+ BETA LIBRARY OF THE NEW YORK BOTANICAL GARDE": NA 8) A / ZA E Y AI CA o DN O le ze . A AS on a ll al ANALES SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA LIBRARY j NEW YORK ANALES o GARDEN DE LA SOCIEDAD CIENT ARGENTINA MONESTON REDACTORA IORestdente.... ss Der CárLOS M. MORALES. SeGReiaTriO ....... Ingeniero MARCIAL R. DE CANDIOTI. D*r VALENTIN BALBIN. MOCOS iia alo Ingeniero MANUEL B. BaHiIa. Ingeniero CÁRLOS BUNGE. ONO ENASTEN Primer semestre de 41890 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS 680 — CALLE PERÚ — 680 LSO ON A Da a Y ina: EN Al Me mr DE AS 180 A A OA y rea el, ENUMERACIÓN SISTEMÁTICA Y SINONIMICA DE MMS E OR MECIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS POR EL Dr CARLOS BERG. Desde que permanezco en la República Argentina, diecisiete años hará en breve, junto con otra clase de estudios, abrigo el propósito de reunir el material necesario para la enumeración de las especies de ciertos órdenes y familias de insectos, á fin de difundir más y más el conocimiento de la fauna argentina. Con preferencia dirigí mi atención á los Lepidópteros, Hemípte- ros, Ortópteros y Formícidos, sin descuidar ciertamente los demás grupos. Sobre Lepidópteros publiqué numerosos trabajos, pero siempre postergando la enumeración faunística, por faltarme la determi- nación de muchas especies 6 el esclarecimiento de la sinonimia; trabajos que piden tiempo, material de comparación y bibliotecas especiales. De los Hemipteros dí ya la enumeración con un suplemento, que aparecieron en los años 1879 y 1884 (*). Los Ortópteros, en su mayor parte ya clasificados, esperan una revisión, que pienso hacer durante el año corriente. La enumeración sistemática y sinonímica de los Formícidos ar- gentinos forman el asunto del presente trabajo, con inclusión de las especies uruguayas y chilenas. Esta adición me ha parecido de (C) Hemiptera Argentina. Ensayo de una monografía de los Hemípteros Heterópteros y Homópteros de la República Argentina.— Anales de la Sociedad Cientifica Argentina. Tomos Y á IX, 1878-1880, y á parte, Buenos Aires, 1879. Addenda et Emendanda ad Hemiptera Argentina.—Anales de la Sociedad Científica Ar- gentina. Tomos XV á XVII, 1883-1831, y á parte, Buenos Aires, 1831. 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sumo interés científico y faunístico. Sobre las hormigas dela Repú- blica Oriental del Uruguay, nada se ha escrito, y los Formícidos de Chile, publicados por SpíxoLa en la obra de Gay ($), en todo sólo siete especies, necesitan correcciones sistemáticas y sinonímicas y el aumento de muchas especies posteriormente observadas. En cuanto al interés faunístico, no se oculta la importancia que tiene el conocimiento de la fauna de los países limítrofes: la República Argentina mejor explorada dará á conocer especies de aquéllos, demostrando semejanzas faunísticas, á lo menos en regiones de homogeneidad topográfica y florística. Así, en Patagonia yen la parte oriental de la Cordillera de los Andes, se hallarán especies chilenas aún no observadas en la República Argentina, y especies uruguayas, en Entre-Ríos y Corrientes. Mi actual enumeración da para la República Argentina 58 espe- cies, para la Oriental del Uruguay 29 y para la de Chile 23. Las Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay tienen de común 25 especies, Argentina y Chile 9, Uruguay y Chile 5, y Argentina, Chi- le y Uruguay +. En la República Argentina se encuentran 29 espe- cies hasta hoy nunca observadas ni en Chile ni en el Uruguay, pero sí, 19 en el Brasil ú otros países sudamericanos, de manera que quedan 10 especies típicas ó propias de la República Argentina. La Oriental del Uruguay ofrece 3 especies propias, y Chile 12. Á pesar del considerable número de especies que ofrece, mi trabajo no puede ser fiel expresión de la fauna mirmecológica «r- gentina. Muchas regiones de nuestro vasto territorio esperan aun la exploración científica, como, por ejemplo, las provincias del Norte, el Chaco, Misiones, la parte occidental de la Pampa, Patago- nia, etc., y todas ellas prometen abundante caudal de material ya nuevo y típico, ya conocido y análogo á los productos de las faunas vecinas. Aún más: en las mismas regiones mejor estudiadas que- da todavía mucho que descubrir y observar; y para llegar al fin satisfactorio y apetecido, sólo necesitamos hombres de estudio, que aunen sus fuerzas y resultados. Con el objeto de facilitar la determinación de las especies á aque- llos que desearen ocuparse del estudio de los Formícidos, he for- mado unalista bibliográfica, donde se verán todas las obras que contienen descripciones ó cuestiones sinonímicas de las especies enumeradas en el presente trabajo. Por el autor y el año indica- (2) Historia física y política de Chile. Zoología. Tomo VI, p. 232, Paris, 1851, BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 7 dos juntos con la especie, fáciimente se dará con la obra respectiva. Finalmente manifiesto mi gratitud al eminente mirmecólogo Dr. Gustavo Mar, de Viena, quien me ha ayudado eficaz y amiga- blemente en la determinación de las especies, desde el año 1876. Puedo y debo asegurar que todas las coleccionadas por mí pasaron por sus manos, y algunas reiteradas veces en distintos ó los mis- mos ejemplares. El Dr. Mayr describió también las especies nuevas por mí descubiertas, en sus «Súdamerikanische Formacaden». Fam. MYRMICIDAE. Gen. PSEUDOMYRMA GUÉR. (1838). Myrmex Guér. (1838). Tetraponera SmrH (1852). Leptalea Spin. (1853. . 1, Pseudomyrma Iyneea (Spin.) Maya (1851-1870). (Chile). Esta especie la cito por las indicaciones del Dr. Mar (Neue For- maiciden, p. 972), quien ha examinado ejemplares típicos chilenos. SpíxoLa describió el obrero y la hembra. 2. Pseudomyrma mutica Mayr (1887). (Santa Catharina).-—Corrientes y Buenos Altres. De esta hormiga, de la cual se conocen obreros, hembras y ma- chos, solamente he observado unos pocos individuos solitarios, en las Provincias de Corrientes y Buenos Aires. Gen. CREMATOGASTER Lunp (1831). Acrocoelia Mar (1852). 3, Crematogaster quadrilormis Roc. (1863). (Brasilien, Bahia). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es muy común, encontrándose principalmente en flores, frutos secos ó agujereados ú otros órganos vegetales así silvestres como cultivados. Tiene distribución geográfica muy vasta, habiendo sido observada desde Pernambuco hasta Buenos Aires. Se han descrito sólo los obreros. 4. Crematogaster victima SMITH (1858). Crematogaster Steiímheili For. (1881). Crem. victima var. cisplatinalis MaYr (1887). (Brasilia, Santarem).—Buenos Aires y República Oriental del Uruguay. Los obreros que he observado de esta especie en las huertas de Buenos Aires y de Montevideo, pertenecen á la variedad Cremato- gaster ewssplatinalis Mayr. Se encuentran como los de la especie anterior, en muchas clases de plantas. Gen. SoLENOPSIS WesTw. (1841). Diplorhoptrum Mark (1855.. 5. Solenopsis geminata (FABR.) MaYr (1804-1863). Atta geminata FaBr. (1804). Myrmica paleata Luxb (1831). Solenopsis mandibularis Westw. (1841). Myrmica Gay: Seix. (1851). Myrmica virulens SmiTH (1858). Atta clypeata SmitH (1858). Myrmica saevissima Sm1TH (1859). Solenopsis cephalotes SmrH (1859). Crematogaster laboriosus SmiTH (1861). Diplorhoptrum Drewseni Mar (1861). Myrmica glaber SmrH (1862). Myrmica polita SmtH (1862). Formica geminata Ros. (1862). Solenopsis geminata, Mark (1863). Atta coloradensis BuckL. (1866). Solenopsis ayloni Mac Cook (1879). (Amer. merid.). —- Brasil. — Repúblicas Argentina, Uru- guay y Chile. Esta especie es muy común en ambas Américas y se encuentra BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 9 cas! en todas partes, solitaria en vegetales ó en sociedad debajo de piedras, trozos de madera, óen nidos de tierra, que alcanzan hasta 40 centímetros de alto, cuando se hallan juntos á piedras, veredas ú otros objetos de sostén. Hállanse descritos todos los estados. 6. Solenopsis parva Mayr (1868). (Mendoza). — Buenos Aires. Conozco sólo obreros de esta especie, que observé bajo la corteza de varias clases de árboles, en la Estancia Rincón, Departamento de la Magdalena. El Prof. SrroB£L, que la descubrió en el año 1865, tampoco encontró los individuos sexuales. Gen. MoxomorIUM Mayr (1855). 7, Monomorium bidentstuna Maya (1887), (Valdivia). De esta especie descubrí obreros y hembras, que sirvieron de ti- pos, debajo de un trozo de madera, eu San Juan de Valdivia, á lines de Enero de 1879. Seguramente se encontrará también en Patagonia, á lo menos cerca de la Cordillera de los Andes. 8. Monomorium denticulatum Mayr (1887). (Valdivia). Mar describió los obreros y la hembra de esta especie proce- dente de Valdivia. 9. Monomorium Pharaonis (Lin.) MaYe (1764-1862). Formica Pharaonts Lin. (1764). Formica antiguensis FaBr. (1793). Myrmica molesta Say (1837). Myrmica domestica SHuck. (1838). Myrmica fragilis SmrrH (1858). Myrmica contigua SmrH (1858). 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Diplorhoptrum (Formica) fugaz Luc. (1858). Pheidole molesta Roc. (1859). Myrmica molesta ME1INERT (1860). Myrmica Pharaonis Roc. (1862). Monomorium Pharaonis MaYr (1862). (Aegyptus). os Repúblicas Argentina, Oriental del Uru- guay y de Chile. Esta especie que tiene distribución geográfica muy vasta, siendo casi cosmopolita, no falta tampoco en los tres países indicados. La he observado también á bordo de algunos vapores, en donde per- siguen las materias azucaradas. Gen. POGONOMYRMEX MAYR (1868). 10. Pogonomyrmex angustus Maya (1870). (Chili). — Valdivia. Los obreros fueron descritos por Mayr en 1870, y el macho y la nembra en 1887. Esta especie no es rara en Valdivia, hallándose debajo de trozos de madera, en parajes bañados porel sol. He observado todos los estados á fines de Enero de 1879. 11. Pogonomyrmex bispinosus (SpPIN.) MaYr (1851-1870). Atta bispinosa SpIN. (1851). Pogonomyrmex bispinosus MaYk (1870). (Chile. — Tucapel, Santa Rosa.) Esta hormiga no la he observado aun. Mayr haexaminado ejem- plares procedentes de Chile y ha caracterizado nuevamente los obreros. SpíxoLA describió todos los estados. 12, Pogonomyrmex coarctatus MaAyr (1868). (Rosario, Río Cuarto, Bahía Blanca). — Repúblicas Argen- tina y Oriental del Uruguay. Es de vasta distribución geográfica, encontrándose frecuente- BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 14 mente solitaria en el campo, en parajes elevados. Los orificios de entrada en el suelo son pequeños, y rara vez rodeados de granos de arena. Solamente son conocidos los obreros y la hembra. 13. Pogonomyrmex cunicularius Maya (1887). (Buenos Aires, Uruguay). —Repúblicas Argentina y Orien- tal del Uruguay. Es muy común en los departamentos de Mercedes y de Soriano de la República Oriental, encontrándose en los parajes elevados del campo. Hace grandes nidos de forma de caracol en suelo arenisco, del cual extraen tierra y granos gruesos de arena, para obtener la forma característica. En otros casos el nido está construído por granos de arena aglomerados, ofreciendo siempre la forma de caracol. Á veces mide 50 centímetros de diámetro y puede sacarse entero, siendo el suelo compacto. Se halla á una profundidad de 70 á 90 centímetros, y su entrada está guarnecida de muchos y gruesos granos de arena ó feldespato. En la República Argentina he observado esta especie sólo en el Cerro de las Ánimas de Tandil, debajo de una piedra. Allí encontré también por primera vez los machos, que sirvieron al Dr. Mark para la descripción. No se conoce la hembra. El Pogonomyrmex cunicularius leva á su nido otras hormigas mutiladas ó muertas, rechazando siempre sus congéneres ofrecidos en las mismas condiciones. 14. Pogonomyrmex rastratus Mayr (1868). Pogonomyrmex carbonarius MaYk (1868). (Pampa del Sud, Mendoza).—República Argentina. Esta especie, de que se conocen los obreros y el macho, se en- cuentra en la Pampa argentina occidental y austral, hasta Babía Blanca. Nada se sabe sobre sus costumbres. 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 15. Pogonomyrmex uruguayensis Mayr (1887). (Uruguay). Fué descubierto por mí en el Departamento de Soriano de la República Oriental, en el mes de Enero. Observé solamente los obreros debajo de una piedra y en el suelo. Gen. PueEiDoLE WesTw. (1844). Oecophthora HeErR (1852. 16. Pheidole aberrans MaYr (1868). (Buenos Aires).—La Plata. Ha sido observada sólo en obreros y soldados en la Provincia de Buenos Aires, por los profesores STROBEL y SPEGAZZINI; este último la encontró en La Plata. 17. Pheidole Bergi Mayr (1887). (Buenos Aires). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. La he observado en varios puntos de la Provincia de Buenos Aires, en Mendoza y en la vecina República Oriental. Abunda principal- menteen Adrogué, haciendo agujeros en el suelo, que comunican con canales ramificados. Se ha descrito solamente obreros y sol- dados. 18. Pheidole chilensis MaYr (1862). (Chili). Esta especie, de la cual el Dr. Mark ha descrito todas las formas sexuales y asexuales, fué descubierta porla expedición de la fragata austriaca Novara (1857 á 1859). No se sabe con seguridad de qué parte de Chile procede. Yo no la he observado durante mi perma- nencia en este país. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 13 19. Pheidole cordiceps Mayr (1868). (Buenos Aires). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. Tiene distribución bastante vasta en las dos repúblicas indicadas. Hace canales y cuevas angostas en el suelo, á las cuales la entrada es estrecha y rodeada de tierra suelta. De los individuos sexuales aún no existen descripciones. 20. Pheidole obtusopiltosa MaYr (1887). (Uruguay). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uru- guay. De esta especie observé sólo obreros y soldados en el Departa- mento de Soriano, los que sirvieron al Dr. Mark para la descripción. Se hallaban debajo de piedras. El Dr. SpeGazzINI ha encontrado los individuos neutros también en La Plata. 21. Pheidole spininodis Mayr (1837), (Tandil). Los soldados y obreros, que sirvieron para establecer esta especie, los encontré debajo de una piedra, en el Cerro de las Ánimas en Tandil, á fines de Noviembre de 1883. Se caracteriza por la margen masticatoria de las mandíbulas entera ó bidentada, y por el segundo nudo peciolario muy ancho y en los dos lados saliente en cono ó espina. 22. Pheidole triconstricta For. (1886). Ph. triconstricta, var nitidula Em. (1888). (Buenos Aires).—La Plata. Esta especie descrita por ForEL, aún no la he observado. SPEGAz- Z1N1 recogió algunos ejemplares en La Plata, que Emery designa 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA con el nombre de Ph. nmtidula, sin dar descripción de esta varie- dad. ForegL describió el soldado. Gen. CRYPTOCERUS LATR. (1804). 293. Cryptocerus atratus (Lin.) Larr. (1761-1804). Formica atrata Lin. (1767). Formica quadridens De GEER (1778). Cryptocerus atratus LaTr. (1804). Cryptocerus margínatus FaBR. (1804). Cryptocerus dubitatus-SmrtH (1853). (Amer. merid.). —Brasil. —Repúblicas Argentina y Orien- tal del Uruguay. He tenido ocasión de observar esta especie en Corrientes, en Mi- siones, en el Gran Chaco y en la República Oriental, cerca del Río Negro, pero sólo en individuos solitarios. 24. Crypiocerus causticus (KoLL.) QUÉR. (1832-1838). Formica caustica KoLL. (1832). Cryptocerus causticus GUER. (1838). (Brasilien).—Corrientes y Misiones. Se halla, como la anterior, generalmente en troncos de árboles ó en palos secos, rara vez en el suelo. 25. Cryptoceras elypeatus Fapr. (1804). (Amer. merid). — Brasil. — Corrientes. De esta especie de hormiga encontré una colonia á fines de Di- ciembre de 1876, en un patio de Corrientes, debajo de la corteza de un tronco de árbol, en parte reducido á leña, y procedente del inte- rior de la provincia. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 1 a 26. Eryptocerus quadratus Mayr (1808). (San Luis). Fué descubierta por SrroseLen San Luis (Estancia Salvador), en el mes de Diciembre de 1865, y parece no haber sido observada después. Se ha descrito sólo los obreros. Gen. CATAULACUS SMITH (1853). 97. Cataulacus convergens Maiyr (1887). Cataulacus striatus Mark (1887), non SmitH (1860). (Rio de Janeiro). —Corrientes. De esta especie recogí un solo obrero en la Provincia de Corrien- tes. Mark ha descrito obreros, machos y hembras, procedentes de uU Río Janeiro y de Santa Catalina del Brasil. Gen. ArTA Far. (1804). Oecodoma Larr. (1818. Acromyrmex Mak (1865). 98: Atta hystrix (Larr.) Haz. (1802-1837). Formica hystrix Larr. (1802). Formica coronata FABR. (1804). Oecodoma hystrix Ler. (1836). Atta hystrix Hat. (1837). Atta (Acromyrmex) hystriz Mark (1865). Atta hystrix st. coronata For. (1884). (Amer. merid). — Brasil. —Repúblicas Argentina y Orien- tal del Uruguay. Este formícido espinoso y tuberculado, llamado entre nosotros hormiga colorada, abunda en todas partes, principalmente en el campo, donde construye sidos de mucho diámetro, pero general- 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mente muy bajos, subterráneos y de mucha profundidad. Del nido parten caminos anchos y ramificados, en las cuales se observan los obreros que van en busca de restos de vegetales ó que vienen car- gados de ellos. Estos restos vegetales los cortan directamente, da- ñando de esta manera a las plantas. 29, Atta Lundii (GUÉR) Mayr (1830-1868). Myrmica Lundú Guér. (1830). Atta Lundi Mark (1868). (Brésil). —Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. Esta hormiga negra abunda en todas partes, y es la más dañina de todas las especies fitófagas. Está considerada como una plaga para la selvicultura, y en particular para la horticultura. Por sus colonias numerosas en individuos, es capaz de desfollonar árboles pequeños ó arbustos en una sola noche, ocupándose los obreras mayores en cortar y echar los fragmentos de hojas al snelo, y los demás en llevarlos al nido. Hacen los nidos como la especie ante- rior, pero en su mayor parte subterráneos, á veces en los cimientos de los edificios próximos á las huertas ó quintas. En pleno campo cerca de las entradas principales á los nidos, se encuentran partí- culas de vegetales acumulados, que se han extraído como inservi- bles, y en las cuales he observado las larvas del Lamelicornio (ym- netis tigrina Gory et Percn., á lo menos en la República Oriental. Existen descripciones de todos los estados. 30. Atta sexdens (Lix.) FaBr. (1767-1804). Formica sexdens Lin. (1767). Formica sexdentata Latr. (1804). Atta sexdens FaBr. (1804). Atta coptophylla Guér. (1838). Oecodoma laevigata SmITH (1858]. Oecodoma coptophy lla SmrrH (1858). Oecodoma abdominalis SmiTH (1858). Oecodoma sexdens MaYr (1863). Atta levigata Roc. (1863). Alta abdominalis Roc. (1863). (Amer. merid.).—Brasil.--Santa Fe. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS yl De esta especie, que es muy común en el Brasil, coleccionó STROBEL algunos ejemplares en la Provincia de Santa Fe. Abundará probablemente en el Chaco y en Misiones. Del último territorio traje algunos obreros pequeños en el año 1877, que pertenecerán quizás á esta especie ó al A/ta cephalotes (Lin.) FaBr. (1767-1804), cuestión que no puede resolverse sin los obreros grandes encon- trados juntos con los pequeños. 31. Atta striata Roc. (1803). Atta ('Oecodoma) striata Roc. (1863. Atta striata Roc. (1863). (Montevideo). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uru- guay. Tiene también distribución vasta en la República Argentina. Ha sido observada desde Córdoba hasta el Río Negro en Patagonia, y por otra parte, en las Provincias del Oeste. En la República Orien- tal la he encontrado en varios departamentos. Los nidos que hacen son relativamente pequeños, en parte supraterráneos, construídos por partículas vegetales, principalmente de cortes de tallos. Rocer describió todos los estados. Unos individuos sexuales procedentes de la Sierra de Córdoba, tienen la cabeza un poco más angosta y mucho menos estriada, en parte rugosa, y las manchas amarillentas seríceas de la parte basi- lar del abdomen muy prolongadas. Fam. DORYLIDAE. Gen. Ecrron LaTr. (1804). $ Eciton Larr. (1804). AS Labidus Jur. (1807). $ Ancylognathus Lun (1831). ¿ Camptognatha Gray (1832). $ Nycteresia Roc. (1861). ANAL. SOC. CIENT. ARG, T. XXIX 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 32. Eciton Foreli Mayr (1886). Eciton hamata SmrH (1858-1859), non FABR. (1793). Eciton rapax SmtTH (1859). Eciton rapax MaYr (1865). Eciton mexicana Nort. (1868). Eciton brunnea Nort. (1868). Eciton Foreli Mar (1886). (Mexico, Panama, Neugranada, Cayenne, Brasilien, Uru- guay). Esta especie, que tiene distribución geográfica muy vasta, la anoto sólo por la indicación de MaYr; pueda ser que la hubiera recogido en la República Oriental, sin distinguirla de otros con- géneres. Se han descrito solamente obreros y soldados. 33. Eciton nitens MAYr (1868). (Buenos Aires). — Nueva Granada. — Repúblicas Argen- tina y Oriental del Uruguay. j , Es bastante común, encontrándose debajo de piedras, trozos de madera, piezas de latón, etc. Se han descrito los obreros. 34. Eciton Strobeli MAYR. Labidus Strobeli MaYr (1868). (San Luis, Mendoza, Bahía Blanca). — Repúblicas Argen- tina y Oriental del Uruguay. Este Eciton, establecido por el macho, es sumamente común casi durante todo el verano, y atraído por la luz artificial. Es muy grande y pesado, aparece algunas noches en gran número, llenañ- do las mesas alrededor de las lámparas ó volando en torno de los faroles de la calle, etc. Vulgarmente no se le mira como hor— miga. Podría ser quizás el macho de la especie anterior, á pesar del gran tamaño y otras diferencias notables, pero que no deben BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 19 extrañar en la familia de los Dorilidos, eu que existe la heteroge- neidad más manifiesta. 35. Eciton sulcatus MayYn. Labidus sulcatus MaYk (1868). (Buenos Aires). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. Se halla con mayor frecuencia en la República Oriental que en la Argentina, pero es muy rara, en comparación con la especie precedente. También vuela á la luz artificial. 36. Eciton Spegazzinii Em (1888). (La Plata). Esta especie, fundada en obreros, fué descubierta por el Dr. SPEGAZZINI en La Plata. Yo no la he observado, ni conozco sus pa- raderos especiales. Anotación. —Poseo el macho de una especie de Eciton, que recogí en Buenos Aires, y que según el Dr. Mayr es muy parecido al Labidus Erichsoni Westw., teniendo también una parte engrosada de la rama interna de la costa cubi- tal. Para no aumentar el número de especies fundadas en los machos, lo dejo sin denominación y descripción. Varias especies del género Ecrton representan las temidas hor- migas migratorias en el Brasil y la América central. Entre nosotros nunca han sido observadas en gran número. 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Fam. PONERIDAE. Gen. AMBLYOPONE ErIcHs. (1842). Stigmatomma Roc. (1859). 37, Ambiyopone chilensis. Mayr (1887). (Valdivia in Chili). Esta especie ha sido descrita sólo por un individuo obrero, reco- gido por las Stas. KINDERMANN en Valdivia. Gen. EcTATOMMA SMITH (1858). Subg. Gnamptogenys (Rog.) Mark (1863-1887). « Holcoponera Mayr (1887). « Acanthoponera Mar (1887). « Stictoponera MaYr (1887). « Rhylidoponera Mayr (1887). « Ectatomma MaYr (1887). 38, Eetatomma (Grampt.) triangulare MAYr (1887). (Uruguay). La hembra que sirvió para establecer la especie, fué recogida por mí en el Departamento de Soriano. 39. Ectatomma (Ect.) edentatum Roc. (1863). (La Plata Staaten). — República Oriental del Uruguay. Fué observada en el mismo lugar que la anterior. Se encuentra solitaria en plantas bajas ó en el suelo. Se han descrito sólo los obreros. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS pa 40. Ectatomma (Eet.) quadridens (Fabr.) MaYn (1793-1887). Formica quadridens FaBk. (1793). Ponera quadridens Lkr. (1836... Ectatomma brunnea SmiTH (1858). Ponera quadridens Roc. (1860). Ectatomma (Ect.) quadridens Mak (1887). (Cajenna). — Brasil. — República Argentina. El Prof. SrroBEL recogió esta especie en la Provincia de San Luis, á fines de Diciembre de 1865. Desde entonces ro parece ha- ber sido observada en la República Argentina. Gen. LoroPELTA MaYr (1862). 41, Lobopelta sustralis Em, (1888). (La Plata). Esta, la primera especie sudamericana de este género, fué des- cubierta par el Dr. CarLos SPEGAZZINI en La Plata, Gen. DINOPONERA RoG. (1861). 42. Dinoponera grandis (GuÉr.) Roc. (1830-1861). Ponera grandis GUÉR. (1830). Ponera gigantea Pertr (1834.. Dinoponera grandis Roc. (1861 pe (Brésil, Province des Mines). — Corrientes y Misiones. Esta hormiga, la más grande de los formícidos sudamericanos, la observábamos con frecuencia en el mes de Enero de 1877, en los terrenos arenosos de Ituzaingo, y en algunas partes de Misiones. Corre con rapidez y se defiende bravamente. Su picadura produce dolor agudo y prolongado, y fuerte hinchazón. GuÉrix ha dado la descripción del obrero. 22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Gen. PoNERA Larr. (1804). 43. Ponera opaciceps MaYr (1887). (Santa Catharina). — La Plata. Mar la obtuvo de Santa Catalina del Brasil, describiendo los obreros y la hembra. Emery señala obreros, que le había enviado el Dr. SpPEcAzzINI de La Plata. e Gen. PACHYCONDYLA SMITH (1858). 44. Paechycondyla striata SMITH (1858). (Rio). —Corrientes y Misiones. La observábamos generalmente en los troncos de árboles ó en palos secos, sin encontrar los nidos. Es relativamente rara, aunque de distribución vasta. Gen. HETEROPONERA MAYR (1887). - 45. Heteroponera carinifrons Mayr (1887). (Valdivia in Chili). Se han descrito sólo los obreros, procedentes de Valdivia. Fam. ODONTOMACHIDAE. Gen. ODONTOMACHUS LarTr. (1804). 46. Odontomachus cheliler (LATrR.) Ler. (1802-1836). Formica chelifer LaTr. (1802) Odontomachus chelifer Lee. (1836). (Brésil.) —Misiones. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 23 Fué encontrada en un par de individuos en Misiones. Esta hor- miga, dándose empuje por medio de sus mandíbulas largas, hace saltos hasta un metro de distancia. Fam. FORMICIDAE. Gen. MyrmeLAcHIsTAa Roc. (1863). Decamera Ros. (1863). 47, Wyrmelachista gallicola Mayr (1887). (Uruguay). Se halla en las agallas del cinípido Eschatocerus Acaciae MAYR, que coleccioné en los departamentos de Soriano y de Mercedes, en algunos espinillos ó aromas (Acacia Cavenía Hook. et Ary., Acacia Aroma G1LL., etc.) y en el ñandubay (Prosopis Algarobillo GrB.). Han sido descritos solamente los obreros. 48, Myrmelachista Mayri Fon. (1887). Decamera Bergí MaYk in litt. (1879. Myrm. (Decamera) Mayri Fox. (1887). Myrm. Mayri var. monticola MaYkr (1887). (Chili.)—Valdivia. La observé debajo de piedras y trozos de madera, en la Estancia de San Juan. ForeL describió la hembra por un ejemplar conservado en el Museo de Berlin y Mak los obreros de la variedad monticola, coleccionados por mí. Gen. Dorymyrmex Mayr (1868). 49. Dorymyrmex flavescens (FABr.) Marr (1793-1868). Formica flavescens Far. (1793). Camponotus flavescens Mak (1863). Dorymyrmez flavescens MaYr (1868). (Cajenna.).—Brasil.—República Argentina. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ha sido observado en Carmen de Patagones y en Mendoza. Los individuos sexuales son atraídos por la luz artificial; los obreros se encuentran debajo de piedras. 50. Dorymyrmex planidens Mayr (1868). (San Luis, Mendoza). —Repúblicas Argentina y Chile). El Dr. SrroseL descubrió esta especie en San Luis y en Mendoza por los años 1865 y 1866. Yo la observé en Mendoza y cerca de Santa Rosa de Chile. Se encontrará probablemente en toda la Cor- dillera de los Andes. Se han descrito sólo los obreros. 31. Dorymyrmex pyramiecus (Roc.) Mayr (1863-1870). Prenolepis pyramica Roc. (1863). Formica imsana Buckt. (1856). Dorymyrmex pyramicus Mayr (1870). Dorymyrmex insanus Mac Cook /1879). Dorymyrmex insanus var. flavus Mac Cook (1879). (Brasilien, Bahía, Corrientes). — América septentrional, México, Chile, Argentina y Uruguay. Por lo que se ve, esta especie tiene distribución geográfica muy vasta. En la República Argentina ha sido observada en Corrientes, en la Plata y en Buenos Aires, y en la Oriental la encontré en la Es- tancia Germania, Departamento de Soriano, y en Chile, cerca de Santa Rosa de los Andes. De esta República no había sido mencio- nada hasta ahora. Se ha descrito obreros. 52. Dorymyrmex tener Mayr (1868). (Uspallata). —Punta del Inca. Ha sido observada hasta ahora sólo en obreros y en las dos loca— lidades indicadas. En la Sierra de Uspallata la encontró StTroBEL en el mes de Enero de 1866, y en Punta del Inca yo, el 1% de Enero de 1879. Seguramente no faltará en la parte chilena de la Cordi- llera de los Andes. Se halla entre raíces de arbustos y debajo de piedras. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 25 Gen. IRIDOMYRMEX Mayr (1862). 93. Iridomyrmex humilis Mayn (1868-1870). Hypoclinea humilis Maykr (1868 . Iridomyrmex humilis MaYr (1870). (Buenos Aires). —Repúlblicas Argentina y Oriental del Uru- guay. La he observado sólo en obreros solitarios, en el suelo ó en vege- tales, en los alrededores de Buenos Aires y de Montevideo. Más frecuente es en las inmediaciones de los arroyos del departamento oriental de Mercedes. Gen. PRENOLEPIS MaYR (1861). 94. Prenolepis íulva Mayr (1362-1865), (Rio Janeiro). —Chile, Washington. — Repúblicas Argen- tina y Oriental del Uruguay. Es muy común y se junta con facilidad por medio de carne ú otras materias azoadas puestas en el suelo. Abunda sobre todo en las orillas de los arroyos y ríos, y cerca de las despensas y cocinas de las habitaciones campestres. El Dr. Mark indica (1870) la existencia de una especie de Preno- lepis en el Tauro, que no se distingue de la Prenolepis fulva. El macho aún no ha sido descrito. d0. Prenolepis gracilipes (SMITH) MaYa (1858-1862). PFormica gracilipes Sith (1858). Prenolepis gracilipes MaYr 1862). (Singapore).— China, Ara, Celebes, Chile. Esta especie asiática, la obtuvo el Dr. Mar de Chile, probable- mente de Valparaiso, por la expedición austriaca de la fragata Novara. 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 56. Prenolepis longicornis (Larr.) Roc. (1802-1863). Formica longicornis Larr. (1802). Formica gracilescens NL. (1856). Tapimona gracilescens SMITH (1858). Prenolepis gracilescens MAYr (1863). Prenolepis longicornis Roc. (1863). (Sénégal). —Madeira, Europa, Amér. sept., Chile. Esta hormiga ahora cosmopolita, ha sido observada últimamente en América, en los Estados Unidos (Departamento de Columbia) y en Chile. De ella se han descrito todos los estados. Gen. BRACHYMYRMEX Mayr (1868). 57. Brachymyrmex patagonicus Mayr (1868). (Rio Negro). —La Plata. El Sr. SrroBEL encontró un nido de esta especie cerca de Carmen de Patagones, en el mes de Febrero de 1867; el Sr. SPEGAzzINI la coleccionó en La Plata. Se han descrito los obreros y el macho. Gen. Lasius FABR. (1804). 58. Lasias diehrous Roc. (1863). (Chili). No he observado esta especie, y la cito por las indicaciones de Rocer y de ForgL. El primero describió el obrero, el segundo (1886) la hembra. 59. Lasius nigriventris (SpIN.) MAYR (1851-1819). Formica nigriventris SpIx. (1851). Formica atriventis SmITH (1858). Lasius nigriventris Mar in litt. (1879). (Chile). — Valdivia y Patagonia. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 27 He encontrado esta especie debajo de piedras y tablas, cerca de Carmen de Patagones y en la Estancia San Juan, en Valdivia. Se han descrito todos los estados. 60. Lasius picinus Roc. (1863). (ChilD. Después de la descripción de esta especie no parece haber sido mencionada. Tampoco yo la he observado durante mi permanencia en Chile. RocEr describió un obrero. Gen. CAMPONOTUS MAYR (1861). 61. Camponotus atriceps (SmiTH) Roc. (1858-1862). Formica abdominalis Far. (1804 ; non Lark. (1802). Formica atriceps SmITH (1858). Formica esuriens Smith (1858 . Camponotus vulpinus Mak (1862). Camponolus atriceps Roc. (1862). Camponotus taeniatus Roc. (1863). Camp. atriceps var. floridanus Buck. (1866). Camponotus fulvaceus Nokr. (1868). Camponotus Yankee For, (1879). Camp. atriceps st. ustulalus For. (1884. . Camp. atriceps st. stercorarius For. (1884). Camp. atriceps st. Yankee For.(1884). (Amer. merid.). — América septentrional, central y meri- dional. — Corrientes, Misiones y Chaco. Abunda en troncos viejos 6 debajo de trozos de madera ú otros objetos. 62. Camponotus bonariensis Mayr (1868). (Buenos Aires). —Repúblicas Argentina y Oriental del Uru- guay. Esta especie la he observado desde Córdoba hasta Tandil, y también en muchas partes de la vecina República Oriental. Se en- 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cuentra debajo de diversos objetos, en troncos viejos de árboles, en leña carcomida, etc. Existe sólo una descripción de los obreros. 63. Camponotus chilensis (SpIN.) MaYr (1851-1863). Formica chilensis Seix. (1851:. Camponotus chilensis Maykr (1863). (Chile). —Cordillera de los Andes. Observé esta hormiga en las partes oriental y occidental de la Cor- dillera de los Andes, en el paso de Uspallata, de manera que puede considerarse como perteneciente á las faunas chilena y argentina. Se ha descrito el obrero y la hembra. 64. Camponotus erassus MAYR (1862). (Rio Janeiro). —Corrientes. De esta especie no he recogido sino pocos ejemplares en los alre- dedores de Corrientes. Se ha descrito sólo el obrero. 65. Camponotus distinguendus (Spix.) MaYe (1851-1863). Formica distinguenda Spin. (1851). Formica morosa SmTH (1858). Camponotus distinguendus MayR (1863 y 1886). Camponolus morosus MaYr (1863). Camp. rubripes Dru. st. morosus For. (1886). (Chile). —Cordillera de los Andes y Córdoba. Este Camponotus lo he observado en ambos lados de la Cordillera de los Andes, y también en la Sierra de Córdoba. Se encuentra en sociedad debajo de piedras ó solitaria en vegetales. Se han descrito todos los estados. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 29 66. Camponotus fasciatus Mayr (1870). -(Neugranada).—Corrientes. Esta especie la recogí sólo en pocos ejemplares, que encontré so- litarios en troncos de árboles y en plantas bajas. Se han descrito sólo los obreros. 67. Camponotes herculaneus (Liy.) Mayr (1761-1861). Formica herculanea Lin. (1761). Formica rufa Lin. (1761). , Formica gigas Leach (1826). Formica intermedia Zerr. (1840). Formica atra Zerr. (1840). Camponolus herculaneus MaYk (1861). Var. Formica pennsylvanica De Greer (1778). Formica ferrugiínea FaBr. (1798. Formica semipunctata KireY (1837). Formica novaeboracensis Ficn (1855) Formica cartae Fica (1855... Campono tus pennsylvanicus Mar (1861). Camp. herculaneus st. pennsylvanicus For. (1879). Camp. herculaneus var. pennsylvanicus MaYr (1886). Var. Formica ligniperda LaTr. (1802). Formica rufa Woob (1821). Camponotus ligniperdus Mark (1861). Camp. herculaneus st. ligniperdus For. (1874), Camp. herculaneus var. ligniperdus Mar (1886). Var. Camp. ligniperdus var. pictus For. (1879). Camp. herculaneus var. pictus MaYr (1886). (Eur. y Amér. sept.). —Asia septentrional, América sep- tentrional y meridional. — Misiones y Salta. Se halla en el Territorio de Misiones y en Salta, siendo, al pare- cer, no muy común. En el primero fué observada cerca del Río Piray ; de la Provincia de Salta me la trajo el Ingeniero SCHNEIDEWIND. Se conocen todos los estados. 30 ANALES Dz LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 67. Camponotus mus Roc. (1863). Camp. senex SmiTH (1858) st. mus For. (1887). (La Plata Staaten. Montevideo). — Brasil. — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. Tiene distribución geográfica muy vasta en la República Argen- tina, encontrándose desde Jujuy hasta el Río Negro en Patagonia, y también en las Provincias de Cuyo. No falta en el Brasil meridio- nal y casi en ninguna parte de la vecina República Oriental. Se han descrito obreros y la hembra. 68. Camponotus ovaticeps (SpPIN.) MaYr (1851-1863). y Formica ovaticeps SpP1IN. (1851). Camponotus ovaticeps MaYr (1863). (Chile). — Repúblicas Argentina, de Chile y Oriental del Uruguay. Esta especie ha sido observada por mi en Valdivia, Talcahuano, Uspallata y el departamento oriental de Mercedes. Se halla debajo de piedras ó vagabundeando en vegetales. Sólo existe la descripción del obrero. 69. Camponotus pellitus Mayr (1862). 2 Formica nana SmiTH (1858), nec Larr. (1802) nec JerD. (1854). Camponotus pellitus MAYR (1862). - (Brasilien). — Corrientes y Chaco. De esta hormiga, de que han sido descritos solamente los obre- ros, encontramos algunos ejemplares debajo de trozos de leña, en el Chaco, en frente de Corrientes, y en las inmediaciones de ésta. BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 31 70. Camponotus punectulatus Mayr (1868). Camp. punctulatus st. minutior For. (1887). (Rio Cuarto, San Luis, Mendoza, Bahía Blanca, Cármen de Patagones). — Repúblicas Argentina y Oriental del Uruguay. Abunda en todas partes, encontrándose las colonias debajo de piedras, trozos de madera ú otros objetos, en troncos de árboles carcomidos, ete., y los individuos solitarios en el suelo y varias clases de vegetales herbáceos, pero principalmente en el miío-mío (Baccharis coridifolia DC.) La observé también en una colmena abandonada de abejas. Mayr describió los obreros y la hembra. 711. Camponotus ruficeps (Fañr.) Roc. (1804-1862). Formica ruficeps FABR. (1804). Formica decora SmtrH (1858). Formica bimaculata SmrrH (1858). Formica albofasciata SmrH (1862). Camponolus ruficeps Roc. (1862). Camponotus decorus Roc. (1863). (Amer. merid.). — Brasilia, Nueva Granada, Paraguay. — Misiones y Corrientes. Este Camponotus lo recogimos en pocos ejemplares, en Corrien- tes y Santa Ana, así como cerca de Itapúa del Paraguay. 712. Camponotus ruífipes (VABR.) MaYr (1793-1862). Formica rufipes FaBr. (1793... Formica Herrichi Maykr (1853). Camponotus rufipes MaYk (1862). (Brasilia). -— Chaco, Corrientes y Misiones. Fué recogida en las mismas regiones que la especie precedente y el Camponotus pellitus Mar, encontrándose debajo de trozos de 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA madera ó en troncos carcomidos de árboles. Es más abundante que el Camponotus ruficeps (FaBr.) Roc. 73. Camponotus sericeiventris (GUÉR.) MAYR (1830-1862). Formica sericeiwventris GUER. (1830). Formica cuneata PerTY (1834). Camponotus sericeiventris MaYr (1862). (Rio Janeiro). — México, Brasilia. — Chaco, Corrientes y Misiones. Fué observada en los mismos lugares recién mencionados, pero siempre solitaria y vagabunda en troncos de árboles, palos y vegetales secos. GUÉRIN dió la descripción de un individuo neutro. 74. Camponotus Spinolae Ros. (1863). (Chili). No conozco esta especie, y la menciono por la indicación de Rocer, quien describió el obrero grande, conservado en el Museo de París. 75. Camponotus tenuiscapus Roc. (1863). (La Plata Staaten. Montevideo). — Brasil meridional. — Buenos Aires y Corrientes. Esta hormiga la he recogido sólo en un par de individuos. RocEr ha descrito el obrero. ÍNDICE DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES. abdominalis (AlA)......... abdominalis (Camponolus) .. A AS ARA Acanthoponera............ ROCOCÍ. 20 oa oa ACTOMYTMED ....ooo ooo...» IIROTASCIOÍA > oc es ADINOPONE >... <= ainia Ancylognathus ............ MESS aa o ea ANUQUCNSIS ..... AA MEDIOS O NO O A oe UNO UIT ra las ere Bergi (Decamera)..'.. -.... Berteleidolel. 2... ..: ETA LOA a o PMA Ulloa o os ENSPIIO SUSE lao oo batero IRIS OSIS ura toco di e are RACE NINDMEX ooo do. o... Drumea (ECHOn).... cosoososodo ooo dea APIs os do soo be db o: gracilescens..... EI, do TARO. aos aoaSSs AAN as MI poseo pacas herculaneus...... OO HEICA aca e Heteroponera caso Se Hol copontra tooo e: IE ao. OS IpOCINC 0 t EI odos OOO OS OSA TED A A ANN RA AAA Iridomyriex.....ooo....... TEMITA ER AN LADO NOS US NS 8 UNC osos roca 16 LEO A O a 26 levig ata ONE 16 Lepra 7 ¡INIPERA A 29 Lobopeltais ra roriaal 21 ln SICO IS e 26 Landa ac 16 O A o eo J MONADA A 8 MILPINAUS ss Ol Mayri ue ajo 23 MEXICANAS euete da e CAN 18 MINULLON Tos o ete 31 MOLESUNE DN AREA di 9 MOLA 9 MONUCOAT 23 MULOSUS IN 28 MUS a ca O 30 TS e o bo 1 Myrmelacasta Na 23 MYTMECR IAS IAN 7 SS NS OE € 30 Mi 26 MOS 18 MUA 13 NOVDACHOFACONSIS.....ooomm.. 29 Nycleres tape del Ob tasopOs 13 Odontomachus 22 DECO MU NN 15 OecopNUROID IR ANNE 12 opaco 22 OC UN: 30 Pachycondyla e 22 PUE NS 8 PAU 9 patas e 26 Dl ooo baboso bo sons 30 BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS penasylvanicUS.....ooo..... E Os A A A A AT O RR DIOS ao so e Pogonomyrmex........ arios TU e A A Ie OLEpÍS 220 0 co cacas eros ESCUdOM Ma. io. punctolatuso.......... PEAIMIGUs. 1) DI Al, QUAdralus.... .... Sid, quadridens (Cryplocerus).... quadridens (Ectatomma)..... UA MOLMIS yo es pois E ME da aa rastraluS.......... o Rhytidoponera..........-..-. PUDYIDES......;».. A ES UA a sore (0 A CN O : A A 29 A A as sexdentala ....o.o.»: E SEND e o als e SPegaZzaM a o SPINIMO IS. ara o O A O SIMA ae o : SEN CONOAVAS old E CNS SUCtOpONETA Lia noten ciaa de e SUGMAOMMA. o. ..... 7 striata (Ata) cosita striata (Pachycondyla!....... striatus (Cataulacus)........ Strobeliciual 130 one sulcatus. tb A do TACNTQLUS iaa o A tener iaa dE tenuiscapas.. co 1h lares Tetraponera. .. A A e . ¡eje 0 ¿0 0fa ye cora iiala. A UrúguayensiS od. e USTUIALUS 3 E dans AE E AAA Pa e IRA UITUILNS os da pe la DUIPINUS or o TULL Ie E Yankee UU IZA. LISTA BIBLIOGRÁFICA. 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Wien, 1853. — Beschreibung einiger neuen Ameisen.—Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. 111. Bd., S. 277. Wien, 1853. — Formicina austriaca. Beschreibung der bisher im 0es- terreichischen Kaiserstaate aufeefundenen Ameisen nebst Hinzufúgung jener in Deutschland, in der Schweiz und in Htalien vorkommenden Arten. — Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. v. Bd., S. 273. Wien, 1855. — Die europáischen Formiciden nach der analytischen Me- thode bearbeitet. Wien, 1861. — Myrmecologische Studien. — Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. xn. Bd., $. 649. Wien, 1862. — Formicidarum Index synonymicus. — Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. xtir. Bd., S. 385. Wien, 1863. — Formicidae der Reise der Oesterreichischen Fregatte Novara um die Erde in den Jahren 1857, 1858, 1859. Zoologischer Theil. 11. Bd. 1. Wien, 1865. =— Diagnosen neuer und wenig gekannter Formiciden. — 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesell- schaft in Wien. xvr. Bd., S. 885. Wien, 1866. Mar, Formicidae novae americanae collectae a Prof. P. de Strobel. Annuario della Societa dei Naturalisti. Tom. 11, p. 161. Modena, 1868. —- Formicidae novogranadenses. — Sitzungsberichte der k. Academie der Wissenschaften. Bd. Lx1, 4. S. 370. Wien. 1870. — Neue Formiciden.—Verhandlungen der k. k. zoologisch- botanischen Gesellschaft in Wien. xx. Bd., S. 939. Wien, 1870 (1871). — Formiciden gesammelt in Brasilien von Professor Trail. Verhandlungen der k. k. zoologisch-botaniscben Gesell- schaft 1n Wien. xxvit. Bd., S. 867. Wien, 1873. — Ueber Eciton-Labidus. — Wiener Entomologische Zei- tung. Jahrg. v, S. 33. Wien, 1886. = Notizen úber die Formiciden-Sammlung des British Museum in London.—Verhandlungen der k. k. zoologisch- botanischen Gesellschaft ¡im Wien. xxxvI. Bd., S. 353. Wien, 1886. | — Die Formiciden der Vereinigten Staaten von Nordame- rica.— Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft 1n Wien. xxxvr, Bd., S. 419. Wien, 1886 (1887). — Sudamericanische Formiciden.—Verhandlungen der k. k. zoologisch-botanischen Gesellschaft in Wien. xXxvVIt. Bd., S. 511. Wien, 1887. MeINERT, Jou. Fr., Bidrag til de danske Myrers Naturhistorie. — K. Danske Videnskabernes Selskabs Skrifter. 5. Raekke. V. Bd., S. 275. Kjóbenhavn, 1860. Norton, Ep., Notes on the Mexican species of Ants sent by F. Su- michrast. — American Naturalist. Vol. 11, p. 57. 1868. — Description of Mexican Ants noticed in « American Na- turalist» April 1868. — Proceedings of the Essex Institute. Vol. 1v, p. 1. Salem, 1868, and Transactions of the Ame- rican Entomological Society. Vol. 11, p. . . . Philadelphia, 1868. NYLANDER, WiLLriam, Formica gracilens, espece nouvelle. —Anna- BERG: FORMÍCIDOS ARGENTINOS, CHILENOS Y URUGUAYOS 41 les de la Société Entomologique de France. 3. Sér. 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Concluida la guerra del Paraguay, y sin los recursos que su la- boriosidad le habían proporcionado, el señor Parodi regresó á Montevideo en 1869, en donde rezomenzó sus trabajos como far— macéutico. En Buenos Aires, en 1875, revalidó su título de farmacéu- tico. En 1877 entró como gerente del negocio de drogas y farmacia de la notable casa de los señores Demarchi hermanos, en Montevi- deo. En 1879 formó parte de la razón social Demarchi, Parodi y €, en Buenos Aires. En 1881 obtuvo el grado de doctor en Farmacia. En 1884, nombrado catedrático de Química Farmacéutica en la Facultad de Ciencias Médicas en Buenos Aires, tuvo que suspender sus lecciones, pues su salud se resintió notablemente. En Montevideo desempeñó el cargo de miembro del Consejo de Higiene y examinador de medicina y farmacia. En Buenos Atres fué nombrado Presidente del Hospital Italiano, miembro del Consejo municipal, Presidente de la Cámara de Co- DOCTOR DOMINGO PARODI 45 mercio, Vice-Presidente de las Obras del Riachuelo, Presidente de lá Cámara de Comercio Italiana, ete. Sus trabajos más notables son: La Flora del Paraguay (incompleta). — Notas sobre las plantas usuales del Paraguay. — Estudios sobre el Vinal, Yerba-mate y Al- garrobilla. — Gramática guaraní. — Las revistas médica y farma- céutica de Buenos Aires, contienen artículos notables. — La redac- cion del Journal d'acelimatation de Parts, le discernió la primer medalla de oro. — Existe inédito su trabajo sobre la historia del Paraguay. Nuestro distinguido consocio, el doctor Domingo Parodi, ha dejado obra que no morirá. Los hechos de su vida nos muestran al hom- bre abnegado y que no cesa en su preparacion para luchar con ven— taja contra los inconvenientes del medio en que se desenvuelve. Su inteligencia anhelante de las supremas aspiraciones como las que sienten un espíritu fuerte, le impulsó constantemente al estudio de las ciencias naturales, y si porellas alcanzó la alta consideracion y estima de los que lo conocieron, por la energía de su carácter y laboriosidad pudo vencer las primeras dificultades de la vida; insuperables, para los que no tienen conciencia de su alcance intelectual. Su espíritu recto y sereno, su conocimiento y penetracion en el orden de negociaciones que emprendióó que estuvieron sometidos á su direccion, le hicieron inestimable para los que le solicitaban por la seguridad de sus procedimientos. Con estas cualidades el doctor Parodi alcanzó la brillante posi- cion que nadie ha podido contrastar hasta su último momento. ¡ Tan cierto es que la honorabilidad y el saber se sobreponen á to- das las acciones humanas ! MOVIMIENTO SOCIAL Habiendo donado una persona la suma anual de 50 $ destinada á premiar el mejor trabajo que se presente cada año en un concur- so quese celebrará entre los estudiantes de la facultad de ingiene- ría, y existiendo dos cuotas ya entregadas, la Junta Directiva ha resuelto que la sociedad contribuya con igual cantidad, á fin de adquirir un premio para el concurso á que se invita á los alumnos de la facultad expresada. Dicho concurso se sujetará á las siguientes bases: 1 Temalibre ; 22 Los trabajos se entregarán sin firma, debiendo adjuntarse en sobre cerrado que contenga el nombre y domicilio del autor, y ro- tulado con el lema del trabajo; 3% Los trabajos deberán ser entregados en la secretaría de la so- ciedad antes del 15 de Junio de 1890 ; 42 El premio será adjudicado por un jurado que en oportunidad designará la Junta Directiva, y entregado en la sesion pública que celebrará la sociedad el 28 de Julio, 18% aniversario de su instala- cION ; 5% Los trabajos que no fuesen premiados serán devueltos con los sobres respectivos á los interesados. La Junta Directiva ha resuelto cumplir una resolucion adoptada anteriormente, disponiendo que se coloque una placa en el sepul- ero del ex-presidente de la sociedad D. Pedro Pico. Se ha resuelto MIVIMIENTO SOCIAL 47 practicarlo el 15 de Junio del corriente año, 4” aniversario de su fallecimiento. Habiéndose presentado el Sr. J. Montagner, manifestando que ha inventado un wagon para pasar automáticamente de la trocha ancha á la angosta y vice-versa, y que desea que la sociedad dé su opinion al respecto, la Junta Directiva ha nombrado en comision á los ingenieros Luis A. Viglione, Otto Krause y Emilio Candiani para que practiquen la inspeccion y eleven el informe respectivo. La sociedad ha celebrado con el Sr. Finochietto un contrato por dos años, por el cual este se obliga á encuadernar 30 volúmenes por mes como mínimun á razon de 1,20 $ el tomo, debiendo la so- ciedad entregarle mensualmente 50$ mí, y liquidar el saldo por semestres. Han sido admitidos como sócios activos los señores, ingenieros Teodoro Alvarez y Horacio Pereyra. El ingeniero Gregorio Noceti ha donado dos acciones de las emi- tidas para la adquisicion de un terreno. El señor Leopoldo G+omez de Teran ha donado á la biblioteca de la Sociedad la obra que acaba de publicar titulada Lecciones de Cál- culo infimtesimal. Ha sido admitido en calidad de sócio activo el ingeniero Cons- tante Tzant. 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Junta Directiva ha designado á los señores Eduardo Elguera y Enrique de Madrid para que dirijan la impresion del índice ge- neral de las materias aparecidas en los Anales hasta la fecha. El señor Cárlos Buschiazzo ha donado cinco acciones de las emi- tidas para la adquisicion de un terreno, y el señor Enrique Domin- guez dos. EL DOCTOR GUILLERMO RAWSON Acaba de perder la República Argentina uno de sus hijos más distinguidos; y como los duelos nacio- nalesafectan casi siempre más la cabeza que el cora- zon,no recordaremos las virtudes del ilustre ciudada- no, del honrado patricio, del médico filántropo; mas, penetrando en lo íntimo de su figura, rocemos, al pasar, su maravilloso cerebro, y encontraremos allí la fuente de una elocuencia que no ha tenido rival en nuestra tierra, por las formas extraordinarias con quesuporevestir sus creaciones. Toda manifestacion de la inteligencia, toda pesqui- sa digna del entendimiento humano, todo fulgor que levantara la especie, fueron alimento y estímulo para este médico poeta, para este poeta clínico, para este parlamentario sin compromisos, estadígrafo cicero— niano, patriota sin segundas intenciones, pródigo de lo propio, inatacable en lo ajeno, intachable hasta en sus defectos. Los que vivimos y le hemos conocido, conservare- mos, mientras vivamos, el recuerdo de su elocuencia soberana, elocuencia que, para nosotros, no tiene tér- mino de comparacion, porquenos ha llegado su calor vivificante, porque hemos sentido pasar por nuestros espíritus y por nuestros corazones, la cadencia, la transicion y los matices del himno entonado por la si- bila santa que cuidaba el altar de su palabra ha- blada. 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No conocemos el gesto de Demóstenes, ni el éco de su voz; háse enfriado el rayo ardiente con que Cice— ron fulminaba á Catilina, y los violentos arrebatos de O*"Connell y de Mirabeau, sólo nos interesan porque defendieron la causa de la libertad, la eterna causa de la libertad humana, que tambien nosotros hemos de- fendido, defendemos y defenderemos, con la misma pertinacia con que el Judío Errante perseguía el co- razon de los siglos. Nuestros hijos nos escucharán con asombro y par- ticiparán de una parte de nuestro entusiasmo por el Doctor Rawson. Seráquizá para nuestros nietos el prototipo de la pa- labra revestida de forma, música y color; pero si las generaciones sucesivas buscan la obra imperecedera de la palabra escrita, sólo encontrarán algunas pági- nas sueltas, serenas y frias, hojas secas de una rosa conservada sin perfume en los cartones de un herba- rio. El Doctor Rawson ha sido más grande que su glo- ria. EL PLATINO NATIVO DE LA TIERRA DEL FUEGO Las arenas auriferas de las costas argentinas, cuya explotacion durante los últimós años se ha practicado con cierto éxito, nota- blemente por la «Sociedad Lavaderos del Sud» en el estableci- miento «El Páramo» situado cerca del Cabo de San Sebastian en la Tierra del Fuego, encierran en corta cantidad los metales del grupo del Platino. Durante la amalgamacion de las arenas concen- tradas para la extraccion del metal precioso, partículas de metal blanco y pesado se recogen, mezcladas con la arena negra y ferru- ginosa que acompaña los metales separados por el lavado. El señor Ingeniero del citado establecimiento, Don Julio Popper, me había obsequiado con una muestra del Platino nativo, de la Tierra del Fuego, cuyo peso, despues de haber separado los gra- nos de hierro magnético por el iman y por varios tratamientos por el ácido clorhídrico en caliente, era unos 17 gramos. Los granos metálicos son generalmente de forma achatada y de un diámetro de 0.1 milímetro 40.3 milímetros, entre estos hay aun un poco de arena cuarzosa no atacable por el ácido. Deseando comparar el platino nativo de la República Argentina con el de otras procedencias, he practicado su análisis, valiéndome del procedimiento de M.M. Deville y H. Debray (Mitchell's, Manual of Practical Assaying, edicion del año 1888, pág. 795). La proporcion de arena fué determinada fundiendo 2 gramos de la muestra con un peso conocido de plata pura, bórax y carbon, el boton metálico fué tratado por ácido fluorhídrico diluido y luego pesado. La diferencia entre su peso y el del metal empleado más la plata agre- gada representa la cantidad de arena en los 2 gramos. Todas las demás operaciones fueron practicadas, siguiendo es- trictamente las instrucciones dadas por los autores del método em- pleado. El cuadro siguiente representa los resultados de mi aná- 59 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lisis, seguidos por los datos correspondientes publicados por De- ville y Debray referentes al platino nativo de varias proceden- cias. (KYLE) (DEVILLE Y DEBRAY) Ib q Tierra del Fuego California Oregon España — Australia Rusia PIO 19.190. 19.85% 191245 iS 10. 099.505 111890 A UD O OO 0-0 2.20 1.45 ¡noto ss bona 0.400 0.65 0.65 2.65 ODA ASO Palaos OSOS 0.15 0.85 1.50210585 Datos 0200 MO AOS lo 2.40 - CODI on IES 0810 DINSA OS 110%. 22015 AOS A ee 6.965 4.95 4.30 0:80 A 30000 Osm ILMO LLO ALIS INIA AO LO DOS II O O SO IIA O) 1.20 1.00 Osmio y pérdida..... .984 0.05 —- 0.05 1.00 2.30 100.000 100.00 100.25 100.00 100.00 100.00. Segun estos datos, el platino argentino se parece mucho al de la California, siendo este sin embargo algo más rico en Iridio y en el Osmiuro de dicho metal. Juan J. J. Kyle. Lasa de Moneda, Buenos Aires, Febrero 1890. INFORME SOBRE EL WAGON BÉLICO DEL SR, MONTAGNER Señor Presidente dle la Sociedad Cientifica Argentina, Dr.D. Cárlos M. Morales. Habiendo inventado un nuevo sistema de wagones para pasar automáticamente de trocha ancha á la angosta y vice-versa, con— servando ta misma solidez de los wagones actuales, ruego á Vd. se digne nombrar una comision que tenga la bondad de venir á pre- senciar y ver funcionar el modelo que tengo en Constitucion, calle Pavon, número 450. Con toda estima soy de Vd. atento y S. S. Buenos Aires, Enero 6 de 1890. José Montaqner. Cuyo 1001. Buenos Aires, Enero 7 de 1890. La Junta Directiva, en sesion de la fecha, resuelve nombrar en comision á los señores Ingenieros Luis A. Viglione, Otto Krause y Emilio Candiani para que presenten un informe sobre el sistema de wagones del señor Montagner. CárLOS M. MORALES, Presidente. Juan V. Botto, Secretario interino. Buenos Aires, Febrero 22 de 1890. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Los que suscriben, nombrados en comision para informar sobre el invento del señor Montagner, denominado « Wagon Bélico », tie- 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nen el honor de dar cumplimiento á su cometido en la forma que en seguida se espresa. El «Wagon Bélico» es un vehículo de ferro-carril, destinado á correr indistintamente en dos vías de diferentes trochas. El modelo que hemos examinado es construido en la mitad de su verdadero tamaño, y sus proporciones corresponden á un wagon que debe correr en una vía de 1676, y en otra de 1*00 de trocha. El wagon lleva consigo cuatro ejes montados sobre sus ruedas correspon- dientes, dos de estos ejes se adaptan á la vía de trocha angosta y los otros dos á la trocha ancha ; respectivamente se ponen en con- tacto las ruedas de cada juego de ejes con los rieles de la vía en la quese desea hacer correr el wagon. Para entrar de una trocha á la otra el wagon tiene que pasar pré- viamente sobre una vía cuyos rieles forman una sinuosidad en el sentido vertical, y es en este momento que funciona un mecanismo que hace levantar ó bajar las ruedas correspondientes ála trocha ancha, segun que el wagon vaya de la trocha ancha á la angosta Ó vice-versa; de este modoen el primer caso, una vez entrado el wagonen la trocha angosta quedan levantadas las ruedas de la trocha ancha, quedando en contacto solo las ruedas de la trocha angosta ; en el segundo caso, cuando las ruedas de la trocha ancha están bajas, son las de la trocha angosta las que quedan suspendi- das y el wagon puede seguir por la vía ancha. La invencion del señor Montagner, se reduce, pues, á emplear dos juegos de ejes en cada wagon y á un mecanismo que permite subir ó bajar las ruedas del juego de ejes, que corresponden á la trocha más ancha. Este es el vehículo á que el señor Montagner le ha dado el nombre de « Wagon Bélico », segun él, á causa de las ventajas que reportará, en casos de guerra, para el trasporte de tropas y pertrechos de guerra, de una vía á otra, sin necesidad de trasbordes, ventajas que las estiende naturalmente al trasporte de otras mercaderías y pasajeros cualesquiera. La comision que suscribe, como cuestion prévia, antes de abrir juicio sobre el invento se hizo la siguiente pregunta : ¿Existe real y verdadera importancia económica en proveer sinó á toda áuna parte de los wagones de las empresas de ferro-carriles de una nacion, de los aparatos necesarios para que puedan correr indistintamente en varias vías de diferentes trochas ? Esta pregunta fué resuelta negativamente, mientras las disposl- ciones que se inventen con tal objeto no revistan una simplicidad Es INFORME SOBRE EL WAGON BÉLICO DEL SEÑOR MONTAGNER 919) tal que permita la fácil y rápida maniobra y evite el exceso de peso muerto en los wagones. En efecto con los aparatos mecánicos mo- dernos de cargar y descargar colocados en los puntos de union de las líneas de diferente trocha, se ha reducido á un mínimum el costo de los trasbordes. Esto sentado, pasamos á dar nuestra opinion sobre el invento de que se trata. La parte esencial del invento como ha podido verse en la des- eripcion que hemos hecho más arriba, es el mecanismo que hace mover las ruedas dela trocha ancha. Este mecanismo, en el mo- delo de medio tamaño que hemos examinado, funciona bien, esto es, el autor consigue, que una vez que el wagon marche por la vía ondulada dé paso de una á otra vía; los tacos que sostienen las ca- jas de engrase de los ejes de la vía ancha, se apoyen ya sea arriba ó debajo de las cajas, con lo cual queda el wagon en disposicion de seguir viaje. Bajo el punto de vista teórico el mecanismo no deja nada que desear, pero ¿sucederá lo mismo en la práctica ? A esto no podemos contestar de una manera definitiva y sí solo podemos hacer algunas observaciones más ó menos fundadas que son: 1? Siendo el movimiento complejo, esto es, teniendo que subir ó bajar las ruedas al mismo tiempo que todo el mecanismo se mueve, apartando ó cerrando los tacos en el instante en que sea oportuno, en otras palabras, teniendo que funcionar matemática- mente un mecanismo que forma parte de un wagon cuyo movi- miento solo está limitado por la vía en que corre, es necesario que las condiciones en que funcione sean siempre idénticas á las que hemos presenciado en el modelo construido por el señor Montag- ner. Podría suceder muy bien que el polvo que existe en abun- dancia en nuestras vías, unido al aceite que deben tener las articu- laciones del mecanismo, formen una pasta dura que entorpeciera el movimiento, pudiendo producir, en este caso, descarrilamientos en la vía de paso. 22 Siendo la diferencia de la trocha ancha á la angosta de 07677 el mayor vuelo que tendrían los wagones al correr sobre la angos- ta, sería 0338, causa que unida á la carga excéntrica que puede tener el wagon y á las malas condiciones de la vía darían por resul- tado una alteracion séria en la estabilidad del wagon. Sin embargo delo dicho, tratándose de un invento hecho en el país y para estímulo de su inventor, creemos que la Sociedad Cien- 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tífica debe recomendar al señor Montagner, á la consideracion del Gobierno y de las empresas, para que estas le faciliten los medios de poder hacer un ensayo práctico. La manera de hacer este ensayo económicamente sería el de que el Ferro-Carril de la Provincia le facilitara un wagon y una de las empresas propietarias de trocha angosta le facilitara igualmente dos ejes montados, con los cuales no le quedaría al inventor sinó mandar hacer el mecanismo de cambio de trocha. Saludamos al señor Presidente con nuestra consideracion más distinguida. Otto Krause. — Emilio Candrani. — Lurs A. Viglione. MOVIMIENTO SOCIAL La comision encargada de organizar y catalogar la Biblioteca de la Sociedad ha terminado ya su cometido; la disposicion adopta- da en el catálogo por el sistema de tarjetas es la misma que usa la Biblioteca Nacional, y en breve saldrá impreso en un folleto. La J. D. tomó la iniciativa de promover entre las diferentes socie- dades científicas de la Capital, un movimiento con el objeto de honrar debidamente la personalidad científica del Doctor Guiller- mo Rawson, miembro honorario de esta Sociedad. Al efecto resol- vió tomar las siguientes disposiciones: 1 Enviar una nota de pésame á la viuda del Doctor Rawson. 