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SOCIEDAD CIENTÁLICA ARGENTINA

ANALES

DE LA

SOCIEDAD CIENT

ARGENTINA

DIRECTOR : Ingeniero ANGEL GALLARDO

SECRETARIOS : Señores EDUARDO LATZINA y CARLOS LAGOS GARCÍA

TOMO XLVII

Primer semestre de 1899

BUENOS AIRES

IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS 680 CALLE PERÚ 680

1899

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Pres idente. . a ela : Ingeniero d doctor P

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Mo. JosÉ M. SAGASTUME a Senor. Luis MIGUENS. Ingeniero Dominco NOCETr. O Grano E DAssEN.

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CARLOS BERG. Duae. species. novae argentinas Gyponae, Generis. Ela y CARLOS SPEGAZZINI. Una planta nueva de la fora. uruguaya c.omo.

SAMUEL LAFONE QUEVEDO. Tesoro. de Catamarqueñismos con etim bres de lugar y personas en la antigua provincia del Tucumán

BIBLIOGRAFÍA : DELASSUS, Lecons sur la théorie analytique des éq

- vées partielles du premier ordre. RICHARD, Lecons sur les a [ géometrie moderne. DarBoux, Lecons sur les systémes oo et coordonnées curvilignes. Nav, Formation. et extinction du clapotis. NICACIONES del Museo nacional de Buenos Aires. HAuG, Revue os de gtologie. BOULENGER, A list of Reptiles, Batrachians and Fishes collected in 0 the Northern Chaco. SayT-Lovup, Le Dolichotis patagonico. SMTI, Poissons. dd de Vexpédition scientifique á la Terre aa Feu. THomas, On some Mamals obtained by the late M. Henry in Chubut, Tarri, Essai sur un nouyeau sign Clinique : la pulsation du pied. Laronk Quivepo, El Barco y Santiago 0 10 Estero. QUIROGA, Monumentos megalíticos de Colalao. AMBROSETTI, N

de arqueología calchaquí. Ezcurra, Camino indio entre los ríos Negr Chubut. Corrra Luna, Informe sobre las circunstancias de la mu explorador aaron ol

DUAE SPECIES NOVAE ARGENTINAE

GYPONAE GENERIS

SCRIPSIT,

CAROLUS BERG

1. Gypona sellata Bere, n. sp.

Robusta, sordide olvvaceo-flavescens, subtus pallidior, virescens, wmmaculata; margine antico capitis demidroque basala clavt aut hujus fascia medra, parte basali nec non apice amo, fuscas ; pronoto raro linew obsoletassimis antrorsum convergentibus fulvescentibus ornatas el postice viradi-tincto; dorso abdominas alisque prope scutellum obscure fuscis. Long. corp. et corp. cum tegm. 10-41,5; lat. 3,5-4 mm.

Femina segmento ventrals ultimo quam paenultimo fere duplo longiore, apice usque ad medium elliptico-sinuato, sinus apsus medio lobulo parvo triangulariter exciso instructus, lobulas lateralibas longrs, rotundatas.

Hab. Territorrum Missionum.

Gyp. pingur Stál quadammodo similis, sed pictura corporis structuraque segmenti ultimi ventris optime diversa. Caput supra subtusque depressum apicem versus attenuatum, antice satis rotundatum; vertice medio quam ad oculos plus quam dimidio

6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

longiore, distincte striato, striis mediis et lateralibus oblique trans- versis, inter se apicem versus convergentibus, linea impressa media interdum obsoleta; ocellis roseis, ante medium verticis sitis, inter se et ab oculis fere aeque longe distantibus vel inter se quam ad oculos paulo magis propinquis; fronte clypeoque aeger- rime punctulatis, hoc apicem versus nonnihil ampliato et medio usque ultra elevato, illa utrimque serie tuberculorum minutorum instructa. Pronotum quam vertex dimidio longius, transversim strigosum, antice et ad margines laterales subtiliter rugulosum, postice late sinuatum, marginibus lateralibus anticis quam posticis quasi duplo longioribus. Scutellum valde acuminatum, basi pun- ctatum, post medium rugosum. Tegmina brevia, apicem abdominis non superantia, venis clavi utrimque fortiter punctatis, apendice membranae angusta. Alae subvitrea, prope basin valde infuscatae. Abdomen virescenti-flavidum, prope scutellum nigrescens. Subtus cum pedibus flavido-virescens, immaculata.

De esta especie poseo varios ejemplares que fueron recogidos en el Territorio de Misiones, por el señor Carlos Backhausen.

2. Gypona retifera BERG, n. sp.

Parva, flavido-verescens; capte pronotoque vittis duabus vel quatuor obsoletissimis luridis ornatis; tegminibus omnino laxe venoso-reticulatis, areolis luridis, venis vrrescentibus.

Mas segmento ultimo ventrali quam paenultimo dimidio lon- giore, ap1ce lalissime rotundato. Long. corp. 6, cum tegm. 7,5; lat. 3 mm,

Hab. Territorium Missionum.

Gyp. brachycephalae Spngb. fortasse similis. Capui breviuscu- lum, supra subtusque parce depressum, ad apicem aliquanto attenuatum; vertice subcirculari, subtillissime striato, striis fere transversalibus ; ocellis magnis, flavis, ante medium verticis sitis, inter se quam ab oculis fere duplo longe remotis; fronte clypeoque subtilissime punctulatis, hoc apicem versus paulo angustato, illa

GYPONAE GENERIS 7

ad latera parum striata. Pronotum transverse strigosum, antice foveolis nonnullis indistinctis praeditum, vittis luridis vix con- spicuis, marginibus lateralibus anticis et posticis fere aequilongis. Tegmina omnino parcius venoso-reticulata, lurida, venis laete viri- dibus, apendice membranae angusta. Alae subvitrede. Abdomen pedesque virescenti-flavida, illud apice viridi-tinctum.

Poseo un solo ejemplar de esta especie, recogido en Misiones. Está caracterizada principalmente por sus pequeñas dimensiones, la posición y distancia de los ocelos, y la coloración y los retículos de las tégminas. |

UNA PLANTA NUEVA

DE LA FLORA URUGUAYA

Á mediados del mes de mayo próximo pasado recibí del distingui- do botánico y amigo señor don J. Arechavaleta, Director del Museo Nacional de Montevideo, un paquetito de plantas uruguayas, para que yo viese si fuera posible determinarlas por comparación con el material de mi herbario, á causa de que los ejemplares recogidos eran incompletos, careciendo en su mayoría de flores y frutos.

Entre las varias especies de ese paquete, me llamó sobremanera la atención una rama recolectada en los montes de la sierra del Pan de Azúcar, cuyas hojas enteras y apergaminadas llevaban al pie un par de enormes estípulas, dándole casi el aspecto de una Bixacea; los órganos reproductores estaban representados solamente por unas inflorescencias axilares filiformes cilíndricas, cubiertas por un gran número de bracteitas triangulares semiabrazantes y empi- zarradas decolor rojo-morado obscuro con bordes vellosos cenicien- tos; en la áxila de dichas brácteas existían botoncitos rudimenta-. rios de flores pero sin que pudieran servir para un estudio taxonó- mico. Contestando, pues, al señor Arechavaleta, le manifesté mi in- terés por el curioso vegetal, encareciéndole que buscara de obtener ejemplares más completos y desarrollados.

Mis deseos no tardaron en ser satisfechos enviándome el señor Arechavaleta, el 14 de septiembre próximo pasado unos hermosos ejemplares del mismo vegetal en plena floración. El estudio de las flores me reveló que se trataba de una Samidacea y probablemente de un género nuevo, pues la planta no calzaba en ninguno de los

UNA PLANTA NUEVA DE LA FLORA URUGUAYA 9

géneros que figuran en la obra de Bentham y Hooker (Genera plan- tarum, vol. L, p. 794 y siguientes); así lo hice saber al activo bo- tánico uruguayo, haciéndole al mismo tiempo presente la necesidad de obtener los frutos, para estar más seguro de la determinación y en tal caso poder dar una descripción completa del nuevo repre- sentante de la Flora de la Banda Oriental.

Con fecha 26 de noviembre, el senor Arechavaleta me anunciaba haber hallado el fruto de la interesante Samidacea en una de sus últimas excursiones, agregando : « el fruto es esférico, del tamaño de un gyuisante, con el estilo persistente, tres placentas con semallas numerosas, un tanto comprimidas por presión, no presentando dila- tación externa mnguna», y el 7 de diciembre me comunicaba ha- berme remitido por correo un ejemplar fructífero, ejemplar que, desgraciadamente y no por qué causa, no llegó á mis manos, te— niendo entonces que reclamar otro del descubridor, el cual me complacía enviándome otro el 20 de diciembre próximo pasado.

El estudio de todo este material me confirmó mayormente en mi opinión primitiva y hoy estoy plenamente convencido que se trata de un género y especie nueva de la familia de las Samidaceas, gé- nero y especie perfectamente caracterizados, que me permito publi- car en esta corta relación, tomándome la libertad de dedicar dicho género á susabio é infatigable descubridor, como testimonio de

gratitud y cariño amistoso para con él.

ARECHAVALETAIA Sre6., n. gen. Samydacearum

Char. Caseariea. Calyz primo subglobosus dei hemisphaertco- turbinatus apertus, sepalas 4 varvatis. Petala O. Stamimna crrcrter 20 hypogyna, 2-3-sticha libera, pilas saepvus majusculis ammazta, filamentos brevibus, antheris subellapsorders EXTRORSUM DEHISCEN- TIBUS, STAMINODIIS NULLIS. Ovarium ovordeum, uniloculare, tn stylum INTEGRUM Aprce TRUNCATUM elongatum, productum, ovulas wm, placentis tribus parietalibus 2-4-seriatim adficas, anatropas subhorizontalabus. Fructus subbaccatus indehiscens polyspermus stylo persistente armatus. Semina subglobosa exarllata exalata- que, testa corvacea, albumimne proterco coproso, embryone parvulo axila, cotyledonibus subovatis radiculam superam non v. vie su-

10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

perantibus. Arbuscula. Folúa alterna SUBDISTICHA AMlegra v. subserrata, EPUNCTATA; STIPULAE MAXIMAE PERSISTENTES OVAÍA€ Ses- - siles v. petiolulatae. Flores parvula breviter pedunculati uni- bracteolata 1 spicas axellaribus pendulas dense congesto.

Genus prope Euceream Mart. ef Lunanian Hook. imserendum ab omnibus Ordinas rite distincium.

A. uruguayensis SPEG., N. sp.

Diag. Glaberrima, plurimetralis, folis patulis elliptacis per- gameners aintegris v. utroque margine vrregulariter paucidentatas, petrolas brevibus anternodia non aequantibus fultis, base stapulis magms ex orbiculari ovatis persistentibus v. brevissime petrolu- latas, spicas floralibus petrolos duplo v. triplo superantibus cer- nuars, floribus atro-purpurers dense congestas, stylo longe exerto, fructabus globosis parvulis e virescenti rosews glabris.

Hab. In silvrs et dumetis monttum Pan de Azúcar vocatorum, Rerpublicae Uruguayensis, leg. Praecl. J. Arechavaleta, vere 1898.

Es, segun parece por las muestras que poseo, un arbusto de bas- tante elevación, normalmente ramificado y bastante tupido; sus ramas, que se separau del tronco bajo un ángulo más ó menos abierto, son cilíndricas lisas, presentando sólo las viejas unas. arrugas longitudinales poco marcadas, vestidas por una corteza de color marrón más ó menos ceniciento y provistas de un regular número de lenticelas más pálidas ó blanquecinas, siendo la ma- dera bastante resistente y compacta, blanca, con un canal medular poco desarrollado, relleno de una médula blanco-rosada; los inter- dios son, por lo general, cortos (5-10 mmno. de long.) y provistos de cojinillos foliiferos más ó menos salientes y angulosos. Las ho- jas son alternas, tendidas casi horizontalmente, dispuestas en ?*/, en las ramas jóvenes y por lo tanto dísticas, en las viejas en 2/5; los limbos son á veces elípticos, á veces laneeolados (1 : 3), gene- ralmente más anchos en la mitad superior (de 40 á 70 mm. de largo por 12-25 mm. de ancho), rígidos casi apergaminados, pero bastante delgados, sin puntos ni líneas transparentes, de color verde obscuro y brillantes en la cara superior, sin brillo, de color

UNA PLANTA NUEVA DE LA FLORA URUGUAYA 11

mas pálido ó algo rojizo en la inferior (en la juventud se hallan ligeramente vestidos de una nubecilla azuleja cerosa), con nerva- duras bien marcadas en ambas caras, una primaria más gruesa central con 86 10 secundarias en cada lado, las que se anastomo- zan en arco antes de tocar el borde; la parte superior ó punta del limbo es acuñado-redondeada, más ó menos aguda ú obtusa, á veces hasta con un diminuto mucrón; la parte inferior ó base es siempre claramente acuñada ; el margen es llano ó con un reborde sumamente angosto doblado hacia la cara inferior, en ciertas ra- mas enterísimo, en otras á veces entero, á veces con uno á siete dientes en cada lado bastante agudos pero poco profundos; los pe- ciolos son, generalmente, muy cortos (de 3 á 3 mm. delong.)cana- liculados en el vientre, convexos al dorso y provistos en su base de dos grandes estípulas apergaminadas, anchamente ovaladas (de 10 á 18 mm. de long. por 15 mm. de ancho) muy redon- deadas en la parte superior, en la posterior oblicuamente troncha- das con ambas orejitas obtusas, la exterior muy pronunciada, á veces sentadas, otras veces sostenidas por un peciolito muy corto y chato, de bordes enterísimo ó con varios dientes anchos y cortos.

Las inflorescencias de color morado obscuro nacen en la áxila de las hojas superiores de las ramas, siendo unas espigas casi sésiles, de 15 4 25 flores, muy tupidas (de 10á 15mm. de largo por 3 mm. de diámetro), generalmente pendientes ó dobladas hacia abajo. Las flores son muy apretadas y sostenidas por un pedunculito muy corto y bastante grueso (de 0,5 á 1 mm. de long.) que sale de la áxila de una bracteita corta anchamente triangular semiabraza- dora, morada, con borde velloso-ceniciento ; al estado de botón son casi globosas (de 1,84 2,2 mm. de largo por 1,54 2,2 mm. de diám.) y más tarde, al abrirse, toman una forma hemisférica ó casi de un cono invertido; los sépalos son valvares y en número de cua- tro, bastante carnosos, de color morado azulejo y lampiños por afuera, por adentro cubiertos de un vello corto tupido ceniciento, cortamente soldados en tubo en la base, libres y ovalados, modera- damente agudos en sus dos tercios superiores. No hay pétalos. El disco está representado por cuatro glandulitas verdes diminutas sentadas en la base inferior y al centro de cada sépalo. Los estam- bres, que no superan nunca los sépalos, son en número de 18 á 20, dispuestos en torno del ovario en tres ó cuatro hileras, completa- mente libres y lampiños, formados por filamentos cortos casi cilín- dricos amarillentos y anteras elíptico-ovaladas rojizas dispuestas

49 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

hacia la parte externa de la flor, abriéndose longitudinalmente, desprovistas de espolones ó apéndices y con un conectivo muy poco visible; entre los estambres se observan numerosos pelos blanque- cinos, de los cuales algunos son cortos y cilíndricos, mientras otros igualan á los estambres, siendo más gruesos y chatos, pare- ciendo unicelulares.

El ovario es globoso ú ovalado obtusamente triangular, muy pe- queño (de 1 mm. de alto y de ancho), lampiño, de color morado, casi negro, enangostándose repentinamente en la parte superior, prolongándose en un estilo cilíndrico (de 2 mm. de long.) que so- bresale bastante de entre los sépalos, tronchado y entero en la ex- tremidad; al interior el ovario no presenta más que una sola cavi- dad, con tres placentas parietales, sobre cada una de las cuales hay un gran número de óvulos anátropos casi horizontales, dispuestos por lo general en tres hileras verticales.

El fruto es una especie de baya muy poco pulposa, irregularmen- te globosa (5-6 mm. de diám.) sésil ó casi, de color rosado sucio, con nubecilla cerosa azuleja y provista en la parte superior del es- tilo persistente y rígido (2 mm. de largo) negruzco y delgado; el pericarpio es relativamente delgado, pero bastante tenaz y á la ma- durezse abre partiéndose irregularmente; en el interior se hallan de 4 á 10 semillas perfectas, mezcladas á algunas otras abortadas, sin substancia intersticial. Las semillas son casi globosas (de2 mm. de long. por 1,5 mm. de ancho y grueso), algo angulosas por la presión mutua, sin alas, arillos ó carúnculas, sobresaliendo en la parte inferior el rafe apenas, lisas, lampiñas, de color negro más ó menos brillante, con el testa apergaminado bastante duro. Cortadas, presentan una parte hueca y otra ocupada por el albumen blanco albuminoideo, en el centro del cual se halla escondido el embrión muy pequeño áxil verde, con cotiledones anchamente ovalados y obtusos y con una raicilla cilíndrica de igual longitud de los coti- ledones dirigida hacia el ápice ó sea la chalaza de la semilla.

Respecto de la planta el señor Arechavaleta me escribe :

« Es arbusto de 2á3 metros, al menos el último que hallé medía esta altura, pero según noticias que después me dieron puede alcanzar á más aún.

«Los primeros ejemplares se encontraban en las orillas del arroyo de Pan de Azúcar, á la sombra de otros árboles, y los ultimos entre Scutía buxifolra, contra los cuales parece que se sostenían derechos. Aunque el terreno era bastante elevado y peñascosa tengo razones

UNA PLANTA NUEVA DE LA FLORA URUGUAYA 13

para creer que las raíces corriendo entre las piedras, debían llegar á fondos muy húmedos y puede ser que á napas subterráneas; á poca distancia se hallaba una galería de mina inundada de agua!

«Los más lindos ejemplares en flor que teng» en mi herbario proceden de un pie nacido entre dos peñascos de conglomerado, en cuya orilla corría un arroyuelo de agua eristalina; supongo que en épocas lluviosas debe bañarlo continuamente el líquido ele- mento. En una palabra, es un arbusto bastante crecido y amigo del agua! »

La Plata, 27 de diciembre de 1898.

CARLOS SPEGAZZINI.

TESORO

DE

CATAMAROUENISMOS

CON ETIMOLOGÍA DE NOMBRES DE LUGAR Y DE PERSONAS EN LA ANTIGUA PROVINCIA DEL TUCUMÁN

Por SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO M. A. Cantab.

Miembro corresponsal del Instituto Geográfico Argentino y miembro correspondiente de la Sociedad Científica Argentina

(Continuación)

APÉNDICE A

PADRON DE QUILMES Y CALIANES (1682)

(Del Archivo Nacional de Buenos 'Aires)

Papel para los años 1684, 1685 y 1686.

En el Pueblo y reduccion de Santa Cruz de los Quilmes, tres le- guas poco más ó ménos de la ciudad de la Trinidad Puerto de Bue- nos Aires, en 12 dias del mes de Abril de 1682 años : El Capitan Don Miguel Castellanos Contador Juez Oficial de la Real Hacienda en di- cha ciudad y sus provincias del Rio de la Plata y Paraguay. Por S. M. que Dios guarde ; para efeclo de hacer padron de los Indios é Indias de dicho pueblo y reduccion y reconocer los que deben pagar Tassa, ó ser reservados de ella en presencia de el presente escri- bano y asímismo estando presentes el Doctor Don Melchor de Izarra Cura doctrinante de dho. pueblo y el Sargento Don Miguel Troncoso su correxidor juntamente con el alferez Clemente Rodriguez Protec- tor General de los Naturales. Y assi todos juntos y haviéndose reco- gido toda la gente de dicha Reduccion á toque de campana que se estuvo tocando por más tiempo de dos horas, y con el libro de Co- leturias que manifestó el dicho Cura Doctrinante y con la lista del último Padron que se hizo de los Indios de esta dha. reduccion el año passado de 1680 en dos dias del mes de Mayo. Se hizo este Pa- dron en la forma y manera siguiente :

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 15

APELLIDOS QUILMES Y CALIANOS (1)

A Apil. Aquinchay. Abancuy (m.). Asojan. Abanchy (m.). Astaban. Abata. Atanco (Aquilza y). Abati. Aucho. Abauchay (m.). Auquí (Caliano). Abayan. Ates. Abayan (Caliano). Aycuña. Acansey. Acchoca (Cacique). B Achaipi (Caliano). Achaipi Caliano (m.). Balinchay (Caliano). Alei (Caliano). Baltos. Alichay (Caliano). Ballais (véase Vallars). Aliue. Bancux (m.). Alsan (Alcan, 2” Cod.). Barrigon. Allampu. Bindus (Vindus, Cod. 2%, Caliano). Allanqua. Amblaquí. Amilca milca, Cod. 2), Calia- 0 no (m.). Ampalla. Cabana. Anchayo. Cabilmay (uwimay, Cod. 2%, Ca- Anchila. liano).

Anjuri (Caliano). Anllagua (m.).

Añaipi (yp, Cod. 29). Apaussa (Caliano). Aquilau (un?) (Caliano).

Cachaupe (ype, Cod. 2%). Cachicachi (Caliano). Cachiqui (Caliano, m.). Cachiqui.

Cachimay.

(1) Para facilidad de referencia se ha reducido la siguiente lista de apellidos á orden alfabético. El signo (m.) significa que el apellido que lo precede es de mujer. Cuando no se indica procedencia se entiende que es Quilme. *

16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Caipicha (pacha, Cod. 20). Chancol (Caliano). Caipuchis (chi, Cod. 2%, Caliano Chansaba (zaba, Cod. 2, m.). (m.). Chalp1 (m.). Calauza. Chapi (m.). Calchiuar. Chapuma. Calimay (Caliano). Chascagua (m.). Caliua (Caliano). Chascaguay (agua, Cod. 2). Caliva. Chauchica (m.). Callafi. Chavel (m.). Camincha (m.). Chayauca. Camllapi (m.). Chayapi. Campacay (Caliano). Chilcomay (Caliano). Campilla (m.). Chucuncay. Canilta (6 2sta) (m.). Chumoy. Casilta (m.). Catali (Cathala, Cod. 2%). F Catalme. Abi Famacalla. Cauanan. Filca. Cauanche. Cauasi (c1, Cod. 2, Caliano, m.). Cavpiccha. G Comanchao (m.). Cunaype. Gachipay. Guachampa. CH Guachil (m.). Gualquitay (Caliano). Chacaba (m.). Gualyaca. Chacassi (asi, Cod. 2%, Caliano, Guallquipa. m.). Guampichan (Caliano). Chafa. Gualchicay. Chaipi (m.). Guanpichan. Chaint (Caliano, m.). Guaquilmay. Chama (m.). Guaquinchav.. Chamica (m.). Guayanble (Caliano). Chamilca (m.). Guayanble (m.). - Champusa. Guayanchil (Caliano). Chanagua (m.). Guayanpi. Chanaype (m.). Guayaquil.

Chancano. Guita.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS

Llasca (Caliano, m.). Llaypucha (m.).

I Ichaua. M Isuanchay (Caliano, m.). Ijama (la /?) Malanzá. Tllaua (m.). Mallica (m.). Nuchaime (m.). Maquitay. Impaxil (m.). Miquinay. Incaize. Mitis (Caliano). Incapacha. Inquina (m.). Ipallam. N Iquicho (m.).: Iquimay. Naycagua (m.).

Isayan (Caliano).

O L Opuccha (m.). Laguachi (m.). Osta vel Hosta (Cod. 20. Laguachi (m.). Laix vel Layx (Cod. 2%).

Lamac. P Limpay. . Paco. LL Pajami (Caliano, m.). Pallamay. Llabca (m.). Pallamay (m.). Llabincay (Caliano, m.). Pasagua (m.). Llacche. Parabay. Llacapas (m.). Peguante. Llacas. Perendengue. Llaica (m.). Pichaguay. Llamac (Caliano, m.). Pipis (m.). Llampa. SAABIS aye (mes) Llamuc (Caliano, m.). Piscay. Llanen. Piscay (m.). Llaquinchay (Caliano, m.). Pisiaca vel Pissi (Cod. 2%).

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 2

47

18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Piti. Piuanche.

0

Quichauel (m.). Quichincha. Quilintay.

Quisami (m.). Quizampa (Caliano).

S

Sabanqui velSauanqui/Cod. 2%. Sachamon.

Sachica.

Sachica (m.).

Sachica (Caliano). Samaya (Caliano, m.). Samayan (Caliano, m.). Saminta (Caliano). Sancalmay.

Salpu (m.). Sanquinay.

Sapajan (Caliano). Sapatucla.

Sapatulca.

Sapaucan (Caliano). Sialtaud (m.).

Sicca (Caliano). Silpicay (Caliano). Silpiguay (m.). Silpina.

Silpincay ó Silpiucay. Silun.

Sillamay.

Simanan (Caliano). Simichan (m.). Sinquinay.

Sipilmana. Sipitulpa. Sipitulpa (Caliano). Siquimay. Siquinay.

Siquitay (Caliano). Subcala.

T

Tancolmay. Tantil (m.). Taquilo. Titayan.

Uchapa (m.). Uchucan. Uguenche. Uncacha (m.). Uncalla (m.). Uncasil (m.). Uti.

v

Valincha y vel Balin (Cod. 29).

Vallais vel Ballays (Cod. 29). Vichicay (m.).

Y

Yabanchin (m.).

Yampaxil vel Yanpasil (Cod. 22,

mi). Yapay (m.).

Yutayan (Caliano).

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 19

Zanquil (m.). Zapalli (m.).

Zapan (m.).

Zapatucla.

Jupiche (1 uprche, Cod. 2”). (Du- doso, posiblemente Quilme).

APÉNDICE B

APELLIDOS DE INDIOS DE AMBOS SEXOS QUE SE ENCUENTRAN EN UNOS EMPADRONAMIENTOS DE FINES DEL SIGLO XVII Y PRINCIPIOS DEL XVIII EN EL ARCHIVO DE CATAMARCA

A

Aballay.

Aballay : cacique Guachajchi.

Aballay : cacique Paysipa.

Aballay : cacique Machigasta.

Abaucha.

Abauchay.

Abilinday : Tinogasta. Acampi : Tinogasta. Acanchi (m.) : Ingamana. Achamin : Olcagasta. Achapac : Guachajehi. Achaupac.

Achipay (m.) : Ingamana. Achuela (m.) : Ingamana.

Achuxna (m.) : Pisapanacu. Achuxna (m.) : Guachajchi.

Aimache.

Alimin : Olcagasta. Alimin : Paysipa. Alucan.

Alugon : Pisapanacu. Allaimi : Guachajchi.

Ampi : Paysipa.

Anitay.

Añacay.

Asaica : Pisapanacu. Asanu (m.) : Pisapanacu. Asimin : cacique Olcagasta. Asintay : Pisapanacu. Aucaba ó Ancaba : Tinogasta. Aumpa : Huasan.

Auquio : Tucumangasta. Avalos.

Axlato.

Ayachi (m.) : Ingamana. Ayachi : Pisapanacu. Ayampox (m.) : Tinogasta. Aymacha : Calchaqui. Aysampas (m.) : Tucumangasta. Ayuchil (m.) : Ingamana. Ayunda.

Ayunda : Pisapanacu. Ayuxna (m.) : Ingamana.

20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

B

Bacali.

Baiamble : Huachasch1. Balanpis (u?) : Pisapanaco. Balcusa.

Balimba : Huachaschi. Bicamsa (m.) : Olcagasta. Billa : Huachasch..

C

Cachusna : Huachaschi. Caimi : Ingamana. Caimincha : Pisapanaco.

Caimincha (m.) : Pisapanaco.

Cajilla : Ingamana. Calduse : Pipanaco.

Calí : Tinogasta.

Caliba ó Catibas : Tinogasta. Caliba : Olcagasta.

Caliba : Paysipa.

Caliva : Guachaxse. Calsapi : Ingamana. Calsapi : cacique Tinogasta. Callamuy : Paysipa. Callave : cacique Pipanaco. Callaxve : Ingamana. Callaxue : Ingamana. Camisa : Ingamana. Camisa : Paysipa.

Camisa : Machigasta. Campilla (m.) : Ingamana. Cañacha (m.) : Amangasta. Capilba : Sabuil-Saujil. Capilma : Sabuil-Saujil. Casanpa : Pipanaco.

Catamon.

Catamon : Tinogasta. Catintuclla.

Cauana (m.) : Ingamana. Coneta : Guachaxse. Cotaoy : Olcagasta. Coyuca : Tinogasta. Cuicha (m.) : Ingamana. Cumali : Pisapanaco. Cumali : Amangasta. Cumanse : Huachasche. Cumanse (m.) : Sabuil ó Saujil. Cumansi (m.) : Pisapanaco. Cumansi (m.) : Pipanaco. Cumansi (m.) : Tinogasta. CumansI.

Cuncas (m.): Ingamana. Cuninja : Amangasta. Cuninjua : Paysipa. Cutayan : Machigasta. Cutoyan : Paysipa.

CH

Chacampi (m.) : Pisapanaco. Chacani.

Chacarac : Ingamana. Chacomo : Tinogasta. Chaicsa (m.) : Ingamana. Chaicsa : Guasan.

Chaiesa (m.) : Huachaschi. Chamaica (m.) : Pisapanaco. Chamaico : Guachaxse. Chamaico.

Chambleca : Sauji!. Chamasin (m.) : Ingamana. Chamaya (m.): Pisapanaco. Chamhana (m.) : Pisapanaco. Chamixta (m.) : Pisapanaco.

- TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 91

Chamuxna (m.) : Pisapanaco. Chanampa. Chanampa : Chanampa : Saujil.

Chanampa : Ingamana. Chanampa : Amangasta. Changano : Guachaxse. Chanquil (m.) : Pisapanaco. Chañaba (m.) : Tinogasta. Chañau (m.) : Saujil. Chasampi.

Chaxiqui : Guachaxse.

Chay (m.) : Olcagasta.

Chaylla (m.) : Tinogasta. Chayta (m.) : Paysipa.

Chico : Guachaxse.

Chinaico (m.) : Ingamana. Choapa (m.) : Guasan. Chullama : Pisapanaco. Chullama.

Chullama : cacique Sauji!. Chumay : Huachaschi. Chumbicha : Guachaxse. Chumbita : Olcagasta. Chumbita : Paysipa.

Chumllau (n?),(m.): Guachaxse.

Huachaschi.

F

Fihala : Guachaxse. Filino : Guachaxse.

G

Gaupi : Ingamana. Guaicasa : Ingamana. Gualcomay : Paysipa. Gualcumail : Ingamana.

Gualsacan : Guachaxse. Guambicha : Pipanaco. Guananca : Amangasta. Guanca : Tinogasta. Guanchicay : Machigasta. Guanchipcha : Pisapanaco. Guansilpa : Pipanaco. Guaquillao : Paysipa. Guaquinchay : Olcagasta. Guasinan : Tinogasíta. Guauchil (anch?) : Ingamana. Guayapi : Tinogasta.

H

Hachampis: cacique Ingamana. Hamanchay (m.) : Pipanaco. Hancate : Saujl.

I

Icampa : Guasan.

Icaño : Pipanaco.

Ichaco : Tinogasta. Ichaguan.

Ichaha : Pipanaco. Ichaica (m.) : Ingamana. Ichambli (m.) : Ingamana. Ichauil (m.) : Ingamana. Ichilco (m.) : Pisapanaco. llhaha : Tucumangasta. Tllauqui : Guachaxse. Tllcapil (m.) : Pipanaco. Imasan : Guasan. Impasil (m.) : Pipanaco. Imsay : Huachaschi. Imucha (m.) : Ingamana. Inchapa (m.) : Tinogasta.

92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Incasapa : Ingamana.

Incasil ó jil (m.) : Guachaxse.

Inquina.

Inquina (m.) : Huachaschi. Inquina (m.) : Pisapanaco. Inquina (m.) : Ingamana. Inquina : Tinogasta. Inquina (m.) : Olcagasta. Inquina : Paysipa. Insama.

Iquisina : Tinogasta. Iquitina : Tinogasta. Isanqui (m.) : Tinogasta. Hincapax : Paysipas.

J

Jotaan : Amangasta. Julaya : Machigasta.

L

Laicsa : Pipanaco.

LL

Llacapas (m.) : Ingamana. Llain : Pipanaco. Llauaico (m.) : Guasan.

Llauchipa (m.) : Ingamana.

Llavaico (m.) : Ingamana. Llumpa : Ingamana.

M

- Machigasta : Machigasta.

Mananqui : Ingamana. Maraña : Amangasta. Matapal : Tinogasta. Maucasi : Olcagasta. Mocayun : Tinogasta.

O

Obensa. Ojachic (m.) : Olcagasta. Olalla.

P

Pahuan : Machigasta.

Pallamaide : Ingamana.

Pallamay : Pipanaco.

Pamostax ó lamostax : Aman- gasta.

Panhacha (m.) : Ingamana.

Paraguay : Pipanaco.

Paraguay : Paysipa.

Pasauca : Ingamana.

Pasiña : Paysipa.

Pasiquin : Tinogasta.

Payauca.

Piguala : Guachaxse.

Piguanse : Ingamana

Pisola.

Pisola : Huachasch..

Pisola : Guasan.

Pulcho : Amangasta.

Pulpai : Pisapanaco.

Q

Quichanqui : Huachaschi. Quichanqui : Olcagasta.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS

S

Sabcala : Tinogasta. Sacaba : cacique Tinogasta. Sacapac : Guachaxse. Sachais (m.) : Tinogasta. Salaba : Amangasta. Saliga : Pipanaco. Samalca (m.) : Amangasla. Samalca (m.) : Tinogasta. Samolca (m.) : Olcagasta. Sancatcha : Tinogasta.

- Sanquinay : Huachasch.. Saquilan : Tinogasta. Saquilan : Olcagasta. Sigampa.

Sigampa : cacique Tinogasta.

Silpino : Tucumangasta. Sillamay : Pipanaco. Simincha : Guachaxse. Simuxcha (m.) : Guachaxse. Sincollay (m.) : Paysipa. Sinchoca : Ingamana. Siquimi : Pisapanaco. Siquiñay.

Siquiñay : Olcagasta.

Soliga : Pisapanaco.

T

Talcayac : Amangasta. Tancaba : Tinogasta. Tibsilay : Tinogasta. Tilian : Tinogasta. Tilian : Amangasta. Toclagua : Tinogasta. Tupula : Huachasche.

U

chumin : Olcagasta. lima : Tinogasta.

neachis : Pipanaco. si : Tucumangasta. timba : Guachaxse.

e e tele

v

Vaquinsay : cacique Pisapanaco

XxX

Xamaico (m.) : Saujil.

Y

Yabati (m.) : Paysipa. Yabatis (m.) : Machigasta. Yacsapa : cacique Amangasta., Yaguachi (m.) : Paysipa. Yamostac : Amangasta. Yampas (m.) : Guachaxse. Yampas : Pisapanaco. Yampax : Paysipa. Yampos : Pipanaco. Yamsil (m.) :Ingamana. Yamsil (m.) : Huachasche. Yamuxin (m.) : Guasan. Yauquin : Huachasche. Yausil : Amangasta. Yemali (m.) : Huachasche. Yobate (m.) : Tinogasta. Yucachac : Tinogasta. Yucsilpi : Amangasta.

23

24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

PADRÓN DE 1688

A

Abati : Calchaqui.

Abaucal : Calchaquí.

Abayu : cacique Alto.

Aculpa : Yocan.

Anguio : Guachaxse.

Apotauca (n?) : Ascata.

Ascati : Paquilingasta.

Atan ó Catan : Collagasta.

Axlato : cacique Ingamana.

Ayumna : Colpes.

Ayuncha : cacique Hampagcas- chas.

Ayunda : cacique Paquilingasta.

Ayunta : cacique Motemo.

B

Bachacsi : Calchaquí. Bajinan : Asabgasta. Balincha : cacique Sijan. Balinchay : Ascata. Balincho. : Calchaquí. Bilimpa : Calchaquí.

C

Cachoca : Yocan. Caliba : Amangasta.

Calsapi : caciquePantano (1712).

Callavi : cacique Pipanaco.

Camalan : curaca Lacmi.

"Casiba : Alto.

Casiba : Santa Gertrudis, Lon- dres. Catamon : Asabgasta. Catan (Atan?) : Collagasta. Cauilaua : Calchaquí . Caxcha : Calchaquí. Cocta : Calchaquí. Colloupe : Calchaquí. Concaui (n?) : Villapima. Cosalan : Yocan. Coyamichi : nación Zerana. CumansI : Paquilingasta.

CH

Chacum : Pituil. Chalimin : Calchaquí. Chanampa : cacique Tinogasta. Chancanqui.

Chancon : Vilgo ó Silgo. Changano : Guachaxse. Chasamp1i : Colana. Chaxuique : Ingamana. Chiccha : Calchaquí. Chisco : Calchac. Chumai : Calchaquí. Chupalli : Calchaquí.

E

Escupal : Yocan.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 25

F

Fixala : Mocovi (?).

G

Guacamay : Calchac (?). Guachilca : Asabgasla. Guagalsiax : Calchac (?). Gualampi: (?).

Gualcusa : Colana. Gualchay : Calchaquí (?). Gualincha : Calchaquí. Gualsi : (?).

Guambicha : Lacm: Calchac. Guanchicay : Guachaxse. Guaquilmay : Yocan. Guenca : Calchaquí (?).

H

Hampasti : Calchac. Hampi : Villapima.

I Icain. Iculcha : Calchac. Incayan : Yocavil. Inga : Huasan. Iquimay : Yocavil (?). Itaquil : Yocavil (?).

J

Juaychap1 : Calchac.

Lindon : Alto.

Liquimay : cacique Ingamana. LL

Llocain : Calchac.

Llumpa : Ingamana. M

Machagbai : Paquilingasta.

Machapal : Calchaquí. Machico : Collagasta.

—Maquicha : Paquilingasta.

Maquis : Villapima. Moca : Calchaqui (?).

0)

Olalla : Asabgasta.

P

Pabil : Calchaqui. Palintay : Calchaquí. Pallamay : Colpes. Pasiquin : Asabgasta. Piguala : cacique Colana. Pisayaca : Guachaschi. Pituil : Pituil.

26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Q

Quemupi : Yocagasta ó Pachian.

Ss

Sacaba : cacique Ascata.

Sacaba : cacique Ascata (1712).

Saculpa : Yocan.

Sachamon : Calchac.

Saliga : Colpes.

Saligua : Hampagcaschas.

- Sanquinay : cacique Colana. Selayan : Calchac.

Sicampa : Calchac.

Sigamba : cacique Villapima. Silcuyo : Calchaquí.

Silpian : Gualfin.

Silpian : Yocan.

Silpino : Calchac.

Silpino : Tucumangasta.

Siucan : Motemo. Sinchuca : Calchac. Subpalaz : Pituil. T Ticopares : Paquilingasta. Tilian : cacique Asabgasta. Y Yacsapa : Londres. Yucama : Calchaquí. : Yucayo : Tinogasta ó Calchac. e

Zacayan : Lacmi.

APÉNDICE

NOMBRES SACADOS DE LOS EMPADRONAMIENTOS DE INDIOS

EN SAN

Mellepcdy.

MIGUEL DE TUCUMAN

47141

Padrón de Yucmanita y padrón de Toxpo, sin apellidos de indí-

genas.

Padrón del Conventillo, indios Anconquixas, Gastonas y Eldetes : Bavumsa ó6 Bauimsa, cacique de Anconquija; Sula, cacique de Gastonas y Eldetes (hoy Concepción y Medinas).

Padrones de Lacme en la Ramada (Concepción), de Nacche y Niogasta; sin apellidos indígenas.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 97

Padrón de Santa Ana : Catibas, alcade; Anitamñ, cacique.

Padrón de Marapa : Lapan, cacique.

Padrón de Anchaxpa : Sinchuca, cacique.

Padrón de Chiquiligasta : Chalin, cacique.

Padrón de Anamupila, en Monteros : sin apellidos indígenas.

(Del archivo que estaba en la escribanía del señor Lauro Román.)

1714

Título de cacique á favor de Alonso Chamcana, curaca de los indios Amaichas, que hoy viven en el valle de Calchaquí, cerca de Santa María, á la entrada del valle ó quebrada que conduce á Tafi.

Genealogía del cacique don Diego Uta Quariina (1), padre de don Franersco Chauca, casado con doña Josepha Cam Yabe, padres de don Alonso Camcana.

(Mismo archivo, legajo número 36).

1788

Un indio de Tasa, llamado Francisco Apomarta hace su testa- mento. (Legajo número 19.)

1668

Reclamación de unos indios huérfanos en que son declarantes Juan Callafe, Rodrigo Caspamac y Juan Ybalo, naturales del pueblo de Anconquija, situados en aquel entonces en Naschi.

1606

En unas diligencias de Merced de la familia histórica de Medina se nombra á los caciques don Alonso Quispe Ynga y don Alonso Sichacañar.

(1) En otras partes de Catamarca existe aún familia de Guaytimas, creo que en Tinogasta.

28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

1720

En un legajo con número 14 se halla un Empadronamiento levantado por orden de don Estevan de Urizar y Arespacochaga. Sólo se citarán los Padrones que contienen apellidos indígenas.

- Padrón de Chiquiligasta : apellidos Salcao, Niogasta, Inga. Padrón de Santa Ana : apellidos Acapianta, Asogasta, Catimba. Padrón de Marapa : apellidos Catamtucla, Ybalo.

Padrón de Anconquija : apellidos Gayunsa (el cacique), Sola (cacique de los Eldetes).

Padrón de Uclicha : apellido Sas (cacique).

Padrón de Amaicha : apellidos Chuque (el cacique), Lasalpe, Ayacac.

Padrón de Quilmes : apellido Catin (curaca).

Padrón de Tocpo : apellido Ya Santos (cacique).

1711

En el legajo número 36 está otro Empadronamiento del mismo - don Estevan de Urizar y Arespacochaga.

Padrón de Famaillá : apellidos Chasrque, el « curaquilla » llamá- base Lucas Incaro.

Padrón de Quilmes : sin apellidos indígenas.

Padrón de Amaicha : apellidos Chau (el curaca), 4tac, Conse- máy, Liquimáy, Calante, Masán, Casimáy, Cusillo.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 29

APÉNDICE D

( CUZCO » DE MAGA GOMEZ, DE MUACO (1834)

Mi hijo : Churiy, dice el padre.

Mi hijo : Huay, dice la madre.

Casa blanca : Huas1 yurac.

Varón lindo : Ccara sumah.

Esto es mio : Cayca noccapah.

Esto es tuyo : Cayca ccampañh.

Tengo plata : Noccapima collquecta.

¿Tú tienes plata? ¿Apinquaichu collquecta?

Pedro tiene plata : Pedro apwn collquecta.

Nos, etc. : Noccanchis apanchas collquecta.

¿Hay pasto? : ¿Apinquachu pastuta?

No hay : Mana ap.

Yo hallo : Voeca tarins, suc rumita.

Todavía no he dormido : Manarac pañunichau.

¿Qué andas buscando? ¿Ymata mascanqui? vel ¿ymata mascas purimqua ?

Yo estaba queriendo al niño : Nocca munas tiyans huahuata.

¿Está mi padre? ¿Mana tatayca tiyanchu? la y casi no suena.

Traemelo esto. : Apampuay.

Trabanjando estaba y me cansé : Llancas tians saycunt.

( CUZCO » DE ROSA CUSILLO, DE SIJAN (1887 Y 1888)

Vinuta couay tucuchanaypac : Vino dame para que lo acabe yo. Hiluta couay ciranaypac : Hilo dame para que lo hile.

Na wañurka : Ya murió.

Nocaca : Yo (no ño).

Wanustian: : Me estoy muriendo.

Atarini : Levantarme.

Paypis : El.

30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Chuncu : Mucha gente.

Machi : Médico.

Amprsca : Curar.

Waracacha : Correr (en Quichua es : correr á pedradas). Yocay : Subir.

Caballumpr : A caballo.

Charabon : Suri corredor.

Charabon+sito : Suri chico.

Dedollacta : Dedos.

Morco : Vieja.

Uñapa : India vieja.

Huwrpr : Decía la liebre.

Nocca : Yo.

Kjam : Tú.

Bayas iEl:

Noccanchis : Nosotros.

Kjamcuna, kjamkichis : Vosotros.

Paycuna : Ellos, ellas.

Huasiy : Mi casa.

Huasiy ki : Tu casa.

Huasin : Su casa.

Huasinchis : Nuestra casa.

Huasinkichis : Vuestra casa.

Kjampa huasiykai : De Vd. es la casa.

Kayca noccapa : Esto es mio.

Llamtata apumuy : Dame leña.

Churay ninapi : Ponlo en el fuego.

Kayca Pedropas sara : Este maíz es para Pedro. Kayca kjampa sara : Este maiz es tuyo. Noccama bueno cani : Yo soy bueno.

Bellaco carca Pedro : Pedro era malo.

Huayna suma ; Lindo mozo.

Shaipas suma : Linda moza.

¿Ymata ruas purimki? : ¿Qué andas haciendo ? Tarpustian : Ando sembrando.

¿Aca regas rinki? ¿Cuándo vas á regar?

Caya : Mañana.

Na (sa) huañorka : Ya se murió.

Chayta micus rinki uañunki : Si comes eso te morirás. Uañunas trani : Estoy por morirme.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 31

Couaychis micunas tran : Dadme que estoy por comer; ¿va no ch de actualidad.

Cunan punchau : Hoy.

Caya : Mañana.

Caya mincha : Pasado mañana.

Caina : Ayer.

Suyay : Espera.

Kjam sajara canki nocca sumas cant : Yo soy más lindo que tú.

Yscayma puñus rim: Vamos á dormir los dos.

Cuchillop malapi liyancu (errado) : Tiene el cuchillo en la mano (mal). :

Adios na rima - Adiós, ya me voy.

¿Imata nipus rink1? ¿Qué le vas á decir?

Nocca msá caya : Yo 1ré mañana.

Pay hamunca caya : El vendrá mañana.

Caya suyas rínki : mañana me vas á esperar.

¿Aycapt chayanka? ¿Cuándo has llegado ?

Ynti rupas tian : El sol está quemando.

Lucero llocsis tran : El lucero está llegando.

Noccá corkr : Yo te doy.

Kjam couanka : me das.

Pedre cosunka : Pedro le dará.

Mesasanipi churay : Pónlo sobre la mesa.

Mesa urampi churay : Pónlo abajo de la mesa.

Churi : Hijo, dice el padre.

Nocca uauaypa mamancani » Yo de la criatura soy madre.

Shipas noccapa canka : eres mi hija.

¿Mayman rincu shipas cuna ? ¿ Dónde se han ido las mozas? decían los padres.

Concor : Rodilla.

Arastianks labranzap1 : Estás labrando en la labranza.

OQwstupa, le decían al talka, y lo hacían saltar.

Huayras tiyan : Está con viento.

Anchata : Mucho.

Huayraca pucaya hamunca : Viene coloreando el viento (vendrá).

Manca atunta sayachinka : Olla grande ha de parar, fut. pro. imp.

Archata cuchinka cuchilluan : Carne has de cortar con el cuchillo.

Bombillarqus collquemanta : Tu bombilla es de plata.

Camatki puñunaykipac : Tu cama es para dormir.

32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

APENDICE E

NOMBRES DE LUGAR

PROVINCIA DE TUCUMAN

Departamento Tafi-Colaláo

Quichua. Castellano. Tio-punco. Puerta de arena. Machoguañusca. Viejo muerto. Nuñorco. Cerro como pecho. Huacho. Potrerillo del huérfano. Huasamayu. Río de atrás. Quiscutula. Espina chica.

