L0b-Y Library of the Museum OF AT HARVARD COLLEGE, CAMBRIDGE, MASS, ho gift of Ue da pira No eS -'COMPARATIVE ZOOLOGY.,. | ¡EA c | a, pue [GOLEADA EP 10 Ó / ANALES HISTORIA NATURAL. ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. SERIE EOMO*QUINTO (STD MADRID: DON I. BOLÍVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO. —PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES “1806 1 Artículo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memorias publica- das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29 MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. SOBRE LA FAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS DE LOS VERTEBRADOS INFERIORES, POR == RS DAS AO Y 40 da (Sesión del 8 de Enero de 1896.) Las prolijas investigaciones de Metchinikoff sobre la fago- citosis han dejado fuera de duda la propiedad englobante, tanto de leucocitos como de células conectivas, endoteliales, y en general, de todo corpúsculo dotado de contractilidad ami- boidea. Entre las células sanguíneas de los batracios, reptiles y pe- ces hállanse las plaquetas, cuya contractilidad nos parece in- dudable y en quienes, discurriendo por analogía, parece ra- cional suponer también actividad fagocitaria. Falta, empero, la prueba objetiva de esta presunción, para lograr la cual he- mos emprendido algunas experiencias, seguidas de resultados positivos. Pero antes de relatarlas, debemos entrar en algunos antece- dentes históricos. Después de las clásicas observaciones de Hayem (1) y de (1) Haxem: Recherches sur l'évolution des hematies dans le sang de l' homme et des vertebrés. (Arch. de Physiol. de Brown Seguard, 2:% serie. Tom. v, 1878. Tom. vx, 1879.) 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Bizzozero (1) tocante á la existencia de un elemento nuevo de la sangre circulante, se ha defendido la idea, por lo menos en lo referente á las plaquetas de los batracios, de que estos ele- mentos no son otra cosa que una variedad de leucocitos ó una fase evolutiva de los mismos. Así Hlava (2) afirma que las plaquetas de la rana están do- tadas de contracciones amiboideas y provienen, en definitiva, de glóbulos blancos ordinarios. Loewit (3) acepta parecida opi- nión, estimando las plaquetas de los batracios como una va-= riedad de leucocitos, en la cual encuentra todas las modalida- des nucleares de los glóbulos blancos (este último hecho es un error de observación). La forma placular no representaría un corpúsculo especifico, sino una modificación experimentada por los leucocitos y hasta por los hematies, bajo la influencia de condiciones especiales. Eberth (4), por el contrario, defiende la opinión de Bizzo- zero acerca de la especificidad morfológica y fisiológica de | las plaquetas, negando que posean movimientos amiboides, y haciendo notar que, si su morfología se altera por el reposo, no recobran nunca su forma originaria. La movilidad amiboide de las plaquetas y su estrecho pa- rentesco con los leucocitos fueron primeramente demostrados por nosotros, en un trabajo que publicamos en 1880 acerca de la inflamación (5), el cual, como todos los que dimos á luz por aquel tiempo, ha sido desconocido ó desconsiderado por los sabios. Debemos confesar que ignorábamos entonces el descubri- miento, realizado por Hayem dos años antes, de las plaquetas ó6 hematoblastos de los vertebrados inferiores; pero este desco- nocimiento no merma en lo más minimo, antes lo realza, el valor de nuestra observación. Decíamos entonces: «No todos (1) BIZZOZERO: Ueber einen neuen Formbestandtheil des Blutes und dessen Rolle beim Thrombose und Blutgerinnung. rVirch. Archiv. Bd. 90, 1882.) (2) HLaAva: Die Beziehungen der Blutplattchen Bizzozero's zur Blutgerinnung und Thrombose. “Arch. f. experim. Pathol. Bd. 17, 1883.) 3) LOEwIT: Vebder Neubildung und Zerfall weissen Blutkórperchen. (Sitzungsbder. d. wien. Accad. xC11, Ablh. 111, 1885.) (4) EBERTH: Zur Kenntniss der Blutplattchen bei den niederen Wirbelthieren. (Fests- chrift. Albert. v. Kólliker, 1887.) (5) S. RAMÓN CaJaL: Investigaciones ecperimentales sobre la genesis inflamatoria, y en especial sobre la emigración de los leucocitos. Zaragoza, 1880. (3) Cajal. —rAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS. 7 los leucocitos que circulan por los vasos durante la inflama- ción experimental poseen los mismos caracteres. Además de los ordinarios que son esféricos, granulosos, blandos y elásti- cos, los hay también de figura elíptica, aplanados, granulo- sos, más consistentes, sin viscosidad, y, por consiguiente, in- capaces de adherirse á las paredes vasculares. Nunca se los ve con asperezas y prolongaciones en su contorno, ni tampoco detenidos aisladamente en la superficie endotelial. Estos leu- cocitos singulares contienen muy á menudo partículas carmi- nosas y acaso provengan de leucocitos ordinarios, que por ha- ber estado anteriormente adheridos á la pared y haber sufrido largo tiempo el frote de la corriente, se han aplanado y esti- rado, adoptando la figura de cantos rodados». En este trabajo dábamos una figura que representa un vaso sanguíneo vivo, con leucocitos emigradores y varias plaque- tas, Ú sea lo que estimábamos entonces como una variedad de leucocitos ó como leucocitos modificados, que encerraban en su protoplasma granos de carmín (las experiencias de infla- mación se habían hecho inyectando previamente en el saco linfático dorsal de la rana polvo de carmín en suspensión). La precedente observación demuestra: 1.” La existencia en la san- gre viva circulante de una variedad de células semejantes á leucocitos, y esto en 1880, es decir, dos años antes de que las plaquetas fueran observadas por Bizzozero en el interior de los vasos normales. 2.” La propiedad englobadora de partículas extrañas, y, por consiguiente, la capacidad amiboide de di- chos elementos. Precisamente por esta virtud de engullir granos de carmín nos habíamos inclinado entonces á considerar las plaquetas de la rana como células que en una fase anterior habían sido ver- daderos leucocitos. Acaso actualmente no hallemos motivos bastantes para adoptar sin reservas esta explicación del ori- gen de las plaquetas; pero cúmplenos hacer constar que ella fué dada mucho antes que parecieran los trabajos de Hlava y de Loewit. También en nuestro Manual de Histología, 1.* edición, 1886, insistimos sobre el poder englobante de las plaquetas y su pro- bable parentesco con los leucocitos. En los mamíferos la cuestión varía de aspecto, pues, como es sabido, las plaquetas carecen de núcleo y no tienen repre- ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) sentación de células, aun cuando es de suponer que en algu- nas fases de su evolución han sido células perfectas. Por lo demás, las críticas dirigidas á la doctrina corrientemente ad- mitida en la ciencia de la preexistencia de las plaquetas en la sangre, por Loewit, Wooldridge y Lilienfeld, descansan en base tan deleznable, que se maravilla uno de los trabajos de refutación seriamente emprendidos por Bizzozero, quien prueba la preexistencia de dichos corpúsculos en la sangre de las alas del murciélago vivo, y por Sacerdotti (1) y Castelli- no (2), quienes los han observado, no sólo en este último ani- mal, sino en la lengua de la rana viva. Por nuestra parte, además de haberlos visto hace muchos años y con entera claridad en la sangre circulante de la rana (pulmón , mesenterio y membrana in- terdigital), en la del renacuajo y larva del sapo (expansiones membranosas de la cola), hemos podido también re- conocerlos en el mesenterio y epiplon mayor de pequeños mamiferos clora- lizados 0 eterizados. El objeto de la presente investiga= ción ha sido estudiar nuevamente la propiedad englobante de las plaque- tas, y determinar si semejante acción fagocitaria tiene lugar también con los microbios. Primera experiencia. Enelsaco lin- fático dorsal de la rana fueron inyec- tadas, en dos días sucesivos, algunas gotas de agua que tenía en suspensión una gran cantidad de gránulos de car- mín (mezcla de agua y de carmín laca Fig. 1.—Capilar del mesenterio O dinario). Cuatro días después de la de la rana. Examen en vivo.— inyección curó el animal, y se exami- a, plaquetas con granos de ng la circulación de la sangre en el carmín; 5, leucocito. mesenterio. (1) SacerDoTTI: Sur les plaquettes du sang. FArch. per le Science ned. Vol. xvi, n.* 2, et Arch. Ital. d. Biol. Tom. 21, 1891.) (2) CASTELLINO: Sur la nature du zymogéne du Abrin-Jerment du sang. (A rch. Ttal. a. Biol., 1895. Tom. 21.) (5) Cajal. —FAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS. 9 El examen microscópico de los vasos vivos reveló una gran cantidad de plaquetas con granos de carmín. En general, cada plaqueta contiene un solo gránulo, á veces grueso, y situado comunmente en el eje del corpúsculo y en el paraje del proto- plasma en que arrancan las expansiones polares. En unos po- cos casos muestran las plaquetas dos 4 más gránulos de carmin. Estas plaquetas carminadas no han perdido ninguna de sus propiedades morfológicas ú fisiológicas. Si se comprime á fa- vor de una pinza la pared del capilar observado, dichos cor- púsculos se adhieren al endotelio, y forman acúmulos iguales á los descritos por Bizzozero, Eberth y Schimelbuch. Cuando se examina la sangre extravasada, las plaquetas se deforman, se reunen para constituir zógleas, emiten gotas hialinas, y se inicia en derredor la coagulación de la fibrinógena. Esta experiencia, destinada á probar el poder englobante de las plaquetas, hémosla repetido con iguales resultados em- pleando, en vez del carmín, polvo de anilina azul, carbón, etc. En ocasiones, más de la mitad de las plaquetas contienen pat- tículas extrañas. Lo más común, sin embargo, es que sólo presenten gránulos colorados la cuarta ó la tercera parte de dichos elementos. Excusado es decir que los leucocitos engloban también las mencionadas partículas, como ya demostró Cohnheim en sus memorables experiencias sobre la diapedesis inflamatoria; hállanse, empero, más gránulos en plaquetas que en leucoci- tos, lo que puede depender de la proporción mucho mayor de aquellos elementos. En cambio, el glóbulo blanco suele en— globar más cantidad de gránulos. Segunda experiencia. Con cuatro, seis y ocho días de anti- cipación al examen de la sangre, se inyectó en el saco linfá— tico dorsal de varias ranas cierta cantidad de culturas vivas, procedentes del agar. A dos ranas se lesinocularon varias go- tas del cultivo del Staphilococcus pyogenes aureus; otras dos re— cibieron la misma cantidad del Streptococcus pyogenes; final- mente, en dos más inyectóse el bacilo tifoso. Los animales resistieron muy bien las inoculaciones; seis días después pare- cían hallarse en perfecta normalidad. El paraje del saco dor- sal donde se practicó la inoculación contenía un exudado se- rofibrinoso rico en leucocitos, dentro y fuera de los cuales se 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) velan grandes acúmulos de microbios. Es indudable que una oran masa de parásitos había sido inmovilizada en el mismo saco dorsal, y no había podido, por tanto, dirigirse al torrente circulatorio. El examen de la sangre circulante mostró tal cual microbio en suspensión, y en los animales inoculados con el Staphilo - coccus velanse dentro de algunas plaquetas ciertos granos re fringentes. Pero sólo la observación de la sangre extravasada permitió reconocer con entera evidencia que muchas plaque- tas encerraban dentro de su protoplasma una, dos, rara vez más micrococos, perfectamente coloreables por las anilinas básicas. Algunos acúmulos placulares mostraron gran riqueza de microbios (fig. 2 c); otros estaban totalmente desprovistos de ellos. Iguales resultados se obtuvieron con el Streptococcus; por lo contrario, el bacilo tifoso no fué englobado, como no lo fué tampoco el Bacillus anthracis inyectado en otras experiencias. Esto no prueba una acción selectiva particular por ciertos microbios, sino más bien un caso de imposibilidad mecánica; la poca cantidad del protoplasma envolvente de las plaquetas no consiente sino la intromisión de muy pequeños corpúsculos. Los métodos de preparación de las plaquetas para la demos- tración de inclusiones son bastante delicados. La desecación rápida de la sangre y coloración subsiguiente con una anilina básica da bas- tante buenos resultados, pues las plaquetas sue- len conservar bien su forma. También cabe distinguir los microbios Fig. 2.—Plaquetas de la rana.—«, plaquetas vivas; dentro de las plaquetas 0, plaquetas cuyos microbios se tiñeron con el (e la sangre fresca, so- azul d etil evio fijado en sublimado; : A a A ” metiendo ésta, una vez c, conglomerado de plaquetas; 4, leucocitos con , microbios. cubierta con el cubre- objetos, á la acción de una anilina básica adicionada de algunas gotas de ácido acé— tico. Pero el mejor procedimiento es extender rápidamente la (7) Cajal. —rAGOCITOSIS DE LAS PLAQUETAS. n sangre sobre un porta-objetos, abandonándola por algunos se- eundos al aire para que se deseque ligeramente (no debe lle- carse á la desecación completa, sino á cierta condensación del plasma), fijar durante algunos minutos con sublimado á sa- turación, lavar suavemente para eliminar, sin menoscabo de los glóbulos, el exceso de reactivo, tratar el preparado con unas gotas de alcohol, y teñir, finalmente, con una anilina básica, decolorando en agua ó con el método de Gram. El bi- cloruro de mercurio fija perfectamente las plaquetas y permi- te reconocerlas facilisimamente entre los demás elementos de la sangre. Por lo demás, este método es también excelente para la fijación y tenido nuclear de hematíes y leucocitos. ¿Qué interpretación debemos hacer de los hechos expuestos? Nuestro primer pensamiento había sido (1880) considerar las plaquetas como leucocitos modificados, y en tal supuesto ex- plicar la presencia de cuerpos extraños en aquéllas, por el hecho de la conservación en su protoplasma de las partículas capturadas en su fase anterior de leucocitos. Pero no pudién- dose sorprender en ningún caso el paso del leucocito al esta= dio de plaqueta, y no existiendo transiciones morfológicas en- tre ambas especies de corpúsculos, nos inclinamos actualmen- te á conceder poder englobante á las plaquetas, por lo menos durante su circulación en la sangre normal. Hé aquí cómo imaginamos el fenómeno: los microbios, par— tículas extrañas, etc., inyectados en el saco linfático dorsal, pasarían, por mero desagúe linfático, á la sangre, donde exci- tarían por acción tactil la contractilidad del protoplasma pla- cular (contracción por excitación tactil, de Masart). Este poder englobante se ejercería lo mismo contra partículas solubles que insolubles, porque, según nuestras observaciones, las pla- quetas carecen de sensibilidad quimiotáctica. Por esta razón son incapaces de emigrar de los vasos, y no se las ve jamás en los derrames serosos Ú fibrinosos de las fleg- masías. En suma; la plaqueta de los vertebrados inferiores, constituye un excelente recurso defensivo intravascular, cuyo fin es mantener la absoluta pureza del plasma circulante. ln la rana normal no es raro ver plaquetas con uno ú varios gra- nos gruesos, brillantes, que probablemente representan peda- zos globulares hallados en su camino por dichos elementos. ¿Desempeñan también las plaquetas algún oficio más im- 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) portante? Su condición secretoria, demostrada por las obser vaciones de Hayem, Bizzozero y las nuestras, su extrema vul- nerabilidad, que es tal que ante el menor obstáculo desagre- can su protoplasma modificando la composición del plasma sanguineo, ¿no podrían ser indicio de algún fisiologismo de mayor alcance, por ejemplo, de la secreción de alexinas ú de substancias bactericidas, á las cuales quizás deba la sangre sus virtudes preservadoras y antitóxicas? Imposible contestar por ahora á estas preguntas. De todos modos, repugna á la razón considerar las plaquetas como elementos que sólo han perdido el núcleo y experimen- tado diferenciaciones químicas tan radicales como las que Ca- racterizan el hematíe, para el solo oficio de constituir, en el accidentalísimo caso de una lesión vascular, trombus hialinos obturadores de la brecha parietal. Mas verosímil parece que socen además de alguna actividad de carácter permanente relacionada, ya con el poder nutritivo, ya con el papel bacte - ricida del plasma sanguíneo (1). (1) En la sangre de los animales muertos del mal del bazo los bacilos forman acú- mulos, precisamente al nivel de los conglomerados placulares. Este hecho facilísimo de revelar en el hígado del conejo, y particularmente en los vasos gruesos, ¿es un fenómeno post partem ó una señal de que durante la vida las pláculas envolvieron Óó tendieron á envolver, reunidas en gran número, los bacilos invasores? Para contes- tar á estas y otras muchas cuestiones relacionadas con la fisiología de las plaquetas, es preciso hacer algunas experiencias que hasta hoy no hemos tenido tiempo de eje- cutar. ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO, POR A SE LAIA OSA YO AS TO (Sesión del 8 de Enero de 1896.) Desde las investigaciones de M. Schultze y de Ranvier so- bre la textura de las células nerviosas, se admite casi unáni- mente en el protoplasma de estas un sistema de filamentos finísimos, que, concentrándose en hacecillos en los ángulos del cuerpo celular, pasan á constituir las expansiones nervio- sa y protoplásmicas. Este esquema estructural halló confirmación en las observa- ciones de Flemming (1), quien, con ayuda de nuevos méto- dos, distinguió en el protoplasma de las células ganglionares unos hilos largos, flexuosos, independientes, los cuales pre- sentan en su trayecto ciertos engrosamientos ávidos de la he- matoxilina y anilinas básicas. Semejantes engrosamientos, que Flemming reconoció tanto en los ganglios raquideos como en el asta anterior de la médula espinal, son finos en unas célu- las, más gruesos en otras, lo que establece diferencias de co- lorabilidad y de aspecto entre los diversos corpúsculos gan- glionares de un territorio nervioso. Semejantes diferencias tintoriales condujeron á Flesch (2) y (1) FremmixG: Vom Bau del Spinalganglienzellen. (Beitr. zur Anot. und Embryolo- gie als Testgabe f. J. Henle von seinen. Schúlern, 1882.) (2) FiescH: Miltheilungen der Naturforschen de Gesellschaft in Bern. Números 1.169-1.104. 11 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) sus discipulas H. Koneff (1), Anna Gittis (2), Anna Kottarews- ky (3), á admitir en los ganglios y otros centros nerviosos dos especies celulares: elementos cromoófilos, que atraen la hema- toxilina, carmín y anilinas básicas; y células cromofobas, que se caracterizan por su palidez y escasa fuerza de selección por dichos colores. El ácido ósmico distingue también, como ya indicó Bellonci, estos dos tipos de células, tiñendo las cromó- filas de un moreno mucho más intenso que las cromófobas. Por lo que toca á la significación de estos dos tipos celula— res, Flesch y sus discípulos se inclinan á estimarlos como ra- zas diversas de elementos, 6, mejor, como células de distinta composición química, y, por tanto, de diverso valor fun- cional. El avance más importante dado en el estudio del protoplas— ma nervioso se debe á Nissl (4), que ya en 1885 publicó un método sencillo y eficaz de teñido de los granos cromáticos del cuerpo de las células ganglionares. Este método consiste esencialmente en indurar los centros nerviosos en alcohol de 96, y teñir los cortes microtómicos, que deben ser muy finos, en una solución acuosa de rojo ma- eenta ú de azul de metileno B.; extraído el exceso de color con el alcohol 6 la esencia de clavos, 6 mejor con una mezcla de alcohol y de aceite de anilina, el cuerpo de las células nervio- sas muestra dos substancias: masas Ó grumos fuertemente co- loreados, de forma poligonal d alargada; y materia intergru- mosa incolora, que parece constar de un retículo de hilos pá= (1) M. KoNEFr: Beitrage zur Kenntniss der peripheren Gaiglien. / Dissertatio. Bern, 1886.) (2) AnxNa Girtis: Beitrage zur verglei. Histologie der peripheren Ganglien. (Diss. Berna, 1887.) (3) KoTTAREVSKY: Physiol. u mikrochem. Beitroge zur Kenntniss der Nervenzellen €. /Diss. Berna, 1887.) (4) Véanse los trabajos de Nissl: Veber die Untersuchungsmethoden des. Grosshirn= rinde. (Tagebl. d. Naturforsch. zu Strassburg. 1885.) —Ueber den Zusammenhang von Zellstruktur und Zellfunktion. (Tagebl. d. Natur- Forschervers. zu Kolr. 1889.) : —Mittheilungen zur Anatomie der Nervenzelle. /Allgem. Zeitschr. f. Psychiatric. Ba. 50, 1894.) —Ueber eine neue Untersuchungsmethode der Centralorgane speziell zur Feststelluñg der Lokalisation der Nervenzellen.(Centralb. f Nervenheilkunde u. Psychiatr. Bd. xv1r, 1891.) —Ueber die Nomenclatur in der Nervenzellenanatomie und ihre núchsten Ziele. /Neu- rol. Centralbl. 1895.) (3) Cajal.-—ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 15 lidos. Bajo el punto de vista de la disposición de estas dos substancias, Nissl distingue diversos tipos de corpúsculos ner- viosos: 1.” Células arkyocromas, en las cuales la parte cromá- tica se dispone en forma de red. 2.* Células estykocromas, en las cuales los erumos cromáticos forman estrías, husos 6 nó- dulos sueltos, más 0 menos paralelos al núcleo y contorno del cuerpo celular (células del asta anterior de la médula). 3.” Cé- lulas gryocomas, aquellas en que los grumos constituyen gra— nos sueltos inconexos y sin orientación bien marcada. 4.” Cé- lulas cuyo protoplasma, sumamente escaso, encierra poquísi- mos gránulos cromáticos. Los estados cromófilo y cromófobo de Flesch se deberían al erado de aproximación y apretamiento de los grumos cromá- ticos; en ciertas células de un mismo ganglio los grumos yacen próximos y el protoplasma resulta obscuro (células pyAna0- morfas); en otras, los depósitos cromáticos se hallan distan— tes, á causa de la existencia de grandes espacios claros (célu- las apyknomorfas). Semejante diversidad de aspectos depende- ría de los distintos estados funcionales del protoplasma nervioso. La existencia de los grumos cromáticos colorables por las anilinas básicas en el protoplasma nervioso, ha sido confir— mada por muchos autores, que han aplicado con leves varian- tes el método de Nissl. Citemos, entre otros, á H. Virchow (1), que ha estudiado las células de la médula espinal del conejo; a Friedmann (2), Sarbo (3), Querbain (4), quienes han deter— minado las alteraciones ofrecidas por los grumos cromáticos en distintos estados fisiológicos; 4 Schaffer (5), que ha inves- (1) H. VircHow: Ueber yrosse Granula in Nervenzellen der Kaninchenrúckenmarkes. (Centralb. f. Nervenheilkunde. Jahrg. x1. 1888.) (2) FRIEDMANN: Studien zur patholog. Anatomie der acuten Encephalitis. (Arch f Psych. Bd. xxr. 1891.) y (3) Sarbo: Ueber die Normale Structur des Ganglienzellen:des Kaninchenriickenmar- kes und ueder deren pathologischen Veránderungen beim Vergiftung mit Phosphor una Morphium. Ung. Arch. f. Medizin. Jahr. 1. 1892.) (4) QUERBAIN: Veber die Veranderungen des Centralnerven systems bei experimente- ller Cachexia thyreopriva der Thiere. ¡Virchow”s Archiv. Bd. 13:3-1893.) (5) SCHAFFER: Kurze Anmerkung uber die morphologische Diferenz des Achsency- inder im Verhaltnis zu der protoplasmatischea Fortsatzen bei Niss''s Farbung. (Neurol. Centralbl. Jarh. x11. 1593.) E Véase también: Beitrag zur Histologie der Ammonshornformation. (Arch. t. milk. And. Bd. xx1x. 1892.) 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) tigado la disposición de la materia cromática en los elementos piramidales del asta de Ammon; al malogrado Hammarberg (1), que en su trabajo póstumo ha descrito los grumos cromáticos del cerebro humano normal y en estado de idiotía; á Vas (2), Lambert (3), Man (4), y Lugaro (5), quienes han tratado de fijar las variaciones experimentadas por los grumos proto- plásmicos y el núcleo en las células de los ganglios sometidas á fuertes corrientes eléctricas; finalmente, á von Lenhos- sek (6), que ha hecho un minucioso estudio de la cromatina protoplásmica de las células motrices medulares y de los gan- glios raquídeos. La naturaleza de los grumos cromáticos es muy discutida. En opinión de Simarro, Vas y de Lenhossek, el método de Nissl colora las fibrillas de Flemming, quedando totalmente pálida la materia interfilar. Lenhossek añade que las preten- didas fibras del protoplasma nervioso no representan, en rea lidad, otra cosa que la imagen indistinta de los husos cromá- ticos. Para Rosin (7), los citados grumos no serían más que las egranulaciones basiófilas de Ehrlich. Ultimamente, Benda (8) ha defendido una opinión análoga, atribuyendo á las partes cromáticas la significación de protoplasma indiferenciado, en el cual se depositarían los granos basiófilos; las partes acro- máticas constituirían el factor diferenciado ó conductriz del cuerpo celular. Nuestros trabajos sobre la textura del protoplasma ner- vioso no están todavía acabados. Vamos, no obstante, á indi- car sumariamente los resultados obtenidos. (1) C. HAMMARBERG: Studien ber Klinik und pathologie der Idiotie £. Upsala, 1595, (la edición sueca es de 1893). 12) Vas: Studien uber q. Bau. d. Chromatins in der sympathischen Ganglienzelle. rArch. fo mik. Anat. Bd. 40, 1892.) (3) LAMBERT: Vote sur les modifications produites par l'excitation electrique dans les cellules nerveuses des ganglions sympathiques (Comp. rend. hebd. des Séances de la So- cieté de Biologie. 1893, núm. 31.) (4) Man: Histological changes induced in sympathetic, motor, and sensory nerve cells dy functional activity. (Read befere the scottisch microscopical society 15 Mai 1891.) (5) LuGaro: Sulle Modijicationi delle cellule nervose nei diversi stati funzionali. Pa- lermo. Maggio, 1893. E y (6) LENHOSSEK : Der feinere Bau des Nervensystems im Lichte neuester. Forchun- gen, 1895. (1) RosiN: Ueder eine neue Farbungsmethode des gesammten Nervensystems. (Neurol. Centralb. 1893.) (8) BENDA: (Neurolog. Centralbl. 1825.) (5) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 17 El método de coloración que hemos aplicado ha sido el de Nissl con el azul de metileno 42 6 el de Lenhossek con la ¿hi0- nina. Obtenemos la fijación preliminar de las piezas, ya con el alcohol de 96%, ya con el bicloruro de mercurio á saturación, reactivo que para este fin hallamos tan bueno 6 mejor que el alcohol. En ciertos casos usamos una mezcla de azul de meti- leno 2 y de fuchina básica (20 c. c. de solución al 1 por 100 de fuchina, mezclados á 20 c. c. de solución al 1 por 100 de azul de metileno B); en esta solución y previa decoloración con alcohol los husos cromáticos aparecen teñidos de azul, mien- tras que los nucleolos de las células nerviosas grandes y la red cromática de los corpúsculos neuróglicos y pequeños elementos ganglionares adquieren un tono rojo 6 violado rojo. Esta reacción prueba que los grumos cromáticos es- tán formados de una materia especial distinta de la cro- matina. Células de la médula espinal.—Corresponden las motrices sobre todo al tipo stycocromo de Nissl, y han sido muy bien estudiadas por los autores, particularmente por Nissl mismo y Lenhossek. Un examen de estas células, con el objetivo 1,60 Zeiss de inmersión en el monobromuro de naftalina, permite distin- guir perfectamente tres cosas: los grumos cromáticos, la red acromática 0 espongio-plasma nervioso, y las vacuolas ú tra= yectos interreticulares. a. Grumos cromáticos.—Gruesos y poliédricos cerca del nú- cleo se alargan, como han descrito los autores, en la periferia celular, y sobre todo en el espesor de las expansiones proto- plásmicas, en las cuales toman la forma de husos prolonga- dos. Nada más fácil que observar al nivel de las bifurcaciones de dichas expansiones los grumos triangulares, llamados por Nissl conos de bifurcación, así como los huecos d vacuolas que en su espesor contienen aleunos acúmulos cromáticos. Tam- bién se advierte á menudo, como ha hecho notar Lenhossek, que algunos grumos cromáticos de las expansiones protoplás- micas forman eminencia en el contorno de estas, engendrando probablemente los espesamientos revelados por el método de Golgi. Del lado del arranque del cilindro-eje, el protoplasma carece de grumos cromáticos, formando una masa pálida con— tinuada con la prolongación nerviosa, disposición demostrada ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 2 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) independientemente, y con métodos diversos, por Simarro (1) y Schaffer (2). La orientación de los grumos alargados es más ó menos paralela al contorno celular. Si en vez de practicar el examen en corpúsculos motores, lo hacemos en elementos de menor talla, como son las células comisurales ú las de los cordones, dichos grumos aparecen dispuestos según la dirección misma de las expansiones protoplásmicas emergentes; así cuando la célula es fusiforme, los husos cromáticos presentan todos una dirección longitudinal y paralela; mas si el corpúsculo afecta fisura multipolar, los husos constituyen sistemas diversa mente polarizados. Esto depende de que, como luego veremos, los trayectos vacuolares, situados entre los grumos, se conti- núan según líneas rectas, desde una expansión protoplás- mica á otra. El cilindro-eje no parece influir ni poco ni mucho en la orientación de las masas cromáticas. El grumo cromático no es homogéneo: sus contornos se muestran festoneados y erizados de espinas que dan inserción a trabéculas acromáticas, y en su espesor deja ver, como ha notado Lenhossek, vacuolas de forma casi perfectamente esfé- rica y de dimensión variable. El número de estas vacuolas de- pende de la magnitud del grumo: en los más grandes (fig. 1) pueden existir seis y ocho de ellas. Considerando atentamente con el objetivo 1,60 Zeiss, la disposición de semejantes cavida- des, se adquiere la convicción de que el grumo cromático no es una red sencilla, sino una especie de esponja. por lo menos (1) Las opiniones del Dr. Simarro se exponen en la tesis del doctorado de J. Pera- les, titulada Investigaciones sobre la estructura de las celulas nerviosas. Mayo de 1890. En este trabajo, totalmente desconocido de los sabios, se consigna con toda claridad el hecho, generalmente atribuido á Schaffer, de que los husos cromáticos faltan por completo en el arranque y trayecto del cilindro-eje, hallándose constantemente en el cuerpo celular y porción inicial de las prolongaciones protoplásmicas. Estas investi- gaciones de Simarro son tanto más interesantes, cuanto que han sido hechas en es- tado fresco ú favor de un modo especial de aplicación del azul de metileno (disocia- ción de las células vivas en porta-objeto, imbibición por el azul de metileno, aplasta- miento del preparado con el cubre-objetos, fijado del color bajo la influencia de la temperatura, decoloración en alcohol y montaje en bálsamo), método que, dicho sea de paso, excluye la idea de que los husos cromáticos se deban á la acción coagulante del alcohol ó bicloruro de mercurio. (2) SCHAFFER: Kurze Anmerkung úber die morpholoyische DiJ'erenz des Achsency lin- ders im Verhútnisse zu den protoplasmatischen Fortsátzen beim Nissls PFárburg. (Neurol. Centralbl., pág. 819, 1893.) (7) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 19 en algunos parajes, por cuanto en todo huso algo espeso, al lado de vacuolas claras completamente incoloras, se advier- ten otras mucho menos distintas y teñidas, aunque con me- Fig. 1.— Célula motriz de la médula espinal del conejo. Coloración por la tionina.— a cilindro-eje; % grumo cromático; q núcleo; c esponjioplasma; e cono de bifurcación. nor intensidad, con el matiz general del conglomerado cromá- tico. Estas vacuolas, relativamente obscuras, son, 4 nuestro jui- cio, huecos labrados en el mismo espesor del grumo: su rela- tiva obscuridad depende de que entre ellas y el ojo del obser- vador existe una capa más 4 menos gruesa de substancia cro- mática. En suma, cada grumo cromático grueso se compone de una red, 4 mejor de una esponja de paredes pálidas (espongio- plasma), sobre cuyos trabéculos se ha depositado una costra 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) continua de cromatina, cuyo espesor notable en muchos para- jes ha hecho desaparecer la disposición alveolar originaria, mientras que en otros ha engruesado los tabiques y angostado las cavidades. Esta materia cromática muéstrase, examinada con fuertes objetivos, lizeramente granugienta, autorizando á estimarla como una mezcla de dos materias: una basiófila y otra incolorable por las anilinas básicas. Finalmente, de los bordes del grumo cromático parten cuatro, seis ó más prolon= gaciones, en cuyos vértices se insertan trabéculos más 6 me- nos anchos de espongioplasma, merced á los cuales los husos se juntan entre sí, asi como con el núcleo y la finisima cutí- cula periférica. En las células grandes, y aun en las de mediano calibre, existen dos especies de grumos: gruesos, poligonales ú alarga- dos de los cuales parten multitud de trabéculas; y finos re- dondeados d irregulares, situados en un nudo de la red del espongioplasma. Conviene distinguir ambas especies de depó- sitos, llamando á los primeros grumos cromáticos, y mudos 6 gra- nos cromáticos á los segundos. Espongioplasma d armazón acromático. Según Nissl, los gru- mos cromáticos se juntarían entre sí a favor de un sistema de filamentos pálidos, que repugnan las anilinas básicas. Len- hossek por su parte, hace notar también una disposición como esponjosa de la materia intergrumosa; pero tan vagamente perceptible, que no se atreve á afirmar su realidad. En nues- tras preparaciones teñidas por la tionina, previa coloración con el carmín de Orth (lo que parece facilitar laimpregnación del retículo), esta reticulación se muestra con absoluta eviden- cia, á condición de que el examen se practique con el objetivo 1,40 Zeiss 0 el 1,60. Los trabéculos son pálidos, membraniformes, cortos, rectos y limitan mallas poligonales de corta extensión. Cuando los husos cromáticos están próximos, los hilos acromáticos los jun- tan entre sí, sin reticulaciones intermedias; pero comunmente entre grumo y grumo median dos ó tres mallas completas del retículo. En cada nudo suele haber un granito coloreable, di- fícil de percibir; otras veces estos granos son alargados y se prolongan en el espesor de un trabéculo. Los extremos de los husos sirven también de punto de inserción de trabéculos acromáticos enlazados con la red general. 9) Cajal.—EsTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 21 Al nivel de las expansiones protoplásmicas los filamentos pálidos se adelgazan, las mallas que estas limitan se estrechan, los granitos cromófilos de los nudos desaparecen y paulatina- mente se produce una trama incolora, apretadísima, que ni aun con el obj. 1,60 puede resolverse satisfactoriamente. Lo mismo sucede del lado del cilindro-eje: cesan casi repentina- mente los grumos y granos cromáticos, y los filamentos del espongioplasma se condensan en una red apretadísima y pá- lida, continuada con la trama fibrilar de esta expansión. Fi- nalmente, la red mencionada termina periféricamente, inser- tándose en una finisima membrana protoplásmica ó zona cor- tical. ¿El espongioplasma de que estamos tratando representa un factor real de la estructura del protoplasma, ú es el resultado de coagulaciones producidas en la célula por los reactivos fija- dores? Imposible pronunciarse respecto de este particular; afirma- remos tan sólo que dicha reticulación acromática aparece con los mismos caracteres, cualquiera que sea el líquido indurante y fijador empleado: formalina, alcohol, bicloruro de mercurio, líquido de Flemming, etc. En pro de la preexistencia del espongioplasma reticulado, deponen también estos dos hechos: 1.” La fijeza de posición y forma presentada por los husos cromáticos, fijeza que se com- prende perfectamente si se admite la existencia de una trama de sostén intermediaria. 2.” La existencia en los bordes de los grumos cromáticos de escotaduras y eminencias donde toman su inserción los trabéculos del espongioplasma. A menos de considerar los husos como producciones artificiales, la pre- existencia de tales espinas supone asimismo la preexistencia de los hilos que las juntan. Trayectos vacuolares. En las células de protoplasma cro- mático reticulado (células arkyocromas de Nissl), en el cual no existen grumos voluminosos, el hueco de las mallas no pre= senta orientación bien precisa; pero en los elementos provistos de husos ó triángulos cromáticos, por ejemplo, en los elemen- tos del asta anterior de la médula, los huecos 6 mallas de la red forman trayectos rectilíneos que se dirigen de unas á otras expansiones, convergiendo en el cono de origen del cilindro- eje. Cuando el plotoplasma es escaso, casi todos los grumos 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10» yacen periféricamente, á menudo por debajo de la membrana, reservando un espacio perinuclear por donde se establece la comunicación de los huecos ó trayectos intergrumosos de las. expansiones celulares. El núcleo, empero, puede estar rodeado de alguna masa cromática (capuchón cromático de Nissl); pero esto sucede solamente en el lado nuclear que mira al arranque de alguna prolongación protoplásmica, es decir, en aquellos parajes en que dichos acúmulos cromáticos no pueden estorbar la continuación rectilínea de los trayectos pálidos desde unas á otras expansiones (fig. 2, a). Semejante disposición se hace muy patente, sobre todo en las células de mediana talla de la médula de los mamí- feros, así como en los elementos de este mis- mo órgano en los pe- ces, reptiles y batra- cios; loque parece dar aentender que los tra- yectos claros revela— dos en el protoplasma por el método de Nissl representan el verda- dero camino de las corrientes nerviosas. Y puesto que los gru- Fig.2.—Células de mediano volumen (funiculares) de 38 la médula del perro recién nacido (método de Nissl).— MOS cromaticos yacen A, célula triangular con grumos cromáticos vueltos siempre fuera de di- hacia las expansiones; B, a os con dos Ca- chas líneas de con- puchones nucleares; C', célula retraída con vacuolas ] periféricas. ducción, cabe conje- turar que su signifi- cación es ajena á la propagación de la conmoción nerviosa, representando quizás una inclusión Ú reserva alimenticia de que la célula se sirve durante su actividad funcional. Esta conjetura adquiere mayor verosimilitud recordando que en ningún caso los grumos cromáticos cierran el espacio que media entre el núcleo y la membrana protoplásmica, y que si, como sucede en los granos del cerebelo, en los pequeños' corpúsculos de la fascia dentada, en los diminutos elementos del ganglio ventral del acústico, la capa protoplásmica peri- nuclear se reduce á deleadísimo limbo, los citados grumos (11) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 23 faltan por completo, con el objeto, sin duda, de mantener expeditos los trayectos pálidos del cuerpo celular. Esta última particularidad revela también que en el orden funcional es más importante el espongioplasma incoloro y espacios plas- máticos del protoplasma que los grumos y granos cromáticos, ya que éstos pueden faltar y aquéllos existen constantemente. La materia conductriz podría ser el mismo líquido de las mallas; pero parece más probable atribuir este oficio á los tra- béculos pálidos de la red de espongioplasma yacente entre los grumos cromáticos, red que se continúa con la trama fibrilar pálida que todos los autores señalan tanto en la prolongación funcional como en el espesor de las expansiones nerviosas. (Flemming, Dogiel, etc.) Estados funcionales de los grumos cromáticos y retículo ce- lular. Los trabajos de Max Flesch y discípulos, así como los de Nissl, Lenhossek y Lugaro, han probado que las células nerviosas pueden presentarse en dos fases, expresión anató- mica diversa, al parecer, de estados funcionales diferentes: 1. Estado oscuro cromófilo Y retraído, en el cual la célula se adelgaza y retrae, y sus grumos cromáticos se estiran y apro- ximan. 2.* Estado claro 0 cromofobo, caracterizado por el ma- yor volumen y palidez del protoplasma, así como por el apar— tamiento y ensanche de los grumos y la notable amplitud de los trayectos del espongioplasma incoloro. Entre ambos esta- dos adviértense transiciones. Todos los focos de substancia gris encierran corpúsculos de estos dos tipos, variando mucho las proporciones de entrambos en las diversas preparaciones de un mismo núcleo sensorial, motor 6 sensitivo. Ocasiones hay en que un examen cuidadoso de las células de Purkinje, de los focos motores del bulbo, de las pirámides cerebrales, apenas permite reconocer aleún corpúsculo en estado de re- tracción; otras veces se presentan éstos bastante numerosos, aunque nunca tanto como los del tipo claro 6 turgescente, que debe estimarse como la condición normal ó general de las cé- lulas nerviosas. ¿Qué significación atribuiremos á estos dos estados del pro- toplasma nervioso? Kólliker explica el estado retraido 4 cromófilo achacándolo a desórdenes provocados por los reactivos fijadores: el alcohol y el bicromato de potasa. Habiendo notado Nissl que el núcleo 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) del facial sometido á la excitación farádica presentaba un ma- yor número de células cromófilas 6 retraídas, se inclina á con- siderar éstas como estados de fatiga del protoplasma nervioso. El estado de reposo tendría como expresión anatómica, ade- más del aumento volumétrico del cuerpo celular, un estado pálido 6 apyknomorfo del citoplasma. Parecida aserción expone Vas (1), que ha estudiado los efectos de la excitación eléctrica en las células simpáticas, y notado que la fatiga se caracteriza por la situación relativamente periférica de la cromatina, por el aumento de volumen del cuerpo celular y por la posición excéntrica del núcleo. En cambio Hodge (2), que ha realizado experiencias análo- gas, cree haber notado en las células fatigadas una disminu- ción de la materia cromófila. Recientemente Lugaro (3) ha reproducido, con todas las pre- cauciones experimentales, los ensayos de excitación farádica del ganglio cervical superior del conejo, llegando á las si- guientes conclusiones: 1.? La actividad de la célula nerviosa se acompaña de un estado de turgescencia del protoplasma. 2." La fatiga induce una progresiva disminución del cuerpo celular. 3." Sila actividad es continua y de larga duración, el nú- cleo sufre también modificaciones análogas al cuerpo celular, aunque siempre menos intensas y más tardías. 4.” La cantidad de la materia cromática varía según la magnitud celular. En las primeras fases de actividad es pro- bable un aumento de la parte cromática, y en las últimas fa- ses, acompañadas de fatiga, se produce una disminución ó una distribución más difusa. Según Lugaro, el estado funcional de las células nerviosas no altera las relaciones del cuerpo protoplásmico con las arbo- rizaciones pericelulares, pues al movimiento de turgescencia que la fase de actividad provoca en el protoplasma, correspon- (1) Vas: Studien úber den Bau des Chromatins in der sympathischen Ganglienzellen. (Arch. f. mikr. Anat.Bd. 40, 1892.) (2) HODGE: Centralbdl. f. Physiol., 1889, Bd. 111, y Journal de Morphology, Volu- men vir, 1892. (3) LUGARO: Sulle modijicazioni delle cellule nervose nei diversi stati funzionali. (Es- ¿ratto dallo sperimentale, An. 11, 1895.) (13) Cajal.—ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. dería un movimiento de estiramiento de las ramificaciones nerviosas contiguas. Pero si el cuerpo celular no experimenta variaciones de conexión, éstas, Cualquiera que sea su dina- mismo, podrían tener lugar en las últimas ramillas protoplás- micas. Asi, en los glomerados olfatorios, la fatiga se acompa- haría de la relajación 6 de apartamiento temporal de los dos factores conexos: las ramillas protoplásmicas terminales y las ramificaciones nerviosas olfativas. Por el contrario, el estado de actividad se traduciría por un aumento de turgescencia de las ramas protoplásmicas y arborizaciones nerviosas, 4 conse- cuencia de lo cual los contactos intercelulares serían mucho más íntimos, y más fácil, por tanto, el paso de las corrientes (asociación, atención, etc.). En cuanto al estado cromófobo 6 cromófilo, Lugaro parece concederle poca importancia. Por nuestra parte, después de haber dudado mucho sobre la significación de los citados estados, cromófobo y cromófilo, nos inclinamos actualmente al parecer de Nissl, abandonando el de Kólliker, contra el cual militan los siguientes hechos: 1. Cualquiera que sea el método de fijación empleado (coc- ción, alcohol, bicloruro de mercurio, formalina, líquido de Flemming', bicromato de potasa, etc.), todo foco nervioso pre- senta constantemente células obscuras y células claras. 2.” Ambos estados se muestran lo mismo cuando la fijación sigue inmediatamente á la muerte del animal que cuando se aplica seis, ocho y doce horas después de ocurrida ésta. 3. Las Capas profundas de los centros nerviosos exhiben ambos tipos celulares con tanta abundancia como las superfi- ciales. 4.” Los citados estados se encuentran en todos los vertebra- dos (médula, cerebro, cerebelo, focos motores, ganglios), in- dependientemente del tamaño y del estado evolutivo del ani- mal (se ven en el perro recién nacido, como en el adulto, en los peces y batracios, como en el hombre). 53.” A menudo aparecen las células obscuras formando gru- pos rodeados por todas partes de corpúsculos claros, no siendo concebible que el reactivo, que alcanzó casi al mismo tiempo un cierto nivel de la substancia gris, haya obrado de manera tan diversa en elementos situados en un mismo plano. A ve- ces los elementos claros se hallan salteados con los obscuros. 6.” El examen, con poderosos objetivos, de la distribución 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) relativa de las partes cromáticas y acromáticas en los corpús- culos obscuros revela, no una simple aproximación Ú apreta- miento de los grumos, sino variaciones notables, tanto en la posición, como en la cantidad de cromatina. Por ejemplo: cuando se comparan los elementos obscuros con los claros en el ganglio de Deiters, oliva cerebelosa, nú- cleo del facial, etc., se advierte que el protoplasma ha sufrido una retracción tal, que los cuerpos celulares, en vez de con- servar su figura ordinaria, afectan formas prolongadas, fusi- formes, triangulares Ó cuadrilongas. Los grumos y granos cromáticos han adquirido notable delgadez y gran longitud, particularmente al nivel de las expansiones protoplásmicas, y la materia clara que los separa se halla tan disminuída, que en ciertos parajes se diría que había desaparecido por com- pleto. Esto explica el aspecto obscuro, opaco del cuerpo celular y lo difícil del reconocimiento, sobre todo en torno del núcleo, de los husos cromáticos. El núcleo se presenta obscuro, empe- queñecido, y sólo se discierne en los cortes notablemente del- gados. En suma; el protoplasma no experimenta una retrac- ción concéntrica y uniforme, sino una contracción en un cierto sentido, que suele ser perpendicular á la dirección se- guida por las principales expansiones protoplásmicas, y ade- más todos los grumos cromáticos se han alargado, orientán- dose en el sentido opuesto á la retracción y corriéndose, mucho más que en el estado cromófobo ú pálido, por el espesor de las expansiones protoplásmicas. Esta última circunstancia, es decir, la dislocación de los grumos y granos cromáticos á lo largo de las expansiones, permite seguir con gran facilidad el curso y divisiones de es— tas en los corpúsculos obscuros. Es probable también que esta dislocación cromática no sea uniforme; así, entre las pirámi- des del cerebro (conejo, conejillo de Indias), ciertos elementos obscuros exhiben los granos y grumos cromáticos de manera preferente, ora por encima del núcleo á lo largo de la expan- sión radial, ora por debajo y en el espesor de los apéndices basales. Resumiendo, y después de confesar que toda opinión sobre la significación de los citados estados cromófilo y cromófobo es prematura, pues que no tiene en su abono ningún hecho concluyente, entendemos que para la adopción de una expli- (15) Cajal. —EsTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 27 cación racional del fenómeno deben tenerse en cuenta estos datos: 1.” El aparato de recepción del protoplasma está repre— sentado por dos órganos diversos: primero, el cuerpo celular y porción inicial de las expansiones protoplásmicas, en cuya constitución entran los husos cromáticos; y segundo, las ra— mas secundarias y terciarias de estas, que, como se sabe, carecen en absoluto de cromatina. A una tal diversidad de propiedades puede corresponder también alguna distinción fisiológica. 2.” En el estado cromófilo el cuerpo celular se halla retraído desigualmente, y, por consiguiente, cabría imaginar que se han aflojado en ciertos puntos los contactos entre el protoplasma y determinadas ramillas nerviosas peri- celulares. 3.” Los trayectos 6 pasos de las corrientes, repre- sentados por la red acromática situada entre los husos, se han angostado, y acaso interrumpido, en algunos parajes, Cir- cunstancia quizás desfavorable para la transmisión de la con- moción nerviosa. 4.” La disminución en la cantidad de jugo celular en las células obscuras se compadece mejor con la idea de que estas representan un estado de reposo que no con la suposición de una fase de actividad. Sentados estos datos, y recordando que carecemos de toda observación relativa á movimientos de las expansiones ner- viosas y protoplásmicas terminales, cabría imaginar que las células nerviosas poseen dos aparatos de relación: uno fijo, representado por las ramas protoplásmicas acromáticas y Ci- lindros ejes; otro contráctil en diversos sentidos, representado por el cuerpo protoplásmico y prolongaciones cromófilas. Mer- ced á esta retracción del protoplasma, el cuerpo celular an- gostaría los trayectos del espongioplasma incoloro, y crearía resistencia al paso de las corrientes; y al propio tiempo, y por el hecho mismo del empequeñecimiento de la célula, las arbo- rizaciones pericelulares perderían la intimidad de sus con- tactos. De todos modos, y cualquiera que sea el valor de esta con- jetura que harmoniza con las opiniones de Nissl sobre la signi- ficación del estado cromófilo, una cosa se explicaría satisfac— toriamente, á saber: la inhibición de las células nerviosas para determinadas conducciones. Por ejemplo, por la retrac— ción del cuerpo de las células de Purkinje, estas dejarían de recibir la influencia de los corpúsculos productores de las cestas 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) terminales, mientras que podría continuar todavía la acción de las fibras trepadoras y fibrillas nerviosas de los granos. En la corteza cerebral, cuando el penacho terminal de las pirámi- des recoge las corrientes aportadas por fibras sensitivas ó de asociación, nada impide suponer que el cuerpo celular cae en inhibición, retrayéndose y apartándose de las arborizaciones pericelulares, estableciéndose de esta suerte una disociación funcional entre el cuerpo y expansiones protoplásmicas de la capa molecular, que cuadra bien con el hecho de recibir di- chas células fibras terminales de diversa naturaleza. La difi- cultad principal que salta al paso cuando se trata de funda- mentar esta hipótesis, es la imposibilidad de determinar si la retracción protoplásmica es un fenómeno activo Úd pasivo, es decir, si la célula cae en inhibición por efecto de la fatiga y agotamiento de sus reservas alimenticias, 6 si lo hace en vir- tud de una verdadera contracción, motivada por el estímulo de corrientes arribadas por una ramificación nerviosa termi- nal. Este punto tan transcendental está todavía envuelto en sombras, por lo cual todas nuestras hipótesis pecan de move- dizas y carecen de la precisión necesaria. Variedades celulares. 1.” Células sin granos cromáticos.— La existencia de grumos y de granos cromáticos no es priva- tiva de las células nerviosas: se hallan variedades de leucoci- tos y de células conectivas que ofrecen un protoplasma colo- rable en las mismas condiciones que el de los elementos ner- viosos, con la diferencia de que la cromatina protoplásmica está difusamente esparcida por todo el retículo. Muchas célu— las de neuroglia, particularmente las que residen en la subs- tancia blanca del cerebelo y del cerebro, poseen también una substancia cromatófila, no muy abundante, concentrada es- pecialmente en el cuerpo protoplásmico, y diseminada con cierta irregularidad. En cambio, hay células nerviosas totalmente exentas de granos y grumos cromáticos. Citemos: los granos del cerebelo, los llamados granos externos de la retina, los diminutos cor- púsculos del ganglio ventral del acústico, etc. Células con grumos periféricos. —Cuando la cantidad de pro- toplasma es muy escasa, como sucede con los elementos de la porción interna del ganglio de la habenula, los elementos de la capa molecular del cerebro, muchos corpúsculos de la subs- (17) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 29 tancia de Rolando, etc., los grumos cromáticos, 0 son peque- ños y yacen por debajo de la membrana, reservando casi todo el espacio que media entre ésta y el núcleo para el paso de las corrientes, 6 son relativamente gruesos, triangulares 6 se= milunares, yaciendo en torno del núcleo, y constituyendo es- polón enfrente del arranque de la principal expansión proto— plásmica (células de la substancia de Rolando). 2.” Células de cromatina reticulada.—La cromatina del pro- toplasma de las células de Purkinje constituye, como ha indi- cado Nissl, una red, en la cual, de trecho en trecho, se halla algún grumo cromático espeso y de forma irregular. Encima del núcleo, y mirando á la gruesa expansión protoplásmica ascendente, se nota casi siempre una masa semilunar ó trian- gular de materia cromática (capuchón nuclear), tan intima- mente adherida á la membrana nuclear, que se diría forma parte integrante de ella. En el conejo, la colorabilidad de la red y los grumos gruesos cesan cerca del arranque del tallo protoplásmico. Dos buenos ejemplos de células de cromatina reticulada, es decir, de cromatina difundida en los trabéculos del espon— gioplasma, nos ofrecen las células del ganglio ventral del acústico y las yacentes en la oliva accesoria interna superior. En los elementos del ganglio ventral, la malla es tupida, los trabéculos espesos y cortos, y, además de la substancia colo— rable esparcida por los mismos, nótanse granos cromáticos en muchas nudosidades. El núcleo es obscuro, y posee un nu- cleolo voluminoso. En los corpúsculos fusiformes de la oliva accesoria interna, la red de mallas poligonales se prolonga á lo largo de las expansiones protoplásmicas, lo que presta á las mismas un aspecto muy característico. Parecida disposi- ción se advierte en los gruesos elementos fusiformes del tu-— bérculo acústico. 3. Pirámides cerebrales. — Los grumos y husos cromáticos de las pirámides cerebrales han sido bien estudiados por di- versos autores, tales como Nissl, Schafer, Hammarberg, etc. En general, en el hombre y grandes mamiferos las pirámi- des exhiben una disposición protoplásmica comparable con la ofrecida por los grandes corpúsculos motores 4 de asociación de la médula espinal. : Pero el aspecto del protoplasma varia bastante si se des- 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) ciende en la serie animal. Así, en el conejo los grumos cromá- ticos disminuyen en tamaño, y tienden á formar una granu- lación difusa. La red que reune entre sí los grumos y gránulos es sumamente delicada, y exige para su percepción los más fuertes objetivos. Una particularidad, que no sabemos si es fenómeno cons- tante, presentan las células piramidales del conejo y conejillo de Indias. En estas células es muy frecuente ver que todos los granos cromáticos se acumulan por debajo del núcleo, es de- cir, en la mitad profunda de la célula, mientras que por enci- ma de éste el retículo se aclara, cesando la materia cromófila en el mismo arranque del tallo radial. En los corpúsculos po= limorfos se nota con frecuencia, ya una polarización inversa, ya una distribución regular de la cromatina. Entre las pirámides del conejo ó conejillo de Indias domina el tipo cromófobo óú claro: se hallan, no obstante, y á veces constituyendo grupos 0 cantones, algunos representantes del tipo obscuro 6 cromófilo. En estos últimos las mallas del re- tículo se perciben difícilmente, los grumos se alargan en el sentido radial, y algunos de ellos pasan, no sólo á la zona su- pranuclear y arranque del tallo, sino á la primera porción de las expansiones basales. Parecidas disposiciones cabe observar en las pirámides del asta de Ammon, cuyos tipos voluminosos, como ya demostró Schaffer, contienen gruesos husos. En el conejo la cromatina protoplásmica aparece unas veces concentrada en la mitad profunda ú basal, otras repartida con cierta regularidad en todo el cuerpo celular. Las células de Golgi albergan por lo común robustos grumos. En cuanto á los granos de la fascia dentada, la disposición de los grumos cromáticos recuerda la de las pequeñas células de la habenula y capa molecular del cerebelo. En torno del núcleo reside una zona sin granos, en continuación con la ex- pansión radial que aparece clara, y por debajo de la mem- brana celular se advierten dos 4 más granos de tamaño varia- ble y bien separados entre sí. Grumos cromáticos en las células embrionarias. Como afir- ma Lenhossek y hemos demostrado nosotros en animales re- cién nacidos, los grumos cromáticos aparecen muy temprana- mente en los elementos de la médula espinal. Los husos de las (19) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 31 células motrices son más pequeños y están más próximos que en la médula adulta y su figura es mucho más irregular. En los corpúsculos motrices sobre todo, es muy fácil apreciar que el grumo cromático representa un trozo de red cuyos nudos y trabéculos se hubieran engruesado notablemente á beneficio del depósito de materia cromática. En los elementos comisu— rales y de los cordones, los grumos cromáticos son mucho más macizos y voluminosos, yaciendo de preferencia por bajo de la membrana y en los polos nucleares. En el cerebelo del perro recién nacido la tionina colora muy bien la capa de los granos superficiales, en la cual, y de acuerdo con la opinión de Schaper (1) y de Calleja (2), yacen multitud de corpúsculos indiferenciados, especie de células germinales, á menudo en curso de mitosis. En la mitad inferior de esta capa, compuesta de las células fusiformes horizontales (que, como descubrimos nosotros y han confirmado Lugaro (3), Schaper y Calleja, representan granos profundos en evolu- ción), las mitosis faltan por completo, lo que autoriza á pen- sar que, por lo menos en el perro recién nacido, esta subcapa sólo contiene neuroblastos relativamente diferenciados. En estas mismas preparaciones, las células de Purkinje se muestran muy embrionarias y afectan una forma oblonga, en cuya porción inferior yace el núcleo. La red cromática es poco aparente y ofrece la particularidad de que los granos cromá- ticos yacen exclusivamente por debajo de la membrana y en la región supranuclear: la porción central del protoplasma se presenta pálida y semeja 4 una gran vacuola. Cuando se examinan cortes, teñidos por la tionina, de la cor- teza cerebral del perro 6 gato recién nacidos, llama desde luego la atención la gran riqueza de células y el poco desenvolvi- miento de la trama que las separa. Las pirámides pequeñas y medianas constituyen series ver- ticales separadas por fibras radiales del epitelio, entre las cua- les se hallan también elementos neuróglicos, alargados, bien (1) SCHAPER: Dinige Kritische Bemerkungen zu Lugaro's Aufsatz: Ueber die Histo- genese den Kórner des Kleinhirrinde. (Anat. Anzeige., 1895, n.” 13.) (2) CALLEJA: Histogénesis de los centros nerviosos. (Tesis del doctorado, 1896.) (3) Luaaro: Sulla Istogenesi del granuli della corteccia ceredellare. (Mon. 2001. ital. T. v,n.6 y 7.) 3 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 120) reconocibles, gracias á su núcleo ovoideo, obscuro, pequeño y prolongado en el sentido de dichas fibras. Tan íntimo es el contacto de las pirámides pequeñas dentro de las series, que á duras penas cabe distinguir los contornos separatorios. En lo que atañe al protoplasma, cabe afirmar que las células más superficiales (pirámides pequeñas) carecen de granos cromá- ticos 6 los contienen solamente en cantidad mínima y disemi- nados, ora por el arranque del tallo radial, ora por la porción infranuclear del protoplasma. Las pirámides medianas participan también de estos carac— teres; no obstante, pueden verse ya en algunas de ellas gru- mos cromáticos irregulares situados, ya á los lados, ya por de- bajo del núcleo: la expansión radial carece de cromatina, como en las pirámides pequeñas. Las pirámides grandes y medianas exhiben un aspecto menos embrionario. Por una parte, la forma oblonga 6 fusiforme en los corpúsculos superficiales tiende á hacerse piramidal, y por otra, las distancias intercelulares han aumentado mucho, lo que prueba, dicho sea de pasada, un comienzo de estiramiento y ramificación de las prolongaciones protoplásmicas colatera- les y basales. En muchos corpúsculos, empero, se conserva to- davía la figura en huso con dos gruesas expansiones polares, de las cuales la ascendente carece por completo de cromatina, mientras que la descendente, más 4 menos ramificada, con- tiene numerosos granos de Nissl. Es muy frecuente ver una prolongación protoplásmica gruesa descendente salpicada de erumos cromófilos que, por yacer superficialmente y abultar un tanto al exterior, dan á la expansión un aspecto nudoso. Por encima del núcleo, que á menudo se muestra retraído dentro de una gran vacuola protoplásmica, la cromatina cons- tituye, bien dos ó tres grumos verticales, bien una masa Ci- líndrica cortada bruscaments al nivel del arranque del apén- dice ascendente. El cilindro-eje carece de granos cromáticos y brota por lo común de la gruesa prolongación protoplásmica descendente. Las células polimorfas se muestran fusiformes, orientadas como las pirámides, con un núcleo retraido en el centro del cuerpo celular y una expansión descendente ramificada, don- de se concentra toda la cromatina. Como en las pirámides cruesas, la prolongación ascendente carece por completo de (21) Cajal. —EsTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 33 grumos cromáticos. Entre las células de esta capa yace una materia fibrilar abundante incolorable por la tionina, y cons- tituída por numerosas expansiones protoplásmicas de segundo y de tercer orden. Esta disposición prueba que los corpúsculos polimorfos se hallan muy avanzados en su desarrollo. En suma, el desarrollo de las expansiones protoplásmicas y el de la cromatina son dos fenómenos paralelos. Cuanto más diferenciada se halla la morfología celular, más abundantes, más distintos y mejor separados se hallan los grumos croma- tófilos. La evolución marcha desde las capas profundas á las superficiales, en las cuales se presentan los elementos de ca- rácter más embrionario (pirámides pequeñas). En cuanto á las variaciones progresivas de la cromatina pro- toplásmica, siguen esta serie: 1.” Diseminación irregular de granos finos por todo el cuerpo celular. 2.” Concentración ul- terior de los mismos en la porción infranuclear del protoplas- ma y trayecto inicial de la gruesa expansión basilar. 3.” Loca- lización exclusiva de dichos granos en el cuerpo celular y di- ferenciación en grumos ó6 husos cromáticos. El cilindro-eje carece ya desde el principio de toda representacion cromática. En el perro recién nacido, las células especiales de la capa molecular se hallan bien desenvueltas. El método de Nissl revela en ellas robustos granos cromáticos diseminados á ve- ces por el trayecto de las expansiones polares. La presencia de estos grumos prueba que se trata aquí de verdaderos cor- púsculos nerviosos, y no de elementos neuróglicos especiales. Células de los vertebrados inferiores.—Rana. Fijada la mé- dula espinal de la rana en el alcohol ó bicloruro de mercurio, la coloración de Nissl revela muy bien, particularmente en los gruesos corpúsculos del asta anterior, los grumos y granos cromáticos. Los más gruesos grumos se observan en las células motri- ces, donde se nota que son muy numerosos y se disponen en una capa cortical. Estos grumos son manchas irregulares es- cotadas, más ó menos alargadas, y están unidas entre sí á favor de puentes de espongioplasma pálido: en algunos cor- púsculos parece extenderse la cromatina por toda la periferia celular; pero en la mayor parte se advierte que dichos gru- mos se localizan especialmente en la zona cortical del ploto- plasma correspondiente al arranque de las gruesas expansio- ANALES DE HIST. NAT. —XXV. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) nes. En todo caso se ve un espacio perinuclear exento de cromatina, continuado con el espongioplasma incoloro del ci- lindro-eje y de los apéndices protoplásmicos (fig. 3 4). Las expansiones protoplásmicas gruesas, singularmente las que se dirigen hacia la periferia de la médula, ofrecen en una parte de su trayecto husos relativamente mucho más finos y largos que los correspondientes del conejo. El núcleo muestra un nucleolo de cromatina y un gran número de gránulos, qui- zas de edematina, que atraen especialmente el verde de me- tileno, cuando se coloran los cortes en una mezcla de tionina y este reactivo. También en la médula de los batracios pueden verse los dos tipos cromófilo y cromófobo de Flesch. Las células obscuras 6 retraídas se reconocen fácil- mente por su intensa colorabi- lidad, por la aproximación y alargamiento de los husos cro— máticos, por estar provistas de un núcleo obscuro, como re- Fig. 3.—Dos células motrices de la mé- traído, y por exhibir un contor- dula espinal de la rana.—4A, célula en- no festoneado, debido sin duda e osea Ela producción de grandes va- de una célula neuróglica. Método de cuolas entre el protoplasma Y Nissl. la membrana. Parecidos caracteres ofrecen las células motrices del facial y del trigémino, donde los husos cromáticos están tan notablemente desarrollados. - Un corte antero-posterior del cerebelo de la rana nos permi- te observar fácilmente los granos y los elementos de Purkinje. Las células de Purkinje se hacen notar por su palidez, y, sobre todo, porque los husos cromáticos no están esparcidos por toda la célula, sino confinados de manera exclusiva por debajo de la membrana en donde se adhieren, constituyendo grumos ú nudosidades irregulares. Estos grumos son poco nu- (23) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 35 merosos; en algunos corpúsculos sólo se ven dos. La zona peri- nuclear está completamente libre de cromatina, y en ella el espongioplasma, delicadamente reticulado, se continúa con la estriación fibrilar del cilindro-eje y la trama pálida del tallo protoplásmico principal (fig. 4 4). Los granos carecen por completo de cromatina. Su núcleo muestra una reticulación cromática espesa y dos 6 más nu- cleolos. En cuanto á las pirámides cerebrales, preséntanse ovoideas, con un núcleo rico en cromatina, que encierra uno, dos ó más globos cromáticos, y un protoplasma Casi uniformemente teñi- do por la substancia cromófila. Este protoplasma está situado exclusi- vamente sobre el nú- cleo, y en su corteza periférica aparece, ya . . Fig.1.—A,célula de Purkinje de la rana; B, pirámi- un depósito cromati- des cerebrales: C', pirámide retraída con vacuolas co difuso y sin gSranu- periféricas. Obj. 1,10, apocrom. Zeiss, lación bien acusada, ya dos Ó tres acúmulos cromófilos. También la región perinu- clear comunicante con la trama del cilindro-eje y expansiones protoplasmáticas está exenta de materia cromófila. Los hilos del espongioplasma son de extraordinaria tenuidad. Al lado de pirámides claras se hallan siempre pirámides obscuras ó retraidas, en donde es imposible discernir los con- tornos de los grumos ni las mallas del espongioplasma. El nú- cleo, muy empequeñecido, no consiente tampoco por su obs- curidad, un examen preciso de su disposición estructural. Tanto en las células claras como en las obscuras, los apéndi- ces protoplásmicos y cilindro-eje carecen de cromatina. b. Zacerta ayilis. — Hemos examinado la médula espinal, el cerebro y el cerebelo de este vertebrado, y los caracteres ha- llados en la materia cromófila corresponden casi perfectamente á los ofrecidos por las células de la rana. - Los corpúsculos motrices de la médula poseen una red de espongioplasma embebida en cromatina difusa, la cual se con- 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) centra también, como en la rana, en grumos irregulares, algo alargados y de pequeña dimensión. Las células piramidales de la corteza cerebral poseen más cromatina que las de los batracios, disponiéndose esta subs— tancia en masas 6 grumos irregulares, situados en la región cortical del protoplasma. In algunos elementos se advierte un capuchón nuclear, vuelto, como de costumbre, hacia la gruesa expansión protoplásmica. Entre esta zona cortical y el núcleo yace un espacio claro sin cromatina, y constituído por un re— tículo de extraordinaria delicadeza. Los grumos cromáticos faltan en el cilindro-eje y tallo radial. No es raro ver algunos corpúsculos obscuros, casi negros, en los cuales el protoplas— ma, retraido y reducido escasamente al tercio de la dimensión normal, no permite apreciar ningún detalle de estructura. En los capilares adviértense á menudo leucocitos con granulacio— nes basiófilas, coloreadas en rojo heliotropo por la tionina. Estos leucocitos son de dos especies: los más numerosos encie- rran granitos finos apretados; los menos abundantes ofrecen gruesos globos basiófilos. En el cuerpo estriado (Stammganglion de Edinger) se ven también gruesas células con grumos cromófilos periféricos. Algunos de tales corpúsculos se muestran rodeados de cuatro 6 seis pequeños núcleos dispuestos en corona, y pertenecientes quizás á diminutas células nerviosas. c. Peces.—En el ciprinus carpio y en la perca hemos exami- nado las células de la médula espinal, las cuales muestran, como las de los batracios y reptiles, numerosos grumos cromá- ticos, observables, sobre todo, en los corpúsculos motores si- tuados cerca del ependimo. Los grumos son más pequeños é irregulares que en los vertebrados superiores, y están disemi- nados por los nudos y trabéculos de la red de espongioplasma, sin constituir nunca gruesos husos. A lo largo de la expansión 0 expansiones protoplásmicas externas se prolonga la red cro- mática, en la cual se advierten á veces verdaderas estrías gra- nulosas más % menos paralelas, que recuerdan algo los husos de los mamiferos. El cilindro-eje carece de cromatina, lo mis- mo que las expansiones protoplásmicas delgadas. Células del mismo carácter se hallan en los núcleos moto- res del bulbo y en el ganglio fundamental. /Stammganglion, de Edinger.) (25) Cajal. —EsTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 37 Las células de Purkinje del cerebelo son más gruesas que en la rana, afectan forma de pera, poseen un grueso núcleo situado en la porción inferior del protoplasma y emiten hacia afuera una gruesa expansión exenta de cromatina. Esta se halla repartida difusamente en el retículo celular sin formar grumos gruesos, excepto por debajo de la membrana, en don- de se dispone en placas ú láminas verticales mucho más es- pesas y extensas que las descritas en los batracios. Células de los invertebrados. 1.” Astacus fluviatilis.—En el cangrejo de río las células ganglionares, cuyas propiedades morfológicas han sido bien estudiadas por Retcius, Bieder- mann, tíñense bien por la tionina y azul de metileno B., y re- velan un protoplasma que recuerda por completo el de los cot- púsculos de los ganglios raquídeos. Incluidos en una red apretadisima de espongioplasma incoloro, yacen granos cro- máticos irregulares de escasa dimensión, y los cuales en cier- tos elementos se orientan de un modo concéntrico. En ciertas células los granos adquieren dimensión de grumos que se lo- calizan especialmente en las capas periféricas del protoplas- ma. Del lado del cilindro-eje los granos cromáticos cesan, así como la red de trabéculos gruesos, y en su lugar se ve una trama pálida finísima, algo teñida de azul, continuada sin in- terrupción con la trama especial de la prolongación funcio- nal. El núcleo es voluminoso, y contiene una red de hilos pá- lidos enlazados con granulaciones colorables en azul pálido por la tionina, y una ó dos robustas esferas de nucleina sin textura aparente, las cuales se impregnan por este reactivo en violeta rojizo. 2. Heliz Pomatia.— En los gasterópodos se confirma la descripción precedente, apareciendo todavía más acusados al- gunos caracteres. En las células medianamente voluminosas del ganglio ce- falóideo se advierten con toda claridad una membrana granu- losa, un protoplasma reticulado y ciertas inclusiones pigmen- tarias. La membrana se hace en ciertos sitios muy aparente, gracias á la retracción del retículo y á la formación de vacuo- las periféricas que en algunas células produce el alcohol; por su cara profunda recibe la inserción de los trabéculos del es- pongioplasma, y por su faz superficial, completamente lisa, se pone en contacto con las células neuróglicas. 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) El núcleo, generalmente voluminoso, revela, además de su cápsula acromática, dos clases de corpúsculos: unos gruesos, en número de 247, y fuertemente coloreables en rojo-violado por la tionina (nucleolos cromáticos), y otros más numerosos y finos esparcidos por todo el espesor del órgano y coloreables en azul grisáceo pálido por dicho reactivo. Estos últimos gra- nos acaso correspondan á los globos de edematina que Rein- ke (1) y Schloter (2) han descrito recientemente en muchas células; de todos modos, sus propiedades químicas son diver- sas que las de la cromatina, y entre ellas no parece existir re- ticulación bien apreciable. El método de Heindenhain los im- pregna de una tinta morena menos intensa que la obtenida por los nucleolos. El protoplasma consta de un espongioplasma muy percepti- ble, que se colora no muy intensamente por el método de Nissl y que se prolonga con la delicada trama del cilindro-eje. Como en los ganglios raquideos de los vertebrados, la red citada pierde la cromatina en el arranque de la expansión funcional, pero no de un modo brusco, sino por gradaciones. Grumos cromáticos gruesos no existen; solamente se advierte que se tiñen algo más intensamente las nudosidades del retículo pro- toplásmico. Sin embargo, en algunas células se notan por fue- ra del núcleo algunos acúmulos cromáticos adelgazados (3). El cilindro-eje se tiñe de azul pálido por la tionina, y revela una fina estriación longitudinal, que bajo la acción de un objetivo de gran ángulo (1,60 apo. Zeiss) nos ha parecido re- (1) REINxEE: Zellstudien. (Arch. f. mikros. Anat. Bd. 43, H. 3, 1894.) (2) SCHLOTER: Zur Morphologie der Zelle. Arch. f. mikros. Anat. Bd. 49, 1895.) (3) No hemos podido confirmar la opinión de Rohde /Ganglienzelle Axencylin der, Puntsubstanz und Neuroglia. (Arch. f. mik. Anatomie, Bd. 45, H. 3, 1895), quien describe en las células del Felix dos redes de espongioplasma, una situada periféri- camente y formada por finos hilos, otra colocada más concéntricamente y consti- tuída por gruesos trabéculos: el cilindro-eje se continuaría con el espongioplasma fino. Tampoco hemos logrado reconocer la penetración en el interior del protoplasma de filamentos de neuroglia ni la existencia de núcleos de células neuróglicas en el espesor del cuerpo celular. En el lóbulo eléctrico del torpedo y en otros animales, describe Rohde células nerviosas, cuyo protoplasma sería atravesado por vasos. (Arch. f. mik. Anat. Bd. 42,1893.) Este hecho es cierto, pero no nuevo, pues ya lo expusimos nosotros en 1888 en nuestra memoria, casi desconocida de los sabios (tampoco Lenhossek la cita en su reciente trabajo sobre la textura de las células nerviosas del torpedo), titulada Vota sobre la estructura de los tubos nerviosos del lóbulo cerebral eléctrico del torpedo. (Rev. trim. de Histología. Agosto, 1888.) (27) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 39 solverse en una reticulación de mallas estrechísimas y longi- tudinales. La ausencia de grumos cromáticos en la expansión funcional habla en favor del dictamen de Retzius, que estima la única prolongación de los corpúsculos de los invertebrados como la representación del cilindro-eje de las células de los vertebrados. En muchos corpúsculos, particularmente en los medianos y gigantes, el polo profundo del protoplasma, es decir, el que da origen á la expansión funcio- nal, presenta una mancha pig- mentaria, que á menudo cons- tituye una giba Ú eminencia en el contorno protoplásmico. Consta este acúmulo de esferas verdosas de dimensión varia- ble, unidas entre sí por fila- mentos del espongioplasma, el cual carece precisamente en este sitio de substancia cromá- tica. Con buenos aumentos (1,40 6 1,60 Zeiss), el aspecto general del espongioplasma de la región pigmentaria es el de un retículo cromático, en cuyos nudos se contiene la materia melánica. La morfología de los granos Fig. 5.— Célula nerviosa del ganglio : : . cerebroideo del caracol. (Reunión de pigmentarios no se aprecia con los detalles revelados por el método de perfecta claridad en las prepa- Nissl y el de Heidenhain.)—a, nucleo- raciones teñidas con las anili- 1os de cromatina; 5, granos de edema- A EA tina; c, retículo cromático del proto- Mas 0 COn hematoxilina; pero plasma; d, esferas de pigmento; e, ci- si, previo fijado en sublimado, lindro-eje. se colorean los cortes por el pro- : ceder imaginado por M. Heindehain para la revelación de los centrosomas, los granos pigmentarios se tiñen intensamente en negro, mostrándose esféricos, homogéneos y de tamaño algo diverso. Nótase además que están esparcidos, aunque en corto número, por todo el cuerpo celular; pero sólo constitu- yen montón en el polo profundo del protoplasma. 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Por lo demás, estos acúmulos pigmentarios han sido ya men- cionados por otros autores, particularmente por Vignal (1), que los ha tomado como un alimento de reserva, y por Na- bias (2), que los relaciona con estados funcionales de las célu- las nerviosas. En los corpúsculos pequeños faltan por com- pleto. En cuanto al centrosoma, recientemente observado por Len- hossek (3) en las células de los ganglios raquídeos de la rana, nuestros esfuerzos por demostrar su presencia, con el método de Heindenhain, en los invertebrados, no han tenido ningún éxito. Núcleo de las células nerviosas y neuróglicas. El núcleo de las células nerviosas ha sido estudiado por numerosos auto- res, particularmente por Flemming, Nissl y Lenhossek. Nos- otros hémoslo observado con suma atención, valiéndonos del objetivo 1,60 apocromático de Zeiss, así como del 1,40, y sir- viéndonos preferentemente de piezas induradas en alcohol. El bicloruro de mercurio nos ha parecido que produce algunos cambios en la forma y posición de los nucleolos, por cuya ra- zón lo posponemos al alcohol, al formol y al líquido de Flem- ming, con los cuales hemos conseguido resultados bastante concordantes. Como colorante usamos de preferencia la tioni- na, de la cual ha afirmado M. Heidenhain que es un excelente reactivo de la cromatina, substancia á la que presta, por un fenómeno de metacromasia, una tinta violada, mientras que la red de linina se colora de un matiz azulado claro. Una mez- cla á partes iguales de dos soluciones acuosas, una de fuchina básica al 1 por 100 y otra de azul de metileno B en igual pro— porción, nos ha dado también buen resultado. Cuando los cor- tes teñidos en esta mezcla se decoloran en alcohol y se aclaran en bergamota ú xilol, los husos cromáticos se presentan azu— les, así como la red de linina del interior del núcleo, en tanto que la cromatina adquiere un matiz rojo azulado caracteristi- co (4). Parecidas soluciones se obtienen con mezclas en pro- (1) VIGNAL: Recherches sur le systéme nerveuo des invertebres. (Arch.d. Zool. esper., 1883.) (2) Nablas: Theses sur le systeme nerveua des Gasteropodes. Bordeaux, 1894. (3) LENHOSSEK: Centrosom und Sphaere in der Spinalganglienzellen des Frosches. (Aus. d. Sitzungsb. der. Wizb. Phys.-med. Gessellsch., 1895. Sitzung, 18 Jul.) (4) Renm/Linige neue Parbungsmethode zur Untersuchungen des centralen Nerven- (29) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 41 porciones análogas de tionina y verde de metileno y de vesu- bina y rojo magenta. En cuanto al método de Rosin, excelente bajo otros aspectos, no le hallamos superior á los precedentes para el estudio del núcleo (1). Nuestras observaciones acerca de la disposición de la croma- tina nuclear en las células de los vertebrados nos han conduci- do á establecer cuatro tipos 6 categorías de corpúsculos: 1.2 Cromatina periférica. —Es el tipo nuclear de las células de neuroglia, y se observa, tanto en los mamiferos, como en los vertebrados inferiores (células epiteliales desplazadas). La cromatina forma una red, situada por debajo de la mem- brana de cubierta, red desigual, cortada en algunos puntos, y formada de granos y cordones relativamente gruesos, unidos por filamentos de gran tenuidad. Para observar bien este re- tículo es preciso enfocar solamente (con el 1,40 6 1,60 de Zeiss) el plano superficial del núcleo. Si se baja el foco, la red des- aparece, y se advierte que el interior del núcleo encierra un líquido incoloro, en donde destaca uno, dos ó tres granitos cromáticos, unidos por filamentos de linina con la red super— ficial. (Fig. 6.) El aspecto de membrana cromática presentado por los nú- cleos de neuroglia es, pues, mera ilusión, resultado de la ob- servación en sección óptica y debajo de la membrana de una red cromática periférica. Esta estructura nuclear que se observa también en la neu- roglia y células epiteliales de reptiles, peces y batracios, es absolutamente característica y hace imposible la confusión de los corpúsculos neuróglicos con los nerviosos. 2. Cromatina central reticulada.—Tal es la construcción cromática que presentan todas las células nerviosas de peque- ñísimo tamaño, y casi exentas de protoplasma, como son los granos del cerebelo, las células bipolares de la retina. systems. (Munch. med. Wochenschr. Jahr xxx1x, 1882) aconseja también para el estu- dio del sistema nervioso la doble coloración de la fuchina y azul de metileno; pero en el método de este autor se procede separadamente, usando primeramente una so- lución caliente al 0,1 por 100 de azul, decolorando después en alcohol, y tinendo, por último, en una solución alcohólica de fuchina al 0,1 por 100, con lo cual se complica el modus operandi, y los resultados, por lo que toca á los husos cromáticos, son muy imperfectos. (1) RosiN: Ueber eine neue Farbungsmethode des gesamten Nervensystem nebst Bemer- kungen uber Ganglienzellen und Gliazellen. (Neurol. Centralbl. Jahrg. x11, 1891.) 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) La cromatina no se modela sólo en granos sueltos, sino que se extiende en cordones espesos anastomosados, que rellenan todo el interior del núcleo y limitan mallas sumamente an- gostas. Al nivel de los nudos la cromatina forma granos espe- sos, de los cuales suele haber uno ó dos más robustos que to- dos los demás. Algunos granos cromáticos se adhieren á la membrana nuclear; pero no suelen dar nunca á ésta ese as— pecto de corteza cromática privativo de los elementos neuró- glicos d de los leucocitos. La pequeñez de los núcleos y el apre- tamiento de la red hacen imposible una distinción correcta entre los hilos cromáticos y los de linina;: puede, sin embargo, asegurarse que los primeros dominan sobre los segundos. 0% Fig. 6.—Diversos tipos de núcleos de células nerviosas. Coloración por la tionina.— A, núcleo de neuroglia, en el cual a representa el enfoque superficial y ¿el ecuato- rial; C, núcleo de un grano del cerebelo; D, núcleo de una pirámide cerebral; E, núcleo de una célula motriz. 3.2 Cromatina central dispuesta en gránulos, unos gruesos y otros fintsimos.—Tal es el tipo nuclear presentado por la in- mensa mayoría de las células nerviosas de mediana talla, como son los granos de la fascia dentata, los elementos de los cordones y de la substancia de Rolando de la médula, las pe- queñas pirámides del cerebro, etc. La cavidad nuclear es recorrida por una red de linina suma- mente delicada, cuyas trabéculas son en gran parte conver- entes á los nucleolos. En el espesor de estos hilos pálidos ó en sus nudos se advierten algunos finísimos granos cromáticos, sólo perceptibles con los más potentes apocromáticos, y dos, tres 6 más nucleolos, es decir, acúmulos cromáticos, robustos á menudo, irregulares, sin orientación determinada, y de los cuales, á veces, uno suele ser mucho mayor que los otros. Por debajo de la membrana no existe red ni granos de nucleina. En los reptiles, batracios y peces, las células de este tipo nuclear, como por ejemplo, las pirámides del cerebro y los corpúsculos de los cordones de la médula, ostentan más abun- (31) Cajal. —EsSTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 43 dancia de granos cromáticos finos, y presentan en algunos pa- rajes una verdadera reticulación, que recuerda ya la arqui- tectura cromática de los granos. 4. Cromatina concentrada en un solo nucleolo homogéneo, es- férico y más 6 menos central.—Tal es la disposición cromática en todas las células de gran talla, como son: los corpúsculos motores, los de los ganglios raquídeos, las células de Purkin- je del cerebelo, las pirámides gigantes del cerebro, los ele- mentos de Golgi del cerebelo, etc. En todas estas células el jugo nuclear está recorrido por una red irregular de linina, en cuyos nudos no puede verse ningún grano cromático. El nucleolo, robusto y perfectamen— te esférico, puede en algunos casos ser doble, y cuando esto sucede, una de las esferas cromáticas alcanza mayor tamano. Esta duplicidad del nucleolo, visible, sobre todo, en los elemen- tos gigantes menos voluminosos, establece una transición en- tre el tipo nuclear que estudiamos y el precedente. Notemos de pasada que el carácter mononucleado de los elementos gi- gantes se advierte también en los peces, batracios, reptiles y aves. De lo expuesto se infiere que la disposición de la nucleina no depende de la significación funcional de las células ner— viosas, puesto que la presentan idéntica los corpúsculos mo- trices y sensitivo-sensoriales; antes bien parece relacionarse con el tamaño del núcleo y con el grado de diferenciación del protoplasma. Cuanto más rica es la célula en protoplasma, y por tanto, en acúmulos cromáticos, mayor concentración y simplificación experimenta la nucleina. Las formas nucleares caracterizadas por la presencia de cromatina reticulada, ya periférica, ya dispersa por todo el armazón de linina, corres— ponden siempre á elementos de escasa dimensión y de limita- da diferenciación protoplásmica. En nuestros estudios sobre la estructura de las neoplasias epiteliales, hemos notado que en las células cuya cromatina conserva una posición periférica, 6 se dispone en red exten— dida por todo el núcleo, la capacidad de proliferar se mantiene; mientras que en aquellos corpúsculos en donde la nuclei- na, no sólo ha disminuido en cantidad, sino que se ha con- centrado en un solo nódulo central, se ha perdido toda po- tencialidad proliferatoria. En el epidermis de la piel normal, 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) y sobre todo en el del cancroide, se advierten todos los tránsi- tos, desde la cromatina reticulada hasta la concentrada en una sola esfera, notándose que á medida que la célula enve- jece y la cromatina se concentra, se suspende la actividad generadora y el cuerpo celular experimenta diversas meta- morfosis (formación de fibrillas de keratina y de granos de eleidina, derrames cromáticos en el protoplasma por destruc- ción del nucleolo, etc.) Si conociéramos bien hasta qué punto han conservado su capacidad proliferatoria los granos del cerebelo y algunos pe- queños elementos nerviosos, acaso podríamos aplicar á las células de los centros la ley que rige la actividad regenerativa de otros tejidos. Esa concentración progresiva de la cromatina nuclear de los corpúsculos nerviosos, representa quizás el tránsito de la fecundidad a la esterilidad, el paso de la fase reticulada bien conservada en la neuroglia (de la cual se sabe que es capaz de multiplicación) al estadio de mononucleolaridad que se asocia á una elevada diferenciación protoplásmica, y por cuya vit- tud ha perdido el núcleo su representación de órgano repro- ductor, para mantener y acaso mejorar su cualidad de órgano nutritivo. A título de resumen de los precedentes datos, podemos ex- poner aquí las siguientes conclusiones: 1. La materia cromática del protoplasma nervioso no es privativa de éste, pues se halla en ciertos leucocitos, en ele- mentos conectivos, hasta en células de neuroglia; pero sola- mente en los corpúsculos ganglionares grandes se halla for- mando acúmulos considerables. 2.? La significación de esta materia no parece relacionarse con el poder conductor, pues sobre faltar en algunas células nerviosas, cuando es abundante, se dispone siempre de tal modo, que deja libres ciertos caminos rectilíneos extendidos desde una expansión protoplásmica á otra, y desde el cuerpo celular al cilindro-eje. Verosimil parece que se trate de una inclusión basiófila se- egregada por la célula, y destinada acaso á servir de pábulo nutritivo durante la actividad funcional de ésta. Nosotros com- pararíamos de buen grado dicha inclusión basiófila adherida al retículo con los grumos longitudinales también fusiformes, (33) Cajal. —ESTRUCTURA DEL PROTOPLASMA NERVIOSO. 45 ávidos del cloruro oro, que ofrecen los tabiques de sarcoplasma de la fibra muscular estriada, y cuyo espesor parece experi- mentar también variaciones importantes durante la contrac- ción. 3.2 La parte conductriz de la excitación nerviosa parece estar representada por un retículo de espongioplasma acróma- tico. Este retículo, cuyas trabéculas longitudinales son más espesas que las transversales, se apretaría notablemente en el cilindro-eje y prolongaciones protoplásmicas, en donde origi— naría esa apariencia fibrilar vista por Schulze, Ranvier, Flem- ming, y recientemente por Dogiel. Por lo demás, en la apre- ciación del aspecto fibrilar entraría también por mucho, como han manifestado Simarro y Lenhossek, la percepción incom- pleta de los husos, particularmente en el estado de retracción del protoplasma, en el cual alcanzan aquellos sua máxima del- cadez y longitud. 4. Estudiando la distribución de la cromatina protoplás- mica, ya en la serie filogénica, ya en el desenvolvimiento on- togénico, se observa en ella una diferenciación, cuyas princi- pales fases son: 4. Cromatina granular difusamente esparcida por el protoplasma, sin formación de grumos bien aparentes. (. Aparición de grumos periféricos, situados debajo de la mem- brana, reservando un gran espacio perinuclear pálido conti- nuado con las expansiones. c. Adición de grumos perinuclea- res á los grumos corticales. /. Extensión de los grumos cromá- ticos por todo el cuerpo celular, y modelamiento de figuras fusiformes paralelas á las expansiones, á fin de no impedir el paso de las corrientes. Como sostiene Nissl, existe cierta relación entre la e sión de los grumos y el volumen del protoplasma, lo que ex- cluye la idea de que la diferenciación de la cromatina en mu- chos y espesos husos corresponda á una mayor dignidad fun— cional de la célula. Así las células de los núcleos motores poseen grumos más grandes, numerosos y bien limitados que los corpúsculos piramidales de la corteza cerebral, y las célu— las voluminosas de los peces, batracios y reptiles (células mo- trices), exhiben una diferenciación cromática superior á los pequeños elementos nerviosos de los mamiferos (granos del cerebelo, del bulbo olfatorio, células de la capa molecular del cerebelo, etc.). 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) 5. Puesto que las expansiones protoplásmicas finas y la porción terminal de las gruesas carecen de grumos cromáti- cos, es muy posible que su acción fisiológica no sea entera- mente idéntica á la del cuerpo celular. Bajo el punto de vista de las conexiones, el método de Golgi nos permite ya estable- cer algunas diferencias, pues mientras que el protoplasma cromático (cuerpo y gruesas expansiones) es liso y se relaciona con arborizaciones nerviosas pericelulares, las expansiones dendríticas finas están erizadas de espinas y sólo se cone- xionan con simples fibrillas terminales (relación por contacto crucial). 6.* Las células obscuras de Flesch se hallan en toda la se- rie animal y en todos los centros nerviosos (menos en las cé- lulas de Golgi, en donde jamás hemos visto estados retraidos), cualquiera que sea el fijador empleado, y se caracterizan por un alargamiento de los husos y por una disminución de los espacios conductores. Parece probable que estos elementos cromófilos representen, como asegura Nissl, algún estado fun- cional de la célula nerviosa, quizás un fenómeno de inhibición suscitado por la contracción del retículo protoplásmico ó el agotamiento del jugo celular. 7.2 El núcleo de las células nerviosas sufre, conforme su di- ferenciación avanza, un proceso de simplificación, que con- siste en la concentración progresiva de toda la nucleína en uno ó dos nucleolos esféricos. Es probable que las células ner- viosas, cuya nucleina está representada solamente por uno ó varios nucleolos, hayan perdido la propiedad de proliferar. Esta ha: sido conservada por las células neuróglicas, en donde la nucleina mantiene todavía la disposición reticulada. NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES PAR Ti PRANTE DS: T (Sesión del 2 de Octubre de 1895.) 1V,0 SUR QUELQUES PARTICULARITÉS DE L'ARMURE DES PATTES ET SUR L'AVORTEMENT DES AILES DANS LE GENRE NEMOBIUS, Le but de cette notice est d'appeler Pattention sur divers détails auxquels leur généralité oblige a reconnaítre une cer- taine importance. Les uns sont relatifs á la conformation des pattes postérieures; ils regardent avant tout la spécigraphie et la classification; toutefois, les plus remarquables d'entre eux offrent un intérét plus général, en ce qu'ils montrent Pinfluen- ce de la sexualité sur des parties qui sont soustraites d'ordi- naire á son action, chez les Orthoptéeres. Les autres, d'ordre strictement biologique, se rapportent a deux modes d'avorte- ment des ailes qui ont vraisemblablement une assez grande généralité chez divers Grillons, bien que mes observations ne portent directement que sur les Vemobius d'Europe. Aucun lien n'existe entre ces deux sortes de caracteres. Si je les réunis sous un méme intitulé, c'est seulement parce que les uns et les autres ont été étudiés dans le méme groupe. 1. Armure des pattes. L'armure des pattes est traitée avec tant d'ampleur et de précision par M. de Saussure, dans sa belle monographie des Grillons, qu'il ne peut étre question de revenir sur ses traits (1) FIOI in ANAL. DE LA Soc. EsP. DE HIST. NAT. ts x1x, 18020. 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) généraux. La description et la nomenclature de cet auteur étant prises pour base, je passe tout de suite aux détails que j'ai dessein d'étudier. Diférenciation sexuelle dans les épines.—Ú s'agit, en premier lieu, des caracteres que la premiére et la derniére épine du bord interne du tibia postérieur peuvent affecter chez le <. L'aspect singulier de la 1* épine et sa longueur tres réduite chez le Y ont certainement été remarquées, dans plusieurs cas. Dans la description originale du NV. tíicolor, de Inde orientale, M. de Saussure fait observer que cette épine est «petite et crochue» (1) et le dessin quíil on donne (pl. 11, car- ré vi, fig. 6) exprime bien ce double caractére. M. Brunner, dautre part, fait mention de sa petitesse dans le V. lineolatus Brull. (2), et bien que lVaffirmation de l'illustre naturaliste ne soit pas restreinte á lun des sexes, il n'est pas douteux qu'elle ne lui ait été suggérée par Pexamen du yg. Mais il ne semble point que cet accessoire ait été étudié comparativement, soit dans les deux sexes d'une méme espéece, soit dans les diverses espéces du groupe tout entier. D'oú il est résulté que ni sa signification d'attribut sexuel ni sa généralité n'ont pu étre mis en relief. Quant á la derniére épine, moins re- marquable d'ailleurs que la premiere, aucune attention spéciale ne lui est A B Fig. 1.—Différences sexuelles dansl'armure des pattes, chez le Vem. lineclatus Brull.—A), le tibia et le tarse droits du O”, vus par la face interne; —(, premiere épine, trans- formée en organe tactile; — b, quatrieme épine, dilatée á la base; —cC, poil de la base du crochet tarsien interne, courbé en s.— BJ), le tibia droit de la Y, vu par la face interne; la premiere et la quatriéme épines sont sem- blables aux autres. accordée dans les descriptions. Pour apprécier tout de suite la dif- férenciation sexuelle dont ces deux épines sont susceptibles, soit comme exemple typique le V. lineolatus. La fig. 1 ci-contre met sous les yeux du lecteur le tibia droit du mále et de la femelle vus Pun et l'autre par la face interne et dessinés dans les mémes (1) Mel. orth., ve fasc., p. 267. (2) Prodromus, p. 424. , (91) Pantel.— NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 49 conditions d'amplification, ce qui me permettra d'étre bref. L'épine supérieure offre chez le mále un aspect tout á fait insolite : elle est en méme temps tres courte, tres large á la base, irréguligrement conique et subitement atténuée vers le bout, luisante et á peu pres glabre, tandis que les suivan- tes, aussi bien que la premiére chez la Q, sont aciculaires et revétues d'une longue et dense villosité, bien visible á la lou- pe. La couleur n'est pas moins remarquable que la forme et la vestiture: sombre a la base, d'un blanc pur dans la partie distale, á lexception cependant du bout apical, qui est, comme a Pordinaire, d'un jaune de chitine. Il est á remarquer toute- fois que Pécorce chitineuse est loin de prendre ici la méme épaisseur que dans les épines ordinaires. D'autre part, toute la partie blanche paraít étre de consistance molle, turgescente sur le vivant, plus ou moins ratatinée sur les exemplaires des- séchés; il n'est pas rare que dans ces derniers l'épine paraisse un peu crochue, cette particularité s'accentuant davantage encore chez (autres espéces. La méme figure permet de saisir une différenciation égale- ment fort remarquable de la 4* épine de la meme série, sur laquelle M. Bolívar attira autrefois mon attention. Toujours de forme ordinaire chez la Q, cette épine est fortement élar- gie á la base chez le (y, dans plusieurs espéces et nommé- ment dans celle-ci, au point que son diamétre atteint aisément les ?/¿ de celui du tibia. Elle est en méme temps convexe et comme bossue á son bord supérieur, un peu excavée á son bord inférieur, ce qui la fait paraitre coudée vers les éperons terminaux. Sur la signification physiologique de ces épines modifiées on ne peut qu'émettre des hypotheses. Il n'est guére dou- teux cependant que la premiére ne soit un organe tactile d'une délicatesse spéciale. C'est du moins la destination qui semble le mieux s'accorder soit avec sa conformation externe, soit avec sa structure interne. Mon but n'est point d'entrer dans beaucoup de détails relativement á ce dernier point et d'ail- leurs mes observations sont pour le moment trop incompletes. N suffira de constater en passant que les coupes axiales de Pépine molle et des épines ordinaires montrent des différen— ces frappantes. Dans la premiére, l'hypoderme, fortement épaissi, forme un tissu massif, une sorte de manchon á pa- ANALES DE HIST. NAT. — XXV. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (92) rois épaisses et á cavité tres réduite. Celle-ci est occupée par une assez mince gaine de tissu láche qui entoure un cordon central plus compact. Les constitutifs anatomiques de la gaíne láche et du cordon qu'elle protége sont malheureusement indé- chiffrables, dans mes préparations (1), mais il faut s'attendre a y trouver des branches nerveuses et sans doute aussi de fins rameaux trachéens. Sur plusieurs coupes j'ai vu des trainées linéaires traversant l'hypoderme du corps tibial et pénétrant dans la pulpe de l'épine, en convergeant vers son axe, qui ne peuvent guére avoir d'autre signification. L'intérieur des épines ordinaires est creux et ne représente qw'une vaste lacune sanguine dont les parois sont tapissées par une trés mince couche hypodermique. La derniére épine a une signification plus énigmatique, sur laquelle je ne saurais fournir aucun renseignement. Quoi qu'il en soit, il était intéressant de rechercher si de semblables modifications se retrouvent dans d'autres Vemo- bius. Apres avoir étudié a ce point de vue les espéces euro- péennes et les rares exotiques a ma disposition, j'ai eu l'avan- tage d'examiner, avec le concours de M. Bolívar, celles de la collection de ce savant. Voici, sous forme tres résumée, les particularités relevées chez les o”. Nemobius Heydeni Fisch. (Europe).—1** épine différenciée en organe tactile, robuste et brune á la base, blanche et comme vésiculeuse a l'apex, presque glabre. Derniétre épine légére- ment modifiée dans le méme sens que chez /V. /imeolatus. N. monomorphus Bol. in litt. (Indes Or.) (2).—1'* épine bien différenciée, d'un noir brun, ovoide, atténuée au bout en une pointe un peu courbée, pále. La derniére, renfiée et coudée, plus que dans Heydeni, moins que dans /¿neolatus. ÑN. tagalicus Bol. (Ligao Albay).—1'* épine modifiée, bico- lore; derniére comme dans /ineolatus. N. ?ceylonicns Sauss. (Ceylan).—1"* épine modifiée, droite. Derniére ? (1) Jai á peine besoin de faire remarquer que le traitement méthodique d'une épine chitineuse offre, au point de vue de la technique, de tres sérieuses difficultés. (2) Intéressante espéce, remarquable par l'absence de tambour musical. Elle sera décrite, dans un travail d'ensemble sur les Orthopteres recueillis par un groupe de missionnaires Jésuites, professeurs au College de Trichinopoly (Présidence de Ma- dras), dont M. Bolívar a bien voulu se charger. (93) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 51 NW. Novare Sauss. (Java).—1"* épine modifiée, assez longue; moitié basilaire noire, moitié apicale blanche. Derniére non sensiblement modifiée. N. Histrio Sauss. (Java, Philippines, Trichinopoly).—1"* épi- ne en organe tactile tres robuste, trapue, assez réguliérement conique, finement mucronée au bout et presque entiérement blanche; le mucron ne paraít pas toujours, les différents as- pects tenant sans doute a l'état plus ou moins affaissé de la partie molle. Derniére épine normale. NW. cubensis Sauss. (Amérique). —1'* épine modifiée, assez allongée, un peu flexueuse, brune a la base et á l'apex, blan- che au milieu. Derniére non modifiée. N. fasciatus D. G. (Amérique).—1"* épine modifiée, bicolore, robuste a la base, rapidement atténuée en un stylet gréle et allongé ayant une tendance marquée a se recourber en arrié- re. Cette courbure d'ailleurs parait dúe á une cause purement mécanique et extérieure, car elle détermine dans la partie molle un pli bien reconnaissable et s'observe d'un facon tres inconstante, tantót sur les deux tibias, tantót sur un seul et quelquefois sur aucun. La tache noire de la base est d'autant plus remarquable ici qu'il sagit d'une grande espéce chez laquelle les épines ordinaires et le tibia lui-méme sont tres páles. La derniere épine est normale. NV. longipenmis Sauss. (Amérique).—1"* épine modifiée, ar- quée:; derniére normale. N. sylvestris Fabr. (Europe). —1"* et derniére épines nor males. ' De cet examen, il ressort que les nombreuses especes du genre Vemobiíus se rangent, d'apres le caractére qui nous oc- cupe, en deux groupes: Pun ayant pour type le Y. sylvestris, chez lequel l'armure des tibias postérieurs ne présente d'un sexe a Pautre aucune différence; l'autre représenté en Europe par les VV. lineolatus et Heydeni, dans lequel les y'S sont doués d'attributs particuliers, affectant toujours la 1"* et sou— vent aussi la derniére épine de la série interne. C'est, si je ne me trompe, le premier fait de ce genre observé chez les Or- thopteres. Le cas est particuliérement important pour le rangement des trés nombreuses espéces de Vemobins et suffirait á lui seul pour faire assigner au N. sylvestris une place á part, Cette 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ] (94), maniére de voir trouve d'ailleurs un appui solide dans d'au— tres caractéres dont il me reste á parler; ils sont fournis par Pexamen microscopique du tibia. Particularités communes aux deux sexes.—Bien qu'il ne soit pas encore entré dans les habitudes des entomologistes des— cripteurs d'en appeler au microscope, il est hors de doute que le recours á cet instrument s'impose parfois, méme quand il ne s'agit que d'apprécier la structure externe. Les fins dé- tails, en effet, manifestent la spécificité des étres vivants aux mémes titres que la structure macroscopique. En tout cas, les renseignements acquis par cette voie, sur les Vemobius, ne: paraissent pas entierement négligeables. En premier lieu, Pexamen comparatif de quelques prépara- tions empruntées á divers genres de la tribu des G7yllidees, permet de s'assurer que le groupe des Vemobiites est caracté— risé par une vestiture tibiale et tarsienne d'un caractére par- ticulier, bien reconnaissable. Le fond en est constitué d'une: seule sorte de poils robustes, plus ou moins dressés, et c'est: seulement par endroits ou suivant certaines lignes que se montre une variété de poils plus grands, presque spinescents.. Aucune différence v'existe, á cet égard entre le corps du tibia et ses appendices. Suivant une loj tres générale, les poils ces-- sent á quelque distance de Papex, sur les épines et sur les éperons; la partie qui demeure nue est toujours de consistance cornée, de couleur sombre et il est tres ordinaire que Pon re- marque á sa base un poil beaucoup plus développé. Cette der-- niére particularité se vérifie spécialement pour les ongles des tarses, et il está noter que chez les Vemobiites ce poil ongu-— laire est tres grand et tres flexueux (fig. 1, 4, c). Dans les types voisins, au contraire, on trouve la vesti- ture composée de deux sortes de poils uniformément mélés:. les uns robustes, sombres, plus dresés; les autres petits, hyalins, plus appliqués. Le poil ongulaire existe, mais il est en forme d'aiguille, droit ou tout au plus arqué vers le bout. A Si maintenant il s'agit des Vemobius comparés entre eux, Vautres différences, tout a fait d'accord avec celles tirées des. attributs sexuels examinés plus haut, tendent á séparer le DN. sylvestris de ses congéneres. La principale nous est offerte par deux crétes saillantes qui (95) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 53 longent latéralement soit les épines soit les éperons (1) et marquent le raccordement des deux surfaces, respectivement convexe et aplanie ou excavée, qui forment le contour de l'ap- pendice (pl. 1, fig. 1 et 2). On les distingue partout, sauf sur lPépine molle des Y, quand elle existe, et partout elles sont saillantes, de teinte plus sombre et de nature cornée. Or, tandis que chez le V. sylvestris ces sortes d'arétes sont lisses ou tout au plus irréguliéerement ridées, chez les autres elles sont tres régulierement dentées en scie, les dents étant obli- ques en arriére, a pointe mousse, d'autant plus saillantes qu'on les examine sur un appendice plus robuste. Je ne signalerai que pour mémoire de tres fins reliefs á apparence d'écailles imbriquées, bien visibles sur l'ensemble du tégument, chez le V. sylvestris comme chez beaucoup d'au- tres Gryllides, mais que je n'ai pu retrouver dans les especes congéneres. Il eut été a désirer de rechercher comment se comportent, par rapport á ces divers caracteres, les quelques genres qui complétent avec les Vemobius la sous-tribu des Vemobiites. Je n'ai pu soumettre a lexamen que le Pseudonemobius pictus Sauss., dont je possede un d/ en tres bon état, recu tout récem- ment de mes excellents correspondants et confreres du Collége StJoseph de Trichinopoly. La vestiture des pattes y est la méme que dans les Vemobius ordinaires et les crétes longitu- «linales de leurs appendices y sont dentées en scie, mais les épines premiére et derniére de la série interne, dans le tibia postérieur, sont normales. Conclusions.—1” Dans la grande généralité des Vemobius, la premiére épine de Paréte interne du tibia postérieur des máles est différenciée en un organe spécial, probablement tactile, VPexistence de cet organe étant fréquemment accompagnée d'une modification dans la forme et dans les dimensions de la derniére épine de la méme série. Ces deux faits constituent le premier exemple connu d'une (1) M. Brunner /Prodromus, p. 418) suppose que les éperons se distinguent des «épines par leur vestiture, mais ce criterium dontje ne conteste pas la valeur pour d'autres groupes n'est plus applicable dans celui-ci; on ne peut guére s'orienter, -Ainsi que le veut M. de Saussure (Gryllides, p. 177) que par la position et la direction de l'appendice. 51 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 4 (96) différenciation sexuelle affectant l'armure des pattes, chez les Grillons. 2" Les Vemobius se distinguent des autres Gryllodées par des caracteres nettement tranchés, offerts par la vestiture des pattes. 3” Le Vemobius sylvestris se sépare des autres, soit par labsence de toute différenciation sexuelle dans les épines, soit par Pabsence de serrulation aux arétes des épines et des éperons. 2. Avortement des ailes. C'est un fait assez commun chez les Grillons, que certaines especes, appartenant a des groupes tres divers, sont pourvues d'élytres normalement développés ou simplement raccourcis et 'ailes tellement petites qu'elles passent facilement inaper— cues, en sorte que lPinsecte est simplement qualifié d'aptere, méme dans les meilleurs ouvrages descriptifs. Nos trois Vemo- bius d'Europe et plusieurs autres Gryllides sont tout spéciale- ment dans ce cas. Cependant des ailes existent, dans ces di—- verses espéces, mais tres petites, tout á fait latérales et plus ou moins ratatinées; elles atteignent le bord postérieur du metanotum chez le V. sylvestris oú elles sont un peu plus difficiles á apercevoir, et le dépassent notablement dans les deux autres espéces. Voilá donc, chez ces Grillons, une complete uniformité, au point de vue de Pétat définitif des organes du vol. Y a-t-il eu uniformité dans les processus biologiques préparatoires qui ont amené cet état? Telle est la question que je me propose dexaminer. Nemobius sylvestris. —Si Von observe une nymphe (1) bien développée de Vemobius sylvestris, et pour fixer davantage les idées, une Q a laquelle il manque une seule mue, on lui re— connait les caractéres suivants (fig. 3): 1” le moignon de l'ély- tre, parfaitement reconnaissable á son insertion mésonotale, á sa situation et aux futures nervures déja bien indiquées, est de beaucoup le plus grand; 2” le moignon de Paile est plus (1) Jemploie ce mot dans le sens large et purement conventionnel qui seul lui correspond quand il s'agit d'insectes a métamorphoses incomplétes. (97) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 55 réduit dans toutes ses dimensions, étroit, spatuliforme, nulle- ment triangulaire comme dans les cas oú P'adulte posséde des ailes normales. Ce sont bien les caracteres auxquels on pouvait s'attendre: les fourreaux sont entre eux dans le méme rapport de gran- deur que les appendices défi- nitifs; celui de l'aile n'a point la forme que lui imprime d'or- dinaire le développement pré- dominant du champ anal, d'oú il faut conclure que ce déve- loppement et par suite celui de Paile tout entiére, a été de tres bonne heure frappé d'arret. Autres especes européennes.— Les choses se passent tout au- trement chez les V/. lineola- tus et Heydeni. Tout d'abord, on est assez surpris de cons- tater, chez les nymphes de ces especes, Vexistence de grands fourreaux alaires, débordant notablement ceux des élytres et atteignant ou dépassant le milieu de labdomen (fig. 2). Leur forme est triangulaire et ne differe pas plus que les di- mensions de ce que l'on ob- Fig. 2. Fig. 2 et 3.— Moignons des organes du vol dans les nymphes completement dévelop- pées des deux types de Vemobius. Gr. 2). Nem. lineolatus O; —A , élytre droit; — B, aile droite;—a, région sombre, corres- serve Chez les especes a ailes normales. Ici Parrét de déve- loppementne porte jamais sur le fourreau. A quelle époque atteint-il l'organe intérieur? I*observation microscopique des moignons, fixés et con- pondant a l'aile avortée. 3). Nem. sylvestris Q;—A, élytre droit;— B, aile droite. Dans les deux figures les organes ont été dessinés tels qu'ils se voient dans leur si- tuation normale, mais un peu écartés; les bords de droite correspondent, par suite du renversement qui caractérise les nymphes, aux bords internes des organes adultes. venablement éclaircis, fournit sur ce point quelques don- nées. S'agit-il d'un sujet ayant á subir plusieurs mues? j'ai tou- jours trouvé que Paile remplit exactement son fourreau. On la reconnait aisément á ses grosses trachées qui marquent la 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (98) position des nervures définitives et a une réticulation fine, refringente, qui occupe le fond général. Trachées et réticula- tion sont a contours nets, sans indices de dégénérescence. S'est-on adressé á une nymphe bien développée, á laquelle il ne manque, semble-t-il (1), que la derniére mue? lPétat de Paile peut étre le méme que dans le cas précédent; mais il peut aussi étre tout autre, du moins chez le V. lineolatus. Trois fois sur huitj'ai constaté que lV'aile ne remplit qu'a moitié son fourreau (fig. 2, 4). Son contour propre, parfaitement visi- ble (2) se maintient partout á une grande distance de celui du fourreau, principalement aux bords distal et postérieur. En méme temps, des indices de dégénérescence peuvent se re- marquer: les principales trachées sont encore visibles, mais sous la forme de canaux mal limités, sans filament spiral dis- cernable; la fine réticulation qui dessinait des aréoles á con- tours arrétés a fait place á un aspect chiffonné. Ces faits ne paraissent susceptibles que d'une interprétation: lPaile se développe normalement, jusqu'aux derniéres mues et ses dimensions accompagnent celles de son fourreau; á une époque probablement variable suivant les individus, mais qui semble coincider avec la derniére ou lPavant-derniére mue, elle est frappée d'atrophie et subit une dégénérescence plus ou moins profonde; chez l'adulte elle ne constitue qu'une lame desséchée et inerte, v'atteignant pas, á beaucoup pres, la longueur qu'elle avait dans le moignon de la nymphe. Conclusions.—Les especes qui font Pobjet de ces observations peuvent étre prises respectivement pour types de deux grou- pes de Grillons (peut-étre faudrait-il dire d'Insectes), ayant cela de commun que sous leur forme définitive ils possédent des élytres développés ou simplement raccourcis, mais des ailes avortées. A Pun de ces groupes, représenté par le Vemobius sylvestris, je rapporterais surtout des espéces chez lesquelles les ély- tres ne sont bien développés que chez le ¿7, p. ex. les Gryllo- (Y) Sur ce point il regne toujours quelque incertitude. Une nymphe bien nourrie á laquelle il manque deux mues différe peu d'une nymphe malingre á laquelle il en manque une seule. C'est peut-étre á cette circonstance qu'il faut attribuer les diffé- rences observées. (2) L'observation est beaucoup plus malaisée chez le N. Heydeni, á cause de la couleur plus sombre de l'organe. (99) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 51 des (1) du type de pipiens Duf. Leur caractéristique, au point de vue qui nous occupe, est que: Les ailes se développent tres tard, et tres peu; leur fouwrreaw wapecte point la forme de lame triangulaire et demeure plus petit que le fourreau élytral, pouvant étre debordé en arriére par celwi-ci (Ig) Vétat defimtif de Parte resulte d'un simple arrét de développement, plutót que d'une degénérescence. Un deuxiéme groupe, représenté par les deux autres Vemo- bius européens, contient des espéces a élytres bien développés, méme chez les £9. Plusieurs (F7y!lus, p. ex. certaines variétés á ailes abortives du tres polymorphe (f”. burdigalensis Latr., s'y rattachent, suivant toute probabilité. Dans ce groupe: Les ailes se développent d'abord normalement; leur fowrreaw prend la forme et les dimensions qui caractérisent les espéces d ales normales et déborde le fourreau éelytral, méme chez le e; Pétat definitif resulte d'une degénérescence consécutive q la crise physiologique qui accompagne les derniéres mues. Si J'ai insisté quelque peu sur ces faits, c'est que je leur suppose une assez grande généralité et une assez grande im-— portauce, s'il s'agit d'apprécier en tant que caractére la pré- sence de rudiments alaires chez les adultes. Il est clair que les especes du premier groupe sont le plus éloignées de se montrer avec des ailes développées; pour elles, labsence d'ai- les est rigoureusement un caractére spécifique. Celles du se- cond ne paraissent différer des especes á ailes normales que par ce fait que leurs ailes ne peuvent franchir la crise physio— logique contemporaine de la derniére ou de Pavant-derniére mue. Celles-ci sont bien moins éloignées de se montrer avec des ailes développées, ou du moins avec des ailes simplement raccourcies, comme il arrive chez divers Grillons; on concoit que des circonstances de milieu plus favorables soient la seule condition d'oú dépende un tel état. L'aptérisme, dans ce cas, v'está la rigueur qu'un caractére de race. Les Vemobius syl- vestris et ceux de son groupe (s'il en existe) sont essentielle— ment aptéres; les autres essentiellement ailés. (1) M. Bolívar, dans une étude ou il a heureusement débrouillé le genre Gryllo- des, en ce qui touche les espéces européennes (ANAL. DE LA Soc. EsP. DE HIST. NAT., t. xxitr, Ac£., p. 41) a fait remarquer avec raison que des ailes existent dans plusieurs espéces de ce genre. Toutefois, celles dont il s'agit icí, ne paraissent pas étre celles visées par sa remarque. 