2% Colocar el busto del Doctor Rawson en el local de sesiones. 3” Depositar una corona sobre su tumba. 4” Enlutar los Anales del mes de Febrero. En la reunion de las diferentes asociaciones se resolvió nombrar por cada una dos delegados, que entenderán en el modo de concur- rir encorporacion ála llegada de sus restos. La «Sociedad Cientifica Argentina», ha designado porsu parte al Doctor Carlos M. Morales é Ingeniero Ponciano Lopez Saubidet. El ingeniero Ponciano Lopez Saubidet ha donado las diez accio- nes con que se suscribió para la ereccion del edificio social. Durante el mes de Febrero se han recibido cinco publicaciones 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA proponiendo canje con los Anales, y que pertenecen á otras tantas asociaciones científicas europeas y americanas. La Junta Directiva ha resuelto colocar el 14 de Abril próximo, aniversario del fallecimiento del Doctor Miguel Puiggari, una coro- na sobre su tumba. Han sido aceptados como socios activos los señores: Ingeniero Eugenio Vernaudon, señores Miguel B. Pons, Arriodante Gioachini, - Luis €. Manterola, Joaquin Sirven, Daniel Fernandez, José M. Sa- gastume, Eduardo S. Rodriguez y Martin Duhart. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS Mica DEL GLOBO Por JUAN LLERENA (Continuacion) La marcha la abría un cuerpo de música, vocal é instrumental, en que figuraban los tipos rudimentarios de las flautas, trompetas y atambores, en uso hasta nuestros dias, tan rutinarios somos los hom- bres en todo. Los familiares del Pyromis y los funcionarios de su casa venían en seguida, precediendo la naos régia, rodeada de flabe- líferos, de porta-abanicos y de niños de la casta sacerdotal, encargados del cetro, de las armas y de las otras insignias del monarca, delante del cual, Thyphon, como primer príncipe de la sangre, y el hijo del Segundo Pontífice, quemaban incienso y mirra en zahumadores de oro. La reina Isis, la hechicera esposa de Osiris, cubierta como él de ricos y diáfanos tejidos (el byssus) cuyo secreto han poseido desde muy antiguo las fábricas del Nilo, ostentaba como él en torno de sus rubios cabellos ondulantes, y en los adornos multiplicados de su terso cueJlo, de sus redondeados brazos y de sus pequeños y desnudos piés, lo que en bellas perlas y corales del Mar Shari (Mar Rojo) y Mar Erithreo y las minas de turquesas y esmeraldas de la Troglodyta y del Sinai habíanse desde muchos siglos acumulado de más precioso en el tesoro de los Pyromis. La reina, acompañada de su hermana Nepthis, no menos ricamente y elegantemente vestida que ella, seguían á Osiris, cada una en su elegante palanquin, cuya hamaca elástica de byssus y de oro, parecía suspendida de tallos del loto, rosas y azules, y sobre los cuales un eran dosel, tejido con los despojos tornasolados de las más brillantes aves de los trópicos, proyectaban una sombra tornasolada. Detrás de la reina y de su hermana se sucedían sobre dos largas líneas paralelas, los príncipes de la sangre (4 cuya cabeza marchaba Thyphon, con el semblante hosco, á pesar de los esfuerzos que hacía para cubrir su envidia y mal humor) y las otras princesas de la san- gre; seguidas de los reyes, vasallos y de los dignatarios del sacerdocio y del ejército. Destacamentos de este, regularmente alineados en peloton bajo sus gefes y sus estandartes respectivos, terminaban el cortejo, que la larga avenida de esfinges y de carneros sagrados, que conducían desde la ribera misma del rio á la principal entrada del templo, no podía contener toda entera. 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Delante del edificio sagrado, cuyas profundidades de granito reso- naban con sonidos misteriosos y solemnes, la música guerrera se calló y la pompa régia se detuvo. Las puertas de bronce, colocadas entre los grandes pilones, dieron paso á una larga série de coros sacerdotales, que salían al encuentro del Pyromis, cuya ascension al poder régio iba á consagrarse. Eran los oficiantes de todos los gran- des templos del Imperio, de todos los cultos locales que el tiempo, las conquistas y la política de los legisladores, habían hierarquisado bajo la divinidad Thebana. Ellos traían al nuevo hijo 6 Pyromis, que Ammon adoptaba en este dia, las bendiciones de sus dioses; más aún, traían á sus dioses mismos en procesion desde sus remotos san- tuarlos. Baris, esto es, naos ó barcas sagradas, sostenidas sobre los hom- bros de 18 á 24 sacerdotes, segun la importancia del personaje divino, representado sobre la popa y la proa de cada una de ellas, contenían pequeñas naos Ó tabernáculos, esmeradamente veladas con “un denso tejido de plata y de oro. Allí, al abrigo de toda mirada profana, debía creerse se hallaban encerrados esos grandes dioses descendidos de la Atlántida sobre la tierra de Kemi en épocas sucesi- vas é ignoradas, á saber: Phtah, análogo al Aeny védico, esto es, el fuego; Ma 6 Ph-Ra, análogo á El-ios, el sol; Djom, análogo al Homa védico, el dios de la copa; Sevek, análogo al Siva védico ; y esas otras concepciones locales, mitad mónstruos, mitad mitos, que los Pyro- mis anteriores, educadores de la Etiopía, habían injertado sobre los fetiches groseros de los Kushitas, primeros habitantes del valle del Nilo, y que todos se reasumían en familias divinas, análogas á la gran Triada inicial de Thebas. A medida que cada bari desfilaba procesionalmente delante del Pyromis Osiris, los sacerdotes que los cargaban mezclaban á sus himnos las alabanzas del rey, atribuyéndole las virtudes de que su Dios particular era más especialmente el tipo, el inspirador ó el sím- bolo : los unos alababan su justicia y su magnanimidad ;los otros su ódio hácia el embuste y su amor hácia el bien; estos exaltaban su sabiduría y su prudencia, domando sus pasiones; aquellos su fuerza y su valor, para domar á sus enemigos. A los tabernáculos de los dioses, sucedieron las estatuétas, Ó mejor, las momias, que ya sabemos se encierran en féretros representando la estátua del difunto, de los Pyromis antepasados y predecesores de Osiris (que segun pudo contar!los Herodoto, representan una série que en un cálculo mínimo, se estienden á 12.000 años antes de Jesucristo): FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 61 estas estátuas momias, llevando en sí mismas su autenticidad, eran igualmente llevadas é interpretadas por sacerdotes. En seguida, en medio de otro erupo sacerdotal, el toro blanco, símbolo vivo de Amon-Ra (no el toro Apis, que después fué consagrado á representar al mismo Osiris, despues de su apoteósis), todo cubierto de flores y envuelto en una nube de incienso, se presentó sobre el umbral del templo, como para invitar al nuevo Aroeri á pasarlo. Descendiendo entónces de su naos elevada, Osiris, á pié, se dirijió al través de los pórticos interiores y las altas columnatas de las salas hipósticas hácia el Santuario, donde sobre un altar de pórfido, tenía su sede la gran triada Thebana. Los coros sacerdotales, los Baris sagra- dos, las estátuas momias de los Pyromis, la familiz real y los gefes de los Veris, penetraron solos juntamente con el rey. A su llegada, el que hacía las veces del Gran Sacerdote (el Pyromis lo era en cuanto su carácter de Pontifex masximus y gefe de la casta sacerdotal, pero ocupado del gobierno óde la guerra, el Pyromis tenía un sub-pontí- fice que lo desempeñaba en aquellas funciones sacerdotales de que el Pyromis rey se hallaba exento), presidente de la panegiria, hizo ento- nar por los Pontífices que oficiaban á sus órdenes, el himno consa- grado á la luz divina, que se manifiesta á los mortales. De pié en el altar, él recibió al Pyromis, que subió á colocarse á su lado y desem- peñó el sacrificio preparado, desparramó delante de la estátua de Ammon las libaciones consagradas; quemó el incienso prescrito, en medio de una lluvia de flores, y se prosternó pronunciando estas pala- bras, de una tan orgullosa simplicidad : « Acudo á mi padre Ammon, en pos de los dioses, que él admite en su presencia para siempre! » Durante este tiempo, estos mismos dioses y su séquito terrestre giraban solemnemente en torno del altar, y mezclaban á los homena- jes que depositaban al pasar á los piés del rey del cielo, los votos que formulaban en favor del nuevo rey de la tierra. Se puede juzgar del espíritu estraño de estas antiguas letanías por los fragmentos siguientes, que algunas de las más viejas incripciones murales de los más antiguos templos del Alto Egipto, nos han conservado: La Diosa Maut (La gran madre, compañera de Ammon) <... Vengo á tribútar homenajeal soberano de los dioses, Ammon- 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ra, moderador (esto es, salvador) de la tierra de Kemi, á fin de que acuerde largos años á su hijo querido, el Pyromis, rey Osiris. El Dios Khons Hijo de Maut y de Ammon: la Triada tebana se forma de Ammon-Ra, Maut y Khons) «... ¡Venimos hácia tí, para servir 4 tu magestad, oh soberano señor, Ammon-Ra! Acuerda una vida estable y pura á tu hijo que te ama, al señor de la tierra Osiris ». , La Reina Isis «... Y yo la régia esposa, la poderosa señora del mundo, yo pre- sento tambien mi homenage á mi padre Ammon-Ra, rey de los dio- ses. Mi corazon se regocija con tus afectos; estremézcome (le alegría bajo el peso de tus beneficios. Oh! tú, que has establecido el asiento de tu poder en la morada de tu hijo, el Señor del mundo, Osiris, concédele una vida estable y pura. Que sus años se cuenten por períodos de panegirias!... » Despues de la reina, tocó presentar sus homenages á Nephtis, á la cabeza de las princesas de la familia real. Lo hizo de una manera tan delicada, pero sí más entusiasta en lo que al rey concernía, que su bella consorte; y el rey y la reina acogieron con una amable sonrisa este homenage que no había cómo equivocarse, partía de un corazon apasionado y entusiasta. | Despues de ella, tocó su turno á Thyphon, el hermano del rey, el cual prestó su homenage respetuosamente, aunque con tan mal talen- to como torpeza. A esta série de súplicas y de intercesiones, Ammon-Ra respondió por la boca del que hacía las veces de su gran sacerdote oficiante, especie de vice-pyromis, el cual dijo, dirijiéndose á Osiris : «... Mi muy amado hijo, recibe de mí una vida pura, y largos dias que pasar sobre el trono de KCemi. Tú dominarás al mundo en el regocijo; Toth ha adscrito á tu nombre todas las atribuciones régias del Aroeri celeste. El Mediodia y el Norte, el Oriente y el Occidente te serán sometidos; todas las buenas puertas te serán abiertas. En- trégote las malas razas para que sean holladas por tus sandalias. Tu FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 63 persuacion, tu sola presencia con tu ejército, te hará triunfar, más que la fuerza de las armas, sobre todas las regiones de la tierra. El amor tanto, como el terror dé tu nombre, se imprimirá profunda- mente en el corazon de los bárbaros que vais á someter. Dóite, oh hijo mio, la hoz de las batallas para contener á las naciones invasoras y segar la cabeza de los perversos; toma el azote y el cetro para regir la tierra de Kemi. Entre mis órdenes, la reina de los palacios celes- tiales ha preparado para tí la diadema del sol. Que este casco per- manezca sobre tu frente, donde yo lo coloco, para siempr3!... » A estas palabras, Osiris habiendo tomado sobre el altar, para reyes- tirse, la corona emblema de la dominacion universal, el Gran Sacerdote estendió su baston pastoral (cayado) hácia los cuatro vientos del mun- do, y mientras los pontífices auxiliares ponían en libertad cuatro ánades vivas, que tenidas en reserva para este momento, representa- ban los génios de los cuatro puntos cardinales, él exclamó: « Anset, Hapi, Don-mutef y Kebah-snuf: Dirigíos hácia el Sud, el Norte, el Occidente y el Oriente, y haced saber 4 los dioses de esas regiones: Que el hijo de Ammon y Maut, Osiris, se ha coronado con el Pschent (tiara). «¡ Qué el rey Osiris se ha coronado con el Pschent! » Con la cabeza ceñida con esta tiara mística, Osiris procedió en el acto á segar con sus propias manos una gavilla de trigo, que había sido cultivado dentro del recinto del templo, colocándolo como pre- sente sobre el altar de Ammon. La riqueza en el valle del Nilo, era toda agrícola, y este era un propio símbolo para espresarlo. Dicha ofrenda, y la lectura hecha en alta voz por el gran Sacerdote, de las prescripciones herméticas relativas á los deberes de los reyes, termi- nó la ceremonia religiosa. Reconducido por el toro blanco y las imá- genes de los pyromis sus predecesores hasta los límites exteriores del templo, Osiris, en mediode una nube de incienso y de flores, reganó la naos régia que lo esperaba delante de los pilones; en seguida, pre- cedido y seguido de las aclamaciones, de los juramentos y de los votos universales, se dirigió lentamente hácia su palacio, á lo largo de las dos filas de esfinges, cuyas cabezas de granito, revestidas ese dia con los ornamentos y el tocado régio y divino que determinaban la espresion simbólica de cada uno de ellos, agitadas por la brisa, parecían como animarse al soplo del humano entusiasmo, solevantán- dose para saludar al nuevo soberano á su pasaje. Detenido repetidas veces el rey, en su marcha de retorno, por las aclamaciones del pueblo y de sus grandes, cuando llegó á palacio, 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ya lo habían precedido la reina Isis y su hermana Nepthis. Isis, cuya alma amante y benévola no cabía de regocijo en aquel dia de la con- sagracion de la gloria de un esposo adorado, se entretuvo cón las damas de la Corte, esperando al rey en el gran salon de recepciones del Palacio, adornado de magníficas columnas. Nepthis, que había sentido tal vez con más entusiasmo y ardor que la reina misma, los esplendores y glorias de este dia, sintiéndose un tanto fatigada ó fas- tidiada, se dirigió á los aposentos interiores para reposar esas siestas Egipcias, largas y ardientes. Nilla y Typhon, su esposo, tenían sus aposentos en el mismo palacio, en un departamento inmediato, pero separado del de los reyes. Este dia, distraida Nepthis y absorbida en sus propios sentimientos y deseos más íntimos, se equivocó de cami- no, y en vez de dirijirse á sus propias habitaciones, se encaminó á las de la reina Isis, y habiendo llegado al aposento de esta, ricamente decorado como los suyos propios, se recostó sobre el lecho de la reina, quedando sumergida en una especie de letargo ó sopor delicioso. En el aposento, alumbrado por una luz muy ténue de lo alto, dominaba una grata oscuridad, una especie de crepúsculo indeciso, que ni era luz, ni era oscuridad perfecta, exactamente como en los países cáli- dos, se disponen las habitaciones donde se sestea. Voluptuosamente tendida sobre el lecho de Jsis, aún no habían pa- sado muchos minutos de su estraño adormecimiento, cuando el rey Osiris entró buscando á la reina en su aposento, sin duda con la idea de reposar á su lado. Al ver aquellas bellas y esbeltas formas de mu- jerenla penumbra del lecho, creyó eran las de su esposa y fué á re- costarse ásu lado. Llevaba en sus manos, como lo practicaba siem- pre que visitaba á la reina en sus aposentos secretos, una corona de melilotus que acostumbraba colocar sobre la rubia cabellera de la reina, antes de acercársele. El colocó la corona sobre la frente de Nephtis adormecida, y como las libaciones del templo y del palacio habían perturbado un tanto los sentidos del rey, él prodigó sus cari- cias á aquella beldad dormida, creyéndola su esposa, y entrando en seguida esa laxitud deliciosa que acompaña la posesion de lo que más se ama, el rey se quedó dormido. En esto Nephtis volvió en sí: ¿ ha- bía tenido conciencia de lo que había pasado? Sus transportes, que habrían bastado para volver en sí al rey si este no saliese de un ban- «uete, prueban que ella había participado de la misma exaltacion y delirio. Ella tomó la corona, la besó, la colocó de nuevo sobre la al- mohada y tomando algunas de sus flores que puso en su seno, se mar- chó á sus habitaciones, sin equivocarse por esta vez. ¿Cómo el perfu- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 65 me y el modo de ser característico de su esposa Isis no hicieron cono- cer al rey su error? Pero ya sabemos cómo su espíritu se hallaba per- turbado por el humo de las libaciones en esa mañana memorable. Y como el objeto era igualmente bello y amable, él no debió apercibirse de nada y si se apercibió era ya tarde. Entre tanto, lareina que se había detenido más de lo acostumbra- do en el gran salon de las recepciones, desembarazada al fin de impor- tunos, pudo dirigirse 4 sus habitaciones para reposar, donde tambien suponía refugiado al rey. En efecto, el rey estaba solo y dormía en el lecho nupcial de Isis. La corona de melilotus perfumaba las almo- hadas en el punto donde debía haber reposado la reina. Ella se acostó allado de su esposo que dormía, colocándose la corona en la frente. Pero cierto desórden, y el calor aún no enfriado del lecho, le hicieron sospechar que alguien había debido ocupar su lugar antes. Ella ad- virtió además que á la corona de melilotus, que era el presente cuoti- diano del amor de su esposo, le faltaban algunas flores que no debían haberse caido, puesto que no estaban en el lecho. Todas estas refle- xiones acudieron de golpe en el ánimo de la reina. Pero tan amable, como prudente, ella se guardó bien de despertar á su esposo y de inter- rogarlo. La reina amaba á su esposo con un grado de ternura tal, que la leyenda supone lo amó desde el vientre mismo de su madre, y muy luego tendremos ocasion de ver los quilates de este amor tan profun- do, como verdadero y absoluto en ella. No le faltaban pues, celos; por el contrario, los celos la devoraban, y su espíritu no estuvo largo tiempo en duda sobre la persona. La reina tenía unos sentidos tan es- quisitamente delicados, que por el olor solo llegó 4 comprender quien era la persona que en su propio lecho, se había anticipado á los ha- lagos de su esposo idolatrado. Pero ella, que conocía toda la lealtad, bondad y rectitud de su esposo, comprendió que el hecho se había pasado sin conciencia, sin discernimiento claro y distinto de su parte. Este pensamiento consoló un tanto á la reina, y un suspiro désa- hogó su pecho de las agudas puas de celos que lo laceraban. Ella re- solvió en vonsecuencia callar y no decir nada á su esposo, esperando del tiempo revelaciones para la solucion práctica y real de aquel enig- ma. Que su esposo no había tenido parte, ni conciencia en aquella infidelidad que tanto la apenaba, ella no lo ponía en duda por el he- cho mismo. El melilotus con flores de un cerúleo encantador y de un suave perfume, era la flor favorita de Isis, Del cuerpo mismo de la reina y de su aurea cabellera se escapaba un perfume tan suave, Co- ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 5 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mo penetrante que se confundía con el de esta flor, que despues llegó á ser su símbolo para sus adoradores. Mal podía pues Osiris obsequiar á una rival con una corona de melilotus que era casi como el símbolo del mútuo amor de esos dos seres tan esquisitamente heróicos y per- fectos, Osiris é Isis. Si su rival era la que ella suponía, en lo que no le cabía la menor duda, ella no amaba la flor del melilotus; su flor favorita, por el contrario, era la Rosa del Nilo, de un encarnado subi- do y de un aroma penetrante. Además el rey, en su reposo, reflejaba la dulce quietud y magnanimidad de las almas sin reproche. Y si ese he- cho llegaba ¿descubrirse por los interesados, cuántas desgracias no preveía Isis para el inconsciente Osiris, para ella misma y para toda su raza! Entretanto, ébria de amor y de remordimientos, la bella Nephtis hemos dicho, se había levantado del lecho de Isis, dirigiéndose á sus habitaciones. Su adusto esposo aún no había entrado en ellas. Ella pudo, pues, ganar su lecho sin ser observada, dónde se quedó dormida con el más profundo “sueño. Pero Typhon no tardó en penetrar tambien en sus habitaciones. El encontró á Nephtis dormida en todo el esplendor de su opulenta belleza. Devorado siempre por la inquie- tud, la envidia, los celos y todas las malas pasiones que desgarran las almas de los perversos, contempló á su esposa, la que durante toda la ceremonia apenas si lo había mirado á él, Typhon, mientras no había apartado los ojos del rey durante su coronacion; la contempló, de- cimos, con un amor mezcla impura de celos y de ódio, y observando que de el seno de la beldad dormida se escapaban el tronco de unas flores, quizo conocer qué flores eran. Sacólas despacio del seno hú- medo de su esposa, y entónces notó que eran flores de melílotus, la flor favorita de los amores de su hermano Osiris. En un rapto de fu- ror, su primer movimiento fué tomar de un brazo á su dormida. es- posa y despertándola de un sacudon, hacerla caer por tierra. Pero reflexionando que este no era el medio de conocer aquello de que de- seaba cerciorarse, se contuvo y guardando las flores que tanto irri- taban sus celos, comenzó á meditar un plan que mejor asegurase su venganza y diese satisfaccion á sus rencorosos ódios. No que tuviese la menor idea de la verdad; pero él se proponía averiguarlo todo por la astucia, de un lado; y por otro arrancar lo que deseaba por el terror. Pero aquel era un mal local para esto. Se hallaba en el palacio de un hermano, quelo amaba; más, al cual lejos de pagar con afecto y confianza, lo miraba como un peligroso rival del cual le convenía des- hacerse á toda costa. Allí él no podía realizar con toda seguridad sus FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 67 planes. Resolvió en consecuencia disimular, averiguar lo que pu— diese y en seguida mudar de residencia. Entretanto, el rey no tenía otro pensamiento que acelerar los pre- parativos de su gran espedicion civilizadora y conquistadora. El te- nía un ejército disciplinado que lo hacía dueño de la tierra entera, entónces entregada á la barbárie y el aislamiento. En efecto, des- pues del hundimiento de la Atlántida, la tierra había quedado sin dueño; y el mundo sin modelo y sin maestro. Una recrusdecencia de barbarie se había notado en las naciones abandonadas á sí mismas, y presas de sus caudillos y tiranos, que las hacían retroceder á pasos rápidos cn el camino del progreso y de la cultura. Solo el Egipto, por un efecto de su situacion escepcional, se conservaba civilizado y en progreso. El era dueño de las comunicaciones del Mediodía con el Norte, y del Oriente Asiático, con el Occidente europeo, y esto lo ha- cía dueño del comercio, de las riquezas y de las conexiones del mun- do entero. El era pues, el pueblo modelo de su época; y el mundo lo podía conquistar por su civilizacion, por sus instituciones, por sus riquezas, por sus ejércitos, por su influencia, y por los medios «que dá el comercio y la superioridad intelectual y material. Muy pronto los preparativos quedaron terminados, y el rey pudo moverse entónces con un numeroso ejército y una poderosa escuadra; ó mejor, dos escuadras, una en el Mar Rojo y otra en el Mediterrá- neo. Esta última no debía moverse hasta recibir órdenes. El se puso en marcha por tierra, siguiendo las costas de la Arabia, acompañado de su escuadra, que navegaba de conserva sobre las aguas del Mar Rojo, en la direccion del estrecho de Bab-el-Mandeb. Su plan era terminarla sumision de la Arabia, y embarcando su ejército en la ex- tremidad Oriental de esta, marchar por mar á la conquista de la In- dia. Su vuelta la debía dar por tierra, recorriendo lo que despues fué la Persia, la Media, la Asiria, la Mesopotamia, la Armenia, el Asia Menor y la Siria, la que conquistaría ya de vuelta á su patria, des- pues de fundar á su pas> numerosas colonias en los paises conquista- dos. Este plan que sería un imposible colosal, para un hombre co- mun, fué para el gran génio y el valor heróico de Osiris, un hecho en poco tiempo consumado. El conquistó la India, donde los descendien- tes de sus soldados aún predominan con el nombre de Malabares. El conquistó tambien de vuelta la Asiria, ála cual dió su nombre, Asiria, esto es, el país de Asiri ú Osiris, que ambas apelaciones son sinóni- mas. El fundó Babilonia en la Mesopotamia, y á Sardis en el Asia Menor. El fundó muchas otras ciudades en la Fenicia y la Siria, y 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA muy luego se halló de vuelta solre la embocadura del Nilo, en Tanis. Entretanto, ¿qué era lo que había pasado durante su larga ausencia en Egipto? Typhon, haciendo el espionaje de su esposa, consiguió obtener algunos detalles sobre el hecho que hemos visto, había mo- tivado sus más crueles celos. Su esposa, la bella Nephtis, acosada por el feróz Typhon, no tuvo otro partido que refugiarse en las habita- ciones de su hermana la reina Isis, á quien hizo una confesion franca de todo. La reina, no solo la perdonó, sinó que habiendo salido em- barazada, tuvo como fruto de un momento de olvido y de irresistible amor, 4 Annubis, un niño más bello que el amor, al cual Isis crió á su lado, como hijo propio, á fin de no irritar los celos feroces y san- guinarios de Typhon. Pero todo fué en vano, pues este todo lo supo por medio del espionaje. Annubis creció al lado de Isis y fué el sím- bolo de la fidelidad y del valor leal. Typhon, entretanto, mientras duró la ausencia de Osiris, no había osado acometer ninguna empresa de las suyas; porque Isis, que había quedado de regenta del reino du- rante la ausencia de Osiris, dirigida por Thot y otros hábiles minis- tros, administraba el reino con una tal vigilancia, firmeza, liberali- dad y acierto, que no dió lugar á la menor conspiracion, ni re- beldía. No sucedió lo mismo cuando llegó á saberse la vuelta de Osiris. En el acto Typhon le salió al encuentro para engañarlo mejor y envol- verlo en sus redes. Su objeto era armar una emboscada á Osiris, á fin de arrebatarle la vida y el cetro, y gobernar él en su lugar. El se presentó en Tanis, acompañado de una diputacion de 72 cómplices, con el pretesto de dar la bienvenida al gran conquistador, adelantán- dose á la reina (pues las mujeres son siempre lentas en moverse; aún allí cuando más interesado se halla su corazon y sus negocios). La presencia de la reina podría haber instruido á Osiris y hecho impo- sible la maquinacion de Typhon. Pero este, que por un sistema bien organizado de espionaje, tuvo tal vez ocasion de saber antes que la reina Isis, la llegada de Osiris, se adelantó y salió al encuentro de este antes que la reina. El halló en consecuencia á Osiris desprevenido é ignorante del mal que se tramaba; pues ya sabemos que el rey, sin conciencia de ello, había poseido á la bella Nephtis, la esposa de Ty- phon, ofendiendo mortalmente á su marido, cosa que ignoraba el erande y heróico soberano. Typhon se hallaba además secundado en su complot, por Aso, reina de Etiopía y enemiga de Osiris, que ha- bía impuesto su yugo al país que ella gobernaba. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 69 Por lo que es á Typhon, él había hecho tomar furtivamente la me- dida de la talla de Osiris, haciendo fabricar uno de esos bellos co- fres egipcios de momia, con figura humana, que servía de féretro á los Pyromis y constituia su estátua autenticada, segun conocemos por el testimonio de Heródoto. El cofre se hallaba bellamente escul- pido y ornamentado con geroglíficos de colores y adornos de oro y de azul, de una gran riqueza y esplendor. líra en una palabra, un pre- sente digno de un Pyromis. En la noche misma de la llegada de Osi- ris, y antes que este hubiera podido ver á la reina Isis, Typhon dió un banquete de bienvenida á Osiris, al cual concurrieron 72 de sus conjurados. Erala costumbre inmemorial entre los Egipcios, el pre- sentar un ferétro óla figura de un muerto á los convidados, á fin de recordarles la brevedad de la vida é incitarlos al placer. Typhon hizo presentar en el festin el magnífico féretro ó cofre de momia de que hemos hablado, paseándolo entre los presentes. Todos los convidados miraron con admiracion aquel precioso ob- jeto; y Typhon que gozaba de su sorpresa, les dijo en tono de broma y por via de chacota, que lo regalaría á aquel de sus convidados que acostándose dentro de él, lo encontrase bien ajustado á su talla. En- tónces cada uno de los convidados (que estaban en el complot) co- menzaron á ensayarse por turnos dentro del cofre, sin que á ninguno le viniese bien. Osiris, arrastrado, como sucede en estos casos por el ejemplo, y sin comprender pudiese haber algun peligro para él, entró tambien en el cofre, y se estendió dentro. En el acto los conjurados acuden y cierran el cofre y mientras los unos clavan la tapa, otros vier- ten plomo fundido sobre sus junturas á fin de cerrarle herméticamen- te é impedir todo acceso del aire que pudiese haber prolongado la existencia de la víctima encerrada y sofocada en su interior. Des- pues de esto el malvado Typhon hizo arrojar en las corrientes del Nilo el féretro que contenía los despojos de su hermano tan vilmente atrapado. El cofre flotó de este modo sobre el brazo Tanítico del Nilo, el cual insensiblemente lo condujo hasta el mar. «Esta es la razon, dice Plutarco, por quélos egipcios no pueden oir pronunciar :el nom- bre de este brazo ó boca del rio, el Tanítico, sin estremecerse de horror. Este atentado tuvo lugar el 47 del mes de Athyr, del año 6000 antes de Jesucristo. En este momento del año el sol recorre el signo del Scorpi0, y en él se cumple el 28% año del reinado de Osi- ris». «Los Panes y los Satyros, dice Plutarco, que habitan cerca de Chemnis, fueron los primeros instruidos de este espantoso aconteci- miento, desparramando la noticia. Hé aquí por qué los sustos repen- 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA inos que se apoderan de una multitud, hansido denominados terro- res pánicos ». Lo que sigue hasta” el final del capítulo, es todo to- mado literalmente de Plutarco. «En el mismo instante de saber la noticia del fatal suceso, Isis cortó en el lugar en que se encontraba en marcha para salir al en- cuentro del rey su esposo, los bucles de su bella caballera, tomando un traje de duelo. Esto sucedió en el paraje en que hoy se halla la ciudad de Coptos, nombre que segun algunos escritores significa pri- vacion, naciendo del verbo Coptei, privar. Ella corría de todos la- dos entregada á la más acerba desesperacion; informándose de cuan- tos veía, del paradero del cofre en cuya busca deseaba salir; por fin, encontró unos niños 4 quienes hizo la misma pregunta. Ellos lo ha- bían visto por casualidad, y le dijeron por cual embocadura del rio los partidarios de Typhon lo habían espulsado al mar. «De ahí viene la opinion en que están los egipciós, de que los ni- ños tienen la facultad de adivinar; sacando presagios de las palabras que les oyen pronunciar al acaso, en los templos. Isis tenía á su lado en estos momentos ¿4 Annubis, aquel hijo de los amores incons- cientes de Osiris, con su hermana Nephtis, á quien la reina no solo había perdonado, sinó que se encargó de criar el niño, y ya grande, lo tenía por su custodio y compañero de viaje, dando al jóven el nombre de Annubis, segun lo acabamos de espresar. Se cree le ha sido encomendada, por su vigilancia y fidelidad, la guardia de los dioses, como los perros son hechos para guardar á los hombres. Pronto supo la reina que el cofre, llevado por las olas del mar, había sido arrojado sobre las riberas de la ciudad de Byblos, en las costas de la Fenicia. «En efecto, el cofre había arribado á aquellas playas, siendo de- positado por la resaca sobre un matorral. Este, en poco tiempo, con aquel precioso fardo, alcanzó en corto tiempo á tal grado de des- arrollo, adquiriendo una prodigiosa magnitud y belleza, que su ta- llo envolvió el cofre y lo cubrió completamente; de manera que no era posible percibirlo por ningun lado. El rey del país, admirado de la magnitud inusitada de aquel arbusto, habiendo hecho cortar la parte del tallo que ocultaba el cofre en su seno, formó con él una co- lumna destinada á sostener el techó de su palacio. Isis, que fué ad- vertida de ello por una revelacion celeste, se encaminó á Biblos, donde habiendo llegado, se sentó cerca de una fuente, con los ojos bajos y derramando abundantes lágrimas, sin dirigir la palabra á nadie. Enesto, habiendo aparecido las esclavas de la reina del país, FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 71 Isis las saludó y habló con bondad, arreglando sus cabellos y comu- nicándoles el olor delicioso que se exhalaba de su cuerpo y cabe- llera. «La reina, asombrada del peinado de sus esclavas y del grato y suave olor que esparcían, concibió el más vivo deseo de ver á la ex- tranjera. Hízola en consecuencia venir á su presencia; y habiéndose hecho la amiga de la reina, esta le dió á amamantar uno de sus hi- jos. Se dice que el rey de Biblos se llamaba Maleandro y su reina Astarpe ó Artaste. Otros llaman 'á esta reina Saosis y algunos otros Nemanun, que por su significado corresponde al nombre griego Athe- nais. Iris, para alimentar el niño, en vez de ponerle en la boca el pezon de su pecho, le introducía uno de sus dedos. Durante la noche, la diosa lo pasaba por el fuego á fin de consumir lo que había en él de mortal; mientras ella, tomando la forma de una golondrina, iba á posarse y llorar sobre la columna que encerraba los despojos de su adorado Osiris. Una noche, habiéndola espiado la reina y viendo á su hijo entre las llamas, prorumpió en grandes alaridos, privándolo con esto de la inmortalidad. Entónces la diosa se dió á conocer, y pidió la columna que sostenía el techo del gran salon del palacio. La columna le fué concedida, y habiendo estraido el cofre con facili- dad, lo envolvió en un velo, desparramó sobre él perfumes, devol- viendo la viga al rey y su reina. Este madero se halla aún en Bi- blos, en el templo de Isis, donde el pueblo lo reverencia. «La diosa se arrojó sobre el cofre, profiriendo ayes y lamentos tan desgarradores, qué “el más jóven de los hijos del rey murió en el acto, de espanto. Isis, acompañada del mayor de ellos, se embarcó con el cofre, y se hizo á la vela para el Egipto. Como al salir la an- rora, soplase del rio Phoedrus un viento impetuoso, la diosa irritada lo desecó por completo. Desde que se vió sola en un lugar apartado del buque, abrió el cofre y colocando su rostro sobre el del cadáver de Osiris, lo besó y lo regó con sus lágrimas. El hijo del rey, habién- dose acercado dulcemente por detrás, para observarla por curiosidad, y apercibiéndose Isis de ello, se volvió para atrás, lanzando una mi- rada tan terrible, que el jóven no pudo sostenerla y murió de terror. Otros refieren de otra manera su muerte, y dicen que al retroceder ante las miradas de la reina, él se cayó en el mar y se ahogó. Los egipcios lo honran á causa de la diosa, y en sus comidas lo cantan con el nombre de Maneros. Segun otros, él se llamaba Palestinus ó Pelusius, y la diosa edificó una ciudad que llamó de su nombre Pe- 72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lusium. Se asegura que el Maneros cantado por los egipcios, es el inventor de la música. Otros pretenden que Maneros nó es un nom- bre de persona, sinó una especie de fórmula proferida en los festines y en las fiestas, y por la cual se espresaba el deseo de que estas di- versiones fuesen felices; porque tal es la significacion de la palabra Maneros que en tales ocasiones es á menudo repetida. «Isis tuvo que ponerse en camino para ir á Butis, donde se criaba su hijo Horos. Para esto, ella tuvo que depositar el cofre en un pa- raje apartado del tráfico de los hombres, á fin de que se ignorase el lugar de su ocultamiento. Pero Typhon, cazando una noche al claro de la luna, halló el cofre, y habiendo reconocido el cuerpo de Osiris, lo cortó en catorce pedazos, que dispersó de un lado y otro. Habién- dolo sabido Isis, montó sobre una barca hecha de corteza de papy- rus y recorrió los ciénagos vecinos para buscar dichos trozos. De ahí viene que los que navegan en barcos de papyrus, no son atacados por los cocodrilos. A medida que Iris hallaba una parte del cuerpo de su amado Osiris, le alzaba una sepultura en el lugar mismo, y es por esto que se ven en el Egipto muchos sepulcros de Osiris. Otros dicen que hizo hacer muchas representaciones de su esposo Osiris, dando una á cada ciudad á fin de hacer creer que era el cuerpo en- tero de su esposo. Ella quería hacerlo más generalmente honrado y que si Typhon, llegando á sobreponerse á Horos en la próxima lu- cha, trataba de descubrir dónde se hallaba el sepulcro de Osiris, el gran número de los que le mostrarían, lo harían desesperar de en- contrar el verdadero. Solo las partes naturales no pudo encontrarlas Isis, porque Typhon las había arrojado desde el principio en el Nilo, donde fueron devoradas por el lepídoto, el pagre y el oxirincho; así, estos peces los miran con horror los egipcios. La diosa, para reem- plazar esta pérdida, hizo hacer una representacion; y consagró el Phallus, cuya fiesta celebraron despues los egipcios. «Osiris se apareció, volviendo de la otra vida, á su hijo Horos, á quien instruyó en el arte de los combates. Despues de estopreguntole qué accion miraba como la más meritoria y gloriosa por consiguien- te: «Es, le respondió Horos, vengarlos agravios sufridos por un padre ó poruna madre». Osiris lepreguntó además ¿qué animal creía él mas útil para la guerra ? Habiéndole respondido Horos que era el ca- ballo, Osiris admirado le preguntó por quéno había designado el leon, mas bien que el caballo. «Es, replicó Horos, porque el leon es solo un modelo para aquellos que necesitan defenderse; mientras que conelca- ballo se persigue al enemigo y se le mata ». Osiris, encantado de es- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 13 tas respuestas, comprendió que su hijo estaba bastante preparado pa- ra el combate. «Se dice que una multitud de egipcios se pasaron al partido de Ho- ros, una vez que este llegó á entrar en accion. Entre estos pasados se llego á contar hasta la concubina de Typhon, llamada Thueris. Una serpiente que la perseguía fué muerta por las gentes del séquito de Horos, y es en memoria de esta accion que los egipcios aún hoy llevan á susasambleas una cuerda que cortan en muchos trozos. El combate entre los partidarios de Horos y Typhon duró muchos dias, saliendo al fin vencedor Horos. Isis habiendo encontrado 4 Typhon encadena- do, por bondad ó por una política inusitada en esa edad, en vez de matar á su enemigo, le quitó las cadenas y le devolvió la libertad. Horos, en la indignacion que concibié por ello, alzó la mano sobre su madre y le arrebató las insignias de la dignidad régia que llevaba en la cabeza. Thotle dió en compesancion un casco que representaba una cabeza de toro. Typhon entabló un proceso áHoros sobre su legitimi- dad, mas con el socorro de Thot, Horos se hizo reconocer por los dio- ses y venció á Tiphon en otros dos combates. Isis, con quien Osiris había tenido comercio despues de su muerte (cuando Isis lo resucitó á fuerza de amor en su cofre, al volver de Biblos), hubo un hijo que nació antes del término y que resultó cojo. Se le dió por nombre Har- pocrates, palabra que espresa ese defecto. Se le representa en forma de un niño cojo, sentado sobre una flor de loto, haciendo en la boca con el dedo la señal de silencio». 1EJ1d! CABO GUARDAFUÍ, LA AROMÁTICA REGION DE LOS ANTIGUOS. — SU AC- TUALIDAD BAJO LAS TRIBUS SOMALIES. — ISLA DE SOCOTORA É IS- LA DE AB-DEL-KOOURY. — ESTABLECIMIENTO FRANCES DE OBOCK. Alacercarnosálas costas africana y asiática que se aproximan la una á la otra en la extremidad del Golfo de Aden, la llanura maríti- ma, plana como una pampa y apenas risada por la brisa, adquiere un azul turquí delicioso, que el brillante sol de Arabia atornasola. Los sleamer se cruzan sin cesar por nuestro horizonte. Las altas y sólidas costas africanas avanzándose en magnífico maciso hasta el Cabo Guar- 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dafuí, plana y poco accidentada en toda su extension, como el borde de una elevada é inmensa antiplanicie, al formar en el cabo mismo como el perfil de la peña de un coloso de granito, se eriza en su parte superior, recortándose en agujas y picachos desgarrados. ¿Son los fe- tiches de esa negra tierra de supersticion, que se acercan á los es- plendentes Océanos del Oriente, para confrontar las feas caras de sus monstruosos ídolos gesticulantes, con los bellos dioses místicos que adoran los poéticos Hindus ó los chinos filosóficos ? No ha faltado, ni falta quien sostenga que esas supersticiones han hecho la grandeza y la gloria de las antiguas razas. No! La grande- za fué antes y primero que la supersticion, la cual no forma sino el orin de una decadencia posterior. La supersticion vino en pos dela oloria, como la tela de araña viene en pos de la brillante festividad, y meramente como un signo de degeneracion y decadencia; esto es, de la cesacion de esa gloria. La supersticion es el moho, es gusano de un cuerpo que termina su era de vida y entra en su era de descomposi- cion. No fueron supersticiosas Grecia y Roma en tiempo de su gloria, sinó en tiempo de su decadencia, esto es, de la tiranía. Mas alto aún, hemos visto á Osiris, el primer graude hombre de laleyenda que se es- tiende entrelas tinieblas prehistóricas y la historia; adorador de un solo dios y deuna religion pura, fué superior ¿la supersticion que vino á implantarse, fundándose sobre su nombre legendario, su superstructu= ra impostora. Porque la supersticion tiene esto de estrañou, que ella viene á esplotar álas víctimas, en provecho de los verdugos. ¿No hemos visto á los sectarios y sucesores le Typhon, el despotismo y la tiranía, fundar el cristianismo Osiriaco, consu cruz ansata, para escusar, sa- tisfacer y dar lugar á la tiranía feroz que mató ¿Osiris? ¿No hemos visto á los crucificadores del Cristo, álos fariceos y escribas del cato- licismo, esplotar la sangre del que ellos han vendido y crucificado ? Es la verdad la que hace la grandeza de los pueblos y de los hombres, no la supersticion. Esta, como un parásito funesto, se implanta en la gloria del pasado para corromperla y esplotarla en su provecho. La supersticion hizo de Osiris, no un grande hombre, que era en realidad, sinó un dios, que no era. Esto era como alzar un pretesto plausible para no reconocer al dios verdadero, al dios creador, al dios de la evolucion y de la ciencia, que adoraba Osiris. Esto es, le arre- bataban una gloria real, para rodearlo de una gloria ficticia y ab- surda, que no hacía sinó ponerlo en ridículo. Y ¿cuántos como este, que los hombres despojaron de su gloria verdadera de hombre, para convertirlo en un dios falso, ridículo y funesto? Supersticiones crea- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 75 das tal vez por el sombrío absolutismo y la tiranía para consolidar su usurpacion. Más aún, para contener el desarrollo de una civilizacion naciente; para degradarla, corromperla y abismarla junto con las estúpidas razas que se dejan invadir y corromper por la supersti- cion, y en la cual esta se apoya como en una fortaleza. Porque la supersticion mata y degrada en el cuerpo y en el alma álos que la ad- miten. Ved la India. Si recorreis sus anales, nada más valiente que esa brillante y poética raza. Pero ellos han aceptado las supersticio- nes interesadas que han fraguado para embrutecerlos y degradarlos, su sacerdocio Brahamánico, que se ha empeñado en hacer de ellos, no una raza inteligente, laboriosa y digna, sinó un rebaño de carneros ociosos é inútiles; y desde entónces, se han convertido en la cosa, el hecho, la majada de cuantos han querido conquistarlos y explotarlos, Persas E Arabes, Portugueses, Holandeses, Ingleses. ¿Comprenderá alguna vez el hombre que por dignidad, por interés propio, no puede, no debe reconocer otro yugo que el de su propia razon, su propia conveniencia, que es la lógica irresistible de la razon y de la justicia; y el de la ley que la equidad establece para bien ? Dios no ha distinguido al hombre por unas garras más fuertes que las del tigre, ni por una fuerza mayor que la del toro ó del elefante. El no lo ha distinguindo sinó... por la razon. Es pues esta facultad la que el hombre debe cultivar de preferencia á toda otra; y es ella su único distintivo y título sobre los otros seres. De seguro que el dios que ha dotado al hombre, el dios de la evolu- cion, distinguiéndolo de los otros seres por su razon, nunca podrá jamás imponerle que abandone su razon segura y fiel, para seguir los dictados de una fé fundada en la supersticion. No. La fé, si hay que recurrir á ella, debe colocarse en la razon misma, en la verdad y la Justicia que de ella se deriva; y no en las supercherías interesadas de los impostores. Dios á quien la Biblia llama Dios de las ciencias, no teme la luz de la razon y de la verdad que él mismo ha colocado en el hombre. Son los ídolos funestos de invencion humana los que le temen. «La gran punta que el Africa proyecta al nordeste, en frente de la Arabia, es seguramente uno de los paises más espantosos y deso- lados del mundo: el único campo que allí ha sido cultivado, es el campo de los muertos, y esto hace que esta gran Necropoli oculte tesoros etnográficos, y toda una página de la historia del pasado. >» Tales son los términos en que se espresa M. Revoil, en un trabajo so- bre el Cabo Guardafuí y regiones adyacentes, publicado en 1883 por 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la sociedad geográfica de Paris. Pero nosotros decimos, no puede ha- ber campo de muerte, que no haya sido préviamente campo de vida. No pueden haber muchos muertos, sinó donde han existido muchos habitantes, ó es un país fértil, ó un país que ha estado animado de un grande y poderoso comercio é industria. Pongámonos en este último caso, porque este país comprende lo que los antiguos han denominado Aromática regio, y es evidente que este nombre no ha podido darse á un muladar. ¿Es un país fértil, abandonado al cabo de los siglos por su feracidad? ¿Es como la vieja Tiro, un país comerciante y manufactu- rero á quien los años y las visicitudes de la política han arruinado ? Esto es lo que vamos á averiguar. Esta region podemos considerarla como dividida en tres partes, á saber,lapunta más avanzada al Norteó cabo Guardafui; el paísdelos So- malis que se estiende principalmente al Sudeste, y Obok que se ha he- cho célebre por la ocupacion francesa. Lo que vamos á decir de las do: primeras partes, lo tomaremos del Valle del Darror y Viaje al país de los Somalves, publicacion hecha por el autor y con la fecha que hemos indicado. Así, se vé, en nuestro itinerario, vamos citando segun se ofrece, los autores y escritores más antiguos, lo mismo que los más modernos. Solo que nuestros conceptos, lo mismo que nues- tras citas, no llevan el sello de la vulgaridad, sinó que son por el con- trario de gran novedad, ó presentados bajo un nuevo aspecto. Son co0- mo diamantes desenterrados, sea de las antiguas ruinas, sea del fár- rago contemporáneo de escritores adocenados, todos concordes en de- cir la misma cosa y espresar lo mismo, como enseñada por el mismo éco, la rutina del señor todo el mundo. Es en esta última parte don- de es más difícil el hallazgo de pequeñas joyas y de pequeñas gemas que puedan hacerse valer. En 1877 y 1878, el escritor francés citado se había visto por dos veces en el caso de visitar el litoral de la Medjurtine, mas entónces obedecía á móviles puramente mercantiles. Sin embargo, la segunda residencia que hizo en diversos puntos de esa costa le permitió reco- ger ciertonúmero de observaciones y documentos en los cuales las so- ciedades geográficas encontraron cierto grado de interés. Animado por estos testimonios, M. Revoil, solicitó en 1880 y obtuvo del Minis- terio de Instruccion Pública de Francia, una mision cientítica á las regiones que había ya visitado y en las tribus inmediatas. Esta tercer esploracion ha sido, segun él,más interesante que las otras, habiendo conseguido reunir, mediante una mejor posesion del idioma, detalles interesantes sobrelos usos, costumbres y orígenes de estas tribu FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 1h africanas de la punta del Nordeste de Africa, que participan de un ca- rácter mixto, á la vez africano y asiático, esto es, etiope y arábigo, lo que acusa á la vez una gran proximidad gcográfica y una gran aproximacion etnográfica é histórica. Tambien las observaciones de M. Revoil versan sobre la fauna y flora del país, habiendo al mismo tiempo logrado fijar con precision, la posicion geográfica de los luga- res comprendidos en su itinerario. En general, esta region, segun el viajero indicado, puede dividirse en tres grandes zonas: el litoral, donde se hallan las ciudades, llamado Bender, las altas montañas que lo costean, y el interior que esuna gran meseta sobre la cual los nómades viven con sus rebaños. El li- toral se compone generalmente de una lonja de arena á veces inter- rumpida por los escarpamientos á pique, con una vegetacion formada de plantas marinas, tamariscos, acacias y otros, arbustos espinosos. Las montañas son generalmente calcáreas y su estratificacion la ob- servada en todo el contorno del mar Rojo. Algunos parajes presentan vestigios de erosiones y de solevanta- mientos volcánicos, como las gargantas Togueni y el valle de Medloo, semejante por sus limonitas y basaltos á un inmenso cráter. El in- terior presenta una série de grandes estepas, donde á veces un solo arbusto no se alza de la tierra; todo se halla cubierto de una capa si- licosa de color negruzco que oculta sus guijos, y por su aspecto se po- dría comparar al llano del Crau en Francia. Se hallan entrecortados por praderas ó cañadas inmensas, cubiertas de pastizales: en ellas pastan numerosos hatos de ganados, carneros, cabras, asnos, caba- los y camellos, que constituyen la principal, ó por mejor decir, la única riqueza de los zomalís del interior. En ninguna tribu, M. Re- voil ha encontrado el menor vestigio de cultura, lo que atribuye á la pereza encarnada en los indígenas, tambien á la naturaleza del suelo que carece de tierra vegetal; suelo pedregoso que la sequedad trans- forma en un verdadero desierto. Bajo el aspecto hidrográfico, el país comprende dos vertientes: la vertiente del Golfo de Aden y la del Océano Indico; vertientes que se pueden distribuir en otras tantas cuencas, cuantos torrentes ó peque- ños rios descienden de las montañas de cintura de la meseta ó de la cadena costera. Pero de todas estas corrientes de agua una sola mere- ce alguna atencion. Este es el rio Darror, que saliendo de los Montes Hodaftemo, corre en la direccion del sudeste y se arroja en el Océa- no Indico, despues de haber recorrido un gran valle, que sería un completo desierto, si nose presentasen aquí y allí magníficos pasti- 78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sales Ó como todos los rios de estas regiones, el Darror no es, durante la estacion de la sequedad, sinó un delgado hilo de agua, que se pier- de entre las arenas y los guijos ; mientras en la estacion de las 1lu- vias corre de borde á borde, arrastrando en su curso, foribundo, todo cuanto encuentra á su paso. En cuanto al clima medio, él es templado; sin embargo, el termó- metro se eleva á veces hasta los 34” sobre la ribera del mar; hasta los 457, los 49? y aún los 55” al sol, sobrela meseta del interior en Karkar. Y, por el contrario, en las montañas, á los 1650 metros de elevacion, sele vé á veces descender hasta 115. Es á estos estremos considerables de temperatura que nuestro viajero atribuye los casos frecuentes de tísis y romadizo que él ha encontrado en los nómades, que no tienen por todo vestido sinó un paño de lana Óó un pedazo de piel de cabra ú oveja sobado. Las otras enfermedades comunes entre los zomalis son las oftalmías, el vitteligo, las afecciones cutáneas; tambien hay casos de escrófulas. Mediante su contacto con los árabes, los zomalis han adquirido ciertas nociones farmacéuticas. De su ciencia han aprendido á emplear como purgante la tisana de Jallelo ; la corteza del Megad para secar las llagas; la mirra y la falsa mirra contra los males de los intestinos; el incienso en infusion en agua contra los males de la vejiga. Para el resto, el tópico universal es la sangría ó el cauterio con el hierro enrojecido hasta el color blanco. Hay pocos naturales cuyo cuerpo no se halle cubierto de un verdadero tatuaje de quemaduras ó escarificaciones; y aún acometidos de un cólico se hacen quemaduras en cruz en las plantas de los piés y en la palma dela mano para sanar. En 1880, Mr. Revoil visitó á Meraya en el vaporcito « Emilio Eloi- sa». Este es un puerto del Grolfo de Aden en la vecindad inmediata - del Cabo Guardafuí. De ahí en un butre, bote de vela, pasó á Buah, de donde sedirigió á visitar el valle Tohen en compañía de Osman Maha- mud, eljóven sultan de Medjurtine. Enlas inmediaciones de Tohen se hallan las ruinas de Olok, situadas sobre el flanco de una montaña, á la ribera del mar. La arena las ha cubierto dejando solo entreveer sus fundamentos tallados en la roca sobre un plan regular. Los frag- mentos de alfarería y amolana que allí se encuentran sun de un carác- ter romano; y los habitantes de la pequeña aldea de Olok han descu- bierto en sus contornos monedas de plata con el águila de Roma. Los zomalis, sin embargo, no han practicado escavaciones por temor del Chestan ó génio protector de las ruinas y de los tesoros que ellas esconden. FISIOLOGÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 19 La segunda gran etapa de nuestro viajero debía conducirlo á Ber- guel, pequeño puerto que Nour Osman ha elegido para su residencia habitual. La casa de este gefe, sin embargo, en nada se distingue de la de los otros zomalis, salvo en algunos pequeños accesorios, indi- cando más inteligencia ó más recursos.'Es como todos los gourguis, ó gourbis como dicen los árabes del Tell, una especie de colmena re- donda formada por una quincha de juncos, reforzada con aros de madera y con tientos de cuero que se apoya sobre varejones cruzados y una flecha central. Por toda decoracion en el interior, las armas del árabe, la silla y el freno de su caballo; por todo mueble numerosas calabazas para la leche y la grasa; sacos de cuero como ropa interior; quillapiés de cuero de cabra, mantas para cama y platos de madera como vajilla. Tal era el simple mobiliario del tutor del Sultan de Medjourtine; y sin embargo Nour Osman había tenido en su posesion toda la ropa blanca, toda la vajilla y todos los bellos servicios de mesa de muchos grandes paquetes de diversas naciones que habían naufragado sobre los temibles escollos del cabo Guardafuí. Los vestigios de los antiguos habitantes de la Medjourtine abun- dan en las inmediaciones de Berguel. Obsérvanse sobre las riberas de un torrente, un campamento ó paradero cireundado por peñascos Ó trozos de roca. Inmensos túmulos en forma los unos de coronas, los otros de pirámides truncadas, cubren el suelo, y sobre la ribera del mar, al lado de una laguna sombreada por esos bellos árboles llama- dos Damascos, se encuentran montones de conchas, detritus de cocina, huesos de pescado y de tortuga, al lado de silex afectando las formas más diversas, cuchillos, masas, puntas de hierro, mezclados con alfarería grosera, hiérro, bronce, y en fin cascos de bomba. Pero en estos despojos de todas las edades, Mr. Revoil no encontró un docu- mento decisivo 4 primera vista. Fué solo despues de reflexionar, y mediante un estudio atento, que él llegó á convencerse que se encon- traba en Berguel, sobre el sitio de un antiguo campamento de esas poblaciones Ictiófagas (Etiopes Ictiófagos, diferentes de los Etio- pes Macrobios) de que hablan Herodoto, Artemidoro y Strabon. Los silex, los detritus, las osamentas de pescado, los terraplenes de pie- dras databan probablemente de la edad de los Ictiófagos; mientras los cascos de bomba debían provenir, sin duda, de las conquistas de la costa oriental hecha por los turcos y postugueses. Lo que hay de cierto es que ú falta de Ictiófagos, el país de los zomalis contiene siempre trogloditas. Es en las gargantas del To- s0 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gooueni que Mr. Revoil encontró, viviendo bajo cobertizos cerrados por quinchas de rama, familias de desgraciados beduinos, de cabellos muy largos, con los ojos hundidos por la enfermedad, con las facciones alargadas por la fiebre y el hambre. Toda su persona indica una mi- seria degradante que los acerca al bruto; como rebaños solo poseen una Ó dos cabras. Como utensilios de menaje no se vé en sus guati- das sinó dos ó tres marmitas de tierra en las cuales hacen su coccion de raices de Karabouta, sirviéndoles de cama una mala estera. Cose- chan un poco de goma y un poco de incienso que venden á los zoma- lis; pero su principal recurso es la caza. Para matar esta se sirven de flechas zopadas en un veneno muy activo, obteniendo de una coccion concentrada de las raices trituradas del Oubaro, planta de la familia de los digitales, mezclado con el zumo de un cactus. Más dificultades encontró para visitar el valle del Darror. Los vrientales desconfían siempre mucho de los europeos; desconfianza que Mahamud-Nour espresaba en estos términos característicos: « Y además, tútodo lo observas, todo lo notas en las regiones que atra- viesas y acabarás por traer más tarde soldados de la Medjourtine ». El acaba, sin embargo, por conceder cinco hombres de escolta y un caballo ensillado á Mr. Revoil, permitiéndole dar un paseo por el valle del Darror, pero sin atravesar este rio. El hizo su escursion bajo un sol de plomo, con bastante incomodidad, atravesando un suelo pedregoso y sin ningun atractivo. La vegetacion del valle del Darror es en efecto muy miserable, componiéndose solo de acacias, de árboles y de arbustos espinosos. Tal vez por la estacion, no se presentaban ni yerbas, ni plantas. Las tropillas de camellos que allí pastan devoran en efecto hasta donde pueden alcanzar, todas las yerbas, malezas y brotes de árboles y plantas que pueden haber á mano, no respetando sinó la planta del (ralfous, el cucumis figuer de los naturalistas. A largos intérvalos se presentan algunos gourguis de un aspecto tan miserable como el de sus habitantes. Un último galope llevó la pe- queña carabana á las riberas del Darror, teniendo al frente la cadena de montañas del Karkar, cuya silueta se destacaba sobre un cielo sin nubes, con sus picos de flancos abruptos y sus cimas de for- mas elegantes y esbeltas. Esta region sirve de morada á la tribu de los Esa Mahmoud, temi- bles depredadores que desde hace algunos años se han hecho el terror del país. «No tengais la menor pena por no pasar á la otra banda, le dijo el gefe de su escolta 4 Mr. Revoil, pues seríais indefectiblemente ase- sinado, sinó para robaros, cuando menos por castigar en tí un cris- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 81 tiano que se atreve á hollar su suelo desolado por la seca; y te matarían como á un impuro que atrae las maldiciones del Pro- feta». Mas esto no impidió que en otra ocasion Mr. Revoil visitase