Quichca Grande. Espina grande. Tacana. Mano de mortero. Carapunco. Puerta de cuero.

Cacán : Tafí, Encalilla, Colalao, Quilmes, Anjuana, Pichao, Amaycha ó Amhuaycha, Churqui, Managua, Talapasu, Yuchaya, Siambon.

Departamento de Trancas

Tacanas. Golpeador ó Morteros. Chulca. El menor.

Molleyaco. Agua del Molle. Cachiyaco. Agua de la Sal. Chuscha. Que sacude.

Queñua. Nombre de árbol. Guasamayo. Río de atrás. Chaquivi!l. Vil del pié.

Vipos. Nombre de un pescado (Vipos).

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 33

Quichua. Castellano. Pingollar. Lugar de flautas. Totora. Enea (especie de junco).

Cacán : Colalao, Tipas, Yaramí, Choromoros, Mizos Notco, Anca- juli, Anfama, Vipos, Ticucho, Yaram1 (cerro).

Departamento de Burro - Yaco

Burro-yaco. Aguada del burro. Sunchal. Donde crece esta yerba. Nío ó Mío. Yerba venenosa. Talapampa. Pampa del tala. Tarucapampa. Pampa del venado. Chilca. Nombre de planta. Carahuasi. Casa de cuero. Anta. Tapir.

Allpasinchi. Tierra fuerte. Talapozo. Pozo del Tala. Overopozo. Pozo del overo.

Cacán : Lampaso, Chañar (nombre de árbol), Culimé (?), Yni- ma (?), Yuchan (Palo borracho), Uncos (?).

Departamento de la Caprtal

Cacán : Raco, Anfama, Tafí Viejo, Taficillo, Salí.

Departamento de Famayllá

Cacán : Famayllá.

Departamento de Leales

Piruas. Trojes. Cuchihuasi. Casa del chancho,

AN.. SOC. CIENT. ARG. T. XLVIIl 3

34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Quichua. Castellano. Talacocha. Laguna del Tala. Sunchopozo. Pozo del suncho. Yutuyaco. Agua de la perdiz. Uturunco. Tigre.

Churqui. Especie de aromo. Yantapallana. Alzadero de leña. Cachiyaco. Agua de sal, Condorhuasi. Casa de cóndor.

Cacán : Mancopa (?), Quilmes, Sandi (?), Diclo (?).

Departamento de Monteros

Yacuchina. Hembra de la aguada. Aranilla. Lugarcito de labranza. Huasapampa. Pampa de atrás. Pampamayu. Río de la Pampa.

Cacán : Caspinchango, Yonopoogo, Pilco, Simoca, Calancha (?).

Departamento de Chicligasta

Allpachiri. Tierra fría.

Chilimayu. Río del frio.

Yucuco. Dos en cópula. Chimpana. Vadeadero.

Yngas. Familia de este apellido. Yacuchirt. Agua fría.

Cacán : Jaya, Yltico, Belicha, Chicligasta, Niogasta, Yalapa, Am- pata, Ampatilla, Arocas.

Departamento de Rio Chaco

Tacanas. Manos de mortero ó morteros. Molle. Un árbol así llamado.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 30

Quichua. Castellano. Ychupuca. Paja colorada. Yanamayu. - Río del negro. Quixca. Espina.

Cacán : Escava, Marapa, Yaquilo, Churqui, Naschi (?), Tipa, Ma- tasambe (??).

Departamento de (rraneros

Huacra. Cuerno.

Suncho. Una planta.

Cocha. Laguna.

Pampamuyo. Pampa redonda. Huillapujio. Manantial de la liebre. Tacoralo. Pocos algarrobos. Rumiyuraj. Piedra blanca. Sauceguascho. Sauce huérfano. Rumipunco. Puerta de piedra.

Cacán : Bajastiné (?), Mistol, Coco (?) (un árbol), Yapachin, Tala- sancha (?).

PROVINCIA DE CATAMARCA

Departamento de La Paz

Tacopampa. Pampa del algarrobo: Condorhuasi. Casa del cóndor. Pumayaco. Aguada del león. Suncho. Planta.

Cacán : Quimilo, Olta, Motegasta, Ycaño, Sichan, Anjult, Alibi- gasta.

Departamento de Ancasti

Totoral. Pajonal de eneas. Taco. Algarrobo.

36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Quichua. Castellano. Tacana. Golpeador (mano de mortero) ó mortero.

Cacán : Allega, Sipca, Ypisca, Ancasti, Simbol, Anquinsila, An- chocal.

Departamento del Alto

Yuturuntuna. Hueveadero de perdiz.

Surnipiana. Lugar deslumbrador. Tacopunco. Puerta de algarrobo. Puncochacra. Chacra de la puerta. Mollepampa. Pampa del molle. Choya. Claro.

Collagasta. Gasta del colla. Tintigasta. Gasta de la langosta. Unquillo. Sanguijuela pequeña. Allpasarcuna (?). Pisadero de tierra. Churqui-patta. Churqui ancho.

Cacán : Albigasta, Vilapa, Tapayor, Bilismán, Achalco, Simo- gasta, Ancuja, Huayamba, Amaypchala, Guamuna, Quiscoyan (?), Yloga, Súcuma, Aillapaso, Talasí, Simbollán.

Departamento de Santa Rosa

Huacra. . : Cuerno.

Cacán : Ampallo, Ovanta, Alijilan, Quimillpa, Jarilla (un ar- busto), Yaquicho. |

Departamento de Paclin

Chamico. Una solanácea.

Cacán : Yocán, Carán, Paclín, Samampa, Catamarca, Balcosna, Quico.

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 31

Departamento de Piedra Blanca

Cacán - Fariñango.

Departamento de Valle Vaejo

Quichua. Castellano. Pampa. Campo despejado. Gualcama. Puros zanjones.

Cacán : Sévila, Polco, Motimo.

Departamento de Capayán

Villapima. Ajuar de la liebre. Capayán. Camino real. Chumbicha. Que hace la faja. Trampasacha. Arbol de la trampa. Tipana. Que sirve para canastos. Pampichuela. Pampa pequeña.

Cacán : Coneta, Guico, Biliján, Tipana, Visco.

Departamento de Ambato

Humaya (1), Ayapuman. Calavera. Pucarilla. Diminutivo de Pucará.

Cacán : Humaya, Singuil, Enjamizajo (cabeza mala). Departamento de Pomán

Unquillo. . Sanguijuelita. Suriyaco. Agua del Avestruz.

(1) Si la voz es del Cuzco la construcción sería ésta : Cabeza cadavérica; por que en nuestra región el adjetivo se posterga, contrariando la regla del Quíchua.

38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Quichua.

Burroyaco.

Huaicohondo. Condorhuasi.

Ambato. Colana. Apoyaco. Tuscamayo. Tacusuni. Rumiyana.

Castellano. Agua del burro. Quebrada honda. Casa del cóndor.

Sapo.

Lo más alto. Agua del Señor. Río de la tusca. Algarrobo largo. Piedra negra.

Cacán : Culanao, Huillanco ó Huillanca, Minchis, Pihualas, Sa- guillar, Salcamanao, Tucumanao, Tuscha, Cativas, Valgar, Lam- pasillo, Mutquin, Tuscamayo, Pajanco, Sijan, Malcasco, Mishango, Saujil, Pisapanaco, Joyango, Colpes, Pijanco, Muchareal, Pipanaco,

Asayan, Huañumil.

Departamento de Tinogasta

Chilca. Totora. Copacabana. Cachiyuyo. Huaico. Ojota. Pillobuasi. Jasipunco. Huasayaco.

Condorhuasi.

Tola. Yngahuasi. Istataco. Yacuchull. Pallca. Toroyaco. Chucho.

Una planta.

Enea.

Mirador de lo azul. Yerba de sol. Quebrada. Sandalias.

Casa del pillo. Puerta de la tosca. Agua de atrás. Casa del cóndor. Arbusto. Casa del Inca. Cabello de ángel. Aguadita. Horqueta.

Agua del toro. Fiebre.

Cacán : Saujil, Andulucas, Vinquis, Chilca, Abaucán, Tinogasta, Chanampa, Machaco, Jasi, Aniyaco, Batungasta, Sunjal, Saujil,

TESORO DE CATAMARQUEÑISMOS 39 Fiambalá, Guanchin, Apocango, Anchoca, Colpe, Chaschuil, Pillo- huasi, Jasipunco, Chañar, Chuquisaco, Colpes, Taton, Istataco, Quisto, Lampallo, Pairiquí. Purulla, Hlanco, Antofagasta, Anto falla, Oiri, Meringuaco, Chusidaca, Joti, Yjaser, Tujlli.

Depurtamento de Belén

Quichua. Castellano. Yacutula. Aguada pequeña. Condorhuasi. Casa del cóndor. Vicuñorco. Cerro de la vicuña. Guasayaco. Aguada de atrás. Jasipunco. Puerta de la tosca. Altohuasi. Casa en el alto. Papachacra. Chacra de las papas.

Cachiñan. Camino de la sal. Rumimonton. Montón de piedras. Chuclaguaico. Quebrada de la casa prestada. Rumiyaco. Ayua de la piedra, Carachipampa. Pampa de las costras. Pomahuasi1. Casa del león. '

Cacán : Famayfil, Zapata, Asampái, Loconte, Toconáo, Yanipe-

senco, Culumpajáo, Yasipozo Ampujaco, Gualfin, Eje, Villavil, Astál, Lampasillo, Changorreal, Llepe, Compo, Yaculuti, Aparuma.

Departamento de Andalgala

Pampayana. Pampa negra. Piscuyaco. Agua del pájaro. Pucará. El Fuerte. Tacupalta. Arbol ancho. Tacoyaco. Agua del algarrobo. Carapunco. Puerta de cuero. Cochuna. Cuchillo, etc. Huasán. Alto de atrás. Pichanal. Monte de retamas. Chañaryaco. Agua del chañar.

Chaquiago.

Agua del pié.

40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Quichua. Choya. Muschaca. Guasán. Ingahuasi. Carachipampa. Yacuchuya. Tampa-Tampa. Chaupiyaco. Quinchana. Concha.

Castellano. Claro. El puente. Alto de atrás. Casa del Inca. Pampa de la sarna. Agua clara. Enredado. Agua del medio. Que sirve para quinchar. Algo de fuego.

Cacán : Huañumil, Biscochán, Lampaso, Anconquija, Pisavil, Villavil, Pilciáo, Tulisquin (un árbol), Ingamana, Muschaca, Ama-

náo, Malico, Ari.

Departamento de Santa Marta

Siquimil. Lorohuasi. Chañarpunco. Tampa-tampa. Piscuyaco. Palomayaco. Huanacoyaco. Chafiñan. Talcatuclla. Guasamayo. Uturunco. Yutuyaco. Pumaguada. Toroyaco. Chaupimayo. Piscacruz. Michito.

Vil del trasero. Casa del loro. Puerta del chañar. Enredo.

Agua del pájaro. Agua de la paloma. Agua del guanaco. Camino de la falda. Enlasador de guanacos. Río de atrás. Tigre.

Agua de la perdiz. Aguada del león. Agua del toro.

Río del medio. Cinco cruces.

El gatito.

Cacán : Balasto, Pajanguillo, Ampajango, Andahuala, Muchisla, Yapes, Caspinchango, Masáo, Famabalasto, Chafiñán, Chiñucán,

Cachuán, Churcha, Suriana.

BIBLIOGRAFÍA

I. CIENCIAS EXACTAS

Delassus (Et.), Chargé de conférences a Université de Lille. Lecons sur la Théorie analytique des équations aux dérivées partielles du pre- mier ordre. A. Hermann, Paris, 1598 /1 foll. de 88 p...

Reseña crítica por Fehr (H.), Privat-Docent a 1'Université de Genéve, en Revue générale des sciences, marzo 15 de 1898 /año 9”, n* 5, p. 192.

,

Dice el autor del breve análisis dedicado á esta obra, que ella merece ser colocada al lado del tratado clásico de M. Goursat.

... Tiene por objeto dice la teoría analítica de las ecuaciones de derivadas parciales del primer orden, expuesta desde un punto de vista nuevo, gracias á la introducción de una forma canónica absolutamente general. Esa forma da á la teoría mucho mayor unidad que la que tenía hasta hoy; no exige, para los métodos de integración, la distinción entre el caso en que la incógnita figura en las ecuaciones y aquel en que no figura.

Después de haber presentado la reducción de los sistemas á la forma canónica, el autor establece el teorema fundamental de la existencia de las integrales de un sistema canó- nico. Es el teorema de Cauchy generalizado. Después define el problema de Cauchy relativo á un sistema cualquiera del primer orden. Luego vienen la reducción á ecuaciones suce- sivas y la reducción á una sola ecuación. Esas trasformaciones conducen inmediatamente al método de Mayer para la integración de los sistemas lineales.

Termina M. Fehr su reseña con algunas indicaciones relativas á la última parte : integración de los sistemas no lineales, basada sobre la teoría conocida por de la integración completa. F. BIRABEN.

Richard (J.), Professeur de mathématiques au Lycée de Tours. Lecons sur les méthodes de la géométrie moderne. Société d'éditions scien- tifiques, Paris, 1898 (1 vol. in-8” de 240 p., con fig. ; 6 fr.).

42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Reseña crítica par C.-A. Laisant, Docteur és-sciences, en Revue générale des sciences, junio 30 de 1898 (año 9”, n* 12, p. 504).

Dice M. Laisant que el fin perseguido por el autor de este libro destinado sobre todo á la enseñanza no puede ser más útil; que la geometría moderna ofrece recursos de que se encuentran desprovistos la mayor parte de los alumnos, aun en las clases de « Matemáticas especiales » de los colegios. Pero reprocha al autor el punto de vista demasiado analítico en que se ha colocado, á despecho del título, lo que por otra parte se explica por la tentencia actual de la enseñanza. Repróchale también el haber querido introducir demasiados sujetos en su libro, á pesar de conservarle una forma sumaria.

Hechas estas reservas, M. Laisant termina diciendo que no por ellas deja de con- siderar la tentativa de M. Richard como eminentemente interesante, pues es triste ver, en el país de Charles y Poncelet, el estudio de la geometría moderna poco menos que abandonado en la enseñanza; y M. Richard le parece ser la persona indicada, por su vasta instrucción y su amor á la ciencia, para realizar la Obra útil que queda aún por hacer en este orden de ideas. F. BIRABEN.

Darboux (Gaston), Membre de l'Institut, Professeur de géométrie supérieure A Université de Paris. Lecons sur les systémes orthogonaux et les coordonnées curvilignes. -- Gauthier—Villars et fils, Paris, 1898 (1 vol. ¡n-8* de 340 p.:; 10 fr.).

Reseña crítica por J. Hadamara, Maítre de conférences á la Faculté des sciences de Paris, en Revue générale des sciences, agosto 15 de 1898 (año 9, n* 15, p. 623-624).

El conocido profesor de la Facultad de París dedica un análisis bastante extenso é interesante para los que se preocupan de las teorías elevadas de la ciencia matemática á la nueva obra del eminente sabio francés, con la cual éste acaba la exposición de la ciencia geométrica actual, comenzada años atrás con las célebres Legons sur la théorie des surfaces. « Así como estas tienen por punto de arranque la representación de los puntos de una superficie mediante dos coor- denadas dice el estudio de.las propiedades del espacio independientes de la geometría de las superficies descansa sobre el empleo de los sistemas de tres coordenadas curvilíneas y, en particular, de las más interesantes de ellas, los sistemas ortogonales ».

Difícil sería presentar aquí un resumen de este resumen de la importante y elevada obra. El tema, de por abstruso, íntimamente relacionado con las nuevas concepciones del hiperespacio, no puede tener interés sino para un número muy restringido de lectores: y no abundan aún entre nosotros los especialistas en estas

nuevas y abstrusas materias. F. BIRABEN. Nau (F.), du clergé de Paris. Formation et extinction du clapotis (Thése de la Faculté des sciences de Paris). Gauthier—Villars et fils, Paris,

1898 (1 foll. in-4*, de 56 p.). Reseña crítica por Léon Autonne, Maítre de conférences á la Faculté des

Ñ

BIBLIOGRAFÍA 43

sciences de Lyon, en Revue générale des sciences, junio 30 de 1898 (ano 9. n* 12, p. 504).

Es M. Nau uno de los numerosos alumnos del eminente sabio Boussinesq, á quien tan importantes contribuciones debe la Física matemática y la Mecánica de los fluidos. En este trabajo, el primero generaliza y completa en varios puntos la teoría del segundo, aplicándose principalmente al cálculo de la constante que regula la extinción del clapotís bajo la influencia de los frotamientos. El autor considera los diversos casos del dificultoso fenómeno hidráulico : en mar (medio indefinido, frotamientos exteriores nulos,; en un cubo rectangular (acuario): en un tubo en U; en un vaso cilíndrico.

Estos curiosos y muy difíciles estudios algo abstrusos y teóricos aún son más antiguos de lo que pudiera creerse. Así. afuera de la noticia histórica sucinta que presenta M. Nau, se encuentra (según M. Autonne) un análisis histórico razo- nado y muy completo de la materia en la memoria De la Howle el du Clapolis publicada por el ingeniero Flamant en colaboración con el célebre de Saint-Ve— nant “Annales des ponts el chaussées. 1888, p. 705-808). Ahí se hallan citados los nombres de Leonardo de Vinci, Newton, Laplace, Poisson, Ostrogradski... En los últimos años los estudios más importantes sobre la materia se deben á Boussinesq.

Gracias álos progresos de la fotografía del movimiento, estos estudios teóricos de hidráulica pueden controlarse por la experimentación, cuyos resultados con— cuerdan con los de la teoría. Así, en el laboratorio de M. Marey se fotografían perfectamente masas líquidas sometidas al clapotis, con pequenos flotadores en suspensión /bolillas plateadas. F. BIRABEN.

II. CIENCIAS NATURALES

Comunicaciones del Museo nacional de Buenos Aires, Tomo I, n” 2, Buenos Aires, diciembre 17 de 1898.

Con materiales muy interesantes y de verdadera importancia ha aparecido la segunda entrega de la nueva publicación que dirige el doctor Carlos Berg.

Sobre los enemigos pequeños de la langosta peregrina Schistocerca peregrina (Burm.) se titula el primer artículo, debido al doctor Berg.

Se estudian en él la lombriz Mermis acridiorum (Weyenb.) Berg, la mosca Agría acridiorum ¡Weyenb.) Berg, y el coleóptero llamado Champi (Trox sube— rosus FJ.

La lombriz, que es un verdadero parásito de la langosta migratoria, vive en las cavidades abdowinal y torácica, alimentándose del cuerpo adiposo y alcanza hasta 295 milímetros de longitud.

Según mis observaciones hechas sobre miles de langostas, sólo se encuentra en las saltonas (larvas), impidiendo su desarrollo al estado de insecto perfecto.

Conjuntamente con el doctor Rafael Herrera Vegas, he investigado en su establecimiento de Luján, á principios del año pasado, grandes cantidades de langostas respecto á este

44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

parásito, y hemos constatado que cerca de un 50 á 60 %/, se hallaban infestados, pero únicamente en estado de larva. Era tan notable la diferencia de aspecto entre los ejem—- piares atacados por la Mermis y los que no la tenían, que á simple vista ya podíamos diagnosticar su presencia ó falta.

Como en otras ocasiones ya he indicado, no conviene quemar las langostas que se recogen para su destrucción, para no destruir al mismo tiempo el enemigo natural que se aloja en su cuerpo, á fin de que éste pueda procrearse, en beneficio de la agricultura. Debe, más bien, aconsejarse el enterramiento de la langosta para asegurar su muerte sin perjudicar la vida del parásito.

La mosca Agria acridiorum (Weyenb.) Berg, cuya exacta posición sistemática sólo ahora se ha determinado, es un poderoso enemigo de la langosta voladora, á

la cual destruye en gran número, ya sea produciendo directamente su muerte ó bien inhabilitándola para la reproducción.

La larva parásita vive. por lo general, en la cavidad torácica del ortóptero, más raras veces en la abdominal, en número de 1 á 6. Llegada al estado de adulto, abandona á su huésped para transformarse debajo de tierra en crisálida ó pupa, y después de 12 4 15 días, en el insecto perfecto, es decir la mosca en cuestión.

La mosca deposita los huevos en el cuello ó protórax ¡cerca de las incisuras) del saltón, cuando éste hace la última muda de piel, época en la cual está débil, blando y algo vis- coso. La larva salida del huevo penetra en el interior de la langosta, para hacer allí su obra destructora.

También en este caso conviene proteger el parásito enemigo de las langostas, no que- mando á éstas cuando las recogen con el fin de destruirlas.

El champ, de vasta distribución geográfica, ha sido presentado como voraz engullidor de huevos de langosta.

Mis observaciones me han conducido á reconocer que lo que este coleóptero en reali- dad apetece, no son los huevos, sino la substancia protectora que los envuelve ó tapa. De esta manera el champi priva á los huevos de la cubierta que los protege contra la intemperie, de donde resulta su pronta descomposición.

Es entonces que la mosca común deposita sus huevos cerca de las ootecas (espigas de huevos) putrescentes de la langosta, para asegurar el alimento á su prole. La larva de la mosca, después de nacer, encuentra así la materia nutritiva, es decir, los huevos de lan- gosta descompuestos, de manera quetampoco es destructora del ortóptero ó le sus huevos, como erróneamente se ha asegurado algunas veces.

Conclusión : El champi es un destructor indirecto de los huevos de langosta; la mosca común no lo es ni directa ni indirectamente.

En Descriptio novi generis Cerambycidarum Reipublicae Argentinae describe el doctor Berg la nueva especie Cherrocrius Bruchi Berg, tipo del nuevo género Cherrocrius.

El doctor Felipe Silvestri nos da una Primera noticia acerca de los Tisanuros argentinos, por la que se eleva á siete el púmero de las especies indicadas para este país, del cual sólo se había mencionado una. Se caracteriza una nueva especie Grassiella praestans del nuevo género Grasstella.

El doctor Berg da una noticia Sobre el Langostin y el Camarón, dos crustdceos macruros de aguas argentinas y uruguayas en que divulga el conocimiento de la existencia en nuestras aguas de Pleoticus Múlleri Bate y Artemesta longinaris Bate.

>

BIBLIOGRAFÍA 43

Describe Silvestri en Vova Geophiloidea Argentina dos nuevas especies : Orino- philus platensis y Aphilodon Spegazzimit, tipo este último de un nuevo género.

Sustituye el doctor Berg varios nombres genéricos y contesta la observación del señor Remy Saint-Loup que considera como variedad á Dolicholis salimicola.

En el artículo Plantae novae nonmullae Americae australis, L, describe el doctor Spegazzini las nuevas especies siguientes : fraya cachensis, Thlaspi chvonophi- lum, Trifolium argentinense. Senecio argentinensis y Begonia argentinensas.

El doctor Berg amplía la descripción de un escorpión—arana en una nota Sobre el Thelyphonus maximus Tarnant. A. GALLARDO.

Haug (Émile), Maítre de conférences á la Faculté des sciences de Université de Paris. Revue annuelle de Géologie. Artículo en Revue générale des sciences, junio 30 de 1898 (ano 9% n* 12, p. 495-503).

aquí el contenido de esta extensa revista :

I. La clasificación de las facies.

II. Los mares paleozoicos.

1IT. El jurásico boreal.

IV. El límite del cretáceo y terciario.

El artículo contiene algunas referencias relativas á la geología norte y sud- americanas (trabajos de Stanton, Steinmann, Hatcher y Fl. Ameghino). F. BIRABEN.

Boulenger (G. A.). A List of Reptiles, Batrachians and Fishes col- lected by Cav. Guido Boggiani in the Northern Chaco. En : Anmalr del Museo Civico de Storia Naturale, vol. 9 (39), pág. 125-127. Génova, 1898.

Saint-Loup (Remy). Le Dolichotis patagonica. Recherches d'ana- tomie comparée. En + Ann. Soc. nat. Zool., tomo VI, pág. 293-371; 372-374. Paris, 1898.

Smitt (F. A.). Poissons de l'expédition scientifique a la Terre de Feu, sous la direction du docteur O. Nordenskjóld, recuellis par le docieur A. Ohlin et M. H. Akerman. I. Nototheriae. En : Bils-k. Svensk. Vet. Akad. Hdlgr., tomo XXITL, n* 3, pág. 35-37. 1898.

Thomas ((ldf... On some Mamals obtained by the late M' Henry Durnford in Chubut, E. Patagonia. Proc. Zool. Soc., tomo Il, pág. 210-212. Londres, 1898.

46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

III. CIENCIAS MÉDICAS

Tatti (doctor Silvio), director del laboratorio del hospital Rivadavia. Essai ' sur un nouveau signe clinique. La pulsation du pied. Buenos Aires,

1898.

Los estudios del autor, que lo han conducido á hallar un nuevo é importante signo clínico, partieron de la observación aparentemente banal del movimiento oscilatorio que anima el pie pendiente de toda persona que se sienta con las piernas cruzadas.

Por una serie de investigaciones se convenció el doctor Tatti que este fenómeno es fisiológico, pero que difiere según el estado de salud del sujeto.

También ha comprobado que la oscilación no proviene de la compresión de los vasos poplíteos, lo que explica las diferencias de su trazado con el que se obtiene para la arteria radial, aunque coincide en el número de pulsaciones.

Para producir estos trazados gráficos ha ideado Tatti un aparato inscriptor, representado en su conjunto en una hermosa lámina.

El transmisor consiste en un tambor, cuya superficie inferior está formada por una lámina de cauchu bien tensa, sobre la cual apoya una varilla ligada al pie del sujeto por una especie de estribo.

A cada oscilación el pie levanta la varilla y comprime el aire del tambor, com- presión que es transmitida instantáneamente por medio de un tubo de goma al receptor formado por un tambor vertical sobre el cual está adaptada una palanca de aluminio que se pone en movimiento por las presiones recibidas y que inscribe las oscilaciones sobre un cilindro de bronce que gira por medio de un movimiento de relojería. S

También pueden obtenerse estos trazados con un esfigmógrafo de Dudgeon, convenientemente modificado, y éste fué el aparato con el cual obtuvo el autor sus primeros resultados.

Estudia luego el doctor Tatti la característica de los trazados gráficos en las personas normales, lo que le permite establecer el signo normal. Se acompañan varios trazados obtenidos en ninos, adultos y ancianos, con las modificaciones debidas á la temperatura, el ejercicio muscular, etc.

Son interesantes los trazados producidos por mujeres en cinta, los que difieren en caso de edema en los miembros inferiores.

Se estudian y reproducen los trazados en diversas enfermedades del aparato circulatorio como ser la insuficiencia aórtica del tipo cardíaco y del tipo arterial, insuficiencia mitral, estrechez mitral propia (enfermedad de Duroziez), arterio- esclerosis, miocarditis, etc., así como también el temblor debido á la intoxicación alcohólica crónica y le parálisis agitante.

De sus numerosas observaciones y de atinadas consideraciones fisiológicas deduce Tatti que « el signo del pie procede de contracciones absolutamente rítmicas de las arteriolas y los capilares que riegan la región sometida al estudio,

BIBLIOGRAFÍA 47

con el concurso de los filetes nerviosos vaso-motores », por lo que sería tal vez más exacto llamarle pulsación de la pierna.

Damos en seguida las conclusiones del autor bajo el punto de vista de la clínica : :

Los miembros inferiores están animados de un movimiento de oscilación, regular é igual, perfectamente visible en la extremidad del pie, cuando están cruzadas las piernas.

Este signo existe en todos los sujetos; es pues fisiológico.

El método gráfico caracteriza el signo de los sujetos normales (adultos, niños y viejos) por un trazado siempre idéntico, pero susceptible de variaciones bajo la influencia de causas diversas que obran sobre el aparato circulatorio.

Este signo no procede absolutamente de la compresión de los vasos del hueco popliteo; es debido á la contracción rítmica de las arteriolas y los capilares que irrigan la región de la pierna.

El trazado es considerablamente modificado en las enfermedades del aparato circula- torio, ya se trate de alteraciones orgánicas ó de un cambio cualquiera de la presión sanguinea.

Las modificaciones del trazado del pie son mucho más sensibles que las del trazado de la arteria radial, especialmente en los casos en que está comprometido el sistema arterial periférico.

El estudio del signo permite reconocer la presencia de edemas periféricos, y prevenir por consiguiente, en muchos casos, la ruptura de equilibrio de la presión sanguinea.

Revela seguramente ¿a arterio-esclerosís desde el comienzo.

Bajo otro punte de vista, esta disposición del miembro inferior, favorece la obtención de los trazados relativos de diversas enfermedades de los sistemas nerviosos y muscular.

Tlustran el folleto veintidos hermosas láminas que contienen además de la vista general del aparato inventado por Tatti, 156 trazados del pie ó de la arteria” radial.

Es particularmente interesante el cuadro comparativo de los trazados obtenidos para sujetos normales y en diversos estados patológicos.

Felicitamos sinceramente al joven médico argentino que ilustra la ciencia con tan importante contribución, revelando la existencia de un nuevo y precioso signo clínico al que liga su nombre por la originalidad de la concepción y por la rigu— rosa precisión científica de los métodos usados en su estudio. A. GALLARDO.

IV. VARIEDADES

Lafone Quevedo (Samuel A.). El Barco y Santiago del Estero. Estudio histórico y topográfico. El Barco, en : Boletín del Instituto geográfico argentino, tomo XIX, n” 1-6, pág. 3-36. Enero á junio, 1898.

Quiroga (doctor Adán). Monumentos megalíticos de Colalao. (Trabajo inédito leido en el Congreso científico latino americano), en : Boletín del Insti- tuto geográfico argentino, tomo XIX, n* 1-6, pág. 37-45. Enero á junio, 1898.

Instituto. oo nia! tomo XIX.

- Enero áj Junto! 1898.

_Chubut. La travesía de Valcheta. sde En : Boletín del Insti to fico argentino, tomo XIX, n* 1-6, pág. 131-138, con un mapa.

junio, 1898.

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co ars on

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“¿Acevedo Ramos, R. de | Aguirre, Eduardo.

SOCICS HONORARIOS

Dr. German Burmeister . Dr. Benjamin A. Gould y Dr.R.A. Philippi. Dr. Guillermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. Dr. Juan J. J. Kyle. Ing. Luis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. Dr. Valentin Balbin.

SOCIOS CORRESPONSALES

Aguilar Rafael...........-.. Mexico. Arechavaleta, José ........... Montevideo. Arteaga Rodolfo de. -. ..... Montevideo. Ave-Lallemant, German......- Mendoza. Crackebsuch; buls:. 0... Córdoba. Carvalho José Cárlos.......-. Rio Janeiro. Bordeiro, Luciano..........-.- Lisboa. Lafone Quevedo, Samuel A.... Catamarca. DU a E Tucuman.

Aberg, Enrique.

Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N.

Albert, Francisco. - | Alric, Francisco. | - Alvarez, Fernando.

Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo.

Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos.

“Avila, Delfin.

Avila, Alberto Bacigalupo, Andres Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Balbin, Valentin. Bancalari, Enrique. Bancalari,Juan. Barabino, Santiago E. Barbará, Adolfo. Barilari, Mariane S. Bárcena, Ignacio. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis C.: Bergadá, Hector. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Billock, Enrique E.

| ¡ Bosch, Benilo S.

Presb. Morandi, Luis

Murillo, Adolfo....... Paterno, Manuel..... Reid, Walter E... .. Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R...... Villareal, Federico...

Von Jhering, Herman

SOCIOS ACTIVOS

Biraben, Federico. Blanco, Ramon C. Brian, Santiago

Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Carlos. Bunge, Ricardo. Burgoa Videla, Napoleon Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carbone, Augustin P. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casal Carranza, Roque. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Champiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo Collet, Carlos. Coll, Ventura G. Cominges, Juan de.

Constantino, VicenteP.

Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duboureg, Herman. Durrieu, Mauricio. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagie, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo Y. Estevez, José Estrada, Miguel.

. Escudero, Petronilo.

Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel

o...

.-....

Villa Colon(U.) Santiago (U.) Palermo (1t.). Lóndres. Corrientes. Quito.

Lima.

San Paulo (B.)

Ferrari, Ricardo.

Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Fox, Eduardo Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto

Gallo, Delfin

Gallo, Juan €.

Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José l. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin.

Gonzalez, Carlos P.

Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria.

Gutierrez, Angel Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio

Hicken, Gristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel.

Igoa, Juan M.

Iriarte, Juan 1d Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. lturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Cremona, Andrés Y. Izquierdo, Brown J. Jeaschke, Victor J. Juaregui, Nicolás. Juni, Antonio.

Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto.

Klein, Herman - Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro.

Lacroze, Juan C.

Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lagos García, Garlos Langdon, Juan A. Eaporte: Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Lastra, Nicolas B. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Eavalle C., Cárlos. Laverene, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino, León, Emilio de y Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, 1d Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Aniceto E. Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sor, Luiggi, Luis

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E.

- Madrid, Enrique de

Malere, Pedro.

Mallol, Benito J. Manzitti, Salvador Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marcet, José A. Martínez de Hoz, F. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol.

Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teólilo EF. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis.

Mohr, Alejandro. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molino Torres, A. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Montero Angel. Montes, Juan A. Morandi, Luis Morales, 'Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés. Moron, Veutura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R,

Newton, Nicanor R.

Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo Ortiz de Rosas, A.

Olazabal, Alejandro M.

Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo.

Otamendi, Eduardo.

Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustayo. Outes, Felix... Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto Cl.

SOCIOS ACTIVOS (Continuacion)

|

-Senillosa, Jose A.

' Quadri, Juan B. ' Quintana, Antonio,

Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pascali, Justo. Passeron, Julio - Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, H. Teodoro. Piccardo, Tomas J. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan.

Puente, Sebastian de la

Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puisgari, Miguel M.- Prins, Arro:

Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual

Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Garlos. Ramos Mejía, [Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro $. Ricaldoni. Tebaldo Real de Azúa, Cárlos Rellan. Esio. Repetto, Luis M. Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. Riobó, Francisco ls Rivara, Juan Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin -

Rodriguez Gonzalez, G-. |

Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan. : Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romcro, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan.

Ruiz Huidobro, Luis - Ruiz, Hermógenes. Ruiz de los Llanos, €. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, Demetri». Sagastume, José. M. Saguier, Pedro.

Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scalabrini, Pedro. Scarpa, José. E Schneidewind ¿Alberto. Schickendantz, Emilio. Schróder, Enrique. Seeher, Enrique. Seguí,Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan As? Seurot, Edmundo. Seré, Juan B.- Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E, Silva, Angel. ; Silveyra Luis Silveyra, Luis (hijo * Simonazzi, Guillerí Simpson, Federico Siri, Juan M. E Sobre Casas, Cayetano -Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo)

ea Carlos. Swenson, UNS Tamini Crannuel, Tassi, Antonio - Taurel, Luis F.- Texo, Federico Thedy, Héctor. i

morra Sl IA Thompson, E lentin

Travers, Cár e: Treglia, Hor . Trelles, Francisc Tressens, Jose Unanne, Ign Uriarte Castro: Alfcedo. Uriburu, Ar enales.

Valerga, Ounés A Ma ll

a Pedro. ; «Vidal, e

Villegas, B Wauters, Carlo

Zamudio, Eugenio

Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo.

Saralegui, Luis.

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Zeballos, al y Zimmermanao, Jual Zuberbúhler, Carlos E.

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- ANALES

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FEBRERO 1899. ENTREGA H. TOMO XLVII

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INDICE DE LA PRESENTE E

DOS S. CORTI. apuntó eso nOmiaS: ;

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J. B. Harcuer. Estudios o de la a E MISCELANEA : Empleo de la palabra asimilación. en Botánica. .

BIBLIOGRAFÍA : BOULANGER, Quadrature du Cercle. = MALLoL, , Tema

canique chimigue et ses tendances o L Foraminiféres pélagiques á la surface et au fond de FOcéan - son pu tétanos declare. as ei

REFRACCIÓN ASTRONÓMICA

En el Bulletin of the Uniwersity of Wiscousin, Sciences Series,

volumen I, junio 1895, páginas 60-63, el profesor Geo €. Comstock,

director del Observatorio de Washburn (Estados Unidos de Norte América), establece una fórmula numérica para el cálculo de la refracción astronómica, que puede substituir á las Tablas de Re- fracción publicadas por el Observatorio de Pulkowa, con suficiente aproximación práctica, para distancias cenitales que no pasen de 75%.

Habiendo ligeras diferencias entre las Tablas de Pulkowa, y las que el Observatorio de Córdoba ha publicado en sus Efemérides de Circumpolares para 1896, he adaptado la fórmula de Comstock á las tablas de Córdoba, con el siguiente resultado :

La fórmula de Bessel

R = 08% tang 3 (0,

que generalmente se emplea para el cálculo prolijo de la refracción astronómica, exige el uso de Tablas especiales, de las cuales se toman las cinco cantidades a, PB, y, Á, A.

He aquí cómo puede transformarse la anterior expresión, á fin de que la refracción pueda ser calculada sin más que el auxilio de las Tablas de logaritmos :

La expresión que da la refracción media puede ser desarrollada en función de las potencias impares de tang z, así :

A, = 0% tang Z2= 01 lang 3 e (OL3 tang? o >

21

o k ¿ 7 SS EA (1 = tang' =) tan 3 (aproximadámentp). A AT

NA) (*) CHauvenNer, Spherical and practical Astronomy, vol. IL, pág. 166.

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 4

50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

De las tablas de Córdoba se deduce : EI OO 0 OA

y si con estos valores se calcula la expresión

y

Y E É == 104 0 —— lang” 5),

y se compara con los valores tabulares de «, se obtiene la siguiente satisfactoria concordancia : *

ES 0? 20 40" 60 750 atabular. o... oda AN SOI OA ASEO por fórmula... 157180, 517141. 51103... 910917 (0008525

La cantidad A es una función complicada de la distancia ceni-

tal z, pero para valores de z que no pasen de 75, puede expresarse por medio de la fórmula empírica :

A=1+/h tangz, en que h = 0,001427.

La comparación de los valores tabulares de 4, con los calculados así, da

z 500 602 70* 75? al 002S 1,0046 1,0111 1,0197 por fórmula.. 1,0021 1,0043 1,0108 1,0199

Indicando con e el coeficiente de dilatación del aire para un grado centígrado (*), con z, la temperatura normal del aire adoptada para las Tablas de refracción, y con + cualquier otra temperatura, se tendrá (15) :

¿=[+ ep

(*) e =0,0036438, CHauvener, vol. L, pág. 160. (**) CHAUVENET, Vol. I, pág. 165.

REFRACCIÓN ASTRONÓMICA 31

La fórmula del binomio, aplicada á la expresión

A = (1 + h tang? 2) a [1 so :0)] > da, si se desprecian los términos en <* y siguientes :

Y = 1 (1 + h tang? 3) < (+ q) =81—.e (1 q)

eh tang? z (+ 7).

Si al último miembro de esta expresión, se le agrega el tér- mino

eh tang? z (7 2), cuyo valor es despreciable, se tendrá : yY=!fl—« (+ 7) eh lang? 3 (+ 0) + “h tang? z (1 7), ó agrupando : ? = [1 e (7 1)] [1 eh tang? 3 (1 m)); y como :

= += 38 —e (o —),

si se desprecian los términos en «* y siguientes, se podrá escribir :

A e *+«

S PA pr 2 5 14 % PTE Ml eh tang” 3 ( co)]..

Para distancias cenitales menores que 75, el exponente A no difiere sensiblemente de la unidad. Así es que :

en que p, es la presión barométrica normal de las tablas, y p la

59 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

presión de observación, es decir, la lectura barométrica b hecha á la temperatura 1, reducida á 0% por medio de la fórmula

p =5b (1 0,00016%).

Poniendo en la fórmula de Bessel, en vez de a, f*, y? los valores hallados, se tendrá, despreciando el término que depende de [o = eh (7 7) tang! 3 :

Y

A 312 A + —1)| Ele in, To can an (1 7p) ADO

De las tablas de Córdoba, se deduce : POMO == 8 C, y como e: =974, 4h,

r y £ 058 g / 1 . se tendrá, haciendo los cálculos, é indicando con la cantidad

encerrada entre corchetes :

R = [1,3385] 7 > oy

donde el número entre paréntesis rectangular representa un loga— ritmo. E

4 NAS %3 0 PA 9 De "e l E + eh (7 -o) | tang” 3,

se deduce aplicando la fórmula :

NI IN E ¿(12 ie ¿ES Es Ion AN %3 ñ 9 LS Li p==1.P=0)1— [2 + 0h +) | tag ¿==

E + eh (2 .) | tang"z...

%

REFRACCIÓN ASTRONÓMICA 53

esto es, despreciando los lérminos en «* y siguientes :

DES == (E eh + sh) tang? z, %

1

Ó log . F= 0,4343 (5 AS sh) tang? z.

1 Poniendo valores numéricos, se tendrá por fin :

uo Db(1 0,000161) tang z 1 Z 14, T

log F= (47,7 + 0,225) tang* z,

en que b es la lectura barométrica en milímetros, t la temperatura del mercurio y = la del aire, ambas en grados centígrados, y log F está expresado en unidades del quinto orden decimal.

Las planillas siguientes, relativas á los datos :

SE 1 5

Tablas a 1,75500 727 Eo 0,01440 A 000082 65,01522 pde B US 9,98478 Y + 12,6 uo LO a 0,00501 05 A= 4,0186 4 OOOO a SA ONO 9/00) tANCAA 0,55701

R = 195/75 log R 2,29169

54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Fórmula ¿ eS 13,5 ) e Bend 8109 e Il 0,0021 60 9,99784 ... 9,99906 Da o 2,861 53 274,44 ss DT z 12,56 4,75615 CNO) N 0,29%) 932 987,04 OS 9 / 95 50,47 1,703 tang” z 1,114 2,817 - 656 E='"1959713 log R 2,29165

hacen ver que el cálculo de la refracción por medio de la fórmula, no es más laborioso que el cálculo por medio de la tablas.

El cuadro siguiente contiene las refracciones correspondientes á valores de z, variables de 15% en 15% entre ¿ =15* y 3 = 152, parat = 0? C.y « variable de 10% en 10?, desde —15%. hasta + 35%. Las cantidades escritas arriba, en el medio y abajo, en cada casilla, corresponden á p = 600%", 700%" y 795%", respectivamente. Así, por ejemplo, las cifras 200”66—69, que se leen en la casilla == +5*, ¿= 757, expresan que la refracción calculada con las tablas para Pp == 100 == 0 o es de 200566 ente alas que el cáleulo con la fórmula da 20069.

1351-51 1576-76

17”90-90

13"01-01 1518-18 17"24-24

1954-54 14/63 63 1662-62

Ss

29"10-10 39 "95-95 3956-56

28"02-02

3269-69

3113-13

39 "S0-80

26"09-09

REFRACCIÓN ASTRONÓMICA

50"38-38 381131 6615-15

48”50-50 36"59-59 64*27-27

46"16-76 54"56-56 61"96-96

87”07-07 10158-59 115"36-37

83/82-83 97"19-80 111%07-08

185"53-54 216”44-46 245 "82-84

1851-53 208"25-28 236/52-55

8081-82 9428-29 10707-08

7801-01 9100-02

17 1“99=102 200”66-69 221"89-93

165"93-95 193"59-61

11 1413-13 3043-43 0: 16"05-05 34"536-56 59"82 82 | 103"35-37 | 219"86-89

11 11=11 25222 43"54-64 | “75"39-40 | 160”29-30 13"66-66 29"42-4: 50”91-91 87"95-96 | 187”00-02 1551-51 3: 57"82-82 99"89-90 | 212"38-40

1133-33 24"40--40 Pa 7294-95 | 155"01-01 1322-22 28"4 7-47 MIO 8510-11 | 180"84-84 1501-01 3233-39 55"94-9: 96"65-66 | 205"38-38

El examen de este cuadro demuestra que los resultados que se obtienen con el empleo de la fórmula, siempre que z no pase de 75, difieren de los que se obtienen con las Tablas, en cantidades inferiores á la indecisión de los valores tabulares, y en general infe- riores también á los errores de observación.

La fórmula es, pues, prácticamente aceptable para substituir á las Tablas de Refracción del Observatorio de Córdoba.

JoSÉ S. CORTI.

Punta de Vacas (Cordillera de los Andes), enero de 1899,

SUR DE NOUVEAUX

RESTES FOSSILES DE CARNASSIERS PRIMITIES DE MONTE HERMOSO

Par A. MERCERAT

Des restes fossiles de carnassiers primitifs n'ont été rencontrés, jusqu'a maintenant, dans la République Argentine, en certaine abondance, que dans les terrains patagoniques el santacruziens de la Patagonie Australe.

On avait cru d'abord pouvoir les classifier dans le sous-ordre des Creodontúa : M. Ameghino avalt méme considéré une ou Paulre forme comme des représentants de familles établies sur des restes fossiles de Amérique du Nord et d'Europe (1). Lorsqu'en 1891, je me suis occupé, au Musée de La Plata, de l'étude des restes de ces animaux, qui se trouvaient alors dans les collections de cet établis- sement (2), j'ai pu me convaincre que ces animaux présentaient des différences profondes avec les Creodontia, de l'hémisphére bo- réal, au point qu'il devenait impossible de faire rentrer aucun des genres alors connus dans les familles déja établies de ce sous- ordre.

Les restes que j'avais alors a ma disposition se limitaient a des fragments plus ou moins complets de maxillaires et des dents

(1) AmecHiNo, Rev. Arg. de Hist. Nat., t. 1, p. 147-151, 1891; 8.

(2) MercERaT, Caract. diag., etc., Rev. Mus. La Plata, t. 1, p. 51-56, IS9AS>:

RESTES FOSSILES DE CARNASSIERS PRIMITIFS DE MONTE HERMOSO 31

isolées ; les autres parties du squelette restaient si imparfaitement connues, qu'il étail impossible d'en tirer des caracteres pour la classification. En 1894, en présence de matériaux beaucoup plus abondants, M. Ameghino a proposé de séparer ces carnassiers pri- mitifs des Creodontia, eta établi le nouveau sous-ordre des Sparas sodontia (1).

Les Sparassoduntia prouvent par leurs caracteres, comme le fait observer avec raison M. Ameghino, qu'il n'est pas posible d'établir une limite bien tranchée entre les carnassiers marsupiaux el les carnassiers placentaires, mais vela ne justifie pas du tout la classi- fication de cet auteur, quí propose de réunir dans son ordre des Sarcobora (2), les sous-ordres des Pedvmana, Insectivora, Dasyura, Sparassodonta, Creodonta, Carnwvora et Painmpedra. Les affinités des Sparassodontia avec les Creodontia sont beaucoup plus grandes qu'avec les Dasyura, principalement en ce qui concerne l'évolution dentaire, telle qu'elle est connue maintenant; et, il me parait plus naturel de considérer ces animaux comme un sous-ordre des Carni- vora. Cet ordre comprendrait ainsi les sous-ordres des Sparasso- dentia, Creodontia, Fissipedra et Pinmipedra.

Achlysictis paranensis, Amegh.; Themodrctis platensis, Merc. et

-Notocynus hermosicus, Merc., sont les seuls Sparassodontia de pro— venance autre que la Patagonie, connus jusqu'a maintenant de la République Argentine. Le premier de ces animaux est connu par un fragment de maxillaire inférieur des environs de la ville de Paraná. On connait du second une dent (m3) recueillie á Mar del Plata. N. hermosicus, est établi sur un maxillaire inférieur de Monte Hermoso. C'est un animal qui n'a pas dépassé beaucoup la taille de Didelphys Azarae; A. Lelongm est de taille assez forte, et T. platensis parait avoir atteint el méme dépassé la taille des plus forts représentants de ce sous-ordre. |

La découverte de restes de Sparassodontia á Mar del Plata etá Monte Hermoso, est un fait qui est venu modifier quelque peu les idées que l'on pouvait se faire relativement a l'áge géologique des affleurements sur ces deux points. Sans s'appuyer sur aucune preu- ve, et malgré la deseription assez précise que j'al donné du maxil-

(1) AMEGHINO, Enumér. synop., etc., Bol. Acad. Nac. Cien., t. XIII, 1892, 8*, p. 364 (la date d'apparition de cette publication est le 7 septembre 1894).

