. E Ma Lys a a cara y o . » HARVARD: UNIVERSITY, [IBRARX OF THE MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY. > SAGA o 4 e ES DA IA TO, a 15 Ñ a Ñ O 1d Ps A Ñ E +4 Mb OA An Ni a A A o TS l y AD JA e E . » SE e ] a “ex y A MEL h 0: US Po A A e e, Es 0! ) Al A: E ñ y NE dl A o J e » EN NA dee A in a UN Yi o AN PE E EE UA” e vo E 0 On NN y VAN " ] y - : Ñ . E = ME o y EN E AN e A A ASA e AS NA ] ¿O e + í 30 y e A y 03 A y MiZ A A y n ON 1% eN MAY 6 1800 PE > ANAL E. DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL SERIE. TOMO SEPTIMO. don al and, MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO. —PALACIO DE BIBLIOTECA Y MUSEOS NACIONALES “898-1899 , y ===> . TR PUBLICACIONES QUE SE HALLAN DE VENTA EN LA TESORERÍA DE LA SOCIEDAD (LOS SOCIOS GOZAN DE LA REBAJA DEL 50 POR 100 SOBRE LOS PRECIOS AQUÍ SEÑALADOS.) Ptas. Recuerdos botánicos de Tenerife, por D. R. Masferrer (cuaderno de 246 páginas, tirada aparte de los ANALES). .....o.o.ooooorooomoo.. PRA Fac-símile de una carta del Barón de Humboldt (publicada en el to- mo 1 de los ANALES). ...... Mi o SR NO 1> Actas de la Sociedad española de Historia natural (años 1890, 1891, $893, 1894 y 1890), CAÑA UDO- 300 Neo ino Ra aa ES Índice de lo contenido en los veinte primeros tomos (primera serie). Te TOS ANAL A A it e A A : , ) y A o = ” s k n A , ; 4 h $ E 4 E PY % t y % h, s 1 de ; ' . , dl y E > ” > . A . 4 ; Ñ z á ; 7% pa ' ñ . , y A a E - o 3 A ' 4 . ys. pS ) po E ul > Na .a 1 1 , x Ñ ds a da E e g o LA , y * y » é p e Y y y ' ] 4 y . = y : Y . Pe A ; " ” A .> E y á 2. : : 3 4 ; Í A E a . s L Y E A - 3 eS ¡AN E ' ' y | 4 EL Dr. D. MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA AN A Ss DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. SERIE 11 TOMO SÉPTIMO DIHCDIDAVAS A E) MADRID: DON I. BOLÍVAR, TESORERO PASEO DE RECOLETOS, 20, BAJO.—PALACIO DE BIBLIOTECAS Y MUSEOS NACIONALES 1898 + A . 4 Y - ha Artículo 27 del Reglamento. Las opiniones emitidas en las Memor das en los ANALES son de ¡a exclusiva responsabilidad de sus autores. . a ' _: % A Y IMP. DE FORTANET, LIBER MAY 5 1899 MEMORIAS DE ENTSTORTA NATURAL. DATOS CRANIOMÉTRICOS OBTENIDOS DEL ESTUDIO DE LOS EJEMPLARES EXISTENTES EN LA ESCUELA PROVINCIAL DE MEDICINA DE SEVILLA, POR I), MANUEL MEDINA Y D, FRANCISCO DE LAS BARRAS, (Sesión del 6 de Octubre de 1897.) A la iniciativa del digno Director de la Escuela de Medicina de Sevilla, D. José Moreno Fernández, se debe en primer tér—- mino la creación del Museo antropológico de este Estableci- miento, en el que se han ido reuniendo materiales que habrán de constituir, en día no lejano, un rico arsenal de donde el aficionado á este género de estudios podrá sacar conclusiones para el conocimiento de la Antropología de la región anda— luza, datos muy preciosos para la del resto de la Península, y acaso también de nuestras posesiones ultramarinas. Constituye el Museo antes indicado una colección de mode- los en escayola, reproduciendo tipos de antropoideos y razas exóticas, algunos cráneos de estas últimas, de que nos hemos ocupado en otra ocasión (1), varios esqueletos montados y más (1) Notas antropológicas. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo XXVI, AC- tas, pág. 43.) 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) de 70 cráneos sueltos, la mayor parte de ellos con su mandí- bula inferior correspondiente. De estos últimos cráneos, así como de los que forman parte de los esqueletos, hemos formado una hoja antropológica, te- niendo á la vista la adoptada por el Sr. Antón en su laborato- rio, así como la que figura en la obra del Sr. Hoyos (1), intro- duciendo, sin embargo, en ella alguna ligera modificación. El total de los cráneos que hemos estudiado, realizando las medidas necesarias para obtener los índices que figuran en los cuadros de este pequeño trabajo, asciende á 81, y todos ellos son procedentes del departamento anatómico anejo á dicha Escuela de Medicina. No desconocemos que para esta clase de trabajos es de rigor que los cráneos vayan acompañados de su historia correspon— diente; es decir, que sean cráneos de origen conocido, sin cuya condición son absolutamente inútiles en Antropología, como asegura el Sr. Hoyos (2). No obstante, si bien es cierto desco- nocemos en detalle la procedencia de tales cráneos, no lo es menos que, obteniéndose estos ejemplares de indíviduos falle- cidos en el Hospital Central de Sevilla, y sabiendo, por otra parte, que la inmensa mayoría de los enfermos que á él con— curren son naturales de nuestras provincias andaluzas, hemos creido que no debían desdeñarse estos elementos de estudio, y que su publicación pudiera tener alguna utilidad científica; de hoy en adelante se irán coleccionando cráneos con su his- toria completa, como ya se viene haciendo, y así podremos aleún día dar una serie que pueda servir de núcleo á estudios más extensos é importantes acerca de la Antropología anda- luza, y muy especialmente de Sevilla. En el presente trabajo nos hemos limitado á establecer en series los principales índices y curvas, así como la capacidad de todos ellos; además hemos agrupado los cráneos tomando por fundamento el indice cefálico 6 transverso-longitudinal, según la clasificación de Topinard, en verdaderos dolicocéfa— los, subdolicocéfalos, mesaticéfalos, subbraquicéfalos y verda- deros braquicéfalos. En cada uno de estos grupos hemos for- l) Técnica antropológica. Madrid, 1893. «<2) Idem, pág. 14. 43) Medina y Barras.—DATOS CRANIOMÉTRICOS. mado series y hallado las medias de los índices más impor- tantes. Desde luego podemos decir, como se verá por los cuadros, que dominan entre los cráneos estudiados los mesaticéfalos, cuyo número se eleva por encima del de los demás reunidos; siguen á éstos en cantidad los subdolicocéfalos; vienen luego los subbraquicéfalos, y, por último, los dolicocéfalos y braqui- <éfalos, de cada uno de los cuales sólo existe un ejemplar. De estos datos, así como de los suministrados por los demás índi— ces, pudiéramos establecer algunas conclusiones; pero no lo hacemos en atención á las razones expuestas al principio, limi- tándonos a consignar aquí el resultado inmediato de nuestras investigaciones, que no queremos queden ignoradas, no por un deseo de exhibición, sino por la idea que siempre nos ani- ma de reunir la mayor copia posible de materiales para llegar al completo conocimiento de la Historia natural de Andalucía y en particular de Sevilla. No debemos terminar este ligero preambulo sin consignar nuestro profundo agradecimiento al celoso Director de la Es- cuela de Medicina, Sr. Moreno, por las facilidades que siempre nos ha dado para llevar á término este trabajo, por su cons- tancia y buen deseo en enriquecer el Museo antropológico de la Escuela, así como por su buena voluntad, demostrada en atender cuantas indicaciones le hemos hecho, proporcionán— donos todos los instrumentos que posee el Establecimiento; anímale además propósito firme de ir adquiriendo, según lo permitan los fondos del mismo, nuevos aparatos é instrumen- tos, así como cráneos de nuestras colonias con que ir avaloran- «lo la sección antropológica de nuestros Museos anatómicos. 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4 Índice cefálico ó transverso-longitudinal. () D. trans. X 100 D. longit. 6870. 11-12 13 174 US T6 117 08:19 501823 5: SP E TI PO PO E SIS SAR E 85 86 Total. ALO RESUMEN DEL CUADRO ANTERIOR. (TOPINARD.) Verdaderos dolicocóralOss. e cto oa rate ae ] Subdolecocetalos et ai eds aid 28 Mesaticelalosa.. uta de ala oola le ha elo ota 42 Subbraquicalialo a rola role aia 9 Verdaderos braquicctalos. ae a oe 1 DOTADAS oa NO E Ea a 8l Índice vértico-longitudinal. D. vertical X 100 D. longit. 04 76H. CIAO ATRAS UA O A ES A DA TOA 8 2: 800 30. Total | 1 8l 6 3) Índice vértico-transversal. D. vertical X 100 D. transyv. 81 .82 88. 90: 91:92:93. 95-96" 97 98; '99 “LOOSE 1 1 1 AS LS 1 2 PIO 14 6 1027 1031104 “1059+. 106: 107 41092 111 1254 To 3 4 1 4 3 4 1 1 1 8l Índice fronto-transversal máximo. D. frontal mínimo < 100 D. transy. máximo. 59 “61.62 .63 64. 65 66,677 68.69.70 U1 742 ISE 1 A A A o ABE AO) 6 1 il DONT Total: 1 1 8l (1) Los números de la segunda fila indican el número de cráneos que han presen- tado el índice señalado por el número que va encima. Medina y Barras.—DATOS CRANIOMÉTRICOS. Índice del orificio occipital. Latitud X 100 Longitud, 687 131, 16:71 "18.80 81. 82. 83 84 85 86.87 88 89 MU A AI OEA o O A IES A IDA DR EIDOS A OO Total: NAAA 8l Índice facial total de Broca. ()) Bizigomática X 100 Sinfisio-ofríaca. 80 83.84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 941 95 96 e LALA a o A A OOOO 7 JUAS AO TONS TOTS TO02 1037 1062 107 108: Total: IEA O 1 2 2 1 1 il 79 Índice facial de Virchow. () Nasio-sinfisia < 100 Bimalar inferior. NOZIO MALA Me 115 LI6 117 1187 "119". 120 ll 2 1 1 1 2 3 J 1 5) 2 2 LL A IC 7 3 4 4 Ñ 3 6 3) 3 1 2 2 134 135 136 137 138 139 140 14T 143 144 Total. 1 2 3 1 2 ll 2 ql Jl 2 79 Índice orbitario. Altura X 100 Latitud máxima. JON IS 3980.81 82-83 84-85 "86 81.89 9091 92 LA O OS O A Y o 94 100 102 103 Total. EZ 1 1 81 (1) En este cuadro no figuran más que 79 cráneos en vez de 8l, porque á dos de ellos falta la mandíbula inferior. 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) Índice nasal. Latitud X 100 Longitud. 38:39. 40; :41.42..-43 44: 45 461 47] MAREO 211 Ltda. 2. Pedro IO DAS 200 51 52 54 55 56 63 70 Total. riales LE als, AA 8 e. uy QU YU) O» Nr -— Índice palatino. Latitud máxima x< 100 Longitud. 42.56 .09::63.. 691 66.68.70" “11.72.13 TA TS UCA 1 1 1 1 Jl 3 e 15) 1 8 A A 5 E) 187 19 80.81.82 84.85 86. 87:88. 89.00 901493005 3 1 5 6 ES 5 1 3 2 1 2 1508 dl Ñ 96 Total. 24 8l Índice mandibular. (1) Latitud mínima rama X 100 Longitud. JONS AO AO 422,430 41 AD AO 1d AS LOS VA MASA OA a DOE TO A IES AA E ES AN IDA de O A a UA 79 Su 7 SU Curva horizontal máxima. 462 468 471 474 478 480 481 482 483 488 490 493 1 Jl 1 1 1 2 2 2 1 2 1 1 495 497 498 499 500 502 504 505 506 508 509 510 2 Za 1 1 6 2 1 3 1 3 2 2 512 515 516 517 520 522 523 525 526 521 530 531 4 3 2 2 4 4 1 3 2 2 1 2 533 534 535 540 545 547 550 564 566 Total. 1 1 1 1 1 1 1 1 1 8l íl) En este cuadro sólo figuran 79 mandíbulas, por faltarles á dos de la serie estu- Jliada. Medina y Barras. —DATOS CRANIOMÉTRICOS. 7) Curva transversa total. 3900 398 400 402 410 413 414 415 417 418 420 422 1 2 1 1 Jl Jl 1 1 1 1 3 ] 4293 '424 425 426 427 428 430 431 432 433 434 435 1 2 3 3 ¿ 2 2 1 1 Í 1 4 438 440 441 442 443 444 445 446 448 450 451 452 2 4 1 1 1 1 4 Jl 1 5 1 ] 453 455 457 458 460 462 463 464 467 468 472 475 1) Jl 1 2 2 1 4 il 1 1 1 1 480 492 Total. ll 1 81 Curva vertical nasio-opística. 333100335. 0339 342.344 345 348: 350.392 393 309: 300 1 1 1 Jl 2 pl 1 PY 1 2 1 2 33604 362: :363 > 364 365.-3966-367. 368. 370.311 2342 7 5 1 2 1 3 al 5 2 > 1 1 SSA 3d 317.378 1379 .380-382.>.3831 :384 385 381 8 2 4 2 2 Jl 1 1 1 il 1 1 388 392 393 400 404 405 407 415 Total. 2 2 Ji Jl 1: 1 1 il 81 Capacidad craneal. () 1065 1110" 1130 1165- 1175 1180 1185- 1195: 1205 - 1215 1 1 1 ] 1 1 1 7 1 1 1223230 51245881260 1270". 1295, 1300:1309. 1310, 1315 1 1 1 1 1 1 1 7 J: 1 ¡2033013401390 1399 13601365. 41370. 1379: 1395 1 1 1 Jl 1 yl 1 Jl ll 1 1400 1405 1410 1415 1445 1460 1470 1475 1490 1495 4 1 3 1 1 1 1 1 3 1 15101525 11530 1539. 1545 .:1595-. 1560 1570 1615 1630 2 1 2 1 1 1 2 1 1 1 1645 1705 1775 1805 Total. 2 104 1 2 68 (1) En este cuadro sólo figuran 63 cráveos; los 13 restantes pertenecen á los esque- letos montados, se hallan agujereados y no ha sido posible medir su capacidad. ANALES DE HISTORIA NATURAL. VERDADEROS DOLICOCÉFALOS. Número de cráneos: 1. Índice transverso-longitudinal.......... 68,62 =. "verticoslongltudinal: SH 85,78 — MP ventico trans yelsalli e 125,00 — fronto-transversal máximo....... 74,14 —. delta ujero oecipitali 80,48 =.4 Htacrial totalide BOC q a ras 88,88 — Hacial de VAGCHOW 0 ciendo. 109,56 a OBDLLA LIO cine ae ado las 10 80,48 —= Nasal o ds 36,00 A E ENRA A A O 42,85 mandibular. te e e ide no 48,75 SUB DOLLC:OCErRA OSA Índice transverso-longitudinal. Número de cráneos: 28. A y Índice UTE y PATA o E UA Neo SP O EA Índice vértico longitudinal. Número de cráneos: 28. EGO AA E A ENANA AS medio. A A RN 0 AE A nl E a Índice vértico-transversal. Número de cráneos: 28. 90 97 98 99 100 101 102 103 104 105 106 107 e, AZ 4 1 2 1 1 3 3 Índice 111 medio. ¡PASE (9) Medina y Barras. —DATOS CRANIOMÉTRICOS. 13 Índice fronto-transversal máximo. Número de cráneos: 28. 1) 0) Índice 1 12 / medio. 63/64. "07 308-2097 1071 WU NN Eo 08707 E AO) 10: ) Índice del orificio occipital. Número de cráneos: 28. 607782 83..85 86-87 8890 91 92.93 94 100 luis medio. IS le o O E o ds IE 84,38 Índice facial total de Broca. (1) Número de cráneos: 27. SUS 86 1397 90917 192093 "94:99 :90.0197% 1989799 a A PA A ERICA BS EAS Ea E E ET EG EN | ORO OT OS ies medio. 1 ] 1 1 1 94,37 Índice facial de Virchow. (2 Número de craneos: 27. IZA RUSO ALOE 23124 2126 1 1 1 2 1 3) 1 1 2 1 1 3 O es medio. 2 1 1 1 1 1121688 Índice orbitario. Número de cráneos: 28. 76 18.79 81 82 83 84 85 86 87 89 90 91 92 94 Índice medio. MM A A Po (1) Este índice no ha podido tomarse más que en 27 cráneos, porque á uno le falta la mandíbula inferior. (2) Por faltar en un cráneo la mandíbula inferior, sólo figuran 27 en esta serie. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Índice nasal. Número de cráneos: 28. 36 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 52 63 Índice medio. y O A TA ESAS ES DL Índice palatino. Número de cráneos: 28. ==) 18 80 “81 82. 84 SGSy Y A SOMO 08 Índice medio. TPL AS TORMO do IO TORA RS O DS RO (80) Índice mandibular. Número de cráneos: 27. 35 39 43 44 47 48 49 50 52 54 55 56 57 61 Índico 1 o O a a o LN MESATICÉFALOS. Índice transverso-longitudinal. Número de cráneos: 42. "E mA sm r ” Índice (IDAS O netos AAA ORO 06 indice vértico-longitudinal. Número de cráneos: 42. 69.70 711772 08 ME 767718 79:80 “81 ¡8230 medio. IN A O E A o II Ts 0 (1) Falta la mandibula inferior en uno de los cráneos de esta serie. (11) Índice vértico-transversal. Número de cráneos: 42. 90. 91.92 93 Mr a A A e E: 0 e OT AO e 10 1 98,85 Medina y Barras.—DATOS CRANIOMÉTRICOS. 96W- 97298; 299 +100 101 102 4103 2 Índice fronto-transversal máximo. Número de cráneos: 42. 61 62 63 A O IAN Índice del orificio occipital. Número de cráneos: 42. ISO IS 81782 8301847185 86-87. 588 68 Do A A NO 931967 medio, 384 80 Índice facial total de Broca. Número de cráneos: 42. 83 85 86 LLO 2 az Td le O OO caro. al E 99 09 4 Índice facial de Virchow. Número de cráneos: 42. ISS ASA 6 121 1 2 hi 1) 3 2 3 dl El 133 134 135 2 il 1 2 1 2 1 1 CAI OOO OS ONDA LS 89 E) LI AO US PS UDI 4 136 137 138 139 140 144 1 105 3 IU 3 nl 2 Indice medio. 127,80 )1 3 9/1 384499 790. 91-92. 93"294:4, 95: 96199 132 2 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Índice orbitario. Número de cráneos: 42. 1879 80 (81 827 831814861 877.89. (91 +92. 94100 IS A IA E E E dl AE E RS Se 102 103 Índice medio. E PEA S9 109 Índice nasal. Número de cráneos: 42. 35 37 38 39" 40 4l 42 43 44 45 46 47 48 50 51 y MO ESO: E OS a E O y O LAA ES A: EE ” Índice do 56 10 medio. 3) A A 44738 Índice palatino. Número de cráneos: 42. 39. 63. 66" 683 70 "M1 71294138" IE US 19 1,187 19 MOUNS VE AS A, dr RL ALAS E IRA rd 82 84 85 89 91 95 96 Índice medio. IS IAEA EUA Los e AO o ME lo, Índice mandibular. Número de cráneos: 42. 38 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 AMS AAA DO a a 2: 11 AZ e = 29 Índice 39-406, 58. 60 '62 medio. SA AL AO, del 03 Medina y Barras.—DATOS CRANIOMÉTRICOS. —'SUBBRAQUICÉFALOS. Índice transverso-longitudinal. Número de cráneos: 9. A E A A medio. A IO 89.99 Índice vértico-longitudinal. Número de cráneos: 9. a is o O eo se medio. ¿O AIR ISORA Ie SE E LIRA Índice vértico-transversal. Número de cráneos: 9. 8l 82 88 91 92 93 95 97 100 Índice medio. AA Sl A O Índice fronto-transversal máximo. Número de cráneos: 9. 59 62 63 64 65 66 68 Índice medio. O O IS Índice del orificio occipital. Número de cráneos: 9. 82 83 87 89 90 91 94 Índice medio. o A dd a FS 1960 ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 1 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Indice facial total de Broca Número de cráneos: 8 YI 0/00 102 0 des al medio. 2 1 IO SY Indice facial de Virchow. (!) Número de cráneos: 8 109.117 119 120 131 140 143 144 DON 1 1 1 1 1 ] 1 DAS Indice orbitario. Número de cráneos: 9. 79 85 86 89 90 291 92 94 Índice IA al medio. ] El 2 LT SSOS Indice nasal. Número de cráneos: 9 36 41 43 44 47 IA O == =p Índice DORMOO odio! 1 E Ey (zo Indice palatino. Número de cráneos: Y 66 712 17 81 86 87 88 96 Índice TA E O A IAS 15 (1) En esta serie hay 8 cráneos en vez de 9, por faltarle á uno la mandíbula infe- rior. (15) Medina y Barras.—DATOS CRANIOMÉTRICOS. 19 Indice mandibular. (!) Número de cráneos: 8. AN LIRA ROAD TOS Índice medio. e A o oa ¿ás DO BRAQUICÉFALOS. Número de cráneos: 1. Índice transverso-longitudinal....... 2 80700 — vértico-longitudinal. ....... Si 0:00 — vértico-transversal......... OOO — fronto-transversal máximo....... 67,23 a Mel oriicio occipital. dado 89,29 facial total de Broca. cr 9,79 de MACAO Wa Za, 91 OrDHATIO ne ds ae Odd] nasals.... A AL O DO PAU A A IR 169, 4o Hand a Ada (1) A uno de los cráneos de esta serie le falta la mandíbula inferior, por lo que sólo hay 8 en esta serie. FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum AUCTORE TJOSEPHIO M. PEREZ LARA! PARS QUINTA, (Conclusión.) (Sesión del 7 de Noviembre de 1894.) ORDO CRUCIFLORARUM. Fam. Capparidez Juss. Capparis Z. 1.623.—C. spinosa Z. Sp. pl., p. 720.—Cav., Preel., p. 488.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 256.—Reich., lc. Flor. Germ. 1, t. 19, f. 4487! — Boiss., Flor. or. 1, p. 420.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 747.—C. spinosa, fructu minore, folio rotundo Quer., Flor. Esp. 111, p. 399, t. 78! —Vulg. Alcaparro, Alcaparras. Hab. in argillosis calcareisque incultis, ad vinearum agro- rumque margines, et in collibus aridis regionis inferioris: pr. Puerto de Santa Maria (Gutierr.); c. Sanlúcar (Clem.); pr. Villamartin, in vicinitatibus Jerez, et alibi.—+. May-Jul. (v. v.) £. canescens Coss., Pl. crit. 1, p. 28.-—Wk. et Lge., 1. c.—C. 004- ta Guss., Flor. Sic. Pr. 11, p. 4 non Desf. (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pág. 349 de los ANALES; para la segun- da, el tomo xv1, pág. 213; para la tercera, el tomo xvi11, pág. 35; para la cuarta, el tomo xx, pág. 23 y tomo xx1, pág. 191; y para la guinta, el tomo xxIv, pág. 279 y tomo xxv, pág. 173. 22 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (612 Hab. in eisdem locis, sed multo frequentior: in ditionis Jerez locis Puerto de Buenavista (Bourg.), Cerros de Torrox, de Bal- baina, de Macharnudo, del Carrascal, et alibi; c. Trebujena; in vicinitatibus 4Kspera, et in aliis locis.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Fam. Cruciferze /. TRIB. RAPHANEA Benth. et Hook. Raphanus /. 1.624.—R. Raphanistrum LL. Sp. pl., p. 935.—Cav., Preel., p. 425.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 574.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 749.— Raphanistrum segetum Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 3, f. 4172! —R. arvense fore albo Tourn., Inst., p. 230.—Vulg. Rabanillo. Variat floribus purpurascentibus.—ZRapistrum fore purpureo Weinm., Phyt., t. 862, f. 0. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis argillosisque cul- tis, inter segetes et in pascuis huc illuc abundanter provenit: ad Puerto de Santa María (Gutierr.); in Santúcar, et Algeciras (Clem.); ec. Cádiz (Chape!); c. Chiclana (Bourg.); San Roque, Gibraltar (Dautez); pr. Trebujena, Arcos, Bornos; in vicinitati- bus Jerez, et alibi.—O. Jan.-Majo. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Asia et Africa mediterranez, Canarive, Madera, Azorice. 1.625.-—R. maritimus Sy. Engl. bot., t. 1643.—DC., Syst. 11, p. 668. —Reich., Ic. 1. c., f. 4174! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 750. Hab. in arenosis incultis a mare non dissitis: in pascuis ad Puerto Real Willk.—2. Febr.-Setp. (n. v.) Ar. geogr.—Anglia, Batavia, Gallia occidentalis, Hispania Cantabrica. :613) Perez Lara.—rFLORUL2 GADITANA. 23 TRIB. CAKILINEZAZ Benth. el Hook. Rapistrum /Dcsr. 1.626.—R. rugosum 4//. Flor. Ped. 1, p. 257, t. 18! —Cav., Preel., p. 416.—Reich., [c. 1c., t. 2, f. 4168! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 752.—Myagrum rugosum L., Sp. pl., p. 893.—MZ. venosum Pers., Syn. 11, p. 183. —Rapistrum scabrum et R. glabrum Host., Flor. Austr. 11, p. 220. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis, argillosis calca- reisque incultis, arvis, ruderatis, et ad vias frequentissime provenit, formis variis ludens precipue quoad staturam, folio- rum figuram magnitudinemque, et silicularum glabritatem v. villi copiam: ad Puerto de Santa María (Gutierr.); in San lícar (Clem.); Gibraltar (Pourr., Boiss.); ad 4 /calá de los Ga- zules; C. Algar; pr. Arcos; in vicinitatibus ./erez ubi abundat, et alibi.—O. Apr.-Jun. (v. v.) Ss. Linneanun Coss.., Comp. Fl. Atl. u, p. 313.—R. Linneanum Boiss. et Reut., Diagn., p. 5.—Boiss., Flor. or. 1, p. 403.— Wk. et Lge., 1. c.—Myagrum Hispanicum L., Sp. pl., p. 893. Brot.: Flor: Lus. 1, p.-0093. Hab. in eisdem locis: Sanlúcar, Conil (Clem.); Arcos, Jerez. et alibi.—(v. v.) Note diagnostice quibus X. Linneanum a R. rugoso distin— guitur, ut jam monuit memor. Cosson, variabiles et formee intermediee seepe occurrunt. Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occi- dentali, Africa boreali, Canariis, Madera, Azoricis; var. £. in Lusitania, Hispania, Gallia australi, Balearibus, Corsica, Sar- dinia, Greecia, Africa boreali. Cakile 7o0urn. 1.627.—C. maritima Scop. Flor. Carn. 11, p. 39.—Reich., Ic. 1. c., t. 1, f. 4158! —Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 753.—C. Serapionis Cav., Preel., p. 419.—Brot., Flor, Lus. 1, p. 561.—Bunias Cakile L., Sp. pl., p. 936. 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (614) Hab. in arenosis ad oram maris: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr., Clem., Bourg.!, Lange) in loco Za Puntilla; c. Conil (Clem.); c. Cadiz (Colm.) ad Barrio de San José; inter Gibral— tar et La Linea, et ad Algeciras (Dautez); ad Castillo del Espi- ritusanto pr. Sanlúcar, ad Cabo de Trafalgar pr. Vejer, etalibi. —(O. Apr.-Sept. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Littora maritima totius Europe, Syrie, Pales- tine, et Africe borealis. Crambe 70472. 1.628.—C. filiformis /ac/. Coll. Suppl., p. 120, et Ic. rar. mr, t. 504,—Webb, It. Hisp.. p. 71.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 43.—C. filiformis Granatensis Amo, Flor. Iber. vi, p. 642.—C. remiformis £. hispanica Lange, Pug., p. 275.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 754. Hab. in pascuis calcareis arenosisque montosis, dumetis et rupestribus regionis inferioris et montane: in Benaocaz!, Ce- rro de San Cristobal ad Grazalema, et Sierra del Pinar supra Benamahoma (Clem.); in monte Picacho de Alcalá de los Fazu- les (Bourg'.!); c. San Roque (Dautez); in Sierra del Calvario su- pra Ubrique; in Sierra de Libar pr. Villaluenga; et in vicinita— tibus Frazalema ubi abundat.—4. Maj.-Aug. (v. v. ets.) Arg. geogr.—Spec. in Hispania australi, Imp. Maroccano, Algeria. TRIB. THLASPIDEA Benth. et Hook. Biscutella /. 1.629.—B. auriculata Z. Sp. pl., p. 911.—Desf., Flor. Atl. 1, p. 73.—Cav., Preel., p. 410.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 573.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 55. —Reich., Ic. 11, t..8, f. 42071 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 760. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis argillosisque cul- tis, inter segetes, huc illuc frequenter occurrit: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr., Bourg.!); c. Santúcar (Clem., Colm., Lange); ce. 47cos; inter Villamartín et Prado del Rey; in vici- nitatibus Jerez ubi frequens, et in aliis locis.—O. Mart.-Jun. (MAviet's.) (615) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 25 $. erigerifolia Amo, Flor. Iber. vi, p. 597.—Wk. et Lge., l. c.— B. erigerifolia DC., Syst. 11, p. 408.—B. Orcelitana Lag. ex DC. A precedente non differt nisi siliculis glabris leevibus et sicut ea «equaliter variat caule plus minusve elato in parte inferiore tantum aut a basi ad apicem setoso-hispido (B. e7i- gerifolia $. hispidissima Per. Lar. in Flor. Gad. exs.); foliis basilaribus nunc subintegris, nunc dentato-serratis v. lyrato- pinnatifidis; silicularum membranula marginali angusta aut latiuscula in stylum plus minusve decurrente. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis, rudera- tis, etrupestribus «equaliter frequens: pr. Erazalema; C. Á7cos; ad Cortijo del Chorradero e. Paterna; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Baleares, Italia, Algeria, Mauritania Tingitana, Canarie. 1.630.—B. Apula /. Mant., p. 254.—Desf., Flor. Atl. 11, p. 75.—DC., Syst. 11, p. 412. —Ball, Spic., p. 332.— Jondraba Apula, Alyssoides, spicata Barr Plant: 105209, 011 Hab. in collibus arenosis rupestribusque dumosis et sylva- ticis regionis inferioris et montan:+e: in monte Picacho de Al- calá de los Fazules (Cabrera!); in Sierra del Aljibe ditionis Je- rez.—(). Febr.-Maj. (v. v. et s.) £. microcarpa Bois., Voy. bot. 11, p. 56.—Ball, Spic. 1. c.—£B. mi- crocarpa DC., Syst. 11, p. 411.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 762. Hab. in graminosis et collibus apricis regionis inferioris: in monte Peñón de Gibraltar (Brouss., Kel., Dautez); c. San Rogue (Brouss., Webb); pr. 4/geciras (Willk., Reverch.); pr. Medi- na (Willk., Bourg.!); in Dehesa de la Almoraima; ce. Caste— llar (Reverch.); inter 47cos et El Bosque; in Dehesa de las Cue- vas, et in Llanos de Caulina ditionis Jerez, et in aliis locis. — (Ve Vet Se) y. megacarpea Boiss., Voy. bot. 11, p. 55.—B. betica Boiss. et Reut. in Boiss., Diagmn. pl. or., ser. 11, n. 1, p. 42.—Wk. et Las lconp ay al: Hab. in eisdem locis cum precedente mixta, sed minus fre- 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (616) quens: pr. 4/geciras (Nilsson, Reverch.); ad Molino de la Ca- lera Cc. Arcos; in Dehesa de las Cuevas, et ad las Canteras del Pino ditionis .Jerez.—(v. v.) Arg. geogr.—Spec. in regione mediterranea feré omni occur- rit formis variis ludens. 1.631.—B. scutulata Boíss. el Reu!. Boiss., Diagn. pl. or., ser. 11, n. 1, p. 41.—Wk. et Lge., 1. c. mM, p. 761.—B. lyrata var. tarazacifolia Kunze, Chlor. Aus- tro-Hisp. Differt a preecedente stature minore, caulibus a basi ramo- sis, ramis divaricatis, foliis inferioribus lyrato-pinnatisectis, lobo terminali oblong'o lobato, siliculis minimis (2 mm.), val- vis nervo prominente juxta marginem cinctis, denique stami- num filamentis presertim longiorum a basi ad medium mem- branula alba late alatis, nec ut in formis omnibus 5. Apule, filiformibus exappendiculatisque. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis, collibus siccis, et pascuis sylvaticis huc illuc occurrit: in vicinitatibus Cádiz (Fauché); pr. Puerto Real (Wilk.); pr. Medina (Bourg.! in herb. Chape cum 2. microcarpa intermixta); in montibus supra 4 /geciras (Boiss., Reut., Winkler); in pinetis pr. Chicla- na.—O. Febr.-Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr. — Hucusque in provincia Gaditana tantum de- tecta. 1.632.—B. frutescens (Coss. Pl: crit., p. 27, eb'Comp. El. .Atl. 11, Pp. 289; .e6 Ulustr 5 px t. 51! —B. sufrutescens Wk. et Lge., l. c. 111, p. 762. Variat preecipue foliis inferioribus obovato-oblongis sinuato- dentatis aut pinnatifidis vel lyrato-pinnatipartitis lobo termi- nali maximo, ramis inflorescentis pedunculisque nunc gla- bris, nunc plus minusve villosis hispidisve. Hab. in rupestribus calcareis, glareosis rupiumque fissuris regionis montan: ad Grazalema (Reut., Reverch.) versus Campo-buche; prope Benaocaz; in loco dicto La Manga de Villa- luenga.—+. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Algeria. 1.633.—B. levigata Z. Mant., p. 225.—Brot,, Flor. Lus, 1, p. 573.—Webb, It. hisp., (617) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 27 p. 77.—Amo), Flor. Iber. vi, p. 598.— 5. levigata a. integrata Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 764 ex p.— B. saxatilis a. folits inte- gris DC., Syst. 11, p. 415. Hab. in glareosis calcareis arenosisque et rupestribus apri- cis regionis inferioris et montane: pr. Grazalema (Reverch.): in Sierra de Lijar supra Algodonales; in Sierra de Libar inter Villaluenga et Cortes.—2. Apr.-Jun. (v. v.) 3. elatior.—B. saxitilis v. elatior Boiss.. Voy. bot. 11, p. 56.— B. megacarpea et B. variegata Boiss. et Reut. in Boiss., Diagn., pl. or., ser. 11, n. 1, p. 44.—B. levigata f. den- ala iWk, eb Lee: lC exp: Hab. in argillosis arenosisque incultis, glareosis et sylvati- cis regionis inferioris: in Serra de Albarracín inter El Bosque et Benamahoma (Boiss.); c. Chiclana (Colm.); pr. Erazalema (Reverch.): in Dehesa de Atrera urbis 4rcos; in Dehesa de la A lcaria ditionis Jerez, et alibi.—(v. v.) y. tomentosa Amo, Flor. Iber., 1. c.—B. montana Cav., IC. 11, p. 59, t. 17711—Wk. et Lge., 1. c., p. 163. B. tomentosa Lag. in DC., Syst. 11, p. 416.—B. perennis o. tomentosa Spach, Hist. ves VE p::9/1. Hab. in rupestribus calcareis regionis inferioris et montan: in monte Gibraltar (Boiss., Willk., Kel., Bilimek, Reverch., Dautez); in montibus supra Grazalema (v. v.) 9. ambigua Wk. et Lge., l. c.—B. intermedia Gou., 1ll., p. 42. B.coronopifolia Al., Flor. Pecl. 1, p. 247.—B. ambigua DC., Syst. 11, p. 415.—B. Lusitanica Jord., Diag. 1, p. 315. Hab. in sterilibus apricis et rupestribus regionis inferioris et montane; inter Chiclana et Medina (Chape!, Bourg.); in Sierra del Calvario supra Ubrique; in Peñón de Langarín supra El Gastor; in Cerro Purgón ad Zahara; inter Benamahoma et Benaocaz. (v. v. ets.) <. amiyustifolia.—B. sempervirens L., Mant., p. 255.—B. sazati- lis v. angustifolia Boiss., Voy. bot. 11, p. 57 syn. excl.— Bb. laza Boiss. et Reut. in Boiss., Diagn. pl. or., ser. 11, n. 1, p. 43.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 763.—Thlaspi biscutellatum, luteum. Anchuse folio Barr.. Plant, ic. 841! 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (618) Hab. in rupestribus regionis montane et subalpine: pr. G7ra- zalema (Boiss., Reut.); in Sierra del Caos supra Benaocaz; in Sierra de Libar inter Villaluenga et Cortes.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia, Europa media, Italia, Dalmatia, Croatia. Iberis /. 1.634.—I. Gibraltarica /. Sp. pl., p. 905.—DC., Syst. 11, p. 395.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 55.—Kel., Flor. Calp., p. 80.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 610.— Wk. et Lg'e., 1. c. 111, p. 766.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 256, et Mlustr., p. 78, t. 53 —Thlaspidium Hispanicum ampliore fore folio crasso dentato Dill., Elth., p. 382, t. 287, £. 371! Hab. in rupestribus calcareis regionis inferioris: in declivi- tate orientali montis Gibraltar! (Dill., Clem., Webb, Boiss., Kel., Willk., Dasoi!, Dautez).—%. Mart.-Maj.—(v. v. ets.) Ar. geogr.— Hispania australis, Mauritania Tingitana. 1.635.—1I. contracta Pers. Syn. 11, p. 186.—DC., Syst. 11, p. 405.—Boiss., Voy. bot. 11, p: 119.—Amo, Flor. Iber.; 1.:c., p..608:—Wk.. et Lge:, 1. Cám p. 767.—/. Lusitanica Jord., Diagn. 1, p. 275. Variat caulibus mediocribus elatioribusque, glabrescenti- bus, puberulis aut pruinoso-papillosis; foliis sepe glabris, in- tegris paucidentatisve, lineari-lanceolatis aut angustée linea- ribus, interdum 30-35 mm. long.; corymbis plus minusve ra- diantibus 20-38 mm. diam.: siliculis 4-8 mm., lobis emargina- ture triangularibus aut ovatis, sinu acuto sepe angusto se- paratis. Hab. in arenosis, glareosis, cultis incultisque, collibus cal- careis et gypsaceis regionis inferioris et montane: inter Coni! et Chiclana (Cabrera!); pr. Grazalema; in Dehesa Monte del Me- dio c. Vejer; in pinetis pr.. Chiclana, et alibi.— 0.4. Apr.-Jun. (YY. 663.) Mem. Cosson (Comp. Fl. Atl. 11, p. 255) hanc speciem, /. Tau- ricam., 1. Tenoreanam, aliasque nil nisi /. ciliate All. varieta—- tes esse censet, et simul sub nomine var. contracte, 1. Wel- witschianam (Welw. Exs. Lus., n, 83 et cont. n. 23.—Boiss., (619) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 29 Diagn. pl. or., ser. 2, n. 1, p. 39) cum /. contracta Pers. per- miscet. Revera characteres quibus hee dicte species inter se distinguuntur omnes variabiles mihi videntur, et specimina nonnulla lecta a me e /. Welmitschiana, ex descriptione, non nisi floribus lilacinis et siliculis majoribus differunt. Planta c. Sanlúcar a Colmeiro et pr. Chiclana a Lange lecta, et sub nomine /. /imifolie indicata, sine dubio ad 1. contractam referenda. Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania centralis et aus- tralis. 1.636.—I. pectinata B0%ss. Diagn: pl. or. 1, n. 1, p. 75, et Voy. bot. suppl., p. 720.— Wk. et Lge., l. c. 11, p. 768.—/. odorata Boiss., Voy. bot., p. 55 non L.—/. Bouwryei Boiss., Diagn. pl. or. 11, n. 1, p. 39. —Wk. ebLge.. Lc. Stirps valde polymorpha. Variat promiscue statura 5-30 cm.: indumento albo-setuloso crispato plus minusve denso; foliis angustis latiusculisve, linearibus, lineari-lanceolatis, lineari- spathulatisve, nunc subintegris, nunc pectinato-dentatis, pec- tinato-lobatis v. pinnatifidis, plerumque basi integris longe- que attenuatis; sepalis albo- v. violaceo-marginatis; siliculis 5-7 mm. long. latisque modo glabris, modo setuloso—hirtulis v. papilloso-vesiculosis (7. Bowyei), lobis alarum triangulari- bus acutis obtusiusculisve, sinu acuto aut obtusiusculo sepa- ratis, stylo lobis nunc multo breviore, nunc eos «equante v. longé superante. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis, argillosis calca- reisque incultis, pascuis dumosis et collibus aridis glareosis- que huc illuc provenit: in vicinitatibus Cd4diz (Fauché); in pi- - netis c. Chiclana (Bourg.!); pr. 47cos (Bourg.) ad Molino de la Calera: in Sierra de Palma dit. Los Barrios, et in declivibus merid. oppiduli San Roque (Dautez); pr. EFrazalema (Reverch.); ad Convento de la Piedad c. Puerto de Santa Maria; in Dehesa Monte del Medio pr. Vejer, et alibi.—O. Apr.-Jun. (v. v. et s.) IT. Bowrygei notis omnibus instabilibus indistincte cum lis 1. pectinate intermixtis, in speciminibus perpaucis sine dubio fundata fuit, et ut opinor, nec pro varietate habenda. T. odorata ex descriptione (Boiss., Flor. or. 1, p. 335) et icone (Coss., lllustr. Flor. Atl., t. 521) a 7. pectinate speciminibus 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (620) Gaditanis nonnullis non differt nisi pilis paulo brevioribus et petalis exterioribus minus radiantibus. Hee note incomitatee, tamen Boissieriana et Cossoniana sententia cara adversaque, non graves mihi videntur; quare an 7. pectinata revera proprié distincta, an tantum /. odorate var. occidentalis sit, res mihi adhuc valde dubia est. Planta in Chiclana et pr. Puerto de Santa Maria a Gutiérrez lecta, et a cl. Colmeiro sub nomine /. pinnate enumerata (Enum. pl. Hisp. et Lus. 1. p. 179) sine dubio ad 7. pectinatam pertinet. Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis. 1.637.—I. umbellata /. Sp. pl., p. 906.—Cav. Preel., p. 123.—Bertol., Flor. Ital. vr, p. 559. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 769.—Vulg. Carraspique, Za- rapica. Hab. in collibus aridis glareosisque regionis inferioris: in Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Reverch.) Tantum vidi in hortis ubi frequenter colitur.—0O. Apr.-Jun. Ar. geogr.—Hispania media et australis. Italia. Teesdalia 7. b>. 1.638.—T. Lepidium C. Syst. 11, p. 392.—Guss., Pl. rar., p. 264, t. 46, f. 1! —Reich., Ic. Flor. Germ. 11, tf. 6, f. 4188! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 612.— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 773.—Lepidium nudicaule L., Sp. pl., p. 898.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 566.— Z/Mlaspi nudicanle Desf., Flor. Atl. 11, p. 67. Hab. in arenosis regionis inferioris: pr. 2uerto de Santa Ma- ria (Gutierr. ex Colm.)—0O. Febr.-Majo. (n. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et australis, Asia minor, Algeria, Madera. Hutchinsia X. 57. 1.639.—H. petrea KR. Bb”. Hort. Kew. ed. 2, 1v, p. 82.—WKk. et Lge., l. c. 111, p. 7/4.— Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 258.—Lepidium petreum L., Sp. pl.. 1621) Perez Lara. —FLORULA GADITANA. 31 p. 899.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 566.— 7eesdalia petrea Reich., ¡cc 00, :L: 41901 Hab. in rupestribus calcareis et arenosis elareosis umbrosis- que regionis montane et subalpin«e: in monte Picacho de Al- cala de los (azules (Webb); in Cerro de San Cristobal pr. Gra- zalema; in cacumine Sierra del Caos supra Benaocaz; in Sierra de Libar c. Villaluenga, et alibi.—G. Febr.-Majo. (v. v.) Specimina lecta a me cum Gallicis (rermanisque conformia. Ar. geogr.—Europa ferée omnis, Asia minor, Africa borealis. Thlaspi /. 1.640.—T. perfoliatum Z. Sp. pl., p. 902.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 568.— Reich., Ic. 1. c.. t. 5, f. 4183! —Wk. et Lge., l. C. 1, p. 176.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 250.—7. Granatense Boiss. et Reut. in Boiss., Diagmn. pl. or., ser. 11, 0. 1, p. 40.—7. cordatum, minus, Aore albo, im—- sipidum Barr., Plant. ic. 815! Planta quoad staturam, foliorum figuram ac magnitudinem. etomnium partium silicularum formationem dimensionesque valde variabilis, sed varietates certe non distingui possunt. Hab. in arenosis, argillosis calcareisque incultis, collibus elareosis, et pascuis dumosis regionis inferioris et montanee: ad Convento de la Piedad e. Puerto de Santa Marta (Gutierr. 1): in collibus pr. 4/yar; in monte Peñón de Langarín supra El GFastor; ad Castillo de Tempul ditionis Jerez, el alibi.—O. Febr.- Apr. (v. v. ets.) Planta a Webb sub nomine 7. montani in Picacho de Alcalú de los Grazules lecta, probabilissime ad 7. perfoliatum pertinere debet. Ar. geogr. — Europa feré tota, Asia occidentalis, Sibiria, Africa borealis. 1.641.—T. Prolongi Boss. Voy. bot. 11, p. 53, t. 14 A! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 617.— WEeb Lee. Lc. up. 776. Hab. in rupestribus calcareis locisque glareosis regionis montan: et subalpine: in Sierra del Caos supra Benaocaz; in montibus ad Grazalema; in Sierra del Pinar supra Benamaho- 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (622) ma; in Sierra Blanguilla pr. Ubrique, et alibi.—0O. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. TRIB. LEPIDINEZ Benth. et Hook. Capsella Ven!. 1.642.—C. Bursa-pastoris Menc/. Meth., p. 271.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 11, f. 4229! — Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 779.—C. polymorpha Cav., Preel., p. 411. —Thlaspi Bursa-pastoris L., Sp. pl., p. 903.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 568.—Guss., Flor. Sic. Pr. 1, p. 214.— Pastoria bursa Dod., Pempt., p. 103, f. 1! Planta quoad staturam, villi copiam, foliorum figuram, sili- cularum formam dimensionesque valde polymorpha. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, pascuis, ruderatis, et ad vias huc illuc abundan- ter provenit: c. 4/cald de los Gazules (Cabrera!); in Gibraltar (Kel., Dautez); in vineis c. GFrazalema; pr. Algar; pr. Arcos; in vicinitatibus Jerez ubi abundat, et in aliis locis.—O. Flor. anno fere toto. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Orbis temperatus fere omnis. 1.643.—C. procumbens /» es. Nov. Fl. Suec. mant. 1, p. 14.—Reich., Ic. l. c., t. 11, f. 4221! Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 779.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 260. —Lepidium procumbens L., Sp. pl., p. 898.—Cav., Preel., p. 407. —Hutchinsia procumbens Desv., Journ. bot. 111, p. 168. Hab. in arenosis, ruderatis locisque salsuginosis et ad muros regionis inferioris: pr. Chiclana (Chape!); in vicinitatibus Cá- diz (Webb, Winkler); ad muros Gaditanos (Willk.); c. Puerto Real.—0O. Jan.-Apr. (v. v. et s.) Ar. geogr.—HEuropa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Lepidium Z. 1.644.—L. humifusum Ze. Ann. sc. nat., ser. 1, v, p. 385.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, (623) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 33 p. 152.—Coss., Illustr. Flor. Atl. 11, p. 66, t. 45!, et Comp. 11, p. 267.—L. heterophyllum Boiss., Voy. bot. 11, p. 51 ex p. non Benth.—£. calycotrichum Kunze, Chlor. Austr.-Hisp., n. 833.— Wk. et Lge., l. c. 11, p. 784. —Willk., Ilustr. Flor. Hisp. 1, p. 144, t. 86 Al—£. Villarsíi Gr. et Godr., 1.c., p. 150.—£. EFra- natense Coss., Pl. crit., p. 27 et 148.— £L. Vebrodense var. Á tlan- ticum Ball., Spic., p. 331.— Zhlaspi hirtum Vill., Dauph. 11, p. 299 non L. Hab. in glareosis calcareis rupiumque fissuris regionis mon- tane et subalpine: in Cerro de San Cristobal ad Grazalema (Reut., Bourg.); in Sierra del Pinar supra Benamahoma.— 4. Apr.-Jun. (v. v.) Confer de hac specie variabili Cosson, Comp. Fl. Atl. l. c. Ar. geogr. — Hispania, Gallia australis, Corsica, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.645.—L. Latifolium L. Sp. pl., p. 899.—Cav., Preel., p. 407.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 567. —Reich., Ic. 1, t. 10, f. 4219! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 186.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 266.— £. Plinii Dod., Pempt., p. 704, f. 1! Hab. in humidis umbrosis et ad rivulos regionis inferioris: pr. Puerto de Santa María (Gutierr.); ec. Sanlúcar (Clem.); ad Chiclana (Cabrera!); juxta Bornos; in loco la Canaleja ditionis Jerez, et alibi.—2%. Maj.-Jul. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia media et occidentalis, Africa borealis. 1.646.—L. subulatum /. Sp. pl., p. 899.—Asso, Syn., p. 83,1. 6, f. 3I—Amo, Flor. Iber. vi, p. 630.-——Wk. et Lge., l. c. 111, p. 786.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 266, et lllustr. p. 98, t. 64! —Thlaspi subulatum Cav., Preel., p. 414. Hab. in collibus gypsaceis regionis inferioris: inter Chiclana et Contl (Cabrera! in herb. Chape).—2%. Apr.-Jun. (v. s.) Ar. geogr.— Hispania centralis et mediterranea, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.647.—L. Draba Z. Sp. pl., ed. 1, p. 645.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 567.—Amo, 1. c., ANALIS DE HIST. NAT.— XXVII. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (624) p. 635.—WKk. et Lge., 1. c. 1, p. 788.—Cochlearia Draba L., Sp. pl., ed. 2, p. 904.—Cardaria Draba Desv., Journ. bot. 111, p. 163.—Reich., Ic. 1, t. 9, f. 4211! —Draba 1, vulgaris Clus.> Rar. pl. hist: 1, p:124 191 Hab. in argillosis et argilloso-margaceis cultis incultisque, ruderatis, et ad vias regionis inferioris: c. Sanlúcar (Colm.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); in Gibraltar (Dautez): pr. 47cos; in ditionis Jerez locis ad Viñas de Claveria, e. Cau- lina, et alibi.—2. Mart.-Jun. (v. v.) B. chalepensoides.—Differt a precedente pedicellis fructiferis multó longioribus, et siliculis pyriformibus ideoque lon- gioribus quam latioribus. Ad £. Chalepense L. spectare videtur. Hab. in humidis regionis inferioris: ad Huertas de la Alcu- billa pr. Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. Senebiera Pers. 1.648.—S. Coronopus Pojr. Dict. vir, p. 76.—Cav., Preel., p. 409.—Rech.. Ic. 11, t. 9, f. 42101 —WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 788.—Cochlearia Coronopus L., Sp. pl., p. 904. — Coronopus Ruellii AM., Flor. Ped. 1, p. 256.— Brot., Flor. Lus. 1, p. 565.—Coráu cervi alterum repens Dod., Pempt., p. 110 ic.! Hab. in arenosis calcareisque incultis, ruderatis, et ad vias regionis inferioris: in Jerez (Clem.); in Gibraltar, et inter G1- braltar et la Linea (Dautez); pr. 4 /yeciras.—O. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa fere tota, Asia et Africa mediterranez, Madera, Canarie. 1.649.—S. didyma Pers. Syn. 11, p. 185.—Wk. et Lge., l. Cc. 111, p. 788.— Lepidium di- dymum L., Mant., p. 92.—Senebiera pinnatifida DC., Mem. Soc. H..N., p. 144.—Cav., Preel., p. 408.— Reich., lc. 1. c., t, 9, f. 4209! —Coronopus didyma Sm., Flor. Brit. 11, p. 691.—Kel., Flor. Calp., p. 80. Hab. in arenosis maritimis, ruderatis, ad vias etin plateis (625) Perez Lara.—rFrLORULA GADITANA. 35 regionis inferioris: in Cddiz (Sánchez ex Cav., Clem., Bourg.!, Lange, Colm.): Puerto de Santa Maria (Gutierr., Colm.); G1- braltar (Kel., Dautez); Santúcar, Chiclana (Colm.); in ruderatis juxta Jerez.—O. Apr.-Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—lx America dicitur oriunda; hodie per orbem fere totum spontanea facta. TRIB. SISYMBRIEZ Benth. et Hook. Malcolmia R. Bb. 1.650.—M, parviflora DC. Syst. 11, p. 442.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 160.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 792.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 133.— Hesperis parviflora DC., Flor. Fr. 1v, p. 654.— 2H. ramosissima Loiss., Flor. Gall. 11, p. 77, t. 11! non Desf. ex Coss. Hab. in arenosis regionis inferioris ubi hucusque non nisi prope Jerez (Salv.); ad ripas fluvii Guadalete eam die 9 Maji florentem fructiferamque legi.—0O. Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia media et Australis, Algeria. 1.651.—M. littorea %. b7. Hort. Kew. ed. 2, 1v, p. 121.—DC., Syst. 11, p. 443.—Reich., Ic. 11, t. 56, f. 4373! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 23.-——Wk. et Lge., l. c. 111, p. 792.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 131.—Cheiran— thus littoreus L., Sp. pl., p. 925.— Hesperis littorea Lam., Dict. mr, p. 322.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 577.— Leucoium marinumn minus Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 298, f. 21 —L. minus fruticans purpur. Alyssi foliis Barr., Plant. ic. 804! Variat promiscuée caulibus 10-40 cm.; foliis oblongis, oblon- go-linearibus lineari-spathulatisve, nunc angustioribus con- fertioribusque (M. littorea v. alyssoides Bois., 1. c.), nunc latio- ribus sinuatis sinuato-pinnatifidisve (WM. littorea v. Broussone- (ii Bois., l. c. syn. excl.); racemis pauci- v. multifloris, pedi- cellis calyce vix aut duplo triplo quadruplove brevioribus; siliquis nihil aut apicem versus plus minusve torulosis 4-7 cm. long., stylo glabro v. basi puberulo. Hab. in sabulosis a mare non dissitis: c. Puerto de Santa Maria (Lefl., Gutierr.!, Willk., Bourg!) locis el Coto, la Pun= 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (626) tilla, etc.: in Sanlúcar (Clem., Willk.) ad Castillo del Espiritu- santo; c. San Fernando (Clem., Winkler); inter Gibraltar et San Roque (Boiss.!, Kel., Ball, Dautez); pr. Cádiz (Willk.!, Lan- ge, Colm.); c. 4/geciras (Winkler); pr. Chipiona; in Dehesa Monte del Medio c. Vejer, etalibi.—2. v. 5. Febr.-Jun. (v. v. ets.) Specimina Boissieriana que sub nomine 17. Broussonetit in herb. Prolongi vidi cum speciminibus meis forme sínuale omnino congruunt, sed a planta Broussonetiana—M. Brousso- netit DC., Syst. 11, p. 445—in agro Mogadiorensi crescente satis differunt. Heec in imp. Maroccano hucusque tantum detecta a M. lacera magis proxima et forsan, prout opinatus cl. Ball, nil nisi ejusdem varietas. Confer Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 132 el Ball, Spic., p.323. Ar. geogr.— Littora Gallie, Hispanie, Lusitanie, Africe boreali-occidentalis. , 1.652.—M. lacera DC. Syst. 11, p. 445 excl. syn. Desf. ex Coss..—Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 793.—Cheiranthus larerus L., Sp. pl., p. 926.— Hesperis erosa Lag., Gen. et sp., p. 20. ; Hab. in arenosis incultis a mare non dissitis: c. Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutierr., Willk.); pr. Cádiz (Duf., Boiss., Lange); in Sierra de San Cristobal! inter Jerez et Puerto de Santa Maria (Pourr., Willk.); in Gibraltar, San Fernando et Conil (Willk.); Puerto Real, Sanlúcar (Widlk., Colm.); ec. Chi- clana (Willk., Bourg.!, Colm., Lange), et alibi.—O. v. seepe induratione 2. Febr.-Jun. (v. v. et s.) 8. subintegra Per. Lar. in Flor. Gad. exc.—M. patula DC. 1. c., p. 444. —Wk. et Lge., 1. c.—/Zesperis arenaria Lag., Gen. et sp., p. 20 non Desf.—Stellato-tomentosa, canescens, foliis linearibus, canaliculatis, subintegris: pedicellis in- crassatis calyce brevioribus; dissepimento subdiafano; radice annua v. perennante. Variat ut anterior caulibus pumilis ac gracilibus vel firmio- ribus elatioribusque 30 cm. long. Hab. in arenosis incultis, pascuis et collibus aridis regionis inferioris: in loco el A/cornocal inter Arcos et Prado del Rey; in arenosis c. Chiclana; in Pinar de la Piedad pr. Puerto de Santa Marta, et alibi.—(v. v.) 5 (627) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 87 y. divisa Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Stellato-tomentosa, ca- nescens, foliis obovatis oblongisve pinnatipartitis, lobis obtusis interdum profunde dentatis; pedicellis fructiferis crasissimis plus minusve elongatis: dissepimento sub- opaco; radice plerumque perennante. Planta seepissime robusta. Hab. in eisdem locis cum precedentibus: pr. Ubrique; in Pinar de Villanueva c. Puerto Real; ad Molino de la Calera pr. Arcos, et alibi.—(v. v.) Omnes h:«e varietates formis intermediis connexee. Ar. geogr.—Hispania, Lusitania, ¿Imp. Maroccanum? Hesperis /. 1.653.—H. laciniata 4//. Flor. Ped. 1, p. 271, t. 82, f. 11 —DC., Syst. 11, p. 448.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, f. 4375!—Bertol., Flor. Ital. vi, p. 113.— Wk. et Lge., l. Cc. 1, p. 794.—Cheiranthus laciniatus Poir., Suppl. 11, p. 780. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane: juxta G7a- zalema; in Sierra del Pinar supra Benamahoma.—2. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis, Gallia australis, Italia, Dalmatia. Sisymbrium /. 1.654.—S. officinale Scop. Flor. Carn., ed. 2, 11, p. 26.—DC., Syst. 11, p. 459.—Reich., Ic. 1. c., t. 72, f. 4401! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 519. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 797.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 147.— Erysimum oficinale L., Sp. pl., p. 922.—Cav., Preel., p. 429.— Brot., Flor. Lus. 1, p. 575.— /rio sive Erysimum Dod., Pempt., p. 702, ic! Hab. in regione inferiore ubi in arenosis calcareisque incul- tis, pascuis, ruderatis et ad vias satis frequens: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr.); c. Chiclana (Cabrera!); c. Sanlúcar (Colm.); c 47co0s; C. Algar; pr. Alcala de los Gazules; in quer- 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (628) cetis pr. Castellar; in Sierra de Retín pr. Vejer; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—G. Apr.-Jun. (v. v. ets.) $. lerocarpum DC., Syst. l. e. Hab. in sylvaticis, in Carganta del Astillero et in Dehesa del Quejigal ditionis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—KEuropa fere omnis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.655.—S. Irio Z. Sp. pl., p. 921.—Cav., Preel., p. 435.-—Brot., Flor. Lus. 1, p. 588.—Reich., Ic. 1. c., t. 75, f. 4408! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 523.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 801.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 143. Hab. in arenosis argillosisque cultis, inter segetes, rudera- tis, collibus margaceis calcareisque, et ad vias regionis infe— rioris: ad Puerto de Santa Marta (Osbeck); in Chiclana (Chape!): c. Santúcar (Colm.); in Gibraltar (Ball, Dautez); pr. Jimena; in vicinitatibus Jerez, et alibi.—0O. Febr.-Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Azoricee. Erysimum /. 1.656.—E. australe /. Gay. Erysim., p. 6.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 88. —WIillk , Suppl. Flor. Hisp., p. 300. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane et subalpi- ne: in Cerro de San Cristobal e. Frazalema; in loco dicto Cueva de la Gotera supra Benamahoma; in Sierra del Endrinal pr. Be- naocaz.—2. Maj.-Jul. (v. v.) Specimina lecta a me cum caulibus erectis simplicibus 20-40 cm. alt., foliis virescentibus planis, basilaribus confertis in petiolum attenuatis lanceolato-oblongis lanceolato-lineari- busve (50-110 mm. long. et 3-6 lat.) dentibus minimis remotis, ceteris sparsis angustioribus integerrimis, racemis primum confertis demum laxis, floribus majusculis luteis v. aureis, et siliquis erecto-patentibus subincanis stylo longiusculo ad E. grandiflorum Desf. valde accedunt. Hoc veré, ut jam cel. (629) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 39 Ball et Cosson monuerunt, nihil nisi ejusdem 4. australis sub- varietas est. Ar. geogr.—Hispania, Gallia australis, Italia, Sicilia, Africa boreali-occidentalis. TRIB. ARABIDEZ Benth. et Hook. Matthiola RA. 5». 1.657.—M. sinuata 2%. Bb”. Hort. Kew. tv, p. 120.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1, f. 4350! — Amo, Flor. Iber. vi, p. 502.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 810.— Cheiranthus sinuatus L., Sp. pl., p. 926.— Leucoium marinum majus Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 298, f. 1! Hab. in arenosis maritimis: inter Gibraltar et San Roque (Dautez, Debeaux).—0. Maj.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa mediterranea et oceanica austro-occi- dentalis. 1.658.—M. varia DC. Syst. 1, p. 171.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 22.—Reich., Ic. 1. e., f. 4349! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 811.—Willk., Suppl., p. 301. Hab. in saxosis regionis montane: in montibus pr. Graza- lema (Reverch. ex Pau).—4%. Maj.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Sabaudia, Italia septentrionalis. 1.659.—M. tristis Z. 7. Hort. Kew. 1v, p. 120.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 22.—Reich., Ic. l. c., t. 46, p. 4348! —Wk. et Lge., l.c. 1, p. 811.—Cheiran- thus tristis L., Sp. pl., p. 925. — Hesperis angustifolia Cav.. Preel., p. 433.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 577.—Leucoium minus La- vandule folio obsoleto flore Barr., Plant. ic. 803! Hab. in rupestribus calcareis: pr. Frazalema (Reverch. ex Willk.) —2. Apr.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 1.660.—M. tricuspidata R. Bb». Hort. Kew. Iv, p. 120.—DC., Syst. 11, p. 175.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 812.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 22.—Cheiranthus tri- cuspidatus L., Sp. pl., p. 926.— Hesperis tricuspidata Lam., Dict. 111, p. 323. | 40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (630) Hab. in arenosis a mare non dissitis: inter Gibraltar et la Linea! (Brouss., Kel., Colm., Dautez); ad San Rogue (Dautez). —Q. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea. Nasturtium 2%. br. 1.661.—N. Boissieri Coss. Pl. crit., p. 26.—Wk. et Lge., 1. c. m, p. 814.—Willk,, Mlustr. Flor. Hisp. 1, p. 134, t. 169 A! —V. asperum Boiss., Voy. Dot. 11, p208 excl. Syn: Hab. in arenosis calcareisque humidis, herbidis, sylvaticis et ad rivulos regionis inferioris et montane: in Sierra del Caos supra Benaocaz; in Dehesa de la A lcaría ditionis Jerez sed lon- oissimé ab urbe; in loco dicto la Manga pr. Villaluenga; in monte Peñón de Merino pr. Ubrique.—0O. v. induratione 2. (VENve) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis. 1.662.—N. officinale Z. Bb”. Hort. Kew. 1v, p. 110.—DC., Syst. 11, p. 188. —Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 50, f. 4359! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 814.—Sisym- brium Nasturtivm L., Sp. pl., p. 916.—Cav., Preel., p. 438.— Brot., Flor. Lus. 1, p. 587. —Vasturtium aquaticum Dod., Pempt., p. 581 ic.! —Vulg. Berro. Hab. in regione inferiore et montana ubi in fossis, rivulis, locis uliginosis et aquis stagnantibus huc illuc frequenter occurrit: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr.); pr. Conil et c. Sanlúcar (Clem.); e. Chiclana (Cabrera!): pr. Ubrique; in Huer- tas de Benamahoma; jaxta Bornos; in Dehesa del Contador ditio- nis Puerto Real; in vicinitatibus Jerez, et alibi. —4. Mart-Jun. (v. v. e6 $.) 8. siifolium Steud., Nomencl. 11, p. 185.—WKk. et Lge., 1. c.— N. siifolium Reich., Ic. 1. c., f. 4361! Hab. in eisdem locis: c. Bo7n20s; in Arroyo del Albaladejo et ad Huertas de la Alcubilla ditionis Jerez, et alíbi.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa, Asia, Africa borealis et australis, Ame- rica septentrionalis et australis, Nova Zelandia. (631) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 41 Arabis /. 1.663.—A. sagittata DC. B. glastifolia.—A. glastifolia Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 43, f. 4343 c.! —Willk., Suppl. Pr. Flor. Hisp., p. 302. Hab. in nemoribus rupestribus regionis montane: pr. (ra- zalema (Reverch.)—9. Maj.-Aug. (n. v.) Ar. geogr.— Spec. in Europa feré tota, Asia occidentali, Algeria. 1.664.—A. auriculata L0. Dict. 1, p. 219.—Reich., Ic. 1. c., t. 39, f. 43341 —WKk. et Lge., 1. €. 11, p. 818.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 121. Hab. in rupestribus calcareis regionis subalpin:ee: in Cerro de San Cristobal supra Grazalema.—O. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et montes regionis mediterrane:e. 1.665.—A. parvula Desf. DC., Syst.-11, p. 228.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 25, t. 13, f. 0.1 — Coss., Pl. crit., p. 142.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 548.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 819. —Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 124.— A. brachypoda Boiss., Elench. n. 8. Hab. in arenosis calcareisque incultis regionis montan:e: pr. Grazalema (Reverch.)—0. Apr.-Jun. (mn. v.) Ar. geogr.—Hispania, Algeria. 1.666.—A. verna X. b?. Hort. Kew. 1v, p. 105 non Desf.—DC., Syst. 11, p. 215.—Reich., Ic. 1. c., £. 33, f. 4321 4/—Amo, Flor. Iber. vi, p. 538.—Wk. et Lge., l. c. 1, p. 821.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 120.— Hesperia verna L., Sp. pl., p. 928.—Desf., Flor. Atl. 11, p. 90.— Leucotum purpureum, Bellidis folio, et L. minus rotundifolivm Aore purpureo Barr., ic. 875 et 876! Hab. in rupestribus calcareis locisque saxosis sylvaticis re- gionis montane et subalpine: pr. Grazalema (Reverch.) in Cerro de San Cristobal; in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in Sierra Blanquilla ec. Villaluenga.—0O. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio feré omnis mediterranea, 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (632) Cardamine /. 1.667.—C. hirsuta Z. Sp. pl., p. 915.—Cav., Preel., p. 434.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 583.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 26, f. 4304! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 554.—WKk. et Lge., l. c. 111, p. 825.—C. sylvestris, minor italica Barr., Plant. ic. 455! Hab. in arenosis humidis, sepibus umbrosis, pascuis locis- que sylvaticis regionis inferioris et montanee: c. Puerto de Santa Maria (Gutierr.); pr. Sanlúcar (Colm.); ad Chiclana; in Dehesa de la Breña c. Zahara; in Sierra de Jota ditionis A lcald de los Gazules; in Abiertas de Caulina pr. Jerez, et alibi.— 2. Flor. a Jan. ad Majum. (v. v.) Ar. geogr.—Europa, Asia occidentalis, Africa borealis, Ca- narive, Madera, Azoricee. TRIB. ALYSSINEZ Benth. et Hook. Alyssum /. 1.668.—A. montanum /. Sp. pl., p. 907.—DC., Syst. 11, p. 309.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 19, f. 4274! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 562.—WKk. et Lge., l. Cc. 111, p. 832.—5Stellato-tomentosum, canescens, cauli- bus subherbaceis adscendentibus diffusisve, foliis inferioribus obovatis, superioribus oblongis, siliculis pedicello gracili sub- duplo brevioribus orbiculatis, stylo silicula seepe breviore. Hab. in rupestribus calcareis regionis montan et subalpi- ne: in Monte Prieto pr. Zahara; ad Pozos de la nieve montis Cerro de San Cristobal supra GFrazalema.—2%. Maj.-Jul. (v. v.) 8. diffusum Boiss., Voy. bot. 11, p. 44.—A. difusum Ten., App. Hort. Neap., 1815, p. 58.—DC., Syst. 1. c., p. 310.—WKk. et Lge., 1. c.—Stellato-tomentosum, canescens, caulibus sub- herbaceis diffusis y. adscendentibus, foliis inferioribus obovatis, superioribus lineari-lanceolatis utrinque atte- nuatis, siliculis pedicello gracili apice plus minusve de- (633) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 43 flexo duplo et ultra brevioribus subovatis, stylo siliculse lon— citudinem superante. Hab. in glareosis rupestribusque calcareis regionis subal- pine: in monte Sierra del Pinar juxta Cueva de la Gotera su- pra Benamahoma ad 1.600 mn. alt.—(v. v.) y. Allanticum Boiss., 1. c., p. 44.—Desf., Flor. Atl. 11, p. 71, t. 149! —DC., l. c., p. 305.—Boiss., 1. Cc. suppl., p. 717.— Wk. et Lge., l. c., p. 831.—Stellato-tomentosum , sublepi- dotum, argenteum, caulibus basi suffruticosis adscenden- tibus erectisve, foliis inferioribus spathulato-lanceolatis, superioribus lanceolatis basi attenuatis, siliculis pedicello crasso paulo brevioribus orbiculatis, stylo siliculam subee- quante. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane: in Sierra del Endrinal supra Grazalema; in Sierra del Reloz inter Benao- caz et Villaluenga.—(v. v.) S.—var. alpinunm, canescens v. argenteum, caulibus 6-10 cm. ramisque sterilibus foliosis abbreviatis ceespitem densum formantibus, siliculis brevius stylatis. — 4. 4A/tlanticum 8. alpinum Wk. et Lge., l. c., p. 832. Hab. in rupestribus calcareis regionis subalpine: in Sierra del Pinar supra Benamahoma.—(v. v.) Note diagnostice quibus 4. difusum et A. Allanticum a A. montano distinguuntur omnes instabiles et fallaces. Conf. Ball., Spic., p. 320, et Cosson, Comp. Flor. Atl. 11, p. 232. Ar. geogr.—Spec. in Europa media et regione omni medi- terranea; 6. in Hispania et Italia australibus; y. in montibus Hispanie australis et Africee borealis. 1.669.—A. campestre /. Sp. pl., p. 909.—Cav., Preel., p. 402 ex p.—DC., Syst. 11, p. 314.—Reich., lc. 1. c., t. 18, f. 4270! —Amo, l. c., p. 561.— Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 833.—4A. montanum Brot., Flor. Lus. 1, P. 559.— A. nanum Pomel, Mat. Flor. Atl., p. 232. Variat statura 10-20 cm. aut pumila 4-7 cm.—A. campestre fB. pusillum Per. Lar. in Flor. Gad. exs. Hab. in arenosis incultis et rupestribus calcareis regionis montane et subalpine: in Sierra Loma de la Novia ditionis 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (634) Jerez; in Cerro de San Cristobal supra Grazalema.— O. Mart.- Jun. (v. v.) : Ar. geogr.—Europa media, regio omnis mediterranea. 1.670.—A. calycinum L. Sp. pl., p. 908.—DC., Syst. 11, p. 315.—Reich., lc. 1. c., f. 4269! Amo, 1. c., p.560.—Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 833.—A. campestre Cav., Preel., p. 402 ex p. Hab. in arenosis, glareosis et rupestribus calcareis regionis montanee et subalpine: in Cerro de San Cristobal supra Graza- lema; in Sierra de Libar pr. Villaluenga.—O. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia mediterranea. 1.671.—A. spinosum /. Sp. pl., p. 907.—Cav., Preel., p. 402.—DC., Syst. 11, p. 320.— Amo, l. c., p. 568.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 238.— Ptilo- trichum spinosum Boiss., Voy. bot. 11, p. 46.—Wk. et Lge., l. Cc. 1115 p. 835.— Thlaspi spinosum Hispanicum Barr., Plant. ic. 808! Hab. in glareosis rupiumque calcarearum fissuris regionis montane et subalpine: in Cerro de San Cristobal! pr. GFraza- lema (Clem.!); in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in Sie- rra del Endrinal inter Grazalema et Benaocaz. —?. Maj.—Jul. (1. v..et S.) Ar. geogr.—Hispania et Gallia mediterranee, Algeria, Imp. Maroccanum. Koniga 4/4ns. 1.672,—K. maritima £. b?. Obs. Oudn., p. 9. —Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 18, f. 4266! — Clipeola maritima L., Mant., p. 426.—A /yssum maritimum Cay... Preel., p. 403.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 558.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 566.— Lobularia maritima Desv., Journ. bot. 11, p. 162.— Wk. et Lge., l. c. 11, p. 836.—Canescens, caudice ceespitoso ramis subherbaceis gracilibus adscendentibus diffusisve, foliis linearibus v. lineari-oblongis acutis, petalis albis, siliculis longé laxeque racemosis ovatis v. orbicularibus, stylo brevi, loculis monospermis. Variat ramis plus minusve elongatis, foliis latioribus interdum virescentibus; pedicellis silicula du- (635) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 45 plo triplo v. subquadruplo longioribus, nonnunquam confer- tis.—£Lobularia maritima $. densiflora Lange—siliculis 2-3 mm. pubescentibus glabrisve; seminibus nunc apteris, nunc latere uno aut circumcirca angustissime membranaceo-alatis. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis maritimis preesertim, rupestribus calcareis collibusque apricis huc illuc abundat: c. Puerto de Santa María (Gutierr.!) ad Castillo de Doña Blanca: in Conil et Tarifa (Clem.); pr. Sanlúcar (Clem., Willk., Colm., Lange); in monte Gibraltar! (Kel., Winkler, Dautez) forma pedicellis longioribus et siliculis ampliusculis; in vicinitatibus Cadiz! (Lange); forma densiflora; c. San Roque etad Algeciras (Dautez); in Sierra del Santiscal inter A7cos et Prado del Rey; in Cerro de los Mártires c. San Fernando, forma siliculis ampliusculis; in vicinitatibus Jerez ubi abundat, et alibi.—2. Flor. a Octob. ad Apr. (v. v. ets.) 3. strigulosa Rouy, Exc. bot. Esp. 11, p. 58.—Ptilotrichum stri- gulosum Kunze, Chlor. Austr. Hisp.—Willk., Pug., p. 128. — Koniga strigulosa Nym., Sill., p. 200.— 4 1yssum strigu—- losuwin Amo, 1. c.. p.5711.—Lobvularia strigulosa Wk. et Lge., AO pi). —Willk:, llustr; Elor. Hisp. 1, p. SA, t. 56, f. Al—Canescens, caudice seepe crasso ceespitoso ramis bre- vibus herbaceis erectis adscendentibusve, sterilibus laxe foliosis, foliis oblong:o-spathulatis v. lanceolato-oblongis obtusiusculis, petalis albis basi violaceis (nec purpureis ut in icone Willkommiana), siliculis laxé racemosis pedi- cello subduplo brevioribus seepe suborbicularibus pilosu- lis, stylo brevi, seminibus anguste membranaceo-alatis. Hab. in regione montana et subalpina ubi in fissuris rupium calcarearum huc illuc provenit: in Cerro de San Cristobal pr. Grazalema! (Reverch.); in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in Sierra de Libar e. Villaluenga, et alibi.—(v. v.) y. fruticosa.— Koniga fruticosa Per. Lar. in Flor. Gad. exc.— Incana, caule crasso erecto brevi ramisque tortuosis erecto- patulis valde lignosis cortice rugoso testaceo tectis, ramu- lis sterilibus dense foliosis, foliis lanceolato-linearibus crassiusculis canaliculatis, petalis albis, siliculis racemo- sis pedicello duplo brevioribus seepe ellipticis utrinque plus minusve attenuatis pilosulis, stylo brevi, loculis mo- 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (635) nospermis, seminibus angustissimé membranaceo-alatis. Fructex nanus, 10-15 cm. alt., ramis ramulisque cymam subfastigiatam formantibus; foliis 10-18 mm. long. et 1-2 lat. Hab. in argilloso-arenosis incultis et dumosis regionis infe- rioris: in Dehesa de Gigonza et in Dehesa de la Dorada ditionis Jerez.— >. (v. v.) A forma vulgari var. sirigulosa et preesertim var. fruticosa aspectu valde diversee, sed vix notis stabilibus distinctee. Cras- sities et infirmitas induratiove caulium, ramorum pedicello- rumque longitudo, et foliorum ac silicularum forma indumen- tumque, in X£. maritima pro locorum natura valde variabiles sunt. Ar. geogr.—Spec. in Europe et Africe borealis regione me- diterranea, Lusitania, Azoricis, Madera, Canariis. 1.673.—K. Libyca KR. Bb”. Obs. Oudn., p. 8.—Boiss., Flor. or. 1, p. 289.— Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 242.—£unaria Libyca Viv., Pl. Lib., p. 34, t.16, f. 1.—Lobularia Libyca Coss., Pl. crit., p. 145.—Wk. et Lge., CAM Hab. in arenosis cultis incultisque et ad margines agrorum regionis inferioris: c. Puerto de Santa Maria (Bourg.!); pr. Cd- diz (Lange); inter 4A7cos et Prado del Rey in preedio dicto E/ Lugo; in vicinitatibus Jerez (Winkler) ad vias arenosas et in vineis ubi frequens.—(O. Flor. a Nov. ad Jun. (v. v. ets.) A Koniga maritima radice annua, sepalis subpersistentibus, siliculis majoribus planiusculis, loculis 4-5 spermis, stylo bre- vissimo, seminibus late membranaceo-alatis, bene distincta mihi videtur. Specimina lecta a me variant caulibus prostra- tis, adscendentibus erectisve, racemis a basi ad medium et ultra bracteatis plus minusve elongatis, pedicellis siliculam vix excedentibus vel ea paulo brevioribus, et siliculis 4-6 mm. long. Statura 15-40 cm., interdum nana (6-10 cm.) e tum LK. L1- byca var. pumila Per. Lar. in Flor. Gad. exs. quee a forma vul- garis racemis brevibus laxissimis et foliis floralibus multo lon- gioribus insuper differt. (637) Perez Lara. —FLORULA GADITANA. 47 Draba /. 1.674.—D. Hispanica 5Bo/ss. Elench., n. 18 et Voy. bot. 11, p. 48, t. 13, f. a! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 577.—Ball., Spic., p. 322.—Wk. et Lge., 1. c. ni, p. 839.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 243.—D. aizoides Cav., Preel., p. 421 et Webb, Iter., p. 7 non L.—D. Atlantica Pomel, Mat. Flor. Atl., p. 232.—D. Hispanica g. brachycarpa Wilk. in Oesterr. bot. Zeitschr., an. 1891. Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis subalpinee: in Cerro de San Cristobal pr. Grazalema (Reverch.); in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in Sierra del Moro inter Grazalema et Benaocaz.—4%. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis et australis, Algeria, Imp. Maroccanum. | Erophila 7C. 1.675.—E. verna JV4114. Wk. et Lge.. 1. c. 11, p. 8441.—Draba verna L., Sp. pl., p. 896. —Cav., Prel., p. 422.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 559.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 581.—Zrophila vulgaris DO., Syst. 11, p. 336.—Paro- nychia vulgaris Dod., Pempt., p. 112, f. 2! Hab. in petrosis muscosis rupiumque fissuris regionis mon- tane et subalpinee: in Cerro de San Cristobal supra Grazalema: in Monte Prieto pr. Zahara; in Peñón de Langarin ad El Gastor, et alibi.—O. Jan.-Apr. (v. v.) Ar. geogr. —Europa fere omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. TRIB. BRASSICEA Benth. et Hook. Carrichtera DC. 1.676.—C. Velle DC. Syst. 11, p. 642.—Amo, Flor. Iber. vr, p. 595.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 847.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 278.—Vella an- nua L., Sp. pl., p. 895.—Cav., Preel., p. 411.— Vasturtium syl- vestre Valentinum Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 130, f. 1! | 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (638) Hab. in arenosis, ruderatis et ad vias regionis inferioris, sed rare occurrit: c. Puerto de Santa Marta (Gutierr.); pr. Sanlúcar (Clem.!, Colm.); ad Chiclana (Chape”).—0O. Febr.-Jun. (v. s.) Ar. geogr. — Hispania mediterranea, Baleares, Sardinia, Sicilia, Greecia, Syria, Mesopotamia, Persia, Africa borealis, Canarle. Succowia /edi%. 1.677.—S. Balearica Mediz. Ust. ann. 1, p. 41.—DC., Syst. 11, p. 643.—Guss., Flor. Sic. Pr. 11, p. 220.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 134.—Amo, Flor. Iber. v1, p. 596.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 848.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 279.— Bunias Balearica L., Mant., p. 429.—Gouan, lllustr., p. 45, t. 20! Hab. in rupibus umbrosis maritimis: in monte Gibraltar (Boiss., Willk., Kel., Dautez); ad San Roque (Dautez).— O. Mart.-Majo. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania mediterranea, Baleares, Corsica, Sar— dinia, Etruria, Sicilia, Algeria, Imp. Maroccanum, Canariz. Eruca DC. 1.678.—E. sativa Lam. Flor. Fr. 11, p. 496.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1, t. 84, f. 4421! —Amo, Flor. Iber. vr, p. 4/14.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 848.— Brassica Eruca L., Sp. pl., p. 932.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 581. —Eruca grandiflora Cav., Preel., p. 426 ex p.—Lruca sativa Dod., Pempt., p. 696, f. 1! Hab. in ruderatis et ad vias regionis inferioris et montane. c. Zahara; pr. Benaocaz; inter Grazalema et Villaluenga.—O. O. Febr.-Jun. (v. v.) 8. longirostris.—E. longirostris Uechtr. in Oesterr. bot. Zeitschr. (1874), p. 136. —Wk. et Lge., 1. c., p. 849. —Willk., Ilustr. Flor. Hisp. 1, p. 92, t. 59! —Kruca grandiflora Cav., Preel., IC AEXA_E Hab. in arenosis argillosis calcareisque cultis, ad margines agrorum, in ruderatis et pascuis apricis regionis inferioris: (639) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 49 pr. Puerto de Santa Marta (Bourg.); c. Algar; inter Arcos et Prado del Rey; im ditionis Jerez locis fsleta de Cartuja, Con- vento del Valle, et alibi.—(v. v.) Pruca sativa, utjam cel. auct. monuerunt, valde variabilis est, et inter specimina lecta a me nonnulla ambigua inter var. £. et formam vulgarem. Ar. veogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa borea- lis, Canariee, Madera. Var. $. adhuc in Hispania mediterranea. Sardinia, Sicilia, Italia australi, Greecia, Africa boreali. Sinapis /. 1.679.—S. alba /. Sp. pl., p. 933.—Cav., Preel., p. 427. — Brot., Flor. Lus. 1, p. 585.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 85, f. 4424! —Moris, Flor.. Sard. 1, p. 180.—Amo, Flor. .Iber. vi, p. 471.-——WKk. et Lge., l. Cc. 111, p. 8S91.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 205. —Vulg. Mostaza. Hab. in arenosis umbrosis, ruderatis et ad vias regionis in- ferioris: c. Sanlúcar (Clem.); ad Gibraltar (Kel.); pr. Jimena; inter Zahara et Algodonales; ad Molino de Cartuja urbis Jerez, et alibi.—O. Mart.-Maj. (v. v.) S. hispida Schousb. Mauritanie Tingitane Beticeque Onu- bensis incola et in provincia Gaditana adhuc non visa, sine dubio ulterius invenienda. Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canariee. 1.680.—S. arvensis Z. Sp. pl., p. 933.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 584.—DC., Syst. 11, p. 615.—Reich., Ic. 1. c., ft. 86, f. 4425! — Moris, Flor. Sard. 1, p. 176.—Amo, 1. c., p. 466.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 851.— Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 204.— S. Orientalis L., Amen. 1v, p. 280 et Sp., p. 933.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 584.—DC., Syst. 11, p. 616.— Brassica Sinapistrum Boiss., Voy. bot. 11, p. 39.— Ra- pistrum Dod., Pempt., p. 664, f. 1! Variat promiscue plus minusve setoso-hispida, foliis ine-— qualiter inciso-dentatis aut lyrato-pinnatifidis, sepalis inter- dum pilis raris preditis, siliquis glabris aut plus minusve te- trorso-hispidis. ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (640) Hab. in argillosis, arenosis calcareisque cultis, in ruderatis et ad vias regionis inferioris et montanee: c. 4 /geciras (Clem.); ad Chiclana (Chape!); Gibraltar (Kel., Dautez); c. Algar; in vineis urbis 47c08; pr. Trebujena; pr. Puerto de Santa Marta: in vineis cultisque urbis Jerez, et alibi.—O. Flor. a Novembre ad Junium. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Asia occidentalis, Africa borea- lis, Canarise, Madera. Brassica /. (ex p.) 1.681.—B. oxyrrhina Coss. Pl. crit., p. 26.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 854.—B. sabularia Kunze, Chlor., n. 442 non Brot.—Sinapis ozyrrhina Amo, Flor. Fber./vI, p..469: A B. sabularia diftert petalorum venis atro-fuscis, glandulis hypogynis placentariis oblongis, siliquarum rostro sepius val- vis longiore, valvis 3-5-nerviis nervis lateralibus rectiusculis,: seminibus validius et laxius foveolatis. Conf. Coss. l. c. Hab. in sabulosis maritimis: pr. Sanlúcar (Willk., Bourg.!). — (O. Jan.-Apr. (v. s.) Ar. geogr.— Hispania austro-occidentalis et Lusitania aus— tralis. 1.682,—B. sabularia 5rof. Flor. Lus. 1, p. 582 et Phyt. Lus. 1, p. 97, t. 431—DC., Syst. 11, p. 605.—Amo, l. c., p. 483.—Wk. et Lge.. 1. c. 111, p. 855.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 193. —Sisymbrium Parra L., Mant., p. 255 excl. loc. nat. Hab. in sabulosis maritimis: pr. Sanlúcar (Clem., Colm.) juxta Bonanza (Willk.); in vicinitatibus Cadiz (Cabrera); inter Sanlúcar et Chipiona.—O. Febr.-Majo. (v. v.) 6. papillaris Boiss., Voy. bot. 11, p. 36, t. 7! —Wk. et Lge., 1. c. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 23. Hab. in sabulosis maritimis, ad Gibraltar (Boiss., Kel., Dau- tez, Reverch.)—(n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes. 1.683.—B. Tournefortii Gou47. Tllustr., p. 44, t. 20, f. A—DOC., Syst. 11, p. 602.—Boiss., Voy. (611) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 51 bot. 11, p. 36.—Amo, Flor. Iber. vr, p. 480.—Wk. et Lge., l. c. mm, p. 855.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 23.— Zruca erecta Lag... Gen. et sp., p. 20. Hab. in sabulosis maritimis et arenosis incultis regionis in— ferioris: ad Puerte de San Felipe circa La Linea, et pr. San Ro- que (Dautez).—O. Febr.-Mart. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Grecia, Creta, Caucasii, Asia occidentalis, Agyptus, Tunetia, Algeria, et Lusitania australis ex Mach. 1.684.—B. fruticulosa Cy”. Pl. rar. 11, p. 7, t. 1.—DC., Syst. 11, p. 604.—Amo, Flor. Iber. vI, p. 482.—WKk. et Lge., l. c. 111, p. 859.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 23.— Sinapis radicata Sibth. et Sm., Pr. Flor. Greec. 11, p. 32 non Desf. Hab. in arenosis et rupestribus calcareis regionis inferioris. ad San Roque et in monte Gibraltar (Dautez, Debeaux). — O. 4%. Mart.-Jun. (n. v.) Ar. geoger.—Hispania mediterranea, Gallia australis, Sicilia, Ttalia australis, Greecia, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.685.—B. nigra Kocf/. Deutschl. Fl. 1v, p. 713.—Amo, Flor. Iber. vr, p. 479. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 860.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 180.— Sinapis nigra L., Sp. pl., p. 933.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 585.— Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 88, f. 4427. —Vulg. Mostazo. Hab. in regione inferiore ubi in argillosis cultis, inter sege- tes, ad vias agrorumque margines frequenter provenit huc illuc abundans: c. Sanlúcar (Clem., Bourg); pr. Jerez (Clem.!) ubi inter segetes abundat; ad Cortijo de Gédula pr. Arcos; im- ter Villamartin et Prado del Rey; in Cortijo de Charco-dulce e. Medina; in loco 41 Espadañal pr. Jimena; in pago Fascinas di- tionis Tarifa, et alibi.—O. Apr.-Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. Erucastrum Pres/. 1.686.—E. incanum Xocf/. Syn. Flor. Germ., ed 1, p. 56.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 861. 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (642) —Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 172.—Simapis incana L., Sp. pl., p. 934.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 585 et Phyt. 11, p. 205, t. 172! — Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 85, f. 4423! —Hirschfeldia adpressa Mcench, Meth., p. 264.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 484.— Brassica adpressa Boiss., Voy. bot. 11, p. 38.— Prucastrum heterophyllum WKk. et Lee: le: Species quam maxime polymorpha. Variat promiscue caule plus minus scabro-hirto sepius a basi ramoso 4-10 dc.; foliis inferioribus virentibus cinerascentibusve, lyrato-pinnatifidis s. lyrato-pinnatisectis, lobo terminali nunc obovato aut sub— rotundo, nunc oblongo aut oblongo-lanceolato plus minusve acuto; sepalis elabris aut pilosiusculis; siliquis glabris, pube- scentibus aut dense hirtis (Sinapis heterophylla Lag.!), cras- siusculis s. eracilibus, loculis 3-6-spermis, valvis interdum torulosis 4-10 mm. long., rostro brevi aut longiusculo, ovato lanceolatove, basi nihil aut plus minusve constricto, 1-2-sper- mo interdum aspermo. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis, argil- losis calcareisque incultis, ruderatis, pascuis apricis, et ad vias abundanter provenit: c. Puerto de Santa María (Gutierr.!, Colm.); Gibraltar (Pourr., Kel., Dautez); pr. Santúcar (Clem., Bourg.): pr. Cádiz (Colm.); ad San Roque (Dautez); in A/calá de los Gazules: Algar; Arcos; Ubrique; Jimena; Medina; im vici- nitatibus Jerez, et alibi.—O. O). Apr.-Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.— Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canartie. ¿1.687.—E. obtusangulum Reich. “Flor. Germ. exc., p. 693 et Ic. l. c., f. 4429! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 493.—WKk. et Lge., l. c. 11, p. 862.— Brassica Bru- castrum L., Sp. pl., p. 932.— Sisymbrium obtusangulum Lois., Flor. Gall. 11, p. 80. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris, Cc. Puerto de santa Maria (Gutierr. ex Colm.) —4. Apr.-Jun. (n. v.) Specimina perpauca a me, pr. Benaocaz in Sierra del Caos, lecta valde incompleta sunt ut discernere possim, num ad E. obtusangulum am ad aliam speciem pertineant. Ar. geogr.—Hispania, Gallia, Germania occid., Helvetia, Italia. (643) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 53 Diplotaxis DC. 1.688.—D. saxatilis DC. Syst. 11, p. 636. —Sisymbrium saratilis Lam., Flor. Fr. 11, pio: Var. Lagasce Willk., Suppl. Pr. Fl. Hisp., p. 308.— Sinapis nudicaulis Lag., Gen. et sp., p. 20. —Brassica humilis Boiss., Voy. bot. 1, p. 39.ex p.—Wk. et-Lge.,:1. C. 111, p. 858 ex p.— Diplotaxis brassicoides £. Lagasce Willk., Mustr. Flor. Hisp. b> pe» 141685, £ BD! Hab. in rupestribus calcareis regionis montan: in Cerro de San Cristobal supra Grazalema (Reverch.)—2%. Apr.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Spec. in Gallia australi, Hispania orientali et australi, Algeria, Imp. Maroccano. 1.689.—D viminea DC. Syst. 11, p. 633. —Sisyibrium viminevm L., Sp. pl., p. 919. Var. integrifolia Lange, Pug., p. 273.—WRk. et Lge., l. c. 111, p. 865.—D. Prolongi Boiss., Elench. n. 15.— Brassica Prolonyi Boiss., Voy. bot. 11, p. 33. Hab. in graminosis regionis inferioris: pr. Puerto de Santa Marta (Lange».— 0. Febr.-Jun. (n. v.) Var. precoz Lange, l. c.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in incultis regionis inferioris: e. Puerto de Santa Maria (Lange). —(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occiden- tali, Africa boreali. 1.690.—D. erucoides DC. Syst. 11, p. 631.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 84, f. 4422! — Amo, Flor. Iber. vi, p. 485.—Wk. et Lge., 1. c. nr, p. 866.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 24. —Sinapis erucoides L., Sp. pl., p. 934.—Sisymbrium erucoides Desf., Flor. Atl. n, p. 83.—Bras- sica erucoides Boiss., Voy. bot. 11, p. 33.— Eruca sylvestris flore albo italica Barr., Plant. ic. 132! Hab. in arenosis, ruderatis locisque cultis regionis inferio- ris: pr. Chiclana? (Chape!):; in vicinitatibus Cádiz (Colm.); Á/l- geciras, San Roque, Fibraltar (Dautez).—0O. Jan.-Jun. (v. s.) 51 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (614) Ar. geogr.—Europa fere tota australis, Asia mediterranea, Africa borealis. 1.691.—D. virgata DC. Syst. 11, p. 631.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 486.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 866.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 164.—Sinapis vir- gata Cav., Preel., p. 428.— Brassica virgata Boiss., Voy. bot. 1, p. 335.—Vulg. Jaramago v. Aramago. Species valde polymorpha. Variat promiscué caule erecto autadscendente, plus minusve ramoso hirtoque, 20-90 cm. alt.; foliis inferioribus pinnatifidis, pinnatipartitis pinnatisectisve 5-10 cm. long., interdum 20 cm. usque (forma macrophylla Per. Lar., Flor. Gad. exs.), segmentis oblongis lanceolatisve, terminali ceeteris nunc paulo majore, nunc interdum longis- simo; pedicellis 7-20 mm. long. sepalisque glabris aut hispi- dulis; siliquis pedicellc modo subeequilongis, modo duplo aut subtriplo longioribus, linearibus lineari-oblongisve, rostro lineari aut ovato-lanceolato, plus minus compresso, 1-6 mm. long., aspermo aut mono-dispermo. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis, argillosis, calca- reis et eypsaceis cultis incultisque, in pascuis, ruderatis, ad muros et in tectis, per omnem feré provinciam vulgatissima: Sanlúcar, Conil, Algeciras (Clem.); Cádiz (Willk., Chape!, Bourg.!); San Roque (Ball); Chiclana, San Fernando, Medina, Árcos, Trebujena, Jerez, et alibi.—O. Flor. a Nov. ad Junium. (V. Va 815.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa borealis. 1.692.—D. siifolia Aunze. Chlor. Austr.—Hisp., n. 443.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 490.— Wk. et Loe., 1. c. 11, p. 866! —Willk., lllustr. Flor. Hisp. 1, p. 136, t. 83!—Coss., Flor. Atl. 11, p. 162.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 24.—Brassica torulosa Dar. ap. Duchartre, Rev. bot. 1, p. 434. Variat caule erecto v. caulibus adscendentibus plus minusve hirtis, 20-90 cm. alt.; foliis inferioribus seepe pinnatisectis, segmentis approximatis aut remotis, ovatis oblongisve, inciso- dentatis s. pinnatifidis, nunc sessilibus nunc petiolulatis; ra- cemis fructiferis laxis interdum confertis, pedicellis 5-18 mm. long. sepalisque glabris aut hirtulis; siliquis pedicello modo subeequilongis, modo duplo aut subtriplo longioribus, rostro (645) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 55 lineari v. lineari-subulato, compresso, 3-8 mm. long., aspermo aut mono-dispermo. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis cultis incultisque, ruderatis, pratis maritimis et collibus aridis huc illuc occurrit: pr. Sanlúcar! (Willk., Bourg.); c. Chipiona, et inter San Per nando et Cadiz! (Willk.); pr. Chiclana (Colm.); in Gibraltar et ad San Roque (Winkl.); ad Convento de la Piedad pr. Puerto de Santa Marta; ad Puerto de Buena-vista ditionis Jerez, et alibi. —O. Jan.-Majo. (v. v. et s.) 3. bipinnatifida Coss., llustr. Atl. 11, p. 40, t. 28! et Comp. Flor. Atl. 11, p. 163. Hab. in collibus arenosis regionis inferioris: in lapicidinis inter Jerez et Puerto de Santa Marta; in Dehesa de la Zarza inter Jerez et Puerto Real.—(v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.693.—D. catholica DC. Syst. 11, p. 632.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 486.—Wk. et Lge., l. €. 11, p. 867. — Sisymbrium catholicum L., Mant., p. 93.— Brot., Flor. Lus. 1, p-587 et Phyt. Lus. 11, p: 202,4. 1711—VYulg. JAramayo. Hab. in arenosis cultis incultisque, ruderatis et collibus sic- cis regionis inferioris: inter Gibraltar et San Roque (Pourr. ex Colm.); pr. Ubrique (Bourg.!); in vineis pr. 4rcos; in Abiertas de Caulina ditionis Jerez, et alibi.—O. Dec.-Majo (v. v. et s.) Ar. geogr. —Lusitania, Hispania, ¿Baleares et Mauritania Tingitana? Moricandia JC. 1.694.—M. arvensis DC. : Syst. 11, p. 626.— Amo, Flor. Iber. vr, p. 494.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 869.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 157.— Brassica arvensis L., Mant., p. 95.—B. Moricandia Boiss., Voy. bot. 1, p. 34.— Hesperis arvensis Cav., Preel., p. 431. Hab. in arenosis, argillosis calcareisque cultis regionis in- ferioris: inter segetes pr. Grazalema (Reverch.)—0. 4. Apr.- Jun. (M.:y:) : Ar. geogr.— Europa fere tota mediterranea, Africa borealis. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (646) 1.695.—M. Ramburei Jeb0. It. Hisp., p. 73.—Coss., Pl. crif., p. 143.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 869.— M. arvensis £. Ramburei Amo, Flor. Iber. vI, p. 494.— Prassica Moricandioides Boiss., Elench. n. 12 et Voy. bot. 11, p. 34, 10) Hab. in arenosis argillosisque incultis, locis glareosis et collibus calcareis gypsaceisve regionis inferioris: inter Ubri- que et El Bosque; in Dehesa de la Sierrezuela, et in arenis fiuvii Guadalete ad la Cartuja ditionis Jerez, et alibi.—4. Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. Fam. Papaveraceze Juss. Papaver /. 1.696.—P. rupifragum Boss. el Reut. Pug., p.6.—Amo, Flor. Iber. vr, p. 648.—Wk. et Lge., l. c. 111. POL: Hab. in rupium calcarearum fissuris glareosisque regionis montan et subalpine: pr. Erazalema in Cerro de San Cristo- bal (Clem.!, Reverch.) et in Sierra del Endrinal (Boiss., Reut.): in Sierra del Pinar supra Benamahoma.—24. Maj.-Jul. (v. v. ets.) P. Atlanticum in Imp. Maroccano meridionali crescens, ex descriptione. — Ball, Spic., p. 313—et icone—Coss., Illustr. Flor. Atl., t. 6—a 2. rupifrago proprie distinctum mihi vi- detur. Ar. geogr.—In montibus provincie Gaditane hucusque tan- tum detectum. 1.697.—P. hybridum /. Sp. pl., p. 725.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 253.—Reich., Ic. Flor. Germ. m1, t. 14, f. 4476! —WKk. et Lge., l. c. n1, p. 871.—Vulg. Amapola. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, inter segetes et ad vias huc illuc abundanter occurrit: inter Gibraltar et San Rogue (Cav., Kel.); c. Puerto de Santa María (Gutierr., Bourg.); in vicinitatibus Jerez (Win- kler) ubi abundat; inter Rota et Puerto de Santa Marta; Cc. A5- «6 17) Perez Lrra —FLORULA GADITANA. . »7 cos; ad Bornos; c. Grazalema; pr. Medina, et alibi.—0. Apr.- Majo. (v. v.) P. Argemone in ditione Gibraltar a Kelaart indicatum fuit, sed quum in territorio nostro numquam visam nec ibidem a botanicis recentioribus repertum sit, dubius Flore Gaditanee civis mihi videtur. Ar. geogr.—P. hybridum in Europa media et australi, Asia occidentali, Africa boreali, Canariis. 1.698.—P. dubium /. Sp. pl., p. 726.—Brot., Flor. Lus. 11, p..253.—Reich., Ic. 1. €., t. 15, f. 44711 —WKk. et Lge., l. c. 111, p. 872. Hab. in arenosis et argillosis cultis incultisque, inter sege- tes, in collibus et ad vias regionis inferioris et montan: c. Santúcar et pr. Jerez (Clem.); c. Vejer (Willk.); in Gibraltar (Kel.); pr. Erazalema; in collibus c. 4/ealá de los Gazules, et alibi.—O. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Caucasus, Africa borealis, Ca- narise, Madera. 1.699.—P. Rhoas Z. Sp. pl., p. 726.—Cav., Preel., p. 482.—Brot., Flor. Lus. 11, p..253.=— Reich., Ic. 1. c.,-f. 15, f. 4470! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 872.—P. erraticum Dod., Pempt., p. 444 ic.!—Vulg. Amapola. Species quoad staturam, villi copiam, foliorum figuram. petalorum colorem dimensionesque, capsularum formam ac magnitudinem, et numerum stigmatum valde variabilis. In- ter specimina permulta lecta a me, alia pedunculis radicali- bus et capsulis obovato-oblongis basi attenuatis, alia foliis pinnatisectis segmento terminali lineari-lanceolato laterali- bus quadruplo quintuplove longiore (2. caudatifolium Timb.) a forma typica satis differunt. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, inter segetes, in vervactis, ruderatis, pascuis et ad margines agrorum per omnem feré provinciam abundan- ter occurrit: ad Puerto de Santa Maria (Osbeck., Willk.): C/4- clana (Chape!); Vejer (WilIk.); Gibraltar (Kel.); Jimena, Alcald. Ubrique, Grazalema, Villamartin, Arcos, Medina, Jerez, et alibi. SO Ap Jan ets.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarisee, Madera. 53 . ANALES DLE HISTORIA NATURAL. (613) 1.700.—P. somniferum /. Sp. pl:, p. 726.=Coss: et Germ, Elor: Par:,p: 93; Var. setigerum Webb et Berth., Can. 1, p. 58.—Boiss., Flor. or. 1, p. 116.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 62.—P. setigerum DC., Syst. 11, p. 81.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 873.—Debeaux, Flor. GIbp pr 19,=P: sommiferunm Reich., Ic. 11, t. 17, f. 4481! —Vulg. 4Adormidera. Hab. in arenosis, argillosis et calcareis cultis incultisque, in ruderatis et collibus regionis inferioris, sed rare: pr. Ubri—- que (Clem.); in Picacho de Alcald de los Gazules (Bourg.); in Gibraltar (Dautez); inter Bendocaz et El Bosque.—O. Mart= Majo. (v. v.) Var. oficinale Coss. et Germ., l. c.—?. oficinale Gmel., El. Bad. Als. 11, p. 479.—Reich., Ic. 1. c., t. 17, f. 4482! —P. somni- Jerum Brot., Flor. Lus. 1, p. 254.—P. somnif. 8. album DOC., Syst. 11, p. 82.—P. sativum tertium Dod., Pempt., p. 442, f. 2! Colitur in hortis et huc illuc subspontaneum c. habitatiozes frequenter occurrit.—(v. v.) : Arg. geogr. —Europa australis, Africa borealis, Canarie, ' Madera. Romeria Mediz. 1.701.—R. hybrida DC. Syst. 11, p. 92.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 874.— Ohelidonium hybridum L., Sp. pl., p. 724.—Cav., Preel., p. 484.— Papaver corniculatuín violaceo flore Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 92, f 2! Hab. in arenosis et calcareis cultis incultisque regionis in— ferioris: c. Sanlúcar et pr. Jerez (Clem. ex Colm.)—0O. Apr.- JON: (1: Y:) Ar. geogr.— Hispania centralis et mediterranea, Gallia, Ba- leares, Greecia, Turcia, Asia occidentalis, Africa borealis. Glaucium 7047. 1.702.—G. flavum Crantz. Stirp. austr., fasc. 2, p. 133 (1763).—DC.., Syst. 11, p. 9.—= Chelidonium Glaucium L., Sp. pl., p. 724.--Cav., Preel., p. 483. —Brot., Flor. Lus. 1, p. 255.—Glaucium luteum Scop., Flor. (619) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 59 Carn. 1, p. 369 (1772). —Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 11, f. 4468! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 874.— Papaver corniculatum flavo fore Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 91, f. 11—Vulg. 4mapola de mar. Variat promiscuée foliis plus minusve pilosis, interdum, gla- bris, nunc pinnatifidis, nunc pinnatipartitis, segmentis latio- ribus angustioribusve, dentatis aut sinuato-lobatis, siliquis tuberculato-scabriusculis aut fere leevibus. Hab. in arenosis a mare non dissitis: ad Puerto de Santa Maria (Gutierr!): in loco la Puntilla; pr. Cádiz (Clem.!, Lange) ad San José; c. Sanlúcar (Clem., Rodrig., Colm.); in Gibraltar! (Brouss., Boiss., Kel., Dautez); inter Gibraltar et San Roque (Kel., Dautez); pr. Chipiona; inter San Fernando et Cádiz, et alibi.—0. 24. Apr.-Jul. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa feré tota, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarive, America borealis. 1.703.—G. corniculatum (url. Flor. Lond., fasc. vi, t. 32.—Reich., Ic. 1. c., t. 12, f. 4471! — Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 874. —Chelidonium corniculatam L., Sp. pl., p. 724.—Cav. Preel., p. 484.— Papaver cornutum phen- ceo fiore Clus.,.Rar. pl. hist. 1, p. 91, £.2! Hab. in arenosis incultis regionis inferioris: c. Cádiz (Clem. ex Colm.)—0O. Apr.-Jul. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et Australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera. Chelidonium 70ur'1n. 1.704.—Ch. majus Z. Sp. pl., p. 723.—Cav., Preel., p. 483.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 255.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 10, f. 4466! —Wk. et Lge.. l. Cc. 11, p. 875.—Ch. majus vulgare Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 203. f. 1! —Quer, Flor. Espí 1v, p. 211, t. 34! —Vulg. Celidonia. Hab. in regione inferiore et montana ubi in ruderatis et sepibus umbrosis rarissime occurrit: ad Benaocaz; in vicinita- tibus Jerez.— 2. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré tota, Asia temperata, Algeria, Imp. Maroccanum, Canarie, Madera, Azoricze. 60 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (650) Fam. Hypecoeze Du Mort. Hypecoum 70171. 1.705.—H. equilobum Ji». Flor. Lib., p. 7, t.3,f. 3! (1824).—2f. grandiflorum Benth.. Cat. pl. Pyr.,'p. 91 (1826). —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 876:= H. procumbens y. grandiflorum Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 73. Hab. in arenosis et calcareis cultis incultisque regionis in- ferioris, sed rarissime occurrit: pr. Sanlúcar, ad Puerto de Santa Marta, etin vicinitatibus C4diz (Colm.); circa O/vera.— O. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Gallia aus—- tralis, Italia, Greecia, Asia mediterranea. Fam. Fumariaceze D(. Fumaria Z/. 1.706.—F. Africana Lam. Encycl. 11, p. 569.—Coss. et Dur. in Bull. Soc. Bot. 11, p. 305. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 878.—Coss., Comp. Flor. Alt. 11, p.80 et Illustr., t. 9, f. 12-20! —F. corymbosa Desf., Act. Soc. Hist. Nat. 1, p. 26, t. 6, et Flor. Atl. 11, p. 124.—DC., Syst. 1, p. 132. —Boiss., Voy. bot. 11, p. 19. Hab. in rupestribus calcareis regionis submontane: pr. E7ra- zalema (Reverch.)—2. Apr.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Algeria, Mauritania Tin- gitana. 1.707.—F. capreolata /. Sp. pl., p. 985. —Brot., Flor. Lus. 1, p. 591.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 20.—Reich., Ic. Flor. Germ. 111, t. 4, f. 4456! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 878.—PF. pallidiflora Jord. in Bill.. Arch., p. 305.—F. speciosa Jord., Cat. Jard. Gren. (1849), p. 15. Variat magnopere quoad staturam, crescendi modum, par. tium foliorum dimensiones, densitatem ac longitudinem race- morum, et florum colorem magnitudinemque, sed varietates (651) Perez Lara —FLORULA GADITANA. 61 certee vix distingui possunt. Forme pallidiflora et speciosa communes sunt. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, in sepibus, dumetosis et ad agrorum margines huc illuc frequenter occurrit: in Gibraltar! (Brouss., Willk., Kel.); Sanlúcar (Colm.); San Roque, Algeciras (Dautez); Medi- na, Algar, Ubrique, Bornos, Jerez, et alibi.—O. Febr.-Jun. (M.V.) Ar. geogr.—Kuropa media et australis, Asia mediterranea, Africa borealis. ¿1.708.—F. Thureti Boss. Dian. pl. or. ser. 2, 11: 1, p.19.-Wlk, et Lee lic. 111,:p 879: Hab. in arenosis incultis: prope Cádiz (Lange).—O. Febr.- Majo. (n. v.) A precedente ex descriptione, non proprie distincta mihi videtur. Ar. geogr.—Secundum auctores in Hungaria, Turcia, Gre- cia, Cypro, Asia minore. 1.709.—F. macrosepala Boiss. Elench. n. 7 et Voy. bot. 11, p. 19, t. 41—Hammar Mon. Fun., p. 36, t. 31 —Ball, Spic., p. 315.—Wk.' et. Lge., 1. c. 111, p. 880. —Y. capreolata var. macrosepala Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 88. Hab. in rupestribus umbrosis et in sepibus regionis inferio- ris et montane: pr. Grazalema (Reverch.); c. Benaocaz, et in sepibus ad Ubrique.—O. Mart.-Jun. (v. v.) B. Malacitana.— F. Malacitana Hausskn. et Fritze in Flora (1873), p. 548.—WKk. et Lge., 1. c., p. 881. Hab. in eisdem locis: in Gibraltar (Dasoi); pr. Grazalema (Reverch.); in vicinitatibus Ubrique, et alibi.— (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Mauritania Tingitana, Al- veria. 1.710.—F. muralis Sond. Koch. Syn: Hor: Germ:./ed: 2; p. 1017: Species polymorpha in plurimas pseudo-species notis diag- nosticis parvi momenti definitas ab auctoribus nonnullis dila- niata. Forme principales suse ad sequentes apud nos refferri' possunt. 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (652) a. genuina.— F. media var. muralis Hammar, Monogr. Fun., Pp. 29.—Wk. et LBe., L. €. 1É p. 882. Hab. in umbrosis, inter frutices, ad sepes et muros regionis inferioris et montanee: in Gibraltar (Schott); ad Benaocaz; su- pra Benamahoma; in vicinitatibus Zahara, et alibi.—O. Febr.- Jun. (v. v.) S.-var. sepium.—+P. sepium Boiss. et Reut. in Bois., Diagn. pl. or., ser. 2, n. 1, p. 16.—Hammar, Mon. Fum., p. 27.—Wk. et Lee., l. ce. 111, p. 879.—7. Gaditana Hausskn. in Flora (1873), p. 547.—Wk. et Lge., l. c. Note diagnostice quibus F. Faditana a F. sepium separata fuit leves fallacesque; in eadem planta fructus in parte infe— riore alii angustati, alii dilatato-truncati sunt. Hab. in eisdem locis ubi preecedens, sed multo frequentior: ad Algeciras (Boiss., Reut., Winkl.); Gibraltar, Grazalema (Boiss.): Medina (Willk.); c. Benaocaz; ad Algodonales; juxta Bornos, et alibi.—(v. v.) 8. Bastardi.—F. media Bast., Ess. Fl. Main.—Loir., Suppl., p. 33 non Lois.— F. Bastardi Bor. ap. Duch., Rev. bot. 11, p. 339.—F. muralis Bor., Flor. Centr., p. 28 non Sond.— F. Gussoni Boiss., Diagn. pl. or., ser. 1, n. 8, p. 13.— F. Borei Jord., Cat. Gren. (1849), p. 15.—7. Jordani Guss., Pl. Inar, p. 12, t. 2, f. 11 —F. media v. typica Hamm., Mon. Fum., p. 28.—7F. media a. etc. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 882. Hab. in regione inferiore et montana ubi in locis umbrosis, ad vias et muros, in ruderatis, in sepibus et dumetosis hue illuc frequenter provenit: pr. Grazalema (Boiss., Reverch.); in Gibraltar ¡Boiss., Dautez); c. Chiclana (Fritze); ad San Roque (Dautez); pr. Ubrique; juxta Arcos; in Abiertas de Caulina pr. Jerez, et alibi.—(v. v.) S.-var. confusa.—F. serotina Guss. in Parl., Giorn. bot. 1, p. 150 et Pl. Inar., p. 13, t. 31 —F. confusa Jord., Cat. Dijon (1848), p. 18.—7. media v. confusa Hamm., Mon. Fum., p. 28. Hab. in sepibus herbidisque cum precedente mixta: in Quer- tas de Benamahoma; pr. Ubrique; inter Zahara et Grazalema; ad Convento de la Piedad pv. Puerto de Santa Marta, et alibi. (1 V,) 40653) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 63 Ar. geogr.—HKuropa media et australis, Africa borealis, Ca- narisv, Madera. 1.711! —F. agraria Zay.! Gen. et sp., p. 21.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 20.—Hamm. 1. c., p. 38, t. 4—WKk. et Lge., l. Cc. 111, p. 881. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis, argillo- sis calcareisque incultis, in ruderatis, inter segetes, etad agro- rum margines huc illuc abundanter provenit: ad Puerto de Santa María, pr. Medina (Wilk.); c. Santúcar (Colm.); e. Alge- ciras (Winkl.); pr. Crazalema (Reverch.); Jerez, Arcos, Bornos, et alibi. Forima foliorum segmentis duplo triplove majoribus (F. agraria b. macrophylla Per. Lar. in Flor. Gad. exs.) in ma- ritimis semper occurrit: ad San José c. Cádiz, in vicinitatibus San Fernando, ad La Puntilla juxta Puerto de Santa Maria, et alibi.—O. Jan.-Maj. (v. v.) g. rupestris Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 90.—F. rupestris Boiss. et_Reut., Pug., p. 4—Hamm., Mon. Fum., p. 40, t. 6. Hab. in fissuris rupium umbrosis regionis inferioris: supra Algeciras (Coss.)—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania ef regione feré omni medi- terranea; var. $. in Hispania australi (Boiss., Reut., Coss.). Imp. Maroccanum, Algeria. 1.712.—F. officinalis L. Sp. pl., p. 984.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 21.—Hamm. l. c., p. 9. —WKk. et Lge., l. c. 111, p. 883. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, in hortis, vineis, olivetis et ruderatis huc illuc frequens: pr. Chiclana (Chape!); c. San Rogue etad Algeciras (Kel.); pr. Sanlúcar (Colm.); c. Zahara, pr. Arcos, in vicinitati- bus Jerez, et alibi.—O. Febr.-Jun. (v. v. et s.) £. scandens Hamm. 1. c.—WKk. et Lge., 1. c. Hab. in cultis herbidis et in dumetosis: pr. Grazalema (Re- verchon); € 4 /godonales.—(v. v.) y. foribunda Hamm. 1. c.—Wk. et Lge., 1. c.—7F. densiflora DC., Cat. Monsp., p. 113 ex p. Hab. in regione inferiore ubi in arvis, vineis, hortis et ad vias huc illuc abundat: pr. Puerto de Santa Maria (Bourg.); in 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (654) Alcala, Medina, Arcos, Trebujena, et presertim in vicinitatibus Jerez ubi in vineis herbidisque vulgatissima.—(v. v.) Arg. geogr. —Europa fere omnis, Asia septentrionalis et occidentalis, Africa borealis. Dubius Canariarum civis. 1.713.—F. micrantha Zay.! Gen. et sp., p. 21.—Hamm. Mon. Fum., p. 21.—Boiss., Flor. or. 1, p. 136.—F. densiflora DC., Cat. Mons., p. 113 ex p.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 21. in adnot.—Wk..et Lge., 1. Cc. 111, P."68%= F. officinalis y. densiflora Moris, Flor. Sard. rt, p. 90, t. 6! non Parl. Hab. in arenosis argillosis calcareisque cultis, in hortis, ar- vis, vineis et ruderatis regionis inferioris: pr. Sanlúcar (Colm.); in Arcos, Trebujena, et preecipué in vineis urbis Jerez. — O. Febr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis, Asia occidenta— lis, Africa borealis. 1.714.—F. parviflora L4m. Encyel. 11, p. 567.—Brot., Flor. Lus. 1, p..592.—Lag.. Gen? et sp., p. 21.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 21. —Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 1, f. 4451! —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 884. Variat caulibus abbreviatis erectis, floribus roseis (F. paro. ¿. erecta Hausskn.) et caulibus elongatis subscandentibus, flo- ribus albis lutescentibusve (7. paro. y. umbrosa Hausskn.) Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis, argillo- sis calcareisque cultis, in vineis, inter segetes, in ruderatis et ad vias huc illuc abundat: pr. Chiclana (Chape!); in Gibraltar (Boiss., Kel.); pr. Puerto de Santa María (Bourg.); e. Sanlúcar (Colm.); e. Medina, ad Bornos, pr. Trebujena, in vicinitatibus Jerez ubi vulgatissima, et alibi.—O. Febr.-Jun. (v. v. et s.) B. macrocarpa Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Erecta divaricato ramosa, floribus roseis apice atropurpureis, fructibus du- plo triplove majoribus. Hab. in eisdem locis cum precedente: c. Bornos; in vineis urbis Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.— Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canariee, Madera. (655) Perez Lara.-FLORULA GADITANA. 65 Platycapnos Bern4. 1.715.—P. spicatus Be72/. Linneea 8, p. 471.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 19.—Wk. et Lge., l. c. nr, p. 885.— Fumaria spicata L., Sp. pl., p. 985. —Cav., Preel: pp. 024:—=Brof.. Flor. Lus.. 1, p..991.-Relch., Ic. Flor: Germ. 11, 6.1, f. 4450! —Capnos tenuifolia Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 208, f. 21 — Fumaria tenuifolia, erecta, purpurea, hispanica Barr. Plant. 1c..41! Forma floribus ex albo et luteo variegatis apice purpureis apud nos communior. Hab. in agris solo arenoso v. argilloso calcareo, in vineis, inter segetes, et in ruderatis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Marta (Gutierr., Willk., Colm., Bourg); e. Chiclana (Ca- brera!); pr. Sanlícar (Colm.); c. Arcos; pr. Trebujena; im vici- nitatibus Jerez, et alibi.—O. Febr.-Majo. (v. v. et s.) 8. capillifolius Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—A typo differt as- pectu diverso caule elato 35-55 cm. foliorum laciniis ca- pillaribus paucioribus dissitioribusque elongatis divarica- tis, fructibus utrinque attenuatis. A P. tenuilobo Pomel, Mat. Fl. Atl., p. 240, quoque differt caule erecto nec de- cumbente, racemis brevibus densioribusque, floribus mi- noribus, et fructibus rugulosis nec leevibus. Hab. in arenosis, in Dehesa de las Cuevas et ad Canteras del Pino ditionis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australiore, Sicilia, Italia meridionalis, Regn. Tunetanum, Algeria, Imp. Maroc— canum, Canarie, Madera. Fam. Resedácezs DC. TRIB. RESEDEA J. Mill. Reseda /. 1.716.—R. alba Z. Sp. pl., p. 645.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 75.—Reich., Ic. Flor. ANALES DE HIST. NAT.—XXVIJ. 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (656) Germ. n. t. 101, f. 4447!— Mill. in DC., Prodr. xvi, 2, p. 557.— Wk: et .Lgee., L.:C. HL, p89% Hab. in arenosis cultis incultisque et ad vias regionis infe- rioris: in Gibraltar! (Webb, Willk., Kel., Dautez); pr. 4 /geci- 1a4s.—Q). Apr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Anglia meridionalis, Gallia occidentalis, Lusi- tania, regio omnis mediterranea. 1.717.—R. propinqua *. Bb”. Obs. Oudn., p. 22.—Boiss., Flor. or. 1, p. 425.—Ball, Spic., p. 337.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 33.—WIillk., Suppl. Fl. Hisp., p. 312.—R. eremophila Boiss.. Diagn. pl. or., ser. 1, n. 8, p. 88. Hab. in arenosis maritimis, inter Gibraltar et San Roque (Dautez).—0O. Majo. (n. v.) Ar. geogr.—Africa borealis, Arabia, Syria. 1.718.—R. Betica /. 617. Herb. Boiss.—Wk. et Lge.. 1. c. 111, p. 891.—R. undata Boiss., Voy. bot. 11, p. 75, t. 20! —R. bipinnata $. Betica Múll., Arg. Mon. Resed., p. 109.—R. Barrelieri Mill. in DC., Prodr. 1. c., Pp. 957. Hab. in rupestribus arenosis calcareisque, collibus saxosis aridis regionis montanee et subalpine: in Cerro de San Cristo- dal sapra Grazalema (Reverch.); in montibus inter Benaocaz et Benamahoma.— O. Maj.-Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis et austro-orientalis. 1.719.—R. Gayana: B01ss. Voy. but. 11, p. 76, t. 21! —Mill., Arg. Mon., p. 111.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 892.—R. undata Múll. in DC., Prodr. 1. c., p. 538. Hab. in arenosis argillosisque cultis, in saxosis et rupestri- bus calcareis regionis inferioris et montane: pr. Grazalema! (Reverch.) ubi frequens: c. Villaluenga; ad El Gastor, et alibi. —0O. Apr.-Jun. (v. v.) l Nomen R. undate L. ab auctoribus eravioribus varié inter pretatum, pro confusione' pretermitendum. Ipse Linneeus, ut jam clar. Ball et Lange monaerunt, speciem male cognovit et quoad fructum descriptio (Sp. pl., ed. 2, p. 644) plané erronea. Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea. (657 Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 67 1.720.—R. lutea Z. Sp. pl., p. 645.-— Brot., Flor. Lus. 11, p. 305.—Boiss., Voy. bot., p. 75.—Reich., lc. 1. c.,t. 100, f. 4446! —Wk. ef Lge., 1. €. 111, p. 893.—R. lutea a. vulgaris Múll., Arg. Mon., p. 185. Variat foliorum laciniis angustioribus magisque crispatis. —R. lutea var. b.Guss., Pl. Inar., p. 27. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque cultis, inter segetes, ad vias, in ruderatis et rupestri- bus provenit huc illuc abundans: c. Puerto de Santa Maria (Gutierr., Bourg.); pr. Sanlúcar (Colm.); €. 47cos; pr. Grazale- ma; pr. Medina; c. Chiclana; ad Cortijo del Chorradero c. Pa- terna; in ditione Jerez ubi abundat, et alibi.—OQ. Mart.-Jun. (MESv.. ) g. minor Múll., Arg. Mon. Resed., p. 188.—Wk. et Lge., 1. c. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 34. Hab. in collibus arenosis v. Ccalcareis et in agris regionis inferioris: pr. Chiclana (Chape!); infra San Roque (Kel., Dau- tez).—(v. 8.) y. Maritima Múll., Arg. 1. c.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in arenosis calcareisque incultis et in collibus apricis regionis inferioris: pr. Puerto de Santa Marta; inter Jerez et Arcos; ad Cerro de Gibalcón pr. Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 1.721.—R. Phyteuma Z. Sp. pl., p. 645.—Cav., Preel., p. 500.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 306 ex p.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 99, f. 4443! —Wk. et Rae CTI Pp 1894: Hab. in agris regionis inferioris: c. Puerto de Santa Maria (Gutierr. ex Colm.); pr. Sanlúcar (Colm.) —Mart.-Jun. (n. v.) Specimina Gaditana adhuc non vidi; forsan planta a cl. Col- meiro sub nomine 2. PA4yteumatis indicata non nisi ad speciei aliquam formam sequentis pertineat. Ar. geogr.—Kuropa media et australis, Asia minor, Africa borealis. ; 1.722.—R. media Lag. Gen. et-sp:, p. 17:—Miull: in DC., Prodr. xy1, 2, p: 563.— 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (658) Wk. et Lge., l. c. 111, p. 895.—Ball, Spic., p. 339 (pro subspec. R. Plyteumatis).—R. macrosperma Reich. in Flor., 1830, 1, p. 130.—Mill., Arg. Mon., p. 133.— R. Phyteuma Brot., Flor. Lus. 11, p. 306 ex p.—.R. Phyteuma $. hirsuta Boiss., Voy. bot. TL Desde Stirps valde polymorpha. Variat plus minusve papilloso-sca- brida v. papilloso-hirta, caulibus erectis, adscendentibus aut diffusis 15-70 cm.; foliis inferior:bus integris superioribusque trisectis v. pinnatisectis, aut omnibus integris margine planis undulatisve; pedicellis fructiferis brevibus, interdum elonga- tis, 10-15 mm. husque,—2R. media var. longipes Per. Lar., Flor. Gad. exs.;—calycis laciniissub fructu nunc vix accrescentibus, nunc duplo majoribus, 6-7 mm. long.; petalis calycem sube- quantibus aut longe superantibus; filamentis modo subulatis, modo supra medium manifeste latioribus; capsulis ad angulos leevibus papillosisve, erectis aut pendulis in eadem planta, seminibus 2-2 % mm. plus minus profunde undulato-rugosis. Inter specimina lecta a me nonnulla ejusdem nature, ex descriptione, R. orientalis Boiss. sunt, et ad R. Phyteuma spec- tare videntur, etsi calycis laciniis sub fructu minus amplis subacutisque nec obtusissimis, et lacinulis petalorum non linearibus sed obovato-oblongis adhuc recedunt. Attamen, ut opinatus est cl. Ball, l. c., forsan 2. media a R. Phyleumate non propriée distincta. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis incultis, rupestri- bus, ericetis et collibus dumosis huc illuc frequenter occurrit: pr. Alcalá de los Gazules et in vicinitatibus Cddiz (Webb); in- ter Chiclana et Conil (Willk.); pr. 4/geciras (Willk., Winkl.); in Gibraltar (Amo, Dautez); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); pr. Ubrique; in Dehesa de 4 trera urbis 47- cos; in ditionis Jerez locis Sierra del A ljive, Dehesa de Garciso- baco, Llanos de Caulina, et alibi.—O. O. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania boreali-occidentalis et me- ridionalis, Africa borealis, ¿Palestina? 1.723.—R. odorata £. Sp. pl., p. 646.—Desf., Flor. Atl. 1, p. 376.—Reich., Ic. Flor. Germ. 11, t. 99, f. 4444! —Miúll., Arg. Mon., p. 128.-—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 895.—Vulg. Resedd. Hab. in hortis culta atque ex hortis aufuga huc illuc sub= (659) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 69 spontanea in tectis et ad muros vetustos frequenter provenit: in Jerez, Arcos, et alibi.—O. O. Febr.-Jun. (v. v.) Ar. geogr— Ubique culta, sed patria ignota. Probabiliter, ut jam cl. Lange opinatus est, R. media varietas cultura orta. R. odorate vis odoris inconstans et pro locorum natura inter— dum deficit. 1.724.—R. Luteola Z. Sp. pl. p. 643.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 305.—Reich., Ic. 1. c., t. 99, f. 444291—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 897.—R. Luteola e. vul- garíis Múll. in DC., Prodr. xvI, 2, p. 583.— Luteola tinctoria Webb et Berth., Phyt. Canar., p. 106. — Lutum herba Dod., Pempt., p. 80 ic.! —Vulg. Fualda. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque incultis raré occurrit: pr. Puerto de Santa María (Gu- tierrez) et c. Sanlúcar (Clem. ex Colm.); in Sierra del Espartal etin Monte Casis ditionis Erazalema.—O. O. Apr.-Jun. (v. v.) 8. crispata Múll..in DC., 1. c.—R. crispata Link, En. pl. H. Ber. (1822), p..-8. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis, argillosis calca- reisque Cultis, in ruderatis, verbactis et agris derelictis huc illuc frequenter occurrit: pr. Chiclana (Vinkl.); pr. Arcos, C. Medina, ad Pacinas ditionis Tarifa, in vicinitatibus Jerez et alibis(m. ve) y. australis Múll. in DC., 1. c.— Luteola tinctoria var. australis Webb et Berth., 1. c. Hab. in eisdem locis cum precedente mixta et pariter fre- quens: Jerez, Arcos, et alibi.—(v. v.) $. Gussonii Múll. in DC., l. c.—R. crispata Guss., Flor. Sic. Pr. 1, p. 537 non Link.—%. Gussonti Boiss. et Reut. in Boiss., Diagn. pl. or., ser. 11, n. 1, p. 49.—R. Luteola v. ro- busta Debeaux, Flor. Gibr., p. 34 ex descript. Hab. in argillosis, calcareis arenosisque cultis, in agris, vi- neis et herbosis incultis regionis inferioris: in vicinitatibus Jerez (Willk.) ubi frequens; ad San Roque (Nilsson, Dautez); in Cortijo de Pozo-Dulce c. Medina; in loco el Espadañal pr. Ji- mena, et alibi.—(v. v.) Wo ANALES DE HISTORIA NATURAL. (660). Characteres quibus hee varietates distinguuntur ex statura, foliorum forma, longitudine crassitieque pedicellorum , peta- lorum forma amplitudineque, et capsularum longitudine cus- pidum desumpti maximée variabiles et sepe intermixti inordi- natim occurrunt. Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occiden- tali, Africa boreali, Canariis, Madera, Azoricis. TRIB. ASTROCARPEAZ J. Muúll. Astrocarpus Nech. 1.725,—A. Clusii /. Fay. Schultz, Archiv. (1842), p. 33.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 190.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 326.—Wk. et Lge., l. c. nt, p. 899.—Reseda purpurascens L., Sp. pl., p. 644.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 307.—Sesamoides parvum Salmanticum Clus., Rar. pl. hist TP. 299, 11021 Hab. in arenosis incultis, collibus, rupestribus, pascuis, pinetis ericetisque regionis inferioris et montane: C. A/gyeci- ras (Brouss.); pr. Puerto de Santa María (Gutierr., Clem.); pr. Gibraltar (Willk.); c. Puerto Real (Bourg.) in Pinar de Villa- nueva; pr. Sanlúcar (Colm.); inter Algeciras et San Roque (Winkl.); infra San Roque (Dautez); in Dehesa de Muleras pr. Ubrique; in Dehesa de la Almoraima ditionis Castellar; in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana, et alibi.—2. Mart.-Jun. (v. v.) S.-var. scaber.—A. Clusit y. scaber J. Gay in Schultz, Arch. 1. c. Hab. in pascuis arenosis: in Llanos de Caulina pr. Jerez.— (MÁ Vo) 8. spathulefolius Gr. et Godr., 1. c., p. 191.—Wk. et Lge., 1. c. —R. sesamoides £. spathulata Moris, Flor. Sard. 1, p. 193. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris: inter Gibraltar et la Almoraima (Willk.); ad pagum Palmones (Reverch.); in Llanos de Caulina pr. Jerez.—(v. v.) Inter specimina lecta a me nonnulla caulibus follisque infe- rioribus purpurascentibus nomen Linneanum justificant. Ar. geogr.—Gallia occidentalis et australis, Lusitania, His-- pania, Corsica, Sardinia, Italia occidentalis, Africa boreali- occidentalis. (651) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 71 ORDO BERBERIDUM. Fin. Berberidecz Ven/. Berberis /. 1.726.—B. Hispanica Boiss. el Reut. Pug., p. 3.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 750.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 901.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 56.— Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 424.—B. Cretica Webb, It., p. 78 non L.—£B. vul- garis var. australis Boiss., Voy. bot. 11, p. 15 syn. excl. Hab. in rupestribus calcareis, dumosis sylvaticisque regio- nis montane et subalpine: in montibus pr. 4/cald et supra Ubrique (Clem.); in Sierra del Pinar supra Benemahoma, et in Sierra del Hinojal pr. Zahara.—+. Flor. Apr.-Jun. Fruct. Aug. Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Aleeria, Imp. Maroccanum: ORDO POLYCARPICARUM. Fam. Ranunculaceze Juss. TRIB. RANUNCULEA DC. Ranunculus /. 1.727,—R. hederaceus Z. Sp. pl., p. 781.—Cav. Preel., p. 506.—Reich., Ic. 1v, t..2, f. 4573! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 700.—Wk. et Leeralco p. 906. Hab. in fontibus locisque inundatis regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz (Webb); pr. Sanlúcar (Colm.) —%. Febr.- Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis. 1.728.—R. tripartitus DC. Ic. pl. Grall., p. 15, t. 49, et Syst. 1, p. 234—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 20.—Wk. et Lge., 1. €. 111, p. 907. —l no) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (662) Hab. in fontibus limpidis regionis inferioris: in Dehesa de la Almoraima inter Castellar et San Rogue (Willk.)—2%. Mart.- Apr(n: ve) Ar. geogr.—Anglia, Belgium, Gallia, Lusitania. 1.729.—R. aquatilis Z. Sp. pl., p. 781 ex parte.—Koch, Flor. Germ., ed. 3, p. 10.— : Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 16. Stirps quam maximé variabilis in species plurimas notis diagnosticis instabilibus definitas ab auctoribus nonnullis di- laniata. Forme in ditione Gaditana provenientes mihi cogni- tee, ratione sequente disponend«e videntur. a. heterophyllus Coss., Comp. Flor. Atl. 1. c.—R. heterophyllus Willd., Flor. Berol., n. 590.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 374.— Folio seepius biformia, submersa multisecta, natantia re- niformia 3->-loba, pedunculi longiusculi v. longissimi, flores majusculi, stamina numerosa, receptaculum seepis- simeée subglobosum plus minusve hirsutum. YN var. 1 peltatus.—R. peltatus Schrank Baier. Flora 1, p. 103. —kR. aquatilis Dod., Pempt., p.576, f. 2I—R. aguatilis albus luteo el feniculi folio Italicus Barr. ic. 565! —Folia sub- mersa laciniis divaricatis, natantia cordato-subrotunda subpeltata trifida laciniis lateralibus 2-5-lobis. S. var. 2 truncatus.—R. aqguatilis g. truncatus Koch., 1. c.— Reich., lc. 1v, t. 3, f. 4576 B!—R. peltatus 8. truncatus Freyn in Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 908.—Folia natantia basi truncata non cordata. S.-var. 3 radiatus.—R. aquatilis var. radiatus Boreau, Fl. centr. Fr., ed. 3, p. 11.—R. aqguatilis var. tripartitus Godr., Monogr., p. 19, f. 59.—R. peltatus s. radiatus Freyn in Wk. et Lge., 1. c. —Folia submersa laciniis longioribus subparallelis, natantia flabellata laciniis angustis radiatis cuneiformibus. S.-var. 4 guinquelobus. —R. aquatilis y. quinqguelodus Koch., l. c.—R. peltatus a. elongatus Freyn in Wk. et Lge., l. c.— Folia natantia quinqueloba lobis subintegris, petioli pe- dunculisque longiores 5-10 cm. long. (663) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 73 S.-var. 5 submersus.—XR. aquatilis 8. submersus Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 23.—R. peltatus 3. submersus Freyn in Wk. et Lge., 1. c.—Folia omnia submersa laciniis filiformibus divaricatis. S.-var. 6 pseudofluitans. —R. peltatus :. pseudofluitans Freyn in Wk. et Lge., 1. c. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 15.—Folia omnia submersa laciniis subparallelis. AS var. Y succulentus.—R. aquatilis o. succulentus Koch, 1. c.— R. peltatus k. succulentus Freyn in Wk. et Lge., l. c.— Terrestris caule brevi dense folioso, foliis omnibus multi- sectis laciniis filiformibus rigidis succulentis. Hab. in paludosis et aquis stagnantibus regionis inferioris: S.-v. 1 huc illuc abundanter occurrit, in Zaguna de la Norieta pr. Villamartin; in Laguna del Tarajec. Puerto Real; in Laguna de Campano pr. Chiclana; in ditionis Jerez locis Arroyo del Al- baladejo, Laguna de Tollón, Caños de Aduza, et alibi.—S.-v. 2 in inundatis, pr. Puerto de Santa Maria et ad Mesas de Bola— ños, urbis Jerez.—8S.-V. 3 pr. Algeciras (Winkl.), ad Casas- Vie- Jas ditionis Medina, in Arroyo de Guadajabaque et in Laguna de Torroz urbis Jerez, et alibi.—S.-v. 4 in Laguna de Torrox pr. Jerez.—S.-v. 5 ad San Fernando, c. Chiclana, inter Puerto Real et Puerto de Santa Marta, in Arroyo del Albaladejo ditio- nis Jerez et alibi.—S.-v. 6 pr. 4 /geciras (Winkl.), in 47royo de Guadajabaque pr. Jerez.—8S.-v. 71 inter Santúcar et Tredujena, pr. Puerto de Santa Marta, c. San Fernando, et alibi.—4%. Febr.- Majo. (v. v.) YN £. trichophyllus Coss., Comp. Flor. Atl. 1. c., p. 17.—R. tricho- phyllus Chaix in Vill., Dauph. 1, p. 335.—Amo, Flor. Iber. v1, Pp. 703.—R. panthotriz Brot., Flor. Lus. 11, p. 375. ex p. Folia sepius uniformia submersa multisecta, pedunculi breviusculi, flores parvi, stamina pauca 5-15, receptacu— lum sepe ovato-conicum plus minusve hirsutum. S.var. 1 genuinus.— R. trichophyllus Freyn in Wk. et Lge., l. c. 111, p. 911.—Submersus foliis omnibus multisectis laciniis rigidis divereentibus, staminibus 10-15. S.-var. 2 terrestris.—R. trichophyllus £. terrestris Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 24.—Freyn in Wk. et Lge., 1. c.— Ceespito- “Y ANALES DE HISTORIA NATURAL. (664) sus, dense foliosus foliis multifidis laciniis succulentis, floribus minimis, staminibus 5-10. Hab. in aquis stagnantibus et rivulis regionis inferioris et montan:e: S.-var. l in Dehesa de la Breña inter Zahara et Be- namahoma, nu Laguna de Rajamancera ditionis Jerez.—8S.-var. 2 pr. Puerto de Santa Marta (Bourg. ex Colm.) — Febr.-Jun. (v. v. s.-var. 1). y. Baudotii Coss., Comp. Flor. Atl., 1. c.—R. Baudotii Godr., Monogr., p. 14, f. 4.—Koch, Flor. Germ., p. 11. —Folia sepius biformia, submersa brevissime petiolata multisec- ta, natantia reniformia plus minus profunde 3-5 loba, pe- dunculi elongati superne sensim attenuati, flores parvuli majusculive, stamina seepius numerosa, receptaculum sparse ciliatum plerumque ovato-conicum rarius subglo— bosum. S.-var. 1 yenuinus.—R. Baudotii Freyn in Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 910.—Folia submersa flaccida laciniis setaceis, natan- tia varié lobata v. partita, pedunculi longissimi foliis sub- duplo longiores, stamina numerosa, carpella permulta obovata obtusissima apiculata, receptaculum ovato-coni- cum parce ciliatum. S.-var. 2 confusus.—R. confusus Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 22. Freyn in Wk. et Lge., l. c.— Folia pedunculisque ut in anteriore, stamina numerosa parum longiora, carpella permulta oblongo-obovata apice attenuata apiculata, re— ceptaculum ovato-conicum parce pilosum. S.-var. 3 dubius.—R. dubius Freyn in Wk. et Lge., 1. c., p. 909. —R. confusus Torrepando exs. non Godr.—Folia submersa rigida parum divisa laciniis filiformibus, natantia variée lobata v. partita, pedunculi foliis subduplo longiores, sta- mina haud numerosa longiuscula, carpella pauca obovata vix apiculata, receptaculum subglobosum sparse ciliatum. S.-var. 4 Zeontinensis.—R. Leontinensis Freyn in Wk. et Lge., l. c., p. 910.—Willk., Illustr. Flor. Hisp. 11, p. 50, t. 120 B! R. aquatilis 8. truncatus Willk., pl. Hisp. exs. non Koch. (665) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 15 —Folia submersa rigida laciniis filiformibus ultimis apice divaricato-bifidis, natantia varié lobata, pedunculi foliis subequilongi, stamina numerosa longiuscula, carpella multa obovata apiculata, receptaculum ovatum pilosulum. Hee variationes pro locorum natura extra aquam aut in aquis dulcibus v. salsis plus minusve profundis, formas diversas ut var. anteriores quoque ostendunt. Hab. in aquis stagnantibus dulcibus v. salsis regionis infe— rioris: S.-v. 1 in aquis subsalsis ad /a Algaida urbis Sanlúcar. —$.-v. 2ad Puerto de Santa María (Lange), et inter Jerez et Puerto Real.—S.-v. 3 in aquis ad pagum Palmones pr. Á lgeci- ras (Reverch.) et in loco dicto la Madre-vieja pr. Jerez.—8S.-V. 4 c. San Fernando (Willk.), in vicinitatibus Chiclana, et inter Jerez et Puerto Real.—Jan.-Maj. (v. v.) Ar. geogr.—Var. a. in regione temperata et frigida hemi- spheerii borealis; var. $. in Europa, Asia occidentali, Africa boreali, America septentrionali et australi; var. y. in Hiber- nia, Britannia, Scandinavia, Batavia, Germania, Gallia, Lusi- tania, Hispania, Balearibus, Istria, Sicilia, Greecia, Palestina, Africa boreali. 1.730. —R. fucoides /"7eyn. WKk. et Lge., 1. c. 111, p: 912.—Willk., Illustr. Flor. Hisp. 1, p. 49, t. 120 A! —R. circinnatus Winkler, pl. Hisp. exs. non Sibth.—Batrachium circinnatum f. fucifolium Uechtr. in Fritze pl. Hisp. exs. Hab. in aquis salsis stagnantibus regionis inferioris: pr. Puerto de Santa María (Winkl., Fritze).—Apr.-Majo. (n. v.) Ar. geogr.—Adhuc in loco indicato tantum visus. 1.731.—R. gramineus Z. Var. luzulefolius Boiss., Klench. n. 4, et Voy. bot. 11, p. 7.— Freyn in Wk, et Lge., l. c. 111, p. 917.—R. gramineus Cutanda, Flor. Madr., p. 102.—R. luzulefolius Amo, Flor. Iber. vr, p. 714. —R. gramineus v. Beticus Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Caulis erectus, furcato-ramosus, pauci- v. pluri-fiorus, a basi ad api- cem autin basi tantum indumento laxo, lanato v. lanato-to- mentoso, niveo; folia anguste v. angustissime lanceolata, sub- tus seepe plus minusve lanata, marginibus in superiore longa parte involutis; petala 5-7 late obovato-cuneata; carpella nu- 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (666) merosa in capitulum subglobosum v. ovato-oblongum aggre- gata, subovata, valide nervoso-reticulata et longiusculé api- culata. Hab. in glareosis arenosisque incultis, locis graminosis, pascuis et sylvaticis regionis inferioris et montane: in Dehesa de Martelilla inter Jerez et Medina (Gutierr.); ad Grazalema (Reverch.); in Pinar de Hierro pr. Chiclana; in Llanos de Cau— lina ditionis Jerez, et alibi.—2. Mart.-Jun. (v. v.) Planta Gaditana a typo Boissieriano, ex descriptione quo- niam exemplaria authentica non vidi, aliquantum recedit; secundum opinionen: tamen cl. Freyn qui specimina mea exa- minavit, nihil nisi varietatis luzulefolii R. graminei forma angustifolia spica oblonga est. Planta ab auctoribus Gallicis in monte A/aric in les Corbie- res lecta, etsub nomine X. luzulefolíi a cl. G. Gautier designa- ta (Flor. de Narb., des Corb., et des Pyr. exc.) cujus exempla.- ria ante oculos habeo, ad aliam X. ygraminei formam pertinet, quoniam a speciminibus meis caulibus glabris, foliis inferio- ribus glabris aut subtus nonnullis ad basim pilis longis seri- ceis, limbo utrinque multó minus attenuato, multinervo, ner- vis 10-12 subreeque validis (nervi 7-9 in Gaditanorum specimi- num foliis latitudine «equali tantum apparent), carpellis haud numerosis, majoribus, regulosis substriatisque et breviter apiculatis differunt. Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia, Helvetia, Sardinia, Italia, Algeria, Imp. Maroccano; var. luzule/folius im Lusitania, Hispania centrali et australi, et ¿Algeria? 1.732,—R. bullatus Z. Sp. pl., p. 774.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 365.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 7.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 704.—Freyn in Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 918.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 21.—R. gru- mosa radice Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 238 ic. 1 et 2! —(Pedunculo elabro ac petalis nimis acutis ic. prima et foliis acute dentatis nec insequaliter crenatis secunda peccant.) Hab. in regione inferiore ubi in arenosis argillosis calca— reisque incultis, in fruticetis, pascuis montosis, et collibus apricis huc illuc copiosé provenit: in vicinitatibus Cádiz (Née, Duf., Elizalde); c. Sanlúcar et ad Puerto de Santa Maria (Clem..); in Gibraltar (Boiss., Kel.); pr. Chiclana (Colm., Lange); in Sie- (667) Perez Lara. —FLORULA GADITANA. Y rra Carbonera et ad San Roque (Dautez); pr. Arcos; in loco los Jardales pr. Medina; in Dehesa de la Zarza c. Puerto Real; in ditionis Jerez locis Dehesa de Melgarejo, (rigonza, Cerros de las Pachecas, et alibi.-—2%. Flor. a Sept. ad Januar. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occid. et australis, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Creta, Algeria, Imp. Maroc- canum. 1.733.—R. blepharicarpos Bo/ss. Elench. n. 1, et Voy. bot. 11, p. 8, t. 1 a! —Freyn in Wk. et Lee... 1..C. 111. p. 980.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 15. Hab. in collibus herbidis et rupestribus umbrosis regionis inferioris: in monte Gibraltar (Lemann, Kel., Dautez); in Sie— rra Carbonera pr. San Roque (Dautez).—2%. Apr. Maj. (n. v.) R. blepharicarpos Boiss. a R. spicato Desf. secundum cl. Coss. (Comp. Flor. Atl. 11, p. 23) non proprie distinctus, eta Dasoi botanophilo Gibraltarico, cl. Gandoger teste, R. spi- catus in vicinitatibus San Roque jam lectus fuit. Ar. geogr.— Lusitania, Hispania australis, Algeria, Imp. Maroccanum. 1,.734.—R. Winkleri F7ey2. Wikset boe. lc TE p.922-—Debeaux, Flors Gibrs-p: 17. Hab. in dumetosis regionis inferioris: in monte Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.).—2%. Majo. (n. v.) Ar. geogr. — Species v. forsan sequentis tantum varietas adhuc non nisi in Hispania australi visa. 1.735.—-R. flabellatus Desf. Flor. Atl. 1, p. 438, t. 1141 —R. cherophyllos y. fabellatus DC., Syst. 1, p. 255.—R. flabellatus a. genuinus Freyn in Wk. et Lge.> l. c. 11, p. 923.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 16. Hab. in arenosis, collibus dumosis humidiusculis rupium- que fissuris regionis inferioris: pr. 4/geciras (Willk., Hackel); in Sierra de Palma (W¡ilIk.) et in Sierra de Luna (Winkler) di- tionis Los Barrios; c. San Roque (Winkler); inter Castellar et Jimena, et alibi.—2. Mart.-Jun. (v. v.) £. acinacilodus Freyn in Wk. et Lge., l. c.—Debeaux, 1. c. Hab. in eisdem locis: in Sierra de Palma etin Sierra de Luna supra Algeciras (Winkler).—(n. v.) 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (668) “y. favescens Freyn in Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr. l. c.—R. rufulus Brot., Flor. Lus. 1, p. 367. Hab. in pascuis et collibus dumosis regionis inferioris: pr. Chiclana et in Sierra de Palma dit. Los Barrios (Winkl., Rever- chon); in loco Cabezas de Arnao pr. Alcala de los Gazules; in Dehesa de Garcisobaco, Dehesa de las Cuevas, et Llanos de Cau- lina ditionis Jerez, et alibi.—(v. v.) o. gregarius. —Freyn in Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr. 1. C.— R. gregarius Brot., Flor. Lus. 11, p. 369.— R.cherophyllos 8. gregarius DC., Syst. 1, p. 255. Hab. in arenosis incultis et collibus dumosis: pr. Gibraltar (Dasoi); in Sierra de Palma pr. Los Barrios (Reverch.)—(n. v.) e. confertus Freynin Wk. etLge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr.1.c. Hab. in pratis humidis regionis inferioris: pr. San Rogue (Willk., Winkl.); c. 4/geciras (Winkl.)—(n. v.) t. acutilobus Freyn, 1. c.—Debeaux, l. c.—R. dimorphorrhizus Brot.; Phyt. Lus. 11, p. 22,4: 1801 Hab. in arenosis incultis, pascuis, pinetis collibusque dumo- sis regionis inferioris: inter Chiclana et Conil (Willk.); €. Chi- clana (Winkl.) in Pinar de la Dehesilla;: in Sierra de Palma pr. Los Barrios (Fritze); inter Gibraltar et San Roque (Kel., Dautez); in Pinar de Lagunaseca e. Puerto Real, et alibi.— (v. v.) 7.- mollis Freyn, 1. c.—R. Cherophyllos a. vulgaris DC., Syst. 1, p. 254 ex p. Hab. in collibus arenosis, dumetis ericetisque regionis mon- tan«e: in montibus supra 4 /geciras (Dieck.); in Peñón de Lan garín ad El Gastor.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Gallia occidentalis, centralis et aus- tralis, regio fere omnis mediterranea. 1.736.—R. ophioglossifolius J'7//. Dauph. 1v, p. 732, t. 491 —DC., Syst. 1, p. 248.—Reich., Ic. 1v, t. 21, f. 4613! — Amo, Flor. Iber. vi, p. 125.—Wk. et Lge., l. c. DAA Zi: Hab. in pratis et pascuis paludosis regionis inferioris: pr. (669) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 49 San Rogue (Willk.) ad Sierra Carbonera (Dautez); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Winkl.)—0. 24. Apr.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.—KEuropa occidentalis, regio omnis mediterranea, Canarie. 1.737.—R. palustris /. Herb. et mss. ex Smith in Rees Cycl., n. 52.—Boiss., Flor. Or. 1, P. 37,.—R. palustris a. orientalis DC., Syst. 1, p. 294.— Caudice abbreviato fibris radicalibus crassiusculis fasciculatis: caulibus di-trichotomis inferne petiolisque dense hirsutis pilis patentibus v. retroflexis; foliis adpresse villosis, radicalibus ovatis trifidis tripartitisve, sinubus obtusis, segmentis subcon- formibus insequaliter inciso-crenatis; pedunculis villosis, sul- catis; calyce cito reflexo; carpellis ovatis leevibus rostro trian— gulari recto brevissimo. Hab. in humidis regionis inferioris: ad Laguna del Taraje c. Puerto Real; in Dehesa del Pedroso ditionis Medina; ad Arro- yo del Albaladejo pr. Jerez, et alibi.—2. Apr.-Jun. (v. v.) S.-var. adscendens.—R. adscendens Brot., Flor. Lus. 11, p. 370. —Freyn in Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 930.—A. palustris Lange exs. ex Freyn.—Caulibus petiolisque glabris subglabrisve: foliis radicalibus interdum subcalloso-marginatis, seepe trisectis, partitionibus bi-tripartitis, segmentis incisis cre- natis dentatisve; carpellorumm rostro recto v. recurvo bre- vissimo. Hab. in paludosis, herbidis humidis et ad rivulos regionis inferioris: inter promontorium 77a/algar etopid. Vejer (Willk.): pr. Santúcar (Colm.); c. Puerto de Santa Maria et pr. Chiclana (Winkl.) ad Pinar de la Dehesilla; ad Laguna de Montañez dit. Puerto Real; ad Arroyo del Albaladejo pr. Jerez, et alibi.—(v. v.) S.-var. Broteri.— R. adscendens Brot., Phyt. Lus. 11, p. 229, t. 181! —R. Broteri Freyn in Wk. et Lge., 1. c.—Caulibus petiolisque hirsutis pilis patentibus v. retroflexis perseepe flavicantibus; foliis radicalibus plerumque magnis tri- partitis trisectisve, partitionibus contiguis v. intermedia seepissime majore plus minusve petiolulata, omnibus in- cisis interdum subtrifidis, lobis insequaliter crenatis den— tatisve; pedunculis plus minus sulcatis; carpellorum ros- tro recto v. apice incurvo duplo majore. 80 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (670) Hab. in regione inferiore et submontana ubi in paludosis, humidis sylvaticis, ad fossas et rivulos huc illuc frequenter provenit: pr. Vejer (Willk.); c. 41geciras (Wink!., Hackel, Dautez, Reverch.) in loco Farganta del Capitan!; pr. Puerto de Santa María et in Sierra de Palma dit. Los Barrios (Wink1.); ad Sierra Carbonera c. San Roque (Dautez); in Dehesa de A trera urbis 47c08; supra Benamahoma; in ditionis ./erez locis Dehesa de la Jarda, Dehesa del Charco, Arroyo del Albaladejo, et alibi. —(V. v.) e. macrophyllus Ball, Spic., p. 306. — R. macrophyllus Desf.. Flor. Atl. 1, p. 437.—Freyn in Wk. et Lge., l. c., p. 935.— Willk., Tlustr. Flor. Hisp. 11, p. 47, t. 119! —Caulibus ro- bustis petiolisque dense hirsutis; foliis magnis, radicali- bus longissime petiolatis cordato-subrotundis trifidis tri- partitisve, seamentis latissimis plerumque sese tegenti- bus, bi- trifidis v. inciso-lobulatis et insequaliter crenatis: pedunculis crassiusculis vix sulcatis; calyce demum pa- tente v. plus minus reflexo; carpellis majoribus, rostro ut in anteriore. Hab. in pascuis herbidisque humidis et ad fossas regionis inferioris: in Sierra de Palma pr. Los Barrios (Hegelm.); ad radicem montis Sierra Carbonera pr. San Roque (Dautez); in loco El Espadañal e. Jimena; in Llanos de Caulina pr. Jerez, et alibi.—(v. v.) Note diagnostice quibus 2. adscendens, R. Broteri, et R.ma- crophyllus a R. palustri distinguuntur certe variabiles sunt. Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione mediterranea aus- traliore feré omnis. 1.738.—R. bulbosus Z. Var. Alee Burnat, Fl. Alp. Marit. 1, p. 33.—R. A lee Willk., Pug. pl. nov. in Linn«ea 30 (1859), p. 84.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 718.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 931.—Willk., Tllustr. Elor. Hisp. 1, p. 101, t. 63 B. et 64! —R. bulbosus var. Neapolitanus Coss., Pl: crtrn.p 3 ebComp. Flor: Ap. 24: Hab. in herbidis pascuisque humidis regionis inferioris: pr. Puerto de Santa Maria (Osbeck ex Colm.); c. Puerto Real (Bourg.)—2. Apr.-Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Lusitania, Hispania, Gallia australis, Istria, Baleares, Algeria, Imp. Maroccanum. a (671) Perez Lara. —FLORULA GADITANA. 8] 1.739.—R. Steveni 42d7z. Bess. Cat. pl. Volhyn., p. 22.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1v. t. 17, f. 4605! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 938.—.R. acris Jord., Obs. fragm. 6, p. 15 non L.—%. GFranatensis Boiss., Diagn. Or., Serio 1. L,:p.,S. Hab. in herbidis humidis regionis inferioris: pr. Puerto de Santa María (Gutierr. ex Colm.)—4%. Apr.-Jun. (n. v.) f. multifidus Amo, Flor. Iber. vi, p. 719.—Wk. et Lge., 1. c.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 18. Hab. in pratis uliginosis pr. fluv. Guadarranque inter San Roque et Algeciras (Dautez).—(n. v.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Sibiria, Imp. Maroccanum. 1.740.—R. Sardous Cr4ntz. Stirp. Austr. 11, p. 84.—R. Philonotis Retz, Obs. vi, p. 31.— R. Sardouso. tuberculatus Freyn in Wk. et Lge., l. c. 11, p. 940. Debeaux, Flor. Gibr., p. 18. Hab. in arenosis hieme inundatis et in uliginosis regionis inferioris: inter Gibraltar et San Roque, et ad radices montis Sierra Carbonera pr. San Roque (Dautez). —(). Mart.—Majo. (n. v.) 8. trilobus.—R. trilobus Desf., Flor. Atl. 1, p. 437, t. 113!—Amo, lor: Iber. VI, p124.—Freyn 11 Wk.- et Lee... 1. Cc... p. 939 ex p.—*R. Sardous Brot., Flor. Lus. 1, p. 371.—R. Philono- tis y. trilobus Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 34. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis argillosisque hu- midis, pascuis lacunosis et ad fossas huc illuc frequenter occurrit: inter Castellar et fuvium Guadiaro (Willk.); Sanlú—- car, San Fernando (Colm.); pr. Medina (Bourg.); pr. Algeciras etad pagum Palmones (Winkl., Hackel.); e. Chiclana, in Sie—- rra de Euna et in Sierra de Palma dit Los Barrios, in vicinita— tibus Jerez (Winkl.); inter Gibraltar et San Roque (Dautez); in la Pinaleta pr. Puerto Real, et in aliis locis.—(v. v.) S.-var. 7headifolius.—R. rheadifolius DC., Syst. 11, p. 284.— RR trilodus Ereyn in. Wk. et Lgee., 1.c. exp. Hab. in eisdem locis sed multo frequentior: C. A7c08; pr. Puerto de Santa Maria; in Sierra de Retin pr. Vejer; in Llanos de Caulina pr. Jerez. et alibi.—(v. v.) ANALES DE HIST. NAT.—XXVI. 6 82 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (672) Ar. geogr.—XR. Sardouvs in Europa fere tota, Asia minore, Syria, Algeria; var. £. in Lusitania, regione feré omni medi- terranea, Canariis, Madera, Azoricis; s.-var. in Lusitania, His- pania australi, Gallia australi, Aleeria, Imp. Maroccano, Ca- nariis. 1.741.—R parviflorus /. Sp. pl., p. 780.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 37/1.—Reiclr., Tc. Flor. Germ. 1v, t. 22, f. 4616! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 724.—Freyn in WK. et Lge., 1. c. 111, p. 940. Hab in arenosis argillosisque humidis incultis, in dumosis et secus sepes regionis inferioris et montane: pr. Puerto de Santa Maria (Gutierr.); c. Conil (Clem.); pr. Alcala de los Fa- zules (Bourg); e. Chiclana (Winkl.); e. Algeciras et in Graza—- lema (Reverch.): pr. Castellar, et alibi.—O. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et australis, Algeria, Imp. Maroccanum, Canaris, Madera, Azoricee, America borealis. 1,.742,—R. muricatus /. Sp. pl., p. 780.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 373.—Reich., Tc. L. €. 11, t. 22, f. 4615! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 727.—Freyn in Wk. et Lee... 1.6. Pp. 9EL: Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis argillo- sisque humidis incultis, in ruderatis, inter segetes et in de- pressis hieme inundatis huc illuc frequenter occurrit: pr. Puer- to Real (Osbeck); ad Puerto de Santa María (Gutierr.!, Bourg): c. Sanlúcar (Colm.); inter San Pernando et Oddiz (Winkl.); pr. Algeciras (Winkl., Hackel); c. Gibraltar et intra San Roque (Dautez); c. Arcos, pr. Algar. in Sierra de Retín pr. Vejer, in Llanos de Caulina dit. Jerez, et alibi.—O. Mart.-Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarise, Madera, Azorice, America borealis et aus— tralis. 1.743.—R. arvensis £. Sp. pl., p. 780.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 373.—Reich., Ic. 1. c. 1v, t. 21, f. 4614! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 726.—Freyn in Wk. etLge., 1. c. 11, p. 942.—R. sylvestris 11, Dod. Pempt., p. 424 ic.! Hab. in arenosis argillosisque incultis, in ruderatis, inter segetes, in vervactis et arvis regionis inferioris et montanee: 679) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 83 pr. Sanlúcar (Colm.); ad Grazalema; e. Villamartin; in vicini- tatibus Jerez, et alibi.—O. Mart.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.— Europa media et australis, Asia media et occi- dentalis, Africa borealis. FPicaria 7/7. 1.744.—F. Ranunculoides //2cf. Meth., p. 215.— Amo, Flor. Iber. vr, p. 728.—Freyn in Wk. et Lge., l. c. 111, p. 943, — Ranunciulus Ficaria L., Sp. pl., p. 774. —Brot., Flor. Lus. 11, p. 364. — Reich., Ic. Flor. Germ. 1v, t. 1 f. 4572! —Chelidonium minus Dod. Pempt., p. 49 ¡ic.! Hab. in pratis humidis regionis inferioris: in vicinitatibus Gibraltar (Amo). —2%. Jan.-Apr. (n. v.) > ¿. grandiflora.—I. grandiflora Robert., Cat. Toulon, p. 57 et 112.—Lange, Pug. p. 254.—Freyn in Wk. et Lge., 1. c.— F. calthefolia Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 39.—Amo, l. c., p. 729. —Ranunculus ficarieformis F. Schultz. Arch. de Fl., 1899+p:.123. Hab. in pascuis arenosis argillosisque humidis, sepibus um- brosis locisque sylvaticis regionis inferioris: pr. Puerto de San- ta María (Gutierr.); e. Sanlúcar et ad Algeciras (Clem.); ad Za- guna de Montañez inter Puerto Real et Medina: ad Arroyo del Albaladejo pr. Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Var. a. in Europa ferée tota; var. £. in regione fere omni mediterranea. TRIB. ANEMONEZ DC. Adonis /. 1.745.—A. autumnalis /Z. pap pal Reich: le. Plor=Germitv t: 24 146210 Amo, Flor. Iber. VI, p. 695. Wk.“et Lee. 1./c. mr, p: 944. Flos Adonis vulgo Cluss., Rar. pl. hist. 1, p. 336, f. 1!-—Vulg. tota de Sangre. Hab. in arenosis argillosisque cultis, inter segetes regionis A si ANALES DE HISTORIA NATURAL. (011) inferioris et montanee: in vicinitatibus Jerez, pr. Benaocaz, et alibi.—O. Mart.-Jun. (v. v.) 8. Betica.—A. Betica Coss., Pl. crit., p. 25.—Amo, Flor. Iber. l. C., p. 698.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in cultis et vervactis, preesertim inter segetes regionis. inferioris et montane: pr. Puerto de Santa Marta (Bourg.!,. Colm.); ad Sanlúcar (Colm.); e. Erazalema (Reverch.); in vici- nitatibus Jerez, et alibi.—(v. v. et s.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et regione omni medi-- terranea; var. £. in Lusitania et Hispania australibus. 1.746.—A. estivalis £Z. Sp. pl., p. 772.—Reich., lc. l. c., t. 24, f. 4619! —Amo, 1. c.,. p. 696.—A. estivalis a. miniata Wk. et Lge., l. C. 11, p. 945. Hab. inter segetes regionis inferioris: in vicinitatibus Jerez (Willk.)—0. Mart.-Jun. (1. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 1.747.—A. microcarpa DC. Syst. 1, p. 223.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 5.—Amo, 1. C., p. 697. —A. annua Brot., Flor. Lus. 11, p. 376 ex p.—A. intermedia Webb et Berth., Phyt. Can. 1, p. 12. Petala in specim. nostris plerumque coccinea. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis argillosisque cul-- tis, inter segetes, in agris et vervactis huc illuc abundanter occurrit: in vicinitatibus Jerez (Willk., Colm., Fritze); ec. Puer- to de Santa María (Bourg., Colm.); pr. Santúucar (Colm.); pr- Arcos: c. Medina, et alibi.—O. Febr.-Majo. (v. v.) 3. dentata Coss. et Kral. in Bull. Soc. bot. Fr. 1v, p. 55.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 13.—4A. dentata Del., Fl. Alg., p. 17.— Boiss., Elor. or. 1, p. 18.—Wk. et Lge., 1. C. 11, p. 940€ Hab. in arenosis, argillosis calcareisque cultis, inter sege- tes, in pascuis et campestribus regionis inferioris et submon- tane: pr. Grazalema (Reverch.); ad 4 lcalá de los azules; C. Medina: in Cortijo de las Pachecas dit. Jerez, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Var. a. in Lusitania australi, Hispania medi— terranea, Balearibus, Sicilia, Grecia, Asia occidentali, Africa boreali, Canariis; var. $. in Hispania australi, Rossia austra—- liore, Cypro, Syria, Palestina, Africa boreali. 675) Perez Lara.—rFLORULA GADITANA. 85 Anemone /. 1.748.—A. palmata /. Sp. pl., p. 758.—Desf., Flor. Atl. 1, p. 432.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 361.—Amo, Flor. Iber. vr, p. 694.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 950.—A. hortensis latifolia simplici flavo flore Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 248, f. 2I—A4. latifolia flava Barr., Plant., ic. 792! Hab. in regione inferiore et montana ubi in pascuis, colli- bus dumosis locisque petrosis preesertim calcareis, frequentis- sime provenit: c. Puerto de Santa Marta (Gutierr.!); in vicini- tatibus Cídiz (Duf.); ad San Roque et pr. Tarifa (Webb); Puerto Real, Medina, Arcos (WiMlk.); e. Alcalá de los Gazules (W1iUk., Bourg.); ad Chiclana (Colm., Lange, Winkl.); in la A/gaida pr. Sanlúcar (Colm.); inter San Roque et Algeciras (Winkl., Reverch.); c. Ubrique: in ditionis Jerez locis Parpalana, Dehesa de los Garciagos, Dehesa de Chipipe, et alibi.—4. Jan.—Majo. “(v. v. eb Ss.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis, Gallia mediterranea, Sardinia, Sicilia, Algeria, Imp. Maroccanum. 1.749.—A. coronaria /. -8. micrantha Deb. et Daut., Flor. Gibr., p. 19.—WilIk., Suppl. Pr. Fl. Hisp., p. 318.—4. cyanea Risso f. parviflora Rouy in Bull. Soc. bot. Fr. (1888), p. 434. Hab. in arenosis incultis locisque sylvaticis regionis infe— rioris: in Dehesa de la Almoraima dit. Castellar (Dautez); in Sierra Carbonera pr. San Roque (Reverch.) —2%. Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Balearibus, Gallia australi, Corsica, Sardinia, Italia, Dalmatia, Greecia, Creta, Asia mediterranea, Atgypto, Algeria. TRIB. CLEMATIDEZX DC. Clematis /. 1.750.—£. cirrhosa Z. Sp. pl., p. 766.—Desf., Flor Atl. 1, p. 432.—Amo, Flor. Iber. vI, p. 679. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 952.—Laguna, Flor. for. 85 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (676)- esp. 1, p. 426.—C. semitriloba Lag., Gen. et sp., p. 17.—C. al- tera Betica Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 123, £. 