el valle del Faralelé, á los piés de estos mismos montes Karkar. Estas montañas separan la cuenca del rio Darror dela del rio Nogal; y aún habría visitado este último, sino se hubiera opuesto el Gruerad ó gefe de los Ouarsanguelis. A su vuelta él pudo visitar las ruinas de Hafdar, situadas en un valle absolutamente estéril, en medio del cual se levan- ta, semejante á una aldea, una vasta necrópolis sembrada de despo- jos de tumbas de toda especie, encerradas en general dentro de muros en piedra seca (especie de pirca). Dos grupos de construcciones lla- maron su atencion: 1” las ruinas cuadrilongas de una mesquita en pié, y 2 un Dart: 6 fuerte, presentando el aspecto de un laberinto singular, cuyos muros en piedra seca, sin revoque y ennegrecidos por el tiempo, tienen un espesor de 60 centímetros y se elevan 1"50 sobre el suelo. A ser posible una escavacion en este campo de los muertos, no hay duda se habría podido obtener una ámplia cosecha de testimo- nios viejos que hace indispensable el modo como la supersticion ha logrado falsificar desde antiguo los anales humanos. Pero esto no fué posible, y lo más que obtuvo Mr. Revoil fué recoger algunos silex. Habiendo vuelto de por fuerza á Lesgoré, el principal puerto de los Ouarsanguelis, Mr. Revoil hubiera deseado hacer una nueva escursion á la Medjourtine : pero no pudo obtener permiso. Mientras esperaba en Lesgoré el pasaje de un boutre para volverá Aden, presenció la muerte de una doncella por la picadura de un trigonocéfalo. Había ido con su cántaro á traer agua de una fuente, cuando fué picada por este reptil y á las dos horas ya era cadáver esta criatura poco antes llena de salud y de una belleza notable. La muerta, envuelta en una mortaja blanca, fué conducida al cementerio en un palanquin llevado por seis hombres que se renovaban, y escoltada de un numeroso acompañamiento. Delante y detrás de este marchaba un cortejo de mujeres, dispuestas á cada lado del palanquin, teniendo en las manos un daberad,"en el cual quemaban incienso y diversas gomas odorífe- ras. Ni cantos, ni demostracion ruidosa; solo el sordo ruido de los pasos y esa triste melópea musulmana La 2llah, illah Allah, mur- murada á media voz por los asistentes. El cortejo ofrecía un aspecto imponente y presentaba cierta semejanza con las antiguas ceremonias fúnebres de griegos y romanos. ANAL. SOC. CIENT. ARG, T. XXIX O) 82 E ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Con buen viento bastan 48 horas para pasar de Lesgoré á Aden; pero Mr. Revoil tuvo que hacer una visita forzada, primero á Hais y Karim. Durante su permanencia en Hais, habiendo observado una gran aglomeracion de túmulos que se encontraban tanto en las inme- diaciones de la aldea de Hais, como en contorno de la Caleta de Sa- louina. A propósito de estos túmulos, un habitante de Hais le declaró que habiendo explorado aquéllas ruinas había obtenido antigúedades de cobre, de bronce, alfarería quebrada, perlas en cornelina y restos de huesos calcinados. Al saber esto Mr. Revoil se puso á escavar tam- bien y encontró en abundancia esmaltes rotos de color verde, vasijas esmaltadas, vasijas rojas barnizadas de Samos. Estas son nuevas pruebas de la existencia en este litoral y en el interior del país de los zomalis, de antiguas civilizaciones desaparecidas. Pero solo faltaban datos para fijar la época de esta civilizacion. Al tiempo de partir supo Mr. Revoil que á dos dias de marcha en la montaña, se hallaba una antigua inscripcion grabada sobre una roca, que él no pudo ya reconocer. l Segun Mr. Revoil, los silex que él ha enzontrado en el país de los zomalis, todos los cuales son de la forma más grosera y más primiti- va, calculando que la edad de la piedra en este país remonta á una época anterior al siglo XVII antes de Jesucristo. Las figuraciones más antiguas de los monumentos egipcios que se refieran á las pobla- ciones de la punta nord-oriental de Africa, son las pinturas egipcias del sepulcro dé Beikmara y las del templo de Deir-el-Bahar, los cuales nos representan á los habitantes de Poum ó Pount, es decir, del Zomal actual, en posesion ya de los metales, esto es, comosalidos de la edad de la piedra. E Pues el gefe zomali que viene como suplicante delante del emi- sario de Pharaon, presenta en la pierna derecha una especie de arma- dura, que Mariette compara al dangabor de sus habitantes; y de su cintura pende un puñal, cuyo modelo se ha conservado hasta hoy en algunas tribus zomalis. Entre los túmulos de Hais y de Salonine, los hay de dos clases: los más numerosos han sido construidos por los trogloditas y los ictiófagos ; los otros, los de Hais, son de una data muy posterior, pueslas lozas esmaltadas verde y azul en ellos encon- trados, pertenecen á la época de los Ptolomeos, siendo idénticos con los esmaltes griegos del Louvre de la misma época ; los vidriados rojos son romanos. Pasando de las ruinas á las construcciones, los objetos recojidos cerca de Olok, restos de ánforas, de alfarerías y de muelas de moler FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 83 de lava, son romanas é indican indudablemente el sitio del puesto avanzado romano del mismo nombre, establecido en esta bahía de refugio, de aguas siempre quietas, que el Periplo de la Mar Eritreo designa con estas palabras: Statio borce obnoxia. No hay inscrip- cion que confirme esta identificacion; pero lo mismo pasa con la identificacion que se ha hecho del templo de Khor Addaham, con uno de esos pequeños santuarios griegos establecidos, segun el testi- monio de Strabon, entre Zeyla y Mas-Haffnoun, con el Votu Ceras de los antiguos. ¿Pero qué más inscripcion y comprobacion que los objetos y vasijas contemporáneas de esas épocas históricas? Como quiera, es indudable que griegos y romanos han tomado posesion de esa Aromática Regio de los antiguos y no repugna en ningun punto admitir los hechos indicados, á saber: que el elemento griego intro- ducido en el Zomal, en la época de los Ptolomeos, ha sidoen él bas- tante poderoso para elevar á veces el tipo zomali hasta cerca del nivel de los que ocupan el rango más elevado en la escala humana. Se puede añadir que esta raza ha debido modificarse muy anteriormente al con- tacto de los egipcios antiguos, que si no han impuesto al Zomal una sujecion temporaria, han frecuentado largamente por lo menos su lito. ral. Por las inscripciones, este país ha estado indudablemente sometido al yugo egipcio hasta la conquista de los persas, á quienes los zoma- lis, esto es, los etiopes ictiófagos, se sometieron, menos los etiopes macrobios, ó de la Abisinia, segun Herodoto. Una prueba física de la deuda de los zomalis á la civilizacion del antiguo Egipto, la hallamos en el hacha de que ellos se sirven hasta hoy, que es una simple cuña de metal fijada verticalmente á un mango de madera, y que es idén- tica ála que presentan los soldados de la reina Hortasen ; y su carcax cilíndrico, de dimension menor enel medio que en las estremidades, se asemeja en estremo al que en los monumentos presentan los infan- tes egipcios dela época de la XVII dinastía, correspondienteal XVIII ó6 XIX siglo antes de Jesucristo. En Oriente todo dura una eter- nidad ! Mucho falta para que la ocupacion Arabe haya borrado todos estos vestigios del pasado de la nacion Poum ó Pount, aunque los zomalis se hagan un punto de honor de no hablar sinó con un profundo despre- cio del tiempo en que se contaban entre el número de las tribus (rallas. Esta ocupacion fué la obra del feroz y fanático Jabarti-Ben-Ismail, que una tempestad arrojó, en el año 15 de la Hegia sobre el Ras-el- Féreck, al tiempo de encaminarse sobre el Grolfo Pérsico. Jabarti con- virtió á los unos, esterminó á los otros y 4su muerte el Islam había 384 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tomado posesion del pais de los zomalies. Sin embargo, el elemento Ara- be se ha asimilado poco ¿Glas poblaciones. Algunas palabras árabes se han deslizado en el idioma zomali y todo el arnesado del ca- ballo zomali es árabe. A pesar de esto, los zomalis se han con- servado en su fisonomía general, mucho más egipcios, griegos y romanos que árabes. En vez de trajes de piel, se visten aún con el sayal de Suez, Sagum Arsimoelicum, que entre otros objetos de cambalache los comerciantes griegos han introducido en el lito- ral. Ellos han añadido al arco y la flecha, sus armas primitivas, la lanza larga y corta, el escudo y el sable. El órden de combate sobre dos filas es entre ellos una táctica nacional, de tal modo, que hoy un combate entre dos tribus, nos da la vera efigie de un combate de aho- ra 3000 años. Las mujeres que son progresistas (en sus adornos), han adoptado las joyas de plata, los brazaletes de oro, los zarcillos, pren— dedores y grandes collares de las damas árabes. Pero ellas se rebosan en su Degou, especie de Peplum, que anudan en su espalda; ellas aprisionan sus cabellos en una cofia de tela, y cuando siguen en pro- cesion un entierro ó una nupcia con sus pebetes de perfumes levanta- dos en el airé, se admira el magnífico arcaismo de sus actitudes. La poligamia existe entre los zomalis, mas este lujo solo los ricos pueden proporcionarselo: pero conservan á sus mujeres separadas. Las mujeres se compran abonándose su precio á los padres. Su dote con- siste en un gourgui, utensilios de menaje, esteras y algun ganado. Las nupcias tienen lugar sin grandes ceremonias. La novia, vestida de su mejor traje, es paseada en torno de la aldea, con acompaña- miento de algunos tiros. A la caida de la noche, el cortejo se traslada á la casa de la jóven desposada, que los recibe vestida con sus mejores atavios y rehechas las trenzas de su cabellera, símbolo de su virgini- dad y la frente ceñida por una trenza de cuero, terminada por una rosa que se llama jarré. En torno de ella, teniendo cada uno en mano. el darrabad, en que se quema el mourcoud, goma resinosa que se obtiene de un árbol parecido alsicomoro en su follaje, y que quemada exhala un olor parecido al cuero de Rusia, se colocan sus parientes y amigos. Los esposos se conservan sentados el uno cerca del otro; des- pues de esto el Padri invoca 4 Mahoma y balbucea algunas oracio—= nes. En seguida comienza el festin nupcial, que consta de carnero para los ricos y de galleta y dátiles para los pobres. Los habitantes hacen un gran ruido toda la noche bailando sobre cueros y divirtiéndose ; mientras que á intérvalos, una mucharad (cantora) ejecuta una tiroliana estridente. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 85 La costumbre no obliga á las mujeres zomalis á mantenerse vela- das en público, como á las árabes. Algunas, sin embargo, al acercarse un extranjero se creen obligadas á taparse el rostro con las manos, pero no dejan de mirar por la abertura de los dedos. Las mujeres de los Mirdganes ó beduinos, se tapan las narices al acercarse un estran- jero. El marido puede repudiar 4 su mujer; mas esta no tiene otro recurso que hacerse repudiar por su marido. Respetan mucho á los ancianos y álosinsensatos; pero á los apestados y aún á los heridos los tratan con dureza. No existe ningun control aduanero; y solo los compradores banianos y árabes pagan un impuesto, que varía segun el capricho de los perceptores, sin dejar el menor vestigio escrito. Las esportaciones del zomal consisten en gomas, incienso, mirra, nácar, perlas, plumas de avestruz; en indigo, en carei, en manteca Ó grasa derretida y en ganado en pié, tal como bueyes, carneros, Cabras y ca- ballos. Los artículos de importacion se componen de arroz de Bombay, dátiles, lienzos americanos, perlas, ámbar y un poco de quincallería. Las caravanas que vienen de Karkar, esto es, del corazon de la Med- jourtine ó del pais de los Oursanguelis, se dirigen al puerto de Bén- der Gósem y sobre Lesgoré, dos puntos á los que convergen tambien los convoyes de los Dolhobantes, especialmente con cargamentos de pluma de avestruz. Generalmente el árabe y el hindu no salen al en- cuentro de los vendedores zomales. Prefieren valerse de agentes que cambalachan en los puertos ó en el interior artículos de consumo por los productos del pais. Estos hacen sus negocios en Aden, Makallah, Djeddah y Bombay. Pero hénos aquí en presencia de la isla de Socotora, isla célebre en los fastos navales de las naciones marítimas, primer objeto de su curiosidad al penetrar enlos mares de Oriente, y primera presa de su codicia. La isla de Socotora se halla ála entrade del golfo de Aden y no del estrecho de Bab-el-Mandeb, como pretenden algunos malos geógrafos; tiene unos 125 kilómetros (25 leguas españolas y 31 ?/, leguas francesas) de largo y unos 50 kilómetros (10 leguas españo- las) de ancho cuando los Ingleses la tenían ocupada á principios de este siglo como posicion marítima estratégica y como punto de reca- lada para los vapores que recorren el mar Indico; en esa época de movimiento y comercio, ella contaba unos 10,000 habitantes en su mayor parte hindus, mahometanos y algunos árabes. Pero habiéndola abandonado los ingleses por Aden, á mediados de este siglo, su pobla- cion ha quedado reducida hoy á menos de 3.000 almas. Esta isla se halla situada ha 130 kilómetros al Este del cabo africano de Guarda- 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fui y á 370 kilómetros de la costa sud de Arabia. Su posicion geo- gráfica es entre los 11%50' y los 12 */, de latitud Norte y su clima en consecuencia de esta baja latitud y del carácter plano de la isla, es ardientísimo. Su capital es Tumarida, con un buen puerto sobre la costa nordeste. El suelo de la isla es muy fértil y produce dátiles, arroz, indigo y otras drogas, entre ellas el aloes, que es el más afa- mado. Hoy su principal industria consiste en las crianzas de ganados establecidas alli por los Ingleses, para proveerá Aden y á otras de sus posesiones en esas regiones. En sus costas abundan el coral y las per- las. Los vapores que navegaban entre Suez y la India, ó entre el Cabo de Buena Esperanza y Bombay recalaban allí para hacer carbon. Pero hoy es Aden la que surte de este combustible. Los antiguos lla- maban á Socotora Dioscorides Insula. Muy poco despues de pasar la isla de Socotora, llamada Socotra por los ingleses, se presenta la isla africana solitaria y desierta de Ab- del Koouri, montaña, roca inmensa, roca árida á la cual el Africa in- mediata, ha arrojado encima un puñado de las ardientes arenas de sus desiertos, para esterilizarla é inmovilizarla como ella. Fué al entrar la tarde que arribamos á esas posiciones y esá la luz cadente del medio- dia que pudimos contemplar la inmensa roca africana, dividida en dos por una quebrada medanosa, que constituye la isla de Abd-el-Koou- ri. Roca bistrada volcánica al parecer; pero alguna vegetacion la cu- bre, tamariscos probablemente, cuyo sombrío matiz resalta sobre el blanco amarillento de las arenas Líbicas. El mar de esta region, de záfiro turquí se ha convertido en una esmeralda de un verde atercio- pelado y sombrío. Cuántos recuerdos traen á mi mente esa isla de Socotora, ese peñasco de Abd-el-Koouri ! Y ese cabo Guardafui, que cuenta en los siglos tantas naves víctimas de sus temibles escollos, desde la simple nave chata de remos de Osiris, hasta el gran vapor moderno, cuyos despojos hemos visto recogidos por los zomalíes de la costa. ¿Cuántas veces no las" habrán tocado las flotas de Osiris y de Sesostris, de Salomon y de Hiram, de los Faraones y de los Tolo- meos poéticos de la antigitedad; de los prosáicos Mahometanos, Portu- gues, Holandeses é Ingleses de nuestros dias, en sus períodos de de- predacion y de lucha ? De uno, de quien habla Herudoto en una antigúedad relativa, sé yo fué el primero en doblar ese cabo formidable, y es justamente el Feni- cio Hannon, el primer mortal que haya comprobado documentalmente (con el periplo ó inscripcion de un templo) haber dado vuelta al conti- nente Africano, que es mucho más que la vuelta al mundo en nuestra FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 87 época, pues la brújula aún no era conocida, ni servía á los navegan- tes como un guia infalible. Hannon empleó tres años para circunna- vegar el Africa, y solo pudo sostenerse haciendo sementeras cada año sobre sus costas y manteniéndose en sus naves con el producto de sus cosechas, Herodoto niega este hecho, fundándose en que Hanon ase- guraba que al doblar la estremidad meridional de la gran península ó triangulo africano, como entónces lo llamaban, había visto el sol á su derecha. Herodoto se resiste á la mera posibilidad de un tal fenó- meno, pues en el hemisferio setentrional se tiene siempre el sol al mediodia y no al norte. Es que él no contaba con otro hemisferio. Y justamente el hecho observado por Hannon y negado por Herodoto como absurdo, y como prueba de la falsedad del viaje en torno del Africa, de Hannon, á sabér el sol al septentrion y no al mediodia, prueban la verdad del viaje de circunnavegacion y el error de Hero- doto. Cuán ilusos y cortos de vista son los hombres, aún los más sa- bios y veraces, como Herodoto! Y cuánto no debe reirse la providencia, de los absurdos y disparates adoptados sin raciocinio, por los hom- bres defé ciega. Probablemente ese es el sainete del empíreo. Pues bien, la razon que servía á Herodoto para negar en una época de ignorancia, hoy sirve para afirmar, en nuestra época de luz, la realidad del viaje de cireunnavegacion africana realizado por Hannon, 7 á 8 siglos an- tes de J, C. Hoy es una evidencia demostrada, lo que entónces el Pe- riplo no pueda sinó esponer como un hecho estraño y sin esplicacion posible. Es pues Hannon el primero de los navegantes occidentales que ha doblado con felicidad el peligroso cabo africano de Gruarda- fuí. La isla de Abdel, baja hácia el sudeste, se eleva más hácia el no- roeste. Paréceme un inmenso trozo de cuarzo ametístico, engastado en la esmeralda líquida del mar de Arabia. Pero al aproximarse á las costas africanas el mar pierde el brillante matiz de su verde, y se 0s- curece cada vez más. Diríase que las sombras del continente Negro tiñen las ondas con su matiz fúnebre. Pero muy pronto el derrotero de nuestra línea de navegacion cambia del Oeste directo que ha trata- do hasta aquí y se dirige al noro.ste, hácia Aden, situado sobre las costas de la Arabia, á la entrada del Mar Rojo. Las altas costas afri- canas dominadas por las crestas del Karkar, con sus promontorios elevados y salientes, comienzan á alejarse de nosotros. Muy luego el rápido steamer, junto con las sombras del crepúsculo, ha dejado atrás su silueta negra, desapareciendo primero el pié, despues el medio, por último la cima de esas protuberancias, de esos macizos de ama- 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tista que se confunden en la lontananza con las brumas del remoto horizonte. Pero antes de anclar en el puerto de Aden, detengámonos un rato en el establecimiento francés de Obock, situado en la bahía ó ensena- da de Tadjura, sobre esa Aromática regio que acabamos de describir, y la cual penetra tan adentro en ese continente ó macizo africano, tan sólida. Una emboscadura de torrente, de cerca de dos kilómetros de ancho, divide el establecimiento francés en dos grupos de habitacio- nes. Sobre la ribera izquierda un recinto fortificado de 50 metros cua- drados, contiene las ruinas de una torre : es la más antigua construc- cion de Obock, Ella ha dado sucesivamentes asilo á los primeros esta- blecimientos de la colonia, y hoy sirve de presidio. A su lado se ha erigido una bella construccion, destinada á proveer de carbon y de víveres á los vapores que allí acuden. Sobre la ribera derecha, á la estremidad de una meseta que domina el mar, de una elevacion de 10 á 15 metros, se hallan diseminados los galpones que sirven de cuarte- les militares. A 500 metros de allí, una aglomeracion de cabañas ha sido construida porlos árabes, compónese en su mayor parte de tien- das provistas de telas inglesas, de durra, de arroz, etc. Los compra- dores son los trabajadores arabes, danakiles ó zomalies empleados en los trabajos del puerto. Tal vez más tarde se establecerán allí transacciones con los nómades del interior, puesto que es de Tadjura que parten las caravanas para el Choa. Actualmente (1887) estos nó- - mades no se acercan al establecimiento francés, sinó en el período (de Diciembre á Marzo) en que las lluvias de borrasca hacen brotar en ese Atacama africano, alguna efímera vegetacion. Las aldeas indígenas más inmediatas son las de Tadjura, al sud, la de Raheita, al norte. La primera, dista unos 45 kilómetros; el cami- mino que á ella conduce es muy accidentado; un agente de caravana aseguraba que en las montañas del Choa, no había un sendero más difícil derecorrer. Para llegar á Raheita se necesitan dos dias de mar- cha sobre la meseta calcárea. Los dardares ó sultanes qué gobiernan estas dos aldeas, dependen de un príncipe más podéroso, Mohammed Amphallé, dardar de Aoussa. Los nómades del país son conocidos con el nombre de Adeles ó Danakiles. Ellos mismos, sin embargo, se de- signan con el nombre de Afara, palabra que significa vagabundo ó li- bre. Su organizacion en grandes grupos ó tribus es muy imperfecta. En su lengua, niaún tienen término equivalente al de tribu. La falta de pastos y la escasez de agua, los obliga á desparramarse sobre vastas estensiones de territorio. El alimento habitual de las cabras, su única FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 89 riqueza, son las hojas minúsculas de las mimoseas, que no pueden ra- monear sinó trepando sobre las principales ramas. Entre tanto la es- tremidad de las ramas de estos arbustos se hallan erizadas de es- pinas. Cada cinco ó seis dias, los pastores hacen recorrer 4 sus majadas distancias á veces considerables con objeto de abrevarlas en puquios escavados en el lecho más bajo de un torrente. Como cada familia dankali posee de 100 á 200 y aún 300 cabras, la reunion de muchas familias daría por consecuencia inevitable el agotamiento rápido de las fuentes. Estas condiciones, como se vé, se oponen al mantenimien- to delas relaciones indispensables para la organizacion de una tribu. No acontece lo mismo en ciertas regiones del interior, sobre las már- genes del rio Aounach, de una feracidad relativa, segun los viajeros. Este aislamiento, en medio de soledades, es, para el establecimiento deObock, una garantía de seguridad. Es por eso que el Gobierno fran- cés lo ha escogido, sobre todo, como un lugar de deportacion. El período de las cortas lluvias de borrascas tiene tan corta dura- cion; la vecindad del Ecuador hace la temperatura media del año tan uniformemente ardiente, que no sin cierta sorpresa se observa este país cubierto de arbustos. Diversas especies de acacia mimosa, cuyas ramas se estienden en forma de parasol, vegetan en número bastante considerable sobre las mesetas. Muchas de estas especies producen la goma dicha arábiga. En los lechos de las quebradas ó Wuad+, algu- nos jujuberos (Z23yphus spina christi) alcanzan la altura de los gran- des árboles. Raros balsamodendron achaparrados, enbiertos de espi- nas, crecen al lado de unas euforbiáceas espinosas, cuyas flores son deun rojo lívido. La Asclepias gigantea del Soudan se presenta en los barrancos más profundos. El zumo de esta planta esde un blanco de leche, y es abundante y venenoso, segun hemos visto. Sus fibras tex- tiles y muy resistentes son utilizadas por los danakiles, que dan á esta asclepiadea el nombre de gyalatho. Su flora es pobre en especies, con gran trabajo se podrá recojer una centena. Las gazelas y los damanes (Hyraxw abysinicus) son numerosos en las inmediaciones de Obock; los últimos de estos animales viven en sociedad en las grietas de las calcáreas coraligenas. Un antílope de la talla de un corzuelo pequeño (Cephalophus hemprichr) tiene, como el gato doméstico, la singular habitud de disimular, cubriendo de arena los despojos que podrían revelar su presencia, esto es, sus dormide- ros. Esto en el Cephalophus es una medida prudente, para despistar al lince, al leopardo, al chacal y á las hienas que lo persiguen. Los 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA asnos silvestres viven en pequeñas bandas de tres ú cuatro. Con la ca- beza baja, las orejas gachas, se les vé de planton, inmóviles la mayor parte del dia, en los parajes más elevados, perfectamente ocultos en— trelas ramas de las mimoseas. ¿Qué hace allí? Cuida de su libertad y desu subsistencia, atisbando los movimientos de sus enemigos. Se diría un necio, es solo un taimado. Parecen zonzos, pero no dejan acercarse á tiro ni al hombre, ni á bicho viviente. La rada de Obock ofrece condiciones muy favorables para las in- vestigaciones de la zoología marítima. En las más grandes mareas, las de las sizigias, la gran playa que corresponde al desemboque de la quebrada de Obock, queda á descubierto por un espacio de 300 á 400 metros. Fórmase de una arena lodosa, proveniente de los aluvio- nes de la quebrada, lv que solo tiene lugar á largos intérvalos. Esto ha hecho disminuir mucho la estension primitiva de la rada. Muchos seres marinos han debido perecer á consecuencia de estos aluviones, ó mejor, de estas invasiones repentinas de arena y lodo. Sin embargo, las actinias, Discosoma, de dimensiones gigantescas, cuyos discos sue- len alcanzar hasta 35 centímetros de diámetro, ostentan sobre la are- na sus séries radiantes de cortos tentáculos. Tampoco son raras las si- ponclas, las talassemes, las spatangas y las clypeastres. Los arrecifes madrepóricos que rodean el puerto de Oboek, constituyen sus rompe- olas naturales. El másimportante, situado más adentro, llamado Sur- cuf, solo llega á descubrir una parte de su superficie en las mareas muy bajas. Pues bien, en estos peñascos abundan más que en otras partes, diversos géneros de políperos arborecentes, como ser las ma- dreporas, los pocilloporos y seriatoporos. Por el contrario, en los fa— rellones del cabo Obock, abundan los políperos más macizos. La ra- zon de esto es tal vez que los políperos arborecentes necesitan de una agua más pura y más agitada. Al cabo de una marejada algo fuerte, manojos enteros y vivos de melliporos son trasportados hasta la costa por el reflujo. Las fongias no se ven sinó en el estado de esqueleto. Es probable que este génerode zoófitos solo vegeten á cierta profundidad, pues jamás se les vé fijos entre los pólipos que emergen en marea ba- ja. Los arrecifes del puerto de Obock, son muy parecidos á los ob- servados en la isla de Kamarane en el mar Rojo. Su modo de ereci- miento no parece diferir del de los arrecifes barreras y marginales del océano Pacífico. En los bancos ó arrecifes del cabo Obock, abundan en estremo los animales marinos. El no se halla separado del continénte sinó por una laguna poco profunda, que en marea baja no pasa de la rodilla. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 91 Allí son además numerosas las fuentes calientes que se derraman en el mar. Su temperatura es tan elevada que no permite estacionarse allí, y sin embargo los moluscos cipreas, los cangrejos y los peces viven allí y se refocilan. Entre los peces largas murenas de piel jaspeada de oscuro y verde, presentan la maycr semejazza con las serpientes; sus mordeduras son muy temidas. A menudo estas murenas se ocultan bajo peñascos de políperos, no dejando percibir sinó su cabeza, la cual se mueve lentamente ú derecha é izquierda. Las grandes algas turbinarias que flotan encabritadas en la superficie dela laguna, au- mentan las dificultades de la marcha para] los esploradores de ribera, que tiene que hacerse entónces al acaso, ya sobre pedruzcos resbala- dizos y cubiertos de asperezas, ya en medio de infractuosidades en que los piés son cazados. Cuando en fin, se llega sobre la cima del arreci- fe emergido, las grandes placas viscosas formadas por los alcionarios (Palythoa mamillosa), pueden ocasionar caidas muy peligrosas por las picaduras de las Diadema, revestidas de largas agujas rugosas, ú de la Acrocladiía erizadas de enormes clavos triangulares. Heeckel, hablando de sus esploraciones, en los bancos de polí- peros de Tor, en el golfo de Suez, nos hace conocer los obstáculos que se presentaban á su curiosidad de naturalista. « Saltamos resuelta- mente, dice, por sobre cubierta, envueltos en un maravilloso fulgor verde y azul. Entónces podemos observar de cerca la riqueza del colo- rido peculiar de los bancos de políperos... pero sus dientes puntiagu- dos no nos permiten el poner el pié encima. Ensayamos el detener— nos sobre un espacio arenoso, pero un erizo nos clavó en el talon sus puas, cuyas frágiles puntas se quebraron en la llaga como otros tan- tos vidrios. Tratamos de despegar una soberbia actinia de un verde esmeralda que nos pareció fijada sobre las válvulas de una volumino- sa concha de mar. Felizmente percibimos con tiempo que aquel cuer- po verdoso no es una actinia, sinó el animal mismo de la concha. Si nuestra mano hubiese penetrado dentro, habría sido apretada con fuerza por los dos filos de la concha al cerrarse. Nosotros ensayamos el arrancar una rama de un pocilloporo violeta, pero una pequeña gi- bia (Trapez1a), nos pinchó dolorosamente... en fin, para evitar el con- tacto de una banda de medusas urticantes, Ó los dientes de los tibu- rones, tuvimos que remontar á la superficie ». La habitud que se adquiere en este género de esploraciones, permi- te felizmenre escapar al género de percances que se acaba de descri- bir, haciéndose posible entónces el admirar el espectáculo atractivo, en el caboObock, de un arrecife formado casi enteramente de anima- 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA les, cuyo aspecto es tan siagular, que llegó á clasificárseles antigua- menteentre las plantas, y aún entre las piedras. Los montíporos ro- sas, los poritos verdosos, asociados á las algas calcáreas rojizas ó blancas, invaden las esférulas formadas por las Favias, las Gronias- treas, las Coelorias. Las crestas delicadas de los Lophoseris se agru- pan cerca de las eminencias finamente esculpidas de los Hydnophoros. La diversidad de colores presentada por estos animales es muy grande, y no se revela sin embargo, sinó ante una observacion atenta. El tinte general de la parte viva del arrecife es verdoso. El verde es- meralda no decora sinó el fondo de los cúlices de ciértos políperos, y el rojo escarlata solo parece pertenecer á las rosáceas branquiales de los numerosos anélidos que allí se hallan alojados. Las esponjas, los alciones, los moluscos, los peces mismos, tienen 4 menudo una colora- cion que se confunde con la que reviste el conjunto del arrecife; así su captura exije una vista ejercitada. La capa de una Phyllidia, si- mula de un modo sorprendente una aglomeracion de cálices de go- niastrea. Esta analogía de colores se halla en parte esplicada por la ley darwiniana de la adaptacion, y en particular por la ley de «selec- cion homocroma ». « Mientras menos el color de un animal se dis- tingue de su medio, más probabilidades tiene de escapar á su enemi- go, más fácil le es acercarse á su presa sin ser visto, más en fin, se halla protegido en su lucha por la existencia ». IV UNA NOCHE DE CIELO ARABIGO. — GOLFO Y PUERTO DE ADEN.— LA ARABIA Y SUS COSTAS. ¡ Cuán poética, aún sobre las olas, es esa hora vespertina en que la luz huye y las tinieblas invaden con su manto de sueños y de mis- terios ! El poniente marca aún el punto de retirada del astro del dia, tinéndose con los más vivos matices de púrpura que brillan espléndi- dos sobre el jacinto, un escudo homérico de acero bruñido, de que fantásticos vapores agrupados en contorno forman á manera de escul— pidos relieves. Poco á poco la noche tiende sus sombras y el cielo tro- pical se muestra constelado de sus orbes esplendentes. Como siempre la magnificencia de la grandiosa constelacion de Orion, llena el me- jor y más visible hueco del firmamento. A la izquierda, en el oriente, FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 93 la via láctea desarrolla su corriente plateada de soles apiñados, que los astros de gran magnitud de nuestra corona estelar realzan y ani- man con fulgores centellantes. Tal, en las calles espléndidas de New - York, las luces eléctricas más esplendentes titilan, ofuscando las luces más apagadas del gas. Hácia el norte, muy bajas en el horizonte, des- cuellan las dos Osas y la Estrella Polar, esa poética guía delos na- vegantes antiguos, hoy sostituida con otra guía más segura y mane- jahle, la brújula. Todas las bellas constelaciones del cielo boreal, se despliegan á un lado, y las más “esplendentes aún del cielo austral, al otro; si hien ya confusas y bajas en el horizonte meridional. Es la canopea completa de los dos hemisferios, que luego perderemos de vista en su carácter doble, al avanzar al norte, alejándonos del ecua- dor. El cielo boreal es bello, como todo pedazo de cielo, pero por con- fesion de todos, es más sombrío y menos brillante que nuestro es- pléndido cielo austral, aún así 12? aparte al norte del ecuador. Este cielo arábigo es puro, vasto y esplendente, como nuestro cielo argen- tino, en una noche serena de la Pampa. Alotro dia temprano, traspuesto el mar Indico de azul, el mar Ará- bigo de turqueza, nos rodea por todo, con su horizonte móvil y sus olas de un verde sombrío, sin presentarnos tierra por ningun punto. El color del mar, sin embargo, se aclara un tanto y sus olas reflejan un color menos sombrío al aproximarnos á las costas de Arabia. Me- jor, en todo el trayecto entre los cabos africanos avanzados y Aden, el mar Arábigo asume un bello tinte de azul claro, á veces opaco, ú veces translúcido como un záfiro fluido. Esto me hace observar que este mar no es muy profundo, y que su fondo lo constituyen profun- dos mantos de esa arena que hoy constituye los desiertos Arábigos y africanos, ocupados de seguro, en el remoto pasado por las olas de ese mismo mar. Y á propósito de Arabia y de sus desiertos, es curioso lo que Heró- doto refiere con relacion á la fábula de las serpientes aladas, las cua- les segun él, son destruidas al llegar al Egipto, por los Ibis sagrados de ese país. Como testimonio de verdad de estos hechos, él cita los ca- dáveres de estos reptiles voladores que se presentan en la montaña Arábiga del Nilo, en el paso que de Myos Ormos, conduce 4 Koptos en ei Alto Egipto. El buen Heródoto debió tomar por serpientes ala- das, algunas Pterodáctiles fósiles, que se presentan en el camino del mar Rojo. Esto nos lo esplicatodo, el origen de la fábula, y la causa del error del padre de la historia. Por fin, henos aquí á las inmediaciones del estrecho de Aden (por- 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que Aden forma un estrecho que dá acceso ála parte más estrecha del golfo de sn nombre ; así por lo menos lo he reconocido con mis ojos, circunstancia que ignoraba antes; tan bien escritas se hallan nues- tras geografias y tan bien confeccionados nuestros mapas). La costa arábiga se diseña á la derecha, vasta y dorada, dominada en la direc- cion del nordeste por una empinada cresta de elevadas montañas que corren de norte á sud, formando como quien dice, á manera de espi- nazo de la península arábiga. El mar, abandonando sus matices de zá- firo, ha adquirido ese delicioso verde gris, que se convierte en un ver- de de turqueza brillante, allí donde el silicato oceánico conserva su transparencia. Por último, despuntando esas costas bajas de arena dorada, dos promontorios, ó mejor dos islas, ó más propiamente una série de islas volcánicas se alzan formando el estrecho de Aden, que es á manera del vestíbulo ó antesala que dá acceso al golfo que prece- de al estrecho de Bab-el-Mandeb, ó entrada del mar Rojo. Esto no dice la geografía ni los mapas, pero lo digo yo que los he presencia- do, estudiado y recorrido. Como quiera, esas rocas, esos promontorios volcánicos á que he- mos aludido, quese aproximan para formar el pintoresco estrecho de Aden, son de un carácter volcánico tan reciente como evidente por su forma y aún por su color. Y en realidad no he visto en todas mis escursiones, montañas más caracterizadas y de un orígen volcánico más evidente y reciente. Son como enormes trozos de escorias recien esca= padas de una hornalla de titanes. Parecen surgidas ayer de las olas del mar incandescente de abajo del mar fluido; y yo ereo que es el surgimiento de esas séries de altas montañas y picachos volcáni- cos, lo que ha dado orígen á la emersion delos desiertos vecinos sobre el nivel de las olas del mar que rodea la gran península arábiga, la tercer gran península «el globo, siendo las otras dos el Indostan y Sud-América. Tambien creemos que es el surgimiento de las monta- ñas del Sinai y del Tacazze (Ataka), de «un orígen eruptivo evidente- mente más antiguo, lo quejha dado orígen al surgimiento del estrecho que liga el Asia con el Africa, vínculo roto hoy por la audaz empre- sa del perseverante genio de Lesseps. El carácter reciente de las montañas que forman el estrecho de Aden y la série de islotes eruptivos que costean las riberas arábigas, estan marcado, tan palpable podría decirse, por el filo y la edenta- cion aguda de las crestas, que á mis ojos esas islas montañosas son más recientes que las mismas islas Sandwich, que se consideran de ayer, por su aspecto y su naturaleza. Esas montañas indudablemente FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 95 son contemporáneas con la última gran revolucion de nuestro planeta y por consiguiente han debido acompañar y tal vez ocasionar la emer- sion de la última distribucion física y gevgráfica del viejo continente. En consecuencia, su surgimiento, su erupcion ha debido terminar la edad cuaternaria, viniendo á presidir el período moderno. Ese sistema de montañas volcánicas del litoral arábigo tienen probablemente entre 50 y 40.000 años de data, debiendo haber surgido y hecho desaparecer otra un poco á la manera del surgimiento y abismamiento reciente de las montañas é islas del estrecho de Zonda y de las costas de Java; de- biendo en consecuencia contarse entre los surgimientos más modernos de nuestro planeta, segun lo veremos más adelante, cuando hagamos el reconocimiento detallado de la isla volcánica ó península de Aden. Se nos ha ocurrido que esas montañas pueden ser el verdadero mo- delo primitivo de la arquitectura dicha gótica, erizada de agujas y de espiras, nimás ni menos que; una montaña traquítica ó basáltica. Esa arquitectura no ha sido inventada por los godos, lo ha sido por los árabes, que han suministrado los modelos á los cruzados y á los pueblos del mediodia de Europa, habiéndolo tomado ellos de las montañas volcánicas de sus costas ; como los egipcios, han copiado la pirámide de Osiris para adelante, tomando por modelo las islas gra- níticas piramidales que recorrió Osiris cuando hizo su conquista de la Etiopia, Macrobia é Ictiófaga. En efecto, esas montañas de Aden, de una erupcion tan reciente, son á manera de vastas estructuras turriteladas y cubiertas materialmente de esa profusión de sptres y agujetas que caracterizan la arquitectura gótica más ornamental. Erupcion ideal volcánica del gusto bárbaro, de arquitectura medieval, comprimido por las capas del gusto bizantino degenerado; y la cual surge violenta, solevantando este y los anteriores estilos clásicos ; de cuyo fusículo moral incandente ha salido el gusto moderno, la civili- zacion presente, con todo lo que ella tiene de bueno y contradictorio, de bajo y elevado, de estupidez y de inteligencia, de ruin y de subli- me. Es como una fusion del ángel y del demonio, que allí donde la naturaleza del ángel prevalece, resplandece la belleza, la aspiracion á lo perfecto y á lo sublime; y allí donde la vil naturaleza bárbara ú selvática prevalece, hace su ostentacion la rutina En de lo ridículo, de lo deforme y de lo malo. Las montañas volcánicas americanas, no son tan nuevas ni con mucho como estos promontorios é islas eruptivas y volcánicas de la Arabia. El Morro, los Mogotes, de Córdoba, los promontorios de Atacama, los volcanes extintos de las costas occidentales de Norte 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA América, son todas mucho más antiguas y el tiempo ha gastado sus filos y crestas y suavizado sus asperezas y nivelado sus ángulos y agujetas de traquita y lava, de pórfido y basalto. Lo mismo en Nue- va Zelandia y Australia, donde no se presenta al ojo una sola promi-. nencia volcánica de un carácter tan reciente como las arábigas. Y sin embargo, esta observacion no la ha hecho ningun viajero antes que nosotros; y para mí ha sido una sorpresa inmensa, viniendo á confir=" mar viejas conjeturas geológicas y cronológicas que yo miraba con desconfianza antes de esta confirmacion. Pasaremos ahora á estudiar la estructura local del suelo donde se encuentra Aden. Esta ciudad se estiende encajonada dentro de cres- tas volcánicas sobre la isla ó península de que hemos hablado y que pertenece al último y más reciente solevantamiento que ha formado la costa nordeste del Mar Rojo. Levántase con sus blancas casas despar- ramadas en medio de un antiguo cráter pertereciente á un volcan estratificado, que presenta la forma de una herradura de caballo. Las erupciones han tenido lugar en épocas diversas, y el interior del crá- ter sé ha formado de montículos y de precipicios debidos á la presen- cia de grietas radiales, en las cuales la lava ha sido impulsada del. canal de erupcion. El conose compone de materias voicánicas mixtas, formadas del modo siguiente: 4 Erupciones repetidas de fragmentos groseros, arenas, cenizas, lapilld, que determinan el acrecentamiento de la altura del cono ; 92 Derrames de lava que se reunen en los puntos más bajos de las orillas del cráter y queforman corrientes que se cruzan y se cubren en ciertos puntos; 3" Formacion de grietas radiales, en las cuales la lava es arrojada del canal de erupcion. Se encuentran en Aden sobre las riberas Ó pico de los caminos, fragmentos de una lava de un verde subido, formando una veta en medio de una lava repiza; en ciertos lugares estas grietas se han abierto de nuevo y han dado paso á nuevas lavas grises; ' 4% Erupciones laterales de lavas y formacion de conos volcánicos. Las lavas son basálticas, esponjosas y porosas en la superficie, mien- tras que en el interior son compactas y duras y pueden ser tomadas por verdaderos basaltos. Su color es bistrado, gris rojizo ó verde oscuro ; pasan á menudo al estado de escorias ferruginosas, y son muy ligeras. Las deyecciones móviles son compuestas de cenizas volcánicas, are- nas, lapilli, bombas volcánicas, arenas pumicíticas y piedrapomez. (Continuará). LAS UNIDADES POR MANUEL BENJAMIN BAHÍA ORÍGEN Y OBJETO DE ESTE TRABAJO Ha poco dí en la Sociedad Científica Argentina una conferencia sobre las Unidades. Este asunto, de interés creciente para los inge- nieros y para los que estudian ciencias físico-matemáticas, llamó la atención de los estudiantes de los tres primeros años de ingenie- * ría de nuestra Facultad y de algunos colegas mios, profesores de matemáticas en el Colegio Nacional, y unos y otros me pidieron la publicación de mi modesto trabajo. Como mi mayor deseo es que se enseñe en los colegios secundarios y escuelas técnicas de mi país la teoría de las unidades y sus aplicaciones, con sumo placer escribo este opúsculo, desarrollando las cuestiones según mis pro- pias ideas. He creido muy conveniente ilustrar la teoría con ejemplos fáciles y que se presentan con frecuencia. La geometría, la mecánica y la física nos presentan un conside— rable número de cantidades de especie diferente que es necesario medir y representar según ciertas nociones y preceptos tendentes á evitar confusiones y errores en que incurren con frecuencia los que principian á hacer aplicación de las fórmulas. Sin gran esfuerzo nos vieneá la mente el recuerdo de cantidades de bien diferente especie como por ejemplo, la longitud, la masa, el tiempo, la tem- peratura, la resistencia eléctrica, etc. Medir una cantidad es compararla con otra cantidad de la misma especie, cuyo grandor se puede fijar arbitrariamente, la que recibe el nombre de unidad. Hay tantas unidades distintas como cantida- 14 Ú ANAL. SOC. CIENT. ARG, T. XXIX 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA des distintas se pueden presentar y dichas unidades podrían ser independientes; pero veremos que conviene, al contrario, que se establezca ciertas relaciones entre las diversas unidades. La expresión de una cantidad cualquiera puede ser considerada como un producto, desde que dicha cantidad se obtendrá necesa- riamente tomando la unidad de medida un cierto número de veces. Así si Á es una cantidad cualquiera, « la cantidad de la misma especie tomada como unidad, a el número abstracto que indica cuántas veces se ha de tomar á « para reproducir á A, tendremos : Ñ=-0 4. E (1) El número abstracto a es llamado el valor numérico de la canti- dad A. Como de la (1) se obtiene A (W=== (0. (1) vemos que el valor numérico puede ser definido como la relación de la cantidad dada á la cantidad unitaria. La relación (1) nos dice que el valor numérico de una cantidad varia en razón directa del grandor de la cantidad misma y en razón inversa del grandor de la unidad. Por otra parte si elegimos para medir á A una cantidad a, de edo esandor que la cantidad « tendremos: A = 4; a (2) y de las (1) y (2) deducimos Aa = y % (3) ó bien Ar | 1 a = (32) que nos dice que los valores numéricos de una misma cantidad me- dida con dos unidades diferentes están en razón inversa del gr andor de dichas unidades. | Sean A y A, dos cantidades de la misma MS cuyos valores NUMÉFICOS SON 4 y 4; tespechma mente: cuando son medidas con 2 unidad «; tendremos : A =040 E LAS UNIDADES 99 de donde se deduce — (4) cuya espresión nos dice que la relación que existe entre dos cantida- des de la misma especie es agual d la relación que existe entre sus res- pectivos valores numéricos. Por consiguiente, la comparación directa de dos cantidades de la misma especie puede ser, y lo es en efecto, sustituida por la comparación de sus respectivos valores numéricos. Decíamos que conviene que las unidades no sean independientes, y vamos á verlo con un ejemplo sencillísimo. Veamos cual sería la espresión del valor numérico del área de un rectángulo si se midiera la base y la altura con una unidad de longitud L y se to- mara como unidad de superficie el área s de un cuadrado cuyo la- do tuviera una longitud 4 diferente de L. Sabemos que la relación de las superficies de dos rectángulos es igual al producto de la relación de sus bases por la relación de sus alturas. De modo que si designamos con S y S” las superficies de dos rectángulos, con B y B' sus bases, con H y H' sus alturas ten- dremos : Comparemos la superficie S del primer rectángulo con la super- ficie s del cuadrado que sirve como unidad de superficie y tendre— mos en virtud de la relación anterior: SueiBl a mí A A Í que se puede escribir así : Si A ón a 31 1 Ñ lb; A ó bien Designando con s el valor numérico del área del rectángulo, con b el valor numérico de la base y con h el valor numérico de la al- tura y notando que entonces se tiene : 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA S B H il Le E SD al que nos dice que el valor numérico del área deun rectángulo es igual al producto del valor numérico de la base por el valor numérico de la altura y por el cuadrado de la relación de la unidad de longitud dá la longitud del lado del cuadrado que sirve como unidad de superficie. Pero ordinariamente se toma 2» = L y entónces L 7? [5]=1 y el valor numérico del área del rectángulo será Si 0500 resultará: es decir, ¿igual al produclo del valor numérico de la base por el valor numérico de la altura. ; Casi todas las cantidades que se considera en física se pueden espresar en función de tres unidades que reciben el nombre de unidades fundamentales. Las unidades que son espresadas en fun- ción de las unidades fundamentales son llamadas unidades deriwva- das. Cada unidad derivada está ligada con las unidades fundamen- tales por una relación simple que permite reconocer á primera vis- ta la potencia á la cual han sido elevadas para formar la unidad derivada. El esponente de esta potencia se denomina la dimensión de la unidad derivada relativamente á la respectiva unidad funda- mental. Así si ues una unidad derivada y varía como la potencia enésima de la unidad fundamental x, se dice que u es de n dimen- siones relativamente á la unidad fundamental «. La ecuación que espresa las dimensiones de una unidad derivada es llamada la ecuación de dimensiones de esta unidad. Los electricistas han tomado como unidades fundamentales : una longitud definida, una masa definida, un intérvalo de tiempo definido. Rigurosamente este número de unidades fundamentales podría LAS UNIDADES 101 reducirse á dos, haciendo intervenir la ley de la gravitación univer- sal. Fijadas las unidades de longitud y de masa se hubiera tomado por unidad de fuerza aquella fuerza con que se atraerían dos ma- sas iguales á la unidad situadas á la unidad de distancia, des—- pues dela unidad de fuerza se habría deducido la unidad de tiempo. Los mecánicos han adoptado definitivamente en el Congreso Internacional de Mecánica Aplicada que tuvo lugar en Setiembre de 1889 en Paris, como unidades fundamentales una longitud definida, una fuerza definida, un intervalo de- trempo definido. Este mismo Congreso ha declarado que en adelante «la palabra fuerza solo será empleada como sinónima de esfuerzo, sobre la significación del cual todo el mundo está de acuerdo. Se ha pros- eripto especialmente la espresión transmisión de fuerza que se refiere en realidad á la transmisión de un trabajo, y la de fuerza de una máquina que no es más que la actividad de la producción del trabajo por este motor, ó en otros términos, el cociente de un trabajo por un tiempo». El Congreso cree «que, para los mecá- nicos, el esfuerzo es una noción primordial más inmediata y más clara que la de masa ». Veamos ahora cuáles son las condiciones á que deben satisfa- cerlascantidades que hayan de constituir á las unidades fundamen- tales. Las cantidades que se elija deben prestarse á una rigurosa com- paración con las cantidades dle su misma especie. La compara- ción ha de ser fácil y directa y posible en cualquiera época y en cualquier lugar de la tierra. Los patrones deberán por lo tanto ser permanentes, es decir, que su grandor no sea susceptible de alterarse con el tiempo, ni de cambiar cuando sele transporte de un punto á otro. Por otra parte hay que tratar de elegir unidades fundamentales en el concepto de que la definición de las diversas unidades sea tácil y sus dimensiones simples. Gauss reconoció que las cantidades que reunen las mejores condiciones para constituir á las unidades fundamentales son pre- cisamento las que han adoptado los electricistas, es decir: 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una longitud definida, una masa defimda, un antérvalo de tiempo definido. Gauss que creó el primer sistema absoluto adoptó como unida= des fundamentales el milímetro, la masa del miligramo y el se- gundo, cuyo sistema se conoce y se designa hoy con el nombre de sistema de (Gauss. La palabra absoluto no significa que las unidades sean más per- fectas en tal sistema, sino que se emplea en oposición á la palabra arbitrario, que caracterizaría á un sistema de unidades indepen— dientes unas de otras. Las ciencias matemáticas ú físicas dan á conocer relaciones que ligan á las diversas cantidades entre ellas y lo más racional es establecer un sistema en el cual las diversas unidades vengan á estar espresadas en función de un corto nú- mero de unidades, formando así un sistema coordinado de me- didas, que simplifique los cálculos evitando el empleo de coefi- cientes inútiles. Vimos ya cuánta verdad hay en esto, por medio del ejemplo relativo al valor numérico del área de un rectángulo. Veamos ahora de justificar la elección hecha por Gauss. La masa es una cantidad que se presta admirablemente para servir como unidad fundamental. En efecto, si se elige como uni- dad de masa la masa de un lingote de oro, de platino ó de cual- quiera otra sustancia que no sea afectada por los agentes atmos- féricos, se obtendrá una cantidad tipo que reune excelentes con- diciones. La masa de un cuerpo es un elemento independiente de la situación de éste en la tierra, constante mientras el cuerpo no sufra alteraciones por agentes extraños. Con balanzas de pri- mera calidad se puede obtener copias fidelísimas del patrón de masa, hechas de sustancias igualmente inalterables. Un lingote de platino nos proporciona con su masa un elemento invariable y otro elemento, su peso, variable con la situación del cuerpo en la tierra. Suspendido el lingote de un dinamómetro de resorte acu- saría una fuerza de grandor diferente de un punto á otro. Si se quisiera tomar como unidad fundamental la fuerza, no se podría representar por el peso del lingote, que sin embargo representa- ría bien á la unidad de masa. Sin embargo, en la práctica cor- riente, será todavía por muchos años la unidad de fuerza quien sustituirá á la unidad de masa. Ya hemos hecho conocer la re- ciente resolución del Congreso Internacional de Mecánica Apli- LAS UNIDADES 103 cada. Si el dinamómetro de resorte diera indicaciones seguras hasta los límites que exigen los experimentos de precisión, se podría adoptar la fuerza como unidad fundamental tan bien como la masa, por cuanto el dinamómetro de resorte daría una medida directa y suficientemente exacta de la fuerza; pero como las in- dicaciones del instrumento son demasiado groseras cuando se trata de experimentos de precisión, se debe preferir para estos ca- sos la masa á la fuerza, aunque la noción de masa sea menos clara que la noción de esfuerzo. Para terminar con estas observaciones, diremos que si por me- dio de una buena balanza se estableciera en un lugar dado igual- dad de peso entre el lingote tipo y otro cuerpo inalterable, la igualdad subsistiría en cualquier otro punto, puesto que la va- riación de peso se ejerce igualmente sobre todos los cuerpos; habríamos tomado una igual masa sugeta á la misma variación de peso que el patron. La longitud es también una cantidad que se puede medir y co- piar con suma exactitud, debiendo fijar la temperatura á la cual el patron tiene la longitud exacta. Más adelante veremos de qué sustancia y cómo se construye los patrones de longitud. Por último, el tiempo es otra cantidad que se puede medir con gran precisión. TI Ecuaciones de dimensiones de las unidades geométricas, mecánicas y térmicas. — Espresión general de una unidad derivada. — Homo- geneidad de las fórmulas de la mecánica y de la fisica. Vamos á deducir primeramente las ecuaciones de dimensiones de las unidades derivadas en el sistema cuyas unidades fundamen- tales son : una longitud defimda, una masa defimda, un antérvalo de tiempo definido. Representaremos el grandor de estas unidades respectivamente . con 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El grandor de una unidad derivada lo representaremos con letras mayúsculas ordinarias ó letras griegas ; los valores numéricos de las cantidades los representaremos con letras minúsculas itálicas. Esta convención no regirá con las fórmulas tomadas de la mecánica ó de la física. Ecuaciones de dimensiones de las unidades geométricas. 1. Superficie (S). Sea un rectángulo cuyos lados son a L y b L. La superficie de este rectángulo es ISO =0 0 1 Sia=1yb=1, la superficie del rectángulo, entonces un cua- drado de lado 1 L, será L*. Esta superficie es precisamente la unidad de superficie que representaremos simbólicamente con $, y tendremos como ecuación de dimensiones de la unidad de superficie == (1% La unidad de superficie es de la dimensión dos con respecto á la unidad de longitud. 2. Volúmen (V,). Consideremos un paralelipipedo rectángulo cu- ya base tenga por lados las longitudes a L, yb L, y cuya altura tenga la longitud c L. El volúmen del paralelipípedo será aL < 3,14159 r L y la del radio PL luego la circunferencia corresponde á 2 >< 3,14159 7 Z L?* = 6,2832 radiantes. k. Curvatura. de una curva. — Curvatura media de una superficie en un punto dado. — La curvatura de una curva está definida por la inversa del radio, es decir que tendremos: Sir==4,la relación que resulta es la unidad de curvatura de una curva, es decir, la que corresponde á un radio igual á la uni- 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dad de longitud, unidad que representaremos simbólicamente con Y. Luego la ecuación de dimensiones será y=L-". La unidad de curvatura es de la dimensión menos uno con res- pecto á la unidad de longitud. La curvatura media de una superficie en un punto dado es tam- bien de la dimensión menos uno con respecto á la unidad de longi- tud, puesto que dicha curvatura media se obtiene haciendo la me- dia aritmética de las curvaturas de dos secciones normales perpen- diculares entre ellas. 5. Angulo sólido (e) 6 abertura de una superficie cónica de forma cualquiera está medido por la relación del área interceptada por el cono sobre una esfera cuyo centro está en el vértice del cono al cua- drado del radio de la esfera. El ángulo sólido está representado por un número abstracto; es absolutamente independiente de las unidades fundamentales. Ecuaciones de dimensiones de las unidades mecánicas 4. Velocidad (V). Se dice que un móvil está animado de un movimiento uniforme, cuando los espacios recorridos son propor— cionales á los tiempos empleados en recorrerlos. Se llama teloci- dad la relación de un espacio recorrido al tiempo empleado en recorrerlo. Una velocidad es la espresión at_2 IA Sia=1 y b=1, esta relación reducida entonces á ó simplemente representa á la unidad de velocidad es decir la velocidad de un móvil que en la unidad de tiempo recorra una longitud igual á la unidad de longitud; unidad que representaremos simbólicamente con V; luego LAS UNIDADES 1407 'M E e E 1= ¿=L 0 * En el símbolo Y van inseparablemente unidas las ideas de espa- cio y de tiempo. Muy frecuentemente se dice: una velocidad de tantos metros, de tantos kilómetros y se comete un error, pues la verdad es que será: tantas veces la unidad de velocidad, que es por sí misma una cantidad de distinta especie que una longi- tud. La ecuación de dimensiones VElLT2S nos hace ver que la unidad de velocidad es de la dimensión uno con respecto á la unidad de longitud y de la dimensión menos uno con respecto á la unidad de tiempo. 2. Velocidad angular ó velocidad de rotación (w). Imaginemos un sistema girando con movimiento uniforme al rededor de un eje. Cada punto del sistema describirá una circunferencia cuyo plano es normal al eje de rotación y cuyo centro está sobre dicho eje. Se llama velocidad angular ó velocidad de rotación del sistema la relación de la velocidad de un punto cualquiera á su distancia al eje, es decir, la relación Si suponemos a=1 y b=1, la relacion anterior se reducirá á bs Y : l 1 simplemente á [? que es la unidad de velocidad angular, que representaremos simbólicamente con w; es la velocidad an- gular que corresponde á un sistema cuyos puntos (situados á la unidad de distancia del eje están animados de una velocidad igual á la unidad de velocidad. Tenemos la ecuación < que por la sustitución de Y da de Le como ecuación de dimensiones. La unidad de velocidad angular 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es de la dimension menos uno con respecto á la unidad de tiempo. 3. Aceleración (y). Cuando los espacios recorridos en tiempos iguales no son iguales, el movimiento es variado, y si el movi- miento varía es porque actúa sobre el móvil una fuerza. Sien un instante dado se suprime esta fuerza, el móvil, en virtud de la inercia, seguirá moviéndose en línea recta con un movimiento uniforme cuya velocidad será la que tenía en el instante en que se suprimió la fuerza. En el movimiento variado se deberá fijar la' época en que se considera la velocidad. Una fuerza constante da lugar á un movimiento uniformemente variado, en el cual la velocidad varía proporcionalmente al tiempo. El movimiento uniformemente variado puede ser uniformemente acelerado ó uniformemente retardado según que la velocidad aumente ó disminuya. Se llama aceleración en el movimiento uniformemente variado la relación constante de la variación de la velocidad en un intérvalo de tiempo cualquiera, á este intérvalo. Si a, V es la velocidad en una época t, T; a, V es la velocidad en una época siguiente t. T, la relación 40, Y 4, =a, Y TAE 2 es la aceleración. Si a4¿—a=1 y t.