(2) Amzcuino. Mam. crét., etc., Bol. Inst. Geogr. Arg., t. XVIII, 1897, ee (extr. p. 97).

58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

laire inférieur (1), M. Ameghino a arbitrairement identifié Noso- cynus hermosicus Merc. avec Didelphys (Perathertum) triforata Amegh. (2). M. le docteur Trouessart, de Paris (3), a bonnement accepté cette interprétation sans chercher á la vérifier, et 11 la re- preduit dans son catalogue, récemment publié (4), bien que j'ai eu Poccasion déja de protester contre cette identification (5).

M. S. Pozzi, préparateur au Musée de La Plata, dans une rapide excursion faite a Monte Hermoso, au commencement de l?année 1892, a eu la bonne fortune d”y rencontrer de nouveaux restes d'un cráne de Sparassodontia. Ces restes n'ont malheureusement per- mis de restaurer que les deux maxillaires supérieures. Le maxil- laire du cóté gauche comprend la canineet les sept mollaires, celui du cóté droit présente les six derniéres molaires seulement. Toutes ces dents sont parfaitement intactes. Elles sont disposées en série continue, serrées les unes contre les autres, sans présenter aucun . diastéme. Elles sont de type semi-sectorial.

Cetle piéce, comparée aux matériaux qui sont connus des Spa- rassodontia, indique un genre nouveau, dont le caractere le plus important est fourni par le mode de disposition des éléments pri- mitifs des vrales molaires. Sur ces dents, le protocóne est rejeté vers Pintérieur, de maniére á se trouver avec l'hypocóne et le me- tacóne sur une méme ligne droite, qui représenterait l'hypothénuse du triangle rectangle, que forme la section transversale de ces dents. C'est un caractéere qui permet de reconnaitre facilement ce genre des autres Sparassodontia, chez lesquels l'hypo-, le proto- et le métacóne ne sont pas disposés suivant une ligne droite.

L'hypocóne est relativement mieux développé que dans Hathha- cynus; le protocóne Pest par contre moins. Le paracóne est trés fal- ble, et se trouve situé directement en avant du protocóne. Il possé-

¡l, MercerAT, Sobre un max. inf., etc., Rev. Mus. La Plata, t. 1, 1891, 8”, p. 80-81.

(2) Amecnino, Rev. Arg, Hist. Nat., t. 1, 1891, 8”, p. 438. (3) TrouEssART, Ann. Géol. Univ., t. VIIL, 1891, 8*, p.649.

(4) Ibid. Catalogus Mammalium tan viventtum quam fossilium : Berolini, 1898, 8”, p. 1232. Ce catalogue du docteur Trouessart, pour ce qui concerne les mammiféres fossiles de la République Argentine, demande une révision comple- te. Pai á ce sujet un travail en préparation, que je publierai aussitót que les circonstances me le permettront.

(5) MeErcERAr, Contrib., etc., An. Soc. Cient. Arg., t. XXXVI, 1893, 8*, p. 91.

RESTES FOSSILES DE CARNASSIERS PRIMITIFS DE MONTE HERMOSO 59

de par contre un talon qui se développe sous forme de tubercule, occupant précisément le sommet de l'angle droit du triangle rectan- gle que présente la section transversale de ces dents. Ce talon constitue un tubercule plus fort que le paracóne lui-méme.

Par les caracteres que j'ai fait connaítre du maxillaire inférieur de Notocynus, 11 est permis, me semble-t-il. d'admettre que cel animal devait présenter de vraies molaires supérieures qui se rap- prochent de celles des genres Agustylus Amegh. et Hathlracynus Amegh., et différentes de celles de l'animal qui fait l'objet de cette note, pour lequel je propose le nom de Sparassocynus Bahrar Merc. g. et sp. nov. (1).

La formule dentaire de ce cráne de Sparassocynus Balaar est : 12, ez, pm, mí. La série des huit derniéres dents sur ce cráne 0ccu- pe un espace de 22,8 mm. dont 12 mm. correspondent aux vrales molaires, et 7 mm. aux prémolaires. Voici le tableau des dimen- sions des dents :

cd. pmí pm2 pm3 m2 m3 m4

Diamétre antéro-postérieur.. 38 1,66 24 3 MIO A 173 —= transversal....... A SADISMO) O AO

La canine (cl) n'est pas tres fortement arquée, et légerement comprimée transversalement. La partie extra-alvéolaire de cette dent est trés élevée. Sa hauteur atteint 9,5 mm. Les prémolaires ont un protocóne assez élevé. Le métacóne a un développement assez faible. La paracóne est plus faible encore el manque sur »pm!. L'hypocóne est rudimentalre. Sur les vraies molaires le pro- tocóne s'éléve assez sensiblement au-dessus du niveau des autres éléments, qui, á part le mode de disposition dont j'ai parlé plus haut, ne présentent rien de particulier. M* a la forme caracté- ristique que Pon connaít á cette dent chez les représentants du sous-ordre des Sparassodontia. Un fragment de ce cráne permet de constater que la sagitale a eu le méme développement que dans le genre Didelphys. Les apophyses post-orbitaires par contre revé- tent la forme d'un triédre et sont assez élevées. Le trou sous-orbi- taire a son orifice au niveau du pm.

Sparassocynus Bahía Merc., a eu une taille de plus de moitié plus faible que celle de Motocynus hermosicus Merc. La taille est

(1) En l'honneur du savant professeur de la Faculté des Sciences Exactes de Buenos Aires, l'ingénieur docteur M. Bahia.

60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

plus faible encore que celle de Dasyurus viverrinus (Shaw). Comparé au Dasyurus, cet animal est un type de rostre raccourci.

Puisque l'on a montré tant de persistance á vouloir identifier Notocynus Merc. avec Didelphys (Peratherium), et qu'il ne m'est pas donné d'accompagner cette note d'une planche, dans laquelle figureraient les piéces en question, il n'est peut-étre pas déplacé de rappeler ici que les vraies molaires du genre Didelphys présen- tent cinq tubercules, les inférieures aussi bien que les supérieures. Sur les vraies molaires inférieures, on compte un tubercule anté- rieur, deux moyens et deux postérieurs; tandis que sur les vraies molaires supérieures, les tubercules sont disposés dans un ordre inverse : deux sont antérieurs, deux moyens et un postérieur. Les genres Agustylus Amegh. et Hathluacynus Amegh., qui mont servi de termes de comparaison, et qui sont bien des Sparassodontia comme les genres Totocynus Merc., et Sparassocynus Merc., eux- mémes, ont par contre, comme on le sait, des vrales molaires in- férieures quí ne présentent que trois tubercules, un proto-, un para- et un métacóne, et les vraies molaires supérieures n'en présentent que quatre: un proto-, un para-, un méta- et un hypocóne, ce der- nier situé a langle antéro-interne de la dent.

Avec Sparassocynus Baliar, la liste si importante el si courte encore, des fossiles qui m'a permis d'établir les relations de syn- ehronisme qui existeni dans les affleurements tertialres de la Pata- gonie Australe, de Monte Hermoso, de Mar del Plata, du Paraná et

de la Province de Catamarca (1), vient de "augmenter d'un nouveau membre.

(1) Mencerar, Bosquejo geol., An. Soc. Cient. Arg., t. XLITI, 1897, 8*, p. 267.

NOTA PRELIMINAR

SOBRE EL

LONCASAURUS ARGENTINUS

UN REPRESENTANTE DE LA FAMILIA DE LOS MEGALOSAURIDAE EN LA REPÚBLICA ARGENTINÁ

POR FLORENTINO AMEGHINO

Los reptiles extinguidos de la subclase de los Dinosaurios son los vertebrados más característicos de la época mesozoica. La ma- yor parte de estos reptiles son de tamaño gigantesco y se distribu— yen en tres órdenes: los Sauropoda que comprenden formas her- bívoras, los Theropoda, todos carnívoros, y los Predentata herbívo- ros y deuna conformación especial.

En la República Argentina, hasta ahora, sólo se había señalado la presencia de algunos géneros del orden de los Sauropoda, como los gigantescos Titanosaurus y Argyrosaurus de la formación gua- ranítica de Patagonia. Así, es doblemente interesante el descubri- miento recienteen los mismos yacimientos de restos de un repre- sentante del orden de los Theropoda, que designo con el nombre de Loncosaurus argentinus (n. 8., 1. sp.).

Por la conformación del fémur, de cuerpo hueco, y la forma aplanada, cortante y denticulada de los dientes, es seguramente un representante de la familia de los Megalosauridce. El género se distingue por la forma delos dientes que tienen el borde anterior denticulado hasta la base de la corona y por el gran desarrollo del trocánter interno del fémur.

62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Los dientes tienen de 28 á4 35 milímetros de largo, con el borde anterior curvo, cortante y denticulado hasta la base de la corona; los dientecillos son anchos y dirigidos horizontalmente, menos cer- ca de la cúspide en donde toman una dirección oblícua hacia arri- ba. Estos dientes son muy comprimidos y la capa de esmalte que cubre la corona sumamente delgada.

El fémur se distingue por el gran desarrollo del trocánter interno que probablemente era un poco uncinado. El cuerpo del hueso es cilíndrico y con una gran cavidad medular, tan grande como en los mamíferos rumiantes. La extremidad proximal tiene un ancho de 11 centímetros y el cuerpo del hueso un diámetro de 4 */, 4 3 centí- metros. El fémur entero debía tener próximamente un largo de 50 centímetros, lo queindica un animal mucho más pequeño que el Megalosaurus Bucklandr.

Estos restos han sido descubiertos por Carlos Ameghino en la formación guaranítica del Rio Sehuen; fueron extraidos de una ca— pa de arenisca colorada asentada encima de un banco de Ostrea guaranitica Jh., lo que permite referir la existencia de este saurio hacia el fin de la época cretácea.

DESCRIPCION

DE LA

OSTREA GUARANÍTICA

POR H. von JHERING Director del museo de San Pablo

Recibí algunas ostras provenientes del piso sehuense de la forma- ción guaranítica de Patagonia, encontradas por Carlos Ameghino en Par-aik, sobre el rio Sehuen. Las considero como de una espe- cie nueva, de la que doy la descripción siguiente:

Ostrea guaranitica sp. n. Testa oblongo-ovata, crassa; valva in- ferrore profunda, transverssm rugoso-lamellata, interdum obtuse pauci-costata, in rostrum haud breve ad latus curvatum, terminata, margme anteriore subtiliter crenulata, area higamentali oblicua imangular?, profundata; valva supertore plana, apice excentrico plerumque sprraliter incurvato, tenuiter creberrime striata. Val- vae inferioras long. 75, lat. 43, alt. 25 mm.;— Valvae superioris long. 62, lat. 34, alt. 7 mm.

La valva inferior nada ofrece de especial. La fosa ligamental es larga, algo excavada abajo, y curvada á veces poco, á veces comple- tamente hacia el lado, con la extremidad de la valva superior arqueada en la misma direción 2, e, al lado del cual está situa- da la impresión excéntrica del aductor más ó menos en el medio del ancho. Tales ejemplares aseméjanse mucho al género Exogyra; co- rresponden todavía mejor al género Amphadonta Fisch. (v. Zittel, Palaeozoologre, t. 1, p. 20, 1885) que tiene la valva superior con

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el ápice arrollado en espiral y las márgenes de ambas valvas crene- ladas como acontece en nuestra especie.

Recibí también del señor Florentino Ameghino, como procedente de la formación guaranítica de Misiones, en el arroyo San Juan, Alto Paraná, cerca de Santa Ana, la valva inferior de otra ostra que juzgo idéntica á la precedente. Este ejemplar estaba “acompañado de otro más incompleto que parece referirse á la Ostrea hemisphert- ca D'Orb. del cretáceo de Coquimbo.

Las ostras del piso sehuense están acompañadas por moldes de algunos otros moluscos, siendo los más comunes los de Venus (4 As- tarte) sp. y de una Melama. Aún no-las he sometido á un examen detenido é ignoro si se encuentran en estado que permita una de- terminación segura.

Estas especies no permiten determinar con seguridad la edad geo- lógica de las capas de que proceden, siendo preciso notar que faltan entre ellas especies cretáceas características.

H. von JHERING. San Pablo, septiembre 19 de 1898.

LA FIESTA

DE LA

FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS, FISICAS Y NATURALES

En el primer día del corriente año se realizó una simpática fies- ta en el histórico edificio de la Facultad de Ciencias Exactas con - motivo de la solemne entrega de premios universitarios y diplomas á ex-alumnos de la misma. El local de la Facultad había sido ador- nado al efecto con plantas y con gran número de dibujos y otros tra- bajos prácticos ejecutados por alumnos del establecimiento. En el gran patio donde se realizó el acto se había levantado una tribuna que fué ocupada á las cuatro y media de la tarde próximamente, por el señor Ministro de Instrucción Pública doctor Magnasco, de- cano de la Facultad de Ciencias Exactas ingeniero don Luis Silvey— ra, subsecretario de Instrucción Pública, y por la mayor parte de los profesores de la Facultad.

Después dela distribución de los premios y diplomas, efectuada por el secretario, el señor decano dirigió la palabra á los ex-alum- nos pronunciando con este motivo un conceptuoso discurso que fué muy aplaudido. Contestóle el distinguido ingeniero Claro €. Dassen, en nombre delos ex-alumnos, con el brillante discurso que publica- mos más abajo. Finalmente, el señor Ministro de Instrucción Pú- blica cerró el acto con las hermosas palabras llenas de aliento y estímulo para los premiados y diplomados, palabras que fueron varias veces interrumpidas por salvas de aplausos.

He aquí, ahora, la nómina de los premiados y diplomados:

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 5

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Ex-alumnos que termmaron en 1896

Medalla de oro: Ing. Julio Labarthe. Diplomas de honor: Ing. Fernando Segovia, Ing. Armando Rome- ro, Ing. Sebastián Ghigliazza, Ing. Alberto Otamendi, Ing. Domingo

Selva, Ing. Domingo Carrique.

Ex-alumnos que terminaron en 1897

Medalla de oro: Ing. Claro €. Dassen. Diploma de honor : Ing. Pedro Aguirre, Ing. Pedro Malere Ing. Andrés Rodríguez, Ing. Eugenio Sarrabeyrouse, Ing. Carlos Real de

Azúa.

Ex-alumnos diplomados en diciembre de 1898

Ing. Juan B. Séré, Ing. Federico Beltrami,. Ing. Nolasco Cornejo, Ing. Carlos Rodríguez de la Torre, Ing. Petronilo Escudero.

Á continuación publicamos los discursos en el órden en que fue- ron pronunciados.

DISCURSO DEL SEÑOR DECANO, INGENIERO LUIS SILVEYRA Señores laureados:

He tenido el honor de poner.en vuestras manos el premio que la Universidad de Buenos Aires os ha acordado. Es una alta distin- ción á que os habéis hecho acreedores por vuestros estudios y que, con vínculos tan gratos como poderosos, os ligará de hoy en ade- lante á esa alma mater que nunca deberéis olvidar, y al país que ha puesto sin restricciones á vuestra disposición todos lós elementos necesarios para llegar al fin de vuestra carrera.

Quedáis obligados con la Universidad de Buenos Aires, porque tenéis el deber de propender al desarrollo intelectual de la sociabi- lidad argentina, continuando la obra noble de los que os precedie- ron y de los que, siguiendo el orden natural, desaparecerán del escenario de la vida en un plazo más ó menos breve. Quedáis tam- bién en deuda con el país, porque tendréis que devolverle con el

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trabajo honrado, los beneficios que de él habeis recibido, perseve- rando en el estudio científico que dignifica y eleva el espíritu á las más grandes acciones, que constituyen la verdadera gloria de los pueblos.

Contrariedades y desfallecimientos habréis experimentado más de una vez para llegar al lérmino de vuestros anhelos; apenas co- menzáis á trepar la ardua pendiente de la ciencia, distais mucko dela cumbre, y sólo podréis alcanzar á ella, mediante la perseve- rancia en el estudio. Desgraciado de aquel que creyere que los laureles universitarios son solos suficiente título para no quedar rezagados enel camino de la vida. Noen vano dijo el Eclesiastes : quien ciencia añade, añade también trabajo.

No penséis que sea tarea fácil la que os sea necesario realizar para obtener un sitio distinguido en los dominios de la ciencia ma- temática, á que os habéis dedicado. Sabéis perfectamente que en los actuales límites de la ciencia pura, se cuentan alrededor de cien diferentes teorías matemáticas, entendiéndose por tales, las grandes ramas como el cálculo infinitesimal, la geometría proyec- tiva, el método de los cuaterniones, etc., etc. Pues bien, el célebre Sylvester, una de las eminencias del presente siglo, que no hizo otra cosa que estudiar hasta su avanzada edad de 84 años, solamente alcanzó á dominar sesenta teorías.

Newton, de quien Bertrand dice que no puede anteponérsele ad- jetivo alguno, porque los más encomiásticos resultan diminutos, ocupó los largos años de su existencia en el estudio continuado y tenaz. Sabéis quién fué Newton, pues habéis encontrado su nombre en todas las ramas de la matemática. Pues bien, ese ingenio sin rival, como lo llamó Voltaire al tratar de aplicar la teoría de la gra- vitación universal después de haber demostrado científicamente las leyes de Keppler —al caso de la atracción dela tierra á la luna, tomó datos erróneos respecto á la figura del planeta, porque enton- ces no se conocían bien sus dimensiones, y durante muchos años, por los resultados á que había llegado, creyó que la teoría de la gravitación fallaba, quedando estéril su inmensa labor.

Newton se desanimó acaso ? No, lejos de eso, y es un ejemplo que deberéis siempre tener presente: como un escolar, se puso ardien- temente á la obra en cuanto obtuvo datos correctos y volviendo á rehacer sus cálculos llegó á la comprobación de la gravitación uni- versal que rige el movimiento inmutable de los astros. La gravita- ción es el credo de la astronomía moderna. Y con qué sencillez tan

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elocuente decía Newton, al terminar su fecunda vida: he sido un niño que me he entretenido juntando predrecitas en la playa, mien- tras que el océano inmenso de la verdad, permanece inexplorado á mi vasta.

Las generaciones presentes eslán empeñadas en descorrer el velo que oculta las leyes que dominan los fenómenos de la natura- leza, al parecer insondables. Ahí está vuestro puesto; dedicad á aquellos vuestra energía, tratad de investigar el secreto que los en- vuelve; no importa queno lleguéis al fin, basta cualquier adelanto por pequeño que sea, porque él podrá ser fuente de grandes descu- brimientos. Estos reposan comunmente en trabajos emprendidos de largo tiempo atrás, muchas veces con miras diversas, y entre los más recientes pueden citarse el teléfono y el fonógrafo que se basa principalmente ev la teoría de la transmisión de las vibracio- nes, cuyos comienzos debe la ciencia al genio de Sofía Germain. Aun más, la propagación de las ondas luminosas y de las eléctricas se estudiaban no ha mucho por caminos y con hipótesis muy dife- rentes, hasta que Hertz demostró que, tanto unas como otras, obe— decían á las mismas leyes. ¿No habrá una sola ley general para todas las ondas: sonoras, calóricas, eléctricas, etc. ?

Pero no es únicamente en el campo de la ciencia abstracta en el que estáis llamados á desplegar vuestras facultades y conocimien— tos. Nuestro país es nuevo, extensísimo y permanece en gran parte inculto é inexplorado. Sus montañas encierran riquezas incalcula- bles que es necesario desentrañar ; de sus bosques exuberantes sólo se explota una mínima parte y ésta en la forma más primitiva; las inmensas llanuras hoy secas é improductivas se convertirán en verjeles cuando el ingeniero, después de un estudio inteligente, los haya cruzado con canales de irrigación y nuestras vías fluviales sólo esperan la acción de poderosos trenes de dragado, para que el ac- ceso de las naves á los puertos que existen en sus feraces riberas sea fácil y el intercambio de nuestros productos con los delos otros países, pueda realizarse sin grandes esfuerzos.

No voy á abundar en más ejemplos, sólo os repetiré que sin tra- bajo perseverante y asiduo no hay ciencia. Solamente con ella, en las aplicaciones de vuestra carrera podréis ser útiles al país y hon- rar á la Facultad de Ciencias Exactas, en cuyo nombre tengo la sa- tisfacción de felicitaros deseándoos prosperidad y acierto.

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DISCURSO DEL INGENIERO CLARO C. DASSEN

Señor ministro,

Señor decano,

Señores académicos y profesores, Señoras y señores:

En medio de las preocupaciones propias al que recién se inicia en el ejercicio activo de una carrera profesional; en los albores de una nueva faz de la existencia exaltada por las dudas sobre aquello que el destino nos depara, por el materialismo de la lucha vital, por las responsabilidades que 'gravitan sobre aquel que debe en adelante basarse en sus propios esfuerzos; hanos de pronto sor- prendido la noticia de que la Facultad de Ciencias Exactas, Fí- sicas y Naturales, rompiendo con su tradicional costumbre de eje- cutar en privado cuantos actos afectan su marcha interna ó externa, había resuelto celebrar con una simpática fiesta social la regla- mentaria distribución de premios y diplomas universitarios.

Esta noticia ha provocado en nosotros una visión retrospectiva hacia aquellos tiempos en que llenos de esperanzas y de ilusiones ingresamos en las aulas de este antiguo é histórico edificio, dis- puestos á lidiar contra las dificultades de un estudio renombrada- mente largo y pesado.

¿Quién de nosotros, sin ignorar los sinsabores y el relativo des- prestigio social de la carrera que abrazaba, no se imaginaba en su creencia íntima que una excepción cualquiera se produciría en pro de él una vez en posesión del anhelado diploma ?

Dichosas ilusiones que sostienen al hombre en el momento de la lucha.

Mucho debemos celebrar el paso dado por nuestra Facultad; 1m- porta un adelanto hacia la conquista del rango social que le per- tenece.

Tiempo es ya que desaparezca la época en que se confunde -un ingeniero con el que puede medir cuatro hectáreas de campo ó que entiende en albañilería. Esta confusión no debe subsistir desde el momento en que los ingenieros forman un cuerpo de personas ins- truídas, quienes se han tomado la molestia de prepararse de la mejor manera posible para el trabajo.

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La ciencia que profesan es la que, agigantando el hombre, le per- mite empeñarse en igual batalla contra cuantos obstáculos á sus deseos materiales se oponen; es ella que conteniendo el vigoroso empuje del océano le arrebata sus dominios para convertirlos en nuevo campo de sus proezas; es ella que torturando ya el vapor, ya la electricidad, ya cavando istmos, ya perforendo rocas, transporta el espíritu del hombre desde los estrechos límites del aislamiento antiguo hasta el grandioso concierto de la civilización moderna.

Es ella, finalmente, que cual titán invencible, subleva los obstá- culos como subleva el huracán los mares.

Si noble y grandiosa es la ciencia que tales prodigios realiza, mucho debemos cuidar de que aquellos que la profesan tengan cam- po para ejercitarla y perfeccionarla. Me sugiere esta reflexión, la general y gratuita ofensa de que es víctima el cuerpo de ingenieros argentinos, abandonados de una clientela que permitiría transtor- mar en liberal, una profesión por esa causa asalariada: pospuestos, y hasta excluidos de los lugares que lógicamente les corresponde ocupar.

No de otra suerte puede uno expresarse cuando presencia el triste espectáculo dela denigración del elemento genuinamente nacional en pró de otro extranjero: quien á los nobles anhelos de la ciencia une la tendencia fatal á la explotación de un país extraño, la falta de cariño natal no puede evitarle de caer en el dominio del cálculo vil y tiránico.

Lejos de querer negar el valioso y decidido concurso que ha traído y trae el extranjero ; era y es aún necesario en un país nuevo que necesita de maestros; pero que éstos, al venir de afuera, quie- ran explotar nuestra relativa infancia, no debemos tolerarlo, seño- res, y hago votos para que el Gobierno y las personas que por la po- sición que ocupan estén llamados á intervenir en este asunto re- nuncien á este desastroso sistema.

Cuando sea necesario el concurso del extranjero, lrálganse inge- nieros profesores, quienes deberán obligarse á tomar sus demás co- laboradores en la lista de los ingenieros argentinos para que éstos sean después sus sucesores en los puestos y en la cátedra.

No se incluyan en esa lista á aquellas personas que la debilidad proteccionista ampara como tales y usurpando un título que no les pertenece lo bastardean y deprimen.

Pónese como argumento para justificar el menoscabo en que se tiene á los ingenieros argentinos, la poca práctica que se adquiere

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en nuestra Facultad ; aún aceptando la verdad del dicho, el remedio está por eso mismo claramente marcado ; facilítense los medios de lanzarse en la vida profesional activa, la práctica viene pronto cuando está precedida por una sólida teoría.

¿Por qué no podremos hacer lo que hacen los ingenieros extran- jeros? ¿Acaso alegaremos inferioridad de raza ?

Nuestros compatriotas, nuestros naturales defensores se ridiculi- zan al rebajar un cuerpo de personas destinadas á darles lustre.

Podrá el ingeniero novicio tener sus vacilaciones al inaugurar un cargo, pero los brillantes resultados posteriores compensarán sobradamente la flojedad primera, y la Nación poseerá lo que por no dar ese inicial empuje debe perpetuamente pedir, con mengua, al extranjero.

Suprímase el favoritismo inícuo.

El hombre digno no debe verse obligado á pedir lo que de dere— cho le corresponde. i

Redúzcase la jerarquía administrativa en los puestos léenicos á lo estrictamente necesario y no se transforme en vasallaje la rela- ción del superior al inferior cuando entre uno y otro la diferencia estriba solamente en la estrecha noción de autoridad, siendo así que ostentanel mismo título ante el tribunal de la ciencia. Para és- te, la opinión del uno es tan digna de respeto comola del otro.

Así evitaremos la depresión moral que mata todo entusiasmo y aleja toda idea progresista.

Tratemos de mantenernos unidos á fin de hacernos fuertes contra la invasión de nuestros fueros ; no podremos levantarnos mientras formemos una simple masa de unidades sin conexión luchando ca- da una por su cuenta, ya para vivir, ya procurando llegar á la ca- beza de los otros.

Lo dijo Colingwood en otra ocasión :

« Debemos cultivar un esprit de corps por el cual vengamos á sen- tir que si uno sufre todos sufren ; por el cual el mundo vea que no trabajamos sólo por jornal y por el cual nos hagamos sentir entera- mente acreedores al reconocimiento como hombres profesionales y á ser tratados de acuerdo.

Que la comunidad aprenda que el ingeniero es un hombre ilus- trado, que para satisfacer á las siempre crecientes atenciones que requieren las grandes obras modernas y las más grandes aún que se siguen á cada avance cumplido, debe llamar á su ayuda toda la ciencia, tanto antigua como moderna ; que él debe conocer los tra-

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bajos de otros y emplearlos en el mejor interés de sus semejantes, que la más amplia erudición le es necesaria y, cuando esto sepa, los hombres principiarán á comprender que la ingeniería es verdade ramente una profesión y digna de los emolumentos tan liberal- mente acordados á las otras profesiones letradas.

« Esjusto que, ya por su posición como juez y árbitro en las em- presas que ayuda á desarrollar, no le es permitido interesarse ma- terialmente en ellas, debiera ser bien remunerado por sus servicios profesionales. » :

Señores: Me ha cabido el honor de ser designado para haceruso de la palabra en este acto en nombre de los premiados y de los gra- duados. Siendo el primero que se realiza en esta forma en nues- tra Facultad, siento doble satisfacción por la parte que así viene á tocarme en él, á la cual añadiré otra más, cual es ser personalmen- te uno delos premiados. ¡

¡ Cuánta alegría para nosotros, para nuestras familias, para esos seres queridos que sin repararen sacrificio alguno, ven en este día coronados sus votos, sobrepasadas sus esperanzas ! ,

¡Ay | la destructora mano de la Parca, cruel á muchos padres, este gozo postrero ha arrebatado. Paz en sus tumbas.

En este solemne instante, posesivnados del diploma final que per- mite hacer valer doquier la autoridad científica, de pie entre dos faces de la vida, ¡cuánta ternura envuelve las preocupaciones ve- nideras, con el encanto de las fugitivas horas que terminan |

Grato recuerdo dejará esta fiesta en la memoria de aquellos que se interesan en el adelanto de nuestra Facultad, hermosa página llenará en la historia de esta última... A las duras tareas de la cien- cia, acompañemos las generosas expansiones del alma. El abuso de abstracción es un peligro. La oportuna diversión lo aleja.

Celebremos el triunfo obtenido. Recojamos los laureles otorga- dos; más, cuidemos que no nos envalentonen : tratemos de no dejarnos seducir por esa sola prenda, á las instintivas expansiones acompañemos la seriedad del caso.

Señores, en nombre de los laureados y colados :

Un voto de gracias al señor Decano y á los señores Académicos or- ganizadores de esta fiesta.

Al señor Ministro que le ha dado realce al asistir á ella.

A laselecta concurrencia que le ha dado carácter aceptando: abandonar sus hogares en este primer día de año nuevo. A las hermosas damas que, por primera vez, honran con su pre-

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sencia este rudo santuario de las ciencias exactas, rejuvenecido hoy por tan dulces apariciones.

A los señores Profesores, que durante tantos años han sido nues- tros guías inculcándonos sus conocimientos y que hoy deben anhe- lar el mejor provecho de sus lecciones.

También á la memoria de los grandes apóstoles de la ciencia, de los grandes sabios y maestros que en el transcurso de siglos han elevado la ingeniería al rango que actualmente ocupa, echando los fundamentos de las ramas del saber que nosotros aprovechamos en nuestras rápidas lecciones, un voto solemne de admiración y respeto.

Una felicitación á todos los presentes en este primer dia del año que finaliza un fecundo siglo.

Un voto para el rápido adelanto de la Facultad de Ciencias Exac- tas, Físicas y Naturales, para la mayor prosperidad de la ingenie- ría argentina.

He dicho.

DISCURSO DEL SEÑOR MINISTRO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA DOCTOR OSVALDO MAGNASCO

Comprendo, señores ex-alumnos, las legítimas satisfacciones que experimentáis en este momento que la justicia consagra por entero al mérito. Y era tiempo ya que la Facultad de Matemáticas incorporara esta fiesta á las análogas que las otras facultades ce— lebran, porque si bien las sanciones morales de la conciencia son el mejor galardón para los hombres que saben encontrar la fuente de sus propios estímulos en las sugestiones misma del deber, las recompensas externas son como su necesario complemento, por- que agregan á las voces de la íntima aprobación el grato halago de las ratificaciones autorizadas.

Es según ese concepto que se os acaba de hacer entrega de los premios con que esta Facultad recompensa las más nobles virtu- des de sus estudiantes y, la solemnidad de este día me impone el deber, ya que no de leeros la pieza académica de estilo en estas nobles fiestas, impedido por urgentes ocupaciones, el de deciros siquiera dos palabras, de merecido elogio la una, de cariñoso estí- mulo la otra.

Habéis abrazado una de las más árduas carreras universitarias :

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la que quizá exija más clara y enérgica vocación ; la que no brinda los alicientes de las grandes resonancias, ni conduce á las muchas veces vanas satisfacciones del pergamino doctoral. Vuestros nom- bres, apenas si han asomado á fines de curso en las publicaciones reglamentarias para ser nuevamente devueltos á las modestias de las listas del aula cuyo ambiente no predispone sin duda, á tem- pranas exhibiciones, porque la indole de vuestros estudios, exactos y experimentales por excelencia, poco margen da, ya lo sé, á esas explicaciones doctrinarias que suelen no ser el menor incentivo de otras carreras. ¿

Sin embargo, hasta aquí habéis vencido y llegado laureados al- gunos de vosotros, al término de la jornada preparatoria y, al par que os felicito en nombre de este gobierno, amigo del buen espíritu universitario, formulo con patriótica ansiedad mis más íntimos vo- tos por vuestra suerte ulterior.

Pero, vosotros sabéis que estos diplomas y esas medallas no han de infundiros sobrenaturales vigores, ni aquel dón profético, que según la leyenda daba el laurel clásico al ser ceñido en las sienes de los antiguos triunfadores. El hombre vive mucho menos de ge- nerosas ilusiones quede su propia labor, labor tanto más ruda y exigente cuanto más complejo se ha hecho el problema social en la vida moderna. Ya no puede ser el tiempo de la universidad me- tafísica exclusiva: las artes prácticas, las ciencias de aplicación se han impuesto en toda la redondez de la tierra como una condición no sólo del progreso colectivo sino del progreso individual mis- mo. La última gran victoria de las armas británicas es las más re- ciente confirmación de tal verdad, porque ha sido la victoria del ferrocarril, paciente obcecadamente llevado á través de inmensas soledades, hasta los aduares mismos del bárbaro, del bárbaro que si pudo burlar antes los generosos ardimientos de otro pueblo que sólo fiara en su tradicional denuedo, no pudo hacer lo mismo cuan- do fuera abordada análoga empresa por el genio práctico de ese otro pueblo que parece templar su persistencia al calor de sus fra- guas y regirse menos por leyes de sociología que de ingeniería me- CÁNICA.

Bueno, vosotros ya sois hombres y pocas recomendaciones tengo que haceros con este motivo. Yo que en la hora presente, nadie hay que no tenga conciencia de las direcciones á que es menester subordinar la actividad y que, dar por concluída la campaña al clausurar el período de instrucción, importaría esterilizar todo el

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esfuerzo de vuestra vida de estudiosos, vuestras virtudes hoy re- compensadas, los nobles anhelos de esta Facultad y, como os lo acaba de decir su distinguido señor décano, el fruto de los sacrifi- cios hechos porla nación en vuestro beneficio.

Desviarse de esas corrientes por puro espíritu de comodidad, buscar la solución del problema de la existencia en el inerte pesar de las ubicaciones administrativas; dar en prenda á los presupues- tos oficiales el honroso título universitario, dejándose tasar por el salario las aspiraciones, podría ser además de personalmente de- presivo, un doloroso contrasentido en esta época y, sobre todo, en esta tierra cuyo pródigo suelo es pura seducción para el espíritu de trabajo, de iniciativa y de empresa y sólo pide á sus hijos hones- tidad, labor y perseverancia.

Señores ex-alumnos: Un genio antiguo, genio familiar de esta casa, porque lo es de vuestros estudios, dijo un día alborozado esto que conocéis mejor que yo : da ubr consistam el colo terram- que movebo, dádme donde apoyarme y yo moveré el cielo y la tierra. No os podéis quejar vosotros de la falta de ese punto de apoyo que en sus puros transportes de sábio pidiera el gran geómetra. Si tenéis la palanca del amor al trabajo, el punto de apoyo os lo ofrece el am- plio y rico territorio de la nación. Vuestro maestro os ha mostrado recién el detalle de las excelencias del teatro en que vais á actuar.

Pero, permitidme un consejo más, sugerido por algunas pala— bras del discurso del ex-alumno laureado: practicad ante todo la incomparable virtud de la humildad ; no os vanaglorieis de vuestro título, no soñéis desde ya con las grandes empresas; no pretendais hacer antes dela aplicación de las matemáticas, diré, ordinarias, la aplicación de las matemáticas audaces. Ensayad vuestras aptitudes en la subordinación como es necesario; comenzad sin pueriles sonrojos por donde han comenzado todos los que concluyeron por ser los benefactores de su país ó los grandes benefactores de la humanidad, partiendo istmos y suprimiendo desiertos; reaccio- nad contra la opinión de los que créen que el título ó la medalla son algo más que una mera presunción legal de suficiencia ; confun- díos en las modestas falanges del trabajo, mostrad en las luchas de la vida positiva que sois fuertes y que sabéis ser útiles y ya veréis cómo el criterio social no se extravía respecto de vosotros y los inte- reses públicos y los intereses privados reclamarán á su hora la ac- ción de vuestra inteligencia y el fruto sazonado de vuestro es-

fuerzo.

70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

He ahí todo cuanto debía deciros antes de separaros de esta casa. No quiero deteneros más ni perturbar vuestras justas alegrías con exhortaciones supérfluas.

Señores : en nombre del gobierno de la nación adhiero á los votos formulados por el señor decano con tan íntima sinceridad y po- niendo por testigos á las más altas autoridades de esta Facultad aquí presentes, á los señores profesores y á la distinguida concurrencia que me escuchan, declaro comprometidas, señores ex-alumnos, vuestra seriedad, vuestro patriotismo y vuestras virtudes cientifi- cas en pro de la obra nunca concluida del progreso naciunal.

ESTUDIOS EXOLÓGCICOS DE LA (PATAGONIA

POR J. B. HATCHER

En el 4merican Journal of Science del 23 de noviembre de 1897, publica el autor el resultado de sus investigaciones en el terreno.

El autor ha estado ocupado en juntar restos de mamíferos para la universidad de Princeton, por los alrededores de Santa Cruz en Patagonia del Sud, desde el 1” de mayo de 1896 hasta el 5 de junio de 1897. En el presente trabajo ha reunido los resultados estrati- eráficos y los geológicos generales de sus observaciones.

Los sedimentos más antiguos en el territorio de Santa Cruz apa- recen como pizarras muy duras con numerosos amonites si bien muy mal conservados, las que el autor ha denominado Mayer Ra- ver beds; pueden tener alrededor de 1300 pies de espesor y son

probablemente jurásicas. En discordancia, yacen sobre estas piza— Tras, areniscas de color pardo claro, abigarradas en las partes su- periores, de más ó menos 1000 pies de espesor y de una pobreza fosilifera que se extiende hasta restos de vegetales poco raracte- rísticos. El autor las coloca, con Carlos Ameghino, en el cretáceo. Cretácicas son también las capas guaraníticas compuestas de are- niscas abigarradas y arcillas de unos 2000 pies que contienen en gran cantidad troncos de árboles silicificados, juntos no po- cas veces, con restos de dinosaurios. Entre estas capas y las are- niscas desprovistas de fósiles parece existir también una discordan- cia. Según Ameghino, el cretáceo guaranítico se confunde de un modo inmediato con las capas del Pyrothervum, en las cuales aparecen restos de mamíferos juntos con dinosaurios, por lo que estas últimas deben ser colocadas en el cretáceo. El autor ha examinado durante

78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

varias semanas todo el conjunto de capas entre la arenisca sin fó- siles y el terciario inconfundible sin encontrar el menor vestigio de un mamífero, llegando así á la conclusión de que las capas del Pyrothervum se encuentran arriba, probablemente encima de las capas de Santa Cruz. También le parecen los mamíferosde las capas del Pyrothervum más bien más modernas que la fauna de las capas de Santa Cruz, antes que más antiguos. La fauna del Pyrothervum, notablemente semejante á la de Santa Cruz, comprende formas casi todas muy grandes, algunas hasta gigantescas, lo que, prescindien- do de todo lo demás, habla decididamente encontra de su edad cré- tácica. El dato de Ameghino, de que los Pyrothervum (mamiferos) hayan sido encontrados juntos con dinosaurios, consiste, según el autor, en que probablemente, ó bien los últimos se encontraban en yacimientos secundarios Ó bien que al reunirse en regiones que fueron muy perturbadas se hayan mezclado entre las faunas de dos horizontes muy diferentes.

Mientras que las formaciones hasta aquí nombradas están desa- rrolladas en el interior del territorio y especialmente en la cordi- llera, la formación marina patagónica, que se introduce en el terri- torio, está muy extendida especialmente en la costa. Ameghino creía que las capas inferiores del piso patagónico debían ser colocadas en el eretáceo; el autor opina sin embargo, y tal vez con razón, que por la falta de las amónicas y rudistes se puede sacar la consecuen- cia de que la totalidad de las capas patagónicas sean eocénicas. Su espesor representa algunos cientos de pies; después que se depositaron se realizó una traslación costanera negativa, por la cual quedaron aisladas durante algún tiempo, habiendo sufrido tam- bien en parte una fuerte erosión. Las capas más modernas que si- guen inmediatamente, las llamadas areniscas y arcillas supra-pata- gónicas son igualmente marinas puras; parece que son más ex- tendidas que las capas patagónicas, por lo menos se las encuentra al pie dela cordillera sobre las mismas capas guaraníticas ; su es- pesor es relativamente pequeño, y los fósiles que aseguran su an- tigúedad miocénica difieren completamente de los que contienen las capas patagónicas.

Estas capas miocénicas marinas las pone Ameghino en comuni- cación inmediata con las capas deSanta Cruz, tan ricas en mamife- ros. Esto último no lo puede, sin embargo, admitir el autor. Este pudo observar que las capas supra-patagónicas están enderezadas á los pies de la cordillera mientras que en su inmediata proximi-

ESTUDIOS GEOLÓGICOS DE LA PATAGONIA 18)

dad yacen horizontalmente las capas de Santa Cruz; estas y Otras ra- zones le han llevado á la suposición de que las capas de Santa Cruz, que á juzgar por su flora diatoméica han sido depositadas en aguas salobres ó dulces, descansan sobre la superficie erosionada del mioceno marino, sin alternar con este último, como lo sostiene Ameghino. El « Santacruziano » no puede ser, según el modo de ver del autor, más antiguo que el mioceno medio y no más moder- no que el plioceno inferior. En él se puede distinguir un complejo de capas inferior con marsupiales herbívoros y pájaros gigantes- cos en los ríos Chalia y Chico y otro superior con marsupiales, carnívoros, desdentados, hoplópodos y roedores, en la costa y en el río Gallegos. Sobre las capas de Santa Cruz se encuentran en algunos lugares capas marinas del plioceno, las Cape Farrweather beds. Los bancos de cantos rodados (formación tehuelche) no se hallan sobre la base del plioceno marino, como sostiene Ameghino, sino encima de él y permiten llegar á la conclusión de que en el período cuaternario ha habido una congelación de todo el territo- rio. Los lagos salados que se encuentran distribuidos sobre toda la llanura los considera el autor como reliquias del mar plioceno que ha depositado los Cape Farrweather beds. El lóss fué observado en algunos puntos aislados, si bien en espesor considerable.

A distancia de unas cien millas inglesas al este de la cordillera se extiende una cadena de pequeños volcanes al través de la llanu- nura. Según el modo de ver del autor, estos volcanes han estado en actividad en el tiempo de la formación de las capas de Santa Cruz á las cuales han suministrado mucho material, ven algunos parajes han funcionado también posteriormente.

Para los grandes valles transversales de la llanura patagónica su- pone Ameghino una edad muy moderna ; no deben haber existido en la edad pliocénica, habiéndose formado más tarde por violentos movimientos geológicos. El autor puede, sin embargo, poner en evidencia que los valles transversales de la Patagonia austral no son sino sencillamente valles de erosión que estaban ya formados antes de laedad pliocénica cuyos sedimentos, juntos con los de la forma- ción tehuelche que los cubre, se encuentran conservados en algunos parajes de dichos valles.

E. PHILIPPI.

(*) De Neues, Jahrbuch fir Mineralogie Geologie und Paleontologie, 1898, II Buch, 111 Heft,

MISCELÁNEA

Empleo de la palabra «asimilación» en botánica (1). En los últimos años han ido reconociendo gradualmente, los que se ocupan de fisiología vegetal, cuan inadecuado es el uso del término asimilación para desig- nar la elaboración de substancias hidrocarbonadas. La autoridad del gran nombre de Sachs para tal aplicación de dicha palabra la ha mantenido en su sitio por muchos años.

Ha sido atraída la atención sobre este uso impropio por la publicación del ma- gistral tratado de fisiología vegetal de Pfeffer, en el cual usa como encabeza- miento (2, la frase Asimilación fotosintética para designar lo que antes (3) ha lla- mado asimilación. Al reseñar Hansen (4) la obra de Pfeffer llama la atención sobre el uso que éste hace de la palabra asimilación. Hansen está penetrado de la nece- sidad de una palabra específica (eindeutiges Wort: para designar el proceso de elaboración de los hidratos de carbono y propone el término fotosíntesis (pho- tosynthesis). :

Ha sido, sin embargo, precedido hace lagotiempo en esta proposición, Sin nin— guna pretensión de discusión histórica, debemos señalar aquí que Weisner ha in- dicado hace largo tiempo la carencia de una palabra adecuada. Refiriéndose al proceso de la formación de los hidratos de carbono, dice: « Pero parece que en el sentido limitado que se da en el texto,. falta una palabra para aquel impor- tante proceso que se ha designado hasta ahora como asimilación (5).

En una comunicación leida ante la Sección Botánica de la Asociación Ameri-

(1) Perfectamente de acuerdo sobre la necesidad de substituir la palabra asimilación en el sentido botánico por otra más adecuada, traducimos la parte esencial de un interesan te artículo que acaba de publicar el Profesor Carlos R. Barnes de la Universidad de Chica- go en Botanisches Centralblatt, tomo LXXVI, número 8, página 257-259.

(2) PrerrER, Pflanzenphysiologie, l. página 281, 1897. (3) Op. cif., página 911.

(4) Botanische Zeitung, LVI. Parte II, 1898, página 22. (5) Elemente der Wissensch, Bot. 1, página 332.

MISCELÁNEA 81

cana para el adelanto de la cienciaen su reunión en Madison en agosto de 1893 (1), propuse llenar esta necesidad por la palabra fotosintaxis (phosyntax). He empleado desde entonces este término en mis conferencias y escritos y es usa- do por un cierto número de estudiantes de este país. Al mismo tiempo el pro- fesor Mac Millan, de la Universidad de Minnesota, expresaba su preferencia por el término fotosíntesis, que yo indicaba en la misma comunicación como palabra equivalente, pero que rechazaba como menos correcta etimológicamente. El úl- timo término ha sido adoptado por el profesor Mac Dougal, de la Universidad de Minnesota, y usado por él, tanto en su traducción de las Pflanzenphysiologische Versuche de Oels como en su Experimental Plant Physiology.

La proposición del mismo término por Hansen tiene sólo valor como un tardío reconocimiento del hecho que no puede continuarse usando correctamente el tér— mino asimilación. No importa que fotosintaxis ó fotosíntesis, ó cualquier otra pa- labra sea la que finalmente alcance el uso general para descubrir la elaboración de los hidratos de carbono por los tejidos verdes bajo la acción de la luz. Es más que tiempo, sin embargo, de que abandonemos tan pronto como sea posible el uso de asimilación para dicho proceso ó cualquier otru análogo. He expuesto con ciertá extensión las razones para ello en la comunicación On the food of greens plants á que ya me he referido.

Canos R. BARNES.

(1) Botanical Gazzette, XVII, página 409, 1893.

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 6

BIBLIOGRAFÍA

I. CIENCIAS EXACTAS

Boulanger (M.). Quadrature du Cercle. W. Kundig et fils, Généve,

1898 (1 foll. de 60 p., con fig.).

Reseña crítica por C.—A. L. en Revue générale des Sciences, mayo 15 de

1898 /año 9”, n* 9, p. 381).

Transcribiremos íntegra la breve reseña de M. Laisant :

«Tal es el título de un pequeño volumen de unas 60 páginas que el autor acaba de publicar, con 4 láminas y haciendo preceder al título con la divisa : Labor im-- probuws omnia vincit. Sólo lo citamos aquí á título de curiosidad, y para poner en guardia á los imitadores contra tristes ilusiones.

« El autor hace la cuadratura del círculo... ¡sirviéndose de la cicloide! Y no sólo cree haber descubierto algo, sino que se imagina haber conquistado un in— comparable título de gloria.