1! Variat magnopere quoad foliorum figuram et florum mag-— nitudinem. Hab. in regione inferiore et montana ubi in sepibus, dume- tosis et sylvaticis solo arenoso argillosoque huc illuc abun-- danter occurrit: inter Medina et Gibraltar (Clus.); pr. Alcala de los Gazules (Salv., Lange); e. 4/geciras (Née); pr. Puerto de Santa María (Gutierr., Willk., Colm., Lange): in loco la 4 /- gaida pr. Sanlúcar (Clem.!); in Gibraltar (Boiss., Willk.); inter El Gastor et Algodonales (Wilk.); e. Chiclana, pr. Jimena, et in opp. Vejer locis Sierra de Granada et Monte de la Breña (La- guna); in montibus inter Ubrique et Alcalá ubi abundat; in Dehesa del Palomar, Mesas de Bolaños et alibi ditionis Jerez, et in aliis locis.—%. Oct.-Mart. (v. v. et s.) ¿. Dautezi Debeaux, Flor. Gibr., p. 13, «floribus magnis, sepa—- lis omnino purpureis, intus nigro-maculatis.» Hab. in rupestribus, in monte Gibraltar (Dautez).—(n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et Hispania australibus, Ba- learibus, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia australi, Grecia, Byzantio, Asia mediterranea, Africa boreali. 1.751.—C. Flammula /. Sp. pl., p. 766.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 398.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1v, t. 63, f. 4666! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 676.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 953.—Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 427.—Flam- mula Dod., Pempt., p. 400, f. 1! —Vulg. Muermera. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis incul— tis, rupestribus, dumetosis locisque sylvaticis et ad sepes huc illuc frequenter occurrit: inter 4 /geciras et Jimena, c. Graza— lema etin Monte de la Breña pr. Vejer (Laguna); pr. 41cos; im- ter Sanlúcar et Chipiona; in Dehesa de Gigonza ditionis Jerez, et alibi.—%?. Maj-Jul. (v. v.) S.-var. fragrans.—C. fragrans Ten., Fl. Neap. 1, p. 308, t. 48.— C. Flammula a. rotundifolia DC., Syst. 1, p. 134. Hab. in eisdem locis cum precedente mixta, sed minus fre- quens: in vicinitatibus Ubrique et in Dehesa de Cardela pr. Be- naocaz.—(v. v.) (677) Perez Lara.—rLORULA GADITANA. 87 S.-yar. maritima.—C. maritima Lam., Dict. 1, p. 42.—Reich., Ic. 1. c., f. 4665! —C. Flammula y. mayitima DC., Syst. 1. c. Debeaux, Flor. Gibr., p. 13. Hab. in arenosis maritimis presertim: pr. Sanlucar (Bourg.): inter Cibraltar et San Roque (Dautez); in loco dicto el Coto pr. Puerto de Santa Marta, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.752.—C. Vitalba /. Sp. pl., p. 766.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 398.—Reich., Ic. 1. e., f. 4667! —Amo, 1. c., p. 677.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 953.— Laguna, Flor. for. esp. 11, p. 428.—A ftragene Theophrasti Clus.. Rar pl hist Lp. 122:21 Hab. in arenosis argilloso-calcareisque humidis, in sepibus, dumetosis et sylvaticis regionis inferioris et montanee: c. Puer- to de Santa María (Gutierr.); pr. Sanlúcar (Clem.); ad EFraza- lema et pr. Vejer in Sierra de Granada (Laguna); ad Huertas de Benamahoma, et alibi.—!. Maj.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia mediterranea. Thalictrum /. 1.753.—T. glaucum Desf. Cat. H. Par., ed. 2, p. 126.—--DC., Syst. 1, p. 184. — Boiss., Voy. bot. 11, p. 4.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1v, t. 46, f. 4641! — Amo, Flor. Iber. vi, p. 687.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 968, — T. flavum Cav., Preel., p. 508. —7. fñavum hispanicum Brot., Flor. Lus. 11, p. 326. Hab. in regione inferiore et montana ubi in pascuis areno— sis argillosisque humidis, secus rivulos et in paludosis huc illuc provenit: pr. Ubrique et in Dehesa de Gigonza! urbis Jerez (Clem.!); ec. 47cos (Bourg); pr. Sanlucar (Colm.): e. Erazalema: inter 47cos et El Bosque; in Huertas del Castillo de Tempul pr. Algar; in Garganta del Caballo ditionis Jerez, et alibi.—4%. Apr.- Jul (v. V. 60'S.) Ar. geogr. — Lusitania, Hispania, Algeria, Imp. Maroc- canum. 88 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (678) TRIB. HELLEBOREA DC. Helleborus /. 1.754.—H. fotidus Z. Sp. pl., p. 7834.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 301.—Reich., Ic. Flor. Germ. 1v, t. 103, f. 4715!—Amo, Flor. Iber. vi, p. 731.—Wk. et Lares lc 1 +pe902: Hab. in rupestribus calcareis, dumetosis et sylvaticis regio— nis montane et subalpine: pr. Grazalema (Clem.); in Puerto del Pinar supra Benamahoma; inter Sierra del Pinar et Sierra de Albarracín per viam a Benamahoma ad Benaocaz, et alibi.— 24. Decemb.-Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia, Belgium, Britan- nia, Germania, Austria, Helvetia, Italia. Nigella /. 1.755.—N, Hispanica /. Sp. pl., p. 753.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 734.—Wk. et Lge., 1. C. 11, p. 964.— NV. Hispanica a. genuina Coss., Pl. crit., p. 49, €t Comp., Flor. Atl. 11, p. 41. Hab. in regione inferiore ubi in arenoso-argillosis et argi- lloso-calcareis cultis, in arvis, vervactis et inter segetes huc illuc frequenter occurrit: pr. Sanlúcar et in vicinitatibus Jerez (Clem.!, Colm.); pr. Chiclana (Bourg., Colm.); e. Puerto de San- ta Marta (Bourg.); pr. Vejer (Ball); c. Algeciras (Reverch.); pr. Medina; in Cortijo de Casa-blanca pr. Arcos, et alibi.—O. Apr.- JUN ve 1e0s:) NW. Hispanica $8. intermedia Coss., Pl. crit., p. 49.—V. Hispa- ica Desf., Flor. Atl. 1, p. 430, t. 112! —in Algeria et Maurita- nia Tingitana crescens, a V. Hispanica a. genuina diftert folio- rum laciniis brevioribus, floribus minoribus, sepalis longius- cule unguiculatis nec subsessilibus, carpellis leevibus v. parce e!anduloso-tuberculatis, et capsula basi plerumque attenuata. Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes. 1.756.—N. Damascena /. Sp. pl. p. 753.—Brot., Flor. Lus. 1, p. 334.—Reich., Ic. Flor. £679) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 89 Germ. Iv, t. 120, f. 4737!—Amo, l. c., p. 733.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 964.—Melanthium Damascenum Dod., Pempt., p. 301, f.3!—Vule. Araña. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis et ar- gilloso-calcareis cultis incultisque, in arvis, pascuis, locis ru- pestribus et collibus siccis huc illuc satis frequens: c. Puerto de Santa María (Gutierr.!); inter Gibraltar et San Roque (Kel.); pr. Puerto Real (Bourg.); c. Algeciras (Reverch.); pr 47cos; in— ter Grazalema et Zahara; e. Chiclana; ad Rancho de Zarpa et in Dehesa de los GFarciagos ditionis Jerez, et alibi.—O. Apr.-Jun. AV. V. €6'S.) 6. minor Boiss., Voy. bot. 11, p. 11.—Wk. et Lge., 1.c. Hab. in collibus siccis: ad Cortijo de Lomo-Pardo et in Cerro de Gibalcón ditionis Jerez.—(v. v.) Ar. geogr.—HKuropa australis, Africa borealis, Canarise, Ma- dera. Delphinium Z. 1.757.—D. peregrinum Z. Sp. pl., p. 149.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 47.—Coss., Comp. Flor. Atl. 11, p. 47. a. genuinum.—D. peregrina Boiss., Flor. or. 1, p. 87.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 970 ex p.—Puberulum aut glabrum, ra- mis gracilibus subnudis, nunc breviusculis, nunc elon— gatis (D. Junceum DC.); petalorum lateralium limbo ungue subeequilongo, elliptico, basi attenuato. Hab. in agris regionis inferioris, sed ut videtur, perrard occurrit: pr. Algeciras (Schott ex Willk.)—0O. Maj.-Aug. (n. v.) B. cardiopetalum.—D. cardiopetalum DC., Syst. 1, p. 347.—Wk. et Lgee., 1. c.—Puberulum aut elabrum, foliis rameis tri- partitis multifidisve; racemis confertis; floribus intense ceeruleis, petalorum lateralium limbo ungue breviore, suborbiculato, basi truncato cordatove. Hab. in regione inferiore et montana ubi in arenosis, argillo- sis calcareisque cultis, in ruderatis et vervactis, inter segetes, in pascuis collibusque incultis huc ¡illuc frequenter occurrit: 20 -ANALES DE HISTORIA NATURAL. (680). pr. Sanlúcar (Clem.!), c. Alcalá de los Gazules (Bourg.! in herb. Chape); ad Zrmita del Mimbral pr. Algar; c. Grazalema; in Dehesa de los Castillejos inter Alcala et Ubrique; in loco los Jardales ditionis Medina; in vicinitatibus Jerez, etin aliis locis. —(v. v. et 8.) s.-var. longipes.—D. longipes Moris, Flor. Sard. 1, p.59.—D. pe- regrinum (Guss., Flor. Sic. Pr. 1, p. 30.— D. peregrinum fp. longipes Boiss., Voy. bot. 11, p. 12.—Wk. et Lge., l. c.-— Foliis rameis integris tripartitisve, racemis laxifloris, pe— dunculis bractea duplo triplove longioribus, petalorum lateralium limbo ungue breviore orbiculato basi sub- cordato. Hab. in arenosis maritimis locisque rupestribus: ad Puerto de Santa María (Gutierr.!, Bourg.) in loco el Coto; in Gibraltar (Boiss., Kel., Dautez); ad San Roque (Kel.); pr. Chipiona; in Cerro de los Mártires ad San Fernando: in arenosis c. Jerez, et alibi.—(v. v. ets.) S.var. gracile.—D. gracile DC., Syst. 1, p. 347.—D. cardiopeta—- lum B. yracile Wk. et Lge., 1. c., caule tenui, foliis rameis integris, racemis laxis densiusculisve, petalorum latera— lium limbo ungue breviore ovato basi cordato. Hab. in pascuis maritimis locisque arenosis cultis incultisve: in Gibraltar (Boiss.); c. Algeciras (Reverch.); in pinetis pr. Chiclana: in loco el Coto ad Puerto de Santa Maria, et alibi.— (Vis Me) D. longipes Moris pro petalorum lateralium limbo orbiculato- subcordato, nec elliptico in unguem attenuato, differta D. pe- regrino quacum tamen jungerunt cell. Guss., Boiss., et Willk. Ar. geogr.—Var. a. in Lusitania et regione mediterranea preesertim orientali; var. $. in Madera, Lusitania et regione mediterranea precipue occidentali. 1.758.—D. pentagynum LL. Dict. 11, p. 264. —Desf., Flor. Atl. 1, p. 427, t. 111! —Brot., Flor. Lus. 11, p. 304, et Phyt. Lus. 1, p. 192, t. 78! —Boiss.;, Voy. bot. 11, p. 13.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 7140.—Wk. etLge., l. C. 1, p. 971.—D. emarginatum Presl. Del. Prag., p. 6.—(Guss., Flor. Sic. Pr. 1, p. 31.—D. nevadense Kunze, Chlor. austr.-hisp. n. 215.—Wk. et Lge., 1. c, (681) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 91 Species quam maximé polymorpha. Variat caule gracili aut robusto, simplici ramosove, 3-10 decim., nunca basi ad ap i- cem villis patulis brevibus confertis interdum velutino-glan- duliferis (D. pentagynum f. subvelutina Per. Lar. in Flor. Gad. exs.), nunc basi glabro superne velutino /D. pentay. f. semi- nuda Per. Lar., l. £.), nunc omnino glabro aut villosiusculo villis brevissimis curvato-retroflexis /D. pentag. f. puberula Per. Lar., 1. c.); foliis plus minus remotis, segmentis latis angus— tioribusve; racemis pauci- v. multifloris seepe laxis, interdum densiusculis; sepalis apice integris aut bidentatis, extus villo- sis puberulisve, nonnumquam glaberrimis /D. pentay. f. levose- pala Per. Lar., 1. c.); folliculis 3-7 villosis aut omnino glabris. D. pentagyni forma leiosepala cam caule ramisque omnino olabris aut villis retrorsis in caulis parte inferiore tantum et sepalis integris extus glaberrimis a D. nevadensí Kunze, ex descriptione, non differt nisi folliculorum numero, nempe 5-7 in D. pentay. £. levosepata, et 3 in D. nevadensi dumtaxat. Hab. in argillosis, arenosis calcareisque incultis, in fauci— bus montium, collibus dumosis locisque rupestribus regionis inferioris et montane: in monte Peñón de Gibraltar (Née, Brouss., Boiss., Kel.); c. Sanlúcar (Colm.); pr. A/calá de los Gazules (Bourg), in Sierra de Palma dit. Los Barrios (Reverch.): ad Castillo de Tempul pr. Algar; in montibus pr. Ubrique (for. leiosepala); in Dehesa de Calvario inter Jerez et Medina; ad To- rrebejano inter Medina et Conil; in Dehesa de los Romerales dit. Jerez, et alibi.—2%. Maj.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Sicilia, Africa boreali-occidentalis. 1.759.—D. Staphysagria L. Sp. pl., p. 750.—Brot., Flor. Lus. 11, p. 304.—Reich., Ic. l. c., t. 69, f. 4674! —Amo, Flor. Iber. vi, p. 741.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 972.—Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 50. Hab. in collibus calcareis, dumosis locisque glareosis et syl- vaticis regionis inferioris et montane: pr. Ubrique (Clem.!); in monte Gibraltar (Durand); ad Puerto de las Palomas €. Al- calá de los Gazules; in declivitate septentrionali montis 57774 de Doshermanas dit. Jerez.—O. Apr.-Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Europe fere omnis regio mediterra— nea, Asia minor, Algeria, Canariee. ó iu ANALES DE HISTORIA NATURAL. (682) TRIB. PAONIEA Benth. et Hook. Peonia /. 1.760.—P. Broteri Botiss. el Reut. Diagn., p. 4.—Boiss., Voy. bot. suppl., p. 714.—Amo, Flor. Iber. vi, p. 746.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 995.—WIilk., Ilustr. Flor. Hisp. 1, p. 105, t. 65 B! —?. oficinalis Brot., Flor. Lus. 11, p. 299 non L.—P. corallina g. Broteri Coss., Comp. Flor. Atl. 1, p. 53.—Vulg. Rosa albvardera. Hab. in rupestribus dumosis regionis inferioris et montanee: inter 7 Bosque et Ubrique; in Dehesa de Cardela pr. Benaocaz. — 2. Mart.-Jun. (v. v.) 8. ovatifolia Boiss., Reut., 1. c.—WKk. et Lge., 1. c.—2. lobata Boiss., Voy. bot. 11, p. 14 non Desf.—Vulg. Peo de lobo, Peonta. Hab. in collibus argillosis calcareisque dumosis, rupestri- bus et sylvaticis regionis inferioris et montane: inter 7+ebu—- jena et Bornos (Clem.): pr. Erazalema (Reverch.); in collibus pr. Zahara; in ditionis Jerez locis Montegil, Dehesa del Salto al Cielo, Dehesa de la Sierrezuela et Dehesa de Cuartillo ubi abun- dat, et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis et australis. 1.761.—P. coriacea 50%ss. Voy. bot. 11, p. 14, t. 3! —Amo, 1. c., p. 748.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 976.—?P. corallina $. coriacea Coss. , Comp. Flor. AGUA p09. Hab. in rupestribus dumosis et declivibus sylvaticis regio- nis montane: pr. Grazalema (Reverch.); inter Benamaloma et Benaoca:.—%. Maj.-Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Imp. Maroccanum. LOS MAMIFEROS DE FILIPINAS POR DON DOMINGO SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ. (Sesión del 7 de Octubre de 1896.) Considerado desde el punto de vista histórico-natural, el Archipiélago filipino es un país verdaderamente privilegiado. Difícilmente se encontrará otra porción del Globo que, en igualdad de superficie, ofrezca tan ancho campo á las especu— laciones científicas. Situado en la zona trópico-ecuatorial, la vida orgánica adquiere un desarrollo extraordinario capaz de competir con el que alcanza en el Asia meridional y. en la América central; formando parte, digámoslo así, del límite de la Oceanía orien- tal y occidental, por él pasa una de las grandes líneas diviso- rias entre las formas orgánicas continentales y las verdadera— mente oceánicas; comprendido de lleno en el gran arco vol- cánico oriental (malayo-japonés), ostenta ese sello de movilidad que caracteriza los paises esencialmente volcánicos; cruzado por infinitos canales, por los que se precipitan las poderosas corrientes del Indico y el Mar de la China, del Pacífico del Norte y el ecuatorial, sus costas se presentan profundamente cortadas y denudadas; sembrado de numerosos golfos, bahías y mares interiores que limitan las diversas islas, hállase en alto erado favorecido el desarrollo de los organismos marinos; regado por innumerables ríos y arroyos, cruzado por elevadas montañas, orientado como larga faja que se extiende buen número de grados de latitud, disfruta de un clima bastante 91 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 2) variado y goza de todas las galas de la vida en la zona tórrida: colocado en uno de los distintos caminos que las razas del Asia y de la Oceanía han seguido en sus emigraciones, sus habi- tantes presentan un conjunto heterogéneo cuyos elementos aparecen ahora mezclados y confundidos. Las ciencias geoló- cicas y biológicas, la Sociología y las ramas todas de la Histo- ria Natural, que tanto desarrollo é importancia han adquirido en estos últimos tiempos, encuentran aquí vasta materia para toda clase de investigaciones. - Conocidas, como son de todos esas circunstancias que hacen de nuestro archipiélago uno de los países más interesantes, desde este punto de vista considerado, nada más natural y justificado que la decidida predilección que muestran los natu- ralistas por conocer los datos y noticias á él referentes. Y me atrevo á asegurar, sin temor de equivocarme, que ese interés ha de crecer de día en día, á medida que vayan conociéndose las relaciones tan diversas que estas reducidas tierras ofrecen con las islas de la Sonda y el continente asiático por una parte y con el resto de la Oceanía por otra; y sin embargo, hasta hace poco tiempo, nuestra colonia de Oriente yacía sepultada en el más lamentable olvido. En lo que á las ciencias naturales se refiere, basta una rápi- da ojeada por las obras descriptivas, tanto botánicas como zoológicas, para que inmediatamente se eche de ver lo escasos que son los datos que en ellas se consignan referentes á estas islas, comparados con los relativos á otras comarcas en análo- v'as condiciones colocadas: escasez que acusa el atraso en que, respecto á ellas, se hallan los estudios de esa clase. Y me he fijado de preferencia en las obras descriptivas, porque necesa_ riamente han de preceder á todas las demás; en efecto, para poder apreciar las analogías, las diferencias, las relaciones, en fin, que existan entre los distintos tipos orgánicos, es ne- cesario conocer con la mayor precisión posible las formas que han de ser objeto de la comparación: lo contrario sería cami- nar completamente á cieyas, expuestos á caer de error en error, sin llegar jamás á descubrir la causa de esos importan- tísimos fenómenos, dependientes tan sólo de la organización especial que caracteriza y distingue á cada tipo. En estos últimos años ha aparecido, sin embargo, ya en publicaciones de caracter general, ya en obras especiales, gran 43) Sánchez.—LOs MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 95 copia de datos referentes á ciertos grupos zoológicos y botáni- cos, y el nombre de Filipinas se repite con inusitada frecuen- cia para señalar nuevos é importantes descubrimientos, pro- ducto de recientes exploraciones; descubrimientos que han despertado el mayor interés, haciendo de este archipiélago una de las regiones más interesantes de la Oceanía. Desgraciadamente, no es á nuestra patria á quien corres- ponde la mayor gloria en la interminable serie de los nuevos descubrimientos realizados en este rico país. Si los nombres de Vidal y Blanco lograron inscribirse á la cabeza de los botá- nicos filipinos, labrando con sus respectivas publicaciones los cimientos de la gran obra que el porvenir se encargará de continuar, ya que ellos sucumbieron en la lucha, agobiados por la fatiga, entregados casi exclusivamente á sus propios esfuerzos, preciso es reconocer que Blanco y Vidal eran ver- daderos genios, y los genios se abren paso á través de los mayores obstáculos. Pudieran agregarse á esos los nombres de otros españoles, pocos ciertamente, pero dignos del mayor encomio, que apro- vechando sus viajes por el archipiélago, en cumplimiento de misiones diferentes. han recogido datos interesantísimos, tanto sobre la Geología como sobre la Botánica y Zoología; datos y noticias que representan inmensos sacrificios. Pero la mayor parte de los descubrimientos histórico-naturales hechos en las Filipinas corresponden á otras naciones que, conocedoras de las grandes riquezas naturales atesoradas en estas islas, han enviado y envían continuamente numerosos colectores que enriquecen los respectivos museos con profusión de ejempla- res y datos, cuyo valor compensa con creces los dispendios que para ello es preciso hacer. Sin embargo, aun cuando todos los factores se saman, por- que la Ciencia es universal y no responde á divisiones de nacionalidad, son bien escasos los conocimientos hasta ahora publicados sobre las especies que en tanta abundancia pue- blan el archipiélago. Por otra parte, y especialmente en lo que á la parte zoológica se refiere, esos datos y noticias están esparcidos en obras y publicaciones muy diversas, sin formar un verdadero cuerpo de doctrina en que de un solo golpe de vista pudiera formarse idea del verdadero conjunto; y si se exceptúan algunos grupos, como las aves, los moluscos y 96 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) muy pocos más, puede decirse que los conocimientos sobre las especies animales que habitan las Filipinas, son en extremo escasos. Aun en los datos que se refieren á los grupos mejor estudiados, obsérvase con frecuencia inexactitud, confusión en cuanto a la determinación de las especies, divergencia de pareceres respecto á las que corresponden á cada grupo, y más que todo, una gran ambigiedad en lo tocante á su dis- tribución geográfica. Y es preciso reconocer que, si siempre es importante fijar esos datos con toda la precisión y exacti- tud deseables, loes más tratándose de este archipiélago donde viven mezcladas y como confundidas especies asiáticas y de la Sonda, de Molucas y Célebes, y hasta de Europa, de África, del Japón y de Australia. Esta diversidad y heterogeneidad de las formas bastan por si solas para dar á nuestra fauna una importancia mucho más erande de lo que á primera vista se pudiera imaginar, impor- tancia que aumentan considerablemente los fenómenos: que ofrece la distribución de las especies en los diversos grupos de islas del pequeño archipiélago y en sus relaciones con otros paises en que muchas de ellas habitan. (Que en el orden comparativo, las formas zoológicas filipinas de cualquier grupo que sean, lo mismo que podríamos decir de los vegetales, ofrecen eran interés, sería cuestión suma- mente fácil de demostrar; y tanto es así, que basta uno de aquellos grupos, el más pobre por cierto (á cuya circunstancia es debido, sin duda, el que los naturalistas apenas se hayan fijado en él hasta ahora). que puede por sí sólo suministrar materiales bastantes para determinar, no sólo el origen ó pro- cedencia de las formas filipinas, ya sean peculiares, ya comu- nes á las tierras que rodean al archipiélago, sino lo que apa— recerá más sorprendente todavía, para determinar las relacio— nes que ha tenido y tiene con esas mismas tierras entre las que se halla colocado, las transformaciones de que su suelo ha sido asiento hasta quedar constituido como lo encontramos en la actualidad, y quizá hasta el origen mismo del archipiélago. Este grupo, hasta ahora considerado como insignificante, es el de los mamiferos. ; Hé aquí, por tanto, el objeto de este trabajo, que no es otro que el de exponer, siquiera no sea más que en ligero bosquejo, ya que los medios de que dispongo no me permitan otra cosa, (5) Sánchez.—LOS MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 97 el cuadro de los más importantes fenómenos que presentan los escasos mamiferos que habitan las Filipinas, ya se las con- sidere aisladamente, ya en sus relaciones con las tierras que las rodean. Al sin número de dificultades que á esta clase de estudios opone la escasez é imperfección en los datos, de que vengo haciendo ligera mención, añádense otras no menos numero- sas y transcendentales dependientes de causas puramente lo- cales, con respecto á las cuales, cuantos se han ocupado de relaciones geológicas, botánicas, zoológicas, etc., de este ar- chipiélago, hanse visto precisados á consignar en las prime- ras páginas de sus respectivos trabajos los grandes obstácu- los con que en este país se tropieza en las exploraciones é investigaciones científicas, declarando unánimes que á esa, más que á ninguna otra causa, deben atribuirse gran parte de los errores, deficiencias é inexactitudes que no es de extra- nar se observen con frecuencia cuando de Filipinas se trata. Y si esa causa acrecienta tanto las dificultades, aun en traba- jos concretos, limitados á una sola clase de fenómenos á veces en perímetro muy reducido, ¿cuánto no las aumentará en éste, que comprende fenómenos tan heterogéneos y abraza, no sólo el archipiéiago todo, sino las tierras que le rodean y las relaciones que entre éstas y aquél han existido y existen, utilizando para ello únicamente los materiales que suminis- tra el más limitado de los grupos zoológicos ? El plan que he de seguir en este ligero bosquejo, queda trazado en la forma siguiente: Principiaré por hacer algunas indicaciones generales sobre el conjunto de la fauna mammalógica filipina, poniendo de manifiesto los más notables fenómenos que la colectividad 6 sólo algunas especies presentan : luego, en unas considera- ciones particulares sobre los mamiferos, expondré mi juicio sobre las diversas especies admitidas como de este pais y su respectiva correspondencia, cuando es posible la identifica- ción. Delinearé después los más importantes rasgos que carac- terizan esta pequeña fauna: seguirá una ligera exposición relativa a la procedencia de las especies y á las causas que, á mi juicio, deben haber determinado los rasgos característicos del conjunto; en seguida aduciré algunas pruebas de las per- turbaciones sufridas por el suelo, que indudablemente deben ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 7 98 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) haber influido mucho sobre las formas progenitoras de que derivan las actuales, y sus transformaciones respectivas. Ter- minaré con el catálogo de las especies designadas del archi- piélago, acompañando á cada una de las indicaciones pre- cisas que he podido reunir sobre su distribución geográfica, y finalmente daré una clave que patentice de un solo golpe de vista todas las particularidades de esa distribución. IL; CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS MAMÍFEROS DEA RIDBETIN ASE Aun contando con todos los elementos de que se puede dis- poner en Manila (1), no me habria sido posible hacer un catá- logo descriptivo de los pocos mamiferos que habitan este ar- chipiélago; porque ni están representadas en las colecciones de los museos todas las especies, ni existen en ellas indivi- duos en número suficiente para apreciar las variaciones que en las distintas localidades afectan á cada forma, ni ejempla- res que, convenientemente identificados, sirviesen como tipos de comparación, ni obras descriptivas, generales ó especiales, ni ninguno, en fin, de los medios indispensables para inten- tar estudios comparativos de cualquier clase que sean. Y, sin embargo, semejante catálogo sería, sin duda alguna, la base fundamental 4 punto de partida del trabajo que acabo de plantear; porque sólo así se pondrían de manifiesto, no sola- mente los caracteres propios de cada especie, sino también el mayor número posible de detalles relacionados con los dife- rentes modos de variación que las del archipiélago presentan, comparadas con las formas consideradas como tipos; porque por ese medio podrían apreciarse á la vez y de manera más perfecta las analogías y diferencias de unas respecto de las otras, y el sentido en que se hayan establecido las desviacio- (1) Me complazco en manifestar mi gratitud, tanto hacia los PP. de la Orden Do- minicana, como á los de la Compañía de Jesús, que han puesto á mi disposición el material de todas clases existente en sus respectivos museos, que cuentan con muy valiosas colecciones. (7) Sánchez.—LOS MAMÍFEROS DE FILIPINAS, 99 nes de las primitivas formas para llegar á constituir las pecu- liares de estas islas. El conocimiento exacto de esas variaciones sería importan- tísimo; porque todo induce á creer que los escasos mamiferos filipinos no son más que restos de una gran fauna, empobre- cida aquí tal vez por la acción de profundas perturbaciones de que estas tierras han sido asiento durante los últimos tiem- pos geológicos, conservada más completa, Ú casi integra en países no lejanos cuyas relaciones de continuidad con el nues- tro no sería difícil demostrar. Por consiguiente, la dirección, extensión y valor relativo de esas variaciones son otros tan- tos factores que conducirían á la determinación, no sólo de las formas primitivas de que nuestras especies derivan, sino de la época aproximada en que, con la separación y aisla- miento de los individuos, se iniciaron las diferencias produ- cidas por una primera adaptación. De mucho tiempo acá se ha notado la pobreza de mamífe- ros, que forma uno de los caracteres más fácilmente recono- cibles de la fauna filipina; pobreza que contrasta notable- mente con la profusión de los otros grupos orgánicos, y á cuyo carácter no parece haberse atribuido hasta ahora la ver- dadera importancia que tiene, sin duda por haberlo creído únicamente debido á la condición insular de las tierras y á su pequeña extensión superficial. Al mismo tiempo, se ob- serva con no menos facilidad la gran semejanza de sus ma- miferos con los que habitan las extensas islas de la Sonda y hasta una parte importante del continente asiático, si bien en estas regiones, los mamiferos, como los otros grupos zo0- lógicos, son sumamente numerosos, hasta el punto de cons- tituir una fauna propia, quiza la más rica del mundo. ¿Cómo interpretar ese contraste, esa especie de anomalía que repre- senta el que solamente la clase superior de los animales sea pobre en las Filipinas, y que esa pobreza no se extienda, en apariencia al menos, á los países próximos tan semejantes á ellas en casi todos los demás caracteres? Indudablemente deben haber existido otras causas distintas de la condición insular, capaces de producir la pobreza de nuestra fauna mastológica y que, si han infiuido sobre las tierras que rodean á este archipiélago, han debido hacerlo con mucha menos intensidad. 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) A la Paleontología es á la que más directamente corresponde la solución de esos problemas: el conocimiento de las formas extinguidas y sus relaciones con las actuales indicarían más claramente los lazos de continuidad ú discontinuidad que hayan existido entre unas y otras tierras, así como la época y tal vez las causas de la extinción. Desde este punto de vista considerados los animales, ningún grupo es tan interesante como el de los mamiferos. De organi- zación más compleja, su vida exige mayor número y diversi- dad de necesidades: el equilibrio se rompe con facilidad cuando cambian las condiciones en que viven, y de aquí el que para ellos sean insoportables 4 muy transcendentales cambios de condiciones en el medio ambiente que para la mayor parte de los otros seres quizá pasan inadvertidos Ó no representan más que ligeros accidentes sin importancia. Privados en general de otros medios de traslación que la locomoción terrestre, y pro- fundamente afectados por los cambios climatológicos, sus emi- eraciones son siempre difíciles por los obstáculos que tienen que vencer y peligrosas por la lucha que han de sostener con- tra las variaciones del medio, viéndose casi siempre obliga- dos á soportar todas las perturbaciones, sin otro recurso que la adaptación más 6 menos rápida y completa á las nuevas con- diciones, ó la extinción total si la lucha resulta insostenible. Así es que cualquier cambio sobrevenido en la localidad en que habitan influye sobre ellos con poderosa energía, y frecuen- temente sucede que las formas desaparecen con las genera- ciones, unas veces por extinción, y más comunmente por desviación ú diferenciación más 4 menos radical de los primi- tivos tipos. El inmortal G. Cuvier, al fundar la ciencia de los seres extin- guidos, reconoce esa superioridad de los mamíferos sobre todos los otros seres, y en el prólogo de su obra monumental, en el Discurso sobre las revoluciones de la superficie del Globo (1), demuestra esa preponderancia que supera mucho aun á los moluscos, cuyos restos tienen, sin embargo, un valor grandí- simo en el estudio de la sucesión de las faunas en los diversos períodos de la vida animal. Los geólogos y paleontólogos están (1) GEORGES CUVIER: Discours sur les réevolutions de la surface du Giobe et sur les changements qwelles ont produits dans le regne animal, 8e éd. Paris, 1840. (9) Sanche2.—LOS MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 101 , perfectamente de acuerdo respecto á ese importante asunto: básteme, para ser breve, citar únicamente el testimonio del célebre geólogo Lyell, que con una claridad y concisión envi- diables, confirma ese mismo modo de ver... «El estudio de estas »asociaciones de fósiles — dice el sabio geólogo — demuestra »que, cuando nos remontamos á la sucesión de los tiempos, la »fauna mastológica diverge más rápidamente que la fauna »testácea...» (1). Desgraciadamente, en lo que á las Filipinas se refiere, ni aun esa inagotable fuente de conocimientos histórico-natura- les puede prestarnos, por ahora al menos, su valioso auxilio: la Paleontología no ha nacido ni nacerá quizá en mucho tiem- po para este país en que todo parece conjurarse contra el pro- ereso y adelanto científico. Hé aquí por qué aun cuando en este trabajo he de tratar de erandes perturbaciones del suelo, de antiguas y modernas relaciones de estas islas con otras porciones de tierra de que hoy están completamente separadas, me veré precisado á comparar tan sólo especies vivientes, tanto de nuestras islas, como de los países que las rodean. Mas, por fortuna, las revo- luciones de que estas tierras han sido asiento y que más direc- tamente han debido influir sobre la fauna actual, parecen haberse cumplido en época bastante moderna para que las formas que pudieran haber desaparecido del archipiélago se conserven, más 6 menos puras, en esas otras tierras con que parece haber estado en comunicación directa é inmediata en un periodo durante el cual debieron desarrollarse los tipos que, más ó menos modificados, constituyen las formas vivien- tes de una y otra región. Cualquiera que fuese el punto de vista desde el que hubie- sen de considerarse las especies, importaba, ante todo, re- unirlas en un catálogo, aunque no fuese más que nominativo, lo más completo posible. Mas como ha de haber necesidad de conocer la relación cuantitativa y hasta cualitativa, si cabe la expresión, de las que habitan las distintas islas 6 grupos de islas de nuestro archipiélago, y las que éste guarda con los paises que le rodean, se hace preciso que á cada especie (1) LveLL: Man. de Geol. dlém., tomo 1, 6.* edición, 1863, pág. 265. 102 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) acompañe el mayor número de indicaciones posible sobre su distribución particular. En lo que al catálogo se refiere, abrigo la esperanza de haber podido reunir todas ó casi todas las especies hasta ahora designadas como habitando las Filipinas; y aun cuando es casi seguro que faltan aleunas por descubrir, particularmente en las islas del Sur, en Mindoro y otras poco exploradas todavía, no cabe duda de que su número ha de ser muy reducido en comparación de las conocidas, y. por tanto, la lista de estas es suficiente para dar idea muy aproximada, si no exacta, del conjunto, y, sobre todo, para poder fijar los rasgos caracteris- ticos del grupo. En lo que hace relación á la distribución geográfica de las distintas formas, los datos consignados en las obras de que me he auxiliado son escasisimos, sobre todo, en lo que concierne al archipiélago. Si se exceptúan los estudios más ó menos completos sobre las diversas razas humanas que le habitan, en algunos de los cuales se ha procurado fijar los límites del territorio en que cada una vive, datos que no nos reportan utilidad alguna, puesto que del hombre no hemos de ocupar- nos ahora, en la mayor parte de los demás trabajos sobre los mamiferos, muy pocas veces se han fijado las localidades de donde proceden los diversos ejemplares que han servido para determinar las especies. Por regla general los datos de /locali- dad que acompañan á las especies de mamíferos filipinos en las obras en que se consignan, se reducen á indicar su pre- sencia en el archipiélago, y sólo en algunas de la más modet- nas se fija la isla 6 islas de que proceden los individuos. Esta lamentable falta de precisión en datos tan importantes para los estudios comparativos de Historia Natural, ha depen- dido en gran manera, á mi modo de ver, por una parte, de la creencia, muy generalizada por cierto, en una distribución más regular y uniforme de las especies por todo el archipié- lago de lo que en realidad sucede; y, en segundo término, de la escasez de las formas que representan cada tipo, circuns- tancia esta última que bien puede haber conducido á aquella creencia, porque parece lógico suponer que, siendo tan esca— sos los representantes de la clase y tan reducido el territorio, estuvieran uniforme ó6 casi uniformemente esparcido en él. Pero cuando se exploran con algún cuidado los distintos gru- (11) Sáanchez.—LOS MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 103 pos de islas que forman el archipiélago, 6 se comparan las especies que proceden de cada uno de ellos, se descubre una serie de fenómenos á cual más interesantes, que revelan gran- des diferencias entre los representantes de cada una de esas agrupaciones. Desde luego llama la atención que algunas especies vivan confinadas en un pequeño grupo de islas cercanas, más allá de las cuales no se extienden en el archipiélago: otras se pre- sentan solamente en dos islas más ú menos distantes entre sí, ó en un pequeño grupo y alguna isla lejana sin hacerlo en las intermedias; aleunas, en fin, viven como recluídas en una sola isla, á veces muy pequeña y sumamente próxima á otras mucho más extensas, á las que, sin embargo, la especie no se extiende. Estos hechos son tan conocidos que con fre- cuencia toman las especies, hasta por el vulgo, el sobrenombre de la isla 6 islas en que habitan. Así sucede con el tamirao de Mindoro, el pilandoc de Balabac, el tato (Manis) de las Cala- mianes, el puerco-espin, el manturon (Arctictis), el pantol (My- daus), la ardilla voladora de la Paragua, el gato-tigre de la Paragua 0 de Negros, el caguany (Galeopithecus) de Bohol y Samar y otros análogos cuya enumeración sería larga. Es verdad que aleunas veces las especies se extienden más de lo que esos nombres Ú frases indican; pero siempre resulta que sus áreas son comparativamente reducidas en el archi- piélago. Esos fenómenos son, sin embargo, de indole distinta y me- recen fijar la atención de muy diversas maneras: el Mydaus (pantot), por ejemplo, no vive más que en las Calamianes, Pa- ragua y Balabac; pero es especie peculiar del archipiélago, y por tanto, aunque esa limitación sea notabiliísima desde el punto de vista de la extensión comparada de las áreas de dis- persión de las especies, de que constituye un minimum, puede incluirse muy bien en la categoría de lo que se llama especia- lización de las faunas locales, fenómeno bien conocido y de que constantemente se saca partido para caracterizar cada re- gión; si bien la especie á que aludo no puede considerarse como caracterizando todo el territorio filipino, sino una peque- ña porción de él, y en este sentido su importancia aumenta considerablemente. Otras varias especies se encuentran en análogas condiciones, 104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Mas no es sólo en las especies peculiares donde se observa tan interesante como curiosa limitación, si bien el fenómeno tiene significación y valor muy diferente. El Manis javanica, por ejemplo, ocupa en este archipiélago las mismas localida- des que el Mydaus de que acabo de hacer mención (Calamia- nes, Paragua y Balabac); pero aquella especie se extiende por un área sumamente extensa que abraza, no sólo las islas de la Sonda, sino una gran porción del continente asiático. Y más notable quizá es lo que se observa en el pilandoc (Tragu- lus), cuya distribución en nuestras islas se reduce exclusi- vamente á la pequeña isla de Balabac, sin que se extienda ni aun á la Paragua, á pesar de la insienificancia aparente del canal que las separa: y sin embargo, la especie se esparce hasta Borneo, si no es que también se halla en sus vecinas de la Sonda. Aunque no con áreas tan excesivamente reducidas como en el pilandoc, obsérvanse fenómenos análogos en otras varias especies, entre las que pueden citarse como no menos intere santes el 47rctictis binturong, el Felis minuta, etc. Y no es solamente en lo que hace referencia á la distribución geográfica y amplitud relativa de las áreas donde se observan esas tan notables particularidades; fenómenos de naturaleza muy distinta, pero igualmente dienos de particular conside- ración, sorprenden al naturalista cuando revisa diferentes Ca- talogos de mamíferos filipinos. ¿No es verdaderamente extraño que en Mindoro y sólo en Mindoro habite una especie, de gran tamaño por cierto, que se ha considerado idéntica al 4n0a depressicornis de Célebes? ¿No lo es también que en Joló se encuentre un ciervo que se ha identificado con el 4zis maculatus de la India? ¿No llama la atención sobremanera el que al pretender fijar las localidades en que habita, dentro del archipiélago, el Cynopithecus niger, tantas veces citado como habitando en él, se susciten siempre dudas y dificultades insuperables hasta el punto de no poder indicarle con seguridad ni de una sola de nuestras islas? Hechos como estos no pueden pasar inadvertidos á quien se haya ocupado, siquiera haya sido muy á la ligera, en el estu- dio de las especies filipinas, y demuestran por sí solos hasta qué punto es necesario estudiar con detenimiento, no sólo los mamíferos, sino los demás grupos orgánicos, para rectificar (13) Sánchez.—108 MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 105 muchas veces y ampliar otras los actuales conocimientos. ¿Cómo no ha de sorprender ver citadas repetidas veces Como de Filipinas esas especies, cuando ni el 4204, ni el 4zís, ni el Cynopithecus habitan el archipiélago? Por lo menos se puede afirmar con seguridad que el tamarao de Mindoro no es Ano4 y que los ciervos de Joló no son Axis maculatus. En cuanto al Cynopithecus niger, ciertamente no me cabe duda de que á esa especie pertenecen los ejemplares que en Filipinas se han cla- sificado así; pero lo que sí me permito dudar es que semejante especie habite naturalmente nuestro archipiélago. A mi juicio, todos los individuos han sido y son importados en cautividad. Mas sobre este importante punto he de insistir más adelante. Señalaré, por último, otro fenómeno que seguramente tiene tanta importancia como el que más de los que dejo enumera- dos. En nuestras islas del Sudoeste (Paragua y Balabac) no existen los ciervos, hecho tanto más digno de notar cuanto que éste es seguramente el grupo más general y uiformemente esparcido por todo el archipiélago, sin que desde este punto de vista le aventajen más que los Macacus y los Suwidos. Esta circunstancia, que puede constituir por sí sola una especializa- ción suficiente de esa región, parece, sin embargo, poco co- nocida, si bien no es de extrañar que así suceda, porque los caracteres negativos, particularmente los de la índole del que señalamos, son á veces difíciles de apreciar. Aun cuando en otro lugar he de ocuparme en esta cuestión, séame permitido adelantar aquí la idea de que éste es uno de los problemas, á mi modo de ver, sin solución satisfactoria en el estado actual de nuestros conocimientos. Si los hechos que acabo de consignar, á los que podría agre- car otros muchos de naturaleza muy diversa, se refiriesen á un grupo rico y numeroso, quizá parecerían menos impor- tantes; pero tratándose de una fauna en que la escasez de formas ha sido y es, á no dudarlo, uno de los caracteres que más han llamado con justo motivo la atención, esos fenóme- nos se hacen verdaderamente sorprendentes, porque de una ú otra manera afectan á todas d casi todas las especies. Más que una sola fauna, la mastológica filipina, parece como formada de un número considerable de faunulas extre- madamente pequeñas, pero independientes, ó de fragmentos de una gran fauna que hubiese sido dividida y subdividida, 106 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) desapareciendo muchos de sus elementos y conservándose los otros separados en las diversas islas Ó grupos de islas que constituyen el archipiélago Parece como que, á consecuen- cia de un gran cataclismo 6 de larga serie de trastornos que dieran por resultado un fraccionamiento general de las tie- rras, la fauna mastológica, en otro tiempo variada y más uniformemente distribuida que ahora, hubiese sido quebran- tada y casi destruída, quedando únicamente, como elementos esparcidos y aislados, escasos restos de su pasada opulencia. Cierto que la lista de los mamiferos que habitan el archi- piélago se encuentra considerablemente aumentada en com- paración de las que hasta hace poco tiempo se conocian; cierto que probablemente habrá de enriquecerse algo más á expen- sas de especies que falten por descubrir; cierto igualmente que quizá algunas de las hoy consideradas como peculiares de determinadas islas ó de ciertas regiones se encuentren en otras más ó menos cercanas; pero á pesar de todo, el carácter de pobreza que le es propio, no desaparecerá, ni desaparecerá tampoco la importancia de esos tan notables fenómenos que se observan en su distribución geográfica; porque desde luego podemos suponer que las especies que se descubran en lo su- cesivo, sobre ser pocas en número no han de ser en manera alguna de índole tal que puedan hacer cambiar los caracteres generales del conjunto, ni sus rasgos característicos. Por otra parte, las Filipinas son recorridas hoy en todas direcciones por naturalistas, colectores y aficionados, y las relaciones que existen entre las diversas islas son tan frecuentes, que segu- ramente han de ser pocas las formas de mamiferos, sobre todo de algún tamaño, que falten por conocer. Las especies hasta ahora indicadas como habitando este ar—- chipiélago, 6 mejor dicho, las de que poseo noticias y datos más seguros, que forman el catálogo adjunto, constituyen un total de 85 ú 86. Entre ellas no figuran las que han sido introducidas y viven en domesticidad ó cautividad; y las he excluido, porque sobre no ofrecer, en mi concepto, ningún interés para el principal objeto de este trabajo, quizá originasen alguna confusión. Figura, sin embargo, el búfalo común, porque, si bien soy de parecer que es especie introducida en domesticidad, no faltan autoridades, muy respetables por cierto, que se inclinan á (15) Sanchez —LOS MAMIFEROS DE FILIPINAS. 107 considerarla como verdaderamente indígena. Más adelante volveré sobre esta cuestión, aunque por ahora no creo que pueda resolverse de manera satisfactoria. Los géneros en que se agrupan todas las especies arriba aludidas son 45 6 46, lo que da un término medio un poco me- nor de dos especies para cada género; pero la mayor parte de éstos (27 6 29) no cuentan más que una; circunstancia bien digna de tenerse en cuenta. Los géneros pertenecen á 24 familias diferentes, número bastante considerable, puesto que representa un poco más de la mitad del de los géneros. De ellas, 15 6 16 cuentan una sola forma genérica, elevándose á la considerable cifra de 126 13 las que no poseen más que una sola especie. Por último, esas agrupaciones representan la mayor parte de los órdenes en que se considera dividida la clase, puesto que las familias indicadas se hallan distribuidas entre 11 de estos grandes grupos. El cuadro siguiente permite ver el conjunto y distribución de las diversas agrupaciones de que acabo de hacer mención. 108 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (16) Cuadro de los mamiferos de Filipinas. ÓRDENES. FAMILIAS. GÉNEROS. | ESPECIES, Cuadrumanos....... O A a RE 1 1 A ¡ Lemurideo al jajaa o ao a 1 1 E Tarde a Ad 1 1 IFPLETOPOdAS Ia do 4 9 | Rhinolophidee.......... 2 10 Quirópteros........ INYCteride cana aldea 1 1 Vespertilionidee........ 6 15 Emballonurid:e......... 3 3 [ Galeopithecidee......... 1 1 Insectívoros........ y Lubaldo yates l 2 SOC o 1 1 Mura dl ao 2 7ú8 ROGdOres: so. dio. y SUE. e O ca a 3 8 EY SUCIO Sede oc iosla 1 1 ES A NS 1 1 POTASA oO | VIVerrides.o ee aaa jas 4 5 Mustelide. 0 osa de 2 2 AS A O 1 ó 2 RumianteBc.... 60 ACEInide.. Ti 364 465 Trapulda oido cta 1 1 Paquidermos....... Suda data 1 3 Desdentados........ Mamidid e a 1 1 SISMOS aora Halcon otto talar ae 1 1 A ÓN e | Delphinidee Ju. pto e 1 162 Balenidea 1 1 Aunque la idea parezca aventurada, creo que puede pre- verse, con cierta seguridad, á qué grupos habrá de afectar probablemente y de un modo general el descubrimiento de nuevas especies, así como también la importancia que éstas puedan tener desde el punto de vista de las relaciones zooló- gicas y geográficas del archipiélago. En este sentido, podemos considerar los mamiferos dividi- dos en dos grupos, de los que uno comprenda los esencial- mente terrestres y el otro los voladores (quirópteros) y los (19) Sánchez.—LOS MAMÍFEROS DE FILIPINAS. 109 marinos (sirenios y cetáceos), agrupación á que más de una vez hemos de aludir en lo sucesivo. El último de estos grupos, evidentemente de una importan- cia mucho menor que el primero en cuanto se refiere á las relaciones geográficas y á las causas de la distribución actual de las especies, cuenta, á mi modo de ver, con más probabili- dades de aumentar su número con nuevas especies, supuesto que los murciélagos, tan numerosos en el archipiélago, son todavía poco conocidos; y en cuanto á los mamiferos marinos, nada más natural que pensar que aparezcan cerca de estas costas cualquiera de las especies, por cierto bastante numero- sas, que pueblan los mares próximos, hipótesis tanto más probable cuanto que hasta ahora son muy pocas las indicadas como de las Filipinas. De los esencialmente terrestres es posible que se descubran aleunos Múridos, Sciuridos, Suidos y alguna otra familia de aquellas cuyas especies son algún tanto numerosas y ocupan áreas extensas; pero creo que se puede asegurar, sin temor de equivocarse, que seencontrarán muy pocas especies, si es que se descubre alguna más, de Lemúridos y Tarsidos, de Histri- cidos y Manídidos, de Félidas y Mustélidas, de Bóvidos y Tra- eúlidos, á cuyos grupos pertenecen las que presentan los más interesantes fenómenos de distribución y establecen las más importantes relaciones entre la fauna de estas islas y la de las tierras vecinas. Tampoco se descubrirán entre los actuales habitantes de las Filipinas los tapires, rinocerontes, elefantes, ni las grandes fieras, por más que animales de todos esos gru- pos viven en las grandes islas Malayas, tan próximas y tan intimamente relacionadas con aquellas desde el punto de vista histórico-natural. En último término, aun en el caso de que se descubriese alguna de esas especies, no cambiarían en nada, 6 sólo de una manera insignificante, los caracteres de nuestra fauna: por eso no dejaría de ser pobre, de aparecer como fraccionada, de ofrecer grandes relaciones con las otras tierras situadas a Occidente, etc., etc. Siendo esto asÍ, no creo exagerar nada al pensar que con los datos conocidos pueden fijarse con bastante exactitud los rasgos y caracteres de nuestra fauna mastológica. Pero hay una circunstancia que si en realidad no hará va- riar mucho el número de especies, puede influir de manera 110 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) apreciable en las relaciones del conjunto. Es posible que al- eunas de las especies filipinas ahora consideradas como idén- ticas á otras de los paises circunvecinos, cuando sean objeto de más detenido estudio, se separen para formar especies propias; ó que algunas formas que consideramos como varia- ciones poco importantes de otras, sean verdaderas especies. En cualquiera de ambos casos resultaría modificada la pro- porción entre las formas peculiares y las comunes, aun cuando no influyera en las demás relaciones. Mas de todos modos debe suponerse que las especies sujetas á semejante cambio han de ser muy pocas, y por tanto las variaciones á que den lugar casi insienificantes. Finalmente, y para terminar estas indicaciones generales, he de manifestar que se han citado como del archipiélago al- gunas especies cuya existencia en él es muy dudosa; otras que seguramente no son filipinas; otras, en fin, cuya deter- minación suscita diversidad de criterios 6 es decididamente errónea; por cuyas razones, ya que no me sea posible hacer la descripción particular de cada una de las que figuran en el catálogo, me parece de todo punto indispensable una breve reseña de todas, á fin de fijar las ideas y manifestar el con- cepto que de ellas tengo formado, puesto que á él se han de subordinar las consideraciones que haya de hacer en lo su- cesivo. CATALOGUE RAISONNÉ DES Mt PIDOPTERES DES ENVIRONS DE BILBAO (VIZCAYA) DRESSE PAR ME. SBEBOL D: (Sesión del 15 de Septiembre de 1897.) Convaincu que mes observations et mes chasses dans le Dis- trict de Bilbao et ses environs, auxquelles je me suis dédié de- puis vingt ans, peuvent donner maintenant une idée assez complete de la faune lépidoptérologique je me suis décidé a dresser le présent catalogue de la faune du District. Bien des especes dans les microlépidopteres sont encore a découvrir par lélevage queje r'ai pas pu pratiquer avec assiduité. (Que de jeunes forces táchent de combler les lacunes! Je ne veux pas manquer d'exprimer mes remerciements aux maítres de la science entomologique qui m'ont aidé par leurs conseils et surtout par la détermination d'especes difficiles notamment á MAPEO: Staudinger, le Dr Wocke, M. E. Hering, M. le Dr Re- bel, et un souvenir reconnaissant á ceux que la mort nous a enlevés M. le Dr Rossler, M. Pierre Miliere et M. E. Ragonot! J'ai aussi a féliciter notre collegue Mr. Georges Schramm, ¡eu- ne et infatigable chasseur pour ses trouvailles et la gracieusité avec laquelle il m'a communiqué les espéces nouvelles pour cette faune, recueillies surtout sur la rive gauche du Nervion. En général la faune lépidoptérologique est assez pauvre par suite du manque de foréts et du peu de richesse de la flore, 112 ANALES DE HiSTORIA NATURAL. (2) cependant elle ne manque pas d'un certain intérét, formant pour ainsi dire la transition de la faune septentrionale a la méridionale. RHOPALOCERA. Papilio Z. P. Podalirius var. feisthameli Dup.—Parait en deux généra- tions en Mai et fin Juillet. Les exemplaires sont moins egrands que ceux du Portugal qui proviennent de che- nilles vivant sur Pamandier. J'ai trouvé la chenille ici sur des poiriers. Je suppose qu'elle vient aussi sur les es- peces du Prunus. La femelle se pose sur une feuille (au bord), recourbe l'abdomen et colle un «euf sur le dessous de la feuille, jamais plus d'un ceuf a la fois comme j'ai pu lobserver á plusieurs reprises. Tres répandu mais en petit nombre. — var. 11iey04 Mieg.—Un exempl. en Juin bien caractérisé. P. Machaon L.—N'est pas tres fréquent dans la vallée du Ner- vion. Cette espéce est répandue jusqu'a de tres grandes hauteurs. Je l'ai observé encore a 2,400 métres de hauteur dans les Pyrénées. Pieris Schr%. P. brassice L.—Commun et répandu. P. rape L.—De Mars á Novembre répandu et fréquent. A noter un y” de tres petite taille, 32m ay lieu de 43" ce qui est la taille ordinaire. En Mars 1891 je prenais une Y de la méme taille a Barcelone. var. alba m.—Un Y pris en Mai 1892 est completement blanc sans la moindre tache noire, les ailes antérieures moins arrondies que le type, les postérieures plus amples et plus arrondies au bord extérieur. Comme je viens de recevoir la méme variété de Madrid (de notre collegue Fernández Duro), je dois supposer que mon exemplaire n'est pas un produit du hasard mais bien une variété ou aberration qui se trouve en Espagne; aucun de mes amis 8, Seebold.—LIPIDOPTERES DR BILBAO. 13 et colléegues ne pouvait me renseigner au sujet de cette variété. P. Napi L.—Commun en printemps. — a. v. gen. Il Vapaee Esp. — Moins fréquent á la fin de Juillet. (Je possede aussi une paire d'exemplaires nains de cette espéce du Midi de la France.) P. daplidice L.—En Juin et fin d'Octobre sur les sables pres de la mer, fréquent. Antocharis 5. A. delia var. ausonia Hb.—En Mai (capturé par Mr. Schramm) sur le Serrantes. Je la prenais aussi en Avril á Barce- lone, elle ne peut donc pas étre le produit d'une 2* gen. A.cardamines L.—Parait seulement au printemps. Entre au- tres un exemplaire o” de 4771 de taille (38"m étant la nor- male). Je posseéde une Y méme taille de Lisbonne. Leucophasia Sip). L. sinapis L.—Typique; fréquent en Mai. — v. erysimi Bkh.—Capturé par Mr. Schramm. Colias 7". C. hyale L.—Trés rare dans la plaine, mais fréquent sur le Serrantes. C. edusa F.—Peu fréquent en Mai, mais abondant en Aoút et Septembre. Pendant les années séeches 92 et 93 j'ai obtenu des exemplaires d'une taille extra-erande et de coloration enfumée. — var. helice Hb.—Parait généralement en automne, j'ai pu lPobserver en 1893 (année extrémement seche), volant en abondance de Mai a Octobre. C. aberr. Aubuissoni Caradja. —Iris 1893, page 171. (Aberra- tio ochracea alis posterioribus macula media permagna ochracea est forma intermedia intra edusam et helicem.)— Rare. ANALES DE HIST. NAT:— XXVII. B 114 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Rhodocera 5. Rh. rhamni L.—En deux générations, pas tres fréquent. Rh. cleopatra L.—Tres fréquent en Février, Mars et 2 gen. Juillet, Acáút (1). Thecla 7. Th. ilicis Esp.—Localisé. Fin Juillet. Th. spini Schift. — v. lynceus Hb. Th. quercus L. — Tres localisé, rive gauche capturé par Mr. Schramm. Th. rubi L.—Tres peu fréquent. Th. roboris Esp.— En Juillet pres de la riviére et dans les vallées de la rive gauche, pris aussi par Mr. Schramm. | Capturés par Mr. Schramm. Polyommatus Zar. P. phleas L.—Peu fréquent. — var. eleus F.—Peu fréquent; en Septembre. P. alciphron var. gordius Sulz.—Une OQ prise par Mr. Schramm; parait localisé, rive gauche. Lyceena 7. L. betica L.—Fréquent et répandu, parait en deux généra- tions. La premiére donnant généralement de grands exem- plaires jusqu'a 34mm de taille, tandis que la 2* gen. en au- tomne ne donne que des exemplaires ne dépassant guére 22mm mais d'une coloration tres foncée. L. telicanus Hb.—Parait en Juillet et en Novembre, peu fré- quent et localisé. L. argiades Pall.—En été, 2* gen.; répandu et fréquent. (1) Je n'ai pas trouvé á Bilbao des exemplaires ayant le dessous des ailes inférieu- res d'un jaune prononcé comme c'est presque la regle pour les exemplaires prove- nant du Portugal. (5) Seebold.—LEPIDOPTERES DE BILBAO. 115 L. argiades v. polysperchon Berg.— Comme 1* généralement en Mai, souvent abondant. — ab. coretas 0.—Rare. L. argus L. — v. hypochonta Rbr.—Volant a la fin de Juillet sur les hau- teurs autour de Bilbao. L. argyrotorus Bgstr. («gon SV.) — Comme le précédent; la plupart sans taches métalliques en dessous. — v. bella HS.— Rare. L. icarus Rott (Alexis SV.) —Trés répandu et fréquent en plu- sieurs générations. — ab. ¿carimus Scriba.— Avec le type, mais rare ici, tandis qu'elle est tres fréquente a Albarracín. — ab. cerulea ?.—Cette belle aberration est surtout fréquen- te en Avril et Mal. L. bellargus Rott (adonis Sv.)—En deux générations en Mai, Juin, Septembre et Octobre; fréquent sur les terrains sa- blonneux pres de la mer. — ab. ceronus Esp.—yY Y ($ supr. al. post, mac. margin. nigris); les Q se distinguent par une coloration bleue tres intense. Surtout en 2* génération tres abondant. — ab. cimmus Hb.—(Al. post. subt. non ocellatis) rare. . Hylas Esp.—En Mai, localisé et assez rare. . coridon Hb.—Rare dans la vallée, mais fréquent sur les hauteurs du Serrantes. Juillet, Aoút. . Grygiolus L.—Tres fréquent en Mai et 2* gen. en Aoút. minima Fuessl.—Tres rare. . semiargus (Rott) (acis Schiff).—Rare. . arion L.—Peu fréquent en Mai dans les vallées. Sy > SN O Ny Limenitis 7. Limen. sybilla L.— Rive gauche du Nervion capturé par Mr. Schramm. Vanessa ?/". Toutes les espéces mentionnées ci-dessous sont trés abon- dantes. 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 7. e. album L. . polychloros L. .urtice L. > LOL . antiopa L. .atalanta L. .cardui L. (De grande taille et d'une coloration tres vive.) A Melitea 7. M. parthenie Bkh.—Rive gauche du Nervion, capturé y € par Mr. Schramm. M. dejone H.—Paraít rare. Un exemplaire pris par Mr. Schramm. M. athalia Rott.—Capturé par Mr. Schramm. Argynnis /. A. selene Schiff. —Fréquent en Mai et répandu. A. día L.—Trées abondant en Avril et Mai. Deux générations. A. paphia L.—Je ne l'ai observé que trés rarement. A. pandora Schiff.—Fin Juillet, Aoít, dans les hautes vallées de la rive gauche, fréquent a Galdames, d'une couleur bien plus verdátre que les exemplaires de France. Capturé par Mr. Schramm. A. adippe L.—Tres localisé sur les hauteurs de la rive gauche. Capturé par Mr. Schramm. — v. cleodoza 0.—Avec le type. A. lathonia L.—De Juin á Septembre. Commun. Melanargia ey. M. galathea L.— Tres fréquent dans la plaine de Juin a Sep- tembre. — var. procida Hbst.—Avec le type, assez rare. e) Seebold.—LEPIDOPTERES DE BILBAO. 117 Satyrus /. B. S. alcyone Schiff. —Abondant en Juillet sur les collines. Les exemplaires d'ici sont de grande taille (60 a 64m), le des- sous des ailes avec peu de jaune, la teinte grise des pos- térieures domine. Les exemplaires des Pyrénées sont bien plus petits (48 a 55m), ayant le dessous coloré plus vif en jaune et les postérieures bien moins gris. S. semele L.— Répandu et fréquent, de grande taille et les Q9 surtout d'une coloration tres vive. $. arethusa Sv. var. dentata Stgr.—Parat a la fin de Juillet en -——abondance mais trés localisé. S. dryas Sc.—En Juillet, sur les versants des collines et dans les vallées; les 99 surtout de tres grande taille (667m) et des yeux tres grands avec des fonds bleu violacé brillant. 5. statilinus Hufn.—Sur les versants du Serrantes. (Schramm). Pararge /10. P. megera L.—Parait déja en Février, et je le capturais aussi en Décembre. Fréquent. — Aberr. transitad Alberti Ent. Zeit. intern. July 95. 3 exem- plaires avec la deuxieme ocelle plus ou moins développée. P. egeria L. (meone Esp.) —Fréquent pendant toute Pannée. Une var. presque sans taches jaunes, autre 94 ou les ta- ches jaunes passent au blanc. Epinephele /7/7. E. janira var. hispulla Hb.—Trés fréquent du 10 Juin a Sep- tembre. De grande taille, les 29 variant de coloration tres foncée au jaune plus clair. E. tithonus L.—Paraít dans certaines années en nombre incal- culable. De plus grande taille que les exemplaires du Nord et de couleurs plus saturées. — var. Minki m. Berl. ent. Zeitsch. 1891, p. 467.—Cette in- téressante var. se distingue par la couleur jaune de naple des parties brun-rouge du type. J'ai vu aussi un exen- 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) plaire de cette var. dans la collection de M. Carvalho Mon- teiro a Lisbonne. E. hyperanthus L.—Capturé par Mr. Schramm sur la rive gau- che, Parait tres localisé. Cononympha /77. C. arcania L.—En Juin et Juillet fréquent mais seulement sur les hauteurs. O. dorus Esp.—En Juillet comme la précédente. C. iphis var. iphioides Ster.—Capturé par Mr. Schramm. Paraíit localisé sur la rive gauche. C. pamphilus L.—Partout, presque toute année, Spilothyrus Dup. S. alcee Esp. (malvarum).—Fréquent en Juillet. S. althee var. beticus Rbr.—Cette intéressante var. West pas tres fréquente en Juillet et Aoút. - Syrichtus 5. R .malve L. (alveolus Hb.) —Fréquent. S. alveus Hb.—Rare. S. sao Hb.—Assez fréquent en Mai a Septembre. - - Nisionades /70. NW. tages L.—Commun en Avril et Mai. Hesperia Bb. H. acteon Esp.—Fréquent Mai á Aoút; vers le soir les papillons se réunissent en société dans des touffes d'herbes a larges tig'es. H. lineola 0.—En Juillet, rare. H. sylvanus Esp.—Partout et fréquent. H. comma L.—Moins fréquent que le précédent. (9) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 119 Cyclopides 277. C. morpheus Pall.—Je n'ai capturé qu'un seul exemplaire de cette espéce. HETEROCERA. Sphinges /. Acherontia 0. Á. atropos L.—N'est pas tres fréquent. Je posséde des exem- plaires pris sur mer entre Bilbao et Bordeaux. Sphinx 0. S. convolvuli L.—En Mai et Septembre, commun partout. 5. ligustri L.—Les exemplaires espagnols sont en général d'une teinte plus foncée que ceux du Nord. Deilephila 0. D. euphorbie L.—Les chenilles qui abondent sur le bord de la mer se transforment en Aoút et Septembre, éclosant en Octobre et Mai suivants. — v. rubrescens.—Éclot avec le type mais en plus grand nombre. D. livornica Esp. —Selon les années, rare ou tres abondant. Mai et Septembre. D. elpenor L.—Sur la rive gauche, rare. D. celerio L.—En 1884 et 85 ce Sphinz était tres abondant; la chenille en Aoút sur la vigne et la vigne vierge donnait le papillon en Septembre. Depuis cette époque je ne lai plus revu. D. ner L.—En Aoút 1885 je trouvais sur les arbustes d'Oléan- dre de mon jardin 5 chenilles qui donnaient des papillons de tres grande taille á la fin d'Octobre de la méme année. Plus revu depuis lors. 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Smerinthus 0. S. tilie L.—Répandu et fréquent. — v.umi.—D'un jaune brun tres prononcé; avec le type. S. populi L.—N'est pas fréquent; parait en Mai et Septembre. Macroglossa 0. M. stellatarum L.—Commun. M. fuciformis L.— Rare. Trochilium s5Sc. T. apiformis Esp.—Fin Juin sur peupliers aux premiéres heu- res de la matinée. ' Sesia /". S. asiliformis Rott. S. culiciformis L. Toutes ces espéces sont rares a moins S. ichneumoniformis T. d'en faire lélevage. 5. chrysidiformis Esp. Zygena /'. Z. filipendule F.—En Juin fréquent pres Bilbao. — var. Ochsenheimeri Z.—Parait le 15 Juin, de belle taille. Z. trifoliíñ Esp.—Type rive gauche. — v. dubia Ster.—En Aoút tres répandu. Z. lavandule Esp.—Du 15 au 30 Mai sur le versant SO. du Ser- rantes (Schramm). Bombyces. Sarrothripa (Gr. S. undulana Hb.—Rare. (1) Seebold.—LUPIDOPTERES DE BILBAO. 142) Earias /10. 2. clorana L.—En Juin fréquent. Hylophila //0. H. bicolorana Fuessl.—Peu fréquent. 11. prasinana L.—Peu fréquent. Nola Zeach/. ÑN. chlamydulalis AHb.—Peu fréquent. NV. centonalis Hb.—Peu fréquent. NV. cuentatella L.—Peu fréquent. N. albula Hb.—De taille extraordinaire, en Juillet entre les Rubus. Nudaria S!p/. NV. murina Hb.—Fréquent et de grande taille. Caligenia Dup. C. minmtata Forst.—Fréquent et répandu. Setina SchrA. S. irrorella Cl.—En Juillet fréquent sur des endroits arides. Lithosia 7. L. caniola Hb.—Juillet et Aoút commun. L. complana L.—Peu fréquent, localisé. L. sororula Hufn.—Rare. Deiopeia Sip. D. pulchella L.—Capturé en nombre pour la premiere fois en Mai et Juin 1892 aux environs de las Arenas. Depuis disparu, 122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Euchelia 5. E. jacobea L.—Tres commun en Juin. Nemeophila S/p2. NV. russula L.—Répandu, pas tres fréquent Calimorpha Latr. O. hera L. var. magna.—Tres fréquent et répandu en Juillet et Aoút. Arctia Schrh. A. caja L.—Pas tres fréquent. A. villica L.—Pas tres fréquent. A. fasciata Esp. (al. aut. fasciis megl. una). —Plusieurs exem- plaires. Rive gauche. Euprepia ZS$. KE. pudica Esp. —Fréquent. Aime a aller a la lumiere. Spilosoma S/p/. 5. fuliginosa L.—Répandu et commun. 5. lubricipeta Esp.—Rare. 5. menthastri Esp.—Tres fréquent. Hepialus 7". H. sylvinus L.—Deux exemplaires capturés par Mr. Schramm, rive gauche. Cossus F'. C. ligniperda F.—Fréquent. (13) Seebold —LEÉPIDOPTERES DE BILBAO. 123 Zeuzera Lal;. Z. pyrina L. — Parait autour de Bilbao, capturé aussi par Mr. Schramm. Psyche Schrk. P.micolor Hfn.—Commun, le sac sur Rubus. P. constancella Brd.—Le sac en Avril sur rica, sur les plus hautes collines, presque tous donnent des /chmeumonides. P. fulminella Mi1.—Vole en Avril pres de Bilbao. P. pyrenella HS.—En Mai pres de Bilbao. Epichnopterix 170. E. pulla Esp.—Commun. Fumea 40. F. intermediella Brd.—Fréquent. F. mudella O.—Fréquent. Orygia 0. O. gonostigma F.—Tres fréquent, la chenille en printemps sur Rubus. O. antigua L.—Rare, j'ai seulement pu l'observer volant en Octobre; capturé par Mr. Schramm. Dasychira Sip/. D. fascelina L.—Pas tres fréquent. D. pudibunda L.—Pas tres fréquent. Porthesia S?p4. P. chrysorrhea L.—Peu fréquent. P. similis (auwrifiva Sv.) —Commun. 124 bt ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Ocneria 25. . dispar L.—Commun, la chenille surtout sur le Pseudoacacia. Bombyx Bb. .crateyi L.—Localisé, pas tres fréquent. . neustria L.—Commun comme partout. . trifolúi Esp.—Commun et variant, s'approchant souvent de la var. ratame. . quercus L. var. roborís Schrk.—Trées répandu. . rubi L.—Typique et assez fréquent quoique je v'aie jamais rencontré la chenille. Lasiocampa Lualr. £. potatoria L.—Pas fréquent. L. prunt L.—Rare. Un exemplaire seulement. 7% quercifolia ab. alnifolia O.—Pas tres abondant. Saturnia Schrk. . Pyri Schiff. —Fréquent en Mai. La chenille se trouve aussi sur A /nus. . Pavonta L.—Pas tres fréquent, la chenille souvent sur diffé- rents Erica. Drepana Sc/rh. . curvatula Bkh. —Fréquent en Aoút; d'une coloration tres foncée. Aime á s'approcher de la lumiere. Cilix Zeach. C. glaucata Sc.—Répandu et fréquent. (15) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. Jas Harpyia 0. H. fuwrcula L.—-Pas rare. H. vinula L.—Répandu et abondant. Stauropes Germ. S. fagi Esp. —Juillet, 1897. Hybocampa /. H. milhauseri F.—Je v'ai trouvé que les cocons vides entre Pécorce de chénes sans avoir pu encore obtenir le papillon. Notodonta 0. DN. tremula C1.—En Aoút. Rare. NW. dromedariíus L.—Rare. Un exemplaire seulement. Pterostoma (Germ. P. palpina L.—Fréquent en été. Cnethocampa S/p/. C. processionea L.— Mars á Juin fréquent, mais localisé aux chénes. C. pityocampa Schiff.—La chenille dévaste les pins, préférant le Pinus austriacus et sylvestris; peu abondant ici sur le Pinus maritimus. Phalera 0. Ph. bucephala L.—Tres commun sur chénes et 4 /nus. Pygera 0. P, pigra Hufn.—Assez rare. 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Thyatira 0. Th. batis L.—Peu fréquent. Gonophora Brd. G. derasa L.—Peu fréquent. Cymatophora 7”. C. octogesima Hb.—Pas rare á Las Arenas, en Juin. Noctueze. Acronycta 0. . aceris L.—De Mai á Aoñt, fréquent. . megacephala F.—Juin, fréquent. . 1 umicis L.—Tout été. Répandu et fréquent. . psi L.—Ne paraít pas étre fréquent. SS Bryophila 7”. B. muralis Forst.—En Juillet contre des arbres, fréquent. — v. par Hb. —Rare ici tandis qwelle est la plus fréquente dans la France méridionale. Moma 207. M. orion Esp.—Rare comme dans tout le Midi. Agrotis 0. A. janthina Esp.—Juillet et Aoút fréquent dans les jardins. A. imbria L.—Me paraít assez rare. A. interjecta Hb.—En Juin et Juillet fréquent sur les rosiers surtout. (17) Seebold.—LEPIDOPTERES DE BILBAO. 127 A. pronuba L.—Avec — var. immuba Tr.—Trés abondants, volant souvent de jour sur les fleurs de tréfle. A. comes Hb. et ses variétés ad segua Tr. et pro segua Tr.—Par- tout, Juin-Septembre. A. agathina Dup.—Je v'ai obtenu qu'un seul exemplaire de cette rare espece. A. zanthographa Y.— En Mai et Septembre des exemplaires formant passage á la v. cohesa. A. plecta var. unimacula Ster.—8Stt. E Z 1859. Je le prenais plusieurs fois a la miellée. A. putris L.—Rarement capturé. A.exclamationis L.—Tres fréquent, Septembre. A. ripe Hb.—Avec — v. desillii Pier.—Pres de la riviére. A. puta Hb.—Avec — ab. lignosa God.—Obtenu seulement en petit nombre. A. tritici L. — v. eruta Hb. — v. aquilina Hb. ] A. conspicua Hb.—Paratt peu fréquent. A. saucia Hb.—Trées fréquent et facile a élever. — ab. margaritosa Hb.—Avec le type. A. ypsilon Rott. (suJusa) Fr.) —Parait rare. A. segetum Schiff. —Fréquent et répandu. A. corticea Hb.—En Septembre. A. vestigialis Rott.—Paraissait en abondance pendant quel- ques années en Juillet et Aoút. Fréquents surtout dans les jardins. Mamestra 7”. M. contigua Sv.—Paraít en Juin. M. brassice L.—Juin a Octobre. Fréquent. M. oleracea L.—Juillet et Aoút. Fréquent. M. geniste Bork.—En été et automne fréquent. M. marmorosa v. microdon Gn.—Septembre, pas fréquent. M. trifolii Rott. (chenopodii F.)—Mai a Septembre. M. chrysozona Bkh.—Juin á Aoút tres fréquent. M. serena Esp.—En été. Moins fréquent. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Dianthaecia B. D. nana Rott. (conspersa Esp.) —Rare, Juin et Juillet. D. compta FY.—Mai et Aoút, assez fréquent. D. capsincola Hb.—Mai et Septembre. D. cucubali Sv.—Surtout en automne. Aporophila (G». A. nigra Hw.—Juin a Novembre pas rare. Enunda Dup. E. lichenea Hb.—Cette espece parait étre rare; cependant elle est tres répandue sur tout le littoral jusqu'en Angleterre. Polia 7”. P. dubia Dup.—Paraít rare. Un seul exemplaire. Miselia S/p2. M. ozyacanthe L.—Je n'ai jamais capturé le papillon qui doit vivre tres caché. La chenille fréquente sur le prunellier. Valeria (Fe. V. jaspidea Vill.—Capturé par Schramm. Luperina 5. L. vitalta Frr.—En Aoút et Septembre. Se fait prendre a la lumiére. Localisé. Hadena 7”. 21. dydima Esp.—Trés fréquent en été, =— V. niclitans Esp.— Avec le type. do) Seebold.—LEPIDOPTERES DE BILBAO. 129 H. dydima v. leucostigma Esp.—Avec le type. — v. moderata Ev.—Avec le type. H. strigilis Cl.—Paraissant pendant tout Pété. — ab. latruncula Hb.—Idem. H. fasciuncula Hw.—Idem. H. bicoloria Vill.—Idem. —ab. vinctuncula Hb.—Rare. Eriopus 7”. E. pwrpureofasciata Piller.—Tres localisé. Pas rare. Palypheenia BP. P. sericata Esp. (prospicua).—En plusieurs exemplaires. Trachea /7. T. atriplicis L.—Cette espece si commune dans le Nord, devient rare dans le Midi. Trigonophora 4/7. T. fammea Esp.—J'ai obtenu plusieurs exemplaires par l'éle—- vage en Novembre. Euplexia S!p?. E. lucipara F. S.—Un exemplaire. Brotolomia Zd. B. meticulosa L.—Répandu et commun. Mania 7”. M. mawra L.—Tres fréquent en Aoút et Septembre. Tapinostola 77. T. fulva Hb.—Rare; j'ai obtenu seulement deux exemplaires. ANALIS DE HIST. NAT.— XXVII. 9 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Sesamia (2. 5. nonagrioides Lat.—En Juillet 97. Un exemplaire. Leucania 0. . pallens L.—Mai a Septembre. Fréquent. . scirpi Dup.—Juin a Septembre pres de la mer. . putrescens Hb.—Pas tres fréquent, paraít sur tout le littoral jusqu'en Angleterre. L. extranea Gr.—Rare. Un exemplaire seulement en Aoút. L. vitellina Hb.— Paraít quelquefois en grand nombre. L. littoralis Curt.—Pas tres rare Aoút et Septembre. L L L CSS . album L.—Répandu et fréquent. . Albipuncta F.—Assez rare, mais répandu. . lithargyria Esp.—Type. Fréquent. — v. argyritis Rbr.—Fréquent. Caradrina 0. C. exigua Hb.—Mai-Aoút, pas fréquent. C. 4-punctata F.—Aoút et Septembre, tres fréquent. C. alsines Brahm.—Rare. Un exemplaire. C. ambigua F.—Juin a Septembre. Tres fréquent. C. hospes Frr.—Deux exemplaires. Rare. Acosmetia S!p/. A. caliginosa Hb.—Rare. Deux exemplaires seulement. Teeniocampa (1. T. gothica L.—Partout fréquent. T. incerta ab. fuscata Hw.—En Mars, fréquent. Orthosia 0. O. lota C1.—En Novembre. (21) Seebold.—LEÉPIDOPTERES DE BILBAO. 13) X. X. SIASPS aaa Orrhodia 47. .vaccinti v. mixta Esp.—Parait étre rare. Scoleopterix Germ. libatriz L.—Cette espece universelle paraít étre rare ici. Un exemplaire. Xylina 0. ornithopus Rott. (rhizolitha). — Plusieurs exemplaires ty- piques. Calocampa Sip. . exoleta Esp.—J'ai trouvé la chenille á plusieurs reprises sur Pail; le papillon tres caché. Xylocampa (1. areola Esp.—J'ai trouvé cette espece en Janvier contre des arbres. Colophasia Stp2. . platyptera Esp.—Fin Aoút. La chenille sur la Maurandia fin Juin. Cucullia sSchr%. . umbratica L.—Tres fréquent. . scrophularie Esp. —Fréquent. . blattarie Esp.—Parait en Mai; la chenille sur Scrophularia canas. Plusia O. . triplasia L.—En Mai. . tripartita Hfn.— Un exemplaire capturé par Mr. Schramm. . chrysitis L.—Pas tres fréquent. Mai-Septembre. 132 ANALIS DE HISTORIA NATURAL. (22) P. gutta Gn.—15 Juillet. Un exemplaire seulement; plus fré- quent en 1897. : P. gamma L.—Quelquefois en nombre incalculable. P. mi HAb.—En Juillet, rare. P. chalcytes Esp.—Un seul exemplaire le 15 Aoút; nombreux exemplaires en Aoút 1897. Anophia (1. A. leucomelas L. (ramburii Rbr.) —Juillet et Aoút contre des arbres; a Barcelone, ¡e trouvais le papillon déja en Mai. Anarta 7”. A. myrilii L.—Répandu peu fréquent. , Heliothis 7”. H. peltiger Esp.—Abondant, volant en Juin et Juillet. H. armiger Hb.—Idem. H. dipsaceus Esp.—Paraít étre rare. Acontia 0. A. lucida Hfn.—Trés peu fréquent. — var. albicollis F.—Plus fréquente que la précédente. A. luctuosa Esp.—Partout en Aoút et Septembre. Thalpochares Z/. Th. ostrina Hb.—En Juillet et Aoút fréquent. — v. carthami HS.—Moins fréquent. Th. parva Hb.—Fréquent par intervalles. — yv. rubefacta Mab.— Rare fin Juillet. Th. candidana var. cantabrica Roessl. (Stt. E. Z. 1877, p. 364.) —En deux générations fréquent sur Gnaphalium. Je fais suivre la description originale du Dr. Roessler.— Anfangs September. Genau die Zeichnung, aber káltere Fárbung als bei Dalmatiner Exemplaren. Grundton milchfarbig, bei dem O im Mittelfeld durch Lilagrau verdunkelt; die SS (23) Seebold.—LEPIDOPTERES DE BILBAO. 133 K. E Querbinden zeigen nur eine Spur von Ockerroth. Stellen— weise háufig. Die Stúcke aus Bilbao sind erósser als mei- ne vier italiánischen, sie sind gleich den gróssten Zly- chrysi Rbr. und Paula, und haben mit letzterer auch durch die Fárbung grosse Aehnlichkeit, indem die dun- klen Querbinden nicht roth sondern dunkelgrau und auch die Unterflúgel lichterau sind. Es kónnte sich als beson- der Name fúr diese Form etwa Cantabrica empfehlen. Erastria 0. venustula H.—Dans certaines années en nombre dans les haies et buissons. . fasciana L.—Tres fréquent et répandu. Prothymia /77. P. viridaria C1.—Partout commun. Á Agrophila B. . trabealis Sc.—Commun en Juillet. Euclidia 0. E. glyphica L.—Répandu et commun. G C. C. Grammodes (712. . Algira L.— En Juillet fréquent. /Rubus.) Catephia 0. alchimysta Schiff.—Paralt étre rare; un exemplaire pris á “la miellée. Catocala sSchr%. . elocata Esp.—Commun en Aoút et Septembre. nupta L.—Moins fréquent. 134 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) C. optata God.—Plusieurs exemplaires en Sept. á las Arenas. C. electa Bkh.—Peu fréquent en Septembre. C. nymphea Esp.—Je Vai capturé plusieurs fois en fin Juin et Juillet a las Arenas. Toxocampa (2. T. pastinum Tr.—Pas fréquent; j'ai capturé plusieurs exem- plaires a las Arenas. Zanclognatha Zd. Z. tarsiplumalis Hb.—Répandu en Juillet; pas rare. Z. grisealis Hb.—Fréquent en Juin. Z. tarsipennalis Yr.—Répandu et fréquent. Z. tarsicrinalis Knch.—En Juin pas rare. Madopa sip. M. saticalis Schiff.—En Mai, assez rare. Herminia 7”. 1H. crinalis Tr.—Fréquent en Juillet. 11. derivalis Hb.—Rare en Juillet. Pechipogon 110. P. barbalis Cl.—Rare. Hypena 7”. H. lividalis Hb.—5Se trouve tres rarement. H. proboscidalis L.—Tres fréquent en Juillet. H. obsitalis Hb.—Fréquent en hiver dans les habitations et dans les cavernes. Rivula (Gr. R. sericealis Sc.—Fréquent en Juillet. (25) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 135 Geometree. Pseudoterpna /7S. P. prumiata Htn.—En Juillet et Aoút répandu. — var. agrestaria Dap.—En Juillet, pres de la mer. P. coromillaria Hb.—Fin de Juin, variant dans la coloration surtout vers le noir. On trouve cette espece souvent vers le soir au bas des troncs du Pinus sylvestris. Phorodesma 5B. Ph. pustulata Hufn.—Un exemplaire pris par Mr. Schramm, rive gauche. Je ne l'ai jamais observé sur la rive droite du Nervion. Nemoria /77. 1 N. viridata L.—Répandu sur les collines entre Lrica etc. N. porrinata 2.—1Idem. V. strigata Muell. (estivaria Hb.) —En Juin et Juillet, assez fréquent. Thalera 277. Th. fimbrialis Sc. (buplewraria Schiff.) —En Juin et Juillet plus fréquent que le précédent. Jodis 170. J. lactearia L.—En Mai, pas tres fréquent. (Vorbertaria Rossl. Stt. E. Z. 1877 1'a pas été retrouvé depuis et doit étre con- sidérée comme une variété locale ou accidentelle.) Acidalia 7”. A. vittaria Hb.—Fréquent vers le 15 Juin dans des endroits tres arides. Cependant j'ai trouvé encore cette espéce en Juillet et Aoút sur les collines de sable pres la mer. 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) A. momliata Sv.—Rare; j'ai capturé seulement quelques exem- plaires á de rares intervalles. A. manicaria HS.—En Juillet et Aoút rare. Le Prof. Zeller a déterminé cette espéce sur laquelle planent encore des doutes. A. dimidiata Hufn.—Fin Juin et Juillet. Typique; fréquent. . A. muricata Hutn. (auroraria Bkh.)-—Juillet et Aoút sur les collines rive droite. A.miserata Ster. (Stt. E. Z. 1859, 217.) —Plus ou moins fré- quent par intervalles en Juillet dans les buissons de Rubus. . straminata Tr.—En Juillet pas fréquent. . subsericeata Hw.—En Juillet et Aoút fréquent et répandu. . levigaria Hb.—En Mai; rare. Un exemplaire. . bisetata Hufn.—Commun pendant tout Pété. . trigemminata Hw.—Peu fréquent en Juillet. . politata Hb. var. ab. marginata.— Du 5 au 15 Juillet dans les buissons de Rubus. Je v'ai jamais rencontré le type de politata. Dans les Pyrénées orient. le type se trouve avec cette variété, laquelle préfere les bords de l'eau. A. rusticata SV.—Fin Juin et Juillet; fréquent surtout autour de Chevrefeuille. A. humiliata Hutn.—Commun, mais localisé en Juillet. A. dilutaria Hb.—Fin Juin et Juillet, avec politata tres fré— quent. A. degeneraria Hb.—Type rare, pris aussi par Mr. Schramm. — var. meridiaria Mill.—Commun en Mai et Juin. A. inornata Hw.—En Juillet; tres rare. A. aversata L.—Fréquent. — ab. spoliata Ster.— Rare. (Un exemplaire). — latifasciaria H. (al. fascia media lata nigricante); fréquent en Juillet. A. emarginata L.—Peu répandu. Rare. A.rubiginata Hufn.—Commun en Juillet surtout sur les sables (las Arenas). A. consanguinaria Ld. A. rubellata Rb. A. marginepunctata Gúze.— Cette espéce commune dans les Pyrénées est rare ici. Un exempl. pris par Mr. Schramm. A. punctata Tr.—En Juillet fréquent. A. caricaria Reutti.—En Juin et Juillet fréquent. Bs ba Ba fa pa pa Une 9. Juillet. (27) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 137 A. immutata L.—Rare. A. strigilaria Hb.—Abondant en Juillet. A. emutaria Hb.—Mai-Aoút répandu et fréquent. A. imitaria Hb.—Pas rare en Juillet. A. eugemata Mill. (Seeboldiata Rossl. Stt. e. Z. 1877.) —Parait en Mars et Juillet, assez rare, mais répandu. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. vin, pl. 1, fig. 5.) A. ornata Sc.—Fréquent en Juillet. Exemplaires de trés gran- de taille. A. decorata SV.—Rare; typique. Juillet. Zonosoma Zd. . orbicularia Hb.—Juin-Aoút, rare. . pupillaria Hb.—Avec ses variétés badiaria Stgr. et yyra- ¿a Hb. paraissant en Avril; la chenille d'un vert mat sur Cystus et Erica. Le papillon se tient tres caché, quoique pas rare; on ne le trouve presque jamais. Z. porata Y.—De Mars a Juillet fréquent. Z. punctaria L.—Commun en Juillet. — v. muficillaria HS.—Moins fréquent. Z. linearia Hb.—Se trouve pres de Bilbao sur le chéne en une variété de couleur jaune pále avec la strie médiane tres large et tres foncée; les deux autres stries indiquées seu— lement par des points tres fins. SES Timandra Dup. T. amata Dup.—Répandu et commun. Pellonia Dup. P. calabraria Z.—Un seul exemplaire pris par Mr. Schramm, rive gauche. — var. tabidaria.—Idem. Abraxas ZLeac/. A. grossulariata L.—Localisé, pas fréquent; je n'ai pas observé de variétés. 138 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) A. adustata Schiff. —Répandu et fréquent. A. marginata L. et — var. pollutaria Hb.—Fréquents en Juin et Juillet. Stegania Dup. St. trimaculata Vill.—En Juin et Juillet, rare. Cabera 7”. C. pusaria L. et C. ezanthemata Sc.—Commun en Juillet et Aoút sans produire des variétés. Metrocampa Zaulr. M. margaritaria L.—Un seul exemplaire d'une taille extréme- ment petite. Selenia 177. 5. bilunaria Hb. et — v. juliaria Hw.—En Aoút et Septembre peu fréquents. Eurymene Dup. E. dolobraria L.—Rare. (Las Arenas.) Angerona Dup. A. prunaria L.—Type, fréquent en Mai et Juin. Rumina Dup. R. Iuteolata L.—Répandu et fréquent, de tres grande taille. Epione Dup. E. paralellaria Schiff.—Du 10 au 20 Juillet. E. advenaria Hb.—En Juillet. (29) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 139 Macaria Cur?. M. notata L.—Tres rare. M. alternaria Hb.—Fréquent en Mai et Juin. M. estimaria Hb.—Tres fréquent; la chenille en abondance en Novembre sur Zamariz. M. liturata Cl.—Rare en Juin. Biston Zeac/. B. hirtarius Cl.—En Mars et Avril pas tres fréquent contre les troncs d'arbres. Hemerophila Sip. 1. abruptaria Thnb.—Assez fréquent; aime a se réfugier dans les maisons. La chenille en Novembre sur Cystus. _Boarmia 7”. B. gemmaria Brahm.—Commun en deux générations; la che- nille fréquente sur Cystus. B. consortaria F.—La chenille fréquente en Mai sur Zamariz, donnant des papillons tres páles. Bb. repandata L.—Rare. Un exemplaire seulement. Bb. crepuscularia Hb.—Un exemplaire. Bb. punctularia Hb.—Peu abondant; se trouve quelquefois con- tre les troncs d'arbres. Pachycnemia 5S!p/. P. hippocastanaria Hb.—Tres répandu et fréquent en Mars et Juillet. La chenille sur rica et Cystus. Gnophos 7”. Gn. obscuraria Hb.—Répandu et fréquent. Gn. variegata Dup.—Localisé. :140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) Gn. mucidaria Hb.—Mars ef Septembre. La chenille sur trefle et plantes basses; fréquent. Gn. asperaria Hb.—Avril-Juin peu nombreux entre rochers et carriéeres; la chenille en Novembre sur Cystus. — var. pityata Rbr. (unicolor mgricantibus).—Avec le type. Eurranthis /77. 4. plumistaria Vil.—En Mai fréquent sur les versants du Ser- rantes, Capturé par Mr. Schramm. Ematurga Ld. E. atomaria L.—Commun et répandu Avril et Mai, variant beaucoup. Selidosema /70. S. ericetaria var. pyrenearia B.—Vole apres la Ortholitha bi- punctaria en Aoút sur les falaises de Algorta et sur le Ser- rantes. La coloration de cette belle espéce varie entre le violet clair et obscur. Nombreux en 1894. Halia Dup. H. contaminaria Hb.—Rare en Mai. Un exemplaire. Phasiane Dup. Ph. petraria Hb.—Répandu sur les deux rives. Ph. clathrata L.—Commun en Mai partout. Aspilates 7”. A. gilvaria SV.—Répandu, peu abondant entre les Z7ica. A. ochrearia Rossi (citraria Hb.) —Commun en deux généra— tions. Avril et Aoút. — var. umicolorata m.—Dessus des ailes antérieures et posté- rieures sans aucun dessin. Rare. (Arenas.) (31) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 141 Ligia £L. L. opacaria Hb. et sa var. 7ubra en automne obtenu de che- nilles sur l'églantier. Sterrha /77. S. sacraria L.—De Juillet a Septembre. Jamais en nombre, entre Eraphalium pres du bord de la mer. Ortholitha /77. O. plumbaria F.—Commun tout Pété. O. limitata Sc.—Moins fréquent, mais répandu. 0. perivolata Hb.—Assez rare et localisé. O. bipunctaria Schiff. — Type mais d'un gris brun (enfumé) commun fin Juillet. — v. gachtaria Frr. —1l se trouvent des exemplaires avec la bande médiane presque noir, d'autres formant passage au suivant. : — v. maritima Sbld. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., 1879, p. 1, fig. 6).—A ailes antérieures brun noir faisant disparaítre tout dessin moins les deux points. Fréquent fin Juillet sur les falaises d'Algorta. Minoa 5. M. murinata Sc.—Commun en Juin. Anaitis Dup. A. plagiata L.—Commun en Juillet et Aoút. Triphosa Sip2. T. dubitata L.—Cette espece, géographiquement si répandue, se trouve également ici; capturé par Mr. Schramm. 142 E. C. C. C. A o DA e) Si] 0% C. C. C. SINS ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) Eucosmia Siph. undulata L.—Capturé par Mr. Schramm. Cidaria 77. . truncata Hufn.—Rare. Un exemplaire. .multistrigaria var. olbiaria Mill. Pl. 68, fig. 5-7. — Deux exemplaires en Février. . Auctuata L.—Commun en Mars-Aoút. ferrugata Cl1.—De couleur tres vive; fréquent dans les jar- dins. unidentaria Hw.—Fin Mai. Rare. fiuviata Hb. =gemmata Hb. 283 0.—Au printemps dans les carriéres abandonnées; espéce répandue dans tout le Midi. Je la possede de Bilbao, de Lisbonne, de Ciudad-Real, et d'Égypte. Elle est difficile a capturer. . tophaceata Hb.—Un exemplaire pris par Mr. Schramm. . sociata Bkh.—Fréquent. . rívata Hb.—Rare. Un exemplaire. - procellata Y.—Localisé. Rare. . alchemillata L.—En Juillet, tres peu fréquent. .umifasciata var. aguilaria HS. —Fréquent dans les jardins volant avec /errugata. . candidata Schiff. —Abondant en Mai entre les noisetiers. . bilineata L.—Commun tout lété, on trouve beaucoup d'exemplaires d'une coloration tres vive, d'autres forte— ment marqués de noire. rubidata F.—Trées rare. polygrammata Bkh.—Localisé et rare. vittalbata Hb.—Rare. tersata Hb.—Fréquent en Septembre. (Portugalete.) Eupithecia Curl. . 0blongata Thunb.—En Juillet et Aoút, fréquent. coronata Hb.—En Juillet sur les Chataigner fréquent. . rectangulata L.—En Juin. (33) Seebold.—LÉPIDOPTERES DE BILBAO. 143 E. scopariata Rbr.—Pas rare sur /Prica. .nanata Hb. . innotata Hutín. . tamariscata Frr. .ultimaria B.—Fréquent. La chenille sur Tamariz. . massiliata Mill. . 1sogrammaria HS. . euphrasiata HS. . castigata HS. . abbreviata Stph. E. pumilata Hb.—De Février á Juillet fréquent. — v. pausillaria B.—En automne. (2* gen.?). SIS SSA Note. Comme je n'ai pas pu m'adonner a Pélevage de che- nilles de ce genre, il est tres difficile de se prononcer sur la fréquence des espéces, car il dépend tres souvent du hasard de rencontrer un ou plusieurs exemplaires de ces petites espe- ces. Il y a des entomologistes qui prétendent qu'il n'y a pas d'espéces «rares », sachant les chasser connaissant leurs habi- tudes; cependant il y a beaucoup d'espeéces que l'on ne trouve qu'en exemplaires isolés qu'en par ci par lá, et la reproduction doit étre bien souvent compromise pour cette raison; ceci ex- plique aussi lapparition sporadique d'espéces que l'on ne ren- contre plus apres pendant des années. Ceci s'applique aussi aux autres genres et surtout aux Voctue. Bien des espéces que je prenais en nombre il y a dix ans, me font défaut au- jourd*hui soit par l'extension de la culture, la destruction d'en- droits propices á leur vie, l'établissement d'éclairage éléctri- que surtout, etc. (85) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. CATALOGUE RAISONNE DES MICROLEPIDOPTERES AS EIN UM LL EOINS DE BE LaBAO Pyralididee. Cleodobia Dup. Cl. angustalis Schiff.—Cette espece, trés répandue géografi- quement, se trouve fréquemment dans des endroits ari- des. P. 7-8 (1). Aglossa Lalr. Ag.pinguinalis L.—Tres répandu, surtout dans les habitations, est surtout variable en grandeur entre 26 et36 mm. P. 5-8. Ag. cuprealis Hb.—Variant de 18 a30 mm. d'envergure, abon- dant dans les habitations. P. 7-11. Asopia 7”. As. glaucinalis L.—Peu fréquent, ne differe pas des exemplai- res de France et d'Allemagne. As. farinalis L. —Fréquent dans les habitations de 20 a 32 mm. RED EOanO: Endotricha /. E. fammeatis Schiff.—Trés répandu. P. 7-8. (1) P. signifie Papillon; les chiffres indiquent les mois d'apparition du Papillon. ANALES DE HIST. NAT. —XXVII. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) Scoparia 47. Se. ambigualis Tr. P. 7-8. —Fréquemment sur les troncs des chátaigniers. Sc. zelleri Wk. P. 7.—Peu fréquent. Sc. dubitalis Hb. P. 6. —Parait localisé á certains endroits. Sc. lineola Curt. P. 8.— Assez rare sur les vieux acacias. Se. resmmea Hw. P. 6-7.—D'un dessin brillant, sur les acacias, peu fréquent. Sc. truncicolella Stt. P. 7.—Parait préférer les districts plantés de pins. Pas tres fréquent. Sc. crategella Hb. P. 6-7. —Tres répandu. Se. frequentella Stt. P. 7.—Pas rare, beaucoup d'exemplaires ayant les ailes tellement enfumées qu'on ne peut distin- guer que les lignes claires formant le dessin des ailes an- térieures. : Se. angustea Stph. P. 2 et 9, 10, 11. —Contre les troncs de peu- plier, assez fréquent. Se. pallida Stph. P. 5-6.—Tres localisé, parait se plaire dans des endroits humides. Ce genre Seoparia est donc repré— senté par 10 espéces jusqu'a présent. Heliothela (1. H. atralis Hb. P. 5.—Quoique visitant les mémes endroits de- puis 1877 j'ai rencontré cette espéce pour la premiére fois en Mai 1893. Threnodes (7. Th. pollinalis Schiff.—Répandu, quoique peu fréquent. P. 5-9. Odontia Du. O. dentalis Schiff. P. 8-9. —Exemplaires typiques. Eurrhypara //0. E. urticata L. P. 5-7.—Ne parait pas tres fréquent dans ces (37) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 147 Botys 7”. B. cingulata L. P. 4 et 7-8.— Type commun sur les sables pres de la mer. B. aurata Sc. P. 47.—Le type répandu. v. meridionalis Stgr.—Rare, désigné par Zeller comme «4u- rata v. «h». (Isis 1847) et identique avec Purpuralis v. meridionalis Ster. (Hor. 1880). B. purpuralis L. P. 4-7.—Type rare. v. chermesinalis Gm.— Cette forme méridionale du type est fréquent durant le printemps et l'été. B. sanguinalis L. P. 5.et 7-8.—Fréquent sur places arides entre Thymus serpyllum. var. hematidalis Hb.—Comme 2 génération. B. cespitalis Schitf. P. 2-8.—Commun et répandu. B. polygonalis Hb. var. meridionalis Wk.—Deux formes de cette espece tres variable se trouvent autour de Bilbao; la meridionalis comme Mill. la figure, pl. 2, fig. 2, de colora- tion vive et claire, et la var. eztinctalis Stgr. conforme á un exemplaire que je posséde de la Turquie. Le characté- ristique de cette var. est que la bande noire des ailes pos- térieures est réduite a former seulement une indication et ne se prolongeant pas au dessous du milieu de Paile postérieure. (La var. diversalis du Portugal et du Midi de VEspagne montre des couleurs tres vives; les ailes anté- rieures sont d'un brun presque noir et les ailes postérieu— res (un jaune éclatant et montrant une bande large et presque noire.) Bb. asinalis Hb. P. 6-8.—Cette belle espece se rencontre dans les haies entrelacées de R. peregrina, plante sur laquelle vive la chenille en Janvier-Mars. Assez fréquent. B. repandalis Schiff.—Pas tres fréquent durant tout l'été, la plante nouriciére, Verbascum, n'étant pas tres abondante. Bb. nubilalis Hb. P. 6-7.—Répandu, se trouvait avec fréquence dans les haies et arbustes. B. numeralis Hb. P. 5,—Pas tres rare sur les versants Sud des collines. B. fuscalis Schiff. P. 5-6.—Cette espéce si répandue dans toute 1 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) la zone palaearctique se rencontre rarement dans les en- virons de Bilbao. B. crocealis Hb. P. 6.—Répandu et E B.stachydalis Zk. P. 6-7.—Rare. B.verbascalis Schiff. P. 6. —Exemplaires typiques mais peu fréquent. .1ubiginalis Hb. P. 5-6.— En nombre. . Ferrugatis Hb. P. 6-9.—Tres commun. pandalis Hb. P. 5-6.—Rare. +ruralis Se. P. 6-9.—Tres commun; la 2* génération plus pe- tite de taille et d'une coloration pále jaunátre. bon Eurycreon /d. qu Z. sticticalis L. P. 6.—Parait rarement, un seul exemplaire, las Arenas. : E. palealis Schiff.—Commun sur des places arides. S Nomophila 47. N. noctuella Schiff. P. 6-9.—Tres commun et trés répandu. Pionea (1. P. forficalis L. P. 5-8.—Répandu et commun. Perinephele 177. P. lancealis Schiff. P. 5-7.—Pas fréquent et limité a certains endroits. Margarodes FM. M. umonalis Hb.—Pris a plusieurs reprises et élevé des che- nilles sur une espece de jasmin a large feuille. P. 8. Diasemia (1. D.. litterata Sc. P. 7. —Commun et répandu. D. ramburialis Dup. P. 7.—Assez fréquent. (39) y y Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 149 Antigastra Ld. .catalaunalis P. 8-9.—Je vai pris cette espece qu'a de rares intervalles. Agrotera Schrf. .nemoralis Sc. —Fréquent en Avril et Mai dans les planta— tions de noisetier et chátaigniers. Chenille pas rare sur le Castanea vulgaris. Aout-Sept, Hydrocampa (1. . stagnata Don. P. 7.—Fréquent pres les petites riviéres, .nympheata L, P, 7.—Idem id. Paraponyx /117. 4 stratiotata L. P. 7.—Mémes endroits., * Crambidee. Ancylolomia 4110. . tentaculella Hb. P. 8-9.—Parait dans des endroits tres ari - des et aprés une saison de sécheresse. La +, ne volant pas le jour, est difficile a capturer. : Crambus 7". . Alpinellus Hb. P. 7-8.—Commun á las Arenas. r. carectellus Z. P. 7.—Rare, je v'ai capturé que peu d'exem- plaires. . cuneatellus Ret*— Un exemplaire pris par Mr. Schramm. .malacellus Dup. P. 5-8.—Aparaissait dans certains années en abondance dans les joncs á las Arenas. ".uliginosellus Z. P. 6-8. —Répandu. pas rare. r. pascuellus L. P. 6-7.—Commun partout. S O EXA A SA IES C a] Cr. Cr. > => 4 VW. NV. Y N. = K. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) *. pratellus v. alfacarellus Stgr. P. 6.—Abondant, je n'ai pas rencontré le type pratellus. *. craterellus Sc. P. 7-8.—Répandu, commun. Cr. Cr. Ch: Cr: Cr. ". culmellus L. P. 7-8. Falsellus Schiff, P. 7.— Rare. pinellus L. P. 7.—Parait de méme étre rare. latistrius Hw. P. 9.—Un seul exemplaire a las Arenas. a /Ces especes communes partout ne loli ds E ' a qu'en O trés ré- Io as duit; les chenilles entre et en des- sous de la mousse en Avril. perlellus Sc. P. 6.—En nombre, mais localisé. tristellus P. 7. — Localisé. Rive gauche (capturé par Mr. Schramm). Phycideeze. Dyorictria /. . splendidella HS. 43 1v, p. 79.—5tt. E. Z. 1894, p. 394. — Ragt. Ent. M. Mag. 1885, p. 52. P. 7. Ch. 4-5.—Sur Pinus maritimus entre l'écorce et le bois. Fréquent las Arenas. Nephopterix /. genistella Dup. P. 6.—Rare. Un exemplaire. sublineatella Stgr. P. 6.—Pas fréquent. Chenille dans un long tube de soie accolée á une tige de Zelychrysum an "gustifolium. argyrella F. P. 7.—Localisé, fréquent. Etiella 7. 2inckenella Tr. P. 6-8.—Je v'ai capturé que peu d'exemplaires. Pempelia 410. P. semirubella Sc. P. 7-8.—Répandu et commun. v. sanguinella Hb.—Peu fréquent. P. palumbella F. P. 6-7.—En certains endroits pas fréquent. (11) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 151 P. subornatella Dup. P. 7-8.—Commun sur 7%ymus serpyllum. Chenille sur 7/ymus serpyllum. P. adornatella Tr.— Pas fréquent. Spermatophthora Z//. Sp. hornigíi Ld. P. 7-8.—Se prend a la lumieére pres de la mer. Epischnia ///. E. ilotella Z. P. 6-1.—Peu fréquent. Brephia /77. B. compositella P. 6-7.—Un seul exemplaire. Acrobasis /. A. porphyrella Dup. Mill. 67, 3-6. P. 7-8.—Répandu; la che- nille sur rica et Calluna. A. fallouella Ragt. P. 6.— J'ai capturé quelques exemplaires dans des haies autour de Bilbao. (Chenille sur le chéne a la naissance des jeunes pousses fin Mai, Juin. SE. de Fran- ce, 1885, ) A. tumidella Z.= Zelleri Ragt. —En tres peu d'exemplaires typiques. A. rubrotibiella Y. R.—Pas fréquent. Myelois Z. M. cribrum Schiff.— Fréquent partout oú il y a des chardons. Chenille pendant la floraison dans les calathides des gran- des Carduacées. Eccopisa /. Ec. efractella P. 6-7.—Exemplaires typiques peu fréquent. Nyctegretis 7. N. achatinella Hb.—Commun á las Arenas. 152 ANALES DY HISTORIA NATURAL. (42) Ancylosis Z. A. cinamomella P. 4-9.—Fréquent et répandue. Euzophora /. E. bigella Z. =egeriella Mil.—Rare. E. oblitella Z. P. 6-8.—Fréquent. E. ephedrella HS. P. 6-8.—Rare (comme est indiqué dans les ouvrages de Milléere, autour de las Arenas). Pa Ú Homocesoma Curt. .ebulella Hb. P. 5-6.—Fréquent las Arenas. .nimbella Z. P. 6-7. - Rare. H. binevella Hb. P. 7.-—Abondant a las Arenas. 11. sinuella F. P. 6-8.—Commun. ua Anerastia 217. A. lotella Hb.—En Aoút tres caché dans des touffes de plantes (las Arenas). Ephestia (1. E. elutella Hb. P. 6-9. —Partout dans les habitations. E. interpunctella Hb. P. 4-8.—Idem. Galleria 7. G. melonella L. P. 5-9.—Partout dans les ruches d'abeilles. Aphomia H0. Aph. sociella L. P. 6-9.—Espece tres variable en grandeur et dessin, tres fréquent. Achroea 417. Ach. grisella Y. P. 6-9.—Dans les ruches d'abeilles partout. - (43) Seebold. —MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 158 Tortricina. Teras 7”. T. hastiana L. 8-4.—La chenille fréquent sur especes de Saliz; par l'élevage on obtient un nombre considérable de varié- tés comme radiana Hb.. leprosana Frl., aquilana, byringe- rana, apiciana Hb., centrovittana Stph., etc., alnsi qu'une var. albistriana Hw. T. logiana Schiff.— Le type rare en automne. v. germarana Froel.—Fréquent en automne, T. variegana Schiff.—Commun. P. 6-8. v. asperana F.—Avec le type. ?/,. v. abildgaardanaa (?). — Ailes antérieures de la couleur de asperana avec indices seulement du bord foncé de la aspe- rana; en général cette espece varie beaucoup en dessin et coloration. T. ferrugana Tr. P. 2-3. —Fréquent sur le chéne. v. iripunctana Hb.—Avec le type. T. holmiana L. P. 7-8.—Localisé et peu abondant. Tortrix 77. .semialbana Gn. P. 6-8.—Fréquent. . heparana Schiff. P. 6-8.—Commun. . dumetana Tr. P. 7. —En petit nombre. Chenille: Serophiularia aquatica, Mentha aquatica, Teucrium, le 12 Juin SE. de France, 1885. T. inopiana Hw. P. 7.—Rare. T. musculana Hb. P.6.—Je n'ai capturé qu'un seul exemplaire d'un dessin plus prononcé. T. umifasciaona Dup. P. 6.—Fréquent et variable. T. politana Hw. P. 3-7.—Les exemplaires de Bilbao se distin- guent par une coloration brillante. T. conwayana E. P. 6. —Tres répandu. T. legtingiana L. P. 6.--Localisé et abondant. T. viridana L. P. 6.—Localisé au bois de chéne. T. pronubana Hb. P. 3-9.—Tres fréquent. Chenille polyphage. SS 154 : ANALES DE HISTORIA NATURAL. > (44) T. viburmana F. P. 7.—Rare. T. umicolorana Dup.—Cette espece commun parait en méme temps que les chenilles sur l'asphodele en Mars-Avril. var. Uhagoni Seebold.—Par élévage on obtient ici une va- riété d'une coloration rouge brun tres prononcée des ailes antérieures. J'attribue cette var. a des influences clima- tériques; la plante paraissant ici 15 jour plus tard que sur les bords de la Méditerranée. J'ai élevé des chenilles recues de Cannes qui toutes me donnaient le type. La var. rouge est signalée aussi de Bordeaux. Les chenilles de Cannes sont identiques aux nótres. T. angustiorana Hw. P. 6.—Je Vai capturé en nombre dans des haies de Crategus. T. reticulana Hb. P. 6.—Rare. T. pilleriana Schiff. P. 6-7.—Partout abondant. T. grotiana F. P. 7.—Sur le versant des collines surtout le matin. T. gerningana Schitt. P. 7. —Exemplaires plus petits et d'une coloration plus vive que des types du Nord. T. Seeboldiana Roess. (1). P. 2-3.—Autour des Ulezx surtout le matin, fin Février jusqu'au 18 Mars. Rarement le temps est assez favorable a cette époque pour trouver cette inté- ressante espece et quoique j'ai capturé un nombre consi- dérable je v'ai jamais pris une femelle. Le Dr Róssler a fait la description suivante de cette espece: «Amphysa Seeboldiana n. sp.-Viele y”, ein Q noch nicht vefunden. Neben Prodromana H., deren Grósse aber die wenigsten Exemplare erreichen, ganz gleiche Bildung der Fúhler und sonstigen Kórper- und Gliedertheile, welche auch wie bei Prodr. gefárbt sind. Die Oberfl. schmiler, fast von der Wurzel an gleichbreit. Vorderrand an den ersten ?/, ausge- bogen, das Drittel vor der Spitze eingebogen. Aussenrand schiefer. auch die Hinterfi. schmáler und spitzer als bei Pro- dromana. Der Hauptunterschied beruht.in der Schuppenbil- dung. Die Oberflúgel haben als Grundirung eine glánzende, dunkel bleifarbige, unter der Lupe sich nich in Schuppen trennende Bedeckung. Aus dieser Unterlage wachsen lángere (1) Lam. 1,t. vides ANAL. DE LA SOC. ESP, DE HIST. NAT. (45) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 155 lichte, rotheelbe, strohgelbe und bei einzelnen Stiicken auch noch weissliche grobe, haaráhnliche Schuppen, deren Lán- gendurchmesser mit den Rippen parallel ist. Diese Schuppen bilden bei der Mehrzahl gar keine oder nur unbestimmte, unregelmássige, wie Stickerei unter der Lupe sich darstel- lende Zeichnungen. Nur bei ganz wenigen, die nur lichtgraue grobe Schuppen haben, wird bei Einfall des Lichts unter einem gewissen Winkel eine wie bei Prodrom. geformte noch schiefere Mittelbinde sichtbar, die noch dunkler als die Grun- dirung und beiderseits mit groben weisslichen Schuppen ein- gefasst ist. Prodromana hat im Gegensatz nur gleichartige, glanzlose, wollige, graue Schuppen. Die Unterfliigel sind dunkler als bei Prodr.; Fransen etwas lichter mit weniger deutlicher Linie vor den Fransen. Die Unterseite istim Wesentlichen wie bei Prodromana. Der Sch. um Ulex parviflorus im Februar.» Sciaphila 7'». Se. argentana Cl. P. 6.—Tres fréquent. Se. ivahlbomiana L. P. 6-8 et v. communana HS. P. 5-6.—Communs. Cheimatophila sS/p/. Ch. tortricella Hb. P. 2-3. —Commun sur le chéne. Conchylis 7”. C. hamana L. P. 6-8.—Tres répandu. v. diversana Hb.—Les Q99 de plus petite taille le dessin sur les ailes antérieures tres foncé et précis. C. zegana L. P. 7.—Assez rare. C. schreibersiana Froel. P. 6.—Trés rare. C. cruentana Froel. P. 7.—Rare. C. ambiguella Hb. P. 4-7.—Tres fréquent. C. straminea Hw.—Les exemplaires sont plus petits que le type et d'un dessin plus prononcé. C. impurana Mn.—Je n'ai rencontré de cette espéce que peu d'exemplaires en Juin. C. C. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) .zephirana Yr. P. 6-7.—Peu fréquent. . margorotana Dup.—En Mars dans l'herbe volant avec dif—- culté. En outre j'ai capturé plusieurs exemplaires d'un jaune tres vif, probablement maritimana Gn. ? hartmanniana Cl.—Assez rare. aleella Schulze. P. 7.—Tres abondant. C. francillana Y. P. “—Abondant au bord de la mer sur Crith- MUM MAIÍIMAUS. v. bilbensis Róssl.—Plus petite que le type; les bandes bru- (E: C. nes, larges et des couleur tres vive. .eryngiana Hd. P. 7.—Peu fréquent. . eversana Stgr. E 5.—Peu rare dans des SOUSSeS de Gna- phalium. roseana Hw.—S'approche de la lumiére avec fréquence, rupicola Curt.—Rare. notulana Z. P. 6-7.—Fréquent. rubricana Peyrimh.— Cette belle espece est rare autour de Bilbao. ambiguana Froel. P. 6-7.—Fréquent. . hybridella Hb. P. 6-8.—Tres fréquent. .pallidana Z.—Rare. dos Z.—Fréquent; avec cette > espéce se trouve aussi e belle var. appellée collaterana par Mann i. l. pris a O carpophilana Stgr.—Espece tres rare. Retinia (1. R. Bouoliana var. thurificana Ld. —Cette variété de la Bouvolia- na se trouve sur le Pinus maritimus. R. piniana HS.—Rare. (Un exemplaire.) Penthina 7”. P. profundana F. P. 7.—Sur le chéne et var. 00scura. P. variegana Hb. P. 6-7.—Commun sur arbres fruitiers. pa pruniana Hb. P. 5.—Commun sur Prunus. P. ochroleucana Hb. P. 6-7.—Commun sur les rosiers. P. dimidiana Godof. P. 5-7.—Rare. P. oblongana Hw. P. 6-7.—Fréquent. (17) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 157 P. sellana Hb. P. 6-7.—Fréquent. P. nigricostana var. remyana HS.— Rare. Je n'ai que quelques exemplaires capturés en Juillet. P. fuligana Hb. P. 6-7.—De tres petite taille. P. striana Schift. P. 7.—Assez répandu et fréquent. P. lacunana Dup. P. 5-7.—Trés commun. P. cespitana Hb. P. 6.—Idem. Aspis 7”. A. Uddmanniana L. P. 7.—Cette espece n'est pas tres fréquen- te ici. Aphelia S/p2. Aph. lanceolana Hb. P. 6-8.—Partout sur terrain marecageux. Chenille: sur Juncus efusus en Aoft dans les tiges. Aph. venosana 2. P. 7-8.—Moins fréquent. Aph. furfurana Hw. P. 7.—Un exemplaire d'une taille extra- ordinairement grande. Lobesia G1. L. permirtana Hb. P. 6.—Peu répandu. Acroclita Zd. A. conseguana HS. P. 6.—J'ai obtenu cette espéce sur des Xu-= - phorbia comme Milliére indique. Les papillons obtenus sont identiques a ceux de Chiclana (j'en posséde 42 exem- plaires) qui forment le passage entre la mulsantana Mill. et la litorana Const. Chenille: 18 Juillet sur Zuphorbia pa- ralias. SE. de F. 1885. Grapholitha 7”. Gr. expallidana Hw. P. 7.— Tres fréquent. Gr. hohenwartiana Tr. v. jaceana HS. Gr. carduana Gn. Ces trois especes partout oú se trouvent des chardons. Gr. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) decolorana Frr. P. 7.—Assez rare. .modestana HS., fig. 301. P. 6-7.—Cette intéressante espéce a été connue de Syracus et de Spalato, pris par Mann qui la répandait comme epaticana var. senecionana Star. — Elle n'est pas tres fréquente en Juillet et Aoút. .nisella Cl. P. 6-7.—Quelques exemplaires d'un coloris trés pále. . penkleriana Fr. P. 6-7.—Peu répandu. .immundana FR. P. 8.—Commun sur A nus glutinosa. . thapsiana Z. P. 6-7. —Fréquent surle Crithmum maritima. .incarnatana Hb.—Peu fréquent. . sufusana Z. P. 6-7.—Répandu. . tripunctana F. P. 6-7.—Commun. cynosbana F. P. 4-5.—Idem. .cirsiana Z. P. 5-8.—Fréquent. . sordicomana Stgr.—Tres rare. . tenebrosana Dup. P. 5.—Typique, peu répandu. nebritana Tr. P. 5.—Rare (Portugalete). . Micaceana Const. P. 3-4 et 7-8.—Autour de U/lezx commun. Chenille: en Avril et Mai dans les gousses de Ulezx europ. . succedana Froel. P. 6.—Rare. . servillana Dup. P. 6.—Peu fréquent. . microgammana Gn. P. 7.—Peu abondant. . cosmophorana Tr.—Rare. sreberiana Schiff. P. 5.—Peu fréquent. compositella E. P. 6-8.—Commun. ".coronillana Z. P. 45.—Abondant. Seeboldí Roess. (1).—Fin de Mai sur les versants Sud des collines le soir aprés le coucher du soleil. Cette nouvelle espece doit éetre placé pres de 4emulana Schl. Etant peu connue je fais suivre la description faite par le Dr. Róssler dans la Stt. E. Z. 1877: «Seeboldi n. sp. Neben Aemulana Schl. Etwas kleiner als diese. Kopf und Thorax grau, Gesicht und Palpen weiss, letztere gross, vorstehend und reich beaart. Fúhler beim schwach gezáhnt, beim 2 rund. Hinterleib grau mit starker- ockergelben Behaarung des letzten Rimges. Die Oberflúgel (1) Bien représenté par fig. 1 et 1? de la lam. 1, tome vi des ANALES DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT. (49) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 159 schmal. ohne Umschlag. Vorder- und Aussenrand fast gradli- nig', letzterer in der Mitte ein wenig eingebogen. Spitze scharf mit dunklem von dem letzten Hákchenpaar meist dreieckig abgeschnittenem Fleck. Grundfarbe der Oberfl. weiss, mit fast nur dem bewaffneten Auge sichtbaren zahlreichen klei- nen blaugrauen senkrechten welligen Querstrichen bedeckt. Eine schiefe, dunkelgraue Querbinde beginnt vor dem letzten Drittel des Vorderrandes und zerfliesst vor dem Spiegel im Hinterrand. Ausserdem ist bei dunkleren, meist weiblichen Exemplaren mehr oder weniger deutlich eine vom ersten Drittel des Vorderrandes parallel mit der Hauptbinde laufende Binde. In dem gleichseitigen Dreieck, das die grosse Quer- binde úbrig lásst, steht eine dritte, nicht immer sichtbare, dunkle Querbinde und der weissliche Spiegel mit 3 schwarzen Parallelstrichen, wáhrend der úbrige Raum bald mehr einfar- bie grau, bald ebenfalls mit den kleinen, dunklen Querstri- chen bedeckt ist, welche nur die gleichmássig weit von einan- der entfernten weissen Doppelhákchen freilassen. Die Quer- binden haben einen etwas wármeren, eelbbraunen Farbenton als die kalten blaugrauen Querwellenstriche. Durch die Mitte des Flúgels zieht der Lánge nach von der Wurzel bis zur letzten Querbinde ein weisslicher, die Haupt-Mittelbinde breit durchbrechender Lángesstreif, auch dem unbewaffneten Auge auffallend. Fransen lang, weiss mit dunkler End- und schwá- cherer Mittellinie. Unterfl. grau, beim O etwas dunkler; Fran- sen weisslich mit starker Mittel und Saumlinie. Unterseite der Oberfliigel und des Kórpers dunkel schwarzegrau mit dunkel gesáumten Fransen; Unterfl. lichter. Fliegt Abends Ende Mai und Anfangs Juni zahlreich an trocknen Bergabhángen., wo Gras, Haide und Ulex durcheinander wachsen » Carpocapsa 7”. C. pomonella L. P. 5-7.—Trés répandu et faisant de grands dommages aux fruits. Coptoloma Zd. C. janthina P. 6.— Rare. 10 Juin sur Crategus. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) Tmetocera Ld. Tm. ocellana F.—Pas commun autour des peupliers. Stechanoptycha /75. St. aceriana Dup. P. 7.—Commun autour de 4 cer. St. incarnana Hw. P. 6-8.—Fréquent autour de Populus trem. St. altheana Mn. P. 2-5.—J'ai pris cette espece aussi en Dé- cembre. St. minutana var. pediscana Stgr.—Cette var. méridionale du type se trouve en abondance en Juin sur les peupliers. (Stt. E. Z. 1859.) Phoxopteryx 7”. Ph. curvana Z.—Je Wai rencontré qu'un seul exemplaire de cette jolie et rare espéce le 4 Juin. Chenille: en Juin, Juillet, Octobre et Novembre, sur Malus et Pyrus commu—- mis et Crategus ozyacantha entre deux feuilles collées a plat. | Ph. diminutana P. 6-7.—Peu fréquent. Ph. comptana Eról. P. 4-8.—Peu fréquent. Ph. Lundana FE. P. 5-8.—Commun. Ph. derasana Hb. P. 45.— Rare. Rhopobota Ld. Rh. nevana Hb. P. 7-8.—Fréquent. Dichrorampha (1. D. alpinana Tr. P. 5-8.—Assez répandu. D. saturnana Gn. P. 5-6.—Peu fréquent. D. plumbana Sc. P. 7. —Ne paraít pas rare. (51) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 161 Tineina. Choreutis /77. Ch. Bjerkandrella v. pretiosana Dup.—Durant tout V'été sur les terrains sablonneux autour des plantes de Enapraliun. Simeethis /rac/. 5. Nemorana Hb. P. 7.—Abondant sur les figuiers. S. ozryacanthella L. P. 6.—Commun sur les orties. Taleporia /77. T. pseudobombycella Hb. P. 6-7.—Le fourreau abondant, atta- ché aux murs et rochers. T. conspurcatella 2. P. 2-3.-——Volant entre Ulez, les exemplai- res plus petits que ceux que je possede de Jersey. Xysmatodoma /. X. astrella HS. P. 7.—Tres rare. Un exemplaire seulement. Mr. Schitze vient de découvrir la chenille, voir Stt. E. Z. 1896, page 19. Blabophanes /. Bl. imella Hb. P. 6.—Commun. Bl. ferruyginella Hb. P. 6-7.—Répandu et commun, variant beaucoup de taille. Bl. monachella Hb. P. 1-8.—J'ai capturé cette belle espéce souvent le soir a la lumiére. Tinea /. T. tapetzella L.—Je Wai rencontré cette espéece si nuisible que peu de fois. ' T. arcella E. P. 7.—Pas fréquent. ANALES DE BIST. NAT. — XXVII, 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) T. mgralbella Z. P. 6-7.—Rare. Un exempl. de Mr. Schramm. T. granella L. P. 4-8.—Commun. T. cloacella Hw. P. 6-7.—Bien moins fréquent que Pespéce pré- cédente. T. albipunctella Hw.—Trés rare en Juillet. T. misella Z. P. 7-S.—Pas tres fréquent. T. fuscipunctella Hw. P. 6-10.— Répandu. T. peltionella L. P. 6-9.—Commun. T. murariella Stgr. P. 5.— J'ai capturé cette espece souvant dans de vieilles maisons. T. lapella Hb. P. 6-7.—Pas fréquent. T. subtiiella Fuchs.—Je v'ai capturé qu'un exemplaire de cette espece microscopique. T. meniella Róssl.—Je vai trouvé cette nouvelle espéce que dans de vieilles maisons. Je fais suivre la diagnose du Dr. Róssler: «Moeniella n. sp. Y. Fast doppelte Grósse von Parietariella und Nigripunctella, denen sie zunáchst steht; róthliches Kopfhaar (doch ist unter der Lupe nur der Halskragen róthlich); lange dunkle Fiúhler wie bei der letztern Art. Farbe ein warmes helles, glánzendes Graugelb; mehrere unregel- mássige, punctirte Querlinien der Oberfl. Diese Querlinien bestehen aus langen, schwárzlichen Schuppen und gehen bei dem Q von 6 schwarzen, den Hákchen der Wickler zu ver- gleichenden, hervorstechenden Puncten des Vorder- und Hin- terrandes aus, und theilen die Fláche, nach der Spitze zu einander náher rúckend, in wellenfórmige Streifen. Unterfl. sehr spitz, dunkelgrau mit lichter Fransenlinie. Unterseite lichterau. Herr Dr. Wocke besitzt ein Exemplar dieser Art aus Florenz.» Tineola 7/75. T. biselliella Hummel. P. 6-9. —Cette plague des meubles et habitations répandue et commune. Mirmecozela /. M. ochraceella Tgstr. P. 7.—Rare. y: A A e bres AA SAS A (53) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 163 Incurvaria //7. T. pectinea Hw. P. 4.—Localisé. 1. oenlmanmiella Tr.—Pas rare. Nemophora 217. DN. panzerella Hb.—Pas fréquent. NV. metazxella Hb.— Idem. Adela Zatr. A. degeerella L. P. 6-7. —Fréquent. A. cresella Se. P. 5-6.—Localisé sur Zigustrum. Ochsenheimeria /77. Och. bubalella Hb.—Un exemplaire capturé le 12 Juillet parmi les jones de las Arenas. Acrolepia Curt. A. fumociliella Mn.—Rare en Juin. A. vesperella Z. P. 5.—Fréquent. Hyponomeuta /. H. egregiellus Dup. P. 5.—Commun sur rica. H. vigintipunctellus Retz.—Fréquent sur Sedum, 2 eénérations. A. padellus L. P. 6-7.—Commun. HH. rorellus Hb.—Trés peu fréquent. H. mahalevellus Gn. P. 6.—Assez fréquent. HB. plumbellus Schitf. P. 6-7.—Répandu. Swammerdamia 20. k Sw. heroldella Tr. P. 4-5.—Plusieurs exemplaires sur Prunus. Sw. spiniella Hb.— Idem. 161 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) Argyresthia /77. A. mendica Hw. P. 5.—Fréquent. A. glaucinella P. 6.—Rare. A.retinella Z. P. 6.—Peu fréquent. Plutella Sch». P. cruciferarum Z. P. 5-8.—Tres répandu. Cerostoma Zaut;. C. radiatella Don. P. 7-2. —Fréquent sur chéne: espece trés variable de couleur. Thersitis 177. Th. mucronella Sc. P. 3-5 1.—Assez fréquent. Dasistoma Cur!. D. salicella Hb. P. 24.—Pas rare. Chimabache /. Ch. fagella F. P. 3-4.—Peu fréquent autour de Bilbao, ou les hétres sont tres peu nombreux. Psecadia 277. Ps. bipunctella E. P. 5-7.—Coramun. Ps. funerella F. P. 45. —Fréquent. var. canvisella Mill. —Avec le type. rare. Ps. decemguttella Hb. P. 5.—Rare. Ps. chrysopyga Z.—Assez fréquent dans les vallées étroites. Ps. andalusica Ster. P. 5.—Moins coloriés que ceux d'Aragon. Depressaria /77. D. pallorella Z.. P. 2.—Rare entre Ulez. ia te ii (55) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 165 D. subpropinquella SH. et var. ?hodochrella HS. P. 6-7.—Fréquent sur des espéces de Carduus. En Avril sur les feuilles de Carduus Sancte Balme. D. ocellana E. P. 7. —Localisé. D. purpurea Hw. P. 6-12, —Fréquent et répandu. Chenille: en Juin sur Daucus carota. D. rotundella Dgl. P. 7-8.—Rare. D. emicella Tr. P. 6.—Répandu et fréquent. D. depressella Hb. P. 6.—Fréquent sur Crithmum maritimum. D. badiella Ab. P. 7.—Rare. Chenille: Hieracium prostratum, Leontodon hispidwum comencément de Juin. SE. de Fran- ce, 1885. .nervosa Hw. P. 7.—Tres commun sur 4 pim sylvestris. S Gelechia /. (7. vilella Z. P. 3.—Cette espéce, capturée par Mann á Brussa, parait appartenir a la faune espagnole. Je possede des exemplaires de Albarracín et de Bilbao. 7. ericitella Hb. P. 5-6.—Commun. GF. infernalis AS. P. 5-7.—Moins fréquent sur Jrica. E. difinis Hw.— Rare. Bryotropha //;. Br. terrella Hb. P. 6-7.—Rare. Br. desértella Del. P. 7.—Pris a Brussa par Mann est assez fré- quent a Bilbao. Br. ajfinis Del. P. 5.—Fréquent a las Arenas. Br. umobrosella Z. P. 6.—Idem. Br. domestica Hw. P. 6-8.—Idem. y Lita 7”. . artemisiella Tr. P. 8.—Répandu et fréquent. . Atriplicella Tr. P. 7.—Commun. ,. horticolella Róssl. P. 6.—Rare. . vascomiella Róssl. n. sp. P. 5.—Peu d'exemplaires. Je fais suivre la description de cette espece: S >= E 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) «Lita Vasconiella n. sp. 9. Grósse und Farbe von Laverna fulvescens. Kopf, Palpen und Rúcken licht sandgelb, beim etwas rúthlicher. Letztes Glied der palpen an Wurzel und Spitze schwárzlich. Fúhler dunkel geringelt. Oberf. licht sandgelb. Vorder- und Hinterrand, unregelmássige Fleck- chen der Fláche sowie die Fransen grau. Alle diese grauen Theile schwárzlich besandelt. Der graue Vorderrand, im letzten Drittel von der Grundfarbe durchbrochen, hat vor der Spitze 2 dunkle Hákchen, die durch einen Lánesstrich in der Mitte der Fliigelbreite zu einer ovalen Zeichnung verbunden werden. Unterfliigel und deren Fransen grau mit lichter Saumlinie. Unterseite der Oberfl. gelb, schwárzlich bestáubt.» Teleia Heim. T. Wage Now. P. 6.—Rare. Un exemplaire. T. triparella Z. P. 5.—Idem. T. dodecella L. P. 6.—Idem. Recurvaria /42S. R. leucatella Cl. P. 6.—Fréquent. Argyritis /11c/1. A. livertinella Z. P. 7.—Fréquent le soir a la lumiere. Sitotroga 41. S. cerealella Olivier. P. 6.—Surtout abondant et nuisible dans les magasins de mais. Ptochenusa PH. Pt. subocellea Stph. P. 6-7.—Rare. Pt. inopella Z. P. 6.—Idem. Doryphora He». D. nomadella Z. Y. 6.—Un seul exemplaire. o Y (57) Seebold.—MICROLÉPIDOPTERES DE BILBAO. 167 Anacampis 0u47t. A. coronilella HS. P. 8.—Rare. A. ligulella Z. P. 8.—Fréquent. Brachycrossata //e1. br. cinerella Cl. P. 5.—Fréquent comme partout. Ceratophora /7ein. C. trianulella HS. P. 7.—Rare. C. rufescens Hw. P. 6-8.—Fréquent. Cleodora Curt. — Cl. striatella Hb. P. 7.—Peu répandu. Cl. Kefersteimiella Z. P. 7.—Idem. e] Ipsolophus ?/'. Ip. schmidiellus Hd. P. 7.—Peu fréquent. Ip. marginellus F. P. 7.—Fréquent sur Juniperus. Vothris +77. . verbascella Hb. p. 7.—Fréquent. . limbipunctella Stgr. P. 5.—Rare. . bildainella Róssl. P. 7. n. sp.—N'ayant plus rencontré cette espece je fais suivre la description du Dr. Róssler : «Nothris Bildainella n. sp. ein gellogenes Q, das eine ganz vollstándige Beschreibung nicht erlaubt, aber Eigenthúmlich- keiten zeigt, welche die Art sehr kenntlich machen mússen. Grússe unter der der kleinsten Exemplare von Ips. Margi- nellus. Kopf, Palpen und Rúcken weisslich grau. Hinterleib dunkelerau mit gelblicher Spitze. Fúhler weiss und grau ceringelt. Oberfl. schmal lancetfórmig zugespitzt. Lichtgrau in der vorderen Hálfte, lánes des Vorderrandes lichter. Das unbewaffnete Auge sieht nur dunkle Puncte am Vorderrand iS 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) und in der Mitte einen kurzen dunkleren Lángesstrich. Unter der Lupe erscheinen lángs des Vorderund etwas schárfer am Aussenrand Zeichnungen mit wármerer Farbe, die eine erhóhte, scheinbar aus kleinen Anschwellungen bestchende Einfassung vorstellen. Auch der kurze Querstrich in der Mitte erscheint als eine wármer gefárbte Erhóhung, die mit einzel- nen schwarzen Schuppen kenntlicher gemacht ist. Schwarze Schuppen begleiten:auch die Falte und bilden in der Spitze des Fl. einen und daneben im Aussenrand einen 2tem Punct, Unterfl. dunkelgrau mit lichteren Fransen.» Sophronia 177. S. semicostella Hb. P. 6.—Je n'ai capturée cette espece qu'en un exemplaire, mais j'en posséde en nombre d'Albarracin. Pleurota 1/7. Pl. sehlegeriella Z.—YEn Juillet localisé et pas tres fréquent sur des terrains arides. Pl. aristella L.—En Juillet localisé et paraissant rarement. Aplota Sip». A. palpella Hw. 22/..— J'ai obtenu cette espece de chenilles vivant dans l'écorce de vieux acacias et de vieux chénes; se nourrit de brins de mousse. 15 au 30 Avril. SE. de Fran- ce, 1885. Leithocera 225. L. var. pallicornella Stgr. —Variété fréquente dans toute la Péninsule. Carcina 277. C. quercana F. P. 6-8.—Commun. Symocca H7. S. signatella HS. P. 20/¿,—Fréquent contre les trones de vieux acacias. La chenille vit sous l'écorce de cet arbre. (59) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 169 Dasycera 11. D. sulphurella EF. P. 5.—Parait quelquefois en nombre autour de bois pourris. D. oliviella Y. P. 15/, —Pas fréquent. Chenille: dans du bois pourri en Avril, Mai, dans un conduit de soie. (Ecophora Z. Fe. umitella Hb. P. 6-8.—Pas rare. (FBc. panzerella Stph. P. 7.—Pas fréquent (typique). Ec. detrimentella Ster. P. 6.—Espece espagnole qui paraíit étre répandue. Ec. filielle Stgr.—Idem; mais rare. (Ec. Seebvoldiella Kreith. KK. Z. B. Ges. Wien 4 Mai, 1881. — Nouvelle espéce que je trouvais fréquemment dans des maisons d'ancienne construction. Je joins la description de Mr. Kreithner. «GEcophora Seebvoldiella Kreithner. Der Kopf ist braun; die Palpen wie bei pseudospretella Stt. aufeebogen; das Mittel- clied gelblich; das Endglied schswárzlich; die Fúhler mer- klich kirzer als die Vorderfiúgel. Die Hinterschienen 2:4c/h1 behaart, Legestachel gelblich. Thorax und Vorderfliigel sind dunkel rothbraun, letztere mit mehr oder weniger dunklen Schuppen. Von den deutlich sichtbaren schwarzen Punkten liegen die beiden Vorderen hinter einem drittel der Fligel- lánge; der in der Flúgelfalte deutlich weiter nach vorne; der Fleck am Queraste befindet sich hinter dreifúnftel der Fliú- cellánge:; die Franzen erreichen in der Náhe des Hinter- winkels zwei drittel der Breite der Vorderfiúgel; Farbe grau. Die Hinterfitigel sind so breit als die Vorderflúgel; die Biegung in der Mitte des Saums ist sehr gering, die Fliigelspitze rund- lich; Farbe hellgrau; die Franzen sind zwei drittel so lang: als die Hinterflúgel breit und gegenúber dem Afterwinkel am lángsten; die Farbe grau. Die nach ihrem Entdecker benannte Art stammt von dem verdienstvollen Sammler Herrn Theodor Seebold zu Bilbao in Spanien, welcher dieselbe in seinem Wohnzimmer Anfanes Juli widerholt gefangen und meinem 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) werthen freunde Herrn I. von Hornig einige Stúcke úberlas- sen hatte. Diese, neue Art steht der HEcophora pseudospretella Stt. am náchsten, und durfte die Raupe wohl áhnlich wie diese in cetrockneten Húlsenfrúchten leben. Von dieser in Nord Deutschland und wohl auch sonst vorkommenden, aber im- merhin seltenen (Ye. pseudospretella Stt. unterscheidet sich die vorstchend beschreibene Art durch folgende Merkmale: Die Spannweite der Seeboldiella ist etwas weniger aber doch merklich kleiner; die Vorderfliigel sind etwas mehr spitz zulaufend; der Vorderrand ist sehr wenig gebogen. Bei pseu- dospretella ist die Grundfarbe bráunlich, lehmgelb; die dun- klere Bestáubung tritt hier ebenfalls mehr oder weniger stark hervor, wodurch die Fárbung bald lichter bald dunkler erscheint. Von den deutlich 'sichtbaren schwarzen Punkten liegen die beiden vorderen bei pseudospretella bei oder vor einem Drittel der Flúgellánge; sie liegen gerade úibereinander, oder der in der Falte sehr wenig weiter nach hinten; der auffallendste Unterschied besteht aber darin, dass die Hinter- schienen bei Seeboldiella nicht behaart, wahrend diese bei pseudospretella namenthih oberseits bei Y und Y mit langen abstehenden Haaren dicht besetzt sind.» Ze. minvutella L. P. 6-7.—Pas tres rare. Ec. formosella F. P. 6-7. —Sur les troncs de peupliers et acacias. (Ec. lunaris Hw. P. 5-7. —Fréquent. Idem. (Ec. procerella Schiff. P. 7.—Rare (peupliers). (Egoconia £S//. Eg. quadripunctata Hw. P. 5-9.—Trés abondant. Glyphipteryx /70. El. fischerella Z. P. 5.—Tres fréquent. Gracilaria /. Gr, alchimiella Sc. P, 5-6,—Sur Quercus. ld (61) Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 171 Gr. stigmatella E. P. 1-5.—Sur Populus et Saliz. Gr. populetorum Z. P. 5-9. —Sur Populus. Gr. elongella L. P. 7.—Sur 4 /nus. Gr. tringipennella Z. P. 5.— Rare. Gr. phasiampenella vax. auroguttella Stph.—Rare. == Ornix /. O. guttea Hw. P. 5-10.—Peu fréquent. O. scoticella Stt.—Idem. Coleophora Z. .viminetella Z.—En Juillet. . Aleyomipennella Kollar. P. 5-7.—Fréquent. .melitotella Scott. P. 6.—Rare. . deauratella 2. P. 8. . anatipennella Hb. P. 6.—Pas fréquent. .vulnerarie 2. P. 6.—Rare. . Albicosta Hw. P. 4-5.—Fréquent. Chenille dans les gousses de Ulezx europeus. SE. de Fr., 1885. .pyrrhulipennella Z. P. 6.— Tres fréquent. . ditella Z. P. 6.—Peu d'exemplaires. . conspicuella Z. P. 7-8.—Répandu. . leucapennella Hb.—P. 5.—Fréquent. . onosmella Brhm. P. 5.—Tres fréquent. SIS. SS SES DUSRS Chauliodus 7”. Oh. daucellus Peyer. P. 6.—En nombre. Laverna Cur!. L. festivella Schiff. P. 6.—Rare. (Un exemplaire.) L. stephensi Stt. P. 6.—Idem. L. subbistrigella P. 5.—Fréquent. L. Seeboldiella Rgt. P. 2-3.—(Las Arenas.) Voir description de M. Ragonot dans le Bulletin n” 6, 1882, Soc, Ent. de France. 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (62) Pyroderces /. P. awygyrogrammos 2. P. 5-6.—Peu fréquent (2 exemplaires) 2 générations: Juillet et Aoút. Chenille dans les ca/athi- des de Carlina corymbosa, Centaurea aspera, Picnomon acarna, etc. Butalis Tr. B. grandipennis Hw. P. 5.—Localisé: tres fréquent dans le reste d'Espagne. ; B. scipionella Stgr. P. 6.—Tres fréquent sur Ulesz. B. variella Stph. P. 6.—Rare. B. biventrella Rossl. Fig. 8.*, lam. 1, tome vin de la Soc. esp. Hist. nat. nov. sp. (?). L'exemplaire étant intéressant je fais suivre la description du Dr. Róssler: «Biventrella n. sp. ein Stúck, au Grósse und Gestalt der Variella am náchsten. Breite Spitze der Oberfl., dunkelgrau- braun, kaum grúnlich, ausgezeichnet durch die Bildung des dunkelbleigrauen Hinterleibs, der von oben gesehen in der Mitte eingeschnirt, am Ende breit und plótzlich scharf zuge- spitzterscheint, miteinem Haarbusch am Ende. Von der Seite vesehen ergiebt sich, dass der Hinterleib, wenigstens schein- bar, von der Mitte an gespalten ist, oder wie ein Baum sich in 2 Aeste d. h. Enden theilt, von denen das obere, wie erwálnt, in einem Haarbusch endet, wáhrend das untere sich allmáblig ohne Haarbusch zuspitzt und durch diese Form mánnlich erscheint. Beide Leibesenden zeigen die Theilung in Ringe. Von der Seite her úihnelt diese Bildung dem Kórpe- rende der mit einem Horn versehenen Raupen der Schwár- mer. Von oben gesehen ist sie, wie gesagt, nicht zu bemer— ken. Das untere Ende ist ein wenig heller als die einfarbige Unterseite aller Kórpertheile. Vielleicht ist diese Spaltung nur ejne Missbildune durch Zwitterhaftigkeit veranlasst, was bei Auflindune weiterer Exemplare sich aufkláren wird.» B. ericivorella Rgt.—Localisé; peu fréquent. Bb. acanthella God. P. 6.—Tres répandu et fréquent sur les lichens des murailles. (Pour la description de la chenille voir fascicule v, pl. 7 de Milliére, 1879.) B. tergestinella 7.—En plusieurs exemplalres. (63 Seebold.—MICROLEPIDOPTERES DE BILBAO. 173 Pancalia (17/. P. latreillella Curt. P. 5-6.—Fréquent dans mon jardin. Endrosis /7/7. Y. lacteella Schiff. P. 7.—Trées commun surtont dans les habi- tations. Stathmopoda s//. St. pedella L. P. 6-7. —Fréquent. Cosmopteryx /7/. C. eximia Hw.—Rare. (Un exemplaire.) Atachia W/. A. bilbaeensis Rbl. n. sp.—Rare. Stt. Ent. Z, 1893, pag. »8. Elachista s7/. E. chrysodesmella Z. P. 5.—Fréquent. E. disertella HS. P. 4.—Idem. E. disemiella Z. P. 2-3.—Peu fréquent. E. argentella Cl. P. 6.—Tres fréquent (las Arenas). Á (Enophila $/pf. (E. v. flavum Hw. P. 6.—Fréquent contre les trones de vieux acacias. Lithocolletes /. Lith. populifoliella Yr.—Tres fréquent. Lith. cerasicolella HS. De ce genre si nombreux en espéces (plus de 100) je n'ai observé presque rien ne pouvant pas faire Péducation par les chenilles. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) Tischeria /. T. complanella Hb.—Rare. T. marginea Hw. P. 4-5.—Fréquent. Bucculatrix /. B. crategi Z. P. 5-7. —Fréquent. Opostega Z. O. crepusculella Z.—P. 6-7. Micropteryx 177. M. semipurpurella Stph. P. 23.—Commun autour de chénes. Agdistis 410. Ag. tamaricis Z. P. 7.—Tres fréquent sur Zamariz. Amoblyptilia 270. A. acanthodactyla Hb. P. 6.—Tres répandu. Oxyptilus /. O. distans Z. P. 6-7.—Fréquent sur terrain sablonneux. O. letus 2. P. 7-8.—Idem. O. piloselle Z. P. 7. —Fréquent á las Arenas. Mimeeseoptilus JVa//y7. M. zophodactylus Dup. P. 7.—Tres fréquent (Arenas). M. aridus Z. P. 7.—Rare. GEdematophorus Wally. E. lithodactylus Tr. P. 7-8.—Fréquent. (65) Seebold.—MICROLUPIDOPTERES DE BILBAO. 17: o Pterophorus Wally”. Pt. monodactylus L. P. 5-8.—Commun. Leioptilus Wallgr. . carphodactylus Hb. —Répandu et fréquent. .microdactylus Hb. P. 5-6.—Moins fréquent. .osteodactylus Z. P. 6.—Rare. SIS Aciptilia /70. . baliodactylus Z. P. 6-7.—Treés répandu. . baptodactylus Z. P. 5.—Fréquent. .pentadactyla L. P. 6-7.—Commun. pa Pa fa Alucita /. A. desmodactyla 2. P. 6-7.—Peu fréquent. A. hezadactyla L.—Treés fréquent. EXISTENCIA DEL INFRALIASICO EN ESPAÑA y GEOLOGÍA FISIOGRÁFICA DE LA MESETA DE' MOLINA DE ARAGÓN, POR DAS ADMADOB CALDERÓN. (Sesión del 7 de Abril de 1897.) CONSTITUCIÓN FÍSICA DE LA MESETA DE MOLINA DE ARAGÓN. 1. Los investigadores de la región.—2. Topografía.—3. Consideraciones sobre el re- lieve molinés.--4. Clima.—5. La ciudad de Molina de Aragón. 1. La región asunto del presente bosquejo es una de las que desde más antiguo han llamado la atención de los natu- ralistas españoles. Iniciado su estudio en el siglo pasado por el célebre P. Torrubia, y continuado más tarde por el no me- nos famoso naturalista Bowles, á ambos sugirió consideracio— nes geológicas transcendentalísimas y de una novedad tal para su tiempo, que bien merecen figurar entre los precurso- res más profundos y geniales de la ciencia del globo. Poco después, en los AxaLeEs de Historia Natural del Museo, apare- cen también noticias interesantes sobre el territorio de Moli- na. Acrecentó la fama de éste el servir á Werner para dar nombre al aragonito, esa importantísima especie mineral que «dlescribió, en vista de ejemplares que de ella le fueron remiti- dos, y que luego se han hallado en muchas otras regiones bajo diversas formas. En los tiempos modernos, después de constituida la ciencia geológica, de Verneuil y Collomb, entre los extranjeros, Aran- zazu, Castel, (Juiroga y otros varios españoles, se han ocupado de la región, ora en descripciones generales de la Península 6 de la provincia, ora con motivo de excursiones en el término ANALES DE HIST. NAT. —XXVII. 12 178 ANALES DE HiSTORIA NATURAL. 2) r de Molina de Aragón ó cerca de él. Citaremos á continuación los títulos de todos los trabajos publicados á él referentes de que tenemos noticia, y más adelante se hará alusión á varios de ellos, por más que nuestro propósito no es recopilar lo dicho sobre la geología de la localidad, sino considerar la me- seta molinesa como un miembro integrante del gran %orst en que se apoyan las cuencas de Aragón y Castilla en la zona de sus mutuos confines. 2. El partido de Molina de Aragón, el mayor de la «provin- cia de Guadalajara, se asienta en la región de ella llamada Serranía, que comprende además casi todos los partidos de Sigiienza, Atienza, Tamajón, Sacedón y Cifuentes, y que es un conjunto de crestas, cerros y páramos. Por lo que á Molina respecta, constituye su término una meseta denudada, la de las famosas parameras del mismo nombre y la de Setiles, levantada unos 1.300 m. por término medio sobre el nivel del mar, y cuyas partes más eminentes, que simulan cadenas, son los restos del antiguo nivel. Como lo ha indicado el eminente Willkomm, las mesetas de Sigiienza, Molina, Setiles y Pozondón forman un sistema que es la parte prominente de la planicie que se alza entre Castilla y Aragón y constituye una prolongación meridional de la me- seta de Soria (1). Las cimas de las dos mesetas primeramente mencionadas llegan en sus mayores alturas á 3.500 y 4.000 m. (1) «Las altas mesetas de Sigijenza, Molina y otras menores, tienen casi el mismo carácter que las parameras de Soria, de las cuales pueden considerarse como conti- nuación. Pocas comarcas de la península de los Pirineos se han representado con más confusión é inexactitud en las obras geográficas que el borde oriental de las mesetas de Castilla la Nueva. La sierra ondulada que presenta el mapa entre Molina, Setiles y Pozondón, no existe. No me admiré menos en mi viaje de Molina á Teruel de ver que tampoco hay montaña alguna aislada de cierta consideración, siendo así que yo había creído en vista de los mapas, tener que atravesar altas sierras y cruzar pasos peligrosos. Entre Molina y la planicie llana de Pozondón hay sólo mesetas en bóve- das denudadas á las que cruzan de trecho en trecho barrancos secos y rocosos. Las sierras que señalan los mapas con sus nombres existen, sí, pero no son sino las coli- nas más enhiestas que se alzan alineadamente á ambos lados del camino y á mayor ó menor distancia. Tal es, por ejemplo, la denominada sierra de Molina, mal conside- rada como una alta sierra abrupta, pues su cima no forma cresta con rocas escarpa- das. Todas aquellas sierras alcanzan una altura absoluta de 4.000 á 4.500 m. y más, pero la enorme elevación de la meseta en que reposan, hace que no destaquen como sierras. No deben, por consiguiente, figurar como tales en los mapas.» DR. MORITZ. WILLKOMM: Die Halbinsel der Pyrenien; Leizig, 1855, pág. 18. - (3) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 179 sobre el nivel del mar. Esta gran divisoria de las dos cuencas del Ebro y del Tajo sigue después una línea que se va incli- nando hacia el Mediodía, entre los pueblos de Odón y Campillo de Dueñas, hasta alcanzar la sierra del Pedregal y correr des- pués al E. de Setiles en forma de serrezuela. Es, en realidad, una porción de la cordillera Ibérica, que bajo diferentes nom- bres, constituye el relieve más alto y principal del interior de la Península. La meseta molinesa forma en aquella parte la divisoria de las dos cuencas, castellana y aragonesa, y aunque sus aguas vierten en su mayoría á la primera, una parte lo hace al Mesa y al Piedra, que uniéndose al Jalón y éste al Ebro, van á parar al Mediterráneo. Hay en toda ella numerosos barrancos de cauce pedregoso, con escarpes de erosión, que se califican allí de sierras, bien que muy impropiamente, entre ellos la misma sierra de Molina, la Muela de Utiel y otras. Las únicas elevaciones del terreno, que aunque del mismo origen que las ahora indicadas, por su disposición pueden calificarse de serre- zuelas, son ciertas series de relieves que parten á modo de derivaciones de la cadena Ibérica. Nos limitaremos á mencio- nar, entre ellas, la llamada de Aragoncillo, la de Pardos, á dos leguas de Molina, la del Águila d de los Castillos de Zafra, casi recta y que marca, en unión con las anteriores, la divisoria de las dos cuencas, la de Setiles, con varios cerros eminentes que se distinguen con nombres locales, la de Alustante y Orea, y ya en la provincia de Teruel, las del Tremedal y Alba- rracín. ( 3. Dominan, pues, en el relieve del país y constituyen su rasgo característico, las mesetas dilatadas, aisladas por barran- cos 6 valles verdes en las mismas planicies Ó encajados entre muros rocosos, siendo marcadamente ondulada la superficie de todas estas mesetas, exceptuando la parte más elevada de Pozondón, al decir de Willkomm. Considerado en conjunto el macizo molinés se nota, desde luego, que sus vertientes meridionales son mucho más rápi- das que sus opuestas, por lo cual las llanuras que se extienden á su pie por la cuenca septentrional alcanzan más elevación que las del lado del Tajo. De aquí también que este río, á pesar de correr por una cuenca tan elevada, excave y haya socava- do profundamente su lecho como es sabido. De las vertientes 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) meridionales del macizo se van desligando estribos que cons- tituyen las cuencas secundarias de algunos de los afluentes de la derecha, como puede verse en los mapas y que no enume- ramos aquí por brevedad. 4. Por lo que respecta al clima, la región molinesa perte- nece al grupo de las frías, si bien no llega á serlo tanto como la sierra de Alto-Rey, próxima á los 1.500 m., en el N. de la misma provincia de Guadalajara, donde la nieve dura nueve Ó diez meses. También en Molina hiela y cae mucha nieve durante el invierno, y aunque ésta no se mantiene tanto tiem- po como en la mencionada sierra, todavía la temperatura es baja en la región durante nueve meses. En verano se forman frecuentes tronadas, que engrosando rápidamente el caudal de los arroyos y rios, los convierten en agentes poderosos de dennudación y transporte. La abundancia de aguas de la región que resulta de las cir- cunstancias meteorológicos apuntadas, origina una particula- ridad que transciende á la fisonomía de la cuenca entera del Tajo: la de que el río principal toma su nacimiento muy cerca de la cresta divisoria, viniendo caudaloso y animado de gran velocidad desde su origen mismo, a lo que coopera la disposi- ción de las pendientes de que antes se hizo mérito, por todo lo cual no es mucho que se encajone tan profundamente como es sabido lo hace en una buena parte de su trayecto. 5. La población más importante de la región asunto del presente estudio es, naturalmente, Molina de Aragón, cabeza del partido, antigua y grande ciudad que se extiende entre el pie del cerro en que se asienta su histórico castillo y un pro- fundo y ancho valle que cruza en esta parte el río Gallo, en fértil vega. Aunque la población se compone en su mayoría de viejas casas ennegrecidas agrupadas, dejando para el paso sombrías callejuelas, sus vetustas murallas, sus restos de puertas y torreones y sus conventos, que ostentan no pocos detalles artísticos, prestan mucho carácter á la histórica ciu- dad. Se asienta ésta sobre una especie de gradería, alcanzando la parte más céntrica una elevación de 1.055 m. (50 m. más que la altura media de Sigiúenza); siendo estrecha y prolon- vada, descansa sobre formaciones diversas, del triásico, del infraliásico y de las tobas modernas. El Gallo, que corre a su pie. forma allí una corriente bastante caudalosa, que marcha (5) Calderón.—GrEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 181 con escasa inclinación, sirviendo para mover algunas fábricas y molinos, á lo que se debe el desarrollo industrial de esta población desde los tiempos antiguos. TT. CONSTITUCIÓN GEOLÓGICA DE LA MESETA DE MOLINA DE ARAGÓN. Tienen representación en el macizo molinés, considerado en conjunto y en sus vertientes, terrenos diversos, paleozoicos, secundarios, terciarios y post-terciarios, aunque con extensión muy diversa. Es notable que una tan compleja serie de capas se halle representada en un espacio tan reducido relativa—- mente, y no es mucho que haya esto hecho pensar en que la región hubiera sido teatro de grandes perturbaciones y vicisi- tudes orogénicas en el transcurso de los tiempos, a observado- res que no poseían aún las luces de la actual Geología. Nosotros no vamos á presentar aquí una descripción geoló- vrica de la región, por ser éste un trabajo muy extenso, en el que habría que repetir multitud de noticias consignadas en otros escritos y que distraería de los asuntos preferentes y nuevos á que este ensayo se concreta; á saber: el estudio del terreno infraliásico y la fisiografía y geogenia de la meseta de Molina de Aragón. Para que el lector pueda hacerse cargo de la distribución en ella de los terrenos que la constituyen, basta el examen del mapa que acompañamos (1) (Lám. 1), y para mayores ampliaciones y noticias descriptivas remitimos a quien tenga interés en ellas, á la bibliografía que inserta—- mos á continuación. En conjunto la región objeto de nuestra investigación, está (1) Se ha tomado para él por base la parte correspondiente del general publicado por la Comisión del Mapa Geológico, añadiendo los manchones infraliásicos é intro- duciendo algunas variaciones en la distribución de otros que hemos visitado. Nues- tro propósito no es presentar un mapa más exacto que los conocidos, tarea fácil y susceptible de infinita perfección, bien que muchas veces las enmiendas obedecen más bien á diverso criterio de apreciación que á nuevas observaciones importantes. De otra parte, en tanto que se carezca de planos exactos, nuestros trazados geol5gi- cos sólo pueden tener un valor.provisional, y servir, como el aquí presentado, de esquemas explicativos. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) constituida por una gran isla triásica bordeada por vastas bandas de capas liásicas y jurásicas, de las cuales se halla separada á trechos aquella por el N. y Oriente por sierras y crestones silúricos interrumpidos. Toda la serie de terrenos secundarios que se desarrolla en torno de Molina, que son parte de los que atraviesan esta zona castellana, constituyen un sistema de grandes fajas encorvadas cuya concavidad mira al W., amoldándose á las depresiones que la cordillera herci- niana trazó previamente y en las cuales penetraron sucesiva—- mente aquellos mares. La pluralidad de formaciones y terrenos representados en el mapa, no implica, como parece á primera vista, que esta región haya sufrido una larga serie de levantamientos y hun- dimientos, supuesto que pugna con el caracter de horizontali- dad dominante en sus capas, á lo más plegadas bajo el es- fuerzo de presiones superficiales. Muchas de estas formacio- nes, que aparecen en forma de manchones limitados, son re- llenos sub-aéreos en las hondonadas y receptaculos sin des- agúe, verificados en épocas diversas, desde la carbónica hasta la más moderna, los cuales ahora constituyen isleos Ú se en— cuentran separados ú recortados, originando mesetas que do- minan á valles de denudación. Así las sucesivas formaciones objeto de este ensayo y regiones vecinas pueden sintetizarse, por lo que á su origen se refiere, del modo siguiente: Mar silúrico. Pantanos carbónicos. — del bunter. Mar somero del muschelkalk. — del keuper. Lago infraliásico. Mar profundo liásico y jurásico. Mar somero y pantanos cretácicos. Pantanos terciarios. -— post-pliocenos. ¿7 Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 183 Trabajos que contienen datos referentes á la constitución de la región molinesa. ARÁNZAZU.—Apuntes para una descripción fisico-geológica de las provincias de Burgos, Logroño, Soria y Guadala—- jara. (Bol. Com. Mapa geol., t. 1v, 1877.) BowLEs.—Introducción á la Historia Natural y á la Geografía física de España, 1789. CALDERÓN.— Reseña geológica de la provincia de Guadala- jara, 1874. — Una huella de Chirotherinm de Molina de Aragón. (ANA- LES'SOC.-ESP., $. XXVI, Actas, p: 27, 1897.) — Existencia del terreno carbónico en Molina de Aragón. (ANAL. SOC. ESP., $. xxvI, Actas, p. 147, 1898.) CaLvo.—Geología de los alrededores de Albarracín. (Bol. Com. Mapa geol., t. xx1, 1896.) CASTEL.—Una coníifera del trías. (ANAL. Soc. ESP., t. vI1, 1878.) — Descripción física, geognóstica, agrícola y forestal de la provincia de Guadalajara. (Bol. Com. Mapa geol., YI SSL y CorTAzAR.—Bosquejo físico-geológico y minero de la provin— cia de Teruel. (Bol. Com. Mapa geol., t. x11, 1885.) DowxaYre.—Datos geológico-mineros recogidos en la provincia de Guadalajara. (Bol. Com. Mapa geol., t. 111, 1876.) EzqUuERRA.—Ensayo de una descripción general de la estruc- tura geológica del terreno de España. (Mem. de la R. Acad. de Ciencias de Madrid, 1854 á 1857.) FERNÁNDEZ NAVARRO.—Excursión geológica por el partido de Sigúenza (Guadalajara). (ANAL. SOC. ESP., f. XXI, Actas, 1892.) HerGUETA.—Reseña física y natural de Molina de Aragón, 1860. (Folleto en 8.” de 16 pags.) MALLADA.—Sinopsis de las especies fósiles que se han encon- trado en España. (Bol. Com. Mapa geol., tomos 11 á xvi, 1875 á 1891.) — Catálogo general de las especies fósiles encontradas en España. (Bol. Com. Mapa geol., t. xvii, 1892.) PaLacios.—Reseña física y geológica de la parte NO. de la 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8y , provincia de Guadalajara. (Bol. Com. Mapa geol., t. vi, 1879.) QUIROGA.—Excursión á Sigiienza y Baides. (ANAL. Soc. ESP.,, í. xv, Actas, HSSi) TorrUBIA.—Aparato para la Historia Natural española, 1754. VERNEUIL ET COLLOMB.—Coup d'ceil sur la constitution géolo- gique de quelques provinces de "Espagne. (Bull. Soc. geo Priv2s ser:, 6.2%, 1893) — Explication sommaire de la carte géologique de 1'Es= pagne, 1869. VILANOVA. —Ensayo de descripción geognóstica de la provin= cia de Teruel, 1863. -—WiLLkoMM.—Die Halbinsel der Pyrenúen, Leipzig, 1855. TT. TERRENO INFRALIÁSICO. 1. Generalidades.—2. Distribución en Molina.—3. Litologia.—4. Estratigrafía.— 5. Restos fósiles: su carácter lacustre.—6. Aspecto orográfico del terreno.—7. Man- choncillos de Prados Redondos, Piqueras y Tordellego.—8. Conclusiones. 1. Coronando en forma de meseta, y á veces de picos, al terreno triásico, se encuentra con frecuencia en la región que nos ocupa y en las confinantes, sobre todo en la cordillera Ibérica y sus estribaciones, una serie de capas calizas y dolo- míticas, no bien conocida en su distribución y sobre cuya edad y origen no se ha dicho la última palabra. Hace tiempo observaron de Verneuil y Collomb que era característico del terreno triásico español el estar cubierto por bancos de calizas magnesianas que adquieren carácter caver- noso por la acción de la intemperie. Después los trabajos de Vilanova y Cortázar sobre la provincia de Teruel, los de Ma- llada sobre las de Tarragona y Huesca, los de Maureta y Thós sobre la de Barcelona, los de Palacios sobre las de Soria, Gua- dalajara y Zaragoza, los de Cortázar sobre Cuenca y Vilanova sobre Castellón, han señalado la existencia de las capas á que hacemos referencia en varios sitios de todas estas provincias, aunque sin cuidarse de precisar de un modo detallado su dis= (9) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 185 tribución, por no concederles más importancia que la de me- ros accidentes del terreno triásico. 2. En Molina de Aragón constituyen las formaciones á que nos referimos una gran meseta que se inclina de S. á N. y de W. á E., desde las alturas del cerro en que se asienta el Castillo 4 Torre de Molina hasta perderse en el valle de Castil- nuovo. Como prolongaciones de esta meseta interrumpidas por valles de erosión, se ve de SE. 4 NW. una cresta que de Molina va á Herrería y que bajo forma de manchoncillos sigue por las cumbres de Aragoncillo y Selas y, por último, constituye una meseta importante en las alturas de Mazarete. En la opuesta dirección componen las planicies de Hombra- dos y las pequeñas mesetas de Prados Redondos, Tordellego y Piqueras. El mapa que acompaña á este bosquejo da idea de la distribución ahora indicada, si bien su escala no ha permi- tido indicar la posición de muchos pequeños bancos. La manera de presentarse dichas capas en las cumbres y en mesetas, que se enlazarían de un modo natural en la prolon— gación, prueba que han constituído un todo continuo el cual cubría uniformemente al triásico; éste domina en los valles y depresiones, apareciendo hoy á la superficie merced á grandes erosiones, que dejaron aisladas las formaciones que ahora nos ocupan. Sólo en la parte representada en nuestro mapa se extendían unos 50 km. de NW. á SE. desde Mazarete á Torde- llego, y de E. á W., en la porción más ancha, desde Cuevas- minadas á la Sierra de las Meneras, 30 km.; pero positiva- mente la extensión de este manchón era inmensamente mayor, pues conocemos su reaparición en Sigiienza, por una parte, y en la Sierra de Albarracín, por otra. Vamos á limitarnos en este capítulo á describir el terreno tal como lo hemos estudiado en los partidos de Sigiúienza y Molina, si bien por indicaciones de geólogos que lo han visto en otras localidades, inferimos que conserva sus caracteres cenerales en toda la cordillera Ibérica y demás regiones en que existe. 