—t¡=1 la relación precedente que se reduce A RA Y A E á 1, ó simplemente q? es la unidad de aceleración que repre- sentaremos simbólicamente con y. La unidad de aceleración es la aceleración de un móvil cuya velocidad varía en una unidad de velocidad en cada unidad de tiempo. La cantidad y representa inseparablemente unidas las ideas de velocidad y de tiempo; eon- cepto que se espresa mal con bastante frecuencia. Es erróneo de- cir: una aceleración de tantos metros ó de tantas unidades de longitud, pues debe decirse una aceleración de tantas unidades de aceleración. Para no insistir sobre observaciones análogas di- remos: una cantidad cualquiera es siempre un múltiplo de otra cantidad de su 2msma especie que se ha elegido como uni- dad. : La ecuación = LAS UNIDADES 109 nos dá por la sustitución de V == Ll: IS 4 como ecuación de dimensiones de la unidad de aceleración. Ve- mos que la unidad de aceleración es de la dimensión uno con res- pecto á la unidad de longitud y de la dimensión menos dos con respecto á la unidad de tiempo. %. Aceleración angular ó aceleración de rotación. Si un móvil gira al rededor de un eje con movimiento uniformemente va- riado, la aceleración angular ó aceleración de rotacion del sis- tema es la relación constante de la variación de la velocidad an- gular en un intérvalo de tiempo cualquiera, á dicho intérvalo. Si la velocidad angular en una época t, T es a, v, y si en una época siguiente l, T es 4,0, la aceleración en cuestión es 40—40_ 440 AS Si a,—a =1 y t¿—t,=1 la relación precedente reducida á 10) E simbólicamente 4 entonces tendríamos: es decir, que dichos valores numéricos serían proporcionales al erandor de las unidades de volumen. Si la unidad de volumen fuera la misma Ó «=+<”, entonces tendríamos: n p' — —) que nos dice que los mencionados valores numéricos están en razón inversa del grandor de las unidades de peso. 119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Vemos que el valor numérico del peso específico absoluto de un mismo cuerpo cambiará en general con las unidades de peso y de volumen que se adopte. Además, hay otra causa para que exista esa diferencia y es que el peso de un cuerpo (y por consiguiente el numerador de la relación que determina al peso específico ab- soluto) varía con la latitud y con la altitud del lugar de observa- ción. Un cuerpo dado pesaría en el Polo y al nivel del mar cerca de 0,005 más que lo que pesaría en el Ecuador y al nivel del mar. Como n es el valor numérico del peso específico absoluto del cuerpo considerado tendremos: Q (0) Í —311 IT, - S m Consideremos ahora un cuerpo particular con cuyo peso espe- cífico absoluto vamos á comparar el peso específico absoluto de todos los demás cuerpos. Bajo el mismo volumen ve el cuerpo tipo tendrá un peso p2 y por consiguiente podemos escribir la espresión: "Ss -S = Ni Ol, (0) m Dividiendo la primera ecuación por la segunda tendremos por resultado un número abstracto que espresará cuantas veces el peso específico absoluto del cuerpo tipo está contenido en el peso específico absoluto del cuerpo cualquiera considerado. En efecto se tiene: relación que llamaremos ¿ y que es el peso especifico relativo del cuerpo dado y tendremos: Agos de de donde ap—pe. 0 y como pog=0wnm, o m — — E LAS UNIDADES 113 Pero como ll, = m 1-Q la fórmula precedente se reduce á Wi0= 0-50. 0: Í Í El cuerpo tipo es para los sólidos y los líquidos el agua pura á 42 centígrados. Elijamos como sistema de pesas y medidas el sis- tema métrico decimal. Entonces si elegimos como unidad de peso el gramo y como unidad de volumen el centímetro cúbico, el va- lor numérico na, del peso específico absoluto del cuerpo tipo es 1 y la fórmula se reduce á ag=v...9 () r El peso especifico absoluto del agua pura á 4” centígrados es- presado en gramos por centímetro cúbico será la representación material de la unidad de peso específico absoluto IH;. Tambien un decímetro cúbico de agua pura á +” pesa prácti- camente un kilógramo y si se adopta como unidades de volumen y de peso respectivamente el decímetro cúbico y el kilógramo, n, será tambien igual á 1 y la fórmula última nos dará el peso del cuerpo en kilógramos, siendo v el valor numérico del volúmen es- presado en decímetros cúbicos. Pero si se eligiera como unidad de volumen el metro cúbico y como unidad de peso el gramo, enton- ces el peso específico del tipo espresado en gramos por metro cú- bico tendría por valor numérico 1.000.000 y tendríamos que aplicar la fórmula apg=0nN54 donde n, =1.000.000, v el valor numérico del volumen en metros cúbicos y ¿ el gramo. El peso específico de los gases y de los va- pores se refiere al aire á cero grados centígrados y bajo la presión de 760 milímetros de mercurio. Entonces espresando el volumen en decímetros cúbicos y el peso en gramos, 1, =1.293. El peso específico relativo de un cuerpo cualquiera tomado siem- pre en las mismas condiciones, permaneciendo constante el cuerpo (*) Si eligieramos el antiguo sistema y en este la pulgada cúbica y la onza, el peso es- onza ecífico absoluto del agua pura á 4? centígrados sería un múltiplo de == P BOE gr > P pulgadacúbica que sería la unidad de peso específico absoluto. ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 8 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tipo, tendrá siempre el mismo valor. Ninguna convención sobre las unidades de peso y de volumen puede influir sobre el valor del peso específico relativo, ni tampoco la situación del observa- dor sobre la tierra. Los ingenieros calculan ordinariamente el peso de un cuerpo sirviéndose de las tablas de pesos especificos absolutos que traen los manuales técnicos. La fórmula que hay que emplear es la MR 0 SUL: y habrá que espresar el volumen en la unidad á que se refiera la tabla y se tendrá el peso en la unidad que ésta esprese. La ecuación de dimensiones del peso específico absoluto se de- duce de la espresión : m 1-8 [ 2 sustituyendo por + la espresión de la unidad de fuerza MLT -*, en vez dé e, L? y de 7, por ll se tendrá: MILAN + es decir que la unidad de peso específico absoluto es de la dimen- sión uno con respecto á la unidad de masa y de la dimensión me- nos dos con respecto á las unidades de longitud y de tiempo. En cuanto al peso especifico relativo, siendo un número abs- tracto, es absolutamente independiente de las unidades funda- mentales. Sea My. la masa de un cuerpo cualquiera cuyo volumen es Y e; se llama densidad absoluta la relación LON OI O Sim=1 y v=1 esta relación, reducida entonces á E represen- E ta la unidad de densidad absoluta que indicaremos con A. Es como vemos la densidad absoluta de aquel cuerpo que en la uni- dad de volumen contiene una masa igual á la unidad de masa. Si se mide la masa con una unidad y.” [y el volumen con una uni— dad <', se tendrá: DANS OO , Dis VE=0UE ; LAS UNIDADES 115 dividiendo la primera por la segunda se tiene : mu .mip! VE VE y haciendo m' Vo" que son los valores numéricos de la densidad absoluta medida con dos sistemas de unidades, tendremos : né=n'! - > S ó bien N o n” TRA fórmula que dice que los valores numéricos de la densidad abso- luta de un cuerpo están en razón directa del grandor de las uni- dades de volumen y en razón inversa del grandor de las unidades de masa. Sila unidad de masa fuera la misma ó =p.” entonces tendríamos: es decir, que dichos valores numéricos están en “razón directa del egrandor de las unidades de volumen. Si la unidad de volumen fuera la misma Ó =<” entonces tendríamos: 2_ e; mn y que dice que los mencionados valores numéricos están en razón inversa del grandor de las unidades de masa. Siendo la densidad absoluta la relación de una masa á un vo- lumen, y siendo la masa un elemento independiente de la posi- ción que ocupe el operador en la tierra, el valor numérico de la densidad absoluta solo variará con las unidades adoptadas. Refiramos la densidad de los cuerpos á la del cuerpo tipo, á cuyo peso específico hemos referido el peso específico de los cuer- pos. 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sea qu la masa del volumen ve del cuerpo tipo y k el valor numérico de la densidad absoluta de este cuerpo. Tendremos : 12 LA VE siendo A la unidad de densidad absoluta. a mM Como =D tendremos — =nAÁ UE Dividiendo esta ecuación por la U TERA tendremos: El número abstracto 3, se denomina la densidad relativa del cuerpo cualquiera considerado. La masa de un cuerpo se obtiene - dividiendo su peso por la aceleración de la gravedad; entonces para espresar á 3, en función de los pesos del cuerpo cualquiera y del cuerpo tipo bajo el mismo volumen ve á que se refieren, bastará sustituir directamente los pesos, porque la aceleración de “la gravedad es un divisor común á los dos términos de la rela ción 2,. Procediendo así tendremos : Mp 47 quo pe y como es decir, el peso específico relativo, vemos que el número que representa al peso especifico relativo y á la densidad relativa es el mismo ó sea LAS UNIDADES ¿le Teníamos que la densidad absoluta de un cuerpo era Reemplazando y. por M y e porL* y llamando D al resultado tendremos la ecuación de dimensiones: M de DA ME Vemos que la unidad de densidad absoluta es de la dimensión uno con respecto á la unidad de masa y de la dimensión menos tres con respecto á la unidad de longitud. En cuanto á la densidad relativa, como es un número abstracto, es independiente de las unidades fundamentales. Hemos creido conveniente estendernos sobre peso específico y densidad por la importancia que estos elementos tienen en la prác- tica 8. Presión omtensidad de presión. — Para darnos cuenta de lo que es la presión por unidad de superficie consideremos un vaso abier- to de fondo plano horizontal, que contenga un líquido en equilibrio. La presión sobre el fondo está representada por el peso de una co- lumna del líquido que tenga por base dicho fondo y por altura la distancia de éste á la superficie libre. La presión así producida es uniforme. SisS es el área del fondo del vaso aEF la presión total, la relación ae a E ss” ss es lo que se llama presión por unidad de superficie. ; E E Ñ F Sia=1 y s=1 la relación precedente "reducida á 3» que re- A Ak presentaremos con el símbolo F. representará la unidad de presión. La unidad de presión es la presión que ejerce la unidad de fuerza uniformemente repartida sobre la unidad de superficie. La ecua- ción Pa = ES 3 nos da por la sustitución de EF y de S: El ="L 31" MT * 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Vemos que la unidad de presión es dela dimensión menos uno con respecto á la unidad de longitud, de la dimensión uno con respecto á la unidad de masa y de la dimensión menos dos con respecto á la unidad de tiempo. 9. Trabajo. — Cuando una fuerza actúa en su dirección y sobre una cierta longitud, dicha fuerza produce un trabajo igual al pro- ducto de la intensidad de la fuerza por el camino recorrido. Por esta definición tendremos que un trabajo es la expresión: aFEX á las cuales agregando el duplo de sess que pasan por el punto N dan las 27 lineas en cuestion. Cuando el plano ¿ describe una radiacion de centro, a el punto 2% pruduce la superficie del tercer órden F,; simplemente: d un punto a corresponde una superficie Fs. Si a describe una recta, á los puntos singulares de ella corres- ponderán superficies F,, las cuales contendrán todas, á las seis lí- neas que pasan por N y de que hemos hablado antes. Tres de estas hemos dicho que son P,, P., P»; las otras tres las designaremos con B,, B., B;. Ahora bien, á una recta B, (que pasa por N), corresponde un punto a que pasa por una recta A. Las superficies correspon- dientes á estos puntos « pasan por B, y tambien por B,, Bs. Así aparece determinada con un punto a tambien una recta A que se halla del modo siguiente: Al punto a corresponde una F,; esta (1) Debe observarse otra vez, que los puntos x no producirán una superficie del tercer órden si los planos ¿ no pasan por el mismo punto fijo a. Esta es la misma construccion especial de Grapmann. SUPERFICIE DEL TERCER ÓRDEN DE GRAPMANN 159 tiene un cono tangencial en N, á quien corresponde un cierto punto en E; este punto unido con N determina la recta busca- da A. El punto nodal N está situado en todas las líneas A porque al punto N, ¿omo punto a, corresponde un cono del tercer órden que pasa por las tres B,, Ba, Bj. A fin de que hallemos las tres líneas (fuera de P,, P,, P,;) que pasen por N, uniremos a con N. Esta recta encuentra al plano E en un punto á quien corresponde una seccion cónica; esta á su vez encuentra á la curva plana del tercer órden €, (que aquel plano E produce con F,) en seis puntos, tres de estos son los puntos p, Pp» Py en que las tres rectas P,, P,, P, encuentran el plano E, los otros tres restantes unidos con Y producirán las tres líneas deseadas. Quiero demostrar ahora, abreviadamente cómo se hallarán las tres rectas en cada plano z: Unamos a con fo, f, por un plano; este encuentra á z, en la ter- cera línea, segun la manera de significación de Grapmana: (a f, f,) », análogamente se obtendrán las líneas en los otros planos = por (a f, fa) re y (a fof,) 73. Las 27 rectas se derivan tambien de un diseño muy semejante al de Cremona. Un plano arbitrario « encuentra á la €, (en E) en tres puntos ”,, 7», "y. El mismo plano encuentra á las tres P, P, P, en tres puntos q,*, q2”, q, no situados en línea recta (fig. 2). Estos son los seis puntos del diseño. A cada uno de ellos le corresponde una recta en Fo. Entre estos seis puntos pasan 12 rectas distintas y á ellas tam- bien le corresponderán rectas; igualmente á las tres secciones có- nicas por los tres puntos q,*, 42,44”, y á dos de los puntos ” cor- responderán rectas, de modo que en suma tenemos 21 rectas; las seis restantes corresponden á las tres secciones cónicas doblemente contadas por los tres puntos ?;,, "», 7, y dos puntos q'; á saber: la línea de interseccion Y de los planos y y E posee tres puntos comunes con la seccion cónica y forma por consiguiente parte de ella; la restante es una recta que une un punto q” con un punto r, porque uno de los puntos r debe ser un punto doble de la seccion cónica. Estas tres pares de rectas forman así sess líneas de comu- nicacion de los puntos q con la r ya antes contadas. El plano E encuentra á la F, en ana curva C,; esta es fija y para los puntos f y p. Para ella está fijada la conocida construccion de Grapmann (fig. 3). 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los tres puntos f forman el triángulo; los tres puntos p el trila- do. Esta curva C¿ es independiente de la eleccion del punto a. Consideremos ahora la afinidad que nuestra construccion pro- duce. | Sabemos que á un punto a corresponde una F,, busquemos lo que corresponderá á una recta. Supongamos que el plano £ des- cribe un haz al rededor del eje A; los ¿ encontraran á cada uno de los tres = en un haz de rayos cuyos centros están en los tres puntos S;, Sa, S¿ en que el eje A corta á los tres 7. Cada haz de rayos es perspectívico con el haz de planos ¿; por consiguiente los tres ha- zes son proyectivos entre sí. Estos se dejan proyectar así, desde los tres f, con tres hazes proyectivos de planos cuyos ejes son f, s,, f Sa, f3 83. El resultado de este es una curva gausa R, del tercer órden que posee los tres ejes fs como bisecantes. Esta R3 pasa por N, porque un plano que pasa por N encuentra á los tres = en tres rectas que pasan tambien por este punto y los tres planos correspondientes se encontrarán en N.! Así hemos hallado que una curva gausa del tercer órden cor- responde á una recta, resultado que pudimos anunciar desde ya, pues la correspondencia es del tercer órden: una F, correspondien- do á un punto a. j Dos superficies F, se encuentran segun una curva gausa R,; en este caso esta degenera en una R, siendo fija y una R,; es decir: para un punto a queda determinada una F,, para otro punto a, otra F, y por lo tanto á la recta aa, corresponderá la intersección de las dos F,. Pero sabemos tambien que á una recta corresponde una R,, por consiguiente el resto R¿ debe ser fijo. Y otra vez puede conocerse que R, debe pasar por N, es decir las dos F, deben tener en N un punto comun doble, pues la curva de intersección posee en N un punto cuadruple. Los dos conos tangenciales en N se cortarán en cuatro generatrices, tres de las cuales P,, P., P, son fijas y la cuarta es variable y es tan- vente en N, por consiguiente la Rz pasará por N. La Ry está situada en todas las superficies F¿ que corresponden á los puntos de una recta, por lo tanto está situada en el cono segun las tres rectas P,, P,, Pz. Este cono es del segundo órden y encuentra al plano Een una curva C.. La curva C. encuen- tra á la C¿(en E) en seis puntos, tres de los cuales son p; pz Pp; y por los otros tres para Ro. CIAO OA o Ara! bailar ai a helo dre A aa A A E: re suo me ne NOS SUPERFICIE DEL TERCER ÓRDEN DE GRAPMANN 161 Supongamos ahora que el punto a tenga algunas posiciones es- peciales. 12 Supongamos á a en E. La F,se reduce á un plano E y un cono del segundo órden K, con su vértice en N. Para todas las posiciones de ¿, E queda fijo y solamente varía el cono K.; todos estos K, se encuentran en tres generatrices fijas P,, P,, P, y una variable G/. A cada punto a en E corresponderá siempre un cono Ky y á la recta que pasa por a y a, corresponderá la G/. La recta G' encuentra á E en un punto y que á su vez corresponde á G/. Así tenemos una conocida afinidad cuadrática en el plano E que ha sido estudiada más profundamente por Reye. Los tres puntos principales son: los tres p,, p , py; las tres rectas principales son las que unen los puntos f,, f., f, entre sí. Cuando y describe una seccion cónica por los tres p,, p», Pz, +" describirá una seccion có- nica que es inscripta á las tres rectas principales. 2% Supongamos que « esté situado en uno de los tres puntos li fo, f; Entónces el punto x estará siempre en el plano ¿, á quien él corresponde y entónces tenemos un especial «Sistema de cero » descubierto por Móbius. Si ¿ pasa por la recta f, f.. w% estará tambien situado en £, y á la vez debe estar en el plano que une ¿=, con f,, cuyo plano lo de- signaremos con 7. Este plano y encuentra al ¿ en una recla T,; por consiguiente á un planc ¿ que pasa por f, f. corresponde una recta T, ó mejor dicho los puntos singulares de la recta T. Ahora bien si £ describe un haz de planos al rededor de la creta f, f. como eje, T, describirá un haz de rayos proyectivo con el an- terior y cuyo centro es el punto (f, f.) zz. Este es el conocido pun- to q, que se encuentra en la aplicacion de la construccion grap- maniana de la curva €, (fig. 3). Análogamente habría para el haz del eje /, f, un haz proyectivo en el plano z., con centro q», etc. 39 Si a coimide con N la superficie se convierte en un cono del tercer órden. Observemos finalmente que en el caso que los tres puntos f;, fa, f, coincidieran con los tres puntos py, P», Pz, este cono se reducirá á los tres planos z,, re, 73. La investigacion más profunda sobre esta afinidad y especial- mente su estension al espacio á cuatro dimensiones y demás la reservaremos para otros artículos. Dr. Feberico HAFT. ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 11 LA REAL ESCUELA DE APLICACIÓN PARA LOS INGENIEROS, EN NÁPOLES Ya el Sr. Dr. Bernardino Speluzz: en desempeño de comision oficial traida de Buenos Aires hizo conocer, con gran acopio de da- tos que revelan aplicacion al trabajo, varias universidades de Ita- lia; y entre ellas se ocupó extensamente de la napolitana, y prin- cipalmente de su Real Escuela de Aplicacion para Ingenieros. La labor del sabio profesor no ha visto la luz pública segun era y es de esperarse así sea, tratándose de ilustrar el criterio poco ex- tendido respecto de este mecanismo universitario. Aquella Facul- tad de matemáticas en cuya poder se encuentran las relaciones mencionadas, debía, en nuestro entender, insertarlas en órganos de publicidad adecuados, cual ser los Anales de la Sociedad Cren- tifica Argentina. Nosotros fuimos atraidos á esta Escuela de ingenieros por la lec- tura de una parte de las citadas comunicaciones, y visitándola he- mos tenido ocasion de apreciar la exactitud y valor de sus datos, que ponen de manifiesto el recomendable grado de adelanto de di- cho instituto respecto de su plan de estudios, su cuerpo docente é importancia de algunos gabinetes en que se producen lecciones de aplicacion de materias en curso. Nuestro fin al ocuparnos de la escuela napolitana no es otro que llenar un deber subalterno, contribuyendo modestamente al acopio citado con ciertos apuntes recogidos en los Gabinetes que al presente están mejor surtidos, y llamar la atencion sobre ¡m- portantes adelantos de reciente data. Los empeñosos en conocer esta escuela, pueden completar los datos recurriendo á la redaccion del Dr. Speluzzi, en la que ade- más de una buena crónica sobre la Universidad y su division en LA REAL ESCUELA DE APLICACION 163 Facultades, apreciarán cada una de estas por su plan de estudios y la dotación de sus gabinetes y laboratorios. La Regia Scuola de applicazione per gUingegnert mn Napoli funda- da en 1810, año en que se abolió la Scuola speciale per gUmgey- nert di Acque e Strade tiene su local en el Quartrere Porto sobre la calle del Salvador, en el que fué convento de Donnaromita ; edifi- cio que despues se trasformó para adaptarlo á las necesidades de aquella. Segun las ultimaciones verificadas, han resultado en los tres pi- sos de que consta, locales espaciosos con buena luz y ventilacion para instalar el material de los Gabinetes y Laboratorios, las au- las, biblioteca y locales de administracion; sin que falten patios regulares y ámplios flanqueados por pórticos y cómodos terrados. Las salas de dibujo son las que tienen sobre los patios y terrados una buena colocacion. La trasformacioón de la vetusta construccion se emprendió sien- do director de la escuela el profesor D. Ambrosio Mendía, persona muy bien recordada por sus méritos científicos. A la fecha, no solo porque han crecido las necesidades de la es- cuela sinó tambien por responder al plan de saneamiento de Nápo- les, se la ha proyectado un edificio completo y adecuado que ocu- pará una manzana aislada por calles anchas, y tanto la nueva fá- brica como las que se erigirán á las demás Facultades de la Uni- versidad, formarán una agrupacion especial que embellecerá no- tablemente el barrio que debe recibirlas. Una innovacion digna de señalarse é imitarse en estas construc- ciones, consiste en que contendrán habitaciones para los profesores y familias, á fin de que aquellos puedan prestar, sobre todo en las de aplicacion como ingeniería y medicina, su pronta concurrencia á las cátedras é inmediata y asídua dedicacion á sus experimentos. El reglamento y plan de estudios hecho conocer por el Dr. Spe- luzzi, en su relacion, es el que entró en vigor en el año de 1882- 1883 bajo la administracion Mendía. La composicion y distribucion actual del plan se llevó á cabo bajo la direccion del eximio geómetra D. Aquiles Sannia; y cono aquel, ha experimentado modificaciones respecto del número de materias y horario. Inserto en seguida el que rije : 164 ANALFS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PRIMER ANO Núm.de horas semanales Aplicaciones de geometría descritipva y dibujo......... 9 Mecanicalracion e AS OS ios 5 Geología aplicada á las construcciones............... qa Estética gráfica, con dibujo.... ..... A ARIAS (OOMinicasoososudaoos e TON OS A Ed Ejercicios de mecánica racional.............. dba 3 Geodesia y ejercicios........ SOS EEES o 6 Dibujo de arquitectula............ TIRO O US Ejercicios de química........ A A A e ace ia lo) SEGUNDO ANO Hidraulica eo ncay practico 25 al Mecánica aplicada Alas Maquinas A Dibujo de mecánica ei á las máquinas..... AO Física técnica. eh ia: AN E : 42), Ejercicios de mecánica aplicados á las construcciones > aida lic la IO SS ORO oa 2 Mecánica aplicada á las construcciones........... Sol Geometría práctica y celerimensura............ A 42), Aplicaciones de física técnica... coi 2 Arquitectura técnica y dibujo....... Realia cposo VE 12 TERCER AÑO Construcciones metálicas...... OSOS CAOS Máquinas...... Doa Bao oboe oa YO As 'ATQUITE CUL OS a AS a Ferro—carriles, emeleme. COI O O) Construcciones hidráulicas........... POD ads llo Dibujo de construcciones hidráulicas y metálicas....... 9 Materia jurídiCa............ AOS UE AS o) Hidráulica fluvial y aplicaciones... ...ooommoo..oo... EAS Dibujo de arquitectura........ VOpOdONo9 opos de O Si bien el curso de Agraria es completo en aquella Escuela Agro- nómica, en Santa Catalina no estaría demás, á nuestro ver, incor- porar la enseñanza de la materia para Ingeniero Civil, pues hoy que en aquel país toma vuelo la agricultura, encontrarían los que á dicha profesion se dedican, continuados motivos de tratar sus problemas. Y sería importantísimo la formacion de gabinetes con modelos, de las máquinas propias de esa industria, y una completa colec- LA REAL ESCUELA DE APLICACION 165 cion de ricas maderas y de las producciones de cereales, legumbres y frutas de las provincias argentinas. En Italia es muy de uso que el ingeniero y el agrimensor inter- vengan en proyectos del resorte de la agronomía. El desempeño de las cátedras de esta Escuela de Ingenieros, co- mo el de las demás, está encomendado á hábiles profesores, que las han obtenido por concurso, segun es de estilo, y es de señalar- se el decidido empeño que prestan al desempeño de su cometido, ya en el curso teórico, como cuando entran en el período de las aplicaciones. Además de estos experimentos, los alumnos del tercer año, que se han distinguido en sus estudios, tienen opcion á participar de un viaje anual de instruccion que se practica por las principales obras del país, y bajo la direccion de una comision de profesores. Así en el verificado bajo la direccion de los profesores Travaglini, de arquitectura; Isé, de resistencia de materiales é hidráulica aplicada; Milone, de máquinas; y Ferrara, de carreteras y vías fér- reas; se visitaron las obras especiales de ingeniería y arquitectura existentes en el itinerario siguiente: Nápoles, Boloña, Ferrara, Pá- dua, Venecia, Milan, Florencia, Roma y Nápoles. Duró quince dias el viaje. Se comprenderá que estos viajes son perfectamente convenientes para fortificar los conocimientos que los alumnos adquieren en las aulas y clases experimentales y facilitarles su última tarea de for- macion del proyecto para graduarse; fuera de la buena suma de erudicion histórica que adquieren recorriendo esta region rica en monumentos de varias civilizaciones. Llega la comitiva á Boloña y comienza la tarea el profesor de arquitectura haciendo observar las obras medioevales que contiene la ciudad, visitan su Forum ó Plaza Victor Manuel, y la iglesia de San Petronio, en la que señala las edades de los estilos externo é in- terno y signos peculiares de cada uno; en Venecia muestra los ricos ejemplares del primer periodo del renacimiento que floreció del 1450 al 1500 indicando las diferencias entre las escuelas Ve- neciana y Florentina, é infunde en su auditorio la admiración que dicta á los ojos expertos el exámen de los Palacios, Plazas é Igle- sias y demás producciones de singular mérito artístico que enno- blecen la ciudad original que las posee; en Milan admiran en el 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Duomo las nobles y delicadas manifestaciones del estilo gótico re= ligioso, la magestuosa galería Víctor Manuel, de reciente fundacion y de gusto lombardesco, y el Hospital Mayor construccion del si- glo xv; y por último pasan á Roma donde á la vista de aquellas ve- tusteces del arte que suspenden el observador, el maestro mueve la atencion desus alumnos ante susmagnos detalles y los familia= riza con ellos cuando les recuerda que allá en el aula los estudia- ron detenidamente en exelentes reproducciones. Los demás profesores tienen asimismo suárdua y gustosa tarea, ya inspeccionen los famosos trabajos de bonificación mecánica en las campañas de Ferrara y Marozzo, los trabajos de defensa contra los desbordes del Pó, el acueducto de Venecia recientemente cons- truido y ejemplar de mérito por las variadas aplicaciones de la hi- dráulica que presenta ; tambien las exposiciones industriales y ar- tísticas de Venecia y Milan, y en esta principalmente la seccion de los Molinos, en que se muestran variados sistemas; ó se vean pre- cisados á explicar el modo de instalar y funcionar diversos apara- tos y organismos mecánicos, muchos de los cuales tambien apren— dieron á conocer en los gabinetes de la escuela. Bien surtidos están en general estos gabinetes y haremos men- cion de algunos. El de Hidráulica teórica y práctica, instalado recientemente, contiene aparatos hidrométricos de varios sistemas para experien- cias en rios y canales, y entre aquellos el molinete Harlacher per- feccionado. Este molinete es un marcador eléctrico y fué construl- do por la casa Ottde Kemplen, siendo su costo de 700 francos. directamente la velocidad media sobre una vertical, calculando el número total de vueltas hechas por el molinete en una caida verli- cal de este desde la superficie al fondo del agua. El hilo que suspende el molinete es atravesado por la corriente y hace funcion de conductor, traduciéndose los resultados de la ex- periencia en un contador que se mantiene fuera del agua. A la vista tienen tambien los alumnos modelos de filtros,entre los que se observan los de uso doméstico á doble circulacion, descen- dente y ascendente, con estratos de arena' gruesa y carbon; el de ladrillo, el á base esponjosa, los llamados Plongeur de Fonvielle, y la Cisterna filtrante de Venecia. El algibe del Banco Hipotecario de La Plata es de este sistema veneciano. En los muros del Gabinete se exiben diseños de los diferentes sis- LA REAL ESCUELA DE APLICACION 167 temas de fundaciones bajo del agua, proyectos de abastecimiento de aguaá varias ciudades y entre ellos el notable que la conduce desde el Serino á Nápoles, modelos de diques flotantes, ejemplares de instalaciones de cañerías y otros que con la Hidráulica tienen relacion. Para las experiencias se ha provisto el Gabinete de canerías es- peciales que tienen conexion con la de la ciudad. En este Gabinete de hidráulica es digno de mencionarse un Ser- batojo ó tanque con aparejo porta lus proyectado é instalado por el profesor de la materia S. Masonl. Juzgando de interés para nuestra escuela una símil adquisicion, puescon dicho aparato pueden estudiarse los curiosos fenómenos de la vena fluida segun las diferentes luces que la originen, he crei- do conveniente procurarme algunos datos para darles una idea. Consiste en un recipiente de forma á paralelipípedo recto á base cuadrada de 0 metro 70 de lado con 4 metros de altura, eleva- do á 1 metro del piso y en comunicacion con la cañería de la ciudad. Los diversos niveles del agua en el interior son graduados por un tubo de vidrio dispuesto al exterior del tanque. Este tiene lateralmente dos dobles fondos, y su alimentacion y descarga se hacen mediante orificios situados al mismo nivel de los dobles fondos. El aparato porta-luz consiste en una armadura de bronce aplica- da sobre las paredes anterior del tanque. Dicha armadura está provista de una puerta corrediza entre dos guías, la cual, manio— brada por una palanca adecuada, sirve para abrir ó cerrar la luz del flujo, y en el orificio se colocan las luces que desean ensayarse. En una esperiencia del aparato, á que asistí, se aplicaron luces de forma cuadrada, rectangular, circular y cruciforme, dejando caer el agua del tanque desde dos metros de altura, y se pudieron apreciar las formas curiosas de las secciones de las venas á dife- rentes distancias del orificio. El chorro líquido se recoge en un recipiente al que se hace se- guir la variacion de tiro de aquel, y en el que puede apreciarse el gasto del tanque en todo momento. El aparato completo ha costado en Nápoles 1200 francos y será descrito con los resultados de las esperiencias en el Curso de Hi- dráulica que está imprimiendo el citado profesor Mason. El citado curso es de recomendarse como obra didáctica y de 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aplicacion, pues por medio de un plan metódico se encuentran tratados los principios generales de la hidráulica, estendidos á los casos prácticos más usuales, sirviendo de buena ayuda al etecto el acopio de tablas numéricas que acompañan el texto que además tiene numerosas ilustraciones. Otra obra digna de consultarse por los aficionados á la hidráuli- ca es el Curso sobre construcciones hidráulicas del profesor Ing. Grae- tano Bruno. Están divididas las lecciones en los cinco títulos si- guientes : 1. Obras para el régimen de los rios y torrentes. 11. Canales, conductos y obras relativas. 11. Materiales, fundaciones, útiles y máquinas. Iv. Construcciones marítimas. v. Puentes de fábrica. Visité tambien el Gabinete de resistencias de materiales bajo la direccion del profesor Isé y ayuda del Ing. Ciollaro. Hasta el presente los ensayos más numerosos han sido sobre la- drillos de varias fábricas, diversas clases de tufo que es la piedra ó material generalmente usado en Nápoles, y piedras de algunas canteras. Los ladrillos á húmedo y á seco han dado resultados que se dis- tancian mucho uno de otro en cada uno de los estados, y esto es debido á la calidad de la arcilla y á la coccion. Así, por ejemplo, en el primerestado el coeficiente de rotura á la compresion ha sido para el producto de los siguientes hornos : Ruffolo hermanos, en Iserma, 363 kg.; Monte Redondo (Roma) 153 ; Sparanise (Caserta) de Collapetm 250; Porta San Pancrazio (Roma) 97, kg.; variando el peso específico de 1352 á 1800 kg. por metro cúbico y en el segundo estado, ó á seco, se tiene Hornos Ga- lignana en Salermo 53 kg. con 50%, arcilla, 89 kg. con 30 %,, 62 kg. con 10 9/,, de azostima en Salermo de 109, 121 y 121 kg. y de soc. an. de Benevento 165, 217 y 225 kg. por cm?. El tufo es de dos clases, amarillo y negro; el primero es más abundante y se emplea en la ciudad y otros puntos, y el negro lo hemos visto usado en las construcciones de Capua y Caserta. Estas piedras al desnudo, con sus juntas tomadas ácal y arena, presen- tan mejor vista que cuando se emplea el tufo amarillo. Las experiencias en seco á la compresion, y por cm* han dado LA REAL ESCUELA DE APLICACION 169 para las canteras de tufo amarillo en Posilipo desde 26 á 48 kg. siendo de 1300 kg. por m' el peso específico y para el tufo negro 63 kg. con 1142 kg. de peso específico. La piedra calcárea de Nola 253 kg. por em”, la de Siracusa 241 y la de Canvisa 37, con pesos específicos respectivos de 2735, 1940 y 1631. Los ladrillos huecos cargando sobre la cara más ancha han dado desde 50 á 78 kg. por cm? y las baldozas 362 kg. Se experimentó tambien la fundicion de la usina en Castella— mare, empresa italiana de construcciones melálicas y se tuvo por mm? La seccion de rotura fué elíptica. | DIMENSIONES | ALTURA COZFICIENTE A A | a PAR — — Tr | | l: lo )! e lado pi el antes de la despues de la | | a a ó E 6 Ae E EA antes | despues | manómetro manómetro esperiencia esperiencia | | - Ñ | | mercurio | d seco | | Para cuerpos prismáticos 36,2 X Poio Sen) 12 61,2 49,50 | 50,72 Utras esperiencias en sal = = => — 57,60 60,04 Para cuerpo cilíndrico 38,2 10,8 | 71,5 | 68 62,30 | 66 Otras esperiencias en media = | = = — 61,50 65 Para los experimentos se adoptaron la prensa hidráulica tipo A. Clair y la prensa con brazo de palanca; y como pudieran quererse adquirir para nuestra Facultad, pues la de Curioni es cara, in- serto una sumaria descripcion de ellas, que me facilitó el Ingeniero ayudante señor Ciollaro. La de Clair tiene un recipiente que se llena de agua, ó como se hace en esta escuela, con aceite mineral para evitar la oxidacion producida por el agua. En aquel pasan dos bombas una chica y otra grande movidas al exterior por dos brazos de palanca. El líquido que se va comprimiendo poco á poco, despues de haber recorrido un tubo de diámetro pequeñísimo colocado horizon- talmente, por medio de cuatro ramificaciones se distribuye uni- formemente en cuatro cilindros verticales por la parte inferior de 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ellos. En los cilindros salen dos émbolos en cuya cara superior se apoya un tronco de pirámide, y sobre el cual se coloca el mate- rial á experimentarse. Arriba del material se pone un plato de fierro asegurado á cua- tro columnitas y es contra dicho plato que se rompe el material cuando se le comprime. Es claro que el líquido en presion, penetrando en los cilindros, levanta los émbolos respectivos y el tronco de pirámide y por lo tanto el malerial de experiencia se comprime entre el dicho tronco y el plato superior fijo, hasta obtener su completa rotura. Del tubo horizontal de rama ya citado nace otro, el cual tiene un manómetro á columna mercurial que señala la presion segun las experiencias. Tal columna de mercurio está dividida en centímetros y segun varios cálculos practicados en la Escuela de Nápoles se ha lle- gado al resultado que cada centímetro de mercurio representa la presion de 772 kilógramos que resiente el material ensayado. Da la presion total obtenida por la experiencia hay que rebajar 147.30 kilógramos representados por el peso de cuatro émbolos y del tronco de pirámide, que se pierde en levantarlo. El director señor Isé, con el fin de controlar el manómetro á mercurio, añadió otro á seco con cuadrante puesto sobre el tubo. de rama horizontal principal, que da la presion en atmósferas. Segun cálculos hechos ha resultado que para tener la presion total es necesario multiplicar el número de las atmósferas marcadas en el manómetro por el número 184,60. Ordinariamente los resultados de los dos manómetros difieren en poco; pero es conveniente atenerse á las indicaciones del ma- nómetro á cuadrante el cual ha sido muy controlado en el Gabi- nete. La otra máquina ha sido construida en Nápoles en el estableci- miento Guppy. Se compone de una armazon en fierro en cuya parte superior y en su centro se encuentra el apoyo de un largo brazo de palanca. Esta en una extremidad tiene un. plato de fierro y en la otra una série de trozos de fundicion de peso determinado. En correspon- dencia del plato de la primera extremidad, se encuentra otro que se puede bajar 6 subir por medio de una rosca y sobre el que se pone el material de experiencia, de modo que este queda entre dos platos. y e LA REAL ESCUELA DE APLICACION E Por cálculos hechos para obtener la presion total se multiplica la carga puesta por 24,55 y el producto la representa en kiló- gramos. Cada plato de fundicion pesa 40 rótolos napolitanos ó sean 0,891 kilógramos de modo que la presion que uno ejercita es de 874,96 kilógramos. Otro gabinete que presenta modelos al vero que debieran adqui- rirse para aquella Facultad y que se obtendrían en Roma por es- casa suma, es el de Arquitectura y Dibujo. Cuenta entre otros un capitel del Templo de Júpiter Stator en Roma, Cornisa del Templo de Júpiter, Cornisa del Templo de Antonino y Faustina, Cornisa del Templo de Júpiter Tonante, Friso del Foro Trajano, Capitel de la Iglesia San Gregorio, Capitel del Pórtico del Panteon y Capitel del Palacio Gravina. Además en los muros de las salas se encuen- tran suspendidos buena cantidad de dibujos y fotografías de mo- numentos y proyectos de edificios segun varios estilos en uso y para que los alumnos puedan consultarlos. Son tambien notables los Gabinetes de Física Técnica á cargo del distinguido profesor Guido Grassi, que ha escrito y estampado su curso de Física aplicada, bien provista de útiles aplicaciones y el que es precedido por otro sobre Termodinámica que se extiende entre los límites de las trasformaciones de gases y vapores. El Gabinete de Construcciones dividido en cinco secciones, ci- viles, hidráulicas, metálicas, de vías férreas y aplicaciones de la Geometría descriptiva, lo mismo que los de Química, Máquinas y Mineralogía y Geología poseen un rico material. En tiempo daré apuntes sobre su contenido principal. Completa el menaje de la Escuela napolitana una Biblioteca pro- vista de obras escogidas, con más de dos mil volúmenes y la co- leccion de todos los proyectos confeccionados por los alum- nos. Cerrando la presente con un voto de felicitacion al director se- nor Aquiles Sannia por la buena marcha de la Escuela de aplica- ciun para los Ingenieros en Nápoles, solo me resta recomendarla á los cólegas de Buenos Aires á fin de que no dejen de visitarla, s1 pueden. Ing. Luis A. VIGLIONE. MOVIMIENTO SOCIAL La Junta Directiva ha resuelto efectuar una visita al Merca- do de frutos del Sud, la quese efectuará en los primeros dias del mes entrante. Se ha resuelto comisionar al socio Sr. Roque Casal Carranza para que establezca el cangeentre los anales de la sociedad y las publi- caciones de otras de igual carácter de Europa. El ingeniero Eugenio Vernaudon dará la cuarta conferencia de la série de las que tendrán lugar quincenalmente. El Doctor Valentin Balbin ha donado á la biblioteca de la Socie- dad la traduccion que ha hecho de la obra Trazado de curvas da- das en coordenadas cartesianas, por (+. Woolsey Johnson, y la de Algunos sistemas de barras articuladas de profesor J. Neuberg. Ya está casi terminado el catálogo de los documentos del archi- vo, cuya formacion fué encomendada á los señores Candioti y Ota- mendi. Ha sido admitido en calidad de socio activo el señor Justo Viñas y Urquiza. FISIOGRAFÍA Y METEOROLA GÍA DE LOS PARAS CIDE METODO Por JUAN LLERENA (Continuacion) «Sus caballos y camellos, que en 86 10 dias pueden realizar una marcha de 500 millas por áridos desiertos sin aguas ni pastos, des- aparecen como por encanto delante del conquistador; las misteriosas aguas del desierto eluden sus investigaciones; y sus tropas victoriosas son consumidas por la sed, el hambre y la fatiga en la persecucion de un enemigo invisible qne desprecia sus esfuerzos y reposa seguro en el corazon de los ardientes arenales. «Los esclavos de un gobierno despótico pueden hacer un vano alar- de de su independencia nacional; pero el árabe se halla tan libre de un yugo doméstico, como de un yugo extranjero. En cada tribu, la supersticion, la gratitud ó el respeto tradicional ha exaltado una fa- milia particular sobre las cabezas de sus iguales. Las dignidades de sheik ó de emir invariablemente recaen sobre esta raza selecta; pero el órden de sucesion es laxo y precario, dándose la preferencia al más digno ó anciano de la noble raza. Estos son preferidos para la simple aunque importante funcion de arreglar las disputas con sus consejos y de guiar su valor con su ejemplo. Si un emir abusa de su poder, es prontamente castigado por la desercion de sus súbditos. Su espíritu independiente desdeña una baja sumision á la voluntad de un amo; su existencia no reconoce barreras; el desierto se halla abierto, ha- llándose las tribus y las familias solo unidas por un pacto voluntario y recíproco. Acostumbrados á una vida de peligros y de privaciones, el pecho del árabe vagabundo se halla fortificado con la austera vir- tud de valor, paciencia y sobriedad, el amor de la libertad lo induce á ejercitarse en el hábito, del dominio de si mismo, y el temor de la deshonra lo guardan contra el temor del dolor, del peligro ó de la muerte. La estimacion de sí mismo que la independencia inspira, se muestra en la dignidad de sus maneras exteriores; su discurso es len- to de concision y peso; rara vez rie; su único ademan, el de pasarse á veces la mano por la barba, el símbolo venerable de su virilidad. > Sulo que el beduino nose recomienda por el respeto de la propiedad ajena, sobre todo del estranjero. El seescusa diciendo que en la dis- tribucion de la tierra, los climas ricos y feraces fueron «asignados á las otras ramas de la familia humana; y que la posteridad del proscri- to Ismael, se halla autorizada á recobrar por la fuerza ó el fraude la 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA parte de herencia de que ha sido injustamente privada. Igualmente adicto al robo que al comercio, cuando no abruma de impuestos á las caravanas de tránsito por el territorio de su tribu, las saquea, y armado contra la humanidad entera, hace del viajero inofensivo la víctima desu rapacidad. Peroá veces, por una noble reaccion de la racionalidad humana, este mismo árabe, el terror del desierto, agasa- ja al estranjero que se atreve á confiar en su palabra y que penetra en su tienda. Acógelo con respeto y benevolencia y lo hace participar de su riqueza Ó de su miseria; y despues del descanso indispensable, lo despide con bendiciones y á veces con presentes. Hoy aquí, mañana allí, la morada del beduino es tan ancha como el desierto, y tan móvil como los médanos de arena que el viento forma y deshace. Su modo de acampar difiere segun las circunstancias. Cuando las tiendas son pocas, las plantan en círculo; cuando muchas por hileras. El Sherk ó gefe ocupa siempre el puesto donde el peligro es mayor y tambien la entrada por donde el estrangero puede llegar, siendo su deber rechazar el primero y honrar á este último. Enfrente de su tienda el gefe clava su lanza y allíata su caballo ó su camello; su montura le sirve de lecho. Cuando vagan en busca de agua ó pastos se mueven lentamente por partidas sobre el llano arenóso. La caballe- ría armada marcha adelante; los rebaños siguen con sus crías; y de- trás, los animales de carga conduciendo las mujeres, los niños, las tiendas, las provisiones y utensilios de las familias. Entre estas tri- bus pastoriles, la posesion de un pozo, de un pequeño terreno pastoso y algunos datileros producen contínuos altercados que se deciden por las armas, el más fuerte quedando dueño de los objetos disputados. A más de estas causas de hostilidad, el carácter celoso y fogosode los árabes ha sido siempre la fuente de las más implacables enemistades entre ellos. Son en estremo sensibles álas injurias y las resienten con ¡implacable encono, de que es untestimonio la Bíblia y el Coran, don- de las ofensas á Dios y al Profeta, se pagan con la sangre y el escar- miento hasta la quinta generacion, como dicen ellos. Los árabes creen que Dios los ha hecho á su imágen, aunque en realidad son ellos quienes hacen á Dios en la suya. Los crímenes y los atentados de los hombres son hijos de sus errores y basta que el culpable pague para dejar satisfecho á Dios y la justicia. Solo áun árabe se le pue- de ocurrir que se debe esterminar hasta la quinta generacion para sa- tisfacer una ofensa. Eso espresa el carácter del pueblo. Entre los árabes como entre los pueblos á medio civilizar, la san- gre tiene su precio; pero entre ellos es libre obtar entre este precio y FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO amo la venganza. El precio por la vida de un hombre comun es entre ellos de 800 duros ó su equivalente en ganados. Una vez arreglado el precio de la sangre, lo que no siempre es fácil por el carácter vengativo é implacable de los árabes, y por su insaciable avaricia; á más de que su naturaleza los impulsa de preferencia á la venganza. Como quiera, una vez arreglado el asunto, una camella es conducida delante de la tienda del adversario, matándola allíá fin de esprar la sangre con la sangre. Las partes reconciliadas, comen de la carne del animal muer- to; y al partir el homicida lleva un pañuelo blanco en su lanza como señal de hallarse libre de lasangre. El árabe entretiene sus largas horas del desierto con diversos pasatiempos, tales como el juego de ajedrez, delas damas, las adivinanzas, las historias y cuentos á que son muy aficionados. Estas diversiones son comunes á ambos sexos. Pero hay otras que son peculiares al sexo viril, tales son la sortija, ó6los torneos, que ellos llaman lanzar el gerid, y consiste en un simu- lacro de combate con lanzas sin punta, como el juego que los españo - les llaman cañas, al final de una funcion de toros. El objeto del juego en que los jugadores muestran la más asombrosa destreza, es por una parte perseguir, por otra huir ó parar los golpes del adversario. En estos simulacros de combate, nada hay más pintoresco que ver los grupos de estos hijos del desierto entreverarse en un combate fingido con las lanzas caladas y los sables desenvainados, terminando todo en evoluciones, vueltas y cabriolas las más entretenidas. Tambien tie- nen sus danzas de guerra de un carácter salvaje. Tienen además can- tos en coro, en que mujeres y hombres aunan sus voces. Llámaseles nesamer, y se forman de versos improvisados, ocasion que los amantes no desperdician para dirigirse en términos embozados ó claros al ob- jeto de su amor, segun que este es lícito 6 ilícito. Sus imágenes no suelen ser semi-poéticas, á veces: «¡Oh Ghalia! si mi padre fuese un asno macho, yo lo vendería para comprar á Ghalia.> Durante sus largas marchas, los beduinos cantan ó silvan lo mis- mo que nuestros arrieros, para entretener el camino y animar sus ca- balgaduras, pues los animales se regocijan con estos cantos cadencio- sos y marchan con más gusto y menos fatiga. Estos cantos son monó- tonos, pero llevan impreso el sello de una profunda melancolía, que se armoniza con la triste aridez del desierto. Son como los trajes de nuestros arrieros y gauchos del interior. En estos cantos hablan de bellos ojos, de dulces aguas y de frescas sombras, espresiones que ha- cen contraste con la aridez y soledad de los arenales. Oir estos can- tos, escuchar cuentos por el estilo de los de la Mil y una Noche, 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en su tienda, al lado de su querida, en medio del desierto, es la supre- ma felicidad del árabe, que olvida ante esas armonías y esas imáge- n-s los peligros y las penurias del presente. Despues de la hospitalidad y de la destreza en el manejo de las armas, lo que más estiman los árabes es la poesía y la elocuencia; nobles facultades en que estas hor- das depredadoras que viven en medio de la solitaria grandeza de la naturaleza, sobresalen aún sóbre las naciones más civilizadas. Ellos tienen en mucho los buenos pensamientos y conceptos; pero dicen de las verdades y sentencias que son como perlas ó diamantes suéltos dichas en prosa; mientras que en verso forman como magníficos colla- res y diademas. En la antigúedad, entre ellos, el gran poeta era mirado á la par del gran guerrero; y se hacían torneos y certámenes en que las facultades de los poetas de genio pudiesen brillar á competencia. Mas resulta— baque para un pueblo tan apasionado y susceptible como el árabe, ellos se personificaban en sus grandes poetas, y las contiendas poéti- cas de estos se transformaban fácilmente en luchas civiles. En conse- cuencia, estos certámenes fueron abolidos por el Coran; pero los be- duinos han quedado á pesar de esto, en estremo apasionados por la poesía y la música. Así, en una Ocasion en que Burckard leyó delante de ellos el célebre romance de Antar, la asamblea de beduinos que lo escuchaba quedó sumergida como en un éxtasis de placer; mostrándo- se al mismo tiempo tan disgustados con su mala pronunciación, que le arrebataron el libro de las manos. A las ventajas del genio poético y de una viva fantasía, los beduinos añaden la posesion de un rico y armonioso lenguaje capaz de espresar con perfeccion aún los más finos y remontados conceptos del espíritu y de la naturaleza. Su abundancia puede juzgarse del hecho de poseer más de ochenta pala— bras para espresar miel; doscientas, para indicar la serpiente; qui- nientas, para espresar el leon, y loquees característico de una raza belicosa, mil, para espresar la espada. El idioma árabe es en estremo armonioso, enérgico, sublime é igualmente propio para espresar los delicados conceptos del amor, las puas de la sátira y los más encum- brados preceptos de la religion, la ciencia, la oratoria y la política. El sentimiento del patriotismo es fuerte y universal entre los be- duinos, á pesar de no tener otra morada que los inconsistentes arena- les del desierto y su miserable tienda. Se reconocen una nacion de hermanos, ligados por la misma sangre, y sin embargo viven en cons- tante guerra unos con otros; son en estremo celosos de su honor, al mismo tiempo que salteadores de profesion. Feroces y sanguinarios FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GL'BO 117 por temperamento, se muestran no obstante muy sensibles á las vir- tudes de la piedad y de la gratitud; codiciosos y nada fieles en sus transacciones pecuniarias son sin embargo fieles á su palabra y cari- tivos con el menesteroso. Su carácter religioso se halla ma:cado por los mismos estremos al parecer irreconciliables. Su fanatismo se aso- cia con una floja observancia de los preceptos y ceremonias del 1s- lam. «El Islam no ha sido hecho para nosotros, suelen decir; él nos manda ablusiones, y no tenemos aguas; el perdon de las injurias á nosotros condenados por nuestra insanable miseria á vivir del salteo y de la rapiña sobre los otros pueblos. Nos prescribe dar limosnas á nosotros que de todo carecemos, y que necesitamos nos la hagan á nosotros. Nos prescribe ayunar en el ramadam, y toda nuestra exis- tencia es un constante ayuno. Y si el mundo todo es la ancha morada de Allah, que necesidad tenemos de ir á la Meca para implorarlo?» VA COSTA ARÁBIGA. — ESTRECHO DE BAB-EL-MANDEB. — ENTRADA DEL MAR ROJO ; SU DESCRIPCION. — REMINISCENCIAS En Aden nuestro steamer cargó una cantidad de fardos de especias, como canela, mirra, clavos de olor, aromas, etc. ¿Provienen estas de las inmediatas costas africanas, de la Aromática Regio de Ptolomeo, 6 de las próximas costas de Arabia? ¿Cultivan los árabes esas especia: (la canela, el clavo, la nuez moscada, etc.), ó las produce naturalmen- te su suelo ? Hoy no solo las Molucas producen especias; ellas han sido aclimatadas en otrus países. Pero la Arabia desde tiempo inme- morial, ha comerciado con ellas. Desde la época de Abraham y de Jacob, á estar al tenor literal del Génesis, época que aún siguiendo la mezquina cronología mal interpretada de la Biblia, no remonta á menos del año 2200 antes de Jesu Cristo; aún en esa época, decimos, los árabes comerciaban en aromas y llevaban sus caravanas cargadas de perfumes al Egipto, donde las empleaban en embalsamar á los muertos. Ahora bien, hay mómias egipcias, esto es, cadáveres embal- samados de Piromis egipcios hasta más de 11.200 años antes de Jesu Cristo, segun Heródoto, lo que indica queel comercio de aromas de- bía remontar hasta esa edad, puesto que sin aromas no se embalsa- ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 12 - 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA man cadáveres (en la antigúeded), y que el Egipto no las produce es- pontáneamente. Se ha creido que desde las edades más remotas, las naves arábigas de las costas de la Arabia se estiende en su estremidad oriental hasta los 11% del Ecuador, y puede perfectamente producir la cane:a y el clavo, como produce la mirra, el estoraque, el benjuí y el bálsamo. Los árabes, fieles ásu poética existencia pasada, sin de- jar por eso de ser la raza más progresista de Oriente (los árabes de España cultivaron las ciencias, las artes, la literatura, la industria, etc.), signe comerciando en aromas y perfumes, no ya por caravanas peregrinas al través de Jos desiertos, pues los grandes imperios asiá- ticos interráneos que necesitaban de estos medios de tráfico y de esta clase de comunicaciones, ya han desaparecido. Ese comercio lo hacen hoy por los vapores modernos que tocan sus costas. La Arabia Oriental no es, pues, ese espantoso desierto que nos pin- taban viageros superficiales y una vaga tradicion. La Arabia solo tiene desiertos inhospitalarios, como hemos visto, del lado de la Siria, en la direccion del Egipto y de la península del Monte Sinaí. Desiertos perfumados que el árabe errante anima con su presencia; desiertos llenos de tesoros, pues Mr. Burton que los ha recorrido ha descu- bierto en ellos no solo ricos minerales de oro, plata, cobre, plomo, trabajados desde la más remota antigúedad, sinó que esos mismos te- soros inexplotados se estienden inmensamente en el interior. Por lo demás, las costas de Arabia, que el arbusto de la mirra y del aloes per- fuman, abundan en bellos puertos y zonas feraces, donde se alzan las célebres ciudades de Muscate, Moka, Hodeida, Meca y Medina un po- co más adentro. Entre sus altas montañas se estienden feraces valles regados por cristalinas corrientes y llanuras y páramos pastosos, don- de pastan el caballo árabe, el camello, el asno, el ganado vacuno y la oveja. Es un país de tiendas y desiertos en Occidente; pero tambien de huertas y jardines en el Oriente; de tribus pastoriles y vagabundas, pero tambien de ciudades espléndidas; un país de contrastes, de opo- siciones, de extremos en todo, en la naturaleza, en el hombre, en el es- píritu: en la naturaleza, porque el desierto contrasta con el valle cul- tivado y la montaña con la llanura, la humedad de los mares con la sequedad de los arenales, las aromas de la tierra con las fetideces del abismo; en el hombre, porque el pastor se codea con el agricultor, el salteador con el hospitalario y honrado, el sábio con el salvaje; en el espíritu, porque al lado del culto de los astros, se halla el de la ma- teria, al lado de Jehová, Allah, y al lado de Moisés, Mahoma, al lado de la poesía de amor de Antar, la poesía de desdichas de Job, y al la- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 179 do del cantar de los cantares, el Koran. En una palabra, Arabia, la patria de la vida y de la muerte, de la paz, de la guerra, del amor y del ódio, de la barbarie y de la poesia, de la ignorancia crasa y de la sublime creencia, del fanatismo y de la tolerancia, de Dios y de Satán. Aden, á primera vista, parece la más avanzada de una série de is— las volcánicas (puede muy bien no ser sinó una península, como lo marcan los mapas; pero á mí me ha parecido isla). Estas islas se al- zan negras, altivas y pintorescas sobre las doradus costas arábigas, formadas de cristal y de oro. Toda la série secompone de 4 á 5 islas 6 crestas volcánicas, completamente erizadas y sombrías, estendién- dose de Oriente á Occidente y siendo la de Aden la más avanzada hácia el este. Hay, pues, dos estrechos opuestos que pasar para salir ó entrar al Mar Rojo (tal vez pueden evitar una los que no necesitan tocar en Aden para hacer carbon); la puerta de Bab—-el-Mandeb que aún no hemos pasado, y la de Aden que domina el inmenso golfo es- tendido entre las costas africanas y arábigas, y del cual el Mar Rojo es solo un brazo, brazo que en edades anteriores no muy remotas, ha debido constituir un estrecho como el de los Dardanelos ó el de Ma- gallanes, entre los archipiélagos africanos y asiáticos, poniendo en contacto el Océano occidental con el Mediterráneo, con el Océano de oriente el Mar Indico. Conforme el gran steamer sealeja de Aden, las islas del grupo volcánico se alzan como una série de negros promon- torios de formas sepulcrales, ó en forma de crestas erizadas de puas y agujas volcánicas como una sierra. Algunas de estas negras rocas ó islotes destacados asumen los contornos y formas más fantásticos que es posible imaginar, á la distancia. Una es un castillo gótico perfecto y es la más avanzada al pasar ei estrecho formado por Aden y por ella; otra situada más atrás, presenta la forma de un Monitor ame- ricano con su torrecilla giratoria. Por lo demás, son magníficas las aguas del Mar de Aden, pobladas de grandes y pequeños peces, de cetáceos y de arenqués, de tiburones y de sardinas, de delfines y pecesillos voladores; en sus aguas nadan ó de sus aguas vuelan bandadas de ánades tan bellas, como sus ondas de nácar fluido. En el estrecho, el mar es de un verde gris claro de- licioso, pero opaco, sin la trasparencia cristalina de las aguas de las grandes masas oceánicas del globo. Esta es propiamente una verdade- ra roca fluida, con arcillas desleidas que la hacen opaca ; mientras los océanos son una masa de cristal trasparente y fluido. Pasado el es— trecho y á medida que el fondo desciende, el verde gris claro asume 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA un tinte más subido y más bello, pero sin hacerse translúcido. La su- perficie del mar ligeramente rizada, refleja tintes atornasolados algo rojizos, seméjante á un bello raso ó pequin tornasol tendido para ves- tir una princesa; es un raso bello animado, moviente, espléndido. Si lo hubiesen conocido los autores de los Cuentos de Aden y de Las mil y una noches, de seguro habrían vestido sus princesas, no solo con trajes de sol y de luna, sinó con rasos al Mar de Aden, todavía más poético y más bello. ¿Os diré que es un verdegay atornasolado deli- cioso con matices cambiantes de ágata y de nácar 2 No me entende- reis, pero la impresion es deliciosa. Si