« Después de los trabajos definitivos y tan convincentes de M.-M. Hermite, Lin— demann, Klein, se podía esperar que la lista de los cuadradores estuviera cerrada. Estaba escrito que el fin del siglo x1x vería surgir uno más. Puede ser, desgra— ciadamente, que el siglo xx nos reserve otros más, puesila ilusión científica es una de las dolencias del espíritu humano. »

M. Laisant nos dice demasiado poco para poder apreciar el interés que pueda tener esta nueva tentativa de «cuadratura del círculo ». No hay que perder de vis- ta, en todo caso, que ésta es una cuestión que, por su carácter especial, no puede tener en sino un interés de mera curiosidad científica; pero que sin embargo puede tener un interés indirecto, del punto de vista del método, por ejemplo. Asi, esa nos parece ser también una de las cuestiones á las cuales se refiere el mismo M. Laisant en la reseña que acompaña á la actual, en el mismo número de la Revue générale (Rouse BaLL, Récréations et Problemes des temps anciens et modernes ), cuando dice : « Los libros de esta naturaleza provocan siempre la curiosidad á justo título, y los matemáticos harían muy mal en desdeñar esos sujetos, malgrado la futilidad aparente (pero aparente solamente) que presentan

á Veces. »

BIBLIOGRAFÍA 83

Con motivo de esta nueva tentativa, no estará de más, quizás, consignar aquí algunas consideraciones respecto de este problema famoso de la cuadratura del círculo, del punto de vista de su posibilidad, ó mejor dicho de su ¿mposibilidad, pues suele reinar una sensible confusión al respecto.

Supónese, en general, que esa imposibilidad reside en el hecho de ser zincon- mensurable; pero una ligera reflexión bastaría para desvanecer tan errónea idea. Abundan, aun en las matemáticas elementales, las cantidades inconmensurables (todos las ¿rracionales de segundo grado, por ejemplo) susceptibles de una cons— trucción exacta, con la regla y el compás. Conviene fijarse también en que en esto último reside todo el problema, es decir que, practicamente, este problema con— siste en el fondo, en la construcción de un segmento rectilíneo rigurosamente igual á la circunferencia pero mediante el trazado de un número FINITO de rectas y círculos; de lo cual resulta que la posibilidad ó imposibilidad del problema se re- duce á que el número z pueda ó no ser raíz de ecuación de cualquier grado con coeficientes racionales.

Pues bien, esta cuestión ha quedado resuelta en 1882 por el matemático alemán Lindemann, fundándose en ciertas fórmulas establecidas por M. Hermite en su demostración de que e, base del sistema neperiano, no puede ser raíz de una ecua- ción de cualquier grado de coeficientes racionales. El número z goza de la misma propiedad; por lo tanto, la imposibilidad de la cuadratura del círculo mediante la regla y el compás queda demostrada.

Pero es claro que esto no quiere decir que sea imposible resolver el problema mediante curvas distintas del círculo; mas entonces la cuestión pierde sin duda todo su valor práctico, Ó el valor que su solución pueda tener se vuelve entera= mente problemático.

En la obra clásica de Rouché y Camberousse Traté de Géometrie) encontrará el lector una interesante nota (agregada al primertomo) sobre el famoso problema, y la demostración de la imposibilidad, según los mencionados trabajos de Hermite y Lindemann. Recomendamos su lectura. F. BIRABEN.

II. INGENIERÍA

Mallol (B. J.), Ingeniero civil. Tramway eléctrico «La Capital ». Des- cripción general de la usina, vías y material rodante. Buenos Aires, 1898.

En estilo sencillo y al alcance del público, historía el ingeniero Mallol, la eje— cución de las obras y explica el sistema eléctrico de tracción, describiendo la usina y estaciones, vías y material rodante.

Como se sabe el sistema adoptado es el de conductor aereo, llamado sistema trolley.

La usina productora de fuerza se halla en la esquina Comercio y paseo Colón, y cerca de los nuevos mataderos se ha construido el edificio de acumuladores, destinados á regularizar la tensión eléctrica en el cable aereo, manteniéndolo al mismo potencial, y á servir como depósito de reserva de electricidad.

Los rieles de acero son de dos tipos : en la sección de Plaza Mayo á Flores,

84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

rieles Johnson de 22,5 centímetros de alto, de 44 kilógramos de peso por metro lineal y de Flores á los Mataderos, rieles de la Pennsylvania C* de 17,5 centíme- tros de alto y de 36 kilógramos por metro lineal.

Los rieles han sido colocados sobre durmientes de madera dura que reposan sobre un contrapiso de concreto, de piedra quebrada y arena ó de ladrillo que- brado.

El sistema de alimentación se hace por cables alimentadores (feeders), y el hilo de trabajo, estando dividida la línea aerea en varias secciones ó circuitos, cada una de las cuales se alimenta por una ó varias conexiones al feeder.

Los coches son cómodos y elegantes, con capacidad para 24 pasajeros en el interior, 24 en el imperial y 6 en las plataformas.

El trolley es de polea y los motores y controllers son de la General Electric Company de Estados Unidos.

Numerosos planos, esquemas y vistas ilustran este interesante folleto, que da somera cuenta del importante trabajo realizado por nuestro consocio, el inge— niero Mallol, constructor de la línea eléctrica, á quien felicitamos cordial— mente. A. GALLARDO.

III. CIENCIAS NATURALES

Bray (William L.). On the relation of the flora of the lower Sonoran zone in North America to the flora of the arid zones of Chili and Argentine, in The Botanical Gazette, tomo XXVI, n* 2, p. 121-147, 1898.

Suess (Ed.), Professeur de Géologie a 1'Université de Vienne, Correspondant de l'Institut de France. La Face de la Terre (Das Antlitz der Erde). Traduit avec lautorisation de Uauteur et annoté sous la direction de M. Em- manuel DE MARGERIE, avec une préface par M. Marcel BERTRAND, de l'Académie des Sciences. Tome 1. A. Colin et C*, Paris, 1898 (1 vol. in-8* de XV-835 p.; 2 cartes en couleur et 122 figures, dont 75 exécutées spécialement pour l'édition francaise).

Reseña crítica por Kilian (W.), 'Professeur de Géologie á la Faculté des Sciences de Grenoble, en Revue Génerale des Sciences, marzo 15 de 1898 (ano 9, n* 5, p. 193-95).

Dignas del mayor interés nos parecen las consideraciones que preceden el excelente análisis consagrado á la monumental obra de Suess. Por eso los trans— cribiremos integramente á continuación :

« Las personas que han seguido de cerca el desarrollo y las tendencias de las ciencias geológicas en estos quince últimos años deben estar sorprendidas por la transformación que se nota en las preocupaciones de los geólogos. Ha podido notarse en Francia sobre todo la evolución rápida experimentada por la alta enseñanza geológica. No está lejana aún, en efecto, la época en que se podía asistir en los cursos de nuestras Facultades á las fastidiosas enumeraciones de pisos /étages) y de nombres de fósiles. cuya nomenclatura parecía ser el fin

BIBLIOGRAFÍA 89

supremo propuesto á la curiosidad del auditorio. A estos amontonamientos de deta- lles, cuya aparente inutilidad, chocaba las vocaciones y hastiaba las buenas volun- tades, se han substituído interesantes nociones sobre la historia de nuestros continentes; se nos ha mostrado cómo de los documentos largamente acumulados se desprendía en fin la imagen de los océanos pasados; se ha reproducido ante nosotros las migraciones de las faanas marinas, la formación de las superficies continentales y el desarrollo de sus habitantes. Los geólogos se ham empeñado

más activamente en saber, después de Elie de Beaumont, cómo esas capas, que hasta entonces habían sido analizadas, descriptas sin preocuparse de su posición, habían sido enderezadas. dislocadas, plegadas /plissées), y cuáles eran los fenómenos generales de la deformación de la corteza terrestre. Los principales relieves fueron estudiados en su estructura; se nos hizo ver que había ahí una serie de tipos, de individualidades distintas y, al elevarse á la investigación de las relaciones exis tentes entre estas unidades, se arribó á consideraciones del más alto interés sobre el plan general, sobre la edad y sobre la causa de esas deformaciones.

« Inicióse una nueva era para la geología, según la feliz expresión de M. Mar— cel Bertrand (cuyo papel en esa evolución de nuestra ciencia fué preponderante). Pero este movimiento, que ha producido en Francia tan hermosa eflorescencia de trabajos originales, no había nacido en nuestro país; era debida en gran parte á la obra genial de un hombre cuya influencia había penetrado á nuestra escuela francesa. A M. Suess, profesor de la Universidad de Viena, corresponde, en efecto, el honor de haber abierto á la geología, ya desde 1883, esas vías nuevas y fecundas, por su magnífico libro : Das Antlitz der Erde. Este sabio ha sido el primero en mostar que, en geología, « la era de los tanteos había pasado y que era posible y legítimo, sin dejará la hipótesis una intervención demasiada lata, extraer ya conclusiones del mayor alcance de la masa de las observaciones recogidas por varias generaciones de investigadores. »

« Así, se debe al genio de M. Suess el haber puesto en evidencia la diversa edad de los grandes océanos y la existencia de un antiguo continente ecuatorial. La irregularidad de contornos de las cadenas de montañas, la disimetría de estructura de estas zonas plezadas (plissees) de la corteza terrestre, el trazado de líneas directoras que permitieron reconstituir algunas de entre ellas, hoy fragmen- tadas é interrumpidas por hundimientos parciales, la formación de dobleces (plas) más recientes (póstumos) en el emplazamiento de las antiguas cadenas, el papel de los macizos resistentes, las distancias entre los movimientos de doblez (plisse- ment) y los fenómenos de descensos, la importancia de estos últimos, son nociones clásicas hoy día, con igual título que la existencia de una serie de zonas dobladas de edades varias. Otro tanto ocurre con fenómenos de regresión y trasgresión de las mares antiguos que se suelen manifestar en el mismo instante sobre grandes extensiones, cuya generalidad é importancia en la historia del globo ha revelado M. Suess antes que nadir. »

Pasando entonces á ocuparse de la obra misma, M. Kiliau principia por hacer resaltar toda la importancia que ella está llamada á tener por la influencia que ha de ejercer en la evolución científica mencionada, y felicita á M. de Margerie por el acierto con que ha dirigido la difícil traducción de la importante obra del sabio austriaco, traducción que, por lo demás, tiene cierta originalidad, pues ella ha sido considerablemente enriquecida con numerosas notas de comentario y bibliografía, mediante el concurso de colaboradores competentes.

36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

« Incorporados discretamente como lo han sido, á las notas del autor, esos comentarios lejos de hacer desmerecer á la obra del Maestro, hacen más sencillos las progresos realizados bajo su impulso, y señalar revelan muy á menudo al lector sorprendido cuán confirmadas han sido por las exploraciones ulteriores las vistas profundas que M. Suess había, por una suerte de adivinación, apoyado sobre unos pocos indicios esparcidos aquí y acullá.

« Sin duda, algunas de las concepciones de M. Suess han sido vivamente com- batidas, cierto número de sus conclusiones no han sido ratificadas por las inves- ticaciones ulteriores; pero esas divergencias sólo atanen á un muy pequeño número de puntos, y, después de catorce años, uno se encuentra confuso al ver qué lugar ocupan en la ciencia las ideas emitidas en la Autlitz der Erde. »

Después de señalar « el muy notable prefacio en el cual M. Bertrand ha carac= terizado con tanta elevación y precisión la obra de M. Suess », el autor de la reseña pasa á esbozar brevemente el plan seguido por el autor.

« La obra entera debe comprender tres partes, en las cuales serán estudiadas sucesivamente los movimientos de la corteza terrestre, las principales cadenas de las montañas, los cambios de forma de los océanos, y que completará una cuarta parte,.coronamiento de la obra, en que ese sabio geólogo « comparará las trans— formaciones telúricas expuestas en los tres primeros volúmenes con las que las faunas terrestres han experimentado á partir del período ano en el hemisferio norte. »

« La traducción que tenemos bajo los ojos corresponde á las dos primeras divisiones de este programa. »

En una introducción muy original el autor plantea magistralmente Jos princi- pales problemas geológicos, en la cual conduce á la independencia de los grandes movimientos de las mares respecto de los fenómenos orogénicos propiamente dichos.

En la primera parte, consagrada á los movimientos de la costra exterior del globo, el autor estudia sucesivamente : el diluvio bíblico poniéndo en evi- dencia su carácter esencialmente local ; los terremotos demostrando con parti cular empeño que nunca se ha constatado ningún levantamiento real de la corteza terrestre; las dislocaciones terrestres en sus diversas formas que refiere á dos categorías : por movimientos tangenciales y por hundimientos (movimiento radial) los que se pueden combinar; los volcanes y macizos eruptivos que conducen al autor á consideraciones diversas interesantes ; la clasificación de los terrenos según su Origen.

En la segunda parte, títulada Las montañas, el autor estudia sucesivamente : los rasgos salientes de la estructura de cierto número de regiones naturales, precisando la edad de los principales accidentes orogénicos; varias individuali- dades tectónicas que examina en sus relaciones mutuas : el ante-país (Vorland) del sistema alpino, el sistema alpino propiamente dicho, el hundimiento de la región adriática, el Mediterráneo y su historia, la gran planicie « desértica » (Sahara, Egipto, Abisinia, Arabia, Siria), los fragmentos del continente indio, los haces montañosos de la India, las relaciones entre los Alpes y las cadenas asiáti- cas, la América del Sud, las Antillas y la América del Norte.

Termina el libro, según dice M. Kiliau, con un resumen grandioso de las nociones anteriormente adquiridas, en que se enumeran las diversas unidades tectónicas, así como las varias manifestaciones y localizaciones de los esfuerzos

BIBLIOGRAFÍA 87

orogénicos; M. Suess llega en su exposición á atribuir á los hundimientos una importancia preponderante en la historia del globo.

Termina M. Kiliau con el siguiente párrafo que trascribiremos íntegro también :

« Tal como nos es presentado, este primer volumen constituye una mina ina- gotable de ideas y de documentos, un instrumento de trabajo absolutamente necesario á todos los que se ocupan, desde cualquier punto de vista, de la ciencia del globo. Puede decirse con M. Bertrand, que para los trabajadores, « al lado de los servicios ya prestados, este libro puede prestar aun otros mayores ». Es permitido esperar también que, al revelar mejor que cualquier otro á los espíritus elevados la importancia y la magnitud de los problemas geológicos, al recordar la parte que corresponde á la escuela francesa en el desarrollo de la geología, la obra de M. Suess contribuirá á devolverá la ciencia del globo, en nuestro país y en nuestros programas, el lugar á que tiene derecho y que la niega un deplorable ostracismo ». F. BIRABEN.

Perrier (Edmond), de l'Académie des Sciences, Professeur au Muséum. L'Origine des Vertébrés. Article en Revue générale des Sciences, agosto 15 de 1898 (año 9”, n* 15, p. 601-608).

En la presente contribución, el sabio profesor del Muséum se ha propuesto demostrar cómo la aplicación rigurosa de principios incontestados de la zoología conduce á una solución única y enteramente satisfactoria del problema de la deter- minación del grupo de invertebrados que ha podido dar nacimiento á los verte— brados. Este problema, de primera importancia para la teoría de la evolución, había dado lugar á varias soluciones distintas por diversos autores. « Tales diver- gencias según M. Perrier suponen evidentemente que los principios fundamentales de la zoología se encuentran aún mal definidos ó frecuentemente perdidos de vista, y que no ha habido suficiente preocupación en precisar la naturaleza de los caracteres de los vertebrados, cuya explicación había que pedir á las formas ancestrales ».

Después de consignar los caracteres esenciales de los vertebrados, el sabio zoólogo expone los caracteres que excluyen el parentesco de los vertebrados con los nemertos, los balanoglosos, los apendiculares y los artrópodos, así como los caracteres que denotan el pasaje de los gusanos anélidos á los vertebrados ; en fin, consigna la regla de fijación de las actitudes.

En cuanto á los caracteres esenciales de los vertebrados, son los siguientes, según M. Perrier : « 1” el cuerpo es bilateralmente simétrico y metameridado (métaméridé), es decir, dividido, en toda su longitud, en segmentos cuya expre- sión en el esquelelo son las vértebras y costillas, todas semejantes entre sí; 2 pelos (css) vibrátiles tapizan una extensión importante de sus superficies externas Ó internas, principalmente de las superficies respiratorias; 3? cuando menos en el período embrionario, la región anterior del tubo digestivo comunica siempre con el exterior, mediante hendiduras laterales ; 4” el aparato circulatorio está cerrado y presenta un corazón situado debajo del tubo digestivo; 5* el aparato secretor está constituído por un sistema de conductos que no se repiten, en el embrión, en toda la longitud del cuerpo, y proporcionan al aparato genital sus conductos escretores; 6” arriba del tubo digestivo se extiende, en el embrión, en toda la longitud del cuerpo, un cordón celular lleno, la cuerda dorsal, alrededor

88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

del cual se forman las vértebras del animal adulto; 7” arriba de la cuerda dorsal se encuentra el sistema nervioso central, situado en su totalidad á un mismo lado del tubo digestivo, desprovisto de color esofágico y de volumen considerable ; 8” con relación al mundo exterior, el corazón y elfeje nervioso longitudinal ocupan, en el vertebrado y en el invertebrado segmentados, una posición inversa, de tal manera que, si se llama ventral la cara del cuerpo dirigida hacia el suelo y dorsal la cara opuesta, el eje nervioso es dorsal en los vertebrados, ventral en los animales segmentados, y los vasos contráctiles ocupan la cara del cuerpo opuesta al sistema nervioso ».

En cuanto á la regla de fijación de las actitudes, que según M. Perrier, no de- biera nunca ser perdida de vista cuando se busca la explicación de los fenómenos morfológicos, y que no es más que un corolario del principio de Lamarck relativo al uso ó á la falta de uso de los órganos ella se expresa del siguiente modo :

« Cuando sobreviene, en el género de vida ó en la conformación de un animal, algún cambio que coloque d órganos importantes en condiciones desfavorables su funcionamiento, el animal, por un cambio de acírtud, trae poco d poco estos órganos d ocupar una posición que les permita cumplir lo mejor posible su función; la nueva actitud, provocada por el sentimiento de la necesidad, y primero mds ó menos momentánea, se fija poco d poco por una modificación permanente de los órganos que la han producido, luego se vuelve hereditaria y se encuentra ser, así, el punto de arranque de una nueva descendencia (lignée) de las formas orgánicas ».

M. Perrier, después de haber aplicado esa importante regla al problema que se había propuesto, indica en la última parte de su trabajo otras aplicaciones pero sólo las más notables de que es susceptible. F. BIRABEN.

Delage (Yves), Professeur a la Faculté des Sciences de Paris, et Hérouard (S.), Chef des Travaux de Zoologie á la Faculté des Sciences de Paris. Traité de Zoologie concréte. Tome V : Les VeRMIDIENS. Schleicher freres, Paris, 1898 (1 vol. in-8S* de 372 pág.; avec 46 planches en couleurs et 523 fig. dans le texte; 12 fr.).

Reseña crítica por H. BEAUREGARD, Assistant au Muséum, en Revue genérale des Sciences, mayo 15 de 1898 (año 9*, n” 9, pág. 383-84).

Este volumen el quinto según el plan adoptado por los autores es el segun- do aparecido del importante Tratado de Zoología concreta. El lector recordará la reseña que en estos mismos Anales (1) hemos dedicado á esa obra fundamental, que se propone realizar una nueva y original concepción didáctica de los autores.

Según M. Beauregard, este nuevo tomo no desmerece en nada al que le ha pre- cedido, ni en cuanto á ejecución, ni por los servicios que está llamado á prestar. La particularidad más notable es la introducción de un nuevo grupo zoológico con el nombre de « Vermidios » (vermadiens ), constituido por la reunión de formas que tienen relaciones más ó menos estrechas con los Gusanos entre los cuales se las había colocado hasta hoy, lo que traía ciertos inconvenientes. Según M. Beauregard, esa tentativa es interesante y plausible, á pesar de ciertas objecio— nes que apunta. F. BIRABEN.

(1) Entrega de julio de 1897 (t. XLIV, p. 70).

BIBLIOGRAFÍA 89

Maillard ¡L.), Préparateur de Chimie á la Faculté de Médecine de Nancy. La cristalisation des matiéres albuminoides et les cristalloides protéi- ques de la micrographie. Artículo en Revue générale des Sciences, agosto 15 de 1898 (año 9”, n* 15, p. 608-614).

El interesante artículo de M. Maillard viene acompañado de una completa anotación bibliográfica sobre la materia, que contribuye sin duda á darle mayor importancia. El autor se refiere también á sus estudios propios, tendentes á resolver varias cuestiones que examina. Sobre la más importante llega á la siguiente conclusión :

Que la formación de los cristaloides haya sido vital ó artificial, si las formas irregulares fueran residuos de ellas, los cristaloides de la micrografía podrían pues constituir series regresivas, cadáveres de cristales en diversos grados (stades) de destrucción. A las inves- tigaciones biológicas corresponde decidir cuál es en cada caso la interpretación admisible; pero esa decisión debe apoyarse en consideraciones extranas á los cristaloides fismos.

z

La regularidad más ó menos geométrica de sus formas es por sola impotente para proporcionar estos datos cronológicos de tan alta importancia para la fisiología celular.

Este estudio es un trabajo del Laboratorio de Química biológica de la Facultad de Medicina de Nancy. F. BIRABEN.

Roule (Louis), Professeur á la Faculté des Sciences de Toulouse. -—— L'Anato- mie comparée des animaux basée sur 1Embriologie. (G. Masson et

C*, Paris, 1898 (2 vol. in-8”, en 1972 p. et 1202 fig. ; 48 fr.).

Reseña crítica por R. Koshler, Professeur de Zoologie a la Faculté des Sciences de Lyon, en Revue générale des Sciences, junio 30 de 1898 (ano 9”, n* 12, p. 505-506).

Según M. Kcehler, esta obra no se parece en nada á ninguno de los tratados de anatomía comparada ó de zoología publicados hasta hoy. « Es una obra entera mente personal y de corte enteramente original, en que encontramos nuevamente las cualidades que el autor ha demostrado en sus libros anteriores, la Embriología general y la Embriología comparada, analizados ya por la Revue. La Anatomía comparada completa esas dos obras, de que viene á ser continuación natural y en cierto modo necesaria ».

Dicetodavía el autor de la interesante reseña, que el fin perseguido por M. Roule, «no ha sido el de exponer, en su conjunto. la estructura detallada de los animales, y de señalar todos los hechos que conciernan á todos los grupos de séres; se ha contentado con indicar los más importantes de esos hechos y de utilizarlos para investigar las semejanzas y diferencias existentes entre las subdivisiones del reino animal ».

Transcribe M. Kaeler algunos párrafos en que el autor se esfuerza por precisar su propósito, según el cual: « Este «libro, así preparado y presentado,... es una demostración de la verdad, cada día más neta y parente del principio de Milne— Edwards: La naturaleza va de lo sencillo á lo complejo, gracias d una diferen ciación de las formas siempre más acentuada, correlativa d una división siempre mayor del trabajo vital. Este principio es verdaderamente la ley directiva, tanto en las ciencias biológicas como en las que á ellas se vinculan; es la guía constante sin la cual no se tiene sino falsedad y error... »

90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Lo que caracteriza la obra de M. Roule es, pues, el estar basada sobre la Embrio- logía ; y según el autor de la reseña, M. Roule, embriologista de profesión, uno de los raros que se cuentan en Francia estaba admirablemente preparado para escribir una obra de ese género.

No nos es posible seguir á M. Kaehler en su rápido análisis de la obra, entera= mente favorable, salvo una pequeña crítica de detalle que visa al editor.

F. BIRABEN.

Robin (G.), Chargé du cours de Chimie physicue á la Sorbonne. L'Évolu- tion de la Mécanique chimique et ses tendances actuelles. Artículo en Revue générale des sciences, marzo 15 de 1898 (año 9”, n* 5, p. 17478).

Según lo explica la dirección de la Revue, este artículo es la reproduccion de una lección del finado Gustavo Robin dada en la Sorbonne, como introducción á su curso de Química matemática, antes de habérsele encomendado de enseñar en esa facultad la Química física. Esa reproducción ha sido hecha según los apuntes que el autor había redactado para su curso, recogidos por un confidente íntimo que se propone editarlos. Responde dicha reproducción al propósito de servir los intereses de la ciencia llamando la atención de los lectores de la Revue sobre las nuevas tendencias de la química, cuyo espíritu y alcance Robin había penetrado y comprendido notablemente. « Habíase apasionado por la filosofía natural y veía en las fórmulas y las notaciones exentas de hipótesis la condición misma del desarrollo de la ciencia positiva. Había meditado profundamente sobre las doc— trinas y los sistemas, en medio del aislamiento aparente en que se había colocado al vivir por largo tiempo retirado del mundo de los sabios, en la única sociedad de los libros. Por eso, fué una revelación para la generalidad del público cuando distinguido por un maestro perspicaz y llamado á la Sorbonne, emprendió ense— nar en ella los principios del mecanismo en química. El talento que desplegó en su Curso asegurará á su memoria el reconocimiento y el respeto de todos aquellos que se agolpaban en sus lecciones ».

Tal es la breve introducción con que la dirección de la Revue precede la trascríp- ción de la larga é interesantísima lección de Robin. Como el lector lo sabe, carece- mos de toda competencia para emitir juicios sobre estas materias, por lo cual sólo nos proponemos, en lo que sigue, reflejar mediante algunos extractos lo que esa magistral exposición tiene de interesante desde el punto de vista de la filosofía de las ciencias. :

Principia M. Robin su lección en los siguientes términos :

Después de haber permanecido por largo tiempo una ciencia descriptiva. la química esta en vías de volverse una ciencia racional; y ya el poderoso instrumento del Aná- lisis matemático, al cual se había mostrado tantos anos rebelde, ha sabido hallar la juntura por la cual ha de penetrar. Difícil sería definir en pocas palabras los múltiples objetos de esa Química nueva. Sólo diré que el más importante es el estudio matemático de las causas que provocan ó limitan las trasformacioues de la materia. Esas causas son de dos clases : unas, como ser las proporciones relativas de los elementos puestos en contacto, son inherentes al sistema en vía de formación ; otras como la temperatura y la presión, emanan del medio en cuyo seno ese sistema se encuentra sumido. Pero creo que haré comprender mejor la naturaleza de los problemas que nos van á ocupar, investigando los orígenes, en la historia, de esta ciencia cuya creación parece ser de fecha reciente, pero que no ha visto el día sino después de un laborioso parto.

BIBLIOGRAFÍA 91

M. Robin hace remontar el origen de la historia de esa química nueva al año 1804, fecha de la publicación del Ensayo de estática .quéímica de Berthollet, que funda una teoría que no debía durar mucho, pues iba á caer toda entera á los embates de Proust, que consiguió hacer triunfar definitivamente la ley de las proporciones definidas que Berthollet contestaba al sostener que los cuerpos di— sueltos podrán unirse unos á otros en proporciones indeterminadas. aquí como caracteriza M. Robin á la obra de Berthollet :

... De esa obra original, en que la verdad se mezcla al error de una manera tan íntima que es poco cómodo señalar la parte de una y otro, se desprende una idea de una exac- titud profunda : es que los pesos relativos de los cuerpos que toman parte á una reacción química tienen una influencia marcada sobre el grado final de la trasformación. Esa influencia es la acción de masa, según una expresión introducida por Berthollet, y que ha subsistido en la ciencia...

Abandonada en Francia, donde sucumbió bajo la indiferencia general, la teoría de Berthollet tampoco pudo encontrar refugio en el extranjero, pues las comunica- ciones eran difíciles en esa época de guerras incesantes. El inglés Thompson, autor de un Sistema de química, dice que recién pude procurarse un ejemplar de la Estática química en 1816, después de la conclusión de lapaz; y ya toda reac- ción en favor de la teoría abandonada era imposible.

En efecto, el mundo sabio acababa de acoger con entusiasmo al sistema seductor que le proponía el sueco Berzelius. « La sencillez de ese sistema, que reducía la afinidad química á la atracción de las electricidades contrarias, de que ya Davy había dotado los átomos, cautivó á los espíritus, inclinados en esa época ya lejana á confundir lo que es simple y claro con lo que es verdadero ». La nueva teoría no debía reinar como soberana incontestable más que un cuarto de siglo : fué destronada en un abrir y cerrar de ojos el día en que tuvo que confe— sarse incapaz de explicar cómo el cloro, elemento electro-negativo por excelencia, podía, en multitud de compuestos, substituirse tan fácilmente al hidrógeno electro- positivo.

Señala entonces M. Robin la aparición de la teoría atomística exhumada por Dalton de las ruinas de la antiguedad, que trae una era de prosperidad inaudita para la química orgánica. « si se hubiera de juzgar de un árbol por sus frutos y del valor de un sistema por sus resultados prácticos, ninguna doctrina en el mundo podría sostener la comparación con la doctrina atómica ». Debe ésta principal- mente á su ingeniosa notación la mayor parte de sus invumerables éxitos, pero no consiste en ello, según M. Robin, el principal mérito de la teoría atómica; y «duda mucho que el tiempo respete esas pequeñas obras maestras de una arqui- tectura curiosa, pero bizarra y frágil, que se llaman el exágono de Kékulé, el prisma de Ladenburg y el tetraedro de Van't Hof! ».

Consignado así el brillante vuelo de la química técnica al influjo de las ideas de Dalton, M. Robin pasa á ocuparse de la química racional que iba á recomenzar su lenta evolución, después de haber bajado casi á la tumba con Berthollet. Ese renacimiento data de 1840, en cuyo año el alemán Hess descubre el principio fundamental y único de esa Termoquímica que debían ilustrar más tarde Julius Thompson y Marcellin Berthelot: Una reacción desprende siempre la misma cantidad de calor, ya sea ella directa ó indirecta. Esta ley era una de las múl- tiples faces de una gran verdad que, incubada desde largo tiempo, se hallaba en

992 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

fin á punto de nacer : el principio de la conservación de la energía, promulgado en 1842 por Julio Roberto Mayer.

En 1853, el danés Thomsen reconoce la identidad;¡de la ley de Hess y del prin- cipio de Mayer, y trae á la Termodinámica otro principio nuevo : toda reacción quimica está necesariamente acompañada de un desprendimiento de calor. Pero, según M. Robin, este principio aceptado primero con confianza como una indis— cutible verdád, no es sino una paradoja insostenible, á pesar de los grandes esfuerzos hechos por Berthelot en Francia, para fundar en esa ley renovada en su forma y modificada en su alcance (1875) su nueva teoría de Termoquímica. Refiriéndose á la grande obra de Berthelot, dice M. Robin :

.-. Un hombre, que acababa de conquistarse una gloria inmortal operando, con un arte cercano al prodigio, síntesis cuyo secreto la naturaleza viviente había guardado celosa— mente antes de él, tomó bajo su potente protección la ley amenazada. Aplicáronse todos los recursos de una inteligencia tan sutil como fecunda en demostrar que alguna fuerza quedaba áún á esa ley en todas las ocasiones en que era manifiestamente vencida. Hízose primero una excepción en favor de esas trasformaciones limitadas que, decidi- damente, se tornaban demasiado molestas : dispensóselas de obedecer á la ley, sin bien justificar ese favor de exención. Reserváronse todos los rigores de esa ley para esas trasformaciones totales cuyo número iba desgraciadamente decreciendo á medida que observaciones más precisas revelaban la sorprendente generalidad de los fenómenos de equilibrio químico. Dióse en fin á la expresión misma de esa ley una circunspección mayor, diciendose que toda reacción química que se verifica sin la intervención de una energía extrana, tiende hacía la producción del sistema de cuerpo cuya formación da lugar al mayor desprendimiento de calor. Pero la ciencia no sabe lo que son tendencias, no conoce más que actos, sólo tiene en cuenta los hechos; y los hechos, de acuerdo con la teoría, condenan á ese principio á desaparecer de la ciencia, en la cual ocupa un lugar usurpado. Al pronunciar estas palabras, tengo el pesar de contradecir á un maestro de que la Francia se honra ájusto título; pero no olvido que ese maestro ilustre, al perseguir con infatigable actividad una verdad general que huía siempre ante él, ha sabido adquirir una porción de verdades parciales del más alto valor; pues, en la esfera de la inteli- gencia como en el mundo de la materia, una ley justa quiere que grandes fuerzas no sean gastadas en vano; y la ciencia, enriquecida por él por tantos resultados nuevos, dotada por él de tantos métodos originales, senalará siempre honrosamente á aquel que ha preparado tan rico arsenal para sus conquistas futuras.

Pasa luego M. Robin á exponer cómo, después de introducirse así en la química la noción de calor, fué reintegrada á ella la de masa.

Senala el sabio profesor, como punto de partida de la reparación hecha á una idea ya emitida por Berthollet en su célebre Estática quimica, los espléndidos experimentos de Berthelot y Péan de Saint-Gilles sobre la eterificación, que inau- guran un período nuevo en la historia de la mecánica química. Partiendo de ellos, dos sabios escandinavos, Guldberg y Waage proclamaron, los primeros, la in- fluencia que la masa de un ácido ejerce en la reacción que se produce cuando se calienta un alcohol con un ácido orgánico (formándose un éter compuesto y agua, pero sin que la trasformación sea completa, pues es limitada por una reacción inversa debida á esa acción de la masa).En cuanto á la explicación racional de esa acción de masa, que aparece cada día más como un hecho culminante de la quí— mica, ella se encuentra en un principio que es una de las mayores conquistas la mayor tal vez que el genio humano haya hecho sobre la naturaleza : el principio de Carnot, que aparece á quien lo profundiza « como la ley universal

BIBLIOGRAFÍA 93

de la estabilidad », que es « el solo paso que la idea de equilibrio haya hecho desde Arquímedes ». Fué Hortsmann (1873) quien relacionó la ley numérica. del equilibrio químico de las gases al principio de Carnot, advirtiendo por primera vez la razón de ser de la acción de masa.

Volviendo algo hacia atrás (1860, M. Robin recuerda la revolución fecunda que Henri Sainte-Claire Deville realizó en la química, haciendo desaparecer la infran- queable barrera que antes la separaba de la física, mediante la introducción de la noción de las desociaciones Ó « descomposiciones incompletas y reversibles », cuya generalidad sosprendente él sospechó por primera vez. Para M. Robin, la obra de Deville, del punto de vista de la ciencia racional, revela la influencia de las condiciones externas sobre el equilibrio químico, al par que las expe- riencias de Berthelot y Péan de Saint-Gilles revelan la influencia de las condicio- nes internas. Esas dos influencias, lejos de excluirse, se superponen al con— trario.

Siguiendo en el desarrollo de sus ideas, M. Robin afirma que asistimos todos los días á destrucciones y creaciones de materia, verdad que no es más que la traducción fiel y correcta de los hechos, expresada, es cierto, en un lenguaje cuya novedad sosprende y choca tal vez. Precisando su concepto, agrega que la subs— tancia destruída renace en la substancia creada, pero á la manera de una madre que renace en su hija... Para el sabio químico, la « trasformación » de la materia, trasmutación de los antiguos alquimistas) es « la substitución de un sistema de cuerpos á otro ».

Llegado á este punto, M. Robin sienta que en todo lo que ha dicho hasta en- tonces « no hay lugar á hipótesis »; y agrega : « ¿Dónde encontramos la hipótesis sino en la doctrina que promulga como un dogma la existencia de esas substan— cias simples, inalterables, inmutables, capaces de participar á uniones en que conservan, aunque substravendoles á nuestros gróseros órganos, su inalterable identidad? ».

Termina el eminente químico esta primera lección de su curso (después de señalar su fin : la Química «teórica » Ó « de los principios ») con algunas refle— xiones sobre la ciencia racional en sí; y puesto que es precisamente en este punto de vista filosófico que nos esforzamos siempre por colocarnos en estas sim- ples reseñas bibliográficas, no podemos menos de trascribir íntegros estos últimos y notables párrafos, en que M. Robin se manifiesta como un empirista convencido :

Dos maneras hay de concebir la explicación de este mundo.

Uno es el fruto del pensamiento griego. Este pensamiento se perpetúa á pesar de nos- otros en el nuestro, relacionando el éter de Huygens al quinto elemento de Platon, los torbellinos de William Thomsen al grano solitario de Léucipo. Opone á nuestro yo siempre cambiante una materia, siempre una, que nuestros sentidos infieles deforman y diversifican como el prisma de vidrio resuelve el blanco en una multitud de colores. Procura explicar lo conocido por lo desconocido, lo visible por lo invisible, el cuerpo que palpamos por el átomo intangible, la ley que hiere á nuestros ojos por el éter que no vemos. Lógica extraña, meditadlo bien, muy digna de una raza de poetas, por más que la apliquemos aún y que ella no choque casi ninguno de nosotros, pero que causará, según creo, extra- neza al porvenir; ciencia bien imperfecta, á la verdad, que no puede probar las causas ni siquiera cuando prevé sus efectos. a

Pero, á esa concepción de las cosas, á la vez materialista y poética, podemos oponer otra, idealista y positivista conjuntamente, cuyo mérito corresponde al filósofo más grande de la edad moderna, al único que pueda parangonarse con Aristóteles y Platón,

94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

á aquel cuyo pensamiento siempre nuevo, siempre original, fué en todo la contraparte del pensamiento antiguo, á Manuel Kant.

En esta concepción, á que nos cuesta habituarnos porque contradice nuestras ilusiones hereditarias; en esa concepción profunda, el mundo somos nosotros, son nuestras sen- saciones. No se plantea pues siquiera el problema de buscar fuera de nosotros mismos la causa de lo que sentimos, para descubrir, bajo las apariencias, lo que llamamos falsa- mente el fondo de las cosas, es decir, algo que subsistiera mientras que nosotros pasamos. No, la cuestión que se presenta á nosotros es harto más sencilla, por más que lo solución matemática sea mucho más difícil y esté mucho menos avanzada. Trátase solamente de saber cómo nuestras sensaciones, aunque diversas é irreducibles unas á otras, se atraen unas á otras y se encadenan en un orden lógico; para hablar el len- guaje de la ciencia positiva, se trata de reunir por un vínculo que no sea ficticio ciertos hechos conocidos á otros hechos que no lo son. Ahora bien, ese vínculo, no lo podemos hallar en hipótesis que llamo metafísicas, porque ellas traspasan el alcance de nuestros sentidos, en movimientos invisibles de átomos incognoscibles, en las oscilaciones supuestas de un éter que ningún ojo humano podrá jamás ver: pues el calor no es un movimiento, la luz no es un movimiento, la electricidad no es un movimiento, como tam- poco una presión ó un fluido. Pero debemos buscar ese vínculo si lo queremos sólido y duradero en leyes ó hipótesis físicas con raíces en la experiencia, en hipótesis- principios, que no sean sino la generalización legítima de hechos larga y conscientemente observados. Tales son los tres grandes principios de Lavoisier, de Roberto Mayer y de Sadi-Carnot. A la multiplicación de tales principios, y no á la reducción de todas las cosas á una quimérica unidad, debe tender todo el esfuerzo de la ciencia. Será de todos modos necesario que ella acabe por expulsar de su dominio el éter, el torbellino, el átomo, ensueños que nos ha legado la Grecia, y en las cuales se extasió complaciente- mente su imaginación ingenua. A tal precio solamente podremos elevar sobre los destrozos de la ciencia provisoria la ciencia definitiva de que vemos ya despuntar aqui y acullá algunas raras superstructuras.

Es en este espíritu enteramente moderno, de que muchos de vosotros están ya pene- trados, estoy seguro, que vamos á abordar el estudio de la Mecánica química.

Como se ve, las ideas de Robin se encuadraban en los corrientes modernas de las teorías físicas, que tienden cada día más hacia la desaparición ó transformación del mecanismo propiamente dicho derivado del atomismo puro. En ese sentido sin duda debía ser particularmente interesante la teoría de Mecánica química que se propuso desarrollar en su curso, del que no nos es dado indicar nada más al lector. De todos modos, nos ha parecido realmente interesante ofrecerle un resumen detenido de la notable exposición que el sabio químico hace, en la primera lección, de las teorías químicas anteriores. F. BIRABEN.

Glangeaud (H.), Docteur és Sciences, Collaborateur au Service de la Carte geólogique de la France. La distribution des Foraminiferes pélagiques a la surface et au fond de 1'Océan. Art. en Revue générale des Sciences, junio 380 de 1898 (año 9”, n* 12, pág. 490-94, 5 fig. grab.).

El autor ha puesto á contribución especialmente, en el presente trabajo, el im- portante y reciente estudio del sabio oceanógrafo inglés M. John Murray, titulado : Sur la distribution des Foraminiferes pélagiques ú la surface et au fond de lOcéan (Natural Science, vol. XI, n* 65), obra que ha contribuido mucho á fijar las ideas sobre el género de los depósitos en los océanos.

M. Glangeaud se propone en su trabajo dar á conocer las conclusiones á que llega M. Murray en su obra. M. Murray ha sido uno de los miembros en la fa—

a

BIBLIOGRAFIA 95

mosa expedición científica del Challenger alrededor del mundo, que duró unos tres años y fué de resultados considerables para la ciencia, en oceanografía sobre todo. F. BIRABEN.

IV. CIENCIAS MÉDICAS

Répin (D' Ch.), Attaché a l'Institut Pasteur. La guérison du tétanos de- claré. UNE NOUVELLE ÉTAPE DE LA SEROTHERAPIE. Artículo en Revue géné- rale des sciences, abril 30 de 1898 (año 9, n* 8, p. 320-324.

En este muy interesante cuanto excelente artículo, M. Répin se ha propuesto dar á conocer los resultados, tan notables alcanzados por MM. Roux y Borrel (del Insti- tuto Pasteur) en la investigación de un método curativo del tétano, respecto de cuya enfermedad se conocía ya el remedio preventivo, por la seroterapia también (1).

Principia M. Répin exponiendo un pequeño debate provocado por una experien- cia de los bacteriólogos alemanes Wassermann y Takati que parecía contradecir la famosa teoría de la fagocitosís del célebre Metchnikoff, hasta hoy generalmente aceptada para explicar la inmunidad. Esa teoría consiste en que la inmunidad, tanto natural como adquirida, es una propiedad de los leucocitos ó glóbulos blan- cos de la linfa ó de la sangre: son estas células, exclusivamente, las encargadas de defender el organismo y de librarlo de todos los cuerpos nocivos que se hayan introducido en él. Los leucocitos 6 fagocitos (de fagos, comer, y cytos, célula) tendrían por misión, según esta teoría, rodear el microbio causante de la et medad, para comerlo y digerirlo, es decir, destruirlo.

La mencionada experiencia publicada en el Berliner klinische Wochen- schrift de enero 3 de 1899 consistía en lo siguiente, según M. Répin. « Estos dos sabios hacían una emulsión con el encéfalo ó la médula de cobayos, mezcla— ban toxina tetánica á esa emulsión, dejaban macerar el todo algunas horas, y lue- go centrifugaban para separar la parte líquida de la parte sólida. Constataban en— tonces que el líquido había perdido toda su toxicidad primitiva, y esta acción era tan marcada que, en un caso, S milígramos de cerebro de cobayo han bastado para preservar á una rata contra la dosis seguramente mortal de toxina tetánica. Parecía que los elementos nerviosos se hubieran comportado como si hubieran estado dotados de propiedades antitóxicas y como si hubieran neutralizado á la toxina. Tal fué la conclusión de M. Wassermann ». De ella hacía derivar este sabio una interpretación del hecho de la ¿inmunidad natural que contradecía la teoría de Metchnikoff: y respecto de la inmunidad adquirida, adoptaba la opinión emi— tida anteriormente por Ehrlich, igualmente contradictoria de las ideas del « pas— toriano » ruso.

Como era de suponerse, M. Metehnikoff sometió inmediatamente al control el experimento de Wassermann, y no tardó en establecer algunos hechos que com-

(1) Al sabio M. Nocard se debe sobre todo la generalización de las inyecciones preven- tivas de suero antitetánico. VerF. BIRABEN, Nocard d'Alfort, en Anales Soc. Cient., diciem- bre 1898 (tomo XLVI, pág. 351).

96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

prometían la teoría del sabio alemán, tanto en cuanto á la inmunidad natural como á la adquirida. Pero quedaba siempre en pié la explicación satisfactoria del inte= resante experimento de Wassermann; y es en este punto que intervienen las investigaciones capitales de Roux y Borrel á que se refiere principalmente el artí- culo del preparador del Instituto Pasteur.

MM. Roux y Borrel se han planteado desde luego la cuestión siguiente: ¿qué se vuelve esa misma toxina tetánica que parece quedar neutralizada cuando se le adiciona, ¿n vitro, una emulsión de centros nerviosos, si se la lleva directamente á los centros nerviosos del animal vivo ? Como se ve, la idea de los nuevos inves- tigadores es la de substituir la inoculación ¿ntracerebral á la practicada ordinaria- mente (en cualquier región del cuerpo).

El primer resultado, muy curioso, alcanzado por los señores Roux y Borrel, fué el de que el animal contraía por la inoculación intracerebral de la substancia mencionada una nueva enfermedad caracterizada por síntomas bien distintos de los del tétano ordinario, pero que eran, sin embargo, de un tétano de tipo especial ; al par que esa misma inyección, hecha debajo la piel en cualquier otra parte del cuerpo, no habría provocado ningún síntoma tetánico.

Repitiendo entonces la misma experiencia con un animal inmunizado contra el tétano, se obtiene el mismo resultado como con el animal nuevo, pero mediante una condición, que es la de operar sin provocar hemorragia, pues desde que la sangre llega á ponerse en contacto con la toxina inyectada, el resultado cambia enteramente : los animales no contraen el tétano, ó lo contraen atenuado. Con mayor razón sucede esto si se mezcla la toxina, antes de inyectarla, con la canti dad de suero antitetánico suficiente para neutralizarla.

En cuanto á los animales que han recibido preventivamente una dosis de suero antitetánico, es decir, que poseen la inmunidad pasiva, las cosas pasan exacta= mente del mismo modo.

Estos hechos, fáciles de interpretar, permiten á los señores Roux y Borrel expli- car satisfactoriamente el experimento de Wassermann. «Si, dicen, en el experi- mento de Wassermann, la toxina parece neutralizada, es que en realidad ella se fija sobre la substancia nerviosa muerta, absolutamente como sobre la substancia nerviosa viva; así fijada, ella se vuelve insoluble y por lo tanto inofensiva para el animal á que se la inoculara con su subsiratum. »

Varios hechos vienen á corroborar esa manera de ver, los que resultan de una antigua experiencia de MM. Roux y Vaillard y de una'nueva de M. Metchnikoff.

Dilucidada la cuestión de cómo se comporta el sistema nervioso respecto de la toxina tetánica, MM. Roux y Borrel se encontraban en condición de poder disi— par muchas otras obscuridades que rodean la cuestión del tétano y principalmente la de su curación. Después de dilucidar el por qué de la impotencia del suero tetá= nico tan prodigiosamente preventivo como agente curativo, los sabios bac= teriólogos realizan una serie de experiencias que los llevan á la completa solución del problema de la curación del iétano por las inyecciones intelecíuales, que queda un hecho adquirido, en el animal al menos. Respecto de la aplicación al hombre, M. Répin emite esperanzas de que se la alcance.

Termina el articulista con unas muy interesantes consideraciones sobre el nue- vo y fecundo metodo inaugurado por MM. Roux y Borrel, que, según él, son apli— cables á otras enfermedades, lo que le da suma importancia terapéutica. F. BIRABEN.

Dr. German Burmeister -p. Dr. Benjamin A. Gould +

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y = Dr.

R.A.Philippi.

Dr. Guillermo Rawson .— Dr. Cárlos Berg. Dr. Juan J. J. Kyle. Ing. Luis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. Dr. Valentin Balbin.