3. Componen el terreno dos miembros principales: uno inferior, de calizas magnesianas Ccavernosas, y otro superior, de calizas siliciosas compactas. Las calizas magnesianas del miembro inferior, carniolas, como algunos las han llamado (adoptando este término italia— 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) no ya clasico) se dan á conocer desde luego, por estar plaga- das de cavidades de contorno poliédrico, separadas unas de otras frecuentemente por tabiques delgados. El color de estas rocas suele ser blanco, 0 al menos claro; pero las superficies expuestas á la intemperie aparecen rojizas por sobreoxidación del hierro que contienen; circunstancia que permite recono- cerlas desde lejos. Por alteración total suelen producir una tierra carminosa que arrastran las aguas, las cuales disuelven también el pigmento y van tinendo cuantas rocas encuentran á su paso, con manchas que es facil confundir, vistas á dis- tancia, con las formaciones del keuper. Hacia la base de la formación pasan á verdaderas dolomias sacaroideas, tanto blancas como rosadas, de agradable aspecto. El Sr. Cortázar asigna á este miembro un espesor que no baja de 100 m. en la provincia de Teruel, lo cual conviene también con lo calculado por nosotros entre Molina y Castil- nuovo. Analogo espesor y considerable extensión adquiere desde Mazarete hasta más allá de Maranchón, á unos 1.300 m. sobre el nivel del mar, en la alta, vasta y desolada meseta que se extiende hasta Alcolea del Pinar, y en las cercanías de Sigúenza. Aunque de un modo inconstante, suelen verse en la base de este terreno ó en filones que atraviesan las carñiolas, unas formaciones de brechas que consisten en fragmentos de cali- zas triásicas, de diversos colores y tamaños, empastados ú me- ramente aglutinados por presión. Es particular la notable heterogeneidad de dichos fragmentos, unos enormes, otros medianos y otros pequeños, y sobre todo, de estos últimos los hay rellenando los filones de las carniolas, al paso que en las grandes peñas aisladas dominan los voluminosos. Estas brechas presentan menos cavidades que la carñiola, pero de tamaño mucho más considerable. La roca pasa á veces á un mármol brechiforme y vistoso en algunos sitios, sobre todo donde alternan trozos de caliza azulada del muschelkalk con otros de dolomia sonrosada, y se dice que se ha labrado y uti- lizado en algunas canteras del sitio llamado Peñas de Santa Librada, á la salida de Molina; pero los más son inservibles por las grandes cavidades ó cogueras que ofrecen de trecho en trecho. Peñones semejantes hay á ambos lados del Gallo yendo á Castilnuovo, en Sigiienza y en otros sitios, siendo fre- a A (11) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 187 cuente que el hielo cuartee en grandes trozos los que están en las alturas precipitándose estos por las laderas. El miembro superior del terreno infraliásico está constituido por calizas compactas, siliciosas, de color azulado ceniciento ó algo amarillentas, que desde lejos parecen de una blancura nívea, mate, por el gran número de líquenes de este color que las cubren, originando las llamadas peñas blancas en el país. Preséntanse en capas delgadas y con estratificación bien ma- nifiesta, de un modo análogo á como suele hacerlo la caliza del muschelkalk, á la cual se asemejan también por la manera de fragmentarse en trozos angulosos. En ocasiones se hace margosa, menos agria y toma color blanco, ofreciendo la par— ticularidad de que es muy fácilmente nitrificable, corroyén- dose rápidamente al contacto del aire, y siendo por esto mala como piedra de construcción, aunque se emplea para ello en el pais. Otras veces se vuelve obscura, merced á la materia orgánica que la penetra, lo que se revela por la fetidez que produce al golpearla 4 romperla con el martillo. En el espesor de las calizas siliciosas se hallan muchas veces capas de una toba consistente, que adquiere espesor de varios metros al SE. de Molina. Son verdaderas tobas, y asi las llaman en la localidad, comparándolas con las de origen moderno que cruza el Gallo; pero en ella saben bien distin- guir unas de otras por la mayor compacidad y dureza de las infraliásicas. Consisten en una aglomeración porosa de tubos ¿en agregados de algas calcificadas al parecer, y constituyen un excelente material para fabricar piedras de molino, de las cuales hay muchas canteras, teniendo fama las de Santiuste, cuya explotación data nada menos que del siglo x11, pues se conocen decretos de este tiempo autorizando la extracción de dicho material. La misma caliza siliciosa con aspecto completamente macizo se transforma, por efecto de la alteración superficial, en toba, es decir, que la descomposición va dejando descarnados tubos y conductos que fueron rellenos posteriormente á su incrus- tación, y hemos visto un mismo estrato de roca maciza en unos sitios, cambiarse en su prolongación horizontal en una caliza completamente tobácea. Con bastante frecuencia suelen presentarse en la base de la serie de las calizas siliciosas y pasando insensiblemente á 183 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) ellas, unos bancos de pudingas en capas delgadas. Los cantos son unas veces de caliza dolomítica, otras cuarzosos 6 mezcla de ambos, con escaso cemento calizo 6 margoso, cambiándose entonces en gonfolitas. Estos bancos son inconstantes en su espesor y distribución, pero rara vez faltan en los bordes de la meseta infraliásica del Mediodía de Molina. No conocemos todo el espesor que alcanza este miembro del terreno que nos ocupa, si bien sabemos excede seguramente de 70 m. en las mesetas representadas en los cortes figuras 1 y 3 de la lám. 1. 4. Las formaciones indicadas parecen siempre concordan— tes y por ello las consideramos como miembros de un mis- mo terreno. Preséntanse en Capas rara vez trastornadas, ni muy separadas de la horizontal, como lo indican los cortes referidos. Donde se observan muy levantadas y hasta vertica= les en pintorescas tablas alzadas, es entre Sigiienza y Baides, cerca de los túneles, en contacto con las calizas cretácicas; pero estos y otros accidentes son puramente locales y circuns- critos á las partes periféricas de las mesetas infraliásicas. Este terreno descansa sobre el triásico, al menos hasta ahora no se le ha visto en España reposar sobre otro, y casi siempre sobre el horizonte superior del mismo, por lo cual ha venido considerándose generalmente como un accidente del mismo. El corte que representa la fig. 2.* de la lám. 1 da idea de la disposición más general que ofrece el contacto de estos terrenos. Partiendo de Valsalobre atraviesa un macizo rocoso que ha puesto barrera de gran resistencia al Gallo, el cual dió allí una gran vuelta para atacar rocas mucho menos duras, las arcillas triásicas, tomando nueva dirección para dirigirse á Molina. Pero, como se ve en los otros cortes de la misma lámina, el infraliásico descansa otras veces sobre el muschelkalk, pasando en transgresión desde el keuper frente á la fábrica de la luz eléctrica, á la salida de Molina, y en Ma- zarete, donde cubren á éste las brechas antes descritas ú sobre las areniscas rojas, como lo representa la figura 3.* de la mis- ma lámina. La siguiente sección, que es una ampliación á mayor escala de una parte de dicho corte, para poder representar detalles que no caben en la escala de aquél, da idea de la disposición de las capas, tal como aparece entre la falda del cerro de la (13) Calderón.—GrEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 189 Torre / castillo de Molina y frente á la referida fábrica de luz eléctrica, á orillas del Gallo. Muestra en primer lugar la dis- cordancia entre el horizonte de las calizas siliciosas y las del muschelkalk con Chondrites y después la transgresión de las Figura ].? 1. Calizas pizarrosas del muschelkalk —2. Arcillas irisadas con yesos. 3. Carñiolas y dolomias.—4. Calizas siliciosas. primeras sobre las segundas y el keuper, cuyos lechos de arcillas Ó margas se adeleazan extraordinariamente en los sitios en que las presiones han obrado enérgicamente sobre ellas. El Sr. Calvo (1) sospechó también la discordancia del horizonte de las carniolas con el muschelkalk, pasado Molina en dirección al molino de Cancana. Por lo que se refiere á los contactos del infraliásico con el liásico, solo hemos podido verlos en nuestras excursiones cerca de Maranchón, y el Ingeniero D. Pedro Palacios nos comunica haberlos observado en la cuesta de Barahona, en la carretera de Soria á Sigiienza, y en ninguno de ambos casos se percibe discordancia entre los dos terrenos. Es natural que así sea dado el escaso trastorno que presentan, el cual se reduce á un movimiento poco importante de báscula post-jurásico y que afectó, por consiguiente, á ambas series. Sin embargo, el Sr. Castel representa en su Memoria sobre la provincia de Guadalajara (2), un corte de las inmediaciones de Pinilla en el que las calizas jurásicas (quizás del liásico medio) descansan en estratificación discordante sobre las infraliásicas, y el Sr. Calvo (1) varios semejantes en Albarracin. Ha hallado (1) Ceología de los alrededores de Albarracín. (Bol. de la Com. del Map., t. xx1, 1896.) (2) Descrip. fís., geogm., agric. y forestal de la provincia de Guadalajara. (Bol. de la Com. del Map., t. vin, 1£8!.) t 190 ANAL£S DE HISTORIA NATURAL. (14) asimismo el Sr. Mallada bajo el manchón liásico de la sierra Tivisa, en Tarragona, las calizas dolomíticas y brechas rojizas sobre el keuper con yesos, si bien no determina si de un modo concordante ó en qué relación de contacto (1). En Anquela (fig. 3.*%, lám. 1) las calizas del liásico inferior reposan sobre el keuper y sobre el muschelkalk directa- mente, como acontece también entre Royuela y Albarracín, entre Bezas y Rubiales y en otros parajes de la provincia de Teruel. Las carniolas infraliásicas de Sigúenza se ocultan bajo el cretácico de la banda que atraviesa el Henares entre Moratilla y Baides, y, á veces, como ocurre entre dicha ciudad y Mo- ratilla, falta el infraliásico, y las calizas cretácicas reposan sobre el keuper sin el intermedio de éste. 5. Ignoramos que ninguno de los geólogos que han men- cionado las formaciones que nos ocupan, haya encontrado restos fósiles en ellas. Nosotros algo hemos hallado, aunque no ejemplares bien determinables que puedan decidir de un modo terminante la verdadera edad de las capas en que ya= cen. Como indudables mencionaremos impresiones de Ceri- thium y Cypris en una caliza margosa interestratificada en las siliciosas al Mediodía de Molina, en el sitio llamado El Rin- concillo, y en estas últimas en la meseta del cerro que allí se levanta, representado en la fig. 2.* de la lám. 1, una huella de un gran Planorbis? Las tobas interestratificadas contienen otras de gastrópodos, grandes, de individuos de una misma es- pecie, pero indeterminables, y sobre todo, innumerables tubos de distintos tamaños y en variadas posiciones, en los que se reconoce la huella de tallos vegetales. La misma caliza silícea más compacta, debe, sin duda, el carácter cavernoso y como escoriáceo que presenta, según queda dicho, á impresiones orgánicas y no á desprendimientos de gases durante un período en que la roca estaba aún blanda, como alguien ha supuesto. En todo esto se revela claramente el carácter lacus— tre, 4 al menos salobre, pero continental, de las formaciones que tales vestigios orgánicos encierran. (1) Reconocimiento geograf. y geológ. de la provincia de Tarragona. (Bol. de la Com. del Map., t. XvI, pág. 75.) EE (15) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 191 6. El aspecto orográfico del terreno infraliásico, aunque muy diverso en cada una de las rocas de los dos miembros indicados, difiere en ambos notablemente del que ofrecen las triásicas. Las carñiolas, y sobre todo las brechas, constituyen peñas agrestes, resquebrajadas y en ocasiones serrijones que suelen coronar valles hondos de las arcillas keuperienses, y en ellos se precipitan en peñones que yacen dispersos de trecho en trecho por las faldas, á modo de cantos erráticos. Opera este trabajo de demolición el frío riguroso de los invier- nos en aquella región, aunque las grandes destrucciones y transportes se remontan, á nuestro juicio, a la época cuater— naria. En cambio las cimas del horizonte de las calizas siliciosas se distinguen por componer mesetas niveladas, casi siempre en las alturas, de bordes recortados y desprovistas de tierra vegetal. Estas rocas, cuando la erosión mina su soporte, se vuelcan y deslizan por las laderas en lastrones de l á 2 m. y mayores, constituyendo las llamadas peñas blancas en el pals: lastrones que luego la descomposición aérea va desmenuzando, y van á parar como piedras sueltas al fondo de los valles. Con este aspecto se presentan en la zona de Molina y en la pro— vincia de Teruel en innumerables sitios. En toda la disposición general de estas peñas y mesetas se revela claramente, como se dijo al principio, que son restos denudados profundamente de poderosas y extensas capas continuas en su origen, cuyos restos roe y transporta á las partes bajas la continua labor de los agentes geológicos ex- ternos. 7. Mención especial merecen unos manchoncillos 6 peque- ñas mesetas situados al SE. de Molina y en la cuenca del Gallo que se asientan sobre el triásico del valle, no porque constituyan miembro importante en la constitución del pais, sino por haber sido referidos al terciario castellano y figurar como de éste en el Mapa de la Comisión, cuando en realidad no son, á nuestro juicio, más que restos de la antigua meseta infraliásica cuya gran extensión antigua comprueban. De dichos manchoncillos el más próximo á Molina, en el que se alza el pueblecillo de Prados Redondos, dista de ella 12 km., y consiste en un cerro de denudación, asentado sobre el keuper y coronado por tres mesetitas calizas; otro se halla 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) cerca y al W. de Tordellego y uno y otro apenas llegan á 2 km. en su mayor longitud. Entre Piqueras y Tordesilos existe un tercer manchón mucho más extenso, que los ahora mencio- nados, el cual no tuvimos ocasión de visitar; pero por las noti- cias que adquirimos de su composición, parece no diferir de la de los anteriores. Están constituidos estos manchones por capas de tierra arci- llosa con arena, y entre ellas se interponen otros bancos de un conglomerado Cuarzoso grueso. En el de Piqueras, estos bancos, con un espesor de 70 m., se componen, según el señor Castel, de cantos calizos redondeados con un cemento arcilloso- ferruginoso. El coronamiento en todos lo forman unas capas de caliza tenaz, cavernosa, de color gris obscuro, pardo 6 rojizo, por alteración del hierro que contienen. En Prados Re- dondos, y suponemos que en los demás manchones que no hemos visitado, está plagada de cavidades, grandes, alarga- das, de paredes lisas y de contorno ondulante, con el aspecto escoriáceo descrito al tratar de la caliza siliciosa. Allí se utili- zan como un buen material de construcción, por ser suscepti bles de dar trozos del tamaño que se desee y por la compaci- dad de la piedra, sin ser muy pesada, 4 causa de sus cavida- des, las cuales facilitan que en sus superficies agarre muy bien el mortero. Semejantes formaciones han sido consideradas como mioce- nas sin otra razón que su carácter lacustre; pero notando el Sr. Castel su poca analogía con el terciario de la Alcarria, inducía que serían depósitos locales que no comunicaron con los grandes lagós del Tajo ni del Ebro, es decir, sedimentos en lagunillas, como las actuales de Gallocanta y de Taravilla. Nosotros hemos recogido las calizas siliciosas y los conglome- rados de Prados Redondos y hemos comprobado su identidad con las rocas correspondientes de la gran meseta infraliásica del S. de Molina, de las cuales son continuación hoy interrum- pida por las grandes denudaciones que esta región ha experi- mentado. Otro tanto creemos podrá decirse de los demás man- chones indicados (1). (1) La representación de los pantanos terciarios existe probablemente, á nuestro juicio, en el valle de Molina, en la gran formación de toba, la cual parece ofrecer dos miembros: uno inferior, más compacto, con Unio, al descubierto en los tobares de (17) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 198 8. Aunque varios geólogos, particularmente los que se han ocupado del NE. de la Península, no han dejado de hacer mención de las formaciones de que tratamos, la escasez de fósiles, nunca hallados por ellos, y la dificultad de reconocer su estratierafía, por aparecer las más veces en retazos denu- dados en las cumbres y reposando sobre las arcillas triásicas de estratificación confusa, han sido causa de que no se hayan estudiado suficientemente. Y por lo mismo que se conocen mal, se han emitido varias opiniones respecto á su edad, ori- gen é importancia. Vézian (1) admitió que el triásico de Cataluña se componía de cuatro pisos, de los cuales el último, el de la caliza supra triisica, según su denominación, que pasa á menudo á dolomia, descansa sobre el keuper y le compara á las calizas de Saint Cassian, en el Tirol. La opinión de Vézian ha sido seguida por Cortázar, ocupándose de las provincias de Cuenca (2) y Te-. ruel (3). De Verneuil y Collomb (4) consideran dichas forma- ciones como /acies locales del triásico, sin admitir que sean la representación de un miembro especial; manera de ver seguida por Castel describiendo la provincia de Guadalajara (5), y, en fin, Carez (6) no acepta tampoco el cuarto piso de Vézian, y considera aquellas formaciones como del liásico; idea que emitimos antes que aquel como hipotética ocupándonos de la provincia de Guadalajara (7), y que hemos rectificado. Las razones que tenemos para no participar de ninguna de la vega de la Torrecilla que atraviesa la carretera de Madrid, y otro superior, des- provisto de bivalvos, con Zimnea palustris, Bythinia y Planorbis umbilicatus. Uno y otro horizonte están separados por bincos de arcillas carbonosas, aluviones y arenas carbonosas de formación moderna, pero este segundo, cubre y no deja ver el anterior, que creemos de edad terciaria, más que en lcs bordes de la cuenca del antiguo pantano. En Albarracín el Sr. Calvo pensaba encontrar también representación del terreno terciario en unas débiles capas de calizas tobíceas, entre las cuales vió una vez can- tos rodados, en lechos paralelos y alternando con otros de arena. (1) Du terrain post -pyrenéen des environs de Barcelone 1856. (2) Descrip. fís., geol. y agrol. de la provincia de Cuenca 1875 (3) Bosquejo fís., geol. y min. de la provincia de Teruel. /Bol. de la Com. del Mapa, t. x11, 1895.) (4) Bull. Soc. géeol. de Pr.;2me sér., t x, 1833. E (5) Descrip. fís., geol., agron. y forestal de la provincia de Guadalajara. (Bol de la Com. del Mapa, t. vir, 1881.) > (6) Études des terrains crétac et tertiar. du Nora de l' Espagne. 1881. (7) CALDERÓN: Reseña geol. de la provincia de Guadalajara. 1874. ANALLUS DE HIST. NAT.— XXVII. 13 191 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) las tres opiniones ahora expuestas y para emitir la consienada en este ensayo, se desprenden claramente de lo dicho sobre la composición, fauna y estratigrafía de estas formaciones. El estudio completo del terreno en sus dos miembros, que se puede reconocer bien en la provincia de Guadalajara, es el que nos ha permitido formar respecto de él un juicio más com- pleto que el de los observadores que sólo han examinado reta- zos del miembro inferior. Así, por de pronto, hemos podido confirmar que el conjunto del terreno alcanza espesores de 200 á 250 m. en varios sitios; cifra demasiado considerable para tratarse de meros accidentes ó facies locales, y después hemos llegado á la persuasión de que no consisten en depósi- tos aislados, sino en restos denudados de capas continuas en su origen. El estudio de las relaciones del terreno de que se trata con el triásico nos ha mostrado, como queda dicho, que las car— ñiolas y brechas reposan tan pronto sobre una como sobre otra de las tres divisiones del triásico, pasando transgresiva— mente en Molina sobre todas ellas, y asimismo hemos indicado la existencia de discordancias indudables entre aquellas capas y las del muschelkalk. Cuando reposan sobre el keuper, como es lo general, la dificultad de apreciar bien la estratificación de éste que las más veces se ofrece, no permite afirmar dicha discordancia, por más que algunas veces la hayamos sospe- chado. Parece indudable que medió considerable espacio de tiempo entre la sedimentación de las capas triásicas y las infraliásicas, y que aquellas estaban ya bastante denudadas en ciertos sitios cuando las cubrieron las aguas que dejaron las segundas. A veces falta el infraliásico y las calizas liásicas reposan directamente sobre el keuper. Con respecto á que pudieran referirse tales formaciones al terreno liásico, indica bien claramente lo contrario la discor- dancia observada por Castel en Pinilla, y por Calvo en Alba- rracín, y el hecho de vérselas muy rara vez en contacto con él. Al contrario, en su distribución general se apartan mucho las formaciones infraliásicas de la del liásico de la región. Por otra parte el origen continental del infraliásico molinés contrasta con el evidentemente marino del triásico superior y del lías con quienes está en contacto. Es verdaderamente nota- (19) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 195 ble el desarrollo de esa formación de tobas de fecha tan anti- ua que se presenta al Mediodía de Molina y en otros sitios en las mesetas poco inclinadas, que fueron un tiempo el fondo de lagos 6 pantanos entre sierras paleozoicas plegadas y alzadas con anterioridad. Nos parece también asunto de reflexión el del origen de las formaciones brechosas descritas oportunamente, las cuales re- cuerdan extremadamente otros depósitos semejantes del hu- llero de la Francia central, á los que Elie de Beaumont atribuía un origen torrencial, que Grúner consideró como acumula- ciones en un lago por efecto de derrumbamientos, y Julien, en un trabajo reciente (1), cree reconocen más bien un origen glaciar. Todos los caracteres que este último geólogo consigna en apoyo de dicha explicación, tienen aplicación á las brechas de Molina: la forma angulosa de los cantos, su volumen á veces enorme, la falta de clasificación, y puede decirse que de estratificación de los mismos, y su modo de amontonarse en todos sentidos, convienen exactamente aqui; y si estas seña- les son suficientes para calificar aquellas formaciones de mo- rrenas de la época carbónica, creemos habría que reconocer en las de Molina formaciones semejantes de fecha infraliásica. Admitiendo, como parece inferirse de todas las considera- ciones que preceden, que las formaciones descritas en este capítulo representan el infraliásico 6 rético, desaparece la supuesta anomalía del triásico español, al menos el del cua- drante NE. de la Península, todo él de tipo vosguiense, y entra en el orden de lo observado en los Alpes, en Ingla- terra y en multitud de localidades francesas y alemanas, en todas las cuales entre el coronamiento del keuper y la base del sistema jurásico se encuentra una serie de estratos que no pueden referirse rigurosamente á ninguno de dichos dos sis- temas. El terreno á que corresponden (que ha recibido dife- rentes nombres) es sumamente variable en su composición, espesor y origen de unas á otras localidades: le hay en Euro- pa, tanto lacustre como marino, y dentro de cada uno de estos con tal diversidad é inconstancia de fauna, que sin salir de (1D) Sur Porigine glac. des breches des depóts huill. de la France centrale. (Compt. rend., Juillet, 1893.) 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) los Alpes, ha establecido Suess (1) una rica serie de facies á la vez litológica y paleontológica. Si algún carácter general puede asignarse á este terreno es el de parecerse por sus ma- teriales al triásico y por su fauna al jurásico, como lo ha pro- bado una vez más Pellat estudiando la región clásica en este respecto de la Borgoña (2). En España no ha sido citada la existencia del terreno infra- liásico (3); pero en Portugal, al N. del Tajo, hacia la parte superior del macizo triásico que allí se alza, las areniscas se vuelven más finas y alternan con capas de margas y calizas dolomíticas, encerrando restos orgánicos de carácter más bien liásico que triásico, como lo indicó hace años el insigne Heer, siendo por tanto dicha formación referida al infraliásico (4). Si nuestro punto de vista mereciera la consideración de los c'eólogos y se conviniera en la conveniencia de que el terreno infraliásico figurase en el futuro mapa geológico de la Penín- sula, habría que recorrer con este designio toda la vasta región triásica que parte de los Pirineos aragoneses y catalanes, des- ciende por estas provincias y varias de Castilla y alcanza la costa mediterránea. Es de esperar que esta exploración pro- porcionaría abundantes pruebas estratigráficas y paleontoló—- cicas de nuestro aserto, al mismo tiempo que contribuiría eficazmente al esclarecimiento de transcendentales cuestiones referentes á las vicisitudes orogénicas por que ha atravesado nuestro suelo; pero es empresa superior á los medios con que nosotros contamos, y nos daríamos por satisfechos con haber llamado la atención de quien los posea hacia una cuestión interesante de la geología patria. (1) Die Entstehung der Alpen, 1875. (2) Bull. Soc. géol. de Fr., 3.* série, t. 1v, pág. 140. (3) Como supuesto hipotético referimos hace años á este terreno una formación de calizas de relaciones estratigráficas dudosas que aflora en la provincia de Santander, valle de Cabezón junto á las areniscas triásicas de la cordillera del Escudo de Cabuér- niga; pero no tenía ningún valor esta conjetura referente á un pequeño afloramiento y huérfana de pruebas paleontológicas y estratigráficas. (4) CHorFAT: Coup d'eil sur les mers mésozoig. de Portugal. (Vierteljahrsch. der Naturforsch. Gesells. in Zurich, 1896.) (21) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 197 EA FISIOGRAFÍA DE LA MESETA DE MOLINA DE ARAGÓN. 1. Carácter general de los relieves molineses.—2. Horizontalidad de los terrenos se- cundarios.—3. Los dobleces y torsiones que ofrecen son superficiales.—4. La de- nudación como agente del relieve: causas que la han favorecido.—5. Persistencia del régimen lacustre en la meseta molinesa.—6. El Z/orts de la cordillera Ibérica. —7. Conclusiones. 1. El territorio llamado Sierra de Molina consiste en su mayoría en una vasta meseta jurásica de monótona composi- ción. Sólo en la parte representada en el mapa que acompa- ñamos afloran en un espacio relativamente reducido, plurali- dad de rocas de diversa edad, que sembradas de mesetas y picos y surcadas de valles y barrancos, han aparecido á obser- vadores poco versados en los procesos geológicos como testi- monios de la energía con que las fuerzas internas del globo obraron sobre esta región. Basta, sin embargo, fijarse, para reconocer en todo este relieve la acción preponderante de las aguas superficiales, en que sus llamadas cadenas de montes no son más que mesetas, las cuales enlazadas idealmente darían planicies, y en que la misma divisoria de las dos cuencas aragonesa y castellana es tan indecisa, que en muchas cañadas no es posible decidir sin atento examen á cual de las dos cuencas vierten, acumulán- dose á veces las aguas en pantanos, lo cual sucedió en mayor escala en épocas anteriores, cuando era menos hondo el cauce de las corrientes. No se escapó á la sagacidad del insigne Bowles, verdadero precursor de los modernos actualistas, la indole de este proceso, pues tratando del relieve molinés se burlaba de los que, frente á las obras de la lenta pero conti- nuada denudación, creen descubrir en seguida la intervención de agentes extraordinarios: volcanes, terremotos, derrumba- mientos, grandes retiradas del mar ú el diluvio universal. 2. Cuando en 1874 describíamos la provincia de Guadala- jara, desprovistos entonces de las grandes luces que han sumi- nistrado los orogenistas actuales, consignábamos, no sin sor— presa, el hecho de la horizontalidad que muestran los depósi- tos secundarios en esta elevada región de la Serranía, cuyas 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) mesetas aisladas constituyen las principales alturas y ponen de manifiesto el antiguo nivel del terreno. También de Ver- neuil había dado como carácter del triásico de esta parte de España su horizontalidad; circunstancia que, tratándose de formaciones que se asientan á tales alturas, puenaba con las ideas sobre los levantamientos, tal como entonces los enten— díamos. 3. No.es, sin embargo, absoluta y constante la horizontali- dad de los depósitos secundarios del partido de Molina, pues como se ve en los cortes que figuran en la lámina que acompaña a este escrito, los estratos infraliásicos y triásicos afectan buza- mientos marcados generalmente al WSW., á menudo con ondulaciones ú originando pliegues caprichosos, como acon- tece en la cañada quese ha fraguado el Gallo en la caliza del muschelkalk, más arriba de Castilnuovo. Allí hay ocasión de contemplar dobleces por extremo pintorescos por lo retorcidos y lo rápidos, algunos de los cuales han quedado aislados, cons- tituyendo sus cimas a/bardas, como dicen en la localidad, que son los crochons de los geólogos franceses, esto es, vértices de pliegues bruscamente doblados. La caliza fuertemente com- primida en estos sitios se hace pizarrosa y se cuartea en forma de rombos. En general, en los plegamientos de la región, que afectan á todas las capas secundarias, domina la dirección NW. a SE., que es la de la falla del Ebro. Las torsiones han determinado en las calizas compactas de diversas edades series de grietas, que rellenas después por secreciones de la misma roca y generalmente cristalizadas, constituyen sistemas de filoncillos en miniatura. Otras veces la misma causa ha dado lugar á especies de cavernas achata- das entre dos estratos sucesivos, de superficie alabeada, que algunos han atribuido erróneamente á la acción de despren- dimientos gaseosos. | No es raro ver todas estas capas, y señaladamente las triási- cas, bastante levantadas en algunos sitios, como sucede, entre otros, en la Riva de Saelices y Rueda, y el Sr. Castel representa en su citada Memoria un corte observado entre Sigtienza y Bujarrabal en el que aparece esta disposición muy manifiesta. Otras veces se ven alternar en reducido espacio pliegues Ú arrollamientos anchos y de mucho desarrollo con (23) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 199 otros sumamente cortos, como acontece junto á Molina á Poniente del barranco del Val, donde la compresión de la arci- lla aprisionada en los segundos entre planos calizos resisten— tes la transformó en pizarra y hasta en un verdadero jaspe. En la proximidad de las canteras de yeso es frecuente ver accidentes bruscos y repentinos, como ocurre á Poniente de Molina, donde las capas están verticales; perturbaciones cono- cidas en semejantes sitios en muchas localidades de la Penin- sula y del extranjero, y que se sabe resultan del hundimiento de las capas por faltarles el apoyo, merced á la disolución y arrastre del yeso sobre que reposaban. Todos los accidentes mencionados, incluso los plegamientos tan pintorescos de la cañada de Castilnuovo y otros semejan- tes, sólo tienen un carácter superficial; así es que las capas inás arrolladas recobran pronto la posición general del siste- ma, tendiéndose levemente para marchar, en fin, Casi hori- zontales en grandes extensiones. Comprueba también esta afirmación del origen somero de las perturbaciones de la región que examinamos, la escasez de fallas, siendo éstas asimismo meramente superficiales. La más importante que conocemos va por el pie meridional del cerro en que se asienta el castillo de Molina á la Hoz de Nuestra Señora, es decir, de NE. á SW., ocasionando el contacto anor- mal de las calizas infraliásicas con las del muschelkalk, que representa el corte de la fig. 3.*%, lám. 1; después aparecen súbitamente las brechas á la derecha de la carretera de Ma- drid, y en la prolongación son cortadas las pizarras silúricas del manchón de Corduente junto á la Hoz de Nuestra Senora, por la que penetra el Gallo, el cual ha aprovechado en ella y en su curso desde Molina, la citada falla. 4. A poco que se fije el observador desprovisto de prejui- cios en el carácter dominante en los relieves de la cordillera Ibérica y sus anejos, tiene que reconocer que lo saliente en ellos son las mesetas de diferente extensión separadas por valles, los cerros más ó menos cónicos y hoces, 6 sea cañadas por donde corren encajados rios Ú arroyos, para salir á los valles y los barrancos, ora amplios y profundos, como los que descienden en Molina de la meseta infraliásica, ora angostos y hondos, muchos de los cuales dificultan las comunicaciones, en la zona arcillosa sobre todo. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Se asocian varias causas para que la obra de la denudación alcance una importancia considerable en la región que estu- diamos. Unas son meteorológicas, dependientes de la falta de abrigo y del clima destemplado, en invierno con hielos persis- tentes, que Cuartean y hienden las rocas calizas de las alturas, y nieves y lluvias copiosas, y en verano con tronadas que pro- ducen crecidas enormes de las corrientes líquidas, aunque poco duraderas. Una segunda causa concomitante para favorecer la erosión radica en las condiciones de las rocas dominantes en la región: en las alturas, calizas que se trituran, pudingas y mantos de diluvium con cantos rodados, los cuales proporcionan los me- dios de desgaste, y en los valles, areniscas, arcillas y margas triásicas, facilmente atacables por los agentes mecánicos. De esta suerte la aspereza de las pendientes va acentuándose cada vez más, se desgastan sin tregua las laderas, y apenas llueve, bajan por los barrancos y ramblas los torrentes cargados de detritus é intensamente teñidos de rojo y gris, comunicados por el deshecho de las rocas mencionadas. La tercera circunstancia, eficacisima para dar realce al tra—- bajo erosivo en ésta y otras regiones que se hallan en su caso, depende de no haber experimentado cambio de nivel desde remotos tiempos, y en virtud de la ley de la permanencia de las líneas de desagiie, las corrientes vienen actuando sin inte- rrupción sobre los mismos sitios, y así los que eran en su ori- gen ligeros surcos se cambiaron en valles, y ensanchándose y ahondándose éstos, las porciones que las separaban fueron convertidas en cadenas y hasta en montes aislados. La erosión persistente empuja la ladera en que la pendiente es más brusca y la cuenca entera retrocede hacia el interior de la montaña. El siguiente perfil da idea de la serie continua de erosiones que el Gallo ha venido fraguando en El Rinconcillo, cerca de Molina, donde la resistencia de las rocas -infraliásicas ha per- mitido quede indeleble la huella de estos trabajos. La meseta más alta, señalada con el núm. 1, está constituida por caliza siliciosa infraliásica, que alcanza allí á 1.070 m., viene des- pués una segunda meseta, 2, cubierta de diluvium cuarcitoso, debido á la descomposición ¿n situ de las capas núm. 3, de las que proceden los mantos diluviales que coronan extensas superficies elevadas en el partido de Molina. Las carniolas, (25) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 201 núm. 4, con enorme desarrollo, sirven de asiento á otra serie de mesetas, y por último, en el cauce actual del río se ve la formación moderna, núm. 5, de turbas, arenas y tobas, denu- dada también por el mismo, á 920 m. Figura 2.2 4 - AA AS EA ERAN Rio Calla Gt —) % A TS SAEZ LE AAA AE === A > = == ===> ===> === == 0 - === E, === En este, como en todos los demás accidentes que presenta el curso de los ríos y arroyos y aun las cañadas habitualmente secas, se reconoce el concurso de los dos factores menciona- dos: la distinta estructura y resistencia de las rocas á la erosión y la permanencia de las líneas de desagiie. Así se ve a las corrientes precipitarse unas veces por cañadas que atraviesan los montes, constituyendo las hoces, y otras marchar lenta y perezosamente por terreno nivelado por las mismas. El fra- guado de las hoces es un fenómeno complejo, en cuyo estudio conviene no olvidar que corresponden á puntos singulares, donde se ha acumulado y aún sigue acumulándose, durante las crecidas, una gran suma de energía. Las cuencas cerradas en otro tiempo y que en comunicación hoy forman la del Gallo, deberían precipitar torrentes impetuosos en lo que es Hoz de Nuestra Señora, sobre todo, si como nosotros creemos, toda esta parte del país estuvo cubierta en la época cuaterna- ria por espeso manto de hielo, como nos proponemos demos- trar en un ligero trabajo que aparecerá en breve. Las aparentes anomalías que con tanta frecuencia presen— tan en su distribución los barrancos transversales, depen- den asimismo casi siempre de la distinta resistencia á la acción erosiva de los macizos de rocas que están en contacto, sobre todo cuando el índice de la denudabilidad es tan diverso como en las arcillas y las pizarras 6 las calizas compactas. La gran vuelta que da el Gallo entre Castilnuovo y Cañizares 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (25) pasando por Molina, para salvar el macizo infraliásico repre- sentado en el corte precedente y seguir las arcillas irisadas, es un buen ejemplo de esta circunstancia. Antes y después del macizo el río corre lenta y perezosamente en terreno nivelado por él mismo, que se transformó en pantanos dilatados cubier- tos de vegetación, los cuales dejaron vastos depósitos de tobas de los más curiosos que tenemos en la Península por su exten- sión y rica fauna, alternando con capas de turba. La magnitud de los trabajos de erosión puede aparecer mu- cho más ostensible en unas regiones que en otras, según que existan 6 no testimonios visibles de ellos, como sucede en la que es objeto de las presentes consideraciones, en la cual las cimas que guardan el antiguo nivel del terreno, los cerros y torreones aislados, como los célebres Huso y La Rueca (mejor La Tinaja), en la Hoz de Nuestra Señora, Los Milagros, entre La Riva de Saelices y La Rata y algunos otros mojones colosa- les de arenisca triásica, ponen á la vista la vasta eliminación de masa rocosa que las aguas han operado. Considerada en conjunto la obra de denudación que estamos examinando, se advierte que responde á la disposición que afectan las capas de los terrenos dominantes; así es que los valles principales de la meseta corresponden á las mayores ondulaciones que ofrecen los estratos. De esta relación entre el relieve externo y la tectónica, resulta que los valles princi- pales son amplios y se hallan limitados por capas sinclinales, al paso que las comunicaciones transversales de unos con otros son gargantas estrechas y profundas, donde se presentan las anomalías antes dichas. El trayecto del Gallo ofrece buen ejemplo de la disposición general que indicamos. 5. Hemos dicho en el primer capítulo de este ensayo, que la abundante recogida de aguas en la meseta molinesa es causa de una particularidad que transciende á la fisonomía de la cuenca entera del Tajo; la de que su río principal toma nacimiento muy cerca de la cresta divisoria, viniendo cauda- loso y animado de mucha velocidad desde su origen mismo, por lo cual se encajona profundamente en una buena parte de su trayecto. Semejante disposición es muy antigua, revelándose la persis- tencia del régimen pantanoso de dicha meseta á través de los tiempos en la naturaleza lacustre y continental de muchos de (27) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 203 sus depósitos de diferente edad, á que hicimos alusión en el segundo capítulo. En efecto, es testimonio de ello durante la época carbónica la cuenca diminuta que se asienta entre Rillo y Pardos, al NW. de Molina, probablemente muy denudada; después las formaciones del bunter nos han proporcionado restos animales (1) y vegetales (2) de vida aérea; las grandes formaciones infraliásicas están constituidas, como hemos dicho, por calizas lacustres, tobas y brechas, quizás acumula- das estas últimas por los hielos; las capitas de lignito cretácico de Taravilla y cauce del Uceseca hállanse formadas por leños de plantas dicotiledóneas, según el Sr. Castel (3); en fin, en las épocas terciaria, cuaternaria y moderna, las aguas origi- nan en los mismos sitios 4 en su proximidad, grandes panta- nos, tanto permanentes como transitorios durante la estación lluviosa. Es verdaderamente sorprendente ver al lado de la formación carbónica citada un depósito moderno de turbas y capas de arena y gravas bajo el cerro en que se asienta la casa de la mina allí establecida, así como en el valle de Castilnuovo el contacto de las tobas modernas del Gallo con las infraliási- cas, aunque discordantes. 6. El prejuicio que más ha retrasado, á nuestro entender, el verdadero concepto de la estructura estratigráfica y de la orogenia del centro de la Península, la sido el de que éste había experimentado un movimiento de entumescencia en época moderna, geológicamente hablando. Bajo esta idea se tenía por hecho extraordinario y excepcional la existencia de mesetas secundarias en la región niveladas ó casi horizonta- les alzadas en tal posición, y los pliegues superficiales que ofrecen en sus bordes se reputaban como las manifestaciones normales del quebrantamiento en que todo el país debió que- dar después del supuesto trabajo de elevación. Nosotros ima- vinamos, bajo la misma sugestión, que la región de Molina, continuada en la provincia de Teruel, representaba una bóve- (1) CALDERÓN: Una huella de «"hirotherium». (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIS. NAT., tomo xxvV1, Actas, pág. 27.) (2) CasTEL: Una conifera del trías. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., tomo VII? pás. 277). Nosotros hemos hallado otros muchos restos vegetales en las areniscas rojas del bunter dejunto á Molina, en el sitio llamado Los Barrancos. (3) Descrip. fís., geogh: y agrol. de la provincia de Guadalajara, pág. 126. 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (23) da rota por la parte superior, á lo cual nos inducía la repeti- ción á ambos lados de aquella ciudad de las mismas forma- ciones y el notar que los niveles de los contactos no se corres— ponden siempre exactamente en los lados opuestos, como si dicha bóveda estuviera caída del lado meridional. La meseta molinesa nos parecía realizar la estructura que los geólogos americanos llaman un p/ieyue uinta, esto es, un doblez verti- cal aplanado por arriba, desde cuya cima descienden los estra- tos en declive ó verticalmente á las partes bajas, recobrando en ellas su horizontalidad. Hoy, después de haber examinado más intimamente la estructura de la región y considerando con más generalidad que antes el fenómeno de que ésta es un mero detalle, creemos que el macizo molinés y la cordillera Ibérica en conjuntd, son simplemente el /orfs que quedó en alto con sus capas próxi- mamente horizontales después del gran descenso postmioceno. Las diferencias que ofrecen las alturas en los sitios de contacto del jurásico é infraliásico con el triásico, dependen de que este último estaba ya en muchas partes denudado desigual- mente antes de que penetraran sobre él los mares que dejaron los sedimentos referidos, y lo prueban bien las transgresiones del infraliásico de que hicimos oportuno mérito. En cuanto a que las capas más antiguas de la región apa- rezcan en la veguada del Gallo y que vengan simétricamente á uno y otro lado de ella las demás en orden de antigúedad, es un puro efecto de la regularidad con que éstas se extienden y de haber sido puestas á descubierto por poderosa denuda- ción fluviátil en el espesor comprendido allí entre los 1.048 m. a que el río corre por Molina, hasta los 2.300 que alcanza en la,meseta jurásica más próxima. Los pliegues que hemos dicho presentan en muchos sitios las capas secundarias, son superficiales únicamente, hijos de presiones locales, los cuales nada tienen que ver con la histo ria general del macizo; consisten simplemente en estrujamien- tos de los bordes de las mesetas por el descenso de otras par—- tes adyacentes que los comprimieron en su caída, siendo los agentes de empujes laterales más 6 menos considerables. El profesor Suess ha citado numerosos ejemplos análogos y expli- cado tan satisfactoriamente su mecanismo, que bastará decir que la meseta molinesa no es sino una región más que añadir Anal.de la Soc. Españ. de Hist. Nal Tomo XXVI LamI. MAPA Y CORTES DEL TERRENO INFRÁLIASICO DE MOLINA DE ARAGÓN. corduente terro de las Veserias vastillo de Molina (380) Vatsalobre . Rio Sallo Puente Morisca Lib: Palacios Arenal 27 Madrid. Escala Z 400,000 1380 aria] Siluurico aa Infraliasico 1035 ' y Castillo de Molina Castilnuoco Prados redondos cirbomufero superior EE —_ Galizas dolomilicas y brechas : : ) Triasico Ez — valeza sliciósa — dremiscas rejas Exa] Liasico — MWMuscdrelkalk — Calezas tel las medio — Kuper Ez irelacico infórtor (2)) Calderón.—GEOLOGÍA DE MOLINA DE ARAGÓN. 205 á las dadas á conocer en dicho respecto por tan preclaro sabio. 7. Lasprincipales conclusiones que creemos pueden sacarse del estudio que hemos realizado en el macizo molinés, son las siguientes: Los plegamientos que esbozan el relieve primordial, prece- dieron sin duda al depósito de la formación hullera; pero los empujes hercinianos trastornaron nuevamente las capas pa- leozoicas haciendo entonces bascular también las de dicha formación. El macizo permaneció largo tiempo emergido y sólo se hundió levemente bajo el mar, en parte, durante la época triásica, alternando durante mucho tiempo formaciones costeras 4 de mar somero con otras sub-aéreas, hasta que en la época liásica se sumerge bajo un mar profundo con excepción de ciertas partes eminentes del centro. Tras este hundimiento viene una elevación definitiva de toda la zona liásica y jurá- sica que ciñe á dicha parte central, donde no llega siquiera el mar cretácico en la época de sus grandes transgresiones. Hacia el final del terciario queda en alto el Z/orst de la cor- dillera Ibérica con sus capas secundarias casi horizontales, actual resto y representación en la Península de la cordillera Herciniana. Entonces alcanzan todo su relieve las dos caídas atlántica y mediterránea, esta segunda descendiendo en esca- lones casi horizontales hasta el mar, desde lo alto de la cordi- llera Tbérica. Ninguna señal hay de que el replegamiento alpi- no influyera en ella, sino, al contrario, todo indica que tenía la misma disposición que en la actualidad, aparte de que el mar terciario no penetró nunca en el interior de la Península. Los trabajos de denudación se sucedieron en todas las épo- cas, aunque en grados de intensidad diversos: así las arenis cas y conglomerados triásicos son la obra de acumulación de grandes acarreos de materiales silúricos en el centro de la cuenca; las formaciones infraliásicas reposan sobre las triási- cas con frecuencia bastante denudadas y con posterioridad se fraguan los valles que surcan éstas y las demás extensiones de terrenos secundarios. De esta continuada serie de erosiones resultó de una parte el acarreo al mar de una porción considerable de rocas, de cuya eliminación son testimonio los valles anchos, prolonga- dos y profundos que surcan el macizo, y de otra la sucesiva formación en las depresiones del mismo de depósitos sub- 206 ANALES DE HISTORIA NATURLZL. (30) aéreos ú continentales, hulleros, bunterienses, infraliásicos, terciarios y post-terciarios. Sólo añadiremos para terminar que, aunque por la escasez de nuestros medios y la falta de tiempo, este ligero estudio se ha concretado al macizo molinés, las conclusiones en él apun- tadas son en un todo aplicables á una parte considerable del partido de Sigtienza y aun de otros sitios de la Serranía de Guadalajara y de la cordillera Ibérica en general, en todos los cuales continúa igual relieve y estructura. Creeríamos haber cumplido nuestro propósito si las conside- raciones apuntadas sirvieran de motivo de reflexión, y más si sugirieran ulteriores reconocimientos en la zona interesante del partido de Molina y los á él cercanos, los cuales, no obs- tante haber sido asunto de estudio desde hace tiempo por parte de varios y eminentes geólogos, aún reservan mucho contingente para las investigaciones del porvenir, sobre todo desde los luminosos puntos de vista de la orogenia moderna. NOTA BIOGRÁFICA DE D. MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA, POR D. FRANCISCO DE PAULA MARTÍNEZ Y SÁEZ. (Sesión del 6 de Diciembre de 1898.) En 3 de Octubre del presente año murió en esta capital el Catedrático de Anatomía comparada de la Facultad de Cien- cias, D. Marcos Jiménez de la Espada, que nació en 5 de Marzo de 1831, en Cartagena. Aunque lo veíamos hace tiempo muy quebrantado en su salud, como sucede con frecuencia cuando se trata de personas generalmente apreciadas y que reúnen las cualidades científicas y personales del finado, se recibió por todos la noticia con sorpresa, cual si no quisiéramos con— formarnos con tan sensible pérdida, que alcanza, no sólo á la cultura patria, sino á sus amigos y compañeros de esta Socie- dad, de la cual era socio fundador; y bien puede decirse que. entre otras causas, por no haber entonces publicación española periódica en que dar á conocer:sus observaciones como natu- ralista en América, nació la idea de la constitución de esta Corporación y de sus ANALES. Después de hacer sus estudios elementales en Barcelona, Valladolid, Sevilla y en esta capital, cursó también en ella las asignaturas de la Facultad de Ciencias en la sección de Físicas y Naturales. Por oposición y propuesto en primer lugar, fué nombrado Ayudante de Historia Natural de la Universidad Central en 11 de Agosto de 1853, y por trámites reglamentarios de la Cátedra de Mineralogía y Geología del Museo de Ciencias Naturales en 8 de Abril de 1857, y en 18 de Noviembre del mismo año Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias.: Con arreglo 203 ANALES DE HiSTORIA NATURAL. Q) á Reglamento ascendió á Ayudante primero del citado Museo en 10 de Agosto de 1859, y por exceso de trabajo en este cargo y en el Jardín Botánico, se le concedió en 24 de Noviembre la gratificación anual de 500 pesetas. Sería prolijo enumerar los muchos y variados servicios que prestó como Ayudante, pero debe consignarse que explicó cur- sos completos de Mineralogía, Anatomía comparada y Zoología general, ya por sustituir á los Catedráticos numerarios, ya por efecto de división de las Cátedras, en razón de asistir á ellas un número crecido de alumnos, sin que por estos servicios ni los extraordinarios á su cargo haya recibido generalmente recom- pensa, ni le fueran de valor para ascender en la carrera; y sólo conociendo su modestia y la rarísima cualidad de desear y anteponer á los suyos propios los derechos y los medros de los demás, de lo que nos ha dado gallarda muestra hasta en los últimos meses de su vida, es como se comprende que no haya alcanzado antes el puesto en la enseñanza que obtuvo poco antes de su muerte. Ejemplo bien digno de imitarse y hace- mos presente á los jóvenes en esta época en que todo parece que llega tarde por pronto que se conquiste más que se me- rezca. Cuando como verdadero estadista el Excmo. Sr. Marqués de la Vega de Armijo, siendo Ministro de Fomento, pensó en la conveniencia de mandar una numerosa Comisión científica en la expedición marítima al Pacífico, que por falta de: espacio disponible en las dos fragatas que la constituyeron y escasez de recursos, hubo de limitarse á una de naturalistas, el señor Espada se apresuró á pedir puesto en ella, que por cierto no era muy solicitado, y le fué concedido en 11 de Junio de 1862, En 11 de Agosto partió para América en la fragata de guerra Triunfo, y hasta Diciembre de 1865 verificó cuantas expedi- ciones fué posible por Tenerife, el Brasil, Uruguay, La Plata, Patagonia, Estrecho de Magallanes, que pasó en la goleta Co- vadonga, de estación entonces en el Pacífico, Chile, Perú, Nueva Granada, Ecuador, Centro América, etc., etc. En estas excur- siones, sin dejar de estudiar y recoger cuantas producciones se le presentaban á su entusiasta consideración, hizo á grandes alturas ascensiones peligrosas como las del Chimborazo (15.800 pies) 6 activos volcanes como el Izalco y Cotopaxi (19.500 pies) 4 descendió á otros, aún no extinguidos, como el Pichincha (8) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 209 (15.500 pies), y en su inmenso cráter el deseo de investigar le puso en peligro de perder la vida, porque al extraviarse en aquellos lugares, nada menos que tres días se tardó en encon- trarle, lo cual consiguió un indio, algo conocedor de tales pre- cipicios, que pudo calcular la dirección que tomara en ellos y en sus nieves, resquebrajaduras y azufrosas humaredas, sién- dole necesario para reponerse del quebranto el descansar en Quito, capital tan admirable por su suave temperatura, en ra- zón de estar á 9.350 pies de altura, cerca de la línea ecuatorial, como por ser el centro de admirables expediciones que pueden hacerse á nevados de primer orden que están más ó menos lejos de su llanura. Tales son las del Huahua Pichincha (15.600 pies), Cayambe (15.000), llinisa (14.000), Cotocachi (13.500), Chuqui- poquio (13.300), Altar (12.500), Antisanilla (11.000), Machachi (10.000), Guachala (9.217), etc., etc. Recorrió regiones tan extensas del modo posible con arreglo a las circunstancias, que nunca fueron buenas y siempre sin medios suficientes, y, sin embargo, cuanto se ofrecía á su con sideración era estudiado con esmero, utilizando no sólo sus raras cualidades para estas exploraciones, sino otras de cultura y trato, que le ganaron amistades de las personas aficionadas al estudio de la naturaleza, y que fueron tan numerosas que es muy difícil enumerarlas, pero al menos se debe decir que trató á Lacerda y Wucherer, en Bahía de los Santos; Nadeaus, Martín, Kreisler, en Río Janeiro; Monteiro, Fritz Miller, en Destierro; Alves dos Santos, en Río Grande; Gibert, Panizzi, Giralt, Besnes, en Montevideo; Philippi, Domeyko, Paulsen, Leybold, de Santiago de Chile; Raimondi, de Lima; Villavi- cencio, García Moreno, en Quito, etc., etc. Pero de todas las expediciones la más interesante es la que se hizo en Diciembre de 1864 desde Quito por Pintac, Piñantu- ra, hacienda del Lisco (13.300 pies), Tambo de Antisana (14.000 pies), Tumbaco, Guamani, Cuznitambo (humotambo), Papa- llacta, Huila, Quixospunta, Curcupata, Sandiapamba, Pachac- mama, Calluajayacu Churuurcu, Chontacruz, Guerajaurcu, Rosariourcu hasta subir á Baeza, cuyo trayecto en su mayor parte hay que recorrer á pie descalzo y casi desnudos por la fatiga de andar en bosques espesos, casi inundados, con ciéna- gas, vadeando ríos caudalosos Ó pasáandolos por puentes de troncos de árboles recién cortados y por pendientes muy gran- ANALES DZ HIST. NAT.— XXVII. 14 A 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) des, recreado ciertamente el ánimo con las bellezas de la vegre— tación, pero sin otros alimentos que los que pueden llevar á costillas los indios, pues es raro encontrar plantaciones 6 huertas (chacras) de maíz, habas, judías y plátanos, y haciendo descansos en chozas ú tambos improvisados con ramas y hojas de árboles. De modo análogo se salió de Baeza, pasando por Chiniyacu, cordillera de Guacamayos, Urcusiqui, Hacapa, Ni- nacaspi, Pangayacu, Tornayacu llegando 4 Archidona. En este punto hay más recursos; iglesia, gobernador (apu) y caci- ques (curacas), no faltando gallinas, plátanos, yucas y chichas o bebidas fermentadas de malz, yuca y palmera-chonta. Sus habitantes indios tienen por traje un calzón corto (valón) y un ponchito (cusma). Siguiendo el viaje se pasa por los zamays 6 descansos de Ayasanana, Rumisamana, Lagartoyacu, Pindo- yacu, Pugroyacu, Yaguatisyacu, y en los ríos que se atraviesan navegan las canoas hechas de un tronco excavado, dirigidas porindios desnudos, provistos de remos cortos y largos palos de los cuales usan según sea mucha 6 poca el agua de los ríos, y en ella remontáandolos, y entre otros el Tena, se llega al pueblo de su nombre. En estos pueblos (llactas) abundan las bellezas de la flora y fauna y los grandiosos accidentes, revueltas y ca- taratas de los ríos, pero faltan tanto los recursos y alimentos, que cuando el apu, cuyo gobierno es ambulante, pasa de un punto á otro, avisa porun indio-correo (simi) para que le traigan los indios lo que sea dable, y éstos en cuanto sale del pueblo el cura d el gobernador abandonan todo y se marchan con su familia á sus tambos. Llegados al Napo, que era punto de des- tierro por entonces, sorprende el majestuoso río de este nom- bre, y en sus orillas suelen estar los indios pintados de negro, lo cual hacen con el jugo de un fruto (huito) y hacen rayas, como los de otras partes, en su rostro, después de lavarse, con pintura roja (de achiote). Hay huertas en que algunos blancos cultivan la caña de azúcar, el arroz y la vainilla, más aprecia- da que la de macitos que dan los indios, abierta previamente y secada al humo. Estos blancos tienen mal aspecto por pade-= cer mucho de calenturas 0 frios, comunes también entre los indios. Allí las crecidas de los ríos son grandes y rápidas y se espera ocasión favorable para salvar los peligrosos pasos de Cotos, Serafines, etc., y llegar á la boca del Misagualli, que con otros ríos que vienen á él aumentan bastante el caudal del po (5) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 211 Napo. Sus islas, revueltas y torrentes mezclados de terrenos, piedras y bosques, que al derrumbarse por las crecidas produ- cen erandes ruidos, dan á los indios muchos trabajos para des- lizar las canoas ú librarlas de que zozobren con riesgo de las personas y cosas que van en ellas. El pueblo de Aguano tiene enfrente la desembocadura del Arajuno y desde sus tambos, en toda su hermosura sorprenden las masas de esa vegetación tan espesa de las tierras calientes, como allí se dice. Era preciso ya navegar en balsas y esperar la construcción de ellas en Santa Rosa, y se empleó el tiempo en hacer excur- siones, subiendo por el río Sumino y explorando las cercanías de Guacamayos. Por fin, llegados á la desembocadura del Suno (Sunopunge'o), estaban allí ya preparadas dis balsas, cuatro canoas grandes y tres chicas. Las bálsas están formadas de ocho ó diez troncos del palo de balsa, unidos por bejucos, que tienen encima cañas bravas formando pisos de alguna eleva- ción para impedir el acceso del agua á los objetos y personas. Constrúyese encima un tambo de proporcionadas dimensiones, y sobre él hay un techo de hojas de palma que no deja pasar las aguas de las lluvias, 6 más bien generalmente grandes aguaceros. Así se partió de San Antonio de la Coca, dirigiendo las balsas los indios, que las dejaban descender siguiendo la corriente ó bogando para separarlas de los peligros de tropezar con árboles caídos ú fijos en el fondo del río, ó estrellarse en las islas ú orillas, y por la noche las amarran á árboles con cables. Arribando á Tibino, ascendióse en canoa el Aguarico y pudieron hacer grandes cazas los indios con dardos envene- nados con ticunas, preparándose las pieles casi siempre en las balsas por temor á las extraordinarias crecidas. Por Tarapoto, desembocadura del Curaray, y Mazán, se vino á Destacamento ó confluencia del Napo con el Marañón, siguiendo á Tabatinga, desde donde los indios regresaron y á cuyo punto llegan va- pores desde Manaos; y allí más que en otras partes hay mos- quitos, calor sofocante y lluvias abundantes. Los vapores pa- san á San Pablo de Omaguas, Teffé y Manaos, situado en la ori- lla del río Negro y capital de la provincia de Amazonas, donde llaman al río Solimán. Con escalas que hacen los vapores para tomar leña en Serpa, Villabella, Obidos, Santarem, se llega al Gran-Pará. Además de las privaciones de que da idea el precedente y 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6, brevisimo relato de una de las expediciones y de la falta de recursos, que llegó en ocasiones hasta la pobreza, pudo el se- nor Jiménez de la Espada traer 88 especies y 249 ejemplares de mamiferos; 1.117 y 3.478 de aves; 249 huevos de 84 especies de éstas; 150 especies y 687 ejemplares de reptiles, 49 huevos de 12 especies de éstos, y 786 ejemplares de 139 especies de anfibios; pero también hizo investigaciones geológicas en los volcanes americanos, cuyas erupciones son tan interesantes, como lo demostró publicando las reflexiones que le ocurrieron al visitar los restos eruptivos que se encuentran en la falda del nevado de Antisana, llamados Yana-volcán, Volcán de la Hacienda y Volcán de Ansango, y también no despreció nunca el estudio y recolección de objetos zoológicos de otras seccio- nes de que no estaba encargado, y menos el de los etnográfi- cos y el trato de los indios americanos, así como de sus hábi- tos; y es posible que esto fuera el origen de haber llegado des- pués á ser, si no el primero, ciertamente uno de los más repu- tados americanistas de los presentes tiempos. Bien demuestran esto las obras que sobre las antiguallas americanas publicó, y aún más las consultas que sobre puntos controvertibles en estas disquisiciones le dirigieron los sabios tanto del Nuevo como del Antiguo Mundo. Viene á mi memo- ria una prueba de que aún en los últimos días de su vida se ocupaba de estos estudios, porque haciéndome una visita en el pasado verano en El Escorial, la cual en él supuso un terri- ble esfuerzo, me llevó entregas del Boletín de la Sociedad para el conocimiento de la Geografía, de Berlín, á fin de que se las tradujera. Así lo hice, teniendo el gusto de ver que en el exa- men de unos vasos peruanos de tierra cocida que representan indios con mutilaciones en la boca, nariz ó piernas, en los cuales unos sabios vieron figuras de delincuentes castigados, otros mendigos y algunos leprosos, nuestro amigo, con datos y reflexiones atinadas, convenció á todos de que aquellos alfa- reros, con la fidelidad y el gusto que siempre en sus obras se muestran, modelaron indios deformados por los efectos de una enfermedad (uta) que se desarrolla en ciertas regiones calien- tes y húmedas de América. | Además de las dificultades siempre inherentes á la recolec- ción, preparación y conservación de los restos de los animales, hay en las tierras calientes la imposibilidad de sustraerlos á (7) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 213 los terribles efectos de un aire húmedo y templado que con rapidez los destruye, y son muy perniciosas para ellos las in- vasiones de las hormigas de todos tamaños que penetran en las cajas en que principalmente se guardan las pieles, que por otra parte han de estar expuestas largo tiempo al aire libre, pues si no, dificilmente se secarían. Es común el oir en aque- llos sitios que cuando las hormigas invaden en legiones nu- merosas un tambo ú choza, hay que abandonarla. Los terri- bles destrozos de los ratones y de las ratas no son sólo de te- mer en las costas, sino en el interior y hasta en los sitios ele— vados, porque además de las especies importadas que viven en el litoral, las hay propias de éste y otras exclusivas de las variadas regiones y de los climas diferentes de tan vasto con- tinente. De suerte que no hay más remedio que suponer que para haber llegado el Sr. Espada á reunir en ésta los objetos que forman las colecciones indicadas, ha debido recoger mu- chísimo mayor número de ellos, contando los irremediable- mente perdidos. Por otra parte, sólo un disecador, y no muy activo y poco hábil, fué asienado á la Comisión de naturalistas del Pacífico, y se quedó en Chile para regresar después á España, y si bien es cierto que en Santiago, por los conocimientos del Sr. Phi- lippi y la protección del Gobierno, había en el Museo de aque- lla capital elementos qué pudo aprovechar el finado, faltaban a la Comisión entonces, como siempre, abundantes recursos para comprar colecciones 6 tener á su servicio preparadores, pues sólo había uno en aquel establecimiento que enseñó a desollar los animales á dos mozos, los únicos que 4 sueldo acompañaron en sus viajes á los comisionados, hasta que lle- gearon al Pará, desde cuyo punto, como se había convenido, hubo que pagarles el regreso á su tierra. Véase, por consiguiente, si no hay gran mérito en haber traido las colecciones que en ésta fueron expuestas y después estudiadas por el Sr. Espada; lo cual no es frecuente, pues generalmente los colectores y viajeros no son hombres de ciencia. No se escapó á su claro entendimiento que, si bien todos los grupos de animales son interesantes y el estudio de algunos lo puede ser grandemente para resolver problemas de mucha transcendencia en anatomía, embriología, fisiología, etc., etc., 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8 en conjunto, los que más interesan al zoólogo, y sobre todo á la generalidad de las personas, en razón de servir a las necesi- dades de su vida, corresponden á los vertebrados. Tampoco es dudoso que entre éstos, los más complicados y dignos de estu- dio son los mamíferos, y á quién no llaman su atención los cuadrumanos 6 monos, por la semejanza, siquiera sea en Ca- ricatura Ú grotesca, que tienen con el hombre; y es lo más curioso que los que le son más parecidos por sus órganos, lo son menos que otros más inferiores en su aspecto, y sobre todo en el carácter, en términos, y es común á todos ellos, que así como el hombre con la edad aumenta en moderación de sus actos, los monos, como casi todos los animales, no son suscep- tibles de educación sino en su edad temprana, y es común en- contrar repugnancia en verse parecidos á los monos grandes y viejos, de horrible rostro, que ya demuestran preparados lo que serán vivos é irritados, cuando con sus ojos abiertos, su crin en erección, rechinando sus dientes y rugiendo, se arro— jan con furor contra los que tienen delante, de lo cual es ejem- plo acabado el gorila, según Du Chaillu, indomable por com- pleto. Según E. L. Trouessart (Catalog us Mammalium tam viven- tium quam fossilium, Berolini, 1897), existen conocidas 255 especies, distribuidas en 37 géneros, pertenecientes 16 de las primeras á los Simidos, 4 fósiles; 137 á los Cercopitécidos, 15 fósiles; 74 á los Cébidos, 5 fósiles, y 28 á los Hapalidos. Las ocho primeras especies en los símidos son de gran talla; pero no así las ocho del género Zylobates, Úlig., pero la tienen casi siempre mayor, así como los cercopitécidos, que los cébi- dos, y son menores los hapálidos. Aun temiendo abusar de vuestra paciencia, no resisto al de- seo de dar breve noticia de las más notables especies que exis- ten en la colección formada principalmente por nuestro con— socio. Alouata Lacép. seniculus L.—Coto, guariba.—Rio Napo, Alto Amazonas. ursina Humb. et Bompl1.—Provincia de Bahía (Brasil). Alteles E. Geoffr. variegatus Wagner.—Chuva, coaita.—Peruaté en el Alto Amazonas. (9) Martínez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 215 marginatus E. Geoftr.—Chuva.— Tarapoto en el río Napo. Lagothrizx Y. Geoftr. infumatus Spix.—Araguato (por los indios záparos y de- más habitantes). —Coca en el río Napo. lagotricha Humb.—Yurac-araguato.—Río Napo. Cebus Erxleb. Azare Rengger.—Macaco.—Pernambuco. Pithecia E. Geoftr. monachus Humb.—Parahuaco.—PDestacamento en el río Napo. Brachyurus Spix. rubicundus Is. Geoffr. et Dev.—Acari, vacari, acari ver- melho, macaco inglés. — Alto Amazonas, San Paulo (Brasil). Callithrix E. Geoftr. cuprea Spix.—Tzocallo.—Río Napo. Chrysothriz Kaup. sciurea L.—Barizo en el Río Napo, frailecillo en el Perú, boca preta y macaco de cheio en el Brasil, sai-miri en lengua tupy. Nyctipithecus Spix. trivirgatus Humb.—Tuta-kcusillo en lengua quichua.— Río Napo. Midas E. Geoftr. edipus L.—Chichico.—Río Napo. lagonotus Jiménez de la Espada.—Alto Amazonas. Graellsi Jiménez de la Espada.—Alto Amazonas. Aun hoy sólo se conocen trece especies en el subgénero Mi- das, p. d., y ya en 1870 describió el Sr. Espada las dos bonitas especies últimamente designadas. Tienen los monos americanos un aspecto que, siempre sim- pático y nunca repugnante, como es tan frecuente en los del mundo oriental, se presta mucho al estudio, porque están como repartidos en ellos diferentes caracteres. Tímidos, pero sensi- bles al buen trato, son los cotos, y eso que su cabeza pirami- dal y barba abundante los da extraño aspecto, y más cuando en las selvas producen aullidos de tono desagradable y alto, cual si estuvieran roncos. De mirada suave, pero que aparece extraña por ser also saliente su hocico, y por el raro arreglo 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) y color de los pelos de la cabeza, se hacen por fin muy simpá- ticos los coaitas 6 chuvas. Aunque de mejor forma de cabeza y de más vientre cuando viejos, y tanto que los llaman barri- eudos, resultan como tristes y pesados los araguatos. En las 19 especies del género Cebus 6 machines se conserva la cabeza re- dondeada, cara proporcionada, y una agilidad y astucia que los hace los tiranos en las jaulas; pues siendo los de los tres géneros que antes de ellos lle nombrado mucho más grandes y robustos, suelen quedarse sin comer al repartir á todos el alimento, y no están quietos nunca, ni toman afición á sus dueños. El arreglo del pelo de la frente y de la barba dan como aspecto de viejos á los parahuacos, y suelen estar tranquilos, sin tratar de hacer daño, y sobre todo los acaris tienen aún más extraño aspecto, que justifica el parecido con los ingleses, que no se ha escapado á la sagacidad de los indios. Sólo vién- dolo puede uno formarse idea de la extremosa agilidad de los barizos, que están siempre buscando y cazando insectos, y es muy gracioso el ver cómo manejan para esto sus cabecitas y manitas. Duermen por el día los tutakcusillos, pero son muy activos durante la noche en los tambos de los indios, que los llaman en su lengua monos de ella y los prefieren á otros para conservarlos en domesticidad. Pequeñitos, y aun mínimos, son los titis 4 chichicos, tan dominados siempre de la ira y el es- panto, que les hace huir hasta de las personas que los cuidan 0 proporcionan alimentos. Cuando, al cazarlos con dardos untados de ticunas, se ven privados prontamente de movimientos, antes de quedar sin vida, es penoso mirar cómo los monos americanos manifiestan sus sufrimientos. Por ser de climas calientes y húmedos, en Europa no pode- mos admirar en domesticidad á los monos americanos, y sola- mente los machines, Cebus) son los que más resisten á la muer- te en los paises templados; pero cuán interesante no sería el estudiar sus curiosas costumbres en establecimientos de acli- matación, pues en éstos pudieran estar vivos y es bien dife- rente verlos disecados en colecciones ú pintados en libros. Uno de los propósitos de nuestro consocio era escribir sobre la fisonomía de los monos, y es lástima que su muerte nos haya privado de admirar sobre este punto sus pensamientos, escritos en estilo correcto; y en este último concepto, ya veis (11) Martínez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 217 la diferencia que hay al presente entre los pocos que hablan bien y los muchos que nos expresamos mal, lo cual hace pen- sar si estaremos ya próximos al fin del camino de perder tam- bién el castellano, gracias á la frivola lectura de folletos, folle- tines y periódicos, que hoy tanto priva desgraciadamente. Sin embargo de haber sido el género 72yroptera y su espe- cie tricolor, descrita en 1823 por Spix, no era tan conocida que no fuera feliz el hallazgo de ella, porque causa sorpresa el ver- la subir por superficies lisas verticales con la ayuda de un dis- co orbicular ó ventosa colocado en el pulgar de las extremida- des anteriores, y otro menor en el metatarso de las posteriores, lo cual justifica el formar con ellas sección en los vespertilió- nidos, y no hay otro ejemplo de este medio de locomoción ni en los murciélagos, ni en los mamíferos. Por observaciones propias, el Sr. Espada se inclinó á creer que es más general de lo que se supone la notable costumbre que tienen algunos quirópteros americanos de chupar la sangre, al través de su piel, á los vertebrados. Hasta estos últimos tiempos los anfibios eran poco estudia- dos, y sin duda por ser escasos los viajeros que fijaran la aten- ción en ellos, si es que no les eran repulsivos tanto 6 más que los reptiles. Cuando volvió á ésta nuestro compañero, trajo buena colección, y algunos bien extraños por la forma. Com- prendió que no había razón para no tomar interés por anima- les útiles, inofensivos, y que hasta animan, principalmente en las soledades de la noche, las orillas de las aguas y los bos- ques tropicales; y los viajeros que oyen en ellos producir rui- dos muy diferentes y raros, no pueden menos de interesarse por ver los seres que con su saco bucal son causa de ellos. Se dividen generalmente los anfibios 6 batracios en saltado- res 6 anuros, andadores 6 urodelos y ápodos. En 1858 Había publicado Gúnther el catálogo de los batra- cios saltadores del Museo Británico, en el cual describe 283 es- pecies, progreso notable, pues Dumeril y Bibron en 1854 lo hi- cieron sólo de 164, Tschudi en 1838 conoció 110, y Shaw en 1802 solamente 51 especies. Se dividen en aglosos, opistoglosos y proteroglosos. Los aglosos comprenden tres familias. Los opistoglosos pueden ser oxidáctilos Y platidáctilos. Los oxidác- tilos tienen doce familias, y los platidáctilos nueve. Los aglo- sos súlo una. 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Siguiendo los principios de la clasificación de Gúnther, for- mó el Sr. Espada la familia dendrofriniscidos del grupo de los platidactilos con el género nuevo Dendrophryniscus, y la espe- cie nueva brevipollicatus, del Brasil. * En 1882 se publicó por Boulenger la segunda edición del «Catálogo de los batracios saltadores del Museo Británico», en el cual se describen 800 especies. Se dividen en faneroglosos y aglosos. Los faneroglosos tienen dos series: fimisternos, con cuatro familias, y arciferos, con ocho. En los aglosos sólo hay dos. Se han confirmado casi todos los descubrimientos publica- dos por el Sr. Espada, supuesto que figuran en dicho «Catálo- 20» los géneros y las especies siguientes: FANEROGLOSOS FIMISTERNOS. Hilyzalus Espada. bocageí Espada.—Ecuador. fuliginosus Espada.—Ecuador. Hasta la fecha no había más conocidas en el género. Phyllodromus Espada. pulchellus Espada. —Ecuador. Único del género. FANEROGLOSOS ARCÍFEROS. Centrolene Espada. geckoideum Espada.—Ecuador. Único del género. Hylodes Fitz. galdii Espada.—Ecuador. cornutus Espada. —Ecuador, Colombia. verrucosus Espada. philippi Espada. diadematus Espada. rubicundas Espada. lacrimosus Espada. a Ceratophrys Boie. leyboldiíi Espada.—Norte de Chile. Edalorhina Espada. perezii Espada.—Ecuador. Una de las tres especies del género. (13) Martínez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 219 Leptodactylus Fitz. labrosus Espada.—Ecuador. Borborococtes Bell. hidalgo? Espada.—Chile. guizensis Espada. —Ecuador. Dendrophrymniscus Espada. brevipollicatus Espada.—Río Janeiro. Único del género. Engystomops Espada. stentor Espada.—Centro América, Colombia, Ecuador. petersiíi Espada.—Este del Ecuador. Dos de las tres especies del género. Hyla Laur. reticulata Espada.—Ecuador. Nototrema Sthr. testudineum Espada, —Ecuador, Perú. Una de las cinco de su género. Ceratohyla Espada. proboscidea Espada. —Ecuador. bubalus Espada. —Ecuador. palmarum Espada.—Ecuador. braconmieri Espada.—Ecuador. Cuatro de las cinco del género. No menos que los descubrimientos de nuevas especies son de interés los relativos á las costumbres de los batracios, y principalmente las referentes á los cambios ó metamorfosis que experimentan hasta llegar á adultos, una vez fuera del huevo, pues no es sino accidental y acaso debido á influencias del calor d del estado eléctrico del aire saturado de humedad que generalmente reina en los bosques tropicales, el que al salir de sus huevos aparezcan en su forma aduita y de tamaño microscópico, y casi todos á un tiempo, como se confirmó en el Hylodes martinicensis Tschudi. Pero lo que indudablemente reviste una importancia excep- cional es el descubrimiento del Sr. Espada en la reproducción del Rhinoderma Darmwini, D. et B. de Valdivia (Chile), que le permitió deshacer la incalificable ligereza con que Gay, en su Historia de Chile, supuso que las hembras de esta especie son 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) enteramente vivíparas, lo cual ha descaminado el exacto co- nocimiento de sus funciones reproductoras y de sus analogías fisiológicas, que no son, con los urodelos y ápodos, órdenes de su clase, sino con la de los peces. En la reproducción del R2. Darivíni quedaron sentados por el Sr. Espada como hechos exclusivísimos, singularísimos has- ta hoy en los vertebrados, la manera de encargarse los machos de la prole y de cumplir con el encargo, convirtiéndose su saco bucal aéreo en receptáculos proliferos 6 incubadores, como la membrana branquiostega y cavidad branquial de los peces del género Geophagus Heckel. «Comunicó estos descubrimientos á esta Sociedad en 1872 (ANALES, tomo 1, p. 139), y también habló de ellos extensamen- te en 1875 (Viaje al Pacífico, Batracios), haciendo descripción de los ejemplares sometidos á su examen. Bien puede asegurarse que las descripciones minuciosas de * las especies publicadas por el autor son modelos acabados de método y dan la medida de la perfección á que en estos estu- dios puede llegarse, y no sólo en lo referente al exterior, sino en lo relativo al esqueleto, que siempre de importancia en los vertebrados, tiene en los batracios curiosidades que llaman la atención y han servido mucho para la distinción de las fami- lias, tan difíciles de formar y caracterizar en un grupo de for- mas variadas, al mismo tiempo que era posible referir todas ellas en examen ligero, cuando se conocían pocas «especies, á tres 6 cuatro tipos principales, cual sucedió en las clasificacio- nes anteriores á los trabajos antes mencionados. Tiene el Sr. Espada presentado á esta Sociedad el manuscri- to «Examen descriptivo del grupo de los /Zemiphractus», en el cual se hacen consideraciones muy atinadas y se dan descrip- ciones de cinco de las ocho especies de los hemifráctidos, fa- milia correspondiente á los batracios saltadores. ] En la segunda edición del catálogo de batracios del Museo Británico, marchadores ú urodelos y apodos, publicada en 1882, Boulenger describe 101 especies de los primeros, cuyo número es mucho mayor que el de 63 inscriptas por Gray en la primera edición en 1850 y las 58 por Dumeril y Bibron en 1854. En el mismo catálogo están descritos 32 ápodos. Se admite como buena la especie Urotropis platensis, Espada (Anales de la So- ciedad Española de Historia Natural, t. 1v., pág. 70), pero está (15) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 221 colocada en el género P/ethodon, Tschudi, que comprende otras seis formas, todas de Norte América, cuya circunstancia hace notable este descubrimiento. Encargado de dirigir, como ayudante del Museo de Ciencias “Naturales, la conservación de las colecciones vivas de anima- les existentes en el Jardín Botánico, y que más que suprimir- las de repente hubieran debido mejorarse, por ser el único en- sayo bien dirigido de Jardín de aclimatación en esta capital, adquirió el Sr. Jiménez de la Espada afición á tan interesante aplicación de la Zoología y no la olvidó en América; pero como reclama grandes recursos, hubo de limitarse particularmente a un ensayo relativo á las especies de los países templados sud-americanos, de clima tan semejante al nuestro, que, da- das las circunstancias, quedó reducido á la introducción en España del huanaco, carnero y oveja de Chile, liebre de las Pampas, tatuejo, cisne de cuello negro, etc., puesto que la de otras especies de climas cálidos no dieron el resultado apete- cido, y casi todas murieron antes de llegar á Europa 6 á Es- paña. Por Real orden de 26 de Junio de 1866, se había dispuesto fuese nombrado Catedrático supernumerario de la Facultad de Ciencias, y al suprimir por reforma este puesto, se le conservó el derecho de aspirar á las ventajas inherentes á él por Real orden de 25 de Febrero de 1867, manteniéndole siempre la consideración de Ayudante del Museo de Ciencias Naturales. En atención á sus conocimientos, y sin que mediara preten- sión por su parte, se le nombró Juez de oposiciones á cátedras de Historia Natural, Entomología, Antropología, á plazas de archiveros, etc., etc. Muchas son las comisiones que desempeñó, unas oficiales y otras de Corporaciones científicas; así es que fué individuo de la encargada de redactar las memorias del Viaje al Pacífico en 1866, de la propuesta para mejorar el Gabinete de Historia Natural y Jardín Botánico en 1873, de la formada para utilizar documentos históricos existentes en el Ministerio de Ultramar en 1876, Auxiliar de la redacción de una Colección diplomá- tica española en 1883, Vocal de la Comisión de límites entre las Repúblicas de Venezuela y Colombia en 1887, Delegado oficial del Gobierno, de la Real Academia de la Historia y de la Sociedad Geográfica en los Congresos de americanistas de 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Bruselas en 1879, de Madrid en 1881, de Turín, de Berlín en 1888 y Paris en 1890, y en el mismo de su Comisión de or- oranización, Vocal de la Comisión nombrada por la Sociedad Geográfica para informar sobre la carta de Chao en 1882, Auxiliar Delegado técnico en la Exposición histórico-ameri- cana de 1892 verificada en ésta. En 1872 fué fundador de la Sociedad española de Historia Natural, y su Presidente en 1895. Nombrado Académico corresponsal de la de Ciencias Natu- rales y Artes de Barcelona en 1873, Socio fundador de la So- ciedad Geográfica de Madrid en 1876, y honorario en 1882, miembro de la Asociación española para la Exploración del Africa en 1877, de la Sociedad americana de anticuarios en 1882, electo de número de la Real Academia de la Historia en el mismo año, miembro honorario del Ateneo y Correspon- diente de la Sociedad Geográfica de Lima, de la Sociedad ber- linesa de Antropologia, Etnología y Prehistoria en 1891, electo numerario de la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales en 1893, de la Sociedad de Americanistas de París en 1896, Correspondiente honorario de la Sociedad Real de Geografía de Londres en 1898, etc., etc. Tampoco deseó ni menos pretendió honores y condecora- ciones; pero era Comendador ordinario de la Real Orden Ame- ricana de Isabel la Católica (1866), Jefe superior honorario de Administración libre de gastos (1882), oficial de Instrucción pública de Francia; tenía medalla de honor expresamente acuñada en oro, personal y extraordinaria del Gobierno del Perú, en recompensa á sus trabajos históricos de aquella re: pública por decreto de 5 de Diciembre de 1892, en el cual se dispone la entrega al interesado por el enviado extraordina- rio y Ministro plenipotenciario de la República en Madrid. No es posible, hoy más que nunca, el adelanto de las cien- cias naturales sin muchos recursos, y entre nosotros son exi- guos para ello los oficiales, ni hay afición á ellas por los par— ticulares, ni donaciones de los pudientes 6 magnates, como sucedió cuando en otros siglos fundaron nuestros Colegios y Universidades, y por el contrario el mal ejemplo dado al apo- derarse el Estado hace pocos años de sus propiedades no es, ciertamente, estímulo para incitar á los que pudieran ser do- nantes. En otras naciones, y principalmente en una de cuyo (17) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 223 nombre no debemos acordarnos, los muchos que sólo piensan en los viles intereses redimen frecuentemente el mal de acu- mularlos sin reparar en medios, desprendiéndose á veces de considerables cantidades para favorecer en sus necesidades á sus semejantes, y lo que es más notable, para favorecer el desarrollo de ciencias ó conocimientos, en los que parece no deberían tener interés siendo á ellos extraños. Con sus estu- dios contribuyó no poco el Sr. Jiménez de la Espada á reme- diar, este abandono en que hoy tenemos á las ciencias natu- rales. Nos ha de ser sensible la pérdida del que, por su cultura va- riada, cual corresponde á una inteligencia que no se acomoda al útil aunque árido campo de las especialidades, contribuyó en varios conceptos al cultivo de muchos conocimientos, y principalmente de aquellos que demuestran no fuimos lo que hubo empeño en hacernos en falsas historias de los extranje- ros, ni en ciencias éramos tan atrasados, ni relativamente lo seríamos hoy si hubiéramos seguido disfrutando los medios donados para la enseñanza en pasados tiempos. Guardemos grata memoria de nuestro entusiasta consocio, buen amigo y cariñoso compañero. ESTUDIOS PUBLICADOS POR EL SEÑOR D. MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA. Algunos datos nuevos ó curiosos acerca de la fauna del Alto Amazonas Madrid, 1870. En 8.”, 27 págs. Fauna neotropicalis, species queedam nondum cognite. Lisboa, 1870. (Jorn. de Scienc. Mathem., Phys. e Natur., n* 1x.) Datos para la historia del Jardín Botánico. Madrid, 1872. (Aw. DE La Soc. Esp. DE HisT. NAT., tomo 1, Actas, pág. 7.) : El volcán de Ansango, con un mapa. Madrid, 1872. (Ay. DE LA SOC. ESP. DE Husr. NAT., tomo 1, pág. 49.) Noticia de un trabajo inédito de Mutis sobre hormigas y comejenes ame- ricanos. Madrid, 1872. (AN. DE LA Soc. ESP. DE HisT. NAT., tomo 1, Actas, pág. 31.) Noticia sobre borradores originales de la Relación del viaje al Perú y Chile, extractada de los Diarios de D, Hipólito Ruíz. Madrid, 1872. (AN. DE LA S0c. ESP. DE HisT. NAT., tomo 1, Actas, pág. 8.) Nuevos batracios americanos. Madrid, 1872. (Ay. DE LA SOC. ESP. DE Hisr, NAT., tomo 1, pág. 85.) Sobre la reproducción del Rhinoderma Darwini. Madrid, 1872. (AN. DE LA Soc. EsP. DE HisT. NAT., tomo 1, pág. 139.) Sobre el sentido que debe darse á la palabra zebra, que consta en antiguos libros y documentos; refiriéndose á un animal que vivía en España. Madrid, 1872. (AN. DE La Soc, ESP. DE HisT. NAT. tomo 1, Actas, pág. 9.) Un autógrafo del abate Spallanzani. Madrid, 1872. (Ay. DE LA SOC. ESP. DE HisrT. NAT. tomo 1, pág. 163.) Sobre una anomalía observada en el Cervus elaphus L. Madrid, 1873. (AN. DE La Soc. EsP. DE Hist. NAT., tomo 11, Actas, pág. 3.) Cartas sobre cartas. (Esto es, sobre los naipes de cuero usados por los indios patagones.) Madrid, 1873. (Ilustración española y americana, pá- ginas 491 y 510, con dibujos.) Observaciones sobre las costumbres de algunos murciélagos. Madrid, 1874. (AN. DE LA SOC. Esp. DE HisT. NAT., tomo 111, Actas, pág. 98.) Andanzas é viajes de Pero Tafur por diversas partes del mundo avido (1435-1439). Madrid, 1874. (Col. de libros esp. raros ó curiosos.) (19) Martínez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 225 Nota biográfica de D. Patricio María Paz y Membiela. Madrid, 1875. (AN. DE La SOC. ESP. DE HisT. NAT., tomo 1v, Actas, pág. 24.) Noticia sobre los Vertebrados del viaje al Pacífico. Madrid, 1875. (AN. Du LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., tomo 1v, Actas, pág. 70.) Noticia sobre un libro de entomología, en parte autógrafo, de D. Tomás Villanueva. Madrid, 1875. (Ay. DE La Soc. ESP. DE HisT. NAT., tomo 1v, Actas, pág. 48.) Observaciones á la nota del Sr. Rodríguez Ferrer sobre las avispas vege- tantes. Madrid, 1875. (Ay. DE La Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo 1v, Actas, pág. 53.) Urotropis platensis (con una lámina). Madrid, 1875. (Ax. DE La SOC. ESP. DE Hist. NAT., tomo 1v, pág. 69.) Viaje al Pacífico verificado de 1862 4 65 por una Comisión de naturalistas enviados por el Gobierno español. Batracios. Madrid, 1875. 4. mayor. Cuestión bibliográfica. Madrid, 1875. (Observaciones á la crítica de M. Al- fred Morel-Fatio sobre el libro de las Andanzas de Pero Tafur.) Observaciones á la Noticia histórico -descriptiva del Museo Arqueológico Nacional, publicada siendo Director del mismo el Excmo. Sr. D. Antonio García Gutiérrez. Madrid, 1876. (Ay. DE La Soc. EsP. DE Hist. NAT., tomo v, Actas, pág. 42.) El libro del conocimiento de todos los reynos, tierras y señoríos que son por el Mundo, que escribió un franciscano español á mediados del siglo x1v y ahora se publica por primera vez con notas. (Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid, tomo 11.) Cartas de Indias. Madrid, 1877, fol. (En colaboración.) 'Tercero libro de las Guerras civiles del Perú, el cual se llama la Guerra de Quito, hecho por Pedro Cieza de León, cronista de las cosas de In- dias. Madrid, 1877. (Biblioteca Hispano- Ultramarina.) La Imprenta en México. Madrid, 1878. (Revista Europea.) Sobre los animales llamados roque y samarda en algunos libros antiguos. Madrid, 1879. (AN. DE La Soc. ESP. DE HisT. NAT., tomo VIH, Áctas, pá— gina 49.) Tres relaciones de antigiedades peruanas. Madrid, 1879. Principales estudios y trabajos presentados en el Congreso de America— nistas de Bruselas. Madrid, 1879. (Boletin de la Sociedad Geográfica, tomo v111,) Segunda parte de la Crónica del Perú, que trata del señorío de los Incas Yupanquis y de sus grandes hechos y gobernación; escrita por Pedro Cieza de León. Seguida de la Suma y narración de los Incas que los indios llamaron Capaccuna, por Juan de Betanzos. Madrid, 1880. 4." (Biblioteca Hispano-Ultramarina.) Las cuartanas del Príncipe de Éboli. Madrid, 1880. (Revista Contempo- ránea.) ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 15 . 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) España en Berbería. Madrid, 1880. (Boletín de la Sociedad Geográfica.) El Iza ó Putumayu. Madrid, 1880. (Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo v111.) Memoria acerca de la reproducción del Rhinoderma Darwint. 1880. (Citada en el Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo1x, pág. 340.) Una causa de Estado. (La del brigadier de la Armada D. Alejandro Ma- laspina.) Madrid, 1881. 8.0 (Revista Contemporánea, tomo XXx1.) Nota bibliográfica sobre un folleto titulado Una causa de Estado, relacio= nado con la expedición de Malaspina. Madrid, 1881. (Aw. DE LA Soc. ESP. DE HisT. NAT., tomo x, Actas, pág. 42.) Descripción del palacio del Callo, en Quito. Madrid, 1881. (Actas del Con- greso de Americanistas de Madrid, tomo 11, 1583.) Colección de Yaravies ó melodías quiteñas. Madrid, 1881. (Actas del Con- greso de Americanistas, tomo 11, 1883.) Sobre el libro Relaciones geográficas de Indias, Perú. Madrid, 1881. (Ax. da La Soc. Esp. DE Hist. NAT., tomo x, Actas, pág. 66.) Indicaciones sobre la habilidad que demuestran algunos salvajes para la fabricación de hachas y otros objetos. Madrid, 1882. (Ax. DE LA SOC. ESP. DE HisT. Nar., tomo x1, Actas, pág. 42.) Memorias historiales y políticas del Perú, por el licenciado D. Fernando Montesinos, seguidas de las informaciones acerca del Señorío de los Yncas, hechas por mandado de D. Francisco de Toledo, virrey del Perú. Madrid, 1882. 8.0 (Col. de libros esp. raros 0 curiosos, tomo Xv1.) Descubrimientos de Juan Vázquez Coronzdo en Costa-Rica. Madrid, 1882. (Boletín de la Sociedad. Geográfica, tomo x11.) Observaciones sobre los descubrimientos hechos en la cueva de Santillana (Santander). Madrid, 1882. (Ax. DE 1A SOC. EsP. DE HisT. NAT., tomo xI, Actas, pág. 56.) El Suceso, ó novela de Don Juan de Peralta, caballero indiano, contado por él mismo. Madrid, 1883. El suceso pasa de 1634 á 1649. (Revista Contemporánea.) Tres cartas familiares de Fr. Juan de Zumárraga, primer obispo y arzo- bispo de México, y contestación á otra que le dirige Fr. Marcos de Niza. Madrid, 1885. (Boletín de la Real Academia de la Historia.) De un curioso percance que tuvo en Anveres el presbítero López de Gómara. Madrid, 1887, 15 págs. Del hombre blanco y signo de la Cruz precolombianos en el Perú. Bru- selas, 1887. (Cong. intern. de Amer. de Bruselas. 1879.) Una ascensión á El Pichincha en 1528. Madrid, 1887. (Boletín de la Socie dad Geográfica, tomo xXx1V.) No fué tea, fué barreno. Madrid, 1887. (A propósito de la destrucción de las naves de Hernán Cortés. (Bol. de la Real Academia de la Historia.) Viaje del Capitán Pedro Texcira aguas arriba del Río de las Amazonas (21) Martinez y Sáez.—NOTA BIOGRÁFICA. 227 (1637-1638). Madrid, 1889. (Boletín de la Sociedad Geográfica, t. x y x111.) Noticias auténticas del río de las Amazonas. 1889. Anotadas € ilustradas. Los extensos capítulos segundo y tercero de la Primera parte tratan especialmente de Historia natural y Etnografía. Juan de Castellanos y su historia del Nnevo reino de Granada. Madrid, 1889. 8.0 (Revista Contemporánea.) Noticias viejas acerca del Canal de Nicaragua. Madrid, 1889. (Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo xxIv.) Viaje de Quito á Lima de Carlos Montujar con el Barón Humboldt y don Alejandro Bompland. Se verificó el viaje en 1802. Madrid, 1889. 8. (Bo- letín de la Sociedad Geográfica, tomo xxv.) El presbítero D. M. Toribio González de la Rosa y Yo. Madrid, 1889. (Revista Contemporánea.) Observaciones á la nota del Sr. Lázaro: Vasos peruanos del Museo Arqueo- lógico. Madrid, 1891. (Ay. De La Soc. esp. DE Hist. NAT., tomo xx, Actas, páginas 159, 188.) y Discusión sobre si la especie Ó especies de plátano (Musa) existían en el Nuevo Mundo antes de la llegada de los españoles. Madrid, 1891. (Awa- LES DE LA SOC. ESP. DE HiST. NAT., tomo xx, Actas, páginas 159, 158.) El Código Ovandino. Madrid, 1891. (Revista Contemporánea.) Correspondencia del doctor Benito Arias Montano con el licenciado Juan de Ovando. Madrid, 1891. (Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XIX.) Las Islas de los Galápagos y otras más á Poniente. Madrid, 1892. (Boletín de la Sociedad Geográfica, tomo xxx1.) Noticias auténticas del famoso río Marañón y Misión apos.ólica de la Compañía de Jesús, en la provincia de Quito. Escribíalas por los años de 1738 un misionero de la misma Compañía, y publicadas con notas y apéndices. Madrid, 1892. (Boletín de la Sociedad Geográfica.) Apologética historia de las antiguas gentes del Perú, por el P. Fr. Barto- lomé de las Casas. Madrid, 1892. “Colección de libros españoles raros y curiosos, tomo XXI.) El mapa del P. Samuel Fritz. Reproducción del Río Marañón ó de las Amazonas, grabado en 1707. Madrid, 1892. (Revista general de Marina.) Una antigualla peruana. Madrid, 1892. 8? “Revista Contemporánea.) Dis- curso inédito sobre la descendencia y gobierno de los Yncas. Menudencias historiales que iba apuntando en los ratos de siesta Fray Marcos de Cartagena, franciscano levantino, en su convento del Pina— tar. Madrid, 1892. 8.” “Revista Contemporánea.) El Cumpi-Uncn hallado en Pachacamac. Madrid, 1892. Indumentaria pe- ruana. (El Centenario, revista ilustrada, tomo 1.) Primeros descubrimientos del país de la Canela. Madrid, 1892. /El Cente- nario, tomo 111.) 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) La Guerra del Moro á fines del siglo xv. Madrid, 1894. (Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo xxv.) La traición de un tuerto. Artículos relativos al descubrimiento del Río de las Amazonas por el Capitán Francisco de Orellana. (Ilustración espa— ñola y americana.) Viaje segundo de Orellana por el Río de las Amazonas. Madrid, 1894. (Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo xxv.) Perú. Traslado de una carta de Ricardo Haughines (Hawkins), escripta en el puerto de Perico en 6 de Agosto de 1594 para enviar á su padre Jhoa Hauquines á Londres. Traducida de lengua inglesa en la nuestra e inviada del dicho puerto al Cardenal de Sevilla D. Rodrigo de Castro. Madrid, 1894. (Revista general de Marina, tomo xxxtv.) Noticia acerca de objetos prehistóricos hallados en término de Ciempozue- los. (AN. DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., tomo Xxtv, pág. 100.) Las armas del licenciado Pedro Gasca. Pacificador del Perú. Madrid, 1895. (Historia y Arte, revista ilustrada, tomo 1.) * Idilio peruano. Madrid, 1895. “Historia y Arte, tomo 1.) Las Chacraincas. Madrid, 1895. (Historia y Arte, tomo 1.) La jornada del Capitan Alonso Mercadillo á los indios chupachos é iscai— cingas. Madrid, 1895. 8.” (Boletín de la Sociedad Geográfica.) Historia del Nuevo Mundo, por el P. Bernabé Cobo. Anotada é ilustrada. Sevilla, 1890-1895. (Sociedad de Bibliófilos andaluces.)(Los libros tercero á undécimo, copiosísimos, están dedicados á la Historia natural.) Las Amazonas alfareras. Madrid, 1896. (Historia y Arte, tomo 1.) Piedra que arde. Madrid, 1896. (Historia y Arte, tomo 1.) La partesana ó roncona de Gonzalo Pizarro. Madrid, 1896. (Historia y Arte, tomo 11.) La Huaca de Tantalluc. Madrid, 1896. (Historia y Arte, tomo 11.) Las imágenes hieráticas del Sol en el Perú. Madrid, 1896. (Historia y Arte, tomo 11.) El «Libro de Interrogaciones» y el de los «Problemas» del doctor López de Villalobos. Madrid, 1896. (Rev. crit. de Hist. y Liter., año 1.) Primer siglo de la Universidad de Lima. Carpeta de documentos. Madrid, 1896. (Rev. crit. de Hist. y Liter., año 1.) í Relaciones geográficas de Indias. Publícalas el Ministerio de Fomento. Madrid. 1881-1897. Cuatro tomos en 4.0 (Anotadas en la parte relativa á Historia natural.) Vocabulario de la lengua general de los indios del Putumayo y Caquetá, de autor anónimo. Impreso por primera vez con indagaciones prelimi- nares. Madrid, 1898. (Rev. de Arch., Bibliot. y Mus.) Examen descriptivo del grupo de los Hemiphractus. Madrid, 1898 (inédito). (Presentado en la sesión de Junio de 1898 de la Soc. esp. DÉ HIST. NAT.) ESTUDIOS PRELIMINARES FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES, PS ML ARCE EO EALWVAS: MATEOS. (Sesión del 9 de Abril de 1896.) (Continuación) (1). TIPO FANERÓGAMAS. SUBTIPO GIMNOSPERMAS. ORDEN CONÍFERAS. FrimiLia Abietáceas. Pinus Pinea L.=Pino piñonero.—Abundante en toda la sie- rra de la Gibe, Garrovilla, San Vicente, Navas del Madroño, etc. Florece en primeros de Marzo. P. sylvestris L.=Pino albar, pino serrano.—Escaso en toda la provincia; encuéntrase, aunque disperso, salpicando la sierra de Gredos (Hermanitas 2.200 m.), Gata, Bazagona y Gibe (900 m.) Fl. Abril, Mayo. P. Laricio Poir.= Pino negrillo.—Existe alguno que otro ejemplar en Navas del Madroño, Bazagona, Gredos y Garrovi- llas. Fl. Mayo. P. Pinaster Sol.—Abundante en las Navas del Madroño, Ba- zagona, Gredos, Garrovillas, etc. Fl. Mayo. (1) Véase el tomo xxv1, página 177 de estos ANALES. 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) FamiLIa Cupresáceas. Juniperus Ozycedrus Sol.= Broja, Enebro.—Sólo hemos podi- do encontrar la var. Rufescens en la parte occidental de la pro- vincia y muy arrimada á Portugal, Trevejo, Casas de Don Gó- mez y Valencia de Alcántara. Fl. Enero. J. communis L.=Enebro.—Encuéntrase repartido por toda la provincia, buscando con preferencia las faldas N. de las montañas de la región central (Gredos, Piornal, Dios Pa- dre, etc.), en donde á causa de las nieves, aparece achaparra— do, rastrero; es también muy abundante en las cuencas del Tajo (Derriscadero, aceña de los Peregrinos, Alconeta, etc.) Florece en Abril. J. Sabina L.=Chaparra.—Esta especie salpica las cuencas del Tajo; aparece en la parte alta y llega hasta el término de Peraleda, donde desaparece; vuelve á verse en la desemboca- dura del río La Vid (Torrejón), donde separándose de la cuen- ca sube á la sierra de Zapata (Corchuelas), y forma parte, aun- que escasa, del matorral y soto del Lance de la Mora. Florece en Mayo, Junio. J. phenicia L.—Se encuentra salpicando los montes de Are— nal Gordo y Villar. Fl. Abril. Tanto esta especie como la ante- rior, es respetada por el vulgo, debido á que sus hojas macha- cadas y aplicadas sobre la piel, son, para ellos, un magnífico rubefaciente. Famita Taxáceas. Tazxus baccata L.=Sabina ancha, Tejero, Tejo.—De esta espe- cie, que es rarísima, sólo hemos podido ver unos ejemplares en la cuenca $. del Tajo, entre la aceña de los Peregrinos y el Derriscadero. Fl. Marzo. Los pastores usan el polen para cicatrizar las heridas. ORDEN GNÉTIDAS. FamiLIa Gnetaáaceas. Ephedra distachya L.—Se encuentra en pequeña cantidad en los arenales del Tajo. (Derriscadero.) Fl. Abril. (13, Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 231 E. Clusti L.—Tanto esta especie como la anterior, son cono- cidas por el vulgo con el nombre de cabeza 6 botón de fuego. Se encuentra entre los pizarrales de la cuenca de los ríos Tajo, Ibor y Monte. Fl. Abril. SUBTIPO ANGIOSPERMAS. CLASE MONOCOTILEDÓNEAS. SubBcLase Apétalas. ORDEN GRAMÍNIDAS. FamtiIa Lemnaceas. Lemna minor L.—Especie m uy común en los remansos de los arroyos del Valle de Plasencia, etc. Fl. Junio. L. trisulca L.—Aparece con mucha frecuencia en los char— cos de Plasencia (San Antón). Fl. Julio. Es muy conveniente saber que esta especie sólo aparece sobre las aguas en la pre— cisa época de floración, pasando el resto de su vida sumergida. L. gibba L.—Telmatophace gibba Schleid. —Especie muy co- mún en los charcos y arroyos de toda la provincia. Fl. Junio. L. polyrrhiza L.=Telmatophace polyrrhiza God.=Spirodela polyrrhiza Schieid.—Charcos de Serradilla. Fl. Mayo. L. arrhiza L. —Ya en publicaciones anteriores dijimos haber- la visto en una fuente próxima á Herreruela. Fl. Junio. FaminIa Graminaceas. Lyygeum Spartum Loef.=Esparto basto.—Especie muy común en toda la Cordillera central de San Pablo, camino de la Baza- gona á Tejeda, dehesas de Mirabel, Herguijuela, Chiquero, campos de Cáceres, Serradilla, etc. Fl. Mayo. Phalaris Canariensis L.=Alpiste.—Muy común en los alre— dedores de Coria, Virgen de la Montaña y campos contiguos (Cáceres), etc. Fl. Mayo, Junio. Ph. minor Rtz.—Fué indicada por Schousbe en las inme- 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) diaciones de Jaraicejo y Campanario. Nosotros hemos com- probado la existencia de dicha especie, á más de los sitios in- dicados, en Plasencia, Caceres y Casas de Millán. Florece en Mayo y Junio. A Ph. paradoza L.—El Sr. Rivas y Santos recogió esta especie en un prado próximo á Santa Catalina (Serradilla); nosotros la hemos visto en el pinar de la Bazagona. Fl. Junio. Ph. nodosa L.—Se encuentra en los alrededores de Serradi- lla, el Calerizo (Cáceres), San Antón (Plasencia). Fl. Mayo, Agosto. Anthozanthum odoratum L. (Grama de olor).—Forma entre otras gramíneas los pastizales de la dehesa boyal de Serradi- lla, prados de la vega del estanque, Villar, Rodesnera, etc. Florece en Mayo. A. aristatum Boiss.—Sólo la hemos visto en la sierra de Gre- dos en la falda S. y junto al puerto de Madrigal. Fl. Mayo. A. ovatum Lag.—Especie propia de la parte septentrional de la provincia, Bazagona, Tejada, Hervás, etc. Fl. Marzo. Orypsis aculeata Ait.—Frecuente en las vegas del Tajo y Tie- tar (aceña de los Peregrinos, Bazagona). Fl. Julio. C. schoenoides Lamk.—Tan común ó más que la especie an- terior; arenales del Tietar, Jerte, Salor, riachuelos de Cáceres (Marco). Fl. Julio. C. alopecuroides Schrael.—Especie indicada por Brotero en las margenes del Duero durante el trayecto portugués. Nos- otros la hemos visto en los arenales del riachuelo Guadiloba (Cáceres), y en las vegas de la Taheña (Tajo). Fl. Julio. Phlewmn pratense L.—La var. a genuinum, que es la más co- mún, se encuentra en toda la parte baja de la Cordillera cen- tral de San Pablo, Arroyo. La var. y abreviatum se encuentra aunque rara, en el Valle de Plasencia y Hervás. Fl. Junio. Ph. Boehmeri Wibel.—Habita en los alrededores de Plasen- cia (Estación), Valle de Plasencia, Gredos y otros sitios. Flore- ce en Junio. Ph. tenue Schrad.—Muy común en las regaderas de las huer— tas y demás sitios húmedos; Cáceres. Fl. Junio. Alopecurus pratensis L.—Vulgarísima en sitios húmedos de la provincia, Trujillo, etc. Fl. Mayo, Julio. A. Castellanus Boiss et Reut.—Especie indicada por Schous- be en Arroyo del Puerco. Es más común en el Valle de Pla- (45) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 233 sencia y Vegas del Tietar, como asimismo en los prados de la sierra de Béjar. Fl. Mayo, Junio. A. agrestis L.—Común en la parte septentrional de la pro- vincia (Gata, Bazagona), y su presencia va aminorando hasta Portugal, donde es escasa (Salvaterra do Extremo), pero no nula como asegura Amo y Mora. Fl. Mayo, Junio. A. geniculatus L.—YEspecie bastante escasa en la región Occi- dental; con mayor representación en la Central (Monroy). Florece en Junio. Echinaria capitata Dest.=Cabeza pinchona.—Es fácil verla en los barrancos de Plasencia, Granadilla, etc. Fl. Marzo, Junio. Mibora verna P. Beaw.—Muy común en los arenales del Tie - tar, campos de Cáceres, alrededores de Trujillo, etc. Fl. Enero, Mayo. a M. Desvauxii Lge.=A grostis minima Schons.—Especie indica- da como propia de sitios húmedos en la región septentrional (Galicia). Considérese como especie 6 como forma de la JM. ver- na, según las investigaciones modernas, la cuestión es que su área geográfica llega hasta la región central (Dios Padre). Fl. Marzo. Setaria viridis P. de B.—Habita en los alrededores del casti- llo de Monfragiie (sierra de Zapata). Fl. Mayo, Junio. S. verticillata P. de B.—Común en el Valle de Hervás, Ba- zZagona, campos de Cáceres, etc. Fl. Agosto. ] Panicum miliaceum L.=Trigo nillo.—Especie cultivada para formar los linderos en los melonares. Fl. Julio, Agosto. Echinochloa Crus-GFalli P. de B.=Zizaña del trigo Spr. —Muy común en los sembrados de cereales, como también en las cuencas del Tajo. Fl. Mayo, Junio. Digitaria sanguinalis Seop.—Planta comunisima en los te-- rrenos cultivados, dehesa La Voluntaria, Cáceres, Plasen- cia, etc. Fl. Junio. D. glabra Roem.—Común en las huertas y viñedos de Serra- dilla, Jerte, Hervás, Cáceres, etc. Fl. Junio. Cynodon Dactylon Pers.—Frecuente en las praderas, arena- les, etc., de la provincia. Fl. Agosto. Andropagon hirtum L.—Tanto la forma a genuina, como la $ longearistatum Willk, son comunisimas en la provincia. La primera a predomina mucho en los campos occidentales (Arro- 231 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) yo, Cañaveral, etc.), y la segunda, 2, en los campos centrales (Coria). Fl. Septiembre. Arundo Donazr L.=Caña común, caña de r10.—Muy abundan- tísima en las orillas del Tajo, Tietar, arroyo Barbaón y otros parajes húmedos. Fl. Agosto, Octubre. Phragymites communis Trin.—Esta especie, llamada vulgar- mente Caña menor, Carrizo, muy común en las cuencas del Tajo, sitios pantanosos del Tietar, etc. Fl. Septiembre. Agrostis nebulosa Boiss et Reut.—Sólo hemos visto esta espe- cie en el Valle de Plasencia, y muy cerca del nacimiento del rio Jerte..Fl. Julio. A. Reuteri Boiss.—Habita lo mismo en terrenos secos que húmedos; Virgen de la Montaña y Calerizos (Cáceres), orillas del riachuelo La Vid, Garganta (Serradilla) y otros puntos. Florece en Julio. A. alba Schrad.—La var. a genuina, única que hemos visto, se encuentra en los montes y rodeando á los peñascos de la Cordillera central de San Pablo. Fl. Julio. A. verticillata Wi.=4. acuítica Pourr.=4. alba Kze.—Vul- garísima en los alrededores de Aliseda, Coria, Trujillo, Cáce- res, ete. El. Julio. A. vulgaris With.—Sólo hemos visto la var. genuina a. Abun- dantisima en toda clase de terrenos. Fl. Junio. A. Castellana Boiss et Reut.—Común en las praderas de la sierra de Gredos. Fl. Junio. A.canina L.—La var. a genuina God-Gren es frecuente en el Valle de Plasencia; las otras variedades f y no las hemos visto. Fl. Julio. A. truncatula Parlat —Nosotros la hemos recogido en Gredos (Hermanitas), y el Sr. Rivas y Santos la encontró en lo alto de la Cordillera central de San Pablo (Cruz del Cancho). Fl. Julio. A. pallida D. C.—En la subida á la Virgen de la Montaña (Cáceres), puerto Castaño de San Pablo, Castillo de Mirabel, Cruz del Cancho. Fl. Abril, Mayo. Gastridium lendigerum Gand.—Abundante en los alrededo- res de la estación del ferrocarril de Arroyo del Puerco. Fl. Mayo. Polypogon Monspeliensis Desf. —Abundante en los alrededo- res de Coria, el Marco (Caceres), Isla de Plasencia, Valle, etc. Fl. Junio. E) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 235 P. maritimus Vild.—Común en el Valle de Hervás, San An- tón, etc. Fl. Mayo. Lagurus ovatus L.—Frecuente en los barrancos de Cáceres, Trujillo, etc. Fl. Mayo. Stipa tortilis Desf. —Frecuente en el Valle de Plasencia, San Vicente, etc. Fl. Mayo. S. gigantea Lag.—Muy común en la sierra de San Pedro, Mon- tánchez, Guadalupe, dehesa boyal de Serradilla, etc. Fl. Mayo. S. Lagasce Roem.— Más común que la anterior; se encuen tra de preferencia en la parte central de la provincia, Trujillo, Cañaveral, etc. Fl. Junio. S. barbata Desf.—Frecuente en los barrancos y terrenos cal- cáreos de Cáceres, Trujillo, etc. Fl. Mayo. S. pennata L.—Más común que la anterior; Villarreal de San Carlos, Arroyo, etc. Fl. Mayo. Macrochloa arenaria Kth.=Esparto basto, esparto largo, espar- to de avena, etc.—Muy común en la sierra de Gredos, Gata, Ba- zagona, Tesos de Navalmoral de la Mata, etc. Fl. Junio. Corynephorus canescens P. de B.=4ira canescens L.— Muy común la var. a genvinus God., en toda la provincia; barran- cos de Coria, Navalmoral de la Mata, huertas y olivares de Se - rradilla, Hervás, etc. Fl. Mayo, Agosto. C. fasciculatus Boiss et Reut.—Muy común en todos los cam- pos de Cáceres, Guadalupe, etc. Fl. Mayo, Junio. Aira precor L.=Airopsis precox Fries. Avena precoz P. de B.--Común en las inmediaciones de Serradilla, Cruz del Cancho, Serrejón, sierra de Béjar, etc. Fl. Enero, Marzo. A. caryophyllea L.—En las praderas de Navalmoral de la Mata y otros puntos. Fl. Marzo, Abril. A. lendigera Lag.—Especie indicada por Schousba en Cáce- res y Trujillo; común en la Cordillera central de San Pablo, sierras de Béjar y Gredos. Fl. Abril, Julio. eschampsia cespitosa P. de B.—Muy común en la parte baja de Arroyo Molino, Tejada, Pasarón, Bazagona, en todo el Valle de Hervás y otros sitios septentrionales. Fl. Abril, Junio. D. flezuosa Grisseb.— Muy frecuente la var. y brachyphylla Gay en el alto de Gredos, sierra de Dios Padre, Bazagona. Fl. Abril, Junio. Ventanata avenacea Koel.—Muy común en la sierra de Gre- dos (Madrigal), y Gata (Montehermoso). Fl. Junio. 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (13) Avena sterilis L.=4 vena loca.—Muy común en la dehesa bo- yal de Serradilla, Plasencia y Cáceres. Fl. Abril, Julio. A. barbata Brot.=4 vena loca menor.—Muy común en las la— deras y barrancos de toda la sierra de Zapata y demás de la parte central de la provincia. Fl. Marzo, Abril. A. fatua L.=A vena loca, avena fofa.—Común entre los sem- brados y otros sitios de la provincia. Fl. Abril, Julio. A. sulcata Gay.—A. versicolor St.—En la sierra de Gre- dos. Fl. Marzo, Abril. Arrhenatherum ertanthum Boiss et Reut.—En los sitios are- nosos de la provincia, etc. Fl. Abril. A.elatius Mert.—Tanto la var. genuinum God., como la va- riedad bu/bosvm Gaud, son frecuentes en la provincia: la pri- mera, en la Bazagona, Pasarón: y la seennda, en Cáceres, Malpartida. Fl. Abril, Julio. Trisetum flavescens P. de B.—Muy común en las praderas de Serradilla, Bazagona, etc. Fl. Mayo, Junio. T. neglectum Roem.— En los alrededores de Plasencia, San Antón. Fl. Abril, Mayo. T. ovatum Pers.=Bromus ovatus Cav.—En los campos de Cá- ceres, Virgen de la Montaña, junto á la ermita y parte $. del cerro. El.. Junio, vie Loeflingian um P. de B.=4vena Loeflingii L.—Muy común en los alrededores de Serradilla y junto á la estación del ferro- carril de Navalmoral de la Mata, etc. Fl. Junio. Holcus lanatus L.=Avena lanata Koel.—Muy común en las huertas y olivares de Casas de Millán y Cañaveral. Fl. Mayo, Agosto. 1H. mollis L.=Avena mollis Koel.—Tan abundante y en los mismos sitios que la especie anterior; en la Isla y Valle de Plasencia. Fl. Mayo, Agosto. H. setiglumis Boiss. et Reut.—Schousbw la ha indicado ya en Extremadura; nosotros la hemos recogido en la Bazagona y sierra de Béjar. Fl. Junio. Koeleria phlevides Pers. —Común en los alrededores de Arro- yo. Fl. Abril. K. setacea Pers.—La var. 2 glabra God Gren (XK. vallesiaca Gaud), es muy común en los cerros de Trujillo; la var. f ci- liata God Gren. (A. setácea D. C.), aunque no tanto como la anterior variedad, es, sin embargo, bastante común en (49) Rivas Mateos.—rFLORA DE LA PROVINCIA DE CACERES. 037 el Valle de Plasencia y montes de Hervás. Fl. Marzo, Abril. K. cristata Pers.—Frecuente en las huertas y alrededores de Plasencia, Serradilla. Fl. Mayo. Catabrosa aquatica P. de B.—Muy común en los arroyos y demás parajes húmedos de toda la provincia. Fl. Abril, Mayo. Glyceria fuitans R. Br.—Muy abundante en las regaderas de las huertas de Serradilla, Isla y Valle de Plasencia, etc. Flore- ce de Abril-A gosto. G. plicata ries.—Habita en los mismo sitios que la ante- rior. Fl. Abril, Agosto. G. spicata Guss.—El Sr. Rivas y Santos, recogió unos ejem- plares en la Garganta (Serradilla); nosotros no hemos podido encontrarla mas que en un arroyo de Gredos y junto á Herma- nitas. Fl. Abril (Serradilla), Julio (Gredos). G. aquatica Wahlbg.—En los sitios húmedos de toda la pro- vincia. Fl. Mayo, Junio. Schismus marginatus P. de B.—En los alrededores de Plasen- cia, Virgen de la Montaña (Cáceres). Fl. Abril, Mayo. Selerochloa dura P. de B.—Alrededores de Cáceres. Fl. Mayo. Poa anmua L.—Común en los sitios húmedos y sombríos de toda la provincia. Fl. todo el año. P. nemoralis L.—La var. a vulgaris God Gren, es frecuente en los alrededores del caserío de la Bazagona y Mirabel (dehe- sa). Fl. Mayo. P. Alpina L.—La variedad frigida Gaud, única que hemos visto, aparece, aunque escasa, en la sierra de Béjar, junto á las lagunas del Trampal (2.094 m.) Fl. Junio. P. bulbosa L.—Tanto la var. genuina como la vivipara Rehb., son frecuentes en los campos de Plasencia, Cáceres, Truji- Mo+ete. Fl. Junio, Julio. P. pratensis L.—La var. a vulgaris Gaud, es común en las huertas y sitios húmedos de Plasencia, Valle, Bazagona y toda la parte septentrional. La var. £ angustifolia Sm., parece ser más frecuente en la parte meridional, Cáceres, Trujillo, Arro- yo del Puerco y Herreruela. Fl. Mayo, Julio. P. trivialis L.—Lo mismo la var. vulgaris que la multiflora. son frecuentes en toda la provincia. Fl. Mayo, Junio. Bragrostis magastachya Link.—Común en el Valle de Pla- sencia y Bazagona. Fl. Junio. E. poeoides P. de B.—En los mismos sitios que la anterior, 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) siendo más frecuente en la parte meridional, Cáceres. Fl. Junio. E. pilosa P. de B.—Común en toda la sierra de Béjar. Flore- ce en Junio. Briza minor L. — Especie abundante en la sierra de San Pedro, Montánchez, Alcuescar, Virgen de la Montaña, etc. Fl. Mayo, Junio. B. media L.—Muy común en la sierra de Béjar, subida á la Virgen del Puerto (Plasencia), Bazagona, Gredos, etc. Fl. Mayo, Junio. B. mazima L.—=Espejo de los ingeles, espejo del monte, perlas del campo.—Bajo estos nombres se conoce esta elegante y her- mosa especie que abunda en la parte meridional de la provin- cia, así como también, aunque más escasa, en la sierra de Gredos, Villar, Solana, Bazagona y Navalmoral de la Mata. Fl. Mayo, Junio. Melica Nebrodensis Parlat.—En la Virgen de la Montaña y Paseo Alto (Cáceres). Fl. Abril. M. Magnolii God Gren.—En los alrededores de la Cruz del Cancho (Serradilla). Fl. Abril. Sphenopus Govani Trin:=Sclerochloa divaricata P. de B.—En el Calerizo (Cáceres). Fl. Abril, Junio. Selerochloa rigida Gris.—Sólo hemos visto la var. genuina y glaucescens Gris, Valle de Plasencia, etc. Fl. Junio. Wangenheimia Lima Trin.—En el Calerizo, Minas (Cáceres), Trujillo, etc. Fl. Junio. Dactylis glomerata L.—Pestuca glomerata Vill.—Hasta hoy, en la provincia de Cáceres, no hemos encontrado más variedad que la £2 australis Will (Dactylis Hispanica Roth), junto á el Canchal de la Muela (Sierra de Béjar). Fl. Junio. Molinia cerulea Moench.—En la Bazagona y montes del Ba- rrado. Fl. Junio. Cynosurus aureus L.—=Cepillos, pica brazos, trigo de pobre.— Especie muy común en Serradilla, campos de Cáceres, etc. Flo- rece en Abril. C. cristatus L.—Los mismos nombres vulgares que la especie anterior. Común en toda la provincia. Fl. Abril. O. echinatus L.—Los mismos nombres vulgares. Muy común en los alrededores de los poblados y paredes viejas. Fl. Abril. Vulpia delicatula Link. — Común en las inmediaciones de Plasencia, Canaveral y Coria. Fl. Mayo. (0D) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 239 V. Myurus Gm.=f'estuca Myurus Cav.—En los campos de Cáceres y demás de la provincia. Fl. Abril, Mayo. V. sciuroides Gm.—La var. a genuvinus es frecuente en los campos de Serradilla; la var. f gracillis, en la subida á la Vir- gen del Puerto, Gredos, y la y longearistata (Vulpina Broteri Boiss), en Brozas (Schousb«e). Fl. Junio. V. membranacea Link.—In la Isla (Plasencia), y otros sitios de la provincia. Fl. Junio, Julio. FPestuca ovina L.—Especie muy común en toda la provincia. Fl. Abril, Junio. F. duriscula L.—Sólo hemos visto la var. a genuina God Gren (F. cinerea Vi.—F. hirsuta Hort.), en la sierra de Gredos, Gata y Valle de Plasencia. Fl. Junio. FP. rubra L.=F. heteromalla Pourr.—En la sierra de Béjar, Valle de Hervás, Sierra de Zapata, sierra del Barrao y Baza- gona. Fl. Mayo, Junio. Bromus tectorum L.—Especie común en las laderas, huertas y parajes húmedos y sombríos de toda la provincia. Fl. Mayo. Bb. sterilis L.—Tan común como la anterior, por lo menos en la parte septentrional. Fl. Mayo, Junio. B. maximus Desf.—Común en las huertas de Pasarón. Baza- gona, etc. Fl. Mayo, Julio. B. Matritensis L.—La var. a genuinus Wilk, se encuentra en toda la provincia. Fl. Mayo. B. rubens L.—Muy común en toda la provincia. Fl. Mayo, Junio. B.inermis Leyss.—En la Bazagona. Fl. Junio. Serrafalcus secalinus God.—En los cerros y laderas de toda la provincia. Fl. Junio. S. arvensis God.— Alrededores de Baños, Aldea nueva del Camino, Bazagona. Fl. Junio. ¡S. mollis Parlat.—En las praderas del Madroñillo, Gamera y vegas del Arroyo Lugar (Serradilla).—Fl. Junio. S. squarrosus Bab.=Br. scuarrosus L.—Muy común en los ba- rrancos, praderas, linderos, etc., de la provincia. Fl. Mayo. 5. Cavanillesti Wilk.—De esta especie sólo tenemos algunos ejemplares recogidos en la sierra de Arenal Gordo. Fl. Mayo, Junio. : Hordeum maritimum Wit.—En las inmediaciones de Plasen- cia, cerro de San Blas, en Cáceres, Trujillo. Fl. Junio.. 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) H. secalinum Schreb.—Común en la parte septentrional de toda la provincia. Fl. Junio. H. murium L.=Pica brazo.—La var. a genuinum God Gren, es muy común en la provincia. La var. f£ majus God Gren, sSschousbe la indica en Talavera de la Reina (Toledo); siendo cierta esta indicación, es posible exista en Cáceres cuando existen iguales condiciones climatológicas; sin embargo, nos- otros no la hemos visto. Fl. Abril, Septiembre. Nota. El Zordeum vulgare L. (Cebada común); H. Hexasti- chium L. (Cebada de seis carreras); H. distichum L. (Cebada de dos carreras), y el H. zeoeriston L. (cebada abierta ó de abanico), son objeto de cultivo en la parte meridional y central. Elymus caput-meduse L.—En la Isla de Plasencia, praderas dle Segura, Valle de Plasencia y Cáceres. Fl. Junio. Imposible nos sería pasar en silencio las importantísimas especies del género Zriticum, 6 á lo menos de las que hemos visto cultivadas en el suelo extremeño, ya que la generalidad de sus hijos están consagrados al cultivo de la tierra exponien- do su trabajo é intereses para que algún día, aquel grano en- terrado, les recompense sus desvelos y fatigas; contribución permanente é inquebrantable que la Naturaleza impuso al que quisiera sacar fruto honroso de sus inagotables tesoros. La especie del género Zriticum más usual para el cultivo, es la 7. vulgare Vill., al que pertenece el llamado candeal y cha- moro; además, son objeto del cultivo el 7. turgidum L., la— mado trigo redondillo y el 7. durum Desf., 0 trigo moruno. Lo propio puede decirse del género Secale con su importante es—- pecie S. cereale L., 0 centeno, muy cultivado, sobre todo, en los pizarrales y sierras de la parte septentrional. ZEyilops ovata L.= Trigo corto. —Frecuente en los barran- cos de Casas del Monte, Virgen de la Montaña (Cáceres), Valle de Plasencia y Gredos. Fl. Mayo, Junio. A. triaristata Wild.—En el Valle de Plasencia y Bazagona. Fl. Junio. A. triuncialis L.—En la Bazagona, alrededores de Cáceres, Coria, etc. Fl. Mayo, Junio. (53) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 2411 Agropyrum curvifolium Lge.—In los sitios pantanosos del Tietar, huertas y praderas de Bazagona. Fl. Mayo, Junio. A. pungens Roem.=Z'riticum pungens Pers.—Común en los sitios húmedos del Villar, Segura, Isla de Plasencia, Bazagona, Caceres. Fl. Julio. A. repens P. de B.—Cáceres, Coria, Valle y Bazagona. Fl. Ju- nio, Agosto. A. junceum P. de B.—Frecuente en los alrededores de Tru- jillo, Logrosán, Calerizo de Cáceres y camino de Cáceres á Arroyo del Puerco. Fl. Julio. Brachypodium sylvaticum Roem.—Muy común en los terre- nos de Cáceres y Montánchez. Fl. Julio. B. jinnatum P. de B.—Frecuente en toda la provincia. Flo- rece en Abril. B. distachyum P. de B.—Se encuentra en abundancia en la región meridional. Fl. Abril, Julio. Lolium perenne L.=Vallico comin.—Muy común en toda la cordillera central de San Pablo, Virgen de la Montaña. Fl. Abril, Septiembre. L. temulentum L.=Zizaña.— Frecuente en los sembrados y huertas de toda la provincia. Fl. Mayo. Los labradores tienen buen cuidado de separar del trigo las simientes de esta especie por conocer sus efectos tóxicos. Gaudinia fragilis P. de B.—En la subida al puerto de Baños, Valle de Plasencia. Fl. Marzo. Vardurus tenellus Rechb.—Común en la parte septentrional «de la provincia, Bazagona. Fl. Junio. N. Lachenalii God.—En la sierra de Gredos y Gata. Fl. Julio. Psilurus nardoides Trin.—En las praderas altas de la sierra de Gredos. Fl. Junio... NVardus stricta L.—Muy común en la sierra de Gredos y al- rededores del Canchal de la Muela (sierra de Béjar). Fl. Junio, Agosto. FamtLIa Ciperáceas. Carez chordorrhiza Ehrh.—El Sr. Rivas y Santos recogió en una pradera de los alrededores de Serradilla ejemplares de «esta especie; nosotros no la hemos podido ver en ninguna ex- cursión. Fl. Mayo. ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 16 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (54) C. divisa Huds.—Muy abundante en las regaderas y prados de toda la provincia. Fl. Mayo. C. arenaria L.—Común en los alrededores de Plasencia, Isla, Virgen del Puerto, Trujillo y otros sitios. Fl. Mayo, Junio. C. vulpina L.—Abundante en las regaderas y charcos de Se- rradilla, huertas de Cáceres, etc. Fl. Mayo, Junio. C. muricata L.=C. canescens Leers.—La var. a genuina God. et Gren es muy frecuente en las praderas y huertas de Coria, Serradilla y Cañaveral. Fl. Mayo. C. elongata L.—En las praderas de Cáceres, Paseo Alto, etc. Fl. Mayo. C. leporina L.—Especie común en la parte septentrional de la provincia; Gredos, Gata, etc. El Sr. Rivas y Santos la ha re- cogido en los alrededores de Serradilla. Fl. Mayo, Julio. C. echinata Murr.—Muy común en toda la parte septentrio— nal, Bazagona, vallecitos de la sierra de Gredos (Madrigal. Fl. Junio. C. vulgaris Fries.=C. cespitosa God.—Es frecuente en la re- ción montañosa septentrional, sierras de Gata, Dios Padre y Bazagona. Fl. Junio. C. Reuteriana Boiss et Reut.—Sólo hemos visto ejemplares recogidos por el Sr. Rivas y Santos en la cordillera central de San Pablo. Fl. Junio. C. digitata L.—Se encuentra bastante escasa en los montes de la cordillera central de San Pablo (Cañaveral, Serradilla. Fl. Mayo. C. distans L.—Especie común en las praderas y huertas de Serrejón, Coria, Serradilla, etc. Fl. Mayo. C. Pseudo-cyperus L.—Común en el Valle de Plasencia, Baza- gona, praderas y valles de San Pablo, etc. Fl. Mayo. O. hirta L.—Sólo la hemos podido ver en las faldas de la sie- rra de Gredos (Madrigal, Hermanitas). Fl. Junio. Heleocharis palustris R. Br.— Muy común en los sitios en— charcados de toda la provincia. Fl. Junio. Scirpus pauciflorus Ligh.—Común en las vegas del Tietar, valles de la sierra de Gredos, Béjar y Villar. Fl. Junio, Agosto. Sec. setaceus L.—En los alrededores de Hervás, Baños y de- más pueblos septentrionales. Fl. Agosto. Se. lacustris L.—En las charcas y arroyos de Jerte, Lagunas del Duque, etc. Fl. Junio. (55) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 213 Se. Holoeschenus L.—Vulgar en toda la provincia, lo mismo la var. a genuina que la £ romanos y y australis. Fl. en Mayo, Junio. Cyperus fñavescens L.—Muy común en el Valle de Plasencia, subida del puerto de Madrigal, etc. Fl. Julio, Agosto. C. fuscus L.—Tan común como la anterior, se encuentra y florece en los mismos sitios y épocas. C. badius Desf.—Frecuente en los parajes húmedos del Valle de Hervás, Bazagona, etc. Fl. Junio. C. longus L.—Esta y la anterior son conocidas por el vulgo con los nombres de Juncia, Funcia, y tanto aquélla como ésta, son muy comunes en el Tietar, Tajo, etc. Fl. Junio. C. olivaris Targ., Tozz.— En las huertas y sitios cultivados, Trujillo, Valencia de Alcántara, etc. Fl. Julio. Holoschenus nigricans L.—En las inmediaciones del puerto de Baños, Trasierra (Serradilla). Fl. Mayo. ORDEN NAYÁDIDAS. FamtiLIa Nayadáceas. Zamnichellia palustris L.— Muy frecuente en las lagunas y arroyos de lento cauce. Laguna de la dehesa La Voluntaria (Serradilla), el Marco (Cáceres), remanso del Derriscadero (Tajo). Fl. Abril, Mayo. Potamogetoñ crispus L.—En las lagunas del Duque, río Jer- te, Bazagona (Tietar). Fl. Primavera y verano. P. perfoliatus L.—Muy común en el Puente del Cardenal (Tajo), río Salor (Herreruela). Fl. Junio. P. natans L.—Común en los sitios tranquilos y pantanosos del Tietar y Jerte, Bazagona, Plasencia. Fl. Junio. P. microcarpus Boiss. et Reut.—De unos charcos próximos á las lagunas del Duque, poseemos un ejemplar que nos remi- tieron con el nombre de esta especie; nosotros no hemos podi- do encontrarla ni podemos afirmar su presencia por las malas condiciones en que se encuentra el ejemplar. 244 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) ORDEN AROÍDIDAS. FAMILIA Aráceas. Arum maculatum L.=Yaro, Jaro, Jarrillo mayor.—En los si- tios húmedos y sombríos de las huertas de Cáceres, Isla de Plasencia. Fl. Abril. A. Italicum Mil.—Especie cuya área la reducen á la zona meridional y región oriental de nuestra Península Ibérica, dudándose pueda existir en Portugal (Amo y Mora). Ya en unas notas que publicamos en los ANALES DE LA SOCIEDAD Es- PAÑOLA DE HISTORIA NATURAL, dijimos haberla encontrado en la desembocadura de un arroyo en el Jerte (Valle de Plasen- cia), en la subida del puerto de Baños y en los sitios sombrios del Tajo, en Portugal (Salvaterra do Extremo, Rosmaninha). Después, en otras excursiones, la hemos recogido en la Gar- canta (Serradilla). Fl. Junio y Julio. A. Dracunculus L.=Dracunculus vulgaris Schott.—De esta subespontánea especie sólo hemos visto un ejemplar en el Lan- ce de la Mora (Tajo). Agosto. Arisarum vulgare Kumth.=4 74m arisarum L.=Candiles, can- dilejas, Jarrillos.—Especie indicada como muy rara en la re- ción central de nuestra Península. Ya hemos indicado en la Sociedad Española de Historia Natural lo equívoco de esta su- posición, pues en nuestras excursiones por Cáceres, Avila y Toledo, la hemos visto muy común en los jarales y huertas de Cáceres, Virgen de la Montaña. Paseo Alto, Serradilla, huertas de Abuelo y Hoyo, dehesa La Voluntaria, Tajo, Plasencia, Isla, Virgen del Puerto, en todo el Valle de Plasencia, sierras de Gata, Hurdes, Piornal, Gredos (Avila), Talavera de la Reina (Toledo), montes Oretanos, Cabeza del Buey, etc. Fl. Noviem- bre, Marzo. FAMILIA Tifaceas. Typha latifolia L.= Bojordo, bohordo, pitones, bayón, espa- dañas.—Se encuentra abundante en las orillas de los ríos y arroyos, Tietar, Salor, Tajo (Covacha), Barbaón, etc. Su apli- (57) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 215 cación conocida es, además de emplearla para molestar en los carnavales, por el facil desprendimiento de la borra, tiene además uso popular en la curación de los sabañones después de reventados. Fl. Mayo. T. angustifolia L.—Los mismos nombres vulgares que la anterior. Su habitación, floración y usos son idénticos. Sparganium ramosum Huds.—Platanaria. —Abundante en los sitios húmedos y próximos á los arroyos, Trasierra, Virgen de la Montaña, orillas del Tajo (Lance de la Mora). Fl. Mayo. SUPEROVARIEAS. ORDEN JUNCÍNIDAS. FAamimIa Juncáceas. Luzula campestris D. C.—Frecuente en el arroyo Madroñillo (Serradilla), las Corchuelas, Cañaveral, etc. Fl. Febrero. £L. ñivea D. C.—En los sitios limítrofes á la huerta de Santa Catalina, Berbegones (Tajo), Virgen del Puerto (Plasencia). Fl. Junio, Julio. L. pilosa Willd.—Común en el Valle Helechal, alrededores de Cáceres, huertas, etc. Fl. Julio, Agosto. L. Forsteri D. C.—Muy común en las faldas de Gredos, Valle de Plasencia, campos de Cáceres. Fl. Febrero. £L. lactea E. Mey.—Común en los pinares de la Bazagona, sierra de Gredos, Virgen del Puerto, alrededores de Cáceres. Fl. Junio. Juncus acutus L.=/uncos.—En los lugares húmedos de casi toda la provincia, Virgen de la Montaña (Cáceres). Fl. Junio. J. maritimus Lamk.—En las vegas y sitios encharcados de la Bazagona, Trujillo, Logrosán, etc. Fl. Junio. J. trifidus L.—Especie propia de la sierra de Gredos, pues aunque del puerto de Baños nos remitieron ejemplares bajo este nombre, son, sin embargo, pertenecientes al J. acutus. Fl. Julio. J. squarrosus L.—Frecuente en la parte septentrional de la provincia, Baños, Hervás, Jerte, Buzagona, etc. Fl. Junio. 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) J. compresus Jacq.—Común en los alrededores de Serradilla, Trujillo, Coria, etc. Fl. Mayo, Junio. J. Tenageia L.—La var. f spherocarpus (Tenageja spherocar- pa Rehb.) ya fué indicada por Schousbe en Extremadura, y nosotros la hemos podido ver en los campos de Cáceres y parte septentrional de la provincia. Fl. Mayo, Junio. J. filiformis L.—Común en la orilla del arroyo Barbaón (Serradilla). Fl. Mayo, Junio. J. glaucus Ebhrh.—Muy común en las vegas, arroyos y demás parajes húmedos de la provincia. Fl. Junio. J. efusus L.—No es tan común como las anteriores; sólo la hemos visto en el Valle de Plasencia. Fl. Junio. J. conglomeratus L.—Junto á las fuentes de Venero frío (Sierra de Béjar). Fl. Junio, Julio. J. striatus Schousb.—Frecuente en los arroyos y parajes encharcados de San Vicente, Herreruela. Fl. Junio. J. sylvaticus Rechb.—En los prados contiguos á San Vicente. Fl. Junio. J. pymens Thuill. —Común en las vegas del Tietar (Chique- ro, Bazagona). Fl. Mayo. ORDEN COMMELINIDAS. FamiLia Alismáceas. Alisma Plantago L.=Lanzas, Llanten de agua.—Tanto las variedades a latifolivm Grem., £ lanceolatum Grem. (A. lan ceolatum Rehb.) como la y ygraminifolia Grem. (A graminifo- lium Ehrh.), son comunes en las pedreras y lagunas de la pro- vincia, Arroyo, Garrobillas, Aliseda, Trujillo, Navalmoral de la Mata, Serradilla, etc. Fl. Mayo, Agosto. A ranunculoides L.—La var. f repens Prem. (A. repens Cav.), es común en las lagunas del Duque, charcos de la Bazagona. Fl. Abril, Junio. Damasonium stellatum Dalech.—A lisma Damasonitum L.— Crece en los sitios húmedos de la cordillera central de San Pablo, Trasierra, alcornocal de la Cuesta Bermeja. Fl. Mayo. Sagittaria sagittefolia L. —Especie rarísima; sólo la hemos podido ver en todo su vigor y lozanía en unos charcos de la sierra de Gredos (1.300 m.)junto á las Hermanitas. Fl. Junio. (59) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 217 ORDEN LILIDAS. FamiLIa Colchicaceas. Veratrum album L.=Vedegambre, planta de los vómitos.—En lo alto de la sierra de Gata, picachos de Gredos, Béjar, la Silleta, etc. Fl. Agosto. El rizoma le usan como emético. Bulbocodium vernum L.=bBerendenitas de invierno.—En el Valle de Plasencia, sierras de Gredos, Gata y Tras la Sierra. Fl. Marzo. Merendera Bulbocodium Ram. a. et f Berendenitas, Quitame—- riendas.=M. B. V.3s a genvina.—Esta variedad es muy común en toda la provincia; forma el sonrosado matiz de las praderas en los meses de Septiembre y primeros de Octubre. M. B. V.tas 8 Bulbocoides Lge.—No es difícil verla en la parte alpina de la región central, Gredos, Hervás, Baños, Bazago- na, etc. Fl. Septiembre. Colchicum autumnale L.=Quitameriendas, Berendenitas.—Co- mún en las vegas del Tietar y Jerte, Soto del Lance de la Mora, Taheña, etc. Fl. Septiembre. El vulgo pone las flores del cól- chico en maceración con vinagre, y el líquido resultante goza entre ellos de poderoso medio para combatir el reuma. FAMILIA. Esmilaceas. Smilazx aspera L.=Zarzaparrilla, Enredadera de monte.—Se encuentra salpicando los montes de la sierra de Gata, Gredos, cordillera central de San Pablo. Fl. Agosto. Los aficionados ú tomar el refresco de Zzarzaparrilla prefieren el hecho con el extracto de esta especie al de las especies americanas por ser más gustoso y de mejores resultados. Ruscus aculeatus L.=Carrasca, Brusco, Pinchones.—Abun- dante en todos los montes de la cordillera central de San Pablo, huertas de Santa Catalina y Hoyo, Lance de la Mora, etc. Flo- rece en Marzo, Abril. Asparragus oficinalis L.=Esparraguera, Espárragos de Olón. —Común en las cuencas del Tajo, campos de Cáceres y Pla- 248 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) sencia. Fl. Junio. Los turiones son buscados para comerlos en ensaladas y los frutitos los usan como diuréticos. A. acutifolius L.=Esparragueras.—Muy común en los mon- tes de Hervás, Serradilla, cuenca del Tajo, etc. Fl. Julio, Agosto. A. aphyllus L.—Esparraguera triguera.—Entre las mieses y sembrados de toda la provincia, cercanías de Talaván, ribera de Casas de Millán, Herguijuela de Guadalerma, etc. Fl. Junio, Julio. Poligonatum multiflorum Abl.—Convallaria multiflora L.— En las sierras de Gata, Gredos, Piornal y praderas septentrio- nales de la cuenca del Jerte. Fl. Abril. P. vulgare Desf.=Convallaria polygonatum L.=Suelda blanca, Sellos de Salomón.—En los sitios y terrenos húmedos de Plasen- cia, Valle de Plasencia, etc. Fl. Abril. P. verticillatum Abl.=Convallaria verticillata L.—Esta espe- cie tan caracteristica por sus hojas en verticilos y sépalos con manchas verdosas, es frecuente en los vallecitos y montes de Gredos, Bazagona, Tejeda, Hervás. Fl. Abril. Paris quadrifolia L.=Urvas de z0rro.—Yn los montes de la sierra de Zapata, Cáceres, Montánchez. Fl. Junio. Es planta bastante venenosa, causa por la que es muy respetada por el vulgo. FamtiLIa. Liliáceas. Tutipa Clusiana D. C.— Especie muy abundante en toda la parte septentrional y central de la provincia, Serrejón, Mal- partida, Gredos, Gata, Piornal, etc. Febrero y Marzo. T. sylvestris L.—Común en las praderas del Valle de Pla- sencia, Jerte, Tornavacas, Cáceres (Virgen de la Montaña), etc. Fl. Abril. T. Celsiana D. C.—Es, dentro del género, la especie más vul- gar; extendida por toda la comarca de la parte septentrional y meridional, como igualmente en las praderitas y hondonadas de la sierra de la Gibe, Zapata, Arenal Gordo, etc. Fl. Abril. Fritillaria Hispanica Boiss. et Reut.—Común en la Bazago- na, Mirabel (dehesa), praderas de la sierra de Béjar y Gre- dos, etc. Fl. Mayo. Uropetalwm serotinum Gawl.—Entre las mieses y olivares de (61) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 219 Torrejón, Serrejón, Casatejada, Trujillo, Cáceres, etc. Fl. Abril, Mayo. Lilium Martagon L.=Rosa pintada, Lirio llorón.—Este her- mosísimo lirio, tan característico por sus flores de sépalos son- rosados con puntuaciones de inimitable color púrpura y re- vueltos hacia abajo, forma en la primavera pintorescas cam- piñas en lo alto y faldas de Gredos, Gata, Piornal, Dios Padre, Tras la Sierra, y Sierra de Béjar (Garganta). Fl. Mayo, Junio. Urginea Scilla Steint.=8cilla maritima L.=Escilla maritima. =Cebolla albarrana, Cebolla contra la erisipela, Ceborrinchas, Gamonas.—Cubre extensos campos en la mayor parte de la provincia, Cáceres, Plasencia, Coria, Trujillo, Serradilla, etc., abundando más en los sitios arenosos, barrancos ¡y orillas de los arroyos. Fl. Agosto. El vulgo considera la cebolla como un medio preventivo contra la erisipela y colocan el bulbo en tiestecitos debajo de la cama donde yace el paciente Ó perso— nas propensas á dicha enfermedad. Scilla verna Huds.=8S. umbellata Ram.—Común en todo el Valle de Plasencia, sierra de Gredos. Fl. Marzo, Abril. S. autumnalis L.=Perritos.—En toda la sierra de Tejadilla, Miravete, Valle de Plasencia, Campos de Cáceres, Plasencia (Virgen del Puerto, San Antón), etc. Fl. Septiembre. S. difolia L.=A denoscilla biflora Gren et Godr.—En la falda del Piornal y Tras la Sierra. Fl. Abril, Julio. Endymion campanulatus WiWk.= Eyacinthus cernus Brot.= Agraphis campanulata Link et Rohb.—Especie abundante en los prados de Serradilla, Cañaveral, Jerte. Tornavacas. Flo- rece en Marzo. E. nutans Dum.=Scilla nutans Smith.—Crece en los mismos sitios que la anterior. Fl. Abril, Mayo. E. cernuus W¡ilk.=Scilla cernua.=Hyacinthus cernus L.— cordillera central de San Pablo, alto del tunel de Mirabel. Flo- rece en Abril. Gagea lutea Schudt.—Tiene bastante representación en las montañas de la región central, San Pablo (Serradilla), Gredos, Piornal, sierra de Béjar. Fl. Mayo, Julio. G. minima Schult.-—Menos frecuente que la especie anterior, Gredos, y Lance de la Mora. Fl. Mayo. G. arvensis Schult.—Es fácil encontrarla en los comienzos de la primavera en las huertas de naranjos y otros terrenos cul- 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) tivados. Huertas de Santa Catalina y Abuelo ó Linos (Serradi- lla, cerca del Hospicio de Cáceres. Fl. Abril, Junio. Allium Ampeloprasum L.—Puerro, Porretas. —Muy común en los barrancos de toda la provincia. Fl. Abril. A. spherocephalum L.—Común en la provincia; pero donde con mayor abundancia la hemos visto es en los alrededores de Mirabel y dehesa del Cuchillar. Fl. Abril, Mayo. A. roseum L.=Rosas de ajo puerro.—En la sierra de Zapata ¡Puerto Castaño, Cruz del Cancho, etc.), Virgen de la Montaña (Cáceres), y otras localidades. Fl. Abril, Junio. A. candidissimum Cav.=A. napolitanum Cyril. —£Ldgrimas de la Virgen.—En sitios húmedos y cultivados, huertas de Cá- ceres, Plasencia, etc. Fl. Abril, Junio. A. carinatum L.—Especie muy común, Torrejoncillo, Her— vás, etc. Fl. Abril, Julio. A. pallens L.=Borlas cebollunas, Trompetones.—Muy común en los pinares de la Bazagona, encinares de Casas de Mar- cos, etc. Fl. Abril. A. setaceum Waldst.=4. moschatum L.—En la umbría de la Sierra de Arenal Gordo, Zapata (Lance de la Mora), Fl. Abril, Julio. A. ursinúm L.=A¿jo de Oso. — Común en la Sierra de Zapata, cerro de Santa Bárbara, cerro de Calamoco, Sierra de Béjar, etc. Fl. Abril, Julio. A. guttatum Stv.—Sólo hemos podido encontrarla en la cor- dillera central de San Pablo (Puerto Castaño, Casas de Millán), Fl. Julio. A. oleraceum L.—Especie que no hemos comprobado en nuestras excursiones, y sí sólo poseemos un ejemplar que nos remitieron de la Sierra de Zapata (Cañaveral). A. rotundum L.—En los campos limítrofes á Plasencia (Her- guijuela de Leal), Las Corchuelas, Gamera. Fl. Mayo. A. Victorialis L.—En la región central de la provincia (Sierra de Hurdes), relativamente más común en la occidental, Herre- ruela, Aliseda y Grimaldos. Fl. Mayo. A. triquetrum L.—Sólo posemos unos ejemplares que el señor Rivas y Santos recogió en una de sus excursiones por la Sierra de Tejadilla (Portilla de la Garganta). Fl. Abril. A. subhirsutum L.—En los campos de Cáceres, Garganta de Béjar, Navalmoral de la Mata, Trujillo, Coria, etc. Fl. Agosto. (63, Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA D3 CÁCERES. 251 Myogalum nutans Link. —0Ornithogalum nutans L.—En los sembrados de cereales. Fl. Abril. Ornithogalum umbellatum L.=Matacandil, Culebrilla ajera. —En los sitios sombrios y húmedos de toda la provincia. Fl. Marzo, Mayo. j O. Narbonense L.=Leche de gallina.—En los mismos sitios que la anterior. Fl. Marzo, Mayo. Asphodelus cerasiferus Gay. = Eamón. —Común en los ma- torrales de toda la provincia. Fl. Abril, Junio. A. albus Willd.=4. ramosus L.=Gamóon.—Especie tan vul- gar como la anterior y de la que se distingue por sus hojas anchas aquilladas y flor blanca. Fl. Abril, Junio. A. fistulosus L.=Gamón, gamoneta, Porreta.—Común en la Bazagona y Valle del Tietar. Fl. Abril. A.microcarpus Salmz. et Vir.—En Serradilla, Mirabel, Mal- partida. Plasencia, etc. Fl. Marzo, Junio. Anthericum bicolor Desf.—Esta especie, tenida como única de Portugal crece, aunque muy escasa, en las sierras de San Vicente y Jibe. Fl. Mayo, Junio. A. Liliago L.—Más común que la anterior, se encuentra en los campos próximos á Guadalupe, Serradilla, etc. Fl. Mayo. Aphyllanthes Monspeliensis L.—Especie muy característica de la Bazagona y terrenos comprendidos entre el Tietar y la sierra de Piornal y Gredos. Fl. Abril. Bellevalia comosa Kumth.=Myacinthus comosus L.=Jacinto de penacho, Guitarro.—Común entre los sembrados de toda la provincia. Fl. Abril. Las semillas se usan entre el vulgo como un excelente febrífugo. Botryanthus vulgaris Kumth.—Matacandil, Nazareno, Peni- tente.—En los cerros y valles de Serradiila, Logrosán, Cáce- res. etc. Fl. Abril, Mayo. B. odorus Kumth.=Matacandil, Nazareno, Penitente.—En los mismos sitios que el anterior. Fl. Abril. Hyacinthus amethystinus.—Su presencia es tan escasa, que sólo hemos podido ver unos pocos ejemplares en Gredos (Ma- drigal). Fl. Junio. 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) SUBCLASE Inferovarias. ORDEN IRÍDIDAS. FamiLIia Amarilidaceas. Leucojum autumnale L.=Campanitas de Otoño.—Muy común en las praderas y orillas de los arroyos de la mayor parte de la provincia; Hervás, Plasencia, Serradilla, Cáceres, etc. Fl. Sep- tiembre. L. vernum L.—El área de esta especie está limitada al Alto de Madrigal, sierra de Gredos, 2.320 m., y con especialidad busca los vallecitos ú hondonadas. Fl. Noviembre. L. longifolium Gay. —Común en las praderas y valles de toda la parte septentrional de la provincia; Hervás, Baños, Va- lle de Plasencia, sierras de Gata y Gredos. Fl. Mayo, Junio. L. estivum L.—Es también común en la parte septentrional y baja á la meridional en donde, aunque rara, puede verse en los valles de la Sierra de Guadalupe. Empieza á florecer á me- diados de Mayo y se encuentra en flor hasta Septiembre (Gredos, Gata). La limitación geográfica de estas especies es, á excepción de la primera, que se encuentra en todas partes, la comprendida entre los 2.314 m. (Gredos), y los 974 (Guadalupe), de altitud al nivel del mar; de donde se deduce que son especies propias de la parte septentrional, y de ésta la comprendida entre Gre- dos y Tras la Sierra (NE.) y Gata (NO.), bajando, por excepción, la última á Guadalupe, y en este caso desaparece en la parte central y demás sitios de la meridional. Narcisus Bulbocodium L.—Muy común en toda la sierra de San Pedro, Guadalupe, cordillera central de San Pablo, Valle de Plasencia, Gredos, etc. Fl. Febrero, Marzo. Especie de área ilimitada dentro de la provincia. | NV. Graellsii Webb.—Parecida á la anterior, de la que se destingue por el color y forma de la corona. Es común en las sierras de Gredos y Gata, decreciendo y extinguiéndose en los límites de la parte central, volviéndose á presentar en la me- (05) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 253 ridional, y de ésta en las sierras de Guadalupe y Montánchez. Fl. Mayo. ÑN. nivalis Grall.—Es, entre todos, el narciso más limitado en la provincia. Ocupa una pequeña faja septentrional, que em- pieza entre los 1.900 m. en la Sierra de Gredos, corriéndose hacia el NO. á unos valles de la humbría (Hermanitas), hasta el puerto de Madrigal, 2.314 m., en donde sigue la sierra de Gredos, en la vecina provincia de Avila. Fl. Mayo, Junio. V. obessus Salisb.=Campanillas.—Nombre vulgar que indis- tintamente lo aplican á ésta y otras especies, llevándolo ésta con predilección por ser la-más conocida. Especie de área ili- mitada, viéndose, no obstante, con tendencia marcada á pre- dominar en la parte central, cordillera de San Pablo (Serradi- lla, Cruz del Cancho), Guadalupe, Virgen de la Montaña (Cá- ceres). Fl. Abril, Mayo. NV. minor L.—Es bastante común en las praderas de la parte septentrional, siendo raro suba á los 1.500 m. de altitud; Ba- zagona, Hervás, Baños, Campos de Cáceres. Fl. Abril. V. Pseudo-narcisus.—Especie de área extensa, pero recon- centrada á toda la parte septentrional. Jerte, Garganta de Bé- jar, Tornavacas. Fl. Abril. VW. rupicola Duf.—Repartido por las sierras de Gredos y Gata, más parte alta del Piornal de 1.000 á 2.300 m.: rarísima á más baja altitud (Virgen del Puerto, Plasencia). Fl. en toda la pri- mavera, habiéndome presentado ejemplares de Gredos, flore— cidos en primeros de Febrero con la etiqueta de «(N. R. sitios reseuardados, 1.875 m.)» VW. triandrus L.—De área extensa, lo mismo puede encon— trársele en la parte central de 400 á 500 m. (Cañaveral), como en los picos y faldas altas de Gredos, Gata, Piornal, Tras la Sierra, Virgen del Puerto, etc. Fl. primavera. N. pallidulus Grel.—Especie muy característica de la parte. septentrional y de aquí, sobresaliendo la Sierra de Gredos, en donde sube hasta los 2.300 m., y continúa salpicando toda la falda S. La hemos visto, aunque en ejemplares dispersos, redu- cido de talla y flor casi blanca, en los matorrales de la Sierra de Zapata, Arenal Gordo y Serradilla. Fl. Abril, Mayo. NW. Jonguilla L.—Es predilecto y el más común en la parte meridional, y de ésta en las sierras de Guadalupe, Montánchez y San Pedro, en donde hay vallecitos resguardados del tempo- 251 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (66) ral en que pueden verse criaderos tan naturales y tan rellenos de la especie, que parece ser de intento allí cultivada. Fl. Mar- zo, Abril. N. juncifolius Lee.—Es otra especie meridional, lo mismo de sierras que de llanuras. Entre Cáceres y Trujillo (Schousbee); creo se referirá á la Venta de la Matilla, sierras de Guadalupe (900 m.), Montánchez, San Pedro, etc. Fl. Marzo. N. multiflorus Lamk.—Sube á una altura de 2.024 m. en Gredos, aunque rara, siendo más común en Guadalupe, Mon- tánchez y San Pedro. Fl. Julio. ÑN. serotinus Clus.=Narciso de los prados.—Este narciso re- une las condiciones de ser el más vulgar y polimorfo de todos los indicados, como el de poseer un aroma muy delicado y fino. Encuéntrase en toda la provincia, y con predilección en el Valle de Plasencia. Fl. Octubre y Noviembre. ÑN. rupestris.—Frecuente en la parte septentrional de la pro- vincia (Gredos, Sierra de Béjar, Piornal y Gata). Fl. Mayo, Junio. Famimla Iridáceas. Iris spuria L.—Común en las gargantas y valles de Plasen- cia, Hervás, Monroy, etc. Fl. Abril. TI. fetidissima L.=£Lirio podrido, lirio delos gatos.—En la ori- lla del arroyo Barbaón (Malpartida), Cáceres, etc. Fl. Junio y Agosto. T. Pseudo-acorus L.=1. lutea Lamk=Lirio amarillo.—Cuentas de coral.—Común en el remanso de la Covacha (Tajo), Gar- canta de Serradilla (Cogollas, Puente), regatos de Arroyo y Malpartida, etc. Fl. en Junio. 1. Xiphium Ehrh.—Muy común en las inmediaciones de Se— rradilla, arroyos y praderas del Valle de la Gamera, Hervás. Fl. Abril, Junio. I. Germanica L.