yo fuese fabricante de motrés, habría imitado ese matiz espléndido, cambiante, de una inefable be- lleza. Pero yo soy poeta y los poetas somos visionarios incurables, lo que vemos es nuestra propia belleza que hacemos irradiar por todo. ¿Esas divinidades que yo adoré en mi infancia? ¡Ah! La belleza esta- ba en mí, en la poesía innata de mi alma! ¡Ellas! Prosa y prosa platte ! ¿Esas bellezas del mundo físico ? Son bellezas de mi alma de poeta que irradío por todo. El mundo es una inmensa ruina sepul- eral, en que el genio del mal ha abismado todo lo bueno y lo bello de- jando solo lo ruin y despreciable como él. ¿Dios, ese gran Dios res- plandeciente de justicia, de santidad, de equidad ? ¡Ah! Ese gran Dios estaba en mí. Fuera de mí, Satán! Satán maligno, bajo, calumniador, enemigo vil y despreciable. ¡Oh! ¡el poeta! ¡Viva la poesía eternamen- te! ¡Ella solo tiene vida y bien! Fuera de mí el prosaísmo inmundo, ruin, bajo, insolente, pretencioso y viviente del mérito ajeno, del mé- rito prestado. Los grandes poetas debieran ser los grandes gefes de la tierra. ¿Qué son hoy Victor Hugo, Mitre y tantos otros... ? La prosa reina, con nombres y poetastros falsos. Yo creo en la ciencia, porque ella ha hecho milagros reales. Pero la poesía y la ciencia son insepa- rables. No hay nada grande ni bello que no nazca y no converja á ellas. Pero demos un poco de lastre á nuestro aeróstata, que se ha re- montado demasiado. El vapor marcha y nosotros marchamos con el vapor en la direccion de Bab-el-Mandeb. Cardúmenes innumerables de pecesillos, moviéndose con rapidez bajo las aguas, vienen á pedir á los grandes vapores oceánicos sus sabrosos desperdicios. Son miem- bros útiles del mundo orgánico viviente, que vienen á libertar al océa- no de sus impurezas. Por su parte, nuestro síeamer, cargado en Aden con perfumes de la Arabia, ha quedado más 'embalsamado y libre de impurezas que una vieja momia de dama de la Corte de los grandes Faraones conquistadores que vivían y morían bajo una inundacion FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 181 de perfumes. El clavo de olor, el cinamomo y la mirra perfuman nues- tro ambiente y le comunican como un suave bálsamo, en contraste con el olor nauseabundo de renfermé que es la atmósfera habitual de á bordo. Pero ya estamos engolfados en el bello Mar de Aden, y aunque el color cambiante del agua marma ha asumido ya tintes más som- bríos, que conservan no obstante como un tornasol de rojo impercep- tible. Ya navegamos teniendo á la vista á la derecha las bellas cos- tas de Arabia, que por los mapas y las relaciones de viaje yo me ha- bía figurado falsamente mucho más bajas y áridas de lo que son en realidad. La Arabia, en su parte oriental, no es una llanura sedienta; es un país tan montañoso como Chile ó la Suiza; ¿la vista, al frente, tengo más de tres cadenas de altísimas cambres que se destacan en eradería, como las montañas occidentales de Norte-América, sobre las costas californianas; y esas montañas son taa pintorescas como elevadas, sobre todo las centrales, las más altas, que se destacan en altivas ondas de lázuli, formando una gran cadena ó cordillera central en la direccion de sudeste á noroeste. Las cuchillas ó lomas de que os hablé al principio y que corren en segundo término paralelas á la ca- dena central, se han convertido ahora en altas cuchillas y crestas gra- niticas que realzan el paisaje en un término más aproximado. Por úl- timo, ahora se destaca una gran cadena costera, fraccionada en altos grupos ó eslabones basálticos ó portirídicos, cuyo punto de arranque 6 terminacion se halla en las islas, ó mejor grupos montañosos de las islas de Aden. El desierto, que los mapas y los escritores estienden á toda la peninsula Arábiga, no existe absolutamente en toda su parte oriental hasta enfrentar el Sinai. Todaesa region de la gran penínsu- la Arábiga, es montañosa y sinó fértil y vestida por lo menos de una rica y florida vegetacion aromática de mirra y aloes; y estoy seguro que sobre los llanos y médanos arenosos de las zonas intermedias, á una y otra parte del lado del Mar Rojo, y del costado del golfo Pér- sico, se hallan tapizados de bellos pastizales, y en los valles y faldas de la vegetacion aromática del café de Moka, del giroflero, del cane- lero, del aloes, del arbusto de la mirra, del estoraque, del benjuí, del incienso. El desierto, pues, lo repetimos, por la sorpresa que ello nos causa, en la parte occidental de la península, en los confines de la Siria, de Madran, de Suez. Solo es desierta esa region occidental donde vagó 40 años el pueblo de Israe!, alimentado por el maná del cielo, esto es, de los arbustos resinosos del desierto ; guiado por Moi- sés, su gran caudillo. Esa region desierta, comprendía tambien 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA los desiertos de Madrem, de Sin, de Hor, de Petra, de Moab y los desiertos inmediatos al Sinai, al istmu de Suez y al Mediterráneo, como el desierto de Tih, á los que hay que agregar los desiertos de la Siria y del Mar Muerto, que pertenecen á esa misma zona. ¿Os ha- bíais formado esta idea de la verdadera Arabia física ? No, por cierto. Estabais engañados como yo. En adelante no voy á confiar más en los mapas hechos de memoria, en los gabinetes de los geógrafos, ni en las relaciones de los viageros regalones, soñolientos, que escriben sus impresiones de viaje sin ver ni estudiar nada y sin darse bien cuen- ta de lo que tienen á la vista, y que se fijan más en los semblantes de los compañeros de á bordo, que en los aspectos cambiantes del paisaje y de la naturaleza. La Arabia, pues, volvemos á repetirlo por la centésima vez, porque esto equivale á un descubrimiento por nuestra parte, ó mejor, á una perfecta valorizacion de los hechos;la Arabia Oriental es un bello país montañoso, elevado y espléndido, en la más bella zona climaté- rica del globo, entre los 11? y los 32? de latitud norte. País de valles, de bosques, flores, de aguas cristalinas, de jardines de cinamomo, de girofleas, de azahares, de jazmines y de aloes. País lleno de maonífi- cas y antiguas ciudades y aldeas, habitadas por una bella raza civili- zada y agrícola, viva, ájil, inteligente, con el pelo más negro que la noche, el cútis más blanco que la plata, y los ojos más grandes y be- llos, sobre todo en las mugeres, que la gacela del desierto y el guana- co de nuestras montañas; país que solo es desierto al veste, que el beduino tostado y semi-bárbaro, pero caballerezco, recorre. El pre- tendido desierto se halla pues, confinado al oeste y 4 una estrecha banda ó zona arenosa sobre la ribera setentrional del Mar Rojo y del Gelfo Pérsico; y aún esta zona arenosa, que se estiende entre las montañas y el mar al estremo de los grandes Golfos Arábigo y Pér- sico, se halla cubierta con los materiales olorosos que dan á la Ara- bia sus perfumes y bálsamos; donde ruge el valiente leon, donde vaga la tímida gacela; donde gambetea el magnífico avestruz asiático, del tamaño de un elefante ; donde rebuzna el burro, la admiracion de Xe- nophonte, por su habilidad en evitar las acechanzas del hombre (esto es, del diablo segun los católicos), y donde para su tienda el pastor de Arabra, como dice la Biblia. Lo que no quita que estos bellos y va- lientes pastores, como sus corceles hijos del viento, dejen de tener ciudades magníficas, cuyos habitantes son tan civilizados ó más civi- lizados que los de Inglaterra. Solo que, como á nosotros los católicos, les hace falta su libertad intelectual, que el fanatismo mahometano FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 183 de los últimos dias le quita, como el fanatismo ultra-católico nos qui- taá nosotros la libertad de enltivar las ciencias, la industria; y la libertad, riqueza, poder y grandeza que de ellas nacen, condenán- donos á ser los salvajes de la civilizacion moderna, esto es, á de- saparecer. Confieso que los árabes, en cuanto á raza y costumbres, segun lo hemos referido, tomado de la conferencia que tuve conese pastor árabe, á quien compré las plumas, segun lo recordará el lector, y su bello país cerril y no playo como el Sahara; confieso y digo que árabes y Arabia, me han cautivado de paso. País, raza de vida pura» de inteligencia elevada, de miembros de acero, más veloces sobre la arena en sus rápidos corceles que el vapor sobre el mar,ó la locomo- tora sobre los rieles de acero. País y raza de libertad, de bien, de pla- cer, de poesía, de amor, de actividad, de reposo, de pastores, de agri- cuitores, de poetas, de artistas... y de bellas odaliscas, lo presumo. Mi árabe, el árabe á quien compré las plumas, era de una belleza va- ronil completa. Sus hermanas ó sus primas debían ofrecer la belleza femenil completa, porque allí donde existe el verdadero hombre, debe necesariamente existir la verdadera mujer. De otra manera sería fal- so el mito de Adan y Eva. Si la Arabia es altamente montañosa, como se percibe desde la cu- bierta de mi gran sieamer, ella debe tener necesariamente valles, fuentes, arroyos y rios cristalinos refrigerantes, jardines, entre huer- tos, entre sementeras y entre bellos potreros alfalfados, alfa 6 alfalfa es una espresion árabe, donde se solaza el fogoso estalion árabe, pa- drillo de una raza de caballos, más rígidos que el viento, y en donde seengorda al buey, el carnero cebado para los mercados de las ciuda- des. Nada falta, pues, en esa tierra privilegiada; su cielo es tan bello, tan puro, tan perfumado como su suelo; y es justamente allí donde ha nacido la más bella y sublime de todas las ciencias, la astronomía. A'í no hay nubes que se interpongan entre el hombre, el cielo y los astros. Tierra, hombre, cielo y astros comunican sin cesar y co- nocen sus secretos aparentes más intimos: porque solo la ciencia más sublime del enropeo, penetra más allá de las apariencias. Para esos seres simples como la fuente, el árbol, el animal, la apa- riencia es el tod , la realidad nada. De ahí la superioridad del euro- peo filosófico, sobre el asiático materialista y sobre el africano supers- ticioso. Si la mirra de Arabia es tan agradable á los dioses de todos los pueblos, gentiles, cristianos y mahometanos, es sin duda porque la Arabia es un país Santo é ideal; ideal segun los más íntimos sue- 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ños del alma. Porque el sensualista solo'quiere prados y bosques flori- dos; el supersticioso calaveras, cocodrilos, hombres descuart za- dos por dioses: solo el árabe que vive en Jos desiertos comprende el verdadero espiritualismo de alma y de Dios. El árabe si llega á civili- zarse yáser menos fanático de lo que hoy es, será el hombre de ciencia por excelencia, porque solo la ciencia comprende y se eleva hasta el verdadero Dios. Todo el Golfo de Aden se halla dominado por las altas cumbres de las montañas ó sistemas longitudinales de la Arabia, cuya cadena cen- tral es casi tan importante como el Aconquija ó como la Sierra Gran- de de Córdoba, y no lo comparo con los Andes, solo porque no tiene al- tas cumbres nevadas como el Bonete de Catamarca, el Mercedario y Aconcagua de San Juan y el Tupungato de Mendoza. Pero si los sis- temasarábigos no tiene cimas cuyos altos picachos penetren alto den tro de la zona de las eternas nieves, en esa ardiente zona, no earece de elevaciones de 8á 10.000 piés segun he podidofjuzgar desde á bordo del steamer inglés. Estas montañas vienen sobre las costas contiguas del Mar Rojo tan elevadas. imponentes y ricamente recortadas como en la parte oriental. La cadena costeradominada por eslabones, gru- pos ó mansos distanciados, hemos dicho, cuyo punto de arranque es el archipiélago volcánico de Aden, se encorva avanzando hácia el sud con el mismo carácter, prolongando sus eslabones Ó macizos erup- tivos hasta el estreuho ó puerto de Bab-el-Mandeb: hay grupos de esta cadena volcánica reciente; esto es, de última formacion, de una oran importancia y elevacion, como el que promedia entre el paso de Aden y el estrecho de Bab-el-Mandeb. Bello nombre arabesco ¿no es verdad? El significa Puerta de las lágrimas, 6 de los suspiros. ¡Qué acontecimiento misterioso de la remota historia de la más remo- ta antiguedad egipcia ha podido dar esenombre, ála puerta de acceso al más bello de los mares de la tierra, porque el Mar Rojo, el mar bí- blico por excelencia, el mar que salvóal gran pueblo escogido y que abismó á Faraon; es el más bello, vivo y resplandeciente de los ma- res actuales. ¿Qué significa ese nombre de tristeza y de afliecion dado á un piélago de esmeralda y záfiro, de oro y lázuli! ¿Acaso llegó hasta allí Isis, la tierna y casta esposa desolada, haciendo resonar los écos de las negras montañas volcánicas y las acerbas olas con sus zollosos y despedazantes lamentos? Fué por ventura Vénus állorar allíá un perdido Endimion? Como quiera que sea del nombre, el paraje es tan triste y desolado como su designacion. Las costas del Africa, por su parte, recien se hacen visibles, despues de la desaparicion de los erl- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 185 zados promontorios de la Aromática Reg1r, comenzando á mostrarse de nuevo, decimos, 4 la estremidad del gran Golfo de Aden, mediante la proyeccion de un ramal de lomas volcánicas bajas que se encorvan tambien y se acercan para formar el estrecho de Bab-el Mandeb, ter- minando en una loma volcánica, sobre la cual se alza un faro de luz intermitente que señala de noche á las embarcaciones la entrada ó puerta de acceso del Mar Rojo. Hasta hoy estaría probado ser la par- te más peligrosa de la navegacion de este Mar ó Golfo arábigo; ha- biendo perecido algunos grandes vapores, mal conducidos sin duda por sus pilotos, á uno y otro lado de su canal de entrada. El canal 6 la corriente profunda de las aguas del golfo se hallan en el medio, es— tableciendo su corriente hácia el centro de la gran entrada ó brazo del Mar Rojo. Hacerse á uno ú otro lado de esta línea es perderse en los bancos, donde, segun Heródoto, encalló la gran flota de Sesos- tris. La parte arábiga ó asiática es sin duda la más pintoresca en la en- trada del Mar Rojo, 6 Golfo Arábigo. Compónese de un grupo de mon- tículos volcánicos de un color bistrado sombrío, terminados en picos con ángulos agudos de alguna elevacion, y formando su cabo con uza roca á flor de agua con dos estremos agudos y gruesa en el medio como un bote torpedo. El mar bate con furor en las ensenadas y que- bradas intrincadas en medio de estos picachos negros con su base or- ladas por las arenas del Cesierto de un blanco dorado. Inmensas ban- dadas de ánades y otras aves acuáticas, alzaron el vuelo de en medio de los estrechos y ensenadas interpuestas entre ese grupo de elevados peñascos negros, á nuestra proximidad, dirijiendo su vuelo hácia las costas de la Arabia, lo que probaría que ellas abundan en lagos ó corrientes de agua salada ó dulce. Esas inmensas bandadas de aves acuáticas nos trajeron involuntariamente á la memoria nuestros grandes rios argentinos, como el Paraná, en cuyas verdes y boscosas islas son tan abundantes las aves acuáticas, inclusos los zancudos fla- mencos y los corpulentos chajas. ¡Pero cuánta diferencia de aquel mundo distante de vida, de bosques, de flores, de océanos de agua dulce y de camalotes floridos, en que suelen embarcarse tigres de ojos centelleantes; y este mundo de aridez, de negros picos volcáni- cos y de espesas aguas de sal, de un color sombrío. aquel es un mun- do nuevo que comienza lleno de vida; este es un viejo mundo deseca- do, imponente y solemne como la vejez. El Cabo Africano, donde se alza el faro, es una loma negruzca de superficie igual y sin protuberancias ni desgarramientos, lo que pro- 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA haría su mayor edad. Estas costas africanas, hemos dicho, for- tambien una curva convergente como las arábigas; formando el he- miciclo que constituyen el aper de los dos golfos ligados por sus es- tremos, el de Aden y el Mar Rojo. Pero las costas africanas están muy lejos de ser tan levantadas y pintorescas como las arábigas, en- treveradas de mantos esquistosos y graníticos. Las costas africanas se hallan dominadas por alturas bajas, uni- formes, interrumpidas á veces por montículos de forma piramidal, lo que hace conocer su carácter geológico. Solo á la distancia, en una lontananza muy remota, se distingue una alta cadena que desciende dle los remotos confines del sudeste, perdiéndose en las nieblas de la distancia. En algunas de las cadenas que se desprenden de la region Zómali ó del sistema de los Montes Karkai, ó en una proyeccion di- vergente del manso Etiope ó Abisinia que viene aproximándose y Cor- riendo paralelamente á la cadena arábiga del valle del Nilo, hácia la cual se encamina. De donde quiera que sean las proveniencias de estas montañas, y los mapas nada dicen á su respecto, lo cierto dlel caso es que ellas vienen á mostrarse sobre las riberas océanicas del Golfo de Aden, continuándose probablemente hasta el Mar Rojo, de lo que mañana podremos cerciorarnos. La forma piramidal predomina en estas alturas africanas; y son ellas sin duda las que han servido de modelo para los monumentos piramidales del Egipto, de una data tan antigua. Todas las pirámides son anteriores á los Hicios, y sin su so- lidez, no habrían resistido á los destrozos de estos conquistadores nó- mades. Esas cadenas graníticas forman alturas moderadas, redondea- das y sólidas como las cabezas de los adoradores de los cocodrilos y de los ibis de Nilo. Jamás han debido formar esa danza loca de mon- tañas, como las han constituido las audaces y desgarradas alturas de los sistemas costeros volcánicos de Arabia que hemos descrito. Á ca- da pueblo su carácter hasta en su naturaleza. Porque la naturaleza hizo ágilesá los árabes y cachazudos á los egipcios, y ú cada pueblo de estos lo ha rodeado de una naturaleza análoga ásu carácter. Montañas separadas, bien asentadas y de una moderada elevacion á los egipcios; crestas culminantes, amenazantes, movimentadas, altivas y bellas, á los árabes, poetas y cabalgantes famosos. Henos pues aquí, surcando las aguas del Mar Rojo, de ese mar cé- lebre desde la más remota antigiiedad, en tornoal cual tantos acon- tecimientos importantes de la historia de la humanidad han llegado á pasarse. El Mar Rojo es una gran espansion marítima que los grandes y rígidos vapores de las líneas inglesas tardan seis ó siete dias en re- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 187 correr. Pero en su conjunto y conexion con los otros mares del globo, él solo constituye una prolongada caleta ó brazo del Golfo de Aden, en la direccion del Sudeste al Noroeste, con una estension en largo de 600 leguas; sin tener más de 50 en su mayor ancho y el cual termina en el Noroeste con los desiertos colindantes con el Istmo de Suez; formando dos cuernos ó golfos divergentes, igualmente profundos y bien caracterizados, el Golfo de Suez y el Golfo de Akabah, entre los cuales se interpone la península montañosa del Sinai. La forma estre- cha y prolongada de ese mar, solo comun en las regiones árticas, dondelos mares bravíos de las zonas frígidas forman prolongadas eden- taciones en las costas, auxiliados por los vientos y los hielos y las im- petuosas corrientes: es una disposicion verdaderamente estraña, inu- sitada enlos mares del Medioaía y que solo tienen su análogo en la eranisla continental de Australia, en el Golfo de Spencer, que como sabemos se interna centenares de miilas en el interior de las tierras, indicando un vínculo misterioso entre su estructura y el sistema de lagos interiores salados, quese prolongan en banda en la direccion del Golfo de Carpentaria, otro entalle profundo en la isla continental, viniendo de una direccion opuesta. Es fácil concluir que esos dos gol- fos que se avanzan en rumbos encontrados, viniendo de direccionos opuestas han debido nnirse en las edades anteriores, separándose so- lo á causa de la reciente emersion del interior de Australia, del seno de las olas. Tales lo que aconteceen el Mar Rojo, el cual se internaba en las tier- ras del Istmo de Suez ahora 3500 años, en la época del £xodo. hasta la extremidad delos Lagos Amargos; y 15,000 años antes con el Mediter- raneo, formando un estrecho ó brazo de mar como el de Magallanes, que separaba materialmente el Asia del Africa. Esto acontecía en una edad de la historia geológica del globo, en que los grandes continen- tes actuales, el Africa, el Asia y la Europa, formaban solo meros archi- piélagos Ó grupos desparramados de islas; y en que los grandes con- tinentes viejos, hoy abismadlos y desaparecidos, se hallaban en otras direcciones, en el Norte, en el Oeste y en el mediodía de nuestro pla- neta. Pero no son esas solas las viejas conexiones deductivas del Mar Rojo. Por de contado, la Arabia, en la épocaá que nos referimos, era solo una isla cuadrangular, fértil y montuosa, distinguiéndose por la abundancia de sus aguas, que demuestra la profundidad de sus rwadys 6 quebradas y que no podrían tener otro orígen en sus actuales con- diciones meteorológicas. El Mar Rojo ó más bien el estrecho formado 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por este mar, por su bifurcación más oriental, la de Akabah, que ro- dea la península del Sinai en la direccion del nordeste, este mar se ha encontrado ligado en un período geológico no muy distante, con la cuenca del Mar Muerto y por consiguiente con el viejo sistema de los mares Asiáticos interiores, de que el Mar Caspio, el Mar de Aral y otros, forman los últimos restos ó despojos desparramados. En otros térmi- nos, antes del hundimiento de lascinco ciudades malditas, de que ha- bla el Génesis, el Mar Rojo recibía las aguas del rio Jordan, muy acre- centado entónces con otros tributarios y más considerable de lo que es hoy. Aún se conserva á la estremidad sudeste del Lago Asfaltotes, en la ribera de la ensenada El Ghor y en la ancha quebrada que de allí arranca, el Wady-el-Arabah y otras que en esa direccion se abren en las alturas que rodean el Mar Muerto, y por las cuales las aguas - del Jordan en las edades geológicas han debido escaparse, yendo á precipitarse en el Mar Rojo por el Golfo de Akabah. El fenómeno bí- blico á que hemos aludido, esun fenómeno análogo al que tuvo lugar en Grecia cuando el suceso del diluvio local de Deucalion. El valle de Arcadia se hallaba sepultado por las aguas del rio Tempe, formando un vasto lago sin salida. Las aguas luchaban en vano por romper las barreras graníticas que las contenían, separándolas del Mar Jónico, cuando un feliz terremoto, al decir de Heródoto, el autor del génesis de los griegos, vino y con so'o un sacudimiento, rompió esa invencible barrera de rocas, desagotando los valles de la Arcadia y dando una sa- lida regular á las aguas del Tempe. La hoya del Jordan ha debido encontrarse sumergida ensu mayor parte bajo las aguas durante el período glacial; aguas que solo debían encontrar una escasa salida por sobre las lomas de El Ghor en el punto en que el Wady-el-Ara- bah tiene sn arranque, virtiéndose por este conducto en el mar forma- do por el Golfo de Akabah, mucho más estendido que hoy. Induda- blemente sobre las márgenes de esa hoya, aque las aguas del Jordan lo cnupletaban, han debido existir más de cinco ciudades Hititas ó Sehetas, como pronunciaban los egipcios de la edad de los Ramsés. Mas vino el terremoto ¿que hacé alusion el génesis y deprimiendo el va- lle, bizo descender su nivel más abajo del Mediterráneo, y el Jordan, libre de los aluviones del período glacial, pudo confinar su deságie á la cuenca actual del Mar Muerto, quien con solo la evaporacion bajo el clima árido de la Siria, rodeado de desiertos arenosos y ardientes, ha podido conservar su equilibrio y fijar su estabilidad. Las enormes cantidades de sal que se presentan en la cuenca del Mar Muerto, hace ver en efecto que esa cuenca se ha encontrado en FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLUBO 189 los tiempos geológicos, en comunicacion con el mar ; mar que no pue- de ser otro que el Mar Rojo, puesto que aún se presenta en seco el brazo de mar que ligaba en las edades geológicas una cuenca con otra. Esta no es otra que la inmensa quebrada Ó Wady-el-Arabab, del cual podemos dar la siguiente descripcion, apoyada en los datos de] ingeniero inglés, viajero Palmer. El Wady-el-Arabuh comienza en la cabecera del Golfo de Akabah, en el cual penetra, formando un in- menso rio ó canal seco, de una inmensa anchura y profundidad, con un suelo arenoso y pedregoso y tambien salado en partes. Su ancho, en su desembocadura en el Golfo, es de 12 millas inglesas, estendién- dose hasta el Mar Muerto, en el cual penetra por la banda de el Ghor. Pero él no conserva ese mismo ancho en todo su trayecto, se an- gosta 4 medida que sube hácia el Mar Muerto, pero no angosta mu- cho, pues su ancho en medio de la distancia es de 8 millas, siendo muy poco menos al entrar en el Mar Muerto por el Ghor. La natura- leza de sus bordes ó barrancos, lo mismo que su suelo arenoso, guijoso y saluginoso, indican bien ser el lecho abandonado de un brazo de mar que era una prolongacion del Golfo de Akabah. Pero no falta quien sostenga que toda esa sal viene de las lluvias. ¿Y quien dió á la tierra esa sal que el agua de las nubes disuelve? Es claro que el mar, pues toda la tierra, como lo demuestran los hechos geológicos, se ha formado de los depósitos de las aguas marinas y donde no, la sal no existe. Se vé pués que toda sal viene del mar y la razon de este hecho debe buscarse en las causas mismas que die- ron orígen á las aguas del mar, Cuando el agua se precipitó sobre el mar delos Silicatos, despues de la consolidación de estos, trajo con- sigo todos las sustancias de la atmósfera primitiva geogenética solu- bles en el agua, como ser, el cloro, el azufre, el ácido carbónico, el iodo, etc. Todas estas sustancias, disueltas en el agua, hicieron los primeros mares ácidos. Al precipitarse en lluvia sobre la tierra aún caliente, estas aguas ácidas y ebullentes, disolvieron naturalmente las bases de las primitivas rocas, la potasa, la soda, la cal, la mag- nesia, etc. y de mares ácidos que eran en su orígen, se convirtieron en mares salados. Hé ahí la verdadera causa de la salobridad del mar y delos depósitos de sal en sus lechos abandonados. Si esto es así, esevidente que la evaporacion debe contribuir á au- mentar insensiblemente la salobridad del mar, porque el equilibrio entre lo que el mar dá y loque el mar recibe ya está establecido hace siglos; y el aumento de la salobridad, aceptable para ciertos mares en circunstancias especiales, pero que es inadmisible para la 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA totalidad de los mares, puede tener lugar segun una ley muy lenta. ¿Pero hay una ley para la salobridad del mar? ¿cuál es esta ley? A pesar de luque hemos dicho con relacion á los resultados de la eva- poracion, la ley general de la salobridad del mar es la misma; y es igual en el Mediterráneo, donde como es sabido entran grandes can- tidades de agua dulce y en el mar Rojo, donde no llueve ni entra agua de ninguna especio. El hecho es que las corrientes dinámicas que ponen en circulacion general todas las aguas marinas, y que son engendradas por las diversas densidades del agua, segun su grado de salazon, hacen que entre dos mares ó dos brazos de mar contiguos se establezca una circulacion como la que tiene lugar en la sangre de los animales vivos, d saber, una sub-corriente de agua fresca y me- nos salada que entra y una supra corriente de agua caliente y más salada que sale, restableciendo el equilibrio de la densidad y de la temperatura. Así, es á las sales del mar y á las diversas densida- des que engendran que debemos esas sub-corrientes que de un lado llevan las aguas del Mediterráneo al Atlántico y las aguas del Mar Rojo al Océano Indico; y es evidente, desde que ninguno de estos mares es notablemente más salado que el otro, que tanta sal como la sub-corriente trae, otro tanto la corriente superior le saca. Esto de- muestra el poderoso impulso que la activa cireulacion del Océano de- riva de las diversas densidades de sus aguas, por sus diversos grados de salazon, que impulsa las aguas más pesadas, á ocupar el lugar de las más leves y vice-versa. Que esto sucede en realidad tanto en el Mediterráneo, como en el Mar Rojo, es una cosa demostrada por la teoría tanto como por los hechos y las observaciones más fidedignas. Respecto al monto medio de ¿a salazon de) mar es una ley aún poco estudiada y conocida. Segun los datos que tengo en mi poder (ad= viértase que voy en viage y que estoy lejos de mis libros) esta sala- zon es de 49/,, esto es, 4 partes de sal en 100 partes de agua (0.39); siendo la gravedad específica media del agua del mar en 46€ de temperatura, de 1.0272, El agua más pesada del mundo no se ha encontrado tampoco ni en el Mar Muerto, ni en el Mar Rojo, como muchos autores han llegado á suponerlo. El agua más pesada se ha encontrado en el Cabo de Hornos, para el hemisferio Sud, y en el mar Okostk, para el hemisferio Norte. ste mar se halla en una region sin rios y en la cual la evaporacion sin duda, se hulla en exceso sobre Ja precipitacion. Esta consideracion nos trae al Mar Muerto, mar aislado, la com- posicion de cuyas aguas y sus habitantes, difieren de las regiones FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 191 circunvecinas, formando un centro evolucional aparte, á causa de su separacion de las condiciones de la evolucion general. En él las aguas no solo son más pesadas, sinó que su composicion difiere de la de los otros mares, que es la misma para todos, aún para aquellos más ais- lados, como el Mar Rojo, el cual, como sabemos, se halla en una re- cion sin rios y sin Jluvias. Por una ley física que tiene que cumm- plirse, las aguas de este mar son las más pesadas, despues de las in- dicadas; y lo son en efecto más que las de ningun otro brazo de mar del Océano. Sin embargo, este hecho ha comenzado á ser muy mo- dificado mediante la circulacion incesante establecida por el canal ma- rítimo de Suez, entre las aguas relativamente frias del Mediterráneo y las aguas que podríamos llamar candentes del mar Rojo: esta modifi- cacion tiene que ser lenta sin embargo, y la ley general prevalece aún. Segun esta, la fuerza dinámica de las aguas del mar Rojo prove- niente del aumento de gravedad específica adquirida por sus aguas despues de penetrar por elestrecho de Bab-el-Mandeb, es suficiente para mantener una corriente de salida y otra de entrada, al trávés de estos estrechos. Segun los trabajos experimentales de los Sres. Ritchie y Giraud, establecen que el agua más salada del Mar Rojo, es justa- mente donfle la teoría Jo señala, porque una buena teoría es lógica, y las leyes de la naturaleza, son ante todo lógicas; en el Golfo de Suez y en el de Akabah, desde esos estremos, las aguas son cada vez me- nos saladas hasta la boca de Bab-el-Mandeb y de Aden y aún más allá, hasta el meridiano de Socotora; despues de esto la salobridad vuelve á aumentar hasta liegar á Bombay. Pero afortunadaments la evaporación ayuda á conservar fresca la superficie de estos mares in- tertropicales, de la misma manera que ayuda á refrescar otras super- ficies húmedas. Así, cuando las aguas del Mar Rojo se hacen tan sa- ladas, que ya no pueden producir vapor bastante para llevarse el ex- cesivo calor de los rayos solares, por su mayor gravedad ellas se deslizan, haciendo lugar á las aguas entrantes menos densas y más refrigerantes. Si no fuese por la espulsion que su mayor gravedad de sal imprime á estas aguas recalentadas, el elima de estas regiones, lo mismo que el calor de un agua, sería más ardiente y abrazador que los arenales del Sahara. Aún tales cual hoy son, las aguas de este mar, son más cálidas que el aire del desierto. En el invierno y la primavera, sin embargo, ellas son bastantes frescas, comparativa- mente, en la madrugada; pero más tarde se ponen insoportablemente cálidas con el ardor del sol. Pero en el estío, las aguas del Mar Rojo adquieren la temperatura de la sangre, llegan á los 95? Fahr. (34 C.) 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Toda la mañana del 29 de Marzo una fresca brisa ha soplado (la brisa de la marea probablemente); así el aire ha estado nebuloso y fresco; pero pasada las 12 p. 1n. la brisa calmó y el cielo se despejó de nubes, pero permaneció velado por una niebla seca; esa niebla seca de que hemos hablado al costear los desiertos africanos. Esa misma niebla se cierne sobre este mar rodeado de desiertos: pero todo el mar Rojo sigue presentando ese aspecto vivo, animado de los mares con gran circulacion. Este aspecto tan animado, las aves vo- leteando en el aire, y los grandes peces retosando á grandes brincos en la superficie del agua, debe venirle sobre todo de la apertura del canal ld Suez, que ha elevado el Mar Rojo de la categoría de los ma- res estagnantes, al de los mares en contacto con las grandes corrien- tes del globo, con la cirenlacion general de los grandes mares. Sin ese canal, tan benéfico para el Mediterráneo, como para el Mar Rojo, este último podía muy bien haber quedado reducido á la categoría de los mares confinados, como el Mar Muerto, que al fin acaban por se- carse cuando no les entran rios, como sucede al Mar Rojo. Para esto bastaba un ligero solevantamiento en la série volcánica de Bab-el- Mandeb. Pero ya estamos lejos de ese peligro y el mar ha recibido una nueva vida con el canal. ¿Y sin embargo, cuánto despropósito, con motivo “e la abertura de este? Los continentes iban á ser barri- dos por las aguas oceánicas, etc. Nada de eso ha sucedido y el mun- do sigue con un canal, con un adorno más que abrevia las distancias de sus grandes tráficos. Lo mismo sucede con el proyectado mar in- terior de Africa. Se pretende que el agua de los océanos mermará; que es necesario que el Africa sea un desierto para que la Suiza sea habitable, etc. Pero todos estos son despropósitos que en nada se fundan. Con la abertura del canal de Suez se han llenado los lagos amargos con encrmes masas de agua tomadas del Mar Rojo; y sin embargo, el nivel de este mar que no recibe rios de ninguna espe- cie, no ha mermado. El Mediterráneo, por el contrario, recibe los rios más caudalosos del mundo, el Nilo, el Danubio, el Pó, el Ródano, etc., y cualquier cantidad de agua que se estraiga para llenar los Schotts argelianos, será al punto reemplazada por el agua de las in— numerables corrientes que se derraman ahora en el Mediterráneo y que si no rebalsan, es porque estendidas superficialmente se evapo— ran, mientras que concentradas aumentarán sin detrimento el cau- dal de la nueva cuenca marítima proyectada, habrá menos salida de desperdicio para el Atlántico por algun tiempo y esto será todo. (Continuard). EXEQUIAS FUNEBRES DEL D" RAWSON El 27 del mes pasado tuvo lugar el homenaje que todo un pue- blo agradecido debía tributar á la memoria de uno de sus más ¡lus- tres hijos. Los restos del Doctor Guillermo Rawson reposan, en la que fué su cuna, cerca de los despojos mortales de esa falange de patricios que han dado nombre y engrandecimiento á nuestra patria. La Sociedad Cientifica Argentina contó al Doctor Rawson entre el distinguido grupo de sus Presidentes, y como una distincion á sus relevantes méritos le acordó el honroso títulode miembro hono- rario. La Sociedad no podía permanecer indiferente al espontáneo mo- vimiento que se operó en todo el pueblo argentino para recibir dignamente sus restos, y fué la primera de las corporaciones cien- tíficas quese adhirió al gran pensamiento, tomando todas aquellas disposiciones tendentes á llenar debidamente su cometido. La Junta Directiva pasó á la Comision central, la siguiente comu- NICACION : Buenos Aires, Abril 22 de 1890, Al señor Presidente de la Comision Central del homenaje á la memo- ria del Doctor (+. Raroson, General Don Bartolomé Mitre. Tengo el honor decomunicar á usted que la Junta Directiva de la Sociedad Científica Argentina, en su sesion extraordinaria del 21 del corriente, ha resuelto adherirse debidamente al justo homenaje que se tributará á la memoria del ilustre patricio á la llegada de sus restos á esta Capital. Habiendo sido el Doctor Rawson Presidente y Miembro Honorario ANAL. SOC. CIENT. ARG T. XXIX 13 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de esta corporacion, ha resuelto efectuar esta adhesion en la mejor forma posible, adoptando las disposiciones siguientes : Concurrir la Sociedad en corporacion para acompañar sus res- tos desde el punto de desembarque hasta el Cementerio del Norte. Los miembros de la Sociedad llevarán un distintivo espe= cial. La Junta Directiva conducirá una corona de bronce que será de- positada en la tumba del Doctor Rawson. Hará uso de la palabra en nombre de la Sociedad, el Doctor Eduardo L. Holmberg. Nombrará un delegado para que acompañe el féretro durante el trayecto. Con este motivo me es grato saludar á usted con mi considera- cion más distinguida. CarLos M. MORALES. Marcial R. Candiotr, Secretario. Desde por la mañana del dia 27 una concurrencia tan selecta como numerosa llenaba el muelle de pasajeros, ávida de acercarse al féretro que conducía los preciosos restos y de acompañarle en un cortejo tan fúnebre como patriota, haciendo pública esa mani- festacion de condolencia que había afectado á todos los argenti- nos. La crónica de la ceremonia desde su desembarco hasta el acto de depositar el féretro en el Cementerio del Norte ya es de todos cono- cida; la Sociedad Cientifica Argentina llenó su mision; su Junta Directiva condujo durante el trayecto una corona de bronce que depositó como una ofrenda de su gratitud y cariño en la tumba del gran estadista, haciendo despues manifestacion verbal de sus sentimientos por intermedio de su orador en aquel acto. Los discursos de los señores Zavalía, Mitre, Gonzalez Catan y Larrain han sido ya publicados, y ellos espresaban elocuentemente el duelo nacional que causara la pérdida del gran ciudadano y el por qué del homenaje que con tanta justicia tributaba el pueblo á su memoria. Solamente reproducimos aquí el discurso pronunciado en el ce- menterio por el Doctor Eduardo L. Holmberg, que habló en nom- bre de la Sociedad Cientifica Argentina. EXEQUIAS FÚNEBRES DEL DOCTOR RAWSON 195 Señores : No es el momento oportuno de realizar fórmulas de cortesía por el honor que la Sociedad Cientifica Argentina ha concedido á su representante en esta gran solemnidad, porque su único objeto ha sido expresar, por segunda vez, que ella quiere asociar su nom- bro colectivo á un acto de puro patriotismo, porque tambien es pa- triotismo celebrar con la apoteosis la exaltacion de sus grandes exudadanos á la gloria. Ella piensa que no es banal este tributo surgido del más delica- do sentimiento, y con tanto mayor motivo, cuanto que el Doctor Rawson, modelo de virtudes cívicas, lo fué tambien de aplicacion incesante á la nobilísima tarea de escudriñar, en el seno de las cosas, los íntimos secretos encerrados allí por la mano invisible de las Madres Eternas. Dos grandes cualidades de alto brillo caracterizan el talento del Doctor Rawson: su elocuencia y su actividad empeñosa en elevar la Higiene al rango que debe ocupar por su consorcio con la Esta- dística y la Medicina. Dotado de condiciones armónicas de organismo y de funcion, elevó su palabra soberana en los parlamentos, en los congresos y en los certámenes científicos y en la cátedra, y ya sea como políti- co, como médico, como estadígrafo ó como filósofo, ella fué escu- chada siempre con curiosidad, con encanto y con asombro. Nada resistía al poder de aquella voz insinuante y dominatriz, que ora se deslizaba melíflua y blanda como la de una vertiente entre los musgos y suaves declives de una montaña; ora se enri- quecía con chasquidos de espumas en las crestas de la mar salada; ora descendía, ronca y profunda á los negros abismos en que, se- pultado vivo el carbonero, pica la roca que ha de entregarle el dia- mante de la industria; ora se levanta con magestad tendiendo álas * decondor en el azul delaire, ó en las cavidades del Infinito estre- llado, persiguiendo un rayo de luz perdido en lo insondado; ora tronaba y rujía con el estrépito de un pueblo viril que defiende sus derechos con la espada de la justicia y con la pólvora sagrada que se quema por la libertad. Pero todo esto noes todavía esa elocuencia, porque las combi- naciones de sus formas y la variedad de sus matices, entretejidos con la sutileza de un arabesco, levantaban, deprimian, exaltaban y llevaban el ánimo de una impresion á la otra, obligando á veces 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA al pensamiento del auditorio á descuidar la importancia ó la gran- deza de los temas, ó la magnitud de las intenciones. Sería menester apartarse de toda imágen de realidad y penetrar en los dominios de la epopeya miltoniana, para encontrar su sí- mil: era una elocuencia satánica con espiritu de angel bueno. Lo incompleto de ciertos estudios, la vaguedad embrionaria de muchas pesquisas que el mundo investigador iniciaba con el teson propio de nuestro siglo, deslizaron alguna vez el error en sus alo- cuciones; pero lo presantaba con tanta dignidad, lo revestía con tal decencia, lo entregaba con tal aristocracia, en el sentido único y respetable de alta educacion, que sus discípulos hubiéramos de= seado, más de una vez, que fuese así la verdad comprobada. Pero el microscopio velaba por el brillo de nuestro siglo, y era menester que entregara á la ciencia un grupo de organismos mis- teriosos, deducidos por el espíritu sublime de Hipócrates. Millares de volúmenes han pasado á los archivos, desde el dia en que se pronunció por la intuicion el nombre de «Microbio ». En sus maravillosas peregrinaciones por las altas esferas de la alegoría, halló el genio de los griegos una verdad científica que no- sotros dejaremos demostrada, como un tesoro inestimable, á nues- tros descendientes, y consagraron en sus creaciones mitológicas aquel gérmen fecundisimo y profético, dando por padre de Higia, diosa de la salud, á Esculapio, dios de la medicina. El descubrimiento reciente de aquellos organismos transforma por completo la medicina secular, y sies verdad quese pretende que la medicina del porvenir sea la higiene, ello no prueba sinó la importancia del descubrimiento y sus consecuencias; pero no la sustitucion, porque Higia y Esculapio son dioses, y los dioses son inmortales ! Era imposible que un filántropo como el Doctor Rawson no de— dicara el conjunto de sus aptitudes á resolver y estudiar, siquiera fuese con aplicaciones á su patria una cuestion de elevada utilidad científica y social, como era la higiene; porque es una de las pre- rogativas, concedidas al genio por la Naturaleza, la vision de los erandes problemas en los cuales se esconde un espiritu utilitario, no encarnado en losegoismos infecundos ni en las etapas ínfimas de la actividad humana, sinó en los resplandores vivificantes del progreso, ese torrente indefinido, emanado de la permutacion de los hechos. Y era tambien una deuda, y tal vez una promesa. EXEQUIAS FÚNEBRES DEL DOCTOR RAWSON 197 Fué padrino de tésis del Doctor Rawson: Claudio Mamerto Cuenca. Poeta, filósofo, médico y filántropo como él, el Doctor Cuenca le dirijió estas palabras en una breve alocucion de la ceremonia uni- versitaria: «La medicina, Dr. Rawson, tiene una página en blan— co; ávosostoca llenarla. » Tenía entónces, y tiene aún la medici- na muchas páginas en blanco; pero enla Nacional, en la Historia de nuestros esfuerzos por elevarnos hasta desempeñar la obra de un pueblo ilustrado, el nombre del Dr. Rawson irradiará sobre más de una, simbolizando la personalidad de un luchador incansable, que puso al servicio de una noble idea, su talento, su saber, su elo- cuencia, su actividad, su honradez y su prestigio. Solo es fecundo lo que es útil. En la misteriosa evolucion delos seres, no es dado á todas las in- teligencias penetrar los secretos naturales de la compensacion ; pero, cuando la piedad ha desenvuelto la idea de providencia, cuando el fatalismo ha venerado las desiciones del destino, cuan- do el estadígrafo ha establecido la ley de la produccion y del consu- mo, ha sido porque la sabiduría humana penetraba en el santua- rio de la Verdad, y consignaba en símbolos multiformes, y en dis- tintos lenguages, el concepto de una potencia universal, resultante emanada de las fuerzas aisladas y complejas, en su tendencia al equilibrio. Grandes impaciencias agitan el corazon de los pueblos jóvenes y viriles, yen el andar tumultuoso de sus ensayos se asemejan al pedregullo de nuestros rios andinos de aguas límpidas y profun- das y en loscuales los fragmentos de todos colores se dislocan en- tremezclándose; pero formando siempre el fondo sólido que da paso y apoyo al licor trasparente y fundamental de la vida. Si el roce los desgasta, se transforman en arena; si los elige un artista, los modela y los pule, y ejecuta con ellos un mosáico expresivo. Así somos nosotros con nuestras luchas. Movidos, como el pedregallo, por un impulso superior del genio nacional, los grandes artistas nos modelan y nos pulen, los unos con su elocuencia, los otros con su energía ó con su valor, los de- más con suactividad ó con sus luces, y todos, siempre todos, con su abnegación y patriotismo. Invoco las imágenesaladas que flotan invisibles entre los laureles que cubren este sarcófago. y los testigos manes de nuestros gran— des patriotas, para que nos fortifiquen en el andar tumultuoso de 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nuestros ensayos, dejando el recuerdo, en el alma delos conciuda- danos, menos deleble que el bronce maldecido de los Césares. Si la Paz no tiende su mano, tibia de gratitudes, sobre esta tum- ba, ¿dónde reposa el corazon que latiera con más amor por sus se- mejantes ? Pero todos sentimos ruido de vuelo, de álas etéreas que conducen á la gloria. He dicho. Los restos del ilustre patricio descansan ya en la patria. Su me- moria será eterna en el recuerdo de los argentinos. ¡Ojalá que to- dos le tomaramos de ejemplo y le imitaramos ensus grandes vir- tudes. Buenos Aires, Mayo de 1890. MINS De REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA POR MARCIAL R. CANDIOTI INTRODUCCIÓN En Marzo del corriente año, hacía ver en una de las sesiones de la Junta Directiva las conveniencias que había en organizar los do- cumentos que pertenecen á la Sociedad, y que se encontraban en lo que habíamos llamado hasta entónces Archivo de la misma, en el mayor desórden, acumulándose más y más cada dia, con el desen- volvimiento creciente de la asociacion en estos últimos años. La organizacion y catálogo de su espléndida biblioteca que em- pezábamos con algunos de mis colegas á mediados del año anterior ha dado los mejores resultados, haciendo conocer acá y en el es- trangero la riqueza de obras, que en todos los ramos y en todoslos idiomas han ido paulatinamente llenando sus estantes hasta cons- tituir una de las primeras bibliotecas de la República. Terminada esta tarea, nos faltaba organizar debidamente los nu- merosos manuscritos que se conservan en su archivo, muchos de los cuales, de la mayor importancia, permanecen inéditos ó son po- co conocidos. Accediendoá mi indicación, la Junta Directiva en su sesion del 10 de Marzo me comisionó, para que en compañía del Sr. Alberto Otamendi procediéramos á recopilar aquella multitud de espedien- tes, notas, informes, etc., existentes en el local desde 1872. Hoy hemos ya terminado esta tarea y en el nuevo archivo de la So- ciedad pueden consultarse los documentos de cualquiera fecha en los volúmenes elegantemente encuadernados y bien catalógados. Muchas han sido las corporaciones cientificas que respondiendo 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA más ó menos á las necesidades de la época, se han venido tundan- do en nuestro país de veinte años atrás. El resultado de la mayor parte de ellas es del dominio público. Los estudios científicos eran lamentablemente descuidados. Ape- Das si una que otra voz se alzaba de entre la multitud ambiciosa de otras aspiraciones y dejaba oir su éco, reclamando la necesidad de encaminar á una parte de nuestra juventud por el camino aún desconocido de las investigaciones científicas. En medio del completo abandono que el país hacía de estas cues- tiones, fué que en 1872 nació como tantas otras la Sociedad Crenti- fica Argentina. Un grupo de jóvenes estudiantes de nuestra Universidad, anima- dos de los deseos más elevados y de las aspiraciones más nobles, hacía un llamado á todos los hombres que de buena voluntad quisieran coadyuvar á la realizacion de sus legítimos propósitos. Al Sr. Estanislao S. Zeballos, entónces estudiante de la Facultad de Ingeniería, le cupo el honor de lanzar la primera idea en tal sen- tido y secundado eficazmente por sus colegas, Dillon, Rojas, Piro- vano y Suarez echaban los cimientos de esta institucion que por su antigúedad, por su historia, por los miembros que la compo- nen y por el nombre que ha conquistado ya, aquí y en el estran- gero, es uno de los primeros centros científicos del país. En un discurso pronunciado por el inolvidable Sr. Pico, en Julio de 1877, celebrando el 5% aniversario de la fundacion, decía muy bien que la Sociedad jóven aún, no podía ostentar un valioso re- nombre entre las Sociedades de igual género, pero con esperanzas fundadas en las fuerzas de sus consocios, pronosticaba para ella dias más felices, en que luciendo méritos conquistados á fuerza de abnegación y de trabajo, se había de colocar en el honroso puesto en que hoy la vemos figurar. Si en la vida del hombre, decía el Sr. Pico, la ancianidad es la decrepitud, sucede lo contrario en estas Sociedades: su vejezes su vigor intelectual. El Instituto Nacional de Francia, la Real Sociedad de Lóndres, las dos más antiguas sociedades científicas y que cuentan con más de dos siglos de existencia, figuran hoy como las primeras institu- ciones del mundo; pero estas grandes sociedades marcharon en su infancia como la nuestra con pasos débiles é inciertos en el cami- no inesplorado de la ciencia. La Sociedad Cientifica Argentina cuenta ya con 18 años de cons- REVISTA DEL ARCHIVO 201 tante labor, secundando eficazmente desde su fundacion el movi- miento del progreso intelectual de la República. Las visitas y escursiones á los establecimientos industriales fueron de su iniciativa, iniciativa de beneficios para todos aquellos que cul- tivando la industria naciente en nuestro suelo eran alentados efi- cazmente para seguir en el camino de la mejora y de la perfeccion. La Sociedad Cientifica Argentina, con sus propios esfuerzos, des- truyendo obstáculos tan insuperables como la indiferencia públi- ca, celebró concursos y exposiciones que llamaban á los nobles torneos á nuestros jóvenes y á nuestros industriales á disputar con los méritos de la supremacia el premio que debía estimularles en la senda del adelanto y del progreso; en nadie se habrá bor— rado aún el recuerdo de las exposiciones de 1875 y 1876. La Sociedad Cientifica Argentina fué el asesor de los Poderes pú- blicos en todos aquellos casos que requirieron sus servicios, infor- mando y decidiendo sobre todos los puntos difíciles que le fueron consultados. Sus conferencias en su tribuna óen su Revista han coadyuvado incesantemente á la propaganda benéfica de sus propósitos; sus Anales nos han mantenido en relacion constante con los principa- les centros científicos del mundo, que trascriben ó traducen sus ar- tículos, que llevan al otro continente las descripciones de la rique- za de nuestro suelo. Ella ha pasado por épocas, difíciles unas veces, prósperas otras, y hoy, poseyendo un terreno propio para erigir su edificio, contando en su seno más de 300 socios, y dueña de una selecta y numerosa biblioteca, ha despertado vivamente el interés público y tiene que seguir forzosamente por la senda progresista á que la encaminaron sus directores. En la presidencia de la Sociedad Cientifica Argentina han figura- do personas verdaderamente notables: jurisconsultos, ingenieros, naturalistas, médicos, ete., cuyos nombres bastarán para infundir el respeto y conquistar la cooperacion eficaz de la opinion y de los po- deres públicos. Consignamos aquí la lista de los Presidentes que desde su fun- dacion, han dignamente ocupado la tribuna de la Sociedad Crentí- fica Argenta : (1) 1, En algunos años figura más de un nombre de las personas que no con- cluyeron su período. 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ingeniero Emilio Roselti........ (provisorio) 1872 — Luis “A Huergo. aro. 1872 á 1873 Doctor Juan J. J. Kyle.......... 1873 á 1874 Ingeniero Francisco Lavalle...... 1874 á 1875 Agrimensor Pedro Pico.......... 1875 á 18763 BER PICO A 1876 á 18775 Ingeniero Guillermo White....... 1877 á 1878 SA 1878 á 1879 Doctor Guillermo Rawson........ 1879 á 1880+ Valentin 1879 á¿ 1880 AOS BE e 1880 á 1881 Ingentero Luis AH ue oa 1881 á 1882 Doctor Domingo Parodi.......... 1882 á 1883 + CAOS BENE 1882 á 1883 Ingeniero Santiago BriaD......... 1883 á 1884 BRA ncIscO MACS 1883 á 1884 >. Guillermo NOS oo....... 1883 á 1884 IV alentiniBalbin ie 1884 á 1885 Guillermo White s 2 aee 1884 á 1885 as A on O 1885 -á 1886 Doctor Estanislao S. Zeballos..... 1886 á 1887 Ingeniero Guillermo White....... 1886 á 1887 Doctor Valente 1887 á 1888 — NO Taloiis ooooos 1888 á 1889 — Cárlos M. Morales.......... 1889 á 1890 Los libros del Archivo han sido arreglados por tomos y por año, evumerando los espedientes por órden de antigúedad ; cada volú- men lleva en las primeras hojas su correspondiente índice con el número de fojas que contiene. Al dar á luz este pequeño trabajo que hemos titulado Revista, no nos lleva otro interés que el de publicar el índice, haciendo co- nocer los documentos más importantes que en él figuran. Forman tambien parte del archivo de la Sociedad, los libros de actas de las asambleas y los copiadores de notas y comunicaciones en general que hayan salido del seno de la Sociedad, y que dare- mos á conocer cuando su importancia lo requiera. Para terminar, debo hacer público mi agradecimiento al Sr. Al- berto Otamendi, quien con una contracción y empeño dignos de to- do encomio ha colaborado eficazmente en la tarea que nos enco- mendó la Junta Directiva. REVISTA DEL ARCHIVO 203 (Libro 1 del Archivo) Pocos son los documentos que se conservan en los primeros años del Archivo de la Sociedad, y esta deficiencia debe atribuirse por una parte á los escasos medios de que se disponía en su insta- lacion, y por otra á la indiferencia pública en medio de la cual na- ció; no sucede así en los años subsiguientes, en que los concursos y exposiciones anuales despertaron vivamente el interés público. He aquí los documentos del primer año. No 4. Antecedentes. (Fojas 1 á 2). — Es una copia legalizada de un artículo que figura como introduccion en el primer libro de ac- tas de la Asamblea y que fué publicado en el primer tomo de los Anales de la Sociedad. Una comision de estudiantes de la Facultad de Ingeniería com- puesta de los señores : Justo Dillon por el cuarto año, Félix Rojas por el tercero, Juan Pirovano por el segundo, Estanislao S. Zeba- llos por el primero y José Suarez por el curso preparatorio, celebra- ron varias reuniones preliminares cuyo resultado inmediato fué aprobar la idea lanzada primeramente por el señor Zeballos, de fundar una asociacion científica y redactar un proyecto de bases que debieran ser discutidas en una reunion celebrada en la Uni- versidad el 30 de Junio de 1872. A ella se invitaron á todos los Ingenieros, Agrimensores, Químicos y á todas las personas que se dedicaban á las ciencias exactas. El texto de la invitacion era esta : Buenos Aires, Junio de 1872, Señor Don... Distinguido señor : Habiéndose reunido los estudiantes de ciencias exactas con el objeto de fundar una Asociacion Científica, comisionaron á los in- frascriptos para redactar las bases de la Asociacion, é invitará una reunion á fin de discutirlas. 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los fines de la Asociacion se reducen á llenar la falta de una corporacion científica que fomente especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social. Para la realizacion de estos fines se cuenta con el concurso de los señores ingenieros nacionales y estrangeros, estudiantes del ramo, en la esfera de sus conocimientos, y demás personas cientí- ficas. Por esta razon invitamos á Vd. á la reunion que, con el mencio- nado fin, tendrá lugar el dia 30 del actual (Domingo) á las doce del dia en la Universidad. Saludamos á Vd. con toda consideracion. Justo Dillon. — Félix Rojas. — Juan Prro- vano. — Estanislao S. Zeballos. — José Suarez. —EmiLo Roserrr, Presidente pro- visorio. — Justo Dillon, Secretario provi- SsOoriO. N” 2. Proyecto de Estatutos de la Academia Cientifica de Buenos Aares. (Foja 3). — En el primer tomo de los Anales se publicó este documento, haciendo referencia al original, que, algo deteriorado, es el que existe en el Archivo. Pero su texto tal cual se conserva es el siguiente: ACADEMIA CIENTIFICA DE BUENOS AIRES Estatutos fundamentales. —- Objeto de la asociacion Bajo la denominacion de Academia Cientifica de Buenos Atres (corregido y borrado: Argentina) se crea esta asociacion con los fi- nes siguientes : 12 Llenar la falta de una corporacion que fomente especialmente el estudio de las ciencias Matemáticas, Físicas y Naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social; 2% Servir por aquel medio á la República Argentina, ya directa- mente, ya indirectamente por intermedio de los Gobiernos Nacio- nales y Provinciales. 3 Procurar empeñosamente el adelanto de las mencionadas REVISTA DEL ARCHIVO 205 ciencias, procurando así honor y gloria científica para el país; 4 (Borrado). Discutir y estudiar los progresos, desarrollos y aplicaciones de cada rama en aquellas ciencias que se relacionen con las artes y manufacturas ; 59 Estudiar con preferencia (borrado: protejer y discutir las pro- ducciones) los inventos ó mejoras científicas de reconocida utilidad para el país; (borrado : realizadas en el territorio de la República, ó en el extrangero, cuando fuesen útiles d esta). De acuerdo con estas bases que serán inalterables se sanciona este reglamento que solo puede reformarse cada (corregido : pasá- dos) cinco años. Estas bases fueron leidas por su autor el señor Zeballos en una reunion preparatoria, quien declaró que las había presentado con el único propósito de que los invitados á la reunion pudieran for- marse una idea exacta del objeto de la Sociedad que se trataba de organizar. Bajo la presidencia del señor Ingeniero Emilio Rosetti se celebra- ron cuatro reuniones extraordinarias. Sus actas han sido publicadas en el primer tomo de los Anales ; la primera junta provisoria, quedaba formada así: Emilio Rosetti, Presidente; Guillermo White, Vice-Presidente; Justo Dillon, Se— eretario. En aquellas cuatro reuniones fueron discutidas las ba- ses presentadas por el señor Zeballos. El nombre de Academia Cientifica de Buenos Atres fué sustituido por el de Estímulo Cientifico en la reunion del 30 de Junio, y este á su vez por el de Sociedad Crentifica Argentina en la del 14 de Julio; en la última reunion preparatoria que tuvo lugar el 28 de Julio de 1872 en los salones del Colegio Nacional, con asistencia de veinte y cuatro personas, quedó solemnemente instalada, nombrándose allí mismo la primera Junta Directiva para el ejercicio del año social 1872-1873. Hé aquí los nombres de los que la compusieron : Presidente: Ingeniero D. Luis A. Huergo. Vice-Presidente: D. Augusto Ringuelet. Secretario 1%: Ingemero D. Cárlos Stegman. Secretario 2%: D. Justo Dillon. Tesorero: D. Angel Silva. Vocal: Ingeniero D. Guillermo White. -- — D. Francisco Lavalle. — D. Juan Ramorimo. — D.JuanJ. Révy. 