DE HISTORIA NATURAL. 217 tas por los tegumentos; los dedos en ntimero par, cuando mas cuatro desarrollados, terminados por pezunas; huesos del ‘arpo en dos filas; sin claviculas. Estomago mas 6 menos dividido 6 compuesto; ciego relativamente, pequeno y sencillo. Placenta no decidua. A. Con dos dedos en cada pie. Estomago dispuesto para la rumiacién. Molares sin tubérculos, con pliegues de esmalte. Caninos poco 6 nada desarrollados, Sin incisivos en la mandibula superior................ SUBORDEN Rumiantes. a. Cuernos con clavija ésea, no caducos y no ramificados; extremidades con las articulacioaes proximas al cuerpo incluidas en los tegumentos..... pagan ae see BoeRishkle Tee stad beh ee eToohlaie crate AM, Un BOWLS) bd. ‘Tamanho grande. Extremidades cortas y robustas muy incluidas en los tegumentos. Cuello corto. Lomo abultado. Sin fosas lacrimales; MUP ANA Wlasien as tPeZ UMass ele cite siaisiels's) &-luivteiccler see teieteierel Bos L. d.b. Tamano mediano. Extremidades mas largas y esbeltas. Cuello largo. Generalmente con fosas lacrimales y glandulas en las pezunas. c. Cuernos dirigidos hacia arriba, arqueados hacia atrds. Muce- rola cOncaya. Menton con barba. Cola corta....... Capra l. c.c. Cuernos de los machos gruesos en la base, prismAticos, dirigi- dos hacia atraés y formando una espiral. Las hembras sin cuernos. Mucerola convexa. Mentén sin barba. Cola larga.... bis hs sea Hof d a ciaieissctesers arshauettes nator MeN pice’ crataseureucioie teaaeh a OURO, Meas a.a. Cuernos sin clavija 6sea, ramificados, caducos todos los anos, extremida- des esbeltas con las articulaciones no incluidas en los tegumentos; las posteriores bastante mas largas que las anteriores. Fam. 2. Cérvidos. d. Cuernos con los candiles de la punta reunidos formando una especie despalmay! ..cnsc ce. cess qe me Dama Ham. d.a. Cuernos con todos los ganchos 6 candiles libres. e. Un gancho 6 candil de la base dirigido hacia delante. Cola tan larga proximamente como la mitad de la OLEVA cate eect tre oavanvetencrel eereiere rend crisis soars Cervus L. e.e. Sin candil dirigido hacia delante. Cola casi nula.... tL Micie noel BS) Ola lo ONT ap Cet OAID CC Capreolus Gray. A.A. Cuatro dedos en cada pie. Estomago sencillo. Molares con tubérculos. Caninos muy desarrollados. Con incisivos en la mandibula superior...... arate ofareseretents Ean de cicae teenie hk, Deiman Satie Mo caIne eae SUBORDEN Porcinos 6 paquidermos. Unarsolafamilia enjesta reSiOn..c4/ 2. < thveseh marie csieis.creictote Fam. 3.2 Snidos, LUBUPSTON Co) 443) s Ven a)e pean S tye OO ADC OETA ODE ORE COROUCHOD ODD bcs Oar tea DIS Sus L. Fam. 1.2 Bovidos. Dientes incisivos persistentes tan solo en la mandibula infe- rior y no separados en la sinfisis. Calavera con la vesicula | auditiva saliente y declive, aplicada por detras 4 la apdfisis paroccipital; huesos nasales largos, estrechos, inclinados hacia delante y unidos a los lacrimales y supramaxilares. Cuernos en ambos sexos persistentes y con clavija Osea, a la 218 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cual rodea por completo el estuche cérneo. Vértebras cervica- les en numero variable de 3 4 7, Extremidades posteriores algo mas larg'as que las anteriores. Estbmago con cuatro cavi- dades. GENERO Bos L. Cuernos cilindro-cénicos, casi circulares en la base, curvos hacia arriba y afuera, bastante separados en la base y coloca- dos sobre los lados de la parte superior y mas elevada del extremo posterior del plano occipital. Porcidn facial de la calavera igual a la frontal. Cabeza declinada. Cuello corto. Lomo saliente. Extremidades robustas. Huesos metatarsicos poco mas largos que los dedos con las pezunas. = ‘ 0 0 3 3 Formula dentaria: 1. 7; C. >; P. FAL e- B. taurus Z.—Cuerpo grueso, fornido, con los miembros cortos y robustos. Cabeza relativamente no muy grande, con la frente plana mas larga que ancha y el hocico grueso y ancho. Cuernos en ambos sexos redondos, cdnicos, lisos, encor- vados hacia arriba y hacia afuera, de tamano muy variable. El cuello corto con un gran repliegue blando y colgante de la piel formando la papada. Color bastante variable, general- mente pardo rojizo, & veces con grandes manchas blancas, mas obscuros por el dorso y mas claros por el vientre. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 2 m.; cola, 0,90. Esta especie es de las mas conocidas de todo el mundo y se designa con el nombre de 7070 al macho, vaca 4 la hembra y buey al macho castrado. En la provincia se crian multitud de razas en domesticidad, segtin el objeto 4 que se destinan, como las razas destinadas a dar leche, a la lidia, 4 carne, etc. GENERO Capra L. Cuernos largos, grandes relativamente, encorvados en semi- circulo, prismaticos y anillados en el macho y mds pequenos en la hembra; en el mentén un mechdén de pelos formando una especie de barba. Hocico velloso no abultado alrededor de las narices; cola corta, recta, levantada y pelosa por encima. DE HISTORIA NATURAL. 219 a. Cuernos no muy grandes, comprimidos; barba abundante. Dorso algo aquilla- do. Formas poco esbeltas. Pelo liso......... Pe ace atc tio 1 C. hircus L. a.a. Cuernos grandes, nudosos, de seccién triquetra 6 casi cuadrangular; barba del macho muy escasa. Formas esbeltas. Pelo crespo...... C. hispanica Schimp. C. hircus 7.—Cuerpo alargado; lomo algo aquillado; cuello poco alargado; cabeza corta con el hocico obtuso; la frente ancha; la base de la nariz poco convexa. Los cuernos del macho primero encorvados hacia detras, luego algo dirigidos horizontalmente hacia afuera y algo hacia delante, de modo que presentan indicios de linea espiral; la superficie de estos cuernos es anillada y en su seccion casi transversos; las hem- bras, aun cuando mas pequenos, llevan también cuernos generalmente. Las patas son largas y fuertes y la cola corta y con pelos fuertes. Su color varia considerablemente en las razas domésticas. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,60 m.; cola, 0,22; cuernos del macho, 0,64. Esta especie, conocida con el nombre de cadra, es muy comun en domesticidad y formando grandes rebanos que se crian en estado casi salvaje en los montes y sierras. C. hispanica Schimp.—Pelaje espeso, encrespado y largo, de color ceniciento 6 rojizo, mas claro en verano que en invierno, con las patas por la parte anterior y una faja dorsal que corre hasta por encima de la cola, muy obscura, casi negra; vientre mucho mas claro, casi blanco. Occipucio y lomo con el pelo muy crespo y mucho mas abundante, formando una especie de crin. Barba del macho corta y muy poco marcada. Cuernos del macho grandes, puntiagudos, de seccién casi romboidal, aproximados en la base, con tres inflexiones: la primera desde la base hacia arriba y hacia adentro; la segunda algo hacia afuera al nivel del primer tercio, y por ultimo, la tercera cerca de la punta en que se dirigen otra vez hacia adentro. Los de la hembra pequenos y semejantes a los de la cabra comin. Orejas muy pelosas. Dimensiones: largo del cuerpo, 1,55 m.; alzada, 0,75; cola, 0,12; longitud de los cuernos, 0,76; diametro de los mismos en la base, 0,10. En la hembra, 0,15 de longitud. La Capra hispanica Schimp. 6 cabra montés es muy seme- _jante a la C. ibex L., tanto, que muchos zodlogos, como 220 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Trouessart, la consideran, lo mismo que a la C. pyrenaica Schimp., Unicamente como una variedad de la anterior, de la cual sdlo se distingue por la forma y disposicién de los cuer— nos, que en la C. Aispanica Schimp. forman en cierto modo una especie de lira, por la coloracién mas intensa de su piel y por la especie de crin que forma el pelo en el occipucio y lomo. Esta especie 6 variedad, segtin quiera considerarse, vive unicamente en el centro y Sur de Espana, 4 diferencia de la C. pyrenaica Schimp., que solo se encuentra en el Norte. El Sr. Graells la incluye en la fauna del area matritense y dice que vive en la region mas elevada de la cordillera, y Brehm la cita también de la Sierra de Guadarrama, pero en realidad no parece que, al menos hoy, exista en los limites de lo que constituye verdaderamente la fauna matritense, pues los sitios mas proximos en que se encuentra son la Sierra de Gredos y Sierra Morena. GENERO Omnisuie Cuernos encorvados hacia afuera y adelante, algo en espiral, rugosos, con una linea saliente que marca una especie de quilla en su contorno. Frente convexa. Hocico muy marcado. Kl macho sin barba. La hembra sin cuernos. Cola caida, gene- ralmente de bastante longitud. Cuerpo cubierto de lana. ; ; Orverkty 3 3 Formula dentaria: I. Tipe cas E sas NL re. Ov. aries Z.—Formas cortas y pesadas. Cabeza voluminosa; hocico obtuso, abultado; nariz convexa; frente plana; ojos pequenos, lacrimales grandes; orejas medianas, redondeadas en la punta. El macho con los cuernos grandes, en espiral, generalmente formando casi dos espiras. La hembra sin cuer- nos. Cuello corto y grueso con la piel muy arrugada y formando una papada en la garganta. Cuerpo corto, recogido, de escasa alzada. Piernas cortas pero fuertes. Cuerpo cubierto de lana abundante de calidad variable en las diversas razas. Cola larga y cubierta de lana. Dimensiones: de la cabeza y cuerpo, 1,13 m.; alzada, 0,67. ista especie es la conocida con el nombre de oveja@ la hem- bra y carnevo el macho, y es muy abundante en toda Es- pana y en toda la regién que estudiamos, formando rebanos. DE HISTORIA NATURAL. 22 La raza merina es originaria de Espana y forma la variedad Ovis aries hispanica. Famitia 2.% Cérvidos. Dientes: incisivos persistentes solo en la mandibula inferior y no separados unos de otros en la sinfisis; los caninos de la misma semejantes y paralelos con los incisivos, Calavera con la vesicula auditiva poco saliente, declive y aplicada tan solo 4 la superficie interna de la apofisis paroccipital; apofisis estildides dirigida declivemente, interpuesta entre la vesicula y la apofisis paroccipital y no incluida en una prolongacidn oblicua de la vesicula auditiva; eje palatino casi paralelo con el occipito-esfendides. Cuernos caedizos, que los mudan todos los aos, macizos y en su origen cubiertos por la piel 6 corred. Vertebras cervicales (8-7) normales; las dorso-lumbares mas largas y mas altas hacia atras. Las extremidades posteriores, considerablemente mas largas que las anteriores, tienen las articulaciones proximas al cuerpo incluidas en el tegumento comin; con pezunas accesorias. EstOmago de cuatro cavida- des. Placenta policotiledonar. GENERO Cervus L. Cabeza del macho provista de cuernos grandes, ramificados, no palmeados y con dos de sus ganchos 6 candiles colocados. en la base y dirigidos hacia delante. Caninos superiores des- arrollados en el macho; hocico alargado, algo abultado. Ojos medianos con grandes lacrimales. Cuello largo. Patas del- gadas. Formula dentaria: I. ; os 0 0 C. elaphus Z.—Pelo de color pardo-obscuro por encima, mas claro en verano; una raya negra en el cuello y parte del lomo; cola rojiza; nalgas casi blancas, bordeadas de negro; regiones ventrales grises 6 blanquecinas. En el macho los pelos del cuello son mas largos y forman una especie de crin y las for— mas son mas macizas que en la hembra. Cola corta. Dimensiones: longitud total, 2 4 2,40 m.; alzada, 1,30; cola, 0,14. 222 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Esta especie es la conocida con los nombres de ciervo y venado; era en otro tiempo mas comin en los montes de la pro- vincia; ain hoy quedan bastantes en el Pardo, Vinuelas y en los montes de la parte baja de la vecina sierra. GENERO Dama Ham. Smith. Cuernos redondeados por abajo, ensanchados por arriba formando una especie de pala palmeada, con fina punta en la base y lisos. Senos lacrimales medianos. Cuello mas corto que en el género anterior. Pezunas estrechas triangulares compri- midas cubiertas de pelos gruesos. 0 9: P. 3 Formula dentaria: I. a C. ; M.3. D. vulgaris Brook.—Pelaje rojizo con manchas blanquecinas mas 6 menos marcadas en el dorso, los lados y las nalgas; los lados con una faja del mismo color y otra vertical en el muslo. Regiones ventrales blancas. Cola negra por encima y blan- quecina por debajo. Cuernos grandes, con un solo gancho en la base, lisos y palmeados en la punta. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,40 m.; alzada, 0,85; cola, 0,20. Hsta especie es la Hamada gamo 6 paleto y es frecuente en los montes de la provincia en su parte Norte, sobre todo en el ardo, Vinuelas y algunos otros, constituyendo rebanos, a veces algo numerosos, formados por el macho, las ‘hembras y los pequenos. GENERO Capreolus Gray. Cuernos pequenos, rugosos, tuberculosos y sin puntas en la base. Senos lacrimales muy pequefos 6 nulos. Cuello largo. Patas largas y delgadas. Sin cola. Pezunas estrechas y trian- gulares. Tamano pequeno. “- : ote Formula dentaria: I. qo. 8 7 C. europeus Br00k.—Pelaje rojizo parduzco muy obscuro en invierno y mas claro en el verano; la parte inferior del pecho, el vientre y las patas, mas claras; extremo del hocico, negro; la garganta con una mancha blanquecina grande y otra se- mejante en medio del cuello. Las nalgas blanquecinas. Cuer- DE HISTORIA NATURAL. 223 nos del macho redondeados, rugosos, cubiertos de protuberan- cias , con un gancho cerca de la base y luego otros dos en la punta. Las hembras viejas llevan 4 veces cuernos sencillos que mudan cada ano. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,10 m.; alzada, 0,70; cola, 0,01. Ksta especie es la conocida con el nombre de corvzo, y sélo se encuentra en las regiones cubiertas de pinar, mas elevadas, de la cordillera, como en los puertos altos de la Fonfria, Nava- cerrada, Paular, etc. Fami.ia 3.° Suidos. Dientes: 1.2; ¢.+; Sita? machos torcidos hacia afuera y arriba y muy desarrollados. Molares con las coronas rugosas, tuberculosas. Calavera con los pomulos prolongados; el occipital con apofisis paroccipita— les largas, separadas y estiliformes; escamosos lejos de las ve- siculas auditivas y con las apodfisis cigomaticas cubriendo los pomulos. Hocico grande y prolongado en forma de disco en el extremo. Cuatro dedos en cada pie dispuestos por pares; los dos mayores delante, representando los dedos medios, y con las pezunas dispuestas para la progresidn; los dos menores de- tras, casi atrofiados, y que no apoyan en el suelo, 4 no ser éste muy blando. No rumiantes. 4 3 x = j P=} M. 3: Caninos superiores de los GENERO Sus L. Caninos grandes, encorvados y salientes. Cabeza gruesa, aguda, terminada por el hocico que es plano en su extremo y movible , formando una especie de trompa. Cuerpo corto y rechoncho. Patas cortas y relativamente delgadas. Cola del- gada, de mediano tamano. : 3 l 4 Formula dentaria: I. 3; C.>; P. 7; M. Sus scrofa Z.—Pelaje pardo negruzco 6 gris; orejas, un circulo alrededor de los ojos, extremo del hocico, barbilla, patas y cola, negros. Debajo de las cerdas gruesas y fuertes existe otra capa de pelos parduzcos y rizosos. Piel muy gruesa, sobre todo en el cuello, las espaldas y el lomo, en los cuales 224 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA las cerdas son mas fuertes y abundantes. Orejas rectas muy cerdosas , mas largas que el tercio de la cabeza. Cola deleada, susceptible de arrollarse y terminada por cerdas. Dimensiones: cabeza y cuerpo, 1,55; alzada, 0,90; cola, 0,38. La especie descrita es la designada con el nombre de jadali. En libertad se encuentra en muchos de los montes de esta re— gion, en las partes bajas de la sierra y en los montes del Pardo, Vinuelas y algunos otros. El cerdo comu’n es una variedad que deriva, al menos en gran parte, del jabali, cruzado con otras especies procedentes de Asia, que desde muy antiguo se cria-— ban en domesticidad. Muchos opinan, sin embargo, que deriva unicamente del Sus vittatus de Asia y de otras especies afines. ORDEN VI. Perisodactilos. Calavera con los huesos intermaxilares tectiformes por arri- ba y unidos hacia la sinfisis. Dientes de tres clases, por lo co- min y con esmalte; los incisivos, cuando existen, implantados subverticalmente y casi paralelos en sus raices; los molares generalmente con dos 6 tres raices y coronas trituradoras. Vértebras dorso-lumbares, cuando menos 22 (d. 18-19 + 1. 3-6). Extremidades con las articulaciones proximas al cuerpo, in- cluidas en los tegumentos, adaptadas para la progresidn; sin claviculas; los huesos del carpo en dos filas; los dedos impa- res 6 desiguales, generalmente uno solo, con las articulacio- nes terminales encajadas en fuertes pezunas; el tercero es el mas desarrollado y generalmente mas saliente. Estomago sen- cillo, ciego, relativamente ensanchado y con sacos. Placenta no decidua. FAMILIA Equidos. Dientes: molares superiores (P. y M., por lo menos estos Ulti- mos), con un profundo pliegue entrante desde la porcién pos— terior del lado interno oblicuamente hacia adelante, en cone- xidn con otro mas 6 menos profundo, entrante desde la por- cién interna del borde anterior 6 el Angulo, y mas 6 menos aisludo en el area 6 lébulo interno del esmalte; molares infe- riores (P. 2, M. 2) con dos pliegues entrantes, uno desde la DE HISTORIA NATURAL. 225 porcién interna del lado anterior, y otro (terminado en ramas anterior y posterior) desde la porcién posterior del lado inter- no. Calavera con los anillos orbitarios completos. Ciibito con el cuerpo atrofiado y sus extremidades anquilosadas y conso- lidadas con el radio. Peroné rudimentario y unido con la tibia. GENERO Equus L. Extremidades con cuerpos duros y corneos, colocados enci- ma de la muneca en las anteriores, y cuando existen, debajo del talon en las posteriores. Cola con largos pelos formando crines. a . 3 1 6 Formula dentaria: I. 7 C. St ea a. Orejas cortas. Crin larga. Cola con cerdas desde la base......... B. caballus L. aa. Orejas largas. Crin corta. Cola desnuda en la base.............. E. asinus L. E. caballus Z.—Formas esbeltas. Color variable, general- mente castano. Pelos de la parte superior del cuello muy grue- sos y largos, formando verdadera crin. El cuello largo y esbel- to. Orejas cortas y poco pelosas. Cola con crines abundantes desde la base. Patas esbeltas, poco pelosas. Esta especie es conocida de todo el mundo con el nombre de caballo y yegua, y se cria en domesticidad aplicandole a los diversos usos de que es susceptible, 6 en los campos formando yeguadas que se crian casi en libertad. Entre las castas mas notables que se crian en esta regidn merecen mencionarse la de Aranjuez, la de Perales, la de Veragua, etc. E. asinus 7.—De tamano menor que la anterior y de formas menos esbeltas, con el pelo basto, 4 veces casi lanoso, sin for- mar apenas crin en el cuello, poco abundante en la cola y solo en su terminacion. Orejas grandes y peludas; cuello mas corto y menos esbelto. Se designa esta especie con los nombres de asno, burro, pollino, etc., y se cria en domesticidad en gran abundancia. Como es sabido, el cruce entre el asno y la yegua y el caba- llo y la burra son perfectamente fecundos, dando como pro- ductos los mulos y los machos romos 6 burdéganos, productos ACTAS DE LA SCC. ESP.—XXIII. 15 226 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA hibridos que sdlo por excepciédn son fecundos y que partici- pan de los caracteres de sus padres. —E] Vicesecretario ley6é la siguiente nota que el reputado gedlogo americano Sr. Becker enviaba por conducto de nues- tro consocio Sr. Calderén para ser publicada en los ANALEs. Sobre la teoria de la sustitucidn en Almaden. «Una reciente nota del profesor Calderon (1), referente a las teorlas sobre el] origen de los minerales de mercurio, ha evi- denciado que yo disentia de la teoria de la sustitucién del cinabrio al cuarzo en Almadén, enunciada por el famoso ged- logo D. Casiano de Prado, al parecer sin fundamento sdlido. Y en verdad yo mismo soy culpable de este cargo, por no ha- ber publicado con mas detalle las razones en que fundo este disentimiento. »K] Sr. Prado fué conducido a su teoria en presencia de la riqueza de ciertas partes de la mina; pero en su famosa Me- moria (2) no se consigna el tanto por ciento de los casos par- ticulares que él considera como impregnaciones. Los senores Bernaldez y Figueroa, que han adoptado la opinién de Prado, hacen las siguientes observaciones: «En el criadero de San Pedro y San Diego, dicen, la casi tutalidad de la masa del mineral se compone de una arenisca sumamente dura, como lo es la que se halla estéril 4 conti- nuacion de la misma. Este mineral 6 esta arenisca, calada de cinabrio, del cual sale la casi totalidad del azogue que de aquella procedencia entra en el comercio, contiene de 48 a 50 por 100 de azogue, 6, por mejor decir, 57,64 de cinabrio. gPuede admitirse que, necesitando este Ultimo para su ocupacion en dicha roca la cuarta parte del espacio que ésta ocupa, pudiese esto tener lugar sin que una parte de la silice que la forma haya desaparecido?» »Estas observaciones me parecieron indicar que los autores entendian que el contenido xorma/ de la roca cinnabarifera fuera 48 450 por 100 de mercurio; mas esto puede ser una mala (1) Recientes trabajos sobre el origen y formacion de los depositos de mercurio. (ANA- LES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. xx, 1894.) (2) Bull. de la Soc. géol. de France, 2.¢ série, t. x11, 1855. OO DE HISTORIA NATURAL. 227 interpretacidn, y en realidad limitarse la afirmacién ahora consignada a los ejemplares excepcionales. La tabla que pre- sentan en su Memoria detallando la riqueza de varios ejempla- res y encaminada a presentar las diferentes clases de mineral no deja duda alguna respecto a este particular. Hn realidad la riqueza en mercurio de los de San Pedro y San Diego es menor ‘de 34 por 100, y todos los que contienen mis de 20 por 100 son designados como de clase superior (medal). Las muestras mas ricas de mineral de Almadén que he podido ver son las que recogi en las reservas del piso sexto de San Diego. Seg@tin los analisis contienen 32,8 por 100 de mercurio, y, calculando por su peso especifico, 34,7 por 100. Los minerales medios en 1886 daban por reduccién 9,5 por 100 de mercurio, y descontando las pérdidas de la operacién, puede atribuirseles una riqueza no mayor de 10 por 100. »Es, por consiguiente, muy sencillo evaluar el espacio que el cinabrio puede ocupar en una cuarcita 6 en una arenisca cuarcifera, siendo conocida la proporcién de metal que con- tiene (1). Asi, en cuatro muestras cubicas del mineral en cues- tion, respectivamente de 0,48, 0,34, 0,20 y 0,10, los espacios correspondientes ocupados por el cinabrio seran 0,27, 0,16, 0,082 y 0,037. »Procede comparar estos espacios con los que ofrecen las areniscas 6 las masas compactas de arena no cementada, para lo cual existe material abundante en las obras geoldgicas. El Dr. T. Sterry Hunt, que ha determinado el espacio intersti- cial en 14 areniscas del paleozdico del Canada y Ohio (2), halld que la proporcidén de estos espacios era de 0,0139 4 0,2127, y las mas porosas de estas rocas son, segin él, muy usadas en la construccion. Se exportan de Inglaterra para este objeto are- niscas todavia mas porosas, y entre ellas una que llega a 22,1 por 100 de espacios vacios. Sir William Fairbairn refiere una serie de experiencias realizadas con la mayor precisidn por Mr. E. W. Shaw sobre areniscas de Yorkshire, para elegir la (1) Siendo 7 la proporcién de mercurio en un mineral cinnabarifero, s el espacio ocupado por el cinabrio, 0,862 la cantidad de mercurio del cinabrio,9 la densidad de éste y 2,65 la del cuarzo, tendremos: ne 6 sea s = 2,65 ff (l—s)2,5+98” \eekt” ETaBI— 6,35 m 42) Chemical and Geological Essays, 1875, p. 166. im = 0,862 228 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mas adecuada para los pavimentos de la ciudad, de los que resulté que entre once muestras la menos porosa contenia un espacio intersticial de 0,037 (1). Podria alargarse facilmente la lista de las areniscas cuya porosidad se ha determinado, si na bastaran los ejemplos que preceden. »Resulta que las areniscas mas compactas de Yorkshire, pro- puestas como material de pavimento, si estuvieran cargadas: de cinabrio darian un mineral tan rico como el término medio de Almadén, mientras que el mas poroso de la serie del doctor Hunt contendria no menos de 41 por 100 de mercurio en la forma de sulfuro, y otros corresponderian a los minerales mas ricos que recogi, como he dicho, en la mina. »Ciertas areniscas son demasiado tiernas y porosas pare usarse en la construccién, y pasan gradualmente en la super- ficie 4 arenas compactas no cementadas. En mi monografia sobre el mercurio (2) he sentado que la arena puede compri- mirse hasta no presentar mas que 27 por 100 de espacios in- tersticiales, dato tomado de una compilacidn excelente he- cha por ingenieros, aunque forzosamente inexacto. La ul- tima edicién del Jagenieur’s Taschenbuch der Hiitte da, como densidad maxima de la arena seca, 1,65, que corresponde a un espacio intersticial de casi 38 por 100. Recientes experien- cias realizadas en Washington por un quimico bien conocido, con todas las precauciones debidas, para una importante aphi- cacion tecnologica, han dado los siguientes resultados: cuarzo finamente molido, de grano uniforme, seco, a 110° C., y cui- dadosamente hacinado, hasta alcanzar la mayor compacidad posible, ofrece de 48 au 44 por 100 de espacios vacios. Estos, tratandose de una arena de rio, consistente en granos redon— deados de tamanos diversos pero determinables, no pueden reducirse por compresiOn sencilla a menos de 38 por 100. La misma arena mezclada con una cierta proporcién de polvo ‘alizo se deja ya comprimir tanto, que los intersticios se redu- cen a 24,6 por 100, obteniéndose el mayor resultado cuando estos materiales se mezclan con una parte de grava gruesa, llegandose 4 reducir los espacios a 19,5 por 100. »Ahora bien, una arena 6 arenisca que posea 0,195 por 100 (1) Mem. tit. and phil. Soc. Manchester; 2 ser., vol. X1v, 1857, p. 37. (2) U.S. Geological Survey. —Monograpnh. x11, p. 399. DE HISTORIA NATURAL. 229 de poros, si se impregnara de cinabrio, daria un material que contendria 39 por 100 de mercurio, »Los calificativos de firme, tierna, apretada, que se aplican i diversas areniscas, corresponden a una idea distinta de la de su estructura. Tocando esta dificultad yo he computado el espacio intersticial en esferas estrechamente apiladas, de ta- mano uniforme, hallando que éste es 1 — —“_= By 2 100 aproximadamente (1). Es evidente que un sistema de tales esferas puede ser comprendido en un sistema de elipsoides iguales y andlogamente orientados, sin cambiar la proporcién dle los espacios intersticiales en lo mas minimo, Pero si la erientacidn de uno de los elipsoides difiere de los del resto, dichos espacios pueden por,ello aumentar. Ahora, la arena de playa, semejante a aquella de que se han formado las rocas de granos marcadamente rodados de Almadén, es frecuente— mente de una tosca uniformidad, y la forma de los granos se aproxima al elipsoide. En semejante arena el minimo de es- pacio intersticial ha de ser de 26 por 100. Este calculo se hace meramente como un medio de dar una idea concreta de la es- tructura de la arenisca 4 que se aplica el calificativo de arena bien apretada, 6 de grano apretado (well shaken sand). »Los hechos y calculos sentados demuestran, a mi juicio, que si la teoria de la sustitucién del cinabrio ha de mante- nerse, precisa fundarla en otros argumentos distintos que el de la riqueza del mineral de Almadén. El Sr. Prado notaba que cuando se calentaba un ejemplar de cuarcita hasta vola- tilizar el cinabrio, la masa restante quedaba a menudo pul- verulenta. Esto por si no basta, sin embargo, para probar la (1) En un sistema de esferas estrechamente apretadas, de radio 7, es facil ver que -ocho esferas vecinas se ligan en los extremos de un exaedro de caras curvas, cada una de cuyas aristas es igual 427, mientras que los angulos en los cuales se encuentran las aristas son de 60° 6 120°. El espacio total ocupado por el sistema de esferas esta dispuesto de suerte que cada una de ellas se halla en contacto con otras doce, y puede ser dividido en exaedros semejantes. La suma de las ocho porciones de las esferas in- cluidas en cada uno de semejantes exaedros compone exactamente una esfera, y el vo- lumen del exaedro es 4 ¥ 2 r%. La relacién del espacio vacio al del exaedro total es, por tanto, ee 4 Pe ae = eee 4V2rs 3 V2 Tv 230 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sustitucién; por cuanto la mayoria de los minerales de Alma- dén contienen marcasita, muchas veces carbonatos y los gra- nos de cuarzo poseen inclusiones fluidas y 4 menudo cinnaba- riferas. La desintegracién por el calor puede ocurrir por esto y no ser el resultado de que los granos de cuarzo hayan que- dado aislados por efecto de hallarse sustituidos parcialmente por el cinabrio. »Cuando en una vena se hallan mezclados el mineral y la ganga, se considera generalmente por los mineros que simul- taneamente se han depositado ambos de una disolucién, a menos que fendmenos particulares contradigan esta hipotesis. Algunas veces semejantes venas ofrecen una estructura zonar que indica que la composicién 6 la temperatura del disolvente mineral sufria variaciones, de suerte que el metal y la ganga se depositaron en capas; pero aun cuando en la mezcla se ob- serven variaciones, como acontece a menudo, en la proporcién en que mineral y ganga se han precipitado, el depdsito de ambos pudo, sin embargo, ser simultaneo. Es muy raro hallar en venas un mineral depositado por sustitucién de otro; y cuando esto ocurre, el que ha sido reemplazado muestra, por sus angulos redondeados y sus superficies empanadas, haber sufrido una corrosién manifiesta. Esto parece ser la consecuen- cla necesaria de semejante procedimiento. Los bordes y angu- los de un solido presentan por unidad de volumen una super- ficie mayor 4 los agentes disolventes, y son atacados por ellos en mayor escala que las superficies planas, las cuales, limi- tadas por fracturas irregulares y sometidas 4 la accién disol— vente, rapidamente pierden sus angulos sdlidos, ensanchan- dose al mismo tiempo las grietas que existian de una manera muy caracteristica. »En Almadén se observa un crecido numero de pequenas fisuras rellenas de cinabrio y cuarzo, 4 modo de cordones (stringers), que sdlo difieren de los filones ordinarios por su tamano. En muchas de ellas he notado alternaciones de cina- brio y cuarzo; en otras estas dos substancias estan mezcladas como los minerales en el granito:; esto es, que cada cristal 6 agreeado de cristales tropieza en su desarrollo con sus vecinos. En algunos casos el cinabrio se disemina en el cuarzo en tér- minos de rodearle por completo. Yo nunca he hallado granos cuarzosos corroidos ni hendiduras ensanchadas de la manera DE HISTORIA NATURAL. 