=Lirio común, pitas.—Abundantísimo en la orilla y vegas limítrofes á la Garganta (Serradilla), Plasencia, Logsrosán, etc. Fl. Abril. Gladiolus HMlyricus Koch.-—Pirigallos, cantagallos.—Muy co- mún en los sembrados de cereales, Cáceres (San Blas y Puen- te Nuevo), Valle Helechal, etc. Fl. Abril. G. segetum Gavvl.=Pirigallos y pimpirigallos, cantagallos (67) Rivas Mateos.—FLORA DE LA PROVINCIA DE CÁCERES. 255 mayor, yerba estoque.—En los mismos sitios que la anterior y aun más carecterística y propia de los terrenos cultivados. Fl. Abril. G. Reuteri Boiss.—En la subida á la Virgen del Puerto (Pla- sencia), praderas y sembrados de Serradilla. Fl. Junio. Ixia Bulbocodium L.—Muy común en las praderas centrales, Cañaveral, Mirabel, Garganta de Béjar, etc. Fl. Abril. Crocus Carpetanus Boiss. et Reut.=424/fr4n de montaña.—Sie- rras de Gredos, Gata, Piornal, Guadalupe, etc. (de 1.050 á 2.000 m.) Fl. Marzo, Junio. C. nudiflorus Smit.—Exclusivo de las sierras centrales, Gre- dos, Piornal, etc. Fl. Marzo, Septiembre, Enero. C. serotinus Salisb.—Común en la sierra de la Jibe, Aliseda, Herreruela, San Vicente. Fl. Noviembre. C. vernus A1.—Sólo hemos podido recoger unos ejemplares en la falda N. de Gredos, Sierra de Béjar junto al puerto de Madrigal. Fl. Diciembre. Gynandriris sisyrinchium Parlat.= fris sisyrinchium L.—En- tre los pizarrales de la Sierra de San Pedro. Fl. Agosto. ORDEN ORQUÍDIDAS. Fammria Orquidáceas. Orchis Morio L.=Planta de la sangre, planta pajarera, perri—- tos de los prados.—Muy común en los valles de Serradilla, Sie- rra de Gredos, Bazagona, Campos de Cáceres, Arroyo del Puer- co, etc. Fl. Marzo. Junio. O. coriophora L.—Muy común en sitios montañosos y valle- citos de la parte septentrional, Bazagona, Gredos, Fl. Abril. O. militaris L.—Testiículo de perro.— En la Sierra de Gredos, el Villar, Lance de la Mora, Derriscadero (Serradilla). Fl. Mar- zo, Abril. O. mascula L—Sólo hemos podido encontrar esta especie en la cordillera Oretana (Montánchez y $. Pedro). Fl. Febrero, Marzo. O. patens Desf. —Frecuente en las montañas septentrionales y con preferencia en la de Gredos y Barrao. Fl. Abril. O. laxiflora Lamk.—Común en algunos cerros de la carrete- ra de Cáceres á Trujillo, Serradilla. Fl. Mayo. O. incarnata L.—La forma típica de esta especie es muy fre- 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (63) cuente en toda la parte septentrional de la provincia, Sierra de Dios Padre, Gata, Barrao, Gredos. Fl. Mayo. O. maculata L.—Encontrada por el Sr. Sancho en las inme- diaciones de Casas de Millán, Gredos. Fl. Junio. O. biflora L.—Esta especie, de gratísimo aroma, es bastante frecuente en la Bazagona, Villar, Solana y Sierra del Piornal. Fl. Abril. Serapias Pseudo-cordigera Moric.—En la Sierra de Gredos, Lance de la Mora (Tajo). Fl. Junio. S. Lingua L.—En los montes de la cordillera central de San Pablo. Fl. Marzo. S. cordigera L.—Común en la Sierra de Gredos (Hermanitas. Madrigal), Bazagona y montes del Barrao (Tejada, Pasarón). RI Julio. Aceras anthropophora R. Br.—Especie muy común entre los romerales de la sierra de Zapata, Cruz del Cancho, Lance de la Mora, Virgen de la Montaña, en Cáceres, etc. Fl. Abril, Julio. A.densiflora Boiss.—En el Valle Helechal (Mirabel). Fl. Mayo. Ophrys apifera Huds.=0. insectifera L.=Plor de la abeja.— Especie repartida por toda la provincia, desde la parte septen- trional, Gredos, Gata, Garganta de Béjar, hasta la central (Herguijuela de Guadalerma), y meridional (San Pedro, Mon- tanchez). Fl. Mayo. O. lutea Cav.—En la serranía de las Hurdes, Madrigal (Gre- dos), Sierra de Zapata. Fl. Mayo, Junio. : Spiranthes estivalis Rich.=0phrys estivalis Lamk.—Vestia estivalis D. C. —Común en las praderas de Mirabel, Sierra de Béjar (Garganta). Fl. Julio. Cephalanthera ensifolia Rich.—Especie más bien propia de la parte septentrional, Gredos, Barrao. También se halla en las inmediaciones de Serradilla y Cruz del Cancho. Fl. Abril. Epipactis rubiginosa Koch.—Se encuentra en la parte baja de la cordillera central de San Pablo, viñedos de Trasierra, Camino de Serradilla á Mirabel. Fl. Mayo. Listera ovata R. Br.—En los montes de San Pedro, sierra de Guadalupe. Fl. Mayo. Limodorum abortivum Suv.—Especie común en la cordillera Oretana, San Pedro, Montanchez. Se encuentra, aunque en aislados ejemplares, en la Virgen de la Montaña (Cáceres), y montes de Serradilla. Fl. Junio. LAS CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES EN El HOMBRE OBSERVACIONES RECOGIDAS SOBRE LAS CISURAS INTERLOBULARES Y LOS LÓBULOS FRONTAL, PARIETAL, TEMPORAL Y OCCIPITAL POR DAUPT PEGA EZ VILLEGAS (Sesión del 15 de Septiembre de 1897.) Hasta que publicó Broca, hace más de una decena de años, sus notables trabajos sobre la morfología y nomenclatura de la corteza cerebral (1), ha venido reinando, y reina en parte to- davía, como recuerdo de aquella remota época, una verdadera anarquía en cuanto se refiere á las múltiples denominaciones y descripciones aceptadas para las diversas regiones corticales del cerebro. Los estudios realizados sobre este asunto por el anatómico y antropólogo citado, marcan, en efecto, una nueva era en la terminología córtico-cerebral, pues antes de la indi- cada fecha cada tratadista seguía un método expositivo y un tecnicismo armónicos con su manera de considerar la morfolo- gía encefálica, y no pocas veces acomodados á las impresiones del momento en que realizaba cada una de sus observaciones. Mas no obsta esto para que aún se empleen algunos de los nombres señalados en fecha anterior á la en que fué conocida la nomenclatura de Broca, tales como los de pliegues superci- liar y curvo; circunvolución del dobladillo; cisuras perpendi— culares y calcarina; cuña y precuña 6 lobuli!llo cuadrilátero; lobulillos orbitario, paracentral, angular, marginal, fusiforme, (1) Broca: Anatomie comparée des circonvolutions.— Nomenclature cerebrale — Des- cription élémentaire des circonvolutions cerébrales de homme. (Revue d'Antropologie, 1378 y 1883.) ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 17 258 “(ANALES DE HiSTORIA NATURAL. (2) lingual y del hipocampo, y algunas otras voces, pero princi- palmente las citadas, que sólo el uso de la nomenclatura fran— cesa y algún acuerdo tomado en los Congresos internacionales (quizá en el celebrado recientemente en Moscou), serán los que irán desterrando aquéllas, según opinan con buen acuerdo Brissaud, Charpy y otros neurólogos eminentes. Es de desear, sin embargo, que antes de adoptar acuerdos unánimes y defi- nitivos sobre este asunto, se tengan en cuenta las observacio- nes cerebrogénicas de los anatómicos alemanes, y se aquilate el valor científico de las denominaciones introducidas en este tecnicismo por His, Pansch, Eberstaller, £cker, Giacomini y otros observadores anteriores y posteriores á Broca, pues es muy posible que algunas de las antiguas denominaciones me- rezcan ser conservadas, y, en cambio, deban modificarse otras de las pertenecientes á las modernas nomenclaturas. Yo, aunque acepto algunos nombres antiguos y otros ale- manes relativamente modernos, en el presente trabajo no me he corregido quizá de los defectos que yo mismo acabo de se- ñalar, y sigo principalmente la nomenclatura francesa con las modificaciones hechas en ella por el mismo Broca, y con algu- nas otras que me he permitido introducir, señalando las razo- nes que me inducen á ello. Por lo demás, mis observaciones han recaído casi exclusiva- mente sobre 30 cerebros que habían pertenecido á sujetos adultos fallecidos en establecimientos benéficos, y en su ma- yoría hombres correspondientes á la clase jornalera y menes- terosa. Por fin, he considerado conveniente hacer notar cuanto acabo de exponer, para descartar del juicio que puede formularse acerca de esta publicación toda suspicacia contraria al objetivo científico que me guía y al tecnicismo que voy á emplear, y para que se recuerde al mismo tiempo que son hechos eviden= tes el de que la lobulización morfológica de la corteza cerebral está en desacuerdo con la topografía cuadricular fisiológica, y el de que la embriología y la anatomía comparadas no son paralelas en cuanto se refiere á lo conocido de ciertos detalles relativos á la citada lobulización. Urge, pues, perseverar en las indagaciones morfológicas, antes que pretender el descubri- miento de toda interpretación anatómica no fundada en el co- nocimiento exacto de las particularidades á que aquella se re- (3) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 259 fiera, y no olvidar que todos los detalles organológicos tienen cierto sello individual y conexiones de graduales jerarquías, en las distintas agrupaciones que con ellos pueden formarse. CISURAS INTERLOBULARES. Es sabido que en cada hemisferio cerebral se ha convenido en admitir, desde el punto de vista morfológico, seis lóbulos: frontal, parietal, temporal, occipital, calloso é insular. Pero está perfectamente reconocida también la existencia del lóbulo límbico, ó sea el conjunto del bulbo de los nervios olfatorios, de la circunvolución callosa, que forma por sí sola el lóbulo calloso, y de la circunvolución del hipocampo, que es, como se sabe, la 5.* del lóbulo temporal, según la nomenclatura de Broca, y la parte temporal del lobulillo lingual, según las an- tiguas nomenclaturas. Se sabe también que los citados lóbulos están limitados por hendiduras profundas de la corteza cerebral, que han sido de- nominadas por Broca simplemente cisuras. y que éstas son la de Sylvio, la de Rolando, la sub-frontal y la occipital 4 con- junto de las denominadas perpendiculares interna y externa desde las nomenclaturas de la época de Huschke. Pero hay otras hendiduras en la corteza cerebral, para las cuales se conserva todavía el nombre de cisuras: tales son la calcarina y la colateral por lo menos; y por otra parte, las in- dicadas anteriormente, si bien están destinadas á separar unos lóbulos cerebrales de otros, sus nombres realmente no lo indi- can, pues las denominaciones sub-frontal y occipital sólo dan una idea vaga de la topografía de estas cisuras; y por lo que respecta á las de Sylvio y de Rolando, á despecho de la tradi- ción que las sanciona, y por más que por ésta merezcan con- servarse, no es menos evidente la arbitrariedad de construcción científica que encierran. Teniendo en cuenta estos datos es por lo que añado al tér- mino cisuras, de Broca, el calificativo de interlobulares, y sus- tituyo las denominaciones de cisura de Sylvio, por la de cisura mayor 6 fronto-témporo-parietal; la de cisura rolándica, por la de /ronto-parietal; la de occipital, por la de parieto-témporo-oc- 260 ANALES DIE HISTORIA NATURAL. (4) cipital, y las de cisura sub-frontal, surco sub-parietal, cisura colateral é incisura límbica, por la genérica, ya empleada, de cisura límbica, por no emplear la larga y enojosa denomina- ción de cisura fronto-parieto-occipito-témporo-limbica, que en puridad de lenguaje anatómico sería la que le correspondiera, y por no abusar de los neologismos y orillar sus escollos de- signándola peribólica 0 perilimbica. Al proceder así tengo en cuenta la alta importancia zoológica y filogénica del lóbulo límbico y el escaso interés anatómico del pretendido lóbulo calloso; incluyo á éste en aquel, admitiendo por lo pronto, de los dos, solamente el límbico para los efectos descriptivos, y reduzco de este modo á cuatro el número de las circunvolu— ciones temporales. Cisura mayor ó fronto-témporo-parietal. Es el tipo de los surcos totales en la nomenclatura y clasifi- cación de His, por su profundidad, extensión, topografía y fe- cha de aparición. Resumen de las observaciones. —1. La rama larga es oblicua hacia arriba y atrás, y su continuación en línea recta termina en la extremidad inferior de la incisura sagital propia de la c. parieto-occipital. De las dos ramas cortas la anterior es oblicua hacia delante, afuera y arriba, y la pos- terior es completamente vertical. 2. Una de las ramas del surco del lobulillo orbitario se continúa con el tronco. Las ramas ofrecen la disposición ordinaria. 3. Larama larga es casi horizontal. 4. La rama larga se bifurca por debajo de P?, comprendiendo en esta bifurcación la parte media de la misma P*, 5. El tronco se continúa con la incisura límbica. En lo demás ofrece la disposición ordinaria. 6. La rama larga se encorva por detrás de Pa, ascendiendo paralela á la cisura fronto-parietal, hasta el origen de P”, que es muy alto. Las ra- mas cortas parece que son tres, y de ellas las dos más anteriores casi pa— ralelas; pero lo que hay es que el surco diagonal del pie de F* aparece como rama ascendente, y ésta, en su verdadera representación, es un surco casi horizontal. 7,8y 9. Tienen una disposición correspondiente á la considerada como típica en las descripciones clásicas. 10. Tiene la forima en Y, la rama larga y el conjunto de las dos ramas cortas, para las cuales existe un corto tronco común. (5) Pelaez Villegas.—cIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 261 11 y 12. Se continúan con el surco del lobulillo orbitario y con la in- cisura límbica. En lo demás ofrecen la disposición ordinaria. 13. Conformada como en el núm. 10. 14 y 15. Como en los números 11 y 12. 16, 17 y 18. Como en el núm. 10, 19. La rama larga tiene forma en S. La rama corta horizontal tiene forma en Y. 20. Tienen rma en Y las ramas larga y corta anterior. 21. La rama larga es bífida y abraza en su bifurcación una porción de P?. Las ramas cortas son notablemente largas, y de ellas la horizontal llega casi á la unión del tercio anterior con los dos tercios posteriores de la cara inferior del lóbulo frontal; la ascendente tiene una longitud seme- jante y sigue la dirección ordinaria. 22. La rama larga tiene una colateral al nivel de la extremidad infe— rior de Pa y termina encorvándose detrás y debajo de la raíz y parte an— terior de P?. De las ramas cortas la ascendente se bifurca para abrazar la parte de F?, y la horizontal es muy corta. 23. La rama larga es completamente horizontal, y sólo llega hasta la parte media del lóbulo parietal. 24. La rama larga es muy poco ascendente y termina en Y. Las ramas cortas ofrecen un tronco común, y entre ellas existe una supernumeraria que corresponde al surco diagonal de Eberstaller. 25. La rama larga es muy oblicua y termina como de ordinario. Las ramas cortas son tres, como en el núm. 24. 26. La rama larga termina en Y. Las ramas cortas son tres, y tienen un tronco común; de ellas las dos anteriores corresponden á las norma- les, y la superior-posterior es homóloga con la descrita como sapernume- raria en el núm. 24 27. Tiene tres ramas cortas: la supernumeraria es como la del núme- ro 26. 28. Ofrece una de las disposiciones ordinarias. 29. Es cuadrífida la rama larga. 30. Normal, aunque este hemisterio es homotipo izquierdo del 29. 31. Dela rama larga salen una porción de ramitas colaterales que lle gan á F? Fa, Pa P?. La rama corta posterior constituye una de esas rami- tas. La anterior es oblicua. 32. A pesar de ser homotipo del 31, la rama larga sólo ofrece tres ra- mitas colaterales, y las ramas cortas nacen por un tronco común. 33. La rama larga es bífida: las ramas cortas son tres. 34,35 y 36. Ofrecen una de las disposiciones consideradas como típi- cas por los clásicos. 37. Ofrece tres ramas cortas. 38. Ofrece forma en Y para el conjunto y la rama corta anterior. La 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) rama corta posterior es vertical como siempre, y por detrás de ella hay otra rama corta supernumeraria, que corresponde al espesor de la parte ante- rior del pie de FF”. 39 y 40. Ofrecen una de las disposiciones consideradas como típicas en las descripciones clásicas. 41. La rama larga es bífida. 42 y 43. Como 39 y 40 (niño). 44, Ofrece forma en Y para el conjunto, para la rama larga y para el conjunto de las dos ramas cortas, que son completamente horizontales. 45. A pesar de ser homotipo derecho del 44, no presenta más que una rama corta que corresponde al espesor del cabo de PF”. 46 y 47. Son homotipos y ofrecen la forma en Y para el conjunto, para la rama larga y para las dos ramas cortas. 48. Como el 46 y 47. 49. A pesar de ser homotipo del anterior, ofrece una de las disposicio—- nes consideradas como ordinarias. 50 y 51. Son homotipos y ofrecen la forma en Y para la totalidad de la cisura y para el conjunto de las ramas cortas. Estas son tres en el lado iz- quierdo y dos completamente independientes de una que no es completa en el lado derecho. La rama larga en uno y otro lado es ramosa. Por fin, existen en este cerebro una porción de ramitas en la región de las ramas cortas normales. 52 y 53. Son homotipos y ofrecen la rama larga bífida. En lo demás la disposición es una de las consideradas como normales. 54. Ofrecen forma en Y la totalidad de la cisura, la rama larga y el con- junto de las dos ramas cortas. 55. Es homotipo del anterior; la rama larga en forma de T y las ramas cortas son tres. 56. Ofrece la forma en Y para el conjunto y cada una de sus tres ra- mas. El surco pre-rolándico casi constituye una tercera rama corta. 57. Tiene la forma en Y para el conjunto, para la rama larga y para el conjunto de las dos ramas cortas. 58. Las ramas cortas son tres. 59. La rama larga es bífida. 60. Ofrece una de las disposiciones consideradas como típicas por los clásicos; pero la rama larga tiene indicios de bifidez. Deducciones. —Analizando los datos que acabo de exponer, resultan evidentes los hechos siguientes: 1.2 Que no llegan á la cuarta parte del número de casos ob- servados los que ofrecían la cisura de Sylvio, con alguna de las disposiciones consideradas como normales; y debe tenerse en cuenta, para apreciar esta conclusión, que son varias las dis- (7) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 263 posiciones descritas como típicas por los tratadistas clásicos; y que, según las observaciones del mismo Broca, que son de las que más respeto pueden merecernos por el número de ellas y por la distinción del observador, la rama larga de la cisura que me ocupa ya termina ascendiendo oblicuamente desde su pri- mero y único codo, 6 ya ofrece una segunda corvadura, y por tanto, una última porción que forma con la penúltima un án- gulo cuya abertura es siempre superior á 90”. Cerebro de tipo larco y lóbulo frontal extenso, visto por Ja cara superior. 2.” En la mitad de los casos observados ofrecía ramas cola- terales 6 terminales la rama larga: era bífida en 23 de los ejem- plares examinados; terminaba en 7 en uno de ellos; era trífida en otro; cuadrifida en otro; ofrecía una sola colateral en otro y ofrecía muchas colaterales en tres. 3.2 Esta rama larga era completamente horizontal en un solo caso; casi horizontal en otro; simulando una £ en otro, y oblicua ascendente en todos los demás, hasta el punto de que 264: ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) en alguno, prolongada idealmente, alcanzaba el extremo infe- rior de la titulada cisura perpendicular externa. 4.” El tronco de la cisura que me ocupa se continuaba con la denominada incisura límbica en dos casos, y con el surco del lobulillo orbitario en cuatro. Para justipreciar el valor que debe concederse á los hechos señalados en los números 2.*, 3.” y 4.”, debe tenerse en cuenta que, según las descripciones de Broca y sus comentadores, se consideran exclusivamente como variaciones del tipo normal la existencia de una ó varias ramas, partiendo de las conside— radas como principales. y la de otras que establecen continui- dad entre el tronco de la cisura y otras cisuras y surcos pró- ximos. Es cierto que estas ramas ó ramitas, como dice Charpy, no alcanzan nunca la profundidad que ofrecen constantemente el tronco y ramas principales de la cisura de Sylvio; pero tam- bién es verdad que se observan con tanta frecuencia, que deben ser elevadas en jerarquía cuando se trate de considerarlas desde el punto de vista de la morfología cerebral, puesto que al cabo suponen ya cierto grado superior de plegadura para la corteza examinada, ya la existencia de mayor número de tron- quitos vasculares, ya otras relaciones entre la configuración y la estructura del cerebro. 5.” Es notable también que entre los 60 casos examinados hubiera 12 que presentasen tres ramas cortas para la cisura de Sylvio, y que el menor número de éstos correspondiera al surco tranverso inferior de Eberstaller. Por el contrario, la disposición más frecuente que hemos observado en esta variedad es la de que la rama supernumeraria, ya partiendo aisladamente de un punto de la cisura de Sylvio, ya naciendo por un tronco común con las otras dos era vertical y caminaba en el espesor del pie de F%, debíase, pues, á una prolongación hacia abajo del surco diagonal; en estos casos, sin embargo, la rama anómala simu- laba la ascendente normal, y ésta era á su vez horizontal, aunque caminaba entre el pie y el cabo de /*. En otros hemis- ferios la rama anómala surcaba la extremidad inferior de Fa; la de Pa era debida á la estrechez de la comisura rolándica inferior. 6. Las ramas cortas nacían por un tronco común cuando eran dos en 13 casos, y cuando eran tres, en el tercio de los xaminados. (9, Pelaez Villegas. — CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 265 7. La rama corta ascendente faltaba en los dos hemisferios de un mismo cerebro. Este hecho, así como el del nacimiento de las ramas cortas por un tronco común, ofrecen excepcional importancia. Ecker ha dicho hace tiempo, que, según sus observaciones, la rama ascendente nacía de la horizontal, y que de este hecho se de- rivaba el que el conjunto de dichas ramas ofreciose una forma en Y que progresivamente se transforma en Y y en U por el crecimiento de la cabeza de /13; es así como se explicaba Ecker que en el niño recién nacido se encuentre muy á menudo la forma en Y. Ahora bien: nuestras observaciones, á excepción de dos, se refieren todas á sujetos adultos, y no es precisamente en las exceptuadas en donde hemos observado el tipo en F. Considero, sin embargo, verosímil y aun muy probable la opi- nión de Ecker, suponiendo con cierto fundamento que en los casos observados por mí se tratase de cerebros cuyo desarrollo, por unas ú otras causas, no hubiese alcanzado el grado corres- pondiente á la edad de los sujetos á que pertenecieron. Por otra parte, la ausencia de rama ascendente en los dos hemisferios de un mismo cerebro da cierto valor á la hipótesis sostenida por casi todos los anatómicos contemporáneos, de que dicha rama falta con relativa frecuencia en los cerebros perte— necientes á sujetos degradados, por lo mismo que se sabe po- sitivamente que no existe entre los antropoides, y que su apa- rición embrionaria en el hombre es tardía, pues, por el contra- rio de la rama horizontal que aparece al final del cuarto mes 6 principio del quinto, la rama ascendente que me ocupa no aparece hasta el octavo mes del embarazo. 8. Eran bífidas la rama corta horizontal en cuatro Casos, y la rama corta ascendente en dos. 9.” Las dos ramas cortas normales eran extraordinariamente largas en uno de los casos observados. 10. Las ramas cortas eran más de tres en otro caso. Tanto estas tres últimas variaciones que acabo de exponer, como otras que omito y que el lector encontrará citadas en la sintesis previamente expuesta, carecen de importancia casi por completo, y por lo mismo me limito por hoy á tomar nota de ellas. Deduzco de todo lo dicho acerca de la cisura de Sylvio, que la disposición de sus ramas dista mucho de acomodarse á la 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) descripción de Broca y sus comentadores; que la rama larga es frecuentemente bífida 6 ramosa; que existe una rama corta, supernumeraria muchas veces; que las mismas ramas cortas se observan también bifidas, y que á menudo nacen por un tronco común, faltando alguna vez la ascendente. Cerebro mesaticéfalo, en el que el lóbulo frontal es muy extenso y ofrece dos 2, una rama supernumeraria de la cisura de Sylvio, correspondiente al surco pre-rolándico, y una P intermediaria. Cisura fronto-parietal. Corresponde á los surcos corticales en la clasificación de His, y los corticales primarios, según Pansch. Efectivamente, esta cisura no hace relieve en el interior de las cavidades cerebra- les, y aparece en el quinto mes de la vida intrauterina, es de- cir, un mes antes de la fecha señalada por el mismo Pansch para la aparición de los citados surcos corticales primarios ($, 8. olfativo, S. del lobulillo orbitario, s. interparietal, s. occipito-temporal 6 cuarto témporo-occipital). Según Vicq (11) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 267 d'Azyr, esta cisura y las dos circunvoluciones que la forman fué descrita por Rolando, anatómico italiano, en 1829; y según Charpy, ha sido Leuret quien primero ha empleado la denomi- nación de cisura de Rolando. Resumen de las observaciones.—1. La extremidad superior corresponde un centímetro por detrás de la parte media del borde superior del hemis- ferio. La extremidad inferior corresponde á centímetro y medio por delante de la parte media de la cara externa. 2. Ofrece una de las disposiciones consideradas como típicas por los tratadistas clásicos. 3. La extremidad superior corresponde dos centímetros por detrás de la parte media del borde superior del hemisferio. La comisura inferior es muy superficial y extensa; la superior avanza bastante en la cara interna, dando lugar á la formación de una S muy acentuada por parte de la direc- ción de la cisura sub-frontal. Entreabierta, se observan en el fondo tres pliegues de paso. Como en el núm. 4. Ofrece forma en £. Tiene forma en £, algo modificada. Up? Forma en £, 9. Es flexuosa y con más inflexiones de las señaladas en las descrip- ciones clásicas. 10. Es casi rectilínea. 11. Su disposición cae dentro de uno de los tipos seguidos en las des— cripciones clásicas. 12. Es casi rectilínea. 13. Tiene forma en K. 14 y 15. Su disposición corresponde á uno de los tipos seguidos por los tratadistas clásicos. 16. Su forma es comparable á una E, contínua por su extremidad in- ferior con un surco comparable á su vez con una S invertida. La comisura inferior es muy gruesa y superficial. 17. Es comparable á un 3, de cuya extremidad superior arranca un surco longitudinal y oblicuo. 18. Como 17. 19. Tiene la forma en LE, enlazada con una C por su extremidad in- ferior. 20. Es comparable á un 3 muy abierto. 21. Tiene forma en $. 22. Dividida idealmente en cuatro partes iguales, las dos centrales es- tán ocupadas por una porción conformada en £, y cada una de las dos partes extremas representan una línea recta continua con cada una de las extremidades de dicha LE, 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) 23. Tiene forma en £. 24. Tiene forma en X. La comisura inferior es muy estrecha. 25. Tiene forma en £. La comisura inferior es muy profunda, y por esto parece que la cisura aboca á la de Sylvio. 26. Como en el núm. 11. 27. Su forma es comparable con un 3 prolongado en línea recta por cada una de sus extremidades. 28. Su forma es la de una doble $. 29. Como el núm. 11. 30. Es tan flexuosa y de forma tan compleja, que no puede reducirse á un tipo tan claro como los citados para otras. 31. Tiene forma en £. 32. Es homotipo del 31 y tiene forma en S. 33. Es rectilínea y con la comisura superior en la cara externa. 34. Este hemisferio era homotipo del 33 y perfectamente simétrico con él en todos los detalles de cisuras y circunvoluciones; sólo merece notarse que era más sencillo que el 33 y pertenecía al lado izquierdo, 35. Tiene forma en C, prolongada por sus extremos. 36. Como el núm. 11. 37. Tiene forma en S, muy extendida. 38. Es casi vertical en su eje y tiene forma de C, muy abierta. 39. Como el núm, 11. 40. Tiene forma en £, muy abierta. 41. Comoel 40. 42 (niño). Tiene forma en C, prolongada en línea recta por cada una de sus extremidades. 43. Homotipo del anterior y de forma muy semejante. 44. Tiene forma de €, prolongada en línea recta por sus extremos. 45. Es homotipo derecho del 44, y de forma comparable á una llave tipográfica abierta hacia atrás. 46. Es abierta y comparable á dos llaves tipográficas unidas por sus extremos y correspondiéndose por su abertura. 47. Es homotipo derecho del 46, y ofrece la forma más curiosa de to- das las observadas para esta cisura. Es comparable á un 4 algo irregular. Todos los surcos y circunvoluciones son notablemente complicados en este ejemplar. 48. Su forma es comparable á uva doble llave tipográfica abierta hacia atrás. 49. Es homotipo del 48 y tiene la forma en llave tipográfica en la mitad superior, y la forma de S contínua con dicha llave en la mitad inferior. 50. La mitad superior tiene forma de C y la mitad inferior de E con- tinua con dicha C. 51. Es homotipo del 50 y ofrece la misma disposición que éste, pero (13) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 269 considerando invertidas ó abiertas hacia adelante las citadas letras E y C con que en el 50 es comparable. 52 y 53. Homotipos y simétricos. Su disposición es precisamente la más seguida y considerada por tanto como típica en las descripciones clá- sicas. 54. Tiene forma en llave tipográfica, abierta hacia atrás. 55. Tiene forma en S, algo irregular. 56. Es una línea muy flexuosa. 57. Como el 52. 58. Tiene la forma de una C en su mitad superior, y prolongada en línea recta por toda su mitad inferior. 59. Como el núm. 52. 60. Es muy flexuosa: tiene un codo muy saliente y extenso hacia atrás en la mitad superior, y es comparable á una llave tipográfica abierta hacia atrás en la mitad inferior. Cerebro en el que son muy evidentes la duplicatura de /'1 y 7/2 y la existencia de circunvoluciones frontales transversas al nivel de la extremidad anterior y por encima del surco fronto-marginal. Deducciones.—Meditando sobre las observaciones expuestas, lo primero que llama la atención lo mismo que en lo relativo á la cisura de Sylvio, es el exiguo número de ejemplares (12 por 70 ANAL£S DE HISTORIA NATURAL. (14) 60), en los que la cisura de Rolando ofrecía alguna de las dis- posiciones consideradas como típicas, pudiendo añadir que la más generalmente admitida como tal, la de Broca, ó sea la que señala la exclusiva existencia de dos codos ú rodillas, orienta dos alternativamente hacia delante ú hacia atrás, sólo la he observado dos veces entre los 60 casos examinados. Lo que puede asegurarse respecto de la dirección y configu- ración de la cisura de Rolando, es que es casi constantemente flexuosa y cerrada, y que sólo por verdadera excepción se ofrece rectilínea (cuatro veces por 60) ó entreabierta (2 por 60). Entre los diversos tipos á que se acomodan las flexuosidades de la cisura que me ocupa, puedo decir, en vista de mis obser vaciones, que hay formas simples, formas compuestas y formas complejas. Considero como formas simples las que he observado en £ (seis veces), en Y (nueve veces), en C (una vez), en 3 (una vez) y en 4 (una vez). Considero como formas compuestas las comparables á una C prolongada en línea recta por uno de sus extremos (1) ó por los dos (4); á una Z (1) 6 á un 3 (3) prolongados del mismo modo; á una doble S (1); á una doble llave tipográfica (2); á una Y continua con una S invertida (1); á una Y enlazada con una C, ya bien orientadas, ya invertidas (3), y á una llave tipo- eráfica continua con una £S (1). Por fin, las formas complejas son aquellas en que la cisura ofrece tantas flexuosidades que no cabe reducir su figura á ninguno de los tipos citados, y por esto la califico de muy fle— xuosa (cuatro por 60). La existencia de las diversas configuraciones que acabo de indicar se explica perfectamente, ya por la forma de origen de P!, P?, F3, Pl y P?, que modifica la forma de Fa y de Pa, ya por la disposición morfológica peculiar de Fa y Pa, que pue- den ofrecer diferente anchura en distintos puntos de su tra- yecto. También es notable, por el examen de las observaciones ex- puestas, que el ángulo rolando-sagital no tiene siempre un vértice coincidiendo con la parte media del borde superior del hemisferio; igualmente, tanto la comisura rolándica superior como la comisura rolándica inferior, ofrecen una porción de variedades en su morfología y topografía; y todo es explicable (15) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 271 por las diversas modalidades individuales que en punto á ex- tensión pueden presentar las regiones neuronales correspon- dientes, ya á las extremidades de Pa y Pa, ya de los lóbulos frontal 6 parietal, considerado cada uno en su totalidad. Fig. 4.? Cerebro dolicocéfalo de lóbulo parietal extenso y con circunvolución parietal intermediaria. Cisura parieto-temporo-occipital. Ha sido denominada parieto-occipital por algunos tratadistas, y simplemente occipital por la mayoría de los contempora- neos. Su porción interna (cisura perpendicular interna, Ó sim- plemente c. perpendicular), y la parte más alta de su porción externa /incisura sagital, de la cisura perpendicular externa según los autores franceses, 6 incisura sagital de la cisura simia según los autores alemanes), constituyen el segmento de dis- 272 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) posición más fija en la cisura parieto-témporo-occipital. Co- rresponde á los surcos totales en la clasificación de His, repre- sentando, según éste, la convexidad del cuerno posterior en el ventriculo lateral, y apareciendo, según Cuningham, en el punto que ocupa desde el tercer mes intrauterino un surco que puede considerarse como su precursor, pero el cual desaparece en algunos casos antes de ser sustituido desde el final del quinto mes ó en el curso del sexto, por la cisura parieto-occipital in- terna. La porción externa de esta cisura parieto-témporo-occipital, verdadera cisura parieto-témporo-occipital, ofrece una disposi- ción notablemente más variable que la porción interna; co- rresponde indudablemente á la titulada hendidura ¡ erpendicular ú occipital en el cerebro de los monos, por más que todavía no estén de acuerdo los anatómicos respecto de los surcos Ú an- fractuosidades que realmente la representan en el cerebro humano; y pertenece tanto á los surcos corticales primarios como á los surcos corticales secundarios en la clasificación de Pansch, pues se sabe que es precedida por un surco que aparece al quinto mes intrauterino y desaparece al sexto, mientras que ella realmente no se muestra hasta el séptimo 6 el octavo. La parte inferior 6 témporo-occipital inferior de la cisura parieto-témporo-occipital, no es citada, que yo sepa al menos, por ningún tratadista, y sin embargo existe en algunos cere- bros, según he podido observar y puede comprobarse por el siguiente Resumen de las observaciones.—1. Es completa en la cara interna, donde ofrece los dos pliegues de paso internos de Gratiolet; ambos son profun— dos, pero el inferior ó cúneo límbico es mucho menos que el otro. Al nivel del borde superior del hemisferio se continúa en la forma de incisura sagital en el seno del pliegue de paso parieto occipital externo superior (P0Oe!); este pliegue es una laminilla de tres milímetros de espe- sor. Después, y en pleno territorio de la cara externa y de arriba abajo, se ve: 17, la continuación del surco interparietal; 2.0, el pliegue parieto-occi- pital externo interior (20e?) 3.*, un surco vertical correspondiente al seno de dicho POe?, pero que pertenece más al lóbulo parietal que al occipital, y realmente al espesor de una última parte de P?; 4.2, una pequeña lámina nerviosa antero-posterior correspondiente también á P?; 5.*, la prolongación hacia el lóbulo occipital de T* ó surco paralelo á la rama larga de la cisura fronto-témporo-parietal; 6.0, la prolongación occipital de 7*, ó pliegue tém- poro-occipital externo superior; y 7.”, un surco crucial, en cuyo fondo se (17) Pelaez Villegas. — CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 273 percibe ordinariamente otro pliegue de paso témporo-occipital inferior y extendido entre 7” y 0”, y en la parte superficial una rama de dicho surco en el espesor de O”. Ya en la cara inferior, en la misma línea que continúa la cisura que me ocupa y de fuera adentro, se ven: 1.%, un pliegue de paso témporo-occipi- tal, que es el tercero ó inferior externo, y que puede denominarse TO”; 6 atendiendo á las circunvoluciones que lo forman, 70%; 2.2, un surco trans- versal en este mismo T'0*, y otro pliegue de paso témporo-occipital (704 (bis). Después de estos detalles, en dicha línea y en la cara inferior del he- misferio, sólo son visibles otras partes que pertenecen á la separación existente entre lóbulos temporal y límbico (cisura que produce en el ven- trículo lateral la llamada eminencia colateral de Meckel Ú pierna de palo de las antiguas nomenclaturas, 1* de la de Broca), y por dentro de esta sepa- ración partes del mismo lóbulo límbico ó pliegue de paso T'0* y extre- midad inferior de la cisura perpendicular. 2. Está representada exclusivamente por la c. perpendicular interna la incisura sagital de la perpendicular externa, y un surco muy superficial que continúa á esta incisura; este surco es, sin embargo, de interpretación dudosa, y no llega siquiera á la parte más declive de la cara externa del hemisferio. 3. Existen tres pliegues de paso en la c. perpendicular interna, dos parieto-occipitales, otro occipito-límbico ó cuneo-límbico. En la cara externa sólo representa la cisura la incisura sagital. 4. Ocupa en la cara externa casi la mitad de la extensión vertical de ésta, pero ofrece una dirección muy oblicua. De los dos POe, el superior está oculto en la profundidad de la cisura y parece no existir; en cambio el inferior está considerablemente desenvuelto. En la región del lobulillo fusiforme existe como tal cisura, dividiendo completamente á aquel en porción occipital y temporal. 5. Llega en la cara externa bien profunda hasta POe? por la misma razón que en el núm. 4, y llega todavía á un nivel más bajo que en éste, porque PO0e? tiene su convexidad orientada hacia abajo. 6. POe? es doble, y por debajo de él existe un surco profundo vertical que llega casi hasta el límite inferior de la cara externa. 7. En la cara externa hay dos surcos paralelos que la representan. El más anterior está formado por una inflexión y ensanchamiento de los dos POe, y por otra disposición análoga en el arranque de T*, 7? y T”?. POe? tiene dos inflexiones: una con la convexidad hacia arriba y otra con la convexidad hacia abajo, é ingresa en el lóbulo occipital bajo la forma de pirámide triangular que se hunde por su vértice en el surco posterior, pa- ralelo al anterior descrito y menos profundo que éste. POe! se continúa con O” y Of. POe? da una raiz á T?. 8. Son normales los dos P0e, pero ofrecen uno y otro dos surcos ver- ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 18 274 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) ticales muy desenvueltos y representantes de la cisura perpendicular ex- terna: uno está en pleno lóbulo occipital, interesando 0! y 0?, y el otro se halla en el espesor de POe? y por detrás del origen de T?. E 9. Enla cara externa existen tres surcos verticales y paralelos que la representan; por su situación uno es parietal, otro occipital y otro parieto- occipital; éste se halla dividido en dos porciones por P0Oe”, que describe dos inflexiones. 10, 11 y 12. Ofrecen disposiciones que caen dentro de la descripción clásica. 13. POet está oculto por completo en la incisura sagital. 14. Está representada en la cara externa por dos surcos: uno por de- bajo de POe*? que llega hasta T?, y otro por detrás de los dos POe. 6 15. No hay nada que la represente en la cara externa. 16. Sólo hay un pliegue de paso en la c. perpendicular interna. En la cara externa existen: la incisura sagital y un surco que se extiende desde PO0e? hasta T*, á nivel de cuyo borde extremo se pe este surco tiene la forma de E, muy abierta. 17 y 18. La perpandicular interna es oblicua hacia abajo y adelante. La perpendicular externa está formada por varios surcos irregulares, aunque de extensión semejante á la del existente en el núm. 16. Además, hay un surco occipital muy marcado, y POe? forma pliegue curvo con 7?. á 19. La parte interna es verdaderamente perpendicular. En la cara ex- terna y en la cara inferior existe un surco parieto-témporo occipital, sólo interrumpido al nivel de 7”. 20. La perpendicular interna es oblicua hacia abajo y adelante. 21. La incisura sagital tiene centímetro y medio de extensión. Existen surcos pre-occipitales múltiples, y entre ellos uno que prolonga la incisura sagital por encima y detrás de PJet. Este describe una curva, primero convexa hacia atrás, donde forma el labio anterior de la incisura sagital, y luego convexa hacia adelante é incluída en el lóbulo parietal por debajo de la convexidad precedente; desde este punto ingresa definitivamente en el lóbulo occipital, haciéndose convexa hacia arriba y sirviendo de límite inferior á dicha incisura sagital; por fin, en este punto envía dos anastó- mosis 4 PO0e?, ofreciendo entre ellas un surco que continúa la dirección de la c. perpendicular externa. P0Oe* se une á la rama inferior de dos que presenta en este caso P?, y se continúa con ella hasta T”; pero antes se hunde en el fondo de uno de los surcos pre-occipitales citados, en E más profundo, y se continúa con 0!, 0? y O”. 22. POe? tiene la disposición nórmal notablemente exagerada, y el surco de su seno, continuándose con t!, es el que representa la cisura pepa dicular externa. 23. Los dos P0Oe son muy profundos y ocupan el fondo de un surco occipito-parietal. y (19) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 275 24, La incisura sagital sólo tiene medio centímetro de extensión. Con- tinúa su dirección un surco extendido desde POe? hasta 13. 25. La porción interna es muy profunda. La externa está representada por la incisura sagital y un surco parieto-occipital bastante profundo. La inferior la componen dos surcos pre occipitales transversos. de 26. Ofrece una de las disposiciones ordinarias. 27. Es verdaderamente perpendicular la porción interna, y en la cara externa existen los siguientes surcos pre-occipitales: 1.”, uno por delante de los dos POe, cruzando el interparietal; 2.0, otro entre T* y T”, que quedan por delante, y 0” y 0?, que quedan por detrás; éste parece una bifurcación de 0?; 3.%, otro que corresponde al seno de P0Oe? y análogo al del seno de POet 4 incisura sagital; el del seno de POe* se continúa con 1! y tiene una parte intermedia á 0? y T?, 28. En el fondo de la incisura sagital tiene POe! un pliegue flexuoso supernumerario. ; 29. La c. perpendicular interna es sinuosa. La externa ofrece los dos surcos de los senos de los POe, mas otro surco anterior á ellos y de si- tuación parietal. 30. Homotipo del 29, ofreciendo más extensa la incisura sagital, los mismos detalles consignados en el núm. 29, y otro surco occipital anterior situado por detrás de los POe. 31. La porción interna es verdaderamente perpendicular. En la región de la p. externa existen tres surcos pre-occipitales. POe tiene dos inflexio- nes contenidas en la incisura sagital. 32. Este hemisferio es homotipo del 31. En él la cisura perpendicular interna es oblicua, y forma con la calcarina un ángulo de 60%. Por la cara externa hay un solo surco pre-occipital, cóncavo hacia atrás. POe! es grueso y recto. POe? es doble. En la cara inferior hay un surco transverso. 33. La c. perpendicular interna es oblicua hacia abajo y adelante, y forma con la calcarina * un ángulo de 450, En la cara externa hay cuatro surcos pre.occipitales: los dos posteriores corresponden á los senos de PO0e! y POe?, y de los dos anteriores uno es inferior y está delante de los POe, y otro es inferior y está delante del lobulillo marginal. En la cara inferior hay otro surco pre-occipital que incinde 0? 0% 34. Su disposición corresponde á una de las seguidas en las descrip- ciones clásicas. 35. Lac. perpendicular interna no es perpendicular. Como surcos pre- occipitales pueden contarse los de los senos de los POe y O* que es Bupe- rior anterior. 36. Como 34. 37. Lac. perpendicular interna es casi por completo perpendicular, y' en la cara externa existen los dos Surcos de los senos de los Os y otro posterior á éstos. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) 38. Lac. perpendicular interna es oblicua y sinuosa. En la cara externa realmente no existen los surcos pre-occipitales, porque los que correspon- den á los surcos de los P0e son muy cortos y se continúan respectivamente con la incisura sagital y con surcos occipitales y temporales. 39. Los POe son muy irregulares y ofrecen elevaciones en sus senos. 40. POet es convexo hacia arriba. Por debajo de POe? existe un surco pre-occipital largo y sinuoso, que vendría á continuarse si se prolongara con t?: por detrás existe otro que es paralelo al descrito, que asienta en el lóbulo occipital y que se continúa con t”. La c. perpendicular interna tiene tres pliegues de paso: dos son cúneo-límbicos, y el otro, superior, es simplemente parieto-occipital interno de Gratiolet, pero depende de 'BOez: ? 41. Los dos POe son normales. El surco interparietal se continúa con O?. Los surcos pre-occipitales no son más que los P0e. La c. perpendicu- lar interna no es perpendiculer. 42 (niño). La c. perpendicular interna es muy profunda. POe! está oculto, y POe? tiene una disposición inversa de la Ordinaria. De aquí re- sulta que la incisura sagital se prolonga bastante por la cara externa hasta lo más declive del seno de POe?. Por detrás de esta incisura hay un surco más extenso, sinuoso y en pleno lóbulo occipital, y por delante hay otro que se continúa con t!, 43. Homotipo del anterior y de forma muy semejante. 44. POe*? está oculto en el fondo del surco inter-parietal, y su seno se continúa con t!. 45. Es homotipo del 44, pero en el P0e?* es mucho más superficial y los surcos pre-occipitales sólo son los de los senos de POe! y POe?, los cuales llaman la atención por su escasa profundidad, por su estrechez y por su cortedad. 46. Lac. perpendicular interna es oblicua, y P0e? presenta un surco que le divide y oculta, pues su convexidad corresponde al fondo de ese Surco. 47. Es homotipo del anterior, pero en él es más larga la incisura sagi- tal, los dos POe son normales. 48 y 49. Son homotipos, y su disposición cabe dentro de las descrip- ciones clásicas. 50 y 51. Como 48 y 49. 52 y 53. Como 48 y 49. 54 y 55. Son homotipos, y en ambos la cisura perpendicular interna es ligeramente oblicua; la externa se prolonga oblicuamente hacia adelante bajo la forma de incisura sagital en el seno de POe', Entre los surcos pre-occipitales pueden incluirse, además del citado y el del seno de P0e?, otro que empieza por debajo de este último y en su línea de continuación, el cual separa 0* y 0% de T? y T”. (21) Pelaez Villegas.— CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 21 56. La c. perpendicular interna es oblicua. En la cara externa hay dos surcos pre-occipitales, uno por delante y otro por detrás de los POe. 57. La c. perpendicular interna es oblicua, y entre los surcos pre-occi- pitales hay uno delante de los POe que se continúa con tt. Además hay los de los POe, de los cuales el superior es distinto de la incisura sagital, porque PO0e' en este ejemplar es convexo hacia arriba, y el surco de su seno con quien se continúa es con el inter parietal. 58. Su disposición cae dentro de las comprendidas en las descripciones clásicas. 59. Lac. perpendicular interna es oblicua. Ll surco de P0e? es bífido. Detrás de los P0e existe un surco pre-occipital. 60. La c. perpendicular interna es oblicua, y POe! es convexo Lacia arriba y adentro. Fig. 5.* Cerebro en el cual hay una frontal ascendente bilobulillar, una Pa supernumeraria bosquejada, dos pliegues interparietales muy gruesos y superficiales y bien evidentes las circunvoluciones frontales transversas. Deducciones.—1.* Sólo en 13 observaciones pudo compro- barse alguna de las disposiciones comprendidas en las descrip- ciones clásicas. 278 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) 2.” En cinco casos hemos encontrado bien evidente la exis- tencia de un surco pre-occipital inferior (dos una vez), que continuaba la dirección de la incisura sagital y podía estimarse como representante en la cara inferior del hemisferio de la cisura parieto-témporo-occipital. 3.2? En cuanto á la representación de la cisura parieto-tém- poro-occipital en la cara externa, hemos observado las siguien- tes variedades: Los surcos de los senos de los P0e normales. Modificaciones de estos surcos. Existencia de un surco parietal posterior. Existencia de un surco occipital anterior. Existencia de un surco témporo-occipital externo. Combinaciones diversas de los tipos expuestos. Existencia de surcos parieto-occipitales múltiples. Ausencia de toda representación para la cisura perpendicu- lar externa, á excepción de la incisura sagital. En nuestro corto número de observaciones hemos podido comprobar, por tanto, el fundamento de todas las opiniones emitidas acerca de la representación externa de la cisura pa- rieto-témporo-occipital. Ecker, Rúdinguer (1) y Cuningham (2) han supuesto dicha representación en el surco occipital transverso, el cual es de ordinario la terminación del inter-parietal según estos trata- distas. Este surco es el que nosotros hemos calificado en pági- nas anteriores de occipital anterior: generalmente es superior y corto, y aunque no existe más que 13 veces por 60, está siempre por detrás de los P0e, constituído por ellos mismos y las circunvoluciones 0! y 0*; es tanto más extenso cuanto más flexuosos son los 20+e, y sería la representación ordinaria de la parte inferior de la cisura perpendicular externa, consi- derado según la opinión y observaciones de Charpy. La opinión de Wernicke tiene un fundamento que también queda comprobado. Supone este anatómico, según Giacomi- ni (3, que la cisura perpendicular externa está representada (l, Rúdinguer. Zur Anatomie des Sprachcentrums, 1832, (2. Cuningham. The intraparietal sulcus of the brain, en Journal of Anatomy, 1889, (3) Giacomini. Guido allo studio delle Circonvoluzioni cerebrali, 1884. (23) Pelaez Villegas. — CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 79 en el denominado por Wernicke surco occipital anterior. Este surco continúa la dirección de la incisura sagital, y, según el mismo Wernicke, estaría separado del surco interparietal por un solo pliegue de paso en los semnopithecos, y por nada en los monos del antiguo continente. En el hombre es muy fre- cuente su existencia, según la mayoría de los anatomistas contemporáneos, y nosotros le calificamos de surco lemporo- occipital externo, porque le hemos visto constantemente ocu- par la línea de separación de los lóbulos temporal y occipital en la cara externa del hemisferio, y estar situado, por tanto, por debajo del seno de P0e?; á veces es el surco formado por este mismo seno, que se prolonga hasta llegar, ya entre 0* y T?, ya más abajo todavía. Schwalbe (1) dice que ordinaria- mente se prolonga hasta el borde infero-externo del hemisfe— rio, donde él y Meynert le han dado los nombres de surco € ¿1- cisura pre-occipitales. Em otros casos está separado por algún pliegue de paso témporo-occipital, del surco formado por di- cho seno de 2P0e?. En fin, le hemos observado nueve veces: una de ellas tenía la forma de XZ, y constantemente ocupaba la región indicada ú otra un poco más alta, que merecería precisamente por esto el nombre de parieto-occipital inferior. Por último, para Mingazzini (2), la cisura perpendicular ex- terna, se compone de una parte superior Ú incisura sagital, una parte media ú surco occipital transverso (occipital ante- rior, según lo que hemos dicho), y una parte inferior ó surco occipital anterior, mejor denominado témporo-occipital exter- no; y, en efecto, también he visto coincidir la existencia Ce dichos surcos, un corto número de veces. Ahora bien, añadiré que, aun con el temor de ser tildado de ecléctico, participo de todas las opiniones indicadas y, sin embargo, no me acomodo en la mía á ninguna de ellas. Lo constante de la denominada cisura perpendicular externa, es la existencia de la incisura sagital, que en unos casos no pasa de 5 mm. de extensión, en otros se convierte en verdadera cisura simia, y alcanza hasta separar 0O* de 7? y 7*, y en los más corresponde á la extensa serie de gradaciones interme- (1) Schwalbe. Veurologie. 1881. (2) Mingazzini. 4nat. Anzeiger, 1393. 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) dias faciles de adivinar y susceptibles de ser comprobadas mu- chas de ellas examinando los datos expuestos sobre las obser- vaciones que he efectuado. Por este examen puede apreciarse que la diferente extensión alcanzada por la incisura sagital, depende de las variedades que ofrecen en su disposición los pliegues parieto-occipitales externos; tan pronto 2P0e1 está oculto en la misma incisura sagital normalmente conformada, y hasta en la parte más alta de la c. perpendicular interna; tan pronto P0e! ofrece su convexidad superior, 6 bien 2P0e? se dispone, de modo análogo en el fondo del surco interparietal 6 en aleuno de los occipitales, temporales ú occipito-temporales. Mas sea de ello lo que quiera, siempre podrá decirse que la menor 4 mayor complexidad en la disposición de los P0e dará razón de la configuración observada en la región externa de la incisura parieto-témporo-occipital, y, por tanto, que los sur- cos correspondientes á los senos de los referidos P0Oe serán realmente los representantes más genuinos de la porción pa= rieto-occipital externa de la cisura que me ocupa. Esto no obstante, en esta misma porción, ya por sustitución morfológica 6 ley del balance, ya por otras causas más ó menos desconocidas, entre las cuales puede contarse hipotéticamente la que se refiere á la existencia del surco embrionario predece- sor de la c. perpendicular externa y su representación adulta, se ve que pueden admitirse igualmente como representantes de la cisura parieto-témporo-occipital todos los surcos vértico- transversos 6 más 6 menos oblicuos que en la citada región se observen; y en tal concepto, el post-parietal 6 parietal posterior (algunas veces doble) que he visto por delante de los P0e nueve ú diez veces; el pre-occipital ú occipital anterior ya cita- do, y los resultantes de anastómosis entre los P0e, 6 los más diversos y complejos antes aludidos, todos, absolutamente to- dos, pueden estimarse como partes alícuotas representantes de la cisura cuya representación quiere concederse exclusiva- mente á uno de ellos por la mayoría de anatómicos contempo- ráneos. Además, hasta aquí sólo he indicado mi opinión sobre la representación del segmento parieto-occipital externo de la cisura indicativa de la separación admisible entre los lóbulos occipital, parietal y temporal. Mas hemos de admitir necesa- riamente por debajo de dicho segmento el témporo-occipital (25) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 281 externo, y éste, en vista de lo expuesto, lo referimos al surco occipital anterior de los clásicos, que las más de las veces falta; pero que en ciertos casos existe, ya unido al seno de P0e?, ya independiente de éste y continuo con alguno de las regiones adyacentes, ya independiente por completo y separado de todos los demás homólogos 6 próximos, por pliegues de paso 6 pliegues anastomóticos. 4.” La cisura perpendicular interna rara vez merece el nombre de perpendicular (3 veces por 60); por lo común es oblicua hacia abajo y adelante 6 (en menos casos) sinuosa 6 curvilínea con la concavidad anterior ó posterior, y formando con la calcarina un ángulo de abertura variable, pero siempre agudo, á menos que no exista la rara perpendicularidad á que debe su nombre. Los pliegues de paso de esta cisura, aunque generalmente son dos, atendiendo á los datos expuestos, vemos que alguna vez pueden ser tres, y en otros casos quedar reducidos á uno solo; pero simple ó doble, siempre existe el pedúnculo del lóbulo triangular (Foville), gyrus cunei (Ecker), pliegue ó plie- gues cúneo-lúmbicos de los tratadistas clásicos, Cerebro en el cual eran dobles las circunvoluciones frontal 2,2 derecha y parietal 1.2 izquierda. 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (26) Cisura limbica. He de tratar aquí una cuestión previa, ya indicada en otro lugar de esta Memoria. : “Los tratadistas clásicos, al ocuparse actualmente de la des- cripción del cerebro humano, no reconocen unidad á esta ci- sura, sino que la fragmentan en los cuatro trozos ya citados con los nombres de cisura sub.frontal (calloso-marginal de otros), surco infra-parietal, cuarto surco temporal, de la nomen- clatura generalmente seguida, é ¿ncisura limbica 6 surco lím- bico, que separa entre sí las extremidades anteriores de la cir- cunvolución del hipocampo y la temporal 4.” Pero esta cisura fué denominada /imbica y admitida como evidente, indiscuti- ble aun para el cerebro humano, antes de que Broca publicase sus estudios y magistral descripción del lóbulo límbico, lo cual data de 1878 (1). Después, con esta publicación y el justo respeto que han inspirado é inspiran las ideas de Broca, asi como con ciertos estudios de Giacomini acerca de la circunvo- lución callosa, el lóbulo límbico se ha disociado en lóbulo ca- lloso y la primitiva circunvolución del hipocampo de las anti- guas nomenclaturas 6 7% de la de Broca. Mas ¿es racional esta disociación? En mi concepto es por lo menos discutible. Se sabe, en efecto, que en el hombre, considerado por Tur- ner como microsmático (yo me atrevería á considerarle como mesosmático), la extensa circunvolución límbica Ó antiguo girus fornicatus de Arnold, ha perdido en gran parte su papel olfatorio, pues sólo se señalan sus extremidades como lugares cerebrales con este carácter fisiológico; es decir, aquellas par- tes continuas y muy próximas al pedúnculo del bulbo ó lóbulo olfatorio; las demás partes de dicha circunvolución han cam- biado de función (y por cierto que no se sabe aún á qué nuevo trabajo se adaptan ú han adaptado) en el hombre; pero es lo cierto que no es exclusiva de él esta disposición fisiológica, pues los cetáceos y los monos pueden ser considerados como anosmáticos. Por otra parte, la voz «limbico» en nada se refiere á la significación fisiológica de esta región en los macrosmáti- cos. Broca la denominó así porque forma el limbo ó límite de la cavidad general del hemisferio, ó sea del 4/0 de la vesícula y , (1) Broca. Ze grand lobe limbique, en Revue d'Anthropologie, 1878. (27) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 283: hemisférica, puesto que al cabo el surco 0 ventriculo del cuerpo calloso y el surco del hipocampo son las dos mitades del surco de Ammón embrionario y corresponden, por tanto, á lo que rodea ya las fibras pedunculares 6 de los sistemas de proyec- ción que ingresan ó salen del cerebro (mitad correspondientes de la gran hendidura cerebral de Bichat), ya las fibras comi- surales inter-hemisféricas callosas y sus homólogas. Ademas, la pretendida disociación anatómica del lobulillo límbico en lóbulo calloso y lóbulo del hipocampo ó 7”, á parte de las observaciones de Giacomini en los marsupiales, está fundada en hechos que distan mucho de ser constantes por más que se observen con cierta frecuencia; el istmo del lobulillo límbico es más Ó menos estrecho y superficial, según los sujetos, y á veces, lejos de ofrecer los caracteres de un pliegue de paso, tiene el aspecto de un simple pliegue anastomótico, viéndose entonces, y así está perfectamente reconocido por numerosos observadores, que no existe verdadero lobulillo lingual, y que la continuación entre 0% y la circunvolución del hipocampo se hace por un verdadero pliegue de paso sumamente estrecho, y en algún caso oculto en el fondo de una incisura transversa témporo-occipital. Por fin, la incisura límbica y el denominado surco-temporal cuarto, son precoces en su aparición: el referido surco tempo- ral pertenece á los totales en la clasificación de His, y es deno- minado por algunos tratadistas cisura colateral por su precoci- dad y por la eminencia que produce frecuentemente en el in- terior del ventrículo lateral ya citado; es también notable por su profundidad, lo cual hizo que, gracias á su continuación con 0í, fuera denominado por Pansch gran surco occipito-tem- poral, y colocado sin razón entre los corticales primarios de su clasificación. La ¿ncisura límbica 0 surco limbico temporal de Broca, incisura temporal de Schwalbe, y surco pre-limbico de Brissaud, es también precoz, por más que se dude, como la sub-frontal, si pertenece Ú no á los surcos primarios de la cla- sificación de Pansch, según este mismo autor. Sin embargo, las observaciones de Giacomini (1) y Eberstaller (2) permiten asegurar que ambos aparecen del cuarto al sexto mes. (1) Giacomini. Varieta delle circonvoluzioni cerebrali, 1882. (2) Eberstaller. Das Stirnhirn, 1890. 234 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) Sintesis de nuestras observaciones.—1. En la porción sub.frontal existen sólo dos pliegues de paso fronto-límbicos, situados como corresponde á la descripción más clásica, pero ambos son voluminosos y superficiales. Cada uno de ellos es comparable á una Y más ó menos encorvada y está ligera- mente modificado; el anterior ó arco supra-orbitario de Broca, curvilineo ó ascendente anterior de otros, abraza la extremidad de la circunvolución ca- llosa, y á nivel de su codo se bifurca, continuando su dirección una de sus ramas, y ascendiendo otra casi verticalmente en el espesor de F!: el segmen- to central, arco horizontal de los clásicos y metópico de Broca es sinuoso, y de su parte media arranca una prolongación ascendente y consumida tam- bién en F1; por fin, el segmento posterior (ascendente ó curvilineo posterior y sub-ovalar de Broca) aparece dispuesto de modo semejante á los anterio- res; es que además de dar el surco ó incisura pre-ovalar ó paracentral, éste y la terminación de la cisura en la forma ordinaria tienen un origen ó segmento común, aunque corto y horizontal, pero situado por detrás del segundo pliegue de paso fronto-límbico, y sin que, en efecto, pueda refe- rirse al segmento horizontal ó central de la cisura. La cisura colateral 6 témporo-límbica es curvilínea, y de su parte más convexa, que corresponde hacia afuera, nace una rama que limita la terminación de 7”, ofrece su pliegue témporo-límbico en su parte más posterior, y una rama interna por detrás de él. 2. No tiene pliegues de paso fronto-callosos; ofrece en cambio tres ramas colaterales que penetran en el espesor de la parte interna- de F!. 3. La cisura sub-frontal se continúa con el surco sub-parietal, seccio- nando por completo el primer pliegue parieto-límbico. 4 y 5. Carecen de pliegues fronto-límbicos, y tienen la forma de S muy acentuada en la cisura sub-frontal. La cisura colateral tiene tres ramas internas, y el pliegue occípito-límbico inferior es muy estrecho. 6. Tiene un solo pliegue de paso fronto-límbico por delante del lobuli- llo paracentral. 7. Tiene dos pliegues de paso fronto-límbicos, y sus tres porciones están dispuestas como en el núm. 1. 8. No existe pliegue parieto-límbico posterior. 9. Tiene dos pliegues fronto-límbicos, y el anterior es bífido. 10. No tiene pliegues de paso fronto-límbicos. 11. Ofrece la disposición considerada como típica. 12. Tiene un solo pliegue fronto-límbico. 13. Su descripción cae dentro del tipo seguido en las descripciones clásicas. 14. Está dispuesta como en el núm. 1, aunque el pliegue fronto-límbico anterior es muy estrecho. 15. Como el 13. (29) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. — 2865 16. Como el núm. 14; además tiene tres pliegues parieto-límbicos: de ellos, los dos posteriores son más delgados que el anterior. 17 y 18. El surco límbico profundiza tanto que sólo le separa de la cisura colateral una zona de dos milímetros. 19. Sólo tiene un pliegue fronto-límbico. La incisura límbica está sepa- rada de la cisura colateral por un espacio de un milímetro. 20, Tiene dos pliegues fronto-límbicos, pero el último segmento de la cisura sub-frontal tiene forma de Y. 21. Tiene un solo pliegue fronto-límbico, situado en la mitad de la porción horizontal, razón por la cual queda dividida la sub-frontal en dos porciones muy semejantes en extensión y forma, siendo ésta comparable á la de Y. 22. No tiene pliegue de paso fronto-límbico ni en la superficie ni en el fondo. En cambio ofrece tres ramas colaterales ascendentes bastante ex- tensas; dos de éstas se hallan muy próximas y ocupan las inmediaciones de la unión del tercio anterior con los dos posteriores de la cisura: sub- frontal; la tercera es el surco pre ovalar. 23. No tiene pliegues de paso fronto-límbicos. Los occipito-límbicos están fusionados y constituyen una especie de Y. 24. Ofrece un solo pliegue fronto-límbico superficial. 25. Tiene una disposición semejante al núm. 24, 26. No tiene pliegues de paso fronto-límbicos superficiales. La incisura límbica es muy pequeña. Hay un surco en Y que la separa de la cisura colateral, y por tanto, dos pliegues témporo-límbicos. 27. No existe pliegue parieto-límbico posterior. 28. La incisura límbica es bastante larga y profunda. 29. No tiene pliegues fronto-límbicos ni parieto-límbicos; sólo ofrece un pliegue occípito-límbico y el témporo-límbico normal. 30. Es homotipo del anterior, y tiene un solo pliegue fronto-límbico hacia la mitad de la cisura sub-frontal. 31. La cisura sub-frontal no tiene pliegues de paso y sí dos ramas as- cendentes muy profundas. La incisura límbica es muy notable por su profundidad. 32. Es homotipo del anterior y tiene un pliegue de paso grueso que concurre á la formación de un surco paralelo en F! á la cisura sub-fron- tal. Esta tiene tres ramas ascendentes. 33. Tiene un solo pliegue fronto-límbico que es central. La incisura límbica es bastante larga y profunda. 34. Tiene tres pliegues parieto-límbicos. 35. Como el 33. 36. Tiene tres pliegues parieto-límbicos y uno solo fronto-límbico. 37. No tiene pliegues fronto-límbicos y tiene tres parieto-límbicos. 38. Tiene una disposición homóloga á la del 37, pero además ofrece 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) una inflexión particular al nivel del lobulillo ovalar y circunscribe otro análogo en la c. callosa. e 39. Existen cuatro pliegues parieto-límbicos. La incisura colateral es muy profunda. 40. Es continuo el surco sub-parietal con el sub-frontal, y está, por tanto, seccionado el pliegue parieto-límbico anterior. 41. Tiene un pliegue fronto-límbico central. E 42 (niño). No ofrece pliegues fronto-límbicos. 'Tampoco hay más que uno parieto-límbico. 43. Es homotipo del 42 y tiene un pliegue fronto-límbico en el tercio anterior de la c. sub-frontal. | Fig. 7.2 Cara superior de un cerebro en el que era muy ostensible el surco homólogo del denominado crucial en los mamiferos. 44. No tiene pliegues de paso fronto-límbicos. 45. Tiene tres pliegues parieto-límbicos. 46. No existe surco sub-parietal alguno. La presencia se continúa por completo con el lóbulo límbico. (31) Pelaez Ne IBSUNVOLUCIONES CEREBRALES. 287 47. Su disposición cae dentro del tipo seguido en los descripciones clásicas. 48. Idem íd. 49. Idem id. 50. Idem íd. 51... Existen tres pliegues parieto-límbicos. 52. Como el 47. 53... Idem id. 54. Existen tres pliegues parieto-límbicos. 55. Como el 47, 56. No tiene pliegues fronto-límbicos. 57. Como el 56. - 58. Existen tres pliegues parieto-límbicos; los dos anteriores más del- gados. | 59. Como el 47. 60. Se continúa la cisura sub-frontal con la sub-parietal, y falta el plie- gue parieto-límbico anterior. Deducciones. 1.* La porción sub-frontal de la cisura peri-límbica, puede ofrecer uno ó dos pliegues de paso, y puede también no pre- sentar ninguno: presenta dos pliegues de paso en más del 50 por 100 de los casos; presenta uno solo en menos del 25 por 100, y no presentó puecte alguno en el 25 pu 160 de nues- tras observaciones. Los pliegues de paso fronto- -límbicos normales, ocupan de ordinario los dos codos de la cisura sub-frontal; pero en algu- nos casos falta el correspondiente al codo supra-orbitario, y en cambio existe uno en la porción horizontal 6 en sitio próximo al pre-ovalar.' | Cuando existe un solo pliegue de paso fronto-límbico ocupa aleuno de los dos lugares donde se ofrecen normalmente; pero también ocupa en otros casos la parte media de la porción horizontal de la cisura sub-frontal, que queda dividida de este modo en dos porciones de igual extensión. , La cisura sub-frontal es casi constantemente ramosa, y de sus ramas alcanzan algunas en ciertos casos notable profun- didad, hasta el punto de no merecer el-simple nombre de in- cisuras. Alguna vez he visto ser descendentes estas ramas: pero por lo común son oblicuas y ascendentes, constituyendo 238 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) con el tronco de la cisura la simple, doble ó triple disposición en Y, ligeramente modificada, de que he hecho mención en los casos que la ofrecían. La rama más constante es la pre- ovalar, destinada á limitar por delante el lobulillo paracen- tral. Este límite anterior sólo le he visto llegar una vez al borde superior del hemisferio; pero dado el punto en donde termina de ordinario y la dirección y topografía del surco pre- rolándico, es muy verosímil la opinión de Eberstaller, en tanto considera á este surco pre-ovalar como pre-rolándico interno; pero no hay datos para afirmar que no posea alguna pequeña porción dependiente de la cisura sub-frontal, pues yo siempre le he visto continuo con ésta y en ningún caso con el pre- rolándico. Algo semejante puedo decir de la última parte de la cisura sub-frontal, que se considera por el citado Eberstaller como una parte morfológica y genéticamente independiente de la cisura límbica, y como cisura festonada por la mayoría de tra- tadistas. Por mi parte puedo decir que no la observé nunca ramosa, y que tampoco he visto en su fondo el pliegue fronto- límbico de que Eberstaller hace mérito como indicio de su pro- cedencia parietal. Aunque no en todos los casos, si la he visto llegar á la cara externa del hemisferio y terminar en un punto próximo á la extremidad superior del surco post-rolándico, ra- zón por la cual considero que en parte representa el impropia- mente denominado surco crucial en las descripciones de los cerebros pertenecientes á mamíferos inferiores á los primates. Es este surco el que correspondería al que hemos denominado pseudo-rolándico en nuestro trabajo sobre el cerebro del cerdo. Precisamente de esta disposición terminal de la cisura sub- frontal, que puede observarse en algunas de las figuras inclul- das en nuestro trabajo, se deduce bien evidentemente que el pretendido surco crucial no sería exclusivo patrimonio de los mamiferos no primates. La incisura prelímbica de Broca, 6 rama más anterior de la sub-frontal, no es constante, y la ausencia de pliegues fronto- límbicos en 15 de los hemisferios que hemos examinado, auto riza para pensar que en lo correspondiente á la porción sub- frontal, la cisura peri-límbica ofrece su pretendido carácter inferior con más frecuencia de la que debía corresponder, según las opiniones clásicas, al cerebro del hombre; pues no (53) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 289 debo dejar de hacer constar que en los citados casos no es que se tratase de pliegues fronto-límbicos ocultos 6 más ú menos profundamente situados, es que no existían realmente; y aun en alguno de estos mismos casos tampoco los había parieto— límbicos. No he podido comprobar ni en un solo caso la existencia del tipo de cisura sub-frontal doble, admitido por Eberstaller, y que, según este anatómico, se observaría en el 30 por 100 de los casos. Lo observado por mí con más frecuencia es el tipo frasmentado, y después el tipo simple. 2. En cuanto al surco sub-parietal, aunque mucho más corto y de otra forma que el sub-frontal, ofrece modalidades semejantes á las observadas en este último. Lo más general- mente observado (41 veces de 60) es la existencia de dos plie- cues parieto-límbicos, separados por una corta y superficial incisura; pero he observado también (9 veces) tres pliegues: en ocho casos uno solo, y únicamente cuento otras dos obser- vaciones, de las cuales una se refiere á la ausencia de pliegues parieto-límbicos y otra á la existencia de éstos en número de cuatro. En los casos de aumento en el número normal de pliegues, éstos eran, como es consiguiente, más delgados é irregulares, y en ciertas ocasiones coincidía este aumento con la disminu- ción en el número ó6 la ausencia de los fronto-límbicos. Cuando sólo existía uno, coincidía, como es consiguiente, con la pro- longación de la cisura sub-frontal en la mitad ó dos tercios anteriores del lobulillo cuadrilátero ó pre-cuña, resultando de este modo la confusión de dicha cisura con el surco sub-parie- tal y la ausencia del pliegue parieto-límbico anterior; ú parecia prolongarse hacia adelante la cisura calcarina, seccionando el pliegue parieto-límbico posterior, y continuandose en este caso el surco sub-parietal de una parte con la citada cisura calcarina por el intermedio del pliegue ú pliegues cúneo-lím- bicos, y por otro lado con la incisura del istmo límbico, que amenazaba seccionar el lobulillo. Un caso notable puedo men- cionar en el grupo de los de pliegue parieto-límbico único: me refiero á la observación número 46, en la cual había ausencia completa de surco sub-parietal, y por tanto, toda la base de la pre-cuña se continuaba con la parte subyacente del lobulillo límbico. ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 81 3.2 La porción occipital ú occipito-limbica de la cisura que me ocupa, ofrece notable fijeza en su disposición morfológica. En general, presenta, como las anteriores, dos pliegues occí- pito-límbicos: uno delgado, profundo, corto, apenas visible, el cúneo-límbico; y otro grueso, más constantemente superficial y extendido entre 0* y la porción inferior ó temporal de la cir- cunvolución límbica, á la cual se le une por detrás y por fuera del istmo, razón por la cual parece lo límbico continuación de lo occipital, y se le tomó primeramente por una sola circunvo- lución occípito-temporal interna. Sin embargo, la forma con que generalmente se representaba el lobulillo lingual de los antiguos y la misma descripción que de él se hacía, indican evidentemente que desde luego llamó la atención el lugar es- trecho que en muchos casos suele existir entre la porción occi- pital y la temporal del pretendido lobulillo lingual, 6 que la mayoría de las veces siempre la porción occipital era menos ancha que la temporal. No obstante lo dicho, he observado algunos casos que hacen excepción á la regla general expuesta, á los cuales he aludido en otra parte de este trabajo, y que vienen en apoyo de mi opinión, sobre el lobulillo límbico y cisura perilímbica. Me refiero, en primer término, á la notable estrechez ú existencia de una d varias incisuras, apreciables en algunos de los gra- bados, en la región del pliegue occípito-límbico inferior, que denotan, aunque en múy contado número de casos, la persis- tencia en el hombre de la cisura peri-límbica al nivel de dicho punto. Otras veces he visto dos pliegues cúneo-límbicos, en aleún caso superficiales. Por último, he visto dos veces que existía un solo pliegue occípito-límbico: una por fusión de los dos que normalmente existen antes de terminar en el lobulillo límbico, pero apreciándose bien su doble continuación occipi- tal, y otra vez por ausencia de pliegues cúneo-límbicos. 4.* En fin, la cuarta y última porción de la cisura perilim—- bica, porción temporal 6 témporo-límbica, por lo general, no tie- ne más que un pliegue de paso destinado á separar la cisura colateral de la denominada ¿ncisura limbica; pero existen algu- nos casos, aunque muy pocos (sólo he visto dos), en que hay dos pliegues témporo-límbicos, ya muy próximos y cerca de la terminación de la cisura, con merma de la extensión para la incisura límbica, como pasaba en la observación núm. 26, ya (85) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 291 distantes el uno del otro y ocupando los extremos de la por- ción final de que hablo. Son de notar, últimamente, respecto á esta misma y como variedades de escasa importancia, que la cisura colateral es unas veces rectilínea y otras curvilínea, que con frecuencia ofrece ramas, ya internas, ya externas, ya en ambas direcciones; que su profundidad es también mayor 6 menor según los casos, y que la precitada incisura límbica, por lo común, es profunda, bien notable y en algún caso sólo separada por uno 6 dos milímetros de la cisura colateral. Cara interna de un hemisferio en el que los surcos supra-orbitario y metópico de FP! aparecen confundidos, y uno de los dos pliegues fronto-límbicos es heterotípico. O tiene dos ramas y 7% nace por dos raices. TE: LÓBULO FRONTAL. Aunque cabe alguna discusión sobre el número y nomen- clatura de las circunvoluciones y anfractuosidades de este lóbulo, conviene seguir las ideas de Broca, hoy clásicas, en la exposición que voy á hacer, para evitar confusiones. Sin em- bargo, anticipo el dato, que se vera confirmado en cuanto voy a exponer del lóbulo frontal, que esta región córtico-cerebral quizá exija reformas en su nomenclatura cuando se conozcan mejor las variedades morfológicas que más frecuentemente ofrece. 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. , (36) Circunvolución frontal ascendente. Consideramos este nombre el más apropiado y el más gene- ralmente aceptado por todos los anatómicos; pero conviene tener presente que esta circunvolución se ha llamado tam- bién frontal cuarta, pre-rolándica y media o central anterior (Vicq d'Azyr). La razón que, sin duda, ha presidido para pre- ferir la denominación de frontal ascendente, aparte de su di- rección, es la conveniencia de estimar á la cisura de Rolando como límite separatorio fijo entre los lóbulos frontal y parie- tal; mas es lo cierto que esta circunvolución no corresponde nunca topográficamente ni á la región frontal esquelética, ni mucho menos á la región frontal cutánea, sino que, por el contrario, siempre está situada por detrás de la sutura fronto- parietal. El conocimiento de este hecho y el no menos elo- cuente de que esta circunvolución, fisiológicamente y aun desde el punto de vista de la Zoología comparada, se diferen— cia mucho de las otras tres circunvoluciones frontales, puede darnos la explicación de por qué se han admitido, y todavía se defienden por ciertos anatómicos, alguna de las otras deno- minaciones citadas. Por lo demás, repito que, á mi juicio, la de frontal ascendente es de pura conveniencia didáctica. Sintesis de nuestras observaciones.—1. Describe cinco inflexiones alter- nativas, y tiene, por tanto, cinco codos, de los cuales dos son posteriores y tres anteriores. 2. Corresponde por detrás de la mitad de la cara externa del hemis- ferio. 3 y 4. Tienen la disposición considerada como normal. 5. Parece compuesta de tres porciones, porque el nivel de sus dos in- flexiones se estrecha y aun oculta notablemente. 6, 7,8, 9,10, 11,12, 13, 14 y 15. Su posición puede ser referida á la normal, porque las variaciones apreciables al compararlas con ella son tan ligeras, que pueden estimarse como insignificantes. 16. Tiene sólo dos codos gruesos y bien pronunciados: uno anterior y otro posterior. 17 y 18. Como en los números 3 y 4. 19. Es chocante porque hace cuatro inflexiones y ofrece alternativa- mente cuatro porciones anchas y oblicuas más largas, y otras cuatro estrechas y más cortas. (37) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 293 20. Como en los números 3 y 4. 21. Está partida en dos porciones por un surco antero-posterior. De la mitad superior arrancan las raíces de /F'!, y de la inferior las de F'? y PF”. 22, 23, 24 y 25. Como en los números 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14 y 15. 26. Tiene tres codos anteriores y otros tres posteriores. 27. Está dividida en dos porciones por el arranque de F?, y cada una de ellas tiene la figura de una gruesa coma, cuya parte más afilada corres- ponde á las comisuras de la región rolándica. 28. Como en los números 3 y 4. 29. Tiene tres porciones: la superior y la inferior tienen forma trian- gular; la central puede compararse con un 3. 30. Como en los números 3 y 4. 31. Partida en tres segmentos. 32. Gruesa y dividida en dos partes. 33. Se compone de tres porciones: una superior, pequeña y triangular, otra central más extensa, que con las raíces de F'' y F? representa una C, y Otra inferior cuadrilátera y de tamaño intermedio á las otras dos. 34. Como en los números 3 y 4. 35. Es tortuosa y compuesta de tres porciones: superior en forma de E, media en Y é inferior rectangular. 36. Como en los números 3 y 4. 37. Tiene tres porciones: una superior estrecha y triangular; otra cen- tral, sinuosa, y otra inferior que figura un doble triángulo. 38. Está partida en dos porciones por un surco transversal que corres- ponde á su parte media y que separa la región del origen de PF! de la del origen de F”. La mitad superior es de una forma sólo comparable á un 3 algo modificado, por ofrecer muy gruesa su parte media. La mitad inferior repite esta misma forma, pero obedece en sus extremos á la continuación con M2 y FS. 39 y 40. Como en los números 3 y 4. 41. Tiene forma de Cá la que se hubiesen superpuesto por arriba y abajo dos pequeños cuadriláteros. 42 y 43 (niño). Es muy corta, estrecha y más abultada en la mitad su- perior que en la inferior. 44. Se compone de tres partes: una central en forma de S, que corres- ponde á tres quintos de su extensión, y otras dos partes extremas, trian- gular la inferior é irregularmente cuadrilátera la más alta. 45. Es homotipo derecho del anterior, y se distingue de él por su pa- ralelismo morfológico con la cisura rolándica. 46. Presenta en la mitad superior forma de S, y en la inferior for- ma de 3. 47. Es homotipo derecho del anterior y tiene la forma y dirección de la cisura de Rolando. 291 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) 48. Tiene las porciones siguientes: 1.2 ó superior, conformada como un arco de círculo muy extenso de cada uno de cuyos extremos arranca una prolongación que es semilunar la de arriba y piramidal la de abajo; 2.? Ó central, conformada como C, y 3.? ó inferior, enlazada con la 2.2, con un surco longitudinal de tercer orden y adoptando en su conjunto una figura irregular. 49. Es homotipo izquierdo del 48, y ofrece también tres porciones, de las cuales la primera parece un 3, la segunda una S y la tercera una O. 50. Tiene tres porciones: la superior es triangular, la central sinuosa pero incompleta, y la inferior de forma exagonal, pero más larga que an- cha, y con una pequeña depresión triangular en el centro. 51. Es homotipo izquierdo del 50 y ofrece también tres porciones, de las cuales la central y la inferior se diferencian de sus homólogas en que la una tiene la forma de S, pero invertida y algo caudiforme y la otra es romboidal. La superior es triangular, como en el 50. Cara interna de un hemisferio en el que los surcos supra-orbitario y metópico de PI son completamente independientes, anchos y profundos. En este caso sólo existía el pliegue fronto-límbico anterior de los dos considerados como normales. 52. Tiene cuatro porciones que ofrecen la disposición siguiente, consi- derándolas de arriba abajo: 1.*, triangular; 2.*, en forma de Z invertida; 3.4, ovoidea, ofreciendo en su extremidad superior, que es la menor, una prolongación que se une con la Z anterior, y 4.*, otra de forma irregular, bífida y continua con la comisura rolándica inferior y con la raíz de des, Ofrece reunidos los orígenes de F* y F?, lo cual hace que tenga un Surco longitudinal en su mitad superior que la hace aparecer como doble. 53. Es homotipo izquierdo del anterior y tiene una disposición más compleja que en éste; pero en ella caben admitir las mismas porciones indicadas en el núm. 52. (39) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 295 54 y 55. También está formada en estos dos hemisferios homotípicos de cuatro partes: la 1.2 ó superior, es triangular ó trapezoidal; la 2.? está compuesta de otras tres transversales, superpuestas y unidas por detrás, asemejando un peine de tres púas; la 3.* es lobulillar, con un surco curvi- líneo en el centro, y la 4.2 es alargada de arriba abajo y trapezoide ó trian- gular. 56. Está compuesta de dos porciones; la superior romboidea y la infe- rior trapezoidal. 57. Tiene una porción superior, triangular y lobulillar, y otra inferior más larga que termina en un abultamiento para el pie de FF”. 58. Tiene tres porciones, de las cuales la superior y la inferior son pi- ramidales, de base superior é inferior respectivamente, y ocupan cada una la cuarta parte de la total extensión de Fa. La porción intermedia tiene forma de $. 59. Tiene dos porciones: la superior es sigmoidea y la inferior rom- boidea. 60. Como en los números 3 y 4. Deducciones. Las que surgen de los hechos expuestos sobre la disposición morfológica de la circunvolución frontal ascendente, pueden ' sintetizarse en breves frases. En general, dicha disposición, refleja la. de la cisura de Ro- lando en cuanto se refiere á la dirección, pues la de dicha ci- sura necesariamente ha de ser armónica con la de Fa y Pa; pero considerando á cada una de éstas aisladamente y desde el doble punto de vista de la dirección y de la forma, se, hacen notables algunas diferencias entre lo generatriz y lo derivado. Por lo demás, parece ofrecer cierta fijeza el tipo morfológico señalado á Fa en las descripciones clásicas: estrecha en su pie, abultada en su cabeza y tortuosa en su cuerpo con cuatro inflexiones alternativas (dos codos anteriores y dos codos pos- teriores). Sin embargo, en cuanto á la dirección el tipo clásico citado, verdaderamente no sólo no es constante, sino que casi puede considerarse como ideal; pero las desviaciones de ese tipo observadas en las 60 circunvoluciones frontales ascendentes que hemos examinado, sólo constituyen en su mayoría sim- ples variaciones que se reducen á exageración ú pequeñez de 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) las inflexiones normales, y á ligero aumento ú disminución en el número de las mismas. Por último, en lo que se refiere á las alteraciones morfológi- cas puras, se observa que dependen de los accidentes sufridos en la dirección, los cuales coinciden de ordinario con algunos otros relativos á la anchura y espesor. Esto es precisamente lo que explica el que puedan admitirse sin reparo en muchas de Vista inferior de un cerebro en donde es apreciable una 7' con dos raíces, una incisura límbica muy prolongada en ambos lados y :una disimetría bastante acentuada entre los lóbulos orbitarios. las circunvoluciones examinadas, las divisiones respectivas que quedan expuestas en dos, tres y cuatro porciones. Igual- mente se explica con los datos indicados, que la mayor fre- cuencia esté de parte de la división en tres porciones, puesto que lo más frecuentemente observado respecto de la dirección es la existencia de las cuatro inflexiones alternativas, que dan (40) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 297 de sí los codos limitantes de dichas porciones, y sólo queda sin explicación verdaderamente satisfactoria lo caprichoso de las formas verdaderamente adquiridas por aquellos segmentos, que en tanto son triangulares, como cuadriláteros, exagona- les, arqueados, circulares ó conformados con más aparentes caprichos, asemejando letras (Y, E, C, S,Z) 0 cayendo dentro de lo casi indescriptible é incapaz de compararse con formas reconocidas. Yo bien sé, que si se quisiera filosofar sobre este punto, se encontrarían argucias retóricas suficientes para des- cifrar de un modo más ú menos hipotéticamente admisible estas variaciones y variedades morfológicas; pero al cabo po- drían referirse á lo dependiente del mismo individuo, por lo que toca á cuanto se relaciona con su desenvolvimiento en el periodo ulterior al formativo primordial; y en lo que se refiere á este mismo período primario, cuyas disposiciones son real- mente generatrices en primer grado de las otras, y por el con- trario de éstas, reductibles quizá á una sola categoría, si tra- tisemos de interpretarlas encaminándonos por las nebulosida- des de la herencia, tropezariamos con escollos insuperables por el estado actual de los conocimientos humanos. Circunvolución frontal primera. La considero, con arreglo á la nomenclatura de Broca, como el segmento córtico-cerebral extendido desde la parte más alta de Fa hasta el polo del lóbulo frontal; está limitada, por tanto, por la cisura sub-frontal hacia adentro, /! hacia afuera y arri- ba, y /o hacia afuera y abajo; dedúcese de aquí que son admi- sibles en ella las tres caras, externa, interna é inferior, y que el borde sagital del hemisferio no es más que el límite separa- torio entre la cara interna y las otras dos. Sintesis de nuestras observaciones.—1. Tiene sólo dos raíces: unz súpero- interna muy gruesa, que resulta de la fusión de la interna y la sagital, y otra externa é inferior separada de la primera por un surco bastante no- table. Desde el punto en donde se fusionan ambas raíces hasta la extre— midad del hemisferio, la cara externa ofrece tres inflexiones y las depre- siones siguientes: 1.2, un surco transversal y cóncavo hacia atrás; 2.2, otro rectilíneo y oblicuo hacia afuera, abajo y adelante; 3.2, dos depresiones, de las cuales una es póstero-interna, tiene forma de hendidura y ocupa el 293 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) mismo borde superior del hemisferio, y otra es redondeada y viene á co- rresponder como á un codo mínimo existente entre el segundo y el tercero de los ostensibles en el borde externo de esta circunvolución, según queda indicado; 4.*, un surco en forma de T', cuya rama transversal es posterior y corresponde al tercer codo; 5.2, otro último surco transversal que parece servir de límite entre las regiones súpero externa é inferior del lóbulo frontal. En la cara interna se ven las tres ramas ascendentes y oblicuas del tipo en triple Y, con arreglo al cual está conformada la cisura sub- frontal. Además, entre las dos ramas anteriores hay otro surco en Y, y por delante de la rama anterior un surco transversal paralelo á ella, el deno= minado por Brissaud gran surco metópico; el supra-orbitario, de Broca (ros= tral, de Eberstaller); la incisura arqueada y el callejón del hemisferio (Bro= ca) pliegue sub-calloso (Zuckerkandl) ó pliegue fronto-límbico inferior de algunos anatómicos franceses contemporáneos (Charpy). En la cara infe- rior y de delante á atrás ofrece: 1.0, un espacio rectangular limitado hacia fuera por surcos que se continúan en el espesor de /"?; 2.0, dos anastómosis con F? por delante y por detrás del surco olfatorio; 3.”, entre estas anas- tómosis la parte correspondiente al rostrum ó pico etmoidal de esta circun= volución, y 4.”, continuación con F” al nivel del polo del lóbulo. 2. Enupieza por dos raíces: una que arranca del lobulillo paracentral y otra de la parte media de Fu. Ofrece luego en la cara externa una porción rectangular con un surco de desdoblamiento; después otra porción, pero fusiforme con un surco transversal en el centro, que alcanza á la cara in- terna, y en tercer término existe otra rectangular. Se anastomosa en tres sitios con ff?, 3. Tiene tres raíces, tendencia al desdoblamiento en la mitad posterior de la cara externa, surco supra-orbitario confundido y continuo con el gran surco metópico, doble incisura arqueada, y por tanto, doble callejón. 4. Tiene dos raíces, interna y súpero-externa, que conservan su inde- pendencia en la cara externa hasta cuatro centímetros por delante de su origen; luego se fusionan, constituyendo un pequeño cuerpo de tres cen- tímetros de ancho, y éste se desdobla de nuevo durante un corto trecho, hasta el punto en que recibe el primer pliegue anastomótico de FF”; vuelve de nuevo á desdoblarse, y aparece otra vez la fusión cuando se anastomosfa por segunda vez con F?, y desde entonces pierde ya toda fisuración lon- gitudinal. Al nivel de la punta del hemisferio tiene tres incisuras trans= versales y otras dos anastómosis con F?, de las cuales la primera es pro= funda y la segunda superficial. 5. Ofrece un surco supra-orbitario tan extenso, que constituye una cisura poco menos larga que la sub-frontal y paralela á los dos tercios an- teriores de ella. Tiene sólo dos raíces, y en la cara externa tiene también tendencia al desdoblamiento, numerosas fisuras transversas y oblicuas y cuatro anastómosis con F?. (43) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 299 6. Tiene tres raíces, está desdoblada en el tercio posterior de la cara externa y en el anterior de la cara interna por el surco supra-orbitario, y se anastomosa tres veces con F'?. Además ofrece surcos transversales y oblicuos múltiples en la cara externa. 7. Tiene dos raíces independientes en el tercio posterior de la cara externa, y ofrece cinco anastómosis con FF?, 8. Tiene dos raíces, una inflexión muy notable en su parte media y cuatro anastómosis con FP?. 9. Tiene dos raíces, interna y superior; tiene un gran surco metópico muy notable; carece de surco supra-orbitario y se anastomosa cinco veces con P?. 10. Tiene dos raíces que se fusionan pronto, pero la circunvolución se desdobla por completo en el tercio medio de la cara externa y tiene gran tendencia al desdoblamiento en el tercio anterior. 11. Tiene dos raíces y es doble en la mitad posterior de la cara externa. 12 y 13. Su disposición está comprendida en la considerada como nor- mal por las descripciones clásicas. 14. Es compleja; el gran surco metópico parece continuar el supra-or- bitario, del cual dista muy poco, de donde resulta que parece doble en casi toda la cara interna. Se anastomosa cuatro veces con FF”, y sólo tiene dos raíces. 15. Como en el 12 y 13. 16. Ofrece hasta cuatro raíces, de las cuales tres son extremas y nota— blemente independientes, sobre todo la inferior, que en un primer momento puede tomarse equivocadamente por F?. En la mitad anterior de la cara externa sigue siendo gruesa y se anastomosa tres veces con F?, y en la cara interna hay surcos metópico y supra-orbitario. - 17 y 18. Como en el núm. 16, excepto en el número de raíces, que aquí sólo son dos. “19. - Es doble por dentro en casi toda su extensión, por fusión de los surcos metópico y supra-orbitario, tiene dos raíces, y es doble también en el tercio posterior de la cara externa. * 20. No tiene surco metópico. 21. Tiene dos raíces, externa y súpero-interna, y siete anastómosis con F? en la cara externa. 22. Tiene dos raíces y seis anastómosis con F'? en la cara externa; de ellas dos son profundas. 23. Es muy gruesa, tiene dos raíces, es casi doble en algunos puntos, y ofrece dos surcos supra orbitarios. 24. Su disposición cae dentro de la considerada como normal en las descripciones clásicas. 25. Es estrecha y tiene dos raíces y cuatro anastómosis con /"?. -26. Tiene dos raíces y es doble 'en casi toda la cara externa; este des- 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) doblamiento está, sin embargo, interrumpido en dos puntos para la mitad posterior, y en los cuatro donde están las incisuras transversales que exis- ten ordinariamente. 27. Tiene dos surcos supra-orbitarios, dos incisuras arqueadas y otra porción de surcos menores y mayores en la cara interna, y sobre todo en la cara externa, donde los hay longitudinales, curvilíneos y de otras direc- ciones; pero no ofrece verdadera tendencia al desdoblamiento, y con F? sólo se anastomosa tres veces. 28. Es muy gruesa, con dos raíces y gran tendencia al desdoblamiento en la cara externa. 29. Tiene dos raíces: una en Fa y otra en F?; ofrece tendencia al des- doblamiento y aspecto lobulillar en toda su extensión. 30. Tiene dos raíces y es doble en la mayor parte de la cara externa. 31 y 32. Son homotipos y ofrece en ellos surcos transversales y longitu- dinales alternativos por la cara externa; es ancha, gruesa y tiene dos raíces y dos surcos supra-orbitarios. Se anastomosa con F'? cuatro veces, por pliegues más profundos que superficiales. 33. Tiene dos surcos supra-orbitarios, y en las tres caras una porción de incisuras que revelan el aspecto complejo y lobuloide de esta circunvo= lución. Se anastomosa con F? en cinco puntos. 34. Su disposición está comprendida en la considerada como típica por los tratadistas clásicos. 35. Es rectilínea en toda su extensión y gruesa en la mitad posterior y en el tercio inferior; tiene dos surcos supra-orbitarios, dos raíces bien dis- tintas y numerosas incisuras de diversas direcciones. 36. Tiene dos surcos supra-orbitarios y dos raíces. 37,38, 39 y 40. Su disposición corresponde á las descripciones clásicas. 41. Es gruesa, con dos raíces, lobulillar, y tiene anastómosis profundas con F?. 42. Tiene dos raíces y tendencia al desdoblamiento en toda la cara externa, y se anastomosa con FP? en cuatro puntos. 43. Es homotipo del anterior, y en él se ofrece más diferenciada. En la mitad anterior de la cara externa, lo que era en el 42 rama inferior de desdoblamiento, es en este hemisferio rama superior de bifurcación de F?, 44, Tiene dos raíces y notable tendencia al desdoblamiento. 45. Su disposición corresponde á la de las descripciones clásicas. 46 y 47. Son homotipos, y en ellos tiene dos raíces; es muy delgada en los dos tercios anteriores de la cara externa, y entre las anastómosis que recibe de F”, la primera es tan gruesa que parece una tercera raíz. 48 y 49. Tienen dos raíces y se anastomosan cuatro veces con FF”. 50 y 51. Es doble en casi toda la cara externa, pero con seis anastómo- sis entre sus dos mitades. 52 y 53. Son homotipos y en ambos tiene dos raíces, y es muy ancha (45) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 301 en el cuarto posterior; la mitad anterior ofrece solamente una parte estre- cha muy corta, en la cual se une con dos ramas de /?. Debajo y delante de éstas, que van enlazadas á la izquierda é independientes á la derecha, se encuentra una porción que se une á varios pliegues transversos en relación profunda con las partes altas de F?, 54 y 55. Son homotipos, y en ambos es simple por toda la cara externa y más ancha á la derecha; se anastomosa en cuatro puntos con /"”. Tiene dos raíces en el lado derecho. 56. Ofrece indicios de desdoblamiento en el cuarto posterior de la cara externa y en el tercio inferior de la cara interna, donde hay dos surcos supra-orbitarios. En el resto tiene aspecto lobuloide. Tiene dos raíces. 57. Su disposición corresponde á las descripciones clásicas. 58. Es gruesa y lobulosa. Su raíz inferior es tan independiente y nace tan abajo, que parece una circunvolución supernumeraria que ocuparía la mitad posterior de la cara externa del lóbulo frontal. Se anastomosa tres veces con ff?. 59. Tiene dos raices, tendencia al desdoblamiento en el tercio poste- rior, dos surcos supra-orbitarios, aspecto lobuloide y cuatro anastómosis con f?. 60. Tiene dos raíces: una corresponde al borde superior del hemisfe- rio, otra viene de la parte media de Fa, y de ésta nace una rama descen— dente que se comporta, como /F'? normal, según nuestras observaciones. Deducciones.—Resulta, en primer lugar, que el tipo de tres raices considerado como normal según Broca y sus comenta— dores, no podemos nosotros admitirlo como tal. Es, por el con- trario, el tipo de dos raices el que hemos observado con más frecuencia: estas dos raíces persistentes pueden ser la paracen- tral 6 interna y la superior, ó la superior y la externa; pero más ordinariamente se ven confundidas las dos primeras. Se observa muchas veces, sin embargo, la existencia de tres raí—- ces, y hasta en algunos casos cuatro; pero la disposición con= siderada como normal por Eberstaller, que admite una raíz inferior constante que arranca de /1?, en la forma descrita por este anatómico, sólo la hemos observado un corto número de veces y nos inclinamos, de acuerdo en esto con los tratadistas franceses, á considerar dicha raíz como el pliegue anastomó-— tico más posterior de los varios que suelen existir constante— mete entre F'! y F”. En cuanto al desdoblamiento, esta circunvolución de que trato ofrece gran tendencia á él. Efectivamente, se observa de ordinario que /'! empieza ancha y gruesa, se va adelgazando 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) á medida que se aproxima á la punta del hemisferio, y desde ésta engruesa de nuevo, si bien extendiéndose mucho más por la cara interna que por la externa é inferior. Por lo general aumenta de anchura de atrás adelante por la cara interna, y disminuye en el mismo sentido por las caras externa é in- ferior. Esto no obstante, se ven algunos casos (y esto puede apreciarse en alguna de las figuras de este trabajo) en los que F'* conserva en la cara externa un grosor uniforme. Pero de Fig. 11. Cara infericr de un cerebro en el que la complicación morfológica llega al máximo entre los que hemos observado. una ú otra manera son muy raros los casos en que no ofrece tendencia al desdoblamiento: unas veces es éste apreciable por la cara externa, otras por la cara interna y otras por am- bas regiones citadas; esto último es lo más frecuente. La exis- tencia de dos raices en la mayoría de los casos y los surcos longitudinales, más 6 menos extensos y numerosos, que sue- len existir en la primera porción de la cara externa, justifican para ésta el casi constante desdoblamiento, que en unos casos se reduce al tercio posterior y en otros alcanza una región muy (47) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 203 próxima á la punta del hemisferio. Algo análogo podemos decir de los mismos indicios de duplicatura existentes en la cara interna, á favor del surco supra-orbitario y de su fusión en muchos casos con el metópico, aun cuando este último se describa por Giacomini como más posterior y próximo á la zona callosa de dicha cara; pues es lo cierto que cuando apa- rece muy largo el supra-orbitario, es corto ú no existe el metó- pico, y algo inversamente análogo podríamos decir también de éste respecto de aquél. Alguna vez he pensado si el surco olfatorio podría estimarse como homólogo de los longitudinales de la cara externa, sobre todo teniendo en cuenta que la parte córtico-cerebral situada por fuera de él y del yyrus recto por lo tanto, lo mismo puede estimarse como perteneciente á PF! y separada de 7? por una parte del surco del lobulillo orbitario, que perteneciente á 71? en la forma admitida por los clásicos. Volveré más adelante á tratar de este asunto. Merece que nos detengamos un instante en las considera- ciones que surgen de nuestras observaciones sobre las anastó- mosis de FP! y F?. Lo más frecuente es que haya cuatro, pero se ven tres solamente un cierto número de veces, y, en cam- bio, en otros casos menores en número, se ven cinco, seis y hasta siete. Se dice de ordinario que debe entenderse por pie de 7"! el espacio extendido entre su origen y el punto en donde recibe el primer pliegue anastomótico que la une con /?; pero, por lo general, esta unión se hace en la proximidad de la parte media de la cara externa; de lo cual resulta que aceptando dichas ideas el pie de /F1! sería casi constantemente muy largo. Por otro lado, se entiende por 7aíz la parte estrecha y corta, ordinariamente de dimensiones milimétricas, que puede apre- ciarse en el origen ó en los origenes de toda circunvolución. Atendiendo á esta definición, que es la más generalmente admitida, á los hechos anteriormente expuestos y á la contra- dicción resultante entre las definiciones clásicas de raiz, de circunvolución y pie de 71, considero preferible admitir para F! tantos pies como raíces, en tanto caminen éstas cierto tre- cho independientes, y considerar como cuerpo de esta circun- volución todo lo existente por delante del punto donde se con- fundan dichas raíces continuadas por los pies. Además, los pliegues anastomóticos entre 7"! y FF? están dis- 304 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) puestos de tal modo que, Ó aparentan ramas de bifurcación 6 colaterales de //?, 4 verdaderas circunvoluciones transversales, concentradas por lo común en la extremidad anterior del he- misferio. De todos modos, f'* á lo sumo ocupa la mitad poste= rior de la cara externa. Por último, he podido comprobar un cierto número de veces las observaciones de Giacomini sobre la existencia de una do- ble incisura arqueada y un surco supra-orbitario accesorio; la primera es menos frecuente que el segundo, pero de todos modos estas depresiones parecen indicar como la tendencia á repetirse en algunos casos y en la extremidad infero-anterior de Fl, la disposición trirradicular ó polirradicular de la extre- midad póstero-superior inicial. Existen algunas otras variaciones de escaso interés que re- caen sobre el número y disposición de las incisuras transver- sales ú oblicuas y siempre cortas que se ven en 7F'; la más frecuente y notable, que quizá llegue al grado de variedad, consiste en la existencia de tres, cuatro 6 más incisuras trans- versales y paralelas, precisamente en la parte de /"! que co- rresponde á la punta del hemisferio. Fig. 12. Tipo de los cerebros más sencillos que hemos observado (49) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 305 Circunvolución frontal segunda. He.podido comprobar que esta circunvolución constituye la región más compleja del lóbulo frontal, y que las observacio- nes de Giacomini y Wernicke han hecho mucha luz en la ma- nera de considerar este territorio córtico-cerebral, pues las descripciones que del mismo se conocían antes de los estudios de los dos anatómicos citados, contienen tantas reticencias y ambigiúedades que conducian constantemente á la confusión y 4 la ignorancia de la realidad. Sin embargo de lo dicho, por lo que respecta á los cerebros que he examinado, puedo decir que mis conclusiones se separan algún tanto de las obtenidas por los observadores mencionados. Para la lectura é interpre- tación de los datos que voy á exponer, no se olvide que se con- sidera como 7? la porción de corteza cerebral limitada por /!* y fo! hacia adentro, y /? y fo? hacia fuera; f! y /? en la cara externa, /o! y fo? en la cara inferior; el límite posterior, supe- rior ó inicial en la cara externa, es Pa en su parte media, y el límite de la cara inferior es el polo del lóbulo. Sintesis dle nuestras observaciones.—1. Empieza por dos raíces bien dis— tintas en la parte media de Fa; estas raíces se fusionan poco después de un centímetro de su origen, dando lugar á un pliegue curvo convexo hacia arriba. que ofrece su mayor delgadez al nivel de la parte media, y dos pequeñas depresiones superficiales en cada una de sus mitades anterior y posterior. Cuando llega al límite anterior del citado pliegue curvo, se bi- furca formando un codo convexo hacia abajo. De esta bifurcación la rama superior camina poco más de un centímetro en dirección ántero-posterior, y se divide á su vez en otras dos ramas que forman los dos primers pliegues anastomóticos con F*; pero el segundo de éstos se une también á la rama inferior de la bifurcación primera, y por el intermedio de ella parece con= tinuarse con F”. La rama inferior describe una curva semejante á la del cuerpo, pero con la convexidad dirigida hacia adelante, y termina enla- zándose mediante una extremidad piramidal muy ancha con FF”, Así llega F? hasta el surco fronto-marginal de Wernicke, impropiamente denominado orbitario externo por Benedikt y titulado rostral por otros autores según Charpy, orbito frontal por Giacomini y surco del ángulo orbitario por Eberstaller. En el hemisferio de que trato este surco ocupaba los dos cuartos centraies de la línea curva y horizontal extendida desde la extre— ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 20 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (59) midad anterior de la rama corta horizontal de la cisura de Sylvio hasta el borde sagital del hemisferio; parece que tiene una figura parabólica irregu— lar, y por dentro y delante de él pasa /! y por fuera y detrás F'*, como se deduce de la disposición descrita. En la cara inferior la región de F? tiene la disposición ordinaria, contribuyendo á formar el lobulillo orbitarin y el surco en HT. Existe, por tanto, surco frontal medio 6 f* de Eberstaller, que no termina en el fronto-marginal, y otro surco frontal medio accesorio si- tuado entre las dos ramitas de bifurcación de la rama superior. 2. Nace por una sola raíz, que en seguida se bifurca, en una rama in- ferior que se une á 1”, y otra rama superior más larga, la cual se desdobla á su vez en otras dos; de éstas, la más alta camina paralela 4 F'* durante cierto trecho, y termina uniéndose á la más baja y constituyendo el primer pliegue anastomótico con F*; la más baja camina paralela á la más alta durante un cortísimo espacio, y en seguida se divide en dos raras, de las cuales la inferior se une á FF”? y la superior se bifurca todavía otra vez uniéndose estas dos últimas con F'*. En suma: que en la cara externa se anastomosa tres veces con FF! y dos veces con FF”; que hay surco fronto- marginal bastante extenso, y que en vez de surco frontal medio hay dos surcos oblicuos algo semejantes al citado y destinados á separar los tres pliegues existentes entre F'* y F”, y otros dos muy cortos que separan las dos primeras ramas y las otras dos en que se bifurca la superior. Contri- buye á formar el surco del lobulillo orbitario que tiene la figura de K. 3. Se anastomosa dos veces con /”, se bifurca y se anastomosan sus dos ramas con F*, ofrece después un surco fronto marginal, y se recons- truye luego para terminar constituyendo el surco del lobulillo orbitario con forma de XK, El surco frontal medio está representado por uno interradicu- 'ar y una parte del oblicuo inter-anastomótico. 4. Es doble en la mayor parte de su extensión por la cara externa, pero la mitad superior es considerablemente más desenvuelta que la inferior; ésta profundiza bastante, un poco por delante del surco pre-rolándico, donde parece desaparecer formando un surco paralelo con el citado; pero se dis- tingue en su fondo, y haciéndose después superficial se anastomosa con la mitad superior. Una vez constituida una /? única, irá al mismo nivel una rama á F'! y otra á FF”; ofrece un surco transversal en forma de S, vuelve á dar otra rama para F'! y otra para F*, aparentando una trifurcación y la rama central de ésta, que es el mismo tronco de la F'? que me ocupa; profundiza, constituyendo otro surco en la misma dirección al sinuoso citado, y anastomosándose en esa región profunda por tercera vez con F'*; por último, se bifurca para continuarse adentro y afuera respectivamente con F! y F?, formando al mismo tiempo el labio superior del surco fronto- marginal, por debajo del cual se reconstruye para terminar ofreciendo dos incisuras paralelas y contribuyendo á que tenga la forma en A el surco del lobulillo orbitario. El surco frontal medio está representado, como se (51) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 207 deduce de lo dicho, por una porción longitudinal muy extensa y otras dos transversales cortas. Las ramas anastomóticas con F'! y F” en la cara ex- terna son oblicuas y se disponen de tal modo, que parece como si 11” se bifurcase ó trifurcase cierto número de veces. La rama última de unión con /'? es muy gruesa, 5. Su disposición es homóloga con la del núm. 4, pero el nivel del labio superior del surco fronto-marginal, lejos de ser lo más visible lo anasto- mótico con 1/7”, lo es lo anastomótico con ft, y en la cara orbitaria contri- buye á formar un surco en Y, cuya rama larga es ántero-externa y ofrece dos surcos paralelos á esta rama y á la porción correspondiente de fo!. 6. Tiene una sola raíz, camina independiente hasta la mitad de la cara externa, donde se anastomosa con /1”, éinmediatamente por delante parece bifurcarse enviando dos ramas á f*, y forma después una región irregular anastomótica con 4! y FF” y constituyente del labio superior del surco fronto-marginal; por debajo de este surco contribuye ála constitución del de la región orbitaria que tiene la forma de KK. 7. Tiene dos raíces, pero la superior es gruesa y superficial, y la infe- rior atrófica y profunda; no ofrece tendencia al desdoblamiento en ningún punto de su trayecto, pero se anastomosa en cinco puntos con FF! y en tres con F'?. No hay, pues, surco frontal medio, el fronto-marginal es muy corto, y en la cara orbitaria termina ofreciendo una incisura ántero poste- rior paralela á las dos ramas largas de la 41, que los surcos finales consti- tuyen. Esta incisura se prolonga en el desierto olfatorio por detrás de la rama horizontal de la H, y se forma de este modo una especie de enrejado. 8. Tiene dos raíces, pero una nace de F”; una vez reunidas se forma un cuerpo que bien prunto se bifurca para anastomosarse la rama interior con FF” y la superior (en la cara externa por supuesto), en cuatro puntos con /£"!, El surco frontal medio aboca al fronto-marginal, y por debajo de éste se comporta como de ordinario. 9. Enel tercio medio de la cara externa es doble; se anastomosa cinco veces con /"* y tres con FF”. De estas anastómosis una corresponde por debajo del surco fronto-marginal lo nismo para P'! que para FF”, 10. No tiene desdoblamiento ni surco frontal medio. En lo demás se comporta cumo de ordinario. 11. £n la mitad anterior de la cara externa es doble, pero no tiene surco fronto-marginal, y se continúa sin interrupción con la porción orbi- taria. 12. Es doble en la mitad anterior de la cara externa, y tiene surco fronto-marginal, aunque corto. 13. Tiene cinco anastómosis con /'* y tres con F?, y como resultado de esta disposición existen tres surcos trontales transversos por encima del fronto-marginal. - 14. Tiene una sola raíz, se hace muy curvilínea en su pie, formando 303 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) un codo hacia arriba, y anastomosándose á su nivel con F*, luego se bi- furca y une por cada una de sus ramas á F'! y F”; ofrece inmediatamente delante un surco anguloso, abierto hacia delante, que la segmenta por completo porque es bastante profundo, y por delante de él aparece re- construída, constituyendo una región de dos circunvoluciones angulosas y transversas, separadas por un surco no muy profundo, aunque paralelo al descrito, y anastomóticas con F'! y F%; la más anterior limita el surco fronto-marginal. 15. Su disposición está comprendida en la considerada como normal en las descripciones clásicas. 16 (niño). Tiene dos pequeñas raíces, pero nacen en f'! y F”. Es es- trecha, simple y se une otras dos veces con FF! y una con PF”. 17 y 18. Es doble en la mitad anterior de la cara externa, nace en P! y Fa, y en lo demás su disposición es igual á la del núm. 14. 19. Nace por una sola raíz, es doble en la mitad anterior de la cara ex- terna, y sus dos ramas se anastomosan respectivamente cuatro veces con F! y dos veces con FF” por encima del surco fronto-marginal, disponién- dose de modo algo semejante al descrito en el núm. 14. 20. Como en el núm. 15. 21. Puede decirse que es triple, un poco por delante de su origen; em- pieza por una raíz en Fa que inmediatamente después de nacer se bifurca, y Otra raíz en ? que camina, durante cierto trecho, paralela á la rama inferior de la raíz que nace en Fa. Luego se fusionan estas dos ramas inferiores, pero poco después la rama más alta, que ha ingresado en la fusión, se une con /'!, y lo propio ocurre con una rama resultante de la fusión citada. Ahora bien; el resto de este tronco y las dos anastómosis normales de la cara externa (que en este hemisferio existen) entre F? y F”, constituyen un espacio de aspecto lobulillar, unido cuatro veces á F!, y separado de la región orbitaria por un surco fronto-marginal con figura de K, ligeramente modificada. 22. Empieza por una sola raíz y es simple en todo su trayecto; pero tiene seis anastómosis con F'!, las dos gruesas y constantes de la cara ex- terna con /F”, el surco fronto-marginal y una disposición semejante á la del núm. 14 en la extremidad anterior del hemisferio. — 23. Es doble en la mitad anterior de la cara externa, y en ésta ofrece tres anastómosis con F* y dos con /”. 24. Es doble en su mitad posterior, simple en el centro y bífida en la parte más anterior de la cara externa, en donde se anastomosa cinco veces con F! y dos con HF”. : 25. Es estrecha y simple después de la fusión de sus dos raíces: se anastomosa cuatro veces con F'! y tres con F'”. Por lo demás, como en el núm. 14. 26. Es pequeña y simple, en la mitad posterior de la cara externa; en (53) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 309 la porción anterior está conformada como un pequeño lobulillo triangular y en forma muy parecida á la del núm. 14. 27. Tiene una sola raíz que es bastante gruesa; y su tronco ó cuerpo ofrece una sola anastómosis con F'* y otra más delgada con F!; luego se bifurca, y cada una de las ramas de esta bifurcación, que constituye el labio superior del surco fronto-marginal, se anastomosa con /F'* y FP”. Por último, contribuye á formar en la cara inferior un surco en forma de X. 28. Es doble por completo en todo su trayecto por la cara externa y en la extremidad anterior del hemisferio, se dispone como en el núm. 14, 29. Tiene una sola raíz que se encorva hacia arriba enviando la super- numeraria de /! y ofreciendo una anastómosis gruesa con FF” al nivel de la parte media de su cuerpo. Luego se bifurca y dispone como en el núm. 14. El surco del lobulillo orbitario está conformado en H. 30. Tiene aspecto lobulillar, sobre todo en su origen; en la extremidad anterior del hemisferio está dispuesta como en el núm. 14; el surco fronto- marginal es muy profundo y el del lobulillo orbitario tiene una rama pos-- terior supernumeraria muy profunda y unida al surco olfatorio. 31. Se puede interpretar de dos modos: ó con una sola raíz que nace en Fa y dando inmediatamente después de nacer una rama anastomótica con /1?, ó con la dicha raíz Fa y estimando como otra que viene de FF?, la rama anastomótica citada. Luego es doble hacia adelante y se dispone de modo semejante al del núm. 14. 32. Es homotípica del 31, se parece á ésta y se anastomosa con F!, tres veces bien visibles, en la cara externa. 33. Es única en el arranque y en la parte media de la cara externa; bífida en el tercio anterior de ésta, donde se dispone como en el núm. 14. 34. Su disposición puede referirse á la considerada como normal en las descripciones clásicas, ligeramente modificada. 35. Tiene una primera porción que es semejante en forma á la que más frecuentemente ofrecen el pie y cuerpo de /"”. En el resto se dispone como en el núm. 14, pero con la particularidad siguiente: que el surco fronto-marginal, se bifurca en el espesor de F'* y que en él se abre f?. De aquí resulta que está completamente segmentada FF” al nivel del surco fronto-marginal y que éste es bastante extenso, contribuyendo á su for- mación en este caso, /'* y F”. En la región orbitaria, tiene tres incisuras y contribuye á formar un surco en 4. 36. Como en el 24. 37. Tiene una sola raíz y es de tipo ramificado, pero antes de ofrecer la ramificación, presenta un cuerpo parabólico con el codo hacia arriba. 38. Tiene una raíz en Fa y otra en F'! y se ramifica y anastomosa como en el núm. 14, pero el surco fronto-marginal no es muy notable. 39 y 40. Como en el 34. 41, Tiene una raíz en Fa y otra en F!*; á juzgar por la dirección apa- 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. m4) rece confundida con F'” poco después de su origen y se une á PF! y FE” como en el núm. 14. 42 (niño). Nace por una sola raíz que se encorva hacia arriba; envía anastómosis á /"' y F”, y al llegar á la extremidad anterior del hemisfe= rio, termina bifurcándose como en los casos anteriores, pero esta bifurca ción no es tan evidente. 43. Es homotipo del 42, y en él aparece doble por completo, en la cara externa; su rama inferior se une á /"” poco después de nacer, y la supe- rior se bifurca disponiéndose de modo semejante al del núm. 14. 44. Es doble en la cara externa y cada una de ellas termina respecti- vamente en F'! y F”; pero entre ambas y encima del surco fronto-margi- nal, existen surcos anastomóticos entre F'! y FF? como en el núm. 14. 45. Es homotípica de la anterior, doble como en ésta, pero más largas ambas ramas constituyentes de la duplicatura; la superior se une á FP! y la inferior se bifurca, uniéndose á F” y á F!, y disponiéndose como en el 44 por encima del surco fronto-marginal. El pie está segmentado por un surco paralelo al pre-rolándico. 46 y 47. Son homotipos: á la derecha puede dividirse en tres circunvo— luciones secundarias: superior, media é inferior, y á la izquierda sólo son bien distintas dos ramas; pero en uno y otro lado tiene el todo aspecto lobulillar, y en el seno de las dos ramas que llegan más anteriormente en la cara externa, queda la disposición descrita bajo la forma de circunvolu- ciones transversales y surco fronto-marjyinal. 48 y 49. Son homotípicas: la derecha es doble y muy gruesa; la izquierda sólo tiene como indicio de duplicatura, la existencia de dos raíces. Por lo demás están dispuestas como en el núm. 14. 50 y 51. Son homotípicas y en uno y otro lado, aunque nacen por dos raíces, forman un solo cuerpo que se bifurca y dispone como en el núm. 14, 52 y 53. Son homotípicas y tienen tres raíces que nacen de Fa: tienen también un solo cuerpo y tres ramas que se anastomosan; con /* la más alta, con FP? y dos veces la más baja; y con la superior é inferior la cen- tral, que es la más larga, bífida, con una rama anastomótica para /'! y descendiendo la otra para bifurcarse de nuevo y contribuir á la constitu— ción del surco fronto-marginal. 54 y 55. Son homotíricas y dobles, pero la duplicatura está más acen- tuada en el lado izquierdo. Cada una de estas FP” se bifurcan y reunen en el lado izquierdo; en el derecho adquieren forma lobulillar, y en ambos se disponen como el núm. 14, por encima del surco fronto-marginal. 56 y 57. Tienen una sola raíz, y en lo demás como en el núm. 14. 58,59 y 60. Su disposición puede referirse á la de las descripciones clásicas; pero en lo relativo á la región situada por encima del surco fronto- marginal y correspondiente á la extremidad anterior del hemisfe- rio, están conformadas como en el núm. 14. (55) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 311 Deducciones.—Al analizar el resultado de mis observaciones sobre la circunvolución frontal segunda, he de empezar por manifestar que no puedo estar conforme con el parecer de los clásicos, respecto de la interpretación concedida á muchos de los detalles morfológicos correspondientes á la región córtico- cerebral que la representa, y que, dentro de su variedad indi- vidual, he podido reconocer cierta fijeza para el corto número de cerebros que he examinado. ia. La. Cara inferior de un cerebro en el cual falta en un lado la incisura limbica y existen en el mismo dos 7* y dos 7%, Raices.—Ordinariamente son dos, pero no puedo considerar como normal que una nazca de /'a y otra del pie de F%, como quieren el mayor número de los tratadistas; yo sólo he encon— trado esta disposición dos ú tres veces. Por lo común, siendo dos las raices, nacen ambas en a: una superficialmente y de modo muy ostensible, y otra ligeramente oculta en el surco 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) pre-rolándico, pero viéndose que no es en. éste donde empieza sino en 4. Aleuna vez, sin embargo, una de las raíces nacla en /'a y otra en F1, y, en otro caso, arrancaban respectiva mente de F'! y F?. No obstante el considerar como normal la existencia de dos raíces para /7?, he observado en trece casos que no había más que una, la cual constantemente nacía de Fa. Por último, dos veces he visto que eran tres las raices de /? y que todas nacían en /'4. En suma, que este origen en Za es el que considero más constante y principal: que ordinariamente se hace en dos puntos, constituyendo una raíz superficial y otra profunda, y que por anomalía puede existir alguna raiz anómala proce- diendo de /'! d de F?. Cuerpo en la porción dorsal, ó sea en la cara externa del hemis- Jferiv.—Ordinariamente va aumentando de extensión transver- sal de atrás adelante hasta llegar á la extremidad anterior del hemisferio, donde alcanza su máximum de anchura; sin em- bargo, en algunos casos, en su trayecto por la cara externa empieza ancha, se estrecha en el tercio medio de aquella y vuelve á ensanchar en el tercio anterior, y otras veces ofrece un grosor uniforme desde su origen hasta por encima del surco fronto-marginal. La existencia de las tres variedades citadas depende del número de anastómosis que se establezcan entre esta circunvolución y las dos que le son paralelas, sobre todo de las existentes entre 11? y FF!, y del modo como éstas se verifiquen, y depende también de la existencia Ú ausencia de desdoblamiento para esta porción dorsal de 7//?. Las dos raices que ordinariamente existen se prolongan independientes muchas veces durante un cierto trecho, y, como consecuencia de ésto, puede admitirse como doble 7? con mucha frecuencia en el tercio posterior de la cara externa; en otros casos este desdoblamiento inicial se continúa por el tercio medio y más rara vez se extiende hasta el tercio ante- rior. Alguna vez he visto que la duplicatura existía en el tercio posterior, que desaparecía en el tercio medio y que volvía a presentarse en el tercio anterior. Lo que considero más fre- cuente, sin embargo, es que las raíces estén separadas por una depresión irregular, por un surco interradicular muy corto ú que simplemente, ya siendo una, ya siendo dos, separen en (57) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 3.3 dos mitades, superior é inferior, el surco pre-rolándico; des- pués existe ordinariamente un cuerpo único ocupando la mi- tad posterior de la cara externa, y, por último, en la mitad anterior es donde más á menudo se observa el desdoblamiento ¿, mejor dicho, la bifurcación de esta circunvolución. Conviene notar, sin embargo, antes de pasar adelante, que en algunos casos (3 entre 60) era simple en toda su extensión la porción dorsal de la circunvolución que me ocupa, y que otras veces (2 entre 60) la he observado triplicada con completa evidencia. No obstante lo expuesto, diré que en la mitad anterior de la porción dorsal 7? adopta casi constantemente una disposición poli-ramosa, que es lo que verdaderamente la caracteriza, la desfigura, la hace confundir al observador inexperto en mu- chas de sus regiones con 7"! y en otras con /1?, y efectivamente constituye una zona, sobre todo en el tercio anterior, que yo he calificado de región ambigua, en el lenguaje familiar em- pleado en el laboratorio. Existen, en efecto, un gran número de casos en que, observando la extremidad anterior del hemis- ferio cerebral, se duda cual es la parte que corresponde á cada una de las tres circunvoluciones frontales, y se termina de ordinario por aceptar una interpretación convencional para cada caso. Esto es debido á que, según he cuidado hacer notar en la exposición de los datos recogidos sobre este punto, la mayoría de los hemisferios ofrecen una disposición semejante á la con- signada para el ejemplar del núm. 14. /?, apareciendo como que se bifurca, da, sin embargo, ramas colaterales que la unen con F'! y F*; de ellas son constantemente más numerosas las ascendentes que las descendentes (de ordinario cuatro para /1! y tres para /P*); pero las más anteriores, dos Ó tres casi siem- pre, aunque dispuestas en forma angulosa, representan cit- cunvoluciones transversalmente extendidas entre /P! y las ramas inferiores de /F/?, ú entre FP! y F'*, como ocurre en algu— nos casos; y de aquí resulta que realmente 1/1? está sustituida en esta región por un cierto número de pliegues anastomóticos de forma angulosa é irregular, abiertos hacia adelante y sepa- rados por surcos transversales ú oblicuos de la misma figura y dirección. La disposición descrita trae como consecuencia los hechos siguientes: ; 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) 1.2 Que el surco frontal medio de Eberstaller, 9 del mismo autor. sólo se observa en un contado número de casos, sobre todo consideráandole del modo señalado por el citado anató- mico, pues realmente cuando es perfectamente apreciable es porque se trata de hemisferios en los cuales //? esta, en verdad, desdoblada en su tercio posterior, en éste y en el central ó en toda la extensión de la porción dorsal, á menos que no se quiera considerar representado por el espacio angular que queda entre la circunvolución angular más anterior de las citadas y el labio inferior del surco fronto-marginal, es decir, el seno del ángulo de dicha circunvolución ó pliegue anasto— nótico, cuya cara Ú borde más infero-anterior es también la región que constituye el labio superior del mencionado surco- tronto-marginal. 2.” Desde este último punto de vista podemos asegurar que no ocurre casi nunca el que /! se abra en /?. Eberstaller dice que se trata de un surco de 10 á 15 mm. de profundidad, que aparece aisladamente en el embrión y se termina en 7'por sus dos extremidades; yo no le he hallado de este modo en nin- euna de mis observaciones; pero Eberstaller añade á lo dicho que está ordinariamente atravesado por pliegues anastomó- ticos profundos, que se hacen superficiales en ciertos Casos, quedando en estos interrumpido d representado /* por incisu—- ras transversales; es precisamente á esta última variedad á la que yo puedo referir casi todas mis observaciones. 3.2 Como consecuencia de éstas, resulta también que /! y f* están constantemente interrumpidos en la mitad ú tercio anterior del hemisferio por los pliegues anastomóticos citados y no se abren en el fronto-marginal más que en un corto número de casos. 4. La explicación dada por Eberstaller para la disposición adoptada por 112 en la extremidad anterior del hemisferio, la considero de gran valor porque representa gran parte de la verdad. El tipo cuaternario Pt, 2 F?, cuando existe, y 11, queda reducido al tipo binario en la indicada región, por la fusión de FP! + mitad superior de 7?, la de mitad inferior de FF? + F?; lo cual es perfectamente admisible para aquellos casos en que esté perfectamente desdoblada /7?, por lo menos en el tercio anterior del hemisferio. En los demás, 6 hay que admitir la fusión de /'1, PF? y F?, constituyendo un todo com- (59) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 315 plejo y lobuloide, 6 hay que admitir la sustitución del /7? por los pliegues anastomóticos descritos. Surco fronto-marginal.—Giacomini ha señalado tres tipos para la disposición morfológica de este surco. El que considera más frecuente (80 por 100 de los casos) es aquel en que aparece segmentado por lo menos en tres partes: una externa labrada por delante y debajo de la rama horizontal de la cisura de Sylvio en el principio de la porción orbitaria de /1*; otra cen— tral, ordinariamente muy pequeña, según Giacomini, que ocupa la porción marginal de /?, y otra interna que alcanza hasta /'! y aun en ciertos casos puede incindir la parte corres- pondiente al borde sagital del hemisferio. El tipo que sigue á éste en frecuencia, que según el mismo Giacomini y Zernow se observaría en 20 por 100 de los casos, sería aquel en el cual sólo existiría una incisura más interna que externa, mucho más externa que la central del tipo anterior, pero represen- tante principalmente de ella, puesto que /* y FF? pasan por dentro y por fuera de sus respectivas extremidades sin que estén interesadas por el surco que me ocupa. Por fin, en una tercera forma el surco fronto-marginal llegaría casi desde el borde sagital del hemisferio hasta casi la rama anterior de la cisura de Sylvio; este tipo se observaría en 2 por 100 de los casos, y, en aleuno, el surco es aún más extenso y alcanza el borde sagital del hemisferio y cisura de Sylvio. Por lo que toca á nuestras observaciones, debo decir que el tipo más frecuente en los cerebros que he examinado es el observado por Giacomini, sólo en 20 por 100 de los casos, y que el tipo segmentado sólo lo hemos visto dos ú tres veces, y una sola aquel en que se ofrece completo 6 más extenso, como dice el citado anatómico. Sin embargo, debo recordar que /"!, precisamente al nivel de la extremidad anterior del hemisfe: rio, ofrece casi constantemente dos, tres Ó más incisuras trans- versales, de las cuales alguna corresponde de ordinario al mismo plano que el surco fronto-marginal y aun puede esti- marse como continuación ú representación de él. En estos casos puedo admitir sin reparo que el surco fronto-marginal está formado de dos segmentos: uno corto y más superficial en el espesor de F!, y otro en la región intermedia á /'! y FP”, de notable profundidad, de aspecto cisural y que he podido observarlo en la misma forma en el perro, gato y otros mamí- 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) feros. Respecto á cuál sea la interpretación de este surco, no nos atrevemos á decir nada con valor verdaderamente anató- mico, porque nos faltan datos embriológicos y de zoología comparada capaces de resolver la cuestión; pero sospechamos que el surco fronto-marginal tiene más importancia morfoló- gica de la que hasta hoy se le ha concedido; creemos que seg- menta por lo menos á F?, y en muchos casos, según queda dicho, á gran parte de F'1 y F?, y si á esto se añade que la dis- posición de las circunvoluciones frontales en la cara inferior del cerebro es completamente distinta de la que ofrecen en la cara dorsal 6 externa, consideramos que muy bien pudiera representar el surco que me ocupa el límite separatorio entre dos lóbulos y que en cierto modo pudiera ser comparado con la cisura perpendicular externa. Porción orbitaria.—En lo que hemos observado ofrece poco de notable que no caiga dentro de lo consignado en las des- cripciones clásicas; constantemente empieza por ofrecer una anastómosis con 1! y otra con /"*; luego se prolonga en sus tres porciones: la interna termina uniéndose á F'* por dentro de la extremidad posterior del surco olfatorio y por delante del punto en donde 7! se continúa con 7/*; la externa alcanza también á 7'* en el espacio que queda entre el desierto olfato- rio y la porción inferior externa de 7P?, y la central termina formando el labio anterior de la rama transversa del surco en 4; esta última porción, más corta constantemente que las otras, Ofrece, de ordinario, una, dos ú tres incisuras que se han considerado como la representación inferior de 7”. Por lo demás, considerando como admite la generalidad de anatómicos que /o0! es representación de /!, y que /o? es repre - sentación de /?, el espacio que queda entre fo! y fo? ha de representar /?; pero ésta, con la parte que toma en la consti- tución del surco en 7, hay que considerarla triplicada; aña- diré todavía que el surco en 47, como tal 17, está muy lejos de ser constante, y que, fundándome en lo que tengo observado, entiendo que carece de la importancia que quiere concedér- sele. Volveré sobre este punto más adelante. A (61) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 517 Circunvolución frontal tercera. Después de la importante monografía de Rúdinger (1), que contiene 50 dibujos de la circunvolución de Broca, y de la no menos interesante de Hervé (2), á las cuales pueden sumarse los datos más modernamente aportados por Giacomini, Ebers- Fig. M. Cara inferior de un cerebro en la que se ve, al lado derecho del observador, descubierto el polo del lóbulo insular, y á la derecha dos ramas ascendentes en la cisura de Sylvio. taller y otros sobre el mismo asunto, considero muy poco 6 nada nuevo lo que podré añadir álo ya conocido, pero no debo dejar de consignar los hechos que he recogido y las deduccio— nes que de ellos pueden obtenerse. (1) RUúDINGER: Obra citada. (2) HERVE: Za circunvolution de Broca. 1888. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) Sintesis de nuestras observaciones. —1. Su raíz, que es gruesa, ofrece un surco vertical, inmediatamente por delante de su origen. El pie ofrece surco diagonal, es rectangular, y de su ángulo ántero-superior arranca la primera anastómosis entre MP? y F? que es la considerada por muchos tratadistas como raíz inferior constante de /"?. Nosotros no la considera- mos así por las razones expuestas al tratar del origen de F?. El cabo, situado entre las dos ramas cortas de la cisura de Sylvio, como es de regla, ofrece su depresión ántero-superior con f” (surco que separa las dos ramas de F?) y en su unión con la cabeza, ofrece otras dos anastó- mosis con 4? (rama inferior y ramita inferior de la rama superior). Entre estas dos anastómosis y en pleno territorio de /"”, existe el surco estrellado de Eberstaller, que aquí ofrece tres radios. Pero antes de pasar á la cara orbitaria se continúa hacia abajo y atrás, por un puente muy estrecho, con un pliegue anastomótico transverso, que la une directamente con /'* y por una parte más ancha y más posterior, se continúa con la cabeza que nada ofrece de particular ni en su porción ántero-posterior ni en la transversal. 2. Parece que tiene dos raíces, de las cuales una sería la ordinaria, por cierto muy estrecha, oculta y casi inapreciable; y otra, gruesa y superficial, está representada por la rama inferior de /F?, que nace muy pronto y se le une en seguida, según dije al tratar de este número en /f?. 3. El pie es grande y la porción situada por detrás del surco diagonal, juntamente con la raíz es comparable á una Z. El cabo se anastomosa dos veces con /” por la parte media del borde supero-anterior: después de estas anastómosis y antes de llegar á la región de la cabeza, parece que tiende á bifurcarse; se ensancha notablemente, Ofrece dos surcos obli- cuos, se continúa en su parte más inferior-anterior, hacia abajo, con la cabeza y hacia adentro, con la tercera circunvolución frontal transversa de la punta del hemisferio, la cual la une directamente á FP!. 4. La porción posterior del pie tiene 3 mm. de anchura máxima. Jl cabo tiene dos anastómosis con /1?, de las cuales una es superficial y otra profunda; la parte más anterior de esta porción ofrece una incisura que se continúa con el surco que separa la rama ínfero externa de la central, en la aparente trifurcación primera de /7?; después se une á dicha rama central y se continúa con la cabeza. 5. Las anastómosis que tiene con 4” son todas muy profundas. 6. Tiene cuatro anastómosis con FF”: las dos posteriores ocupan el sitio en que normalmente existen, y las dos anteriores enlazan á la parte más anterior del cabo y de la cabeza con la región irregular descrita para /f”?. El surco diagonal llega por abajo á la cisura de Sylvio y simula una rama vertical de ésta, supernumeraria, y la existencia de dos cabós para la circunvolución que me ocupa. 7. Es muy desenvuelto el pie y comparable á una W; el cabo ó cuerpo está confundido notablemente con 1? y F!, EA Gi (63) Pelaez Villegas. — CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 319 8. El pie y el cabo están separados por arriba, mediante una continua- ción del surco pre-rolándico. Por delante se anastomosa con 4? y F!, 9. Es muy pequeña, tiene las tres anastómosis constantes con FF? y describe una M muy abierta en la que todo es chico. 10. Tiene el pie rectangular, el cabo ó cuerpo en V y la cabeza muy gruesa. 11. Es muy compleja. El pie tiene la forma de U; el cabo la de Y, y la cabeza es muy gruesa. 12. Como en el núm. 9. 13. Ofrece un pie grande y en forma de Z; un cuerpo en V y una cabeza estrecha. 14 y 15. Su disposición puede referirse á la de las descripciones clásicas. ó 16 (niño). El pie es bastante desenvuelto: su surco diagonal se pro- longa mucho por abajo; y gracias á esta disposición, el cabo parece doble: el verdadero cabo es complejo, lobuloide y continuo en tres puntos con /?. 17 y 18. Es pequeña y conformada como de ordinario. 19. Ofrece un anastómosis radicular con /F'?. La primera porción del pie, es muy estrecha, casi lineal, y la segunda es también pequeña, aunque no tanto como la primera. El cabo es muy grueso, y oculta por completo la isla juntamente con la segunda porción del pie que parece, aunque en pequeño, un cabo supernumerario. 20. Su disposición puede referirse á la de las descripciones clásicas. 21. El pie es triangular, de base superior y sin surcu diagonal. El cabo también es triangular, pero mucho más extenso que el pie, y se engruesa . considerablemente al reunirse con los pliegues anastomóticos extendidos entre F” y F'!, El polo de.la isla queda descubierto. 22. Ofrece una disposición compleja y excepcional. Nace por dos raíces: una en el lugar ordinario y otra 2 cm. por encima, pero en la mis- ma Fa. Reunidas estas dos raíces se forma un cuerpo pequeño en forma, de U; luego se encorva en sentido inverso y va á terminar por una tercera inflexión, convexa hacia atrás, continuándose por la cara orbitaria. El pie es, por tanto, doble, y está comprendido en las dos raíces. 23. Tiene un pie rectangular, grande y con surco diagonal. El cabo es también muy grande, complicado, con un surco y una gran inflexión. 24. Tiene dos raíces: el pie es rectangular y grande; el cabo y la cabeza medianos, y es muy apreciable su separación de /”?, 25. Es doble en la cara externa. Existen dos anastómosis entre /F? superior y F'? y otras dos anastómosis entre las dos F'?. Además estas se fusionan al pasar á la cara orbitaria. 26. La raíz forma una U al unirse con la porción posterior del pie; el surco diagonal se abre en la cisura de Sylvio: la mitad anterior del pie 30 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (61) figura un primer cabo, aunque pequeño, y el cabo verdadero se continúa con la rama inferior de la bifurcación de FF?. 27. Tiene dos cabos triangulares, por la existencia de tres ramas cortas en la cisura de Sylvio. El pie resultante es estrecho y corto. 28. Su disposición puede referirse á la admitida para las descripciones clásicas. 29. Tiene un pie largo y estrecho, sin surco diagonal. El cabo es grueso, triangular y complejo, por delante: en este punto pueden admitirse tres porciones: una que parece una simple dependencia de lo principal y más posterior del cabo; otra que se continúa con las anastómosis transversales de F? y F* y otra más inferior que es la que se prolonga por la cara orbitaria. 30. El pie es triangular y sin surco diagonal. 31. Tiene un pie muy complejo, que se dispone en forma de U, al menos en su porción inicial y que oculta la isla. (V. Cisura fronto-témporo- parietal, núm. 31.) 32. Es homotípica de la anterior y está dispuesta de un modo muy semejante á ella. 33. Tiene un pie estrecho y alto; ó dos cabos en forma de V que corres- ponden á las tres ramas cortas de la cisura de Sylvio y una cabeza gruesa, 34,35 y 36. Nada ofrecen de notable, distinto de lo ordinario. 37. Raíz y primera parte del pie, dispuestas en U; surco diagonal abo- cando á la cisura de Sylvio; segunda parte de pie conformada como el primer cabo. 38. El pie constituye un lobulillo elipsoideo, casi vertical y con surco diagonal, rectilíneo y vertical. El cabo es doble y ocupa el espacio que queda entre las dos ramas cortas de la cisura de Sylvio, y entre las dos ramitas de la rama corta anterior. En el resto es-muy sinuosa. (V. Cisura fronto-témporo—parietal, núm. 38.) 39 y 40. Nada ofrecen de notable, distinto de lo ordinario. 41. Puede dividirse en tres partes. La posterior ó pie, se confunde en una gran parte con Fa, pues aunque tiene un surco vertical que la limita por delante, representa por abajo la mitad posterior de lo que normal- mente constituye el pie, que en este caso aparece dividido por una pro- longación del surco pre-rolándico unido á f?. La segunda porción, está á su vez partida en otras dos: es la porción más extensa y corresponde en su mitad posterior á la anterior del pie y á todo el cabo en su disposición normal; y, en su mitad anterior, es la parte anastomótica con /? y F” en la extremidad anterior del hemisferio, parte que en este ejemplar se halla notablemente desenvuelta. Por fin, la tercera porción también parece ligeramente dividida en otras dos, por una parte del surco del lobulillo orbitario, pero se coufunde con F? y F*, Dedúcese de lo expuesto, que el surco diagonal se abre por arriba en el surco pre-rolándico. (65) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 321 42 (niño). Es muy pequeña y representa un exiguo arco de círculo alrededor de las dos ramas cortas de la cisura de Sylvio. 43. Es homotípica de la 42, izquierda, y tiene un pie bastante desarro- llado; pero las demás partes aparecen empequeñecidas y con carácter infantil. 44. No ofrece nada notable distinto de lo ordinario. 45. Es homotípica de la 44 y compleja. Las dos anastómosis del cabo con F? son muy gruesas El cabo se halla separado del pie por un surco largo que no aboca á la cisura de Sylvio; el que le separa de la cabeza y otro supernumerario que divide á ésta, tampoco abocan á dicha cisura. (V. 45 de €. fronto-témporo-parietal.) 46 y 47. Son hemisferios homotípicos y tienen pie y parte posterior del cuerpo, más pequeños á la derecha que á la izquierda: en cambio ocurre 19 contrario con la parte anterior del cabo y anterior de la cabeza, que en el lado derecho forman una región más extensa que en el izquier- do, con surco estelar de Eberstaller que tiene tres radios, y confundidas, en ambos lados, con las anastómosis transversas de F* y F?, Sin embargo, en el izquierdo hay un límite más claro entre FP? y P?. 48 y 49. Son homotípicas y ofrecen: la derecha un pie tan estrecho que resulta oculto por el cuerpo que es muy grueso; la izquierda tiene e pie parabólico y abierto hacia abajo, pues el surco diagonal se abre en la rama vertical de la cisura de Sylvio. El cuerpo ó cabo de la izquierda es mucho menor que el de la derecha y las cabezas ofrecen dimensiones y formas análogas en ambos lados. 50 y 51. Son homotípicas y ofrecen: la derecha un pie mayor que el de la izquierda; rectangular, unido á un pequeño mamelón triangular y con el surco diagonal abierto en la cisura de Sylvio, formando para ésta una rama corta supernumeraria, razón por la cual el cabo parece doble. La izquierda tiene un pie reducido en su primera porción á un pequeño segmento con la forma de mamelón triangular citada antes; el surco dia— gonal termina libremente por sus dos extremos y el cabo, en su porción posterior-inferior, presenta la disposición ordinaria. La parte antero-supe- rior del cabo, en ambos lados, parece trifida por la continuación con los pliegues anastomóticos que sustituyen 4 F'? en la región adyacente y por su continuación con la cabeza. Tanto la parte supero-anterior del cabo, como la inicial de la cabeza, ofrecen una porción de incisuras que conflu— yen á la cisura de Sylvio. Este es un dato que unido á otros análogos que también presenta este cerebro, permiten considerarle como perteneciente al tipo de cerebros con cisuras y surcos confluentes. (V. 50 y 51 de C. fronto-témporo- parietal.) 52 y 53. También son homotípicas, pero difieren morfológicamente en un pequeñísimo detalle, que consiste en que el pie es triangular en la izquierda y rectangular en la derecha sin surco diagonal en ambos. El cabo ANALES DE HIST. NAT. — XXVII. 21 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (65) y la porción inicial de la cabeza tienen, en ambos lados, algunas incisuras que se abren en la rama horizontal de la cisura de Sylvio. 54 y 55. Enel lado derecho, la raíz y la parte posterior del pie, forman la disposición en U citada para otros ejemplares, y el surco diagonal se abre en la cisura de Sylvio simulando una rama supernumeraria. En el lado izquierdo el pie es rectangular. El cabo es pequeño á la derecha y grande á la izquierda, y la cabeza es perfectamente homóloga en los dos. 56. En nada se separa de la disposición ordinaria. 