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N* 3. Primer Reglamento de la Sociedad Cientifica. Argentina (Foja 4). — El original de este primer reglamento que fué sancio- nado el 21 de Julio, no se conserva, pero su discusion consta en el acta del primer año social ; todas sus resoluciones podían ser mo- dificadas á los seis meses, de acuerdo con el Título VI, artículo 21. Folleto de ocho páginas. Imprenta del Mercurio, Calle Potosí, nú- mero 291. Buenos Arres, 1872. N* 4. Modelo primitivo del Sello Mayor de la Sociedad. (Foja 5). — Es un fragmento rectangular de cartulina de 8 < 10 centíme- tros, en cuyo centro se halla prolijamente dibujado á lápiz y en el mismo tamaño el Sello Mayor que hasta hoy usa la Sociedad. N* 5. Modelos de diplomas. (Fojas 6 y 7). — Bos diplomas, el uno en cartulina blanca, con una alegoría de « las ciencias» y á cuyo alrededor se lée en grandes letras: La Sociedad Cientifica Argen- tina, fundada el 28 de Febrero de 1872, con el objeto de promover el adelanto de las ciencias Fisico-Matemáticas y Naturales ha nom- brado al señor D... como socio... Buenos Atres... de 187... El segundo modelo es el definitivo que usa la sociedad hasta ahora. Las únicas actas que se conservan de este año, son las corres- pondientes á las sesiones preparatorias ya citadas y que no las in- sertamos aquí, pues se encuentran, como hemos dicho antes, en el primer tomo de los Anales. No existe tampoco ningun libro copiador de la correspondencia del primer año. El número de los sócios activos fué de cuarenta y ocho. SH Año 1873 (Libro I del Archivo) Los documentos de este año, son los siguientes : N* 4. Los intereses argentinos en el puerto de Buenos Aires. Me- moria presentada á la Sociedad Científica Argentina, por LuisA. Huergo. (Fojas 9 á 85). — Este trabajo fué publicado en un folleto REVISTA DEL ARCHIVO 207 de 150 páginas, conteniendo dos planos. Buenos Aires. Imprenta Rural. Calle Belgrano 101, año 1873. La Memoria del señor Huergo, fué leida en la Asamblea de la Sociedad el 5 de Febrero y discutida en las sesiones extraordina- rias del 7 de Febrero y del 1* de Abril. N* 2. Carta del señor Luis Jorge Fontana al Secretario de la So- ciedad. (Foja 86). N" 3. Balance de la Tesoreria de la Sociedad ú 31 de Julio de 1873. (Foja 87).—Es el primer balance presentado por el Tesorero, señor Silva, y segun el cual, la Sociedad cuenta con 22.500 pesos moneda corriente, más 12.500 pesos á cobrar, lo que forma un total de 35.000 pesos moneda corriente, siendo el débito de pesos 8.500. N* 4. Juan J. J. Kyle. Memoria presentada ú la Sociedad Cren- tífica Argentina. Análisis de las aguas del subsuelo de Buenos A1- res. Análisis de un mineral de fierro de Catamarca. (Foja 88). — Estas dos Memorias fueron leidas por su autor, y puestas en dis— cusion en la Asamblea del 10 de Noviembre, resolviendo la Junta Directiva publicarlas en una edicion de 300 ejemplares. La edicion se hizo en un folleto de 11 pájinas. Buenos Aires. Imprenta de Pablo E. Coni. Potosí 50 y 52, año 1873. El señor Kyle hace el análisis de un agua de pozo de Buenos Aires, refiriéndose á una capa de agua, cuya existencia habían anunciado once años antes los señores Sourdeaux y C* al practicar un pozo artesiano en Barracas; hace ver tambien las ventajas ó inconvenientes que puede presentar esta agua en las aplicaciones industriales. En la sesion del 6 de Abril de 1874, fué presentada una mocion por el señor Carenou, en el sentido de pasar al Gobierno de la Provincia, acompañando el trabajo del señor Kyle, é imvitándole á hacer nuevas perforaciones para estudiar las aguas subterráneas; en sesion del 3 de Julio, aprobada esta mocion, se comisionó á los señores Kyle, Carenou y Lacroze, para que entendiesen en el asunto. Las investigaciones del señor Kyle fueron las que dieron oríjen á las perforaciones empezadas en 1874, en la Provincia de Buenos Aires y de que daremos cuenta en oportunidad. La segunda memoria del señor Kyle, trae un análisis detallado 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de un mineral de hierro titanifero de buena calidad, existente en la Provincia de Catamarca, al Este de la Capital y á corta distancia del Ferro-carril de Córdoba á Tucuman. En el libro de actas de la Asamblea figuran seis, correspondien- tes á otras tantas sesiones de este año, y que se encuentran publi- cadas en el primer tomo de los Anales. No existe en este año, ningun acta de las reuniones de la Junta Directiva, ni tampoco copia de las comunicaciones salidas de la Sociedad. El número de socios activos en 1873, alcanzó á setenta. Durante este año se sancionó un agregado al Reglamento, sobre el réjimen de « las discusiones » en las Asambleas. A moción del señor Sienra y Carranza fué nombrado el primer miembro corresponsal de la Sociedad. Este honor le cupo al señor Ingeniero D. Leon Downey y Alzua, con residencia en Madrid. S HI Año 1874 (Libro I del Archivo) N* 4. Nota del señor Estanislao S. Zeballos, conunicando su re- nuncia del puesto de Secretario 1”. (Foja 90). N* 2. Estanislao S. Zeballos. Los Cisnes argentinos en Belgica. Memoria presentada d la Sociedad Cientifica Argentina. (Fojas 91 á 106). — Esta memoria fué presentada el 14 de Marzo de 1874 y leida en la Asamblea del 6 de Abril del mismo año. El autor hace una completa descripcion de la variedad de cisnes de la Repúbli- ca, en especial de los de cabeza negra, estudiando sus usos, mé- todo de vida, alimentos, etc. Su crianza ofrece facilidades, incubando sus huevos con gallinas, siendo así como se ha conseguido propagar la raza en Bélgica y en otros países. A propósito de la exportacion de los cisnes á Bélgica, el señor Zeballos narra el siguiente hecho : «En 1865 fueron recogidos algunos huevos de una isla del Rio Paraná. « Echados á una gallina se obtuvo un resultado feliz. REVISTA DEL ARCHIVO 209 « Los cisnes así obtenidos, fueron atendidos con solicitud en sus primeros dias, lográndose así su desarrollo. «Se les alimentaba con arroz y con maiz pisado. «Sin embargo, mostrábanse más entusiastas por ciertos vegetales leguminosos y por la lechuga y el repollo. « En el plato destinado á contener el agua para los cisnes, había un depósito de arena que ellos revolvían con sus picos. Se observó al cabo de algun tiempo que tenían en el buche un depósito regu- lar de la misma materia. «Esta cría era así lograda á siete leguas de Buenos Aires, en la estancia de San Juan del señor D. Leonardo Pereyra, por el encar- gado del parque, señor D. Cárlos Vereecke. «En 1866 los pequeñuelos habían adquirido su desarrollo y cons- tituian una mansa y elegante bandada. « Entónces fueron perfectamente acomodados y partieron para Europa con el señor D. Constan Vereecke, hermano del señor D. Cárlos. « Los cisnes argentinos iban destinados á formar parte de las co- lecciones del Museo Zoológico de Amberes. «Sin novedad de ningun género atravesaron el océano y llegaron á Burdeos. « Alojado en un hotel el señor Vereecke fué víctima de un desas- Lroso sueno. «Parece que en su incubo creía ver las aves confiadas á su celo, en poder de unos ladrones. «A impulso de la profanda impresion causada por este sueño, el señor Vereecke saltó de su cama, y desde el quinto piso del hotel se arrojó á la calle. « Esto ocurría entre las doce y la una de la madrugada. «A la sazon se dibujaba en un balcon de enfrente el elegante cuerpo de una dama, en traje de dormir. «Juntamente con ella aparecía un individuo que resultó ser su sirviente. Aquella dama que había visto caer al señor Vereecke, envió al sirviente en su auxilio. « Recojida la víctima, se procedió á suministrarle los auxilios cor- respondientes. El conductor de los cisnes se hallaba en una situa- cion más que crítica. Puede bosquejarse diciendo que estaba solo en una ciudad para él desconocida, con un brazo roto y con la cabeza despedazada. «Felizmente se halló en uno de sus bolsillos una carta para Mr. ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Frousac, encargado y representante en Burdeos de la Sociedad Zoológica de Amberes, quien recibía y remitía los animales llega- dos para ella. «Esta carta fué importantísima para el desgraciado introductor. Ella reveló la mision que llevaba el señor Vereecke. «El amor á las ciencias en cuyo servicio se había golpeado, era su amparo en Burdeos, pues, como era natural, el señor Frousac, jomó participacion en el asunto y el señor Vereecke fué recomen- dado y esmeradamente atendido en el hospital. «Los cisnes llegaron tambien perfectamente á Amberes y allí fue- ron hospedados en un lujoso departamento. «Un aparato de calefaccion daba á su morada la temperatura me- dia de Buenos Aires. « En el centro de la habitacion había agua é isletas diestramente arregladas y distribuidas, de modo que los huéspedes estuviesen como en el país natal. «Al siguiente año los cisnes argentinos ponían huevos y procrea- ban con el mejor éxito. «La cría fué muy solicitada. «Compráronla dos interesados: una parte para el Jardin Zooló- gico, de Amsterdam, y otra para el Jardín Kew, de Lóndres. «Estos establecimientos obtuvieron crías y sucesivamente en aquellas regiones ha ido propagándose la raza de cisnes argenti- nos de pescuezo negro. «El señor D. Cárlos Vereecke, fué nombrado miembro honorario de la Sociedad Zoológica de Amberes, y tanto él como su herma- no, recibieron regalos de otra naturaleza. » N* 3. Estanislao S. Zeballos. Memoria presentada ú4 la Sociedad Cientifica sobre el cólera mórbus en la Boca del Rrachuelo. 1874. (Fojas 107 á 119). —Este trabajo fué leido por su autor en la Asamblea del 6 de Abril; en él se hace un estudio detallado sobre la propagación del cólera en el distrito de la Boca del Riachuelo, con motivo de la epidemia del año 71, para llegar luego á las causas estimulantes de la enfermedad en aquel 'paraje. Segun el señor Zeballos, «estas causas que otros con más tiempo y mayo- res conocimientos preparatorios, pueden establecer con mas éxito, son: «1% La constitucion geológica del terreno; «2% Las materias orgánicas residentes en el rio Riachuelo; REVISTA DEL ARCHIVO 211 «3 La variacion extraordinaria y frecuente del nivel de sus aguas; «4* Materias putrescibles existentes en lugares adyacentes; «5% Mal sistema de letrinas en la poblacion; «6* Impureza de las aguas del rio; «7* Humedad de los terrenos. » Que estas sean las causas del estrago que han hecho las epide- mias en este paraje, no puede haber duda en afirmarlo. El que es hoy un distinguido orador y jurisconsulto, estudiaba con detencion aquellas cuestiones tan importantes como que afec- taban á los intereses generales. N* 4. Balance del estado de la Sociedad ú 6 de Abril de 1874, por el tesorero D. Santiago Brian. (Fojas 120 y 121). N* 5. Un informe sobre las obras del Riachuelo (anónimo). (Fojas 1224 124). N 6. El Ingeniero Cárlos Barbrer, miembro corresponsal de la Sociedad Cientifica Argentina, en Paris, y el Dr. Guillermo Raroson, miembro honorario de la misma. (Fojas 125 á 130). — El distingui- do ingeniero francés, D. Carlos Barbier, fué propuesto como socio corresponsal á mocion del socio señor Julio Lacroze, en la Asam- blea del 14 de Agosto de 1874. En el informe presentado por el proponente, hacía constar que el señor Barbier había venido á nuestro suelo enviado por el Gobierno francés, para estudiar sus producciones y sus industrias, así como el desarrollo que estas pudieran adquirir, y que últimamente el Gobierno Argentino que- riendo utilizar sus conocimientos en Agronomía, le había confiado el estudio de varios proyectos de la mayor importancia sobre este punto. El Dr. Rawson fué tambien propuesto á mocion del señor Lacroze para miembro honorario de la Sociedad, haciendo resaltar con jus- ticia los méritos que este gran estadista podía exhibir para optar á aquel honroso puesto. La Asamblea de la Sociedad Científica Argentina del 14 de Agos- to de 1874, estudiando la mocion del señor Lacroze, nombró una comision compuesta de los señores, J. Ramorino, Estanislao S. Zeballos y Julio Lacroze para que presentaran en la próxima Asam- blea un informe sobre la admisibilidad ó inadmisibilidad de los 912 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA señores Barbier y Rawson, respectivamente como sócio correspon- sal y honorario. La Asamblea del 3 de Setiembre, de acuerdo con el Reglamento vigente y oido el informe de la comision, proclamó al Ingeniero Cárlos Barbier socio CONEA Pons. en Paris y al Dr. Guillermo Raw- son miembro honorario. Hé aquí la nota con que contestó el señor Barbier á la Sociedad, al comunicarle su nombramiento. Buenos Aires, Noviembre 16 de 1874. Al señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, Ingeniero D. Francisco Lavalle. Señor Presidente : He recibido su atenta carta del 4 de Setiembre próximo pasado, por la cual Vd. me informa que en su sesion del 3 la Sociedad Cien- tífica Argentina me ha honrado por unanimidad con el título de socio corresponsal. Antes de contestarla había creido conveniente esperar la remi- sion del diploma que me anuncia, la cual habrá quedado sin duda: aplazada por los sucesos que han sobrevenido, Todavía estando en vísperas de verificar mi partida, vengo á ro— garle señor Presidente se sirva trasmitirles á mis eminentes cóle- gas mis sentimientos de gratitud por el honor que se dignaron tributarme y que me conmueve en alto grado. | Siento que las circunstancias no me hayan permitido correspon- derlo aquí mismo, llevando mi modesta cooperacion á vuestros trabajos, pero quedo asociado á ellos; he de seguir con el más simpático interés y me consideraré dichoso si encuentro las opor- tunidades de hacerlos apreciar y de dirijiros algunas comunicacio- nes de cordial recuerdo. Sírvase Vd., señor Presidente, recibir y ofrecer á mis honorables cólegas el homenage de mi más distinguida consideracion. CHARLES BARBIER. N* 7. Nota de los Directores de los Anales Cientificos Argentinos. (Foja 131). — La aceptacion favorable que conquistaba dia á día la REVISTA DEL ARCHIVO 213 Sociedad indujo á los Directores de los Anales Cientificos Argent1- nos á prestarle su concurso ofreciéndole las columnas de un ór- gano de que hasta entónces carecía nuestra corporacion. Hé aqui la atenta nota pasada por aquellos con este motivo : Buenos Aires, Agosto 14 de 1874. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, D. Luis A. Huergo. Los que suscriben propietarios y editores de la publicacion Ana- les Cientificos Argentinos, cuyo tiraje es de mil ejemplares y cuya circulacion en Buenos Aires sube á 634 números tienen el honor de ofrecer sus columnas á la muy importante Sociedad que Vd. preside, sea para la publicacion de sus actas, sea para la inserción de sus memorias, estractos, etc. Al dar estos pasos anímanos solamente el deseo de vincular más y más todos los esfuerzos que se operan en este país para desper- tar con vigor el cultivo de las ciencias, de las que debemos esperar gloria y grandeza. Deseando que esa Sociedad acoja nuestros fraternales sentimien- tos tenemos el honor de suscribirnos atentos y S. S. Estamislao S. Zeballos — José Maria Ramos Mejias. — Francisco Ramos Mejias Este ofrecimiento fué aceptado en sesion del 14 de Agosto. N* 8. Estado de los fondos de la Socredad á 14 de Agosto de 1874, presentado por su Tesorero D. Santiago Brian. (Foja 132). — Este balance arroja desde la instalacion de la Sociedad una entrada de $ m/¿ 130.811 y en salidas $ m/ 91.556, existiendo en caja $ mo 39.255 N* 9. Nota del señor Lurs €. Maglioni aceptando el puesto de Se- cretario 2%. (Foja 133). N" 10. Nota del señor Estamslao S. Zeballos aceptando el puesto de Secretario 4%. (Foja 134). 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA N* 14. Presentacion de varios socios por el señor Cárlos Robert- son. (Foja 135). — Los señores Franck Turner y Arturo Seelstrang propuestos por el señor Robertson fueron aceptados como socios activos. No 42. Nota del señor Juan J.J. Kyle aceptando el puesto de Vice-Presidente de la Sociedad. (Foja 136). N* 43. Varios socios proponen reformar el reglamento. (Fojas 137 y 138). — A mocion del señor Ingeniero Francisco Lavalle se nombró una comision compuesta de los señores: Huergo, Lavalle Firmat, Lacroze y Rojas para que presentasen un proyecto de regla- mento, introduciendo algunas modificaciones en el primero que fué sancionado en 1872. El reglamento quedó discutido y aprobado en la Asamblea del 20 de Enero de 1875. N* 44. Donacion de varias obras para la Biblioteca, por el señor Julio Lacroze. (Foja 139). N* 45. Nota del señor Juan M. Burgos sobre su conferencia del 1% de Noviembre. (Foja 140). N* 46. Contrato celebrado por la Sociedad con el señor E. Dumes- nil, para la construccion de un mapa de la Provincia de Buenos Ai res. (Fojas 141 á 144). — Habiéndose propuesto la Sociedad Cien- tífica Argentina construir un nuevo mapa de la Provincia de Buenos Aires, comisionó á los señores socios Julio Lacroze y E. Carenou para que entendieran en este asunto, autorizándolos á contratar la ejecucion de esta obra. A veinte y nueve de Diciembre de 1874, los señores Carenou y Lacroze firmaron el siguiente contrato con el señor E. Dumesnil: « Entre los abajo firmados: D. Eduardo Carenou, D. Julio La- croze y D. [gnacio Firmat, Ingenieros civiles y miembros de la Co- mision encargado por la «Sociedad Científica Argentina » de reali- zar la construccion de un nuevo mapa de la Provincia de Buenos Aires, por una parte; y D. Estéban Dumesnil, Ingeniero Civil, por la otra, se ha convenido en lo siguiente : 1% El nuevo mapa de la Provincia de Buenos Aires será ejecutado con el mayor esmero y á la brevedad posible por el señor Dumes- nil, en una escala de cinco milímetros por kilómetro, ó sea de 1 por 200,000; dicho mapa reproducirá todos los datos consignados REVISTA DEL ARCHIVO 915 en las cartas actualmente conocidas, y á más todos aquellos que puedan procurarse relativos á los accidentes físicos, como son los rios, arroyos, cañadas, lagunas, serranías, médanos, ete., ete., indicará tambien la division de los partidos, la situacion de las ciudades y los pueblos, las carreteras, los puentes, los ferro-carri- les construidos, en construccion ó simplemente proyectados ; 22 La especificacion de todos los datos que menciona el artículo an- terior llevará de una manera precisa la indicación de sus correspon- dientes cuotas de nivel en relacion con un solo plan general, el cual servirá como punto de referencia para todas las nivelaciones que harán conocer el relieve ó configuración de todo el territorio de la Provincia; 32 En un lugar conveniente del nuevo mapa se representará tambien en una escala de ciento veinte y eimco, diez milésimos, ó sea de 1 por 80,000 el plano de la ciudad de Buenos Aires y sus al- rededores en una extension de cincuenta (30) kilómetros de N. O. á S. E., por treinta (30) kilómetros de N. EáS. 0; 4 La ejecucion de este nuevo mapa y su ampliacion se hará bajo la inmediata superintendencia de la Comision especial actual ó de aquella que la reemplazara; su fallo en mayoría será acatado por el señor Dumesnil, sin que este pueda apelar ante ninguna autoridad. Se tomará como modelo de la ejecucion el especimen remitido á la Comision por el señor Dumesnil el cual queda agre- gado al presente contrato; 5% Este mapa á más de las escrituras necesarias para la inteli- jencia de todos los datos que en él se hubieren consignado, con- tendrá tambien una leyenda esplicatoria sobre su construccion y estadística administrativa de la Provincia que será redactada por la comision especial; esta se encarga tambien de suministrar al señor Dumesnil todos los datos nuevos ó especiales que deben con - signarse en el mencionado mapa, correspondiendo á dicho señor verificar su exactitud y ponerlos en armonía : 6 Este trabajo es remunerado con la cantidad de treinta mil (30.000 $ m/¿) pesos moneda corriente pagaderos por cuartas par- tes; debiendo la primera ser abonada al señor Dumesnil al firmar el presente contrato y las otras tres á medida del adelanto del tra— bajo á juicio de la Comision; la última parte quedando en ma- nos de la Comision hasta la recepcion definitiva del nuevo mapa; 50 1” A discrecion ya sea de la Comision, ya sea del señor Dum es- 9216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nil, la ejecucion del nuevo mapa podrá ser suspendida una vez hecha la cuarta parte ; 8” La mesa de dibujar y demás objetos entregados por la Comi- sion al señor Dumesnil serán devueltos por este á la conclusion del trabajo; 9 Al cumplimiento de lo que queda estipulado se obligan am- bas partes, y á este efecto se hacen dos de un mismo tenor en Bue- nos Aires á veinte y nueve del mes de Diciembre de mil ochocientos setenta y cuatro. E. Carenou. — Julio Lacroze. —- Ignacio Firmat. — E. Dumesnal. Acompaña al espediente un especimen del futuro mapa en el que se han dibujado los modelos de indicaciones, y que está formado por los cuatro señores ya mencionados. Este contrato segun creemos ha permanecido inédito en el Ar- chivo de la Sociedad. La obra desgraciadamente no se llevó á cabo; en la sesion del 5 de Julio de 1875, la Asamblea determinó sus- pender los trabajos que se encontraban ya bastante adelantados, á consecuencia de tropezar con graves inconvenientes sobre la ad- quisicion de los datos necesarios para su ejecucion. N* 47. Diversas mociones presentadas d las Asambleas en 1874. (Fojas 145 á 150). — Entre las mociones principales elevadas á las Asambleas en 1874 ligura primeramente una del señor Eduardo Carenou, para pasará los socios ingenieros, al Departamento Topo- gráfico y á las Empresas de ferro-carriles una comunicacion, pi- diéndoles todos los datos que tuvieren sobre nivelaciones y plani- metrías en la República á fin de que con todos estos datos la Sociedad construya un plano en relieve de la República Argentina. Esta mocion fué presentada y discutida en la Asamblea del 6 de Abril, y aceptada por la mayoría de los socios, se resolvió nombrar una comision compuesta de los señores Guillermo White, Julio La- croze y Eduardo Carenou para que recibieran aquellos datos é in- formaran sobre su utilidad. A este espediente acompaña un informe bien interesante del Dr. German Burmeister. Por mocion del mismo señor Carenou y en la misma fecha se pasó una nota al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, adjuntando un REVISTA DEL ARCHIVO 917 ejemplar del trabajo del señor Juan J. J. Kyle sobre la composicion de un agua de pozo de Buenos Aires, é invilándole á hacer nue- vas perforaciones y estudios sobre este punto, por ser una cues- tion de la mayor importancia, si ellos daban resultados favora— bles. Aquella nota la haremos conocer en seguida; ella fué acom- pañada de un informe de los señores socios Carenou, Kyle y La- eroze, con el costo de las máquinas y útiles de la perforacion que en gran parte existen en el Ferro-carril del Oeste. Por indicacion del señor Canerou, se envió aquel trabajo del se- nor Kyle, al distinguido naturalista Dr. German Burmeister, quien pasó á la Sociedad un informe bien favorable en el que apoyaba la idea de hacer estudios sérios sobre las aguas subterráneas de Buenos Aires. (Continuard). MOVIMIENTO SOCIAL La Junta Directiva ha cumplido en todo el programa organizado para la recepcion de los restos del Dr. Rawson. Se publica en otra seccion una crónica al respecto. El socio D. Benito J. Mallol ha donado las dos acciones con que se suscribió para la ereccion del edificio social. La Junta Directiva ha autorizado al señor Roque Casal Carranza, Secretario de la Legacion Argentina en Lisboa, para que ponga en relaciones á esta Sociedad con las de igual género de aquel país, estableciendo cange de publicaciones, correspondencia, etc. La Junta Directiva ha resuelto hacer un tiraje aparte de 300 ejemplares de la obra que publica el señor Candioti en los Anales, titulada: Revista del Archivo de la Sociedad Crentifica Argentina debiendo destinarse cien para el autor. La «Seccion La Plata » de la Sociedad Cientifica Argentina comu- nica haberse instalado con fecha 22 de Abril próximo pasado en la calle 6 entre 46 y 47, habiendo pasado al mismo tiempo una nota al Gobierno de la Provincia ofreciendo sus servicios. El Dr. Federico Haft ha sido autorizado para dictar un curso li- bre sobre: Cálculo de Probabilidades y Método de los Cuadrados Minimos. Han sido admitidos como sócios activos los señores: Dr. Julio Fernandez Villanueva, Miguel M. Puiggari, Julio Koslowsky, Ho- norio Pueyrredon, Emilio Schikendantz, Angel Roman Cartavio, Joaquin J. Vedoya y Roque F. Benavidez. FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS NES EE TGELOBO Por JUAN LLERENA (Continuacion) El nivel mediterráneo no bajará, no digo de una pulgada, pero ni de una línca; porque ese mar hoy, con el canal de Suez, está en con- tacto y en intercambio de circulacion con los dos grandes ocean:s del globo, el Occidental ó Atlántico por el estrecho de Gibraltar, y con el gran Oceano Oriental por el canal de Suez. El agua que se estraiga será pues repuesta: 4% por los grandes rios del viejo continente que desaguan en el Mediterráneo; 2” del Atlán— tico por el estrecho de Gibraltar; 3% del mar Indico por el canal de Suez. El nivel de los mares quedará pues el mismo, sin la diferencia de una línea. Pero el mar proyectado de los Schotts no hará desapa- recer sinó la parte O:xcidental del Sahara, confinante con el Atlas. El resto quedará desierto y sus aires cálidos quedarán circulando para los que los necesitan ó pretenden necesitarlos. No habrá nada de perdido, y si por el contrario mucho de ganado, aumentando en una vasta área Ja superficie habitable del globo. En su promedio, el Mar Rojo es bastante profundo para asumir el azul índigo del oceano, que viene á sustituirse al sombrío azul verdoso presentado hasta aquí por la superficie. Esto dá una idea del relieve de la hoya ó cuenca que las aguas de este Mar cubren. Flla es anú- loga á la cuenca del Mar Muerto, profunda en su centro y elevada en sus contornos. Bastará una série de solevantamientos en sus estre- midades Sudeste y Noroeste, para que esta cuenca quede aislada y llegue ua disecarse con los años. Pero ella no tiene un Jordan que alimente un Lago Central, y acabará por desaparecer, dejando profun- dos depósitos de sal de roca en su fondo, como ha desaparecido el Mar de los Schotts argelianos, todavía subsistente en parte en tiempos de Heródoto; ó ha sucedido con los Lagos Amargos, parte integrante del Mar Rojo, ó mejor, del Golfo de Suez, tal vez hasta la época del Exodo. Estos separados por un solevantamiento del suelo intermedio, se han ido poco á poco disecando por la evaporacion del sol y del de- sierto, hasta quedar convertidos en un llano ó cuenca del sal maciza. que ha habido que profundizar cortándola á cincel para dar paso al canal. En una época que no recuerdo en este momento, por no tener á mano mis libros, hubo un rey de Egipto que concibió el proyecto de cerrar las embocaduras del Nilo en el Mediterránco, hechando las 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aguas de este rio en el Mar Rojo. Un tal acontecimiento, no solo habría cambiado la faz geográfica del mundo, sinó tambien su faz política. El Egipto habría cesado de estar en contacto con el mundo civilizado establecido en torno del Mediterráneo y se habría conver- tido en una potencia enteramente Oriental, como la India ó la China; y el delta formado por el limodel Nilo, habría venido á establecerse llenando paulatinamente el Golfo de Suez, convertido de un desierto, en un paraiso de verdura y fecundidad. Las aguas del Mar Rojo acrecentadas, menos salobres y ardientes, habrían tenido mayor eva- poracion, más nubes y por consiguiente un aumento de lluvias y ro- cíos, que habrían hecho t.1 vez desaparecer el desierto en sus contor- nos, cubriéndolos de vegetacion y flores; todo esto hubiera podido tener lugar, y la historia del inundo civilizado antiguo, truncada de la influencia Egipcia, habría podido tal vez sufrir un eclipse ante- rior al advenimiento de la barbarie. Pero ese rey no pudo llevar á cabu su pensamiento y el Egipto y su historia siguió ligada á la série evolutiva de la civilizacion Occidental y Mediterránea. vI EL MAR ROJO EN SU PROMEDIO Y EN SU ESTREMIDAD. — PENÍNSULA DEL MONTE SINAI. — RECUERDOS QUE EVOCAN SUS ALTURAS Son muy escasas las algas que hemos visto sobrenadar en la super- ficie del Mar Rojo. Y sin embargo, en su antigúedad más remota este Mar era conocido con el nombre de Mar de Shar, esto es, Mar de las Algas, por los antiguos Egipcios. ¿En qué se fundaba pues, esta apelacion que le daban los primitivos moradores de sus riberas? Ha- bían más algas entónces, que en la actualidad? ¿O acaso se concen- tran las algas sobre los bancos de las riberas, en vez de obstruir la línea central de profundidad, que es la línea de navegacion para las grandes embarcaciones? Todo esto puede muy bien ser; las algas aman más las riberas, que el alta mar, con escepcion del Sargasso. Si las algas son realmente escasas, á ello debe contribuir sin duda la sequedad de la atmósfera circunstante, porque generalmente en los brazos de mar que penetran profundamente en el interior de las FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 92 tierras, como es el caso aquí, las algas son abundantes, como sucede en las ensenadas y caletas profundas del Estrecho de Magallanes, donde abundan las algas, los fucus, los varecs y esas esqui-itas vege- taciones marinas, el cachohuyo y el luche que son la delicia de los gourmets chilenos. Pero allí el suelo es fértil y vestido de una rica vegetacion, y el aire húmedo y las algas y fucos marinos, no solo se alimentan con los acres jugos de la mar, sinó con las humedades, gases y fluidos atmosféricos. La vida animal, sin embargo, es abun- dantísima en el Mar Rojo; y por todo él se ven moviéndose con aji- lidad, cardúmenes de peces grandes y pequeños. A bordo es un placer ver á los habitantes del oceano, salidos de las sombrías profun- didades del abismo, sentirse tan lijeros y veloces al llegar á la ra- diante superficie iluminada por un sol tropical, dar enormes saltos repetidos de regocijo fuera del agua, persiguiendo por diversion á los vapores que pasan, hasta que rendidos de fatiga de seguir en su rápida marcha al mónstruo jigantesco de hierro y fuego infatigable, se quedan atrás y desaparecen á la vista, volviendo á sus guaridas sin duda á referir á sus asombrados compañeros, en su idioma de pes- cado, las maravillas que acaban de ver; un mar liviano donde se puede triscar hasta saltar en el vacío (para un pez el aire es el vacío, como lo es para el hombre el espacio superior á nuestra atmósfera); donde brilla un sol esplendente y donde vagan mónstruos colosales batiendo las aguas y produciendo un ruido atronador. Pero no solo hay peces, tambien la atmósfera se halla cruzada por innunmerables aves, anades, gaviotas y otras. Hasta he visto pararse sobre la arboladura de nuestros steamer, pequeñas avecillas con el matiz jaspeado de la perdiz. Si estas no son de esas codornices de que se mantenía el pueblo Hebreo, cuando peregrinaba en los desiertos inmediatos, son por lo menos grandes gorriones de una especie particular. El color azul del prome- dio, en la zona central del Mar Rojo, se aclara más adelante y se convierte en un bellísimo azul sajon ó azul záfiro trasparente. Esto indica una disminusion de profundidad sin duda, pero es bellísimo bajo el esplendor de un sol intertropical, en medio de esos mares lánguidos, de esos marés pampas, que en las regiones tropicales suce- den de un lado á los mares equinocciales ebullentes; y del otro, á los mares ondulados, agitados perpétuamente por los trade-winds atur— didores, los cuales como hemos dicho en otra parte, suceden á los mares erizados, á los mares montañas de las zonas frias, azotadas por las violentas corrientes polares. El Mar Rojo, bajo el trópico de OD ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cáncer en que nos encontramos por el momento, forma una perfecta —JNanura de zafir líavido, nivelada é igual como un espejo de bruñido azogue, que una leve brisa encrespa lijeramente. Una cosa que debe disminuir un tanto la evaporacion disminuyendo la fuerza de la radia- cion solar, es la niebla seca pendiente á perpetuidad creo, como una tienda de gaza, sobre la esmeralda del Mar; porque el Mar Rojo de un verdadero azulado ó de un azul subido en su centro, es sin duda de un bello esmeralda en sus riberas soméras, donde la onda de un trasparente azul se rebulle muellemente sobre un lecho de arena do- rada, produciendo el verde esméralda más espléndido. El canal cen- tral, por donde solo pueden pasar los grandes vapores, no tiene más de 10 á 12 millas de ancho; y fuera de esa banda central azulada como el Gulf Stream, se estienden los bancos, esos médanos sub—-marinos que imprimen á las aguas el color indicado. Son numerosos los vestigios de naves perdidas en esos bancos que hemos visto; tal vez llegen de 64 8. Probablemente se hallaban manejados por pilotos poco espertos: perderse donde tantos se salvan con solo conservarse en el buen camino, es una bien triste imprevi- sion. Es en la parte S. E. donde se hallan estos vestigios de pérdidas. ¿Esla parte N. O. de este mar más profunda y menos peligrosa? Sería estraño este hecho; si bien la influencia actual del canal puede ya ser tan pronunciada, que produzca este resultado inesperado. Navegamos por mares tan suaves, como un fino raso plegado en ondas. Lejos de rechazar bramando y espumante el surco del stea- mer, se pliega suavemente á su paso como la elegante matrona plie- ga pulcramente sus ropages de seda, al paso de un rough. La onda pulida se dobla suavemente como si fuera de miel ó de azul, sin tro- nar, sin rabiar, sin deshacerse en espuma, y apenas susurrando esa suave queja de las personas finas rosadas por el puso de un brutal. Pero he ahí un fenómeno curioso, un banco de ostras viajando en sociedad, impulsadas por la onda azul. Diríase que fatigadas de su eterna inmovilidad chinesca, Hindu 6 Mahometana, han querido su— bir í un mundo más suave, más lijero, menos pesado, más luminoso; y hélas ahí respirando el aire y la luz del mundo superior. Jste milagro, no lo podrían hacer las ostras sociales humana, ¿no es verdad ? ¡dichosas ostras! Hemos navegado tres dias consecutivos por el Mar Rojo, y fuera de las islas é islotes piramidales y sepulerales de que he- mos dado cuenta, hasta ahora navegamos por el centro del mar tan distante de una y otra ribera, que no alcanzamos á ver ni las costas por la distancia, ni las montañas por las nieblas secas del cielo del FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 223 desierto. Pero en vez de costas y montañas cada hora vemos pasar un gran vapor que navega hácia el Oriente! Cuántas esperanzas, cuántos proyectos, cuántas existencias preciosas para sus familias no van en ellos, á pasar por los desancantos de las luchas fatales de la vida, 0 á triunfar al soplo de una fortuna propicia! Dos dias más, y ya podre- mos contemplar las altas moles graníticas de la península del Sinai, de cuya cima salió la ley moral fulminada sobre la humanidad, el Decálogo. La única ley grande, verdadera y digna que los hombres hayan conocido. Pero guardémonos para entónces. Como ya hemos pasado de los 24? latitud N. (Suez se halla á los 30? en la direccion del Nor-Oeste), las estrellas de nuestro bello hemis- ferio austral las hemos perdido de vista, ó por lo menos, esa esplén- dida agrupacion de constelaciones y de grandes astros de primera maenitud que se aglomeran en torno de la Cruz del Sud, de las Nubes Mavalláricas y de la bifurcacion de la vía lactea Austral, tan brillan - te. No nos quedan otros compatriotas en la esfera, que la espléndida constelacion de Orion y las magníficas estrellas que se agrupan en torno suyo. En compensacion, las dos osas y la estrella polar brillan en el he- misferio boreal con una luz menos magnífica, pero siempre interesan- te. Basta mirar al cielo para poder, por la altura de la modesta, pero espléndida estrella polar, juzgar de la latitud en ese hemisferio. Nues- tro polo antártic» no tiene esta ventaja; el vacío de los grandes as— tros reina en él, y solo por la altura de la constelacion de la Cruz, que le está inmediata, se puede aproximadamente juzgar de las latitu- des australes á la simple vista. Entre tanto, las noches son esplén- didas sobre el Mar Rojo. Así que la luz anteada del erepúsculo bri- lla sobre el cielo occidental, y que por el enfriamiento del aire pro- veniente del mero hecho de la ausencia del sol, comienza á preci- pitarse vapor acuoso, el velo opaco de la niebla seca y terrosa comienza á disiparse, precipitada por el rocío, y la luz de los cielos á despejarse de sus lívidos velos. Es una belleza que se digna apartar el velo que oculta su espléndido semblante. Las estrellas comienzan su danza de regocijo con sus vivas cintilaciones y las constelaciones se diseñan en el firmamento. El cielo despejado y sereno, es de una poesía, de un reposo lleno de magestad y de esplendor. En esta region de los grandes recuerdos de la historia, esa poesía, esa belleza, ese esplendor tienen un encanto y una significacion indecibles. El cielo, la naturaleza hablan aquí al alma; y en esto no hay exageracion, ni hipocresía. Un idiota se sentiría conmovido ante esa calma, ante esa 924 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARCENTINA belleza, ante esos recuerdos inmortales, ante esos objetos tan bellos en su severidad. La cuestion de cronología parece insignificante, pero en realidad ella es la llave de la verdad en la verdadera historia de la humanidad y de la civilizacion; la llave de la exactitud, de la dignidad, de la li- bertad del espíritu humano para la investigacion de la verdad. Y sin la verdad, ni hay verdadera inteligencia, ni verdadera civilizacion. La Biblia no tiene en realidad una cronología determinada, ni podía tenerla. La Biblia, en lo que respecta á los orígenes humanos, que en nada atañen el dogma religioso, no solo no tiene en realidad una cronología, sinó que no puede tenerla. La Biblia dice la verdad, pero es en el sentido del espíritu que dá la vida y no de la letra que mata, como decía Jesu Cristo, que es el verdadero comprendedor y di- fundidor del Decálogo. Tomad el texto bíblico en sentido literal, será un conjunto de disparates y errores garrafales ; tomadlo en su sen- tido espiritual y verdadero, y lo hallareis lleno de sabiduría y verdad. La Biblia, dice, por ejemplo: « la Palestina es una tierra que mana leche y miel ». Tomad ese concepto en su sentido literal y será un dis- parate enorme ; tomadlo en su sentido figurado, simbólico; en su sen- tido espiritual que es el verdadero, y resultará un hecho geográfico é histórico verídico é interesante. Lo que el escritor sagrado ha querido decir con esas palabras, es que en los ricos pastos y montañas de la antigúedad había muchos ganados que producían leche y muchas abe- jas que producían miel; pero no que las peñas manasen miel, ni que los rios llevasen leche, como algunos imbéciles lo pretenden, tomando con los dientes el texto bíblico. Tales gentes son solo propias para po- ner en ridículo el espíritu humano, y para hacer dudar á las genera- ciones venideras del buen sentido de nuestra época. El Génesis de la Biblia ha sido sujetado á cálculos falsos de cos- mogénesis y de cronología, que no se conforman con su sentido espi- ritual, que es el verdadero. Adan no es un hombre, es una época de la humanidad, es una raza si se quiere, es la raza de Atlan ó Adan que habitó la Atlántida, cuna de la civilizacion humana y cuya exis- tencia sube en los siglos por lo menos hasta dos edades geológicas anteriores. Los hijos de Adan tienen todos nombres de pueblos; son pues, pueblos, no son hombres, como clarameute lo dá á entender la Biblia. Lo mismo sucede con Noé y con sus hijos. Todos ellos tie- nen nombres dé pueblos, de países; nombres de regiones, son, pues, pueblos, países, regiones, noson individuos. Los dias de la creacion bíblica, no deben entenderse como dias de 24 horas, son FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 270 edades geológicas, que son en número de siete, descansando Dios en la sétima, porque tiene el hombre que lo desempeñe para establecer en la naturaleza el órden y la armonía que ella misma no puede darse. Cuando habla, pues, la Biblia de hechos anteriores á los anales escri- tos de la humanidad, cuando habla de individuos que vivieron 1000 años, se refiere generalmente á pueblos, á naciones, á razas y sus año pueden en muchos casos traducirse por siglos. Además, en materia de historia, de cronología, de ciencias, la Biblia no es un libro sagrado ; es un libro respetable, pero humano, porque es la obra de hombres, no de Dios, á noser que queramos hacer dioses á esos hombres, lo que sería idolatría, y la idolatría á sabiendas es un crímen segun los verdaderos preceptos bíblicos. En esas materias, la Biblia no es pre- ceptiva, es solo consejil y deductiva. No hay más preceptivo, esto es, de fé verdadera en la Biblia que el Decálogo; todo lo demás ni es de fé, ni es prezeptivo. Los que quieren colocar la Biblia en otro terreno, quieren hacer de la Biblia un ídolo, un fetiche, y de la razon del es- píritu hamano, no la antorcha de la verdad y de la luz, como es la vo. luntad de Dios, sinó un instrumento de confusion, de tinieblas y de error. Que el autor de la Biblia, Moisés, no ha querido hacer de ella un ídolo, está patente por el horror, por la abominacion que manifies- ta contra la idolatría, que considera como el mayor delito contra la divinidad de Dios y contra la razon y la libertad humana, que Moisés respetó hasta el grado de establecer la República y prohibir la mo- narquía ; para que no le idalatrara el pueblo, Muisés hizo ocultar su cadáver en las montañas. Los que quieren hacer de la Biblia un fetiche, han fundado sobre su texto literal, sobre la letra que mata, una cronología ficticia y ridí- cula en la que se presentan entre ellos mismos hasta 300 opiniones diferentes é irreconciliables unas con otras, dando los unos á la crea- cion 300.000 años y otros rebajándola, como el Padre Petan, hasta menos de 6000 años. Con esto, lo único que se conseguirá despues da falsear y contradecir las verdades más evidentes y palmarias, es poner la Biblia en ridículo y en contradicción con los hechos evidentes del mun- do físico que están á la vista y que solo tienen una aplicacion, á saber: que el mundo tiene muchos millones de años de existencia. Son, pues, enemigos, no amigos de la religion esos hombres que quieren poner- la en oposicion contra todas las verdades y evidencias del mundo físi- co, invocando para ello la fé falsa y errónea de los pueblos bárbaros y salvajes en su infancia. Solo debe ponerse la fé en la razon, la justi- cia, la verdad, y noen el disparate y cl absurdo. Dios no tiene ni ha ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 16 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tenido manos, porque no es un hombre carnal; él no ha podido ma= terialmente fabricar al hombre con sus manos, como un alfarero fa- brica una olla. Las manos de Dios son la evolucion, y el barro de que formó al hombre y á todos los seres, es el protoplasma de la ciencia. Estos no son articulos de fé, son artículos de investigacion que la ciencia modifica, perfecciona y acerca más á la verdad real todos los dias. Tomada en el espíritu que dá la vida, la Biblia es una verdad y un libro eterno y divino; tomado en la letra que mata, la Biblia es un e.ror que los descubrimientos del siglo han desmentido. Se vé, pues, que los que seempeñan en sostener la letra que mata, lo primero que matan es la Biblia misma, haciendo de ella en vez de un libro de luz y de verdad eterna, un libro de error y de supersticion, enemigo de la razon, de la verdad y de la ciencia. ¿Cuáles son, pues, los verdade- ros amigos dela religion ? A pesar del desmentido y de la evidencia de los hechos, los falsea- dores de la verdad histórica, que despues de quemar bibliotecas y fal- sificar documentos y monumentos, se encuentran. sin embargo, con la evidencia demostrada por los monumentos exhumados, que las dinastías de Maneton son reales y sucesivas; y que cuando hay dinastías contem- poráneas Maneton lasseñala, sin enumerarlas; en presencia de estos he- chos, confirmatorios de tantosotros testimonios históricos y monnmenta- les, se han refugiado en el cálculo de las probabilidades de que esimpo sible que un pueblo ó una raza pueda existir consecutivamente en un mismo país, durante 6000 años. Entre tanto, tenemos á la vista la China con monumentos, documentos auténticos é históricos de más de 6000 años de data; y á la India con una raza de una existencia consta- tada poco menos, y esos pueblos, esas razas tan antiguas, no están muertas, están, por el contrario, vivas y casi pudiera decirse en e) vi- gor de su virilidad. Entre tanto, la raza egipcia ya no existe, prueba de su antigúedad mucho mayor que las naciones citadas. Por lo demás, este no es punto para discutirlo en las dimensiones de una escursion marítima. Tenemos trabajos especiales sobre esto, que publicaremos algun dia, con los documentos maravillosos dados á luz por las exhu- maciones más recientes. ¿No es maravilloso, en efecto, haber desen- terrado las tablillas y cilindros con inseripciones cuneiformes, enter- rados en el templo del Sol, de Sipara, la ciudad donde segun las tra- diciones conservadas por Beroso, el rey antediluviano Xisuthro en- terró los documentos y la historia de las edades antedilavianas? ¿Y el haberse recientemente descnbierto en Sakara las pirámides sepulera- les de las primeras dinastías, confirmatorias de la realidad de las dií- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 997 nastías sucesivas de Manethon ? Más, ¿el haberse descubierto las mo— mias de los perdidosreyes de la XVIII y XIX dinastía faraónica ? Solo una cosa falta, el descubrimiento del sepulero de Osiris y dealguna luz monumental acerca de la época de su gobierno y de sus conquistas y delos hechos de su historia conservados solo vagamente por la tradi— cion y la fábula. Esto ayudaría mucho á descubrir los orígenes verda- deros de las antiguas razas y civilizaciones. Entre los pueblos, como entre los individuos, los hay destinados á una corta ó á una larga existencia segun las circunstancias. Generalmente, lo que cambia son las formas de gobierno y las dominaciones, no las razas. La Persia, por ejemplo, no figura en la historia como monarquía, sinó dos siglos. Entre tanto, como nacionalidad, como raza, tiene hoy 4000 años cuando menos, puesto que desde el tiempo de Abrahan, 92200 años antes de Jesu-Cristo, ya había un rey de Elam y elamistas por consiguiente. Y lo mismo de las demás razas y nacionalidades. La Italia y sus razas han sufrido un eclipse de 16 siglos con la deco- ronacion de Roma practicada por Constantino, que despojó á Roma del Imperio que ella había conquistado con su sangre, para entroni- zar el catolicismo, enemigo del nombre y del poder romano. Pero hoy resucita. No es, pues, en mil años que se debe calcular la duracion de la raza italiana. Eso duró su hegemonia, pero la raza aún subsiste y ha recibido una nueva vida con la unidad y la independencia, de que esperamos hará un juicioso uso. ¿Entra la letra muerta, esto es, la verdadera idolatría de la Biblia, en el sistema de religion y legislacion de Moisés? Indudablemente no, por su ódio tan profundo á la idolatría, que al morir, hizo esconder su cadáver para que el pueblo no idolatrara en él. Esto hace ver la altura de la inteligencia y del carácter de Moisés, que no quiso ni hacerse Dios, ni rey; loque le hubiera siáo fácil, visto el carácter del pueblo hebreo, propenso á la idolatría de sus gefes y objetos ofre- cidos á su culto, hasta el grado que posteriormente lo vemos adorar el Ephod, adorno sacerdotal, como Dios, y consultarlo como oráculo. Esto es, sin duda, el resultado de la ignorancia y de la supersticion y ceguedad que ella engendra. Es esta adoracion ciega de la letra muer- tala que ha perdido al pueblo Judío, haciéndolo tomar el texto bíbli- co, por la palabra infalible de la divinidad, cuando es solo en su espí— ritu que la voluntad divina puede revelarse. La letra muerta es la obra del hombre, del secretario humano que hace la escritura mate- rial; noes la obra de Dios, porque Dios no tiene manos, y si algo ha escrito, la verdadera Biblia de Dios se halla en las capas geológicas y 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en los fósiles, que en geroglíficos descifrables para los ojos de la ra- zon, nos revela la verdadera historia del mundo y su evolucion cósmi- ca y orgánica. Esa es la verdadera Biblia de Dios, porque nadie otro que la naturaleza, esa hija de Dios que no sabe mentir, ha podido es- cribirla con sus propios despojos, esto es, escribirla con el testimonio mismo evidente de la verdad que se refiere. Es el espiritu de la Bi- blia y de su ley loque Moisés ha prescrito á su pueblo y no su letra muerta. Este es el verdadero sentido en que la Biblia es tomada por sus mejores intérpretes, Samuel, David, Salomon, los grandes Profe- tas, Jesu-Cristo y San Pablo; á.este último pertenece sobre todo la reprobacion de la letra que mata y el pensamiento del espíritu que dá la vida. Es el espíritu eterno é inmortal, lo que puede dar duracion eterna á la Biblia, pues la letra que mata la reduciría á la ciencia de la edad de Moisés (4 quien Dios llama sábio con toda la ciencia del Egipto, que era la ciencia de su edad); ciencia que ha quedado muy atrás en nuestra época, que ha demostrado palmariamente, á la vista, con los hechos, el error de laidea geocéntrica y de la idea antropocéntrica. Esos errores demostrados, tienen que aceptarlos como verdad los que se atienen literalmente á la letra que mata, cuando su error y absur- do es una cosa que sulta á la vista hoy, en que cualquiera puede dar la vuelta al mundo y convencerse de visu deque nuestra tierra es un planeta que vaga en el espacio, girando en torno del sol, y de que el hombre es solo el último término de una cadena descendente de seres orgánicos, cuya descendencia y evolucion está á la vista en la série progresiva de fósiles de las capas geológicas. Porque, lo repetimos, Dios no es un ser material, no tiene manos materiales, él no ha podi- do con sus propias manos materiales (que no tiene, porque es espíritu puro) fabricar las plantas, los animales, el hombre; los ha fabricado con la evolucion, que es su mano, de la manera progresiva que nos en- seña la ciencia geológica, con los fósiles de las capas terrestres suce- sivas á la vista. La idolatría de la letra muerta de la Biblia no. es. pues, la última palabra de la ortodoxia. La letra muerta pondría la Biblia del lado del error, contra la evidencia, contra las verdades fí- sicas más evidentes, lo que es un absurdo. La Biblia no es un trata- do científico y por consiguiente no puede constituirsela en ciencia, ni menos en única ciencia, como los mahometanos han hecho con el Koran, que es hoy, como consecuencia, una cosa caduca y muerta. La Biblia es historia, la historia de su tiempo, con los errores de su tiem- po. Lo único revelado, lo único preceptivo que ella tiene es el Decálo- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 929 go, que es un código purísimo de religion y de moral, que sobrevivirá á todas las revoluciones del tiempo y del espíritu humano. Fuera del Decálogo, todo lo demás es humano, y como humano sujeto á error y á rectificacion. La Biblia no es un estorbo, un atajo al desarrollo sa- ludable del espíritu humano, es, por el contrario, el primer paso de su progreso en la buena direccion y un estímulo para seguir adelante en el cultivo de las ciencias y de la civilizacion, y no un obstáculo insu- perable para su marcha. El que pretenda poner á la Biblia del lado del error, contra la verdad, contra la luz, contra la evidencia, estable- ciendo como ortodoxia el sentido literal de su letra muerta, en lo que no es preceptivo sinó humano é histórico, es el enemigo de la Biblia, no su amigo, pues la pone del lado de las tinieblas, contra la luz, del lado del error, contra la verdad. Este ciertamente no ha sido el espí- ritu de su fundador Moisés, pues esa es idolatría de la materia, del error, de la letra que mata, cuando sabemos que Moisés abominaba la idolatría. Es como poner, en una palabra, la Biblia en un combate contra la verdad, lo que es contra naturaleza, esponiendo á perecer un libro que no debe perecer. Sin la idolatría de la letra que mata no veríamos al pueblo Judío en la triste situacion que se encuentra hace sislos. La idolatría del texto bíblico, en la parte que no es dogma, es- pone á ese noble pueblo á la suerte de esas viejas razas destinadas á “desaparecer al través de los siglos, junto con sus creencias absurdas é imposibles, en contradiccion con la verdad y con los hechos, prolon- gando su existencia á fuerza de algunos fanatismos individuales. La Biblia, como su pueblo, merecen una suerte mejor; merecen ser eter- nos porla adaptacion y la verdad, lo que solo conseguirá desechando la letra que mata y adoptando solo el espíritu que dá la vida, de con- formidad con la volantad de su gran legislador y con la palabra de sus grandes Profetas. El tiempo ha seguido fresco con un fuerte viento del Noroeste, esos vientos que Heródoto llama vientos Hetesios y que atajando la salida de las aguas del Nilo, segun él, las aumenta, las derrama por las tier- ra utilizándolas para su irrigacion é impidiendo su rápida y estéril deperdicion en el mar. El mar, sin embargo, al aproximarnos á las costas de la península de Sinai, ha perdido el esplendor de su bello azul océanico traslucido, asumiendo los matices de un verde sombrío. Este fresco es sin duda benéfico y neutralizante de los fuertes calores del Mar Rojo; pero la poesía áspera y movimentada de los vientos, poesía varonil y luctante, no es como la suave poesía de los dias de calor y calma: pero tambien esta agitacion saludable, es la salud de 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la vida; y se armoniza alternándose con la calma, porque la vida es. lucha, es vicisitud, es trabajo, es vida y es muerte: esa muerte que es la prolongacion de la vida en la eternidad. Bajo este aspecto, el Mar Rojo no es ya una cosa vieja y corrompida; no es ya ese foco pestilencial en que se infestan las devotas caravanas que pasan á ha- cer su visita preceptiva ála Meca. Es un mar rejuvenecido por el soplo vivificante de Occidente; un mar nuevo, lleno de vida y de por- venir; ese viento saludable arrastra lejos los gérmenes pestilenciales, y solo deja salud, vigor, pureza, trabajo, inteligencia en pos de sí. Esa region sigue llena de vida aérea y marina, de vida celeste y ter- restre; de estrellas y revelaciones en el cielo; de vida, de perfumes, de misterio en la tierra. Moisés resucita en nuestro espíritu jóven y cou toda la ciencia de los modernos; el pueblo de Israel resplandece de nuevo con su aureola de pueblo gefe, de pueblo modelo, de pueblo yedentor; de pueblo que pisando la serpiente de los odios, de la ignorancia, de los combates groseros del pasado, establece la era de la inteligencia, de la armonía, de la paz, de la ciencia y de la industria. Pueblo que trae el reinado del espíritu inmortal, implantándolo en el lugar donde se alzaba la materia corrompida. | ¿Estas son visiones? Sí, sin duda; esta es la tierra de las visiones y de los videntes. Isaias vió pasar al eterno en forma de soplo vivifi- cante, entre las alturas; Juan vió allí la Nueva Jerusalen celeste de que habla en su Apocalipsis. ¡ Desgraciado del que, en el país de las visiones, no tiene visiones de bienandanza, aunque sea de bienandanza personal! Eso probaría que su espíritu no se eleva más allá de donde alcanzan los vapores más corrompidos de la materia vulgar. Bajo este bello cielo, al soplo de este aire vital, ante esos monumentos y re- cuerdos eternos de la naturaleza,:de la tradicion, de la religion, del arte, el espíritu más adormecido se despierta y piensa: cogito, ergosum! como decia el filósofo. En un islote redondo, de granito, situado en la apex ó extremidad aguda de la península del Sinai, se alza un faro destinado á señalar á los navegantes la situacion de la península, que el monte histórico, el monte inmorta!, llena en su vasta espansion. El verdadero faro está sin duda en la imaginacion, en la mente del que lo contempla; porque ¿quién no ha leido la Biblia y quién no ha admirado y amado á su legislador y 4 su pueblo? Hoy se puede decir esto en que ese antiguo pueblo se halla disperso y perseguido: de otro modo se toma- ría por una adulacion. El viento continúa soplando con fuerza y el mar encrespado, herizado, mugiente, se estrella con furor contra la FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 231 proa del Siam. El silvido de los vientos y el estruendo de las olas, constituyen un conjunto imponente. El fluido marino tiene esa mira- da torva, sombría, de un mar borrascoso que ha perdido su trasparen- cia y esa mirada azulada, plácida, celeste, de un mar en calma. Plá- cido, magestuoso ó airado, el Mar Rojo me ha encantado, aunque sea solo por sus antiguos y grandiosos recuerdos : las esculturas de Snefru, de 5000 años de data; las escuadras de Sesostris, de 3500 años; y el Sinai y el Decálogo de una fecha muy poco posterior. Esos son los grandes hechos de la edad antigua, cuya influencia se perpetúa en la moderna : porque la civilizacion de Snefru y de Se- sostris, es la base de nuestra actual civilizacion; y la ley del Sinai es nuestra ley. El Mediterráneo es más grande, más brillante, más poderoso, más opulento y más rico, pero no tan poético, tan bello y lleno con tan viejos é interesantes recuerdos. El Mediterráneo es como un mar jóven, en el cual se ha elaborado la historia y la civilizacion moderna. El Mar Rojo es el mar viejo de la infancia de la civilizacion humana, y como su cuna. A medida que avanzamos en el Golfo de Suez, las altas montañas de la costa africana se alzan en altas ondas azuladas del carácter más pintoresco, formando grandes crestas y grandes picos erizados de un carácter volcánico. Más abajo y paralelamente á ellas, se prolonga un cordon de lomas bajas, redondeadas y al parecer graníticas. Al frente, en Suez, las altas montañas de Ataka se alzan culminantes; mientras que en la Arabia, las costas terminales de la península del Sinal, se presentan coronadas por las altas crestas graníticas de la montaña memorable. El sol, al ponerse detrás de esta alta cadena en ondas piramidales, diseña sus crestas sobre sus celajes de púrpura, y esa banda anteada, de que habla Volney, como característica de los paisajes levantinos, se estiende detrás de las cadenas y de vapores, dándoles esplendor y relieve. El mar, más reposado, estiende sus llanuras agitadas y movientes ú los piés de esas masas y de esos es- plendores celestes inmóviles, pareciendo como un sombrío tapiz de fluido plomo. Por la noche, el cielo aquietado, despejado, depurado, resplandece en las más bellas constelaciones boreales, cobijando mares y monta- ñas bajo si manto constelado. Durante la noche, el mar que se tragó la hueste de Faraon, lanzaba rugidos estraños, como esos rugidos salvajes de las selvas primitivas: rugidos de fiera. Era la fiera que dormitaba, cazaba ó vagaba enfurecida. 