58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) La conséquence, relativement á la classification du Vemo- bius sylvestris, se dégage d'elle-méme: cette espece, d'ailleurs si différente des autres par l'armure et la vestiture des pattes, peut et doit étre retirée du genre Vemobius pour étre placée dans un genre nouveau. Mais pour caractériser correctement ce dernier, il conviendra de soumettre á une révision géné- rale les tres nombreuses especes exotiques de la tribu. (101) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 59 AE LES ORTHOPTERES DU «SITIO» DANS LA SIERRA DE CUENCA. Introduction. Les notes qui suivent auraient pu recevoir pour titre: « líx- cursions orthoptérologiques á la Ciudad encantada et dans ses environs.» Ce nom pittoresque, bien connu des lecteurs de ces ANALES OU a paru en 1875 (1) un important mémoire sur les curiosités géologiques qu'il rappelle, aurait eu Pavantage de fixer de suite les idées sur le lieu de Pexploration. Sije ne lui ai pas donné la préférence, c'est que tout en se trouvant inclus dans le cercle de mes excursions, le célebre plateau et le cir— que du Cambrón qw'il domine n'en ont pas été le centre. C'est en réalité autor du Sitio, hameau situé sur la rive droite du Júcar, á une demi-heure de marche et au SO. du Cambrón, qu'elles ont rayonné. Il m'en eút coúté, d'ailleurs, de ne point consacrer par ce petit travail scientifique le souvenir de cette hospitaliére de- meure qu'un généreux bienfaiteur et ami, M. le Député Ortega, veut bien mettre annuellement a la disposition du Collége théologique d'Uclés, pour la période de ses vacances. J'y étais engagé non seulement par le sentiment de la recon naissance, mais encore par le désir de rendre hommage a Pin- térét que M. Ortega a toujours gardé aux recherches scientifi- ques, méme parmi les préoccupations absorbantes de la car— riére parlementaire. (1) BOTELLA Y DE HORNOS (D. F. de): Za Ciudad Encantada. Hoces salegas y torcas de la provincia de Cuenca. Serie 1, t. 1v. 60 «ANALES DE HISTORIA NATURAL. + (102) Les descriptions de M. Botella me dispenseront d'entrer dans de longs détails topographiques. Nous sommes en pleine mon- tagne. Les excursions, en partant du Sitio, peuvent avoir pour but les champs et les landes graveleuses qui s'étendent au fond de la vallée, de part et d'autre du Júcar, ou, de préfé- rence, les hauteurs entrecoupées de gorges pittoresques qui se dressent de toutes parts a l'horizon. Les bois de pin forment le caractéere saillant de la végétation naturelle. Ce ne sont point, il faut se háter de le dire, les stations préférées des Or- thoptéres. Mais les nombreuses et larges clairieres qui les sil- lonnent, les plateaux ou les pentes plus découverts, a végéta- tion rabougrie, oú dominent, parmi les arbrisseaux, des ché- nes et des genévriers, et parmi les arbustes, divers genéts épineux, l'épine-vinette, le romarin, parfois des cistes, comme entre le Sitio et Zarzuela, parfois le buis commun, comme au dessus de Villalba, enfin, et surtout les nombreuses plages dénudées qui entourent toujours les masses rocheuses, dans ce pays si accidenté: tout cela constitue des conditions dVhabi- tat particuligrement favorables au développement de ces in- sectes. Les excursions qui ont fourni les matériaux de cette étude ont été commencées en 1891 et se sont repétées annuellement, depuis cette date, sauf en 1892. Malheureusement elles ont eu lieu toujours a la méme époque, du 1* au 15 aoút. Aussi, bien qu'elles aient été assez assidues et favorisées par le con- cours tres actif de plusieurs de mes compagnons ou éleves que je me plais á remercier ici, on ne saurait considérer le fruit de nos chasses comme absolument suffisant pour représenter la faune orthoptérologique du pays. Plusieurs espéces ont déja disparu á cette époque: C'est le cas de 4Ameles Assoi Bol., Ste- nobothrus apicalis Herr.-Sch., divers (F7yllus, du moins pour les environs d'Uclés; d'autres, plus tardives, ne se sont pas encore montrées: peut-étre Iris oratoria L., Ameles decolor Charp., divers Zphippigera et bien d'autres espéces que l'on pourrait étre surpris de ne pas rencontrer sur le catalogue qui suit. Il está présumer néanmoins que le principal avan- tage que Von pourrait attendre de recherches ultérieures se réduirait á ajouter quelques unités au total actuel des espéces, sans modifier bien sensiblement le caractére de la faune. Je crois méme que les sites explorés, dans diverses directions, (103) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 61 sont assez nombreux et assez variés pour que l'on puisse voir dans notre catalogue une premiére esquisse de la faune de la Sierra en général. PLAN DU TRAVAIL.—Bien que les nouwveautés proprement dites dont j'ai a rendre compte soient relativement peu nombreu- ses, il m'a paru convenable de les décrire á part et en pre- mier lieu. L'énumération générale des espéeces suivra, d'apres l'ordre du Prodromus, si souvent et si justement loué, de M. Brunner de Wattenwy]l. Le principal intérét d'un catalogue étant avant tout faunis- tique, je w'attacherai, dans cette seconde partie, á donner quelques rapides renseienements sur les conditions de cap- ture et sur la zone géographique attribuée a Pinsecte; ce sera, avec lPindication de la description originale, le fond commun et le minimum de la mention consacrée a chaque espéce. Il y sera ajouté a Poccasion des remarques du caractere le plus va- rié: descriptives, critiques, éthologiques, biologiques, pouvant servir a compléter la connaissance de certaines espéces ou méme de certains groupes. Ce travail deviendra ainsi une sorte de relevé du journal Pobservations. CITATIONS.—Parmi les especes énumérées, il en est de vul- gaires, dont la patrie est trop connue pour qu'il soit opportun de s'y arréter. Je ne l'indiquerai que par un mot et seulement par raison d'uniformité. Quant á celles, assez nombreuses, dont P'aire de dispersion est restreinte ou incompletement connue, j'ai cru utile d'énu— mérer les principales localités ou elles ont été signalées. Ces renseignements sont empruntés á un certain nombre de pu- blications soit générales, soit particuliéres á la faune espagno- le, qui seront citées par un simple numéro de renvoi a la liste cijointe. Paiá peine besoin de faire remarquer que cette liste, dressée dans un but tout spécial, laisse forcément de cóté un grand nombre d'ouvrages et ne doit étre considérée que com- me un extrait de la bibliographie générale des Orthoptéres. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) BoLÍvVAR (D. Ignacio). BRUNNER (C. v. Wattenwyl). CAZURRO (D. Manuel). DUBRONY (A, de Bormans). FixorT (A.) FiscHer (H.). PANTEL (Y. Ss. J.) SAUSSURE (H. de). 1875-77. Sinopsis de los Ortópteros de España y 1878. 1887. 1887. 1894. 1882. 1888. 1878. 1890. 1853. 1890. 1887. Portugal.(ANAL. DE LA Soc. EsP. DE Hisr. NAT., tOMOS Y, VI, VII.) Analecta orthopterologica. (Ibidem, t. vit.) Especies nuevas ó críticas de Ortópteros. (Ibidem, t. xv1.) Essai sur les Acridiens de la tribu des Tettigide. (Annal. de la Soc. Ent. de Belgique, t. xxx1.) Ad cognitionem orthopterorum Europe et confinium. (Act. de la Soc. Ese. DE Hisr. NAr., t. xxt11, sesión de Febrero.) Prodromus der Europiischen Orthopteren. Leipzig.—J'emprunterai souvent á cette excellente source, entre autres rensei- gnements, l'indication de la description originale. Enumeración de los Ortópteros de España y Portugal. (AxaL. DE La Soc. Esp. ne His. Nar., t. xvn.)—Cette publication est particulierement importante au point de vue des espéces espagnoles, Vauteur s'étant attaché a y réunir, en les complétant, les données antérieures. Essai sur le genre «Chelidura». (Ann. del Mus. civ. di Stor. nat. di Genova, t. x11.) Faune de la France. Insectes Orthopteres. Fontainebleau. Paris. Orthoptera europaea. Lipsiae. Notes orthoptérologiques. III. Les Orthop- teres des environs d'Uclés. (ANAL. DE LA - Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. XIX.) Spicilegia entomologica Genavensia. 2, Tri- du des Pamphagiens. Geneve. 1884-88. Prodromus (Edipodiorum. Genéve. (105) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 63 1. Descriptions originales. GEN. Geomantis, gen. nov. (7, terra; ¡1ovz:s, mantis; alludit moribus essentialiter terrestribus speciei mox describendee.) Genus in divisione Gonypetarum, Juzta gen. Entellam Stál collocandum. c” 9. —Caput robustum., latiusculum. Oculi globosi. Clypens modice tumescens. Seutellum frontale fortiter transversum, mar- gine supero rotundato-producto. Fastigium frontis excavatun, cum fastigio capitis angulato-umitum. Ocelli expressi, plica ele- vata protecti, im triangulum rectangulum vel obtusangulum dis— positi. Fastigium capitis ab antico visum rotundatum [pl. 1, fig. 3 £]; hujus lobi laterales sulco subobsoleto distinguendi, postice, juxta oculos, in tuberculum producti [fig. 34, £]. Pronotum parum longius quam core antice, undique limba- tum, disco inequali, granoso, subtiliter carinato, marginibus lateralibus tuberculis setigeris per totam longitudinem armatis. Metazona diametrum transversum capitis circiter equans, Jere 2-plo longior quam prozona, modice coarctata. Coxe antice mar- gine antico spinulis articulatis gracillimis (1), inter se inequali- bus, margine postico pilis spinescentibus irregulariter dispositis armato (2). Femora antica extus, preter spinam genicularem spimis quatuor erectis armata; spine discoidales quatuor, in se— mem leviter arcuatam disposite. Tibie antice extus spinis typice septem, spina basali aliguantulum a basi ipsa distante. Pedes intermedii et postici graciles, breviuseuli. Femora subtus (D) Ces accessoires ne sont en réalité que des poils spinescents, dont quelques- uns seulement peuvent recevoir le nom d'épines, á cause de l'importance de leur bourrelet basal, lequel, d'ailleurs, se fait généralement remarquer par une tache noire. Il importe de rappeler que dans quelques genres voisins on trouve, á la méme place, de véritables épines perpendiculaires, inarticulées. (2) J'omets á dessein de parler des lobes antérieurs des hanches. Stál a attribué une importance probablement exagérée á ce caractére essentiellement variable. Dans Vespéece qui sertá caractériser le nouveau genre, ils sont tantót seulement rapprochés de maniére a comprendre un sinus linéaire, tantót soudés suivant la ligne de con- tact, et paraissent dans ce cas tres divergents. 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. * (106) serie spinularum subtilium aumica, apice spina geniculari armata. Tibiee subtus serie spinularum duplici. Tarsi articulo 1" elonga— tissimo, subtus serie duplici spinularum densissima armato. Abdomen parallelum. Cerci breves. S.—Antemnne elongate, sat robuste. Abdominis segmenta gun et 9um abbreviata. Lamina supra-analis sat elongata, triangu- laris, laminam subgenitalem circiter obtegens. 0.—Antenne breves, yracillime. Abdomen apice rotundatum, marginibus sinum angulosum cum marginibus ovipositoris formantibus, segmenta 7", $am, 9mm palde abbreviata. Lamina supra-analis distinctissime transversa, rotundata vel obtusis- sime triangularis. Zamina subgenitalis magna, apice fissa, lobis utrinque ovipositori adpressis. Ovipositor brevissimus, valvulis inferis (¿2 vivente) globoso-terminatis. J'établis ce genre sur une petite Mantide aptére et de meurs terricoles que je v'ai pu rattacher á un des genres existants. Ses affinités, d'ailleurs, ne sont pas tellement manifestes qu'elles s'imposent a l'observation. Si l'on se laissait impres- sionner par lP'habitus, létat du tégument, diverses particula- rités de conformation sur lesquelles je ne crois pas utile d'in- sister et surtout une communauté de meurs assez étroite, on ny verrait guére qu'un Fischeria un peu raccourci, resté nain et aptéere. Ce fut ma premiére pensée. Je me háte de reconnal- tre qw'elle n'était pas suffisamment raisonnée et qu'elle eut un premier inconvénient pratique regrettable, celui de me faire négliser durant plusieurs années cette petite espéce que j'avais une fois prise pour une larve de Pischeria betica Ramb. C'est en réalité dans un groupe nouveau pour la faune eu- ropéenne, parmi les Gonypete, qu'il convient de lui chercher une place, ainsi que M. Brunner, dont je suis heureux de pou- voir invoquer ici Popinion, a bien voulu me le faire observer. On éprouve bien quelque embarras lorsqu'on cherche a clas- ser l'insecte au moyen des tableaux dichotomiques de la Révi- sion du Systeme des Orthopteres, dans lesquels le savant auteur a synthétisé les systemes de M. de Saussure et de Stal. On doit admettre, pour arriver au groupe des Gonypete que le prono- tum west pas plus long que les hanches antérieures, qu'il est lisse en dessus et non caréné, tandis qu'il est visiblement plus long, tuberculeux et caréné. Mais de semblables difficultés (107) Pantel—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 65 doivent se rencontrer forcément dans un systeme absolument général, surtout quand il s'agit une tribu aussi riche en genres que celle des Mantide. D'ailleurs la véritable apprécia- tion des caracteres énoncés est quelque peu facilitée, dans le cas actuel, par la comparaison avec les tableaux moins con- densés de Stál. La parenté de Geomantis avec les Gonypete ressort avant tout de la brieveté du pronotum et de la longueuwr du premier article des tarses intermédiaires et postérieurs, deux caracté- res qui se retrouvent isolément dans d'autres groupes (le pre- mier dans la division des 4meli, le second dans celle des Va- nomantes), mais dont la coexistence est caractéristique de celui-ci. La brieveté du pronotum s'apprécie, d'apres Stál, par comparaison avec le diamétre transversal de la téte (les yeux compris). Les résultats de la comparaison sont á vrai dire fort variables d'un individu a Pautre. Cependant on peut se rendre compte que la largeur de la tete, dans Feomantis, est comprise entre la longueur totale du pronotum et la longueur de la métazone seule; par suite, le pronotum reste dans les limites de grandeur assignées pour les Gonypete. La longueur du pre- mier article des tarses est un caractére plus raide, dans son expression, et plus facile á saisir par comparaison avec les ar- ticles suivants pris ensemble. La fig. 3 D le met sous les yeux du lecteur. Reste a déterminer, parmi les genres nombreux qui consti- tuent le groupe, celui ou ceux auxquels le genre Geomantis parait plus étroitement allié. N'ayant point á ma disposition les éléments d'une discussion d'apres nature suffisamment compléte, j'indiquerai simplement, á titre de premiére appro— ximation, les résultats d'une étude purement théorique, faite surtout d'apres Stál (1) et de Saussure (2). Il est juste d'ajouter, cependant, que ces résultats me paraissent d'accord avec ceux fournis par Pobservation directe de quelques types (Gonypeta, Entella, Dystacta) que M. Bolívar a bien voulu, tout récem- ment, me procurer. Le systeme de Stál conduit assez réguliérement et sans vio- lence á un rapprochement avec Entella Stál. De fait, ce genre, (1) Recherches sur le Systóme des Mantides. Stockholm , 1873. (2) Melanges orthoptérologiques, MI et Suppl. Genéve et Bále, 1870-71. ANALES DE HIST. NAT. —XXY., 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (108) établi d'apres le Fonypeta Delalandi Sauss., comprend des es- peces de petite taille, á 9 Q presque entiérement privées d'ai- les, ayant tout un fonds de caracteres importants que l'on re- trouve dans Feomantis: vertex peu élevé et arrondi, métazone modérément étranglée, fémurs antérieurs peu dilatés, armés de 4 épines discoidales, fémurs intermédiaires et postérieurs munis d'une épine géniculaire, tibias antérieurs portant exté- rieurement 7 épines. Quelques autres caractéres non signalés dans la caractéristique générique de Stál, mais attribués au Gonypeta Delalandi par M. de Saussure (1), sont également communs aux deux types: le pronotum et les hanches anté- rieures sont tres finement denticulés, le tétgument est rugu- leux, du moins sur l'abdomen, et les segments 7, 8, 9 sont no- tablement raccourcis. D'autre part, la séparation du genre nouveau paraít plus aisée encore que son rapprochement. Des caractéres propres assez nombreux et importants ont été soulignés dans la diag- nose ci-dessus. Je considere comme spécialement dignes d'at- tention : Le prolongement tuberculiforme des lodes juzta-oculaires, cons- tituant un caractére nouveau pour le groupe. Pour l'ap- précier il convient de regarder lPinsecte de profil et un peu en dessous, de telle sorte que l'avancement se pro- jette sur un fond clair. Le contour du pronotum, dans lequel, par suite de la brieveté de la prozone, la dilatation surcoxale se trouve reportée assez en avant, ce qui altére profondément la forme losangique, si commune dans tout le groupe. La forme parallele de "abdomen, dans les deux sexes. Chez E. Delalandi Vabdomen de la O s'élargit graduellement WVavant en arriére (figure citée); bien plus, M. de Saus- sure attribue a toute la division des Fonypeta propre- ment dits un «abdomen large, déprimé, triangulaire » (op. cit., p. 199). Peut-étre y aurait-il lieu de faire ob- server a ce sujet que la forme triangulaire peut bien tenir á un retrait accidentel des derniers segments. Une (1) Melanges orthopterologigues, TI, p. 203; pl. 1v, fig. 12 et 13. (109) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 67 telle modification est fréquente chez les exemplaires mal préparés de 4meles Spallanzania, p. ex. et a été précisément dessinée par Fischer (1), au lieu de la for- me normale en fuseau. Mais quoi qu'il en soit de ce dé- tail, il est hors de doute que l'abdomen de Feomantis v'est nullement fusiforme; il rappelle celui des Fische- rie, bien plus que celui des Gonypete. La briévete des piéces genitales, dans les deux sexes, avec di- verses particularités de forme connexes avec ce carac— tere. L'oviscapte n'est pas beaucoup plus large a la base qu'a Papex et se détache brusquement, comme si l'ab- domen avait été fortement pincé. Chez le y”, la plaque sous-génitale est á peu pres cachée sous la plaque sur— anale, tandisque dans Zatella elle fait une forte saillie au dela. Les caracteres tirés des organes du vol ont été largement mis á profit, dans ce groupe, pour la délimitation des coupes génériques. Sans mettre en doute Putilité réelle de ce crite- rium j'ai préféré m'en affranchir tout a fait. Quant on voit dans des groupes voisins, dans le genre 4meles p. ex., des espéces dont les 90 seules possedent des organes réduits et d'autres dont les deux sexes sont complétement aptéres (4. ap- tera La Fuente), on ne peut guére envisager laptérisme que comme un caractére d'ordre spécifique. Geomantis larvoides sp. n. (Pl. 1, fig. 3, 4-27). S 2.—Statura pusilla. Corpus cinereum., vel terroso-ferrugi- neum, fusco-notatum, apterum. Pronoti dilatatio supra-cozalis spatium inter-oculare latitu- dine fere attingens; sulcus transversus utrinque in prozona an trorsum continuatus, quomodo originatur area convexiuscula, paulo longior quam latior; metazona antice utrinque foveola punctiformi, a margine laterali et linea media fere eque distan- (1) Orthoptera europea, pl. vir, fis. 5. 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110) le, impressa; postice, justa lineam mediam, gibbulosa, margine postico truncato vel leviter exciso. Mesonotum distinctissime, metanotum subindistincte postice excisa, utrinque rugula arcuata, necnon carinula media perspi- cuis. Elytrorum alarumque rudimenta viz distinguenda, pallida, had articulata. Segmenta abdominis basalia dorso medio-carinulata. Segmenta omnia margine postico granis atris, sepe elongatulis, seria tis (1), scabra. y. —-Gracilis. Corpus totum leviusculum, dorso regulariter obscuriore, lateribus pallescentibus, abdomine supra fusco-tenta- to, tenia interdum lineam albescentem includente. Prozona haud vel vixz granosa, longitudinaliter medio impres- sa, impressione plus minusve antice interrupta et postice carinula occupata. Metazona parce atro-granosa, carina media distinctiore. Segmenta abdominis dorsalia Som et 9um inter se equalia, el si- mul sumpta segmento 6” longitudine subequalia. Lamina supra- analis segmento 92 paulo longior, subdeplanata, carinulata. Cerci longiusculi, articulo apicali oblongo, reliquis globosis. Lamina subgenitalis parcissime villosa. 9.—Crassiuscula. Corpus supra rugosum, fascia dorsali abdo— minali rarissime integra, interdum nulla, sepius maculis seria— tis indicata. Pronotum disco granis elevatis, lateralibus pallidis, dorsalibus atris, ornatum: carina media, in vivente saltem, subobsoleta. Segmenta abdominis basalia dorso rugutis lateralibus perducto, necnon pliculis transversalibus, irregularibus, inequali; segmen- ta 2-5, in exemplis coloris vividioris, macula discoidali pallida, subrhomboidea, ornata; segmenta 7", 8uam, 9mm palde abbreviata, simul sumpta segmentum 699 longitudine subegualia. Lamina supraanalis dimidiam longitudinem segmenti 6 circiter attinm— gens. Cerci breves; articulo apicali gracili, elongatulo; reliquis globosis. Lamina subgenitalis villosula, apicem cercorum attin— gens. Ovipositor parum exsertus, valvulis superis viz apparenti— dus, valvulis inferis dilatatione globoso-truncata laminam sub— genitalem superantidus. (1) Se correspondant d'un segment a lPautre. (111) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 69 A A o a di SI A) APTO ren ooo adas 4,3 5 — COX ANDA 3,5 4 — TENIAN e cias 4,2 a) TOM POS LN se 6,2 6,8 ID POS e ale 6,5 el == LArsi DOStICI 0.0.0.1 6 6 — artic. primi, tarsi post. 3,5 3,0 Fischeria betica (larva), Pantel, 1886, «Contribution a Porthop- térologie de Espagne cen- trale.» (ANAL. DE LA SOC. Esp. DE Hisr. NAT. 69 VA) - = — 1890, «Notes orthoptérologi- ques.» (Ibidem, t. xIx.) HabIiTaT. Cerros dénudés et arides, aux environs d'Uclés et du Sitio; plus commun et moins cantonné dans cette derniére localité ou il se répand jusque dans les champs cultivés. On le trouve courant sur le sol, la larve en juin, l'adulte en juillet et aoút. L'impression que fait cette petite espece, qu'on Pobserve vivante ou desséchée, est absolument celle d'une larve. Absen- ce compléte d'organes du vol, organes sexuels externes á peine saillants, taille chétive, tétgument assez mou, malgré sa cou- leur terreuse, pour se ratatiner, durant la dessiccation, comme celui d'une larve délicate: tout semble conspirer pour dissimu- ler son véritable état. J'ai déja dit comment j'ai été trompé par ces apparences. Je dois ajouter que je n'ai été completement rassuré sur le (1) Toutes ces dimensions sont prises sur deux individus frais et de taille moyen- ne; elles sont destinées principalement á renseigner sur les grandeurs relatives des diverses parties. La taille elle-méme est assez variable, comme toujours. Sur une nombreuse série d'xemplaires desséchés, et par suite tres rétractés, je la trouve com- prise entre 16 et 18mm pour le (7, 19 et 25mm pour la Y. Il me parait important de faire remarquer que la dessiccation, quelque ménagée qwelle soit, détermine ici des altérations de forme assez profondes. Non seulement les segments et les piéces molles, en général, se contorsionnent et se dissimulent en partie, mais encore les petits accidents du tégument, tels que plis et reliefs de tou- tes formes, s'exagerent a tel point qu'une description faite d'apres des exemplaires desséchés pourrait différer notablement de celle faite sur des exemplaires frais. 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (112) véritable état de l'insecte que par les preuves matérielles em- pruntées a des dissections répétées et par une petite oothe- que, obtenue en captivité. Je m'abstiens de décrire aujourd'hui cette oothéque, espérent m'en occuper un peu plus tard, dans un travail d'ensemble pour lequel je réunis en ce moment les matériaux. Le contraste est frappant entre les habitudes de cette espéce et celles des autres Mantodées que j'ai pu observer. Tandis que celles-ci vivent sur les plantes oú elles se tiennent á Paffút, attendant leur proie, le Feomantis larvoides court sur le sol terreux, á la maniéere d'un Fischeria, a la recherche de la sienne. Sa démarche n'est point saccadée ni malaisée, com- me celles des Mantis, mais continue et rapide. Il fait la chasse a des espéces tres variées, sans aucun doute; il semble cepen- dant que les Microlépidopteres soient particuliérement l'objet de ses poursuites. Il est fréquent en effet de retrouver leurs squamules entre les épines des pattes ravisseuses, quand on examine le petit mantien a un grossissement convenable. A ce titre, c'est une espéce a énumérer parmi les Insectes utiles. Je termine ces observations déja trop longues en faisant re- marquer, comme conséquence de Pautonomie de la nouvelle espéce, que le Fischeria betica Ramb. doit étre rayé du catalo- gue d'Uclés, et, par suite, du catalogue de Espagne centrale en général. Caloptenus italicus, var. Wattenwyliana, nov. A forma typica difert precipue: statura crassiore; pronoto lateribus plus minusve inflato-gibboso el postice rotundato, cari- nis lateralivus plerumque irregularibus, distinctissime extror- sum convexis; elytris abdomine semper distincte, persepe notabi—- liter brevioribus, versus apicem attenuatis; femoribus posticis latissimis (1). Caloptenus italicus v. icterica Br., Prodrom., p. 217, nec. Ser- ville. (1) Comme il arrive toutes les fois que 1'on a affaire á une race, non á une espece, les divers caracteres signalés n'acquiérent pas chez tous les individus leur plus haute expression.» (113) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 71 HanBITaT. Mémes conditions que le type: Malaga, Sicile, Algérie [6]; champs incultes de la vallée du Júcar, pres du Sitio [c. m.]. Il sagit manifestement d'une variété parfaitement caracté- risée par M. Brunner et rapportée par lui au Calliptanus icte- ricus Serv. Si j'ai cru en devoir changer le nom, c'est qu'il m'a paru impossible de lui adapter la description originale de Serville. Cet auteur, en effet, attribue a sa prétendue espéce des caracteres directement en opposition avec ceux de la for- me qui nous occupe, p. ex.: des «élytres de la longuewr de l'ab- domen, arrondies au bout, transparentes (Orthopt., p. 691)», des ailes «entigrement incolores»; et ne lui en attribue aucun, d'autre part, qui lui convienne mieux qu'a aucun (. 2talicus quelconque. La couleur jaunátre á laquelle le nom ¿ctericus fait allusion est une des innombrables variations assez fré- quentes dans les champs de blé. La seule particularité un peu embarrassante serait l'absence de couleur aux ailes: mais si Pon a égard á cette circonstance que Serville a fait sa descrip- tion d'apres un exemplaire unique, mutilé, non chassé par lui mais recu d'un correspondant qui n'était peut-étre pas entomologiste et qui avait bien pu lexposer á des vapeurs décolorantes, on conviendra que ce caractére n'a aucune va= leur décisive. Au point oú les recherches de M. Bolívar et de ses éleves ont porté notre connaissance de la faune espagnole, il ne paraít pas trop téméraire de conclure que le Calliptanus ictericus Serv. ne peut étre qu'un OC. italicus tres ordinaire. Ce nom, par suite, ne doit plus figurer que dans la syno- nymie. J'ajouterai encore une observation sur les variations du C. italicus. C'est par égard pour une autre description de Ser- ville que l'on a conservé le rang de variété aux individus dont le dessus est orné de deux bandes longitudinales blanches. lls constituent, comme on sait, dans les catalogues et dans les collections, la var. marginella Serv. Mais il est á remarquer que de tels individus se rencontrent partout ou se trouve l'es- péce, comme il s'en trouve partout de bruns, de ferrugineux, de mouchetés, etc. Bien plus, il s'en rencontre parmi ceux qui viennent d'étre caractérisés ci-dessus et décrits sous le nom de var. Wattenmyliana et que je crois constituer une race pro- prement dite. Si lon maintenait la var. marginella, on se trou- 7 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (114) verait conduit a considérer ces derniers comme une variété de variété et a les désigner par le nom inacceptable de C. ita— cus, v. Wattenwyliana, y. marginella. Ephippigera Ortegai, sp. n. (Pl. 1, fio. 4.) o 9.—Stature modice, atro-violacea, rufo vel favo-variegata. Caput parvum; fastigium verticis basi hand constrictum, trian— gulariter, parum profunde ezcavatum; fastigium frontis tuber— culiforme, elevato-productum. Pronotum pallidum, macula dorsali atra, plus minusve inva- denti, ornatum; margine antico vizx distincte, marginibus imferis el postico distinctissime limbatis; carine laterales expresse, im- crassate, crenulate, usque ad marginem posticum ducte. Pro- zona sublongior quam metazona, ab hac per sulcum transversum rectissimum., usque ad carinas laterales perductum, separata; disco levigato, medio longitudinaliter aliguantulum sulcato, transversim sulco arcuato, profundo, impresso; angulis anticis subrectis, apice hebetatis. Metazona fornicata, fossulato-rugulosa, postice late rotundato-truncata, medio, nedum carinata, potius longitudinaliter impressa, saltem juzta sulcum transversum. Lobi deflexi late impressi; margine infero sinuato, postice obli- guissime rotundato-ascendente. Elytra valde fornicata, fusca, venis incrassatis, aurentiaco- rufis; area marginal membranacea, haud areolata. Pedes modice elongati, graciles, vufo-violacei; tibie antice supra sola spina apicali externa armate, subtus utrinque 5-6-spi- nulose; femora postica subtus utrinque spinulosa, spinulis inter dum obsoletis. o”. —Segmentum anale transversum. Lamina supraanalis mo- dice producta, a supero visa subrhomboidea, non nihil impressa, lobis lateralibus deflexis, angulato-productis, munita (1). Lamina subgenitalis ampla, rotundata, apice triangulariter excisa, stylis obscuris. Cerci cylindrici, pallidi, breviter pilosi, plica basali imerassata superne atra, apice oblique rotundato-truncati et spina (1) D'oú il résulte que lorsque ces parties défiéchies viennent á se relever, l'en- semble forme un processus coupé droit en arriére, ou á peine anguleux. (115) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 73 duplica introrsum plus minusve vergente armati, spina interna Jortiore. Valvule anales infere apice in mucronem desinentes. 9.—Lamina supraanalis triangularis. Lamina subgenitalis, apice triangulariter late excisa. Cerci conici, subulati. Ovipositor duplicem pronoti longitudinem haud vel viz attingens, distincte recurvus (1). ¡ abdomine valde turgescente et ) / ante dessiccationem.......... ) Longit. corp. y 28mum Q 32mm LA A NA A 7 8 AO ADC aos E yl 8,5 TETAS POSTICT 00 ade ai e 14 15 PO NIPOSITOTAS ae A 15 HabrTaT. Les sites les plus élevés de la région: Valsalobre, las Majadas; parait se tenir de préférence sur les arbustes á fruits noirs, tels que Berberis vulgaris et Juniperus communis. Fort rare, du moins durant la premiére moitié d'aoút. Cet Ephippigera vient se placer dans le sous-genre Steroplev- us, a cóté une autre espéce montagnarde, 1L. Stali Bol., dont il se rapproche par le facies, la livrée générale et le type fondamental des parties les plus caractéristiques. La distinc— tion entre les deux est d'ailleurs tranchée; il suffít, pour la re- marquer, de porter son attention sur la forme des cerci et de la plaque suranale pour le Y, etsur la brieveté, tout excep- tionnelle dans ce groupe, de l'oviscapte, pour la O. La couleur, d'un beau violet, est probablement assez cons- tante et en relation, sans doute, avec celle des fruits múrs de ses plantes préférées. Des cinq exemplaires capturés, dont trois seulement adultes, quatre se trouvaient sur le Berberis vulgaris et un sur le Juniperus communis, deux plantes a fruits noirs, á maturité. Il y aurait lieu de le croire tres rare, s'il fallait en juger par le petit nombre d'individus capturés, maleré d'actives recher- ches. Mais on peut présumer que nous ne Pavons chassé ni a (1) On peut ajouter comme caractére secondaire que quelques segments ventraux portent des marques particuliéres, ainsi qu'il arrive chez un grand nombre d'Ephip- pigera. Sur 'unique femelle examinée, les segments 6 et 7 offrent au milieu une pe- tite elévation calleuse, de couleur sombre, allongée transversalement. 74 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (116) l'époque ni aux heures de la journée les plus favorables. D'une part, en effet, la premiere moitié d'aoút paraít étre l'époque de sa transformation et la livrée seule indiquerait sufisam- ment que lPespece doit se trouver surtout plus tard, quand les fruits des Berberis ont múri. D'une autre part ses habitudes en captivité m'ont fait voir que c'est le matin surtout qu'il se montre actif et remuant, tandisque nous avons été amenés á le chercher aux heures les plus chaudes de la journée, quand la plupart des individus étaient probablement cachés au pied des buissons. C'est, du reste, une remarque assez générale a faire sur les Zphippigera, que beaucoup d'entre eux chantent toute la nuit et surtout aux premiéres heures du jour, ou sur le soir, mais se tiennent immobiles, ou cachés, aux heu- res les plus chaudes; tels les KZ. Perezi Bol., Zapateri Bol., Miegi Bol. La stridulation du Y est assez faible, du rithme le plus élé- mentaire, composée uniquement d'un ou deux coups d'élytre se répétant a des intervalles assez considérables. Je prie M. Ortega d'agréer la dédicace de cette espéce, en souvenir de sa vaste et pittoresque propriété de Valsalobre oú elle été capturée, dans une excursion dont il avait lui- méme donné Pidée. 2. Enumération générale des espéces. FPorficulodea. GEN. Labidura Zeac,. 1. L. riparia Pall. 1773. «Reisen durch Versch. Prov.».11. Anh. p. 30. Bords du Júcar. On trouve á cette époque des individus a tous les stades de développement. Cosmopolite. (117) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 75 GEN. Anisolabis / e). 2. A. masta Gené. 1839. Apud Serville, «Orthoptéres», p. 28. Un peu partout, sous les pierres. De Europe méridionale et des pays limitrophes. GEN. Forficula /. 3. F. auricularia L. 1767. «Syst. nat.» 11, p. 686. Dans les conditions et avec la fréquence connues. GeEN. Chelidura Zatr. 4. Ch. Bolivari Dubr. 1878. «An. Mus. civ. di St. nat.» Ge- nova, XII, p. 444. Un seul exemplaire OQ, incomplétement développé mais bien recomnaissable; parmi les mousses fraiches, dans un bois de Valsalobre. Des montagnes de l'Espagne centrale: Guadarrama [8], Es- corial [8, 7], Peñalara [6]. Blattodea. GEN. Ectobia JVes?. 5. E. Ericetorum Wesm. 1838. «Bull. Acad. de Bruxelles», v, p. 587. Sous les pierres séches, ca et lá et sur les plantes, oú on le prend au filet faucheur. Rare. Larve et adulte. D'Europe. 6. E. livida Fabr. 1793. «Ent. Syst.» 11, p. 10. Bois et lieux ombragés, sous les feuilles seches et sur les plantes. Plus commun. D'Europe. 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (118) GEN. Aphlebia bb». 7. A. carpetana Bol. 1873. «Orth. de Esp. n. Ó poco conoc.» (AN. DE La SOC. ESP. DE HIST. NAT. 11, p. 214.) Bois du Cambrón, sous les feuilles séches et sous les pier— eS. (Rare. D'Espagne et de Portugal: Villalba, Escorial, Madrid (1, 6); Vitoria, Galicia, Sierra de Jerez [7]; Moncayo (Aragón) [R. P. Navas 5. J.]. Son aire géographique ne parait pas s'étendre vers le midi; elle n'a jamais été rencontrée a Uclés, bien que fréquente á l'Escorial. ; S. A. subaptera Ramb. 1839. «Faune entom. de 1"'Andalou- sie» II, p. 14. La Q seule; au pied des grands chénes de la dehesa de Zar— zuela. De l'Europe méridionale. GEN. Loboptera b”. 9. L, decipiens Germ. 1817. «Reise nach Dalmatien», p. 249. Dans les conditions ordinaires. Peu commun. Du littoral méditerranéen, d'apres l'ensemble des citations. Il est a remarquer toutefois que les stations oú on le trouve, dans le centre de l'Espagne, n'indiquent aucune prédilection ni pour les faibles altitudes ni pour les lienx humides. ObserRV. A Poccasion d'un Zoboptera des environs de Gre- nade que M. de Saussure a bier. voulu me communiquer, en m'invitant, avec sa courtoisie ordinaire. á le décrire s'il y avait lieu, j'ai dú soumettre á un examen assez attentif la série de mes decipiens. Cette étude m'a permis de reconnaítre un cer— tain nombre de variations qui peuvent affecter divers carac— teres attribués a cette espece. Je les signalerai en quelques mots. 1 Le metanotum est carrément tronqué ou un peu angu- leux au milieu. Les deux figures consacrées par M. Brunner á cette espece, dans son Prodromus, représentent précisément les deux cas, l'une pour le y, Pautre pour la Q. (119) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. mn 2” Le 6* segment dorsal est toujours plus lone que les pré- cédents. Ce caractére, beaucoup plus accentué d'ailleurs dans d'autres espéces, p. ex. dans celles décrites récemment par M. Bolívar (1), parait étre générique, ses degrés seuls étant Vordre spécifique. Mais chez le £. decipiens, la couleur blan- che des fascies latérales a une tendance marquée a se prolon— ver sur le bord postérieur de ce seement et á le border. 3” Chez le $, la plaque sous-génitale est arrondie ou tron- quée. La plaque suranale v'offre pas constamment le méme contour: ses bords latéraux, á partir de la sinuosité qui cor— respond a l'insertion des cerci, sont convergents ou paralleles; Papex, normalement arrondi, s'est trouvé tronqué dans un des exemplaires que j'ai eus sous les yeux. 4” Les échancrures dont il est parlé dans la monographie de M. Brunner (2), a propos des plaques sur-anale et sous-gé- nitale, sont des anomalies assez fréquentes. Ces pieces sont normalement arrondies et entiéres. 5” La pubescence du tégument et en particulier celle qui constitue les franges marginales des segments dorsaux de Pabdomen, est encore un caractére qui offre tous les degrés. C'est précisément sur son exacte appréciation que repose, comme on sait, l'heureuse réunion du Z. /imbata Charp. au L. decipiens Germ. Quant a llexemplaire de Grenade, il fait tout d('abord l'im-— pression d'une espece distincte. C'est une O, de couleurs tres páles, bien douée du cóté de la pubescence et chez laquelle les bandes blanches latérales se prolongent en dedans sur le bord postérieur des segments, en une bordure bien nette. Le con- tour du corps est d'autre part moins paralléele que dans les in- dividus typiques; il rappelle celui de certains A4pAlebia. Mais il está remarquer que lexemplaire est tres déprimé par suite de la dessiccation. Cette circonstance, indice de l'état imma- ture dans lequel il a été capturé, ne permet pas d'accorder une grande confiance a la coloration. Aussi convient-il d'attendre de nouvelles recherches, pour se prononcer sur cette forme. (1) BOLÍVAR: Ad cognitionem orthopterorum Europe et confinium. (Actas de la Soc. esp. de Hist nat. xxx11, sesión de Abril, 1894.) (2) BRUNNER: Vouveau Systeme des Blattaires, pp. 79 et 8l. 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (120) Mantodea. GEN. Mantis /. 10. M. religiosa L. 1767. «Syst. nat.» 11, p. 690. Lieux découverts et secs, sur les herbes hautes et les buis- sons. Devient adulte dans les premiers jours d'aoút. Europe, Afrique, Asie. GEN. Geomantis Pan!. 11. G. larvoides Pant. (v. ci-dessus, p. 67). GEN. Ameles Bum. IAN Spallanzania Rossi. 1792. «Mant. Insect.» 1, p. 102. Collines seches, clairiéres des bois et champs en friche, sur les buissons. Assez rare. De Europe méridionale et du nord de lV'Afrique. ObsERV. I. Z'oothegue.—Mon intention v'est point de la dé- crire ici en détail. Je veux seulement signaler un caractere trés singulier qui la distingue de celle des autres Mantodées d'Europe et que je n'al méme pas retrouvé jusqu'a présent, sans modification, dans les quelques exotiques que j'ai pu examiner. La construction, symétrique, comme toujours, par rapport a un plan longitudinal, est formée de deux séries de logettes, placées les unes derriére les autres. Mais tandis que dans le type commun chacune de ces chambres posséde un orifice indépendant, s'ouvrant directement au dehors, dans celui-ci elles débouchent toutes dans un tunnel commun qui régne le long du faíite de la construction et n'est ouvert que d'un cóté. Il existe done qu'un orifice de sortie, pour les larves, Une telle disposition peut étre interprétée dans le sens Vune plus grande perfection architecturale, puisqu'elle di- (121) Pantel.— NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 79 minue, pour la progéniture de l'espece, les chances d'inva- sion par les ennemis du dehors. Mais elle a visiblement aussi de tres sérieux inconvénients: il suffira qu'une larve vienne á succomber aux fatigues de la sortie et a mourir dans le tun- nel, pour que le reste de la ponte soit condamné a périr. Quoiqu'il en soit de ce cóté de la question, le caractére dont il s'agit est assurément tres remarquable; il s'ajoute á tant d'autres, p. ex. a l'habitude de tenir Pabdomen relevé, á la maniére des Empusides, pour assigner á lespéce une place á part, parmi les 4meles. Orserv. Il. Z'24f.—Il m'a paru remarquable, parmi tous ceux des Mantiens d'Europe, par deux caracteres sur lesquels je me propose de revenir, dans une étude comparée, mais que je signalerai ici, a titre de communication préliminaire. 1 Suivant une loi tres générale dans cette famille d'Or- thoptéres, la sortie de la jeune larve est précédée d'une véri- table déhiscence du chorion. Dans le cas actuel elle se fait par quatre valves qui se séparent au póle céphalique. La désar— ticulation a lieu suivant une petite créte cruciale, véritable suture, comparable a la suture des os crániens, chez les ma- miféres. 2” Les micropyles, toujours nombreux chez les Mantiens et situés dorsalement, occupent ici la partie supérieure seule de la valve dorsale. Leur aspect, que je crois exceptionnel, est celui d'une grosse ponctuation aréolée. ObsErRV. MI. Za faculté de sauter, chez les Mantiens.—A pro- pos de l'4meles Spallanzania, quelques remarques sur cette question générale ne seront pas déplacées. La division des Orthopteres en Coureurs, Marcheurs et Sau—- dewrs, est absolument classique, depuis Latreille et Fieber qui Pont introduite. Les Mantes appartiennent, comme les Phas- mes, a la section des Marcheurs (Gressoria), caractérisée, com- me on sait, par l'inaptitude au saut et Pabsence de pattes x appropriées a cet acte (1). C'est assurément la un excellent , caractere de systématique. Mais il suit la loi générale de pres- (Y ... «zum Springen absolut nicht geeignet», dit M. Brunner en parlant des pattes postérieures. /Prodromus, p. 56.) 80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (122) que tous les caracteres isolés auxquels on a recours pour diag- nostiquer les groupes les plus naturels; je veux dire qu'il est en défaut dans certains cas et qu'il existe réellement des Man- tiens jouissant de la faculté de sauter. N y aurait, a cet égard, a faire une excursion générale a travers les divers groupes de la famille. Tout possesseur d'une collection d'Orthoptéres peut remarquer cá et lá, en parcou— rant ses cartons de Mantiens, des types chez lesquels les fé— murs postérieurs sont notablement plus renflés a la base que les fémurs intermédiaires; et s'il était possible d'observer l'in- secte vivant on constaterait, probablement, que cette circons— tance morphologique est liée á une aptitude au saut plus ou moins marquée. Mais désirant éviter toute considération pu- rement conjecturale, je me bornerai a rendre compte de mes observations sur les 4meles. Elles ont porté sur les 44. Spallanzanta Rossi et 4ssot Bol., prises á tous les stades de développement, depuis la sortie de Peuf jusqua Vétat d'imago; toujours elles ont montré que ces especes possedent la faculté de sauter. Rien de plus fréquent, quand on cherche a saisir un de ces insectes sur son buisson, que d'observer des déplacements brusques, horizontaux ou de haut en bas, dans lesquels il retombe parfaitement swr ses pieds, comme les insectes sauteurs. Mais la soudaineté de ces mouvements ne permet pas toujours d'en bien apprécier la nature. Pour se mettre dans les meilleu- res conditions, Pexpérimentation sur des sujets gardés en cap- tivité est préférable. Tre expérience.—L'insecte est mis sur une lame de verre ho- rizontale et menacé du doigt: tout d'abord il se met en garde et cherche a faire face, posé sur ses quatre pattes postérieures et les pattes ravisseuses reployées; puis, souvent, il saute en avant ou dans une direction un peu oblique et va retomber sus ses pattes á plusieurs fois la longueur de son corps. L'ob- servation est particulierement instructive soit avec les jeunes larves qui viennent de naitre, soit avec les grosses femelles A abdomen turgescent, que leur lourde charge semblerait devoir embarrasser. TN est a peine besoin d'ajouter que la méme expérience ten— tée sur d'autres Mantiens n'a donné que des résultats négatifs. 2 expérience.—Une femelle vigoureuse est abandonnée quel- (123) Pantel.—NOTES ORTHOPTEROLOGIQUES. 81 que temps au fond d'un large bocal vide. Aprées d'inutiles efforts pour grimper contre les parois, elle finit tót ou tard par se tenir tranquille. Je lui présente alors le doigt, en ayant soin de le maintenir á 5 centimétres environ au dessus de sa téte: elle bondit résolument de bas en haut et s'y cramponne avec une précision de mouvements parfaite. J'ai choisi á dessein une femelle, dont les organes du vol rudimentaires ne peu- vent intervenir sérieusement dans le phénoméne. La faculté de sauter étant ainsi mise hors de doute, on est 2 méme d'apprécier plus justement la conformation des pattes postérieures. Les fémurs de cette paire sont visiblement ren- flés a la base, non seulement chez les deux espéces dont il vient d'étre question, mais encore chez toutes les espéces eu- ropéennes du genre. Je ne crois pas pouvoir excepter méme PA. decolor Charp. dont M. Brunner dit expressément qu'elle a les «femora postica gracilia» (1). ll ne m'a pas été donné d'examiner les especes exotiques, mais les faits observés chez les especes d'Europe et circa sont si nets, qu'il ne me parait pas imprudent de voir lá un caractére générique d'un intéreét exceptionnel. Il conviendra de mentionner ce caractere dans la diagnose du genre. En méme temps que les fémurs se renflent pour loger les puissants muscles qui interviennent dans le saut, on peut re- marquer que leur face inférieure s'aplatit et se creuse, surtout pres de Particulation fémoro-tibiale, pour recevoir le tibia. Ces dispositions, sans doute, ne sont pas aussi accentuées que dans les forts sauteurs, mais elles sont assez nettes pour qu'on ne puisse méconnaitre leur signification. GreN. Empusa ///i/. 13. E. egena Charp. 1841, ¿n Germar, «Zeitsch. f. Ent.» 11, p. 298. Mémes conditions. Plus rare. De P'Europe méridionale et de l'Afrique septentrionale. (1) Prodromus, p. 63. ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 6 82 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (124) Phasmodea. GEN. Leptynia Pant. 14. L. hispanica Bol. 1878. «Analecta orthopterologica», in ÁN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., f. VIT, p. 423. Stations tres variées, sur les arbustes, les touffes en buisson ou simplement sur les hautes herbes des endroits découverts. Assez commun. De PEspagne centrale et septentrionale. Madrid, Escorial, Logroño, Alcarria [2, 7]; Urda [7]; Uclés [11]. Ayant eu a disséquer plusieurs individus, á Vétat de larve ou d'imago, j'ai pu vérifier par lVobservation directe ce que l'on admet généralement, d'ailleurs, que ces insectes ont l'ha- bitude de manger leur dépouille, apres une mue. Il v'est pas inutile de remarquer aussi que chez une larve de couleur ver- te, la dépouille cuticulaire encore bien reconnaissable était brune. Y aurait-il changement brusque de couleur, au mo- ment des mues? Acridiodea. GEN. Oxycoryphus /isc/. 15. 0. compressicornis Latr. 1804. «Hist. nat. des Crust. et deslas:> tear pon: Sur une pelouse séche, entre le Sitio et Mariana. Nombreux en individus mais tres localisé. Toute la péninsule, la France méridionale et le nord de PAfrique. GEN. Paracinema /sc/. 16. P. tricolor Th. 1815. «Mém. Acad. St-Pétersb.» v, p. 245. Berges du Júcar, en amont du Sitio, sur les Scirpus. Europe méridionale, Afrique, Madagascar. (125) Pantel.—NOTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 83 GEN. Stenobothrus /'sc/. 17. St. Bolivari Br. 1876, ¿1 Bolívar, «Sinopsis», p. 121. Landes incultes, plateaux élevés, clairiéres; parmi les buis- sons et les arbustes: Sitio, Cambrón, Uña. Assez commun. Propre á PEspagne centrale et méridionale: Guadarrama [1, 6]; Madrid, Sierra de Gredos, Albarracín [1, 6, 7]: Peñalara, Oña [7]; Uclés [11]. Offre, dans sa livrée générale, les mémes variations que les especes voisines. La Q est brune ou verte par adaptation, sui- vabt le caractére dominant de la végétation. Toujours néan- moins le champ discoidal des élytres et l'abdomen retiennent la coloration du type ordinaire. On trouve des exemplaires d'un rouge vineux franc sur les cótés et sur la page externe des fémurs postérieurs. Je n'ai jamais vu de Y franchement vert. 18. St. grammicus Caz. 1888. «Enumeración de los Ortóp. de España y Portugal», ¿M ÁN. DE LA SOC. ESP. DE Hisr. NAT., f. XVIIL, Pp. 457. Mémes conditions que le précédent, sur les plateaux et les pentes montagneuses les plus élevés: Ciudad-Encantada, Uña, plateau gazonné dominant las Majadas. Assez commun. Propre a la région montagneuse de Espagne centrale et septentrionale: Peñalara, Oña [7]. Wa pas été rencontré á Uclés. | Livrée tres variable. Je signalerai en particulier un exem- plaire Y dont le vertex, le pronotum et les fémurs postérieurs offrent une association insolite et criarde de blanc jaunátre et de noir. Les plages blanches sont en méme temps épaissies et calleuses, comme chez certains (Edipodites. Obs. Sur les 23 Y examinées, 7 ont les organes du vol écour- tés, quelquefois de moitié, par une mutilation qui doit recon- naitre une cause assez générale, car elle s'observe chez d'au- tres espéces. On ne peut guére Pattribuer á des heurts, pen= dant le vol, alors que des especes voisines, exposées aux mémes accidents, conservent leurs élytres intacts, jusqu'á 81 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (126) Varriére saison. Le fait serait-il en relation avec quelque cir— constance inconnue de leur histoire biologique? On peut rap- procher, peut-étre, cette observation de celle faite par Fischer («Orthopt. europ.», p. 40) sur des Sauterelles qui se laissaient manger ou se mangeaient elles-mémes une partie des an- tennes. Le Sí. yrammicus est tellement voisin du précédent, quoique bien distinct, que M. Cazurro a eu du mérite a établir (loc. cil., p. 459) le tableau qui permet de les séparer. Malgré cet excel- ' lent guide, cependant, on se trouve encore parfois dans l'in- décision, surtout devant certaines 99, pour lesquelles les dif- férences prises de la coloration des palpes sont infideles. Cette circonstance me détermine a ajouter ici quelques remarques, résumé de l'examen comparatif auquel j'ai dú me livrer, pour séparer des insectes á peu pres de méme faciés et pris souvent dans les mémes endroits. St. grammicus: e”. Formes ramasstes et trapues. Caréne fron- tale convexe et sensiblement élargie au niveau de l'insertion des antennes. Le dernier article des palpes, dans les deux paires, déprimé, taché de noir a l'apex. Aire inter-ulnaire tres réduite en lar- ; geur, presque aussi étroite que l'aire interradiale postérieure (1). OQ. Cóte frontale plus large et plus convexe entre les antennes. Dernier article des deux paires de palpes souvent tres net- tement, quelquefois vaguement taché de noir á Papex. Aire discoidale prolon- gée jusqu'au dela du milieu de l'ély- tre (2). Aire inter-ulnaire tres étroite. St. Bolivari : y. Beaucoup plus svelte et allongé. Cóte fron- (1) Ce caractera est tellement tranché que je crois devoir le signaler parmi les plus importants. M. Cazurro, dans la description originale, place la v. ulnaire anté- rieure á égale distance de la v. ulnaire postérieure et de la y. radiale; aurait-il eu sous les yeux un exemplaire anormal ? (2) Le neeud qui la limite fait souvent défaut, par suite de l'absence du premier rameau de la veine ulnaire interne. Cette simplification se présente souvent, dans le cas des élytres un peu courts. (127) Pantel.—NoTES ORTHOPTÉROLOGIQUES. 85 tale plus étroite et concave á partir du vertex. Dernier article du palpe maxil- laire renflé en tonnelet, d'un rouge co- rail sur le vivant, pálissant beaucoup par la dessiccation. Dernier article du palpe labial concolore, a peine taché de rougeátre exceptionnellement. Aire in- ter-ulnaire élargie. O. Cóte frontale plus étroite et moins conve- xe. Dernier article des palpes de colora- tion tres variable. Carénes du pronotum moins anguleuses au milieu de la pro- zone. Aire discoidale prolongée jusqu'au milieu. Aire inter-ulnaire beaucoup plus large. Les meilleurs caractéres pour séparer les 992 sont, a mon avis, ceux que fournit la nerviation. Ils m'ont toujours permis de revenir sur des réunions incorrectes, amenées par la consi- dération d'autres caracteres. 19. St. festivus Bol. 1887. «Esp. nuev. ó crít.», 11M ÁN. DE LA SOC: ESP: DE. HIST: NAT:, 1. XVI; p. 94 Pelouses séches, sur les hauts plateaux, et clairiéres des bois, avec les précédents: Uña, Majadas, Villalba (au Salto). Assez rare. N'est connu jusqu'ici que de Espagne, ou d'ailleurs il est assez répandu: Granada, Uclés, Aranjuez, San Ildefonso, Es- corial, Gredos, Navacerrada [3]; Oña, Monserrat [7]. Os. Sur 17 exemplaires Q capturés, 3 ont les valvules in— férieures de lPoviscapte mutiques. C'est une anomalie, peut- étre bien accidentelle, peut-étre bien congénitale, que j'ai ob- servée également sur deux autres individus de la méme espe- ce, provenant P'un d'Uclés, Pautre d'Aranjuez. Ces 2 'AMmitenaside/90 Más, artej OS. no corta a a 6 'Amtenas:dej9 0 MásiartelOS optar otlreaca el siete dels aia de 3 AMO AS de aria OS os 5 Antenas con 5 artejos antes de la Maza......l.o.occooommm..o... 1. Cimbex Oliv. 'Antenas:com't artejos antes de lA Maz2....cocontas aio cetonas ee 4 Los dos nerviosrecurrentes parten de la primera célula cubital. 2. Abia Leach. Un nervio recurrente parte de la 1.* célula cubital y otro y , 3. Amasis Leach. EA OOOO OOO Can Io Una espina en el medio de las tibias posteriores.......... 4. Bylotoma Latr. Sin espina en el medio de las tibias posteriores. Antenas ) _ > a ' 5.Schizocera Latr. A O Tibias posteriores sin espinas en su parte Media........o.ooooo ooooommnccco.. 2 Tibias posteriores con espinas en su parte Media2......co.o.oooooocmonmoo.o.s. 24 las tanteriores .confuna collar isa oo seas SOS 3 Aastantenores:con' variasicelulas radiales. ca sona aloe oa aa 10 Alas anteriores con 4 células cubitales (la 1.2 á veces apenas separada)..... E) Alas anteriores con 3 células cubitalesS.................. 7. Pristiphora Latr. Célula lanceolada peciolada. Los dos nervios recurrentes A partenide la 2. célula cubital... nana ole ES Ñ Célula lanceolada contraída en el medio. Un nervio re-) , : currente parte de la 2,* célula cubital y otro de la 3.2.. $ e 106: Aasianterioresicont celulas icubitales ia ds Uabc dd oe 11 Aasianterores.condi celulasicubltales ta ao sosa al nao a ie 14 AMENA de are Oi ot a ata daa tele Doa 12 'Aámtenaside masidedlartejOS 1 cane essa eater 10. Phyllotoma Fallén. Los dos nervios recurrentes parten de la 2.*? célula cubital. 12. Holerus Klug. Los nervios recurrentes no parten de una misma célula cubital............. 13 Célula lanceolada atravesada por un nervio oblicuo. 11. Emphyius Klug. Célula lanceolada peciolada concisa Mea Dee ade 9. Pheenusa Hart. Atenas de Darbejos tiara tt isa ALO 'Amtenas de más: de Q'artejos mimosas aaa y ale nie 13, Athalia Leach. Célula lanceolada peciolada..... O O 15. Blennocampa Hart. Célula Manceoladano peciolada na a 16 Célula lanceolada abierta, no contraída ni atravesada por nervio alguno..... 17 Célula lanceolada contraída ó atravesada por UN NervViO......o.oooommmmooomo.. 18 Neryio costal pOEABCuesO antes del estigma. Ab- ) la ela Sol COMBniCOÉLO; OVIOIMe nitrato loe y Nervio costal no ensanchado antes del estigma. jas SirongylozanierDahib Abdomen alargado, cilíndTiCO......o...o...... j > ñ Caderas posteriores alargadas. La extremidad de los fémures posteriores llega alftindeltablomen o lerexceden rd o aióS aa caia aoe 19 Caderas posteriores ordinarias. La extremidad de los fémures no llega al fin del A O A o le co ld deceso caida 20 Antenas setáceas, de la longitud del cuerpo. Este es claro por debajo, al menos en parte. Antenas solamente de la longitud del abdo-) 19. Macrophya Dahlb. Men BP echo nero Ed $ (CUEerpocorto;, OVIOrMe o ONO e 16. Eriocampa Hart. fas Pachyprotasis Hart, 134 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) ==. Cuerpolalargado, ¡CIO dTCO Ata aits io Oled aid paa taaeta jeta polola 21 21. Célula lanceolada atravesada por un nervio oblicuo.... 17. Taxonus Megerle. — Célula lanceolada atravesada por un Nervi0TeCtO....ooooocorconocccccrocsm... 22 22, Antenas, álo más, tan largas como la cabeza y tórax ) DM reunidosialgoclavitormes cti ae ; — Antenas bastante más largas que la cabeza y tórax reunidos, filiformes ó setá- Ca a aa Mao NANO 23 23. Los nervios de las alas posteriores forman una Y en) 2) Perincata Had el extremo de la célula anal... ; $ ? — Los nervios de las alas posteriores forman una X en los emi al elfextremondela cola ana Qs ; 21. Antenas aserradas. Tibias posteriores con 2 espinas la-) 04. Taerpa Hab terales proximas ra Dio ainda Ys ; — Antenas setáceas. Tibias posteriores con 3 espinas laos Lair teralesiSepara dara tirate cola erolera oia e Uscolot $ 4 GENERO 1.” Cimbex 0/7. Antenas claviformes, de siete artejos, de los que dos están Jfor— mando la maza. Alas anteriores con dos células radiales y tres cubitales, partiendo de la primera de estas los dos nervios recu— rrentes. Célula lanceolada dividida por un nervio recto. Entre el primer segmento abdominal y el segundo hay una hen- didura cerrada por una membrana dblanquizca. Tamaño grande. Sexo MasCulidO cele tata st To 2 == MISOxXO Memento te ae aaa siesta a A A AS NA UE ES 2. Abdomen negro con reflejo violado. Tibias negras........ 1. €. femorata L. — Abdomen negro con el extremo rojizo. Tibias rojizas..... 2. C. connata Schr. 3. Abdomen negro, amarillo, ó manchado de estos colores... 1. €. femorata L. — Abdomen con los primeros segmentos violáceos, brillan- A ya. C. connata Schr. tes, y los restantes amarillos, Mates.............o.o.o.o.... 1. (C. femorata L. Su larva es de color verde claro, algo azulado, con línea dorsal negra d azulada. Vive sobre el haya, el abedul y varios sauces. Cataluña (Antiga. Cat. Himen. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. Cataluña) o” (var. sylvarum) (M. Madrid). 2. C. connata Schr. Su larva es de color verde claro, con una línea dorsal negra violada, dos laterales grises y 12 puntos negros á cada lado. Vive sobre el 4/28 ylutinosa. (17) Dusmet y Alons0o.—TENTREDINIDOS DE ESPAÑA. 135 O Asturias (Nocedo!) (Col. Mus. Madrid). O España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). GÉN. 2. Abia Zeac/. Antenas claviformes, de siete artejos, de los que tres estiún constituyendo la maza. Alas anteriores con dos celulas radiales y tres cubitales, partiendo de la primera de estas los nervios re- currentes. Célula lanceolada contraída en el medio. A. sericea L. Vive en Junio. Su larva se halla de Julio á Octubre en la Scabiosa succisa L. o” Ciudad-Real (Col. Medina). España (André. Spec. des Hymén.). GÉN. 3. Amasis Zeach. Antenas claviformes, de cinco artejos, formando uno solo lo maza. Dos células radiales y tres cubitales, partiendo de la pri- mera un nervio recurrente y otro de la segunda. Célula lanceo—- lada contraida en el medio. i. Cuerpo completamente DegTO.......oo.ooooooooomoomo.o.. 3. A. obscura Fabr. AN GUEerpomanchadode amarillo o o aaa dle datado > o Centrosdel vientre amarillo o aa 1. A. kieta Fabr. Centro delivientre need ds 2. A. lateralis Brullé. 1. A. leta Fabr. Se halla en Mayo en las flores del Ranunculus bulbosus L. Cataluña (Antiga. Cat. Himen. Princip.). Andalucía (Rosenhauer. Die Thiere Andalusiens). Región media de Cataluña /Catal. de los Insect. de Catal.). 2. A. lateralis Brullé. Y Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). Escorial (Gogorza!) (Mus. Madrid). Andalucía ([4. jucunda Kl.] Rosenhauer. Die Thiere Anda- Jusiens). España (André. Spec. des Hymén.). España (Kirchner. Catalogus Hymenopterorum). 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) 3. A. obscura Fabr. Se le encuentra en Mayo en las flores del Geranium sylva—- LiCUm. Begas (Cataluña) (Cuni!) (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT. bs: REY AIE)E GEN. 4. Hylotoma Zatr. Antenas de tres artejos, los dos primeros cortos, elltimo largo, enel S cilindrico y con pelos, en la Q con un surco longitudinal por debajo. Tibias intermedias y posteriores con una espina en su parte media. Alas con célula apendicea, una radial y cuatro cu— vitales, partiendo de la segunda y tercera los nervios recwrrentes. 1. “Cuerpo negroazulado, verdoso 0 Pronteado co... E 2 == ¡Cuerpo emparte» de colorclaro medal oia lote otero torpe le ola tooo 3 2. Alas algo ahumadas, sin manchas obscuras....... 1. H. berberidis Schr. — Alas amarillas con una mancha parda alargada) p á 2. H. atrata Forst. junto al estigma y otra en el extremo......... : 3. Alas negro-azuladas en toda la base, lo mismo que ) : 4 3. H. pagana Panz. el nervio costal; los otros nervios negros....... j — HAlasiamanillentas in alii E Alai eee ao coi eS poeta 4 4. Fémures posteriores negro-azuladoS.............. 4, M. melanochroa Gmel. — Fémures posteriores amarillos, excepto en SU extreM0.....oooocoocccocccrncro.. > 5. Alas anteriores con una mancha parda que parte ; E P Pi ls, E. cyanocrocea Forst. del estigma y cruza toda el ala.,..............o: $ MAA sin mancha obscura cto ld a 0 ae O 6 Gi Tóraximanchado desamarillo dono 6. Hi. rose Deg. — Cabeza y tórax negros por completo............... 7. H, pyrenaica André, 1. H. berberidis Schr. Vive de Mayo á Agosto. Su larva, de 18 patas, blanca con manchas amarillas y puntos negros, con la cabeza y patas córneas negras, se halla en Junio y Agosto sobre el Berberis vulgaris. O Bacares (Martínez!) (Mus. Madrid). 2. H. atrata Forst. Su larva es verde con tubérculos del mismo color, y se la encuentra en Junio y Septiembre sobre el 4/nus ylutinosa y algunos Saliz. Cornet (Barcelona) (Antiga. Cat. Himen. Princip.). (19) Dusmet y Alonso. —TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 137 3. H. pagana Panz. Su larva vive en la Rosa canina. Q España (Sanz!) (Mus. Madrid). 4. H. melanochroa Gmel. Su larva tiene 20 patas, es de color verde, más obscuro en el dorso, con dos líneas dorsales blancas, la cabeza y extremo del abdomen amarillos, encontrándose en el Saliz fragilis. Madrid (Gogorza!, Sanz!) (Mus. Madrid). o” Panticosa (Martinez Escalera!). O Lozoya (Martínez Escalera! ). SY Escorial (Mus. Madrid). Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). España (André. Spec. des Hymén.). >. H. cyanocrocea Forst. Vive en Mayo y Junio. Madrid (Pérez Arcas!) (Mus. Madrid). Madrid ([17. ceerulescens Fabr.] Martínez. Actas Soc. esp. de Hist: nab:, 111). o” Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mia). 6. H. rose Deg. Vive en Abril y Agosto. Su larva es verde, con el dorso amarillento, cabeza y último segmento amarillos y una mancha negra encima de cada pata, hallándose de Julio 4 Octubre en la Rosa canina. Huévar (Sevilla) (Col. Medina). O Asturias (Nocedo!) (Mus. Madrid). O Aranjuez (Mus. Madrid). O Vitoria (López Zuazo!). Madrid (Martínez! Actas Soc. esp. de Hist. nat., 111). Barcelona ([/7. rosarum Fabr.] Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., XVID. San Esteban Palautordera ([17. rosarum Fabr.] Antiga. Cat. Him. del Princ.). Cártama (Rosenhauer. Die Thiere Andalusiens). Cataluña (Martorell. Cat. Ins. Cataluña). España (André. Spec. des Hymén.). 138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 20) 7. MH. pyrenaica André. Vive en Julio. Q Madrid (Gogorza!) (Mus. Madrid). Q Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). O Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). GÉN. 5. Schizocera Zal;. Cabeza, tórax y abdomen como en el género «Hylotoma». Ante- nas y vifurcadas. Alas sin célula apendicea, con una radial y cuatro cubitales. Tibias intermedias y posteriores sin espina en su parte media. Y “Abdomen amarillo por:complelO ases ve salsas is sn 2. Seh. gastrica Kl. — Abdomen con el primer segmento NegTO......ooooo.oo... 1. Seh. furcata Vill 1. Sch. furcata Vill. Vive en Julio y Agosto. Su larva se halla en el Rubus ideus. Begas (Cunií! Actas Soc. esp. de Hist. nat., xvHi). «e? Lozoya (Martínez Escalera!) (Mus. Madrid). Cerdaña (Cuní! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., X). Cerdaña (Antiga. Cat. Himen. Princip.). y Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). 2. Sch. gastrica Kl. Portugal ([1Zylot. gastrica] Kirchner. Catal. Hymenopt.). Portugal (André. Spec. des Hymén.). GEN. 6. Cladius ///¿yer. Antenas alargadas, pubescentes, de nueve artejos. El 32, 4.”, 52 y d.veces 6.” tienen en los $ apéndices bastante largos, que son rudimentarios en las Q2. Alas con una celula radial y cuatro cubitales, partiendo de la 2.* y 3.2 los nervios recurrentes. Célula lanceolada contraida en su parte media. 1. Cl. pectinicornis Fourcr. Vive en Mayo y Julio. Su larva tiene 20 patas, es verde bri- llante en el dorso y más claro en los lados y vientre, con dos 15 (21) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 139 líneas laterales obscuras y la cabeza parda, hallándose en la Rosa. Alcalá de Henares (Martínez Escalera). Q Fuente Piedra (Málaga) (Calderón!) (Col. Medina). Q Lozoya (Martínez Escalera). 2. Cl. difformis Panz. Creo que esta especie, que el Sr. Konow considera distinta del C7. pectinicornis Fourcr., no debe ser la misma que el Cl. diformis de Mliger, Latreille y Thomson, pues éste, según el Sr. André, es solamente un sinónimo del (7. pectimicornis Fourcr. Q Cazalla (Rio!) (Col. Medina). Calella (Antiga. Cat. Himen. Princip.). GrxN. 7. Pristiphora La/,. Antenas setáceas, de nueve artejos. Alas anteriores con una célula radial y tres cubitales, de las que la 22 y la 3.2 son origen cada una de un nervio recurrente. Célula lanceolada peciolada. Pr. punctifrons Thowms. ? El único ejemplar que existe es considerado por el Sr. Konow, en duda, como perteneciente a esta especie, por ser imposible afirmarlo con certeza sin el estudio de otros individuos. Q Rivas. (En Mayo) (Mus. Madrid). GÉN. 8. Nematus Ju?7. Antenas alargadas, filiformes y setáceas, de nueve artejos. Cuerpo unas veces alargado, cilindrico, otras ovoídeo. Alas con una celula radial y cuatro cubitales, partiendo de la 2.* de estas los dos nervios recurrentes. Las cubitales 1.2 y 2.2 están d veces muy poco separadas. Célula lanceolada peciolada. Color variable aun en la misma especie. 1. Estigma de color claro, al menos en parte........oooooocooooconencracaroa canoso 2 — Estigma y nervio costal negro ó castaño 2: Abdomen amarillo en "Su Mayor Partes carta a ea ea ala a: 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22; — Abdomen negro casi por completO..........ooo.o.oo.o.. 1. N. gallicola Westw. 3. Cabeza amarillenta con sólo el vertex. ) AO A, DA ) — Cabeza negra con la boca y á veces un círculo alrededor de los ojos, amari- ano a A ETA OS 3. N. myosotidis Fabr. 4. N.sp. nov. Kon. (pavidas Lep. a/nis). 1. N. gallicola Westw. Vive en Mayo y Septiembre. Su larva es verde, más claro por debajo, con la cabeza castaña. Habita en los Saliz alba, caprea, fragilis, etc., de Junio á Octubre, hallándose en aga— llas verdes ó rojizas sobre las hojas. España (André. Spec. des Hyméen.). 2. N. ribesii Scop. Vive de Abril á Julio. Su larva es verde con puntos negros, cabeza negra, costados, vientre y seementos primero y penúl- timo amarillos, hallándose de Abril á Septiembre en los ¿bes rubrum, uwva-crispa, alpimm, etc. Arbucias (Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 1X). Arbucias (Antiga. Cat. Him. Princ.). 3. N. myosotidis Fabr. /Pleronus myosotidis Jur.) Vive en Junio y Julio. Larva de color verde claro con dos líneas dorsales blanquizcas, que se halla en Agosto sobre el | Trifolium pratense. Q Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 4. N. sp. nov. Kon. (pavidus Lep. affinis). Un solo ejemplar, lo cual, sobre todo en este género de es- tudio tan difícil, no es suficiente para verificar su descripción sin temor á errores, por cuyo motivo el Sr. Konow, aunque la cree nueva especie, espera el conocimiento de otros individuos para afirmarlo con certeza. Coruña (Bolívar!) (Col. Medina). GÉN. 9. Pheenusa Zeadc,. Antenas cortas, filiformes, de nueve artejos. Epistoma trunca- do: mandibulas poco puntiagudas, uni-dentadas o bi-dentadas. Célula lanceolada peciolada. Pequeño tamaño. 1423) Dusmet y Alonso.— TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 141 ME enuresientoramparntemeoto a as ia ooo NAO 24 EF E6mures estaceos. is ena ea laos a 3. Ph. hortulana Klug Ze i erso-radial termina en el extremo er a , la, Ph. almi Sundeval. delaisezunda célula cubital osado oa $ — Elnervio tansverso-radial termina lejos del extremo ) E 4 ñ ; 2. Ph. pumila Klug. dela'segunda célulafcubital..c.oooooco coria, 1. Ph. ulmi Sundeval. Q. Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 2. Ph. pumila Klug. Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 3. Ph. hortulana Klug. Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Alcalá de Henares (en Abril) (Martínez Escalera!). GÉx. 10. Phyllotoma /a/lér. Antenas filiformes, no más largas que el abdomen, de 10 4 15 artejos. Alas largas, con dos radiales y tres cubitales; célula lan- ceolada dividida por un nervio oblicuo. Ph. microcephala Klug. y” Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). Gíx. 11. Emphytus 4/uy. Ouerpo alargado. Antenas setáceas y filiformes, de nueve arte jos. Célula lanceolada atravesada por un nervio oblicuo. Alas posteriores sin célula discoidal cerrada. il. Cuerpo negro, salvo la boca, patas y escamillasS.........ooooooommoomocrrorcrror». 2 MG Uerponoicompleta mente neeTO. rana tias loza faja ejera Jail le aletas DE 3 cas ianteriores Placa Sri atale. ela elelatee ja oia eat 0 1. E. carpini Hart. —Eiblasianteriores TOJAS cet once epa ele eee Sis lo mole alejo 2. E. didymus Kl. 3. Abdomen negro con 2 fajas blancas...........oooooo.... 3. E. succinctus K!l. Abdomen negro con 3 fajas amarillas................... 4, E. viennensis Sclr. = APA0MENNeS ro COn Una Laja roja ito. eo naco ee eos 5. E. calceatus Ll. J.. E. carpinmi Hart: Vive de Mayo á Julio. Su larva se encuentra en el Sorbus aucuparia y Eeranium robertianum. Q Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) 2. E. didymus Kl. Su larva se halla en los rosales. Bordeta (Barcelona) (Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HisT. NA'D., XViD): San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. Catal.). 3. E. succinctus Kl. San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 4. E. viennensis Schr. Vive en Mayo y Junio. Su larva es verde amarillenta por encima, blanco-aerisada por debajo, con la cabeza amarilla y los ojos negros, encontrándose en Septiembre en la Rosa canina. Q Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente!) (Col. Me- dina). í E viennensis Schr. var. Medine Kon. nov. var. Pronoti margine posteriore, tegulis, mesopleurarum maxima parte, trochanteribus, genubus, tibiis, tarsis flavis; abdominis segmentis dorsalibus omnibus —secundo tertioque exceptis — late Javo-marginatis (1). Esta variedad, aunque sin caracteres de forma que puedan hacer con ella una nueva especie, se distingue desde luego por su dibujo amarillo abdominal más extendido y por las manchas de las mesopleuras. Huévar (Sevilla) (Paúl!) (Col. Medina). 5. E. calceatus Kl. Vive en Julio. Su larva es negruzca por encima, blanca por debajo, con la cabeza negra, hallándose en Agosto y Septiem- bre en la Spirea ulmaria. San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 1) Veue europiúische Biattivespen. Von Fr. W Konow, Wiener Entom. Zeitung. XIIE Jahrg. 11 Heft. 31 Márz 94. (25; Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 143 GEN. 12. Dolerus Ju,. Antenas de nueve artejos. Alas bastante largas, con dos células radiales y tres cubitales; la segunda de estas muy larga, siendo origen de los dos nervios recurrentes. Célula lanceolada atrave= sada por un nervio oblicuo. 1. Cuerpo completamente negro, excepto la boca, patas y escamillas........... 11 — Cuerpo no completamente NegrO....ooooromoooocrcorrrrsrrarcccoe rca 2 2: [Abdomen rojo:ó amarillo por cCompletO.......oosmmnccancameca ro carro ao 3 — Abdomen negro, al Menos en Parte.....ooooooconccoronacncrca raras cromo com... 5) JE MEson O Loto do TO Om ao es ae ate aaa lala ejer a 4 — Mesonoto rojo con una mancha negTa............ 3. D triplicatas Kl. Q APA Mera aaa of r 1. D. lateritins Kl. Q — Caderas y rodillas anteriores rojaS............... 2. D. Hispanicus Mocs. o DA Dado menten parte ¡amarlo olaaa lolo altera sea slo lose cola Net atoto efer eloja renato 6 RADO Men todo NETO o es a e 7. D. sanguinicollis Kl. Gm Batasient parteico] aa oteanateie teo alas leelo tejado et aa 4, D. pratensis L. == TA o Aaa aaa aaa AO OO O IO 7 7. Abdomen negro solamente en el primer segMento.....oo.ooooccrcommommmmm.... 3 — Abdomen negro no sólo en el primer segmento .....o.ooooooooommormommmm*2.... Ba DA PA Oe 3. D. triplicatus Kl. y E TOTAXTOJO en gran parte r.cinacoos meo roo 5. D. antlens Kl. Y 9. Antenas más largas que el abdomen............. 1. D. lateritius Kl. (Í Antenas más cortas, querellabdomeni cacas pers aa lea ala dede ls ala he ale 10 IO NoOrade ni parte coo laa eel sa aa Os 5. D. anticus Kl. (7 — MON A O O 6. D. Rossi Kon. ¡IL atasnesras: y TOJAS aos aa o aleyaieolo eee setas 8. D. gonager Fabr. = CAES a AO AOS PARAS 9. D. niger L. 1. D. lateritius Klug. Vive de Abril á Junio. O Madrid (Pérez Arcas!) (Mus. Madrid). 0 Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). 2. D. Hispanicus Mocs. O Granada (André. Spec. des Himén.). 3. D. triplicatus Klug. y” Piedra (en Julio) (Martínez Escalera!) (Mus. Madrid). España (André. Spec. des Hymén.). y” Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) 4. D, pratensis L. Vive de Mayo á Agosto. Su larva se halla en los juncos. Asturias (Nocedo!) (Mus. Madrid). Toledo ([D. germanicus Fabr.] Martínez. ANALES DE LA Soc. ESP. DE HIST: NAL, An): Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña ([D. eglanteria Fabr.] Martorell Cat. Him. Cataluña). Andalucía ([D. eglanteria Fab.] Rosenhauer. Die Thiere An- dalusiens). Arbucias.—Barcelona.—Santas Creus (|D. eglanteria Fabr.! Cuní! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., IX, XVI, XVIM). España (André. Spec. des Hymén.). 5. D. anticus L. S. Marsal (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. Cat.). 6. D. Rossi Konow. Q Escorial (en Abril) (Dusmet!) (Col. mía). 7. D. sanguinicollis kl. España (André. Spec. des Hymén.). 8. D. gonager Fabr. Vive de Abril á Junio. Su larva se halla en Junio y Julio sobre la Vestuca pratensis y otras plantas de las praderas. Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). 92D. miger L: España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). GEN. 13. Athalia Zeac/. Antenas de 10% 11 artejos, cortas, claviformes. Cuerpo grueso, oviforme. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubi- tales, de las que la 2.* y 32 emite cada tuna un nervio recurrente. Célula lanceolada atravesada por un nervio oblicuo. (27) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 145 EN osonotollampinol0cas Map O pacas a Ds cdi e 2 — Mesonoto visiblemente pubescente..........ooo... a a AA 4 PARO a Or ES O E NO: — Pronoto negro, por lo menos en el centro.......... 2. A, annulata Fabr. 33 ¡Mesopleuras amarillas. nlnicit des ccicadeahdss 1. A. glabrico!lis Thoms. — Mesopleuras en gran parte DegTaS.......o.oooo.o.... 5. A. Bolivari nov. sp. ARES CUA Le Nro] aca acaietes sales se etols sistole aro e asa 3. A. Spinarum Fabr. A MFSCU ACE aTO dee naaa re aaa edi, 4. A. rose L. 1. A. glabricollis Thoms. Vive de Abril á Octubre. El Sr. Medina la ha encontrado sobre el Raphanus raphanistrum. Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). Chiclana (Cádiz) (López Cepero!) (Col. Medina). Huévar (Sevilla) (Paúl!) (Col. Medina). Sevilla (Medina!) (Col. Medina). San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 2. A. annulata Fabr. Vive de Marzo á Agosto, hallándose sobre las Umbeliferas. Su larva es pardo negruzca, más clara á los lados, y se en- cuentra desde Julio á Octubre sobre la Veronica becabunga. O Sevilla. (En Marzo) (Medina!) (Col. Medina). 3. A. spinarum Fabr. Su larva es negra con los costados y vientre blanquizcos y la cabeza negra, brillante, hallandose en Mayo y Junio en las Cruciferas. O Asturias (Nocedo!) (Mus. Madrid). Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente!) (Col. Me- dina). O Vitoria (López Zuazo!) (Col. mía). Toledo ([4£2. centifolie] Martínez. Actas Soc. esp. de Hist. nat., 1): Cerdaña.—Sarriá.—Monseny.—Rosas.—Vallvidrera.—(Cuni! ÁNALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., IX, X, XIV, XVII). 4. A. rose L. Se halla de Abril á Agosto en los rosales, Umbelíferas, etc. O Aranjuez (Gogorza!) (Mus. Madrid). o” Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). O Rivas (Madrid) (Col. mía). ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Alcalá de Henares (Madrid) (Martínez Escalera). Q Escorial (Martinez Escalera). Pedralves.—Sarriá.—Begas.—Arbucias.— Cerdaña.—La Ga- rriga.—(Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 1X, X, XUL AV EL VID). Cerdaña (Antiga, Cat. Him. Princip.). España (André, Spec. des Hymén.). A. rose L. var. cordata Lep. Sevilla.—Dos Hermanas (Medina!) (Col. Medina). Cazalla (Río!) (Col. Medina). OQ Escorial (en Abril) (Dusmet!) ( Col. mia). O Madrid (Col. mía). A. rose L. var. liberta Lep. os Coruña (Bolivar!) (Mus. Madrid). cy” Dos Hermanas (Medina!) (Col. Medina). >. A. Bolivari nov. sp. Nigra; pronotum, pectus, squamule, litura mesoplewrali testa- ceis. Caput nigrum: labrum, epistomaque testacea, pilis albis lon- gis instructa. Antenne 11-articulate, nigre; articuli primas et secundus subtus testacei. Meso et metanotumnigra, nitida, leviter pilosa. Abdomen castaneum:; segmenti ventrales atque 6-8 dorsa— les magis infuscati. Pedes testacei: tibie et articuli tarsorum an- tici et medit apice infuscati; tibie et articuli tarsorum postici apice nigro-anmulati. Ale hyaline, basi favescentes: nervus cos talis basi flavo, extremo migro; stigma, nervus sub-costalis et nervi estremitatis ale nigri; nervi basilari partis ale Afavescentes. Long. 4,5 mm. os” Coruña (Bolivar!) (Mus. Madrid). Esta nueva 44halia, de pequeño tamaño, se distingue fácil- mente de las otras especies por su abdomen castaño, casi ne- gro, y las mesopleuras negras, con una raya amarilla. Ha sido recogida el verano de 1895 en los alrededores de la Coruña por el catedrático de Zoografía de Articulados, señor Bolívar, á quien tengo un verdadero gusto en dedicarla. (29) Dusmet y Alons0o.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 147 GN. 14. Selandria A/uy. Cuerpo ovoideo. Antenas de nueve artejos. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubitales, partiendo de la2* y 3. los nervios recurrentes: célula lanceolada, abierta, sin nervios que la atraviesen. Nervios costal y subcostal reunidos y engruesa- dos antes del estigma. IPFADdo0 menta marlen aleta ardiea ado de ela 1. S, serva Fabr. = LATA A O O O aa OE 2 era resina toto es aja a ao tin ela e 5 s 3 == A AO no aa 4. $. cinereipes Kl. 3 mbBscamillas DIancaS do ecc oe de aa 2. S. straminecipes Kl. ESCAMILLA NC o dig a oa 3. S. moria Fabr. 5. S. luteola Sepk. 1. S. serva Fabr. Vive en Mayo y Agosto, sobre las plantas acuáticas y en el serbal. Su larva es de color verde claro, con la cabeza más obscura, una pequeña mancha negra alrededor de cada ojo y otra entre ellos, hallándose sobre el Carez acuta, Seirpus palus- tris y otras plantas de los pantanos, de Agosto á Octubre. ce” Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). Vallvidrera.—Caldas de Malavella (Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., X, XIV, XVII). Castellón de Ampurias (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). 2. S. stramineipes Kl. Vive en Mayo y Junio. Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). Coruña (Bolívar!) (Col. mía). 3. S. morio Fabr. Vive en Junio. Su larva es verde con pelos negros y la ca- beza negra, hallándose en Mayo sobre los groselleros. Y Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 4. S. cinereipes Kl. O Coruña (Bolívar!) (Mus. Madrid). 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) 5. S. luteola? Sepk. No conozco esta especie, ni su sinonimia, en caso de refe— rirse á otra de las descritas. Madrid (Martínez. ÁNALES DE LA SOC. DE HIST. NAT., II). GÉN. 15. Blennocampa Hart. Cuerpo ovoideo. Antenas filiformes, de nueve artejos. Alas an— teriores con dos celulas radiales y cuatro cubitales, partiendo de la 22 y 32 los nervios recurrentes: célula lanceolada peciolada. A UPTOnOtO OO aos Memo idlaía eyed melo cai aa alte: 1. Bl. ephippium Panz. ==! ¿PLONOtO: DESTA Ml lios old ci o: 2 2 ¿AbdomenJne2 to porenciMa o a NO 3 — Abdomen claro por encima, al menos en parte....... 5. Bl, fuscipennis Fall. 30 Alas ta Und a ollas 2. Bl. sericans Hart. “Alas “transparentes. anida oo 4 dr Diblasiposterioresmerasat coat iotcare atorado aia 3. BJ. exarmata Thonms. — Mibias/postenores plancaso ca eat 4. Bl. albipes L. 6. Bl. (Comostethus) sy. nov. Kon. 1. Bl, ephippium Panz. Su larva habita en el 4/2us glutinosa y Pyrus communis. Arbucias (Gerona) ([ 87. ethiops] Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., IX). San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). España (André. Spec. des Hymén.). 2. Bl. sericans Hart. San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 3. Bl. exarmata Thoms. España (André. Spec. des Hymén.). 4. Bl. albipes L. Su larva sobre los Ranunculus. Arbucias ([Monophadnus alvipes Hart.] Antiga. Cat. Him. Princip.). 5. Bl. fuscipennis Fall. Arbucias ([Monoph. luteiventris Hart.] Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., IX). (31) Dusmet y Alonso.— TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 149 San Esteban Palautordera ([Monop. luteiventris Hart.] An- tiga. Cat. Him. Princtp.). 6. Bl. (Tomostethus) sp. 20v. Kon. Como el género Zomostethus está formado por especies de Blennocampa, aquí debemos traer, para seguir la clasificación que rige en la obra de André, la nueva especie creada por el Sr. Konow, quien no ha hecho su descripción por existir un ejemplar tan solo y éste en mal estado. Parece bastante próximo á la B/. sericans. Chiclana (Cádiz) (López Cepero!) (Col. Medina). GEN. 16. Eriocampa /HZartig. Cuerpo ovoideo. Antenas cortas, filiformes, de nueve artejos. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubitales, par tiendo de la 22% y 3.2 los nervios recurrentes. Célula lanceolada dividida por un nervio oblicuo. E. luteola Kl. Asturias (Nocedo!) (Mus. Madrid). GÉN. 17. Taxonus /7a71. Antenas filiformes, de nueve artejos, más cortas que el abdo- men. Alas con dos celulas radiales y cuatro cubitales: célula lan- ceolada atravesada por un nervio oblicuo. Alas posteriores sin celula discoidal cerrada. T. equiseti Fallen. Vive en Junio. Su larva es verde por encima, casi blanca por debajo, con la cabeza parduzca por la parte superior y blanca por la inferior, hallándose sobre las Veronica y el Rumez acetosella. San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) GEN. 18. Pachyprotasis Hart. Antenas de nueve artejos, más largas que el abdomen. Caderas posteriores muy alargadas: los femures posteriores alcanzan d exceden el extremo del abdomen. Alas con dos células radiales y cuatro cubitales: célula lanceolada dividida por un nervio recto d contraída en el medio. Alas posteriores con dos celulas discoida— les cerradas. P. rape 1. Vive de Mayo á Julio. Begas (Cuní!) ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., XVIM). Monserrat (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). GrxN. 19. Macrophya Dal lbom. Antenas de nueve artejos, falciformes 0 algo más gruesas en el medio. Caderas posteriores muy alargadas: los fémures posterio- res alcanzan o exceden el extremo del abdomen. Alas anteriores con dos celulas radiales y cuatro cubitales: célula lanceolada di- vidida por un nervio recto, rara vez por uno oblicuo 0 contraida enel medio. Alas posteriores con dos células discoidales cerradas. 1. Abdomen completamente negro por enciMa.loiina coo A 2 — ¡Abdomen en parte claro ponencia coctel aceite a dele A 6 2" Escudeto nero. tensa e aaa soto ate let 3 Escudete Claro... oitaca note asa melo 4. M. erythrocnema Costa. 3. Fémures posteriores negros, por lo menos en la mitad de su longitud....... 4 — Fémures posteriores rojos casi por COMplet0.......o.ooococooonccncacenanocnan. 5 4. Fémures anteriores amarilloS.................o.. l. M. rustica L. —MEémurestanteriores negros ica 2. Mi. neglecta Kl. var. 5. Fémures posteriores rojos con la base negra..... 3. M. hxeematopus Panz. — Fémures posteriores rojos con el extremo negro. 5. M. tricoloripes Mocs. 6. Abdomen con puntos ó manchas blancas, amarillas ó rojas, sin formar nunca fajas completas, ó bien con sólo el segmento anal amarillo................. il — Abdomen con una ó más fajas blancas, amarillas Ó rOjaS.................... 16 7. Abdomen negro con el segmento anal amarillo... 6. M. i8-punctala L. Abdomen con puntos ó manchas de color Claro...........ooooooommmmocoomo.o... 8 3. ¿Escudete nearo. a Tal lado scooter ela 0 eo A e 9 — Escudete claro; por 1O:menos en parte. TON 11 Te E) A Dusmet y Alonso.— TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 151 Pronoto'claro: porn lolmenosien sulborde ciao es e a 10 RTONOLOMES IO Atala steel ajos sisas ins o 3. Y. hematopus Panz. ¡TiDlasiposteri0res MEegraSids me noeleas ale dea ea 6. Y, 12-punciata L. Tibias posteriores manchadas de blanco......... 7. MM. albicincta Schr. ESCALAS nera dave ae dela ateo loa 12 Escamilastamarillas 4 coo coa 10. ME. Cerassula Kl, HéTMUuresiposteriores OJOS atasco lio pe silo an cata 13 HEéMUrESAPOSCELOTESIDENTOS: ltnucansts | eat sae leal pesadas 14 Mitadíapical' delas tibias, TOJA.:comsrmeomacas omo... S. MM. rufipes L. Mitad apical de las tibias, blanCa................. 9 M, puncium-album L. Abdomen con manchas laterales blancas en los, Eje 6 MM. 12-punctata L. Senmento sd aa is $ INN NS ARO AAA Oo NS 15 IAbEONy epIstoma DOSTOS kl meo contas arioo talleres > 9. M, punctuim-album L. ILabroyrepistomas DIAncoS aaa 7 Mi. albicincta Schr. ESCUELA a Nidos fl ESCcUdete caco a a oct 19 ¡Tibias posteriores DegTdS ...Vococagacaaa 2. Mi, neglecta Kl. ¡Riblasiposteriores en parte blancas: ta o a tar caras aaa Shan 18 Abdomen con fajas amarillaS...........o.o.ooo.oo.. l. M. rustica L. Y '¡pdomen comrayasiblancaS sena o na telde oo 7. M, albicincta Schr. 'AMDAOMENNEZSIO y TO] Oven a lies EA oe 20 'AbDdoMenisinita) as rOJ a a o ds ie solas 21 EStS ma nesror alos e dio esla 11. RBA, militacis Kl. Estismatamarillo a sense lle delo 12. BH, erythrogaster Spin. Abdomen manchado de amarillo.................. l. MI. rustica L. Y Abdomen manchado de blanco M. rustica L. . ailbiciaucta Schr. Se halla de Mayo a Julio sobre las Umbelíferas. Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). Madrid (Sanz de Diego!) Mus. Madrid). Escorial (Laguna!) (Mus. Madrid). o” Villaviciosa.—Alcalá.—Lozoya (Martínez Escalera!). Madrid ([Tent. rustica Fabr.] Martinez! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 1). S. Marsal (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). España (André. Spec. des Hymén.). M. neglecta KI. O España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). O Villaviciosa (Martínez Escalera). Barcelona. —Empalme (Cuni!) (ANALES DE LA SOC. ESP. DE ETS TON AT: Y A) San Esteban Palautordera (Antiga. Cat. Him. Princip.). 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) M. neglecta Kl. var. nigra Konow. (M. albimana Lep.) Tota nigra; femine alis migyricantivus (1). Alcalá de Guadaira (Sevilla) (Medina!) (Col. Medina). Este ejemplar figura descrito como /HZarpiphorus Calderoni nov. sp. por el Sr. Medina en las Actas de la Soc. esp. de Hist. nat. tomo xvir, habiendo el Sr. Konow rectificado dicho error, sumamente comprensible tratándose de estos insectos, difíci- les de clasificar en muchos casos. 3. M. hematopus Panz. Se halla en Junio sobre los Coryllus. O Alcalá de Henares? (Martínez Escalera). O Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). Madrid ([Zent. hematopus] Martínez. ÁNALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 111). 4. M, erythrocnema Costa. var. España (André. Spec. des Hymén.). 5. M. tricoloripes Mocs. Granada (André. Spec. des Himén.). 6. M. 12-punctata L. Se halla en Mayo y Junio sobre las Umbelíferas. Su larva es de color verde-amarillento, con la cabeza lisa, verde, y los ojos pardos, viviendo en Julio y Agosto sobre el Almus glutinosa. S. Marsal (Antiga. Cat. Him. Princip.). 7. M. albicincta Schr. Vive en Mayo y Junio. Su larva tiene 22 patas, es parda por encima con dos rayas longitudinales más obscuras: vientre blanco-agrisado 6 verdoso; cabeza blanco-amarillenta con una gran mancha negra. Se la encuentra en Junio y Julio sobre el Sambucus nigra y $. racemosa. Q Escorial (Laguna!) (Mus. Madrid). 8. M. rufipes L. Y Lozoya (Martínez Escalera). (1) Wiener Entomol. Zeitung. x11. Jahrg. 11 Heft. p. 96. 31 Márz, 1891. (35) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 153 9. M. punctum-album L. Vive en Junio. Su larva se halla en el Frazinus excelsior. Ligustrum vulgare y Crategus. España (André. Spec. des Hymén.). 10. M. crassula L. Se halla en Junio sobre los Coryllus. Calella (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). 11, M. militaris Kl. España (André. Spec. des Himén.). O Villaviciosa (Martínez Escalera) (Mus. Madrid.—Col. mía). 12. M. erythrogaster Spin. O España (Spínola. Annal. de la Soc. Entomol. de France. 2mne série, 1). España (Kirchner. Catal. Hymenopt.). España (André. Spec. des Hymén.). GÉN. 20. Allantus Ju”. Antenas cortas, claviformes, de nueve artejos; el 3.2 de doble longitud que el 4. Patas algo largas, sin que los fémures poste riores lleguen al extremo del abdomen. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubitales; célula lanceolada dividida por un nervio recto. Alas posteriores con dos celulas discoidales cerradas. 1. Primer segmento abdominal completamente NegT0.....oooooooococoncoco coso. 2 — Primer segmento amarillo, ó negro con el borde amarillo ó blanco, por,lo me- nos en los lados....... SISI ADOS Un POP Seto ac 13 cr ineriartejodelasilantenas negro aida iaa ciar Doa o aaa 3 —Erimeryartejocamarillo, en parte al Menos... coco can onias o hemos ade dedos 9 IA DTO Mero tattoo ae ade 1. a. viduus Rossi. ALADO Ja marilo ro DIancos ens ios do caros dad 4 4. Segmentos intermedios del abdomen TojoS..........oooooocconorocococoror ooo 5 — Segmentos intermedios con el borde amarillo................o.ooooooomoocmo... 6 5. Lóbulos del pronoto amarilloS.................... 2 4. semirufas Andr. — Lóbulos del pronoto NegToS......ooocccoocccccccos: 3. A. balteatus Kriechb. 7 OE sto ma ana O a Tal aa 7 == Estigma'castanolcondabasesmás clara o a oe o ase ao alta e 8 ARE Scala Dear IL o o. 4, A. Schefferi Kl. — Escamillas en parte amarillas.................... 5. A. arcuatus Forst. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (39) Escudete Deer ab ae 6. A. hispanicus Andr. Escudete/verdos0. o. aten ooo cera casta je de ee 7. A. varicarpus Andr. Abdomenten parte nero. ascos alt dle AA 007. 10 Abdomen sin ningún segmento negro ........... 8. A. fulviventris Mocs. Segundo artejo de las antenas DegrTO.......ooooooccoorniancama rre oleo 11 Segundo artejo de lassantenas amarillo.) ....tocioiose cn io 12 Segmentos 3. á 6. del abdomen roj0S............ 20. 4. Dusmeti Kon. CS Todos los segmentos abdominales en parte negros. 21. A. nov. sp. Kon. (a). Quinto segmento abdominal amarillo............ 9. A. bicinctus Fabr. Quinto segmento en parte Negro........o.ooo.... 7. A. varicarpus Andr. El primero ó los dos primeros artejos de las antenas DegTOS....ooooooooooooo.. 14 El primero ó los dos primeros artejos de las antenas amarillos ó rojizos, al menos ientpatie secs cera ooo ooh ca ATI 21 Fúniculo Derrota o od poo aio ateo BAR 15 Funículo amarillo óÓ ferruginoso................. 10. A. scrophularizx L. var. PrODOtOMDELSTO cie seal li e lid as fit RR RIN: 16 Pronoto'amartiMo en partes elas lalala la ei 17 Escudo o e 11. A. xanthopus Spin. 9” Escudetenegro roto a tata + iS 12. A. limbalis Spin. Alas con una mancha obscura en el extremo..... 13. 4. tricinctus Fabr. Añlasisin mancha oDSCuUra aa aer de ai tl NAAA 18 Escudete nero reel lo olaaa demas eras: 6. A. hispavicus Andr. Escudete Claro a sas Es telnet ad 19 Estiemalamarillo lt o ISE 20 Estigma negro ó castaño con la base más clara... 74. varicarpus Andr. ESCAamilas De oras de de alo e ls 4. 4. SchefFeri Kl. Escamillas en parte amarillaS.................... 5. A. arcuatus !l“orst. Eunicalopamarilldo casta ori atea eo as del 22 Funiculoneero erro ajja ls conto latas acta 24 Posts:escudeter amarillo tas aa sio 10, A. scrophalariz L. PostzescudeteMegro:. naaa colita ale eyed asia sida aaa sio. lero tod 25 Aa Aa odo av 14. 4. meridianus Lep. abro amar ti o loas 15. A. annaulatas Kl. Escudete nero ade creaste a A 25 Escudete'en parte. amarillo os osa ele Sa 25 Segmentos abdominales 3. y 4. rojos............. 20. A. Dusmeti Kon. ¡o Segmentos abdominales 3. y 4. negros, al menos en paltB....oooocococcomo.. 26 Quinto segmento abdominal amarillo..........ooooocconcommmorrrerarrra ro. 21 Quinto segmento en parte NegTO....oooooooo.o..o. 16. A. beeticus Spin. Séptimo segmento abdominal negrO.............. 17. A. zonula Kl. Séptimo segmento manchado de amarillo........ 9. A. bicinctus Fabr. Células radiales cubiertas por una mancha parda. 13. A. succintus Lep. Células radiales lo mismo que el resto del al2..........o...ooooommoco mmm... oso 29 Quinto segmento abdominal amarillo.............oooooroooorornrrrrrccac ro 30 Quinto:'sesmento en parte nezTO. mm o anal 32 Guarto:segmento¡amarilo ona 4, A. Schefferi Kl. Cuarto semmento negros. tanos at ale aos atve coda ll OR 31 Fémures posteriores amarillos................... 9. A. bicinctus Fabr. Fémures posteriores en parte negros............. 19. A. zona Kl. Cabeza¡negra excepto Doc nan as oe na electo 33 Cabezaren partera a oa ota 22. A. nov. sp. Kon. (b). Estiema amarillo Oroz ale da eee 5. A. arcuatus Forst. Estigma castaño con la base más clara........... 7. A. varicarpus Andr. (37) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 155 1. All. viduus Rossi. Vive en Mayo. O San Miguel del Fay (CunÍí!) (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST: NAT., IX). San Miguel del Fay (Antiga. Cat. Him. Princip.). 19) All. semirufus André. e” Madrid (Chicote!) (Mus. Madrid). co” España (André. Spec. des Hymén.). 3. All. balteatus Kriechb. ” Portugal (André. Spec. des Himén.). 4. All. Schoefferi Kl. Su larva, verde, con el borde de los segmentos amarillo y los ojos pardos, se halla en Julio en el 4/nus glutinosa. Q Panticosa. (En Agosto) (Martínez Escalera). a Cerdaña española (Cunl!) (ANALES DE LA SOC. ESP. DE EMS TUENAD:, AX XIV). Empalme (Antiga. Cat. Him. Princip.). 5. All. arcuatus Forst. Q Madrid (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid.) San Esteban Palautordera ([4//. nothus Kl.] Antiga. Cal. Him. Princip.). Región pirenáica de Cataluña ([4/1. nothus Kl.] Martorell. Eat. Ins. deCat.). España (André. Spec. des Hymén.). 6. All. Hispanicus André. Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). España (André. Spec. des Hymén.). pus 7. All. varicarpus André. Q España (André. Spec. des Hymén.). 8. All. fulviventris Mocs. o” Málaga (André. Spec. des Hymen.). ? O Sevilla (Medina!) (Col. Medina). Este último ejemplar fué clasificado por el Sr. Konow, con 156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) duda, en 1892, y tiene una gran semejanza con la especie que posteriormente ha creado dicho naturalista con el nombre de All. Dusmett. 9. All. bicinctus Fabr. Q Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). San Esteban Palautordera (Barcelona) (Antiga. ANALES DE LA S00:. ESP: DE EST. NAT, ¡XDV). 10. All. scrophularize L. Su larva es gris verdosa, con el vientre blanco y líneas de puntos negros en el lomo: cabeza negra. Se la encuentra en Septiembre sobre la Serophularia nodosa. Coruña (Bolivar!) (Col. mía). y Panticosa (Martínez Escalera). España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). San Esteban Palautordera (Barcelona) (Antiga. ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., XIV). 11. All. xanthopus Spín. y Andalucía (Spínola. Annales de la Soc. Entom. de France. ¿me série, 1). Y España (André. Spec. des Hymén.). España (Kirchner. Cat. Hymen.). 12. All. limbalis Spín. España central (Spínola. 42m. de la Soc. Entom. de France. me série, 1). España (André. Spec. des Hymén.). España (Kirchner. Cat. Hymen.). 13. All. tricinctus Fabr. ! ? Panticosa (en Agosto) (Martínez Escalera!). 14. All. meridianus Lep. O Escorial (Gogorza!) (Mus. Madrid). España (André. Spec. des Hymen.). Var. ? O Villaviciosa (en Junio) (Martínez Escalera!). 15. All. annulatus Kl. Andalucía (Rosenhauer. Die Thiere Andalusiens). (39) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 157 16. All. beticus Spin. Q Madrid (Sanz!), (Chicote!) (Mus. Madrid). O Escorial (Dusmet!) (Col. mía). O Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Mus. Madrid). ? O Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). ? O Madrid (en Mayo) (Martínez Escalera! ). 2 Andalucía (Spínola. Annales de la Soc. Entom. de France. 2me série, 1). O España (André. Spec. des Hymén.). España (Kirchner. Cat. Hymen.). Los ejemplares de Ciudad-Real creo deben pertenecer á esta especie. Sin embargo, su tamaño, sobre todo el de uno de ellos, es bastante mayor que el que André señala para el 4/1. deti- cus, y las partes de color claro, en vez de amarillas son de co- lor castaña. 17. All. zonula Kl. Cerdaña española (Cuni! ANALES DE LA SOC. ESP. DE Hist. NAT y, XxX): Región pirenáica de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). Cerdaña (Antiga. Cat. Him. Princip.). 18. All. succinctus Lep. Q Panticosa (Martínez Escalera! ). ? Y Panticosa (Martinez Escalera! ). co” Portugal (André. Spec. des Hymén.). 19. All. zona Kl. 297 Alcalá de Henares (en Septiembre) (Martínez Escalera). S. Marsal (Antiga. Cat. Him. Princip.). 20. All. Dusmeti Konow. Niger, abdominis segmentis 4 intermediis dorsalibus rufis: ore —mandibularum apice excepto — pronoti angulis, tegulis, fe- mine litura mesopleurali sulphureis, antennarum articulo primo magis minusve el pedidus flavis, coxis et tarsis maxima parte, tibiarum apice, maris femorum latere interno magis minusve migris; alis hyalinis, radio et stigmatis basi testaccis, illius apice et ceteris nervis— basi testacea excepta — fuscis. Mas: capite pone oculos coarctato: ventre rufo, segmento ultimo 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) ventrali luteo, segmentis 7.2 et 8.2 dorsalibus medio nigris, utro— bique rufis. Femina: capite pone oculos subdilatato; ventre nigro, singulis segmentis apice luteo-marginatis, segmentorum dorsalium angu— lis lateribus Iuteis. Long. 10-10,5 mm. (1). Considera el Sr. Konow esta especie como próxima al 4 /lan- tus rufoniger André, pero es mayor que ella. Además, el 71f0- niger Q tiene la cabeza detrás de los ojos más estrecha que por delante. Por último, el escudete es amarillo, y sólo los seg-— mentos 3.” y 4.” abdominales son rojos en su parte posterior. Faltaría á un deber de gratitud si no manifestase aquí mi mayor agradecimiento al eminente especialista alemán por el honor, completamente inmerecido, que me hace al dedicarme esta nueva especie. y” Y Rivas (Madrid) (Dusmet!) (Col. mía). O Alcalá de Henares (Madrid) (Martínez Escalera!). Madrid (Fernández Navarro!). <” Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). ? Ciudad-Real (La Fuente!) (Col. Medina). Villaviciosa (Martínez Escalera!). 21. All. sp. 200. Konow (a). O España (Mus. Madrid). 22. All. sp. nov. Konov (b). Q Sevilla (Medina!) (Col. Medina). O Benacazón (Sevilla) (Centeno!) (Col. Medina). El Sr. Konow cree que las especies 21 y 22 son nuevos 4 //an- (us: pero no quiere proceder á su descripción hasta que el ha- llazeo de ejemplares del otro sexo, y en mayor número, per- mitan determinar los caracteres con fijeza y sin riesgo de con- fusiones, siempre lamentables en este género de estudios. (1) Veue europiische Blattiwespen. Fr. W. Konow.— Wiener Entomologische Zeitung. xi Jahre. 11. Heft. 31 Márz, 1894. (41) Dusmet y Alonso.—TENTREDINIDOS DE ESPAÑA. 159 GEN. 21. Strongylogaster Dal 1bom. Antenas filiformes, más cortas que el abdomen, de nueve arte- jos. Cuerpo estrecho, alargado. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubitales: celula lanceolada abierta, rara vez dividida por un nervio oblicuo. Alas posteriores con dos celulas discoidales cerradas. 1. Str, cingulatus Fabr. Vive en Mayo y Junio. Su larva es verde con dos fajas ama- rillas en el dorso y manchas amarillas encima de las patas, hallándose en Julio y Agosto sobre el Peris aguilina y Polys- tichum filiz-mas. Portugal (André. Spec. de Hymén.). GÉN. 22. Perineura Hart. Antenas setiformes y filiformes, de nueve artejos, tan largas más que la cabeza y toraz reunidos. Alas anteriores con dos célu- tas radiales y cuatro cubitales: célula lanceolada dividida por un nervio recto. Alas posteriores con dos células discoidales cerradas: d veces el nervio anal se prolonga en los $” á lo largo del dorde del ala; los nervios forman una Y en el extremo de la célula anal. IA UEerporyerde 0 verdosoen parte: es adoos oe det dE 2 SN OUerpo/amarilloió;rojoalímenosten pattern. cua ata oia 3 2. Estigma transparente amarillo verdoso..... 6. P. viridis L. — Estigma pardo con la base blanco-verdosa. 5. P. (Rhogogastera) picta Kl. JM abrolobscuro almenos jeniparte oe Dal ae 4 = NOA AA a E a o e 8 E A AO CO O PO 5 — Pronoto con el borde amarillo........ 7. P.(Tenthredopsis) rufonigra Kl. de AOS Re in A A 6 — Tibias posteriores rojizas......... ... 9. P. (Tenthredopsis) 20%. sp. Konow. 63 Extremodellabdomen NETO. ceci dca do daa osos topa 7 Extremo dela bdomen Trojan ao la ao ala 10. P. Coquebertii Kl. A EPISCOMAAUA Cero aida loo a Lio 1. P. lusitanica Andr. A EpIStOMA ESC ad lata ar A Se 2. P. histrio Kl. 8. Abdomen con algunos segmentos NegTOS.........o .ooocooorcocooo o ubad are 9 Abdomen'todo el defcolorclaro sica aae 4. P. nassata L. 9. Primer segmento abdominal negro... 3. P. (Tenthredopsis) Raddatzi Fab. — Primer segmento en gran parte amarillo.............. 8. P. scuteliaris Kon. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42; 1. P. lusitanica André. á Madrid (Fernández Navarro!) (Col. mía). Portugal (André. Spec. des Hymén.). ? O Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). El mal estado de los tres ejemplares del Museo de Historia natural de Madrid impide reconocer con certeza la especie. 2. P. histrio Kl. San Esteban Palautordera (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña ([7. histrio] Martorell. Cat. Ins. de Cat.). 3. P. scutellaris Fabr. O España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). España.—Portugal (André. Spec. des Himén.). 4. P. nassata L. Se halla en los tilos. Montserrat (Barcelona) ([7. nassata] (Antiga. Cat. Him. Princip.). 5. P. (Rhogogastera) picta L. Vive en Mayo y Junio. Su larva es verde-amarillenta con verrugas castañas y patas negras, hallándose en el 4/nus glu- tinOSt. e” Villaviciosa (Martínez Escalera!) (Col. mía). Q Escorial.—Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). 6. P. viridis L. Vive en Marzo, observandose que se alimenta de otros in- sectos. Su larva tiene 22 patas; la cabeza es gris verdosa con manchas negras y aterciopelada; el cuerpo de color aceituna manchado de diversos matices, hallándose de Agosto á Octu- bre sobre el Saliz alba, Almus glutinosa, etc. O Alcarria (Guadalajara) (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). O España (Chicote!) (Mus. Madrid). Escorial (Laguna!) ([7. viridis] ANALES DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT, XD. (43) Dusmet y Alons0.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 161 Q Cerdaña (Gerona) ([7. sealarís Vill.] Cuní!) ANALES DE LA SO. ESP. DE- HIST. NAT., X). Cerdaña ([7. scalaris Vill.] Antiga. Cat. Him. Princip.). España (André. Spec. des Hymén.). 7. P. (Tenthredopsis) rufonigra Konow. Q España (Mus. Madrid). 8. P. (Tenthredopsis) Raddatzi Konow. o” Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). 9. P. (Tenthredopsis) sp. n0v. Konow. O Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). Esta especie, que no ha sido descrita por el Sr. Konow por existir un solo ejemplar, no en muy buen estado, parece afine á la P. histrio. 10. P. Coquebertii Kl. o” España (|7. rufimana] Spinola. Ann. de la Soc. Entom. de Wrance. 2e série, 1). 11. P. (Tenthredopsis) semirufa Kriechb. Albarracín (Kriechbaumer. Correspol. nat. Ver. Regensd. 38). 12. P. (Tenthredopsis) limbilabris Kriechb. Chiclana (Kriechbaumer. Correspol. naturw. Ver. Regensb. 38). 13. P. (Tenthredopsis) conjungens Kriechb. Chiclana (Kriechbaumer. Correspbl. naturmw. Ver. Regensb. 38). No conozco los caracteres de estas tres últimas especies que, descritas como Zenthredopsis, incluyo en este género Perineu— ra, siguiendo la clasificación de André. Las cita Bertkau en sus Archiv. fúr Naturgeschichte, 1885, p. 162. 147 P solitaria Schr. Y, Coruña (Bolivar!) (Mus. Madrid). Un solo ejemplar que me parece corresponde á esta especie, aunque no puede afirmarse con certeza. ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 11 169 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (41) GEN. 23. Tenthredo /. Antenas setiformes o filiformes, tan largas o más que la cabeza y tóraz reunidos. Alas anteriores con dos células radiales y cua- tro cubitales: célula lanceolada dividida por un nervio recto. Alas posteriores con dos discoidales cerradas; los nervios forman una X en el extremo de la celula anal. Te AHESCUdetO MeerO eta ano a 2 —FEscudetede color claro tado aora sa loto oda as le lo 5 2. Los tres primeros artejos de las antenas NegTOS.........ooo coooooococcrncano... 3 — “Amtenastamarillas o e bordean jedi donde 3. T. lava Scop. 31 7Abdo0men negro por encia dao la a ae l. T. atra L. Q — Albdomen,claro; almenos en:parte buda pte crios desa o ll 4 47 «Abdomen eniparte noO aaa salsa ell 5 — Abdomen con fajas amarillo azufre..........ooooooo..... 2. T. bicincta L. D- Extremo del abdomMenNeerO. caia o oda ea ajea 1. T atra L. —MEXtrIemo deltaAbAO0Men TOO eaten at . 5. T. nop. sp. Kon. 67 Antenas amarla al de aaa IS aia 3. T. flava Scop. == "Antenas nera id nea yaa Pola aleja OS ADOS 4, YT. mesomelas L. 1. YT. atra Le Vive en Mayo y Junio. Larva de color verde obscuro jas- peado en el lomo, costados y vientre más claros, verrugas blanquizcas en los pliegues; cabeza negra con la cara verde. Se halla en Julio y Agosto en el 4 /nus glutinosa. Q Escorial (Gogorza!) (Mus. Madrid). 2. T. bicincta L. Vive en Mayo. y” España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). 3. T. flava Scop. y España (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). 4, T, mesomelas L. Vive en Junio. Su larva es negra con los costados jaspeados y patas blancas: cabeza negra con la boca pálida. Navacerrada (Gogorza!) (Mus. Madrid). España (Chicote! —Sanz!) (Mus. Madrid). Escorial (Laguna!) (AN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., XI). (45) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 103 5. T. sp. nov. Konow. e” Navacerrada (Mus. Madrid). Un solo ejemplar, por lo cual, faltando el otro sexo, no ha hecho aún su descripción el Sr. Konow. Sus caracteres con- cuerdan bastante con la descripción que el Sr. André hace del Tentr. atra; pero el que nos ocupa tiene los últimos segmen- tos abdominales de color rojizo como los anteriores. GEN. 24, Tarpa /Falr. Antenas cortas, gruesas, de 14 d 22 artejos; el primero más largo; en los SF cada artejo lleva, desde el 3.2 0 4.2, un apéndice lateral folidceo, que d veces también existe en las 90. Cabeza gruesa, redondeada. Abdomen convezo, algo deprimido. Alas an- teriores con dos células radiales y cuatro cubitales, partiendo de la 2.* y 32 de estas los nervios recurrentes: célula lanceolada di- vidida por un nervio oblicuo. Alas posteriores con dos células dis- coidales cerradas. Tibias posteriores con dos espinas medias la- terales. 1. Fajas amarillas abdominales interrumpidas sólo en los dOS/PTIMETOS SEOMENTOS mue eee Detalla alba al — Fajas amarillas abdominales interrumpidas en los cua- J : P la T. gratiosa Mocs. ArOMPTIMETOS 'SETMEONTOS Pa: dale ataca atleta lee ae a ade 0 pL E. bucephala Kl. 1. T. bucephala KI. Q Escorial (Sanz de Diego!) (Mus. Madrid). España.—Portugal (André. Spec. des Hymén.). España ([7. hispanica] Spínola. Arnal. de la Soc. Entom. de RICO 2 e série: 1). 2. T. gratiosa Mocs. Q Granada (André. Spec. des Hymeén.). GEN. 25. Lyda Fab. Cabeza ancha, aplastada. Antenas setiformes, de 18 d 36 a7- _tejos. Tibias posteriores é intermedias, y d veces las anteriores con espinas en su parte media. Alas anteriores con dos células 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) radiales y cuatro cubitales; lanceolada dividida por un nervio oblicuo. Alas posteriores con dos celulas discoidales cerradas. Abdomen ancho, aplastado. 1, Tibias 'anteriores¡con una espina Medid.....oo.o e ocute reno E — Tibiás anteriores sin espina Media. ....¿c.oceac0oocioneos. 3. L. betule L. 2 IES OZ rata alejada laa Fe e 1. E. stellata Christ. = ¡Estigma ¡enjparte negro... once leia ve aeajo alole ojala pilar atajola 2. L. eampestris L. 1. L. stellata Christ. Su larva es verde aceituna por encima, amarilla á los lados, con tres líneas longitudinales pardas; cabeza amarilla con puntos negros. Se halla de Junio á Agosto en el Pinus sylves- tris y P. pumilio. y” Escorial (Laguna!) (Mus. Madrid). 2. L. campestris L. España (André. Spec. des Hymén.). 3. L, betule L. España (André. Spec. de Hymen.). Fama 2.? Géfidos. Abdomen sentado. Tibias anteriores con un solo espolón. Ante- nas fusiformes 0 claviformes, con gran número de artejos. Alas anteriores con dos células radiales y cuatro cubitales, de las que la 1. es mayor que la 2.*; ésta y la 3.2 reciben cada una un ner— vio recurrente. Huevos. No han sido observados hasta ahora. Larvas. Desconocidas hasta hace poco tiempo, han sido estudiadas por Perris, Goureau y otros. Son blancas, lampi- ñas, con cabeza pequeña, tórax grueso y abdomen delgado y encorvado. Tienen seis patas quitinosas, y carecen de patas abdominales. NrxFAsS. Su forma es la del insecto perfecto, envuelto por completo en una tenue membrana. (47) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 165 INSECTO PERFECTO. Cabeza redondeada, con una conca- vidad hacia el occipucio. Labro casi oculto por el epistoma, que á veces es dentado. Ojos ovales: estemmas pequeños, dis- puestos en triángulo. Palpos maxilares alargados, de seis ar- tejos, de los que el 4.” es el mayor y el 6.” filiforme ó fusifor- me. Palpos labiales de cuatro artejos, el 3.” pequeño y el 4.” fusiforme. Mandíbulas fuertes, tridentadas. Antenas de 16 á 27 artejos, filiformes, con el extremo algo más grueso, ó fusifor- mes. El 1.* artejo, grande; el 2.”, muy corto; 3.” y 4.”, largos, y los siguientes disminuyendo sucesivamente de longitud. Tórax.—El pronoto es grande, más ancho por detrás. Meso- noto con surcos poco marcados. Escudete ancho. Escamillas muy visibles. Patas largas y delgadas. Tibias más cortas que los fémures en el primer par y más largas que ellos en los restantes. Tibias anteriores con un solo espolón, que lleva una membana foliá- cea; tibias posteriores con una espina en su tercio apical, ade- más de los dos espolones. Alas de mediana longitud, que no llegan al extremo del ab- domen. Dos células radiales, la primera mucho menor. Cuatro cubitales, de las que la 1. es la de mayor tamaño. Los nervios recurrentes parten de la 2.* y 3.* cubitales. Célula lanceolada dividida por un nervio recto, á veces algo encorvado. Estigma pequeño alargado. Alas posteriores con dos células discoidales cerradas. Abdomen sentado, muy larso, estrecho y de forma compri- mida, que hace desde luego que estos insectos no se confun- dan en ningún caso con los de la familia anterior. El primer segmento está formado de dos partes, unidas por delante y separadas en casi toda su extensión por una hendidura que termina en un espacio desnudo, el cual separa dicho segmento del 2.”, y está cerrado por una membrana de color claro. Los segmentos siguientes tienen á veces una arista longitudinal bastante marcada en el centro. El extremo del abdomen es obtuso en los Y; en las Q9 está truncado oblicuamente por debajo, dejando salir una parte del estuche de la sierra, la cual presenta la misma disposición que en los Tentredínidos propiamente dichos. COSTUMBRES Y METAMORFOSIS. Las larvas de los Céfidos no 106 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (48) son fitófagas, como la mayor parte de las de la anterior fami- lia. En ésta se alimentan las larvas de tejidos vegetales, pero es en lo interior de los tallos y renuevos. Sólo se puede conocer su presencia por el estado enfermizo de la planta, y á veces por un abultamiento del tallo que ocupan. En el mismo lugar que habitan suelen encerrarse en un capullo sedoso, en gene- ral mucho más largo que la larva y que la ninfa que en él se ha de formar. Varias especies atacan los cereales más importantes, pu- diendo llegar á ser una verdadera plaga, lo cual hace su estu- dio aún más interesante. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. En conjunto, la familia de los Céfidos es más meridional que la de los Tentredínidos; si al- cunas especies se hallan en Finlandia ó en Suecia, su área de dispersión es extensa, y también viven en el S. de Europa, en cuya región, como en todas las orillas del Mediterráneo, es mucho más abundante el número de formas de este grupo de insectos. Sólo el género Cephus ha sido encontrado en la Península. GEN. Cephus Zar. Antenas con el extremo en Maza. 1. Abdomen amarillo por completo, con los extremos negros ó con alguna mancha de este ColoT..........meccio A doo o as yet id 2 — Abdomen negro por completo ó con algunas fajas ó manchas de color claro.. 6 25 «Tibias anteriores neoTlS... deulscil tte aoimie aio loco aio ee aa AS AN 3 — Tibias:anteriores .amarillaSino. ome ca a a NS O IAN 4 3... Fémures anteriores. meros... ao cla den ales 1. €. abdominalis Latr. — Fémures anteriores amarilloS ............. ....... 2, €. idolon Rossi. de Pronoto nee O: msc ss ed ll aia 5 — Pronoto casi por completo amarillo... .............. 2. €. idolon Rossi. 5. Octavo segmento abdominal amarillo. ............. 3. O, nigripennis Sichel. — Octavo segmento en gran parte negTO ....... ..... 9. €. lateralis Konow. 6) ¡Antenas meras. hn iii leer sees sarta 10 Antenas no enteramente DegTaS.... ooo. o.ooo.ooo.o.».o a oo cada 0, 7 7. Antenas rojizas en su parte media........oooooooo.o.. 4. €. fulvicornis Luc. — Antenas de color claro en su extremo ó por debaj0.......o oooooommorarrcosm.. 8 SOPLO to Mes stan lose ello o est 9 =—- Pronoto en parte:amarilld.onoss cone soso oleada 2. O. idolen Rossi. 9. Tibias posteriores TOJIZAS..... 00.0... eos as 5. €. Parreyssii Spin. — Tibias posteriores negras....... OOOO OSA 10. €. Anmtigwe Konow. (49) Dusmet y Alonso.—TENTREDIÍNIDOS DE ESPAÑA. 167 10 Abdomen manchado de amarilio sólo lateralmente. 6. €. tabidus Fabr. — Abdomen con una ó más fajas amarillas completas .......... A ES ll MAME SMA o to llas in ceca 7. €. pygmeeus L. So maja man O OJZO ets dejos lao -. 8, €. troglodyta Fabr. 1. C. abdominalis Latr. Barcelona (Cuní! ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., XVII). Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Litoral de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). España (Kirchner. Cat. Hymenopt.). 2. C. idolon Rossi. España (Kirchner. Cat. Hymenopt.). España.—Portugal (André. Spec. des Hymén.). 3. C. nigripennis Sichel. Madrid (Kirchner. Cat. Hymenopt.). Madrid (Dufour. Arnal. de la Soc. Entom. de France. 1861). España (André. Spec. des Hymén.). 4. C. fulvicornis Lucas. o” España (Chicote!) (Mus. Madrid). España (André. Spec. des Hymén.). 5. C. Parreyssii Spin. GS España (Spínola. Anmal. de la Soc. Entom. de France. Qme série, 1). España (André. Spec. des Hymén.). España (Kirchner. Cat. Hymenoplt.). 6. C. tabidus Fabr. Madrid (Sanz de Diego!) (Mus. de Madrid). Madrid (Dusmet!) (Col. mía). España (Chicote!) (Mus. Madrid). Madrid (Martínez. ÁNALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 111). Santas Creus. — Begas (Cuni. ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST: NAT, XVII). Algeciras (Rosenhauer. Die Thiere Andalusiens ). Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). España (Kirchner. Cat. Hymenopt.). España (André. Spec. des Hymén.). 168 ANALES DE HISTORIA "NATURAL. (50) 7. €. pygmeus L. Vive en Mayo. Su larva es blanca, cilíndrica, con los seg- mentos torácicos algo gibosos y la cabeza parda. Habita en los tallos del trigo, llegando á ser muy perjudicial, pues roe todo el interior de la paja por debajo de la espiga y hace que la planta llegue casi á secarse. Rivas (Madrid) (Dusmet!) (Col. mía). O Madrid (Chicote!) (Mus. Madrid). Barcelona (Cuní! ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., X, Y): Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). España (André. Spec. des Hymen.). 8. C. troglodyta Fabr. Besós (Barcelona) (Antiga. Cat. Him. Princip.). Región media de Cataluña (Martorell. Cat. Ins. de Cat.). 9. C. lateralis Konow. Niger, mandibulis, macula parva sub tegulis sita, pedum genu- bus et tibiis—ezxtremo posticarum tibiarum apice excepto — ab—- dominis vitta lata laterali segmentorum intermediorum dorsalium margine posteriore lato, ventralium teni et segmento nono toto avis; capite pone oculos angustato, superne inviso longitudine sua sesqui latiore; palpis flavis, basi apiceque myricantibus; ge- mis puncto vel linea tenm fava prope a clypeo sita ornatis; maris etiam clypeo flavo-liturato; antenmis tenuibus, clavatis, clava magis minusve luteo-ochracea; capite et thorace viz punciula- tis, mitidulis; alis nigricantibus, radíi summa basi dilutiore; abdominis segmento primo toto, secundo et octavo maxima parte migris; coxis posticis subtus favo-maculatis; tarsis — anticorum basi excepta — migris; femine vagina longe exserta, migra. Long. 7-9 mm. Patria: Hispania (1). 10. C. Antige Konow. Alter, genubus tibiisque anterioribus, alarum costa, puncto sub tegulis sito testaceis; mandibulis ante apicem luteo-maculatis; (1) Veue europiische Blattwespen. Von Fr. W. Konow. Wiener Entomologische Zei- tung, x11. Jabrg. 111 Heft. 31 Márz 1894. (51) Dusmet y Alonso.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 169 abdominis segmentis 4-7 viridi-luteo-anguladtis; antenmis gracili—- dus, subclavatis; facie sub antenmis sublevi, nitidula; capite lato, pone oculos non angustato; capite el thorace concinne punc— tulatis, subopacis; alis, costa excepta, mgyricantibus; vagina bre- vi, parum prominente. Long. 9-11 mm. Patria: Hispania (1). Esta especie ha sido dedicada por el Sr. Konow á D, Pedro Antiga, quien la ha encontrado en Barcelona, FaiminIa 3.* Sirícidos. Cuerpo largo. Abdomen sentado, cilindrico. Tibias anteriores con un solo espolón. Primera célula cubital menor que la segunda. Taladro de la Y casi siempre saliente. Tamaño variable en una misma especie, sobre todo en los $, pudiendo ser más de doble en unos individuos que en otros. Hurvos. Tienen forma de huso y son colocados por la ma- dre con el taladro en la madera que ha de servir de alimento a la larva. Larvas. Cilíndricas, blandas, de color blanquecino, ama- rillo 6 rosado. Cabeza pequeña con mandíbulas muy fuertes, dentadas; palpos maxilares de un solo artejo y labiales de tres. Carecen de ojos. Antenas muy pequeñas, compuestas de un solo artejo. Tórax más ancho que la cabeza, con un estigma entre el primer segmento y el segundo. Tres pares de patas torácicas muy pequeñas. Abdomen de ocho segmentos, termi- nado por una punta córnea que lleva por encima tres peque- ños dientes, los cuales probablemente sirven para empujar el cuerpo hacia delante por el túnel que va construyendo la larva. NiwrAsS. Se hallan envueltas en un capullo sedoso (Sirez gigas, según Bernstein), ó sin ninguna cubierta (S7rex Juven—- cus, según Hartig). (1) Veue europáische Blattwespen. Von Fr. W. Konow. Wiener Entomologische Zei- tung Xu. Jahr. 111 Heft. 31 Márz 1894, 170 ; ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) INSECTO PERFECTO. Cabeza.