57. El pie es rectangular y bastante ancho; el cabo es triangular y no oculta el polo de la isla y la cabeza es sinuosa hasta terminar en la tube- rosidad olfativa. 58. El surco diagonal se abre en la cisura de Sylvio, produciendo las modificaciones consiguientes. 59. Nace por una sola raíz y tiene un solo pie; pero muy pronto se bifurca. La rama superior parece representar una porción de F'? porque contribuye á formar el surco fronto-marginal; y la rama inferior repre- senta la verdadera /'? que se comporta como de ordinario. 60. Ofrece una disposición homóloga con la del número anterior, pero el pie parece pertenecer más á la rama superior que á la rama inferior. Aparece partido y esta partición casi forma una tercera rama para la cisura de Sylvio. Cerebro en el que se ven las dos ramas cortas de la cisura de Sylvio derecha, naciendo por un tronco común. Deducciones.—Me acomodaré en ellas al examen de cada una de las partes que los clásicos admiten en //?, pues habiéndose (67) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 323 desechado la nomenclatura ideada por Rúdinger, y habiéndose aceptado casi universalmente la de Broca, con las ligeras adi- ciones de Eberstaller, Hervé y algún otro anatómico, á estas últimas denominaciones debo atenerme, tanto mas cuanto que, aun no estando conforme con esta manera de entender la cir- cunvolución frontal 3.*”, nose nos entendería á nosotros si expu- siéramos el resultado de nuestras observaciones con arreglo á otra descripción distinta de la más generalmente aceptada. Raiz.—Por lo general es única, pero en tres de los hemisfe- rios observados era doble, procediendo la raiízsupernumeraria, en uno de estos casos, de /1? y, en los dos restantes, de 'a1, uno ó dos centímetros por encima del punto de implantación de la raíz constante. Cuando es única, puede ser estrecha, profunda y casi inapre- ciable, 6 más menos superficial y gruesa. ln el primer caso suele tener un surquito que continúa al pre-rolándico, y se abre en la cisura de Sylvio simulando una segunda rama vertical de dicha cisura. Por el contrario, cuando es gruesa, tiende á establecer relaciones con las partes próximas Ú adquiere mayor interés; en un caso la he visto ofrecer una anastómosis con 71? y, en muchos otros, se continúa, sin línea de demarcación al- guna, con la mitad posterior del pie, notablemente desenvuel- ta entonces, y de este modo la parte inicial de 3 figura una /. Pie.—Es esta la parte que ha sido más minuciosamente estu- diada por todos los investigadores y tratadistas que se han ocupado de la circunvolución de que trato. Desde que en 1861, descubrió el eminente Broca, que en esta región córtico-cere= bral estaba localizada la función del lenguaje articulado, numerosos hombres de ciencia se han dedicado á observar por sl mismos el interesante segmento opercular (como le llaman los alemanes), de la frontal 3.*: los cadáveres de los sordo-mudos y los de los elocuentes oradores, han sido principalmente bus- cados con afán, no más que para reconocer la indicada región de su cerebro. Y ¡cuántas decepciones han sufrido estos entu- siastas amantes del positivismo científico! ¡cuántos desencan- tos, cuántas obsesiones y á cuántas equivocas interpretaciones ha dado lugar esased febril, plausible en verdad, pero requerida de terapéutica, que [evite la ataxia Ó el marasmo! Fuera leco intento, por mi parte, trasladar aquí un juicio exacto y comple- 321 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) to de todas las observaciones llevadas á cabo sobre este asunto y de todas las interpretaciones públicamente emitidas; los . límites que forzosamente debe tener esta publicación me lo impiden, y me obligan á diferir aquel para otra ocasión, quizá no lejana; por hoy solo debo decir que mis impresiones sobre este asunto, me llevan á entender que sabemos muy poco de él y que seguramente no están, desde luego, por entero en la Anatomía del cuerpo humano, ni en la Embriología y Anato— mía comparadas, las fuentes de tan interesantísimo conocimien- to como supone el hermoso é inapreciable don de la palabra. En cuanto á la forma y dimensiones no hay nada más varia— ble ni más individual; sin embargo, podemos citar, como más frecuentes, los siguientes tipos en orden de mayor á menor frecuencia: retangular, en (, elipsoideo, triangular, lobulillar, en 4,en W, en / invertida, 0 sea abierta hacia abajo, y en forma de S. En cuanto á la anchura, siempre menor que la al- tura, los he visto desde uno á dos milímetros, hasta veinte y más; pero dominan más los tipos de gran volumen que los pequeños. El surco diagonal es bastante frecuente pero no constante: lo he visto faltar evidentemente en cuatro casos. Muchas veces. resulta ligado á los surcos y cisuras próximas; en la cisura de Sylvio es donde con más frecuencia se abre, (8 por 60), y en- tonces es cuando simula una rama supernumeraria de dicha cisura; en alguna ocasión se abre en //? y por intermedio de éste, en el pre-rolándico: y una vez, en fin, lo he visto abierto por arriba y abajo en la cisura y surco citados: en este caso el pie estaba completamente partido. Ya Eberstaller atendiendo á estas variedades, ha interpretado, en mi concepto muy acer- tadamente, aleunas de las formas que ofrece esta parte de la frontal 3.*; pero es lo cierto, que quedan algunas, sin inter— pretación posible, tales son la triangular de base superior, la lobuloide, la sinuosa, la ausencia de surco y las formas en Z y en JV. Por otra parte, la triplicidad formal de las ramas cortas en la cisura de Sylvio, aunque dependa, como dice Eberstaller, en muchos casos, de la prolongación hacia abajo del surco diagonal, es más real que aparente, pues yo la he visto profun- dizar notablemente, en todos los casos observados, bajo la for- ma de incisura que interesaba toda la corteza de la región del pie hasta llegar á la misma rama larga ó tronco de la de Sylvio. (69) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 325 Por fin, el pie es doble, en los casos en que la raíz lo es, y esto puede interpretarse como un indicio de desdoblamiento para toda la circunvolución; en cuanto á la simetría de la re- vión que me ocupa, lo mismo que respecto de la morfología de la mayor parte de la corteza cerebral, nada más distante de la realidad, pudiendo aquí añadirse el contraste de que hay mu- chos casos en los cuales está notablemente más desarrollado en el lado derecho que en el izquierdo. Este hecho es un argu- mento poderoso en contra de los que suponen candidamente todavía que sólo en el lado izquierdo es donde reside la función del lenguaje. Cabo.—Esta parte, denominada ¿angular por Schwalbe, atendiendo á la constancia de su forma, y que nosotros llama- mos comunmente cuerpo, ofrecía casi siempre dos partes bien distintas en los hemisferios que hemos examinado; una la ver- daderamente triangular, inferior y posterior, que constante— mente ofrece por su base ú borde superior dos anastómosis, superficiales 6 profundas (más frecuentemente superficiales y gruesas), con /?, y una depresión intermedia continua con /*; y otra porción súpero-anterior, más ancha y lobuloide que la infero-posterior, y que es la que constantemente se anastomosa por uno d dos puntos (más frecuentemente por uno), con Mtó la parte superior de 7? por el intermedio de los pliegues anas- tomóticos transversos ú oblicuos y angulares descritos en /7?, En el seno de la parte de estos pliegues que corresponde á /1?, ha descrito Eberstaller un surco estelar; pero este surco, que como tal estrella y de tres radios sólo lo he visto tres veces, es una parte de /? limitada por los pliegues anastomóticos di- chos, y completada por algunas incisuras oblicuas, que ofrecen las partes adyacentes de FP? y FF?. Cabeza.—Es la parte más fija y la que más se acomoda, por lo mismo, á la disposición descrita por todos los tratadistas. Alguna vez, sin embargo, la he visto sinuosa, otras con inci- suras múltiples que abocaban á la cisura de Sylvio, lo mismo que las que también existen frecuentemente en el cabo, hacién- doleverdaderamente doble en ciertos casos (v. núm. 38), y corres- pondiendo en estos y en otros, á los detalles que caracterizan el tipo de cerebros que calificamos de confluentes en cisuras, por las numerosas y extensas comunicaciones que existen entre ellas. 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Se dice, generalmente, que es la cabeza la parte más desen- vuelta, la que primero se desarrolla y la que choca más en el embrión, el feto y ciertos sujetos. Nosotros hemos comprobado en los cerebros de niño que hemos examinado, que eran mu- cho más reducidos, relativamente, de tamaño la cabeza y el cabo, que el pie. Igualmente son muy pocas las F* pequeñas que hemos en— contrado; califico así las que no ocultaban la isla por completo, que no fueron más que 5 entre las 60 examinadas; y de este modo veo comprobada la opinión de la mayoría de anatómicos, sobre la frecuencia de las FP? voluminosas, en los cadáveres que ingresan en las salas de disección. Finalmente, he visto completamente desdoblada á FP? en la cara externa, en tres casos; é iniciado este desdoblamiento por duplicidad de la raíz, en otros tres; mas realmente dada la dis- posición de la circunvolución supernumeraria, siempre he encontrado razones para asimilarla más bien á /? que á F?, pues con esta no tenía de común más que el origen. Además, en la cara inferior nunca la he visto doble; en cambio no hay que dejar de tener en cuenta que son perfectamente admisi- bles indicios de tres circunvoluciones en la región orbitaria de F?. Surcos del lóbulo frontal. Los destinados á separar, unas de otras, las circunvoluciones que me han ocupado hasta aquí, se han concebido idealmente, por los anatómicos clásicos, de un modo muy distinto de como se ofrecen en realidad; se comprende, sin embargo, que tra- tándose de cerebros muy sencillos tengan una representación más parecida á la que se considera como típica. Caben entre estos surcos, el pre-rolándico, el central del lobulillo orbitario ó surco en /7, el frontal primero. 0 /! + /o' y el frontal segun- do, 6 f? + /o0?; todos son surcos compuestos de otros varios, y yo he de exponer sobre ellos la descripción que se deriva de mis observaciones. Surco pre-roldndico.—En la mayoría de los casos está forma- do de tres porciones; se observa, con cierta frecuencia, partido ; en cuatro segmentos d solamente en dos, y por excepción es un surco único y continuo costeando todo el límite anterior (1) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 327 de Fa, d está compuesto de más de cuatro porciones. Se com- prende bien que esté dispuesto del modo indicado, recordando lo que hemos dicho sobre el origen de /'!, FP? y FF3, Ordinaria— mente hay dos raíces para F*, otras dos para FF? y una para FP?; y es por esto por lo que cabe admjtir compuesto el surco pre- rolándico de una primera porción entre las dos raices de 7”, otra entre FP! y F?, otra entre las dos raices de F? y otra entre F? y F*. Mas la primera de las citadas porciones, corresponde casi al borde sagital del hemisferio; suele ser, aunque cons- tante, una depresión superficial, irregular y con forma algo dis- tinta de la del verdadero surco, y ningún anatómico la mencio- na como perteneciente al pre-rolándico, á pesar de que no es más precoz que ella, ni más profundo ni más fijo, el denominado surco pre-rolándico superior, que corresponde á la segunda de las porciones citadas; aparece al séptimo mes intra—uterino, es cortical secundario en la clasificación de Pansch, y falta en los monos inferiores, según Charpy. La tercera porción se confunde con la cuarta por todos los anatómicos, bajo la denominación de surco pre-rolándico infe- rior, porque la raíz inferior de FP? la consideran nacida más frecuentemente de 7? los que la admiten como normal; pero ya dejamos dicho que hemos observado con mayor frecuencia su origen en a; lo que pasa es que dicha raiz inferior suele ser más profunda que la superior, razón por la cual el surco inter-radicular de 7? y el que hay entre 7/1? y F? resultan apa- rentemente continuos; son igualmente profundos y más pre- coces que el superior, pues aparecen al sexto mes intra-uterino y existen, según Charpy, en todos los monos. Son, pues, cor- ticales primarios en la clasificación de Pansch. El hecho de dirigirse hacia arriba FP? y FF? en la primera parte de su trayecto, el codo que suele formar 7! poco después de constituirse su cuerpo y las anastómosis que normalmente existen en esas primeras porciones entre FP! y F? y entre F? y F?, aisla por completo en muchos casos todo el conjunto de surcos, pre-rolándicos de /*, f? y f? cuando existen; otras veces /! se continúa con los surcos pre-rolándicos superiores y f? con los inferiores (esto último es más frecuente); y en alguna ocasión, por último, dichos surcos pre-rolándicos ter minan por arriba en la cisura sub-frontal 6 unidos al surco pre- ovalar; y, por abajo, en la cisura de Sylvio, ya por existir el 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) surco que divide la raíz de /P*, ya por haber adquirido mayor extensión de la normal el surco diagonal. Surco central del lobulillo orbitario.—Doy este nombre al que comunmente se designa con el de surco en H, por haberse observado con esta forma en los dos tercios de los casos en el hombre adulto y, constantemente, en el feto y en los monos americanos, según Giacomini. Se considera como un surco fijo y de aparición precoz (sexto mes, según His y Pansch, que le colocan entre los corticales primarios de su clasificación) y le han denominado también cruc¿forme, trirradiado, orbitario, etc. Puede considerársele, hasta cierto punto, como paralelo 6 semejante al pre-rolándico; pues al cabo, aunque incompleta- mente, parece destinado á limitar, por lo menos, la mayor parte de la extremidad antero-inferior de /P?, Ofrece una porción de formas; por mi parte puedo decir que es menos fija que las demás la considerada como normal por la mayoría de los tratadistas. La rama transversal que, según Giacomini, falta en el macaco y muchas veces en los monos antropoides, la he visto también ausente en muchos de los cerebros que he examinado; en éstos y en otros el surco orbi- tario presentaba formas diversas y no susceptibles en su mayo- ría de reducir á tipos conocidos; existían, sin embargo, los tipos en K', en Y, en X, etc. (Véanse las figuras de este trabajo que representan la cara inferior del cerebro.) Surco frontal primero.—Se admite compuesto, según he dicho, por /! y fo!; pero este último, 6 surco olfatorio, es la parte más fija del espacio que separa lo considerado como /1! de lo tenido por F?. Esto, no obstante, le hemos visto ofrecer en algunos casos las disposiciones tenidas por los anatómicos como sus variedades más frecuentes: ser oblicuo hacia ade- lante y adentro hasta llegar al borde sagital ó á un punto muy próximo y establecer continuación por uno ó varios puntos con la rama externa del surso central del lobulillo orbitario. La porción dorsal 6 /! está constantemente interrumpida, dos, tres 6 más veces, y aun transformada en otros tantos sur— cos oblicuos, al nivel del tercio anterior de la cara externa, donde también le hemos visto alguna vez unirse á /?. Esta disposición se explica perfectamente por la existencia cons- tante en la mencionada región de los pliegues anastomóticos «ue sustituyen á FP? y que consienten en algún caso que /! se (13) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 329 abra en el surco fronto-marginal, lo cual no he visto nunca para /o!; concuerdan, pues, en esto las observaciones de Gia- comini con las mías. Surco frontal segundo.—Enm su porción titulada /? se dispone de modo muy análogo á /!, por igual razón que existía para éste. Por lo demás, gracias á su continuación con la porción inferior del pre-rolándico, á la disposición de 7? y F* en la primera parte de su trayecto y al surco que separa los dos pri- meros pliegues anastomóticos entre las citadas circunvolucio— nes, /? y los surcos con quien se continúa ofrecen en muchos casos una forma en /7 ya observada por numerosos anatómi- cos. A continuación de esta 47 y sustituyéndola en parte cier— tas veces, he visto existir como verdadera porción de 7? el surco estelar de Eberstaller referido por este autor á la parte antero-superior del cabo de 71?. A /o? le pasa algo semejante á /o! en cuanto á fijeza y ex- tensión. Nos faltan numerosas observaciones para poder establecer conclusiones definitivas sobre la interpretación del tipo cua— ternario en las circunvoluciones del lóbulo frontal y aun para la de todo lo relativo á la morfología cortical de éste; de una parte, el tipo cuaternario típico sólo lo hemos observado un contado número de veces, y por otro lado no se nos ocultan los reducidos límites de la serie sobre que se funda este tra- bajo. Pero contando con esta aclaración previa y sin negar que nuestra opinión es contraria á la de Benedikt (1) y favora- ble un tanto á la de Giacomini (2) sobre el mismo asunto, consideramos verosímiles las hipotéticas ideas que vamos á exponer: Creemos con Giacomini que el lóbulo frontal constituye un agregado de circunvoluciones cuya disposición morfológica ofrece más tendencia á variar en sentido progresivo que en sentido regresivo, y creemos también que el tipo cuaternario se encuentra casi constantemente bosquejado por la muy fre- cuente existencia de /*. Pero además se nos ocurre que cada (1) Este autor ha supuesto que el tipo cuaternario de las circunvoluciones fronta- les era característico del cerebro de los criminales. (BENEDIKT: Anatomische Studien an Verbrecher-Gehirnen. Wien, 1819.) (2) V. GLACOMINI: Varieta delle Circonvoluzioni, 1882. 330 ANALES DE HISTORIA NATUR/L. (14) una de las tres circunvoluciones áantero-posteriores general- mente admitidas, y muy particularmente las dos primeras, representan á su vez cada una un pequeño grupo de circun- voluciones: la existencia de los surcos supra-orbitario y metó- pico, la de los longitudinales de la cara externa de Ff'!, la def” y sus derivados, las múltiples ramas de 7? y las tres lengiietas en que termina al formar el surco orbitario, autorizan para pensar en la constitución binaria óÓ ternaria de 7! y en la misma ternaria ú otra superior para /P?. Por otra parte, se comprende bien la inmensa suma de varia- ciones y variedades individuales que sorprende nuestra aten— ción al observar la corteza cerebral; que además desde el punto de vista fisiológico están más justificadas aún para el lóbulo frontal que para otros territorios: el tipo humano se halla seguramente en estado actual de variación; así lo demuestran al menos cuantas observaciones se efectúan sobre cualquiera de las numerosas regiones de su organismo; buscar una forma tipica y creer que alrededor de ella girarán todas las demás susceptibles de observarse, lo consideramos vano empeño; podrá hallarse el tipo de la familia, de la profesión, de la cons- titución, del temperamento; de la localidad, del género de vida, etc., etc., pero el tipo morfológico detallado y minucioso de la especie, ese será siempre ideal é hijo de meros conven- cionalismos escolásticos. Por fin, volviendo sobre la constitución del lóbulo frontal y la disposición de sus circunvoluciones, no debe olvidarse que si la corteza de cada hemisferio se extendiese, se encontraría seguramente una circunvolución limitante Ú/ periférica que formaría realmente su limbo, y que el gyrus recto, el trigono olfativo, el desierto olfativo y toda la región considerada como /F3, formaría parte de ese limbo; no hay que olvidar tampoco que las circunvoluciones transversales al eje del hemisferio son justamente consideradas como signo de perfec- cionamiento; que el surco fronto-marginal es muy profundo y aparece continuo en algunos casos con la cisura de Sylvio; que el surco del lobulillo orbitario, el pre-rolándico inferior f? y algún otro, son relativamente precoces, y, en fin, que dentro del lóbulo frontal pueden caber lobulillos secundarios. (15) Pelaez Villegas.—CcIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 331 TT: LÓBULO PARIETAL. La nomenclatura de Broca ha venido en ésta, como en otras regiones de la corteza cerebral, á ordenar los conocimientos morfológicos que se poseían. Extremidad frontal de un cerebro en el que es muy evidente la disposición rostral por la cual resultan bastante oblicuos los surcos fronto-marginales. Circunvolución parietal ascendente. Por iguales razones que la frontal ascendente ha sido deno- minada de modo análogo á ésta: post-rolándica, central poste—- rior, parietal tercera, etc. Sintesis de nuestras observaciones.—1, 2 y 3. Aunque flexuosa, es más rectilínea que Fa; tiene algunos surcos oblicuos y puntos estrechos y anchos, coincidiendo estos últimos cor el origen de las otras circunvolu— ciones parietales. 4. No tiene más que una inflexión cuya convexidad corresponde al surco interparietal: en sus extremidades se abulta hacia atrás tomando en conjunto la forma de E. 5. Está dividida en tres porciones por dos estrecheces situadas en la 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) unión del tercio inferior con el medio y de éste con el superior. La inferior tiene forma de pirámide triangular con la base hacia abajo. La central es prismática con la cara externa rectangular. La superior vuelve á ser pira— midal, de base súpero-interna. El punto intermedio á las porciones infe— rior y central, es muy estrecho, tiene á lo sumo */, mm., y es también corto. El que une las porciones central y superior, ofrece doble extensión y espesor. 6 al 15. Tienen cuatro inflexiones y nada ofrecen de notable, distinto de lo ordinario. 16. Tiene dos puntos estrechos que permiten dividirla en tres segmen— tos: de estos el más extenso corresponde á.los dos cuartos centrales. 17 y 18. Nada ofrecen de notable, distinto de lo ordinario. 19. Es tan compleja que su descripción detallada y exacta es difícil. Su figura, sin embargo, puede reducirse á la de la cisura de Rolando, con varios surcos de distintas direcciones. 20 y 21. Mucho más estrecha y menos desenvuelta que Fa. 22 al 26. Nada ofrecen de notable, distinto de lo ordinario. 27. Se compone de tres partes: dos extremas triangulares y una cen- tral en forma de 3. 28. Nada ofrece de notable, distinto de lo ordinario. 29. Tiene la forma de doble 3. 30. Nada ofrece de notable, distinto de lo ordinario. 31. Ofrece un surco longitudinal que la parte en otras dos. Haciendo abstracción de este surco post-rolándico, podría interpretarse como muy delgada y sinuosa. 32. (Homotipo del 31.) Es sinuosa y delgada. Está partida en dos mi- tades continuas cada una con la circunvolución parietal superior é infe- rior, respectivamente. 33. Tiene tres porciones: superior é interior, triangulares y central semi-ovoidea. La inferior tiene en su centro un surco de tercer orden. 34. No ofrece nada notable, distinto de lo ordinario. 35. Tiene una porción superior en forma de E; y otra que corresponde al tercio inferior de su extensión en forma de C. 36 y 37. Como el 34. 38. Es una doble S. 39. Como el 34. 40. Tiene la forma de E muy abierta. 41. Tiene la forma de KE ligeramente modificada. 42 y 43 (niño). Tiene la forma de S. 44. Es muy irregular. Empieza por una comisura rolándica inferior muy gruesa: tiene una porción inferior romboidea, se abulta considerable- mente en sus dos cuartos centrales y termina por arriba en una porción delgada. (11) Pelaez Villegas. —cIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 333 45. (Homotipo del 44.) Delgada con forma en E, igual á la de C, de Rolando. 46. Semejante 4 Fa. En la mitad superior tiene forma de S y en la inferior forma de 3. 47. (Homotipo del 46.) Puede dividirse en tres partes: la superior es comparable á un 2 invertido, la central á un 3 y la inferior á una C. 48. Ofrece cuatro porciones, que de arriba á abajo son: 1.*, cuneiforme y lobulillar; 2.*, en forma de C; 3.2, triangular muy estrecha, y 4.2, cunei- forme como la primera. 49. (Homotipo del 48.) Es algo semejante á la anterior, pero la porción conformada á modo de C es más extensa; la superior no es cuneiforme sino semicircular, y la inferior es muy delgada. 50 y 51. (Son homotipos.) Su forma es análoga, compleja y muy difícil de precisar detalladamente. 52. Está conformada como una doble S, 53. (Homotipo del 52.) Muy flexuosa, pero diferente de la anterior. 54 y 55. Comparables á Fa. Más delgada la derecha que la izquierda y divisibles ambas en tres porciones: la superior y la inferior son lobulilla— res; la central es menos voluminosa. 56. No ofrece nada notable, distinto de lo ordinario. 57. Tiene tres porciones: la superior y la inferior son triangulares, la inferior es romboidea. 58. Es irregular, delgada, con una porción superior sinuosa y otras dos central é inferior piramidales. 59 Es más delgada que Fa. Sólo en el tercio inferior, iguala á ésta en anchura; en esta región forma un lobulillo independiente con una faceta triangular en el centro. En el tercio medio constituye una porción semi- lunar. En el tercio superior forma otra semiluna, algo modificada; unidas estas dos porciones superiores, forman una especie de £. 60. Es muy semejante á la del número anterior aunque no es homotí- pica; hay lobulillo con faceta triangular en el tercio inferior. Deducciones.—Se ve por lo expuesto que la circunvolución parietal ascendente tiene cierta semejanza con la frontal ascen- dente, y que de la morfología y dirección de una y otra se de— rivan, como ya dije, todas las variaciones y variedades de la cisura de Rolando. En efecto, Fa y Pa, por su continuidad, por su disposición paralela y por alguna otra razón, podrían estimarse, sin violencia, como un solo lobulillo separatorio del frontal y el parietal. No obstante lo dicho, de nuestras mismas observaciones de— dúcense algunas peculiares de Pa. 1.7 Es constantemente flexuosa, pero sus flexuosidades se 331 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 78) disponen de varias maneras. En la mayoría de los casos hace inflexiones alternativas hacia adelante y atrás en número variable, cuatro en total por lo común, y recordando la dispo- sición considerada como normal para la cisura rolándica. En otros cerebros adopta formas especiales, susceptibles de redu— cir á ciertos tipos: la hemos visto cuatro veces en forma de 4; cinco en forma de S simple ó doble y una en forma de 3 doble. Por último, algunas veces se dispone de un modo tan com- plejo, que es muy difícil describirla: en estos casos, de los cua- les nosotros hemos observado tres, la forma y dirección de Pa no pueden referirse á tipos conocidos. | Fig. 17. Vista anterior superior de un cerebro en el que eran muy notables las anastómosis transversales de las circunvoluciones frontales. 2.7 Su grosor no es uniforme: se ofrece en unos casos muy ancha, más frecuentemente muy estrecha, y por lo común con estrecheces y ensanchamientos alternativos que la hacen sus- ceptible de dividirse unas veces en dos porciones (3 por 60) y en otros casos en tres porciones (12 por 60). Estas porciones ad- quieren formas determinadas : entre ellas domina la triangu- lar y se observan en ciertos ejemplares la ciática, la sinuosa, la lobulillar y algunas otras más excepcionales y susceptibles de comparar con una £, un 3, un 2, un rombo, un rectángulo, etc. 3.* En Za se observan también con cierta frecuencia, sur 14 cos de tercer orden d incisuras que ya corresponden al borde (10) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 335 anterior, al posterior, 6, por el contrario, se ven en el espesor de algunas de sus porciones sin comunicación con ninguno de los surcos próximos, y contribuyendo en estos casos á la dis- posición lobulillar que hemos indicado. 4,* Mencionaremos como una variedad interesante el hecho de ser doble la circunvolución que nos ocupa, por la presencia en su espesor de un surco longitudinal y paralelo al de Ro- lando. Calori la ha visto así en dos sujetos, y nosotros conta— mos una observación de esta misma disposición. Fig. 18. Vista póstero-superior de un cerebro en el que los lóbulos occipitales son sencillos en 02 y 07 y notablemente complejos en O!, Circunvolución parietal primera. Debe recordarse que tiene cierto paralelismo morfológico con FF! porser visible en las caras externa éinterna del hemis- ferio, y constituir respectivamente los denominados /obu/illo parietal superior y lobulillo cuadrilátero 6 precuna. Sintesis de nuestras observaciones.—1. Arranca por dos raíces de Pa. La raíz superior corresponde exactamente al borde superior del hemisferio por delante de la terminación de la cisura sub-frontal; la raíz inferior empieza 2 cm. por debajo de la superior. Una vez reunidas estas dos raíces, queda formado en la cara externa un lobulillo piramidal, cuyo vértice viene á corresponder al labio anterior de la incisura sagital existente en la cisura parieto-témporo-occipital. Por la cara interna, forma la precuña que con el surco-sub-parietal y los dos pliegues parieto-límbicos, da lugar á la 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (80) formación de un surco en forma de H ó K. El lobulillo parietal superior tiene dos surcos ántero—posteriores situados en la base de la pirámide que figura. Existe además un surco transverso sobre el mismo borde superior del hemisferio, el cual alcanza á los lobulillos cuadrilátero y parietal superior. 2. Tiene tres raíces: una nace en Pa; y ias otras dos parecen partir de la porción inicial de P? y parte más anterior del surco inter—parietal. 3. Tiene tres raíces y se anastomosa cerca de su vértice con P?, 4. Es muy pequeña, nace por dos raíces muy próximas, se anastomosa con P?, mediante dos pliegues, uno anterior, profundo y estrecho, y otro posterior grueso y superficial, y ambos situados en el surco inter parietal. 5. Arranca por dos raíces, interna y súpero-externa, de la porción superior de Pa. Tiene un cuerpo muy estrecho y se anastomosa tres veces COn+B?: 6. Tiene dos raíces y parece doble, continuándose cada una de las dos mitades con cada una de las dos que son admisibles casi constantemente en la precuña. El lobulillo parietal superior tiene dos surcos longitudina- les y muy cortos en la parte media. 7 y 8. Tienen dos anastómosis con P?, profunda la primera y super— ficial la segunda. En lo demás se comportan como de ordinario. Tienen un pie ancho. 9. Tiene dos raíces y se continúa con P0e! y POe?. 10. Tiene un pie ancho, es piramidal y está dispuesta como de ordinario. 11. Tiene un pie ancho, y en lo demás nada ofrece de notable que se separe de lo ordinario. 12. Es cuadrilátero el lobulillo parietal superior. 13. Como el núm. 11. 14. Tiene una anastómosis con P? y un pie ancho. 15. Como el núm. 11. 16 (niño). Ofrece dos raíces. La superior constituye el lobulillo parie= tal superior y la precaña que tiene en este caso tres porciones. La inte- rior se une con el cuerpo del lobulillo parietal superior, pero tiende á la formación de una circunvolución parietal intermediaria. 17. Se continúa con las dos POe, y tiene una sola raíz bastante gruesa. 18. Nada ofrece de notable distinto de lo ordinario. Tiene un pie ancho. 19. Se continúa con las dos POe y tiende á la formación de una P in- termediaria. Arranca por una sola raíz muy gruesa. 20. Como en el núm. 18. 21. Tiene dos raíces. La más alta nace en la extremidad superior de Pa y en el borde sagital del hemisferio: la otra un poco por debajo y ambas se fusionan en dicho borde sagital y se continúan respectivamente (81) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 337 con cada una de las mitades de precuña y con PO0e*. De la cara inferior de la raíz ínfero-externa, nace una prolongación que se oculta al prin- cipio en el surco interparietal y se bifurca luego, para terminar continuán- dose con P0e?, mediante la rama superior; mediante la inferior se une á la parte más alta de 7'* y forma una pequeña parte de la región angu- lar. (V. cisura parieto-témporo-occipital.) 22. Es doble y cada una de sus porciones se continúa con un POe, 23. Está también desdoblada. 24. Tiene la forma triangular perfecta, el lobulillo parietal superior, cuyo vértice corresponde al borde sagital. Tiene un pie grueso. 25. Es divisible en tres partes transversalmente colocadas, pero nace por una sola ralz. 26. Tiene dos raíces que nacen en la parte más alta de Pa y se conti- núa cada una de ellas con cada una de las dos porciones de la precuña, pero antes forman un solo cuerpo que se anastomosa con /P? y envía una prolongación á continuarse con POe!, 27. Está dividida en dos lobulillos: el mayor tiene dos raíces en Pa y termina continuándose con la mitad anterior de la precuña que tiene dos estrechas porciones. El menor empieza también por dos puntos, pero en el mayor se continúa con la mitad posterior de la precuña y con POe!, 28. Nada ofrece de notable distinto de lo ordinario. Tiene un pie ancho. 29. Es notablemente lobulillar: tiene dos raíces, una anastómosis con P?, dos ramas internas constitutivas de la precuña y dos ramas externas que van á terminar cada una en un P0e. 30. Como el núm. 28. 31. Tiene dos raíces que nacen en la Pa posterior de las dos que tiene este hemisferio. 32. Tiene dos raíces, una precuña con tres partes y aspecto lobulillar. 33. Tiene dos raíces y dos cuerpos conformados á modo de U y con- céntrico el uno al otro; el inferior se anastomosa con P?; la precuña tiene tres porciones y una incisura sagital en el centro. 34. Como el núm. 28. 35. Es lobulillar, tiene dos raíces separadas por una depresión estelar: su cuerpo se divide en dos ramas que pasan á la cara interna del hemis- ferio continuándose con las dos ramas de la precuña; estas son aquí hori- zontales y separadas por una incisura que termina en la cisura perpendi- cular interna: la inferior se anastomosa en dos puntos con la circunvolu- ción límbica, y de la superior nacen dos colas que se continúan con Be y POe?: 36. Como el núm. 28, 37. Tiene una precuña con tres ramas. Arranca por un solo pie. 38. Tiene dos raíces y una precuña con cuatro ramas. ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 22 328 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) 39. Es un doble lobulillo cuadrilátero en la cara externa, única en el borde sagital y tiene tres ramas en precuña. 40. Es cuadrilátera, tiene tres raíces, un surco en 2H en el centro de la porción externa, una precuña indivisa y se continúa con los dos P0e. 41. Está dividida en dos porciones por un surco que empieza en la parte media del surco sub- parietal, divide por completo en dos mitades la precuña, llega al borde sagital del hemisferio y se continúa por la por— ción externa durante cierto trecho. La mitad anterior de la precuña está dividida por una incisura, en otras dos. Existe, por último, una pequeña Lóbulos occipitales de un cerebro en el que es difícil precisar con exactitud las correspondencias topográficas de las circunvoluciones por su extremada complicación. circunvolución parietal intermediaria que empieza en Pa y termina Leo ye: 42 y 43 (niño). Es triangular, con dos raices y una precuña con dos ramas. 44 y 45. (Homotipos.) Tienen dos raíces, un solo cuerpo y dos ramas precuneales. La del 45 es mucho más flexuosa que la del 44. 46, 47, 48, 49, 50 y 51. No ofrecen nada notable distinto de lo ordina— rio. Tienen un pie ancho. 52 y 53. (Homotipos.) Es grande, triangular, tiene un solo pie y está conformada, en ambos lados, como de ordinario; pero en el derecho ofrece una prolongación susceptible de estimarse como circunvolución parietal intermediaria. 54. Tiene dos raíces, es pequeña y triangular. 55. Tiene dos raíces, un cuerpo con un surco ántero-posterior en la ls. A (83) Pelaez Villegas.— CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 339 cara externa, una precuña de tres porciones y surco crucial, y anastómo- sis profundas con P?, 56, 57, 58 y 59. Nada ofrecen de notable distinto de lo ordinario. Tienen un pie ancho. . 60. Está unida á P? por dos anastómosis superficiales y la precuña tiene tres porciones. Tiene una sola raíz. Deducciones.—Atendiendo á los anteriores datos P! nace, en la mayoría de los casos, por un pie indiviso que ordinaria- mente es ancho y no merece el nombre de raíz. Sin embargo, hemos observado la existencia de dos raices en 25 casos, y existían tres origenes distintos, en tres de los hemisferios exa- minados. Cuando eran dos las raices, lo mismo que cuando fueron tres, existía una constante, naciendo de Pa en el borde sagital del hemisferio; la otra, en el caso de ser doble, proce- día unas veces de la parte interna, y otras de la externa de la misma Pa; y en el caso de ser triple, siempre las vi arrancar de la parte externa de la citada circunvolución. La porción externa ó lobulillo parietal superior tiene bien justificado el nombre de lobulillo; por lo común es simple, y con la forma de un triángulo isósceles con el vértice corres- pondiente al borde sagital del hemisferio; en algunos casos es cuadrilátero, en otros, por hallarse partido á beneficio de sur— cos bastante profundos, resulta con la forma de un doble cua— drilátero 6 con la de dos cuadriláteros y un triángulo y hemos observado uno en que tenía la forma de dos ues, encajadas la una dentro de la otra. Pero de un modo ó de otro, siempre pre- senta esta porción externa cierto número de inflexiones y de surcos é incisuras que acentúan su aspecto lobulillar. Entre los surcos más notables que suele presentar la porción externa, deben mencionarse: 1.” el que en forma de incisura sagital se prolonga unas veces por la cara interna y otras se limita á dicho borde y cierto trecho de la cara externa; 2.”, uno longitudinal, ya ántero-posterior, ya ligeramente oblicuo, que parece servir de indicio de desdoblamiento para esta circun- volución; 3.”, otros surcos de tercero y cuarto orden, estelares en forma de 7, Ú longitudinales que se derivan de la forma lobulillar de 2! Ú contribuyen á ella. He observado desdoblada por completo la referida porción externa en cuatro casos y presentaban indicios de desdobla- miento otros siete hemisferios. Ahora bien; verdadera circun- 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (81) volución parietal intermediaria que terminaba por anasto- mosarse con P! y P?, sólo he visto una. La precuña termina, por lo general, mediante los dos plie- cues parieto-límbicos, pero no dejan de observarse otras dis- posiciones: la más frecuente variación (la he visto nueve veces) consiste en terminar por tres ramas, gracias á la división en dos segmentos del surco sub-parietal, cada uno de los cuales, lo mismo que en el caso de que aquel sea único, suele emitir una prolongación superficial hacia arriba, destinada á servir de límite á las ramas óú ramitas, susceptibles de admitirse por este motivo en la cara interna de P!, Las otras variaciones que he observado han sido: disponerse las dos porciones de la pre- cuña en sentido horizontal (una vez), por la existencia de un surco que se abría en la cisura perpendicular interna; ser com- pletamente indivisa la citada precuña en otro sólo caso, y ofre- cer cuatro ramas ú porciones en otro hemisferio. Es digno de notarse el hecho de que á veces alcance la divi- sión de la precuña hasta el borde sagital del hemisferio, asi como también el no menos interesante de que cuando P! tiene dos raices ó está desdoblada en la mitad posterior de la cara externa, parezcan continuarse estas dos circunvoluciones se- cundarias, apenas bosquejadas, con el indicio que de la exis- tencia de las mismas puede admitirse en las dos ramas Ó por- ciones que constituyen la disposición más frecuente de la precuna. Además de esta continuación ó enlace parietal interno, y por ende parieto-límbico, existe constantemente la continuación de P* con uno d con los dos pliegues parieto-occipitales exter- nos de Gratiolet; lo más frecuente es que sólo se continúe con Poet; pero en ocho de mis observaciones se continuaba tam- bién con Poe?, y en una de estas últimas con 7'!. Por fin, existen con frecuencia anastómosis entre P* y P?; era una sola en cinco casos, dos en otros tres y tres en dos. Circunvolución parietal segunda. Es bastante semejante á P*, razón que explica el que se la conozca con el nombre de /obulillo parietal inferior: pero se diferencia también notablemente de la parietal superior. Lo que más debe tenerse presente para lo que después digamos, as A A O a a oi E (85) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 341 esque es de. regla: el que se continúe con 7! y T?, y que al rodear la terminación de la rama larga y ascendente de la cisura de Sylvio, como al rodear la de la terminación de 7*, forma una inflexión, mayor la anterior que la posterior, y Co- nocidas desde Gratiolet con los nombres de /ovulillos marginal y angular respectivamente; pero de ellos, el primero se ha de- nominado también /obulillo del pliegue curro, y el segundo pliegue curro simplemente, razón por la cual con frecuencia se confunden al designar cualquier detalle topográfico que a ellos se refiera. Griacomini ha propuesto denominarlos a4rterior y posterior, pero estas denominaciones, á pesar de su evidente bondad, no han prevalecido. Fig. 20. Cara externa de un hemisferio izquierdo, en el cual el pie de F>es un rectánenlo estrecho y carece de surco diagonal. 2 está desdoblada, y la cisura rolándica tiene una forma algo irregular. Síntesis de mis observaciones.—1 y 2. Nace en ambos por dos raíces que arrancan de Pa; constituye un lobulillo piramidal de base anterior y tiene cuatro surgos: dos en la base semilunares y de dirección opuesta; otro en el lobulilo marginal también semilunar y cóncavo hacia atrás y otro más pequeño en el lobulillo angular y cerca del vértice. Este vértice se conti- núa directamente POe?, 3. Ofrece dos raíces. En lo demás se comporta como de ordinario. 4. Ofrece una sola raíz y se abulta considerablemente después de su origen. 5. Tiene dos raíces que nacen profundamente de la porción inferior de las tres que en este caso tiene Pa. Se continúa con T'! en dos puntos con POe” haciéndose éste muy profundo y convexo hacia abajo y con T? por el intermedio del lóbulo occipital. 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (56) 6. Nace por una sola raíz y se continúa con los dos P0e? que en este caso existen. 7y8. Tiene dos raíces: el lobulillo marginal ocupa su parte media; entre éste y el angular hay un surco bastante profundo. 9. Tiene dos raíces y tres ramas; de éstas, una se dirige hacia arriba y se bifurca para continuarse con P? y POe?; y de las otras dos, la anterior, bífida también, ferma dos raíces á 7* y la posterior es el origen de T?. 10. Es gruesa, con dos raíces, de las cuales la superior parece una cir- cunvolución parietal intermediaria. 11. Nada ofrece de notable distinto de lo ordinario. 12. Tiene el aspecto de un lobulillo cuadrilátero, con una sola raíz. 13. Como en el núm. 10. 14. Es tan lobulillar que tiene un surco rectilíneo y vertical en la base; otros dos análogos á éste pero más cortos en el lobulillo marginal; entre éste y el angular, otro en forma de K y, en el lobulillo angular, otro en forma de Y. 15. Tiene la disposición ordinaria. 16 (niño). Tiene un surco estelar en el lobulillo marginal; y otro surco en Y en el lobulillo angular. 17 y 18. Tienen la disposición ordinaria. 19. Tiene una sola raíz y una zona rectangular entre los lobulillos marginal y angular. 20. Como el núm. 15. 21. Después de nacer por una sola raíz, se encorva en forma de U abierta hacia arriba: luego se bifurca y, una de sus ramas, asciende para continuarse por medio de un pliegue oculto, con P*, la otra rama es descen- dente, curvilínea y continua con 7%, T? y POe?. 22. Se continúa solamente con 7*, El lobulillo angular está partido mediante un surco curvilíneo. 23. Tiene en el lobulillo marginal un surco estelar, y en el angular otro arqueado. 24. Tiene dos ramas: la superior, que es muy estrecha, se hunde en el surco interparietal y se continúa con P0e”; la inferior forma el resto de la circunvolución, pero parece partida en otras dos por la existencia de un surco entre los lobulillos marginal y angular: en el primero de estos hay un surco estelar; en el segundo hay otro arqueado. 25 y 26. Es más voluminosa que P* y tiene un surco, en V, en cada uno de los lobulillos marginal y angular. 27 al 32. Tienen lobulillos muy voluminosos. 33. Tiene un surco estelar en cada uno de los lobulillos: el angular está separado de 7'? por una incisura. 34,35 y 36. Tienen la disposición ordinaria. 37. Tiene dos ramas para 7”!. (87) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 343 38. El lobulillo marginal es muy grueso. 39. El lobulillo marginal tiene un surco estelar, y el angular, arqueado. 40. Nada ofrece de notable. 41. Está completamente dividida en dos segmentos por un surco que separa dos raíces que hay para T7'*. La mitad anterior es el verdadero lobulillo marginal que tiene un surco arqueado y convexo hacia atrás. La mitad posterior se continúa con el lobulillo angular que tiene otro surco en forma de flecha dirigida hacia delante. 42. Es triangular y se continúa formando una U con P0Oe?: tiene bien desenvueltos sus dos lobulillos, pero aparece como una circunvolución estrecha apelotonada. 43. Nada ofrece de notable. 44, Tiene un surco estelar de tres radios en el lobulillo marginal y otro en forma de X' en el angular. Además existe otro en la región inter- media á ambos lobulillos. 45. Se continúa en dos puntos con 7*; entre los lobulillos marginal y angular, parece bosquejado un tercer lobulillo; por detrás del origen de T? parece continuarse hasta el origen de 7”. 46. Es triangular y de lobulillos surcados. 47 y 48. No forma verdaderos lobulillos, pues el origen de 7'? se hace muy á continuación de el de T! y el pliegue curvo de ambos, es muy poco sensible. 49 y 50. Parecen trifurcarse para establecer su continuación con P0e*, T* y TP”; y lo más notable que ofrecen es la existencia de numerosas inci- suras que se abren en la cisura de Sylvio, en el surco inter-parietal, en el paralelo sylviano y en los pre-occipitales representantes de la cisura per- pendicular externa, 51 y 52. En la región del lobulillo angular, ofrece ciertas inflexiones que recuerdan la disposición del pie y cabo de F?. 53 y 54. El lobulillo marginal es mucho mayor que el angular: éste ofrece un surco rectilíneo y aquel otro en forma de S. Entre ambos hay una región en U semejante al cabo de 7/7”. 55. El lobulillo marginal tiene un surco estelar de tres radios: el angu- lar tiene otro en forma de 2H, y entre los dos lobulillos citados queda un espacio triangular con un surco rectilíneo. 56. El lobulillo marginal está partido porque T'* nace en este caso en dos puntos de P”, y el lobulillo angular es triangular y está perfectamente limitado por dos surcos pre-occipitales. 57. El espacio inter-lobulillar es triangular, emite una prolongación puntiaguda entre T'* y T? y tiene un surco estelar. 58. El lobulillo marginal es cuadrilátero; el angular tiene la forma de un triángulo isósceles. 59 y 60. Nada ofrecen de notable. 344 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (88) Deducciones. —La circunvolución parietal inferior tiene en general un aspecto lobulillar, pero varía la figura de su con= junto; la más frecuente es la triangular de vértice anterior, es decir, inversa á la de P!; pero también se observa la cuadrilá- tera, la circular y la comparable á una /'. En un corto número de casos se ve dividida en dos por un surco vertical, ó por la existencia de una raíz supernumeraria, bosquejándose de este último modo un desdoblamiento que es aquí mucho menos frecuente que en P!. Tanto éste como aquel han sido interpre- tados por los más fervientes filogenistas como un recuerdo del tipo cuaternario peculiar de los mamiferos; pero aquí podría recordarse lo que decimos á propósito del tipo cuaternario del lóbulo frontal. Además, Rúdinger (1), que ha estudiado las variaciones que presenta el lóbulo parietal según los sexos y según el desenvolvimiento intelectual, ha establecido como una de sus conclusiones que es notablemente más ancho dicho lóbulo en sentido vertical en los cerebros que han pertenecido á hombres notables por su inteligencia; lo cual equivale á decir que, en los sujetos considerados como superiores, hay cierta tendencia, por lo menos al desdoblamiento de las cir— cunvoluciones parietales, puesto que al extenderse en anchura, es natural que aumenten en tortuosidad y se bifurquen. Ordinariamente P? nace por una sola raíz, pero no deja de ofrecerse con cierta frecuencia el nacimiento por dos raíces: nosotros lo hemos observado nueve veces. El pie ó parte inicial suele formar alguna inflexión y ofrecer algunos surcos rectilíneos 6 arqueados poco profundos, pero en general no ofrece nada de notable. Lo que es más digno de llamar la atención es lo relativo á la morfología de los lobulillos y región inter-lobulillar. Por lo común, lo mismo el lobulillo marginal que el angular ofrecen una ó varias incisuras que se disponen de un modo particular: en el primer caso, puede tratarse de un surquito rectilíneo, pero más frecuentemente es arqueado; en el segundo caso, domina la forma en F 6 la estelar de tres radios, por más que en alguna ocasión hemos visto también la crucial 6 en Y, la en S, la en Y, la en 7, y hasta dos surquitos rectilíneos para= (1) RÚDINGER: Zur Anatomie der A Jenspalte und der Interparietalfurche, 1889. (89) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 345 lelos y muy próximos. La forma arqueada de este surco para el lobulillo marginal y la partición de éste en otros dos, así como el doble origen de 7, ha sido interpretada como el recuerdo de una disposición análoga en los carnívoros; nos- otros nada diremos sobre ésto más que hacer constar el hecho de que el surco arqueado lo mismo lo hemos visto en el lobu— lillo marginal que en el angular, y aun más veces en este último que en el primero (dos veces en el uno y tres en el otro), y que, independientemente de la existencia Ó ausencia de dicho surco, hemos visto nacer á 7! en dos puntos distintos de P*? seis veces. En uno de los casos el lobulillo marginal estaba completamente dividido en otros dos por un surco profundo. Los lobulillos ofrecen notables variaciones de forma y volu— men. Ordinariamente son redondeados, pero tambien se obser- van Cuadiláteros, triangulares, semilunares, etc. Los hay muy voluminosos, de más de 1 cm. de diámetro mayor, sobre todo el marginal, que siempre es superior en volumen al angular; pero los hay también la mitad más pequeños, y aun en algu— nos casos parecen faltar, porque la continuación de P? con 7'* y T? se hace por una simple inflexión, sin ensanchamiento. En algún caso la ausencia es evidente, pues existe un surco que separa el lobulillo angular del origen de 7? y parece la continuación, de /!; en el único caso en que yo he observado esta disposición se trataba de un surco muy superficial. Otras veces ofrecen, por el contrario, formas complejas: he visto un hemisferio en el cual el lobulillo angular era comparable con la disposición ordinaria del pie y cabo de 7F*, si bien notable— mente menos extenso que éstos. El espacio inter-lobulillar se ofrece también con formas variadas y surcado 6 no; por lo común es una región estrecha en la que sólo cabe señalar idealmente una línea separatoria de los lobulillos marginal y angular; pero, en otros Casos, es un espacio más extenso, triangular, rectangular y aun con aspecto lobulillar y ofreciendo ya un surco rectilíneo, ya otro encorvado 6 aleunos más complejos; he tenido ocasión de observar uno estelar y otro comparable á una k. Constantemente se aprecia bien la continuación de P* con 71, 7? y Poe?, pero esta continuación se establece, algu- nas veces, por verdadera trifurcación de P?; lo cual, unido en 3165 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (90) aleún caso á un segundo y muy superficial pliegue anasto- mótico entre P! y P?, simula hasta una cuadrifurcación y ensancha notablemente la mitad externa de P? que, en algún caso, por detrás del lobulillo angular, se prolonga todavía hasta continuarse con 7”. Por último, existen P? con numerosas incisuras por sus caras y extremidad posterior, recordando esta disposición la de los cerebros que hemos considerado como pertenecientes al grupo de los que ofrecen cisuras confluentes. La disposición conside- rada como típica por la mayoría de los tratadistas sólo la he- mos encontrado doce veces. Cara externa de un hemisferio izquierdo en el que la cisura de Rolando ingresa en el pie de 7", y el surco diagonal de ésta es tan extenso que aboca por arriba á f? y por abajo casi llega á la cisura de Sylvio. Surcos del lóbulo parietal. Hemos observado todas las variedades señaladas por Giaco- mini, Cunningham, Zernoff y otros anatómicos. Se explica bien la dependencia de todas ellas de la disposición morfoló- gica ofrecida por las tres circunvoluciones parietales y la de los pliegues anastomóticos existentes entre P* y P?. Hé aquí un brevísimo resumen de nuestras observaciones: 1. Tipo considerado como primitivo: mitad inferior del surco post-rolándico unida en arco con el inter-parietal; mitad superior del surco post-rolándico independiente. La frecuencia de esta disposición que, según Giacomini, se encuentra en AN * Ú ñ (91) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 341 todos los monos y en el embrión humano del sexto mes, se explica recordando que son muchas las veces en que P! nace por dos raíces, de las cuales una corresponde al tercio supe- rior 6 medio de Pa, quedando por tanto un espacio inter radicular que es el estimado como parte superior ó descen- dente del surco post-rolándico y como una formación indepen- diente por el hecho de que su misión con el resto del surco interparietal se hace en una época ulterior y puede estimarse como adquirida. Nosotros entendemos, sin embargo de lo dicho, que la citada mitad superior del surco post-rolándico representa el espacio que debe quedar entre dos circunvolu- ciones que por lo general sólo están bosquejadas, pero que en algunos casos se ofrecen completamente diferenciadas é inde- pendientes. 2. Surco post-roláandico independiente del interparietal antero posterior. Hemos observado un solo caso, pues como tal puede considerarse el señalado como duplicatura de Pa; es debido á la existencia de un pliegue anastomótico, muy grueso y superficial entre P! y P?, situado en una región muy próxima al pie de estas circunvoluciones, cuyas raíces no son visibles sino por detrás de dicho pliegue. Cunningham (1) ha emitido la aventurada hipótesis de que este tipo debe ser la forma del porvenir. Por nuestra parte diremos que sin negar ni aceptar la hipótesis de Cunningham, ya hemos hecho hin- capié en que las circunvoluciones transversalmente dispuestas al eje del hemisferio son universalmente reconocidas por todos los anatómicos como señales de perfeccionamiento; pero el hecho de no existir señal alguna de pliegues radiculares ó anastomóticos en el fondo de la cisura post-rolándica, nos hace dudar sobre la verdadera causa de su origen. 3. La parte vertical ú oblicua del surco interparietal se abre en la cisura de Sylvio en los casos no muy frecuentes en que existen surcos verticales en el pie de P?, y se puede abrir en la cisura sub-frontal 6 abocar á la incisura de la precuna y hasta el surco sub-parietal 6 sub-precuneal, ya por la existen- cia (más frecuente que la de la disposición anterior) de incisu- ras en el pie ó pies de P!, ya por duplicatura de P* y prolon- (DD CUNNINGHAM: Obra citada. 318 ANALES DE HiSTORIA NATURAL. (92) cación del surco interradicular de ésta, hasta unirse con el intermedio de la precuña. 4. Continuación del surco interparietal en su porción hori- zontal con /1! por la existencia de un surco en el espacio inter- medio á los lobulillos marginal y angular. Ya hemos dicho que este surco lo hemos observado siete veces, pero de ellas sólo en tres era lo bastante extenso y profundo para considerar establecida la indicada continuación. 5. División en segmentos de las porciones horizontal ó ver- tical, gracias á la existencia, ya de dobles raices para P! y P?, ya de los dos pliegues anastomóticos superficiales, citados como existentes entre dichas circunvoluciones. Cara externa de un hemisferio derecho, en el cual son notables, entre otras, las particularidades siguientes: la rama larga de la cisura de sSylvio tiene seis colaterales, y las dos cortas nacen por un tronco común. El cabo de F5es pequeño y el pie muy grande, en forma de /' y con el surco diagonal abierto en f?. NE LÓBULO TEMPORAL. Sólo me ocuparé aquí de las cuatro primeras circunvolucio- nes y de los tres primeros surcos correspondientes al lóbulo temporal, según las ideas de Broca. Procedo así atendiendo á las razones expuestas á propósito de la cisura límbica. Las partes citadas tienen una morfología y topografía bastante fijas y por lo mismo trataré de ellas con brevedad. (93) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 319 Circunvolución temporal primera. Resumen de las observaciones.—1. Empieza en la parte media de la cara inferior de P? se dirige hacia abujo y adelante describiendo tres inflexio- nes, se anastomosa con 7'? y termina en el polo del lóbulo continuándose con las otras circunvoluciones temporales. 3. Ofrece un surco en J', en su origen; describe algunas inflexiones y aunque termina en el polo se une un poco antes á 7'?. 4. Tiene tres raices en P? y se prolonga más allá de la terminación de T? y aun de la de 7”. 5. Tiene tres raíces: la anterior es la ordinaria; la central nace en el espacio interlobulillar y parece continua con POe? y una rama de 0”, y la posterior inferior viene de 7” y, por su intermedio, de 0”. 6. Tiene dos raíces que nacen en P? y en el pie de 7? que parece con- tinuo con P0Oe?. En su trayecto se anastomosa dos veces con 7”. Termina como en el núm, 4. 7. Tiene dos raíces. 23. Tiene una anastómosis con 7”? hacia la parte media de su trayecto. 25. Tiene dos raíces. 30. Es muy delgada. 31. Tiene dos anastómosis con 7””. 42. Está unida á 7? por una ancha anastómosis situada en su tercio medio. 51. Está unida á 7'? en dos puntos. 53. Está unida á 7” en toda su mitad anterior. 54. Tiene dos raices. Las correspondientes á los números no citados, ofrecían una disposición comprendida en la que sirve de tipo para las descripciones clásicas: tenían una sola raíz, eran independientes por completo de 7? y teiminaban continuándose con las otras circunvoluciones temporales al nivel del polo del lóbulo. Deducciones. —Como se ve, en la mayoría de los cerebros examinados 7* presentaba la disposición considerada como normal, pues sólo se separaba un tanto de ella en catorce casos. De éstos tenía dos raices en cuatro y tres en dos, se anastomosaba con 7”? en ocho, y de estos ocho la anastómosis era doble en uno. T! es, por tanto, una circunvolución poco variable: se mues- tra, por lo común, aislada de las adyacentes, formando parte de la cisura de Sylvio y del limbo del lóbulo temporal; es 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (M4) estrecha unas veces, ancha en otros casos, algo flexuosa de ordinario, continua con 2? y la extremidad anterior de las otras circunvoluciones temporales, y sus ligeras y escasas variedades quedan indicadas. Fig. 23. Cara externa de un hemisferio derecho en el que /73 está conformada en cuanto á su pie, como en el de la fig. 22, y el cabo ofrece una bifidez en su punta. Además está bosquejada una segunda circunvolución post-rolándica. Circunvoluciones temporales segunda y tercera. Puede exponerse á la vez lo relativo á estas circunvolucio— nes, porque aparte del origen, que es completamente distinto para cada una, en lo demás son muy semejantes; tienen entre si numerosos lazos y hasta constituyen, por lo común una región lobulillar especial dentro del lóbulo temporal. Resumen de las observaciones.—1. T* empieza en el lobulillo angular y en la rama superior de 0”. T* nace en una rama inferior de 0% y en un pliegue profundo que la une con O*. Se dirigen paralelas hacia el polo del lóbulo, haciendo inflexiones, y se anastomosan tres veces en su trayecto. 3. T*” empieza en la región angular de P*? y se anastomosa con 0? y 0”, T”* nace en una rama súpero-externa de 0%, Se anastomosan cuatro veces. 4. Están tan confundidas que realmente el conjunto de ambas forma uva sola circunvolución; ésta ofrece tres raíces, una en el lobulillo angular» otra en POe? y O? ocultándose, por lo que se refiere á esta última parte y bajo la forma de pliegue anastomótico profundo, en el surco occipital segundo, y otra en O” que es bífida y se oculta para este origen en uno de los surcos pre-occipitales. Así formada T? + T”, ofrece en su mitad (95) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 351 posterior dos surcos transversales paralelos y ligeramente cóncavos hacia atrás y arriba. De la parte media del más ínfero-anterior de estos surcos, parte otro longitudinal, poco profundo, algo flexuoso y que llega hasta cerca de la punta de 7? + T'*; este surco es muy superficial y por delante de él, 7? 7- T” se bifurca y continúa por un puente estrecho con T! y por otro puente ancho, que á su vez se bifurca también, con la extremidad anterior de la circunvolución del hipocampo por detrás de la incisura límbica. Esto es debido á que T'* no alcanza al polo. 5. T? nace en el lobulillo angular y en la rama inferior que 0% tenía en este caso. T'” arranca de 7*, pues detrás de este origen hay un surco pre-occipital en cuyo fondo no se aprecia pliegue anastomótico alguno. Son independientes durante la mayor parte de su trayecto y sólo se anas- tomosan una vez, antes de terminar. 6. Tienen un origen común en el lobulilo angular y P0e?; se anasto- mosan dos veces en su mitad posterior y terminan después de ser inde— pendientes en la anterior. 7. Están confundidas casi por completo en todo su trayecto formando una sola circunvolución que nace por tres raíces en P?, P0Oe? y 0?. 8. Son completamente independientes. 9. Son independientes en su origen y mitad anterior; en el centro de la posterior, tienen una anastómosis. 14, Constituyen un doble lobulillo, ofreciendo varios surquitos en Y y en doble 7”. 16 (niño). Constituyen un lobulillo en el cual hay tres surcos: uno posterior en forma de X, otro central en forma de Y y otro anterior cur— vilíneo y cóncavos hacia abajo. 17 y 18. Ofrecen disposición monolobulillar. 19. Sólo tienen una anastómosis en la parte media. 21. Se anastomosan cuatro veces. 23. Se anastomosan tres veces. 24. Ofrecen en su conjunto aspecto bilobulillar; el lobulillo anterior está separado del posterior por un surco vertical. 25. T*” empieza bien ostensiblemente en P? y POe?. T” arranca de la rama superior de O”. Se anastomosan tres veces y ofrecen en su conjunto aspecto bilobulillar, con un surco anterior longitudinal y dos posteriores curvilíneos. 26. Se anastomosan sólo una vez, en el tercio medio. 27. Se anastomosan dos veces. 29. Se anastomosan dos veces en la mitad posterior; en la anterior son completamente independientes. 31. Están anastomosadas tres veces. 32. Tienen tres anastómosis y figuran un lobulillo segmentado en tres porciones. 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (96) 33. Está unidas en el tercio medio y son independientes en los tercios anterior y posterior. 35. Tiene tendencia 7'” al desdoblamiento. 37. Se anastomosan tres veces y forman un solo lobulillo. 38. Tienen cuatro anastómosis. 39. Están unidas en su mitad posterior. 42. Se anastomosan tres veces y forman un solo lobulillo. 44, Fstán unidas en su mitad posterior. 45. Tienen dos anastómosis en la mitad posterior y 7'? nace por tres raices: dos proceden de O” y una de 9*. La misma T'* tiene tres surcos transversos y sinuosos en la mitad posterior y uno longitudinal y corto, en la mitad anterior. 46 y 47. Tienen aspecto bilobulillar. En el 46 se asemejan á un 8 y en el 47 á una X. Ofrecen numerosas incisuras. 48 y 49. Ofrecen una anastómosis en su parte media. La mitad ante- rior de 7” tiene por sí sola aspecto lobulillar. 50 y 51. Están unidas por dos anastómosis y segmentadas por un surco vertical que ocupa el centro de su mitad posterior; este surco es comparable con un pre-occipital y también simula como el centro de un lobulillo independiente. 52 y 53. Son homotipos y notablemente asimétricos en lo relativo á T? y T” que por tener dos anastómosis en un lado y cuatro en otro, ofrecen en ambos aspecto lobulillar. 54 y 55. Están unidas dos veces formando un lobulillo en cuyo centro se destaca un surco flexuoso. 56. Están unidas en tres puntos. 57. Tienen dos anastómosis. 59. Están unidas en su mitad posterior, y 7? lo está 4 7'* en su mitad anterior. En los números no citados, P? y T” son por completo independientes; T? nace de P? y POe?; T” de O? y ambas se reunen por delante, al nivel del polo, confundiéndose con 7'! y con la circunvolución del hipocampo. Deducciones.—1.* En 18 casos 7? y 7* eran completamente independientes y se comportaban en cuanto á su origen y ter- minación como es de regla. 2.* De ordinario 7? tiene dos orígenes ú raices: una en el lobullillo angular que sólo falta ante la ausencia de este lobu- lillo en los casos citados al tratar de P?, y otra cuyo origen es un poco más variable: pero éste se halla siempre comprendido en aleun punto de P0e?, que es el sitio más fijo, 6 en algún otro de 0? y de 0?; esto depende de que P0e? se continúa casi constantemente con 0? y en aleunos casos con 0?, por ofrecer (97) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 353 esta última una bifurcación. 7* nace casi constantemente de 0?, ya de su cuerpo, ya de su rama inferior ó de la superior (mas rara vez) en los casos en que se bifurca; arranca también en otros casos de partes inferiores de 0? 6 de superiores de 0%, Cara externa de un hemisferio derecho en el cual el pie de M3 es sumamente estrecho y carece de surco diagonal. F2es doble, y la rama larga de la cisura de Sylvio tiene tres colaterales ascendentes. y una vez la he visto nacer de 7%. Por último, con cierta fre— cuencia se ven nacer reunidas 7? y 7? por medio de tres raí- ces correspondientes á sus puntos de origen normales lobulillo angular P0e? y 09, 3.. Por lo general el conjunto de 7? y 7* tiene aspecto lobulillar, pero éste puede ofrecer diversas modalidades; ya es monolobulillar para la totalidad 6 sólo para una parte de las dos circunvoluciones reunidas ú de una de ellas, ya es bilobu- lillar y aun, en aleún caso, trilobulillar. 4.” Este aspecto lobulillar depende de las anastómosis que, con notable frecuencia, se establecen entre 7? y 7?, así como también de las inflexiones que trazan éstas en su trayecto. En 42 casos, de los 60 que hemos observado, existían anastó- mosis; había una sola en 7 de ellos, dos en 12, tres en 9, cuatro en 3, y estaban confundidas en los 10 restantes de un modo irregular y simulando una ancha circunvolución con numero- sas incisuras y pequeñas depresiones esferoideas. En los casos en que había una sola anastómosis, por lo general ocupaba el centro del espacio intermedio á las dos circunvoluciones que me ocupan; pero también existía, en otros casos, en el tercio ANALES DE HIST. NAT.— XXVII. 23 351 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (98) anterior ú en el posterior. En los casos en que eran dos, lo más constante era que ocupasen el tercio posterior estando separa- das porun surco vertical, limitada la posterior por otro análogo y viéndose también separadas por otro antero-posterior en el resto de su extensión. Al haber tres anastómosis, dos ocupa- ban el tercio posterior y otra, ya el tercio medio, ya el tercio anterior; y en caso de existir cuatro bien distintas, estaban muy aproximadamente equidistantes. 5.* Por fin ofrecen en su conjunto, ó alguna de ellas, surcos é incisuras diversas y más ó menos numerosas, según los casos; adoptan formas en 7, en doble 7, en Y ó simplemente las de líneas rectas, curvas ú tortuosas; en un hemisferio ofre- cia 7? cierta tendencia á desdoblarse. En suma, el verdadero tipo morfológico de 7* y 7? es el anastomótico y lobulillar. Circunvolución temporal cuarta. Resumen de las obserraciones.—1. Empieza produciendo la fusión de las dos ramas de 0* y se continúa por la cara inferior del lóbulo temporal hasta acabar en punta antes de ¿legar al verdadero polo de aquél. 3. Nace en la rama interna, que es la más gruesa, de O*, 4. Está separada por completo de 0* á beneficio de una cisura, citada al tratar de la parieto-témporo-occipital. Se anastomosa, aunque profun- damente, en dos puntos con 7”, y es completamente fusiforme porque su extremidad inferior se afina para hundirse en la cisura que la separa de 0*. 5. Empieza en 0” y O* y termina en 7”. 6. Termina en 7”. 8. Se bifurca hacia delante y termina anastomosándose con 7%, 10. Nace por dos raíces, de una rama interna de 0O* y de la totali- dad de 0*. 17 y 18. Es fusiforme y bífida. 19. Liene dos raíces en 0? y 0*; es corta y ofrece un surco longitudi- nal en su línea media. 23. Se anastomosa una vez con 7”. 25. Tiene tendencia al desdoblamiento. 26. Es gruesa, bífida y unida á 7” y ála circunvolución del hipocampo. 27. Su forma es rectangular. : 29. Es fusiforme y por su extremidad anterior envía una anastómo- sis á Ts, 30. Es irregular, sinuosa y no fusiforme ni triangular. 31. Es doble. 32. Es fusiforme y con surcos transversales y en T. (29) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 355 38. Está unida á T*. 46 y 47. Empieza por dos raíces, bastante largas, continuas con las -dos ramas que ofrece en estos casos 0%, 51. Es rectangular y está unida á la circunvolución del hipocampo por una anastómosis superficial situada cerca de su terminación. En los números no citados, no ofrecía nada de notable que se separase -de la disposición seguida en sus descripciones por los tratadistas clásicos, Deducciones. —Según las descripciones clásicas 7* es ligera— mente convexa por su cara inferior; es continua por completo y sin división alguna con 0%, de la que simplemente aparece separada por una huella debida al borde superior del peñasco; su figura, como mitad anterior del lobulillo fusiforme de Huschke, es triangular; su extremidad anterior no alcanzaría al polo del lóbulo temporal y terminaría siempre unida á 7* y circunvolución del hipocampo, sin que en todo su trayecto ofreciera lazo alguno, como no fuese por rarísima excepción, con las circunvoluciones adyacentes. Es ésta, en efecto, la dis- posición que hemos observado en 38 casos, y de ello puede deducirse que /'* ofrece en su disposición un grado de fijeza semejante al de /P!, En los restantes casos, hasta 60, hemos observado las siguien - tes variaciones: Origen simple por una sola raíz procedente de 0”, 1 vez. Idem doble por dos raíces procedentes de 0%, 3 veces. Idem doble procediendo de 0” y 0%, 3. Forma en huso, 6. Idem rectangular, 2, Idem sinuosa é irregular, l. Bifidez y tendencia al desdoblamiento, 5. Existencia de surcos transversales y en 7” 1. Idem de una anastómosis con 7'*, antes de la terminación, 3. Men der dd Terminación por anastómosis exclusivas con 7”, 4. Idem id. con la circunvolución del hipocampo, 2. Surcos del lóbulo temporal. Según nuestra apreciación, son sólo tres, destinados á sepa- rar las cuatro circunvoluciones temporales que hemos admi- tido; pero con la descripción de éstas casi queda hecha la de 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) los surcos, pues ya he indicado en aquéllas el número y dis- posición de los pliegues anastomóticos que las unen; y de la existencia de éstos resulta perfectamente comprendida la direc- ción y segmentos admisibles para los surcos. . Sólo añadiré que el más profundo de todos es 11 4 paralelo silviano, que Gratiolet elevó al rango de cisura por esta misma profundidad, por su relativa precocidad en la aparición (sexto mes) y por haberlo observado en muchos monos, hasta en los casi lisencéfalos, según Charpi. Por excepción, alguna vez se ve partido en dos segmentos. El surco intermediario de Jensen, destinado á separar, según el mismo Charpi, la terminación de 1! de la terminación de la rama larga de la cisura de Sylvio, no he tenido ocasión de observarlo ni una sola vez. Además 1? está casi siempre dividido en varios segmentos, de los cuales los posteriores (por lo común dos) son incisuras verticales; en algunos casos verdaderamente no existe. Por fin /* es más largo que la parte longitudinal de 7?, con- servada ordinariamente, y puede estar dividido en dos ó tres segmentos; más frecuentemente, en dos. LÓBULO OCCIPITAL. La disposición y variedades que hemos observado sólo con= sienten un estudio individual de las circunvoluciones y los surcos, después de conocidos los datos anatómicos referentes á todo el lóbulo y cada una de sus partes. Resumen de las observaciones.—1. Como circunvoluciones póstero-ante- riores, irradiando de la punta ó polo de este lóbulo, verdaderamente no existen más que tres, que corresponden á la 3.2, 4.23 y 5.2 de la clasifica- ción de Broca. El resto del lóbulo se halla dispuesto de un modo excep- cional y aparentemente caprichoso, que procuraré detallar. P0Oe! se divide en dos ramas que se continúan con O! y 0%. O! nacida de la rama externa, no bien ha' nacido cuando se encorva hacia abajo formando un ángulo de 450 y, después de un trayecto corto y flexuoso, se continúa con otra parte cortical ó circunvolución más ancha póstero-anterior y continua y (101) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 357 directamente con P0Oe*: esta parte ancha que pudiera interpretarse como 0O?, tiene dos surcos ántero-posteriores semilunares: uno superior, menor, y otro inferior, mayor. 0% nacida de la rama interna de P0Oe*, aparece estrecha y de forma distante de la triaugular; se dirige hacia dentro casi verticalmente, y cuando llega á lo que puede interpretarse como ángulo ántero inferior de la cuña, se encorva hacia arriba y atrás y camina formando el labio supe- rior de la cisura calcarina hasta terminar constituyendo la que puede interpretarse como parte más posterior de la cuña. En este punto se con- tinúa, por un pliegue estrecho y anterior con lo que hemos dicho que representa la parte superior y horizontal de O!; y por un pliegue más ancho y posterior con otra circunvolución visible en la cara externa, y paralela, aunque flexuosa, á la parte vértico-transversal que continúa la superior y ántero-posterior de O!; pero en vez de rodear por completo dicha zona y ser luego paralela á la que, interpretable como 0?, se conti- núa, según queda dicho, con P0e?, se dirige hacia atrás, y después de algunas tortuosidades termina en el polo.—La cara interna de 0% ofrece un surco en Y. 0O* parece arrancar de la parte en que la cireunvolución supra-yacente y posterior á la que une O*' y 0?, cambia de dirección de abajo á arriba y de delante á atrás. Poco después de 1 cm. de trayecto se bifurca, y de sus ramas, la superior se continúa con 7”, y la inferior por un pliegue pro- fundo, con 7” y, por otro superficial, con 0%, Dicho pliegue profundo ocupa el fondo de un surco crucial, señalado por los tratadistas y formado por 1? y el pre-occipital de Meynert y Schwalbe, que nosotros hemos de- nominado témporo-occipital externo. O* es doble y arranca del mismo polo: la externa se continúa con la circunvolución existente por detrás de lo que representa la unión de O! y 0?, y la interna procede de O*. Ambas caminan flexuosamente hacia delante por la cara inferior del lóbulo, separadas por un surco bastante profundo y, al llegar al límite témporo-occipital, se continúan con 7'*; antes de llegar á ésta, el surco que las separa se bifurca, y es en el fondo «le esta bifurcación donde se continúan con la citada T*, constituyéndose también de este modo un verdadero surco témporo-occipital inferior, ya mencionado en otro lugar. O*, tiene tres raíces: la externa es la que la une con el origen de la O* interna; la central es continuación de la circunvolución existente por detrás de lo que representa la unión de O! y 0O?, y la interna de la parte inferior de 0%, apareciendo como pliegue de paso en la cisura calcarina, Reunidas estas tres raíces se forma un cuerpo, primero sinuoso y enlazado todavía por otra anastómosis profunda con 0*, y luego rectangular y con un surco ántero-posterior, rectilíneo y de 1 */, cm. de extensión. Esta última porción termina por una cola que se enlaza con el istmo del lobu- 353 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (102) lillo límbico y mediante una estrechez, con la circunvolución del hipo- campo, para formar el lobulillo lingual de Huschke. En cuanto á los surcos, pueden contarse los siguientes: 1.” Uno que con tinúa el inter-parietal, separa las dos circunvoluciones que hemos esti- mado como O* y O? y se bifurca hacia atrás en forma de T. 2.2 Otro de figura de S que separa la circunvolución que une lo estimado como O* y 0?, de aquella otra tantas veces citada, continua con 0% hacia arriba y adentro, y con 0”, 0% y 0* hacia abajo y atrás; este surco empieza entre las dos ramas de P0e! y ocupa una pequeña parte del borde sagital del hemisferio, pero tiene un pequeño pliegue anastomótico entre O! y 0%, 3.” Otro ántero—posterior, todavía en la cara externa que se continúa hacia delante con t! y termina hacia atrás en el precedentemente descrito. 4. Uno menos profundo que los anteriores y que separa 0?” de 0*; em- pieza en el polo y termina en la anastómosis de la rama inferior de O? con la 0% externa. 5.” Otro que separa 0* de O* empieza en el polo y termina en el pliegue occipito-límbico de 0%, 6.” Por último, la cisura calcarina, que ofrece un pliegue anastomótico ya citado entre O* y 0%, y se prolonga por la cara externa del lóbulo, entre las dos partes admisibles por su dis- tinta dirección en la circunvolución situada por detrás de la que une OSOS En suma, 0' y 0? son mera continuación respectivamente de POe* y PO0e?; pero están unidas por un pliegue anastomótico grueso y superfi- cial, y son muy cortas. 0”, 0% y 0”, se continúan con (* hacia atrás y con 7”, T'>, T* y circunvoluciones del hipocampo y límbica hacia delante. 0O* ofrece una disposición excepcional: en la cara interna del hemisferio es muy pequeña, tiene dos anastómosis con O! y O* y empieza realmente en POe!; por la cara externa se prolonga desde un poco por delante del nivel que ocupa ordinariamente su extremidad posterior, constituyendo uno de los detalles más notables é interesantes de este lóbulo. En él abun- dan los pliegues transversales, siendo los mayores el que une O! con O? y la porción externa de 0%, 2. Ofrece igual disposición que en el número anterior, pero O” y O* están confundidas y tienen surcos transversales y uno ántero-posterior muy largo. : 3. O! se continúa P0e!, y con la unión de los dos P0Oe que en este caso existe. Empieza en el polo, unida á O? y 0”, O? se continúa con P0e?, con la unión de los dos POe y más atrás y abajo se anastomosa con 7? y 0%. Empieza en el polo unida á 0O* yO: O”? se continúa con 7'? y se anastomosa con 0?. Empieza en el polo. O* se continúa con T'* se anastomosa con 0O* y T” y empieza por tres raíces en un surco transversal situado un poco por debajo del polo. O* tiene dos raíces: una es muy pequeña, parte del polo y se anasto- (103) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 359 mosa con 0%; otra es muy ancha y nace muy próxima á 0%, hasta el punto de parecer una parte de ésta; después de reunirse estas dos raíces, se bifurca la circunvolución resultante, y termina por los dos pliegues occip.to-limbicos que ofrece de ordinario. O* es pequeña y tiene su pliegue cúneo-límbico centinuo con los aná- logos de O?, 4. Ofrece en la cara externa un surco notable: es curvilíneo, empieza 36 4 mm. por debajo del borde sagital del hemisferio, interesa vertical- mente O? y O” y se continúa hacia abajo y adelante con 0”. O! se continúa por delante con P0e! y por detrás y arriba con O? y se anastomosa con 0?, O? nace en el polo unida á O! y O”, camina hacia delante y en su tercio anterior se bifurca continuándose directamente la rama superior con P0e* y la inferior con una anastómosis existente entre T'? y T”. O” arranca en el polo unida á 0? y se continúa con 7”, después de anastomosarse con el punto en que O* se continúa con 7”, O* nace en el polo, unida á O” y O?; ofrece un surco transversal cerca del límite anterior y se continúa con 7”, O* ofrece la misma disposición que en el núm. 1. O* tiene la disposición considerada como normal. 5. O! nace en el polo unida á O? y 0%; en su corto trayecto, queda completamente unida á O* y vuelve á unirse á 0?; por delante se conti- núa directamente con P0e! en el fondo de la incisura sagital de la cisura parieto-témporo-occipital; con POe? en la superficie del hemisferio, y con O? hacia abajo. 0? puede considerarse representada de dos modos: ó por una región situada por detrás y encima de O0!, arrancando del polo y dirigida hacia arriba y adentro hasta continuarse con la parte posterior de la cuña; ó lo que es más probable, por una rama de la O! descrita, continúa con POe? y con O”. O” arranca del polo, se dirige hacia abajo y adelante, se anastomosa con 0% y O! y termina bifurcándose y uniéndose á T* y á la fusión de T2y TS; O* nace unida á O” y O? y ofrece luego una bifurcación de la cual la rama externa se une á 7”, y la interna, más ancha, parece formarla casi por completo hasta el punto en donde reunida con la exierna, se continúan ambas con 7”, O* ofrece la disposición ordinaria. O% arranca de O!* y 0? y termina formando dos pliegues cúneo- límbicos. En suma, que respecto de O', O? y 0% ofrecía este hemisferio, una disposición semejante á la que queda descrita para el núm. 1. 6. O! se continúa con O* y POe!, 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (104) O? se continúa en el polo con 0%, O! y 0”, y por delante con el más superior de los dos P0e? que existen en este caso. O” empieza en el polo unida á O? y 0O*, se anastomosa por delante con la primera de las citadas, abraza la convexidad de la parte terminal de los dos POe* que existen en este caso y termina uniéndose con el más inferior de estos, en la profundidad de una cisura que continúa la incisura sagital de la parieto-occipital, interrumpida en este hemisferio solamente por los POe. 0* es muy ancha, nace de O” y se la ve, por una región muy estrecha, empezar en el polo, ofrecer una porción de inflexiones y continuarse con O? está unida á O* por una anastómosis al nivel de la cisura calcarina. OS ofrece, aparte del hecho citado en 0%, la disposición ordinaria. 7. Ot ofrece la disposición ordinaria. O? parece una rama de O! continua con P0e?. 0” se anastomosa con O* y se continúa con 7”. 0*, 0*, 0% ofrecen la disposición ordinaria y en ellas sólo es notable una anastómosis que existe en la cisura calcarina entre 0* y OS, 8. 0*, 02, O? ofrecen la disposición ordinaria. O* sólo tiene de notable el ser bífida desde poco después de nacer y ofrecer una anastómosis entre sus dos ramas y en el tercio posterior de las mismas. O* y 0% se anastomosan en el fondo de la cisura calcarina. 9. 0%, 0?, 0%, 0* y O*% ofrecen la disposición ordinaria por su origen y terminación. De O” puede decirse lo mismo en cuanto á su origen, pero por lo que respecta á su terminación, se continúa solamente con T”. 0% y 0% se anastomosan en la cisura calcarina. Los surcos 0? y 0O* se anastomosan hacia delante, seccionando la base de 0* y contribuyendo á la formación de la cisura témporo-occipital inferior. 10. O! ofrece la disposición ordinaria. 0? nace en el polo, se desdobla poco después, se extiende por casi toda la cara externa y toma aspecto lobulillar. O? nace en el polo y poco después se bifurca y continúa con una raíz de T” y con dos raíces de T*. 0*, 0% y O* ofrecen la disposición ordinaria. 11. Ofrece todo el lóbulo la disposición ordinaria. 12. Sólo ofrece dos cireunvoluciones externas, 0? y O? conformadas como de ordinario. O! es pequeña y no llega al polo, y O* se prolonga un poco por la cara externa continuándose con 0? y 0? por detrás del límite posterior de O*, 13. Está conformado como en el número anterior, pero O! es todavía más pequeña y O* se continúa con T* y con la circunvolución límbica. 14. 0',0?, 0% 0* y OS ofrecen la disposición ordinaria. O”? es bífida (105) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 361 y continua por una de sus ramas con 7"? y 7” y por otra con T7*. La cisura calcarina se ofrece en línea curva, convexa hacia abajo. 15. Ofrece la disposición ordinaria. 16 (niño). O* y O* ofrecen la disposición ordinaria. La cisura calcarina divide el polo. O? se une por una anastómosis vertical muy gruesa con 0”, formando así el labio posterior del surco parieto-occipital existente en este caso; en el fondo de este surco se continúa con POe?. 0” nace en ambas mitades del polo por dos raíces, superior é inferior: ambas confluyen adoptando el tipo lobulillar y después de anastomosarse con 0* termina en la anastómosis citada para O?. O* es muy gruesa, forma con T* el lobulillo fusiforme que en este caso resulta exagonal, y se anastomosa con 0”. 0% es muy gruesa y forma parte de las caras inferior é interna del hemisferio. 17 y 18. Tienen un polo en el que se observan bien distintamente dos surcos, el más alto separa O* de 0% y el más bajo corresponde á la cisura calcarina que hiende por completo la región polar. Además, es visible en la cara inferior otro surco oblicuo que separa dos raíces que ofrece 0*, Por fin, 0*', O? y O? forman un lobulillo en la cara externa. 19. Hay un surco longitudinal en el borde sagital del hemisferio, pero no alcanza hasta el polo: ninguno de los otros surcos del lóbulo tampoco alcanzan al polo; la cisura calcarina tiene la forma de un ángulo abierto hacia abajo. O! es pequeña y conformada de un modo semejante al indi- cado para los números 12 y 13: ocupa el seno del ángulo diedro formado por O? y O* que están dispuestas como de ordinario. O” se une al principio de 7” y se anastomosa con 0* formando el labio posterior del surco témporo-occipital externo que existe en este caso. O* es muy corta y ancha: se une á 7'* y O* y forma el labio posterior del surco témporo-occipital inferior que existe en este hemisferio. O? ofrece la disposición ordinaria. 20. Ofrece la disposición ordinaria. 21. 0! es doble. Su parte súpero-anterior, se continúa con P0e! en el fondo de la incisura sagital y por encima y detrás con O* y el pliegue súpero-interno de Gratiolet. Su porción iínfero-posterior, se continúa con POe? y la parte posterior de 0%. O? es doble: su porción superior se continúa con PJe” en el fondo de la incisura sagital, que todavía alcanza á este nivel; y su porción inferior se anastomosa con 0* y se continúa con T”. O” se continúa con 7? y T”. O* se continúa con T7* y lóbulo límbico, en la parte correspondiente á la circunvolución del hipocampo. O* ofrece la disposición ordinaria. 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (106) O? está dividida en dos partes, anterior y posterior, que asemejan dos circunvoluciones distintas. e) En suma, que son dobles 0!, O? y O* y que pueden, por tanto, admi- tirse sin reparo, hasta nueve circunvoluciones occipitales. 22. Ofrece la disposición ordinaria: sólo es notable el que O” se conti- núa únicamente con 7? y el que hay una anastómosis entre O* y 0*, 23. Ofrece caracteres simios muy acentuados y son en él muy inde- pendientes las seis circunvoluciones, exceptuándose la continuación com— pleta de O! y OS. 24. La cisura calcarina hiende por completo el polo. Existen cuatro surcos transversales interesando solamente O* y O*?, 0!, 0? y O* están dispuestos como en los números 12 y 13. O”? nace por tres raíces en la mitad inferior del polo y se continúa con 7? en su arranque del lobulillo angular. O* es ancha y continua con O* y T”*. O* ofrece la disposición ordinaria. 25. 0*',0?, 0* y 0% ofrecen la disposición ordinaria. 0” se continúa exclusivamente con 7” y se anastomosa con 0%. 0O* se anastomosa con O” y 0O*, formando con esta última el labio pos— terior del surco occípito-temporal inferior que existe en este caso. 26. Ofrece la disposición ordinaria: solo O* se continúa con 7” y T”*. 27. Ofrece aspecto polilobulillar y es difícil, por lo mismo, precisar la correspondencia de cada una de sus regiones con las seis circunvoluciones de la disposición ordinaria. Tiene una porción de surcos, entre los cuales merecen mencionarse los siguientes: 1.0 uno en forma de S que separa lo que parece representar 0!, y O? de lo que parece representar 0>; 2.” otro entre lo que parece representar 0? y lo que parece representar Q* y 0”; 3. otro en el espesor de lo que parece 0O*; 4.” la cisura calcarina; todos estos cuatro surcos alcanzan hasta el polo donde se reunen, dando á aquel el aspecto pentáfido. Hay además un surco vértico-transversal que interesa 0!, 0? y 0? y está situado muy cerca del nivel correspondiente á la cisura parieto-occipital. La continuación hacia delante de todas las circunvoluciones occipitales, se hace como de ordinario. 28. Es sencillo: la cisura calcarina alcanza al polo dividiéndolo por completo. O! es más baja que de ordinario y está separada de 0% por un surco que corre por lo más alto de la cara externa. O? ofrece la disposición ordinaria. O? y 0O* están confundidas en la mayor parte, de su trayecto, pero se separan en el seno de POe? que aparece como surco témporo-occipital externo prolongado por la cara inferior, y terminan en el fondo mismo de ese surco, continuándose respectivamente con 7?, T* y T*. O * se comporta como de ordinario. (107) Pelaez Villegas.—CcIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 363 0O* se extiende por la cara externa, según queda indicado al hablar de O!. 29. Ofrece la disposición ordinaria excepto en los detalles siguientes: la cisura calcarina divide el polo; O? y O? se anastomosan; 0? y O* tam- bién se anastomosan y la cuña es muy pequeña. 30. Es homotipo del anterior. Tiene circunvoluciones más extensas y el polo es trífido. La cisura calcarina ofrece un pliegue anastomótico en su fondo. O! y O? están confundidas en la mayor parte de su extensión separán- dose sólo en el momento de continuarse con los POe. Entre O! y 0O* existe un surco que ocupa lo más alto de la cara externa. O” se continúa con 7”. , O* se anastomosa con 0* y O”. O* se extiende por la cara externa. 31. La cisura calcarina es una línea curva cóncava hacia abajo y alcanza hasta el polo haciéndole doble. El aspecto de todo el lóbulo es lobulillar. O? se bifurca y ambas ramas se continúan con POe?. O? está confundida en parte con 0O?, se bifurca como ésta y se continúan sus dos ramas con 7”. 0* se bifurca también y se continúa con 7? y T?. O? está unida á OS. 0'* y 0* ofrecen la disposición ordinaria. 32. Ofrece una disposición sencilla pero algo diferente de la ordinaria. En él existen los siguientes surcos: 1.0 uno que continúa al interparietal entre O! y 0O?, llega hasta el borde superior de la cuña y segmenta á esta % el que separa 0? de O”, que se prolonga entre las en dos porciones; 2. ramas de P0+?, que ofrece dos en este caso y se bifurca luego por detrás y debajo del lobulillo angular formando surco témporo-occipital externo. 3.” otro semejante á un ángulo de 90 abierto hacia delante, el cual inte— resa á 0% y 0%, En lo demás, este lóbulo ofrece la disposición ordinaria, si se exceptúa cierto indicio de duplicatura que tiene (O*, la continuación de O? con T? y T” y la terminación aparente de (* en un surco témporo-occipital inferior que existe en este caso. 33. El polo es doble por la prolongación de la cisura calcarina, O! y O? ofrecen la disposición ordinaria. O? se anastomosa con 0)” y O!. O” tiene tendencia al desdoblamiento, se:'anastomosa con O? y O* y se continúa con 7”, 0O* casi no existe: empieza por una punta muy afilada en la mitad de la cara inferior del lóbulo y en el fondo de un surco que separa, por detrás de ella, 0? de O*. O* es lobulillar. 364 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (108) 34. Ofrece la disposición ordinaria. 35. Tiene el polo por la prolongación de la cisura calcarina que es cón- cava hacia abajo y sólo ofrecen completa individualización O', 0” y O?. 36. Ofrece la disposición ordinaria. 37. Ofrece en la cara externa tres circunvoluciones casi verticalmente dispuestas. La cisura calcarina tiene forma de S. El polo resulta doble por un surco que separa 0O* y 0?. O? ocupa el borde superior del hemisferio y se continúa con O* y con POe! por el intermedio de la incisura (*, pues esta se prolonga por delante de la verdadera O*' y no sólo se continúa con el citado POe* sino con todo lo apreciable en la cara externa del lóbulo. O? no es ántero-posterior, sino concéntrica á O! y situada por detrás de ella y verticalmente en la cara externa del lóbulo. O* se dispone de igual modo que 0? y está situada por detrás de ella. O* y 0* ofrecen la disposición ordinaria y 0% se prolonga por la cara externa, según queda dicho. 38. Las tres primeras circunvoluciones son cortas y empiezan en una de las mitades del polo que está seccionado por O”; las otras tres son más largas é independientes. La cisura calcarina es casi horizontal, ligera- mente curva y abierta hacia abajo. , O * es pequeña y confundida por completo con la cuña. (O? se bifurca: la rama superior se continúa con O! y 0* y la rama inte- rior con P0Oe? como es de regla. 0?, 0* y 0? ofrecen la disposición ordinaria. 0% resulta formada por la prolongación de P0Oe', O! y O? y ofrece en la parte más anterior é inferior, una superficie triangular independiente, aunque pequeña, y comparable con una cuña minúscula. 39. 0* forma parte de la cara interna del hemisferio y aparece confun— dida como de ordinario con O) * y P0Oe!. ()? describe dos flexuosidades y se continúa también con F0e!. 0? se continúa con 0?, POe? y TT”. (0* es doble. O * figura un codo que corresponde á lo más alto de la cisura calcarina y ocupa en totalidad la cara interna. O* ofrece la disposición ordinaria. 40. La cisura calcarina segmenta el polo y ofrece dos ramas verticales incluídas en el espesor de la cuña. O* parece una parte rectangular de la cuña prolongada por la cara externa, pero está separada de ella por un surco sinuoso y unida á ella por detrás y delante del mismo. (O)? se bifurca por delante y se continúa con POe* y T”. (0? y 0* están confundidas y se continúan con 7*, ()” y 0* ofrecen la disposición ordinaria. (109) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 365 41. El polo es bífido porque la cisura calcarina. cóncava hacia abajo, se prolonga hasta él. 0?, O?, O* y O”, ofrecen la disposición ordinaria. O! está ocupando el mismo borde superior del hemisferio: es, por tanto, muy estrecha. O* es cuadrilátera. 42 (niño). La cisura calcarina se prolonga hasta el polo y es sinuosa. O! es pequeñísima y dispuesta como de ordinario. O? es pequeña, se continúa con la cuña por su extremo posterior, es algo oblicua por lo tanto, y se oculta por su extremo anterior en el surco parieto-occipital existente en este caso. O” es gruesa, empieza en la punta inferior del polo; ocupa casi toda la cara externa del lóbulo occipital, está surcada, verticalmente, por una incisura paralela á la perpendicular externa y se confunde en parte con (O?, terminando como de ordinario. O*, O* y O*, ofrecen la disposición ordinaria. 43. Ofrece la disposición ordinaria. 44. No tiene de notable más que la bifidez de su polo debida á la dis- posición de la cisura calcarina y que sus circunvoluciones son todas tor— tuosas y muy surcadas, 45. (Homotipo del 44.) El polo es bifido pero no por la cisura calcarina sino por el surco existente entre O? y O%, 46 y 47. (Homotipos.) La cisura calcarina es angulosa, abierta hacia atrás y prolongada hasta el polo produciendo la bifidez de éste. O* es doble en el lado izquierdo y termina por cada una de sus ramas en un P0e; en el lado derecho es una rama de una circunvolución angular concéntrica á otra formada por la parte póstero-externa de la cuña y O*?. O? en el lado izquierdo se continúa con T* y en el derecho es la rama inferior de la circunvolución angular citada en O”. O* en ambos lados se continúa con 7'? formando un arco semejante al POe?. O* nace en O”. O* y O* ofrecen la disposición ordinaria. 48 y 49. (Homotipos.) El polo es trífido por la prolongación hasta él de la cisura calcarina que es sinuosa y por un surco intermedio á O” y OB, pues O* nace en O”. O' es muy pequeña y nace en la mitad anterior del borde superior de la cuña. » O? nace también en la cuña (mitad posterior del borde superior) y se continúa después de algunas inflexiones con O” y POe?. O* es decididamente ántero-posterior, aunque más en el lado izquierdo que en el derecho. En éste, forma un codo concéntrico 4 POe* y, en uno y otro lado se continúa directamente con T?, 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110) O* nace en O”; á la derecha forma parte del lobulillo fusiforme y á la izquierda se confunde tan notablemente con 7” que no puede distinguirse tal lobulillo. O” es sumamente ancha, con mucha tendencia al desdoblamiento y ofrece en su cola dos ramas bien distintas; al continuarse como de ordi- nario en el lobulillo límbico. O* ofrece la disposición ordinaria. 50 y 51. (Homotipos.) Tiene el polo bífido por la prolongación hasta él de la cisura calcarina: ésta es angular y abierta hacia abajo. A la incisura sagital, confluyen una porción de incisuras labradas en la cara externa y borde superior del hemisferio, las cuales forman un todo comparable á una estrella de diez radios. Las circunvoluciones son flexuosas é indepen- dientes en su mitad posterior. O*% es muy ancha y larga en el lado derecho, continuándose en los dos lados con 7% y T?. 01,03%, 0?, O? y O? ofrecen la disposición ordinaria. 52 y 53. (Homotipos.) El polves bífido por la prolongación de la cisura calcarina. Las circunvoluciones externas son bastante independientes y lobulillares. O! en el lado derecho nace en la mitad anterior del borde superior de O*. ()? en el lado derecho nace por detrás de O* continuándose también con Of. 0?, 0%, 0? y O", tienen la disposición ordinaria. 54 y 55. (Homotipos.) El polo, es trífido, por la prolongación hasta él de la cisura calcarina y por la de un surco que separa O” de O* á la derecha, y dos raíces que tiene O*, á la izquierda. La cisura calcarina es angulosa á la izquierda y rectilínea á la derecha. En ambos lados existe un O' que tiene una porción posterior, paralela á la cisura parieto-occipi- tal; O? es estrellado, y de esta doble disposición resulta una porción lobu- lillar al nivel de la punta del lóbulo y la independencia de las tres circun - voluciones externas por delante de aquella. 56. El polo es bífido por la prolongación hasta él de la cisura calca- rina. 0%, O!, O? y O? nacen de una de sus puntas; 0* y O” de la otra, y O*?, O* y O? son bífidas. 57. El polo es trifido por la prolongación hasta él de la cisura calcarina y de un surco supernumerario. La cisura calcarina es casi rectilínea y se bifurca por detrás y delante en forma de doble 7. O* nace en la mitad auterior del borde superior de la cuña. O? nace en la mitad posterior del borde superior de la cuña; se anasto- mosa con O” é interviene de este modo en la constitución de un surco témporo-occipital externo que existe en este caso. Está hendida por un surco vertical que existe detrás de POe? y que en parte parece continua- ción de el del seno de POe*. (10) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 267 O* se anastomosa con O? O* es sumamente gruesa y lobulillar en su origen. O* nace de la punta inferior del lóbulo. O* nace en la punta superior del lóbulo. 58. El polo es bífido porque O* se prolonga por detrás de la extremidad posterior de O* y se continúa con O*, Los dos tercios posteriores de la cara externa tienen aspecto bilobulillar con tres circunvoluciones cada uno, pues además de los surcos normales, existen otros dos vértico— transversos que dividen toda esta región en dos porciones. La cisura calca- rina es cóncava hacia abajo y no llega al polo. 59. Ofrece la disposición ordinaria. 60. El polo es bifido por un surco supernumerario vertical; las circun— voluciones son todas independientes y la cisura calcarina es cóncava hacia abajo. Cerebro visto por su lado derecho. El pie de M3está confundido con la extremidad inferior de Fa. El surco diagonal se abre en la rama corta ascendente de la cisura de Sylvio que á su vez se continúa con el surco pre-rolándicb. Deducciones.—Al ocuparnos de la cisura parieto-témporo- occipital, ya quedó indicado el verdadero límite anterior del lóbulo occipital, pues, á nuestro juicio, no es tan difícil seña- larle como han pretendido los tratadistas. Las observaciones de Schwalbe que sobre este asunto hemos podido comprobar varias veces, autorizan para señalar el límite externo ó cisuras parieto-occipital externa y témporo-occipital externa; y en la cara inferior, la observación de varios casos en que era evi- dente la cisura témporo-occipital inferior, permiten completar la extensa línea que sirve de límite entre los lóbulos occipital, parietal, temporal y límbico. 363 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (012) Es un lóbulo el occipital que en nuestro concepto no debe considerársele con el carácter de tan accesorio y de tan reciente aparición filogénica como es mirado por muchos tratadistas. De una parte, lo que hemos visto sobre el cerebro del hombre, permite asegurar que este lóbulo es bastante complejo en muchos casos, y que en ellos dista mucho de ofrecer la dispo- sición esquemática característica del cerebro simio y de los cerebros humanos de tipo sencillo ú de circunvoluciones inde- pendientes: y, en segundo lugar, nuestras observaciones ante- riormente publicadas (1), nos inclinan á la opinión de Bene- dikt sobre la filogenia del lóbulo occipital. Según el citado autor, el referido lóbulo no es patrimonio exclusivo de los antropoides y del hombre; existe, por el contrario, en casi todos los mamiferos con circunvoluciones cerebrales, y si en ellos se.ha negado su existencia es por una errónea asimila- ción de los detalles morfológicos del cerebro de los cuadrúpe- dos al cerebro de los cuadrumanos. Convienen con estas ideas filogénicas los datos ontogénicos que debemos á las minuciosas y valiosísimas investigaciones de Kólliker y His, según las cuales, en los puntos mismos en que más tarde aparecerán las cisuras perpendicular interna y calcarina, se ven desde el segundo mes intrauterino cisuras primitivas que bosquejan aquella y permiten sostener que el lóbulo occipital es una parte fundamental del cerebro, de apa- rición precoz y correspondiente al plan de organización pri- mordial que podemos suponer en el maravilloso segmento encefálico citado. Además; Cunninghan ha hecho notar que la dirección de la cisura de Sylvio varía según la existencia 6 ausencia del lóbulo occipital, lo cual indica, en el concepto del citado autor, que la morfología de toda la corteza cerebral está interesada con el desenvolvimiento del citado lóbulo. Por último, hé aquí los datos que podemos aportar en apoyo de la relativa complexidad que el lóbulo occipital ofrece en el cerebro del hombre adulto. La disposición típica de circunvoluciones independientes () P.L. PeLÁrz: Observaciones sobre las circunvoluciones cerebrales del cerdo AN. DE La Soc. esp. DÉ HisT. NAT, t xxv. 1896 —Zas circunvoluciones cerebrales de la cabra. Actas de la id. Marzo 1:97. e EA (113) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 369 por completo, coincidiendo con la ausencia de todo detalle que revelase alguna complicación, sólo la hemos observado once veces, es decir, en menos de la cuarta parte de los casos. En cambio, hemos podido apreciar su aspecto monolobulillar, bilobulillar, trilobulillar y polilobulillar en casi todos los res- tantes cerebros examinados; pues hasta este punto es frecuente la existencia de surcos vértico-transversales, sobre todo en la cara externa, y más aún, la de anastómosis entre unas y otras circunvoluciones. Algunas veces la complicación depende de algún detalle de mayor importancia. El desdoblamiento de las circunvolucio- nes se observa con cierta frecuencia, llegando en un caso á tal grado que pudimos contar nueve completamente distintas. En otros cerebros hemos podido apreciar también la existencia de circunvoluciones transversales notablemente desenvueltas: ocupaban en todos los casos la cara externa y eran de ordina— rio dos las que podían considerarse como supernumerarias. Por último. en este sentido, sólo merece añadirse la frecuencia con que se observan en el lóbulo occipital circunvoluciones gruesas, arqueadas, tortuosas y surcadas trausversal 6 longi- tudinalmente en diversos puntos. Una variación notable que afecta al conjunto del lóbulo es la división ó la triple 6 múltiple segmentación de su polo. Apenas si hemos observado un ejemplar que no presentara esta notable particularidad; en la mayor parte de los casos er: debida á la prolongación de la cisura calcarina, en algunos la motivaban ya solamente o0?, ya 0*, ya un surco supernumera- rio, ya con más frecuencia la combinación de varios de estos detalles y la continuación de dos 6 más de estos surcos, los cuales segmentaban en algún caso de tal modo la extremidad del hemisferio, que podía considerarse éste como pentáfido y con un surco estrellado y bastante profundo. Un último dato debo hacer constar en estas consideraciones de conjunto: la existencia de un surco sagital longitudinal separando la cuña de la circunvolución occipital primera; la he observado en cuatro casos, y aunque este número es muy corto, obliga á admitir cierta independencia entre 0! y 0%. No hemos hecho observaciones especiales sobre el volumen del lóbulo, su topografía y límites respecto de los del cerebelo y aleún detalle de conformación, como la huella del seno lon- ANALTS DZ HIST. NAT.—XXVII. 21 370 ANALES DEI HISTORIA NATURAL. (14) gitudinal superior, la de la protuberancia occipital externa y aleunos otros que, como los citados, han sido estudiados mi- nuciosamente por Giacomini, Retius, etc. En cambio, las cir- cunvoluciones y los surcos han sido objeto preferente de nues- tra atención. Circunvolución occipital primera.—Yl origen es casi constan- temente polar en unión de 0%, 0? y 0? que con ella suelen for- mar la punta superior en los casos de polo dividido. Esto, no obstante, por su cortedad, que también es frecuente, nace en algunos casos exclusivamente de 0%, de quien parece enton- ces una mera é insignificante dependencia; me refiero á dos ú tres cerebros en los cuales la he visto reducida á una estrecha región, correspondiente sólo á la mitad anterior de la cuña, con la que se continuaba por completo mediante el borde sagi- tal. Otras veces, aun no llegando al polo, nace de 0?, con la cual la he visto confundida en ciertos casos, ú de una de las circunvoluciones transversales anteriormente citadas. El cuerpo, además de haberle observado revistiendo su dis- posición ordinaria, le hemos visto también corto y ancho, estrecho y largo, rectangular, situado en la cara externa, en el borde sagital y aun en la cara interna: doble dos veces y anastomosado once con 0?. En cuanto á la terminación, hemos observado constante- mente lo normal; pues si en algún caso se continuaba con P0e?, no dejaba de hacerlo también con P0e!. Cireunvolución occipital segunda.—Respecto del origen puede someterse 4 «análogas consideraciones que las expuestas para 0*. Lo más frecuente es que nazca en el polo, pero nace también de O!, simulando en algún caso una simple rama de ésta. Empieza otras veces en la cuña, con quien se continúa al nivel de la mitad posterior del borde superior, y se ve em- pezar en alguna ocasión en 0* ú en circunvoluciones trans- versales. Aparece doble 6 simplemente bifida cinco veces por 60; es ordinariamente ántero-posterior, pero también se presenta oblicua y aun casi vertical, confundida d anastomótica con €! las veces citadas, por lo común flexuosa, á veces con surcos transversales 6 ántero-posteriores y anastomótica con 0? siete veces de 60. La terminación más frecuente es continuándose con P0e?; (115) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 371 pero á veces este pliegue tiene dos ramas y puede continuarse «con ambas ó solo con alguna de ellas; y, en otros casos, conti- nuo ó no con P0e?, se continúa también, ya con 7”?, ya con 7”, 6, al anastomosarse con 0?, forma el labio posterior de un surco parieto-occipital. Circunvolución occipital tercera.—Por lo general comienza por una sola raíz, pero puede presentar dos y aun tres; de todos modos. este origen es común con 0? lo más frecuente- mente, con 0* cierto número de veces, y, en aleún caso, toda- vía alcanza á alguna circunvolución transversal. La hemos visto doble seis veces, confundida con 0% en tres casos y arqueada y concéntrica á 0? en otros tres; estaba sim- plemente unida á 0% por pliegues anastomóticos ocho veces, y a 0? en los casos ya citados; ofrecía un surco transversal en alguno de ellos, y, por lo común, es ántero-posterior y ocupa 0 costea el borde inferior externo del hemisferio. Hacia delante termina igual número de veces en 7? que en 7”, y en muchos casos en 7? y T?, porque, bifurcándose y habida cuenta de la disposición inicial de dichas circunvolu- nes temporales, se comprende bien la existencia de todas las disposiciones citadas. Aun en ciertos Casos asciende, para ter- minar, hasta P0e? y en otros, uniéndose á 01, contribuye á formar la incisura de Meynertó aleuno de los surcos témporo- occipitales. Circunvolución occipital cuarta.—Ofrece con frecuencia un origen bis ú tri-radicular, en unión de 0* que es lo más fre- cuente, de 0* y O* en algunos casos y hasta de una circunvo- lución transversal muy excepcionalmente. En un caso la he visto arrancar por una punta muy afilada del fondo del surco occipital cuarto, sin alcanzar al polo. En unos casos es gruesa y ofrece el aspecto de un lobulillo, en otros es estrecha y con indicios de desdoblamiento, que se ve completo en alguno. Por lo común es de figura triangular 6 trapezoidal para formar parte del lobulillo fusiforme:; y aparte de las veces ya citadas en que se encuentra anastomosada 6 confundida con 0%, se ve también unida 4 0% (7 por 60) y aun á 0% y O*, como la he observado dos veces, 6 llegando por rarísima excepción á enviar una lengiieta á la circunvolución límbica. Termina ordinariamente en 7”, en el surco que la separa de 372 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (116% ésta 6 en 7* y T*, en algún caso en 7* y circunvolución del hipocampo, % uniéndose ya á 0* ya á 0* como queda expuesto.. Circuntolución occipital guinta.—El origen que más frecuen- temente he observado para esta circunvolución es el polo del lóbulo en su segmento inferior cuando está partido y en unión con 0% ú con O* en los casos en que O! no alcanza hasta el polo. Los tratadistas en general estiman más frecuente el ori— gen de 0% unida á Of, porque suponen á la cisura calcarina sin llegar á la punta, según diremos oportunamente. Pero, atendiendo nuestras observaciones, resulta que es más fre— cuente la prolongación de dicha cisura hasta el polo que el no llegar hasta éste, y de ahí depende el juicio formulado. Es ésta una circunvolución que suele ser larga y estrecha, sinuosa, pocas veces doble, aunque la he observado así en dos casos, más comunmente con indicios de bifidez por su extre- midad anterior, porque constantemente termina en dos colas. que se unen á dos puntos distintos del lobulillo límbico. Estas colas suelen ser muy estrechas y reducidas á simples pliegues de paso. Se dispone en forma de codo abierto hacia abajo en muchos casos, pasa también con frecuencia á formar parte de la cara interna y además de las anastómosis citadas con 0%, se anastomosa también con 0% mediante un pliegue estrecho situado en el fondo de la cisura calcarina, el cual lo he obser— vado dos veces. Circunvolución occipital serta.—Son pocas las veces en que esta circunvolución se separa de su disposición típica, pues ella y la quinta son las que ofrecen mayor fijeza morfológica y topográfica en todo el lóbulo occipital. Empieza de ordinario en el polo juntamente cen 0!, con 0% ó unida á ambas cuando la cisura calcarina no divide en dos partes la región polar, Hay casos, sin embargo, en que este origen cambia, por cor— tedad de 0! 6 por prolongarse 0* por la cara externa del hemis- ferio; entonces ó nace de 0! y 0?, de 0? solamente ó de alguna de las circunvoluciones occipito-transversas que suelen existir en esos casos. La forma de su cuerpo, aunque casi siempre es triangular,. la hemos visto una vez cuadrilátera. Por lo demás, 0% ofrece: dimensiones variables y presenta en algunos casos surcos ó incisuras, ya procedentes de la cara externa y borde sagital. del hemisferio, ya emanados de la cisura calcarina; dos veces. X117) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 373 con tal motivo la hemos observado dividida por completo en dos porciones, y aun, en una ocasión, una de ellas constituía una cuña minúscula. En fin, ya hemos indicado sus anastó- mosis con 0% y por delante termina constantemente en 2P0e!, que se bifurca para continuarse con ella y 0!, y en los otros pliegues de paso: parieto-occipital interno y cúneo-límbico. Todos estos pliegues pueden ser dobles, según tenemos ex- puesto en páginas anteriores. Surcos occipitales.—Pueden dividirse en dos grupos: ántero- posteriores y transversales. Los surcos ántero-posteriores son casi constantemente en número de cinco o!, 0?, 0*, 0%, 0%, y están destinados, como es sabido, á separar las seis circunvoluciones occipitales de la descripción típico-esquemática aceptada para la región que me ocupa. Pero dicho número es con frecuencia superior, ya por la existencia de un surco sagital que separa 0! de 0? (4 por 60), ya por la de surcos supernumerarios que separan ramas raíces de las circunvoluciones ó dividen á éstas por completo estableciendo su duplicatura. En algún caso el número, en vez de aumentar, disminuye, lo cual es debido, como se supondrá, á la confusión, ya citada, para algunas circunvoluciones dis- puestas entonces á modo de lobulillos. Todos estos surcos son ordinariamente tortuosos, hay aleu- nos dispuestos en forma de S y otros más Óó menos angulares. En cuanto á los pliegues anastomóticos que los segmentan en muchos casos, ya quedan indicados al tratar de las circunvo- luciones. De todus ellos el más notable es el denominado cisura calca— rina, elevado á este rango por ser un surco total con arreglo á la clasificación de His, puesto que produce el calcar ó espolón de Morand en el interior del ventrículo y por su precocidad ontogénica y filogénica. Aparece, según His, bajo la forma de surco precursor al segundo mes embrionario, desaparece luego y reaparece definitivamente del quinto al sexto mes. La forma inicial descrita para esta cisura por Ecker y Broca, constitu- yendo, en virtud de sus ramas ascendente y descendente, el lóbulo extremo 0d gyrus descendens del primero, denominado pliegue polar por el segundo, la hemos observado muy pocas veces, á pesar de considerarla como típica casi todos los trata- distas. ln cambio, su prolongación hasta la extremidad del 374 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (118) lóbulo occipital ¿constituyendo ó no el sulcus extremus de Schwalbe, la hemos visto un número de veces mucho más considerable que el señalado por Giacomini. Este anatómico dice que la citada disposición se ofrece en 5 por 100 de los casos; nosotrosila hemos visto 25 veces en los 60 hemisferios examinados. Por lo demás, la cisura calcarina ofrece formas variadisimas; por excepción es rectilinea, lo más frecuente es que sea curvi- línea y cóncava hacia abajo, pero presenta también ya la forma angular, ya la flexuosa, en S 6 en T simple ó doble y con Ó sin ramas ¡colaterales, siendo esto último lo que, se observa el mayor número de veces. En alguna ocasión la he visto muy oblicua, nunca vertical, y no he podido comprobar las observaciones de Giacomini respecto de las relaciones exis- tentes entre esta dirección, la formación del espolón de Morand por la cisura perpendicular y la microcefalia. Por último, de acuerdo con la opinión de Cunningham, su terminación la hemos visto unas veces en la cisura perpendicular interna y otras siendo ella la que efectivamente se prolonga hasta la incisura que separa en la circunvolución límbica el pliegue cúneo-limbico del occipito-límbico derivado de 0?. Los surcos transversales del lóbulo occipital se observan con mucha frecuencia; apenas hay hemisferio que no presente alguno, y en varios casos son más de uno los existentes. Estos surcos se deben á modificaciones de los ántero-posteriores ú bien á la aparición de surcos nuevos que segmentan una determinada región del lóbulo. Entre las variedades que tene- mos registradas cuéntanse: La división en 7 de o! ó su disposición angular, que tam-= bién es frecuente. La continuación de 0? con /! formando su totalidad un surco curvilíneo. La existencia de surcos sinuosos entre los ántero-posteriores. La anastómosis en 4/7 de 0* y o!. La división estelar de 0?. Los que separan las circunvoluciones transverso-occipitales cuando éstas existen que, Ó son sinuosos é independientes, ó curvilíneos y continuos con alguno de los ántero-posteriores. 2 surcos que segmentaban 0? y Of. 1 que dividía 0? y 0?. (119) Pelaez Villegas. —CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 315 1 que interesaba 0”. 4 que interesaban 0* y 0*. 1 que dividía O!, 0? y 0*. l angular que interesaba 0” y 0”. Varios oblicuos y confluyentes, ya á la incisura sagital de la cisura perpendicular, ya á algún otro de los surcos que representan esta misina cisura en la cara externa. Por último, aleunos otros semejantes á uno 6 varios de los citados. WE CONCLUSIONES GENERALES. 1.* Conviene persistir en las observaciones relativas á la corteza cerebral del hombre, pues aunque en este capítulo de la morfología encefálica se han hecho ya interesantes y exten- sos estudios, aún queda por señalar con exactitud el tipo de la disposición actual, los tipos derivados que éste comprende y las conjeturas que puedan deducirse de los mismos sobre el antepasado y el futuro. 2.* Estas adquisiciones cientificas sólo se obtendrán cami- nando las investigaciones morfológicas paralelas con las de histología topográfica y con la experimentación y observación fisiológicas y armonizando todos estos conocimientos con las perseverantes y extensas indagaciones de embriología y ana— tomía comparadas. Dentro del tipo humano el estudio mera- mente antropológico de la corteza cerebral, el profesional, el sexual, el del género de vida, el de los hábitos orgánicos y el de los sociales, el familiar y el constitucional, diatésico, etc., pueden dar mucha luz para las interpretaciones anatómicas del asunto. 3." Convendría introducir algunas ligeras reformas en la nomenclatura córtico-cerebral más aceptada en la actualidad y acordar definitivamente entre los anatómicos las denomi- naciones que hayan de emplearse y las bases para los neolo— gismos que surjan de las nuevas indagaciones. 4.* La cisura de Sylvio ú fronto-témporo-parietal ofrece muchas veces tres ramas cortas: la supernumeraria obedece casi siempre á alteraciones morfológicas de los surcos de la 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (120) proximidad (diagonal, pre-rolándico, rolándico, post-rolán- dico) ú simplemente á la aparición de un nuevo surco sobre una región próxima á la normalmente ocupada por la rama corta ascendente. La bifidez de todas las ramas ú de cualquiera de ellas, así como el nacimiento de las dos cortas por un tronco común se observa también con mucha frecuencia. 5. La cisura de Rolando ó fronto-parietal, así como las dos circunvoluciones rolándicas, constituyen una de las regiones más variables de la corteza cerebral. En cierto modo podrían estimarse como un lobulillo especial interpuesto al frontal y al parietal. 6.* En el lóbulo frontal cabe admitir, por lo menos, una muy notable tendencia al aumento en el número de las cir- cunvoluciones ántero-posteriores. /M? es la que ofrece más constantes indicios de desdoblamiento, sigue después FP! y ocupa el tercer lugar /F?. F* y PF? parecen casi constantemente constituidas por más de dos circunvoluciones secundarias. La existencia de tres 4 más circunvoluciones transversales ú oblí- cuas en la extremidad anterior del hemisferio es un hecho evidente. El surco fronto-marginal verosímilmente tiene el carácter de cisura interlobular. La región orbitaria quizá cons- tituye un nuevo lóbulo córtico-cerebral. 7.% En el lóbulo parietal existe también una muy notable tendencia al aumento en el número de las circunvoluciones admitidas. La existencia de las circunvoluciones parietales supernumerarias puede recaer en tres puntos: en el territorio del denominado lobulillo parietal superior, comprendiendo la precuña; en el surco interparietal en sentido longitudinal, y en la parte más anterior del mismo surco en el sentido trans- versal. Los lobulillos marginal y angular de 2? deben ser denominados, con arreglo á las indicaciones de Giacominl, temporo-parietales anterior y posterior. 8.* La cisura parieto-témporo-occipital está constantemente representada en todos los hemisferios cerebrales; sobre ella es donde exige reformas con más premura la nomenclatura cór— tico-cerebral. Hay un surco parieto-occipital, otro témporo- occipital externo, una incisura vértico-marginal inferior homó- loga con la sagital y un surco témporo-occipital inferior. Constantemente existen, por lo menos, dos pliegues parieto- occipitales internos, otros dos parieto-occipitales externos, (121) Pelaez Villegas.—CIRCUNVOLUCIONES CEREBRALES. 377 otros dos témporo-occipitales externos, uno 6 dos témporo- occipitales inferiores y dos occípito-limbicos. Nos hemos per- mitido llamar P0e! y P0e* á los pliegues parieto-occipitales externos, asimilando estas denominaciones esquemáticas á las empleadas en la nomenclatura de Broca para las circunvolu- ciones. 9.* Del lóbulo temporal disgregamos la circunvolución del hipocampo, por admitir en el hombre, como en los mamiferos, un lóbulo límbico del cual forma parte dicha circunvolución. T? y T* forman casi constantemente una sola circunvolución, 9, mejor dicho, una región lobulillar con pequeñas circun- voluciones transversales separadas por surcos de la misma dirección. 7! y 7* son, por el contrario, independientes de ordinario, y la última no suele llegar al polo. 10. En el lóbulo occipital sólo cabe admitir seis circunvo- luciones cuando existe surco sagital longitudinal, que es en un reducido número de casos; por lo común la cuña forma parte de 0! y muchas veces de 0! y 0?. Estas se continúan de tal modo con los 20€, que á veces les representan en volumen y dirección; y unidos estos caracteres con la superficialidad de los mismos P0e, constituyen partes completamente no inte- rrumpidas de extensas circunvoluciones parieto-occipitales. En estos casos, O! y 0? suelen estar anastomosadas por un pliegue superficial que forma una gruesa circunvolución occi- pital transversa, y por detrás de ésta existe de ordinario en dichos casos otra ú otras dos circunvoluciones de la misma dirección y aspecto. La cisura calcarina se prolonga ordina- riamente hasta el polo del lóbulo, segmentándole. Esta seg- mentación puede ser producida también por la prolongación polar de otros surcos. 11. La cisura limbica, representada por la sub-frontal, surco sub-parietal, cisura colateral é incisura límbica, consti- tuye un límite evidente entre el lóbulo límbico y las otras partes corticales que le son adyacentes. En esta cisura existe, como en todas, pliegues de paso más ó menos superficiales y numerosos que disimulan su constitución en el hombre. Con ella pasa, desde luego, lo que con las porciones externa é inferior de la cisura parieto-témporo-occipital. Entre todas las circunvoluciones longitudinales existen también pliegues anastomóticos más ó menos numerosos y superficiales, según 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (122) los lóbulos y regiones. El tipo de circunvoluciones indepen- dientes es muy raro. 12. A partir del espacio perforado de Foville y continuando por los labios de la cisura de Sylvio ú por las partes de la cir— cunvolución límbica, puede reconocerse otra extensa circun- volución que forma el limbo total del hemisferio, suponién- dole ligeramente desplegado. De esta extensa orla forman parte la circunvolución frontal tercera, la comisura roláandica inferior, las circunvoluciones parietal inferior, temporal pri- mera, hipocámpica y callosa y la extremidad polar de la frontal primera. Madrid, 11 de Agosto de 18/17. EXAMEN DESCRIPTIVO DEL GRUPO DE LOS HEMIPHRACTUS POR DON MARCOS JIMÉNEZ DE LA ESPADA. (Sesión del 7 de Diciembre de 1898.) Aunque Spix descubriera el batracio, tipo de dicha agrupa- ción más natural que sistemática, y lo publicara el año de 1824 (1) con el nombre de Rana scutata, no llamó la aten- ción de los herpetólogos hasta que Wagler con la especie des— cubierta por el naturalista y viajero bávaro, fundó el género Hemiphractus en la /sis de 1828 (páginas 736-744, lám. x, figuras 1-5) señalando en la diagnosis genérica la presencia de dientes en ambas mandíbulas, caso extraordinario y el pri- mero observado hasta entonces en los Batrachia salientia. Como Wagler, según es fama, aunque la tenía bien sentada de sabio en la materia, hubo de equivocarse alguna vez en otras descripciones, por este sólo hecho los autores de gabinete prefirieron atenerse á la imperfecta é insuficiente de Spix, pri- mero que admitir como cierto un descubrimiento en oposición con los sistemas admitidos en Herpetología; y es lo más curio- so que, antes de decidirse á esta cómoda solución de la duda, á ninguno se le ocurriera consultar 4 examinar el objeto en cuestión, es decir, el único individuo que habían tenido á la vista, tanto Spix como Wagler, y que existía (y aun hoy creo que existe) en el Museo de Munich. (1) Anim. nov. sive spec. nov. testudinum et zanarum; p. 28 y pl. 1v, fig 2. 380 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) No es aventurado suponer que el género Hemiphracius hubiera continuado hasta la fecha proscrito de los catálogos científicos, sin el casual envío de otro ejemplar encontrado por M. Moritz Wagner (viajero cuyos pasos he seguido por alguna de las comarcas ecuatorianas y he dejado atrás en mi ascensión al Izalco) á orillas del Pastasa, río que corre para- lelo al Napo y baña una parte de la región septentrional del alto Amazonas, visitada por nosotros. Dicho ejemplar llegó á manos del sabio Director del Museo de Berlín en un estado de perfecta conservación; mostraba el carácter indicado por Wagler; consultóse entonces el individuo tipo de su género; hLallóse en él igualmente dicho carácter, y como resultado del estudio individual y comparativo de ambos, M. Peters leyó en 27 de Febrero de 1862, ante la Real Academia de Berlín una Memoria interesantísima publicada en las mensuales de ese año (p. 144), en la cual se restablecía el género de Wagler, distin- cvuiéndole al propio tiempo dos especies: una representada en el ejemplar encontrado por Spix, el 1. seutatus; Otra nueva, cuyo tipo era el individuo hallado por Wagner, el 41. fascia— tus. Mas á consecuencia de un nuevo examen atento y minu- cioso del ejemplar antiguo y de las variantes que introducía en el grupo los caracteres de la nueva especie, la primitiva diagnosis genérica hubo de sufrir reformas de importancia, debiendo en rigor considerarse por ellas como autor del género Hemiphractus, tal como hoy corre en la ciencia, á Peters más bien que á Wagler; no lo cree así el autor de la memoria antes citada, sin duda en obsequio de la sinonimia que tantas pruebas de discreción como ésta necesita. La característica del género HZemiphractus según Wagler, era como sigue: Caput ingens, dimidium corporis longyitudine occupans, pectore latius et ex unico quasi osseo durissimo compossitum; occiput sinuatum, ad latera profunde excisum ibique in angulum tym- panum recipiens; dentes in utraque maxilla somiorum culmunt innati; eorum primus utrinque mandibule reliquis longior; den- tes palatini trigoni; lingua orbicularis integerrima, basi tota afiza; nares supere in parva preminentia ossea site; palpebra superior elata, conica (America) (1). O) Syst. der Amph , p.201-5. (3) Espada. EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 381 La que le asigna M. Peters, es ésta: «Cabeza cubierta con un broquel excavado posteriormente “en forma de arco, rodeando como un anillo las órbitas y esco- tado en ambos lados para recibir las grandes membranas del timpano; lengua entera, redonda ó acorazonada, fija todo alrededor; dientes en el vomer y en los palatinos; mandíbula superior con dientes soldados; mandíbula inferior con dientes implantados, de los cuales los anteriores de cada lado son los más grandes; cornetes de la nariz y trompas de Eustaquio muy anchos; cuatro dedos en la mano, un poco achatados, enteramente libres Y reunidos en su base por una membraba natatoria; dedos de las manos y de los pies provistos en su extremo de discos adherentes; sin parótidas; apófisis transver- sas de las vértebras sacras delgadas. Esternón alargado pro- longado, armado de un manubrio. (Con un apéndice en forma de mango.) Añade á continuación que los párpados son blandos y levan- tados en punta solamente en una de las especies y que entram- bas llevan un pequeño apéndice cutáneo puntiagudo en la extremidad del hocico. Indica además, que en vista de la im- portancia que dan al género su sistema dentario y la estructura de la cabeza, debe elevarse al rango de familia con el nombre de Hemiphractide dentro de la sección de las ranas arbóreas (Opisthoglossa platydactyla) establecida por Giinther en los Proc. of the Zool. Soc., 1858, p. 339-348, y en su catálogo de los anfibios saltadores del Museo británico, publicado el año de 1858, La colección de Hemiphractus acopiada en nuestro viaje al Pacífico, y que atendida la rareza de estos batracios y lo que en la clase suponen, bien puede calificarse de preciosa, 6 mu- cho me engaño 6 ha de dar todavía á ese erupo un interés superior al que hasta ahora ha tenido. Cuéntanse en ella cua— tro ejemplares del 17. seutatus, dos adultos y dos jóvenes de edad diferente, y cinco distintos de dicha especie, entre los cuales he llegado á descubrir cuatro nuevas, á mi juicio con suficientes rasgos comunes para formar género aparte: en suma, nueve ejemplares, cinco especies y dos géneros, ele— mentos que ya permiten estimar con más acierto el valor res— pectivo de los caracteres propios de este grupo y establecer sobre base más ancha la categoría que le corresponde. Expon- 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) dré de la manera más clara y metódica que se me alcanza, el fruto de mis tentativas con ese objeto. El habitus extraño peculiar de los Zemiphractus, depende principalmente del contraste producido por una enorme cabeza unida á un cuerpo esbelto, á veces enjuto 6 de regulares proporciones y dotado de extremidades largas, delvadas, como por lo general se observa en las /7y/as. No contribuye poco á esa fisonomía la forma y dimensiones de aquella, más ancha siempre que el pecho, tan larga por lo menos como la mitad del tronco y en casos tanto como todo él y con la nuca exten— dida hacia atrás profundamente escutada á manera de media luna y acabando á uno y otro lado en dos cuernos prolonga- dos, piramidales y agudos. En rigor, la estructura de la calavera de los Hemiphractus no es nueva entre los batracios, aunque sus partes exteriores aparezcan con formas originales y raras; los Caliptocephalus, los Zrachicephalus, Brachicephalus, Pyxicephalus, Pelobates pre- sentan en la suya algunas de sus partes conformadas de igual suerte; los Ceratophrys y Trigonophrys y especialmente el Otilo- phus margaritifer (Oxyrhinchus proboscideus), la tienen esen— cialmente constituida de la misma manera, diferenciándose tan sólo en que los dos primeros deben su extraordinario volu- men al desarrollo desmesurado de los huesos de la cara, mien- tras que en los Zemiphractus son los huesos del cráneo los que contribuyen á agrandarle, sin que por eso se entienda que asi en los Ceratophrys y Trigonophrys como en los HHemiphractus todos los huesos del armazón cefálico no concurren con modi- ficaciones notables á la forma general. Pero así y todo el estu- dio de esa región esquelética en los Hemiphractus interesa sobremanera y suministra excelentes datos para su caracterís- tica y en general para la osteología comparada de los ba- tracios. La substancia ósea de que se compone es durísima, com- pacta, homogénea y traslúcida, especialmente en los bordes de las crestas y eminencias que suelen accidentar las articu— laciones y láminas exteriores de los huesos, de las cuales las que por su reunión componen la superficie del cráneo y de la cara ofrecen siempre una labor fina, menuda, apretada, regu- lar y semejante en pequeño á la que forman los hoyuelos de un dedal. Dichas crestas y bordes de aristas rectas unas Pi (5) Espada.—ExXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 383 veces, curvas Ó sinuosas otras, presentan comunmente el filo mellado con escotaduras ó ranuras diminutas y poco profun- das, ya irregulares, ya equidistantes é iguales; en cuyo últi- mo caso los espacios enteros que dejan entre sí son redondea- dos Y granulosos é imitando en conjunto un cordoncillo. Los cambios d diferencias más principales que en su figura y conexiones ordinarias experimentan los huesos, cambios y diferencias no muy difíciles de reconocer, gracias á la delga- dez de la piel, aplicada además en mucha parte sobre todos ellos, son los siguientes: Los maxilares están dilatados en sentido vertical y su borde superior se suelda posteriormente con las dos ramas anterio- res del timpánico 6 cuadrado: hacia el medio, con el palatino inmediato, y anteriormente, con el extremo superior de las prolongadas apófisis ascendentes de los intermaxilares, sin perjuicio de las articulaciones que ordinariamente presenta en sus extremos con el timpánico é intermaxilar respectivos. Estos huesos así reunidos contribuyen á formar la mitad externa del contorno circular de la cuenca orbitaria que pro- tee inmediatamente el hemisferio inferior del globo del ojo á contar de las comisuras de los párpados. Los nasales se ensan- chan posteriormente para seguir formando, junto con el borde interno y superior del etmoides, parte del circuito interior de la cavidad orbitaria hasta encontrarse con los frontales, dila- tados de un modo extraordinario y convertidos en una extensa placa, cuyo canto externo, avanzando hacia el centro de aque- lla cavidad y reduciéndola más y más, se acerca, y á veces se suelda, á la parte anterior de la rama horizontal del timpánico. Los palatinos, modificados al tenor de los huesos en que se apoyan y en relación con la anchura de la boca, llevan ade- más aristas robustas, cortantes y levantadas, las cuales imitan en relieve sobre la parte anterior del paladar la figura de dos vv ( N 7 Jrencidas y Opuestas por el vértice, pero sin Lo) (0) que los trazos, colocados uno delante y otro detrás de los agu- jeros de los cornetes nasales, lleguen á tocarse. De semejante disposición resulta: una arista transversal interrumpida en el medio y prolongada hasta el mismo borde interior y dos obli- cuas que parten de aquel punto dirigidas hacia adelante y hacia afuera. +81 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) El hueso timpánico, con su desmesurado desarrollo y anor— males proporciones, es el que más contribuye á dará la cabeza de los Hemiphractus su fisonomía característica. El vástago (0 rama) vertical (6 descendente) de ese hueso en el extremo libre ó inferior y punto de articulación con el maxilar, pre- senta una apófisis laminar que ocupa el ángulo agudo forma- do por ambos huesos al articularse. Una expansión análoga, pero más desarrollada, dilata hacia adelante y hacia abajo dicho vástago ó rama en su extremo superior y punto de unión con el vástago horizontal; esta lámina llena el ángulo recto comprendido entre dichos vástagos y se dirige de arriba abajo en busca del maxilar; su borde antero-superior se ade- lanta hasta soldarse con los huesos que ya he dicho forman con el maxilar el contorno exterior de la cuenca orbitaria. La rama horizontal del timpánico, dispuesta con respecto á la vertical como el trazo superior de una T, forma una arista saliente que corre desde el extremo de su apófisis posterior hasta la comisura de los párpados; un surco más 6 menos hondo la separa a veces de la otra rama. La apófisis posterior, que por lo general en los anuros es deprimida como una espátula y subtriangular, en los /Zemiphractus se prolonga hacia atrás de un modo considerable; desarróllanse en ella tres grandes face- tas: una horizontal, que se continúa en el plano superior del cráneo y dos verticales reunidas posteriormente en un ángulo agudo, cuya arista termina por arriba en la punta de la apófi- sis; la faceta horizontal y la lateral interna pasan sobre la cavidad orbitaria como el arco de un puente y se articulan ó sueldan á lo larg'o del borde externo del frontal y con el parie- tal ó con este hueso y la parte posterior del otro solamente (1). La margen anterior de la faceta horizontal constituye por sí sola, 6 4 medias con la del frontal, el contorno posterior de la cuenca orbitaria y el ángulo diedro de filo curvo que resulta del encuentro de esta faceta con la lateral interior, representa (1) El O iloghus margaritifer de Cuvier (Ozy+hynchus proboscidens) especie muy conocida, por lo cual aludo á ella preferentemente, ofrece una estructura análoga en la porción ántero superior del timp nico y en los frontales; estos pasan sobre las órbitas y se sueldan a! timpínico, el cual en su borde externo forma una cresta muy levantada; debajo de ella y al lado de la cara estín las aberturas anteriores de la cuenca orbitaria; la posterior corresponde también a' agujero timpínico occipital, de que después se hablará y que igualmente existe en los Hemishractus. (1) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 385 á cada lado de la nuca un tercio del seno profundo y arqueado en que esa región posterior de la cabeza termina; el tercio intermedio está formado á expensas de la cresta lambdoidea que llevan los parietales, saliente, cortante y volada por cima del occipital, cuyos extremos se sueldan por completo á las facetas horizontal é interna del timpánico y cuyo filo se conti- núa en la arista de las mismas. De este modo la canal ó larga fosa abierta en que termina por detrás sobre las temporales, la gran cuenca orbitaria de la mayor parte de los Anuros, en especial los Raniformes é Hileformes, queda convertida en un agujero redondo de gran diámetro que pudiera llamarse tim- pánico occipital, por el sitio que ocupa entre el agujero de este hueso y el tímpano; órgano que á causa de la excesiva longi- tud y marcado relieve de las ramas del hueso que le sostiene, aparece incluído en ellas de una manera más manifiesta que en los otros batracios. Pero esta disposición no es peculiar y característica de los Hemiphractus: en los Ceratophrys y Trigo- nophrys y en algunos Bufoninos es asimismo aparente, y basta que la membrana timpánica sea distinta del resto de la piel delgada que cubre la cabeza y enjuta la región parótica, para que en cualquier anuro pueda observarse aquel órgano ocu- pando el lugar que le corresponde. Las ramas de la mandíbula son arqueadas; al cerrar la boca se aplican exactamente á los bordes libres de los maxilares arqueados también y cóncavos. Desde muy jóvenes presentan ya los Hemiphractus todos los accidentes característicos de los huesos de su cabeza. En las colecciones de nuestro Museo hay dos individuos que cuentan muy pocos días de su última edad larvaria y en ellos pueden verse ya las crestas, protuberancias y depresiones desarrolla- das y conformadas como en la edad adulta. Creo que esta cir- cunstancia le distingue de los B24/os, Hylas y Ranas, en las cuales el desarrollo de las protuberancias y crestas óseas corresponde al desarrollo del individuo, notándose de una edad á otra tales diferencias, que Spix, por ejemplo, sólo con una especie, el Bufo margaritifer (Otilophus margaritifer) hizo cuatro: el B. naricus, el nasutus, el acutirostris y el probos- cideus. Lo verdaderamente curioso y excepcional aparte de la forma exterior del cráneo, en los HZemiphractus, consiste en su siste- ANALES DE HIST. NAT.—XXVII. 25 386 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (S» ma dentario, distribuido sobre los maxilares é intermaxilares, vomer, palatinos y mandíbula; para encontrar un ejemplo de esta clase es necesario descender á la inmediata de los peces,. y seguramente esas armas formidables unidas á su enorme boca, anchas fauces y robustos maseteros han de hacer de los. Hemiphractus una especie de fieras de los batracios arbóreos. La figura, naturaleza é inserción, no son las mismas en todos los dientes. Los maxilares é intermaxilares ocupan sus corres- pondientes alvéolos, abiertos en la cara externa de dichos huesos y muy cerca del borde, están soldados á las paredes de aquella cavidad y son cónicos, finos, agudos, transparentes, encorvados hacia adentro de la boca y los más anteriores un poco inclinados hacia la sínfisis intermaxilar. Los que lleva la mandíbula no tienen cavidad propia (alvéolo); separando el labio se ve claramente que forman con el hueso un todo continuo, y más que dientes parecen las puntas aguzadas y triangulares que resultarían al mellar con regularidad un filo cortante; sin embargo, esas puntas no tie- nen el aspecto y la consistencia de la materia que constituye el hueso de la mandíbula, son más transparentes, más duras; y más que verdaderos dientes son una fila de apófisis dentifor- mes, en las cuales las substancias que componen el marfil, y acaso el esmalte, se han depositado comunicándoles dureza y transparencia. El tamaño y figura de todos ellos son iguales menos en el anterior de cada lado que es mucho más alto, robusto, aguzado hacia la punta y está envuelto hasta la mi- tad por una especie de encía. Los dientes palatinos de forma semejante é idéntica natu- raleza y estructura que los de la mandíbula, se hallan coloca- dos en los filos de las crestas transversales y oblicuas de los huesos del mismo nombre, en casos, sólo en las transversales, ceneralmente en ambas á la vez. Tanto entre las series dis- puestas á través del paladar como entre los extremos adyacen- tes de la oblicua y transversa de cada lado, media siempre un espacio vacío; pero en este espacio dichos extremos tienden ú reunirse describiendo cada uno una parte del arco que forma-- rían si llegaran á tocarse; lo cual parece demostrar que á cada palatino corresponde una carrera de dientes transversos y otra de oblicuos 6 sea una de anteriores y otra de posteriores. Los dientes vomerinos se presentan dispuestos en dos series- (9) Espada.—ExXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 387 transversales muy cortas, apretadas y distantes la una de la otra, y enfrente de los extremos anteriores de las hileras pala- tinas oblicuas. También entre éstas y los palatinos propios ante- riores, media un hueco ó escotadura vacía bastante profunda, y las apófisis del vomer que llevan los dientes, envueltos hasta cercu de la punta por el velo del paladar, sobresalen del cielo de la boca mucho más que las crestas de los palatinos. Como los maxilares, los vomerinos son aciculares, seencorvan hacia atrás, y á mi parecer, están enclavados también en el hueso y unidos íntimamente á sus alvéolos. El sistema dentario de los Zemiphractus varía con la edad, pero de dos maneras enteramente opuestas Ú contrarias; es decir, disminuyendo ó aumentando el número de las partes que le componen; lo primero, si desde pequeños tienen ya la armadura dentaria completa; lo segundo, si en esa edad care- cen de palatinos oblicuos ó anteriores. He observado ambos casos comparando individuos que cuentan muy pocos días con otros de la misma especie ú congéneres reconocidamente adul- tos, y, como para comprobar más el hecho, entre los ejempla- res de nuestras colecciones existe uno que se encuentra en la edad de transición, y tiene palatinos oblicuos tan sólo en la arista izquierda. Así, pues, los Hemiphractus, que en su juven— tud llevan toda clase de dientes, carecen en la edad adulta de palatinos oblicuos 6 anteriores, y viceversa; los que durante la edad primera están desprovistos de dichos palatinos, al lle- gar á la edad adulta, se presentan armados del sistema denta- rio con el mayor desarrollo que estos anuros alcanzan (1). (1) Brocchi, que ha estudiado la estructura de los dientes y mandíbulas del Hemi- phractus, confirma mi opinión de que más que dientes son apófisis odontoides. No conozco su estudio sino por la brevísima referencia á él que hace M. G. A. Boulen- ger enel Cat.of the B.S. S. E.del Brit. Mus. lenoro, por lo tanto, si ha fijado su aten- ción, como yo, en que los dientes, ó seudodientes palatinos son de la misma natura- leza que las mandíbulas, lo cual presta notable interés á la morfología de estos órga- nos en los anfibios, particularmente los batracios. En los últimos, el primer bosquejo de aparato dentario se muestra en las apófisis á modo de dientes de sierra en el filo de los palatinos de los Bufos. M. Héron-Royer ha llamado la atención sobre ellos en un estudio publicado en el Bu1?. de la Soc. Zoolog de France, año 1886, pígs. 324-327. Sus observaciones están hechas en individuos de los B. calamita, viridis, vulgaris y mauritanicus. En 1975 lo consigné yo en mis Vert. del viaje al Pacífico (Batracios), como característica del Ozyrhinchus probosciders (p. 179), O. Tsernii (p. 186) y del Bufo chilensis (208). Es curioso y caso digno de estu lio, que las apófisis dentiformes ó falsos dientes de 388 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) La región cefálica, además de las particularidades expuestas ofrece otras de mucha nota en los órganos comprendidos en ella. La lengua surcada de arrugas longitudinales, y cuyo con- torno varía de una especie á otra y con la edad, se encuentra adherida por toda su base al suelo de la boca, quedando libre únicamente una margen muy estrecha, que es, ya entera, ya escotada por atrás, 6 truncada por delante; esta margen llega á tocar por los lados á los bordes internos de la mandíbula en su tercio anterior unas veces; Otras, y es lo más general, dista bastante de ellas, así como de la sínfisis de la barba, y aparece colocada en el centro de la parte inferior de la cavidad bucal. Las ventanas de la nariz son sumamente pequeñas, un poco laterales, y situadas entre el ángulo anterior del canthus ros- tralís y el extremo del hocico, equidistando de ambas partes; en cambio la abertura palatina de los cornetes nasales (choa= nas), es grande. Los ojos de tamaño regular y poco salientes, tienen la pupila horizontal, doble, 6 mejor dicho, plegado el párpado inferior, y el superior espeso y lleno de tubérculos, 6 levantado en punta y muy alto hacia el medio de la pestaña; distan del borde del labio otro tanto que su diámetro, poco más ú menos. La membrana del tímpano, oval y grande, presenta su cara exterior Casi retroversa en un plano oblicuo, ú poco menos, que perpendicular al eje del cuerpo, inclinado hacia adelante y paralelo á la rama inferior del hueso timpánico; en los jóvenes es más grande, respectivamente, que en los adul- tos; su diámetro mayor es siempre el vertical y equivalente, con corta diferencia, al de los ojos en los segundos. La aber- tura de las trompas de Eustaquio, es del mismo diámetro que la de los cornetes nasales ú choanas. los Hemiphractus sólo se encuentren en la mandíbula y huesos palatinos (donde se inicia el sistema dentario de los batracios), y nunca ea los vomerinos y esfenoidales, provistos generalmente de dientes verdaderos ó alveolares. El formidable desarrollo de las armas dentarias de los Hemiphractídeos explica satis- factoria y claramente el hecho de haber yo encontrado en el estómago de un /ZZ. scu- tatus (ó divaricatus, como quiere M. Boulenger), la pierna de otro batracio (Hylida?) cortada por el muslo como con una sierra; y que por consiguiente me autoriza á ase- gurar que no siempre los batracios engullea la presa intacta, sino que cuando cuen- tan con medios para ello, la dividen, preparándola y acomodándola á una más fácil digestión, como hacen los mamiferos insectivoros y fieras. No creo que nadie haya reparado en esta excepción y desearía que constase, porque es sumamente curiosa y única, hasta hoy (que yo sepa), entre los anfibios y reptiles dentados (1) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 389 Aparte de la esquena d espinazo, que levantan á lo largo del dorso las apófisis espinosas y de la pequeña dilatación del ex- tremo libre de las últimas transversas, y correspondientes á la región sacra, el tronco nada ofrece de notable; pero dicha dila- tación es de tener en cuenta, porque no es común, según creo, en esa proporción, entre los anuros; por lo general, 6 es mu- cho más ancha, como en los Bufos y algunos Raninos, 6 no existe; aquí tiene la forma de una cucharilla, y la apófisis en— tera se asemeja á un dedo de /7yla con el disco terminal un poco ensanchado al través. Me ha parecido ver en las manos de los Hemiphractus una conformación semejante á la que distingue la de los Pelod7yas y los pies de las PAyllomedusas. Los dos dedos primeros de aquellas, ó sean los más internos, son oponibles á los dos res- tantes, los cuales, merced á la excesiva longitud de sus huesos metacárpicos aproximados, paralelos, reunidos el uno al otro en toda su extensión, representan la parte fija de la mano con- trastando con la movilidad de los oponibles, en particular del interno, separados entre si, y del par externo é insertos más cerca de la muñeca y muy por bajo de la articulación baxilar de las primeras falanges de dicho par externo. En cuanto á su tamaño respectivo, es de observar que el interno y el externo son próximamente de igual longitud, el segundo el más corto, y el tercero el más largo de los cuatro. Todos son deprimidos, más ó menos, y tienen la piel que envuelve la última falange dilatada y dispuesta del mismo modo que en las Hy/as, esto es para adherirse á las superficies lisas. Las palmas están sembradas de tubérculos 6 prominen- cias redondeadas; en la base del dedo externo existe siempre una más desarrollada que las restantes, y en las articulaciones de las falanges, excepto la última, llevan constantemente pro- tuberancias lisas y globulosas. Las extremidades abdominales poco presentan de notable; sus cinco dedos, que son bastante achatados, aumentan progresivamente de longitud, como en la inmensa mayoría de los anuros, desde el primero al cuarto, y el quinto tiene la misma que el tercero; la salida, saliente ó protuberancia del hueso cuneiforme apenas se nota; del falso talón, 6 metatarso, parten cuatro ú cinco series de tuberculi- llos que van á perderse sobre las falanges; las últimas llevan el aparato de adherencia como en las extremidades torácicas; 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) el pulgar una protuberancia alargada en su base; el resto de la planta del pie es enteramente lisa. La envoltura cutánea de los Hemiphractus, presenta también modificaciones de alguna importancia, comunes á todos ellos. Su región inferior ó es lisa 6 sembrada de tubérculos glandu- losos poco salientes, de tamaño variable, en forma de ampo- llitas, frecuentes en los costados y abdomen, no tanto en la cara inferior y posterior de los muslos, garganta y pecho. So— bre este último, alguno que otro se prolonga á manera de pe- zoncillo. Su región superior, la más interesante, en la cabeza es de dos maneras, Ú lisa cuando es lisa también la superficie del cráneo y cara, y aplicada por igual á los huesos, cuya labor deja ver debajo de ella 6 tuberculosa y pegada solamente á las crestas y protuberancias de la calavera, cuando ésta las lleva. En ambos casos es delevada, más densa y rugosa en torno de la región parótica, y en el hocico se prolonga en un pliegue foliáceo de forma, extensión y longitud, variables. Si el borde posterior arqueado de la nuca y las apófisis timpánicas se encuentran con la coronilla y frente en un mismo plano hori- zontal, la piel de la cabeza pasa á la del tronco arrugándose al través, detrás de las apófisis timpánicas; pero si éstas y la nuca levantan mucho, parece como colgada de dichas apófisis y suele prolongarse posteriormente por medio de un apéndice puntiagudo y flexible como el del hocico. La piel dorsal puede considerarse lisa, Ó casi lisa, pues las verruguillas, cuando existen, son poco salientes y muy esparcidas; en los costados y alrededor de las axilas es floja, rugosa y despegada del cuerpo. En las extremidades las dos regiones, superior é inferior, aparecen siempre separadas por un reborde y margen de relie- ve más 6 menos marcado, formado por la piel, y cuyo filo, en- tero, sinuoso ú dentado, se extiende generalmente por el borde externo de las manos y pies, y á veces continúa á lo largo de los dedos, contribuyendo á ensancharlos ó á que aparezcan más planos de lo que son en realidad. Junto al calcañal existe constantemente un pico ó festón triangular, más grande que los otros y prolongado á manera de espolón. La superficie que por encima limitan en las extremidades torácicas y abdomina- les los pliegues laterales de la piel, está generalmente erizada de tubérculos de dos clases: bajos y redondeados, 6 altos, agu- (13) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 391 dos y cónicos Ó apiramidados. Unos y otros tienden á dispo- nerse en series á través del antebrazo, muslo, pierna y tarso; pero es más ordinario que sólo los mayores se dispongan con esa regularidad, y que los menores aparezcan esparcidos sin orden en los brazos y antebrazos, corriéndose por el dorso de la mano hasta cerca del extremo de los dedos, y en los muslos y piernas, alternando con los grandes en otras filas paralelas. Todas estas partes salientes del pellejo, á semejanza de lo que en otros batracios sucede, es probable que varíen con la edad y acaso con la estación; por lo tanto, sospecho que los «caracteres tomados de su forma y tamaño han de ser de poco valor. Sin embargo, el que falten y existan, siquiera sea indi- -«cadas, y su dirección con respecto al eje de las extremidades, no deben, en mi concepto, despreciarse en la característica es- pecífica; así como creo que su frecuencia y la de las prolonga- ciones marginales y apicales, la disposición alternativa que guardan y el ocupar siempre la linea media de las zonas obs- curas transversales, adorno constante de las extremidades pos- teriores de los HZemiphractus, son rasgos propios de las especies «de este grupo. Ahora bien; de atenerme á los caracteres que de su examen general acabo de deducir, no puedo por menos de proponer la reforma de la diagnosis del sapientisimo Hern Peters en su Memoria. Cierto que deben conservarse los más principales de aquellos caracteres, los que en realidad distinguen en ella á estos anuros de los otros hileformes, y aun de todos los de la clase; pero respecto á los de segundo y tercer orden, cuyo con- junto tanta importancia añade á los primordiales, contribu— yendo á que sea verdaderamente natural el grupo sistemático que con estos se establece, creo que dicha diagnosis se encuen- tra en idéntico caso que la antigua de Wagler en presencia de los nuevos datos que obligaron al sabio profesor de Berlín á modificarla. Fundado, pues, en estas razones, y abundando además en la opinión de M. Peters acerca de la categoría que á este grupo corresponde entre los Opisthoyglossa platydactyla de Gúnther, me atrevo á proponer que figuren con el rango de familia en una sección de igual categoría que las de los Hyli- na, Micrhylina é Hylaplesina, junto á los Pelodryas y Phyllo- medusa, pues el carácter de su sistema dentario es de igual valor que el distintivo de cada una de esas tres secciones. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) [JU] Qe] 130) Hemiphractina. Dentes maxillares atque mandibulares; auris perfecta. Hemiphractidee (Peters). Caput premagnum, durissimum, galeatum ad instar Cerato- phiydii constructum, pectore latius, apophysiis tympanicis posti- cis admodum acuminatis triedris occipucioque profunde arquato; dentes palatini et vomerini; maxilares, innati, aculeati; mandi- bulares et palatini impositi, sub-conici; primus utriusque mandi- bularum valde robustus aduncus, ceteris longior; lingua basi tota apiza, longitudinaliter sulcata; tympanam ovale, grande, relro- versum; meatus tube Bustachii admodum patuli; nares minutule, eavrun rima palatina magna; digiti omnes apice adherente; anti- pedes tetradactyli; digitus primus secundo longior, tertio et quar- to oppositus; pedi parum palmati; palpebra superior aut elata aut tuberculosa; pupilla horizontalis; cutis tuberculosa, appendi- culata; processi transversi, vertebre sacralis extremo paululum dilatati; parotide nulle. Prosiguiendo el estudio comparativo de los ejemplares que constituyen la colección de nuestro Museo, hallo todavía, antes de pasar á distinguir las especies, otros caracteres, bastantes, á mi juicio, para separarlos en dos géneros. Son los del uno de ellos: la forma y proporciones del cuerpo semejantes á los de los Bufos; la cabeza casi tan grande como el tronco, entera- mente lisa, de frente cóncava, convexa en las regiones maxi- lar, malar y temporal, y con la occipital, incluso las grandes apófisis timpánicas posteriores, al nivel de la frente, Ó sea en un plano horizontal, con los frontales soldados á todo lo largo del borde interno de la porción antero-superior del timpánico, y cubriendo, como una bóveda, la cavidad orbitaria, de la cual queda abierto solamente un espacio circular con el perímetro muy inmediato al globo del ojo, opuesto en línea recta al agu- (1) Al escribir este estudio llevé por guía la clasificación de los Batracios adopta- da por M, Gúnther en su catálogo de 1858, y que|no sigue el Sr. Boulenger en el suyo de 1€: 2, 2 (15) Espada.—EX24MEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 393 jero timpánico occipital y situado lejos de la nuca, cuyo filo presenta granulaciones y escotaduras bien marcadas; el siste- ma dentario, completo en la primera edad, en la adulta falto de dientes palatinos anteriores y con la distancia que separa los posteriores ú transversos de los vomerinos, igual á un ter- cio de la longitud de una de las filas que forman esos segun- dos dientes; la lengua transversa reniforme tocando á la man- díbula en el tercio anterior de ésta, truncada anteriormente en los adultos, circular, pero muy próxima á la sínfisis de la bar- ba en los jóvenes; las narices oblongo-prolongadas y oblicuas, con su abertura palatina redonda; la membrana del tímpano algo oblicua con respecto al plano de simetría perpendicular de todo el cuerpo; el párpado superior levantado en punta; las manos, que son proporcionadas y robustas, de dedos cónicos, rollizos, casi libres ú reunidos en la base por corta y gruesa membrana, y con el extremo tan poco ensanchado que la dila- tación de la piel no sobrepasa el diámetro de la penúltima fa- lange, pareciendo dichos dedos, más que dilatados, prolonga- dos por dicha expansión, lo cual sucede igualmente en los de— dos de las extremidades abdominales, que están reunidos en la base por una membrana muy corta y algo menos gruesa que la de las manos. Los caracteres del otro género consisten: en la traza y pro- porción del tronco y extremidades esbeltas y largas, sobre todo las últimas, y semejantes á las de las Hylas; en la cabeza (cuya máxima longitud iguala á la mitad del tronco) llena de crestas, siendo las más notables y salientes: la que realza el borde posterior profundo y arqueado de la nuca y el externo y lateral de las apófisis timpánicas, levantadas las unas y la otra considerablemente sobre el plano horizontal del dorso: la que limita por atrás la cuenca del ojo y corresponde al borde anterior de la parte del hueso timpánico, que pasa como un puente angosto sobre dicha cavidad y va á articularse con una porción del frontal y con el parietal respectivo; la que lleva cada frontal en el canto libre que encierra un trozo del circuito de la cavidad orbitaria, paralelo al eje longitudinal de la cabeza; las qué esos mismos huesos presentan sobre el canthus rostralis, reunidas en ángulo hacia las aberturas de la nariz y á las otras dos paralelas, figurando cuatro lados de un pentá- gono; la que cerca de la nuca y opuesta al ángulo rostral y 394 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) regular, interrumpida por dos espacios, cierra imperfecta— mente ese perímetro de cinco lados, cuyo centro ocupa una protuberancia de más ó menos relieve, pero visible siempre; y por último, la que partiendo un poco más abajo del punto de reunión de las dos ramas horizontal y descendente del timpá- nico y dejando un surco entre ella y el borde lateral externo de dicho hueso, corre oblicuamente por debajo de la órbita, cada vez menos pronunciada, á perderse cerca de la margen libre del maxilar. Asimismo son caracteristicas la irregularidad del contorno de la cuenca orbitaria, semicircular anteriormente y posteriormente casi cuadrado, próximo á la nuca y distante del hemisferio posterior del ojo; el sistema dentario incompleto en la primera edad, completo en los adultos y con los dientes del vomer separados de los palatinos transversos, otro tanto que la mitad de la longitud de una de las filas de estos últi- mos dientes; la lengua discoidea 6 suboblonga, entera y situada en el centro de la boca ú de manera que la margen no llegue á tocar nunca al lado interno de la mandíbula; las ventanas de la nariz redondas y con los agujeros palatinos oblongos; la membrana dei tímpano, cuyo plano retroverso casi por com= pleto es perpendicular al plano longitudinal de simetría de todo el cuerpo; en los párpados, ora levantados en punta sobre la pestaña, ora con ésta entera y redonda y simplemente tuberculosos. El tronco además muestra la esquena vertebral mucho más saliente que en el género anterior; las extremida- des torácicas llevan unas manos flacas con los dedos planos, nudosos y muy prolongados, pues medidos desde la base de la muñeca á la punta del más largo, tiene dos veces la longitud del antebrazo, distínguense en ella perfectamente la parte fija y casi inmóvil que forman los dos dedos externos y de mayor tamaño, y la parte versátil y oponible á la anterior, por lo me- nos en el dedo interno, estructura que recuerda las manos de los camaleones; las últimas falanges se encuentran ensancha- das por un disco de adherencia muy desarrollado, chato y con el diámetro mayor transverso; disco que llevan también las extremidades abdominales, pero generalmente algo más redu- cido. La piel en la cabeza no es lisa; presenta tubérculos por lo común de poca altura, independientes de las elevaciones óseas que cubre; en el pecho las papilas son largas y mamilares; los apéndices que suministra en las cúspides timpánicas y en el (17) Espada. —ExXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 395 hocico son siempre comprimidas; su coloración es análoga á la que ofrecen ordinariamente los batracios arbóreos. El primero de estos dos géneros corresponde al fundado por Wagler con la Rana scutata de Spix, puesto que, compren- diendo solamente esa especie, vuelve con nueva diagnosis á los límites que ese sabio herpetólogo le asignó. Hé aquí la frase característica que al presente me parece convenirle. Hemiphractus (Wayler). Habitus bufoniformis; caput leve, latissimum transversim con- vezum, fronte concavd, dimidium corporis longitudine occupans; dentes palatini transversim solum dispositi; lingua reniformis, margine laterali mandibulis tangenti; tympanum obliquum; nares ovales, oblique, earum meatus palatinus rotundus; hirquus circularis a nuca remotus; digiti omnes subplanis, apice tantum elongato, palmá brevi et crassa connadtis. Hemiphractus scutatus, Spiz. A. palpebrá superiore accuminata; artubus anticis ex cubito pone solum exertis; tuberculis brachialibus in series obligwissimas fere longitudinales dispositis, perisceliis cruralibus tribus trans- versis plus minusve elatis femoralibus atque tarsianis partibus extremis tantum relevatis; margine cutanea antebrachiali externa et ad latera utraque tarsi expansa prominente husque ad apicem digitorum obducta, genibus crista coriacea ornatis, papillis gas- treo insitis granulosis. Supra plumbeo-cinerascente vel palido so7- dido; circuito orbitario infero albido ex bruneo intenso trimacu- lato; subtus fusco artubus dilucioribus favicantibus; tenia lata, recta. cana, limbo obscuro a mento usque ad dimidiam pectoris decurrente; axillis el inguibus, ante poneque femoribus ex fusco et aldescente marmoradtis. 1824.—Rana scutata Spix (Spec. nov. Testud. et Ran., pág. 28, pkarv;g7 2): 1828. —Hemiphractus Spizi Wagler (Isis, pág. 743, pl. x, figu- ras 1-2). 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) 1830.—Hemiphractus Spixi Wagler (Naturl. system. der Amphi- bien, pág. 204). 1862.—Hemiphractus scutatus Peters (Mem. mens. de la Acad. de Berlín, pág 144, pl. 1, fig. 1-5, pl. 11, 1-4). La cabeza del 4. scutatus, tan ancha como larga, si se cuen- tan las apófisis timpánicas, y sin estas casi una mitad más ancha que larga, no es lisa únicamente por carecer de crestas y protuberancias óseas, excepto en la parte posterior y costa- dos de la nuca, sino también porque en ella faltan los tubércu- los cutáneos; las pequeñas desigualdades que se notan en la piel delgada y uniforme que cubre el cráneo y la cara, son producidas por la labor de la superficie de los huesos, á los cuales se aplica sin adherirse á ellos por completo; lleva, sin embargo, en la punta del hocico, un apéndice coriáceo óÓ sim= ples vestigios de él; sobre la comisura de los labios, en la parte posterior del borde maxilar, dos tubérculos muy pro- nunciados, uno más grande que otro y piramidal, y los párpa- dos, acuminados 6 levantados en punta, están sembrados con regularidad de berruguillas granulosas. La lengua transversal, en forma de riñón úd de habichuela, tiene la mitad anterior de su limbo 6 margen delgado y los lóbulos posteriores más carnosos y algo desprendidos de la membrana bucal. Las narices son ovales, oblicuas, estrechas y muy próximas por su parte anterior. El tímpano elíptico y con el eje mayor vertical y algo más grande que el transverso del ojo, retroverso, aunque no del todo, éincluído en el ángulo posterior del timpánico, se inclina por arriba un poco hacia adelante y hacia adentro. La curvatura de la mandíbula y borde maxilar es muy pronunciada. Es asimismo muy notable en esta especie la amplitud y des- arrollo de las bolsas subcutáneas laterales y axilares al extre- mo de que los brazos sólo aparecen libres de la piel floja, arrugada y desprendida de los músculos desde la parte poste- rior y cercana del codo. Dicha piel, que sólo en la parte pos- terior está bien adherida al antebrazo, forma en el borde cubi- tal un margen saliente y dentado que se corre hasta la punta del dedo externo, y por encima presenta varias series de tu- bérculos más 6 menos levantados y agudos, dispuestos en series muy oblicuas y en ángulos con respecto al eje del ante- 419) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 397 brazo. Sobre la región dorsal, existen esparcidas ligerísimas granulaciones más agrupadas hacia la cintura é ingles. Los tubérculos glandulosos 6 papilares de las regiones inferiores del tronco y cabeza son redondeados, salientes y granulosos. Las extremidades abdominales llevan también la margen cu- tánea que separa la cara superior de las laterales é inferiores, bien marcada y en partes recortada en intervalos puntiagu- dos. Son los más marcados los que figuran en cinta sobre las rodillas, los de ambos lados de las piernas y tarsos. En estos últimos el reborde cutáneo se corre rebajado por detrás del talón y se continúa por los dos cantos externo é interno de los pies hasta la última falange de los dedos. Los periscelis del muslo y de los tarsos constan indicados solamente en los dos externos, y los tres que adornan la pierna son bastante salien- tes y casi perpendiculares al eje de la tibia. La superficie inferior de la piel que prolonga el ápice de los dedos de las manos y de los pies es ligeramente convexa; las membranas interdigitales son gruesas, y aunque ambas muy Cortas, no tanto en las extremidades abdominales como en las torácicas. Su coloración es por encima ceniciento obscuro sucio ó aun pizarra, aplomado ó pardo amarillento térreo; por debajo pardo obscuro, aclarando en las extremidades con amarillo más ó menos limpio, y obscureciéndose en el pecho y gar- ganta, costados, ingles, cara anterior de los muslos y la pos- terior junto á las corvas, con manchas blanquinosas, imitando sobre fondo pardo obscuro las vetas del mármol; manchas alargadas y sinuosas imitan su mismo dibujo sobre fondo Claro en la cara interior de las piernas. El borde posterior de los muslos y contorno inferior del ano, pardo muy obscuro, uniforme. Parte anterior de la cara, mejillas y región parótica y canto de las maxilares, color pizarroso claro; una faja pardo obscura, por bajo del borde de la rama horizontal del timpá- nico; de la misma tinta la parte inferior de las pestañas superiores y labios y tres manchas cuadradas, ya distintas, ya confundidas en una sola angular, sobre el fondo blanque- cino de la mancha en forma de media luna que rodea la mitad inferior de la cuenca orbitaria. Una lista ancha, recta, casi blanca, y en cuyos bordes el pardo obscuro se junta, la gar- ganta y pecho suben notablemente de color, parte desde la 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) barbilla hasta la mitad del pecho ese mismo pardo, alternando regularmente con sus tintes del mismo color, más intenso, forma debajo y en torno de la mandíbula una faja ajedrezada. Bandas Úd zonas obscuras adornan la parte superior de bra= zos y piernas, continuándose por encima de las manos y de los pies, cuyos dedos, manchados enteramente por la más anterior de dichas fajas, son casi todos negros, á partir de la línea con que termina la membrana interdigital. La descripción que precede está hecha á la vista de los cua- tro indicados. Los dos adultos, perfectamente conservados en alcohol, sobre todo uno de ellos; miden desde el periné al extremo del hocico 0,062 m.; el mayor de los dos jóvenes, fresco y de coloración casi intacta, tiene en igual sentido 0,037 m., y el más pequeño, muy decolorado, 0,023 m. Las diferencias que estos últimos presentan, comparados con el tipo adulto de la especie, son los siguientes: En el menor (0,023 m.) el sistema dentario no lleva todavía los dientes palatinos intermedios, la lengua es entera y discoidea y á pro- porción poco carnosa; el apéndice cutáneo del rostro se pre- senta horizontal, tenue y extendido por ambos lados del labio hasta por cerca de la mitad de la mejilla. En el mayor (0,037 m.), existen ya los palatinos intermedios, la lengua es todavía redonda y entera; el apéndice cutáneo del hocico se con- serva horizontal aunque se halla bastante reducido y se acerca á la figura y proporción de los adultos; las manchas obscuras, sub-orbitarias, son en número de 44 5 y la de atrás suma= mente prolongada; la faja que adorna la garganta es muy estrecha, aunque de igual longitud que en los adultos; debajo de la mandíbula en lugar de las bandas ajedrezadas se ven líneas blancas y estrechas. El 2. scutatus vive en un espacio bastante extenso de los bosques amazónicos y sujeto á condiciones climatológicas diferentes. Spix lo halló en las selvas del río Solímoes en la provincia del Pará, nosotros al pie de la cordillera y sobre la parte baja y más al E. de su falda en Archidona y San José de Mote 6 Moti; ahora bien, de Archidona á los confines occiden= tales de la provincia del Pará se encuentran 20 grados geográ- ficos (400 leguas). En Moti y Archidona no lleva esta especie nombre particu= lar; llámanle Zambato como á la mayoría de los sapos, ranas (21) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 399 é hilas. Sus costumbres no deben ser enteramente arbóreas. Los indios me lo traían siempre junto con los Bufo aqua y Oti- lophus margaritifer y los grandes Cystignathus que sacaban debajo de tierra. Quizá pase una parte del año solamente sobre los árboles y el resto viva en la tierra; presunciones que pare— cen confirmar el escaso desarrollo de sus aparatos de adheren- cia, los más pequeños acaso entre los observados hasta ahora en los Ayleformes. Para el segundo de los dos géneros en que he dividido la familia de los HZemiphractus propongo el nombre y la caracte- rística siguiente: Cerathyla (1) Espada. Habitus hyleformis caput cristatum, tuberculosum, fronte pen- tagonali ejus circuito relevato tertiarium corporis longitudine occupans; dentes palatini transversim obliqueque dispositi; lingua integerrima, aut oval aut rotundata, a mandibulis remota: tym- panum retroversum; nares rolunde, edrun meathus palatinus oblongwus; hirquus ante semicircularis, pone subquadrum et a nucá prozimus; y manicule elongate, digitis compressis, nodo- sis, tertio et quarto husque ad basim phalangium confercle coadu- natis, omnibus, nec non in podíis, disco plano transverso amplo Ferentibus: pedes palmá brevi muniti. Entre los cinco individuos comprendidos en la anterior característica me ha parecido hallar las cuatro especies que 4 continuación describo, distintas del MZ. Jfasciatus Peters, el cual, á mi juicio. debe incluirse también en el género Cerathyla. Cerathyla proboscidea, Espada. C. supra minute granulosa; subtus ad lateraque adeo vesicu— losa; capite depresso; lingua oblonga, ante parum truncata; rostro apendice cutanea proboscidea compressa apice bifida, basi dentata (1) Keparás, ó Corniger; Hyla cornigera. El Sr. Boulenger enmienda la forma ortográfica y filológica del nombre Cerathyla. Confieso que tiene razón y que debe escribirse como él lo hace, Ceratohyla y no OCerathyla. 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) producto; mucronibus tympanicis plicá dermoica elongatis; palpe- bra superiore elata acuminata. Esta especie se distingue á primera vista de las otras por sus párpados levantados en punta como en la del género ante- rior y en los Ceratophrys y por una prolongación considerable de la piel de la cabeza, que, á partir del espacio internasal, se eleva, se pliega y se continúa 0,005 m. más allá del extremo del hocico en una cresta comprimida, flexible, coriácea, esco- tada en su borde anterior y con el superior realzado hacia la parte donde empieza á sobresalir del hocico por una crestecilla en forma de dientes de sierra. La cabeza es achatada; su medida desde el centro de la nuca á la punta del hocico es igual á los dos tercios de la del tronco; la nuca y las apófisis posteriores timpánicas, levantan poco; las crestas óseas que dibujan el pentágono frontal, no sobresa- len mucho de la superficie del cráneo: la eminencia del centro es poco saliente, y la arista que corre oblicuamente desde el angulo timpánico hasta la mitad del borde exterior de la cuenca orbitaria, tiene el filo eranuloso como todas las demás crestas cefálicas. La lengua es oblonga, truncada anterior- mente y separada de los bordes internos de la mandíbula. Los discos que dilatan la extremidad de los dedos son muy erandes, chatos, ovales y transversos; los de la mano tienen su diámetro igual á la longitud de la penúltima falange, y en los dedos de los pies son relativamente algo más pequeños; la membrana natatoria de estos, que es muy tenue, llega hasta la mitad de la penúltima falange de los dos externos y el medio, y en el segundo ó más largo, hasta la articulación pos- terior de la penúltima falange. La piel que cubre la cabeza presenta granulaciones muy finas y uniformes; sobre la región sacra es lisa, casi lisa en los tarsos y pies, y sobre los muslos, piernas, brazos y manos, tuberculosa; los tubérculos, por lo general cónicos y agudos, son más grandes y más salientes en los bordes 4 márgenes de la piel que separan las regiones superiores de las inferiores en las extremidades, de manera que dichos bordes parecen ase- rrados d dentados; sobre los muslos, piernas, y aunque leve- mente en los tarsos se encuentran dispuestos en series trans— versales (periscelios), oblicuas, con respecty al eje de los miembros, cuyas series son, en número de cuatro en los pri- fa a Ms (23, Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 401 meros y de tres en los segundos; sobre los brazos y antebrazos no ofrecen en la apariencia esa regularidad. La piel, por debajo, á contar de los repliegues que corren desde las axilas inguinales hasta las braquiales, está sembrada de papilas vesiculosas, grandes y separadas unas de otras en toda la parte inferior de la cabeza, garganta y pecho, donde se ven aleunas en forma de pezón; sobre los flancos hacia el dorso se presentan menudas y aproximadas, así como en el bajo abdo- men, ingles y parte infero-posterior de los muslos; entre éstas hay algunas más grandes, sobre todo las que se encuentran próximas al ano. La parte anterior de los muslos y la inferior de las piernas y tarsos son lisas. El tono general de la coloración de esta bellísima especie es siena obscuro, pasando á morado en alguna de las fajas que adornan la cabeza y que son muy perceptibles en las maxilas y al terminar en el borde superior de la boca; la segunda tinta domina en los apéndices cutáneos de los párpados, hocico y nuca y comisura de los labios; el de siena es muy claro en la garganta, extremo de las papilas y abdomen, obscuro en las espaldas y sobre la región sacra y miembros abdominales y torácicos; la parte superior de estos está atravesada de bandas del mismo color casi negruzco, en cuyo promedio se encuen- tran las series de tubérculos que constituyen los periscelios; estas fajas en la parte anterior y posterior de muslos y piernas, se convierten en manchas que imitan las vetas del mármol. Nada hay comparable á la fisonomía de este batracio cuando vivo; 4 la hermosura de su coloración se une la extrañeza de los adornos cefalicos que se mueven en diferentes sentidos al deglutir el animal el aire en la respiración; los ojos empujan hacia arriba los párpados aguzados; las fauces, al dilatarse, tiran de los repliegues de la piel sostenidos en las apófisis tim- pánicas, y la cresta 0 trompa cutánea del hocico se agita á un lado y á otro. El individuo que poseemos es indudablemente joven, pues sólo tiene dientes palatinos intermedios en una de las dos aristas seas; le obtuve en mi expedición al volcán de Sumaco durante el mes de Junio de 1865. Habita la región interior de la montaña. ANALES DE HIST. NAT.—XXVIl. 26 402 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Cerathyla bubalus Zspada. C.capite subdepresso, subproducto, pentagono frontali eminente, ambito maximo sinuus occipitalis distantia a cuspide tympanica usque ad apice rostri equante, capite latiore; lingua circularis; palpebra superiore rotundata; rostro mucronibusque tympanicis appendicula cutanea donatis; perisceliis tantum cruralibus appa- rentibus. Esta especie es la más corpulenta y al mismo tiempo la más proporcionada de las cinco que se conocen. Su cuerpo es lleno y de contorno ovalado, sus ancas relativamente robustas y la cabeza mide del centro de la nuca al hocico algo más que la mitad del tronco. La superficie de las mejillas, 6 sea de las regiones laterales de la cara, es un poco convexa, mientras que la superior de la región cefálica es casi horizontal. Tiene las grandes apófisis timpánicas súpero-posteriores muy echadas hacia afuera, poco levantadas sobre el dorso del animal, resultando de esta dis- posición: 1.%, que la distancia de la punta de la una á la de la otra es mayor que la anchura de la cabeza tomada entre ambas comisuras de los labios é igual á la que media entre una de aquellas puntas y el extremo anterior de la cabeza; 2.”, que un plano que pasara por dichas puntas y por el ángulo anterior del pentágono frontal sería próximamente paralelo al borde de la boca. La arista timpánica horizontal externa, Ú sea la que forma el lado superior del angulo timpánico, es recta, mayor que el espacio entre la esquina del pentágono que toca a los ojos y el borde posterior de la nuca, y continuada ideal- mente con la cresta del canthus rostralis describe también una línea recta. El filo de las crestas cefálicas es tenue é igual, sobre todo en la nuca, donde las mellas óÓ ranuritas son muy poco marcadas y regulares; la arista que va desde el ángulo del tímpano por debajo de los ojos es poco saliente; en el cen- tro del espacio circunscrito por el pentágono frontal existe una prominencia convexa y de superficie escabrosa; detrás una protuberancia más 6 menos prolongada, paralela al borde de la nuca, que cierra por esa parte dicho pentágono sin tocar á los lados adyacentes; estas dos elevaciones, la central y la DP (25) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 403 posterior del pentágono, están mucho más señaladas que en la especie anterior. Toda la piel que cubre la cabeza es tuber— culosa Y verrugosa, menos en la región superior que en las laterales ú de la cara; aquí los tubérculos más grandes se pre- sentan dispuestos en líneas casi paralelas al eje longitudinal de la cabeza; disposición que se observa perfectamente en el espacio intermedio entre los ojos y el hocico, cuyo apéndice cutáneo es muy pequeño. Los párpados, de borde entero y redondo, llevan tres tubérculos cónicos en fila cerca de la pes- taña; cada uno de ellos es el extremo de otras tres series en las cuales van disminuyendo de tamaño desde el borde hacia adentro; los intersticios están llenos de verruguillas 6 granu- laciones mucho más diminutas. La lengua es perfectamente circular, muy distante de la sínfisis de la barba y colocada en el centro de la boca. La piel del tronco, casi lisa en el dorso y región sacra, pre- senta, sin embargo, en esas partes muy esparcidos pequeñísi- mos tubérculos de escaso relieve, y los dobleces marginales 6 dorso-laterales, apenas arrugados transversalmente detrás de la nuca, concluyen en los cuernos de ésta prolongándolos con un pequeño apéndice triangular y agudo. Las papilas vesicu- liformes que cubren la región inferior del tronco son grandes y esparcidas por la garganta, pecho y vientre, pequeñas y apretadas sobre los costados; detrás de los tímpanos se con- vierten en verdaderos tubérculos, siendo los más levantados los más próximos al borde posterior de ese órgano; en el pecho se ve también alguna que otra papila en forma de pezón. Las extremidades anteriores aplicadas á lo largo y por de- bajo de la cabeza asoman por delante de ella toda la mano y el tercio anterior del antebrazo. Ciñen á éste por encima tres líneas muy aproximadas de tubérculos grandes aguzados como espinas, y en los espacios intermedios hay otros más peque- ños y redondos que se continúan sobre el brazo, la mano y los dedos; el externo lleva en la base una protuberancia compri- mida y poco considerable; las que cubren la palma de la mano son tuberculosas y redondeadas, y llegan sólo hasta la penúl- tima falange exclusive. El diámetro transversal de los discos de adherencia equivale á la mitad de la longitud de la penúl- tima falange del dedo que lo lleva, pues todos los discos no son iguales. 404 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) Las extremidades posteriores dirigidas á lo largo y debajo del cuerpo asoman por el hocico todo el pie. Sobre las partes posterior y superior de las nalgas sobresalen tubérculos gra- nulosos, más frecuentes junto al ano y cerca de las rodillas; la haz inferior de estos miembros es lisa, lisa también la cara inferior de los tarsos y piernas, pero sobre éstas se levantan tres series transversales de tubérculos ú periscelios menos sa- lientes que las que adornan los antebrazos. Las dos márge- nes cutáneas de poco relieve que separan la cara ántero-supe- rior de la ínfero-posterior de los tarsos están muy próximas y presentan los bordes levantados por tubérculos angulosos á modo de los dientes de una sierra. Los tubérculos que cubren la palma de la mano están dispuestos en filas, según el eje de los dedos; el interior presenta en la base una protuberancia más elevada y corta; el falso talón es completamente liso. El color de esta especie es amarillo sucio térreo, casi unifor- me, con visos verdosos y más claro en las regiones inferiores. Sobre las nalgas, las piernas y los tarsos, una tinta de ese co- lor más obscura señala tres fajas anchas y poco marcadas en las primeras, más visibles y en el sentido de los periscelios en las segundas, desvanecidas como en los muslos, aunque más estrechas sobre los tarsos. La C. bubalus es de Archidona, población distante media jornada del puerto de Napo, sobre la orilla izquierda del río de este nombre. Vive sobre las palmas, por lo cual los indios de aquella comarca la llaman macana-hambato, que en idioma quichua vale á 7ana de las palmeras. La adquirí por el mes de Mayo de 1865. Cerathyla palmarum Zspada. O. capite subconvezo, pentagono, regione frontali relevato, dia- metro masximo sinuus occipitalis distantia a cuspide tympanica husque ad nares eqguante, amplitudine capite breviore; lingua orbicularis synphysi mentali parum aproximata; rostro mucro- mbusque occipitalibus appendiculis eutaneis donatis; palpebrá superiore rotundata; perisceliis femoralibus atque cruralidus apparentibus. La C. palmarum es muy parecida á la especie anterior, tanto, que he dudado por algún tiempo si serían las dos una misma; a (27 Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 405 pero su cara y la sección transversal de la cabeza más con- vexas que las de la C. dubalus; su lengua colocada cerca de la sinfisis de la mandíbula, mientras que en la anterior ocupa dicho órgano el centro de la boca; el diámetro del gran seno occipital más corto que la anchura posterior de la cabeza é igual solamente á la distancia que hay de una de sus puntas á las aberturas de la nariz, me inducen y persuaden á distin guirla de sus congéneres con el nombre equivalente al que le dan los indígenas de la comarca donde vive. Además de los caracteres diferenciales antedichos encuen- tro los siguientes: la nuca y las apófisis timpánicas más levan- tadas sobre el plano de la espalda y marcándose muy bien en su borde, más tosco que el de la especie anterior; las escota—- duras que separan las partes de él correspondientes á cada uno de los huesos que contribuyen á formarle; la arista ex- terna de la rama timpánica horizontal dibuja una línea curva, la cual, continuada sobre el parpado con el lado anterior res- pectivo del pentágono frontal, curvo también, pero en sentido inverso, dibuja una S muy extendida; dicha arista es más corta que el espacio comprendido entre el ángulo del pentá- ono que toca á los ojos y el filo posterior de la nuca; lleva asimismo una eminencia oval en medio de la frente, y la pro- tuberancia que cierra por detrás dicho pentágono está poco marcada. Los párpados tienen el borde redondo y son tuber- culosos; los tubérculos están dispuestos en la misma forma y del mismo modo que en la C. vubalus, solamente que el tamaño de los mayores es superior al que tienen en esa especie y me- nos numerosos los pequeños. Los que lleva la piel de la cabeza parecen esparcidos sin orden ni regularidad; no obstante, en- cuéntranse dos mayores que los otros, el primero debajo de la órbita, el segundo entre ésta y las narices. El hocico se pro- longa también en un apéndice corto y cónico. A lo largo y por debajo de la mandíbula, cerca del borde de los labios, ha y diez tubérculos muy visibles, muy regulares y equidistantes entre si, cinco en cada rama; otros dos menores figuran en ambos extremos de la serie; la piel de la región dorsal presenta tuber- culillos muy poco salientes y muy esparcidos, y cuelga de las apófisis timpánicas, detrás de las cuales está arrugada trans- versalmente y suministra dos apéndices puntiagudos que pro- longan el extremo de aquellas. Las ampollitas glandulosas de 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) las regiones inferiores del cuerpo nada ofrecen en su forma y colocación que deba notarse: faltan en las ingles, son más numerosos en los costados, y sobre el pecho algunas adquie- ren la forma de un pezón. Las extremidades anteriores dirigidas hacia adelante pasan de la cabeza desde la mitad del antebrazo; son lisas inferior- mente hasta la muñeca, tuberculosas hasta la penúltima fa- lange de los dedos inclusive. Los tubérculos de más relieve y más aguzados se presentan en dos líneas transversas sobre el antebrazo bien separadas y marcadas: una en la muñeca, otra en la parte media de dicho antebrazo. La protuberancia de la base del dedo externo no es muy saliente, está menos desarro- lada que en la especie anterior. El diámetro transverso de los discos de adherencia ó ventosas equivale á los dos tercios de la longitud de la penúltima falange respectiva. Las extremidades posteriores dirigidas hacia adelante aso- man todo el pie por el borde anterior de la cabeza; son lisas por debajo, tuberculosas en el resto de su superficie; los tu- bérculos mayores marcan más ó menos perfectamente cuatro series transversas 0 periscelios sobre los muslos, y entre estas series se distinguen otras tres mucho menos salientes y for- madas por tubérculos menos altos. Sobre las piernas hay tres periscelios de gran relieve y uno junto á la rodilla de menos realce; como en los muslos, alternan con estos periscelios otros menos marcados. Las series de tubérculos de los muslos son perpendiculares á su eje; las de las piernas oblicuas, respecto al de la tibia. Los tarsos presentan otras cuatro series mucho menos indicadas que en los muslos; la parte saliente del cu- neiforme es casi nula; pequeña la eminencia de la base del dedo interno, liso el metatarso y visible la serie de tubérculos redondeados y dirigidos á lo largo de cada dedo. El color se asemeja al de la C. bubalus; sin embargo, el di- bujo de las zonas más obscuras varía sin apartarse del sistema que se observa en todas las especies del género; cinco espacios de color blanquizco adornan los bordes maxilares, indicando la separación de las zonas longitudinales de la cabeza; fajas de color más ú menos distinto cruzan el antebrazo y la mu- ñneca y se pierden sobre las manos; un dibujo semejante se nota sobre los muslos, piernas y pies; las zonas que adornan los primeros y las segundas, como en la especie siguiente, MR ik EE 29 Espada.—uxXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. — 407 C. Braconnier?, son de anchura y longitud desiguales; las más anchas se prolongan sobre las caras anterior y posterior de dichos órganos; las más estrechas terminan en el borde que limita la sobre haz ó superficie superior de ellos. La C. palmarum es de San José de Moti; la cacé en el mes de Junio; llámanla los indigenas como la anterior y siguiente, Macana-hambato. Cerathyla Bracomnieri Espada. C. corpore artubusque presertim posticis gracilissimis; supra levi, sublus lateraliterque valde vericulosa, vexiculis pilatis; ca- pite subconvezo, valido, rudo; ejusdem eninentits rugosis depres- sis veluti contusis; lingua suboblonga a synphysi mentali remotá; cuspidis tympanicis fere obtusis; ambito earum spatio internares et cuspides equante; rostro appendice cutaneo brevissimo donalo, palpebra superiore rotundata. El cuerpo esbelto, y las piernas sumamente largas y flacas, por una parte, y por otra las crestas cefálicas sumamente des- arrolladas, ásperas y como aplastadas, dan á esta especie su facies caracteristica. La cabeza, tan convexa como en la ante- rior, es más ruda y más escabrosa que las restantes del género y sobresalen en ella notablemente: 1.”, cerca de los ojos las dos crestas que se reunen en ángulo entre las aberturas nasales, formando el canto rostral; 2.”, las opuestas á ese ángulo en la parte posterior del pentágono de la frente; 3.”, el borde poste- rior transverso de la cavidad orbitaria que con el de la nuca forma una canal muy marcada; 4.”, dos espinas levantadas á lo largo de las apófisis descendentes de los huesos nasales; 3.”, el borde externo de la rama horizontal timpánica, que avanza bastante hacia fuera; y por último, la arista ósea, que corre desde el ángulo del tímpano hasta debajo de la órbita, continuándose hasta muy cerca del labio. Estas dos crestas timpánicas dejan entre sí un surco muy profundo, y la hori- zontal, prolongada por cima del párpado con la anterior del pentágono correspondiente al canto rostral, dibuja una línea curva ó arco de círculo. La superficie de los huesos de la cabe- za es más tuberculosa que en las otras especies, está como arrugada en algunas partes y las líneas de las crestas son to- das ellas fiexuosas y melladas con poca regularidad. Las aber- 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) turas nasales son excesivamente pequeñas. Los tubérculos pal- pebrales poco salientes y granulosos; hay tres, sin embargo, aguzados cerca de la pestaña y más salientes que los demás, sobre todo el del medio; y otros tres hacia el interior en línea paralela á la que forman los tres primeros. El hocico termina en un tuberculillo cónico, no mayor que los que lleva en los talones. La lengua es un poco oblonga y de bordes enterísimos, y está muy apartada de la sínfisis de la barba. El tronco es dos veces más largo que la cabeza, medida des- de el centro de la nuca á la punta del hocico. Las apófisis espi- nosas, que son estrechas y bastante agudas, sobresalen todas notablemente á lo largo de la espalda; la piel del dorso es com- pletamente lisa; sólo en la parte posterior de la región sacra empiezan á manifestarse algunos tubérculos redondos, á modo de vejiguillas. Dos pliegues, que están como prendidos detrás de las grandes apófisis timpánicas y arrugados transversal- mente cerca de la nuca, separan la espalda de los costados, y á partir de esos pliegues, desde el mismo tímpano hasta la proximidad de las ingles cubren las partes inferiores infinidad de tubérculos vesiculiformes, muy regulares y muy apretados; los cuales, en la garganta y parte inferior de la cabeza se pre- sentan más esparcidos, así como en el pecho, donde se ve al- guno que otro prolongado en forma de pezón; las ingles son lisas. Las extremidades anteriores, dirigidas hacia adelante y apli- cadas contra la parte inferior de la cabeza, sobresalen del ho- cico desde la mitad del antebrazo. Sus discos digitales tienen el diámetro transverso igual á la longitud de la penúltima falange, y su tamaño se diferencia muy poco del de los corres- pondientes á las extremidades posteriores. La palma de la mano está llena de eminencias tuberculiformes; el dedo inter- no lleva una en la base, larga y comprimida, y la muñeca otra subtriangular más achatada. Toda la piel que cubre la parte superior de estas extremidades hasta la punta de los dedos, es verrugosa, á semejanza de la de los costados; en el antebrazo, no obstante, hay algunos tubérculos levantados y agudos, dis- puestos en tres series transversales poco oblicuas, la primera y la última no muy indicadas, la del medio muy perceptible. El ligero doblez de la piel ó margen que corre desde el codo á la muñeca, está erizado de tres ó cuatro tubérculos cónicos ú (31) Espada.—EXAMEN DESCRIPTIVO DE LOS HEMIPHRACTUS. 409 agudos como los que forman las series transversas sobre el antebrazo. Las extremidades posteriores dirigidas hacia adelante, aso- man por el extremo anterior de la cabeza todo el pie. En la piel que las cubre, los tubérculos ú vesículas se desarrollan irregu- larmente; la parte infero-anterior de los muslos y la inferior de piernas y tarsos es Casi lisa; por el contrario, la posterior de los muslos y contornos del ano, es la más provista de aquellas protuberancias. Los tubérculos de forma cónica y aguda se dis- ponen en cinco periscelios poco salientes sobre las piernas, y en otros cinco apenas perceptibles sobre los tarsos, donde se marcan, en el margen cutáneo que separa la región superior de la inferior, en otras tantas verruguillas redondas. Debajo del orificio anal se ven también otros cuatro tubérculos cóni- cos dispuestos en arco, los dos intermedios más largos que los extremos. La planta del pie es verrugosa; el pulgar presenta en su pulpejo una eminencia semejante á la del dedo interno de la mano; el hueso cuneiforme apenas sobresale al exterior. La membrana interdigital es sumamente corta. Esta especie ofrece una coloración sombría y triste, verde oliváceo, sucio, obscuro; sobre la garganta y pecho y regiones inferiores de muslos y piernas aclara, tirando á amarillenta, y es más densa en la cabeza, costados y partes superiores extre- mas de los dedos. Como en todas las Cerathylas la disposición de las tintas y la manera como se dibujan es a fajas Ó zonas de tono más obscuro que el general del cuerpo; las de la cabeza confundidas hacia el medio de ella en una sola mancha, mar- cadas en los bordes maxilares, donde terminan, en número de cinco á cada lado, dispuestas en sentido paralelo al eje del cuerpo, más señaladamente entre los ojos y el hocico. Seis manchas blanquecinas indican en los labios los espacios que separan dichas fajas. In el antebrazo y la mano se distinguen, con más ó menos claridad, cuatro cintas de diferente anchura, siendo la mayor la que cae junto al codo; cuatro hay también en la sobrehaz de los muslos con otras más estrechas inter- puestas y que alcanzan la mitad solamente de la longitud de las primeras, pues terminan antes que ellas por delante y por detrás de los muslos. Debajo del ano y en el espacio interfe- moral posterior, el color se presenta uniformemente Casi negro. Las piernas están pintadas del mismo modo que los muslos; 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) otro tanto sucede en los tarsos, cuyas fajas se repiten hasta sobre el dorso del pie, como las del antebrazo sobre las manos. Hallé un individuo adulto de esta curiosa especie en Archi- dona por el mes de Abril. Llamábanle los indios del mismo modo que los dos anteriores: macana-hambato 6 «rana de las palmas», con el color de las cuales se confunde enteramente. En San José de Moti, al pie del Sumaco, adquirí un individuo muy joven que me parece pertenecer á esta misma especie. La dedico á M. Serafin Braconnier, en prueba de la considera- ción que me merecen sus sólidos conocimientos en Herpetolo- ga, y como recuerdo, además, de los estudios que acerca de los Hemiphractus hicimos juntos en París, HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, JÁTIVA Y SIERRA MARIOLA EN LOS MESES DE ABRIL, MAYO Y JUNIO DE 1896 POR CARLOS PAU. (Sesión del 3 de Febrero de 1897.) Debí comenzar mis viajes por estos países, conocidos de los botánicos y estudiados por notables exploradores extranjeros, y de mucho me hubieran servido sus tipos, tanto por referirse á especies de localidades clásicas, como por las determinaciones de los naturalistas justamente celebrados por todo el mundo; pero yo, al contrario de muchos, no me juzgué con ánimos para seguir las pisadas de tanto distinguido naturalista, y, temeroso de no obtener el resultado que dichos escritores publicaron, huí por otras tierras, en donde con menos trabajo podía satisfacer cumplidamente mis deseos de ilustrarme. Mi primera exploración se redujo á las cercanías de Játiva. No existe en España, ni fuera de España, un trozo de tierra más reducido, como es el encerrado entre el recinto de sus murallas y el castillo, que sea más rico en especies y en plan- tas. Es preciso verlo para creerlo y formarse idea de esta ver- dad. Es imposible, á no recorrer en todas direcciones el piso, soñar con tan asombrosa riqueza. La tarde de mi llegada (19 de Abril) volví á la posada car- gado de plantas: aquello fué lo que nunca hice. No puedo decir lo mismo de los montes vecinos, pues ni Bernisa (1), (Ll) El Sr. Rouy (Pacursions botaniques en Espagne, «Bulletin de la Société Bota- 412 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) parte oriental del castillo hasta el río que corta á Serragrosa, el Puig (pronúnciase Puch) (1) y centro del valle, que apenas recorrí, más que de paso, pueden darnos formas curiosas en abundancia. Recorrida esta parte en el mes de Abril, salí de Játiva en Mayo para Valldigna, bajando en Carcagente (2): á pie hice los 20 km. que se cuentan hasta Simat, en donde pasé la noche. Al día siguiente salí para el Monduber, subiendo por el rincón del Sirer, camino 6 senda que usan los de Barig (pro- núnciase Barch) hasta la font del Sirer, dejando el camino á la izquierda, en donde las rocas y peñascos separan de tal modo las alturas del valle, que es preciso pasar por la trinchera de que nos habló el veracísimo Cavanilles, situada á 1.000 pies, según consigna en la obra indicada. Bien cargados de plantas descendimos de aquellas frescas laderas para tomar el tren de la tarde y arreglar nuestras recolecciones en Játiva y salir al día siguiente para casa. Volví el día 8 de Junio con intención de visitar la Sierra Mariola, como lo hice saliendo el día 10 para Albaida. Al siguiente, con más de 50 kg. de papel, llegué hasta Agres, en donde, después de almorzar, nos dirigimos á la Foya ampla, herborizando en el Molló del Teiz y Resingle (Cerro de Agres que escribió el Sr. Rouy) y laderas del Moncabrer. Por la ma- ñana del 12 subí al Moncabrer por el darranco de la Carras- queta y aquella noche bajamos á Agres. 1l 13, antes que el sol apareciera en el horizonte, ya estábamos de marcha para tomar el tren en Albaida y, aprovechando los correos de Madrid y Barcelona, descansar en casa. La Sierra Mariola puede ser rica en formas, pero no en plan— nique de France», tomo xxv11, sesión del 27 de Mayo de 1881) le nombra Vernisia; nuestro Cavanilles (Observaciones sobre el reyno de Valencia, tomo 1, pág. 222) escribe Bernisa. (1) Ignoro por qué causa el Sr. Rouy, en la segunda excursión al «río Montesa et cerro del Calvario», llama cerro del Calvario al Puiy. En Játiva no hay más que dos calvarios: uno al oriente, junto á la fuente de los veinticinco caños; el otro al occidente, junto á los muros y á la izquierda del camino real de Almansa. (2) Cavanilles escribe Carcaixent tal como hoy se pronuncia; no sé, ni quiero saber, el motivo de cambiario por Carcagente, porque no dejará de ser una vanidad monteril, como son todas las vanidades. Me parece que habrá algo de lo que sucede con Galicia, pues se avergiienzan de hablar una lengua que es la más dulce y amo- rosa de España. (3) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 413 tas: su fama es tan grande como inmerecida. Exceptuando al- gunos rincones, como el Mo/ló del Teizx, Resingle 6 Cerro de Agres (que por todos estos nombres parece ser conocido), el hondo de la FPoyampla, los peñascos del barranco de la Carras- queta y Moncabrer, todo lo restante no merece la fatiga de una ascensión. Toda la sierra no da una sola especie propia y ex- clusiva de Mariola; puede, sí, descubrirse alguna forma ú va- riedad poco importante y notable. Hasta el mozo que me acom- pañó por Valldigna y Játiva se atrevió á burlarse de la impor- tancia concedida á Mariola. Y el paisaje no tiene tampoco nada de agradable: los montes pelados, las tierras blanquecinas. Entré en el valle de Albaida y salí harto de ver viñedos: vides, vides y siempre pámpanos en todo cuanto la vista alcanza, hasta el pie de los cerros; y fuera de las viñas, tierra blanca. Salí de la ridícula Albaida camino de Agres, cruzando Cova Alta, en dónde parece animarse algo la vegetación; pero en seguida desaparecen las plantas curiosas, sustituidas por esa flora desesperante, tan uniforme y general en todos los calizos montes valencianos. Esperaba ser más afortunado en el valle de Agres y resultaba lo mismo. Ni un árbol, ni un río que rompieran la monotonía del cuadro: los montes pelados; el monasterio pegado allá, en el fondo, como sábana tendida al sol, y el pueblo encaramado al pie de la sierra como mono en una rama. Es preciso para ver bosques subir al Moncabrer. El carrascal de Alcoy es el único: por encima asoman sus puntas los picos de Tibi, Jijona y Agost; más al SE. Castalla, y al SO. las sierras de Biar y Onil. Asomándose por el N. se ve el valle de Muro, de figura triangular, cortado por el río de Alcoy, todo blanco, fuera de la mancha verdosa de las cercanías del pueblo, y tanta blancura no puede mirarse sin anteojos ahumados. Bajé del Moncabrer y dí la vuelta completa á su peñasco; el guía nos esperaba con las monturas á la salida de la umbría, allá en el alto. No me arrepenti de haber realizado la visita. En «los huertos», que llaman los de Agres, rajaduras ú cale- tones del peñón, se defienden contra la sequedad y el ganado multitud de formas que sería inútil buscarlas en otra parte; solamente que es difícil hacerse con ellas, pues se dice que no puede penetrarse en ellos mas que asogado, Después de in- 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) fructuosas tentativas resolví ir al hato y bajarnos todos á Po- yampla. Preparadas las plantas y consumidas las viandas, descendi- mos sin pena de aquellas alturas. Fué el único momento en que pude arrojar fuera de mí la frialdad del alma, poniéndose el sol por Benicadell. Las sombras del valle traen hacia mí mi eterna melancolía, dulce como el sueño. Todo es silencio y soledad á mis pies. Ni el monasterio, que miro debajo, ofende con su blancura. Se enrojece débilmente el horizonte; las flores de la salvia, heridas por los rayos del agonizante astro, cambian el color azul por el róseo. Por fin la hostia de fuego se hunde y desapa— rece tras de Cova Alta, que Benicadell es su mayor cumbre, levantando en mi cerebro recuerdos dolorosos. Doy el adiós postrero á todo aquello, y desciendo en seguida al pueblo, con- siderando que las puestas del sol todas son tristes cuando se encuentra uno ausente de su tierra. Plantas recogidas en esta región, y que por su importancia merecen ir acompañadas de ligeras consideraciones. Thalictrum glaucum Desf.—Orillas de las acequias en el valle de Játiva y cerca de Canals: 8 Junio. Ranunculus Alec Wk. a).—Valldigna: y). Sierra Mariola: 3). Monte del castillo en Játiva: Abril, Mayo, Junio. La forma de Játiva (Abril y Mayo) la doy como variedad imiltiflorus Fregn., por parecerme idéntica á la recogida por mi en Vallvidrera (Barcelona), donde su autor la indica; pero dudo de que pertenezca realmente al tipo R. 41ee Wk. Tam- poco la creo perteneciente al grupo especifico del R. bul- bosus L. En Játiva se encuentran dos formas: robusta y grandifiora la una; más humilde y parviflora la que se encuentra en el lado oriental, al pie de los peñascos y fuera del recinto amurallado. Sarcocapnos speciosa Boiss. Abunda en las rendijas de los peñascos, muros del castillo y murallas del lado oriental; rara en la parte occidental: Abril, Mayo. Mathiola lunata DC. Campos del valle de Játiva, cerca de Canals.—Esta planta se (5) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 415 presenta bajo dos formas, que difieren del tipo por los cuernos laterales del ápice del fruto que son cortos, cuerno central doble más largo, la una: y la otra, por los cuernos laterales brevísimos, derechos, soldados casi en toda su longitud, resul- tando el diente central nulo d casi nulo. En este último caso es cortado. Estas formas no pueden darse ni como variedades, porque en Segorbe se dan en un mismo pie. Hesperis lacimata All. Peñasco del Moncabrer por el lado septentrional; rara. — Junio. No se conocía de la sierra Mariola, y en Valencia solamente se indicaba por Lacaila en Bernia. Erysimum myriophyllum Lge.—E. australe, f. simplex Rouy. —H. curvifolium Jord. ex Rouy (4Yzc. bot., 1879-80). Frecuente en la sierra Mariola á los 1.000 m. de altura. Sinapis Mariolensis. Planta de 30-40 cm. de altura, raíz leñosa; hojas radicales numerosas, runcinadas 6 ligeramente dentadas, de figura tras- ovado-oblonga, largamente adelgazadas en peciolo, verdes, Casi lampiñas; tallos cilíndricos hojosos, hojas estrechas, cortas, bracteiformes: racimo laxísimo, flores pequeñas, blanquecinas, en estado seco amarillentas; sépalos lampiños, de unos 6 mm. Afine á la S. Cheiranthus Koch, y principalmente de la S. montana DC.—De la primera difiere por sus hojas y flores; de la segunda por sus tallos ligeros y elevados y flores más pequeñas. Rendijas del peñasco Moncabrer por el lado septentrional: Julio, 1896. Diplotaxis sazatilis DC. var. Frecuente en el Molld del Teiz (cerro de Agres) y risco de Moncabrer. En la Sierra Mariola se indican tres formas propuestas por el Sr. Rouy bajo intermedia, longifolia y brevifolia, que no son más que modificaciones del mismo tipo, producidas por el asien- to de las especies. En terrenos secos y soleados los tallos son cortos y las hojas lo mismo; en sitios frescos y umbrios sus ta- llos y hojas se alargan, volviéndose éstas más alampiñadas. Los Sres. Porta y Rigo nos dan un ejemplo en su núm. 750, que reparten las formas /ony¿folia y brevifolia en el mismo pliego. 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) La variedad /o2yifolia, de Mariola, también la creo idéntica á la Lagasce. Diplotaxis catholica DC. Monte del castillo, en Játiva: Abril, Junio.—Los ejemplares recogidos en Abril son iguales á los de Sevilla y Calatayud; los del mes de Junio son más reducidos en todos sus órganos, debido al tiempo seco y caluroso del mes. No se ha indicado en el-reino. Erucastrum incamum K., £ dasycarpa Lge. Játiva, márgenes de los caminos de Canals: 8 Junio. Moricandia arvensis DC. Játiva, collados yesosos y ribazos de la carretera de Alcoy. Draba Hispanica Boiss. Frecuente en las rendijas de los peñascos en la Sierra Ma- riola.—Especie sumamente variable por la figura de las silicu- las. Estas formas no podemos darlas como variedades, porque crecen mezcladas; son formas únicamente, á nuestro entender. Alyssum montanum L. Sierra Mariola, más allá de los 1.200 m. de altura. A. campestre L. Sierra Mariola.—Tanto en Valencia como en Aragón es planta de la región montana, y no es frecuente como al parecer supo- nen algunos autores. En la Sierra de Albarracín, en donde se negaba su existencia, fué hace muchos años recogida por don Bernardo Zapater.— En Castilla es frecuente, y en Andalucía parece encontrarse en la región baja. Biscutella levigata L. (grupo). De este grupo específico he recogido tres variedades, y no llevaba intención de recoger ninguna forma á no ser por las indicaciones de los autores (Rouy € Willkomm). Aquí, en Já- tiva, tanto en el cerro del castillo como en el Bernisa, recogió el Sr. Rouy las B. pinnatifida Jord., B. petren Jord. y B. ste- nophylla Dul. Tanto en Bernisa como en el castillo no he podido recoger la B. pinnatifida Jord.; yo logré recoger tres muestras, las más diversas que me parecieron, y todas pertenecen al mismo /1po (de variedad) ú% forma! Tengo por cierto que la verdadera B. pinnatifida de Jordán es diferente en grado sumo á la B. pin- natifida del Sr. Rouy. La B. pinnatifida Jord. forma de sitios secos, probablemente W)) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALEDIGNA, ETC. 417 de la B. ambigua DC. B. lima Rohb. se encuentra en Cata- luña (Moncada, Zremols! y Barcelona, Pujol!), pero no en Játiva! Tampoco puede existir la BP. pelrea Jord. en el monte del castillo, por referirse á forma de las B. pyrenaica Huet. 0 B. co- ronopifolia L., especies de regiones alpestres Ú pirenaicas, pero no de regiones tan bajas como es Játiva. La B. stenophylla Duf. tampoco la pude ver en Bernisa, si bien puede estarlo por haberla visto en Carcagente y Sierra Mariola; pero vi una forma de la B. pinnatifida Rouy, que pudo tomarse por la especie dufoureana: más lampiñas sus hojas. Las B. petrea Rouy difiere de la B. pinnatifida Rouy, por llevar aquellas las hojas inferiores con solo un diente á cada lado, pues la pinnatifida presenta hasta cuatro y son mayores. In lo restante no parecen diferir, é incluyendo la forma de Bernisa también. En la cuesta de Barig' encontró el Sr. Rouy la B3. collina Jord. Ignoro a qué forma puede referirse el Sr. Rouy, pues no recogí en los montes de Valldigna ninguna forma perteneciente á este — género, pero dudo mucho de que la verdadera 2. collina de Jordán se encuentre realmente en dicho sitio, por ser forma de las regiones alpestre ó pirenaica. Es casi imposible. Este año próximo, á mi paso por el valle, procuraré detener me algunos días y buscaré la forma dicha, aunque sospecho que no sea otra cosa que B. /erigata L. 3), latifolia Wilk. Oesterr. bot. Zeitschr., 1891, 6 quizá B. montana Cav. Pueden servir estas ligeras consideraciones como aclaracio- nes á las citas de Willkomm, que coloca entre las «especies » desconocidas para dicho botánico, las tres especies indicadas. (Suppl. prodromi, Fl. Hisp., pag. 333, bajo Species auctori nomine tantum note.) Iberis Tenoreana DC. var.—H. Hegelmaieri Wk. var. Frecuente al pie de los riscos, en la Sierra Mariola.—No he podido ver ni colectar en Mariola más que una forma, á pesar de indicarse las 7. Zagyascana, Hegelmaieri y Tenoreana, especies sumamente afines, seeún las muestras de mi colección. Muy variables se presentan las especies del género /beris y difícil su estudio, por lo cual no me extraña que aleunos auto- res tomemos unas formas por otras. Refiriéndome á Valencia. Aragón y Cataluña, observo que la 7. c///ata Costa no es 7. ci- AÑNALUS DE HIST. NAT.— XXVII. 27 418 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) liata Loscos, ni /. Welwitschit Boiss. € Rt.; son tres especies diferentes. La planta catalana es posible pertenezca á la /. ci- liata AM. y la 1. Welwritschit WilIk., Pau, Reverchon, me parece que es igual á mi /. vinetorum (Not. bot., 1, pág. 21; Willk., Suppl., pág. 295). La 7. Badali Pau (Not. bot., fasc. 11, pág. 11), constituye la I. Lagascana Zap.! « Loscos (Supl. 2.”, pág. 185, núm. 2.613), «semejante al 7. spathulata por su forma y pequeña estatura» (auct.-1aCc.)e BAlhionema ovalifolium Boiss. Frecuente en las rendijas de los peñascos, y principalmente en sitios umbrios de la Sierra Mariola, á los 1.300 m. de altura sobre el mar. Hutchinsia petrea R. Br. 8 granatensis Amo.—H. Aragyonen— sis Loscos £ Pardo? Sierra Mariola: frecuente. Reseda del «Cerro de Agres.» En el Resingle de la Sierra Mariola tenemos cierta forma del ceénero Reseda L. dada por el Sr. Rouy bajo 2. leucantha, y por los Sres. Porta y Rigo (11e7, m1, núm. 102, 1891) como R. betica. Este mismo vegetal lo recogí igualmente en las cercanías de Játiva (cerro de Bernisa, y Valldigna); solamente que la forma de Barig se acerca bastante á la ?. Cayana Boiss., con la cual puede confundirse, no atendiendo á las cápsulas. Mis tres muestras difieren de la X?. etica Gay. por sus cáp- sulas claviformes y leves; y de la RX. /evcantha Heg'elm. por la figura de las cápsulas, dientes, robustez de los tallos y flores tres 0 cuatro veces mayores. La R. leucantha Hegelm. cp. Lange in Willk. et Lge., Prodr. Pl. Hisp., 1, 892 y muestras de mi colección, difiere de la R. Gayana Boiss. por sus tallos tenues, racimos muy densos, flores pequeñas, y sobre todo por sus cápsulas muy peque- ñitas (la mayor no alcanza los 4 mm. de altura). Yo creo que este vegetal valenciano ha de pertenecer al tipo específico de la R. Gayana Boiss., pues aun cuando las parti- ciones de los pétalos sean más anchas y los cortes de la lámina no sean tan profundos, estos caracteres, por lo variables, no pueden tener la fijeza concedida por los autores, y por consi- guiente, no difiere más que por sus cápsulas, iguales en su forma, á las de la R. su/ruticosa Loefl. y flores mayores.—Si (9) Pau. — HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 419 esta forma. mejor estudiada, resultara pertenecer á tipo desco- nocido, propongo el de R. talentina. R. Phyleuma L., forma glabra, integrifolia. Parte occidental del cerro del castillo en Játiva.—No he visto la Reseda aragonensis Loscos « Pardo, tan común en las cer- canías de Segorbe. Helianthemum ledifolium G. (macrocarpum Wk. Sitios incultos junto á los caminos y sendas del castillo ja- tivino. Nora. No conozco el 27. ledifolivn G. Emierocarpum WiUk. Las muestras que poseo de Aragón, Valencia y Castilla la Nueva, pertenecientes al parecer á esta variedad Willkom- miana, mejor estudiadas, las creo derivadas del /7. salicifo- lium P., y las tengo en mi herbario bajo variedad r0bustum Mihi. H. salicifolium P. Sierra Mariola. — El 17. ¿intermediuim Yhib., variedad del H. salicifolium P., no le conozco ni le poseo. Todas las mues- tras que recibí como 2. intermedivin pertenecen al tipo. La muestra de Grazalema, recogida por el Sr. Reverchon y vista por Willkomm (Suppl.. pag. 289), tampoco lo es, según mis muestras. ll pliego consta de nueve pies ó fragmentos perte— necientes á dos especies distintas: los unos corresponden bien al H. salicifolium P. (Wk. ic. tab. 123 A); los restantes á la variedad /7i/oliatum. Esta variedad, por la figura y descrip- ción que conozco del 4. imtermediniin Thib., es más cercana de ésta que del 77. salicifolium P., y difiere de ambas especies por sus hojas florales estipuladas (114/oliadas), cálices verdes, menores, alampiñados, pedunculillos puberulento-estrellados, no pubescentes y vellosos. Debe darse como variedad £170r0c- teatum del 1H. intermedium Thib., y es frecuente en la Bética, desde Sevilla hasta Cádiz. Helianth. glaucumn P. (Aavum procumbens $: A. erectum Willk.) Sierra Mariola, laderas de los montes junto á la «Foya ampla.» H. asperum Lag. (grandiflorum latifolivia WNYkK.)—H. gran- diflorum Rouy! (non DC.) Montes elevados de Valldigna.—Este vegetal es muy varia-- ble por la figura de las hojas. En la sierra de Espadán (Mayo, 1895) es fecundado por el 420 ANALES DIE HISTORIA NATURAL. (10) H. molle (Cav. sub Cisto, 1. class.) y produce el 4. Idubede Mihi hb.= 11. molle x asperum: en Murcia crea, por cruza- miento con el 27. pillosum P., el H. murcicum = H. asperum Lag. Xx pillosum P.= 11. asperum Lag. b) parviflorum Wilk. Los híbridos de esta planta resisten tenazmente á perder los caracteres de la especie pura y a tomar los de la planta extraña. H. mariolense.—H. glauco X pilosum. Laderas de los montes en Sierra Mariola, á 1.300 m. de al- tura. 11 Junio, 1896. Sépalos de 21. pilosum P., hojas de ZP. ylaucum P. H. hirtum P. $ lactiflorum? sierra Mariola. en las vertientes orientales. — Nosotros no. vemos en esta forma ningún producto híbrido, pues no difiere del tipo mas que por sus pétalos blancos ? BH. hirto X pilosum.— H. lineariforme. Césped, tallos y hojas muy parecidos á los del 4. lineare (Cav.) P.; cálices de 27. hirtum P., pero no pelierizados en las costillas. Los cálices son doble más largos que los del 27. pilo- sum y ligeramente rojizos. Sus tallos débiles y casi filiformes. lo permiten distinguir á primera vista del 17. hirtum. Laderas bajas de Sierra Mariola, antes de llegar á la «Foya ampla.» 10-12 Junio. H. marifolium DC. 2) genuina Willk. Sierras de Játiva (santa Ana, Bernisa, Serra grosa, etc.) y Mariola; la variedad 17. dichroum Kze. en Mariola. Os. La forma de Játiva no presenta el margen foliar sin pestaña. Es posible que esto indujera al Sr. Rouy á tomar la planta de Bernisa como perteneciente al 17. dichroum Kze., a pesar de traer lampiño el haz y ser sus hojas más delgadas, pues las del 7. dichroum son gruesas. Orra. A esta especie y variedad la conocen los del país con el nombre de Seche; la usan en cocimiento 6 infusión. A la planta de Mariola la conceden superiores virtudes médicas, diciendo los de Agres: Qui bega aigua de seche, cap nesesital te de meche. ÚLrima. Entre los hibridos que puedo citar existentes en mi herbario, se encuentran los siguientes: -H. Chamecisto X pilosum.—Gea de Albarracín (Zapater). H. polifolio x glaucum.— Monreal del Campo. Junio, 1893. 3. Benedicto. (11) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 421 A. Chamecisto X glaucum.—Idem id. 1895. HA. Chamecisto Xx hirtum—H. hirtum P. 8 procumbens Willk.! —Monroyo, Junio, 1882. Loscos hb.! H. polifolio x Chamecistus.—Castilla la Nueva y Sierra de Albarracín. H. polifolio X pilosum.—Sacanet (1895). AH. piloso X polifolium.—Gea de Albarracín (Zapater): Blan- cas (Almagro). Pumana viscida Spach. var. Barrelieri Ten. sub Felianthiemas. Játiva, en el monte del castillo, 15 de Mayo. También en Segorbe (Abril, 1888) y Castelserás (Loscos!).—HEl Sr. Rouy la da como FPumana viscida Spach. la planta de este mismo sitio. lo mismo que la dimos anteriormente el malogrado Loscos y nosotros, pues las diferencias son tan leves que apenas parece constituir variedad. No estoy conforme con los autores del Prodromus Pl. Hisp. al dar la 7. hispidula Loscos y Helianth. juniperinum Lag. como variedades de la 7. glutinosa Boiss. =P. viscida Spach.. porque, á nuestro entender, constituyen formas pertenecien— tes á tipo especifico distinto. Si tiempos «trás pudieron darse como variedades, hoy dia, dada la manera de establecer la estructura genérica, son inadmisibles. El más escrupuloso. huyendo de estas variedades antituadas, no creo pueda tener inconveniente en admitir la /. hispidula Loscos como sub- especie de la F. viscida Spach., no atreviéndose á tomarla como tipo distinto, por aleuna forma intermedia, que real- mente existe. Según las muestras españolas de mi herbario, debe admi- tirse la F". hispidula Loscos! =Y. levis Willk ! =P. glutinosa Boiss. var. levis Willk. como especie de primer grado y hacer variedad suya (8 Juniperina) el Helianth. juniperinum Lag.. que recogí este año pasado entre Dos Hermanas y Sevilla (21 de Abril), y no conocida en España mas que de la provin- cia de Cádiz. La variedad Helianth. Barrelieri Ten. es nueva para la flora española. Melandrywm macrocarpum Wk. Muy raro en el monte del castillo jativino, en donde no se ha indicado. M. dicline Wilk. 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) Bien merece cuatro palabras esta especie, que me obligó á visitar Játiva, porser la única localidad conocida y no poseerla en mi colección. La planta es rara, y después de recorrer toda la tarde la parte occidental y central del castillo, sin dar con ella, llegué a temer no pudiera descubrirla, lo que me daba mucha pena, por ser la única planta que me llevaba al castillo. Por fortuna logré descubrirla en los ribazos de los garroferales, encima de una de las cisternas abandonadas, hacia el centro de la ver— tiente, pues esta planta no se encuentra en el monte ni en los campos. Sucedía esto en el mes de Abril. En Mayo la vi en el reguero que desde el castillo baja hasta la Fuente de los veinte y cinco caños, subiendo por la senda que nos lleva á la base de los peñascos y apartándose de la muralla. En la planta del castillo, 6 recinto cerrado. es raro encontrar individuos feme-— ninos; fuera del recinto son frecuentes las plantas femeninas. Creo que esta especie está en vías de desaparición; y si aqui, en el país, hubiese aficionados, ya sería difícil dar con ella; por este motivo dejé de arrancar aleuna veintena de plantas, y no traje más de 50 pliegos. Si todos cuantos visiten en lo sucesivo este monte guardan parecidas atenciones, podrá tirar años y más años; pero el día que suelten ganados, la respeten ó no los botánicos, ¡des- aparecerá! Silene Cucubalus Wib.—S. Tenoreana Rouy (non Colla). En el monte del castillo no pude recoger la S. Zenoreana Colla tal como la conozco por muestras del litoral adriático y descripción. La planta de Játiva trae sus hojas tres ó cuatro veces más anchas que las de la S, Zenoreana; mas con todo esto, creo fir- memente que el Sr. Rouy dió esta forma como S. Zenoreana, por haberla recogido en donde dice: «(Parois des grands ro- chers á gauche, versant nord. y» Me veo en la dolorosa necesidad de contar que á mí sus pa- labras me hacen poca fuerza, porque dice, al describir el te- rreno de la primera herborización: «Les champs maigres et les vienes qui, dans Venceinte meme des anciens remparts, s'étendent depuis les derniers maison de Játiva jusquá la base des grands rochers situés au sommet du cerro.» Y aquí no se encuentra hoy ni una viña tan grande como un moque- (13) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 123 ro, ni han existido jamás, según me aseguraron los de Játiva. En la cima de los peñascos y dentro del castillo en el jardín 0 huerto del dueño, se ven algunas cepas 6 parras desde los altos de Bernisa ó Calvario. S. pseudo-Sazifraga Rouy! —8. Sazxifraga L. B Hispanica Roxy (1. class.!). No difiere del tipo, según mis muestras de la Europa cen- tral, mas que por sus pedúnculos no viscosos y carpóforo más largo. Esta misma forma se encuentra en el resto de Valencia y Aragón. La planta catalana lleva los pedúnculos viscosos, pero el carpóforo es largo. : Los demás caracteres diferenciales son de ningún valor, y otros, como el sacado de las brácteas, no los percibo. Es mi parecer, que estamos en presencia de una variación que ni variedad parece constituir. S. conica L. Cumbre de Moncabrer, Sierra Mariola. El Moncabrer y Molló del Teix debieron estar unidos, for- mando una meseta verdaderamente alpestre. El valle de Muro produjo desprendimientos y subidas que separaron estos ce- rros. Hoy no queda más que en el Moncabrer una pequeña llanura y ligeramente inclinada con los caracteres verdadera- mente de región alpestre, á pesar de sus 1.400 m. de altura. Veinte pasos fuera de ella desaparece bruscamente el tipo alpino. Me parece que es la única mancha alpestre que se encuen- tra en la región valenciana, pues Peñagolosa, á pesar de su mayor altura (380 m. ú más), no presenta ese aspecto. El Moncabrer es uno de los escalones en que se apoyaron las plantas andaluzas para llegar á Jabalambre. Tunica sacifraga Sep.—D. filiformis Cav.! Frecuente en las inmediaciones del monasterio Valldigna; Sierra Mariola hasta la cumbre de Moncabrer. Desde el litoral hasta los 1.400 m. de altura. Dianthus Hispanicus Asso.—D. Setabensis Rouy!—D. multi- ceps Rouy! mon Costa!).—P. brachyanthus var. montanus Rouy (e loco!) non auct. Es abundantísimo este clavel dentro del recinto amurallado, y fuera se extiende hasta el reguero que separa los cerros del 424 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (11 castillo del de Bernisa. Recorrí y busqué las especies indicadas por los autores, desde los linderos de los campos hasta las cumbres más inaccesibles, y en todas partes no vi más que la misma especie bajo ligerísimas modificaciones. El D. Regwienti G. G., según Willkomm, recogido por Bout- geau en Játiva, no pude ver: y no me extraña, pues siempre supuse que dicha especie no debía encontrarse aquí. Las variaciones del D. Hispanicus Asso se refieren, las plan- tas del castillo, al cáliz más corto y más ancho (Dianthus His- panicus Asso, forma brachycaliz= D. brachyanthus var. mon- lanus Rouy, y á la forma típica (0. Hispanicus Asso = D. Seta- bensis Rouy!). Las formas de la parte occidental del monte del castillo y fuera del recinto amurallado, hasta el reguero de Bernisa, pertenecen, las primeras, al D. Hispanicus Asso et Rouy (e loco!); las otras tienen su cáliz más delgado, el pedún- culo se acorta en algunos pies y presenta entonces mayor número de escamas el calicillo (pero no en todos los pies!) y sus pétalos son de color róseo 6 morado muy pálido (DP. multi— ceps Rouy). Otra forma muy curiosa existe en el monte del castillo, diversa por llevar dos solas escamas calicinales, herbáceas y largas (forma p/Ayllolepis), modificación que solamente la llevan los individuos precoces, y sin importancia taxonómica. Este mismo fenómeno lo observé en el D. Fallicus P. yá él me referí al describir y proponer como especie nueva el D. FM/avio- brigensis (Pau, Not. bof., fasc. 6.”, pag. 30). Una forma intermedia se encuentra en Cova alta (entre el D. Hispanicus Asso y la phyllopis); la forma brachicalyz tam- bién en Sierra Mariola; así como el 2. brachyanthus Boiss. a) montana Wk. en las cercanías de la «Foya ampla». Se me olvidaba advertir que el D. multiceps Rouy, ni como forma (6 variación podemos admitirlo, cayendo por su base la teoría propuesta en mis Votas botánicas, fasc. 6.”, páginas 34-35. llevado de la semejanza que hay entre mi D. melanchryoides y D. multiceps Costa! Cerastium semidecandrum L.—C. gracile Duf. (l. class.) — C. pumilum E lazum auct. his). Orillas de los caminos, en el monte del castillo, y en compa- nía del O. viscosum L. 19 de Abril. O. brachypetalum Desp. (15) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 425 Cumbre de Moncabrer. Junio.—El ejemplar traído fué colec- tado descuidadamente y es malo, siendo de sentir por perte— necer á especie no admitida en la flora valenciana. CO. Rie Desm. Frecuente en la Sierra Mariola. —Unicamente era conocido de Peñagolosa, en donde le ví el año 1891, pero más abun- dante. Arenaria grandiflora All. Sierra Mariola, en la cumbre de Moncabrer.—Recogí esta especie en Peñagolosa y la dí con este mismo nombre; mirado con más atención el ejemplar, veo que pertenece á la 4. /1M- crassata Lge. Iernoro si el Sr. Reverchon recogió esta misma forma. A. valentina Boiss. Abunda en las rendijas de los montes de Valldigna bajo de la «Font del Sirer». La A. intricata Daf. se presenta con hojas angostas (forma angustifolia = A. valentina Boiss.) y con hojas más anchas (forma /atifolia): pero nunca tanto como en el tipo específico A. montana L. La anchura de sus hojas se debe al sitio descubierto. soleado y seco (angustifolia): ambrio y fresco (latifolia). A. serpyllifolia L. Sierra Mariola. — Ya dije en mis Votas botánicas que esta especie es propia de los altos: la 4. /eptoclados Guss. =Á. Mi nutiflora Loscos! de los sitios bajos. He procurado descubrir caracteres diferenciales entre la A. leptoclados Guss. y A. minutiflora Loscos, y no he podido encontrarlos, ni era posible; pues Loscos mismo, en todos sus trabajos y muestras, que he leído y recibido, únicamente la comparaba y separaba de la 4. serpyllifolia L. y no de la A. leptoclados Guss.. que no conocía ni poseía al proponerla y describirla en un principio. Después de mi comparación y estudio con multitud de muestras, pude descubrir que sus tallos traían la vestidura más pelosa y más densa; pero esto no impide el que debamos considerar la 4. minutiflora Loscos! como un sinónimo de la 4. leptoclados +uss. Esta planta la recogí también en Carcagente. A. modesta Duf. Frecuente en todos los altos de la Sierra Mariola. 426 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) A. Armeriastrum Boiss. a.) elongata B.—A. capitata Rouy! (e loco!) Frecuente en la Sierra Mariola, más allá de los 1.200 m. de altura. A. pseudo-Armeriastrum Rouy!—Rubeola montana Barre— lier, ic. 595 (excl. syn. auct.) En los montes de Valldigna, antes de subir á Barig, encon— tré esta planta al arrancar una mata de la 4Anthyllis onobry- chioides Cav. (1. class.!); como estábamos en el mes de Mayo (el 20) carecía de flores, pero me ratifico en mi opinión expuesta en mis Votas botínicas, fasc. 6.” y pag. 38, y la considero como forma de la 4. Armeriastrum Boiss., pues dentro del césped de la planta compañera, sus tallos tienen que subirse por entre las ramas y de consiguiente alargarse, no pudiendo presen- tarse del mismo modo que si estuviera libre y no apristonada por la A. onobrychioides Cav. El autor dice lo mismo: «Une plante fort curieuse et rare: Anthyllis onobryechivides Cav., en société de l'4renaria pseudo- Armeriastrum Rouy.> La estampa de Barrelier representa bastante bien la planta. Antonio de Jussieu da por sinónimos el Caryophyllus saxzati- lis, Ericefolius, umbellatis corymbosis C. B. Prodr. 105 et Bol. Monsp., que se refieren á la 4. capitata Lam., bien diversa por cierto de la lámina citada y de la planta de Alcaraz. Es muy posible que la 4. 7acemosa Willk. sea también forma de la A. Armeriastrum Boiss., producida por una asociación parecida; lo mismo que la 4. Zomentosa Willk. pudiera perte- necer á la variedad cesia Boiss. de la misma A. A+rmerias—- rUm. Si mi parecer hubiera de manifestar, con franqueza io daría, diciendo que las A. racemosa y A. tomentosa no las juzgo dife- rentes de la 4. A7rmeriastrum Boiss., especie sumamente variable. Alsine tenvifoliaWhlb. forma glandulosa Loscos! in litt. et f. glaberrima, glandiflora. Frecuente en las cumbres de la Sierra Mariola. A. procumbens Fzl.—Arenaria extensa Duf.! (e loco). Ribazos de los caminos y campos antes de llegar á la ermita de San José, en Játiva. Spergularia rubra P. y) longipes Lge. (17) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 127 Al pie de las murallas de Játiva junto al Calvario por el lado occidental del castillo. No he recogido ni visto la S. campestris Willk.! de este sitio. Malva althevides Cav.! (1. class.) Racó del Sirer en los montes de Valldiena.—La M. crefi- ca Cav. =M. althevides Cav., forma parviflora, según ejem- plares de mi herbario, en la provincia de Cádiz, por aleunos pies con flores tan largas como el cáliz. Erodium Cavanillestó Willk. forma robusta. Mayor en todas sus partes.—Al pie del Calvario, lado orien— tal de Játiva. E. Chium W.—E. malacoides var. subtrilobim Rouy! (non Willk.!, Lange! et auct. hisp.) Frecuente en las cercanías de Játiva; al pie del Calvario, recinto amurallado, pero en lado oriental de Játiva. E. Jacquinianum Y. et M. Entre Carcagente y la Barraca, antes de llegar á Valldigna, Mayo.—Como nueva para la flora valenciana. E. Salamanni DC. Játiva, al pie del Calvario.—YEsta forma, que es nueva para Valencia, parece pertenecer 6 traer algún aspecto que nos la acerca al 4, cicutarium H. B. valentinum B. et R. Abunda en lo más alto de Moncabrer, Sierra Mariola. Rhamnus oleoides L. var. pseudolycioides.— Rh. lyciordes var. pubescens Rouy! Collado de Bernisa. 20 de Abril. —Planta con las hojas de 1 mm. de anchura. La muestra de Játiva trae las hojas pubé- rulas, al igual de otros pliegos que poseo de Murcia. Para conocer que este vegetal no pertenece al 2/2. /ycioi- des L., como propuso el Sr. Rouy, es preciso no llevarse de la semejanza, sino fijarse en el peciolo: el 24. /ycioídes L. trae su lámina adelgazada hasta la base, resultando sentadas; el Rh. oleoides L. su lamina termina antes de la inserción, apa- reciendo pecioladas. Cytisus Laburnum L. Abundante en el castillo de Játiva, por su parte oriental.— El C. patens L. en Valldigna, encima de la misma «Font del Sirer». Enpinus reliculatus Desv. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Ribazos de las huertas, junto á los caminos de Carcaixent á Valldigna.—No se ha indicado en la flora valenciana. Ononis mollis Sav. Sierra *'Mariola, cerca de la Foya ampla, bajando de Mon- cabrer. O. Natriz L. var.—0. ramosissima Rouy! (non Desf.) Junto á los caminos del castillo de Játiva con la variedad O. aragnhoidea Lap. El Sr. Rouy cita aquí la O. ramosissima Desf., que no la he visto; en cambio encuentro abundante y frequente la O. Va- triz L., que no indica, por lo que juzgo que á una de elJlas debió considerar como O. ramosissima. La forma de Játiva presenta sus hojas pequeñas y plegadas, flores menores y racimos cortos, perteneciendo probablemente a la variedad condensata G. $ G. De la £ media Boiss. difiere, según descripción, por el estandarte purpúrico-estriado y no punteado. Yo sospecho que las diferencias dadas por los autores para separar la O. ramosissima de la O. Natriz son debidas al asiento. La primera es propia de los arenales marítimos; la otra es de collados, montes, barrancos, ramblas y ríos, lle- gando á adquirir en estos últimos sitios desarrollo notable. Jamás pude descubrir la O. ramosissima al interior de la Pe- ninsula, ni mucho menos en ninguna colina, como resulta de las muestras traídas del castillo de Játiva. O. sicula Guss. Muy rara en los campos del monte del castillo, y un solo pie hacia la ermita de San José. O. ornithopodioides L. Frecuente y hasta abundante á veces en algunos rincones selvosos del monte, en el reguero que baja desde la puerta del castillo. O. arvensis L. (O. procurrens Walhr.) var. vi1losa.—O. repens var. horrida Lge.? Márgenes de los caminos entre Játiva y Canals.—Planta muy parecida á la 0. maritima (0. procurrens E maritima G. £G. =0. occidentalis Lye.) y diversa de ella por sus espinas, cáli- ces mayores y tallos vellosos. O. serrata Forst. y) major Wk.—0. difusa Ten. f angus- tifolia. (19) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 129 De Carcaixenta Valldigna en los ribazos de los campos.— Aspecto de O. mitissima L. Pertenece á especie nueva en la flora valenciana. O. aragonensis Asso. Al pie de las rocas en el barranco de la Carrasqueta, Sierra Mariola. O. striata Gou. Sierra Mariola, rara en el monte cerca de la Foya ampla. O. Columune All. Albaida.—La variedad 0. capitata Cav. en el monte del cas- tillo de Játiva y abundante. Ienoro por qué causa el Sr. Rouy dice que esta variedad pertenece á la O. barbata Cav.!—Yo no he visto aquí la O. 2mí- mutissima L. 8 calycina Wk. La 0. Columne Mi. y) remotiflora Wk.—0. brachyantha Rouy, según muestras de los montes segorbinos, no es más que una forma de tallos alargados y flores remotas, producida por crecer en el césped de matas mayores (ejemplo: la aliaga): la planta, buscando la luz, tiene por precisión que alargar los tallos y de ahí presentar esa particularidad en la inflores— cencia. Yo la tengo por una simple forma. Anthyllis Vulneraria L. Forma rubriflora, calycibus discoloribus: Bernisa y Cova alta. Forma carneiflora, calycibus concoloribus: Cova alta. A. onobrychioides Cav.! (1. class.!) Abunda en las laderas pedregosas de los montes de Valldig- na, saliendo de la ont del Sirer á buscar la trinchera del camino de Barig. El Sr. Rouy se admiraba de encontrar esta planta rara, aquí en Valldigna, olvidando que era el sitio clásico. Medicago secundiflora Dur. Sierra Mariola.—Planta perteneciente á especie nueva en la flora española, y que se necesita recogerla de nuevo en mejor estado, pues mi muestra única, es mala. Trigonella gladiata Stev. forma brevirostris. Sierra Mariola.—Pico de las legumbres, doble, triple 6 cuá- druple menor; planta humilde. No se ha indicado en el reino valenciano. Seorpiurus muricata L. 480 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20); Albaida y Barig.--No he podido descubrir en toda esta región la S. subrillosa L. indicada por el Sr. Rouy. La planta de Játiva no difiere de la Se. muricata L. más que por llevar las costillas exteriores de las legumbres levísimas, sin tubérculos, como la de Albaida; la muestra de Barig, unas legumbres traen dichos tubérculos, otras no. Onobrychis peduneularis DC.— Hedysarum peduncularis Cay. Sierra Mariola, bajando á la Foya ampla.—Es Onobrychis y no Hedysarum, como dije en otra parte; y probablemente es O. montana DOC. La planta de Valldigna no la recogí porque en Mayo todavía no se encontraba en flor. También llegué á suponer que pudiera referirse á la O. ste- norhiza DC.; pero ésta es completamente diversa. Lathyrus Tremolsianus Pau. Montes de Valldigna, en las hormas de los campos. Orodus Jiliformis Lam. subespecie 0. leptophyllus Pau., Not. bot., fasc. 6.”, pág. 47. Sierra Mariola, junto á los campos. Potentilla caulescens L. Sierra Mariola en las rendijas de los peñascos, barranco de la Carrasqueta y Moncabrer. Sin flores todavía. GFeum sylvalicum Pourr.—6G. reptans Cav.! Al pie de los riscos en la Sierra Mariola.—También la he recogido en abundancia, junto á San Juan de Peñago- losa. Poterium rupicolum B. et R. Molló del Teix, Moncabrer y barranco de la Carrasqueta, frecuente en las rendijas de los peñascos. Paronychia argentea Lam. f montana. Sierra Mariola.—El tipo en Játiva. La planta de Mariola se parece a la P. polygonifolia DC. Me parece que las ?. polygonifolia DC. y P. argentea Lam., no son más que variedades de un mismo tipo, siendo la forma intermediaria la var. montana. Podían establecerse de la siguiente manera: P. argentea Lam. «)—Planta de la región inferior. P. argentea Lam. B montana. —Planta de la región montana que desciende alguna vez por las cuencas de los ríos, arras- trada por las aguas. (21) Pau. —HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 431 P. argentea Lam. y) alpina=P. polygonifolia DC.—Planta de regiones elevadas. Sedum dasyphyllum L. var. grandifolium. Monte del castillo en Játiva. —Difiere de la especie por su robustez, hojas grandes, sumamente Carnosas, flores mayores. Planta glauca con los pedunculillos llevando alguna rara glándula piliforme. El tipo de esta planta y la figura de sus hojas me trajeron a la memoria esas plantas carnosas cuitivadas en la estufa de nuestros jardines. El día 9 de Junio todavía se encontraba bastante atrasada para procurarnos buenos y abundantes ejemplares. S. mieranthum Bast. $ divaricatum. Flores menores que las del tipo; inflorescencia difusa.— Jativa, en el castillo: Junio. Sazifraga Cossoniana B et R.! (1. class.!) Abundante en las rendijas de los peñascos del monte del cas- tillo, principalmente á la parte oriental de Játiva. 19 de Abril. S. Cossoniana B. £ R. 8 Mariolensis.—S. Cossomiana Porta! veget., pag. 27. Menor en todas sus partes; hojas radicales profundamente lobadas; tallos más hojosos. Probablemente subespecie de la S. Cossoniana. Se ha producido tal lío con las S. Cossoniana. $. carpetana. S. hispanica, $. procera, S atlantica, S. Arundane, S. dichoto- ma, S. Kunzeana, S. Herviert, S. alvarracinensis y S. Blanca, que difícilmente se podrá deshacerlo, no poseyendo los tipos de los autores. Rara es la especie aquí apuntada, que no pueda ir arompañada de tres ó cuatro sinónimos. Parecida cosa sucede con las S. t1ifurcata, S. valentina, S. Willkomiiana, $. paniculata, S. canaliculata y S. pentadac- tylis. De estas poseo en mi herbario hoy, ejemplares auténti- cos de casi todas y podré decir algo; pero de las anteriores me faltan muchísimos tipos, y cuanto dijera no podría llevar cer— teza alguna. La variedad Mariolensis es abundantísima en las cumbres de Sierra Mariola, en todos los peñascos y sitios sombríos, paredes de las neveras. Junio. Eleoselinum meoides Koch. (Lange!) —4Y. Asclepium Bert. (Rouy!). 432 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Rendijas de los peñascos en Játiva y Valldigna.—Según Willkomm /Supp!., pág. 198) el Sr. Rouy hace idénticas las especies apuntadas del £. tenuifolium Lee.—P. Lagasce Boiss., con lo cual no estoy conforme. El Z. tenvwifolium difiere del Z. meoides K. por su tallo hojo- so, lacinias foliares cortas y menos numerosas, formando celo- sía clara; los frutos más altos con las alas emarginadas en la base y dilatadas, desapareciendo 6 disminuyendo en el ápice hasta resultar nulos, bajo y á la altura del estilopodio. El Z. meoides K., sus tallos son desnudos, lacinias foliares terminales más largas, enrejado de la hoja más espeso; frutos más cortos, las alas anchas en la base y ápice, bilobas, anchas y más altas que el estilopodio. La estampa de Barrelier (núm. 556) no puede pertenecer al E. meoides K. por su tallo hojoso: el mismo detalle de la hoja pintado en la parte baja de esta lámina, también me parece más propio del £. tenuifolium Lee. Torilis bracteosa Bianca. Játiva, Sierra Mariola.—La falta de cerdas y substitución por tubérculos, no prueba diferencia específica. Poseo en mi herbario, además de las conocidas, la 7. A1- thriscus Ga. var. heterocarpa, análoga á la variedad 7. hetero- phylla Guss. de la 7. helvetica Gm. La división del género, fundada en este carácter del fruto, no puede admitirse por presentarse en todas las especies. Bulbocastanum Linnei Schur. 8 valentinum. Difiere del tipo por sus hojas caulinares menos divididas, trisectas.—Sierra Mariola, ribazos de los campos. Bunium Macuca Boiss. 6 longifolium. Diverso del tipo por sus tallos débiles, hojas con los segmen- tos más alargados. Tubérculos esféricos. — Montes de Valldig- na, bajo de la Font del Sirer. El Sr. Rouy cita por esta región valenciana el 2. Coste Pau. =Conopodium ramosum Costa!; pero la muestra que tenemos delante, se aparta de ella, por sus hojas menos divididas y divisiones más largas, por más que sea de ella sumamente parecida fijándose únicamente en la debilidad de los tallos. Tanto la indicación del Bunium como Bulbocastanum es de importancia é interés para Valencia, y el Bu/bocastanum para España: pues podía considerarse como la única localidad cono- (23) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 133 , cida y además por pertenecer probablemente á cierta especie nueva propuesta recientemente y descubierta en el extranjero. Galium valentinum Lee. Sierra Mariola; Bernisa.—El (€. valentinum de la Sierra de Espadán es muy diferente; y fundado en ésto, lo he comuni- cado á los amigos bajo Falium Idubede. GF. murale All. Játiva, en el monte del castillo.—Unica localidad cierta conocida en Valencia. Es frecuente en las cercanías de Segorbe. E. verticillatum Danth. Sierra Mariola.—No se conocía de Valencia más que proce- dente de las sierras segorbinas. El E. murale Al. y E. verticillatum Danth., son dos especies substituyentes. ll primero es propio de los llanos 6 región inferior; el otro, de la región montana. En la provincia de Teruel es sumamente frecuente. Centranthus Calcitrapa Dutr. 6 orbiculatus DC. Entre Bernisa y el castillo de Játiva.—No se había indicado en Valencia. Valerianella truncata Betck. Játiva, junto á los muros del lado occidental, y fuera del recinto amurallado. V. discoidea Lois. Valle de Játiva en los ribazos de los campos, y dentro del recinto amurallado, por el lado oriental. La planta traída el año pasado de Puerto-Real, pertenece á una variedad microcephala, muy parecida á la Y. multidenta- ta L. € P.!, diversa del tipo por sus cabezuelas mucho menores. Tanto la Y. truncata Betck. como la Y. discoidea Lois., son nuevas para el reino valenciano. Scabiosa monspeliensis Jacq. Sierra Mariola.—La variedad subacaulis Rouy! también en Mariola. La variedad subacaulis se encuentra á cada paso en Valencia y Andalucía, y no es más que forma de sitios áridos, secos ú yesosos: en tierras fértiles toman sus tallos notable desarrollo; en pobres, soleados y secos, los tallos apenas se alargan algu- nos centímetros; sus hojas se aproximan y no adquieren más que una cabezuela. ANALES DE HIST. NAT.—XXVII. 28 434 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) Lo mismo acontece con la Filago pseudo-Evar Rouy, forma g9vpsicola de la F. spathulata Presl., si mis muestras castella- nas vinieron bien determinadas. La verdad es que las hojas de estos tallos tan cortos se agru- pan de manera que al sobresalir sobre la única cabezuela de estos miserables vegetales parecen remedar el involucro del género Hvazr.—Esta forma, que existe en Segorbe, no la he podido ver fuera de las tierras yesosas de «Los Clotes.» Trichera collina Nywm. Sierra Mariola.—La variedad subscaposa (Tr. subscaposa Boiss. sub Anautia) en Albaida con la forma subintegerrima Rouy! La 77. collina típica también trae algunas veces las hojas enteras, y crece mezclada en Albaida la forma con hojas todas enteras, enteras las inferiores y pinaticortadas óÚ pinatifidas las superiores, 6 todas laciniadas de la 77. subscaposa Wk. Anthemis incrassata Lois. Monte del castillo, bajo dos formas: erecta et prostrata.—Esta forma no se ha indicado en el reino valenciano. Leucanthemum setabense DO. (1. class.!). Abundantísima en los ribazos del castillo de Játiva, junto á las casas y por el lado occidental. Jurinea humilis DC. Con la variedad scaposa Lev. en Mariola.—La variedad y el tipo crecen mezclados, y entre ellos existe una infinidad de formas intermediarias que nos impide distinguir claramente dónde termina el tipo y dónde comienza la variedad. La Jurinea de Jabalambre difiere de ésta por su tomento más denso, pareciéndose á la /. Bocconá Guss. (non G. G.) de Sicilia. En la /. pyrenaica G. « G. de la región boreal todavía son más glabrescentes y más verdosas las escamas de las cabezuelas. Según ésto, la Serratula mollis Cav. y Carduus mollis Asso no pertenecen á la misma planta, por más que no puedan admitirse como especies diversas. Serratula pinnatifida Poir.—Carduus pinnatifidus Cav.! Cuesta de Barig, Valldigna.—La forma integrifolia de esta especie constituye la Jurinea Monardi DC. = Serratula Mo- nardi Dul. Centaurea buxea. Tallos sencillos; altura 13 cm.; hojas como la C. tenufolia (25) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 435 Duf.; cabezuelas solitarias en el ápice del tallo; diámetro de la cabezuela 1 cm.; figura aovada, escamas pajizas (de aquí el nombre específico), apéndice en las escamas aovado-orbicular. pestañoso, ápice subspinoso. Cova alta, Junio. Al cruzar la sierra de Cova alta, viniendo de Albaida hacia Agres, recogí una sola plantita de esta Centaurea, que me pa- reció idéntica á otras que ya tenía recogidas en la misma re- gión. Estudiada en casa veo que es afine de algunas especies orientales como las (. harstehiana Sp., cristata Bartl., candidoa Vel. etc., pero sobre todo de esta última, que difiere por sus cabezuelas doble menores y hojas con las lacinias más an- gostas. De todas las especies más ó menos próximas de la €. pani- culata L. se aparta por sus cabezuelas solitarias en el ápice de los tallos. O. prostrata Coss., forma tenvisecta.—C. Mariolensis Rouy!— C. tenvifolia Boiss., Reut.!, Porta! (veg. pag. 42). Frecuente en la Sierra Mariola, Molló del Teix, Monca-— brer, etc.—El núm. 251, Porta et Rigo, Iter. 11, 1891, difiere de la O. Mariolensis solamente por sus lacinias foliares menos angostas. Os. Willkomm, Suppl., pág. 93, escribe: «Ex descript. CO. Mariolensis huic speciei valde similis, si non eadem. Quum specimina C. lariolensis comparare non potuerint, hanc quee- stionem discernere nequeo.» Mi C. Pine es completamente diversa, y se aparta de todas las especies españolas afines por la membrana de las escamas latissima, blanca, plateada, claramente manifiesta; carácter facilmente apreciable á primera vista. xisten y conozco dos formas: el tipo (C. tenvwifolia Loscos!) y la variedad a/pina con vestidura lanuginosa y hojas más cortas. C. incana Lag. (non auct.) f virens.—C. resupinata Coss.— C. Spachii C. H. Sultz f humilis. | Montes de Carcaixent, yendo á Valldigna.—De la C. incana Lag. (1. class.!) no difiere más que por el color verde y caren- cia desde luego de vestidura cenicienta. De la C. Spachii O. H. Schultz por su humildad y escamas con los apéndices apenas pestanosos. La C. Spachii C. H. Sch. (€. incana Duf.! Cosson! Willkomm!' ex Bourgeau), abundantísima en el monte del castillo de Já- a 436 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) tiva, no creo que difiera de la C. ¿incana Las. especificamente; se aparta por ser robusta, tallos más altos y por el color verde de toda ella. Existen algunas especies que presentan las dos vestiduras. Asi, la C. Pai Loscos presenta la forma ¿ncana y la verde; la O. tenvuifolia Duf. lo mismo; la C. Pine Pau también y aleuna otra más que no tengo presente. Según ésto, la falta de to— mento no puede servir para distinguir formas especificas. Luego la C. Spachii debe considerarse como forma virens, ela- ta, de la C. incana Lag. Centaurea cruenta W.—C. Seridis L. var. cruenta Wk.— C. sonchifolia Cav.—Jacea maritima, incana, folio integro, caule folioso, capite purpureo. spinoso, minor; Barrelier, ic. 236.—C. Jacobi Dut. Cerro de Játiva, junto á la misma puerta de entrada al cas- tillo. Esta misma forma, en ejemplares muy jóvenes, la encon- tré también en La Murta. No parece diferir de la (. Serídis L. más que por las espinas de las escamas más cortas y más débiles; de la variedad f ma- ritima Lyae., además de lo dicho, por sus hojas enteras. Tam- bién parece ser planta más glabrescente. Los autores españoles, el sinónimo y la estampa citados de Barrelier, los llevan á la €. Jacob Duf.; si así fuese, la especie de Dufour resultaría idéntica á la C. cruenta W. Cosa probable es ésta, pues la C. Jacobi Duf. de los Sres. Porta y Rigo, 1891, exs. n. 78, y considerada por Willkomm (Supp!., pág. 90) como buena especie (Species distincta), no concuerda de ninguna manera con la descripción de la C. Jacobi Duf., y la considero idéntica á la C. maritima Duf., de la cual no difiere más que por su humildad. Sonchus Setabensis.—8. oleraceus var. lacerus Rouy! —Sonch. e sectione nova? Pieridicarpus. Abunda en las rendijas de los peñascos del castillo jativino. Abril, Mayo. Difiere del $. oleraceus L. y variedades, según cree el señor Rouy, por su raíz perenne y tallos inferiores leñosos. Sus aque- nios lineales, estrangulados ú adelgazados en sus extremida- des; los cuatro surcos que los recorren en toda su longitud, hasta aparecer el aquenio, en la base remotamente 4-lobulado. le apartan de todas sus formas vecinas. (27) Pan.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 437 La tomé al principio por S. Diane Lacaita; pero sus aque- nios áspero-tuberculosos, tallos y antodio glabérrimos, le apar- tan bien. Aquenios de Picridium Desf., pero no tuberculosos. Andryala ragusina L. 38. macrocephala Boiss. Sierra Mariola.—La planta de Teruel difiere notablemente de ésta; la mariolense trae los caracteres esenciales de la 4. 74- gusina L., y se aparta únicamente por sus hojas más anchas y cabezuelas mayores; la de Teruel difiere, además de lo indi- cado, por su vestidura flocoso-lanosa, no incano-tomentosa. La planta de Mariola la considero simplemente como forma macrocephala; la especie de Teruel la conceptúo lo menos como subespecie de la 4. ragusina L., que si efectivamente Boissier consideró como maucrocephala la forma andaluza, igual á la de Mariola, la planta de Teruel deberá tomar nombre diferente. Willkomm no parece las distinguiera en sus obras; De Can- dolle no sé á cuál forma de las dos consideró como A. macro cephala. Hieracium Mariolense Rouy! Sierra Mariola, rendijas de los peñascos en el «barranco de la Carrasqueta.» Difícilmente podría separarse de algunas for- mas humildes del 4%. aragyonense Scheele, si no fuera por la bráctea lineal, larga, característica. En compañía de la especie crece otra forma diversa por sus hojas verdes, glabrescentes y lúcidas, que la creo resultado de una combinación entre otro /Zieracium que no pude encon- trar y el 4. Mariolense. No he visto en Mariola los 42. macranthum Ten., 1. piloselle- forme Hpe. 6 14. Peleterianum Mer.; solamente recogí el 42. pi- losella L. típico. No me extraña, porque la vegetación la en- contré bastante atrasada. Crepis intybacea Brot. E spathulefolia. Hojas oblongas, adeleazadas en peciolo, redondeadas en el apice, remotamente dentadas; las del tallo, lineales, enteras. Forma notable! de Játiva y Sierra Mariola. 19 de Abril y 11 de Junio. y) grandifolia.— Robusta, ramosa, hojas más anchas y ma- yores, cabezuelas menos alampiñadas. Játiva, en algunas for- mas humildes de terrenos secos, que la acercan al tipo C. Za- razacifolia Thuill. 19 de Abril. La planta de Mariola difiere de la de Játiva por sus cabezue- 438 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) las menores y pedúnculos con pelos rígidos: ambas pertenecen probablemente á la C. Henselerí Boiss. A estas formas verdes les concedemos el mismo valor taxo- nómico y la misma relación que hay entre la Rosa canina L. y R. dumetorum Thull., Centaurea incana Lag. y C. Spachii Sch., Alchemilla vulgaris L. y A. pubescens auct., Thymelea Tarton- raria AM., Th. Thomasñi Endl., 7). nitida Endl. y 7h. pseudo- dioica Pau, etc., etc. Picridium vulgare Desf. De esta especie he recogido las formas siguientes: ¿ntegrifo- lim, foliosum, latifolium et robustum (Játiva, en las rendijas de los peñascos); angustifolivin et pinnatifidum, caulibus parce foliosis (montes de Valldigna y cerro del castillo en Játiva): gracile= A. intermedium $ gracile Pau, 10-15 centim. caulibus debilibus, tenuissimis, foliis parvis (cerro del castillo y Ber- nisa). No he visto en esta región los P. tingitanum Desf. ni P. ¿n- termedium Schr. Seorzonera pinifolia Gou.—S. angustifolia Rony! Montes de Valldiena.—La forma de Valldigna es idéntica! á la planta que dimos como frecuente en la parte boreal del reino valenciano. Las diferencias entre la Sc. pinifolia Gou. y Sc. macroce- phala DC. no están, como Willkomm supone, en el tamaño de las cabezuelas y vestidura, sino en la figura de las escamas, pues además de llevar la Se. pinifolia Gou. las hojas más an- costas, las escamas del antodio son agudas. Las de la Sc. ma- crocephala DC. se presentan obtusas, redondeadas en el ápice. Yo creo que los autores antignos no distinguieron ni diferen- ciaron estas dos formas y las tomaron indistintamente como pertenecientes al mismo tipo, y hasta el Prodromus nos conti- núa en esa misma manera de ver, á pesar de querer distin- cuirlas, pues veo citar localidades donde no se encuentra la Se. pinifolia Gou., atribuyéndolas á ésta, y de donde poseo la Se. macrocephala DC. ex Wk. se cita la pinifola. Las diferencias más notables que he podido descubrir, y facilmente apreciables, no consisten en la vestidura ni color de la planta: pues lo que Willkomm atribuye á la variedad major es más general en la minor, y lo de la minor á la major. 11 carácter de las cabezuelas es variable, y lo mismo pueden (29) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 4389 ser mayores en la minor que menores en la major. Según ésto, divido la Se. graminifolia L. = Sc. macrocephala DC. en a) 00- tusisquama: escamas anchas redondeadas en el ápice, aovadas las inferiores; y 8 acutisquama, escamas inferiores aovado- lanceoladas, agudas Ú lanceoladas. La estampa citada de Barrelier representa bien la agudeza de las escamas; pero lo de la lámina es una exageración. Son más angostas; pero no tanto. A no querer aceptar el nombre de Se. yraminifolia L., según los españoles admitimos, debe tomarse el de Se. pinifolia Gon. por dos razones: es más antiguo que el de Se. macrocephala DO., y la Se. pinifolia Gou. es más general y más frecuente que la Se. macrocephala DC. En Monjuich (Barcelona) se indica la Se. graminifolia L. a) major Wk., y la recogida por el Sr. Tremols pertenece á la variedad acutisquama, apartandose únicamente de la forma valenciana por la vestidura de las escamas y quizás por el tamaño de las cabezuelas. En el reino de Valencia se admitía como dominante la Sec. macrocephala DC., y es precisamente lo contrario, como dije en otra parte. Loscos y Costa parece que no concedieron mucho valor á las diferencias establecidas por Willkomm, y se comprende facil- mente porque, dedicados al estudio de una sola región geo- gráfica, no podían disponer de numerosos tipos de compara- ción, y también porque siguiendo al autor de las variedades major y minor buscaban en el tamaño de las cabezuelas lo que claramente no podían encontrar. Costa (Fl. cat., pag. 149) cita únicamente la Se. macroceprala DC.; en el Suppl., p. 49, apunta la Se. graminifolia E minor, tan afine de la Se. macrocephala DC. (asimismo). Loscos (Ser. imp., pág. 340), lo mismo que en los Com. sobre la Fl. de Zar., pág. 41, se ocupa de la var. major Wk. como de cosa para él desconocida y de poca importancia, porque en obra posterior (Cat. gen., pág. 98) cita y trae únicamente la Sc. graminifolia L. Erica stricta Don. De esta especie, tan rara, he traido muestras de los montes de Valldigna (Font del Sirer) y Cova alta. De tres muestras constan mis ejemplares españoles y nin= guna de las tres son iguales. La recogida en los peñascos de 440 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) la Font del Sirer, trae sus hojas cortas (f. brevifolie), la de Cova alta es casi igual á la de Sicilia, pero la tercera, proce- dente de las recolecciones hechas por el Sr. Reverchon en Andalucía el año 1889 y núm. 438, bajo el nombre de £. aus- tralis L., se parece mucho á la Z. cinerea L. y difiere de la KE. stricta Don. por sus hojas largas y ramos no abiertos (f. /on- gifolia). Solamente por Dufour era indicada esta especie en las cer— canías de Játiva. Chlora citrina B. R. Unos cuantos pies en la cadena de cerrillos y en la cumbre del más alto, del Calvario, por el lado oriental de Játiva. 18 de Mayo. Especie rarísima recogida por Reuter en Granada, que difiere de la Ch. perfoliata L., de la cual no parece ser más que varie- dad acutiflora, 6 subespecie por sus hojas oblongas y lanceo- ladas en la punta, lacinias calicinales, soldadas (?) ligeramente en la base, cuspidadas, y sobre todo por sus pétalos lanceola- dos en el ápice y largamente puntiagudos ó aristados y termi- nados (al menos en estado seco) en garfio. Es preciso observar estos caracteres en numerosos ejempla- res para convencernos de su fijeza, que hoy consideramos problemática. La forma jativina se aparta de la descripción dada por los autores de la C21. citrina por el color de los pétalos, igual al de la C21. perfoliata, y por ser éstos aristados en el ápice. Echium permutatum Pau, pl. exs. ad am.—£. creticum Wilk. —E. amgustifolium Coss., Ball, Rouy. Abunda en las cercanías de Játiva. —Yo creo que no difiere especificamente del Z. creticum L.; pero como dicen que el vegetal de Játiva es tan diverso, lo cito con el nombre provi- sional comunicado á mis amigos y corresponsales, porque siendo bien diversos, como dicen, estoy seguro! que no se trata del 2. angustifolivin Lam. La descripción de Lamark tal es: «Caule herbaceo simplici »stricte erecto, setis subpatulis hispido et inter setas subvelu- tino; foliis anguste lineari-lanceolatis adpresse setosis basi »attenuatis (summis basi dilatatis); spiculis simplicibus folia »floralia superantibus in racemum brevem digestis; bracteis »ovato-lanceolatis calycibusque tatentem et rigidi setosis; co- (o1) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 441 »rolla calyce triplo longiore, ad faucem dilatata ad apicem »setosa, genitalibus exsertis. Herba pedalis. corolla 7 lin. long. »purpurea La sinonimia de esta planta, según comuniqué á mis ami- gos, con muestras, la creo asl: Behium angustifolivin Lamk. il.—£Z. favum Dest.—E. Fon tanesti DO.—£. carneum Costa. Entre mi numerosa colección de este género faltaba el ver- dadero 4. paniculatum Lag., y este año tuve la dicha de reci- birlo de Alcalá de Guadaira, recogido por nuestro distinguido consocio Sr. de las Barras de Aragón, que ha sido el único botánico, después de Lagasca, que ha tenido tal fortuna. De que pertenece á la especie descrita por Lagasca, no cabe dudar después de ver la planta; pero no pertenece á tipo espe- cífico autónomo, sino que es variedad parviflora 6 subespecie del Z. pustulatum $. S., diversas únicamente por sus anteras lineales, blanquecinas (no azules y cabezudas) y por sus coro- las calyce brevioribus (Lag.!) Según este descubrimiento, mi 4. Argente (Not. bot., 1, pá- gina 22) pertenece al £. paniculatum Lag., y solamente se aparta de él por sus corolas poco mayores. La misma diferencia hay entre el Y£. paniculatum Lag. y E. pustulatum $. S., que entre el 2%. vulgare L. y E. Sehiferi Lang.=4. Wierzbickii Hab. El valor taxonómico también es el mismo. Y se me olvidaba consignar que el Z. angustifolium Rouy (exc. bot., 1, p. 16 sec. Willk.), probablemente está constituida por varias especies. Lo menos, dos. Cynoglossum cheirifolium L. Játiva, Bernisa y Sierra Mariola. El Sr. Rouy cita una varie- dad Mariolense del C. heterocarpum Kze.; no he visto en Mariola más que el €. cheirifolium L., tal como le conozco de la España septentrional, central, oriental y austro-oriental. Una de las diferencias entre ambas especies y, al parecer, poco tenida en cuenta por los autores que de estas dos especies afines se ocuparon, se encuentra en las púas del fruto, pues las del C. cheirifolium L. son notablemente más largas que las del €. Arundanum Coss.=C. heterocarpum Kze. Sospecho que la planta del Sr. Rouy ha de ser la misma, porque la recogí donde dice, en las cumbres ó cerca de las 442 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) cumbres de Mariola. Y también porque su corta descripción no deja duda alguna en el ánimo del que las compare. Serophularia valentina Rouy!—Ser. auriculata forma te- rrestris. He recogido la especie del Sr. Rouy en el mismo sitio que indica, y no difiere de la Ser. auriculata L. más que por crecer separada de las margenes mojadas y en terrenos secos. Al salirse de las regaderas (1) sus tallos se vuelven rollizos, care- cen de alas y su panoja es desnuda; pero entre esta forma más extrema y la verdadera Ser. auriculata L, las formas interme- diarias son numerosas y crecen mezcladas. Antirrhinum controversum Pau, Not. bot., fasc. 1v, p. 82.— A. Barrelieri auct. hisp. p. p.I—4.majus Cav.! (é loco). Albaida y Játiva. Acerca de esta especie hay que consultar el lugar indicado de mis Vo/as botínicas: ahora añadiré cuatro palabras sobre las estampas de Barrelier, números 637 y 638. El núm. 637 parece más propio de mi A. /itigiosum (1. C.) por sus sépalos anchos, y la corola dibujada del núm. 638 es sumamente parecida; y por las brácteas de 4. majus L. que lleva mi especie descrita bajo 4. litigiosum, le considero como subespecie del 4. majas L. El núm. 638 dibuja dos especies distintas; y solamente la cápsula de la parte baja, que trae pegada al cáliz, corresponde bien á mi A. ConÍrOversumn. Resulta que el nombre de 4. Barrelieri admitido por los autores españoles era aplicado á dos especies distintas; y fun— dado en ésto y en lo dicho sobre las estampas de Barrelier, las he separado y diferenciado, procurando evitar tales confu- si0nes. En prueba de lo dicho basta comparar el 4. Barrelieri de los autores catalanes y aragoneses, con el A. Barrelieri de esta región que estudiamos, Murcia y Almería. Linaria Cavanillesit Caix. Rendijas y caletones del Moncabrer por la parte septen- trional. L. crassifolia DO.—A. crassifolium Cav.! é loco! (1) Aquí en Sezorbe entendemos por regadera el canal de riego que conduce una lilada de agua: si lleva más, es acequia. Consúltese la obra de Cavanilles, citada en a introducción, acerca de lo que es la fila ó filada de agua. (33) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 113 Frecuente en todos los montes de Játiva. De aquí se han propuesto algunas variedades y hasta especies nuevas y dudo que puedan darse diferencias apreciables: la L. setabensis Leresche no es más que forma propia de sitios áridos, secos y soleados. En Segorbe es comunísima en los montes calizos y no la creo diversa de la forma recogida en sitios sombrios y húmedos del Palancia. La he visto en Bernisa, monte árido, seco y rocoso; y comparada con la del cerro del castillo, es una misma cosa. A la sombra de matas mayores, claro es que ha de alargar sus tallos; lo mismo que en terreno seco, tiene fatalmente que acortarlos y reducir todos sus órganos. L. robusta Trémols, Ac. soc. helv. 1884.—C/acnorrhinun robustum Loscos. Laderas de los montes, junto á la «Foya ampla» en Sierra Mariola. Como nueva para la flora de Valencia. La he descubierto también este año entre Torrijos y Manza- nera; lo que prueba que no debe faltar en esta parte boreal valenciana. L. depauperata Leresche.—£. alpina y) pauciflora Lee. Cumbre de Moncabrer, escasa. De esta misma localidad pueden proceder los ejemplares comunicados al Sr. Lange por Boissier y Reuter. Phelipea Muteli Reut. Játiva y Valldigna. Especie sumamente variable y bastante frecuente en Valencia. Ceratocalyz macrolepsis Coss. Bernisa, Valldigna, Sierra Mariola: Abril-Junio. No se ha indicado en estas localidades. Las plantas de Bernisa y Vall- digna difieren por el color rojo-amarillo, pálido, de sus corolas por fuera, glabérrimas y lacinias calicinales más cortas. Podía establecerse nueva variedad, mejor estudiada. Orobanche cruenta Bert. var.? glabra Wk. Sierra Mariola. No conozco descripción exacta de esta forma: á la O. gracilis Sm. ciertamente no pertenece, por sus corolas mayores y tallos robustos. Los caracteres son de O. variegata Wallr., y la O. Spruneri Sz. tampoco parece apartársele mucho. Esta es la misma planta que tengo dada bajo 0. cruenta que abunda en las sierras segorbinas. O. crenata Forsk. 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) Játiva; abunda en los habares hasta en la misma Valencia. Una variedad /actiflora en los campos donde se cultivan las guijas, junto á Canals, diversa por su espiga de pocas flores, corolas lácteas y más pequeñas, brácteas más cortas, aovadas y bruscamente acuminadas; cáliz menor, lacinias filiformes. Junio. El tipo en Abril. O. picridis Sz. Sierra Mariola. Ignoro si nuestra planta podrá pertenecer á la O. loricata Behb. citada en España, por varios colec— tores. Teucrium Carthaginense Lange. Abundante en el monte del castillo, Játiva, bajo dos formas. a) latifolium.—- Hojas anchas, planas; tallos bajos general- mente. ll color de la planta puede ser también amarillento, y entonces esta forma constituye el 7. aureum Duf.! y de todos los autores que lo indican en esta parte de Valencia; porque en la parte boreal, por más que no se haya encontrado hasta el día, le poseo de tierras cercanas. 8) angustifolium.—Hojas rolladas por los bordes, cabezuelas menores, color de toda la planta, verde-obscuro. lernoro si esta variedad puede traer también el color amari- llento, no habiéndola recogido; si así fuera, podría pertenecer al 7. aureum E angustifolium de los autores que lo indican en el reino valenciano, pues estoy conforme con la observación ésta de Willkomm: «vix crederem, verum angustifolium, antea »1nOn nisi Sierre Nevade regione alpina et nivali observatum »in regni valent. regione inferiore crescere.» Y eso que más arriba, al tratar de la variedad /atifolium dice: «Divulgatum in regno valentino.» Salvia silvestris L. 8 valentina Pau, Not. bot., 1v, p. 86, for— ma 2) grandiflora.—S. valentina Vahl1.—Horminum hispani- cum, foliis herbee venti, flore coeeruleo Barrelier. Portichol de Valldigna en los pinares. Localidad próxima le la barrelierana y que pudiera considerarse como clásica. La forma 8) parviflora.=5. silvestris Cav. en Peñagolosa, que difiere por sus flores más pequeñas y que apenas se aparta de la S. silvestris L., más que por su tallo velloso y cálices menores. La especie catalana también pertenece á esta misma varie— dad, pero es planta más alta. (35) Pau.—HERBORIZACIONES FOR VALLDIGNA, ETC. 445 Sideritis chamedrifolia Cav.—S. hirsuta L. var. chamedrifo- lia Willk. Montes de Carcaixent.—Con bastantes motivos nos parece que Willkomn hizo esta forma, variedad de la S. Hirsuta: no obstante, se pudiera considerar como subespecie, atendiendo al color de sus corolas, más amarillo y vivo, verticilastros menores y figura de las hojas. Sideritis angustifolia Lam. Frecuente en esta región valenciana desde Albaida, Canals, Játiva, Carcaixent hasta Silla.—Especie sumamente variable, que pueden agruparse las formas recogidas por mi, de la siguiente manera: 1) Zagascana.—S. angustifolia Lag.! (1. class.!), gen. et sp.. núm. 231 (descriptio optima).—S. setabensis Rouy! (e loco ipsissimo!).—£S. montana vermiculato folio Barr. 2) latifolia.— 8. Reverchonti Willk.!—Canals y Albaida. 3) leptophylla.— Hojas angostísimas, débiles. —Solamente en las márgenes de los caminos, junto á Canals, con las dos for- mas anteriores. Yo la tomé en un principio por la verdadera S. angustifolia de Lagasca; mas, comparada con la descrip- ción y figura de Barrelier, conocí que no estaba en lo cierto. No he recogido la S. Zragoriganum Lag., pero estoy seguro de que no es variedad de la S. pungens Bth., especie que pro- bablemente no es valenciana, á pesar de haberla indicado en Valencia multitud de naturalistas. La 5. pungens Bth. hay que buscarla por las fronteras aragonesas y Catalanas si se quiere encontrar. Así es que la $. fragrans Costa no se encuentra más que en Cataluña y Aragón, porque seguramente fué producida por cruzamiento entre la S. spinosa Lam. y S. pungens Bth. Armería allivides Boiss.—Statice alliacea Cav. (l. class.) Sierra Mariola.—La 4. latifolia W. del herbario Salvador no debió seguramente proceder de aquí; sin nuevos descubri- mientos nos parece dudosa para la fiora de España. Parietaria lusitanica L. Rocas del castillo en Játiva.—Se ha indicado en Játiva las P. mauwritanica Dur., que no he descubierto, y en cambio no se cita aquí la P. lusitanica L., que es nueva para la flora valenciana. 446 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) También abunda la P. difusa M. K. El Sr. Rouy tampoco recolectó la P. mauritanica Dur. Ophrys Scolopaz Cav. Játiva.—Se indican en Valencia las O. 7osea Duf. y O. glaber- rima Duf.; según mis muestras, y recogidas por mi en esta región valenciana, que estudiamos, la O. +osea Duf. proba- blemente pertenece á la O. apifera Huds., y la O. glaberri- ma Duf. á cierta forma de la O. fusca Lk., que lleva el ta- blero glabérrimo, si no pertenece á la misma O. fusca Lk., pues siendo frecuente en esta región (Za Murta, Cuesta de Barig y pinares de Játiva), me extraña no la indiquen los autores. He recogido la O. apifera Huds. en Játiva, la O. lutea Cav. en los pinares del lado oriental de Játiva y la O. fusca Lk. en Játiva y cuesta de Barig. Gladiolus illyricus auct. hisp. Pinares antes de llegar al Portichol de Valldigna.—No estoy seguro de que pertenezca mi planta al verdadero €. ¿//yricus K., porque en España se dan con esta denominación tres formas distintas, según muestras de mi colección. La una probablemente pertenece al €. palustris Gaud., por sus hojas inferiores obtusas y redondeadas en la punta. Esta forma fué recogida por Lomax en los prados de El Escorial, y de dos pies sin bulbos, el uno lleva únicamente la hoja de GF. palustris Gaud. Las otras muestras españolas del llamado (. ¿1lyricus unos pies que traen cápsulas son trasovadas, pero unos las presen- tan mucronadas y otros sin mucrón y con hoyo, bien mani- fiesto hasta en los ejemplares preparados. En algunos la espata inferior es mordida, en otros aguda y en punta. Como se trata de plantas que generalmente se recogen con flores únicamente, no se puede asegurar más que bajo (GF. ¿lly- ricus tenemos en España tres especies distintas. Ruego á los botánicos españoles tengan presente esta nota afin de que podamos estudiar estas plantas, proporcionándome bulbos (no muestras secas), de lo cual les estaré, como siem- pre, muy agradecido á sus bondades. Lapiedra Martinez Lag. Monte del castillo de Játiva; rarísima dentro del recinto amurallado, más abundante fuera de la parte occidental. (37) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 447 La planta estaba sin flores, y de una docena de cebollas que traje, logramos ver florecer un pie. Únicamente se citaba en el reino valenciano procedente del castillo saguntino. Muscari atlanticum B. R. var.? valentinum. — M. racemosum Rouy !—HHyacinthus racemosus Cav.! Flores de color azul celeste (las fértiles) oblongas; cápsulas parecidas á las del 37. racemosum DC., pero menos escotadas 6 acorazonadas en el ápice. Son muy parecidas las flores fértiles á las del M. neglectum Guss., mas sus cápsulas emarginadas lo separan muy bien. Del 17. racemosum DC. se aparta por sus flores oblongas y color azulado, lo mismo que sus cápsulas menos emarginadas. También la forma valenciana florece en Mayo y Junio, 6, mejor dicho, comienza á florecer cuando ya el MZ. racemosum DC. ha desaparecido. Parece diferir del M. atlanticum B. R. por sus flores menos prolongadas y color, 4 pesar de que sus cápsulas me parecen idénticas. Yo le tenia comunicado á los amigos bajo el nombre de M. valentinum. Abunda en Valldigna y Sierra Mariola hasta la misma cum- bre de Moncabrer. De otro Muscari traje cebollas, que he logrado ver florecer este año, y trae sus flores esféricas y se parece á los M. Lelico- ríi Bor., M. botryoides DC. y también al 1.. commutatum Guss.: pero sus hojas lineales y doble ú triple más largas que el tallo, lo separan bastante bien. Lo tengo en mi herbario con el nombre de 1. javalambrensis. Trisetum pumilum Kth. Campos de Simat, junto á Valldigna.—Esta planta pertenece á especie no citada en la flora de este país. Festuca violacea Schleich. Un mal ejemplar traído de Sierra Mariola. No se ha indicado tampoco en el reino valenciano. F. capillifolia Duf.! (1. class.?) En lo más alto del cerro, entre Bernisa y el castillo.— Las muestras de Játiva son idénticas á las de Segorbe y cespitosas como éstas. Difiere de la /". tenwifolia Sibth. por sus espiguillas doble más largas. FP". Clemente Boiss. 348 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (33) Cumbre de Moncabrer; escasa.—Esta especie no se conocía más que de Sierra Nevada; posteriormente se descubrió en Cantabria. Nuestras tres muestras pertenecen á la variedad aristata y forma robusta. Poa ligulata Boiss. Abunda en la cumbre de Moncabrer, Sierra Mariola.—Tam- bién es nueva para la flora valenciana. Estas especies marcan bien la mancha alpina que decíamos; y lo que más extraña al viajero es el cambio brusco de región, pues sin transición alguna pasamos de una zona á otra; todo lo más descubrimos, en sitios más bajos, alguna que otra forma de parajes fríos, pero dispersa y resguardándose á la sombra de los peñascos. La meseta de Moncabrer debió ser grande, y, falta de cimien- tos rocosos, fué mordida y recortada hasta quedar reducida al miserable estado actual; las plantas cayeron con los escombros y la que pudo se agarró al suelo defendiéndose en la disper— sión. De ahí el que varias especies del Moncabrer se encuen- tren á bastante distancia, cuando no fueron llevadas por las aguas. Lista de plantas vulgares ó poco importantes para la flora valenciana que se encuentran en este país y que son frecuentes en España, en toda Valencia 6 solamente en esta parte meridional. Olematis Flammula L.—Cl. Vitalba L. — Hepatica - triloba Chaix.—Zhalictrum tuberosum L.—Ranunculus sardous Cr, var. tuberculatus Celak.—R. arvensis L.—Papaver Rias L.—P. Ar- gemone L.—P. hybridum L.— Remeria hybrida DO.— Pumarid capreolata L. forma. — Nasturtium officinale Br. — Diplotazis erucoides DO.—D. viminea DC.—Alyssum campestre L. (Ma- riola).— Koniga maritima Br.—X. spinosa Sp.—Thlaspi perfo- liatum L. (Mariola). — Capsella Bursa pastoris M.— Biscutella auriculata L.—Sisymbrium officinale Scop.—£S. Irio L.—Coro- nopus procumbens Gil. —Lepidium graminifolium L. — Veslia paniculata Desv. (1). —Brucastrum incanum K.— Rapistrum ru (1) Terminado este trabajo, llegan á mis manos las notas del Sr. Porta publicadas en las actas de la 7. R. Accademia di Scienze, Leltere ed Arti degli Agiati, serie 111, A AE AA N aT Les (39) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 119 gosum AU.—Reseda lutea L.—Cistus albidus L.—C. crispus L.—: C. salviefolius L.—C. monspeliensis L.—C. Clusii Dun. (hasta las mayores alturas). — Telianthemum lavandulefolium DC.— H. lineare P.—H. hirtum P.—H. levipes P.— H. Fumana MIL. —H1. procumbens D.— Polygala rupestris Pourr.—P. monspelia— ca L. (Mariola). —Silene rubella L.—S. nocturna L.— Saponaria Vaccaria L.—S. ocymoides L. (Mariola). —Dianthus prolifer L.— Cerastium vulgatum L.—Stellaria media Cyr.—Bufonia tenmi- folia L. (Mariola).— Linum narbonense L. (hasta Moncabrer).— L. sufiruticosum L.—L. sessiliflorum Lam.— Malva maritima (Gou.)—1M. rotundifolia L.—M. parviflora L.— Hypericum per foliatum L.—H. tomentosum L.—H. ericoides L. (hasta las ma— yores alturas).— Geranium molle L.— E. purpureum Vil.—Lro- dium moschatum VH.—4. ciconium W.—Ozxalis corniculata L.— Tribulus terrestris L.— T. chalepensis L.—Coriaria myrtifo- lia L.— Rhamnus Alaternus L.—R. lycioides L.—Pistacia Tere- binthus L. (Játiva). —P. Lentiscus L.—Ulez parviflorus Pourr.— GFenista scorpius DC. — Erinacea pungens Boiss. (Mariola).— Argyrolobium Linneanum Walp.— Calycotome spinosa Lk.— Anthyllis tetraphylla L.—Medicago sufruticosa Ram. (Mariola). —M. tribuloides Desr.—M. minima Desr. var. longisecta—M. lu- pulina L.— Melilotus sulcata Desf. var. angustifolia (Mariola). — Trifolium pratense L.—7. angustifolium L.—-T. stellatum L. —T. lappaceum L.—T. repens L.—7. procumbens L. 0) minus (Játiva), 2) majus (Mariola). — Doryenium hirsutum Ser. — D. sufruticosum Vil.—Coronilla juncea L. (hasta Mariola).— Trigonella monspeliaca L. (Valldigna).—4Hyppocrepis comosa L. —H. prostrata B.—4A. ciliata W.— Astragalus incanus Rth.— A. sesameus L. (Mariola). — Hedysarum humile L.—Coronilla Clusii Duf.—Lathyrus sphericus Retz.—L. setifolius L.—L. sa- tivus L.— L. Clymenum L.—Vicia tenvifolia Rth. (Mariola).— vol. 11, fasc. 111, año 1896, y en ellas veo descrita una Veslia hispanica Porta, que pro- bablemente se refiere ¿la misma forma que nosotros damos como V. paniculata. Ape- nas pueda, compararé nuestra planta con la descripción y corregiré el error. También veo descrito como nuevo cierto Carduus histryx Porta, de Mariola, que no he visto ni recogido, y que se encuentra entre los 1.800 -2.000 m.; altura que nos pa- rece exagerada, pues mi aneroide marcaba en lo alto del Moncabrer, y en día tem- pestuoso, 1.400 m., y los geógrafos no creo le concedan ni tantos; pero de esto no estoy seguro. Doy las gracias al Sr. Porta por su atención. ANALES DE HIST. NAT. —XXVII. 29 450 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) V. hybrida L.—V. peregrina L.—Hrvum nigricans M. B. (Játiva y Mariola). — Riosa. ayrestis Savi. (Carcaixent). —R. Pouzini Tratt. (castillo de Játiva). —4Agrimonia Eupatoria L.—Poterium dictyocarpum Sp. (Mariola). —P. verrucosum Ebhrnb.—A ronia rotundifolia P.—Lythrum fleruosum Lag. (Albaida). — Zele- phium Imperati L. (Mariola). — Polycarpum tetraphyllum L.— Paronychia aretioides DC. (Mariola). —Mirtus communis L.— Umbilicus pendulinus DC.—Sedum amplezxicaule DC. (Mariola). —S, acre L.—S. micranthum Bart. — Thapsia maxima Mill. (Th. villosa Rouy!). — Caucalis leptophylla L. (Mariola). — C. daucoides L.—Bupleurum rigidum L.—B. fruticescens L.— B. rotundifolium L.—Smyriium Olusatrum L. (Játiva). — Eryna- gium campestre L.—-Lonicera impleza Ait. —Ealium lucidum AU.—G. maritimum L.— GE. decipiens Jord. (Carcaixent).—Zu- dia peregrina L.—R. tinctorum L.—Vatillantia muralis L.— V. hispida L.—Asperula macrorhiza H. L.=4. tenviflora Rouy]! (Bernisa).—Crucianella angustifolia L.— Sherardia arvensis L. —Centranthus Calcitrapa Dufr. —Seabiosa maritima L.—8c. to- mentosa Cav. (Mariola). —Cephalaria leucantha Schrad.— Sene- cio gallicus Chaix.-— Santolina squarrosa W. — Leucanthemum gracilicaule Duf. (Cova alta y Valldigna). — Pyrethrum sulphu- reum B. R. (Mariola).— Helichrysum Stechas DO.—H. seroti- num Boiss.—Pilago spathulata Pr.—Phagnalon sordidum DC.— Ph. saratile Cass. — Ph. rupestre DC.—Conyza ambigua DC.— Bellis silvestris Cyr.—B. perennis L.—B. annua L.—Pallenis spinosa Cass. —Jasonia glutinosa DC.— Echinops Ritro L.— Atractylis humilis L.—A. cancellata L.—Stehelina dubia L.— Xeranthemun inapertum W. (Mariola). — Onopordon acaule L.— Galactites tomentosa M.—G. Durier Sp. (Valldigna ).—Car- duus nigrescens Vill. (Mariola). —C. tenwiflorus Curt.— Leuzea conifera DC.—Carduncellus monspelienstum AU.— Carthamus lanatus L.—Centaurea pullata L. (hasta los 1.000 m. de altura). —C. lingulata Lag. (Mariola). —C. tenuifolia Duf.—C. me- litensis L.—C. aspera L. E subinermis.—Orupina vulgaris Cass. —Cr. Crupinastrum Vis. (Mariola).— Lactuca viminea Pourr.— Sonchus aquatilis Pourr. — Crepis virens L. (Carcaixent). — Cr. hispánica Pau (Mariola).—C7. bulbosa Tsh.—Cr. /etida L. (Canals). — Cr. macrocephala (Wk.) —Silybum Marianum L.— Onopordon Acanthium L.— Cirsium arvense Sc.— Zollikofesia resedifolia Coss. —Seorzonera crispatula Boiss.=SC. hispanica (41) Pau.—HERBORIZACIONES POR VALLDIGNA, ETC. 451 Cav.! (Valldigna). —Podospermum calcitrapifolium DC.— Uros- permum Dalechempti Duf.—U. picroides Desf. —Scolymus his- panicus L. —Catananche cerulea L. — Hedypnois cretica W.— H.monspeliensis W.—H. pendula DC.—Rhagadiolus stellatus NW. — Cichorium Intivus L.— Helminthia echioides G.— Andryala sinuata L.—Campanula Erinus L.—C. Rapunculus L. (Agres). —Specularia hybrida DC. f.—Trachelium coeruleum L.—.Jasione montana L. (Carcaixent). —./. foliosa Cav. (Mariola). — Erica multiflora L.—Prarinus Ornus L.—Vincetozicum nigrum Monch. Nerium Oleander L.— Vinca obtusiflora Pau.—Phillyrea me- dia L. (Valldigna). — Chlora perfoliata L.—Brythrea major H. L.—Convolvulus capitatus Cav.! (1. class.) =C. linearis DC.— C. lineatus L.—C. althevides L.—C. arvensis L.—C. siculus L. —Heliotropium europeum L.—Anchusa italica Retz.—A lkhanna tinctoria sh. (Carcaixent).—£ithospermum arvense L.—L. fru- ticosum L.—Cynoglossum pictum Ait.— Hyoscyamus aldus L.— Solanum sodomeum L.— Verbascum sinuatum L.—Serophularia sciaphila Wk.=5Scr. lucida Cav.! —Digitalis obscura L.— Antir- rhinum Orontium L.— Linaria hirta Ait.— Serophularia cani- na L.— Erinus hispanicus P. (Mariola). — Veronica arvensis L.— V. hederefolia L.—Orobanche Epythymum DC. (Játiva y Vall-- digna).—0. Hedere Dub.—0. amethystea Th.—0. minor Sm.— Acanthus mollis L. —Verbena oficinalis L.—Stachys hirta L. —Samia amplexicaule L.— Ajuga Iva L. — Teucrium Pseudo- chamepitys L.—7T. sazatile Cav. (hasta las mayores de Ma- riola).— 7. capitatum L.— Salvia lavandulefolia Vahl. (Ma- riola).—S. Hegelmayert P. « R.—S. 4Hlihiopis L.— 8. verbe- naca L.— Rosmarinus officinalis L.—Lavandula Stechas L.— L. latifolia Vil. — Stachys heraclea AQ. (Mariola). — Phlomis purpurea L. (Valldigna). — 24. crinita Cav.!— Ph. Lychnitis L. —bBallota hirsuta Bth.—Sideritis romana L.— Calamintha alpi- na Lam.—Micromeria marifolia Bth.—Satureja obovata Lag.— Coris monspeliensis L.—Asterolinum stellatum L. — Añagallis latifolia, arvensis L.—Samolus Valerandi L.— Lygustrum vul- gare L. —Jasmiinum fruticans L.—Thymus Piperella L.—Th. vul- yaris L.—Th. estivus Rb.— Elobularia cespitosa Ort. (Mariola). —Plantago Psyllium L.—Pl. albicans L.—Pl. Lagopus L.— Emezx spinosa Campd.—Rumez intermedius Willk.!—R. inter medius DC. 8 heterophyllus Wk. (Mariola). —R. tingitanus L. (Carcaixent).—R. pulcher L.—Bucephalophora spinosa Pau.— 452 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (42) Daphne olevides Schreb. — Dapime Gnidium L.— Passerina hir- suta L.—Thymelea nitida L. (Sativa).—7. elliptica L. (Mariola). —Thesium divaricatum Jan.— Cytinus Hypocistis L.—Aristolo- chia Clematitis L.—A. longa L.—Mercurialis tomentosa L.— M. anmnua L.—M. Huetii H.—Euphorbia pubescens Vahl.—E. 1isa- tidifolia Lam. (Cova alta y Mariola).— 4. serrata L.—Z. sege- taliz serrata Pau (castillo de Játiva).—Z. Esula L. (Albaida, Alcira). —Z. falcata L.—E. Characias L. (Mariola). — Urtica membranacea Poir.—Quercus Ballota Duf. (Játiva). —Q. cocci- Jera L.—Orchis fragans Poll. (Játiva y Valldigna).— O. mascu- la L. var. obtusiore Rehb. (Mariola). — Anacamptis pyramidalis Rich. (Valldigna y Játiva). —(Gladiolus segetum Ker.— Smilaz manritanica Duf.— Ruseus aculeatus L.— Asparagus acutifo—- lius L.—A. aphyllus L.—Asphodelus cerasiferus Gay, forma non ramosa (Mariola). — A. fistulosus L.— Tulipa australis Lk. 8 montana Wk. (Mariola: n. v. Zufrasia!).—Ornithogalum nar- bonense L. (Barig).—Dipcadi serotinum Medic. (Játiva, Mariola, Valldigna).—A llum Ampeloprasum L.—A. Ampeloprasum L. 38 microcephalum Pau.—A. roseum L.— Merendera Bulbocodium Ram.—ApAyllanthes monspeliensis L.— Avrum italicum Mil.— Arisarum vulgare K. $ Clusii= A. Clusii Sch. —Scirpus Savii S. M. f pseudosetaceus Pau (Valldigna). — Carez Mairii Coss. 3 Loscosí Pau (Mariola).—C. glauca Scop.—C. divisa Huds.— C. Halleriana Asso.—C. humilis Leyss.—C. divulsa Good.— Caynosurus echinatus L.—Lamarkia aurea M.-—Lagurus ovatus L. —Macrochloa tenacissima Kth. (Bernisa).--Stipa juncea L.— St. parviflora Dut.—Piptatherum corulescens P. B.—Arrhenathe- rum avenaceum P. B. (Mariola). — Avena sterilis L. (castillo de Játiva). —A. barbata Brot. (idem).—A. bromoides Gou. (idem). —A. filifolia Lag. (Bernisa).—ZTrisetum neglectum R. S.—Kele- ria phlevides P.—Melica minuta L.— Dactylis hispanica Rth.— var. elongata (Játiva); var. compendiata Pau (Mariola).—Vulpia membranacea Lk.—Wangenheimia disticha M. (Mariola).—Bro- mus tectorum L.— Br. GFussonii Parl.— Br. erectus Huds. (Ma- riola).—B7. mollis L.—Selerochloa rigida Lk.—Briza maxima L. —Poa4 trivialis L.—4yilops ovata L.—Lolium rigidum Gaud.— Pleris aquilina L.—Cheilanthes odora Sw. (Agres).— A splenium Trichomanes L.—A. Petrarche DC. —Ceterach officinarum NW. bh $, - e. PEE BA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL MADRID ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET IMPRESOR DE LA REAL ACADEMIA DE La HISTORIA Calle de la Libertad, núm. 29 “1898 A NS ER ¿ me AS ed e E a $ + >] Í a " Ñ "o Ñ 0 A 1d 3 Y , - 4 l q ' i 4 1 d J 3 s é Y A E pi e e E AA í 1 sas > e ñ in A 20,3 4% A E o. F A 73 Dn Es . y JUNTA DIRECTIVA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL PAEVA 1898. RESTO NLE aa o D. Manuel Antón y Ferrándiz. IICOPrESIdEnt Osma D. Primitivo Artigas. LASA AVI NA D. Ignacio Bolívar y Urrutia. IS CONELATIO atan D. Salvador Calderón y Arana. VAICESCCHCCONTO «¿ea D. José María Dusmet y Alonso. IBIUDIIOCECATIO ca D. Lucas Fernández Navarro. Tesorero QUEUliar...o... D. José López de Zuazo. D. Francisco de P. Martínez y Sáez. Comisión de publicación.: D. José Macpherson. D. Blas Lázaro é Ibiza. SECCIÓN DE SEVILLA. RE SULENT Cao ecc D. Manuel J. de Paúl y Arozarena. VICCOTESTACNTO: de tos D. Manuel Medina Ramos. MESA NA D. Carlos Cañal y Migolla. OENCLA TIOS oe caos D. Federico Chaves y Pérez del Pulgar. IICESECTOLAN VO e D. Julio del Mazo y Franza. Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871. 1871-72. Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro. 1 1873. D. Laureano Pérez Arcas. + 1874. Ilmo. Sr. D. Ramón Llorente y Lázaro. y 1875. Ilmo. Sr. D. Manuel Abelcira. + 1876. Excmo. Sr. Marqués de la Rivera. 1877. Ilmo. Sr. D. Sandalio Pereda y Martínez. + 1878. D. Juan Vilanova y Piera. + 1879. Excmo. Sr. D, Federico de Botella y de Hornos. 1880. D. José Macpherson. 1881. D. Angel Guirao y Navarro. + 1882. Excmo. Sr. D. Máximo Laguna. 1883. Excmo. Sr. D. Manuel Fernández de Castro. “- 1884. D. Pedro Sáinz Gutiérrez. + 1885. D. Serafín de Uhagón. 1886. D. Antonio Machado y Núñez. -; 1887. Ilmo. Sr. D. Carlos Castel. 1888. Excmo. Sr. D. Manuel M., J. de Galdo. +: 1889. D. Ignacio F. de Henestrosa, Conde de Moriana. + 1890. D. Francisco de P. Martínez y Sáez. 1891. D. Carlos de Mazarredo. 1892. D. Laureano Pérez Arcas. +“ 1893. Excmo. Sr. D. Máximo Laguna. 1894. Excmo. Sr. D. Daniel de Cortázar. 1895. D. Marcos Jiménez de la Espada. 1896. D. José Solano y Eulate, Marqués del Socorro. 1897. D. Santiago Ramón y Cajal. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 1892. 1896. 1894. 1897. 1894. 1897. 1894. 1896. 1872, EN ENERO DE 1898. Acosta (D. Juan), Director del Colegio de La Unión (Car. tagena). AGUILAR Y CUADRADO (D. Miguel), Paseo de Atorha, 9, 2.”, Madrid. AGUILAR Y EsTEBAN (D. Cipriano Luís), Licenciado en Ciencias físico-químicas. —Plaza del Olivo, 7, Calatayud. ALakEJOos Y Sanz (D. Luís), Alumno de la Facultad de Ciencias.—C. de San Bernardo, 94, 1.”, Madrid. Áuvarez DE Toeoo Y Acuña (D. Fernando), Conde de Caltabellota.— Palazzo Bivona, Largo Fernandina, Ná- poles (Italia). Árvarez Ruenián (D. Manuel), Doctor en Medicina.— Plaza del Angel, 2, pral., Madrid. ÁLvarez SereErix (D. Rafael), Ingeniero de Montes. — C. de las Huertas, 41, 3. izq., Madrid. ALORDA Y SamPoL (D. Jaime).—Harina, 28, pral., Palma de Mallorca.— ((Lepidópteros y moluscos. ) ANDRÉS Y MoONTALBO (D. Tomás), Director del Museo de NOTAS.—1.2 El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el año de su admisión en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. F. y el de los socios agregados de la S. A. 2,2 Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra hastardilla, después de las señas de su habitación, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia Natural. S. A. 1S0Y 1897. 1893. 1875. 1894. 1885. 1896. 1887. 1889. 1873. 1897. 1872. 1891. 1895. 1889. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Ciencias Naturales, Catedrático de Cristalografía en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.—C. de Argensola, 5, Madrid. ANGULO Y LaGuNa (D. Diego), Doctor en Derecho.—Paja— ritos, 15, Sevilla, ANGULO Y Tamayo (D. Francisco), en memoria de don Francisco Angulo y Suero, + en 1897.—C. de Santa Lucía; 10, 2.”, Madrid. AntIGA (D. Pedro).—C. de Cortes, 313, Barcelona. ANTÓN Y FerrÁNDIZ (D. Manuel), Catedrático de Antro- pología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, Secretario del Museo de Ciencias naturales.— C. de Olózaga, 5 y 7, Madrid.—(Antropología.) ARAGÓN Y Escacena (D. Federico), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de San Vicente Ferrer. —Astorga (León). ARANZADI Y UNAMUNO (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales, Catedrático de Farmacia en la Universidad.—Granada. ARRaEz Y Carriás (D. José Joaquín). —C. de Miguel del Cid, 28, Sevilla. —(Antropología). ArrtiGas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.— C. del Reloj, 9, pral. izq., Madrid.—( Silvicultura.) AuLeT Y SoLEr (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien- cias físico-químicas y Licenciado en naturales, Catedrá- tico en el Instituto de Huesca.—Olot (Gerona). ÁviLa (D. Pedro), Director de la Escuela de Ingenieros de Montes.—El Escorial. AzbErrTIa Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuela de Minas. —Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid.— (Malacología.) BarBOza pu Bocace (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc— tor del Museo de Historia natural.—Lisboa.—(Mamife- ros, aves y reptiles.) BarRas DE ARAGÓN (D. Francisco de las), Doctor en Cien— cias naturales, Profesor auxiliar en la Universidad.— Oviedo.—(Entomología.) BARTOLOMÉ DEL CERRO (D. Abelardo), Doctor en Ciencias naturales.—C. de Daoíz, 5, Madrid. Becerra Y Fernánbez (D. Antonio), Director y Catedrá- 1894. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 7 tico de Agricultura en el Instituto.—Baeza (Jaén).— (Entomología agrícola y dibujo cientifico.) Bexebicro LatorrRE (D. Juan), Farmacéutico.—Mon- real del Campo (Teruel).—(Botánica y moluscos te- rrestres.) Bianco DEL VaLLE (D. Eloy), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto.—Ciudad-Real. Banco Y JustE (D. Rafael), Licenciado en Ciencias natu- rales, Ayudante por oposición en el Museo de Ciencias naturales.—C. de Sandoval, 4, pral., Madrid. Bonivar y Urrutia (D. Ignacio), Catedrático de Zoografía - de articulados en la Facultad de Ciencias de la Uni- versidad.—C. de la Academia, 10, 1.?, Madrid. —(Ortóp- teros, Hemipteros y Neurópteros.) BoLívar y Urrutia (D. José María), Licenciado en Medi- cina.—C. del Carbón, 2, 2.”, Madrid. BoLós (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San Rafael, Olot (Gerona). —( Botánica.) Boscá Y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- na, Catedrático de Historia natural en la Universidad, Director de paseos y arbolados.—Paseo del Grao, Va- lencia.—(Reptiles de Europa.) BoreLLa Y DÉ Hornos (Excmo. Sr. D. Federico de), Ins- pector general del Guerpo de Minas, de la Real Acade- mia de Ciencias.—C. de San Andrés, 34, Madrid. Breñosa (D. Rafael), Ingeniero de montes de la Real Casa.—San Ildefonso (Segovia). Buen y ben Cos (D. Odón), Catedrático de Historia natu- ral en la Universidad.—Barcelona.—(Botánica.) Burr (D. Malcolm).— Bellagio, East Grinstead (Ingla- terra).—(Ortópteros y en especial forficúlidos.) CABALLERO (D. Eruesto), Catedrático de Física en el Insti- tuto de 2.