Aguilar Rafael........ Arechavaleta, José

Arteaga Rodolfo de.....

Ave=Lallemant, German Crackebsuch, Luis.... Carvalho José Cárlos Bordeiro, Luciano

Lafone Quevedo, Samuel A....

Lillo, Miguel

Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo.

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Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Íreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago . Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin.

Avila, Alberto Bacigalupo, Andres Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Balbin, Valentin. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabinn, Santiago E. Barbará, "Adolfo,

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Presb. Morandi, Luis Murillo, Adolfo...... Paterno, Manuel.... Reid, Walter F. Scalabrini,

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Biraben, Federico, Blanco, Ramon €. Brian, Santiago Bosch, Benito S. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F Boriano, Manuel R.

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Bunge, Ricardo. Burgoa Videla, Napoleon Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M.

' Campo, Cristobal del

Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. - Candioti, MarcialR. Canale, Humberto. Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carbone, Augustin P. Cardoso, Mariano 3. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos.

Barilari, Marianc S. Bárcena, Ignacio. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis (€, Bergadá, Hector.

Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. —Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Billock, Enrique E.

Casal Carranza, Roque. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T.

| Castex, Eduardo.

Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Champiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos.

Coll, Ventura G. Cominges, Juan de

|

Constantino, Vicente P.

Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José $. Courtois, Ú. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro GC. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duboureg, Herman. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagite, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo Y. Estevez, José Estrada, Miguel. Escudero, Petronilo. Espinosa, Adrian, Espinesse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, “Octavio e Fasiolo, Rodolfo Í Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez. Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel

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Villa Colon(U.) Santiago (C.) Palermo (1t.). Lóndres. Corrientes.

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Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Fox, Eduardo Frugone, José Y. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin

Gallo, Juan C. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. | Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico | Gonzales, Arturo.

Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura,T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Eruesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria.

Gutierrez, Angel Hainard, Jorge. Harperalh, Luis

. Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, "Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Crislobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Cremona, Andrés V. Izquierdo, Brown J. Jeaschke, Victor J. Juaregui, Niculás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto.

Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lacroze, Juan C. Lafferriere, Arturo. . Lagos, Bismark. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Lanús, Juan. €. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Lastra, Nicolas B. Latzina, Eduardo. * Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, "Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael.

ES Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Aniceto E. Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F. Lopez, Pedro J. Lopez, M. 6.

Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis . Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro.

“Mallol, Benito 3.

Manzitti, Salvador Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marcet, José A. Martinez de Hoz, E. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol.

Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo EF. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador.

| Miguens, Luis.

Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Mohr, Alejandro. Moirano, Jose A.

Molina, "Waldino.

Molino Torres, A.

Molchin, Roberto Mon, Josué R.

“¡Montero Angel.

Montes, Juan A. Morandi, Luis

- Morales, Cárlos Maria.

Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto

Esa -Navarro Viola, Jorge.

Negrotto, Guiller mo.

Newton, Artemio R.

Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo

Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos” C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel.

“Ortiz, Diolimpio

Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gusteyo. Outes, Felix.

Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Paitovi Oliveras A.

Palacios, Alberto €,

SOCIOS ACTIVOS (Continuacion)

- Piaggio, Antonio.

| Ruiz de los Llanos, C.

| Saguier, Pedro.

| Salas, Estanislao. :

Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pascali, Justo. Passeron, Julio Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel ÑN. - Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo -

- Petersen, H. Teoduro. Piccardo, Tomas J. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan.

Pirovano, Juan. Puente, Sebastian de la Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro.

Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro $. Ricaldoni. Tebaldo Real de Azúa, Carlos ; Rellan. Esio. Repetto, Luis M. Riglos, Martiniano, Rigoli, Leopoldo. Riobó, Francisco Rivara, Juan “Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G Rodriguez delaTorre,C.

Roffo, Juan. Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero “Julian. Romecro, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes.

Rufrancos, Ceferino. Sagastume, Demetri». Sagastume, José. M.

Saglio, José

Salvá, J- M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis.

"Villavecchia, J. B.

Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scalabrini, Pedro. Scarpa, José. Schneidewind, Alberto. Schickendantz, Emilio. Schróder, Enrique. . Seeber, Enrique.

Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B..

Schaw, Arturo E. Schaw. Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra: Lise Silveyra, Luis (hijo) Simonazzi, Guillermo. Simpson, Federico

«Siri, Juan M. ps Sobre Casas, Cayetano. z Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo).

-Solveyra, Mariano. Spinola, "Nicolas z Stavelius, Federico. - Stegman, Cárlos. 'Swenson, U. Tamini Crannuel, L. A Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Hector. Tornú, ¡Enrique Torino, Desiderio. - Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Pan Mo —Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. 5% Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Valenzuela, Miosés Valerga, Oronte A. Valdettaro, Vicente. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero.

VillanovaSanz, Florencio Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. e Weiner, Ludovico» OS Wernicke, Roberto White, Guillermo. Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo. Zamudio, Eugenio. a Zabala; Carlos. pa

Po

Zamboni, José J.

Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao $. Zimmermann, Juan €. Zuberbúhler, Carlos E. Zunino, aan

ANALES

DE. LA

SOCIEDAD CIENTÍF

ARGENTINA

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ingeniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero E Santiago E. Barabino, ingeuiero Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus- E - chiazzo, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José 'S. Corti, doctor Eduardo L. ce —Holmberg, doctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique Tornú, doctor Roberto Wernicke, doctor Estanislao S. Zeballos.

MARZO 1899. ENTREGA III. TOMO XLVH

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1899

JUNTA DIRECTIVA

Presidentes eos. Ingeniero doctor MARrcIAL R. CANDIOTI. Vice-Presidente 1” Ingeniero doctor CarLos M. MORALES. 1d. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES.

Secretario de actas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. correspondencia Agrimensor CRISTÓBAL HICKEN. NEOSONECRO. 2 E hoi Ingeniero JosÉ M. SAGASTUME. Bibliotecario..... . Señor Luis MIGUENS. / Ingeniero DOMINGO NOCETI. Ingeniero CLARO €. DASSEN. Ingeniero DEMETRIO SAGASTUME. Vocalesis aces Ingeniero EMILIO PALACIO. : Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero ALEJANDRO CLAYPOLE. ¡Ingeniero ORONTE A. VALERGA. Gerente ias Señor JUAN BOTTO.

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA

Demetrio Sagasturme (Necrologta).. e O A

J. KúnckeL D'HercuLars. De la mue chez les insectes, considérée comme moyen de défense contre les parasites végétaux ou animaux. Róles spéciaux de la mue

trachealerev denlamue Antestinale capa OO NINA 100 FEDERICO VILLAREAL. Viga empotrada en sus dos extremos ......o0occoocooocao oo. 104 Orro Krause. Instrucción industrial. Su implantación en el paíS................. 129

J, J.KyLE. El manganeso argentífero de « La Cortaderita » (provincia de Mendoza). 143 :

BIBLIOGRAFÍA : DRAcH, Essai sur une théorie générale de lVintegration et sur la classification des trascendantes. —MaARoTTE, Les equations différentielles linéaires et la théorie des groupes. MontiLLorT, Télégraphie pratique : Traité complet de télégraphie électrique. Wrrz, Traité théorique et pratique des moteurs á gaz et á pétrole et des voitures automobiles. GUILLAUME, L“échelle du spectre. BOLTZMANN, Vorlesungen úber Gaztheorie. Carnor, Traité d'analyse des substances minerales. GLANGEAUD, Les vues nouvelles sur les causes de l'épo- que glaciaire. LannouzY, Les sérothérapies. Soury; Les localisations . cérébrales des centres corticaux de la sensibilité générale. LEHMAN-NITSCHE, ¿Lepra precolombiana? Payró, La Australia argentina PerIT, L'état actuel etles besoins de l'industrie de la brasserie. L'art photographique. VALLJIER, L"artillerie : matériel, organisation. Curl, Les rayons de Becquerel et le . Polonium...... A O O A SS 147

EEx Het! TE

SUMAN lis ia, 77 ¿S

IncenieRo DEMETRIO SAGASTUME

j el 20 de Febrero de 1899

DEMETRIO SAGASTUME

Una gran pérdida acaba de experimentar la ingeniería nacional con el trágico fallecimiento del ingeniero Demetrio Sagastume, ocu- rrido el 20 de febrero.

Dejemos de lado el misterio de su muerte para ocuparnos sólo de su vida y de la fecunda actividad que desplegó en los breves años de su laboriosa existencia.

Nacido en el Bragado (provincia de Buenos Aires) el 22 de diciem- bre de 1864, sobresalió desde niño en las bancas de la escuela de aquel pueblo. Para proseguir sus estudios, tan brillantemente ini- ciados, se trasladó á Buenos Aires en 1879, ingresando ese mismo año al Colegio Nacional, en donde pronto se distinguió entre sus condiscípulos, llegando á ser uno de los alumnos más notables del establecimiento.

Sus triunfos escolares le valieron el nombramiento de celador en dicho colegio en el año 1884, mientras su reputación se extendía fuera de las aulas atrayéndole numerosos alumnos particulares que le permitían costearse sus estudios y ayudar á su familia.

El joven profesor y alumno pasó en 1886 á la Facultad de Cien- cias Exactas, Físicas y Naturales, siguiendo su vocación matemá- tica, para cuyo árduo estudio tenía notable facilidad y condiciones.

Continuaba mientras tanto dictando lecciones particulares y en varios colegios con todo éxito, hasta que en 1891 fué llamado á de- sempeñar una cátedra en el Colegio Nacional de la capital cuando acababa de obtener su título de ingeniero civil. Al año siguiente renunció el cargo conjuntamente con el distinguido núcleo de pro- fesores que fundó el Instituto Libre de Enseñanza Secundaria, al que consagró toda su actividad, como catedrático y como rector más

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 7

98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tarde, siendo el alma de ese ensayo de la iniciativa privada en la instrucción pública argentina, cuya decadencia comenzó al aban- donar Sagastume su dirección, hasta que lo hemos visto desapare- cer en los mismos días de la muerte de su activo promotor. Se nece- sitaba, en efecto, la persistencia, desinterés é inteligencia de Sagastume y su tenaz dedicación á esa generosa tentativa para asegurar su triunfo definitivo en nuestra rutinera sociabilidad, acostumbrada á esperarlo todo de las esferas oficiales.

En 1893 fué nombrado profesor sustituto de álgebra en la Facul- tad de Ciencias Exactas, entrando enseguida en ejercicio, por ausen- cia del titular. No podía tomar ésto de sorpresa al joven sustituto, que á una sólida y profunda preparación matemática unía su larga práctica en la enseñanza. Triunfó, pues, como profesor en la mis- ma vieja casa donde pocos años antes sobresaliera como alumno.

El 20 de septiembre de 1895 fué nombrado prosecretario de las Obras de Salubridad, abandonando el vicerectorado del Instituto Libre, y dos años más tarde ocupó la secretaría de tan importante repartición, donde se hizo apreciar de sus superiores y subalternos por sus relevantes condiciones. Muchas de sus iniciativas y proyec- tos fueron aprobados por la comisión y otros lo serán más tarde, pues, con la visión del progreso de esta capital, se había adelantado á las necesidades actuales para preveer y estudiar las futuras.

Sus trabajos técnicos y administrativos no le hacían descuidar, mientras tanto, las más elevadas investigaciones matemáticas, á las que dedicaba todo el tiempo que le dejaban libre las atenciones de su empleo.

Ascendía al mismo tiempo en el profesorado, pues el 27 de agosto de 1895 era nombrado profesor sustituto de resistencia de materia- les en la Facultad, de cuya cátedra se hizo cargo al año siguiente, desempeñándola hasta su muerte. Sus vastos estudios le permitie- ron abordar con seguridad la enseñanza de la dificil é importantí- sima materia que se le confiaba. Dió también á su curso un carácter práctico y de utilidad inmediata para el ingeniero, sin descuidar los más elevados fundamentos de la teoría matemática que le eran familiares y constituían uno de sus estudios predilectos.

Su notable éxito como profesor está atestiguado por la opinión unánime de los que fueron sus alumnos. Véase como se expresa al respecto uno de sus discípulos más distinguidos : « Poseía excelen- tes condiciones de maestro, y ésto, unido á su vasta preparación en la materia, hacía que el curso que él dictara fuese verdadera-

DEMETRIO SAGASTUME 99

mente provechoso para sus alumnos, existiendo la creencia general que, hasta la fecha, la cátedra no había contado con profesor mejor que él ». NE

Finalmente, cuando se organizó el Ministerio de Obras Públicas, fué llamado para ocupar el alto cargo de director general de la sec- ción de vías de comunicación y arquitectura, designación justísi- ma, pues sus brillantes antecedentes y extraordinarias condiciones compensaban ampliamente su juventud.

Ha sido uno de los más constantes colaboradores de la Sociedad Científica Argentina, en cuya Junta Directiva ha desempeñado car- gos importantes en diversas Ocasiones, desde el de vicepresidente hasta el de vocal, que ocupaba en el presente período administrativo.

Ha colaborado también en las páginas de estos Anales y en la prensa diaria, aunque su modestia no permitía, por lo general, que firmara sus producciones.

En el Congreso Científico Latino-Americano, celebrado el año pa- sado, ocupó con toda actividad y competencia el honroso y difícil puesto de secretario de la primera sección de ciencias exactas é ingeniería, granjeándose la simpatía y el aprecio de los señores delegados extranjeros por la corrección de sus procederes.

Sagastume deja numerosos amigos que apreciaban la virtud é independencia de su carácter, su tenacidad y constancia para el trabajo y su absoluta intransigencia para todo aquello que su deli- cada susceptibilidad consideraba incorrecto ó deprimente.

No conocía los placeres, las diversiones, ni paseos ; la labor y el estudio han ocupado toda su vida, sin más descanso que los mo- mentos dedicados á su familia, su esposa y sus hijos que adoraba.

Reciban todos ellos la expresión del más sentido pésame de los miembros de esta Sociedad Cientifica Argentina, por cuyo progreso tanto se esforzó.

DE LA MUE CHEZ LES INSECTES

CONSIDERÉE COMME MOYEN DE DEFENSE CONTRE LES PARASITES VÉGETAUX OU ANIMAUX. RÓLES SPÉCIAUX DE LA MUE TRACHÉALE ET DE LA MUE INTESTINALE

Par M. J. KUNCKEL D'HERCULAIS (*)

Dans les expériences que nous avons faltes en Algérie pour ten- ter d'infester directement de jeunes Acridiens (Craquets pélerins) au moyen de spores du Champignon découvert par nous sur les adul- tes, le Lachnidium Acridiorum Giard, nous avons constaté que les mues répétées de ces insectes, mues s'effectuant, temps moyen, tous les huit jours, s'opposaient a la fixation des spores sur les té-

(*) Los Anales de la Sociedad Científica tienen el honor de incorporar desde hoy á su redacción un elemento valioso en la persona de nuestro sabio huésped M. Kúnckel d'Herculais. Sus lectores recibirán sin duda con simpatía y satisfac- ción la atención del eminente entomólogo. Pero quedarán doblemente reconocidos á M. Kúnckel d'Herculais : primero por su deferente acogida á la invitación de la dirección de los Anales; segundo, por la significación misma de su determina— ción, que es un acto de plausible cooperación al adelanto intelectual de nuestro país, un ejemplo que será muy grato ver imitar.

No nos corresponde, por cierto, emitir juicio alguno respecto de la breve con— tribución científica que encierra la presente entrega de los Anales (comunicada á la Academia de Ciencias de Francia); pero su interés é importancia parecen tanto más obvios cuanto que ella se refiere á una cuestión que por su oportunidad y dificultad es seguramente de suelas que más deben hoy preocupar á los natu— ralistas en nuestro país.

Las circunstancias nos deparan nuevamente el honor de presentar este otro sabio extranjero á los lectores de los Anales: la dirección de éstos ha creído de— ber confiarnos esa grata, si bien pesada... y tal vez arriesgada tarea.

Esperamos poder realizar en breve ese deseo de la dirección, presentando á

DE LA MUE CHEZ LES INSECTES 101

guments (1); d'autre part, si Pon tient compte que ce sont souvent les ouvertures stigmatiques qui, chez les adultes, servent de voies de pénétration aux spores, et si l'on veut bien se rappeler que, les spores ayant germées, les ramifications d'un épais mycelium en- combrent les troncs trachéens, déterminant des phénomenes d'as- phyxie (2), on est obligé de reconnaitre que chez les jeunes Acri- diens, le rejet, avec le tégument, de la tunique interne des trones trachéens est un obstacle sérieux a la conservation des spores dans le milieu propre á leur germination.

Au cours de la mission que nous remplissons aupres du gou- vernement de la République Argentine, nous avons été á méme de faire des observations qui donnent une plus grande portée á ces premiéres remarques.

En appelant Pattention sur le róle des pigments dans les phéno- menes d'histolyse et d'histogenése qui accompagnent la métamor-

nuestros lectores una noticia biográfica que refleje, siquiera, algo de lo que la vasta y meritoria labor científica del sabio entomólogo representa ya.

Para llevar á buen término nuestro designio, contamos, sobre todo, con el con- curso del amable y espiritual sabio. Su actuación en ciertas esferas del mundo científico podrá motivar, sin duda, más de una interesante enquéte ; sus trabajos - Capitales varios de ellos parecen haber sido informados generalmente por un

espíritu de continuidad, de lógica, diriamos, que no carece de cierta filosofía y no puede menos de haberles impreso ese sello genuino de las obras personales y de aliento que sería útil poner en transparencia.

Así comprendida la biografía, ella se torna, creemos, un género verdaderamente didáctico, fértil en enseñanzas provechosas. Seguir paso á paso la evolución del sabio, asistir á la formación de su personalidad bajo la doble influencia objetiva de los elementos exteriores, educación, medio, época; y subjetiva, del propio temperamento ó genio : esto, que no puede dejar de ser interesante en sí, tratán— dose de quien se trata en este caso, se vuelve tanto más útil y benéfico si de ello puede resultar, para nuestra juventud estudiosa, enseñanzas saludables por el mejor conocimiento de los factores diversos y poderosos que cooperan al adelanto científico, y especialmente á la formación de los hombres de ciencia. F. BIRABEN.

(1) J. KuxckeL dD'HercuLars et CH. LancLois, Les Champignons parasites des Acridiens, C.R. de la Soc. de Biol, 9” série, tom. III, 1891, p. 490 /20 juin). —C. R. de PAc. des Sc., T. CXIIMI, 1891, p. 1465 /22juin).— Ann. de la Soc. Ent. de Fr., T. LXI, 1891, Bull. p. CVI (24 juin 1891).

(2) A. GrarD, Observations sur les Champignons parasites de l'Acridiwm pe- regrinum, C. R. de la Soc. de Biol., 9"* sér. T. TIL, 1891, p. 492/20 juin). Ann. de la Soc. Ent. de Fr., T. LXI, 1891, Bull. p. CIX (24 juin). Nouvelles études sur le Lachnidvum Acridiorum G1arRD, Champignon parasite du Criquel pelerin, Rev. gén. de Bot., T. IV, 1892 p. 459 et p. 460.

102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

phose chez le Criquet pelerin (Sehistocerca peregrina Oliv.) (0), nous avons fait ressortir qu'a la suite de chaque mue ces Acridien s rejetalent de la matiére pigmentaire avec les excréments qui se trouvalent ainsi colorésen rose, au lieu de demeurer brun verdátre comme au cours de chacun des stades de leur évolution. Suivant de tres pres le développement du Criquet du Paraná (Schrstocerca paranensis Burm.) pour voir si nous ne découvrions pas quelque par- ticularité qui avait pu nous échapper, nous avons été conduit a examiner, aprés lPachevement de la métamorphose, les premiers excreta; 1l en est résulié cette constatation, c'est qu'ils étaient chargés comme ceux de l'espece africaine de granulations pig- mentaires rouges; mais cette fois, poussant plus loin l'analyse, Pexamen microscopique nous révélait que ces excreta étaient en réa- lité des sortes de sacs constitués par la cuticule intestinale ; ces sacs aussitót rejetés, plongés dans P'eau distillée, présentaient les plus intéressantes particularités; des l'abord on les voyait gonflés par grosses bulles d'air qui les maintenaient en suspension; ces bulles n'étalent autres que les resles des masses d'air qui remplissent le tube digestif pour permettre la métamorphose, ainsi que nous Pavons démontré par nos études antérieures (2); de plus au milieu des granulatiors, produits de l'histolyse des tissus, et des granu- lations de pigment résorbé, on ue tardait pas á apercevoir nombre de Grégarines. Ainsi done ces Protozoaires étaient rejetés comme déchets, au méme titre que les produits de l'histolyse. On concoit d'apres cela, que chaque mue est la déterminante non seulement de la régénération des tissus normaux, mais qu'elle a encore pour résultat de débarrasser l'organisme des parasites qui causent la d é- nutrition de ces tissus.

De ces falts, 1l est a déduire une série de conséquences, les unes d'ordre physiologique, les autres d'ordre essentiellement pratiques . En effet, les observateurs et, en particulier M. Louis Léger, quí ont

(4) J. KUNCKEL D'HERCULAIS, Le Criquel pelerin ¿Schistocerca peregrina Oliv.) et ses changements de coloration. Róle des pigments dans les phénomenes d'his- tolyse et 'histogenese qui accompagnent la métamorphose. C. R. de la Soc. de Brol.. 9" série. To IV 1892 pnobr 1C.. Rosde ic: desc AN 1892, p. 240 (1* février). Ann. de la Soc. Ent. de Fr., T. LXII, 1892, Bull. PiZo:

(5, J. KúxckEL D'HercULAIS, Du róle de larr dans le mécanisme physiolog1que de V'éclosion, des mues et de la métamorphose chez les Insectes orthopteres de la famille des Acridiens. C. R. de VAc. des Sc., T. CX, 1890, p. 807.

DE LA MUE CHEZ LES INSECTES 103

recherché les Grégarines dans le tube digestif des Acridiens (1), s'1ls ont pas réussi á rencontrer ces parasites chez les Criquets pele- rins, alors qu'il les ont trouvés dans des especes du méme groupe, C'est que ceux-ci s'en étaient débarrassé par exuviation de la cuti- cule intestinale; entre les mues 1ls abondent chez le Criquet du Paraná ; 11s diminuent de nombre apres chaque mue (2). D'autre part, chacun sait qu'on a fondé de grandes espérances en Europe (Russie, France, etc.), en Afrique (Algérie, Cap de Bonne-Espérance), comme en Amérique(Etats Unis, République Argentine), sur certains organismes parasitaires (Champignons, Bacilles, Protozoaires) pour arréterla multiplication des insectes déprédateurs et en particulier des Acridiens migraleurs; on voit par ces observations que ces 1n- sectes. á développement rapide, ont en leur possession un moyen fort simple de se débarrasser de ces organismes de facon á pouvoir se régénérer á chaque stade de leur évolution; alnsi peut se com- prendre la résistance que, dans des conditions de vie normale, les insectes peuvent offrir a la contamination ou á Paction désorgani- satrice des parasites végétaux ou animaux.

/1) Louis Lécer, Sur une Grégarine nouvelle des Acridiens d'Algérie. C. R. de VAc. des Sc., T. CXVII, 1893 (4 décembre 1893).

(2) Cette Grégarine appartient au genre Clepsidrina, Hammerschmidt et nous * nous la désignerons parle nom de C. paranensis, pour rappeler a la fois qw'elle setrouve dans la contrée que traverse le Paraná et qu'elle estl'hóte de l'Acridien migrateur de l'Amérique du Sud, Schistocerca paranensis /*). Si elle atteint la taille de C. Acridiorum Léger, si son deutomérite est aussi quatre fois plus grand que son protomérite, elle différe par la forme générale du deutomérite qui est ellipsoidal au lieu d'étre cylindrique, parla coloration des granulations de Ventocyte qui ne sont pas teintées de jaune-rougeátre. mais sont uniformé— ment d'un ton blanc jaunátre.

(+) Il est probable qwelle habite aussi le tube digestif d'autres espéces d'Acridiens.

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS

MEMORIA PRESENTADA A LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Por EL DOCTOR FEDERICO VILLAREAL

Profesor en la Escuela de Ingenieros de Lima

1. Explicación.—Sea la viga AB (fig. 1) horizontal, empotrada en el extremo A y en el B, sometida á la fuerza concentrada F, que dista 1” de A y 1” de B, siendo 1*+/%=1l la longitud de la viga. Se trata de determinar:

1% Las reacciones en los apoyos;

20 Los esfuerzos cortantes en cada sección de la viga;

3" La ley de los momentos de flexión ;

4” Los momentos de empotramiento.

Con estas determinaciones es fácil resolver los dos problemas de Resistencia de Materiales:

12 Determinar la sección de la viga:

20 Calcular la flecha después de la deformación.

Tal es el objeto de la presente memoria, en que nos proponemos hacer el estudio analítico y geométrico, usando el Cálculo Infinite- simal y la Estática Gráfica, terminando por generalizar para los casos en que existan muchas fuerzas concentradas en la viga y en que ésta soporte una fuerza continua, seaó no uniformemente re- partida.

PARTE ANALÍTICA

2. Planteo general. Cuando la viga está cargada, el eje neutro AB se deforma, tomando la forma AOB; tomamos como eje de abscisas la horizontal A'OB”; eje de ordenadas la vertical O C. Lla- mando A y B las reacciones en los apoyos; uy u* los momentos de empotramiento, el equilibrio da las siguientes ecuaciones:

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 105

12 Siendo B el centro de los momentos estáticos Al=E!” + u—u!.

Tomando A como centro de momentos B¿=E!l' + u' u.

2 El equilibrio elástico del segmento Am, da la proyección ver- tical, llamando T el esfuerzo cortante en mM.

EEES —u iS

Ni== 7

y para el segmento Bm”, llamando T' en el de la sección m”', el valor

1 = 1h

3 El mismo equilibrio elástico del segmento Am, da el momen- to de flexión M para la sección en m

M=A (1' 2) uy,

y para el segmento Bm”, el momento de flexión M' en la sec- ción m' M' =B(* —w') —u!.

42 De lo anterior resulta, que todo queda enteramente conocido cuando estén determinados los momentos de empotramiento u, u' de lo cual nos vamos á ocupar.

3. Ecuaciones de la fibra deformada. Para la fibra OA tenemos, recordando la ecuación fundamental :

A:

El E

en que E es el coeficiente de elasticidad, 1 el momento de inercia, respecto de la horizontal, que pasa por el centro de gravedad de la sección vertical de la viga,

PE NE JU ARS AU El 2 =4 (1 —0)—ú,

106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

y para la fibra OB, tendremos su ecuación diferencial : El e =B (1"—2')—u".

Integrando estas ecuaciones y observando que la constante es la misma, pero de signo contrario, por ser la tangente común en O á los dos segmentos de la tibra deformada :

dy AQ De EL =1 (19-70) —ue+0

dy' "oa l 12 Pond a El 7 =3(1e E

Volviendo á integrar y notando, que las constantes de esta segun- da integración son nulas, supuesto que los segmentos de la fibra deformada pasan por O, se tiene:

pl 6 Ely ' B (5 log? 70") PAS Duran Cx'.

Ely =A4 (51 09) que + 02 NS al

Para determinar u,u”, €, tenemos las condiciones: por los empo- tramiento A aa 0 a UN B pde ara 1 ientos en A, da OParao=1' yenB, 7, =0 paraw' = que da las dos ecuaciones:

NE y (1)

[o] l

O (2)

SI == =L =

Para x= 1',y =a4; llamando a la distancia vertical del origen - de coordenadas O, respecto de la viga antes de la deformación y para 2" =1”, y' =a en las ecuaciones de la segunda integración, las que dan:

ul? Cl (3)

uIR—oal. (4)

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 107

Tenemos cuatro ecuaciones, con cuatro incógnitas u, u', €, a. Sumando las dos primeras y sustituyendo los valores de A y B se tiene:

1 El” UU A El! +u' —=4 2 SEO A 7 7 EA= UL EU

recordando que l= 1' + 1” resulta simplificando

e

Consecuencia notable, porque el segundo miembro es el máximo del momento de flexión de la viga sobre dos apoyos de nivel, cuan- do no está empotrada; supuesto que cuando u=0, u' =0, las ecuaciones del planteo se reducen á

== IR M=E o); Mo

cuyo máximo para M es cuando =0, lo mismo que el de M' para x'=0, dando el valor

MaS =—

o

de aquí nuestro teorema:

TI. La suma de los momentos de empotramiento de una viga ho- rizontal, sometida á una fuerza concentrada, esrgual al máximo del momento de flexión de la msma viga, cuando ésta no está empotra- trada, es decir, á la fuerza multiplicada por los segmentos de la viga y dividiendo por la longitud total.

Eliminando Centre la primera y la tercera: Ela =—LA1% + hal" 11 == 6 + 3 U -

Lo mismo la eliminación de Centre la segunda y cuarta

Al VE l 13m2 e E

108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Restando estas dos últimas ecuaciones, se tiene:

1 y / DE | TR Dt —= a o =0%

Sustituyendo los valores de A y de B, resulta:

A A Como hemos sacado la relación

¿e Ba

se obtiene sustituyendo, para eliminar la fuerza

(A 3ul'* 3u MENE

que da simplificando: UL UNT) UA y finalmente resulta la relación: UN UU

de aquí nuestro teorema segundo :

Il. —- Los momentos de empotramiento de una viga horizontal, sometida á una fuerza concentrada, están en razón anversa de las distancias de la fuerza á los extremos de la viga.

Tendremos en función de los datos. PA 2Q ] (N 2 A

AS MUA SOME E ELA O O l

Mediante estos dos teoremas quedan determinados los momentos

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 109

de empotramiento y por consiguiente las reacciones en los apoyos, los esfuerzos cortantes en cada sección de la viga y la ley de los momentos de flexión.

4. Ejemplo numérico.—Una viga de 8 metros de largo, empotra- da en los dos extremos, está sometida á una fuerza concentrada de 2000 kilógramos, á las distancias 3 y 5 metros de los apoyos.

a) La suma de los momentos de empotramiento es

20060 ><: 3 a a SS

8 3

dividiendo los 3750 kilográmetros en razón inversa de las distan- cias, como se ejecuta con las fuerzas paralelas

3150 <5 e == AA IS 19 kom. 3190 <3 E == S = 106,25 kgm

b) La diferencia de estos momentos es 937,50 kilográmetros; por consiguiente, tendremos las reacciones y esfuerzos cortantes 2000 < 5 + 937,50 NE MAS OS 1367,1875 kg. a 8 mientras que, si la viga no estuviese empotrada, sino únicamente reposando sobre los dos apoyos de nivel, las reacciones se obten- drían dividiendo los 2000 kg. en razón inversa de 3 y de 5, dando entonces para el apoyo A =1250 kg. y parael apoyo B=750 kg. c) La ley delos momentos de flexión para cada segmento, será, poniendo lo valores numéricos respectivos :

M = 1367,1875 (3 2) 2343,75 M'= 632,8125 (5 —%') 1406,25.

cuyo valor máximo es paraz= 0ó06x'=0, es decir, en el punto de aplicación de la fuerza, 1757,8125 kilográmetros por ambas ecua - ciones.

110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

Las fórmulas analíticas de las reacciones en función de los da= tos son:

EA MES E O el A =P mm

l 5. Sección de la viga.— La resistencia de materiales da la ecua— ción para calcular una viga que trabaja á la flexión :

_H1 TS

M

siendo M el momento mayor de flexión; R la resistencia práctica del material; el momento de inercia de la sección, respecto de la horizontal, que pasa por el centro de gravedad; v la mayor dis- tancia de ese centro álas caras horizontales de la viga.

Las ecuaciones de los momentos de flexión dan los máximos para Y == 0 =10 :

M = Al” u; Mis= Blu

sustituyendo los valores de A y de B, ambas ecuaciones dan el mismo máximo

Me a e =— IA

ó bien atendiendo al primer teorema ul + u'1=El'1" :>

MI O AAA Aa e)

Max = 7

* conforme al sezundo teorema ul' =u'l”, resulta: (e)

lo que da nuestro tercer teorema:

III. El momento máxumo de flexión se encuentra en el punto de aplicación de la fuerza y es 1gual al momento de empotramiento mul- aplicado por su respectivo segmento y dividido por la mitad de la longrtud de la viga.

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 111

La fórmula analítica del momento máximo de flexión en función de los datos es E NS Max ia Ó (57) O

En el ejemplo numérico anterior hemos sacado UE VIDAD: ui =1406,20%

? e dl 1406,25 <X5 Max = ———— = 1157,8125 =. ———_—__—— + n h De aquí resulta, que el mayor momento de flexión, en valor ab- soluto, es el mayor momento de empotramiento.

6. Ejemplo numérico. Calcular la sección de una viga de ma- dera de 8 metros de largo, empotrada en ambos extremos, cargada con una fuerza de 2000 kg. á la distancia de 3 y 3 metros, siendo la resistencia de 60 kg. por centímetro cuadrado y la base dos ter- cios de la altura.

Llamando 0 la base, a la altura, se tiene

Ena d i 1 b 30% ' at: el n Se TO TS a A e

RI 4 a

entonces : * MA

para M tenemos el mayor u= 2343,75, siendo R= 600.000

2343, 15 = a 600000 . a?

di M0 10620

(0) luego la altura a = 0,327 metros; la base b = 3 a =0,218 metros.

7. Deformación. En la ecuación de la fibra deformada del pri- mer segmento, eliminando lo mismo que en la derivada de aque- lla ecuación, resultan:

/ / / Y) Elyi3A (Gra—¿231%2) uy (a a le)

sul

AS MN Na == (1030 a )ut—0);

ml

412 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

para la máxima ordenada, hagamos la derivada nula

1 Lao (u— 0) 9 ul! O

que da las siguientes raíces :

== ié==

sustituyendo en la primera tendremos:

Us MS + 3 ul Oda UA / Eo OE

a es la ordenada máxima, b la mínima, supuesto que la segunda derivada

5 =A(l' 0) —U,

se convierte respectivamente en u y + u para las raíces «0, lo que es otra condición notable de los momentos de flexión. Restando estas dos ordenadas, se tiene

UA MAS cta NE

Como a—b es la flecha tendremos

de aquí el cuarto teorema.

IV.—La flecha se encuentra en el punto de la viga, cuyo momento de flemión es ¿gual al momento menor de empotramiento con signo contrario; y es agual á dos tercios del cubo de ese momento, dividido por el cuadrado de la reacción respeciiwwa y por el producto El.

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 113

En los puntos de inflexión, la segunda derivada es nula, luego el momento de flexión es cero; por consiguiente :

MESNW= e) 0= EPA II US

o A O contando del extremo A de la viga se tiene para el punto de inflexión

una distancia de aquel igual á q Y Para la posición de la flecha, una

QUA : distancia ia luego nuestro quinto teorema es:

V. Los puntos de inflexión de la viga distan de sus extremos, el momento de empotramiento dividido por la respectiva reacción y la

flecha dista el doble, con tal que no pase del punto de aplicación de la fuerza.

. 27) Poniendo al = E A ó en función de los datos : 21 : a se tiene la flecha SA Ud

8. Ejemplo numérico. —Calcular la flecha de la viga, que hemos tomado como aplicación de nuestras fórmulas. Hemos obtenido los siguientes valores :

AD TO A 4367,18750

AD 2O A/= 632,912; = 2,222;

luego, el punto de inflexión dista del extremo A de la viga 1,714

metros y el otro punto de inflexión de la fibra deformada dista del extremo B, 2,222 metros.

El doble del primero es 3,428, que pasa los 3 metros donde está la

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 8

114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

fuerza; el doble del segundo es 4444, que no llega á los 5 metros ; luego la flecha seencuentra álos 4444 del extremo B, ósea 0,556 de 0; el momento de flexión es:

M' = 632,8125 (5 0,556) 1406,25 = 1405,97,

igual al momento menor de empotramiento, según el teorema. También hemos sacado la sección :

l l / == 97 - =— 918: == == => === 1 A nt IN (0) !

y =— —hH, 443 - d6=87,528; B=—632,8123; y admitiendo el coeficiente de elasticidad E = 15,108 tenemos

| SS DEN

a TAN CA

la flecha es, por consiguiente, igual á cinco milímetros. Finalmente las constantes €, a de la integración en función de los datos son

Io 0 LS o=3 (3) a=3P. (7):

9. Caso particular, la fuerza en el centro.

a) Setiene : A A UE

entonces : NIN =

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 115

c) El momento máximo de flexión :

ul' 1 a d) Puntos de inflexión : A A o e

e) La flecha está á la doble distancia de la inflexión y es: ==

mitad de la longitud de la viga y su magnitud :

da e A SEA O. 8: El

ll PARTE GRÁFICA

10. Suma de los momentos de empotramiento. La Estática Grá- fica nos permite construir fácilmente los resultados analíticos que hemos obtenido.

Sea AB la viga (fig. 2) y Fla fuerza. Trazando las verticales que representan las líneas de acción, tomemos ab igual á la intensidad de la fuerza, y con polo P, á la distancia 2, tiremos los rayos polares Pa, Pb y paralelos á ellos el polígono funicular pqr, cuya línea de encierro es pr; digo que qs multiplicado por 2es la suma de los momentos de empotramiento.

Demostración. En efecto, tracemos Pe paralela á pr. Los trián- gulos semejantes psq, cPa, que tienen sus lados paralelos, dan :

ya == 0 ES 0

116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Del mismo modo, los triángulos semejantes srq, cPb, da n:

'"

sq _ CO

.

07] SS

De donde: $40 1 MU NED SL

tenemos la proporción :

ac P ac ANITA CO ac + cb ES OR DU. de manera que ae =p, luego y xi=a <= =u qu,

según nuestro primer teorema.

11. Momentos de empotramiento. Tomemos a'b” igual á sq y con un polo P' cualquiera, tracemos los rayos polares P'a', P'b”' y paralelos á éstos el poligono funicular p'q'r', cuya línea de en- cierro es p'r'; su paralela P'c” determina a'c' que multiplicada por 3, es el momento de empotramiento en A y c'b” también multi- plicada pora da el momento de empotramiento en B.

Demostración. —En efecto, los triángulos semejantes p's'q', c'P'a' dan la proporción entre bases y alturas :

de aquí resulta :

SO E ate! > pp0 = c'b' 5 ¡E

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 117

de donde se saca la proporción :

ANN ae O A DET PTE A DAA (pu A ARO E A A obteniéndose:

Sa >< OS l" A Co AAA o E AO OA O e ; o a

según nuestro segundo teorema.

12. Reacciones. —Tomemos pm igualá a 'c”, rn igual ác'b” tra- zando la línea de encierro mn. Tracemos su paralela Pf por el pri- mer polo P, entonces af es la reacción en A, y 0f la reacción en B.

Demostración. Tracemos porn la nt paralela á la primera lí- nea de encierro pr; los triángulos semejantes tnm, cPf dan, compa- rando bases y alturas:

Ea

o 0 => UM => (M4 7 cf <7 (pm rn)

—| 02

UI 3 pero 10 =010 "== 20 o CON

sustituyendo resulta:

118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

que son respectivamente los valores analíticos de las reacciones en A y en B.

13. Esfuerzos cortantes. Trazando por f la horizontal fy para representar la viga, se tiene trazando por a y por b las horizontales 3, hb la representación gráfica de los esfuerzos cortantes por las or- denadas ¡g, /b en los segmentos de la viga. |

14. Momentos de flee1ón. El polígono funicular mpqram, re- presenta la ley de los momentos de flexión para un punto cual- quiera de la viga. Bajando la vertical y multiplicando por 3, la parte interceptada por dicho polígono á partir de la línea de en- cierro, se obtiene el respectivo momento de flexión.

Demostración. Sea M un punto de la viga. Trazando la vertical se tiene NH, que multiplicada por 3 es el momento de flexión.

En efecto, trazando mv paralela á pq, los triángulos semejantes

Nmk, aPf, dan comparando bases y alturas:

Neo NOS Bd luego : NK >< 3=A(!' —u).

Pero tenemos también : NH >< 3 = (NK HK) 3 = (NK pm)3=A (1' 2) —u = M, según las fórmulas del planteo general: M=A(1' —x%) u.

15. Momento máximo de flexión. Está en la vertical de la fuerza y es la parte Qq multiplicada por 2.

Demostración. Los triángulos semejantes Qmov, aPf, dan :

Qu Mi E A aj mi Do >< ==

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 119

Pero tenemos también : 09 <03=(Qv qu) 3 = (Qu pm) 3 =Al' u, que es la fórmula analítica del momento máximo de flexión (1? 5).

16. Inflexión de la viga. Como en esos puntos los momentos de flexión son nulos, basta levantar las verticales de las intersec- ciones de los lados del polígono funicular; se encuentran así los puntos CyD.

17. Lugar de la flecha. Como es la doble distancia de la infle- xión á partir del extremo de la viga, basta tomar DC = DB, entonces en se encuentra la flecha y bajando la vertical -7n” = rn, son los momentos iguales y de signo contrario al empotramiento menor u”.

18. Dimensiones y deformación de la viga.—Por lo anterior re- sulta: que gráficamente se pueden resolver los dos problemas de Resistencia de Materiales, ejecutando las tres construcciones indi- cadas en los números 10, 14 y 12,

1> Porque entonces se tiene el máximo momento de flexión :

W== PM<O,

para determinar la sección transversal de la viga por la fórmula:

*

—= M= 3. (0)

2% También se tiene el punto (+, donde está la flecha, la que se calcula por la fórmula :

du! É El”

>S5 l DI W

siendo WITIVI di 0B:

y E é I coeficiente de elasticidad, y momento de inercia de la sec- ción de la viga respectivamente.

19. Escalas. Como noes posible dibujar la viga en su verda- dera dimensión hay que usar escalas, sea para las longitudes en

190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

dj 1 metros ¿> sea para las toneladas en metros ¿7? Por lo que se multi-

plican los datos para ejecutar el dibujo.

Al contrario, tomando una línea del dibujo, para obtener su re- presentación, se multiplica por e si son metros, por e” para obtener toneladas, por ejemplo: el momento de flexión, para el punto M, hemos dicho que es en verdadera dimensión

M'='NES<%0:

pero si se ha usado para la fuerza NH la escala e” y para las longi- tudes3 la escala e, tendremos, que entonces ese momento será toma- do en la escala del dibujo:

M=NHx3xe.e',

en toneladas metros; así, pues, para los momentos de flexión la es- cala es 3ee”; si queremos que sea e”, tendremos :

s.e.e =e"y

entonces la distancia polar se tomará igual:

y . 4 20. Ejemplo gráfico. Sea para las longitudes, la escala 100' Entonces una viga de 8 metros estará representada por AB = 0*%08 (fig. 2), y si la fuerza está entre los segmentos 3 y 5 metros, toma- remos AF = 0%03 y FB= 005, para trazar las verticales. Adop- 4 tando para las fuerzas en toneladas la escala ¡oo Para 2 toneladas tendremos ab = 0”02. Si queremos además que los momentos estén

de 1 también á la escala de 100 tomaremos:

100 PAS o

Con estas escalas hemos dibujado la figura 2, que nos ha ser- vido para las demostraciones gráficas, usando elementos lineales

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 121

para las construcciones que no son necesarias en la práctica. Como se ve, ac = 1250 kilógramos; cb= 730 kilógramos cuando no hay empotramiento; mientras que 4/ = 1360, fbh = 640 cuando lo hay, valores muy próximos á los que arroja la parte analítica. Del mis- mo modo se pueden comprobar gráficamente á la escala de un cen- tésimo los valores que se han obtenido algebráicamente.

21. Varras fuerzas concentradas. Sea la viga AB(fig. 3) de lon- gitud /, sometida á las fuerzas concentradas F', F”, EF”, ..., que distan del extremo A las distancias 1”, 1”, 1”, ...; tendremos ana- líticamente los momentosde empotramiento:

A AS A LO) GEA y

el mayor de éstos es el que se pondrá en la fórmula:

_RI

(2)

M

para determinar las dimensiones de la viga.

Por Estática Gráfica, tendremos trazando las verticales, que in- dican las líneas de acción y tomando 1, 2, 3... iguales á las inten- sidades F',F*,F”, ...,conelpoloP ylos rayos polares respectivos se traza el polígono funicular Mb'0”b”N. Entonces prolon- gando los lados b'0”,0"b”, ..., hasta las yerticales límites y mediante las líneas auxiliares de encierro se tienen los momentos atb', arb”, a%b”, ... que se toman como nuevos elementos dinámicos y haciendo 1”, 2',3',... iguales respectivamente á ellos; con el nuevo polo P' se traza el nuevo polígono funicular M'XZYN”, la línea de encierro M'N” determina la paralela P'p; entonces mp es el momento de empotramiento u en Á y pn es el momento de empotramiento u*' en el extremo B de la viga.

Se llevan á su respectiva posición u en Mm, u” en Nn, entonces mn es la verdadera línea de encierro y el polígono funicular * mMb'b"b"Nnm por sus segmentos verticales, contados desde la línea de encierro, multiplicados porla distancia polar de P, dan los momentos de flexión para cada punto de la viga.

Trazando Ps paralela ámn, las reacciones son as =A, bs=B á la escala de fuerzas; finalmente, tirando st horizontal para eje de abscisas de los esfuerzos cortantes y proyectando las fuerzas 1,92, 3...

492 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

resultan los segmentos paralelos horizontales T, T, T, T,... que dan la ley de los esfuerzos cortantes en cada punto de la viga.

Como en este polígono funicular la línea de encierro corta á los lados, proyectando las intersecciones en D y en resultan los puntos de inflexión de la viga, donde los momentos de flexión son nulos.

22. Casos de fuerzas continuas. Llamando p la fuerza por uni- dad de longitud en el punto que dista x del extremo A, se tiene que en dicho punto su valores F = pdzx.

a) El momento máximo de la viga sin empotramiento:

AO DA 40 (de), a es

l l

lo que da para du, du”, repartiendo en razón inversa ;

de AAA e AA

integrando desde + = 0 hasta 2 = l, tendremos las fórmulas :

| 2 o ciar : 2 _ =p [ p.=0=2) AU El p.a(l—xw).do;

las que danilos momentos de empotramiento cuando se conozca p en función de x.

Sea en primer lugar p constante. La viga soporta entonces una fuerza uniformemente repartida y ambas integrales

e AA P UIE=%0U a A

Sea en segundo lugar p proporcional á x=, como sucede en las compuertas hidráulicas, cuando la viga es vertical, empotrada arri- ba y abajo, entonces p = az, siendo a el peso del metro cúbico de agua:

A A aos O =p “0 2). de = 3, al

al E Jl 1 p 0 0 (l—w). de = y

Tales son los momentos de empotramiento.

VIGA EMPOTRADA EN SUS LOS EXTREMOS 123

b) Para las reacciones, tomando B como centro de momentos:

A Po(U—adepu—mu';

U

tomando A como origen de los momentos :

Bi = f po ¿de —-u —u

»)

las integrales se extienden desde w% = 0 hasta x =1. Sea p constante entonces u =u”' y las reacciones son iguales :

o AB == 3 Dl Sea p = ax, como en las compuertas hidráulicas : 3 M=0 z(1— uv) de +u—u' = —al' 0

l ro c l Bi=a f ado + u' —u= <= al?. Luego las reacciones en los extremos de la compuerta serán: A A=5 0f; B= 20 26

c) Los esfuerzos cortantes son en estecaso :

M=="A = f pio,

integrando desde cero hasta 7. Cuando p es constante :

r l mW a po.

En este casolos esfuerzos cortantesestán representados por una recta. Cuando p = ax se tiene :

124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Los esfuerzos cortantes están definidos por las ordenadas den una parábola. d) Por último, los momentos de flexión serán :

M =40— / po . de —u,

extendiendo la integral desde cero hasta 7. Cuando p es constante, resulta para los momentos de flexión :

| a lalo M =D qa Pl PoR

ecuación de una parábola de segundo grado. Cuando p = az, tendremos para los momentos de flexión : 3

Le 1 M= q 7 3 e gar.