231 caracteristica que lo hacen los agentes de disolucién. El ci- nabrio me parece estar distribuido en esas pequenas venas al modo como lo hace el oro en los filones cuarzosos. En fin, después de una cuidadosa investigacion de los ejemplares de que se trata, yo no puedo descubrir a la simple vista la menor huella de sustitucién, ni diferencia alguna notable entre la disposicién del mineral y ganga en Almadén y la de las venas producidas por transporte de plomo, cobre, plata u oro con cuarzo. »Al microscopio mis veinte preparaciones de rocas cinnaba- riferas de Almadén muestran dos modos de presentarse. Ofre- cen muchas venas microscopicas, siendo interesante observar que las fracturas 4 lo largo de las cuales estas venas se han formado cortan 4 menudo al través los granos de cuarzo, como se ve tantas veces en los cantos de un conglomerado entrecor- tado por junturas. Aleunas muestras ofrecen con tal profusién este agrietamiento, que si se extrajera el cinabrio la roca se disgregaria, siendo de suponer que ofrecieran esta circunstan- cia varios de los ejemplares calentados por el Sr. Prado en su experiencia antes citada. En estas venas diminutas he obser- vado los mismos fendmenos que a la simple vista en las mayo- res; ningun caso imputable al seudomorfismo; en ninguno aquella estructura especial que ofrece el reemplazamiento del olivino por la serpentina 6 el piroxeno por la clorita. En cam- bio se ven al microscopio los granos primitivos de cuarzo alar- gados por acciones secundarias, proceso que ha sido cuidado- samente estudiado en estos Ultimos anos, y, 4 mi modo de ver, al tiempo de este alargamiento se operdé el depdsito de cina- brio. En la misma proporcién que varian el cuarzo y el cina- brio en las venas lo hacen en estas impregnaciones. Parece ha- ber tenido el sulfuro un cierto espacio que llenar, y que cuando se precipitaba con abundancia se fraguaban pequefas cama-— ras en el cuarzo 6 la calcedonia. Esta relacién explica la obser- vacion del Sr. Fernandez Navarro, de que «la calcedonia va desapareciendo a medida que el sulfuro de mercurio aumenta.» También se apoya este petrdgrafo en el hecho de no haber ob- servado un solo grano de cinabrio que tenga forma propia. Los cristales de cinabrio bien desarrollados son muy raros en todas las minas que yo conozco; del mismo modo pueden visitarse cientos de minas auriferas sin hallar cristales de oro, pues este 252 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA metal se deposita habitualmente en el cuarzo en forma de gra- nos 6 pajuelas, semejantes a los del cinabrio; y, sin embargo, no creo que nadie haya pensado que el oro se haya depositado sobre el cuarzo metasomaticamente. Precisamente cuando el cinabrio se acumula en masas relativamente grandes es cuan- do muestra, por lo general, una tendencia muy escasa a des- arrollar cristales bien definidos. »Como ya lo habia notado Prado, las porciones de la cuar- cita que estan en contacto con las rocas carbonosas negras ad- quieren el mismo color que estas. En una de mis preparacio-— nes de dichas cuarcitas que recogi en Valdeazogues he obser- vado que la distribucién de la materia carbonosa, examinada al microscopio, recuerda de la manera mas exacta la del cina- brio en impregnaciones de San Diego y San Pedro. »En mi opinion el modo como se presenta el cinabrio en ve- nas 6 cordones entre el cuarzo demuestra probablemente que fué depositado de la misma disolucién que éste, y probable- mente al mismo tiempo. En semejantes condiciones fisicas en- tiendo que es imposible la sustitucién del cinabrio por el cuar- zo. La sustitucion implica que la disolucién del cuarzo acom— panase ala precipitacion del cinabrio, y esto es evidentemente contrario a la precipitacion simultanea observada en estos dos minerales. En muchos casos se puede admitir hasta cierto punto que aquel hecho se haya realizado en Almadén, cuando se trata de cristales 6 masas cristalinas de cuarzo rellenas de sulfuro. Si en otros puntos de la mina ha habido sustitucion, una parte del mineral debe haberse depositado en condiciones fisicas muy diferentes del resto. »La cuestiOn de extender a todas las menas de los metales usuales la teoria de la sustitucién preocupa en la actualidad a los gedlogos mineros del mundo entero. Me parece bien pro- bado que los minerales de plomo sustituyen de este modo a la calcita, sin embargo de ponerlo en duda autoridad tan compe- tente como la del profesor Posepny. A mi juicio sdlo puede de mostrarse que hubo sustitucién en uno de estos casos. 1.°, cuan- (lo ha habido seudomorfosis; 2.°, cuando por reemplazamiento de masas angulares de un mineral con zonas sucesivas de otro estas zonas son menos angulares 4 medida que se hallan mas céntricas; 3.°, cuando haya ensanchamiento de las hendiduras realizado de tal suerte que, si los muros de separacion se rom- DE HISTORIA NATURAL. 233 pen, no coincidan las dos superficies de dichas hendiduras 4 lo largo y sus contornos no se hayan modificado del modo ca- racteristico que lo hacen por la disolucién. Este ultimo crite rio no es suficiente por si solo, a causa de que las hendiduras pueden haber sido influidas por un disolvente distinto del que produjo el deposito. El caracter geométrico de los cambios que acompanan a la sustitucién, hasta donde he podido apreciar- los, son idénticos a los que acompanan a la descomposicidn, y pueden estudiarse mejor al microscopio en las rocas en las que ha actuado la alteraciOn. »Confio en que los argumentos expuestos para justificar mi juicio sobre los minerales de Almadén puedan llamar la aten- cién de los miembros de la SocIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL hacia un examen ulterior de asunto tan interesante y transcendental. Las grandes minas de plomo de Espana tam- bién pueden aportar un buen contingente para el cultivo de esta rama del conocimiento.» Washington, E. U., Agosto de 1894. —Kl Secretario leyé lo siguiente: , SECCION DE SEVILLA. Sesién del 6 de Septiembre de 41894. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERON. —Se leyé y aprobo el acta de la anterior. —E] Sr. Calderén presenté un trabajo titulado Las Chafari- nas, de que era autor. Se acordé pasara a la Comisién de publicacion. —Kl Sr. Barras leyé la siguiente nota biblio@rafica: «Con el titulo de Plantes nouvelles de la Flore d’ Espagne, se ha recibido en esta Secciév una tirada aparte, remitida galan- temente por su autor 4 D. Salvador Calderén, que contiene dos notas publicadas en el Jowrnal de Botanique (1) por mon- (1) Numeros de 16 de Febrero y 1.° de Junio de 1891. 234 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA sieur Augusto De Coincy, a quien tanto debe la botanica espanola por los muchos datos que a ella ha aportado y las especies y variedades que ha descrito. »Como para dar cuenta de las descripciones seria necesario copiarlas, y esto supondria reproducir las citadas notas, me limito 4 mencionar los nombres de las especies y las localidades en que han sido recogidas: Paronychia Rouyana Coincy.—Plasencia. (Junio.) Kundmannia sicula D. C., var. longiseta Coincy.— Roca de Hifax. (Junio.) Echium fruticescens Coincy.— Estacion de Gobantes (linea de Bobadilla 4 Malaga). (Junio.) Teucrium floccosum Coincy.—Aranjuez. (Junio.) Agrostis gaditana Coincy.—Chiclana (Cadiz). Abundante. Viola cochleata Coincy.—Cultivada por M. Coincy de semillas procedentes de Alcaraz. . Origanum compactum Benth., var. Rouyana Coincy (vel. sub. sp. nov.)—Estacion de Cortés (linea de Bobadilla a Alge- ciras). (Junio.) Allium stramineum? B. et R., Diagn. Pl. hisp., pag. 25.—Sierra de Palma (Algeciras). Cultivada por M. Coincy. (Mayo.) Phalaris hispanica Coincy.—Rio Quipar, en Caravaca (Murcia.) (Junio.) Panicum cruciforme L., var. brevifoliata Coincy.— Estacion de Bobadilla. (Junio.) — El Sr. Medina comunico la nota siguiente: «Datos para el conocimiento de la fauna himenopterologica de Espana. Cinipidos. Onychia notata Fonse.—Laguna (Canarias). (Cabrera!) ? Icneumonidos. Ps TTemiteles pulchetlus Gr.—Cazalla (Rio!) ° . — bicolorinus Grav.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) i DE HISTORIA NATURAL. 235 Bracénidos. Bracon letus Wesm.—Sevilla! — vregularis Wesm.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) — variator Nees.—Idem id. — fulvipes Nees.—Idem id. Chelonus mutabilis Nees.—Sevilla! oo inanitus L.—Idem, Laguna (Canarias) (Cabrera!) Po- zuelo de Calatrava (La Fuente!) Microplitis eremita Reinh.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) Microgaster abdominalis Nees.— Hornachuelos (Garcia Niinez!) — tibialis Nees.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) Ephedrus plagiator Nees.—Sevilla! EHuphorus pallidipes Curt., var. 2.—Coria del Rio (Sevilla!) Proctotripidos. Dryinus draco Marshall, n. sp.—Coria del Rio! — dracunculus Marshall, n. sp.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!) Gonatopus sciophanes Marshall, n. sp.—Idem id. = dryiniformis Marshall, n. sp.—Idem id. Sesion del 7 de Noviembre de 1894. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. Asiste el Sr. Calderén (D. Salvador), de Sevilla. —Se leyé y aprobo el acta de la sesién anterior. Quedaron admitidos como socios numerarios los senores D. José Gomez Ocafia, Catedratico de Fisiologia en la Fa- cultad de Medicina de Madrid; D. Enrique Pérez Zuniga, Profesor auxiliar en la misma Facultad; 236 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA D. Manuel de Mora y Vizcaino, Licenciado en Ciencias na- turales, de Valverde del Camino, provincia de Huelva, propuestos por el Sr. Bolivar (D. Ignacio); D. Benito Vicioso y Trigo, Licenciado en Farmacia, de Calatayud; D. Cipriano Luis Aguilar y Esteban, Licenciado en Cien- cias Fisico-Quimicas, de Calatayud, propuestos por D. Blas de Lazaro é Ibiza; D. Federico Aragén y Escacena, Licenciado en Ciencias naturales, residente en Madrid, propuesto por el Sr. Hernandez (D. Carlos). —Kstaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, que- dando la Sociedad altamente agradecida 4 los sefores do- nantes. —Kl Sr. Vicesecretario presentd la parte quinta de la F/o- rula Gaditana, por D. Jose Maria Pérez Lara, y se acordé pa- sara a la Comisién de publicacion. —El mismo leyo la siguiente nota del Sr. Pau (D. Carlos), titulada Cuatro palabras sobre los claveles espanoles. «Confieso ingenuamente que cuanto mas estudio el g@énero Dianthus, menos lo entiendo. Hice todo lo posible por aumen- tar mi coleccidn; pedi tipos a los naturalistas mas acreditados, y, cuanto mayor es el numero de mis muestras, es mayor mi confusion. »En el Supplementum prodr. Fl. hisp. me concede su autor el inmerecido honor de discutir mis opiniones, y esta distincién me obliga a resolver algunos problemas, que por referirse a muestras de mi herbario, me toca rectificar 6 ratificar algunas ideas y determinaciones. »Mi coleccién carece de tres especies espanolas, que son los D. cintranus B. & R., D. Planelle Wk. y D. Langeanus Wk. iste Ultimo lo he visto en la coleccién de mi maestro el senor Trémols, colectado por Quet, los dos restantes me son desco- nocidos. »Entre los autores extranjeros y espanoles que colectaron DE HISTORIA NATURAL. 237 plantas en la Peninsula, se encuentran en mi herbario los Sres. Timbal-Lagrave, Porta y Rigo, Lomax, Reverchon, Ney- rant, Bordére, Trémols, Cadevall, Vaireda, Zapater, Vicioso, Badal, Ruiz Casaviella y Quet. »Mi intencién tampoco es dar lista completa de las muestras que poseo; tinicamente me ocuparé de aquellas que a mi en- tender merezcan decirse algo en el supuesto, por consiguien- te, de que yo pueda decirlo. »Dianthus Seguierti Chaix. »Esta especie polimorfa esta representada en mi herbario por diez pliegos, contando las muestras de Suiza, Italia y Francia. Las muestras espanolas pertenecen a la regién cata— lana y constan de tres formas. El tipo (Trémols, Cadevall); la forma pygm@ea (Monseny, 8S. Llorens, Cadevall), y cierta forma del D. silvaticus Hoppe (S. Llorens del Munt, Cadevall) que difiere por sus hojas mas estrechas, flores solitarias y pétalos mucho menores (forma? parviflora). »Esta misma variacién la poseo ya tiempo de Tarbes (Altos Pirineos) bajo D. Benearnensis, que no lo es; pues el D. Benear- nensis Loret, es una variedad del D. monspessulanus L. »D. monspessulanus L.—D. superbus Wk. in Willk. et Lge., prod. m1, p. 687, non L. (Cf. abs. inf.) »Galicia: orillas del rio Ulla, cerca del puente Vea (Quet). Leon y Asturias: Arvas y Pajares (Lomax). Cataluna: Ogasa, cerca de San Juan de las Abadesas (Trémols); Monseny y S. Llorens (Cadevall). »Dianthus Requientt Gren. et Godr. (non Timbal, Costa, Bor- dere, Pau). »No conozco, ni poseo representacion de esta especie. »El D. Requienii Bordeére! in hb. Trémols! et Foucaud! es la misma muestra publicada en Société Helvéetique (1885) que copio aqui como prueba: «Socielé Helvétique (1885). Dianthus Benearnensis (Lovet) Ro- ches calcaires du Port de Gavarnie (Hautes-Pyrénées.) Altitude 1.400 m. 10 Juillet 1884. Don de Bordere, Gedre.» »Se conoce que el difunto Bordére rectificd el nombre de la planta que en 1876 did por D. Reguienii. »El D. Requienii Timb. pl. exs.! pertenece a la forma brachy- 238 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA phyllus Wk. del D. catalaunicus Pourr. A esta misma forma pertenecen mis citas del D. Reguienii. »La etiqueta que lleva la planta de Timbal dice asi: «Dianthus Requienti Gren. et Godr. ex parte. D. Reguienii Timb.! Mont Louis (Pyrénées orient). Edu. Timbal-Lagrave. Type de Requien.» (Véase Loscos, trat., pag. 25, nlm. 354). »Al notar el yerro en que cai dando por D. Reqguienii la for- ma dicha, sospeché si las muestras de Timbal sufririan algun cambio de etiquetas: mas leyendo Observations sur quelques Dianthus des Pyrénées me convenzo de que no hubo tal cam- bio, pues dice: Si on compare (p. 11) le D. Reguienii des Pyré- nées orientales avec la plante qui porte aussi ce méme nom des Pyrénées centrales, on voit, que les caractéres attribués a leur espéce par les savants auteurs de la Flore de France, ne peuvent en aucune maniere leur convenir, pas plus qu’au Dianthus Requienti de M. Costa (datroduccion a la Flora de Cataluia) qui, apres cet auteur serait voisin du Dianthus multiceps Costa.» »El D. Requienii Costa (Fl. cat., p. 35), debe pertenecer, por lo que se desprende de su lectura, al mismo ejemplar de Tim- bal. Dice Costa en el sitio indicado que no considera «impro- bable encontrar formas intermedias que liguen el D. mu/ticeps con el D. Requienti.» Lo que prueba nuestra suposicidn, pues segun diré mas adelante, el D. multiceps pertenece al grupo especifico del D. catalaunicus. »Lo que pueda haber de cierto en lo dicho lo ignoro. Termi- naré copiando algunas palabras de Timbal que se prestan a buena consideracidn. «Le D. Requienii a été publié par MM. Grénier et Godron dans leur /’/ore de France, mais ils en ont donné une descrip- tion si incomplete qwil nous ett été imposible de reconaitre cette plante sans le secour de M. Grénier, qui, avec son obli- gveance habituelle, a bien voulu nous guider dans cette deter- mination.» (Une excursion botanique de Bagnéres-de-Luchon a Castanese, p. 18.) DE HISTORIA NATURAL. 239 »Mal puede compaginarse lo copiado con lo que dicen los autores de la F/ore de France al afirmar su afinidad con el D. hirtus Vill (Voisin du précédent, p. 234 del tomo 1), en opo- sicién alos naturalistas Costa y Timbal que Aerborizaron en Castanesa y hablaban teniendo el tipo de la localidad clasica a la vista. »Dianthus pungens Godr. (et L.?) »A este tipo especifico pertenecen de Espana los D. mu/ticeps Costa, D. altenuatus Sm., D. catalaunicus Pourr., D. Anticarius B. et R. y D. melandrioides Pau. »No cito el D. Coste Wk., porque pertenece al D. multiceps Costa, probablemente. »El D. Coste Freyn, ap. Reverchon, pl. d’Espagne 1892, ntun. 816, es una forma! del D. calalaunicus Pourr. 8. brachy- phyllus Wk., general en toda la parte austro-occidental de Teruel, desde Albarracin y Javalambre hasta Rubielos de Mora, penetrando en Valencia hasta Titaguas, El Toro, Barra- cas, La Puebla de Arenoso y Sierra de Espadan. (D. Requienii au). »Dianthus pungens L. »Segin el Sr. Trémols, esta planta ha sido citada por varios naturalistas catalanes como D. altenuatus Sm. No parece exis- tir fuera de Cataluna. »D. attenuatus Sm. tipo.— D. attenuatus var. catalaunicus. Vaireda ad Societ. bot. bare. 1875. »La planta colectada por el Sr. Vaireda en Monsoli (Gerona), a mi parecer pertenece al tipo y no a la variedad 6 subespecie D. catalaunicus Pourr. »D. melandrioides Pau.—D. valentinus Wk. ~ + D. catalau- nicus Bourr. var. brachyphyllus Wk. 9.— D. valentino xX Re- quienti Pau, not. m1, p. 15. »Planta rarisima de los montes de El Toro. Es posible descu- brirla al extremo oriental de la meseta formada por El Toro, Barracas y San Agustin, en donde los padres viven en com— pania. »Dianthus valentinus Wk. »Esta variedad del D. Broterii B. et R. no se cita en la parte austro-occidental de Aragon, existiendo en abundancia en San Agustin y Olba, siendo notable esta localidad por los 900 m. que casi se halla elevada sobre el mar. Tampoco se indica en 240 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA las cercanias de Barcelona, existiendo en los montes de San Gervasio. »Dianthus cesius Sm., ex auct. sax.! helv.! et gall.!—D. Ca- ryophyllus Asso (p. p.) »EL Sr. Willkomm admite esta especie con doble duda y diciendo al fin de su Observacion: «An potius forma humilis D. hispanici Asso (var. @) in Aragonia australi communissimi?» »El D. hispanicus de Asso es poco frecuente, si no falta en absoluto, en los sitios indicados mas arriba para el D. catalau- nicus 8 brachyphyllus. Fuera de esta region se encuentra, qui- zas sustituyendo 4 esta ultima forma. »Yo creo y repito que la muestra remitida por D. Bernardo Zapater, de Orihuela, y que tengo delante, pertenece en rea— lidad al D. ce@sius Sm. Sera facil esté equivocado por no poseer bastante practica y carecer de conocimientos suficientes pare ser autoridad en la materia; mas digo, que a conocer mi equi- vocacion, yo mismo me apresuraria a confesar el error. »Dianthus laricifolius B. et R.—D. Caryophyllus Asso, p. p.— D. graniticus Jord. var.? »Esta especie, afine 6 variedad del D. graniticus, falta en las sierras de Albarracin y Manzanera, como dije en mis .Volds; se encuentra en el Moncayo segun descubrimiento reciente de D. Benito Vicioso. »D. virgineus L. »Difiere del D. brachyanthus Boiss, por el desarrollo mayor de todos sus Organos, por ser mas herbaceo, por las aristas del calicillo mas largas y por los dientes calicinales redondeados en su apice que no se cierran tan exageradamente como en el D. brachyanthus. »El D. brevistylus Timb. es forma diversa. »D. brachyanthus Boiss. »El Sr. Willkomm no puede admitir que sean especies para- lelas el brachyanthus y virgineus: no discutamos el paralelismo: concédame que el D. brachyanthus B. no es mas que subes— pecie del D. virgineus L. (et auct. gall.) yme doy, por hoy, satisfecho. Nola. ¥En la sierra de Vicort recogid D. Benito Vicioso cierta forma que tengo como indescrita y que ya publique, de aspecto que recuerda al D. brachyanthus 7 nivalis Willk. »No debe pertenecer al D. drachyanthus porque esta especie DE HISTORIA NATURAL. 241 no se encuentra en aquella region. En la provincia de Teruel es poco frecuente, y nicamente se encuentra en las mayores alturas la planta de Boissier y rara (Badal, Zapater, Pau). Hay dos variedades Jongicaulis y brevicaulis (tipo). D. hispanicus Asso. »A la especie de Asso pertenecieron probablemente cuatro especies diferentes. A saber: D. hispanicus Asso, D. catalauni- cus var. brachyphyllus Wk., D. brachyanthus Boiss. y D. am- biguus Pau. »El D. hispanicus Asso se encuentra en Pancrudo (Badal), Bronchales (Zapater), Calatayud (Vicioso), fuera de Aragén (Porta y Rigo, t. nt, 1891, num. 211, p. p.), en Caparroso (Ruiz Casaviella).—La muestra navarra difiere (?) algo del tipo. »E] D. ambiguus parece acercarse mas al D. brachyanthus que al D. hispanicus. Del primero se aparta por sus hojas tenues y mas largas; del D. hispanicus por su calicillo de esca- mas lanceoladas, largamente puntiagudas, dientes del caliz aleznados y caliz aovado principalmente. »Exs. Reverchon, pl. de l’Andal., 1889, nim. 413; Porta y Rigo, loc. cit. »Syn. D. hispanicus var. £) australis Willk., prod. 1, p. 690 (non Asso). »Entre las secciones drachylepides y macrolepides ambigua. La figura de las escamas le acercan a las formas espanolas del grupo especifico D. attenuatus Sm.» También did lectura el Sr. Vicesecretario a la siguiente nota de D. Luis Aterido, Jardinero primero del Botanico de Madrid: Nuevos datos para la Flora de Madrid. «Hago mencidn en la presente nota de dos nuevas especies para la Flora de la provincia de Madrid, encontradas en sus alrededores durante la primavera del corriente ano, en las ex- cursiones que hago cuando mis ocupaciones me lo permiten. Dedico el tiempo que el servicio del cargo que ejerzo en el Jardin Botanico de Madrid no me lo impide, recolectando por mi cuenta plantas espontaneas para mi herbario particular, y semillas con que enriquecer el catalogo de las que se publican anualmente por el Botanico para los cambios con los estable— cimientos similares del extranjero. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 16 212 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA »Una es la Hohenackeria polyodon Coss. et Dur., planta de la familia de las Umbeliferas, que es bastante notable y muy cu- riosa por tener las hojas indivisas, lo cual no ocurre con fre— cuencia en dicha familia siendo tan numerosa, y solo dos @éneros indigenas son los que se encuentran en este caso, el Bupleurum, que cuenta con algunas especies espontaneas en muchas: partes de Espana, teniendo la Hohenackeria sus um- belitas sentadas en las axilas de las hojas. »Si bien dicha especie ha sido encontrada hace pocos anos por un viajero aleman cerca de Aranjuez, segtin la cita don Miguel Colmeiro en su Hnumeracion y revision de las plantas de la Peninsula, y del Sr. Willkomm en el suplemento al Pro- dromo dela Flora hispdnica, publicado Ultimamente, ha pasado desapercibida para muchos, teniéndola a4 las puertas de Madrid, en el Cerro de las Penuelas, cerca de la linea de circunvala— cién, en union de otras especies que también nacen esponta— neas en el Cerro Negro, y que pueden recogerse por los que tengan aficidn al estudio de las plantas en el citado Cerro de las Penuelas. »La otra es el Zrifolium spwmosum L., de la familia de las Leguminosas, citado en algunas provincias de Espana y encon- trado en flor y fruto por primera vez en el mes de Mayo, en el sitio llamado Pradolongo, cerca del canal del Manzanares, en una excursidn que hice con mi amigo el Sr. D. Lucas Fernan- dez Navarro, y que result6 muy provechosa por las muchas especies que se encontraron. Seguimos recorriendo aquellos sitios hasta el puente de la linea de Andalucia, que atravesa- mos para pasar al lado izquierdo de la Pradera del Canal y llegar 4 la Cueva de la Bruja, donde se encuentran especies propias de aquella localidad, entre ellas algunas interesantes, »Cerca de la cuarta esclusa volvimos 4 ver unos rodales del referido Zrifolium, que también se ha escapado a la vista de los que se dedicaron 4 recolectar plantas espontaneas y fre- cuentaron aquellos lugares, que merecen visitarse por encon- trarse no muy lejos de la poblacién, y porque en ellos pueden recogerse bastantes especies del mismo g@énero, por ser de los que en Espana estan representados con mayor numero de plan- tas, aleunas de inflorescencia mucho mas pequena, y por lo tanto, muy facil de pasar desapercibidas para el colector. »El allio anterior mencioné en los ANALES dos plantas que DE HISTORIA NATURAL. 243 recogi en la ribera del Manzanares en el mes de Septiembre, las cuales no estaban citadas en la Flora de la provincia. Pro- meti buscarlas y he recorrido los mismos sitios acompanado del ayudante de jardineria Sr. Pioz, dandome iguales resulta- dos la excursién de este ano. Se recogieron algunos ejemplares de las dos especies, por lo que creo puedan considerarse como espontaneas en la provincia de Madrid, una vez que han sido halladas dos anos seguidos en las mismas localidades. »El Amarantus spinosus L. siendo planta anual, pudieran sus semillas haber sido arrastradas durante el invierno por la co- rriente de las aguas y desaparecer de los sitios donde fué en- contrada el ano anterior, lo cual no ha sucedido, demostran- dose con esto su existencia. La Pascalia glauca G..Orteg., como planta perenne, aunque las semillas hubieran desapare- cido por causas analogas, se podria propagar por sus raices que son vivaces, y por consiguiente, vivir en terreno a propd- sito para su desarrollo. »Cuatro son, por tanto, las especies con que se puede au- mentar e! nimero de las que contiene la Flora de la provincia de Madrid, habiendo destinado ejemplares de todas ellas al Herbario espanol, que existe en el Jardin Botanico, en el cual no figuraban dichas especies, como tampoco existia en el general la Hohenackeria, siendo mis deseos que se aumen- ten las que contiene, tanto con nuevas localidades, como con las especies que no estén citadas en la Flora de la provincia y que vaya encontrando en mis diversas excursiones. De este modo quisiera poder contribuir con mis pequenos esfuerzos a su aumento, procurando investigar los puntos que recorro con el interés del que mira por el desarrollo de la Ciencia a la que le Neva su aficién, guiado por el ejemplo que le dan sus jefes y las personas que se dedican al estudio de los diferentes ramos de la Historia Natural.» —El Sr. Becerra (D. Antonio) did cuenta de una excursién a Montén de Trigo en los siguientes terminos: . «Montén de Trigo es uno de los picos mas altos de la cordi- llera del Guadarrama, esta situado 4 unas 4 leguas del Espinar (provincia de Segovia) y enlaza con los Hamados Marichiva, Pena el Aguila y Pefota, muy caracteristico este ultimo por aparecer su cima como bifurcada, y por ser el primero a partir del Puerto de Guadarrama. El deseo de recorrer la garganta 244 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA del Espinar, famosa por los extensos pinares que la cubren y que se extienden hasta la falda de la primera de las montanas citadas, nos hizo organizar una expedicién que realicé en compania de nuestro consocio el Sr. Bolivar el 1.