* enseñanza.—Pontevedra.—(Diatomeas. ) CABRERA Y Diaz (D. Anatael).—C. de Mendizábal, 25, 3.", Barcelona.— (Himenópteros.) CABRERA Y LATORRE (D. Angel).—C. de la Beneficencia, 18, Madrid. Cáceres (D. Juan).—C. del Duque, 8.—Cartagena.— (Entomología.) CabeEvaLL Y Drars (D. Juan), Doctor en Ciencias natura— 1877. 1874. 1876. 1884, 1895. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN les, Licenciado en Ciencias exactas, Director del Real Colegio Tarrasense.—Tarrasa.—(Botánica.) CALANDRE Y Lizana (D. Luís).—Pasaje de Conesa, Car- tagena. CALDERÓN Y ARANA (D. Salvador), Catedrático de Minera- logía y Botánica en la Facultad de Ciencias de la Uni- versidad Central.—C. de Fuencarral, 135, Madrid.— (Geología y Petrografía.) CaLLeja Y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. Camps (Sr. Marqués de). —Canuda, 16, pral., Barcelona. Cánovas (D. Francisco), Catedrático jubilado de Historia natural.—Lorca (Murcia).—(Paleontología y Estudios prehistóricos.) CaÑaL Y MicoLLaA (D. Carlos). —C. del Rosario, 19, Sevi- lla. —(Prehistoria.) CaPELLE (R. P. Eduardo), S. J.—Colegio de Caousou, Toulouse (Francia). —( Prehistoria. ) CArBÓ Y DOMENECH (D. Manuel), Licenciado en Ciencias naturales.—Pl. de la Constitución, 17, Castellón. Carvajal Y Ruena (D. Basilio), Catedrático en la Uni- versidad, Doctor en Ciencias y en Farmacia.—C. de la Reconquista, 155, Montevideo. CARVALHO MONTEIRO (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Aclimatación de Río Janeiro.—Rua Garrel, 72, Lisboa (Portugal).—(Lepidópteros.) CastEL (Ilmo. Sr. D. Carlos), Ingeniero de Montes, de la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales. —C. del Desengaño, 1, pral. dra., Madrid. CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (D. Joaquín María de), In- geniero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografia.) Cazurro Y Ruíz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales, Catedrático de Historia natural en el Instituto. —Gerona.—(Ortópteros y dipteros de Euro- pa, Micrografía.) Cerezo (D. Germán), Catedrático de Zoología y Mineralo- gía aplicadas á la Farmacia, en la Universidad.— Bar- celona. 1312. 1891. 1892. 1872. 1303. 1897. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 9 Cervera (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca- demia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.” dere- cha, Madrid. Chaves Y Pérez DEL PuLcar (D. Federico), Doctor en Cien- cias físico-químicas.—Jesús, 17, Sevilla. —(Mineralogía y Cristalografía.) Cobra Y LanGLIN (D. Ramón), Socio residente del Cole- gio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugía, Doctor en Far- macia.—C. de San Pablo, 70, Barcelona. Conorn1U (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. GOLEGIO DE San JUAN DE LETRÁN (Sr. Rector del).—Ma- nila (Filipinas). Con Y AstreLL (D. Joaquín).—C. de San Miguel, 21, Madrid. CoLmeiño (Excmo. Sr. D. Miguel), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de las Reales Acade- mias de Medicina y de Ciencias, Doctor. en Ciencias y en Medicina, Catedrático y Director del Jardín Botá- nico.—C. del Barquillo, 8, 2.” izquierda, Madrid.— (Botánica.) ComerMa (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— Ferrol. Corpacho DE La Cosa (D. Francisco).—C. del Rosario, 2, Sevilla. Corra Y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de París, de la Sociedad Linneana matri- tense y de la de Higiene.—C. de Daoiz y Velarde, 5, Santander. CorraLes HerNáNDEZz (D. Angel), Licenciado en Ciencias naturales.—Almagro (Ciudad-Real). Cortázar (Excmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe del Cuerpo de Minas, de la Real Academia de Giencias.— C. de Velázquez, 32, hotel, Madrid. Cortijo Y ÁLvarez (D. Augel), Médico cirujano; Licen- ciado en Ciencias.—Plaza de Orense, 7, 2.? Coruña. Cortina Y Poveoa (D. Enrique), Disecador del Museo de 1886, 1874. 1872, 1887. 1872. 1889. 1893. S.A. 1890. 1894. 1890. 1590. 1875. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Ciencias naturales.—C. de las Tabernillas, 4, Madrid.— (Taxidermia.) CoscoLLano Y BuriiLo (D. José), Licenciado en Ciencias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto.—C. de los Leones, 2, Córdoba. Couber (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Á vila. Crespí (D, Antonio), Licenciado en Farmacia y en Cien- cias naturales, Catedrático de Agricultura en el Insti- tuto.—C. de Peregrina, 80, 2,9, Pontevedra. Cuesta (D. Segundo), Ingeniero de Montes.—C. de Santa Teresa, 14, entresuelo, Madrid. Cuní y MartorELL (D. Miguel), Individuo de la Real Academia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Codols, 18, Barcelona.—(Botánica y Entomología.) DarGENT (D. Florismundo), ex-Ingeniero Jefe del servicio de vía, obras y construcciones de los Ferrocarriles An- daluces.—Alameda de Colón, 16, Málaga. Dávia (D. Marino), Catedrático en el Instituto.—Ba- dajoz. Díaz DeL ViLLAR (D. Manuel), Licenciado en Medicina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria.—C. de Gondo- mar, 5, pral., Córdoba.—/(Epizoarios y Entomozoarios.) Díez SoLorzano (D. Manuel).—C. de Blanca, Santander. DonLrus (D. Adriano), Director de la Feuille des Jeunes Naturalistes.—Rue Pierre Charron, 35, París.—(Isó- podos.) Dusmer Y ALonso (D. José María), Doctor en Ciencias naturales. —Plaza de Santa Cruz, 7, entresuelo izquier- da, Madrid. EuizaLoz Y Estava (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales, Catedrático en el Iustituto.— Logroño. Enciso y Mexa (D. Juan), Licenciado en Derecho.— Huercal-Overa (Almería). —(Entomología.) Esreyo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático numerario de Ciencias naturales en el Instituto agrícola de Alfonso XII y Secretario general de la Asociación de Agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.—( Agricultura y Botánica.) / EspPLUuGA Y Sancho (D. Faustino), Licenciado en Ciencias naturales, Director del Colegio de primera y segunda 1893. 1894. 1890. 1872, 1875. 1885. 1379. 1877. 1888. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 11 enseñanza de Nuestra Señora de la Piedad y Profesor auxiliar en el Instituto de segunda enseñanza.—Toledo. Fabré (Excmo. Sr. D. Antonio Maria), de la Real Acade- mia de la Historia, ex-Ministro de Ultramar, Presidente del Tribunal de lo Contencioso.—C. de la Reina, 43, 2.” izquierda, Madrid. FerNáNDEZ Y Cavaba LomeELINO (D. Pedro).—C. del Li- món, 7, Santander. FERNÁNDEZ DE CasTRO (D. Angel), Ingeniero de Montes.— Cádiz. + Fernánbez DE Losana (Excmo. Sr. D. Cesáreo), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cor- dón de la de Metjidié, Comendador de número de la de Carlos II, condecorado con la Cruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distinción por méritos cien- tíficos y de guerra, Socio de varias corporaciones cientí- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del Guerpo de Sanidad militar, Doctor en Medicina.— C. de Valencia, 1, pral, Madrid. Fernánbez Duro (D. Gabriel), Coronel de Artillería.— Zaragoza.—(Lepidópteros.) Fervánbez Izquierbo (D. Álvaro), Médico.—C. de Avella- nos, 3, principal, Burgos. FenxánDeEz Navarro (D. Lucas), Doctor en Ciencias, Ayudante primero por oposición en el Museo de Cien- - cias naturales.—C. de Santa Engracia, 29, 2.* derecha, Madrid.—(Mineralogía.) Fervánbez RobríGuez (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina.—C. de Pontejos, almacén de papel, Madrid. FerranD Y Couchoub (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri- mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda- luces.—C. de Infanzones, 5, Estación de San Bernardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos), Doctor en Medicina y Bachiller en Ciencias.—Ronda de la Universidad, 16, 1.”, Barcelona. Fiórez Y GonzáLez (D. Roberto).—Cangas de Tineo (Oviedo). —(Entomologia. ) FortaNET (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. Fuente (D. José María de la), Presbítero.—Pozuelo de 12 1889. 1890. 1872. 1896. 1887. 1894. 1877. 1892. 1884. 1878. 1890. 1886. 1894. 1886. 1887. 1872. 1893. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Calatrava (Ciudad-Real).—[(Entomología, Coleópteros de Europa. Admite cambios de estos insectos.) FumouzeE (Dr. A.) —78, Faubourg Saint-Denis, París. Fuser y Tusiá (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Ayudante en la Facultad de Ciencias.—Barcelona.— (Gusanos y Dibujo científico.) Garcia Y ARENAL (D. Fernando), Ingeniero del puerto de Vigo.—Pontevedra. García Barrano (D. Isidoro).—C. de Peligros, 6 y 8, 2.”, Madrid. us. García Y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes.—Manila. García Y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el Instituto de segunda enseñanza.—Huelva. García Y Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad militar.—Manila.—(Coleópteros y Dipteros de Europa.) Garripo BarrÓN (D. Joaquín), Catedrático de materia far- macéutica animal y mineral en la Universidad.—Manila. Giza Y Fiparco (D. Félix), Catedrático de Historia natural en la Universidad.—Zaragoza.—/Botánica y. Geología.) GoberT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de la Orden de Isabel la Católica, Miembro de las Sociedades Entomológicas de Francia, Bélgica é Italia, de la Zoológico-botánica de Viena y de otras corporacio- nes científicas.—51 Rue Victor Hugo, Mont-de-Marsan (Landes), Francia.—(Entomología general.) Gorrra (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.—C. de las Salesas, 4, bajo, Madrid. Gómez Carunasco (D. Enrique).—C. de Goya, 80, pral., Madrid.—(Coleópteros de Europa.) Gómez OcaÑa (D. José), Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina.—C. de Atocha, 127, Madrid. GonzaLgz (R. P. Juan Crisóstomo), Profesor en las Escue- las Pías de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GONZÁLEZ Y García De Meneses (D. Antonio), Ingeniero Industrial.—C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla. GonzáLez Linares (D. Augusto), Catedrático de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Esta- ción de biología marina.—Santander. GonzáLez Pérez (D. Lino Victoriano), Farmacéutico.— Sisante, La Roda (Cuenca). 1881. 1882. 1887. 1890. 1875. 1896. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 13 GorDóN (D, Antonio María), Catedrático de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Habana. GREDILLA Y GAUNA (D. Apolinar Federico), Catedrático en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de la Estrella, 7, pral., Madrid. —(Geología y Botánica.) GUALLART Y ELías (D. Eugenio), Ingeniero de Montes, — Madrid. GUERRERO (D. León), Farmacéutico. — Manila. — (Botá- nica.) GuiLLÉn (D. Vicente), Médico-cirujano, Jardinero mayor dei Botánico. —Valencia. : HazaÑas Y La Rua (D. Joaquín).—C. de Odonell, 14, Se- villa. Hazeras (D. Luciano), Ostricultor.—Santoña (Santander). Hernánbez Y ÁLvarez (D. José), Licenciado en Ciencias naturales, Profesor en el Golegio.—Santoña (Santan- der) —( Botánica.) HervánDEZ PacHeco Y EstEBAN (D. Eduardo), Dóctor en Ciencias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto.— Cáceres ó en Alcuéscar.—(Geología.) HeybeN (D. Lucas von), Mayor de reserva, Doctor en Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo, Suiza, Italia, etc., Caballero de las Órdenes del Águila Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan.— Schlosstrasse, 54, Bockenheim, Frankfurt am Main. Hoyos (D. Luís), Doctor en Ciencias naturales y en Dere- cho, Catedrático de Agricultura en el Instituto.—Figue- ras ó C. de Campoamor, 9, Madrid.—(Antropología.) HuiboBro Y HerNánDEz (D. José), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de San Bernardo, 52, Madrid. IBarRLUCEA (D. Casto), Catedrático de Agricultura en el Instituto.—Gáceres. Iborra Y GabEa (D. Miguel), Farmacéutico militar.— Parang-Parang, Mindanao (Filipinas). ISarra Y Ecuevarría (D. Fermin), Profesor auxiliar por oposición, de la sección de Ciencias físico-químicas y naturales en el Instituto del Cardenal Cisneros.—C. de Fuencarral, 53, 2.* derecha centro, Madrid. JIMÉNEZ Cano (D, Juan), Estudiante de la Facultad de 1873. 1872. 1884. 1880. 1895. 1897. 1891. S. A. 1897. 1889. 1887. LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Ciencias.—Calle de la Libertad, 16 duplicado, 3.”, Ma- drid; y durante el verano, Casa Blanca (Guenca).—(Le- pidópteros.) JIMÉNEZ DE CISNEROS (D. Daniel), Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Gijón. Jiménez DÉ La Espaba (D. Marcos), de las Reales Acade- mias de la Historia y de Ciencias.—C. de Serrano, 39, 2. izquierda, Madrid.—( Vertebrados.) Jiméxez Rico (D. Antonio), Ingeniero de Montes. — Burgos. Kuri (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Go- mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga, de la Entomológica de Berlín, Stettin y Dresde.—Ferdi- nandstrasse, 38, Praga (Bohemia). Kkraarz (D. Jorge), Doctor en Filosofía, Presidente de la Sociedad Entomológica de Berlín.—Linkstrasse, 28, Berlín. Lacuna (Excmo. Sr. D. Máximo), Ingeniero de Montes, de la Real Academia de Ciencias.—Travesía de la Ba- llesta, 8, 2. izquierda, Madrid.—( Botánica. ) Larrinúa y Azcona (D. Angel), Doctor en Derecho.— Plaza de las Escuelas, 1, 2.”, San Sebastián (Guipúzcoa). —(Ornitología y Coleópteros.) Laurrer (D. Jorge), Miembro de la Sociedad de Historia natural de Aupsburgo.—C. de la Lealtad, 13, 2.” dere- cha, Madrid.—(Lepidópteros y Coleópteros.) Lázaro É Isiza (D. Blas), Doctor en Farmacia y en Cien- cias, Catedrático de la Facultad de Farmacia.—C. de Carranza, 10, 3.*, Madrid.—(Botánica.) Lear (D. Oscar), Doctor en Medicina.—Correspondencia, 222, Correio Geral, Lisboa. Lranas (D. José María), Farmacéutico militar.—C. de Bilbao, 2, Sevilla. Lo Bianco (D. Salvador), Comendador.—Estación Zooló- gica, Nápoles (Italia). Lórez Gómez (D. Salvador), Director del Gimnasio higié- nico.—Sevilla. Longer (D. Augusto), Farmacéutico.—C. de la Escolta, 25, Botica de Sartorius, Manila.—(Botánica.) Lórez Cañizares Y Díez be Tesaba (D. Baldomero), Cate- 1890. 1889. 1887. 1891. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 15 drático de Historia natural en el Instituto.—San Sebas- tián (Guipúzcoa). LóPEz DE LinaRES Y MenDIzZáBaL (D. Luís), Licenciado en Farmacia.—C. de Monteleón, 18, 3.” derecha, Madrid, y Otero de Herreros (Segovia). Lórez PeLáez (D. Pedro), Catedrático de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Granada. Lórez Se0aNE (llmo. Sr. D. Víctor), Abogado del Ilustre Colegio de la Coruña, Jefe superior honorario de Admi- nistración, Presidente del Consejo provincial de Agri- cultura, Industria y Comercio, de la Real Academia de Ciencias de Madrid, del Congreso internacional de An- tropología y Prehistoria, de las Sociedades Imp. y Real Zol.-bot. de Viena, Senkenb. de Francfort, Geolog. y Zoolog. de Francia, Entom. de Francia y Bélgica, Suiza, Berlín y Stettin, fundador de la de Alemania y otras.—Coruña.—(Vertebrados.) López DE SiLva (D. Esteban), Doctor en Medicina y en Ciencias naturales, Subdelegado de Sanidad del distrito de Palacio.—C. de Leganitos, 47, Madrid. Lórez De Zuazo (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Ayudante por oposición en el Museo de Ciencias natu- rales.—C. de la Gruz, 12, Madrid. Machuo DE VeLabo (D. Jerónimo), Doctor en Ciencias, Ca- tedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad. —C. de Hortaleza, 60, 2.” derecha, Madrid. MaciÑeira Y Paroo (D. Federico G.), Cronista oficial de Ortigueira (Coruña). Mac-LeNNAN (D. José), Ingeniero.—Portugalete (Bilbao). MacPHERSON (D. Guillermo), Cónsul de Inglaterra, —C. de Serrano, 90, 2.” Madrid. —( Geología.) MacPHersON (D. José). —C. de la Exposición, 4, Ba- rrio de Monasterio, Madrid. — (Mineralogía y Geo- logía.) Mabrio Moreno (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Jefe del Gabinete micrográfico municipal y Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias.—C. de Serrano, 1 bajo derecha, Maarid.—(Micrografía.) MarncorT (D. F. J.) —Lower Prince Street, 19.— Port of Spain (Isla de la Trinidad). , 1897. 1889. 1892. 1873. 1885. 1882. 1997: 1884. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Marín Y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. —C. de Silva, 49, 2.” derecha, Madrid. , Martí Y LLeoparT (D. Francisco María de), Licenciado en Derecho civil y canónico.—C. de Santa Ana, 8, princi- pal, Tarragona. MarTiNEz (R. P. Vicente), Profesor de Ciencias naturales en el Colegio Calasancio. —Sevilla. —(Ornitologíia de España.) Martínez (R. P. Zacarías), Licenciado en Ciencias natu- rales, Real Colegio.—El Escorial. MARTÍNEZ Y ANGEL (D. Antonio), Doctor en Medicina.— C. de Goya, 11, Madrid. MARTÍNEZ AÑIBARRO ¡D. José), Doctor en Ciencias, Miem- bro de las Sociedades Entomológicas de Francia y de Bélgica, Correspondiente de la Española de Antropología y de las Económicas de León y Gerona, “Presidente de la Comisión Antropológica de la provincia de Burgos.— C. de Alcalá, 101, Madrid.—( Mineralogía y Geología.) Martinez EscaLERA (D. Manuel). —Villaviciosa de Odón (Madrid).—(Coleópteros de Europa.) Martinez FerNáNDEzZ (D. Antonio), Doctor en Ciencias naturales.—C. de Don Martín, 16, Madrid.—(Entomolo- gía, especialmente Ortópteros.) MarTivEz Pacheco (D. José), Doctor en Farmacia.—C. de San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid. MarTiNEz Y Ságz (D. Francisco de Paula), Catedrático de Zoografía de vertebrados en la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de San Quintín, 6, principal, Mau- drid.—(Coleópteros de Europa.) | Martinez ViGiL (llmo. Sr. D. Ramón), Obispo de la dió- cesis, ex-Catedrático de JMistoria natural en la Univer- sidad de Manila.—Oviedo. MasFERRER Y RierROLA (D. Mariano).—C. de Obradors, Barcelona. MazarreoO (D. Carlos), Ingeniero de Montes.—C. de Claudio Coello, 24, principal, Madrid.—(Neurópteros y Arácnidos.) Mazo Y Franza (D. Julio del).— Sevilla. MebErOs Y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Ciencias naturales.—San Lorenzo (Gran Canaria). 1888. 1892. 1896. 1879. 1897. S. A. 1397. 1896. 1872. 1889. ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— ENERO, 1898, LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17 Mebina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Cate- drático de Anatomía de la Escuela de Medicina. — C. de Santa María de Gracia, 15, Sevilla. — (Hime- nópteros.) Menboza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios.—Madrid. MeErcaDER Y BELLOCH (D. Enrique de). —C. de Córcega, 271, entresuelo, Gracia ¡Barcelona).—(Apicultura y En- tomologíag) MERCADO Y GONZÁLEZ (D. Matías), Licenciado en Medicina y Cirugía, Médico cirujano titular.— Nava del Rey (Va- lMadolid).—(Entomología). Mer1N0 (R. P. Baltasar) S. J., Profesor de Física y Quí- mica en el Colegio de La uta a: —(Bo- tánica.) MiQueL É IrIzZAR (D. Manuel de), Comandante de Ingenie- ros.—C. de Lauria, 39, Valencia. Mir y NAvarro (D. Manuel), Catedrático de Historia na- tural en el Instituto.—Paseo de Gracia, 43, 2.%, 1:*, Bar- celona. | MIRALLES DE IMPERIAL (D. Clemente). —Rambla de Estu- dios; 141,2? 1, Barcelona: Mora Y VizcaYNo (D. Manuel de), Licenciado en Ciencias naturales. —Valverde del Camino (Huelva). MORAGUES E IgBarra (D. Ignacio).—C. de San Francisco, 18, Palma (Mallorca).—/Coleópteros y moluscos). MORAGUES Y DE Manzanos (D. Fernando), Presbítero.— C. del General Barceló, Palma (Mallorca).—(Coleópteros, himenópteros, dipteros, hemipteros y owtópteros de las Baleares y conchas de Europa y exóticas. Admite conchas á cambio de cualquiera orden de insectos de la isla.) Moreno Y FernánDEz (D. José), Profesor de la Escuela de Medicina.—Sevilla. MuGuruza (D. Federico de), Licenciado en Medicina y Ci-. rugía.—Manila. Muñoz CoBo Y ARREDONDO (D. Luís), cesa en Cien- cias naturales y en Derecho, Director y Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Jaén. Muso y Morewxo (D. José), Ingenicro de Montes. —C. de los Dos Amigos, 3, principal, Madrid. 1) 1896. 1873. 1897. 1896. 1887. 1890. 1897. 1894. 1875. 1875. 1881. 1890. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN NAcHER Y ViLar (D. Pascual), Catedrático en la Fa- cultad de Ciencias de la Universidad.—Santiago (Ga- licia). Navas (R. P. Longinos), S. J., del Colegio del Salvador. — Zaragoza. — (Geología y Entomología, especialmente Libelúlidos y Ortópteros.) NIETO Y SERRANO (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Matías), Mar- qués de Guadalerzas, Consejero de Instrucción pública, Secretario perpetuo de la Real Academia de Medicina.— C. de Génova, 11, Madrid. NorEÑa Y Gutiérrez (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales.—C. de Alcalá, 80, Madrid. OñertuUr (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Nle-et-Vilai- ne), Francia. —(Lepidópteros.) OpernTHUR (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia.—Faubourg de Paris, 20, Rennes (Ile-et-Vilai- ne), Francia.—(Coleópteros.) OLavarria Y Gutiérrez (D. Marcial de), Ingeniero de Minas.—C. de las Huertas, 82, pral., Madrid. Onóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina, Catedrático en la Facultad de Medicina.—C. de la Mag- dalena, 34, 2.*, Madrid. Onis (D. Mauricio Carlos de), Licenciado en Ciencias na= turales.—C. de Santa Engracia, 23, pral., Madrid. OnTteGA Y Mayor (D. Enrique).—C. de Carretas, 14, La- boratorio químico, Madrid. Oruerta (D. Domingo de), Ingeniero de Minas. —Gijón.— (Fauna inferior marina del Cantábrico,) Panacios (D. Pedro), Ingeniero Jefe del Guerpo de Minas. —C. de Cedaceros, 8, Madrid. PaLacios Y Robrisuez (D. José de), Farmacéutico.—Plaza de Santa Ana, 11, Madrid. PaLou Y Forges (Ilmo. Sr. D. Eduardo), Consejero de Instrucción pública, Decano y Catedrático de Derecho. en la Universidad.—C. de los Reyes, 8, Madrid. PanteL (R. P. José), S. J.—Vals pres Le Puy, Haute Loire (Francia).—(Anat. ins., Ortópteros). Pau (D. Carlos), Farmacéutico.—Segorbe (Castellón).— (Botánica. ) 1882. 1875. S. A. 13897. 1895. 1873. 1881. 1873. 1874. 1890. 1895. 1892. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 19 PaúL Y AROZARENA (D. Manuel José de). —C. de San Pa- blo, 71, Sevilla. —(Patología vegetal.) PauLino D'OLiveIRA (Limo. Sr. D. Manuel), Profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad.—Coimbra (Portugal). Peña Y MORENO (D. Enrique). —C. de Capuchinas, 17, Se- villa. Pérez Arcas (D. Antonio), Abogado.—Santa Teresa, 7, 3., Madrid. PErEz DE Arce (D. Facundo), Licenciado en Ciencias na- turales, Catedrático de Historia natural en el Instituto. —Guadalajara. Pérez Lara (D. José Maria), Jerez de la Frontera (Cádiz). — (Botánica.) Pérez Orte6O0 (D. Enrique), Doctor en Ciencias.—C. de Atocha, 95, Madrid. Pérez Zúñica (D. Enrique), Profesor auxiliar en la Facul- tad de Medicina.—C. del Fúcar, 19 y 21, 2.* izquierda, Madrid. PieLTaIN Y BartoLt (D. José María), Abogado. —C. de Moreto, 1, 1.*, Madrid. Pino Y Vivo (D. José), Farmacéutico.—Murcia. Porter (D. Carlos H.)—Escuela Naval, Casilla núm. 5, Valparaíso (Chile). —/Histología, Crustáceos decápodos y hemipteros.) Prabo Y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias natura= les, Catedrático de Historia natural en el Instituto de segunda enseñanza.—Vitoria, Óó Plaza de San Ildefonso, 6, Madrid.—(Mineralogía.) PreuobHOmME DE BorkE (D. Alfredo), Individuo de varias Sociedades. —Villa la Fauvette, Petit Saconnex, Ginebra (Suiza). —/[Entomología general, geografía entomológi- ca, coleópteros y principalmente heterómeros é hidrocan- laros.) Pula Y Larraz (D, Gabriel), Ingeniero de Minas.—C. de Fomento, 1 duplicado, 1.* derecha, Madrid. Quanras (D. José Florencio).—Manila.—(Malacología.) Ramón Y Casa (D. Pedro), Catedrático en la Facultad de Medicina.—Cádiz. Ramón Y CaJaL (D. Santiago), de las Reales Academias 20 SAS 1897. 1883. 1883. 1886. 1886. 1894. 1896. 1872. 1872. 1880. 1390. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina.—Atocha, 64, 3.”, Madrid.—( Histología.) ReLimeI0 Y OrTEGA (D. Federico), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias. —C. de Trajano, 22, Sevilla. Reyes Y ProsPER (D. Eduardo), Doctor en Ciencias natu- rales, Profesor auxiliar y Ayudante por oposición de Dibujo en la Universidad Central y de Botánica en el Museo de Ciencias.—C. de la Palma Alta, 30, principal izquierda, Madrid.—(Dibujo cientifico, Cristalografía y Botánica.) ReYes y Prosper (D. Ventura), Doctor en Ciencias natu- rales, Catedrático de Física en el Instituto de segunda enseñanza.—Cuenca.—( Ornitología y Malacología.) Rioja Y Martin (D. José), Doctor en Ciencias, Ayudante del Museo de Ciencias naturales. —C. Mayor, 74, 3. de- recha, Madrid. : Rio (D. José), Ingeniero de Montes.—C. de Santa Teresa, 9, 1.0 izquierda, Madrid. Rivas Y Gancía (D. José), Licenciado en Farmacia.— Cádiz. Rivas Mareos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad.—Santiago (Galicia).—(Bo- tánica.) Rivera (D. Emilio), Doctor en Ciencias naturales, Secre- tario y Catedrático de Historia natural en el Instituto. —Plaza de la Aduana, 13, Valencia. Rivera (Excmo. Sr. Marqués de la), ex-Consejero de Es- tado, Miembro de la Sociedad Geológica alemana. — Plaza del Conde de Miranda, 3, Madrid.—(Minera- logía.) RobrícuEz (D. Uipiano), Farmacéutico.—Manila.—/Botá- nica.) RobríGUEz Acuano (D. Enrique), Doctor en Ciencias y Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias. —C. del Reloj, 1 y 3, principal, Madrid. RobríGUEz Y Fementas (D. Juan J.)—C. de la Libertad, 48, Mahón (Menorca).—( Botánica.) Robri6uez MoureLo (D. Jose).—-C. de Serrano, 96, 3.*, Madrid.—/Mineralogía.) Robricuez Pérez (D. Felipe), Licenciado en Ciencias na- 1897. 1873. 1890. 1896. 1897. 1893. 1896. 1891, 1889. 1885. 1972. 1885. 1895. 1879. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Al turales. —Largo Fernandina. Palazzo Bivona. Nápoles Italia). —/Botánica, fanerógamas.) Rosa Abab (D. Ramón de la), Médico cirujano.— Llano del Real (Murcia). Rubio Y Gai (Excmo. é Ilmo. Sr. D, Federico), de la Real Academia de Medicina. —Paseo de Recoletos, 25, Madrid. Ruiz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia.— Caparroso (Navarra). SaaveDRa (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, de Ciencias y de la Historia, Consejero de Instrucción pública.—C. de Fuencarral, 74 y 76, principal, Madrid. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Ciencias natura- les, Director del Colegio de Santa Ana.— Mérida (Ba- dajoz). SALAZAR Y QUINTANA (D. Francisco de), Licenciado en Far- macia.—Plaza de Autón Martín, 44, Madrid. SaLes Y Ferre (D. Manuel), Catedrático de Historia uni- versal en la Universidad.—Sevilla. SAMPEDRO (D. Antonio de Dios), Farmacéutico.— Alcolea (Almería). SáncHez (D. Bartolomé).—C. del Duque, 8, Cartagena, en memoria de su hijo D. José Sáncuez Gómez + en 1896. SANCHEZ NAVARRO Y NEUMANN (D. Emilio), Doctor en Cien- cias naturales.—San Miguel, 16, Cádiz. —(Entomología.) SÁNCHEZ NAVARRO Y NEUMANN (D. Manuel), Doctor en Me- dicina, Miembro de la Sociedad española de Higiene.— San Miguel, 16, Cádiz. —(Paleontología y Antropología.) SincHez Y SáxcHEz (D. Domingo), Doctor en Ciencias na- turales, Ayudante de la Comisión de la Flora florestal, Inspección general de Montes.— Manila (Filipinas). San Martín (Ilmo. Sr. D. Basilio), de la Real Academia de Medicina.—C. de las Hileras, 4, principal, Madrid. San MiLLÁN Y ALoNsO (D. Rafael), Médico cirujano. — GC, de San Lorenzo, 15, Madrid. SanTO DominG0 Y López (D. Agustín), Licenciado en Cien- cias naturales.—San Segundo, 16 y 18, Ávila. Sanz DE DieGO (D. Maximino), Naturalista.—C. de San Bernardo, 94, 1.”, Madrid.—/Comerciante en objetos y libros de Historia natural y en utensilios para la reco- na] 11) 1897. 1886. 1874. 1397. 1890. 1889. 1880. 1890. 1894. 1896. 1897. 1894. 1382. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN lección, preparación y conservación de las colecciones, cambio y venta de las mismas en todos los ramos.) SecaLL (D. José), Ingeniero de Montes, Profesor en la Escuela.—El Escorial (Madrid). SerBoLD (D. Teodoro), Ingeniero civil de la Sociedad de Ingenieros civiles de París, Comendador de la Orden de Carlos III, Caballero de varias Órdenes extranjeras.— Square du Roule, 2, París. —/(Lepidópteros.) : SíLys-LonecHamps (Sr. Barón Edmundo de), Senador, Individuo de la Real Academia de Bélgica y de otras Academias y Sociedades.— Boulevard de la Sauvennie- re, 34, Lieja (Bélgica). —/Neurópteros, principalmente odonatos, y Lepidópteros de Furopa.) SErAS Y GONZÁLEZ (D. Antonio).—Sevilla. SERRANO Y SeLLÉs (D. Emilio), Licenciado en Medicina y Cirugía.—C. de Ximénez Enciso, 14, Sevilla. SIMARRO (D. Luís), Doctor en Medicina.—C. del Arco de Santa María, 41, 1.” izquierda, Madrid.—(Histología.) Simón (D. Eugenio). —Villa Said, 16, París. —(Arácnidos.) SirerT (D. Luís), Ingeniero.— Águilas (Murcia). —(Geolo- gía y Antropología.) Soano Y EuLaTE (D. José María), Marqués del Socorro, Catedrático de Geología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.—C. de Jacometrezo. 41, Madrid. —(Mineralogía y Geología.) SoLDeEviLLa Y CANTÓ (D. Juan). —Bajada de San Francis- co, 31, Valencia. STEvVA DE La Ve6a (D. Enrique), Subdelegado de Farma- cia, Licenciado en Ciencias físicas y químicas y Profe- sor mercantil.—Santoña (Santander). SurmeLY Y MarcuaL (D. Eduardo), Profesor de Lenguas. —Concepción Jeróuima, 15 y 17, 2.”, Madrid.—/Botá- nica y Entomología.) Terxeiro (Excmo. Sr. D. Maximino), Rector y Catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad.—Santia- go (Galicia). Toro y QuarTILLERS (Ilmo. Sr. D. Cayetano del), Doctor en Medicina y Cirugía.—CGádiz. TORREPANDO (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes.—C. de Ferraz, 48, hotel, Madrid. 1859. 1893. 4872. 1893. 1896. 1887. 1894. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 23 'Torres Y Perowa (D. Tomás), Catedrático de Química orgánica en la Facultad de Farmacia y en el Real Cole- gio de San José, Socio corresponsal del Colegio de Far- macéuticos de Madrid.—Manila (Filipinas). Traizer (D. Emilio).—42 rue Notre Dame de Nazarelh, París.— (Coleópteros de Europa.) Tkemons y BorreLL (D. Federico), Catedrático de Quí- mica inorgánica aplicada en la Facultad de Farmacia de la Universidad.—C. de la Princesa, 1, 3.”, Barcelona.— (Botánica. | Truán (D. Luís). —Gijón (Asturias) —(Coleópteros.) Turok (D. Vicente), Doctor en Medicina.—Calahorra (Lo- groño).—/Coleópteros.) Unacón (D. Serafín de), Miembro de las Sociedades En- tomológicas de Francia y Berlín.—C. de Velázquez, 30, 2.2, Madrid.—(Coleópteros de Europa.) UnrqQuia Y MarTiN (D. lldefonso).—C. del León, 4, Sevilla. VaL Y JuLián (D. Vicente de), Licenciado en Farmacia, Socio corresponsal de los Ilustres Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona, de la Sociedad Española de Hi- giene, Corresponsal de la Médico-Quirúrgica Española y de Otras varias Gorporaciones, premiado en varias Expo- siciones.—Mélida (Navarra).—(Botánica.) VázQuez FIGUEROA Y CanaLes (D. Aurelio), Director Jefe de Telégrafos.—C. de Mendizábal, 39, 3.%, Madrid.— (Lepidópteros de Europa.) VeLaz DE MeDRaNO (D. Fernando), Ingeniero de Montes. —Sonla. Vera (D. Francisco de Asís), Presbítero, Académico de las Reales de la Historia y San Fernando y Anticuarios de Francia, Director del Museo Arqueológico provincial de Gádiz, Individuo de la Sociedad Geográfica de Lisboa, Comendador de Número de la Americana de Isabel la Católica, condecorado con las cruces de 1.* y 2.* clase del Mérito Naval con distintivo blanco, Vocal Natura- lista de la Junta de Pesca del Departamento de San Fer- nando y Comandancia de Marina de la provincia.—Cádiz. Vicioso Y Trigo (D. Benito), Licenciado en Farmacia.— Bodeguilla, 9, Calatayud.—( Botánica). ViLa Y NabaL (D. Antonio), Profesor auxiliar en la Uni- 1893. 1872. 1897 9. Ej 1886. 1882. 1886. 1878. S. SOCIOS DE LA ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. versidad.—Fagera de Afuera, 13, 2.”, Santiago (Galicia). ViLanova Y PizcueTa (D. Alfonso), Licenciado en Cien- cias naturales.—Borriol, 1, Valencia. ViÑaLs Y TorRERO (D. Francisco), Doctor en Medicina.— C. de San Roque, 4, principal, Madrid. Wakrentzow (D. Pedro A.) —Aschabad, Rusia transcas- plana; y en el invierno, Uzun-Ada.—(Coleópteros.) Yañez (Ilmo. Sr. D. Teodoro), Catedrático en la Facul- tad de Medicina de la Universidad, de la Real Acade- mia de Medicina.—C. de la Magdalena, 19, principal, Madrid. ZAMORa Y GARRIDO (D. Justo), Licenciado en Farmacia, Director del Colegio de segunda enseñanza de San Agustín.—Siles (Jaén). —(Entomología y especialmente de la Sierra de Segura.) ZAPATER Y MARrcoNELL (D. Bernardo), Presbítero.—Alba- rracin (Teruel) —(Lepidópteros.) Socios que han fallecido en 1897. ANGULO Y Suero (D. Francisco). MalsTERRA (D. Miguel). MoxTEs DE Oca (D. José). Ruíz CasavieLLa (D. Juan). 1894 í Torres CasTELLANOS (D. Miguel). ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 25 Sesión del 5 de Enero de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL ANTÓN. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. D. Santiago Ramón y Cajal, Presidente de la Sociedad en el año anterior, invitó á los señores elegidos en la sesión de Diciembre para formar la Junta directiva del corriente año a tomar posesión de sus puestos. —El Sr. Presidente, D. Manuel Antón, manifestó á la Sociedad su gratitud por haberle designado para un puesto que perso- nas tan eminentes en la ciencia habían ocupado, y entre ellas el esclarecido biólogo á quien sucedía desde este momento. Añadió, que por muchos motivos él se creía obligado á prestar siempre á la Sociedad su modesta cooperación, en el caso pre— sente harto más honrosa que difícil, puesto que otros indivi- duos de la Junta directiva, tan celosos como expertos en estos asuntos, son los encargados de mantener la vida de la So- ciedad. Terminó el Sr. Antón, proponiendo un voto de gra— cias para la Junta saliente, por el entusiasmo con que habia desempeñado su misión, siendo así acordado por unani- midad. —El Sr. Secretario leyó una comunicación de D. Primitivo Artigas dando gracias por su nombramiento de Vicepresiden- te, cuyo cargo aceptaba, y excusándose de no poder asistir á la sesión desde su comienzo por impedirselo deberes urgentes de su cargo. —Dió también lectura al siguiente dictamen de la Comisión nombrada en la Junta anterior para la revisión de cuentas presentadas por el Sr. Tesorero: «Los socios que suscriben, comisionados para inspeccionar las cuentas correspondientes al año de 1897, de la Sociedad Es- pañola de Historia Natural, tienen la satisfacción de partici- parle que, examinadas con la detención debida y comprobadas con los justificantes que las acompañan, se hallan en un todo conformes y acusan un estado económico satisfactorio, según lo demuestra la liquidación total, puesto que la Sociedad cuen- 26 'ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ta al comenzar este ejercicio con un efectivo de 614,19 pesetas, y un crédito á su favor por valor de 1.903,16 pesetas. »Por lo cual proponemos un voto de gracias al dignísimo Tesorero D. Ignacio Bolívar, que con tanto celo éinterés viene desempeñando el tan penoso cargo que la Sociedad le tiene confiado. Dios guarde á usted muchos años. Madrid 9 de Di- ciembre de 1897.—ANToONIO BECERRA.—JOSÉ L. DE ZUAZO.— MARCELO Rivas MATEOS.» —Se acordó conceder al Sr. Bolívar el merecido voto de gracias solicitado por la Comisión autora del precedente dic- tamen. —5Se hicieron cuatro propuestas de socios. —El Sr. Martinez y Saez presentó en nombre de D. José Ma- ría de Castellarnau un trabajo de que éste es autor, sobre «Las traqueidas de los Pinus. Estudio de la constitución óp- tica de sus paredes por medio de la luz polarizada.» La Sociedad oyó con agrado las noticias dadas por el señor Martínez y Saez sobre la indole y alcance de dicho escrito, al cual acompañan algunas figuras que pueden ir intercaladas ó en forma de lámina, según lo crea más conveniente la Co- misión de publicación, á cuyo informe se acordó pasara el trabajo. —El Sr. Martinez Escalera presentó una monografía de que es autor, de las especies españolas del grupo Bathyscie, en la que se describen algunas especies nuevas; con este motivo, el Sr. Bolivar manifestó que, pendiente de publicación como están varios trabajos de zoología, el del Sr. Escalera no podría publicarse en bastante tiempo, y que como entre tanto podría perder su novedad dicho trabajo, por lo menos en lo referente a las especies nuevas, convendría publicar las diagnosis de ellas en el acta como se había hecho en casos análogos, si es que la Junta directiva no estimaba oportuno adelantar la pu- blicación del trabajo en cuestión, para lo que estaba facultada por recientes acuerdos, y como se había hecho con el del se- ñor Caballero por la novedad que encerraba, y como tam- bién tendría que hacerse con el Anuario de Bibliografía An—- tropológica de España y Portugal, presentado por el Sr. Hoyos en la sesión anterior que habia tenido que retirarse de las actas después de compuesto por exceder del número de pá- ginas concedido en cada comunicación por acuerdo de la So— DE HISTORIA NATURAL. a ciedad. El Sr. Martínez y Saez, como individuo de la Comisión de publicación, dijo que no creía prudente usar de las facul- tades de que estaba investida dicha Comisión, ya que podía publicarse en las actas el extracto de las Memorias, y en el caso presente, las diagnosis de las nuevas especies: y por úl- timo, el Sr. Ramón y Cajal encontró aceptable que la Comi- sión tuviese las atribuciones indicadas, porque hay trabajos cuya publicación no sufre con la demora, mientras que todos aquellos expuestos por su índole á la competencia extranjera. si no se publicaban oportunamente, podrían perder toda su novedad é interés. La Sociedad se mostró conforme con estas indicaciones, ratificando á la Comisión las facultades de que se ha hecho referencia. —Se dió lectura á la siguiente nota remitida por el señor Barras: Un esqueleto de raza negra. 0 El único esqueleto armado existente en el Gabinete de His- toria natural de la Universidad de Oviedo ofrece las dos parti- cularidades notables de pertenecer á una raza exótica, y estar acompañado de historia. Dice así su etiqueta: «Esqueleto del negro José Jesús. De nación Zucumi, de edad 34 años, oficio cocinero, entregado á las bebidas alcohólicas, muerto de tisis tuberculosa en el hospital de caridad de San Juan de Dios de la Habana, en Octubre de 1854.» El craneo presenta las suturas medianamente complicadas, estando osificada casi por completo la mitad posterior de la sagital. La dentición es completa, y ofrece la particularidad de pre- sentar en la mandíbula inferior cinco incisivos, quedando uno impar en el centro de los otros cuatro. A continuación inserto los principales índices y medidas del cráneo y cara y algunas medidas del esqueleto: (1) En la nota publicada en colaboración con el Dr. D. Manuel Medina en el to- MO XXVI, correspondiente á 1897, púg. 43 de las Actas, se encuentran los datos de tres cráneos de negros existentes en la Escuela de Medicina de Sevilla. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cuevas horizontal iáxiMard. 0002 Ae — = Olnatar raros mil Su —;,preauricólan. q oi he phirastd da: — vertical nasio-OpístiCa................. — == maslo-Dreg mática: oe pjetoó: elos — — UU nmasio:lambdica e pa oie == TAneyersa total. solos els sta — — SUPE Distancia masioDásICA. e = DAsto aveo ea Índices cefálicos. Transversolongitudinal.¿.. ic LARA Vérticodongitudinaliuco ica Td. A LE WVeértico: transversales. raices a elo ASS Fronto:transversal máxiMO ia o ds late Del orificio occipital 7..30. SIIVNVEDES., MH aa Índices de la cara. —: ¡BUPerior de BrOCH:... pues ss nep ajos Nasal.. OO 0.2... ”)..09. 000500: 00.000... 0... ce a.o.. roo... e. 1... e... 2... men Mandíbula. Distancia bigoniata NIN: AM A bicondileo-externa:.. db ae e Altura:dela Biínfisis. oe lo AAA. Indice de la rama...... idrlatieos SE Otras medidas del esqueleto. Húmeros longitud máxima... elas e Cúbito Peroné ...... .................-...... o... o. ......................o.........(... Anchura máxima de la pelviS..... .......... 541 mm. 536 256 382 128 250 452 310 104 103 74,19 73,11 98,55 68,84 77M 106,06 154,46 59,28 56,25 82,68 91 119 28 70,58 DE HISTORIA NATURAL. 29 —El Sr. Seebold, de París, remite los siguientes Datos para el conocimiento de la fauna himenopterológica de España. Tentredínidos de los alrededores de Bilbao. Dolerus pratensis L. var. — niger L. Pz. — etruscus Klg. — eneus Klg. Rhogogastera picta Klg. Tenthredopsis Coqueberti Klg. Macropr+ya duodecimpunctata L. — albicincta Schrk. = —- var. decipiens Knw. — blanda Ebv. — crassula Klg. — neglecta var. similis Spin. — punctum album L. Allantus viduus var. unifasciatus Dest. Tenthredo Coryli Panz (solitaria Scop). - — var. Seeboldi Knw. — lachlaniana Cam. -Strongylogaster multifasciatus Klg. Selandria serva Y. Althalia glabricoltis Thoms. — r5oseL. — — var. libverta Klg. — - spinaram Y. — lineolata Sp. — lugens Klg. Blennocampa assimilis Thoms. Tomostethus fuliginosus Klg. Nematus puncticeps Thoms. — varus Villt. Hemichroa rufa Pz. Cyphona furcata var. melanocephala Pz. HHylotoma melanochroa Gmel. — . rosarum F. 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cephus Antige ? — tabidus E. — Frugi Knw. —El Sr. Ramón y Cajal participó que el profesor Retzius, de Estocolmo, Suecia, le había enviado una fotografía que repre- senta la última paloma mensajera del viaje de André, expe- dición al polo en globo, como es sabido, la cual se considera fracasada. Acompaña además, el facsímile del parte de que dicha mensajera fué portadora. Se acordó dar en las Actas una figura de la paloma y una copia del facsímile referidos, como testimonio del interés que en todas las empresas científicas, transcendentales y desinte- resadas como la de que se trata, toma nuestra SoCIEDAD. —El Sr. Fernández Navarro presentó una Memoria de que es autor, referente á «Observaciones geológicas en el valle del Lozoya.» Se acordó pasara este trabajo á informe de la Comi- sión de publicación. —El Sr. Calderón dió cuenta de una carta que había reci- bido del eminente botánico francés M. de Coincy, referente á la Memoria del malogrado Cala, que acaba de aparecer en | | | | DE HISTORIA NATURAL. 31 estos ANALES sobre la geología de Morón y su yacimiento dia- tomifero. Dicha carta es muy interesante, tanto por aportar noticias nuevas sobre formas contenidas en dicho depósito, cuanto por apoyar algunas de las conclusiones más atrevidas del trabajo mencionado con la autoridad de una alta compe- tencia en el asunto en general, y en el caso de que se trata, por haber visitado detenidamente la localidad. Frón Andrées Polarexp. tit Afionbladel, Stocrholm Traducción del facsiímile inserto en esta página: De la expedición al Polo, de Andre, según el Diario de la tarde, de Estokolmo: «A 13 de Julio, 12,30 de la tarde, latitud 829 2', longitud 15% 5 Este. Buen viaje hacia Este, 10% Sur. Todos bien en el globo. Esta es la 3.? paloma postal.—AnDREE.» «He leído con verdadero placer, dice, la obra póstuma del Dr. Cala, que ha arreglado usted con las notas dejadas por su querido discípulo. El asunto me interesa mucho, pues no puedo olvidar mi viaje á Morón, donde el Sr. Angulo me llevó á varios sitios en que hice buena recolección de tierra diatomifera: parte de ella la puse en buenas manos, y otra me sirvió para estudios míos personales, cuyo resultado le hubiera comuni- cado, á saber que usted se ocupaba en la coordinación de la 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Memoria referida; por supuesto, que este trabajo quedó en suspenso por absorberme completamente el tiempo disponible los estudios fanerogámicos que tengo emprendidos, y mis datos hubieran sido insignificantes al lado de los muchos re- unidos por Cala, Con todo, puedo añadir las especies siguien- tes que no figuran en la lista de las diatomeas de Morón que se consignan en dicha Memoria. Gephyria gigantea Grev. — incurvata Grev. BEuodia Janischi Grun. Stictodiscus Erunomi Tr. et W. 2 Johnsonianus v. trigona Tr. et W. Cestodiscus pulchellus Grev. Liradiscus sp. Hyalodiscus subtilis Bail. — radiatus Arn. »Estoy conforme con sus ideas de usted. acogidas por Cala, sobre la edad del depósito de moronita, que creo, en efecto, corresponde al eoceno medio ó superior, pues la estratifica- ción de la formación en que arma discordante con el mio- ceno me parece prueba suficiente. Por lo demás, la competen- cia de usted, harto superior á la mía en estas materias, me evita entrar en mayores detalles. »No me queda que decirle en punto á este trabajo otra cosa que felicitar á usted por haber consagrado tan piadoso re- cuerdo á la memoria de su querido discípulo.» DE HISTORIA NATURAL. 33 Sesión del 9 de Febrero de 18098. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. —Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. —Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Blas y Manada (D. Macario), Farmacéutico en Madrid, propuesto por D. Santiago Ramón y Cajal; Colomina y Cárolo (D. Alejandro), Catedrático en el Insti- tuto de Pontevedra, propuesto por D. Abelardo Bartolomé y del Cerro; Novoa y Álvarez (D. Francisco), Médico municipal de To- miño (Tuy), propuesto por el R. P. Baltasar Merino, y Eleicegui (D. Antonio), Doctor en Farmacia, de Madrid, propuesto por D. Gabriel Puig y Larraz. —Se hicieron cinco nuevas propuestas. —El Sr. Secretario leyó una comunicación de D. Segundo S. Ruíz de Arana dando gracias por su admisión, y dió cuenta de otras de varias Sociedades científicas que daban las gracias por el envío del 2.” cuaderno del tomo xxvi de los ANALES. Con este motivo manifestó que el referido cuaderno, que ya se encontraba en poder de los socios, se había repartido con algún retraso por motivos ajenos á la voluntad de la Comisión de publicación, relacionados con la tirada de las láminas, y especialmente con la del trabajo del Sr. Caballero, que, como acordada su publicación á última hora, no había podido aten- derse con tiempo á su ejecución. Añadió que está en prensa el cuaderno 3.” del mismo tomo, que espera podrá repartirse en breve. ] —Dió lectura después de otra comunicación de D. Carlos E. Porter, de Valparaiso (Chile), en la que participa haber sido nombrado Director del Museo de Historia natural de dicha ciudad, y ofrece sus servicios científicos á los individuos de esta Sociedad que quisieren utilizarlos. ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— FEBRERO, 1898. 3 31 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA La Sociedad agradeció las ofertas del Sr. Porter, de cuyo reciente nombramiento puede esperar mucho la historia natu- ral de la región chilena. —Se dió noticia después de dos importantes donativos hechos á nuestra Biblioteca: uno por el Dr. Charles Bron- gniart, consistente en una colección de sus importantes y variados trabajos, que componen un total de 35 memorias, y otro del Sr. Archiduque Luís Salvador, que consiste en sus lujosas publicaciones sobre las islas Columbretes y las de Lipari, en total 9 hermosos volúmenes. La Sociedad acordó se dieran expresivas gracias á los donantes por sus generosos y valiosos regalos. 4 —Por último, participó el Secretario el fallecimiento de don Guillermo Macpherson, ocurrido en Madrid el día 2 del co- rriente mes, recordando que el finado, así como su eminente hermano D. José, son consocios nuestros desde 1872. D. Gui- llermo, antes de dedicarse de lleno á los trabajos literarios en que tanta fama alcanzó, no obstante el mucho tiempo y aten- ción que le absorbían los deberes de su alto cargo de cónsul de Inglaterra, que desempeñó durante mucho tiempo, había cultivado los estudios mineralógicos y formado valiosa colec- ción, conservando siempre especial cariño hacia las ciencias naturales. La Sociedad acordó se consignase en el acta el sentimiento con que había sabido el fallecimiento de tan distinguido consocio. El Sr. Martinez y Fernández (D. Antonio) remitió las si- cuientes diagnosis de especies nuevas descritas en su Memo- ria presentada de largo tiempo á esta Sociedad para su publi- cación: Nuevas especies del grupo «Calopteni ». «Al estudiar unos ejemplares del erupo Caloptent, pertene- cientes al Museo de Ginebra, remitidos por M. H. de Saussure al Sr. Bolívar. encontré entre ellos dos del género Ewyphymus, cuyos caracteres difieren bastante de las especies conocidas de este grupo, aunque concuerdan en los genéricos; en virtud de lo cual he creído puedan considerarse como distintas de las conocidas hasta la fecha. asas DE HISTORIA NATURAL. 35 »A dichos ejemplares acompañaban otros de las especies Euryphymus ferruginosus Stal y Caloptenus pedarius Stál, que no había tenido ocasión de ver, y que sólo conocía por las des- cripciones de su autor; y al compararlas con las especies de ambos grupos he deducido lo siguiente: que en el ZurypAy- mus ferruginosus Stál, el Y presenta los cercos con la forma tan caracteristica de los Xuryphymus; pero el tener plano el dorso del pronoto, la carencia de quilla media y quillas laterales, cuando más estar éstas ligeramente manifiestas, la forma de sus fémures posteriores etc., etc., hacen que esta especie deba separarse de los Xuryphymus y colocarse en grupo aparte, constituyendo un género distinto. Otro tanto sucede con el Caloptenus pedarius Stál, cuyos élitros, cortos y lobiformes, así como la diferencia de longitud entre la prozona y metazona, lo separan del género Caloptenus, aproximándole al Paraca- loptenus, del que se diferencia, aparte de otros caracteres, por la forma del borde posterior del pronoto, de los lóbulos mesos- ternales, de los fémures posteriores y por el número de espi- nas de las tibias de estas mismas patas. »Las diagnosis de las especies y géneros que creo pueden considerarse como nuevas son las siguientes: »Euryphymus sinuosus sp. novV.— Pronoti dorso MArgine pos tica recte angulata utrinque sinuata; carimis lateralibus extror- sum leviter curvatis et retrorsum divergentibus. Elylra femori- bus posticis superantia, basi angustata. Ale disco interno intense roseo. Tibie postice sulphuree, . »Long. corp. 24 mm.; pron. 6 mm.; elytr. 23 mm.; fem. post. 13 mm. »Localidad, país de los Namacois. Col. del Mus. de Ginebra. »Euryphymus tuberculatus sp. nov.—Costa frontalis apicem versus ampliata. Pronoti dorso tuberculis parvis sparsis, margine postica obtuse angulata, subrecta, carina media fere integra a sulcis transversis leviter interrupta, carimis lateralivus perfecte explicatis, medio extrorsum curvatis. Elytra femoribus posticis hand vel viz superantia. Tibie postice sanguineo. »Long. corp. 23 nrm.; pron. 6,5 mm.; elytr. 20 mm.; fem. post. 15,5 mn». »Localidad. Cabo de Buena Esperanza. Col. del Mus. de Gi- nebra. »Plegmapterus gen. nov.—Pronotum dorso plano, carina me- 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dia destituto, carinis lateralibus nullis vel subindistinctis, sulco typico valde ante medium sito. Elytra dense el irregulariter reti- culata, femoribus posticis superantia. Femora postica valde com- pressa, carina inferna pone medium valde dilatata. Prosterni tuberculo compresso, apice rotundato-truncato. »A este género refiero el Calliptenus (Euryphymus) ferrugi— nosus Stál, Rec. Orthopt. 1, p. 72, 1873. »Peripolus gen. nov.— Pronotum ante medium hand coarcta— tum, postice obtuse angulatum supra mesonotum productum , me- dio carinatum; carinis lateralibus retrorsum parum divergenti— bus vel subparallelis; sulco typico valde pone medium sito. Elytra lobiformia, lateralia, pronoto breviora. Ale abortive. Femora postica validissima, supra fortiter serrata. Tibie postice extus. spinis octo armate. Tuberculum prosternale subeylindricum api- cem versus angustatum. Lobi mesosternales trapezoidales, lati= tudine sua parum breviores. Cerci e magni valde compressi in medio apicis anguste incisi, apice bilobt. »A este género refiero el Calliptenus pedarius Stál, System. Acridiod., p. 75. »Termino esta nota proponiendo un cambio de nombre es- pecífico para el Caloptenopsis calcaratus Bol. El Sr. Bolívar, al publicar esta especie en Ort. de Afr. del Museo de Lisboa, 2.2 serie, n. 111, p. 172, 1889, con el nombre de Caloptenus calcara- (us, indudablemente no tuvo en cuenta que sStál, en sus Obsero. orthopt. 1, p. 13, 1876, había publicado una especie con el nombre de Calliptenus calcearatus, resultando de esto. dos especies perfectamente distintas del mismo género y con igual nombre específico. Para evitar la confusión que esto ori- ginaría es preciso cambiar el nombre á una de ellas, y como la especie de Stál es anterior, la del Sr. Bolívar debe sufrir esta variación, y por esto propongo se designe en lo sucesivo: con el nombre de Caloptenopsis macracanthus, que alude al eran desarrollo del calcáneo segundo interno de las tibias posteriores.» —El Sr. Martinez Escalera presentó las siguientes diagnosis de las especies nuevas que describe en la Memoria sobre los Bathyscie de España, de que se dió cuenta en la sesión de Enero: DE HISTORIA NATURAL. 37 Diagnosis de especies nuevas del género « Bathyscia ». «B. Sharpi sp. nov.—breviter ovata, valde convexa. Antenmis modice elongatis, articulis octavo, nono nec non decimo latitudine sua viz duplo longioribus, septimo sexto haud longiore , octavo et nono eque longis, octavo precedente tertia parte breviore. Ely- tris haud transverse strigosis. Tarsis anterioribus Y apice tibia- rum ejusdem paris latioribus, patena brevi, latiuscula formanti— bus, articulo primo articulis tribus seguentibus simul sumptis distincte breviore. »Long. corp. 1,8-2 mm. Su tamaño constante y notablemente menor que el de la B. cantabrica Uhag., y la proporción de los tarsos anteriores en los yo” (en la B. cantabrica el primer artejo de los mis- mos es más largo que los tres siguientes reunidos y la pala alargada), hacen que á primera vista se diferencie de dicha especie que es la más próxima á ella entre las españolas. »Sobre 300 ejemplares de las grutas de las Brujas (Ongayo), de las Brujas (Suances), Sima del Espino (Cudón), de la pro- vincia de Santander, en Agosto de 1895. »B. autumnalis sp. nov.—Z£longato-ovata, atque valde convexa. Antennis modice elongatis, articulis octavo, nono et decimo lati- tudine sua viz duplo longioribus, septimo sezto tertia parte lon— yiore, octavo septimo dimidio breviore, nono octavo tertia parte longiore, decimo nono tertia parte breviore, undecimo duplo lon— giore quam decimo. Elytris haud transverse strigosis. Tarsis an- terioribus y apice tibiarum ejusdem paris angustioribus, patena angusta elongata formantibus, articulo primo articulis duobus sequentibus unitis breviore. »Long. corp. 2,2 mm. »Su tamaño constante y notablemente mayor que el de la $. Perezii y la proporción de sus artejos antenares, muy dife- rente, hace que á primera vista se distinga de la especie indicada, que es con la que tiene mayor analogía entre las especies españolas. »Sobre 34 ejemplares de las grutas de Peñas Negras (Puente de Arce), del Castillo (Puente Viesgo), de la provincia de San- tander, en Septiembre de 1894 y Agosto de 1895. »B. fugitiva Rttr.—X/longato-ovata, modice convexa. Antenmis 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA longiusculis, articulis octavo, nono et decimo latitudine sua plus duplo longioribus, articulo quinto magno tertia parte longiore quam adjacentibus et latiore, medio distincte ampliato, articulis septimo, octavo et nono longitudine equalibus. Elytris transverse strigosis. Tarsis anterioribus y apice tibiarum eque latis. »Long. corp. 2,7 mm. »Diferénciase de la 5. A 0beillei Sauley, á la cual dice Reitter que se parece, en que ésta tiene el artejo quinto de las antenas próximamente de la misma longitud que sus adyacentes y de su misma forma, siendo el octavo más de un tercio más corto que los 7.? y 9.”, teniendo el protórax su mayor anchura en la base, mientras que en la B. fugitiva el artejo quinto es un tercio más largo que aquellos entre quienes está, siendo el 8.” tan largo como los 7.” y 9.”, y el protórax tiene su mayor an— chura á más de un tercio de la base: de las españolas distin- guese á primera vista. »Un ejemplar + comunicado por el Dr. Heyden, y que sirvió: a Reitter para describir, aunque imperfectamente, la espe cie, y proveniente de las cazas del Dr. Dieck en las grutas de Montserrat. »B. Bolivari sp. nov.—LElongato-ovata, atque valde conveza. Antennis tenuibus valde elongatis apicem versus leviter incras—- satis, articulis octavo, nono nec non decimo latitudine sua plus— guam duplo longioribus, articulo quinto adjacentibus haud dis- similis, septimo octavo tertia parte longiore, octavo el nono lon—= gitudine equali. Elytris transverse strigosis. Tarsis anteriori- bus $ apice tibiarum eque latis, patena elongata, articulo primo duobus sequentibus simaul sumplis longiore. »Long. corp. 3,4 mm. »Se distingue á primera vista por su tamaño y demás carac- teres de todas las españolas, y recuerda á las especies france— sas, B. Bonvouloiri Duv. y B. Piochardi Ab., por pasar sus an- tenas de la mitad del cuerpo, y tener como ellas los élitros con arrugas transversas y con la estría sutural borrada hacia el final; el cuerpo sensiblemente más estrechado hacia atrás que hacia delante, y las tibias posteriores rectas en los dos sexos; pero la B. Bonvouloiri tiene el artejo 7.” engruesado normal- mente desde la base, los 5.” y 6.*, cilíndricos y el 8.” poco más de dos veces tan largo como ancho, y la 2. Piochardi tiene el artejo 7.” también engruesado normalmente desde la base, DE HISTORIA NATURAL. 39 los 2.”, 3.2 y 4.”, iguales, notablemente más finos y cortos que los 1.? y 5.”, y los 5.” y 6.”, de otra forma, engruesados en su parte media. »Sobre 7 ejemplares de la gruta de la Peña (Fanlo), de la pro- vincia de Huesca, en Julio de 1893.» —El Sr. Calderón dijo después que la biblioteca de nuestra Sociedad se habia enriquecido con un importante donativo: la Introducción al estudio de la cristalografia optica, por nues- tro antiguo consocio el ingeniero de Montes D. Rafael Breñosa. Añadió que no se proponia hacer el elogio de dicha obra, suficientemente juzgada, puesto que había sido premiada por la Escuela de Ingenieros de Minas y publicada por la misma por cuenta del legado Gómez-Pamo, ni pretendía tampoco hacer un analisis critico de la misma, para lo cual no se juzgaba bastante competente; pero sí entendía importaba consignar, para conocimiento de los que no hayan tenido ocasión de examinar el trabajo, que éste es de mucho más alcance y provecho como obra didáctica de lo que su modesto título indica. En realidad consiste en una exposición, aun— que breve, completa y tan clara en la forma como profunda en el fondo, del estado actual de los conocimientos sobre cristalografía óptica dispersos en monografías, á menudo difu- sas y obscuras para los no dedicados especialmente á este linaje de estudios. Necesaria, pero difícil, era la labor empren- dida por nuestro distinguido consocio, la cual sólo podía rea— lizar persona ampliamente dotada de conocimientos varios, tanto sobre óptica, matemáticas y mineralogía, como en punto á la lengua y la literatura científica alemanas. Son, además, notables por todo extremo las tres láminas de fotografía directa del mismo Sr. Breñosa que ilustran la obra, referentes á figuras de interferencia, dispersión de los ejes, ángulos de los ejes ópticos y otras representaciones gráficas conducentes al esclarecimiento del texto, además de las figuras en él intercaladas. Dichas fotografías de la Memoria en cues- tión son una verdadera novedad, no obstante lo mucho que se ha hecho sobre este particular, y prueban un conocimiento teó- rico y técnico de la óptica cristalográfica tan profundo, que bastarian para probar la competencia extraordinaria del señor Breñosa en la difícil materia objeto de sus estudios predilectos. —El Sr. Bolivar manifestó que, coincidiendo con el criterio 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del Sr. Calderón de contribuir á que sean conocidas de los naturalistas españoles las publicaciones cientificas de rele- vante mérito que ven la luz en nuestro idioma, llamaba la atención de la Sociedad acerca de la dada á luz recientemente por nuestro consocio D. Blas Lázaro é Ibiza, titulada Botánica descriptiva.—Compendio de la Flora española y estudio especial de las plantas criptógamas y fanerógamas indigenas y exóticas que tienen aplicación d la medicina, agricultura, industria y hor- ticultura; obra á su juicio interesantísima, y en cuyo examen y elogio no duda habrán de ocuparse nuestros botánicos, por lo que se limitaba, en tanto que esto ocurre, á hacer la indi- cación de las materias que en dicha obra se contienen, y que son las que á continuación se expresan, según la exposición que de ellas hace el autor en el prólogo de la misma. Parte primera. Nociones preliminares. A) Zazonomia (Historia y teoría de la clasificación de los vegetales). B) Bibliografía botánica. O) Elosología (Signos, abreviaciones y voces más usuales). Parte segunda. Claves para la determinación de las familias. Parte tercera. Fitografia.—Descripción de las familias, géneros y especies y mención de sus propiedades y aplicaciones. Parte cuarta. Indicationes de geografía botánica y en especial de España. —El Sr. Bolivar presentó un trabajo del Sr. Uhagóún titulado Ensayo sobre los maláquidos de España. Indicó que pasan de ciento las especies descritas en esta importante monografía para cuya determinación ha compuesto el autor un excelente cuadro sinóptico. Como este trabajo. notable como todos los del Sr. Uhag'ón, tardará todavía mucho tiempo en aparecer en nuestros ANALES, indicó el Sr. Bolívar la conveniencia de que figurasen en las Actas las diagnosis de las especies nuevas, á fin de que no pudieran perder su fecha en tan largo período de tiempo. Así se acordó, y además que el expresado trabajo pasara á la Comisión de publicación. DE HISTORIA NATURAL. 41 Diagnosis de especies nuevas de maláquidos, por D. Serafín de Uhagón. Colotes hispanus sp. nov.— Y Flavo-testaceus, paulo nitidus, vertice capitis, antenmis apicem versus, elytris macula communi scutellari, alteraque pone medium minus determinata nigrican— tibus. Palpi maxillari articulo quarto obscuro, oblongo, apice truncato. Antenne articulo primo duabus seguentibus paulo longiore. Prothorazx transversus, longitudine duplo latiore, angu— lis omnibus rotundatis. Elytra apicem versus modice ampliata, leviter convexa, sat densius sed tenuiter punctata, punclis postice subtilioribus. Pedes flavo-testacei, femoribus quatuor posticis basi plus minusve infuscatis. Ab C. Uhagoni 40. elytris maculatis: ab C. flavocincto Mars. y palporum maxillarum articulo ultimo oblongo, apice truncato, nec securiforme, elytris tenwiter punctatis, difert. Long. 1,5 mil. Habitat. Sierra de Alfacar, Granada.—1 ¿y in col. René Oberthiir. Attalus atrocyaneus sp. nov.—gy Q Ovato-oblongus, obscure cyaneus, nitidus, albido pubescens, nigro pilosellus; pedibus antennisque nigris, tibiis anticis apice summo, tarsorum antico— zum articulo primo vel duobus primis basi obscwre ferrugineis. Prothorazx transversus, longitudine summa circiter duplo latiori, disco levi, lateribus vage rugosis. Elytra paulo convexa, postice modice dilatata, dense sat fortius subregulariter punctata. ADA. triste Luc. var. cyaneo Rosenh. antenne breviores, 41 ticulis 7-10 in femina transversis. prothorace paulo minus trans- verso, lateribus minus rugoso, elytris evidentius minus convezis, subplanatis, minus fortiter, minus regulariter punctatis, difert. Long. 2,5-3,2 mil. Habitat. Cartagena.—1 y 20 Sánchez Gómez collegit. Attalus Laufferi sp. nov.— y Q Oblongus, eneo-viridis, niti- dus, albido pubescens, nigro pilosellus. Antenne nigre, articulo primo apice, duobus sequentibus ferrugineis. Prothoraz trans- versus, longitudine suma circiter duplo latiori, disco vage, late- ribus leviter laxe punctatis. Elytra cyaneo-viridia, convexa, pos- tice modice dilatata, dense sat fortius subegualiter punclata. Pedes nigri, tibiis omnibus ferrugineis, tarsis fuscescentidus. - 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPANOLA ADA. atrocyaneo mihi antennarum basi tibiisque ferrugineis; ab A. paradoxo Ab. pilositate erecta nigra, nec albida, protho- race nitido, elytris minus dense, minus fortiter punctatis, tarsis Juscescentibus, difert. Long. 2,5-3 mil. Habitat. Orihuela. J. Laufter collegit. —El Sr. Barras envía desde Oviedo la continuación de sus Notas antropológicas. Cráneos prehistóricos de Val-de-Dios. «Procedentes de la caverna que existe en el lugar de este nombre (1), y encontrados en Mayo de 1878, según sus etique- tas, se conservan en el Gabinete de Historia natural de la Universidad de Oviedo varios huesos prehistóricos, entre los que figuran trozos de mandíbula superior é inferior y algunos molares, dos omoplatos del mismo lado, un trozo de costilla, un húmero, un cúbito, un hueso pelviano completo, un fémur, una tibia y varios huesos carpianos, metacarpianos y falan- o'es; todos los cuales son de rumiantes, pudiendo acaso refe— rirse varios de ellos al género Cervus. Algunos constituyen una masa cementada por depósito calizo y otros están cubier— tos, en parte, por una costra de la misma naturaleza. »Juntamente con estos huesos fueron encontrados, y se con- servan en el Gabinete, varios restos humanos, consistentes en un trozo de radio de 185 mm. de longitud, un húmero incom- pleto muy robusto, que mide 300 mm., sin la cabeza, que le falta, y dos hermosos cráneos, cuyos datos antropométricos van á continuación: »Cráneo núm. 1. »Suturas bastante complicadas, osificadas casi en su totali- dad; en la occipito-parietal derecha un vormiano de mediano tamaño. Glabela prominente y bastante pronunciados los ar- (Dl) El sitio (convento) denominado Val-de-Dios está en la provincia de Oviedo, y según me dicen las personas del país, á la vista de la población de Villaviciosa. Esta población se halla situada en una estrecha faja de terreno diluvial que corre sobre el triásico, que la rodea por completo y dista pocos kilómetros al O. de una gran exten- sión de liásico y al E. de un manchón del mismo terreno. (Mapa geológico de la Co- misión, hoja núm. 3.) DE HISTORIA NATURAL. , 18 cos superciliares. Faltan los huesos de la cara y la mandíbula inferior. Diámetro super-auricular..... o rntels eel 130 mm. — transyerso astériCO...0..emenm»» 115 Curya horizontal máxiMa......oooooo...... 573 — — MaS o do O ON 563 — — PERAL MICUIA E ret aratons ion la 280 —. vertical nasio-opística. ........... ALO — — A 274 — -— — "DresmáticU. ce coaoioalss 138 -- — e" OÍPÍACA lay ono oolelatals lla loto 32 — Ftransyersa total aos sale ojal lo lóiajolere. 472 — — SUPOLOR eos carece ole 330 Anchura biorbitaria exterNa................ 110 =0 LmnterorbMtaria. coli e clases TO 328 Distancia nasio-básiCa.........- an 107 Índice transverso-longitudinal.............. 72,50 — vértico-longitudinal................. 69 — == Atransyersalicora eo olaa ss a 95,17 — fronto-transversal máximo... .... . 60,89 — del agujero occipital...... RI 84,21 »Cráneo núm. 2. »Suturas notablemente complicadas. Empieza la osificación en la fronto-parietal izquierda y parte posterior de la sagital. Glabela prominente. Bordes del agujero occipital rotos, ex- cepto en el basio. Faltan los huesos de la cara y la mandíbula inferior. Diámetro. super auriculal..s.. .o. sisas o Sima: —- transverso astérico........ AA 116 Curvathorizontal MAxiMW. 0 ejes soja 578 — — OA CA a A ROO 572 — = preauricuolar. serrntata a oe 258 — vertical nasio-opística....... de 4104 420 — — — lámbdica...... ais 290 =— — — IAPTegmatican scale to sele 135 — = =—OlraCca o e 32 — transversa total............. ASES . 453 — = superior..... RS A RISA 320 Anchura biorbitaria externa................ 112 — ¡interorbitaria..... A E 30? 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Distancia nasio=básical. cie a 103 “mm? Índice transverso -longitudinal.......co... 221150 =10,29 — vértico-longitudinal................. 68,31 _ == HITAnsversali? ido... E AO TAS — fronto-transversal máximo.......... 73,94 »NoTa. Sin localidad ni dato alguno, pero procedentes casi seguramente de Asturias, se encuentran también en el Gabine- te unos trozos bastante grandes de paradero (Rjókkenmódding) formados por una masa de Zrochus y Patella (ésta en más abundancia) con cemento calizo, y conteniendo además hue- sos de pequeños y grandes mamíferos, pedazos de carbón, piedras, de las que algunas parecen talladas, y un trozo que, aunque recubierto por la caliza, parece ser de asta de ciervo.» —El Sr. Becerra (D. Antonio) presentó la adjunta nota sobre «Especies de ortópteros de la sierra de Segura. » En una corta expedición por la sierra de Segura, acompa- nado de mi buen amigo y consocio Sr. Zamora, pude recoger diferentes especies de insectos, entre las cuales hay algunas que ofrecen cierto interés por ser conocidas tan sólo de otras localidades. Cuéntanse entre ellas el Pamphagus monticola Rb. y la Aphlebvia Betica Bol. , conocidas sólo de Sierra Nevada, y la Zeptynia Hispanica Bol., citada hasta ahora del Centro y Norte de España, por lo que el área geográfica de esta especie se extiende considerablemente con este nuevo dato, así como el de las anteriores adquiere también alguna mayor exten— sión. Las especies á que me refiero son las siguientes : Aphlebia Betica Bol. Ameles abjecta Cyr. Leptynia Hispanica Bol. Stenobothrus Bolivari Brunn. =— pulvinatus Fisch. W. =— parallelus Zett. Stauronotus maroccanus Th. Edipoda fuscocincta Luc. (var. ¿berica Bol.) Pachytylus Danicus L. Edaleus nigrofasciatus Latr. Pamphagus monticola Ramb. 4 DE HISTORIA NATURAL. 45 Platyphyma (riorne Rossi. Caloptenus Italicus L., var. Vattenmyliana Pant. Odontura aspericauda Ramb. Platycleis intermedia Serv.» —El Sr. Lázaro presentó la segunda serte de sus notas críti- cas para las Contribuciones d la Flora de la Peninsula Ibérica, cuya primera serie vió la luz hace algunos años en estos ANALES. Muchas de estas notas se refieren á rectificaciones, amplia— ciones 6 confirmaciones de las indicaciones vagas que res- pecto de varias especies figuran en los libros corrientes acerca de ciertas especies de la flora española y que interesa mucho esclarecer. No pocas se refieren á la ampliación de las áreas de ciertas especies cuya existencia hace notar el autor en regiones diferentes de aquellas, en las cuales se habían men- cionado hasta ahora. Otras vienen á aumentar el catálogo floral de España con la mención por primera vez de especies que, aunque conocidas ya, no se habían encontrado antes en España. En este caso se hallan 9 especies de plantas criptógamas y 10 de faneróga- mas que figuran en estas notas. Además contiene esta segunda serie la descripción de varias especies y variedades nuevas para las cuales el autor propone los nombres siguientes: Thymelea elliptica Endl., var. latifolia Láz. Senecio Gallicus Chaix., var. anacylifolia Láz. — oulgaris L., var. gracilis Láz. — erylhrophyllus Láz. Onopordon Acanthium L., var. subintegrifolium Laz. = nervosum Boiss., var. lanatum Láz. Cirsium favispina Boiss., var. nivewm Laz. Stachys Aragonensis Láz. Teucrium Poliwm L., var. latifolium Láz. — ¿gmaphalodes Vahl., var. erectum Láz. Antirrhinum pulverulentum Láz. A sempervirens Lap., var. Gredensis Láz. Anagallis longicaulis Láz. Se acordó que pasara este trabajo á examen de la Comi sión de publicación. —El Sr. Calderón leyó la siguiente nota sobre algunas cue— 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA vas de Andalucía que le había sido remitida por el Sr. Chaves. «Cediendo á instancias de uno de nuestros consocios, me per- mito molestar la atención de la Sociedad para dar noticia de aleunas cuevas y grutas que existen en término de Maro (Má- laga), y que no han sido citadas en el reciente é importante trabajo del Sr. Puig, Cavidades naturales y minas primordiales de España, publicado en nuestros ANALES. Al propio tiempo daré cuenta de algunos hallazgos realizados en las cuevas de aquella localidad, cuya topografía conozco bien por ser actual- mente campo de mis excursiones mineralógicas. »La más importante de las cavidades que me ocupan, es la llamada Cueva Pintada. Siendo conocida desde tiempo inme- morial, á ella concurren los mareños determinado día del año a celebrar una fiesta tradicional. Se aloja en las calizas arcai- cas dolomíticas del Barranco del Sauquino, y su entrada mira al NO. Es espaciosa y su interior, realmente fantástico, está for- mado por estalactitas y estalagmitas calizas, que no brillan por hallarse ahumadas por las hogueras que en ella se encien- den. En esta cueva no se han practicado excavaciones, y es facil, arañando ligeramente el suelo, encontrar fragmentos de vasijas de barro, trozos de hierro, etc., que no pueden servir de datos históricos, una vez conocida la costumbre de los ha- bitantes de Maro. Yo he encontrado una llave tosca, casi com- pletamente convertida en herrumbre, quizá no tanto por su antigiiedad como por las condiciones de humedad á que estu- vo sometida. Es creencia extendida en el pueblo de esta como de otras tantas de mil localidades, que la cueva citada zo tiene fin; mas yo, que he penetrado porsus últimos caños, puedo asegurar que he visto el límite, como era de suponer. »En el mismo barranco, y más al N., se halla otra cueva que mira al O., la Cueva del Sauquino. Consiste en una gran cavidad que estuvo indudablemente convertida en forta- leza, á juzgar por el muro que la cierra, hoy en parte derruído, provisto de aspilleras y defensas; careciendo de datos históri- cos sobre esta cueva y su aprovechamiento como fuerte, me he de limitar tan sólo á emitir modestamente la opinión, de que quizá las enormes piedras que se hallan en su interior, pudie- ran suministrar á los inteligentes, datos que atestiguen la existencia de un yacimiento prehistórico. Actualmente, la cue- va en cuestión sirve de aprisco. DE HISTORIA NATURAL. 47 »Las Grutas de D. Emilio, que se encuentran en el sitio deno- minado Fuente de la Doncella, eran ignoradas ú olvidadas en la localidad. Practicando unos reconocimientos encaminados al alumbramiento de aguas de riego, las descubrió, en 1886, D. Emilio Pérez del Pulgar y Blake, y celoso por su conserva- ción, les hizo construir una entrada de obra y las cerró con una puerta de madera sobre la que colocó una lápida con el nombre de «Grutas de D. Emilio», que las daban en aquellos alrededores. Años después, una fuerte tormenta destruyó com- pletamente la entrada, la cual, no obstante, ha quedado prac- ticable. Se aloja esta gruta en una especie de crag mioceno que forma un potente banco entre la Playa del Lobo Marino y el Barranco de Maro. »La Gruta del Pabellón se encuentra precisamente bajo el Pabellón de las Mercedes, y era, como la anterior, desconocida, hasta que en 1888 tuve ocasión de descubrirla en una excur- sión que, con mis hermanos D. Rafael, D. Joaquín y D. Fer- nando de Chaves, hice por el acantilado en donde se asienta, sitio entonces de peligroso acceso: la entrada daba paso con dificultad á una persona á gatas, y el suelo estaba convertido en un eran lodazal, porque las aguas corrían hacia dicha en- trada. Extrájose todo aquel barro y se modificó el curso de las aguas, con cuya obra pudo entrarse de pie hasta terminar una pequeña galería curva, desde donde comienza á ensanchar considerablemente. De esta gruta se extrajo gran cantidad de murcielaguina, que fué transportada en una lancha á la cer- cana Playa de Burriana y empleada después como abono. Ha- llamos en la gruta un diente de ciervo recubierto por cristali- tos de calcita, que estudió el Sr. Calderón, y que se con- serva en las colecciones del Museo de Historia Natural de esta Universidad, y algunos esqueletos de quirópteros igualmente incrustados por dicho carbonato. Poseo uno de ellos comple- to y en perfecto estado de conservación. »Próxima a esta gruta, y en el mismo acantilado, debió exis- tir en otros tiempos una cueva ú habitación prehistórica que los derrumbamientos habituales en aquellos lugares han des- truído casi completamente, dejando sólo una entrada estrechi- sima en la que hay amontonados los detritus arenáceos de de- nudación de la roca. En una pendiente próxima á esta cueva 4 grieta, se encontró mi hermano J). Rafael, una piedra plana 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA y delgada, de pizarra, de unos 50 cm. de largo por 20 de an- cho, rectangular, y bajo ella un fragmento de hacha 6 marti— llo pulimentado y de sección elíptica, tallado en una anfibo- lita feldespática de la localidad. No es dicho fragmento el solo objeto de interés descubierto en Maro, pues en el Tablazo de Las Mercedes se encontró también después otro fragmento, al parecer, de hacha, de distinta forma, casi plana por una de sus caras, tallada en un gneis tránsito á las micacitas de tex- tura pizarrosa y poco tenaz, abundante en la localidad. Es po- sible no sea en realidad más que una piedra desgastada natu- ralmente, como opina nuestro consocio el Sr. Cañal, é inclina á pensarlo así el que hubiera elegido el hombre material de tan poca resistencia para la construcción de herramientas cuya principal condición era la solidez; elección injustificada, puesto que en aquella sierra se hallan rocas como la citada anfibolita, de condiciones en mucho superiores para el caso á las que ofrece el gneis en cuestión. »Termino recordando la existencia de una pequeña cueva nombrada de 1 Pasero, próxima á la anterior y bañada por las aguas del mar. Ofrece de notable un piso ó división Casi horizontal, que más que á los trabajos del hombre, es fácil que se deba á la débil resistencia de los materiales que constitu- yen el conglomerado en que está practicada, los cuales fueron socavados sólo en parte por las acciones erosivas, quedando como tabique la porción estratiforme más resistente.» —El Sr. Martínez Escalera dijo que, estándose ocupando de la revisión de las especies españolas del género Dorcadion, tan rico en formas indígenas, de las que posee algunas nue- vas de la región central, desearía hacerlo saber á todos los consocios que se interesan por los estudios entomológicos para suplicarles le facilitaran los datos que poseyeran sobre este asunto, á fin de poder hacer más completo su trabajo, pues desgraciadamente son muchas las regiones de la Península que están aún por explorar. Indicó el Sr. Bolivar que semejantes súplicas, como no consti- tuyen comunicaciones científicas, tendrían cabida mejor en las cubiertas de las Actas que en el texto de las mismas, pues de este modo llegaría mejor á conocimiento de los socios, acordán- dolo así la Sociedad para lo sucesivo á fin de que sirviera de pre- cedente en los demás casos análogos que puedan presentarse. DE HISTORIA NATURAL. 19 —El Sr. Gómez Ocaña (D. José) leyó la siguiente nota: Valor relativo de las localizaciones del cerebro. «Danme ocasión y argumentos para tratar de este tema, dos historias de enfermos cuidados en las Clínicas de Medicina de esta Facultad y varios experimentos en los animales, hechos por mí en el laboratorio de Fisiología de la misma. »Siempre he creído que aparte de las variaciones que en el plano fisiológico del cerebro imponen las diversas especies, y aun los individuos, los lugares de este plano perdían en fijeza y límites lo que podían «ganar en definición y detalle. Asi, por ejemplo, las localizaciones motoras se demarcan mejor en conjunto que los centros para los movimientos del brazo ú de la mano; el centro visual es más extenso y está peor limitado que el acústico; sigue á éste el olfatorio; es aún más vago el tactil; y es casi desconocido el gustativo. »Se oponen al valor absoluto de las localizaciones cerebrales las razones siguientes: »1.* Los pliegues del cerebro obedecen á motivos económi- cos de espacio, no á un plan fisiológico de demarcación de frontera, entre función y función. »2.* En todas las regiones de la corteza del cerebro nacen fibras centrífugas y se terminan otras centripetas. »3." Las fibras de asociación al relacionar muchas neuro- nas, unas con otras y algunas muy distantes, concluyen cierta solidaridad fisiológica entre las diversas regiones del cerebro. »,4.* Los movimientos que se siguen á la excitación de cier- tas regiones corticales no autorizan á considerarlas motoras, pues la destrucción de las mismas no da lugar á parálisis. También muchos autores, alemanes en su mayoría, niegan el carácter motor á otras regiones que responden con movimien- tos á la excitación y originan parálisis si se las lesiona. »>." El territorio correspondiente á cada función debe variar y varía con el grado de desarrollo de la misma en la especie propuesta. ¡Quién dudará que los centros ópticos de las aves deben ser más extensos que los de los anfibios y que los olfatorios han de importar más que los ópticos en los conejos! - »En el supuesto de conceder un valor relativo á las locali- ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— FEBRERO, 1808, 4 E) ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA zaciones cerebrales, nótanse las mayores diferencias al com- parar los cerebros cuasi lisos de los roedores con los plegados de los carniceros, y también varía mucho el plano, si del exa- men de estos se pasa á la hermosa fabrica de los hemisferios del hombre. Fig. 1: Hemisferio cerebral izquierdo de conejo, mostrando las regiones que responden con movimientos á la excitación eléctrica. £ O, lóbulo olfatorio; Z 71, lóbulo frontal; Z O, lóbulo occipital; SY. cisura de Silvio; A , centro cuya excitación determina movimientos de olfación; B, idem id. de masti- cación; C, idem id. en los miembros torácicos; D, idem id. de los abdominales y del rabo. La excitación se hizo con la corriente inducida del aparato de Ranyier y. sia an>stesia. V, centro visual, demostrado por la ceguera quesigue ásu destrucción en loz dos hemisferios. DE HISTORIA NATURAL. 51 »Los hechos á que voy á referirme permiten la comparación de los cerebros de conejo, perro y humano, desde el doble punto de vista de las localizaciones motoras y visuales. Comen- zaré por las primeras, cuyo apellido de motoras acepto sin prejuzgar de la naturaleza de sus funciones. Calavera de conejo en la que se marcan las relaciones con los centros cerebrales. Las letras que los señalan tienen el mismo valor que en la flg. 1.2, y las áreas han sido marcadas, teniendo á la vista las preparaciones, por el alumno D. Eduardo Gó- Mmez Gereda. 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Un examen de la fig. 1.* enseña que las regiones excita— bles del cerebro del conejo se extienden de delante atrás, desde el polo anterior del hemisferio hasta cerca del lóbulo occipi- tal. De la región 4 diré que me parece olfatoria, pues la exci- tación produce movimientos muy expresivos de oler ú ventear, y además, encuéntrase muy próxima al lóbulo olfatorio. Las demás localizaciones B, C y D, son análogas á las que en el perro se agrupan alrededor de la cisura crucial, sólo que en los conejos, por demasía del territorio motor, por mengua del sensitivo 0 quizá por ser liso el cerebro, se extienden y esealo- nan en una ancha faja antero-posterior. La ordenación de estos centros no puede ser más sencilla, pues guardan la misma relación que las partes á quienes mueven; delante los que rigen los movimientos de la mandíbula, detrás los de los miembros torácicos, y en último término, los de los miembros abdominales y del rabo. »En la cara interna del hemisferio del conejo los centros motores guardan análogo orden, á juzgar por los resultados de la excitación eléctrica. ; »A diferencia del conejo, los centros motores en el cerebro del perro se agrupan en la cara externa alrededor de una pequeña cisura, la crucial, equivalente á la de Rolando en el hombre. A esta equivalencia debe la cisura citada su importan- cia; mas es de advertir que varía mucho por su forma y exten- sión en los diversos individuos y aun en uno mismo es distinta en los dos hemisferios. Es verdad que rara vez se observa en el perro un cerebro simétrico: yo no recuerdo de ninguno, y el que aparece en la fig. 3.* dibujado del natural por mi dis- cíipulo D. Eduardo Gómez Gereda, tampoco lo es. Adviértase la singular agrupación de los centros motores y que el orden varía aleo en uno y otro hemisferio. Para no hacer confusa la figura, con tanta cifra, he limitado la comparación á los cen— tros 5, 5, que responden con iguales movimientos á la excita- ción, en los dos lados. Sin grande esfuerzo se comprende, que no siendo simétricos los hemisferios, tampoco lo serán las localizaciones. Lo único constante es la agrupación sobre la cisura cruciforme; pero ni aun los límites del grupo es posible marcar. »La excitación del cerebro se hizo en los perros como en los conejos, con la corriente inducida del aparato de Ranvier, y DE HISTORIA NATURAL. 33 con los animales semianestesiados d despiertos. Las dos cosas tienen sus inconvenientes: si anestesiados, los centros motores muéstranse poco ú nada excitables; si despiertos, los perros acabados de salir de la anestesia, tiemblan, se agitan y defien- HIZO. Cerebro de perro visto por encima, y en el que se marcan las localizaciones motoras de la cara externa. 1, movimiento de avance del miembro torácico; 2, idem de los músculos de las pa- redes del abdomen y de los flexores del muslo; 3, idem de masticación y deglución; 4, idem de torsión de la cabeza al lado opuesto; 5, idem de flexión de la pierna; 6, cierre de los párpados; 7, movimiento del rabo. den dificultando la maniobra y obscureciendo los resultados, pues muchas veces ocurre la duda de si los movimientos son espontáneos ó hijos de la excitación eléctrica. »5i el lector compara las localizaciones motoras de la fig. 3.” Sl ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA con las que resultan de los experimentos de Ferrier (1) ó de otros fisiólogos, encontrarán diferencias. También las noto yo con relación á otros experimentos hechos y publicados en años anteriores (2) y es, repito, que lo único fijo en las localizacio— nes motoras es su reunión cerca de la cisura crucial. Fig. 4.2 Calavera de perro mostrando en K la relación con el área motora crucial y en V la de la localización visual. Los huesos y las suturas están marcados con la inicial de sus nombres. »En la fig. 4.” se representa una calavera de perro en la que se señalan los puntos en donde hay que trepanar cuando se quiere caer sobre la región :notora ó la óptica. Las calaveras varían en los perros más aún que los cerebros; pero los luga— res marcados corresponden con muy cortas diferencias á las localidades antedichas. »En el curso de 1891 á 95 tuve ocasión de explicar la afasia á mis alumnos, sirviéndome de sujeto para la explicación, un enfermo hemiplégico que la padecía. Dicho enfermo corres— pondía á la Clínica Médica, á la sazón dirigida por el Dr. Sán- chez Herrero, y después de haberse aliviado de su dolencia, murió de una fiebre tifoidea. La afasia de este enfermo no era absoluta, pues pronunciaba la palabra Zaragoza, lugar de su (1) FERRIER: 7he function of de brain. London, 1886. (2) Gómez Ocaña: Fisiología del cerebro. Madrid, 1891.—PFisiología humana. Ma- drid, 1826. DE HISTORIA NATURAL. BL) nacimiento, y luego llegó á pronunciar algunas más. Conser- vaba integridad de la inteligencia y tenía expeditos los: sen= tidos. Hemisferio cerebral izquierdo de un hombre hemiplégico, en el que la lesión principal afectó las regiones motoras. Las lesiones se marcan por el estriado. R,cisura de Rolando; S, idem de Silvio; M A , localización probable de los miem- bros superiores; M 7, idem id. de los abdominales; 4, centro de la afasia. Las cir- cunvoluciones van señaladas con la inicial y el número que las corresponden. »Las lesiones que ofreció en la autopsia el cerebro de este hombre, son las que, marcadas por el Dr. Santiago Ramón y ajal y dibujadas por mi discípulo D. Angel Pulido, aparecen en la fig. 5.* La 6.* representa una preparación del bulbo del mismo sujeto hecha por mi también discípulo: D. Isidoro de la Villa: en la dicha figura se ve degenerado y atrófico el manojo piramidal del lado izquierdo. »Además de la lesión extensa sobre las dos riberas de la cisura de Rolando (circunvoluciones frontal y parietal ascen— dentes) 4 la que son imputables la hemiplegia y la afasia, aparece en el citado cerebro otra pequeña lesión sobre la segun- da temporal, en los límites del lóbulo occipital. Esta segunda lesión no produjo síntomas apreciables. »A semejanza de lo que ocurre en el cerebro del perro apa- 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA recen agrupados los centros motores en el humano como lo enseña la fig. 5.*; pero la agrupación parece regular y orde- nada: en la cima del hemisferio, los movimientos de los miem- bros abdominales, más abajo los de los torácicos y más abajo Corte transversal del bulbo raquideo de un sujeto afásico y hemiplégico, dado un poco por bajo de la parte media de las olivas (Método de Weigert-Pal y dibujo semi-esquemático.) P, fasciculo piramidal derecho; P”, idem izquierdo, degenerado y atrófico; O, oliva bulbar; (, cabeza del asta posterior; B, restos del núcleo de Burdach; 47, núcleo del hipogloso; F' Y, fascículo solitario; (7, núcleos sensitivos de los nervios mixtos y subs- tancia gris del suelo del cuarto ventrículo aún los de la cara, lengua y laringe. A pesar de este orden, es imposible marcar límites precisos á la región y menos á los diversos centros, y sea porque se apiñan en un corto territo- rio, sea porque se relacionen intensamente, es lo cierto que una pequeña lesión puede determinar convulsiones en toda la mitad opuesta del cuerpo. DE HISTORIA NATURAL. 3] »Por lo que respecta á las localizaciones ópticas, viene divi- dida la opinión de los fisiólogos. Ferrier y sus discípulos sitúan el centro de la visión en el pliegue curvo. Munk y multitud de experimentadores de Alemania y de otros paises, se deciden por el lóbulo occipital, y Hensden (1) por observaciones en el hombre, en la cisura calcarina, en la cara interna del mismo lóbulo occipital. Y At ; iO PUN Hemisferio cerebral derecho de un hombre que á consecuencia de una fractura del parietal derecho padeció de hemianopsia derecha. S R, cisura de Rolando; Y S, idem de Silvio; Spe, idem perpendicular externa; Z£, lesiones que presentó el cerebro en la autopsia. »Desde 1894 vengo sosteniendo con experimentos en perros, vatos y conejos la localización óptica parietal (2) y confieso que al verme casi solo en este empeño, yo que tengo más apego a la verdad que á mis propias opiniones, llegué á temer el error y continué trabajando y persiguiendo la causa de mi () S E. HENSDEN: Sur les centres opliques cerebrausx. (Memoria al Congreso Médi- co de Roma en 19591.) (2) Gómez OcaÑa: Comunicaciones sobre las localizaciones ópticas al XI Congreso Internacional de Medicina y ú la Real Academia de Medicina de Madrid en 1894 y 95. 58 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA probable equivocación. Varios perros operados en los años 95 y 96, y un conejo trepanado últimamente, ciego por doble y simétrica lesión, cuyo lugar está señalado con la letra Y en la fig. 1.*, eran ejemplos para mantenerme en mis antiguas convicciones. »Faltábame una historia humana de hemiopía por lesión parietal y me la proporcionó el Dr. Ribera con un enfermo de su Clínica. Era un minero, que dieciocho meses antes de su postrer ingreso en el Hospital, sufrió una tremenda fractura con hundimiento de la bóveda del cráneo en la región parie= tal; luchó muchos días entre la vida y la muerte, y al cabo me- joró lo bastante para buscar por sí mismo alivio á sus males, pues á los de la fractura, ya sufridos y mitigados, siguieron los que ocasionó la compresión del cerebro por el hueso nuevo formado bajo los fragmentos. »La hemianopsia de este sujeto fué sospechada por el alum- no historiador D. Enrique Suñer Ordoñez, el cual, siéndolo de mi cátedra, tuvo ocasión de observar cierto perro llamado Tigre que presenté á la Real Academia de Medicina como ejemplo de hemiopía por lesión parietal. El Sr. Suñer hacía notar en su historia que el enfermo miraba como el perro Tigre. »El Dr. Pérez Zúñiga comprobó con el campímetro de Laudolt la hemianopsia derecha del enfermo, y á su muerte, ocurrida á consecuencia de una hemorragia en el encéfalo, pudo conocerse la lesión parietal que motivó la hemiceguera. La fis. 7.* es copia fiel de la preparación, dibujada por el Sr. Gómez Gereda. Es de advertir que la lesión pequeña que aparece en el lóbulo occipital, por detrás de la cisura perpen- dicular externa, era simétrica en los dos lados, porque a entrambos hemisferios comprimía el hueso nuevo; sin em- bargo, no le es imputable el defecto visual que se hubiera ele- vado en ese caso á ceguera completa. Por el contrario, no se notaron lagunas en el campo visual aparte de la hemiopía ya' mencionada. »De todo lo expuesto, concluyo: »1.2 Que las localizaciones cerebrales sólo tienen valor positivo enando se declaran en conjunto d por regiones. »2.2 Al lóbulo occipital considerado por los autores como loca lización óptica, hay que añadir el parietal en una región extensa DE HISTORIA NATURAL. 59 que comprende el llamado lóbulo parietal superior y probablemente el pliegue curvo. Las lesiones de estas partes producen hemianop- sia del mismo lado, pues dejan ciegas las mitades homónimas de las dos retinas.» Es natural que al sentido que más datos nos proporciona corresponda en el cerebro mayor extensión de territorio.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 13 de Diciembre de 1897. PRESIDENCIA DE DON JULIO FERRAND. Leída el acta de la anterior fué aprobada. —$Se dió lectura á la siguiente comunicación remitida por el Sr. Barras: Datos para la Flórala Sevillana. CRIPTÓGAMAS. (CONCLUSIÓN) (1). Líiquenes. Fam.—Caliciáceos. Lepraria sp.—Sobre la tierra. Sanlúcar la Mayor. — sp.—Sobre cortezas. Sevilla. Fam. Lecanoráceos. Lecanora subfusca Ach.—Sobre cortezas de árboles. Morón.— Sobre castaño, Constantina.—Sobre árbol del Pa- ralso, Sevilla. (1) Véase el notable trabajo de D. Romualdo González Fragoso Apuntes para la Flora de la provincia de Sevilla, Criptógamas , inserto en el tomo x11 de estos ANALES, 1883. (2) Véase, además del trabajo anterior, la lista que publiqué en el tomo xxv, Actas, pág. 53, 1996. Los líquenes de la presente nota han sido consultados con el Dr. W. Nylander, de París. 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Lecanora calcarea Ach.—Sobre caliza arcillosa. Dehesa de Gas- cón, Marchena. i — conferta Duby.—Sobre una teja. Sevilla. Squamaria lentigera Web.—Sobre la tierra. Dehesa de Gascón, Marchena. — crassa Unds.—Sobre caliza. Dehesa de Gascón, Mar- chena; Morón; Sanlúcar la Mayor. Urceolaria scruposa Ach.—Sobre la tierra. Dehesa de Gascón, Marchena. = ocellata DC.—Sobre caliza. Morón. Pertusaria sorediata Trier.—Sobre corteza. Morón (Cala!). Placodium callopismum Ach.—sobre caliza. Dehesa de Gascón, Marchena. — Jfulgens (Sus). —Dehesa de Gascón, Marchena. Lecidea decipiens (Ehrh.) Ach.—Sobre la tierra. Dehesa de Gas- cón, Marchena. Fam. Ramalináceos. Cetraria crassicornis ?—Alcalá de Guadaira. Hvernia Prunastri Ach. —Constantina (Calderón!). Esnea barbata Fr.—Sobre corteza. Constantina (Medina!) Fam. Cladionáceos. Cladonia endiviefolia Fr.—Sobre la tierra. Dehesa de Gascón, Marchena. o alcicornis Flórk.—Sobre la tierra. Morón (Cala!). Fam. Parmeliáceos. Parmelia tiliacea Ach.—Sobre corteza. Morón; Dehesa de Gas- cón, Marchena. — proliza Ach.—Sobre pizarra y cuarcita. Constantina (Calderón!, Medina!). == compressa Ach.—Sobre pizarra. Morón (Cala!). Physcia stellaris Ach. var. aipolia Ach.—Sobre olivo y castaño. Constantina (Calderón!), Medina!). DE HISTORIA NATURAL. 61 Physcia parietina 1,..—Sobre higuera chumba.—Sevilla; Alcalá de Guadaira. =- -- L. var. castanea Ach. —Sobre caliza. Morón (Cala!). Fam. Endocarpáceos. Verrucaria rupestris DC. (Thallus cinereus.)—Sobre caliza. Al- calá de Guadaira. TIPO MUSCIÍNEAS. Crase Hepáticas. Fam. Marcanciáceas. Lumlaria (cruciata Dum.) vulgaris Mich.—En un jardin de Sevilla. Marchantia polymorpha L.—Dos Hermanas; Analcázar. Targionia hypophylla L.—En una azotea de Sevilla. CLase Musgos. Fam. Briáceos. Punaria hygrometrica Hedw.—Caños de Carmona, Sevilla. Mniúm undulatum Hedw.—Dos Hermanas. Polytrichum commune L.—El Pedroso de la Sierra. Ceratodon purpureus Brid.—Guadalcanal (Calderón !). Barbula muralis Hedw.—El Pedroso de la Sierra. BdAo — — var. obcordata Ich.—Sevilla. Dicranum scoparium Hedw.—El Pedroso de la Sierra. Pottia minutula (Schw.) Br. et Sch.—Constantina (Medina!). TIPO CRIPTÓGAMAS VASCULARES. CLaseE Filicíneas. Fam. Polipodiáceas. Adianthum Capillus Veneris L.—En los pozos, Sevilla; Alcalá de Guadaira; Necrópolis romana de Carmona. 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cheilanthes odora Sw.—Constantina (Calderón!, Medina!). Ceterach oficinarum (Wk.) Bauh.— En los sitios sombríos. Ca- zalla; Constantina; Dehesa de Gascón, Marchena. Notochlena vellea Dew.—En las hendiduras de las rocas. Cerro del Castillo en Alcalá de Guadaira. Pteris aquilina L.—El Pedroso de la Sierra. Asplenium Adionthum nigrum L.—Constantina. — Ruta muraria L.—La Rinconada. Scolopendrium oficinale Smf.—En los sitios húmedos y som- bríos. Constantina. Case Equisetíneas. Fam. Equisetáceas. Eiquisetum ramosum Schl.—Orillas del Guadalquivir. — limosum L. var. geminum Grev.— Pantanos y arro— yos. Cazalla de la Sierra. — hiemale L.—Cazalla de la Sierra, orillas del Gua- dalquivir, Morón. —Se procedió á la elección de la Junta directiva que ha de actuar en el próximo año, quedando constituida en la forma siguiente: Presidente: D. Manuel de Paúl y Arozarena. Vicepresidente: D. Manuel Medina y Ramos. Tesorero: D. Carlos Cañal y Migolla. secretario: D. Federico Chaves y Pérez del Pulgar. Vicesecretario: D. Julio del Mazo y Franza. —se leyó y aprobó el siguiente presupuesto para el año pró- ximo: MAZO HIJA repartir sprite 30 Gastos de Tesorería y SecretaríA...... ........ 20 TOTAL PESETAS 00 eto ainia 50 — —La Sección acordó dirigir un voto de gracias al Sr. Barras por la actividad y celo con que ha venido trabajando en pro de ella, y consignar en el Acta el sentimiento con que veía tu- viera que abandonarla, por ausentarse, para desempeñar el cargo de Profesor auxiliar en la Universidad de Oviedo para el que había sido nombrado. DE HISTORIA NATURAL. 8] Sesión del 23 de Enero de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL MEDINA. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. . —Tomó posesión la Junta Directiva nombrada para el pre- sente año. —El Sr. Barras envió la siguiente nota: Datos para la Plórula Sevillana. Crase Dicotiledóneas. Fam. Salicáceas. Populus alba L.—Sevilla. Saliz alba L.—Sevilla. — fragilis L.—Orillas del Guadalquivir, Sevilla. Fam. Platanáceas. Platanus orientalis L.—Cultivada en los paseos de Sevilla. Fam. Ceratofiláceas. Ceratophyllum demersum L.—Sevilla. Fam. Celtidáceas. Celtis australis L.—Sevilla. Fam. Ulmáceas. Ulmus campestris L.—Sevilla. Fam. Urticáceas. lrtica urens L.—Toda la provincia. — dioica L.—Alrededores de Sevilla; Alcalá de Guadaira (Paúl!). : y 61 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Urtica pilulifera L.— Alrededores de Sevilla. — membranacea Poir.— Alrededores de Sevilla. Parietaria difusa Mert et Koch (2. oficinalis Sm.) —Dehesa de Gascón, Marchena; Alcalá de Guadaira (Paúl!); Alre— dedores de Sevilla. Fam. Moráceas. Morus nigra L. (Cult.)—Sevilla. — alba L. (Cult.) —Sevilla. Broussonetia papyrifera Vent.—Introducida no hace muchos años en los paseos de Sevilla, desarrollándose y reprodu— ciéndose con gran facilidad. Fam. Baseláceas. Boussinganltia basselloides Kunth.—Originaria de la Repúbli- ca Argentina, se encuentra escapada en el Pedroso de la Sierra. Fam. Quenopodiáceas. Atriplex rosea L.—Orillas del Guadalquivir. Spinacia oleracea Mill. (Cult.) —Sevilla. Chenopodium ambrosioides L.— Dos Hermanas. Orillas del Gua- —— dalquivir y afluentes. — Vulvaria L.—Sevilla; Castilleja de la Cuesta. — Bonus Henricus L.—Orillas del Guadalquivir? — album L.—Castilleja de la Cuesta. — — var. viride Moqu.—Sevilla; Castilleja de la Cuesta. = maurale L.—Sevilla. — opulifolium Schrad.—Castilleja de la Cuesta. Roubieva multifida Moqu.—sSevilla. Kochia scoparia Schrad.—Sevilla. Salicornia fruticosa L.—Coria del Río. — arabica ?— Lebrija. Salsola Kali Ten.—Orillas del Guadalquivir; Vega de Triana; San Juan de Aznalfarache. Sueda altissima PaM.—Orillas del Guadalquivir; Sevilla. DE HISTORIA NATURAL. 65 Sesión del 9 de Marzo de 1898. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. —8e leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. -——Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Santos y Abreu (D. Elías), Médico de Santa Cruz de La Palma (Canarias), y Passapera Campderá (D. Mariano), Farmacéutico de Ma- drid, propuestos por D. Salvador Calderón; Lluria (D. Enrique), Doctor en Medicina, propuesto por D. Eduardo Surmely; Fereal (D. César), propuesto por D. Lucas Fernández Navarro; Murúa y Velardi (D. Agustin), Doctor en Farmacia, propuesto por D. José Gómez Ocaña; Más y Guindal (D. Joaquín) Oficial de Sanidad Militar, propuesto por D. Blas Lázaro é Ibiza. —Se hicieron 22 nuevas propuestas de socios. —Se pusieron sobre la mesa las publicaciones últimamente recibidas. —El Sr. Secretario leyó una comunicación de D. Francisco Novoa y Alvarez, dando gracias por su admisión. —Dió cuenta después de dos comunicaciones, una de la Dirección de la Colección Zoológica del Museo de Historia na- tural de Berlín, y otra de la Sociedad de Naturalistas y Médi- cos del Alto Hesse, solicitando el cambio de sus publicaciones respectivas con las de nuestra Sociedad. —El mismo Sr. Secretario participó después el fallecimien— to del ilustre y anciano naturalista D. Mariano de la Paz Graells, ocurrida en 14 de Febrero último, añadiendo algunas palabras como recuerdo del que fué maestro de casi todos los naturalistas españoles contemporáneos. Nació el finado en ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— MARZO, 1898, 5 66. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Tricio, provincia de Logroño, en 1809. Aún muy niño, pasó- a Barcelona, donde cursó los estudios de la Facultad de Me— dicina, obteniendo el grado de Doctor; pero desde sus pri-—- meros años fué su afición predilecta el estudio de la Natura - leza, en el que empezó á darse a conocer como diligente y entendido en su «Calendario de Flora, ó épocas de florescencia de algunas plantas bajo el clima de Cataluña», trabajo que se- incluyó en la traducción de los «Elementos de Botánica» de- Richard, hecha por Monlau é impresa en Barcelona en 1831. «Pocos sabios han abarcado como el Sr. Graells el vasto- campo de la investigación que compone el estudio de la Na-- raleza: todas las ramas, la Geología, la Botánica, la Zoología y la Paleontología, han sido asunto de trabajos y monografías. del venerable maestro. En 1837 fué nombrado Catedrático de Zoología en el Museo de Ciencias naturales de Madrid, lo que le obligó á concentrar su fecunda labor en esta parte del estudio de los seres que pueblan el globo, recorriendo muchas regiones de la Penín— sula y recolectando rico material que le sirvió para importan-- tes publicaciones, en las que dió á conocer muchas especies nuevas, sobre todo de insectos de varios órdenes y de molus- cos. No abandonó por esto el Sr. Graells un punto sus aficiones botánicas; antes bien, las mismas excursiones le sirvieron para ampliar sus conocimientos y reunir nuevos materiales, cuyo fruto vió la Academia de Ciencias en el Pugillus planta- sum novarum aut nondum recte cognitarum, acompañado de dibujos y publicado en 1854. Se encargó después de la Cátedra de Anatomía comparada, que ha venido desempeñando hasta su muerte, habiendo sido entretanto Director del Museo y del Jardín Botánico y ocu-—- pado importantes cargos científicos y políticos, entre ellos el de Senador, de 1886 á 1891. Perteneció á muchas Corporacio-- nes cientificas nacionales y extranjeras, ingresando como» fundador en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en 1847, y obteniendo el cargo de Presidente de: la sección de Ciencias naturales. Esta sabia Corporación, al tomar posesión el pasado año de su nuevo local de la calle- de Valverde, celebró este acontecimiento rindiendo memora-- ble afectuoso tributo de consideración á dos ilustres acadé— micos, D. Mariano de la Paz Graells y D. Cipriano $. Montesi-- DE HISTORIA NATURAL. 67 nos, únicos señores que aún vivían de los 33 fundadores de la Corporación. Por unanimidad se acordó ofrecer á uno y otro una plancha de plata con dedicatoria adecuada al caso y con- memorativa del quincuagésimo aniversario de su ingreso en la Academia. Numerosas son las publicaciones del profesor Graells, que no hay para qué enumerar, por haber aparecido casi todas en las Memorias bien conocidas de la Real Academia de Ciencias, versando sobre variados asuntos de la Zoología y la Botánica, con carácter tanto teórico como de aplicación. A esta segunda categoría corresponde además el J/anuval práctico de Pisci- cultura 0 prontuario para servir de guía al piscicultor español, obra sumamente erudita é interesante, aparecida en Madrid en 1864. La vida del Sr. Graells constituye un ejemplo digno de imi- tación, que debe servir de guía y aliento para la juventud, ofreciendo el modelo perfecto del hombre consagrado sin tre- gua á la investigación y la enseñanza, conservando hasta avanzadísima edad sus energías físicas y sus relevantes facul- tades mentales, entregadas por entero al progreso de las cien— cias y á la cultura de su patria. El Sr. Presidente, D. Primitivo Artigas, insistió sobre el mé- rito relevante del profesor Graells, quien aparte de sus cono— cimientos generales, cultivó con raro talento muchas especia- lidades, no sólo la de Piscicultura mencionada, sino otras, siendo memorables sus trabajos sobre la P/hyllorera, por los cuales mereció ser nombrado representante de España en el Congreso de Lausana. Añadió que si todos deben deplorar la eran pérdida que ha tenido la ciencia patria con la muerte del venerable naturalista, él tenía especiales motivos para sentirla doblemente, por tratarse de una persona que estimó como particular amigo y como maestro cariñoso, cuyo con- sejo y sabiduría no le faltaron nunca. —Se dió lectura á la siguiente nota remitida por el Sr. Pau: «Tres plantas nuevas para España. »Potentilla supina L. »Blancas, provincia de Teruel (Doroteo Almagro), rara. Agosto de 1896. Esta planta me llegó sin hojas radicales ni 68 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA raíces, con tallos al parecer derechos. Cultivados algunos pies, de semillas, he logrado obtener ejemplares, queno difieren en nada, á lo que creo, de varios ejemplares de la Europa Cen- tral, principalmente de Suiza, con los cuales los he compa- rado. »El único autor español que indicó esta especie en la Peniín- sula fué Quer; pero como no estaba confirmada la cita por los botánicos modernos, se consideraba como errónea, 6 al menos como dudosa; así dice respecto á ella Willkomm: «2. supina »recentiore tempore in Hispania nusquam observata est. Quamo- »brem valde suspicor, stirpem illam castellanam non ad P. supi- Man pertinet sed fortasse teneram P. Anserine formam fuisse.» »Los ejemplares que he cultivado viven dos años. Dada la proximidad de la serranía de Cuenca á la localidad indicada por Quer, puede servir de confirmación la de Blancas del señor Almagro. »Stipa Fontanesii Parl. »Játiva, en los cerros: Mayo 1896.—Esta planta la tomé por St. juncea L. y di poca importancia á su hallazgo en un prin- cipio; mas al revisar las muestras de nuevo y comparar las de mi herbario con las recolecciones del año traídas de Castilla la Nueva, vi que me había equivocado, pues no solamente es nueva para España, sino que también pertenece á una especie nueva para la Flora europea. » Varias son las agradables sorpresas que me han proporcio- nado este año mis recolecciones; pero las mayores han consis- tido en el hallazgo de la F/yceria tenuifolia B. R., que obtuve en abundancia en los prados yesosos de Cienpozuelos y el de la Diplotaxis siifolia Kze. que recogí en las cercanías de Ma- drid (Mayo). »Estas dos plantas andaluzas sólo se conocian, la primera de Cádiz y Baza; la seguna no se hubía descubierto más arri- ba de Sevilla. Es posible que de estas plantas, una pertenezca a la Glyc. distans de algún autor que la cita en Cienpozuelos, la otra tenga relación con la Diplotaxis Barrelieri de los auto— res que la mencionan de las cercanías de Madrid. »De la Glyc. tenvifolia B. R., traje bastantes muestras, y la he podido comunicar á mis amigos; mas no asi de la D. si4fo— lia Kze., de la cual sólo recogí tres 6 cuatro miserables pies y no podré proporcionarla. DE HISTORIA NATURAL. 69 »Ionopsidium acaute Rehb. (£. caulescens.) »Difiere del tipo por su robustez notable, tallos de 4-5 can. y hojas reniformes. Lo restante como en la /. a«canle. Madrid 14 de Febrero de 1886. (Gandoger.) »Comparados los ejemplares portugueses con los castellanos pudieran tomarse los últimos como pertenecientes á una sub— especie del tipo.» —El Sr. Barras envió la siguiente nota: «Ercursiones por Asturias. »Con objeto de ir conociendo bajo el aspecto histórico-natu— ral la región asturiana y recoger á la vez ejemplares para el Gabinete de la Universidad de Oviedo, en el que se echa de menos la existencia de colecciones especiales de esta región, sobre todo en los ramos de Entomología y Botánica, he reco- rrido durante la última quincena de Diciembre de 1897 y pri- meros días de Enero del corriente año, los alrededores de esta población, visitando los lugares que llevan los nombres de San Lázaro, Buena Vista, San Claudio, Silla del Rey, la Man- joya, San Antonio, Cuesta de Naranco, el Berrón, y otros varios. »En estas correrías me han acompañado siempre algunos de los Sres. D. Félix de Aramburu, D. Aniceto Sela, D. Rafael Al- tamira, D. Enrique Urios, D. José Mur, D. Juan Izquierdo, don José Entio y varios alumnos. »Verificamos también dos excursiones de más importancia. Tuvo lugar la primera, el 19 de Diciembre de 1897; saliendo de Oviedo, á pie, á las diez de la mañana, por la carretera que conduce á Caldas, donde después de visitar la fuente termal y almorzar cerca del Nalón, dando frente al hermoso castillo de Priorio del siglo xtv (restaurado), hicimos una exploración zoológica en las orillas del río. Su resultado no fué del todo satisfactorio, cosa que no tiene nada de extraño, tanto por no haber habido este año aún ninguna avenida, cuanto porque la fauna de dicho río va disminuyendo de un modo manifiesto de algún tiempo á esta parte, á causa de los detritus que arrastra de los lavaderos de hulla de Mieres, que enturbian sus aguas y ennegrecen su cauce, viniendo en tal abundan- cia dichos detritus, que en algunos sitios los aldeanos lavan 70 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA las arenas, obteniendo una no despreciable cantidad de carbón de piedra. »Pasamos luego en una lancha á la orilla opuesta, y conti- nuamos por sendas y caminos vecinales hasta Trubia, 4 donde llegamos á las cinco de la tarde, regresando en el tren á Oviedo. »Tanto por la variedad de hermosos paisajes, cuanto por la sucesión de terrenos geológicos que en ella se recorren, es re- comendable esta excursión que permite ver, cerca de Oviedo, cortes del cretácico recubierto en parte por manto diluvial; pasar de éste al devónico, encontrar el carbónico junto á Cal- das, volver al anterior, visitar de nuevo el carbónico a pasar el Nalón y regresar poco después al devónico en que se halla situada Trubia. »La segunda excursión á que antes hice referencia, fué á Mieres, el 22 de Diciembre de 1897. Aprovechamos el ferroca- rril para la ida y regreso. Visitamos la escuela de capataces de minas y fábricas allí establecida, y que Cuenta con muy buenas colecciones de geología y mineralogía, y un notabilí- simo gabinete de electrotecnia. Después salimos en un ferro— carril minero, que faldeando elevados montes, nos condujo á 4 km. de la población á la boca de la mina de hulla denomi- nada Serpiente, uno de cuyos pisos recorrimos por completo, observando los trabajos y teniendo ocasión de producir peque- ñas explosiones de gy7isú, cuyo gas vimos salir en algunos si- tios formando burbujas á través de los charcos del suelo de las galerías. Visitamos luego los lavaderos de carbón, y regresa- mos á pieá Mieres para tomar el tren, que nos condujo á Oviedo á las ocho y media de la noche. »En todas estas correrías hemos recogido buen número de ejemplares de rocas de los terrenos citados antes y algunos fó- siles vegetales (Calamiltes, Sigillaria, Lepidodendron, Pecopte—- 15) de la mina Serpiente. »De botánica es de lo que mejores recolecciones se han he-_ cho, pues gracias á la buena temperatura y cielo despejado que hemos tenido durante todo el mes de Diciembre y prime- ra quincena de Enero, se encuentran en flor no pocas especies de gramináceas, urticáceas, violáceas (hallándose por todas partes la Viola odorata L.), euforbiáceas (Euphorbia pubescens Vahl. y otras varias); cruciferas (la constante Capsella Bursa— DE HISTORIA NATURAL. 71 pastoris L., Alyssum, Sisymbrium, etc.); papilionáceas (Tri- _folium arvense L., 7. pratense L.; Lotus, Ulex europeus L., que se encuentra en flor con gran abundancia en todos los mon- tes, y otras); poligaláceas (Polygala vulgaris L.); geraniáceas (Geranium sylvaticum L.); cariofilaceas (Stellaria media Vill.; Dianthus superdus): ranunculáceas (Ranunculus, Helleborus vi- ridis); rosáceas, umbeliferas, escrofulariáceas (Veronica hede- yefolia L.; V. Persica Poir., algunos Myosotis y otras); borra- gináceas, labiadas, primuláceas (Primula vulgaris Huds., con bastante abundancia); campanuláceas /Jasione perenmis Lam.); rubiáceas (Sherardia arvensis L.); valerianáceas (Valeria nella Morissonii Koch.), y compuestas (Centaurea Debeauzit G.; Senecio vulgaris L.; Bellis perennis L.; Thrincia, Tarazacum Dens Leonis Desf. y otras). Esto en cuanto á fanerógamas. _»De criptógamas hemos hecho también bastante recolec- -ción. De hongos encontramos un abundantísimo criadero en los postes de madera que sostienen las galerías de la mina Se,- _piente; pero por desgracia se han podido conservar muy pocos. Recogimos allí tremeláceos (Zremella lutescens P.); poliporá—- Dufouri (Desm.) Tánger. O qion DE HISTORIA NATURAL. lO Labia minor (L.) Tánger. Porficula auricularia L. Casablanca. También la he reco— gido yo en Tetuán. — pubescens Géné. Casablanca. Sólo he visto un ejemplar notable por su tamaño no inferior al de la 7. auricularia L. Dictiópteros. Fam. Blátidos. ma Ectobius lividus (Fabr.) Tánger. Aphlebia Janeri Bol. Tánger. — Algerica Bol. Tánger. Blatta Germanica L. Tanger. Loboptera decipiens (Germ.) Tánger. También la encontró Van Volxen. (1. c.) — Maroccana Bol. Tánger. La había cogido yo an- teriormente en Tetuán, y tengo además ejem- plares del Riff hallados por Figarl. — minor Bol. Tánger. Stylopyga orientalis (L.) Polyphaga 4gyptiaca (L.) Marruecos. Fam. Mántidos. Ameles abjecta (Cyr). Tánger. Hierodula (Sphodromantis) bioculata Burm. Tánger. Mantis religiosa L. Tánger. Iris oratoria (L.) Tánger. Euortópteros. Fam. Fásmidos. Bacillus Gallicus (Charp.) var. occidentalis Bol. Tánger. Fam. Acrídidos. Acrida unguiculata (Ramb.) Tánger, Casablanca. Oxycoryphus compressicormis (Latr.) Tánger. Stenodothrus pulvinatus (Fisch. W.) Tánger. Stauronotus Maroccanus (Thunb.) Tánger. — Genei (Ocsk.) Tánger. Ramburia Hispanica (Ramb.) Tánger. Epacromia strepens (Latr.) Tánger. 30% 44. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Epacromia thalassina (Fabr.) Tánger. Sphingonotus cerulans (L.) Tánger. Acrotylus insubricus (Scop.) Tetuán ! — patruelis (Starm.) Tánger. También la recogí yo en Tetuán con la anterior y la siguiente. Thalpomena Algeriana (Luc.) Tetuán ! Edipoda gratiosa Serv. Casablanca. — ccerulescens (L.) Ceuta! La recogí en el mes de Agosto. var. sulphurescens Sauss. Tánger. Edaleus nigrofasciatus (de Geer). Tánger. Pachytylus Danicus (L.) Tánger. Pyrygomorpha Agarena Bol. Larache. — grylloides (Latr.) Marruecos. Pamphagus Hespericus Ramb. Tánger. También le he re- cogido yo en Ceuta. — ezxpansus Brunn. Tanger. También le he reco- gido en Ceuta. Eunapius Maroccanus Sauss. Larache. Platyphyma (GFiorne (Rossi). Tánger. Acridium dgyptium L. Tánger. — ruficorne (Fabr.) var. nigrispinum Bol. Tetuán. Esta variedad que recogl en Tetuán difiere del tipo principalmente por la coloración: los élitros son de color ocráceo claro, sobre el que se destacan grandes bandas negras dispuestas oblicuamente; de ellas la más notable viene á estar colocada hacia el medio del élitro, y las que la siguen suelen estar borrosas ú incom-= pletas. Las espinas de las tibias posteriores, que parecen más largas y aguzadas que en el tipo, son enteramente negras, mientras que en aquél son pálidas con la punta negra. El pronoto tiene la quilla más alta y comprimida que en el 4. 7uficor- ne, y vista de lado aparece más fuertemente ar queada. Á esta variedad corresponden también los ejemplares de Argelia que cita el Sr. Finot en su Faune d*Algérie et de Tunisie. Insectes orthopteres. Paris, 1897: Caloptenus italicus (L.) Tánger. DE HISTORIA NATURAL. “ Euprepocnemis plorans (Charp.) Tánger. También en Te- tuán! Tettiz Nobrei Bol. Marruecos. — Ceperoi Bol. Tánger. Fam. Gríilidos. Gryllotalpa vulgaris Latr. Tánger. También le tengo del Riff, traído por Figari. Liogryllus bimaculatus (de Geer). Tánger. También del Riff (Figari). Gryllus desertus Pall. var. tristis Serv. — domesticus L. Tánger. — Burdigalensis Latr. var. Cerisyi Serv. Tánger. — Algericus Sauss. Tetuán! Lissoblemmus praticola Bol. Tánger. He encontrado esta especie en el camino de Tánger al Fondac. Homaloblemius Olcesei Bol. Tánger. Platyblemmus Caliendrum Fisch. Tánger. == Barbarus Sauss. Tánger. GFryllomorpha longicauda (Ramb.) Tánger. Arachnocephalus Yersini Sauss. Tánger. Eecanthus pellucens (Scop.) Tánger. Anariphus Averni (Costa). Casablanca. Fim. Locústidos. Eugaster spinulosus (Linn.) Casablanca. Pyenogaster Finoti Bol. Casablanca. Esta especie se ex- tiende por toda la costa, desde Orán, donde recogí los primeros ejemplares, y el Riff (Melilla), de donde tengo individuos jóvenes hallados por Figari hasta Casablan- ca. Indudablemente es la especie á que se refiere Bur— meister (Handbuch der Entomologie, t. 1, pág. 680), cuando, tratando de la Hphippigera cucullata, dice: «Ich erhielt beide Geschlechter vom Hrn. Prof. R. Wagner in Erlangen aus der Umgegend Algiers», de donde tomó Fischer el dato de que se sirvió al decir (Ort. Europ.. p. 208), refiriéndose al Pyenogaster cucullata Charp., «Habitat in Lusitania et in Africa boreali, scil. in Al- geria (Burm.); de donde resulta que Burmeister, exa— minando sólo los ejemplares de Argelia, y Fischer los 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tipos originales de Charpentier, estaban en presencia de dos especies distintas que suponían ser una misma. Como la de Charpentier procedía de Portugal, es claro que la cita de Burmeister no debe llevarse al Pycno— gaster cucullatus Charp., sino al P. Pinot Bol. Esta es- pecie también se encuentra en el Sur de España (Chi— clana). 61. Ephippigera Agarena Bol. Ceuta! Tánger. Un individuo joven de esta misma especie me ha sido procurado por el Sr. Lauffer, quien lo recogió en el Fondac, camino de Tánger a Tetuán. 65. Phaneroptera nana (Charp.) 66. += quadripunciata Brunn. Tánger. 67. Xiphidium Ethiopicum (Thunb.) 68. Conocephalus nitidulus (Scop.) Tánger. 69. Locusta Vaucheriana (Pictet) = maroccana Bol. El señor Pictet describió esta especie bajo el nombre de Zume— nymus Vaucherianus y la incluyó en la tribu de los dec- ticinos; así se explica que al recibirla yo del Sr. Olcese y llevarla á su verdadero género Locusta, la conside— rase como nueva, dandola el nombre indicado. 70. Rhacocleis neglecta (Costa). Tánger. Una sola hembra. Thyreonotus Corsicus Serv. Tánger. Platycleis intermedia (Serv.) Tánger. — decorata Fieb. Tánger. e] QUES SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión aáel 27 de Febrero de 18098. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAÚL. —Leída el acta de la anterior fué aprobada. —El Sr. Presidente manifestó que creía de interés dar cuenta á la Sección de las comunicaciones hechas á la Sociedad Myco- lógica de Francia por M. Roze, relativas á la causa ú origen de la mayor parte de las enfermedades parasitarias de las plantas, las cuales atribuye dicho naturalista al Pseudocommis vitis Debray, llegando á afirmar que únicamente las plantas DE HISTORIA NATURAL. 79 atacadas por dicho hongo mixomiceto pueden serlo por otros parásitos. —Se dió lectura á la siguiente comunicación remitida por el Sr. Barras: Datos para la Plórula Sevillana. Fam. Amarantáceas. Amarantus albus L.—Sevilla. — chlorostachys W.—Sevilla. = Blitum L.—Sevilla. — viridis L.—Sevilla. - deflerus L.—Sevilla. En los jardines de Sevilla se cultivan varios Amarantus, entre ellos el /ypocondriacus L., de América del Norte, y el sanguineus L., de la India. Esta última especie se encuentra escapada en el prado de San Sebastián, foso de la Fábrica de Tabacos y algún otro sitio, sobre todo en las cunetas de los paseos; pero el clima y el terreno no le deben favorecer todo lo necesario, pues tiende á desaparecer más bien que á pro— pagarse. También se cultivan varias especies de 4 /lternanthera y con eran profusión la Celosia cristata, procedente de la India. Fam. Fitolacáceas. Phytolacca decandra L.—Cazalla. Pircunia dioica Moq. (Cult.) —Sevilla, en el Parque y paseos próximos. Un ejemplar notable en el sitio que ocupó la huerta de D. Fernando Colón en los Humeros. Castilleja de la Cuesta (1). Fam. Poligóneas. Polygonum avieulare L.— Sevilla; Vega de Triana; Bormujo; Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena; Carmona. (1) Véase el artículo de mi maestro D. Miguel Colmeiro, inserto en la /lustración española y americana, año 1892, tomo 11, pág. 3. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Polygonum aviculare var. genuinum Laz.—Cortijo de Cuartos, Dos Hermanas. — — var. album ?—Itálica. - var. 7bru0m?—Vega de Triana. — Persicaria L.—Alcalá de Guadaira. — HydAropiper L.—Sevilla. — Convolvulus L.—Sevilla. Rumezr acetosa L. var. ?—Cazalla. — acetosella L. Sevilla. — sceutatus L.—Gerena. — Zingitanus L.— Sevilla. — crispus L.—Cazalla. — —polygamus L. (Cult.) —Jardín botánico de Sevilla. Bucephalophora aculeata Pau. (Rumez bucephalophorus L.) — Sevilla; Vega de Triana (Pau!): Alcalá de Guadaira; De- hesa de Gascón, Marchena. Fam. Paroniquiáceas. Paronyehia argentea L.—Sevilla, en el Juncal; Alcalá de Gua- daira (Paúl!);: Dehesa de Gascón, Marchena. =- polygonifolia DC.—Sevilla. — capitata Lam.—Dehesa de Gascón, Marchena. Corrigiola telephiifolia Pourr.—Vega de Triana (Pau!). Herniaria hirsuta L.—Mairena del Alcor. — polygonoides Cav.—Sevilla. Fim. Timeleáceas (Daínáceas). Daphne GEnidium L.—Frecuentiísimo en los alrededores de Se- villa y en todo el valle del Guadalquivir. Thymelea dioica A1.—Sevilla ? Fam. Santaláceas. Ozxyris alba L.—Sevilla, Bormujo. Fam. Lorantáceas. Viscum cruciatum Sieb.—Sevilla. DE HISTORIA NATURAL. 81 Sesión del 13 de Abril de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL ANTÓN Y FERRÁNDIZ. En ausencia del Sr. Secretario desempeña sus veces el Vice- Secretario D. José María Dusmet. —Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los siguien- tes señores propuestos en la sesión anterior: Diaz de Arcaya (D. Manuel), Catedrático en el Instituto de Zaragoza, y Dosset (D. Antonio), Doctor en Farmacia, residente en Zaragoza, propuestos por el R. P. Longinos Navas; Cortés (D. Manuel), Médico titular; Egaña (D. Jesús), Teniente coronel del 13.” Regimiento de Artillería, y Gregorio y Rocasolano (D. Antonio), Profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias de la Universidad, residentes todos en Zaragoza, propuestos por D. Gabriel Fernández Duro. Aramburo (D. Pedro), Catedrático en la Escuela de Vete- rinaria de Zaragoza; Jimeno (D. Hilarión), Director del Laboratorio municipal de Zaragoza; Marcos y Zamora (D. Jacinto), Ayudante de la Facultad de Ciencias de la Universidad; Mateos (D. Félix), Catedrático en la Escuela de Veterinaria. Pardina (D. Calixto), Jefe del Centro de Telégrafos; Moyano (D. Pedro), Catedrático auxiliar en la Escuela de Veterinaria; Pella y Forgas (D. Pedro), Inseniero del ferrocarril de Cariñena; Rodríguez Ayuso (D. Manuel), Ingeniero y Director de la Granja agrícola experimental; ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— ABRIL, 1898. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Soler (D. Juan Pablo), Profesor auxiliar y Ayudante de Historia natural en la Facultad de Ciencias de la Uni- versidad ; Solano y Torres (D. Bruno), Catedrático y Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad, todos residen- tes en Zaragoza, propuestos por D. Félix Gila y Fidalgo; Hierro (D. Fibicio), Farmacéutico en Santillana de Campos (Palencia), propuesto por D. Ignacio Bolívar. - Como socios agregados fueron admitidos los señores Borao del Frasno (D. Jerónimo): Claver (D. José María); Bosque y Rivas (D. Angel), todos de Zaragoza, propuestos por el R. P. Longinos Navas; Ariño Cenzano (D. Julio), y Coscolla Díez (D. Emeterio), ambos de Zaragoza, propuestos por D. Félix Gila y Fidalgo: Izquierdo (D. Juan), de Oviedo, propuesto por D. Francisco de las Barras. —Se hicieron seis nuevas propuestas de socios. El Tesorero manifestó que el Sr. Díaz del Villar (D. Manuel), que figuraba como socio agregado, deseaba ingresar en la categoría de numerario, accediéndose á ello por la Sociedad. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas desde la última sesión. —Se dió cuenta de una comunicación del Secretario perpetuo de la Academia de Ciencias de París, accediendo al cambio de los Comptes-rendus de dicha Academia por las publicaciones de nuestra Sociedad, cambio solicitado á petición de varios socios, acordándose, en atención á la importancia extraordi- naria de los envíos de tan sabia corporación, darle las más expresivas gracias por su acuerdo y remitirle la segunda serie completa de nuestros ANALES. o dc DE HISTORIA NATURAL. 88 —Se leyó un oficio de D. Alejandro Colomina dando gracias por su admisión. —Se dió lectura á las siguientes rectificaciones y aclaracio- nes remitidas por el Sr. Barras, de Oviedo. 1.2 Nuestro distinguido consocio el Sr. D. Carlos Pau se ha servido dirigirme algunas observaciones con motivo de mis Datos para la ñorula sevillana, que creo interesantes y dignas de comunicarse á la Sociedad. : «Entre las gramíneas, dice, omitió V. citar un Corynepho- rus de la provincia de Sevilla que yo poseo; en cambio men- ciona en su segunda relación como de dicha procedencia el Damasontum stellatum Dalech., que no existe allí, y omite el D. Bourgaei Coss., á cuya especie entiendo pertenece la mues- tra por V. remitida. En lo que no tengo duda es en que ahí no existe el D. siellatum.» 2. El esqueleto del negro José Jesús, cuyas medidas é ín- dices aparecieron en el acta de este año, pág. 27, fué donado á la Universidad de Oviedo, según consta en un libro de dona- tivos del Gabinete de Historia natural, por D. Laureano Fer- nández Cuevas, Secretario de la Universidad de la Habana. —-El Sr. de la Fuente remite la siguiente nota, continuación de sus Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-Real (1). VIII. Descripción de un coleóptero nov. sp. de Pozuelo de Calatrava. Othius Reitteri.—Zlongatus, subdepressus, nitidus, niger; ely- tris, ore, antenmis, pedibusque testaceis; prothorace oblongo, co- leopteris perparum angustiore, rufo-brunneo; elytris thorace haud brevioribus, apicem versus sensim dilatatis, parce obsolete- que punctatis et parce puberulis; abdomine lateribus leviter ro- tundato, supra parce obsoletissime punctulato, segmento ultimo toto et penultimo apice testaceis, segmento septimo dorsali mar- gine apicali membranaceo.—Long. 5,75 mm. Caputnigrum, postice parce punctatum; collo abrupte constricto; ore, palpis mandibulisque testaceis. Antenmis testaceis, thoracis (D) Véanse el acta de Mayo, pág. 129; de Septiembre, pág. 177; de Octubre, pág. 202; y de Diciembre, pág. 240, del año 1897. 84 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA nodis parum superantibus, articulis 2. et 3. oblongis, 3.” secundo parum longiore, 4." subguadrato, 5.-10.* levissime transversis. Prothoraz rufo-brunneus, oblongus, subparallelus, antice trun—- catus, capite viz latior, hasi cum angulis rotundata, levi, dorso utrinque bipunctato, lateribus antice punctis minutis duobus , in medio lateribus punctis pluribus minutis impressus. Elytris tho- race haud brevioribus, postice sensim dilatatis, thorace perparum latioribus, deplanatis, viz perspicue parce pubescentibus, parce subtiliterque punctatis, fusco-testaceis. Abdomine nigro, apice rufo-testaceo, parce obsoletissime punctulato, nitido, subliliter fulvo-puberulo, lateribus in medio rotundatim dilatato, segmento septimo margine apicali membranacea. Pedibus testacets. Oth. stenocephalo Epph. similis; sed magis deplanato, elytris testaceis longioribus, apicem versus dilatatis, parce obsoleteque punctatis et abdomine lateribus in medio rotundatim subampliato valde diversus. Oth. lapidicole Kiesw. afinis; sed capite postice parallelo, haud ovato, elytris longioribus, obsolete punctatis et structura abdominis difert. Duo specimina collecta, mense Majo, ¿n Montecillo prope Po- zuelo de Calatrava. Reciba el eminente entomologista de Paskau, Sr. D. Ed- mundo Reitter, la dedicatoria de esta especie como testimonio de gratitud y reconocimiento por haberme ayudado con su saber y experiencia en ocasiones varias. —Il Sr. Pau remitió las siguientes «Notas sobre algunas plantas españolas criticas O NUEVAS. »Ealium Jordani Lor. Barrand.— Rebollar de San Agustín y junto á la fuente de las Abejas, en el Aragón austro-occiden- tal. 26 Junio, 1886. »Según Lange (Prod. 1, p. 319), pudiera sospecharse que su G. leve pertenecía á esta especie nueva para la flora espa= ñola; pero tanto el €. /eve Thuill. como el (7. scabridum Wilk. se consideran variedades del (F. sy/vestre Poll. »Comparado el único pie aragonés con mis ejemplares fran- ceses, me parecen de una identidad absoluta, y pertenecen ambos á la forma que describió Jordán bajo el nombre de G. Timeroyi. DE HISTORIA NATURAL. 85 »¿E. Valentinum Lange ex descr. et 1. dess.!— E. Mariolense Rouy hb. e loco classico! »La planta que traje de la Sierra Mariola, collado de Vernisa y Sierra de Chiva, no pertenece al (. Valentinum Reverchon!, Willkomm! p. p. et Pau, que crece en las sierras de Espadán, Jabalambre, Mosqueruela y Peñagolosa; esta última, de color amarillento en estado seco, hojas filiformes y terminadas en larga arista, con sus tallos levísimos, así como toda la planta, mal puede corresponder al GF. Valentinum Lange, que ofrece los tallos ásperos en sus ángulos, hojas interiores elípticas, con el margen áspero, etc. »Fundado en estas consideraciones, he comunicado á mis corresponsales las muestras de Espadán, que recogí en los alcornocales, como (. Idubede (Reverch. exs. 1891, n. 14). »Comparado el €. Valentinum de la Sierra Mariola y Vernisa con los ejemplares de mi colección, resulta que apenas difiere del E. Mediterraneum DC., que es la variedad pallescens del G. Soleirolít Lois., 6, como suponen Gr. y Godr., del E. Corsi- cun Spr. » Trifolium Willkommit Chabert ap. Reverchon! pl. exs.—He recogido este verano en las cercanías de Madrid el 7. clandes- tinum Lag. (1. class.), y difiere únicamente de éste por los cá- lices más cortamente dentados. »Geum Pyrenaicum W.—CE. sylvatico Xx montanum.—El GFeum Pyrenaicum W. le supongo resultado de una hibridación del GE. sylvaticum Pourr. y 6. montanum L. (Sieversia Spr.). »Serratula pinnatifida Poir. — S. Monardi Duf.— S. Barre lieri Duf.—£. Betica Boiss.—S. Alcale Coss.—Se trata de una planta sumamente variable por la vestidura, integridad de las hojas y longitud del antodio. Las formas más extremas son las S. Alcale y S. Betica: la primera podría considerarse como variedad multifida; la segunda como forma ¿ntegrifolia. El tipo (Carduus pinnatifidus Cav.! 1. class.) es la principal forma intermedia. »Echium angustifolium Lam.—£. favum Desf.— Y. Fontane—- $11 DC.— 4. carneum Costa? — Aunque desconozco la nueva especie de Costa, solamente por la corta descripción y afinida- des especificas sospecho ha de pertenecer á esta especie de Lamark. De Candolle cambió indebidamente el nombre espe- cifico favum, no teniendo en cuenta que no aludía éste al 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA color de sus flores, sino á su vestidura, ciertamente amari- llenta, según se comprueba en las muestras desecadas. »El Y. angustifolium de algunos autores abarca dos especies diferentes: la una (de Játiva) se refiere al Y. Creticum L. ex Willk. /Prodr. 11, p. 487); la otra al YX. Hispanicum Asso, según ejemplar que en Ciempozuelos recogí este verano. »El E. Hispanicum Asso ha dejado de ser planta desconocida desde que he comunicado los ejemplares recogidos en Mon- real del Campo por D. Juan Benedicto á los amigos y á la Wie- ner Botanische Tauschverein. A esta misma especie de Asso es muy probable que pertenezca también el Z. plantaginoides R. Sch. »Finalmente, el X. paniculatum Lag. (YE. Lagasce R. Sch.) es una variedad parviflora! del E. pustulatum $. et $., á juzgar por los ejemplares de Alcalá de Guadaira remitidos por don Francisco de las Barras; y mi 4. Argente no parece diferir de la especie Lagascana más que por sus corolas poco mayores. La misma relación existe entre los 4. pustulatum $. S. y E. La- gasce R. Sch. que entre los Z. vulgare L. y E. Wierzbickúi Haber!l. »El carácter fundado en la figura y color de las anteras no parece tan insignificante como opinaba Willkomm (Supple- mentum, p. 162); y el E. Lagasce las ofrece de la misma forma y color que nuestro E. Aryente. »Sagina Nuriensis Vayreda (Colm. rev. 1., p. 469, 1885).— S. Pyrenaica Rouy ?—Viniendo del Cerro Negro en compañía del Sr. Vayreda le rogué me comunicara alguna muestra de su especie, pues sospechaba perteneciera á la S. fasciculata Boiss. (non Poir.)=5S. Pyrenaica Rouy. Todavía no he recibido ejemplares, y por recordárselo me permito esta ligera obser vación. »También el Sr. Cadevall cita cierta S. densa en el «Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes», correspondiente á Junio de 1896, que ciertamente no es S. densa Jord.= 8. mari- tima Don. var., sino S. Vuriensis, por su localidad de Nuria y ser Spergella. »Narcissus moschatus L.—N. major Curt.—Los autores que conozco separan estos dos nombres como representando dos especies distintas. Parece que se refieren al mismo tipo espe- cífico, y por lo tanto son sinónimos. de DE HISTORIA NATURAL. 81 »Peonia Broteri Boiss.—La tengo por subespecie ó variedad de la P. corallina Retz.; como la P. coriacea Boiss., pertenece al tipo de la P. Russ1 Biv. »Hieracium pseudo-hybridum Arvet Touv.! ap. Reverchon pl. exs.—Me parece la misma forma que Loscos dió por /7. echioi- des var. Hispanicum, según ejemplares auténticos. »Las muestras de Sierra Espadán (Rev. exs., núm. 635) fue- ron publicadas bajo el nombre de 2H. anchusoides Arv. Touv.! forma; y se dice que pertenece también al mismo 4. echioides var. Hispanicum de Loscos. Según esto deben ser sinónimos. La planta de Espadán que me comunicó su colector para su estudio (Not. bot., fasc. v, p. 24) me pareció forma del 27. colli- mim Godvn.; «especie» que no es más que variedad del MHiera- cum prealtum Vill. »Sisymbrium subhastatum Lag. gen. etsp., n. 258.—S. lon—- gesiliquosum Willk.—Recogí esta especie el año 1886 en Gea de Albarracín y el Sr. Benedicto en Monreal del Campo el 1896. Este año pasado la volví á encontrar en las cercanías de Ma- drid (La Florida) y barranco de la Lánguida en la Sierra de Chiva. No se había indicado en Castilla la Nueva ni en el reino de Valencia. »Yo creo que tiene afinidades específicas con el £. pannoni—- cum Jacq. más bien que con el S. Columne Jacq.—Willdenow dió por S. subhastatum el S. Columne, según los autores. »Erythrea gypsicola B. R.—Dice Willkomm (Suppl., p. 194: «Ad hanc speciem probaliter referenda est planta valentina a »cl. Pau in collib. gypsaceis (inde a Sagunto ad Aragoniam »usque) indicata. Ceterum censeo, 4. gypsicolam ab E. linari—- »foliam specifice non differre. Idem valet de £. triphylla Costa.» »La planta valenciana que he recogido en la costa, desde Alicante á Castellón de la Plana, y que desde aquí llega sin interrupción hasta Calatayud, es la Y. major H. et L.; porque la E. linarifolia P. no la poseo todavía de España. y eso que la conozco bien por las muestras suecas, pomeránicas, mega- politanas é inglesas que poseo en mi herbario. Tanto la H. lina- rifolia Webb (iter., p. 28) como su variedad cymosa pertene— cen á la E. major H. et L., según ejemplares recogidos por mí en los sitios indicados por Wiebb. »Desde la Sierra Mariola, Cacaixent, Játiva, Sierra de Chiva, Chelva, Titaguas, Jabalambre, Albarracín, Monreal del Campo s8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA (Benedicto!), Calatayud (Vicioso! ), hasta Moncayo (según: Ca- lavia), no existe ninguna forma de la £. linarifolia, y sí la E. major, prescindiendo de mi forma Zurolensis, propia de las: montañas que rodean á la ciudad de Teruel. Lo mismo se ex- tiende por la cuenca del Palancia que por la del Mijares. »A la verdad no difiere especificamente la Z. gypsicola B. R. de la £. linarifolia P.; pero por sus hojas más angostas y más largas, con las brácteas mucho menores, bien puede consti- tuir una variedad notable, la cual, siendo abundantisima en algunas praderas de La Moncloa, pudiera llamarse castellana. »Inula Asteriscus.—Planta de 25 cm. cubierta de vello, hojas elípticas, las radicales adelgazadas en peciolo, las del tallo abrazadoras, obtusas y mucronadas; los ramos son general- mente en número de tres, con las hojas mucho menores y oblongas; las cabezuelas están protegidas por un conjunto de hojas que remedan al género Asteriscus, y de aquí el nombre especifico; las escamas son lineales, puntiagudas, y las lígulas elandulosas; los tallos son sencillos en la base y casi lanosos. »Abunda en la cuesta de Manzanera, Aragón austro-occi- dental: Julio-Agosto. La vi por primera vez en Julio de 1890; la recogí de nuevo y se repartieron como especie nueva en la Association pyrenéenne del año 1896-97 los ejemplares que traje de Agosto de 1896. »Esta forma curiosa y rarísima pertenece al grupo de las. IT. montana L., 1. dubia Pourr., I. britanica L.é 1. oculus-Chris- fi L., y es próxima á mis /. /HTispanica, 1. Casavielle 6 1. lutes- cons. »Las brácteas foliáceas del calicillo la separan á primera vista de las /. Hispanica é 1. lutescens; los tallos lanosos y hojas rameales, mitad menores que las caulinas de la /. Casavielle. »¿Silene mellifera Boiss. et Rt.—S. Vevadensis Loscos!, Rouy! (e loco Játiva), Willk.!. Suppl., pág. 281 et Pau.—Al buscar con interés la S. mellifera que Willkomm, Burnat y Barbey indicaron en el barranco de La Lándiga (Sierra de Chiva), vi que correspondía á mi S. Neradensis, y que efectivamente difería de las muestras andaluzas que tengo por £. Vevaden- sis Boiss. Atendiendo á que el difunto Willkomm aceptó como buena la determinación de las muestras segorbinas (Supple- mentum l. c.), y Loscos parece que no admitía la 5. mellifera B. et R., infiero que los ejemplares de La Lándiga son idénti- DE HISTORIA NATURAL. 89 cos á los de Segorbe, Aragón (Teruel y Zaragoza), Alcarria, Jativa (monte del Castillo) y Aranjuez (Mayo, 1897). »Helianthemum asperum Lag. (non Willk. p. p. et Pau). — 11. hirto X polifolium.—El H. asperum de Valencia y Aragón pertenece á otro tipo bien diverso, que es el 7. scariosum Duf. También existen en Aranjuez los 17. hirto x pilosum (H. La- gasce Dun.) y H. piloso X hirtum (1H. teretifolium Thib.); este último representa una forma sumamente curiosa. »¿Sisymbrium Matritense.—Afine del £. contortum Cav., del cual se aparta por sus racimos cortos, silicuas menores, doble más anchas, con los tres nervios de las valvas prominentes y estilo muy corto. Hábito de Lrucastrum incanum K. Los pies de los frutos arqueado-ascendentes y las silicuas rectas. Mayo, collados de Madrid. »5. bellidifolium.—8. contortum Porta et Rigo! iter, 111, n. 118 (1891).—Planta muy glauca, glabérrima; hojas radicales en- teras Ó dentadas, trasovadas y pestañosas; caulinas aovado- lanceoladas, enteras, las bracteiformes enteríisimas y lineales. Planta de aspecto propio.—Valdemoro, 18 Mayo 1897. »Plantago Loscosii Willk.?—No conozco esta especie más que por su descripción; pero en vista de la muestra recogida por el Sr, Trémols en Collsacabra, con aspecto de Pl. Serraria L., así sea algo remoto, y de P1. serpentina Vill., sospecho que pudiera pertenecer á la especie de Willkomm; si así fuese, re- sultaría que, como la planta catalana, pertenecía á una forma latifolia, bracteosa, Pl. acanthophylle Desne., y probablemen- te igual á la P/, Broteri Nym. »La Pl. acanthophyile Desne. me parece la poseo de Sicilia, de donde no se ha indicado. » Verbascum bracteosum.—V. viminaliz Boerhavi.—Inflores- cencia y hojas caulinas decurrentes le acercan sobremanera al Y. viminale Guss.; sus hojas-relativamente más cortas y más anchas, vestidura facilmente caediza y facies, le aproximan de tal manera al Y, Boerhavi L., que á esta nuestra misma forma debió Willkomm considerar como ¿ lorngebracteatum, tanto por lo dicho como por tratarse de la misma localidad. »sierra de Espadan, Junio de 1891. »V. Turolense.—V. Thapso X Chaixi.—Vestidura de toda la planta y hojas de V, Thapsus L.; espiga de V. Chatzxi Vill. -»Aragón austro-occidental (Sierra de Jabalambre), Julio 1890. 9% ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Poseo varios hibridos en mi herbario que motivarán un trabajo apenas pueda reunir ejemplares en abundancia y bien preparados; hoy puedo adelantar que en mis apuntes, comenzados ya hace tiempo, aparecen, entre varias especies inéditas, el V. Hanseleri Boiss. como hibrido del Y. Boerhavi L. y V. phlomoides L.; el V. Granatense Boiss.=V. pulverulento Xx Nevadense, etc. El que más híbridos produce en España es el V. Boerhaavit; el que menos (yo no vi ninguno), el Y. sinua- tum L., que es la especie dominante. »>Jasione nummulariefolia.—Diferente de la J. foliosa Cav.! (1. class.), con la cual la confundieron, por sus hojas radicales más cortas y más anchas. Las de los tallos floríferos son cor= tas, anchas, algo redondeadas las inferiores y adelgazadas en la base. »Sierra de la Nieve.—Reverchon, 2/7. de 1*And., núm. 554, 20 de Agosto de 1890. »La verdadera /J. foliosa Cav. en las Sierras de Chiva (peñas- cos del barranco de La Lándiga, alt. 700 m.) y Mariola (riscos en el barranco de La Carrasqueta, alt. 1.300 m.). »Stachys stenophylla Spr.—El Sr. Vayreda me llamó la aten- ción acerca de esta forma que yo le remití como $7. recta L. y procedente de las recolecciones hechas por D. Juan Benedicto en las cercanías de Monreal del Campo (Teruel). »Efectivamente, tomada en conjunto y comparada con los ejemplares catalanes, parece ser muy diferente á primera vis- ta; pero examinada en detalle se ve que no difiere de la Sta- chys recta L. de Cataluña más que por sus hojas más angostas y espigas tenues. Esta planta aragonesa estimo es la misma forma que los botánicos italianos y franceses dan como varie- dad angustifolia, y las muestras que poseo de Liguria no di- fieren casi en nada de las otras de Monreal del Campo, á pesar de su facies, por la que se parece á la 5%. nitens Janka. En úl- timo resultado, es muy probable que no se trate más que de la St. stenophylla Spr., si, como Willkomm supone, pertene- ciera á una variedad angustifolia de la St. recta L., con lo cual estoy de acuerdo. »La St. recta L. que recogí en Albarracín (Agosto, 1886), como también lo hizo D. Bernardo Zapater, es diferente de la planta de Monreal é idéntica á la catalana.» —Por encargo del Sr. Calderón participó el Sr. Vicesecreta- ST TA DE HISTORIA NATURAL. 91 rio que en Almendralejo se sintió el domingo 6 y el lunes 7 del pasado mes de Marzo, á las diez y cuarto de la noche, un temblor de tierra que duró de ocho á diez segundos. El fenó- meno se repitió á las cuatro de la madrugada del día 7, du- rando un poco más tiempo que la primera vez. La dirección de ambas sacudidas parecía ser de Sur á Norte. El público apenas se dió cuenta del fenómeno en ninguna de las dos veces, por no haber producido daño alguno en dicha ciudad. También se percibió la sacudida en Mérida y en algunos puntos de la línea de Cáceres, como Aljucén. De Mérida comu- nican que las trepidaciones acompañadas del ruido particular del fenómeno, aunque instantáneas, fueron bastante sensi- bles, produciendo pavor en los vecinos de los pisos altos, si bien tampoco hubo allí desgracias que lamentar. —Se dió lectura á la siguiente nota del Sr. Calderón: «Más datos sobre las resinas fosiles españolas. »En el tomo xvut de estos ANALES apareció una importante Memoria del Dr. Meyer, de Dresde, con un apéndice del señor Quiroga, la cual resume casi todos los datos hasta entonces conocidos sobre los llamados succinos españoles, y añade va- liosas investigaciones de nuestro malogrado consocio. Como complemento de dicho trabajo voy á indicar algunas localida- des más, que no figuran en él. »Alicante.—El Sr. Bowles (1) dice que á dos leguas de esta ciudad hay una montaña caliza llamada Alcoray, en la que, excavando, halló á unos 15 pies de profundidad pedazos de ámbar mineral y un morrillo más grueso que un puño que con- tenía un trozo opaco, de aspecto de colofonia. »Barcelona.— Los Sres. Maureta y Thós (2) consignan que existen implantados en la caliza carbonosa del cretáceo entre Vilado y San Vicente de Castell nódulos de ámbar de diferen- tes tamaños, opacos algunos, transparentes los más y de colo- res amarillo y verdoso de diferente intensidad. »Logroño.—En San Felices, al abrir un pozo en la fábrica e (1) Introducción dá la Hist. nat., etc. 2.? edición, p. 37, 1782. (2, Descrip. fís., geol. y min, de la prov. de Barcelona. 1881, 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ladrillos allí establecida, extrajeron, además de varios frag= mentos de lignito, algunos kilogramos de succino y abundan- tes nódulos de pirita. »Portugal.—El Sr. Choffat (1) ha observado en el carbón jurásico del cabo Mondego pequeñas inclusiones de una subs- tancia amarilla, translúcida, que era ciertamente una resina fósil y con probabilidad succino. Desgraciadamente estas in- clusiones exceden rara vez del tamaño de una cabeza de alfi- ler, lo que hace muy difícil, si no imposible, su examen quí- mico. Opina este geólogo, en contra de una afirmación que erróneamente se le atribuyó en la Memoria del Sr. Meyer, que un examen de los lignitos secundarios y terciarios de Portu- gal mostraría en numerosos puntos inclusiones de resinas fósiles; pero que hasta ahora no se puede afirmar ni negar la existencia allí del succino.» —El Sr. Macpherson se ocupó después de la utilidad que puede resultar á la micrografía del nuevo procedimiento para iluminar fotografías, conocido con el nombre de Radiotint. Tuvo dicho señor la amabilidad de enseñar á los socios pre- sentes bastantes fotografías de preparaciones iluminadas por él, valiéndose de dicho procedimiento, el cual asegura ser muy facil y rápido, pues en diez minutos puede darse color á una fotografía, resultando ésta no sólo de un efecto muy agrada- ble, sino que muestra incomparablemente mejor que en negro los caracteres de los minerales existentes en la preparación. —El Sr. Puig leyó una carta del ilustre mineralogista Haúy y los discursos pronunciados por D. Francisco de Angulo y por Guyton de Morveau en la recepción del primero en la Acade- mia de Ciencias de Dijon. Anunció además el Sr. Puig la lec- tura de otros documentos no menos interesantes que los cita- dos y que están en su poder. La Sociedad, á propuesta del Sr. Presidente, manifestó ha- ber oido con gran placer al Sr. Puig, y acordó se publicasen tan notables escritos en los ANALES. Con este motivo el Sr. Rodriguez Mourelo habló de la impor- tantísima colección de formas típicas cristalográficas, original del sabio Haúy, existente en la Universidad de Santiago, á la cual la legó D. José Rodríguez González, catedrático de la (1) Annuaire gcol, univers., £. VI, pág. 533, 18.0. DE HISTORIA NATURAL. 