— Redondeada, casi globulosa, 6 bien muy dilatada detrás de los ojos; estemmas dispuestos en triángulo. Mandíbulas tridentadas, palpos maxilares de 1 a 5 artejos; labiales de 2 4 4. Antenas generalmente alarga- das, filiformes, á veces fusiformes, de 11 á 22 artejos, el pri- mero grande, el segundo muy corto; se hallan insertas entre los ojos, más cerca del epistoma que de la frente. Tórax.—Es generalmente más ancho que la cabeza. Los bor- des del pronoto son angulosos, y formando á veces una espe- cie de dientes obtusos. Metanoto estrecho, profundamente sur- cado. Escamillas casi invisibles. Patas.—Tibias anteriores, y ordinariamente las intermedias con un solo espolón; tibias y tarsos posteriores alargados; el primer artejo de estos muy largo. En los (/g' las tibias poste- riores y primer artejo de sus tarsos están ensanchadas y sur- cadas longitudinalmente. Uñas dentadas por debajo. Alas.—Estrechas, con nervios gruesos. Dos células radiales (rara vez una) y tres ó cuatro cubitales (alguna vez dos); la pri- mera de estas es menor que la segunda. Célula lanceolada divi- dida por un nervio oblicuo; en algunos casos peciolada. Alas inferiores Casi siempre con dos células discoidales cerradas. Abdomen.—Unas veces cilíndrico, otras cónico, con el extre- mo puntiagudo. Primer segmento sin espacio desnudo; tan sólo una hendidura ó una soldadura longitudinal en el medio. El último segmento en los y” es redondeado, dejando ver unas pinzas córneas. En las 99 termina en una punta á veces truncada, pero generalmente aguda. En el extremo del vien- tre salen las válvulas del estuche de la sierra, muy alargadas, semi-cilíndricas y protegiendo una sierra fuerte, perfecta mente dispuesta para taladrar la madera. COSTUMBRES Y METAMORFOSIS. Con su taladro hace la madre una incisión en un tronco, depositando en ella uno ó dos hue- vos. Lo verifica indistintamente en plantas con vida 6 en ma- deras ya labradas y es verosímil que en el primer caso, escoja las que están algo débiles, para que la larva no sea molestada por la excesiva acumulación de savia. Nacida la larva, va construyendo en la madera una mina cuyo diámetro es cada vez mayor, según va aumentando el tamaño del obrero. La galería puede llegar á 50 6 60 cm. de largo por 8 mm. de an— (53, Dusmet y Alons0o.—TENTREDÍNIDOS DE ESPAÑA. 1 chura. La marcha es lenta, permaneciendo en este estado las larvas dos ó tres años, dándose así el caso de que pasado este tiempo después de construída una casa, resulte inútil alguna viga á consecuencia de los destrozos causados por los Sirez, que empezaban solamente su obra cuando fué labrada la ma- dera. El abeto, el abedul, la encina, el álamo son los lugares predilectos de residencia de estos temibles huéspedes, pero no se les puede tachar de escrupulosos, pues su imposibilidad de cambiar de camino, la necesidad de alimentarse y la fortaleza de sus mandíbulas, hace que horaden cuanto á su paso en- cuentran. El mariscal Vaillant presentó en 1857 á "A cademie des Scien- ces de Paris, paquetes de cartuchos procedentes de la campa- ña de Crimea cuyas balas habían sido perforadas por larvas de Sirex juvencus que indudablemente se habían desarrollado en la madera de las cajas. En 1861, un hecho análogo era ob- servado en otros cartuchos remitidos por el capitán Henriot, siendo esta vez el culpable el Sirez gigas. Una vez terminado el desarrollo, la larva queda en reposo en el extremo del canal, pasa allí á ninfa y luego á insecto perfecto, el cual perfora un nuevo túnel para salir rápidamente á la luz del día, dejando en el tronco un agujero circular que indica el punto de su paso. El tamaño de estos insectos y su zumbido al cruzar el aire, uniéndose quizá á la idea de los daños reales que causan en los bosques, ha hecho que llamen la atención del vulgo y hasta que hayan sido acusados en otros tiempos de picar al hombre ó6 a los animales y de ocasionarles la muerte, crímenes de los cuales son completamente inocentes. DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. Son septentrionales, abundando en Suecia, Rusia, Alemania, y siendo raros al S. de Europa, donde acaso procedan á veces de la madera importada de aquellos países. Quizá debe tenerse también en cuenta que esas regiones del Norte, por efecto de su clima mismo, están menos cultivadas y son más abundantes en grandes selvas, habitación de estos insectos. Respecto á España, muy pocos datos poseemos, pues sólo tenemos noticia de algunos ejem- plares cazados en Cataluña y uno en la Granja de San Ilde- fonso, sitio que, como es sabido, abunda mucho en pinares. 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) GEN. Sirex /. Cabeza pequeña, ensanchada por detrás. Antenas largas, fili- formes d setáceas, de 18 d 24 artejos. Tibias y primer artejo de los tarsos posteriores dilatados en los 9. Alas anteriores grandes con dos células radiales y cuatro cubitales, de las que la 2.* y 3.2 reciben cada una un nervio recurrente: célula lanceolada dividida por un nervio oblicuo. Escamillas invisibles. Abdomen y cilin- drico, deprimido: O con un apéndice en forma de espátula y tala- dro largo saliente. 1. Cabeza negra por completo, á veces con. refiejos verdes ó azules lado Re alo al ERAS — Cabeza negra manchada de amariil0................. .... . 1.8. gigas L. y S. juvencus L. 1.*-S. gigas L: O (La Granja) (Gogorza!) (Mus. Madrid). $ Barcelona.—Monseny (Cuni. ANALES DE LA SOC. ESP. DE ESTI NAT. TX=X). Barcelona (Antiga. Cat. Him. Princip.). 2. S. juvencus L. Villafranca del Panadés (Múller!) (Cuni. ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., X). Villafranca del Panadés (Antiga. Cat. Him. Princip.). FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum AUCTORE JOSEPHO M. PEREZ LARA. PARS QUINTA, % (Continuación.) (Sesión del 7 de Noviembre de 1894.) ORDO CARYOPHYLLINARUM. Fam. Alsineze Bart. TRIB. SABULINEA Fenzl. Sagina /. 1.516.—S. procumbens Z. Sp. pl., p. 185.—Brot., Flor. lus. 1, p. 213.—Reich., Ic., Flor. Germ. v, t. 201, f. 4959 —WKk. et Le'e., l. c. 111, p. 601. Hab. in arenosis humidis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez ex Colm.)—2%. Apr., Maj. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia temperata, Africa bo- realis, Madera, Azoricee, America borealis et australis. (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pág. 319 de los ANALES; para la segun- da, el tomo xvi, pág. 273; para la tercera, el tomo xvni, pág. 35; para la cuarta, el tomo xx, pág. 23 y tomo Xx1, pág. 191; y para la quinta, el tomo XxIV, pág. 279. 171 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (560) 1.517.—S. apetala Z. Mant., p. 599. —Reich., Ic. 1. c., t. 200, f. 4958! —Wk. et Lge., 1. e. 111, p. 601.—£S. procumbens var. Brot., Flor. Lus. 1, p. 213. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis are- nosis, ad muros rupesque huc illuc provenit: ad Puerto de Sañta Maria (Gutierr., Clem.); prope Sanlúcar (Clem.); in Cádiz ad muros (Willk.); ad Castillo de Doña Blanca inter Jerez et Puerto de Santa Marta; in Sierra de la Potrica pr. Jimena; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—O. Mart., Maj. (v. v.) f. capillaris Lange, Pug. p. 299. —Wk. et Lge., 1. c. Hab. in rupestribus, in Serra de Palma oppid. Los Barrios (Reverch.) (n. v.) Ar. geogr.—Europa media, Lusitania, regio omnis medi- terranea, Canarisee, Madera. 1.518.—S. maritima Don. Hort. sicc. brif., n. 155.—Sm., Engl. bot. 31, t. 2195.—Reich., Ic. 1.c., t. 201, f. 4960! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 602.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 41. Hab. in rupibus maritimis: in monte Gibraltar (Dautez, Reverch.); in Punta del Carnero pr. Algeciras.—O. Mart., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Europe medie australisque et Africe boreali- occidentalis littora maritima. Buífonia Suv. 1.519.—B. tenuifolia /. Sp. pl., p. 179. —WIilIk., Ic. et descr. 1, p. 113, t. 72, f. B!.— Wi et Lee:, 1.6. 111 p::605: Hab. in arenosis regionis inferioris: prope Sanlúcar (Clem., Colm.)—Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Gallia aus- tralis, Grecia, Transcaucasia, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.520.—B. macrosperma /. Gay. Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 248.—Willk., Ic. et descr., l. c., p. 114, t. 72, f. CITWKk. et Lge., 1. c. 111, p. 605.—B. te- (561) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. M5 nuifolia Will., Dauph. 11, p. 650.—Reich., Ic. Flor. Germ. v., 12203. 48991 Hab. in glareosis regionis inferioris: prope Buceite ad limites prov. Malacitane.—O. Maj., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania mediterranea, Gallia, Italia, Grecia, Tauria, Algeria, Canariee. Queria /. 1.521.—0Q. Hispanica 107. It. Hisp., p. 48.—Quer., Flor. Esp. vi, p. 666, t. 15, f. 2! — Ortega, Decad. 1x, p. 112, t. 15, f. 1!—Cav., Preel., p. 318.— Willk., Ic. et descr. 1, p. 102, t. 66, f. CI! —WKk. et Lge., 1. c. nt, p. 606. Hab. in siccis, in prov. Gaditana (Webb.)—0O. Maj., Juni (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis, Grecia, Asia occidentalis, Algeria. Alsine Wallenb. 1.522.—A. tenuifolia Crantz. Var. hybrida Willk., lc. et. descr. 1, p. 106.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 610.—4. hybrida Jord., Pug., p. 33.—A. tenuifolia v. viscosa Boiss., Voy. bot. 11, p. 98.—Arenaria hybrida Will., Dauph. mn, p. 634, f. 47. Hab in aridis regionis inferioris: in monte Gibraltar (Lem., Kel., Willk.) —0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea. 1.523.—A. procumbens Fenz?. Verth. d. Alsin., p. 57.—Webb., It. hisp., p. 62.-—Willk., Ic. et descr., p. 104, t. 67, f. B! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 613. —A renaria procumbens Vahl., Symb. 1, p. 50, t. 33! —4. geni- culata Poir, Dict. vr, p. 365. Hab. in ruderatis, rupestribus arenosisque regionis inferio- ris: in Gibraltar (Kel., Dautez, Reverch.); inter San Fernando et Cádiz (Lange); in vicinitatibus Cádiz (Boure., Chape!, 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (562) Colm.); ad Cerro de los Mártires pr. San Fernando.—2%. Apr., Majo (v. v. et s.) Ar. geogr.— Hispania mediterranea, Baleares, Sardinia, Si- cilia, Italia australis, Greecia, Africa borealis, Canariee. TRIB. STELLARINEZE Fenzl. Stellaria /. 1.524.—S, media Jill. Dauph., m1, p. 615.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 271.—Reich., Ic. Flor. Germ. v, t. 222, f. 4904! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 614. —A lsine media L., Sp. pl., p. 389.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 476. —A. minor Dod., Pempt., p. 29, ic.!—Vulg. Gallinera, La- pilla. Hab. in regione inferiore, montana et subalpina, ubi in are- nosis argillosisque cultis, herbidis et ad vias huc illuc fre- quens: Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); Ubrique et Conil (Clem.); Gibraltar (Kel., Dautez); Santúcar (Colm.); in vicini- tatibus Jerez et alibi.—G. Flor. anno fere toto. (v. v.) g. mayor Moris, l. c.—Wk. et Lge., 1. c.—S. neglecta Weihe- Reich., Ic., l. C., f. 4905! —4A/lsine major Dod., Pempt, p. 29, ic.!—Variat ut anterior promiscué nunc caulibus linea latevali pilosa alterna et pedunculis calycibusque hirtis, nunc caulibus linea pilosa et pedunculis calycibus- que glabris, nunc partibus omnibus omnino glabris. Va- riat insuper promiscue quoque floribus tri-pentandris et rarius decandris. Hab. in regione inferiore, montana etsubalpina, ubi in cultis herbidisque humentibus huc illuc abundat: ad Puerto de Santa Marta; prope Bornos; in hortis juxta Chiclana; im Sierra del Pinar supra Benamahoma; in vicinitatibus Jerez ubi in vinels et hortis vulgatissima, et alibi. -(v. v.) Ar. geogr.—Totus feré terrarum orbis; var. in cultis regionis mediterranee frequentior. 1.525.—8. uliginosa 1/u»7. Prodr. Geett, p. 55.—Brot., Flor. Lus. 11, p.196.—W+k. et Lee., (563) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 177 l. c. mí, p. 615.—£S. graminea y. L., Flor. Suec., p. 150.—Lar- brea uliginosa Reich., le., l. c.; t. 226, f. 3669! Hab. in uliginosis regionis montane: in montibus prope Tarifa (Clem. ex Colm.)—4. Maj., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa, Sibiria, Imp. Maroccanum, America borealis. Arenaria /. 1.526.—A. spatulata Desf. Flor. Atl. 1, p. 358.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 100.—-Willk., Tc. descr.1, p. 90,.t. 60, f. B!—Wk.'et. Lgé.., 1. e. 11, .p-619.— A. cerastoides Poir., Dict. v1, p. 363, non DC.—Stellaria Are- naria L., Sp. pl., ed. 1, App., p. 1196. —Vulg. Lapa. Variat statura 8-25 cm., foliis puberulis vel margine tan- tum ciliolatis. Hab. in regione inferiore ubi in cultis solo precipue argi- lloso-calcareo, et ad sepes huc illuc satis frequens: Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutierr., Clem.); Sanlúcar (Clem.); c. Chiclana (Cabrera!); pr. Jerez (Schousb.) in vineis preeser— tim abundat; inter Puerto de Santa Maria et Rota (Willk.); in loco Zomas del Alcornoque pr. Medina (Willk., Bourg.); ad Algeciras (Kel., Dautez., Reverch.); in vicinitatibus 7rebujena et alibi.—O. Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Hispania australis, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.527.—A. serpyllifolia Z. Sp. pl., p. 606.—Reich., Ic. Flor. Germ. v, t. 216, f. 4941 !— Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 620.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 41.— A. spherocarpa Ten., Syll., p. 219. Hab. in arenosis rupestribusque regionis inferioris: F1bra/- tar (Kel., Debeaux); Sanlúcar (Colm.) —0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. 1.528.—A. leptoclados Guss. : Syn. 11, p. 824, et Enum. pl. inar., p. 53.—Boiss., Flor. or. 1, p. “01.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 620.—A. serpyllifolia 5. lepto- clados Reich. Icolicimadga Bl Forsan non nisi precedentis varietas, sed specimina a me ANALES DE HIST. NAT.—XAV. 12 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (564) lecta omnia caulibus tenuioribus foliis floribusque dimidio minoribus, et fructibus conico-cylindricis nec ventricosis a Ar. serpyllifolia ex speciminibus Aragonensibus que ante oculos habeo, preecipue differunt. Hab. in arenosis, glareosis rupestribusque regionis inferio— ris et montan«e: in loco dicto Za Manga ad Villaluenga; in Sierra de la Silla pr. Ubrique; in Dehesa de Malduerme ditionis Jerez, et alibi.—oO. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Madera. 1.529.—A. emarginata brof. Flor: Lus. 11, p.202.—Wi]lIk., Tc. et descr., p. 931.620 B1 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 622. Hab. in arenosis regionis inferioris: pr. Chiclana in pinetis (Willk.) in loco Pinar de Hierro dicto (Chape!)—0O. Febr., Mart. (v. s.) Ar. geogr. — Lusitania australis, Imp. Maroccanum, Al- veria. 1.530.—A. montana Z. Sp. pl., p. 606.—Cav., Preel., p. 477.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 199.—Reich., Ic. 1. c., t. 218, f. 4951! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 623.—4A. montana a. mayor Boiss., Voy. bot. 1, p. 101. Hab. in rupestribus, collibus glareosis locisque asperis syl- vaticis regionis inferioris et montane: in monte Gibraltar (Kel.); in monte el Picacho pr. Alcalá de los Gazules (Bourg.!); in Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Reverch.); in Peñón de Merino pr. Ubrique; in Sierra del Aljide ditionis Jerez, et alibi.—4%. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, Hispania. 1.531.—A. capitata Lam. Flor. Franc. 11, p. 39.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 104.—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 626.— A. tetraquetra Brot., Flor. Lus. 1, p. 200.—A. tetr. 8. aggregata Gay., Ann. Sc. Nat, 11, p. 44.— Plinthine aggregata Reich., lc. 1. C., f. 4952! Hab. in glareosis dumosis regionis montan«e: in loco Llano de la Duquesa inter Grazalema et Zahara (Laguna).—4. Jun., Jul. (n. v.) AA e AI (565) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 179 Var.? compacta, caudice lignoso interdum ut digitus minor crasso, ramosissimo, ramis elongatis prostratis ramulisque retrorsum puberulis adscendentibus 5-10 cm. cespitem densum amplum formantibus; foliis 2-4 mm., basi conna- tis, ramulorum internodia subequantibus interdum lis multo brevioribus, surculorum apicem versus imbricatis, omnibus ovato-lanceolatis, aristato-mucronatis, canali- culatis, recurvis, nervo dorsali marginibusque albo-callo- sis ad basim ciliolato-puberulis, ceterum glabris; floribus terminalibus sessilibus nunc solitariis nunc (in eadem planta) 2-3 aggregatis, foliis duobus summis bracteisque foliaceis calyce brevioribus stipatis, sepalis lanceolato- acuminatis mucronatisque, dorso nervosis, margine an- guste albo-membranaceis glabris, petalis longe spathula- tis calycem subsuperantibus; capsula oblong:a, seminibus tuberculatis. Ab 4. capitata Lam. et affinibus A. erina- cea Boiss. et 4. racemosa Wilk. characteribus indicatis mihi bene distincta videtur. An tamen varietas aut spe- cies propria habenda sit nunc dijudicare non possun. Hab. in glareosis dumosis rapiumque fissuris regionis mon- tanee et subalpine: in Cerro de San Cristobal supra Grazalema; in Sierra del Pinar inter Grazalema et Benamahoma; in Sierra del Endrinal c. Benaocaz.—5. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—AÁ. capitata in Lusitania, Hispania, Gallia aus- trali, Algeria. 1.532.—A. tetraquetra /. Sp. pl., p. 605.—A. tetr. a. Granatensis Boiss., Voy. bot. 11, p. 103, t. 29, f. B!—Wk. et Lge., l. c. m1, p. 627.—A4A. imbrica— taplbao:. et Rodr., Anal. ¡Cienc.. Nat.,v,.p: 278 non M. Bieb: nec Raf.—A. tetraq. var. imbricata Clem. ex Colm. Hab. in rupestribus regionis subalpine: in montibus pr. Gra- zelema (Clem. ex Colm.)—2%. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. Cerastium /. 1.533.—C. erectum Coss. et Ge7m. Flor. Par., p. 50.—C. quaternellum Fenzl. in Bluff. Comp. Flor. Germ., ed. 2, p. 748.—Sagina erecta L., Sp. pl., p. 185.— 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (566) Brot., Flor. Lus. 1, p. 214.—Menchia erecta Reich., Ic. Flor. Germ. v, t. 227, f. 4953! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 628.—Cha— melinum gramineo seu acuto folio Barr., Plant., ic. 1165, 2.*! Hab. in pascuis arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez ex Colm.)—0O. Mart., Apr. (n. v.) B. octandrum.—C. tenue Viv., Flor. Cors. 1, p. 7.—C. glaucum £. octandrum Gren., Mon. Cerast., p. 48.—Menchia octan— dra Gay in Perr., Cat. Frej., p. 55.—Willk., Ic. et deser., p. 86, 1.57, £. CI—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 629.—M. qua- ternella g. octandra Moris, Flor. Sard. 1, p. 269. Hab. in pascuis arenosis et sylvaticis regionis inferioris: in Pinar de Hierro c. Chiclana (Cabrera !); in pinetis pr. Chiclana (WilIk., Fritze, Winkl.); in P2inar de Villanueva pr. Puerto Real (Chape!)—(v. s.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media preecipue occidentali et in austro-occidentali; var. f. in regione mediterranea fere omni, orientem versus rarescens. 1.534.—£. perfoliatum Z. Sp.. pl., p. 627. —Willk., Ic. et descr. 1, p. 82, t. 56, f., Al— W.k: et.Lge., 1..c. m1, p. 630. Hab. in agris regionis inferioris: pr. Santíúcar (Clem.) et in vicinitatibus Cudiz (Cabrera) ex Colm.—0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. veogr.— Hispania, Rossia australis, Asia mediterranea. 1.535.—C. dichotomum /. Sp. pl., p. 628.—Cav. Preel., p. 140.—Willk., Ic. et descr., 1, p. 82, .t. 56, f. Bl —Wk. et Lge., 1. c., 111, p. 631.—A lsine corni— culata Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 184, 1c.! Hab. inter segetes regionis inferioris et montane: pr. (7424- lema (Reverch.)—0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Lusitania, Algeria, Asia occidentalis. 1.536.—C. glomeratum 7/4n4ll. Flor. Par., p. 226.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 105.—C. vulga— tum Sm., Flor. Brit. 11, p. 496.—Reich., Ic. 1. c., t. 229, f. 4970! == 04 DUIg. 6. Bro ARLOr: LUus: , po 218: 50: viscosum Gren., Mon. Cerast., p. 25.—WRk. et Lge., 1. c. 11, p. 631. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis cultis, A ASA A Y (567) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 181 pascuis humidiusculis et ad sepes frequentissimé provenit: in Sanlúcar (Clem.); ad Chiclana (Chape!, Willk.): in Picacho de Alcala de los Ffazules (Webb.); pr. Medina et c. 47cos (Willk.); ad. San Rogue (Dautez); ad Ubrique, c. Algar, pr. Puerto de Santa Maria, in vicinitatibus Jerez, et alibi.—O. Febr., Apr. (MV eL:S.) Ar. geogr.—Orbis fere totus terrarum. 1.537.—C. semidecandrum /. Sp. pl., p. 627.—Gren., Mon. Cerast., p. 28.—Reich., Ic. 1. c., t. 228, f. 4968! —Wk. et Lge., 1. C., 111, p. 632, Hab. in pascuis arenosis et sylvaticis apricis regionis infe- rioris: Cc. A/cald de los Gazules; in Pinar de Villanueva pr. Puerto Real; in Dehesa de Malduerme et Dehesa del Torno ditionis Jerez, et alibi.—O. Febr., Maj. (v. v.) Ar. geogr.— Europa fere omnis, Algeria, Tauria. 1.538.—C. Boissieri (G7en. Mon. Cerast, p. 67. —Boiss., Voy. bot., suppl., p. 723.— Grborssterosa. omwigare Willk., le. .et descr.:1,:p..81; t. 55, f. 1 et 3!—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 636.—C. tomentosum Cav., Preel., p. 140 non L.—C. repens Boiss., Voy. bot. 11, p. 106 non L. Variat foliis ovato-lanceolatis lineari-lanceolatisve albo- tomentosis aut lanuginosis subviridibus, seepe patulis inter— dum subrecurvis, pedunculis sepalisque nunc brevissime hirto- glandulosis, nunc lanuginoso-elandulosis lanuginoso-eglan- dulosisve. Hab. in regione montana et subalpina ubi in glareosis. et rupium fissuris abundanter provenit: in Cerro de San Cristo— val! ad Grazalema (Clem.); in Sierra del. Pinar supra Benama- homa; in montibus pr. Benaocaz; in Sierra Blanquilla c. Ubri- que; in Sierra del Aljide ditionis Jerez, et alibi.—2%. Apr., Aug. (v. v.) £. abbreviatum, foliis ovato-lanceolatis albo-tomentosis seepissi- mé recurvis, turionum lanuginosis subviridibus, obova- tis v. oblongis acutiusculis, interdum abrupté acuminatis, basi semper longé attenuatis; internodio ultimo (subcy- mam) abbreviato, seepe folia suprema subeequante; pedun- culis sepalisque lanuginoso-eglandulosis. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (568) Hab. in rupestribus regionis subalpine: in Cerro de San Cristobal ad Grazalema; in Sierra del Caos supra Benaocaz. —(v. v.) y. lineare Gren., 1. c.—Willk., Ic. et descr., l. c., t. 55, f. 21— Wk. et Exe... .C. Hab. in rupibus humidis regionis subalpin«e: in loco Cueva de la Gotera supra Benamahoma.—(v. v.) 2. Gibraltaricum Gren., l. c.—Willk., Ic. et descr., l. c.— Wk. et Lge., 1. c.—C. GFibraltaricum Boiss., Elench., p. 24, et Voy. bot. 11, p. 106, t. 32! —Debeaux, Flor. Gibr., p. 42. Hab. in fissuris rupium regionis submontan«e: in monte Gibraltar! (Boiss., Willk., Kel., Winkl., Dautez, Reverch.) —(v. v.) Ar. geogr.—Var. «. in Hispania australi et austro-orientali, Corsica, Algeria; y. in Hispania australi, Sardinia, Italia sep- tentrionali; o. in Hispania australi.: Fam. Sileneze DC. TRIB. LYCHNIDE/ZE A. Br. Agrostemmma L. 1.539.—A. Githago L. Sp. pl., p. 624.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 220.—Wk. et Lge., l. Cc. 11, p. 639.—L£ychmis Githago Lam., Dict. nt, p. 643.— Githago segetum Desf., Flor. Atl. 1, p. 363.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 308, f. 5132! —Vigellastrum Dod., Pempt., Pp. 1/3, 10.1 Hab. inter segetes regionis inferioris et montane: pr. San- lúcar (Clem.); ad 4 1calá de los Gazules (Cabrera!); in vicinita - tibus Grazalema.—O. Apr., Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa omnis, Sibiria, Asia occidentalis, Alge- ria, Canarise, Madera. (569) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 183 Melandryum Rzh!l. 1.540.—M. divaricatum /'enzl. In Rohrb., Syn. Lychn., p. 211.—M. macrocarpum WiWUk., Ic. et descr. 1, p. 28.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 642.— Lycánis divaricata Reich., Pl. crit., t. 303. —L£. macrocarpa Boiss. et Reut., Bibl. Gen. (1842) et Diag. pl. Hisp., p. 8.—Boiss., Voy. bot. 11, suppl., p. 122. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis incul- tis, sepibus dumetisque huc illuc frequens: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr.!); pr. Grazalema (Clem.); in vicinitatibus Cádiz (Cabrera); in Cerro de Santa Ana ad Chiclana, et inter Jerez et Arcos (Willk.); in monte Gibraltar (Kel., Dautez); c. Sanlúcar (Colm.); pr. Ubrique; in ditionis Jerez locis Callejón del Albaladejo, Dehesa de Gigonza, ad la Cartuja, et alibi.— 2. Mart., Maj. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Sicilia, Italia australis, Algeria, Imp. Maroccanum. Eudyanthe Reic/. 1.511.—E. Coeli-rosa Reic/. Ic. Flor. Germ. vi, p. 55, t. 303, £ 5123! —WKk. et Lge., l. c. m, p. 644.— Agrostemma Celi-rosa L., Sp. pl., p. 624. — Cav. Preel., p. 139. — Lychnis Celi-rosa Desr. in Lam., Dict. 11, p. 644.—Silene Celi-rosa Braun in Flor. Rat. 1843, p. 373. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis arenosis et collibus frutice coopertis huc illuc frequens: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in Chiclana et c. Rota (Rodrig.); Sanlúcar et Conil (Clem.); 4/geciras (Clem., Reverch.); ad San Rogue (Boiss., Kel., Dautez); Puerto Real (Colm.); in ditionis Jerez (Bourg.) locis Llanos de Caulina, Sierra del Aljibe, et alibi.—0O. Apr., Jun.«(v. vs) Ar. geogr.—Hispania australis, Gallia mediterranea, Cor- sica, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Dalmatia, Algeria, Imp. Maroccanum. 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (570) 1.542.—E. leta Reic/. Flor. Germ. exc., p. 824.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 29, 4.15% f. B.—Wk. et Lge., l. c. 1, p. 644.—£ychnis leta Ait., Hort. Kew. 11, p. 118.—£. palustris Brot., Flor. Lus. 1, p. 221, et Phyft. 1, p. 183, t. 741 Hab. in arenosis humidis locisque umbrosis uliginosis regionis inferioris: pr. Alcald de los Gazules (Cabrera!); in monte el Picacho (Bourg), c. Algeciras (Fritze, Winkl., Dautez, Reverch.) in monte Sierra de Luna (Nilsson); in querceto Dehesa de la Alcaría ditionis Jerez sed inter 4 !/gar et Ubrique sito.—O. Apr., Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis, Gallia austro- occidentalis, Algeria, Imp. Maroccanum. Silene /. 1.543.—S. Gallica Z. Sp. pl., p. 595.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 272, f. 5054 et 5055!— $. Gall. a. genuina Wk. et Lge., Prodr. Flor. Hisp. 111, p. 646. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque, arvis, vineis ad agrorum margines atque in incuitis herbosis valde frequens: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); inter Gibraltar et San Roque (Willk., Dautez); Cc. Algeciras (Reverch.); in pinetis pr. Chiclana; in Pinar de Villanueva c. Puerto Real; in arvis pr. 4/gar; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—O. Mart., Majo. (v. v.) 8. Lusitanica Willk.! in Wk. et Lge., 1. c., p. 647.—S. Lusita— rica L., Sp. «pl., p. 594.—Brot., Flor. -Lus. 1, p. :184.— S. Gallica $. divaricata Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 206. —Viscago hirsuta, lusitanica, stellato flore Dill., Hort. Elth., p. 420, t. 311, f. 401! Hab. cum preecedente in eisdem locis: ad Puerto de Santa Maria; c. Trebujena; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—(v. v.) y. quinguevulnera Willk. in Wk. et Lge., 1. c.—6. quinque— vulnera L., Sp. pl., p. 595.—Reich., Ic. 1. c., t. 272, f. 5054, B! (571) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 185 Hab. in collibus calcareis regionis inferioris: prope balnea Puente-amarga ditionis Chiclana. (v. v.) Ar. geogr.—Species Europe medie, Lusitanie omnisque regionis mediterranex indigena, unde per totum feré orbem terrarum introducta et sub-spontanea facta. 1.544.—$S. cerastioides /. Sp. pl., p. 596.—Reich., Ic. 1. c., t. 273, £. 5057! —Soyer- Wall” etsGodr.;..Mon. Sil.;; p. ,14.—WIlIk., .Ic. et descr.. 1, p. 52, t. 37! —Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 647.—£. disticha Webb., It. hisp. p. 63, non W. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis et collibus aridis crescit, sed perraró occurrit: ad Algeciras (Née); c. Puer- to de Santa Maria (Gutiérrez); in Gibraltar (Herb. Matr. ex Colm.); pr. Sanlúcar (Chape!).—O. Apr., Majo. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Grecia, Asia minor, Algeria. 1.545.—S. nocturna /. Sp. pl., p. 595.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 183.—Reich., Ic. 1. c., t. 274, f. 5059! —Willk., Ic. et descr. 1, p. 68, t. 50, f. .C!l— S. noct. a. genuina Wk. et Lge., l. c. 11, p. 648. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis cultis incultisque, ad agrorum margines et inter frutices huc illuc provenit: c. Puerto Real (Bourg); ad Sanlúcar (Colm.) in los Vavasos; ad Junta de los rios pr. Arcos; in ditionis Jerez locis Canteras del Pino, Convento de Cartuja, et alibi.—O. Mart., Majo. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariz, Madera. 1.546.—S. hirsuta Zay.! Varied. cienc. (1805), p. 212, et Gen. et sp., p. 15.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 88.—Willk., Ic. et descr., p. 43, t. 201 —WLk. et Lge., 1. c., 111, p. 648.—S. laxiflora Brot., Flor. Lus. 11, p. 188. —S. hirsutissima Otth. in DC., Prodr. 1, p. 372. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris: in ditione Jerez (Clem. ex Colm.); c. Chiclana (Cabrera !); pr. San Rogue (Boiss.); ad Gibraltar (Schott, Dautez); circa Palmones (Reverch.)— (Apr: Jun: (vs) 1€6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (572) B. tuberculata Ball., Spic., p. 357. Hab. in eisdem locis: in Encinar del Sotillo ditionis Jerez; in Pinar de Hierro prope Chiclana.—(v. v.) Specimina mea ab icone Willkommiana authenticisque speciminibus prope Chamartin a Lagasca lectis et in herb. Hort., Reg. Matr. asservatis, non nisi seminibus dorso et pree- sertim margine seepissime tuberculatis, faciebus paululum de- pressis planis v. subplanis differunt. Confer Ball, Spic. 1. c. Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Imp. Maroccanum. 1.547.—S. obtusifolia W:i//d. i Enum., p. 473.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 38.—Willk., Suppl. PL Hlsp:,3p::2 70 Hab. in collibus arenosis regionis inferioris: prope Algeciras (Reverch.)—0O. Maj., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Canarie, Imp. Maroccanunm, Algeria, Agyptus. 1.548.—S. vespertina Retz. Obs. bot. 111, p. 31.—Seb. et Maur., Flor. Rom., p. 151.— Wk. et Lge., l. c. 111, p. 649. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 37.— S. hirsuta Poir., Voy. Barb. 1, p. 163, non Lag.—S. hispida Desf., Flor. Atl. 1, p. 348.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 257, t. 19!— Willk., Ic. et deser. 1,-p. 44, t,,29,.£. A! Hab. in arenosis cultis incultisque regionis inferioris: in Gibraltar (Kel., Dautez).—O. Apr., Majo. (n. v.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania australis, Baleares, Sardi- nia, Sicilia, Italia australis, Grecia, Creta, Algeria, Canarie. 1.549.—S. micropetala Zay. Varied., l. c., et Gen. et sp., p. 15, non DC.—WKk. et Lge., l. Cc. mí, p. 649.—S. micrantha Link in herb. Cav.—£S. vestita Soy.—Vill. et Godr., 1. c., p. 20.—Exp. sc. Alg., t. 81, f. 2.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 38. Variat racemis. densi- aut remoti-fioris, calycum nervis simplicibus vel superne interdum anastomosantibus, peta- lorum limbo albido v. rubello /S. vestita v. rubiflora Per. Lar., herb.) Hab. in arenosis incultis regionis inferioris: inter Puerto de Santa Marta et Rota (Gutiérrez); pr. San Rogue (Schott); C. Ro- (513) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 18 ta (Bourg.); ad fluv. Palmones pr. Algeciras (Reverch.); in pinetis c. Chiclana; in Pinar de Villanueva ditionis Puerto Real.—O. Apr., Majo. (v. v.) Ar. geogr. — Lusitania, Hispania centralis et australis, Algeria. 1.550.—S. pendula Z. Sp. pl., p. 599.—Reich., Ic. 1. c., t. 279, f. 5070! —£. scabri- fiora Brot., Flor. Lus. 11, p. 184, et Phyt. Lus. 1, p. 177, t. 12! Hab. in arenosis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Marta (Osbeck ex Colm.). Colitur in hortis atque ex hortis aufuga interdum subspontanea vidi.—O. Mart., Apr. Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis, Italia centralis et australis, Creta, Cyprus, Asia minor. 1.551.—S, littorea Brof. Flor. Lus. 11, p. 186.—WilIk., Ic. et descr. 1, p. 49, t.34,f. A! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 650.—Debeaux, Flor. Gibr, p. 37.— $. sericea 8. minor Otth., in DC., Prodr. 1, p. 380.— $. villosa v. nana Camb., Enum. pl. Bal., in Mem. Mus. x1v, p. 221,4. 13. —Boiss., Voy. bot. 11, p. 90.—S. Cambessedesii Boiss. et Reut. Pug., p. 18:et 130. Hab. in sabulosis maritimis: pr. San Rogue (Boiss.); in loco la Caleta! ad Gibraltar (Wilk., Boiss., Reut.); inter Gibraltar et la Linea (Kel., Dautez, Reverch.); ad Palmones, c. Algeciras etin Tarifa (Winkl., Fritze).—O. Apr., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania Galleca et Mediterranea, Baleares. 1.552.—S. colorata Poir. Voy. 11, p. 163, non W. nec Schousb.—S. color a. vulgaris Wk. et Lge., 1. c, 11, p. 651.—£. bipartita Desf., Flor. Atl. 1, p. 352, t. 100! —Cav. Preel., p. 475.—S. bip. a. vulgaris Wilk., Ic. et deser. 1, p. 45, t. 30, f. A!l—S. vespertina Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 279, f. 5068!, non Retz. Variat nunc petalorum unguibus longe exsertis limboque parvo carneo ($. color. y. parviflora Wk. et Lge., 1. c., et Willk., Ic.1.c.,t.30, f. B!), nunc preterea calyce minore 7-8 mm. long., et foliis angustioribus, mediis superioribusque acutis v. acu- tiusculis (S. color. v. acutifolia Pr., Lar. in Flor. Gad. exs.) 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (574) Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis cultis incultisque, herbidis, agris derelictis, et collibus apricis vulgatissima: in Zarifa (Pourr.); Puerto de Santa Maria (Gu- tiórrez, Bourg.!); Sanlúcar, Jerez (Clem.); Chiclana, San. Fer— nando, Cadiz (Cabrera !, Willk.); Gibraltar (Boiss., Kel.); 47c0S. Ubrique, Grazalema, et alibi.—O. Febr., Majo. (v. v. et s.) 8. lasiocalyz Wk. et Lge., l. c.;, p. 652!1—S. bip. £. lasyocaliz Soy.—Will. et Godr., Mon. Sil., p. 26.—WilIk., le. et descr., 1. c., p. 45, t. 30, f. OC et D!—S. distachya Brot., Flor. Lus. 11, p. 189, et Phyt. Lus. 1, p. 175, t. 71!—S. ves- pertina Webb, Iter., p. 63, et Boiss. Voy. bot. 11, p.:89, non Retz. Hab. in eisdem locis ubi precedens sed adhuc vulg e ad Puerto de Santa Maria (Willk.); Cádiz (Lange); San Roque (Dautez); Algeciras (Reverch.); San Fernando, Medina, Graza= lema, Arcos, Jerez, et alibi.—(v. v.) y. canescens Wk. et Lge., 1. c.—£S. bipartita 6. canescens Soy.— Will. ¡et Godr..,. 1. a. =S. canescers Ten., Elor: ¡Napier p. 236, t. 39. —Reich., Ic. 1. c., f. 5067! Hab. in arenosis maritimis: inter San Fernando et Cadiz (Lange); ad Castillo de Puntales c. Cádiz; prope Chipiona, et alibi.—(v. v.) o. aimgustifolia Wk. et Lge., 1. c.—S. bipartita €. angustifolia Willk., lc. et dester. 1, Ss 46, t. 31! | Hab. in collibus siccis regionis inferioris et montanee: pr. Grazalema (Reverch.); in Cerro de los Mártires pr. San Fer— nando.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania Eno omni mediterranea. 1.553.—S. longicaulis Ea ! Elench. Hort. Reg. Matr. 1803.—Lag., Gen. et sp., p. 15. — DC., Prodr. 1, p. 375.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 61, t. 44, f. B! —Wk. et Lge., 1. C. 111, p. 653. Variat caule tenui, simplici, paucifloro, 18-25 cm. alt. (forma macra), v. robusto, semel atque iterum furcato-ramoso, multi- floro, 30-65 cm. alft.; capsula oblonga v. oblongo-cylindracea carpophoro nunc duplo nunc triplo et ultra longiore. In speci- (575) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 189 minibus authenticis Pourretianis in herb. Hort. Reg. Matr. asservatis capsula carpophoro feré quadruplo longior. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris maritimis pree- sertim: prope Sanlúcar (Clem.); ec. Puerto Real (Colm., Bourg); in Pinar de la Dehesilla et in Pinar de Hierro c. Chiclana; in pinetis ad Chipiona.—O. Mart., Majo. (v. v. et s.) 5. longicaulis revera S. apetale W. proxima est, sed in sen- tentiam cl. Lindman qui has in speciem unam conjunxit con- venire nequeo. S. longicaulis differt non solum habitu toto, sed precipue floris in dichotomia semper defectu; racemis simplissimis floribus solitariis, numquam geminatis, plerum- que dissitis, verum disjunctionibus inter se semper quam in $. apetala seequabilioribus; calycis glabri seepissime majoris dentibus obtusis v. obtusiusculis brevioribus; et seminibus postremo, quee intuitu primo etsi «equalia tamen accurate sub lente scrutata, diametro majore, alis latioribus minus undula- tis, fere levibus, nempe lineolis adpressis subtilissimis, nec claré eleganterque striolatis bene distinguuntur. Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania austro-occidentalis. 1.554.—S. apetala Wi!/d. Sp. pl. 11, p. 307.—Reich., Ic. 1. c., t. 275, f. 5060!—Soy.- Will. et Godr., Mon. Sil.,.p. 17. —Willk., Ic. et descr. 1, p. 53, t. 38, f. B!—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 653. Variat uni aut pluricaulibus simplicibus ramosisve 10-45 cm. alt.; racemis pauci- v. multifioris; calycibus fructiferis obo- vato-oblongis s. campanulatis basi nunc attenuatis nunc con- tractis, striis viridibus seepe indivisis, interdum superne inter se (in speciminibus permultis a me lectis) anastomosantibus; petalis nullis, inclusis, v. exertis (S. apetala v. grandiflora Boiss.); capsula ovato-globosa v. ovato-oblonga carpophoro crasso plus minusve clavato rare duplo, plerumque triplo v. quadruplo et ultra longiore. Hab. in arenosis cultis incultisque, et in herbidis regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz (Duf.); in Puerto de Santa Maria (Bourg.); prope A7cos; in ditionis Jerez locis Callejón del Albaladejo, Canteras del Pino, et alibi.—O. Febr., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis, Italia, Grecia, Asia occidentalis, Algeria, Imp. Maroccanum, Ca- nariz. 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (576) 1.555.—S. ramosissima Des/. Flor. Atl. 1, p. 394.—Soy.—Will. et Godr., Mon. Sil., p. 16.— WilIk., Ic. et descr. 1, p. 54, t. 39, f A! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 659.—S. Viceensis var. ramosissima Kunze, Chlor. austro- hisp., n. 46.—S. graveolens Duf. in Bull. Soc. Bot. Fr., 1860, p. 242.—Lichnis marina, hirsuta purpurea, Leucoii folio Barr., Plant., p. 63, ic. 1010! Hab. in sabulosis ad oram maris: pr. Cádiz (Duf.) ad Barrio de San José; c. Puerto de Santa Maria (Bourg.!) in loco la Puntilla; inter Chipiona et Rota, et alibi.—O. Apr., Majo. (v: y: ets.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania mediterranea, Imp. Maroccanum, Algeria. 1.556.—S. Niceensis 4//. Flor. Pedem. 1, p. 81, t. 44, f. 2! —Brot., Flor. Lus. 11, p. 191.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 90.—Reich., Ic. 1. c., t. 278, f. 5065!— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 659.—S. arenaría Desf., Flor. Atl. 1, p. 354. — Lychmis maritima Gadensis, angustifolia Tourn., Inst..1p: 338: Hab. in arena mobili ad oram maris, ubi ad ostio fluvii Guadalquivir ad Fretum Herculeum frequentissimeé provenit: in vicinitatibus Cadiz (Tourn., Salv., Clem., Cabrera!, Lan- ee); Sanlúcar (Clem., Colm.); Gibraltar et San Roque (Boiss., Willk., Kel., Dautez); Puerto de Santa Maria (Wildk., Bourg, Colm., Lange); A/geciras (Reverch.); ad Palmones; ad Cabo de. Trafalgar; in Rota; c. Chipiona, et alibi.—GQ. Apr., Jun. (v. v. et s:) Ar. geogr.—Lusitania, Europe regio mediterranese fere omnis, Algeria, ager Tunetanus. 1.557.—S. fuscata Link. Brot., Flor. Lus. 11, p. 187.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 250, t. 15! excl. syn. S. divaricata Clem.—Soy.—-Will. et Godr., Mon. Sil., p. 40.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 65, t. 48, f. A! —Wk. et Lge., l. Cc. 11, p. 659! —£. Pseudo-A tocion Guss., Pl. rar., p. 180, et Flor. Sic. Pr. 1, p. 506 non Desf. Hab. in arenosis, argillosis calcareisque cultis, et in pingui- bus herbidis Yegionis inferioris: in declivitate septentrionali Sierra de San Cristobal ditionis Jerez (Willk.); e. Puerto de (571) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 191 Santa Maria (Bourg.); pr. Trebujena, et precipue in vicinita- tibus Jerez ubi in vineis herbidisque vulgatissima.—O. Jan., Apr. (v.v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis, Sardi- nia, Sicilia, Italia australis, Syria, Algeria. 1.558.—S. rubella /. Sp. pl., p. 600.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 188.—Soy.-Will. et Godr., Mon. Sil., p. 37.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 660. Stirps polymorpha cujus formee etsi aspectu seepe diverso in varietates bene definitas vix distingui possunt. Variat promis- cue caule simplici aut a basi ramoso ramosissimove 15-50 cm. alt.; foliis inferioribus obovato-oblongis v. obovato-lanceolatis, interdum acutiusculis, super. oblongo-linearibus obtusis aut late v. angusté lanceolatis; dichasio pauci- v. multi-floro, floribus plus minusve approximatis, nunc breviter nunc lon- ciuscule pedicellatis, dichotomiarum pedicellis semper lon- grioribus sed pariter indistincteque variabilibus; calyce tubu- loso v. obovato-cylindraceo plerumque dimidia ex parte plus minusve violaceo, 9-11 mm., demum obovato turbinatove, striis superne perseepe latioribus nihil aut inequaliter ramosis v. inter se anastomosantibus; petalorum unguibus inclusis interdum exsertis, limbo modo majusculo (Sibth. et Sm. Fl. Grec. v, t. 426, et Willk., lc. 1, t. 48, f. B!) sepissime emarginato (Reich., lc. vi, f. 5078!) modo minusculo integro emarginatove (Moris, Flor. Sard. 1, t. 14!) aut bilobo v. bipar- tito (S. turbinata Guss., Flor. Sic. Pr. 1, p. 506, et S. Bergia- na Lindm., Spec. nonn. Silen, p. 4, f. 1-3)); capsula inclusa v. parum exserta, ovoidea aut ovato-cylindracea carpophoro duplo, triplo quadruplove longiore. Hab. in arenosis, argillosis calcareisque cultis et in herbidis regionis inferioris: ad Puerto de Santa María (Gutierr.!, Bourg, Lange); c. Sanlúcar (Clem.); in vicinitatibus Cadiz (Duf.); in vineis prope Jerez ubi abundanter (Willk.»: ad 4/cala de los Gazules (Bourg.); in cultis pr. 47cos, et alibi. In vicinitatibus Jerez forma micropetala limbo bipartito quam cetere commu- nior.—(). Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania mediterranea, Baleares, Sardinia, Sicilia, Htalia australis, Rhodus, Cyprus, Syria, Me- sopotamia, Africa tota borealis. 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (578) 1.559.—S. pseudo-Atocion Desf. Flor. Atl. 1, p. 3533.—Soy.—-Will. et Godr. Mon. Sil., p. 41.— WIillk.; Te. et.descr. 1, —p:071t..491 Specimina perpauca a me lecta a forma typica ex icone Willkommiana non nisi floribus paulo brevioribus differunt. Hab. in arenosis cultis regionis inferioris, ubi eam in vineis Abiertas de Caulina prope Jerez die 15 Martii 1876 florentem fructiferamque legi.—O. Febr., Apr. Ar. seogr.— Hispania mediterranea (Duf. ex Colm.), Balea- res, Algeria. 1.560.—S. Portensis /. Sp. pl., p. 600.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 192.—Gr. et Godr., Flor.* Franc. 1, p. 211.—Reich.,. Ic. 1..c.,vt.::282, T00074MS Wk. et Lge., l. c. m, p. 661.—S. bicolor Thore, Chlor. Land., p. 174. Hab. in arenosis incultis, pascuis collibusque regionis infe— rioris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); c. Sanlúcar (Clem.); in vicinitatibus Cadiz (Picard); inter A/geciras et Palmones (Reverch.); in Pinar de la Dehesilla pr. Chicla- na; in Dehesa de Gigonza ditionis Jerez et alibi.—O. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis, centralis et australis, Gallia occidentalis et australis. 1.561.—S. inaperta /. Sp. pl., p. 600.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 188.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 281, f. 5073! —Willk., Ic. et descr. 1, p. 53, t. 38, f. AI—-Wk. et Lge., 1. c. ní, p. 661.—S. vilipensa Kunze, Chlor. austr.-hisp., n. 156. Hab. in collibus arenosis regionis inferioris: C. A7cos (Bourg.!); pr. San Rogue et. ad radices montis Sierra Carbonera (Debeaux, Dautez).—0O. Maj., Jun. (v. s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Liguria, Corsica, Algeria, Imp. Maroccanum, Canarie, Madera. 1.562.—S. tennuiflora Guss. Plant. rar., p. 177, t. 36!—Boiss., Flor. or. 1, p. 584.—Lindm., Spec. nonn. Silen., p. 6, f. 21-25! —S$. cretica Willk., Suppl. Prod., p. 281 saltem quoad plant. betic. ex Lindm. (579) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 193 Hab. in cultis herbidisque regionis inferioris: pr. Frazalema (Reverch.) —0. Apr., Jun. (n. v.) Secundum cl. Lindman 1. c. planta betica a cel. Reverchon lecta et sub nomine £. cretica L. notata ad £.-tenwifloram Guss. pertinet, non veró ad illam quam sicut Boissier l. c. pro specie diversa habet. Contra Parlatore, Flor. Ital. 1x, p. 403, has duas in unam speciem conjungit, et ill. Willk., 1. c. plan- tam Reverchonianam sub nomine £. cretica enumerat. Specimina numquam vidi quamobrem judiciam proprium emittere non possum. Ar. geogr.—Sicilia, Italia australis, Grecia. 1.563.—S. Muscipula /. Sp. pl., p. 601.—Reich., Ic. 1. c., t. 283, f. 5077! —Soy.—Will. et Godr., Mon. Sil., p. 43.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 663.— S. stricta Lapeyr., Abr. Pyr., p. 246, non L.—Zychnis sylves- isa Olas: Rar> pl: hist. 1,:p: 289, 1C:1 Hab. in arvis regionis inferioris: pr. Chiclana ex Colm.— O. Maj., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio mediterranea imprimis occi- dentalis. 1.564.—S. stricta L. Sp. pl., p. 599.—Soy.—-Will. et Godr., l. c., p. 44.—WKk. et Lge., l. c. 111, p. 663.—£S. pteropleura Boiss. et Reut. Pug, p. 18.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 56, t. 40! Hab. in cultis regionis inferioris: circa Cadiz (Fauché); pr. San Rogue (Ball.) —0O. Apr., Maj. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania (Link.), Algeria. In Sicilia quoque indicatur, sed dubia civis. 1.565.—S. longicilia O///. In DC. Prodr. 1, p. 377.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 39.—Cucu- balus longicilius Brot., Flor. Lus. 11, p. 180.—L£Lychnis sylvestris, viscosa, flore albo, perennis Grisl., Virid. Lus., n. 930. Hab. in collibus siccis apricis regionis inferioris: in monte Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.)—2%. Apr., Jun. (n. v.) An a Silene nutante L. satis distincta? Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis. ANALES DE HIST. NAT.— XXV. 13 194 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (580) 1.566.—S. italica Pers. Syn. 1, p. 498.—Reich., Ic. 1. c., t. 295, f. 5.110! —Wk. et Lge., l. e. 111, p. 665.—Cucubalus italicus L., Sp. pl., p. 593. Hab. in collibus arenosis silvaticisque regionis inferioris: in quercetis supra San Roque (Boiss.)—2%. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et meridionalis, Asia occidenta= lis, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.567.—S. nevadensis Boiss. Voy. bot. 11, Suppl., p. 721.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 62, t. 45, f. A!—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 666.—S. Ztalica var. neva— densos BO1lss:, 1..C., P. 91. Hab. in rupestribus regionis montane et subalpine: in montibus pr. Grazalema (Reverch.) —%. Maj., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania mediterranea. 1.568.—S. mollissima Sibt/. et Sm. Flor. Greec. Pr. 1, p. 298.—Wk. et. Lge.., 1. c. 111, p. 666:== S. velutina Pourr., in Desf. herb. ex Lois Journ. bot. 11, p. 324. —Boiss., Voy. bot. 11, p. 91.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 59, t. 431—S. Salemanni Otth. in DC., Prodr. 1, p. 381 non Bad.— Cucubalus mollissimus L. Sp. pl., p. 593. Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis inferioris et montane: ad GFrazalema!, et in Sierra del Pinar supra Bena— mahoma (Clem.!); in monte Gibraltar (Webb., Boiss., Willk., Kel.); in Sierra del Endrinal pr. Benaocaz.—+. Apr., Jun. (AAA ES) In speciminibus meis petalorum limbus ochroleucus ut Bois- sier l. c. indicavit. B. tomentosa. —S. tomentosa Otth. in DC. Prodr. 1, p. 383.— S. Gibraltarica Boiss., Voy. bot. 1, p. 91, t. 26 al! —Wk. et Lge., l. c. m1, p. 667.—£S. awriculefolia Pomel, Mat. Flor. Atl., p. 332.—S. mollissima var. Gibraltarica Ball., SpICS Pp 4901: Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis inferioris: in latere orientali montis Gibraltar (Boiss., Willk., Kel., Ball., Dautez).—(v. v.) Characteres quibus S. Tomentosa, quee ex descriptione et loco natali ipsissima S. GFibraltarica est, (conf. Ball Spic., 1. Cc.) (581) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 195 a. S. mollissima distinguitur non graves, et cl. Ball merito ut opinor, ad varietatem reduxit. S. Mifacensis Rouy planta est in monte ipsissimo /17¿fac a Cavanilles jam pridem lecta, eta S. mollissima pariter ut anterior non proprie distincta. S. mollissima quoad staturam, indumentum, foliorum figu— ram, et partium floralium formam dimensionesque valde variabilis. Inter specimina lecta a me nonnulla ¡jam calycum structura, dentibus arcté reticulato-venosis membrana latis- sima suborbiculata marginatis et sinubus rotundatis disjune— tis ad S. Hifacensem accedunt. Ar. geogr.—Spec. in Hispania australi, Balearibus, Cor- sica, Imp. Maroccano, Algeria, et quoque in Anatolia a Sibthorp indicata; var. $. in Lusitania, Imp. Maroccano, Algeria. 1.569.—S. inflata 47m. ELBri sp. 467, et! Flor: Grec. Pr. 1,p. 293.—Reich..:Ic. Flor. Germ. vi, t. 299, f. 5120! —Willk., Ic. et descr., t. 23, A! —Cucubalus Behen L., Sp. pl., p. 591.—Cav. Preel., p. 474.— Brot., Flor. Lus. 11, p. 180.—Behen vulgaris Meench Meth. (1794). — Silene Cucubalus Wib., Prim. Fl. Werth., p. 241 (1799). —$S. imfl. a. genuina Wk. et Lge., l. c. nr, p. 668.—Vulg. Colleja. Variat foliis omnibus minoribus, lineari-lanceolatis lineari- busve, margine plus minusve scabro-ciliatis, panicula pauci- flora (S. imfl. g. angustifolia DO., El. Fr. 1v, p. 747.—S. inf. 8. minor Moris, Fl. Sard. 1, p. 246), petalis sepe minoribus purpurascentibus ($. ¿Mf1. y. rubra Ram., DO. Prodr. 1, p. 368), capsula ovoidea v. ovato-conica. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis argi- llosisque, giareosis, cultis, pascuis, collibus apricis et ad sepes huc illuc frequentissimé provenit: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); c. Ubrique (Clem.); in Chiclana (Chape!); ad San- túcar (Colm.); pr. 47cos; in collibus ad 4/gar; in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in vicinitatibus Jerez, et alibi.— 24. Mart., Jun. (v. v. ets.) Nomen triviale Smithianum pro S. Cucubalo Wib. a Rohr- bach primum et a Rouy post multó suppositum est; verum meritissimo cl. Ball dixit: «Si solo antiquitatis jure legamur, S. vulgaris erit. Nomen 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (582) Behen vulgaris Moench est enim Wibeliano pluribus annis antiquius.» Ar. geogr.—KEuropa feré tota, Sibiria, Asia occidentalis, India, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.570.—S. commutata Guss. Flor. Sic. Pr. 1, p. 499.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 202.— S. commut g. longifolia Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 669. Hab. in cultis regionis inferioris, pr. San Rogue (Willk.)— APTA o (a. ya) Ar. geogr.— Hispania australis, Corsica, Sicilia, Grecia, Asia minor, Armenia. La Silene adscendens Lag. se encuentra en los límites de la provincia de Cádiz, entre San Roque y Manilva, en donde fué recogida por Clemente. Según el Sr. Colmeiro, la S. conica ha sido indicada por Lagasca en Gibraltar, y la S. conoidea por Osbeck en el Puerto de Santa María. El mismo Sr. Colmeiro enumera también la S. mellifera como especie gaditana, señalada en Gibraltar por Lagasca y recogida por Boissier cerca de San Roque; pero esta última cita es errónea ciertamente, puesto que tanto Willkomm como el mismo Boissier han considerado la planta de San Roque como correspondiente á la $. ¿talica. Saponaria /. 1.571.—85. officinalis Z. Sp. pl., p. 584.—Cav. Preel., p. 134.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 175.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 245, f. 4995! —Wk. et Lge., l. c. m, p. 671.— Lichnis oficinalis Scop., Flor. Carn. 1, p. 303.—Saponaria Dod. Pempt., p. 179, ic.!—Vulgo JAbonera. Hab. in sepibus et ad agrorum margines regionis inferioris: in ditione Jerez (Clem. ex Colm.); in Gibraltar (Dautez). In hortis cultam sed spontaneam non vidi.—2%. Maj. Jul. Ar. geogr.—Europa feré tota, Asia minor, Armenia, Cauca- sus, Sibiria Uralensis. ia (583) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 197 Vaccaria Medih. 1.572.—V. parviflora Menc/. Meth., p. 63.—V. pyramidata Fl. Wett. 11, p. 88.—Reich., Ic. 1. c., t. 245, f. 4996! —V. vulgaris Host., Flor. Austr. 1, p. 518.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 673.—Saponaria Vaccaria L., Sp. pl., p. 585.—Cav. Preel., p. 134.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 175. Eypsophila Vaccaria Sibth. et Sm., Flor. Greec. Pr. 1, p. 279.— Vaccaria Dod., Pempt., p. 104, ic.! Hab. in argillosis margaceisque cultis, inter segetes, et in incultis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Gutié- rrez); c. Chiclana (Cabrera, Chape!); inter San Roque et A lge- ciras (Dautez); in cultis et in via pecuaria dicta Cañada de Cuartillo ditionis Jerez.—O. Apr., Maj. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canariee. TRIB. DIANTHEE 4. Bb». Tunica £Scop. 1.573.—T. prolifera Scop. Flor. Carn. 1, p. 299. —Dianthus prolifer L., Sp. pl., p. 587.— Cav. Preel., p. 470. — Kohlrauschia prolifera Kunth, Flor. Berol. 1, p. 109.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 247, f. 5009!—- Wiktet Lee, 1.6; 111,-p. 675. Hab. in aridis regionis montan«e: in Cerro de San Cristobal supra EFrazalema (Clem.)—0. Jun., Jul. (n. v.) - Quoque a Gutiérrez in Puerto de Santa Maria, a Kel. in monte Silla de la Reyna pr. San Roque, et a Colmeiro ad San- lúcarindicata fuit; sed sine dubio planta Gutierreziana ex loco, et probabiliter altere ad speciem sequentem pertinent. Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa boreali-occi- dentalis, Canarise, sed rara in calidioribus. 1.574.—T. pinetorum /. Kohlrauschia velutina var. intermedia Per. Lar. in Willk. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (584) Suppl. Pr. Fl. Hisp., p. 282.—K. pinetorum Per. Lar., in Flor. Gad. exs.—Erecta, caule glabro rarius deorsum scabrido- puberulo, 20-60 cm. alt.; foliis inferioribus oblongis basi longe attenuatis, ceteris linearibus acutis, omnibus scabriusculis; bracteis acutis aristatis mucronatisve; bracteolis flores 2-8 sin- eulatim involventibus obtusis, muticis; calycibus puberulis; petalorum limbo bilobo, roseo; capsula oblongo-cylindracea, inclusa, seminibus ellipticis, cymbiformibus, densé minutissi- meque tuberculatis. Affinium 7. prolifere et T. velutine primo intuitu similis, sed plurimis notis nonnullis gravibus bene distincta. Differt a 7. prolifera precipue caule simplicissimo v. parce ramoso, foliis latioribus vagina longiuscula, petalorum limbo exserto obcordato duplo majore; a 7. velutina foliorum vagina brevio- re, eorum omnium marginibus scabrido-ciliolatis, bracteolis sive squamis calycinis obtusis, muticis, floribus subsessilibus; denique ab ambabus petalorum limbo latiore, et presertim seminibus. In 7. prolifera heec ovata, subcomplanata, dorso convexiusculo subtilissime ruguloso-striolato, majora (2 mm. long.) sunt; in 7. velutina pyriformia latere uno ob cavamen ampliusculum triangulari-ovatum imperfecto, superficie tuber- culis prominentibus acutissimis vestita, minora (1 mm. long); in 7. pinetorum ab utraque distinctissima, nempe: elliptica (1 1/, mm. long.) dorso tuberculis quam in precedente duplo minoribus densioribusque tecto, et putamen glandis in longum dimidiate quoad formam valde «emulatur. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris, preecipue in pinetis: in loco el Coto ad Puerto de Santa Maria; in Pinar de Villanueva inter Puerto-Real et San Fernando; in Pinar de Hierro c. Chiclana; in collibus pr. Jerez.—0O. Apr., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Hucusque in provincia Gaditana tantum detec- ta, sed in Beetica Huelvensi saltem quoque sine dubio crescit. 1.575.—T. velutina /'isc/. el Mey. Ind. Hort. Petr., p. 66.—Boiss., Flor. or. 1, p. 516.—Dianthus velutinus Guss., Ind. Hort. Bocc., a. 1825, et Plant. rar., p. 166, t. 32! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 84.—Aoh lrauschia velutina Reich., Ic, Flor. Germ. vi, p. 43, t. 247, f 5010! —Wk. et Lge., 1. c. 1, po 040: Hab. in herbidis incultis et collibus arenosis sylvaticisque (585) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 199 regionis inferioris et montane; ad 4/geciras (Reverch.); inter Gibraltar et San Rogue (Dautez); ad Peñón de Merino pr. Ubri- que; in monte Picacho de Alcalá de los Gazules; in Sierra del Aljide et Dehesa de las Cuevas ditionis Jerez et alibi.—(O. Apr., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Corsica, Sardi- nia, Sicilia, Italia media et australis, Turcia, Grecia, Asia mediterranea, Algeria. Dianthus /. 1.576.—D. Toletanus 5B0%ss. el Reul. Diagn. pl. nov., n. 8. —WIllk., lc. et:descr: 1, p. 19, t..11, f. Al—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 680. Variat pedunculis longiusculis, floribus geminatis aut soli- tariis interdum ebracteatis, squamis calycinis nonnumquam longé et abrupté acuminatis, petalorum limbo puberulo v. gla- bro subtus virescente aut rarius utrinque intense purpureo. Hab. in pascuis saxosis locisque glareosis regionis inferioris et montane: in Sierra Margarita pr. Zahara; in loco el Berro quejo dicto ditionis Medina.—2%. Maj., Jul. (v. v.) g. Anticarius.— D. Anticarius Boiss. et Reuf., Pug. p. 19.— WIEK: "Tc. et deser. 1, p. 20,4. Uy £. BI —WKk. et Lge., l. c. m1, p. 681.—D. Cintranus Per. Lar., in Introd. Flor. Gad., p. 9 (tunc pro lapsu calami ita a me notatus) et hinc WAlIK. Suppl. Pr. Fl: Hisp., p: 283. Variat turionibus longiusculis, foliis apicem versus seepe concavis, floribus nonnumquam bracteatis, squamis calycinis longé et sensim aut abrupte (interdum in eadem planta) acu- minatis, petalorum limbo plus minusve profunde dentato- fimbriato glabro aut brevissimé puberulo nunc subtus virente nunc utrinque intense purpureo. Hab. in pascuis saxosis locisque glareosis dumosis regionis inferioris et montanee: ad Puerto de las Palomas pr. Alcalá de los Gazules; in dumosis c. Grazalema; in ditionis Jerez locis Dehesa de los Castillejos, Sierra de Dos Hermanas, Mesas de Bolaños, et alibi.—(v. v.) Characteres quibus D. Anticarius a. D. Toletano separatur 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (586) certe fallaces atque instabiles, et amborum semina orbiculata lateque alata sunt. D. Toletanus caulibus erectis brevioribus- que, floribus sepe geminatis breviterque pedunculatis, ut opinor, forma solorum aridorum apricorumque est; D. Antica- ríus caulibus adscendentibus elongatisque, et floribus solita- riis longiús pedunculatis seepissime inter frutices crescit. Ar. geor.—D. Toletanus in Lusitania, Hispania occidentali, centrali et australi; D. Anticarius hucusque in Hispania australi. 1.577.—D. Gaditanus Bois. Diag. pl. or. ser. 1, n. 1, p. 67.—D. Hornemanni Salzm., exsicc. non DC: Pr. Hab. in sylvaticis regionis inferioris: ad Chiclana (Fauché ex Boiss.)—4%. Jun. (n. v.) Ad hanc speciem planta sub nomine D. Lusitanici a cl. Col - meiro prope Chiclana indicata, forsan pertineat, siquidem D. Lusitanicus in regione tantum montana et subalpina in Beetica repertus fuit. Ar. geogr.—Crescift quoque in Mauritania Tingitana. 1.578.—D. Broteri Bovss. et Reut. Pug., p. 22.—D. fimbriatus Brot., Flor. Lus. 11, p. 177 non Bieb.—D. serrulatus et D. serrul. var. grandiflorus Boiss., Voy. bot. 11, p. 84, t. 23! non Desf.—D. Valentinus Wilk., Ic. et descr. 1, p. 14, t. 7! —D. Broteri var. a. et var. £. Wk..et Lge., ME EELO0O p. 685. Variat promiscué caulibus densé v. laxe ceespitosis, erectis adscendentibusve, glabris aut deorsum scabrido-puberulis, nunc simplicibus nunc subdichotome ramosis, 20-60 cm. alf.; foliis brevibus longioribusve planis aut canaliculatis; floribus ebracteatis bracteatisve, squamis calycinis 4-12 margine plus minusve ciliolatis, calycibus 2-3 cm. long., petalorum limbo roseo ad basin seepe squamuloso v. puberulo interdum glabro, modo circuitu toto modo a dimidio ad apicem tantum plus minusve profundé fimbriato. Semina semper suborbiculata lateque alata. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis calca- reisque dumosis, rupestribus et collibus apricis huc illuc fre- quenter provenit: in Jbrique, Grazalema, Alcalá de los Gazules, (587) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 201 etc. Conil (Clem.); in predio Dehesa de Martelilla inter Jerez et Medina sito (Gutiérrez!); c. Sanlúcar (Colm.); ad San Rogue (Dautez); in Gibraltar (Reverch.); pr. Arcos; in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana; in locis el Alcornocalejo, Dehesa de la Parrilla, et Sierra del Valle ditionis Jerez, et alibi.—2. Maj., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Algeria. 1.579.—D. Caryophyllus /. Sp. pl., p. 587.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, f. 5051!—De- beaux, Flor. Gibr., p. 36.—Willk., Suppl. Pr. Flor. Hisp., p. 285.—Vulg. Clavel. Hab. in rupestribus regionis inferioris: in monte Gibraltar (Dautez, Reverch.). Quoque ubique colitur.—2. Maj., Jul. (v. C.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et australis. 1.580.—D. longicaulis 7en. Flor. Nap. 1v, p. 208.—Reich., Ic. 1. c., f. 5052!—Guss., En. pl. Inar., p. 35.—Debeuux, Flor. Gibr, p. 36.—D. sylvestris Boiss., Voy. bot. 11, p.85, non Wul£.—D. virgineus Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 238 teste Debeaux.— D. Boissieri Willk., les ebideser. 1, p. 22,1. 131 —Wk..,et.Lge., 1.0. 11, p. 688. Vulg. Clavellina del Tajo in Benaocaz appellatus. - Notee diagnostice Dianthi Boissieriam leves fallacesque et cum D. longicaulis iis semper inordinatim commiscentur; ita- que ut opinor, distingui non possunt. Specimina lecta a me promiscué variant caulibus corymboso-paniculatis 2-8 floris v. rariús simplicibus uni-floris, 30-70 cm. alf.; foliis turionum anguste v. angustissimé linearibus, acutis, canaliculatis, apicem versus seepissime convolutis basi dilatatis margine plus minusve serrulato-scabris, nervo medio subtus valde pro- minente ideoque sepe subtriquetris, 6-20 cm. long. et ultra; squamis calycinis 4-6 (in eadem planta) latis v. latissimis nunc emarginato-cuspidatis nunc in acumen triangularem sepe brevissimum sensim v. abrupté contractis; calycibus plus minusve striatis 2230 mm. long.; petalorum limbo roseo basi interdum in calyce occulto, 10-14 mm. Flores semper odora- tissimi. Hab. in rupestribus calcareis collibusque regionis inferioris et montane: pr. Puerto de Santa Marta (Gutiérrez.); ad Benao- 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (588) caz, et in Cerro de San Cristobal pr. Grazalema (Clem.); in monte Gibraltar (Kel., Dautez); supra Benamahoma, in Sierra del Cintillo inter Benaocaz et Villaluenga, et alibi.—2. Maj., Aug. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Gallia australis, Corsica, Sardinia, Italia australis, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.581.—D. Hispanicus 4850. Syn. stirp. Arag., p. 53.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 87.—D. Hisp. var. australis Willk., lc. et descr. 1, p. 17, t. 9, f A! —Wk. et Lge., 1. C. 11, p. 690.—D. pungens Wobb., It. hisp., p. 63, non L. Hab. in rupestribus calcareis regionis montanee: pr. Graza- tema (Reverch.)—4. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Hispania centrali et mediterranea. Velezia /. 1.582.—V. rigida L. Sp. pl., p. 474.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 413.—Reich., Ic. Flor. Germ. vi, t. 246, f. 5007! —Wk. et Lge., 1. c: m1, p. 691.— Lychmnis corniculata major et L. cornicul. minor Barr., Plant., ic. 1017 et 1018! Hab. in arenosis incultis collibusque aridis regionis inferio— ris et montane: ad Grazalema (Clem.); pr. Vejer (Nilsson); c. San Roque (Dautez); pr. Ubrique.—0O. Maj., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Caucasus, Persia, Afferhania. ORDO PARIETALIUM. Fam. Frankeniaceze DC. FPrankenia /. 1.583.—F. pulverulenta /. Sp. pl., p. 474.—Cav., Preel., p. 439.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 596.—Wk. et Lge., l. Cc. 111, p. 692.—Anthyllis Valentina, Clus:, Rar. plabistircap. 186, £. 21 (589) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 203 Hab. in arenosis maritimis locisque salsuginosis regionis inferioris: c. Cadiz (Clem.); in loco el Coto pr. Puerto de Santa Marta (Gutiérrez., Bourg.); c. Chiclana (Colm.); inter Gibraltar et la Linea (Dautez).—O. Mart., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, occidentalis et australis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.584.—F. hirsuta /. Sp. pl., p. 473.—Boiss., Flor. or, 1, p. 780.—Wk. et Lge., l. c. 1, p. 692, var. a. levis Bois., 1. c.—S. levis L. Sp. pl., p. 473.—Cav. Preel., p. 439.— Pranca maritima, supina, sazati- lis, glauca, ericoides, semper virens, flor purp. Michel., Nov. pl., p. 23, t. 22, £. 11 Hab. in rupestribus, arenosis argillosisque uliginosis subsal- sis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Marta (Gut., Colm., Lange); in Sanlucar, Conil et Ubrique (Clem.); in monte Gí- braltar et inter Gibraltar et la Linea (Kel., Dautez); pr. Puerto Real (Bourg.); c. Algeciras (Reverch.)—2%. Apr., Sept. (v. v.) S-var. intermedia.—F. intermedia DC., pr. 1, p. 349.—/". levis $£. cinerascens Moris, Flor. Sard. 1, p. 227.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 83.—F. hirsuta £. intermedia Boiss., Flor. or. 1, p. 780.—Wk. et Lee., 1. c.—Franca maritima supina, mul- tiflora, candida, camlibus hirsutis, foliis quasi vermiculatis Mecha it 22, Ls Characteres quibus heec a 7. levis distinguitur nimis leves instabilesque, et specimina ambigua seepissime occurrunt, itaque cl. Ball. (Spic., p. 353) eas non separat. Hab. cum precedente, sed ea frequentior: ad Sanlúcar (Clem.); pr. Chiclana (Chape!); c. Cádiz (Vogel, Lange) pr. Puerto Real et ad Puerto de Santa Marta (Bourg'!); in /sleta de Tarifa (Laguna); in monte Gibraltar; c. San Fernando; in loco las Marismas inter Jerez et Puerto de Santa Maria; ad Laguna de Torroz ditionis Jerez, et alibi.—(v. v. et s.) fp. revoluta Boiss., Flor. or., 1. c.—Ball., Spic., p. 353.—F". re- voluta Forsk., Flor. Alg., p. 75.—Webb., It. Hisp., p. 65.— Bois., Voy. bot. 11, p. 83.—F. corymbosa Desf., Glor. Atl. 1, p. 315, t. 93! —F. Webb Boiss. et Reut. Pug., p. 16.—Wk. ebiLoe.., Lie poo93: 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (590) Hab. in salsuginosis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Clem., Gutiérrez); pr. Chiclana (Ball.) —(n. v.) Ar. geogr.—Var. «. in Europa occidentali, Lusitania, regio fere omni mediterranea, Canariis, Madera; var. $. in Hispania australi, Africa boreali. 1.585.—PF. Boissieri Reut. Boiss., Voy, bot. 11, p. 721.—Wk. et Lge., 1. c, 11, p. 693.— Coss., lllustr. Flor. Atl., fasc. 11, p. 113, t. 721 —F. glomerulata Coss PLAcritpo30. Variat caulibus pilis albis setosis patulis plus minusve spar- sis, foliis seepe planiusculis v. parce revolutis. —/f. Boissieri var. hirsuta Per. Lar. in Flor. Gad. exs. Hab. in arenosis maritimis locisque salsuginosis a mare non dissitis: pr. Cádiz (Fauché, Boiss., Reut.); in loco el Coto ad Puerto de Santa Marta (Bourg.); in vicinitatibus Chipiona; ad la Algaida circa Santúcar, et alibi.—2%. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—6Oscurrit quoque in Lusitania australi et in Algeria. La 1. Reuteri Boiss. ha sido indicada por el Sr. Colmeiro en las inmediaciones del Puerto de Santa María, pero parece dudosa su existencia en el territorio de nuestra Flora. Fam. Violarieze DC. Viola /. 1.586.—V. odorata Z. Sp. pl., p. 1324.—Cav., Preel., p. 374.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 305.—Reich., Ic. Flor. Germ. Im, f. 4498! —Wk. et Lge., l. C. nr, p. 696.— Viola nigra sive purpurea Dod., Pempt., prlobto dl Hab. in hortis ubique culta. Spontaneam tantum vidi in humido umbroso inter Garganta de Boga et fiuv. Majaceite ad Sierra de Dos Hermanas ditionis Jerez.—2. Febr., Mart. Ar. geogr.—HEuropa media, Lusitania, regio omnis mediter— ranea, Canarie, Madera, Azoricee. (591) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 205 ¿1.587.—V. canina L. Sp. pl., p. 1324.—Brot., Flor. Lus. 1, p.305.—Reich., Ic. 1. c., f. 4501! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 698. Hab. in umbrosis regionis montane: in montibus pr. Gra- zalema (Herb. Hort. Matr. ex Colm.)—2%. Maj., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa fere tota. 1.588.—V. arborescens Z. Sp. pl., p. 1325.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 306.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 71.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 699.—V. suberosa Desf., Flor. Atl. 11, p. 313.—Y. hispanica fruticans Barr., Plant., ic. 568! Variat caulibus 10-40 cm., foliis latioribus angustioribusve margine nunc integerrimis nunc remote dentatis serratisve, stipulis lineari-subulatis aut lanceolato linearibus plus minus- ve elongatis, pedunculis bracteolatis ebracteolatisve folium subequantibus aut eo multo longioribus, sed hee note, ut jam monuit cl. Ball (Spic., p. 350) nimis instabiles, et varieta- tes certee vix distingui possunt. Hab. in regione inferiori ubi in collibus arenosis calcareis- que, inter fructices, etin rupium fissuris huc illus frequeris: ad Puerto de Santa María (Gutiérrez); c. San Roque (Brouss.); in Conil, Tarifa et San Fernando (Clem.); e. Chiclana (Chape!, Col.); pr. Puerto Real (Bourg.); ad Molino de la Calera urbis Arcos; in ditionis Jerez locis Lomas de Cuartillo, Puerto de Gui- llén, Dehesa de la Sierrezuela, et alibi.—5h. Decemb., Apr. (mov. eb.s.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania et Gallia medi- terranex*, Baleares, Imp. Maroccanum, Algeria. 1.589.—V. tricolor Z. Sp. pl., p. 1326.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 306.—P. tric. a. hor tensis DC., Prod. 1, p. 303.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 702.— V. tric. hortensis, violacea, alba, lutea, incisis folits Barr., Plant. ic. 696! —Vaul. Zrimitaria, Pensamiento. Hab. in hortis culta, et inde interdum aufuga.—O. Mart., Majo. (v. v.) f. arvensis DC., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c.—V. arvensis Brot., "Elor. Lus;, 1..c.=M ¿recolor Reich., le. 1..c., ti 21, f. 45171 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (592) Hab. in arvis regionis inferioris, ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez ex Colm.) —(n. v.) y. Demetria (Boiss., Flor. or. 1, p. 466.—Wk. et Lge., l. c.!— V. Demetria Prol.! in Boiss., Voy. bot. 11, p. 73.—Willk., Tilust: Flor-¿Hispst, p. 148; 1.841 Hab. in fissuris rupium et glareosis sylvaticis regionis mon- tanee et subalpine: in montibus supra Grazalema; in Sierra del Pinar pr. Benamahoma.—(v. v. et s.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere tota, Asia occidentali, Sibiria, Africa boreali, Canariis, Madera, Azoricis; var. y. in Lusitania, Hispania australi, Grecia. 1.590.—V. parvula 77. Pug, pl. Sic., p. 5.—Guss., Flor. Sic., Pr. 1, p. 256.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 73.—Willk., Suppl. Prodr. Fl. Hisp., p. 288.— V. tricolor v. bellivides DC., Prodr. 1, p. 304.—Y. tric. var. par- vula Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 702. Hab. in incultis regionis montan«e: in Cerro de San Cristo- bal supra Grazalema (Reverch.)—0. Maj., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Montes Hispanie australis, Corsice, Siciliz, Grecize, Crete, Asise minoris. Fam. Droseraceze DC. Drosophyllum Zin4. 1.591.—Lusitanicum Zinf%. Schrad., Journ. 1806, 2, p. 13.—Saint-Hil., Mem. Mus. 11, p. 124, t. 4, f. 13.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 05.—Debeaux, Flor. Gib., p. 32.—Drosera Lusitanica L., Sp. pl., p. 403.—Cav., Anal. cien. nat., p. 43. — Spergula droseroides Brot., Flor. Lus. 1). p. 210; Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis dumosis, glareosis, et rupestribus calcareis huc illuc occurrit: in collibus pr. 4/yeciras (Née, Clem., Schott, Webb, Boiss., Willk.); in monte Picacho de Alcalá de los Gazules (Clem., Bourg.); c. Chiclana (Clem., Rodr., Cabrera!, Colm.) in loco (593) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 207 Pinar de la Dehesilla; in Sierra Carbonera et collibus pr. San Roque (Gutiérrez, Winkler, Fritze, Dautez); c. Tarifa (Boiss.); in Cerro de la Comadre ditionis Los Barrios (Willk., Winkler); c. Palmones (Reverch.); in Sierra de la Potrica pr. Jimena; in Sierra del Aljibe ditionis Jerez, et alibi.—2%. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis Mauri- tania Tingitana. Fam. Gistineze DC. TRIB. CISTE/E Wilk. Cistus 70urn. 1.592.—C. albidus Z. Sp. pl., p. 737.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 258.—Reich., Ic. Flor., Germ. 111, t. 39, f.-4555!-—Willk., Ic. et deser. 11, p. 17, t. 171 — Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 707.—Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 411 et Atl. t.53, f. 21 —Cistus mas 1, Clus., Bar. pl. hist. 1, p. 68, f. 21 —C. mas folio oblongo incano Quer., Flor. Esp. 1v, p. 321, t. 46! —Vulg. Jorgazo v. Juagarzo blanco. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis calca- reisque dumosis et collibus apricis huc illuc valde frequens: in Sierra de San Cristobal pr. Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in Picacho de Alcala de los Gazules, et in Cerro de San Cristobal supra Grazalema (Clem.): c. San Roque (Bruss., Kel.); pr. Chi- clana (Cabrera!); in Llano de la Duquesa inter Zahara et GFra- zalema, etin Sierra de Granada pr. Vejer (Laguna); in collibus pr. Ubrique; in Sierra del Saladillo c. Algeciras; in Dehesa de Cuartillo et Dehesa de los GFarciagos ditionis Jerez, et alibi.— 5. .APES Ma]. (v.v. eb.s:) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 1.593.—C. Crispus Z. Sp. pl., p. 738.—Cav., Ic. 1, p. 57, t. 174! —Brot., Flor. Lus. 11, p. 258.—Reich., Ic. 1. c., t. 38, f. 4564! —Willk., Ic. et descr. 1, p. 18, t. 78!—Ball., Spic., p. 342.—Wk. et Lge., l. c. u1, p. 707.—Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 412, et Atl., t. 54, 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (591) f. 1!—Cistus mas v, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 69, f. V—V. Jua- garzo prieto. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis glareosisque dumosis et collibus apricis huc illuc valde frequens: ad Con- vento de la Piedad pr. Puerto de Santa María (Gutiérrez!); c. Sanlúcar et ad Alcalá de los Gazules (Clem.); c. San Roque (Brouss.); pr. Chiclana (Cabrera, Fauché, Colm.); c. Grazalema, pr. Jimena et in locis Sierra de Granada et Pinar de la Breña oppiduli Vejer (Laguna); in Sierra de Palma oppid. Los Barrios (Winkler); c. Algeciras (Reverch.); in collibus pr. A7cos; ad Puerto de Guillén ditionis Jerez, et alibi. —5 t. Apr., Jun. (Mí. va¡eb's.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 1.594.—C. Monspeliensis L. Sp. pl., p. 737.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 260.—Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 413, et Atl., t. 53, f. 1!—C. Monsp. a. vulgaris Willk., Ic. et-deser. 1, p. 30, t. 86, f.-1!—Wk. et Lge., L+c. uE p. 708.—Ledon guintum Clus., Rar., pl. hist. 1, p. 79, f. 1! — Vulg. Juagarzo negro, Saguarzo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis calca- reis argillosisque dumosis et collibus siccis satis frequens: c. Algodonales et ad Alcalá de los Gazules (Clem.); c. Chiclana (Fauché); pr. San Roque (Willk.); pr. Sanlúcar (Colm.); c. G7a- zalema, etad Cabo de Trafalgar pr. Vejer (Laguna); in collibus pr. Algar; in Dehesa de Cardela ad Benaocaz; in Dehesa de Atrera opp. Arcos; in loco el Alcornocalejo ditionis Jerez, et alibi.—5%. Apr., Jun. (v. v.) S-var. minor Willk., Ic. et descr., l. c., t. 86, f. 2! —WKk. et Lee 10c; Hab. in eisdem locis cum precedente. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Europe et Africe regio mediterra—- nea, Canarie, Madera. 1.595.—C. hirsutus L4m. Dict. 11, p. 17.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 260.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 35, t. 90! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 710.—Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 414.—Zedonia hirsuta Spach., Hist. veg. vi, p. 79.—Ledon quartuni Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 78, f. 3! (595) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 209 Hab. in dumosis nemoribusque regionis inferioris: in vici- nitatibus Cádiz (Fauché ex Willk.)—5. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis et pree- cipué boreali-occidentalis; in Gallia occidentali rarissimée. 1.596.—C. salviefolius /. Sp. pl., p. 738.—Cav., Ic. 11, p. 31, t. 137!1—Brot., Flor. Lus. 11, p. 259.—Reich., Ic. l. c., f. 4559! —Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 415, et Atl., t. 559, f. 2I—C. salvief. a. vulgaris Willk., Ic. et diescr.11p. 39, t:91, £ 1et 2I—WKk. et Lge., l: e. 11, p. 710.— C. femina Clus., Bar. pl. hist. 1, p. 70, f. 1!—Vulg. Juagarzo MOTÍSCO. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis calca- reisque dumosis, sylvaticis, et in collibus apricis huc illuc frequens: c. Puerto de Santa Marta (Osbeck, Gutierr., Rodrig.); ad Alcala de los Gazules (Clem.); ec. Chiclana (Cabrera!) in Pinar de la Dehesilla; in vicinitatibus San Rogue (Kel., Dautez); pr. Sanlúcar (Colm.); ad. Puerto del Moro ec. Grazalema, in Sierra de Granada c. Vejer et in Sierra de Luna oppid. Los Barrios (Laguna); c. Algeciras (Dautez); pr. Ubrique; im colli- bus c. Arcos; in Llanos de Caulina, Torre de Melgarejo, Dehesa de Berlanga, et alibi ditionis Jerez, et in aliis locis.—?. Mart., Majo. (v. v. et s.) £. cymosus Willk.,. Ic. et descr., 1. C., p. 39, t. 92, £ 3!—Wk. Ene al. Cs Hab. in arenosis dumosis regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz (Fauché); pr. Chiclana (Chape!)—(v. s.) y. grandifoltus Willk., Ic. et descr., l. c., p. 38, t. 91, f. 3l— Vulg. Jorgazo prieto in Benaocaz. Hab. in collibus calcareis dumosis regionis montan:e: pr. Villaluenga; in Dehesa de Cardela c. Benaocaz, et alibi. —(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia austro- occidentali, et regione omni mediterranea. 1.597.—C. populifolius Z. Sp. pl., p. 736.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 260.—C. populif. a. major DC., Prodr. 1, p. 266.—C. populif. var. laziocalyz ANALUS DE HIST. NAT.—XXV. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (596) Willk., Ic. et descr. 11, p. 40, t. 94, f 3!—WKk. et Lge., l..c. 11, p. 711.—Vulg. Jara macho, Estepa. Variat. foliis glabris aut subtud v. utriuque puberuli. Hab. in regione inferiore et montana ad alt. 300-1.100 m., ubi in arenosis calcareisque in montium mediocrium cacu- mine preecipuée crescit, plagas latas seepissime tegens: in Picacho de Alcala de los Gazules (Clem.); in Silla de la Reina aliisque montibus c. San Roque (Schott, Willk., Kel.); in Sierra de Luna ad Algeciras (Willk., Laguna); in Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Willk., Dautez, Reverch); in mon- tibus pr. Frazalema (Reverch.); in Sierra de la Gallina, Sierra del Aljibe et Sierra de las Cabras ditionis Jerez et alibi.—>). May JO YY) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia mediterra—- nea, Africa boreali-occidentali; var. lazyocalyz in Lusitania et Hispania australibus, Mauritania Tingitana. 1.598.—C. ladaniferus /. Sp. pl., p. 737.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 261.—Swe. et Cist., t. 84.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 43.—Wk. et Lge., l. c. mí, p. 7112.—Lagunha, Flor. for. esp. 11, p. 418.—C. ladanif. hisp. Salicis folio, fore candido Tourn., Inst., p. 260.—Vulg. Jara. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in solo arenoso, glareoso ef siliceo plagas latas in locis variis obducit: pr. 4/- cald de los Gazules (Cabrera!); ec. Grazalema (Laguna) in et Alcornocal; inter Ubrique et Algar; in Dehesa de la Alcaria, Dehesa de Garcisobaco, Dehesa del Charco, et alibi ditionis Jerez, et in aliis locis.—5. Mart., Apr. (v. v. et s.) Forma petalis albis basi macula atro-sanguinea.—C. ladanf. g. maculatus Willk., Ic. 1. c., t. 96, f. A!, rarissimé apud nos ocurrit. Ar. geogr.—Gallia mediterranea, Hispania, Lusitania, Imp. Maroccanum, Algeria. 1.599.—(.. Bourgeanus Coss. Pl. crit., p. 30.—Walp., Ann. bot. 11, p. 825.— Willk., Ic. et descr. 11, p. 48, t. 99! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 113.—Laguna, Flor. for. esp. 1, p. 420. Hab. in arenosis dumosis sylvaticisque regionis inferioris: in vicinitatibus Cadiz (Duf.); in pinetis pr. Chiclana (Cabrera, (597) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 211 Bourg.) in loco Pinar de la Dehesilla; c. Sanlúcar (Clem., Bourg, Colm.); c. Vejer in Pinar de la Breña (Laguna) et in Dehesa Monte de Enmedio; in Pinar de Villanueva pr. Puerto Real; in quercetis inter Jimena et San Roque, et alibi.—+. Mart., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania austro-occiden- talis. Halimium Spac) ez p. 1.600.—H. umbellatum Spac/. Hist. veg. vi, p. 61, var. viscosum Willk., Ic. descr. 11, p. 54. —Wk. et Lge., l. c. ni, p. 714.—Helianthemum uwmbellatum Boiss:, Voy. bot. 11, p. 61, Sy: excel. Hab. in arenosis sylvaticis regionis inferioris: in pinetis ad sinum Gaditanum (Willk.)—>%. Apr., Majo. (nm. v.) Var. verticillatum Willk., Ic. et descr., 1. c., t. 100, f. 2! —Wk. et Lge., 1. c.—Cistus verticillatus Brot., Flor. Lus. 11, p. 262. —Ledonm Xx, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 81, f. 1! Hab. in incultis ad Puerto de Santa Maria (Lagasca ex Colm.)—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia media et occidentalis, Balearibus, Grecia, Syria, Algeria, Imp. Maroc- cano; var. verticillatum in Lusitania et Mauritania Tin- gitana. 1.601.—H. Libanotis Zange. Pug., p. 285.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 715.—Cistus Libano- SSP. pl. p. 139, et-Brot:, Flor. Lus.11,p. 261. non: Desf. nec Lam.—Helianthemum Libanotis Willd., Enum. pl., p. 570. —Boiss., Voy. bot. 11, p. 61.—Halimium rosmarinifolivin Spach., Hist Wesisc.p. 62.—=WIillk., lc. et. descr:,-1:C.. p. 59; t: 101! —Ledon vur, Clus., 1. c., p. 80, f. 2! Hab. in arenosis dumosis sylvaticisque regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz (Picard); in quercetis supra San Roque (Boiss.); c. Conil, et inter Puerto de Santa Maria et Puerto Real (Wilk.); in pinetis pr. Chiclana (Bourg.!, Colm., Lange, La- guna) in pineto de la Dehesilla dicto; in Pinar de la Breña ad Barbate, atque inter Algeciras et Jimena (Laguna); in Dehesa 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (598) Monte del Medio pr. Vejer in Dehesa la Algaida e. Sanlúcar, et alibi.—5. Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis, Mauri- tania Tingitana. 1.602.—H. ocymoides W?il/%. Wk. et Lge., l. c. 11, p. 115.—Cistus ocymoides Lam., Dic. 11, p. 18.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 263.— Helianthemum ocymoides Pers., Syn. 1, p. 76.— Halimium heterophyllum «. erectum Willk., Ic. et descr., 1. C., p. 57, t. 103! —Cistus folio Sampsuci Clus ac, p 111321 Hab. in arenosis dumosis sylvaticisque regionis inferioris et montan+e: pr. Conil (Clem. ex Colm.); in montibus inter G74- zalema et Montejaque (Laguna).—5. Maj., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispaniaque medie et australes. 1.603.—H. formosum JV¿11/. Ic. et descr. 11, p. 59, t. 102, f. Al— PH. laxtanthum a. alyssot- des Spach., Hist. veg. vi, p. 58 ex parte.—Cistus formosus Cur- tis, Bot. Margaz, t. 265.—Ait., Hort. Kew. 111, p. 306.—/Zelian— themum formosum Dunal in DC., Prodr. 1, p. 268. Hab. in dumosis regionis inferioris: in Sierra de Palma ditio- nis Los Barrios (Winkler).—5. Apr., Majo (nm. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis. 1.604.—H. eriocephalum JW:¿!!%. lec. et desecr. 1. c., p. 62.—WKk. et Lge., 1. Cc. Ip: iS H. larianthum £. cheiranthoides Spach., 1. Cc. ex p.-—Cistus laxianthus Lam., Dict. 11, p. 19.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 264.— Heliantemum laxianthum Pers., Syn. 1, p. 76. Valde probabile mihi videtur, hanc dictam speciem cum H. formoso simul, nil nisi 4. occidentalis stirpem australem esse, nam diaenosticee notee ut iis distingui possint indicate, instabiles sunt, et capsulee seminaque eorum omnium prete— rea omnino «equalia. Lusitania, disseminationis ejus specici senen latiore, centrum est, ibidemque inter extremos typos forme medie mihi videntur occursure. In ditione nostra 27. eriocephali forme due ambiguiis aliis promiscuis vulgares sunt. (599) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 213 B. microphyllum: Willk., lc. 1. c., t. 105, f. 2! — Wk. “et Taco Hab. in arenosis calcareisque dumosis regionis inferioris et montanee, ubi ad alt. 1.050 m. adscendit: in monte Picacho de Alcalá de los Gazules (Webb., Bourg.); in ditionis Jerez locis Sierra de las Cabras, Sierra de la Gallina, Peñones de Tinajero, El Cándalo, et alibi.—5. Mart., Majo (v. v.) y. asperrimum Willk., lc. 1. c., t. 105, f. 31—WKk. et Lge., 1. c. Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior: in Dehesa de la Almoraima pr. San Rogue (Willk.); in cacumine Cerro de la Comadre et Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Willk., Reverch.); in Sierra de Luna supra Algeciras (Boiss., Laguna, Winkler); in Sierra de Cámara ec. Castellar; in ditionis Jerez Jocis Sierra del Aljide, Loma de la Novia, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Ocurrit quoque in Lusitania australi. 1.605.—H. halimifolium JV¿11%. Wk. et Lge., l. c. 11, p. 7117.—H. lepidotum Spach., 1. c., p. 56.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 65, t. 107, f. 1 et 2! —Cistus halimifolius L., Sp. pl., p. 738.—Cav., Ic. 11, p. 31, t. 138! — Brot., Flor. Lus. 1, p. 263.—Helianthemum halimifolium Wild., Enum., p. 569.—Helianth. crispatum Boiss. et Reut., Diagn. plo=or. 2, n.-1, p. 51.—Cistus folio halimi 1, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 71, f. 1! —Vulg. Saguazo. Planta quoad staturam, indumentum, foliorum petalorum- que figuram et dimensiones, foliolorum epicalycis longitudi- nem, et filamentorum colorem valde variabilis. Specimina lecta a me nonnulla valde accedunt ad Hal. multiflorum Willk. quod ad varietatem cl. Ball merito, ut opinor, reduxit. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis, pinetis ericetis- que, et collibus dumosis huc illuc abundanter occurrit: inter Gibraltar et San Roque (Brouss., Schott, Dautez); ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!, Schousb., Bourg.!, Colm.); ce. Conil, Tarifa, Ubrique (Clem.); c. Chiclana in pinetis (Rodrig., Cabre- ra!, WillIk., Lange, Colm.) et in Dehesa de Campano ubi forme ad. 4. multiflorum spectantes; in vicinitatibus Cddiz (Fauché, Webb.); in montibus supra 4 lyeciras ubi forma crispata (Boiss., Reut., Reverch.); in Pinar de la Breña c. Vejer, et inter A lge- ciras et Jimena (Laguna); pr. Arcos; in Dehesa de la Algaida 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (600) c. Sanlúcar; in ditionis Jerez locis el A lcornocalejo et Dehesa de la Arenosa, et alibi.—5. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania mediterranea, Baleares, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia, Algeria, Imp. Maroccanum. El 24. atriplicifolium Spach, que se encuentra en los límites occidentales de la provincia de Málaga, no se ha indicado hasta ahora en el territorio de nuestra Flora. Tuberaria Spac). 1.606.—T. vulgaris Will£. Ic. et descr. 11, p. 69, t. 110! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 719.— Cistus Tuberaria L. Sp. pl., p. 741.—Cav., Ic. 1, p. 65, t. 67! — Brot., Flor. Lus. n, p. 268.—Helianthemum Tuberaria Mil., Dict., n. 10.—Reich., Ic. Flor. Germ. nr, f. 4528! Species quoad staturam, ramorum rhizomatis formam lon- gitudinemque, foliorum indumentum, et eorum calycumque dimensiones valde variabilis, sed varietates certee vix distin—- gui possunt. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis calca- reisque sylvaticis, collibus dumosis ericetisque huc illuc satis frequens: in Puerto de Santa Maria et Puerto Real (Osbeck); c. Algeciras, et ad Alcala de los Gazules (Clem.); in pinetis e. Chiclana (Cabrera!, Fauché); c. San Rogue (Schott, Willk., Dautez); in Dehesa de la Almoraima dit. Casteliar (Boiss., Willk., Reverch.); in collibus inter Vejer et Tarifa (W1lk.); in Sierra de Retin c. Vejer (Laguna); in Sierra de Luna C. Al- geciras (Laguna, Winkler); in montibus ditionis Jerez sed inter Ubrique et Alcalá de los Gazules sitis, nempe: in Dehesa del Torongil (forma lanata), in Dehesa de la Jardilla et Dehesa de Montifarti (forma sufruticosa), in Sierra del Aljibe (forma alpestris).—+. 2%. Mart., Maj. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania et Europe precipue occidentalis Afri- ceeque regio mediterranea. 1.607.—T. variabilis W1ll%. Ic. et descr. 11, p. 73, t. 112, f. 1-41—7”. anmua Spach, Hist. veg., l. c. ex p.—7. variat. a. vulgaris Wk.. et Lge., l. c. m1, p. 720.—Cistus guttatus L., Sp. pl., p. 742.—Brot., Flor. Lus. 1, (601) Perez Lare.—FLORULA GADITANA. 215 p. 268.—C. serratus Cav., Ic. 11, p. 57, t. 175, £ 1!—Helianthe—- mum guttatum Mill., Dict., n. 18.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 210. —H. eriocaulon Dunal in DC., Prod. 1, p. 271. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis, pascuis, pinetis, quercetis, et collibus aridis frequenter occurrit: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Clem., Rodr., Winkler); in Conil, et Alcalá de los Gazules (Clem.); in Pinar de la Dehesilla c. Chi- clana (Cabrera!); in vicinitatibus Cadiz (Boiss.); in collibus pr. Medina (Willk.); in Sierra Carbonera c. San Rogue (Dau- tez); in Dehesa de Berlanga ditionis Jerez, et alibi.—0O. Mart., Majo (v. v. et s.) 8. plantaginea Willk., Ic. 1. c., p. 75, t. 112, £, 5 ett. 1131— Wk. et Lge., 1. c.—Cistus guitatus y. major Lam., Dict. 11, p. 23.—C. plantagineus Willd., Sp. pl. 11, p. 1197.—C. serra- tus Desf., Flor. Atl. 1, p. 416.—Helianthemum plantaginevm Pers., Syn. 1, p. 77.—11. guttatum £. plantagineum Moris, lc pool Variat precipué partibus omnibus minoribus, pubescentia densiore.— Helianthemum precoz Salzm. exs.— Willk., lc. 1. c., t. 114,1. 1! Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis et collibus arenosis ambe forme frequenter occurrunt: c. A /geciras in loco el Áce- buchal (Clem.); in collibus pr. Vejer (Willk.); in Sierra Carbo- nera c. San Rogue (Dautez); inter 417cos et Algar; in ditionis Jerez locis Dehesa de las Cuevas, el Alcornocalejo, et alibi. — (v. v,) y. inconspicua.—Helianthemum inconspicuum 'Thib. in Pers., Syn. 1, p. 77.—H. guttatum y. inconspicuuwm Moris, Flor. Sard., l. c.—Ball, Spic., p. 345. —Zuberaria inconspicua NM Tc loe. po 78), 1. 416,+£B1=Wk. et. .Lge.;, L.: C., P:122. Hab. in eisdem locis: in Dehesa de la Almoraima ditionis Castellar (Boiss., Reut., Dautez); in Gibraltar (Dautez): in Pinar de Villanueva c. Puerto Real; in pinetis inter Vejer et Barbate; in ditionis Jerez locis Llanos de la Caulina, Dehesa de Malabrigo, et alibi.—(v. v.) o. brevipes.—Helianthemum brevipes Boiss. et Reut., Pug., p. 13. 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (602) —Tuberaria brevipes Willk., Ic. et descr. 1, p. 79, t. 116, f. AI—Wk. et Lge., 1. c., p. 722.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 29.—H. villosissimum Pomel, Mat., Flor. Atl.? Hab. in eisdem locis in consortio preecedentis: inter Gibral- tar et San Roque (Boiss., Reut.); in Dehesa de la Almoraima ditioni Castellar (Boiss., Reut., Debeaux); in collibus inter Castellar et Jimena; in pinentis c. Vejer, et alibi.—(v. v.) Inter varietates has enumeratas forme ambigue seepe occurrunt. Ar. geogr.—Spec. in Europa media, Lusitania, regione omni mediterranea; Canariis; $£. in Lusitania et regionis omni mediterranea; y. in Lusitania et reg. mediterranea occiden- tali; o. in Hispania australi, et ¿Algeria? 1.608.—T. bupleurifolia 141%. Ic. et descr. 11, p. 77, t. 115! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 721.— Cistus bupleurifolius Lam., Dic. 11, p. 22. — Helianthemum bupleurifolium Dunal in DC., Prodr. 1, p. 270. Variat precipue racemis laxis v. densis multifloris, pedi- cellis calycibusque viscoso-puberulis et pilosiusculis aut fere o'labris. Forsan a precedenti non proprié distincta. Hab. in regione inferiori ubi in pascuis arenosis, quercetis, pinetisque huc illuc provenit: in pinetis pr. Puerto Real; inter Chiclana et Medina; in Dehesa de Malduerme et Dehesa de la Arenosa dit. Jerez, et alibi.—O. Mart., Majo. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Algeria. 1.609.—T. macrosepala IVill%. Tc. etidescr. 11, p. 80, t. 117,-L. BEZ2Wk.* et ¡Lze. ies p. 722.—Helianthemum macrosepalum Dunal ap. Salzm., pl. exs. —H. guttatum v. macrosepalum Ball Spic., p. 345. Hab. in regione inferiore, ubiin pascuis arenosis, pinetis, et collibus asidis huc illuc frequenter provenit: in vicinitatibus Cádiz (Fauché); in pinetis c. Chiclana (Chape!); supra San Rogue (Boiss., Reut.); pr. Sanlúcar (Bourg.); inter Gibraltar et San Rogue (Ball); in Pinar de Villanueva c. Puerto Real; in Llanos de Caulina dit. Jerez, et alibi. — GO. Apr., Maj. (Mv es) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Mauritania Tin— gitana, Algeria. (603) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 217 1.610.—T. echioides W:¿ll%. Ic. et descr. 11, p. 81, t. 118! —WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 722.— T. annua Spach., 1. c. ex parte.—Cistus echioides Lam., Dic. 11, p. 21.—Helianthemum echioides Pers., Syn. n, p. 77.—4A. hete—- rodoxum Dunal in DC., Prodr. 1, p. 270.—H. scorpioides Coss., BIICTIC:. p. 29: Hab. in regione inferiori, ubi in arenosis incultis et collibus aridis huc illuc provenit: c. Cadiz (Fauché); pr. Algeciras (Schott, Reverch.); c. Gibraltar et ad San Roque (Boiss., Reut.); ec. Chiclana (Bourg.); ad Convento de la Piedad pr. Puerto de Santa Maria (Bourg., Colm.); in Sierra de San Cristobal ditio— nis Jerez, et alibi.—O. Apr., Majo (v. v. et s.) Characteres quibus a 7. variabili tam hec quam 7. macro—- sepala distinguuntur non graves, in hoc grege mihi videntur, _ sed formas intermedias non vidi. Ar. geogr.—Occurrit quoque in Algeria. Helianthemum 70urn. ex p. 1.611.—H. Niloticum Pers. Syn. 11, p. 78.—H. ledifolium «a. macrocarpum Willk., Ic. et descr. 11, p. 86, t. 120! —Wk. et Lge., l. c. nr, p. 725.— Cistus Niloticus L., Mant., p. 246.—C. ledifolius Brot., Flor. Su. 2. Hab. in argillosis arenosis calcareisque incultis et collibus siccis regionis inferioris: c. Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in vicinitatibus Cadiz (Fauché); c. Sanlúcar (Colm.); in collibus pr. Medina; ad balneas Fuente-amarga oppidi Chiclana, et alibi.—(G. Mart., Apr. (v. v.) £. Microcarpum Coss. in Bourg., Pl. Hisp. exs.—Boiss., Flor. or. 1, p. 441.—H. ledifolivm v. microcarpum Willk., Ic. l. c., t. 121! —Wk. et Lge., 1. e. Hab. in collibus aridis: ad Convento de la Piedad pr. Puerto de Santa Maria; in Mesas de Bolaños dit. Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—-Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 1.612.—H. salicifolium Pers. Syn. 1, p. 78.—Cistus calycifolius L., Sp. pl., p. 742.—Brot., Elor: Lus. 11, p+.2/%: 218 ANALES DE HISTORIA. NATURAL. (604) Species quoad indumentum, dimensionem omnium partium, foliorum sepalorumque formam, et colorem seminum summé variabilis; typis duobus formis variis, ambiguis nonnullis; conjunctis ocurrit: a. genminum.—H. salicifolium a. macrocarpun et 5. microcarpum Willk., Ic. et descr.11, p. 90, t. 123, f. A. 1-3! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 7125.—4. salicifolium et H. denticulatum Dunal in DC.;-Prodr,L.p.-212: Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, argil- losis calcareisque incultis, pascuis et collibus apricis huc illuc provenit: c. Puerto de Santa Marta (Osbeck.. Rodriguez): pr. Conil (Clem.); ad Alcala de los Fazules (Webb.); in vicini- tatibus Cadiz (Fauché); c. Puerto Real, pr. Jerez, et ad San Fernando (Wilik.); c. Chiclana (Lange); in Sierra de Albarra- cón inter Benamahoma et Benaocaz.—O. Mart., Maj. (v. v.) ; 6. intermedium Pers., Syn., l.c.—4H. imtermedium, Thib.in DO., Prodr.., 1. C., p. 126.— Cistus salicifoltus Cay Uco p. 35, t. 144! Hab. in collibus aridis: c. Santicar (Colm.); pr. Grazalema (Reverch.); in Sierra de la Silla ec. Benaocaz; ad Molino de la Calera pr. Arcos, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi, Asia occidentali, Afri- ca boreali; var. $. in Lusitania, Hispania, Gallia australi, Ita- lia, Istria, Algeria. 1.613.—H. Zgyptiacum 1/11/. Dict., n. 23.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 64.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 94, t. 124, f. B!—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 126.— Cistus Egyptiacus L., Sp. pl., p. 742.—Brot., Flor. Lus. IL p. 272. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque incultis, pascuis, ericetis pinetisque et collibus siccis huc illuc frequens: c. Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); pr. Conil (Clem.): in vicinitatibus Cadiz (Fauché); pr. Alcala de los Ga- zules (Webb.); e. San Roque (Willk.); pr. Santúcar (Colm.); in collibus ad 4 /gar; in Llanos de Caulina pr. Jerez, et alibi.—0O. RebE: AD Waya) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et australis, Sardi- nia, Sicilia, Italia australis, Asia occidentalis, Africa borealis. (605) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 219 1.614.—H., pilosum Pers. Syn. 1, p. 79. —Willk., Ic. et descr. 1, p. 104, t. 132 et 133. Wk. et Lge., l. c. mm, p. 7128.—MH. racemosum Dunal in DC., Prodr. 1, p. 281.—/2. violaceum Pers., 1. c.—Cistus violaceus Cav., Ic. 11, p. 38, t. 147! Hab. in argillosis calcareisque aridis regionis inferioris et montanee: c. Algodonales (Clem.); pr. Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); ad Chiclana (Rodr., Cabrera).—5. Maj., Jun. (n. v.) Secundum cl. Colmeiro specimina in iis locis indicata ad var. genuina Willk. formam 3 et 4 pertinent. A. vulgare item secundum cl. Colmeiro (Enum., pl. Hisp.— Lus. 1, p. 231) in Chiclana et Conil a Clemente, et in Puerto de Santa Maria a Gutiérrez detectum fuit; sed quum heec species nec in Beetica nec in Lusitania australi observata sit, suspi- candum auctores commemoratos 4. hirtum pro H. vulgari habuisse. Ar. geogr.—4. pilosum in Lusitania, Hispania, Gallia aus- trali, Liguria, Algeria, Imp. Maroccano. 1.615.—H. hirtum ers. SynM. 11, p. 79.—Cistus hirtus L., Sp. pl., p. 744.—Cav., Ic. 11, p. 37, t. 146! —H. hirt. a. erectum Willk., Ic. et descr. 11, p. 122, 0147, E: 1 et 2!1—Wk. et Lge., 1. C. 11, p. 732. Hab. in arenosis, argillosis calcareisque incultis, etin colli- bus aridis regionis inferioris: c. Puerto de Santa Maria (Osbeck, Rodríguez); in vicinitatibus C/4diz (Fauché ); pr. Vejer in Sierra de Granada (Laguna) et in Dehesa Monte del Medio; in collibus c. Arcos; in Lomas del Cuartillo et Dehesa de la Sierrezuela ditionis Jerez, et alibi.—5+. Mart., Jun. (v. v.) £..procumbens Willk., Ic. 1. c., t. 147, f. 41 —Wk. et Lge., 1. c.— —H. hirtum o. Beticum Dun. in DC., Prodr. 1, p. 281. Hab. in eisdem locis: in Sierra de San Cristobal ditionis Jerez (Willk.) ad Puerto de Buenavista; ad Convento de la Pie- dad e. Puerto de Santa Maria.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis. 1.616.—H. lavandulefolium 7C. Flor. Fr. 1v, p. 820.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 134, t. 152, 1, B, et t. 153, f. A et BI—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 736.— 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (606) Cistus lavendulefolius Lam., Dict. 11, p. 25.—C. racemosus Cav., Ic. 1, p. 33, t. 140! —C. lavandule latifolie folio Barr., Plant. ic. 288! Hab. in regione inferiore ubi in arenosis incultis, rupestri- bus, et collibus gypsaceis calcareisque aridis huc illuc prove- nit: in vicinitatibus Cddiz (Fauché); c. Chiclana (Colmeiro, Laguna); ad San Rogue (Dautez); in coliibus pr. 4 /cala de los Gazules; ad Molino de la Calera pr. Arcos; in loco el Alcornoca- lejo dicto ditionis Jerez, et alibi.—5. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia mediterranea, Cor- sica, Grecia, Asia mediterranea, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.617.—H. squamatum Pers. Syn. IL, p. 78.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 68.—WIillk., Ic. et descr. 11, p. 138, t. 153, f. C! —Wk. et Lge., 1. c. n1, p. 736.— Cistus squamatus L., Sp. pl., p. 743.—Cav. Ic. 11, p. 32, t. 139! —Desf., Flor. Atl. 1, p. 416.—Cistus humilis, compactis in verti— cillos, minoris Halimi, foliis Barr., Plant., ic. 327! Hab. collibus gypsaceis regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz (Cabrera, Willk.); inter Chiclana et Conil (Chape!)—5. Maj., Jun. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Algeria. 1.618.—H. rubellum P7es/. Del. Prag., p. 25.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 66.—H. rubell. a. nMMNMmULarafolium Willk., Ic. et descr. 11, p. 140, t. 155!— Wketilgses 10 nep 198. Hab. in rupestribus calcareis regionis montanee et subal- pina: pr. Grazalema (Reverch.); in Monte Prieto circa Zahara. —Ma]., Jun. (v.v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Algeria, Imp. Ma- roccanum. 1.619.—H. marifolium DC. . Flor., Fr. 1v, p. 817.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 66.—4H. mar?f. a. geninam Willk., Ic. et descr. 11, p. 145, t. 158! —Wk. et Lge , l. Cc. nL, p. 739.—Cistus marifolius Cav., Ic. 11, p. 34, t. 143!— Brot., Flor. Lus. 1, p. 266.—Chamecistus luteus, Thymi durio—- ris folio Barr., Plant. ic. 44]! Hab. in arenosis calcareisque dumosis, rupestribus, et colli- - (607) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 221 bus gypsaceis regionis inferioris et montanee: pr. Grazalema (Clem., Reverch.); c. Conil (Clem.); in collibus c. Chiclana (Clem., Chape!, Colm.)—5. Apr., Jun. (v. s.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania et Gallia medi- terranee, Baleares. Fumana Spac/. 1.620.—F. glutinosa Bojss. Flor. or. 1, p. 449. —Wk. et Lge.. 1. c. m1, p. 743.—F. viscida Spach., Hist. veg. vi, p. 12.—F". visc. a. genuina Willk., lc. et descr. 1, p. 159 ex p., t. 164, f. 1! —Cistus glutinosus L., Mant., p. 246.—Cav., Ic. 11, p. 36, t. 145, f 21 — Helianthemum gluti—- nosum Pers., Syn. 1, p. 79.—Chamecistus incanus Tragorigani folio hispanicus Barr., Plant., ic. 415! Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis calcareisque incultis, rupestribus, declivibus collibusque aridis huc illuc frequenter occurrit: c. Sanlúcar (Clem.); in pinetis pr. Chiclana (Fauché); in monte Gibraltar (Willk., Dautez); c. Vejer in Sierra de Eranada etin Pinar de la Breña (Laguna): in ditionis Jerez locis Dehesa de los Farciagos (Laguna), Dehesa de Gigonza, et Puerto de Guillén: in collibus c. 47cos; ad la Piedad e. Puer- to de Santa Maria, et alibi.—?. Mart., Maj. (v. v.) B. thymifolia.—Cistus thymifolius L., Sp. pl., p. 743.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 269.—-Helianthemum thymifolium Pers., Syn., 1. c.—Pumana viscida g. thymifolium Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 1714.—Chamecistus luteus, Thymifolio oligan- ¿hes Barr., Plant. ic. 444! Hab. in eisdem locis: c. Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); pr. Chiclana (Cabrera); in pinetis c. Puerto Real; in collibus c. Algar; in montibus Jardales de Medina; in Dehesa de los Cuquillos dit. Jerez, et alibi.—(v. v.) y. Jumperina Wk. et Lge., 1. c., p. 744.—Helianthemum juni—- perinum Lag. in DC., Prodr. 1, p. 275.— Fumana vis- cida y. juniperina Wilk., Ic. 1. c., p. 160, t. 164, f. 3!— Chamedcistus luteus Thymi folio polyanthos Barr., Plant. ic. 443! 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (608) Hab. in arenosis rupestribusque apricis: in vicinitatibus Cádiz (Fauché, Duf.); pr. San Roque (Willk.) —(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione omni mediterranea. 1.621.—PF. levipes Spací. Hist. veg. vi, p. 14.—Willk., Ic. et descr. 11, p. 162, t. 166!— Wk. et Lge., l. c. u1, p. 744.—Cistus levipes L., Sp. pl., p. 739. —Cav., Ic. 11, p. 56, t. 173!—Brot., Flor. Lus. 11, p. 267.— Helianthemum levipes Willd., Enum., p. 570. Hab. in collibus arenosis et rupestribus apricis regionis infe- rioris: c. A /geciras (Clem.); in Sierra de la Peña pr. Tarifa.— $. Mart., Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania et Gallia mediterraneze, Baleares, Sardinia, Sicilia, Italia, Dalmatia, Grecia, Algeria. Imp. Maroccanum. 1.622,—F. Spachii Gr. el Fodr. Flor. Fr. 1, p. 174.—Willk., Ic. et descr. 1, p. 166, t. 168, f. B! —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 745.—Cistus Fumana L., Sp. pl., p. 470 et p.—Desf., Flor. Atl. 1, p. 414, t. 105! —Brot., Flor. Lus. 11, p. 267.—Cistus ericoides Cav., Ic. 11, p. 56, t. 1721= Helianthemum ericoides et H. Fumana Dunal in DC., Prodr. 1, p. 274.—Chamecistus brevi vermiculatoque folio, minor, hispani= cus Barr., Plant. ic. 446! Variat foliis ciliolatis, inflorescentia glabrescente, et floribus majoribus minoribusque. Forsan hec cum /. procumbente simul non nisi forme ejusdem speciel sunt. Hab. in arenosis incultis et rupestribus regionis inferioris: c. Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in Pinar de Laguna-seca dit. Puerto Real: in Sierra de Albarracín ad Benamahoma, et alib1.=: Mart. Jun. (v.v.) Ad hanc formam probabiliter pertinere debet planta in /sla Gaditana a Colmeiro sub nomine /. procumbenti indicata, et jam anté in Puerto de Santa Maria a Osbech et in Sanlúcar a Clemente, secundum illum quoque lecta. Ar. geogr.—Lusitania et regio feré omnis mediterranea. ESTUDIO PETROGRÁFICO DEL METEORITO DE MADRID, POR D. APOLINAR FEDERICO GREDILLA. (Sesión del 3 de Junio de 1896.) ¡Cuán importante es el estudio de estos restos planetarios! Por un lado, el modo que tienen de presentarse en escena con esos fenómenos extraordinarios que acompañan su caída, y que tuvimos ocasión de observar el 10 de Febrero último á las nueve y media de su mañana, y por otro, esa estructula espe- cial que el naturalista descubre sin más que hacer pasar la luz á través de su masa interna, y que resuelve de una ma- nera satisfactoria, no sólo el modo de agregación Ú agrupa- ción de los elementos, sino también la determinación de las especies mineralógicas de que están formados. No es mi objeto relatar los fenómenos que acompañan la caída de estos seres (1); todos los conocemos; no es mi idea repetir lo que todos los periódicos de la localidad han publi- cado; solamente diré que la luz fué tan intensa, el estruendo tan formidable y las detonaciones sucesivas tan rápidas, que nadie dudó, ante este último efecto, no se tratara de la demo- lición de un edificio en sitio próximo al que se encontraba. En vista de estos hechos, y teniendo en cuenta su esfera de acción que abarcó algunas provincias, bien puede exclamarse con Tisserand, Director del Observatorio de París, que «el bó- (1) GREDILLA: Lstudio sobre los meteoritos, 1892, pág. 13. 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) lido de Madrid es el más importante de cuantos hasta ahora han estallado.» Esta explosión, como fuerza instantánea, ha dado por resul- tado la desmembración del bólido en fragmentos que con el nombre de meteoritos han abarcado en su distribución geo- gráfica una extensión superficial considerable; y en virtud de la gravedad, como fuerza continua, la caida de los mismos sobre la superficie de la tierra; fragmentos que, al formar parte de nuestro globo, solamente al naturalista corresponde su estudio para comparar su composición litológica con la del planeta que habitamos, y afirmar más y más la unidad de composición de los astros que navegando en el espacio, conti- nuamente giran en derredor del astro-rey bajo esos principios 0 leyes determinadas por el Creador á la nebulosa primordial. Si por lo que véis tan interesante es el estudio litológico de los meteoritos, para darse cuenta exacta de la unidad de com- posición entre los globos siderales que forman parte del siste- ma solar, encaminado voy á su analisis micrográfico, conse- cuente con la manera de ver de los naturalistas modernos, dandole, sin embargo, cierto alcance cristalográfico bajo-el punto de vista geométrico que, descuidado generalmente por los micrógrafos dedicados á monografías de este género, es de una necesidad absoluta en los análisis, para tener seguri- dad en la determinación de las especies mineralógicas que constituyen la trama de la masa interna del meteorito. He creído conveniente, con objeto de examinar todas las cuestiones que con la ciencia meteórica se relacionan, bajo el punto de vista analítico, seguir un orden que, al mismo tiem- po que me sirve de guía, conduzca con método al resultado deseado; por lo cual expongo en el siguiente cuadro las materias que hemos de tratar y que han de servir de base al presente estudio; pero ante todo me permitiréis dar las más expresivas gracias al distinguidisimo catedrático de Astrono- mía de la Universidad Central, Sr. Iñiguez, quien habiendo tenido la bondad de remitirme tres plaquitas de meteorito en condiciones de ser preparadas, me ruega le comunique el in- forme petrográfico, petición honrosa que ha motivado el estu- dio que voy á comenzar. (3) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 225 Aspecto exterior. Caracteres ex- ' Costra. teriores..... AO! sin lente. P / En cara sin pu- NTLON estee / | mentar ycon lente. E b ¡Examen ma- | n cara puli- | Croscópico. A h mentada. Caracteres fí- ( Magnetismo. , SICOS senaiisas Densidad. Estudio pe- 4 Caracteres A se a. trográfico ES, Composición química. del meteo- y químicos.... LÍO aia ' Preparación de la lámina. AA E e Parte metálica. . | Composición mineralógica. É Exemen mi- Parte lapídea. lt croscópico.¡jCondros. Micro-estructura. Clasificación. EXAMEN MACROSCÓPICO. Aspecto exterior.—Varios meteoritos han sido recogidos en Madrid; como auténticos hasta ahora podemos citar los si- guientes: Meteorito del Excmo. Sr. Cánovas del Castillo. Pesa 143 gr. 79 cg. dem delExcmos>r. IMiguez ao ae » 132 5d) Idem del Excmo. Sr. Marqués del Socorro..... » 27 47 Tdemidel"SriMacphersoKis ataco deis 00 e > 3 95 Idem del Sr. D. Melchor Palau............... > 1 30 todos ellos completos; y fragmentos, pero con costra, dos ad- quiridos por el Observatorio Astronómico, cuyos pesos respec- tivos son 54 gr. y 19 gr. cada uno (1). No he visto el del Sr. Arcimis; ignoro, por consiguiente, si será auténtico; sólo sí advertiré que lo envió al Sr. Flamma- rion, y éste dice que por el interior es gris de hierro.—¿Será meteorito? El fragmento pesa 6 gramos. Notabilísima en extremo es la distribución topográfica de estos meteoritos, en relación con la regla general observada en la dispersión de las varias piedras meteóricas que, proce (1) Del fragmento de 51 gr. (hoy reducido á 41) se han separado las esquirlas nece- sarias para este estudio petrográfico, y el resto está en poder del Museo de Historia natural, gracias á la donación cel Excmo. Sr. Director del Observatorio astronómico, D. Miguel Merino; olvidaba decir que también se quitó parte para el análisis químico. ANALES DE HIST. NAT.—XAV. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) dentes de la explosión de un bólido, caen en una localidad dada (1). Es muy frecuente que los fragmentos se distribuyan for- mando en la superficie de la tierra una elipse cuyo diámetro mayor viene á ser la proyección de la dirección del meteorito; arco de curva que podemos hacer resaltar en los alrededores de Madrid si nos fijamos detenidamente en los lugares preci- sos en que se han encontrado los distintos meteoritos hasta hoy auténticos. El que posee el Sr. Iñiguez, en la puerta de la Moncloa (lá- mina 1, fig. 2). El del Excmo. Sr. Marqués del Socorro, en el paseo de la Castellana (lám. 11, fig. 6). El del Excmo. Sr. Cánovas del Castillo, en la huerta del Sr. Medina, frente al Hipodromo (lám. 1, fig. 1). El de mayor peso, del Observatorio astronómico, donado al Museo de Historia natural, en la calle de Serrano, frente al cuartel de la Guardia civil (lám. 11, fig. 3). El del Sr. Palau, en el jardín del colegio de las Ursulinas. El del Sr. Macpherson, en los solares del Marqués de Zafra, cerca de la fuente del Berro (lám. 11, fig. 5). Y finalmente, el fragmento de menor peso, del Observatorio astronómico, en el puente de Vallecas (lám. 11, fig. 4). Merece especial atención advertir que acompañó á la caída de estos meteoritos una verdadera //wvia de fina piedra meteó- rica, como lo demuestra el ruido que se produjo en los crista- les del colegio de las Ursulinas, muy semejante (según relato de profesoras y colegialas) al efecto de una granizada en una tormenta (2), y además el hallazgo en el jardín de dicho cen tro instructivo, como consecuencia del fenómeno anterior, de un humilde pero autentisimo meteorito que fué á parar, como correspondía, al Sr. D. Melchor Palau, profesor de Geología de la Escuela de Caminos y padre de la señorita educanda que por casualidad lo encontró, á pesar de las codiciosas miradas de todas las allí presentes. (1) GreDILLaA: Estudio sobre los meteoritos, 1892, pág. 16. (2) Terminada la granizada meteórica, todas las allí presentes salieron rápida- mente al jardín del establecimiento con objeto de observar por el suelo qué pudo ser lo que cayó y que fué motivo de la sensación que experimentaron maestras y discí- pulas. (5) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 227 Claro es que el fenómeno no tiene nada de extraño, sino que, por el contrario, es muy natural, si se tiene en cuenta que dicho colegio está situado en la curva topográfica que co- rresponde al área de dispersión de los meteoritos encontrados. Todos ellos presentan los mismos caracteres externos fuera de la forma que, aunque variable, viene á tener siempre cierta semejanza en su configuración; es decir, que se trata de un poliedro más ú menos irregular, y en general tetraédrico con ángulos y aristas redondeados. Costra.—La superficie es obscura; negra en unos puntos y pardo negruzca en otros, resultado de la fusión ó vitrificación de la parte mineralógica que constituía aquella. En vista de esto, ¡qué vertiginosa no será la carrera que lleve el meteo- rito en su camino, para que por una oxidación tan intensa, atravesando las capas de aire, se cubra de esa costra superfi- cial sin ejemplo en las rocas de nuestro globo! Dice el Sr. Iñiguez (1) «de todos los ejemplares recogidos, el que mejor acusa los fenómenos que por elevación de tempe- ratura y roce con el aire se producen en la superficie de los meteoritos es el que posee el Sr. Cánovas del Castillo. La parte anterior de este meteorito es lisa y parda, lo cual manifiesta que la pérdida de materia fundida fué casi total en aquella región: en los bordes aparecen líneas ásperas, negras y pro- minentes, formadas por materia fundida que no fué sustraída por el aire; en la parte posterior la superficie es granosa, ás- pera y negra, indicando que allí, quizá más que sustracción de materia fundida, hubo acumulación de la arrastrada por el aire en la parte anterior.» Surcan la superficie eminencias ligeras y depresiones poco profundas muy parecidas 6 semejantes á las producidas con los dedos amasando una substancia pastosa y cuyo efecto tiene por causa sin duda alguna la mayor fusibilidad de la masa en las regiones donde aparece deprimido, perdiéndose materia al atravesar el aire. Aspecto interior.—En oposición á los caracteres externos que acabamos de mencionar, la piedra de Madrid interiormente es de color blanco grisáceo que corresponde á la masa crista—- (1) Zos bólidos. «El Magisterio español », 20 Abril, 1896. 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) lina de que está formada, observándose en algunos puntos manchas rojizas 6 pardo amarillentas bordeando los brillantes eranillos de hierro que abundan en la substancia gris de que se ha hecho referencia. Bastarían los datos que acabamos de relatar, para fijar la desemejanza completa que existe entre el meteorito y cual- quier roca terrestre; más inconfundible todavía si, como dice muy bien el Excmo. Sr. Marqués del Socorro, lleva consigo el sello de fábrica, es decir, esa costra tan característica, ese atri- buto especial, en una palabra, que coloca á estos seres extra- terrestres bajo el punto de vista de analogía 6 semejanza, ú distancias inconmensurables de todas las rocas del globo te- rráqueo. Ya con la ayuda de la lente se hacen más visibles y se des- tacan mejor las láminas brillantes de hierro, y se perciben además en la masa general grietas negras en direcciones di- versas, algunas de las cuales bordean á determinados crista- les blanco grisáceos. Bruñendo ó pulimentando una cara de paso que se prepara una sección para el estudio micrográfico, y mediante el auxi- lio de la lente, se distinguen de una manera perfecta y con facilidad suma ciertos elementos minerales que luego serán descritos. Obsérvase en su parte metálica granos brillantes de color blanco de estaño con bordes angulosos que corresponden a la substancia mineralógica llamada Sehreibersita, y además otros redondeados y de color pardo que han recibido el nombre de Troilita; y en su parte lapídea se reconocen no menos visible- mente tres substancias: hialina y de aspecto craso una de ellas, blanca la otra y verdosa la tercera, que corresponden respec— tivamente á los minerales olivino y feldespato las dos primeras y enstatita 6 augita sin precisar la última. De lo expuesto se deduce que el naturalista que es práctico en esta clase de estudios descubre de un modo casi seguro las especies minerales de que está coustituido el meteorito; y aun cuando no puede afirmarse de un modo concluyente valién— dose del mezquino medio de una lente, debe prever el resul- tado sin embargo, sin perjuicio de rectificar esta apreciación, si, como no creo, el examen microscópico cuyo tema ha de servir de base á la segunda parte de este estudio petrográfico, (7) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 229 no viniera á confirmar esta clasificación mineralógica objeto principal de este trabajo. Interesante es sobremanera se manifiesten también en la masa general esos granos redondeados de aspecto mate que diseminados en la trama interna de la roca comunica á su estructura una facies especial, y que han sido denominados condros por los naturalistas modernos, admitiendo de esta ma- nera la palabra empleada por Gustavo Rose. Estructura.—YEstos minerales antedichos, uniéndose de ma- neras muy diversas, dan lugar á que la piedra meteórica de Madrid, aún siendo aparentemente grande y por tanto áspera al tacto, se manifieste en ciertos puntos desmoronable y con bastante porosidad, y en otros, por el contrario, con adheren- cia suma y suficiente impermeabilidad. La primera propiedad física parece corresponder á tres cau- sas principalmente, cuales son: 1.