° de Septiem-— bre ultimo. »La hora convenida para salir del Espinar eran las siete de la manana, pero una espesa niebla que cubria las monta— flas que rodean al pueblo, acompanada de vez en cuando de menuda lluvia, nos hizo retardar la salida hasta las ocho, hora en que montamos a caballo y emprendimos el camino por el atajo del pueblo a la estacién de la linea férrea, que dista una legua, y en cuyo trayecto tuvimos ocasidn de recoger al- gunas especies interesantes que abundan en los alrededores del pueblo, entre otras, el Clenodecticus pupulus Bol., Ameles Spallanzania Rossi, Leptinia attenuata Pantel, no citada hasta ahora de regidn tan al N., la Hphippigera areolaria Bol., y al- gunos ejemplares de Almana, Phytocoris y otros ortépteros y hemipteros interesantes, que con los lepidépteros casi son los vinicos ordenes de insectos que en esta época suelen tener re— presentantes. A las nueve y media llegabamos por fin’a la garganta, entrando por el molino del mismo nombre y des- pués de pasar el vado de Navalpajarejo y antes de llegar a la majada de los Guijos, hicimos un pequeno alto, recogiendo a orillas del rio Moro algunos ejemplares del Carabus Guadarra- mus y de la Prostemma albimacula, especies siempre aprecia— das, asi como de algunas otras que no enumero, porque aun-— que notables, estan ya citadas de esta region. »Poco después reanudamos la marcha por entre espesos pi- nares, salvando multitud de pequenos regatos, cuyos nombres son los de Arroyo Cardosillo, Retamalon, Horcajo, Puesto del Rey y otros que vierten sus aguas en el cauce de rio Moro, a lo largo de cuya orilla derecha va el camino rio arriba hasta el nacimiento de aquél, en Ojos de rio Moro, al pie de Montén de Trigo. »Serian las once 6 poco mas cuando llegamos al sitio denomi- nado las Tabladillas, pequeno escampado donde se encuentra situada la caseta del ingeniero de montes encargado del Pinar. A partir de este sitio nos quedaba atin, seguin el guia, como una legua de camino, pero muy quebrado y de bastante pen- diente, recorriéndola en poco mas de una hora por las dificul- DE HISTORIA NATURAL. 215 tades del terreno y llegando al pie de Montén de Trigo, donde hicimos alto para almorzar, antes de emprender la penosa su- bida a la clispide de la montana. Tardamos en subir unas dos horas, en parte por las dificultades del terreno, que sobre todo en la proximidad de su cima esta cubierto de enormes cantos amontonados unos sobre otros, y entre los que crece en abun- dancia el Juniperus sabina, y en parte también, porque nos de- tuvimos bastante cazando las varias especies de insectos que habitan a estas alturas y que son caracteristicas de ellas, tales como el Slenobothrus Uhagoni Bol., el Gomphocerus maculatus Thunb., y el Pezolettiz pedestris L., encontrandose ademas los Stenobothrus stigmaticus Ramb., Panteli Bol. y biguttulus L. y la Ephippigera Stali Bol., esta ultima de coloracién mucho mas obscura que la de los ejemplares recogidos mas abajo. El dia habia despejado y la atmosfera libre de nubes, nos permitia contemplar el grandioso panorama que se distingue desde aquella altura. Delante de nosotros y de la parte de Madrid, siete picos, limitado a uno y otro lado por los puertos de Nava- cerrada y de la Fonfria y a lo lejos una inmensa llanura en la que con los anteojos distinguiamos numerosos pueblos, y, por ultimo, Madrid, al N. la provincia entera de Segovia y en primer término San Ildefonso y Segovia. »Este panorama por si solo basta para compensar de las mo- lestias del viaje. Pocas especies encontramos en el mismo pico, pero en cambio jamas he visto mayor ntimero de ejemplares de la Coccinella septempunctata L., de la que habia entre las penas verdaderos montones, sin que pudiéramos explicarnos la causa de esta abundancia ni la presencia de este insecto afidifago en sitio en que tan pocos pulgones existen. »A nuestra bajada tuvimos atin ocasidn de recoger a lo largo del rio Moro y debajo de las piedras el Carabus ya citado y los Ghiliani y helluo, el Pezotettiz y otras especies apreciadas por los entomdlogos. »Esta expedicién, realizada en época mas 4 propésito, creo que seria muy productiva por la calidad y la cantidad de las especies que podrian recogerse de Entomologia y de Botanica, por lo. que nos proponemos repetirla en el préximo mes de Julio, cuya primera quincena es quizas la mas conveniente para los fines indicados. » —El Sr. Cortazar leyé lo siguiente: 246 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA «El gedlogo americano G. F. Becker, en una nota que ha presentado a la Sociedad Espanola de Historia Natural, trata de sostener que la teoria propuesta por el sabio gedlogo é in- geniero de minas espanol D. Casiano de Prado, para explicar la formacion del criadero de cinabrio de Almadén no es satis- factoria, y para ello contesta a los Sres. Calderon y Fernandez Navarro, que defendiendo las ideas del Sr. Prado, combatieron en la misma Sociedad las del Sr. Becker. »Dice éste para atacar como insuficiente la teoria de Prado, segun la cual el cinabrio vino a formar parte de los criaderos de Almadén, sustituyendo en cierta proporcidn el cuarzo de las capas de arenisca entre que se halla, que si bien es verdad que en algunos casos la cantidad de sulfuro de mercurio llega al 50 por 100 de la mena, es excepcionalmente, siendo lo mas general que la riqueza no pase del 15 por 100, pues asi lo de- muestran los ejemplos consignados por los Sres. Bernaldez y Rua Figueroaen su Memoria acerca de las minas de Almadén y Almadenejos, donde también se dice que las muestras mas ricas de las reservas del criadero de San Pedro y San Diego no suelen pasar de un contenido en mercurio de 34 por 100. Todo lo que se confirma, observando que la ley media para todos los minerales no debid exceder gran cosa de 10 por 100 en el ano de 1886, pues que con el beneficio sdlo se obtuvo 9,50 por 100. »Con estos datos trata el Sr. Becker de determinar el espacio correspondiente que el cinabrio ha de ocupar entre la cuarcita de la mina, y para ello senala la proporcién de huecos, corres- pondientes 4 la porosidad, que existe en diferentes rocas, va- liéndose de los datos del Dr. T. Sterry Hunt y del senor EK. W. Shaw, segtin los cuales, aun en las areniscas empleadas en la construccién, los espacios vacios entre los elementos constituyentes varian desde 0,0139 hasta 0,037, y es facil cal- cular que si semejantes rocas se cargasen de cinabrio, darian minerales tan ricos como los de Almadén, sin que hubiese ne- cesidad de admitir ninguna sustitucién de cuarzo por sulfuro de mercurio. »Contra este argumento basta observar que cuando se cal- cinan en Almadén cuarcitas impregnadas de cinabrio, queda un residuo tan poroso, que puede deshacerse facilmente entre los dedos, hecho ya consignado por el Sr. Prado y que todos DE HISTORIA NATURAL. 247 los dias puede comprobarse, viendo cémo salen los residuos de la destilacién del mercurio en los hornos de Bustamante, y esto no sucederia, si tan sdlo desapareciese por el beneficio la materia interpuesta en los poros ordinarios de la roca. El hecho es tan convincente, que el Sr. Becker tiene que tomarlo en cuenta, pero procura explicarlo, atribuyéndolo, mas bien que a la separacién del sulfuro de mercurio, 4 la descomposicién de la pirita de hierro que acompana al mineral. Semejante afirmacidn carece de fuerza, pues precisamente los minerales mas ricos en cinabrio son los que ordinariamente menos pirita de hierro contienen, y ademas es insostenible la premisa de que el mineral de mercurio solo haya venido a ocupar los poros de la arenisca, pues hubiese resultado asi una roca com- pletamente compacta, lo que no sucede, ni puede suceder, en realidad, con ningun cuerpo de la naturaleza. »Por otra parte, no admitiendo sino la interposicién del ci- nabrio entre los poros, seria imposible explicar los casos en que este mineral se hallaen la mina casi completamente puro, y cuando la pirita no existiese, caso no extrano, los residuos de la calcinacién tendrian el mismo aspecto que las cuarcitas no metaliferas del pais, lo que todos cuantos han pasado por Almadén saben que no es cierto. »Los datos y consideraciones del Sr. Becker solo sirven para confirmar que las rocas de todas partes tienen poros, y esto nadie lo niega, ni lo ha negado, cualquiera que sea la forma de los elementos, ya sean esferas, elipsoides, particulas irre- gulares 6 todo combinado. »Si es dificil explicar, siguiendo las ideas del Sr. Becker, aquellas circunstancias en que el cinabrio se halla puro en el criadero, aunque se suponga que éste se habia concen- trado en una cavidad preexistente, aun es mas dificil com- prender los casos en que la cuarcita va mezclada con él en pequenha proporcidn, como se dan ejemplos, pues habia que admitir que los poros de la roca representan un volumen mu- cho mayor que el del material existente. »La afirmacion del Sr. Becker de que en un filén donde hay minerales y gangas mezclados, sea usual considerar ambas sustancias como depositadas simultaneamente, ni se ha admi- tido nunca desde el tiempo de Werner, ni pueden aceptarla los gedlogos, fuera de contadisimos casos, como tampoco ad- 248 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA mitiran que la estructura en bandas para los filones sea con- secuencia de cambios en la temperatura de la disolucién que arrastraba el mineral y las gangas, y en cambio, a pesar de la negativa del mismo Sr. Becker, una sustitucidn de un cuerpo por otro puede verificarse en una roca, sin que sea indispensa- ble que los elementos primitivos queden con los angulos re- dondeados y su superficie corroida, pues esto dependera de las causas productoras de la sustitucion. »Tampoco es aceptable la idea de que las sustituciones deben verificarse con seudomorfismo, pues para esto seria, no sdlo indispensable la sustitucién, sino la conservacién de la forma cristalina primordial, y bien se comprende que una y otra cosa son independientes. »Menos justificada es la asercidn de que unicamente en el caso en que el cinabrio se presenta en filoncillos cruzando los granos de cuarzo, es cuando la calcinacién desagrega la pie- dra, pues Semejante circunstancia solo puede considerarse como una excepcion, y no eran ciertamente ejemplares de estos ex— cepcionales los que calciné Prado, ni los que se calcinan todos los dias, dejando como residuo una cuarcita completamente desmenuzada. »Debemos, no obstante, hacer constar, que si bien la teoria de la sustitucién del cuarzo por el cinabrio para explicar la formacién de los criaderos de Almadén es preferible a la de sedimentacion simultanea de ambos minerales de la disolucion que los contenia, a nuestro modo de ver tampoco es Cierta, y es mucho mas aceptable la idea de considerar el origen'de toda clase de filones, como resultado de la concentracién de sus— tancias diseminadas primordialmente en la misma roca donde se encuentran los criaderos, es decir, por fendmenos de segre- gacidn ocasionados por las acciones moleculares, ciertas y constantes en todas partes, y que pueden atribuirse fundada— mente a fendmenos electro-teliricos, tinicos capaces de justifi- car otra multitud de hechos, como la constitucién de los nodu- los y fajas de pedernal existentes entre las margas y calizas cretaceas y terciarias; los granos de hierro oxidado que se ven entre las arcillas blancas jurasicas; los cristales de pirita de hierro bastante frecuentes entre las calizas lidsicas; los rinones de fosfato de cal muy abundantes dentro de las margas de va-— rias edades; las oolitas en general; las formas globosas de mu- DE HISTORIA NATURAL. 249 chas sustancias pétreas; las zonas diversamente coloridas de las agatas; las arborizaciones de cobre’, plata y oro nativos, entre el cuarzo de los filones; las bolsadas metaliferas; y otros muchos fendmenos geoldgicos, para los cuales no puede pres— cindirse de las fuerzas moleculares, manifiestas en la repulsién eléctrica, la atracciOn entre sustancias andlogas, la afinidad quimica, la fuerza cristalogénica, etc., etc., segun ha demos- trado cumplidamente, hace largo tiempo, el sabio Inspector del Cuerpo de Minas de Espana D. Manuel Fernandez de Cas— tro (1), teoria que cada vez se confirma mas y halla nuevos adeptos, conforme ha indicado el Sr. Calderén en su trabajo Lorigine des filons métalliferes. »En resumen, la formacidn de los filones de Almadén puede explicarse mejor que con las ideas emitidas por el Sr. Becker, con el procedimiento de sustitucidn ideado muchos anos hace por el Sr. Prado, pero es preferible a todo ello la teoria de la concentracién de las moléculas metalicas por medio de fend— menos electro-teluricos, que al mismo tiempo que reunian el sulfuro de mercurio diseminado entre las rocas sedimentarias de la comarca, y del que atin quedan restos bien perceptibles en muchos sitios, actuaban arrastrando el cuarzo excedente en las capas donde tenia lugar la concentracioén metalifera; es decir, que la disolucién, por mas que realmente existia, se verificaba en seco, sin auxilio de disolventes especiales difici— les de encontrar y completamente innecesarios para el des— arrollo de corrientes eléctricas, capaces de ejecutar el trans— porte de las sustancias y agrupacidn de las de la misma clase unas junto a otras. »La generalidad de la teoria de la segregacién, que es pre- cisamente lo que la abona, se confirma en el criadero de Al- madén, y en el discurso antes citado, asi como en la contesta- cidn al mismo dada por el Sr. Echegaray pueden encontrarse cuantos detalles se necesiten respecto a este asunto.» | —El Sr. Fernandez Navarro (D. Lucas) leyd la nota que sigue: (1) Discurso de recepcién en la Real Academia de Ciencias Exactas, Fisicas y Na- turales.—Madrid, 2 de Junio de 1878. 250 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Mas sobre la teoria de la sustitucion en Almaden. «La nota del Sr. Becker, contestacién a la de D. Salvador Calderon, inserta en el cuaderno 1.° del tomo xxi de nuestros ANALES, en la cual el gedlogo americano hace referencia & varias de las afirmaciones que contenia mi comunicacion diri- ewida al distinguido consocio de Sevilla, me obliga a molestar vuestra atencidn unos momentos, tanto para ampliar algunas de mis observaciones anteriores, como para oponer ciertos re- paros 4 las conclusiones que en dicha nota sienta el senor Becker. »El excelente trabajo que acaba de leer nuestro Presidente, eran autoridad en esta materia por el conocimiento que tiene de los criaderos de Almadén, me excusara de tratar algunos puntos que en él quedan, segun mi opinidn, mas que suficien- temente contestados. Tal ocurre en primer lugar en lo que se refiere 4 la desintegracion de la roca por la accién del calor, respecto a lo cual nada tengo que anadir, sino es el citar mis experimentos nuevamente llevados 4 cabo sobre ejemplares de tres tipos, procedentes de Almadén. Reducidos los tres 4 lami- nas iguales, proximamente de un milimetro de espesor, y ca- lentados los tres 4 la vez sobre una placa metalica durante aleun tiempo, he observado que uno de ellos, arenisca muy cinnabarifera y nada piritifera ni carbonosa, se volvia suma-— mente friable; otro muy piritifero y poco cinnabarifero, pre- sentaba después del experimento una mayor facilidad para su desagregacidn, pero en grado mucho menor que el anterior; por ultimo, el tercer trozo, correspondiente 4 una arenisca cimentada por calcedonia y con solo alguna que otra pinta de cinabrio, seguia después de sometida al calor, con el mismo grado de agregaciOn que tenia antes. »Habiendo sido conducido Prado @ su teoria de la sustitu- cidn, en vista del efecto del calor sobre el mineral de cinabrio y por la riqueza cinnabarifera del mismo, a estos puntos dirige Becker principalmente sus razones, contestadas en cuanto a lo primero con lo dicho por el Sr. Cortazar en su nota anterior y por mis observaciones precedentes. »En cuanto a lo que se refiere al segundo punto, es de notar DE HISTORIA NATURAL. 251 que Becker sélo demuestra la posibilidad de que hubiera in- tersticios suficientes para ser rellenados por el cinabrio, para lo cual se vale de los datos suministrados por areniscas del Canada, Ohio y Yorkshire, areniscas cuya estructura no da a conocer, pero que es casi seguro sera distinta de la que pre- sentan las de nuestro Almadén. Estas ultimas, como ya afir- maba en mi anterior comunicacién, estan constituidas por granos de cuarzo cimentados por calcedonia, sin dejar entre estos materiales el mas pequeno espacio; es decir, que no existen mas que los poros fisicos invisibles y que tenemos que admitir en todos los cuerpos para la explicacion de ciertos fe- nomenos. Sentado esto, la presencia del cinabrio sdlo puede explicarse por la sustitucién de la calcedonia por dicho mine-— ral, pues en el caso del relleno de los poros vendria a resultar, como dice muy bien el Sr. Cortazar, una roca completamente compacta. »Ademas, que en este caso debiera coexistir la calcedonia con el sulfuro de mercurio y no observarse la perfecta relacién que existe entre las cantidades de ambas sustancias, de modo que como ya hice observar anteriormente, a medida que au— menta la riqueza en cinabrio, disminuye la calcedonia que trababa los granos de cuarzo. Este hecho queda perfectamente explicado con la teoria de la sustituciOn, sin que haya que re- currir 4 la suposicién completamente gratuita é insuficiente de que «cuando se precipitaba el sulfuro con abundancia, se fraguaban pequenas camaras en el cuarzo 6 la calcedonia.» »Y ala vez que vemos la dificultad de explicar estos hechos por la teoria de la impregnacién 6 relleno de cavidades pre— existentes que defiende el gedlogo norte-americano, encontra- mos que el examen macroscépico y microscdpico de la roca viene 4 confirmar nuestra hipdtesis de una sustitucién. En efecto, observada una arenisca muy cargada de cinabrio y otra en que dicho mineral falte completamente, vemos exacta- mente igual disposicién en el sulfuro de la primera que en la calcedonia de la segunda, y en ambos casos dichas sustancias ocupando los intersticios que dejan entre si los granos de cuarzo (que no tienen, ni mucho menos, el aspecto de marca— damente rodados que les asigna Becker), haciendo el papel de cimento que los traba, como indica muy claramente la figura adjunta, hecha por una fotografia directa, de arenisca muy 252 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA cinnabarifera vista al microscopio; en ella el cinabrio es el elemento que aparece con color mas oscuro. ; »Conviene insistir mucho sobre esta disposicidn del cinabrio en las areniscas, tan distinta de la disposicién en venas 6 cor- dones que les asigna el distinguido gedlogo. Tal vezen los ejemplares que éste ha tenido a su dispo- sicidn dominaria dicha estructura; pero enton— ces puedo desde luego afirmar que se trata de ejemplares pobrisimos y excepcionales. La in- mensa mayoria de los ejemplares del Museo de Madrid (y seguramente pasan de trescientos los 2 que hay repartidos en- tre todas sus colecciones), tienen el aspecto de los descritos por miy sdlo en alguno que otro ejemplar de los mas pobres y muy piritiferos se observan oquedades longitudinales, indu- dablemente preexistentes y rellenadas por el sulfuro de mercu- rio. Si esta disposicion no fuera excepcional, verdaderamente seria muy dificil explicar la concentracién del cinabrio por otro procedimiento que la impregnacidn, pero verificandose tan solo en contadisimos casos, nada se opone a suponer que dichas impregnaciones hayan tenido lugar en algunos puntos y en pequefisima escala, siendo el procedimiento general de formacion la sustitucién. »Para el estudio microscépico de la arenisca cinnabarifera, me remito 4 la comunicacién dirigida por mi al Sr. Calde- ron (1). En ella explico con algwin detalle, que no he de repetir aqui, como va desapareciendo la calcedonia al contacto del cinabrio que viene a disponerse exactamente igual que lo es- taba aquella, y como los contactos entre estos dos minerales, en aquellos puntos en que coexisten, no son limpios y bien (1) ANAL. DR LA Soc. Esp. pE Hist. Nat., t. xxi, pag. 65 de las Actas. DE HISTORIA NATURAL, 253 marcados como corresponderia a dos sustancias que no tuvie- ‘an entre si relaciOn alguna, sino que estan como difumados, sin que pueda decirse dénde empieza el uno y concluye el otro; esta disposicidn que se puede apreciar en algtin punto de la figura adjunta, no tiene explicacidn satisfactoria, dada su constancia, mas que en la teoria de una sustitucién. »Ahora bien; gcual ha sido el procedimiento para dicha sus— titucién? Punto es éste sobre el que no me atrevo 4 emitir una opinion definitiva, para formar la cual creo necesario hacer previamente un estudio detenido de las minas objeto del pre- sente trabajo. Cuando por mi parte haya podido hacer dicho estudio, tal vez publique algtin trabajo con el resultado de mis observaciones; pero en la actualidad, lo que de dichas minas conozco y el estudio de los ejemplares del Museo, solo me auto- rizan 4 afirmar que las areniscas en cuestidn deben su estruc-— tura actual a la sustitucién de su cemento calcedonioso (atin existente en algunos puntos) por el cinabrio, y que por lo tanto, el depdsito del mineral se verificd posteriormente a la forma- cién de la roca.» —EIl Sr. Pérez Zuniga presenté el siguiente estudio: Investigaciones sobre la contraccion muscular del cangrejo de rio (A stacus torrentium) (1). «Estudiando la contraccién muscular en distintos animales. mediante la aplicacién del método grafico principalmente, he encontrado en la correspondiente 4 los musculos del cangrejo algunas particularidades que tal vez tengan algun interés y que enumeraré sumariamente. »Para obtener curvas de la contraccién de los musculos del cangrejo, puede uno valerse, como otros autores han hecho, de los que sirven para los movimientos de las pinzas 6 de otros musculos aislados, siendo este medio el que quizis proporcione resultados mas exactos; mas, ensayando la inscripcién de los movimientos del pleon producidos por la contraccién de varios musculos, los resultados han sido idénticos a los obtenidos por (1) Estos trabajos los he realizado en el Laboratorio de Fisiologia de la Facultad de Medicina de Madrid, con la valiosa cooperacién del ilustrado Catedratico D. Be- nito Hernando. 254 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA la simple contraccién de un solo musculo, y en cambio resulta mucho mas sencilla la practica de la operacion. »El aparato de que me he valido es el midgrafo simple de Marey, inscribiendo los movimientos en el cilindro registrador con regulador Foucaul. Empleo con este fin, como en todos los casos en que hay que obtener curvas, el papel-tela, ahumado con el negro de humo producido por la combustién del alean- for. Por este medio hay la ventaja de que, una vez fijo el tra- zado a beneficio de un barniz (goma laca disuelta en alcohol es lo que siempre uso) y bien seco, puede servir como negativa fotografica y obtenerse de él reproducciones exactas en el papel sensibilizado (papel Maridn 6 al ferro-prusiato). »Coldcase el cangrejo en posicidn dorsal sobre la placa de corcho del midgrafo, sujetandole fuertemente con un vendo- lete y alfileres y dejando libre la porcidn abdominal, que es la que ha de quedar mas proxima al estilo inscriptor. Se atraviesa el telson en su parte central con un alfiler, que después se do- bla y sirve, 4 modo de ganchito, para reunirlo al estilo por medio de un hilo fuerte é inextensible. De esta manera se co- munica el movimiento que ha de ser registrado y que se pro- voca por excitacién eléctrica. Nosotros hemos empleado los choques de induccidn producidos por el aparato de Ranvier, ya aislados, ya repetidos con mucha frecuencia 4 beneficio del temblador anejo a la bobina, constituyendo la excitacién tetanica. »Los redforos excitadores se aplican sobre la parte ventral de los somites abdominales, bien transversalmente, bien ea direccién longitudinal. »Todos los ejemplares de miogramas adjuntos han sido obte- nidos girando el cilindro registrador con la velocidad de seis vueltas por minuto. »Hé aqui los mas interesantes resultados de estas investi- f@aciones: 1. »Las contracciones son muy enérgicas; la altura de la curva es considerable, aun con excitaciones relativamente dé- biles (Y= 125) fig. 1." (1). Pero repitiendo estas excitaciones, no dejando tiempo para que los musculos puedan reponerse, de- (1) Con la letra Sse indica la separacién de las bobinas primaria y secundaria conforme 4 la escala que lleva el aparato Ranvier. DE HISTORIA NATURAL. 255 crece la intensidad de la contraccién con mucha rapidez, las curvas disminuyen de altura (fatiga muscular) hasta desapa- recer por completo (figuras 2.", 3." y 4.°), aun cuando la inten- sidad del excitante vaya aumentando sucesivamente. fos Le \ a @, aslelets « 5p Ving ba aelcigle 27 ( De Madrid...... 105 — existentes en 1.° de Diciembre de 1894........- De provincias... 166 296 Del extranjero . 25 De los cuales son: INUMETATIOS edneress aeeeetes se Pe Oe De Ae ce ar OA 28 APTORAGOS:.... <0 de Ree aba he eet hewn. Bled Ord. cates Fa i. Soe a | 270 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA —E] Sr. Fernandez Navarro (D. Lucas) manifesté que, en- cargado de la biblioteca de esta Sociedad desde Abril del ano corriente, habia trabajado en su arreglo cuanto sus ocupacio— nes se lo han permitido, continuando la obra ya empezada y en gran parte llevada a cabo por su inolvidable antecesor se— nor Janer. Fruto de este trabajo era el poder adelantar la no- ticia de que en los primeros meses del ano proximo podria ver la luz el Catalogo de todo lo contenido en nuestra biblioteca. Afiadié que para entonces dejaba el hacer las consideraciones oportunas, que ahora habian de ser incompletas por falta de datos, y que se limitaba 4 dar cuenta del movimiento habido en el ano corriente hasta el dia de hoy. En Diciembre de 1893, la Sociedad espanola de Historia na- tural cambiaba sus ANALES con 46 sociedades y publicaciones periddicas, de las cuales tinicamente ha dejado de recibir du- rante este ano la Crénica cientifica, de Barcelona, por haber cesado en su publicacién. Autorizado por la Junta Directiva de la Sociedad para ampliar estos cambios, se han aumentado en la actualidad hasta el numero de 54. A continuacién va la lista detallada de todo lo recibido du- rante el ano 1894, advirtiendo que dejan de figurar entre los cambios algunas publicaciones que han sido ofrecidas por este concepto, pero que atin no han llegado a nuestro poder. A cambio: Academia de ciencias médicas, fisicas y naturales de la Habana.— Anales. Entregas 348, 349, 351, 352, 354 4 357. Academia nacional de Ciencias en Cordoba (Republica Argentina).— Bole- tin. Tomo xm, entregas 1-4. Tomo xm, entregas 1-4. Académie des Sciences de Cracovie.— Bulletin international. Comptes ren- dus des Séances de l'année 1893, Novembre. 1894, Janvier-Juillet. Academy of science of St. Louis.—Transactions. Vol. vi, n. 1-8. Annuaire géologique universelle.— Paris. Tome 1x, 2™°-4™ fase. Tome x, 1" fascicule. Archives néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. Haarlem.— Tome xxvii, 4™° et 5™ livr. Tome xxvii, 1'-4™* livr. Australian Museum. Sydney.— Report, 1893. Comision del Mapa geologico de Espana, Madrid.—Boletin. Tomo x1x (1892). Mapa de Espana en 64 hojas. Idem en una hoja. Entomologische Nachrichten. Berlin.—Jahrg. xx, n. 1-XXU. DE HISTORIA NATURAL. 271 Essex Institute. Salem.—Bulletin. Vol. 23, n°* 1-12. Vol. 24, n%® 1-6. Vol. 25, ni 1-3: Faculté des Sciences de Marseille Annales. Tome 1. Tome u, fase. (tv. Tome 111, fase. Iv. Geological Survey (U. 8S.) Washington.—Bulletin. N°* 82-86, 90-96.—Annual Report. 1889-90, part. 1, 11.—Mineral resources, 1891.— Monographs. Vol. xvi, xvi, xx.—Atlas to accompany the monograph on the geo- logy of the Euretra District Nevada, by Arnold Hague. Il Naturalista siciliano. Palermo.—Anno xu. N. 1, 2. Jornal de sciencias mathematicas physicas e naturaes.— Nim. xvii (Agosto de 1888). Segunda serie. Tomo 1, nums. 1-1v. Tomo 11, nums, y-viit. Tomo 1m, nimeros 1x-xI. De la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Musée Teyler. Haarlem.—Archiyes. Série 1. Vol. iv. 2™ partie. 1894. Musei di Zoologia e Anatomia comparata della R. Universita di Genova.— Bolletino. Vol. vi, numeros 151-165. Vol. 1x, numeros 166-178. Museo civico di Storia naturale di Genova. — Annali. Serie 2.8, vol. xm (XX XIII). Museum of Cumparative Zoology at Harward College. Cambridge. U.S. A. —Bulletin. Vol. xxv, ntimeros 2-10. National Museum (U. S.) Washington.