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En la mañana del 3, muy temprano, yo estaba de pié. Despues de tomar un baño helado de mar, salí á cubierta. El alba brillaba en el horizonte Oriental con todo su esplendor; el mar encrespado, espu- mante y mugiente, se plegaba y desplegada en gruesas olas brama- doras; pero el gran steamer marchaba con bastante serenidad, cor- tando las olas de frente, que rabiosas y espumantes, se proyectaban subre cubierta en gruesos chubascos de blanca espuma salada. A mi izquierda alzábase sobre la llanura marítima agitada, la série africa- na de montañas volcánicas ó porfirídicas, dispuestas en ondas erizadas y negruzcas, terminaban hácia la estremidad del Golfo en el N. 0. en una inmensa meseta ó macizo de alturas calcáreas ó gredosas, eulminando sobre las playas y riberas del mar como un inmenso bluff ó altísimo barranco gredoso, de muchas millas de estension. A mi derecha, la cadena del Sinai, que culmina hácia el S. E. en altas cuchillas y picos graníticos de una gran elevacion, se estiende como un muro ó cresta de regular aliura. Por encima de sus picos y crestas más elevadas, se estiende la banda anteada, traslúcida, esplén- dida del crepúsculo matinal. El ante, un ante suave y brillante es el carácter más saliente de los crepúsculos en esta region híbrida del mundo, entre Africa y Asia, entre Egipto y Arabia, tierra disputada y contendiente, y campo de batalla en las huestes asiáticas y africa- nas. Muy luego la luz anteada del crepúsculo, comenzó á intensificarse sobre la cresta erizada de la montaña sagrada, convirtiéndose de ante, en naranjado, y de naranjado en oro fluido, al asomar el disco esplendente del sol sobre las cumbres regocijadas y embellecidas con su luz, estendiéndose tenuemente su traslúcido baño de esplen- dente luz sobre mares y montañas, sobre alturas y sobre abismos. En el Noroeste, en nuestro derrotero, se alzaba el cordon sombrío de la sierra del Ataka, dorada por los primeros tayos del sol matinal. Sobre el agitado plano marítimo de un verde gris sombrío, una águila negra como la noche, de un tamaño prodigioso, se cierne sobre las olas agitadas, banándose en sus espumas. Esta ave era de buen agúero para los antiguos, ella anuncia triunfo y gloria; me conten— taré con que á nuestra modesta nave correo, con tripulantes y pasa- jeros aún más modestos, nos anuncie un feliz éxito en nuestro viaje. El viento es fuerte, mas el cielo permanece despejado y el sol alum- bra espléndido, trepado sobre su trono granítico de montañas Orien- tales, de donde derrama luz, vida y calor sobre la naturaleza. Ambas cadenas de montañas, la africana al Oeste, terminada por un macizo calizo de un color terroso claro, cuyas capas superpuestas FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 233 se distinguen de á bordo, y la asiática al Este que forma un cordon granítico de moderada elevacion, terminan al llegar á Suez en lomajes bajos que descienden oradualmente hasta terminar su punta en sus estremos. En el centro, en medio de estas dos puntas terminales, se redondea la estremidad del Golfo en que se halla Suez, á cuyo fondo se destaca la onda granítica de las alturas del Ataka. Damos estos detalles con amore, porque ese mar, ese cielo, esas montañas, ese suelo despiertan en nosotrosn un interés profundo; el interés de la antigúe- dad de la historia, de las tradiciones ó recuerdos más remotos ó gran- diosos de la antigiúedad. Antes de la sierra de Ataka se presenta un cordon de montañas bajas que corre de Oeste á Este, viniendo á termi- nar en la ribera del mar, en un inmenso promontorio, farellon ó ladera de rocas calcáreas arcillosas y arenáceas entreveradas, de un color bistroso amarillento. El color del mar se aclara, y de un gris verdoso oscuro, pasa á un oris verdoso claro, al aproximarnos á Suez, á la antigua Arsinoe, uno de los puntos tal vez más antiguamente poblados de nuestro globo y que debe existir desde antes de la época de Osiris-Dionisios; esto es, una poblicion que cuenta más de 8000 años de data y cuyo suelo ha sido hollado por la planta de todos los grandes conquistadores del mundo. A la estremidad del macizo cretáceo arcilloso en que termina la cade- na costera africana, formando una especie de bluff ó barranco colosal, sulcado en sus faldas terrosas de cavidades y quebradas; sobre la playa de la punta medanosa en que este termina, al aproximarse al al apex del Golfo de Suez, se halla un bianco faro, columna blanca de dia, y punto luminoso en la noche, señalando sin duda al navegante bancos peligrosos. Todo el apex circular del Golfo se halla rodeado de riberas arenosas, médanos formados por los vientos y en medio de cuyas doradas arenas, se alzan las negras rocas volcánicas que for- man el esqueleto del suelo. VI GOLFO, PUERTO Y CIUDAD DE SUEZ. — UNA ESCURSION AL SINA1 Y A LOS DESIERTOS INMEDIATOS. Antes de entrar en más detalles del Golfo de Suez y de su fisono- mía, diremos algo sobre las riquezas coquilarias, ya que hemos ha- blado en Oboek de sus riquezas biológicas. En el Mar Rojo existen 934 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA actualmente varias pesquerías de perlas. En efecto, la pesca de la concha de nácar ó madre perla, tiene lugar en todo el Mar Rojo, des- de su estremidad setentrional hasta el Grolfo de Aden. Xero las me- jores pesquerías se encuentran en las inmediaciones de Suakin, de Massowah y de las islas de Farsan. La flota pescadora se compone de unos 300 barcos ó lanchones, pertenecientes en su mayor parte á los beduinos (Bedawins) de Zobeida, tribu que habita la costa entre Jeddah y Yambo. Como 50 pertenecen á Jeddah y los otros á di- versas localidades. Son grandes botes abiertos desde S hasta 20 to- neladas de carga, con una vela latina. Su tripulacion varía desde 8 hasta 12 hombres. Se conocen dos estaciones de pesca, una de cuatro y otra de ocho meses. Así estos lanchones permanecen casi todo el año en el mar, excepto unas pocas semanas de reposo. Su tripula- cion formada en su mayor parte de esclavos negros, recibe dos ter- cios de la pesca, descontándose de esto el valor de los alimentos su- ministrados, el otro tercio es para los dueños de la lancha. Experi- mentan raros accidentes, y los buzos gozan de robusta salud y de oran vigor físico. Son todos hombres de 10440 años. Los bancos de pesca se hallan en las inmediaciones de los arrecifes de coral, cer- ca de los cuales se hacen anclar las lanchas. Para trabajar los buzos emplean pequeñas canoas, importadas de Malabar. Se necesita que el mar esté tranquilo, pues las aguas turbias no permiten ver las con- chas. En estos últimos 10 años, esto es, de 1877 41887 la pesca ha descendido de 10 á 20 %/,; mas como los precios han subido y se vende bien todo, bueno y malo, esto hace que el negocio haya marchado bien. La produccion anual varía de 120,000 á 170,000 duros. Du- rante los cuatro primeros meses del corriente año, solo han pescado por valor de 25,000 duros, contra 50,000 duros obtenidos otros años. Una parte de esta pesca se vende en Jeddah, y el resto en Suakin y Mas- sowah. Perlas suelen pescarse anualmente por valor de 4000 á 5000 duros; pero las más valiosas se venden secretamente. La concha de perlas se vende en lotes de 50 libras. Antes estos negocios se hacían en el Cairo; hoy se hacen en Trieste. El nácar de Jeddah es me- nos estimado por su tinte amarillo, que el de Massowah ó Sua- kin. Volviendo al Golfo de Suez, los inmensos promontorios ó blu/fs de los macizos de rocas cretáceas, calcáreas, arcillosas y arenosas que rodean el Grolfo en su estremidad occidental, forman un caraoterís- tico árido, pero grandioso de él. Compréndese al mirar esa disposi- cion topográfica, cual es el orígen de las arenas y depósitos aluvio- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 235 nales y terciarios, que cubren los desiertos de la Arabia y del na- ciente del Nilo. Esos macizos que forman en sus cimas vastas mesetas áridas y pedregosas, se presentan surcadas en sus faldas y gradientes por innumerables quebradas, cavidades y barrancos hijos de la ero- sion de abundantes aguas corrientes y de lluvias, bajo un cielo hoy sin nubes. Este fenómeno solo puede esplicarse subiendo en las eda- des geológicas. Esos macizos han sido indudablemente islas regadas y con una abundante vegetacion terciaria; más con la emersion de los continentes africano y asiático, y la retirada consiguiente de los mares en la edad que sucedió inmediatamente al período glacial, esos macizos encallados en los áridos desiertos, anteriormente lechos de mares eocenos y miocenos, perdieron su fecundidad y quedaron redu- cidos ú mesetas, laderas y promontorios de una proverbial aridez. Las arenas de los antiguos mares que rodeaban esas islas, han salido sin duda de sus arenáceas crodadas y denudadas por las aguas de arriba y de abajo; y el resultado de esas inmensas denudaciones ha sido los inmensos arenales, lechos de mar primero, y en seguida médanos acumulados por los vientos en los parajes bajos, quebradas y cavi- dades de su direccion habitual. Las cadenas arábigas del Sinai se estienden á lo largo de las ribe- ras del nord-este del Golfo, en cuya estremidad en esa direccion se halla el naciente del sol, como en la estremidad de la direccion opuesta de las cadenas africanas se halla el poniente; á lo largo de esas ca- denas, decimos, y ásus piés, hasta la lengua del agua, se estiende una banda de blanca arena, resaltante entre el azul indeciso de las cadenas graníticas y el sombrío azul verdoso del mar. Es como un muro de lázuli levantado sobre cimientos de blaneo cuarzo. Esa ban- da arenosa parece estrecha en la lontananza marina; pero es de bas- tante consideración á juzgar por el mapa que da Palmer de la penín- sula del Sinai; esa bauda marca la estension de la retirada de las aguas del Mar Rojo, el cual debe haber lamido el pié de las alturas marítimas del Sinai á fines del período glacial y principio de la edad moderna, de 20.000 años á esta parte, midiéndola por la ley de Lyell de un pié de despojos por cada seis mil años; la retirada es grande y ella puede provenir no tanto de la evaporacion inmensa de este mar, situado en estrecha lonja entre desiertos áridos, como del solevanta- miento lento pero continuado de las riberas contiguas. Del lado afri- cano del Golfo, la retirada es insignificante, debido á que esa parte del litoral del Mar Rojo, más que en vía de elevacion, seencuentra en vía de hundimiento. Por lo demás, el Situs ó Golfo de Suez no se 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA halla recto en la línea eje de la direccion general del Mar Rojo, sinó que forma un recodo á la derecha, recustándose del lado arábigo del litoral. El mar sigue no obstante, de un azul sombrío muy poco ver- doso, pero sus aguas de fino raso de seda atornasolado, presentan cier= tos visos Óiridescencias rojizas: ¿es este tornasol rojizo lo que le ha hecho dar el nombre de Mar Rojo? Porque sus riberas son doradas, blanquizcas, bistrosas, pero no rojas. Pero antes de despedirnos del Mar Rojo y del Sinai, quiero entrar en una digresion histórica. Dos religiones han surgido en el Asia en la época del despertar del espíritu humano, entre los siglos XXI y xv antes de J. C.; dos re- ligiones igualmente puras, sublimes y verdaderas. La una ha bri- llado en la antigiedad con una luz espléndida y vertiginosa, eclip- sando y reapareciendo de nuevo con el restablecimiento del trono persa por los Sasanidas. Este es el Mazdaismo, la más antigua, la religion de Zoroastro, que reconoce un solo Dios creador, fuente de todo bien; y la religion de Moisés, surgida en el Sinai, viva aún hoy, pero que ha gozado un soplo de pequeño brillo y esplendor político en la antigitedad, con siglos de dispersion y persecusion cruenta. Dos religiones bellas y buenas y aliadas; habiendo la una, por mano de Cyro, libertado al pueblo de Israel de su esclavitud ; permitiendo á su lival un largo período de influencia y brillo renovado. La religion del Mazdaismo tiene á la fecha más de 40 siglos y aún se conserva un tanto adulterada y trunca entre los Parsis que no adoptaron el ma- hometismo. La religion de Moisés que cuenta hoy 24 siglos, se con- serva aún en algunos millones de judíos desparramados sobre el haz de la tierra. La religion más antigua es la que más ha brillado y la que más adeptos ha tenido (medos y persas). Ella ha tenido un hijo robusto, el mahometismo. La religion he- bráica ha tenido tambien su hijo espúreo, el cristianismo; espúreo de- cimos, porque el judaismo lo reniega y porque cria un dios hombre al lado de un Dios único y celoso de su unidad, tanto como de su eternidad. Esto, se vé, desnaturaliza su dogma fundamental. Pero, ¿cuál delos dos tiene más vida? El judaismo, sin duda, tanto porque es más jó- ven, cuanto porque, aliado con la libertad y con la equidad, su im- perio es seguro y eterno en esas condiciones. El mazdaismo, por el contrario, aliado desde un principio con el despotismo, se ha confi- nado á la estrecha esfera de accion de este y subido y bajado con él. Su autor y legislador Zoroastro, tuvo sin duda miras muy elevadas, él quería confiar puramente á la naturaleza humana, el bien de la naturaleza humana. El eligió al déspota para la realizacion de su FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 231 bien, porque confiaba en la elevacion y equidad de la naturaleza hu- mana. Esta confianza es justa, cuando ella se refiere simplemente á la naturaleza humana. Pero un déspota no es un hombre. Si el ha recibido el absolutis- mo como herencia, como sucedió á Felipe II de España, él se cree superior á la naturaleza y los derechos del hombre, y despotiza á este en su físico y en su moral, en su cuerpo y en su alma. Sies un dictador que surge de la aclamacion de la multitud, se convierte en un tirano desapiadado, que todo lo sacrifica á su ídolo. De este hecho ha resultado que el hebraismo y sus derivados, forman hoy la religion de los pueblos viriles. El mazdaismo, por el contrario, es la religion de los pueblos surgentes ó niños, y de los pueblos deca- dentes ó caducos ; pueblos que necesitan proteccion, sea para la de):- lidad de la infancia, ó para la debilidad de los años. Un tercer gran promontorio, estremidad de una tercera cadena, la del Ataka, se representa aún antes de penetrar en la rada de Suez. Presenta la misma naturaleza gredosa, calcárea, arenácea, manteada de los anteriores. Son tres grandes cadenas, paralelas sin duda, que tienen su punto de arranque sobre las riberas del Mar Rojo. Sobre sus playas, en sus falderíos y quebradas bistrosas, se proyectan al- gunas sombras negras; es la vegetacion achaparrada del tamarisco, el árbol de los arenales. Su presencia suele marcar las aguadas tan raras en esos desiertos de aluvion, como diría un inglés. Desde la ra- da, en el costado arábigo, se ven los jagueles ó pozos llamados de Moi- sés, rodeados de la vegetacion sombría del tamarisco. El punto del paso sin embargo, no lo creo ese: el paso del Mar Rojo, que dió es- cape al pueblo y sumergió á Faraon y su ejército debe encontrarse en un punto hoy abandonado por las aguas, entre los lagos Amar- gos y la rada. Porque los lagos y la rada no formaban en esa época sinó un solo mar. Una vez pasado el mar, el pueblo debió correrse por su ribera; y desde los pozos llamados de Moisés, teniendo á la vista el mar, salvaguardia de su libertad, él pudo entonar el cántico de gracias y de triunfo que se halla en el Exodo. Al contemplar el vasto promontorio ó macizo manteado que culmina con pendientes muy empinadas sobre la Bahía, de un bistrado rojizo, jaspeado de blanco, se comprende que esas alturas tan culminantes sobre las ri- beras de ese mar, en su punto de acceso, en Arsinoe, que los árabes han bautizado de Soneys, hayan podido comunicarle el nombre de su color. El promontorio de Ataka, que se estiende al poniente de la ciudad de Suez, culminando en una vasta estension sobre su ribera 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA marina, ha podido reflejar los tonos rojizos de sus penumbras sobre el mar que besa sus plantas, y que á veces lo amenazan bramantes y espumantes, azotándose con furor sobre sus C.mientos rocosos; lé ahí tal vez la causa del nombre de rojo, dado á este mar que los anti- guos egipcios y etiopes llamaban el mar de leas Algas. Entre tanto, nosotros en la línea de navegacion promedia, no hemos encontrado algas, ni aguas rojas. ¿Será sobre las playas arenosas, en los bancos de las riberas donde se encuentran las algas y las aguas tojas? En la estremidad del Golfo de Suez no se encuentra tampoco nada de eso, á pesar de abundar las arenas. Por lo demás, solo la ribera afri- cana es de un negro rojizo; la ribera asiática es amarillenta, lívida, plateada, blanquizcá ó dorada. Entre las dos riberas, se estiende el puerto y la ciudad de Suez. Nosotros decenderemos á la ciudad, que describiremos en pocas palabras, y de allí tomándola por base de operaciones, eseursionare- mos al Sinai y á los desiertos circunvecinos, inclusos los que rodean el canal de Suez. Suez presenta el aspecto de todas las ciudades Orien- tales, altos y agudos minaretes, cumo obeliscos; y casas blancas con persianas. Esta ciudad del Bajo Egipte, ocupa la costa sud del Golfo de su nombre y su rada es poco profunda, escepto el canal por donde eruzan los grandes vapores y que irradía desde el canal intermarítimo. Hállase á 133 kilómetros al E. del Cairo, en los 29%58'37” latitud Norte. Un canal de las aguas dulces del Nilo ¡lega hoy hasta Suez, pero se emplean todas en la ciudad, no habiendo por consiguiente irrigacion ni cultivos en sus inmediaciones, escepto algunos árboles. Mucho más se podría hacer, pero la pereza y haraganería Oriental es proverbial, y los últimos cultivos del valle de Egipto se encuentran á 190 kilómetros de distancia. Por lo demás, la ciudad recibe todas sus provisiones del ferro-carril que la liga con el Cairo. Su poblacion se acerca á 20.000 habitantes y cuando se principió el canal en 1856 no tenía 12.000. Cuenta canteras de construccion para el cabotaje, entre esta ciudad y Djeddah sobre las costas de Arabia. La compañía inglesa de navegacion entre Australia y la India, tiene tambien allí magní- ficos establecimientos, lo mismo que la administracion del canal y del ferro-carril. Es el entrepuerto del comercio del Cairo con Arabia, Siria, Mesopotamia y Persia. Este comercio se hace por caravanas que transportan más de 100.000 cargas de camello (doble de la carga de mula). La ciudad mal construida antes y de aspecto miserable, mejora todos los dias con los nuevos edificios de los establecimientos estrangeros. Ella recibe «anualmente más de 5.000.000 de duros en FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 239 mercaderías de tránsito; y 30.000 viageros entre ingleses, comercian- tes estrangeros y peregrinos de la Meca. Su suelo es árido, arenoso, pedregoso, estéril y quebrantado por médanos y lomas pedregosas. No tiene otra vegetacion que ralos tamariscos y matorrales de brezos y otras malezas del desierto. La ciudad de Suez comunica por ferro- carril con el Cairo y Alejandría. Su puerto, que forma la estremidad Nor-Oeste del Mar Rojo, era conocido en la antigiiedad con el nombre de Rada y Golfo de Heroópolis. La bahía al pié de las alturas del Ataka, es grande, reposada, es- paciosa; y sus aguas de un verde turquésa delicado, son espléndidas. Antes de entrar enla bahía, las aguas del Mar Rojo son de un celeste záfiro bellísimo. Bellas gaviotas blancas y grises animan lo parages marítimos; revolotean en torno á las embarcaciones, se amacan sobre el lomo de las olas ó cazan pecesillos de los muchos cardúmenes de ellos que acuden ála bahía, ó se disputan los despojos tirados de á bordo. En Suez no se tiene el aspecto un tanto salvage de hombres desnudos navegando en canoas manejadas por una pala, como de Ceilan y Aden; y como sucedía hace un siglo en la Oceanía. Porque los Kanakas de la Oceanía, que tienen sangre Americana ensus venas, se han transformado, civilizado y adaptado al progreso moderno, dejando muy atrás esas viejas sociedades asiáticas, que se arrastran misera— bles y desnudos, á los piés de sus viles supersticiones y tiranos, que las tienen sumergidas en una infancia y en una miseria eterna, per- dida toda conciencia de derecho, de deber y de dignidad é inteligencia humana. El Asia como los compañeros de Ulises, ha sido transformada en ereacion bruta, sin alma por Circe, que son sus supersticiones y sus viejos ídolos seculares. En Suez, todo es decente y culto. Las em- barcaciones menudas son vistosas y aseadas; sus tripulantes se presen- tan decentemente vestidos, y las lanchas á vapor son cómodas, aseadas y bien dirigidas. No podría ser de otro modo; esta es la puerta de la civilizacion Occidental á la entrada del magnífico canal marítimo, que ha hecho desa parecer el Istmo desierto de Suez, debido á la ciencia y al poder del hombre moderno; y que ha venido á poner en contacto dos mundos opuestos; el Oriente, dormido como la Bella del Bosque, y el Occidente despierto, viril y laborioso. Del Oriente sofocado y corrompi- do entre los brazos del despotismo físico y moral más embrutecedor, y el Occidente animado por el soplo vivificante de la libertad y de la ciencia. Y ya que hemos bajado á Suez, no nos reembarcaremos en el vapor sinó despues de hacer una escursion al Sinai y á los desiertos inme- diatos, esto es, darles una ojeada á vuelo de pájaro, pues de otro 240 _ ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ,ARCENTINA modo sería cosa de nunca acabar. La idea general que se tiene del Sinai es la de ser una montaña aislada, en medio de un desierto de arena. La misma version vulgar de la Biblia ha contribuido á darnos esta idea engañosa, representándonos al Sinaí como una montaña aislada en medio de un llano. El Sinai mientras tanto, es un vasto macizo de montañas situado entre dos brazos de mar, en forma de península : ese grupo de montañas, por su aspecto, se parece á la sierra del Jigante en San Luis, á la sierra del Pié de Palo en San Juan. Aún en aquellos puntos en que más se apróxima al aspecto de una montaña aislada en medio de un desierto, la arena es la escep- cion vel suelo forma una zona quebrada y pedregosa, y no una llanura pedregosa. La península triangular del Sinai se estiende se- eun lo hemos ya dado á entender, entre el Golfo de Suez y el Golfo de Akabah, con el escarpamiento de la meseta del Tih que se proyecta en forma de cuña desde su base setentrional. Los costados de este triángulo miden el uno 190 y el otro 130 millas respectivamente; siendo el largo de su base de unas 140 millas, lo que dá una área de 14.600 millas cuadradas para toda la península. Una ancha banda de arenácea atravieza la península inmediata- mente al Sud de la frontera del Tij (71h) estendiéndose casi de mar á mar, puesto que abarca desde Wady Wutas hasta Jebel Mokatel. Las montañas de este distrito son generelmente bajas y aisladas con anchas mesetas en su cima; pero las formas fantásticas y espléndido colorido de las rocas, compensan bien su falta de elevacion; y algunos de los picos de asperon, como Umm Rij!ain, forman uno de los rasgos más característicos de la península. Vastas llanuras onduladas y estrechos valles, concostados escarpados, forman uno de los rasgos más conspícuos de esta zona de país. El más ancho de estos llanos es el llamado Debbet-el-Ramleh, que costea las faidas de la cadena del Tij y ocupa un octavo de todo el área de arenácea. Esta formacion es rica en recursos minerales, conteniendo muchas vetas de hierro, cobre y turquesa. La ausencia de todo elemento para su fundicion y tras- porte, los priva en la actualidad de todo valor comercial. Pero los antiguos Egipcios, desde las edades más remotas, parecen haber esplotado estos minerales en grande escala. Las inmediaciones de Serabit-el-Khadim y de Magharah abunda en minas y en geroglíficos esculpidos sobre la piedra, que recuerdan los nombres y títulos de los reyes bajo cuyos auspicios se beneficiaron; lo mismo que otros restos arqueológicos del mayor interés y antigúedad. (Contínuard). REVISTA DEL ARCHIVO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por MARCIAL R. CANDIOTI (Continuacion) N* 18. Espediente de las perforaciones practicadas en la Provin- cia de Buenos Atres. (Fojas 151 á 211). — El orígen de este impor- tante estudio que emprendió la Sociedad secundada por el Go- bierno de la Provincia en 1874, fué la mocion que más arriba consignamos, debida al señor Carenou. Los estudios se prosiguieron con regularidad hasta mediados de 1876, y se constató la existencia de aguas surgentes en algunos puntos de la Provincia; las desaveniencias ocurridas posterior mente entre la Sociedad y el contratista señor Robertson, y la muerte de este señor, acaecida algun tiempo despues, dejaron sin terminar este importante estudio que nuevamente debiera ini- ciarse hoy que contamos con más recursos materiales y con ma- yor abundancia de conocimientos. En Julio de 1874 fué pasada al Gobierno de la Provincia la nota á que se refería en su mocion el señor Carenou. De esta nota no existe copia en el archivo de la Sociedad y solo fué publicada en el número 1385 del diario La Prensa del mismo año. He aquí la nota á que nos referimos : Buenos Aires, Julio de 1874. Al señor Ministro de Gobierno, Dr. Don Amancio Alcorta. Exmo señor : En la Asamblea de la Socredad Cientifica Argentina que ha tenido lugar el presente mes, á mocion de uno de sus miembros señor Ingeniero Don Eduardo Carenou, se ha adoptado la siguiente re- solucion. « El Presidente y Secretario dela Sociedad reunidos á una comi- sion compuesta de los señores Kyle, Carenou y Lacroze, se dirijirá al Superior Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, remitién- ANAL. SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 16 949 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dole el trabajo del señor Don Juan J. J.Kyle como tambien todos los . otros que se creyese útil agregarle, para poner más en claro las conveniencias que habría en hacer efectuar varias perforaciones en distintos puntos de la campaña de la Provincia con el fin de comprobar la existencia de una napa ó corriente subterránea cu- yas aguas han sido analizadas por el señor Don Juan J. J. Kyle. Cumpliendo pues con este honroso cometido, adjuntamos á la presente unos ejemplares del trabajo del señor Kyle, y al mismo tiempo nos permitimos proponer al ilustrado Gobierno de que V. $. forma parte, ciertas observaciones que, á juicio de la mencionada Sociedad, pueden ser de la mayor importancia para el estado ac- tual y futuro de nuestra campaña. Antes de todo hacemos notar á V. S. que la idea que sirve de base á esta comunicacion no Mé ser considerada como nueva entre nosotros; en efecto el señor Sourdeaux, en un folleto que pu- blicó en 1862 con el título de Apuntes sobre la industria arte- sana, se espresaba asi: «Hasta ahora para proveerse de agua los estancieros han re- curridoá la creacion de multiplicados jagúeles; pero por desgra- cia, si la seca se mantiene rigurosa, bien pronto estos jagúeles no abastecen al diario, pues el nivel de las aguas va disminu- yendo hasta tener el estanciero que esperar algunos dias para obtener otra pequeña cantidad de agua que dos ó tres dias de tra= bajo agotan de nuevo. En una palabra, los jagúeles casi en todas partes han sido reconocidos como insuficientes en tiempo de seca, por el poco rendimiento de las inflltraciones superiores. «Pues bien, son estos mismos jagúeles que vamos á hacer inago- tables atravesando con la sonda la capa impermeable que forma el fondo, hasta alcanzar las segundas filtraciones, es decir la primera corriente subterránea. « Trabajo sencillo, muy poco costoso y que remedia completa- mente el mal señalado. Analizemos pues una idea destinada á salvar anualmente el país de enormes pérdidas. « Hemos indicado en nuestro exámen teórico que segun Gus las aguas alcanzadas por la sonda, esperimentasen una presion hi- drostática más ó menos fuerte, estas aguas subirían en el agujero con más ó menos fuerza dando lugar á un pozo artesiano surgente ó simplemente ascendente. «Un pozo ascendente es una corriente subterránea permanente, cuyo nivel de equilibrio no varía. Si pues la primera napa ascen- REVISTA DEL ARCHIVO 943 dente se halla á 20 630 varas debajo del suelo, alcanzando esta corriente con la sonda y calando las paredes de este agujero con un tubo de fierro, si el nivel ascendente de la napa es por ejem— plo de 2 varas debajo del piso del terreno, y si como es de costum- bre el jagúel tiene una hondura total de 7 á 8 varas, es evidente que el tubo habiendo sido colocado á media vara solamente arriba del fondo del jagúel, la corriente subterránea se derramará en este jagúel... y subirá hasta alcanzar su nivel de equilibrio, eso es, manteniendo siempre 5 0 6 varas de agua en el jagúel.... «Se vé, pues, quecon gastos relativamente insignificantes, el es- tanciero con unos jagúeles podrá proveer no tan solo á la bebida de los animales, sinó que tambien tendrá facilidad para regar un pequeño potrero en el que sus haciendas más finas hallarán un precioso recurso contra la falta de pasto. Con un jagúel de 2 me- tros de ancho, 15 de largo y 5 de hondura, se tendrá un acopio de 350 pipas de agua, que suplirís con abundancia á más de 3000 cabezas de ganado vacuno.» El medio aconsejado por el señor Sourdeaux, tan comprensible por la claridad con que está descrito, como sencillo por su apli- cación, hace muy sensible que no haya sido puesto en práctica, evitando así en gran parte los desastres que puede decirse esperi- menta nuestra campaña, debido á la falta de agua. Entre las varias causas que han demorado la construccion de los citados pozos, la que proviene de la confusion que ha existido entre el significado de aguas surjentes ó simplemente ascendentes, debe sin duda considerarse, como la principal; en 1862, época en que se llevaban á cabo los trabajos de perforaciones, todos se preo- cupaban del descubrimiento de las primeras, sin detenerse á con- siderar, como la importancia del asunto lo exijía, los beneficios in- calculables que se podrían obtener con las segundas. Si á esto se agrega la carencia de estudios sobre la naturaleza de las aguas provenientes de la primera napa ó corriente subterránea, del conocimiento de su calidad y de los usos á que podría ser des- tinada, nuestra larga inacción de 12 años para resolver un proble- ma de esta magnitud se esplica; pero hoy que el estudio que ha tenido ocasion de hacer el señor Kyle sobre las aguas ascendentes de un pozo situado en el bajo de la Recoleta en la Cervecería del señor Bieckert, ha venido á revelar la excelente calidad de esas aguas, venimos á llamar la atencion de V. S. de un modo muy es- pecial, sobre la conveniencia que habría en hacer una serie de per- 944 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA foraciones en toda la campaña de la Provincia, cuyos resultados serían de gran importancia para el porvenir de nuestros intereses rurales. Confiados en que el superior Gobierno se penetrará de la tras- cendencia del asunto que sometemos á su consideracion, nos per- mitimos indicarle el presupuesto del costo, los aparatos necesa- rios para practicar las perforaciones, y teniendo tambien en vista la seca actualmente sentida en nuestra campaña, creemos que con- vendría ordenar la ejecucion simultánea de varios pozos en puntos distintos, con el fin de comprobar antes del próximo verano de una manera definitiva la existencia de la napa de agua á que aludi- mos. Para este objeto será necesario disponer de varios aparatos de perforaciones, los cuales (sin hablar de los incompletos que se pueden hallar en los talleres del F. €. 0.), podrían ser ejecutados por el tipo del últimamente construido en los talleres de la «Fun- dicion Francesa» por cuenta del señor Don Cárlos Barbier, y cuyo costo no debe pasar de 4500 á 5000 pesos m/c. En el caso de que fuese solamente un aparato, este tendría que ser trasportado sucesivamente en los diferentes puntos donde se fuesen á ejecutar estas perforaciones, en este caso creemos que podría utilizarse con ventaja uno de los aparatos empleados en este país con este mismo objeto y cuyo presupuesto de costo, ha sido remitido al señor Kyle y que damos en seguida: Precio de un perforador mecánico pudiendo perforar has- ta 60 varas de profundidad, montado sobre un carro de cuatro ruedas y elásticos con su correspondiente me- canismo para hacerlo mover á brazo de hombre, pesos MOS Ai A RRA O IS 39.000 65 varas tubos huecos de 2 pulgadas á pesos m/c. 45 la FEOS DEI Cia ios IAS Le a 2.925 Por la perforacion de los tubos prontos Ga ceci los útiles de perforar á pesos m/c. 15 la vara, pesos m/c.. 975 4 piezas de perforar á pesos m/c. 500...... NO 2.000 A EZ it E O o rala s. 1.000 Porno ne epara2 cabal 6.000 Esperando haber cumplido con el cometido que nos había en— REVISTA DEL ARCHIVO 945 cargado la «Sociedad Científica Argentina» nos es grato saludar al señor Ministro con toda consideracion. Dios guarde á Y. S. Francisco Lavalle, Vice-Presidente. — F. Rojas, Secretario. —J. Kyle.— E. Carenou. —J. Lacroze. En el mismo espediente figuran algunos otros documentos rela— tivos al mismo asunto, provocados por el vivo interés que despertó en el público este importante estudio. El señor Alfredo Llox, persona de reconocida competencia en la materia, se ofreció por medio de una atenta nota para coadyuvar con los medios á su alcance á la realizacion de aquellos fines, po- niendo á disposicion de la Sociedad todos los datos que había po- dido reunir. El señor Luis Maglioni pasó una nota á la Sociedad elevando á la consideracion de la J. D. el siguiente programa para ser pre- sentado al Gobierno. «1% A qué precio por metro lineal se harían unas perforaciones pudiendo llegar hasta 80 metros de profundidad, siendo com- prendidos en ese precio unos tubos de fierr> galvanizado de 8 á 10 centímetros de diámetro interior que en ellas se establecerían; á más dicho precio por metro lineal será dado ya sea por el caso de una perforacion á partir del fondo de los jagúeles existen- les; «2 Serán obligaciones de él ó de los contratistas: «a) Llevar un diario del modo y marcha de las perforaciones; «b) Constatar el nivel de las aguas ordinarias y despues de he- cha la perforacion averiguar á qué altura se levantarán las aguas ascendentes; « c) Tomar con todo esmero muestras de las varias capas de tier- ra, Ó delas varias napas de agua encontradas; «3% Todos estos trabajos podrán ser ejecutados bajo la superin- tendencia de una persona competente que designará el Superior Gobierno. » La nota pasada al Gobierno de la Provincia, tuvo un resultado favorable para la Sociedad, la que quedó encargada de contratar é inspeccionar las obras que las perforaciones demandasen. La comision nombrada por la Sociedad Científica Argentina para 946 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA entender en todo lo relativo al asunto «perforaciones » estaba compuesta de los señores: Juan J. Kyle, Eduardo Carenou, Pedro Pico, Valentin Balbin y Luis A. Huergo. Ella tomó en considera- cion las siguientes propuestas presentadas para la ejecucion de las obras : 1* La del señor Antonio Balloe, con fecha 11 de Marzo de 1875, cuya tarifa era: Hasta la profundidad de: 40 metros á pesos 300 cada metro lineal 41460 » » 400» » 61480» » 300 » » En estos precios estaban comprendidos los tubos de fierro gal- vanizado y su colocacion; ! 2* La del ingeniero Cárlos J. Robertson, con fecha 12 de Abril, cuya tarifa es esta: BORNEO Ir 0 1000 pesos m/c. » 20 A e El 3300 » » OA A O LIO » ADA IO E O 7000 » » » 30 A E EA E 9000 » » OO O IN UL EA 11000 >» » OMR Ds UCI. a e 13000 » » DESOLADO QUES TEO: se 15000 » » Como el señor Robertson no hiciera en esta comunicacion refe- rencia alguna á los tubos de fierro galvanizado que debieran em- plearse en las perforaciones, la Sociedad pidió una aclaracion so- bre este punto á la cual contestó el señor Robertson manifestando que en ellas no estaba incluido el precio de dichos tubos y que este importaba la cantidad de 8 pesos m/c. por cada yarda sim- ple, teniendo un diámetro interior de 8 á 10 centímetros. El aparato de perforaciones, por otra parte, importaba la suma de 12000 pesos m/c. Se encuentra en seguida de estos documentos una nota pasada por la Sociedad denominada «Hidrófero» ofreciendo todo su con” curso para llevar adelante los trabajos emprendidos por la So- ciedad. La S>0ielul Científica Argentina se dirijió luego al Gobierno bo REVISTA DEL ARCHIVO 241 pidiendo autorizacion para contratar con el ingeniero Cárlos Ro- bertson la ejecucion de doce perforaciones en el territorio de la Provincia de Buenos Aires, de acuerdo con un contrato que debía celebrarse con dicho señor. Segun decreto del P. E. del 19 de Junio de 1875, se facultó á la Sociedad para que procediera á contratar las mencionadas per- foraciones, en virtud de lo cual esta dirijió al Gobierno la si- guiente comunicación á la cual sigue la resolucion del P. E. Buenos Aires, Julio 13 de 1875, Exmo. Señor Ministro de Gobierno, señor Don Aristóbulo del Valle. La Sociedad Científica Argentina autorizada por V. S. para contratar con el señor ingeniero Don Cárlos J. Robertson la ejecu- cion de doce perforaciones segun el decreto de 19 de Junio próximo pasado, recaido en el espediente seguido con ese objeto, yá fin de constatar la profundidad á que se encuentra una capa de arena fluida con aguas ascendentes ha formulado el contrato que tiene el honor de acompañar á la presente, para que siendo del agrado del Gobierno se sirva Vd. recabar la autorizacion correspondiente indicada en el artículo 7” del referido contrato. Con este motivo la Sociedad tiene el honor de saludar al señor Ministro con la debida consideracion. JUAN J. KYLE. Luis C. Magliont, Secretario. He aquí el contrato celebrado por la Sociedad con el ingeniero Cárlos Robertson. CONTRATO Entre los abajo firmados, la Sociedad Científica Argentina por una parte, suficientemente autorizada porel Exmo. (Gobierno de la Prysincia y el señor Don Cárlos Robertson por la otra, á fin de llevar á cabo la ejecucion de doce perforaciones en doce puntos de la campaña han convenido en lo siguiente: Art. 1% —El señor Robertson hará una perforacion en cada 9248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA uno de los siguientes partidos: San Vicente, Ranchos, Chascomús, Dolores, Las Flores, Merlo, Villa de Luján, Mercedes, Chivilcoy, Navarro, Pilar y Cármen de Areco. Art. 22. — Las perforaciones anteriores no deberán exceder la profundidad de sesenta metros pudiendo sin embargo darles ma- yor profundidad el señor Robertson por su sola cuenta. Art. 3%. —En el caso de resultar interés científico en la conti- nuacion de una perforacion, ella se hará prévia consulta á la So- ciedad y al Gobierno y su valor será convenido segun convenio co- mo tambien los términos de su abono. Art. 4%. —Será de obligacion del señor Robertson colocar en cada perforacion tubos de hierro galvanizados, remachados y soldados de á lo ménos (7'/,) siete y medio centímetros de diámetro inte- rior (3 pulgadas inglesas), y de arreglar sistemada y proporcio- nalmente por duplicado las diferentes capas de tierra, y con ano- tacion de los cursos de agua que se encuentren, de los que de- berá conservarse muestras suficientes para su análisis, y de la temperatura del fondo de cada perforacion, relacionadas tambien con la boca de las perforaciones de los ferro-carriles por medio de nivelaciones especiales, siempre que estas perforaciones no disten más de dos kilómetros de un ferro-carril. Art. 5%. —Siendo el objeto principal de estas perforaciones, el de constatar la profundidad á que se encuentra una capa de arena fluida que contiene aguas dulces ascendentes hasta el nivel de las aguas de pozo comunes, la perforacion se tendrá por terminada una vez alcanzada una capa de arena. Art. 6. —En el caso de hallarse en una perforacion una capa de piedra resistente, dicha perforacion será suspendida y el señor Robertson será indemnizado del trabajo hecho con arreglo á los pre- cios que determina el artículo siguiente. Art. 79. —El señor Robertson será pagado por sus trabajos de perforacion cinco dias despues de terminada cada una de ellas se- gun la tarifa siguiente: De 0 4 10 metros de profundidad, pesos m/c. 1000 »0»20 » » » » 3500 »0»30 » » » » 5600 »0»140 » » » » 8000 ADA » » » 10000 » 0»60 » » » » 12000 REVISTA DEL ARCHIVO 9249 Las cuentas presentadas por el señor Robertson serán dirijidas al Gobierno para su abono. Art. 8%, —Antes de hacer el pago correspondiente de cada per— foracion deberá constatarse su profundidad por un delegado espe- cial que será nombrado y subvencionado por el Gobierno. El en- viado especial se trasladará al punto de la perforacion antes de (3) tres dias transcurridos despues del aviso correspondiente dado á la Sociedad por el señor Robertson. Art. 9. —El contratista dará principio á las perforaciones antes del término de cinco dias despues de aprobado este contrato por el Exmo. Gobierno y quedarán lerminadas antes de un año con- tado desde la misma fecha. Art. 10.—El señor Robertson no podrá suspender la ejecucion de las perforaciones (de este contrato) por pretesto alguno, sola- mente que el Gobierno faltase en dar cumplimiento á lo estipulado en el artículo 7?, y en caso de hacerlo se concluirán á su costa, por un nuevo empresario nombrado al efecto por el Gobierno. En fé de lo cual firmamos tres de un tenor en Buenos Aires, Julio 13 de 1875. Juan J. Kvik, Presidente. — Luis C. Ma- glions, Secretario. — Cárlos J. Robertson. Julio, 21 de 1875. Visto lo espuesto en la presente solicitud apruébase el contrato que se acompaña para practicar las perforaciones á que él se re- fiere, y en los puntos que indica. Comuníquese esta resolucion y la del 19 de Junio próximo pasado al Ministerio de Hacienda con cópia autorizada del referido contrato y hágase saber esta resolu- cion d la Sociedad recurrente. C. CASARES. A. del Valle. Suficientemente autorizada la Sociedad por el Superior Gobier- no, el señor Robertson dió principio á practicar las perforaciones consignadas en el anterior contrato. La primera que se efectuó fué la de San Vicente, comenzada se- 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gun lo manifestó por nota el contratista el 26 de Julio de 1875, á los cuatro dias de firmado el contrato, y practicada en terrenos del señor Solanit. A principios de Octubre comunicaba el señor Ro— bertson á la Sociedad que esta perforación estaba terminada, ha- biendo llegado á encontrar una capa de arena fluida amarillenta que contenía agua surjente; la perforacion se había efectuado sin necesidad de emplear caños hasta los 52 metros de profundidad, en cuyo punto se encontraba aquella capa, habiéndose seguido por medio de tubos de fierro de 8 centímetros de diámetro interior 4.50 metros más. El señor Robertson despues de hacer resaltar los sérios ¡nconve- nientes y dificultades con que había tropezado á causa, entre otras, de la rotura de los caños, terminaba su comuuicacion así: «Señores, por lo demás, creo que es deber de la Sociedad urgir al Gobierno que se siga con esta perforacion hasta encontrar el agua buscada; mientras tanto gracias al amor á la ciencia y ca- rácter de empresas que distingue al señor Solanit, propietario del terreno, seguiré con esta perforacion hasta recibir la contestacion que espero de la Sociedad y del Gobierno, la cual no puedo ni por un momento dudar que ha de ser en favor de los intereses científicos que todos tenemos en vista, y los cuales son mayor- mente empeñados en continuar los trabajos de esta perforacion que por su posicion geográfica y geológica es de una importancia magna. » Con fecha 27 de Setiembre del mismo año de 1875 comunicaba el contratista á la Sociedad, que la capa de arena, encontrada en la perforacion de San Vicente era la misma que indicaba en su análisis del agua de un pozo de Barracas el señor Kyle. La perforacion de San Vicente costó 16000 pesosm/c, segun cuen- ta pasada por el contratista, por cuyo motivo la Sociedad se diri- jió al Gobierno en la siguiente nota cuya cópia existe en el primer libro copiador á foja 32: Buenos Aires, Octubre 4 de 1875. Señor Ministro de Gobierno de la Provincia . Tengo el honor de elevar al conocimiento de V. S. la cuenta que ha presentado á esta Sociedad el ingeniero encargado de las per- REVISTA DEL ARCHIVO 951 foraciones contratadas á nombre del Gobierno de la Provincia. Ha sido terminada con feliz éxito la perforacion que se practicó en el partido de San Vicente segun lo avisa á la Sociedad el con- tratista de los trabajos. Al comunicarlo á V. S. me permito recomendarle el siguiente artículo del contrato á lin de que se sirva proveer de acuerdo con él: «Art. 8. —Antes de hacer el pago correspondiente de cada per— foracion deberá constatarse la profundidad por un delegado espe- cial que será nombrado por el Gobierno. El enviado especial se trasladará al punto de la perforacion antes de (3) tres dias trans- curridos despues del aviso correspondiente dado á la Sociedad por el señor Robertson. » Aprovecho esta ocasión para saludar al señor Ministro con mi mayor consideracion y aprecio. Pero Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. Como uno de los defectos principales en la operacion Consis- tieseen la deficiencia del diámetro de los caños que habían sido rotos varias veces, el Gobierno pasó el espediente á informe del Departamento de Ingenieros, quien opinó que debían emplearse tubos de mayor diámetro, opinion que se comunicó al contratista con fecha 29 de Octubre. En el mismo informe el Departamento de Ingenieros manifestó que era muy probable que la arena fluida hallada en San Vicente hubiese subido por la presion sobre ella ejercida hasta los 47.54 metros, debiendo encontrarse la capa á mayor profundidad. La segunda perforacion que se practicó fué la del partido de Las Flores, en Octubre de 1875, en la cual se había alcanzado hasta los 60 metros de profundidad sin obtener la capa buscada de arena fluida. Con este motivo se pasó al Gobierno la siguiente nota: 952 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Buenos Aires, Noviembre 5 de 1875. Señor Ministro de Gobierno de la Provincia, Dr. Don Aristóbulo del Valle. Pongo en conocimiento de Y. S. que ha sido practicada una nue- va perforacion en el Partido de Las Flores, habiendo alcanzado se-. gun lo comunica el ingeniero contratista á esta Sociedad, á 60 me- tros de profundidad sin encontrar la napa de agua que se busca. El ingeniero de las obras propone continuarla á mayor profun- didad mediante remuneracion extraordinaria del respectivo con- trato; pero esta Comision ha creido prudente no resolver nada sin tener exacto conocimiento de las razones en que se funde la con- veniencia de continuar la mencionada perforacion; y lo ha resuelto así tambien por informes que ha recibido de que las investigacio- nes contínuan bajo los auspicios de un vecino en cuyo terreno se practican. Aprovecho esta ocasion para saludar 4 V. S. con mi más distin- guida consideracion. PepnroO Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos, - Secretario. Posteriormente el señor Robertson comunicaba á la Sociedad que había proseguido esta perforacion hasta los 72 metros de pro- fundidad donde tuvo la desgracia de perder la bomba con que ope- raba. É Esta perforacion, por desgracia, no dió ningun resultado satisfac- torio. La mala calidad y poco espesor de los caños empleados dió luego orígen á un incidente entre la Sociedad y el contratista, que vino á entorpecer por primera vez la marcha de las perforaciones; como decía muy bien el señor Balbin en una de las sesiones en que la Junta Directiva discutía este asunto, ambas partes eran culpa- bles en la cuestion: la Sociedad porque no especificó clara y de- tenidamente la calidad de los caños y su espesor; el contratista porque había cometido errores en el presupuesto, calculando mal el precio de la yarda de caño conveniente. REVISTA DEL ARCHIVO 238 La tercera perforacion fué practicada en el Partido de Ranchos, en la cual se llegó hasta 16 metros de profundidad; segun ins- truye el correspondiente informe del señor Robertson se encontró entre los 14 y 15 metros una capa de arena blanca conteniendo agua que ascendió hasta 0,30 metros más arriba que las aguas su- perficiales; pero esta napa no era la que se buscaba como ascen- dente pues bajó al llegar á los 16 metros. Al continuar la perfora- cion se encontró con una gruesa capa de arcilla colorada y tosca dura, lo que decidió á abandonarla. El siguiente documento, cuya cópia existe en el primer libro co- piador de la Sociedad á foja 90, instruye de la actitud de esta para con el contratista. Buenos Aires, Enero 7 de 1876. Señor Ministro de Grobierno, Dr. Don Aristóbulo del Valle. Tengo el honor de elevar á V. S. la adjunta cuenta pasada á la Sociedad Científica Argentina por el señor ingeniero civil Don Cár- los J. Robertson correspondiente á una perforacion concluida en el partido de Ranchos, á fin de que Vd. se sirva disponer que di- cha perforacion sea constatada con arreglo al artículo 8% del con- trato relativo. La Junta Directiva de esta Sociedad me encarga participar á V.S. que á consecuencia de varias comunicaciones entre esta Sociedad y el señor Robertson respecto á la calidad de los caños que debe emplear en sus perforaciones, se le dirijió últimamente la nota que trascribo, para que el comisionado especial la tenga presente en el exámen que debe hacer de la perforacion concluida : « Buenos Aires, Diciembre 10 de 1875. — «Señor Don Cárlos J. Robertson.—« La Comision Directiva de esta Sociedad ha celebrado una sesion especial con el objeto de ocuparse de las cañerías em- pleadas en las perforaciones que Vd. lleva á cabo en la Provincia. Despues de una detenida y madura deliberacion ha resuelto la Comi- sion, y me encarga comunicarle á Vd. lo siguiente: Que Vd. debe emplear en los trabajos que efectúa, caños de hierro galvanizado de dos milimetros de espesor por lo ménos; y de un diámetro in terior en la parte inferior de la perforacion de tres pulgadas ingle- sas, como lo estatuye el contrato. Dejando así contestada su úl- 954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tima comunicacion de fecha 1” del corriente y resuelto el incidente sobre la clase de caños de que se debía hacer uso, mees grato sa- ludar á Vd. atentamenle.— Pebro Pico, Presidente. — Estanislao S. Zeballos, Secretario.» Con este motivo me es grato saludar al seño» Ministro con la de- bida consideracion. Pepro Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. El ingeniero Don Miguel Tedin, al tener noticias de que se efec- tuaban perforaciones en la Provincia de Buenos Aires, creyó poder encontrar en la isla de Martin García la misma napa de agua que se perseguía en tierra firme; al efecto determinó un corte geoló- gico de la isla, cuyo plano remitió á esta Sociedad y se encuentra agregado á este espediente, habiendo llegado á 36 metros de pro- fundidad. Con fecha 24 de Setiembre el señor Presidente dirijió una nota al señor Tedin, sobre la utilidad de este trabajo, la cual cons- ta en el acta de la Asamblea del 1% de Octubre, pero no hemos encontrado cópia de este documento, ni conocemos su conte— nido. La cuarta perforacion fué practicada en el partido de Merlo, y de su terminacion y resultado daba cuenta el señor Robertson á la So- ciedad con fecha 15 de Febrero de 1876; en la nota que con este objeto pasó á esta corporacion, manifestaba que la capa de arena fluida había sido hallada á una profundidad de 38 metros, orde- nando su prosecución hasta los 40 metros. El precio en que esti- pulaba este trabajo era de 8000 pesos m/c. La perforacion hecha en el partido de Chascomús fué terminada el 17 de Febrero de 1876, y en.ella se encontró la capa de arena fluida á los 53 metros de profundidad, siguiéndose la operacion hasta los 55 metros. La perforacion en el partido de Dolores fué terminada el 22 de Marzo habiéndose constatado la presencia de la capa de arena fluida á 42 metros de profundidad. Posteriormente se verificaron operaciones análogas en Castelli y otros puntos; los resultados eran en copa satisfactorios, 153) REVISTA DEL ARCHIVO 255 pero á juzgar por las actas y notas cambiadas en aquella época entre la Sociedad, el Gobierno y el contratista, este no cumplió como debiera, las bases estipuladas eu el contrato de Diciembre de 1874, loque produjo un incidente enojoso entre él y la cor- poracion, cuyo resultado fué el abandono de este interesante trabajo. Una de las perforaciones más importantes por la buena calidad del agua que de ella se estrajo fué la de Castelli. El señor Juan J. Kyle comunicaba á la Sociedad con fecha 30 de Junio que había analizado el agua de aquella perforacion, la que tenía todo los ca- ractéres de lo que conocemos por agua mineral. He aquí los resul- tados obtenidos por el señor Kyle. Densidad á 157 centíg. 1.0504. Sustancias predominantes: cloruro de sódio, cloruros y sulfatos de calcio y de magnesia; la proporcion del bicarbonato cálcico es insignificante. 1 litro de agua contiene: Oxido! de sodio a a 28.940 » CAUCA o A 1.036 » EAN AA y TAR 3.391 Ador SU MÚTICO o e 5.981 MO A E E Cn 35.070 ROMO Rs AN pd no se ha determinado. Anhídrido carbónico El señor Kyle prometió hacer nuevos análisis, que no había efec- tuado por ser mínima la cantidad de agua que había obtenido como muestra; segun él efectuando otras investigaciones era posible ha- ber dado con un agua medicinal. La Sociedad en vista del no exacto cumplimiento que daba el contratista á sus compromisos, le citó para una sesion especial que se celebraría el 24 de Febrero, á objeto de pedir esplicaciones sobre la marcha y estado de las perforaciones; el señor Robertson no con- currió á la sesion. La Sociedad pasó despues al Gobierno la siguiente comunica- cion : 189) Qi O? ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Buenos Aires, Marzo 13 de 1876. Señor Ministro de (Gobierno, Dr. Don Aristóbulo del Valle. Tengo el honor de participar á Y. S. que el señor ingeniero Don Cárlos J. Robertson, encargado de hacer perforaciones en la cam- paña por cuenta del Gobierno y bajo la direccion de-la Sociedad que presido, ha dado aviso de haber concluido una perforación en el partido de Chascomús y otraen Merlo. El mismo señor Ro- bertson ha ocurrido al Gobierno segun tengo entendido, para el pago de las perforaciones efectuadas, las cuales deben ser consta- tadas por un ingeniero nombrado por V. S. para el efecto del abono. La Junta Directiva de esta Sociedad me encarga hacer presente á V. S. debe cumplir con las prescripciones contenidas en la nota que se le pasó por esta Sociedad con fecha 10 de Diciembre del año próximo pasado y la cual se transcribió á Vd. con fecha 7 de Enero último. Esas prescripciones son tendentes á que las perforaciones efec- tuadas den el resultado que de ellas se debe esperar, empleando caños que no se destruyan como sucedía con los primeramente empleados. En consecuencia dle lo anteriormente dicho puede Y. S. ordenar que el Ingeniero Inspector sea munido de los documentos cilados para el mejor desempeño de su comision. Con este motivo me es grato saludar al señor Ministro con toda mi consideracion y estima. Pero Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. Posteriormente los trabajos fueron abandonados por el contra- tista quien se ausentó de la Provincia sin haberse puesto de acuer- do con la Sociedad. (Continuard.) MOVIMIENTO SOCIAL La Sociedad efectuó el 4 del mes pasado una visita al Mercado Central de Frutos (Barracas al Sud); este edificio se construye bajo la direccion del consocio Arquitecto D. Fernando Moog. Es indu- dablemente el primer edificio en su género en la República ; opor- tunamente se publicarán en los Anales los detalles de su construc- c1ON. El señor Ingeniero Luis A. Viglione ha sido encargado para re- dactar el informe sobre aquel establecimiento. La Sociedad prepara otras visitas á diferentes establecimientos industriales, las que se anunciarán oportunamente. Se han recibido en cange con los Anales las siguientes publica- ciones : Revista económica de la Cámara de Comercio de España en Lón- dres. La Nueva Enseñanza, de San Salvador. Boletín trimestral del Instituto Meteorológico Nacional de Costa Rica. Observaciones magnéticas y meteorológicas del Real Colegio de Be- len, en Habana. La Union Ibero-Americana, de Madrid. Anales de Ingenteria, Bogotá. ' Anales del Museo Nacional de Costa Rica. La América Cientifica, de Nueva York. La Gaceta Española, de Lóndres. Boletín de la Sociedad Guanajuatense de Ingenieros, Guanajuato. Anales del Museo Nacional de Méjico. La Medicina Cientifica de Méjico. ANAL, SOC. CIENT. ARG. T. XXIX 17 9258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Han sido aceptados como socios activos durante el mes de Mayo los señores : Julio Labarthe, Oscar A. Mandino, Ernesto Maupas, José Scarpa, Cárlos Ramallo, Santiago A. Ferrari, Héctor Bergada, Julio Canale, Juan Cárlos Lanús, Miguel A. Taboada, Horacio Tre- glia, José Giardelli, Ernesto Castelhum, Bonifacio N. Arias, Manuel Pereira, José Repetto, Rafael P. Rubin, Mauricio Durrieu, Alejan- dro Llosa y Gaston Lecurieux. El 4 del corriente mes termina el plazo fijado para la presenta- cion de memorias al Concurso de 1890. La cuota mensual de suscricion á los Anales se ha fijado en 1 $ m4 y proporcionalmente las trimestral y anual. Los señores Marcial R. Candioti y Alberto Otamendi han entre- gado 4 volúmenes del archivo de la Sociedad encuadernados en pergamino, correspondientes á los años 1876 á 1883. LAS UNIDADES POR MANUEL BENJAMIN BAHÍA (Continuacion) Ecuaciones de dimensiones de las unidades térmicas Generalidades. — El volumen de un cuerpo disminuye en ge- neral cuando se le comprime ó cuando se le enfría, y aumenta cuando se disminuye la presión que sobre él se ejerce ó cuando se le calienta. Cuando un cuerpo está sometido sobre toda su su- perficie á una presión uniforme p, se puede considerar á su volu— men v como una función de dos variables independientes, su tem- peratura £ y la presión p. Sea OO 00 (1) la relación que liga á p, v y t. Cuando dos de estas cantidades son dadas, la tercera está determinada por la relación (1), es decir, que el estado del cuerpo está enteramente fijado. Si se considera á p, v, t, como coordenadas corrientes la ecuación (1) representará una superficie de la cual cada punto a caracteri- zará una manera de ser posible del cuerpo. Cada transformación su- frida por el cuerpo será acompañada de un desplazamiento de este punto figurativo sobre la superficie representada por la ecuación (1). Supongamos que, manteniendo constante la temperatura, se ha- ce variar la presión. Variará el volumen, y el punto figurativo a describirá sobre la superficie una línea plana cuyo plano será pa— ralelo al plano vo p. Si manteniendo constante la presión se comunica ó se sustrae calor al cuerpo, se hará variar al volumen y á la temperatura y el punto figurativo a describirá sobre la superficíe una línea plana cuyo plano será paralelo al plano v o £. Finalmente, si mante— niendo constante el volumen se comunica Ó se sustrae calor al cuerpo, variarán la presión y la temperatura, y el punto figurativo « describirá una línea plana cuyo plano será paralelo al plano £ o p. Los sólidos y los líquidos son muy poco compresibles, á tal punto que se puede admitir que las variaciones de la presión at- mosférica no influyen sobre su volumen. Á temperatura constante los sólidos y los líquidos poseen un volumen propio que se puede considerar como independiente de las variaciones de la presión at- mosférica. Los sólidos tienen además la forma que la naturaleza ó el arte les haya dado; los líquidos no tienen forma determinada 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA porque toman siempre la forma de los recipientes que los contie- nen, y cuando están en vasos abiertos quedan limitados superior- mente por una superficie plana normal á la vertical. Los gases son eminentemente compresibles. Las variaciones de la presión atmosférica influyen notablemente sobre su volúmen. Permaneciendo constante la temperatura, una masa dada de gas tiene el volúmen del recipiente cerrado que lo contiene si este es rígido y si no es rígido cambiará de volumen según las variacio- nes de la presión atmosférica. Una masa de gas encerrada en un globo de vidrio y separada de la atmósfera por un obturador de mercurio, á una misma temperatura tendrá volúmenes diferentes, según sea la presión atmosférica. Los sólidos son menos dilatables que los líquidos y estos menos que los gases, bajo la acción del calor. La constancia del volúmen de un sólido ó de un líquido indica que su temperatura permanece constante; pero hay que notar que la variación de volúmen de los líquidos observada directamente en los recipientes que los contienen no es la verdadera variación ex- perimentada por el líquido y esto se debe á que los recipientes se dilatan. Tratándose de los gases, el error que se cometería tomando la di- latación observada por la verdadera es mucho menor, por la gran dilatabilidad de esos cuerpos. Cuando un gases calentado ó enfriado bajo presión constante siempre aumenta ó disminuye de volúmen. Los cuerpos en estado sólido ó en estado líquido presentan al- gunas excepciones á ese fenómeno general para los gases. El agua en estado sólido cerca de su punto de fusión se contrae al calentarse ; el mismo cuerpo en estado líquido se contrae desde la temperatura de cero hasta la de unos cuatro grados centígrados. La aleación fusible en estado sólido, disminuye de volúmen cuan—= do se calienta desde 437 hasta 68%. Cuando se ha estudiado la dilatación de los sólidos y de los lí- quidos bajo la presión atmosférica, se ha podido hacer abstracción dela presión y considerar al volúmen de esos cuerpos como fun- ción de la temperatura únicamente, de manera que se tiene : =/(0 de donde E LAS UNIDADES 961 serie que es siempre bastante convergente como para que se de- tenga el desarrollo en los primeros términos. Se emplea lo más á menudo, para representar el volumen de los cuerpos ó las diver- sas temperaturas, fórmulas empíricas de la torma V=0W) (1 + at + 0 + eB4...); así tenemos para expresión del volumen del agua entre cero y treinta grados: v, = 0, [1 — 0,000060306 ¿ + 0,0000079279 2 — 0000000042604 £*] en la cual £ expresa la temperatura en grados normales, es decir, que el punto 100 corresponde al vapor de agua hirviendo bajo la presión de 760 milímetros de mercurio, á la latitud de 45% y al ni- vel del mar. Esta fórmula da para la temperatura del máximo de densidad : 3,92716 ; ) ha servido para calcular el cuadro N* 1 que damos al fin. Para el mercurio tenemos la fórmula : be=0) [1 (181792. € + 0,475 1 0,0351 (2) 40% donde las temperaturas están espresadas en la escala del termó- metro de aire. Se llama coeficiente de dilatación medio entre dos temperaturas t y t” la relación K Ea vv —wv O E) K es dado por la experiencia y es función de £ y (”. Si se asigna á tun valor determinado y se hace tender á t” haciael valor límite : DE : 0% ' t, el cociente > aaa tiende hácia un valor finito y determinado, que es la derivada dela función v tomada con respecto á £. El coe- ficiente'K tiende hácia un valor límite designado con el nombre de coeficiente de dilatación verdadero ú la temperatura t. Sea, por ejemplo, un cuerpo cuyo volúmen está exactamente re- presentado por la fórmula de tres términos v=0, (1 + at + dt?). El coeficiente de dilatación medio entre cero y £, será 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 19) 1 VW (1 + at + 08) — V UL es decir K=a + bt. El coeficiente de dilatación verdadero ó cero será a, yá t grados será a + 20bt Para ciertos cuerpos, se puede escribir más simplemente, para expresar el volúmen o=0w (1 +af) y entonces K es constante é igual á a; a es el coeficiente de dilata- ción cúbica de la sustancia considerada. Imaginemos un cubo de una sustancia sólida que se dilate igualmente en todos sentidos y busquemos qué relación hay entre la dilatación total y la dilatación de sus aristas y de sus caras. El cubo á cero grados tiene un volúmen v, y á un grado un volumen Vy (1-4 a) Siendo v.a el aumento total de volúmen; una arista tiene á cero la longitud /, y de cero á un grado aumenta esta longitud una cantidad x1,, de modo que la longitud á un grado es lo (1 + 0) Es evidente que se debe verificar le (1 + 0) =% (1 +); desarrollando se tiene (1430 +30 +0) =0, (1 + a) ó simplemente lI+430+304+xao=1+a. Despreciando las potencias de xv que son sumamente pequeñas, queda A+43x=41 +4 LAS UNIDADES 263 es decir DI="0 - 1 Ó 0: = 5 0 3 x% se llama el coeficiente de dilatación lineal y se vé que es un ter- cio del coeficiente de dilatación cúbica. De la misma manera la superficie sy á cero, será : Ss (1 E y) áun grado, y tendremos : Il? (1 + 0) ==. (1 + y); desarrollando se tiene IZ (1H 20 + a?) =8, (1 + y) y por consiguiente 1+2%+ua%t=1 + y Despreciando á a*, se tiene ; Il +20=4 + y ó sea y = 20 Como 40 == - 18) resulta 9 Y = 1! yes el coeficiente de dilatación superficial, que es como vemos. igual á dos tercios del coeficiente de dilatación cúbica. Los coeficientes de dilatación lineal han sido especialmente de- terminados por métodos que han llegado á un grado de precisión admirable. Laplace y Lavoisier en sus célebres determinaciones ejecutadas en 1782, medían el alargamiento de reglas hechas de las sustan- cias á estudiar, por un método que consistía en amplificar el alar- gamiento en una relación conocida y medir con instrumento ordi- nario la amplificación producida. 