*, las manchas ocráceas que por alteración del hierro dan como resultado final el desgaste y la infiltración de la substancia oxidada á través de la mate- ria lapidea; 2.*, las fisuras negras que atravesando el todo son lineas de menor resistencia que facilita la separación de las partes, y 3.*, los condros, que siendo de formación deuterogé-— nica, y aun cuando se asocien á la masa fundamental de un modo íntimo y formen lo que pudiéramos decir un todo conti- nuo, se nota, sin embargo, cierta separación en ellos, como lo prueba la facilidad con que se desmembran de la masa al menor roce y la dificultad en bruñir una sección micrográfica. Por el contrario, en los lugares que están libres de las causas que acabamos de enumerar, se nota una adherencia tan grande que no sólo resiste á la ruptura, sino que también llegan á dar chispas con el eslabón. Magnetismo.—Su acción magnética es pasiva: es decir, que actúa el meteorito sobre la barra imantada, atrayendo indis- tintamente los dos polos. Densidad.—Varios ensayos se han hecho para determinar la densidad del meteorito de Madrid; tres con fragmentos de substancia y uno con el meteorito que posee el Sr. ITMniguez, prestándolo espontáneamente, aun á riesgo de las consecuen— cias que pudiera tener, en vista de las diferencias encon- tradas. Las densidades halladas son: 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 18) Sres. Quintero y Martí....... 3.49 á la temperatura de 00 SEBODIA q IA 3.61 — 160 ST Me Ue dejas lio ele 3.59 — 160 y con meteorito entero Sres. Quintero y Martí...... 3.55989 — 170 Composición quimica.—El meteorito de Madrid ha sido objeto de un análisis completo y cuantitativo llevado á cabo por don Santiago Bonilla, catedrático de Química general en la Facul- tad de Ciencias de la Universidad Central. Del trabajo realizado por dicho señor, resulta que dicho meteorito en cien partes contiene: SIC io a ama at 58.8560 Magnesia...... a A o la ao 15.9495 SULTUTO LOrrOSO. et dr aaa e 7.2344 Osidodérrico caso ao cd IÓN Si 5.1089 EMOTTONMetáliCO.. alta o ai oa STi SS 7.7454 ATÚN o LA e ta ala 2.3607 NA A A E o A A 1.2984 [api ea E o E A co AO 0.5099 Brózido de Mmanganesor eta otr 0.0799 Fósforo, cromo, cobre, litio........ e ota i)) Sodio, potasio y materia orgánica. ....... ) el SUMAS Neta de lanar aa .«.. 100.0000 EXAMEN MICROSCÓPICO. Preparación de la lámina.—Llegar á conseguir una sección suficientemente delgada para el estudio micrográfico, teniendo en cuenta la mezcla tan heterogénea de elementos mineraló- gicos, su desigual distribución, y más que todo lo deleznable de la estructura que poseen estos fragmentos extraterrestres, es problema que ofrece bastantes dificultades. Sin embargo, con bastante dosis de paciencia, habilidad poco común en este género de operaciones (1) y vista para descubrir una sección (1) Tengo entendido que los naturalistas alemanes y franceses envían los frag- mentos á prácticos para que hagan las preparaciones, defecto grande que lleva con- sigo no tener sezciones que reunan las condiciones de un estudio completo. (9) Gredilla.— EL METEORITO DE MADRID. 231 que abarque el mayor número de elementos mineralógicos tratándose de una substancia tan heterogénea, se llega á la meta fácilmente. Recomiendo, para conseguir este objeto pri- mordial, hacer uso continuo de la lente mientras se pulimenta la primera cara, y cuando el naturalista comprenda reune las condiciones que desea, fijarla en el cristal porta-objetos, con lo cual conseguimos además estudiar el aspecto interior en placa pulimentada. Ahora bien, dijimos en párrafos anteriores al tratar de la estructura, y es preciso recordar ahora, que el meteorito objeto de nuestro estudio, y todos en general, gozan de las condiciones de ser porosos é impermeables; como que de estas dos fuerzas la mayor en intensidad es la porosidad, la resul- tante paralelográmica acercándose á la mayor, dará por resul- tado que los meteoritos absorban agua, y claro es que enton- ces se dejarán penetrar por el bálsamo del Canadá en caliente, que es líquido, con suma facilidad; lo que así sucede en efecto y es el fundamento principal de todas las preparaciones micro- gráficas. En su consecuencia, para preparar una sección delgada se sigue el método ordinario, usando ladrillos de esmeril muy fino y teniendo cuidado de adelgazar con suavidad. Algo antes de terminar la operación, y cuando vea el operador que tiende a desgranarse el fragmento con facilidad, se hace una masa de la sección con bálsamo del Canadá que, después de secarse, une fuertemente los elementos de ella como si fuera una pie- dra, y después se sigue adelgazando hasta que dicha sec- ción reuna las condiciones de transparencia que todos cono- cemos. Composición mineralógica.—Bajo el campo microscópico se notan en el meteorito dos partes completamente distintas: una metálica y otra lapidea, advirtiéndose en esta última nódulos redondeados, empastados por la masa finamente gra— nudo-cristalina, á los cuales Gustavo Rose dió el nombre de Chondrites 6 condros. Parte metálica.—He reconocido en ella tres minerales distin- tos, que son: la Sehreiversita en la masa interna de otro mine- ral ferro-niquelífero que parece ser la Xamacita por el aspecto azulado que presenta, la Zroilita y la Cromita. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) (41-53). Sehreibersita (fosfuro de hierro y niquel) (1).—Se pre- senta en forma de finas agujas muy brillantes, á las que Gus- tavo Rose dió el nombre de Rhabdites, en el interior de una masa negro-azulada que parece ser la Xamacita (Fe,, Ni) de forma poligonal é irregular (lám. nr, fig. 8). Estas finas agujas comunican á las laminitas en que se encuentran una flexibilidad y un brillo metálico muy notable; de aquí el nombre de hierro brillante con que es denominada la Schreibersita. Observadas además dichas laminitas á luz refleja fuera del campo microscópico, presenta el color blanco de estaño carac- teristico de este mineral. Tiene absorción de luz muy marcada, y para observar bien dichas agujitas y conseguir que se destaquen todo lo mejor posible, es necesario girar la platina 45” de la coincidencia 0” entre nonius y regla del microscopio; observando entonces con luz refleja los lugares que ocupa este mineral, aparecen en la sección como lagunas de agua. No queda duda con estos caracteres y á la vista de estos fenómenos que el mineral de que se trata es la Schreibersita. (41-53). Debido á la peroxidación del hierro, bordean á estas láminas metálicas unas manchas de color pardo-rojizo 6 ama- rillentas, las que se comunican á la parte lapídea olivínica que les circunda, y á lo que Meunier ha dado en llamar posi- blemente Fayalita (silicato de hierro) (2). Para asegurarme de ésto he oxidado rápidamente, por inter- medio del calor, una de las preparaciones micrográficas y he obtenido el resultado que deseaba, cual es, haber teñido todos los minerales lapídeos á través de sus grietas reticulares del color rojizo amarillento que circundaba al hierro y éste se ha quedado libre de toda alteración. (1) Representan los números (41-53) que van delante del nombre de las especies mineralógicas, los de las reglas vertical y horizontal de la platina del microscopio; medio sencillo en fijar la posición de los cristales. (2) A mi modo de ver se trata simplemente de un olivino con todos sus caracteres, y únicamente en las grietas de éste se percibe el color rojizo del óxido de hierro, peroxidación que con el coeficiente tiempo sería más bien producto de alteración y destrucción que de formación de fayalitas, como podemos observar en nuestrás rocas terrestres, en las cuales dicha oxidación perfora en grado máximo los materiales, y comunicándose más fácilmente el interior con los agentes externos , contribuye á la destrucción completa de la roca, agrietándola y pulverizándola previamente. (11) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 233 (30-55). Es interesantísimo que esta Schrebersita se halle bordeada por la ¿roilita; facies especial de asociación que determina Tschermak en su obra de Mineralogía y que viene en apoyo de mi manera de ver. (48-51). Troilita (protosulfuro de hierro).—Este mineral me- tálico se encuentra más abundante que el anterior y se pre- senta en masas redondeadas de color pardo bronceado muy bajo, con brillo metálico, á los cuales se debe principalmente la acción magnética del hierro. Se pudiera confundir, sin embargo, con la pirrolita, incluí- das ambas por algunos autores en la misma especie mineraló- gica; pero debe tenerse presente que la ¿roilitano se ha encon- trado cristalizada y sí en masas compactas y redondeadas, es de color amarillo bronceado muy bajo de tono, su composición es Fe S y no es mineral terrestre; y la pirrotita se encuentra cristalizada en el sistema exagonal, y si á veces no cristaliza, se presenta en masas granudas de color amarillo-bronceado claro, oscilando su composición entre Fe S y Fe, Sy. Otra particularidad de los granos de ¿roilita es, que ninguno de ellos, bajo el campo microscópico, está bordeado de per- óxido de hierro como sucedía á la Sehreibersita, y también que suelen perder la forma redondeada para adquirir la de elipses alargadas cuando se encuentran estos granos encerrados en el interior de las grietas manganesiferas que circulan por la preparación (lám. ni, fig. 9). (33-57). Cromita (hierro cromado).—Se presenta en la sección micrográfica menos abundante que las dos anteriores; sus contornos son redondeados ó angulosos, y en este último caso recuerdan la forma rombal 0 triangular del octaedro en que cristaliza esta substancia é imprimen al mismo tiempo cierto sello á la roca cuya importancia más tarde manifestaremos. Estos granos, generalmente los angulosos, son negros mates, y no faltan, sino que por el contrario abundan, otros de color pardo-negruzco y pardos solamente, que más pequeños se encuentran como inclusiones formando parte del olivino (lá- mina 111, fig. 9). Parte lapidea.—Como más abundante en la masa meteórica debemos fijar detenidamente nuestra atención para dar á conocer de una manera concluyente las especies mineralógicas 234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) que la constituyen, sirviéndonos, claro está, de los conoci- mientos que aporta la sana doctrina cristalográfica con sus principios revelados por la geometría y física y sin el auxilio de la química, tan innecesaria como inútil en los estudios petrográficos. Bajo el primer concepto se determinan forma, líneas de cru- cero y maclas, que con las medidas de ángulos y direcciones que este estudio aporta y con el auxilio que la luz convergente proporciona, fijan el sistema en que cristaliza la substancia; y el segundo medio determina, finalmente, con visible facilidad la medida de los angulos de extinción (1), no olvidando otros caracteres como el color, policroismo y polarización cromática, tan necesarios para la determinación de las especies mine- ralógicas. Auxiliado con estos medios, y deseoso de cumplir con el honroso deber á que me he comprometido, gracias al cariño que tengo á las ciencias de observación, empezaré por descri- bir los caracteres de aquellas especies esenciales que se en— cuentran en el meteorito, terminando con otras cuyo papel es mucho más secundario. Olivino d peridoto (silicato de magnesia y hierro). —El pri- mero que parece llenar toda la masa lapídea y como conse- cuencia elemento más esencial que se encuentra, es sin duda alguna el olivino; bajo este punto de vista y por contener incluido bastante hierro cromado, pudiera compararse, y con (1) He observado con cierta sorpresa en los autores de Cristalografía, y entre ellos Gorecki /Manuel du Microscope Latteux, p. 742), que para medir los ángulos de extinción después de hacer coincidir borde del cristal, línea de crucero ó macla con el hilo del retículo, se hace girar en un sentido ú otro la platina del microscopio hasta la obscuridad completa. Nada más erróneo que esto: supuesto que si el ángulo de extinción, por ejemplo, es de 25% en un sentido, haciendo girar en sentido contrario será de 65%, ó sea el com- plemento de 25; puesto que estando los ejes de elasticidad óptica del cristal perpen- diculares, y observándose la obscuridad completa en las coincidencias de estos con las secciones principales de los nicoles, que están colocadas precisamente en ángulo recto, es matemático que sean complementarios;los dos ángulos, y únicamente serán iguales cuando la coincidencia del hilo del retículo esté en relación con una línea de macla. Sería de desear, en atención á lo que llevamos dicho, que los autores fijaran para la medida del ángulo de extinción (previa la coincidencia con línea de crucero ó borde del cristal) se hiciera la revolución en el sentido de la derecha ó hacia el interior de la lámina cristalina. a (13) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 235 razón, esta roca á otra de la Serranía de Ronda que, relacio- nada con la serpentina, se le ha dado el nombre de Dunita. Los caracteres típicos que los micrógrafos asignan á esta especie se presentan de un modo marcadísimo. (24-47). En una de las preparaciones microscópicas se puede admirar un grueso semicristal con forma exagonal alargada, en el que se puede medir el angulo de sl” que forman los biseles contiguos de la arista macropinacoidal, el gran desarrollo de la cara básica y el alargamiento del cristal por la excesiva longitud de la truncadura macro- pinacoidal; la otra mitad ha sufrido una fragmentación efecto de la rotura del bólido (lám. 1v, fig. 10). Pero no es general esto; de ordinario el oli- vino se presenta en granos redondeados y angulosos, correspondiendo á los primeros un aspecto condrítico y revelándose en los segundos una facies clástica. El ángulo de extinción en el cristal objeto de atención ante- rior es de 0%, inclinación que corresponde al borde de mayor longitud del cristal, paralelo al eje de zona pg,, Ó sea á la arista que forman las caras de la base y macropinacoide. En los cristales pequeños clásticos dicho ángulo de extinción es también de 0%, pudiendo asegurarse que, ó corresponden á la arista homóloga del cristal anterior, 6 á la de la base con el braquipinacoide, cuyo eje de zona es ph. Aunque bastarían estos úatos, que la cristalografía nos ha enseñado para la determinación de la especie de que se trata, la luz polarizada allana el camino en el esclarecimiento de la substancia en cuestión. ; Se presenta con el aspecto rugoso que ofrece habitualmente su superficie, es incolora y diáfana en las secciones que tienen contornos redondeados, los cuales, reunidos, forman muchas veces condros monosomáticos; hialinidad que se empaña cuando son angulosas de un tinte amarillento, claro ú rojizo, producto de la oxidación del hierro por énde las fisuras que desordenadamente le atraviesan y que corresponden á la reti- cularidad del mismo. El policroismo es nulo y la polarización cromática vivísima, 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) datos que fielmente determinan en la sección micrográfica la especie de que tratamos. Presenta el olivino inclusiones de diferentes formas y subs- tancias, unas de vidrio ovoídeas y amarillentas, otras peque- ñísimas y pardas de cromita; con mayores aumentos se perci- ben poros gaseosos é inclusiones vítreas transparentes y alar- cadas con burbuja fija, y otras, finalmente, pardo-amari- llentas. En suma, el diagnóstico del mineral peridoto se basa en su forma, transparencia, rugosidad, peroxidación del hierro en las hendiduras á expensas del vapor acuoso condensado en la rotura del bólido (1) falta de crucero, nulo policroismo y viva polarización cromática. Suele confundirse esta especie mine- ralógica con otra vecina suya que recibe el nombre de Vaya- lita (silicato de hierro); pero el color pardo y el gran policrois- mo que ofrece esta última substancia la separan grandemente del olivino. Sin embargo, nada de particular tendría que se hallaran asociadas, puesto que siendo los óxidos de hierro y de magnesio bases isomorfas, pudiera el primero de dichos óxidos sustituir totalmente al segundo y dieran origen al sili- cato de hierro, tanto más esta hipótesis genérica cuanto que abunda considerablemente el hierro en los meteoritos. Pero, ante todo, debo manifestar que en las secciones que he tenido el gusto de preparar para el estudio micrográfico del meteorito, falta completamente la Fayalita. (37-45) (27-57). Enstatita (silicato de magnesia con trazas de hierro). —Es un piroxeno del grupo de los ortorómbicos que se presenta en las preparaciones con su facies especial y ca- racterística. No toma el desarrollo ni con mucho del olivino; pero el as— pecto fibroso, cristales alargados y á veces en haces divergen- (1) Para demostrar esta peroxidación en las grietas del olivino, recordaremos lo que se dijo al:hablar dela Schreidersita; es decir, que había separado el peróxido de hierro que á expensas de la humedad se ha formado y como condensado en derredor de los granos laminares de Schreibersita, por medio de una simple y rápida calcina- ción en el borde de la llama de alcohol de una de las preparaciones micrográficas; y efectivamente, dicho peróxido ha dejado libres los granos de hierro, quedando los bordes de estos completamente limpios, y se ha corrido ahondando más si se quiere la oxidación por entre las grietas del olivino, tomando la sección micrográfica un aspecto rojizo. A (15) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 237 tes que toman los condros de esta substancia, dan un sello especialísimo y sui generis á la especie mineralógica objeto de nuestro estudio. Este alargamiento corresponde en todos ellos al eje de zona h,g, dirección que siguen cuando existen las líneas de cru- cero, fáciles según el macropinacoide, y que como paralelo ó coincidiendo con el eje cristalográfico de mayor simetría le corresponden un ángulo de extinción = 0”; como así sucede, en efecto, en todas las secciones que he observado, por su coin- cidencia con el eje de mayor elasticidad óptica (lám. v, fis. 13). Es de un color amarillo claro y lustre perlado en los crista— les sueltos y con tintes blancos y negros alternados en aque- llos que presentan facies fibrosa d fibroso radiante. La falta de rugosidad y de policroismo y la debilidad en los colores polarizantes, son los signos decisivos que acreditan la existencia de esta especie y sus diferencias con el olivino. Las inclusiones son de naturaleza vítrea y ordenadas según la dirección del eje de zona macro y braquipinacoidal, y entre los cristales cuando estos afectan la disposición fibroso ra- diante, poros gaseosos. Suele confundirse esta especie con la broncita; pero he de advertir que en esta última substancia los cruceros son á ve- ces ondulados, que su color es pardo negruzco en general por la mayor cantidad de hierro que contiene; es más bien lami- nar que bacilar, y finalmente que las secciones paralelas á la base tienen brillo metálico bronceado cuando su lustre se mira por reflexión; todo lo cual diferencia de una manera notable esta especie de la enstatita. (45-56). Augita (silicato de alúmina, cal, magnesia y hierro). —Este piroxeno monosimétrico, juntamente con la Se/reiber- sita, dan un realce y una fisonomía de individualidad al me- teorito de Madrid, que, aun siendo del grupo de los llamados del tipo común, andaríamos mal para darle cabida exacta en las clasificaciones hoy adoptadas. De dos secciones distintas se encuentran formas en la pre- paración objeto de mi estudio; unas paralelas al clinopina- coide y otras al ortopinacoide. Las primeras son exágonas, algo alargadas, y sus lados co- rresponden á las proyecciones en el plano de la preparación del ortopinacoide, cara básica y ortodomo, formando los án- 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) gulos 4, p=105” próximamente y p a, =148" 35'; es zonar ú testáceo á luz polarizada paralelamente á las caras básicas y ortodómicas, y por la parte inferior pierde el carácter estrati- ficado, advirtiéndose los cruceros en án- gulo recto que diferencian estos cristales de la hornblenda, además de otros mu- chísimos caracteres que sería prolijo enu- merar (am. 1; ue 7). Las segundas paralelas al ortopinacoi- de son exágonos más simétricos, mani- festándose en sus bordes las interseccio— nes de las caras clinopinacoide y las dos hemipirámides 6 hemioctaedros con su angulo de 120”; ángulo de apuntamiento interesante que separa estos cristales de los peridotos que miden 81”, cuando en aquellos faltan los cru— ceros. En las primeras el ángulo de extinción con relación á la arista ortopinacoidal es de 0”, y en las segundas la arista cli- nopinacoidal revela unos 39". Secciones hay que perpendiculares al eje de zona /, y, se extinguen según la bisectriz del ángulo agudo del protopris- MiS Io: El color es amarillo claro; débil 4 mejor dicho nulo el poli- croismo, y vivisima la polarización cromática. Aun cuando son frecuentes las maclas, es de sentir no haya cristal alguno en estas condiciones para determinar y medir el ángulo de extinción simétrico con relación á la línea de macla. Con respecto á inclusiones diremos que las hay vítreas, de color pardo, alguna negra de hierro cromado y no pocas de poros gaseosos. Feldespato plagioclásico de oligoclasa (silicato de alúmina y silicato de sosa y cal).—La fórmula según Dana es R Al, Si; Oy, correspondiendo al radical R = Na, (K,) Ca. No es elemento esencial: se encuentra en granos muy pe- queños distribuidos confusamente en la mezcla de los anterio- res y presentan los caracteres siguientes: son incoloros, trans- parentes, poco refringentes y colores de polarización alterna- dos grises y azules por las maclas que forma dicho mineral. (32-69). En uno de los bordes de la preparación se mani- (17) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 239 fiesta un buen cristal con los caracteres asignables á la oli- goclasa (lám. 1v, figuras 11 y 12). Sus láminas se presentan macladas según la ley de la albi- ta, con bastante desigualdad en la anchura de las secciones hemitropiadas, cuyo carácter y el ángulo de extinción con relación á la línea de macla 3* á 6” aseguran su clasificación. Estas láminas tienen además el color blanco correspondien- te á todos los feldespatos; y como inclusiones se encuentran algunas vítreas redondeadas y alargadas en dirección de los planos de macla, y no deja de percibirse también aleún cris- tal de hierro cromado. Condros.—Se refiere este nombre dado por Gustavo Rose á esas formas más 6 menos redondeadas que experimentan no sólo los cristales, sino también sus mezclas, y distribuidos por la masa general del meteorito comunican á su estructura una facies especial y sui generis á la cual se ha dado en llamar estructura condritica. No vayamos á creer que en todas las preparaciones micro- gráficas se encuentran; pues siendo la substancia en que se hallan encerrados desordenada y heterogénea, sucede que en unos puntos están en todo su esplendor, mientras que en otros faltan completamente; así se comprende que de las dos seccio- nes preparadas para el estudio petrográfico falten ejemplos en la una, y, aunque reducidos en la otra, proporcionan, sin em- bargo, medios de lucubración para la determinación de la es- pecie ó especies mineralógicas de que están constituidos. A los condros se debe la estructura granuda que en general tienen todos los meteoritos oligosideros, y también que á su débil adherencia con la masa general tienda la piedra á dis- gregarse 0 desgranarse cuando se comprimen sus bordes fuer- temente con los dedos; mucho más todavía si, al intentar ha- cer una placa delgada, no se tienen las precauciones necesa— rias al desgaste. Dos grupos de condros se advierten en la piedra de Madrid, los unos mates con polarización y extinción cruzada y los de- más cristalinos. (25-55). Los primeros se notan en un borde de la prepara- ción en bastante número con diseño redondeado y aspecto anubarrado. En los segundos se pueden distinguir condros olivínicos y 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) posiblemente los habrá también enstatíticos y augíticos por la tendencia que se observa en estos cristales á las formas redondeadas. Entre los olivínicos se encuentran de dos clases, oolíticos y clásticos. (49-53). 1.” Condros monosomáticos oolíticos; esto es, cons- tituidos por un solo individuo de olivino que resulta de la suma de pequeños glóbulos redondeados de la mismá subs- tancia y con extinción completa que acredita individualidad; han tomado forma elipsoidal merced á la materia manganesí- fera que los bordea y atraviesa la preparación (lám. v, fig. 13). (48-57). 2.” Condros monosomáticos clásticos; esto es, cCons= tituídos por elementos de olivino formados por agrupaciones de fragmentos de dicho mineral y á luz polarizada, se observa un núcleo de la misma substancia con una grieta que le rodea. (25-55). No dejan de presentarse algunos condros olivíni- cos elásticos con núcleo de troilita, y por último (30-50) otros que pudiéramos llamar compuestos, cuyo resultado final es á luz polarizada un conjunto de condros que forman uno ge- neral (lám. v. fig. 14). No hago mención de los condros enstatíticos y augÍticos por- que, como he advertido anteriormente, se trata simplemente de cristales que conservan sus caracteres especificos, si bien se nota en ellos cierta tendencia en su periferia á tomar la forma redondeada. Micro-estructura.—Si bajo el punto de vista macroscópico hicimos notar que la estructura del meteorito era granuda y facilmente desmoronable, particularidad que correspondía de hecho a los condros que en la masa subsisten, la sección pre- parada para el estudio micrográfico señala en la piedra de Madrid una estructura condritico-clástico-cristalina con facies brechoidea. Tiene ademas la masa general cierto tono porfiroideo, pues se destacan cristales perfectamente asignables á especies de- terminadas en el fondo de la substancia olivínica eminente- mente clástica, destrozo que, al parecer, ha sufrido la materia por efecto de las grietas que por do quier caminan. Nótase en los cristales de olivino, mejor que en otro alguno, los efectos de fragmentación posterior á su formación, cam- biándose las posiciones de las secciones tan visiblemente, que (19) Gredilla.—EL METEORITO DE MADRID. 24] mientras unos fragmentos se extinguen, otros, por el contra- rio, destellan sus colores polarizantes. Numerosas grietas rellenas de substancia manganesifera al parecer circulan por la preparación, meras derivaciones en erado mayor 6 menor de la general y dicotoma que atraviesa la sección micrográfica que aun á simple vista se puede ob- servar. Clasificación.—En dos puntos de vista estimo que debemos fijar nuestra atención antes de llevar la roca meteórica á gru- pos establecidos por clasificaciones adoptadas. En primer lugar, la consideración de la estructura que pu- diera tener la roca antes de entrar en nuestra atmósfera, y en segundo la dislocación sufrida en ella, consecuencia lógica de su ruptura. Bajo el primer aspecto, no soy quien pueda determinar la disposición de las especies mineralógicas en la masa general allende los espacios, por más que pueda suponer corresponda á la granudo-cristalina de los micro-granitos. Ahora bien: considerada la masa en su segunda fase, puedo decir se trata de una brecha de dislocación con aspecto con- glomeriforme en las dos secciones que he preparado para este estudio; mas conviene notar que toda conclusión será arbitra- ria si no tenemos presente la heterogeneidad del meteorito y la inseguridad en que estamos colocados para fijarle lugar en la clasificación. Sin embargo, siguiendo cualquier camino y teniendo en cuenta la composición mineralógica y la estructura, base de toda clasificación, cabe colocar el meteorito de Madrid, si- cguiendo la clasificación de Meunier, en los grupos Sporaside- ros, Oligosideros: rocas poligénicas en razon á su estructura. Ahora bien; en esta última sección Meunier establece cuatro grupos fundados en la estructura principalmente y con dos tipos litológicos cada uno que no corresponden á este meteorito. Habría necesidad, en vista de esto, de establecer otro grupo con los tipos limerickita y chantonnita, y en este caso conce- derle al meteorito de Madrid como típico un nombre especial. Colocado en este terreno, ¿sería conveniente seguir el proce- dimiento de Meunier?—¿Sí? —entonces ya sabéis qué nombre debemos dar. Para terminar, sólo me resta enviar desde estas líneas un ANALES DE HIST. NAT. — XXV. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) cariñoso recuerdo al Excmo. Sr. Marqués del Socorro, actual Presidente de nuestra Sociedad y catedrático de Geología de la Universidad Central, quien con su bondad poco común é ilimitada, me ha brindado espontáneamente cuantas obras necesitara referentes al asunto, y manifestar mi agradeci- miento al Sr. Iñiguez, catedrático de Astronomía y Secretario de nuestra Facultad, por intermedio del cual y con anuencia del anterior, me ha sido proporcionada la materia prima que para este estudio había recibido del Observatorio el Illustrí- simo Sr. D. Gonzalo Quintero, por creerme en condiciones in- fundada é inmerecidamente de darle los vuelos, realce y re- lieve que merece el humilde estudio cuya lectura habéis teni- do la bondad de escuchar. SOBRE LAS INCLUSIONES DE LOS GhisTABES DE CUARZO DISPERSOS EN LAS ROCAS EPIGÉNICAS DE ANDALUCÍA, POR D. FEDERICO CHAVES. (Sección de Sevilla. — Sesión del 4 de Agosto de 1895.) El famoso geólogo Du Verneuil, en su bosquejo geológico de la Península Española, decía que á falta de fósiles caracte- rizaba constantemente en nuestro suelo al terreno triásico la presencia de cristales de aragonito y sobre todo de cuarzos hematoideos con una constancia nunca desmentida. Así es en efecto; pero no basta la presencia de estas substancias mine- rales para calificar de triásica una formación, pues ambas, así como todo el aparato de rocas metamórficas que las acompa- ñan, se presentan á veces en nuestro país en rocas de edades diversas, jurásicas, cretáceas y terciarias, hecho importantí- simo que puso en claro el Sr. Macpherson, primero en la pro- vincia de Cádiz y luego en el Pirineo, y que otros observadores han comprobado después en otras regiones y muy particular- mente el Sr. Calderón. De lo dicho se infiere que los fenómenos á que deben su origen las rocas triásicas metamorfizadas de tan singular composición, se han repetido en otras épocas geológicas, Cons- tituyendo una serie de procesos resumidos por el Sr. Calderón con el dictado de epigenismo ofítico (1), y que considera como (1) La region epigénique de ''Andalousie. (Bull. de la Soc géol. de France, 3* série, t. xvIr.) 244 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) igual en el mecanismo, aunque en escala inmensamente mayor, que el de los volcanes 6 charcas barrosas actuales que ha estudiado en Morón (1). No hemos de repetir aquí las con— sideraciones en que se funda semejante teoría, con la que esta- mos enteramente de acuerdo; pero hemos de declarar que aún quedan muchos puntos obscuros para el esclarecimiento del problema, los cuales reclaman prolijos estudios de pormenor, y como un material para ellos hemos creído interesante el examen microscópico de los cristales de cuarzo encerrados en el seno de dichas rocas epigénicas de Andalucía y que creemos aplicable á todas las demás formaciones equivalentes de otras regiones, por más que todavía no hayamos tenido ocasión de comprobarlo. Semejante estudio, y en particular el de las inclusiones de los cuarzos epigénicos, no sabemos se haya realizado todavía dentro ni fuera de la región, y le considera— mos sumamente adecuado para arrojar luz en el esclareci- miento de la cuestión que breve € imperfectamente hemos bosquejado. Sólo nos resta recordar, como precedente para la exposición del asunto, que dichos cristales se encuentran dispersos en rocas distintas en la región: en la caliza eocénica con Vummu- lites, y en la magnesiana, en las arcillas y margas abigarradas, pero sobre todo en los yesos rojos que son producto de meta- morfismo de las calizas primeramente mencionadas. Los cristales de cuarzo en cuestión ofrecen las formas más frecuentes y sencillas de la especie, es decir, la combinación del prisma con la pirámide exagonal. En ninguno de los nume- rosos ejemplares que hemos examinado se encuentran formas que no sean las indicadas, pues no pueden considerarse como diversas las débiles oscilaciones que aparecen rara vez en las caras del prisma. No presentan indicios de las agrupaciones paralelas tan frecuentes en la especie, y sí sólo se observa una marcada tendencia á una agrupación en que siendo perpen- (1) Los volcanes fangosos de Morón. (ANAL. DE LA Soc. EsPAÑ. DE HIST. NAT.), t. xx, 1895. 43) Chaves.—CRISTALES DE CUARZO. 245 diculares los ejes c, la protopirámide de un individuo se adapta á la deutopirámide de otro. Tradúcese, en general, esta ley de agrupación por la pre- sencia de drusas consistentes en diminutos cristales, á veces dos 0 tres, implantados en un Cristal de mucho mayores dimensiones conservando la posición relativa indicada. Las caras son con mucha constancia de una gran limpieza y las aristas sumamente vivas. Es de notar la ausencia de las estrías, tan caracteristicas en las caras de prisma de ciertos Cuarzos, y muy especialmente en los de las formaciones gra- níticas, gneísicas y filonianas. Esta circunstancia, así como la de ofrecer á veces una oquedad profunda y siempre irregular una de las caras de estos cristales, la cual acusa la desapari- ción de una especie de núcleo blando ó fácilmente atacable, que parece como que sirvió de centro de orientación de las moléculas de sílice, recuerdan fielmente ciertos cuarzos del terreno carbonífero y reclaman tal vez para explicar su pro- ceso de formación, acciones lentas análogas á las que M. de la Vallée-Poussin admitía tratando de los cristalitos de cuarzo de la caliza de montaña belga. Los ejemplares de Morón, Osuna, Puerto Real y otras muchas localidades de la región ofítica, ofrecen en un mismo sitio las coloraciones más variadas. Desde el cuarzo hialino pasan por tintas insensibles al lechoso. falso topacio, melado, rosa, hematoideo ú jacinto de Compostela, pardo d gris más ó menos obscuros y negro. A veces las materias colorantes ocupan una región más ó menos limitada, mostrándose el resto límpido. Esta región coloreada se asienta en muchos casos en el centro y es fácil también hallar individuos que ofrezcan dos ó tres coloraciones simultáneas, cuya dispersión y distribución oca- siona un aspecto musgoso. Las secciones delgadas que hemos examinado muestran que la cantidad de pigmento es relativamente pequeña, debién- dose probablemente la intensidad del color que en apariencia ofrecen á la forma cristalina, á la disposición en capas envol- ventes que con mucha frecuencia afectan estas materias y á la refringencia de las inclusiones que contienen los cristales. Mediante el microscopio se observa que las substancias pig- mentarias no constituyen como una especie de intrusión de cuerpos amorfos ú cristalinos, sino que forman un pigmento 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) que con intensidad variable se difunde más ú menos eradual- mente en la masa del cristal, y que fué acumulado, con mucha verosimilitud, durante el depósito de ésta. Para averiguar la naturaleza de la substancia pigmentaria nos hemos valido de la elevación de temperatura sometiendo distintos ejemplares á la llama de una lámpara de alcohol, y hemos podido observar cambios de coloración más ú menos permanentes con la temperatura y que acusan la presencia de materias orgánicas alterables. Las variedades rosadas pierden totalmente el color antes del rojo y permanecen descoloradas en frío. Los cuarzos hematoideos se vuelven incoloros al rojo, reapareciendo la coloración por enfriamiento, pero más debi- litada, y si se continúan sometiendo al rojo durante algún tiempo, adquieren un tinte grisáceo, claro en frio. Calentando también al rojo los cristales melados 4 pardos, se tornan gri- ses más ó menos obscuros, mientras que los negros no se alte- ran. Durante todas estas experiencias los cuarzos estudiados no perdieron absolutamente nada del brillo de sus caras, y sÍ sólo se cuartearon, según los cruceros, por efecto de las varia- ciones bruscas de temperatura. Estas propiedades de la materia pigmentaria nos conducen a considerarla comprendida en el grupo de combinaciones que Berthelot designa con el nombre genérico de productos úlmi- cos y carbonosos, entre los cuales se hallan los llamados ácidos géico, crénico, apocrénico, úlmico, apoglúcico, ulmina, etc., que con tanta abundancia se encuentran en las turbas, ligni- tos y aguas pantanosas entre los productos naturales, y conco- mitantes con las materias caramélicas en las melazas de caña y remolacha como productos de la industria. En efecto, así como ya lo hace notar el Sr. Calderón (1), la actividad epigénica se halla íntimamente ligada á los procesos destructivos de las substancias organizadas, los cuales recono- cen como causa principal muy probable la presencia de los lignitos inter-estratificados en el terreno. El proceso cae, pues, bajo el orden de alteraciones que Liebig, en la introducción de su célebre Tratado de Química orgánica (2) denomina putre- (L)SLoc. cit: (2, Traité de Chim. org., par Justus Liebig. Ed. francaise publ. par Ch. Gerhardt. 1841-45. (5) Chaves.— CRISTALES DE CUARZO. 247 facción seca (pourriture séche). Según este ilustre químico los suelos arenosos, y más especialmente los formados por una mezcla de caliza y arena, y con toda evidencia los margosos, son muy aptos para acelerar la putrefacción seca de las mate- rias vegetales. La zona epigénica de Andalucía, constituida en general, como se desprende de los trabajos del Sr. Calderón, por margas, arcillas y calizas más Ú menos magnesianas, reune excepcionales condiciones para acelerar los procesos de alteración regresiva de estas materias. Ayudados estos, por otra parte, por una temperatura probablemente elevada y secundados por la acción del oxígeno del aire, debieron adqui- rir una energía química considerable reflejada en las múlti- ples transformaciones que los minerales de la región acusan, las cuales constituyen la clave de aquel epigenismo. A las materias colorantes de origen orgánico mencionadas se unen en los cristales de Morón pequeñas y escasas partícu- las ferruginosas amorfas, cuya naturaleza se revela colocando sobre un porta-objetos cubierto de bálsamo del Canadá un pequeño trocito separado del interior del cristal y tratándolo por una gota de disolución de acido hidrofluosilícico; des- pués de evaporación en espacio confinado sobre ácido sul- fúrico, pueden observarse los cristales muy escasos de fluosi- liciuro ferroso, que la acción del sulfuro amónico permite distinguir facilmente de los de magnesio y manganeso, con quienes pudieran confundirse por ofrecer las mismas formas cristalinas. En algunos ejemplares es bien perceptible la corrosión de las caras reducida á pequeños huecos poco profundos en el prisma, algo más en la pirámide. Estos huequecitos, bien espaciados y de forma irregular, parecen atestiguar reacciones químicas verificadas merced al contacto de materias sólidas que en determinadas condiciones de humedad, y gracias al acido carbónico, hubieron de actuar á la manera como los carbonatos térreos del suelo lo hacen sobre los fragmentos y objetos de vidrio en él enterrados durante un tiempo más 6 menos largo. La ausencia de las formas hemiédricas en los citados cristales está perfectamente de acuerdo con la falta de poder rotatorio, el cual no se presenta en ninguna de nuestras preparaciones, talladas muy exactamente normales á C. Los cuarzos ahumados de Morón ofrecen numerosas inclu- 213 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) siones sólidas, líquidas y gaseosas, que se encuentran de ordi- nario en todos los ejemplares. Cuando alguno de estos tres tipos falta, y esto sólo se observa en los cristales poco colorea dos y muy transparentes, es seguro que son líquidas y gaseo- sas, pues la presencia de las sólidas es constante. Las inclusiones sólidas son de tal modo numerosas en todos los ejemplares estudiados, que á veces constituyen casi la mitad de la materia del cristal. El mayor número de ellas se encuentra en el centro y formando una envoltura que en una de nuestras preparaciones se halla bastante próxima á la peri- feria; en ésta las inclusiones se espacian y van desapare- ciendo á medida que se acercan á la superficie. Por su /acies, por su alta refringencia y vivos colores de polarización, dichos microlitos nos recordaron desde luego el zircón; mas las direc- ciones de extinción, formando constantemente ángulos de 90” entre sí, nos sugirieron alguna duda, ya que los ejes de elas— ticidad de los distintos microlitos no guardaban relación aleuna entre sí ni con el contorno de la sección normal á €, y que las secciones de las inclusiones extinguidas eran rarísi- mas, pudiendo muy bien referirse á materias vítreas, que es sabido suelen existir en estos Casos. El examen de una sección paralela al prisma exagonal deci- dió la cuestión, mostrando numerosos microlitos generalmente alargados, alineados con bastante regularidad, formando zonas ó capas que atravesaban la sección de parte á parte, paralela— mente á la traza de una de las caras de pirámide (lám. vi, figu- ra 1). Como en el caso anterior, las direcciones de extinción eran perpendiculares entre sí, y las secciones extinguidas esca- sísimas; pero se observaba una cierta simultaneidad muy gene- ral en las extinciones, que en conjunto se verificaban paralela- mente á la traza de la pirámide. Bastaba, pues, para desvane- cer las dudas, tallar una lámina paralelamente á esta cara de pirámide; y en efecto, obtenida ésta después de varios tanteos, observamos en ella un mayor número de secciones, extingui- das siempre, acompañadas de otras anisótropas irregularmente orientadas y de extinciones perpendiculares. Con esto queda- ron comprobados los caracteres ópticos del zircón y demostrado también que sus cristales estaban orientados, satisfaciendo la única condición del paralelismo de su eje cuaternario al de la cara de pirámide, pudiendo tener dicho eje todas las posicio- (7) Chaves.—CRISTALES DE CUARZO. 249 nes imaginables, aunque excepcionalmente dentro del plano paralelo á esta cara. Otras secciones examinadas posteriormente no ofrecieron esta manera especial de orientación que, creemos por tanto, debe considerarse más bien como caso particular que como ley general. La forma del zircón es ordinariamente redondeada y suma- mente irregular. Algunos granos ofrecen acentuados estre— chamientos (fig. 2), y en ocasiones vense también secciones de contorno regular más 6 menos aproximado al exágono y que no se presentan nunca totalmente extinguidos (fig. 3). Se perciben además, haciendo variar el foco, formas poliédricas muy determinadas, que en ciertos casos parecen afectar una simetría rómbica (fig. 4). Los granos de zircón son incoloros y frecuentemente limpi- dos, pero se observan también algunos provistos de inclusio— nes. Entre estas las hay de dos clases: unas de apariencia vítrea, color pardo, á veces muy intenso, de alta refringencia y de forma redondeada; á estas, que son sumamente pequeñas, se unen en el mismo grano otras inclusiones evidentemente gaseosas, muy alargadas de ordinario, orientadas paralela mente á las direcciones de extinción. Sus extremos son ya redondeados, ya poliédricos (fig. 5). Hemos tenido ocasión de observar muchas de estas inclusiones poliédricas bellísimas, y entre ellas una que, afectando exactamente la forma cristalina del zircón (fig. 6), lo caracterizaba á todas luces (1). Frecuen— temente son de tal modo finas y alargadas estas inclusiones, que se tomarían por estrías (fig. 7). A las inclusiones de zircón se unen otras escasas, mucho más pequeñas, de turmalina, de un color verdoso, de contorno redondeado y en ocasiones con inclusiones ligeramente polié— dricas de burbuja fija. Además, en una de nuestras prepara— ciones normales á c hemos visto una laminilla de contorno recto, incolora y muy estriada, cuyo policroismo evidente per- mite considerarla como mica blanca (fig. 8). Por último, se perciben escasísimos granos redondeados de apatito con sus inclusiones características. _ (1) Fouquíé Er MicaeL-LÉvyY: Minéralogie micrographique, pág. 407. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Las de zircón alcanzan hasta 0,440 mm. de diámetro. Las inclusiones líquidas son relativamente escasas y se hallan distribuídas en Zonas irregulares y mezcladas con las g'aseosas, siendo de notar que su tamaño es bastante conside- rable. Su contorno es redondeado 6 más 4 menos regularmente ovoídeo. Siempre contienen una burbuja fija (fig. 9); mas á veces suelen aparentar dos de estas, lo cual se debe, segura- mente, á la disposición irregular de la cavidad, cuyos salien- tes dan á aquella una forma arriñonada que aparece dividida en dos á causa de la reflexión total (fis. 10). En la masa del cuarzo hay también infinidad de pequeñíi- simos puntos que, por analogía con lo que de ordinario se observa, inducimos sean inclusiones líquidas. Los poros gaseosos se reparten en una zona que de ordinario no coincide con la pigmentaria y pocas veces constituye una envoltura completa del núcleo cristalino (fig. 11). Son mucho más abundantes que las inclusiones líquidas, tanto, que con sólo la ayuda de la lente se percibe en las secciones delgadas una especie de sombra más 6 menos acusada, producida por las reflexiones totales de gran número de burbujas ú poros gaseosos. Estos son en su inmensa mayoría de forma redon- deada, alargada ú ovoidea y á menudo de contornos irregula— res (fig. 12). A veces alcanzan las dimensiones de los granos de zircón, pero no es esto lo más corriente. Unidas á estas inclusiones irregulares hemos observado alguna que otra claramente diexaédrica, cuyos elementos se hallaban perfectamente orientados (fig. 13) paralelamente á los correspondientes del cristal. Estas inclusiones diexaédricas han sido mencionadas de numerosos pórfidos de Sierra- Morena, por el Sr. Macpherson (1), y su estudio se ha comple- tado en fecha reciente por el Sr. Calderón (2) en vista de nue- vos ejemplares que le han permitido ampliar las observaciones anteriormente hechas. (1D) Estudio geol. y petr. del N. de la prov. de Sevilla. Bol. de la Com. del Mapa geoló- gico de España, t. v1, 1889.) (2) CALDERÓN: Votas mineralógicas. (ANAL. DE La Soc. EsP. DE HIST. NAT., Se- rie 11, t. 111, 1894.) (9) Chaves.— CRISTALES DE CUARZO.' 251 HL, Como complemento á las observaciones que preceden sobre las inclusiones de los cuarzos de la región epigénica de Anda- lucía, creemos conveniente detenernos un momento en la obscura cuestión del origen de los moldes negativos que con- tienen, generalmente acompañados de poros irregulares. Pro— blema es éste que ha ocupado la atención de eminentes petró- grafos y que, por ofrecer alta transcendencia para la indaga- ción del proceso genético de las rocas que ofrecen semejantes moldes, entendemos debe ocuparnos aquí. El eminente Sorby fué el primero que aventuró una hipóte- sis científica sobre este asunto, fundándose en el hecho com- probado de que las disoluciones que cristalizan no depositan en los espacios capilares nada de la materia disuelta; si, por tanto, por una causa cualquiera ligada estrechamente con las circunstancias perturbadoras de la cristalización regular 6 perfecta de los cuerpos, se determina en el cristal un espacio ó laguna capilar, no actuarán á través de ellas las fuerzas moleculares, quedando limitados los nuevos depósitos de materia por las superficies de esta cavidad. Pero semejante explicación tropieza con el inconveniente de que estas lagunas quedarían siempre abiertas, puesto que la misma causa que impidió el relleno de materia cristalina en un principio actua- ría hasta el último instante del proceso cristalogénico, y si esta causa actuó cuando el cristal alcanzaba poco desarrollo, es evidente que en cualquier cristal voluminoso que se hallase en este caso se ofrecerían largos canales capilares cuyo extre— mo abierto tocaría la superficie. En el caso particular de las inclusiones diexaédricas de los cuarzos porfídicos, el Sr. Boscha (1) atribuye su origen á la disolución de los materiales vitreos incluídos en el cuarzo, el cual durante el estado de fusión los disolvería desigualmente y con arreglo á las distintas direcciones, encontrándose, por consiguiente, el minimum de solubilidad en dirección normal (1) Véase el trabajo citado del Sr. Calderón. 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) á las caras del romboedro. Al comenzar el enfriamiento del cuarzo se iniciaría también el fenómeno inverso y el cuarzo abandonaría la materia disuelta, la cual se depositaría en las paredes de la cavidad en razón de la solubilidad con las distin- tas direcciones, es decir, cimentándose el minimum de subs- tancia en los ángulos nuevamente formados. No escapa, á nuestro juicio, á objeciones importantes la hipó- tesis del Sr. Boscha. La primera y más fundamental se refiere al supuesto de que en un sólido fundido no existe orientación molecular alguna, quedando en suspenso, 6 mejor dicho con- trarrestadas por las resultantes del dinamismo calorífico, las leyes de agrupación de los primeros individuos cristalinos, y desapareciendo, por tanto, el valor relativo de las constantes físicas con las distintas direcciones. Por otra parte, si al verifi- carse la disolución de los corpúsculos vítreos, con ó sin con- tracción de la mezcla fluida, existian espacios vacios en el interior del cristal, es evidente que la presión exterior á que, sin género de duda, estuvo sometida la masa porfídica, haría desaparecer estos espacios; trátase, por consiguiente, del caso de un líquido homogéneo, mezclado á otro líquido también homogéneo, que pasan al estado sólido en un medio continuo. Más sencillo, y sobre todo por lo que respecta al caso que nos ocupa, es imaginar que las pequeñas burbujas gaseosas 6 líquidas bajo la influencia de una presión considerable que, ya por efecto de la separación de los gases de los líquidos en que se hallaban disueltos á una mayor presión 6 más baja temperatura, ya á causa de la formación de gases ó vapores producidos por acción química en el seno de las disoluciones ó de las masas fundidas que cristalizan, se adhieren a las caras de los cristales en vías de formación y constituyen una laguna que impide el crecimiento del cristal en el punto de contacto, y que pueden ser aprisionadas en virtud de nuevos depósitos de materia. Tratándose de masas fundidas bajo gran presión, las burbujas estarían formadas por gases liquidados (1) (1) Surge un problema interesante al tratar de saber si en un líquido acuoso saturado de gas carbónico pueden existir porciones de este gas al estado liquido por efecto de una presión elevada, lo cual explicaría suficientemente la presencia del ácido carbónico líquido en el seno de los medios ácueos capaces de depositar crista- les. Tal vez en este caso intervino una mezcla de disolución saturada de gas carbó- nico que afluía en exceso, sometida á una enérgica presión, la cual determinó el paso (10 Chaves.—CRISTALES DE CUARZO. 253 (anhídrido carbónico, carburos de hidrógeno), ó si no, liqui- dados al menos en un estado de condensación molecular tal que afectasen el estado líquido por el enfriamiento, y se origi- narían inclusiones de burbuja (1); á baja presión se formarían inclusiones gaseosas. Si las burbujas de gases Ú vapores se desprendiesen de la cara del cristal á que estaban adheridas, ya por vía de redisolución, ya por una causa mecánica cual- quiera, quedaría un hueco, que bien pudiera ser rellenado por las aguas madres, y entonces nos hallaríamos en el caso de las inclusiones líquidas con cristales (cloruro y sulfato de calcio, carbonatos alcalinos). La forma, tanto de las inclusiones líquidas como de las caseosus, debiera ser constantemente regular, porque no hay razón alguna para creer que un fluido, cuya forma propia es la esférica, encerrado bajo una presión, que siempre sería igual á la que actuara sobre el medio en que la cristalización se verificaba, ejerciese influencia en la orientación de las moléculas de cristal, pues siendo su presión, por ejemplo, igual para todos los puntos de su masa, habían de ser influídas estas moléculas homogéneamente, y sus relaciones dinámicas permanecerian las mismas. Apóyase esta idea en el hecho al estado líquido de parte de este gas. En efecto, como acontece con todas las leyes relativas á la mecánica de los gases, la solubilidad no obedece absolutamente á la ley de Henry-Dalton, y dista de ella tanto más cuanto las presiones son más altas, es decir, cuanto más próximo se halla el gas á pasar al estado líquido. Así, pues, de acuerdo con experiencias de Wroblewski, es fácil concebir que una gran presión no sería obstáculo para que, saturado el líquido en esas condiciones, quedase un exce- dente de gas carbónico líquido que, al estado de pequeñísimas gotitas (quizá compa- rable al globular que ofrece el azufre cuando la condensación de sus vapores se veri- fica en determinadas condiciones), y en virtud de un fenómeno puramente físico, quedarían adheridas al cristal en vías de formación. A esto se añade que las disolu- ciones de las sales metálicas, cloruros, sulfatos, nitratos, no modificadas por el ácido carbónico, disuelven á éste en menor proporción que el agua pura. (Véase Dimitri Mendéléeft, Principes de Chimie, t. 1, páginas 129 y 141, notas. 1895.) (1) Esindudable que el contenido de estas inclusiones fué introducido al estado líquido. Así lo demuestra el hecho, observado por Zirkel, de la desaparición de la burbuja de ciertas inclusiones por la calefacción, quedando la cavidad completa- mente llena de líquido. Por el enfriamiento reaparece la burbuja que la presión des- arrollada por la calefacción condensó anteriormente. De acuerdo con las experiencias de Zirkel sobre este particular, se hallan también las de Vogelsang y Sorby. Todas ellas coinciden en probar que las inclusiones líquidas se efectuaron á gran presión. (Tschermak-Grattarola, Tratt. di Min., P. G., pág. 107, 1883. Calderón, Zes inclusiones microscopiques des minéraux. Extrait de la Fewille des Jeunes Naturalistes, trad. par André Colani.) 254 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) experimental de que las constantes geométricas de un cristal no sufren variación alguna sensible con el aumento de la presión. Asi, pues, los espacios determinados por gases ú líquidos en la masa de los cristales durante el crecimiento, debieran afec- tar la forma del sólido envolvente, si bien ésta rara vez se presenta, merced á causas perturbadoras de las leyes cristalo— o'énicas y muy verosimilmente ligadas con los fenómenos de capilaridad ú de cohesión entre sólidos y fluidos. Terminaremos resumiendo todas las precedentes considera- ciones con la afirmación de que los datos proporcionados por el estudio de las inclusiones convienen perfectamente con los caracteres exteriores y de yacimiento de los cuarzos que las contienen en la región epigénica de Andalucía, para atribuir- les un origen hidrotermal, como lo ha hecho el Sr. Calderón en sus precedentes trabajos mencionados. CATÁLOGO GEOGRÁFICO Y GEOLÓGICO DE LAS CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES DE ESPAÑA, POR D. GABRIEL PUIG Y LARRAZ. (Sesión del 7 de Agosto de 1895.) Hace treinta años que el sabio geólogo é ingeniero de mi- nas D. Casiano de Prado publicó, como apéndice á la Descrip- ción fisica y geológica de la provincia de Madrid, una lista en que se daban 130 noticias referentes ú4 cavernas de España. Nuestras frecuentes correrías estudiando la composición del suelo de la Península y la afición con que hace largos años trabajamos en busca de notas históricas y bibliográficas co- rrespondientes á las ciencias naturales españolas, nos habian demostrado que el Catálogo del Sr. Prado, muy valioso como punto de partida, era deficiente y podía ampliarse sin más que dedicar á ello la paciencia bastante para reunir los ele- mentos dispersos en multitud de obras, siquiera muchas de ellas estuvieran fuera del alcance de la generalidad de los naturalistas. Persistiendo en nuestra idea hubimos de poner manos á la obra, que, sin embargo, no se hubiera llevado á cabo á no mediar las excitaciones de nuestros amigos é ilustrados con— socios los Sres. D. Daniel de Cortázar, D. Serafín de Uhagón (1) (1) Las notas que acerca de cuevas exploradas en España había recopilado el Sr. Uhagón, fneron remitidas por éste al sacerdote francés M. Lucaute, que: venía 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) y D. Cárlos Mazarredo, que no sólo nos han alentado, sino tam- bién auxiliado durante el tiempo, no breve, que hemos dedi- cado á este trabajo, considerándole como de utilidad para cuantos se dediquen á los varios linajes de exploraciones científicas, que tan necesarias son en los diversos ramos de la Historia natural. El resultado final ha excedido á nuestras esperanzas; así que, tanto por el número de cavidades natu- rales que hemos podido consignar, como por la extensión y detalles que nos ha sido dable coleccionar, el tamaño y di- mensiones de nuestro escrito no permiten que tenga cabida en nuestros ANALES; por cuya razón, y á ruego de algunos de nuestros consocios, hemos hecho el catalogo que va á conti- nuación, el cual es un extracto de la obra que hemos titulado Cavernas y simas de España (1), suprimiendo la parte descrip- tiva de las cavidades y la bibliográfica, Ó sea la relación de los autores que de ellas han tratado. Teniendo esta reunión de datos cual mira principal el que pueda aprovechar al mayor número de personas, y Cconsi- derando que la forma bajo la cual el Sr. D. Casiano de Prado presentó sus noticias adolece de cierta vaguedad, hemos pro- curado consignar cuantos detalles es factible reunir para cada caso, á fin de satisfacer, en lo posible, los deseos que, según las diferentes especialidades, pueda tener cada cual. Conservando la agrupación por provincias y ordenando estas conforme lo hizo el Sr. Prado, las diferencias principales, ade- más de la del número, entre el trabajo de aquel autor y el nuestro son: 1.2 Reunir las cavernas, simas, cuevas, etc. por partidos judiciales y términos municipales, con lo cual se facilita al explorador el conocimiento del lugar, mejor que con el de la distancia aproximada á pueblos importantes de la provincia. 2. Para la designación hemos conservado de preferencia el nombre usual en la localidad, y si tiene varios, todos cuan- tos se han averiguado, pues aun cuando es mucho más exacto publicando un estudio sobre las grutas de Europa; pero habiendo fallecido dicho señor, no le ha sido posible al Sr. Uhagón recoger su lista, pérdida que lamentamos nosotros los primeros, pues de seguro hubiera sido un poderoso auxiliar para nues- tro trabajo. (1) Esta obra se ha publicado en el Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, 2.? serie, tomo 1 (Xx1), páginas 3 á 392. (3) Puig. —CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 257 referirse siempre á las voces cueva, gruta, caverna ó sima, en las varias regiones de España donde no se habla castellano sería fácil que en más de una ocasión no se entendiese por la vente del país de qué se trataba cuando se preguntase por un objeto con nombre castellano. 3.* Hemos puesto cuidado en consignar los itinerarios y las circunstancias locales de los pueblos en que radican las diversas cavidades, hasta donde ha sido posible, como noticias necesarias para el viajero. 4.* Señalamos la naturaleza geognóstica del terreno en que se halla abierta la cueva Ó sima, pues asi pueden fundarse ó no conjeturas respecto al hallazgo de objetos determinados. 5. Cuando nos ha sido posible, y siempre de una manera sucinta, damos cuenta de los exploradores y de los ebjetos encontrados por ellos. La lectura de las diferentes obras que hemos tenido á nues- tra disposición, nos ha sugerido varias observaciones, que sin pretensión alguna didáctica y sólo por creerlas útiles á los naturalistas exploradores nos vamos á permitir exponerlas. Consiste una de ellas en que en la terminología que se emplea en obras antiguas y áun en algunas escritas antes de la mitad del presente siglo, se nota que se llama jaspe al mármol; y como el lenguaje vulgar de los campos se halla todavía lleno de palabras anticuadas y de otras que como ésta tienen en el lenguaje científico una acepción completamente distinta, las llamadas canteras de jaspe, por los autores á que nos referi- mos, pudiera ser que en muchos Casos sean cavernas con capas estalactíticas (como lo hemos comprobado más de una vez); sin embargo, en la relación de las cavernas naturales que sigue no hemos consignado como tales las que con dicho nombre se encuentran en las diversas publicaciones y obras especiales consultadas, á no constarnos que realmente entra- ban de lleno en nuestro objeto. Asimismo, y también como resultado de observaciones pro- pias, tenemos que hacer presente que en varias localidades se señalan como cuevas artificiales, y por esto en muchos casos hemos dejado de mencionarlas, algunas queó no lo son, ú de serlo pertenece su apertura á los tiempos llamados pre- históricos, y por consiguiente entran en el cuadro, que qui- siéramos ver completo y del que los presentes apuntes no son ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 17 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) más que el bosquejo. Por regla general, el vulgo de nuestros campos las designa con el nombre de cuevas de moros, bien por creer que éstos las fabricaban como viviendas, bien que las excavaban para ocultar tesoros, bien para explotar alguna fabulosa mina de oro ó plata. Es también, según nuestra opinión, digno de tenerse pre- sente el sistema seguido por un distinguido ingeniero, el Sr. Gomis, en la exploración de las cavidades subterráneas no conocidas con anterioridad, más práctico y cómodo que los usados generalmente y que permite encontrar la salida con mayor facilidad que sirviéndose de una cuerda que se va des— arrollando ó el de señalar las paredes; el método es suma-= mente sencillo y semejante en sí á la conocida anécdota del huevo de Colón; después de sabida parece la cosa más natural del mundo: consiste en que el acompañante del explorador, ó éste si va solo (aun cuando no es conveniente hacer aislado completamente esta clase de investigaciones), 6 si son varios, el que marche el último vaya arrojando puñados de paja for— mando un reguero en el suelo de la cueva y marcando por su naturaleza el camino seguro á la vuelta, camino que no ofrece la contingencia de romperse, como sucede alguna que otra vez á las guías de cuerda, ó el de no poder encontrar las seña- les que se hicieron 6 confundirlas con otras preexistentes, cosa bastante frecuente Cuando tiene alguna extensión la cavidad y la luz no es muy suficiente; y ya que hablamos de ésta, no se debe olvidar que la mejor manera de alumbrarse son los faroles que en todas las posadas y casas de labor existen para entrar en los pajares, y nunca deben emplearse los candiles descubiertos, que puede apagar una ráfaga de aire y compro- meter grandemente al que se ha aventurado en una caverna. Para terminar estas líneas, que como exordio van siendo ya demasiadamente largas, haremos constar que presentamos este catálogo como un avance susceptible de gran mejora, sobre todo si, como esperamos, nuestros ilustrados consocios de la española de Historia natural nos auxilian con datos refe- rentes bien á las cavidades señaladas, bien á otras de que no nos haya sido posible encontrar noticias y sean de ellos cono— cidas, permitiéndonos formar apéndices anuales, en que con— sienaremos las observaciones y datos que se nos comuniquen y los que podamos adquirir por nosotros mismos. (5) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 259 ÁLAVA. AMURRIO. CUEVA DE SAN JUAN, CUEVA DE LOS MOROS, CUEVA DE CORRO. Termino municipal: Valdegobia. || Datos itinerarios: Corro dista de Villanueva de Valdegobia, cabeza de ayuntamiento, unos 6 km.; hay diligencia diaria desde esta última á Miran- da. || Zerreno geológico: Conglomerados calizos eocenos. CUEVA DE ÁRECHARO, CUEVA DE OQUENDO. T. M. Valle de Oquendo. ||D. 7. A 5 km. de la estación de Llodio (línea de Bilbao á Miranda), por caminos vecinales; desde Amurrio hay 12 km. próximamente por carreteras pro- vinciales. || 7. €. Calizas cenomanenses. LA GUARDIA. CUEVA DE SAN ROMÁN, CUEVA DE CAMPEZO. T. M. Campezo. || D. /. Caminos vecinales. || 7. F. Calizas cenomanenses. VITORIA. Cueva DE URRECAZOLA, CUEVA DE URRECÁZULO. T. M. Aramayona. || D. 7. Carreteras de Aramayona á Mon- dragón y á Villarreal. En verano hay coche diario á Vitoria y en invierno sólo dos veces por semana. || 7. (F. Calizas seno- nenses. CUEVAS DE ÁMBOTO. T. M. Aramayona. || 7. F. Calizas senonenses. SIMA DE OQUINA. T. M. Arlucea. || D. /. Los caminos que conducen á Oquina son todos de herradura, siendo el más corto el que va por la parte alta de la sierra llamada Montes de Vitoria, á la carre- tera de Vitoria á Logroño. || 7. (. Areniscas del cretáceo su- perior. 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) CUEVA DE LOS GENTILES. T. M. Aspárrena. [| D. 7. A3 km. de distancia se encuentra la estación de Araya, con la que se une por medio de una carretera. || 7. (. Calizas cenomanenses. CUEVA DE GORBEACHIQUÍ. T. M. Cigoitia. || D. 7. Carretera de Bilbao á Vitoria. || T. (f. Calizas cretáceas. BOCARRÓN DE ZARAGUA. T. M. Cigoitia. || 7. Q. Calizas cretáceas. Pozos DE LENDÍA. T. M. Cigoitia. [| 7. (. Calizas cretáceas. CUEVA DE GUILLARTE. T. M. Cuartango. || D. 1. En el lugar de Zuazo de este ayun- tamiento hay estación en la línea férrea de Miranda á Bil- bao; en la misma población existe un conocido balneario. |] T. (7. Calizas cretáceas. CUEVAS DE GORO, CUEVAS DE GORGO, GRUTAS DE LOS HUETOS. T. M. Los Huetos. || D. 7. A 11 km. de Vitoria por caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE MARQUÍNEZ. T. M. Marquinez. || D. 7. A 5 km. de Vitoria. || 7. F. Arenis- cas cretáceas y calizas numulíticas. || Xxp/. Adan de Yarza: figuras toscamente esculpidas y sepulcros ó nichos abiertos en la roca. ALBACETE. ALCARAZ. CUEVA DE MONTESINOS. T. M. Ossa de Montiel. [| D. 7. Caminos de herradura; hay 3posadas. || 7. GF. Calizas rojas espatizadas triásicas. || Mzpl. Cer- vantes, Pellicer, Clemencin, Prado, Caminero, Pato. (1) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 261 CUEVAS DE LAS OVEJAS. T. M. Ossa de Montiel. || 7. G. Calizas triásicas. CuEvA DE HoYO GUARDIA, CUEVA DE LOS CHORROS DE Royo GUARDA, CUEVA DE LA AÁLMENARA, CUEVA DEL MUNDO. T. M. Riópar. || D. 7. Carretera de Elche al Puerto del Are- nal (Jaén); hay 3 posadas. || 7. €. Calizas cretáceas. |] Botella. ALMANSA. CAVERNA DE CASAS DE DELGADO. T. M. Alpera. || D. 7. Estación del ferrocarril de Madrid a Alicante; hay 2 posadas. || 7. €. Calizas cretáceas. CASAS IBÁÑEZ. CASAS DE LOS MOROS. T. M. Jorquera. || D. /. Caminos vecinales. || 7. GF. Calizas miocenas. CUEVA DEL PASEO DEL Rey Moro. T. M. Jorquera. || 7. €. Calizas miocenas. CUEVA DEL MOLINAR. T. M. Motilleja. || D. 7. A 18 km. de Albacete por caminos vecinales; hay posada. |] 7. €. Calizas miocenas. CUEVA ALTA. T. M. Villa de Ves. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. Q. Calizas cretáceas. CHINCHILLA. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Chinchilla. || D. 7. Chinchilla tiene estación en las líneas férreas de Madrid á Alicante y de Chinchilla á Carta— gena, carretera de Madrid á Valencia; hay 2 fondas y 2 posa- das. || 7. (7. Calizas cretáceas. 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) HELLÍN. SIMA DE TOBARRA. T. M. Tobarra. |¡ D. 7. Estación en la línea de Chinchilla á Cartagena; hay 3 posadas. || 7. (€. Calizas triásicas? YIESTE. CUEVA DE LA TOBA. T. M. Ayna.|| D. 7. Desde Hellín por caminos vecinales. || T. (7. Calizas triásicas. ¿CUEVA DE LA MINA? T. M. Letur. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas cre- táceas? CUEVA DE LA RADA. T. M. Molinicos. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || T. (7. Calizas cretáceas. ALICANTE. ALCOY. CUEVA DE SAN JULIÁN. T. M. Alcoy.|| D. 7. Estación en el ferrocarril de Alcoy á Gandía; diligencias á Villena, Albaida, Alicante y Bañeras; hay 3 casas de huéspedes y 14 posadas. || 7. €. Terciario nu- mulítico. || Xzpl. Ehlers descubrió en ella el Speleochlamys Bhlersi, Diek. Cova BLANCA. T. M. Agrés. || D. 7. Hay una carretera que atraviesa el valle de Agrés en dirección á Villena y otra que conduce á Albai- da. [¡ 7. €. Calizas cretáceas. CUEVAS DE MARIOLA. T. M. Agrés. || 7. G. Calizas cretáceas. ALICANTE. CUEVA DEL BORRACHO. T. M. Alicante. || 7. F. Calizas? cuaternarias? 49) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 263 CALLOSA DE EN SÁRRIA. CUEVAS DE LA PEÑA. T. M. Bolulla. || D. /. Caminos vecinales. || 7. (€. Calizas miocenas? MONTE DELS ÁVENCHS. T. M. Bolulla. [| 7. (€. Calizas miocenas? CUEVAS DE BERNAL. T. M. Calpe. || D. 7. Carretera de Alicante á Silla; hay coches diarios y posada. || 7. (/. Calizas miocenas. CUEVA DEL CABO Torx. T. M. Calpe. || 7. (€. Calizas miocenas. COCENTAINA. CAVERNA DEL TUSAL. T. M. Planes. || D. 7. Planes se halla á unos 4 km. de la estación de Beniarrés, en la línea de Alcoy á Gandía. || 7. E. Calizas triásicas. || Xzxp/. Bowles. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Planes. || 7. (€. Calizas cretáceas. DENIA. CUEVA DEL AGUA. T. M. Denia. || D. 7. Estación de la línea de Carcagente á Denia; hay 2 fondas, 2 casas de huéspedes y 3 posadas. Para subir al Mongó se conocen nueve senderos, á los cuales se les da en el país los nombres siguientes: Trencall del Cabo Gordo, Escalete, Barranch dels Emboxards, Single de la Cordeta, Assegadors, Portal, Portalet, Punta del Cabo Prim, Barranch de la Yedra. || 7. G. Calizas cretáceas. || Xzp!. D. Felipe III, Mechain, Biot, Chaix, Rodríguez, etc. COVA AMPLA. T. M. Denia. || 7. (G. Calizas cretáceas. 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) COVA DE BONARMINI. T. M. Denia. || 7. (G. Calizas cretáceas. CovA DEL LLIT DEL CAMP. T. M. Denia. || 7. €. Calizas cretáceas. COVA DE ANDRENET. T. M. Denia. || 7. (7. Calizas cretáceas. Cova CORTADA. T. M. Denia. || 7. (. Calizas miocenas. CUEVA DE LA PUNTA DE BENIMAQUIA. T. M. Denia. [| 7. €. Calizas cretáceas. CovA DE LES CALAVERES, CUEVA DE LAS CALAVERAS, CUEVA DE BENIDOLEIG. T.-M. Benidoleig. || D. /: A-11 km. de Denia por caminos vecinales. || 7. (F. Calizas numulíticas. || Xxpl. En 1768 se en— contraron un martillo de hierro, 12 calaveras y diversos hue- sos humanos en la parte inferior de la cueva. En 1843 se repi- tió el reconocimiento de la misma, no hallándose nada de par- ticular. CUEVAS DE JAVEA, CUEVAS DEL CABO SAN MARTÍN. T. M. Jávea.|| D. £. Jávea dista 5,5 km. de Denia; diligen- cias á Vergel y á Alicante; línea de vapores para Alicante y Argel; hay 3 posadas. || 7. (. Margas miocenas. CUEVA DEL AGUA DULCE. T. M. Jávea. || 7. €. Margas miocenas. EL PORTICHOL. T. M. Jávea. || 7. €. Margas miocenas. CUEVA DEL ORO. T. M. Jávea. || 7. (. Margas miocenas. CUEVA DEL ÓRGANO, CUEVA DE LAS PALOMAS. T. M. Jávea. ¡| 7. (/. Margas miocenas. (11) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 265 CUEVA GRANDE. T. M. Jávea. || 7. (f. Margas miocenas. CUEVAS DE LA GRANADELLA. T. M. Jávea. || 7. f. Margas miocenas y calizas cretáceas. Pozo DE LA ALBERCA. T. M. Pedreguer. |] D. 7. A 5 km. de la estación de Vergel (línea de Carcagente á Denia); hay café y casino. || 7. E. Cali- zas Cretáceas. JIJONA. GROTA DELS CANELONS, CAVERNA DE LOS CANELONES. T. M. Busot. || D. 7. Caminos vecinales; á 14 km. de Jijona. || T. (7. Calizas triásicas. || EKxp!. Valdés (D. Cayetano), Lagasca, Cavanilles. AVENCH DEL ÍNFERN, BOCA DEL INFIERNO. T. M. Busot. || 7. €. Calizas triásicas. EL SIMARRO. T. M. 1bi. [| D. 7. Caminos vecinales; hay 3 casinos. || 7. E. Calizas? numulíticas. SIMA DE ONIL. T. M. Onil. || D. 7. Carretera de Villena á Alcoy; hay 2 po- sadas. || 7. GF. Calizas numulíticas. MONÓVAR. CUEVA DEL VERDUGO. T. M. Salinas. |! D. 7. A 9 km. de la estación de Torrevieja; hay posada. || 7. (F. Calizas miocenas. Cova Fría. T. M. El Pinoso. || D. /. Diligencias á Monóvar; hay 4 posa- das. || 7. GF. Calizas miocenas. 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) NOVELDA. CUEVAS DE SIERRA GORDA. T. M. Novelda. || D. 7. Estación del ferrocarril de Madrid a Alicante; carreteras de Ocaña á Alicante, de Novelda a Torre- vieja y de Aspe á Santa Pola. || 7. €. Margas miocenas. CUEVA DE SAN PASCUAL. T. M. Monforte. || D. 7. A corta distancia pasa el camino carretero que va desde Elche á Agost, atravesando la carretera de Madrid, en la Venta del Batló. || 7. (€. Calizas triásicas? ORIHUELA. SIMA DE ORIHUELA. T. M. Orihuela. || D. /. Estación de la línea de Alicante á Murcia; hay 2 fondas y 3 posadas. || 7. (F. Calizas? triásicas? CUEVA DE ROCA. T. M. Orihuela. || 7. €. Calizas terciarias? || Xzp/. Vilanova: restos humanos, conchas. López y Moreno: perlas de esteatita y de serpentina y algunas puntas de flecha. CUEVAS DE HURCHILLO. T. M. Orihuela. || 7. €. Calizas miocenas. PEGO. COVA SANTA. T. M. Vall de Ebo. || D. 7. A5 km. de Pego y 15 de la esta-- ción de Gandía (línea de Carcagente á Gandía). || 7. €. Cali- zas eocenas. COVETA DEL SALT. T. M. Vall de Laguart. || D. 7. A 15 km. de Pego por cami- nos vecinales. || 7. €. Calizas cretáceas. COVA DEL MITIDIA. T. M. Vall de Laguart. || T. G. Calizas cretáceas. (13) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 261 ALMERÍA. ALMERÍA. GRUTA DE LA FUENTE. T. M. Almería? CuEvA DEL Buso, CUEVA DE CABO DE GATA. T. M. Almería. [| 7. G.. Traquitas y doleritas. [| Xxpl. Bowles. CUEVA DE LOS GENOVESES. T. M. Almería. || 7. G. Traquitas y doleritas. || Xxp!. Donayre. Cuevas DE CosTa NORTE, CUEVAS DE LA ISLA DE ALBORÁN. T. M. Almeria? || 7. (. Margas terciarias. BERJA. CUEVA DE SAN TESIFÓN. T. M. Berja. || D. 7. Carreteras á Dalías, Roquetas y Adra; diligencias diarias á Almería; coche correo á Adra; hay 2 ca- fés y 2 fondas. || 7. €. Calizas triásicas. CUEVA DE LA GUARDIA VIEJA. T. M. Dalías. || D. 1. Carretera de Berja á Ugijar; diligencias diarias á Berja y Almería; hay 3 cafés y fonda. || 7. (7. Calizas triásicas. CANJAYAR. CUEVA DE NIELES. T. M. Canjayar. || D. 1. De Canjayar parte una carretera de 6 km. á Alcora, en la de Murcia á Laujar, y otra de Laujar a Gador atraviesa el término; diligencia diaria á Almería; hay 4 posadas. || 7. €. Calizas triásicas. || Vzpl. En 1841 se la ex- ploró en busca de tesoros que se suponía existían en ella; se encontraron restos humanos y cerámica, que destruirían pro- bablemente los mismos que los hallaron. 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) CUEVA DEL SABINAR. T. M. Fondón.||D. 7. A 14 km. de Canjayar; caminos veci- nales; hay 2 posadas. || 7. €. Calizas triásicas? GERGAL. CUEVA DE ABRUCENA. T. M. Abrucena. [1 D. 7. A 3 km. de la población pasa la carretera de Granada. || 7. (F. Calizas cambrianas? || Zxpl. Gón- gora encontró esqueletos humanos con adornos de paja. HUÉRCAL OVERA. CUEVA DE ALBOX. T. M. Albox. || D. 7. Diligencias diarias de Huércal Overa á Purchena; á 3 km. de la estación de Albox Almanzora con coches á la llegada de los trenes; hay 3 fondas. || 7. G. Maci- ños miocenos. GRUTA DE LA SIERRA. T. M. Huércal Overa. |] D. 7. Carretera de Almería á Murcia y de Huércal á Baza; estación del ferrocarril de Murcia á Gra- nada por Lorca; hay 3 fondas. || 7. GF. Calizas triásicas meta- morfoseadas. || Zzpl. Cortázar. PURCHENA. CUEVA DE LA PALOMA. T. M. Bayarque. || D. 7. Caminos de herradura; á 8 km. de Purchena. |! 7. €. Calizas estrato-cristalinas. CUEVA DE LA MORCIGUILLA. T. M. Serón. [| D. 7. Carretera de Huércal Overa á Baza; es- tación de la línea de Murcia á Granada; hay 2 posadas. || T. €. Calizas estrato-cristalinas. || Xxpl. Góngora: se hallaron restos humanos, armas de cobre y vasijas de barro. CUEVA DE LA SARNA. T. M. Serón. || 7. €. Arcillas silíceas y cuarcitas del estrato- cristalino. || Xxp!. Góngora: cadáveres con trajes y sombreros de palma, armas de cobre y de piedra. (15) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 269 VÉLEZ RUBIO. CUEVA DE LA JITANA. T. M. María. || D. 7. Caminos vecinales; hay restaurant y 4 herbolarios recolectores. || 7. GF. Calizas jurásicas. || Kzp/. Cortázar. CUEVA DE PORTAL CHICO. T. M. María. || 7. (7. Calizas jurásicas. || Zxpl. Cortázar: no halló nada que justificase el hallazso, que se supone, de gran- des huesos que se remitieron al Instituto de Lorca. CUEVA DEL ÁIRE. T. M. María. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE LOS LETREROS. T. M. Vélez Blanco. || D. 7. Caminos vecinales; dista de Vélez Rubio unos 7 km. || 7. €. Calizas jurásicas. || Xzpl. Gón- gora: restos humanos, cerámica? CUEVA DE JUAN PESCADOR. T. M. Vélez Blanco.¡| 7. €. Calizas jurásicas. || Xxpl. Cor— tázar. CUEVA DE LA FUENTE DE LOS MOLINOS. T. M. Vélez Blanco. || 7. E. Calizas jurásicas. GRUTAS DEL MAIMÓN. T. M. Vélez Blanco. || 7. €. Calizas jurásicas. || Kxpl. Cor- tázar. CUEVA DE LOS GORULLOS. T. M. Vélez Blanco. || 7. €. Calizas magnesianas triásicas. CUEVA DE LA ENCANTADA. T. M. Vélez Blanco. || Toba cuaternaria. || Zzxpl. Cortázar. CUEVA DEL Toro. T. M. Vélez Rubio. || D. 7. Carretera de Murcia á Granada; coche diario á Baza; hay café, fonda y 2 posadas. || 7. €. Cali- zas triásicas metamorfoseadas. 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) CUEVA DE EscIPIÓN. T. M. Vélez Rubio? VERA. CUEVA DE GATAS? T. M. Mojácar. || D. 7. Mojácar dista 11 km. de Vera. |] T. G. Calizas triásicas. || Kxpl. Hermanos Siret. CUEVA DEL CABEZO DEL MORO. T. M. Antas. || D. 7. A 5 km. de Vera. || 7. €. Margas plio- cenas. || Kzpl. Hermanos Sireé: en el interior hallaron, una al lado de otra, dos sepulturas formadas de piedras de canto sin cubrir; no había osamentas, sólo encontraron una taza de barro cocido labrada á mano. ÁVILA. ÁVILA. CuEvA DEL VOLTOYA. T. M. Tolbaños.|1D. 7. A 5 km. de la estación de Mingorría (línea de Madrid a Irún). |! 7. G. Rocas graníticas. BADAJOZ. ALBURQUERQUE. CASA DE LA MONEDA. T. M. San Vicente de Alcántara. |] D. 7. Estación en la linea de Madrid á Cáceres y Portugal; hay 2 cafés y fonda. || T. G. Calizas silurianas. FREGENAL DE LA SIERRA. CUEVA DE GURUVIEJO, CUEVA DE GURGURUVIEJO. T. M. Burguillos. ¡| D. 7. Carretera á la estación de Zafra (línea de Zafra á Huelva); hay 3 posadas. |] 7. (. Calizas silu— rianas. (17) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 271 CUEVA DEL AGUA. T. M. Fuentes de León. |] D. 7. Caminos vecinales; á 15 km. de la estación de Fregenal (línea de Zafra á Huelva). || T. G. Calizas silurianas. JEREZ DE LOS CABALLEROS. ¿CUEVA DEL RÍO OLIVA? T. M. Oliva de Jerez. || D. 7. Diligencia diaria á Fregenal de la Sierra; hay 3 paradores y 2 casas de huéspedes. || 7. €. Ca- lizas silurianas. CUEVA DE BARBELLIDO. T. M. Salvaleón. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas? silurianas. MÉRIDA. LA ALHAMBRA. T. M. Alanje. || D. 7. Alanje está situado á 7 km. de la Zarza (línea de Ciudad-Real á Badajoz). |] 7. €. Calizas silurianas. CUEVA DE LOS MÁRTIRES. T. M. Arroyo de San Serván. ||D. 7. Caminos de herradura; á 7 km. próximamente de las estaciones de Garrovilla (línea de Ciudad-Real á Badajoz), Calamonte y Torremejía (línea de Mérida á Sevilla). || 7. GF. Calizas terciarias. CUEVA LADRONERA. T. M. Oliva de Mérida. || D. 7. Caminos vecinales; hay po- sada. || 7. F. Calizas silurianas. CUEVA CHARNECA. T. M. Oliva de Mérida. || 7. G. Calizas silurianas. OLIVENZA. MINAS DE LOS ALBARBES. T. M. Alconchel. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas? silurianas. 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) BALEARES. IBIZA. (ISLA DE IBIZA.) EL PuiG DES AÁVENCHS. T. M. San Agustin. || 7. GF. Calizas neocomienses. CUEVA SANTA. T. M. Ibiza. || D. 7. Caminos de herradura de Ibiza á San José; servicio de vapores con las demás islas y con Valencia; carreteras de Ibiza á San Antonio y a San José. || 7. (7. Calizas neocomienses. CovA DE LAS FONTANELLAS. T. M. Santa Inés. l¡ 7. (G. Calizas neocomienses. ISLA FORMENTERA. CUEVA DE PEÑAS ÁLTAS. T. M. Formentera (San Francisco Javier). [| 7. €. Calizas cuaternarias. ISLA DE TAGOMAGO. CUEVA DE TAGOMAGO. T. M. Santa Eulalia. || 7. (€. Dolomias triásicas. INCA. (ISLA DE MALLORCA.) EL BUFLADOR. T. M. Alaró.||D. 7. Estación de la línea férrea de Alaró á Consell; tranvía de Alaró a la estación; diligencia á Palma. || T. (G. Calizas jurásicas. CLOT DEL ÁRAM. T. M. Escorca. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. EF. Calizas jurásicas. (19) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 23 COvA DELS PORCHS. T. M. Pollensa. || D. 7. Puerto de escala para los vapores de Barcelona á Ciudadela; diligencia á Inca y á la Puebla; hay 3 fondas. || 7. €. Calizas jurásicas. CLOT DEL'OR. T. M. Pollensa. || 7. (G. Calizas jurásicas. COVAS DE SAN VICENS. T. M. Pollensa. || 7. €. Calizas jurásicas. || Xxpl. Martorell y Peña, Sampere y Miquel. MAHÓN. (ISLA DE MENORCA.) CALAS COVAS. T. M. Alayor. || D. 7. Camino vecinal de Mahón á Ciudadela; diligencias-correos; hay fonda y café. || 7. (F. Calizas del mio- ceno medio. CUEVA DE SANTA GALDANA. -T. M. Ciudadela. || D. 7. Caminos vecinales; vapor semanal á Barcelona. || 7. €. Calizas miocenas. CUEVA DEL DEGOLLADOR. T. M. Ciudadela. || 7. €. Calizas miocenas. CUEVA DE SANTANDRIA. T. M. Ciudadela. || 7. (€. Calizas miocenas. CUEVAS DE ADAYA. T. M. Ciudadela. || 7. €. Calizas miocenas. Cova PARELLA. T. M. Ciudadela. || 7. F. Calizas miocenas. COVA DEL LLACH. T. M. Ciudadela. || 7. G. Calizas miocenas. ANALES DE HIST. NAT. —XXV. 18 2714 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) CovA DEN LosáN. T. M. Ciudadela. || 7. M. Calizas miocenas. EL FUELLE DEL DIABLO. T. M. Ciudadela. [| 7. G. Calizas miocenas. CAVERNA DE LAS OSTRAS. T. M. Mahón. || D. 7. Carreteras de Mahón á Ciudadela, á Villa Carlos, á San Luís, á San Clemente y á Alayor; vapores a Barcelona y á Palma; diligencias diarias á Ciudadela; hay 2 fondas. || 7. €. Calizas miocenas. MANACOR. (ISLA DE MALLORCA.) CovAs DE ÁRTA, COVAS DE LA ERMITA. T. M. Artá. || D. 7. Se sale de Palma en el tren de las seis de la mañana, llegando á Manacor á las ocho y media; en esta población se toman las tartanitas llamadas carrilets y se llega á Artá á las dos de la tarde; desde aquí hay que dirigirse por senderos á las cuevas, que están á unas 2 leguas á la orilla del mar, cerca de la desembocadura del torrente de Cañamel. || T. G. Calizas cuaternarias. CUEVAS DE SON COVAS. T. M. Campos. || D. 7. Dos caminos vecinales, uno á Fela- nitx y el otro á Borreras; diligencias á Palma; hay 5 cafés y establecimiento balneario. [| 7. €. Calizas miocenas. CUEVA DE FELANITX. T. M. Felanitx. |] D. 7. Desde Felanitx á Puerto Colón hay carretera; diligencia diaria á Palma. || 7. (GF. Calizas mio- cenas. Cova DEL DRACH, COVAS DE MANACOR. T. M. Manacor. || D. 7. Estación de la línea de Palma á Manacor; hay 4 fondas. || 7. G. Calizas miocenas y cuater= narias. (21) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 25 GRUTAS DE SON LLUIS DE PORRERAS. T. M. Porreras. || D. /. Diligencias diarias á Palma; hay 2 fondas. CAVERNA DE SON Pou. T. M. Villafranca. [| D. 7. A 10 km. de Manacor. PALMA. (ISLA DE MALLORCA.) CUEVA DE CANET. T. M. Esporlas.||D. 7. Desde Esporlas hay diligencias diarias á Palma, Bañalbufar, Valldemosa y Establiments. || T. G. Calizas liásicas. GRUTAS DE LA GRANJA. T. M. Esporlas. || 7. €. Calizas liásicas. CUEVA DEL PUERTO. T. M. Estellenchs. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas liásicas ? CAVERNA DE BELLVER. T. M. Palma. |] D. /. Estación en la línea de Palma á Inca y Manacor; tranvía de Palma á Porto Pí; hay 4 fondas. || T. (7. Calizas miocenas. ISLA CABRERA. - CUEVA DEL OBISPO. T. GF. Calizas neocomienses. BARCELONA. BERGA. Cova Tura. T. M. Castellar de Nuch. || D. 7. Caminos vecinales. || T. €. Calizas triásicas. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) COvA DEL SALT DEL LLOP. T. M. Castellar de Nuch. || 7. €. Calizas triásicas. BALMA DE TRUCAFORT. T. M. Castellar de Nuch.||7. G. Calizas numulíticas. Le ForaT Micó. T. M. Cardona. [| D. 7. Carretera de Manresa á Cardona; hay 4 cafés. || 7. €. Margas terciarias. La BoFIA GRAN. T. M. Cardona. || 7. (€. Margas terciarias. La BorIa. T. M. Montmajor. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas eocenas. GRANOLLERS. CUEVAS DE LA CASCADA DE SAN MIGUEL. T. M. Bigas.|| D. 7. Caminos de herradura. Desde la Ga- rriga (estación de la línea de Barcelona á San Juan de las Abadesas) hay Y km. pasando por Riells; desde Figaró (apea- dero de la misma línea) 4 km. por Monmany, y desde Caldas de Mombuy (estación) 12 km. || 7. G. Calizas cretáceas y tobas. CUEVA DE SAN MIGUEL DEL Fay. T. M. Bigas. || 7. (. Calizas cretáceas y tobas. CUEVA DE LA ERMITA. T. M. Bigas. || 7. G. Calizas cretáceas y tobas. CovA DE VALLDERRÓS. T. M. Bigas. || 7. G. Calizas cretáceas. CAVERNA DE LA BANCÓ. T. M. Bigas. || Calizas cretáceas. (23) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 21 CovA DEL Moro, CoOvA DEL PÍ. T.M. Bigas. || 7.G. Brechas calizas cretáceas. || Kzxp!. Graells en 1825. COVA DELS MOLTONS. T. M. Caldas de Mombuy. || D. 7. Caldas (estación de la línea de Mollet á Caldas de Mombuy; hay balneario. || 7. €. Calizas devonianas? COVA DE GUANTA. T. M. Caldas de Mombuy. || 7. €. Calizas devonianas? ÁAVENCH DE CASTELLET DE DATT. T. M. Caldas de Mombuy. || 7. 4. Conglomerado calizo nu- mulítico. || Xzxpl. Graells y Balart en 1825. LA CASA FALSA. T. M. San Feliu de Codinas. [| D. 7. A unos 3 km. de la Ga- rriga (estación de la línea de Barcelona á San Juan de las Abadesas). || 7. F. Calizas triásicas. || Xzpl. Maspons. COVA DE LA VERGE. T. M. Taganament. || D. 7. Caminos de herradura; á unos 5 km. de la estación de San Martín (línea de Barcelona á San Juan de las Abadesas). || 7. €. Calizas triásicas. IGUALADA. GRUTA DE CAPELLADES. T. M. Capellades. || D. 7. Estación de la linea férrea de Igua- lada á Martorell; diligencias á Martorell y San Saturnino de Noya; hay 2 fondas. |] 7. (. Calizas devonianas. COvA DEL MACARI. T. M. Collbató. || D. 7. De Barcelona á Martorell por el ferro- carril; en esta última hay tartanas que llevan á Esparraguera, y desde aquí á Collbató hay una hora de camino que puede hacerse á pie ó en carruaje por la carretera de Igualada. En Collbató hay la posada de las Cuevas. También puede irse del 278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Monasterio de Monserrat á Collbató en caballerías. || 7. €. Con- glomerado y margas numulíticas. BAUMA DE LO REMAT. T.M. Collbató. [| 7. GF. Conglomerados y margas numulíticas. CUEVAS DE MONTSERRAT, CUEVAS DE COLLBATÓ. T. M. Collbató. || 7. €. Conglomerado calífero, areniscas y marga numulítica. SIMAS DE MONSERRAT. T. M. Collbató. || 7. G. Conglomerado calífero numulítico. CovA DE FRANSOLA. T. M. Santa María de Mirallés. || D. 7. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas cretáceas. MANRESA. CUEVA DE SAN IGNACIO. T. M. Manresa. || D. /. Estación en los ferrocarriles de Bar— celona á Zaragoza y de Manresa á Berga; hay 4 fondas. |] T. G. Conglomerados calizos numulíticos. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Monistrol. [| D. 7. Estación de la línea de Barcelona á Zaragoza y del ferrocarril de cremallera de Monistrol á Mon-— serrat. || 7. G. Conglomerado numulítico. CUEVA DEL DIABLO, CUEVA DE SATANÁS. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado calífero numulítico. CUEVA DE FRAY JUAN GARÍN. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado calífero numulítico. SIMA DE SAN SALVADOR. T. M. Monistrol. || 7. G. Conglomerado calizo numulítico. COVA DE LA MENTIROSA. T. M. Monistrol. |] 7. G. Calizas y conglomerados eocenos. (25) Puig.—CAVvIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 219 CUEVA DE LA Tosca. T. M. Moyá. || D. 7. Carretera de Manresa á Vich y de Moyá á Mollet; hay 2 fondas. || 7. G. Calizas numulíticas. BAUMAS DE MURA. T. M. Mura.|| D. 7. Caminos carreteros á Manresa y San Vicente de Castellet. || 7. G. Conglomerados y calizas numu- líticas. COVA SANTA. T. M. Santa Cecilia de Montserrat. || D. /. La carretera de Barcelona á Lérida pasa por las inmediaciones. || 7. G. Calizas y conglomerados numulíticos. MATARÓ. CUEVA DEL CORREDÓ. T. M. Dosrius. || D. 7. A unos 5 km. de la estación de Llinás (línea de Barcelona á Francia (interior). |] 7. G. Rocas gra- níticas. CUEVAS DE LA CISa. T. M. San Pedro de Premia. || D. 7. Estación de Premiá de Mar (línea del litoral en el ferrocarril de Barcelona á Fran- cia). || 7. G. Rocas graníticas? CUuEvA DE MONGAT. T. M. Tiana. || D. 7. Mongat (estación en la línea del litoral de Barcelona á Francia). [| 7. G. Calizas devonianas. SABADELL. CoOvA DE NA GUILLEUMA. T. M. Moncada. || D. 7. Estaciones de la línea de Barcelona á Zaragoza, de Barcelona á San Juan de las Abadesas y de Barcelona á Francia (interior). || 7. G. Calizas devonianas? COvA DEL CASTELL. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas? 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) CovA DEL HERMITAÁ. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas. COVA DE LA MARE DE Deu. T. M. Moncada. || 7. G. Calizas devonianas? CAVERNA DE CASA SANS. T. M. Moncada. || 7. G. Caliza tobácea cuaternaria. || Erpl. Almera: encontró restos de oso pardo y una valva de Pectunculaus glycimeris. SAN FELIU DE LLOBREGAT. Cova BONICA. T. M. Castelldefels. || D. 7. Estación de las líneas de Barce- lona á Zaragoza por Reus, de Valencia á Barcelona y de Bar- celona á Picamoixons. || 7. G. Calizas cretáceas. Cova Fosca. T. M. Castelldefels. || 7. G. Calizas cretáceas. Cova FUuMADA. T. M. Castelldefels. || T. G. Calizas cretáceas. POoU DE LAS ÁGULLAS. T. M. San Cristófol de Begas. |] D. /. Carretera á Gava (esta- ción de la línea de Barcelona á Zaragoza por Reus); hay cafés y fonda. || 7. G. Calizas cretáceas. AVENCH DEL CLOS. T. M. San Cristófol de Begas. |] 7. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE PEÑA BLANCA. T. M. Vallirana. [| D. 7. Carretera de Tarragona á Barcelo- na. || 7. G. Margas triásicas. TARRASA. COVA DEL DRACH. T. M. Matadepera. || D. 7. Desde Barcelona á Sabadell en (27) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 281 ferrocarril; de Sabadell á Castellar en diligencia; de Castellar al Monasterio de San Llorens del Munt á pie, tres horas; desde Tarrasa por Matadepera á San Llorens, tres horas. [| 7. G. Ca- lizas eocenas. COVES DELS ESTABLES. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados eocenos. Los OBITS. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados calíferos eocenos. COVA SIMANYA. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados calíferos eocenos. CovA DEL FONDAL. T. M. Matadepera. || 7. M. Conglomerados calíferos eocenos. CovA DE SANTA ÁGNES. T. M. Matadepera. || 7. G. Conglomerados y calizas eocenas. COVA DEL FRARE, CAU DE LA MONEDA. T. M. Matadepera. [| 7. G. Calizas? eocenas? VICH. CUEVAS DE MARFÁ, CUEVAS DE LA Tosca. T. M. Castellcir. || D. 7. Caminos vecinales. [| 7. G. Calizas Cuaternarias. COVA DELS ENCANTATS. - T. M. San Quirse de Besora. || D. 7. Estación del ferrocarril de Barcelona á San Juan de las Abadesas.||| 7. G. Calizas eocenas. CUEVA DE SAN SEGIMÓN, CUEVA DE SAN SEGISMUNDO. T. M. Seva? [| D. 7. Caminos de herradura; en el santuario de San Segimón, abierto solamente de Junio á mediados de Octubre, se puede comer y aun en caso necesario dormir. (| T. G. Rocas graníticas. 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) COvAS DELS HERMITANS, COVAS DEL MONSENY. T. M. Seva? || T. G. Rocas graníticas? y calizas silurianas? CUEVA DE SAN MIGUEL DE LOS SANTOS. T. M. Seva?|| T. G. Calizas silurianas? VILLAFRANCA DEL PANADÉS. COvA DE L'AMETLLÓ. T. M. Olérdola. [| D. 7. Desde San Miguel de Olérdola hay una senda que en poco más de media hora conduce á esta cueva; puede irse también por Moja (2 km. al $. de Villafran- ca), can Castellví y can Guimet en hora y media. || 7. M. Ca- lizas miocenas. COVA DE LAS CALAVERAS. T. M. Pontons. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas trmásicas: CUEVAS DE LAS VIÑAS. T. M. Pontons. || 7. G. Calizas triásicas. Coves D'ORDAL. T. M. Subiráts. || D. 7. Carreteras de Barcelona á Zaragoza y de San Boy á la Llacuna; á 9 km. de la estación de San Sadurni de Noya (línea de Barcelona á Valencia). || 7. G. Ca- lizas cretáceas. COVA DE LA VERGE. T. M. Torrellas de Foix. |] D. 7. Caminos vecinales; á 14 km. de la estación de Villafranca del Panadés (línea de Barcelona á Tarragona). || 7. G. Calizas y margas triásicas. Covas DEL Tuxó. T. M. Torrellas de Foix. |] 7. G. Calizas infracretáceas. CovASs DELS Bous. T. M. Torrellas de Foix. || 7. G. Calizas triásicas. (29) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 283 VILLANUEVA Y GELTRÚ. CUEVAS DE PUNTA GROSSA. T. M. Villanueva y Geltrú. || D. 7. Estación del ferrocarril de Tarragona á Barcelona. || 7. G. Calizas miocenas. BURGOS. BRIVIESCA. CAVERNA DE SAN VÍTORES? T. M. Cantabrana. || D. 7. Caminos de herradura. || 7. G. Ca- lizas cretáceas. BURGOS. CUEVA DE ATAPUERCA, CUEVAS DE IBEAS. T. M. Ibeas de Juarros. || D. 7. A corta distancia de la boca de la cueva pasa la carretera de Burgos á Logroño. || 7: G. Ca- lizas cretáceas. || Xzpl. Sampayo y Zuaznavar. CUEVA CIEGA. T. M. Ibeas de Juarros. || T. G. Calizas cretáceas. || EKxpl. Ariño é Inclán en 1863: encontraron restos humanos de extraor- dinaria magnitud (2), un colmillo de elefante y una concha marina. Sampayo y Zuaznavar en 1868. CUEVA DEL CASTILLO? T. M. Burgos. || D. 7. Estación de la línea de Madrid á Irún; hay fondas. || 7. G. Calizas miocenas. CUEVA DE LOs MOROS, CUEVA DE HUMIENTA. T. M. Revillarruz. [| D. 7. A 14 km. de Burgos. || 7. G. Cali- zas miocenas? CUEVAS DE SAN JUAN, CUEVAS DE UBIERNA. T. M. Ubierna. || D. 7. Caminos vecinales. |] 7. G. Calizas cretáceas. 281 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) LERMA. CUEVAS DE CABAÑAS. T. M. Cabañas de Esgueva. || D. 7. Carretera de Lerma á San Martín de Rubiales. || 7. G. Margas miocenas. MIRANDA DE EBRO. CUEVAS DE AÁLBAINA. T. M. Treviño. || D. 7. A 11 km. de la estación de Manzanos (línea de Madrid á Irún). || 7. G. Calizas eocenas. CUEVA DE LOs MoRos. T. M. Pancorbo. || D. 7. Estación de la línea férrea de Ma- drid á Irún; hay 2 posadas. || T. G. Calizas cretáceas. ROA. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Hontangas. || D. 7. Caminos vecinales; á 12 km. de Aranda de Duero. || 7. G. Calizas miocenas. SEDANO. CUEVA DE SAN MIGUEL. T. M. Alfoz de Bricia. || D. 7. Carretera de Burgos á San- tander. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DEL AGUA. T. M. Bañuelos de Rudrón. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE RUDRÓN. T. M. Bañuelos de Rudrón. || 7. G. Calizas cretáceas. SIMAS DE RUDRÓN. T. M. Bañuelos de Rudrón. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE SANTA COLOMA. T. M. Sargentes de Lora. || D. 7. Caminos vecinales. [| T. G. Calizas cretáceas. (31) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 285 CUEVA DE VALDEAJOS. T. M. Sargentes de Lora. || 7. G. Calizas cretáceas. || Ezxpl. Manjón en 1876. CUEVA DEL ESTRECHO, CUEVA DE LA FUENTE. T. M. Orbaneja del Castillo. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. || 7. G. Calizas cretáceas. VILLARCAYO. CUEVAS DE ANGULO. T. M. Junta de Oteo. || D. 7. Caminos de herradura. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE QUINCOCES. T. M. Junta de Oteo. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DEL Río, CUEVA DE PEÑA COMPLACERA. T. M. Junta de Oteo. |] 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE MURITA. T. M. Junta de Villalba de Losa. || D. 7. Murita está situado a unos 900 metros al N. de Berberana, en las inmediaciones de la carretera de Pancorbo á Orduña. [| 7. G. Calizas cre- táceas. CAVERNA DE LASTRAS. T. M. Junta de Traslaloma. || D. 7. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE LA PEÑA DE LOS SEPULCROS. T. M. Merindad de Montija. || D. 7. Villasante, cabeza de la Merindad, está á 8 km. del establecimiento balneario de Ga- yangos y á 3 de la estación de Bercedo, línea de la Robla á Valmaseda. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DEL TAJO DE SAN VICENTE, CUEVA DE SAN VICENTE. T. M. Merindad de Montija. || 7. G. Calizas cretáceas. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) CUEVA DE SAN BERNABÉ, LA CUEVA. T. M. Merindad de Sotos Cueva.|| D. 7. El lugar llamado Cueva de Sotos Cueva tiene estación en la línea férrea de la Robla á Valmaseda. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE SAN TIRSO. T. M. Merindad de Sotos Cueva. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE TREMA. T. M. Merindad de Sotos Cueva. || T. G. Calizas cretáceas? GRUTAS DE LA REDONDA. T. M. Merindad de Valdivielso. [| D. 7. Por El Armiñá, ca- beza de la merindad, pasa la carretera de Logroño á Santan- der. || 7. G. Calizas cretáceas. CÁCERES. CÁCERES. Las CUEVAS. T. M. La Aliseda. || D. 7. Estación de la línea de Madrid á Cáceres y Portugal. || 7. G. Calizas devonianas. LA CUEVA. T. M. Cáceres. || D. 7. Estación en las líneas de Mérida á Cáceres y de Arroyo de Malpartida á Cáceres; hay 4 fondas. || T. G. Calizas devonianas. GARROVILLAS. CUEVAS DE LA COLUMNA?, CUEVAS DE LA PEÑA, CUEVAS DEL PORTICHUELO. | T. M. Portezuelo. || D. /. Caminos vecinales; á Y km. de la estación de Cañaveral (línea de Madrid á Cáceres y Portugal). || T. G. Pizarras? silurianas. (83) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 287 GRANADILLA. CUEVA DE LA PALOMERA. T. M. Marchagaz. || D. 7. Caminos vecinales. |] 7. G. Fila- dios? cambrianos. CUEVA DE SIERRA FRAGOSA. T. M. Nuñomoral. || D. /. Caminos vecinales. || 7. G. Fila- dios? cambrianos. MINA DE LA MEANCERA. T. M. Nuñomoral. || 7. G. Tobas calizas? CUEVA DEL COTORRO. T. M. Pinofranqueado. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. G. Fi- ladios? cambrianos. CUEVA DEL MoRo. T. M. Pinofranqueado. || 7. G. Filadios? cambrianos. CUEVA DEL CARDENAL. T. M. Pinofranqueado. [| 7. G. Filadios? cambrianos. HOYOS. LAPA DE LA SIERPE. T. M. Trebejo. || D. /. Caminos vecinales. || T. G. Filadios? cambrianos. MONTÁNCHEZ. CUEVAS DE LA SIERRA. T. M. Zarza de Montánchez. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Rocas graníticas. VALENCIA DE ALCÁNTARA. CUEVA DE LA POLEA. T. M. Carbajo.|| D. 7. Caminos de herradura. || 7. G. Cali- zas? y pizarras arcillosas silurianas. 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) CÁDIZ. ARCOS. CUEVA DEL NIÑO DE Dios. T. M. Arcos de la Frontera. || D. 7. Diligencia diaria á Jerez de la Frontera; hay 3 fondas. || 7. G. Calizas triásicas. CUEVA DE LOS SIETE VIRGOS. T. M. Arcos de la Frontera. [| 7. G. Calizas terciarias. CUEVA DE SAN ANDRÉS. T. M. Arcos de la Frontera. || 7. G. Calizas terciarias. CUEVA DEL HIGUERAL. T. M. Arcos de la Frontera. || 7. G. Calizas triásicas. GRAZALEMA. CUEVAS DE BENAOCAZ. T. M. Benaocaz. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 fondas. || T. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE LA GOTERA. T. M. Grazalema. || D. 7. Carretera de Ronda á Grazalema; diligencias diarias; hay 5 fondas. ¡| 7. G. Calizas liásicas. JEREZ. CUEVA DE LAS MOTILLAS. T. M. Jerez de la Frontera. || D. 7. Estación en las líneas de Sevilla á Cádiz y de Jerez á Algeciras; carreteras de Jerez á Ronda por Arcos y de Jerez á Chipiona por Sanlúcar de Barra- meda; hay alquiladores de caballos y carruajes, 8 casas de comidas, 7 cafés y 2 fondas. || T. G. Calizas terciarias. MEDINA-SIDONIA. Las CUEVAS DE LEVANTE. T. M. Medina-Sidonia. || D. 7. Carreteras á San Fernando y (35) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 289 Arcos de la Frontera; diligencias á Chiclana, San Fernando, Veger, Conil, Algeciras, Jimena y Alcalá; hay 3 cafés y fon- da. || 7. G. Calizas numulíticas. OLVERA. CAVERNA DE ZAHARA. T. M. Zahara. || D. 7. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas jurásicas. SAN ROQUE. CUEVA DE LA BAHÍA DE LOS CATALANES. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. || Exp/. Brome. CUEVA DEL MONO. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. || Kxp/. Brome. CUEVA DEL BEEFSTEAR. T. M. Gibraltar. |] 7. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Brome. CUEVA DE PUERTA DE TIERRA. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVA DEL TESORO. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE SAN CRISTOBAL. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE SAN MIGUEL. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVA GENISTA, CUEVA DEL MOLINO DE VIENTO. T. M. Gibraltar. || T. G. Calizas jurásicas. || Kzxpl. Brome: encontró en la brecha estalagmítica fragmentos de huesos humanos empotrados, algunos bastante completos; cráneos enteros; restos de Rinoceros, Cervus, Sus, Hyena, Canis, Vul—- pes, Ursus, Feliz y de varias aves, peces y anfibios. ANALUS DE HIST. NAT.—XXV. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) CUEVA GENISTA NÚM. 2. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. || Xxp!. Brome: halló restos de animales extinguidos y vivientes. CUEVA GENISTA NÚM. 3. T. M. Gibraltar. | T. G. Calizas jurásicas. || Zzpl. Brome. CUEvA DE CABO MARTÍN, CUEVA MARTÍN. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. || Xzpl. Brome. CUEVA DE LA HIGUERA. T. M. Gibraltar. || 7. G. Calizas jurásicas. || Zzxp1. Brome. CANARIAS. No conociéndose de una manera bastante precisa la consti- tución geológica del suelo de estas islas, suprimimos las notas relativas á la clase de rocas en que se abre la cavidad y á la edad de éstas. a ARRECIFE. (ISLA DE FUERTEVENTURA.) CUEVAS DE MANINUBRE. T. M. Antigua. || D. /. Caminos de herradura. CUEVAS DE SAN DIEGO DE ALCALA. T. M. Antigua. || Xxpl. Viera y Clavijo. ISLA DE LANZAROTE. CUuEvA DE DoÑñA BLANCA. T. M. Arrecife. || D. [. Puerto habilitado; vapores franceses dos veces al mes; vapores correos interinsulares cuatro veces al mes y un vapor mensual para Sevilla; hay 2 fondas. CUEVA DE ANA VICIOSA. T. M. Tinajo. |] D. 7. Caminos de herradura. (37) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 291 CUEVA DE LOS VERDES. T. M. Haría?;¡|D. [. Caminos vecinales.||Zxpl. Viera y Clavijo. GUÍA. (ISLA GRAN CANARIA.) CUEVA DE ÁGAETE. T. M. Agaete. || D. I. Carretera de las Palmas á Agaete; hay casa de huéspedes. || Expl. Viera y Clavijo. CUEVAS DE AÁRTENARA. T. M. Artenara. || D. [. Caminos vecinales. CUEVA DE MEDIODIA. T. M. San Nicolás. || D. /. Caminos vecinales. CUEVA DEL AGUA. T. M. Tejeda. || D. 1. Caminos vecinales. LA OROTAVA. CUEVA DEL PUERTO, CUEVA DE ABONA. T. M. Arico.||D. [. Caminos vecinales.||'xp!. Viera y Clavijo. Los BUuFADEROS. T. M. Buenavista. !| D. I. Caminos vecinales. CUEVAS DE GRANADILLA? T. M. Granadilla. || D. /. Caminos de herradura; hay 2 po- sadas. CUEVA DE Icop. T. M. Icod. || D. T. Carretera del Norte de la Isla; diligencias á Santa Cruz; hay 2 fondas. || Kxpl. Viera y Clavijo. CUEVA DEL HIELO, CUEVA DE LA NIEVE. T. M. Orotava (La)? |] D. [. Diligencias á Santa Cruz é Icod; Jardín de aclimatación; hay 3 fondas. || Xxpl. Viera y Clavijo. 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) CUEVA DEL BURGAO. T. M. Orotava (La). CUEVA DE LA RAMBLA. T. M. San Juan de la Rambla. || D. [. Carretera del Norte de la Isla, con servicio diario de coches. CUEVAS DE ABACHE. T. M. Santiago. || D. [. Caminos vecinales. CUEVAS DE ÁRAZ, CUEVAS DE ARAZA. T. M. Santiago. CUEVAS DE ÁRCHEFE. T. M. Santiago. BUuFADEROS DE SILOS. T. M. Silos.||D. 1. Caminos vecinales.||Zzxpl. Viera y Clavijo. LAS PALMAS. (ISLA GRAN CANARIA.) CUEVAS DE GUAYADEQUE. T. M. Agiimes. || Kxp!. Martínez de Escobar en 1880. CUEVA DEL SANTO. T. M. Arucas. || D. /. Diligencia á Las Palmas; hay fonda. CUEVA DEL MORRO. T. M. Arucas. CUEVA DEL CAIDERO. T. M. Las Palmas? || Expl. Viera y Clavijo. CUEVAS DE LA ANGOSTURA, CUEVAS DE DRAGONAL. T. M. San Lorenzo. || D. /. Caminos vecinales. CUEVAS DE LA ATALAYA. T. M. San Mateo. || D. I. Diligencia á Las Palmas; hay casa de huéspedes. (39) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 293 CUEVAS DE LOS FRAILES. T. M. Santa Brígida. || D. I/. Diligencia diaria á Las Palmas Tafira y San Mateo; hay fonda y restaurant. BUFADERO DE MELENARA. T. M. Telde. [| D. [. Diligencias á Las Palmas y á Agiiimes; hay fonda. || Kzpl. Viera y Clavijo. CUEVAS DE LA GUALCHIA. T. M. Teror. [| D. /. Caminos vecinales; hay fonda. SANTA CRUZ DE LA PALMA. (ISLA DE LA PALMA.) CUEVA DE BELMANCO. T. M. Mazo.||D. T. Caminos de herradura. || Zxpl. Viera y Clavijo. EL BUFADERO. T. M. Santa Cruz de la Palma. || D. [. Museo de Historia Na— tural y Etnográfico; hay 4 fondas. || Kxpl. Viera y Clavijo. La PEÑA HORADADA. T. M. Tijarafe. || D. /. Caminos vecinales. CUEVA DE NIQUIOMO. T. M. Tijarafe. || Expl. Viera y Clavijo. SANTA CRUZ DE TENERIFE. (ISLA DE LA GOMERA.) CUEVA DE CHENEREPÍN. T, M. Agulo.||D. [. Caminos vecinales.||XZzpl. Viera y Clavijo. CuEvA HONDA. T.M. Alajeró.||D.I. Caminos vecinales.||Ezpl. Viera y Clavijo. CUEVA DEL SOBRADO. T. M. Hermigua. 294 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) CUEVA DEL CONDE. T. M. San Sebastián de la Gomera. || D. /. Caminos veci- nales. CUEVA ENCANTADA. T. M. Valle Hermoso. || Xxpl. Viera y Clavijo. (ISLA DE HIERRO.) CUEVAS DE LOS BIMBACHES. T. M. Valverde. CUEVA DE TENEGEITA. T. M. Valverde. CUEVAS DE LAZARO. T. M. Valverde. (ISLA DE TENERIFE.) CUEVA SANTA, CUEVA DE ACHBINICÓ, CUEVA DE SAN BLAS. T. M. Candelaria. || D. /. Varios alquiladores de carruajes. GRUTA DEL SOCORRO. T. M. Giimar. || D. [. Diligencias á Santa Cruz; hay 3 fondas. CUEVAS DE LOS REYES. T. M. Gúimar. CUEVA DE LOS JUNCOS. T. M. Santa Cruz de Tenerife. || D. /. Vapores correos bi- mensuales á Cádiz; diligencias á La Laguna, Tacoronte, Sau- ral, Matanza, Vitoria, Santa Úrsula, Orotava, Puerto de la Cruz, Icod, Realejo y San Juan de la Rambla; hay 5 cafés, 7 fondas y 6 casas de huéspedes. CUEVA DE LAS GOTAS. T. M. Santa Cruz de Tenerife. (41) Puig. —CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 205 CASTELLON. ALBOCACER. CUEVAS DE BENASAL. T. M. Benasal. || D. /. Caminos vecinales. |] T. (7. Calizas in- fracretáceas. CASTELLÓN. CUEVA DEL HERMANO BARTOLO. T. M. Benicasim. |] D. T. Estación de la línea férrea de Tarra- sona á Valencia; hay posada.— En el Desierto de las Palmas hay hospedería, mediante limosna, cuyo mínimum es 1,50 pe- setas. |! T. G. Calizas? triásicas. CUEVAS DEL MONTE. T. M. Oropesa. || D. 7. Estación de la línea de Tarragona á Valencia. || T. G. Calizas triásicas. LUCENA. CAVERNAS DE PEÑAGOLOSA. T. M. Chodos. || D. TI. Caminos vecinales. || T. (+. Calizas in— fracretáceas. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Torrechiva. || D. /. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretáceas? CUEVA DEL CARBÓ. T. M. Vistabella. |] D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretáceas. MORELLA. CUEVA ALTA. T. M. Castellfort. || D. T. Caminos vecinales. || T. G. Calizas infracretáceas. 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) CUEVA DE VALLIBANA. T. M. Morella. || D. 1. Diligencia diaria á Vinaroz (estación de la línea de Tarragona á Valencia); hay fonda. || T. G. Cali- zas infracretáceas. NULES. CUEVA DE Los Moros. T. M. Burriana. [| D. 7. Estación del ferrocarril de Valencia á Tarragona; hay fonda. |] T. G. Cuaternario? CUEVAS DE ONDA. T. M. Onda. || D. [. Se halla unido á Castellón por un tran- vía á vapor; hay 4 cafés. || T. G. Calizas triásicas. CUEVA DE SANTA BÁRBARA. T. M. Onda. || T. G. Calizas triásicas. SIMA DE LA MOZA. T. M. Tales. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas triá- sicas. CUEVAS DE SAN JoOsk. T. M. Vall de Uxó. || D. 7. A 5,5 km. de la estación de Nules; hay posada. || T. G. Calizas triásicas. SAN MATEO. CUEVA DEL CASTILLO. T. M. Cervera del Maestre. || D. IT. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. G. Calizas infracretáceas. SEGORBE. CUEVA SANTA. T. M. Altura. || D. I. Hay junto al santuario una hospedería de tres pisos, pero con la particularidad que las camas no tie- nen colchón. || T. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE LA REINA. T. M. Navajas. || D. T. Caminos vecinales. || T. G. Calizas triásicas. (43) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 297 CUEVAS DE NAVAJAS. T. M. Navajas. “ VINAROZ. CUEVA DE BADÚN. T. M. Peñiscola. || D. I. Caminos vecinales; hay 7 cafés y posada. || T. G. Calizas infracretáceas. BUFADOR DEL PAPA LUNA. T. M. Peñíscola. || T. G. Calizas infracretáceas. CUEVAS DE LA COSTA. T. M. Peñíscola. || T. 6. Conglomerados y maciños. VIVER. CUEVA CERDAÑA. T. M. Pina. || D. I. Carretera de Valencia 4 Zaragoza. || T. G. Calizas dolomíticas triásicas. CARCAMAS DE CERDAÑA. T. M. Pina. [| T. G. Dolomias triásicas. CIUDAD-REAL. ALCÁZAR DE SAN JUAN. CUEVA ENCANTADA. T. M. Campo de Criptana. || D. f. Estación en la línea de Madrid á Alicante; hay café, 2 casas de huéspedes y 3 posa- das. || T. G. Calizas miocenas. ALMADÉN. GRUTAS DE FUENCALIENTE. T. M. Fuencaliente. || D. /. Caminos de herradura; estable- cimiento de aguas minerales. [| T. G. Cuarcitas silurianas. || Ezxpl. D. Fernando López Cárdenas, cura de Montoro, descu— 298 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) brió estas grutas en 1783 y dió parte al conde de Florida- blanca. a ALMAGRO. CUEVAS DE SALVATIERRA. T. M. Calzada de Calatrava. || D. T. Carretera á Almagro; hay una línea férrea de Calzada de Calatrava á Valdepeñas; hay 2 posadas. |] T. G. Calizas silurianas. CUEVA DEL JABALÓN. T. M. Pozuelo de Calatrava. || D. [. A 5 km. de la estación de Miguelturra (estación de la línea de Madrid á Ciudad-Real); aguas minerales de Fuensanta. || T. 6. Calizas silurianas. ALMODÓVAR DEL CAMPO. CUEVA DE OJALORA. T. M. Abenojar. || D. [. Caminos vecinales; hay 2 posadas. |] T. G. Calizas silurianas. || Zxpl. Blázquez y Bentabol no halla— ron ningún resto orgánico; sin embargo, los vecinos dicen que han encontrado en su interior un cráneo, que parece de mamifero tapiroide. SIMA DE REJALGAR. T. M. Almodóvar del Campo. || D. I. Carreteras á Villamayor y á Puertollano; diligencias á este último; hay casas de hués- pedes y posadas. || T. G. Calizas silurianas. CUEVAS DEL REJALGAR. T. M. Almodóvar del Campo. || T. G. Calizas silurianas. MANZANARES. Pozo DE LA MESNERA. T. M. Manzanares. || D. 7. Estación en la línea de Madrid á Ciudad-Real y de Madrid á Córdoba y Sevilla; carretera de Madrid á Andalucía; hay 3 casas de huéspedes y 2 posadas. || T. G. Calizas? triásicas? (45, Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 29 CORDOBA. BAENA. LAs CUEVAS DE CARCHENA. T. M. Baena? || D. [. Caminos provinciales; diligencias á Cas- tro y á Montilla; hay fonda y 3 posadas. || T. G. Margas numu- líticas. || Kxpl. Góngora. CABRA. SIMA DE CABRA. T. M. Cabra. || D. TI. Estación de la línea férrea de Madrid á Málaga por Jaén; carreteras de Aguilar á Cabra, de Castro del Río por Cabra á Rute, de Alcalá la Real á Cabra y de Cabra á Baena; diligencias-correos á Aguilar y á Priego; hay 3 casas de huéspedes y 4 posadas. |] T. G. Calizas jurásicas. || Expl. Mu- ñoz Romero en 1683; Comisión oficial en 1841. CUEVA DE LAS JARCAS, CUEVA DE LAS XARCAS. T. M. Cabra. || T. G. Calizas jurásicas. || Xzp!l. Vilanova y Tubino: dícese se han hallado restos humanos, cerámica y huesos labrados. CUEVA DE ARREBOLA. T. M. Zuheros. || D. [. Caminos vecinales; hay 2 posadas. |] T. (G. Calizas jurásicas. || Hxp1. Góngora: encontró utensilios de piedra. CUEVA DE CASTRO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Zxpl. Góngora: instrumentos de piedra. CUEVA DE CUCHACERO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Zzxpl. Góngora: objetos de piedra. CUEVA DEL FRAILE. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Xxpl. Góngora: diversos utensilios de piedra. 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) CUEVA DE LA FUENTE. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Xxpl. Góngora: hachas y utensilios de la edad de piedra. CUEVA DE GUITARRILLA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora. CUEVA JURADA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Xxpl. Góngora. CUEVA DE MENGA. T. M. Zuheros. [| T. G. Calizas jurásicas. || Expl. Góngora: halló objetos de piedra. CUEVA DE LA PARIDA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora: utensilios de piedra. CUEVA DE RODRIGO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora: encontró diversos instrumentos del hombre primitivo. CUEVA DE LA TINAJA. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Xxpl. Góngora. CUEVA DE LA VILLA. T. M. Zuheros. |] T. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora. CUEVA DE LA VIRGEN. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora: utensilios de piedra. CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Kxp!. Góngora. CUEVAS ESCRITAS. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Xzpl. Góngora. CAVERNA DEL PUERTO. T. M. Zuheros. || T. G. Calizas jurásicas. || Zxpl. Góngora. (47, Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 301 CÓRDOBA. CUEVA DE CERRO MURIANO. T. M. Córdoba. || D. [. Estación en las líneas férreas de Ma- drid á Huelva, de Córdoba á Málaga y de Almorchón á Córdo- ba. || T. G. Calizas cambrianas. || Kzxpl. Gómez de Salazar en 1845; Prado en 1864. Se han hallado restos de cerámica basta é instrumentos mineros de época remota, pero histórica. FUENTE-OVEJUNA. CUEVA DE LA SAUCEDILLA. T. M. Obejo.|] D. [. Estación de la línea de Almorchón á Córdoba. || T. G. Calizas cambrianas? CUEVAS DE SIERRA -PALACIOS. T. M. Bélmez. || D. [. Estación de la línea de Almorchón á Córdoba; hay 3 cafés y fonda. || T. G. Caliza carbonifera. || Expl. Calderón. MONTORO. SAMBUCÓN DE SAN ToRCAZz. T. M. Adamuz. || D. I. Caminos vecinales; hay 3 casas de huéspedes y 2 posadas. || T. G. Calizas cambrianas? CUEVA DE SAN ZOILO. T. M. Adamuz. || T. G. Caliza carbonífera. CUEVA DE MILLANTE. T. M. Adamuz. || 7. G. Caliza carbonífera. || Xzpl. Mallada. RUTE. CUEVAS DE LA SIEERA, CUEVAS DE RUTE. T. M. Rute. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) CORUÑA. CARBALLO. Covas DE MONTE CUDEIRO. T. M. Cabana. || D. TI. Caminos vecinales; á corta distancia pasa la carretera de Carballo á Corcubión. |] T. G. Rocas gra- níticas y gneísicas? CUENCA. BELMONTE. LAs HORADADAS. T. M. Belmonte. |] D. 7. Carretera de Cuenca á Alcázar de San Juan. || T. G. Margas yesosas miocenas. Las HORADADAS. T. M. Villaescusa de Haro. || D. /. Caminos vecinales. || T. G. Margas yesosas miocenas. CUEVAS DE LA VEGA. T. M. Osa de la Vega. |] D. [. Caminos vecinales; hay posa- da. || T. G. Calizas miocenas. CAÑETE. CUEVA DEL COLLADO DE LA PLATA, CUEVA DE ALIAGUILLA. T. M. Aliaguilla. [| D. f. Caminos de herradura. || T. G. Cali- zas jurásicas. || Expl. Cortázar en 1872. CUEVA DEL AGUA. T. M. Cañada del Hoyo. || D. TI. Caminos de herradura. || T. G. Calizas cretáceas. || Xxpl. Cortázar en 1872. (49, Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 303 CUEVA DEL AZABACHE. T. M. Cardeneto. || D. /. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || T. G. Calizas cavernosas miocenas. CUuEvAS DE LA CIERVA. T. M. La Cierva. || Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurá— sicas. || Xxpl. Cortázar en 1872. CUEVA SANTA (La). T. M. Mira. || D. IT. Caminos vecinales. || T. G. Calizas triá—- sicas. || Kxpl. Cortázar; Calvo. LAs TorcaAs. T. M. Los Oteros. || D. 1. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas cretáceas. || Xzpl. Cortázar en 1873. CUEVAS DEL CERRO DE LAS MINAS. T. M. Talayuelas. || D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE LA PLATA. T. M. Tejadillos. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurásicas. CUENCA. CUEVA DEL ORO. T. M. Barbalimpia. || D. /. Caminos vecinales. |] T. G. Margas y calizas miocenas. CAVERNAS DE BASCUÑANA. T. M. Bascuñana. || D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. || Xxpl. Cortázar en 1873. SIMA DE TIERRA MUERTA. T. M. Buenache de la Sierra. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE LA VENTOSA. T. M. Cuevas de Velasco. || D. I. Estación de la línea da Ma- drid á Cuenca, || T. G. Calizas y margas miocenas. 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) CUEVA DE ÁLGECIRA. T. M. Cuenca. || D. I/. Línea de Aranjuez á Cuenca; hay 2 fondas y 9 posadas. |] T. G. Calizas cretáceas? CUEVA DEL Moro. T. M. Las Majadas. || D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. || Kzxpl. Cortázar en 1872. CUEVA DE ONTARRONDA. T. M. Las Majadas. [| T. G. Calizas cretáceas. || Zxpl. Cortá - zar en 1872. TORCA DE LA NOVIA. T. M. Palomera. || D. [. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas cretáceas. || Xxpl. Cortázar en 1872. CAVERNA DE PEDRO COTILLAS. T. M. Palomera. || T. M. Calizas cretáceas. || Kxpl. Cortázar en. 1873: CUEVA DE SAN ELoY. T. M. Palomera. [| T. G. Calizas cretáceas. || Expl. Cortázar en 1872. SIMAS DE LA PARRA. T. M. La Parra. || D. IT. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE LOS ASERRADORES. T. M. Valdecabras. || D. [. Caminos de herradura. || T. G. Ca- lizas cretáceas. || Hzxpl. Cortázar en 1872. CUEVA DE LOS MORCIGUILLOS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE LA MOZza. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE VALDECABRAS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretáceas. EL SIMARRO DE LOS PERROS. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretáceas. (51) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 305 EL BOQUERÓN. T. M. Valdecabras. || T. G. Calizas cretáceas. HUETE. CUEVA DE VILLAVIEJA. T. M. Carrascosa del Campo. || D. I[. Carretera de Madrid a Cuenca y de Carrascosa á Sacedón y Saelices. || T. G. Maciños terciarios. CUEVA DEL CARACENO. T. M. Jabalera. || D. T. Caminos vecinales. ¡| T. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DE LA SIERRA DE BUENDIA. T. M. Jabalera. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVAS DEL CASTILLO. T. M. Mazarulleque. || D. Il. A11 km. de la estación de Huete (línea de Aranjuez á Cuenca). || T. G. Margas terciarias la- custres. SIMAS DE LA MUDARRA. T. M. Mazarulleque. || T. 7. Margas miocenas. MOTILLA DEL PALANCAR. CUEVA DE LA JUDIA. T. M. Buenache de Alarcón. |] D. TI. Caminos vecinales. || T. G. Calizas miocenas. || XKzpl. Cortázar. CUEVA DE LA HOz DE PEÑA- QUEBRADA. T. M. Gascas. |] D. I. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas mio- cenas. || Lxpl. Cortázar. PRIEGO. CUEVA DEL HIERRO. T. M. Beteta. || D. I. Carretera de Cuenca á Molina. || T. G. Do- lomias triásicas. || Zzpl. D. Francisco Forner; Cortázar. ANALES DE HIST. NAT.— XXV. 20 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) TORCAS DEL ALCOHOL. T. M. Cañaveras. || D. [. Carretera de Cañaveras á Alcan- tud. || T. G. Margas y arcillas miocenas. CUEVA DEL CASTRO. T. M. Cañaveruelas. || D. /. Caminos de herradura. || T.G. Ma- ciños terciarios. CUEVA DE LOS GRIEGOS. T. M. Masegosa. || D. I. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas jurásicas. || Vxp/. Cortázar. SIMA DEL RAPAZ. T. M. El Tobar. || D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas jurásicas. CUEVA DE HIERRO. T. M. Villaconejos. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. SAN CLEMENTE. Pozo AIRÓN. T. M. La Almarcha. || D. /. Caminos vecinales. || T. +. Mar- gas miccenas. TORCA DE LA MUELA. T. M. Sisante. || D. I. Caminos vecinales. || T. (6. Margas mio- cenas. CUEVA DE La MADRE CARDONA. T. M. Vara de Rey. ¡[| D. [. Caminos vecinales. [| T. +. Mar— gas miocenas. TARANCÓN. CUEVA DE LA CAÑADA. T. M. Almendros. || D. /. Caminos vecinales. || T. G. Margas terciarias. (53) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 307 CUEVA DE LA PLATA. T. M. Almendros. CUEVA DE CABEZA DEL GRIEGO? T. M. Saelices. || D. [. Carretera de Madrid á Castellón; a 10 km. de la estación de Paredes (línea de Madrid á Cuenca); hay 3 posadas. || T. G. Calizas cretáceas. || Xzxpl. D. Ramón García, que ha encontrado en ella multitud de fragmentos de vasijas de las llamadas cé/ticas, huesos humanos, hachas de piedra y un colmillo de elefante de medio metro de largo. CUEVA DE SEGÓBRIGA. T. M. Saelices. |¡ T. G. Calizas cretáceas. || Expl. Quintero, Saenz, Yastzambic, Deltour, Capelle, han hallado restos hu- manos y de animales diversos, cerámica y utensilios de piedra y de asta. CAVERNAS DE UCLES. T. M. Uclés. || D. TI. A 6 km. de la estación de Huelves (línea de Aranjuez á Cuenca); hay 3 posadas. || T. G. ¿Calizas cre- táceas? GERONA. LA BISBAL. COVA DE GISPERT. T. M. Bagur. [| D. I. Carretera vecinal hasta Palafrugell, que empalma con la de Palamós á Gerona; diligencias á Palafru- gell; hay 2 cafés. || T. G. Calizas marmóreas silurianas. JOVA DELS CINCH, CAU DE LAS GARRIGAS, CUEVA DE TORROELLA. T. M. Torroella de Montgeri. || D. /. Caminos carreteros; hay café y 3 posadas. || T. G. Calizas cretáceas fosilíferas. |] Expl. Marcort, Comisión de Monumentos, Pascual, Artigas: se encontraron en ella muchos huesos humanos, armas de silex, etc. 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) FIGUERAS. COVA DELS CAPELLANS. T. M. Cadaqués. || D. IT. Puerto habilitado. || T. G. Rocas gmelsicas. || Expl. Vayreda. COVA DEL ÍNFERN. T. M. Cadaqués. || T. G. Pizarras micáceas. CUEVA DE SAN Pau. T. M. Puerto de la Selva. || D. [. A 7 km. de la estación de Llansá (línea de Barcelona á Francia); hay 3 cafés. || T. +. Ro- cas gnelsicas. CovA DE SERRA T. M. Castellón de Ampurias. || D. /. Carretera de Figueras a Rosas; 48 km. de la estación de Figueras (línea de Barce- lona á Francia). || T. G. Calizas silurianas? COVA DELS ENCANTATS. T. M. Terradas. || Caminos vecinales; dista 11 km., de la estación de Figueras (línea de Barcelona á Francia). || T. G.. Ca- lizas cretáceas. COvA DE SANTA MAGDALENA. T. M. Terradas. || T. G. Calizas cretáceas. GERONA. CovASs DEL MONTGO. T. M. La Escala. || D. 7. Caminos vecinales; puerto. || T. G. Ca- lizas infracretáceas. CAU DE LAS GOJAS. T. M. Sarriá. |] D. I. Carretera general de Francia, á 4 km. al NE. de Gerona y al pie de la costa roja. || 7. (. Margas cretá- ceas. |] Expl. Fué descubierta casualmente en 1889, y en ella se encontraron huesos humanos, instrumentos de silex y frag- mentos de carbún vegetal. (55) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 309 GRUTAS DE LAs ESTUNAS. T. M. Porqueras. || D. 1. Carretera de Gerona á Olot. || T. G. Margas numulíticas. CovA DE SERINYA, BORA GRAN DEN CARRERAS. T. M. Seriná. || D. [. Carretera de Gerona a Olot. || T. G. Con- glomerado numulítico. || Kxp?. Harlé, Vidal, Alsius: se han hallado restos de mamíferos, aves y moluscos, objetos de silex y de asta. OLOT. COVA DE LAs Pussas. T. M. Argelaguer. || D. I. Caminos vecinales. ¡] T. G. Calizas silurianas? || Ezxpl. Vergés en 1882. COvAS DE SANT ÁNIOL. T. M. Basagoda. || D. I. Caminos vecinales. ¡| T. G. Calizas marmóreas silurianas. || Xzpl. Vergés. BUFADÓ DEL Far. T. M. Beuda. || D. I. Caminos vecinales. || T. G. Margas nu- mulíticas. CovA DELS ESQUELLONS. T. M. Las Planas. |] D. [. Caminos vecinales. || T. G. Calizas numulíticas. || Xxpl. Osona. CovA DEL BISBE. T. M. Salas? ¡] D. I. Caminos vecinales. || T. G. Calizas y margas numulíticas. || Xzpl. Vergés. PUIGCERDÁ. COVAS DE RIBAS. T. M. Campellas. || D. /. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. GRUTA DE LA VIRGEN. T. M. Caralps. [| P. 1. Sólo puede visitarse de Julio á Sep- 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) tiembre, así como la siguiente; caminos de herradura; Caralps se halla á 17 km. de la estación de Ripoll (línea de Barcelona a San Juan de las Abadesas). |] T. G. Gneis? calizas sacaroides? del estrato cristalino. COVA DE SAN GIL. T. M. Caralps. ¡|| T. G. Gneis? calizas sacaroides del estrato cristalino. SOT DE SANTONS. T. M. Gombreny. || D. [. En el monasterio de San Pedro de Montgrony se puede parar, pues hay cuartos con camas y los víveres necesarios; caminos vecinales; á 12 km. de la estación de Ripoll (línea de Barcelona á San Juan de las Abadesas). |] T. G. Calizas numulíticas. Cova DE LA VERGE. T. M. Gombreny. || T. G. Calizas y margas numulíticas. COovAS DE RIAL. T. M. Ribas. || D. /. Carretera á Puigcerdá; establecimiento de aguas minerales; hay 4 cafés, 5 fondas y posada. || T. +. Ca- lizas silurianas. || Kzxp1. Bofill. LA CUYNA DELs BRIBONS. T. M. Ribas. || T. G. Calizas silurianas. || Zzpl. Bofill. CovA DE LAS ENCANTADAS. T. M. Ribas. || T. G. Calizas marmóreas silurianas. CovA DEL DRACH. T. M. Vallfogona. || D. T. Caminos vecinales; á 9 km. de Ripoll (línea de Barcelona á San Juan de las Abadesas); hay 2 posadas. |] T. G. Calizas numulíticas. GRUTA DE VIDRÁ. T. M. Vidrá. || D. 1. Caminos vecinales. [| T. G. Calizas? silu- rianas? || Xzxpl. Vaireda y Vila. (57) Puig. —CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 311 SANTA COLOMA DE FARNÉS. COVA DEN SERRALLONGA. T. M. Anglés. || D. 7. Caminos vecinales y de herradura; diligencias á Gerona; hay cafés. || 7. €. Calizas silurianas. CovA DEL BERGANTIÍ. T. M. Tossa. || D. /. Caminos vecinales. || 7. GF. Granito. CovA DEL PALOMAR. T. M. Tossa. || 7. €. Granito. GRANADA. ALBUÑOL. CUEVA DE LOs MURCIÉLAGOS. T. M. Albuñol. || D. 7. Carreteras de Granada á Albuñol, de Málaga á Almería y de Tablate á la misma; hay 2 fondas y 3 posadas. || 7. (GF. Calizas cambrianas. || Xxpl. Rivas Ortiz, Mazuco, Góngora, etc. Se han hallado en las diversas explora- ciones de que ha sido objeto esta caverna, huesos humanos, restos de armas, utensilios de silex y fragmentos de cerámica; entre los hallazeos hechos por el Sr. Góngora hay el de unos colmillos de jabalí uniformados por la mano del hombre, con agujeros en sus extremos y que presentan indicios de una escritura rudimentaria. : CUEVA DEL PIOJO. T. M. Cástaras. || D. /. Establecimiento de aguas minera=- les. || 7. G. Calizas triásicas? EL TaJo DEL VEREDÓN. T. M. (?) 11 7. €. Calizas cambrianas? ALHAMA. CUEVA DE LA MUJER. T. M. Alhama de Granada. || D. 7. Diligencias á los baños y 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) á Granada; hay 2 fondas y 1 casa de huéspedes. || 7. GQ. Calizas jurásicas. || Xxpl. Macpherson (D. Guillermo) la exploró dete- nidamente en 1870 y 1871 y dió á conocer en dos elegantes y concienzudos folletos con numerosas láminas; encontró crá- neos y otros restos humanos, fragmentos de cerámica, huesos de animales é instrumentos de pedernal. CUEVAS DE CHACIN. T. M. Arenas del Rey. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. GF. Ro- cas grneísicas. || Kxpl. Góngora en 1870 encontró entre abun- dante guano una vasija de barro. BAZA. CUEVA DEL PoTRÓS. T. M. Cortes de Baza. || D. /. Caminos vecinales. || 7. (F. Are- niscas y margas triásicas. CUEVA TORILES. T. M. Cortes de Baza.||7. (GF. Areniscas y margas triásicas. CUEVA TINAILLAS. T. M. Cortes de Baza. || 7. F. Areniscas y margas triásicas. GUADIX. CUEVAS DE MONTUAL. T. M. Marchal. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. GF. Calizas miocenas. CUEVAS DE ALCUDIA. T. M. Alcudia de Guadix. || D. 7. Caminos vecinales; 45 km. de Guadix; hay 2 posadas. || 7. F. Calizas miocenas? GRUTAS DEL ALICÚN. T. M. Alicún de Ortega. || D. 7. Caminos de herradura. || T.(G. Calizas eocenas. CUEVA DE LA BOTICA. T. M. Gorafe.||D. 7. Caminos vecinales. || 7. GF. Margas pliocenas. (59) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 313 CUEVA DE JORAIQUE. T. M. Huéneja. |! D. 7. Caminos de herradura; hay 4 posa- das. || 7. (. Calizas estrato-cristalinas. CUEVA DE LOS CLAVOS. T. M. Pedro Martínez. || D. 7. Carretera de Almería á Lina- res. || 7. (G. Calizas jurásicas. PUERTA DE La IGLESIA. T. M. Pedro Martínez. || 7. G. Calizas jurásicas. CUEVAS DEL CONQUIL. T. M. Villanueva de las Torres. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || 7. F. Calizas cuaternarias? HUÉSCAR. CUEVAS DE CASTILLEJAR. T. M. Castillejar. || 0. 7. Caminos vecinales. || 7. (. Margas pliocenas. CUEVA DE ANTIRRINO. T. M. Galera. || D. 7. Carretera de Cullar y Baza á Huéscar. || T. (7. Margas pliocenas. CUEVAS DE ORCE. T. M. Orce. || D. /. Caminos vecinales. || 7. €. Margas plio- cenas. LOJA. CUEVA DE LOS INFIERNOS, Los INFIERNOS DE LOJA. T. M. Loja. [| D. 7. Estación en la línea férrea de Córdoba á Granada; carreteras de Bailén á Málaga, de Loja á Priego, de Rute á Loja y de Loja á Torre del Mar; hay 2 cafés y posada. || T. (/. Calizas jurásicas. PUERTA DE ZAFARRAYA. T. M. Zafarraya. [| D. 7. Caminos de herradura. || 7. €. Cali- zas jurásicas. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (€0) SUMIDERO DE ZAFARRAYA. T. M. Zafarraya. || 7. (G. Calizas jurásicas. SUMIDERO DE DONAS. T. M. Zafarraya. || 7. G. Calizas jurásicas. IZNALLOZ. CUEVA DE PIÑAR. T. M. Piñar. [| D. 7. Caminos vecinales. || 7. GQ. Calizas jurá- sicas. CUEVA DEL MESTO. T. M. Diezma. || D. 7. Diligencias de Granada á Guadix; hay 3 posadas. [| 7. €. Calizas jurásicas. || Xzxpl. Góngora. MONTEFRÍO. CUEVA DE LA RaJa DE LA MORA. T. M. Montefrío. || D. 7. Caminos de herradura hasta la Peña de los Gitanos.¡||7. GF. Calizas jurásicas. || Xxpl. Góngora no le halló el fin. CUEVA DEL ALGARROBO. T. M. Montefrío. || 7. G. Calizas jurásicas. |] Zxp1. Góngora. CUEVA DE LOs LLANOS DEL TORCEDOR. T. M. Montefrio. || 7. (. Calizas jurásicas. || Zxpl. Góngora. CUEVA DE MALASPATAS. T. M. Montefrío. || 7. (F. Calizas jurásicas. |] Kxp!. Góngora. CUEVA AHUMADA. T. M. Montefrio. || 7. (7. Calizas jurásicas. || Zxpl. Góngora. CuEvaAa LARGA. T. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurásicas. || Kxpl. Góngora. CUEVA DE LAS TONTAS. T. M. Montefrio. || 7. G. Calizas jurásicas. || Kxp!. Góngora. (61) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 315 CAVERNAS DE PARAPANDA. T. M. Mlora y Montefrío. || 7. €. Calizas jurásicas. MOTRIL. CUEVA DE LOS SIETE PALACIOS. T. M. Almuñecar. || D. 7. Carretera á Motril; coche diario; hay 3 cafés y 4 fondas. || 7. (. Calizas dolomíticas del estrato cristalino. CUEVA DE La HERRADURA. T. M. Almuñecar. || 7. (GF. Calizas dolomíticas del estrato cristalino. CUEVAS DE LA SIERRA. T. M. Vélez de Benaudalla. || D. 7. Caminos vecinales. ¡| T. (/. Calizas dolomíticas. CUEVAS DE La ERMITA. T. M. Lentegí. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Dolomías triásicas. ORGIVA. CUEVAS DE Rio SANTO. T. M. Albuñuelas. ¡| D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas cambrianas. CUEVA SORTES. T. M. Bayacas. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas triásicas. | CUEVA DE Los PEÑONES, CUEVA DEL PADRE GALEROSA. T. M. Busquistar. || D. 7. Caminos vecinales; hay posada. [| T. G. Calizas estrato-cristalinas. CUEVAS DE LAS MINAS. T. M. Cañar. |] D. 7. Caminos vecinales. 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) CUEVA DE LA ERMITA. T. M. Dúrcal. [| D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. GF. Micacitas y cipolinos. CUEVAS DE VACAMIA. T. M. Dúrcal. || 7. €. Calizas miocenas. SANTA FÉ. SiMA DE MONTEVIVE. T. M. Alhendin.||D. 7. A8 km. de Granada; hay 2 posa- das. || 7. E. Calizas y margas miocenas. UGÍJAR. SIMA DE BERCHULES. T. M. Bérchules. || D. 7. Caminos vecinales. l¡ 7. G. Calizas estrato-cristalinas. GUADALAJARA. ATIENZA. CUEVAS DE LA PEÑA. T. M. Alcolea de las Peñas. || D. 7. Caminos vecinales. || T. (7. Calizas triásicas. SIMAS DE CAMP:SÁBALOS. T. M. Campisábalos. || D. 7. Caminos de herradura. || T. G. Calizas cretáceas. CUEVA DEL ACEITE. T. M. Condemios. || D. 7. Caminos de herradura; para llegar á la cueva desde Albendiego, pueblo de mejores condiciones, por los pinares de Condemios, se va al puerto de Pelagallinas y fuente de la Entablada. || 7. €. Pizarras? silurianas. (63) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 317 CAVERNA DE CONGOSTRINA. T. M. Congostrina. || D. /. Caminos vecinales. || 7. (?. Calizas cretáceas. CUEVA DE HIJES. T. M. Hijes. |] D. 7. Caminos de herradura. || 7. €. Calizas triásicas. La CORRAN GARCÍA. T. M. Miedes.|| D. 7. Caminos vecinales; hay posada. |] T. G. Calizas triásicas. CUEVAS DEL CONGOSTO. T. M. San Andrés del Congosto. || D. 7. A tres horas al N. de la estación de Espinosa de Henares. || 7. €. Calizas cretáceas. || Expl. García (D. Juan Catalina) en 1893. Se encontró en ella varios huesos y unos coprolitos de hiena. BRIHUEGA. CUEVA DEL PALOMAR. T. M. Argecilla. || D. 7. A 2 km. pasa la carretera de Madrid á Zaragoza; dista 9 km. de la estación de Matilla (línea de Ma- drid á Zaragoza); hay posada. |] 7. G. Calizas terciarias. ¡| Expl. Vilanova: no encontró nada. CUEVA DE LA SOLANA. T. M. Argecilla.|| 7. GF. Margas terciarias. || Kxpl. Peñas: tiene objetos prehistóricos. GRUTAS DE LA PEÑA DE LA Hoz. T. M. Brihuega. || D. /. Carretera á Guadalajara y á Trillo; hay diligencias diarias áambos puntos y 4 posadas. || 7. F. Ca- lizas miocenas. || Zxpl. García (D. Juan Catalina). CUEVAS DE CÍVICA. T. M. Brihuega. || 7. €. Calizas miocenas. || Kxp/. Gomis. La VIRGEN DE LA PEÑA. T. M. Brihuega. |! 7. G. Calizas miocenas. || Zzxp7. Gomis. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) CIFUENTES. CUEVA DEL CONVENTO LORADO. T. M. Carrascosa del Tajo. [| D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. || Kzxpl. Gomis. CUEVA DEL BEATO. T. M. Cifuentes. || D. 7. Diligencias á Trillo yá Guadalajara; hay 3 posadas. || 7. €. Calizas cretáceas. LAs COvATILLAS. T. M. Huerta Hernando. || D. /. Caminos vecinales. || 7.G. Ca- lizas jurásicas. Las IGLESIAS. T. M. Huerta Hernando. || 7. €. Calizas jurásicas. La PEÑA DEL AGUJERO. T. M. Huerta Hernando. || 7. (€. Calizas jurásicas. LA MINa. T. M. Huerta Pelayo. ||D. 7. Caminos vecinales. || 7. GF. Ca- lizas jurásicas. CUEVA DE LOS CASARES. T. M. Riba de Saelices. || D. 7. Caminos vecinales. |! 7. (. Ca- lizas jurásicas. || Xzxpl. Gomis. LA Sima GRANDE. T. M. Villanueva de Alcorón. || D. 7. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || 7. G. Calizas jurásicas. || Kzpl. García (D. Juan Catalina). COGOLLUDO. CAVERNA DE ALPEDRETE. T. M. Alpedrete. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. (. Pizarras? silurianas. (65) Puig.—CAvIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 319 CuEvAS DE CABEZA TEJADA. T. M. Muriel. [1 D. 7. Caminos vecinales. || 7. (F. Calizas cre- táceas. || Expl. Castel. CUEvAS DE BONAVAL. T. M. Retiendas. || D. /. Caminos vecinales. || 7. GF. Calizas cretáceas. || Expl. García (D. Juan Catalina). CUEVA DEL CHORRILLO. T. M. Tamajón. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. (GF. Calizas cretáceas. || Expl. Castel, García (D. Juan Catalina). CUEVA DE La VICIOSA. T. M. Tamajón. || 7. €. Calizas cretáceas. ' CUEVA DE UCEDA. T. M. Uceda. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Caliza? ter- ciaria miocena. CUEVAS DE VALDEPEÑAS. T. M. Valdepeñas de la Sierra. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. || Kxpl. Calderón (S.). MOLINA. SIMA DE LA IGLESIA. T. M. Alcoroches. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. GF. Calizas triásicas. CUEVAS DE LOS ALBARES. T. M. Algar. |! D. 7. Caminos vecinales; á 15 km. de la esta- ción de Ariza (líneas de Madrid á Zaragoza y de Valladolid á Ariza). || 7. GF. Calizas cretáceas. CUEVA TORNERO. T. M. Checa. 1D. 7. Caminos vecinales. || :7.: (7. Arenisca calífera. || Expl. Castel. CUEVAS DE CASTILGRIEGOS. T. M. Checa. || 7. €. Calizas jurásicas ? 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) CUEVAS DE GENITORIS. T. M. Checa. || 7. G. Calizas triásicas ? SUMIDERO DEL CUBILLO. T. M. Checa. || 7. €. Calizas jurásicas? CUEVAS DE CHEQUILLA. T. M. Chequilla. || D. 7. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas triásicas. CUEVAS DE CUEVAS MINADAS. T. M. Lebrancón. || D. /. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas jurásicas. CUEVA DEL CABRERO, CUEVA DE LOS GIGANTES. T. M. Terraza. || D. /. Caminos vecinales. || 7. €. Conglome-= rados calizos triásicos. PASTRANA. PEÑA DE ÁALGARGA. T. M. lllana. || D. 7. Caminos vecinales. !] 7. €. Margas mio- cenas. CUEVAS DE La PEÑA DE LOS BARCHES, CUEVAS DE Los MOROS. T. M. Mlana. || 7. /. Margas miocenas. SIMA DE HUEVA. T. M. Hueva. || D. 1. Carretera de Armuña á Tarancón. || T. G. Calizas miocenas. SACEDÓN. CUEVAS DE LAS ENTREPEÑAS. T. M. Auñón. || D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. || T. (GF. Calizas cretáceas. EL TABAQUE DE La MORA. T. M. Sacedón.|| D. /. Caminos vecinales. || 7. G. Calizas cretáceas? || Ezxpl. García (D. Juan Catalina). (67) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 321 CUEVA DE LA Mora. T. M. Salmerón. ||D. 7. Caminos vecinales; hay 2 posadas. |] T. (7. Calizas margosas miocenas. || Ezpl. García (D. Juan Ca- talina). SIGUENZA. CUEVA DE La Moza. T. M. Algora. || D. 7. Caminos vecinales; á 13 km. de la estación de Sigúenza (línea de Madrid á Zaragoza). || 7. E. Ca- lizas cretáceas. || Kxpl. Fernández Navarro. CUEVAS DEL Río. T. M. Jadraque. || D. 7. Estación en la línea férrea de Ma- drid á Zaragoza. || 7. f. Margas miocenas. CUEVA DE GUARZAL, T. M. Olmedillas. [| D. 7. A5 km. de la estación de Sigiien- za. || 7. (7. Calizas Jurásicas. GUIPÚZCOA. AZPEITIA. CUEVA DE SAN ADRIÁN. T. M. Cegama.||D. 7. A 6 km. de la estación de Otzaurte (línea de Madrid á Irún); hay 3 posadas. || 7. GF. Calizas infra- cretáceas. CUEVAS DE APASTDOZA. T. M. Cerain.|| D. 7. A 9,5 km. de la estación de Benasain (línea de Madrid á Irún). || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE ERCHINA. T. M. Cestona. || D. 7. Diligencias á San Sebastián y á Azpei- tia; hay 7 fondas y posada. || 7. GF. Calizas infracretáceas. CUEVAS DEL IZARRAIZ. T. M. Cestona. || 7. (G. Calizas cretáceas. ANALES DE HIST. NAT. —XXV. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) CUEVA DE ITZIAR. T. M. Deva. [| D. 7. Estación de la línea de Deva á Maálzaga; carreteras á San Sebastián, Zumárraga y Lequeitio; hay 5 ca- fés, fonda y 12 casas de huéspedes. || 7. G. Calizas cretáceas. SAN SEBASTIÁN. CUEVAS DE LA PEÑA DE AYA. T. M. Oyarzun. || D. 7. A 4 km. de la estación de Rentería (línea de Madrid á Irún); hay 4 casas de huéspedes. || 7. G. Ro- cas graníticas; ¿calizas devonianas? CUEVAS DE AITZBITARTE. T. M. Rentería. || D. 7. Estación de Lezo-Rentería en la línea férrea de Madrid á Irún; hay un tranvía desde San Sebastián por Pasajes 4 Rentería y una fonda. || 7. (€. Calizas infra- cretáceas. CUEVA DE URDABURU. T. M. Rentería. || 7. (. Calizas triásicas. CUEVA DEL CASTILLO. T. M. San Sebastián. |] D. 7. Estación en la línea de Madrid á Irún; diligencias para Irún, Hernani, Bilbao y pueblos de la costa. || T. (. Margas y areniscas cretáceas. CUEVA DE ÁLCANO. T. M. San Sebastián. [| 7. €. Calizas miocenas. CUEVA DE URNIETA. T. M. Urnieta. || D. 7. Caminos vecinales; á 3 km. de la esta- ción de Hernani (línea de Madrid á Irún). [| 7. (€. Calizas infra- cretáceas. TOLOSA. CUEVA DE IRUMENDI. T. M. Anoeta. || D. 7. A 3 km. de la estación de Tolosa (línea de Madrid á Irún). || 7. €. Calizas liásicas. (69) Puig.—CAvIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 323 CUEVA DE ZOPITE. T. M. Alquiza.[|D. 7. A 7 km. de Tolosa; hay posada. || T. (. Calizas liásicas. MINA DE Los Moros. T. M. Cizurquil. [|D. /. AY km. de Tolosa. || 7. €... Calizas liásicas? CUEVA DE MENDECUTE, CUEVA DE MENDIZUT. T. M. (?).|| 7. €. Calizas jurásicas? VERGARA. CAVERNA DE ACATEGUI. T. M. Oñate. || D. 7. A 11 km. de la estación de Vergara (línea de Bilbao á Zumárraga); hay 4 cafés, alquiladores de carruajes y caballerías y 4 fondas. || 7. (F. Calizas cretáceas. CUEVA DE ALOÑA. T. M. Oñate. || T. G. Calizas cretáceas. CAVERNA DE SAN ELÍAS. T. M. Oñate. || 7. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE GUESALZA. BOQUERÓN DE GUESALZA. T. M. Oñate.||7. (7. Calizas cretáceas.||Xzp!. Gordón en 1893. BOQUERÓN DE SAN ELÍAS. T. M. Oñate. [| 7. Q. Calizas cretáceas. CUEVA DE AITZQUIRRI. T. M. Oñate. || 7. G. Calizas cretáceas. || Expl. Gascue, Ro- dríguez Ferrer, Adán de Yarza, Vilanova y otros. Se han en— contrado abundantes restos del Ursus spelezus; los frailes domi- nicos del Seminario de Vergara han conseguido formar dos esqueletos completos de oso y de hiena de las cavernas. CUEVA DE SAN VALERIO. T. M. Mondragón.|| D. 7. A 8 km. de Vergara (línea de 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Bilbao á Zumarraga); hay 4 cafés y fonda. || 7. GF. Calizas cre- táceas. | j CUEVA DE GARAGAIZA. T. M. Mondragón. || 7. G. Calizas cretáceas. || Expl. Zavala (D. Casto). HUELVA. ARACENA. GRUTA DE LA PEÑA. T. M. Alajar.|| D. 7. Carretera de Cortegana á Aracena; hay posada. || 7. G. Calizas del estrato cristalino. CUEVA DE ARACENA. T. M. Aracena. || D. 7. Carreteras de Aracena á Ayamonte y de la Venta del Alto á Repilado; caminos vecinales á Sevilla y Huelva; hay 3 fondas, 4 cafés y 5 posadas. || 7. GF. Calizas del estrato cristalino. HUESCA. BARBASTBO. CUEVA DE CHIMIACAS. T. M. Alquézar. || D. 7. A 14 km. de la estación de Barbas- tro (línea de Selgua á Barbastro); camino carretero á las Cellas (carretera de Huesca á Barbastro). || 7. (€. Calizas numulíticas. CUEVA PALOMERA. T. M. Alquézar. || 7. GF. Calizas numulíticas. CUEVA DE LA REINA MORA. T. M. Alquézar. || 7. €. Calizas numulíticas. BENABARRE. CUEVA VIEJA. T. M. Espés. || D. /. Caminos vecinales. || 7. (F. Calizas cre- táceas. (m1) Puig.—CAVIDADES NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 325 CUEVA FORNAZOS. T. M. Espés. || 7. €. Calizas triásicas. CUEVA DE GABASA. T. M. Gabasa.|| D. 7. A 12 km. de la estación de Binefar (línea de Barcelona á Zaragoza). || 7. F. Calizas cretáceas. CUEVA DE LA PEÑA DE SAN CLEMENTE. T. M. Perarrúa. [| D. 7. Carretera de Barbastro 4 Francia, por Perarrúa y Benasque. || 7. €. Calizas eocenas. BOLTAÑA. CUEVA DE LAS BACHELLAS. T. M. Rodellar. [| D. 7. Caminos vecinales; hay posada. || T. (. Calizas eocenas. CUEVA DE ANDREBOT. T. M. Rodellar. [| 7. €. Calizas eocenas? FORATS DE MINGOT. T. M. Sahún. || D. 7. Caminos vecinales. [| 7. €. Calizas de- vonianas. TRÓ DE LOs MOROS, CUEVA DE LOs MOROS. T. M. Sahún. || 7. €. Calizas devonianas. CUEVA DE SAHÚN, CUEVA DE PEÑAS TRENCADAS. T. M. Sahún. ||7. €. Calizas devonianas. GRUTA DE LA ZORRA. T. M. San Juan.||D. 7. Caminos provinciales. || 7. F. Cali- zas numulíticas. CUEVA DE SAN PEDRO. T. M. Seira. || D. 1. Caminos vecinales. || 7. €. Calizas cre- táceas. CUEVA DE EJEA. T. M. Serrate. Valle de Lierp. [| D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Calizas cretáceas. 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) HUESCA. CUEVA DE CHAVES. T. M. Panzano. || D. /. Caminos vecinales. |] T, G. Calizas eocenas. CUEVA DE SOLENCIO. T. M. Panzano. || T. €. Calizas eocenas.—£zpl. Mallada. CUEVA DE LAS OVEJAS. T. M. Panzano. || T. €. Calizas eocenas. CUEVA DEL MELIZAR. T. M. Panzano. [| T. €. Calizas eocenas. CUEVAS DE FABANA. T. M. Panzano. || T. €. Calizas eocenas. CUEVA DE LA VENTOSA. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas? CUEVA DE SAN GINES. T. M. Panzano. || T. G. Calizas eocenas? CUEVA DE LA GRIMA. T. M. Panzano. || T. G. Calizas cretáceas? CUEVA DE SAN COSME. T. M. Panzano. || T. G. Calizas cretáceas? JACA. Los ForaATSs. T. M. Agiúero. || D. 7. Caminos vecinales. |] T. G. Calizas cre- táceas. Las FoRATIESES. T. M. Agúero. || T. (7. Calizas cretáceas. (13) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. — 327 CUEVA DE LAS GRALLAS. T. M. Agiúiero. || T. G. Calizas miocenas. CUEVA DEL PALOMAR. T. M. Ansó. [| D. 7. Carretera de Ansó á Laspuña; hay 3 ca- fés y 2 posadas. || T. G. Calizas numulíticas. CUEVA FÓRCALA. T. M. Ansó. || T. G. Calizas numulíticas. CUEVA DE EsPATO. T. M. Ansó. || T. G. Calizas numulíticas. GRUTA DE LA GLORIOSA. T. M. Biescas. || D. 7. Carretera de Jaca á Pau (Francia). |] T. G. Calizas cretáceas. CUEVA DE SAN JUAN DE LA PEÑA, CUEVA DE PANO. T. M. Botaya. || D. 7. Caminos vecinales. || T. G. Conglome- rados eocenos. CUEVA DE OROEL, CUEVA DE URUEL. T. M. Jaca. || D. 7. Carretera de Huesca; estación de la línea de Tardienta á Jaca; hay 2 cafés, 2 fondas, 3 casas de huéspe- des y 4 posadas. || T. G. Conglomerados calizos eocenos. CUEVAS DE LAS GUIXAS. T. M. Villanúa. || D. 7. Carretera de Zaragoza á Francia. || T. G. Calizas cretáceas. | Expl. Mallada. TAMARITE. EL FORAT DE PISTOLES. T. M. Albelda. || D. 7. A 12 km. de la estación de Binefar (línea de Barcelona á Zaragoza). || 7. Q. Calizas miocenas. EL CLOT DEL TORRENT. T. M. Alcampel. || D. 7. Caminos de herradura. || 7. €. Cali- zas miocenas. 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) GRUTA DE LA ÁLGARETA. T. M. Estadilla. [| D. 7. A 12 km. de Barbastro (línea de Sel- gua á Barbastro); hay establecimiento de aguas minerales. || T. (/. Calizas cretáceas. .CUEVA DE LA TENALLETA. T. M. Estadilla. || 7. €. Calizas cretáceas. CUEVA DE SAN NICOLÁS. T. M. Tamarite de Litera. || D. 7. Carretera de 3.* orden de Guell á Binefar; diligencias á4 Benabarre y á Binefar; hay 2 cafés, 1 casa de huéspedes y 1 posada. || 7. GQ. Calizas mio- cenas. JAÉN. ALCALÁ LA REAL. CUEVA DEL AGUA. T. M. Alcalá la Real. || D. 7. Diligencias alternas á Jaén, Granada y Priego; carretera de Madrid á Granada; hay café, fonda, 2 casas de huéspedes, 6 posadas y observatorio meteo- rológico. [| 7. €. Calizas jurásicas. CUEVA DE LA PIEDRA DE LUQUE. T. M. Alcalá la Real. || 7. €. Calizas jurásicas? CAZORLA. CUEVA DE BRUÑEL. T. M. Quesada. || D. 7. Coche diario á Peal, Ubeda y Baeza; á 5 km. de Cazorla; hay casinos, 2 cafés, casa de huéspedes y 2 posadas. || 7. F. Calizas cretáceas. JAÉN. LA CIMBRA DEL COBARRÓN. T. M. Jaén.||D. 7. Estación de la línea de Madrid á Málaga por Jaén; hay fondas y posadas. || 7. Q. Calizas titónicas. (15) Puig.—CAVERNAS NATURALES Y MINAS PRIMORDIALES. 329 MANCHA REAL.> CUEVA DE La SIERRA. T. M. Albanchez. [| D. 7. Dista de Mancha Real 11 km. de camino vecinal. || 7. €. Calizas titónicas. || Expl. Góngora. Se han hallado restos humanos, vasijas de barro y armas de pe- dernal. CUEVA DE LGS Moros. T. M. Bedmar. [| D. /. Caminos vecinales; hay 3 posadas. || T. (7. Calizas cretáceas. MARTOS. CUEVA DE LA PEÑA. T. M. Martos. || D. /. Estación en la línea de Madrid á Má- laga por Jaén; diligencias á Jaén; hay casinos, 2 cafés, 6 po- sadas y 2 casas de huéspedes. || 7. €. Calizas infracretáceas. CUEVA DEL ToscóN. T. M. Martos? [| 7. €. Calizas cuaternarias? ORCERA. SIMA DEL PINAR DEL RIsco. T. M. Pontones. [| D. /. Caminos vecinales; hay posada. || T. G. Calizas dolomíticas infracretáceas. CUEVA DEL AGUA. T. M. Pontones. || 7. €. Calizas infracretáceas. (Continuará.) OBSERVACIONES SOBRE ALGUNOS PUNTOS DE LA TÉCNICA PARA EL ESTUDIO DE LA CONTRACCIÓN MUSCULAR EN LA RANA, POR D. ENRIQUE PÉREZ ZÚÑIGA. (Sesión del 4 de Marzo de 1896.) Cuando se emplea el método gráfico en el estudio de la con- tracción muscular importa muy mucho tener presentes una porción de circunstancias que pueden influir en el trazado gráfico 6 miograma, alterando su forma, amplitud, etc., y haciendo muchas veces errónea su interpretación por traducir como modalidades de la contracción misma lo que no es sino producto del modo de actuar los aparatos que se empleen ó de condiciones orgánicas anómalas, en que se coloca á los anima- les sujetos á la experimentación. Siempre que se trate de hacer comparables las curvas correspondientes á la contracción mus- cular y de poder sacar partido de este método de investigación fisiológica es menester tomar toda suerte de precauciones para evitar influencias extrañas que vengan á alterar los resultados y consignar, al publicar las observaciones, todas las condicio— nes experimentales realizadas, por ejemplo: Aparato empleado (miógrafo)—peso tensor—longitud del estilo inscriptor—velo- cidad de la superficie receptora—excitante empleado é inten— sidad del mismo. Condiciones del animal—(especie,—talla,— sexo, etc., etc.) Sólo así se podría llegar á un acuerdo entre los diversos experimentadores. 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Estudiando este punto de la fisiología de la rana y á la vuelta de obtener un número muy considerable de curvas miográmicas, me ha sido dable advertir algunas causas de modificación del trazado, unas dependientes de condiciones orgánicas en que se coloca al animal, como es la ligadura de un miembro, la posición, la sangría previa, etc., etc., y otras achacables á los distintos aparatos que se utilizan para dicho fin. Señalaré las principales, no consignadas, que yo sepa, por ningún autor. 1. Influencia de la ligadura de una de las patas de la rana.— Entre los varios medios aplicables al estudio de la contracción muscular sábese que uno de ellos consiste en hacer actuar substancias diversas que modifican de un modo ó de otro la curva miográmica. Y nada mejor que obtener dos curvas simultáneas de los gemelos de ambas patas, colocándolas en idénticas condiciones experimentales salvo el que sobre uno se haga actuar el veneno ú substancia modificadora y sobre el otro no; para esto es bien sabido que se apela entre otros medios á la ligadura de una de las patas. Inyectando en el saco dorsal de la rana una disolución de la substancia que se va á ensayar, esta por absorción y con el torrente circulatorio llega al gemelo de un lado, pero no al correspondiente á la pata ligada. Pues, bien, el mero hecho de la ligadura cuyos vasos se hallan obstruidos, hace cambiar por completo la forma de la curva obtenida y por consiguiente deja de ser comparable con la curva de la pata envenenada. Hé aquí algunas observaciones que lo comprueban, tomadas de mi colección de estudios gráficos hechos en el Laboratorio de Fisiología de la Facultad de Medicina de Madrid. Observación núm. 7. (Hoja núm. 51.)—Condiciones: Miógrafo doble de Marey.—Velocidad del cilindro registrador 40 vueltas por minuto. Rana grande, se liga la pata á ambos. Excitación de nervios ciáticos por reóforos bifurcados procedentes de la bobina de Ranvier, separación del carrete inducido 120. Nótase una diferencia muy grande entre las curvas: La de la pata ligada se prolonga mucho (semi-contractura); sobre todo al interrumpir la corriente. Como se ve en el trazado el tiempo de contracción latente no varía. Observaciones 164 y 166. (Hoja nún. 78.) —Condiciones: Velo- cidad del cilindro registrador 6 vueltas por minuto.—Se (3) Pérez Zúñiga.—CoNTRACCIÓN MUSCULAR EN LA RANA. 333 emplea el interruptor de ruedas dentadas, de Marey. Las demás condiciones como en observaciones anteriores. Compárese la primera en que todavía no se ha hecho la ligadura con la segunda. Las diferencias se señalan más al interrumpir la corriente. Desde luego creí que la modificación dependía del estanca— miento de sangre en el músculo. Para comprobarlo hice ensa- yos sangrando previamente á la rana, y en efecto, no se pro-- dujo alteración alguna en la curva, como puede notarse en las Ooservaciones 179 a 183. (Hoja núm. 81.)—Rana mediana. Se la sangra totalmente por el corazón. La sangría sola no produce modificación apreciable como puede comprobarse por la inspección de la curva 179. 2. Influencia de los aparatos empleados.—Modificaciones en los miogramas según la manera de interrumpir y establecer la corriente eléctrica excitadora.—Es de todos sabido que cuando se emplean las corrientes eléctricas inducidas, es necesario interrumpir el circuito inductor y restablecer alter nativamente para producir ondas inducidas que provocan la contracción del músculo con una intensidad mayor en el pri- mer caso, esto es, cuando la corriente se interrumpe, que en el segundo. Para efectuar estas interrupciones hemos hecho uso unas veces del mismo interruptor que lleva el aparatito de inducción de Ranvier; otras de la llave interruptora de mer- Curio; otras de la llave de Morse, 6 de la rueda dentada de Marey, etc., y en igualdad de todas las demás circunstancias y según el modo de emplear dichos interruptores resultan diferencias en las curvas que es preciso tener presentes. Por ejemplo; levantando con más ú menos suavidad la manivela del interruptor del carrete de Ranvier se obtienen trazados como el correspondiente á la observación 1.614 (hoja núm. 198), en la que la separación fué pronta y enérgica, y el de la obser- vación 1.615 en que fué suave. Influencia del interruptor de ruedas dentadas de Marey.— Utilizando este aparato pudimos observar diferencias tan nota- bles, que, en apariencia al menos, se llega á invertir por com- pleto aquella ley, antes citada, de la mayor intensidad de la corriente inducida, al concluir que al empezar la inductora. Ejemplo: observación 431 (hoja núm. 133.) ¿De qué depende semejante efecto? Desde luego supuse que dada la manera de 331 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) funcionar el aparato, habría de producirse al caer la palanca (establecerse la corriente ú cerrarse el circuito), no un contacto único, sino una serie de repetidos contactos infinitesimales por rebote, digámoslo así, que inapreciables á simple vista, multiplican de un modo extraordinario la acción de la corriente y falsean por completo el resultado. Para comprobarlo se prac- ticaron una serie de experimentos que confirmaron la inter- pretación que acabamos de indicar. Observaciones 444, 445 y 447. (Hoja núm. 135.) —Condiciones: Rana de tamaño mediano.—Velocidad del cilindro 6 vueltas por minuto.—Separación de las bobinas 120.—Excitación de los ciáticos. Primeramente se hacen las interrupciones con el interruptor de la bobina y la curva (444) expresa la ley consabida; es más alta al ¿ que al e. Interpónese luego la rueda dentada y se observa (445) la inversión del fenómeno, más alta al e que al ¿. Lo mismo ocurre haciendo caer la palanca desde cierta altura, mas no así cuando haciendo á mano las interrupciones y los contactos se comprime ligeramente la palanca para cerrar el circuito, evitando así la producción de los rebotes según se observa en 447. Claro está que el efecto será tanto más marcado cuanto mayor sea la altura de que caiga la palanca, pues las oscilaciones resultantes del choque serán más numerosas y amplias, lo cual se comprueba haciendo que dicha altura vaya siendo cada vez menor hasta que llegue un momento en que desaparezca esa influencia, como acontece en la observación 454 (hoja núm. 136), en la cual se produjo la caída de la palanca retirando con cuidado un pedacito de papel-tela entre los dos puntos de contacto. En el momento en que la altura se hizo mayor (interposición de una cartulina), observación 456, se volvió á producir el fenómeno. Todos estos ensayos fueron repetidos, con igual resultado, aplicando directamente á los gemelos la excitación, ejem- plo 457 (hoja núm. 137). Por si estas pruebas no eran suficientes, instituímos una serie de experimentos valiéndonos de la señal eléctrica de M. Desprez, haciéndose patente la causa eficiente del fenó- meno. (Hoja núm. 180), observaciones de 1.265 á 1.273,—Con- diciones: Rueda con 15 clavillos. (5) Pérez Zúñiga.—CONTRACCIÓN MUSCULAR EN LA RANA. 335 Rueda sola............. Observación 1.265 Velocidad =1..í — con1 plomo...... = 1.266 == COM A — 1.267 Rueda solos aia Observación 1.268 Velocidad =6.. — con 1 plomo...... a — 1.269 CO olaa — 1.270 Rueda sola. ............ Observación 1.271 Velocidad = 40 . — con 1 plomo....... = 1.272 — coOn2 — ...... — 1.273 Como se puede notar en las gráficas, cuando la velocidad es de 6 vueltas por minuto y mucho más cuando es de 40, existen 4 6 5 ondulaciones al efectuarse el contacto, lo que indica que este contacto, al parecer único, es en realidad múltiple; y el no producirse con la velocidad mínima es consecuencia de que siendo menor la energía los rebotes han de ser menos nume- rosos é intensos, de igual modo que aumentando el peso, aun- que las velocidades sean de 6 y de 4 vueltas por minuto. Por último, existe una influencia combinada del modo de producir las interrupciones y las resistencias interpuestas en el circuito. Introdujimos la bobina de Ranvier y las ondula- ciones producidas por la rueda dentada de Marey á que nos acabamos de referir desaparecieron completamente. Véase la observación 1.625 (hoja núm. 199). Lo mismo se consigue con resistencias mucho más pequeñas. Haciendo uso de la caja de resistencias de Gaiffe. Sólo la resistencia mínima propia del aparato bastó á producir el resultado, observación 1.630'. Com- párense con la 1.635' en que se suprimió totalmente la caja de resistencias. Otra cosa se observa en estos trazados, á saber: que la forma de los mismos cambia también y conforme se puede notar en las observaciones 1.336" y siguientes, su altura va disminuyendo hasta llegar á desaparecer por completo en la 1.641”. De todo lo expuesto se desprende la mucha cautela con que hay que proceder cuando se trata de experimentación fisioló- gica. Son tantas las causas de error que pueden falsear los resultados, que nunca serán bastantes todas las precauciones que hemos de tomar para poder más tarde interpretar recta- mente los trazados y sacar consecuencias de algún valor cien— tífico. OBSERVACIONES RECÓGIDAS SOBRE LAS CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO DOMÉSTICO POR PIT MPB ÁEA E (Sesión del 2 de Diciembre de 1896.) Estudiando la morfología macroscópica del encéfalo en los vertebrados y examinando con este objeto un número consi- derable de peces, anfibios, reptiles, aves y mamiferos (1), ha llamado mi atención la disposición, compleja en cierto modo, que ofrecen las circunvoluciones cerebrales del cerdo, sobre todo si se consideran desde el punto de vista de la inferioridad intelectiva del citado mamífero y del lugar que éste ocupa en la escala zoológica. No se me oculta que hay mucho escrito sobre el encéfalo de los mamiferos. El profesor Ch. Debierre y el Dr. Bole han es- tudiado en el Laboratorio anatómico de la Facultad de Medi- cina de Lille un gran número de cerebros de perro, Zorro, turón y gato (2). También tengo noticia de los trabajos que sobre este y otros asuntos análogos tienen publicados Broca, Schwalve, Giacomini, Zuckerkand, Trolard, Guldberg, Ebersta- ler, Cunningham y otros muchos distinguidos anatomistas y (1) La mayor parte de estas observaciones confirman las de Gegenbaur, Wie- dersheim, Vogt y demás tratadistas clásicos contemporáneos de Anatomía compa- rada. Algunas, sin embargo, por no estar de acuerdo con las citadas, las destino á la publicidad. (2) Essai sur la Morphologie comparée des circunvolutions cérébrales de quelques carnassiers.—/Journal de 'Anatomie et de la Physiologie.—Novemb. et Decemb., 1893.) ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 22 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2 antropólogos; pero no conozco ninguna tesis especial sobre las. circunvoluciones del cerdo y de la cabra, sino sólo algunos. datos incompletos dispersos en otras publicaciones no mono- eráficas, como son todos los que se consignan en los tratados. elementales 6 magistrales de Zoología 4 Anatomía comparada que circulan entre nosotros. Estos conocimientos los considero. fundados todos ellosen los trabajos de Huschke (1), Gratiolet (2),. Wagner (3) y Paasch (4); quizá por ignorancia de algunas len—- guas extranjeras ú por deficiencia de mis recursos, yo des-- conozco aleuna publicación de índole especial sobre el asunto. que ha de ocuparme; y este desconocimiento es el que me im-- pele á publicar, en primer término, mis observaciones sobre- el cerebro del cerdo, teniendo en cuenta, como ya he indicado, lo chocante que aquél me ha sido dada la colocación taxo- nomo-zoológica del citado artiodáctilo y las reflexiones á que con tales motivos se prestan las teorías reinantes en asuntos. filogénicos. | Mis observaciones han recaído sobre un considerable nú- mero de ejemplares pertenecientes á cerdos adultos y á em- briones de dos edades distintas, y en la descripción siguiente adopto el término medio ó típico á que pueden referirse todas. ellas (5). HEMISFERIO CEREBRAL DEL CERDO ADULTO. Examinaré sucesivamente lo relativo á cada una de sus tres: caras, súpero-interna, interna e inferior; me ocuparé luego de algunos detalles que no hayan podido ser comprendidos en las descripciones indicadas y terminaré señalando la lobuliza—- ción y las deducciones que quepa establecer como derivadas. de los datos que he de exponer. a. Cara supero-externa.—Ofrece de alto á bajo, de dentro á. (1) Schádel Hirn und Seele. Jena, 1854. (2) Sur les plis cérébraux de 1'homme et des primates. París, 1854. (3) Vorstudien zu einer wissenschaftlichen. /Morphologie d. Gehirnas.) (4) De sulcis et gyris in cerebro simiarum et hominum. Kiliae, 1866. (5) Los ejemplares embrionarios me los facilitaron dos de mis alumnos: los se-- ñores Granados Ruano y Castroviejo (D. Ramón). (3) Peláez. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 339 afuera y de delante á atrás las circunvoluciones y anfractuosi- dades siguientes (fig. 1.* y 2.”): Vista general superior del encéfalo de un cerdo Cara externa del hemisferio adulto. cerebral derecho. 1. Una circunvolución que, empezando en la extremidad anterior del hemisferio, costea el borde superior de éste, pasa en parte á la cara interna y llega hasta la mitad del mencio- nado borde superior; allí termina continuándose con otra cir- cunvolución situada inmediatamente por debajo, y forma con ella el labio anterior de una depresión cisuraria de un centí- metro á centímetro y medio de extensión, oblicua hacia ade- lante y abajo y comparable con la cisura de Rolando de los mamíferos superiores. Al continuarse con la cireunvolución 2.?. de que hablaré en seguida, constituye un angulo agudo me- nor de 45”, cuyo vértice se prolonga por la cara interna hasta cerca de lo que puede compararse con la cisura sub- frontal. 2.” Por debajo de la precedente y á continuación de la co- rrespondiente cisura separatoria existe una segunda circunvo- lución, que empieza también en el extremo anterior del 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) hemisferio, unida á la primera por un pliegue oblicuo; en se- guida se dirige, oblicuamente también, ensanchándose de un modo paulatino, hasta la unión del cuarto anterior con los tres cuartos posteriores de la cara externa que nos ocupa, donde ofrece un surco oblicuo que la reduce á la tercera parte de su anchura. Más arriba y atrás se reconstruye en su pri- mitivo diámetro transversal y converge con la circunvolución precedente, para formar el labio anterior de la cisura pseudo- rolándica citada y el angulo de la cara interna, ya descrito. 3.” Por delante del punto en donde es casi interrumpida por adelgazamiento la circunvolución 2.*, empieza otra que es cortada también, aunque de un modo completo, por el mismo surco que adelgaza Ó amenaza segmentar aquélla; y las dos porciones resultantes quedan unidas á dicha circunvolu- ción 2.* mediante anastómosis superficiales independientes y bien ostensibles; después, más allá del surco interruptor, la circunvolución que me ocupa, 6 3.* de la serie que reseño, va ensanchandose progresivamente y termina en un abulta- miento libre que forma parte del labio anterior de una nueva y notable cisura. Es ésta oblicua y larga, y existe en la unión del tercio posterior con los dos tercios anteriores de la cara externa del hemisferio. 4. Más afuera y abajo hay otra circunvolución que em- pieza también unida á la 2.* por una comisura oblicua hacia arriba, atrás y afuera; en seguida que nace, asciende oblicua- mente como la 2.* y la 3.*%, y así que llega á la cisura oblicua y larga citada anteriormente, se acoda en ángulo recto, forma la parte de labio anterior de aquella que no ha constituido la 3.2 y se bifurca formando dos circunvoluciones, cuyo tra- yecto, situación y disposición recuerdan las dos temporales primeras de los mamíferos superiores; ambas terminan unién- dose en comisura bastante notable para poderla referir á la constitución de la punta de un pequeño lóbulo. 5.” Por detrás del punto donde queda dicho que está si- tuada la cisura pseudo-rolándica y formando el labio posterior de ésta, arrancan dos circunvoluciones, de las cuales la in-— terna es muy delgada y termina afilándose en la extremidad posterior del hemisferio para dividirse después en dos peque- ñas ramas que se unen en la parte más declive de dicha ex- tremidad posterior y se continúan con las de la circunvolución (5) Peláez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 341 externa y con otra situada en la cara interna del hemisferio. 6. La circunvolución infero-externa de la zona situada por detrás de la cisura pseudo-rolándica, nace unida á la ante- riormente descripta, es mucho más ancha que ella y engruesa cada vez más al dirigirse oblicuamente abajo, afuera y atrás, paralela á la interna; se bifurca como ésta, y sus dos ramas, además de unirse á la interna, se unen entre sí, se prolongan por la cara inferior y terminan, también uniéndose, á las dos temporales antes citadas. En esta última parte de su trayecto y ya verdaderamente en la cara inferior del hemisferio, se hacen paralelas á las mismas y parecen una 3.” y una 4.” tem- porales. Por fin, el borde antero-externo de la circunvolución que acabo de describir es el labio superior de la cisura oblicua y larga que citamos como situada en la unión del tercio pos- terior con los dos anteriores de la cara externa del hemisferio. hb. Cara interna. (Fig. 3.) —De delante á atrás y de arriba á abajo, ofrece: Cara interna del hemisferio cerebral derecho. 1.2 La prolongación ya citada de la circunvolución 1.* de la cara externa, que se abulta considerablemente en la extremi- dad anterior del hemisferio. 2.” Una parte de la cisura pseudo-rolándica, separada de la sub-frontal por su comisura correspondiente. 3." Debajo de estas partes, la cisura sub-frontal, larga, con- tinúa hasta más allá de la zona pseudo-rolándica, rodeando todo el lóbulo límbico y llegando hasta la cara inferior, donde se termina en un surco que puede interpretarse sin violencia como el representante de aquel que en los mamiferos supe- riores corresponde á la eminencia intraventricular denomi- nada por Meckel eminencia colateral del hipocampo ó pierna de palo, de las antiguas y chistosas nomenclaturas anatómicas. 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) En la referida cisura sub-frontal existen dos pliegues de paso muy superficiales, que por su situación en el tercio anterior le dan el aspecto de doble hoz, tan frecuente en muchos ma- miferos. 4. Debajo de la cisura subfrontal se ve la circunvolución calloso-marginal, límbica ú olfatoria, cuya continuación, con todas las partes del sub-aparato del nervio olfatorio, es bien evidente. 5. Por debajo hay un surco calloso-marginal indudable, y más debajo todavía el cuerpo calloso; pero entre éste y la circunvolución limbica no he encontrado nada que pueda compararse á nervios de Lancisi y fasciolas de Giacomini. 6. Por último, en la cara interna del hemisferio aislado es visible el septum lucidum, y separado éste, la amplia abertura que conduce al ventrículo lateral, en cuyo suelo son aprecia— bles el núcleo caudal, el surco opto-caudal y el tálamo óptico; sobre éste se ve el trízono adherido al cuerpo calloso solamente al nivel del rodete, lo cual indica que las partes vestigiosas del septum lucidum se prolongan muy atrás y quizá se atrofian y destruyen en cierto período de la vida. De aquí resulta la existencia en el cerdo de un extenso ventriculo de Berga, y quizá una comunicación entre los dos ventrículos laterales en la vida adulta. Nuestras observaciones, sin embargo, no con sienten todavía tomar como definitiva ninguna de las dos in- dicadas deducciones hipotéticas. Tampoco podemos decir nada de epífisis, hipófisis y paráfisis en el cerdo adulto. c. Cara inferior. (Fig. 4. —En una primera mirada inves- tigadora parece una superficie plana ó casi plana, en la que no cabría admitir más que ligeros indicios de lobulización; pero observando detenidamente la región, se aprecian de atrás a adelante los detalles siguientes: 1.” Dos formaciones redondeadas que corresponden á la superficie de sección del pedúnculo cerebral y de la zona sub- óptica. 2.” Por fuera y delante un surco, que es el del hipocampo, y en su fondo la /ascia dentatr. 3.” Más por fuera aún se ve un abultamiento continuo ha- cia atrás con la circunvolución callosa y con las dos ramas de la postero-interna de la cara externa, al unirse con la infero- externa que le es paralela; este abultamiento es indiscutible- *(7) Peláez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 313 M mente el representante de la circunvolución temporal 5.” de los mamiferos superiores; pero en su parte más ancha y antero- inferior se continúa con una superficie triangular, que á la vez se continúa también con una pequeña eminencia no visi- ble en la fig. 4.*, y que es la representante del lóbulo olfatorio; Encéfalo de cerdo adulto, visto por su región inferior. éste termina en el punto de arranque de la primera circunvo- lución descrita en la cara externa, y de ella le separa un surco transversal. d. Cisuras y surcos no citados.—Entre éstos pueden contarse los siguientes: 1. El correspondiente, por su topografía, á la cisura de Sylvio. El labio inferior de esta cisura se halla constituído por el bulbo olfatorio hacia adelante y adentro; y un poco más hacia afuera y atrás, por su continuación con la representante del lobulillo del hipocampo. El labio superior lo forman lo más inferior y anterior de la circunvolución antero-externa 4.”, y lo más superior de lo que puede interpretarse como tempo- ral 1.*, que al continuarse con la temporal 2.* forma también 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) una incisura pre-límbica muy acentuada , y abierta en la ci- sura que me ocupa. En el fondo de ésta se ve un lobulillo trian- gular, sin diferenciación circunvoluciónica apreciable, y que, como se comprenderá, es el representante del lóbulo insular. Hacia delante, la cisura silviana se bifurca en dos pequeñas ramas que remedan la disposición de las correspondientes del hombre: una es vertical posterior y á su nivel se deprime lige- ramente la corteza cerebral; esta depresión corresponde al mismo nivel en que se continúan las dos primeras tempora— les; la otra es horizontal, transversa ú oblicua, y se confunde unas veces con el límite anterior del lóbulo olfatorio, y otras veces avanza distintamente más allá de dicho límite, por pleno territorio córtico-frontal. Por fin, por detrás se continúa con la cisura límbica y con la rama larga que corresponde al codo del dobladillo; razón por la cual puede terminarse diciendo que la cisura silviana en el cerdo es bífida hacia adelante y hacia atrás, y que la bifidez anterior es mucho más pequeña que la posterior. 2.” En la región frontal existen tres surcos de segundo or— den, antero-posteriores 6 ligeramente oblicuos, superior, me- dio é inferior; de ellos, los dos últimos se abren en la cisura larga y oblicua de la cara externa del hemisferio. 3. Confundido en parte con los surcos frontales dichos, existe otro más profundo y oblicuo, que es el que segmenta las dos primeras circunvoluciones descritas. 4.” Existen además el interparietal y los cuatro temporales perfectamente distintos; de estos /! empieza por arriba, donde, la que podemos suponer como F*, se continúa con 7! y 7?; (2 es continuo con el surco largo y oblicuo ó fronto-parietal de la cara externa; /* se continúa con lo que podemos interpretar como c. parietal 2.*, según diremos ahora; y, por último, 1', alojado en el espesor de la supuesta c. parietal 2.*, viene á continuarse directamente, aunque con cierta oblicuidad, con la cisura límbica, que si está separada de dicho surco es sólo. en la profundidad. 5.” También hay los tres surcos que resultan de la doble bifurcación de las circunvoluciones existentes por detrás de la zona pseudo-rolándica. 6.” Por fin existen también aleunos surcos de tercer orden, pero de escasa importancia. (9) Peláez. — CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 345 e. Lobulización.—De cuanto llevo expuesto resulta que son perfectamente distintos en el cerebro del cerdo adulto los lóbu- los frontal, parietal, temporal y límbico, y están apenas bos- quejados el occipital y el insular. El /ódulo frontal tiene cuatro circunvoluciones independien- tes, de las cuales, contadas con arreglo á la nomenclatura de Broca, la 3.* 4 PP? está dividida por completo en dos porciones, una anterior menor y otra posterior mayor; 7? casi llega á di- vidirse también al nivel del mismo punto en donde está divi- dida /P3; P'! tiene una porción interna bastante notable en ex- tensión; y PF es la más larga é interesante de todas. Ninguna de ellas aparece diferenciada en la cara inferior; las dos supe- riores parecen pertenecer á un sistema distinto por su enlace supero-interno, y por formar parte de la zona pseudo—rolán- dica; las dos inferiores son independientes, fronto-parietales, y en parte representarían lobulillo anterior de la c. parietal 2.* de los mamiferos superiores; el límite posterior del lóbulo es la cisura pseudo-rolándica, y otra, muy notable por su exten- sión, que separa lo fronto-temporal de lo parietal, y que es lo que he denominado en la descripción precedente cisura oblicua y larga de la cara externa. El lóbulo parietal, en su mitad inferior, pertenece en abso- luto á territorio frontal, y en su mitad superior ofrece dos cir cunvoluciones que tienen mucho parecido en su disposición con la propia de los mamíferos más elevados de la escala. El lóbulo temporal casi no se separa en nada de la disposi ción más sencilla considerada como típica en los cuadrumanos y en el hombre. El /óbulo límbico es completo, pero á él se halla anejo un bulbo olfatorio no tan desarrollado en el cerdo adulto como 4 priori pudiera suponerse. El lóbulo occipital se dice ordinariamente que no existe, hasta llegar á los cuadrumanos, en la escala zoológica; sin embargo, en el cerdo están bosquejadas cuatro circunvolucio- nes occipitales, que corresponden evidentemente á la bifurca ción de las dos parietales; así, pues, no existirá cisura perpen- dicular interna, ni perpendicular externa, ni lobulillo cunei- forme, ni cisura calcarina, ni lóbulo occipital con la forma simia titulada en calota; pero no es menos cierto que existen en bosquejo las cuatro circunvoluciones dichas. 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Alo'o semejante puede decirse del /dbulo insular, que, aun- que pequeño, y sin tener más que la forma de un mamelón triangular, existe. * XX * Respecto de consideraciones de otra indole que resultan del paralelo que puede establecerse entre el cerebro del cerdo y el de otros mamiferos de jerarquía mucho más elevada en la es- cala que señalan las taxonomías zoológicas clásicas, es poco lo que podemos decir, porque nuestras observaciones han re- caido sobre un corto número de especies; pero desde luego puede asegurarse que el cerebro del cerdo es mucho más com- plicado que el del perro y el del gato, entre los carniceros, animales evidentemente más inteligentes que el cerdo. También podemos afirmar, atendiendo á los estudios de Eberstaller y Gratiolet sobre el cerebro de los cuadrumanos, que hay muchos de éstos cuyas circunvoluciones tienen una disposición evidentemente más sencilla que la que hemos comprobado para el cerdo. Igualmente el cerebro de los ani- males citados, así como el del castor, el de muchos titís y algunos otros de animales de los mismos grupos ú de otros próximos, son inferiores en organización circunvoluciónica al cerebro del asno, el del buey, el del carnero y aun el de mu- chos cetáceos. Esto indica, no sólo que no es indicio de superioridad inte- lectual la mayor complexidad de la plegadura cerebral, sino que tampoco lo es, aunque la comparación se establezca entre animales de la misma talla 6 de igual volumen, como se había venido creyendo. Manouvrier, sin embargo, ha demostrado por medio de pesadas minuciosas, lo mismo en el hombre que en varios animales, que todas las partes del encéfalo no están igualmente influidas por la talla, el peso 6 el volumen, del organismo a que corresponda el cerebro examinado, y afirma, en vista de sus observaciones, que el lóbulo frontal, Ó sea el territorio considerado como asiento de los fenómenos intelec- tuales y del lenguaje articulado, es relativamente indepen- diente, en su desenvolvimiento, del volumen de la totalidad del cerebro y del volumen de todo el cuerpo. Por nuestra parte, aún añadiremos que el lóbulo frontal del cerdo ofrece circunvoluciones más complicadas que las del (11) Peláez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 317 perro y el gato, razón por la cual la superioridad intelectual de estos animales respecto del cerdo debe atribuirse á otra razón distinta de la morfológica 6 de las puramente anatómi- cas. Los descubrimientos histológicos é hipótesis fisiológicas del profesor S. Ramón y Cajal, pueden aportar alguna luz á la interpretación de los referidos hechos anatómicos; pero no entra por hoy en nuestro propósito más que el señalar aque- llos, pues nos falta experiencia personal para poder sustentar alguna hipótesis que explique el dinamismo y condiciones morfológicas de agregación elemental é histológica, en lo relativo al lóbulo frontal del cerebro. IT. CEREBRO DE EMBRIONES. De los embriones que hemos examinado unos tenían 65 mi- límetros de longitud y otros 124. Los primeros eran completamente lisencéfalos y en ellos cada hemisferio cerebral estaba reducido á una pequeña bolsa ovoide, elipsoide, ú cuneiforme (fig. 5.0). Esta forma se hallaba ligeramente modificada en virtud de cierto aplanamiento de las regiones interna é inferior; pero en cuan- | to se refiere a su configuración exterior, dicha y vesícula nada ofrecia de notable en ambos o) lados. NT Los segundos (fig. 6.*) ya presentan aleunos datos de interés. Carecen, como los anteriores, Encéfalo de un embrión de cer- de cuerpo calloso y de toda clase de comisuras blancas interhemisféricas; pero cada hemisfe- rio ofrece dos regiones distintas: olfatoria y no olfatoria. La primera tiene un tinte más blanco y es más apreciable por la cara inferior que por la cara interna; por delante, y á beneficio de do de 65 mm. de longitud , visto por arriba. La gran cisura in- terhemisférica se ha entreabier to para hacer vi- sible el talamen- céfalo. un estrechísimo pedículo, se prolonga forman- do el bulbo olfatorio que es elipsoideo como en casi todas las especies que hemos examinado. La región no olfatoria ofrece en la parte media de la cara externa un surco estelar; por 313 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) debajo, por fuera y por delante de éste, otro longitudinal, y por encima, por dentro y por detrás, otro, con una disposición idéntica á la últimamente citada, y el cual parece continuarse siquiera sea por una línea corta, imaginaria, con el que se- para toda esta región de la olfatoria del hemisferio (fig. 7.*). Fig. 7.2 Fig. 6.2 Uy A Vista superior del en- Hemisferio cerebral de- recho del encéfalo re- céfalo de un embrión de cerdo de 121 mm. de longitud. presentado en la figura precedente. Z, cara ex- terna; /, cara interna. En la cara interna existe, á menos de medio centímetro del borde superior del hemisferio, un surco anteroposterior exten- dido por toda esta región y de una á otra extremidad hemis- férica, aunque interrumpido en un corto trecho hacia la unión del tercio anterior con los dos tercios pos- CO teriores; debajo y en la mitad posterior hay otro que le es paralelo y presenta algunas ramificaciones, y todavía otro menos pro- fundo, aunque paralelo al anterior, tan ex- tenso como éste é inferiormente colocado; a los detalles citados puede añadirse la existencia de algunas incisuras estelares que indican la tendencia á la lobulización. Por último, en la cara inferior de la tota- Vista inferior del encé- lidad del cerebro (fig. 8.*) y entre las partes e acción Eo que representan las puntas de los dos lóbu- los temporales, queda un espacio de forma tuberculosa con un punto más obscuro en el centro. En otro, diametralmente opuesto, se ve otra formación semejante. Es- (13) Peláez.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES DEL CERDO. 349 tán, pues, bosquejadas: hipófisis y epífisis. Hay también indi- cios de fimbria, hipocampo y trígono. Respecto de otras partes encefálicas, el proceso morfogénico está bastante avanzado aún en los embriones más jóvenes que hemos observado; los tubérculos cuadrigéminos, de aspecto semejante al que ofrecen en el perro adulto, están los cuatro completamente diferenciados: hemisféricos 6 semiovoideos y mayores, los anteriores, y casi semilunares, complanados de delante á atrás y mucho más pequeños, los posteriores. El cerebelo, apenas visible en los embriones más pequeños. tiene ya en los mayores lóbulo medio y lóbulos laterales, En los embriones de más edad se observan otros dos datos de interés: el bulbo aparece doblado sobre sí mismo al nivel de su corvadura nucal, pero de tal modo, que una ligera trac— ción deshace la mencionada corvadura, y la médula ofrece un engrosamiento braquial de doble longitud que el crural (1). (1) Las figuras que comprende este trabajo han sido dibujadas, frente á las prepa- raciones originales, por el hábil dibujante de la Facultad de Medicina de Granada D. Manuel Ruíz Morales. y y o A NUEVAS EXPLORACIONES DE YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS ENE A PIRFOV NCAA DES SIEM EAS POR DION AE BOSSA AD (Sesión del 4 de Marzo de 1896.) O Poco más de un año ha transcurrido desde que vió la luz nuestra Sevilla prehistórica = Yacimientos prehistóricos de la provincia de Sevilla, y sin embargo tenemos ya necesidad de adicionarla, pues los nuevos é interesantes descubrimientos de objetos prehistóricos, hechos en la fértil vega de Carmona, y muy especialmente en los términos municipales del citado pueblo y de Mairena del Alcor, son acreedores á que se les de- dique, no una monografía como la presente, sino un estudio concienzudo y extenso en el cual las minuciosas descripciones de los productos del arte y de la industria de las últimas razas que en aquellos remotos tiempos ocuparon el suelo de Anda- lucía vayan aderezadas con los textos, que vienen á comple- tarlas, de los geógrafos é€ historiadores clásicos que escribieron acerca de los primeros pobladores históricos de la península ibérica. Y si fecunda é interesante ha de ser siempre tal com- paración, bien á las claras se notan sus ventajas en el caso presente, pues si en el trabajo ya citado logramos entrever la unión que puede establecerse entre la Prehistoria y la Histo— ria de España, merced á los hallazgos realizados en el S. y SK. de nuestro territorio, ahora, ante las recientes exploraciones, vemos, con más claridad aún, el tránsito de una á otra edad, 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) sin abismo alguno que las separe, y que haga, como en otros países, que, por no conocerse la verdadera extensión del mis- mo, á los restos procedentes de la primera de aquéllas se les atribuya una antigúedad que realmente no tienen. .Como entre nosotros existen, por fortuna, quienes, cual Fernández y González, el R. P. Fita y Costa, sobre todo el pri- mero, dedican su tiempo á la fructifera pero penosa labor de concordar los testimonios antropológicos y arqueológico-pre— históricos con las más antiguas memorias históricas, hemos de limitarnos á reseñar los descubrimientos, examinando, en primer término, los lugares donde se han llevado á cabo, y, después, los numerosos restos encontrados; pues si emprendié- ramos el otro trabajo, cuya conveniencia reconocemos, nos saldrían al paso, de una parte, porción de dificultades que no venceríamos, y, de otra, sería necesario traer aquí el recuerdo de muchos hallazgos que, juntamente con los que vamos á describir, podrían ser utilizados como base, teniendo datos de varias regiones de la Península, para hacer dicho estudio com- parativo. No quiere decir esto que consideremos de poco inte- rés lo encontrado recientemente en Carmona y Mairena; antes al contrario, de tanto lo creemos, que, como se dirá más ade- lante, eracias á ello pasamos con perfecta continuidad desde los tiempos verdaderamente prehistóricos, revelados hoy por los monumentos y objetos estudiados con anterioridad, á la época romana, de la cual Carmona conserva importantes ves- tigios, como el anfiteatro y la necrópolis. Á 2 km. al O. de Carmona, en terrenos que pertenecen al Excmo. Sr. Conde de Casa-Galindo, y frente al ventorrillo lla— mado de la Cruz del Negro, se encuentra una planicie, en la actualidad plantada de olivos, de figura ovalada, de 125 m. de longitud por 70 de latitud, próximamente, y 46 5 de altura, de donde procede la mayor parte de los objetos en que hemos de ocuparnos. Con seguridad, las gentes de los alrededores jamás sospecharon que aquel lugar, cuya topografía nada in- dica, era la necrópolis de uno de los pueblos que allá en remo- tos tiempos vivieron en la linea de a/cores, que comienza allí 43) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 353 y que termina en Alcalá de Guadaira, pues dicho túmulo no presenta exteriormente ninguna particularidad digna de ser mencionada, apareciendo más bien como una elevación ente- ramente natural del terreno. Que ya se tenían noticias de estos enterramientos antes de realizarse su verdadera exploración en el pasado año de 1895, es también indudable, pues en la memoria de algunos estaba que, cuando fué construido el ramal de ferrocarril que une á Carmona con la estación de Guadajoz, en la línea de Sevilla á Madrid, ramal que casualmente divide el túmulo en dos partes casi iguales, dada la elevación de éste, hubo necesidad de abrir por su parte central un paso ú trinchera, y que, al prac- ticar tales obras, habían aparecido varias ánforas y otros obje- tos, cuyo paradero se ignora. Hecho el corte, quedaron á la vista en la parte más alta de ambas caras, esto es, á muy poca distancia de la superficie de la meseta, unos espacios circula- res, completamente llenos de tierra de distinta clase que la que los rodea y muy mezclada con carbón, por lo cual los em- pleados en la reparación de la vía y otras personas de las in- mediaciones conocían dichos huecos con el nombre de carbo- neras, cuando, en realidad, no eran más que quince d veinte sepulturas que habían sido cortadas verticalmente al hacer el desmonte. El recuerdo de los primeros hallazgos y la existencia de las corboneras motivaron que concibiera fundadas esperanzas acer- ca de lo que allí pudiera descubrirse el Sr. D. Rafael Pérez y González, vecino de Carmona, diligente investigador de las antigúedades prehistóricas, y cuyo nombre ha pasado en si- lencio, injusta aunque involuntariamente, para cuantos he- mos hablado de los yacimientos de Y1 Acebuchal, El Judio y otros, explorados por D. Juan Peláez desde el año 1891 al 1894, á pesar de haber tomado el Sr. Pérez parte activa en estos tra- bajos y de realizar él por su cuenta aleunos más. Guiado por tales sospechas, hizo ligeras excavaciones en el lugar de las tumbas, y comprendió la importancia de aquella estación, pues nunca dejó de encontrar restos en abundancia y de tipo distinto de lo conocido hasta el día; en vista de lo cual se dis- puso á practicar un reconocimiento más minucioso de aque- llas sepulturas, cosa que llevó á cabo en los primeros meses del pasado año, según hemos dicho. De la importancia de lo ANALES DE HIST. NAT.—XXV. 23 3ul ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) descubierto el lector juzgará; nos limitamos á manifestar que mucha mayor será la que adquiera el yacimiento, si, de un lado, el propietario del terreno, y, de otro, alguna persona de las que se ocupan en estos trabajos, deciden explorar por com- pleto toda la meseta, pues, en realidad, hasta hoy sólo han sido practicadas las búsquedas en las paredes laterales del desmonte y no en el resto de la planicie, que debe de estar también llena de enterramientos. Á juzgar por las observaciones que hicimos sobre el terreno, la construcción de la sepultura y el entierro del cadáver veri- ficarianse del siguiente modo: en la roca terciaria (a/cor), á medio metro de la superficie, formaban una cavidad de figura ovoide, de 0,75 m. de diámetro en su parte central y de 1,20 de altura (fig. 1), en el fondo de la cual esparcían gran can - tidad de carbón, al parecer de encina (1); el cadáver era colo— NN S QS S SAS S NS SS Fig. 1. cado en cuclillas, pues en otra posición no cabría en la tumba, sobre el combustible, y á su lado las armas, vajilla, objetos de adorno, candiles y otros utensilios, que sufrían la cremación, según puede notarse al examinarlos, á la vez que el cuerpo del difunto; las cenizas eran recogidas cuidadosamente cuando. (1) No podemos afirmarlo, pues Marshall Ward, profesor extranjero, ha examinado. varios trozos de carbón, semejantes á los de la Cruz del Negro, hallados en el dustum. de la necrópolis romana, y no le ha sido posible precisar de qué madera procediesen. (5) Cañal.—YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 355 la hoguera se apagaba, y colocadas luego, por regla general, en urnas cinerarias, que se encuentran, rellenas de tierra arci- llosa muy amarillenta, en la parte central de la cavidad; enci- ma de todo esto hállanse á las veces huesos de animales sin calcinar, lo que demuestra la existencia de sacrificios ú ofren- das; después echaban tierra hasta cubrir en su totalidad el hueco abierto poco antes, y terminaba la ceremonia, sin que, de seguro, á los que á ella concurrían les viniera á la mente la idea de que aquel lugar, tenido desde entonces por sagrado, había de sufrir profanaciones sin cuento por parte de los que reconstruyen el pasado de nuestra historia. Los objetos que proceden de la necrópolis de la Cruz del Negro se hallan casi todos actualmente en poder del citado Sr. Pérez, y algunos en el de D. José Vega, quien ha descu- bierto varias tumbas de las que allí existen. Llama muy espe- cialmente la atención el carácter propio que el mobiliar fune- rario ofrece, visto en conjunto. No es la reunión de toscas pun- tas de piedra, de osamentas humanas sin calcinar y de otros restos de grandes animales, caracteristica de los más antiguos yacimientos prehistóricos, ni aun la de instrumentos de piedra perfectamente pulimentados, 6 de grandes hachas de cobre 6 bronce, que si indican un adelanto en la industria, muestran á la vez la persistencia de una vida de trabajo y de lucha, para la que eran necesarios los tales utensilios. Lo recogido últimamente revela el pasado de un pueblo que moraba con tranquilidad en aquellas colinas y cuyo ejercicio habitual no era la guerra, pues apenas se han encontrado armas ofensivas ni defensivas; que atendía preferentemente á las exigencias del espíritu, y que daba fijeza á sus ideas, representándolas en la forma que podía, que no por otra cosa que por representa— ciones de los actos que el hombre realiza debemos tomar las placas de hueso y las de pasta en que aparecen grabados dis- tintos animales y vegetales. Damos comienzo á la descripción de lo hallado en el yaci- miento que ahora estudiamos, haciendo notar la ausencia de toda clase de instrumentos de piedra. Cualquiera creería que el uso de los metales, que ya venian desde antiguo siendo utilizados por los habitantes de la vega de Carmona, hubo de desterrar el del silex, roca de la cual ningún utensilio queda en estas sepulturas; mas no fué esto así, según veremos luego. 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Si hemos de ser lógicos, hablaremos en primer término de las vasijas Ó urnas cinerarias, y después de los objetos que encerraban. El Sr. Pérez guarda en su colección seis de aqué- llas en perfecto estado y fragmentos de quince ó veinte. Ta- les cántaros (figuras 2 y 3) tienen la particularidad de' estar A A ii Fig. 2. Fig. 3. pintados, en su exterior, á franjas, paralelas á la base de los mismos, rojas y amarillas, alternando, y separadas las unas de las otras por una línea negra: en algunos apenas quedan res- tos de esta decoración, pero en otros pueden verse claramente. Las dimensiones varian; el representado en la fig. 3 tiene 0,30 m. de altura por 0,20 de diámetro en su parte más ancha, y el de la fig. 2, 0,22 por 0,20 m.; hay, sin embargo, uno que mide 0,40 por 0,25, dentro del cual se encontraban los más valiosos vestigios. No reproducimos los broches de cobre para cinturones, ani- llos, fíbulas y agujas, porque son muy semejantes á los que proceden de los túmulos de 47 Acebuchal y del de Don Modesto, ya descritos con toda suerte de detalles (1). Fueron recogidas también varias puntas de fiecha (fig. 4); muchos clavos de forma idéntica, por regla general, á la de los conocidos, aun- que con la particularidad de que algunos tienen de cobre sólo (1) Véase nuestra Sevilla Prehistórica, páginas 78-82. (7) Cañal.—YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 357 la cabeza, que suele ser semiesférica, y el espigón de hierro; hay, sin embargo, uno que difiere de los restantes (fig. 5); una especie de cincel 0 hacha e pequeña (fig. 6), y porción de ¡ES rodajitas que acaso formarían parte de un collar. Todos estos objetos son de cobre. Juntamente con ellos, se en- contraban en las sepulturas va- rias cuentas de oro pertenecien- tes á cualquier objeto de ador- no; candiles de barro, de forma bastante rara, con uno, dos y Fig. 4. Fig. 5. hasta cuatro mecheros (figu- ra 7) (1); fragmentos de platos; otros de huevo de avestruz, habiendo logrado-el Sr. Pérez reconstruir uno de éstos casi en su totalidad; porción es de amuletos, dos de los cuales, hechos de una pasta negra, cuya composición igno- ramos en parte (2), merecen ser estudiados detenidamente; tienen en el anverso, en— tre los dos agujeros que servirian acaso para pasar por ellos una fibra vegetal con que poder colocarselos, el signo que se ve en la figura adjunta (fig. 8), si bien dicho signo no aparece en el otro amuleto con el guión que en éste le hace semejarse á nuestra A; en el reverso ostentan grecas que corren paralelamente á los bordes, y en el centro, y perpendicularmente á las BOE de los lados que tienen más extensión, diez Fig. 6. franjitas formadas por finisimas líneas en ziszás. Es también muy interesante el hallazgo, verificado en , A sa A e es E (1) El que aquí reproducimos se halla en poder de D. José Vega. (2) El Sr. D. Salvador Calderón me comunica que, examinados unos fragmentos que le remití, resulta que la substancia es indudablemente una arcilla carbonosa, porque se adhiere á la lengua, da la reacción de la alúmina con el nitrato de cobalto y se vuelve blanca por la acción del calor; la descomposición de la materia orgánica (carbonosa) es la que hace que las superficies alteradas presenten un color blan- quecino. 358 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) estos enterramientos, de dos falos, uno de hueso (0,02 m.) y otro de barro (0,05 m.), pues utilizaremos en gran modo su | Lera] AREA ANA significación, así como la de algunos otros objetos de los ya enumerados, para determinar, hasta donde sea posible, qué gentes eran las que dejaron tales restos y de dónde procedían. Pero el grupo verdaderamente notable y que más llama la atención es el de las obras de arte, formado por una diadema, dos pei- netas y poreión de fragmentos de otros ador- nos. La diadema estaba dentro de una de las anforas, con las cenizas de una joven, á juz- gar por los dientes y demás restos de la osa= menta que resistieron la acción del fuego, siendo lógico el suponer, dada la escasez de aquéllas, que adornaría la frente de la que en vida debió de figurar como dama de ele- vada jerarquía; dicha joya, que es algo con- vexa y de pasta como los amuletos, ha podido ser reconstruida en parte (fig. 9), á pesar de que cuando fué descubierta se hallaba rota en muchos pedazos. Las peinetas son com- pletamente planas y han de producir admiración en los que las examinen, por lo correcto del dibujo y la valentía de las (9) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 359 líneas; la que reproducimos aquí (fig. 10) representa un león y varias aves, y por el reverso un animal que parece de la fa- milia de los rengíferos; la otra, en uno de los lados, ostenta PENE DE e ) % ===» TGS ARONA JOOYOSTIÓ gos OOOO AAA A Fig. 9. preciosas combinaciones de líneas rectas y en ziszás, y entel opuesto dos rumiantes muy bien dibujados, entre flores de lotus: ambas están hechas de dos placas que creemos de hueso. Ñ Y _ 2 de DANA ESE € Ls VUZ MAMANI TS Fig. 10. Son también dignos de mención aleunos trocitos de huevo de avestruz y de concha, en los cuales hay grabados distintos animales, como el toro (figuras 11 y 12). IDAVDAA AA AAA 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10y Aquí terminamos la relación del descubrimiento de la necró- polis de la Cruz del Negro, en la seguridad de que muy pronto tendremos necesidad de ampliar estas notas, pues no ha de pasar mucho tiempo sin que nuevas exploraciones vengan á suministrar porción de objetos interesantes para los historia= dores y arqueólogos. En la misma línea férrea de Carmona á Guadajoz, á 4,50 km. de aquella ciudad, junto á un olivar de la Mata del Toro, existe otro desmonte parecido al ya descrito, en donde á primera vista hemos reconocido más de diez sepulturas, si bien los tra- bajos practicados hasta el día en dicho punto han sido mera— mente superficiales. Muy conveniente sería que á la mayor brevedad se realizase la exploración de estos enterramientos. El ya citado D. Rafael Pérez y González, descubridor del yacimiento de la Cruz del Negro, tiene en su colección otros muchos objetos prehistóricos que proceden de Z/ Acebuchal, del grupo de sepulturas que existe junto a lamina de la Carne, y de algunas más que se hallan, por regla general, próximas a Carmona. Como la base del Museo-Peláez, al que hemos dedicado no pocas páginas (1), son los objetos encontrados en E7 Acebuchal, y los que el Sr. Pérez posee de este punto no difieren de aqué- (1) Sevilla prehistórica, páginas 39-128. (11) Cañal.—YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 361 llos, para evitar repeticiones diremos tan sólo que abundan los instrumentos de silex,—buriles de punta, dardos, puntas de flecha sin entalladuras en los bordes, cuchillos, discos, puntas de flecha con pedúnculo, otras con aletas, núcleos, ras- padores, láminas, barrenas Ó punzones, sierras, etc., etc.; muchos fragmentos de platos y vasijas; otros de hueso, con animales grabados; amuletos; hachas de diorita; un instru- mento de piedra, sumamente raro (fig. 13), muy pulimentado, con dos cortes oblicuos en doble bisel, y en cuyo centro hay labra- da una ranura, como la de los martillos, acaso para ser unido á un mango, lo cual lo haría muy semejante á los de hierro que los carniceros usan en la actualidad; dos cráneos dolicocéfalos; un ma- xilar inferior algo prógnato, y varios huesos largos, entre ellos una tibia, en la cual se nota la huella de una lesión que debió de ser producida en vida por un lanzazo ú otro golpe semejante; varios trozos de minerales de dis- tintos colores, que servirían para teñir las telas, de las que también ha recogido aleunos pedacitos el Sr. Pérez, y otros muchos útiles, entre los cuales sobresale uno de hueso (fig. 14), que representa una mano en la extremidad más pequeña y una cara en la mayor, con la particularidad de Fig. 14. que está atravesado por un agujero en su parte central, lo que indica que fué usado como amuleto. En el yacimiento próximo a la mina de la Carne, han sido re- 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) cogidas osamentas humanas en abundancia; instrumentos de silex; dos placas de basalto negro taladradas en uno de los angulos; vasijas hechas á mano y cocidas al sol; un gran plato de asiento plano, de 0,30 m. de diámetro, y algunos restos de menor interés. Luís Reyes descubrió hace poco tiempo un sepulcro prehis- tórico en el Campo del Real, junto á la huerta denominada Isabela, propiedad de D. Francisco Pérez. Los escasos restos encontrados carecen de importancia. Además de los muchos túmulos que existen en los alrededo- res de la antigua Carmo, ya citados en obras, revistas y otras publicaciones, y que aún no han sido abiertos, hay que hacer mención de los que están situados en el cerro del Esparraguero, dentro de la dehesa de la Trinidad, propia del marqués de las Torres de la Pressa; de los de la dehesa de la Higuera, á dere— cha é izquierda del carril llamado de la Motilla, cuyo propie— tario es D. Jorge Gómez; y de otros, entre los que sobresale el conocido con el nombre de /a motilla de Parias, en fincas de D. Lorenzo Dominguez y D. Ramón Gavira. TT. Conocida la importancia que bajo el punto de vista prehis- tórico tiene la línea de colinas que se extiende desde Carmona hasta las proximidades de Alcalá, pasando por el Viso y Maire- na, noes de extrañar el considerable número de objetos recogi- dos en los alrededores del último de los citados pueblos, objetos que con gran solicitud, y con no menos provecho para la cien- cia guarda el ilustrado vecino D. Felipe Méndez, poseedor de un curioso museo de toda clase de antigúedades, si bien dedica preferentemente su atención á las que han de servir de base á nuestro estudio. Aunque, como decimos, tales restos proceden de todo el término de Mairena, hemos, sin embargo, de fijar la atención, en primer lugar, en los dos yacimientos más nota- bles que allí existen, enumerando después los hallazgos ais lados, siquiera varios de éstos tengan excepcional interés. Muy cerca de Gandul, á 4 km. de Mairena, junto á las ruinas de una importante población romana, cuyo nombre es en estos (13) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 363 momentos objeto de discusión entre los eruditos, pero que en tiempo de los árabes recibió el de Bencarrón, y en el olivar llamado de la 7aya, se encuentra un grupo de doce túmulos, que acaba de ser explorado por el Sr. Méndez. El mobiliar funera— rio hallado es muy semejante al de 47 Acebuchal en Carmona: cuchillos, puntas y otros utensilios de silex; fragmentos de va- jilla tosca con dibujos ya conocidos, y multitud de restos huma- nos, calcinados la mayor parte. También procede de estas sepul- turas una figurita de piedra (fig. 15) que, á juzgar por su forma y dimensiones, debió de ser un idolillo. Los cadáveres aparecieron sin quemar en dos enterramientos, pero en completo es- tado de descomposición, y á su lado varios montoncitos de piedras redondas, no muy erandes, que semejan cantos rodados. En terrenos de esta misma heredad ha sido descubierto otro túmulo cuya cons- trucción difiere algo de la de los anterio— res. Á 0,50 m. de la superficie del suelo y en un espacio circular se hallaban coloca- das simétricamente siete vasijas (fig. 16), de 0,35 m. de altura, completamente lle— nas de osamentas que sufrieron la crema- ción. Algunas tumbas de las mencionadas pre- sentan evidentes señales de profanación, lo cual se compa- dece con las noticias que se conservan acerca de los muchos trabajos que D. Francisco Bruna, asistente de Sevilla hacia los últimos años del pa- sado siglo, realizó en aquellos lugares para conseguir buen número de restos romanos y otros de época anterior, que mandó tras- ladar al Alcázar de esta ciudad, de donde pasaron con posterioridad al Museo Ar- queológico Provincial. Cerca de Bencarrón, y á la izquierda de la línea férrea de Sevilla á Carmona por Alcalá, existen varios túmulos más pequeños que los anteriores, que piensa explo- rar su propietario D. Francisco Pacheco y Núñez de Prado, marqués de Gandul. 361 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) El otro yacimiento, digno de ser estudiado detenidamente, es el que se encuentra en el o/ivar de los toruños de Santa Lucia (1), propiedad del Sr. Méndez, donde han sido abiertos cinco túmulos, quedando aún diez 6 doce por explorar; uno de éstos alcanza dimensiones considerables (fig. 17). Los terrenos he CA. A A A O conocidos con el nombre de Santa Lucia están situados á la mitad del camino que une á Mairena con el Viso, y en todos ellos ha recogido multitud de vestigios prehistóricos el infati- vable arqueólogo Mr. J. Bonsor, residente en Carmona. De las cinco sepulturas examinadas por los Sres. Méndez y Bonsor, cuatro no ofrecían particularidad alguna en su cons- trucción hi en lo que encerraban, si se exceptúa una, cuya apertura presenciamos, y en la cual fué hallado medio huevo de avestruz, roto en muchos pedazos, con líneas rectas y en zis- zas de color rojo, en su parte exterior. La otra, que está un poco separada de las anteriores, parece ser algo más antigua, pues en ella no se ven huellas de la cremación y sÍ sólo los restos de un hombre, que se conservaban en mal estado: el cadáver encontrábase completamente tendido; la cabeza descansaba sobre una piedra circular de 0,25 m. de diámetro y 0,06 m. de espesor, á modo de almohada; encima de aquélla y entre la tierra que la cubría, fué descubierta otra piedra de 0,23 m. de altura, á primera vista informe, pero que, examinada con más detención, representa la figura de un gato (fig. 18), (1) Llaman en la localidad toruños á los túmulos prehistóricos, del mismo modo que en Carmona son conocidos con el nombre de motillas, y en otros lugares de Es- paña con los de mamoas, garitas, etc. (15) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 365 siendo, por tanto, idéntica á las varias existentes en el Museo- Peláez (1); al lado del esqueleto había unas cuantas hachas de piedra toscamente labradas, un instrumento de forma extraña, de 0,10 m. de longitud y á propósito para ser unido á un mango (fig. 19), y muchos huesos de otros animales: la dis- posición interior del tú- mulo consiste, según pue- de observarse en el ad- junto corte (fig. 20), en una cavidad rectangular abierta en la roca que for- ma el subsuelo, dentro de la cual colocaban el cuer- po del difunto y todos los Fig. 18. Fig. 19. utensilios y ofrendas; des- pués de rellenar con tierra los huecos que quedaban, ponían cincuenta ú sesenta peñascos á manera de tapa, y encima construlan el otero que actualmente vemos. Al pié de la colina en donde se encuentra la necrópolis des- SE: SA TS cripta hállanse las llamadas cuevas de Santa Lucta, que, en realidad, no son más que unas oquedades, abiertas acaso por el hombre en lejana fecha, pero en las cuales no se ha reco— (1) Sevilla Prehistórica, pág. 9. 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) ido, que sepamos, objeto alguno que proceda de los tiempos prehistóricos. Decíamos antes que en todos aquellos olivares es muy fre- cuente el hallazgo de instrumentos de piedra, según hemos podido comprobar sobre el terreno. En el que llaman del so- mido, el Sr. Coca, antiguo médico del pueblo, encontró hace algunos años un hacha y una piedra para moler granos; ambos objetos están en el museo de la Sociedad Arqueológica de Car- mona. Al lado de este predio hay una viña, en medio de la cual se levanta un enorme peñasco de 2,50 m. de altura que los campesinos conocen con el nombre de /a piedra del gallo, y que, en sentir de varias personas, es un menbir, hipótesis á la cual da fuerza el hecho de haberse recogido á su alrededor objetos de silex. Desde estos lugares, que distan de Mai- rena poco más de 1 km., hasta la misma entrada del pueblo, toda la línea de a«/cores está sembrada de túmulos y de sepul- turas abiertas en la roca; nosotros hemos visto hace muy poco tiempo los restos extraidos de dos de esta última clase que fueron descubiertos cn el corral de una casa. Entre las demás antigiedades prehistóricas que conserva el Sr. Méndez hay algunas que suministran preciosas ense- ñanzas para discurrir con seguro pulso acerca de los graves problemas que suscita el estudio de los yacimientos explo- rados en la provincia de Sevilla, y muy especialmente en su parte meridional. Abundan los objetos de piedra, como puntas de flecha; láminas; más de veinte hachas de diorita, de basalto y de otras materias, presentando la menor de ellas la par- ticularidad de tener un corte en cada extremidad; amule- tos (fig. 21 y 22) (1); un instrumento que semeja un cuchillo de carnicero, provisto de mango labrado en el mismo trozo de roca que la hoja (fig. 23): varios picos, pulimentadores, una piedra para moler granos y ocho martillos del tipo corriente, muy grandes, pues uno de ellos mide 0,39 m. de longitud por 0,18 m. de diámetro. (D) El primero fué recogido en la Vega, junto al río Guadaira, y el segundo en los 4lcores de Carmona. (17) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 367 Los instrumentos de metal escasean no poco. De esta clase sólo posee el Sr. Méndez un hacha, una punta de flecha de 0,08 m. de largo (fig. 24), encontrada al pie de uno de los túmulos de Santa Lucta; un cuchillo de co- bre (fig. 25), que acaso pertenezca á una época posterior, del Viso del Al- cor, y varios clavos, uno de los cuales ofrece de cu- rioso, según se ha notado ya al ocuparnos de la es- tación carmonense, que la cabeza es de cobre y el resto de hierro. La cerámica cuenta con numerosa representación. Los muchos fragmentos hoy coleccionados nada de notable tie- nen, pues su ornamentación es la ordinaria en esta parte de la Península, y muy especialmente en los yacimientos de Carmo- Fig. 22. Min 108 O e! ls ed ! , 2) ye yl Lo na. Pero, en cambio, hemos de llamar la atención hacia una copa de forma elegante (fig. 26), de paredes muy delgadas, y, 363 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) al parecer, hecha á mano, único ejemplar de esta clase que registramos en la parte occidental de Andalucía (1). También merece ser citada especialmente una vasija (fis. 27), de fondo Fig. 27. Fig. 28. semiesférico, que, con varios platos y algunos botones ú cuen- tas de barro (fig. 28), completan la serie de objetos que ha logrado reunir el Sr. Méndez. IT. Si no han de resultar infructiferos los descubrimientos cuya relación acabamos de hacer, es necesario que, elevándonos á puntos de vista más generales, notemos la importancia que aquéllos tienen como eslabón que enlaza la cadena de los tiem- pos prehistóricos con la de los históricos; que expongamos las consideraciones que su examen nos ha sugerido acerca del estado en que la población indígena del S. de España se ha- llaba á la llegada de las primeras gentes de procedencia oriental que aquí se establecieron; veamos de qué modo ade- lantaron en el camino de la cultura los habitantes de la vega de Carmona, y, por último, tratemos de fijar en qué tiempo (1) Conviene advertir que el borde superior de la copa está vuelto hacia dentro, de modo que no pudo ser usada para beber; acaso serviría como joyero, esto es, para colocar dentro de ella algunos objetos de valor que parientes y amigos deposi- taran en la tumba del difunto. (19) Cañal.— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 369 vivieron aquellos hombres cuyos restos estudiamos ahora, para así contribuir en la medida de nuestras fuerzas á la re- construcción de las primeras páginas de la Historia de la península ibérica. Ante todo, no estará de más el advertir que el único yaci- miento que ha de suministrarnos preciosas enseñanzas en este respecto es el de la Cruz del Negro, porque los de Mairena y los otros de Carmona pertenecen á un período francamente prehistórico y no modifican lo que en otras ocasiones hemos dicho acerca de la prehistoria de la provincia de Sevilla; y, si bien es cierto que en el primero de los mencionados pueblos han sido hallados varios objetos de extraña procedencia, á los cuales daremos oportunamente el valor que tienen, no lo es menos que no se ha descubierto, como en Carmona, una esta—- ción que pertenezca á esa época, algo más próxima á nosotros, en que las pruebas arqueológico-prehistóricas vienen á com- probar lo que de antiguo sabíamos por los testimonios histó- ricos; en una palabra: que pueda ser incluída en los tiempos protohistóricos de Broca. Los túmulos explorados en Mairena del Alcor fueron eri- gidos en su mayor parte durante todo el período neolítico; así se explica el que varios presenten gran tosquedad en su fa- brica y en los instrumentos que encierran, dado que hubieron de transcurrir algunos siglos entre la construcción de unos y otros. No queremos con esto atribuirles una remota antigúe- dad, cosa que sólo creerán quienes, con un concepto equivo- cado de la Prehistoria, tomen por norma ó patrón la del centro de Europa, siendo así que es un conjunto de conocimientos enteramente local que tiene por objeto el estudio de un pe- ríodo que en cada región suele tener duración, comienzo y fin distintos. El no encontrarse en Mairena sepulturas con objetos de metal única y exclusivamente, no demuestra que los pobladores abandonasen aquellas necrópolis en los últimos tiempos de la piedra pulimentada, puesto que algunos útiles de cobre han sido hallados con los de silex, sino que a los in- dígenas les era mucho más sencilla y económica la fabricación de éstos, y sólo empleaban aquéllos cuando tenían verdadera necesidad; de modo que el uso de la piedra coexiste en nuestra patria con el del metal, como se prueba por otras razones que no es del caso aducir, hasta muy pocos siglos antes de J.-C., ANALIS DE HIST. NAT.—XXV. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) quizá en los mismos días en que las armas romanas penetran en el suelo ibérico. El que pasare la vista por las páginas anteriores no podrá menos de preguntarse: si los túmulos más modernos de Mai- rena, como algunos de 47 Acebuchal en Carmona, nos ponen en los albores de la Historia propiamente dicha, á pesar de sus toscas armas y de la rusticidad que en sus constructores nos revelan los restos que dejaron, ¿4 qué época hemos de referir el yacimiento de la Cruz del Negro, con su delicada industria y con las muestras de Arte que denotan ingenio, perspicacia y habilidad en sus autores? De difícil solución parece este pro- blema, que no lo es más que en la apariencia, pues bien claros y patentes están los objetos encontrados, que á nuestra manera de ver resuelven, sin género alguno de duda, las dificultades que puedan presentarse acerca de la procedencia del mobiliar funerario, en cuya significación, importancia y antigiiedad vamos á entrar. «Al ocuparnos del Campo de túmulos de Z/ Acebuchal,—de- »clamos á otro propósito (1), — llamamos la atención respecto »de las sepulturas existentes entre aquéllos, considerándolas »como hijas de una industria y de un arte extraños á la in- »dustria y al arte indígenas. Nos llevó á tal conclusión, no »sólo la distinta construcción de las mismas, comparándola »con la de los túmulos, sino también los objetos que en- »cerraban.» «No deja de sorprender, en efecto, el hallar grabada la flor »del lotus en algunas de las placas de hueso ya descritas (2), »lo que hace pensar en los medios por virtud de los cuales »llegaron á conocer aquella planta característica, aunque no »propia ni exclusiva del valle del Nilo, los antiguos moradores »de esta región. Si tratarido de descubrir el enigma estudiamos »detenidamente cuantos objetos encierra el Museo-Peláez, he - »mos de fijarnos bien pronto en algunos que parecen resolver, »que quizá resuelven realmente, el problema que se nos pre- »senta, problema cuya solución acabada en modo alguno as- »piramos á dar. » «Entre los grabados en hueso existe el que hemos desig- (1) Sevilla Prehistórica, páginas 167-168. (2) Sevilla Prehistórica, página 88-93, (21) Cañal— YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 3871 » nado con el nombre de la mujer asiria (1), que representa la »cara y la mitad superior del tronco de una mujer con un to-' »cado marcadamente oriental y semejante, si no igual, al que » usaban las asirias, llamado arrabáa. También debemos men- »cionar una placa donde se ve la figura de un carnero cuyos »cuernos están tratados al estilo caldeo (2), y que debe ser »una divinidad; así como otro fragmento de hueso en donde »se halla grabado un rumiante que parece estar saliendo de » un arco, del cual, si realmente lo es, está á la vista la mayor » parte (3); un vaso (4), idéntico á los recogidos en Caldea; y »por último, anillos 0 brazaletes de cobre, cubiertos con una »ligera capa de oro», iguales á los que eran fabricados en Egipto y Asiria. Discurríamos después acerca del pueblo que pudo traer á España estos productos orientales, concluyendo que, ya que no obedecen exclusivamente al arte egipcio ni al asirio-cal- deo, hubieron de ser importados por sentes de procedencia africana, que, con prácticas y ritos tomados de las civilizacio- nes que nacieron, y se desarrollaron y murieron en las orillas del Nilo, del Eufrates y del Tigris, pasaron el Estrecho en dis- tintas Ocasiones (5). Los hallazgos de la Cruz del Negro suministran nuevos y poderosos argumentos en pro de nuestra teoría. Examinemos con detención algunos objetos encontrados en esta necrópolis y deduzcamos después las consecuencias oportunas. Los grabados en hueso, concha, pasta y huevo de avestruz son enteramente asirio-caldeos por el modo como están hechos y por la materia sobre que se hallan. El león de la peineta que reproduce la figura 10 parece copiado de los que ador— naban los palacios de Koyoundjik y Khorsabad, y algunas de las aves que se ven en otras placas son muy semejantes al avestruz que decora los vestidos de los reyes asirios (6); lo mismo decimos del toro (fig. 12), y de los dibujos que ostenta la diadema (fig. 9), casi iguales á algunos de pinturas mu-- (1) Sevilla prehistórica, pág. 91, fig. 81. (2) Tbid., pág. 92, fig. 84. (3) Ibid., pág. 90, fig. 75. (4) Tbid., pág. 97, fig. 89, (5) Sevilla prehistórica, páginas 168-170. (0) LaYArD: The monuments 0f Nineveh, Londres, 1849, pl. 47. 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) rales citadas por Perrot y Chipiez (1); en el Museo Británico se conservan, por último, erabados sobre concha, recogidos en la Baja Caldea, en los cuales se ven las flores de lotus (2) reproducidas de idéntica manera que en Carmona. Y res- pecto de la materia sobre que están hechos tales grabados baste consignar que fragmentos de marfil, de huevo de aves- truz, de concha y aun de pasta con dibujos varios, han sido encontrados en Asiria (3), en Caldea (4), y en Vulci (Etruria), en la tumba de Polledrara, adonde parece que los llevaron los fenicios (5). No han de ser menos interesantes para el esclarecimiento del punto que ahora tratamos los dos falos, uno de hueso y otro de barro, encontrados en este yacimiento. Muchos años llevaban los aficionados á los estudios prehistóricos haciendo exploraciones en Europa y América principalmente, y jamás hallaron cosa semejante; mas en el año de 1894, con motivo de ciertos trabajos practicados en el lago de Constanza, en Suiza, que, como es sabido, está lleno de restos de habitaciones lacustres (palaffitos), aparecieron algunos objetos prehistóri- cos y entre ellos varias esculturas, de las cuales llamó la atención en sumo grado una representación, en madera, del falo, que, en sentir de M. Leiner (6), significa que entre los habitantes de aquellas estaciones recibía culto y estaba divi- nizada la fuerza generatriz, explicando M. Volkov (7) el que estas representaciones fálicas no abunden, por la poca consis- tencia de la madera en que, á semejanza de la descubierta, debieron de estar hechas para resistir la acción continuada del tiempo. Bien á las claras está el poco valor que, á nuestro juicio, tiene este hallazgo, pues, careciendo como carecemos, de otros datos que puedan venir á confirmar las opiniones expuestas, no estará fuera de propósito el pensamiento de que (1) Histoire de l' Art dans P'antiquite; tomo 11, Caldea y Asiria, París, 1881, pág. 200, figuras 116 y 117, y pág. 310, fig. 126. (2) PERROT ET CHIPIEZ: ibid., tomo 11, pág. 670, fig. 328. (3) Tbid., tomo 111, Fenicia y Chipre, Paris, 1885, pág. 851. (4) Tbid., tomo 11, páginas 669-670. (5) Ibid., tomo 111, píginas 855-856. (6) Bilanereien und Symbole in den Pfahlbauten des Bodenseegebietes. Archivo fir Anthropologie; tomo xx111, Braunschw. , 1894. (1) Sculptures et symboles des stations lacustres de la region du lac de Constance. T'Anthropologie; tomo v1, 1895, páginas 198-199. (23) Cañal.—YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 373 puede ser de otra época posterior lo que se reputa prehistórico en este caso, porque no basta el hecho de haber sido extraidos del lago de Constanza muchos restos pertenecientes á tiempos tan remotos para asegurar que el falo alcanza también dicha antigiiedad. En cambio, la existencia de los de Carmona se explica perfectamente; si todo el mobiliar funerario de la Cruz del Negro presenta un carácter marcadamente oriental, hemos de suponer que de Oriente vinieron tales representa- ciones, hipótesis que encuentra fundamento en los cultos sensualistas de Babilonia, Biblos y Odeypur, que se extendie- ron, en parte, á Fenicia, Siria y Cartago (1), lugares en donde fué objeto de verdadero culto la fuerza generatriz. También hicimos mención de dos amuletos (fig. 8) en los cuales se ve grabado un signo especial, muy semejante á nues- tra 4 el del primero, y sin el guión central que esta letra tiene, el del segundo. Desde luego han de ser considerados estos sig- nos, por su figura, como pertenecientes á un abecedario, y el primero en que los encontramos es el griego, cuyas letras Za y hputésa, capitales 6 mayúsculas, son iguales á las dibuja- das en los fragmentos de pasta que damos á conocer. Pero teniendo en cuenta que carecemos de noticias acerca de colo- nias griegas que hubieran podido establecerse aquí en los tiempos en que los pobladores de la Vega enterraban á sus muertos en la Cruz del Negro, y no ignorando los orígenes del primitivo alfabeto conocido en Grecia, hemos de encontrar estos mismos signos con muy pocas variantes, y con el mismo valor fónico que la 4 y £ de nosotros, en el fenicio, é idénti- cos en las inscripciones de antiguas medallas ibéricas (2), y aun en el dialecto turdetano, usado por las tribus del Mediodía de España que, con el bástulo-fenicio y el ibérico, forma una de las ramas que Lenormant, en su Essa2 sur la propagation de Palphabet phenicien, considera derivadas del alfabeto fenicio. Lo que no aparece tan claro es la significación que puedan tener estas letras grabadas en los amuletos, á pesar de que (1) Véase entre los escritores antiguos 4 Herodoto y Estrabón, y las obras moder- nas de Tiele, Lecky y la española de Sales y Ferré, Estudios de sociología = Evolu- ción social y política, 1.2 parte, Madrid, 1889, páginas 33-40 y 49-51, en los capítulos que dedican á las creencias religiosas entre los asirios, caldeos y fenicios. (2) DELGADO: Vuevo metodo de clasificación de las medallas autónomas de España. Sevilla, 1871, 374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) no es el que ahora reseñamos el primer descubrimiento de esta clase hecho en el S. de Europa, pues en Etruria, en el lugar de Vulci, ya citado antes, encontraron los exploradores varios pedazos de huevo de avestruz con estas dos marcas (1). Si, pues, nos encontramos en presencia de enterramientos diferentes de los que construía el elemento indigena, y de restos también distintos de los que éste dejaba, nos ha de ser lícito el pensar en un pueblo extraño que llegó á nuestro suelo, que entró en relaciones con los habitantes del mismo, y que, á cambio de los preciados objetos que tenían, les entre- gaba los productos de su muy adelantada industria, á la ma- nera que Colón cuando descubrió el Nuevo Mundo repartía cuentas de vidrio y otras baratijas á los de Guanahani, y estos le llevaban ricos presentes. No de otro modo se explica, en nuestro concepto, el que en algunos túmulos de 4/1 Acebuchal hayan aparecido dos ó tres placas de hueso de las que hemos dicho que proceden, á no dudarlo, del Oriente, y el que fuese encontrada en Mairena una copa (fig. 26), cuya forma no se parece á la que los alfareros prehistóricos de esta región daban á sus vasijas y sí á la de alguna de las encontradas en las tumbas de la necrópolis de Warka (2), habiéndolos hallado MM. Siret exactamente iguales á la nuestra en las concienzu- das exploraciones que hace algunos años practicaron en el SE. de la Península, antiguo territorio Batistano (3), y que pusie- ron de manifiesto gran número de objetos, á juicio del señor Fernández y González, de indudable procedencia oriental (4). Investigar ahora con toda precisión qué pueblo fué el esta- blecido aquí, es cosa ya difícil en grado sumo y superior á nuestras fuerzas. Pudieron ser los fenicios, que en todas partes dejaron restos en abundancia, y cuya civilización, como mez- cla de todas las orientales, retratada en sus obras, hace que éstas parezcan unas veces egipcias y otras asirio-caldeas, y pudieron ser otras gentes de las muchas que, antes y después de la llegada de los de Tiro, pasaron el estrecho de Gibraltar (1) PERROT ET CHIPIEZ: Hist. de P'Art., tomo 111, páginas £59-856. (2) PERROT ET CHIPIEZ: Mist. de l' Art.,tomo 11, pág. 711, fig. 57. (3) SirET: Les premiéres áges du métal dans le sud-est de Espagne. Anvers, 1887, album. ; (4) Primeros pobladores históricos de la península ibérica, páginas 105 y siguien- tes, en la Historia de Esraña que en la actualidad publica la Academia. (25) Cañal.—YACIMIENTOS PREHISTÓRICOS DE SEVILLA. 375 y continuaron viviendo en nuestro suelo. Que esto sucedía en época muy próxima relativamente á la de la entrada de los ejércitos romanos, pruébalo el uso del hierro, que hemos visto, si bien de un modo muy limitado, en Carmona y Mairena, y cuya propagación coincidió con las luchas habidas en España entre fenicios, cartagineses y naturales del país. ¡Lástima grande que las pruebas antropológicas, de las cua- les casi carecemos, á causa de la cremación que sufrieron los cadáveres, no puedan venir á decirnos con toda claridad á qué raza pertenecían aquellos extranjeros, llegados de lejanas tierras, que encuentran á los antiguos pobladores de la vega de Carmona en pleno período prehistórico, aunque con una civilización muy adelantada, y que acaso abren la serie de colonizaciones que la antigua Iberia ha recibido durante todo el curso de la Historia! Sevilla, 15 Enero 1896, ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORTA (NATURAL: Sesión del S de Enero de 18096. PRESIDENCIA DEL SEÑOR DON JOSÉ MARÍA SOLANO. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. D. Marcos Jiménez de la Espada, Presidente de la Sociedad en el año anterior, con sentidas y elocuentes frases dió gracias por el honor que la Sociedad le había dispensado al elegirle para el cargo que había venido desempeñando y por la eficaz cooperación que todos los señores socios le habían prestado facilitando su tarea, y al mismo tiempo se congratuló de la próspera situación de la Sociedad, que después de vein- ticuatro años de laboriosa existencia acredita con sus publica- ciones, cómo ha sabido, con sólo sus propias fuerzas y sin sub- vención alguna, cumplir los fines para que fué creada. Acto continuo invitó al Sr. Presidente elegido por la Socie dad para desempeñar este cargo en el corriente año, á que tomase posesión de su cargo, cediéndole la Presidencia de la Sociedad. —El Sr. Solano tomó posesión de su cargo y dió á la Socie— dad las más cumplidas gracias por el honor que le hacía al acordarse de su persona para el cargo de Presidente, que aceptaba por el cariño que siempre había tenido á la Sociedad y por gratitud á los señores socios que le habían honrado con su voto. —Puestas sobre la mesa las publicaciones remitidas como donativo y á cambio, la Sociedad acordó hacer constar su gra- ACTAS DE LA SOC. ESP. —XXV. 1 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA titud á los señores donantes, y muy especialmente con res- pecto á la donación de D. Primitivo Artigas, de su interesan— tísimo estudio sobre Los alcornoques y la industria corchera. —Fué admitido como socio numerario D. Marcelo Rivas Mateo, Licenciado en Farmacia, resi- dente en Madrid, propuesto por D. Blas Lázaro é Ibiza. —Se hizo una propuesta de socio. El Sr. Vicesecretario dió cuenta de una comunicación del Sr. Director del Museo de la Plata, D. Francisco de Paula Mo- reno, saludando á la Sociedad de Historia natural, ofrecién— dola el envío de las publicaciones de dicho Museo, y rogán- dola acepte el cambio de las mismas, que acogerían con el mayor gusto por ser las de una nación hermana y por tantos vínculos ligada á aquel país. —El Sr. Jiménez de la Espada manifestó á la Sociedad el agrado con que se enteraba de aquella proposición, que de ser aceptada había de estrechar las relaciones científicas de na- ciones tan íntimamente unidas por mil lazos y tradiciones, y propuso que ¿n continenti se correspondiese á la oferta del se- ñor Director del Museo de la Plata, dándole las gracias por las publicaciones cuyo envío anunciaba, y aceptando gustosa la Sociedad el cambio que proponía. —El Sr. Presidente, después de consultar á la Sociedad su conformidad con lo propuesto por el Sr. Jiménez de la Espada, acordó acceder á ello y que constase la satisfacción y agrado con que se recibía la proposición del Sr. Director del Museo de la Plata. —El Sr. López de Zuazo, en nombre de la Comisión nombra- da por la Sociedad en la sesión anterior para dar informe de las cuentas presentadas por el Sr. Tesorero de la misma, dió lectura del siguiente dictamen: «Los que suscriben , comisionados por la Sociedad española de Historia natural, en la sesión última del año próximo pa- sado, para el examen y comprobación de las cuentas presen- tadas por el Sr. Tesorero D. Ignacio Bolívar, referentes al año de 1895, tienen la satisfacción de manifestar á sus consocios que, habiéndolas revisado con detenimiento, las hallan en un DE HISTORIA NATURAL. 3 todo conformes con sus respectivos comprobantes, y acusan un estado satisfactorio de la Sociedad, gracias á su buena ad- ministración, como lo demuestra la liquidación total, exis- tiendo un saldo en efectivo á favor de la misma de 588,86 pe- setas y crédito á su favor de 3.149,03 pesetas. »Hemos de manifestar que no se ha hecho efectiva la sus- cripción de 50 ejemplares, que importan 750 pesetas, que tenía el Ministerio de Fomento, en cuyo caso los ingresos hubieran llegado á la cifra del año anterior, explicándose la diferencia aún sobrante por no haberse repartido en tiempo oportuno el cuaderno 1.*”, por causas independientes de la Comisión de publicación. »Al proponer á la Sociedad la aprobación de las cuentas pre- sentadas por su digno Tesorero, pedimos á la misma le con- ceda un voto de gracias por su celo en pro de los intereses que tan á satisfacción de todos administra. »Madrid 8 de Enero de 1896.—Josk L. DE Zuazo.—Josk Fuser Y TubBrIa.—MAXIMINO SANZ.» —La Sociedad oyó con agrado el informe de la Comisión, y cumpliendo lo que en él se propone, acordó conceder un voto de gracias al Sr. Tesorero y á toda la Junta Directiva por su cestión en el pasado año. —El Sr. Ramón y Cajal dió lectura de la siguiente nota: Sobre la existencia en el papiloma y pólipos mucosos de cuerpos semejantes d blastomicetos. «Examinando varios papílomas mucosos (dos anales y tres de los órganos genitales externos de la mujer), hemos hallado en gran abundancia, y en el espesor del dermis, infiltrado de células emigrantes, un gran número de esferas brillantes, ri- gurosamente contorneadas, hialinas, y dispuestas en grupos que contienen de 2 hasta 10 6 12 individuos. Los más gruesos de estos cuerpos yacen, por lo común, extracelulares, aloján- dose ya entre elementos embrionarios, ya entre haces conjun- tivos; los medianos y pequeños, constitutivos de pléyades Ú co- lonias de muchos individuos, residen en el protoplasma de cé- lulas notablemente transformadas y difícilmente reconocibles. Tales esferas faltan por completo en las formaciones epitelia les. La talla es muy variable oscilando entre 2 y 14 y, exis- 4 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tiendo pléyades en que casi todas las esferas son diminutas, y otras en que dominan las grandes. »Las citadas esferas son, como hemos dicho, absolutamente hialinas y se coloran vivamente por las anilinas básicas, re— chazando las ácidas y el carmín y hematoxilina. La tionina la presta una débil tinta azulada. Pero el colorante por excelen— cia de las mismas es la fuchina ó rojo magenta, con la cual, y usada simplemente en solución acuosa se obtienen enérgicas impregnaciones. Aun decolorando por completo los núcleos por el alcohol no pierden los citados corpúsculos su tintura roja intensa. El proceder de Gram ó la modificación de Weigert los tien también, así como el método propuesto por Sanfelice para la coloración de los blastomicetos. Un teñido exclusivo de ellos puede obtenerse de varias maneras: 1.” Tiñendo pri- meramente por la hematoxilina y colorando después en fu- china; decolorando suficientemente en alcohol, aparecerán los núcleos violados y rojos los parásitos. 2.” Empleando una mez- cla de dos partes de una solución concentrada de azul de me- tileno B, y una parte de una solución de fuchina: decolorando en alcohol los núcleos aparecerán azules y rojos 6 rojo viola- dos los núcleos. 3.” Tratando los cortes por el método Gram- Weigert, en el cual el carmín dará un tinte rojo á los núcleos y el violado de genciana un color violado á las esferas hiali- nas. 4.” Colorando en una mezcla, compuesta de tres partes de tionina y una de fuchina, en la cual, después de decolorar en alcohol los núcleos se mostrarán violados y rojas las esferas a. »Con todos estos métodos se logran buenos resultados; empe- ro, por ser el más fácil y seguro, nosotros preferimos el si- guiente, que sirve además para obtener espléndidas colo- raciones de la piel y tejidos compuestos de epitelios y transa- conectiva. 1. Los cortes de piezas induradas en alcohol ó en sublimado, permanecerán por algunos minutos en una so- lución concentrada de fuchina. 2.” Lavado rápido de estos cor tes en agua. 3.” Inmersión por algunos minutos en una solución saturada de ácido pícrico y adicionada de 2,5 dg. por 100 de carmín de Indigo. 4.” Lavado por algunos seeundos en una solución de ácido acético al 2 por 100. 5.” Decoloración y des- hidratación en alcohol absoluto. 6.” Aclaramiento en xilol ú bergamota 4 montaje en bálsamo ú Damar disueltos en xilol. Los fasciculos conjuntivos aparecerán azules: los núcleos ro- DE HISTORIA NATURAL. E) sados, los epitelios verdosos claros, y las esferas hialinas in- tensamente rojas. Forzando la decoloración, solamente estos corpúsculos conservarán el tinte rojo. »¿Qué representan semejantes esferas hialinas tan abun- dantes en los papilomas y mixomas? No podemos pronunciat- nos todavía sobre este punto. Es preciso, para que puedan ser estimadas por parásitos, probar su condición de cuerpos vivos, su cultivabilidad artificial y su poder patógeno en los anima- les, cosas que todavía, por no disponer de tumores frescos, no hemos podido intentar. Es de toda necesidad, además, excluir por completo la idea de que son ó producto de secreción celu— lar 4 una materia especial hialina recogida en los vasos por células emigrantes (hagamos notar que la fibrina de los exu- dados antiguos se tiñe también en rojo vivo por la fuchina y por el método de Weigert). »En el supuesto que nuestras ulteriores indagacionss nos permitan afirmar la condición parasitaria de tales cuerpos fuchinófilos, cabría sin esfuerzo asimilarlos á los llamados blastomicetos recientemente descritos en el sarcoma por Busse, Sanfelice, Roncali, Frisco y Corselli y Kahané. Quizás repre— sentan una especie Ú raza afine de dichos blastomicetos, á los que les aproximarían su gran talla, su forma esférica, su multiplicación por gemación y afinidad por el verde de mala- quita y violado de genciana; pero de los que parecen sepa- rarse por su residencia casi exclusivamente conjuntiva, por su disposición en colonias y por algunos otros detalles. »Las referidas esferas fuchinófilas se encuentran también en otros tumores. En tres casos de sarcoma alveolar, es decir, de tumores sarcomatoides compuestos de acúmulos de cor- púsculos globulosos y pequeños separados por robustos tabi- ques conjuntivos, mostrábanse abundantísimas, residiendo de preferencia en las masas embrionarias. Algunas de ellas yacian dentro de células reducidas, por dilatación progresiva, á una ténue película envolvente. En algunos parajes, estas esferas fuchinófilas parecían haber suscitado una necrosis y un reblandecimiento de los nidos sarcomatosos. Coloreados por la safranina, ciertas esferas se teñían intensamente en rojo mientras que otras tomaban solamente un matiz amarillo ó anaranjado claro. Finalmente, los corpúsculos embrionarios constitutivos de los focos presentaban los caracteres de leuco- 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA citos monocelulares. Esta circunstancia y el formarse tales focos en torno de capilares, nos hacen sospechar que muchos de los llamados sarcomas alveolares, por lo menos los de pe- queñas células á que nosotros aludimos, representan verdade- ros granulomas infecciosos, y no tumores genuinos. »Recientemente, en un tumor mamario extirpado por el Dr. Sanmartín, y en el cual se veian nódulos carcinomatosos entremezclados con fuertes zonas fibrosas, salteadas de focos de infiltración inflamatoria, las esferas hialinas se mostraban abundantes, pero no en las masas carcinomatosas sino en el tejido fibroso inflamatorio que las circundaba. En el supuesto que tales esferas correspondan á los blastomicetos hallados por Busse, Roncali, etc., en el sarcoma y carcinoma, en el caso actual parecian haber causado solamente una infección secundaria imprimiendo al tumor caracteres francamente inflamatorios. »Digamos para concluir que nuestras tentativas para hallar los blastomicetos de Busse en el carcinoma, epitelioma y sar- coma genuinos, sin mezclas flegmásicas no han tenido ningún resultado. En nuestro sentir, los parásitos descritos por estos autores representan simplemente, como los anunciados en estos últimos años por numerosos investigadores, ya degene- raciones intracelulares, ya fenómenos de destrucción nuclear, ya alteraciones producidas por los reactivos. Con lo cual no pretendemos negar la realidad de los blastomicetos del sar— coma, puesto que dichos sabios han logrado, según parece, cultivar el parásito y provocar con él efectos patógenos en los animales. Mas como tales blastomicetos no se encuentran en sarcomas genuinos sino en afecciones dudosamente sarcoma- tosas, y como además los referidos sabios no han suscitado en los animales por inoculación de cultivos tumores positivos, sino infecciones inflamatorias de los ganglios, nosotros nos inclinamos á creer que Busse, Roncali, Corselli, etc., han ha- llado en realidad el parásito de una afección inflamatoria nueva, de un verdadero granuloma infeccioso, confundido hasta aquí con el fibrosarcoma, sarcoma alveolar quizás como el mismo linfoma y que sería preciso apartar del grupo de los tumores para constituir una especie patológica con el nombre de blastomicosis sarcomatosa. >Si ulteriores experiencias nos consienten alejar toda duda DE HISTORIA NATURAL. y] acerca de la naturaleza parasitaria y del poder patógeno de aquellos corpúsculos semejantes á blastomicetos hallados por nosotros en los papílomas y pólipos mucosos, cabría cunside- rar también el papiloma como una infección inflamatoria proliferante, la cual sería preciso desglosar del fibroma ó mi- xoma, tumores en los que viene siendo englobado por los autores.» —El Sr. Rivas Mateos dió lectura de las siguientes Notas para la Plora Española. «Si al conocimiento de las especies espontáneas de una deter- minada región llamamos Flora, deducción lógica y axiomática es, que si una ó varias de las partes que componen la región no se halla explorada, no se halla conocida, el todo Flora ha de ser incompleto. Esto es, pues, lo que ocurre con la espa- ñola, pudiéndose afirmar, sin temor á equivocación, que todos los libros hasta hoy escritos sobre la Flora Española ó Ibérica no son, ni más ni menos, que series imperfectas de nuestra rica y hermosa flora. En prueba de lo que decimos, bástenos indicar que Extremadura, uno de los territorios españoles más vastos en vegetación, más importante, por ser limítrofe á Portugal, aparece, entre la generalidad de los botánicos, su- mida en el más profundo silencio é€ ignorancia; y en este caso ¿cómo es posible establecer y fijar el límite geográfico de las especies?; y aún más, no existiendo entre España y Portugal un obstáculo ni climatológico, ni geológico, ni orográfico que impida el correrse las especies ¿cómo es posible y con qué datos hemos de responder al hacer indicación de especies pro- pias de España y especies propias de Portugal? A la par que todo esto encierra dentro de sí un máximo y reconocido inte- rés, quizá en ninguna como Extremadura pueda observarse con mayor precisión los límites geográficos de las regiones botánicas, su diversidad de terrenos, sus múltiples y variados climas, los repentinos y continuados cambios orográficos, cau- sas por las cuales hacen que su flora sea rica en especies y á la par sustente en sus valles y montañas los seres vegetales más culminantes de la Flora española. »Entre los diversos datos que hemos recogido en nuestras 8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA excursiones por las provincias de Badajoz, Cáceres, Avila y Toledo, se encuentran las siguientes: »Mibora Desvaurii Lge.; Agrostis minima Schous.