— Proceedings. Vol. 14,15, 16.— Report. 1890, 1891, 1892.—Bulletin. Numeros 33-46. Naturforschenden Gesellschaft zu Freiburg. Berichte. Band. vr, 1-4 heft. Band. vu, 1, 2 heft. Naturhistorischen Hofmuseums. Wien.—Annalen. Band. 1x. Nr. J, 2. New-York State Museum.—Annual Report. 45 (1892), 46 (1893). Physikalisch medicinischen Gesellschaft zu Wurzburg.—Sitzung-Berichte. Jahrgang 1893, numeros 7-11. Jahrgang 1894, nimeros 1-4. — Verhandlungen. xxvu Band, Nr. 5. xxvii Band, Nr. 1. Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.—Boletin. Tercera época. Afio 11. Vol. 1, numeros 9 4 12. Revis.a de Sciencias naturaes e sociaes. (Orgao da Sociedade « Carlos Ri- beiro»). Porto. Vol. m1, numeros 9 y 10. Revue de Botanique. Toulouse.—Tome 1x (1891), numéros 107, 108. Tome x (1892), numéros 109-120. Tome x1 (1893), numéros 121-128. Royal Microscopical Society. London and Edimburgh. — Journal. 1893, Part. 6. 1894, Parts. 1-5. Royal Physical Society. Edimbourgh.—Proceedings. Session 1892-93, 1893-94. Sociedad cientifica «Antonio Alzate». Méjico.—Memorias y revista. Tomo vir (1893-94), numeros 3, 4, 11 y 12. Sociedad cientifica argentina. Buenos-Aires.— Anales. Tomo xxxy, entre- ga iv. Tomo xxxvl, entregas I-v1. Tomo xxxvil, entregas I-VI. Sociedad Geografica de Madrid.— Boletin. Tomo xxxy, nimeros 4.° 4 6.° Tomo xxxvi, numeros 1-10. 2712 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sociedade broteriana. Coimbra.—Boletin. Tomo x, fasc. 2, 3. Tomo x1, fas- ciculos 1, 4. . Societa entomologica italiana. Firenze.— Bulletino. Anno xxy, trim. 3 y 4. Anno xxv1, trim. 1 y 2.—Statuto e elencos.— Resoconti di Adunanze, dos cuadernos. Societa italiana di Scienze naturali. Milano. — Atti. Vol. xxx1. Vol. xxxn, fase. 1.° Societa romana per gli studi zoologici.— Bolletino. Vol. 11 (1898), nimeros vil, vit. Vol. 11 (1894), numeros r-iy. Societa toscana di Scienze naturali. Pisa.—-Processi verbali. Vol. rx. Ad. 21/1/94 4 6/5/94. Memorie. Vol. x11. Société botanique de Copenhague.—Journal de Botanique. Tome 19, fascicu- les 1 et 2. dl Société botanique de France. Paris.—Bulletin. Tome xt (hasta completarle). Tome x11, séances de Janvier a Juillet. Société d’ Histoire naturelle de Toulouse.—Bulletin. xxiv-xxv années. Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France. Nantes. — Bulletin. Tome 11, numéros 2-4. Société entomologique de Belgique. Bruxelles.—Annales. Tome xxxyiti, nu- méros Iv, VI, vl et X. Société entomologique de France. Paris.— Annales. Vol. uxmi (1894), 1° tri- mestre, 2™ fasc.; 2™° et 3™° trimestres. Société entomologique suisse. Schaffhausen.—Bulletin. Vol. yrrx (1-3). Société géologique de France. Paris.— Bulletin. 3™ série. Tome xix (1891), numéros 11-13. Tome xx, numéros 1, 3-6. Tome xx1, numéros 1, 8. Tome Xxil, numéros 2, 4 y 5. — Compte-rendu des séances, 1893, numéros 17, 18. 1894, numéros 1-13. Société impériale des Naturalistes de Moscou.— Bulletin. Année 1893, nu- méros 2-4. Année 1894. numéros 1 et 2. Société linnéenne de Bordeaux.—Catalogue de la Bibliothéque, 1° fase. Société linnéenne de Normandie. Caen.—Bulletin. Année 1892, fase. 1, 2. Société linnéenne du Nord de la France. Amiens.—Mémoires. Tome yiu1.— Bulletin. Tome x. Tome x1, numéros 235-246. Société ouralienne'd' amateurs des Sciences naturelles. Ekatherinemburg.— Bulletin. Tome x11, livr. 2 (1890-91). Tomo xaz, livr. 1. Société scientifique du Chili. Santiago.— Actes. Tome 1 (1892), tv livr. Tome 11 (1893), 1-v livr. Tome tv (1894), rt livr. Société zoologique de France. Paris.— Bulletin. Tome xvii. The American Naturalist. Philadelphia. — Vol. xxvu (1893), nim, 324. Vol. xxvur (1894), numeros 325, 327-335. Zoologiseh. botanischen Gesellschaft in Wien.—Verhandlungen. 1893, xum Band. tv Quartal. 1894, xLiv Band., 1, 1 Quartal. Zoologischer Anzeiger. Leipzig. —Numeros 435-462. DE HISTORIA NATURAL. 273 Como donativos: ABeILLE DE Perrin (M. Elzéar).— Notes pour servir a Uhistoire des malachi- des. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. ABELLA (D. Enrique), Vera (D. José de) y Rosario (D. Anacleto del),— Estudio descriptivo de algunos manantiales minerales de Filipinas. Manila, 1893. Dos ejemplares. Don. de los autores. Annaes de sciencias naturaes. Porto.—Anno 1, nimeros 1, 2. Aranzani (D. Telesforo de).— Observaciones antropométricas en los cacere- fios. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Ateneo tarraconense de la clase obrera.— Afio xv, nim. 9. Barsoza pu Bocace (José Vicente).— Memorias zooldgicas. Noticia acerca dos Arvicolas de Portugal. Lisboa, 1864. Don. de la Real Academia de Ciencias de Lisboa. : Briancuarp (Dr. Raphiiel).—Sanguijuelas de la Peninsula Ibérica. Tirada aparte de los ANALES DE 1A Soc. esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. — Contributions a l'étude des dipteres parasites. 2" série. Botivar (D. Ignacio).— Voyage de M. Ch. Alluaud dans le territoire d' Assi- nie (Afrique occidentale). Orthopteres. Extrait des Annales de la So- ciété entomologique de France. Don. del autor. — Ortdpteros recogidos en las Azores por el Sr. Affonso Chaves. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. — Ad cognitionem orthopterum Europe et confinium. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. BompBarpa (Prof. Miguel).— Contribuic¢do para o estudo dos microcephalos. Trabalhos clinicos e de laboratorio do Hospital de Rilhafolles. Lis- boa, 1894. Don. del autor. B. O.— Methodos usados na estagdo zoologica de Napoles para a conserva- ¢@9 dos animaes marinhos. Lisboa, 1898. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Borpace (Edmundo).— Noticia necrolégica del Dr. Fischer. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Brito Caretto (Felix de).— Catalogo dos peixes de Portugal. Lisboa, 1890. Don. de la Real Academia de Ciencias de Lisboa. Caprera y Diaz (D. Anatiiel).— Una excursion a los yacimientos prehistori- cos de Carmona. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hisv. nat. Dos ejemplares. Catperon (D. Salvador).— L’origine des filons métalliferes. Extrait de la Feuille des jeunes naturalistes. Don. del autor. -- Notas mineraldgicas. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. ESP. DE Hist. nat. Dos ejemplares. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 18 274 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Catperon (D, Salvador).—Recientes trabajos sobre el origen y formacién de los depdsitos de mercurio. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. — Observaciones sobre el mimetismo cromdtico cambiante. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. — Tratado de Paleontologia del profesor Zittel. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Ca.peErROn (D. Salvador) y Coaves (D. Federico). — Contribuciones al estudio de la glauconita. Tirada aparte de los ANALEs DE La Soc. Esp. DE His. nat. Dos ejemplares. Cat.esa (C.)—La region olfatoria del cerebro. Madrid, 1893. Don. del autor. Cana (D. Carlos).— Excursion a Cazalla de la Sierra y San Nicolas del Puerto. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Cuaves (D. Federico).— Un trabajo reciente sobre el origen de los fosfatos naturales. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Cuorrat (Paul).— Description de la faune jurassique du Portugal. Classe des céphalopodes. Premiere série: « Ammonites» du lusitanien de la contrée de Torres Vedras. Direction des travaux géologiques du Por- tugal. Lisboa, 1893. Don. del autor. Corre (E. D.)—On a collection of batrachia and reptilia from southwest Missouri. — Proceedings of the Academy of natural sciences of Phi- ladelphia. 1893. Don. del autor. — Second addition to the Knowledge of the batrachia and reptilia of Costa Rica.—American Philosophical Society. 1893. Don. del autor. Ferndnpez Navarro (D. Lucas).— El Doctor D. Manuel Janer y Ferran. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. — Minerales de Espana existentes en el Museo de Historia natural. Segunda nota. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. — Nota bibliogrdfica acerca del Compendio de Mineralogia del Sr. Latino Coelho. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Fewille des jeunes naturalistes. Revue mensuelle. Paris. —1™ série, XX1v année, numeros 279-289. 1894. Don. del Sr. Dollfus. Fuente (D. José Maria de la).— Notas para la entomologia de la provincia de Murcia. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Garcia DA Orta.— Coloquios dos simples e diogas da India. Lisboa, 1891. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Gomez ve LA Maza.— Catalogo de las Periantiadas cubanas, Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. Goreon ¥ pe Acosta (Dr. D. Antonio).— Los incendios, los bomberos y la higiene.—Habana, 1894. Don. del autor. Guyp.aon (D. Juan).—Apuntes para la fauna puerto-riquena. Octava parte. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Ese. De Hist. NAT. Hari (M. Edouard).— Restes d'elan et de lion dans une station préhistori- DE HISTORIA NATURAL. 275 que de transition entre le quaternaire et les temps actuels, a Saint- Martory (Haule Garonne). Extrait de «L’ Anthropologie.» Paris, 1894. Don. del autor. Indian Museum. Calecuta.— A guide to the zoological colletions exhibited in the invertebrate gallery. 1894. Jardin botanico de la Universidad de Valencia.— Catalogo de semillas. 1894. Kansas Academy of science.—Transactions. Vol. xi (1891-92). Latino Coe.no (José Maria).— Compendio de Mineralogia. Morfologia mi- neral. Lisboa, 1892. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa, LAzaro (D. Blas).—WNoticia necrologica acerca de D. Pedro Sdinz Gutiérrez. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Macuapo (Virgilio) e Macuapo (Achilles).— Chimica geral e analyse chimica. Vol. 1, metalloides. Vol. 11, metaes. Lisboa, 1892. Don. de la R. Aca- demia de Ciencias de Lisboa. Macuo pe Vevapo (D. Jerénimo).—Insectos lepiddpteros de Galicia. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejemplares. Madras Government Museum. Madras.—Bulletin. Num. 1. MELLO pe Marros (J. M. de).— Laboratorio maritimo de Aveiro. Da « Re- vista de Sciencias naturaes e sociaes.» Porto, 1894. Don. del autor. Meriden scientific association. Meriden.—Transactions. Vol. y. Mitwe-Epwarps (A.) et Bouvier (E.-L.)— Crustacés décapodes provenant des campagnes du yacht «l’ Hirondelle.+ 1 partie: Brachyures et Anomu- res. Monaco, 1894. Don. del Principe de Monaco. Monyvessus DE Battore.— La France et I Algérie seismiques. Paris, 1892. Don. del autor. — Le monde scandinave seismique. Stokholm, 1894. Don. del autor. — Etude critique des lois de répartition saisonniere des séismes. Extrait des « Archives des Sciences physiques et naturelles.» Geneve, 181. Don. del autor. — L’Europe central seismique. Extrait des «Archives des Sciences physi- ques et naturelles » Geneve, 1894. Don. del autor. — La Suisse seismique. Extrait des « Archives des Sciences physiaues et naturelles.» Geneve, 1892. Don. del autor. — México seismico. De las «Memorias de la Sociedad Alzate.» Méjico. Don. del autor. — Effets des tremblements de terre sur les constructions et moyens d'y remédier. Paris, 1894. Don. de] autor. Moragues (D. Fernando). — Insectos de Mallorca. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. esp. DE Hist. yat. Dos ejemplares. Museo nacional de Montevideo.—Anales. 1894. 1. Nery Detcavo (J. Filippe).— Sobre a existencia do terreno siluriano no Baixo Alemtejo. Lisboa, 1876. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. 276 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Pinuerro Caacas (Manuel).— Os descobrimentos portuguezes e os de Co- lombo. Lisboa, 1892. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Prodromus of a new system of the non-venomous snakes. Remprinted from the American Naturalist, May 1 st, 1893. Quiroca (D. Francisco).— El profesor D. Laureano Calderin. Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Ramon y Casa (D. Santiago).—Beitrdge zur feineren anatomie des grossen hirus. Separat abdruck aus «Zeitschrift fiir wissensch. Zoologie.»> Leipzig, 1893. Don. del autor. — Notas preventivas sobre la estructura del encéfalo de los Teledsteos. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nat. Dos ejem- plares. — Neue darstellung von histologischen Band des Centralnervensystems. Se- parat-abzug. aus «Archiy. fiir Anatomie und Physiologie anatomis- che.» Don, del autor. — Los ganglios y plexos nerviosos del intestino de los mamiferos y peque- fias adiciones a nuestros trabajos sobre la médula y gran simpatico en general. Madrid, 1893. Don. del autor. — Algunas contribuciones al conocimiento de los ganglios del encéfalo. Tirada aparte de los ANALES DE La Soc. Esp. DE Hist. nar. Dos ejem- plares. — Estructura del ganglio de la habénula de los mamiferos. Tirada aparte de los ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. nar. Dos ejemplares. Revista farmacéutica de Filipinas. Manila.— Afio 1 (1894). Num. 2. Riserro (José Silvestre).— Historia dos estabelecimentos scientificos, litera- rios e artisticos de Portugal. Tomos xvi, xvit y xy (1889-93). Lisboa. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Burney (Frank).— On the origin of certain Novaculites and Quartzites. From the Quaterly Journal of the Geological Society. 1894. Donatiyvo del autor. . Sata y Pons (Cl.)— La corteza cerebral de las aves. Madrid, 1893. Don. del autor. Sincuez Navarro (D. Emilio).— Noticia de un caso de xifodimia. Actas de la Soe. esp. de Hist. nat. Dos ejemplares. Seasra (Vizconde de).— A Colombiada, epopéa de ilme du Bocage. Lisboa, 1893. Don. de la R. Academia de Ciencias de Lisboa. Seoaun (D. José). —Diatomeas de San Lorenzo del Escorial. Primera parte. Madrid, 1894. Don. del autor. — Clave analitica para la determinacion de las principales especies leftosas espaftiolas por medio de sus hojas. Madrid, 1893. Don. del autor. Semanario farmacéutico. Madrid. — Afio xx1 (1893), numeros 49-51. Aflo xxl (1894), numeros 1-24, 26-35, 38, 40-45, 47-49. Don. de su Director D. Vicente M. de Argenta. DE HISTORIA NATURAL. 27 Sociedad .guatemalteca de Ciencias. Guatemala.— Revista mensual. Tomo uy, numeros 1-9. Société académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.—Bulletin. T. xt. Societé des Sciences historiques & naturelles de Semur.—Bulletin. 2™ série, n° 7 (1892 & 98). Société Ud Horticulture du Doubs. Besancon.—Bulletin. Numéros 36-47. Tufts college studies. Massachussets (U. S. A.)—N®° 1, 2, 3. Union industrial argentina, Buenos Aires.—Boletin, nimeros 294-296, Witison (Rev. Edmund B.)— Sermon preached at the north church. Salem, 1893. Don. del antor. Suspendida la sesidn por breves momentos para proceder a la eleccién de la nueva Junta Directiva, y verificada la vota- cidn, resultd elegida la siguiente Junta Directiva de la Sociedad espanola de Historia natural para el ano 1895. Presidente: D. Marcos Jiménez de la Espada. Vicepresidente : Sr. Marqués del Socorro. Tesorero: D. Ignacio Bolivar. Secretario: D. Manuel Cazurro. Vicesecretario: D. Carlos Hernandez. ° Bibliotecario: D. Lucas Fernandez Navarro. Comision de publicacion. D. Francisco de P. Martinez y Saez. D. José Macpherson. D. Blas Lazaro é Ibiza. Sesion extraordinaria celebrada el 31 de Diciembre EN HONOR DE D. LAUREANO PEREZ ARCAS. PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. DANIEL DE CORTAZAR. Abierta la sesién, el Sr. Presidente manifesté que el objeto de la reunién era honrar la memoria del Socio fundador de la 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA Sociedad cnuyo nombre encabeza estas lineas, segun acuerdo tomado por la Junta Directiva 4 peticién de varios socios, y concedioé la palabra al Sr. Martinez y Saez (D. Francisco de P.), 4 quien habia sido encomendada la noticia necrolégica de don Laureano Pérez Arcas en la sesion del 3 de Octubre. —El Sr. Martinez leyé la siguiente Noticia necrologica del Sr. D. Laureano Pérez Arcas. «Nuestra Sociedad, al verificarse el 24 de Septiembre ultimo la muerte de D. Laureano Pérez Arcas, perdid su fundador, porque los miembros que contribuyeron a su constitucién y nosotros y los que después la formen no haran sino continuar la obra cientifica que con tanto acierto inicio y sostuvo mu- chos afos hasta en sus menores detalles de ejecucién; y aun luchando con la enfermedad que hace tiempo era un obstaculo a las carinosas relaciones que con todos guardé, y especial— mente con los que tuvimos la suerte de tenerle por guia en este camino dificultoso de la vida, siempre conservo el interés por la Sociedad y la integridad de caracter y el amor a la cien- cia, que son buen ornamento de los que por deber 6 por aficién tienen la misién de cultivarla. »Bien se conoce que encargo tan importante, como el dejar consignadas en sus ANALES algunas noticias del que fué maes- tro de tantos, merecia que los socios le hubieran confiado a algunos de los que explican sus conceptos con correccién y gwalanura, como sabe hacerlo nuestro futuro Presidente y dis— tinguido companero el Sr. D. Marcos Jiménez de la Espada; pero ya que no pueda ahora hacer otro obsequio a nuestro finado amigo, aceptandolo ejercitaré la humildad por mi par- te, y contando con vuestra paciencia intentaré reunir algunos datos que, aunque hoy son conocidos de muchos, sirvan de ejemplo a nuestros sucesores para vencer los tropiezos que las circunstancias traigan al creciente desarrollo de esta Asocia— cidn, que esta, puede decirse, en el ano veinticinco de la fun- dacién, que rodeado de sus amigos y en su morada hizo el entusiasta naturalista y dignisimo catedratico cuya memoria sera siempre grata entre nosotros. »E] Imo. Sr. D. Laureano Pérez Arcas nacié en Requena el 4 de Julio de 1824, y era el Ultimo hijo de D. Eusebio Pérez DE HISTORIA NATURAL. 279 Chorrea y Dona Maria Antonia Fernandez Arcas, de cuya fami- lia ilustre y honrada, que hizo honor a su pais y 4 su patria, era su hermano mayor D. Antonio, Licenciado en Derecho, dignisimo ecOnomo muchos anos de esta parroquia de San Se- bastian, Secretario hasta 1868 de este Monte de Piedad, y sus tios D. Juan Arcas, coadjutor de la parroquia de Santa Maria de Requena, D. Pedro Juan, que en tiempo de Napoleén murié prisionero en Francia por defender, como artillero, a la heroica Zaragoza, y D. Juan Fernandez Arcas, del Consejo de S. M., su oidor, de la Real Cancilleria de Valladolid, de su gremio y claustro, y catedratico jubilado de Prima, Dean de la Facultad de Sagrados Canones de la Real Universidad de Alcala de He- nares. Ningun acto de su larga vida desmerecié de este abe— lengo, y, por el contrario, al tratarle daba 4 conocerse bien pronto la ventaja que Dios le concedio al permitir que tuviese de nino y de joven buenos ejemplos. »Curs6 la latinidad en aio y medio, en lugar de tres que se empleaban generalmente, con el famoso D. Miguel Moya, de- mostrando entonces aplicacion y aptitud para el estudio de las lenguas, y anos mas tarde en la facilidad con que aprendiod el francés, inglés y aleman, tan necesarios para sus estudios; y no se habian escapado estas cualidades del discipulo a su maestro que, en 1861, al darle gracias por el envio de su Zo0/o- gia, le dice «que no habria preceptores si no hubiera también discipulos que los honrasen con su aplicacién y adelantos; y esta satisfaccién se hace mucho mayor cuando el discipulo sobresale tanto en las ciencias que, no contento con aprender para si, esparce por el mundo literario los productos de sus tareas y vigilias»; y es de tener en cuenta que el Sr. Moya, sobre ser, seguin expresa, aficionado a las lecturas de Historia natural, pudo apreciar, por ser humanista, las ventajas de la «buena nomenclatura» y «diccidn correcta» de la obra a la que él se referia. »Marcho después a Madrid con el fin de estudiar leyes al lado de su hermano D. Antonio; pero el frecuentar los centros en que entonces principalmente se cultivaban las ciencias na- turales, el Real Gabinete de Historia natural y el Real Jardin Botanico, determind su decidida vocacién por ellas y por su profesorado. La catedra de Zoologia estaba desempenada con verdadera vocacién y con entusiasmo por el Ilmo. Sr. D. Ma- 280 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA riano de la Paz Graells, hoy decano de los catedraticos univer- sitarios y de los naturalistas espanoles, y sin duda, viendo la actividad de su discipulo, que con otros le ayudaban en el arreglo y clasificacién de las colecciones, y eran asiduos com- paneros de sus muchas expediciones cientificas por los alre- redores y sierras proximas a Madrid, fué nombrado con su aquiescencia Ayudante de la catedra de Zoologia del Museo de Ciencias naturales por Real orden de 17 de Diciembre de 1843. Al hablar de las condiciones, no tan faciles de hallar en los que han de desempenar este cargo como pudiera creerse, he oido decir varias veces al Sr. Graells que desde que dejé de ser su auxiliar, pues paso a otro puesto, no han lenado sus deseos las varias personas que sucesivamente le han ocupado. Los reformadores de la Ensenanza en 1845 pusieron desde lue- go en ejecuciOn su plan de estudios, y al efecto encargaron el desempeno de las catedras a personas de idoneidad 6 apti- tud reconocida, y asi recibiéd el Sr. Pérez Arcas el nombra- miento de Catedratico interino de Zoologia en la Facultad de Filosofia de esta Universidad, en 28 de Septiembre del citado ano, y sucesivamente el grado de Licenciado en Ciencias en 10 de Junio de 1846, el de Doctor en 2 de Julio del mismo ano, el de Regente de 1.* clase en Filosofia, seccién de Ciencias, en 30 de Enero de 1847, y para probar siquiera su aptitud al ser nombrado interino, solicité dispensa de edad, que le fué con- cedida, pudiendo firmar la oposicién 4 la catedra de Zoologia y obtenerla mediante aquella, y en su virtud fué catedratico propietario en 11 de Abril de 1847, en cuyo puesto alcanzé la categoria de término y el Decanato de la Facultad. No era in- compatible y si conveniente el concluir la otra carrera que emprendid y did por terminada al obtener en 12 de Febrero dle 1848 el grado de Licenciado en Jurisprudencia. »No sdlo cumplid desde luego exactamente sus deberes en la ensenhanza, sino que se dedicd a las investigaciones cienti- ficas en varios y vastos estudios zoologicos, pero principal- mente en los de insectos, conchas y peces. »En 8 de Mayo de 1847, su maestro Sr. Graells, Jefe local, para completar 6 mejorar la coleccién conquiliologica del Ga- binete de Historia natural, le encargé el examen, arreglo é informe sobre su adquisicién de la formada por D. José Deme- trio Rodriguez, consistente en 106 géneros, 132 especies y 3.188 DE HISTORIA NATURAL. 2R1 ejemplares de petrificaciones, muchas en mal estado, y con- chas, que estaba en el Jardin Botanico al morir tan benemé- rito catedratico del mismo. »Para tener idea de las dificultades que debian vencer los que se dedicaron entonces a estos estudios, bastara recordar las de viaje, y principalmente de comunicaciones y de trans— portes, pues cada carta procedente del extranjero costaba 5 reales y 8 las de Ultramar, y los ultimos dificiles aun por me- dio de intermediarios en las fronteras, ocasionados a pérdidas y tan lentos que a veces tenia tiempo la polilla de destruir los objetos en el camino. Desde entonces hasta que sus tempranos achaques y enfermedades le imposibilitaron de hacerlo, nues- tro llorado maestro y consocio tuvo larga correspondencia con los mas notables naturalistas extranjeros que cultivaron sus estudios favoritos (1), y al leer las cartas, aun siendo principal lo cientifico, déjase ver por las frases escritas por ellos el apre- cio que siempre hicieron de la acogida benévola, sincera y cordial que con todos tuvo. Ademas, con sus corresponsales nacionales y peninsulares (2) desempend muchas veces las de (1) He visto cartas de los senores siguientes: Abeille, Abicot, L. Agassiz, E. Allard, Baran, T. Apetz, Bauduer, Bedriaga, Bellier de la Chavignerie, J. Belon, Bernardi, Bertolini, Bohatsch, Bonvouloir, Bourgeau, Brancsik, Bruck, Buquet, V. Carus, Che- vrolat, Collin, Cornalia, Crosse, Crotch, Daube, Debray, De-Jozzi, De- Manuel, Des- brochers des Loges, Deshayes, E. Desmarest, Deyrolle, Dieck, Donckier, Dotie, L. Du- four, A. Dumeril, Duvivier, Grandin, Ed. Fairmaire, L. Fairmaire, Fallou, Feis- thamel, Flesch, Franck, Frauenfeld , Frey-Gessner, Galeazzi, Gassies, Gautier des Cottes, Gougelet, Guerin-Meneville, Guichard, Hampe, Harold, Heyden, Hoffmann, Hoge, Jacquet, Javet, Kiesenwetter, Koltze, Kraatz, Laboulvene, Leithner, Le-Thier- ty, Levrat, Linder, Lokay, Lucas, Manés, Marseul, Maschels, Ch. Martin, Masson, Melié, Mess, Meyer Diir, Miedel, Morelet, Cl. Miiller, Mulsant, Nou, Ch. Oberthiir, R. Oberthiir, Ogier de Baulny, Perris, Philippi, Piccioli, Pincitore Marott, Piochard, Pirazzoli, Plason, Poujade, Preudhomme de Borre, Putzeys, Raffray, Ragusa, Reiche, Ribbe, Roelofs, Rosenhauer, Rossmassler, Rouzet, Sallé, Arch. L. Salvator, Schauf- fuss, Schroeder, Sclater, Seidlitz, Semper, Senoner, Sharp, Signoret, Simon, Stau- dinger, Steindachner, Stierlin, Stoll, Szmolay, Tappes, Tarnier, Thibesard , Tissot, Tournier, Vallod, Van den Branden, Verreaux, Viaud Grand Marais, Villa, Vogel, Vuillefroy, Wankowicz, Waterhouse, Westerlung. (2) He visto cartas de los senores siguientes: Alvarez Albistur, Amor, Aragoncillo, Arango, Arias Teijeiro, Arigo, Barasona, Barboza du Bocage , Barcelé y Combis, Ba- nus, Bolivar, Bosca, Brito Capello, Calleja Ayuso, Cénovas, Cardiel, Cardona y Orfila, Carreras, Castellarnau, Castello de Paiva, Cayuela, Chape, Cisternas, Colmeiro, Co- rral y Lastra, Costa, Cuni, Cutanda, Ehlers, Elizalde, Escalante, Fernandez de Salas, Fuertes, Gagel, Gallegos, Garcia Alvarez, Gonzdlez Hidalgo, Graells, Grau, Guirao, Gundlach, Henriques, Herreros, Himmighoffen, Iradier, Isern, Jin.énez de la Espada, Jordana, Laguna, Latino Coelho, Lichtenstein, Lopez Seoane, Machado, Macho Ve- 282 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA guia 0 protector en sus investigaciones, generoso donante de los objetos dobles 6 aun unicos si era conveniente, y puso siempre en absoluto conocimientos, libros y medios al servicio de todos sus corresponsales, companeros y discipulos. »Desde 1848 establecié relacion con L. Dufour, el primer en- tomodlogo de su época, que sin reserva did los tipos espanoles que hacia cuarenta anos recogid en Espana 4 Latreille, en cuya coleccidn se perdieron, y Pérez Arcas, con sus comunica- ciones, le proporciono a Dufour el contento de tenerlos en su coleccidn, y no solo aquellos, sino otros muchos himendpteros, coledpteros, lepidépteros, dipteros, aracnidos, etc., y entre otros su Nemestrina, descrita en 1849 y dedicada a Pérez, su amigo de corazén, como le llama en una de sus cartas aquel anciano respetable, que tanto nos llamo la atencidn al verle en 1854 en los campos de esta capital con el conocido Perris y en union de Graells y Pérez. Este le proporcioné 4 Dufour los materiales espanoles para su Anatomia de los escorpiones, que obtuvo de la Academia de Paris el premio Monthyon, como le escribe en carta de 14 de Diciembre de 1851, y en otra de 1855 le dice que se disponia a escribir su Himenopterologia es— poanolay dedicarla a la Real Academia de Madrid, reconociendo con elogio en sus cartas que su amigo Pérez le proporcioné para ella muchos objetos recogidos en sus excursiones nume- rosas, asi como le facilitaron varios Comendador, Graells, Mieg y otros espanoles. »Por vicisitudes inherentes a las que tuvo el establecimiento, la Biblioteca del Gabinete de Historia natural llegé a estar por entonces en tal desorden, que no habia de ella un indice 6 in- ventario, y era dificil, siendo de pocos volimenes, como des- graciadamente atin lo es hoy, encontrar los necesarios a los trabajos continuos de estudio y clasificacién que son de supo- ner en tales centros; y el Sr, Pérez Arcas, al ser nombrado Bi- bliotecario por la Junta de profesores del Museo, se dedico con lado, Martinez y Siez, Martorell, Masferrer, F. Mieg, J. Mieg, Mora, Moragues, D. Miiller, Munoz Cobo, Orueta, Pastor, Paulino d’Oliveira, Paz Membiela, Paz y Morejon, Pereda, Pérez Minguez, Pérez San Millan, Planellas, Plans, Rios Naceyro, J. J. Rodriguez, Romero, Rosales, Ruiz Casaviella, Sdinz, Sanchez Comendador, Sanz, Saura,.Seebold, Silva Mengo, Sudrez Canton, Tornos, Uhagon, Vicent, Vidal, Vilanova, Zapater. DE HISTORIA NATURAL. 