9264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Borda, encargado de la medición de la meridiana francesa, tuvo que resolver el problema de la determinación de la dilatación lineal de las reglas que empleaba ; usó un método propuesto por de Luc y tal que las reglas indicaban ellas mismas la temperatura á que seencontraban y la corrección que se debía hacer á sus indicacio-- nes. Ese método es conocido con el nombre de método diferencial. En otro método imaginado por Ramsden para determinar la dila- tación de las reglas que se empleaba en la medida de la meridiana inglesa, se colocaba tres cajas largas dispuestas paralelamente; en las estremas, reglas metálicas que se mantenía á cero; en la del medio, la regla que se estudiaba que era calentada á temperatu- ras diferentes. Las reglas llevaban en sus extremidades columnas de metal. En una regla extrema las columnas llevaban cada una un retículo y un espejito para alumbrarlo. La regla del medio llevaba en cada una de sus columnas un tubo metálico provisto de un len- te que recibía la luz que partía de la cruz de hilos de la extremidad respectiva de la primera regla, formando una mitad de anteojo astronómico. La otra regla extrema llevaba en cada columna la otra mitad de anteojo astronómico, provisto de retículo. Superpues- tas á cero las imágenes de los dos retículos colocados en el anteojo y en la extremidad correspondiente de las reglas extremas, al ele— varse la temperatura de la regla central se rompía la superposi- ción de las imágenes y previos ciertos arreglos, se medía la canti- dad que debía desalojarse la mitad de anteojo central para obtener nuevamente la superposición de las imágenes, con lo que se tenía la dilatación producida en la regla central estudiada, entre los piés de las columnas que sostenían álas mitades de anteojo. Las medidas de la meridiana inglesa fueron hechas bajo la dirección del general Roy. Su relación fué publicada en las Transactions philosophaques del año 1757. El método propuesto por el barón de Wrede y empleado en la Ofi- cina Internacional de Pesas y Medidas, es en el fondo una variante del método de Ramsden ; pero ofrece todas las garantías de exacti- tud deseables y puede ser propuesto como ejemplo de la aplicación á las medidas físicas de los procederes precisos de instalación y de construcción que solo usaban los astrónomos. Como el método de Ramsden, consiste esencial mente en compa- rar las longitudes de dos reglas horizontales una de las cuales es mantenida á una temperatura fija, la otra es llevada sucesivamen- te á diversas temperaturas; pero esta comparación se efectúa lle- LAS UNIDADES 265 vando sucesivamente las extremidades de estas reglas bajo los ob- jetivos inmóviles de microscopios verticales provistos de micróme- tros. La longitud de una regla puede espresarse con la fórmula l, —= o Úl ar at + pl) análoga á la que representa el volúmen. Cuando solo se tiene á disposición pequeñas muestras de cuer- pos, se estudia la dilatación lineal por el método de Fizeau, que es un método óptico. El principio del método de medida imaginado por Fizeau en 1864, consiste en hacer servir para la determinación exacta de muy pequeñas variaciones de longitad las modificaciones que ellas imprimen á franjas de interferencia producidas entre dos superficies planas y paralelas. Hemos dicho que, siendo los sólidos y los líquidos cuerpos muy poco compresibles se puede hacer abstracción de las variaciones de la presión atmosférica cuando se trata de espresar el volúmen de dichos cuerpos ; pero cuando se trata de los gases, las variacio- ciones de la presión exterior producen efectos que hay que tener en cuenta tanto como los que producen las variaciones de temperatura. La compresibilidad de un gas cuya temperatura es mantenida in- variable está regida por la ley de Mariotte. Esta ley dice : Á una misma temperatura, los volúmenes ocupados por una masa determinada de gas estan en razón inversa de las presiones que ella soporta. De manera que si v y v”, son los volúmenes que á una misma temperatura y bajo las presiones p y p”, tiene una misma masa de gas, se tiene CIEN DEA ó bien UP ='p> Si D y D”, son las densidades de la masa de gas considerada, á una misma temperatura, cuando ocupa los volúmenes v yv” á cau- sa de las presiones p y p” tendremos sucesivamente : E SD) D' / y 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vemos pues que á una misma temperatura la densidad de un gas es proporcional dá la presión que soporta. La ley de Mariotte no es cumplida de una manera rigurosa por gas alguno, pero para los gases llamados permanentes y para pre- siones próximas á la presión atmosférica, se aproxima mucho á ser verdadera. Gay-Lussac, resumiendo los resultados de sus experiencias so- bre la dilatación de los gases y los de las experiencias de Davy, quien había hallado que la dilatación del aire comprimido ó rari- ficado permanecía constante entre los mismos límites de temperatu- ra, enunció las siguientes leyes, conocidas por leyes de Gay-Lussac : 1* Todos los gases se dilatan 2gualmente ; 2% Su dilatación es independiente de la presión ; 3* La dilatación común de todos los gases es de 0.375 entre 0? y 1007. Las esperiencias de Gay—Laussac estaban sujetas á errores y fue- ron recomenzadas por varios físicos, entre ellos Regnault. Los re— sultados de las experiencias de este célebre experimentador son los siguientes : 1" El coeficiente de dilatación del aire entre 0? y 100? esde0.00367 Ó sea =- en vez del valor 0,00375 65% que corresponde á lo que halló Gay-Lussac; 2 Noes completamente exacto que los coeficientes de dilatación de todos los gases sean iguales. Regnaultencontró los siguientes números para coeficientes de dilatación de diferentes gases entre 0? y 100% bajo la presión de la atmósfera : RAN de e 0.003661 Mes e at a Se 0.003670 Oxido de carbono...... E 0.003669 Anhidrndo carbónico ; 0.003710 Protóxidode Az0C a a: ee 0.003719 e bra o 0.003877 ACI SUL 0.003903 Como se ve el coeficiente crece del primer gas al último, pero pa- ra los tres primeros, que son de los llamados permanentes, la va- riación es casi nula. Siempre que se trate de un gas de los llamados permanentes podremos tomar el mismo coeficiente de dilatación LAS UNIDADES 2967 0.00367 Ó a Regnault demostró aun que el coeficiente de dilata- ción cambia con la presión que actúe durante la experiencia ; pero cuando se trata de los gases llamados permanentes esta variación es tan pequeña que no hay que tenerla en cuenta en los cálculos. Por el contrario es notable para los gases fácilmente liquidables. Ahora bien, sea v, el volúmen de una masa de gas 40” y bajo la presión py; á la misma temperatura y bajo la presión p, tomaría esa masa un volúmen en v, tal que se tenga, según la ley de Ma- riotte, Vo Po = 01 Pi El volúmen queáá 0? y bajop, esv,, seráá í y bajo la misma presión p, DY 0 (1 0 L) siendo a el coeficiente de dilatación de los gases. De aquí ! vb) VU, TK —_—_—_—_—_—_— lI+S>al y entónces op VPO am l+ot Supongamos p, = 760; la fórmula que precede nos daría en A / Pi l a COMETE el volúmen que tendría á 0% y bajo la presión de 760 milímetros de mercurio, una masa de gas queá £ y bajo la presión p, tiene el volúmen o”. Si D, es la densidad del gas 40% yá 760 y D' la densidad del gas á ty áp,, tratándose de la misma masa de gas tenemos Vo Do = v' DE y si en esta ecuación reemplazamos el valor de », dado por la fór- mula precedente se obtiene Pi 1 O elo 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estas fórmulas tienen gran aplicación y es importante recor- darlas. Para los gases llamados permanentes puede tomarse como ver= dadera la fórmula op Do Pa = _———— O RA ó loque es lo mismo Up a —— —=%WÚWr ' == (0 É Ja la que se puede escribir bajo una forma más simple. En efecto, co 1 mo a= 5,2 se tiene 27 y designando la temperatura absoluta 273 + ¿con T yal cociente Vo Po 2 con R tendremos: 273 constante vp = RT Si se quiere tener en cuenta las diferencias que existen entre los gases perfectos y los gases reales se puede adoptar la fórmula de Clausius ++ e=3=* ó bien la siguiente, propuesta por Sarrau para el anhidrido car- bónico |» + aa El 0—2)=H1 donde « £ K y e designan constantes que dependen de la especie de gas considerado. Teniamos la fórmula po l+au( donde « es el ceficiente de dilatación ú presión constante. Suponga- mos que la masa de gas libremente dilatada es comprimida hasta == Po Vo LAS UNIDADES 269 readquirir el volúmen inicial v, pero á la temperatura (; entónces la presión tomará un valor tal que satisfaga á la condición PU A td ó bien Dal a de donde p= Po (1 + at). De aquí se deduce LEN ia Y TT que es el aumento de presión de una masa de gas cuya presión inicial es 1 y cuyo volúmen permanece constante, cuando la tem- peratura se eleva 1? ; es el coeficiente de dilatación ú volumen cons- tante. La relación precedente debiera ser igual á (11== Vo Vo l que representa al coeficiente de dilatación á presión constante, pe- ro como lo ha demostrado Regnault esa igualdad no existe riguro- samente. Si por medio de una pipeta curva se introduce en el tubo de un barómetro una gota de agua, esta se eleva en el tubo á causa de su menor densidad, pero tan pronto como llega á la cámara baro- métrica se la ve desaparecer al mismo tiempo que el nivel del mer- curio se deprime bruscamente, exactamente como si en lugar de agua se hubiera introducido una burbuja de aire en el vacío baro- métrico. El agua líquida colocada en un espacio vacío se transfor- ma instantáneamente en un cuerpo análogo á los gases, que posee como ellos una tensión, representada en la indicada esperiencia por la cantidad en que ha bajado el mercurio en el tubo en el momen- to en que llegó el agua á la cámara barométrica. Sin embargo exis- te una gran diferencia entre lo vapores y los gases. Si se introduce sucesivamente varias burbujas de gas en la cá- mara de un barómetro, el nivel del mercurio baja cada vez y la ten- 9270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sión del gas puede crecer indefinidamente. Si se introduce sucesi- vamente varias gotas de agua, las primeras gotas se vaporizan al llegar á la cámara barométrica y la tensión del vapor aumenta pri- meramente; pero pronto las gotas conservan el estado líquido y el nivel del mercurio se hace invariable. La tensión del vapor no puede pasar un cierto límite y desde que este límite es alcanzado, la vaporización cesa de producirse; hay una tensión maxima que el vapor no puede pasar á una tempera— tura dada. Esta tensión máxima es independiente del volumen y aumenta con la temperatura. Es tambien diferente de uno á otro lí- quido á la misma temperatura. El vapor en contacto con su lí- quido generador se llama vapor saturado. Los físicos han establecido fórmulas empíricas que permiten cal- cular la tensión máxima de los vapores saturados en función de la temperatura. Para el agua, Biot y Regnault han adoptado la fun- ción log F=a + bal + ef, donde F es una altura de mercurio avaluada en milímetros. El tér- mino c f* es muy pequeño relativamente á ba"; sele desprecia al- gunas veces. Para la mayor parte de los líquidos b es negativo y a menor que la unidad. Se emplea tambien la fórmula de Duperrey en la cual F, expresa la presión en kilógramos por centímetro cua- drado y 0 la temperatura en centenas de grados centígrados. Los vapores no saturados tienen las mismas propiedades que los gases; si fes su tensión se tiene fo —T—— = Cons : ¡PEE constante Veamos ahora qué relación existe entre los coeficientes de dila- tación y de compresibilidad de un cuerpo cualquiera. Sea la ecuación E(p;0,1) =0 que liga á p v t. Diferenciando se tiene LAS UNIDADES 271 dE, d E d E ol p+ 7 de + 7, U=0 Supongamos que permanezca constante la presión; dp será igual á cero y queda d E Es dE, de er NR Ahora bien el coeficiente verdadero de dilatación ú presión cons- tante á la temperatura £ es resultará Supongamos que se caliente al cuerpo ó volúmen constante, en- tónces dv =0 y se tiene d E an dp += y = == El coeficiente verdadero de dilatación 4 volúmen constante es por definición _ Adp p= pd y como por la ecuación anterior d E dp de dt SE En tendremos 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA d E 1 de p dE dp Si suponemos en fin que se comprima el cuerpo á temperatura constante, entonces dt = 0 y queda d E d E AE oa El coeficiente verdadero de compresibilidad, es, por definición y en fin Multiplicando f por y. se tiene 22 apar dE Ó bien (Continuara). FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MA ERES MD E GÉOBO Por JUAN LLERENA (Continuacion) Si de la quebrada de Wadi Queneh, se pasa á la pequeña quebrada de Wadi Magharah, que es una ramificación suya, allíla arenácea y el granito se aparecen el uno al lado del otro. Allí y muy arriba en los precipicios de asperon del Norte, se presenta la notable roca en for- ma de stele Egipcia, que es uno de los más antiguos monumentos que se conozca del antiguo Imperio Egipcio; del que comienza con Menés, el cabeza de las dinastías Manetónicas, y termina con Timaos aca- bando á mano de los Hiesos, del más remoto alto viejo Imperio Egipcio fundado por los Piromys de Horódoto y cuyo monarca conspicuo es Osiris. El nuevo Imperio comienza de la 8* dinastía para adelante. Tan alto como la 4* de las dinastías de Manethon; la misma que construyó las grandes pirámides de Gizeh en Egipto, más de 50 siglos antes de J. C., se descubrieron minas de cobre en este desierto, que se hicieron trabajar por una colonia de operarios; mucho antes de esta época se había trabajado en esta Península minera, minas de oro y de cobre. Aún antes del tiempo de Snefron, que encabeza la 4 dinastía de Manethon, la península del Sinai se hallaba ocupada por tribus asiáticas, probablemente razas semíticas, por cuya razon vemos á menudo á los faraones representados en las tablillas geroglíficas es- culpidas en las rocas 4 que hemos hecho alusion, como triunfantes sobre los enemigos de Egipto. Casi todas las inscripciones de estas minas, pertenecen á la antigua monarquía. Solo se ha descubierto u1n posterior, perteneciente al período en que el rey Tuthmosis 111 y su hermana, reinaron juntos. Despues de este parage, solo se encuentran antiguos monumentos Egipcios en Sarbut-el-Chadem. Estos monumentos son verdadera- mente asombrosos, presentándose como tales aún para aquellos que se hallan más preparados para estudiarlos. Las más antiguas represen- taciones pertenecen tambien aquí todas, á la antigua Monarquía, pero solo hasta sus últimas dinastías, cuya autenticidad había sido puesta en duda por los adulteradores de la historia en provecho de una ero- nología falsa; tales son las dinastías 12*, 13%, 14*, 151 y si falta la 16* es solo debido á que su rey último, Timaos, fué muerto por los con- quistadores Hicsos. Esos mutiladores han querido hacer pasar el Egipto de la dinastía 192*, dinastía conquistadora y con reyes más ANAL. SOC. CIENT. ARG, T. XXIX 18 974 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA grandes que Ramsés 11 Meiamoum, á los Hiesos, loque es un absurdo. Han sido precisas las dinastías sucesivas 13*, 14* y 15* para hacer degenerar el Egipto en la molicie, y colocarlo bajo el yugo de sus conquistadores bárbaros. Los monumentos prueban aquí este hecho lógico de la historia. En este período, bajo Amenemha UI, háse esculpido en la roca una pequeña gruta, escavando tambien una ante- cámara. En el esterior hánse erigido elevados steles, en diferentes dis- tancias y sin el menor arreglo preconcebido, estableciéndolas los reyes de las dinastías sucesivas, sin ninguna preocupacion del con junto, que se esplica por la distancia de los tiempos y la indiferencia de monarcas pertenecientes á dinastías sucesivas distintas. Si fuesen la obra de un solo monarca y de un solo pensamiento, habrían sido dispuestas con regularidad y en vista de un conjunto, de un efecto, como los otros monumentos autónomos. El más remoto de estos stelos se halla á distancia de */, de hora, en el punto más elevado de la meseta y pertenece á la dinastía 15*, Al advenimiento de la Nueva Monarquía, Tuthmosis III ensanchó el edificio hácia el Oeste y añadió un pequeño pilon, con un patio este- rior. Los reyes posteriores añadieron una larga série de cámaras adicionales, unas en frente de otras, en la misma direccion; única- mente, segun parece, con el objeto de proteger las steles memoriales erigidas sobre ellas, de la intemperie, con especial de los fuertes vientos cargados de arena, que hasta la fecha, casi han destruido del todo las más antiguas steles, que se encontraban hasta esa época sin proteccion. La última stele que se presenta exhibe los escudos del último rey de la 19* dinastía (la de los Ramsés). Parece que desde esa época (que coincide con la época del exodo) el mineral ha sido abandonado por los Egipcios. La divinidad á quien se tributaba un culto especial, desde el advenimiento de la Nueva Monarquía, era Hator, con el epíteto que se encuentra tambien en el mineral más antiguo de Wadi Magharah, Nuestra Señora de Mafkat, es decir Nues- tra Señora del pais del cobre; pues Mafka en geroglíficos, lo mismo que todavía en el idioma cóptico significa cobre. Por consiguiente este fué tambien un mineral de cobre. Esto se halla confirmado por un aspecto peculiar, que, parece estraño, pasó inapercibido para todos los viageros anteriores al sábio aleman Lepsins. Al Este y Oeste del templo se ven unas grandes pilas ó pircas de escorias, que por su color negro forman un fuerte contraste con todo cuanto los rodea. Estas elevaciones artificiales, la mayor de las cuales presenta 256 pasos de largo, con 60 4 120 de ancho, se hallan situadas sobre una lengua de FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 210 tierra que forma una meseta que se proyecta dentro del valle; há- llanse cubiertas con una sólida costra ó reboque de escoria de 1 45 piés de espesor, presentán lose cubiertas hasta su base con frug- mentos separados de escoria, hasta la profundidad de 12415 piés. Estos depósitos de escoria se hallan lejos de las boca-minas. En efecto para la fundicion de los metales se habrá escogido un sitio despejado donde el viento podía fácilmente llevarse los vapores nocivos. Ahora, preguntamos nosotros, ¿con qué combustible se hicieron esas fundiciones ? Es claro que no fué con hulla ó carbon de piedra, combustible desconocido de los antiguos. Estas grandes fundiciones han tenido, pues, que hacerse con leña y por el sistema dispendiosí- simo de los antiguos. Esa leña no pudo venir de las riberas del Nilo, ni de otro punto de las costas, pues estos minerales se hallan lejos del mar, al través de un país quebrado. Este combustible se ha tomado, pues, de los bosques primitivos de la península del Sinal. Aquí te- nemos pruebas, entónces, entre muchas, no solo de la fecundidad an- tigua de estos modernos desiertos, sinó de las causas reales que los han reducido á su condicion actual. La devastacion de los bosques no replantados, y cuyo corte no ha sido reglamentado por un Gobierno previsor é inteligente. Esos desiertos han sido antes la mansion de la frescura, de la vegetacion, de las aguas corrientes. La mano del hom- bre los ha devastado con un objeto cualquiera. La tierra, falta de bos- ques, cesó de atraer las lluvias de las nubes y el rocío del aire se disecó y esterilizó, produciendo el desnudo, el árido desierto actual, que en- bristece el alma y mata al pobre viajero con la sed y el hambre. El paga la imprevision, la ignorancia y la culpa de las antiguas generaciones. Otras pruebas, á más delas marcadas, se encuentran en esos actuales desiertos, de su antigua fecundidad ; estas son ruinas de minerales y de ciudades jigantescas (en Madian y Bashan) y los innumerables cauces y quebradas que atestiguan haber en otros tiempos arrastrado caudalosas azuas y que hoy son la imágen viva de la aridez y la este- rilidad. Un inmenso paraiso convertido en un inmenso desierto, por la devastación delos bosques ! Volviendo á la descripcion del Sinai actual, al sud de la zona de arenácea que acabamos de recorrer, se alza una masa triangular de montañas, enyos picos más elevados alcanzan una elevacion de 8000 á 9000 piés (de 2600 á 3000 metros), corriendo sus dos costados casi paralelos con los de la península misma, hasta que vienen á juntarse en un apex comun en el cabo Ras Mahomed, que es la punta oriental de la península que separa los dos brazos Ó Golfos del Mar Rojo, el de 9276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Suéz y el de Akabah. Una lonja de desierto llano confina este triángu- lo á su costado este y oeste; en el sostado oriental esta lonja arenosa desaparece aquí y allí, cuando las montañas escarpadas acercúndose al mar, forman sobre él empinadas laderas; en el costado occidental esta loma se ensancha gradualmente al estenderse al sud, alcanzando su mayor ancho en Tor. Allí se presenta un plano ondulado de granel (arena gruesa, especie de ripio); es llamado antonomáticamente lo mismo que un llano más grande en el interior, El Gaah, la pampa. La monotonía de superficie solo se halla interrumpida por un cordon de lomas, médanos bajos que costean la ribera, y por dos pequeños montículos cónicos en su centro, los cuales por su conformación pe- culiar los árabes han denominado Gerain Utud (los cuernos nacien- tes de cabrito). La formacion cretácea costea la ribera, formando una larga y estre- cha lonja, que se estiende al sud desde Suez á Tor, y confinado al nor- deste por el escarpamiento del Tij, y al este y sudeste por los distri- tos de la arenácea y del granito. Aquí y allí las playas de la ribera se hallan interrumpidas por escarpadas laderas de calcárea. Esta region esla más desolada de todas. Las montañas que en ninguna parte se alzan á más de 2600 piés, son incoloras y casi informes, alzándose suavemente al principio de las playas del mar, y en seguida más em- pinada y abruptamente hasta sus crestas más elevadas. Aún allí suelen encontrarse á veces estrechas quebradas ó pintorescos valles, un fres- co arroyuelo corriendo sobre su lecho de guijos, y sus blancos y ofus- cantes muros festoneados por las guirnaldas perfumadas de las matas de la alcaparra. Las montañas de este distrito cretáceo se hallan con- finadas á su porcion meridional. Del Wady Gharandel hácia el norte, el país forma un desierto plano y nivelado, con una gradiente pronun- ciada hácia el mar. Uno de los rasgos más carasterísticos de esta region es la infinita ramificacion de pequeños valles que se encuentran en algunas de sus planicies y páramos. Esta formacion seexhibe sobre todo en la mese- ta situada al oeste de Sarbut-el-Temel, donde se presenta á la vista una perfecta red de pequeños wadyes cretáceos; circunstancia que los árabes, en su lenguaje espresivo, llaman Sheberkeh, la red. El ára- be es el pueblo más preparado para dar á cada cosa su nombre más adecuado. En cada localidad, cada roca, montaña, barranco ó valle tiene su nombre apropiado y espresivo de su naturaleza. Para ellos una coleccion de nembres es. un tratado completo de topografía. Así por todo, ellos han sustituido con su nomenclatura los nombres bíbli- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 27 cos. Pero muchos de sus nombres dan la llave para recobrar las anti- guas designaciones, mediante que todos sus nombres tienen susignifi- cacion y está adecuado ála cosa. Solo para esta clase de nombres tie- nen memoria los árabes. En Wady Feiran, un delicioso valle del Sinai, es fácil descubrir, por ejemplo, el nombre bíblico de Paran. Ferain en Bedawin quiere decir raton, y el hechicero valle ha recibido este nom- bre, Wady Feiran, Valle de los ratones, porque sus rocas se hallan perforadas porlos cenobitas de la época cristiana, de manera á simu- lar cuevas de ratones, esto es, de jerboas, que es el raton de estas lo- calidades. En lugar de Monte Horeb, este ha recibido el nombre de Jebel Aribeh, Mamándolo así de la planta aromática el aribeh, en que abunda. El Monte Horeb se halla en las inmediaciones del Monte de Moisés, Jebel Musa, que se supone haber sido el teatro para la pro- mulgacion de la ley. En el Sinai, como por todo, los más interesantes paisajes de mon- tañas se encuentran en las cadenas primitivas cristalinas (el granito, el gneis, etc.), que justamente ocupan la parte central de la penínsu- la. Las formas graníticas son más imponentes que las del gneis, del pórtido ó la micaschista; en estas últimas, sinembargo, esa espléndida y bella coloracion de la dolerita, que jaspean las masas de gneis y de micaschista, dan al paisaje los aspectos más romanescos y gratos que es posible imaginar. Las montañas graníticasse presentan en un haci- namiento y caos tal, que á penas si podría caracterizárselas. Los geó- grafos del Sinaí las han dividido en tres grupos; el del oeste que tie- ne al monte Serbal por su cresta culminante; el grupo central ó del Sinai, uno de cuyos picos, que culmina en los horizontes de la estre- midad setentrional del Mar Rojo, el Jebel Katharina, es el más elevado de la península, y el grupo del sudeste, que culmina en el magnífico pico del Umm Shomer. Más afuera de estos hay numerosos otros picos y grupos, que apenas si son menos grandes é imponentes. En el oeste, la enorme masa roja del Jebel Benat, con sus graciosos contornos, lla- ma la atencion tanto como cl Monte Serbal; y el Jebel Umm Alawai, que se enseñórea sobre el magnífico llano que se estiende á los piés de su falda nordeste, á estar menos escondido, hace tiempo por cierto, que ya habría reclamado el honor de ser la montaña de la cual el De- cálogo fué promulgado. El rasgo más conspícuo de la region granítica, es la prolongada ca- dena al Norte del Wady Nasb Oriental, la alta sierra del sud, que te- niendo á Jebel-el-Thebt por su punto más setentrional y elevado, llega casi hasta el cabo Ras Muhammed, y el gran muro granítico 9278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA: ARGENTINA que circuye la masa central de rocas plutónicas en medio de las cua- les culmina el Monte Sinai. Las largas y tortuosas quebradas que in- terceptan los grupos Ó falanges de montañas, se llaman en árabe Wa- dys. Por cierto que en nada se parecen álos lindos valles que intercep- tan las sierras de Córdoba óÓ San Luis. Más bien se parecen á enormes: rios secos con lechos arenosos y disecados, abiertos por una exuberan- cia de aguas, y hoy reducidos á la más espantosa aridez, como las quebradas del Jigante, ó del Pié de Palo, en San Juan. Indudable- mente son el lecho de antiguos torrentes, porque hoy pocas veces llue— ve y su formacion debe remontar á la época en que la península del Sinai tenía vegetacion y vida. Como hoy no existe vegetacion en los flancos de las montañas que contengan y absorban las ralas, pero tor- renciales lluvias de esta region, estas quebradas Ó rios secos carecen por completo de aguas corrientes, y cuando la lluvia llega á precipi- tarse sobre las alas de una espantosa y deshecha borrasca, los torrentes se precipitan en cascada le las cumbres, corren por las quebradas y se agolpan en aluvion en los grandes wadys que llenan con sus turbios y con los despojos de rocas desgajadas de las montañas; el ripio y la pedrason rodada quellenan estos valles, prueban la realidad de este hecho, el cual raras veces es general, siendo solo parcial del grupo que se ha atraido la borrasca. Por lo demás, las lluvias ordinarias, aunque escasas, son suficien- tes para abastecer las pocas fuentes y arroyos que hoy forman la provision de agua permanente de estas montañas. Tan rápida es la evaporacion, que poco despues de los torrentes de agua precipitados de las nubes, la superficie del suelo se presenta tan seca y sedienta como antes; pero una gran proporcion de ella debe haber sido absor- bida y retenida en el gravel ó arena gruesa que llena el lecho de los wadys; además, los grandes aluviones que á veces suelen precipi- tarse hasta el mar, deben dejar sin sumirse mucha humedad. Aunque el aspecto general del país es desolado y desierto, no debe creerse se halle por completo privado de toda feracidad. No hay, ciertamente, rios considerables; pero suele 4 veces encontrarse algun arroyuelo que desciende murmurante entre verdes márgenes; especie de des- pojo del naufragio en que un desmonte imprudente y en grande es- cala, sumergió esta en otro tiempo rica y feraz region. Donde con más frecuencia se encuentran estos preciosos arroyuelos, es en las románticas quebradas del distrito del granito. En los wadys de Nasb y Gharandel, se presentan corrientes perennes, aunque no contínuas, y grandes estensiones de vegetacion. En esa parte del Wady Feiran, FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLUBO 979 donde el valle se contrae en su ancho, concentrando la humedad, se presenta el oasis más considerable de la península; y detrás del pe- queño puerto marítimo de Tor, otro parage en que una depresion del gran llano alnvional de El Graah parece concentrar la humedad, existe un vasto y magnífico bosque de palmeros dátiles. Además de esto, los parages más feraces producen espinos, acacias, tamariscos, sidi y otros árboles; mientras que la mayor parte de los valles contienen alguna vegetacion, como sucede con los valles y que- bradas del Pié de Palo en San Juan, aunque en ese grupo sud-ame- ricano no faltan árboles mimoseas. in las altiplanicies Ó mesetas crecen la mirra, el tomillo ; otras yerbas fragantes; y en los llanos abunda la retama (que los árabes liaman retem que es el junmipero 6 enebro de la escritura) una malva llamada sekhkeran por los árabes; la yerba aberthiran y multitud de otras de que los camellos se ali- mentan. Aún las faldas de las colinas más desnudas y pedregosas, rara vezse encuentran destituidas por completo de vegetacion, y la rosa de Jericó, una planta extraordinariamente bibulosa, que tiene la facultad de revivir cuando se la coloca en agua despues de perma- necer abandonada en un gabinete durante años, puede verse en los parages más estériles. El herbaje de los valles es de un verde gris pálido, y en la estacion de verano, tan requemado á veces, que se reduce á polvo al más ligero contacto; pero la primer lluvia de pri- mavera vuelve estas plantas á la vida; y como la vara de Aaron los tallos marchitos y secos, vuelven á brotar de nuevo hojas y flores. Toda esta vegetacion, sin embargo, no modifica en lo menor el as- pecto general desolado y desierto del país. La vegetacion, como dice Darwin, en su lucha por la existencia, tiene que adaptarse á las exi- gencias y al aspecto del país, confunliéndose entre las áridas arenas, ripios y rocas: á Moisés y los hijos de Israel, más de 3000 años hace, debe haberles ofrecido el mismo aspecto que hoy. Muchos de los wadys menos frecuentados, con especial los que descienden de las grandes montañas graníticas, se hallan regados por dulces corrientes y naturalmente ostentan una frondosa vegetacion. Los antiguos cenobitas y frailes que vinieron á perturbar con sus su- persticiones estas montañas consagradas por el decálogo del Dios único, del dios de la razon, de la luz y de las ciencias, dejaron por lo menos el beueficio de plantar jardines y bosques de olivos, mu- chos de los cuales aún se conservan hasta hoy. Estos jardines, mien- tras fueron cultivados con esmero, obraron como otras tantas espon- jas Ó represas, atesorando el precioso líquido y aprovechando las aguas 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de los torrentes, y mediante el represamiento de estas aguas le fué no solo posible atender á sus necesidades, sinó regar con abundancia sus huertos, jardines y cultivos, conviertiendo un azote en un bene- ficio y un don. Esto nos conduce á otra consideracion no menos im- j portante. ¿Era el país más fértil en la época del Exodo que hoy? In- dudablemente si, pues su desmonte no debía ser tan completo. Con- quistado este país por los egipcios desde una remota antigúedad, fué cultivado por eilos é indudablemente hasta el tiempo de Moisés, debían conservar allí represas y plantíos. Los pastos debían tam- bien ser, junto con las aguas, más abundantes. Como el pueblo tenía numerosos rebaños, pudo pastorearlos allí y vivir y vestirse de sus productos. El cultivo del suelo suministraría el trigo y los vegetales indispensables; tanto más, cuanto que los mismos matorrales en que abundaba el país producían entónces, como hoy, esa exudacion aro- mática y sustanciosa llamada maná, que constituyó parte del ali- mento del pueblo y que aún hoy mismo se produce en la vegetacion más escasa que se hu conservado hasta nuestros dias. Así esplicados los hechos, se hacen creibles y admisibles á la filosofía, siendo mu- cho más probable que Dios obre sus milagros sin violar sus propias leyes. Se pueden además citar muchos pasages de la Biblia que prue- ban que llovió con frecuencia durante la peregrinacion del pueblo por el desierto. Se conservan aún muchos bosques de acacias y otros árboles en la venínsula; y estos, como los jardines, forman una especie de barri- cada contra la fuerza de los torrentes. Ahora bien, cuando uno de ellos ha sido destruido y que una borrasca se desata, toda la vegeta- cion que defendía ó era protegida por el bosque, es luego arrastrada y la esterilidad y la desolacion marca el curso de las aguas de alu— vion, que aprovechadas en represa, serían un manantial de abun- dancia y riqueza. Ahora bien, segun la Biblia, existía una gran po— blacion, en las inmediaciones del Sinai en la época del Exodo; y los vestigios que aún se conservan de ellas, indican que esos poblado- res, como los monjes posteriores, se esforzaron en hacer valer todos los recursos que el país presenta. Se conservan, además, abundantes ves- tigios de grandes colonias de mineros egipcios, cuyos hornos de fundir y montones de escoria se ven aún en muchas partes de la península. Ya hemos dicho que estos mineros han debido destruir muchas millas de bosques, empleándolos como combustible para sus opera- ciones de fundicion. Aún más, los mismos hijos de Israel no han po- dido residir y pasar por allí sin consumir tambien vastas cantidades FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 981 de combustible. Y silos bosques naturales de estas montañas desa- parecieron así unos trás otros; si la poblacion quedó reducida á algu- nas tribus pastoras de voraces cabras, que devoran toda vegetacion hasta la raíz; si las represas, los cultivos y la replantacion de los bosques quedaron descuidados, entónces lus rocíos y lluvias que cada vez se hicieron más escasos por la falta de árboles que lo atrayesen, los aguaceros, al caer en forma torrencial, no se detuvieron para fer- tilizar la tierra, sinó que ahondaron los lechos de los torrentes de las montañas y arrastráronlo todo á su paso, hasta precipitarse cn los vecinos mares; secos y ardientes estíos sucesivos completaron luego la obra de la desolacion, y la península del Sinai, siglos antes país fértil y abundante en aguas y bosques, quedó insanablemente reducida á lo que es hoy un desierto. La actual esterilidad del país hace las visisitudes del clima mucho más severas en el Sinai que en otras partes de la Arabia. Del estre- mo del calor, se pasa al estremo del frío, presentándose en la tem- peratura enormes diferencias de 50” Farh. entre la temperatura del dia y de la noche; no existiendo ni combustible para contrarestar el unó, ni sombra para peutralizar el otro. La desnudez misma de las rocas imparte á la escena una grandiosidad y belleza que lé es pecu- liar. Porque como no existe vegetacion para suavizar los asperos li- neamientos de las montañas, ó que oculten la naturaleza de su for- macion, cada roca se presenta con sus contornos distintivos y su co- lor propio con tanta claridad, como «n el trazado de un mapa geoló- gico jigantesco. En algunos wadys las faldas de las montañas se presentan señaladas con innumerables vetas de los matices más bri- llantes, produciendo efectos de color y diseños funtásticos que sería imposible describir. Estos efectos se hallan realzados por la especial claridad de la atmósfera y el esplendor ofuscante del sol arábigo; una parte de la montaña se vé brillar con un matiz aureo ó rojizo, mientras el resto se presenta sumerjido en una densa sombra. AÁ veces un remoto pico parece confundirse con el fluido azul del firma- mento; mientras otros se presentan con toda la magnificencia de sus ocres purpúreos ó violetas; y con lo que podría juzgarse un mero es- queleto de paisage, se obtienen tan pasmosos efectos, como si las des- nudas rocas se hallasen vestidas de bosques y viñedos ó coronadas con las nieves esplendentes de nuestros Andes. La naturaleza, en una palabra, ha querido demostrar aquí, que ella, con su paleta má- gica, puede convertir el más árido y desolado conjunto geológico, en un caleidoscopio mágico de una esquisita belleza. 982 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA VII ISTMO DE SUEZ. — SU ASPECTO, SUS DESIERTOS. -— PASAJE DEL CANAL DE SUEZ Acabamos de dar una idea de la montaña, ó mejor de la region, en que ahora 35 siglos se promulgó la ley inmortal del Decálago. Más adelante añadiremos otros detalles más precisos á los rasgos genera- les de nuestro cuadro, pasando inmediatamente á las descripciones que comporta la continuacion de nuestro viaje. El Istmo de Suez, hoy cortado por el canal marítimo de Lesseps, es una angosta lonja arenosa de tierra, ó mejor, medanosa en partes y en partes pedrego- sa y quebrada, que ha ligado desde antiguo, probablemente desde los comienzos de la edad geológica moderna, los dos continentes asiático y africano, estendiéndose de un lado, entre el mar Rojo y el Mediter- ráneo del otro (entre los Grolfos de Suez ó Heroopolis y de Pelusium), con un ancho de 177 kilómetros (cerca de 20 leguas francesas de 4 ki- lómetros). Así sus dos puntos estremos son Pelusa (hoy puerto Said), y Suez, la antigua Arsinoe. En su relieve esterior esteistmo forma una depresion longitudinal, resultado de la intersección de dos planos in- clinados descendiendo por un declive insensible, el unodel Egipto, el otro de las primeras lomas ó colinas asiáticas, lo que caracteriza per- fectamente la cuenca del antiguo canal, estrecho ó brazo de mar, que pasando por sobre los médanos de El Gruisi, ponía en contacto las aguas del Mediterráneo con las aguas del Mar Rojo, en la época indi- cada arriba. Suelo arenoso y pedregoso, con esos guijos rodados quelas olas arrastran en su lecho marino, suelo hoy muy accidentado por los médanos acumulados por los vientos, los matorrales y las piedras y terrenos de transporte de los aluviones del desierto, y en el cual á más del canal, se presentan númerosos lagos salados, como los lagos Amargos, el lago Tisusah, el lago Mensaleh, etc. Antes de pasar al canal, referiremos al lector algunos detalles de una escursion emprendida al través de los desiertos inmediatos al ca- nal, para dar una descripcion del país, terminando con una descrip- cion del delicioso valle Feiran, en el Sinai. La escursion la hicimos el 4 de Abril, en camellos, Un ardiente kansion ó viento sud del desierto soplaba ese dia, el cual arrastraba nubes de arena y de menudos gui- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 283 jos con que azotaba nuestros rostros, que tuvimos que cubrir con un pañuelo y unos anteojos para la proteccion de la vista; causando gran dolor á nuestros guías árabes, que marchaban con las piernas desnudas para seguir la moda de su país, sin quejarse ni chistar. Jamás ha- bíamos visto una tal clase de granizo. El zonda en el interior de nues- tro país, arroja nubes de polvo y arena gruesa, pero no con tanta vio- lencia nipersistencia. Paramos un poco antes de ponerse el sol, colo- cando nuestra tienda en un hueco entre dos médanos que presenta— ban algunos arbustos espinosos, y unas matas de árido pasto que ser- vía para la comida de los camellos. La tormenta de tierra y arena duró toda la primera parte de la noche, y al despertarnos estuvimos por creernos fósiles, teníamos una gruesa capa de arena encima. La segunda parte de la noche llovió á cántaros. Pero el dia siguiente amaneció espléndido y como el aguacero había destrozado los grandes enemigos del viájero en estos climas, el calor, la sequedad y el polvo, en la mañana nos pusimos en marcha con tiempo delicioso y respiran- do el puro y delicioso ambiente de los desiertos arábigos, despues de un aguacero, aromado de mirra, benjuí y áloe. El viento cálido y pul- verulento llamado kanston, se había convertido en una brisa fresca, deliciosa y perfumada. La Providencia pues nos protejía en nuestra eseursion arriesgada en el desierto, y la tarde de polvo se olvidó con la grata frescura matinal humedecida por la lluvia. Antes de continuar nuestra marcha dí un paseo por las inmediacio- nes del campo. Las montañas de Arabiase alzaban azuladas al nacien- te, y las de Africa, en el occidente. El suelo del desierto, mitad gra- nel, mitad arena, fresco y suave crujía hundiéndose bajo los pies sin levantar polvo como nieve recien caida; por un lado presenta méda- nos ó lomas arenosas bajas; pero atrás llanuras interminables siem- pre conel mismo matiz leonado ó bayo terroso. Todo nuestro camino se halla sembrado de esqueletos de camellos y de huesos blancos como la nieve. Á veces se suele encontrar la calavera de un esqueleto á medio enterrar entre la arena, reliquia tal vez de algun pobre peregri- no muerto de fatiga ó de peste. La melancolía del desierto se acentua- ba con estos hallazgos de la muerte. Pero no todo es muerte en esas soledades. Tambien alcanzamos á ver un sapo (sería curioso saber lo que allí hacía), un lagarto grís, algunas codornices y algunos cuer- vos, cuya presencia daba cierta vida á esos arenales, que solo nos pre- sentaban algunos arbustos espinosos, algunas flores silvestres y una planta muy fragante parecida á nuestra manzanilla silvestre, que los árabes llaman behharran. Por largo tiempo se nos presentó en el hori- 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA zonte un árbol en perspectiva con la aparente dignidad de una palinera más ul acercarnos vimos consistía en un arbusto espinoso cu- bierto de trapos allí colgados por Jos peregrinos de la Meca, y los cuales agitados por el viento, nos habían simulado palmas. Cerca de él había un camello dá medio devorar por los buitres. La presencia de estos señores no era pues en vano. Costeamos prime- ro un largo y pintoresco cordon de colinas situado al norte de Gebel- Ataka, y el cual, de un grís rosado por la mañana, anunció despues de ponerse el sol un subido matiz ferruginoso: termina á las inme- diaciones de Suez. Peroaquísenos vieneuna reminiscencia bíblica: los israelitas al llegar á Etham en el confin del desierto, viniendo de la tierra de Gessen; marcharon á Phiairoth en la direccion del sud durante un di entero. Phiairoth es un paso Ó puerta al través de la montaña del Ataka, Portezuelo, como lo llamamos en el interior. Un estrecho ó quebrada entre dos macizos de montañas, con el mar al frente y Fa- raon (Mernephta, el hijo de Sesostris) con su ejército enemigo detrás. Mas por un milagro, ellos llegaron en la baja marea y las aguas, al retirarse, habían dejado un paso ú lengua de tierra entre los lagos Amargos, que era en es época la estremidad del golfo Heroopolita, y la actual ensenada de Suez. El pueblo huyendo desesperado del ene- migo que lo pisaba por detrás, aprovechó aquella feliz ocasion y pasó en columna entre dos olas, como quien dice entre dos mares, que al pisar aquel médano bajo de arena que le servía de puente, el pueblo debió considerar como dos muros de aguas abiertas, milagrosas é inmóviles para darles paso. Faraon que no veía en esto el menor mi- lagro sinó el paso abierto siempre por las olas en baja marea entre dos mares en retirada, la emprendió tambien por ese mismo estrecho ó istmo. Pero cuando Faraon y su ejército en columna se hallaban todos englobados en el paso entre dos mares, ó mejor dos olas, he ahí que un viento récio se levanta y los dos mares separados por la baja marea al juntarse, abismaron 4 Faraon y su ejército. De ahí el nombre de Ataka dado á esa montaña, que significa lubramiento milagroso. Y lo era en efecto. Sin hacer milagro, Dios libertó al pueblo de Israel, lo milagroso es la libertad de este, no el hecho. Los verdaderos milagros Dios los hace sin violar las leyes de la naturaleza, libertando á los justos y confundiendo á los opresores. Al salir delas montañas, en los llanos que recorríamos, se tiene el fenómeno del miraje: le parece á uno tener el Mar Rojo al frente; y hasta se ven las naves que lo surcan refractadas en las nubes. Respec- FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 285 toá nuestras cabalgaduras hemos dicho, consistían en camellos, los de Arabia no son tan fuertes como la cría egipcia, digo camellos y de- biera decir dromedarios, son estos últimos los que se monta , los ca- mellos propios solo sirven para carga. El dromedario es al camello, lo que el caballo inglés de carrera, al pesadote caballo de tiro frison. Solo el camello de la Bactriana tiene dos jurobas, que se han atri- buido falsamente al dromedario. Los árabes que nos acompañaban eran de raza zoalía, de la Tora ó tribu del Sinai. Las tribus del Tora forman una bella raza, bien formada, dispuestos, alegres y compla- cientes con los viajeros. Su vestido es el kefía Ó turbante enrollado en torno dela cabeza, una túnica óÓ camison blanco atado á Ja cintura y una capa de lienzo asargado azul, con ojales de cuero de pescado, le ahí su traje. Generalmente yo me marchaba á pié dos ó tres horas antes de ponerse en movimiento la caravana, descansando de vez en cuando baju la sombra de una roca ó de un arbusto, basta que la ca- rabana me alcanzaba, y entónces montaba mi dromedario. Antes de la parada de la tarde, volvía á dar otra caminata á pié estudiando el suelo, las yerbas, los animales que encontraba al paso. Los camellos marchan generalmente á razon de tres millas por hora. Pero los ca- mellos cargados con las camas y las provisiones son muy caprichosos en su marcha, ocupándose en ramonear por todo el camino y aún se- parándose de este por poco que una buena mata de pasto tiente su golocina de camello, aún esponiéndose á una reprension de su conduc- tor. Estos desiertos abundan en plantas espinosas y aromáticas. Al caer la tarde, se escoje un sitio parejo para hacer el alto noctur- no al pie de una roca ó de una colina para abrigo y seguridad. Los ca- mellos se arrodillan para cargarlos y descargarlos y para permitirá los pasajeros subir ó bajar. En media hora las tiendas estaban para- das, los fuegos encendidos y las estrellas brillaban sobre nuestras ca- bezas. En estas regiones el crepúsculo dura poco. Mientras dura la luz, los camellos ramonean á discrecion. Pero entrada la noche son atados en torno del campamento, ruminaudo su racion de torta de avena ó dátiles. Los beduinos, terminada su cena de pan y dátiles y sus alegres charlas, se envuelven cuan largos son en sus abbas y se duermen. Un arriero riojano ó catamarqneño, tiene muchos puntos de semejanza con estos árabes. Esta vida de beduinos, parecida a la vi- da de nuestros arrieros de cordillera, es la más primitiva, patriarcal y agradable que es posiblo imaginar. Al llegar álos puntos bíblicos, yo leía el pasaje correspondiente del exodo y me extasiaba en la contem- placion del paisaje. Cualquier nube, nos parecía la columna de humo 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que guiabalos israelitas, por la noche, los fuegos de las caravanas ó pastores vivaqueando en el desierto, nos parecían la columna de fuego. La vista del golfo de Suez desde la ribera asiática es magnífica, Gebel-Ataka y Gebel-Deradje, las dos cadenas de que hemos dado cuenta sobre la ribera africana del golfo de Suez, cada una corriendo á formar un largo promontorio, se estiende á lo largo del litoral afri- cano, y casi opuesto al portezuelo de la cadena, se avanza el Ras Musa, 6 promontorio de Moisés (ras en árabe y ros en celta ó gaélico, tienen el mismo significado). A cada paso que avanzamos vemos la comprobacion de la teoría de Mr. Donnelly, de que los habitantes del mundo desaparecido de la Atlántida, son el centro ereacional de todas las razas cultas actuales. De allí hemos visto ponerse soberbiamente el sol detrás de las crestas del Ataka, y la media luna brillaba esplén- didamente cn el cielo purísimo de la arabia, cuando acampamos en las inmediaciones de Ain Mura ó las fuentes de Moisés. Allí se alzan mu- chas palmeras desparramadas en contorno, las cuales han formado una espesura híspida por falta de poda. Los sapos, los grillos y los asnos rebusnantes entre las tropillas, nos dieron un ruidoso concierto toda la noche, á cuya armonía salvaje pudimos dormirnos pacíficamente. Al dia sigujente, durante tres horas, marchamos en un desierto al- ternativamente arenoso y pedregoso, con el mar Rojo, de un profun- do azul á la derecha y la cadena de Gebel Tih ála izquierda. El país quese estiende más al nordeste es el Tij, esto es, el desierto de los is- raelitas errantes. De las tres á las cuatro de la tarde penetramos en las áridas é infinitas llanuras del desierto arábigo, que tiene por nom - bre El Ata y queno es otro que el desierto de Etham de la escritura, el cual á juzgar por la relacion de Moisés en el exodo se estendía álo largo del golfo, que comprendía en esa época los lagos Amargos. Al cabo de siete y media horas de marcha, nos detuvimos en la noche en el Wady Seder, sobre un lecho de arena tan mullido como la al- fombra de Persia ó de Bruselas que tapiza un salon de baile. Ya sabe- mos que Wady en arabe significa valle, aplicándose igualmente á una escabrosa quebrada de montaña, 6 á una mera cañada ó depresion en el llano horizontal del desierto, como en el presente caso. El Gua- di de los españoles es una corrupcion del Wady árabe. Los terrenos que en nuestro país llamamos guadalosos son no solo arenosos ó me- danosos, sinó tambien quebrados de cañadas bajas, tambien arenosas y áridas, como los Wadys árabes. Seder es una corrupcion de Shur ó Sdur, el antigúo nombre del desierto que separa el Egipto de la Pa- lestina. Fué á este desierto Ó á su parte setentrional, donde huyó FISIOGRAFÍA Y METEOROLOGÍA DE LOS MARES DEL GLOBO 987 Hugar, la madre de Ismael, el antepasado delos beduinos, segun la Biblia. Pero esta es una mala version. Ismael es solo padre de una tríbu bedawin ó beduina, pues vtras tribus bedui:..1s existían ya antes de este patriarca que vivió en el siglo xxI1 antes de J. C. como se ve por las inscripciones de Wady Maghara, que tiene unos 5000 años antes de J. C. de data. Entre esas inscripciones se ve al rey Snefron de la 4* dinastía, imponiendo la sumision á los árabes asiáticos que oenpaban el Sinai. Cuán vívidamente las escenas pastoriles de la Bi- blia se pintan en este desierto. Elterreno en estas inmediaciones se halla cubierto con lechos de la más fina creta, recocida por el sol en grandes panes de un blanco purísimo, toda esta cañada se encuentra inundada en la época de los grandes aguaceros. Al dia siguiente, partiendo á las siete y media de la mañana, llega- mos ú las dos y media de la tarde á la fuente de Howara, de aguas amargas de la cual bebieron los camellos hasta locupletarse. Esta agua no se halla tan impregnada de sales minerales, que sea intoma- ble. Solo es nauseabunda para un paladar humano. Aguas igualmen- te nauseabundas he probado en las aguadas de Atacama y otros pun- tos de Sud-América. Estas aguas pasan probablemente por algun ban- co de fósiles ó de pizarras petrolíferas ó natronosas. La de Howara brota sobre una loma elevada, rodeada de médanos. Dos bellas pal- mas del Foenix datilifera crecen á sus inmediaciones. El cielo destila- ba calor, como la bóveda de un horno, alacercarnos, y un tinte pálido y pulverulento se estendía sobre el paisaje. En este punto fué donde los israelitas, muriéndose de sed junto á esta agua amarga, murmuraron contra Dios. Porque no cabe la menor duda de que este pozo es el Mara de la Escritura, que Moisés endulzó, mezclando sin duda con el agua cantidades del mana ó munn que seexuda del Tarfa ó de la fruta del homr que allí abunda, pues así lo hacen los árabes hasta hoy para endulzar estas aguas nauseaburndas. Tarfa es la planta impor- tada entre nosotros con el nombre de Tamarisco. Estas plantas del homr y del tarfa de que se puede obtener este maná ó resina endul- zante, abundan en el Wady Gharandel, dos horas más adelante de Beer Howra, donde hicimos nuestra parada de la noche. El primero da unas pequeñas bayas rojas, cuyo zumo, desleido en agua, produce un delicioso sorbete alimenticio, el munn tiene un sabor aromático parecido al de la trementina, se puede guardar en panes, que se de- rriten cuando se quiere mojarel pan en él. Entre Beer Howra y Wady Gharandel el país se hace más montañoso y asume un caracter más pintoresco. Hicimos nuts- 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tra parada entre matorrales de Tarfa bajo una de' las colinas de Wady Gharandel, este paraje es probablemente el Elimde la Es- eritura. Al dia siguiente al partir, vimos un pastor que arriaba en estas melancólicas y desoladas llanuras, un rebaño de cabras, era el primer ser humano que encontrábamos despues de salir de Suez. Nuestro camino seguía el Wady Ussait, al poniente del cual cruzaron Moisés y los Beni-Israel, despues de ahogado Faraon en el Bahr Souf, nos decía nuestro guía Bahr Souf ó Yam Souf como lo llama Moisés, es el mar de las algas el golfo de Suez, donde no hemos encontrado algas. Se ve que los nombres varían poco en oriente con los siglos. Muy luego enla mañana tubimos á lo vista el Gebel Serbal, magnífi- ca montaña de granito, al noroeste del monte Sinai. A la una y cuar- to, media hora despues de dar de beber á nuestros camellos en los po- zos de Wady Sal, llegamos á la encrucijada del camino que se dirije al monte Sinai y á Sarboutel Kadem. Tomamos el primero, que-es el más interesante, por haber sido el camino de los israelitas despues del exodo. Torciendo al oeste en este punto, penetramos en Wady Taibi, de cuyo punto la brisa de mar impregnada de un perfume y de una frescura peculiar, nos anunció que descendíamos á la ribera del mar. El paisaje de este valle es notable. Durante la estacion lluviosa un torrente se precipita de él de 10 411 piés de profundidad, su fon- do se halla tapizado de lodo blanco, de tal manera endurecido, que no recibe la impresion de las pisadas de los animales, esto es un depósi- toen vía de petrificarse. De estas inmediaciones se extrae una sal de roca de un purísimo blanco y digna de figurar en una mesa régla. Despues de pasar un pequeño bosque de Tarfa y de datileros sil- vestres que costea una montaña al parecer volcánica por su color ne- gro, despues de desfilar por una estrecha quebrada, donde escuchamos un mirlo cantar alegremente en medio de la soledad, teniendo otra montaña negra á la izquierda, doblamos la punta que forma con el valle, y el espléndido Mar Rojo se presentó á nuestra vista, con velas y un vapor quelosurcaban á la distancia, y las montañas azuladas del Africa á la otra parte, espectáculo magnífico pero luego que pe- netramos más á dentro dé la llanura sobre la pendiente de la ribera, la vista se hizo aún más magnífica, diseñándose á nuestra vista toda la costa africana, desde Gebel Ataka hasta Gebel Gharib, vasto anfiteatro de montañas de lázuli con sus piés bañándose en la turquesa fluída de las aguas del mar Rojo, mientras la perspectiva marina se perdía de vista en el espacio interpuesto entre los promontorios asiático y líbico. (Continuard). ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO VIGÉSIMO NOVENO Enumeracion sistemática y sinonímica de los Formícidos argentinos, por el Mr. VEMOS LIGOAS cade ao or rs OE IO O nada IS Moctor Nomina co barro di (necrologial lts ele siete cali ela road laa do - MOE SOBRE oo ooporsousonodooop Pdo nodbordO odo Odo Ueba dadonor doctor GuillermolRawson' (necrologlal id. ara leal lalo atea o a á El platino nativo de la Tierra del Fuego, por Juan J. Y, Kyle........ donboonoaso Informe sobre el wagon bélico del señor Montagner......o.oo.oo..... JS SbgGaoUdÓs abi A O A A Fisiografía y meteorología de los mares del globo, por MB. Juan Llerena (conti- DAI) O A O Te La Unidades, por Manuel B, Bahia.................. 00000 DUcOscodU ona ooa do ME SONnOnISUopOcoNo vo don as < Fisiografía y e omiesía de los mares del globo, por D. Juan Elercna (conti- TAM o A A odbbdosoooe Primer aniversario de la muerte del doctor Puiggati ..........o.oooooommomommo... ac El gas de agua y el gas de agua purificado, por Pedro N. Arata...........o.oo.. Sobre la construccion de una superficie del tercer órden de Grapmann y una afinidad ; recíproca del tercer grado en el espacio, porel Dr. Federico Haft........... La escuela de Aplicacion para ingenieros, en Nápoles, por el ingeniero Luis A. ADO toas SA A A O AN DUO OOOO OSO. AAA A dOv0c9udamoVono Jo ooo duo9o, c Fisiografía y meteorología de los mares del globo, por DW. Juan Llerena (conti- NICASIO O Rd co daa coto Sobaoo Exequiasstunebres del doctor “RaWSOW' ......oooosoogisso cadena se es 000000000000 : Revista del Archivo de la Sociedad Científica Argentina, por Maretal A. Candlott. Fisiografía y meteorología de los mares del globo, por MW. Juan Llerena (conti- UC os dd o 000 BT O ONO AOS EUOOOS - Revista del Archivo de la Sociedad Científica Argentina, por Marcial R, Candiot!. Movimiento social ............. OS A ORO. SE So de .Las Unidades, por Manuel IB. alta a SO OS Us ; Fisiografía y meteorología de los mares del globo, ol D. Juan ron (conti- WTI o LEE A No Neira Ae Nes OU OOBAdOOtoD0o ao e NASA abc alza 4 "ESE > 42408 A A E RON Pero El E dá e UE