—Hé aquí una especie indicada como propia de sitios húmedos en la región Septentrional (Galicia), como también en Portugal, según Schousboé, y es, sin embargo, una planta frecuente en la región Central de nuestra Península, en donde, ya se la considere como especie Ó como simple forma local de la M. verna, se encuentra perfectamente caracterizada. Valle de Plasencia (Cáceres), Gredos (Avila). »Orypsis alopecuroides Schrad.; Cr. macrostachya Brot.; Helea- chloa alopecuroides Host.—Especie indicada por Brotero en las márgenes del Duero durante el trayecto portugués. Nosotros la hemos recogido en los arenales del Tajo, Derriscadero, Lance de la Mora (Cáceres). » A lopecurus agrestis L.; A. Creticus Wilk.— Esta, que es en efecto una de las especies más comunes en la región Central, no es, como dice el Sr. Amo y Mora, nula en Portugal. Ver- dad es que decrece el predominio á medida que se acerca la región Occidental, pero no tan en absoluto que no pueda verse en la frontera portuguesa. (Rosmaninha, Salvaterra do Ex- tremo.) »Arisarumovulgare Kunth.; 47rum Arisarum L.—Según dice el Sr. Amo y Mora en su Flora Española, t. 1, pás. 393, es una especie muy rara en la región Central. En nuestras excursio- nes hemos podido ver esta especie muy abundante en las pro- vincias de Badajoz y Cáceres, dehesas boyales de Serradilla, huertas de Abuelo, Santa Catalina, Virgen de la Montaña en Cáceres, Virgen del Puerto de Plasencia, valle de Plasencia, toda la sierra de Gredos, cordillera Oretana, sierra del Ba- rrao, etc., etc., todas ellas de la región Central, donde reciben los nombres vulgares de candiles, candilejas y jarrillos. »Arum Italicum Mill.—Especie cuya área la reducen á la zona Meridional y región Oriental de nuestra Península, no encon - trada en la región Central y Septentrional, dudándose pueda existir en Portugal (Amo y Mora). No es ciertamente esta espe- cie una de las que por su predominio en la región Central hayamos de colocarla al lado de las características, pero no por eso hemos de negar su presencia. En una excursión veri- ficada al Valle de Plasencia, en el mes de Julio, pudimos verla DE HISTORIA NATURAL. 9 en flor y muy característica entre unas pizarras de los arroyos venidos de la sierra del Villar y muy próximo al Jerte. Tam- bién la vimos en la misma época entre los castaños de la sie— rra de Hervás (Cáceres). Es más común en la frontera, y de ésta en los terrenos húmedos y sombrios del Tajo, Salvaterra do Extremo (Portugal). »>Lemmna arrhiza L.—Indicada en la Extremadura portuguesa, y como probable en la parte de esta antigua región correspon- diente hoy á nuestro reino (Amo y Mora). La incertidumbre de existir en España puede desaparecer por completo; hemos re- cogido flotando en las aguas del manantial que hay junto á la estación del ferrocarril de Herreruela (Cáceres). »Endymion cernuus Wilk.; Hyacinthus cernuus L.; Scilla ces- nua Hoff.; Agraphis cernua Link.—Vive en la sierra Arrabida, cerca de Coimbra, y en la Beira (Link, Hoffm.). Considérase. como especie diferente ú simple variedad del Endymion nutans. Nosotros la hemos recogido perfectamente caracterizada en los montes de la Gibe (Aliseda) y en lo alto del tunel de Mira- bel. El Sr. Rivas y Santos la ha recogido en lo alto de la cor— dillera central de San Pablo (Cruz del Caucho). asaliz nigricans Smith.—Lange dice haber visto en el her— bario de Schousboé una ramita procedente de Extremadura, poniendo en duda sea de esta especie (M. Laguna, Flor. Esp., t. 1, pág. 165). Sin haber visto el ejemplar á que se refiere Lange, creemos pertenezca á la especie en cuestión, por la razón de haberla nosotros recogido en un arroyo próximo á Cáceres (Marco), sitios explorados, aunque á la ligera, por Schousboé. En una excursión que verificamos en unión de mis distinguidos amigos H. Pacheco y M. Montánchez pudi- mos volverla á ver en la Virgen de la Montaña. Existe en ma- yor abundancia en la orilla del río Salor (Herreruela), Badajoz (Septentrional, Mérida) y garganta de Serradilla. »Rhododendron ferrugineum L.—Madroñera angosta, madro— ñera menor; nombres vulgares que á esta rariísima especie dan los pastores que andan por la Sierra de Gredos, sitios donde se encuentran escasos ejemplares de esta especie (Her- manitas). Es, por consecuencia, especie de interés, desde el momento que baja de la región Septentrional á la Central (2.311 m.).» —El Sr. Lázaro leyó la siguiente nota: 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA «El botánico francés M. Auguste de Coincy, cuya predilec— ción por nuestra flora es conocida por sus anteriores y valiosos trabajos, ha publicado recientemente un nuevo estudio refe— rente á ciertas especias españolas, trabajo, que ciertamente merece llamar la atención de los botánicos, tanto por su nove- dad y valor científico, como por las excelentes condiciones de la edición. »Títulase la nueva publicación Zeloga altera plantarum his—- panicarum, y en ella aparecen minuciosamente descritas y comparadas en algunos casos con otras especies afines para fijar bien los caracteres distintivos, las siguientes especies y variedades; 4/yssum Amoris Coincy, de Caravaca; Viola co— chleata Coincy, de Alcaraz; Paronychia Rouyana Coincy, de Plasencia; Kundmanmnia sicula var. longiseta del monte Hifac; Valeriana longiflora Wk. de la Sierra de Guara; Echium frati—- cescens Coincy, de Gobantes; Linaria Gobantesiana Coincy, de Gobantes; Origanum compactum var. Rouwyanum, de Cortes; Teucriwm floccoswm Coincy, de Aranjuez; Phalaris hispanica Coincy, de Aranjuez; Panicum eruciforme var. brevifolium, de Bobadilla; 4Agrostis castellana var. pilosa, de Chiclana. »Casi todas estas formas son de aquellas que sólo una obser- vación sagaz y bien aplicada ha podido deslindar bien, sepa- rándolas definitivamente de formas congéneres con las cuales pudieran confundirse, y á este trabajo, que al par que el más difícil, es el que más se necesita hacer hoy para ir ultimando el conocimiento de la rica flora de la Península Ibérica, se ha consagrado esta vez M. de Coincy con no menos acierto al confeccionar su primera £cloga. »Las descripciones detalladas y completas que la nueva con- tiene demuestra bien claramente la razón con que suautor ha procedido al escribir como nuevas siete de ellas, igualmente que las cuatro variedadesindicadas, y en cuanto á la Valeriana longiflora, aunque dada á conocer por Willkomm, debe a la investigación de M. de Coincy nuevos datos y algún aumento en su área conocida. »Las doce láminas de la Keloga altera, en las que figuran las plantas mencionadas en su conjunto y todos los detalles que pueden contribuir á su conocimiento, son de un dibujo per- fecto y tan detenido, que pueden ponerse como ejemplos de dibujos científicos. Son debidos al trabajo de Mad. Hériucq, DE HISTORIA NATURAL. 11 cuya cooperación ha sido, indudablemente, muy útil al autor. »De esperar es que no será esta la última vez que M. de Coin- cy nos dé á conocer los frutos de sus exploraciones fitográfi- cas en nuestra patria.» —El Sr. Martinez y Fernández (D. Antonio) presentó un es- tudio del género Caloptenus y sus afines (ortópteros acrídidos), en el que describe las especies conocidas, rectificando la sino- nimia de algunas y dando á conocer otras nuevas. Las diag- nosis de estas últimas son las siguientes: Euryphymus capensis sp. nov. Pronotum carina media leviter arcuata a sulcis transversis viz interrupta, carine lateralis sul- cis transversis luzate; elytra apicem femorum vix attingentia; ale disco interno flavescentes; tuberculum prosternale apicem versus haud angustatum, apice truncato-rotundatum O. Long. corporis 29"; pron. 6, 8; elytr. 20: femorum post, 16. Loc. Cabo de Buena Esperanza (Col. Bol.). Caloptenopsis Saussurei sp. nov. Ferrugineus; calcare secundo tibiarum posticarum apice pone ungiculam parce producto atque piloso; tuberculum prosternale cilindricum apice acuminalum. Femora postica intus nigra $. Long. corp. 35"; pron. 7; elytr. 30; fem. post. 21. Loc. India oriental (Col. Bol.). Caloptenopsis crassiusculus sp. 00. Flavus, pallidus; calcare secundo interiore tibiarum posticarum pone unguiculam haud producto; tuberculum prosternale transversum,; intervalum labo- rum mesosternalium transversum; femorum posticorum facies externa haud longitudinaliter nigro-fasciata; ale disco interno V'OSC0. Long. corp. S 20"; pron. 4; elytr. 14,5; fem. post. 12. — 09026 -; = 6; —--19 ; — 15. Loc. India oriental (Col. Pantel y Bol.). —Hl Sr. Bolivar presentó la siguiente nota: Accediendo á los deseos de nuestro consocio D. Napoleón M. Kheil, de Praga, he estudiado varios ortópteros recogidos por el Sr. Uraz en la cuenca del río Atalapo, afluente del Amazonas, presentando á la Sociedad en la siguiente nota el resultado de este estudio, ú sea la lista de las especies recolec- tadas y las descripciones de las que creo nuevas. Stratocles forcipatus sp. n00. y Caput supra nigro-nitidum, occipitem versus limeis impressis longitudinalibus tribus. Prono- 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tum nigrum, subleve, linea mediatimpressa, marginibus angus- tissime fñavescentibus. Mesonotum nigrum, granuloso-rugosun. Elytra marginem posticum metanol: subattingentia, fusco-nigra, margine interno fasciaque media fAavescentibus, medio obtuse gibbosa. Ale parte antica fusca, venis longitudinalibus nec non margine antico fiavo-virescentibus, parte postica fusco-nebulosa, basi hyalinis, venis radiantibus fuscis, basi flavis. Pectus favum. Femora fusca, basi carinisque rufo-favescentibus. Tibie fusce. Tarsi subtus dense rufo-villosi. Abdomen gracile apice clavatum. Segmentum anale apice semicirculariter sinuatum et fere biden- tatum. Cerci elongati apicem versus intus compresso-subamplia- 2, ante medium biramosi, ramo antico brevz, spiniformi, postico magtis elongato, subcylindrico. Long. corporis 47%"; pronoti 39m; mesonoti 41m, 5; elytrorum 4om; glarwm 30%"; femorum ant. 140; fem. interm. 110"; fem. post. ]4mm, Tiene analogía con el Phasma fiavomaculatum Gray, del que difiere como se hace notar en la diagnosis que antecede. Poseo otro ejemplar q” de Cumbase (Perú), recogido por Garlepp, que sólo se diferencia por tener el pronoto con granillos ama- rillentos. Aun cuando el mesonoto es horizontal y más largo que el pronoto, incluyo esta especie en el género Síratocles y no en el Phocy lides, porque los restantes caracteres me parecen con- venir mejor al primero de los géneros citados, sobre todo la longitud de los fémures posteriores, que alcanzan casi la ex- tremidad del cuarto segmento abdominal. Pseudophasma auriculatum sp. 200. y”. Colore brunneo-palli- do, fusco-variegatum. Caput fusco-septem-lineatum. Pronotum granulatum fusco-variegatum. Mesonotum granoso-rugulosum, medio sulcatum, lateribus subtuberculalum. Elytra marginem posticum metanoti haud superantia, postice obligue truncala, angulo postico subrotundato, disco medio lobo magno compresso- elevato atque rotundato formantia; campo interno fusco, venis valde expressis, campo externo pallide-brunneo. A le parte antica pallide brunnea, fusco-variegata, parte postica pallidissime fñava Fere hyalina, margine postico anguste nebuloso, venis radianti—- bus pallide ochraceis. Pedes fusco-variegati. Femora apicem ver. sus infuscata, pone medium annulo pallido. Femora 4 posteriora Prope apicem distincie compresso-dilatata. Segmenta dorsalia DE HISTORIA NATURAL. 13 abdominis juxta apicem gibbosa. Segmentum anale medio rotun- datum, lateribus angulatum. Cerca brevi, subeylindrici, intus subindistincte sinuati, apice hebeta lo. Long. corp. 419"; pron. 20m.5; mes. 49,5; elytr. 4um; alar. 320m; fem. ant. 14%; ¿nterm. 9"; post, 13m, 5, Pseudophasma a yen. Phasma d1/ert: femoribus guatuor pos- terioribus distincte clavatis, apicem versus compressiusculis atque elevatis, carinis superioribus curvatis el subapproximatis. Phasma Urazi sp. nov. Q. Colore brunneo. Antenne fusce, pone medium, articulis bas: pallidis. Caput utrinque fascia lata Jfusca. Pronotum fusco-varium. Mesonotum ruguloso-scabrum medio sulcatum. Elytra marginem posticum metanoti haud su- perantia, postice oblique truncata atque subsinuata, angulo pos- tico interno subrotundato, disco medio angulato-producto, supra cinereo-brunnea, extus fusca. Ale parte antica omnino fusca venis angustissime hyalimo circundatis, parte postica rubiginosa marginem versus dilute imfuscata. Pedes fusco-variegati. Long. corp. "10%; pron. 303,8; mes. 672; elytr. Tom; glar, 48m, Jem, ant. 18%; ¿nterm. 13m; post. Vin, Afine al P2. necydaloides L., y es quizá la variedad á que se refiere Westwood como procedente de Bogotá, si bien no dice que tenga las alas de color de orín con todo el borde negruzco formando una banda difusa hacia el interior del ala. Dedicada al Sr. Uraz, viajero y recolector de estas especies en el río Atalapo. Phasma Kheili sp. 200. Q. Colore badio. Antenne fusco-cin- gulate. Caput nec granulatum nec spinatum, tantum lineis tri- bus subindistinctis fuscis ornatum. Mesonotum medio sulco (evt. lateribus appendicibus seriatis subcylindricis nigris, 6 erectis, T* decumbenti. Elytra marginem posticum melanoti distincle supe- rantia, ante medium compresso rotundato-elevata. A/le parte an tica corpore concolores, parte postica tranmsverse, dense dilutegue Jusco-fasciate, prope venas radiantes fusco-tessellate. Femora antica margine superiore tantum compressiuscula sed haud di- latata. Long. corp: 19%: pron. 55m; mes. 620,5: elytr. 10=" 5; alar. 52m; fem. ant. 20m; ¿nterm. 150; post. 20mm,5, A pesar de que los élitros son algo mayores que en las espe- cies de este género, puesto que se extienden hasta pasar un poco (2) del borde posterior del metanoto, aunque sin llegar 14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA á la mitad del segmento mediano, incluyo esta especie en el género Phasma, porque tiene la cabeza y el protórax comple- tamente lisos, no espinosos ni granosos, y el mismo metanoto es liso aparte de los curiosos apéndices de que se ha hecho mención, y de los que alguno está bifurcado, y el último de cada lado dirigido hacia atrás en vez de estar derecho como los otros. Dedicada al distinguido entomólogo de Praga, nuestro con— socio, Sr. Kheil, á quien debo el haber conocido estas especies. Paratettix heteropus sp. nov. €. Pusco-ferrugineus. Vertice oculo angustiore, medio obtuse carinato. Costa frontali inter an- tennas arcuato-rotundata. Pronoto longe subulato, dorso granu- loso, inter humeros convextusculo, pone eos transverse distinctis- simeque depresso et fusco-bimaculato, carina media tenvissima inter sulcos tectiforma el versus marginem anticum suboblitterata; angulo postico loborum lateralium apice oblique truncato. Ely- tris subacuminatis. Alis caudatis. Femoribus anticis angustis, supra carina integra, subtus medio subsinuata. Femoribus inter- mediis clypeatis, carinis compresso-dilatatis; carina superior: prope apicem sinuato-subundulata, carima inferior: pone medium mayis dilatata et ante apicem valde sinuata. Femoribus posticis carinis haud dilatatis, subintegris, superiori tantum el fere im- distincte lobata. Tibiis posticis pallide-biannulatis, canthis inter spinas minute serrulatis. Articulo primo tarsorum posticorum ceteris unitis haud vel vix longiore; pulvillo tertio duobus pri- mis unitis subeque longo. Valvulis ovipositoris valde serrato - dentatis. Long. corp. 15m; pron. 14m; fem. post. Im, Próximo al P. Schochiz Bol., pero de mayor tamaño, con la quilla frontal bastante elevada y arqueada entre las antenas y distintamente sinuada entre los ojos; el dorso del pronoto convexo entre los ángulos humerales y distintamente depri- mido después, en cuya parte la quilla media es undulada; el lóbulo lateral del pronoto tiene el ángulo postero-inferior trun- cado-redondeado. Los fémures anteriores no dilatados, estre— chos, con la quilla superior íntegra y la inferior ligeramente sinuada; los intermedios con las quillas comprimidas y ensan- chadas, la superior menos que la inferior, y ésta más ancha después del medio, con una gran sinuosidad antes del ápice; los fémures posteriores tienen enteras sus quillas pero granu- DE HISTORIA NATURAL. 15 losas, y la superior con dos ó tres pequeñas elevaciones casi imperceptibles. : Coelopterna Stali Scudd. Mastax nigra Scudd. Orphula jncunda sp. 200. O. Colore fusco-ferrugineo, supra viride. Antenne distincie ensiformes, capite et pronoto unitis valde breviores. Vertez triangularis, antice fere rotundatus, mar- ginibus obtusis, haud carimmulatus; amter oculos subsulcatus. Fo- veolis triangularis, antice prope oculos apertis, incompletis. Frons declivis a latere visa leviter subsinuata; costa inter anten- nas deplanata, angusta, subparallela, ante ocellum subsulcata et clypeum versus ampliata. Pronotum plamtusculum, antice truncatum, postice obtusissime angulato-subrotundatum; margine antico ruguloso-punctato; disco prozone sublevi, subcarinato, disco metazone impresso-punciato haud carinato; carinis latera- libus parallelis, pone sulcum transversim oblitleratis, extus fas- cia nigro-fusca ab oculos oriunda apposita. Lobis mesosternt spatio subquadrato sejunciis. Elytra subparallela apicem abdo- minis superantia; campo mediastino basi ampliato; area anali viridi. Ale hyaline apicem versus leviter infumatis; margine antico pone medium vitta opaca angusta. Femora postica fusco- ferruginea; subtus olivacea, area imfero-externa obscuriori. Tibie postice fusco-olivacea, spinis apice nigris. Abdomen fusco ferru- gineum. Long. corp. 22m; pron. 4mm. 5; elytr. 19m, Esta especie tiene bastante semejanza con la O. pagana Stál por su tamaño y coloración. La quilla frontal es plana y más estrecha entre las antenas, pero no al unirse con el tu- bérculo del vertex, el cual es menos anguloso por delante; las quillas laterales del pronoto son paralelas y faltan en la meta- zona, y la quilla media falta 6 apenas quedan de ella vestigios en la prozona; los élitros están redondeados en el ápice y los fémures posteriores son más anchos en la base, y por tanto sus quillas son más sinuosas que en aquella especie. Orphula patruelis sp. nov. Colore fusco- ferrugineo. Antenne distincte ensiformes marginem posticum pronoti haud attingen- tes. Vertez triangularis, superne deplanatus ;¿¡foveolis completis, iriangularis. Costa frontalis basi valde angusta, apicem versus levissume dilatata atque subsulcata. Pronotum planiusculum, antice truncatum, postice obtuse angulatum, tricarinatum, cari- 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mis lateralibus antice posticeque divergentibus, linea fusca secan- tibus. Elytra angusta apicem abdominis superantia, apice ro- tundata, pallide ferruginea, fusco-maculata, area anali ferru- ginea, campo mediastino basi ampliato. Ale hyaline apicem versus leviter infumatis, margine antico ad medium vitta opaca angusta. Femoridus posticis punctis adspersis, macula media dorsali nec non area infero-externa fuscis. Tibie postice pallide, Fusco variegata, basi anmulo-pallido; spinis apice nigris. Abdo- men Fusco VArium. Long. corp. 19%; pron, 4um; elytr. 160m,5, Recuerda esta especie la O. maculipennis Scudd. (Stenobo- thrus maculipennis Scudd.), pero es algo más corta y propor cionalmente más gruesa, y el surco posterior del pronoto está situado después del medio, de modo que la metazona es más corta que la prozona, mientras que en la especie de Scudder son próximamente iguales. Los élitros son proporcionalmente más cortos y los fémures posteriores más anchos en la base. Protomachus depressus Stál. Colpolopha obsoleta Serv. Procolpia emarginata Serv. Rhomalea miles Drury.—El ejemplar corresponde á una va- riedad con el dorso del pronoto verde negruzco en la meta- zona, sin manchas; las patas anteriores son también de un verde obscuro con sólo un pequeño anillo incompleto en la mitad de las tibias y dos fajas amarillas en los fémures pos- teriores. Rhomalea peruviana Pict. et Sauss. Titanacris Velasquezi Nieto.— Un ejemplar notable por su aspecto y tamaño, así como por la longitud de los élitros; á primera vista se le tomaría más bien «por 7. 0O//ersi Burm., pero la cresta del pronoto es más alta y comprimida que en esta especie, y sus lóbulos están separados por escotaduras profundas como en el 7. Velasquezi Nieto; además, los fémures posteriores presentan dos series bien distintas de manchas oli- váceas como es característico en esta última especie. Tropidacris cristata L. Copiocera lepida Gerst. Vilerna rugulosa Stal. — tibialis Gerst. -— «eneo-oculata De Geer. DE HISTORIA NATURAL. 17 Xiphiola 200. yen. Corpus compressiusculum. Pastigium verti- cis triangulare, horizontaliter prominulum, acuminatum. Frons valde reclinata, a latere visa sinuata, carine laterales os versus parum divergentes. Costa frontalis angusta, inter antennas com- presso-producta, ante ocellum suboblitterata. Antenne elongate, ensiformes. Articulus ultimus palporum masillarium depres- siusculus. Pronotum superne planiusculum antice truncatum postice angulato-productum, carina media nulia, sulco postico pone medium sito; lobis deflexis perpendiculariter insertis, cari- ne laterales recte, fere parallele, punctate. Elytra perfecte ex- piaicata, angusta, apice rotundato-angulata; area mediastina basi dilatata. Ale elytrorum longitudinis. Tuberculum prosternale gracile, conicum, acuminatum. Metapleure carina obligua divise postice area triangular: levi formantes. Lobi metasternales Q fere quam mesoslernales remoti, y minus remoti. Femora postica crassiuscula bast supra oblique iruncata, carinis superioribus serrulatis, area supero-ezterna scabriuscula, infero-externa lata. Tibie postice teretes, extus 1 intus 9 spinose, spina apicali ex- terna nulla. Tarsorum posticorum articulus secundus articulo primo valde brevior. Lamina supraanali y lanceolata, basi sulco medio, carina laterali terminato, apicem versus granuloso-sca- bra. Cerci acuminati. Lamina subgenitali breviter conica. Este género viene á colocarse á continuación de la sección Vilerne (Brunner), con la que tiene indudablemente analogía por la forma y dirección del tubérculo del vértice y por las antenas ensiformes, á pesar de que los palpos tienen el último artejo algo deprimido. Xipniola cyanoptera sp. nov. Dilute ochracea, supra foveolato- punctata. Antenne subtus nigro-nitide, medio el ante apicem pallide annulate. Palpi articulo ultimo pallidi. Pronotum pos- tice rectangulum, angulo immo breviter truncato el utringue distincte sinuato. Elytra area mediastina bast, nec non area dis- coidali fusco-nigris atque nitidiusculis. Alis cyaneis, antice api- ceque fuscescentes. Metapleure parte posíica nigerrime. Femora postica area infero-externa nigro-nitida, supra fasciis duabus obliguis geniculisque fuscis, latere interno nigro quadri-fasciato, area infero interna b:s1 plus minusve cerulea. Tibia postice cerulez, basi supra pallescentes et fusco-maculate , spinis plus minusve nigris. Pectus abdominisque basi nigro-nitidis. Long. corp. $ 24%"; pron. 5mm,8; ely tr. 24mm; en. post, 15m 5, ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Long. corp. Q 317"; pron. In; elytr. 30m; fem. post. 18m. Poseía ya esta especie procedente de Cumbase (Perú) y re- cogida por Garlepp. Osmilia violacea Th. Ceraia cornuta Brunn. Q. Long. corp. 25M; pron. 671,5; elytr. 40m; Lat. elytr. medio gun, Long. fem. post. 28%; ov1sc. 1192; Esta especie es notable por el aspecto particular que ofrecen sus élitros, merced á que las venas transversas son bastante salientes y de coloración algo más obscura que el fondo; los lóbulos laterales del pronoto y los de todo el tórax son de color elauco-nacarado, coloración que en vida debe ser muy viva; el borde anterior de los lóbulos laterales del pronoto está en- erosado y es rojizo. El oviscapto es encorvado al principio y ascendente oblicuamente en la mitad apical, truncado-redon— deado en el ápice que es obscuro y crenulado; la placa infra- anal es aleo comprimida y tricúspide; los cercos son bastante largos y conservan algo de la forma sigmoidea que tienen en el S. Scaphura nitida Perty. Conocephalus maxillosus F. Subria amazonica Redt. Como sólo se conoce la Q de esta especie, me queda alguna duda de que el ejemplar y á que me refiero corresponda á la especie citada, si bien creo que mejor podrá corresponder á ella que á la £. nítida Redt., cuyo co” es también desconocido. Sus caracteres son: Segmentum dorsale ultimum productum, processo bidentato medio truncato-subemaginato. Cerci teretz, curvati haud dentati. Lamina subyenitalis inter stylos longiuscu- los subproducta. Long. corp. 27m; pron. Im; elytr. 40m; fem. post. 2]um, El Sr. Calderón dió lectura de la siguiente nota: La sal azul de Villarubia de Santiago. «Los ejemplares de sal gema que presento, destinados á la colección de minerales españoles del Museo de Historia natu- ral, son cubos, unos perfectamente límpidos y otros, que no lo son menos, conteniendo en su interior un núcleo azul, tras- lúcido y perfectamente limitado. Proceden de la Mina Dolores, DE HISTORIA NATURAL. 19 en Villarubia de Santiago, á orillas del Tajo, en la provincia de Toledo. »El primero que dió noticia, que yo sepa, de esta sal azul, fué el diligente profesor D. Juan Vilanova, de feliz recuerdo, quien lo hizo en esta Sociedad (1), ocupándose de su visita á dicho yacimiento, si bien limitándose á consignar el hecho. Según mis averiguaciones, dicha variedad no es exclusiya en España del yacimiento de Villarubia, pues además de Aran- juez, donde la ha encontrado una vez nuestro consocio el Sr. Fernández Navarro, se presenta asimismo en Cardona generalmente asociada á la blanca, y en las colecciones de la Universidad Central existen ejemplares con bandas azules que tienen de localidad Minglanilla, aunque yo no pueda res— ponder de la exactitud de dicha indicación de procedencia. »En el extranjero se conoce la variedad azul en bastantes yacimientos de sal piedra, siendo, sobre todo, notable en este respecto el de Stassfurt y sus alrededores; la hay también en Wieliczka, Hallstadt y otros varios depósitos, y de color vio- leta al S. de Sicilia, en Castro Giovanni. »Por lo que se refiere á los ejemplares de Villarubia de San- tiago, donde no parece abundar mucho la variedad, consti= tuye el pigmento azul cobalto intenso zonas de contorno ondu- lado dentro de la sal diáfana, siendo limpio el contacto de las dos variedades; es decir, que la zona azul, aunque traslúcida en sus bordes, no se difunde por la masa transparente que la envuelve. Esta circunstancia es bastante singular. Como ya lo notó Kenngot en los ejemplares alemanes, el color azul se debilita y hasta desaparece por la acción del calor, y como observó F. Bischof (2), la disolución acuosa es perfectamente transparente. Una sección delgada de un ejemplar de Villa- rubia examinada al microscopio no ha ofrecido cavidad algu- na, cosa rara en la sal gema. »Es notable que los mineralogistas y los químicos no hayan podido aún resolver cuál sea la causa de esta singular colora- ción azul. Se han propuesto varias teorías, pero ninguna parece basarse en observaciones seguras y comprobadas. La (1) Salinas de Villarubia de Santiago. (ANAL. DE LA SOC. ESPAÑ. DE HIST. NAT., tomo Iv. Actas, pág. 89.) (2) Steinsalzbergwerke bei Stassfurt, 1875. 20 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA primera suposición fué la de que dependiera el pigmento de interposiciones de hidrógeno carbonado, de subcloruro de sodio, como pretendían Johnson y Gmelin (1), y áun de azu- fre (Ochsenius); pero Wittjen y Precht (2) hicieron observar que ni el subeloruro de sodio ni el azufre pueden ser los cau- santes de este color, puesto que no cambia por la acción del cloro. Cuanto al hidrógeno carbonado, determinaron, en efecto, su existencia por medio del análisis, mas en cantidad tan reducida, que no les parece puede achacarse á este cuerpo influencia colorante. En vista de semejantes. observaciones, deducen estos químicos, aunque sin dar comprobación de su teoría, que la coloración azul de las variedades que la presen- tan es un puro efecto óptico, originado por pequeñas cavida- des, por lo cual el polvo es siempre blanco. »Recordando que mi eminente amigo el profesor Arzruni, de Aachen, tuvo el propósito de estudiar esta cuestión, le hice donación de un ejemplar de Villarubia de Santiago, pregun= tándole su parecer sobre la teoría de Wittjen y Precht y la suya propia. Así ha tenido la complacencia de hacerlo, mani- festando que él no puede participar de la opinión de aquellos investigadores, ni cree suficiente para sustentarla la escasez de los hidrocarburos en la variedad azul de que trato, al modo como tampoco Wyrouboff (3) los ha encontrado en abundan- cia en diversas fluoritas coloreadas, y nadie duda por eso del origen orgánico de las materias que las tiñen. «Tenía, en efecto, añade, el propósito de ocuparme de esta cuestión y de resolverla, si era esto posible, introduciendo una disolución muy concentrada de sal azul en un largo tubo: delgado y observar, poniéndole en rotación, si el líquido incoloro daba las mismas bandas de absorción que la sal en estado sólido. Yo imaginaba que el hidrocarburo colorante podía no obrar de la misma manera en estado de disolución que en estado sólido y depositándose en el fondo del recipiente, donde per- manecería invisible á causa de su cantidad mínima. Otros tra- bajos han absorbido mi tiempo y me han impedido terminar estas experiencias.» (1) Handbuch der Chemie, 11, pág. 204. (2) Berichte der Chem. Ges. Berlín, 1883, x1v, pág. 1454. (3) Bull. Soc. chim. de Paris, 1866, Mai. DE HISTORIA NATURAL. 21 »Es lamentable, sin duda, que tales investigaciones no ha- yan sido concluídas por mineralogista tan hábil; pero yo no creo que hubieran llegado á llevar la persuasión al ánimo de todos, pues si bien se mira, no sólo es cierta la escasez de hidrocarburos en la variedad azul de la sal piedra, sino que estos existen en cambio en las que no presentan dicha colo- ración. »En vista de semejantes dificultades, y por analogía con lo que se ha dicho por algunos naturalistas, y especialmente por Jolly, sobre la naturaleza del pigmento rojo de la sal de Car- dona, que atribuye 4 monadas y bacillarias, pensé yo si se trataría aquí de una piocianina Ó cosa semejante, producida también por organismos rudimentarios; mas extraño que semejante explicación no se haya ocurrido aún á otros mine- ralogistas, y me hace dudar esto de la verosimilitud de ella. »De todos modos, es indudable que para ensayos ulteriores, y sobre todo químicos, se necesita disponer de mucho mate- rial, lo cual no ha sido posible hasta ahora tratándose de la variedad azul de sal que ha motivado la presente nota.» —El Sr. Vicesecretario dió lectura de la siguiente acta: SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 18 de Diciembre de 418095, PRESIDENCIA DE D. FRANCISCO DE LAS BARRAS. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 1.” de los ANALES. —Se leyó y aprobó el siguiente presupuesto para el año 1896: Mozo para repartil.....o.oo...... ..... 30 pesetas. Gastos de Tesorería y Secretaría....... 10. — MOTA oo aia ici ada 40 — —Procedióse á elegir la Mesa que ha de actuar en el pró- ximo año de 1896, quedando ésta constituida en la forma siguiente: Ze ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Presidente: D. Antonio González y García de Meneses. Vicepresidente: D. Romualdo González Fragoso. Tesorero: D. Manuel de Paúl y Arozarena. Secretario: D. Federico Chaves y Pérez del Pulgar. Vicesecretario: D. Francisco de las Barras de Aragón. Sesión del 5 de Febrero de 1896. PRESIDENCIA DE DON JOSÉ MARÍA SOLANO. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. Enterada la Sociedad de las publicaciones últimamente re- cibidas como donativo ó á cambio, acordó hacer constar su gratitud á los señores donantes. —Fué admitido como socio D. Enrique de la Vega, subdelegado de Farmacia en San- toña, propuesto por D. Ignacio Bolívar, á nombre de D. José Hernández Alvarez. pas —Se hizo una propuesta de socio, que según dispone el Reglamento, quedó pendiente de informe hasta la sesión próxima. —El Secretario dió lectura de una comunicación de D. Car- los H. Porter, dando las gracias por el honor que le ha hecho la Sociedad al admitirle entre sus individuos. —También se recibió una comunicación del Sr. Carez, direc- tor del Anuario Geológico Universal, participando á la Socie— dad, que á consecuencia del muevo giro que se da á dicho Anuario, reservándole únicamente á la geología francesa, muy á su pesar se ve obligado á renunciar al cambio que mantenía con nuestra Sociedad. —Los Sres. Hernández y Cazurro presentaron á la Sociedad ejemplares de trigo y centeno atacados por un insecto diptero, la Cecidomyia destructor Say, que actualmente causa en gran parte de Castilla graves daños en los cereales, y dieron curio— sas noticias acerca de sus caracteres, costumbres y medios para prevenir y destruir esta plaga. DE HISTORIA NATURAL. 23 —El Sr. Calderón (D. Salvador) dió lectura de la siguiente nota: Plagioclasas españolas. «El conocimiento que hasta hace poco tiempo se tenía de este interesantísimo grupo de minerales en la Península era tan deficiente, que parecía no existir en ella ninguna repre- sentación macroscópica de feldespatos triclínicos; porque aun- que el Sr. Naranjo, en sus Flementos de Mineralogía, habla ya en 1862 de la albita, la oligoclasa y el labrador de varias rocas españolas, parece se refiere, las más veces, á que estos feldes- patos intervienen en la composición de ellas, pero no á que constituyan verdaderos minerales en la acepción usual de la palabra. »Los estudios petrográficos modernos, iniciados entre nos- otros por los Sres. Macpherson y Quiroga, empezaron á dar lu- ces sobre la naturaleza de estos y otros componentes de las “rocas con una exactitud desconocida hasta que supieron apli- carse á su investigación los caracteres ópticos, y se descubrie- ron los medios de separación de los elementos litológicos pre- cisos para su ulterior análisis, así como los procedimientos microquímicos, Pero no es mi propósito ocuparme en esta breve nota de la naturaleza de los feldespatos constitutivos de las rocas macizas españolas, sino enumerar los datos dispersos en varios trabajos sobre las plagioclasas conocidas hasta ahora en estado macroscópico en la Península, ó sea presentar en resumen el estado de nuestros conocimientos sobre dicha cuestión. »Para que no se dude de la significación de los nombres que voy á emplear y para fijar el orden seguido y el número de especies representadas en este resumen, conviene tener en cuenía que sigo el plan y nomenclatura del catálogo clásico del profesor Groth (1). | »Microclina.—M. Barrois (2) describe entre las dioritas de As- turias una masa consistente en cristales de feldespato re- unidos por una pasta clorítica. Entre estos cristales dominan (1) Tabellarische Uebersicht der Mineralien. Braunschweig, 1889. (2, Recherches sur les terrains anciens des Asturies et de la Galice Lille, 1882. 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA los de microclina en forma de individuos, que en el campo del microscopio aparecen muy rotos y montados unos en otros. A ellos se asocian otros cristales igualmente voluminosos y fracturados, con estrías hemitropas muy marcadas y las extin- ciones propias de la oligoclasa. Semejante agregado, que he creído debía mencionarse aquí como un producto mineraló- gico, constituye un filón cerca de la Pola de Allande. »También en el gneis de Goirriz ha visto el mismo geólogo erandes microclinas, así como el Sr. Macpherson (1) en el de San Come, en Galicia. »El inolvidable profesor Quiroga (2) descubrió que algunas ortoclasas de la Sierra de Guadarrama, como sucede á las de Segovia y á las interestratificadas con caliza granular en Ro- bledo de Chavela, son bastante ricas en mieroclina. En efecto, se recogen en algunos de estos filones trozos de esta última de aspecto espatizado bastante grandes y bien conservados. En el interesantísimo trabajo en publicación del Sr. Fernández Na- varro referente á minerales españoles del Museo de Historia Natural de Madrid, se darán detalles de estos ejemplares de plagioclasa de la citada sierra, por lo que me limito aquí á ci- tarlos solamente. »A lbita.—El Sr. Naranjo (3) cita como muy frecuentes los cristales de esta plagioclasa en el distrito de Hiendelaencina, aunque sin dar otra prueba de esta determinación que la de presentar éstos la macla de la albita, lo cual no es extraño, dado el escaso conocimiento que de los feldespatos se tenía aún en la época en que escribía el distinguido ingeniero. Mis averiguaciones para hallar ejemplares 6 nuevas noticias de la albita de Hiendelaencina no han dado resultado alguno, pero como luego diré, me inclino á suponer que pertenezcan más bien a la oligoclasa. »La única noticia segura de la existencia de albita en Es- paña que conozco, es la hecha recientemente por el Sr. Chaves, que reproduzco textualmente: (D) Descripción petrográjfica de los materiales arcdicos de Galicia. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT. t. xv, 1886.) (2) Historia natural, t. x11. Mineralogía, por G- Tschermak, traducción, etc., por F. Quiroga. Barcelona, 1894; pág. 329. (3) Elementos de Mineralogía general, Madrid, 1862; pág. 470 y fig. 136. DE HISTORIA NATURAL. 25 «En un desmonte de la carretera de Almuñecar situado en »las proximidades de la Torre de Calaturco, hállanse peque- »ños prismas blancos de albita, implantados directamente en »las porciones más compactas del gneis, de tal modo, que »forman geodas en sus grietas. Sus caracteres son los de la »especie: es fusible al soplete y se ataca algo por el ácido clor- »hídrico en caliente. La disolución diluida y filtrada, está »exenta de hierro y precipita copitos de alúmina por un ex- »ceso de amoniaco. En el líquido quedan vestigios de cal. El »ácido fluorhidrico da exclusivamente cristales de fiuosiliciuro »SÓAICO.> »Las circunstancias especiales del yacimiento de esta albita »denotan su origen evidentemente secundario y lo corrobora la »asociación de ella con cristales de pirita totalmente hematiti- »zados, así como la ausencia del silicato en cuestión en el »gneis de Maro y sus alrededores (1).» »Oligoclasa.—Como muestra sometida á mi examen con pro- pósito industrial me presentaron este año unos trozos proce— dentes de Hiendelaencina, de más de un decímetro algunos, de esta plagioclasa, que encerraban algunas particulillas y nódulos de galena. Es una oligoclasa sumamente fresca, blanco azulada, de estructura hojosa alabeada, con aspecto de pegmatita, que debe formar filones en un gneis clorítico. Quizás se halle otras veces en cristales maclados y sean estos los que como de albita cita el Sr. Naranjo, como antes dije; lo que es indudable es que la muestra á que aludo debe referirse á la oligoclasa, pues ofrece las extinciones y demás caracteres físicos y químicos de dicha especie. Como acontece en la de los pórfidos de varias regiones de Europa, se asocia con la ortosa, destacando esta última por su color de carne. La de Hiendelaencina recuerda la de Cotton (estado de Nueva- York), descrita por M. Des Cloizezux (2), que la considera como una oligoclasa de su segundo grupo (anormales), en las que el plano de los ejes es sensiblemente paralelo á la base. »Este es el único hallazgo de oligoclasa en masa de que tengo noticia en España, pues las demás citas se refieren á (1) Cmaves. Votas mineralogicas. Contribuciones al estudio de los minerales de Maro (provincia de Málaga). (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. xx1v, 1895.) (2) Bull. Soc. min., t. vit, pág. 270. 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cristales porfídicos en rocas diversas, como indicaré á conti- nuación. »El Sr. Macpherson (1) mencionó cristales de oligoclasa en una porfirita situada al O. de la ciudad de Avila, como á 0,50 km. de la margen izquierda del Adaja, que adquieren á veces más de 1 cm. en su máxima dirección. También el Sr. Breñosa (2) ha indicado que este feldespato constituye cristales macroscópicos en algunas porfiritas de San Ildefonso. »También parecen pertenecer á la oligoclasa unos grandes y abundantes cristales que contienen ciertas ofitas porfídicas recogidas por el Sr. Macpherson en la proyincia de Cádiz, entre Zahara y el Gastor, y en la de Málaga en un manchón cercano á Antequera (3), y por mí en las inmediaciones de Coripe, en la provincia de Sevilla. Los de esta última localidad, que figuran en las colecciones de la Universidad de Sevilla, son de color azulado, alcanzando algunos 1,5 cm. á 2 cm. Aunque no se ha hecho un ensayo químico preciso de estos cristales, inclinan á referirlos á la oligoclasa sus caracteres ópticos y su insolubilidad en los ácidos, conservando después de ser tratados por estos la misma viveza de colores á la luz polarizada que tenían antes de sufrir su acción. »Las quersantitas de Salave, Pola de Allande y otras locali- dades de Asturias presentan también, según el Dr. Barrois (4), bellos y grandes cristales de hasta 0,2 1. de longitud de oli- goclasa, en masas verdosas, vitreas, que consisten en maclas, generalmente según la ley de la albita y otras veces asocia- ciones de ésta y de la periclina. »Labradorita.—Esta plagioclasa es, sin duda, la más abun- dante bajo la forma de individuos porfídicos en las rocas bá- sicas de nuestra Península. Bastará citar en comprobación de ello, la composición de las eufótidas, muchas diabasas y de las porfiritas anfibólicas estudiadas por el Sr. Macpherson en la provincia de Sevilla (5). En estos cristales, por regla gene- (1), Asimilación de los materiales adyacentes por las rocas eruptivas. (ANAL. Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. XXI.) Memorias, pág. 409 y siguientes. 2) Porfiritas y microdioritas de San Ildefonso. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t XII.) ae (3) Roeas eruptivas de la provincia de Cádiz. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. V.) (4) Obra citada; pág. 130 y 145. (5) Estudio geológico y petrográjico del Norte de la provincia de Sevilla. (Boletín de la Comisión del Mapa geológico, 1879.) . e a ts Da. DE HISTORIA NATURAL. 21 ral de color verde claro ó blanco sucio, y sobre todo cuando su dimensión llega á 1 cm., no es raro ver que se transforman en saussurita, como lo indicó el Sr. Macpherson tratando de las eufótidas de la desembocadura del Huesna y del S. de Ca- zalla y después nosotros en la epidiorita cercana á esta última localidad (1). Un origen labradórico deben reconocer los filo- nes de epidota que arman entre las rocas diabásicas de Sierra Morena, como ocurre en Peñaflor, aunque no lo he podido comprobar todavía en el yacimiento. »Ya el Sr. Naranjo (2) refirió á esta plagioclasa los cristales de la roca de Chillón y de otros sitios al NE. de Almadén. Nosotros, estudiando petrográficamente dichos materiales (3), hemos hallado que consisten en diabasas y melafidos, siendo en ambos la labradorita el feldespato predominante por lo menos. Hay una variedad de melafido porfídico en la que los cristales del feldespato en cuestión son bastante voluminosos y á veces quedan libres después de la descomposición de la roca que los encerraba, pudiendo figurar como ejemplares mineralógicos en las colecciones. »En estos cristales he reconocido á veces agrupaciones muy bellas consistentes en maclas complicadas, en parte de la de Carlsbad y de la albita y en otras reunidas la de la periclina y la de la albita. Dichos grupos del melafido porfídico perte- necen, á juzgar por los ángulos de extinción observados, á un feldespato intermedio entre la anortita y la labradorita. »Anortita.—En un precedente estudio (4) he dado cuenta del hallazgo que tuve la fortuna de realizar de esta plagio- clasa (5), aunque bajo una forma anómala, con otros minera- les secundarios en los planos de juntura del cerro eruptivo del Calvario, á la salida de Morón. Constituye agregados fibro- laminosos y radiados de color blanco. Los prismas que los HU A AAA AAA A AAA AAA AAA A AAA AAA AAA (1) CALDERÓN Y Deu Río: Zpidiorita de Cazalla de la Sierra (provincia de Sevilla). (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. xIx, 1890,) (2) Obra citada. (3) CALDERÓN: Rocas eruptivas de Almadén. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., 6. XIII, 1884.) , (4) CALDERÓN: Votas mineralógicas. Nuevos hallazgos en la provincia. de Sevilla. (ANAL. SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. xx1I1, 1894.) (5) Por errata no subsanada dice en el mencionado estudio: «Se trata de un sili- cato monosimetrico», en vez de asimétrico. 28 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA forman suelen medir 1,5 cm. de largo por 2 mm. de sección; pero se hallan demasiado deformados y alterados en su super- ficie para poder medir el índice de sus caras. »La anortita es también el feldespato preponderante en los individuos porfídicos de las andesitas augíticas é hipersténi- cas del Cabo de Gata, según el Dr. Osann (1), y del Mar Menor en Cartagena, según el malogrado profesor Quiroga (2), ad- quiriendo en las variedades de color claro, que son las ricas en plagioclasa, volumen á veces bastante considerable. »De la rápida enumeración que precede se deduce que todas las especies fundamentales de plagioclasas, con excepción hasta ahora de la andesina, tienen representación macroseó- pica en la Península (3). Unas aparecen en forma filoniana, como las microclinas de Asturias y Sierra de Guadarrama, y la oligoclasa de Hiendelaencina, otras en la de individuos porfídicos, como la labradorita de Sierra Morena y Almadén y la oligoclasa de ciertas ofitas porfídicas andaluzas y de las quersantitas asturianas, y el resto son formaciones secunda- rias, como la albita de Almuñecar y la anortita de Morón. »Indudablemente es poco todavía lo que se sabe respecto á estos importantes minerales en la Península, como, en gene- ral, ocurre en ella en punto á silicatos; pero, con todo, si se tiene en cuenta que casi todas las noticias antes extractadas datan de una fecha relativamente tan moderna y el escaso número de exploradores nacionales en punto á mineralogía, hay que reconocer que no es poco lo adelantado. Por eso ter— minaré recomendando a los aficionados se fijen en las cavida- des y diaclasas de las rocas básicas sobre todo, y en los indi- viduos porfídicos de las mismas, cuyo reconocimiento puede proporcionar hallazgos importantes en este y otros EnEpOs de la gran clase de los silicatos.» —El Sr. Presidente manifestó á la Sociedad, que estando á (1) Boitráge zur Kennónss der Eruptivgesteine der cabo de Gata “prov. de Almeria). (Zeitschr. d. Deutsch. geolog. Gessclischaft), 1889. (2) Andostóas del Mar Menor y Cartagena. (AxAL. Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. Xx, 1891. Actas, pág. 58 y siguientes.) (3) El Dr. Barrois afirma que corresponden al tipo andesítico, parte de los cantos sueltos de diabasa de Santa Eulalia de Tineo, en Asturias, siendo ésta la única in- dicación que conozco referente al hallazgo en nuestro suelo de dicha plagioclasa, si bien bajo una forma en que no puede mencionarse como mineral macroscópico. DE HISTORIA NATURAL. 29 punto de terminarse la mudanza del Museo de Historia natu- ral, que tan generosa hospitalidad venía concediendo á nues- tra Sociedad, y no siendo fácil que en el nuevo local pudiese seguir albergándola, era preciso pensar en buscar una nueva residencia para la Sociedad. —El Sr. Bolivar dijo que el Sr. Director del Museo le había manifestado que haría cuanto pudiera por proporcionar local á la Sociedad en el nuevo edificio que se destinaba al Museo, y que de todos modos la mudanza no era tan urgente, sobre todo por lo que á la biblioteca se refería, pues las bohardillas del Museo en que la biblioteca de la Sociedad está provisio- nalmente instalada, no se habían de desocupar tan inmedia- tamente. A pesar de los buenos deseos expresados por el Sr. Director del Museo, que la Sociedad debe agradecer muchisimo, como es de todos conocida la exigiiidad del nuevo local, manifestó el Sr. Bolívar la conveniencia de que se buscase una solución para esta cuestión, en la forma más ventajosa para la Sociedad. —El Sr. Antón hizo uso de la palabra para enterar á la So- ciedad de que por gestiones oficiosas había tratado de inqui- rir si en el caso de que la Sociedad lo deseara, el Ateneo de Madrid la podría facilitar algún local para sus reuniones, y que la Junta directiva del mismo había respondido favorable- mente, por estar autorizada para ello, puesto que en el regla- mento de dicho centro se la autoriza á ceder local para las reuniones de Sociedades científicas. Y por tanto, manifestó el Sr. Antón, que si llegase el momento en que la Sociedad se viese en el caso de buscar sitio para sus sesiones fuera del Museo, el Ateneo de Madrid se lo podría facilitar. —El Sr. Cazurro dijo que aun cuando este ofrecimiento era muy de agradecer por parte de la Sociedad, no resolvía por completo el conflicto en que nuestra Sociedad se puede encon- trar, puesto que el Ateneo no podría facilitar local para la biblioteca, que ha de estar siempre á la disposición de los Sres. Socios. —El Sr. Presidente hizo constar la gratitud con que la Socie- dad acogía el ofrecimiento que privada y oficiosamente trans- mitía el Sr. Antón, y que de todos modos presentaba una solu- ción que quizás habría que utilizar para satisfacer parte de las necesidades de la Sociedad. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —Después de varias observaciones de los Sres. Uhagón, Bo- lívar y Puig, se acordó dar á la Junta directiva amplias facul- tades para que propusiera y resolviera cuanto en esta cuestión fuese preciso. Sesión del 4 de Marzo de 1896. PRESIDENCIA DE D. JOSÉ MARÍA SOLANO. —El Sr. Secretario dió lectura del acta de la sesión anterior, que fué aprobada. —Enterada la Sociedad de las publicaciones últimamente recibidas, acordó dar gracias á los señores donantes. —(Quedó admitido como Socio numerario D. Angel Cabrera y Latorre, propuesto por D. Ignacio Bolívar, y residente en Madrid. —Se hicieron dos propuestas de Socios. —El Sr. Presidente dió lectura de una carta del Sr. Jiménez de la Espada, remitiendo á la Sociedad una Memoria del señor Cadevall (D. Juan) titulada Apuntes para la flora del Vallés, extenso estudio en el que se da cuenta de las especies obser= vadas en dicha región, consignando su estación y época en que florecen y citando numerosas especies hasta ahora no conocidas en aquel distrito. —La Sociedad, en cumplimiento de lo dispuesto por el Re- e lamento, acordó pasase á informe de la Comisión de publi- cación. —El mismo Sr. Presidente dió cuenta á la Sociedad de que invitado por el Sr. Calleja en nombre del Comité formado en España para erigir una estatua al insigne sabio francés M. Pas- teur, y á título de Presidente de la Sociedad española de His- toria natural, se había creido en el deber de asistir á dicha reunión para representar á la Sociedad; y habiéndose desig- nado una Junta encargada de promover la suscripción nece- saria para el citado objeto, como Presidente de la Sociedad de Historia natural tuvo la honra de que se le designara para el cargo de Vocal de la misma. DE HISTORIA NATURAL. 31 —El Sr. Secretario dió lectura de una carta del Sr. Tesorero (D. Ignacio Bolivar) excusando su asistencia á la sesión por el estado de su salud y llamando la atención á la Sociedad sobre la necesidad de resolver el problema pendiente acerca de su nueva instalación, ya que la mudanza del Museo, tan próxima terminarse, obliga 4 buscar un nuevo local para la Sociedad. En dicha carta el Sr. Bolívar propone que al buscar para la Sociedad un nuevo local, se tengan presentes no sólo sus nece- sidades actuales, sino las que en lo futuro pudiera tener, pues si hasta ahora se ha concretado nuestra Sociedad á la publi- cación de sus ANALES, asegurada ya su vida, quizás para cum- plir mejor con su fin de cultivar y propagar en nuestra patria el estudio de las ciencias naturales, podría convenir que la Sociedad contribuyese á ello en otra forma, reuniendo colec- ciones españolas que fueran una sólida base para el estudio de nuestra historia natural y para la difusión de estos conoci- mientos, logrando así aficionar á estas ciencias mayor número de personas que las cultivasen, y ampliando de este modo la vida y porvenir de la Sociedad española de Historia natural. —El Sr. Presidente, haciéndose intérprete de los sentimien- tos de los Sres. Socios presentes, manifestó el agrado con que la Sociedad había escuchado la lectura de la carta del Sr. Bo- lívar y lo conveniente que era el tomar en consideración las ideas que exponía, y propuso que se nombrase una Comisión que estudiase detenidamente esta cuestión y diese cuenta de su dictamen en sesión extraordinaria, ya que como se trataba de asuntos que exigían alguna reforma en el Reglamento de la Sociedad, era preciso este trámite. —Consultada la opinión de la Sociedad, se designaron para formar esta comisión á los Sres, Solano, Martínez y Sáez, Ula- gón, Bolivar y Cazurro. —El Sr. Merino (D. Miguel), director del Observatorio astro- nómico de Madrid, que honraba la sesión con su presencia, invitado por el Sr. Presidente, presentó á la Sociedad dos inte- resantísimos ejemplares del meteorito caido en Madrid en la mañana del 10 de Febrero último. Pesa uno de estos ejempla- res 52 g. y presenta numerosas vetas condriferas, y el otro pesa 19 ge. solamente. El menor de ellos fué recogido el mismo día 10 en la carretera de Vallecas, por un peón caminero, de quien lo adquirieron los ayudantes del Observatorio que en 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA aquel dia recorrieron las inmediaciones de Madrid, buscando datos y ejemplares del meteorito, sin que sus pesquisas tuvie- sen éxito en ninguno de los pueblos inmediatos como Vicál- varo, San Fernando, etc., en los que en los primeros momentos se dijo había caído el meteorito. A juzgar por los datos reuni- dos opina el Sr. Merino, con su autorizado criterio, que la des- carga debió verificarse entre Vallecas y la cuenca alta del arro- yo Abroñigal, como lo prueban los fragmentos recogidos en las inmediaciones del Hipódromo y la Prosperidad, uno de ellos en un jardín de la propiedad del Sr. Medina, que es el ejemplar de mayor peso, que ha sido regalado por dicho señor al Sr. Cáno- vas del Castillo. En aquellas inmediaciones en que según pa- rece se verificó la descarga, dícese que se presentó acompañado en algunos puntos de fenómenos eléctricos. En el Asilo del Corazón de Jesús, se dice que la descarga eléctrica que se pretende acompañó la caída del meteorito, hizo saltar las tejas al lado del pararrayos partiéndolas y fundiendo algo la arga- masa que las unía, corrió por el conductor del pararrayos y rompió uno de los gruesos aisladores de cristal que le sujeta—- ban. El Sr. Merino refiere que lleno de entusiasmo por la cien- cia solicitó se le permitiese subir al tejado para examinar los pretendidos destrozos, pero que no le fué concedido. Terminó el Sr. Merino ofreciendo algunos ejemplares de las fotografías de los interesantes fragmentos del meteorito. —El Sr. Presidente en nombre de la Sociedad, dió las gra- cias al Sr. Merino por el honor que la había dispensado hon- rándola con su asistencia y comunicándola tan interesantes datos. —El mismo Sr. Presidente presentó también otro fragmento del citado meteorito recogido al final del barrio de Salamanca, cerca del Hipódromo, por un caballero que marchaba por la calle leyendo un periódico que el meteorito atravesó en su cal- da, de modo que dicho señor pudo apreciar el momento preciso de las mismas circunstancias que la acompañaron. Dicho ejem- plar le fué vendido por el citado señor y es de forma redondea- da, alargada de color negruzco, de un peso de 33 g. y atraible por la barra imantada. —El Sr. Sanz de Diego presentó otro pequeño fragmento re— cogido en las inmediaciones del Puente de Vallecas. —El Sr. Calderón en nombre del Sr. Macpherson presentó á DE HISTORIA NATURAL. 33 la Sociedad una curiosa fotografía de la nube que se formó cuando se verificó la explosión que acompañó la caida del me- teorito. Un aficionado á fotografía tuvo la fortuna de poder aprovechar aquellos momentos y obtener una reproducción bastante exacta y detallada del fenómeno. El mismo Sr. Mac- pherson pudo también adquirir un fragmento del meteorito que remitió á Paris a M. Meunier, que tanto se ha ocupado del estudio de cuanto á estos cuerpos se refiere. —El Sr. Dusmet dió lectura de la siguiente nota: El Eumenes pomiformis Rossi y el E. mediterraneus Kriechbaumer. «El Zumenes pomiformis Rossi es una especie que presenta mucha variedad en algunos detalles de su coloración. A pesar de esto, Kriechbaumer creyó encontrar motivo para crear una nueva especie, el Y. mediterraneus, fundándose en una man- cha semicircular amarilla del segundo segmento ventral. No he visto la descripción original, pero André en su Species des Hymenopteres d'Europe et d'Algérie, admite como especie el E. mediterraneus Kriechb., y aunque indica la posibilidad de que sea tan sólo una variedad del Y. pomiformis Rossi, la considera, en este caso, como una variedad constante. »Ahora bien, del estudio de los Zumenes del Museo de Histo- ria Natural de Madrid, parece que resulta inadmisible la sepa- ración entre ambas especies. En efecto, prescindiendo de diversos ejemplares recogidos en Madrid por los Sres. Chicote y Gogorza y en Sierra Morena por el Sr. Laguna, nos fijaremos tan sólo, como más numerosos y mejor conservados, en los procedentes de Ciudad Rodrigo, de donde los trajo el señor Sanz de Diego. Se trata, pues, de individuos de una misma localidad y cazados á la vez, lo que borra la idea de que la especie 6 variedad Z. mediterraneus dependa de influencias climatológicas. »Con los ejemplares indicados he podido formar una serie de 10, entre los cuales figuran y” y 29. En el núm. 1 el se- gundo segmento ventral tiene una estrecha cenefa amarilla con sólo dos ligeros ensanchamientos centrales, separados por una escotadura (2. pomiformis); en los números siguientes se van haciendo mayores esas dos manchas amarillas, las cuales ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXV. 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA se reunen y acaban por constituir una gran mancha semicir- cular que ocupa más del tercio del segmento y se halla unida con los costados por una delgada raya amarilla. La escotadura central de dicha mancha llega á desaparecer (núm. 10 Z. me- diterranens). »En cuanto al tamaño, que es menor en el Z. mediterraneus, según André, varía también notablemente, tanto en los yy como en las 99, y sin guardar relación con la mayor 4 menor extensión de la mancha amarilla en los ejemplares citados. »Creo, pues, salvo opinión más autorizada que la mía, que el E.mediterraneus Kriechb., no sólo no es una especie distinta ni aun una variedad constante del Y. pomiformis Rossi, sino que depende solamente de variaciones puramente individuales.» —El Sr. Pau (D. Carlos) remitió la siguiente Lista de las especies d que pertenecen las plantas recogidas en la Sierra de Albarractn por D. Doroteo Almagro. «Este verano, á fines de Julio, tuve en mi casa la colección de casi todas las hierbas recogidas en el partido de Albarracín por el Sr. Almagro, subdelegado del partido de Calamocha (Teruel) y veterinario de Blanas; á primeros de Enero me comunicó la lista, que intitula: «Catálogo de las plantas que remití á D. Carlos Pau, de Segorbe, en Agosto de 1895»; y añade: «Todas están recolectadas por mi; si hubiera alguna excepción, ya la expresaré. Después del nombre se expresa la localidad y época de su recolección.» »Ha de permitirme el Sr. Almagro la variación y modifica— ciones que pienso introducir en su Catálogo, pues algunas de las especies que indica no las conozco; otras, por su rareza, habitación 6 novedad, necesitan de algún comentario; algunas no las recibí, y de bastantes tengo que rectificar las determi- naciones por no parecerme exactas. »Y he de advertir, antes de comenzar, que muy pocas, pero muy pocas plantas de las especies que aquí indico las poseo en mi herbario. Cuando la necesidad me obligue y lo dudoso del asunto lo requiera, me veré en la precisión de escribirle. »Dos cartas, fecha 6 de Julio del 95, y otra, contestación á la mía, del 13 de Agosto, debieran aquí servirnos de prólogo y debieran también tener presentes cuantos á estudios científicos ¿DE HISTORIA NATURAL. 35 se dedican, vienen de molde á mi manera de considerar las colecciones de los amigos que trato, que sudando y trabajando salen del montón anónimo, y que no quiero que luego, por su modestia, den motivo á que puedan decir: «Hoy comprendo querel ST... . aprovechóse cuanto pudo de mis pobres indica- ciones y tiempo tendremos de probar que algunos de los fa- mosos hallazgos que ha publicado (1) no los hubiera hecho sin mi humilde concurso. Yo, haciendo de pobre obrero de la ciencia...» Almagro, 6 Julio 95. »Que no se trata de pobres recolecciones ni de insignificante obrero de la ciencia, lo demuestra la presente relación, que tengo el gusto de presentar á esta respetable Sociedad, como lo haría gustoso igualmente de todo aquel que me proporcio- nara el placer de entretenerme un rato en el estudio de las plantas, que es una de mis distracciones; y de ahí la ligereza con que acometo estos trabajos que requieren más formalidad y cuidado, y sobre todo más independencia. Thalictrum favum L.—Villar del Cobo. Julio. Th. fetidum L.—Villar del Cobo y Tramacastilla. Julio. Th. tuberosum L.— Blancas. Mayo. Anemone Hepatica L.—Común en la Sierra. A. montana Hoppe, forma grandiflora.—A. Pulsatilla auct. tur. (an L.?).—Villar del Cobo, Bronchales. Junio. Véase acerca de esta forma cuanto digo en mi fascículo 6.” de las Vo!as botánicas; pues no me parece que corresponde con exactitud al tipo. Adonis estivalis L.—Blancas. Mayo. Ceratoceohalus incanus Stev.—Blancas. Abril. — — forma A ldarracint Pau.—Pozuel. ll Sr. Almagro incluye en su lista el C. falcatus P. tipo. No lo he visto, ni lo creo probable. El C. /alcatus auct. arag. creo que es igual al €. incanus Stev. ¿Que pudiera existir? No hay duda; pero es otra cuestión. Ranunculus confusus Gr. et Godr., forma heterophylla, car- pellis hispidis.—Blancas, en Charconde. Agosto. (1) Me consta, aunque no he leído ni visto nada, que esos descubrimientos han sido publicados en el extranjero, ocultando el nombre del descubridor Sr. Almagro. 36 - ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Me parece que esta especie no se indica en Aragón. El re- ceptáculo es francamente peloso, y los frutos en el ápice con pelos cerdudos. El Sr. Almagro trae en su lista de la misma localidad el R. trichophyllus Chaix; no lo he visto, y por si estaba equivo- cado he repasado mis apuntes tomados á medida que revisaba sus plantas, y tampoco aparece tal especie. El R trichophyllus difiere por las hojas uniformes y pedúnculus más largos que las hojas. Esta misma especie, de hojas uniformes, se encuen- tra abundante en Monreal del Campo (Benedicto, V-1894), que es la variedad submersus Freyn. El R. trichophyllus Chaix en Calatayud (B. Vicioso; 19 de Octubre de 1894). R. flabellatus Desf. var. cinerascens Freyn.—R. Monspeliacus Asso! (et auct.).—Al pie del monte Herrera. Julio. Esta forma es interesantísima para conocer el verdadero R. Monspeliacus de Asso, que, como decía en mi fascículo 6.”, página 9, no se encuentra en España mas que en Llangostera (Gerona), descubierto y recogido por D. Federico Trémols en Abril del año 1886, y allí propuesto como nuevo para la Flora española. La forma del monte Herrera es muy parecida al R. fabella- tus Desf., var... de Cadaques (Trémols) y Reverchon, 2/. de 'And., núm. 455 (1889). R. gramineus L.—Blancas. Junio. R. sceleratus L.—Blancas. Junio. R. arvensis L.—Tramacastilla. Julio. R. Alee Willk.—Blancas. Mayo. Helleborus fetidus L.—Calomarde. Mayo. Naigella divaricata Beaupré. Tramacastilla. Julio. La lista coloca, en vez de ésta, la V. arvensis L., que no he visto, ni es probable su existencia. Delphinium hispantcum Willk.— Tramacastilla. Junio. El catálogo trae también como diferente el D. orientale Gay. var. hispanicum Pau, cuando son sinónimos. (Véase Vol. crit. sur les pl. distr. en el «Bulletin de Association A pág. 6, núm. 2.) Por estas determinaciones deduzco que en el estudio de las plantas del Sr. Almagro anduvieron varios botánicos. La va- riedad hispanicum en Blancas. DE HISTORIA NATURAL. 37 Berberis hispanica B. R.—Tramacastilla; fruct. Agosto. Papaver Rheas L.—General? P. argemone L.—Blancas. Abril. P. hybridum L.—Blancas. Abril. Remeria hybrida DC.—Blancas. Mayo. Glaucium corniculatum Curt.—Blancas, Tramacastilla. Mayo- Agosto. Chelidonium majus L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Hypecoum gradiftorum Benth.—Blancas, Tramacastilla. Todo el año. Me parece que esta especie, que no he visto, ha de pertene- cer al 4. procumbens L. Véase mi opinión en las páginas 6 y 7 de mi fascículo 5." H. pendulum L.—Blancas, más rara. Julio. Fumaria Vaillanti Lois.—Blancas. Junio. F. cespitosa Loscos.—Blancas. Junio. F. spicata L.—Tramacastilla. Junio. Eruca vesicaria Cav.—Blancas. Todo el año. Diplotazis Barrelieri DC.—Blancas. Julio. También cita el Catálogo, con duda, la D. brassicoides Rouy en el mismo sitio; no la he visto. La muestra remitida no lo es. Esta especie, únicamente indicada en Aragón por Asso, ha sido observada en los sitios estériles de Monreal del Campo por D. Juan Benedicto, en donde añade que abunda. Malcolmia africana R. Br.—Ojos negros. Junio. Mathiola tristis L. var. hispanica Pau.—Blancas. Mayo y Julio. Erysimum Kunzeanum B. R.—Blancas. Junio. E. australe Gay.—Tramacastilla. Mayo. E. perfoliatum Crtz.—Blancas, Tramacastilla. Todo el año. Sisymbriuwm asperum L. as Mayo. S. [rio L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. S. Sophia L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. VNasturtium pyrenaicum R. Br.—Monte Herrera. Mayo. DV. oficimale R. Br.—Blancas. Todo el año. Arabis auriculata Lam.—Blancas. Mayo. A. hirsuta Scop.—Monte Herrera. Junio. Alyssum calycinum L. b) hispidum Pau. — Tramacastilla, Blancas. Mayo. Puede existir en alguno de los dos pueblos el tipo. A. campestre L.—Blancas. Junio. 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Existe una discusión entre el Sr. Zapater y el Sr. Reverchon: el primero afirma que se encuentra en la Sierra; el segundo lo niega. Puede estar tranquilo el Sr. Zapater; consta en mi herbario recolectada por usted mismo. A. spinosum L.—Tramacastilla. Junio. A. serzyllifolium Desf.—Blancas. Junio. K. Peyronstanum Gay.—Blancas. Mayo. Mentocus linifolius Desv.—Blancas. Mayo, Junio. Clypeola Jonthlaszi L.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. Draba Zapaterii Willk. — Tramacastilla, Villar del Cobo: Mayo. Hay que tener en cuenta que la D. hispanica B. R. puede confundirse con ésta; la muestra de Tramacastilla la he visto, pero no la de Villar del Cobo. Y digo esto, porque la D. hispa- nica se encuentra en Guadalaviar y no ha sido todavía reco- gida por los Sres. Zapater, Benedicto y Almagro. — Véase Not. bot., fasc. 4.”, pág. 17, en donde indico la única manera de distinguirlas, faltando las flores. Puede consultarse tam- bién el fascículo 6.” D. verna L.—Blancas. Mayo. Camelina microcarpa Andrz.—Blancas. Mayo. Biscutella awriculata L.—Blancas. Mayo. B. pyrenaica Willk.!—Blancas. Mayo, Junio. 4 thionema ovalifolium Boiss.—Blancas. Mayo. Thlaspi alpinum Jacq.—Blancas. Abril, Mayo. Th. perfolitatum L.—Blancas. Mayo. Lepidium sativum L.—Tramacastilla. Mayo. L. hirtum DC. b) parviflorum Pau.—Blancas. Mayo. : El Sr. Almagro indica además una variedad pauciflora en Blancas. L. graminifolium L. b) sufruticosum Pau, Not. bot., fas— ciculo 6."—L£. /beríis Almagro.—Tramacastilla. Junio. L. latifolium L.—Tramacastilla. Junio. Rapistrum rugosum All. Cistus laurifolius L.—Noguera, Blancas, Bronchales. Julio. Tuberaria vulgaris Willk.—Blancas. Junio. Helianthemum paniculatum Dun.— Tramacastilla, Blancas. Mayo. HA. ledifolium W. b) micropetalum Coss.—Blancas. Mayo. H. intermedium Thib.—Blancas. Mayo, Jnnio. DE HISTORIA NATURAL. 39 HA. montanum Vis. incanum acutifolium Willk. — Blancas. Junio. Ñ A. glaucum (Cav.) 7. erectum.— Blancas. Junio. H. vulyare G. favum genuinum, discolor oblongifolium WiUk. —Tramacastilla. Junio. H. polifolium P. var. angustifolium Koch. —Tramacastilla. Junio. H. hirtum P.—Blancas. Junio. H. umbellatum Mill.—Blancas, Monte Herrera. Julio. A. Fumana Mill.— Tramacastilla, Blancas. De Mayo á Sep- tiembre. Viola arenaria DC.—Blancas. Mayo. V. arvensis Murr., forma tasifolia Pau, Not. bot., fasc. 6."— Blancas. ? Reseda aragonensis Los. Pard.—Blancas. Mayo. R. lutea L.—Blancas. De Mayo á Septiembre. R. virgata B. et R.—Monte de Herrera. Junio. Cf. Pau, Vot. bot., fase. 6.”, pag. 20. Parnasia palustris L.—Bronchales, Griegos. Septiembre. Polygala rosea Desf.var. occidentalis Willk.-Ojos negros. Julio. P. calcarea F. Schultz.—Tramacastilla. Mayo, con la varie— dad subrosea Loscos, que no conozco. Silene inflala Sm.—Blancas. Junio. 8. conica L.—Blancas. Junio. S. nutans L. var. viridella Otth. —Blancas. Junio. 5. nevadensis Boiss.—Blancas. Julio? Melandryum pratense Boehl.—Monte Herrera. Julio. También indica el Sr. Almagro en el mismo sitio el M. sil- vestre Roehl., que no he visto ni conozco de Aragón. Agrostemma Githago L.—Tramacastilla. Junio. Saponaria ocymoides L.—Monte Herrera. Junio. Vaccaria parviflora Mench., forma grandiflora Pau, Vol. bot., fasc. 6."—YV. grandiflora J. et Sp.—Blancas. Junio. Dianthus Armeria L.—Prados del Monte Herrera. Junio. D. laricifolius B. et R.—D. Caryophyllus Asso.— Tramacas- tilla. Junio. Hoy creo que el D. laricifolius Asso constituye en totalidad el D. Caryophyllus de Asso. D. brachyanthus Boiss. var. alpinus Willk.—Tramacastilla, Junio. 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA D. lusitanicus Brot.—Riscas de Herrera. Junio. Mi D. furcatus de la página 24 y fasciculo 4.” es una forma poco diferente. ' Alsine tenuifolia Crtz.—Blancas. Junio. Arenaria montana L.—Monte Herrera. Junio. A. Loscostí Tex.—Blancas. Junio. Stellaria media Vill.—Blancas. Abril. Cerastium perfoliatum L.—Blancas. Abril. Holosteum umbellatum L.—Blancas. Mayo. Linum sufruticosum L.—Blancas. Junio. L. Narbonense L.— Blancas. Junio. Malva trifida Cav.—Tramacastilla. Junio. Geranium pyrenaicum L.—Tramacastilla. Junio. G. molle L.—Al pie de las riscas de Herrera. Junio. G. lucidum L.—Idem, id. Erodium cicutarium L'H.—Todo el año. Hypericum hyssopifolium Vill.—Tramacastilla. Junio. Única localidad aragonesa. H. perforatum L.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Rhamnus lyciordes L.—Gea, Blancas. Mayo. Rh. pumila L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. Rh. Alaternus L.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. Rh. Frangula L.—Orihuela, Al. Septiembre. Genista purgans DC.—Bronchales, Orihuela. Julio. G. pilosa L.—Ojosnegros, en la Sierra Herrera. Julio. G. florida L.— Riscas de Bronchales. Julio. GF. Lobelii DC.—Blancas, comunisima. Junio. También abunda en Monreal del Campo (Benedicto), y tam- bién es conocida con el nombre vulgar de Zoyago. G. Scorpius DC.—Blancas. Junio. G. hispanica L.—Orihuela. Julio. Argyrolobium Linneanum Walp.—Tramacastilla. Junio. Ononis rotundifolia L.—Tramacastilla. Julio. O. Natrizx L.—Tramacastilla. Junio. O. procurrens Wallr.—Tramacastilla. Junio. Anthyllis Webbiana Brot. R., forma hispida.—Blancas. Mayo, Junio. Véase mi parecer acerca de esta planta aragonesa en el fas- cículo 6.” y pág. 43. Medicago sativa L.—Blancas. Mayo. DE HISTORIA NATURAL. 41 M. minima Lam.—Blancas. Junio. M. Gerardi Kit.—Blancas. Junio. Trifolium rubens L.—Blancas, Tramacastilla. Julio. T. arvense L.—Blancas. Julio. T. resupinatum L.—Prados del Monte Herrera. Julio. T. repens L.—Blancas. Junio. T. celtibericum Pau.—Blancas. Junio y Julio. Astragalus hamosus L.—Tramacastilla. Junio. A. austriacus L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. A. turolensis Pau. — Blancas, Tramacastilla. Junio muy común. A. incurvus Desf.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. A. macrorhizus Cav.—Blancas. Mayo. A. muticus Pau.—Villar del Cobo. Julio. Sus diferencias y sinonimia en mi fascículo 6.”, pág. 46. Vicia striata M. B.—Tramacastilla, Blancas. Junio. V. onobrychioides L. b) microphylla Willk.—Blancas. Julio. V. tenuifolia Rth.—Blancas. Julio. Orobus canescens L. f.—Blancas, Tramacastilla. Julio. Ervum hirsutum L.—Monte Herrera. Junio. Hippocrepis glauca Ten.—Blancas. Junio. H. comosa L.—Tramacastilla. Junio. Coronilla minima L.—Tramacastilla. Junio. Prunus spinosa L.—Tramacastilla, Blancas. Junio. P. Mahaleb L.—Tramacastilla, Noguera. Julio. Spirea Pilipendula L. — Tramacastilla, Blancas. Junio- Agosto. Geum urbanum L.—Villar, Blancas. Mayo. E. mvale L.—Villar. Mayo. Potentilla opaca L.— Blancas. Abril. P. verna X subacaulis Pau.—Blancas. Abril. P. subacauli Xx verna Pau.—Blancas. Abril. P. verna L.—Blancas. Abril. P. Nevadensis Boiss.—Blancas. Abril. Aunque no he visto esta planta, no considero dudosa su existencia, por parecerme haberla recogido en Peñagolosa, según dije en mi fascículo 6.”, pág. 46. Le rogaré al Sr. Alma- ero me regale algún pliego. P. velutina Lehm.—Blancas. Mayo. P. reptans L.—Blancas. Junio. 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA P. rupestris L.—Bronchales, Herrera. Junio. P. argentea L.—Orihuela, Ojosnegros. Junio-Septiembre. P. recta L.—Monte Herrera. Julio. Como nueva para la flora aragonesa. P. hirta L.—No lleva el Catálogo esta especie, que recibí y guardo en mi colección, según hago constar en la pág. 49 de mi fascículo 6.” con estas palabras: «La muestra del Sr. Alma- gro parece pertenecer al tipo y no á la variedad angustifolia (P. angustifolia DC. =P. leta Rehb.).» P. pensylvanica L.—Tramacastilla, Villar. Junio. Rosa micrantha Sm.—Blancas. Junio. R.dunalis Bedwt.—Blancas, Tramacastilla. Junio. R. myriacanthir DC.—Blancas. Junio. R. rubiginosa L.—Pozuel. Junio. R. canina L.—Blancas. Julio. Poterium dictyocarpum Spach.— Blancas, Tramacastilla. Julio. Sorbus Aria L.— Tramacastilla, en las riscas de las Hoces. Agosto. Amelancher vulgaris M. -- Tramacastilla, Blancas. Mayo, Junio. Epilobium parviflorum Schreb.—FPramacastilla. Agosto. E. mrsutum L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Bryonta dioica L.—Blancas, Ojosnegros. Telephium Imperati L.—Ojosnegros, Blancas. Julio. Paronichia argentea Lam.— Blancas. Mayo. Herniaria glabra L.—Blancas. Mayo. Pistorina hispanica DC.—Blancas. Agosto. Scleranthus annuus L.—Blancas. Junio. Sedum album L.—Tramacastilla, Blancas. Junio. S. amplezicaule DC.—Tramacastilla, Blancas. Junio. S. brevifolium DC.—Tramacastilla, Monte Herrera. Julio. Ribes Uva crispa L.—Tramacastilla, Villar del Cobo. Julio. R. alpinum L.—Villar del Cobo. Julio. Sazifraga carpetana B. et R.—Blancas. Junio. Caucalis daucoides L— Blancas. Mayo. Angelica villosa Las. —Tramacastilla: flor, Junio; fr. Sep- tiembre. Bupleurum rolundifolium L.— Tramacastilla. Junio. B. opacum Lge.—Tramacastilla, Blancas. Mayo. DE HISTORIA NATURAL. 43 B. rigidum L.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Trinia vulgaris DC.—Blancas. Mayo. Scandiz australis L.—Blancas. Junio. Viburnum Lantana L.—Tramacastilla. Agosto. Lonicera hispanicu Boiss.—Riscas de Bronchales. Junio. Lonicera Etrusca Santi.—Monte Herrera. Julio. Lonicera Xylosteum L.—Tramacastilla, Noguera. Agosto. Galium tricorne With.—Blancas. Mayo. Sherardia arvensis L.—Blancas. Mayo. Crucianella angustifolia L.—Blancas. Mayo. Centranthus Calcitrapa DC.—Blancas. Junio. Valeriana oficinalis L.—Villar del Cobo. Agosto. V. tuberosa L.—Tramacastilla, Blancas, Pozuel. Mayo, Junio. Valerianella carinata Lois.—Blancas. Mayo. Solidago Virga aurea L.—Tramacastilla. Julio. Dipsacus pilosus L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Linosyris vulgaris Cass. b) pratensis.—Guadalaviar, Bron- chales. Agosto. Aster Willkommit C. H. Sch.—Tramacastilla, Blancas. Julio. A. acris L,—Tramacastilla. Septiembre. Bellis perennis L.—Blancas. Todo el año. 5. celtivericus Pau.—Tramacastilla, Dehesa de Guadalaviar. Agosto. Artemisia Assorma Willk.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Anthemis tinctoria L.—Villar del Cobo. Junio. Pyrelrum pulverulentum Lag. d) alpinum.—Monte Herrera. — =- b) favum.—Blancas. Julio. Acerca de esta especie polimorfa véase mi opinión Vot. bof., fasc. 6.”, pág. 61. Achillea tomentosa L.—Blancas. Mayo-Julio. A. microphylla W.—Blancas. Junio. A. Zapaterii Pau.—Guadalaviar, Orihuela. Septiembre. Ormenis nobilis Gay.—Monte Herrera. Julio. Imula montana L.—Tramacastilla. Agosto. Jasonta tuberosa DC.—Tramacastilla. Blancas. Agosto. J. glutinosa DC.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Pilago spathu!ata Pr.—Pozuel. Agosto. Echinops Ritro L.—Tramacastilla, Blancas. Julio-Septiembre; Onopordum acaule L.—Blancas. Julio. Picnomon Acarna Cass.—Blancas, Tramacastilla. Julio. 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cirsium castellanum W.—Tramacastilla. Julio. C. lanceolatum Scop.—Tramacastilla, Blancas, Agosto. C. Odontoleyis Boiss.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. C. acaule All. b) microcephalum Wk.—Tramacastilla, Blan- cas. Julio. Carduus Gayanus Dur.—Blancas. Mayo. Este es el Carduus núm. 2623 de Loscos, supl. 2.*, pág. 187, según dije en la pág. 66 del fascículo 6.” Carduncellus mitissimus DC.—Tramacastilla. Junio. C. Monspeliensium Al.—Tramacastilla, Blancas. Junio. Centaurea lingulata Lag. — Guadalaviar, Monte Herrera. Mayo y Septiembre. C. Cyanus L.—Tramacastilla. Mayo. C. cephalariefolia Wk.—Tramacastilla, Blancas. Junio-Sep- tiembre. C. tenuifolia Duf.—Blancas. Julio. C. ornata W.—Blancas, Tramacastilla. Agosto. C. amara L.—Guadalaviar. Agosto. Kentrophyllum lanatum DC.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Crupina vulgaris Cass.—Tramacastilla, Blancas. Julio. En Blancas, además la forma microplera. Jurinza humilis Willk.—Blancas. Junio. serratula albarracinensis Pau.—Blancas. Julio. Leuzea conifera L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Atraciylis humilis L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Xeranthemum inapertum W.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Catanauche cerulea L.— Blancas. Junio. Lapsana communis L.—Tramacastilla. Mayo. Tarazxacum obovatum DC.—Blancas. Mayo, Septiembre. Lactuca muralis Gertn.—Bronchales. Mayo. L. tenerrima Pourr.—-Tramacastilla. Mayo. Zollikoferia pumilla DC.—Blancas. Julio. Hieracium Pilosella L.—Tramacastilla. Julio. HA. jabalambrense Pau.—Blancas. Junio. La sinonimia de esta especie es 12. Eliseanum Arv. Touv.! = HA. aragonense Scheele var. Trae el Catálogo, del mismo Blancas, un 47. Reverchonit Willk. que desconozco en absoluto. Andryala ragusina J.— Tramacastilla. Junio. Scolymus hispanicus L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. DE HISTORIA NATURAL. 45 Xanthium Strum r:um L.—Tramacastilla, Blancas. Agosto. Y. spinosum L.—Blancas. Septiembre. Jassione montana L.— Blancas. Specularia castellana Lange.—Blancas Campanaula lusitanica L.— Monte Herrera. Julio. Con este nombre hase dado en España otra especie, para nosotros muy diversa; por lo que precisa consultar mi fas- cículo 6.” y páginas 76 y 77. : C. Erinus L.— Blancas. Junio. Arctostaphylos Uva ursi Spr —Blancas, Tramacastilla: flor, Mayo; frut. Septiembre. Primula oficinalis Jaq.—Tramacastilla. Mayo. Androsace maxima L.—Blancas. Mayo. Glauzx maritima L.—Blancas, en Charcondo. Julio. Coris monspeliensis L.—Blancas. Junio. Ligustrum vulgare L.—Tramacastilla. Julio. Jasminum fruticans L.—-Tramacastilla. Junio. Vincetozicum nigrum L.—Tramacastilla, Ojosnegros. Julio. Erythrea Barrelierí Duf. —forma? (E. turolensis Pau?).— Tramacastilla, Blancas. Julio. También trae el Catálogo la YE. Centaurium P. con duda, que no he visto. La £. turolensis se aparta de la Z. major H. et L. = Y. Bar- relierz Duf. por sus hojas radicales más cortas, más anchas y corolas menores. E. tenuiflora H. et L.— 4. pulchella Er. b) maxima.—E. lati- Jolía auct. hisp (Pau, Vot. bof., fasc. 6.”, pág. 79).—Villar del Cobo. Agosto. Convolvulus lineatus L.—Tramacastilla, Blancas. Sympytum A lmagroí Pau, Not. bot. fasc. 6.”, págs. 79.— Río de Tramacastilla. Junio, 1894. El Catálogo trae el $. tuberosum L. de Tramacastilla, pro- bablemente refiriéndose al anterior, pues yo no vi otro; y si asÍ fuera, extraño la determinación comunicada, porque nada tiene que ver, especificamente, el S. 4lmagroi con el 5. tube- rosum, por sus corolas pequeñas y por el hábito de S. mediter- rancum K. Lithospermum fruticosum L —Blancas, Tramacastilla. Mayo. L. oficinale L.—Tramacastilla. Junio. L. arvense L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Echium vulgare L. —Blancas, Tramacastilla. Mayo, Sep- tiembre. Con seguridad en estas localidades el £. favtum Desf. tam- bién. Ya há tiempo que D. Bernardo Zapater lo recogió en la Sierra. Myosotis stricin Lk.—Monte Herrera. Junio. Cynog 'ossum cheirifolium L.—Blancas. Junio. Asperugo procumbens L —Blancas, Tramacastilla. Julio. Solanum nigrum L.—Blancas, Tramacastilla. Septiembre. S. Dulcamara L.—Tramacastilla. Julio. Anarrhinum bellidifolium Desf.—Tramacastilla. Agosto. Linaria robusta Loscos.—Blancas. Junio-Septiembre. L. Tournefortii Loe.—Monte Herrera. Julio. L. hirta M.—Blancas. Mayo. L aragonense Loscos.—Blancas. Mayo. L. melanantha B. « R.—Blancas. Abril. L. crassifolia DC.—Blancas. Mayo. L. delphinioides Gay.—Monte Herrera. Julio. L. repens Mill. —Blancas. Junio. Veronica jabalambrensís Pau.—Monte Herrera, Tramacasti- lla, Pozuel. Junio-Agosto. En alguna de las localidades indicadas la Y. Assocum Willk. — La Y. jabalambrensis Pau (1887)= V. commutata Willk. (1891). Cf. Vot. bot., fase. 6.”, páginas 84 y 85. V. polita Fr.—Blancas. Mayo. V. hederafolia L.—Blancas. Junio. El Sr. Almagro indica en la lista la Y. arenaria? (nombre que desconozco) cerca de Blancas, en las Riscas del Orcajo. ¿Quiso escribir Y. arvensis? Digitalis purpurea L. b) tomentosa Wbb.—Bronchales. Agosto. D. obscura L —Tramacastilla, Blancas.—Junio-Agosto. Odontites longiflora Wbb.— Tramacastilla, Blancas. Sep- tiembre. O. commutata Pau, Not. bot., fasc. 6.”, pag. 85.—0O. viscosa auct. tur. — 0. hispanica auct. arag. — Tramacastilla. Sep- tiembre. O. albarracinensis Pau in litt. ad Almagro.—O. aragonensis Willk.!—Noguera, camino de Tramacastilla. Agosto. El Sr. Almagro fué el primer naturalista que descubrió esta especie nueva; comunicó el descubrimiento á los Sres. Zapa- DE HISTORIA NATURAL. 47 ter y Reverchon, y este último viajero la publicó en el extran- jero como cosa suya, ocultando el nombre del verdadero des- cubridor. O. rubra P.—Tramacastilla. Julio. Origanum valgare L —Tramacastilla, Bronchales. Agosto. Thymus Mastichina L.—Tramacastilla. Junio. T. angustifolius P.—Blancas. Junio. Calamintha al, ina Bth.—Monte Herrera. Junio. Salvia lavandulefolia Vahl.—Blancas, Tramaeastilla. Julio. S. BEthiopis L —S. argentern Clem.—Blancas, Tramacastilla. Junio. S. Verbenaca L.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. S. pratensis L.— Monte Herrera. Junio. Marrubium vulgare L —Blancas, Tramacastilla. Junio-Sep- tiembre. Brunella vulgaris L.—Tramacastilla. Mayo. B. hyssop3folin Lamk.—Monte Herrera. Junio. B. alba Pall.—Monte Herrera. Junio. NVepeta Nepetella K.—Tramacastilla. Mayo. V. amethystina Desf.—Blancas Junio. Lamium amplexicaule L. — Blancas, Tramacastilla. Mayo- Agosto. Ballota nigra L.—Blancas, Tramacastilla. Junio-Septiembre. Phlomis Herba-venti L.—Blancas. Septiembre. Sideritis hirsuta L.—Tramacastilla. Mayo. S. Spinosa Lam.—Blancas. Junio-Agosto. S. montana L.—Blancas. Junio. Ajuga Chamepilys Schreb.—Blancas. Junio. Teucrium expassum Pau.—T. capitatum Loscos. —Tramacas- tilla. Julio. T. Chametrys L.—Blancas. Junio. T. gnaphalodes Vahl.—Blancas. Junio. Verbena oficinalis L.—Blancas, Tramacastilla. Julio. Plantago serpentina Vill.—Blancas. Mayo. P. carinata Schrad.— Blancas. Orihuela, Guadalaviar. Sep- tiembre. P. Lagopus L.—Blancas. Junio. P. lanceolata L.—Blancas. Julio. =— var. eriophylla.—Guadalaviar. Julio. P. albicans L.—Blancas. Julio. 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Armeria allioides Boiss.—Blancas. Julio. Globularia valentina Ort.—Pozuel. Junio. Amarantus viridis L.—Tramacastilla. Agosto. Blitum virgatum L.—Tramacastilla, Orihuela. Septiembre. Kochia prostrata Schrad —Daroca, Teruel. Septiembre. Rumez intermedius DC.—Blancas. Agosto. También viene indicado el R. papillaris B. « R., que no he visto. Polygonum aviculare L. var. veyetum.—Blancas. Julio. Thymelea thesioides Endl.—T%. pubescens Loscos!—Blancas. Mayo-Agosto. Thesium divaricatum A. DO.—Th. linophyllum Asso.—Blan- cas. Julio. Ozxyris alba L.—Blancas. Julio. Aristolochia Pistolochia L.—Blancas. Junio. Euphorbia serrata L.—Blancas. Junio. E. polygalefolta Boiss.—Blancas. Julio. Quercus Tozza Bosc.—Noguera, Bronchales. Octubre. Q. Lusitanica Lam.—Tramacastilla. Septiembre. Saliz alba L.—Tramacastilla. Junio. $. ¿2mcana Schrad.—Tramacastilla. Septiembre. Ephedra scoparia Lee.—Blancas. Junio. Merendera Bulbocadium Ram.—Blancas, Tramacastilla, Ori- huela. Agosto, Septiembre. Colchicum triphyllum Kze.— Blancas, Tramacastilla. Sep- tiembre, Marzo. Ornithogalum beticum Bois.—Blancas. Julio. El Catálogo lleva un 4/l1um multiflorum Desf., variedad Zapaterí sin autor alguno. Es muy difícil que este tipo se en- cuentre en la Sierra de Albarracin. Muscari racemosum DC.—Blancas. Abril. M. comosum Mill. — Monte Herrera. Julio. Asphodelus fistulosus L.—Blancas. Agosto. A. carasiferus Gay.— Blancas. Julio. Polygonatum vulgare Desf. —Tramacastilla. Junio. Varcissus triandrus L. (Asso). — Meneras de Ojosnegros. Mayo. N. juncifolius Lag. b) parviflorus.—Blancas. Febrero-Abril. N. Bulbocodium L.—Blancas, Bronchales, Griegos, Villar del Cobo. Marzo. A AAA DE HISTORIA NATURAL. 49 Orchis carpetana Willk.— Monte Herrera. Junio. O. laziflora Lam.—Monte Herrera. Junio. Luzula montana DC.—Blancas. Mayo. Ni he visto esta planta, ni conozco esta especie. Carez dio0ica L.—Blancas. Abril. No he visto muestras de esta especie. C. muricata L.—Blancas. Junio. C. glauca Scop.—Blancas. Abril. C. humilis Legss.-—Blancas. Abril, Marzo. C hordeistichos Vill.—Blancas. Mayo. Anthozanthuwm odoratum L.—Blancas. Mayo. Alopecurus castellanus B. et R.— Blancas. Junio. Echinaria capit1ta Desf.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Mibora verna P. B.—Blancas. Abril. Pertenece esta plantita á género nuevo en la flora arag'o- nesa, descubierta el año anterior por D. Benito Vicioso. Agrostis truncatula Parl.—Tramacastilla. Junio. No indicada en Aragón hasta el día. Stipa barbata Desf.—Tramacastilla, Blancas. Julio, Agosto. S. Lagasce P. B.—Blancas. Julio. Piplatherwm paradozum P. B.—Cristo M. Herrera. Julio. Aira lendigera Lag.—Blancas. Julio. Avena bromoides Gm.—Blancas. Julio. Trisetum ovatum P.—Blancas. Julio. Kelleria vallesaca Gau.—Blancas. Mayo. LK. phieoides P.—Blancas. Mayo. Schismus marginatus P. B.—Blancas. Julio. Poa bulbosa L.—Blancas. Mayo. P. pratensis L.—Blancas. Mayo. Briza media L.—Tramacastilla. Julio. Melica Magnolií Godr.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Scleropoa rigida Gris.—Blancas. Julio. Dactylis glomerata L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. Molineria minuta Parl.—Blancas. Julio. Cynosurus elegans Desf.—Blancas. Mayo. Festuca ovina L —Blancas. Julio. F. indigesta Boiss.—Blancas. Julio. F. Hystriz Boiss.—Blancas. Julio. Bromus arvensis L.—Tramacastilla, Blancas. Julio. 5. Tectorum L.—Blancas. Julio. ACTAS DE LA SOC. ESP — XXV. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA B. rubens L.— Blancas. Julio. B. erectus Huds.—Blancas. Mayo. B. mollis L.—Blancas. Mayo. Elymus Caput Meduse L.—Blancas, Tramacastilla. Julio. LEgilops ovata L.-—Blancas, Tramacastilla. Julio. Wangenheima Lima Trin.—Blancas. Julio. Lolium rigidum Gaud.—Blancas. Mayo. Nardurus tenuiflorus Boiss.—Blancas. Junio. N. Lachenalii Godr. b) aristatus Bss.—Monte Herrera. Julio. Ceterach oficinarum W.—Blancas, Tramacastilla. Mayo. Polypodium vu/gare L.—Blancas, Tramacastilla. Junio. Asplenium leptophyllum Lag. Rodr.—Blancas. Junio. A. Trichomanes L.— Blancas. Junio. A. Adiantum nigrum L.—Blancas. Julio. Cystopteris fragilis Bernh.—Blancas. Junio. Adiantum Capillus Veneris L.—Tramacastilla. Junio. ADICTA Helianthemum lineare P.—Blancas. Junio.—Crategus mono- gyna Jacq.— Blancas. Mayo.— Silene nutans L. var. viridella Otth.— $. viridiflora Asso!—Monte Herrera. Junio.— Reseda Iuteola L.—Blancas. Mayo.—Anthericum intermedium Willk.— Blancas. Agosto.—Dipcadi fulvum Webb.—Blancas. Agosto.— Periballia hispanica Trin.—Teesdalia nudicaulis R. Br.—Sesel? montanum L.—Cynodon Dactylon P.—Silene nevadensis Boiss. —Crucianella angustifolia L.—Lepidium fruticosum L.— Ruta montana L.—Calamintha rotundifolia Willk.—A llium panicu- latum L.—Scabiosa monspeliensis Jacq.—Preslia cervina Fresen. —Veronica Anagallis L.—Carlina vulgaris L. b) spinosissima Willk.— Mentha tomentella He's. Lk.—Centaurea Pouzini DC. — A ndropogon Ischenum L.—Scilla autumnalis L. (Montes de Blancas; Sept. 1895, como nueva para la flora aragonesa).— Armeria plantaginea W. (como nueva también en Aragón).— Rhamnus Cathartica L. (Tramacastilla). — Datum Tatula L. (Tramacastilla). —4pA4yllanthes Monspeliensis L.—A lltum sphe- rocephalum L. (Tramacastilla). —Agrostis nebulosa Boiss. < Rt. DE HISTORIA NATURAL. 51 — Leontodon carpetanus Lge. — Tarazacum erythrospermum Andrz.—Symphytum tuberosum L. (Consta en mis notas, toma- das al tiempo de revisar las muestras, á continuación del S. Almagroi; por lo cual lo dicho atrás debe pasarse por alto.) —Scorzonera crispatula Boiss.— Rhinanthus major Ehrh.— £Lu- zula campestris DC.—(lapsu calami ¿montana?— Orchis sestu- lata L.—Vicia onobrychioides L.—Thymus vulgaris L.—Cam- paniúla glomerata L. La adición del Catálogo no consta de tantas especies; pero he creído oportuno añadir las anotadas en mis apuntes y omi- tidas por el Sr. Almagro en su lista. También incluyo unas pocas que recibi estos días. Seria de mucho consuelo para mi que la presente lista fuera del agrado del Sr. Almagro. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 20 de Enero de 18096. PRESIDENCIA DE D. ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE MENESES. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —Tomó posesión la nueva Junta. —El Sr. Barras leyó y entregó para que sea remitida á Ma- drid y pase á la Comisión de publicación de los ANALES una Memoria acerca del género Acridium y géneros próximos que se han ido desmembrando de él. —Terminada la lectura, y no habiendo otros asuntos de qué tratar, se levantó la sesión. Sesión del 16 de Febrero de 18096. PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAUL. —Se leyóú y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Presidente dijo breves palabras manifestando el gusto con que la Sociedad veía llevadas 4 cabo las excursio- 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA nes que algunos de sus individuos tienen proyectadas con objeto de recoger ejemplares de los aerolitos que se dicen haber caído en esta provincia. —El Sr. Secretario leyó la siguiente nota: «Tenantita de Rto-Tinto. »Igenorando si hasta la presente ha sido descrita ú siquiera mencionada la tenantita de Río-Tinto, me ha parecido opor- tuno presentar á la Sociedad esta ligera nota, resultado del estudio de ejemplares de mineral conocido con el nombre de negrillos, que ha puesto á mi disposición nuestro distinguido consocio el Sr. D. Antonio González, el cual hizo una deter- minación del cobre de dichos negrillos con un objetivo pura- mente industrial. »Los ejemplares que he examinado muestran un color gris de acero muy uniforme. Su homogeneidad es completa, y al primer golpe de vista parece tratarse de una especie aislada y no de una mezcla, como realmente acontece. »Se trata, en efecto, de una mezcla equiponderal de galena y tenantita de densidad 6,19 á la temperatura de 21”,2 C., den- sidad muy aproximadamente igual á la teórica. El color, gris acerado, como he dicho, aparece brillante y metálico en la raya. La dureza es algo menor que la ordinaria de la tenan- tita y está comprendida entre 3,5 y 4. Tiñe de negro el bizco- cho de porcelana. »Funde al soplete, dando una escoria negra de grafito muy magnética. Sobre el carbón da fuerte olor sulfuroso y humos ligerísimos de antimonio, dejando un residuo pardo, muy frá- gil y no magnético. Este mismo residuo se obtiene también en el tubo abierto. »En el tubo cerrado da sublimado rojo en caliente y ama- rillo en frío, y algo lejos del punto de caldeo se depositan pequeñisimos cristales brillantes. »Calentado con la sosa en el tubo cerrado, deja un subli- mado blancuzco casi imperceptible y se desprenden vapores de fuerte olor arsenical. »El ácido nítrico lo ataca vivamente en frío, separándose azu- fre y un ligero depósito blanco debido á la presencia del anti- monio. DE HISTORIA NATURAL. 53 »La disolución filtrada y tratada por el minio en caliente no produce ni áun una tinta rosada, señal evidente de la ausen— cia del manganeso. »La disolución en el ácido nítrico diluído precipita en blanco por el ácido sulfúrico (plomo).» —El Sr. Barras leyó la siguiente Lista de los lguenes de Andalucia que existen en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla, coleccionados por D. Salvador Calderón. Leptogium sp.—Morón. Cladonia fimbriata. —Constantina. Marzo. — endiviefolia.—Sobre tierra. Alcalá de Guadaira, Mo- rón, Fuente Piedra. Julio. — alcicornis FIk.—Sobre tierra. Morón. Enero. = pyzidata Fr. var. pocillum Ach.—Sobre caliza descom- puesta. Alcalá de Guadaira. Mayo.—Constantina. Marzo. BEvernia Prunastri L.—Dos Hermanas, Constantina. Marzo. Ramalina fastigiata Ach.—Sobre encinas. Fuente Piedra. Ju- lio.—Constantina. Marzo. == evernioides Nyl.—Sobre pino. Dos Hermanas. Peltigera sp.—En el suelo. Constantina. Marzo. Parmelia caperata L.—Alcalá de Guadaira. — perlata? L.—Dos Hermanas. == conspersa Ehrh.—Sobre pizarra. Constantina. — tiliacea Ach.—Morón. Enero. — proliza Ach.—Sobre cuarcita. Constantina. Marzo. Usnea ceratites.—En el corcho. Provincia de Sevilla. — barbata Fr.—Constantina. Marzo. Physcia parietina L.—Tejados de Sevilla. Troncos de álamos.— Idem. Mayo.—Morón. Diciembre. — — L. var. ectanea Ach.— Morón. Enero y Julio. — stellaris L. var. aipolia Ach.—Constantina. Marzo.— Sobre encinas. Fuente Piedra. Julio. Umbilicaria pustulata Hoftm.—Fregenal (Badajoz). Squameria crassa D. C.—Sobre la tierra. Moron. Julio.—Sobre caliza. Alcalá de Guadaira. Mayo. = lentigera D. C.—Carmona. 54 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Squameria saxicola Poll.—Morón. Julio. Placodium callopisivum Ach.—Sobre caliza. Alcalá de Guadaira. — murorum Hoftm.—Tejados de Sevilla. Diciembre. — — circinatum Pers.—Morón. Enero. — fulgens D. C.—Sobre caliza descompuesta. Alcalá de Guadaira. Mayo. Lecanora conferta Daby.—Tejados de Sevilla. — cimerea Nyl. var. contorta.—Sobre caliza. Constantina. — subfusca Ach. var.?— Sobre paraiso. Sevilla. Di- ciembre. — atrynea Ach.—Sobre pizarra. Constantina. — campestris Schaer. —Sobre arenisca. Constantina. Marzo. — aurantiaca Nyl., var. erythrella Ach.—Sobre caliza. Alcalá de Guadaira. Mayo. Pertusaria sorediata Frier.— Morón. Enero. Urceolaria ocellata D. C.—Sobre una noria. Alcalá de Guadai- ra. Mayo. Lecidea vesicularis Ach.—Sobre la tierra. Alcalá de Guadaira. Verrucaria rupestris D. C. (Tallus cinereus).—Sobre caliza. Al- calá de Guadaira. Mayo. —El Sr. Cañal entregó una Memoria titulada Vuevas explo- raciones de yacimientos prehistóricos en la provincia de Sevilla. Sesión del 9 de Abril de 1896. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. —Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —(Quedaron admitidos como Socios D. Federico Oloriz, Catedrático de la Facultad de Medi- cina de la Universidad de Madrid, propuesto por D. José Rodríguez Mourelo, y D. Francisco Viñals y Torrero, Doctor en Medicina, propuesto por D. Enrique Pérez Zúñiga. [d)] ol DE HISTORIA NATURAL. —Se hizo una nueva propuesta. —El Sr. Bolivar, en nombre de nuestro consocio D. Miguel Cuni y Martorell, presentó un trabajo de que es autor este úl- timo, y que versa sobre la fauna entomológica de Calella, y en el cual se enumeran multitud de especies observadas en aquella región y se dan interesantes datos acerca de su ha- bitat y época en que aparecen. —El Sr. Rivas Mateo presentó una extensa Memoria titulada Apuntes para la flora de Cáceres, en la que después de un razo- nado prólogo acerca de la geografía botánica de dicha región y sus confines y condiciones naturales, se citan más de 2.326 especies de vegetales, muchos de ellos por primera vez encon- trados en aquella provincia. —La Sociedad acogió con gusto las citadas Memorias, y cumpliendo con lo dispuesto en el Reglamento acordó pasasen á informe de la Comisión de publicación. —El Sr. Calderón presentó también un trabajo de nuestro malogrado consocio D. Miguel Cala, acerca de la Geología de Morón y sus yacimientos diatomiferos. Dicha Memoria, que comprende las laboriosas investigaciones del Sr. Cala, quedó á su muerte algo incompleta y falta de ordenación, pero el se- , ñor Calderón y algún otro amigo del Sr. Cala han tratado de completarla y piensan que sería lastimoso dejar inédito tan importante trabajo. Acompañan á dicha Memoria numerosas fotografías, per— fectamente ejecutadas, de las diatomeas descritas, que pueden seguramente competir con los mejores trabajos de esta difícil parte de la fotomicrografía. —La Sociedad, haciéndose cargo de las razones expuestas por el Sr. Calderón, acogió dicha Memoria y acordó pasase á estudio de la Comisión de publicación. —El Sr. Calderón dió algunas noticias biográficas sobre el sabio ingeniero y geólogo mejicano D. Antonio del Castillo, fallecido en 27 de Octubre próximo pasado, en la capital de su país, á los 80 años de edad. Dijo que al expresar su senti— miento por tan sensible pérdida, pagaba una deuda de grati- tud hacia un hombre eminentísimo, á quien era acreedor de inmerecidas atenciones. Sucedió el Sr. Castillo á su famoso maestro D. Andrés del Río en la cátedra de mineralogía de la Escuela de Minería, 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA siendo después director de ésta, desde 1876 hasta su muerte, en cuyo tiempo aumentó las enseñanzas y colecciones de tan importante centro. Obra no menos trascendental fué la Comi- sión Geológica mejicana, que él fundó y presidió durante mu- chos años, y de cuya utilidad da testimonio la carta geológica de aquella República. El Sr. Castillo escribió numerosos trabajos sueltos sobre mi- neralogía mejicana, tanto monográficos como de conjunto, que desgraciadamente andan dispersos y que quizás él mismo hubiera coleccionado y depurado, como estaba haciendo tam- bién con su carta geológica mejicana. Otras importantes pro- ducciones de sabio tan preclaro, cuya actividad parecía crecer con los años, versaron sobre Paleontología, y entre ellos es verdaderamente admirable la monografía titulada Fauna fósil de la Sierra de Catorce, en colaboración con el reputado geó- logo D. José G. Aguilera. Cuantas veces asistió el finado á Congresos científicos en representación de su país, obtuvo las mayores distinciones, como fué concederle la presidencia de una de las sesiones en el de París de 1889 y formarle una vez valla de honor á la Salida de la sala en el de Washington de 1891. No pudo con- currir, como se proponía, al Congreso de Americanistas, pero á él dedicó su último trabajo científico, remitiendo una piedra hallada en Amanalco, que tiene una capa de lava en que se ven huellas de pies humanos. A este ejemplar concedía mu- -cha importancia como testimonio de la existencia del hombre prehistórico en Méjico. En todos los ramos de la ciencia geológica dejó rastro la actividad y el talento de D. Antonio del Castillo; pero además su gran cultura abarcaba otras diversas materias, y particu- larmente la literatura, de que era muy apasionado. Sabio, diligente, honrado y buen ciudadano, el finado llenó como - pocos su fecunda existencia. A A A A A A a AO e a cc: a A A AS E DE HISTORIA NATURAL. o SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 143 de Marzo de 418096. PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAÚL. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Presidente dió, ante todo, cuenta del fallecimiento de nuestro consocio D. Miguel Cala y Sánchez, dedicándole sentidas frases y encareciendo la necesidad de que alguno de los amigos del finado se encargara de escribir una noticia necrológica de éste, como se acordó, haciendo constar el uná- nime sentimiento de los miembros de la Sección por tan sen- sible é irreparable pérdida. —Fué admitido como Socio el señor D. José Joaquín Arráez y Carnás, propuesto en la sesión anterior por el Sr. Barras. —El Sr. Secretario participó el propósito de algunos señores Socios de la Sección encaminado á formar un Museo regional de productos naturales en Sevilla con los donativos y recolec— ciones de cuantas personas se interesan en el país por este género de estudios; y después de varias observaciones para el mejor éxito de tan loable propósito, quedó encargada la Junta directiva de hacer las gestiones preliminares para la conse- cución del proyecto. —El Sr. Barras dió cuenta de las noticias que ha podido reunir referentes á la percepción en Andalucía del gran fenó- meno de la explosión del bólido que tuvo lugar en Madrid el día 10 de Febrero último y de la supuesta caida de fragmen- tos del mismo en Mairena del Alcor y algún otro punto; diciendo respecto á ésta, que, no obstante asegurar algunas personas haberla presenciado, la verdad es que hasta ahora han resultado inútiles las gestiones hechas para confirmarlo, y que conviene suspender el juicio respecto á si ha habido 6 no proyección de fragmentos en la provincia de Sevilla. 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —El mismo señor se ocupó después de un trabajo del señor Calderón sobre la «Estructura del terreno terciario del Gua- dalquivir en la provincia de Sevilla», publicado en el Boletin de la Comisión del Mapa Geológico de España, 1896. —El Sr. Cañal leyó la nota siguiente: «El Sr. D. José Vega, vecino de la inmediata ciudad de Car- mona y aficionado á los estudios prehistóricos, ha publicado en La Andalucia del 20 del pasado Febrero una carta, en la que se ocupa principalmente de los hallazgos arqueológicos realizados en el último mes, entre los cuales sobresale uno que completa la relación de los que tuve el honor de dar cuenta á la Sociedad en la sesión anterior. »Dice así el Sr. Vega: »Por un querido amigo nuestro nos ha sido donada una lanza de bronce (?) de 16,50 mm. de largo y 0,04 mm. de ancho. Su figura es alargada y puntiaguda, los bordes afilados y cor- tantes, y relativamente bien forjada, constituyendo por esta circunstancia uno de los ejemplares más notables del período de los metales que hemos visto en esta región. »El descubrimiento de esta punta de lanza en la necrópolis de la Cruz del Negro, es un dato más para su historia y au- menta el número de los objetos encontrados en este sitio, que tiene un nombre conocido entre los célebres yacimientos de Carmona. »De la misma sepultura donde fué hallada la lanza extrajo el descubridor, entre los carbones, varios pedazos de cobre convertidos casi en escorias. »La circunstancia de ser esta lanza la primera encontrada en dicho lugar (al menos nosotros no tenemos noticias de otras), aquilata su valor y es un nuevo aliciente, pues la com- pleta exploración de la necrópolis, cuyo estudio, hecho por el Sr. Cañal de la parte descubierta, tal vez resuelva un gran problema y aclare un tanto la densa niebla que hasta ahora ha envuelto lo relativo á los últimos tiempos prehistóricos y el comienzo de los históricos.» DE HISTORIA NATURAL. 59 Sesión del 6 de Mayo de 1896. PRESIDENCIA DE D. JOSÉ MARÍA SOLANO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —(Juedó admitido como socio D. Federico Muguruza, presentado en la sesión anterior por el Sr. Bolívar en nombre de D. Domingo Sánchez y Sánchez, de Manila. —El Sr. Vicesecretario dió cuenta de las publicaciones últi- mamente recibidas por la Sociedad como donativo y á cambio, y se acordó hacer constar el agrado con que la Sociedad había recibido dichos donativos, dando las gracias á los señores do- nantes y muy especialmente al Sr. Puig y Larraz por los ejem- plares remitidos del índice de los trabajos publicados en el Boletín de la Comisión del Mapa geológico, y á D. I. M. Ruíz de Salazar por los que envía de la biografía de su señor her- mano D. Emilio, recientemente fallecido. —Se hizo una propuesta de Socio, que cumpliendo lo dis- puesto en el Reglamento, quedó para ser admitido en la sesión siguiente. —El Sr. Presidente dió cuenta á la Sociedad de haberse re- unido la Junta Directiva de la misma para ocuparse de las cuestiones referentes á la instalación de la Sociedad, y parti- cipó que la Biblioteca había sido trasladada al edificio del Museo del Dr. Velasco, que hoy en parte pertenece al Gabinete de Historia Natural, cuyo Director había tenido la bondad de autorizar su instalación, hasta tanto que pudiera encontrarse local más apropiado. La Junta Directiva acordó también que las sesiones se siguieran verificando interinamente en el nuevo local del Museo de Historia Natural, por la tarde, puesto que las horas en que dicho Museo está abierto no consentían cele- brar las sesiones por la noche. —Participó también el Sr. Presidente, á los señores Socios reunidos, los propósitos que animaban á la Junta Directiva, 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA con objeto de que reflejando el espíritu que anima á la Socie- dad, se emprendiese en ocasión oportuna una activa campaña de propaganda destinada á aumentar el número de los asocia- dos y á procurar por cuantos medios fuera posible el engran— decimiento de la Sociedad española de Historia Natural, que siempre, dentro de lo que sus pocos medios han consentido, ha sabido cumplir dignamente con los fines para que fué creada. —El Sr. Vicesecretario dió lectura de una extensa noticia necrológica en castellano que remite nuestro consocio, el ilus- trado entomólogo D. Napoleón Kheil de Praga, referente al botánico Willkomm, que consagró tantos años de su laboriosa vida al estudio de la botánica de nuestra patria. Vecrologia del profesor Mauricio Willkomm. «El 26 de Agosto de 1895 falleció en Wastenberg, Bohemia, á la edad de 74 años el ilustre profesor de botánica de la Uni- versidad de Praga, cuyo nombre encabeza esta ligera reseña. El recuerdo de sabio tan eminente está de tal modo unido á la historia científica de España, que no es posible dejara de dedi- carse un testimonio de cariño en la publicación de esta Socie— dad, á quien como él consagró casi toda su fecunda vida al esclarecimiento de la flora de la Península Ibérica, que como nadie conocía. »Nació Willkomm en Herwigsdorf, en Sajonia, en 1821. Pasó á Leipzig en 1841 para estudiar allí la medicina y las ciencias naturales, en época en que agitaban á la juventud alemana ideas reformistas con aspiración á la unidad de los pueblos germánicos, cuyo credo, hoy realizado después de la terrible guerra de 1871, era en la fecha antes citada el de un partido perseguido tenazmente como revolucionario. No pocos estu— diantes fueron con semejante motivo juzgados por delito de alta traición, y entre ellos Willkomm, que se asoció con en- tusiasmo á este movimiento liberal, tuvo que emigrar, hacién- dolo á4 España, donde vivió subvencionado por amigos que le protegieron, acogiendo con entusiasmo el propósito de her— borizar por la Península que animaba al joven botánico. Entre estos se distinguió el profesor Kuntz, algunos directores de jardines botánicos y otros amantes de esta ciencia. DE HISTORIA NATURAL. 61 »En estas circunstancias llegó Willkomm á Barcelona en la primavera del año 1844, entregándose desde luego á su afición favorita en el Principado y en los alrededores de Valencia; fué después á Madrid, recorrió durante varios meses Andalucía, pasando desde ella al Algarbe, en Portugal, viaje penosísimo y atrevido en aquellos tiempos. Mas le recompensó amplia- mente de sus fatigas el gran número de plantas nuevas para la ciencia Ó raras al menos que le proporcionó. Fruto del mis- mo fué su importante obra «Dos años en España y Portugal», que publicó en alemán, dividida en tres tomos, cuando regresó en 1846 á su patria; libro que aún no ha perdido interés, gra- cias á la transcendencia de las excursiones cientificas que contiene. »Graduado de doctor en la Universidad de Leipzig, realizó en 1850 otro segundo viaje por España, durante nueve meses, fijándose esta vez en la región de Castilla y de las Provincias Vascongadas. »Regresó después á su país y se consagró entonces con ardor á componer varias obras de capital importancia que labraron su justo renombre. Entre estas figuran su «Viaje por las pro— vincias del Nordeste y del centro de España», Leipzig, 1852 (en alemán); «Investigaciones sobre la organografía y la clasifica- ción de las globulásicas» (en francés); «Las regiones de costa y de estepas de la Península ibérica y su vegetación», Leipzig, 1852 (en latín), y «Sertum flore hispanice», Leipzig, 1852. Por entonces comenzó su memorable trabajo titulado «Icones et descriptiones plantarum novarum, criticarum et rariorum Europe austro-occidentalis, precipue Hispanie» (1852 á 1864), en dos tomos y con 166 láminas. Simultáneamente dió á luz otra obra de distinta índole y no mencs famosa: «La Peninsula de los Pirineos» (en alemán), la cual ha sido la fuente princi pal de cuantos se han ocupado después de asuntos relaciona— dos con la geografía física y botánica de España. »En 1852 fué nombrado Willkomm privat-docent de botáni- ca en la Universidad de Leipzig y más tarde profesor en la Escuela de Montes de Tharandt, Sajonia, donde publicó en alemán su trabajo sobre «Los enemigos microscópicos de los montes». Desde 1868 hasta 1873 fué catedrático de la Univer— sidad de Dorpart (Rusia) y director del jardín botánico de la misma, en cuyo tiempo escribió algunas obras importantes, 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA como todas las suyas, sobre la flora del imperio moscovita. »Mas los nuevos trabajos y obligaciones no apagaron un momento las preferencias por la flora española que abrigó siempre el gran botánico sajón. Desde Dorpat vino por tercera vez á España; fijándose entonces en la parte meridional de ella y en el archipiélago balear, recogiendo nuevos datos para su libro «España y las Baleares», que vió la luz en Berlín, en 1876. »Nombrado catedrático de Praga en 1873, abandonó la Rusia para consagrarse á la enseñanza de la botánica en su nuevo destino, que ejerció hasta 1893, en que, cumpliendo los 70 años, fué jubilado, según dispone la ley de Instrucción pública de Austria, que por este medio inexorable se propone dar en- trada á los catedráticos jóvenes y evitar el estancamiento de la enseñanza. »Retirado á la vida privada, aún no pudieron los años en- friar el entusiasmo de Willkomm por el estudio y en particu— lar por el de la flora ibérica, así es que los dos últimos años de su vida (de 1893 á 1895) se consagraron 4 componer la gran obra «Sobre la distribución geográfica de las plantas en Espa- ña», de cuyo libro corrigió once pliegos y el resto ha podido imprimirse, habiendo aparecido el trabajo después de la muer- te de su infatigable autor. »La gran obra del venerable profesor de Praga es, sin duda, el «Prodromus floree Hispanise, seu synopsis methodica omnium plantarum in Hispania sponte nascentium vel frequentis cul- tarum que inotuerunt». Este memorable trabajo, fruto de más de treinta años de asidua labor, constituye el principal monu- mento que se posee referente á la flora española y un modelo de trabajo en su género. Se publicó en colaboración con J. Lange (aunque la inmensa mayoría es obra de Willkomm, como me lo dijo él mismo confidencialmente), apareciendo en tres tomos, en Stutteart, de 1861 á 1880. Con objeto de com-= pletarla con sus nuevos descubrimientos y con los datos pro- porcionados merced á los envíos de los botánicos españoles que le remitían numerosos ejemplares en consulta, dió 4 luz en 1893 un Suplementum ¿ su obra magistral, en 1881 á 1892 un atlas magnífico titulado 7/lustrationes flore Hispanic insu—= larumque Balearicum, que consta de 20 cuadernos con 183 lá- minas y multitud de notas y trabajos sueltos. ES DE HISTORIA NATURAL. 63 »Tratando á Willkomm sorprendía tanto como su ciencia su afabilidad y su modestia verdaderamente extraordinarias. Mi amistad con él data de hace once años y partió de mi pro- yecto de realizar un segundo viaje por España, de la que soy muy afecto, y con el propósito preferente de recorrer la Sierra de Filabres, por la que con tanto fruto habia herborizado en 1845 aquel sabio maestro y que tan magistralmente describió en su libro «Las sierras de Granada», aparecido en Viena en 1882. Ningún título mayor podía ostentar para mi amigo que el serlo yo de los españoles, y así desde aquel día reinó entre nosotros un afecto y una cordialidad, que no hubiera sido mayor si nos hubiésemos conocido de antiguo y no mediase entre ambos una diferencia de edad de treinta años. Durante los diez de nuestro trato he visitado seis veces el suelo español, nada menos, y debo declarar que mi viejo amigo ha sido la causa principal de que haya menudeado tanto los viajes. Era tanta la alegría que experimentaba leyendo las cartas que desde España le escribía y tal su complacencia oyéndome á mi vuelta contar los incidentes y sucesos de mis correrías, que pasábamos en ello largas horas gratamente transcurridas que me incitaban á emprender de nuevo mis excursiones á la pa- tria de Cervantes y Calderón. »Fisicamente era Willkomm hombre de estatura mediana y de finas facciones, tez colorada y fresca y semblante apacible; usaba larga melena cana, así como el bigote, á la edad avan— zada en que sólo le he conocido. Su complexión era sana y vigorosa, conservándose tan incólume aún en su vejez, que recuerdo me decía no há mucho, dando una patada en el sue- lo:—¡Ah, todavía me siento joven! —¡Pobre Willkomm! ¿Quién había de decirle que poco después aleve enfermedad contraída veraneando en un pueblo del Norte de la Bohemia le había de conducir tan rápidamente al sepulcro? Cumpliendo su volun— tad fué enterrado en el pueblo de su nacimiento, Herwigsdorf, en Sajonia, donde reposa al lado de los suyos. »Willkomm ejerció muchos cargos de carácter científico y pedagógico, presidió algunas sociedades sabias y humanitarias de Praga, fué miembro de numerosas sociedades de Historia natural y academias, entre ellas la de Madrid, y obtuvo muchas condecoraciones, como las de comendador de la orden de Esta- nislao de Rusia, de la de Isabel la Católica, de la de mérito E IN A E MA A IIA A 64 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de Oldenburgo (Gran Ducado) y caballero de la de Carlos III. »Descanse en paz el venerable maestro, de quien puede de- cirse que fué en vida perfecto caballero, amigo leal, hombre afable y sabio eminentísimo de universal renombre.» —El Sr. Calderón dió lectura á una carta escrita por Will- komm en que contestaba á unas consultas hechas por este señor; carta que acredita el dominio de nuestra lengua que poseía el ilustre finado, su vivo interés por cuanto se refiere al movimiento cientifico de nuestro país, y el vigor que con— servaba á los 71 años, todo lo cual confirma las aseveraciones de la sentida necrología que acababa de leerse. Añadió el Sr. Calderón que así como era justo tributo á la memoria de un sabio casi compatriota nuestro el dedicarle en nuestros ANALES la bien escrita noticia del Sr. Kheil, debería también constar en ellos el sentimiento de la Sociedad por la pérdida de otro finado no menos ilustre por lo que á la botá- nica fósil se refiere: el marqués Gastón de Saporta, fallecido el 26 de Enero de 1895. También con Saporta nos unían lazos, no sólo de admiración hacia el sabio genial, sino de patriotismo por su abolengo español, del cual hacía gala, y por sus traba— “jos sobre la fiora fósil ibérica. Una excelente necrología y retrato del autor de Za evolución del reino vegetal, escrita por D. Wenceslao de Lima, ha apa- recido en las Commanicacóes da Direccáo dos Trabalhos geologi- cos de Portugal, tomo 11, fasc. 1, 1895-1896. —El mismo Sr. Calderón dijo que el Sr. Macpherson poseía un pequeño ejemplar (3,91 gramos) del meteorito últimamente caido en Madrid, cuyo ejemplar está envuelto por una costra obscura y brillante en casi su totalidad. Añadió que según el estudio publicado por el Sr. Meunier en los Comptes rendus de la Academia de Ciencias de París, la densidad de esta piedra meteórica es de 3,4 y está compuesta de peridoto, fayalita, piroxeno y feldespato, con granitos de hierro niquelado y pirrotina. Según este sabio debe referirse al grupo Chiantonita. Por último, indicó el Sr. Calderón que habían llegado á su poder trozos del supuesto meteorito caído en Mairena del Al- cor (Sevilla), el mismo día que en Madrid, los cuales desgra— ciadamente no son más que fragmentos de ofitas transporta- das allí, sin duda, por accidente casual. . : 4 DE HISTORIA NATURAL. 