283 grandisima asiduidad, auxiliado principalmente por el Sr. Ji- ménez de la Espada, 4 poner remedio 4 necesidad tan urgente; y ordenando los libros cuanto lo permitia la estrecha localidad en que estan los desproporcionados armarios en que se @uar- dan, vimos que los clasificeé cientificamente, en términos de que, ademas de encontrarse con facilidad los existentes, tam— bién puede saberse los que posee la Biblioteca en cada ramo, pues constan en el Indice foliado y detallado en que después de sellarlos se inscribieron. »En Enero de 1850 empezo a funcionar la seccidn zooldgica de la Comisién del Mapa geoldgico, de la cual era vocal el se- nor Graells, y auxiliar el Sr. Pérez Arcas con exigua retribu- cién, y al examinar el resumen de los trabajos verificados en los anos 1850 4 1855, que tuvieron no solo por objeto la reco— leccién y estudio de los animales de esta provincia, sino de las de Segovia y Avila, déjase de ver la parte que en ella desem— peno principalmente en lo relativo 4 los coleépteros y hemip— teros, de los cuales muchos constituian especies nuevas 6 poco conocidas. Es de sentir que durase tan poco tiempo la seccién zooldgica y la de botanica de la Comision, pues de continuar tendriamos ya casi formados los catalogos de la fauna y flora de la Peninsula, y por este estimulo con poco gasto habria colecciones en el Gabinete de Historia natural y material para cambios con otros establecimientos analogos. »Habiendo cesado en la Comisién continud, sin embargo, la formacién de colecciones, limitandolas 4 las de insectos casi exclusivamente coleépteros de la fauna paleartica, conchas de varias procedencias y peces de la Peninsula, haciendo a su costa muchas expediciones y viajes, no sdlo por los alrededo- res de Madrid, sino por Valencia, Andalucia, Galicia y otras regiones, y aun Baleares. En 186] acompano al Sr. Gougelet y le facilité relaciones para sus viajes por Galicia y Andalucia. »E] deseo de conocer las colecciones francesas le movid a formar parte en 1860 de la expedicidn que en 12 de Junio de— bia organizarse en Besancon por la Sociedad entomoldgica de Francia, y de la que ésta determind se hiciese por Espana en 1865 y constituyeron los renombrados entomdlogos Bellier, C. Brisout de Barneville, Chevrolat, Crotch, Hoffmansegg, Kie- senwetter, Kraatz, Le Thierry, Marmottan, Miller, Ogier de Baulny, Piochard, Puton, Seidlitz, Simon, Vuillefroy, etc., que 284 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA distribuidos en grupos recorrieron diferentes puntos de Anda— lucia, Toledo, Madrid, San Ildefonso, Escorial y sierras de Bé- jar y Gredos, que también en esta ocasién visitd el Sr. Paz y Membiela, contribuyendo entonces y en otras muchas ocasio— nes tan activo viajero al acrecentamiento de las colecciones entomologicas madrilenas. En la relacién del viaje y en cartas de casi todos ellos consta que nuestro consocio los acogié bien benévola y cordialmente, regalandolos raras especies que cons- tituian sus colecciones, de las que con tanto celo se ocupaba, sirviéndolos de guia para llevarlos 4 las localidades propias para que pudieran recolectar en abundancia las mas intere— santes; de cuya acogida guardaron estos notables naturalistas tan buen recuerdo, que meses después escribian habia sido para ellos encantadora la compania del Sr. Pérez Arcas, que reconocen estudio los insectos «con tantos cuidados y talen- tos.» El] mismo grato recuerdo guardaron de él Heyden, Ogier, Piochard, Raffray, Simon, etc., en las expediciones realizadas en la primavera de 1868 en Avila, Escorial, San Ildefonso, Aranjuez, Sierra Morena, Granada, Tanger y Fez, 6 en Sierra Nevada, Lanjarén, Huéjar, Sierra de Ronda, Gaucin, Gibral- tar, Tarifa y Portugal, 6 Santiago, Branuelas, Leon, Santas Albas, Pajares, etc., que se hicieron por grupos, y en las del verano del mismo ano, que también hicieron en compania de los entomdlogos madrilenos el Sr. Bruck y su colector Nou, escribiendo, después de preparar los objetos, que su recolec- cidn habia sido de efecto fabuloso, y recordando con placer se debia esto a la ocasidn que se les presentd de haber hecho co- nocimiento con el Sr. Pérez Arcas. Acompano a Dieck, el fa- moso explorador de la fauna de las cuevas, que estuvo cazando en ésta, y al Sr. Crotch, que también visitO estos alrededores en 1869 y la provincia de Santander con el Sr. Uhagén, que expresaron después en cartas sus agradecimientos, los mismos que le manifestaron Crotch y Sharp en 1870, Oberthiir herma- nos en 1872 y Martin en 1876. Pero la expedicién mas agrada- ble, y de la que guardamos gratisimo recuerdo, es la que bajo su direccién y por Baudi, Bleuse, R. Oberthiir y Sharp se rea- lizé en 1879 en Granada, Sierra de Alfacar, Lanjarén, Huéjar, Sevilla, Venta de Cardenas, Escorial, Las Navas, unas veces reunidos y otras por grupos. En 1880 estuvieron en Granada Ehlers y R. Oberthiir, y visitaron después el centro de Espana DE HISTORIA NATURAL. 285 y les servimos de acompanantes los naturalistas madrilenos (1). Estos hacian en varias temporadas del ano frecuentes excur- siones, que concertaban en casa del Sr. Pérez Arcas en sus reuniones semanales, animandose con el mutuo y cordial con- cierto que supo inspirarles su maestro, el cual les comunicé en 1871, asi como 4 otros amigros, la idea de formar esta Socie- dad, en la cual durante muchos anos‘verificé las dridas tareas de dirigir, hacer imprimir, corregir y administrar absoluta— mente todo lo necesario 4 la publicacién del tomo de estos ANALES que anualmente aparece. »Tales y tan perseverantes tareas dieron por resultado la for- macioén, a sus expensas, de tres colecciones interesantes, una de peces, instalada en el gabinete de su catedra, otra de con- chas y otra de coleépteros. La primera sirvié para redactar un catalogo ictioldgico espanol, premiado con accésit por la Real Academia, que debid publicarse en 1867; pero los resultados de viajes hechos en la Peninsula y publicados por Steindach- ner, al cual comunicod el Sr. Pérez Arcas todas sus especies nuevas, hicieron después casi inttil su aparicion. La coleccién de conchas fué formada por investigaciones propias, adquisi- ciones por compras y por cambios y las muchas donaciones que le hizo nuestro buen amigo el Sr. Paz Membiela al hacer el arreglo de sus colecciones de conchas. Los materiales que poseia eran puestos a disposicién de todos, y ademas de la co- municacion de las especies y de los tipos, did para su estudio al Sr. Putzeys los géneros Amara y Calathus, 4 kKiesenwetter muchos malacodermos, a Mulsant los pedinidos, 4 Allard el género Asida y los briquidos, a Senac los pimélidos, a Stierlin los otiorinquidos, 4 Tappes los criptocefalidos, 4 Fairmaire los Cyrtonus y Timarcha, etc., ete. »Dieron base estos estudios del Sr. Pérez Arcas a4 algunas publicaciones interesantes y hechas con mucho esmero, y en las de otros aparecieron las descripciones de muchas especies descubiertas y comunicadas por él, y que le fueron en gran numero dedicadas. En 12 de Abril de 1850 fué nombrado miem- bro de la Sociedad entomoldégica de Francia; en 31 de Diciem- bre de 1858, honorario del Colegio de Farmacéuticos de Madrid; (1) Pérez Arcas, Zapater, Uhagon, Bolivar, etc. 286 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA en Enero de 1860, de la Sociedad imperial zoolégica de aclima- tacion; en Julio, de la Sociedad entomologica berlinesa; en 16 de Agosto, correspondiente de la Sociedad zoolégica de Lon—- dres; en 12 de Noviembre, miembro de la Sociedad linneana de Lyon; en 20 de Junio de 1861, socio de la Academia de Cien- cias ulisiponense de Pedro V; en 21 de Junio, correspondiente extranjero de la Academia Real de Ciencias de Lisboa; en 13 de Mayo de 1865, corresponsal de la Real Sociedad econdmica de la Habana: en 14 del mismo, socio titular fundador de la Antropologica espanola; en 6 de Diciembre, de la Sociedad zoologico-botanica de Viena; en 30 de Junio de 1866 fué pre- miado por la Real Academia de Ciencias exactas, fisicas y na- tura'es, que le eligié académico numerario en 3 de Diciembre del mismo ano; en 16 de Marzo de 1871, fundador de la Socie- dad espanola de Historia natural; en 5 de Agosto, correspon- diente de la Sociedad entomoldgica belga:; en 26 de Junio de 1873,.correspondiente de la Real Academia de Ciencias natu- rales y Artes de Barcelona; en 10 de Septiembre de 1874, de la Sociedad mejicana de Historia natural; en 20 de Agosto de 1876, miembro honorario de la Sociedad entomoldgica suiza, etc. »Las enfermedades produjeron en nuestro consocio notable abatimiento fisico, que ni siquiera le permitia hacer en su ga- binete con su acostumbrada actividad el estudio de sus ama-— dos coleépteros, y quiso en vida ver realizada la idea que siem- pre abrigé de donarlos al Gabinete de Historia natural, como el primer establecimiento en que adquirid sus variados cono- cimientos histérico-naturales. Asi lo hizo en Octubre de 1886, y la Junta de profesores «se enterd con verdadera complacen— cia del valioso é importantisimo regalo hecho por él a las co- lecciones entomoldgicas del Gabinete, las que, por virtud de tan loable y noble desprendimiento, se han visto enriquecidas de improviso de una manera asombrosa, y acordé por aclama- cién darle las gracias mas expresivas, y felicitarle calurosa— mente por un procedimiento que tanto le enaltece, disponiendo ademas que se perpette el hecho en la historia del estableci- miento, consignandolo de modo solemne en el libro de Actas, y que se pongra el feliz suceso en conocimientro del Sr. Minis- tro de Fomento, significandole el deseo de la Junta de que se premie tan levantada conducta con la Gran Cruz de Isabel la Catodlica.» DE HISTORIA NATURAL. 287 »Mas no se contaba, al proponerle para tan merecida distin- cin, con que su reconocida modestia y enemistad 4 todo g@é- nero de distinciones le hizo gestionar cerca del Director de Instruccién publica a fin de que no pusiera a la firma el Real despacho, evitandole asi el disgusto de rehusar la condecora- cién, que tenia el propdsito de no aceptar. »En 27 de Junio de 1890 «se did cuenta Ala Junta de profe- sores del Museo de haberse realizado de una manera satisfac- toria el acuerdo tomado en Diciembre de 1886, 4 propuesta del Sr. Graells, de que se hiciera el retrato del Sr. Pérez Arcas, para colocarlo en la sala donde se conservan las colecciones de insectos por el mismo regaladas. El retrato que la Junta contempld con complacencia, aunque no ha podido hacerse al dleo, como eran los deseos del indicado vocal, por la resisten- cia puesta por el Sr. Pérez, es de busto y tamafo natural, hecho por el habil fot6grafo Debas, correspondiendo a Ja exce- lencia artistica de la obra el severo y elegante marco en que se le ha colocado. El gasto de tan delicado cuanto merecido galardén a la generosidad del digno profesor ha sido, por de- cirlo asi, insignificante, y lo han costeado a prorrata los voca- les de la Junta (1) y su digno Presidente; como Rector, senor Pisa, quienes se complacen en manifestar al aludido compa- nero, con tan plausible motivo, sus mas afectuosas simpatias. La Junta acordé solemnemente que se consignara en el acta de esta sesidn un acontecimiento, nuevo en la historia del Mu- seo, con la grata esperanza de que no ha de ser tinico, por el vivo estimulo que ha de producir en el animo de los profeso- res y del ptiblico que visita sus colecciones, la delicada y cari- nosa recompensa dispensada a la noble conducta del Sr. Pérez Arcas.» »Pero no se limité el Sr. Pérez Arcas a hacer en bien de la ciencia cuanto pudo con sus propios medios, que escasos tenian que resultar por serlo también el sueldo que disfruté, aun no mermando @ sus aficiones y estudios el tiempo que hubiera podido emplear en allegar honradamente recursos para su ma- yor bienestar, sino que las amistades que sus méritos, buen caracter y excelente trato, le hicieron ganar de las personas (1) Graells, Machado, Colmeiro, Sdinz, Vilanova, Maisterra, Orio, Martinez Saez, Solano y Eulates Bolivar, Quiroga. 288 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA que tenian gran posicién, las empled, no en su medro perso— nal, sino en bien de la ciencia 6 en el de los demas 6 de toda idea grande y generosa. Por esto a nuestro buen amigo senor Paz y Membiela le interesO para que en sus excursiones por dentro y fuera de la Peninsula recogiese, como lo hizo, muchos insectos, y vimos que contribuyo a arreglarle su rica coleccidn de conchas, en unién del reputado malacdlogo Sr. Gonzalez Hidalgo y de monografos extranjeros, a los cuales sirvieron los materiales coleccionados con esmero y tan bien dispuestos por el Sr. Paz, el cual anos después, por los consejos de su intimo amigo Sr. Pérez Arcas, prefirid a mejores proposiciones de co- merciantes y otros Gobiernos las que le hizo el nuestro, y en virtud de las cuales esta hoy en nuestro Museo tan importante coleccién para el estudio de las conchas en general y particu- larmente de la Peninsula, Filipinas y Antillas. »A las relaciones del Sr. Pérez Arcas y a su iniciativa se debe el que, aprovechando la marcha de una escuadra espanola a las costas del Pacifico, enviada con el doble objeto de estrechar las reluciones de amistad con aquellos paises y otros muchos americanos, que Espana civilizO y goberno con mas acierto y sobre todo desinterés del que generalmente concede la igno- rancia de propios y extranos sobre aquellos @loriosisimos acon- tecimientos que tanto levantaron principalmente en el siglo xvi el nombre y la influencia de nuestra patria, se nombrase una Comision de naturalistas espanoles que acompanase a la expe- dicién maritima, é interesando al Excmo. Sr. Marqués de la Vega de Armijo, entonces Ministro de Fomento, al Sr. Paz que creyO debia dirigirla y 4 otros amigos, el Sr. Pérez Arcas con— siguid verla él mismo salir de Cadiz para realizar el viaje de 1862 4 65, y a su actividad se debié el que en su ultima parte se hiciese por tierras de las mas interesantes. TrabajO también con otros dignos profesores en la modesta pero necesaria tarea de la recepcién sucesiva de los objetos y su preparacion defi- nitiva y conveniente para exponerlos. »Su actividad y gustos literarios le hicieron reunir datos para hacer una bibliografia de autores espanoles de Historia natural, y sobre este interesante, patridtico y nuevo asunto, vers su erudito y correcto discurso de recepcién publica como académico numerario en la Real Academia de Ciencias exac- tas, fisicas y naturales, en 1868. Los datos reunidos entonces DE HISTORIA NATURAL. 289 y después prometen ser aprovechados por nuestro consocio Sr. Jiménez de la Espada, tan conocedor de estos y otros estu- dios histérico-naturales. »Por la indole de estos ANALES he dado preferencia 4 estos imperfectos datos sobre los servicios hechos 4 la ciencia por nuestro venerado maestro; pero gcdmo prescindir de los rele- yantes y oportunisimos que presté en la ensenanza? No hace mucho, manifestando escripulos por no poder desempenar su catedra, bien pronto le convencidé de que habia cumplido siem- pre su mision el recuerdo de ser exacto en la asistencia hasta muy poco tiempo antes de su muerte. »En el ano 1857, al constituir como independiente de la Fa- cultad de Filosofia la de Ciencias, se logré que aceptase en ésta el cargo gratuito de Secretario, y lo hizo sélo con el buen deseo de contribuir a su organizacién, y mas que todo con la esperanza de que, unidos sus esfuerzos a los del Sr. Valledor, célebre y antiguo catedratico, que fué su primer Decano, y de los dignisimos profesores que la formaron, tuviesen realiza— cidn los deseos, que atin hoy todos tenemos, de que alcance definitiva y decorosa instalacién una facultad que es tan inte— resante, siendo notorio que los estudios que cultiva fomentan, entre otros intereses mas levantados, los materiales de los tiempos modernos. »A instancias del Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro, que era Rector, accedid en 2 de Octubre de 1890 a ser Decano de Cien- cias, y anciano y achacoso hizo, aunque sin éxito, cuanto pudo para sacarlas de la situacién precaria en que aqui al presente se encuentran. »También leno el primordial deber de todo profesor, cual es el de facilitar el estudio escogiendo lo necesario entre lo mucho hoy conocido en cada ramo, exponerlo con método y acomodado 4 nuestra patria, hacer su publicacidn en nuestra lengua con sello original, y asi, no sdlo guardan el recuerdo de las lecciones, sino que evitan los discipulos varios errores - frecuentes al copiar los apuntes tomados por ellos a la voz de sus maestros. Con este fin publicé en 1858 un Programa y cua- dros sinopticos de Zoologia, que fueron recibidos con interés por sus alumnos y estimados por los comprofesores, sirviendo ademas de discusién amistosa para perfeccionar este primer ensayo de un texto espanol, que después redacté con esmero ACTAS DE LA SOc, ESP.— XXIII 19 290 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA el Sr. Pérez Arcas, desinteresado en éste como en otros respec- tos, porque fué ofrecido gratuitamente a varios editores y nin- guno de ellos prometié publicarlo, temerosos de no obtener venta que compensara los gastos. Pero no cejé en su propdésito, y sufragando los de impresién y los no pequefios de los gra— bados, que mando hacer durante su permanencia en Paris en 1860, publicé la primera edicién de sus Llementos de Zoologia en 1861. »La oportunidad de su aparicion no puede ponerse en duda al considerar que no habia entonces obra original en espanol que tratase con alguna extension de la Zoologia, rama muy estudiada después de los descubrimientos hechos ya entrado el siglo, y ademas necesaria para su conocimiento y desarro- llo, pues las que se publicaron por nuestros naturalistas se referian a los estudios botanicos y mineraldgicos, cultivados entre nosotros varios anos antes que los zooldgicos. »Por otra parte, la misién de los que entonces ensenaban las ciencias naturales era extender su conocimiento y demostrar que son preparacin precisa para las respectivas carreras pro- fesionales; y como al método de hacer estas con prudente len- titud sustituyé la preocupacién de suponer pueden cursarse en poco tiempo y sin preparacidn adecuada, no hubo que lu- char poco para sostener que es indispensable, y por tanto faci- litarla con buenos textos. En esto como en otras muchas cosas el vulgo antiguo tenia ideas mas exactas que los modernos, pues llamaba fisicos a los médicos y letrados a los que ejercian la abogacia. »Imposible es en corto espacio dar noticia de las valiosas opiniones favorables al autor que en cartas que he visto escri- bieron muchos profesores nacionales y extranjeros; pero bas- tante bien las resume el conocido naturalista espanol mas no- table de estos tiempos, versado grandemente en anatomia comparada, de la que fué catedratico peritisimo en la Habana, en moluscos, insectos, peces, mamiferos y otros conocimientos, fundador de la Sociedad entomoldgica de Francia, etc., etc., el Sr. D. Felipe Poey. Dice éste en cartas de Septiembre de 1859, Enero y Marzo de 73, 5 Febrero 76, etc., etc., que «raro es el hombre que adimita reparos en sus obras, y aunque estos sean fundados no conserva simpatias para el que los hace. En este caso al juzezar su obra no es el autor ni el que critica de esos DE HISTORIA NATURAL. 291 hombres. Necio es el que busca pequenos defectos en una obra grande. Los que indiqué, mas son reparos que defectos. El libro es lo mejor que se ha escrito en Espana sobre Zoologia elemental, y no conozco en los paises extranjeros ningtin otro que le mejore, ni que tan completamente me satisfaga, Desde la primera edicién el Sr. Pérez Arcas compuso un libro de mé- rito reconocido, de oro para los alumnos, que con justo titulo pudo llamarse original, no porque los datos que la ciencia su- ministra sean de su invencidn, sino porque supo tomarlos en ricas y variadas fuentes y coordinarlos con acierto, y en las ediciones subsecuentes ha dado pruebas de su laboriosidad progresiva. La eleccién de los materiales es digna de alabanza, porque nada de lo esencial ha omitido. Es excelente porque evita los escollos de incluir harto poco 6 harto demasiado. Los cuadros sindpticos, que estimo en gran manera, son muy Uti- les. Le doy la enhorabuena, y debiera servir de texto en todas las Universidades.» Las observaciones parciales del Sr. Poey (que bien sabido de todos es que fué también literato y poeta) son mas discusiones de cosas opinables, como, por ejemplo, que son los nombres 6 terminaciones mas 6 menos castizas, tales como las de las familias, que al fin concluye por adop- tarlas, 1 omisiones de animales notables, que bien echaria de menos quien tantos y tan bien conocia, 6 de los americanos, que figuran ya en la tiltima edicién; y estas apreciaciones re- sultan mas bien favorables al autor, porque son una respuesta a los que tachan el libro de muy extenso. Aleuna correccidn del Sr. Poey a la primera edicién, como la de la circulacién en los cocodrilos, es fundada y se separa de lo que entonces se daba en todos los libros como corriente. Es de notar que los Sres. Pérez Arcas y Poey sélo se conocian por correspondencia, y sus relaciones eran puramente cientificas, y en varias cartas el ultimo manifiesta al primero estimacién en gran manera y le reconoce por su mérito personal un gran afecto. Por otra parte, los Hlementos de Zoologia son de buena y correcta im- presién é ilustracién esmerada. El Real Consejo de Instruccién publica los declaré de texto y consideré que eran de mérito para poder ascender su autor como catedratico en categoria. »En-1880 el Sr. Poey le daba cuenta de la terminacién de su Ictiologia cubana, que tiene 1.000 laminas delineadas por el autor en folio doble mayor, que se refieren 4 800 especies de 292 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA los mares de Cuba, de tamano natural y en todas las edades, cuya obra no encontro editor y fué comprada por el Estado en 4.000 pesos, para mandarla 4 la Exposicion de Amsterdam, donde obtuvo premio de honor y le valio al autor un titulo y cruz de caballero del Leon neerlandeés, y era el deseo del senor Poey que se conservase el manuscrito en el Gabinete de His— toria natural hasta que se determinara su impresiOn; pero si se hacia en esta capital, no pudiendo venir el autor, preciso era que le sustituyese otra persona, y en 1883 escribe que «pone toda su confianza, por su reconocida inteligencia, en el Sr. Pérez Arcas», el cual contesté al Sr. Poey, con su desinte— rés acostumbrado, que, si legase el caso, sin retribucién ni recompensa alguna cumpliria sus deseos, los cuales no se han llenado, pues esta valiosa obra no se publicé y el manuscrito esta depositado en la Biblioteca del Ministerio de Ultramar. Antes habia facilitado al Sr. Poey muchas consultas que tuvo que hacer de los peces procedentes de la coleccién formada en Cuba por el Sr. Parra que figuran en la general de este Gabi- nete de Historia natural. »Es claro que sus numerosos estudios no pudo hacerlos el! Sr. Pérez Arcas sin allegar 4 su costa muchos de los libros precisos, teniendo el cuidado de adquirir generalmente los que no estaban en las bibhotecas publicas 6 de los particula-— res, para que asi estuviesen en Madrid el mayor numero posi- ble de los necesarios, y por tanto su libreria completa aquellas y de un modo especial en lo relativo 4 peces é insectos, 6 aleu- nas obras costosas que tratan de todas las partes de la Zoolo- gia, de viajes cientificos, y de otras que interesan a ella como las espanolas de cetreria, pesca, etc., 6 se refieren A su ade— lanto. = »Los testimonios que he aducido en apoyo de las ideas emi- tidas son casi exclusivamente de personas que han fallecido y dejaron escritas sus opiniones en cartas que he leido y forman un complemento de todos los estudios, y principalmente de los entomoldgicos del Sr. Pérez Arcas, y mucho y bueno pu- dieran y debieran decir de él sus numerosos discipulos que viven y ocupan importantes posiciones en la ciencia, en su ensenanza 6 en varias profesiones; pero no quiero hacer dema- siado larga esta resenha, y menos atin exponerme a omisiones importantes, y es mejor que estas merecidas alabanzas se ha- DE HISTORIA NATURAL. 293 gan en los recuerdos necrologicos de estas personas, y enton- ces se vera la parte principalisima, como guia y protector, que tuvo en sus carreras 6 en inspirarles el amor 4 la ciencia. »Grande mérito es poseer una ciencia dificultosa de adqui- rir, por suponer el empleo de medios materiales muy costosos, como sucede principalmente en Zoologia, y no menor el difun- dirla con vocacién en los centros universitarios; pero conse- guir que la practiquen con grande amor numerosos discipu- los y muchas personas que no profesan su ensenanza, sdlo es permitido a los que reunen para ello las excepcionales condi- ciones del Sr. Pérez Arcas. »Hombre que en numerosas cartas que le dirigieron sus con- temporaneos consignaron el mérito, la veneracion y el aprecio que les merecié, y de las cuales he extractado algunas de las noticias que muy brevemente dejo apuntadas en estas pocas lineas, y sdlo en lo que se refiere 4 su misién como cientifico y profesor, y que os aseguro lo mismo pudiera decirse y por igual medio bajo todos los aspectos de su larga vida, merece la consideracién de todos, y principalmente por parte de nos- otros, el que guardemos siempre su grata memoria en el lugar preeminente que le corresponde. »Murid en su ciudad natal, asistido en su ultima enferme- dad, como en otras bien penosas que antes tuvo, de su esposa, hijo y numerosos sobrinos y parientes, que le guardan todos gran carino, habiendo pedido y recibido todos los sacramentos y la bendicién de su Santidad, auxiliado con grande caridad por el senor arcipreste y en la santa paz que tiene el que, ha- biendo cumplido bien la misién que Dios le did, pasa 4 otra vida mejor y eterna. En su entierro se manifesté el aprecio en que todos le tenian, porque acompanaron su cadaver el Cabil- do, los parientes y paisanos, ricos y pobres, con hachas encen- didas, hasta dejarle sepultado en el panteén que posee su fa- milia y al lado de los que le dieron el sér y otros antepasados.» 294 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA OBRAS PUBLICADAS POR EL Se. D. LAUREANO PEREZ ARCAS. Programa y cuadros sindépticos de un curso de Zoologia. (3. afio de Cien- cias naturales.) Madrid, 1858. Elementos de Zoologia, edicién 1.8, Madrid, 1861, con 500 grabados; edi- cién 2.8, 1863; edicidn 3.4, 1872; ediciédn 4.8, 1874; edicidn 5.8, 1883, con 570 grabados; edicidén 6.8, 1886. Insectos nuevos 6 poco conocidos de la Fauna espafiola. Primera, segunda. y tercera parte. Madrid, 1865-68. Discursos leidos en la recepcién publica en la Real Academia de Ciencias. exactas, fisicas y naturales, del Sr. D. Laureano Pérez Arcas. Madrid, 1868. Revista monografica de las especies espafiolas del género Percus. Madrid, 1869. Hallazgo de fésiles realizado por el Sr. Cardona, de Menorca. (Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., tomo 111, pag. 22.) Sobre una impresién de Caulopteris de la arenisca carbonifera de Mieres. (id. id., t. vir, p. 35.) Sobre un hueso de la boca de un pez procedente de Gijon. (Id. id., t. v, pag. 66.) Especies nuevas 6 criticas de la Fauna espanola. Primera, segunda y ter- cera parte, con seis lAminas. (ANALES DE LA Soc. Esp. DE Hist. NAT., 1872-74.) Sobre la langosta en los campos de la Mancha. (Actas de la Soc. esp. de Hist, nat., t. 1, p. 17.) Sobre la existencia en Andalucia del Acmastes Haroldi Schaum, cardbido. (Id. id., t. 1, p. 22.) Descubrimiento en Malaga de la Asida luctuosa Rosenh. por D. H. Ara- goncillo. (Id. id., t. 1, p. 23.) Nueva localidad (Carabanchel) de la Epeira sericea Ol., no citada de Es- pafia. ({d. id., t. 1, p. 25.) Sobre el Dryocetes dactyliperda Panz., hallado en Valencia (la larva vive en los huesos de los datiles y en el fruto del palmito). (Id. id., t. 1, pag. 31.) : DE HISTORIA NATURAL. 