93 misma, quien la había heredado del eminente naturalista francés, y cuyo catálogo ha sido publicado en nuestros ANALES. Anunció también el Sr. Rodríguez Mourelo la lectura de una carta que posee, original del no menos ilustre Werner. —El mismo Sr. Rodriguez Mourelo hizo una breve reseña de los interesantes trabajos á que se dedica actualmente y de los que ya ha publicado algo esta Sociedad, sobre la fosfores- cencia de muchos sulfuros, como los de estroncio, calcio, bario, zinc, etc. A continuación entretuvo dicho señor á los socios presentes mostrando dicha fosforescencia en numerosas pre- paraciones de los mencionados sulfuros por él obtenidas, las cuales presentan preciosos colores en la obscuridad, variables según la naturaleza de cada uno, cohesión, procedimiento de obtención, etc., ofreciendo redactar una nota sobre sus últi- mas investigaciones referentes á dicho asunto para su publi- cación en los ANALES. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión dadel 7 de Marzo de 418098. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAÚL. —Se leyó y aprobó el acta anterior. —Se dió lectura á la siguiente comunicación remitida por el Sr. Barras: «Datos para la florula sevillana. Fam. CGupuliferas. Quercus Tlex L.—Provincia de Sevilla. — — Ballota Desf.—Idem, id. — Suber L.—Idem, id. — coccifera L.—Dehesa de Gascón, Marchena. — pedunculata Erhb.—Provincia de Sevilla. Corylus Avellana L.—Idem, id. Castanea vulgaris Lam.—Idem, id. Fam. Juglandáceas. Juglans regia L.—Provincia de Sevilla. 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Fim. Ficoídeas. Mesembryanthemum erystallinum L.—Sevilla. Glinus lotoides L.—Sevilla. Fam. Aristoloquiáceas. Aristolochia longa L.—Sevilla, en San Telmo. — Betica 1. —Sevilla; San Juan de Aznalfarache (Medina!); Castilleja de la Cuesta; Alcalá de Guadaira (Paúl!); Dehesa de Gascón, Marchena. = Pistolochia L.—Alcalá de Guadaira. Fam. Ampelidáceas. Vitis vinifera L.—Provincia de Sevilla. (Cult.) Fam. Ramnáceas. Rhamnus lycioides L.—Sevilla. — oleoides L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira (Paúl!). Zizyphus vulgaris Lam.—Provincia de Sevilla. Fam. Celastráceas. Evonymus Europeus L.—Sevilla. (Cult.) Fam. Euforbiáceas. Euphorbia Helioscopia L.—Sevilla; Dehesa de Gascón, Mar- chena. — pubescens Vahl., var. subglabra Gren. et Godr.—Se- villa; Dehesa de Gascón, Marchena. - Characias L.--Alcalá de Guadaira. — Terracina L.—Sevilla. — serrata L.—Sevilla. (El ejemplar presenta una co- loración violada.) Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. = Esula L.—Sevilla. — Peplus L.—Sevilla; Sanlúcar la Mayor; Aznalcázar; Dehesa de Gascón, Marchena. ii 5 DE HISTORIA NATURAL. 95 Buphorbia medicaginea Boiss.—Sanlúcar la Mayor; Aznalcázar; Dehesa de Gascón, Marchena. - segetalis L.—Alcalá de Guadaira; Utrera; Carmona; Dehesa de Gascón, Marchena. — exigua L.—Sevilla; Vega de Triana (Pau!). Ricinus communis L.—Sevilla. (Cult.) Mercurialis anmua L.—Sevilla; Sanlúcar la Mayor; Aznalcázar; Dehesa de Gascón, Marchena. =— — var. genuina J. Mill. —Dehesa de Gascón, Marchena. — tomentosa L.—Sevilla; Huévar (Paúl!). Crozophora tinctoria Adr. Juss.—El Pedroso de la Sierra. Fam. Malváceas. Malope trifida Cav.—Sevilla. Malva Hispanica L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. — sylvestris L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira (Paúl!) ; De- hesa de Gascón, Marchena; El Pedroso de la Sierra. — Niceensis All.—Vega de Triana (Pau!). — vulgaris Fr.—Alcalá de Guadaira. — althevides Cav. (M. cretica (L.)—Vega de Triana (Pau!). — parviflora L.—Sevilla. Lavatera Cretica L.—Sevilia; Dehesa de Gascón, Marchena. : — trimestris L.—Castilleja de la Cuesta. Althea hirsuta L.—Vega de Triana (Pau!). — rosea Cav.—Sevilla. (Cult.) Hybiscus Syriacus L.—Idem, id. — Rosa-sinensis L.—Idem, id. Gossypium herbaceum L.—Idem, id. (Podría ser objeto de ex- plotación.) A butilon venosum Paxt.—Idem, id. Fam. Auranciáceas. Citrus vulgaris Risso.—Sevilla. (Cult.) — Aurantium Risso.—Idem, id. — Limonwm Risso.—Idem, id. — medica Risso.—Idem, id. — Bergamia Risso et Poir.—Idem, id, 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Fam. Hipericáceas. Hypericum perforatum L.—Huévar (Paúl !). — — var. angustifolium Gaud.— Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. — guadrangulum L.—Sevilla. —El Sr. Cañal leyó la siguiente nota: «Descriptos en mi Sevilla Prehistórica (1), y en mis Vuevas exploraciones de yacimientos prehistóricos en la provincia de Sevilla (2), los hallazgos de objetos pre-romanos, de carácter indígena andaluz habidos en la provincia de Sevilla, conti- nuaré comunicando á los AxaLres los descubrimientos que se vayan realizando, como ya lo he hecho antes de ahora. »Hoy puedo participar que de Carmona me dan noticia de que practicando un rebaje en el segundo trozo de la carretera en construcción de la citada ciudad á la Puebla de Cazalla, y pró- ximo á los terrenos del cortijo del 47amo, á 8 km. de distancia del segundo de los pueblos mencionados, fueron descubiertas y exploradas por los trabajadores varias sepulturas, pertene- cientes al período neolítico, á juzgar por los objetos encontra- dos. Estos son: toscas vasijas, rotas en su mayor parte; huesos humanos, casi pulverizados; armas é instrumentos de silex, y una piedra á propósito para moler granos. »Una de las vasijas halladas, cuya figura apenas difiere de la de los pucheros actuales, carece de asas, tiene 0,10 m. de diámetro en su boca, 0,14 m. en la parte más ancha y 0,12 de altura, y acusa cierto adelanto en el arte de la cerámica por la relativa perfección de la citada obra. »Estos enterramientos pertenecen á una tribu que tuvo su residencia en la serie de colinas situadas frente á las que lla- man «alcores, y que limitan la vega de Carmona por el lado opuesto á esta población. De modo que en las orillas de la eran laguna d esteros, reminiscencias del mar terciario, que ocupaban la citada vega, moraban en la época neolítica gen- tes que, dedicadas á la caza y á la pesca, daban también sus primeros pasos en la industria y aun en el comercio.» (1) Un vol. en 4. Sevilla, 1894. (2) ANALES DE LA Soc. EsP. DE HIST. NAT. tomo Xxv, 1897, pág. 251. E A de E A is E E dls AI ins e. a e Y, CA 12 DE HISTORIA NATURAL. 97 Sesión del 4 de Mayo de 1898. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. —Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los siguien— tes señores propuestos en la sesión anterior: R. P. Juan González Arintero, del Colegio de PP. Domini- cos de Corias, propuesto por D. Salvador Calderón; Palomar (D. Alejandro), Médico de la Armada, residente en Barcelona, propuesto por D. Odón de Buen; Muñoz Ramos (D. Eugenio), Director del Laboratorio mu- nicipal de Valladolid, propuesto por D. Eduardo H. Pacheco; Alloza Blasco (D. Leandro), Alumno de la Escuela de Ingenieros de Caminos, propuesto por D. Manuel Carbó. Como socio agregado fué admitido el señor Ossuna (D. Manuel de), residente en Puerto de Santa Cruz (Canarias), propuesto por D. Ignacio Bolívar. —Se hizo una nueva propuesta de socio. —El Sr. de la Fuente remite la siguiente nota, continuación de sus Datos para la fauna de la provincia de Ciudad-Real (1). (1) Véanse las Actas de 1897, páginas 129, 177 y 202, y las de 1898, pág. 83. ACTAS DE LA 80€. ESP. DE H. N.— MAYO, 1898. -1 » 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 1X. Arácnidos de Pozuelo de Calatrava, determinados en su mayor parte por M. E. Simon. Avicularidoe. Nemesia Dorthesi Thorell. Uloboridee. Uloborus Walckenceríus Latr. Dictynidee. Dictyna flavescens O. Koch. Dictyna... sp.? Titaneca prefica L. Koch. Eresidee. Eresus imperialis L. Duf. Filistatidee. Filistata insidiatrix Forsk. Sicariidee. Loxosceles rufescens L. Duf. Seytodes bianmuilata E. Sim. — thoracica Latr. Dysderidee. Dyslera punctulata C. Koch. Segestria florentina Rossi. Drassydee. Callilepis exornata C. Koch. — 8p. Melanophora (dos especies). Drassodes dalmatensis L. Koch. — fugax L. Koch. Prosthesima «nea E. Sim. — latipes Can. Palpimanidee. Palpimanus gibbulus L. Duf. Zodariidee. Zodarion stiliferum E. Sim. — alacre E. Sim. Storena (Selamia) reticulata E. Sim. Enyo elegans E. Sim. Hersiliidee. Hersiliola maculata L. Duf. Theridionidee. Theridion lineatum Cl. — simile C. K. — sisyphium Cl. — impressum L. K. — varians H. — nigrovariegatum E. Sim. Lithyphantes corallatus L. — Paykullianus Walck. Enoplognatha mandibularís Lucas. — 4-punctata E. Sim. Teutana triangulosa Walck. — grossa C. Koch. Euryopis acuminata Lucas. *— Sp. Asagena phalerata Panzer. Argiopide. Linyphia pusilla Sund. — clathrata Sund. Argiope lobata Pallas. Araneus Redii Scop. — cucurbitinus Cl. — soror E. Sim, — ceropegia Walck. — dalmaticus Dolesch. — Armida And. — dromedarius Walck. — Schreibersí Hahn. — (Cercidia) prominens Sund. — (Singa) nitidulus O. Koch. — (Zilla) atricus C. Koch. — (Hyposinga)... sp? .. — (Hyposinga) albovittata Wst. Mangora acalypha Walck. ) DE HISTORIA NATURAL. á 99 Micrometra subtilis Cl. Tetragnatha extensa L. Pachygnatha Degeeri Sund. Thomisidae. Thanatus major E. Sim. -Philodromus debilis E. Sim. — rufus Walck. Xysticus Delalandei Aud. — nubilus E. Sim. -— caperatus E. Sim. — erraticus Blarkw. — baleatus E. Sim. — robustus Hahn. Oxyptila albimana E. Sim. = Bufo LND: 1 — ... Sp. Synema globosa Fabr. Thomisus albus Gm. — onustus Walck. Runcima lateralis O, Koch. Misumena vatia Cl. Tibellus macellus E. Sim. — propinquus E. Sim. — oblongiusculus Lucas. Tmarus punctatissimus E. Sim. Herleus hirsutus Walck. Clubionidee. «Sparasus Argelasti Latr. Micrommata virescens Cl. Micariosoma flavitarse Lucas. Mesiotelus tenuissimus L. Koch. Chiracanthium pelasgicum C. K. — striolatum E. Sim. Clubiona neglecta Cambr. Agelenidee. “Textrix coarctata L. Dut. Tegenaria domestica Cl. — cisticola E. Sim. Lycosidee. -Lycosa albovittata Brullé. Lycosa fusciiventris L. Duf, — cCinerea Fabr. — villica Lucas. — personata L. Koch. Pardosa proxima C. Koch. Oxyopidee. Oxyopes líneatus Latr. — heterophthalmus Latr. — globifer Latr. Attidee. Cyrba algerina Lucas. Calliethera scenica Ol. Heliophanes lineiventris E. Sim. — .. Sp. Ergane jucunda Lucas. Ballus rufipes E. Sim. — tariegatus E. Sim. Menemerus semilimbatus Hahn. Phlegra Brernieri Lucas. — sierrana E. Sim, Phileus chrysops Poda. Hyctia Canestrinii Can. Icius striatus Ol. Leptorchestes Perezi E. Sim. Synageles venator Lucas. Pellenes semiater E. Sim. Blurillus eeruginosus E. Sim. Neceta membrosa E. Sim. Bianor sp. Seorpionidee. Buthus europeus L. Phalangidee. Acantholophus brevispina E. Sim. Solifugae. Gluvia dorsalis Latr. Chernetes. Chelifer lampropsalis L. Koch. — hispanus L. Koch. 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —S$e dió lectura á la siguiente comunicación remitida por- el Sr. de Hoyos Sáinz: Cráneos antiguos de Ciempozuelos é Itálica. (Notas bibliográficas.) «Creo útil dar á conocer á la Sociedad, dos memorias publi— cadas en el pasado año en el Boletín de la Real Academia de- la Historia, y que son dos trabajos que por sus métodos y por- llevar la firma de dos eminentes antropólogos consocios nues- tros, entran por completo en la índole de nuestra publicación. »Por encargo de la Real Academia ha escrito nuestro presi- dente el profesor Sr. Antón, una memoria acerca de Cráneos- antiguos de Ciempozuelos (cerca de Madrid), bajo una forma verdaderamente literaria y con elevado criterio de genera— lización. »Pertenecen los restos á un yacimiento que contiene objetos. neolíticos y cerámica muy típica, los cuales forman por el estado y época dos grupos: el primero compuesto de tres tro—- zos de cráneo y dos mandíbulas, de color rojizo y con materia orgánica; uno de ellos es un cráneo de Q, sin base ni lado- derecho, de frente rebajada y ancha (97 mm. fron. mín.), de vertex casi obélico y con índice de 83,3?; cara ancha, de 130 mm., con pómulos fuertes y rudos, órbitas altas y redon—- deadas, hipsiconca y con índice nasal de 47,9. Otro cráneo- de / adulto, análogo en un todo al anterior, incluso los índi— ces, más alto y de occipital deprimido y aspecto hidrocéfalo;. otro trozo es la base de un cráneo con dientes de uso plano. »Pasando á conjeturar la raza á que pertenecen dichos restos, los compara con los tipos braquicéfalos de Europa, que reduce á 3; el de Nagy-Sap Ú más puro, representado aquí por los de- Cabeco da Arruda, el de Fuurfooz, que considera mezclado, y el de la Truchere, no conviniendo con ninguno de ellos, pues sólo se parecen al de Mugen núm. 2; afirma que no son cua— ternarios y pasa á compararlos con los tres tipos actuales, lapo-- nes, estonios y celto-eslavos, que en dicho orden establecen el paso del tipo mogólico al caucásico, hallando gran exactitud métrica y morfológica con los cráneos auvernios regalados al Museo de Madrid por M. Verneau; afirma, pues, que pertene— cen á un tipo mixto muy próximo al celto-eslavo y que repre- A ts E a e dci DE HISTORIA NATURAL. 101 «sentaban el laponoide al fin del cuaternario en España, como las de los paraderos (Kjókkenmódding) en Portugal. »El otro grupo, perteneciente al Marqués de Cerralbo, está formado por una bóveda y dos partes laterales, que presentan una curva total y un contorno análogo al de Cro-Magnon, y más especialmente al cráneo núm. 2 del Museum, que es el que reproducen en la Península los de cueva Vella, Alcoy, la -Solana, Gibraltar y Cesareda; raza que existiendo pura desde el neolítico al bronce, constituye el fondo de la población -actual, formando una rama de las dos mediterráneas, la baja, delgada, de color obscuro ú siro-árabe y la alta, robusta 6 dd ES a 2 A Cl e ds Ss NN A A E A A A ii E O de os o ls PU A DE HISTORIA NATURAL. 103 »Determina, en fin, el Sr. Olóriz la raza por exclusión, ha- llando analogías con el cráneo de la caverna de Genista (Gi- braltar), y luego con el tipo medio de 20 andaluces contempo- ráneos, aparte del de los 100 españoles, que creemos muy ar- tificioso por lo general.» —El Sr. Pau remite las siguientes «Notas sobre unas formas criticas de plantas españolas. »Zizyphora aragonensis Pau nov. sp.—Z. acinoides auct. hisp. (non L.)—Calamintha graveolens Loscos ap. Ser. imp., n. 1583 (non Bth.)—C. rotundifolia Lose. et Pardo ser. inc., p. 82 p. p. (non Willk.)—C. Acinos Asso (sec. Loscos).=4zs.; Loscos, nú- mero 74; Soc. bot. barc. (1872). »Los autores españoles han tomado por Zizyphora acinoides de Linneo una planta aragonesa que de ninguna manera con- viene ni con la descripción linneana, ni con la localidad en que existe. »Z.acinoides L. sp. 1.—Z. flor. lateralibus, fol. ovatis. Hab. in Sibiria.—Habitus Thymi Acinos, sed majora quintuplo omnia. Fol. Z. capitatee; flor. laterales ut in Z. tenuiore, sed copiose- res. Cal. similiter hispidi; stam. extra tubum corolle protrusa. »Estos caracteres no convienen á la Z. aragonensis, y basta para demostrar esta aserción ver las hojas de la Z. capitata L. totalmente diversas de las de nuestra especie. »Según la colocación de la Z. acinoides y caracteres sacados de las hojas, sería fácil que la Z. acinoides L. (non auct. hisp.) perteneciera á la Z. taurica M. B. Efectivamente, las hojas inferiores coloreadas, como en la Calamintha Acinos Bth., y aovadas, con las superiores muy parecidas á las de la Z. ca4pi—- tata L., según expresa Linneo, autorizan á suponerlo. »Además, la Z. aragonensis es muy parecida á la Z. hispa- nica L., afinidad que no debió pasar desapercibida á Linneo si, como se ha pretendido falsamente, la hubiera descrito en su Z. acinoides. Esta afinidad es tan íntima, que nos parece, en vista de los numerosos ejemplares que poseemos, que nues- tra Z. aragonensis no puede considerarse más que como sub- especie de la Z. hispanica L. »Las únicas diferencias que las separan están cumplida— mente expuestas por Willkomm. (Prodr. 11, p. 428, n. 2307). 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Fumana hispidula Loscos et Pardo! Ser. inc., p. 12 (1863). —Cistus levis Cav.—Fumana glutinosa e) levis Wk.—F. levis Willk.—Chameecistus luteus toroso folio, hispanicus Barre— lier, ic. 439. »Nosotros tenemos por especie buena y muy diversa de la F. viscida Sp. la F. hispidula; para convencerse basta atender á la estructura de la hoja y forma del botón floral. Las varie— dades (como la 7. jumiperina Lag. y otras formas afines de ésta) corresponden á nuestra 7. /ybrida (Pau hb.)=F. viscida Xx hispidula, por sus hojas de F. hispidula y botones florales de F. viscida. »Nuestra /. hybrida existe en Dos Hermanas (Sevilla), y poseo ejemplares casi idénticos de Francia y Argelia. »La F. hispidula L. € P. es muy abundante en la Dehesa de la Albufera de Valencia, y el Sr. Vayreda hace años que tam- bién la recogió en este mismo sitio. GÉNERO Juniperus. »Tenemos en España varias formas dudosas y que por for- tuna poseo en mi colección. Al pasar revista á los autores es- pañoles que de este género se ocuparon, veo lo difícil que os diferenciar las especies, variedades y formas. Con el fin de contribuir al esclarecimiento del caso, aporto aquí cuatro no- ticias, huyendo de largas consideraciones. »Para distinguir el /. ozycedrus L. del J. macrocarpa $. $. presento aquí los caracteres diferenciales. J. MUACTOCATPA. J. OLYCCATUS. Hojas generalmente más Hojas más largas y más an- cortas y más anchas: 2 mm. | gostas: poco más de 1 mm. Frutos glaucos, con escar- Frutos rojos, brillantes. cha. »Tanto el ozycedrus como el macrocarpa presentan en España variedades y formas, atendiendo al fruto. El /. Zobelli Guss. lo creo forma joven del /. macrocarpa, según las abundantes muestras que recogí en la Dehesa de Valencia, y la del señor Kheil de este mismo sitio. DE HISTORIA NATURAL. 105 »Los frutos jóvenes ofrecen figura ovoídea, hasta en el mis- mo pie que los ofrece globosos. A medida que marchan hacia la madurez se les ve perder la forma ovoidea, y llegan á un punto en que no podemos distinguirla ya, hasta terminar por ser globosos, como en el /. macrocarpa Sibth. Sm. Siendo cierto lo supuesto, el /. Lobvelli Guss. no puede tener importancia taxonómica. »La forma más notable que poseo de esta especie es el ene- bro recogido por el Sr. Tremols en Cadaqués (Gerona), Mayo, 1881. Pudiera ser J. macrocarpa X ozycedrus por las hojas de dos formas, frutos pequeños como los del /. oxycedrus, que parecen rojizos y cubiertos de escarcha. »Otra forma bastante notable es el J. macrocarpa Wilk. (Suppl., p. 4e loco Albarracín) non Sibth. et Sm., y que per- tenece al /. oxycedrus L., según muestras recientemente re- mitidas de Calatayud por el Sr. Vicioso. Es el /. ozycedrus L. B Lagune Pau in litt. ad Vicioso y bien representado en la es- tampa x1, n. 4, de la 1074 forestal. »El/. communis L. presenta en las montañas de Teruel una variedad de hojas casi doble más largas y débiles, que no la tene'o más que por forma sienophylla. »A esta variedad pertenecen probablemente tres enebros que en el Rincón de Santa María, término de Olba y provincia de Teruel, vi el año 1884. de estatura colosal. Recordando estos raros ejemplares rogué á mis amigos de Olba midieran el tronco; y el célebre «enebro de Casa blanca», único que hoy queda, mide 5,20 m. de circunferencia, tomada en su parte más engruesada, según mi encargo. Los del país le dan 22 palmos de circunferencia al tronco; y para más seguridad mandé me remitieran la medida con un bramante, como lo hicieron. »La J. phenicea L. se presenta en España bajo tres formas diferentes. Yo no poseo más que dos. »El tipo: f. glodiformis: frutos globosos. General en España. »La f. pyriformis, con frutos en peonza, adelgazados en la base. La recogí en los pinares de Puerto de Santa María (Cádiz). »Y la forma oviformis =J. oofora Kze. con frutos adelgaza— dos en la punta y no umbilicados, que se cita también en Santa María (Cádiz), y que no conozco, pero que poseo de Sicilia. 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »La J. Sabina L. presenta una variedad humilis Endl. La tengo por forma fisiológica y no teratológica. En Jabalambre abundan las dos y es rara la /. thurifera L. »Geum Albarracinense Pau, Vof. bof., fasc. 1, pág. 23 (1887). —(G. hispidum Lange (non Fries).—(G. molle auct. hisp. (non Vis. € Panc.). »En un principio le consideré como especie diversa; pero habiendo leído que el €. hispidum Lge. pertenecía al E. molle Vis. et Panc., sin otro estudio le di bajo esa determinación, considerandolo igual á mi S. 4/barracinense. »Teniendo ocasión de comparar la especie española con la de Bosnia, Servia, etc., vuelvo á mi primera teoría, y consi- dero el €. A/barracinense como diverso del GF. molle Vis. et Panc., por las hojas radicales más pequeñas, segmento termi- nal trilobo y cuneiforme en la base, segmentos laterales ma- yores, lacinias del cáliz aovadas y no lanceoladas, simplemen- te agudas 6 mucronadas y no acuminadas ó puntiagudas. Los pétalos también parecen menores. »Le creo especie intermediaria entre el hispidum F. y molle Vis. et Panc.; de aquel ofrece las hojas radicales y las flores, separándose por las hojas caulinas; del molle V. et P. pre- senta las hojas caulinares, pero lo restante es del hispidum Y. »Creo que se aproximó más á la verdad el Sr. Lange llevan- do esta forma al (. hispidum F., que Uechritz haciéndola sinó- nima del €. molle Vis. € Panc. ATP EIN DE a »Plantago persiana nov. sp. —2/. Zeflingii J. Bornmiller, iter persico-turcicum (1892-93), n. 591. »Difiere del P/. Zeflingii L. por sus brácteas más angostas, línea verde de la quilla más corta, lacinias del cáliz con línea verde en el dorso, y sobre todo por los lóbulos corolinos casi orbiculares. »El P1. Leflingii L. ofrece la línea verde dorsal más larga que las brácteas, apareciendo éstas mucronadas; las lacinias calicinales son completamente membranosas y niveas y Jos lóbulos corolinos lanceolados. DE HISTORIA NATURAL. 107 »Habita en la Persia meridional (Laristan), en sitios areno- sos junto á Bender-Abbas. 10 de Febrero de 1893. Leg. J. Born- múller.» —El Sr. Lauffer dió lectura á la siguiente descripción : «Dorcadion Bolivart sp. nov. »Ovale, elongatum, obscure brunneum; frons, fascia nitida verticis alteraque prothoracis, abdominis apice, antennis articulo primo excepto, cozarum apice, trochanteribus, tibiarum apice nec non tarsis brunneo-rufis; palpis ferrugineis. Caput cinerco-lomen- tosum, carina media nitida, angustissime sulcata «a epistomate usque ad basin verticis ducta, antrorsum angustata. Prothoras medio fascia nitida haud sulcata et utrinque spatio calloso lev, lateribus in tuberculum spinosum productus: dorso albo bifas- ciato. Elytra elongata, nigro-holosericea; sutura, margo externo, fasciaque humerali in maculas plurimas soluta nec non basi puncto intra humerali albidis. » Variat in O colore cinereo, fascia humerali elytrorum integra. »Longe. 12-17 mm. Patria, Quero; prov. Ciudad-Real. »Se distingue de las demás especies españolas descritas has- ta hoy por el color de las antenas, patas y faja media del pro- tórax, así como por la circunstancia de tener la faja humeral disuelta en muchas pequeñas manchas. »El 7 tiene el cuerpo en proporción más estrecho y prolon— gado que el D. Martinezi y de un color obscuro, la frente y con frecuencia la faja lampiña del vértice y del protórax, el extre- mo del abdomen, las antenas con excepción del primer artejo, el extremo de las coxas, los trocánteres, el extremo de las tibias y los tarsos de un rojo parduzco, los palpos de un rojo orín. La cabeza, con un tomento blanco sumamente ligero, que sólo en la frente llega á ser algo espeso y mezclado de pelos pardos; tiene una costilla longitudinal saliente, brillante y lisa, que se extiende desde el epístoma hasta el final del vér- tice; muy estrecha en toda la parte anterior, se ensancha esta costilla mucho en el vértice, donde tiene á cada lado una fajita de un tomento ligero y blanco y está surcada en toda su ex- tensión por una línea fina. El protórax, con tubérculos espi- nosos, algo obtusos, tiene en el medio una faja ancha, bri- llante y lampiña, sin surco, y á cada lado, entre esta última y 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA los tubérculos espinosos, una callosidad brillante y lisa. Al lado de la faja media, y también encima del tubérculo, hay una faja bastante estrecha de tomento blanco; el espacio com- prendido entre estas dos fajas blancas está cubierto de un tomento negro que con frecuencia desaparece por el frote. En los lados del protórax el tomento blanquecino es tan ligero, que se ve sin dificultad la puntuación medianamente gruesa. »Los élitros bastante prolongados, con tomento negro ater— ciopelado; la sutura, el margen y una faja humeral, así como otra apenas indicada, de un blanco muy puro. Las dos últimas están completamente disueltas en pequeñas manchas irregu- lares. »La O es del mismo color y dibujo que el y, 6 el tomento pasa, como sucede con suma frecuencia en las Y del D. Mar- tinezi, á una coloración cenicienta; entonces la faja humeral suele ser normal, no interrumpida y de un blanco sucio. Pero también en este caso se reconoce fácilmente la especie por el color rojo parduzco de la frente, de las costillas de la cabeza y del protórax, de las antenas (con excepción del primer arte- jo), de las coxas, trocanteres, tarsos y extremo de las tibias.» —Se dió lectura á la siguiente nota del R. P. B. Merino: «Descripción de un helecho nuevo. »Homophyllum (gen. nov.) (ex greco 00 simile et ¿uAov folium). »Prondibus omnibus subequalibus pinnatifidis, soriferis: soris indusiatis, duplici serie nervo medio loborum contigua et paralle- la, collocatis. demum confluentibus; indusio nervum versus soluto. »Homophyllum blechniforme (sp. nov.) »Perenne: radice brevi, crassa, radiculas filiformes tomento Fusco tectas edente: frondibus elongato-lanceolatis, breviter stipi- tatis, stipite glabro y. parce squamoso, pinnatifidis; lobis linear- oblongis, planis, approximatis, obtusis: soris plerumgue totam loborum superficiem non occupantidus. »Hec planta, quam non nisi uno in loco reperi, nempe in quo- dam proclivio umbroso et madido prope oppidum San Juan de Tabagon nomine cognitum, et ab hoc Collegio 8 kilom. circiler distans, magnam similitudinem primo intuitu cum Blechno spi- cant Rolh. pre se fert. In utraque planta sori pari modo dispo- DE HISTORIA NATURAL. 109 siti conspiciuntur, frondesque steriles Blechni spicant frondibus Jertilibus nostre similes. A genere autem Blechno diJert potissi- mum 12) frondibus omnibus conformibus et fertilibus; 2) dum in Blechno ¿industum unicum apparel excurrens a basi dilatata pin- narum usque ad ajicem ad utrumque nervi latus: in nostra plura adsunt indusia quasi unum continuum simulantia, raro incer— rupta. »Animadversio. Inter characteres generis Blochni proprios non tantum sororum indusiatorum dispositio, sed et diversa frondium sterilium et fertilium conformatio adnumerari solent, ac pro inde nulla ratione nostram plantam huic generi adjungere potui; sed novum creare coactus sum. Si vero in genero Blechno unica soro- rum collocatio uti character typicus habeatur, posset et Blechnum spicant ef nostra planta, tanguam due species, sub eodem genere comprehendi. Cum enim una hujus generis species in Hispania et. in fallor, in Europa, adhuc inventa fuerit, facile accidit, ut cha- racter specificus in genericum transferretur.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 30 de Abril de 18098. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAÚL. —Fué leída y aprobada el acta de la sesión anterior. —Se dió lectura á la siguiente comunicación remitida desde Oviedo por el Sr. Barras: Datos para la florula sevillana. Dicotiledóneas. (Continuación.) Fam. Pasifloráceas. Passiflora cerulea L.—Sevilla. (Cult.) Fam. Cistáceas. Cistus albidus L.—Constantina (Calderón!); Dehesa de Gascón, Marchena; Morón (Cala!). 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cistus crispus L.—Sevilla; Constantina (Medina!). — salviefolius L.—Morón (Cala!). Helianthemum hirtum L.—Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gas- cón, Marchena. — vulgare Gertn.—Sevilla. — ledifolium (L.) W.—La Rinconada. — varmacrocarpum Wk.—De Dos Hermanas á Sevilla (Pau!) — intermedium Thib.—De Dos Hermanas á Sevilla (Pau!). Tuberaria variabilis Wk. var. Milleriz—Cazalla. Fumana glutinosa (L.) Bss.—Sevilla. Fam. Resedáceas. Reseda lutea L.—Sevilla; Castilleja de la Cuesta. — luteola L.—Sevilla. — odorata L.—Sevilla. (Cultivada y escapada.) — —Phytheuma L.—Sevilla. — (Inteola var.?) gracilis?— De Dos Hermanas á Sevilla (Pau)). Astrocarpus Clusii J. Gay.—De Dos Hermanas á Sevilla (Pau!). Fam. Caparidáceas. Capparis spinosa L.—Morón (Cala! ). — var. canescens Cos.—Santiponce. Cleome violacea L.—Sevilla; Cerro de Quintos. Farm, Cruciferas. Rapistrum rugosum L.—Huévar (Paúl!); Alcalá de Guadaira. — —Linneanum B. R.-—Sevilla. Senebiera Coronopus Poir.—Vega de Triana (Pau!). — didyma (L.) Pers.—Sevilla. Cochlearia Armoracia L..—Sevilla. A lyssum campestre L. —Sevilla; El Pedroso de la Sierra; Dehesa de Gascón, Marchena. Capsella Bursapastoris Mench.—Sevilla, en toda la provincia. DE HISTORIA NATURAL. 111 Capsella Bursapastoris var. microcarpa Losc.—Itálica. Lepidium Draba 1.—Huévar (Paúl!). Thlaspi arvense L.—Cazalla. — montanum L.—Alcalá de los Gazules. Iberis amara L,—Sevilla; Dehesa de Gascón, Marchena. — ypectinata Boiss.—Dehesa de Gascón, Marchena. — pimnata Gou.—La Rinconada. Biscutella auriculata L.—Sevilla. — levigata L.—sSevilla; Dos Hermanas. Isatis tinctoria L. var. canescens G. G.—Sevilla. (Cult.) Raphanus sativus L.—Sevilla. (Cult.) — —Raphanistrum L.—Cortijo de Tercia, Sevilla; San Juan de Aznalfarache; Alcalá de Guadaira (Paúl!). — var. ?— Orillas del Guadalquivir; Dos Hermanas. — maritimus Sm.—Vega de Triana (Pau!). Sinapis alba L.—Huévar (Paúl!); Vega de Triana (Pau!). — arvensis L.—Sevilla. — (villosa Mer.) Schkulriana? Rehb. —Castilleja de la Cuesta. Brassica fruticulosa Cyr.—Sevilla: Dehesa de Gascón, Mar— chena. — Napus L.—Sevilla. (Cult.) = Valentina DC.—Sevilla. Bruca sativa Lam.—Sevilla. — dlongirostris Uechtr.—De Dos Hermanas a Sevilla (Pau!). — vesicaria Cav.—Dehesa de Gascón, Marchena. Brucastrum incanum Koch.—-Sevilla; Vega de Triana; Dehesa de Gascón, Marchena. — var. dasycarpa Lee.—Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. Diplotaxzxis catholica DC.—Sevilla; Vega de Triana (Pau!); Al- calá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. — sifolia Wk.—Sevilla: Vega de Triana (Pau!): Dehesa de Gascón, Marchena. — erucoides DC.—Sevilla. — virgata DC.—Sevilla; Cortijo de Tercia; Alcalá de Gua- daira; San Juan de Aznalfarache (Medina!). Cheivanthus Cheiri L.—Sevilla. (Cult.) Mathiola nana?—Gandul. Malcomia maritima R. Br.—Sevilla; Mairena del Alcor. 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA . Malcomia parviflora DC.—Alcalá de Guadaira: Dehesa de Gas- cón, Marchena. — lacera DC.—Alcalá de Guadaira. Nasturtium oficinale R. Br.—Sevilla. Sisymbrium oficinale Scop.—Sevilla. — frio L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gascón, Marchena. Conringia orientalis Andr.—Sevilla. Cardamine hirsuta L.—Dehesa de Gascón, Marchena. Fam. Papaveráceas. Papaver somniferum L.—Sevilla. (Cult.) — setigerum DC.—Cortijo de Tercia, Sevilla. — Rheas L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira (Paúl!); Dehesa de Gascón, Marchena. — hybridum L.—Sevilla; Dos Hermanas; Dehesa de Gas- cón, Marchena. Fam. Fumariáceas. ITypecoum procumbens L.—Sevilla. FPumaria oficinalis L.—Sevilla; Vega de Triana (Pau!); Sanlú— car la Mayor; Dehesa de Gascón, Marchena. — parviflora Lam.—Sevilla; Vega de Triana (Pau!); Cortijo de Tercia; Dehesa de Gascón, Marchena. — densiflora DC.—Sevilla. — agraria Lag.—Sevilla; Sanlúcar la Mayor; Vega de Tria- na (Pau!);: Dehesa de Gascón, Marchena; Morón (Cala!). — macrosepala B.—Cortijo de Tercia, Sevilla. — capreolata L.—Sevilla; Vega de Triana (Pau!); San Juan de Aznalfarache (Medina!): Alcalá de Guadaira (Cal- derón!); Cortijo de Tercia. — var.? Pau.—Vega de Triana (Pau!). Platycapnos spicatus Brth.—Sevilla; Constantina (Medina! ); Dehesa de Gascón, Marchena; Sanlúcar la Mayor. DE HISTORIA NATURAL. 113 Sesión del 1.2 de Junio de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL ANTÓN. —+S$e leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. —FEstaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas. —Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Arthur Allbutt y Alfred White, de Leeds, Inglaterra, propuestos por D. Luís de Hoyos y Sáinz y D. Teles- foro de Aranzadi. —El Sr. Hoyos presentó un ejemplar del siguiente trabajo de que es autor: Z'Anthropoloyie et la Prehistorique en Espagne et en Portugal en 1897, inserto en la revista 1'4An1hropologie. tomo IX, 1898, —El Sr. Pau remite los siguientes «Apuntes sobre algunas plantas recogidas por Loeffiny en la provincia de Madrid. »Para la presente relación me ha servido de guía la traduc— ción española hecha por Asso é inserta en los ANALES DE His- TORIA NATURAL del 7/e7 hispanicum eller resa till Spanska ln derna, etc. Tomo de otros autores alguna noticia que no en— cuentro en la versión castellana; citando entonces únicamente la edición sueca de Linneo, que no conozco. Cuando no indico lo contrario, deberá entenderse que las especies discutidas fueron recogidas por mí en la provincia de Madrid. »Bupleurum semicompositum L., diss. dem. pl. (non auct. omn.!)—2. opacum Lange.—b. Odontites Asso, Palau, Cav., etc. (non L.) »Confieso que á no ser por las dudas del Sr. Le Grand (Bu/?. ACTAS DE LA SOC. ESP. DE 5H. N. — JUNIO, 1898. 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Soc. bot. de France, XXXVI, p. 67; xxxvut, p. 13, y Le Monde des Plantes, núm. 100, p. 91) no hubiera parado mientes en este asunto. Tomé con interés la resolución del problema ini- ciado por el susodicho botánico por tratarse de una planta recogida por Loefling y española según Linneo. A nadie con más derecho que á nosotros correspondía aclarar la cuestión. La sinonimia presentada la apoyo en las siguientes conside— raciones. »Dice Linneo: « Habitat in Hispania. Loefling... Folia lan-- ceolata. —Affine B. Odontiti, vix tamen pro varietate assu- mendum.» »Teniendo en cuenta las palabras copiadas, es de todo punto imposible suponer que Linneo pudiera referirse, como indican los autores, al B. semicompositum auct. = B. glaucum Rob. et Cast. Y por esta causa no me explico satisfactoriamente cómo el venerable Sr. Lange pudo decir: «Descriptio Linneana B. semicompositi, ad specimina Lóflingiana (loco ipsissimo Aranjuez probabiliter lecta) facta, de margine foliorum invo- lucralium silet, sed in omni respectu cum B. glauco convenit» habiendo dicho Linneo «folia lanceolata». »Además: ¿qué planta de la provincia de Madrid puede to- marse por afine al 2. Odontites L.? Para mí es evidente que no existe otra fuera del B. opacum Lge. »Bupleurum minimum Loefl. it. p. 289 (ed. suec.— B. semi-- compositum auct. (non L.!)—B. glaucum Rob. et Cost.—B. te- nuissimum Cav.! in adn. 2, p. 84 (ed. esp.) »Loefling dice: «Bupleurum angustissimo folio C. Bauh. Como la mía se parece á la figura de J. Bauh, entiendo que es la Auricula leporis minima J. B. Los autores la representan muy alta; pero la mía tendrá como un dedo» (1. e., ed. esp. de Asso, p. 84). »Este parecido entre el B. minimum y tenuissimum llevó a Loeflins y Cavanilles á considerarlos como sinónimos; y viene. en apoyo de la sinonimia que presentamos. El mismo Sr. Le Grand, dice, quizás sin haber leído á Loefling, lo mismo que el botánico sueco, con diferentes palabras. «La similitude de port et de aspect avec le Zenuissimum est telle qu'un botaniste inexpérimenté pourrait y voir une forme tres reduite de ce dernier.» »Como no he visto ni parece haber recogido ningún viajero DE HISTORIA NATURAL. 115 moderno el 5. tenuissimum L. en la provincia de Madrid, con- sidero provisionalmente como dudosas las indicaciones que se refieren á su existencia en este pals. »Nonnea alba DC.— Lycopsis procumbens, foliis integerrimis, calycibus fructum inflatum Loefling. »Nonnea micrantha B. et Rt.— Lycopsis procumbens, foliis integerrimis, calycibus fructus inflatus Loeflino. »Dice Loefling: «Vi esta planta en Aranjuez... pero su corola era de un púrpura claro.» »Al hablar de la anterior £ycopsis, dice Loefling': «No creo que sea Lycopsis /Zorf. ups. 35, 1, 2, 0 Echioides flore pullo Ríiv., porque este siempre tiene la flor blanca.» »La £Lycopsis vesicaria L. abarca dos especies. La una es NV. nigricans DC.; la otra V. violacea DC. = N. rigricans DOC., B. violacea; apenas difiere más que por el color violáceo de las corolas, permaneciendo las hojas, cálices y aquenios idénticos á los de la V. migricans DOC. »Según esto debieran clasificarse las dos especies del si- guiente modo: »Nomnea vesicaria (L. sub Lycopside). »a) nigricans.—N. mgricans DC. »B) violacea.—N. violacea DO.—N. vesicaria Willk.! »Teucrium pumilum L. »Ignoro quien fué el primer botánico que unió esta especie de Linneo con el 7. Zibanotis Cav., no siendo asimilables en realidad. »T. pumilum L.—«Caule procumbente tomentoso. Habitat in Hispania, Loefi.» (Linneo.) »T. pumilum L.—«Caule procumbente tomentoso. Lo hallé en Aranjuez.» (Loefling.) «Polium montanum, pumilum, rubrum, viride, Stoechados folio, caule tomentoso.» (Barr., ic. 1092.) »T. punilum Cav.! 1t., versión castellana de Asso, p. 103, nota 1. »T. floccosum Coincy egl. alt., t. 9, A. »La planta valenciana difiere de la castellana por los carac— teres expuestos por el Sr. de Coincy en el lugar citado, y co- rresponde al 7. Livanotis Cav. =7. pumilum Coincy (non L.); porque según lo expuesto, debe conservarse el nombre de T. pumilum L. para la planta de Aranjuez. 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »El Sr. de Coincy no cita siquiera, ni mucho menos discute á Cavanilles al crear su especie. »Iberis Raynevalii B. R.—/0eris herbacea folits integris, fore purpureo Loefling. »Reseda undata L. (non. auct. omn.) —X. mazima fore albo, tetragyna foliis pinnatio 3-4 pedalis, spica crassisima Loefling. —R. alba Cav.!.—R. bipinnata NW. »La rareza de esta planta, la carencia de ella en casi todos los herbarios, la tendencia de muchos botánicos en asimilar á las especies de Linneo las plantas que pudieran serle próxi- mas, fueran del país ó extranjeras, ha traído tal confusión, que la R. undata L., lo mismo que la 2. /ruticulosa L., han desaparecido como si jamás hubieran existido ni los ejempla— res ni sus descripciones. En esta confusión los españoles no hemos tenido parte, aunque se trata de dos plantas exclusiva- mente españolas. »De la descripción de Linneo entresaco lo más típico para demostrar que la R. undata L. pertenece á la R. bipinnata W .; y que la R. fruticulosa L. no es igual a la R. undata L., sino que es la misma especie que se nos da bajo el nombre de R. Eayana Boiss. «Foliis... undulatis.» «Calycino dente supremo minimo.» <«Caulis pedalis, striato-angulatus, strictus.» «Capsule hujus generis maxim:e.» «Habitat in Hispania.» »¿Qué planta existe en España «caulibus striato-angulatis capsulisque majoribus» que sea próxima de,la R. alba L., como el mismo Linneo expresa? »No se puede dudar que Linneo debió recibirla de Loefling. El tamaño de la planta nada indica; yo la vi en Aranjuez pa- sando con mucho la estatura humana, pero también di con pies raquíticos para el herbario. »Al terminar la descripción de la R. fruticulosa L., dice tam- bién Linneo: «Quasi media inter undatam et albam.» Y con— tando con estas afinidades, y pretendiendo separarla de la R. undata L., especie española como ella, dice Linneo: «Caules plures... leeves.» «Pinnis... leevibus.» »Comparando las palabras que van entre comillas se ve que es imposible la unión de la R. wndata y fruticulosa en una solo especie, como Willkomn pretendía (Suppl., pág. 313, número 4.919).» DE HISTORIA NATURAL. II” Una errata importante.—En la página 88 de las 4cta4s, co- rrespondiente al mes de Abril, digo: «abundantísima en algu- nas praderas de La Moncloa». Debí escribir: «abundantísima en algunas praderas de La Mancha». —El Sr. de Uhagón (D. Serafín) presentó el estudio siguiente: «Adiciones d mi «Ensayo sobre las especies españolas del grupo Cholevee.» »Los materiales recogidos y comunicados por nuestro dili- gente é infatigable consocio D. Manuel Martínez de la Escalera me han permitido estudiar de nuevo algunas especies del referido grupo, de las que sólo había tenido muy corto nú- mero de ejemplares á la vista. Hay también dos que resultan nuevas para nuestra fauna. Quizás sea de algún interés el pre_ sentar á la Sociedad española de Historia natural el resultado de mis observaciones: »Anemadus Vandalitie Heyd.—A la lista de las localidades donde ha sido encontrada esta especie conviene añadir: Pinar de Ullibarri, Zuazo (Álava), en los detritus; Villaviciosa de Odón, en pieles de conejo dispuestas como cebo; Alcalá de Henares, bajo las capas de arcilla (Martínez Escalera!). »Anemadus clathratus Perris.—El Pardal, Sierra de Segura; Navalmoral de la Mata; El Paular; Zuazo (Álava), bajo las cortezas de roble, y Pinar de Ullibarri (Martínez Escalera!). »Anemadus angusticollis Kraatz. »Esta especie es más variable de lo que pudiera creerse á primera vista. »El artejo 7.” de las antenas, descrito en mi ensayo como igual en longitud al 6.*, presenta importantes modificaciones. »En un ejemplar 9 del Escorial (Martínez y Sáez!) y en otros cuatro y”, de Badajoz, la diferencia entre ambos artejos es imperceptible Ú casi imperceptible. »En un ejemplar Q de Villarejo del Valle (Martínez y Sáez!) y en un y de Navacerrada, de mi colección, el 7.” artejo es muy ligeramente más largo que el 6.*, y lo propio ocurre, en mayor ó menor grado, con un y y tres Q remitidas de Pozuelo de Calatrava por el Sr. Lafuente. »Pero en una serie de catorce ejemplares 7 Y y 7 Q, recogi— dos en Navalmoral de la Mata por el Sr. Martínez de la Escale- 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ra, la diferencia de longitud entre los artejos 6.” y 7.” se acen- túa aún más, siendo en casi todos ellos el 7. una cuarta par- te más largo, y en algunas 9 cerca de un tercio más largo que-el 6." »En la mayor parte de los individuos «” la mayor anchura del protórax se encuentra al principio del último tercio, en otros muy poco después del medio, pero siempre dicho seg- mento es un poco más redondeado en los lados, más estrecha- do hacia adelante en los 7 que en las Q. »Los élitros son en ciertos ejemplares ¿y tres veces y media más largos que anchos; en otros, Q sobre todo, la longitud con relación á la anchura es sólo de tres veces y aun algo menos. »Dichos órganos, en la mayoría de las Q de Navalmoral y en otra de Badajoz, no ofrecen carácter alguno sexual distin- tivo en el ápice, como no sea que el ángulo sutural es un poco menos redondeado que en los 7; únicamente en dos de ellas dicho ángulo termina en una á modo de espina muy pequeña, pero no obstante visible. En las tres Q de Pozuelo de Calatrava hay del lado externo y junto al ángulo sutural, siempre espi- niforme, una ligera escotadura á la que sigue un pequeño diente obtuso, pero este carácter, como ya lo indiqué, es tam- bién variable, porque á veces el diente desaparece, convirtién- dose la escotadura en mera sinuosidad y á veces también es ésta más apreciable en el uno que en el otro de los élitros. »Las tibias anteriores en los «7 ofrecen la disposición si- guiente: En la cara interna, y casi desde la base, se observa una pequeña arista longitudinal que la recorre dirigiéndose sinuosamente de dentro á afuera y tiende á desvanecerse ha- cia la mitad ó poco más de la longitud; á medida que desapa- rece la arista, la tibia se comprime, hallándose su parte más estrecha hacia los dos tercios, y luego se ensancha de nuevo y gradualmente en el último tercio, teniendo en la extremidad apenas ú poco menos anchura que al principio. »Anemadus Escalerze s). 207. »Oblongo-elongatus, rufo castaneus vel rufo ferruginens, capite prothoraceque nonnumquam obscuriori; antenmis gracilidus, ar- ticulo sexto quinto paululum breviore, septimo sezto viz longiore apicem versus paululum crassiore, octavo latitudine duplo lon—- giore, nono septimo paululum breviore, decimo nono viz breviore, DE HISTORIA NATURAL. 119 undecimo decimo circiter duplo longiore apice acuminato; protho- race viz transverso ($), subquadrato (2), modice convezo, apicemn versus leviter attenuato, lateribus modice rotundatis ($), subrec- tis (2), angulis posticis plus ($) minusve (0) obtusi usculis; elytra oblongo-elongata, latitudine ter dimidiaque longiora, protho- racis latitudine maxima evidenter latiora, modice convexa, lateri-. bus modice rotundata, postice attenuata, striala, transversim Strigosa, striis externis magyis deletis. »Í Tibíis anticis carina interna, ad basim plus minusve si- nuata, versus medium denticulo obtuso formanti, pone hanc emarginatis. Tarsis anticis articulis tribus primis, intermediis duabus primis dilatatis. Albdominis segmento ultimo longitudi- naliter inciso. »Q Tibiis anticis integris; tarsis anticis intermediisque nor malis, elyltrorum angulo suturale plus minusve spiniforme ad latera plus minusve emarginato. Abdominis segmento penulti- mo postice medio subtriangulariter inciso, segmento ultimo in—- Legro. »ADb A. angusticolle A7. forma paulo mayis elongata; anten— narum articulis primis paulo longioribus, prothorace minus transverso, lateribus minus rotundato, presertim in Q, 1ibiis anticis structura in y, difert. »Oblongo-alargado, de color castaño claro, á veces un poco tostado en los ejemplares bien desarrollados; amarillento 6 amarillento ferruginoso en los de transformación más reciente; á veces la cabeza y el protórax son algo más obscuros; las partes de la boca, las antenas y los pies, unas veces del color del cuerpo, otras ligeramente más claras; el borde anterior de la frente en general estrechamente más obscuro; los ojos negros. Con pubescencia corta, fina, amarillenta, dirigida. hacia atrás. »Cabeza con puntuación bastante fuerte y apretada, aunque superficial; finamente reticulada en el fondo. Antenas largas, delgadas, alcanzando próximamente, dirigidas hacia atrás, al cuarto anterior de los élitros, ligeramente engrosadas hacia la extremidad: 1.* artejo dos veces y media tan lare'o como ancho; 2.”, apenas 6 no más largo, pero lireramente más es- trecho y más regularmente cilíndrico que el 1.%;3,%, 4. y 5.2, casi iguales entre sí, tres veces y media por lo menos tan lar- gos como anchos, observándose en algunos casos en su longi- 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tud respectiva cierta proporción decreciente; 6.”, muy lige— ramente más corto que el 5.”; 7.”, apenas más largo que el 6.”, pero más cónico y un poco más grueso hacia la extremidad; 8.”, de igual forma, el doble más largo que ancho; 9.” y 10.” también subcónicos y tan anchos cuando menos como el 7.” en su extremidad; el 9. muy poco más corto que el 7.”; el 10.* á su vez muy ligeramente más corto que el 9.”; el 11.” casi el doble más largo que el anterior, tan ancho como éste y ter— minado en punta. »Protórax poco convexo, algo más plano en su segunda mitad hacia los ángulos posteriores, á veces con vestigios de una ligera fosita ancha y poco profunda cerca de éstos; apenas ó no más ancho que largo; lados más 6 menos redondeados, más 0 menos estrechados hacia adelante según los sexos; en su mayor anchura evidentemente más estrecho que los élitros; angulos posteriores un poco obtusos; base ligera y anchamente escotada en el medio, ligeramente oblicua en los lados. Su- perficie muy finamente reticulada en el fondo; puntuación bastante fuerte y apretada, análoga á la de la cabeza, de as- pecto granugiento. »Escudete triangular, con puntuación análoga, pero menos fuerte que la del protórax. »Élitros oblongo-alargados; poco convexos; tan anchos 6 apenas más estrechos en la base como el protórax en su mayor anchura, pero hacia el medio evidentemente más anchos que éste; tres veces y media próximamente tan largos como anchos; ensanchados gradualmente en línea poco curva hasta el tercio ó aleo más de la longitud; desde allí hasta la mitad casi para- lelos y estrechados después, también gradualmente, hacia la extremidad; con estrías bastante señaladas, sobre todo las in- teriores; las exteriores más borrosas; la sutural un poco más. profunda que la siguiente. Superficie con arrugas bien mar— cadas en sentido transversal. »Patas largas y delgadas; espina terminal de las tibias pos-- teriores más corta que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. »Cuerpo por debajo finamente punteado, finamente pubes— cente. »o” Forma general un poco más prolongada, pero apenas más esbelta. Protórax más estrechado hacia adelante, más. DE HISTORIA NATURAL. 12H redondeado en los lados, más estrechado hacia atrás; su mayor anchura muy poco después del medio; sus ángulos posteriores más obtusos. Élitros relativamente un poco más paralelos en general en su tercio medio; ángulos suturales redondeados. Tibias anteriores provistas interiormente, en su primera mitad, de una arista en general sinuosa, que hacia el medio 4 muy poco después desaparece formando un diente obtuso, seguido de una escotadura bien marcada, volviendo la tibia á ensan— charse gradualmente hacia el ápice. Tarsos anteriores con los tres primeros artejos moderadamente ensanchados, decrecien- do gradualmente en anchura y longitud; el primero tan ancho á lo sumo como la extremidad de la tibia. Tibias intermedias un poco encorvadas hacia adentro en su segunda mitad; sus tarsos con los dos primeros artejos también moderadamente ensanchados. Último segmento del abdomen con una incisión profunda longitudinal. »Q Forma general un poco más ancha hacia el medio del cuerpo. Protórax relativamente más estrecho, menos recogido hacia adelante, mucho más recto en los lados, menos estre- chado hacia atrás, su mayor anchura al principio del último tercio; sus ángulos posteriores casi rectos con el ápice ligera— mente obtuso. Élitros apenas más cortos, pero un poco más redondeados en los lados; extremidad de cada uno más ó me- nos marcadamente escotada del lado externo del ángulo sutu- ral; éste agudo y prolongado en general en forma de pequeña espina. Tibias anteriores normales, las intermedias apenas menos encorvadas hacia adentro. Tarsos anteriores é interme- dios sencillos. Ante-último segmento abdominal con una pe- queña incisión, más 0 menos triangular, que no pasa del ter— cio de la longitud; los lóbulos que origina dicha incisión, generalmente redondeados; el último segmento sencillo. »Long. 3,25 á4 3,50 mm. »Especie sumamente próxima del A. angusticollis Kr., pero distinta á mi juicio por los caracteres siguientes: La forma general es más alargada y más esbelta en ambos sexos. Los artejos de las antenas son ligeramente más largos, y los de la base del 2.” al 6. un poco más regularmente cilíndricos. El protórax en el y es relativamente un poco más largo, menos transverso y menos redondeado en los lados, y esta diferencia se hace aun más notable en las Q, pues en las del 4. Zscalera 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dicho segmento es casi cuadrado, con los lados muy poco re- dondeados, casi rectos, mientras que en las Q del 4. angus— ticollis Kr. el protórax es ligera pero marcadamente transver— so, con los lados más en curva y los ángulos posteriores más obtusos. Los élitros son relativamente un poco más largos y también las patas. Las tibias anteriores en los y presentan una quilla interna mucho más saliente, que forma un poco después del medio un diente bien marcado seguido de una verdadera escotadura, mientras que en el 4. angusticollis al desaparecer la arista sólo se observa una compresión del ór— gano por su parte interior. La disposición de dichas tibias es, si se quiere, en ambas especies parecida, pero mucho más exagerada en el 4. KEscalere. Los tarsos posteriores en el mis- mo sexo son también un poco más alargados en el 4. Zsca— lere que en el A. angusticollis. »Patria: Cuevas de la Zarza, del Seguret y del Encomat, cerca de Bocairente; descubierto por D. Manuel Martínez de la Escalera, á quien dedico la especie en prueba de buena amistad. »El cuadro de los 4nemadas de España habrá por lo tanto de reformarse como sigue: aa. Protórax en su mayor anchura evidentemente más estre- cho que los élitros; estos estriados, con la extremidad de cada uno redondeada separadamente en los y, en ángulo agudo y aun espiniforme en las Q. b. Forma general un poco menos alargada y esbelta; ar- tejos de la base de las antenas un poco más cortos, menos cilíndricos. Protórax más redondeado late- ralmente en ambos sexos. Élitros un poco menos ensanchados hacia el tercio de la longitud. Tibias anteriores provistas interiormente.en los $ de una pequeña arista que desaparece hacia el medio, hallándose allí comprimidos. 4. angusticollis Kr. 406. Forma general un poco más alargada y más esbelta; artejos de la base de las antenas un poco más largos y más regularmente cilíndricos. Protórax menos redondeado lateralmente en ambos sexos. Élitros un poco más ensanchados hacia el tercio de la longitud. Tibias anteriores provistas interior= DE HISTORIA NATURAL. 123 mente en los 7 de una arista más marcada y sinuosa que forma hacia el medio un diente obtuso seguido de'una escotadura........ ae e A. Escalere Uhag. Ptomaphagus sericatus Chaud.: Zuazo, debajo de las piedras; Zumaya; Alcalá de Henares, bajo las capas de arcilla; Villaviciosa de Odón, en las pieles de conejo (Martí- nez Escalera!). Catops pallidus Men.: Alcalá de Henares, bajo las capas de arcilla, Junio (Martínez Escalera!). — nigricans Men.: Alcalá de Henares; El Paular (Martínez Escalera!). — fuscus Panz.: Alcalá de Henares; Villaviciosa de Odón, en las pieles de conejo (Martínez Escalera!). — coracinus Kelln.: Villaviciosa de Odón, en las pieles de conejo; Rascafría (Martínez Escalera!). »La lista de las especies españolas del subgénero Catops vie- ne á aumentarse con el €. afinis Steph, que ignoraba hubiese sido encontrado en nuestra Península y que describo á conti- nuación: Catops afimis Steph., 1. Brit. Entom. 11, 1830, p. 10. — (tristis Gyll., Ins. Suec. 1v, p. 311.—Sturm., Deuts. Ins. pd, (Um o: e 6. — morio Payk., Faun. Suec. 1, p. 344. — mnigrita Er., Káf. Mark. Brand., p. 239. —Heer., Faun. Helv.;: p: 381. —Redt., Faun.aust., eds 1:27 p. 144; 1d., id., ed. 2.”, p. 281.—Kraatz, Stet. Zeit. x111, p. 432. — Fairm. et Laboul., Faun. Ent. Fran. 1, p. 301.— Murray., Monogr. of. the Gen. Catops., p. 34.—Mar- seul, L'Abeille, xx1, p. 91.—Thoms., Skand. Col. 1v, p. 620.—Seidl., Faun. Balt., 2.? ed., p. 320. Ptomaphagus afinis Reitt., Bestimm. Tab. der europ. Coleop. Xt, p. 56.—Id. Nat. Ins. Deut. 1n, 2ab., 2 lief., p. 250. »Oblongo oval; moderadamente convexo; por encima lige- ramente deprimido; poco brillante; de color negro 6 negro- parduzco, las partes de la boca, las antenas y las patas rojizas, la maza de las antenas en general más obscura, pero su últi- mo artejo rojizo, por lo menos en su extremidad. Con pubes- cencia fina, sedosa, dirigida hacia atrás, amarillenta en la 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cabeza y el protórax, más obscura en los élitros, estos á me nudo vestidos de una especie de eflorescencia de tono ceni- ciento azulado. »Cabeza fina y densamente punteada. Antenas moderada— mente largas, no pasando, dirigidas hacia atrás, del borde posterior del protórax : 1.* artejo dos veces y media tan largo como ancho; 2.”, cerca de un tercio más corto y apenas más delgado que el 1.%; 3.%, un poco más largo que el 2.” y de igual robustez; 4.” y 5.%, casi iguales, poco más cortos que el 3.0; 6.”, casi igual ú ligeramente más corto que cualquiera de los dos anteriores; 7.”, muy ligeramente más largo que el 6.”, pero evidentemente más grueso hacia su extremidad; 8.”, tan largo como la mitad del 7.*, ligeramente más estrecho que éste, el doble tan ancho como largo; 9.”, apenas más corto que el '/.”, pero de su anchura; 10:”, igualó cast ipualialvos: 11.”, el doble ó cerca del doble tan largo como el 10.”, de igual anchura y terminado en punta. Maza poco marcada. »Protórax poco brillante, poco convexo, por encima algo plano; un tercio próximamente más ancho que largo; lados redondeados y más estrechados hacia adelante que hacia atrás; su mayor anchura hacia el medio 6 muy poco después; ángu- los anteriores, declives, redondeados; ángulos posteriores más ó menos rectos, según sea más ó menos marcada la ligera si- nuosidad que junto á ellos existe en el borde lateral; base unas veces casi recta, otras anchamente redondeada en el medio y muy ligeramente sinuosa á los lados, y en tal caso los angulos posteriores parecen un poco agudos. Puntuación un poco más fina que la de la cabeza, de aspecto menudamente granugiento. »Escudete triangular con puntuación análoga á la del pro- tórax. »Élitros oblongo ovales; moderadamente convexos; ligera- mente deprimidos por encima; en la base un poco más anchos que la base del protórax; dos veces próximamente tan largos como anchos; ensanchados en curva muy gradual hasta el tercio 6 poco más de la longitud y allí evidentemente aunque poco más anchos que la mayor anchura de aquel; estrechados. después en la misma forma hacia la extremidad y en su con— junto obtusamente redondeados en ésta; ángulos suturales también obtusamente redondeados. Superficie con puntuación DE HISTORIA NATUHKAL. 125 algo más fuerte y menos densa que en el protórax: con ligerí- simos vestigios de estrías; la sutural fina, poco visible en el primer tercio, más profunda hacia atrás. »Patas bastante largas; moderadamente robustas; tibias in- termedias ligeramente encorvadas hacia adentro; espina ter— minal de las posteriores muy poco más larga que la mitad del primer artejo de los tarsos correspondientes. »Cuerpo por debajo finamente punteado y pubescente. »o” Tibias anteriores un poco más gruesas. Tarsos del mis- mo par con los tres primeros artejos ensanchados, el primero ligeramente más ancho que la extremidad de la tibia; tarsos intermedios con el primer artejo también ensanchado, algo más estrecho que la tibia en su extremidad. »Q Tibias anteriores un poco más delgadas. Tarsos sencillos. »Long. 3,50 4 4,25 mm. »Alcalá de Henares (Martínez Escalera!). »Próximo al C. guadraticollis Aubé, del cual se distingue por su protóírax un poco más transverso, redondeado en los lados en ambos sexos y con su mayor anchura hacia el medio; por el último artejo de las antenas rojizo y por las tibias anterio— res más robustas en los «7 que en las 2, pero por lo demás sencillas, sin escotadura interior. »A consecuencia de este hallazgo, el cuadro de los Catops de España habrá de modificarse en la forma siguiente: ¿. Protórax transverso, redondeado en los lados y con su mayor anchura antes del medio en los ¿y, casi recto lateralmente en las O. Maza de las ante- nas obscura. Tibias anteriores en los 7, fuerte y anchamente escotadas en la base en su cara STO ON . C. quadraticollis Aubé. 114. Protórax más transverso, redondeado en los lados en ambos sexos y con su mayor anchura en el medio 4 muy poco después. Último artejo de las antenas rojizo por lo menos en su extremidad. Tibias anteriores más gruesas en los 7 que en las pero rsencillaso ca edo cate O. ajimis Steph. Sciodrepa Watsoni Spence.: Zuazo, entre los detritus, Zumaya; Villaviciosa de Odón, en las pieles de conejo (Martínez Escalera!). 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Nargus veloz Spence. »Omití involuntariamente en mi ensayo la lista de las loca— lidades españolas donde ha sido encontrada esta especie, á saber: Madrid! (Martínez y Saez!; Cazurro!); Granada (Martí- nez y Saez!; Oberthiir!; Dieck! ex Kraatz). Tengo ahora que añadir: Villaviciosa de Odón, en las pieles de conejo (Martínez. Escalera!). Nargus brunneus St.: Las Hurdes (Sanz de Diego!). Attumbra Josephinae Sauley: Alcalá de Henares, bajo las arci-— llas, al lado del río, Junio (Martínez Escalera!). Catopsimorphus Rougeti Saulcy.: Villaviciosa de Odón, bajo las: arcillas, á algura profundidad y en cierto grado de hume- dad, Julio (Martínez Escalera!). Attiscurra Marquetí Fairm. En la misma localidad y en igua- les condiciones que la especie anterior, Julio, muy abun- dante, pero muy localizada (Martínez Escalera!).» —Se dió lectura á la comunicación siguiente del Sr. Cal- derón. «Revisión de las baritinas españolas. »Habiendo tenido cuidado de reunir los datos que me ha permitido recoger el examen de muchos ejemplares de nues- tra Península pertenecientes á esta interesante especie mine- ral, y asociados estos datos á los comunicados por varios na— turalistas é ingenieros, he creido sería útil presentarlos en conjunto metódico como un avante para un futuro estudio monográfico más completo. En todo caso, semejante labor podrá contribuir, siquiera en pequeño, á la tarea ya necesa— ria de un trabajo de conjunto sobre la Mineralogía española.. »Forma.— He visto cristales de las siguientes procedencias: Colmenar de Arroyo (en la provincia de Madrid); Congostrina (Guadalajara), un grupo de dos hermosos cristales tabulares blancos, de más de 1 dm. de longitud cada uno, en el Museo de Historia natural de Madrid; Albarracín, cristales teñidos por óxido férrico; Viesgo (Santander); Serrain (Vizcaya), cris- tales transparentes; Cartagena; Linares, en cristales limpios, en grupos confusos, otros lenticulares y en forma de crestas; El Jaroso, Sierra Almagrera, tabulares, de los cuales hay un DE HISTORIA NATURAL. 127 grupo muy bello en el antes citado Museo; Sierra de Gador, formas y agrupaciones varias; Falset (Tarragona), hermosos cristales tabulares, blancos; la mina C71z, de Linares, los ofrece con un aspecto bastante singular y tenidos de azul claro, así como la mina 27 Borracho, cerca de Almadén, los proporciona tabulares, blancos, cubiertos de pirita; pero los ejemplares no- tables de Almadén, que figuran en casi todas las colecciones nacionales y extranjeras son los diáfanos, tabulares, con inclu- siones de cinabrio, de los cuales hay hermosas muestras en el Museo de Historia natural y en la Escuela de Minas de Madrid. »Dos ejemplares de Sierra de Gador que estudié en Sevilla ofrecen las combinaciones que se ven en las figuras 1.* y 2.*: el primero presenta las caras (011) (311) (110) (021) (100) (010) y el segundo las (110) (010) (100) (011) (120) (311) (411) (101) (201) (301), con otras más dudosas. En cambio son sencillos unos bellos cristales transparentes adheridos á la baritina en masa de Almadén que existen en la Universidad de Sevilla, reducidos á la combinación (010) (101) (120) que representa la figura 3.* d , 2 3 »La forma lenticular es muy frecuente. Citaré Linares, Car- tagena, la mina de galena 4salto (Colec. de la Univ. de Sevi- lla), Almadén, la Sierra Almagrera, Cuevas de Vera y varios filones de la región pirenaica. »Como es sabido, la facies de los cristales de baritina está sujeta á muchas variaciones y hay en ellos diversas caras que no es posible determinar sin un detenido estudio cristalográ- fico que está aún por hacer, tratándose de los ejemplares es- pañoles. »Se ha citado la baritina pseudomórfica de Garlitos, en Ciu- dad-Real, Abenojar y otros criaderos de Sierra Morena, pero no se han dado mayores detalles respecto á estos hallazgos. 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Estructuras.—Más frecuentes que los ejemplares cristaliza- dos son los de estructura cristalina y otras que indicaré á con- tinuación, sobre todo la lamelar, de la cual se conocen mues- tras de Colmenar Viejo, Hiendelaencina, Cartagena, El Ga- rrobo, en la provincia de Sevilla, Canales, en la de Logroño, varios filones de los Pirineos catalanes, etc.; la hay bacilar en Velez-Málaga; radiado-tabular en Almadén y Rambla de He- rrera (Zaragoza); granudo-cristalina en Velez-Málaga y Peña- flor, en la Sierra Morena; en bolas con fluorita en Barambio (Álava), y terrosa en la Sierra de Gador, donde está asociada también á la fluorita en los criaderos de galena y recibe por los mineros el nombre de sal de lobo, según lo indicó el Sr. Na- ranjo (1). » Hay ejemplares incoloros y transparentes (Almadén; Cerro del Hierro, en Constantina; Seraín (Vizcaya), y sobre todo blan- cos (Falset, Hiendelaencina, Cartagena, Linares, Ronqui- llo, etc.): rosados (Colmenar, Cartagena, Santa Elena, Canales de la provincia de Logroño, etc.); amarillos (Cartagena, Lina— res, Sierra Almagrera, etc.); verdosos y azulados merced á inclusiones de azurita y malaquita (Linares); grises (Dehesa de Almenara, en Peñaflor de la provincia de Sevilla, etc.). »Asociaciones.—Los cristales de baritina están á veces sal- picados de otras substancias, como el oropimente en algunos de El Jaroso y el cinabrio en Almadén, en forma de partícu- las, tanto en la superficie en bellas chispitas cristalinas de color cochinilla, como dispersas por el mineral, al que colo— rean de rojo pálido. La masa granuda en roca del filón de la mina Dehesa de Almenara reducida á sección transparente, reveló contener aleunos carbonatos en agregados granudos, magnetita con leucoxeno y hierro titanado, algunos fragmen- titos de granate, cristalillos de feldespato y hojuelas cloríticas de origen micáceo (2). »En los filones metalíferos es el acompañante de muchas menas, sobre todo de la galena, como en Viesgo, y en los crestones del Dobra (provincia de Santander), en Barambio (Álava), en Linares, en la Sierra Almagrera, Fuencaliente y (1) Elementos de Mineralogía general. Madrid, 1862, pág. 201. (2) CALDERÓN: Notas mineralógicas. Nuevos hallazgos en la provincia de Sevilla (ANAL. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. XXI11, 1594). DE HISTORIA NATURAL. 129 Garlitos (Ciudad-Real); Anglés y varios puntos de la provin- cia de Lérida; de la bournonita en la Sierra Almagrera; de los minerales argentiferos en Cartagena, y particularmente la freislebenita en Hiendelaencina; de la calcosina y la mala- quita en Albuñol; de la nicolita en Vimbodí (Tarragona); de las tetraedritas en Pardos, cerca de Molina de Aragón, Barba- dillo de Herreros y Canales (Burgos), y á la orilla derecha del río Rin (Gerona); de la pirita en 27 Borracho y otras mu- chas minas; de las calcopiritas en el territorio de Albarra- cin, Aralar (Guipúzcoa) y en Canales (Logroño); mina C7uz, Linares, de la calamina en Liébana y en los Picos de Euro- pa; del arseniato de niquel en Cabrales (Asturias); de hema- tites roja Ó parda en Albarracín; en la Rambla de Herrera (Zaragoza): Cerro del Hierro, Constantina (Sevilla), y otros sitios, y del cinabrio en Almadén y en la Sierra Alhamilla. Sirve de ganga á la baritina en muchísimas localidades el cuarzo, la siderita (orilla del Rín, por ejemplo) y á la fiuorita, como en la sal de lobo de la Sierra de Gador antes citada, y en Barambio (Álava). »Interponiéndose en ciertos filones á las substancias metá- licas, perjudica la explotación de éstas, como sucede en el magnífico yacimiento del Cerro del Hierro. »Yacimientos.—Casi toda la baritina española es filoniana y sus formaciones se hallan de preferencia en los terrenos an- tiguos, como el gneis en Hiendelaencina, Cartagena, Sierra Almagrera, Sierra Nevada, la baritina en roca de la Dehesa de Almenara, en Peñaflor; el silúrico en Almadén, Albarracín y Molina de Aragón, y el carboniféro en los crestones de la caliza de montaña del Dobra, en la provincia de Santander. Por excepción, la hay post-triásica (Ibiza) y en formaciones ter— ciarias. También se conocen filones baritíferos en los pórfidos de Alpedroches y Cañamares, en la provincia de Guadalajara, y en el granito de la Sierra de Guadarrama, Pirineos catala- nes, distrito de Linares y La Carolina, etc. á »Hay algunas indicaciones de baritinas sedimentarias, en areniscas; pero son tan vagas, que apenas merecen mencio- narse, y he visto un ejemplar de este sulfato compacto en capitas de procedencia desconocida, aunque seguramente española. »Localidades.—Es demasiado abundante en la Península la ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.—JUNIO, 1898, 9 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA baritina, aunque nunca forme grandes masas ni sea elemento esencial de ninguna roca compuesta, para que pueda inten- tarse una lista completa de las localidades en que se halla. Mencionaré, sin embargo, algunas de las más importantes entre las conocidas, ya por la cantidad en que aparece el mi- neral, ya por ofrecer alguna circunstancia de interés. »En la provincia de Madrid existe el mineral en cuestión en Navalagamella y Colmenar Viejo, en la Sierra de Guadarra- ma, constituyendo filones estériles y á veces de bello color rosado. El Sr. Prado (1) notaba que no escasea en forma de ganga maciza como en el Escorial, en Guadarrama y Colme- nar del Arroyo, pero que es muy rara bien cristalizada. Há- llase también en filones estériles en Congostrina, Alpedro- ches y Cañamares, al paso que los paralelos á estos de Hien- delaencina son los acompañantes de los sulfuros metálicos y particularmente la freislebenita de esta famosa localidad mi- nera. Otro tanto acontece en Almadén, sirviendo de ganga al cinabrio, en la mina 27 Borracho, en Fuencaliente y en Gar- litos, en la misma provincia de Ciudad-Real, en criaderos de plomo, explotado este último á mediados de siglo, en el que dicen había buenos ejemplares cristalizados, en Abenojar y otros criaderos de Sierra Morena. »Hice antes mérito de los ejemplares de Barbadillo de Herre- ros y Canales en la provincia de Burgos, de donde hay mues- tras en el Museo de Historia natural con tetraedrita. »En Teruel, la baritina es abundante y la llaman cerriche en el país, según el Sr. Naranjo, y en el territorio de Albarra- cin acompaña á los muchos filoncillos cupro-plomizos que arman en el silúrico. Una capa de 1,20 m. de espesor se en— cuentra entre las cuarcitas de la misma edad en la Rambla de Herrera (provincia de Zaragoza), que he mencionado, por su estructura radiado-tabular y por ir acompañada en el ya- cente de una zona, aunque estrecha, de oligisto. »Filones de baritina y algunos importantes, se conocen de antieno en Cataluña, como ocurre en las Caldas de Mombuy, en Montseny y cerca de Poblet; Falset, en Tarragona, con hermosos cristales tabulares y un yacimiento explotado en el término de Vimbodí, de donde hay en el Museo de Historia (1) Descrip. fs. y geol. de la prov. de Madrid, pág 103. 1864. DE HISTORIA NATURAL. 131 natural de Madrid una brecha de nicolita y baritina con plata nativa y anabergita; un filón casi vertical cruza las pizarras silúricas en San Julián de Ramis y otros análogos existen en la misma provincia de Gerona. Se han señalado en la isla de Ibiza filones que encierran minerales plumbo-argentiferos con abundantes gangas de baritina y cortando el trías. »La región pirenaica ofrece además filones de baritina, á veces con cristales, en las provincias de Vizcaya, Santander, en Viesgo y en la caliza carbonifera del Dobra, donde se alzan «crestones con algo de galena, y en Asturias, sobre todo en las inmediaciones de Luanco y Braceña, cerca de Villaviciosa y al S. de Avilés, en la mina Santa Amelia, en Cabrales, con arseniato de niquel. * »En Cartagena abunda mucho la baritina en masa y crista- lizada, tanto sonrosada como blanca, en los filones plomizos y argentíiferos. Otro tanto ocurre en las sierras Almagrera, Alhamilla y de Gador en infinidad de filones metaliferos, al paso que son estériles ó con ligeros indicios de mineral de plata los de Mazarrón, Las Herrerías y 1íl Sabinar de Gata. En Albuñol se halla en masa con malaquita, y con cinabrio en la Sierra Alhamilla. »Linares ofrece un gran número de filones en los que exis- ten ejemplares amorfos, en cristales y en grupos confusos, que se ven á menudo en las colecciones, entre ellos los de la mina Cruz ya citada. »Haré, por último, nueva mención de la baritina de la Dehesa de Almenara, cerca de Peñaflor, en la provincia de Se- villa, por hallarse la substancia en masa uniforme compacta y en condiciones distintas de todos los demás yacimientos de ella conocidos hasta ahora de la Península. Preséntase, en efecto, eranudo-laminar, con el aspecto de una roca maciza, formando el hastial S. de una mina de cobre en el gneis mi- cáaceo. Su densidad es de 4,02. Como he dicho, en sección transparente ofrece también aspecto y estructura de roca Cris- talina, estando constituida preponderantemente por granos lamelares de baritina, á los que se agregan en granitos mi- croscópicos los otros minerales mencionados. Un análisis de esta substancia practicado por el Sr. Chaves (1) en el labora- (1) ANAL. DE La Soc. EsP. DE HIST. NAT., ft xxi. Actas, pág. 260. 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA torio de mi malogrado hermano D. Laureano, le dió los resul- tados siguientes: E A O O OS ci 0,0320 Sulfato lbáricon tias > A ESAS 80,6505 (xido ÓrTICO: Ud a aid taa elo 16,7752 AlúmIiDa ¡manganesoiyiCoODIE Y. css aptas erectos Indicios No dosados: cal, álcalis y sílice, solubles en Cl H. »Producción y aplicaciones.—Figura la baritina en la última. estadística como explotada sólo en dos provincias: la de Ge— rona y la de Santander; la primera con unas 650 t. y la se— eunda con 700, toda esta última procedente de los crestones de la caliza carbonífera del Dobra, de donde la arrancan, tri-- turándola y lavándola después en una fábrica situada al Po— niente de la estación de Caldas. »El filón de San Julián de Ramís y el de Montrós son los de la provincia de Gerona que dan el antes indicado contingen— te, habiendo llegado la producción algunos años á 6.500 quin-- tales métricos. La baritina de allí extraída es bastante pura y exenta de óxidos metálicos, siendo por esto muy apreciada para la mezcla con las harinas y para unirla á la pasta de papel de estraza á causa de su gran peso. También se usa bas- tante para estucos, aprestos, etc. (1). »Antes se utilizaba en el término de Vimbodí, en la provin- cia de Tarragona, en una mina llamada 4/revida, aprove— chándola después de molida para las fábricas de albayalde. También figuraba Hiendelaencina y filoncillos cercanos de la provincia de Guadalajara con 80 t. en una de las últimas es- tadisticas. »Por último, mencionaré como una aplicación local, el em— pleo que en la costa de Asturias se hacía en algún tiempo de: la baritina del país en lugar de plomo en las redes de pesca á causa de su gran pesantez.» —El Sr. Puig y Larraz dió lectura á la primera parte de un extenso trabajo que anunció iría presentando por partes á la. Sociedad, titulado Datos inéditos para la historia de las ciencias naturales en España, acordando pasara á la Comisión de publi- cación. (1) Vipaz: Reseña geológica y minera de la provincia de Gerona. (Bol. de la Com. dell Mapa geol., t. xn) DE HISTORIA NATURAL. 133 —El Sr. Fernández Navarro dió lectura á la siguiente nota: Minerales de España existentes en el Museo de Historia natuwral. (Cuarta nota.) «La presente nota es complementaria de las que con el mis- mo título tengo presentadas en esta Sociedad (1), y su objeto completar aquellas, agregando los ejemplares correspondien- tes á los dos primeros grupos de la clasificación de Groth nue- vamente adquiridos por nuestro Museo, y que añaden alguna localidad 6 alguna asociación á las citadas por mí anterior— mente. Entre estos ejemplares hay dos que, aunque bastante medianos, tienen importancia para nuestra colección por per- tenecer á dos especies, oropimente y esmaltina, nuevas para ella. »Azufre.—Están representadas dos localidades de la provin- cia de Teruel, Riodera y Libros, por dos ejemplares. El de la primera consiste en una marga fosilífera con una costra de azufre, confusamente cristalizado en algunos puntos. El de Libros, procedente como el anterior del Museo del Dr. Velas- co, está constituído por moldes internos muy bien conserva- dos del Planorbis sulphureus de dicha localidad, depositados sobre marga. Muy análogo á éstos es el ejemplar de Fuente de Nava (Asturias), también sobre marga, regalado por D. Sal- vador Calderón. De Benamaurel (Granada), localidad que, aun- que muy conocida, no estaba representada en la colección, poseemos varios ejemplares en masa, recubierto alguno de ellos de una costra cristalina. Otra localidad es Palma de Ma- llorca, á la cual corresponde un ejemplar en masa compacta, completamente negro. Por último, está representada la pro- vincia de Valencia por un azufre en masa, muy puro, recu- bierto de substancia bituminosa, y que procede de Planes. »Erafito.— Proceden los ejemplares nuevamente adquiridos de El Muyo (Segovia), Sierra de Alcaraz, Ronda? (Málaga) y de la provincia de Huelva. El de la primera localidad es de una gran pureza; parece ir sobre una pizarra antigua y le acompaña amianto. También se hallan en masa los de las (1) Para las notas anteriores véanse estos ANALES, tomo xx11, pág. 29 de las Actas; XX1I1, P. 39, Actas; xXx1v, p. 83, Actas. 131 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA otras tres localidades, todos muy puros, especialmente el de: la provincia de Huelva, que consiste en una masa rodada. »Plata nativa.—Un ejemplar procedente de la mina «Suerte», de Hiendelaencina (Guadalajara) y otro de Bolaños en la mis- ma provincia. El metal está en ambos en delgados alambres retorcidos y entrecruzados, sobre un gneis con baritina el de la mina «Suerte», y sobre blenda el otro. »Cobre nativo.—De la mina «Observación », del Barranco Ja- roso en Sierra Almagrera, es un ejemplar formado por plan- chuelas interpuestas entre las grietas de una haloisita. Otro, también sobre una arcilla verdosa, procede de la mina «Pro- videncia», de Lorca (Murcia). Otro de Hiendelaencina está confusamente cristalizado, con ganga de una baritina man- chada por los cloro-bromuros de plata. Uno de la mina «Unión» en Mantua (isla de Cuba), consiste en un grupo de cristales poco perfectos, formando una dendrita. Por último, de Río- Tinto, aunque es localidad muy conocida y ya nombrada por nosotros entre las representadas en el Museo, merecen citarse dos curiosos ejemplares, consistentes en unas geodas con nú- cleo movible, todo de cobre, iguales en la forma á las tan co- nocidas etites 6 piedras de águila que se forman de limonita. »Oropimente. [As, S¿].—Un solo ejemplar en masa, sobre cuarzo, procedente de Asturias. »Estibina. —Las localidades últimamente adquiridas son: Valencia de Alcántara, Montes de Oca (Badajoz), Ancares, Lo- sacio (Zamora) y Riomonte (Galicia); estas dos últimas muy conocidas, pero que no estaban representadas en la colección del Museo. La de Valencia de Alcántara yace sobre un cuarzo lleno de geodas recubiertas de pequeños cristales de la misma substancia, en las cuales ha cristalizado frecuentemente la antimonita. La de Montes de Oca está en masa, muy parecida á las de Lugo. En masa palmeado-fibrosa, la de Ancares. La de Losacio en masa palmeado-radiada, oxidada en gran parte. Por último, la de Riomonte, muy parecida á la de Valencia de Alcántara, va también sobre una cuarcita acompañada de cuarzo amarillo cristalizado y asociada á cristalitos de cinabrio. »Blenda.— Tres ejemplares procedentes de Cartagena, Mar- bella y Colmenar del Arroyo. El primero está confusamente cristalizado sobre un gmneis; el de Marbella consiste en pe— queños cristales amarillentos con otros de cuarzo hialino; el DE HISTORIA NATURAL. 135 último es una masa lamelar de color negro intenso, sobre Cuarzo. »Pirrotita.—Las nuevas adquisiciones de piritas magnéti- cas que tengo que citar son dos: una de Masanet, en la pro- vincia de Gerona, y otra de Río Malo, en la de Cáceres. Aqué- lla se presenta en masa, y en el ensayo da indicios de níquel y cobalto. La de Río Malo, donativo de nuestro consocio D. Cé- sar Fereal, consiste en ejemplares, ya como el de Masanet, ya en otras masas que se fragmentan según caras planas, com- pletamente iguales al ejemplar que poseemos como procedente de la provincia de Salamanca; esta identidad y el estar Río Malo muy cerca de esta provincia, me induce á pensar que tal vez se trata en ambos casos de un mismo yacimiento. »Pirita.—Un bonito ejemplar sin más indicación de proce- dencia que Vizcaya, consistente en una cuarcita impregnada de cristales octaédricos de pirita, pequeñísimos, pero muy bien conservados. De Baigorri (Navarra) son unos piritoedros muy perfectos, incluidos en una arcilla negruzca, algo margosa. Otro ejemplar procedente de La Carolina (Jaén), consiste en exaedros con las estrías de combinación del piritoedro, que yacen sobre una micacita. Otro de Alcalá la Real (Jaén) está formado por pequeños cristales indeterminables incluí- dos en una marga. Son notables por su tamaño y limpieza dos cubos limonitizados en la superficie, procedentes de Munilla (Soria); el mayor tiene 35 mm. de arista. Otra localidad es Bustarviejo (Madrid), donde se presenta en masa sobre cuarzo: no es cuprifera. La de Tapia (Asturias) es algo cuprifera y va asociada á siderita y burnonita. Proceden de Fombuena (Za= ragoza) unos pequeños cristales muy limpios que presen tan la combinación del exaedro, el piritoedro y el diploedro. Por último, á los ejemplares ya descritos como procedentes de Almadén, debo agregar uno consistente en dos exaedros de más de 2 cm. de arista, maclados según la cara del octaedro y uniformemente cubiertos de una capa de cinabrio. »Cobaltina.—El único ejemplar que agregamos de esta es- pecie vale muy poco; se presenta en masa y es niquelífera y ferrifera; su localidad es Albuñuela (Granada). »Esmaltina. [(Co, Ni, Fe) As,].—Asimismo es de escaso mé— rito el ejemplar único de esta especie que la representa en nuestra colección; se encuentra en masa, sobre cuarzo. Res- 136 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA pecto á localidad, tampoco es muy precisa que digamos, puesto que sólo se sabe que es de Aragón. »Mispiquel.—Un ejemplar, donativo de D. Manuel Morencos, que, aunque de localidad ya representada en la colección de nuestro Museo (Bustarviejo), merece citarse, porque se encuen- tra de modo distinto que los demás de la Sierra de Guadarra- ma que poseemos. Está en masa, mezclado con los elementos del gneis, y en algunos de sus puntos se destacan cristales bastante voluminosos, pero imposibles de medir por el modo de yacer. Le acompaña un tubito con arsénico, según se ob- tiene para la exportación, de la sublimación del mineral. »Galena.—Numerosos ejemplares de esta especie tengo que agregar á los ya citados. Entre ellos figura uno procedente de Fondón (Granada), consistente en una masa algo fibrosa, acom- pañada de hermosos cristales de cerusita. Compacta y con ba- ritina, argentífera y antimonifera, es la procedente de la mina «Esperanza», en el barranco El Jaroso de Sierra Almagrera. De Coó, en el valle de Buelna (Santander), procede otra hojo- sa, con ganga de espato calizo. Un ejemplar de la variedad acerada, antimoníifera, argentífera y ferriífera, procede del lu- gar de Bono, partido de La Espluga. Otro de Málaga es nota- ble por la estructura palmeada. Un ejemplar de la mina «Bilbaína» (Cartagena), recubierto de pirita, es también argentífero. De Cáceres hay otro de estructura granuda, aso- ciado á calcopirita. Villanueva de los Arcos (Asturias), es otra localidad, representada en la colección por una masa espática con pirrotita. La de Fuencaliente (Ciudad-Real) es hojosa y se asocia a baritina. Por último, el Sr. Jiménez Vergara, de Guadix, ha regalado al Museo un trozo en masa, procedente de Charches (Granada). »Cinabrio.—Dos ejemplares debo citar de esta especie, uno de Almadén, notable por su estructura fibrosa, tan poco fre- cuente en esta especie, pero que no tengo la certeza de que sea natural. El otro procede de Langreo (Asturias), y ha sido regalado por D. Salvador Calderón; se presenta en masa. No quiero dejar de mencionar también la presencia del cinabrio sobre carbones de esta localidad, hecho que he comprobado en un ejemplar de hulla, donativo también del Sr. Calderón. »Preislebenita.—Cito por su belleza un ejemplar de esta es- pecie, aunque procede de su localidad clásica Hiendelaencina. DE HISTORIA NATURAL. 137 Consiste en grandes y limpios cristales entrecruzados, deposi- tados sobre cuarzo también cristalino, y á los que se asocian cristales de dolomía y lentes de siderita. »Como se ve por las asociaciones, algunos de estos ejempla- res permiten señalar además con seguridad la presencia de algunas especies en localidades no citadas, como son: la blen- da en Bolaños, la pirrotita en Villanueva de los Arcos, la pirita en Cartagena, la calcopirita en Cáceres y la burnonita en Ta- pia. Probablemente estas localidades podrían proporcionar ejemplares de las citadas especies en que no aparecieran como minerales asociados, sino como especie principal.» —El Sr. Bolívar presentó las siguientes diagnosis de espe- cies nuevas de ortópteros de Borneo y de Nueva Guinea, pro- cedentes de las expediciones del viajero Sr. Vraz y que perte— necen á la colección de nuestro consocio el Sr. D. Napoleon Kheil, de Praga. «Ortópteros nuevos de Borneo y de Nueva Guinea.» Homalopterix intermedia s). 100. Colore fulvo-griseo, fusco vario. Caput fulvum inter antennas scutellum impressum transversim strigosum alque Pusco-Unmpresso- punctatum. Frons strigosa, medio vitta nigra ornata. Genis cari- natis. Antenne fusce, articulo primo pallide variegato. Pronotum postice subtruncatum medio obtuse angulatum, disco cucullato, medio utrinque impressionibus duabus semicirculariter notato, grosse impresso punctato atque minutissime fusco-granulato. Elytra coriacea, opaca, punctata, venis parum expressis, macwlis minutis raris fusco adspersa, apicem abdominis haud superantia, late rotundata. Ale elytrorum longitudinis, fusco adsperse. Pedes fusco punctati. Coze antice basi fusco biplagiate. Femora antica subtus antice spinis 8, dehinc apicem versus fusco fimbriata. Me- tatarsus posticus articulis tribus seguentibus eque longus, sublus usque medium biseriatim fimbriatus. Venter fusco adspersus late- ribus punctis fuscis umiseriatis. Lamina supraanalis medio trian- gulariter incisa. Segmentum ultimum ventrale medio sinuatum O. Long. corp. 31 mm.; pron. 10 mm.; lat. pron. 16 mm.; long. elytr. 21 mm. Hassam, Nueva Guinea. Especie próxima al 17. macassariensis Haan, pero distinta de 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ella, así como del Pelewensis y del major Sauss., por los carac- teres que quedan señalados en la diagnosis que precede. Panesthia Kheili sp. 200. Statura majore, nigra, nitida. Pronoto antice incisura profun- da, transversa, carina parallela, medio dente a latere viso retro- producto circumdata; disco medio bituberculato, pars antica de- pressa, granulata. Elytra perfecte explicata. Femora antica bi- spinosa. Abdominis segmento septimo lateribus valde sinuato, dente apicali valde producto, extus arcuato, disco opaco, punciis crassis rotundatis sparsis. Lamina supraanalis opaca punctis ro- tundatis leviter impressis in series transversas 5 vel 6 imperfecte dispossitis, margine postico crenulato Q. Long. corp. 240 mm.; pron. 9mm.; lat. prox. 12 mm.; Elytr...? Hassam, Nueva Guinea. A serratissima Brunn. species ternatensis valde apfimis sed statura valida, incisura pronoti profunda in O, medio dente re- troproducto armata, nec non disco bituberculato precipue difert. Aun teniendo en cuenta las modificaciones que en los indi- viduos de una misma especie se observan en este género, y que pueden calificarse diciendo que son la exageración de los detalles de la escultura de los órganos, no puede esta especie confundirse con la ya citada, porque las particularidades que reune pasan de los límites que aquellas variaciones permiten. Paranaupheta rufipes Brunn. = var. Nove Guinez. Statura minore. Pronoto flavo, disco fascia lata transversa migra utrinque abbreviata postice medio late producta, marginem posticum anguste liberans. Margine antico elytrorum basi nigro. Coxis anguste albo-marginatis. Abdomine subtus omnino migro— castaneo y. Long. corporis 17 mm.; pron. 4 mm.; elytr. 14 mm. Hassam, Nueva Guinea. Kheilia yen. n00. mecopodinarum. Corpus robustum. Fastigium verticis per sulcum profundum in protuberantias duas solutum. Pronotum dorso plano retrorsum haud ampliato, postice excavato; margine postico elevato, subre—- flexo, truncato, antico rotundato, subangulato, sulco primo modice impresso, sulco postico medio suboblitterato, utrinque impresso; prozona cylindrica, haud carinata, metazona carinis lateralibus rugosis, obtusiusculis. Lobis deflexis margine inferna callosa, DE HISTORIA NATURAL. 139 ampliata, levi, intus sulco circumscripta, subtus recta, postice rotundata, sinu humerali obtuse angulato. Elytra lata, apice late subtruncatorotundata, apicem femorum parum superantia, venis radialibus subparallelis, aprozimatis, apicem versus tantum levi- ter divergentibus, ramo radiali prope medium exciso, vena ulnart ramos ambobus in marginem posticum perductis. Campo analo basi grosse punctato impresso. Prosternum bispinosum. Mesoster- num lobis in spinam productis, lobis mesosternalibus extus rotun- datis, postice medio haud contiguis et utrinque obtuse angulatis. Pedes elongati. Femora 4 antica antice 5-7 spinosa, postice 1-2 spinosa. Femora postica basi valde incrassata, sublus utrinque plurispinosa. Lobi geniculares omnes apice in spinam producti. Tibie antice supra planate, carina externa spinulosa, spinas apt- calibus instructe, subtus biseriatim spinose. Tympano extus in tusque conchato. Tibie intermedie supra sulcate dimidio basali ampliate, compresse, superne extus preler spinam apicalem mu tice. Ovipositor valde incurvus apicem versus sensin attenuatus. Kheilia arrogans sp. 200. Fusco testacea. Antenne pallide annulate. Pronoltum margi—- nibus antico posticoque medio puncto minuto nigro nitido, disco parce nigro vario; lovis deflexis metazonee verrucosis. Pemora om- nia fusco mermorata. Ovipositor valde incurvus, supra, medio Jere obtuse angulatus, acuminatus. Lamina subgenitalis trigona medio sulcata apice breviter truncata. Long. corp. 55 mm.; pron. 9 mm.; elytr. 62 mm.; fem. ant. 19 mm.; post. 43 mm.; ovip. 14 mm. Arfax, Nueva Guinea. Mecopoda superba s). 100. Fusco testacea et fusco varia. Antenne pone medium annulis nonmullis albvidis. Vertex antice converiusculus obtuse transverse carinatus. Pronoti dorsum planum sparse punctatum, retrorsum valde ampliatum, sulco typico ante medium sito, metazona medio carinata et pone sulcum typicum biimpressa; margine postico 00 tuse undato, medio in dentem brevem producto. Carinis laterali- dus acutiusculis haud profunde biincisis; lobis deflexis perpendi- culariter insertis, nigro nitidis, subtus dilutioribus, margine in- ferna antice sinuata, angulo antico producto. Elytra latiuscula, alis viz breviora, marginibus subparallelis vel retrorsum parum divergentibus, apice oblique truncata et subsinuata; area discoi- dali maculis nigris nitidis elongatis, subtus albido terminatis el 140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA sinuatis. Femora 4 antica in latere antico breviter Dispinosis; postica basi valde incrassata, extus carina longitudinal acuta, superne serie irregulari spinarum instructa, dimidio inferiori area externa fusce. Ovipositor rectus, angustus, apicem versus sensim attenualus. Long. corp. 47 mm.; pron. 14 mm.; elytr. 12 m.; lat. elytr. medio 17 mm.; fem. post. 54 mm.; ovip. 33 mm. Hassam, Nueva Guinea. Muy afine á la cyrtoscelis Karsch., pero distinta por la forma del vertex que carece de quilla transversa ó si la tiene es muy redondeada, por la forma del pronoto cuya metazona está aquillada en el medio con la quilla saliente en medio del borde posterior, donde forma un diente; las quillas laterales ligeramente incisas, y el oviscapto más largo y enteramente recto. Hassam, Nueva Guinea. Long. corp. 2 50 mm.; pron. 14 mm.; elylr. 74 mm.; fem. post. 22 mm.; 0v1p. 36 mm.; debe llegar á 38, pues falta la punta. Lobaspis strigatipes sp. 207. Colore stramineo, fusco vario. Caput griseo fuscum. Frons sparseimpresso punctata versus epistomatem nigra, medio punciis duobus minutis et utringue vitta obliqua favis. Clypeus cum labro pallidis. Antenne ferruginee fusco annulate. Pronotum dorso rugulosum carína media prozone perspicua, antice truncatum postice obtusangulato productum, ferrugineum lineis duabus pallidis medio inter se approximatis, postice divergentibus extus late nigro limbatis; lobis deflexis anguste fusco marginatis extus valde sinuatis ad marginem posticum levissime inflatis. Elytra apicem femorum valde superantia fusco ferruginea, area antica favo venulosa. Femora omnia supra extusque fusca transverse fulvo strigata, sublus pallida spinuli nigri armata; antica subtus in utroque margine 5-6 spinose; intermedia extus 6 intus 2 spi- nosa; postica extus 9 intus unispinosa. Lobi geniculares femorum posticorum bispinost. Tibie omnes fusco variegate. Mesosternum in lobos longe acuminatos terminatum. Metasterni lobis triangu—- laribus. Segmentis ventralibus planis. Ovipositor elongatus basi et apice curvatus, medio subrectus, apice sensim acuminatus. Lamina subgenitalis parva, triangularis, apice viz excisa. Long. corporis Q 25 mm.; prom. 9 mm.; elytr. 40 mm.; Jem. post. 253 mm.; ovip. 19 mm. DE HISTOKIA NATURAL. 141 Hassam, Nueva Guinea. Podría quizás colocarse al lado del Z. ¿mfflata Brunn., del que difiere, sin embargo, considerablemente. Brunnea Vrazi sp. 200. Statura mediana, colore pallide flavo. Antenne pallide. Pro— notum sparse el parce granosum, postice anguste sanguineo-mar— ginatum. Elytra venulis transversis campi postradialis roseo-cir- cumdatis. Femora postica subtus spinis validiusculis 10-12 trian- gularibus, deplanatis. Tibie postice supra extus rare minuteque spinose, margine interno 9-10 spinis validiusculis compressis. Ovipositor supra medio minute serrulatus pone medium suaviter sinuatus. Lamina supraanalis lanceolata producta, medio subca- rinata Q. Lory. corp. Q 27 mm.: pron. 6 mm.; elytr. 57 mm.; lat. elytr. 18 mm.; long. fem. ant. 8 mm.; fem. post. 18 mm.; oripos. 14,5. Borneo. | Esta especie difiere notablemente de la B. cincticollis Brunn.. no sólo por el tamaño, sino también por el número y disposi- ción de las espinas de las patas. Lobaspis multispinosa s). 2100. Colore griseo stramineo. Frons sparse impresso punctata, fusca. Clypeus pallidus. Antenne anguste fusco cingulate. Pronotum antice truncatum, postice obtuse rotundatum, unicolor pallidum, sulcis modice impressis; lobis deflexis antice suaviter sirigosis postice vage punctatis, subtus subsinuatis ad marginem posticum subinflatis, sinu humerali obtuso. Elytra apicem femoyum posti— corum valde superantia, fusco varia. Pedes fusco variegali. Fe- mora antica subtus in margine antico 6 vel 7 in margine postico 7 vel 8 spinosa, intermedia antice 6, postice 1 spinosa, postica extus 14-16, intus 12-14 spinosa. Lobi geniculares femorum posti- corum bispinosi. Meso et metasternum in lobos triangulares acu minatos terminata. Abdomen apice clavatum. Cerci f crassi, yra- nosi, flavo pilosi, pone medium fortiter introrsum curvati el sub— tus denticulo elongato instructi, apice compressi securiformaiter ampliati, angulo postico apicali producto. Lamina subgenitalis magna postice medio profunde fissa, in lobos valde elongatos pro- ducta. Stylis brevibus. Long. corp. y 30 mm.; pron. 10. mm.; elylr. 38 mm.; fem. post. 22 mm. Hassam, Nueva Guinea. 142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Oxystethus geniculatus sp. 207. Perrugineo testaceus. FPastigium verticis rectum, acuminata, articulo primo antennarum vizx longius, supra nigrum, subtus viride. Antenne longissime, subindistincte fusco annulate, ar ticulis duobus basalibus viridibus. FProns pallide ochracea, grosse impresso punctata. Pronotum elongatum, postice truncato sub- emarginatum; dorso yrosseimpresso punctato, viridi, postice linea angustissima media pallida atque fasciis 4 longitudinalibus fus- cis, parum ante medium areis duabus impressis pallidis instructo; lobis deflexis postice distinctissime ampliatis, margine inferiore sinuatis, sinu humerali valde expresso. Elytra anguste elongata, Jemorum posticorum valde superantia, areolis plurimis nigris. Genicule nigro virideque breviter picte. Femora 4 antica intus inter spinas majores 5 vel 6 spinulis parvis instructa, extus pone medium breviter 2 vel 3 spinosa. FPemora postica extus spinis 7 subequalibus apice fuscis. Tibie antice superne infra foramina migromaculata, intermedie dimidio basali tumescentes, postice plus minusve fuscomaculate. Cerci incurri? Lamina subgenitalis apice triangulariter excisa. Stylis brevibus y. Long. corp. Y 25 mm.; pron. 7 mm.; elytr. 32 mm.; fem. post. 15 mm. Borneo. —El Sr. Calderón presentó á la Sociedad dos Memorias que acababan de llegar á su poder con destino á los ANALES: una de ellas, que lleva por título Examen descriptivo del grupo de los Hemippractus, es debida á D. Marcos Jiménez de la Espada; la segunda, de que es autor nuestro consocio de Inglaterra, Sr. Malcolm Burr, tiene por objeto el estudio de los Mastaci- nos, y va acompañada de algunas láminas. Ambas pasaron á la Comisión de publicación. DE HISTORIA NATURAL. 143 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión ael 23 de Mayo de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL DE PAÚL. —El Sr. Secretario leyó el acta de la anterior, que fué apro- bada. —El Sr. Barras envió la siguiente nota: Datos para la fiórula sevillana. Dicotiledóneas. (Continuación.) Farm. Litráceas. Lithrum Salicaria L.—Alcalá de Guadaira. — hyssopifolia L.—Sevilla; Alcalá de Guadaira. — thymifolia L.—Castilleja de la Cuesta. — acutangulum Lag.—Camas (Paúl!). Cuphea Jorullensis H. B. Kunth.—Sevilla. (Cult.) Fam. Tamaricáceas. Tamariz Gallica L.—Orillas del Guadalquivir. Fam. Crasuláceas. Sempervivum sedifolivan ?—Sevilla. Sedum altissimum Poir.—Alcalá de Guadaira. — album L.—Sevilla. : — —pruinatum Brot.—Alcalá de Guadaira; Dehesa de Gas- cón, Marchena. Bulliarda Vaillantii DC.—Sevilla. Umbilicus pendulinus DC.—Sevilla; San Juan de Aznalfarache (Medina!). — Gaditanus Boiss.—De Dos Hermanas á Sevilla (Pau!). Pistorinia Hispanica DC.— Sevilla. 144 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Fam. Rutáceas. Ruta graveolens L.—Sevilia. (Cult.) — montana Clus.—Sevilla; Alcalá de Guadaira. Haplophyllum Hispanicum Spach.—Bollullos de la Mitación. Fam. Mimosáceas. Acacia Farnesiana Willd.—Sevilla. (Cult.) — salicina ?—Sevilla. (Cult.) Farm. Cesalpináceas. Cercis Siliquastrum L.—Sevilla. (Cult) Gleditsia Triacanthos L.— Sevilla. (Cult.) Se reproduce con la facilidad de una planta espontánea. Cassia Marilandica L.—Sevilla. (Cult.) Poinciana (riliesii Hook.—Sevilla. (Cult.) —El Sr. de Paúl dió lectura á la siguiente nota: «Entre los distintos parásitos que atacan á las plantas culti- vadas he tenido ocasión de observar uno que vive en las hojas del olivo, y que, si bien carece de interés bajo el punto de vis- ta agrícola, por ser de poca importancia los daños que oca- siona, creo deberlo citar zoológicamente considerado. »Trátase de un acárido del género P/ytoptus. Dicho pará- sito se presenta siempre en el reverso de las hojas, formando una erinosis, que reviste distinto aspecto, según sea el centro 6 los bordes las partes atacadas. »En el centro preséntase á la vista como pequeños puntos blancos y en los bordes en forma de escotaduras, producidas por arrollarse el borde superior sobre el inferior. »No ataca más que á las hojas nuevas y muy tiernas, siendo imposible encontrarlo en las ya endurecidas. »Hag'o mención de este Phytoptus, cuya especie no he podido determinar, con el especial objeto de que alguien más cono- cedor de estos estudios pueda dar el nombre de la especie y ampliar mis observaciones.» DE HISTORIA NATURAL. 145 Sesión del 7 de Septiembre de 1898. PRESIDENCIA DE DON MANUEL ANTÓN. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas. —El Sr. Bolívar presentó la nota siguiente: «Nueva especie de Mintido europeo. Es tan reducido el número de Mántidos europeos, que el descubrimiento de una especie nueva tiene mayor importan— cia que en cualquiera otra familia de ortópteros mejor re- presentada en nuestra fauna; y sin embargo, en estos últi- mos años han aumentado de modo notable las especies cono- cidas, merced á descubrimientos realizados principalmente en la Península, á los que debemos, no sólo especies, sino hasta c'éneros, como el Feomantis Pantel y el Discothera Bonn. et Fin., y entre las especies el 4meles aplera Fuente y el 45501 Bol., este último confundido indebidamente por algunos con el nana Charp. A este mismo género pertenece la especie que describo á continuación y que ha sido hallada por nuestro colega, infatigable excursionista y diligente botánico, D. Car- los Pau, en los alrededores de Morella, durante los últimos días del mes de Agosto. La especie en cuestión tiene mucha semejanza con el 4meles decolor Charp., del que pudiera considerarse á primera vista como una variedad de élitros cortos, así como el 4. brevipen- mis Yersin se ha dicho que podría serlo del 4. nana Charp., pues la principal diferencia con esta especie estriba también en que los élitros en el ¿7 tienen las proporciones que en las hembras de aquellas especies; pero dejando aparte esta últi- ma, que sólo conozco por las descripciones, y concretándome a la nueva especie española, bastará á mi juicio una conside- ración para desvanecer la sospecha de que pudiera ser mera ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— SEPTIEMBRE, 1898. 10 146 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA variedad del 4. decolor Charp. con los órganos del vuelo muy cortos, y es la de que en este caso conservarian las alas la co- loración que en aquella, mientras que en el 4. Pavi dichos órganos, en vez de ser incoloros, ofrecen un campo anterior verdoso hialino y un campo posterior ocupado por una gran mancha de un negro violeta, esto es, una coloración aproxi- mada á la de las alas de todas las hembras del género, de modo que, siendo dimorfas y heterocromas todas las especies que éste comprende, la de que trato es la única monomoría y homocroma, predominando el tipo femenino. Aparte de di- chas diferencias, observo otras de bastante importancia: asi, la cabeza forma un triángulo equilátero, por ser igual la dis- tancia que separa la parte culminante de los ojos y la que me- dia entre el vertex y el borde anterior del labro; el fémur an- terior es tan largo como el protórax; la placa supraanal es triangular y equilátera, muy pequeña, y los cercos son tam- bién muy cortos, de modo que apenas sobresale su último ar- tejo del extremo de la placa subgenital. Todas estas particula- ridades constituyen otras tantas diferencias con el 4. decolor Charp. Ameles Paui sp. nov. Gracilis, viridis. Oculi valde rotundati. Scutellum JFrontale margine superiore obtuse angulato. Pronotum angustum, ad hu—- meros parum dilatatum, femoribus anticis haud longius, medio linea fusca ornatum, ad marginemn posticum bimpressum. Elytra abbreviata, apice cozarum anticarum attingentia sed. haud supe rantia, viridia, dimidio postico vitrea; area mediastina rufo- fusca antice pallide limbata. Ale hyaline, antice virescentes: campo anali plaga magna nigro-violacea marginem haud attin—- gente. FPemora antica viz dilatata, viridia. Tibi antice Mmargine externo spimis 9 minutissimis. Femora nec non tivie postice longe griseo pilose. Abdomen longitudinaliter testaceo-fusco trifascia- tum. Cerci laminam subgenitalem levissime superantes; lamina supraanalis trigona, equilatera. S Long. corporis. 7”, 21m — pronoti 5 — elytrorum 5,9 — femor. antic. 5 a — femor. postic. Morella, fin de Agosto.» DE HISTORIA NATURAL. 147 —El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente nota: «Existencia del terreno carbónico en Molina de Aragón. Sábese hace tiempo que el terreno carbónico constituye tres pequeñas -manchitas próximo á las márgenes del Jarama, en la provincia de Guadalajara; manchitas que, aunque despro- vistas de importancia industrial, la tienen desde el punto de vista geológico, como testimonios de la vida continental de aquellos tiempos, los cuales tanto escasean en la dilatada re- ción castellana y aragonesa que se extiende desde allí en toas direcciones. En el mapa de dicha provincia publicado por el Sr. Castel, no figura más representación del terreno carbónico que las expresadas islitas; pero en el posterior de la Comisión del Mapa geológico se señala, aunque con una longitud ale'o exagerada. una banda en el partido de Molina de Aragón, de cuya exis- tencia, antes ignorada, procuré indagar el descubrimiento. Débese éste á la diligencia del Sr. Mallada, quien en una co- rrería que por accidente verificó por allí, y en circunstancias que no le permitieron detenerse, tuvo ocasión de ver en el si- tio que se indica psammitas con impresiones vegetales de fa- cies característica. Estimulado por estas noticias realicé el pasado verano una pequeña excursión al sitio marcado en el mapa de la Comisión; correría que no pude repetir como me proponía, resultando por ello incompletos, sin duda, los datos que tomé. Sin embargo, á falta de otros, pues no existe des- cripción alguna de este isleo, y por el interés que ofrecen cier- tas rocas que mencionaré á continuación, creo que, en tanto que algún geólogo visite nuevamente el sitio, vale más dar á conocer dichos datos que dejarlos perdidos entre los apuntes de excursión. Al fin se trata de una formación notable por su edad y por lo aislada que se encuentra, y sin más análogo en toda la región que los antes citados manchoncillos, muy dis- tantes del que motiva esta nota y á una altitud inmensamente menor que a la que éste se asienta. El manchoncillo en cuestión se encuentra al NW. de Molina de Aragón y al N. de Rillo y Herrería, distante unos tres cuartos de hora de Pardos. Es una cuenca diminuta, cuyo eje mayor, que va próximamente de NW. á SE., tendrá poco más de 2 km. 148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Está constituido el terreno en la base por un conglomerado de cantos, por lo general de mediano tamaño, y entre ellos aleunos más gruesos, el cual parece alcanzar un espesor de algunos metros en las cañadas de la parte septentrional del manchón. Sobre el conglomerado descansan grauwackas que pasan á psammitas hojosas, con grandes láminas de mica, las cuales forman especies de losetas cuando quedan sueltas por inter sección de las diaclasas. Ambas rocas (conglomerados y grau- wackas) son de color blanquecino, lo que hace que la forma- ción contraste con las vecinas silúricas y triásicas, de colores intensos y obscuros. Entre las psammitas hay venillas insig- nificantes de hulla, que se cuartea en pequeños fragmentos, la cual parece se usó, en muy pequeña escala, por supuesto, en Rillo, y ardía perfectamente. Estas venillas vienen asocia— das á capitas de pizarra arcillosa, bastante carbonosa, que tizna el papel y aprisiona granitos de cuarzo. Hacia el SE. vi unas capas de caliza compacta, gris, de es- caso espesor, las cuales me dijeron se han ensayado con éxito como material para la fabricación de cal hidráulica. Entre las dos últimas formaciones mencionadas, un corte natural del terreno, frente á la casa de la mina que existe en el mismo manchón, pone á descubierto una capa de color verde azulado vivo, con el aspecto de una roca maciza, pero en estratificación bien marcada. £s una verdadera toba dia- básica, interesante como testimonio de la energía eruptiva en la región durante aquellos remotos tiempos, y por eso, y por ser tan poco lo que se sabe en España respecto á rocas seme- jantes, diré algunas palabras sobre esta formación. La roca es sumamente compacta y pesada, no pizarrosa, de fractura angulosa y de color verde azulado homogéneo. De esta pasta destacan fragmentos y venillas amarillento-rojizos, que son nidos de carbonato de cal. Recuerda el aspecto de las tobas diabásicas de Sajonia (GFriinsteintuf'), y cuando se des— componen los rellenos de calcita en las superficies expuestas al aire, se asemeja algo al Schalsteín poroso, sólo que la de nuestra localidad no es como éste de estructura escamosa. Carece de restos fósiles. En las secciones delgadas de esta toba aparece al microsco— pio constituida por una masa fundamental finísima en la que DE HISTORIA NATURAL. 149 dominan una materia arcillosa con mucha clorita y cuarzo en granos y en cordoncillos. Desigualmente repartidos se ven en ella otras gruesas y fragmentos mayores de cuarzo de dos cla- ses, unos normales, límpidos, y otros granulíticos, frecuente— mente teñidos por óxido de hierro; granos de clorita; hojuelas de mica bastante alterada, con inclusiones de clorita y hierro; muchos granos de magmnetita y con más escasez pequeños fragmentos de plagioclasa (al parecer labrador), prismas alar- gados de anfibol y laminillas de oligisto. No he reconocido resto alguno de piroxeno, el cual debe haber existido, y de él procederá probablemente la clorita. Hay además nódulos em- pastados de contorno irregular de una especie de arenisca de AAN a É e « a >: q e a... Pe ) o: ) Ñ E Y el 7 AS Ae ] m o a a Ñ DI ¡ s . pS , o AS : Y Ñ 3 “S : - Ñ NN e Ñ 1, 4 E AMPARA Nr ÍNDICE ALFABÉTICO DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES DESCRITOS, Ó ACERCA DE CUYA PATRIA Ó SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES EN ESTE TOMO. Abutilon venosum, 95”. Alouata seniculus, 214. Acacia Farnesiana, 144”. — ursina, 214. — salicina, 144'. Alternanthera, 79”. Acantholophus brevispina, 99”. Altheea hirsuta, 95”. Achiote, 210. -— rosea, 95. Acmoodera, 151”. Alyesum, 71". Acrida unguiculata, 75”. — campestre, 110". Acridium «eegyptium, 76'. Amarantus albus, 79. — ruficorne, 76'. — blitum, 79”. Acrocardia gemmata, 204". — chlorostachys, 7/1”. Acrotvlus insubricus, 76/. — deflexus, 79”. — patruelis, 76. — hypocondriacus, 79”. Adianthum capillus-Veneris, 61'. — sanguineus, 79”. Alurillus «eruginosus, 99”. — viridis, 79”. FEsculus hippocastanum, 157. Ambar mineral, 91”. Agriotes marginipennis, 206. Ameles abjecta, 44”, 75”. Alectoria jubata, 186”, 219”. — aptera, 145". — lanata, 186”, 219”. — Assoi, 145”. — ochroleuca, 219”. — brevipennis, 145”. Allantus scrophularize, 152”, — decolor, 145”. — viduus, 29'. — nana, 145". NOTAS.—1.2 Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros ó especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y de dos los que se dan á conocer como nuevos para la ciencia. 2,2 Los números que indican páginas de las Actas van seguidos de una coma. 3.2 Nose incluyen en este índice los nombres de los géneros y especies que apare- cen agrupados formando catálogos ó listas en el cuerpo de las Memorias. Los catálogos excluidos de este índice en el presente tomo son los siguientes: Perez Lara, Florula gaditana. Seebold, Lépidopteres de Bilbao. Rivas Mateos, Flora de la provincia de Cáceres. Pau, Herborizaciones por Valldigna, etc. ACTAS DE LA SOC. ESP. DE H. N.— DICIEMBRE, 1898. 16 242 ÍNDICE ALFABÉTICO. Ameles ** Paui, 146'. Amianto, 133. Ammophila iberica, 153”. — Mocsaryi, 153". — nasuta, 153". — sabulosa, 153'. Anabergita, 131”. Anagallis longicaulis, 45”. Anagyris foetida, 154”. Anaptychia ciliaris, 221”. Anaxiphus * Ayverni, 73', — pallens, 74'. =] =J — pulicarius, 74”. — pumilus 74”, Andalucita, 191”, 213”. Andrena florea, 153”. — fuscipes, 154”, — hypopolia, 153”, — limata, 154”, — minutula, 154”. — morio, 154”, — pilipes, 154”. Anemadus angusticollis, 117/. — clathratus, 117”. — ** Escalerz, 118'. — Vandalitise, 117'. Anfibol, 149', 190”. Anoa depressicornis, 104, Anthidium florentinum, 154”, Anthophora crassipes, 154”, — garrula, 154". — nidulans, 154, Anthyllis vulneraria, 155. Antirrhinum pulverulentum, 45”. — sempervirens, 45”. Aphlebia algerica, 75”. — betica, 44”. — ** Chavesi, 72”. — Janeri, 75”. — Larrinuee, 72”. — virgulata, 72”. Apis mellifica, 154”. Arachnocephalus Yersini, 77”, Aragonito, 177 y siguientes. Araneus Armida, 98”. — ceropegia, 98. — cucurbitinus, 98”. — dalmaticus, 98'. — dromedarius, 98”. — Redii, 98. — Schreibersi, 98”. — soror, 98”, — (Cercidia) prominens, 98”. — (Hyposinga) albovittata, 98'. — — 8p.?, 98”. — (Singa) nitidulus, 98”, — (Zilla) atricus, 98”. Arcilla, 188 y siguientes, 134', 209”. Arctitis, 103. — binturong, 104. Ardilla voladora, 103. Arenaria beetica, 159”. — intricata, 199”. — montana, 159”. — tetraquetra, 159. Arenisca, 188, 129”, 149”. Argiope lobata, 98”. Aristolochia beetica, 94”. — longa, 94". — pistolochia, 94”. Arseniato de níquel, 129”, 131”, Arthonia astroidea, 203”. Asagena phalerata, 98'. Aspicilia calcarea, 222”. — Schleicheri, 184”. Asplenium Adianthum-nigrum, 62”. — Ruta-muraria, 62”. — septentrionale, 71'. Astata boops, 214”. Asteriscus, 88”. Astragalus cicer, 157”. — epiglottis, 157”. — glaux, 157”. — pentaglottis, 157. Astrocarpus Clusii, 110”. Ateles marginatus, 215. ÍNDICE ALFABÉTICO. 243 Ateles variegatus, 214. Athalia glabricollis, 29”. — lineolata, 29”. — lugens, 29”. — rosee, 29”. — sp.? 152”. — spinarum, 29”. Atheta * filaria, 206'. Atriplex rosea, 64”. Attalus ** atrocyaneus, 41”. — ** Laufferi, 41”. — paradoxns, 41”. — tristis, 41'. Attiscurra Marqueti, 126. Attumbra Josephin«e, 126”. Axis maculatus, 104. Azutre, 133”. Azurita, 128”. Bacillus gallicus, 75”. Beeomyces iemadophilus, 201”. — placophyllus, 201”. — roseus, 201”. — rufus, 201'. Ballus rufipes, 99”. — variegatus, 99”. Barbula muralis, 61”. Baritina, 126”, 134”, 136', 199. Bathyscia Abeillei, 38”. — ** autumnalis, 37/. — ** Bolivari, 38”. — Bonvonuloiri, 38”. — cantabrica, 37/. — * fugitiva, 37". — Perezi, 37”. — Piochardi, 38. — ** Sharpi, 37/. Bellis perennis, 71”, Bembidion * laterale, 205”. Bianor sp.?, 99”. Biscutella aurienlata, 111%, — levigata, 111. Blatta germanica, 75”. Blechnum spicant, 108”. Blenda, 134”, 137”. Blennocampa assimilis, 29”. Bombus, 1667. — agrorum, 154”. — terrestris, 154”, Borboroccetes hidalgoi, 219, — quixensis, 219. Bournonita, 129”, 135”, 137”. Boussingaultia basselloides, 64”. Brachicephalus, 382. Brachyurus rubicundus, 215. Brassica fruticulosa, 111”, — napus, 111'. — Valentina, 111”. Broussonetia papyrifera, 64”. Brunnea cincticollis, 141. — **X Vrazi, 141". Bucephalophora aculeata, 80”. Buellia alboatra, 185". Búfalo, 106. Bufo acutirostris, 385. — aqua, 399. — calamita, 387. — chilensis, 387, — mauritanicns, 387. — naricus, 385. — nasutus, 385. — proboscideus, 385. — viridis, 387. — vulgaris, 387. Bulliarda Vaillantii, 143”. Bunium longistylum, 196”. Bupleurum minimum, 114”, — Odontites, 114". — oOpacum, 114”. — semicompositum, 113”. — tenuissimum, 114". Butbus europeeus, 90, 215”, 217”. Bythinia, 193, Caguang, 103. Calamina, 129". Calamintha Acinos, 103". Calamites, 70”. 241 ¿ÍNDICE ALFABÉTICO. Calcita, 148', 190”, 211”. Calcopirita, 125', 136”. Calcosina, 129”. Caliptocephalus, 382. Caliza, 148”. — carbonífera, 132”. — carbonosa, 91'. — de montaña, 129”. — dolomítica, 192,211”. — magnesiana, 184, 185. — margosa, 190. — siliciosa, 185, 189, 190, 191. Calliethera scenica, 99”. Callilepis exornata, 98”, Callithrix cuprea, 215. Caloplaca cerina, 183”. — erythrocarpa, 182”. — ferruginea, 183”. Caloptenopsis calcaratus, 36/, — macracanthus, 36'. Caloptenus italicus, 45”, 76/. — pedarius, 35”. Calycium hyperellun,, 182”. — populneum, 182”. — roscidum, 182”, — trachelynum, 182”. — trichiale, 182”. Campanula decumbens, 197”. Camponotus cruentatus, 153”. Capparis spinosa, 110”. Capsella Bursa-pastoris, 70', 110”. Cardamine hirsuta, 112”. Carex flava, 180". — ** ovata, 179”. — ** pungens, 179'. Carnero de Chile, 221. Carñiolas, 185 y siguientes. Casinaria ** carinata, 172”. — orbitalis, 172”. Cassia marilandica,.144'. Castanea vulgaris, 93”. Catops * aftinis, 123”. — cCoracinus, 123”. Catops fuscus, 123”. — nigricans, 123", — pallidus, 123", — quadraticollis, 125”. Catopsimorphus Rougeti, 126”, Cebus Azaree, 215, Celosia cristata, 79”. Celtis australis, 63. Centaurea aspera, 198", — aspera X maritima, 198). — cruenta, 128". — Debeauxii, 71'. — Jacobi, 198”. — maritima, 198'. — Seridis, 198". Centrocoris spiniger, 206”. — * subinermis, 206”. — variegatus, 206, Centrolene geckoideunm, 218. Cephus Antigee, 30". — Frugi, 30”. — tabidus, 30”. Cerastium Biebersteini, 159". — perfoliatum, 159”. — viscosum, 159”. — vulgatum, 159”. ** Cerathyla, 399. — ** Braconnieri, 219, 407. — ** bubalus, 219, 402. — ** palmarum, 219, 404. — ** proboscidea, 219, 399. Ceratina cyanea, 154”. Ceratodon purpureus, 61”. Ceratophrys, 382. — leyboldii, 218, Ceratophyllum demersunm, 63". Cerceris Rybyensis, 153”. Cercis siliquastrum, 144”. Cerithium, 190. Cerusita, 136”, 190”. Cervus, 42”. — elaphus, 224. Cestodiscus pulchellus, 32”. ÍNDICE Ceterach hispanicum, 71”. — officinarum, 62. Cetraria aculeata, 186', 220”. — crassicornis, 60”. — cucullata, 185”. — islandica, 185”, 220”. ATI ts 1865220: Cheilanthes odora, 62”. Cheiranthus Cheiri, 111/. Chelifer hispanus, 99”. — lampropsalis, 99”. Chenopodium album, 64". — ambrosioides, 64". — Bonus-Henricus, 64”. — murale, 64". — opulifolium, 64”. — vulvaria, 64'. Chiracanthium pelasgicum, 99”. — striolatum, 99”. Chirotherium, 203. Chondrites, 189. Chorlo blanco, 174”. Chrysis semicincta, 214”. Chrysothrix sciurea, 215. Cicer arietinum, 157”. Cinabrio, 127”, 134”. Cirsium flavispina, 45”. Cisne de cuello negro, 221. Cistus albidus, 109”. -— Crispus, 110”. — salvisefolius, 110”. Citrus aurantium, 95”. — bergamia, 95”. — limoniun, 95”. — medica, 95/. — vulgaris, 95”. Cladonia alcicornis, 60”, 200”. — cespititia, 201'. — cornucopioides, 200”. — deformis, 200”. — degenerans, 200”. — delicata, 201”. — endiviefolia, 60”, 200', 220”. ALFABÉTICO. 245 Cladonia furcata, 200”, 220”. — gracilis, 200”. --- macilenta, 200”, — ochrochlora, 201”. — papillaris, 201”. — pyxidata, 200', 220”, — rangiterina, 200”. — squamosa, 201”, — uncialis, 200”. — verticillata, 200”. Cleome violacea, 110”. Clorita, 149”. Clubiova neglecta, 99”. Cobaltina, 135”. Cobre, 131', 134". Cochlearia Armoracia, 110”. Collema crispum, 182”. Colotes flavocinctus, 41”. — ** hispanus, 41'. — Uhagoni, 41”. Conejo, 50” y siguientes. Conocephalus nitidulus, 78. Conopodium brachicarpunm, 196. — capillifolium, 196. — denudatum, 196”, — ramosunm, 196/, Conringia orientalis, 119”, Corchorus japonicus, 166. Cornicina Leeflingii, 155. Coronilla glauca, 155”. — scorpioides, 155”. Corrigiola telephiifolia, 80”. Corylus Avellana, 93”. Corynephorus, 83". Cristal de roca, 176”. Crocisa scutellaris, 154”. Crozophora tinctoria, 95/. Cryptus atripedem, 168. — ** Bolivari, 168'. - — divisorius, 168”, — ** Gogorze, 168'. — moschatori, 168. — viduatorius, 168'. 246 ÍNDICE ALFABÉTICO. Cryptus ** Ctenopimpla, 170”. Cuarcita, 134”, 135”, Cuarzo, 129”, 134”, 137), 148' y si- guientes, 190”, 212”. Cuphea Jorullensis, 143”. Cyclostoma elegans, 72”. Cynoglossum valentinum, 199”. Cynopithecus niger, 104. Cyphona furcata, 29”. Cypris, 190. Cyrba algerina, 99”. Cyrtograptus Murchisoni, 172”, Cyrtoxiphus, 73”. Cystignathus, 399. Damasonium Bourgei, 83. — stellatum, 83”. Daphne gnidium, 80”. Dendrophryniscus brevipollicatus, 219. Diabasa, 149”. Dianthus plumarins, 159”. — superbus, 71'. Dicranum scoparium, 61”. Dictyna flavescens, 98. — $p.? 98. Diplotaxis Barrelieri, 68", — catholica, 111”. — erucoides, 111”. — siifolia, 68”, 111% — virgata, 111”. Discothera, 145". Dolerus «eneus, 29”. — etruscus, 29”, — niger, 29”. — pratensis, 29”, Dolomia, 186, 193, 137”. Dolomita, 190”, 211”. Dorcadion, 48”, 150". — ** Bolivari, 107”. —- Martinezi, 107”. Dorycnopsis Gerardi, 157”. Drassodes dalmatensis, 98”. — fugax, 98”. Dysdera punctulata, 98. Echium angustifolium, 85”. — Argente, 86/. — Carneunm, 85”. — creticum, 86'. — flavum, 85. — Fontanesii, 85”. — hispanicum, 86, — Lagascz, 86". — paniculatum, 86”. — plantaginoides, 86'. — pustulatum, 86”, — vulgare, 86”. — Wierzbickii, 86”. Ectobius lividus, 75. Edalorhina Perezii, 218. Elefante, 109. Elis villosa, 214". Ellampus auratus, 214”. Enallaster, 178”. Encalipta, 71”. Encina, 220”, 221". Endocarpon dilutius, 204”. — fluviatile, 204”. — miniatum, 204”. Engystomops Petersii, 219. — stentor, 219. Enoplognatha mandibularis, 98”. — 4-punctata, 98”. Enyo elegans, 98”. Epacromia strepens, 75”, — thalassina, 76”. Ephippigera agarena, 78'. Epidota, 190”. Equisetum hyemale, 62'. — limosum, 62, — ramosum, 62”. Eresus imperialis, 98'. Ergane jucunda, 99”. Erodium botrys, 158”, — Cavanillesii, 158. — cicutarium, 158. — malacoides, 158'. ÍNDICE ALFABÉTICO. 217 Erodium moschatum, 158”. — primulaceum, 1587, — Salzmanni, 158”. Eruca longirostris, 111”. — sativa, 111”. — vesicaria, 111”. Erucastrum incanum, SY”, 111”. Erythreea gypsicola, S7', — linariifolia, 87”. — major, 87'. — triphylla, 87”. Escorpión, 215'. Esmaltina, 135”. Estibina, 134'. Eucera chrysopyga, 154'. Eudyanthe Ceeli-rosa, 160”. Eugester spinulosus, 77”. Eumenes arbustorum, 153”. — pomiformis, 153". Eumenymus Vaucherianus, 78”. Eunapius maroccanus, 76'. Euodia Janischi, 32”. Euphorbia characias, 94”. — esula, 94”. — exigua, 95. — helioscopia, 94”. — medicaginea, 95”. — peplus, 94'. — pubescens, 70”, 94”. — segetalis, 95". — serrata, 94'. — Terracina, 94”. Euprepocnemis plorans, 77”. Euryopis acuminata, 98”. Euryphymus ferruginosus, 35”. — *X* sinuosus, 35. — ** tuberculatus, 35”. uscorpius carphaticus, 218”. — Fanzagoi, 218”. — flavicaudis, 218", Evernia furfuracea, 186, 220", — Prunastri, 60', 186”, 220”. Evonymus europeus, 94”. Faba vulgaris, 155". Feldespato, 128”, 174”, 192, Felis minuta, 104. Filistata insidiatrix, 98”. Fluorita, 128', 129”. Fonus Esembecki, 214". Forficula auricularia, 75". — pubescens, 75". Freislebenita, 129”, 130”, 136". Fumana glutinosa, 110”. — hispidula, 104”. — hybrida, 104”. -— juniperina, 104”. — viscida, 104”, Fumaria agraria, 112”. — capreolata, 112”. — densiflora, 112”. — hygrometrica, 61". — macrosepala, 112”. — ofticinalis, 112”. — parviflora, 112”. Galenan 121.128 131, 1360173, 190”. Galeopithecus, 103. Galium corsicum, 85”. — Idubedez, 85'. — Jordani. 84”. — leve, 84". — Mediterraneunm, 85”, — scabridum, 84”. — Soleirolii, 85”. — sylvestre, 84". — Timeroyi, 84”. — Valentinum, 85”. Gato—tigre, 103. Genista hirsuta, 155”. Geomantis, 145”. Geophagus, 220. Geotrupes, 71”. Gephyria gigantea, 32”. — incurvata, 32'. Geranium dissectum, 158”. — molle, 158", 248 ÍNDICE ALFABÉTICO. Geranium sylvaticum, 71”. Geum albarracinense, 106/. — hispidum, 106/. — molle, 106. — montanunm, 85”. — pyrenaicum, 85”. — sylvaticum, 85”. Glauconita, 173”. Gleditschia triacanthos, 144”. Glinus lotoides, 94”. Gluvia dorsalis, 99”. Glyceria distans, CS”. — tenuifolia, 68. Glycyrrhiza glabra, 157”. Gneis, 129”, 134', 136”, 188”. Gossypium herbaceum, 95”. Grafito, 133”. Granate, 128”. Granito, 129', 188'. Graphis elegans, 185”. — scripta, 185”. Grauwackas, 148”. Grimmia, 71”. Griimsteintu/f, 148". Gryllomorpha longicauda, 77”. , Gryllotalpa vulgaris, 77”. Gryllus algericus, 77/. — burdigalensis, 77”. — desertus, 77”. — domesticus, 77”. Gyrophora cylindrica, 204”, 220”. — hirsuta, 203', 220", — murina, 220'. — polyphylla, 220”. — polyrrhiza, 204”. — spodochroa, 204', 220". Halictus interruptus, 153”. — leucozonius, 153”. — malachurus, 153”. — 4-strigatus, 153”. — scabios:e, 153”. — seladonius, 153”. — subhirtus, 153". Haloisita, 134”. Hambato, 398. Haplophyllum hispanicum, 144”. Haya, 219', 220". Hedychridium sculpturatum, 214”. Hedysarum spinosissimum, 155”. Helianthemum asperum, 89”. —- hirtum, 89”, 110”. — intermedium, 110”. — ledifolium, 110”. — pilosum, 89”. — polifolium, 89. — scariosum, 89". — vulgare, 110”. Helianthus tuberosus, 166. Heliophanes lineiventris, 99”. — 8p.?, 99". Helix adspersa, 72”. — barbula, 72”. Helleborus viridis, 71”. Hematites, 129”, 190', 191”. Hemichroa rufa, 29”. * Hemiphractus, 220, 395. — fasciatus, 380. — * seutatus, 395. Hemiteles, 167”. Herlseeus hirsutus, 99”. Herniaria hirsuta, 80”, — polyonoides, 80”. Hersiliola maculata, 98. Heteroteenia thalictrifolia, 196'. Hibiscus Rosa-sinensis, 95”. — syriacus, 95”, Hieracium anchusoides, 87”. — collinum, 87”. — echioides, 87”. — preealtum, 87”. — pseudo-hybridum, SA Hierodula bioculata, 75”. Hierro, 149”. — titanado, 128”. Hilyxalus bocagei, 218. — fuliginosus, 218. INDICE ALFABÉTICO. Hippocrepis ciliata, 155”. — multisiliquosa, 155”. Homaloblemmus Olcesei, 77”. Homalopterix ** intermedia, 137. — macassariensis, 137”. — major, 138”. — Pelewensis, 138”. Homophyllum, 108, — ** blechniforme, 108”. Huanaco, 221. Huito, 210. Hulla, 136', 148”, 178". Hyalodiscus radiatus, 32”. XK — subtilis, 32”. Hyctia Canestrinii, 99”. Hyla, 382. — reticulata, 219. Hylobates, 214. Hylodes cornutus, 218. — diadematus, 218. galdii, 218. lacrimosus, 218. — martinicensis, 219. — philippi, 218. rubicundus, 218. verrucosus, 218, Hylotoma melanochroa, 29”. — rosarum, 29”. Hypecoum procumbens, 112”. Hypericum quadrangulum, 96”. — perforatun:, 96”. Hypnunm, 71”. Iberis amara, 111. — pectinata, 11)”. — pinnata, 111”. — Raynevalii, 116”. Icius striatus, 99”. Inula Asteriscus, 88”. — britanica, 88”. — Casaviellze, 88”. — dubia, 88'. — hispanica, 88. — lutescens, 88". ! 249 Inula montana, 88". — oculus-Ohristi, 88”. Tonopsidium acaule, 69”. Iris oratoria, 75”. Isatis tinctoria, 111”. Jasione foliosa, 90”. — nummulariefolia, 90”. — perennis, 71”. Jaspe, 199. Juglans regia, 93”. Juniperus communis, 105”, 220”. Lobelli, 104”. macrocarpa, 104”. — oxycedrus, 104”, — pheenicea, 105”, Sabina, 106. thurifera, 306”. ** Kheilia, 138”. e sy A ; S aQ! — ** arrogans, 139". Kochia scoparia, 64/. Kohlrauschia prolifera, 159”. Labia minor, 75”. Labidura Dufouri, 74”. — riparia, 74'. Leflingia hispanica, 159”. Lagothrix infumatus, 215. — lagotricha, 215. Lathyrus angulatus, 156”. — annuus, 156". cicera, 156". erectus, 156'. — ochrus, 156. — sativus, 156”. Lavatera cretica, 95”. — trimestris, 95”. Lecanora albella, 183”, 221”. — angulosa, 183". atra, 183', 222. calcarea, 60”, 183”. conferta, 60". fruticulosa, 183”. glaucoma, 183”. Morngestioides, 222, 250 ÍNDICE ALFABÉTICO. Lecanora Parella, 183”. — subfusca, 59”, 183", 221'. — sulphurea, 221'. — variabilis, 222”. — verrucosa, 183". Lecidea contigua, 185". — decipiens, 60', 185”. — eleochroma, 185”, 222”. —— farinosa, 185”. — geographica, 185”, 222”. — leptocline, 222, — lurida, 185. — myriocarpa, 185". — pachycarpa, 185". — parasema, 185". — petreea, 185, 222”, — plicata, 185". — rivulosa, 185”. — vernalis, 185". Lepidinm draba, 111”. Lepidodendron, 70”. Lepraria sp.? 59". Leptodactylus labrosus, 219. Leptogium tremelloides, 182”. Leptorchestes Perezi, 99”. Leptynia hispanica, 44”. Leucoxeno, 128”, Lichina pygmeca, 182”. Licoperdon caelatun,, 71”. — pratense, 71'. Liebre de las Pampas, 221. Lignito, 203, 92', 178". Limnea palustris, 193”. Limonita, 149”, 191”. Linum angustifolium, 155”. — Campanulatum, 158". — ** denudatum, 180". — gallicum, 158". - maritimum, 158". - setaceum, 158”. strictum, 158. — tenue, 158. Linyphia clatbrata, 98”. Linyphia pusilla, 98. Liogryllus bimaculatus, 77”. Liradiscus sp.?, 32”. Lissoblemmus praticola, 77”. Lithyphantes corallatus, 98”. — Paykullianus, 98”. Lobaspis inflata, 141". — ** multispinosa, 141”. — *X*X strigatipes, 140”. Loboptera decipiens, 75". — maroccana, 75”. — minor, 75". Locusta Vaucheriana, 78”. Lotus, 71'. — angustissimus, 156". — corniculatus, 156”. — tenuifolius, 156. Loxosceles rufescens, 98”. Lunularia vulgaris, 61”. Lupinus angustifolius, 155”. — hirsutus, 155'. — hispanicus, 155”. -— luteus, 155". Lychnis chalcedonica, 160”, — coronaria, 160". Lycopsis vesicaria, 115". Lycosa albovittata, 99”. — Cinerea, 99'. — fusciiventris, 99”. — personata, 99”. — villica, 99”. Lythrum acutangulum, 143”. — hyssopifolia, 143”. — salicaria, 143. — thymifolia, 143”. Macacus, 105. Macana-hambato, 404. Macrophya albicincta, 29”. — blanda, 29”. — crassula, 29”. — 12-punctata, 29”. — neglecta, 29”. — punctum-album, 29”. INDICE ALFABÉTICO. Magnesita, 211'. Magnetita, 128”, 149”, 190”. Malaquita, 128”, 129”, 131". Malcomia lacera, 112”. — maritima, 111”. — parviflora, 112”, Malope trifida, 95”. Malva a!theeoides, 95". — hispanica, 95”, — nic:ensis, 95 . — parviflora, 95. — sylvestris, 95”. — vulgaris, 95". Mangora acalypha, 98". Manis, 103. — javanica, 104”. Mantis religiosa, 75”. Manturón, 103. Marchantia polymorpla, 61”. Marga, 189, 133', 213". Mathiola nana, 111”. Mecopoda cyrtoscelis, 140”. — ** superba, 139. Medicago Gerardii, 156. — hispida, 156. — lupulina, 156”. — obscura, 156'. — orbicularis, 156. Megachile argentata, 154". — circumcincta, 154”. Melandrium macrocarpunm, 160”. Melanophora sp.?, 98'. Melia Azederach, 157. Melilotus alba, 156”. — parviflora, 156. - sulcata, 156”. Menemerus semilimbatus, 99”. Mercurialis annua, 95”. —- tomentosa, 95”. Mesembryanthemum cristallinum, 94”. Mesiotelus tenuissimus, 99. Mica, 148', 149', 192. Micacita, 188”, 189”, 191', 211”. Micrometra subtilis, 99”. Micrommata virescens, 99”. Midas cedipus, 215. — Graellsi, 215. — lagonotus, 215. Mispiquel, 138". Misumena vatia, 99”. Mnium undulatum, 61”. Meeringia pentandra, 159”. Monograptus colonus, 172”. — Riccartonensis, 173”. Montia minor, 160”. Moronita, 32”. Morus alba, 64". — nigra, 64". Musa, 227. Mydaus, 103. Myosotis, 71. Narcissus major, 86”. — moschatus, 86. Nargus brunneus, 126”. — velox, 126. Nasturtium officinale, 112”. Nezxta membrosa, 99. Nematus puncticeps, 29”. — varus, 29". Nemesia Dorthesi, 98”. Nephromium leevigatum, 204”. Nicolita, 129”, 131". Nomada transitoria, 154”. Nonnea alba, 115”. — micrantha, 115". — nigricans, 115”. — vesicaria, 115". — violacea, 115". Nothocleena vellea, 62”. Nototrema testudineum, 219. Nyctipithecus trivirgatus, 215. Odontura aspericauda, 45”. (KEcantbus pellucens, 77". Edaleus nigrofasciatus, 44', 16”. (Edipoda ccerulescens, 76'. w 252 ÍNDICE ALFABÉTICO. (Edipoda fusco-cincta, 44”. — gratiosa, 76'. Oligisto, 149”. Olivo, 144”. Oncocephalus * gularis, 206. Ononis biflora, 155". — minutissima, 155. — Natrix, 155”. — ramosissima, 155.. — Reuteri, 197”. — viscosa, 155”. Onopordon Acanthium, 45”. — neryosum, 45". Opegrapha atra, 185, Ornithopus ebracteatus, 155”. Oropimente, 128”, 134”. Osyris alba, 80”. Othius lapidicola, 84”. — *»* Reitteri, 83”. — stenocephalus, 84”. Otilophus margaritifer, 382, 384. Oxalis cernua, 158. — corniculata, 158'. — speciosa, 158”. — violacea, 158”. Oxycoryphus compressicornis, 75”. Oxyopes globifer, 99”. — heterophthalmus, 99”. — lineatus, 99”. Oxyptila albimana, 99”. — Bufo, 99”. — s8p.?, 99”. Oxyrhinchus Isernii, 387. Oxystethus ** geniculatus, 142. Pachygnatha Degeeri, 99. Pachytylus danicus, 44', 76. Peeonia Broteri, 87. — corallina, 87'. — coriacea, 87”. — Russi, 87”. Palpimanus gibbulus, 98”. Pamphagus expansus, 76/'. — hespericus, 76. Pamphagus monticola, 44”. Panesthia ** Kheili, 138". — serratissima, 138”. Paniscus ** nigricans, 171'. Pannaria plumbea, 184”. — rubiginosa, 184”. Pantot, 103. Panurgus cephalotes, 154'. — dentipes, 154”. — lobatus, 154”. — Sp. nov.?, 154”. Papaver hybridum, 112”. — Rheas, 112, — setigerum, 112”, — somniferum, 112”. Paranaupheta * rufipes, 138". Pardosa proxima, 99”. Parietaria diffusa, 64”. Parmelia Acetabulum, 202”. — aspera, 202”. — Borreri, 202”, — caperata, 202”, 221". — centrifuga, 221”. — compressa, 60”. — conspersa, 202', 221”, — levigata, 221”. — lusitana, 202”. — olivacea, 202”, — omphalodes, 201”, 221”. — perlata, 201”, 221”. — physodes, 201', 221". — prolixa, 60”, 202”, 221”. — saxatilis, 201”, 221”. — scortea, 202”. — sinuosa, 201”. — stygia, 202”, 221". — subconspersa, 202”. — sulcata, 201”. — tiliacea, 60”, 201', 221", Paronychia argentea, 80”. — capitata, SO”. — polygonifolia, 80”. Passiflora ccerulea, 109”. ÍNDICE ALFABÉTICO. 238 Patella, 44”, Pecopteris, 70', 149”. Pelargonium inquinans, 158”. — odoratissimunm, 158". — peltatum, 158”. — zonale, 158". Pellenes semiater, 99”. Pelobates, 382, Pelodrya, 389. Pelop:eus pensilis, 153”. Peltigera aphtosa, 204”, 220". — canina, 204”, 220”, — horizontalis, 204”, 220”. — malacea, 204”. — polydactila, 204”. — rufescens, 204”, — spuria, 204”. — venosa, 204”. Perilissus * sericeus, 169”. ** Peripolus, 36". Perro, 52' y siguientes. Pertusaria coccodes, 184”. — communis, 184”, — sorediata, 60”. — Wulfenii, 184”. Petrocoptis Lagascee, 197”. ** Pardoi, 196'. — pyrenaica, 197”. Phaneroptera nana, 78'. — quadripunctata, 78'. Phaseolus Caracalla, 156”. — vulgaris, 156”. Phil:eus chrysops, 99”. Philantus apivorus, 214”. Philodromus debilis, 99”. — rufus, 99”. Phlegra Brernieri, 99”. — sierrana, 29”. Phlyctis argena, 184”. Phyllodromus pulchellus, 218. Phyllomedusa, 389. Physanthyllis tetraphylla, 157”. Physcia adscendens, 202”. Physcia Aquila, 202”. — cesia, 203”, 221”. — ciliaris, 202”. — flavicans, 203". — leucomela, 203/. — obscura, 203”. — parietina, 61”, 203”, — Pityrea, 202”. —- pulverulenta, 202”, 221. — stellaris, 60”, 202”, 221. Phytccia, 150”. Phytolacca decandra, 79”. Phytoptus, 144”. Picris aspera, 199”. — integrifolia, 199”. — rivularis, 198”. — spinulosa, 199”. — Sprengeriana, 199”. — stricta, 199". Pilandoc, 103. Pimpla ** Perezi, 170". — roboratoris, 170”. — ruficollis, 170”. Pino, 224”. Pinus, 26”. Pircunia dioica, 79”. Pirita, 92, 127", 135”, 175', 189”. Piroxeno, 149”. Pirrotita, 1357, 136187. Pistacia lentiscus, 157”. — terebinthus, 157". Pistorinia hispanica, 143”. Pisum sativum, 157”. Pithecia monachus, 215. Pizarra, 199, 131”, 133', 173', 189”, 2 — arcillosa, 148'. — micácea, 191”. Placenticeras Uhligi, 178”. Placodium callopismunm, 60”, 184”. — candicans, 184”. — canescens, 184”. — chlorophanunm, 184”, 221”. 251 ÍNDICE ALFABÉTICO. Placodium circinatum, 184”, 221”. — elegans, 221”. — fulgens, 60”, 184”. — granulosum, 184”. — murorum, 184”. Plagioclasa, 149”. Planorbis, 190. — sulphureus, 133”. — umbilicatus, 193. Plantago acanthophylla, S9”. — Broteri, 89”. — Loflingii, 106'. — Loscosii, 89”. — persiana, 106'. — serpentina, 89”. — serraria, 89”. Plati, 131” 1347 Platanus orientaliz, 63”. Platyblemmus barbarus, 77”. — Caliendrunm, 77”. Platycapnos spicatus, 112”. Platycleis decorata, 78”. — intermedia, 45', 78”. Platyphyma Giornee, 45”, 76”. Platisma glaucum, 220”. ** Plegmapterus, 35". Pletodon, 221]. Plomo, 130". Poinciana Giliesii, 144”. Polistes gallica, 153”. Polyblastus ** bicingulatus, 16”. — pratensis, 169”. — propinquus, 169”. Polycarpon tetraphyllum, 159”. Polygala Monspeliaca, 157”. — rosea, 157”. — vulgaris, 71'. Polygonum aviculare, 79”. — convolvulus, 80”. — hydropiper, 80”. — persicaria, 80”. Polyphaga eegyptiaca, 75”. Polypodium vulgare, 71”. Polyporus versicolor, 71”. Polytrichum commune, 61', 71”. Populus alba, 63”. Pórfidos, 129". Portulaca oleracea, 160”. Potentilla supina, 67”. Pottia minutula, 61'. Primula vulgaris, 71'. Prosopis hyalinata, 153”. Prostbesima «senea, 98. — latipes, 98”. Psammitas, 147”, 149”. Pseudocommis vitis, 78'. Psoralea bituminosa, 156”. Pteris aquilina, 62”, 71”. Ptomaphagus sericatus, 123”. Puerco espín, 103. Pycnogaster cucullata, 77/'. — Finoti, 77. Pyrgomorpha agarena, 76”. — grylloides, 76'. Pyxicephalus, 382. Quercus ballota, 93”. — coccifera, 93”. — ilex, 93”. — pedunculata, 93”, — guber, 93". Ramalina calicaris, 186”, 220”. — ¡ollinaria, 186”. — subfarinacea, 186”. Ramburia hispanica, 75”. Rana scutata, 319. Ranunculus, 71'. Raphanus maritimus, 111”. — Raphanistrum, 111”. — sativus, 111'. Rapistrum Linneanum, 110”. — rugosum, 110”, Reseda alba, 116. — bipinnata, 116”. — fructiculosa, 116'* — lutea, 110”. — luteola, 110". ÍNDICE ALFABÉTICO. 25 Reseda odorata, 110”. — Phyteuma, 110”. — undata, 116. Resina fósil, 91”. Rhacocleis neglecta, 78”. Rhamnus lycioides, 94”. — oleoides, 94”. Rhinoderma Darwini, 219. Rhogogastera picta, 29”. Ricassolia glomulifera, 203”. — herbacea, 203”. Ricinus communis, 95”. Rinoceronte, 109. Robinia hispidia, 157”. — pseudo-acacia, 157”. Roccella fuciformis, 186”. — tinctoria, 186". Roque, 225. Roubieva multifida, 64”. Rumex acetosa, S0”. — acetosella, 80”. — crispus, 80”. — polygamus, 80”. — scutatus, 80”. — tingitanus, 80”. Runcinia lateralis, 99”. Ruta graveolens, 144”. — montana, 144”. Sagina densa, 86'. — fasciculata, 86”. — maritima, 86”. — Nuriensis, €6'. Salicornia arabica, 64”. — fruticosa, 64”. Salix alba, 63'. — fragilis, 63”. Salsola Kali, 64”. Samarda, 225. Saponaria officinalis, 159”. — vaccaria, 159". Saropoda bimaculata, 154”, Schclstein, 148”. Schinus molle, 157”. Schiosia, 178”. Sciodrepa Watsoni, 125. Scolopendrium officinale, 62, 71”. Scorpiurus muricata, 155”. — sulcata, 155”. — subvillosa, 155”. — vermiculata, 155”. Scorzonera angustifolia, 197”, 198”. — graminifolia, 198”. Scutellaria granatensis, 197”. Seytodes biannuleta, 98. — thoracica, 98”. Sedum album, 143”. — altissimum, 143”. — pruinatum, 143. Segestria florentina, 98'. Selandria serva, 29”. Selenita, 191”. Sempervivum sedifolium, 143”. Senebiera coronopus, 116”. — didyma, 110". Senecio erythrophyllus, 45”. — gallicus, 45. — vulgaris, 45”, 71”. Serratula Alcalze, 85”. — beetica, 85”. — Barrelieri, 85”. — Monardi, 85". — pinnatifida, 85”. Sherardia arvensis, 71”. Siderita, 129', 135”, 137”. Sigillaria, 70”, 149". Silene cerastoides, 159”. — colorata, 160”. — gallica, 159”. — hirsuta, 160”. — inaperta, 160". — inflata, 159”. — mellifera, 88', — Nevadensis, 88”. — nocturna, 160”, — rubella, 160”. Silicato de hierro, 173”. 256 ÍNDICE ALFABÉTICO. Silpha, 71". Sinapis alba, 111”. — arvensis, 111”. — Schkubriana? 111”. Sisymbrium, 71”. — bellidifolium, 89”. — Columnee, 87”. — contortum, 89”. — Trio, 112”. -— matritense, 89”. — officinale, 112”. — pannonicum, 87”. — subhastatum, 87”. Smithsonita, 190”. Solorina crocea, 204”, 220”. — saccata, 204”. Sparasus Argelasii, 99”. Spariium junceunm, 155, Spergularia diandra, 159". — media, 159”. — rubra, 159". — salina, 159”. Spheenoptera, 151”. ! Spheerophoron compressum, 182”, — coralloides, 219”. — fragile, 182". Sphecodes africanus, 153”. — hispanicus, 153”. Sphex maxillosa, 153. Sphingonotus ccerulans, 76'. Spinacia oleracea, 64”. Squamaria concolor, 221”. — crassa, 60', 183', 221”. — gypsacea, 183”. — lentigera, 60”, 183”. — oreina, 183”. — saxicola, 183”, 221'. — subcircinata, 183". Stachys aragonensis, 45”. — nitens, 90”. — recta, 90”. — stenophylla, 90”. Statice densiflora, 199”. Statice Dianize, 199”, — maroccanus, 44”, 75”. — virgata, 199”. Stauronotus Genei, 75. Stellaria graminea, 159”. — media, 71', 159”. Stenobothrus Bolivari, 44”. — parallelus, 44”. — pulvinatus, 44”, 75”. Stereocaulon corallinum, 201”. — paschale, 201”. Sticta aurata, 203”. — pulmonacea, 203”. — scrobiculata, 203” 221". — sylvatica, 203”. Stictina Dufourei, 203”. — fuliginosa, 203”. — limbata, 203". Stictodiscus Grunowi, 32”. — Jolhnsonianus, 32”, Stipa Fontanesii, 68. — juncea, 68”. Storena (Selamia) reticulata, 98”. Strongylogaster multifasciatus, 29”. Stylopyga orientalis. Suzeda altissima, 64”. Succino, 92”. Sulfuro de bario, 93”. — de calcio, 92”. — de estroncio, 93”. — de plata, 173". — de zinc, 93”. Synsema globosa, 99”. Synageles venator, 99”. Tamarao, 103. Tamarix gallica, 143”. Tapir, 109. Taraxacum Dens-leonis, 7,1”. Targionia hypophylla, 61”. Tato, 103. Tatuejo, 221. Tegenaria cisticola, 99. — domestica, 99". .ÍNDICE Tenthredo Coryli, 29”. -- lachlaniana, 29”. Tenthredopsis Coqueberti, 29”. Tetraedrita, 129”, 130", Tetragnatha extensa, 99”. Tetragonolobus purpureus, 156. — siliquosus, 156”. Tettix Ceperoi, 77”. — Nobrei, 777. Teucrium floccosum, 115. — gnaphalodes, 45”: Libanotis, 115”. Polium, 45”. pumilum, 115. Teutana grossa, 98”. — triangulosa, 98”. Textrix coarctata, 99”. Thalpomena algeriana, 76”. Thanatus major, 99”. Theridion impressum, 98”. —- lineatum, 98'. — nigrovariegatum, 98”. — simile, 98”. — sisyphiunm, 98. — vyarians, 98”. Thlaspi arvense, 111”. — montanum, 111. Thomisus albus, 99”. — onustus, 99”. Thrincia, 71'. Thymeleea dioica, SO”. — elliptica, 45”. Thyreonotus corsicus, 78”. Thyroptera tricolor, 217. Tibellus macellus, 99”. — oblongiusculus, 99”. — propinquus, 99”. Tiphia femorata, 214”. Titaneeca preefica, 98”. Tmaros punctatissimus, 99”. Toba, 187, 190, 195. — diabásica, 148”. Tomostethus fuliginosus, 29”. ACTAS DE LA SOC, ESP. DE H. N.— DICIEMBRE, 1899, ALFABÉTICO. Trachicephalus, 382. Tragulus, 104. Tremella lutescens, 71/. Tremolita, 192%), Tribulus terrestris, 159”. — arvense, 71', 156”. Cherleri, 156”: clandestinum, 85”. — fragiferum, 155”. pratense, 71”, 156/. procumbens, 155". resupinatum, 155”. stellatum, 1557, subterraneum, 156/. tomentosum, 155”. — Willkommii, 85”. Trigonophrys, 382, Trochus, 44”. Tuberaria variabilis, 110”. Turba, 202. Ulex beeticus, 154”. — europ«eus, 71”. — parviflorus, 155". Ulmus campestris, 63”. Uloborus Walckeneerius, 98”, — pustulata, 203”, 220”, Umbilicus gaditanus, 143”. — pendulinus, 143”. Unio, 192. - ocellata, 60”, 184”. — scruposa, 60”, 184”. Urotropis platensis, 220. Urtica dioica, 63”. — membranacea, 64”. — pilulifera, 64”. — urens, 63”. Usnea barbata, 60”, 186”, 219”. Valerianella Morisonii, 71”. Verbascum Boerhavi, 89”. — bracteosum, 89”. 17) Trifolium angustifolium, 155”. Umbilicaria proboscidea, 203”. 19 -i Urceolaria actinostoma, 184', 222”. 258 Verbascum Chaixi, 89”. granatense, 90”, Hanseeleri, 90”. Nevadense, 90”. phlomoides, 90”. pulverulentum, 90”. sinuatum, 90”. thapsus, 89”. turolense, 89”. viminale, 89”. ÍNDICE ALFABÉTICO. Veronica hederefolia, 71”. — persica, 71”. Verrucaria muralis, 222. — rupestris, 61”. Vespa crabro, 152”. — germanica, 152”. — sylvestris, 153”, Vicia atropurpurca, 156”. Cracca, 156”. hybrida, 156”. lutea, 156”. sativa, 156". tenuifolia, 1567. varia, 156. Viola odorata, 70”. Viola Segobricensis, 199”. Viscum cruciatum, 80”, Vitis vinifera, 94”. Xanthoria parietina, 221”, Xiphidium «eethiopicum, 78'. Xylocopa violacea, 154”. Xysticus baleatus, 99”. — Caperatus, 99”. Delalandei, 99”. — erraticus, 99. — nubilus, 99”. robustus, 99”. Yeso, 190, 199, 192”. Zabrus, 150". Zebra, 224. Zeolita, 176”. Zircón, 190". Zizyphora acinoides, 103”. — aragonensis, 103”. — capitata, 103”. — hispanica, 103”, — taurica, 103”. Zizyphus vulgaris, 94”. Zodarion alacre, 98”. — stiliferum, 98'. ADVERTENCIA. Las Memorias del tomo vir, serie 1 (xxvn) de los Axa- LES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL se pu- blicaron, divididas en tres cuadernos, en las fechas si- guientes: Cuaderno 1.”, páginas 1-128, en 31 de Julio de 1898. Cuaderno 2.”, páginas 129-288, en 31 de Diciembre de 1898. Cuaderno 3.”, páginas 289-452, en 31 de Marzo de 1899. Las Actas de las sesiones se publicaron mensualmente, llevando cada pliego al pie la fecha de su aparición, y comprenden 259 páginas. Acompañan á este tomo una lámina en color y un re- trato de D. Marcos Jiménez de la Espada. Y a, v EY dido Se. 5 As - " - . E a » y A ñ y PET IIE e EIA , p Fa AY! nl j Py AN 3 1 144 de ¿Mi LAN TAN E] A ¿e | UY, WIUEL RI dia 0% 2x8 Ñ p ME TW ¡A TL As r . Pr. | ñ Í po Í 1 f: . Í . Ae 1 MIO nt. JT A í nm ] ? Í mE LA ) Y A E fl | IWS vo e NN 2 A) ly PAI "E ; p* ' ! A ll ' " yl PA vu Ol 0 s37) de : má MJ A Di j : ATP de ME 0 e | M TN 1] Jr AIld l 10 ki A) AL ; sl 1) cl ir A e Ho O A | "113 ¿Uy Y Mires ACUERDOS 1” LA SOCIEDAD TOMADOS EN LA SESIÓN DEL 2 DE DICIEZ[BRE DE 1896. Bajo el nombre de ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HisTO- RIA NATURAL se comprenden las Memorias y las Actas. Las Memorias seguirán publicándose como hasta aquí, dividi- das en tres cuadernos anuales. En ellas se insertarán los trabajos originales que arrojen más de seis páginas de impresión, acom- pañados ó no de láminas ó de grabados intercalados en el texto, y también los de menor extensión que la indicada si requiriesen una ó más láminas. Cuando los trabajos destinados á las Memorias hayan de ir acompañados de láminas ó de grabados intercalados, estará obli- gado el autor á entregar con el manuscrito dibujos definitivos, ejecutados con la perfección necesaria para que puedan ser repro- ducidos por la litografía, el grabado ó cualquiera de los procedi- mientos fotolitográficos hoy en uso; de lo contrario, correrán por cuenta del autor los gastos que ocasione el tener que recurrir previamente á un dibujante para el arreglo de la lámina. La Sociedad abonará el coste de los grabados que se hayan de intercalar en el texto, siempre que su número no fuese excesivo, y contribuirá con la mitad de los gastos á la ejecución de las lámi- nas cuya publicación haya sido acordada, siendo de cuenta de los autores el abono de la otra mitad. Compréudese aquí toda clase de gastos que ocasione la ejecución é impresión de los ejemplares que constituyen la tirada de la Sociedad, así como el importe del papel para los mismos. Los autores de los trabajos publicados en las Memorias recibi- rán 50 ejemplares de su trabajo libres de gastos, exceptuados los de encuadernación, sin variación alguna en el texto ni en las láminas: los que deseen mayor número de ejemplares, ó quisie- ren introducir en ellos variaciones, abonarán los gastos que éstas ocasionen con arreglo á las tarifas que la Sociedad publicará to- dos los años en las cubiertas de las Actas del mes de Enero. Los trabajos destinados á las Memorias, y cuya inclusión en ellas sea acordada por la Comisión de publicación, habrán de ser ori- ginales é inéditos, y aparecerán por orden de presentación den- tro de cada uno de los grupos geológico, botánico y zoológico. La Comisión de publicación podrá, sin embargo, por acuerda espe-. cial, alterar dicho orden y dar prelación á los trabajos que á su juicio la reclamen, y también disponer la inserción de otros cuyo conocimiento pueda: interesar á la Sociedad aun cuando estuvie- ren ya publicados. e Las Actas de las Sesiones se publicarán por pliegos mensuales y en el plazo más breve posible después de las sesiones corres- pondientes. Se exceptúan los meses de Julio y Agosto. en los que no sé celebrará sesión. : En ellas se incluirán los trabajos y noticias de poca extensión de que den cuenta Jos socios en las sesiones y que no requieran láminas, y también los extractos de las Memorias que presenten los autores con este objeto. La publicación de unos y otros habrá de ser acordada por la Comisión de publicación, Los manuscritos de estas notas, así como los clichés intercala= dos que requieran, habrán de quedar en poder del Secretario en la sesión en que se dé cuenta de ellos, pues de otro modo no serán incluídos en el act correspondiente. Los gastos de los clichés se=- rán reintegrados á los autores por la Sociedad con arreglo á los precios corrientes á que ésta acostumbra pagarlos. Se concede á los autores un máximum de seis páginas para cada comunicación que hicieren, contando en ellas las figuras que comprendan. La Sociedad no regala tiradas aparte de las notas publicadas en las Actas, pero los autores podrán obtener el número de ejem- plares que deseen del pliego ó pliegos en que aparezca su trabajo, abonando el papel y la tirada de ellos á razón de 2 pesetas por cada 50 ejemplares de un pliego (16 páginas). Los autores indicarán en los manuscritos que presenten á la Sociedad la cuantía y condiciones de la tirada aparte que deseen; de no hacerlo así, sólo recibirán los 50 ejemplares, sin levan= tar forma, que regala la Sociedad á los autores de los trabajos publicados en las Memorias. E En las tiradas aparte en que los autores introduzcan variacio= nes, no podrá dejar de consignarse que el trabajo ha sido publi- cado en los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA , NATURAL. MADRID.— IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29, O 3 2044 1