65 —El Sr. Lázaro dió lectura de la siguiente nota: «Según me indica el botánico D. José Secall, en carta de fecha reciente, ha tenido ocasión de observar en la Escuela especial de Ingenieros de Montes del Escorial la existencia del Merulius lacrimans Fabr., especie interesante de hongo poli- poráceo, y acerca de cuya aparición me envía las siguientes noticias: «Esta especie, que vive sobre las maderas de construcción y ha causado y causa grandes daños en el Norte y Centro de Europa, en las maderas puestas en obra, sobre todo cuando están colocadas en sitios húmedos, creo haya sido importada en nuestro país con las muchas maderas del Norte que entran en España, principalmente por Bilbao. »Tal especie, ya citada en Portugal, sin duda debe hacer bastantes años que vive en las maderas de la citada proceden- cia, de las cuales están construídos no pocos edificios de nues- tras provincias del litoral cantábrico, pero el no haber sido observada por quien la pudiera clasificar ha hecho que hasta ahora no hayamos tenido conocimiento de ella. »A San Lorenzo del Escorial ha sido conducida en un madero de pino silvestre que, entre otras maderas del Norte, se adqui- rió cuando, hará unos tres años, se construyó el laboratorio ictiogénico de dicha Escuela. »Al encontrarse esa viga, que es la que sin duda alguna traía el micelio del Merulius lacrimans en las condiciones favo- rables, por ser el laboratorio un sitio muy húmedo, desarrolló su receptáculo y cuerpos reproductores, que son los que se han mostrado al exterior, y más tarde he podido también observar las distintas formas de las linfas que constituyen su variado micelio. »No creo que esta especie pueda ocasionar en España gran- des daños en las maderas de construcción, á no ser en el litoral cantábrico, por necesitarse un estado de gran humedad para su desarrollo y porque las corrientes de aire seco bastan en muchos casos para destruirla.» »Siendo realmente interesante la noticia que debo á la ama- bilidad del Sr. Secall, tanto más cuanto que creo que es la primera vez que en las provincias del interior se ha obser- vado esta curiosa especie, tengo el gusto de transmitirla á la Sociedad.» ACTAS DE LA SOC. ESP. —XXV. 5 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Abril de 18096, PRESIDENCIA DE D. ANTONIO GONZÁLEZ Y GARCÍA DE MENESES. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se dió lectura á la siguiente nota necrológica enviada por D. Salvador Calderón: El Dr. D. Miguel Cala y Sánchez. «Mal repuestos todavía del quebranto experimentado en las filas de los escasos naturalistas jóvenes españoles con la pér- dida de Laureano Calderón, Francisco Quiroga y Manuel Janer, un nuevo golpe viene á destruir otra esperanza de regeneración científica de nuestro pais y á sumir nuestro ánimo en honda amargura. El querido compañero y consocio cuyo nombre encabeza esta noticia, fallecido en Madrid el día 7 de Marzo último, á los 27 años de edad, apartado del seno de su amorosa familia, era uno de los mejores obreros de dicha abrumadora tarea. »La historia externa del infortunado Cala ha sido demasiado breve para ofrecer sucesos notables ni éxitos ostentosos. Tras brillante carrera había obtenido el título de Doctor en Ciencias naturales, desarrollando como tesis el estudio de la geología de la región de Morón de la Frontera, de donde era natural, y en particular el del incomparable yacimiento diatomifero que se extiende por el término de aquella ciudad. ¡Cuántas dificul- tades se ofrecieron al joven naturalista para llevar á cabo su empeño! La falta de obras de consulta y clasificación, el apren- dizaje de una técnica tan ardua como especial para separar y preparar las diatomeas, la carencia de medios que aquel estudio delicado requería, todo lo vencieron las especiales condiciones de inteligencia y carácter tenaz y perseverante del pobre Cala, no sin la ayuda de sacrificios pecuniarios rela- tivamente considerables. Las personas peritas en estos asuntos DE HISTORIA NATURAL. 61 admiran la rara perfección con que había llegado, con elemen- tos notoriamente deficientes, á obtener fotografías de las dia- tomeas, incluso las formas más pequeñas, que no desmerecen de lo mejor realizado en este género en el extranjero. »Desgraciadamente estaba ocupándose el finado en ampliar y reformar su trabajo cuando la muerte descargó sobre él súbito golpe, y así los apuntes y materiales han quedado en un estado en que es difícil á otra persona que el mismo autor coordinarlos debidamente; trabajo que intento con temor, aunque alentado por la ayuda insustituible del reputado mi- crógrafo el Sr. Fungairiño, grande amigo del malogrado Cala. »Ni el mencionado trabajo, con dar gallarda muestra de las sobresalientes aptitudes de nuestro desgraciado amigo para este género de investigaciones y de su loable tendencia á seguir derroteros originales, ni su hoja de estudios que acre- dita un excesivo esfuerzo, que influyó más que otra causa alguna en el quebrantamiento de su salud, constituyen sus mayores títulos á esta modesta pero espontánea manifestación de simpático recuerdo. Lo que tenía Cala de más hermoso eran sus condiciones personales, en que maestros y compañeros fundaban tantas esperanzas, hoy bruscamente desvanecidas. Inteligente, dotado de una perseverancia incomparable, atrac- tivo por su modestia y noble sinceridad, todos cuantos le han tratado le querían entrañablemente. No olvidarán, segura- mente, sus compañeros de estudios de Sevilla la gran partici- pación que tuvo en los constantes trabajos del arreglo de las colecciones de aquella Universidad y en la formación de las que allí se crearon. Nadie como él siempre dispuesto á encar— garse de las tareas más penosas y á consagrar á ellas con en- tusiasmo y jovial alegría todas las horas que le dejaban libres sus estudios oficiales. »Cifraba el malogrado naturalista su mayor anhelo en la posesión de una cátedra, como medio de consagrarse al cultivo de sus aficiones, para lo que iba reuniendo elementos á medida que se lo permitían sus recursos, habiéndose adquirido un magnífico microscopio petrográfico, el gran modelo Rei- chert, completo. Manifestaba decidida vocación hacia los estudios geológicos, y en las excursiones que con él realicé tuve ocasión de descubrir su notable perspicuidad y elevación de miras para semejante linaje de investigaciones. 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »La muerte de Cala, al atraer el pensamiento á los penosos sucesos de las otras pérdidas análogas que hemos experimen- tado en breve tiempo, viene á acrecentar el desaliento que ya sentíamos, viéndonos, al parecer, condenados en este pais á vivir estéril y lastimosamente en prolongado marasmo cientí- fico. Para mayor crueldad la muerte viene á ensañarse con lo más sano y entusiasta del elemento joven, con cuya pérdida se desvanece hasta esa esperanza de reemplazo que dejan tras sí los hombres encanecidos y ya probados, de que otros, dotados de juvenil ardor, continúen la vida científica con mayores bríos, desarrollando su obra con sangre nueva y no gastada. »Descanse en paz el naturalista entusiasta, el leal amigo, el hijo cariñoso, y si de algún consuelo puede servir esta manifestación á su buena madre y hermanos, sepan que la SOCIEDAD EsPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL se asocia a su duelo por tan grande é inesperada desventura.» Sesión del 3 de Junio de 1896. PRESIDENCIA DE D. JOSÉ MARÍA SOLANO. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones recibidas como donativo y á cambio, la Sociedad acordó hacer constar su gra- titud á los señores donantes. —(Quedó admitido como socio D. Francisco de Salazar y Quintana, Licenciado en Far- macia, propuesto por D. Blas Lázaro. —El Sr. Olóriz dió gracias á la Sociedad por haberle admitido en el número de sus miembros, y presentó un ejemplar del notabilísimo trabajo del Dr. Livi, médico militar italiano, acerca de la talla en los reclutas de Italia y consideración de sus relaciones con las diversas razas y regiones de aquella nación. Dicho trabajo, que el Dr. Livi había remitido al señor Olóriz para que en su nombre le ofreciese á alguna corporación científica, le ofrece el Sr. Olóriz á nuestra Sociedad. DE HISTORIA NATURAL. 69 El Sr. Presidente, interpretando los sentimientos de los señores socios, manifestó al Sr. Olóriz el agrado y placer con que la Sociedad le veía en su seno y la gratitud por el regalo que á nombre del Sr. Livi hacía á la Sociedad. —El Sr. Gredilla (D. Apolinar Federico) presentó á la Socie- dad y dió lectura de una interesantísima Memoria acerca del meteorito caido en Madrid en el mes de Febrero último, en la cual se hace un detenido estudio de su composición y caracte- res .petrográficos, y 4 la que acompañan fotografías de los ejemplares recogidos y de los detalles más interesantes de su estructura microscópica. La Sociedad oyó con agrado la lectura del trabajo del señor Gredilla, y, según previene el Reglamento, quedó á informe de la Comisión de publicaciones. —El Sr. Calderón leyó lo siguiente: «Durante el último tiempo de mi residencia en Sevilla me fueron enviadas de Bollullos del Condado, en la provincia de Huelva, unas muestras de arenisca blanquecina basta, sacadas á cierta profundidad al hacer los trabajos para la perforación de un pozo, y que despertaron la curiosidad del propietario de la finca en que dicha obra se realizó por los abundantes Car- divm que contenía la roca. El trozo enviado llamó desde luego mi atención, porque sospeché correspondía á un horizonte más moderno que la formación pliocénica que atraviesa el Guadal- quivir en la provincia de Sevilla (1) y hallaba interesante comparar las faunas de ambos; así es que rogué al remitente me enviase abundante material, como lo hizo, y á fuerza de partir pedazos conseguí recoger bastantes fósiles, aunque des— eraciadamente mal conservados, como sucede de ordinario en el seno de las rocas arenosas. »Enviados en consulta al distinguido especialista el doctor Schrodt, de Heidelberg, no ha podido comunicarme sus deter- minaciones hasta después de mi salida de Sevilla, por lo cual y para que no se pierdan estos datos interesantes por el escaso conocimiento que aún se tiene de la sucesión de las formacio- nes terciarias en la Andalucía baja, doy á continuación la lista de los mencionados fósiles: (1) CALDERÓN: Estructura del terreno terciario del Guadalquivir en la provincia de Sevilla (Bol. de la Com. del Mapa geol. de España, 1896.) 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Ostrea cochlear Poli. Pecten aduncus Eichiw. Lima inflata Chen. Modiola barbata L. — Cf. Brocchi May. Arca barbata L. Pectunculus sp. GFlycimeris Faujasi Men. Cardium sp. Cyltherea sp. (grupo Chione). Corbula gibda Oliv. Tellina compressa Brocch. Clavagella bacillaris Desh. Solarium caracollatum Lam. Murez sp. (grupo Zorularius). PUSSUS SP. Nassa semistriata Brocch. — limata Chen. Ficula cf. ficoides Brocch. Chenopus cf. pes-pelecani L. Twrritella sp. ÑNatica sp. Sigaretus haliotideus L. Calyptrea chinensis L. — —planata Brocch. »Comparando esta fauna con la del pliocénico que se halla en la veguada del Guadalquivir, se observa que hay una dife- rencia considerable entre ambas, tanto por la escasez de espe- cies comunes, que son sólo dos (la Corbula gibba y la Nassa semistriata), como por predominar en aquella los pectenes y la Cytherea islandicoides, al paso que en Bollullos del Conda- do lo hacen las 7e/linas, los Cardium y la Caliptrea chinensis. Dije en el mencionado trabajo que el pliocénico de Sevilla corresponde al horizonte inferior; el de la arenisca de Bollullos del Condado lo hace al superior, y es probable que el medio sean los alcores Y calizas margosas con Ostrea plicata y Pecten scabrellus que coronan los cerros de denudación que cercan la veguada, quedando así completa la serie de capas del mencio- nado terreno en la región de que se trata.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Mayo de 18096. PRESIDENCIA DE D. MANUEL DE PAUL. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Secretario dió cuenta de un oficio en que con fecha $ de Abril el Sr. Presidente del Ateneo y Sociedad de Excur- DE HISTORIA NATURAL. vil siones comunica el acuerdo tomado por la Junta Directiva de aquel Centro de ceder local á esta Sección para establecer sus colecciones regionales, entregándole además, previa formación de inventario, y sólo en concepto de depósito, el material de Historia natural que posee el Ateneo. —El Sr. Barras leyó la siguiente nota bibliográfica: «Por lo interesante y sin duda poco conocido, creo deber dar cuenta de un librito que recientemente ha venido á mis manos, impreso en Madrid en 1795, en casa de Sancha, y que se titula: Memoria en que se trata del insecto Grana dy Cochinilla, de su naturaleza y de su vida, como también del método para propa- garta y reducirla al estado en que forma uno de los ramos más útiles de comercio, escrita en México en 1777 por D. José Anto- nio de Alzate. »Este autor, que también lo fué de otros trabajos de Historia natural, como los publicados en la Faceta de Literatura de México y las notas á la historia de Clavijero, demuestra en las numerosas citas y notas de la obra un gran conocimiento de los trabajos más importantes de los naturalistas de su tiempo y serlo él, y muy notable, como se desprende de la detalladí- sima descripción que hace del macho y la hembra de la cochi- nilla y su manera de vivir y de las curiosas experiencias que verificó para el estudio de sus metamorfosis. También son notables sus observaciones críticas respecto á si son 6 no espe- cies distintas la Cochinilla fina y la silvestre, y el estudio de las variedades de la Grana. »La obra va acompañada de tres láminas, de las que la pri- mera está dedicada á representar en distintas figuras muy exactas el macho y la hembra del insecto en cuestión. En la explicación de esta lámina dice el autor: «Si se vé tan corpu— lenta (la Grana) en la estampa 0 lámina, depende esto de haber executado las observaciones con microscopio de mucha amplitud: esto es, que abulta mucho los objetos. Tengo la satisfaccion de que el instrumento se fabricó aquí por mi direc- cion, el que se hallará entre los muebles de mi grande y eficaz protector el Sr. D. Melchor de Paramaás, secretario que fué del Virreinato y Oydor honorario de esta Real Audiencia.» »Aunque el resto del trabajo no sea de interés esencial para nosotros, por considerar la cochinilla desde el punto de vista industrial, se observa en él que su autor era un acabado natu- 72 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ralista, sobre todo al tratar de los animales que la destruyen y de las plantas sobre que se cría. »Aunque sea alterando el orden que siguió el autor, no puedo resistir á la tentación de citar, antes de concluir, la introducción de la obra, en que echa una ojeada magistral á la Historia natural americana y copiar los siguientes ren— glones: «Los hombres (dice Alzate) por lo general encerrados en sus casas 6 embebecidos en pensamientos dirigidos á dar ensan— ches á su fortuna, desdeñan aun el mirar un pequeño insecto; llegados á un lugar, lo primero ó lo único á que se dedican es á registrar los edificios públicos y á pensar arbitrios con que establecer 4 aumentar los caudales, sin considerar que en el más despreciado viviente se hallan más maravillas en su constitucion orgánica que en el conjunto de todas las obras antiguas y modernas fabricadas por la direccion de los mor- tales.» «La Historia natural no presenta á primera vista medios proporcionados á establecer fortuna; pero la complacencia que se experimenta en la contemplacion de cualesquiera produc- cion, acarrea al alma un regocijo que no es capaz de expli- carse, solo lo siente quien lo experimenta...» »Más adelante, hablando de las producciones de América y de lo abandonado que estaba el estudio de su Historia natural, que «por la mayor parte yace olvidada ó desconocida», dice: «Si tantas ventajas se logran cuando sólo se han visto las cosas por la corteza, ¿un estudio particular no traería infinitas utilidades á la humanidad?» »Con lo dicho basta para hacerse cargo de los profundos conocimientos histórico-naturales y de la alteza de miras en este sentido de tan eminente español, que si bien es bastante conocido por otros conceptos, lo es muy poco como naturalista.» Sesión del 1.2 de Julio de 1896. PRESIDENCIA DE DON CARLOS MAZARREDO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las publicaciones última- DE HISTORIA NATURAL. 3 mente remitidas como donativos ó á cambio, y la Sociedad acordó dar las gracias á los señores donantes. —Se hicieron dos propuestas de socios que, en conformidad con lo prevenido en el Reglamento de la Sociedad, queda- ron pendientes de informe para ser admitidos en la sesión si- guiente. —El Sr. Calderón dió las siguientes noticias bibliográficas: «1. Die Meteoriten von Laborel und Guareña. Von E. Cohen in Greifswald. (Annal. des K. K. naturhist. Hofmuseum, XI. Wien. 1896.) «En el trabajo así titulado, el eminente profesor de Greifs— wald recopila noticias ya publicadas sobre dichos meteoritos y proporciona algunas nuevas ampliaciones. Por lo que toca al de Guareña, el Sr. Cohen da una completa noticia del estu- dio que el malogrado Quiroga y yo realizamos y apareció en el tomo xx11 de estos ANALES, confirmando con su gran auto- ridad nuestras observaciones en vista de un trocito que de dicha piedra meteórica le envié hace algún tiempo. Resu- miendo su opinión sobre ella, termina su nota haciendo las siguientes observaciones: «La estructura del meteorito de Guareña es de grano bas- tante grueso para una condrita, y se ven en ella destacar casi porfídicamente individuos aislados más gruesos, especialmen- te de olivino. Los componentes se limitan en general muy dis- tintamente unos á otros. Hay agregados de silicatos tan fina—- mente distribuidos que toman forma pulverulenta é impreg- naciones de partículas opacas pulverulentas también, que otras veces faltan por completo.» «En vista de mis preparaciones aparece como disposición característica, no sólo en la caída de Guareña, sino de otras condritas cristalinas, la escasez de condros, su forma irregu- lar y sus contornos poco marcados, así como la falta de cris tales desarrollados hendidos.» »22. Sur les terrainms secondaires des provinces de Murcie, Almeria, Grenade et Alicante (Espagne), par M. René Nickles. (Compt. rend. Acad. des Scienc., 1896.) »En esta interesante nota resume el autor sus transcen- dentales observaciones sobre la tectónica de la vasta región 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del SE. de la Península, ampliándolas con el estudio estrati- gráfico de los terrenos secundarios, comprendidos entre la Sierra Sagra, al NE. de la provincia de Granada y la provin- cia de Alicante. »Encuentra este geólogo confirmada en esta región la es- tructura atribuida por MM. Bertrand y Kilian á la zona sub- bética, la cual se halla recorrida por un sistema de pliegues paralelos á la dirección general de la cordillera bética y de la gran falla del Guadalquivir. Además se revela en toda la zona la existencia de un segundo sistema de dislocaciones en direc- ción perpendicular á la primera, de donde infiere el señor Nickles una cierta analogía con la red octogonal que Bertrand reconoció hace algunos años en Francia. »Como consecuencia de sus investigaciones sobre los terre— nos secundarios de la región mencionada, llega el autor de la nota de que doy cuenta á las siguientes consecuencias: «Los mares jurásicos y cretácicos, dice, circularon libre- mente por el estrecho bético: la facies tan constante del neo- comiense (facies fangosa con cefalópodos) parece hasta excluir toda idea de costa próxima, y permite atribuir al mar una anchura más considerable que la que se supondría exami- nando los mapas geológicos. Las faunas ofrecen un carácter decididamente alpino, que no vuelve á encontrarse ni en el lias de Portugal ni en el malm de la provincia de Teruel. En esto se halla una confirmación de la hipótesis de M. Munier- Chalmas, sobre el transporte de estas formas alpinas por co- rrientes orientales durante los tiempos secundarios. »Queda por estudiar la posibilidad de una discordancia transgresiva del cenomaniense, no obstante todas las obser— vaciones perseguidas con este objeto. La presencia, sin em- bargo, del cretácico superior en el estrecho bético es induda- ble; parece presentarse en él con facies análogas á las que ofrece en las provincias de Alicante y de Valencia, en forma de macizos frecuentemente dolomíticos, tratándose de las eda- des más antiguas; en cambio en las más recientes la escasez relativa de sus afloramientos puede explicarse por la retroce- sión del mar al fin del cretácico y su acantonamiento en el fondo de los sinclinales, particularmente durante el damiense, según la observación de M. Munier—-Chalmas.» »3. El Sr. Waliszewsky, ingeniero director de la mina de DE HISTORIA NATURAL. 75 carbón de Pola de Gordón, ha enviado á la Sociedad Geológica de Francia una importante nota Sur des fossiles dévoniens re- cueillis 4 Santa Lucia, en la provincia de León. Estos fósiles, recogidos en rocas calizas y pizarrosas , componen un total de más de 80 especies, mereciendo citarse entre los braquiópodos los géneros Orthotheles, Cyrtina, etc., entre los crinoideos los Megistocrinus, Codiacrinus y otros, y entre los blastoideos, la familia de los pentatremitidios. La investigación de esta rica fauna ha proporcionado á su autor resultados importantes, tanto en punto á la organización de esos antiguos seres como en relación con la estratigrafía, revelando la existencia en dicha localidad de diferentes niveles que corresponden á los de Ferronés, Moniello y Arnao. »A este primer trabajo seguirá otro destinado á dar á cono- cer los hallazgos de los demás grupos de tan importante yaci- miento, que por tratarse de una localidad española he creído interesaría doblemente á nuestra Sociedad.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Junio de 18096. PRESIDENCIA DE DON ANTONIO GONZÁLEZ Y G. DE MENESES. —Se leyó el acta de la anterior, que fué aprobada. —El Sr. Secretario manifestó la complacencia con que la So- cieDAD veía la actividad y celo desplegados por algunos de sus individuos con objeto de llegar á la formación de colecciones regionales que sirvan en su día para el conocimiento de las producciones naturales del pais. Dió cuenta de los siguientes donativos hechos á este fin recientemente: Varios ejemplares interesantes de carbonatos de manganeso de la provincia de Huelva, donados por el Sr. Presidente; Una colección de 50 ejemplares de minerales, rocas y fó- siles de la región andaluza, clasificados en su mayoría, dona— tivo de D. Manuel Paul y Arozarena; Numerosos ejemplares de minerales, rocas y fósiles, unos 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del Norte de la provincia de Sevilla y el resto de otras proce- dencias, cedidos por D. Carlos del Río; Una colección de minerales y rocas de la región y una serie de fósiles del pliocénico de Huelva, donativo de D. Francisco de las Barras; Un ejemplar de albita secundaria procedente del gneis de los alrededores de Maro (Málaga), recogido y regalado por D. Federico Chaves. Manifestó, por último, el Sr. Secretario, que estando co- locando y catalogándose actualmente los objetos reunidos ya para el Museo regional que trata de formarse, la enumera- ción detallada de ellos no puede hacerse aún, pero será objeto de ulteriores comunicaciones. —El Sr. Barras dió lectura á la siguiente nota bibliográfica: «El reputadísimo Dr. William Nylander ha tenido reciente— mente la bondad, que le estimo infinito, de enviarme un ejemplar de su importante trabajo intitulado Enumeration des lichens de "ile Annobon. Este trabajo (que en realidad no es más que un suplemento al de los Lichenes insularum Gwuineensis, que publicó el mismo autor en 1889, y en el que dió noticia de 129 especies), con - siste en una lista de 31 especies de líquenes de nuestra po- sesión del Golfo de Guinea, los cuales fueron recogidos en 1892 por Mr. F, Newton en un viaje que en aquélla realizó. Acom- pañan á la enumeración las frases de las nuevas especies que da 4 conocer Nylander en dicho estudio, y una lista general de todos los líquenes conocidos del mencionado Golfo. La competencia del autor, por nadie superada en este ramo de la criptogamia, excusa todo encomio respecto de la impor— tancia del trabajo, y el referirse á una posesión española ex— plica bien el motivo de esta ligera noticia. Al examinar estudios como el referido no puede menos de notarse con pena que casi todo el conocimiento que se tiene de nuestras posesiones es debido á los exploradores y natura— listas extranjeros. Parece increible que no se haya pensado todavía en enviar una comisión que estudie y recoja las pro- ducciones de territorios tan importantes para nuestro porvenir colonial como los del Golfo de Guinea, trayendo colecciones que debieran figurar en nuestros Museos y evitándonos el bo- chorno de tener que acudir á los extranjeros y á los escritos DE HISTORIA NATURAL. T de sus sabios para saber algo referente á nuestros propios dominios. No terminaré sin consignar mi agradecimiento al Dr. Ny- lander por la atención con que me ha honrado enviándome el importante trabajo á que me he referido.» —El Sr. Arráez leyó la siguiente nota: Piel y sistema piloso de los delincuentes andaluces. «Es un hecho innegable que no obstante la pacientísima y enorme labor realizada en estos últimos tiempos por los an— tropólogos criminalistas, los documentos, los datos hasta el día obtenidos distan mucho aún de ser tan homogéneos y com- pletos como fuera de desear. De aquí ciertas dudas, ciertas aparentes contradicciones fáciles de observar en el campo de la moderna Antropología criminal, debidas seguramente, más que á otra causa, á la insuficiencia de las cifras de que se ob- tienen los medios proporcionales, insuficiencia que ya hiciera resaltar M. Manouvrier en el segundo Congreso de Antropología Criminal, celebrado en París en 1889, y que pone de manifiesto lo mucho que aún resta por hacer y el interés que para la ciencia tienen cuantas investigaciones y estudios vengan á aumentar el caudal de los hechos ya observados y anotados. »Los estudios personales de Antropología Criminal que ins- pirado en las ideas ya expuestas llevo realizados, si bien to- davía no permiten sentar afirmaciones decisivas 6 dar expli- caciones precisas, me parecen, sin embargo, dignos de ser conocidos por si en algo pueden contribuir á la determinación de los caracteres antropológicos de los delincuentes. »Voy, pues, á exponer algunas observaciones que hacen referencia á la piel y sistema piloso de los delincuentes anda— luces, resultado del examen comparativo de una serie de 150 criminales procedentes todos de las provincias de Andalucía, y de otra de 150 individuos honrados 6 normales también pro- cedentes de la misma región de España. »Nada de particular he observado acerca de la coloracion de la piel de los delincuentes. Desde luego en los 150 estudiados predominaba el color obscuro 6 moreno, que asigna Lombroso á los criminales, pero cosa análoga ocurría en la serie de in- 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dividuos honrados, por ser el tipo moreno, el color subido de la piel el general y corriente en esta región del Mediodía de la Península. »En algunos delincuentes observé, sin embargo, un cierto color amarillento verdoso en la piel, debido quizás á la biliver- dina, que engendrada en el hígado colora de amarillo los te- jidos en la ictericia. »He notado ya signos diferenciales muy marcados entre los delincuentes y los normales estudiados, en las arrugas del rostro. Estas aparecieron como mucho más frecuentes y pre- coces en los primeros que no en los segundos. »La arruga zigomática que Ottolenghi señala como predomi- nante entre las que se observan en el rostro de los criminales y el Dr. Francotte llama «la arruga del vicio», «la caracte- rística del delincuente», la he hallado en un 58 por 100 de los delincuentes y sólo en un 11,5 por 100 de los honrados. »La proporción en que he observado las arrugas en el rostro de los criminales andaluces de la serie por mí examinada y en los normales que servían de tipo de comparación, se halla determinada en el siguiente cuadro, que puede compararse á su vez con el que Ottolenghi nos da como resultado del estudio por él realizado de dos series, de 200 individuos normales la una y de 200 delincuentes la otra: ANTES DE LOS 25 AÑOS. ENTRE LOS 25 Y 50 AÑOS. HA O «$ qtetQ———_ TT" o nn Normales. Delincuentes. Normales. Delincuentes. Arrugas de la frente. 5,5 por100 25 por 100. 61 por 100. 77 por 100. Arruga naso-labial.. 17 — 58 — 59 — 74 — Arruga zigomática.. 1 — 13 — 10,5 — 45 — »El cabello en los 150 delincuentes sólo era escaso en el 11 por 100; en el resto era espeso, áspero y duro. »La canicie sólo la observé en el 12 por 100 de los delin— cuentes y en el 25 por 100 de los honrados, y siempre en unos y otros en individuos que pasaban de los 28 años. »La calvicie no la hallé en ninguno de los criminales, y sí en el 3 por 100 de la serie de normales estudiados, en indivi- duos de más de 40 años. »El color de los cabellos resultó ser el que indican las si- guientes cifras: DE HISTORIA NATURAL. 79 Normales. Delincuentes. Cabellos negros....... 39 por 100. 53 por 100. — castañosS..... 50 = 39 — = o. O 11 — 7 — — OJOS atole 3 — 1 — »Predominó, pues, en los delincuentes estudiados el color negro de los cabellos, mientras que en los honrados predomi- nó el color castaño. »La barba era escasa y rala en los delincuentes de la serie objeto de estudio, con mucha más frecuencia que en los hon- rados; y mientras en la serie de éstos sólo hallé que carecieran de ella 2 de los 150 individuos que la componían, en los cri- minales faltaba en un 17 por 100. »En dos estupradores y un violador, que no formaban parte de la serie á que me vengo refiriendo en estas observaciones, y que recientemente he estudiado, faltaba por completo en uno de los primeros y en el segundo, y en el otro estuprador era tan rala que apenas se conocía. »Como el objeto de esta nota es sólo suministrar algunos nuevos datos que puedan servir al estudio del delincuente, limito á esto mi trabajo y me abstengo de sacar consecuencias que no encajarían dentro de los moldes de este ligerísimo re- sumen antropológico.» Sesión del 5 de Agosto de 1896. PRESIDENCIA DE DON FEDERICO DE BOTELLA. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas como donativo 6 á cambio, la Sociedad acordó que constase su gratitud á los señores donantes. —Quedaron admitidos como socios los señores Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Doctor en Ciencias y Auxiliar del Observatorio de Madrid, propuesto por D. Enrique Pérez Zúñiga; y el Sr. Rector de San Juan de Letrán, de Manila, propuesto por D. Ignacio Bolívar. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Botella (D. Federico) dió noticias del hallazgo, en la ciudad de Valencia, de una losa del empedrado, que conte- nía notables impresiones fósiles de un alga curiosa; dicho fósil, por pertenecer á los terrenos secundarios, es bastante intere— sante, y el Sr. Botella dijo que se proponía adquirir dicha losa para poderla conservar y estudiar con mayor facilidad. —El Sr. Pau remitió la siguiente Vota sobre mi «A renaria betica.» «En las páginas 36 y 37 de mi fascículo 6.” propongo la A.spathulata de los autores españoles, bajo 4. betica; porque «no siendo la misma planta, sino muy diferente la planta española de la argelina, según muestras recogidas por el excelente botánico Sr. O. Debeaux, precisa darla nombre dife- rente. Desfontaines dice que su especie crece en Argelia: ésta debe considerarse como típica. »Nuestro estimado colega el Sr. O. Debeaux, en su trabajo Les regions botaniques de l'arrondissement d'Oran, indica en las páginas 14 y 16 la 4renaria spathulata Desf., que es la misma de mi herbario y que tomo por tipo, y se aparta enormemente de la planta española; únicamente el hábito lo tiene parecido. »J. Ball, Spic. fl. mar., pag. 364, cita de Tánger cierta Stellaria Arenaria Salzm., que es muy posible se refiera á nuestra especie propuesta. Como más abajo indica la A. spathu- lata Desf. también, y no las describe, es imposible conocer á cuál de las dos puede convenir la 4. betica. Al citar la St. Arenaria Salzm. dice: «Species mihi non satis cognita, facie Arenarie spathulate Desf., valde similis. An propia dicionis Tingitane? »Una de las dos, con certeza, se refiere á la A. betica.» Raw ..C. »Con el fin de comparar mi especie con las variedades del Sr. Debeaux, este amable botánico me remitió el siguiente extracto: »Observations sur 1'Arenaria spathulata Desf., par O. De- beaux («Revue de botanique», numéro de Novembre, 1890, page 398). »M. Debeaux admet 3 formes dans 1'4. spathulata Desf. DE HISTORIA NATURAL. 81 »1% Var. a typica O. Deb.; A. spathulata Desf., Fl. atlant. 1, 358 (1798); DC. in Prodr. 1, 413; O. Debx. in Soc. Dauph. exsice. n” 1993. —Tiges dressées, filiformes, pubescentes, rameuses souvent des la base, de 10 á 18 centimétres de haut, rarement simples, rameaux dressés, paniculés; feuilles inférieures lar- cement ovales-lancéolées, spathulées, obtuses, pubescentes, atténuées en pétiole, larges de 2-4 millimétres, longues de 4-14 millimeétres, les supérieures lancéolées, ciliées; fleurs blanches terminales, pedicellées, á divisions calicinales ova- les, membraneuses sur la marge, pubescentes sur le dos. Fleurs avril, mai.—Habite les sables maritimes et les collines du littoral algérien, depuis La Calle jusqu'a Némours. Com- mun á Oran (0. Debx.). »22 Var. £ cerastoides; Á. cerastoides Poiret, Voyage en Bar- barie 11, p. 166 (1789) et Encycl. méth. v1, 363 (1804) non DC.; Balansa, Plant. algér. exs. n” 453 (1852); Billot Flora gall. et germ. exsicc. n” 5942, »Tiges gréles elancées, dressées, simples ou rameuses dans leur partie supérieure seulement, pubescentes, de 8-12 centi- métres de haut; feuilles supérieures ovales-lancéolées, atté- nuées en un courte pétiole, les supérieures linéaires-lancéo- lées ou souvent linéaires sessiles; péduncules floraux dressés avant Vanthese. Fleur. mi-mars a fin avril. — Habite les co- teaux incultés á Mostaganem, Oran, Alger, Bóne, etc. Gibral- tar (Dautez). »3 Var. c. crassifolia O. Debx. in Hb. et in sched. (1859). »Plante ayant un port court et trapu bien plus velue que dans les variétés a) et b) 4 tiges couchees rameuses des la base etaléees swr le sol, fortement glanduleuses, pubescentes; feuilles épaisses, cCharnues, á limbe largement ovale, arrondi au som- met et brusquement rétréci en un court pétiole, large de 8-10 mm. sur 10-15 mm. de longueur; péduncules floriferes tres courts (4-8 mm.) paraissant parfois presque sessiles, tres glanduleux, penchés, avant l'anthese. Fleur. du 15 au 30 mars. Des falaises de la Pointe-Pescade a Alger (O. Debx.).» »Yo distingo la 4. betica de la verdadera A. spathulata por sus semillas únicamente; así es que estas variedades, no refi- riéndose para nada á los caracteres que presentan sus semi- llas, creo que nada más pueden servirnos que para distinguir estas formas en la especie fontainesiana. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »A. SPATHULATA Desf.—Semillas arriñonadas, de color pardo y mate, cubiertas de tubérculos. »A. BETICA Pau, Vot. bof., fasc. 6.”, pag. 36.—A. spathulata auct. hisp. Semillas discoideas ú globoso-lenticulares, de color negro y brillante; superficie levísima. »No hay que confundir mi 4. betica con la 4. betica Salz- mann Pl. exsicc., que se refiere á la 4. emarginata Brot. Y por último, los caracteres sacados de las semillas no permiten reunirlos en una misma especie, ni como variedades, ni como sinónimos, según hasta el día venía haciéndose.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 30 de Julio de 18096. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Fué leida y aprobada el acta de la sesión anterior. —El Sr. Presidente propuso se hiciera constar en el acta el sentimiento vivísimo con que la Sección ha recibido la noti- cia de la muerte del profesor D. Antonio Machado, activo y distinguido naturalista, maestro de larga y respetable historia y á cuya laboriosidad é inteligencia debe gran parte de sus colecciones el Museo de Historia Natural de la Universidad de Sevilla. Así se acordó. —Se leyó el siguiente trabajo remitido desde Madrid por el Sr. Calderón: Aves de Andalucia existentes en el Museo de Historia Natuwral de la Universidad de Sevilla. «Posee el Museo de la Universidad de Sevilla tres series de ejemplares de ornitología: la pequeña colección de enseñanza compuesta de 130 ejemplares en piel, tanto de España como exóticos entre los que están representadas las principales familias, 6 esqueletos y algunos órganos característicos; una colección de 150 aves exóticas, en su mayoría de Guatemala, procedentes de un donativo hecho en remota época al profesor DE HISTORIA NATURAL. 83 Sr. Machado, y la colección de Andalucía, que es de la que vamos á decir algunas palabras. »Siendo las aves los animales que siempre han llamado más la atención del hombre por su privilegiada locomoción, sus bellos y variados colores y sus admirables y simpáticas cos tumbres, no es mucho que existan de ellas más intentos que de ningún otro grupo de colecciones regionales. En muchos Institutos y en casi todas las Universidades de la Península figuran, en efecto, series locales, cuya compilación y estudio sería, sin duda alguna, muy provechosa y enriquecería segu- ramente el catálogo de las aves de España. En Sevilla, encon- tramos al hacernos cargo de la cátedra de Historia Natural, la colección de los seres de esta clase casi tan rica en especies como se encuentra en la actualidad, habiéndose reducido nuestra misión en este ramo á conservar lo existente ú renovar aleunas piezas, adquirir ciertas especies que faltaban, sobre todo de las pequeñas, y á clasificarlas con arreglo á las obras clásicas más modernas. »La fauna ornitológica de Andalucía considerada en con- junto, esto es, incluyendo en ella las aves sedentarias y las de paso, comprende una gran parte de las especies europeas, algunas exclusivas de la Península y las del N. del África. Las sierras numerosas de la zona S. de España y entre ellas, la Nevada y la Morena, la abundancia de manantiales y corrientes de agua que en ella existen y el gran número de cotos y dehesas como el de Doñana y otros, favorecen la mul- tiplicación de numerosas especies de pájaros, así como de palmípedas y zancudas en las marismas meridionales, como en las de la margen izquierda del Guadalquivir, en las salinas de la Isla de León y Chiclana y en las costas de Rota y Puerto Real. Las lagunas, y particularmente la de Fuente Piedra antes de su desecación, también han proporcionado un crecido número de aves á los naturalistas. »Por lo que se refiere á las especies de paso no es mucho que en. Andalucía se halle la región por excelencia para su estudio, siendo el África la parte del mundo á que se dirigen casi todas las aves europeas, atravesando el Estrecho de Gibraltar y costas inmediatas. En Septiembre y Octubre el cabo de Gador frente á Cádiz, el de Trafalgar, Tarifa y Alge- ciras son, entre otros, lugares especiales de reunión como 81 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA punto de partida para estos admirables viajes periódicos. Algunos individuos en vez de pasar á África, se establecen en esta región meridional, y de aquí que no sea raro hallar en invierno ejemplares de formas extrañas á su fauna ornitoló— gica habitual, como la Ciconia Abdimú Licht., especie de la Nubia, la Querguedula marmorata, de Cerdeña y el Ligurinus chloroticus Licht., de Persia y Siria. »No es extraño que fauna tan interesante haya sido objeto de sabias investigaciones por parte de los naturalistas nacio— nales y extranjeros, El Sr. Machado es uno de los iniciadores de este estudio (1), continuado por Rosenhauer (2), por los seño- res López Seoane (3) y Sainz Gutiérrez (4) en Granada y com- pletado con los trabajos clásicos de Saunders (5) y de Irby (6). La ornitología de esta parte de España se conoce merced á estas. investigaciones bastante bien en sus lineamientos generales; mas para agotar su interesante pormenor, para seguir en dis- tintos períodos la vida de los individuos, determinar las épo— cas y parajes en que crían, observar las emigraciones y reco— s'er, en fin, el material preciso para una ornitología local, que no se reduce á meros catálogos, falta la labor lenta pero cons- tante de los especialistas del país, desgraciadamente poco numerosos, aunque entusiastas: permitasenos recordar aquí los nombres de D. Francisco de los Ríos, preparador y cazador experto de Malaga; del doctor D. Alberto Ruíz, de Sevilla; de D. José Soto, de Jeréz de la Frontera, y de D. Anatael Cabrera, que durante su estancia en Sevilla, se dedicó con su actividad de naturalista expedicionario y su competencia como ornitó— logo á estas interesantes y bellas investigaciones. »La zona de los cotos del Rey y de Doñana es famosa desde antiguo y desafía á los mejores de Europa por su brillante tra- dición cinegética, su clima benigno, su posición pintoresca á (1) Catálogo de las aves observadas en algunas de las provincias de Andalucia. Sevilla. 1854. (2) Die Thiere andalusiens. Erlangen, 1856. (3) Catálogo de las aves observadas en Andalucia. («Revista de los progresos de las Ciencias», Madrid, 1861.) (4) Observaciones al Catálogo de aves de Andalucia publicado por D. Victor López- Seoane. («Revista ibérica.» Madrid, 1862.) (5) On the Birds of Southern Spain; The Ibis. Londres, 1869. (6) The ornithology of the Straits of Gibraltar. Londres, 1875. DE HISTORIA NATURAL. 85 la orilla del mar y lo variado de su terreno, que consiste tan pronto en inmensos arenales, como en selva virgen. La repu- tación de estos cotos remonta á una gran antigiiedad; don Pedro López de Ayala, cronista de D. Pedro 1, el Crwvel, que era muy dado á la cacería, en su libro titulado De la caza de las aves, é de sus plumages, é dolencias, é melecinamientos, nota- ble por más de un concepto, ya habla de la abundancia de aves en dicha región. Los historiadores nos refieren el esplen- dor inaudito que en ella alcanzaron las reuniones cinegéticas celebradas en honor de los Austrias, que fueron tales, que causaron la admiración de toda Europa. Todavía algunos potentados, y particularmente ingleses, tienen marcada pasión por cazar en los referidos cotos, y aunque estas partidas no llegan á la opulencia de las antiguas, constituyen campañas cinegéticas ricas, elegantes y confortables. »Si las condiciones naturales son por todo extremo favora— bles para el desarrollo de las aves en Andalucía, en cambio las creadas por el hombre constituyen causas permanentes de destrucción. De una parte tienden á esta obra la desecación de las lagunas, la disminución creciente del arbolado y la introducción de nuevos cultivos; cooperan de otra los milla- res de cazadores que pululan por todas partes sin respeto á vedas ni á consideración de ninguna especie, poseidos de la idea de que realizan una buena misión con su obra de exter- minio. Ni remotamente sospechan que la destrucción de las aves trae consigo el aumento inevitable de seres nocivos para la vida del hombre y destructores de todas las plantas útiles, tanto espontáneas como cultivadas; y las mismas autoridades y corporaciones, lejos de emplear los medios que se ponen en práctica con éxito en otras naciones, ven impasibles los des- trozos que año tras año se advierten en el mundo alado. Hemos tenido ocasión de citar las disposiciones sabias y acerta- das, según el Diario de Sevilla, dictadas por la Intendencia de esta provincia en 1829 para la extinción de los gorriones, y las ideas sobre la utilidad de los pájaros no se han modificado aquí mucho desde entonces. La ley de caza de 10 de Enero de 1879, se ocupa de la protección de las aves insectívoras; pero el reglamento no se ha dado todavía (al menos en 1896). Hace falta que se dé y que se cumpla... »Sabida es, además, la manera como cazan los pateros en 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA los grandes cotos de la provincia de Huelva, haciendo verda— deras descargas de artillería con sus colosales trabucos cons— truídos ad hoc y el inmenso número de piezas que destruyen. »Otro poderoso elemento de destrucción de las más bellas especies de aves de Andalucía, son ciertos cazadores que co- mercian con los naturalistas extranjeros y particularmente con los ingleses, persiguiendo á los individuos adultos, á los polluelos y, sobre todo, buscando los huevos, de los que hay algunos muy estimados para las colecciones. A esta industria se debe la próxima desaparición de la 4qwila imperialis Bechs, una de las bellezas de esta región zoológica, del Porphyrio hyacinthinus Temm., abundante antes en el Coto de Doñana y de otras varias especies. Algunas hay, como la Tadorna ru— tila Pall., que por sí mismas, y sin que sean conocidas las causas del hecho, tienden á desaparecer ú han desaparecido ya, no obstante de haber sido frecuentes en otro tiempo. »El Museo de la Universidad de Sevilla posee ejemplares de las especies citadas y de otras varias que se van haciendo raras, sobre todo de falcónidas. También se han reunido en lo posible los huevos y los nidos de las aves de la región, reco— giendo los nombres vulgares y cuantas indicaciones locales ha sido dado averiguar. Hemos consignado sólo los nombres que tienen interés local y que nos ha parecido se aplican con precisión en el país, pues hay otros con que designan diversas. especies Y que tienen una acepción colectiva. »Compone nuestra colección ornitológica de Andalucía un total de 500 ejemplares, representantes de 208 especies, que no son ciertamente todas las de la región, pero sí una buena parte de ellas. La escasez de sitio hace que se encuentren demasiado amontonados los ejemplares y la penuria de recur- sos no ha permitido uniformar por completo las peanas ni llegar á la meta en otros detalles de instalación, aunque estas deficiencias no son tales, por fortuna, que impidan estudiar la colección. En su ordenación, asi como en la de la enume- ración que va á continuación, hemos seguido el plan adop- tado en el excelente Catalogo de las aves de España, de D. Ven- tura Reyes y Prosper (1). (1) ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT.; tomo xv, 18286. DE HISTORIA NATURAL. 7 »Acompañan a los ejemplares montados los de los nidos y huevos que han podido reunirse, aunque en esta parte falta mucho que hacer todavía, así como sería muy conveniente tener duplicados en piel sin montar para poderlos estudiar completa y cómodamente; pero es de esperar que, conti- nuando la labor emprendida, se llegue más Ú menos pronto á realizar todos estos propósitos. Accipitres. Gypaétus barbatus Z.—Coto de Doñana. Neophron percnopterus Z.—Idem. Vultur monachus Z.—Buitre.—Cazalla de la Sierra y Coto de Doñana. Gyps fulvus Bri5ss.—Coto de Doñana. Aquila imperialis Bechst.—Idem. — fasciata Vieill (A. Bonelli Temm.)—1Idem. — pennata Gmel.—Idem. — nevia Briss.—Idem. Circaétus gallicus /¿e111.—Sevilla. Buteo vulgaris Z.—Idem. Milvus regalis Briss.—Coto del Rey. — niger Briss.— Milano negro. — Sevilla. — Es tan abun- dante que destruye la caza. El Conde de Paris paga á 10 rs. cada cabeza de este milano que le presentan en sus cotos de la provincia de Huelva. Falco subbuteo Z.—Sevilla y Coto del Rey. — vespertinus Z.—Sevilla. — tinnunculus Z.—Cernicalo.—Idem. — cenchris Vaum.—Cernicalo.—Idem. Accipiter nisus Z.—Primilla.—1dem. Astur palumbarius Z.—A20r, aguilucho.—Coto de Doñana. Circus «eruginosus Z.—Á guila marismeña.—Idem. — Cineraceus Montagu.—Provincia de Sevilla. Bubo maximus Flemm.—Buho grande (1).—Sevilla. (1) En los nombres vulgares de las estrígidas hay mucha confusión en Andalucia; pues aunque usan los castizos, los aplican á diferentes especies que en Castilla, y esta misma aplicación varía notablemente según las provincias. 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Scops Aldrovandi W+illug.—Corneja.—Idem. Otus brachyotos Gmel.—Lechuza.—1Idem. — vulgaris Plemm.—Buho mediano.—Idem. Surnia passerina Z.—Mochuelo.—Idem. Noctua minor Briss.—Mochuelo?—Idem. Strix flammea £L.—Lechuza.—Idem. Scansores. Picus major Z.—Cazalla. Gecinus viridis Z.—Pito real.—Coto de Doñana. — — var. Sharpii Saund.—Cazalla. — Canus Gmel.—Arahal. Yunx torquilla Z.—Hormiguero.— Sevilla. Cuculus canorus Z.—Cuco.—Idem. Oxylophus glandarius Z.— Cuco real.—Sevilla y Coto del Rey. Passeres. Caprimulgus europens L.—Zamaya.—Sevilla. — ruficollis Zemm.—Zamaya,—Idem. Cypselus murarius Zemm.—A vión.—Idem. — melba Z.— Idem. El C. melba L. es la especie dominante hasta llegar al Cho- rro, en la provincia de Málaga, y desde allí se extingue casi ésta para ser reemplazada por el C. pallidus Shel. Chelidon urbica Z.—Golondrina.—Sevilla. Hirundo rustica Z.—Idem. Cotyle riparia Z.—Golondrina de ribera.—Idem. Coracias garrula Z.—Carlanco.—Gerena, Alcalá de Guadaira. Merops apiaster Z.—A bejarruco.—Sevilla. Alcedo ispida L.— Martin pescador.—Orillas del Guadalquivir. Sitta ceesia Mey. el Volf.—Provincia de Sevilla. Certhia familiaris Z.—Sevilla. — brachydactyla Brehm.—Coria del Río. Upupa epops £Z.—A bubilla. —Sevilla (frecuentísima durante todo el verano). DE HISTORIA NATURAL. 89 Saxicola cenanthe Z.—Sevilla y Jerez de la Frontera. — aurita Temm.—Sevilla y Coria. — stapazina Gmel.—1Idem. Pratincola rubicola Z.—Cagaarrope.—Idem. Accentor alpinus Gmel.—Idem. Sylvia hortensis Gmel. —Idem. — atricapilla Z.—Idem. Curruca garrula Briss.—Idem. — melanocephala Gmel.—Esculamatas.—Idem. Melizophilus provincialis Gmel.—Cagachin.—Idem. Phyllopneuste rufa Br iss.—Idem. — trochilus Z.—Idem. — sibilatrix Bechst.— Pajarita rubia. — Constan— tina (Sevilla). Regulus ignicapillus 27e/m.—Sevilla. Cisticola scheenicola Bp.—Gieisito.— Coria. Calamodyta schenobenus Scop.—Idem. Calamoherpe arundinacea Gmel.—Sevilla. XAádon galactodes Temm.—Coria. Ruticilla tithys Seop.—Colirojo.—Sevilla. — — pheenicura Z.—Colirojo.—Idem. Rubecula familiaris 2/y1/.—Gargantirojo.—Sevilla y Coria. Cyanecula suecica Z.—Idem. Lusciola luscinia Z.—Ruiseñor.—Sevilla, Gerena y Constantina. Motacilla alba Z.—Pepita.—Sevilla. Budytes flava Z.—Pepita.—Idem. Agrodroma campestris B7iss.—Sevilla y Coria. Anthus arboreus Briss.—Pajarilla.—Coria. — pratensis Z.—Sevilla y Constantina. Parus major Z.—Herrerillo.—sSevilla y Coria. — ater Z.—Granada. Ampelis garrulus Z.—(Véase Machado.) Turdus merula Z.—Mirlo.—Sevilla. — ¡liacus Z.—A lcogela (en Sierra Morena).— Idem. — torquatus Z.—Idem. — viscivorus L.— Guía de zorzales.—Huévar. — Mmusicus Z.—Zordo.—Sevilla. — pilaris Z.—Zorzal.—Idem. Petrocincla cyanea £.— Idem. — saxatilis L.—Mirlo de rocas.—Constantina. 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Oriolus galbula Z.—Oropéndola.—Sevilla y Guadalcanal, Lanius meridionalis Zemm.—A lcaudon.—Sevilla. — excubitor Z.—A lcaudón real.—Idem. — minor Guel.—A lcaudón.—Idem. — rufus Br iíss. — Alcaudon. — Peñaflor, Sevilla y Cons- tantina. Telephonus tschagra Lev. Esta especie del N. de Africa dicen suele presentarse acci- dentalmente en Andalucía; pero el ejemplar de la Universidad procede de Tetuán. Muscicapa atricapilla Z.—Coria. Butalis grisola Z.—Idem. Corvus corax L.—Cuervo, cuervo negro.—Sevilla y Constantina. — Ccorone L.—Graja.—Pedroso. — monedula Z.—Sierra Morena. Pica caudata Z.—Urraca, marica.—Sevilla. — Cyanea Pall.— Rabudo, mohino.—Sevilla, Peñaflor y Gua- dalcanal. Garrulus glandarius Z.—Arrendajo, cabezón.—Gerena. Sturnus vulgaris Z.—Kstornino.—Sevilla. — unicolor Za Marm.—Idem. Passer montana Z.—Guadalcanal. — domestica L.—Gorrión.—Sevilla. — hispaniolensis Temm.—(GForrión morisco.—Idem. Petronia rupestris Bp.— Gorrión de bosque.—Sevilla y Morón. Fringilla celebs Z.—Pinz0n.—Sevilla y Peñaflor. — montifringilla Z.—Millero.—Sevilla. Montifringilla nivalis Briss.—Idem. Carduelis elegans Steph. —Jilguero.—Idem. Ligurinus chloris Z.— Verdon.— Idem. — chloroticus Lic4t.—Idem.! Chrysomitris spinus Z.— Lúgano.—Idem. Citrinella alpina 5p.—Cádiz. Serinus meridionalis 5p.—Chamart.—Sevilla. Cannabina linota Gmel.—Jamás.—Idem. Linaria borealis V¿e11!.—Pardillo.—Idem. Coccothraustes vulgaris Vieil!.—Pico grande.—Idem. Loxia curvirostra Z.—Pigwituerto.—1Idem. DE HISTORIA NATURAL. 91 Emberiza cia Z.—Hortelano (según Machado).—Coria del Río. Miliaria europea S5ws.—Triguero.—Sevilla. Alauda arvensis Z.—Terrera de uña larga.—Sevilla y Peñaflor. — arborea Z.—A londra.—Idem. — brachydactyla Leis!.— Idem. — calandra Z.-—Terrera.—Idem. Calandrella beetica L11f.—Cujadilla.—1Idem. Galerida cristata Z.—Terrera, cogujada.—Idem. Columbee. Columba palumbus Z.— Paloma torcaz.—Sevilla. — cenas L.—Zurita.—Idem. Turtur auritus Ray.—Tórtola.—1dem. Gallinze. Pterocles alchata Z.—Gangya.—Sevilla. — arenarius Pall.—Corteza, orteya.—Coto del Rey. Tetrao andalusicus Gmel.—Sevilla. Perdix rubra Briss.—Perdiz roja.—Idem. — petrosa Gmel.—Gibraltar? Coturnix communis Bonmnat.—Codorniz.—Sevilla. Turnix sylvaticus Desf.—Torito.—Idem. Grallatores. Otis tarda Z.—Avutarda, barbón (el S).—Sevilla. — tetrax L.—Sisón real.—Idem. Glareola pratincola Z.—Alcalá del Río. (Edicnemus crepitans Temm.—A lcaravin.—Provincia de Se- , villa. Sus huevos. Charadrius pluvialis Z.—Chorlito.—Coto del Rey y Sevilla. — minor Mey.—Prailecillo.—Marismas. — cantianus Lath.—Charrán.—Orillas del Guadal- quivir. Pluvialis varius Briss.—Chorlito marismeño.—Marismas. Vanellus cristatus Mey.—Ave fria, domingwillo. —Orillas del Guadalquivir. 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Strepsilas interpres Z.—Revuelve piedras.—Coto de Doñana. Numenius arquata L.—Zarapito real.—Idem. _Limosa rufa Br iss.—Idem. Scolopax rusticola Z.—(Gallineta.—Sevilla. Gallinago scolopacinus Bp.— Agachadiza. — Orillas del Gua- dalquivir. — gallinula Z.—Agachadiza.—Idem. Tringa subarquata G1/d.—Sevilla. Machetes pugnax £.—Pajarilla de agua.—Marismas. Totanus calidris Z.—Coto del Rey. — ochropus Z.— Anda rio.—Orillas del Guadalquivir. Actitis hypoleucos Z.—Caballero del vientre blanco, lavandero. —Idem. Recurvirostra avocetta L.—Idem. Himantopus candidus Bonnat.—Caballero del manto negro.— Marismas. Rallus aquaticus Z.—Rascón.—Orillas del Guadalquivir. — Ccrex L.—Guión de las codornices.—Idem. Porzana maruetta Zeach.—Polluela.—Coria. — Baillonii Viei!!.—Polluela.—1Idem. Gallinula chloropus Z.—Polluela.— Coria y Alcalá del Río. Procedentes de las orillas del Guadaira y de Coria, se han cazado ejemplares sin placa frontal. Porphyrio cesius Barr.— Gallo azul.—Coto de Doñana. Fulica atra Z.—Gallina de agua.—Córdoba. — Cristata Gmel.—(Gallina de agua.—Orillas del Guadal- quivir. Grus cinerea Bechst.—Grulla cenicienta.—Cádiz. Anthropoides virgo L.—Grulla moruna.—Coto de Doñana. Ardea cinerea £L.— Garza real.—Orillas del Guadalquivir. — purpurea Z.—Garza imperial.—Idem. Egretta garzetta Z.—Garceta menor.—Coto de Doñana. Bubulcus ibis Zassel.—Espurga bueyes. — Guadaira. Buphus ralloides Scop.— Garza cangrejera.—Orillas del Gua- dalquivir. Ardeola minuta Z.— Martinito, mira para el cielo.—Lebrija y Sevilla. Nycticorax europeus Heph.—Garza de noche.—Orillas del Gua- dalquivir. Botaurus stellaris Z.—4Ave toro.—Idem. DE HISTORIA NATURAL. 93 Ciconia alba Willug.—Cigieña.—sSevilla. — nigra Z.—Cigiieña negra.— Coto de Doñana. Platalea leucorodia Z.—£Espátula, paleto.—Orillas del Guadal- quivir. Falcinellus igneus Gmel.—Morito.—Marismas. Anseres. Phalacrocorax carbo L.— Pato cuervo.— Marismas. Larus fuscus L.—A lcatraz.—Idem. — leucopterus Fab.—Coto de Doñana. — ridibundus Z.—Orillas del Guadalquivir. — melanocephalus Vater.—Coto de Doñana. Sterna anglica Mont.—Golondrina de mar.—Sanlúcar. — minuta Z.—Colondrina charrana.—Marismas. Hydrochelidon nigra Z.—Golondrina morisca.—Idem. — hybrida Pall.— Golondrina de mar.—Idem. Phenicopterus roseus Pall.—Plamenco, cagarzo.—Coto de Do- ñana y laguna de Fuente Piedra. Anser cinereus Mey.—Ganso.—Coto de Doñana. — sylvestris Briss.—Silvón, ganso silvestre.—Idem. — brachyrhynchus Ba111.—Idem. Tadorna casarca L.—Pato tarro.—Idem. Spatula clypeata Z.—Pato sardinero, cuchareta.—Coto de Doña- na y orillas del Guadalquivir. Anas boschas £Z.—Pato real.—Orillas del Guadalquivir. Mareca Penelope £.—Silvon.—Coto de Doñana. Dafila acuta /.—Pato de cola larga.—Orillas del Guadalquivir. Querquedula circia L.—Zarceta real.—Idem. = crecca L.—Zarceta menor.—Idem. - angustirostris Menet.—Pardilla.—Idem. Nyroca leucophtalmos Bechst.— Negrete, pato gitano.—Coto de Doñana. Podiceps cristatus L.—Zarabujón.—1Idem. — fluviatilis B77ss.—Idem. — nigricollis Sund.— Zarabujón real.—Orillas del Gua- dalquivir. Colymbus glacialis LZ.—Zarabujón.—Coria. Fratercula arctica £.—Pratlecillo.—Cádiz. 91 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA El Sr. Paul recordó, a propósito de este trabajo, el proyecto de ley que en 1876 presentó la Sociedad protectora de anima- les y plantas, proyecto que no llegó á realizarse, y describió varios procedimientos empleados por los cazadores en algu- nos pueblos de Andalucía, procedimientos casi exclusivamente destructores muchas veces. —El Sr. Chaves leyó la nota siguiente: Sobre las inclusiones de materias orgánicas en los cristales de cuarzo coloreados de las rocas eocénicas de Andalucia y sobre la cubierta 0 envuelta de jacinto de Compostela que ofrece un ejemplar de cuarzo de localidad dudosa. «La lectura de una nota presentada en el pasado año por el profesor L. Bombicci á la Real Academia de Ciencias del Ins- tituto de Bolonia, y titulada Sulle velature carboniose bitumi- noidi e sulle incrostazioni ferro-manganesifere e finamente sabbiose ricuoprenti il quarzo cristallizzatto del macigno di Porretta, me ha sugerido consideraciones acerca de una cues- tión relacionada con hechos de bastante interés bio-mineraló- gico local, cuestión que tuve ocasión de tocar, aunque super— ficialmente en otro trabajo presentado á esta Sociedad (1). En él relacionaba el resultado de las inclusiones de los cristales de cuarzo que yacen con los yesos de las margas eocenas de la Andalucía baja, con el origen y evoluciones de dichos cris- tales de cuarzo, los cuales ofrecen un vasto campo de investi- vación y de estudio desde el punto de vista químico-genético y en sus relacioaes con problemas aún no resueltos de orden dinámico. »A dichos puntos de vista afectan, sin duda, las considera— ciones que hace el profesor Bombicci acerca de las variadísi- mas fases del metamorfismo de los materiales de Porretta, en la nota antes citada, al par que estudia el carácter geológico de aquellos terrenos en donde se halla la piedra de construc- ción (macigno), rica en cristalizaciones de variadas especies minerales. Entre estas se encuentran cristales de cuarzo (1) Sobre las inclusiones de los cristales de cuarzo dispersos en lus rocas epigénicas de Andalucía. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo XXIV.) DE HISTORIA NATURAL. ga cubiertos por patinas ó incrustaciones, ya carbonosas, ya ferruginosas, ya manganesíferas. »Todas las cristalizaciones del terreno del macigno de Porretta, indican, según el autor, un origen evidentemente ácueo, y se han formado á la temperatura ordinaria Ó poco elevada, desenvolviéndose en una fase relativamente reciente, posterior al levantamiento de aquellos terrenos. En opinión del Sr. Bombicci, estas cristalizaciones necesitaron para cons- tituir una agrupación molecular estable, y para consolidarse, un espacio de tiempo inmensamente largo: el de toda la época cuaternaria. Recordando después la extremada lentitud de las formaciones madrepóricas, tales como las que constituyen la Península de la Florida, cuyo proceso exigiría, según Sterry Hunt, 54.000 años, no vacila en asignar también á los fenó- menos Cristalogénicos de las rocas terciarias, como las de Porretta, una duración infinitamente más larga; por lo cual no puede ser ni aun remotamente comparable al brevísimo espacio concedido á las experiencias del laboratorio. »El Sr. Calderón (1) ha precisado ya bien la edad y carácter de los terrenos en donde yacen las rocas que aprisionan los cristales de cuarzo á que he hecho referencia. El mismo señor Calderón (2) ha emitido la hipótesis razonable de que el volca- nismo barroso de esta parte de Andalucía, no es más que un resto moribundo de las actividades químicas que transforma- ron las capas eocénicas que hoy aparecen metamorfizadas en toda la región que él llama epigénica. A más de estas consi- deraciones, que revelan una estrecha dependencia entre ma- nifestaciones locales y fenómenos geológicos de cierta genera- lidad, conviene recordar que las mismas formaciones barrosas de épocas pasadas alcanzan gran espesor en los parajes á que aludimos, y que su actividad fué grande y enérgica, como vigorosas fueron las manifestaciones químicas que acompa- ñaron á la génesis de las diferentes especies minerales que aquella zona ofrece. »Las formaciones de minerales epigénicos de los barros ma- calúbicos de Morón hubieron de efectuarse, como consecuen—= (L) Zos volcanes fangosos de Morón. (AN. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. XX.) (2) La region épigenique de Andalousie. (Bull. Soc. géol. de Fr., 3e série, t. xvI1.) 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cia del volcanismo barroso, durante todo el período de mayor actividad de éste, como efectos de un proceso distinto y conti- nuado. Este punto de vista es el que trato de hacer resaltar en la presente nota, y sólo á este título relaciono los cristales de cuarzo coloreados de Morón con los recubiertos por barnices ú patinas bituminosas, ferruginosas manganesiferas de los yacimientos de Porretta. »Es de notar que entre las formaciones minerales de Porretta, que, como se desprende del trabajo del profesor Bombicci, se relacionan directamente con las manifestaciones de las salzas, macalubas ú volcancitos de barro de carácter geyseriano, y las formaciones minerales de los volcanes de Morón, existe una gran analogía de productos y de circunstancias genéticas que no deben pasar desapercibidas, no obstante tratarse de fenómenos de orden geológico diferente. »Para no repetir lo que en mi citada nota dije acerca de la naturaleza y propiedades de las materias pigmentarias de los cuarzos incluídos en los yesos eocenos de Andalucía, recordaré solamente que allí indiqué el origen orgánico de dichas materias y su distribución en forma de túnica interna no bien limitada y como difundida. »Con posterioridad á aquellas observaciones he tenido oca- sión de examinar un ejemplar curiosisimo, cuya procedencia supone el Sr. Calderón sea la Sierra de Guadarrama. Está constituido por un grupito de cristales implantados de cuarzo lechoso, recubiertos totalmente por una túnica de otro hema- toideo, unas veces en forma de cara lisa y brillante, y otras en la de diminutos cristales bien reflejantes. La zona de limitación de ambas formaciones está claramente definida, á pesar de la fuerte adherencia entre ellas, que no permite sino considerar estas como un solo edificio molecular operado por un proceso no interrumpido. La masa de los cristales está dispuesta, á veces, en zonas irregulares alternativamente hialinas y lecho- sas 0 blancas. »La distribución en capas ú envueltas no bien limitadas y como difundidas en la masa del cristal, de los pigmentos de los cuarzos de Morón, Puerto-Real y otros muchos sitios, pare- cen acusar un cambio químico en las condiciones del medio cristalogénico, el cual aportaba sílice como precedentemente; pero, al propio tiempo, y como consecuencia de reacciones en DE HISTORIA NATURAL. 97 que intervinieron las materias orgánicas, cedía substancias carbonosas, principios análogos á los designados con el nom- bre de productos úlimicos. Terminada esta fase de perturbación, este cambio accesorio en las condiciones del medio, se recons- tituyó la primitiva fase, y por esto los cristales ufrecen esa especie de túnica pigmentaria interna cubierta á su vez por cuarzo hialino. Pero estas alteraciones del medio cristalog'é-— nico se verificaron sin duda de una manera paulatina, insen— siblemente, y fueron de tal índole, que no afectaron en modo alguno á la continuidad del edificio molecular, quedando constituido el cristal en un período de tiempo secular, pero único y continuado. »Respecto á los cristalitos de cuarzo cubiertos por una capa hematoidea de que antes hice mérito, parecen haber sido ori- ginados por un proceso cristalogénico no interrumpido, pero en el que, á diferencia de lo que aconteció en los de Morón, el cambio químico accesorio en las condiciones del medio, tuvo lugar de una manera brusca. »Los cristales de Porretta corresponden, sin duda, á dos procesos aislados. Las dos formaciones que los constituyen son perfectamente independientes, y entre ambas medió un pe- ríodo de tiempo indeterminado que puede suponerse de corta ó de muy larga duración; tiempo quizá medido únicamente por las evoluciones geológicas locales, pero ajeno en un todo a la marcha de los fenómenos de orden molecular que concu- rren en la génesis de los cristales. »Como conclusión de estos hechos y observaciones es forzo- so suponer que la discontinuidad substancial de los cristales está invariablemente ligada á los cambios químicos del medio cristalogénico, sean estos intermitentes 0 continuos. Si en un medio semejante sujeto á cambios químicos predominase una acción cristalogénica determinada, y esta acción conti- nuase indefinidamente, las acciones perturbadoras causantes de la discontinuidad química de la masa, obedecerían proba- blemente á cierto ritmo, sin el cual la actividad biológica de los minerales decrecería rápidamente y cesaría, por último, bajo la influencia de las leyes de la estática quimica. Quizá la periodicidad, ley desatendida hasta ahora en el campo de los fenómenos minero-genésicos, explicará muchos problemas no resueltos y arrojará luz sobre diversos fenómenos relacionados ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. y 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de una manera directa con las diferentes fases que los mine- rales atraviesan en el ciclo de su evolución.» —El Sr. Cañal donó, para las colecciones de la Sección, esta- lactitas procedentes de la cueva de Careses en Pola de Siero (Oviedo), y otras de una cueva de Cazalla. —El Sr. Chaves presentó ejemplares de flores de caña de azúcar, de Maro (Málaga), que donaba igualmente para dichas colecciones. Sin otros asuntos de que tratar se levantó la sesión. Sesión del 2 de Septiembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON ENRIQUE PÉREZ ZÚÑIGA. —Abierta la sesión el Sr. Secretario dió lectura del acta de la anterior que fué aprobada. —(Quedó admitido como socio numerario D. Federico de Muguruza y Recio, de Manila, licenciado en medicina que se dedica á estudios de botánica, propuesto por D. Ignacio Bolívar, en nombre de don Domingo Sánchez. —El Sr. Presidente dió cuenta 4 la Sociedad del falleci- miento de D. Antonio Machado, catedrático de Malacologiía y Actinología en la Facultad de Ciencias naturales de la Univer- sidad central y Museo de Historia natural y uno de los natu- ralistas más antiguos é ilustrados de nuestra patria que siem- pre se había dedicado con el mayor entusiasmo al cultivo de las ciencias naturales. D. Antonio Machado era doctor en Ciencias y en Medicina y había hecho gran parte de sus estudios en París, luego pasó á América, completando allí sus conocimientos sobre las cien- cias naturales; regresó después á Europa y fué catedrático de la Universidad de Sevilla y más tarde rector de la misma y cobernador de dicha provincia. Sus estudios, sus viajes y las excursiones hechas por Anda- lucía en compañía de du Verneuil y otros distinguidisimos ceóúlogos, le dieron no escasos conocimientos en esta rama de DE HISTORIA NATURAL. 99 la Historia natural y en la Zoología, que cultivaba con gran amor. Publicó varios trabajos de Geología, sobre todo acerca de las provincias andaluzas, y los catálogos de mamiferos y peces de aquella región, contribuyendo con sus escritos á propagar los conocimientos de las ciencias naturales y las ideas moder- nas, de que era acérrimo y entusiasta defensor. Ya entrado en años pasó por concurso á la cátedra que últi- mamente desempeñaba en la Universidad Central, y en la que con un entusiasmo verdaderamente juvenil propagaba siem- pre sus conocimientos y su amor á las ideas modernas que dominan en el campo de la Zoología. D, Antonio Machado fué siempre un naturalista entusiasta que contribuyó no poco á introducir en nuestra patria las afi- ciones á las ciencias naturales, en especial á la Geología v Prehistoria; pertenecía á una generación que por desgracia va desapareciendo, maestra de la presente, y cuyas pérdidas no se reparan con facilidad. Cumple, pues, á nuestra Sociedad, á la que tanto tiempo hacía que pertenecía y de la que fué su dignísimo presidente, rendir aquí un justo tributo de respeto y cariño á la memoria de tan meritísimo naturalista. —El Sr. Secretario dió lectura de la siguiente é interesante nota que remite el Sr. D. José Duart, y que, previo informe de la Comisión de publicación, se acordó se insertase en las actas. Verdadera estructura de la flor del «Arachis hypogea» 0 cacahuet. «La flor del cacahuet ha sido descrita por varios autores que se contradicen unos á otros, y todos los que yo he podido consultar distan muchísimo de la verdad. »MM. A. Payen y A. Richard, en su Precis d'Agriculture (París, 1851, pág. 526), dicen: «Esta planta singular lleva dos especies de flores: unas superiores, amarillas, colocadas en la axila de las hojas, son estériles; otras inferiores, general- mente desprovistas de corola, sostenidas por un largo pe- dúnculo, son las únicas que dan frutos; pero por un fenómeno fisiológico singular, así que los ovarios de estas flores han sido fecundados, su pedúnculo se encorva, se dirige hacia 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tierra, hunde en ella el ovario fecundado, y en esta posición es como maduran los frutos y los granos». »El Sr. D. Joaquín Carrascosa, en una monografía titulada «Del cacahuete, su cultivo y aprovechamiento» publicada en el tomo primero de 1863 á 1864 de la revista La Agricultura Valenciana, dice que sus flores son amarillas, hermafroditas y fértiles, axilares, cada una sobre su pedúnculo, y nacen dos en cada axila; y más adelante: «después de la fecundación el pedúnculo de la flor se alarga poco á poco y termina por en— corvarse hacia abajo, introduciéndose en el suelo para dilatar la legeumbre á corta profundidad». »Cuando leí este autor valenciano no pude admitir eso de que el pedúnculo de la flor se introduzca en la tierra después de la fecundación, porque mi experiencia de diez años culti- vándolo me había enseñado que la flor parece marchitarse y caer con su pedúnculo después de la fecundación, apareciendo al mismo tiempo unas como raices gruesas, llamadas agujas por los valencianos, las cuales se introducen bajo tierra, y cuya punta, engrosando poco á poco, queda convertida en fruto. »Estando el año pasado en mi campo de cacahuet, acordéme de esto, y habiendo examinado con alguna detención de dónde nacían las agujas, vi que salían de la base misma de lo que parecía el pedúnculo marchito de la flor, del interior de éste, desearrando para ello sus tejidos. Este descubri- miento es de importancia y ha sido verdaderamente el punto de partida que me ha conducido á la verdad; sin embargo, entonces le atribuí bien poca, pues me constaba con cuánta ligereza suele escribirse en los periódicos y pensaba que los verdaderos botánicos no dejarían de conocer bien dicha flor. Pero aleún tiempo después, cuando ya no había flores que estudiar, llegó á mis manos la obra de las dos eminencias antes citadas, MM. Payen y Richard, y ví con asombro que sustentaban semejante error, aumentado con otros. Desde entonces he estado esperando que aparecieran las primeras flores para estudiarlas y darlas á conocer, pues, si bien los autores citados son algo antiguos y pudiera habérseme ade- lantado alguien, nada se habría perdido; mas una considera— ción me hace esperar que no ha de resultar innecesario mi trabajo y es que, en varios tratados de botánica más moder— DE HISTORIA NATURAL. 101 nos que los libros anteriormente citados, no he podido encon— trar que digan nada de cáliz pedunculiforme Ó cosa parecida, ni de podogino desarrollado después de la fecundación, sin- gularidades de esta flor que se podrán ver en la descripción que de ella voy á hacer y en las dos flores que, para su com- probación acompañan á esta memoria. »Considerando las contradicciones tan enormes en que han incurrido los autores que se han ocupado de dicha flor, creí que sería muy difícil su estudio, que no podría distinguir los estambres y el pistilo sin hacer antes preparaciones micros— cópicas; pero á la primera flor que abrí á lo largo desde la base de lo que parecía su pedúnculo hasta el extremo del tubo de los estambres, vi á simple vista que la flor es sentada y no pedunculada como parece mirada superficialmente; que lo que se ha tomado por pedúnculo no es otra cosa que el tubo del cáliz, el cual es tan delgado y prolongado como no hay ejemplo, por lo cual he creído poder dar á esta forma el nombre de c4liz pedunculiforme. Del cuello del cáliz, que á primera vista parece el receptáculo, parte en primer lugar su limbo, que al primer golpe de vista parece él sólo el cáliz, compuesto de dos lóbulos, uno entero y otro cuadridentado; sigue una corola amariposada de color amarillo y, finalmente, los diez estambres reunidos en un tubo hasta la mitad de su longitud, continuando unidos algo más allá los tres del seno de la curvatura, dos de los cuales carecen de antera y el del medio con el filamento más corto que apenas sobresale del punto de separación. »En la base de esta flor sentada, es decir, en la misma axila de donde nace la flor, rodeado por la base de lo que parece pedúnculo y es tubo del cáliz, vése un ovario libre también sentado en forma de una bellota pequeñísima, aun- que algo irregular en la punta por tener el estilo hacia un lado; el estilo es muy largo, se prolonga por el interior del tubo formado por el cáliz y los estambres y, doblándose con estos á modo de hoz, termina á la altura de las anteras. Si se aplasta el ovario después de fecundado entre dos vidrios, vense dos puntitos verdes en el sitio que más tarde han de ocupar los granos de cacahuet. Después de la fecundación la flor se marchita, y en el ovario, que hasta entonces era senta- do, se desarrolla poco á poco un podogino muy largo del mismo 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA grosor, teniendo el conjunto la apariencia de una raíz gruesa y carnosa, llamada «4yuja por los labradores, que se va intro- duciendo en tierra, bajo la cual se desarrolla el fruto cuando el podogino ha alcanzado toda Úú casi toda su longitud. En este estado no queda de la flor más que el fruto y dos brácteas que la rodeaban en forma de cáliz, una de las cuales es entera y la otra bífida, y no cabe duda que esto es lo que los dos autores citados han tomado por una flor fértil y sin corola. »Termino llamando la atención de los botánicos sobre las dos formas nuevas con que el estudio de esta flor singular viene á enriquecer la organografía vegetal : »1.% Un cdliz peduneuliforme. 2. Un podogino que no aparece hasta después de la fecum— dación, ofreciéndonos el fenómeno singular de un fruto con podogino, procedente de un ovario sentado.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 31 de Agosto de 18096. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. —Hl Sr. Medina dió lectura á la siguiente nota: «Datos para el conocimiento de la fauna himenopterológica de España. (Adiciones y rectificaciones.) Tentredinidos. Hylotoma melanochroa Gmel.— Aranjuez (Barras!). — Rose Des.—Idem. dihalia Rose L.—Sevilla! Evánidos. Pvania appendigaster 111.—Sevilla! DE HISTORIA NATURAL. 103 Icneumónidos. Tehnewmon wudicoza Thom. (1). Bracónidos. Bracon urinator Fab.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). Crisididos. Ellampus punctulatus Dahlb.—Sevilla! Chrysis Taczanowskyi Rad.—Fuente-Piedra (Calderón!). — estiva Dahlb.—Villaharta (Córdoba) (Paúl )). — ignita L. var. uncifere ajfinis Ab. — uncifera Ab. (2). Mutilidos (3). Mutilla montana Panz.—. Cazalla (Río!). = = var.? Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — greca Lep. var. nigra Saund.—<”. Sevilla! — barbara L. var. decoratifrons Costa.—Y. Sevilla!; Villa- harta (Sánchez-Navarro!); Sierra de Espada (Pau!). — (Myrmilla) capitata Lucas—¿7. Sevilla! = = calva Vill. var. distincta Lep.—Q. Calañas y Morón (Calderón!) — Dasylabris regalis Fab.—Q. Jerez y Cádiz (Sánchez—- Navarro!) — — maura L. var.—-€. Cádiz (Sanchez-Navarro!). — (Stenomutilla) argentata Vill. var. bifasciata Kl.—2. Villaharta (Sanchez-Navarro!). (1) En mi nota del tomo xxi de los ANALES, pág. 149, Actas, dice medicoza, en vez de nudicoca. (2) En mi nota publicada en el tomo xxt11 de los ANALES, pág. 116, Actas, dice por errata ('2r. ignita var. crucifera y (hr. crucijera, debiendo decir uncifera en ambos casos. (3) Consultados con M. Ernest André. 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Esfégidos. Ammophila hirsuta Scop.—Peguerinos (Guadarrama) (Barras! . Pelopeus spirifez L.—Jerez y Cádiz (Sánchez-Navarro!). = pensilis 11.—Alcalá de Guadaira! Sphex pubescens Fab.—Cádiz (Sanchez-Navarro!). Trypozxylon albipes Smith. (1). Cerceris quadricincta Panzer. — Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). Philanthus apivorus Latr.—Sevilla! Nysson maculatus Van der Lind.—Alcalá de Guadaira! Véspidos. Vespa Germanica F.—Cadiz (Sáanchez-Navarro!). Euménidos. Odynerus Buyssonti Medina. — Pauli Medina. Consultadas estas especies con M. Robert de Buysson, cree este distinguido himenopterólogo que no son más que varia— ciones de coloración del Odynerus regulus Sauss. Odynerus regulus Sauss.—Cazalla (Río!). Pterocheilus hispanicus Melina. Cree M. R. du Buysson que los individuos con que se ha for- mado esta especie pertenecen al 2%. grandis Lep. con algunas variaciones de coloración, insuficientes para crear una espe- cie nueva. Masáridos. Ceramius Fonscolombei Latr. — Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). (1) En mi nota del tomo xx111 de los ANALES, pág. 260, Actas, dice: «Esta especie no ha sido descrita todavía». debiendo decir que no ha sido citada de España todavía. DE HISTORIA NATURAL. 105 Ápidos. Anthophora nidultans Lep.—9 S”. Sevilla!; Coria del Río!; Can- tillana y Morón (Calderón!); Constantina!; Hué-— var (Paúl!); Cazalla (Río!); Puerto-Real (Paúl!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!): Laguna (Ca- narias) (Cabrera!). =- estivalis Panz.—€ oy”. Sevilla!; Dos-Hermanas!: Al- calá de Guadaira!; Constantina!; Cazalla (Rio! ): Pozuelo de Calatrava (La Fuente! ). — nigro-cincta Lep.—9 e”. Sevilla!; Pozuelo de Cala- trava (La Fuente!). — pilipes F.—Q «7. Sevilla!; Dos-Hermanas!; Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). == personata 11.—2 $. Sevilla!; Alcalá de Guadaira! ; Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). =— senescens Lep.—2 e. Sevilla!; Dos-Hermanas!; Po- zuelo de Calatrava (La Fuente!). — Jemorata Latr. — «Y. Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — albigena Lep. —O. Constantina !; Cazalla (Rio! ); Puerto-Real (Paúl!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Tetralontia pollinosa Lep.—Sevilla! Bombus hortorum L.—Barcelona (Cabrera!). — mivalis Dahlb.—Cazalla (Río!). — agrorum F.—Coruña (Bolívar!); Barcelona (Cabrera !). — lapidarius L.—Barcelona (Cabrera!). — soroeensis F.—Canarias (Cabrera!). — mastrucatus Gerst.—Pirineos (Cabrera! ). — — terrestris L.—Sevilla!; Cazalla (Río !); Llerena (Calde- rón!); Puerto-Real (Paúl!). = =— var. — Cazalla (Río!); Constantina!; Cala- ñas (Huelva) (Calderón!); Hornachuelos (G. Núñez!). Psithyrus quadricolor Lep.—Barcelona (Cabrera! ). Apis mellifica L.—En toda Andalucía!; Pozuelo de Calatrava (La Fuente!); Coruña (Bolívar!). 105 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Systropha spiralis 01.—Sevilla!; Huévar (Paúl!); Hornachue- los (G. Núñez! ). Xylocopa violacea F.—En toda Andalucia!; Pozuelo de Cala- trava (La Fuente!). Ceratina albilabris F.—Sevilla!; Alcalá de Guadaira!; Cazalla (Río!); Morón (Calderón!); Chiclana (L. Cepero!); Puerto- Real (Paúl!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Panurgus cephalotes Latr.—Utrera!; Chiclana (L. Cepero!); Hor- nachuelos (G. Núñez!); Coruña (Bolívar!). Andrena nigro-olivacea Dours.—Barcelona (Cabrera!). Halictus malachurus .—Idem. Chalicodoma sicula? Rossi.—Carmona! Osimia tricornis Latr.—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). — Latreiller Spin.—Idem. Anthidium sticticum F.—Sevilla!; Alcalá de Guadaira !; Chi- clana (L. Cepero!). Escólidos. Tiphia morio F. —Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real) (La Fuente!). Pompilidos. Priocnemis luteipenmis F.—Chiclana (L. Cepero!); Pozuelo de Calatrava (La Fuente!). Pompilus quadripunctatus F.—Idem. Ceropales variegata? Spin.—Chiclana (L. Cepero!). Esfégidos. Anthophilus nov. sp.?—Pozuelo de Calatrava (La Fuente!>. Philanthus apivorus Latr.—Idem. — coronatus F.—Idem. Larra mitida? Spin.—Idem. Stizus tridens F.—1Idem. — rapaz? var. vel nov. sp. Handl.—Idem. Hoplisus punctuosus? Evers.—Idem. — fallar Handl.—Idem. Tachysphex Panzeri V. der L. var. Oramiensis Lep.—Idem. (Consultados con M. KR. du Buysson.) DE HISTORIA NATURAL. 107 Sesión del 7 de Octubre de 1896. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. —Leida el acta de la anterior fué aprobada. —Puestas á disposición de los Sres. Socios las publicaciones últimamente recibidas como donativo ú á cambio, la Sociedad acordó que constase su gratitud á los señores donantes. —El Sr. Secretario dió cuenta á la Sociedad del fallecimiento de los Socios D. José Capdebou, Rvdo. P. Ibáñez Puerta, don Carlos Hernández y D. José Sánchez Gómez; la Sociedad oyó con verdadera pena la noticia de la muerte de tan queridos consocios, que constituía una irreparable pérdida para la So- ciedad, y acordó que se hiciera constar el dolor con que se ha- bía enterado de tan lamentables desgracias. —El Sr. Secretario presentóála Sociedad dos interesantísimas Memorias que remite nuestro consocio de Filipinas D. Domingo Sánchez, acerca de la fauna de los mamiferos y aves de aque- lla región, tan falta de estudio por los naturalistas españoles. Dichas Memorias vienen, pues, á llenar un vacío en nues- tros estudios, y aumenta su mérito el ser su autor D. Domingo Sanchez, agregado á la comisión de la Flora de Filipinas, que desde hace tanto tiempo se viene dedicando al estudio de la fauna de aquellas islas que ha recorrido en sus numerosas ex- cursiones, recogiendo abundantes materiales para su estudio. La Sociedad oyó con agrado el extracto que de ellas hizo el Sr. Secretario, y cumpliendo con lo prevenido en el Regla- mento, se acordó pasasen á informe de la comisión de publi cación. —El Sr. Rivas Mateos (D. Marcelo) leyó la siguiente nota: Una excursión al Lance de la Mora (provincia de Ciceres). «La excursión objeto de este pequeñísimo estudio la verifi- camos en unión de mi padre, el farmacéutico D. José Rivas y Santos, el día 30 de Julio de 1896. »El «Lance de la Mora,» es uno de esos sitios que debido á su majestad y hermosura parece encantado; todo aquel que por vez primera lo visite, no podrá por menos de quedar sor- 103 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA prendido ante tan bello panorama. Yo ya lo conocía hace bas- tante tiempo y á él había dirigido diversas exploraciones en distintas épocas del año, pero en ninguna encontré material suficiente de interés para poderlo publicar, hasta que en la excursión de fines del mes de Julio pasado, pude apreciar aleunos datos que creo valgan la pena de ser dichos. Para for- marse idea de este sitio, que sin disputa alguna es uno de los más encantadores y pintorescos de la provincia de Cáceres, no hay más remedio que observarlo de cerca y contemplarlo muy despacio; todo lo que sea describirlo con la palabra 6 la pluma, es vana pretensión de querer imitar al libro universal llamado «Naturaleza.» Este sitio, que los naturales del país llaman «Lance de la Mora» por referirse á él ciertas leyendas y pasa- jes ocurridos en tiempos de los reyes de Toledo, está colocado en la Cordillera Central de San Pablo, junto al río Tajo, frente al castillo árabe denominado «Monfragiie,» á unos 2 km. del «Puente del Cardenal» y unos 100 m. de la carretera de Pla- sencia á Trujillo. Allí, y notorio es de todas las gentes de los pueblos limitrofes (Serradilla, Torrejón, etc.), se presenta el Platanus orientalis L., en todo su vigor y lozanía. Claro es que no lo suponemos y ni es posible suponerlo espontáneo, sino que por semillas arrastradas por las aguas desde Aranjuez, Talavera de la Reina ú otros tan frecuentes jardines que hay en las vegas del Tajo, llegó á este sitio y encontró suelo abo— nado y condiciones climatológicas aptas para su germinación y completo desarrollo. No es la presencia del plátano lo que sorprende, sino la de otras especies que, bien propias de sitios alpinos Ú terrenos yesosos, se encuentran tan lozanas en un sitio cuya altitud sobre el nivel del mar es de 209 m. y cuyo suelo es cámbrico, cosa que, la verdad, es curiosa, atendiendo á que el resto de la sierra es silúrico con mínimos afloramien- tos dioríticos. En la pequeña lista de especies que á continuación damos, se notará este contraste. De todas las especies recogidas, sólo publicamos las más importantes y aquellas otras que caracte— rizan el soto. De los insectos que recogimos, no haremos men- ción aleuna, porque todos eran, según nuestro malogrado amigo D. Carlos Hernández, que fué quien los clasificó, muy comunes y de ningún interés. Las especies vegetales son las siguientes: DE HISTORIA NATURAL. 109 Milium montanium Parl. Aira multiculmis Dum. Narcissus multiflorus Lamk. Iris fetidissima L. Crocus Carpetanus Boiss. et Reut. Eynandriris sisyrichium Parl. Orchis maculata L. Serapias pseudo-cordigera Mori. Spiranthes estivalis Rich. Salix cinerea L. — triandra L. Celtis Australis L. Humulus Lupulus L. Ficus carica L. Cerathophyllum submersum L. Chenopodium Botrys L. — ambrostoides L. — Bonus-Henricus L. Atriplez glauca L. — hastata L. — hortensis L. Salsola vermiculata L. Polyenemum arvense L. Ittecebrum verticillatim L. Daphne Laureola L. Passerina Thymelea DOC. Alnus glutinosa Geertn. Quercus Tozza Bosc. Hvonymus Europeas L. Securinega buxifolia Múll. Malva Alcea L. Althea hirsuta L. Hypericum hirsutum L. Tamariz Anglica Webb. Drosera rotundifolia L. Nasturtiuin sylvestre R. Br. Cardamine pratensis L. Sedum Dasyphyllum L. — altissimum Poir. Ruta montana Clus. Rosa Pouzini Trant. — Trubiginosa L. Alchemilla microcarpa Boiss. et. Reut. Fenista Hispañica L. Melilotus alva Lamk. Ozxytropis montana DC. Vicia Pyrenaica Pourr. Dianthus Armería L. Thalictrum minus L. e Javum L. Torilis helvetica Gm. Lythrum Salicaria L. Calystegia sepium R. Br. Solana Dulcamara L. Erinus Alpinus L. Acantáus mollis L. Origanamn virens Link et Hoff. Thymus Zygis L. Prestlia cervina Fresen. Erythrea spicata Pers. Orobanche Castellana Reut. Samolus Valerandi L. Armería cespitosa Boiss. Wahlenbergia hederacea Rehb. Lobelia urens L. Rubia peregrina L. Ealium pedemontanam All. — rotundifolium L. — tenellum Jord. — Aparime L. Sambucus nigra L. Pulicaria dysenterica Geert. Evaz Carpetana Lee. Santolina rosmarinifolia L. 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —El Sr. Calderón dió noticia de haber fallecido en Santiago de Chile, siendo profesor en aquella Universidad, el reputado geólogo é ingeniero francés Alfonso Francisco Nogués, el cual, durante su larga residencia en España, había pertenecido á nuestra Sociedad. Los primeros trabajos de Nogués, que desde luego le dieron á conocer como un científico de altos vuelos, versan sobre la geología del Mediodía de Francia y remontan al año 1856. Durante su larea carrera científica ha publicado multitud de notas y comunicaciones, tanto en el Boletín de la Sociedad geolo- gica de Francia, como en otras muchas revistas. De estos escritos versan, entre otros, sobre nuestro suelo, los siguientes: Memo ría sobre la California española; Comparación de la riqueza de los terrenos auriferos de Granada con los yacimientos de Peñajlor; Les tremblements de terre de ' Andalousie, publicado en La Va- ture y El oro de la Sierra de Peñaflor, aparecido en el tomo xn del Boletin de la Comisión del Mapa geológico de España. —El mismo Sr. Calderón dió á continuación cuenta de un trabajo recientemente aparecido, del profesor Sr. Cohen, de Greifswald, sobre el meteorito de Madrid (1). Puede dividirse éste en dos partes: una en que reseña las circunstancias de la caida del bólido y otra petrográfica. En la primera se atiene á las publicaciones del Sr. Calderón sobre el fenómeno del 10 de Febrero del corriente, y en esta parte no ofrece novedad el trabajo; en cambio la segunda merece una reseña, siquiera sea ligera. El estudio ha sido llevado á cabo con un trozo de 3 y % gr., adquirido al Sr. Sanz de Diego, de Madrid; cantidad insufi- ciente para realizar todos los ensayos necesarios para una in- vestigación detenida, pero de la que el citado profesor ha sabido sacar eran partido, gracias á su excepcional competencia. Por los caracteres megascópicos pertenece el meteorito de Madrid á la sección de las condritas blancas venosas de la cla- sificación de Brezina. El examen microscópico en las secciones delgadas revela como elementos constitutivos predominantes - el olivino y el piroxeno rómbico, tanto en grandes individuos como en granillos, pero no en estado de polvo. Son muy pobres (1) Ueder den Meteoritenfall bei Madrid: Mittheilumgen des naturmissenschaJtlichen Vereines fúr Neu-Vorpommern una Riúgen. 23 Jahrg. 189€. DE HISTORIA NATURAL.. 111 en inclusiones ambos minerales, viéndose sólo en los grandes olivinos escasos granos ferruginosos, granos pardos, que pro- bablemente pertenecen á la cromita, y poros gaseosos. Los hierros niquelado y sulfurado suelen hallarse en canti- dad aproximadamente igual y asociados. Entre los componentes ahora citados yacen entremezclados unas partículas 6 granos alargados, diáfanos, de contorno irre- cular, que poseen casi el mismo índice de refracción que el bálsamo del Canadá y que calcinando el polvo de la roca me- teórica permanecen inalterables. A veces se asocian con otros elementos de ésta, simulando condros. Deduce el sabio profe- sor de sus ensayos (que no pueden mencionarse sin reprodu- cir su trabajo integro), que estos granos pertenecen á la mas- quelinita, mineral que se conoce de otros meteoritos condríti- cos y respecto á cuyas afinidades mineralógicas no reina aún acuerdo. El Sr. Cohen, cree debe referirse al grupo de la leu- cita, como ya lo suponía Groth, y que disponiendo de suficiente cantidad de materia, esta piedra meteórica podría servir para dilucidar definitivamente la naturaleza de dicho silicato. En el campo del microscopio es bastante reducida la canti- dad de condros y faltan los redondeados, así como las agrupa- ciones radiantes bien conformadas. Fuera de la abundancia verdaderamente excepcional de la masquelinita, nada encuentra de nuevo el profesor Cohen en el meteorito de Madrid que no se conozca ya de las condritas del grupo á que pertenece. —El Sr. Gredilla (D. Federico), dió lectura de la signien- te nota: La masquelinita sin lugar fijo en las clasificaciones mineralógicas. «Con gran satisfacción he oido de labios del Sr. Calderón, la traducción que del alemán ha vertido á nuestro idioma refe - rente al estudio petrográfico sobre el meteorito de Madrid, por el profesor Cohen, de la Universidad de Greifswald. »Todos los aquí congregados habéis tenido el gusto de escucharla, y yo con tanto más motivo, cuanto que de persona tan autorizada como Cohen, su estudio había de servir para comprobación del practicado sobre la misma piedra meteórica, 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA por el que tiene el honor de dirigiros la palabra, y que os lei en la sesión del 3 de Junio del presente año. »La comprobación sólo es en parte: y digo ésto, porque el sabio profesor alemán nos hace conocer un cuerpo nuevo llamado masquelinita que cree abunda en el meteorito de Madrid, muy distinto de el que con el mismo nombre fué des- crito por Tschermak; y en cambio, no ha tenido ocasión de admirar en el fragmento 6 fragmentos que le han proporcio— nado los hermosos cristales del triclínico /eldespato oligoclasa, los marcadísimos de piroxeno «auyita y los no menos caracte- rísticos de schreibersita enclavados en la masa de hierro niquelado, probablemente correspondiente á la aleación hamacita. »,¡Cuánto siento que por causa de nuestra peculiar tardanza no haya ojeado el profesor Cohen á su debido tiempo todos nuestros trabajos referentes al asunto y no conozca otros escritos serios que los publicados por el distinguidísimo com- pañero Sr. Calderón! Porque, si hubiera llegado á sus manos en tiempo oportuno el opúsculo del dignísimo catedrático de Astronomía Sr. Iñiguez (1), en el que sinceramente se han reseñado los profesores que han colaborado en tan importante estudio; quizá hubiera fijado mejor Cohen la posición de la nube que se formó en la trayectoria del meteorito y con el examen químico hábilmente practicado por el Sr. Bonilla y estampado también en dicho folleto, creo á mi humilde modo de ver, hubiera deducido algo más concreto referente al nuevo cuerpo llamado masquelinita, y digo nuevo, porque en nada se parece al que describe el padre de la criatura, Sr. Tschermak. »Encauzada la cuestión en ese terreno, me limito solo a indicarla dejando que el tiempo abra camino al derrotero de la verdad sobre la substancia mineralógica antedicha, aun cuando aleo de anormal y confuso debe caracterizar esta espe- cie mineral, desde el momento en que cada petrógrafo alemán le asigna atributos distintos, lo cual contribuye lamentable- mente á un forzoso retraso en el conocimiento de la misma. »Abandonada dicha divergencia sobre el tapete de la ver- dad, no habrá uniformidad para la típica colocación de la (1) Zos dólidos publicado en el Magisterio Español. Madrid, 1896. DE HISTORIA NATURAL. 113 masquelinita según el parecer de los clásicos petrógrafos ale- manes y resultará, que con gran detrimento de la ciencia, no surgirá la verdadera posición que en las clasificaciones mine- ralógicas corresponde á este mineral, hasta tanto que un me- teorito de grandes dimensiones caiga sobre la tierra que pro- porcione al profesor Cohen los cientos de gramos que él nece- sita para el análisis químico de dicha substancia mineral. »Para Tschermak que dió nombre á esta substancia y fué el primero en describir los caracteres de este mineral, es un ele— mento incoloro, isótropo, con contornos de cristales alargados, estriación que recuerda la plagioclasa y cuya composición química corresponde á la labradorita. »La misma opinión acepta Dana (1) y creo no dudaréis que la obra de Mineralogía de este autor es la más completa de cuantas se han publicado, lo cual no tiene nada de extraño si tenemos en cuenta que los mineralogistas norte-americanos viven entre tanta montaña pedregosa. »Si nos fijamos en los catálogos modernos (2), sean france- ses, ingleses 6 norte-americanos, todos y cada uno de ellos colocan esta substancia mineral en el mismo lugar respetando la ciencia de Tschermak, y mi humilde persona, que ha bebido en todas estas fuentes de conocimientos, siempre ha tenido la misma opinión. »Ahora bien: ¿se halla esta especie en el meteorito de Madrid? el mismo Cohen asegura que no, y si dais crédito á mi humil- de parecer, que he estudiado el meteorito en cuestión, yo no he visto cuerpo isótropo alguno en las placas que he tenido la satisfacción de estudiar. »No era facil encontrarla tampoco, supuesto que sabiendo que la labradorita tiene bastante cal en su composición, no estaría conforme con el examen químico hábilmente practi- cado por el Sr. Bonilla que ha determinado el medio por ciento de dicha base, suficiente cantidad para la distribución básica entre los minerales augita y oligoclasa. »Resulta de esto, que masquelinita con los caracteres asig- nados por Tschermak y aceptados por la casi totalidad de los (1) A text book of Mineralogy .. Dana. New-York. 1890. (2) Catalogue of Minerals .. Geo L. England € Co 1890. ACTAS DE LA SOC SP. — XXV. 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mineralogistas europeos y americanos, no se encuentra en el meteorito de Madrid. »Para Groth (1) y Cohen la masquelinita es una especie afine á la leucita, presentándose en los condros, generalmente en granos redondeados y en cristalitos alargados en la masa veneral, pero careciendo de la estriación que recuerda la pla- vioclasa con refracción doble muy débil y sin isotropismo com- pleto por consiguiente. »Refiriéndose á Tschermak, dice además Cohen: si los granos de masquelinita tienen estriación semejante á la plagioclasa, es porque ordinariamente esta substancia parece ser su acom- pañante, y por consiguiente, dicha especie mineral debe con— siderarse como una masquelinita con doble refracción anormal. »De modo que según Cohen, el meteorito de Madrid le ha servido para asegurar que la masquelinita determinada por él es muy semejante á los granos de la misma substancia del meteorito de Umjhiawar hasta donde es posible afirmarlo sin realizar un análisis químico de la misma, y que además debe considerarse dicha substancia como la masquelinita más pura y neta, mientras que la descrita por Tschermak en otros me- teoritos es anormal. »De mí puedo decir que en las preparaciones que he tenido el gusto de examinar no he encontrado ningún grano más ú menos isótropo que pudiera referir á la especie indicada, y por consiguiente, que así como Cohen afirma con ciertas reservas la presencia de esta especie en el meteorito de Madrid, yo dudo que se encuentre, por las razones que expongo á continuación. »En primer lugar, porque si es especie afine á la leucita como mineral feldespático que es, hubiera obtenido el Sr. Bo-- nilla buenos precipitados de bases alcalinas ú alcalino-térreas como la cal en su análisis, y ha resultado todo lo contrario. : »En segundo lugar, que aun cuando el fragmento 6 fragmen- tos que ha analizado el Sr. Cohen hayan sido favorecidos en tan gran cantidad de esta substancia, no por eso dejarían de presentarse en proporción más limitada en las preparaciones que he examinado, así es que ante la respetabilidad de Cohen, me pone en duda si conoceré los cuerpos isótropos de puro olvidados. (D) Tabelarische Uebersicht der Mineralien. 3 Aufl.: Braunsweig, 1889. DE HISTORIA NATURAL. 115 »Y finalmente, que el agregado finamente granudo que se advierte en los condros muy abundantemente, y que yo llamo condros oolitico-clásticos, son sencillamente de olivino (sili- cato de magnesia y hierro) con la única particularidad que han perdido la rugosidad y son incoloros, y han tomado la forma globular todos aquellos que están bordeados por las e'rietas que circulan por la masa, mientras que conservan tal estructura fragmentaria los demás. »He terminado; dispensadme os haya molestado con la lec— tura de estas cuartillas; pero bien comprenderéis estaba obli- gado á hacer estas observaciones, supuesto que como en Espa- ña se me brindó á que hiciera el estudio petrográfico del me- teorito de Madrid, respetuoso y obediente accedí á los deseos de mis compañeros; y aunque conocía que el trabajo era muy superior á mis fuerzas, ofuscado por el sendero conocido y pro- verbial que más hace el que quiere que el que puede, pude salir sino airoso, por lo menos en el lugar digno que con el título académico y profesional me coronaron mis maestros.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 30 de Septiembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Chaves dió noticia de un trabajo del profesor Cohen, de Greifswald, sobre el meteorito de Madrid, haciendo algunas consideraciones referentes al hallazgo en él de la masquelinita en abundancia, si bien para su reconocimiento es preciso practicar secciones sumamente delgadas. Lamentó que la esca- sez y poco tamaño de los ejemplares recogidos no permitan proseguir aquí la investigación emprendida por tan eminente profesor con el propósito de esclarecer la verdadera naturaleza y afinidades de dicho mineral meteorítico. —Los Sres. Barras y Medina presentaron el siguiente escrito: 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Notas antropológicas. «Deseosos de contribuir en la escasa medida de nuestras fuerzas al esclarecimiento de los problemas antropológicos en nuestra patria, hemos emprendido una serie de trabajos enca- minados á lograr el objeto expresado; meros observadores modestísimos, simples obreros de la ciencia, queremos poner nuestro grano de arena en el edificio que han levantado en nuestro país hombres tan eminentes como los Sres. Olóriz, Antón, Hoyos, Aranzadi y otros, algunas de cuyas publicacio- nes han visto la luz en nuestros ANALES. »Justo es consignar aquí, y lo hacemos con el mayor placer, que la iniciativa de los trabajos que ofrecemos se debe al digno Director de la Escuela de Medicina de Sevilla, Dr. D. José Moreno Fernández, el cual nos animó á emprender estos tra= bajos, poniendo á nuestra disposición el, hasta hoy, reducido material técnico con que cuenta este Establecimiento y una colección de cráneos, en su mayoría de andaluces. Al comienzo de nuestros estudios en la Escuela de Medicina (estudios que habremos de comunicar más tarde á esta Socie— dad) nos ocurrió la idea de consultar las colecciones regionales del Museo de Historia Natural de nuestra Universidad, creadas, ordenadas y clasificadas por el infatigable y dignísimo cate- drático que fué de esta asignatura hasta hace poco, nuestro sabio amigo D. Salvador Calderón; las esperanzas que conce- bimos al visitar dicho Museo, no quedaron defraudadas, pues allí hemos recogido preciosos datos que habremos de comuni- car sucesivamente en estas Votas antropológicas. »Réstanos añadir que en nuestros trabajos hemos de seguir casi siempre las indicaciones de la Técnica antropológica de los Sres. Hoyos y Aranzadi.» Restos humanos procedentes de la Cueva de la Mujer. «Dada la importancia que tiene la determinación de las pri- mitivas razas que poblaron á España en las épocas prehistóri- cas, hemos creido deber comenzar estas Votas por las medidas realizadas en los restos humanos recogidos por D. Guillermo Macpherson en la Cueva de la Mujer (Alhama de Granada) y PRIM DE HISTORIA NATURAL. 117 que se encuentran en las colecciones de la Universidad de Sevilla. »Como no es nuestro propósito hacer deducciones de los tra- bajos llevados á efecto, nos remitimos á las Memorias del Sr. Macpherson sobre la citada cueva, publicadas en Cádiz en 1870 y 1871 y á la del Sr. Cañal (1) en lo tocante á la parte prehistórica de dichos restos, y nos limitamos á consignar aquí los resultados de nuestro estudio puramente antropológico.» Núm. 165. Calvaria. Falta el temporal izquierdo y parte del parietal del mismo lado. Milímetros. | Antero-posterior máxiMO..+......... Ol) Transverso máximo....... E E E A LS) es cal máximo doo oa 199 Basio-bregmaticO....... a LO) | Rrontal Minimo... RRA OS Transverso astérico..... A LU Ll: Horizontal MaxiMai. St aa ds se EDO Horizontalcofblaca. 00. A LO 520 ad 0 Vertical nasio-opística.. E 393 Vertical nasio-lámbdica........ lO | Vertical nasio-bregmática. ......... 137 | Vertical nasio-ofriaca...... e 20 Miemicionocció y Longitude... de. O RA 34 PA atados re caias O A, [ Transverso-longitudinal........... , 71.05 Vertico=lonaitudinalada.as IMdICES. 4.0.2... Lransverso=venrticalii.n. Js. ¿ae Delorificio occipital... cto Latitudes de ¡Mcaraia DIS tancia sio =DASICl 0h calcita a oo o Núm. 1. Calvaria incompleta. Por carecer han tomado el diámetro antero-posterior y las lambda. Biorbitaria externa....... a Ce | Fronto-transversal máximo..... (PINTerorbltatla ta A A Hb 80.74 O 18.37 E 105? e 24? O 112 de occipital se curvas hasta el (1) Sevilla prehistórica, 1891. Pág. 105, nota 5.2 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Milímetros- Antero-posterior lámbdico.......... 191 | ITAMS Verso AID da Frontal Minos . «00 OS Transverso/astériCO.... reseteo ote MA Horizontal máximo-lámbdica....... 5602 | Horizontal ofriaco-lámbdica........ 990? Vertical ofrio-lámbdica....cea.io. DAD ¡ Vertical ofrio-bregmática........... 115 ¡ Transverso-longitudinal............ 74.34 / Eronto-transversal MÁXiMO......... 76.05 Diámetros... Curvas... Índices...... Núm. 2. Frontal completo. Diámetro frontal mínimo....... AN 394 92 Curva vertical nasio-bregmática....... E 127 Curva vertical nasio-ofriaca........... Es pa AS 20 Distancia bi-orbitaria externa....... , a Ad En 98 Núm. 32. Frontal incompleto. Le falta la porción corres- pondiente al bregma. Milímetros. Diametrostrontal aun A Curva vertical nasio-ofriaca. ....... O AA EN 2L Distancia bi-orbitaria externa.......... OO Núm. 4. Occipital y parietal derecho reunidos. Curva vertical bregmaático-opistica.......o...o.... 246 Curva vertical bregmático-lámbdica............... 136 Curva vertical lambdico-opística...... pl AN yn ON A AS E a HE Latitud y ros e 29 AA cda A NON RO o Núm. 9. Occipital y parietal derecho reunidos (el primero incompleto). Milímetros. Diámetro transverso máximo (tomada su mitad en PrOYECcIOn) e > A o A OS djs lao IA Diámetro transverso astériCO......... A ER SE pS! Curva vertical lambdico-opística. ....... O A ti Latitud del orificio occipital........ A PAT EN LN 30 DE HISTORIA NATURAL. 119 Núm. 5. Maxilar superior izquierdo. Milímetros. turamasio ayeolaT antaras oie a les o dd Ae 70 AA A se 24 Latitud bimalar inferior (bimaxilar máxima)....... 102 Latitud interorbitaria..... A E ASNO 20? e E e a e BO Bimalar inferior. TONnSIUA 4% ata: A ARA EA 48 Nal ó. 2.0% AULA as e O E E 28? is e A E A 337 e OS bl ca 53 Baladar 02... Ae dada y NA 40? dire ES E O. os de Núm. 6. Dos maxilares superiores unidos. Altura nasio-alveolar....... a A ae Tda Ea 63? A A EAS A A 20 Latitud bimalar inferior binadalal maxima a 88 Latitud interorbitaria..... Al AR NE IE e 18 Índico HA pd 8 Ade e AO 0 LODO e cele certo o Patos 45 Nariz. 2... Er ro MU EDO e O CR RL A ES RN 22 A A OR ROSA E 48.88 ib O NIE MIO o E 53 Balada tatitudos 074 A e 38 e ca ES A PONS GO Núm. 7. Mandibula inferior rota en dos trozos. stancia-DISONTACIE ym too E YE 88 Distaneia-bicondHeo=exterDa..vesiv. veleta sele 116? Ara de da SAS da e arar EA 20 Distancia sinfisio-goniaca............ A SAR 8l Altura dedarrama ascendente... iu ios dde 56 Latitud mínima de la rama ascendente...... AA 32 Índice de la rama ascendente.............. dni. 57.14 Núm. 8. Media mandíbula inferior. Distancia om A te aida sl 962 AU A de SILA IN A o o de e E 31 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Milímetros. Distancia sinfisio=9ONlACa Riot. es ES 92 Altura de-la rama ascondenteraa eo. ea 63 Latitud mínima de la rama ascendente............ 39 Índice della rama ascendente... 55.99 Núm. 13. Mandíbula incompleta, careciendo de la rama ascendente izquierda y del cóndilo derecho. Milímetros. Distancia Piomaci tilo alar elche cats de 112 Alicates SIS A A oirlo dle ema alocada 26 Distancia+sinsio=OMIACaA: oeste ica. is ia 87 EatitudÍminima dela Tama oa tas Aa Eso EOS 30 Núm. 13, 1." Mandíbula incompleta. Altura de da DS o OA 2 Núm. 13, 2” Mandíbula incompleta. Altura de das in a O e 26 Núm. 10. Fémur. Alturainmaxima totali e oa do AA 478 Altura en posición (trocanteriana). cas. no io 470 Circunferencia a a RT E O 95 Núm. 141. Fémur. Altura maxima SER 476 Altura en*posicion Atrocamterianal oe ao 469 Circonterenca a a A NE 93 Núm. 12. Húmero. ALERTA AMA ds A E EOS IIA A A 394 CircUnterenciare ao ira a a doo SUBI yal Núm. 14. Sacro. AUT A O are A NA 103 DE HISTORIA NATURAL. 121 Sesión del 4 de Noviembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON JOSÉ MARÍA SOLANO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —Puestas sobre la mesa las publicaciones últimamente re— cibidas como donativo 6 á cambio, la Sociedad acordó hacer constar su gratitud á los señores donantes. —Se hicieron siete propuestas de socio. —El Sr. Botella (D. Federico) dió lectura de algunas páginas de su interesantísima Memoria sobre la orografía de nuestra Península, en las cuales, haciendo resaltar el grandísimo in- terés de estos estudios, demuestra la importancia que ofrece al considerar el relieve, no sólo en la porción emergida, sino también en las profundidades cubiertas por los mares, enla— zando las curvas hipsométricas con las batimétricas y ha- ciendo ver las verdaderas formas y dimensiones de la masa continental, al propio tiempo que los enlaces y conexiones que nuestra Península tiene y tuvo en tiempos geológicos no muy remotos con otros continentes. De este modo la unión entre la Península y las islas Baleares á unos 1.000 m. de profundidad en el fondo del Mediterráneo se hace patente, como los vestigios de la unión entre España y el continente africano, aún casi ligada por una especie de puente ú profundidad mínima en el Estrecho de solo 300 m. de fondo, que demuestra, como fácilmente expuso el Sr. Botella con pruebas geológicas é históricas, que el Estrecho se ha ido ensanchando paulatinamente aun en tiempos que la historia recuerda. Asimismo el gran continente atlántico pudo existir aun á principios del cuaternario, sirviendo de unión entre nuestra Península y América y siendo aniquilado por una te- rrible y rapidísima catástrofe de que aún se conservó la tra— dición en los tiempos antiguos, como demuestran los diálogos de Platón y los escritos de otros filósofos de Grecia. El Sr. Botella presentó y regaló á la Sociedad algunos ma- pas que sirven de demostración á su doctrina, y el Sr. Presi- dente, interpretando los deseos de la Sociedad, dió las gracias al Sr. Botella por su estimable regalo y le manifestó el gusto 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA con que la Sociedad había escuchado la lectura de su intere- sante Memoria. —El Sr. Macpherson presentó una fotografía obtenida con un objetivo telescópico, en la que se ve un gran pliegue que en la vecina sierra presentan las capas de gneis, hecho que explica perfectamente el fenómeno que se había obser- vado de que se presentaran repetidas veces y á niveles muy diversos series de las mismas rocas. En las fotografías que el Sr. Macpherson hizo ver á la Sociedad, aparece claramente este pliegue, formando en el gneis una gran onda que buza hacia el SE. en una gran extensión. —El Sr. Fernández Navarro (D. Lucas) dió lectura de la si- guiente nota: «Verhalten der Mineralien zu den Róntger'schen X-Strahlen. (La conducta de los minerales bajo los rayos X. de Róntgen). Neves Jahrbuch fúr Mineralogie, etc., 11 Band, 1896, pág. 87. »En vista de la gran diferencia que ofrecen aleunos mine- . Tales en cuanto á los rayos X de Róntgen, el autor ha exami- nado sistematicamente las relaciones entre la permeabilidad, el peso específico y la composición química de mayor número de especies. Resultó que en algunos casos, sobre todo en la distinción de las gemas, el ensayo con los rayos Róntgen puede suministrar un caracter diagnóstico. Los métodos ac- tuales de la distinción de las piedras preciosas se basan casi exclusivamente en la dureza, el peso específico y las propie- dades ópticas y exigen piedras no engastadas. El ensayo Róntgen es aplicable á piedras engastadas y sirve, por Ar plo, para distinguir el diamante de sus imitaciones. »Los experimentos del autor le inducen á establecer, entre los minerales, ocho grupos, según su permeabilidad, y lo llevan á las siguientes conclusiones: »1.2 La permeabilidad de los diferentes minerales es muy distinta. No se pueden establecer en general relaciones entre el peso específico y la permeabilidad; solamente parece que los minerales cuyo peso específico es superior á 5, son imper- meables. No hay relaciones generales con la composición quí- mica, pero las combinaciones con azufre y arsénico son, en su mayor parte, impermeables; el contenido de hierro aumenta DE HISTORIA NATURAL. 123 en los silicatos la impermeabilidad. No se pueden encontrar relaciones con el peso molecular. Los minerales dimorfos pre- sentan diferencias insignificantes. 2.” Los cristales no presentan en diferentes direcciones sino diferencias mínimas. »3." Las condiciones de permeabilidad se prestan para ob- jetos diagnósticos con respecto á las piedras preciosas. Lista de los minerales según la permeabilidad. »I Grupo (completamente permeables): Acido bórico, ámbar, azabache, grafito, diamante; »II Grupo (muy permeables): Bórax, corindón, sepiolita, kaolín, amianto, criolita; »11I Grupo (permeables): Talco, ópalo, andalucita, distena, analcima, crisoberilo; »IV Grupo (semi-permeables): Albita, cuarzo, enstatita, an- tofilita, labradorita, anortita, adularia, topacio; »V Grupo (poco permeables): Leucita, moscovita, horn- blenda, flogopita, espinelita, sal gema, hessonita, biotita, nitro, espato fluor; »VI Grupo (casi impermeables): Yeso, turquesa, turmalina, biotita ferruginosa, augita de óxido de hierro y aluminio, es- pato calizo, aragonito, apatito, blenda, pirita magnética; » VIT Grupo (impermeables): Brookita, melanita, alman- dina, berilo, hierro oligisto, epidotita, rutilo, hierro magné- tico, marcasita, azufre, pirita, cerusita, zircón, cinabrio; »VIIT Grupo (completamente impermeables): Baritina, braunita, senarmontita, arsenita, oropimente, rejalgar.» El mismo Sr. Fernández Navarro dijo que en la sesión de 13 de Abril del año corriente de la Sociedad Geológica de Francia ha presentado M. de Lapparent algunos ejemplares de mineral de cobre procedentes de los Pirineos españoles. Estos ejemplares consisten en pórfido petrosiliceo y espilita con núcleos de calcita, ambas rocas impregnadas de cobre nativo en condiciones idénticas á las que caracterizan el yacimiento del Lago Superior. Respecto á la localidad fija de donde puedan provenir di- chos ejemplares, nada de cierto sabe M. de Lapparent, sino que han sido recogidos cerca de Canfranc, tal vez en el pico 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Anayet, donde la leyenda coloca una mina de cobre, oro y plata, en otro tiempo explotada y después perdida. Como por la índole del yacimiento sería interesante llegar á conocerle con exactitud, me ha parecido conveniente re- producir la anterior noticia, por si pudiera servir de base á las investigaciones de algún aficionado á este género de estudios. —El Sr. Pau (D. Carlos) remitió la siguiente nota : Consideraciones sobre algunas curiosas plantas recogidas en Cataluña por el Sr. Cadevall. «Nuestro querido compañero y distinguido amigo D. Juan Cadevall pertenece al reducido grupo de botánicos españoles que, sin hacer que hacen, sin ruido ni pretensiones, llaman hacia sí la atención de los inteligentes por sus notables descu- brimientos. Sorprende, en efecto, que en Cataluña, que pasa justamente por ser una de las regiones más y mejor estudia- das de la Península, haya nuestro amigo descubierto única- mente del género Carez cuatro especies nuevas para la flora española, y que poseo en mi herbario determinadas con acierto por tan laborioso como inteligente naturalista. Son las C. alba Scop., C. nitida Host. =C. obesa auct., C. olbiensis Jord. y C. tomentosa L. Y se puede aumentar la lista con la C. basila- ris Jord., de Moncada, admitida en nuestra flora solamente de Algeciras por J. Ball. Ciento diez son los números recibidos; pero aquí única- mente me ocuparé de aquellos que, á mi entender, merezcan cuatro palabras. Centaurea cerulescens W. B contracta Cadevall. Difiere del tipo por sus cabezuelas llevadas en cortos pe- dúnculos, resultando su panoja abreviada. Encuéntrase esta forma en Moncada acompañada del tipo. Costa (Fl. cat., pag. 140) supone que la planta catalana per- tenece á la C. cerulescens de los autores franceses; es posible que las muestras procedentes de los sitios que allí se indican pertenezcan realmente al tipo de Jordán; pero no la planta de Cardona, según ejemplares de los Dres. Tremols y Cadevall. Los autores franceses se refieren á la €. spina belia Bub., variedad parcesquamata de la (. ceerulescens W., que muy pro- DE HISTORIA NATURAL. 125 bablemente se encuentra en Cataluña, aunque no se indica. Bunium Coste Pau, Not. bot., fasc. 6.”, pag. 56.—Conopodium ramosum Costa (loc. class.). Para llevar esta especie del género Conopodium Koch al Bu- níum L., según hice en el fascículo 6.” de mis Votas botánicas, atendí á la divergencia de sus estilos y hábito de Bunium Ma- cuca Boiss. Y esta afinidad es tan notable, que me extraña no haya sido advertida antes por los botánicos, pues tengo al Bunium Coste como subespecie 6 variedad del 2. Macuca Boiss. En Alazor (Navas de Torrijas 6 Avejuela, probablemente el Sacañet del viajero Reverchon), el tipo y la variedad son veci- nos; pero el 5. Jacuca en los campos y el Bb. Coste en los pi- nares; uno en tierras cultivadas y otro en terrenos incultos. Las semillas del último, arrastradas por las aguas hasta los campos cercanos, producen probablemente el B. Macuca, por mejorar la planta de terreno. Sazifraga paniculata Cav. 8 angustisecta. —$. exarata var. intricata 1. Gorb ad Soc. bot. barc. (1876). Sierra la Llena, 12 Mayo, 1876, Gorb; San Llorens del Munt, Junio, Cadevall. Forma perteneciente á especie no indicada en la flora catalana. La muestra de San Llorens del Munt la tomé por especie nueva ($. Tremolsiana Pau in litt. ad Cadevall), y difiere de la S. paniculata Cav. por sus hojas con los segmentos divergen- tes, divisiones últimas partidas y no enteras, como general- mente se presentan en las especies cercanas. La forma más afine de mi colección esla S. paniculata Cav., forma leptophylla, recogida por el Sr. Vicioso en las rocas de Campiel; pero la planta catalana parece pertenecer á tipo in- termedio entre la S. paniculata Cav. y S. Pentadactylis Lap. La estrechez de sus sépalos apartan esta forma de la S. 174- furcata Schrad. y de su variedad $. canaliculata B. et R. (1); (1) Sazifraga trifurcata Schrad. £ condensata. Los botánicos Leresche y Levier di- cen /Deuzx ezc., pág. 191) que los sépalos «dentibus calycis sublinearibus, acutis» son lineales y agudos. Agudos lo son como en el tipo, pero no lineales, si hemos de creer en su misma estampa, que los trae aovado-triangulares. Sin embargo, la muestra de mi colección los lleva lineales, conforme la descripción. El nombre específico tampoco es exclusivo en esta forma, pues que la $. trifurcata Schrad. presenta algunos peciolos con esa plegadura. La $. canaliculata B. et R. difiere muy poco de la S. trifurcata Schrad.; y me apoyo, 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA las hojas con su lámina de figura arriñonada no pueden per- mitir que la unamos á la S. Pentadactylis Lap.; su panoja, hojas y flores la separan de la S. Willkommiana Boiss. Tamariz hispanica Boiss. Riera de Tarrasa, Mayo, Cadevall: «Rambla seca», junto á Segorbe, 1.” de Mayo, 1886. Las especies de este género son difíciles de distinguir por las descripciones que conozco; con el fin de facilitar su deter minación, presento el siguiente cuadro de las especies espa= holas. Succión 1.—Parviflore.