295 Obseryaciones sobre el Cerambyx velutinus Brull., hallado en Valencia por el Sr. Bosed. {Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., t. 1, p. 7.) Observaciones sobre el Dorcadion annulicorne Chevr., hallado en Malaga. (Id. Fdijit, 21,"p: 14:) Misolampus Goudoti Breme, hallado en Menorca. Observaciones acerca del Bembidium letum Brullé, y de su 4rea geogra- fica. (Id. id., t. 11, p. 22. Observaciones sobre el Gordius aquaticus L., pardsito de varios insectos. (Id. id., t. 1, p. 63.) Observaciones sinonimicas de varias especies de Asida de la Peninsula, (Ta id.; 1.) ia, p.'96;) ; Observaciones sobre varias especies del género Timarcha. (Id. id., t. 11, pag. 103.) Sobre algunos insectos que viven 4 expensas de los huevos de la langosta. (lady id.) ti1¥}>py 79.) Hallazgo del Leucohimatium elongatum Ros., en Aranjuez. (Id. id., t. v1, pag. 50.) Datos para la entomologia espafila. (Id. id., t. v1, p. 44.) Obseryaciones sobre varios hemipteros de los alrededores de Madrid. dd. ads; t. ‘Wit,p8:) Noticias sobre la Nothorhina muricata Dalm. y el Cebrio rufifrons Grlls. (tdi id. t. 1x5 jp. 473.) Sobre una Elaphocera de Mallorca. (Id. id., t. x, p. 15 y 18.) Especies nuevas 6 criticas de la fauna espafiola. (ANALES DE LA Soc. ESP. pe Hist. nat., t.1, p. 89.) Primera parte. Gongylus ocellatus Forsk., pag. 90.) Rectificacién del nombre del pez de Zarauz presentado por el Sr. Gonza- lez de Velasco, y que es el Macrurus trachyrhynchus Risso. (Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., t. 1, p. 5.) Sobre una especie de Tetrodon de Malaga. (Id. id., t.1, p. 4 y 6.) El quelves 6 quelvacho, de Malaga, Acanthorhinus granulatus Blainv. (dads, ps 6) Mas datos sobre el Macrurus trachyrhynchus Risso y sobre el M. calo- rhynchus Risso, hallado también en Espafa. (Id. id., t. 1, p. 25.) Observaciones sobre unos dientes de Oxyrhina Spallanzani Raf. y sobre el nombre vulgar de marrajo. (Id. id., t. 11, p. 21.) Observaciones geogrdficas referentes al Chioglossa lusitanicum Barb. (Id. id., t. mm, p. 102.) Presentacién de un Gecko verus Merr., de Filipinas. (Id. id., t. 1v, p. 19.) Observaciones sobre varios escudlidos procedentes de la costa cantabrica. (Id. id., t. v1, p. 4, 12, 45.) Noticias comunicadas por el Sr. Gundlach sobre los sunsunes de Cuba. (id. id, t. vm p. 12.) 296 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Estudio sinonimico del Squalus carcharias L., con motivo de un ejemplar pescado en Castellén. (Actas de la Soc. esp. de Hist. nat., t. vu, p. 13.) La llamada gripia en Navarra es el Seps chalcides. (Id. id., t. vi, p. 67.) Mas datos sobre el Carcharodon carcharias L. (Id. id., t. vim, p. 17.) Noticia del viaje entomologico de los doctores Sharp y Crotch, desde Gua- darrama 4 Picos de Europa. (Se citan varias especies de carabidos.) (fd id-, to 35p: 7-) Noticias del resultado zooldgico de un viaje del Sr. Gundlach por la region occidental de la isla de Puerto-Rico. (Id. id., t. 11, p. 22.) Una excursién entomoldgica 4 Navacerrada. (Id. id., t. v1, p. 54.) Breve noticia de una excursion 4 Sierra Nevada. (Id. id., t. vit, p. 57.) Nota bibliografica sobre los Vertebrados del viaje al Pacifico por D. Mar- cos Jiménez de la Espada. (Id. id., t. v, p. 35.) Sobre la palabra glacier y otras usadas en Geologia. (Id. id., t. 111, p. 75.) Noticia sobre un pez transportado por el viento 4 grande distancia. d@iiid:; t. va; -p: 12:) Sobre el empleo de la palabra porfirica. (Id. id., t. rx, p. 27.) Cuestiones de nomenclatura zooldégica. (Id. id., t. x1, p. 28.) LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 1879. 1892. 1894. 1894. ABELA Y Sainz DE Anpino (D. Eduardo), Ingeniero agré- nomo, Director de la Estaci6n Enotécnica de Espana en Paris, 6, rue des Fossés-St-Bernard 6 C. de Jardines, 40, 2.° derecha, Madrid. Acosta (D. Juan), Director del Colegio de la Unién (Car- tagena). ; Aauitar y Esresan (D. Cipriano Luis), Licenciado en Ciencias fisico-quimicas.—Plaza del Olivo, 7, Calatayud. Aaguitera (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— C. de O'Reilly, 42, Habana. Atvarez pe To.eno y AcuNa (D. Fernando), Conde de Caltabellota.— Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Na- poles. Auvarez Sererx (D. Rafael), Ingeniero de Montes.— C. de las Huertas, 41, 3.° izq., Madrid. NOTAS.—1.2. El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el ao de su admisi6n en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. F. y el de los socios agregados de la S. A. 2.2 Con el objeto de fomentar las relaciones cientificas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las seas de su habitaci6n, si el socio cultiva en la actualidad m4s especialmente algan ramo de la Historia Natural. 1891. 1886. S. A. 1890. 1895. 1875. 1894. 1885. 1887. 1873. 1889. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Anorés y Montaxso (D. Tomas), Catedratico en la Uni- versidad.—C. de Ruedas, 4, Santiago (Galicia), 6 Hart- zenbusch, 9, bajo, Madrid. Aynexapna (D. Joaquin), Teniente de Navio, Capitan de la Condor.— Coruna. Anauto y Suero (D. Francisco), Farmacéutico militar.— Plaza de Bilbao, 9, pral., Madrid.—( Botanica.) AnGuLo y Tamayo (D. Francisco).—Plaza de Bilbao, 9, principal, Madrid. Antica (D. Pedro).—C. de Claris, 100, Barcelona.—/Co- ledpteros. ) Anton y FerrAnpiz (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Catedratico de Antropologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.—C. de Villalar, 5, 2.°, Ma- drid.—/(Antropologia.) AraGON Y Escacena (D. Federico), Licenciado en Ciencias naturales.—Cuchilleros, 3, pral. dra., Madrid. AranzapiI Y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y eu Ciencias naturales. — Catedratico de Farmacia en la Universidad.— Granada. Articas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.— C. del Reloj, 9, pral. izq., Madrid.—(Silvicultura.) Asc4rate (D, Casildo), Ingeniero Agrénomo y Catedrd- tico de Fisiografia en la Escuela de Agricultura.—C. de Goya, 25, Madrid. Autet y Souter (D. Eugenio), Doctor en Ciencias fisico- quimicas y Licenciado en naturales, Ayudante en la Universidad.— Zaragoza. Avira (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. 1872. 1891. 1889. 1894. 1885. 1890. 1892. 18:72; 1882, 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 299 Baranoica (D. Torcuato), Ingeniero de la fabrica de Bo- lueta.— Bilbao. Barsoza pu Bocace (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc- tor del Museo de Historia Natural.—Lisboa,— /(Mamife- ros, aves y reptiles.) Barras DE AraGOn (D. Francisco de las), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de Reinoso, 8, Sevilla.—/(Ento- mologia. ) Becerra Y Ferndnpnez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales. —C. de las Huertas, 69 y 71, Madrid.— (Agricultura y dibujo cientifico.) Benepicro Latorre (D. Juan), Farmacéutico.—Monreal del Campo (Teruel).—(Botanica y Moluscos terrestres.) Benet y Anpreu (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Catedratico de Fisica en el Instituto.—Teruel. Bianco DEL Vatte (D. Eloy), Catedratico de Historia Na- tural en el Instituto.—Ciudad-Real. Bianco y Juste (D. Rafael), Licenciado en Ciencias natu- rales. —C. de Sandoval, 4, pral., Madrid. Borivar y Urrotia (D. Ignacio), Catedratico de Entomo- logia en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de Moreto, 7, 1.°, Madrid.— (Ortopteros, Hemipteros y Neuropteros.) Botivar y Urrutia (D. José Maria), Licenciado en Medi- cina.—C. del Carbén, 2, 2.°, Madrid. Botés (D. Ramon), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San Rafael, Olot (Gerona).—/Botdnica.) Boscd y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- na, Catedradtico de Historia Natural en la Universidad, 300 1872. 1886. 1877. 1883. 1892. 1891. 1872. 1891. 1892. 1872. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Director de paseos y arbolados.—Guillén de Castro, 58, Valencia.—(Reptiles de Europa.) Boretta Y DE Hornos (Excmo. Sr. D. Federico de), Ins- pector general del Cuerpo de Minas, de la Real Acade- mia de Ciencias.—C. de San Andrés, 34, Madrid. Bortino (D. Luis Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio alta, 2, Santiago de Cuba. BreNosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real Casa.—San Ildefonso (Segovia). Buen y peu Cos (D. Od6n), Catedratico de Historia Natu- ral en la Universidad de Barcelona.—( Botanica.) CapaLLEro (D. Ernesto), Catedratico de Fisica en el Insti- tuto de 2.* ensenanza de Pontevedra.—(Diatomeas. ) Casprera Y Diaz (D. Anatael).—Cuarto depdésito de reserva de Ingenieros, Barcelona.—(Himenopteros.) Capevatt ¥ Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias natura- les, Licenciado en Ciencias exactas, Director del Real Colegio tarraseuse.—Tarrasa.—( Botanica.) Cara y SAncuez (D. Miguel), Licenciado en Ciencias naturales.—Aduana, 31 y 33, Madrid.—(Diatomeas y micro- fotografia.) CatanpRE Y Lizana (D. Luis),—Pasaje de Conesa, Car- tagena, CatperOn y Arana (D. Salvador), Doctor en Ciencias, Decano y Catedratico de Historia Natural de la Facultad de Ciencias en la Universidad.—C. de Trajano, 20, Se- villa.—(Geologia y Petrografia. ) Cattesa y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. 1892. 1893. 1889. 1894. 1872. 1875. 1874. 1876. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 301 Camino (D. Tadeo), Doctor en Farmacia.—Iritin (Gui- puizcoa). Camps (Sr. Marqués de).—Barcelona. CaNat y Micotta (D. Carlos).—C. de Albareda, 14, Sevilla. CAnovas (D. Francisco), Catedratico de Historia Natural en el Instituto. — Murcia.—(Paleontologia y Estudios prehistoricos.) CapEL.Le (R. P. D. Eduardo), S. J.—Colegio de Caousou, Toulouse.— (Prehistoria. ) CappEBou Y Sineata (TD. José), Profesor. — Palma de Mallorca. Carsé y Domenecu (D. Manuel), Licenciado en Ciencias naturales.—Constitucién, 17, Castellén. CarvaJAL y Ruepa (D. Basilio), Catedratico en la Uni- versidad, Doctor en Ciencias y en Farmacia.—C. de la Reconquista, 155, Montevideo. CarvaLHo Monterro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Aclimatacién de Rio Janeiro. — 72, Rua Garrell, 72, Lisboa.—(Lepidopteros.) Casas y Apap (D. Serafin), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en Medicina y Cirugia, Catedratico de His- toria Natural en el Instituto.— Huesca. Castex (IImo. Sr. D. Carlos), Ingeniero de Montes, Ex- Director general de Beneficencia y Sanidad.—C. del Desengano, 1, pral. dra., Madrid. CasTELLARNAU Y DE Lieopart (D. Joaquin Maria de), In- geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) 302 1884. 139K. £872. 1877. 1892. 1872. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales, Catedratico de Historia Natural en el Instituto de Gerona.—C., de Villalar, 6, 1.°, Madrid.— (Ortépteros y dipteros de Europa, Micrografia.) Cervera (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca- demia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.° dere- cha, Madrid. Cuaves Y Pérez vet Punear (D. Federico).—Jesus, 17, Sevilla.—(Mineralogia.) Coptna Y Laneuin (D. Ramén), Socio residente del Cole- gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugia, Doctor en Far- macia.—C, de San Pablo, 70, Barcelona. Coporniu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. Cotmerro (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel !a Catélica, de las Reales Acade- mias de Medicina y de Ciencias, Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Botdnica y Director del Jardin Botdnico.—C. del Barquillo, 8, 2.° izquierda, Madrid.—( Botanica.) Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— Ferrol. Corrar y Lasrra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, [ndivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de Paris, de la Sociedad Linneana matri- tense y de la de Higiene.—C. de Daoiz y Velarde, 5, Santander. CorraLes HernAnvez (D. Angel), Licenciado en Ciencias naturales.x—Colegio, Valdepenas. Corrdzar (Excmo, Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe del 1893. 1886. 1874. 1872. 1889. 1893. 1889. 1894. S.A. 1890. 1890. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 303 Cuerpo de Minas, de la Real Academia de Ciencias.— C. de Velazquez, 32, hotel, Madrid. Corto y Atvanez (D. Angel), Médico cirujano, Licen- ciado en Ciencias.—Plaza de Orense, 7, 2.°, Coruna. Coscottanxo y Buritio (D. José), Licenciado en Ciencias naturales, Auxiliar del Instituto.—C. de los Leones, 2, Cordoba. Couper (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Avila. Crespi (D. Antonio), Licenciado en Farmacia y en Cien- cias naturales, Catedrdtico de Agricultura en e! Insti- tuto.—C. de Peregrina, 80, 2.°, Pontevedra. Cursra (D. Segundo), Ingeniero de Montes.—G. de Santa Teresa, 14, entresuelo, Madrid. Cuni y Marrorett (D. Miguel), Individuo de la Real Academia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Co- dols, 18, Barcelona.—(Botdnica y Entomologia.) Dancent (D. Florismundo), Ingeniero Jefe del servicio de via, obras y construcciones de los Ferrocarriles An- daluces.—Alameda de Colén, 7, Malaga. Davita (D. Marino}, Catedratico en el Instituto.—Badajoz. Desy (D. Julian), Miembro de ia Real Sociedad de micro- grafia de Londres, de la Sociedad malacolégica de Bélgica, etc.—32, Brondesbury Villas, Hilburn Lon- dres N. W.—Londres. Digz Sovorzano (D. Manuel).—C. de Blanca, Santander. Diaz peu Vittar (D. Manuel), Catedratico en Ja Escuela de Veterinaria.—C. de Osio, 6, duplicado, Cérdoba. Dotirus (D. Adriano), Director de la Feuille des Jeunes 304 1890. 1888. 1894. 1875. 1875. 1894. 1877. S. A. 1890. 1874. LOT 2. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Naturalistes.— Rue Pierre Charron, 35, Paris.— (Js6- podos.) Dusmet y Atonso (D. José Maria), Doctor en Ciencias naturales.—Plaza de Santa Cruz, 7, entresuelo izquier- da, Madrid. Evizaupe Y Estava (D. Juaquin), Licenciado en Ciencias naturales, Ayudante por oposicién en Ja Facultad de Ciencias.— Valladolid. Enciso y Mena (D. Juan), Liceuciado en Derecho.— Huercal-Overa (Almeria).—( Entomologia.) Esprjo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedratico numerario de Ciencias naturales en el Instituto agricola de Alfonso XIT y Secretario general de la Asociacién de Agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—( Agricultura y Botanica.) Esptuga y Sancuo (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de primera y segunda ensenhanza.—Quintanar de la Orden. Ese.uGcurs Y Anmencor (D. Julio), Profesor auxiliar en el Instituto de segunda ensehanza.—Valencia. Fasiz (Excmo. Sr. D. Antonio Maria), de la Real Acade- mia de la Historia, ex-Ministro de Ultramar.—C. de la Reina, 43, 2.° derecha, Madrid. Fernanpez y Cavapa Lome ino (D. Pedro).—C. del Li- mon, 7, Santander. FrrnAnpez dE Castro (D. Angel), Ingeniero de Montes.— Cadiz. FerNANDEZ DE Castro (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Minas, de la Real Academia de Ciencias.—C. de Jorge Juan, 23, 1.°, Ma- drid.—(Mineralogia y Geologia.) Se ap 1894. 1890. 1893. 1875. 1885. 1879. 1877. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 305 FrernAnpez dE Losapa (Exemo. Sr. D. Cesdreo), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Catélica, Gran cor- dén de la de Metjidié, Comendador de numero de la de Carlos III, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distincién por méritos cien- tificos y de guerra, socio de varias corporaciones cienti- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del Cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— C. de Valencia, 1, principal, Madrid. FernAnvez Duro (D. Gabriel), Comandante de Artilleria. —C. de Monte Esquinza, 7 triplicado, 3.°, Madrid.— (Lepidopteros.) FrernAnvez Izquiervo (D. Alvaro), Médico.—C. de Avella- nos, 3, principal, Burgos. FernAnnez Navarro (D. Lucas), Ayudante por oposicién en el Museo de Ciencias naturales.—C. del Divino Pas- tor, 14, principal derecha, Madrid. FernAnpez Pinepa (D. Cayetano), Farmacéutico.—Puerta de Osario (Sevilla). FERNANDEZ Roprigusz (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del Instituto del Noviciado.—C. de Pontejos, almacén de papel, Madrid, Ferrano y Coucwoup (D. Julio), Ingeniero Jefe de la primera seccién de via y obras de los Ferrocarriles An- daluces.—C. de Infanzones, 5, Estaciédn de San Ber- nardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos).— Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Barcelona. FL6rEz y Gonzivez (D. Roberto). —Cangas de Tineo (Oviedo).—( Entomologia. ) Fortanet (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXIII. 20 306 1888. 1887. 1894. 1377. 1888. 1892. 1888. 1886. 1884. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Fuente (D. José Maria de la), Presbitero.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real).—(Entomologia. ) Fumouze (Dr. A.)—78 Faubourg Saint-Denis, Paris. Fuser y Tusrd (D. José), Licenciado en Ciencias natura- les.—Virgen, 11, Sueca (Valencia).—(Gusanos y Dibujo cientifico.) Gatpo (Excmo. Sr. D. Manuel Maria José de), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel Ja Catélica, Doctor en Ciencias, Director y Catedratico de Historia Natural en el Instituto del Cardenal Cisneros, Consejero de Instruc- cidn puiblica.—C. de Alcala, 36, 2.° izquierda, Madrid. Garcia y ArENAL (D. Fernando), Ingeniero del puerto de Vigo.—Pontevedra. Garcia y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes.— Manila. Garcia y Garcia (D. Antonio), Profesor auxiliar en el Instituto de segunda ensenanza.—Huelva. Garcia Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad Militar.— Manila.—(Coledpteros y dipteros de Europa.) Garcia Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del Almirante Lobo, 14, principal, Sevilla. Garripo Barron (D. Joaquin), Catedratico de materia far- macéutica animal y mineral en la Universidad.—Manila. Gascé (D. Luis G.), Catedratico de andlisis matematico en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— Zaragoza. Gaspar Y Loste (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales. —C. de Mendizabal, 30, pral. derecha, Madrid. Gita y Fipateo (D. Félix), Doctor en Ciencias naturales, 1887. 1890. 1886. 1889. 1894. 1886. 1889. S.A. 1881. 1887. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 307 Catedritico de Historia Natural en el Instituto de se- gunda ensenanza de San Sebastidn (Guiptizcoa). Girona Y Vitanova (D. Ignacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.’, Barcelona. +0BERT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de Ja Orden de Isabel Ja Catélica, Miembro de las Sociedades Entomoldégicas de Francia, Bélgica é Italia, de la Zoolégico-botdinica de Viena y de otras corporacio- nes cientificas.—Rue de la Prefécture, Mont-de-Marsan (Landes), Francia.—(Entomologia general.) Goitia (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.—C. de San Quintin, 4, principal derecha. Madrid. Gomez Carrasco (D. Enrique).—C. de Leganitos, 39, 2.° derecha, Madrid.—(Coledpteros de Europa. ) Gémez pE LA Maza (D. Manuel), Doctor en Medicina.— C. de la Amistad, 81, Habana.—/(Botdnica. ) G6mez OcaNa (D. José), Catedratico de Fisiologia en la Facultad de Medicina.—C. de Moreto, 7, 2.° izquierda, Madrid. Gonzitez (R. P. D. Juan Criséstomo), Profesor en las Escuelas Pias de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GonzaLez Feaninpez (D. Anselmo).—C. de Ja Montera, 22, Madrid. Gonzitez Fracoso (D. Romualdo), Licenciado en Medi- cina.—C. de San José, 17, Sevilla.x—(Vusgos.) GonzALez y Garcia DE MengsEs (D. Antonio), Ingeniero Tadustrial.—C. de Martinez Montanés, 15, Sevilla. ° NA Gonzdtez Linares (D. Augusto), Catedrdtico de Historia 308 1893. 1881. 1882. 1887. 1894. 1890. 1893. 1872. 1874. 1893. 1890. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Es- tacién de biologia marina.—Santander. GonzALez Pérez (D. Lino Victoriano), Farmacéutico.— Sisante La Roda (Cuenca). Gorpon (D. Antonio Maria), Catedratico de Ja Facultad de: Medicina en la Universidad.—Habana. GrepiLtta y Gauna (D. Apolinar Federico), Profesor auxi— liar en la Facultad de Ciencias de la Universidad, Ayu- dante por oposicidu en el Museo de Ciencias naturales. C. de los Dos Amigos, 7, 3.°, Madrid. GvuatLarT y Exias (D. Eugenio), Ingeniero de Montes, Profesor de la Escuela.—Escorial. Guerras Satcepo (D. Félix), Licenciado en Ciencias fisi- co-quimicas, Profesor auxiliar en el Instituto de segun- da ensenanza.—Avila. Guerrero (D. Leén), Farmacéutico.—Manila.—/( Botanica. ) Guitten (D. Vicente).—Médico-cirujano, Jardinero mayor del Botanico.—Valencia. Gunpuiacu (D. Juan), Doctor en Filosofia.—C. de Virtu- des, 109, Habana (Cuba). Henriques (Excmo, Sr. D. Julio Augusto), Director del Jardin Botdanico de Coimbra, Socio del Instituto de la misma ciudad, Individuo de la Sociedad Econémica Matritense.—Coimbra (Portugal). Herepra Santa Cruz (D. Emilio).—C. de las Minas, 14 y 16, segundo derecha, Madrid. HernxAnnez y Atvarez (D. José), Licenciado en Ciencias naturales, Profesor en el Colegio de Santona (Santan- der).—/(Botanica. ) LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 809 1890. HernAnpez y Marrinez (D. Carlos), Licenciado en Cien- cias naturales, Ayudante por oposicién del Museo de Ciencias naturales. —C. de Bordadores, 5, 3.°, Madrid. 1893. HernAnnez Pacueco y Estesan (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias naturales, Profesor auxiliar del Instituto de Caceres.—C. del Espejo, 5, Madrid:—(Reptiles y miria- podos.) 1875. Herypen (D. Lucas von), Mayor de reserva, Doctor en Filosofia, honoris causa, individuo de las Sociedades Entomolégicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Aguila Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan.— (Frankfurt am Main), Schlosstrasse, 54, Bockenheim. 1888. Hoyos (D. Luis), Licenciado en Ciencias naturales y en Derecho. —C. del Barguillo, 36, Madrid. —(Antropo- logia.) 1893. IsANez Puerta (R. P. D. Amador), Doctor en Ciencias naturales.—C. de la Pasién, 15, Madrid. 1892. Isporra y Gapea (D. Miguel), Farmacéutico militar.— Chafarinas. 1873. [Narra y Ecuevarria (D. Fermin), Profesor auxiliar, por oposicién, de la seccién de Ciencias fisico-yuimicas y naturales eu el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Fuencarral, 35 y 37, 3.° derecha centro, Madrid. 1888. Iriparnen y Exias (D. Ricardo), Catedritico de Historia natural en el Instituto. —C. de Pachecos, 2, Sevilla. 1884. Jimenez pe Cisneros (D. Daniel), Catedratico en el Insti- tuto de segunda ensenanza de Jovellanos.—Gijon. $.F. JIMENEZ DE LA Espana (D. Marcos), de las Reales Acade- mias de Ja Historia y de Ciencias.—C. de Serrano, 30, 2.° izquierda, Madrid.—( Vertebrados.) 1872. 1872, 1884. 1880. 1894. 1891. 1889. 1891. 1887. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN JimENeEZ Rico (D. Antonio), Ingeniero de Montes.—Burgos. Kraatz (D. Jorge), Doctor en Filosofia, Presidente de la Sociedad Eutomolégica de Berlin. —- Linkstrasse, 28, Berlin. Lacuna {Excmo. Sr. D. Maximo), Ingenicro de Montes, de la Real Academia de Ciencias.—Travesia de la Ba- llesta, 8, 2.° izquierda, Madrid.—(Botdnica.) Larrinua y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.— Plaza de las Escuelas, 1, 2.°, San Sebastian (Guiptizcoa). —(Ornitologia y Coledpteros. ) Laurrer (D. Jorge), Miembro de Ja Sociedad de Historia Natural de Aupsburgo.—C. de Felipe [V, 2, entresuelo, Madrid.—/(Lepidépteros y Coledpteros.) Lazaro £ Isiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- cias, Catedradtico en la Facultad de Farmacia.—C. de Carranza, 10, 3.°, Madrid.—( Botanica.) LiorenTE Y ArnreGut (D. Aniceto), Catedratico de Agri- cultura en el Instituto de segunda ensenanza.— Burgos. Luucu y Diaz (D. José Maria), Génsul de Espana en Bal- timore (Estados-Unidos de N. A.) —(Geografia.) Lo Branco (D. Salvador), Gomendador.—Kstacién zoolé- gica, Napoles (Italia). Louer (D. Augusto), Farmacéutico.—C. de la Escolta, 25, Botica de Sartorius, Manila.—( Botanica. ) Lopez y FernAnpez (D. Luis), Doctor en Medicina, Bachi- ller en Ciencias, Médico director de Banos minerales.— C. de Jacometrezo, 58, Madrid.—(Estudios bioldgicos y paleontologicos.) Lopez CaNizares Y Diez pe Tesava (D. Baldomero), Cate- drdtico de Historia natural en el Instituto.—Avila. 1886. 1890. 1872. 1S72. 1889. 1892: LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 31 Léprez Crerero (D. Adolfo).—Jerez de la Frontera (Cadiz). —(Entomologia, Coledpteros de Kurepa.) Lopez pe Linares y Menpizasat (D. Luis).—C. de 8. Ber- nardo, 2, 3.° derecha, Madrid. Lopez Seoane (I]mo. Sr. D. Victor), Abogado del [lustre Colegio de la Coruna, Jefe superior honorario de Admi- nistraciéu, Comisario Regio de Agricultura, Industria y Comercio, de la Real Academia de Ciencias de Madrid, del Congreso internacional de Antropologia y Prehisto- ria, de las Sociedades Imp. y Real Zool.-bot. de Viena, Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, Entom. de Francia y Bélgica, Suiza, Berlin y Stettin, fundador de la de Alemania y otras.—Coruna.—( Ver- tebrados. ) Lopez pe Sitva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en Ciencias naturales, Subdelegado de Sanidad del distrito de Palacio. —C. de Ferraz, 52, hotel, Madrid. Lopez pe Zvuazo (D. José), Licenciado en Ciencias natura- les.— Plaza de Herradores, 4, 5 y 6, principal, Madrid, 6 Cercas Bajas, 57, Vitoria. Macuapo (D. Antonio), Doctor en Ciencias y en Medicina, Catedratico de Malacologia y Actinologia en la Facultad de Ciencias de la Universidad. —(C. de Fuencarral, 96, principal, Madrid. Macuo pe Vetavo (D. Jerénimo), Doctor en Ciencias, Catedratico en la Facultad de Farmacia de la Universi- dad, Comendador ordinario de la Orden de Isabel la Catolica.—C. de Pelayo, 43 y 45, 3.°, Madrid. Macias y pet Rea (D. Antonio), Doctor en Farmacia, Farmacéutico de la Armada y de Sanidad militar, Indi- viduo de varias Sociedades cientificas extranjeras, autor de varias obras, etc.—C. de San Andrés, 1 duplicado, principal , Madrid. 1878. 1889. 1887. 189%: 1882. 1873. 1878. 1872. 1893. 1874. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Mac-Lennan (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). Macpuerson (D. Guillermo), Cénsul de Inglaterra.—C. de Serrano, 90, 2.°, Madrid.—(Geologia. ) Macpuerson (D. José).—C. de la Exposicién, 4, Barrio de Monasterio, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) MapaniaGA (D. Juan Angel de), Ingeniero de Montes.— Murcia. Maprin Moreno (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Auxiliar en la Facultad de Ciencias.—C. de las Huertas, 21, principal, Madrid.—(Micrografia.) Mainoor (D. F. J.)—Lower Prince Street, 19.—Port of Spain (Isla de la Trinidad). Matsrerra (D. Miguel), Catedratico de Ampliacién de la Mineralogia en la Facultad de Ciencias, director del Museo de Ciencias naturales.—C. de Alcala, 102, 1.° iz- quierda, Madrid. Marin y Sancuo (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. C. de Silva, 49, 2.° derecha, Madrid. Marti y Lieopart (D. Francisco Maria de), Licenciado en Derecho civil y canénico.—C. de Santa Ana, 8, prin- cipal, Tarragona. Martin bE AnGenta (Excmo. Sr. D. Vicente), Individuo de ntimero de la Real Academia de Medicina de Madrid, Doctor en Ciencias y en Farmacia, Socio del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Catedratico de la Facultad de Ciencias.—C. de San Lorenzo, 6, 2.°, Madrid. Martinez (R. P. D. Zacarias), Licenciado en Ciencias naturales.—Real Colegio, Escorial. Martinez y AnGet (D. Antonio), Doctor en Medicina.— C. de Goya, 8, Madrid. 1874. 1889. 1892. 1889. 1873. 1885. 1882. 1884. 1888. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 313 Martinez ANisanro (D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Eutomolégicas de Francia y de Bélgica, correspondiente de la Espanola de Antropologia y de las Econémicas de Leén y Gerona, Presidente de la Comisi6u Antropolégica de la provincia de Burgos.— Lain Calvo, 20, Burgos, 6 Serrano 4, bajo derecha, Madrid.—(Mineralogia y Geologia.) Martinez Escatena (D. Manuel).—Villaviciosa de Odén (Madrid).—(Coledpteros de Europa. ) Martinez FernAnpez (D. Antonio), Licenciado en Ciencias naturales.—C. del Mediodia Chica, 14, principal, Ma- drid.—( Entomologia.) Martinez Pacueco (D. José), Doctor en Farmacia.—C. de San Lorenzo, 6, 2.° izyuierda, Madrid. Martinez y Sirz (D. Francisco de Paula), Catedratico de Zoografia de los vertebrados en la Facultad de Ciencias de la Universidad. —C. de San Quintin, 6, principal, Madrid.—(Coledpteros de Europa.) Martinez Vieiu (Ilmo. Sr. D. Ramén), Obispo de la dié- cesis, ex-Catedratico de Historia natural en la Universi- dad de Manila.—Oviedo. MANSFERRER Y Rrerota (D. Mariano).—C. de Escudillers, Qs Dey: Qoge barcelona, Mazarrepo (D. Carlos), Ingeniero de Montes. —C. de Claudio Coello, 24, principal, Madrid. —(Neurdépteros y Ardcnidos.) MepeEros y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias naturales.—San Lorenzo (Gran Canaria). Meoina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Profesor Clinico de la Escuela provincial.—C. de Luzara, 2, Sevi- lla.—( Himendépteros. ) 1879. 1894. 1876. 1872. 1886. 1894. 1882. 1681. 1881. 1893. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Menpoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios.—Madrid. Mercapo y Gonzauez (D. Mattas), Licenciado en Medicina y Cirugia, Médico cirujano titular.