Para obtener los momentos máximos de flexión, 1gualemos á cero los esfuerzos cortantes, que como se sabe, son las derivadas de los momentos de flexión; en el caso de carga uniformemente repartida :

ES 7

| pl pz; O Max= y;

que es la mitad de los momentos de empotramiento; luego para de- terminar la sección de la viga, se tiene:

Para el caso de una compuerta hidráulica, resulta :

o | 2. A E A we =1y0,30 = 0,5471;

Max = (o. v0,3 5) al? = 0,021 4al*;

mientras que el momento mayor de empotramiento es 0,05 al”,

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 125

que es el que debe tomarse para determinar la sección de las vigas que constituyen la compuerta, mediante la fórmula :

Rd ab

ONO

Como se nota, en los casos usuales, el momento mayor de flexión es e mayor de los momentos de empotramiento : o Sila viga empotrada tiene una fuerza concentrada

22 Si la fuerza concentrada está en el medio de la viga A u=+: El; 8 32 Si la fuerza está uniformemente repartida

u= 19 pls 4 Si la fuerza es proporcional á la abscisa, como en com- puertas 1 u= 51 al. 20 Tales son los momentos mayores de flexión para determinar la sección dela viga; en el caso de varias fuerzas concentradas, y va- rias contípuas, se calculan los momentos de empotramiento, que corresponden á cada una para los extremos de la viga, se suman y el

mayor de los totales se emplea en el cálculo de la sección (fig. 4) para el ejemplo siguiente.

23. Ejemplo numérico. Calcular los momentos de empotra- miento de una viga de 16 metros de largo, empotrada en ambos extremos, teniendo á partir dela izquierda, á los 4 metros, una fuerza concentrada de 2000 kilógramos, á los 10 metros una segunda de 3000 kilógramos y á los 12 metros otra tercera de 3000 Elina Además soporta una fuerza contínua uniforme de 400 kilógramos

196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

por metro en los 3 primeros metros, y otra fuerza contínua, tam- bién uniforme de 500 kilógramos por metro en los últimos 6 me- tros.

a) Para las fuerzas concentradas, tenemos las fórmulas:

A (Mato): AA) E 2 92000 .4£.19 2000 . 4%. 19 AS ASIA ro RES / 113 16 43500 16 01500 ODO ON : SOMO AA : 3000/19 00% 3000.12. 4 : 16 30 16 6750 10969 | 15281

b) Para las fuerzas continuas tenemas las fórmulas, siendo 1”, l”, los límites de la integración,ó sea de la acción dela fuerza continua:

1 n2 r LO ME , u=35P( 1'?) u SH O ) | A SITAS lp 4 4 Sa 1 ¡pat 10) Pe a / h Moods: 000 O 2 IA] 2 400. 1 400.5t'=— 944 e 908) pl a a e 084 Te OO E, y 798 =, 0 = 27 1 a ñ 3160 | : ISO e A ES A—A40Q? == == UN= M0) => 295 5 -300(16*—10)= 39000 36 016 —10)= 39250 2 300(16*—10%)=—64500 11500, UU ES —5 56 7 0810) =— 27117 1 500(16:—109= 27117 5133 PEO |

1617

VIGA EMPOTRADA EN SUS DOS EXTREMOS 1521

Luego los momentos de empotramiento serán:

Para A Para B Fuerzas concentradas......... 10.969 15.281 Primera fuerza continua....... 3.160 798 Segunda fuerza continua...... (o 5.133

u=15.7146 u' =21.212

Lo que puede comprobarse por las fórmulas que dan la suma. a) Para las fuerzas concentradas, suma de empotramientos:

A) A 6 200 ASES 26000 1 16 9900.10. 6 11250

000 120 9000

a

O)

b) Para fuerzas continuas, siendo /', 1”, límites de su acción :

E AO

Sl 1 e di IRSA ye E

7 400.5.= 53000 3: 500(16*—105= 39000

A 1 OA o eL a 376 = 042 3 16 (16 10%) =-— 32250 3958 61590 Ruerzas concentradas. ASE ADA Primera fuerza Continua. .... od... 3.958 Segunda muerza conti 6.750 36.958

128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Para calcular las reacciones en este ejemplo, tendremos : a) Fuerzas concentradas, las fórmulas:

A=F(U—1)+ U—u'

Bl =F!l' + u' —u

2000 . 12 + 3000 = 27000 2000. 4—3000= 5000 3000 . 6 2812 = 15188 3000 . 10 + 2812 = 32812 3000 . 4 —4500= 7500 3000 . 12 + 4500 = 40500 19688 78312 A=. 3105, B= 14894,5 b) Fuerzas continuas, las fórmulas, siendo la acción 1” —1': =p pa? 1 +u—u' BI=2p(0*—1?) Yuu Di== 2 5 400. 16.5 32000 lo ad 3.400. 5%. =-— 5000 mr Ea 10" = 2362 2638 29362 Bi= 165 ASS 500.166. == 148000 3d 500 . (16% 10%) = 39000 —2.500. (16*— 10%) =— 39000 > a 142516 u—u' =— 3516 B == 2209 3484 AE 343

Reuniendo los tres valores de A = 5283,5 y los tres de B = 7716, 5 que suman 13.000 kilógramos, peso total igual á

2000 + 3000 + 3000 + 00 >< 5 + 500 < 6 = 13000.

La Estática Gráfica aplicada á este ejemplo, daría fácilmente la ley de los momentos de flexión y la ley de los esfuerzos cortantes, siguiendo el método que hemos indicado para el caso de varias

fuerzas concentradas.

Lima, enero 31 de 1899.

FEDERICO VILLAREAL.

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL

SU IMPLANTACION EN EL PAIS

El nacimiento de las industrias, la mayor circulación de los pro- ductos de exportación, las luchas de competencia de algunas ra- mas de la producción y el desenvolvimiento natural de la Nación, por una parte; las creaciones grandiosas de la industria moderna, así como los progresos del arte y de las ciencias en los Estados Unidos de Norte-América y en varias naciones de Europa, por otra; han demostrado la insuficiencia de nuestra institución educacional para satisfacer las nuevas exigencias que han nacido de tal orden de cosas, y que ha llegado el momento de dar un nuevo rumbo á la instrucción pública.

La opinión pública, en verdad, se manifiesta descontenta ó no satisfecha con los resultados obtenidos en nuestros establecimientos de educación.

Los niños salen de las escuelas graduadas con una instrucción trunca en idiomas, en letras, en ciencias, en dibujo y en música, habiéndoles hecho pasar durante el tiempo de su instrucción, ante su vista, como por un caleidoscopio, todos los ramos del saber hu- mano, hasta los más complejos, sin que su espíritu haya asimilado ningún conocimiento completo, y sin haber perfeccionado ni los ramos más elementales. Así, los hijos de padres no acomodados, que á la edad de doce á catorce años deben ayudarlos en el trabajo diario para contribuirá la subsistencia de toda la familia, no apor-

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 9

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' E 4 ' Jia, a” o 8 META: TIPA DIA TI y

130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tan al hogar, como elemento nuevo para la lucha por la vida, sino una mala letra y una ortografía deficiente, sin poder hacer con seguridad ninguna operación aritmética ni resolver los pro- blemas más sencillos de la pequeña industria Óó comercio á que están destinados.

Los hijos de familias más acomodadas, que con mayores aspira- ciones ingresan á los colegios nacionales, van destinados de ante- mano, si su inteligencia lo permite, á seguir una carrera universi- taria; pues son raros los que en estos establecimientos estudian solamente para elevar su cultura intelectual, establecimientos que, por otra parte, dada su organización actual, son inadecuados para llenar este último propósito.

La enseñanza preparatoria en los colegios nacionales es también deficiente, porque obliga á las facultades de Ingeniería y de Medi- cina á alargar los estudios profesionales á seis y siete años respecti- vamente, cuando podrían hacerse en cuatro y cinco, como sucede en Europa; y los jóvenes que se dedican al estudio del derecho salen generalmente mal preparados en letras é idiomas.

Hay, por lo tanto, sobrados motivos para que se trate de mejo- rar la instrucción pública en general.

Pero no es este el objeto inmediato de mi trabajo, sino que deseo hacer resaltar una deficiencia esencial que todos hemos notado en materia de instrucción pública, y que subsanada contribuiría indu- dablemente á abrir nuevos horizontes y proporcionar campos más vastos en donde la juventud naciente podría ejercitar su actividad intelectual y material.

Las intelectualidades sólidas, formadas por estudios profundos, y que disponen al mismo tiempo de la experiencia y práctica más adelantada en cada una de las profesiones liberales universitarias, en ninguna parte del mundo dejan de alcanzar un éxito seguro en poco tiempo.

Son sin embargo relativamente pocos aquellos á quienes la na- turaleza ha proporcionado las dotes suficientes para sobresalir en el ya muy pequeño mundo de los sabios que cultivan las elevadas ciencias; pero en cambio la misma naturaleza nos pone en contacto más inmediato con sus productos naturales, colocándolos al alcan- ce de todos aquellos que tienen vista educada para distinguirlos y manos hábiles, máquinas ó aparatos para transformarlos, hacién- dolos útiles ó simplemente agradables á nosotros mismos y á nues- tros semejantes. Esta observación es aún más resaltante, y es más

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 131

fácil de llegar á un éxito seguro por tratarse de un país como el nuestro, rico en productos naturales, muy estimados y valiosos, que son hasta ahora poco ó nada explotados.

En este terreno de la actividad humana, esto es, en el de las in- dustrias, poco se ha hecho por parte de la instrucción pública para fomentar, no diré, tan sólo su desarrollo, porque esto depende además de otras medidas y disposiciones gubernativas que no son del caso mencionar; pero para fomentar el gusto y el amor á los trabajos industriales, difundiendo su enseñanza por medios elementales al alcance del mayor número posible de personas á fin de transformar poco á poco nuestro carácter de nación consumidora en nación productora é industrial.

10

El origen de las industrias se pierde en la obscuridad de los tiempos prehistóricos, y puede decirse que ha nacido con el hom- bre. Desde que éste se vió obligado á atender á su propia subsis- tencia con el « sudor de su frente », es decir á trabajar, ó en otros términos, á proveer á todas las necesidades de su existencia con sus esfuerzos musculares é intelectuales, se empeñó en mejorar sus condiciones de vida, imaginando y trayendo en su auxilio elemen- tos de todas clases. Para aliviar sus esfuerzos musculares, inventó primero herramientas y armas para defenderse de sus enemigos y Otras para la caza y pesca como ser el hacha, el chuzo, el cuchillo, la red, el arco, y la flecha. Más tarde, cuando debió permanecer en tierras limitadas, se dedicó á la agricultura y á la ganadería, que le proporcionaban los elementos suficientes para la vida, é inventó entonces la pala, el arado y la hoz.

Con el progreso de la civilización aumentaron también las necesidades y se pensó en extraer de la tierra substancias útiles como el hierro y otros metales, datando desde ese tiempo la inven- ción de las herramientas que sirvieron para la construcción de vi- viendas, y que son la sierra, el barreno, cepillos, tornos, mesa de alfarero y muchos útiles más que forman aún hoy día la base de todas los herramientas é instrumentos más perfeccionados de la

actualidad.

432 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

El auxilio de las fuerzas elementales, el viento, el agua, el vapor de agua y la electricidad, vino después; estos dos últimos agentes pertenecen ya á nuestra época moderna.

En la actualidad son sorprendentes y maravillosas las produccio- nes industriales. Basta recordar, entre muchos ejemplos, que un solo hombre puede hacer en un día, con las máquinas modernas, más de veinticinco pares de medias; queuna máquina de imprimir puede tirar hasta 20.000 hojas en una hora. Las fábricas de tejidos, de papel, los grandes transatlánticos, los ferrocarriles, son otros tantos ejemplos de la grandiosidad de las industrias modernas.

El hombre civilizado actual se ha creado un ambiente propio dentro de las industrias y no puede vivir sin los innumerables pro- ductos de que ha menester para su vida material é intelectual, tanto como del aire, del agua y de la luz.

Las industrias son una de las principales manifestaciones del genio humano y vienen á ser la verdadera base del estado social, y de la riqueza y prosperidad de las naciones.

Es, pues, hasta cierto punto inconcebible que debiendo ser la producción material la ocupación principal de la vida de la gran mayoría de los ciudadanos, no se á estos últimos una instruc- ción adecuada á tal objeto.

La instrucción pública actual, en general, adolece precisamente del defecto de no tener suficientemente este fin primordial : «la utilidad inmediata para la producción ». De las matemáticas, ciencias naturales, de la física y química que se enseñan actual- mente, casi puede decirse que no tienen más que un fin especula- tivo, no alcanzando á comprender la gran mayoría de los alumnos su aplicación práctica, cuando son éstas precisamente las ciencias que concurren con sus principios y resultados de una manera más eficiente, en el proceso de todas las industrias.

La ciencia abstrusa debía haber pasado hace tiempo á la catego- ría de las leyendas y haberse reemplazado por una enseñanza con- creta de fácil comprensión, útil desde el principio para la vida práctica ordinaria. Per inductionem el experimenta omnia.

Los pueblos más adelantados, los que marchan á la cabeza de la civilización, son grandes potencias no tanto por sus ejér- cilos y elementos bélicos, como por su importancia industrial. In- glaterra, Estados Unidos, Francia y Alemania sobresalen como naciones productoras. Esta última nación, tan aferrada hasta la segunda mitad del presentesiglo 4 la enseñanza llamada humanista,

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 133

que se basaba en el estudio de las lenguas muertas, la teología, la filología y la filosofía profundizada hasta los últimos extremos, ha cambiado casi totalmente sus tendencias en materia de instrue- ción. Una lucha de más de medio siglo entre la escolástica antigua, que establecía la enseñanza por y para la escuela y el espiritu mo- derno que quiere que la enseñanza sea basada sobre hechos reales y positivos, tendencia que en Alemania se llama «realismo », ha dado lugar á la creación de las Realschulen, escuelas reales y las escuelas industriales, (rewerbeschulen, tan difundidas hoy día y que tanto han contribuido, al adelanto de las industrias y del comercio en aquella nación.

Non scholae sed vitae discendum.

Las épocas de grandeza y de poderío de un pueblo coinciden casi siempre con las de florecimiento de las industrias y del comercio; Enrique IV, Richelieu, el gran Colbert ministro de Luis XIV, Napo- león I, etc., personifican todos ellos épocas de prosperidad indus- trial y gracias á ella ha podido reaccionar la Francia tan sorpren- dentemente después de sus infortunios del 70.

00!

Las escuelas graduadas actuales no pueden ser escuelas profe- sionales porque están destinadas á cultivar, en general, la inteli- gencia de los niños desde la edad de 6 412 y 14 años, y su enseñanza debe tener únicamente por objeto despertar primero las facultades intelectuales y facilitar después el ejercicio de las tendencias é in- clinaciones naturales para alguna de las actividades humanas útiles. Es, pues, necesario que esta enseñanza deje en el cerebro de los educandos ideas y principios bien definidos á manera de jalones escalonados que señalen los diferentes rumbos en que pueden ejer- citarse y perfeccionarse los variados conocimientos adquiridos por la ciencia y la experiencia, debiendo tener cada jalón su leyenda bien clara como los letreros de las encrucijadas de los caminos que evitan al viandante que se extravíe en su ruta.

Para llegar á este resultado y al mismo tiempo para estimular las inclinaciones de los niños hacia las industrias, es preciso que la enseñanza en las escuelas sea real y positiva, sin descuidar por esto

134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

la formación del carácter de la juventud basada en los más puros principios de la moral ni tampoco todo' aquello que conduzca á fortalecer el espiritu nacional.

Entiendo por enseñanza positiva aquella que desde un principio va modelando el cerebro del niño y dirigiendo todas las facultades físicas é intelectuales hácia un fin útil para el hombre, despertando en él, por consiguiente, la afición y el interés para crear ó producir.

No debemos temer que con una enseñanza de esta índole venga- mos á caer en un endemonismo exagerado, pues las sociedades disponen de otros medios, la religión cristiana, por ejemplo, que sirven de moderadores á los móviles humanos.

Los colegios nacionales como institutos de enseñanza preparato- ria para las carreras universitarias, tienen también su misión bien definida y no pueden satisfacer ampliamente las necesidades de la enseñanza industrial.

La Facultad de Ingeniería como institución cientifica superior, donde se perfeccionan las ciencias matemáticas, físicas y naturales en sus más elevadas concepciones, sin descuidar su aplicación á las industrias y á las construcciones, llena bien su misión en la sociedad, proporcionando ingenieros capaces de concebir y ejecutar las grandes construcciones y dirigir importantes industrias. Sus es- tudios, sin embargo, basados en las matemáticas superiores, son demasiado extendidos para que la enseñanza pueda vulgarizarse de tal modo que esté al alcance del mayor número de personas, for- mado de artesanos y pequeños industriales.

La ciencia pedagógica, por otra parte, establece y con mucha sa- biduría que á la par del desarrollo intelectual debe desarrollarse y fortalecerse el cuerpo por medio de ejercicios físicos. Aconseja tam- bién el cultivo de la tierra ó el aprendizaje de algún oficio, espe- cialmente el de carpintero ó de tornero en madera, consejos que de- berían ser aprovechados por todos los padres de familia, haciendo que sus hijos adquieran una habilidad manual cualquiera utilizando para ello las vacaciones y las horas que les dejan libres los estudios. Debe tenerse presente que si se hiciera obligatoriv este apren- dizaje en las escuelas graduadas, normales y colegios nacionales, como en algunos casos se ha hecho ya y se pretende hacer en otros, éste además de tener que singularizarse á un solo objeto, re- dundaría en perjuicio de la instrucción general la cual si se ejerce fondo, absorbe todo el tiempo disponible de los alumnos, apare- jando como consecuencia una adaptación imperfecta de una y otra

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 135

enseñanza. Además, el aprendizaje del trabajo manual en estas con- diciones no podrá tener nunca otro carácter sino el de un mero pa- satiempo, porque para que tuviera el carácter industrial, la instrue- ción teórica tendría que ser correlativa, lo que no puede exigirse á instituciones que tienen otro fin.

No puede alegarse tampoco que el oficio aprendido en la escuela sea el fin de una carrera, porque sería realmente muy mezquiva esta perspectiva; por otra parte el alumno habría conseguido más ven- tajas positivas ingresando á un taller cualquiera, en donde á la par de tener mejor oportunidad de perfeccionarse por la mayor variedad de trabajos, tendría al mismo tiempo una remuneración correspon- diente.

Para que sea ventajosa la enseñanza del trabajo manual es nece- sario que vaya acompañada de una instrucción adecuada que per— mita al individuo progresar, es decir, perfeccionar poco á poco su trabajo, aumentar su producción y convertirse en un pequeño in- dustrial primero, y sisu actividad é inteligencia le ayudan, elevarse aún, mas tarde, en la escala industrial y comercial.

IV

Como he dicho más arriba, las escuelas graduadas pueden des- pertar en el niño, desde su iniciación en los primeros estudios, las inclinaciones por las industrias, pero no tienen de ninguna ma- nera capacidad suficiente para prepararlos y dotarlos de la instruc- ción y habilidad requerida en el ejercicio de las mismas ; para esto son necesarios los establecimientos profesionales especiales.

Las escuelas industriales como establecimientos de enseñanza complementaria, están destinadas á la formación de industriales prácticos en las especialidades que surgen naturalmente de los di- ferentes procedimientos conocidos para la elaboración de la materia bruta, transformándola en objetos útiles.

Llamo la atención sobre el siguiente punto: el tecnicismo debe tener siempre como base, en estas escuelas, los procedimientos ele- mentales de las ciencias, á fin de que los alumnos que salen de las escuelas graduadas puedan fácilmente y en poco tiempo asimilarlo.

La enseñanza industrial debe ser dividida en las tres especialida-

136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

des siguientes: Industrial (especialidad mecánica), Industrial (es— pecialidad química) y Constructor de Obras; división que concuerda con los procedimientos conocidos para la transformación de los pro- ductos naturales esto es, el procedimiento químico, el físico ó me- cánico y aquel que permite aprovechar los materiales elaborados en parte ó totalmente para las construcciones.

Los estudios técnicos se han de dividir en teóricos, de experimen- tación física, de laboratorio, tecnología y trabajos manuales; los primeros solamente en la medida necesaria para comprender los principios y leyes que rigen las operaciones tecnológicas, á cuyo efecto se han de emplear los métodos más modernos y abreviados que permitan en poco tiempo adquirir los conocimientos esenciales.

Es notorio entre nosotros la escasez de hombres prácticos en las industrias de las dos primeras especialidades, y en cuanto á la ter- cera está casi toda ella en manos de albañiles extranjeros más ó me- nos inteligentes que se han elevado por mismos á la categoría de maestros constructores, teniendo sólo conocimientos muy rudimen- tarios de su oficio.

Las industrias mecánicas, que son las que más han contribuido á la civilización y cultura de las sociedades, no tenían hasta el pre- sente entre nosotros su institución de enseñanza.

La química no ha pasado aún de los dinteles de las farmacias y de algunos laboratorios particulares de análisis de visceras y de di- ferentes secreciones humanas, trabajos siempre muy bien remune- rados, pero que no dejan ningún beneficio positivo al país. Es ne- cesario fomentar las aplicaciones de la química en la industria, campo tan vasto y tan poco explotado todavia y sin embargo de tanto provecho si se aplican con inteligencia los resultados de esta cien- cia á la obtención de productos útiles.

La producción industrial en la actualidad tiene que ser al mismo tiempo muy perfecta y lo más barata posible.

Para el logro de estos resultados concurren varios principios.

A. División del trabajo. El principio de la división del trabajo es uno de los más importantes á que están sujetas las operaciones

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 131

manufactureras, como medio de creación rápida y económica, y puede considerarse bajo dos faces diferentes: a) Bajo el punto de vista del trabajador en mismo; y 6) bajo el paro de vista del empleo de este trabajador.

a) Las ventajas de la división del trabajo para aumentar la pro- ducción del trabajador son numerosas. Las principales son : 1* la extrema habilidad que adquiere el obrero al repetir un mismo de- talle; 2 economía en el tiempoempleado, pues, sería mucho mayor si tuviera que cambiar frecuentemente de ocupación, haciendo uso sucesivamente de útiles que operan de maneras diversas; 3* el obrero que está constantemente sobre el mismo trabajo simple de detalle y que le absorbe toda su atención, se encuentra en las mejo- res condiciones para descubrir útiles y métodos nuevos destinados á simplificar cada vez más las operaciones.

b) Bajo el punto de vista del empleo del trabajador, la división del trabajo entre varias personas permite emplear para cada ope- ración, solamente la dosis de inteligencia y de esfuerzos estricta- mente necesaria al trabajo que debe producirse. Es evidente que si todo un trabajo es hecho por un obrero que gana 4+ pesos moneda nacional por día, su costo tendría que ser proporcional á ese jornal, pero si la parte más simple puede ser hecha por un niño ó una mujer que no ganan más que 1,50 pesos moneda nacional por día, es claro que el precio total del trabajo podrá bajarse en la misma proporción.

"Sobre esta división del trabajo es que están organizadas las fá- bricas.

Es necesario observar que la simplicidad de las operaciones que tienen que efectuar los obreros, sobre todo cuando tienen el auxilio de las máquinas, permite á estos, hacer su aprendizaje fácilmente, siendo el tiempo que transcurre durante el trabajo improductivo muy corto, é insignificante el material gastado.

Cuando es una industria dada, la experiencia ha hecho conocer á la vez, el número más ventajoso de operaciones parciales en que deberá dividirse la fabricación y el número de obreros que haya que emplear. Todos los establecimientos manufactureros similares que no se sujetasen á estas conclusiones, fabricarán caros sus pro- ductos. Es así como actualmente ciertos objetos no pueden fabri- carse en condiciones económicas sino en inmensos establecimientos que permiten llevar la división del trabajo hasta el límite necesario tanto entre las máquinas como entre los obreros.

138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Notemos aún que una buena división del trabajo no puede obte- nerse sino por una buena disposición de los talleres, que eviten transportes inútiles y faciliten la vigilancia necesaria para obtener el mejor concurso de todas las inteligencias y de todos los esfuer- zOS.

B. Empleo de las máquinas. El empleo de las máquinas en las industrias es hoy en día la condición esencial de la producción económica. Mientras no se trate sino de producir algunos ejempla- res de un objeto dado, la habilidad manual con la ayuda de algu- nos útiles más ó menos simples, bastará para hacer estos objetos; pero, cuando se trate de fabricar, es decir, cuando haya que repro- ducir un gran número de veces objetos de la misma naturaleza, en- tonces la intervención de las máquinas que no pueden en general repetir sino una sola y misma operación, reduce considerablemente el costo del trabajo. El último progreso del empleo de las máquinas es la fabricación automática. Cuando una industria ha llegado á este punto, la lucha no podrá tener lugar sino entre establecimien- tos montados según el mismo sistema, pues las otras no podrán ya subsistir, si bien sus máquinas, aún en parte solamente, fueran menos perfectas.

C. Contabilidad.— La contabilidad de un establecimiento indus- trial debe ser llevado con el mismo cuidado que la de una casa de comercio. Es sólo así que es posible, en cualquier instante, el control de los gastos irregulares que pueden presentarse y hallar en seguida el remedio inmediato á las causas que los engend ran.

D. Comercio. La venta de los productos, ó en otros términos, el comercio de un establecimiento industrial, constituye quizás la con- dición más esencial de su prosperidad, condición que a priori pa- recerá secundaria aunque se pueda afirmar, con el sabio inglés Babbage, que sobre diez fabricantes que se arruinan, hay dos por haber sido malos fabricantes contra ocho que han sido malos comerciantes.

El comercio del industrial es á menudo de una dificultad muy grande. Teniendo que hacer los negocios con las grandes casas de comercio, que son generalmente muy hábiles, está á su merced, por poco que las necesidades de dinero le obliguen á vender; y en todo caso el comerciante que llena sus almacenes durante la baja de los precios, aprovecha casi siempre él solo el alza. dejando al productor una ganancia insignificante.

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 139

vI

Dadas las condiciones múltiples á que están sometidas las indus- trias manufactureras para que puedan desenvolverse favorablemente y que han sido enumeradas someramente en el capítudo anterior, ¿cuál deberá ser la índole ó el carácter de las escuelas industria- les? El primer objetivo será evidentemente ayudar á las industrias existentes, formando hombres prácticos que puedan ser utilizados inmediatamente, y en segundo lugar fomentar la realización de nuevas industrias, que crearían fuentes nuevas de trabajo en donde encontrarían ocupación lucrativa muchos jóvenes que ahora se de- dican á los empleos de las oficinas públicas. Los candidatos á estos puestos son tan numerosos que demuestran la necesidad de desviar esta tendencia á otros rumbos más provechosos para los mismos interesados y para el país en general.

La habilidad de los obreros es uno de tantos factores importantes que contribuyen á la prosperidad de los establecimientos indus- triales; pero ya hemos demostrado al principio, que esta habilidad, dada la división del trabajo indispensable hoy en día, la adquieren en poco tiempo trabajando en las mismas fábricas. Por otra parte, la diversidad enorme de las operaciones industriales existentes, ha- ría materialmente imposible su enseñanza metódica en una escuela, á no ser que se dispusiera de un capital inmenso que permitiera, aunque fuera en pequeña escala, instalar fabrilmente la mayor par- te de las industrias existentes.

Si es fácil á las fábricas formar sus obreros, no sucede lo mismo con sus directores, capataces y maestros de talleres. Estos, además de los detalles, es menester que tengan conocimientos exactos del conjunto de cada grupo de operaciones que están bajo su dirección y vigilancia, que sepan apreciar no sólo la calidad del trabajo pro- ducido por sus obreros sino también hacer que las máquinas y todo el personal marchen armónicamente ; que el trabajo sea continuado sin interrupciones y sobre todo que conozcan los principios técnicos sobre que están basadas las elaboraciones ó ejecución de sus pro- ductos. Todas estas condiciones requieren no sólo experiencia sino también conocimientos teóricos que no todos se pueden adquirir en las mismas fábricas donde deben ser aplicados desde el primer

140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

momento. Estos maestros y directores son los que en realidad tienen que instruir á sus obreros eligiendo para cada uno el trabajo, de acuerdo con su inteligencia y sus fuerzas.

Otro de los fines de estas escuelas es el de preparar técnicamente á jóvenes que por sus condiciones de fortuna ú otras causas no pueden dedicar á este objeto sino un tiempo relativamente corto. Por eso la enseñanza técnica debería versar tan sólo sobre las mate- rias indispensables que son : la mecánica, construcciones, la tecno- logía y sus subdivisiones más importantes, sirviendo de base á estos estudios las matemáticas elementales, las ciencias naturales y el dibujo en sus dos ramas, á pulso y con instrumentos. La tecnología, las aplicaciones de la mecánica y las construcciones, vienen á ser la síntesis, el objetivo final de todoslos estudioselementales y superiores de las carreras del ingeniero. Se comprenderá, pues, fácilmente que con la base de las matemáticas elementales solamente, la prepara— ción de estos alumnos, tendrá que ser esencialmente práctica.

Con este propósito y para llenar un verdadero vacío en la instruc- ción pública se ha implantado la Escuela Industrial anexa á la Es- cuela Nacional de Comercio, de la que saldrán en adelante jóve- nes preparados prácticamente para ejercer su profesión, no sólo en su propio provecho sino también en beneficio del país en general, pues indirectamente fomentarán el desarrollo de las industrias. El Plan de Estudios correspondiente, en cuyo informe explicativo se enconirarán mayores datos ilustrativos, se acompaña al presente trabajo. Este plan está en vigencia sólo en parte, pues en la fecha funcionan sólo los tres primeros años de estudios.

Para desarrollar convenientemente un plan de esta naturaleza es necesario disponer de profesores idóneos que no son siempre fáciles de encontrar en las provincias; así que por ahora sería imposible establecer en cada capital una escuela industrial. Considero que bastaría por el momento con instalar otras dos más, en las ciu- dades donde pueda contarse con un personal competente ó donde por lo menos, no fuera difícil radicarlo.

Las ciudades más apropiadas serían, Córdoba y el Rosario de Santa Fe.

INSTRUCCIÓN INDUSTRIAL 141

PLAN DE ESTUDIOS PARA INDUSTRIALES Especialidad química

HORAS POR SEMANA MATERIAS (Años)

Idioma nacional ........ alas E 3 » » » » Caligrafía ....... epa ie 3 » » » » Frances ao adds aa EAS 4 4 > » » > Historia yoo ae laude 3 3 > > > > Cienciasinaturales lala: de 2 2 2 > > > DIU AA aa a OS SIE 3 3 4 4 4 4 Matemáticas........ Ed NS ia 6 6 6 6 » > Dibujo lineal y geometría descriptiva...... » 3 4 4 » > MSC a a DAS > > 3 > 9 » Quimica an o ie NA de » > > 3 > SS

Me PEC O e caba > > > > 2 >

OMC ua dis alla SiS Dni O > » 2 2 Estática gráfica y resistencia de materiales. » > 2 3 » > Tecno UM o ies » » » 3 3 Práctica de laboratorio ..... O a OO » » » EARL Ml o Na > > > > 2 2 Contabilidad......... e E AO NE > » 3 » » » Mec A desciende vel e > > » 3 > » Calor y sus aplicaciones industriales...... » > > 2 2 > Construcciones..... ASS ÍA SA e » > > » 2 4 Máquinas....... e » > » > 2

Trabajo manual y operaciones industriales. 12 12 12 12 12 12

DON IA IO]

Especialidad mecánica

aora nicole ooo ao ooo TES 3 3 » > > > EUA lA SA Aral SIDO 3 » > » > > Francesa eo Eo 4 4 > » > > HUSto ATC A 3 3 » > > > TENCIA MA Ep 2 2 2 > » > DIAS A ao 3 3 4 4 4 4 Mate ntc o SA 6 6 6 6 3 > Dibujo lineal y geometría descriptiva ..... » 3 4 1 » » Dibujo de máquinas......... AOS SU » > > > SILO Tecnologia quimico cono EOS » « » » 3 » BiSICUANA AS a A SO » « 3 » » » DO de » > » 3 » > Estática gráfica y resistencia de materiales. » > 2 3 » » Mec sida resi a JU » » » 3 » » Elementos de máquidasS............... a » » > > 2 4

2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA .

Especialidad mecánica (continuación)

HORAS POR SEMANA (Años)

MATERIAS === TP A E AE EOS Construcciones E E A o Construcción de máquinas y tecnología me-

CAMI A AR II > « > > 4 6 Electrotécnica, teoría, manipulación y tra-

DIJO PLC e » » > > 3 5 Calor y sus aplicaciones industriales ...... > > > 2 2 > Conta A ASNO > > 3 > > > OU RE socobaccotadabe do E EE ae ae > > > > 2 »

Trabajo manual y operaciones industriales. 12 12 12 12 10 10

Coma mconalvode sosegado dale e Bobe 3 3 » > > > CU A ad oo 3 > > > > > EAN A ll E de AR 4 4. > > > Historia yiceortaa to ads 3 3 > > > > Ciencias naturales ........ A RS UE: 2 2 2 > » > Dio pulso A A E IN aL Matematicas AT aque 0 da 6 6 6 6 3 > Dibujo lineal y geometría descriptiva...... » 3 AN A > Estática gráfica y resistencia de materiales. > > 2 3 > > Fisica a AO OA Una ae Al > » 3 » > > Mecca ID AUS > > » 3 > > E AN A aro a > » > 3 > > Contabilidad A AA » » 3 > » > Calor y sus aplicaciones industriales...... » > > 2 > >

Construcciones y dibujo de construcciones. > > > $... e Proyecto de construcciones, inclusive insta-

laciones ue > > > > >. e PrESUPUES IS a LA En » > > > 2 2 Materiales de ConsStrucción.............o.o. > > > > > 2 Arquitectura...... A O SIS 5 > > > > 2 4 Doportala oca DA O 0 > > > > 2 > E 1 A O SILO

43 46

Orto KRAUSE.

Buenos Aires, marzo de 1899.

EL MANGANESO ARGENTIFERO DE «LA CORTADERITA >

(PROVINCIA DE MENDOZA)

Desde hace dos años, entre los minerales remitidos á la Casa de Moneda para su ensayo, han venido muestras «comunes» de un mineral argentífero con ley de oro, procedentes de la provincia de Mendoza. Su ley de plata variaba entre 0.6 y 1.5 %, y su ganga consistía en gran parte de óxidos de manganeso. Dichos «comunes» representaron fuertes remesas de mineral destinadas á la exporta- ción á los establecimientos metalúrgicos en Europa. Estando el mineral en estado de polvo fino, era imposible observar sus carac- teres físicos originales, pero comprendiendo que se trataba de un mineral argentífero poco común con criadero manganífero, cuya existencia en el país no había sido señalada por los autores, traté de averiguar su procedencia y de procurar muestras del mineral en estado original.

Ultimamente se recibió en el laboratorio un «común» remitido por mi amigo el doctor José A. Salas, Ministro de Hacienda de la provincia de Mendoza, y procedente, segun él, de una mina de su propiedad, «La Esperanza », y siendo esta muestra de igual carac- ter á las ensayadas anteriormente, con una ganga manganífera, pedí al doctor Salas me hiciera el favor de mandar ejemplares del mineral sin previa pulverización.

Prontamente fué satisfecho mi deseo y recibí varios ejemplares del mineral, algunos elegidos especialmente con oro á la vista, otros sacados al acaso de distintas partes de la veta.

La mina «Esperanza» se halla en el distrito minero llamado «La Cortaderita », situado á distancia de 14 kilómetros al N.O. de

144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

la ciudad de Mendoza, siendo su posición geográfica: Lat. 32? 19” 45” y Long. 69? 7' 30”, ocupando una extensión de 5 kiló- metros de largo por 3 kilómetros de ancho. Su altura sobre el ni- vel del mar es 2500 metros. De muy reciente descubrimiento, su formación geológica ha sido descrita por el ingeniero don Carlos Madariaga, en la Memoria oficral de minas de la Provincia de Mendoza, que se publicó para la Exposición Internacional de Minería y Metalurgia de la República de Chile en el año 1894. El ex-ingeniero de Sección del Departamento Nacional de Minas don E. Allchurch, en su informe al señor jefe del Departamento, da una breve descripción del mismo distrito. (Véase Memoria del Depar- tamento Nacional de Minas y eología correspondiente al año 1896). El señor Madariaga menciona la mina «Esperanza» des- cribiendo los caracteres de la veta, cuya potencia media es de 0.25 metros y diciendo que las especies minerales que la constitu- yen son «sulfuro de plomo y cloruro de plata en un criadero /erru- gunoso ». Parece que la presencia del óxido de manganeso, mucho más abundante que el de fierro, no ha sido observada por el autor citado, á pesar de ser muy evidente en la muestra número 45, de la colección presentada por él y descrita en su memoria. Minerales manganíferos con cierta ley de plata no son muy comunes; los hay en algunos distritos mineros en las montañas Rocallosas desde las fronteras del Canadá hasta las de Méjico, y algunos minerales argentiferos en el estado de Colorado, E.U., son de unaley de man- ganeso bastante elevada para poderlos utilizar en la fabricación del ferro-manganeso. Siendo el óxido de manganeso un buen fun- dente, se emplean á veces estos minerales argento-manganiferos «para facilitar la fundición de otros minerales de plata más refrac- tarios. (Véase el Arkansas Geological Survey. Memoria del año 1890, vol. 1, pág. 448 y siguientes).

El color del mineral de la mina «Esperanza» es en general ne- gro tirando á rojizo en algunas partes, es amorfo, poco compacto, casi esponjoso en algunos ejemplares. En ciertas muestras elegidas se observan filamentos de oro nativo, y tengo en mi colección un ejem- plar en el que el oro constituye la masa principal.

Sin embargo, en general, el oro no es visible, hallándose enpol vo muy fino diseminado en la masa, siendo apreciable sólo mediante el ensayo por vía seca. Como no fué posible separar mecánicamen- te para su investigación los diferentes elementos mineralógicos del mineral, practiqué su análisis químico, empleando con este ob-

EL MANGANESO ARGENTIFERO « DE LA CORTADERITA 145

jeto un «común» que no presentaba oro á la vista. Por vía seca determiné la ley de oro y plata, y la de ésta se controló después, disolviendo el cloruro contenido en el mineral en amoníaco y luego precipitándolo con ácido. La identidad del resultado en ambos en- “sayos demuestra que, salvo la corta cantidad asociada al oro, la plata se encuentra como plata cornea.

El manganeso fué determinado, precipitándolo por el bromo en presencia de acetato amónico y su grado de oxidación por el mé- todo de Fresenius. He aquí los resultados del análisis general del común desecado á 1207C. para eliminar el agua higroscópica.

Acua de Combinación... o... 7.340 Bióxido de manganeso...... 72.910 A Protóxido de o Ai a Di Oxidorde Zinc... 7. O 0.800 Oxido, ercer o a 3.700 Oxido de calcio..... Cd tE 2.000 Plata 0.622 Gloramno de Plata 0.822 blero CO Os DI : 0.00% AMINO... a UL US 0.419 Ni MCU 0.546 ZU OA dea z 0.247 lc a LO DA 3.400 99.928

Del análisis se deduce que el mineral de la «Esperanza» es de composición muy compleja; su criadero formado principalmente de los óxidos de manganeso anhidros é hidratados, y poco ferru- ginoso, lleva en estado de mezcla, cortas cantidades de los sulfuros de plomo, antimonio y zinc, plata cornea y oro nativo.

Me consta que la ley de plata en algunas partes de la veta es mucho más alta, pues he ensayado comunes con 1.3 y 1.5 por ciento de este metal y en una colpa con ganga de carbonato de manganeso he hallado 3.6 por ciento ósea 36 kilos por tonelada métrica.

En cuanto al oro nativo que lleva el mineral, su distribución es naturalmente muy irregular, pero he ensayado un lingote que obtuve personalmente beneficiando menos de 6 kilos de piedra ele-

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 10

146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

gida con oro á la vista; el lingote pesaba 234 gramos, siendo la ley de oro 153.4 y 243 la ley de plata.

Queda, pues, demostrada la existencia en la República Argentina de un mineral manganífero rico en oro y plata, con ley de estos metales que es muy superior á la ley de los minerales análogos de las montañas Rocallosas, y que nose trata de una mera curiosidad mineralógica sino de una mina en explotación, una verdadera fuen- te de riqueza para el industrial minero.

JUAN J. J. KYLE,

Químico-ensayador de la Casa de Moneda.

Buenos Aires, Febrero de 20 1896.

BIBLIOGRAFÍA

[. CIENCIAS EXACTAS

D rach Jules), Ancien éléve de l'École Normale Supérieure. Essai sur une théorie générale de l'Intégration et sur la classification des transcen- dantes. These de la Faculté des Sciences de Paris. GauthierVillars et fils, Paris, 1898 (1 vol. in-4”, 140 pág.).

Marotte (F.), Agrégé préparateur á l'École Normale Supérieure. Les Equa- tions différentielles linéaires et la Théorie des Groupes. These de la Faculté des Sciences de Paris. Gauthier—Villars et fils, Paris, 1898 (1 vol. in-4”, 192 pág...

Reseña crítica por Autonne (Leon), Maitre de conférences de Mathématiques

a Université de Lyon ; Revue générale des Sciences, enero 30 de 1899 (ano 10,

D” 2, pág. 73).

Transcribiremos íntegra la reseña de M. Autonne, que dos parece constituir una interesante síntesis de las elevadas cuestiones tratadas en estas nuevas tesis. Difícil nos sería suprimir el menor párrafo del breve y substancial resumen, sin exponernos á disminuirsu valor, y nuestra ninguna competencia en tan árdua ma— teria nos priva de agregar lo más mínimo de nuestra cosecha propia.

« Han abordado los señores Drach y Marotte, problemas distintos, pero me- diante métodos cuyo principio es el mismo. Para evitar repeticiones, reuno ambas reseñas.

« Se sabe (Gallois, M. Jordan, ...) que á toda ecuación algebraica corresponde un grupo G (grupo de la ecuación) de sustituciones entre las raíces. G tiene la propiedad siguiente : toda función racional de los coeficientes y de las raíces, in— variable respecto de G, es susceptible de expresarse racionalmente en función de los coeficientes ; recíprocamente, toda función así indicada es un invariante de G. La estructura de G da la clave de la naturaleza íntima de la irracionalidad alge- braica propia de las raíces. Ya se ha hecho clásico todo esto.

« Más recientemente, con los señores Klein, Lie, Picard, Vessiot, ..., la idea genial de Galois penetró ampliamente en el cálculo integral.

« Denominemos cuerpo S á un sistema cuyos miembros serán :

148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

« 1% n funciones z de m variables independientes x ;

« 22 Todas las funciones obtenidas operando sobre las z por diferenciación, y por procedimiento A dado de antemano (A, por ejemplo, comprende todas las opera— ciones racionales, efectuadas también sobre las x).

« Sean: G un grupo de transformaciones operadas sobre los dos miembros de S, y Q una expresión construída sobre las 2 y los miembros del cuerpo, de un modo B dado (por ejemplo, racionalmente). Se puede buscar un G que posea las propiedades siguientes : ,

« 1* Toda expresión Q, invariable respecto de G, es susceptible de expresarse con las de un modo dado (por ejemplo, Q es racional, meromorfo, unifor= me, etc.);

« 2 Toda expresión 2 susceptible de expresarse del modo Ces un invariante de G.

« G es, según el caso, el grupo de racionalidad de meromorfía, monodro— mía, etc. La estructura de G proporciona la naturaleza íntima de las funciones z y los elementos para una clasificación de las trascendentes z, fundada en las pro- piedades de los grupos.

« Las relaciones (sistema H) que ligan miembros del cuerpo S, ya entre sí, ya á las m variables s, son ecuaciones, diferenciales para m = 1, de las derivadas parciales para m > 1. Las zson las integrales del sistema H y la noción de gru— po penetra profundamente en el problema del cálculo integral.

« Comienza M. Drach recordando los principios, de un modo elegante y ori- ginal. Luego escoge el caso en que m =2 + 1, y en que el sistema H se reduce á una ecuación h lineal, homogénea, del primer orden, con coeficientes raciona- les. Los procedimientos A y B son racionales. Las funciones z son n soluciones distintas de h. Si se considera las z como coordenadas en un espacio de n dimen— siones, G es el grupo de las transformaciones puntuales en dicho espacio. Estudia M. Drach el grupo de la racionalidad. Síguese paso á paso la marcha de Galois formación de la resolvente, etc.): Esto lleva á la investigación directa de las inte- grales racionales, problema muy arduo.

« Escoje M. Marotte el caso en que m = 1 y en que el sistema A se reduce á una ecuación h diferencial, lineal, homogénea de orden n, con coeficientes racio- nales. Los procedimientos A y B son racionales. Las z son las n funciones de un sistema fundamental de integrales de h. Las transformaciones de G son las sus- tituciones lineales homogéneas, con coeficientes constantes (colineaciones del espacio á m dimensiones) que sufren las ¿ cuando x viaja en una región de su plano, por ejemplo, alrededor de un punto singular. Búscase los puntos de mern- morfía, racionalidad, monodromía, etc., para n= 2, 3 y 4. Intervienen las inte— grales cuya derivada logarítmica es algebraica y las ecuaciones diferenciales de M. Painlevé, en que la integral general contiene de un modo conocido los pará- metros arbitrarios.

« Como se ve, consiste el fondo de las cosas, en las investigaciones de los se— ñores Drach y Marotte, en hacer aprovechar al cálculo integral de los datos regu- larmente completos que se poseen sobre ciertas categorías de grupos.

« Complácese M. Drach en remover las ideas generales, y lo hace con elegan- cia. Pero, no le es posible, bien entendido, recorrer el vasto dominio'en que penetra. Ocurre á menudo que sólo pueda encontrarse, sobre una misma cuestión, un simple programa de investigaciones. El autor mismo lo reconoce.

BIBLIOGRAFÍA 149

« Confínase M. Marotte en un campo más estrecho, y elabora resultados más

completos. « Sea lo que fuese, ambas tesis son, con diferencias en sus cualidades, muy in-

teresantes. » F. BIRABEN.

II. INGENIERÍA

M ontilloé “L.), Inspecteur des Postes et Télégraphes. Télégraphie prati- que. Traité complet de Télégraphis électrique. V” Ch. Dunod, Paris, 1898. (1 vol. in-8*, 624 pág. con 356 fig. y 6 lám.; 25 fr., encuad.).

Reseña crítica por Ch.-Ed. Guillaume, Physicien au Bureau international des Poids et Mesures, en Revue genérale des Sciences, enero 30 de 1899 (ano 10, n* 2, pág. 73-74).

El eminente autor de la reseña recomienda tácitamente la obra, al señalar con visible complacencia ciertas particularidades de ella. Constata de paso que es muy clara y está ilustrada con abundancia y elegancia, y agrega que las pocas fórmulas que contiene, no pasan de los límites del álsebra más elemental. F. BIRABEN. z

Witz (4), Ingénieur des Arts et Manufactures, Professeur a la Faculté libre des Sciences de Lille. Traité théorique et pratique des moteurs á gaz et a pétrole et des voitures automobiles. Tome Ii. E. Bernard et C*, Paris, 1899 (1 vol. gr. in-8S* de 600 p., 214 fig; 20 fr.).

Reseña crítica por Gérard Lavergne, Ingénieur Civil des Mines, en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (año 10, n* 1, p. 28).