— Flores pequeñitas; en capullo apenas exce- den la altura de 1 mm. Bracteas/más contas quejelicaliz 0 da ate T. gallica L. Brácteas más largas que los capullos ó muy poco menores. T. Anglica Web. Succión II.— Grandiflore.—Flores mayores; 2 mm. de altura lo menos. Cápsula ao Nada ni alan ooo Des alla ee T. Africana Poir. Cápsula trígona, piramidal; flores menores......... T. hispanica Boiss. * La 7. hispanica no se ha indicado en Cataluña y Valencia; los caracteres de las cápsulas tampoco eran conocidos. La localidad catalana es de mucha importancia porque me demuestra que los autores franceses tomaron por 7. Africana nuestra 7. hispamica de Boissier. Dijo Godron, en Grenier y Godron, /lore de France, 1, pa= ina 601: «Capsule courte ovoide trigone, un peu attenuée au sommet.» Caracteres que no convienen á la 7. Africana Poir, y siá la 7. hispanica Boiss. Los Sres. Rouy y Joucaud, en su reciente tomo 11 de la lore de France, todavía hacen más imposible la identidad de su T. Africana con la T. Africana de Poiret, pues expresan (pá— ge ina 318), en la llave dicotómica capsule ovoide trigone para las A. Anglica y T. Africana, y efectivamente así las lleva la U T. hispanica Boiss., pero no la T. Africana Poir. para creerlo, en la poca importancia que tienen los caracteres aducidos por los auto- res Leresche y Levier para separarlas, á pesar de escribir que « C'est une tres belle espeze, d'entre les plus distinctes du genre.» Es un tipo de los más variables y de los más extendidos en la Península, existiendo en mi herbario hasta cinco «especies» diferentes. DE HISTORIA NATURAL. 127 Hieracium cestum Fr. f. rubescens.—H. rubescens Auct. cat. Monserrat, Junio, Cadevall.—El difunto Willkomm asimi- laba esta forma al 4. murorum L.; nosotros creemos que cabe bien en el 7. cesívm, no indicado en España. Papaver setigerum DOC. Los autores suponen que esta especie es variedad del P. som- miferum L., y asi la formulan, equivocándose ciertamente, pues no concebimos cómo puede ser variedad de un tipo cul- tivado la especie que produce ese tipo, así venga apoyando ese raro discurrir, todas las leyes de nomenclatura habidas y por haber. Deberá expresarse el P. somniferum L.=P. setige- rum DC. a hortense y no al contrario. Sideritis littoralis Gaut. «€ Timb.—£S. hirsuta L. 8 bracteosa Willk. Tarrasa, sitios áridos; Junio.—Además de sus brácteas trae sus hojas mayores anchas y es planta más robusta. Veronica tenifolia Asso. 8 Cadevallt. Difiere del tipo por sus lacinias foliares capilares y racimo más alargado.—Bosque del Cairat, inmediato á la Puda de Monserrat; Mayo. La V. tenuifolia Asso =V. Assoana Willk. no creo. que difiera especificamente de la Y. austriaca L. y la Y. commutata Willk.! es idéntica á mi Y. jabalambrensis. Haplophyllum Hispanicum Sp. £ latifolium forma pubescens. Castellgalí, orillas del Llobregat, raro.—Entre las varieda- des latifolivm y angustifolium existen diferencias importantes, además de sus hojas, si atendemos al cáliz y corola, por lo cual creemos infundada y exagerada la teoría de los autores del Prodromus Fl. Hisp. al presentar bajo una sola denomi- nación plantas tan diferentes. Trinia Dufourei DC. El Sr. Cadevall ha recogido en San Llorens del Munt dos ejemplares que pertenecen probablemente á la 77. Dufourel, por sus pedunculillos muy cortos, peciolos de los ramos mem- branosos y sin hojas. Pedidas muestras de la misma localidad en fruto, este laborioso naturalista nos ha complacido con dos fragmentos, en donde observo los caracteres que todos cono- cemos en la 77. vulgaris DC.; luego la 77. Dufoure no resulta otra cosa que planta muy joven de la 77. vulgaris, y por lo. mismo un sinónimo. 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Carez nitida Host. C. obesa auct. (Not. bot., 6, 103.) Encinares de Ubach, Tarrasa; 10 de Abril de 1885. Peftenece esta planta á especie nueva en nuestra flora. C. olbiensis Jord. (Not. bot., 6, 102.) San Llorens del Munt, Montalegre, etc. 12 de Abril de 1881. También es nueva para España. C. alba Scop. Puigreig (debe pronunciarse, según mis paisanos, Pude- rrech), bosque Pinebret, Mayo de 1896. Esta especie, nueva para la flora española, ha sido compa- rada con los cuatro pliegos de mi herbario, procedentes de Haut-Marne, Iser, Tosserberg y Muhlnethel (Francia y Suiza). C. Linkii W. Matorrales de Montalagre en compañía de la C. olbiensis. Junio, 1896. Esta especie no ha sido indicada por los botánicos catalanes en esta región. C. tomentosa L. Sitios herbosos, áridos de Ribas; 16 de Agosto de 1896. Es nueva para la flora española, y no difiere de mis muestras de la Europa Central más que por su humildad y escamas más cortas. C. basilaris Jord. Bosques de Moncada; 13 de Mayo de 1883. Es nueva para la flora catalana, y en España se indicó únicamente en Algeciras por J. Ball. Este descubrimiento demuestra que la especie se extiende por toda la costa española; y el no indicarse por los autores se debe á que probablemente fué considerada por algunos como C. Halleriana Asso, especie que ciertamente es de las más extendidas y frecuentes. Lamium fexuosum Ten. En San Llorens del Munt, en donde se ha indicado el €. Fa- leobdolon Crtz.; pero nosotros no hemos recibido más que la apuntada. Astragalus Pentaglottis L. Este tipo especifico se presenta en España bajo dos formas: pico del fruto prolongado (rostratam) 6 sin pico (erostris). La planta catalana pertenece á la primera. Sazifraga capitata Lap.—£S.. aquatica Xx ajugefolía Timb. Montes de Nuria (Tremols, Julio de 1877); sitios aguanosos de Nuria (Cadevall, 11 Agosto 1896). DE HISTORIA NATURAL. 129 Única localidad conocida en la flora española y únicos na- turalistas que la recogieron. Juncus pyrenaicus Cad. « Pau. Planta de 9 cm., cespitosa; hojas filiformes, más cortas que el tallo, de 7 cm.; tallos derechos, largamente desnudos; infio- rescencia terminal, única, en cabezuela; bráctea aovada, lan- ceolado y aristado su ápice, 3 nervios; perigonio de piezas oblongas, tan largas como las dos terceras partes de la cáp- sula. Junco de la Sección Srtyan Fries, é intermedio entre los J. Stygius L. y J. Triglumis L. Del primero difiere por sus tallos desnudos, bráctea y piezas del perigonio mucho más anchas; del /. Triglumis L., muy parecido por su cesped y tallos des- nudos, se aparta notablemente por el color y forma de las brácteas y longitud de las cápsulas. Nuria, frente al Salt del Aigua; 12 de Agosto de 1896. Thlaspi virgatum G. G. Es interesante esta especie de Nuria, por no estar indicada en España más que en Cataluña, faltando en muchos herba- rios españoles, como en el mío, hasta que la he recibido del Sr. Cadevall. Trifoliwm auwrewm Poll. Bosques de Ribas. En mi colección todavía no constaba como muestra de España. Veronica latifolia L. Hace tiempo que poseo una variedad de esta especie, reco- gida por el Sr. Tremols, que es la misma de Ribas enviada por el Sr. Cadevall y distinta del tipo por sus cápsulas bilobu- ladas (var. biloda). D. Juan Cadevall remite el tipo también. Melica pyramidalis Lam. Esta planta curiosa no la traen los naturalistas españoles como diversa de la 17. minuta L., y yo la considero como inter- media entre las 1. major S. « S. y M. minuta L., siguiendo el parecer de algunos botánicos europeos. Las hojas angostas, rígidas y arrolladas, así como las lígu- las cortas, le acercan á la M. minuta y la separan de la M. ma- Jor; pero sus espiguillas de 1. major la apartan bien de la M. minuta. Cytissus Gallicus Kern.—C. supinus L. var. gallicus. Varios autores españoles han dado como especies diversas ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 9 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA los C. hirsutus L., C. capitatus Jacq. y C. supinus L., y á mi parecer, estas tres especies, con el C. prostratus Scop., perte— necen al mismo tipo específico; y apartándose estas formas entre sí por caracteres de tan poca importancia, que apenas se pueden crear variedades (morfológicas) de verdadero valor taxonómico. Kerner ha demostrado que el C. supinus L. es idéntico al C. capitatus Scop., Jacq.; y siendo esto evidente, resulta que las indicaciones de algunos autores no se contradicen, como parecia (Costa, fl. cat., pág. 56; ampl., 74; supl., 18; Vayre- da, pl. not., págs. 48 y 194). Pero el Sr. Kerner añade que el C. supinus de los autores franceses difiere del verdadero (. supi-- ms L. y ha dado á esta forma occidental el nombre de C. Fa- llicus. La identidad de la forma catalana con la francesa es cierta, solamente que es forma parvifolia, y difiere ligeramente del C. capitatus Jacq., de la Hungría, y se acerca bastante al C. prostratus Scop., si no atendemos a su inflorescencia. La muestra del Sr. Cadevall fué recogida en los montes de Matadepera, Olesa y Ribas. Scleranthus Delorti Gren.—£S. polycarpus DC.—S. pseudopo-- lycarpus de Lerx. Terrenos arenosos del Monseny, S. Hilario y S. Llorens del Munt. Loscos! dió bajo 5. Delorti otra forma muy diversa, perte- neciente probablemente al S. anmuus L. S. perenmis L. f polycnemoides.—S. polyecnemoides Willk. ee Costa. A esta especie 6 variedad asimilaba con duda el S. /¿ennis Rl. recogido por el Sr. Cadevall en la riera de Tarrasa (Vot. dot., fasc. 6.”, pág. 51), considerando al S. polyenemoides diferente del S. perenmis; mas, comparados con la descripción, encontré que no podía pertenecer al S. polycnemoides más que la planta recogida por el Sr. Tremols (Junio de 1884) en la localidad clá- sica, diversa únicamente del 5. perenmis por su cesped, hojas y entrenudos inferiores; pues según muestras de ambos explo- radores, en el Monseny se encuentran todas las especies cita= das en España, menos el S. auncinatus Sdner. Viola sciaphila Koch. Matadepera y Ubach (1896) en Tarrasa. Aspecto de J. alba A DE HISTORIA NATURAL. 131 Bess., sin renuevos rastreros y cápsulas lampiñas, pero no creo que pertenezca á especie nueva.» —El Sr. Rivas Mateos (D. Marcelo) dió lectura de la signuien- te nota: «Preliminares para el estudio de las especies españolas del género GRATIOLA (Bscrofularidceas). »Notorias son para los botánicos las caprichosas divisiones de que son objeto las especies vegetales; el carácter más acci- dental y pasajero producido por el medio de vida, es causa su- ficiente para que haya quien vea en aquel anormal individuo una nueva variedad, viniendo, por consecuencia, á introducir en el campo de la Botánica un farrago ininteligible y confuso de variedades, fantásticas las unas, incomprobables y sin re- presentación las otras. No es, en verdad, el género Gratiola uno de los que más hayan corrido tal suerte, y sin embargo, hoy existe tal confusión y tan poca certeza en el conocimiento y distinción de sus especies, que muchas veces se encuentra uno con ejemplares de imposible ó, á lo menos, de indecisa clasificación. »En las investigaciones y estudios que hemos hecho de las especies españolas hasta hoy conocidas del género CFratiola, hemos tenido á la vista ejemplares procedentes de la Sierra de Gredos, cordillera central de San Pablo, garganta y arroyo Barbaón de Serradilla, arroyos de Garganta de Baños, Isla de Plasencia (Cáceres), Puerto de Béjar, arroyos limitrofes á Can- delario, río Tormes (Salamanca), orillas del río Tajo en Aran- juez (Madrid) y, por último, todos los existentes en el herbario del Jardín Botánico de Madrid. Del estudio detenido de estos ejemplares deducimos: 1.”, que racionalmente sólo podemos admitir hasta hoy dos especies españolas del género Gratiola; y 2.”, que una de las especies debe llevar el nombre de G7a- tiola oficinalis L., como ya Linneo la denominó en su Species plantarum, y la otra el de Gratiola crassifolia. Veamos las razones: Al hacer la característica, no ya de un género, sino de una determinada especie, lo racional, lo científico, es el marcar los caracteres naturales que ligan y separan con cla- ridad, con precisión, unas especies de otras colocadas en el mismo género; además, estos caracteres deben ser persisten— 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tes. Hé aquí, pues, los fundamentos que nos han servido para deducir y dar conclusiones nada más que preventivas para rectificar en caso necesario. »Respecto á la Gratiola oficinalis L. nada hemos de decir, pues está perfectamente caracterizada y no admite discusión alguna. Ahora, respecto á la Gratiola limifolia Vahl. queda mucho que desear, tanto la especie como las variedades £ /usi- tanica (Gratiola linifolia Brot.) y y Salmantica (Gratiola crassi- Jfolia et Salmantica Lag.). Discutamos: Si la var. £ Lusitanica se halla caracterizada por tener las hojas lanceolado-lineares, crasas, enteras 0 débilmente dentadas, y las dos bracteitas que llevan en la terminación del pedúnculo iguales en longi- tud á las lacinias del cáliz y la var. y Salmantica por tener las hojas enterísimas y crasas, lo natural es que estos caracteres sean persistentes 6, á lo menos, no se hallen confundidos todos en un solo individuo; si esto así no ocurriera, los carac— teres indicados podrían, aunque malamente, formar las dos variedades antes indicadas; pero como no es así, sino que el carácter de las hojas, como el de las brácteas, son tan fugaces é inconstantes, que no es difícil ni raro, sino lo normal, el en- contrarse con ejemplares que reunan la característica de una y otra variedad. Así, pues, vemos que la presencia de tales caracteres son insuficientes para poder por sí solos distinguir y formar los dos grupos. Ocurre, por ejemplo, que la Gratiola recogida en la Sierra de Gredos presenta las hojas lanceolado- obtusas, crasas, cubiertas de pelos brillantes y cristalinos; son además trinerviadas 6 por excepción uninerviadas, con los bor- des enteros en unas, casi invisiblemente dentados en otras. La recogida en el Tormes de Salamanca conviene con ésta en la crasitud, forma, nerviación y pubescencia, y difiere en que los bordes son enteros en todas las hojas. Las de Aranjuez recogidas por los Sres. Lázaro y Aterido presentan, además de los caracteres de crasitud y pubescencia, las hojas visible- mente trinerviadas y dentadas. Una cosa análoga ocurre con las procedentes de Candelario y Serradilla. De los ejemplares existentes en el herbario del Jardín Botánico de Madrid, sólo merece indicación para nuestro objeto el que lleva nombre de Gratiola crassifolia Lag., el cual efectivamente tiene las hojas crasas y enteras, siendo, por consecuencia, idéntico al que nosotros poseemos del río Tormes. En resumen, podemos y ED AD AE E A DE HISTORIA NATURAL. 133 decir que no existe un carácter por el cual podamos separar una de otra variedad. Sin duda alguna observó Willkomm todas estas analogías, despreciando las fugaces diferencias producidas por la adaptación al medio de vida, cuando en su Prodromus flore hispañice reune, sin admitir variedades, la Gratiola linifolia Hofím. et Link., G. crassifolia y E. Salman— tica Lag. bajo el sinónimo de Gratiola limifolia Vahl. »Ahora, respecto al nombre específico de esta especie, nin- eguno creo, á mi juicio, se acomoda mejor que el de (f. crassi- folía, por ser la crasitud de la hoja el carácter más sencillo y constante; de ningún modo el de €. linmifolia, pues la forma de la hoja dista bastante de parecerse á la del lino. »Después de las anteriores reflexiones, hagamos un estudio detenido de la característica de las dos especies Gratiola ofici- nalis y G. crassifolia. »Gratiola officinalis L.—Planta de 3 4 4 decímetros, con ralz rastrera, poco dividida y de matiz rojizo. Tallos erguidos, fis- tulosos y muy marcadamente tetrágonos, con las aristas algo salientes. Hojas opuestas, sentadas, abrazadoras, lanceoladas, de unos 5 cm. de longitud por 4 4 5 mm. de ancho, completa- mente lampiñas, 6 cuando más, las del centro con una ligerí- sima pubescencia en la base y por el haz; nunca son agudas, notándose que las inferiores son un poco más romas y obtusas que las superiores, son trinerviadas y dentadas sólo en la mi- tad superior; los dientes, débilmente mucronados, están en trechos de 5 en 5 mm.; los nervios, en número de 3, rara vez 5, aparecen indivisos, 6 á lo más, los laterales dan casi imper— ceptibles nerviecitos que van á parar al vértice del diente. Las flores, que son axilares y solitarias, constan de un pe- dúnculo ascendente igual en longitud á la corola y lleva en su parte superior 2 6 3 bracteitas dos veces más largas y an- chas que las lacinias del cáliz; el cáliz, formado por 5 lacinias que llevan en la parte interior y junto al nervio medio una 6 dos series de pelitos casi imperceptibles mates é indivisos, que decrecen en número á medida que se acercan al vértice de la lacinia; la corola, irregular tubulosa ú ligeramente tetrágona y barbada en el interior, consta de 4 lóbulos, dispuestos en 2 labios, de los cuales el superior es bifido, mientras que el inferior aparece de 3 lóbulos iguales; el matiz de la corola es blanco-rosáceo, con los nerviecitos muy marcadamente rojos; 134 ACTAS DE LA SUCIEDAD ESPAÑOLA los estambres en número de 4, de los cuales, 2 son estériles y poco desarrollados, constan de un filamento corto y una antera redondeada y bilocular; el ovario está compuesto de 2 car- pelos cerrados y multiovulados. Fruto en caja, aovado-cónica, compuesta de 2 valvas que terminan en punta rígida, debido á que el nervio medio de cada carpelo es fuerte y prominente en el ápice; las semillas, que son pequeñísimas, alveoladas y rugosas, presentan un color leonado. Fl. Julio á Septiembre. Es frecuente en sitios húmedos de toda España, siendo más común en la región Central. »Eratiola crassifolia R. M. (Gratiola linifotia Martin Vahl. Gratiola linifolia Hoftm. et Link.—Gratiola Salmantica el cras- sifolia Lag.). Planta de 1 á 2 decímetros con raiz casi indivisa y de un tinte algo rojizo. Tallo fistuloso semirastrero, cuadran- gular y con pelos carnosos, brillantes y cristalinos. Hojas crasas, sentadas, abrazadoras, aovado-lanceoladas, obtusas, general- mente trinerviadas, Ú, por excepción rarísima, uninerviadas, repletas por ambas caras de pelos carnosos, cortos é indivisos; los bordes aparecen: en las hojas inferiores enteros, en las su- periores ligerisimamente dentados. Las flores son axilares, soli- tarias y constan de un pedúnculo vez y media más largo que la corola, pubescente, cilíndrico en la parte inferior, ensanchado y tetrágono en la superior; bracteitas de igual longitud que las lacinias calicinales; caliz compuesto de cinco lacinias pubescen- tes en el exterior y lampiñas en el interior; corola irregular, tu- bulosa, barbada, compuesta de cuatro lóbulos, de los cuales el superior es generalmente escotado, los restantes iguales; el matiz de la corola es rojo violáceo; estambres dos por aborto constante de los otros dos, que suelen hallarse rudimentarios ó nulos; filamento corto y antera alargada y bilocular. Ovario bicarpelar y multiovulado. Fruto caja, redondeada, bi-valve y polisperma. Semillas alveoladas, rugosas y blanquecinas. Flo- rece Agosto-Septiembre. Habita en los arroyos y sitios húme- dos de Salamanca, Cáceres, Madrid y Portugal.» —El Sr. Calderón presentó, por encargo del profesor del Instituto de Huelva, D. Manuel Paz Sabugo, dos fotografías de un borrego monstruoso encontrado y disecado por dicho se- ñor, y leyó además una descripción remitida por el mismo señor del citado ejemplar, que pertenece á la familia de los monstruos aprósopos. DE HISTORIA NATURAL. 135 —El Sr. Bolívar (D. 1.) manifestó que en una nota que pre- sentó en la sesión de Enero de este año y que fué publicada en el acta correspondiente, se habían deslizado algunas inco- rrecciones que creía conveniente rectificar; son éstas el nom- bre del viajero que recogió los insectos, y que fué el Sr. Vraz, y el del río explorado que es el Atabapo, afluente del Orinoco. SECCIÓN DE SEVILLA, Sesión del 2 de Noviembre de 18096. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAUL. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Secretario, dando cuenta de un moderno trabajo del profesor alemán Kamtz sobre la relación que existe entre la temperatura de los manantiales y la del aire ambiente, expuso algunas consideraciones sobre los datos instructivos que proporciona la observación de la temperatura de los ríos y la comparación de la de los pozos y de los manantiales más próximos durante un período algo largo, único medio de sa= ber la temperatura de la zona acuífera de una localidad y la influencia térmica de la lluvia en cada región, encareciendo la utilidad de practicar estas observaciones en Andalucía. Se hicieron algunas aclaraciones por parte de los señores socios presentes. —El Sr. Barras leyó la siguiente nota, escrita en colabora- ción con el Sr. Medina: Notas antropológicas. (Continuación.) Cráneo prehistórico hallado con otros objetos (martillo, huesos de cier- vo, etc.), en la mina «La Preciosa», término de Peñaflor, existente con el núm. 164 en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla. Donativo de D. Antonio González y García de Meneses. Esta calavera se halla impregnada de sales cúpricas, y sólo 135 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA conserva la bóveda del cráneo y la cara sin mandibula infe— rior (1). Están osificadas las suturas en parte. Nora. Por faltar el occipital se han tomado los diámetros y curvas hasta el lambda. Milímetros. Diámetro antero-posterior máximo-láambdico......... 170 — transverso máximo...... LO ES Trontalminimo adds ue ca Curva horizontal máximo-lambdica..............om.. AO — SS otriacolambdica ud ELO — — preauricular.a cc... OO E — vertical nasio=Iambdica.. ios TOO — o — ' bregmatica. ¿.om.sóvncia — — 504 POLTÍACa. ta rd ON Índice transverso longitudinal.............o.......... 80.00 ==, Trobto-transversale tim taa nt O IO Altura orrmo-aly colar ld a NS —-.násio-alveolalicisticda marcado op es O —:espimo=alveolar ccoo a de aia LS —' -pómulo-orbHaria.... di dea Latitud. bizmalar SUPeriOD.. cad e a — — INTEL Mc it cs a ==, , DIOrbitaria Externa lios. isa ale IN == Interorbitaniaa ci. aa ate nasio-alveolar < 100 bi-malar inferior Índice EN EA AS O A bi-malar inferior Longitud de la:OrbltasiJa dada eje laebs ote ra ato O A A RO O aos Índice...... A A O e a o DA E Longitud de la nariz daa o AS | O O A doo, dC a Ctonoituddelpaladar. da a rd AS La ade A A DO A RA Lana TS (1) CAÑAL: Sevilla prehistórica, 1894, pág. 141.—CANDAU: Prehistoria de la provin- cia de Sevilla, 1891, pág. 43. DE HISTORIA NATURAL. 137 YACIMIENTO PREHISTÓRICO DEL CORONIL. Restos humanos recogidos por D. Feliciano Candau, existentes en el Museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla (1). Núm. 143. Frontal. Milímetros. rametrosromalmiDiMO sesos. seda sh eto le O Y Curva masto-Dre Inacap as a — == 0 OMC. ed. E E > O Este frontal está algo incompleto y ofrece de notable ser bastante pronunciados los arcos superciliares, así como la gla- bela que resulta prominente y la curva de su cara anterior inclinada repentinamente hacia atrás, lo que produciría una frente bastante deprimida. La cresta coronal (cara posterior) bastante pronunciada. Núm. 146. Maxilar superior derecho. Milímetros. tara espino -alveolali cesa ds no soja e ae RO ore udidel paladar aso oi sam lea oa e 55? A A A A E AS 10 e do dd a 060. don Núm. 144. Mandíbula inferior. Está incompleta, faltán- dole toda la rama ascendente derecha y una parte de la iz- quierda. Milímetros. Distancia sinfisio-goniaca....... A sE AMtira de la sins ad ras E e O ANN Latitud mínima de la rama ascendente......... A A > Núm. 145. Tibia platicnémica. Trozo de la tibia izquierda de 124 mm. de longitud, correspondiente al tercio superior, faltando la epífisis. (1) CALDERÓN: ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo xVnI; Áctas, pági- nas 23, 24, 31 y 39,—CANAL: Sevilla prehistórica, pág. 131.—CANDAU : Prehistoria de la provincia de Sevilla, pig. 99. 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Milímetros. Distancia máxima antero-posterior en la extremidad interior del trozo tas q. 1 e ales o cil OS Separación mínima de las caras interna y externa.... 18 Occipital procedente de La Campana (Sevilla), existente en el Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla, donde figura con el núm. 163. Donativo de D. José Domínguez Venegas, médico titular de dicha villa (1). Presenta un exóstosis entre las dos líneas curvas del lado derecho, en forma de mamila y dirigido hacia abajo. Milímetros. Diámetro transversosastériCO id AE 1 1 Curva vertical lámbdico-opistica............. ¿0 30 Longitud del orificio.occipitaloduio o 2) dejate ed SES Latitud. ds od ana e la ao 1 AL e A A O JA IR te SN Maxilares superiores derecho é izquierdo, procedentes de Coria del Río (Sevilla), existentes en el Museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla, recogidos y donados por M. Arthur Engel, encontrados en una sepultura árabe (según la inscripción con que figuran en el Catálogo). Están algo incompletos. Milímetros. Latitud bi=malar Interno: a O UY Altura espinozalveolar.vo. eos noe o EROS Battud de lanar aletas E RL e OÍ Longitud del paladar...... A E SE O e O Stud. —: 0 a a O DS dice palatino. ds oO e a .. 63.63? (1) ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo xx, pág. 136 de las Actas. Por un error se dice en esta nota, y lo copia el Sr. Cañal (ob. cit., pág. 137 , que el do- nante de este ejemplar al Museo fué el Sr. Rodríguez Arias, cuando en realidad lo ha sido el Sr. Domínguez Venegas, el cual hizo llegar el ejemplar á manos del Sr. Cal- derón por mediación del Sr. Medina. DE HISTORIA NATURAL. 139 Mandíbula inferior completa y dividida en tres trozos, de la misma proce- dencia, y existentes también en el Museo del Ateneo y Sociedad de Excursiones de Sevilla. Milímetros. Distancia bigoniaca...... A o oe ras Dala 20 79 — DICONAÍEOSExterba. 2 se aia. LEN IL AE 100 - SIMS ONLACaS Tin. oratorio PR Nr do 82 trade la sins med EE A A, — de la rama ascendente...... EA OS e ER SN O ADE pene AS E IA A Índice de la rama...... A A ds 1 Núm. 166 del Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla. Cráneo hallado en un pozo de la Macarena (Sevilla). Donativo de D. Antonio Machado y Núñez. Tiene osificadas casi todas las suturas; prognatismo bastante acentuado. Carece de parte del maxilar superior izquierdo, póúmulo y arco zigomático del mismo lado. Por su aspecto pa- rece prehistórico; tiene alguna patina y los huesos son muy frágiles. La línea curva que limita la fosa temporal está bas- tante acentuada. Milímetros. CU ora taliMaxiMDa tas di al 000 NV GrtU cal masi0:OplsStICA.. 00 oa eras odo cetreria BO — transversa total........ o ll ADO Índice transverso-longitudinal..... ns a O o 9 Eros atu dal: parias ao ASS, — transverso-vertical....... an Al — fronto-transversal máximo........ A e JUIAS Monet ddeclor Gio tOCCipllaltsa. lin dat e a dal DR ¡A A NN A NA 1312 INStanicio maso DASsICA e des oa ers AS O DS mdree sorbo nde: AL a dE ento s Lo LEE 0 AS II A E da e ASEO — palatino...... EA A 707) Distancia bigoniaca...... PI > RR eres EN Altura dela sinfisiS.. 0... A IA caro ra E o0 140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Núm. 167 del Museo de Historia natural de la Universidad de Sevilla. Cráneo procedente de Sevilla, donado por D. Manuel Sales y Ferré.— Falta la mandíbula inferior. Milímetros. Curva*honzontal MAMA ASE 495 — "vertical nasiosopistiCa. 2. tio eee A 342 A ASAS E O A A RI 450 Índice transverso-loneitadinala ooo ln ole AR 86.82 == yerticoslon Studi. meseta reo e cate Ne 77.84 —Tans verso Venice om leia Piero cata o O SISTE 89.65 — tronto=-transversal-IMAXimO: io ate it oe 66.89 Lonsrtudwleloraciooccipital o. e NOS 38 ndicerdel mismo nl do O 86.84 Distancia nasioDasiCa 0. rl le Sado avi 97 Índice facial súperior de Broca... nea... noes os 68.00 ODIA LO e loo colo aros ar 92.68 O E RR RIN ad NR RS o ps lo 44,44 PALA do tala tr ne lo load: 80.43 Sesión del 2 de Diciembre de 18096. PRESIDENCIA DE DON JOSÉ MARÍA SOLANO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —(Quedaron admitidos como socios los siguientes señores propuestos en la sesión anterior. Rvdo. P. Longinos Navas (Soc. Jes.) del colegio del Salva- dor de Zaragoza, propuesto por los Sres Antiga y Martínez y Sáez. D. Vicente Tutor, doctor en Medicina y residente en Cala- horra, propuesto por D. Francisco de P. Martínez y Sáez. D. José Jiménez Cano, propuesto por D. José María Solano. D. Isidoro García Barrado, propuesto por D. José María Solano. DE HISTORIA NATURAL. 141 D. Jaime Alorda y Sampól, de Mahón, propuesto por D. Ignacio Bolívar. D. Bartolomé Sánchez en memoria de su señor hijo D. José Sánchez Gómez, propuesto por D. Ignacio Bolívar. D. Miguel Mercader y Benlloch, propuesto por D. Ignacio Bolívar en nombre de D. Pe- dro Antiga. —Se hizo una propuesta de socio que según lo dispuesto en el reglamento quedó pendiente de informe hasta la sesión siguiente. —El Sr. Presidente manifestó á la Sociedad que la Junta Directiva y Comisión de publicación, preocupándose siempre del mayor progreso de nuestra Sociedad y de que sus publi- caciones resultasen lo más interesantes que fuese posible, habían acordado que en lo sucesivo, la publicación de las actas se hiciese mensualmente, con objeto de que los señores socios las pudiesen recibir á poco de celebrada la sesión y los autores lograran ver publicadas con prontitud sus comunica— ciones, evitando así que algunas veces por aguardar la publi- cación del cuaderno de Memorias, pudieran perder su origi— nalidad trabajos de cierto carácter ó que fuesen de marcada oportunidad y que en su consecuencia la Junta Directiva pro- ponía la aprobación de los siguientes acuerdos. Bajo el nombre de AxaLes de la Sociedad española de His- toria natural se comprenden las Memorias y las Actas. Las Memorias seguirán publicándose como hasta aquí, divi- didas en tres cuadernos anuales. En ellas se insertarán los trabajos originales que arrojen más de seis páginas de impre- sión, acompañados 6 no de láminas ú de grabados intercala- dos en el texto, y también los de menor extensión que la indi- cada si requiriesen una Ó más láminas. Cuando los trabajos destinados á las Memorias hayan de ir acompañados de láminas 6 de grabados intercalados, estará obligado el autor á entregar con el manuscrito dibujos defini— tivos, ejecutados con la perfección necesaria para que puedan ser reproducidos por la litografía, el grabado ó cualquiera de los procedimientos fototipográficos hoy en uso; de lo contrario, 142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA correrán por cuenta del autor los gastos que ocasione el tener que recurrir previamente á un dibujante para el arreglo de la lámina. La Sociedad abonará el coste de los grabados que se hayan de intercalar en el texto, siempre que su número no fuese excesivo, y contribuirá con la mitad de los gastos á la ejecu— ción de las láminas cuya publicación haya sido acordada, siendo de cuenta de los autores el abono de la otra mitad. Compréndese aquí toda clase de gastos que ocasione la ejecu— ción é impresión de los ejemplares que constituyen la tira- da de la Sociedad, así como el importe del papel para los mismos. Los autores de los trabajos publicados en las l/emorias reci- birán 50 ejemplares de su trabajo libre de gastos, exceptuados los de encuadernación, sin variación alguna en el texto ni en las láminas: los que deseen mayor número de ejemplares, 6 quisieren introducir en ellos variaciones, abonarán los gastos que éstas ocasionen con arreglo á las tarifas que la Sociedad publicará todos los años en las cubiertas de las 4 ctas del mes de Enero. Los trabajos destinados á las Memorias, y cuya in clusión en ellas sea acordada por la Comisión de publicación, habrán de ser originales é inéditos, y aparecerán por orden de presentación dentro de cada uno de los grupos geológico, botánico y zoológico. La Comisión de publicación podrá, sin embargo, por acuerdo especial, alterar dicho orden y dar pre— lación á los trabajos que á su juicio la reclamen, y también acordar la inserción de otros cuyo conocimiento pueda intere- sar á la Sociedad aun cuando estuvieren ya publicados. Las 4 ctas de las Sesiones se publicarán por pliegos mensua- les y en el plazo más breve posible después de las sesiones correspondientes. Se exceptúan los meses de Julio y Agosto, en los que no se celebrará sesión. En ellas se incluirán los trabajos y noticias de poca exten— sión de que den cuenta los socios en las sesiones y que no requieran láminas, y también los extractos de las Memorias que presenten los autores con este objeto. La publicación de unos y otros habrá de ser acordada por la Comisión de publi- cación. Los manuscritos de estas notas, así como los clichés interca—- e DE HISTORIA NATURAL. 143 lados que requieran, habrán de quedar en poder del Secreta- rio en la sesión en que se dé cuenta de ellos, pues de otro modo no serán incluídos en el acta correspondiente. Los vastos de los clichés serán reintegrados á los autores por la Sociedad con arreglo á los precios corrientes á que ésta acostumbra pagarlos. Se concede á los autores un máximum de seis pági- nas para cada comunicación que hicieren, contando en ellas las figuras que comprendan. La Sociedad no regala tiradas aparte de las notas publica das en las 4cfas, pero los autores podrán obtener el número de ejemplares que deseen del pliego ó pliegos en que apa- rezca su trabajo, abonando el papel y la tirada de ellos á ra- zón de 2 pesetas por cada 50 ejemplares de un pliego (16 pá- ginas). Los autores indicarán en los manuscritos que presenten á la Sociedad la cuantía y condiciones de la tirada aparte que deseen; de no hacerlo así, sólo recibirán los 50 ejemplares, sin levantar forma, que regala la Sociedad á los «uutores de los trabajos publicados en las Memorias. En las tiradas aparte en que los autores introduzcan varia- ciones, no podrá dejar de consignarse que el trabajo ha sido publicado en los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Después de breve discusión fueron aprobados los referidos acuerdos en su totalidad, así como las tarifas modificadas que han de aplicarse en las tiradas aparte de los ANALES y que se insertarán en las cubiertas del acta de Enero. Igualmente, según expuso el Sr. Presidente, se acordó bus- car un local para poder instalar la Biblioteca de la Sociedad ya que en el del Museo de Historia natural era imposible efec- tuarlo y la instalación de un Hospital militar en el Museo del Doctor Velasco obligaba á la Sociedad á desalojar las habita— ciones en que se hallaba instalada la Biblioteca. , —El Sr. Jiménez de Cisneros (D. Daniel), catedrático del Instituto de Gijón, remitió la siguiente nota necrológica de nuestro malogrado consocio D. José Sánchez Gómez. «Triste impresión produce en el ánimo de los que en tan reducido número formamos la Sociedad Española de Historia natural, ver desaparecer uno tras otro nuestros respetables maestros y no menos doloroso es ver interrumpida la brillante 144 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA carrera de jóvenes que, llenos de vida y entusiasmo por las ciencias naturales se hunden de improviso en la muerte, cor- tando á un tiempo las esperanzas de sus consocios y llenando de luto el hogar paterno. La Sociedad Española conocía bien las excelentes disposiciones del infortunado Sánchez, cuyo pre- maturo fin me pone, bien á mi pesar, la pluma en la mano para dar cuenta del desgraciado accidente que motivó su muerte. »El 10 de Agosto salió Sánchez Gómez de su casa de Carta- cena con ánimos de bañarse, y como transcurriesen las horas y Sánchez no volvía, su atribulada familia buscó con ansiedad la causa de la desaparición, no tardando en encontrarlo aho- sado en el puerto, á consecuencia, según dictamen facultati- vo, de un derrame seroso ocurrido mientras se hallaba en el baño. Su cadáver apareció flotando en aguas del Zspalmador chico y llevado al depósito. »Era Sánchez hijo único del condestable mayor del Arsenal de Cartagena D. Bartolomé Sánchez, y por su apacible condi ción y agradable trato fué estimado en vida por cuantos le trataron. Hizo sus estudios de 2.* enseñanza en el Colegio Po- litécnico de Cartagena, y me llamó desde entonces la atención aquel niño de 13 años, de tan vivo carácter y tan aficionado á la Historia natural. Desde el 1890 asocié á Sánchez á mis ex- cursiones por el campo de Cartagena, y aunque al principio manifestó aficiones por los diferentes ramos de la Historia na- tural, no tardó en decidirse por la Entomología y así es, que acabé regalándole mi pequeña colección de insectos. En 1892 me trasladé á Asturias, pero Sánchez ya tenía bastante entu- siasmo para seguir él solo sus estudios y excursiones mante- niendo conmigo una frecuente correspondencia; todos sus deseos eran adelantar en conocimientos; sus afanes, visitar museos, hacer colecciones y contribuir al adelanto de las Ciencias naturales en España. Jamás en sus cartas ni en sus conversaciones había manifestado otros deseos, ni siquiera el de elevarse él á expensas de sus trabajos. Había nacido para estudiar ciencias naturales y nada más que para eso, así es que no había que buscarle en diversiones ni en paseos, su único placer era hacer excursiones. »Recibió el grado de bachiller con gran lucimiento en 1893, y pasó en seguida á estudiar Facultad. Sus aficiones le abrie- DE HISTORIA NATURAL. 145 ron paso en Madrid, y á los pocos meses tenía corresponden- cia, no sólo con algunos catedráticos del Museo y otras perso- nas doctísimas en esta clase de estudios, sino además con afi— cionados del extranjero. »Aprobó su primer año de Facultad en 1894 y aprovechó el verano para conseguir otros conocimientos. A esta época co- rresponden nuestras excursiones por las provincias de Alme- ría y Murcia, y á pie recorrimos, en unión de nuestro consocio Sr. Enciso y Mena, el valle de Almanzora, las estribaciones de Filabres y las sierras de Somontín y Lucar, los campos de Lorca y los de Cartagena. Sánchez fué mi compañero insepa- rable y en aquella época que, como toda dicha pasada, la re- cuerdo siempre con tristeza, era ya mi amigo individuo de la Sociedad española y uno de sus activos socios. »En 1895 aprobó el segundo año de preparatorio, y aunque su naturaleza se había resentido algo á consecuencia de sus continuos estudios no por eso el animoso joven se abandona- ba. En sus asiduas investigaciones recogía fósiles, rocas, plantas, objetos antiguos, etc., que luego regalaba á sus ami- gos aficionados á estos objetos. El último envio que me hizo consistía en fósiles del Mioceno del campo de Cartagena, yaci- mientos que conocía como pocos conocerán, y en su última carta me hablaba con entusiasmo de los insectos que iba á cazar... Y así eran todas sus cartas. ¡Pobre joven, sin más am- bición que saber! Muchas veces se elogia en los artículos necrológicos á personas de mérito muy dudoso, habiendo en estas reseñas más piedad que verdad. En la vida de Sánchez no había otra cosa que nobles sentimientos... ¡Cuán léjos es- taría el pueblo de Cartagena de pensar que el ahogado del Espalmador estaba quizás destinado á ser uno de sus hijos más ilustres! Descanse en paz mi querido discípulo en quien veía mi futuro maestro en día no lejano. Sean estos renglones un homenaje á la memoria de mi querido compañero.» —El mismo señor remitió la siguiente «Noticia acerca de un balenoptérido encontrado y remolcado por el vapor «Sultan» en aguas de Gijón. »El día 11 de Octubre de 1895, en ocasión en que el Sultán, vapor de pesca de esta villa, se encontraba como á unas 15 ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXV. 10 146 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA millas al NO. de este puerto, distinguieron los tripulantes una masa obscura que flotaba á alguna distancia, conociendo al aproximarse que era un gran cetáceo muerto. Diéronle remol- que, y á la media tarde de aquel día entraba en el puerto de Gijón. »Tuve noticia del hecho momentos antes de entrar en clase, y á la salida me dirigí al puerto, donde supe que las autorida- des habían ordenado su traslación á la boya de Torres, y no permitiéndome lo avanzado de la hora ir al sitio donde se en- contraba el cetáceo, dejé para el día siguiente la visita de ins- pección. La autoridad marítima ordenó de nuevo su traslado á la playa de la Salmoriera, distante unos 2 km. al E. de la población, y allí me dirigí acompañado del Sr. Castillo, Direc- tor del Instituto de Jovellanos, y de los Sres. García Molina y González López, catedráticos del Instituto y Escuela de Artes y Oficios respectivamente. Gran concurrencia de vecinos de esta villa se había reunido en aquellos sitios para ver el ani- mal que se encontraba varado en una pequeña playa y ama- rrado fuertemente de la cola á los peñascos, reposando el ter- cio anterior en las rocas y con 1 m. escaso de agua, pues era la hora de bajamar. Esta situación hacía difícil aproximarse á la cabeza y poderla estudiar de cerca, y á costa de esfuerzos pudimos acercarnos el Sr. González y el que suscribe y tomar algunos antecedentes. El animal estaba echado de dorso, in- clinado al lado derecho, de suerte que la nadadera de este lado tocaba á tierra, mientras que la izquierda se levantaba sobre el suelo 3 6 4 m. de esta parte. La longitud total era próximamente 22 m.; 4 m. de extremo á extremo de la cola; la aleta dorsal arranca á unos 5 m. de la cola, y tiene próxi- mamente 1 m. de longitud, 0,50 de alta y 126 15 cm. de grueso por la base. Este órgano es de forma triangular, muy escotado por el borde posterior y de punta redondeada. El ano está si- tuado á los 506 m. de la cola. El dorso y los costados, son de un negro intenso, y blanco sonrosado el vientre, siendo de un rojo más vivo el fondo de los pliegues abdominales. Se trataba de una hembra, y la hinchazón del cuerpo producida por la descomposición distendía los pliegues abdominales y hacía que el recto se proyectase en parte al exterior, así como tam- bién los órganos genitales. Los órganos de la lactancia eran de pequeño tamaño relativamente al del animal; la piel se DE HISTORIA NATURAL. 147 desprendía en grandes hojas impregnadas de grasa y de unos 3 mm. de espesor, descomponiéndose fácilmente en pequeños prismas perpendiculares á la superficie. Mucho me llamó la atención la delgadez de esta cubierta, comparada con la del ballenato cogido en Cabo de Palos en Marzo de 1892 y del que dí oportunamente cuenta á la Sociedad Española. Debajo de esta piel se encuentra un tejido adiposo abundantísimo, y del que fluía la grasa en gran cantidad. Esta masa blanca adiposa se encuentra perforada de trecho en trecho por agujeros oblicuos de 1 cm. de diámetro próximamente. »Las aletas torácicas algo estropeadas, así como también la cola, efecto de una larga permanencia en el mar después de la muerte, tienen unos 2 m. de largas y de 0,50 á 0,60 de anchas. Respecto al diámetro y circunferencia del animal no puede precisarse, dado el estado de hinchazón en que se encontraba. »Comenzaron los trabajos para la extracción de la grasa, y facilmente se comprende las dificultades con que tropezarían gentes no acostumbradas á semejantes faenas y desprovistas de medios adecuados al efecto. Cortaron el tejido adiposo en grandes pedazos para transportarlos al lugar en que estaban emplazadas las deficientes vasijas en que se hizo la cocción. Grandes esfuerzos costó poder acercar tan enorme masa á tierra, y dificultades no menores surgieron á consecuencia de ser varios los propietarios del cetáceo, de tal modo que no tuvieron en cuenta, ú no pudieron, por el estado del mar, co- locar á cada pieza ósea que iban extrayendo una señal ó un número para su más fácil colocación después. A los pocos días desarticularon el cráneo, y las extremidades torácicas desde su porción basilar, y fué no poca suerte el que se retiraran á lugar seguro estos huesos, porque un temporal arrolló el tronco envolviéndolo en algas y arenas, y en esta disposición se encontraba el 25 de Octubre, fecha en que volví á la Salmo- riera, tras unos cuantos días lluviosos en extremo que me im- pidieron salir de la población. Admirable fué la paciencia de los tripulantes del Sultán, trabajando en aquellas carnes in- fectas, bajo una lluvia continua y azotados por las olas fúriosas en algunos días. A fines de Octubre la operación pudo hacer- se más fácil, trabajando principalmente durante la bajamar, y en Noviembre ya tenían los huesos recogidos en lugar segu- ro, excepto el cráneo, que, encallado en las arenas, no pudo 148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA moverse hasta el día de su traslado á la estación del ferrocarril. »Grande hubiera sido mi satisfacción al poder conservar algunas vísceras del animal; pero el estado de descomposi- ción en que se encontraba me lo impidió. Los huesos, algo de las destrozadas barbas y algunos pedazos de epidermis fué lo único que pude enviar al Museo de Madrid, cuando recibí ór— denes de su celoso Director para adquirirlos, y tras de no pocos trabajos y consultas con los dueños (1) y mediante el pago de 1.000 pesetas fueron los restos de la balenoptera colocados en. un vagón el 2 de Enero del presente año (2). »Dos productos grasos obtuvieron del cetáceo: uno de color amarillo, transparente y fluido, que era verdadero aceite de ballena, y otro pastoso y de color agrisado, formado quizás por aceite, materias extrañas en abundancia y una parte de agua.. A pesar de las pérdidas de grasa, consiguientes á la operación hecha por gentes inexpertas, pudieron sacarse 114 barriles de unos 70 kg. cada uno, por término medio. ) »En el presente año, en la segunda quincena de Septiembre, algunas lanchas pescadoras de esta villa han dado caza á un. ballenato de unos 4 m. de longitud, y perteneciente, en mi opi- nión, á la misma especie que la descrita anteriormente. De ello tuvo noticia el Museo de Madrid el día siguiente de la captura. »Fué imposible conservar el esqueleto por su estado cartila- gyinoso, y tampoco se pudieron sacar fotografías ni tomar me- didas exactas á consecuencia de que habían empezado á des- pedazarlo cuando nos disponíamos á ello.» —El Sr. López Peláez remite para su publicación un sida sobre Zas circunvoluciones cerebrales del cerdo domestico, que pasó á la comisión de publicación. —El Sr. Fernández Navarro manifestó que posteriormente á. la publicación del trabajo del Sr. Doelter de que había dado cuenta en la sesión anterior, la Sociedad geológica de Francia había tratado del mismo asunto en la sesión del 9 de Noviem- bre último, en la que M. Lemoine presentó una interesante comunicación sobre aplicaciones de los rayos Róntgen á los estudios paleontológicos. (1) Tuvieron parte en el cetáceo todos los tripulantes del vapor y los dueños del barco, hasta que los Sres. Fernández y Somonte, propietarios del Sultán, llevaron á. cabo: un arreglo con los primeros, y con dichos señores fué ya fácil entenderse. (2) Pesaron los huesos más de dos toneladas y media. DE HISTORIA NATURAL. 149 En dicha comunicación, que no copio integra por ser dema- siado extensa, su autor hace ver los resultados que se ob- tienen de la aplicación de este nuevo procedimiento de inves- tigación al examen de la estructura interna de las piezas paleontológicas, obteniendo resultados verdaderamente admi- rables. En las fotografías de los huesos se ve perfectamente la estructura de la pared, Ó sea canales nutricios del hueso, con- torno de los alvéolos y raíces de los dientes si se trata de man- díbulas, conformación del encéfalo si se opera con frag mentos de cráneo, etc., todo ello mucho mejor que en los cortes me- jor dados y sin la pérdida del ejemplar, á veces insustituible, que representan esos cortes. Los mismos resultados se obtie— nen de la aplicación del procedimiento al examen de la es- tructura y conformación interna de las conchas, placas dér- micas, espinas, etc. Con lo indicado se comprende la importancia que en estos estudios ha de tener el empleo de la fotografía por los rayos Róntgen y el ancho campo que se abre á la investigación, hasta ahora tan difícil, de la estructura de los séres extin- guidos. Los trabajos de Doelter en los minerales y de Lemoine en los restos paleontológicos son los primeros pasos dados en unos estudios que pueden ser campo fecundo de sorprendentes revelaciones, y cuya importancia no hay necesidad de enca- recer. De esperar es que los investigadores que dispongan de medios para ello apliquen su actividad á esta nueva vía, acu- mulando en plazo breve gran cantidad de datos que serán otras tantas adquisiciones para las ciencias mineralógica y paleontológica. —El Sr. Tesorero presentó el siguiente Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia Natural, desde 1.” de Diciembre de 1895 á 30 de Noviembre de 1896. INGRESOS. PESETAS. Saldo sobrante en 1.? de Diciembre de 1895...... tilda eel aelole os 532,86 Gobrado por cuotas atrasadaS....oooooooooo.... odubdód SOU Ina cabboso das 1.030 Id. por cuotas corrientes de socios numerarios..... abans doo OO da 2.550 ld. por cuotas de socios agresadoS........o..... JOE OO dOS 10 TA APOr Suscripciones os PA NADE SS 0 aaa oriol ota iaa acia AO a Diao 285 Id. por venta de tomos de los mismos....... RON TIOU OO 111 Id. por préstamo de los clichés de una memoria del Dr. Ramón y Ca- ¿elipara una ¿publicacion alemana tarios nos dea cales 50 150 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA GASTOS. Abonado por papel para la impresión, tiradas aparte y cubiertas de los INSOMIS a O CR ban po ODO BORO NBO PON Da poro oo APO Us 870 Id. por impresión y tirada de los ANALES......oooocooocooccoccccom.o 2.333, 39 Id. PONPTaDa dos ns lso lola Seal sia elote 156, 17 Asignación del dependiente de la Sociedad durante el añ0....o..ooooooo.... 480 Abonado por gastos de correo y reparto de los ANALES ......ooooococoocmomom.. 224, 93 Id. por gastos menores y portes de libros recibidos, etc., etC......... 315,59 INVIAS O o abe dardo da R ios: 4.380,08 RESUMEN. Suman los ingres0S....oo.oooommoo..-... ai: 4.568,86 Id. los gastoS........ Oda idnsos eco doo con dabbuoy dde 4.380,08 Saldo sobrante á favor de la Sociedad en 1. de Diciembre de 1896..... A O SAS OA UO a 188,7 Las cuentas y sus comprobantes quedaron sobre la mesa y para cumplir lo prevenido en el Reglamento se acordó desig- nar á los Sres. Macpherson (D. José), Puig y Pérez Zúñiga para constituir la Comisión que ha de examinarlas y dar cuenta á la Sociedad en la sesión próxima. —El Sr. Secretario cumpliendo con lo dispuesto en el art. 21 del Reglamento de la Sociedad, dió lectura del resumen que á continuación se inserta, del estado del personal y trabajos en que se ha ocupado la Sociedad en el presente año. El vigésimo quinto año de existencia de nuestra Sociedad Española de Historia Natural no ha desmerecido ciertamente de los que le han precedido; como siempre, ha sabido llenar con verdadero entusiasmo la misión para que fué creada, traba- jando con afán constante en cuanto se refiere al cultivo de la Historia Natural en nuestra patria y publicando valiosas Me- morias que prueban de qué modo se cultivan las ciencias natu- rales en España. Un cuarto de siglo ha pasado la Sociedad Española de Historia Natural en esta vida laboriosa, trabajando con sus propios recursos y sin subvención ni auxilio oficial alguno, y en esos cinco lustros ha logrado siempre dar gallarda muestra de su vitalidad y del entusiasmo y cultura de los señores socios que la forman, enriqueciendo cada vez más con nuevos estudios y monografías el conocimiento de la natura— leza de nuestra patria. Dificultades surgidas en el año anterior para la confección de algunas láminas y la gran abundancia de original retrasaron DE HISTORIA NATURAL. 151 algo la aparición de los cuadernos correspondientes á dicho año, y por tanto, los del presente. y así el cuaderno segundo del tomo xxIv, no apareció hasta el 31 de Diciembre, y el ter- cero hasta el 15 de Mayo del corriente año. Pero este retraso, hijo solamente del deseo de que las Memorias apareciesen debidamente acompañadas de sus grabados y láminas, fué absolutamente inevitable á pesar de los esfuerzos de la Comi- sión de publicación y Junta directiva, y no es de extrañar en . publicaciones de este género, en las cuales es sumamente fre- cuente aun en las que poseen más recursos, como ocurre con varias del extranjero. De todos modos, deseosa la Junta directiva y Comisión de publicaciones de vencer esta dificultad, ha procurado apresu- rar la aparición de sus cuadernos, y ha logrado poner comple- tamente al corriente la publicación, repartiendo el primero, del tomo xxv, en 30 de Septiembre de 1896, y el segundo, en 15 de Noviembre, con lo cual, vencido ya el atraso. no se hará esperar el reparto del tercero. La abundancia de original que ya se hizo observar en el año anterior, ha aumentado aún más en el presente, de tal modo, que después de las Memorias que se incluyen en el tomo correspondiente á este año, aún quedará un buen número de ellas para ser publicadas en el año siguiente. - En el corriente año han sido publicadas las siguientes Me- morias y comunicaciones: El cuaderno primero comienza con un trabajo tan notable é interesante como todos los que publica el sabio profesor don Santiago Ramón y Cajal sobre La /agocitosis de las plaquetas de los vertebrados inferiores, al que sigue otro aún más impor tante del mismo señor sobre la Estructura del yrotoplasma ner- vioso, en el cual resume y discute las observaciones de los his- tólogos modernos y las completa con sus interesantísimos estudios y descubrimientos sobre tan interesante punto. En el mismo cuaderno bajo el modesto título de Votes orthop- térologiques, incluye tres notables estudios sobre los ortópteros, nuestro respetable consocio el Rvdo. P. Pantel. En el primero examina ciertas cuestiones relativas á la morfología del género Nemobius y descubre un nuevo órgano tactil en la armadura espinosa de sus patas. En el segundo describe un nuevo género de mántido, Feomantis y otras especies que enriquecen la fauna 152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de ortópteros de España, y en el tercero, al propio tiempo que enumera las especies de ortópteros del Sitio en la serranía de Cuenca, precisa las diagnosis de muchas de ellas y da curio— sas noticias sobre su biología. A continuación se publica otro trabajo de entomología, del Sr. Dusmet y Alonso que aunque sólo le titula 4 /yunos datos para el estudio de los tentrediínidos de España, constituye una monografía de las especies de este grupo que viven en nuestro país. En él describe todos los géneros del grupo, expone tablas dicotómicas para su determinación y enumera todas las espe— cies conocidas, buena parte de ellas encontradas por el señor Dusmet y algunas completamente desconocidas. Forman también parte de este cuaderno las Actas corres- pondientes á los meses de Enero, Febrero y Marzo, que con— tienen interesantes comunicaciones: del Sr. Cajal sobre la existencia en el papiloma y pólipos mucosos de cuerpos seme- jantes á los blastomicetos; del Sr. Rivas Mateos, acerca de especies criticas para la flora de la región extremeña, en cuya nota estudia un gran número de plantas no citadas de aquella región y precisa la distribución geográfica de buen número de especies; del Sr. Lázaro, dando noticia de una publicación del botánico Augusto Coincy, titulada Ecloga altera plantarum Hispanicorum, en la que describe varias especies nuevas de nuestra flora; del Sr. Martínez y Fernández del Castillo, pre- sentando un estudio del género Caloptenus y otros afines, en el cual describe varias especies nuevas; del Sr. Bolívar, una nota acerca de los ortópteros que le remitió nuestro distin- guido consocio D. Napoleón Kheil, recogidos por el Sr. Vraz en la cuenca del río Atabapo, y del Sr. Calderón, acerca de la sal azul de Villarrubia de Santiago. En el acta de la sesión de Febrero se incluye una importante nota del Sr. Calderón sobre las plagioclasas españolas, y en la de Marzo interesantes comunicaciones verbales del Sr. D. Mi- guel Merino, director del Observatorio de Madrid, que honró con su presencia la sesión y presentó diversos ejemplares del meteorito caido en Madrid, dando curiosos datos acerca del mismo, que aumentaron también presentando asimismo otros ejemplares los Sres. D. José María Solano y D. Maximino Sanz. En dicha sesión se dió lectura también de otras comunicacio—- nes: del Sr. Dusmet sobre la sinonimia de dos especies de Xu- DE HISTORIA NATURAL. 153 menes, el E. pomiformis Rossi y el Y. mediterraneus Kriech; del Sr. Pau acerca de las plantas recogidas en la serrana de Albarracín por D. Doroteo Almagro, y finalmente, las actas correspondientes á las sesiones celebradas por la sección de Sevilla en los meses de Enero y Febrero, que contienen comu- nicaciones del Sr. Chaves sobre la tenantita de Río-Tinto, y del Sr. Barras sobre los líquenes de Andalucía que existen en las colecciones del Museo de Historia natural de Sevilla. En el segundo cuaderno termina el trabajo citado del señor Dusmet, sigue la continuación del no menos importante del Sr. Pérez Lara titulado Plorula Gaditana, de cuyo mérito se ha podido juzgar por lo ya publicado en volúmenes anteriores. Contiene también el estudio del Sr. Gredilla acerca del me- teorito caído en Madrid en el mes de Febrero, trabajo en el cual se examinan los elementos que le forman, estudiando su composición química, analizada por el Sr. Bonilla, catedrático de esta asignatura; sus caracteres físicos, estudiados por los Sres. D. Gonzalo Quintero y D. Ignacio González Martí, cate- drático y auxiliar respectivamente de Física de la Facultad de Ciencias, estudios tan precisos y exactos como era de esperar de físicos y químico tan competentes; su estructura micros cópica determinando los minerales que le constituyen, difícil trabajo que acredita la gran competencia del Sr. Gredilla en este género de estudios, y finalmente, que va acompañado de cuatro preciosas laminas en fototipia, ejecutadas por los seño- res Hauser y Menet, una de ellas costeada por el Sr. Gredilla, en las que se representan con gran exactitud los principales fragmentos recogidos del citado meteorito y las preparaciones micrográficas del Sr. Gredilla, que ofrecen los detalles más interesantes, fotografiadas con gran precisión, á pesar de las dificultades que esto ofrece, por el Sr. López Dominguez, ayu- dante de Física de la Facultad de Ciencias. En dicho segundo cuaderno se incluye asimismo un estudio del Sr. D. Federico Chaves acerca de las inclusiones en los cristales de cuarzo, sumamente interesante, en el cual exa- mina los materiales que las forman y su génesis probable, y que va acompañado de una lámina en fotograbado en que se representan sus principales clases, y finalmente, también el comienzo del catálogo de las cuevas de España, de D. Gabriel Puig, ingeniero de la Comisión del Mapa geológico, en el cual 154 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA se recopilan cuantos datos existen acerca de estas cuevas, pre- cisando su situación, terreno en que están formadas, obras en que se hallan descritas y medios de comunicación para visi- tarlas. Este trabajo, que viene á llenar un verdadero vacio en la geografía y geología de España, es extracto de otro más extenso publicado en el Boletín de la Comisión del Mapa geo- lógico por nuestro consocio. Las actas de Marzo, terminación, Abril y Mayo, son las in- cluídas en este cuaderno, y contienen comunicaciones y no- tas del Sr. Calderón dando noticias biográficas del geólogo americano D. Antonio del Castillo; del Sr. Cañal acerca de objetos prehistóricos encontrados en Carmona; del Sr. D. Na- poleón Kheil, de Praga, referentes á la biografía del ilustre botánico Willkomm, recientemente fallecido, y á quien tanto debe la botánica española. El Sr. Kheil, que, coro Willkomm, profesa gran cariño á nuestra patria, remitió 4 nuestros ANALES una extensa noticia necrológica del gran botánico, que constituye un detenido estudio de su vida y obras, en puro castellano, que prueba el dominio que de esta lengua posee nuestro distinguido consocio de Bohemia. Y también otras del Sr. Calderón sobre el estudio hecho por el Sr. Meu- nier del meteorito de Madrid y del Sr. Lázaro sobre una especie de hongo, el Merulius lacrimans, observado en el Escorial por el Sr. Secall, catedrático de la Escuela de Montes. Estas son las Memorias y actas hasta ahora publicadas, y en el tercer cuaderno, actualmente en prensa, se incluirá: la continuación del Catálogo de las cuevas de España, del señor Puig; un estudio sobre la contracción muscular, de D. Enrique Perez Zúñiga, profesor de la Facultad de Medicina, en el cual resume el resultado de numerosísimas observaciones sobre este punto; las observaciones sobre las circunvoluciones cere- brales del cerdo doméstico, trabajo de investigación verificado por el profesor D. Pedro López Peláez en su laboratorio de la Facultad de Medicina de Granada, y finalmente, los resul- tados de las nuevas exploraciones de yacimientos prehistóricos en la provincia de Sevilla, de D. Carlos Cañal. Terminará el cuaderno con las actas correspondientes á los restantes meses del año, en las que se incluyen interesantes notas y observaciones de los Sres. Calderón, Gredilla, Pau, Medina, Botella, Cajal, Macpherson, Navarro, Cisneros, Barras, DE HISTORIA NATURAL. 155 Chaves, Rivas y tantos otros que con su celo por las Ciencias naturales han contribuido á sostener la vida científica de nuestra Sociedad. Aun después de publicadas las citadas Memorias en el tomo correspondiente al año de 1896 quedan sin publicar casi otras tantas, entre las que citaremos la continuación del Catálogo de las cuevas de España, del Sr. Puig, y la de la F/lorula gadi—- tana, del Sr. Pérez Lara. Además quedan referentes á zoología los catálogos de mamiferos y aves de Filipinas, extensas é im- portantes Memorias del Sr. D. Domingo Sanchez; el Catálogo de coleópteros de Calella, del Sr. Cuní, que tanto tiene hecho por el estudio de la fauna catalana; las monografías de los gé- neros Acridium y Caloptenus, de los Sres. Barras y Martínez Fernández; referentes á botánica, la flora del Vallés, del señor Cadevall; la de la provincia de Cáceres, del Sr. Rivas Mateos, cuyos trabajos en botánica ya conoce y aprecia la Sociedad, y de geología las Memorias del Sr. Chaves acerca del metamor- fismo, y la de nuestro malogrado consocio el Sr. Cala sobre la geología de Morón y su yacimiento diatomifero. La ligera enumeración que antecede de las Memorias y prin- cipales comunicaciones hechas á la Sociedad en el corriente año, prueba evidentemente el fruto de sus tareas y el entu- siasmo que sus autores demuestran por estas ciencias. Sólo así puede explicarse la próspera vida de nuestra Sociedad, y que en veinticinco años de existencia no haya decaído un mo- mento siquiera en el cumplimiento de los fines para que fué instituida. Justo es, pues, consignar aquí la gratitud que la Sociedad debe á los autores de tan valiosos estudios, que tanto interés demuestran por las Ciencias naturales y por la cultura científica de nuestra patria. Justo será también consignar la valiosa parte que en sus tareas toma la sección de Sevilla, fundada por nuestro querido consocio D. Salvador Calderón y sustentada merced á. los trabajos de los Sres. Paul, Chaves, Barras, García de Meneses, Cañal y tantos otros distinguidos naturalistas de aquella región, que llenos de entusiasmo tra— bajan con afán constante en el progreso de las Ciencias naturales. Ocasión es ésta de hacer constar la gratitud que debe la So— ciedad al Sr. Rodríguez Femenías por haberse ofrecido á abo- nar la mitad del coste de las dos láminas grabadas en acero, 156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA correspondientes á su Memoria titulada «Datos algológicos», así como al Sr. Gredilla, que ha abonado el gasto total de una de las cuatro láminas fototípicas que acompañan á la suya sobre el meteorito. Una modificación se prepara para el año próximo en las publicaciones de la Sociedad. La Junta de gobierno y Comisión de publicación han creído que darían mayor interés á nues- tros ANALES si las actas se publicasen mensualmente, como han venido hoy á hacer casi todas las Sociedades científicas del extranjero. De este modo los socios estarán en relación más constante con la Sociedad y tendrán con mucha mayor frecuencia y prontitud noticia de sus trabajos. Además, ciertos estudios de oportunidad, diagnosis de especies, etc., podrán ver antes la luz, aumentando el interés de nuestras publica- ciones. Por efecto de estas modificaciones y habiéndose acor— dado publicar la lista de socios al principio de las actas, no se insertará al fin del cuaderno 111, como era costumbre. Si el movimiento científico de nuestra Sociedad ha sido tan satisfactorio, deseraciadamente en su personal ha tenido que lamentar dolorosisimas pérdidas; pocos años han sido tan tristes bajo este aspecto como el corriente de 1896. Once seño- res socios han fallecido, privándonos de su valiosísima coope- ración. El Sr. Conde de Moriana, antiguo presidente de nuestra Sociedad; D. Antonio Machado, catedrático del Museo y entusiasta y distinguido naturalista; D. Vicente Martín de Argenta, profesor de la Facultad de Ciencias y académico de Medicina; D. Juan Gundlach, á quien se debe el conocimiento de la fauna de Puerto-Rico, antiguo y constante socio y cola—- borador de nuestros AnaLEs; D. Miguel Cala, D. Carlos Her- nández y D. José Sánchez Gómez, jóvenes y entusiastas natu— ralistas, muertos en lo mejor de su vida, cuando empezaban á coger el fruto de sus trabajos en las ciencias naturales; el reverendo P. Ibáñez Puerta, religioso dominico y distingui- do naturalista; D. Juan Montserrat y Archs y D. José Cap- debou y Singala, antiguos socios y entusiastas naturalistas de Cataluña y Baleares, y finalmente, D. Vicente de la Riva Palacio, embajador de Méjico, socio desde 1892 y distinguido geólogo. Todos ellos dejan en la Sociedad un vacio difícil de llenar y un recuerdo en la memoria de los que han sido sus consocios. DE HISTORIA NATURAL. 157 —Los Socios que se han dado de baja en el presente año son son los siguientes: 1872 BARANDICA (D. Torcuato), de Bilbao. 1892 Camino (D. Tadeo), de Irún. 1893 FERNÁNDEZ PINEDA (D. Cayetano), de Sevilla. 1887 GIRONA Y VILANOVA (D. Ignacio), de Barcelona. 1894 GuERRAS SALCEDO (D. Félix), de Ávila. 1874 HENRIQUES (D. Julio A.), de Coimbra. 1872 LLucH Y Díaz (D. José Maria), de Boston. 1893 MuLLeEr (D. Daniel), de Barcelona. 1894 OLive Y PrietO (D. Federico de), de Madrid. 1890 Rivera Y Ruiz (D. Miguel), de Madrid. 1880 RobríGuEz NÚÑEZ (D. Eduardo), de Santa Cruz (Te- nerife). 1872 SuAreEz (D. Sergio), de Madrid. Estas bajas han sido compensadas con el ingreso de los 18 nuevos Socios que han sido admitidos en el año que acaba de transcurrir. —El Sr. Bibliotecario manifestó que se estaba imprimiendo el Catálogo de las obras de la Biblioteca, retrasado por causas ajenas á la voluntad de la Junta Directiva, y presentó la si- guiente lista de las obras recibidas á título de donación gra- tuita y por cambio durante el año 1896. A cambio: ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA ).— Boletín. Tomo x1v, entregas 3.? y 4.2? ACADEMIA R. DAS SCIENCIAS DE LisBOA.---ornal das Sciencias mathematicas, physicas e naturaes. Segunda serie, D. XII, XIV, XV. ACADÉMIE DES SCIENCES DE OrAcovieE.— Bulletin international. Année 1895, Octobre, Novembre, Décembre. Année 1896, Février, Mars, Mai-No-— vembre. ACADEMY OF SCIENCE OF ST. Lovis.— Transactions. Vol. vi, n. 18; vol. yrr, n:*1) 2,3: AMERICAN ASSOCIATION FOR THE ADVANCEMENT OF SCIENCE. SALEM.—Procee- dings. Vol. xL111, XLIV (1894, 1895). AÁNNAES DE SCIENCIAS NATURAES. PorTo.— Volume 11; terceiro anno, n. 1, 2, 3; 1894 (págs. 53 á 100 y 165 al final). 158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA AUSTRALTAN Muskum. SYoxeY.—Records. Vol. 11, n. 7. — Report. Year 1895. ComIsióN DEL Mapa GroLÓGICO DE EspPaÑña. MabriD.— Boletín. Tomos xx y XXI. — Índice de la primera serie. Tomos I-XX (1874-1893). DirecoAO DOS TRABALHOS GEOLOGICOS DE PorTUGAL. LisBoA.— Communi- cacóes. T. 11, fasc. 1. — Description des Echinodermes tertiaires du Portugal. Lisbonne, 1896, por P. de Loriol. ENTOMOLOGISCHE NACHRICHTEN. BerLIN.—Xx1 Jabrg., heft. XIV, XVIl, XVII, XXI y XXIV; xxu1 Jabrg., heft. 1-v, vIt-X, XI-XXIV. FACULTÉ DES SCIENCES DE MarskiLLE.— Ánnales. Tome v, fasc. Iv; t. vi, fasc. -111; $. VII. GeoLoGIcaL INSTITUTION OF THE Un1ivERsITY OF UrsaLa.—Bulletin. Vol. 11, part. 2, n. 4. GEOLOGICAL SurveEY. WasmincroN.—Bulletin, n. 118-126, 128, 129, 131-134. — Annual report. 1892-93, 1893-94, 1894-95 (Part. 11, 11, Iv). MissourI BoTANICAL GARDEN ST. Lovis.—Sixth and Seventh Annual Rep- port. 1895-1896. Musel DI ZOOLOGIA ED ANATOMIA COMPARATA DELLA R. UNIVERSITA DI To- RINO0.—Bolletino. Vol. x, n. 210-220; vol. xr, n. 221-242. Musko DE La PLaTa.—Revista. Tomo vi1 (parte 1.?). — Anales: Sección zoológica. II. (Contributions a l'étude des edentés a ban- des mobiles de la République Argentine, par F. Lahille; premiére partie.) III. /Nota sobre los restos de hyperodontes conservados en el Museo de la Plata, por D. Francisco P. Moreno.) 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Tome xxi, MOLARES 1186: SOoCIÉTÉ HOLLANDAISE DES ScieNCES A HarLEM.—Archives néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. Tome xx1x, livr. 4,5; t. xxx, livr. 1, O: SocIÉTÉ IMPÉRIALE DES NATURALISTES DE Moscou.— Bulletin. 1829, 4-11; 1830, 2; 1832; 1837-1841; 1844; 1845; 1847, 1; 1848, 2-4; 1849; 1852, 4; 1853; 1854, 1855, 1, 4; 1860; 1862, 3; 1867, 3, 4; 1868, 2; 1869, 3; 1872, 4; 1873; 1874, 1, 3, 4; 1875, 2-4; 1886, 2; 1889, 4; 1890, 4; 1895, 3, 4. — Meémotres. 1, 111-V. — Nouveaux Mémotres. v1, 1X-XIL, xTH1 (livr. 1-5), x1v (livr. 1, 2, 4), xv (livr. 1, 2, 3, 5). SOCIÉTÉ LINNEENNE DE BORDEAUX.—Áctes. Cinquiéme série. T. vit, 1x. SOCIÉTÉ OURALIENNE D'AMATEURS DES SCIENCES NATURELLES. EKATERINEN- BURG.—Bulletin. Tome x1v, livr. 5; t. xv, livr. 2. SOCIÉTÉ SCIENTIFIQUE DU CHILI. SANTIAGO.— Áctes. Tome n (1892), 5* livr.; t. v (1895); t. vi, 1* livr. SocIÉTÉ ZOOLOGIQUE DE Franck. ParIs.— Bulletin. Année 7* (1882), 6* partie. THE AMERICAN NATURALIST. 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Do- nativo del autor. — Plantas que componen el «Herbario del Miño», remitido á la Exposición regional de Lugo. Don. del autor. MerriIaN (Dr. C. Hart).—Monographic revision 0f the Pockei Geophers family Geomyide. (U. S. Dep. of Agr. Div. of Ornith. and Mamm. North am. f., n. 8.) Washington, 1895. Don. del Sr. Pérez Arcas. MITTHEILUNGEN DER SCHWEIZERISCHEN ENTOMOLOGISCHEN (GESELLSCHAFT.- SCHAUFFHAUSEN.— Tomos 1, 11 y 11 (1865-1872), y cuadernos 1, 3, 4, 6 y 7 del tomo 1v. Don. de D. I. Bolívar. Morer (Excmo. Sr. D. Segismundo).— Discurso leido el día € de Diciembre de 1896 en el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Madrid, 1896. Don. del Ateneo. Mourcuks (L. E.)—La epidemia de la fiebre tifoidea en los cerros Alegre y Concepción, y el agua de Quebrada Verde. Santiago de Chile, 1896. Don. del Sr. Porter. MusÉgE ZOOLOGIQUE DE L'AcADÉMIE IMPÉRIALE DES SCIENCES DE ST. PreTERS- BOURG.— Annuaire. 1896, n. 1-3. Museo NACIONAL DE Buenos Alres.— Anales. T. 1y; serie 2, t. 1. 164 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA MUSEO NACIONAL DE OHILE. Santraco.— Anales. Segunda sección. Botánica. L El árbol de sándalo de la isla de Juan Fernández, por Federico Philippi. 11. Za alcayota de los chilenos, cidracayote de los españoles. TIL. Epipetrum bilubum Ph. IV. Stipa amphicarpa Ph. V. Elymus erianthus Ph., por el Dr. R. A. Philippi. Museo NACIONAL DE MoxTEVIDEO.— Anales. IV (Las gramíneas uruguayas [continuación], por el prof. J. Arechavaleta); Y (Las gramíneas uru- guayas, por el prof. J. Arechavaleta). Museu PARAENSE DE HISTORIA NATURAL E ETHNOGRAPHIA. ParA.— Boletim. Vol. 1, n. 3. Museu PauLisTa. S. PauLo.-— Revista. Vol. 1. Paner y Bara (D. Domingo).—Estudio del terreno plioceno de Tarrasa y de sus relaciones con las formaciones contiguas. Barcelona, 1896. Do- nativo del autor. Paxruxnmov (1. 1.) —Cavernes et habitations modernes au Caucase. 1896. Don. del autor. Pau (D. Carlos).— Notas botánicas á la flora española. Madrid, 1887-1895. Don. del autor. Pérez Lara (Josepho M.— Florula gaditana. Pars quinta. Madrid, 1896. Don. del autor. Pierre (Ed)—Etudes d' Ethnographie préhistorique. Les plantes cultivées de la période de transition au Mas-D'Azil. (Extr. de «L'Antropolo- gie». T. vr, n. 1.) Don. del autor. PreunuommeE be Borre (Alfred).—Sur une capture en Belgique du Pyrrho- coris marginatus Kol. (Extr. des Ann. de la Soc. ent. de Belgique.) Gand, 1896. Don. del autor. Prixce AuBerr 1% pe Moxaco.— Campagnes scientifiques. Fasc. x (1896). Don. del autor. Pusnic Museum or tHe Crry or MiLwaukee.— Thirteenth annual report, Milwaukee, 1895. Quiroca (D. Francisco).— Cuadros para la determinación de los minerales petrográficos. Madrid, 1895. (Póstuma.) Don. de la Señora viuda de Quiroga. Ramón y Casar (D. Santiago).— Beitrag zum Studium der Medulla oblon- gata des Kleinhirns und des Ursprungs der Gehirnnerven, Leipzig, 1896. Don. del autor. — Estructura del protoplasma nervioso. Madrid, 1896. Don. del autor. — Sobre la fagocitosis de las plaquetas de los vertebrados inferiores. Ma- drid, 1896. Don. del autor. 2evisTa Mébica Rural. BíaNes.—Año 1, n. 6, 7. Robrícuez (J. J.) - Note sur le Nitophillum Lenormandit. Mahón, 1896. Do- nativo del autor. — Datos algológicos. Madrid, 1896. Don. del autor. | 3 DE HISTORIA NATURAL. 165 ScumItz (P. Ernesto).— Die Vógel Madeira's. (Ornith Monat.) Bernburg. 1896. Don. del autor. ScHocH (Dr. G.)—Genera und Species meimer Cetoniden-Sammlung. (Mitt. der schw. ent. Gessells. Bd. 9, H. 9.) SEMANARIO FARMACÉUTICO. MADr1ID.— Suplementos 17, 18 y 19 al año xxi. Don. del Sr, Argenta. SERRANO MONTANER (D. Ramón ).—Límites con la República Argentina. Santiago de Chile, 1895. Don. del Sr. Porter. Soci£TÉ D'HorRTICULTURE DU DouBs (BesanGoN). Sart Vrr.— Bulletin. N. 60. — Série illustrée. Bulletin. N. 2-9, 11, 12. SÓCIÉTÉ SCIENTIFIQUE ET STATION ZOOLOGIQUE D'ArRCACcHON.— Travaux des Laboratoires. Année 1895. Turrs ConLeGE Srtubies. Mass.—N. 1v. (The morphology and classification of the pauropoda, with notes on the morphology of the diplopoda.) 1895. UNITED-STATES COMMISSION TO THE COLUMBIAN HISTORICAL EXPOSITION AT Manx1iD.—Report. Washington, 1895. VaLor (J.) et Duraro (L.)—Sur un synclinal schisteux ancien, formant le coeur du massif du Mon-Blanc. (Extr. des Comp.-rend. de l'Acad. des Sc.) Paris, 1896. Don. de los autores. VERHANDLUNGEN DER K. K. ZOOLOGISCH-BOTANISCHEN (GESELLSCHAFT 1N Wirx, Tomos XXV, XXVI, XXVII y XxIx. Don. de D. 1. Bolívar. —El estado del personal de la Sociedad en fin del año corriente es el que se expresa á continuación : soc10s que la formaban en 1:92 de Diciembre de 1890). ona ae deaaies alias a eiciele o 289 x , pe ¡ Por fallecimiento. 11 P — dados de baja en el corriente añ0.............. ; 23 ( Por renuncia..... 12 266 no Tresadostente llanos aerea toa aa ataaio o atole laico lala alos delete sis 18 — existentes en 1.9 de Diciembre de 1890............oooooooooooommormsomm*9”*2».2.o. 281 De este número son Socios: NOAA dos poo ota OO pORcaS JOSOPR ABAD dao) Odo ga as oooO yb AOS 279 AO sana nado ao ai oia 5 284 De Madrid te lo lero elote ala alli eee da ole legoato lay 7 DENPLO NIN CA ia Oda ORO CPGCEDOA vado dedo arado apdao o urOVe 163 Deer ro o ooo a da aia 21 281 —En cumplimiento de lo prevenido en el Reglamento sobre renovación de cargos, se suspendió la sesión por algunos Sé, 166 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA minutos, procediéndose al reanudarse aquélla á la votación, que dió el siguiente resultado: Presidente: D. Santiago Ramón y Cajal. Vicepresidente: D. Manuel Antón y Ferrándiz. Tesorero: D. Ignacio Bolívar. Secretario: D. Manuel Cazurro. Vicesecretario: D. José María Dusmet. Bibliotecario: D. Lucas Fernández Navarro. Comisión de Publicaciones: D. José Macpherson. D. Francisco de Paula Martínez y Saez. D. Blas Lázaro é Ibiza. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 30 de Noviembre de 1896. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Chaves leyó la nota siguiente: «Yeso de sintesis accidental por via húmeda. »Hemos tenido recientemente ocasión de estudiar un ejem- plar de yeso cristalizado recogido por el Sr. D. Diego Angulo en los muros de un sótano. Este ejemplar, interesante por cuanto constituye un caso de síntesis mineralógica, está for- mado por pequeñas concreciones redondeadas 6 gutulares re— cubiertas por cristalitos entrelazados y dispuestos en rosetas. La forma de estos cristales no es determinable; pero al romper una cualquiera de las pequeñas concreciones se perciben en la fractura las exfoliaciones brillantes del clinopinacoide. La dureza es característica, y el color, amarillo parduzco, se debe á la presencia de materias orgánicas y algo de productos ferru- g'Inosos. DE HISTORIA NATURAL. 167 »Los caracteres químicos son los ordinarios de la especie. Existe en mezcla algo de carbonato cálcico que se manifiesta por la ligerísima efervescencia obtenida con el ácido clorhi- drico en caliente. Respecto al estado de este carbonato cálcico no podemos asegurar si se trata de calcita 6 de aragonito, pues si bien la efervescencia es lenta y perceptible sólo en ca liente, preciso es tener en cuenta que se trata de una pequeñí- sima porción de carbonato distribuido en una masa de yeso re- lativamente muy considerable. No existe magnesia ni alúmina. »Las investigaciones espectroscópicas efectuadas por el señor Relimpio, catedrático de la Facultad de Ciencias de esta Uni- versidad, que con su amabilidad y entusiasmo habituales ha puesto á nuestra disposición todos los medios experimentales de que dispone, confirman en absoluto los caracteres arriba indicados, y manifiestan á la par la ausencia de otros ele- mentos cuya existencia tendría para nosotros especial im- portancia. »Dadas las numerosas sintesis de vía húmeda que respecto al yeso se han observado y conseguido, no acertamos á definir con precisión, el origen de nuestro ejemplar, á cuya forma- ción convergen, sin duda, diversas circunstancias. »Según el Sr. Angulo, por el interior del muro en donde este ejemplar se halló circulan las aguas de una alcantarilla, de donde se desprende su patente origen por vía húmeda, y á la temperatura ordinaria. Recordando los diversos ejemplos de producción accidental por vía húmeda consignados respecto al yeso en las obras de sintesis mineralógica, encontraríamos más de uno de inmediata relación con el consignado en esta nota, y de ellos merecen ser recordados los siguientes, que en nuestro concepto son aplicables al caso actual. »Oxidación del hidrógeno sulfurado con formación de ácido sulfúrico, que actuando sobre el carbonato cálcico da anhií- drido carbónico y sulfato cálcico. Esta sintesis ofrece, pues, dos fases: pe SH, +20, =58S0,H, Y SONES 00) Ca 00, E 00480, Ca Acción del sulfato magnésico sobre el carbonato cálcico: SO, Mg + CO, Ca = CO, Mg + S0, Ca 168 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Acción del sulfato ferroso sobre el mismo carbonato cálcico: SO, Fe + CO, Ca = Fe O + CO, + SO, Ca El óxido ferroso formado se oxida inmediatamente: ¿Fe 0-0, TFe70; Por último, reaccionando el sulfato alumínico, procedente de la acción del ácido sulfúrico sobre las arcillas, y el carbo- nato cálcico dan yeso, entre otros productos (1): (80), Al, E 300, Ca = 3:00, E Al, O, + 380, Cas —El mismo Sr. Chaves leyó á continuación lo que sigue: «Recherches sur les formes cristallines des thymoquinones subs- tituéees, de leurs dérives et des quelques dérivées de la toluhy- droguinone. »Con este título ha presentado á la Facultad de Ciencias de la Universidad de Génova, M. Pierre Stroesco, Licenciado en Ciencias de Bucarest, una importante tesis para obtener el erado de Doctor, encaminada al estudio del fenómeno obser vado por Groth y designado por éste con el nombre de 1M4o+- Jotropia. Esta, como es sabido de los cristalógrafos, no repre- senta otra cosa sino el isomorfismo de las combinaciones del carbono y las relaciones que existen entre la estructura de las moléculas y la forma cristalina. El trabajo de M. Stroesco, lle- vado á cabo en el laboratorio de Mineralogía y Petrografía de la Universidad de Génova, comprende el estudio cristalográ- fico del timoquinón y sus derivados halogenados, acetilados y benzoilados. de sus oximas, y de algunos derivados acetilados y nitrados del toluhidroquinón. »El autor expone en el siguiente orden los resultados del estudio de estas combinaciones: Timoquinón. Timoquinón-oxima 2. Acetiltimoquinón-oxima 2. () S. MeuNER: Vethodes de syuthése en Mineralogie, pág. 323. - DE HISTORIA NATURAL. 162 Benzoiltimoquinón-oxima 2. Todotimoquinón 6. Todotimoquinón-oxima 2.6. Acetiliodotimoquinón-oxima 2.6. Benzoiliodotimoquinón-oxima 2.6. Bromotimoquinón 6. Bromotimoquinón-oxima 2.6. Acetilbromotimoquinón-oxima 2.6. Benzoilbromotimoquinón-oxima 2.6. Clorotimoquinón 6. Clorotimoquinón-oxima 2.6. Acetilclorotimoquinón-oxima 2.6. Benzoilclorotimoquinón-oxima 2.6. Todotimoquinón 3. Todotimoquinón-oxima 3.5. Acetiliodotimoquinón-oxima 5.3. Bromotimoquinón 3. Bromotimoquinón-oxima 53.3. Clorotimoquinón 3. Clorotimoquinón-oxima 3.3. Diacetiltoluhidroquinón. Dinitrotoluhidroquinón. Monoacetildinitrotoluhidroquinón. Diacetildinitrotoluhidroquinón. »Termina exponiendo un cuadro que representa las relacio- nes halladas. »Las conclusiones finales á que llega como fruto de su in- vestigación el Sr. Stroesco son las siguientes: »Las relaciones buscadas, que no aparecen cuando se com- paran el timoquinón con sus derivados monohalogenados, y el derivado acetilado de la oxima del timoquinón con el deri- vado benzoilado correspondiente, se muestran, en cambio, de un modo evidente, entre los timoquinones sustituidos. »La introducción de un halógeno transforma el sistema tri- clínico del timoquinón en monoclínico. »En cuanto á los timoquinones correspondientes al carvacrol, la analogía es aún mayor, y la introducción de un halógeno se manifiesta por una tendencia hacia una simetría superior. »Por lo que toca á las oximas del timoquinón, la introduc- 170 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ción del grupo NOH eleva la simetría para la oxima iodada, y no produce cambio alguno respecto á la bromada y clorada. La misma analogía se observa para las oximas del carvacrol. »La introducción del grupo acetilo en las oximas halogena- das procedentes del timol aumenta la simetría del sistema y al mismo tiempo origina tipos perfectamente isomorfos. Para los tres derivados acetilados, que son susceptibles de cristali- zar juntos, la sola diferencia consiste en la posición del plano de los ejes ópticos, que es paralelo á y en el derivado iodado, y paralelo á / en los derivados clorado y bromado. »La introducción del grupo benzoilo en las oximas del timol da resultados algo variables, y los derivados nitrados y aceti— lados del toluhidroquinón no presentan relaciones bien deter- minadas respecto á sus formas cristalinas, pero las dependen- cias se manifiestan por ciertas relaciones paramétricas.» A petición de algunos señores socios hizo el Sr. Chaves al- cunas aclaraciones relativas al fenómeno de la morfotropia, á que se refiere el trabajo analizado. —El Sr. Barras leyó el siguiente trabajo hecho en colabora- ción con el Sr. Medina: Notas antropológicas. «Continuando nuestra tarea de dar á conocer á esta Sección los datos antropométricos que vamos coleccionando, daremos hoy las medidas tomadas en varios huesos humanos proce- dentes de Canarias y del Riff, existentes en el Museo de His- toria natural de esta Universidad. »Cráneo núm. 159, de Canarias. Índice transverso-longitudinal (cefálico)............. 73.29 — VET LCO ONU a a TS y — transverso-vertical..... A E UD -* ronto=traneversal maximo o eS — del Or ticIO OE Cp o nao a SOS —tacial totalide broca Js. ta E aos loa 92.08 — — de Virchow........ AA E A EL 7, MO RDILario: e iS REN ENS OA DE HISTORIA NATURAL. 171 Milímetros. MECA o IEA A Aa e co UA AM ES A A A AU — de la rama ascendente de la mandiíbula....... 47.54 »Cráneo núm. 160, de Canarias.—Suturas muy complicadas con wormianos grandes y medianos en la sutura lambdoidea. Presenta un hundimiento al nivel de la parte media de la su— tura fronto-parietal izquierda. Milímetros. Índice transverso-longitudinal. coccion 76-50 RN Cr coS On in o a a OS AMS Nes O Ver tc. e arbolado laico llos a, DOLO: ONO IAS ens alma a al OO. 7 eo CIO O CCP 0 leerlas OOO Ataca ltotalide Broca a IDAS — CAMIL CO Wes odres a 120.21 OB DILO ol A rl Jota 00 SO. E =D Ns ed a PR EA AR ACI AOS A q o SA 7 O E A pao A O UA Lp — de la rama ascendente de la ld ; e =U O> pe »Cráneo núm. 161.—Tiene una inscripción en el parietal izquierdo que dice: «Guanche de Tenerife tomado en una cue- va a 78 metros sobre el nivel del mar». Le falta la mandíbula inferior. Milímetros. ndice transverso-longitudinal....¿ioveae ne saieer .. 81.32 — vértico-longitudinal. ...... o SII Ia NES EC ldaaeto y lero o llorare jarro olaa 200 00700 — fronto-transversal MáxiMO.......oooooommm.... 73.33 Mt A A A o, Racial superior demBrOc a eel aerea ol y ¿00 LS OL DIEILIO st E e ls e 0 e OOO A A A A e 0 o A A NES 172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Mandíbula n.” 162.—Inscripción: «Guanche de Canarias ». Índite de la tama ascendente. o 70.83 »Mandíbula núm. 339.—Inscripción: «Mandiíbula de guan- che.—Canarias.— Caldera de la Palma.» Índice de la rama ascendente........o..... o OE »Cráneo núm. 1.—Cráneo de riffeño, procedente de Chafa- rinas, enviado por el Sr. D. Miguel Iborra, farmacéutico mili- tar. Falta la mandíbula inferior. »La extraordinaria dificultad de procurarse cráneos de indi- viduos de estas razas presta una excepcional importancia al envio del Sr. Iborra. »Descripción.—Los huesos de este cráneo presentan un espe- sor bastante considerable; las suturas están osificadas en pat- te, principalmente las fronto-parietales y la bi-parietal. En la sutura lambdoidea se observan algunos huesos wormianos muy pequeños. Milímetros. Indice transverso-longitudinal........... ns ON —-vértico-longitudinale med... tos a => Tansverso-venticale meet lora dio a aho to DO A MTOnto-tFansversal Maximo a 64.23 — y dellorificionoccipitalt: 0 e AS ON —= +faciallsuperior de Brocas. ea. e y OBDIIADIO E epa A A E terio a DAS oa A ER palatino ias a atea tarot aleteo arco IN »Cráneo núm. 2.—De igual procedencia que el anterior, y donativo del mismo Sr. Iborra. Falta el temporal izquierdo y la mandíbula inferior. »Descripción.—Los huesos de este cráneo, como los del ante- rior, son también bastante espesos y las suturas se encuentran osificadas en parte y en los mismos puntos que en el cráneo núm. 1, si bien en menor grado. En las suturas fronto-parie- tales la osificación se observa hacia los extremos de ellas, es decir, en el bregma y el pterio. En la sutura lambdoidea hay numerosos huesos wormianos, de tamaño mediano. A E: ts IN e tt a td id DE HISTORIA NATURAL. Indice transverso-longitudinal..............s.. vertico lonsitudinal. 0 dae ate sede transverso-vertical........ NC fronto-transversal máximo........ E NA delforaciotoccipitald. a A doi OLI a pa E a e AS UU A e e eN AA IA A edo 178 Milímetros. pa 12.58 ple 73.65 O AS ES 68.88 ODO OZ dd ASIS a OA ENDTCI DE LO CONTENIDO EN EL TOMO V DE LA SERIE Il boa9n MEMORIAS. Ramón y CaJaL.—Sobre la fagocitosis de las plaquetas de los ver- tebrados InferlOreS. ela siete a sas e a elo ol , — Estructura del protoplasma nervi0s0........... PawTeEL.—Notes orthoptérologiques 1v. (Lámina D.....ooooooooo.... Dusmer.—Algunos datos para el estudio de los Tentredínidos de DE E A TN e ER A SIA Pérez Lara.—Florula gaditana. Pars Quinta. . .....o..o... AS GreDILLa.— Estudio petrográfico del meteorito de Madrid. (Lámi- Cuaves.—Sobre las inclusiones de los cristales de cuarzo dispersos en las rocas epigénicas de Andalucía. (Lámina vD)......... Purc.—Catálogo geográfico y geológico de las cavidades naturales y minas primordiales de Espahaz. ... cslesrecimeicio. 00 dabas s Prez Zúsica.—Observaciones sobre algunos puntos de la técnica para el estudio de la contracción muscular en la rana. (Lá- Ao A IN AA AI AA rt E Lórez PrLáez.—Observaciones recogidas sobre las circunvoluciones cerebrales del cerdo doméstico ./. ..... quads cero coo o ae CañaL.—Nuevas exploraciones de yacimientos prehistóricos en la provineraide Sevilla cial ecos asetal ao ooo OTIS loialos oo ao ode ade ACTAS Sesión del 8 de Enero de 1896......... PS o AO ANO Ramón Y CaJaL.— Sobre la existencia en el papiloma y pólipos mu- cosos de cuerpos semejantes á blastomicetos............. Rivas Mareos.—Notas para la Flora española...................- Págs 1 1 4 JO 13 223 W 243 255 3 31 337 Y 176 INDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO V.,, SERIE 11 (XXV). Lázaro.—Nota bibliográfica sobre la obra de Coincy titulada Ecloga altera plantarum hispanicaruM........ AI NS Marríxez FeryánDez.—Descripción de un nuevo Euryphymus y dos GEaloplenopsisna e dto e AI als eel ello RS INN BoLívar.— Nota sobre ortópteros del río Atabapo, recogidos por el VIAJerO SL: VITAZ tetas ieetete os ezo a do O CALDERÓN.—La sal azul de Villarrubia de SantiagO..........o...... Sestomidelso de MeDRCrO.. ia ateo Melo ia aire al HerNÁNDEZ Y Cazurro.—Noticia sobre la Cecidomyia destructor Fay. CALDERON. —Plagloclasasiespañolas ne. e... e neo area elo ao Sestóomael 4 des Marzo Pa O o la alo o lego lato da ao a INE Mer1xN0o.—Noticias sobre el meteorito de Madrid..........o.oo.o.o... Dusmer.— El Eumenes pomiformis Rossi y el E. mediterraneus AAN A O e lO a Par.—Lista de las especies á que pertenecen las plantas recogidas en la Sierra de Albarracín por D. Doroteo Almagro........ Cuaves.—TenantitadeskRio into... dolencia aro ia Barras.—Lista de los líquenes de Andalucía del Museo de la Uni- versidad de Sevilla, coleccionados por D. Salvador Calderón. Sestontdel 9 de ADRUI cta cipal dera to areto la ajo reta (sde as CaLneróN.—Noticias biográficas acerca del geólogo mejicano D. An- tomiodelCastillo le vo o a Barras.—Noticias sobre la percepción en Andalucía de la explosión delybolido' de rMadridis. isa se o tapolrariod cl ota fa CavaLn.—Sobre el hallazgo en la necrópolis de la Cruz del Negro de una punta. de lanza de DronCO. e... ...o.. Ao EE Sestón.telb-de Mayo a a e ote caos ae E KneiL.—Necrología del profesor Mauricio Willkomm....... eS CaLDERÓN.—Más datos sobre el meteorito de Madrid.............. Lázaro.—Sobre el hallazgo del Merulius lacrimans Fabr. realizado por.el Sr. ¿Secall enel "Escorial ah IAN CaALDERÓN.—Necrología del Dr. D. Miguel Cala y Sánchez.......... Sestonidelia de, JUntO Mat dla oca ato elas o dl PO AS a OLór1z.—Presentación del libro del Dr. Livi sobre la talla en los reclutas de Italia y consideraciones sobre el mismo...... CaLDERÓN.--Fósiles contenidos en unas muestras de arenisca de Bo- initlostdelCondado(Hucv or ia Re Barras.—Noticia de un libro poco conocido sobre la Granma ó cochi- nilla, escrito en México en 1777 por D. José Antonio de IA AR O PS A Soo q Sesiontide lle TAUILO RES ad a LE AU E Sd alos ETS A O AAA a CaLnnerónN.—Noticias bibliográficas sobre una obra de Cohen relati- va al meteorito de Guareña, otra de Nickles sobre geología > 11 68 69 ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO V, SERIE 11 (XXv). de Murcia, Almería, Granada y Alicante y sobre una comn- nicación hecha en la Sociedad geológica de Francia por Mr. Waliszewsky acerca de fósiles devónicos recogidos en Santarliicia, (Leda) ette ellos a poa deta aca Chuaves.—Donativos hechos á la Sección de Sevilla para sus colec- CLONES ateo PI OSA A NR Da Barras.—Nota bibliográfica sobre la obra de Nylander acerca de los líquenes de Annobón........ A IAS ArRarz.—Piel y sistema piloso de los delincuentes andaluces...... SCELOIMdeloNden Agosto ero rsaloiaa ojo coto leo otero aras, delera iaa dolo acds Pav.—Nota sobre su 4renaria beetica co. . o. nono. een... eo... e. n.ooo CALDERÓN.—AÁves de Andalucía del Museo de Sevilla.............. Cmuaves.—Sobre inclusiones de materias orgánicas en cristales de cuarzo de las rocas eocénicas de Andalucía y sobre la cubierta de jacinto de Compostela de otro cristal de cuarzo. eston del. 2.de Sepltembre:. accosiosnmes OR IR EEE A Pérez Zúxica.—Noticia biográfica sobre D. Antonio Machado DuarT.—Verdadera estructura de la flor del cacahuet ....o. Meniva.—Datos para el conocimiento de la fauna himenopterológica A A A A A NI a 0 O O Sesión del 7 de Octubre Rivas Marsos.—Una excursión (botánica) al Lance de la Mora (OE A A A E A CaLnDeróN.—Noticia del geólogo francés A. F. Nogués, fallecido en Santiago de Chile SS Idem de un trabajo publicado por Cohen sobre el me- ce. ..o..noons.por een... o neon... e... ....1..02..0..o..0..0b.. . teorito'de: Madrid a ola a ci AAN EA GREDILLA.—La masquelinita sin lugar fijo en las clasificaciones mi- neral PICASA lo rl le ao lid a Mo ea elo ah HO e Barras y Menina.—Notas antropológicas SERIO CANO: INOVTEMDN e us o asaralate tato al e Bl aa elas Mis BoteLLa.—Sobre orografía de la Península............ooo.ooo.oo... MACcPHERSON.—Sobre un pliegue del gneis de la sierra próxima con motivo de la presentación de una fotografía de la misma... FerNÁNDEZ Navarro.—Nota bibliográfica acerca de una publicación sobre los rayos X de Róntgen por el señor Doctor eras A A O A — Sobre minerales de cobre de los Pirineos españoles at tac aia ds aa aaa. e Pau. —Consideraciones sobre algunas plantas curiosas recogidas en Cataluña; por:elisr. Cadevall. e ea eo ade Rivas Marros.— Preliminares para el estudio de las especies espa- ñolas del género Gratiola .*....... ... 0... .+....—.............. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXV. 12 177 79 123 131 178 ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO V, SERIE II (xxv). Barras Y MenIna.—Notas antropológicas. (Continuación)...... En ¡US ¡Sesión deli2 de nDiCieOmbres acia el lol elo naio E: Acuerdos sobre modificación en las publicaciones. ............o.... 141 JIMÉNEZ DE CisNEROS.—Nota necrológica acerca de D. José Sánchez — Noticia acerca de un balenoptérido encon- trado y remolcado por el vapor Sultán en aguas: de GAN... hi iorareter tono glo MA 145 FERNÁNDEZ NAVARRO.—Más datos sobre aplicación de los rayos Róntgen á los estudios paleontolÓgicoS...... ..o.oooooo... 148 Chaves.—Yeso de síntesis accidental por vía húmeda............- 150 — Nota bibliográfica sobre la tesis de Mr. Stroesco acerca de las formas cristalinas del timoquinón y sus derivados. 151 Barras y MebINa.—Notas antropológicas (Continuación).......... 153 Índice de lo contenido en el tomo y de la serie IL (XXV).........o... 175 Índice alfabético de los géneros y especies descritos, ó acerca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes...... 179 Advertencia. e idea rat oido joto lore jajs ecoRo jo Ve0 ONO O CIN 187 ÍNDICE ALFABÉTICO DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES DESCRITOS, Ó ACERCA DE CUYA PATRIA Ó SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES EN ESTE TOMO. Acanthus mollis, 109”. Ampelis garrulus, 89”. Accentor alpinus, 89”. Anas boschas, 93”. Accipiter nisus, 87”. Andesitas, 28”. Acridium, 51". Andrena nigro-olivacea, 106. Actitis hypoleucos, 92”. Anortita, 27”. ZWEdon galactodes, 89". Anser brachyrhynchus, 93”. Agrodroma campestris, 89”. — cinereus, 93”. Agrostis castellana, 10”. — sylvestris, 93. Aira multiculmis, 109. Anthidium sticticum, 106. Alauda arborea, 91”. Anthophilus nov. sp.?, 106. — arvensis, 91/. Anthophora eestivalis, 105”. — brachydactyla, 91”. — albigena, 105”. — calandra, 91'. — femorata, 105”. Albita, 24”, 76'. — nidulans, 105”. Alcedo ispida, 88”. — nigro-cincta, 105”. Alchemilla microcarpa, 109”. — personata, 105”, Alnus glutinosa, 109”. — pilipes, 105”. Alopecurus agrestis, 8'. — senescens, 105. Altheea hirsuta, 109”. Anthropoides virgo, 92”. Alyssum Amoris, 10”. ¡| Anthus arboreus, 89”. Ammophila hirsuta, 104”. — pratensis, 89”. NOTAS.—1.* Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros Ó especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y de dos los que se dan á conocer como nuevos para la ciencia. 2,2 Los números que indican páginas de las Actas van seguidos de una coma. 3.2 Nose incluyen en este índice los nombres de los géneros y especies que apare- cen agrupados formando catálogos ó listas en el cuerpo de los ANALES. Los catálogos excluidos de este indice en el presente tomo son los siguientes: Pantel.—Notes orthoptérologiques. Dusmet.—Tentredínidos de España. Perez Lara.—Florula gaditana. Pau.—Lista de plántas recogidas en Albarracín /4ctas, sesión de Marzo). 120 Apatito, 249. Apis mellifica, 105”. Aquila fasciata, 87”. — imperialis, 87. — neevia, 87”. — pennata, 87/. Arachis hypogea, 99”. Arca barbata, 70”. Ardea cinerea, 92”. — purpurea, 92”. Ardeola minuta, 92”. Arenaria beetica, 80”. — spathulata, 80”. Arenisca, 69”. Arisarum vulgare, $'. Armeria coespitosa, 109”. Arum italicum, $”. Astacus fuviatilis, 37. ÍNDICE ALFABÉTICO. Buteo vulgaris, 87”. Calamodita scheenob:enus, 89”. Calamoherpe arundinacea, 89”. Calandrella beetica, 91”. Calcita, 123'. Calizas margosas, 70". Caloptenopsis ** crassiusculus, 11”. — ** Saussurei, 11”. Calyptreea chinensis, 70”. Calystegia sepium, 109”. ' Cannabina linota, 90”. | Caprimulgus europeeus, 88”, — ruficollis, 88. Cardamine pratensis, 109”. Cardium sp., 70”. Astragalus Pentaglottis, 128. | Astur palumbarius, 87”. Athalia Rose, 102”. Atriplex glauca, 109”. — hastata, 109”. — hortensis, 109”. Augita, 228, 112”. Bacillus anthracis, 10. Bombus agrorum, 105”. — hortorum, 105". — lapidarius, 105”. — mastrucatus, 105, — nivalis, 105”. — soroeensis, 1065”. terrestris, 105”. Botaurus stellaris, 92”. Bracon urinator, 103”. Broncita, 237. Bubo maximus, 87”. Bubulcus ibis, 92”. Budytes flava, 89”. Bunium Costee, 125". — Macuca, 125”. Buphus ralloides, 92”. Butalis grisola, 90”. Carduelis elegans, 90”. Carex alba, 124”. basilaris, 124”. — Halleriana, 128". — Linkii, 128”. — nitida, 124. olbrensis, 124”. — tomentosa, 124”. Cecidomyia destructor, 22”. Celtis Australis, 109". Centaurea coerulescens, 124”. — spina-beelia, 124”. Ceraia cornuta, 18”. Ceramius Fonscolombei, 104”. Ceratina albilabris, 106". Cerathophyllum submersum , 109”, Cerceris quadricincta, 104”. | Chenopodium ambrosioides, 109”. Cerdo, 337. Ceropales variegata?, 106'. Certhia brachydactyla, 88”. — familiaris, 83”. Chalicodoma sicula?, 106”. Charadrius cantianus, 91'. — minor, 91'. — pluvialis, 91”. Chelidon urbica, 88”. — Bonus-Henricus, 109, ÍNDICE ALFABÉTICO. Chenopodium Botrys, 109. Chenopus cf. pes-pelecani, 70”. Chrysis «estiva, 103”. — ignita, 103”, — Taczanowskyi, 103”. — uncifera, 103”. Chrysomitris spinus, 90”. Ciconia Abdimii, 84”. — alba, 93”. — nigra, 93”. Circaétus gallicus, 87”. Circus eeruginosus, 87”. — Cinerascens, 87”. Cisticola scheenicola, 89”. Citrinella alpina, 90”. Oladonia alcicornis, 53”. — endiviefolia, 53'. — fimbriata, 53”. -—— pyxidata, 53". Clavagella bacillaris, 70”. Cobre nativo, 123”. Coccothraustes vulgaris, 90”, Cochinilla, 71”. Codiacrinus, 75”, Celopterna Stáli, 15”. Colpolopha obsoleta, 16”. Columba cenas, 91”. — palumbus, 91”. Colymbus glacialis, 93”. Conejillo de Indias, 26 y siguientes. | Conejo, 12, 15 y siguientes. Conocephalus maxillosus, 18”. Copiocera lepida, 16. Coracias garrula, 88'. Corbula gibba, 70”, Corvus corax, 90”, — corone, 90'. — monedula, 90”. Coturnix communis, 91”. Cotyle riparia, 88”. Crocus carpetanus, 109”. Cromita, 231. Crypsis alopecuroides, 8”, | Cuarzo, 243 y siguientes, 94”. Cuculus canorus, 88”. | Curruca garrula, 89”. — melanocephala, 89”. ' Cyanecula suecica, 89”. | Cyprinus carpio, 36. | Cypselus melba, 88. | — murarius, 88'. — pallidus, 88”. | Cyrtina, 75”. Cytherea islandicoides, 70”. — sp. (grupo Chione), 70". Cytissus capitatus, 130". — Gallicus, 129”. — hirsutus, 130”. — prostratus, 130”. — supinus, 130”. Dafila acuta, 93”. Daphne Laureola, 109”. Diabasa, 26”. ' Dianthus Armeria, 109”. | Diatomeas, 67”. Dioritas, 23”. Drosera rotunditolia, 109”. | Echium fruticescens, 10”. Egretta garzetta, 92”. Ellampus punctulatus, 103”, | Emberiza cia, 91”. Endymion cernuus, 9”. — nutans, 9”. Enstatita, 228. Erinus Alpinus, 109”. Erythreea spicata, 109”. Espilita, 123/. | Eutfótida, 26, Eumenes mediterraneus, 33”. — pomiformis, 33”. Euryphymus ** capensis, 11”. | Evania appendigaster, 102”. | Evax Carpetana, 109”. Evernia Prunastri, 53”. Evonymus Europeeus, 109”. Falcinellus igneus, 93”. 181 182 ÍNDICE ALFABÉTICO. Falco cenchris, 87”, — subbuteo, 87”. — tinnunculus, 87”. — vespertinus, 87”. Fayalita, 232. Feldespato, 228. Ficula cf. ficoides, 70”. Ficus carica, 109”. Fratercula arctica, 93”. Fringilla ceelebs, 90”. — montifringilla, 90'. Fulica atra, 92”. — cristata, 92”. Fusus sp., 70”. Galena, 25". Galerida cristata, 91”. Gallinago gallinula, 92”, — scolopacina, 92”, Gallinula chloropus, 92”. Gallium Aparine, 109”. — pedemontanum, 109, — rotundifolium, 109”. — tenellum, 109”. Garrulus glandarius, 90”. Gato, 31. Gecinus canus, 88”. — viridis, 88”. Genista Hispanica, 109”, Glareola pratincola, 91”. Glycimeris Faujasi, 70'. Gneis, 24”. Gratiola crassifolia, 134'. — linifolia, 132”. — officinalis, 133”. Grus cinerea, 92”. Gynandriris sisyrichium, 109”. Gypaétus barbatus, 87”. Gyps fulvus, 87”. Halictus malachurus, 10€'. Haplophyllum hispanicum, 127”. Helix Pomatia, 37. Hieracium ceesium, 127”. — murorum, 127”, Himantopus candidus, 92”, Hirundo rustica, 88”. Hoplisus fallax, 106”. — punctuosus, 106”. Humulus Lupulus, 109”. Hydrochelidon hybrida, 93”. — nigra, 93”. Hylotoma melanochroa, 102”. — Rose, 102”. Hypericum hirsutum, 109”. Ichneumon nudicoxa, 103'. Tllecebrum verticillatum, 109”. Tris fotidissima, 109”. Juncus pyrenaicus, 129”. — Stygius, 129”. — Triglumis, 129”. Kamacita, 231. Kundmannia sicula, 10”. Labradorita, 26”. Lacerta agilis, 35. Lamium flexuosunm, 128”. Lanius excubitor, 90”. — meridionalis, 90”. -— minor, 90”. — rufus, 90”. Larra nitida?, 1067. Larus fuscus, 93”. — leucopterus, 93”. — melanocephalus, 93”. — ridibundus, 93'. Lecanora atrynea, 54”. — aurantiaca, 54”. — campestris, 54'. — Cinerea, 54”. — conferta, 54”. — subfusca, 54'. Lecidea vesicularis, 54”. Lemna arrhiza, 9”. Leptogium sp.?, 53'. Ligurinus chloris, 90”. — chloroticus, 84”, 90”, Lima inflata, 70”. Limosa rufa, 92”. ÍNDICE ALFABÉTICO. Linaria borealis, 90”. — Gobantesiana, 10”. Lobelia urens, 109. Loxia curvirostra, 90”. Lusciola luscinia, 89”. Lythrum Salicaria, 109”. Machetes pugnax, 92”. Malva Alcea, 109”. Mareca Penelope, 93”. Masquelinita, 111”. Mastax nigra, 15”. Megistocrinus, 75”. Melafido, 27”. Melica major, 129”. — minuta, 129”. — pyramidalis, 120”. Melilotus alba, 109”. Melizophilus provincialis, 89”. Merops apiaster, 88”. Merulius lacrimans, 65”. Mibora Desvauxii, 8”. — verna, 8”. Mica, 249. Microclina, 23”. Miliaria europea, 91. Milium montanum, 109”. Milvus niger, 87”. — regalis, 87”. Modiola barbata, 70”. — cf. Brocchi, 70”. Montifringilla nivalis, 90”. Motavilla alba, 89”. Murciélago, 8. Murex sp. (grupo Torularius), 70”. Muscicapa atricapilla, 90”. Mutilla (Stenomutilla) argentata, 103”, — barbara, 103". — (Myrmilla) calva, 103”. — — capitata, 103”. — greeca, 103. — (Dasylabris) maura, 103'. — — montana, 103, 183 Mutilla (Dasylabris) regalis, 103”. Narcissus multiflorus, 109”. Nassa limata, 70”. — semistriata, 70”. Nasturtium sylvestre, 109”. Natica sp., 70”. | Neophron percnopterus, 87”. | Noctua minor, 88”. Numenius arquata, 92, Nyeticorax europeeus, 92”. Nyroca leucophtalmos, 93”. Nysson maculatus, 104”. Odynerus Buyssoni, 104”. — Pauli, 104”. — regulus, 104”. (Edicnemus crepitans, 91”. Ofitas, 26”. Oligoclasa, 25”, 112”. Olivino, 228. Orchis maculata, 109”. Origanum compactum, 10”. — virens, 109”. Oriolus galbula, 90”. Orobanche Castellana, 109”. Orphula ** jucunda, 15”. — maculipennis, 16”. — pagana, 15”. — ** patruelis, 15”. Orthoteles, 75”. Osmia Latreillei, 106. — tricornis, 106”. Osmilia violacea. 18”. Ostrea cochlear, 70". — plicata, 70”. Otis tarda, 91”. — tetrax, 91. Otus brachyotos, 88”. — vulgaris, 88”, Oxylophus glandarius, 88”. Panicum eruciforme, 10”. Panurgus cephalotes, 106/. Papaver setigerum, 127”. — somniferum, 127”, 184 ÍNDICE ALFABÉTICO. Paratettix ** heteropus, 14”. — Schochii, 14”. Parmelia caperata, 53”. ' Pica cyanea, 90”. Picus major, 88”. Pirrotita, 233. — conspersa, 53”. Placodium callopismum, 541, — perlata?, 53”. — prolixa, 53”. — circinatum, 54”. — fulgens, 54”. — murorun, 54”. Plagioclasas, 23”. Platalea leucorodia, 93”. Platanus orientalis, 108”. — tiliacea, 53”. Paronychia Rouyana, 10”. Parus ater, 89". — major, 89”. Passer domestica, 90”. — hispaniolensis, 90”. — montana, 90”. Passerina Thymel:ea, 109”. Pecten aduncus, 70”. — scabrellus, 70”. Pectunculus sp., 70”. Pelop«eus pensilis, 104”. — spirifex, 104”. Pluvialis varius, 91”. Podiceps cristatus, 93”. — fluviatilis, 93”. — nigricollis, 93”. Polycnemum arvense, 109”. Pompilus quadripunctatus, 106”. Porfido petrosiliceo, 123”. Porfirita, 26'. Porphyrio ceesius, 92'. Peltigera, 53”, Perca, 36. Perdix petrosa, 91”. — rubra, 91”. — hyacinthinus, 86. Porzana Baillonii, 92”. — maruetta, 92”. Pratincola rubicola, 89”. Perro, 22 y siguientes. Preslia cervina, 109”. Pertusaria sorediata, 54”. Priocnemis luteipennis, 106”. Petrocincla cyanea, 89”, Procolpia emarginata, 16. — saxatilis, 89”. Protomachus depressus, 16'. Petronia rupestris, 90”. Pseudophasma * * auriculatum, 12”. Pheenicopterus roseus, 93”. Psithyrus quadricolor, 105. Pterocheilus grandis, 104”. — hispanicus, 104”. Pterocles alchata, 91”. Phalacrocorax carbo, 93”. Phalaris hispanica, 10”. Phasma flavomaculatum, 12”. — ** Kheili, 13”. — necydaloides, 13”. — ** Vrazi, 13'. Philanthus apivorus, 106, — arenarius, 91”. Pulicaria Dysenterica, 109'. Quercus Tozza, 109”. Querquedula angustirostris, 93”. — coronatus, 106'. — circia, 93”. Phyllopneuste rufa, 89”. — sibilatrix, 89”. — trochilus, 89”. — crecca, 93". — marmorata, 84'. Quersantitas, 26. Rallus aquaticus, 92”. — crex, 92”, Physcia parietina, 53”. — stellaris, 53”. Pica caudata, 90”, , Ramalina evernioides, 53, ÍNDICE ALFABÉTICO. Ramalina fastigiata, 53”. Rana, 6, 33 y siguientes. Recurvirostra avocetta, 92”. Regulus ignicapillus, 89”. Rhododendron ferrugineunm, 9”. Rhomalea miles, 16. — peruviana, 16, Rosa Pouzini, 109”. — rubiginosa, 109”. Rubecula familiaris, 89”. Rubia peregrina, 109”. Ruta montana, 109”. Ruticilla pheenicura, 89”. — tithys, 89”. Sal gema, 18. Salix cinerea, 109”. — nigricans, $”. — triandra, 109”. Salsola vermiculata, 109”. Sambucus nigra, 109”. Samolus Valerandi, 109". Santolina rosmarinifolia, 109”. Saussurita, 27”. Saxicola «enanthe, 89”. — aurita, 89”. — stapazina, 89”. Saxifraga capitata, 128. — paniculata, 125”. — Pentadactylis, 125”. — Tremolsiana, 125”. — trifurcata, 125. — Willkommiana, 126”. Scaphura nitida, 18'. Schreibersita, 228, 112”. Scleranthus annuus, 130”. — Delorti, 130". — liennis, 130". — perennis, 130". — uncinatus, 130”. Scolopax rusticola, 92”. Scops Aldrovandi, 88”. Securinega buxifolia, 109”. sedum altissimum, 109”. ' Sedum Dasyphyllum, 109”. ' Serapias pseudo-cordigera, 109”. | Serinus meridionalis, 90”. Sideritis littoralis, 127”. Sigaretus haliotideus, 70”, Sitta ceesia, 88”. Solanum Duleamara, 109. Solarium caracollatum, 70”. Spatula clypeata, 93”. Spel:eochlamys Ehlersi, 262. Sphex pubescens, 104”. Spiranthes «eestivalis, 109”. Squameria crassa, 53". -— lentigera, 53”. — saxicola, 54”. 185 Staphilococcus pyogenes aureus, Y, Stellaria Arenaria, 80”. | Sterna anglica, 93”. — minuta, 93”. Stizus rapax?, 106/. — tridens, 106”. Stratocles +* forcipatus, 11". Strepsilas interpres, 92, Streptococcus pyogenes, Y. Strix flammea, 88”. | Sturnus unicolor, 90”. — vulgaris, 90”. | Subria * amazonica, 18”. — nitida, 18”. Surnia passerina, 88”. Sylvia atricapilla, 89”. — hortensis, 89”. Systropha spiralis, 106. Tachysphex Panzeri, 106”, Tadorna casarca, 93”. — rutila, 86'. Tamarix Africana, 126”, — Anglica, 109”, 126. — Gallica, 126”. — Hispanica, 126”. - Telephonus tschagra, 90”. Tellina compressa, 70”. — planata, 70”, 186 Tenantita, 52”. Tetralonia pollinosa, 105”. Tetrao andalusicus, 91”. Teucrium floccosum, 10”. Thalictrum flavum, 109”. — minus, 109”. Thlaspi virgatum, 129”. Thymus Zygis, 109”. Tiphia morio, 106. Titanacris Olfersi, 16. — Velazquezi, 16". Torilis helvetica, 109”. Torpedo, 38. 'Totanus calidris, 92”. — ochropus, 92”. Trifolium aureum, 129”, Tringa subarquata, 92”. Trinia Dufourei, 127”. — vulgaris, 127”. Troilita, 228. Tropidacris cristata, 16”. Trypoxylou albipes, 104”. Turdus iliacus, 89”. — merula, 89”. — musicus, 89. — pilaris, 89”. torquatus, 89". viscivorus, 89”. Turmalina, 249. Turnix sylvaticus, 91'. ÍNDICE ALFABETICO. Turritella sp., 70. Turtur auritus, 91/. Umbilicaria pustulata, 53/. Upupa epops, 88'. Urceolaria ocellata, 54”. Usnea barbata, 53”. -— Ceratites, 53/. Valeriana longiflora, 10”. Vanellus cristatus, 91". Veronica austriaca, 127”. — commutata, 127”. — jabalambrensis. 127 . latifolia, 129”. tenuifolia, 127”. Verrucaria rupestris, 54”. Vespa Germanica, 104”, Vicia Pyrenaica, 109”. Vilerna seneo-oculata, 16. — rugulosa, 16”. — tibialis, 16”. Viola alba, 130". -— cochleata, 10”. -- sciaphila, 130". Vultur monachus, 87”. Wabhlenbergia hederacea, 109”, ** Xiphiola cyanoptera, 17”. Xylocopa violacea, 106. Yunx torquilla, 88'. Zircón, 248. ADVERTENCIA. El tomo v, serie 1 (xxv) de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL se publicó dividido en tres cuadernos de la manera siguiente: Cuaderno 1.”, páginas 1-128 de las Memorias y 1-32 de las Acfas, en 30 de Septiembre de 1896. Cuaderno 2.”, páginas 129-272 de las Memorias y 33- 64 de las Actas, en 15 de Noviembre de 1896. Cuaderno 3.”, páginas 273-375 de las Memorias y 63- 187 de las Ac/as, en 31 de Marzo de 1897. Acompañan á este tomo nueve láminas, una grabada en acero, enatro fototípicas, una fotozincografiada y tres litografiadas y 48 grabados intercalados en el texto, y le forman 23 pliegos y medio de Jfemorias y 12 de Actas. Tomo XXV Lam.1 An. de la Soc.esp. de Hist. nat. grab. E.Lemus, J. Pantel, del. A ye 7 A L 4 1 de FS al 1 mas E E Ds ñ A E a . y . -] t - y ZÉ ly e 0 A SS An. de la Soc. esp de Hist. RU Fomo X X V. AUGITA * METEORITO DE MADRID Fot. de Hauser y Menet.- Mad 1181. 2) Y TROILITA ROMITA G MA (DUTY TAE NA E£E TJEORITO DE M METE Í iva An. de la Soc. esp. de Hist. nac, Pomo XX V. OLTVINO OTIGOCLASA OLIGOCLASA AUMENTADA METEORITO DE MADRID ANS AOS k A poo] CONDRO OLIVINICO ETEORITO DE MADRIE PATENT JH ki h ? a y a Se y A Anales de la Soc. Esp. de Hist. nat. Tomo XXV. Lám. VI. INCLUSIONES EN LOS CRISTALES DE CUARZO. 4] E , E a Ñ ho Ñ A , ' : z ] y SE AN A al A ) e ; e . A Ey o ñ e . EE > 7 X H E ) O ¿ 0 p e pr en de ae A pe ERAS os . % v il . IN " ol Ñ YA Ñ CO Y 0 4 ' y E ñ ' i pl ] o O o 2 no pe a W el sr 5 e alla Da a EN - 4 y % Ñ í Ñ cia a a O ES E ñ la A % An. de la Soc.Esp de Hisi Nat Tomo XXV. Lám VI N%78 0b 16£ A N? 198 ob 1614 ob 16153 LA o ESA E a A a aa Un re me OD ¿31 A NOTTSS N9 137 [ ob 461 Pra ¡0 Muscular en la FTana lo Elim ñ ; pa 5! A SAO a A E 5 N ES AAA Avira cod ¡Na Leida Dia PAC RAR es epa An de la Soc. Esp. de Hist. Nal N? 180 pts PEREZ ZUNIGA — Conmiracción muscular enla rana Ti L omo XX. Lam. DX. . p % ib e AS a e ER bn pro ai po A e pi ' , A X E . a y 4 pe Porras, da pura ) pr A ANDARE, CA A e - me Y E patina in PAS, E e . p p > ER A Ma ¡TR é a %l PON va blo 00 q A A A vpo 0 e a A pino, hz xd E O Sd ar ' > AS E aid A A RS CAI E a . Co y z , y a 1 mn po ÓN E LAA : E " Ji a ARA Sy E erario arnes Y As a y rr MEETS . PAN S ES e PR ad QA E a pri BR a TE 4 las s Y calló: ud ti de, hrs NS PESE 4 y eel, e y ps o picar md de RRA A a A 6 mos RS : GA, ' , AE Pr e E E AN i pr AI dió Í a a Etica Pm RA e q dh A ed ATAN ES dara e An MEACACE NIN op i p0i E Ah Y ANALES HS f 7 7 WuUL 3 1894 LA SOCIEDAD £SPAÑULA DE HISTORIA NATURAL SERTE Ll. TOMO QUINTO. (RELE NV 1 A MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES - 30 DE SEPTIEMBRE DE 1896 | SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el año 1896. DPresidente..... D. José Solano y Eulate.—C. de Jacometrezo, 41. Vicepresidente. D. Santiago Ramón y Cajal.—C. de Atocha, 64, 3.” dra. Tesorero...... D. Ignacio Bolívar.— Calle de Moreto, 1, 1.0 Secretario..... D. Manuel Cazurro.—C. de Alarcón, núm. 3. Vicesecretario.. D. Carlos Hernández.—Calle Mayor, 18, 3.* dra. Bitliotecario... D. Lucas Fernández Navarro.—Santa Engracia, 29, 2.” Comisión de publicación. D. Francisco de Paula Martínez y Saez. —Calle de San Quintín, núm. 6. D. José Macpherson.— Calle de la Exposición, núm. 4. D. Blas Lázaro é Ibiza.—Calle de Carranza, núm. 10. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesión de 4 de Abril de 1877, loz 03 autores de las Memorias que se inserten en los AwaLes, tienen derecho á 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la máquina, ni más correcciones que poner en vez de la sesión en que se leyó la Memoria, la indicación del año y tomo de los AxaLks en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor número de ejemplares en la forma eX-. presada, pagarán con arreglo á la siguiente ta 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemiplares. ejemplares. Is - STE O A O Sa) 7 10,50 7 A AO TON e dee » Y 13 19 13 MA NA AS a atea ais » 13 26 39 ZO: Los autores que quieran tiradas aparte de sus Memorias, dejando una sola paginación y añadiendo sus títulos después del nombre, pagarán con- forme á la tarifa siguiente: E y 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. AS A PACIMAS a elelas aiaejslealosol= ies ho a jpieja Rvn. 17,50 20 22,50 20. O OA IÓO Pdo UPoS = 23 008 33 28 A A o O NO = 34 44 54 41 ' En ambos casos serán iguales los siguientes gastos: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. ejemplares. ona Una lám. grabada en acero é iluminada. Rvn. 64 128 192 128 Ungidadid, sinaluminac. ala cajas » 20 40 60 40 Una id. id, en PiedTa....onerpororr ooo » S 16 24 16 Cubierta de color sin O a » 5 , 10 15 10 Portada tapante sas eto lao ola Sa Rvn.-8 Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta...0ococccocoo. bn 4 ADVERTENCIA. Si la lámina iluminada contuviese más figuras de lo ordinario, aumen- - tará su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de em- plear; y lo mismo si fuere de tamaño superior al de la caja de impresión (LOmipor 18): Las láminas cromolitografiadas, fotografiadas ó de índole distinta de las que anteriormente se indican, se pagarán al precio que resulte para la Sociedad. Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonarán 4 rs. por cada hora de trabajo. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1. DEL TOMO XXV. Págs. Ramón y Cajal.— Sobre la fagocitosis de las plaquetas de los verte- brados inferiores VA O A E PO 0) Ramón y Cajal. — Estructura del protoplasma nervioso........... 13 Pantel.—Notes orthoplérologiques, IV. (La lámina correspondiente á este artículo se repartirá con otro cuaderno)......... o A 47 Dusmet y Alonso.—Algunos datos para el estudio de los tentredini- ROBA CAS PIRd A Ra o Eno dad 119 Actas de la Sociedad Española de Historia natural, (Enero, Febreró y Marzo.) MADRID. —1MP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29, 8 ) ar e A ANALES | JU E 14 OS ESPAÑOLA. e a / DE. HISTORIA NATURAL SERLESIA TOMO QUINTO. (XV. JA SL MADRID DON Il. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES 15 DE NOVIEMBRE DE 1896 + SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA: NATURAL. AVISOS 13 LoS SOCIOS. Los Socios están obligados á4 remitir su cuota (15 pesetas) por con= ES «lucto seguro y sin descuento, al Tesorero, en la época de admisión y - posteriormente en el mes de Enero de cada año.— Artículo 4.0 del Re- E a glamento. - : : 5 La SociEDAD se reune en sesión ordinaria el primer miércoles, ho festivo, - E : de cada mes, en el Gabinete de Historia-N atural, Palacio de Bibliotecas y Eos Museos, Paseo de Recoletos, 20 , bajo. : r 4 Ab TE La primera serie de los AyaLes (1872 á 1891) se compone de 20 tomos, - Pe que se venden separadamente al precio de 15 pesetas, excepto el 1.”, que a está agotado, y el 5.2 cy el 11.*, cuyo precio para el pnbLCS se ha fijado en. 25 pesetas. : Los Sres. Socios tienen derecho á adquirir por una sola vez un ejem plar de cada uno de los tomos de la primera serie, á los precios siguientes: Fomos:2.2:30 4. 12 loci LID det 8 pesetas. dE reo O UE A Ad is A 0 0 0 IO o 1200 balar tomos, para los Socios á 2 pesetas, para el público 5 o La colección completa de la 1.* serie (20 tomos) incluyendo el tomo 1 para los Socios y por un solo ejemplar (sólo hay disponible un cortísimo e número) 250 pesetas. E : se Noras. Por reciente acuerdo de la SocieDaD, los Sres. Socios deberán ds : hacer las reclamaciones de los cuadernos que hubieren dejado de recibir > ¡ por extravío dentro de los seis meses siguientes á su publicación; pasado 1% este tiempo habrán de adquirirlos al precio fijado y bajo las condiciones expresadas más arriba. Los autores de Memorias con destino á los ANALES se servirán indicar. al tiempo de entregar el original el número de ejemplares que deseen de la tirada aparte de su trabajo y las condiciones á que hayan de ajustarse | con arreglo á la tarifa que se publica en la 2.” página de la cubierta del AS cuaderno primero de todos los tomos; advirtiéndoles que de no hacerlo así , , autores. : EA y a ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2.” DEL TOMO XXV. —Dusmet y Alonso. —Algunos datos para el estudio delos tentredini- - dos de España (conclusión)....... A A O EAS 129 Perez Lara.— Florula gaditana (continuación)... .....oooooomoo.... 173 Gredilla.—Estudio pelrografico del meteorito de Madrid (con cuatro INAUIAS EY le da atada cari e oe A A o tds S Chaves. —Sobre las inclusiones de los cristales de cuarzo dispersos en : las rocas epigénicas de Andalucía. (LAMA 243 Puig y Larraz.— Catálogo geográfico y geológico de las cavidades na- - turales y minas primordiales de ESO rcaiaronss aos DO Actas de la Sociedad Española de Historia natural. (Marzo (conclu- án) Abril y Mayo.) » MADRID. — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. - Sáenz e de Zafra. ES o CUOTA DE 1894 E WE e E ANALES Ñ DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA VUL 1 1897 : DE HISTORIA NATURAL | | o O SERIE TOMO QUINTO. | : DO DEA. | | y | | MADRID DON; E BOLIVAR, TESORERO | | PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES ¡ | DEAR oa 41897 | x ' , y ¡€__Oo_—_—_—_——_ o a a - > : ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 3.” DEL TOMO XXV. Págs. : Puig y Larraz.— Catálogo geográfico y geológico de las cavidades na- Hurales y minas primordiales.de ESpaña... «conocemos... 273 Pérez Zúñiga. — Observaciones sobre algunos puntos da la técnica para el estudio de la contracción muscular en la rana. (Con tres lá- A e E A Se O MO AA E E 331 López Peláez.— Observaciones recogidas sobre las circunvoluciones cerebrales del cerdo doméstico en el curso de 1895 á 1896..,...... 337 Cañal.—Nuevas exploraciones de yacimientos prehistóricos en la pro- CIA de COI iaa de oa es O CR o ON Actas de la Sociedad Española de Historia natural. (Mayo (conelu- O AIBR ES E E a a e o e AD Índice de lo contenido en el tomo v de la serie 11 E A a Índice alfabético de los géneros y especies descritos ó acerca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes..........o.oo.... 179 * Advertencia...... A A A ta A A ERA E INN 187 (Con este cuaderno se reparte además la lámina 1.* correspondiente al - artículo del R. P. Pantel titulado Votes orthoptérologiques.) MADRID. — IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. ES A Pl nO ON ES 5 Pa de E A