—Nava del Rey (Va- Hadolid).—( Entomologia. ) Miguet & Irizar (D. Manuel de), Comandante de Ingenie- ros. —C. Lauria, 39, Valencia. Mir y Navarro (D. Manuel), Catedratico de Historia Na- tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.° 1.*, Bar- celona. Mirattes dE Impertat (D. Clemente).—Rambla de Estu- dios, J, 2.° 1.*, Barcelona. Monserrat y Arcus (D. Juan), Licenciado en Medicina, Secretario general de la Sociedad Bot‘inica Barcelonesa. —C. del Hospital, 47, Barcelona.—/( Botanica.) Montes pE Oca (D. José), Gobernador de las Carolinas. —C. de Alcala, 178, hotel, Madrid. Mora y Vizcayno (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias naturales.—Valverde del Camino (Huelva). MoraGues £ Isarra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 18, Palma (Mallorca).—(Coledpteros y moluscos.) MoraGues y pe Manzanos (D. Fernando), Presbitero.— C. del General Barcel6é (Palma Mallorca).—(Coledpteros, himenopteros, dipteros, hemipteros y ortdpteros de las Baleares y conchas de Europa y exdticas. Admite con- chas d cambio de cualquiera orden de insectos de la isla.) Moaiana (Sr. Conde de).—C. de Fuencarral, 55, principal izquierda, Madrid, 6 en Las Fraguas (Reinosa). Miier (D. Daniel).—Paseo de San Juan, 165, 4.°, Bar- celona.—(Coledpteros. ) 1872. 1889. 1889. 1892. 1873. 1886. 1872. 1872. 1886. 1889. 1694, LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 315 MvuNoz Coro y Arreponpo (D. Luis), Licenciado en Cien- cias naturales y en Derecho, Director y Catedratico de Historia natural en el Instituto. —Jaéu. Murca y Macuapo (D. Leopoldo), Doctor en Medicina, Director del Laboratorio médico-legal.—C. de Zarago- za, 9, Sevilla. Musso y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.—Murcia. Nacuer y Vivar (D. Pascual).—Colegio de San Clemente, Bolonia (Ltalia). Navarrete (D. Adolfo), Teniente de Navio.—Valencia. Nieto y Serrano (Excmo. 6 I]mo. Sr. D. Matias), Marques de Guadalerzas, Secretario perpetuo de la Real Aca- demia de Medicina, Consejero de Instrucciédn publica.— C. de Génova, 11, Madrid. NoreNa y Gutiérrez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales. —C. de Alcala, 80, Madrid. Osertuiir (D. Carlos), de la Sociedad Entomoldgica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes (Lles-et- Vilaine), Francia.—-(Lepidopteros. ) OsertTuiir (D. Renato), de Ja Sociedad Entomolégica de Francia. — Faubourg de Paris, 20, Rennes ({Ile-et- Vilaine), Francia,.—(Coleopteros. ) Ocuoa y Ecuaciien (D. Lucio), Catedratico de Agricultura en el Instituto.—Logrono. Ovea ¥ Convosa (D. Gregorio), Farmacéutico del Hospi- tal militar.—Manila. Outve y Prieto (D. Federico de), Arco de Santa Maria, 29, 2.° derecha, Madrid. 316 1887. 1890. 1894. 1875. 1873. 1881. 1890. 1882. 1875. 1881. 1804. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Onis (D. Mauricio ‘Carlos}.—C. de Nuestra Senora, 17, benaranda (Salamanca). Orteca Y Mayor (D. Enrique).—C. de Carretas, 14, Labo- ratorio quimico, Madrid. Patacios (D. Pedro), Ingeniero Jefe del Cuerpo de Minas. —C. de Cedaceros, 8, Madrid. Pavacios y Ropriaurz (D. José de), Farmacéutico.—Plaza de Santa Ana, 11, Madrid. Patou y Fiores (Ilmo. Sr. D. Eduardo), Consejero de Instrucciéu publica, Decano y Catedratico de Derecho en la Universidad.—C. de la Manzana, 4, 2.°, Madrid. Pantet (R. P. D. José), 8. J.— Monasterio de Uclés, Ta- rancén (Cuenca).—(Coledpteros, Ortopteros.) Pau (D. Carlos), Farmacéutico.—Segorbe (Castellén).— (Botanica. ) Paut y ArozarENa (D. Manuel José de).—C. de Alfon- so XII, 27, Sevilla. Pautino p’Otiverra (Imo. Sr. D. Manuel), Profesor en la Facultad de Filosofia de la Universidad.—Coimbra (Portugal). Pérez pE Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias na- turales, Catedratico de Historia natural en el Instituto. Guadalajara, Pérez Lara (D. José Maria), Jerez de la Frontera (Cadiz). — (Botanica.) Perez Orteco (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de Atocha, 95, Madrid. Pérez ZuNiaa (D. Buriyue), Profesor auxiliar en la Facul- 1886. 1889. 1887. 1872. 1883. 1883. 1879. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 317 tad de Medicina.—C. del Fuicar, 19 y 21, 2.° izquierda, Madrid, Prectatn y Barrout (D. José Maria), Abogado.—C. de Moreto, { principal, Madrid. Pino y Vivo (D. José), Farmacéutico.—Murcia. Prapo y Sainz (D. Salvador), Catedratico de Historia na- tural en el Instituto de 2.4 ensenhanza de Vitoria.—Plaza de San Ildefonso, 6, Madrid.—(Mineralogia. ) PREUDHOMME DE Bonrre (D. Alfredo), fndividuo de varias Sociedades.—Villa la Fauvette, Petit Saconnex, Ginebra (Suiza).—(Entomologia general, geografia entomologica, coledpteros y principalmente heteromeros 6 hidrocdn- taros. ) Puia y Larnaz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas.—C. de Fomento, !, duplicado, 1.° derecha, Madrid. Quapras (D. José Florencio).—Manila.—(Malacologia.) Ramon y Casat (D. Santiago), Catedratico en la Facultad de Medicina. —Atocha, 131 duplicado, 2.° izquierda, Madrid.—( Histologia. ) Reyes y Prosper (D. Eduardo), Doctor en Ciencias natu- rales, Ayudante por oposicién de Dibujo en la Universi- dad Central y de Botanica en el Museo de Ciencias, Auxiliar en la Universidad Central.—C. de la Palma Alta, 30, principal izquierda, Madrid.—(Dibujo cienti- fico, Cristalografia. ) Reyes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- rales, Catedrdtico de Historia natural en el [nstituto de 2." ensenanza de Cuenca.—(Ornitologia y Malacologia.) Rernoso (D. Fernando J.), Director y Catedratico del Ins- tituto.—C. del Obispo, 37, principal, Habana. 318 1886. 1886. 1894. 1890. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Rrosa y Martin (D. José), Doctor en Ciencias, Ayudante de la Estacién de biologia marina.— Santander. Rio (D. José), Ingeniero de Montes, Catedratico de la Escuela.—Escorial. Riva Paracio (Excmo, Sr. D. Vicente de la), General del ejército mejicano, Ministro plenipotenciario de Méjico. —cC. de Serrano, 3, Madrid. Rivas y Garcia (D. José), Licenciado en Farmacia.— Cadiz. Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Secre- tario y Catedratico de Historia natural en el Instituto. Plaza de la Aduana, 13, Valencia. Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), ex-Consejero de Es- tado, Miembro de la Sociedad Geolégica alemana.— Plaza del Conde de Miranda, 3, Madrid.—(Mineralogia. ) tivera Y Ruiz (D. Miguel), Licenciado en Ciencias natu- rales.—C. de Jas Beatas, 10, principal, Madrid. Roca y Carcuan (D. Ignacio).—Barcelona. Roca y Vecino (D. Santos), Licenciado en Ciencias natu- rales, Doctor en Farmacia.—Cuesta de Javalquinto, 3, Madrid.—(Mineralogia.) Ropriagugz (D. Ulpiano), Farmacéutico.—Manila.—/( Bota- nica. ) Ropriguez AGguapo (D. Enrique), Doctor en Ciencias y Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. —C. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. Ropricuez y Cepepa (Excmo. Sr. D. Antonio), Decano y Catedratico de la Facultad de Derecho en la Universi- dad.—Valencia. 1872. 1880. 1880. 1890. 1893. 1878. 1885. 1888. 1872. 1875. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 319 Ropriguez Y Femenias (D. Juan J.)—C, de la Libertad, 48, Mahoén (Menorca).— (Botanica. ) Rovriguez Moureto (D. José).—C. de Serrano, 96, 3.°, Madrid. Ropriguez NuNez (D. Eduardo), Licenciado en Medicina, Socio Corresponsal de la Linneana Matritense, Nume- rario del Gabinete Cientifico.—C. del Castillo, 32 y 34, Santa Cruz (Tenerife). Roprigurz Pérez (D. Felipe), Licenciado en Ciencias naturales.—Largo Fernandina.— Palazzo Bivona.—Na- poles (Italia). Rosa Asap (D. Ramén de la), Médico cirujano.— Llano del Real (Murcia). Rusio y Gari (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Federico), de la Real Academia de Medicina.—Paseo de Recoletos, 25, Madrid. Ruiz Casavietta (D. Juan).—Licenciado en Farmacia.— Caparroso (Navarra).—(Botdnica, en especial plantas navarras, Ornitologia y Taxidermia. ) Ruiz Caamorro (D. Eusebio), Catedratico de Psicologia en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Serrano, 76, 3.° Madrid. Ruiz pe Luzurtaca (D. Vicente).—Habana. Ruiz pe Saazar (Ilmo. Sr. D. Emilio), Director del perié- dico El Magisterio Espanol, Licenciado en Derecho, Doctor en Ciencias, Catedratico en la Facultad de Cien - cias de la Universidad.—C. del Barco, 20, principal, Madrid. Saaveora (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, 320 1890. 1889. 1895. 1894, S. A. 1895. 1891. 1889. 1883. 1885. 1872. 1885. 1879. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN de Ciencias y de la Historia, Consejero de Instruccién publica. —C. de Valverde, 22, 2.°, Madrid. SAenz y Lépez (D. Juan}, Licenciado en Ciencias natura- les.—Zafra (Badajoz). Sainz DE Baranpa (D. José), Ingeniero de Montes.—C. de Jorge Juan, 5, 2.°, Madrid. Sampepro (D. Antonio de Dios), Farmacéutico.—Alcolea (Almeria). SAncuez G6mez (D. José).—C. del Duque, 8, Cartagena. — (Entomologia. ) SAncuez Herndnpez (D. Abdén\, Alumno de Medicina.— C. de Alcala, 36, 2.°, Madrid. SincHez Navarro Y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien- cias’ naturales.—Baluarte, 10, CGadiz.—(Hntomologia.) SAncHEZ Navarro y NeuMann (D. Manuel), Doctor en Me- dicina, Miembro de la Sociedad espanola de Higiene.— Baluarte, 10, Gidiz.—(Paleontologia y Antropologia.) SAncHEZ Y Ropricguez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cas naturales.—C. de Eslava, 1, Sevilla. Sancuez Y SAncuez (D. Domingo), Licenciado en Ciencias naturales, Ayudante de la Comisién de la Flora flores- tal.—Manila (Filipinas). San Marrin (I]mo. Sr. D. Basilio), de la Real Academia de Medicina,—C. del Arenal, 16, Madrid. San Mitian y Atonso (D. Rafael), Médico cirujano.— C. de San Lorenzo, 15, Madrid. Sanz pE Dreco (D. Maximino), Naturalista.—C. de San Bernardo, 94, 1.°, Madrid. —/Comerciante en objetos y 1881. 1886. 1874. 1890. 1889. 1894. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 321 libros de Historia natural y en utensilios para la reco- leccién, preparacion y conservacién de las colecciones, cambio y venta de las mismas en todos los ramos. ) Sepittor (D. Mauricio), Abogado, Miembro fundador de la Sociedad Zoolégica de Francia, de las Entomolégicas de Francia, de Bélgica, etc.—Rue de l’Odéon, 20, Paris. —(Coleopteros del antiguo mundo y exoticos, y especial- mente hidrocdntaros, erotilidos, trogositidos, cléridos y heteromeros. ) Sreesoip (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de Ingenieros civiles de Paris, Comendador de la Orden de Carlos III, Caballero de varias érdenes extranjeras.— C. de Hernao, 8, Bilbao.—(Lepidopteros.) Setys-Lonecuamps (Sr. Bardn Edmundo de), Senador, Individuo de la Real Academia de Bélgica y de otras Academias y Sociedades.— Boulevard de la Sauvennie- re, 34, Lieja (Bélgica).—(Neurdpteros (principalmente odonatos) y lepidopteros de Europa.) Serrano Y Sexiés (D. Emilio),-Licenciado en Medicina y Cirugia.—C. de Ximénez Enciso, 14, Sevilla. Simarro (D. Luis), Doctor en Medicina.—C. del Arco de Santa Maria, 41, 1.° izquierda, Madrid. —(Histologia.) Simon (D. Eugenio).—Villa Said, 16, Paris.—(Ardenidos.) Siret (D. Luis), Ingeniero.—Aguilas (Murcia).—(Geolo- gia y antropologia.) Sotano y Evutate (D. José Maria), Marqués del Socorro. Catedradtico de Geologia en la Facultad de Ciencias.— C. de Jacometrezo, 41, Madrid.—(Mineralogia y Geo- logia.) So.pevitta Y Canto (D. Juan), Bajada de San Francis- co, 31, Valencia. ACTAS DE LA S0)C. ESP.— XXIII. Ql 1894. 1894. 187.9. 1895. 1893. 1872. 1887. 1873. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Suirez (D. Sergio), Ingeniero, Inspector facultativo de Hacienda.—C. del Prado, 3, 2.°, Madrid.—/Botdnica y Entomologia.) Toro y Quartituers (Imo. Sr. D. Cayetano del), Doctor en Medicina y Cirugia.—Cadiz. Torreeanno (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes.—C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. Torres Castettanos (D. Miguel), Jacometrezo, 26 y 28, Madrid. Torres y Perona (D. Tomas), Catedratico de Quimica orgdnica en la Facultad de Farmacia y en el Real Co- legio de San José, Socio corresponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid.—Manila. Traizet (D. Emilio).—42 rue Notre Dame de Nazareth, Paris. —(Coledpteros de Europa.) Tremouts y Borrert (D. Federico), Catedratico de Qui- mica inorgdnica aplicada en la Facultad de Farmacia de la Universidad.—C. de la Princesa, 1, 3.°, Barcelona.— (Botanica. ) TrauAdn (D. Luis), Gijon (Asturias).—(Coledpteros.) Unaaon (D. Serafin de), Miembro de las Sociedades Ento- moldégicas de Francia y Berlin.—C. de Velazquez, 30, 2.°, Madrid.—/Coledpteros de Europa.) Vatrepa Y Vita (D. Estanislao), Licenciado en Farmacia.— Llad6, Casa Olivas (Gerona).—( Ornitologia y Botanica.) VAzguez Fiaueroa y Canaces (D. Aurelio), Director Jefe de Telégrafos.—Valladolid.—(Lepiddpteros de Europa.) Vevtaz DE Meprano (D. Fernando), Ingeniero de Montes. —Soria. 1893. 1894. S. A. 1893. 1894, 1880. 1888. 1883. 1893. 1872. LA SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. 423 Vera (D. Francisco Asis de), Presbitero, Académico de las Reales de la Historia y San Fernando y Anticuario de Francia, Director del Museo Arqueolégico Provincial de Cadiz, Individuo dela Sociedad Geografica de Lisboa, Comendador de Numero de la Americana de Isabel la Catélica, condecorado con las cruces de 1." y 2.*° clase del Mérito Naval con distintivo blanco, Vocal Natura- lista de la Junta de Pesca del Departamento de San Fer- nando y Comandancia de Marina de la provincia de Cidiz, etc., etc. Vicioso y Trico (D. Benito), Licenciado en Farmacia.— Bodeguilla, 9, Calatayud.—( Botdnica. ) Vita y Napat (D. Antonio), Profesor auxiliar en la Uni- versidad.—Fagera de Afuera, 13, 2.°, Santiago (Galicia). Vinanova Y Pizcvrta (D. Alfonso), Licenciado en Cien- cias.—Borriol, |, Valencia. Viraré (D. Juan).—C. de la Reina, 40, Habana. Vinsac (D. Casimiro), Ingeniero civil.—Pasaje de Andreu, 1, principal izquierda, Sevilla. Vizcaya Y Conpe (D. Atilano Alejandro}, Licenciado en Ciencias naturales.—C. de D. Martin, 6, 3.°, Madrid. Warenzow (D. Pedro).—Aschabad, Rusia transcaspiana, y en el invierno, Uzun-Ada.—/(Coledpteros.) YaWNez (Excmo. Sr. D. Teodoro), Catedratico de la Facul- tad de Medicina de la Wniversidad, de la Real Acade- mia de Medicina.—C. de la Magdalena, 19, principal, Madrid, ZAPATER Y MarconeEtt (D. Bernardo), Presbitero.—Alba- rracin (Teruel).—(Lepidopteros. ) 324 SOCIOS DE LA ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Socios que han fallecido. 1882. CaLperon y Arana (D. Laureano), de Madrid. 1886. Cdmara y Chmara (D. José Marta), de Ayora. 1890. JAner ¥ FerrAn (D. Manuel), de Madrid. S. F. Pérez Arcas (D. Laureano), de Madrid. 1872. Pomso (D. Antonio), de Vitoria. 1872. Qviroea (D. Francisco), de Madrid. 1872. Sainz Guriérrez (D. Pedro), de Madrid. Socios que han renunciado a formar parte de la Sociedad. 1893. Arana (D. Felipe), de Madrid. 1886. Barriat Posapa (D. Clemente), de Montevideo. 1886. Bexuipo (D. Patricio), de Zaragoza. 1886. Cervera y Basiera (D. Julio), de Valencia. 1886. Curt y Naranso (D. Gregorio), de Las Palmas. 1889. Cursra y Martinez (D. José), de Madrid. 1891. Drteavo y Luorenre (D. Julian). de Madrid. 1888. Esquivyias y Pérez (D. Antonio), de Sevilla. 1877. Gocorza y GonzAuez (D. José), de Salamanca. 1874. GuILLeERNA ¥ DE LAS Heras (D. César de), de Madrid. 1872. Jiménez pe Pepro (D. Justo), de Madrid. 1889. Laza y Herrera (D. Enrique), de Velez Malaga. 1886. Lemus y Otmo (D. Eugenio), de Madrid. 1872. Oxavipe (D. José), de Madrid. 1872. Puiceari (D. Juan Ignacio), de San Paulo (Brasil). 1891. Ropricuez (D. Calixto), de Madrid. 1891. Saxes y Ferré (D. Manuel), de Sevilla. 1889. Sawrersas y Morina (D. José), de Sevilla. 1886. ‘Tid y Sauvapvor (R. P. D. Dionisio), de Canet. 1888. Vipau y Comparré (D. Pio), de Madrid. Madrid, 1.° de Diciembre de 1894. El Vicesecretario, Cantos HERNANDEZ. iN DiIeCe DE LO GONTENIDO EN EL TOMO III DE LA SERIE II (XXIII). MEMORIAS. Pags. CALpERON y CHaves.—Contribuciones al estudio de la Glauconita... 5 CaLperon.— Notas mineralogicas.—Nuevos hallazgos en la provincia CEPR VAl Tas 1. tence \ ewes epteens wutod wtete rede pemiweer is. bce oxeya ta ecw bate, apeb erat 19 GOMEZ DE LA Maza.— Catdlogo de las Periantiadas cubanas esponta- ESSA CULE ARH sor ayaa cated aia rhe} sya areinistobeb Sietoucs “ta enue 41 y 267 Moracugs y DE Manzanos.—Insectos de Mallorca..............26. 73 ABEILLE DE Perrin.— Notes pour servir a l’histoire des Malachides. 89 Ramon y Casau.— Estructura del encéfalo de los 'l'eleédsteos........ 93 Casrera y Diaz.— Una excursidn 4 los yacimientos prehistdricos de Gacmonass (GAMNas UAT y ec ap.os oy s-aim osha elmiere ae .sb0's bale = 101 CapPELLE.— Notes sur quelques découvertes préhistoriques autour de Segobriga dans l’Espagne Centrale. (Laminas v1 4.x)...... Ly Monressus.— La Peninsula ibérica seismica y sus colonias, (Lami- RAS RaW Ye MMM) operates oto) ce aa oie avers (ei win afe'e © a).c.5! a siein a's ale evened atols 175 Ramon y Casat.— Estructura del ganglio de la habenula de los ma- PAIDENOS a eletct aye isiarah ia 'e ais sao) a eucua ner om SIS Raaoer 7 lets = Algunas contribuciones al conocimiento de los gan- SILOS CCl CON COLAO. > vtaainie icieisleoieicheishs Sialerea alais 195 KriecuBaumer. — Himendpteros nueyos de Mallorca, recogidos por DeeRernando WIOTACUCS 21... = «ects > ciele a) ins} join -1ole 239 VAzquez Ficveroa.— Catalogo de los Lepidépteros recogidos en los alrededores de Madrid y en San Ildefonso..............-. 255 Ca.Lpgeron.— Las Chafarinas..... Soest ahi cause ceieeravein) aioe 3 oj ainuede aerate 303 ACTAS Sesion del 10 de tinere. de 1894... ences aaa = = hele Pam hit onsiocee 326 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO III, SERIE II (XXIII). Cazurro.—Datos para la fauna de la provincia de Madrid.— Mami- FPTOR..... Fe eC en ee shen cian ee eee eee Mepina.— Notas entomolégicas. Especies de los géneros Blaps y Pi- melia del Museo de Sevilla........... ess ol tete tome let CatpEron.— Observaciones sobre el mimetismo cromatico cambiante. — Idem sobre fenédmenos meteorolégicos observados en DiGi laevetervs iarelavalors wists eietevere Soros sfeusiiecersis\ahe jeteverere re ieweteveks CaNau.— Excursion 4 Cazalla de la Sierra y San Nicolas del Puerto (prehistoria y exploracion de cueyas)....... ss ceseaiets Sool GonzALez Y GarciaA DE Meneses.—Sobre la estructura de ciertas mi- NAS) AS Pirita...o.6. sce — pipiens, 46/,{ 47/5452);:63% bbe 56', 58’. var. Castellanus, 53’ 58’. var. Lusitanus, 53’, 58’ var. Valentinus, 54’ 58’. — terrestris, 58’. Gryllomorpha Uclensis, 137. Gryllomorphus Dalmatinus, 89’. Gryllotalpa vulgaris, 123’. Gryllus, 44’, 47', 51’. — bimaculatus, 70’. — burdigalensis, 123’. — campestris, 123’. — domesticus, 71’. — lateralis, 44’. — pipiens, 44’, 50’, 53’. Gypaétus barbatus, 136. Gyps fulvus, 136. Gypsophila hispanica, 129!. — structum, 138. Haliotis striata, 314. Haplophyllum hispanicum, 132’. Harpalus ibericus, 137. — salinator, 137. Harpiphorus Calderoni, 114’. Hedychrum lucidulum, 115’. Helianthemum eriocaulum, 128’. — hirtum, 128’. — intermedium, 128’. — origanifolium, 173. —- polifolium, 138. — squamatum, 138, 128’. — umbellatum, 128’, — vulgare, 128’. Heliothis peltiger, 124’. ’ b] Heliotropium europseum, 311, 140’, Helminthia echioides, 139’. Helychrysum serotinum, 136’. — Stcchas, 136’, INDICE Hemiaster Bufo, 132. — Fournelli, 132. Hemiotomys amphibius, 9’. — nivalis ?, 9’. Hemiteles bicolorinus, 234’. — pulchellus, 234’, Herderita, 90’. Herniaria annua, 134’. — fruticosa, 138. — hirsuta, 312. Herpestes ichneumon, yar. Wid- dringtoni, 10’. Hesperia Thaumas, 124’. Hetereostegina, 13. — costata, 7, 14. Hialita, 308. Hieracium amplexicaule, 138’. — balsamium, 138’. berardianum, 138’. yrandiflorum, 138’. macranthum, 138’. Pilosella, 138’. velutinum, 138’. Hierro, 42’. — espatico, 60’. — titanado, 20. : Hipparion gracile, 134. Hirundo rustica, 136. Hispa atra, 122'. Hister bimaculatus, 120!. — — var. morio, 120’. — 12. striatus, 120’. Hohenackeria polyodon, 242’. ** Holocompsa Chayesi, 72’. — Simonyi, 73’. Holopyga chloroidea, 115’. — fervida, 115’. — gloriosa, var. amcenula, 115’. Holosteum umbellatum, 311, 130’. ** Homoparus bifoveolatus, 246. Hoplia aulica var. chlorophana,121’. ** Hoplocryptus Mallorcants, 243. Hordeum murinum, 312. ALFABETICO, 33v Hyla, 23’. Hyoscyamus albus, 140’. — niger, 140’. Hypericum humifussum, 131’. — perforatum, 131’. — pulchrum, 131’. — tetrapterum, 131’. Hyppocrepis ciliata, 132’. — glauca, 132’, — radicata, 139’. Hutchinnsia petreea, 128’. Hylotoma Pyrenaica, 113’. Hypecoum pendulum, 126’. — procumbens, 126’, Hysteropterum grylloides, 123’. Iberis pinnata, 138. — saxatilis, 130’. — Tenoreana, 173’. Ichneumon anator, 149’. ** balearicus, 240. leucolomius, 149’. medicoxa, 149’. monostagon, 149’. ** Moraguesi, 240. Sarcitorius, 149’. xanthorius, 149’. Ichthyosaurus, 98’. Inula Britanica, 136’. — montana, 136’, Isatis tinctoria, 128’. Jacinto de Compostela , 25. Jasione montana, 139’. Jasonia glutinosa, 138. Jasminum fructicans, 139’. Jugurthia oranensis, 166’. Juniperus sabina, 245’. Knautia hybrida, 135’. Kochia prostrata, 138. Keeleria ciliata, 143’. — setacea, 143’, Koniga perusiana, 127’. — spinosa, 127’. Kundmannia sicula, 234’, 540 INDICE ALFABETICO. Kupferniquel, 43’. Labidura riparia, 122’. Lacerta ocellata, 136. Lactuca sativa, 138’. — scarola, 138’. — viminea, 138’. Leemosthenes terricola, 120’. Lagartos, 23'. Lamium amplexicaule, 140’. Lampsana communis, 139’. Larinus vittatus, 121’. Lathyrus Aphaca, 133!. — spheericus, 133’. — tuberosus, 133’. Lavandula latifolia, 140’. — pedunculata, 140’. Lavatera maritima, 131’. — triloba, 131’. Lebia cyathigera, 137. Lecanora, 313. Leistus expansus, 137. Leontodon carpetanus, 69’. — hispanicus, 139’. — Reyerchoni, 69’. Lepidium calycotrichum, 128’. — campestre, 128’. — Draba, 128’. — graminifolium, 128’. — hirtum, 128’. — subulatum, 128’. Leptinia attenuata, 244’. — hispanica, 137. Lepus cuniculus, 10’. — timidus, 10!. Leucanthemum, 311. Leucophiea surinamensis, 72’. Leucoxeno, 20. Leuzea conifera, 137’. Licinus granulatus, 137. Limonita, 29’. Linaria delphinioides, 140’. — hirta, 140. — melanantha, 138, 140’. Linaria robusta, 140’. — simplex, 140’. — spartea, 140’. — striata, 140’. — supina, 140!. Linum alpinum, 130’, 131’. — austriacum, 130’, 131’. — collinum,130! y 131’. — leve, 130’. — limanense, 131’. — narbonense, 173’. — perenne, 131’. — Soreyi, 131’. — squamulosum, 131’. — gsutfruticosum, 138. Lithospermum apulum, 140’. — arvense, 140’. — fruticosum, 140’. — officinale, 140’. ** Lithostege Duroata, 108’. Loboptera decipiens, 122’. ** — maroccana, 84’. *%* — minor, 85’. Lochmeea crategi, 122’. Locusta viridissima, 122’. Lolium perenne, 312. Longitarsus tabidus, 122’. Lonicera etrusca, 135’. Losa, 7. Lotus edulis, 312. — siliquosus, 132'. — tenuifolius, 132’. Loxoscelis rufescens, 314. Lusciola luscinia, 136. Lutra vulgaris, 10’. Lyceena Astrarche, 124’. — betica, 124’. — Icarus, 124’. Lycium europium, 140’. Lycopus europzeus, 141’. Lycosa Dufouri, 314. Lygeeus punctato-guttatus, 123’. Lygeum Spartum, 138. INDICE ALFABETICO. Lymnea Gouberti, 134. — longiscata, 134. Lynx pardina, 10’. (pie ~ Lyogryllus bimaculatus, — campestris, 71’. Lythrum Salicaria, 133’. Macrocephalus, 48’. / Macrophya neglecta ** v, nigra 114’. Magnetita, 20, 32, 307. Magnetkies, 43’. Maia squinado, 314. Malcolmia africana, 127’. Malva rotundifolia, 312. — sylvestris, 131’. — vulgaris, 131’. Mantis religiosa, 122’. Marcasita, 61’. Margaritana margaritifera, 31’. Marium hispanicum, 172!. Marrajo, 37’, 38’. Marrubium Alysson, 141’. — supinum, 141’. — vulgare, 312, 141’. Marta foina, 10’. Martelilla, 7. Mathiola coronopifolia, 126’. — tristis, 138, 127’. — var. hispanica, 126’. — varia, 126. Medicago arabica, 132’. — auriculata, 132’. — Gerardi, 132’. — marginata, 132’. — minima, 132’. — orbicularis, 132’. sativa, 132!. Megapenthes tibialis, 121’. Meles taxus, 10’. Melica inzequalis, 143’. — Magnoli, 143’. — Nebradensis, 143’. Melilotus parviflora, 311. . Melissa officinalis, 141’. Sil Mentha aquatica, 185’, 186’ y 187’. — Cadevyalliana, 186’. hirsuta, 141’, 185’, 186’ macrostachya, 188’. —_ , 187’. nemorosa, 188’, — Paui, 187’. — Pulegium, 141’. — rotundifolia, 141’, 185' 187’. 186’ ’ — sylvestris, 141’, 185’, 186’, 187’. — Viciosoana, 187’. — Zapateriana, 186’. Mercurialis annua, 311, 312. — tomentosa, 138, 142!. Mercurio, 59’, 62’, 65’. — nativo, 40’. Merendera Bulbocodium, 142’. Metacinnabarita, 62’. Meteorito, 24’. Mica blanca, 66’. — negra, 66’. *+* — tricolor, 243. Microgaster abdominalis, 235’. — tibialis, 235’. Microlestes, 101’. Microlonchus Clusii, 137’. — Isernianus, 138’. — leptocephalus, 138 . — salmantinus 137’. Microplitis eremita, 235’. Micropus erectus, 136’. Microtus agrestis, var. arvalis, 10’. — ibericus, 10’. — subterraneus, 10’. Millerita, 61’. Milvus regalis, 136. Mimesa equestris, 260’. Minervita, 90’. Miniopterus, 11', 13’. — Schreibersi, 9’, 14’. Mispiquel, 61’. Molibdanglanz, 41’. 342 INDICE ALFABETICO. Molibdenita, 41’. Natica hispanica, 131. Momordica Elaterium, 133’. Nebria brevicollis, 137. Moronita, 21. Nematus, 113’. Moscovita, 32, 34. Nemobius Heydeni, 123’. Murex trunculus, 314. Neophron percnopterus, 136. Mus decumanus, 9’. Nepeta cordifolia, 141’. — musculus, 9’. — latifolia, 141’. — rattus, 9’. — Nepetella, 141’. — sylvaticus, 9’. Neslia paniculata, 128’. — tectorum, 8’, 9’. Nicolita, 43’. Muscari neglectum, 138. Nicotiana glauca, 312. — racemosum, 142’. Nigella divaricata, 126’. Mustela furo, 10’. Niquel, 43’, 61’. — putorius, 10’. Nonnea alba, 140’. — vulgaris, 10’. Nostoc commune, 39’. Mutilla arenaria, 144’. — microscopicum, 39’. — aucta, 144’. Notoxus productus, 114’, 115’. — bipunctata, 144’. — trifasciatus, 121’. — brutia, 144’. Nummulites atessica, 23. — calcariventris, 144’. — Murchisoni, 23. — calva, 143’. Nyctinomus Cestoni, 9’, 18’. — capitata, 143’. Ocnerodes Brunneri, 137. — distincta, 143’. Odontites foliosa, 261’. —- halensis, 144’. — longiflora, 140’. — hottentota, 144’. — lutea, 262’. — littoralis, 143’. — purpurascens, 262’. — maroccana, 144’. — rigidifolia, 262’. — maura, 144’. — rubra, 140’. — montana, 144’. — tenuifolia, 262’. — partita, 144’. Odynerus Blanchardianus, 166’. — quadripunctata, 144’. — Buyssoni, 166’. — rufipes, 144’. — crenatus, 166’. — salentina, 144’. — Dantici, 166’. — stridula, 144’. — Delphinalis, 166’. Myogale pyrenaica, 9’. — ebusinus, 166’. Myosotis versicolor, 140’. — floricola, 166’. Myoxus glis, 9’. — Helvetius, 166’. — nitela, 9’. — parietum, 166’. Nabis ferus, 123’. — parvulus, 166’. Narcissus juncifolius, 142’. — Pauli, 166’. Nassa varicosa, 314. — regulus, 166’. Nasturtium officinale, var. siifolia, — reniformis, 166’. Lis — timidus, 166’. INDICE ALFABETICO. 343 Odynerus tripunctatus, 166’. (cia lusitanica, 69!. (2dipoda Charpentieri, 137. — corulescens, 89. — fuscocincta, 72’. — migratoria, 70’. Ofita, 24, 34. Olibrus bicolor, 120’. Oligoclasa, 308. Omphalodes linifolia, 138, 140’. Ononis latifolia, 122! — Natryx, 132’. — tridentata, 132’. Onopordon Acanthium, 137’. — corymbosum, 137’. Onthophagus Amyntas, 120’. — furcatus, 120’. — taurus, 120’. Onychia notata, 234’. Ophonus Cunii, 137. Ophrys fusca, 174’. — lutea, 174’. Opomala cylindrica, 122’. Orca gladiator, 170’. Orectochilus villosus, 120’. Orejudo, 14’. Origanum compactum, 234’, — virens, 141’. Ornithogalum tenuifolium, 142’. Oro, 40’, 61’. Orobanche Heder, 140’. Oropimente, 41’. Ortosa, 66’. Oscillatoria anguina, 39’. Ostrea columba, 132. — flavella, 130, 132. Otus vulgaris, 136. Ovis Aries, 10’. Pachybrachys pradensis, 122’. Pachytylus danicus, 70’, 71’, 72’. — migratorius, 71’. Pachyura etrusca, 9’. Pastinaca sativa, 134’. Peederus ruficollis, 120’. Pallenis spinosa, 136’. Panicum cruciforme, 234’. Papaver Argemone, 126’. — hybridum, 126’. — Rheeas, 126’. Papilio Podalirius, var. Feisthame- li, 124’. Pararge Ageria, var. Meone, 124’. — Megera, 124’. Parietaria diffusa, 142’. Paronychia Argentea, 133’. — Bougana, 234’. — capitata, 133’. — carpetana, 133’. — mauritanica, 133’. — nivea, 138. — polygonifolia, 133’. Pascalia glauca, 242’. Passer domestica, 136. Patella, 314. Peganum Harmala, 132’, Pelagius monachus, 315. Pelobates cultripes, 137. Pelodytes punctatus, 137. Pelopceus pensilis, 259’. — spinifex, 259’. — tubifex, 259’. Penetretus rufipennis, 137. Peperinos, 308. Perdix rubra, 136. Periplaneta americana, 314, 71’, 122), Perro, 234. Pezotettix pedestris, 89’. — Pyrenzeus, 89’. ** Pheeogenes balearicus, 241. ** — bellulus, 241. Phalacrocorax, 315. Phalacrus fimetarius, 120’. Phalaris hispanica, 234’. Pheidole pallidula, 314. Phelipza Muteli, 140’. 