III. CIENCIAS FÍSICAS Y NATURALES

>

Guillaume (Ch.-Ed.), Docteur es-sciences, Physicien du Bureau international des Poids et Mesures. L'échelle du spectre. Art. en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (año 10, n* 1, p. 5-8; 3 fig.).

Estudia M. Guillaume sucesivamente las diversas definiciones, ó determinacio- nes, de las radvraciones, las representaciones diversas del espectro que de ellas han resultado, para llegar á proponer un nuevo sistema de representación ó escala que, por la ley que la: caracteriza, denomina « logarítmica ».

Procuraremos resumir breve y fielmente el interesante trabajo del ilustrado físico, que merecería, indudablemente, los honores de una reproducción íntegra.

Examinando previamente la cuestión desde un punto de vista más bien histó-

150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

rico, M. Guillaume expone las definiciones sucesivamente adoptadas por los físi- cos, á medida de la evolución misma de la ciencia.

La primera definición de la radiación que se haya presentado al espíritu, la única conocida durante una larga serie de siglos, se fundaba en el calor, pero era tan poco precisa como falaz, puesto que la misma sensación coloreada puede corresponder á fenómenos totalmente distintos.

La idea de definir las radiaciones por su ¿ndice de refracción debió conside- rarse, pues, como un inmensu progreso, «como la primera creación en el caos ». Habíase encontrado la escala del espectro que pudo considerarse per- feuta interin las medidas fueron bastante poco precisas y poco variadas como para que pudiera creerse á la proporcionalidad de los índices de las diversas substancias transparentes para todas las radiaciones.

creyóse luego lograr la fugitiva solución en ciertas relaciones natwrales apa- remtes, entre la extensión de los colores espectrales y varias otras longitudes como ser la de segmentos de cuerda que dan las notas de la gama. Pero cuando la base misma de esas ingeniosas síntesis la igualdad de la dispersión fué reconocida falsa, esos frágiles edificios se derrumbaron por mismos.

Pudo creerse en esa época que la escala natural del espectro quedaría per- dida para siempre (1).

Vino entonces la teoría de las ondulaciones, maravillosamente discernida por Fresnel, y ella trajo su claridad en el dédalo inextricable de las radiaciones. Quedaba hallada la variable independiente buscada : era la longitud de onda ; el índice de refracción no era más que una función de la misma, bien definida para una substancia dada, variable de un cuerpo á otro. Y muy luego, gracias á los descubrimientos de Wollaston y Fraunhofer— que dieron á las longitudes de on- da una significación metrológica precisa la escala del espectro, creada en teo- ría, quedó también prácticamente establecida.

Sentados estos prolegómenos, pasa M. Guillaume á estudiar os dos sistemas de

escalas actualmente adoptados.

Las dos ciencias de la ondulación, la Óptica y la Acústica, proceden diversamente en la clasificación de las ondas. La primera las dispone según su longitud ; la

(1) Con este motivo, M. Guillaume consigna de pasada, en una notita, algunas obser- vaciones que nos parece interesante transcribir íntegras.

« La investigación de las relaciones numéricas entre fenómenos no semejantes puede parecernos, hoy, infantil. Las correspondencias entre estos colores y los intervalos mu- sicales sólo podría existir debido al azar y sin que haya, entre ambos órdenes de fenómenos, ninguna conexión verdadera. Pero, si la investigación de algunas de esas coincidencias ha sido estéril, no hay que olvidar que toda la admirable síntesis por la cual Maxwell ha agrupado, bajo causas semejantes, los fenómenos de la Optica y de la Electricidad, ha tenido por punto de partida una relación numérica, cuya razón se hallaba, primero, absolutamente velada. ¿No es acaso una investigación puramente empírica de relaciones numéricas la que condujo á Kepler al inmortal descubrimiento de sus leyes ? Y, aún hoy, ¿sabemos acaso si ciertas relaciones antiguamente conocidas en Astronomía tienen una causa oculta ó son el simple juego del azar? Si la ley de Bode permanece aun por algunos siglos sin explicación, ó si un hecho nuevo viene á destruir su armo- nía, ya no se la considerará sino como una curiosidad. Pero sería imprudente negar desde ya que ella sea una manifestación de un principio todavía desconocido.

BIBLIOGRAFÍA 151

segunda, según su frecuencia. Ahora bien, si se examina de cerca la cuestión, se observa que la única razón de tal divergencia estriba en los procedimientos empleados en la medición de la propiedad fundamental de las ondas; y es en- tonces el caso de preguntarse si un procedimiento de laboratorio puede impo- ner una clasificación, si no existen otros motivos de conservar ó modificar la escala adoptada en uno ú otro caso.

M. Guillaume llega desde luego á la conclusión de que la frecuencia es más inmediata y primordial que la longitud de onda, y más invariable d la vez. La razón parece, pues, aconsejar el abandono del uso que prevalece en Óptica por el de la Acústica. Pero el autor agrega, á ésta, obras razones que militan en el sentido expresado.

Penetrando más á fondo en la cuestión, el autor examina las ventajas y defectos particulares de los dos puntos de vista opuestos, según los cuales la variable del espectro es una longitud Ó una 2nversa de un tiempo. Esos defec- tos se hacen evidentes representando mediante un diagrama una extensión considerable del espectro en uno y otro sistema.

Así, para hacer figurar el espectro eléctrico en la primera escala, ha habido que condensar el espectro ultravioleta, el espectro visible y el espectro imfra- rojo —es decir todas las radiaciones propiamente dichas en un espacio tan reducido, que se hace imposible discernir lo más minimo en él. En la se- gunda escala, el ulíravioleta ocupa casi todo el espacio, al par que las osci- laciones eléciricas se encuentran recostadas junto al eje de las ordenadas.

En un caso, pues, las radiaciones propiamente dichas quedan sacrificadas ; en el otro, las oscilaciones eléctricas desaparecen. Ambos sistemas son, por consi- guiente, defectuosos en cuanto á la representación total del espectro.

Considerando entonces la cuestión desde otro punto de vista, M. Guillaume pa- sa á establecer algunas condiciones á que debería satisfacer una escala racional del espectro.

En primer lugar, parece existir cierta necesidad lógica en rechazar al infinito las dos extremidades del espectro, para senalar bien la distancia que separa los fenómenos de la región media del fenómeno que nace en un extrema de la fre- cuencia, y de aquel cuya existencia es imposible en el otro extremo.

Por otra parte, el desarrollo histórico de nuestro conocimiento del espectro demuestra que ciertas regiones son muy rápidamente exploradas, al par que otras no consienten sino ínfimos progresos, siempre conquistados á buen precio. Fuera de la dificuldad inherente al descubrimiento, las propiedades de las radiaciones consideradas en mismas ó en sus relaciones con la materia varían rápida— mente con la longitud de onda cuando ésta es débil, y mucho más lentamente cuando se vuelve considerable.

Consideremos la representación por longitudes de onda. Ella hace aparecer la absorción en una forma disimétrica. Cada una de las fajas de absorción, creciendo del borde al centro, sube rápidamente en opacidad del lado de las longitudes de ondas cortas, y vuelve á bajar más lentamente hacia las grandes longitudes. Ocurre lo contrario en los diagramas por frecuencias.

Ahora bien, si se admite que un aumento, para ser bien apreciado, debe ser referido á la longitud de onda á la cual se agrega, se llega á una ley análoga á la del umbral (seuwil) en la Psicofisiología, es decir, á atribuir á las diversas

52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

regiones del espectro espacios proporcionales d sus logariímos considerando como correspondientes á porciones de igual importancia, las distancias iguales del eje de las abscisas. Esa representación logarítmica satisface á los requisitos señalados antes : rechaza al infinito la ausencia de la oscilación y la vibración de energía infinita; trae la simetría en las fajas de absorción y parece propor- cionar la variable natural de este género de fenómenos. Análogas consideraciones aplicadas al espectro de frecuencias, llevan también á una representación loga— rítmica; pero, aquí, lo que se representa en el diagrama no es el aumento de la frecuencia, sino el cociente de su aumento por la frecuencia á que se agrega. El diagrama así obtenido es simétrico del otro, haciéndose indiferente la elección de uno ú otro.

M. Guillaume completa sus explicaciones con los diagramas correspondientes á las tres escalas senaladas : en longitudes de onda, en frecuencias y en loga— mimos de longitudes de onda.

Concluye el autor con algunas consideraciones sobre la representación en ocla— vas, usada en la Acústica, haciendo ver que la representación logarítmica con- "duce á ella, y señalando las ventajas que presenta, las que se reconocerán mejor cuando esté más generalizada (1).

Tal es, en substancia, lo esencial del interesante trabajo que nos ocupa. En Justificación de su publicación, el autor señala el temor de que, por falta de discutirse anticipadamente la cuestión, resulte que el hábito ó el azar hagan pre- valecer en el uso una división que más tarde sea juzgada defectuosa. « Sería bueno termina diciendo que una discusión profunda en uno de los próximos Congresos de Física condujera á una regla fija para la división del espectro; los promotores de las pocas tentativas aisladas hechas en esta vía, se adherirían á ella con gusto. » F. BIRABEN.

Boltzmann (Ludwig), Professeur de Physique théorique a lUniversité de Vienne. Vorlesungen úber Gaztheorie /Lecons sur la théorie des gaz). 4" Partie: THEORIE DES GAZ A MOLECULES MONOATOMIQUES, DE DIMENSIONS NEGLIGEABLES PAR RAPPORT AU PARCOURS LIBRE MOYEN. 2 Partie: THÉORIE DE VAN DER WAALS. GAZ A MOLECULES POLYATOMIQUES. DISSOCIATION DES GAZ. REMARQUES FINALES.. Johann Ambrosius Barth, Leipzig, 1895-1898 (2 vol. in-8>).

Reseña crítica por M. Brillouin, Maítre de conférences á École Normale' Supérieure, en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (año 10, u* 1, p. 29).

Dice M. Brillouin que gracias á esta segunda parte de la obra del doctor Boltz- mann Cuya aparición fué demorada durante tres años por el autor se posee en fin una exposición sistemática y completa de las partes más dificiles de la teo-

(1) Por un capricho de la naturaleza, dice M. Guillaume, el espectro visible ocupa casi exactamente una octava natural (la 3* de las octavas de las radiaciones reconocidas). En el infrarrajo, se conoce hasta la 10* octava, y el espectro eléctrico arranca de la 15%.

BIBLIOGRAFÍA aa

ría conocida antes con el nombre de teoría cinética de los gases, pero que hoy merece con más justicia el de teoría molecular de los fluidos.

aquí el índice de las materias abarcadas en esta importante obra (alrededor de 500 páginas):

1* PARTE : I. Moléculas esféricas ; presencia de fuerzas exteriores y de movimientos

de conjunto. II. Moléculas centros de fuerzas ; [fuerzas exteriores ; [movimientos de conjunto del gas. II. Moléculas actuando en razón inversa de la 5* potencia de la distancia.

22 PARTE : I. Fundamentos de la teoría de Van der Waals.— II. Discusión física de la teoría de Van der Waals.— IM. Teoremas de la Mecánica general necesarios á la teoría de los gases. IV. Gases con moléculas compuestas. V. Establecimiento de la ecua- ción de Van der Waals mediante el Viriel. VI. Teoría de la disociación. VII. Equi- librio del calor en los gases con moléculas compuestas.

El autor de la reseña termina con elogio su análisis de la obra del doctor Boltzmann, formulando el voto de que vea realizada cuanto antes una edición francesa del libro, destinado, agrega, á ser traducido en breve al inglés. F. BIRABEN.

Carnot (Adolphe), Membre de l'Institut, Inspecteur général des Mines, Profes- seur a VÉcole Supérieure des Mines. Traité d'Analyse des substances minérales. Tome I: METHODES GENERALES D'ANALYSE QUALITATIVE ET QUANTI- TATIVE. V* Ch. Dunod, Paris, 1898 (1 vol. gr. in-8”, 990 p., 356 fig.; 35 fr.).

Reseña crítica por G. Charpy, Docteur és-sciences, en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (año 10, n” 1, p. 29-30).

Según el autor de esta breve reseña, la obra de M. Carnot hijo del malogrado y célebre presidente Sadi-Carnot encierra un interés real, tanto por su valor intrínseco y sus cualidades de exactitud y precisión, como por hallarse al corriente de los trabajos más recientes. « La redacción de este Tratado es un nuevo é importante servicio prestado á los químicos por el sabio profesor de la Escuela de Minas, que ha sabido atraerse no sólo el respeto, sino también la simpatía de todos ».— F. BIRABEN.

Glangeaud (Ph.), Docteur és-sciences, Collaborateur au Service de la Carte géologique de la France. Les vues nouvelles sur les causes de l'épo- que glaciaire. Art. en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (año 10, n* 1, p. 21-27; 1 grabado).

El autor se propone, en este estudio, exponer y discutir las dos teorías más recientes y acreditadas propuestas para explicar la época glacial, introducida en Geología por Juan de Charpentier, en 1834. La primera de esas teorías es la hipótesis de M. de Lapparent, el sabio geólogo francés; la segunda es la hipótesis del geólogo norteamericano Mr. Ed. Hull.—El autor termina con algunas vistas generales propias que los estudios de los últimos años le sugieren. F. BIRABEN.

494 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

IV. CIENCIAS MÉDICAS

Landouzy (L.), Professeur a la Faculté de Médecine de Paris, Médecin de l'Hópital Laénnec. Les Sérothérapies.— Georges Carré et C. Naud, Paris, 1898 (1 vol. gr. in-8” de 530 pág., avec 27 fig.: 20 fr.;.

Reseña crítica por Roger (H.), Professeur agregé a la Faculté de Médecine de Paris, en Revue générale des Sciences, mayo 15 de 1898 (ano 9”, n* 9, p.384).

Presenta M. Roger un análisis bastante completo de la obra ya muy acreditada de M. Landouzy, partidario convencido de las nuevas doctrinas microbianas que tan profunda revolución han traído en la terapéutica. Esta obra no es sino el cur- so de esa materia de la Facultad de medicina de Paris, durante el año 1895-96.

Después de algunas breves nociones sobre la Seroterapia general, el autor abor- da inmediatamente el estudio particular de los sueros, principiando por el antite- tánico, tan importante ya entonces como medio profiláctico Ó preventivo mien- tras llegue á serlo como medio terapéutico ó curativo (1). Examina sucesivamente los sueros : antivenenosos, estreptocóccicos, antidiftérico, ete. Además de la se- roterapia artificial, M. Landouzy se ocupa todavía de la tuberculina y maleina, esos dos agentes diagnósticos tan importantes, que se han vuelto dos agentes me— diatos de la Terapéutica. F. BIRABEN.

o

Soury (Jules), Directeur adjoint a lÉcole pratique des Hautes-Études. Les localisations cérébrales des centres corticaux de la sensibilité géné- rale. Artículo en Revue générale des Sciences, marzo 15 de 1898 ¡ano 9,

n* 5, p. 185-91; con 2 grabados).

Lehmann-Nitsche ¡Dr. Robert;, Encargado de le sección antropológica de] Museo de la Plata. ¿Lepra precolombiana ? en : Revista del Museo de La Plata, tomo IX, página 33/-371. La Plata, 1898.

El doctor Ashmead suscitó la cuestión sobre si deben atribuirse á la lepra las mutilaciones representadas en ciertas alfarerías peruanas antropomorfas.

Con este motivo la existencia de la lepra en América antes del descubrimiento, ha dado lugar á muchas discusiones en varios congresos científicos europeos y fué también presentada al Congreso Científico Latino Americano, por el doctor Lehmann Nitsche, sin que se haya resuelto definitivamente la cuestión.

En el artículo que analizamos, el autor da un resumen de la reciente discusión del asunto en la Sociedad antropológica de Berlín y describe y reproduce en her— mosas figuras diez vasijas existentes en el Museo de La Plata, que presentan las mutilaciones de que se trata.

Discute luego cuál puede ser la causa de dichas mutilaciones, que unos atribu—

(1) Véase la reseña del artículo de M. RÉein: La guérison du tétanos confirmée, en la entrega anterior.

q.

Is ADS EAS

BIBLIOGRAFÍA 455

yen á la lepra, otros á la sífilis, quienes á amputaciones hechas como castigo á criminales ó mendigos y algunos á una enfermedad especial llamada « llaga ». Tiene en cuenta en esta discusión las opiniones anteriormente emitidas y las que le comunica, por carta, el doctor Carrasquilla, de Bogotá.

Como conclusión « resulta que esas mutilaciones han sido produ cidas por enfer- medades cuya naturaleza nos es desconocida por ahora, y que quizá nos será también imposible descubrir su secreto más tarde. Es casi cierto que no se trata

de la lepra». Una lista bibliográfica, completa este interesante artículo. A. GALLARDO.

V. VARIEDADES

Payró (Roberto J.), Miembro corresponsal del Instituto Geográfico Argenti- no. La Australia Argentina. Excursión periodística á las costas patagóni- cas, Tierra del Fuego é Isla de los Estados. Buenos Aires, 1898.

En un volumen de 450 paginas acaba de publicar el senor Roberto J. Payró el interesante relato de la excursión periodística que llevó á cabo en 1898, enviado por La Nación, en cuyo folletín aparecieron estos mismos estudios que hoy adoptan la forma definitiva del libro.

Es difícil dar cuenta en un rápido análisis del contenido de una obra de este género, en la cual no sólo se hallan descritos el viaje mismo y los paisajes con— templados, sino que también « están presentados con amplitud y buena crítica los antecedentes históricos y geográficos que el asunto comporta, así como los que se relacionan con la historia natural », según dice el ilustre general Bartolo- Mitre en la carta-prólogo que precede y sirve de presentació n al trabajo de Payró.

Los que quieran darse cuenta del libro, deben leerlo, pues no perderán su tiem- po, ya sea que traten de instruirse acerca de esos territorios australes que co- mienzan á despertar la atención pública, ó bien que busquen sólo el solaz de una lectura atrayente.

Por mi parte, puedo decir quelo he leído con el mismo interés que la relación del viaje de Nansen ó de la expedición al Africa en busca de Livingstone, realizada por stanley, otro periodista que descubrió así la vocación de explorador que ha- bía de ligar eternamente su nombre á la geografía africana. Si bien las presentes aventuras son menos extraordinarias que las de aquellos célebres viajeros, en cam- bio las regiones recorridas tienen para nosotros un interés y una importancia mayores, por tratarse de parte integrante del suelo de la patria.

Partiendo de Buenos Aires el 12 de febrero en el transporte nacional Villa- rino toca Payró en Puerto Madryn, Santa Cruz, Gallegos, Punta Arenas, Ushuaia, Lapataia, Buen Suceso y San Juan del Salvamento, en la Isla de los Es- tados, donde pasó algún tiempo hasta la llegada del transporte /” de Mayo, en el que regresó á Buenos Aires.

No sólo trata de los sitios visitados, sino qne también agrega valiosas informa- ciones sobre el interior del país, costas, etc., con datos estadísticos, etnográfi-

156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

cos, históricos, climatológicos y otros obtenidos en las mejores fuentes. En par: ticular se trata con cierta extensión de las costumbres, tradiciones y rasgos ét- nicos de los fueguinos, quienes están en camino de extinguirse.

Los gobernantes deben leer y meditar este libro. En todas partes los valerosos pioneers se quejan amargamente de las trabas que se les oponen y del abandono en que se les deja por la falta de comunicaciones.

Patagonia no debe al gobierno sino vejámenes unas veces, desdenes otras.

Gallegos mismo, que comienza á prosperar hoy, está amenazado de muerte segura, si la convención reformadora ha dicho la última palabra respecto de su suerte...

Vivir de Punta Arenas es bien triste para los que habitan zonas tan favorecidas por la naturaleza; vivir sin ella es imposible, cuando no se tienen comunicaciones con el resto del país, y cuando sólo gabelas se aguardan de sus gobernantes, que no quieren abrir los ojos. Todo es exigencia de los argentinos para aquellos parajes; todo es tolerancia, de parte de los chilenos, para aquella comarca.

Luego, más adelante, se lee:

La Tierra del Fuego sería diez veces lo que es hoy, si el gobierno nacional hubiera he- cho por ella la cuarta parte de lo que debía hacer.

Aquí sería conveniente abrir un paréntesis, para demostrar cómo la Argentina ha he- redado de España su falta de aptitudes de colonizadora, que constituirá un peligro si se continúa en el mismo rumbo; para demostrar la orfandad en que se encuentran los territorios, como punto inicial de una posible disgregación; para recordar que Inglaterra envió á éstos sus exploradores y avanzadas en forma de misioneros, conociendo el mé- rito de estas tierras; para presentar á estos desiertos detenidos en su progreso por las rapinas mezquinas, más perjudiciales y retrógradas, aunque parezca paradoja, que los grandes negocios leoninos, que dejan siquiera algún rastro de adelanto para cubrir las apariencias... :

En aquellas tierras nuevas se plantean transcendentales problemas de todo or- den : económicos, políticos, etnográficos y sociales.

¿Qué piensa Vd. de Patagonia ?

Y mientras aguardaba la respuesta, ellaiba formulándose en mi mente, clara y deter— minada, cuando el interlocutor, perplejo. buscaba las palabras para vestir la idea. Recor- daba los nombres de sus exploradores, sus trabajos científicos, sus esfuerzos, que pocos tienen hoy en cuenta, hacía revista de los viajes y de las recaladas, cuando marinos valerosos iban á surcar aquellos mares, á vela, desafiando los peligros que no desafían hoy los barcos de vapor. Asociaba los nombres de la costa á los nombres de los que la visitaron cuando aquello parecía buena presa para las potencias marítimas. Soñnaba en el estadista que hubiera hecho de aquellas comarcas un centro nuevo de civilización.

Pero esos nombres son casi todos de difícil pronunciación para lengua y labios latinos.

Algunos de esos puntos habían sido bautizados ya por los españoles; pero rebautizados por los ingleses, su segundo nombre ha prevalecido al fin, por ser el que figura en las cartas del Almirantazgo, de tal modo, que en un país de habla castellana, la nomencla- tura geográfica es casi exclusivamente inglesa, aunque no sean los ingleses los prime- ros que han descubierto y descripto muchos de esos parajes.

La mayor parte de los pobladores son también ingleses, alemanes y rusos.

BIBLIOGRAFÍA 457

En Patagonia se prepara una raza distinta de la nuestra, no sólo porque el medio lo exige así, sino también porque los elementos que trabajan en su formación, los antepasa- dos de los nietos por venir, son diferentes en absoluto de nuestros abuelos.

Agréguese á ello que en los centros de población los hijos del país se conside— ran como extraños ó como enemigos. Van allí como se vaá una tierra conquista— da y pesan sobre los pobladores de otras nacionalidades con toda su autoridad sea ésta legal Ó usurpada.

¿Qué consecuencia puede tener todo esto ?

Supongamos que aquellas tierras continúen creciendo en el mismo abandono y progresando á pesar de todos los obstáculos.

Patagonia estaba ya poblada desde Viedma hasta la punta Dungeness, desde el Atlán- tico hasta los valles habitables de los Andes; cada puesto era un pueblo, cada caleta una aldea; luego Ja población se hacía más densa á medida que avanzaba á la falda de la cor- dillera, donde vivía con una vida intensa y pacífica, libre y feliz. Esos pobladores eran ya tostados y nervudos hombres de campo, derechos sobre el caballo ó encorvados sobre la esteva, manufactureros vigorosos, lenadores, mineros. Los trenes llevaban á la costa los productos de todo el interior. Por los grandes ríos que bajan de la montaña, iban y venían las chatas á vapor, llenas de mercaderías, de minerales, maderas. Variaba el cli- ma, brotaba el bosque hasta en el arenal; perdía Patagonia su fisonomía misteriosa y amenazadora, y de aquel territorio inculto y cási desierto, surgían una, dos, tres provin- cias que reclamaban el self-government, con más razón que muchas otras, diciendo: «¡Ah! nos habéis dejado, y hemos crecido solas, por nosotras mismas, con nuestras fuerzas personales, sin ayuda, sin simpatía, sin educación casi, y hoy tenemos otro mo- do de ser, otras costumbres, otros hijos distintos de los vuestros. Y contad con que sólo queremos ser estados dentro del estado... Nos habéis dado gobiernos que han detenido nuestro progreso, preocupados sólo, egoista, deliztuosamente, del progreso individual de los que los componían; nos habéis hecho permanecer largos, muy largos años, en un destierro que comercialmente nos acercaba á Inglaterra y áChile más que á vosotros... Ahora venimos á daros la sorpresa de nuestra mayoría de edad, en que no pensásteis nunca, para la cual no nos habéis preparado...»

Estas son las cuestiones que se ofrecen á la consideración del político, del soció- logo, del patriota.

Para el artista y el amante de la naturaleza hay pintorescos ó imponentes es- pectáculos en los canales australes.

Y los paisajes iban desarrollándose cada vez más interesantes á nuestra vista, con un lujo de color que nadie esperaría encontrar en aquellas regiones. Por momentos aparecía el sol, dorando las alturas crecientes, y dando caprichosos matices á los gruesos monto- nes de nubes, que al propio tiempo senalaban y ocultaban los montes elevados. casi eternamente envueltos en una capa de densos vapores. Comenzaba la vegetación desa- rrollándose paulatinamente, formando una línea que se extendía hasta perderse de vista, sobre la que se destacaba con tonos más obscuros y enérgicos, la roca pelada, salpica- da aquí y allá por alguna mancha de nieve.

Parecíame estar en plena cordillera de los Andes y recorrer una vez más aquellos parajes, pero después de un desastre colosal, de un diluvio que hubiera cubierto va- lles y hondonadas, dejando sólo descubiertas las cumbres de la montaña. Aquí, la Isla Quemada, por cuyas grietas parece aún correr el humo, y cuyo desolado aspecto tiene algo de fantástico y teatral; allí un rincón de verdura en que crece el musgo amarillento junto á las gramíneas de un verde más intenso y vivo; allá una ensenadita de aguas es-

158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

peculares en que se retrataba la costa rígida, de lineas violentas; acullá la ligera ondula- ción de la corriente en el canal... Y todo esto móvil, envuelto en las gasas ligerísimas de una neblina apenas perceptible, esfumado en las lejanías como un sueño vago, con masas de nubes y claros de azul purísimo, algo semejante á las extranas y efectistas creaciones de Gustavo Doré... ¿Por qué no van allí los pintores argentinos ? ¿Por qué no se inspiran en aquella naturaleza salvaje, tan rica de color, tan variada y tan nueva? Allíencontrarían tema para tantos paisajes, para tantas manchas admirables, como puede darlos la Suiza. Ya un lago tranquilo cubierto de hojas de cachiyuyo rodeado de altas rocas, por las que trepa el ejército de fagus, ese arbol austral por excelencia, que resis- te las nieves y los huracanes, con su copa verde tendida á favor de los vientos más fre- cuentes y terribles; ya un panorama polar, con los irisamientos del hieio transparente y blancura mate y fría de la nieve; ya un pedazo de selva virgen, con las yerbas altas, y en que se entrecruzan los troncos del fagus y el canelo, y donde crecen grandes flores, blancas ó rojas como sangre, selva que parece tropical, tanta es su vitalidad; ya —cuan- do el otono comienza —el carinoso matiz sonrosado que toman las hojas perennes de la haya, contrastando sobre los diferentes verdes del resto de la vegetación.

Interesan al hombre de negocios y al estadista las indicaciones sobre las ri- quezas naturales y medios de explotarlas, al estudioso los informes todos sobre aquellas tierras, sus producciones y habitantes, mientras el curioso encuentra in— teresantes anécdotas, aventuras de viaje, creencias y costumbres de los naturales.

El senor Payró ha prestado, sin duda, un verdadero servicio al país al popula- rizar, en forma amena y adecuado estilo, el conocimiento de tan importante por- ción del patrimonio nacional. A. GALLARDO.

Petit (P.), Professeur a Université de Nancy, Directeur de École de Brasserie de Nancy. L'etat actuel et les besoins de l'industrie de la brasse- rie. Art. en Revue générale des Sciences, enero 15 de 1899 (ano 10, n” 1,

pág. 8-20; 4 grab.: cuadr. estadíst.). Estudia sucesivamente el autor en este interesante trabajo, los siguientes ) S puntos :

I. FUENTES PRINCIPALES DE LOS PROGRESOS RECIENTES : 1% Conccimiento del papel que desempeñan los fermentos; 22 Producción industrial del frio; 3% El empleo de los gra- nos crudos, arroz y maíz, como succedáneos de la malta; 4% Los filtros y los aparatos de extracción d contraprestón.

TI. BRAcEAJE (Brassage) : 1% Material; 2% Infusión ; 32 Decocción ; 4% Granos crudos; 5% Cocimiento, Enfriamiento.

11. FERMENTACIÓN : 1% Fermentación baja; 22 Fermentación alta; 3% Levaduras puras.

IV. Las ESPECIES DIVERSAS DE CERVEZAS.

V. PRODUCCIÓN DE LA CERVEZA EN FRANCIA. IMPORTACIÓN. EXPORTACIÓN (3 cuadros estadísticos).

VI. ENSEÑANZA TÉCNICA.

Muy dignas de ser senaladas á la atención del lector son las consideraciones que el autor del presente trabajo consagra al punto tan importante de la ense- nanza profesional de rama tan especial como es el de la cervecería. Examina todo lo que se hace en Alemania que, en esto también, debe encontrarse á la cabeza de las naciones europeas más adelantadas en materia de enseñanza técnica.

BIBLIOGRAFÍA 159

M. Petit dedica también algunas consideraciones atinadas al estado de la men— cionada enseñanza en Francia, donde está representada por dos Escuelas : 1* la de Douai, que, como la de Weihenstephan, corresponde al tipo de escuelas que reciben alumnos provistos solamente de cierta cultura previa general que la escuela completa en el sentido de la aplicación á la industria de la cervecería ; 2% la de Nancy que corresponde, como la de Berlín, al tipo de escuelas que admiten alumnos ya prácticos, provistos del aprendizaje adquirido en la fábrica, y cuya instrucción general previa se hace en la escuela misma, aunque muy rápida y someramente. —Discute M. Petit las ventajas é inconvenientes de ambos sistemas, inclinándose al parecer al segundo. F. BIRABEN.

T'Art Photographique. Los conocidos editores parisienses Carré y Naud van á crear una importante publicación que aparecerá mensualmente en gran formato, conteniendo por lo menos cuatro reproducciones fotográficas gra- badas, impresas en papel de lujo y en tonos variados.

Esta artística revista costará 25 francos al año, siendo su precio de sólo 20 francos para los primeros 500 suscritores, ventaja que hacemos notar á los aficio- nados pertenecientes á nuestra sociedad.

Vallier /le commandant). L'Artillerie. Matériel. Organisation.— Un tomo de 250 pág. encuadernado y con muchos grabados. Georges Carré et C. Naud, editores, Paris, 1899.

Remitida por los señores Carré y C. Naud, acabamos de recibir esta obra que

da una idea bastante completa sobre la artillería en su estado actual.

Se divide en dos partes. La primera trata de generalidades sobre artillería, y en ella hace el autor una descripción minuciosa de los mejores sistemas de bocas de fuego modernas, de las distintas clases de afustes, polvoras y proyectiles usados en la actualidad, terminando con nociones sobre teoría del tiro y em- pleo de la artillería de campaña. En la segunda parte, el autor estudia la artille— ría de las diversas potencias, expresando los sistemas usados por cada una de ellas, número de piezas según los calibres y proyectiles empleados.

El libro está escrito con gran claridad, pudiendo ser utilizado, con provecho, por los candidatos á oficiales de artillería de nuestra guardia nacional.

Curie (Sklodowska). Les rayons de Becquerel et le polonium. Art. en Revue générale des Sciences, enero 30 de 1899 (ano 10, n” 2, pág. 41- 50).

La autora de este estudio [relativo á trabajos hechos en común con su esposo M. Curie, físico inglés, según creemos/. es una de las representantes más emi- nentes de la novel falange femenina en la esfera de las ciencias. Explicando su propósito, dice que el descubrimiento de los rayos de Becquerel se relaciona con ciertas investigaciones perseguidas desde el célebre descubrimiento de Rentgen sobre los efectos fotográficos de ciertas substancias fluorescentes y fosforescentes, investigaciones que parecen proyectar una nueva luz sobre toda una parte de la Física. Eb consecuencia, la autora se propone exponer, á este respecto, algu- nos hechos recientemente adquiridos y discutir las ideas que ellos aportan á la filosofía natural. l

160 "ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

He 'aquí la enumeración de las partes que abarca el estudio :

[, Rayos uránicos. II. Rayos tóricos. III. Aparato de medida. IV. El Polonio.— V. Impresiones fotográficas. Efectos de fluorescencia producidos por los rayos de Bec- querel. VI. Conductibilidad de los gases bajo el efecto de los rayos de Becquerel. VII. Absorción de los rayos de Becquerel. VIII. Reflexión, refracción, polarización. IX. Espontaneidad y constancia de la irradiación de Becquerel. —X. Analogías y diferen— cias entre los rayos de Becquerel y otras radiaciones : 1? emisión de irradiación después de excitación por la luz; 20 emisión de irradiación relacionada con un estado químico de la materia radiante ; 3% caso del fósforo; 4” comparación con los rayos de Raoentgen. XI. Desprendimiento de energía por los cuerpos radioactivos.

En una nota, agregada al final por el director de la Revue, se consigna el des-- cubrimiento (en la pechblenda) hecha muy recientemente por M. y M”* Curie en unión con'M. G. Bémont, del índice de un nuevo elemento, « el radio » (radium), vecino del bario por sus propiedades químicas, pero que se distingue de él por su « radioactividad » y la presencia en su espectro de una raya propia, estudiada por M. Eug. Demarcai, que es característica de un nuevo elemento, según este sabio. F. BIRABEN.

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y

Ave-Lallemant, German

Crackebsuch, Luis...... Carvalho José Carlos... Bordeiro, Luciano...... Lafone Quevedo, Samuel A.... Lillo, Miguel .........

Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N.

- Albert, Francisco.

Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio

Ambrosetti, Juan B.

Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. - Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. s Avila, Alberto Bacigalupo, Andres Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Balbin, Valentin. Bancalari, Enrique.

-Bancalari, Juan.

Barabina, Santiago E. Barbará, Adolfo. Barilari, Mariane $. Bárcena, Ignacio. Barra Carlos, de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis (€. Bergadá, Hector. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Billock, Enrique E.

Aguilar Rafael........ Arechavaleta, José...... Arteaga Rodolfo de.....

socios HONORARIOS

Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Tucuman.

socios CORRESPONSALES

Presb. Morandi, Luis

Murillo, Adolfo.......

SOCIOS ACTIVOS

Biraben, Federico. Blanco, Ramon C. Brian, Santiago Bosch, Benito $. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Bunge, Ricardo. Burgoa Videla, Napoleon Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose Lo. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carbone, Augustin P. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casal Carranza , Roque. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Champiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coll, Ventura G. Cominges, Juan de

Constantino, VicenteP.

Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M, Coronel, "Mannél. Coronel” Policarpo, Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, UÚ. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcg, Herman. Durrieu, Mauricio.

| Duhart, Martin.

Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo V. Estevez, José

| Estrada, Miguel.

Escudero, Petronilo. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorg€. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, "Octavio A- Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel.

Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J.

Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel

O

ON y

Dr. German Burmeister . Dr. Benjamin A. Gould + Dr.R.A. Philippi. Dr. Guillermo Rawson +.— Dr. Cárlos Bere. Dr. Juan J. J. Kyle. Ing. Euis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. Dr. Valentin Balbin.

Villa Colon(U.) Santiago (€.) Palermo (It.). Lóndres. Corrientes.

Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Priedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Fox, Eduardo Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto

Gallo, Delfin

Gallo, Juan €.

Garay, Jose de Garcia, Aparicio B, Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura,T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria.

A

JUNTA DIRECTIVA

PrRESTO.enTe io “Ingeniero doctor MarcIiaL R. CANDIOTI.

Více-Presidente 1” Ingeniero doctor CarLos M. MORALES. | TO: 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES.

Secretario de actas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. - Correspondencia Agrimensor CRISTÓBAL HICKEN. MES ACE IEA Ingeniero JosÉ M. SAGASTUME. Bribliotecarto..... . Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DomiNGO0 NocETI. Ingeniero CLARO C. DAsSEN. Ingeniero DEMETRIO SAGASTUME. Vocales. ios (Ingeniero EmILIO PaLacio. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero ALEJANDRO CLAYPOLE. Ingeniero ORONTE A. VALERGA. GOrnentes nie Señor Juan BoOTTO.

INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA

CAROLO SPEGAZZINI. Nova addenda ad Floram PatagonicaM.......0oooooooooooo.. 161 MANUEL GONZÁLEZ. La ecuación lineal á coeficientes constantes............ e a ES DEMETRIO SAGASTUME. Cuestiones sanitarias ...........ooooooooooroocorcrcnoros 187

MiscrELÁNEAS. Los nuevos fósforos. Los pesos atómicos. Una reciente discu- ción sobre la consanguinidad. La desnaturalización del alcohol. El gran anteojo de io00 eta De ad eo o e A EUA ICA ote do Io dE A A 191

BIBLIOGRAFÍA : MAssAu, Cours de mécanique. De Maunr. Les bandages pneuma- tiques et la résistance au roulement. HervÉ, Les ballons á deviateurs. DuraND, Apercus de Taxinomie générale. Ocier, Traité de chimie toxicologi- que. METZNER, Sur quelques composés du selenium et du tellure. SMIRNOV, Las poblaciones finesas de los valles del Volga y de la Kama. SourY, Les récents travaux sur lorigine de l'homme d'aprés M. Ernest Heeckel. MASCART. Lecons sur lélectricité et le magnétisme. Grau, Traité élémentaire de tra- vaux pratiques de chimie. De LAaPPARENT, Lecons de géographie physique. OHBLMúLLER, Guide pratique pour Panalyse de Peau, CorpiER, L'état actuel et besoins de Vindustrie des vins de Champagne. VERNEAU, La main chez les mammiféres monodelphis au point de vue du squelette. Le Bow, De la trans- parence des corps opaques pour des radiations Jumineuses de grande longueur d'onde. FLETCHER, Essais qualitatifs et quantitatifs au chalumeau. COTTON, L'aspect actuel de la loi de Kirchkoff. CARTAZ, L'opothérapie. ARAOZ ALFARO, Sobre la profilaxis y el tratamiento de las diarreas estivales de los niños. PINARD, De la conservation et de l'amélioration de Vespéce Huou= NENO. Les constitutions des albumines etl es récents travaux de l'École allemande : les bases hexoniques. Werss, Les nouveaux laboratoires techniques delÉcole polytechnique de Zurich et ceux de nos Facu!ltés de Sciences....... SA 198

EA LIADO

NOVA ADDENDA

AD

FLORAM PATAGONICAM

AUCTORE

CAROLO SPEGAZZINI

(PARS 1)

En vista de la importancia que están tomando los Territorios Pata- gónicos y del vivo interés que están despertando en todo el mundo científico, ereo oportuna la publicación de este trabajo, en el cual sólo me limitaré á describir las plantas que considero como nuevas

-y á mencionar las que por causa de los trabajos anteriores, míos ó

de otros autores, necesiten una pronta rectificación sinonímica.

Los materiales que me sirvieron de base para este opúsculo, son los siguientes :

1? Una colección hecha por mi, durante el viaje que efectué á lo largo del Río Negro, en el verano 1897-98 (C. S.).

2 Una hermosa colección efectuada por el incansable paleontó- logo Carlos Ameghino, durante sus viajes por el Territorio de Santa Cruz, en los años 1897 y 98 (C. A.).

3% El herbario que había empezado á formar el malogrado geó- logo Doctor Juan Valentín, en el Chubut, á fines del año 1897.

4% Una pequeña pero interesante colección del interior del Chu- but, juntada por el naturalista J. Koslowsky, á fines del 1898.

El estudio de estas dos últimas colecciones, me fué permitido por el Director del Museo Nacional de Buenos Aires, Doctor Carlos Berg, á quien me es grato manifestar aqui mi reconocimiento por esta amable concesion.

CARLOS SPEGAZZINI. La Plata, 1* de Marzo de 1899.

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVIl 11

162

4.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

PHANEROGAMAE

DICOTYLEDONEAE

RANUNCULUS POTAMOGETONOIDES Speg., N. sp.

Diag. Hecatonta, validus, glaberrimus, flagellaferus, flagellis

radicantibus, aprce fasciculato-folratas, folvis longe petrolatas limbo integerrimo subpeltato ex orbiculara ovato, apice obtuso, basi rotundato-subcordato angustissime peltato-margwnato ; flo- mbus solitarms, pedunculas folra non aequantibus suffultas, capttulis fructaferas subglobosrs, achaentis numerosissumas ella- ptico-obovatis, obsolete longitudinaliter striatas, toro uvato pa- pillato laxe patuleque hispadulo.

Hab. In aquis lente fluentibus Rio S. Cruz, anno 1884 (T. F.) et

loco dicto Orr-aik prope Lago Viedma, Mart. 1898 (C. A.).

Obs. Species jam in Plant. Pat. aust. f. 488, n. 5, edita ut varietas

R. Bover Speg., sed nunc, speciminibus Cl. C. Ameghinoi in- spectis, videtur autonoma et satis riteque distincta. Caules limo immersi teretes crassiusculi (4-5 mm crass.) hinc inde ramoso- flagelliferi, internodiis longiusculis (25-50 mm long.), ad nodos non v. leniter incrassati atque dense comoso-radicati, radiculis tenuibus longiusculis (20-35 mm long.) parce breviter pa- tentimque fibrillosis; folia ad apicem flagellorum 5-8- fas- ciculata alterna, petiolis elongatis teretibus (60-150 mm long. = 1,5-3 mm crass.) pallide virescentibus basi (non auriculatis) in pericladio membranaceo fuscescente (10-20 mm long.) sensim deorsum ampliato ac vaginante productis, limbis virl- dibus crassiuscule membranaceis glaberrimis integerrimis ovatis v. suborbiculatis (15-40 mm long. = 15-40 mm lat.) antice rotundatis apiceque non v. vix subretuso puncto calloso saepius fuscescente ornatis, basi etiam late rotundatis sed saepius leniter cordatis, marginibus in parte anteriore petio- lorum conniventibus angusteque peltato-marginatis, nervis non prominulis primariis 3 apice convergentibus, ceteris permultis arcuato-reticulatis; scapi axillares v. pseudo-apica-

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 163

les erecti, foliis breviores teretes glaberrimi (50-120 mm long. =41,5-2 crass.) laeves nudi uniflori, floribus... non visis, sepalis petalis staminibusque cito deciduis; capitula fructifera subglobosa (7 mm alt. et diam.) achaeniis virescentibus gla- bris 100-150, rhomboideo-obovatis v. ellipticis (2-2,2 mm long. = 1-1,3mm lat.) e lalere compressis et longitrorsum leniter striatis, postice cuneatis antice subtruncato-rotundatis (centro et margine partis exlernae non v. vix carinato-acutis) primo stylo longiusculo tenui acuto armatis dein muticis v. vix acutatis, toro ovato (5-6 mm alt. et diam.) carnosulo laxe minuteque subtuberculoso-cicatricoso, pilis hyalinis deciduis patulis ornato.

2. DRABA AUSTRALIS Hook. f. = Walprs., Ann. l, f. 37 D. argen- tina Speg., Contr. flor. Vent., n. 10 Plant. Pat. austr., n. 20. Hab. In pratis aridis saxosis in Bahia de San Blas, ann. 1874 (C. Berg), 1n S. Cruz, anno 1882 (€. S.) et in Sierra Ventana, ann. 1896 (C. S.).

Obs. Species mox dignoscenda statura pusilla, siliculis glabris, foliorumque pilisad hypophyllum stellatis, ad epiphy!llum sim- plicibus.

3. DRABA GRAMINIFOLIA Sp€g., N. Sp.

Diag. Glaberrima, perenmas, caepitoso-stolonifera, folis 1 aprice romulorum fasciculatis, antice acutiusculais postice 1m petrolo angusto praelongo 5basi dilatato-subvaginante attenuatas, seca- pis e centro foliorum exwsurgentibus validas majusculas, a medio laxe patentimque racemoso-pedrcellageris, pedacellas inferas folro suffultis superas nudas, siliculas lanceolatis v. an- guste elliptacis stigmate subsessila coronatas.

Hab. In rupestribus prope Lago Argentino, loco Karr-a1k vocato, Mart. 1898 (€. A.).

Obs. Radix...; rami seu stolones repentes tortuosi longitudina- liter sulcato-striati, cortice tenul flavescente frustulatim sece- dente tecti, plus minusve ramulos1i (30-50 mm long. = 2-3 mm crass.) arcuato-adscendentes densiuscule fasciculato-foliati ; folia sat numerosa erecta, glaberrima, viridia, crassiuscule membranacea, limbo spathulato oblanceolato v. anguste elliptico (15-20 mm long. = 3-4 mm lat.) integerrimo apice attenualo-cuneato sed obtusiusculo, nervo primario tantum

164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ad hypophyllum vix manifesto, postice plus minusve sensim angustato atque in petiolo longissimo (40-70 mm long. =4 mm lat.) subfoliaceo, basi dilatatulo atque plus minusve amplexi- cauli-subvaginante producto donata; scapi e centro foliorum exsurgentes solitarii erecti v. vix arquatuli graciles (10-44 cm long. =1-1,3 mm crass.) simplices glaberrimi pallescentes, obsolete longitrorsum sulcati v. anguloso-costulati, in tertio v. dimidio infero nudi, ceterum laxiuscule racemoso-pedicel- ligeri; pedicelli omnes graciles uniflori plus minusve paten- tes, Iinfimi remoti longissimi (30-40 mm long.) et medii magis conferti brevioresque folio breviore rauicalibus similli- mo sed minore ( ,5-2,5 mm lat.) bracteati, supremi conferti abbreviati (10 mm long.) folio destituti. Flores laxe racemosi parvi, fere omnes jam delapsi, petalis (6-7 mm long.) albis obovato-spathulatis longe tenuiterque unguiculatis donati. Siliculae erectae saepius lanceolatae utrimque attenuatae acutatae (superne longius) (9-10 mm long. = 2-2,5 mm lat.), stylo brevissimo (0,3-0,5 mm long.) stigmate bilobo minute capitellato coronato ornatae, valvis mox deciduis subpergameneis opacis glaberrimis laevibus v. obsoletissime nervulosis, replo gracili, septo tenui hyalino saepius latissime fenestrato donatae, loculis 4-6 seminiferis, funiculis brevibus tenuibus ; semina parvula elliptica v. sub- ovata, compressa, laevia, rufescentia; embryo normalis.

Species eximia habitu Dr. oliyospermae Speg. nonnihil accedens, Dr. depilr Ph. etiam affinis, a quibus tamen statura conspicue majore, foliis pedicellisque valde longioribus, flori- bus racemosis sat recedit.

4. DRABA KARR-AIKENSIS Speg., N. Sp.

Diag. Perenni glaberrima viridi-glaucescens succosa ramosa, _foltis carnosulis ex orbiculars obovati crenatis dentatas v. íncisis, scapis folrosis apre patentim spicato-corymbosas, siliculis ex ovato lanceolatis aprce stylo elongato caprtellato- stigmatifero armatis, valvis turgidis enervrs, seminibus in quoque loculo 4-8, biseriatas.

Hab. In praeruptis denudatis aridissimis Patagoniae australis. Martio et Apr. 1898 (C. A.).