34 INDICE ALFABETICO. Phenacodusg, 99’. Philoctetes micans, 115’. Phlomis crinita, 172’. — herba venti, 141’. — Lychnitis, 141’. — purpurea, 172’. Phormidium laminosum, 39’. — valderianum, 39’. ** Phygadeuon anthracinus, 244. ** — pbalearicus, 245. ** — micromelas, 245. Phymosoma circinatum, 132. — Delamarrei, 132. Physalis Alkekengi, 140’. Physcia parietina, 313. Phytocoris, 244’. — exoletus, 123’. Pica caudata, 136. Picridium, 311. Pieris brassicze, 124’. — Daplidice, 124. — rapze, 124’. Piezoscelis staphylinus, 123’. Pimelia, 20’, 70’. — beetica, 20’. — costata, 20/. — fornicata, 20’, 69’. — maura, 20’. — ruida, 20’. Pimpla, 314. **& —. halearica, 248. ** — cingulata, 249. ** — erythronota, 248. * — semivaria, 247. “* — tricolor, 248. Pirates hybridus, 123’. Pirita, 28’, 61’, 65’, 66’. Pirita cuprifera, 20. — de hierro, 42’. — magnética, 43’. Piroxeno, 308, 43’. Pirrotita, 39’, 43’. Pistacia Terebinthus, 132’. ———SS ee Pistorinia hispanica, 138. Pizarra, 29, 41'. Planorbis corneus, 134. — cornu, 134. — retundatus, 134. Plantago albicans, 142’. — arenaria, 142! — coronopus, 311, 312, 142’. — cynops, 311, 142’. — europea, 141’, 142’. — lanceolata, 142’. — major, 142’. — maritima, 142’. — subulata, 142’. Plata,;43". — mercurifera, 61’. — nativa, 40’, 43’. Platycleis grisea, 89’. — laticauda, 72’. — oporina, 137. Platydactylus facetanus, 137. Plecotus, 11’, 13’. — auritus, 9’, 14’. Plesiosaurus, 98’. Pleurodeles Waltlii, 137. Plomo, 61’. — mercurifero, 61’. Plusia gamma, 124’. Pluvialis apricarius, 136. Poa trivialis, 143/. Podospermum decumbens, 139’. — laciniatum, 139’. Polistes gallicus, 165’. Polyearpon tetraphyllum, 312. Polygala rupestris, 172’. Polygonum aviculare, 142’. — persicaria, 142’. — segetum, 142’. Polypodium vulgare, 143. Polypogon monspeliensis, 143', Populus beeticus, 120’. Pérfido, 25, 29’. — cuarcifero, 60’. INDICE ALFABETICO, Potamides Lamarckii, 134. Potamogeton densus, 142’. Potentilla reptans, 133/. — verna, 133’. Prostemma albimacula, 244’. Prunella hyssopifolia, 140’. — vulgaris, 140’. Prunus prostata, 133’. — spinosa, 133’. Psammodromus hispanicus, 136. Psen pallipes, 260’. Psophus stridulus, 89’. Psoralea bituminosa. Pterocheilus hispanicus, 166’. Pterosaurus, 98’. Pulicaria dysenterica, 136’. Purpura heematostoma, 314. Pycnogaster Graellsi, 137. Pyrethrum, 136’. — pulverulentum, 136’." — sulphureum, 136’. ** Pyrgomorpha agarena, 83’. — grylloides, 122’. Pyrrhocoris «egyptius, 314. Quercus, 21. Quiroguesia, 157’. Radiolites, 132. Rallus aquaticus, 136. Rana, 21', 22’, 23!. Ranunculus Alez, forma sublana- ta, 125’. — arvensis, 125’. — chlorophyllus, 138. — flabellatus, 125’. — gramineus, 138, 173/. — muricatus, 173’. — repens, 125’. — sceleratus, 125’. — Steveni, 125’. — trilobus, 125’. Raphanus sativus, 126’. Rapistrum rugosum, 128’. rata, 236, 315. ratén, 227, 234, 236. Reduvius personatus, 123’. Regulus ignicapillus, 136. Rejalgar, 41’, 61’. Reseda Gayana, 171’. — lutea, 128’. — luteola, 128’. —- minor, 171’. — Phyteuma, 128’. — ramosissima, 138, — stricta, 128’. — suffruticosa, 171’. — undata, 128’. Rhagadiolus edulis, 139’. — glaber, 139’. Rhagonycha fulva, 121’. Rhamnus pumila, 138. Rhaphigaster grisea, 123’. Rhinechis scalaris, 136. Rhinolophus, 11’. — Blasius, 9’, 12’, 13’. — ferrum-equinum, 9’, 12’. — hipposideros, 9’, 12’. Rhygchium oculatum, 166’. Rhynchonella contorta, 132. — Lamarckiana, 132. Riolita, 60’. Roccella tinctoria, 313. Reemeria hybrida, 126’. Rosa micrantha, 133’. Rosmarinus laxiflorus, 172’. — officinalis, 140’, 172’. Rotalia, 13. Rubia tinctorum, 135’. — peregrina, 135’. Rubus ceesius, 133’, Rumex, 311. Ruta Chalepensis, 132’. — montana, 132’, Saga serrata, 137. ** Sagaritis balearica, 250. ** — dorsalis, 251. ** — Moraguesi, 252. 345 346 INDICE ** Sagaritis periscelis, 250. **x — trochanterata, 251. Sagina, 311. Salenia scutigera, 132. Salicornia, 311. — herbacea, 138, 142’. Salmo fontinalis, 93. Salsola, 312. — vermiculata, 138. Salvia clandestina, 140’. — lavandulefolia, 140’. Sanidino, 308. Santolina Chamecyparissus, 136’. — virens, 136’. Saponaria grandiflora, 129’. — ocymoides, 129’. — vaccaria, 129’. Saprinus chalcites, 120’. Sarcocapnos enneaphylla, 126’. Satureja obovata, 172’. Saxicola cenanthe, 136. Saxifraga Arundana, 134’. — carpetana, 134’. — dichotoma, 134’. — paniculata, 134’. — pentadactylis, 134’. — valentina, 134’. — Wilkommana, 134’. Secabiosa maritima, 135’. — monspeliensis, 135’. — stellata, 135’. — tomentosa, §. cinerea, 69’. — Turolensis, 69’. Scandyx australis, 138. — Pecten-Veneris, 135’. Searites planus, 137. Scaurus sticticus, 121’. Schistocerca peregrina, 71’. Scirpus lacustris, 142’. — maritimus, 142’, — sylvestris, 142’. Scirtobeenus grallatus, 137. Sciurus vulgaris, 9’. ALFABETICO. Scolopendra, 314. Scolymus hispanicus, 139’. Scraptia dubia, 121’. Scrophularia aquatica, 140’. — canina, 140’. — Grenieri, 173’. — lucida, 173’. — sciaphila, 173!. Scymnus interruptus, 122’. Scytonema figuratum, 39’. Securigera coronilla, 311. Sedum acre, 134’. — album, 134’. — altissimum, 134’. — amplexicaule, 134’. Selaginella denticulata, 172’. Selenio, 39’, 40’. Senebiera didyma, 312. Senecio adonidifolius, 136’. — Doria, 136’. — foliosus, 136’. — gallicus, 136’, 311’. — minutus, 136’. — prealtus, 136’. — Tourneforti, 136’. — vulgaris, 136’. Sepia, 22’. Sepidium bidentatum, 314. Sepiolita, 15. Serpula, 96’. Setaria viridis, 312. Sinapis arvensis, 127’. Siderita, 42’. Sideritis angustifolia, 173’. — hirsuta, 141’. — incana, 173’. — pungens, 141’. — sericea, 173’. — spinosa, 141’. Sienita, 20. Silene arvensis, 129’. — conoidea, 129’. — nevadensis, 129’. INDICE ALFABETICO. — nocturna, 129’. — Otites, 129’. — portensis, 129’. — rubella, 129’. Silusa rubiginosa, 120’. Silybum Marianum, 137’. Sisymbrium Assoanum, 127’. — austriacum, 127’. — Columne, 127!. — hirsutum, 127’. — Irio, 127’. — officinale, 127’. — Sophia, 127’. Sitones crinitus, 121’. —"humeralis, 121’. — lineatus, 121’. — subcostatus, 121’. Solanum Dulcamara, 140’. — nigrum, 140’. Solidago Virga-aurea, 136’. Sonchus aquatilis, 138’. 5 — asper, 138’. — hieracioides, 138’. — inermis, 138’. — integrifolius, 138’. — maritimus, 138’. — oleraceus, 138’. — pauciflorus, 138’. — pungens, 138’. — tenerrinus, 311. — triangularis, 138’. Sorex alpinus, 9’. — vulgaris, 9’. Spartium junceum, 132’. Spatula clypeata, 136. Specularia speculum, 139’. — Zapateri, 139’. Spergularia campestris, 312. — longipes, 130’. — media, 130’. — rubra, 130’. Sphex albisectus, 260’. — flavipennis, 259’. Sphex maxillosus, 259’. — pubescens, 260’. — subfuscatus, 260’. Sphingonotus azurescens, 122’. — cerulans, 122’. Spirzea flabellata, 133’, — Ulmaria, 133’. Spirorbis, 96’. Spongelia, 313. Squatina angelus, 38’. Stachys hirta, 312. — purpureum-hirta, 141’. Statice cordata, 141’. — dichotoma, 311. — duriuscula, 141’. — procera, 141’. — sinuata, 311. Stauronotus crassiusculus, 137. — Genei, 122’. Stellaria media, 130’. — neglecta, 130’. Stenobothrus biguttulus, 245’. — festivus, 122’. — hemorrhoidalis, 122’. — jucundus, 122’. — morio, 89/. — nigromaculatus, 89’. — Panteli, 255’. — parallelus, 89’. — stigmaticus, 89’, 245’. — Uhagoni, 245’. — vagans, 89’. Stenocephalus agilis, 123’. Stenosis hispanica, 121’. Stigonema thermale, 39’. Stilbum splendidum, 116/. Stipa parviflora, 143’. Strix flammea, 136. Sturnus vulgaris, 136. Sus scropha, 10’. Sylvia atricapilla, 136. Synotus, 11’, 13’. — barbastellus, 9’, 14’. BAT 348 INDICE ALFABETICO. Tachys bistriatus, 137. Talco, 15, 33. Talpa europea, 9/. Tamarix gallica, 133’. Taraxacum erythrospermum, 138’. — levigatum, 138’. — obovatum, 138’. Tarpa gratiosa, 149’. Tayisthockita, 90’. Tegenaria domestica, 314. Teluro, 39’. Temostethus, 114’. Tentyria levis, 69!. — Peirolerii, 121’. Tetraedrita mercurial, 60’. Tetragonolobus, 311. Teucrium Albarracini, 140’. — capitatum, 138, 140’. — dentatum, 140’. — floccosum, 234’. — gnaphodeles, 138. — pumilum, 138. — Scorodonia, 140’. Thapsia maxima, 134’. — Salmanticensis, 134’. — villosa, 134’. Theriodesmus, 101’. Thesium divaricatum, 142. Thlaspi perfoliatum, 127’. - Thrincia hirta, 139’. — hispida, 139’. Thymelza Tartonraira, 172’. — Thomasi, 172’. Thymus Loscosi, 141’. — Mastichina, 141’. — Porte, 69’. — vulgaris, 141’. Thyreonotus corsicus, 123’. Tibicina quadrisignata, 123’. Tiedmanita, 60’. Titanita, 40. Toba de Limonita, 21. Tolpis, 311. Tordylium maximum, 134’. Torilis helvetica, 134’. Tragopogon pratense, 139’. Trichera collina, 135’. — longiflora, 135’. Tridactylus variegatus, 123’. Trifolium agrarium, 132’. — arvense, 132’. — fragiferum, 132’. ** — Hervieri, 69’. — hirtum, 132’. — patens, 132’. — scabrum, 132’. — spumosum, 242’. — stellatum, 69’. — Zapaterii, 69’. Triglyphus, 101’. Trisectum neglectum, 143’. Tritylodon, 101’. Trochus Richardi, 314. Troglops capitatus, 89. — furcatus, 89. — verticalis, 89. Trogonophis Wiegmanni, 315. Tropidonotus natrix, 136. Tropidosaura algira, 137. Trutta iridea, 93. — lacustris, 93. ** Tryphon balearicus, 245. Trypoxilon albipes, 260’. — figulus, 260’. — scutatum, 260’. Tryxalis unguiculata, 122’. Tulipa australis, 172’. — montana, 172’. Turbo rugosus, 314. Turdus iliacus, 136. — merula, 136. Turgenia latifolia, 134’. Turmalina, 30. Turquesa, 91’. Tursiops Tursio, 171’. Tussilago Farfara, 137!. INDICE ALFABETICO. 340 Tylostoma Torrubie, 131. Typha angustifolia, 142’. — elata, 142’. — latifolia, 142’. — robusta, 142’. Umbilicus pendulinus, 134’. Unio Aleroni, 32’. ** — Almenarensis, 32’. — atharsus, 32’. — Beticus, 32’. — Bigorrensis, 31’. ** — callipygus, BPG ** — cameratus, 32. ** — circinatus, 32’. — Courquinianus, 32’. — dactylus, 32’. ** — decurtatus, 32’. — Gaudiensis, 32’. — Graellsianus, 32’. . ** — gravatus, 32’. — Hispalensis, 32’. — — var. Calderoni, 32’. — — var. Salvadori, 32’. — Hispanus, 32’. — — yar. Sevillensis, 32’. — — yar. sphenoides, 32’. ** — limosellus, 32’. — littoralis, 31’. — Mogquinianus, 32’. — mucidus, 32’. — Penchinatianus, 32’. — Requieni, 32’. ** — rhysopygus, 32’. — sinuatus, 31’. — subreniformis, 32’. * — Turdetanus, 33’. — Turtoni, 32’. — umbonatus, 32’. — Valentinus, 32’. Upupa epops, 136. Urtica urens, 312. Vaillantia hispida, 174’. — muralis, 174’. Valeriana discoidea, 135’. — longifolia, 118’. — olitoria, 135’. Valerianella Martini, 69’. — Willkommii, 69’. Vanellus cristatus, 136. Vanessa Atalanta, 124’. Velezia rigida, 130’. Velia currens, 123'. Vella Badali, 127’. Verbascum sinuatum, 140’. — Thapsum, 140’. Verbena officinalis, 140’. Vermellon, 60’. Veronica anagallis, 140’. — arvensis, 140’. — Beccabunga, 140’. — hedervefolia, 140’. — polita, 140’. — priecox, 140’. Vespa germanica, 165’. — rufa, 165’. Vespertilio, 11’, 18’, 17’. — Bechsteini, 18’. — murinus, 9’, 18’. — mystacinus, 18’. Vesperugo, 11’, 13’. Vesperus discolor, 9’, 15’, 16’. 22 Kuhl 9% 16%, V7, ——noctulaso,)lonliGa. — pipistrellus, 9’. — serotinus, 9’, 15’. Vinca obtusiflora, 172’. Vincetoxicum officinale, 139’. Viola arenaria, 129’. — cornuta, 129’. — hirta, 129’. — micrantha, 129’. — odorata, 129’. — parvula, 129’. — permixta, 129’. Vitia glandiflora, 133’, — lutea, 183’, 350 INDICE ALFABETICO. Vitia monanthos, 133’. — peregrina, 133’. — sativa, 133’. — tenuifolia, 133’. Viverra genetta, 10’. Vultur monachus, 136. Warelita, 91’. Wernerita, 35. Xanthium strumarium, 139’. Xeranthemum erectum, 137’. Yeso, 60!. Zabrus Castroi, 137. Zacinthia, 311. Zine, 61’. Zinkblende, 42’. Zipkius cavirostris, 170’. Zollikoferia pumila, 139’. Zophosis minuta, 69’. Zygeena malleus, 38’. ADVERTENCTA. El tomo im, serie m (xx) de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPANOLA DE Hisror1A NATURAL se publico dividido en tres cuadernos de la manera siguiente: Cuaderno 1.’, paginas 1-112 de las Memorias y 1-80 de las Actas, en 31 de Mayo de 1894. Cuaderno 2.”, paginas 113-224 de las Memorias y 81- 128 de las Acfas, en 31 de Octubre de 1894. Cuaderno 3.°, paginas 225-316 de las Memorias y 129- 3a2 de las Actas, en 31 de Enero de 1895. Acompanian 4 este tomo diez laminas fototipicas y dos mapas, y va ademas ilustrado con 42 grabados interca- lados en el texto. ye rh SEL I aa ae Sat ae HEN Hee ae ; - oy 4 “- naehpi a= ma =: ese pape ie ont i pewnepas. Fee wb s {Balan shsidatee fate viet AS tipi 5 Gree ccartihie Fav ates ho a hie RE Wis icfire geadie? HPs + fd oY Pee RS Vitae dntivelias aes. Le Pheri 2 a artis, 1 Pay ay Wisin ED Rc ah <8 8 ene s ee: . Rip thier i pene iae tess ha 5 as, seg ah Ndeie a, a7 12 5 : 7 Hwimok Kc ac ara s éol ab ia) iu oie “18 ape sat svi ld big ea! war ACT RO} oleae. conan Bp ob: on (et 4 anYaisteyt éal_oh SED epaipig yd $08b ob o7hi4 BBE si ashe ice 4 tonal sgigh 3S8-C4' PEDIBNG e i AUS Vat eine: a6 1 Er any “asian 8 AS 14g WV OMRON Sehgh. V1STES: eUiiteey Oy f oes Saher al opie pb. Cop yarask ara vent ¥ erenghaig) aa (rlogeil s5th ontot olga h sie 165 a whey titi Sohedsin: sh A189; olssobaurlt ahatioks BF, te -ANALES DE LA BOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL CeSERTEALI * TOMO TERCERO. > ED A i BER TO | MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCAL 4, 11, TERCERO 4 34 DE MAYO DE 4894 SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el afio 1894. Presidente..... Execmo. Sr. D. Daniel de Cortazar.—C. de Velazquez, 32. Vicepresidente. D. Marcos Jiménez de la Espada. —C. de Ayala, 15, 2.° Tesorero...... D.Ignacio Bolivar.—Calle de Moreto, 7, 1.9 derecha. Secretario..... D. Vicesecretario.. D. Carlos Herndndez.—Calle de Bordadores, num. 6, 3.° Bibliotecario... D. Lucas Fernd4ndez Nayarro.—Diyino Pastor, 14, pral. Comisién de publicacién. D. José Macpherson.—Calle de la Exposicién, num 4. D. Francisco de Paula Martinez y Saez.—Calle de San Quintin, num. 6. D. Blas Lazaro é Ibiza.—Calle de Carranza, nim. 10. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesidn de 4 de Abru de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los Awazs, tienen derecho 4 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la maquina, ni mas correcciones que poner en vez de la sesién en que se leyé la Memoria, la indicacién del afio y tomo de los ANaLEs en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor ntimero de ejemplares en la forma ex- presada, pagardn con arreglo 4 la siguiente tarifa: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. mlamapiagse 4 pERINAS.eseeneessceceeeeee nt Ate PoRvn. 850; 27 10,50 7 AE EBC SOCOR OE RATER Aer » et! 13 19 13> 8 eMC tia a Salelssiw aerOn wie seat a Sarena te » 13 26 39 26 Los autores que quieran tiradas aparte de sus Memorias, dejando una sola paginacion y afiadiendo sus titulos después del nombre, pagaran con- forme 4 la tarifa siguiente: 50 400 450 Cada 400 ejemplares. ejemplares. ejemplares. slempieres 4 PERINGE: oan. sw o's cd vuln viens 5: clnes ase¥ els Ryn. 17,50 20 22,50 20 BS eh ae Revie ore een eae mes oot ve — 23 28 33 28 BG pst Ch ivs.. wile mon Ok vartelehimares comment — 34 44 4 41 En ambos casos serdn iguales los siguientes gastos: 50 400 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. b= Mahe Una lim. grabada en acero 6 iluminada. Rvn. 64 - 128 192 128 Una id. id. id , sin iluminar............. » 20 40 60 40 Una id.id, en PICMTAs css cece re peer ee » 8 16 24 16 Cubierta de color sin imprimir.......... » 5 10 15 10 POF tAAR ID PABES clic ca wais sien $0; a0 e Obi Re aly nitely ele'y's Stak) Ranta a balers eee Rvn. 8 Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta..........sscseecccee » ADVERTENCIA. Si la lamina iluminada contuviese mds figuras de lo ordinario, aumen- tard su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de em- plear; y lo mismo si fuere de tamafio superior al de la caja de impresién (10°: por 18°). Las laminas cromolitografiadas, fotografiadas 6 de indole distinta de las que anteriormente se indican, se pagardn al precio que resulte para la — Sociedad. Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonardn 4 rs. por cada hora de trabajo. INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1.° DEL TOMO XXIII. Pigs. Calder6én y Chaves.— Contribuciones al estudio de la Glauconita. . 5 Calderén.— Notas mineralégicas.— Nuevos hallazgos en la provincia de Sevilla......... SOG ee na Ue a cys wbitacs Caeee sc 19 Gémez de la Maza.— Catalogo de las Periantiadas cubanas espon- taneas y cultivadas............55. Picwiesaihaicees bebe claerede es 41 -Moragues y de Manzanos.—ZJnsectos de Mallorca........ Satin o's 73 Abeille de Perrin.— Notes pour servir a U'histoire.des Malachides,. 89 Ramon y Cajal.— Estructura del encéfalo de los Teledsteos........ 93 Cabrera y Diaz.— Una excursidn d los yacimientos prehistéricos de Carmona, (LeAUUNAS'T GV), 6.6 sixes ccs eis Sede eve eb BS en ee 101 Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (Enero, Febrero, Marzo y Abril.) PUBLIGACIONES QUE SE HALLAN DE VENTA EN LA TESORERIA DE LA SOCIEDAD (LOS SOCIOS GO24N DE LA REBAJA DEL 50 por 100 SOBRE LOS PRECIOS AQUi SENALADOS,) Ptag. Recuerdos botdnicos de Tenerife, por D. R. Masferrer (cuaderno de 246 paginas, tirada aparte de los ANALES)..........-.4.- ee Fac-simile de una carta del Baron de Humboldt ( oublicatla en el, tomo 1 de los ANALES)......... CEs psbbe st 6 EATER Whibos ee aren teak Actas de la Socrmpap EspraNoua DE Historia NaturaL (otos 1890 y BOO) ROR NROL, oe oats aie «a Saeisioya ¢ sie'o' pe apeewiee rs bay fe olv esse Indice de lo contenido en los veinte primeros tomos (primera serie). de 10S ANALES.. 206.052 cvsccwevecress A. RRS er ee Cais 0 iatiogs SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. AVISOS A LOS SOCIOS. Los Socios estén obligados 4 hacer Negar su cuota (15 pesca por econducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en Ja época de admisién y posteriormente en el mes de Enero de cada afio.— Ar- ticulo 4,9 del Reglamento. : La Sociepap se rene en sesién ordinaria el primer miércoles, no festivo, de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabi- nete de Historia Natural, Alcala, 11. La Biblioteca de la Sociepap, instalada en el mismo local, esté _ abierta los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. (En la actualidad se est4 formando el catdélogo, que se publicaré . en breve en los ANALES.) La primera serie de los AnaLes (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°, que esté agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para el ptiblico se ha fijado en 25 pesetas. Los Sres. Socios tienen derecho 4 adquirir por una sola vez-un ejemplar de cada uno de los tomos de la primera serie, 4 los pre- cios siguientes; Tomos 2." 3.°, 4.°, 12.°, 13.°, 14.9, 16.°, meyet 8 pesetas. sa IRE NONE TiS RAN eae Sts feo ee tes oe 70,88. 9.°, 10.° 16.° 17.0 y 18°. ......... ry eee “Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos dere sobrantes, sin descabalar tomos, para los socios 4 2 pesetas, para el publico 5 pe- setas. La coleccién completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo. el tomo 1.°, para los socios y por un solo ejemplar (sdlo hay disponible un cortisimo ntimero) 250 cao Novas. Por reciente acuerdo de Ja Socrepap, los Sres. Socios deberdn hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren de- jado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4 su publicacién; pasado este tiempo habra4n de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones expresadas mas arriba. Los autores de Memorias con destino 4 los AnaLes se serviran - indicar al tiempo de entregar el original el numero de ejemplares que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2.° pdgina de la cubierta de] cuaderno primero de todos los tomos; advirtiéndoles que de no hacerlo asi no recibir4n mds que los 50 ejemplares sin variacién alguna que regala la SocirpaD. MADRID, — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29, ANALES DE LA SOCIEDAD £SPANOLA DE HISTORIA NATURAL Se kee ht. LOMO TERCERO. Cae ek) MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCALA, 11, “TERCERO 31 DE OCTUBRE DE 1894 Li SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. AVISOS A LOS SOCIOS. Los Socios estan obligados 4 hacer llegar su cuota (15 pesetas) por conducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admision y posteriormente en el mes de Enero de cada aflio.—Articulo 4.° del Reglamento. La Sociepap se reune en sesién ordinaria el primer miércoles, no festivo, de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabinete de Historia Natural, Alcala, 11. La Biblioteca de la Socrepap, instalada en el mismo local, esta abierta. los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. (En la actualidad se est4 formando el catalogo, que se publicara en breve en los ANALES.) La primera serie de los ANaLes (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, que se yenden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°, que esta agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para el publico se ha fijado en 25 pesetas. Los Sres. Socios tienen derecho 4 adquirir por una sola vez un ejem- plar de cada uno de los tomos de Ja primera serie, 4 los precios siguientes: Tomos 2.°, 3.°, 4.°, 12.°, 13.°, 14.°, 15.°, 19.° y 20.°.... 8 pesetas. PS Ss Than GU i RRP AME Re ER ae are I ERR S 5b — Bat 6 PS 8.0 Oe. 10.° 16° 17 y 18.° fate toawaiah ae Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- balar tomos, para los socios 4 2 pesetas, para el publico 5 pesetas. La coleccién completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1.°, para los socios y por un solo ejemplar (slo hay disponible un cortisimo numero) 250 pesetas. Noras. Por reciente acuerdo dela Sociepap, los Sres. Socios deberan hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4su publicacién; pasado este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones expresadas mas arriba. Los autores de Memorias con destino 4 los AnaLEs se servirdn indicar al tiempo de entregar el original el numero de ejemplares que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones 4 que hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2.* pdgina de la cubierta del cuaderno primero de todos los tomos; advirtiéndoles que de no hacerlo asi no recibira4n mds que los 50 ejemplares sin variacién alguna que regala la SociepaD. tee pl ee CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que han salisfecho sus cuotas desde 1.° de Febrero de 1893 4 31 de Octubre de 1894. CUOTA DE 1893. Brefiosa, de San Ildefonso. Capdebou, de Palma. Gonzalez Linares, de Santander. Munoz Cobo, de Jaén. Rioja, de Santander. CUOTA DE 41894, Acosta, de la Unidn. Blanco del Valle, de Ciudad- Real. Bolés, de Olot. Brefiosa, de San Ildefonso. Caballero, de Pontevedra. Calleja, de Talavera. Caénovas, de Murcia. Comerma, del Ferrol. Crespi, de Pontevedra. Dargent, de Malaga. Diez Solorzano,. de Santander. Espluga, de Quintanar. Fuente, de Pozuelo. Gonzalez Linares, de Santander. Gonzalez Pérez, de Sisante. Jiménez Rico, de Burgos. Llorente, de Burgos. Mac Lennan, de Portugalete. Mederos, de San Lorenzo. Mercado, de Nava del Rey. Ochoa, de Logrofio. Pérez Arce, de Guadalajara. Rodriguez Fementias, de Palma. Vayreda, de Llado. Vera, de Cadiz. CUOTA DE 1895. Mercado, de Nava del Rey. El Tesorero, I. Bouivar. INDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.° DEL TOMO XXUL __ ig , Page. Cabrera y Diaz.— Una excursion a los yacimientos prehistéricos de Cea Carmona (conclusién)....-.. PITS os wie Sie a Gie.ws Wales iS eae «> 418 : i Capelle.— Notes sur quelques découvertes préhistoriques autour de Se- gobriga dans l’ Espaqne Centrale. (Laminas vid X)........-00+- Rms 3% Montessus.—La Peninsula ibérica seismica y sus colonias. (Los ma- . — pas correspondientes 4 esta Memoria se repartiran con el cuaderno BISHTEN TE): a. 7. Wiclame mace are owas ee SGA ea, See ete a Aer ee Ramon y Cajal. — Estructura del ganglio de la habenula de los MAMAUPETOB. sole wis se A eh 1h Sen AS SE ists Stata Qt gat ele «oer kBG Ramon y Cajal.—Algunas contribuciones al conocimiento de los gan- hos delentéfalorcc. CF SS tee ee os eager me A atin ee aa +s Actas de la Sociedad Espafiola de Historia Natural. (Mayo (conclusidén), Junio y Julio.) A 9 Vibes \ MADRID — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 20. : ANALES : DE LA SOCIEDAD EsSPANOLA | | DE HISTORIA NATURAL SERIE II. ee ) TOMO TERCERO. : (See TET) 4 - MADRID | ss DON I. BOLIVAR, TESORERO ALcaLA, 11, TERCERO | 34 DE MARZO DE 1895 . ja a SOCIEDAD ESPANOLA DE HISTORIA NATURAL. Avisos A LOS socios. Los Socios estan obligados 4 hacer llegar su cuota (16 pesetas) por conducto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admisién — é y posteriormente en el’mes de Enero de cada aifio, MF ict 4.0 del Reglamento. ‘La Socrepap se reune en sesidén ordinaria el primer miércoles, no;festivo, de cada mes, 4 las ocho y media de la noche, en el Gabinete de Historia Natural, Alcala, 11. La Biblioteca de ia SociepaD, instalada en el mismo eect esta ablertar los dias no festivos de once 4 doce de la mafiana. (En la actualidad se est4 formando el catdlogo, que se publicaré en breve en los ANALES.) ‘ La primera serie de los Anatus (1872 4 1891) se compone de 20 tomos, que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.°,que esta agotado, y el 5.° y el 11.°, cuyo precio para el eee se ha fijadoen 25 pesetas. Los Sres. Socios tienen eee 4 dcuipiie por una sola vez un ejem- plar de cada uno de los tomos de la primera serie, 4 los precios siguientes: Tomos 2.°, 3.°, 4.°, 12.°, 18.°, 14.°, 15.°, 19.° y 20.°.... 8 pesetas. ER shake bs Sup eee ah cpioete tak PL ANN Se Oe sone BE oe et. : — 6.°, 7.9, 8.°, we IT ay Sele 8 iy y 18.9 nals a Ageia ee A Los cuadernos sueltos, siempre que de ellos haya sobrantes, sin desca- balar tomos, para los socios 4 2 Salis para el publico 5 pesetas. La coleccién completa de la 1.° serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1. . para los socios y por un solo ejemplar (sdélo hay senoeie un cortisimé oe numero) 250 pesetas. , Noras. Por reciente acuerdo de la Sociepap, los Sres. Socios deberdn hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir por extravio dentro de los seis meses siguientes 4su publicacién; pasado este tiempo habran de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones expresadas mas arriba, Los autores de Memorias con destino 4 los ANaLes se servirdn indicar al tiempo de entregar el original el nimero de éjemplares que deseende la tirada aparte de su trabajo y las. condiciones 4 que hayan de ajustarse con arreglo 4 la tarifa que se publica en la 2." pagina de la cubierta del cuaderno primero de todos los tomos; pairs sie) que de no hacerlo asi SociepaD. oe Ba CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los seiiores socios de provincias que lan satisfecho sus cuotas desde 4.° de Noviembre de 1893 434 de Marzo de 1895. ‘CUOTA DE 18938. Gorral y Lastra, de Santander. CUOTA DE 41894. Aguilar, de Calatayud. © Benet, de Teruel. -Cadevall, de Tarrasa. Capdebou, de Palma de Mallorca. “Corral y Lasira, de Santander. Fernaéndez de Castro (D. A.), de ""Cadiz.) Garcia Arenal, de Pontevedra. Larrinia, de San Sebastian. Ribas, de Cadiz. ‘Rioja, de Santander. Rosa Abad, de Llano del Real. Ruiz Casayiella, de Caparroso. Vilanova, de Valencia. _ Vicioso, de Calatayud. QUOTA DE 1895. Bosca, de Valencia. Ca dey all, de Tarraga. Codorniu, de Murcia. Comerma, del Ferrol. Cortijo, de Corufia. Fernandez de Castro (D.°A.), de Cadiz. Fernandez Izquierdo, de Burgos. Flores, de Cangas de Tineo. Jiménez de Cisneros, de Gijon. Larrinua, de San Sebastian. Madariaga, de Murcia. Ochoa, de Logrofio. Pantel, de Uclés. Pau, de Segorbe. Ribas, de Cadiz. Ribera, de Valencia. Rodriguez Femenias, de Palma. Sanchez Gémez, de Cartagena. Sanchez Navarro (D. E.), de Cadiz. Sanchez Navarro (D. M.), de Cadiz. Soldevilla, de Valencia. Truan, de Gijén. Vera, de Cadiz. El Tesorero, l. Bonivar. nae i Ramon y Cajal—Algunas contribuciones al conocimiento de los gan glios “del encéfalo ( (Conélaston); /satina wi Re oes 0 Boe ee eke OE aS Kriechbaumer.— Himendpteros nuevos de Mallorca recogidos por D. Fernanie Moragnes so. i2s seins ay si seues hang uan ma eeee Vazquez Figueroa.— Catalogo de los lepiddpteros recogidos en los al- ‘ rededores de Madrid y en San Iidefons0.........20eeeeeceeeeee Gomez de la Masa Oatdioge de las ira cine mi ebenonass SS scok Actas de la Sociedad Espafiola de Historia natural. /. Agosto, Septiem- | bre, Octubre, Noviembre y Diciembre)... .....0.ceee.eeeeceees 150° _ Lista de los sefiores socios de la Espafiola de Historia natural...