Obs. Radix... apice pluriceps plus minusve dense rosulato-folii- fera 1-4- scapigera; scapi simplices e rosularum acro-v. pleu-

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 165

rogeni erecti v. saepius acquato-adscendentes lignosuli, ligno flavescente, carnosulo-corticati virides, nubecula glaucescente adspersi ad apicem usque foliati, ob foliorum decurrentiam angulato-costulati (an 1n sicco tantum?), sursum abrupte patentimque racemoso-subcorymbosi; folia rosularum obova- to-spathulata (10-45 mm long. = 5-22 mm lat.) plus mi- nusve longe cuneato-petiolata, illa scaporum, internodiis breviora v. longiora, orbicularia, obovata v. subspathulata sessilia, basi non v. vix minute auriculata atque integra, in parte supera rotundata, crenata dentata v. incisa, crasse Car- nosula avenia viridia glaucescentia. Inflorescentiae primitus corymbosae dein leniter elongatae et racemosae, rachide pri- maria brevi (5-10 mm long.), 10-20-florae, nudae v. quando- que basi folio caulino pedicellis intimis interjecto ornatae, pedicellis tenuibus glabris ebracteatis (5-8 mm long. = 0,5 mm crass.) primo adscendentibus, post anthesin patentissimi unifloris. Flores albi (5-6 mm long. = 4 mm diam.); sepalis membranaceis (3,5-4 mm long. = 1,5 mm lat.) erectiusculis ellipticis apice obtusis basi subcuneatis non saccatis nec gib- bosis, dorso virescentibus, pilis paucis simplicibus v. furcatis hyalinis adpressis ornatis, margine albescentibus glabris; petalis late obovato-spathulatis (5,5-6 mm long. = 2,5-3 mm lat.) albis integris sepala tertio superantibus, deorsum longe attenuato-unguiculatis ; staminibus subaequilongis filamentis albis tenuibus glabris basi vix dilatatis (3 mm long.), antheris concoloribus ellipsoideis (0,8 mm long.) donatis ; ovario glau- co-viridi fusoideo-elliptico glabro, superne in stylo terete longiusculo (1,5 mm long.) concolore apice Va albo edi coronato pro nueio:

2- 3,5 mm diam.), sd alle non v. vix ee sed incrassa- tis fere lignosulis insidentes, glaberrimae deorsum subrotun- datae, sursum longiuscule attenuatae, atque in stylo terete (2 mm long.) gracili rigido persistente apice capitellato-sti- gmatoso productae, valvis valde convexulis, utrimque acutis subpergameneis mox deciduis, replo persistente gracili, funi- culis callosis retrorsis, septo ex albo hyalino diu persistentibus donatae. Semina e lateritio fusca glabra laevia anguste elli- ptica (2 mm long. postice acutata subappendiculata e latere compressa (0,5 mm

166

S.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

crass.) in quoque latere sulco profundiusculo notata, testa rigidula subtenui, embryone flavido, cotyledomibbus eximie accumbentibus. |

Species notis plurimis ad Cochleariam vergens, ob locoram altitudinem habitu, statura, foliorum forma sat ludens et va- rietates sequentes nobiliores distinguendae :

a) Major : caules erecti elatiusculi (70-100 mm alt. = 2,5-4 mm crass.), foliis valde caruosis inferis longe cuneato-spathu- latis apice subtruncato-rotundatis grosse 3-5-inciso-dentatis (40-45 mm long. = 20-22 mm lat.) caulinis obovato-orbicu- laribus (30 mm long. = 23-30 mm lat.) in parte postica cuneatis integris, in antica rotundata grosse 9-13 inciso-denta- tis, dentibus (utroque latere 4-7) triangulari-ovatis obtusis latis, sinubus acutis donatis, internodia duplo v. triplo supe- rantibus.

Prope Lago argentino, loco Karr-atk vocalo.

b) Media : caules erecti mediocres (30-70 mm long. = 2-3 mm crass.), foliis modice carnosis omnibus obovato-spathulatis deorsum longe cuneatis integris, in parte antica plus minusve rotundatis 3-7 dentatis (10-20 mm long. = 5-10 lat.), internodia aequantibus v. vix subduplo superantibus.

Prope Lago Argentino loco Karr-ark vocato.

c) Minor : caules humiles rosulati arcuato-adscendentes (40-50 mm long. = 1,5-2 mm crass.), foliis crassiusculis sed parce carnosulis inferis obovato-spathulatis (15-20 mm long. = 6-8 mm lat.) longiuscule cuneato-attenuatis, caulinis ses- silibus ex orbiculari obovatis (5-8 mm long. = 5-6 mm-lat.) omnibus in parte cuneata integris, in parte antica rotundata dentibus acutiusculis minutis 13-17 donatis, internodia ae- quantibus v. duplo brevioribus.

Secus Rio Sehuen loco Parr-ark vocato.

Inflorescentiae in varietatibus omnibus identicae.

SISYMBRIUM CANESCENS Nutt. Gay, Fl. Chil. [, f. 128.

Hab. Vulgatum in cultis prope Carmen de Patagones, Febr.

1898 (€. S.). :

Obs. Species v. varietates Sisymbriorum sectionis Sophiae quae

mihi e Patagonia adsunt, characteribus sequentibus distin- guendae :

ls.

19)

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 1617

atotarstellataia cio Dudo (OA 2 . Pube plantarum ; in caule glandulosa, in foliis stellata..... 4 tolavolandulos amas a EL 5 longe pedunculato ...... S. deserticola Speg. : Stigmate) le p SOSA tl, ol had ad, 3 o olaDriS. ERES DI e S. sophra L. . Siliquis yS A : E l stellato-puberulis. .... S. Cumingianum E. et M. /bipinnatifidis,lobisintegris. S. canescens Nuit. Ode SACA : ( glabris $. glabrescens Speg. . Foliis)tripinnatifiidis, lobis denta- | 9 ) : os NS stellato-puberulis $. tenurs- MS 3 ES ie simum Ph. ASiliquistalabertimisu S. glanduliferum Speg. . SISYMBRIUM FUEGIANUM (Speg.) Speg. Plant. per Fueg., n. 25 et

Plant. Pat. austr., n. 32 (sub Sch1zopetalo ?).

Hab. In rupestribus prope Lago Argentino, loco Karr-a1k voca- to, Mart. 1897 (C. A.).

Obs. Plantae florentes nunc tantum repertae. Flores racemoso- subcorymbost, pedicellis longioribus v. brevioribus suffulti, mediocres (7-8 mm long. et lat.) ; sepala ovato-elliptica (4 mm long.) integra ex albido pallide virescentia, obsolete trinervia, margine subcoalescentia glabra, 2 externa parum latiora (2 mm lat.) basi lenissime gibbosula, 2 interna parum angustiora (1,5 mm lat.) ; petala candida sepalis duplo longiora (7-8 mm long. = 2 mm lat.) spatnulata, antice obtusa integerrima, leniter inaequilateralia, postice longe attenuato-unguiculata, obsoletissime 3-nervia; stamina breviora sepala non v. vix aequantia, longiora illa vix superantia, filamentis albis tenui- bus glabris, anteris ovatis ochroleucis; ovarium e terete elli- pticum utrimque rotundatum, sessile, viride, in dimidio infero pilis paucis (6-8) majusculis furcatis onustum, apice stylo brevi cylindraceo stigmate latiusculo subhemisphaerico coro- nato donatum, cum stylo sepalorum longitudinem vix aequans. Siliquae albescentes v. purpurascentes, valvis nervo longitu- dinali mediano tenuiter costulatis, celerum obsoletissime reti- culatis non deciduis donatae, seminibus sub-2-seriatis.

Species ob petala integra a Schizopetalo removenda, sed inter Sisymbrium et Mathewsiam sat nutans.

Specimina patagonica a typo nonnihil recedunt sed nullo modo separanda. Folia radicalia (20-23 cm long. tot.) in collo

168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

radicis fasciculata erecto-patentia, limbo lanceolato (10-15 cm long. = 3-4 cm lat.) apice plus minusve obtuso, rachide crassa donato, 5-9-pinnato-partito, lobis jugorum oppositis v. leniter alternis, infimis parvulis remotis, mediis majoribus (15-20 mm long. = 10-15 mm lat.) aproximatis, supremis iterum decrescentibus confluentibusque, omnibus late ovatis obtusis ad marginem superum dentibus | v. 2 latis obtusissi- mis, ad inferum minute obsoleteque 2-3 dentatis sed basi lobulo majusculo v. auricula ovata rachin obtegente orna- tis donato, petiolo (5-10 cm long. =5-6 mm lat.) longitudi- naliter striato, ad ventrem applanato v. subcanaliculato, ad dorsum convexulo praedita ; folia caulina radicalibus similli- ma, nisi sensim brevius petiolata supremaque sessilia et tunc basi non attenuata sed truncata ac subamplexicaulia.

Ob pubescentiam (pili dum adsunt semper furcati) varieta- tes duae distinguendae :

a) Glabra : partibus omnibus glabris, base caulium atque foliis juvenilibus squarruloso-farinosis exceptis, foliis rigidu- lo-membranaceis pallide virescentibus v. subpurpurascentibus, leniter glaucescentibus.

b) Hispida: caulibus deorsum longe patentimque hispidissi- mis, foliiss juvenilibus pannoso-canescentibus, evolutis molli- ter membranaceis, plus minusve pubescentibus, intense viri- dibus.

7. SISYMBRIUM SAGITTATUM Hook. Arn. Gay, Fl. Chil., I, f. 124.

Hab. Vulgatum per totam Patagoniam australem per ann. 1874-

98 (€. Berg, €. A., €. S.), et in valle del Lago Blanco, Chubut, Nov. 98 (n. 101, Koslowsk y).

Obs. Species sat variabilis, quandoque rigida lignosula viridis, quandoque herbacea subtenera glaberrima glaucescens v. pilis furcatis plus minusve adspersa, foliis integris, dentatis, pinna- tilobis, etc., inferis attenuato-petiolatis, caulinis sessilibus basi plus minusve longe acuteque auriculato-sagittatis, inflo- rescentiis racemosis simplicibus v. compositis, multi-y. pauci- floris floribus albis mediocribus, siliculis pedicello brevi val- de dicaricato, tenuibus, praelongis saepe flexuoso-vermicula- ribus apice in stylo brevi crasso stigmate capitellato integro v. bilobo coronato productis.

Varietates sequentes inter alias numerosas nobiliores :

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 169

a) Communas : herbacea, pilis parcissimis, foliis viridibus, inferis dentato-subruncinatis, caulinis subintegris, auriculis brevibus obtusis, inflorescentia pauciflora, sepalis viridibus.

"Prope $. Cruz, Febr. 1874 (C. Berg.), Febr. 1882 (C. S.), Jan. 1894 (0. A.).

b) Andina (Ph.) Speg., Plant. Pat., n. 22 : herbacea, parcis- sime pilosa, foliis glaucis inferis sinuato-dentatis, caulinis vix denticulatis auriculis brevibus acutiusculis, inflorescentia ramosa, multiflora, sepalis viridi-glaucescentibus.

In Golfo de S. Jorge, Febr. 1896 (C. A.).

c) Purpurascens : lignosula rigidula in partibus basalibus densiuscule hispidula, in superioribus glabrata, foliis inferis acute sinuato dentatis ad hypophyllum violaceo-purpurascen- tibus, caulinis paucis minutis integris basi truncatis vix obtuse auriculatis, inflorescentia ramosa pauciflora, sepalis purpu- rascentibus albo-marginatis.

Secus Rio Chico, prope Chonkenk-ark, Febr. 98 (€. A.).

d) Glauca: herbacea elata omnino glabrata v. vix in margine petiolorum ciliato-stellata, foliis et caulibus intense cinereo- glaucis, foliis inferis oblanceolatis grosse parceque angulato- repandis, caulinis anguste linearibus integerrimis auriculis praelongis acutissimis ornatis, inflorescentia ramosa pauci- flora, sepalis glaucescentibus.

Secus Rio Gallegos, Sept. 1897 (E. B.).

e) Exauriculata : herbacea rigidula, parce sparseque pilo- sula, viridis, foliis inferis oblanceolatis obtusis parce sinuato- dentatis, caulinis integris sessilibus in parte postica attenuatis nec auriculatis, inflorescentiis ramosis paucifloris.

8. SISYMBRIUM SUBSCANDENS Speg., N. Sp.

Diag. Plurimetrale, perenne viíride caulibus debilibus subscan- dentibus, tenurbus glabris, nodosas, foliws ad nodos subfascicu- latis subspathulatis obtusis yrosse parceque pinnatilobrs, margine v. ettam hypophyllo prlosulis, pilis furcatis, mflorescentiis ma- ewmais paucifloris, suliquis vermicularibus praelongas divaricatas breviter pedacellatis aprce attenuato-stigmatosas.

Hab. In dumetis secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Feb. 1898 (€. S.).

Obs. Radix alba nodosa subsimplex (30-40 cm long. = 5-7 mm crass.) apice pluriceps; rami in arbustis circumstantibus

170

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

subscandentes elati (80-150 cm alt.) graciles (2-4 mm crass.) flexuosi rigidi lignosi, ligno flavido compacto, cortice cinereo- fusco donati, 1m parte infera nudi, apicem versus ad nodos subfasciculato-foliati; folia obovata v. spathulata (15-40 mm long. = 35-158 mm lat.), antice obtusa postice longiuscule cuneato-attenuata, utrimque margine dentibus 3-4, alternis, supremis latis obtusis parum profundis, inferis angustis di- stantibus saepe pinniformibus ornata, membranacea viridia, pilis minutis albis furcatis margine ciliata, saepe pilis non- nullis ad hypophvllum, rarius ad epiphyllum etiam; adspersa, nervo central: tantum manifesto. Inflorescentiae racemosae compositae divaricatae, multiflorae sed relaxatae; flores jam delapsi non visi. Siliquae patentissimae praelongae (50-60 mm long. =1 mm diam.) rectiusculae utrinque attenuatae, apice acutato-stigmatosae, basi pedicello (8-10 mm long. =0,5 mm crass.) fultae. Species eximia sed ob flores ignutos nonninil dubia.

9. BRAYA LYCOPODIOIDES Speg., DN. Sp. Diag. Caesprtoso-e/fusa, ramis obscure subdichotomis repentibus

apice erectas, foliis pro more majusculis anguste limearibus acutis crasse carimatis, margine minutissiume aculeolato-pecti- natis, omnibus conformibus, floribus aprcalibus, silicula majuscula ex obovato late oblanceolata, pedunculo folra suprema non superante fulta.

Hab. In altiplanitie sicca et aridissima pendicis austro-occiden-

talis montis Kmann-ark, prope Rio Chico, Feb. 1898 (€. A.).

Obs. Species majuscula habitu Benthamiellae acutafolrae similli-

ma. Caules laxe caespitosi rosulatim repenti-effusi (10-20 cm long.) non radicantes, laxe obscureque subdichotomi, apice breviter arcuato-erectiusculi, toti densiuscule imbricato-foliosi (3-3 mm diam.). Folia omnia isomorpha, ramo adpressa recta v. sursum leniter curvula, infera vetusta et emortua cinera- scentia, supera v. apicalia viva virescentia non nitentia, cras- siuscula coriacella rigidula, sat longa (6-6,5 mm long.), ad epipbyllum plana v. vix sub apice leniter concava. in parte dimidia supera anguste linearia (0,5-1 mm lat.) atque dorso grosse obtuseque carinato-costata, in parte dimidia infera dilatato-amplexicaulia plana ecostata, apice acuta non v. vix mucronulata (sed non pungentia), margine praecipue in parte

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM STA

angustiore minute et plus minusve dense pectinato-aculeolata. Flores..., non visi. Pedunculi fructiferiinramis terminales, inter tolia suprema absconditi et illis breviores crassiusculi (2-6 mm long. = 0,5 mm crass.) rigiduli nudi glabri obsolete sulcati monocarpici. Siliculae ochroleucae obovatae v. oblanceolatae (6-7 mm long. sine stylo = 3-4 mm lat. et crass.) utrimque aftenuato-subcuneatae (postice longius quam superne) stylo e terete subconoideo plus minusve elongato (0,5-1 mm long.) crassiusculo rigidulo apice non v. vix Inerassato-stigmatifero coronatae, replo diu persistente crassiusculo rigido, septo integro, tenui ex albo hyalino, funiculis in quoque loculo 2 subapicalibus obliquis brevibus ornatae, valvis subpergame- neis rigidis glaberrimis, valde convexis dorso longitudinaliter saepius valide acutiusculeque carinato-costatis, ceterum non v. obsoletissime nervuloso-reticulatis mox deciduis donatae. Semina e funiculis pendula ex elliptico obovata (2 mm long. = 1-1,2 mm lat. = 0,5-0,6 mm crass.) apice obtuse, basi acutiuscule rotundata glabra obsolete longitudinaliter subsul- cata, testa rufescente tenui rigidula, embryone majusculo satu- rate viridi, radicula terete cotyledones incumbentes aequante. Circa siliculas nonnullas observantur sepala et stamina sub- persistentia; sepala subscariosa rigida glabra integerrima linearia (3 mm long. = 1,5-2 mm lat.) dorso convexo-obtusa crassiuscule costulato-3-nervia, margine latiuscule subhya- lina, ventre subcanaliculato-concava, apice obtusa subcucul- lata, basi non v. vix gibbuloso-callosa'; stamina erecta filamentis tenuibus albis glabris omnibus subaequilongis (4,5-5 mm long.), antheris basifixis linearibus (1 mm long.) ochroleucis donata. Species B. monanthae (Gilg) Speg. (In Otto Kuntze, Rev. gen. pl., IH, 2, f. £, sub Draba) valde aíli- nis el facile ejusdem varietas major.

10. BrRAYA PATAGONICA Speg., D. Sp.

Diag. Caespitoso-congesta compactiuscula, ramas brevibus erectis

confertas, folvis parvulis ovatis obtusis, omnibus asomorphas, silicula medrocri late elliptica, pedunculo folva suprema lentter superante fulta.

Hab. In altiplanitie sicca, aridissima loco dicto Karr-atk, prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.).

Obs. Caules dense breviterque subbotryose ramulosi, pulvinulos

172

MM.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

subhemisphaericos (10-15 cm diam. = 3-4 cm crass.) sed parum compactos efficientes, ramulis teretibus (3 mm crass.), totis dense loricato-foliatis. Folia omnia isomorpha glaberrima, ramo arcte adpressa, infera arescentia sordide cinereo-nigre- scentia, suprema et viva ex albo argentea crassiuscula subco- riacella sed vix rigida, ad epipyllum leniter concava, dorso convexula, non v. vix obsolete (in parte infera) costulata laevia, e triangular ovata v. elliptica (2-3 mm long. = 1,3-2 mm lat.) apice e cuneato rotundata, non v. vix subcucullata, in parte dimidia supera margine nuda, in dimidia infera dense minuteque pectinato-ciliolata. Flores in apice ramulorum soli- tarii foliis supremis subcupulatim cincti, pedunculo brevis- simo (4 mm long.) fulti obovati v. turbinati (2-2,5 mm alt. = 1,5-3 mm diam.) ex albo ochroleuci (in sicco!) sepala glabra obovata, apice cucullato-obtusa, postice attenuata (2 mm long. = 1,3 mm lat.) duobus extimis basi extus le- niter gibbuloso-callosis; petala glabra alba subspathulata, apice obtusa integra, deorsum longiuscule attenuato-ungui- culata (2,5 mm long. = 0,8-1 mm lat.); stamina 6, petalis tertio breviora, antheris linearibus albis, filamentos conco- lores breves duplo superantibus, polline subgloboso flavo; ovarium pusillum obovatum viride glabrum, stylo fere nullo, stigmate obovato integro obtuso coronatum. Siliculae pedun- culo florali valde accreto nudo, folia breviter superante, crasso rigido glabro (3-4 mm long.) suffultae, ex elliptico obovatae (3 mm long. = 3,5 mm lat. et crass.) utrimque suf- fulto aeque et modice rotundato-subcuneatae, stigmate minu- to crassiusculo, stylo fere nullo suffulto coronatae, replo persi- stente crassiusculo rigidulo, septo tenui ex albo subhyalino, integro v. medio plus minusve fenestrato, im quoque loculo funiculis 2 subapicalibus brevibus obliquis ornatae : valvis pergameneo-subcoriaceis sat convexis glaberrimis, medio dorso longitudinaliter (praecipue in parte infera) carinato-costulatis, ceterum leniter reticulato-nervulosis, mox deciduis donatae.

Semina obovata superne obtusa, inferne subacutiuscule ro- tundata fuliginea laevia, non v. obsolete costulata, magnitu- dine, testa el embryone ut in specie praecedente.

BRAYA PYCNOPHYLLOIDES Speg., N. Sp.

Diag. Caespitoso-congesta compacta, ramas breviusculas ereclas,

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 173

folíis pusillims triangulari-ovatis subbiformibus, caulinis manoribus argenterss, subfloralibus latioribus pallescentibus, floribus acrogenas solrtarms brevissime pedacellatis foliis sub- floralibus late cupulato-cimctis, siliculas minoribus obovato- oblanceolatas pedunculo folro non superante fultas.

Hab. Ja praeruptis aridissimis loco Orr-a%k dicto, prope Lago Viedma, Mart. 1898 (C. A.).

Obs. Species praecedenti sat affinis et forsan ejusdem varietatem minorem sistens, habitu ita ad Benthamellam pycnophyllo1- dem accedit ut plantae utriusque generis floribus destitutae peraegre inter se distinguendae. Caules densissime botryoso- ramulosi, pulvinulos convexo-applanatos (5-12 cm diam. = 25-30 mm crass.) compactos duriusculos efficientes, ramulis teretibus (2-2,5 mm crass.) v. e mutua pressione subhexa- gonis, totis dense loricato-foliatis. Folia subdimorpha, omnia tamen glaberrima arcte adpressa, infera v. vetusta arescentia sordide cinereo-nigricantia, supera et viva albo-argentea niten- tiuscula, crassiuscula subcoriacella rigidula, ad epiphyllum concaviuscula, ad hypophyllum convexula non carinata nec costata, sursum cuneato-rotundata obtusiuscula, margine superne nuda inferne plus minusve ciliolato-pectinata, ciliolis minutis hyalinis rectis v. subretrorsis, caulina ovata supra basin leniter coarctata argentea nitida (2 mm long. =41 mm lat.), subfloralia v. suprema triangularia basi non coarctata sed magis dilatato-amplexicaulia magisque obtusa et rigida (3 mm Jong. = 1,5 mm lat.) ex albo ochroleuca opaca ad apicem ramulorum fere cupulam efformantia. Flores in ramulis acrogeni solitarii inter folia subfloralia (una cum 1 v. 2 gemmis foliaceis pusillis) fere absconditi, pedunculo bre- vissimo (4 mm long.) fulti, obovati v. obconici (1,25 mm alt. =1,50 mm diam.) ex albo achroleuci (in sicco!); sepala glabra obovato-cochleata antice obtusa subcucullata postice cuneato-attenuata (1,23 mm long. = 1.50 mm. lat.) petala glabra alba obovata superne obtuúsissima leniterque undulata, deorsum cuneata atque breviter attenuato-unguiculata sepalis non v. vix longiora; stamina 6 subaequilonga petala fere aequantia, antheris albis ellipsoideis, filamenta concoloria glabra triplo superantia; ovarium minutum obovatum vire- scens, stylo brevi sensim in stigmate turbinatulo sublobulato dilatato coronatum. Siliculae lignicolores pedunculo crasso

174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

brevi (1,5-2 mm long.) foliis subfloralibus breviore rigido suffultae obovatae v. oblanceolatae (4 mm long. = 2 mm lat. = 1,5-1,8 mm crass.) utrimque cuneato-rotundatae (postice longius)stylo brevi(0,5 mm long.) stigmate capitellato coronato ornatae, replo rigido crasso persistente, septo ex albo hyalino integro, funiculis subapicalibus obliquis brevibus 2 donatae; valvis coriaceo-cartilagineis rigidis superne subapplanatulis inferne sat convexis atque leniter carinato-costatulis, ceterum obsolete reticulato-nervulosis mox deciduis praeditae. Semina ut in praecedentibus sed saepe in quoque loculo solitaria, altera abortiva.

12. VIOLA VULCANICA Gill. Hook. Gay, Fl. Chil. I, f. 224. Hab. In collinis rupestribus circa Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (C. S.).

13. PoLycaLa MoYanor (Speg.) Speg. Speg., Prim. Fl. Chub., n* 17 (sub Acanthoclado). Hab. In pratis siccioribus prope Cabo Raso, Chubut, Nov. 1897 (leg. Cl. J. Valentin).

14. PoLYGALA SALASIANA Gay Gay, Fl. Chil. I, f. 237, Hab. In aridis saxosis secus Rio Chico loco Chonkenk-atk vocato, Febr. 1898 (C. A.).

15. POLYGALA SPINESCENS Hook. Chodat, Polyg. nov. v. par. Cog., Bull. Herb. Boissier, Dec. 1896.

Hab. Vulgata praecipue ad marginem salinarum secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. $S.). .

Obs. Variat statura plus minusve elata (10-60 cm alt.) quando- que ramis relaxatis non v. vix rigidis, foliiss minutis acutiu- sculis, quandoque contracto-caespitosa, spinescens, foliis majoribus spathulato-obtusis. Capsulae saepius abortu unilo- culares et arcuato-falcatae; semina fusoidea dense longe ad- presseque sericeo-villosa apice rostrato mucronata. Apendices a Cl. Chodat (l. c.) 1n apice mucronis visae, in speciminibus meis (etiam in Mendozinis) plane deficiunt!

16. POLYGALA TEHUELCHUM (Speg.) Speg. Speg., Plant. Pat. austr.. n. 46 (sub Acanthoclado).

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 175

Hab. Non rara in praeruptis aridis Chonkenk-atk secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.).

Obs. Species P. Darwimanae A. W. Benn. valde affinis a qua foliis latioribus et floribus conspicue minoribus vix 5 mm long. recedit.

17. ARENARIA SERPENS HBK. DC., Pr. l, f. 412. Hab. Vulgata ubique per Patagoniam totam, aun. 1882-98. Obs. Species sat variabilis, cujus varietatates patagonicae sunt :

a) Andicola (Gill.). Gay, Fl. Chil. I, f. 272.

Secus Rio S. Cruz, Jan. 1882 (C. S.) el in Golfo S. Jorge, Febr. 1896 ac prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.), in Chubut centrali Nov. 1898 (n. 1-5, Koslowsk y).

b) Microphylla (Ph.). Linnaea XXVIII, f. 675, n. 134.

Secus Rio S. Cruz, Oct. 1897 (0. Mauri) et prope Parr-ark secus Rio Sehuen, Febr. 1898 (€. A.).

c) Serpyllowdes (C. Gay). Gay, Fl. Chil. L f. 271.

In Golfo de S. Jorge, Febr. 1896 (C. A.).

d) Patagonica (Ph.). —Linn. XXVII, f. 674, n. 132.

Ad ripas Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (€. S.).

e) Palustris (C. Gay). Gay, El. Chil. I, f. 271.

Secus Rio S. Cruz, Febr. 1882, ad ripas Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898, secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.), et prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.).

f) Robusta Speg. Caulibus repenti-effusis 10-15 cm long., foliis lineari-lanceolatis carnosis 10 mm long. =1,5-2 mm. lat. obtustusculis, quam internodia duplo brevioribus, floribus pedicello folium fulcrans fere duplo superante majusculis 8 mm diam. Tota planta e viridi purpurascens leniterque sub- glaucescens.

In salsis prope Boron-a1k secus Rio Chico, Jan. 1898 (€. A.).

18. COLOBANTHUS BILLARDIERI Fenzl. Fenzl, Ann. Vien. Mus. I, f. 48. Hab. Ta uliginosis subsalsis prope Chonkenk-ark et Boron-atk secus Rio Chico, Jan. et Febr. 1898 (€. A.). Obs. Specimina robustissima foliis linearibus crassis (10-20 mm long. = 1,5-1,8 mm lat.) obtusiuscule acutatis, scapis rectis (25-32 mm long.) pallescentibus.

176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

19. COLOBANTHUS LYCOPODIOIDES Gr. = C. Lechlera Ph. C. polycne- mordes Hier. Speg., Plant. Pat. austr., n. 57. Prim. Flor. Chub., n. 21.

Hab. Per Patagoniam mediam et australem vulgatus per ann. 1874-98.

Obs. Specimina in Freto Magellanico lecta minus robusta ramis subherbaceis, chubutensia vero valida radice lignosa, ramis pulvinulato-contractis rigidioribusque.

20. LYCHNIS ANTARCTICA OK. Otto Kuntze, Rev. gen. plant., II, 2, f. 14. —L. chilensis Speg. (non Gay), Plant. Pat. austr., n. 50. Hab. Non rara in rupibus colliniss propo Lago Argentino, 1884 (T. F.) et Feb. 1898 (C. A.). Obs. Species antea a me ut varietas nana v. depauperata L. cha- lensis C. Gay sumpta. Specimina mea tamen a descriptione Cl. O. Kuntzei vecedunt scapis saepe 2 v. 3 juga foliorum geren- tibus et praecipue calyce minute glanduloso-puberulo nec cri- spulo pubescente !

21. CALANDRINIA PATAGONICA Sp€g., M. Sp.

Diag. Perennis, humilis glaucescens, undique laxe paprlloso- viscosa, fol ad scaporum bas” fasciculatis, angustissime linearibus subacutiusculis, scapis 1-3 floris viz folvúa superan- tibus, sepalis ovatiss gylanduloso-viscosiss dorso margineque parce grosseque fimbriato-appendiculatis quam petala glabra lactea persistentia atque capsula ovata brevioribus.

Hab. In arenosis aridis prope Emelk-aswk secus Rio Chico, Dec. 1897 etprope Karr-ark secus Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.).

Obs. Species sectionis B, LI, 5 Philippianae (cnfrt. Phil. in An. Un. Chil. vol. LXXXV, f. 171) prope C. Vadala Ph. (l.c., f. 190) inserenda.

Rhizoma? gracile longiusculum (5-20 cm long. = 2-3 mm crass.) cortice laevi fusco tectum hinc inde nodulosum, ad nodos ramulos solitarios plus minusve elongatos superficiem soli attingentes emittens. Ramuli in parte terra abscondita (5-20 mm long. = 1 mm crass.) nudi ochroleuci, in parte exerta (30-60 mm long.) deorsum dense fasciculatim foliolati, sursum scapiformes subnudi apiceque pauciflori. Folia con- ferta angustissime linearia (15-35 mm long. = 0,7-4 mm lat.) crassiuscule carnosula, deorsum longe attenuata, sursum

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 417

-aculiuscula, ad epiphyllum convexulo-plana, ad hypophyllum leniter canaliculata atque obsolete costulata (an in sicco tantum ?), e viridi glaucescentia, ubique papillis minutissi- mis subhyalinis vix perspicuis laxe adspersa, viscosula atque eranulis arenae plus minusve dense vestita. Scapi folia parum superantes virides v. subpurpurascentes recti v. sigmoideo- flexuosi, foliis paucis quam radicalia duplo v. triplo brevio- ribus remotis ornati, superne alterne 2-3-flori.

Flores pedicello ante et per anthesin folio fulcrante breviore v. aequilongo (3-5 mm long.), post anthesin duplo longiore (7-10 mm long.) fulti; sepala ovata obtusiuscula (3-4 mm long. = 2,5 mm lat.) integra sed margine (utroque latere 3-5) et dorso (3-6) fimbriis carnosulis subeylindricis (0,5-1 mm long.) tenuibus obtusis ornata ut scapi et pedicelli papilloso- viscosula atque arena vestita; petala 5 candida obovata v. spathulata (5-6 mm long. = 2-2,5 mm lat.) obtusa integra sepalis subduplo longiora, glaberrima, post anthesin exare- scentia persistentia; stamina 3 petalis fere duplo breviora libera, filamentis tenuibus hyalinis dilatatulis, postice margine minute ciliolatis, antheris parvulis erectis albis linearibus; ovarium viride glabrum ellipticam v. ovatum (1,5 mm long. = 1 mm diam.) superne in stylo albescente eylindraceo illius loogitudinem non v. vix superante apiceque in lobulis 3 diva- ricatis ovatis ciliolatis partito productum.

Capsula ovato-elliptica /'6 mm long. = 3 mm diam.) superne corolla arescente tecta, calyce acereto, illam aequante, vestita, glaberrima, tenuiter membranacea utriculiformis, 8-16 sperma; semina suborbicularia (0,5-0,7 mm diam.) com- pressa, sed lateribus convexulis, margine acuta (subalata) glabra, fusco-castanea, nitentia, laevia (vix sub lente validis- sima minutissime obsoleteque papilloso-reticulata).

(Continuará).

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVI 12

LA ECUACIÓN LINEAL

A

COEFICIENTES CONSTANTES

Fórmula general. Tomemos la ecuación lineal :

de ON EEN rs A a al olo/O LN

siendo P, Q, ..., R, T constantes, V función de =; hagamos : == feruaa, (1)

y tomemos 3 y u como funciones dea; = variable independiente, tendremos diferenciando con respectoáx :

de) S 2% e =/: 6: ud, de donde : V.==T fer.u.da+Rfz:e7.u.de+ .. + P E E

poniendo todo bajo el mismo signo integral, y sacando el factor común e“uda, viene :

vV=]) [T+Ra+..+0:7?*+P2?-! + 2”] ertuda;

LA ECUACIÓN LINEAL Á COEFICIENTES CONSTANTES 179

haciendo : 2 n— ñ l T+ER¿+>..+0%77*+Px7*+_3u == O) tendremos por ser [o (3) u=1]:

== if al) eudo == Jl eo ns (M)

llevando á (1) el valor de u, habrá :

a TZ

pas A= | dz... N O! i 0

Estas dos fórmulas resuelven el problema. Pueden presentarse dos casos, y son : que [e (2) = 0], no tenga raíces iguales, ó que las tenga.

Primer caso : [9 (3) = 0] no tiene raices aguales. En este caso

habrá : A; A, ARRE NN Sis laa cado ls ap 0(3) 20 Eo) NAS ed MAP A, $ (2) e |

siendo : pros > A es

las raíces de [o (3) = 0], y además :

3 'r Z— Tr, A, = > (pararz == 04)5 Na => (Parato == 73) O o llevando el valor de - el dado por la fórmula (2), á la (N), ten- dremos : 4 » paz paz | n pur A Sd A E +... +A, ia e di; (3)

180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

re=da

hagamos : == 05

a SS

tendremos, diferenciando con respecto á » :

dos pee de" Jz—"r

de donde :

ze=da Pa OR E

pu -

pero en la ecuación lineal de primer orden : dy + ye (1) de =E (20) de,

el valor de y es :

a

Y = es S ¿(axe h J E (a) ef ? mdrdo;

aplicando esta fórmula á la ecuación (4), tendremos : an 0

RECI f Ve “de = es e, LE / Ve” "de |

siendo (C,) constante arbitrana. ñ Llevando esta expresión á la (3), resultará :

A

f pR LA, [o LE / a Vez | O [es A Vaz | ld ES x<0 S “o "A A RO | + ENEE + A l e— "ey dee E O, | ene.

“0

Segundo casu : [e (3) = 0] tiene raices aguales. El desarrollo

| ; ; S pe de A dado en la fórmula (2), no conviene cuando hay raices Y io

iguales, pues, si [».= 1], resultará [4, = o ] y [Ap.1= 0),

LA ECUACIÓN LINEAL Á COEFICIENTES CONSTANTES 181 por lo tanto el valor de A, dado por la fórmula anterior, sería

ilusorio. Ahora bien, en la ecuación [o (=) = 0] del grado

n=l|0 + 4+ a+... +añ+... +0n),

puede estar la raiz [».], repetida [a,] veces; la (»»), (as) veces: ...:; la (73), (as) veces; ...; y la (%m), (Am) veces, luego :

o(3) = [a —= re . [8 am] . [3 rt... [sa ru [5 FJ? y el único desarrollo que admite a en este caso, es : o (3 Ro [0] 1 Ra [1] EJES Ro [2] Ro ¡Ao > 1] ¡[s= re * [s roo =1 pra [z ro]? o 3 == Po INR GO) R [l si Ri [2] R, [a, —1]

: . » . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Ro ) m MOTA ] dl ha A ol

ASS Cm 1 - . 5 dl > Pan

llevando este valor á la fórmula (N), tendremos :

7l ppt R, e Rc a A A

erda CIA

3d, ea a eL AECA a 1/0) E

» esda d pas 1 pts l EG + See A E tes 1 ze

2 Tm

182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTIN A

Tomemos la fórmula hallada anteriormente :

e“ da (Ate e == 1 il Vendas

diferenciando (t 1) veces con relación á (r,), tendremos :

t=1 go Ta j d= 1, a en ada Mo ale e de | (3

t—1 E = 1 dr, 7) ala

de donde por ser :

o resulta :

di= a sai 1 mba (ei "Veo |

er =. 1.2...((—=1) lay NA 0 | dr 00)

por lo tanto, las fórmulas (P) y (Q) resuelven el problema.

Sea E (2), y o (%) funciones enteras de (2); F (%) del grado (9); ¿ (90) del grado (p), [q <p + n], y además F (20), e (v) y (12 a), primos entre sí, tendremos :

F (20) fal) o (a) + (a a) E, (2), (+ ay o (a) (1 a)” o (2) siendo f., (w) de grado (n 1), tendremos que f, (%) o (2) será de

grado inferior al (p + 1), [f, (w) y F, (2), funciones enteras de 2] ; y como EF (xv) es también de grado inferior al (p + n), (2 a)” E, (2) también lo será, y, por lo tanto, F, (0), será de grado inferior á o (2), luego :

Ca tear Tel) 20 fa (1) A 2d d de pero a por ser f,, (w) de menor grado que (n), se puede des- arróllar, solamente en la forma única : la (e) Im As A; Ey a a | 91 IN A ! (2 ) - A

(e a) =* e

LA ECUACIÓN LINEAL Á COEFICIENTES CONSTANTES 183

y por ser EF, (2) de grado inferior á + (2), también habra (si es que en ¿(x), no existe un factor (% - b)):

F, (%) B Da Eur. O Mn e e a siendo : a) == (== e 0) so 0) >

pero si existe un factor del grado £, habrá :

MO. O. O Mate) (0 ate)

de manera análoga, á la anterior, demostraríamos que f, (w) es del grado (t— 1), y que F; (x) es de grado inferior á q, (%), luego, pues, en general :

AO AC A E a A EA (3) (CAN

(o IR cy” Ñ ) aplicando la fórmula (2'), y haciendo :

(o—ar(e by... (0—0"=4(0),

tendremos : Eto A A (Cu Leza O Ba B, Baro 1 a y(m) E AE Co C, A

Ahora bien, volvamos á la ecuación (4 '), pongamos en f,, (2), en vez de x, su igual [4 a + a), desarrollemos según el teorema de

184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Taylor, y puesto que » está tomada hasta la potencia (n 1), tendremos :

df (a) fala) =f(a) + (au— a). a —(—ay. ==, + da) (a 0) Lean

Mo so 1)

dividiendo todo por (1 a)”, tendremos :

df (a) AO) 1

As O, da dae “1.9 ot at pi de='f(a) 1 E a

pero como (1 '), sólo admite un solo desarrollo de esta forma, es necesario que (2') y (4+”) sean idénticas, luego :

def (a) dr = (a) SN Aa) Er a A aa aia Me E

Ahora sólo nos falta averiguar el valor de f (a). Multipliquemos los dos miembros de la ecuación (1 ') por(+-—a)”, tendremos :

Fe)

aja) E 9 (a)

E)

= fr (a) + = pero como por hipótesis : (a) F(wo) y ..(o),

son primos entre sí, tendremos para (4 = a) :

y

o aos:

LA ECUACIÓN LINEAL Á COEFICIENTES CONSTANTES

Volviendo á la ecuación lineal tendremos :

mulas y haciendo :

185

aplicando estas fór-

(TM. rs (6) a , (3 = 15); di df (ro) (ro) O OR O a dif (r ) : dr. O

llevemos á (P), los valores de R hallados aquí, y además pongamos

(5 rajo (Era == AA rl AE d; o ore respectivamente para (A= "20 (== 400 que SE y 7 INNER df (ro) Ro(0) =f (70); Ro (1) = dr, Ar R(O)=f0 R)= LC: en vez de / e“ do U (3 a 10) AO su igual ATC EI 3 ET EN tendremos : de ydéo—toy df (7) deo—30 | 0) dy to =1 AO dr 9 VA IN NAO e RED df (r,) de —%, Ds a y —1 E En det: e CATE MA 2) FO ¡da Da ar (r 1 AER Un a Mai PESA - de, : PEE 7 Cm 1) "1.2... (4) >)

E)

Un e aan dea (a) APO CM + dl O ci O o (E

186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA' ARGENTINA

pero ef (o) | 10) WO OA) Zo 20) RE MA , | 10 MESTRE O z Praia. (a, 2) "ATP a (ro) dto (1 Do, dao = fi (r,) dry VES E dt

. sl

NETA a a ta e

dto 1 [vpf (ro)]

es igual á Va

. -) .

luego, finalmente :

[ga ES ea eN 10] da —1 ES Ab e=m2V. def (1) | daa [les NON Pa] an | dee E E A UA (5) |

=-

MANUEL (GONZÁLEZ.

Buenos Aires, 1899.

CUESTIONES SANITARIAS *"

POR EL INGENIERO DEMETRIO SAGASTUME

Al doctor Guillermo Udaondo.

Es evidente la necesidad y urgencia de continuar el saneamiento de la ciudad de Buenos Aires, hoy limitado á las dos terceras partes del radio de Bateman de 1876 y al distrito 30 (Boca y Barracas), pro- yectado en 1884, —mediante la provisión de agua y el servicio de cloacas.

Para extenderlo hasta los límites del proyecto del eminente in- geniero, se necesita dos cosas: agua suficiente y varios millones de pesos.

¿Cómo se obtendrán el agua y el dinero ?

En principio de ejecución ya los trabajos que permitirán dispo- ner de 150.000 metros cúbicos de agua por día, máximo posible en aguas bajas, con el conjunto de obras actuales, —es necesario que ese volumen baste para los 600.000 habitantes en que puede cal- cularse la población dentro de ese radio.—Y bastaría si, como dice Mignet, «los hombres supiesen entenderse cediendo unos lo super- fluo y contentándose los otros con lo necesario».

Son superfluos los 33 litros más, por día y por persona consumi- dos en 1896 (véase cap. IT) sobre los 181 que calculó Bateman, y si

(1) Es de gran actualidad la publicación que comenzamos de este importante estudio de nuestro malogrado consocio el ingeniero Demetrio Sagastume, cuya desaparición lamentan todos los que le conocieron.

188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

los abonados no los ceden se dispone para obligarlos de un medio muy sencillo y eficaz: la generalización del medidor en la dis- tribución.

El fundamento filosófico, diremos así, de cada uno de los dos sistemas principales de distribución de agua, hoy en pugna en las grandes ciudades, puede expresarse del siguiente modo :

Sistema de distribución continua con canilla libre. Considera á la humanidad tal cual debiera ser.

Sistema de distribución continua con medidor. La considera tal como es: egorsta antes que altruista.

Este incita el interés particular en pro del interés general, de modo que cuidando lo propio se cuida también lo ajeno; aquél, anulando el interés individual, permite se malgaste lo propio y lo ajeno.

En el primero, cuánta más agua se tiene, más se necesita; ha- ciendo la demanda ilimitada, como dice Couche, no permite jamás, cualquiera sea la cantidad de agua de que se disponga, hacer un servicio satisfactorio.

En el sistema del medidor hay tantos interesados en la conve- niente utilización del agua, cuantos abonados existen: en el de canilla libre, los esfuerzos del único interesado,—-la Administra= ción, —se estrellan contra la falta de cooperación de la mayor parte de los abonados.

En el capitulo HI de este ensayo se intenta la demostración de la suficiencia de los 150.000 metros cúbicos de agua por día para ser- vir con amplitud á la población calculada dentro de todo el radio de Bateman supuesto saneado.

¿Y EL DINERO ? El cambio del sistema de distribución implica el de la renta: en vez de un tanto por ciento sobre el precio locativo del inmueble (que según la picante frase del Director del servicio de agua en Brooklyn Mr. Forbes, equivale á contar los arcos de un barril de harina para apreciar el valor de su contenido), se estable-. ce el precio de la unidad de volumen de agua suministrada y eli- minada, 12 centavos y 8 centavos por metro cúbico respectivamen- te (véase cap. IV donde se discute ampliamente este punto).

El mejor aprovechamiento del agua permitirá, rebajando las tarifas, aumentar no obstante las entradas: Paris y Berlin ofrecen ejemplos notables de ello (cap. II y 1V).

Y si las entradas aumentan, hasta permitir por ejemplo el servi- cio de la deuda de las obras de salubridad ¿habrá dificultad en

CUESTIONES SANITARIAS 189

obtener un empréstito de 15 á 20 millones de pesos moneda nacio- nal para llevar á cabo las ampliaciones ?

Ninguna, y hasta será ventajoso: para el gobierno será un alivio, para el público de fuera del radio actual importará la seguridad de tener pronto servicios sanitarios, para el de dentro, aparte de las posibles ventajas de una diminución en el monto de los servi- cios, habrá las seguras de una evidente mejoría en la higiene ge- neral debido al ensanche del radio saneado.

Algunos de estos conceptos no aparecen muy claros á primera vista.

¿Es qué consistirá el alivio para el gobierno ?

Reanudado el servicio de la deuda externa debe abonar cada año 1.912.500 pesos oro para el del empréstito de obras de salubridad, suma que durante unos 6 años tendría que extraerse de rentas ge- nerales si el Gobierno destinase cada año á las obras de ampliación el exceso de las entradas sobre los gastos de la Administración de Obras de Salubridad, que oscila al rededor de 3.000.000 de pesos moneda nacional por año. Es difícil ó mejor dicho imposible que pueda efectuarlo: en cambio sería llevadero atender á una deuda á mayor plazo, como ¡es un empréstito sobre todo cuando las obras mismas aseguren su servicio.

Por otra parte ¿es justo que de rentas generales se distraigan esas sumas que han de emplearse en servicios eminentemente mu- nicipales ? ¿Nosería mejor que Buenos Aires pagase sus servicios de salubridad imitando á Paris, aunque sin llegar á lo que hace Berlin, que después de abonar interés y amortización de su emprés- tito correspondiente al servicio de agua deja todavía, como en el año financiero 1890-91, una utilidad de 2.193.133 marcos?

La seguridad de los habitantes de fuera del radio actual de tener en menor tiempo los servicios, por los medios que sostenemos en este ensayo, quedará demostrada con esta simple enunciación, para que el Gobierno pudiera en 6 años entregar 18.000.000 de pesos moneda nacional á la Comisión de Obras de Salubridad tendría que disponer de 11.475.000 pesos oro en igual término para el pago del servicio de ladeuda. Necesidades para él más perentorias le im- pedirán hacerlo.

Pero en la enunciación de las ventajas está la que muchos consi- deran como una utopía: la posible diminución en el monto de los servicios en propiedades dentro del radio actual á consecuencia de la generalización del medidor.

190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hemos tratado de demostrar en el capítulo IV que esto será una realidad para los que se contengan dentro de un justo límite en el consumo, como lo ha sido en Paris, en Berlin y doquiera se ha es- tablecido el sistema.

Sirvan estas cuatro palabras como de síntesis de esta parte de nuestro imperfecto ensayo. Si obtenemos algunos datos que nos faltan, trataremos la cuestión propuesta de aumentar la provisión de agua á 250 litros (valor medio) por día y habitante para una po- blación de un millón de personas, lo que, a priorz, no nos parece factible sino por el establecimiento de una distribución de agua sin filtrar para dotación abundante de servicios públicos é industriales y en todo caso es cuestión que deberá resolverse recién después de completar el radio de Bateman.

(Continuard).

MISCELÁNEAS

Los nuevos fósforos. Parece estar resuelto un difícil problema que mucho ha preocupado á los higienistas, el de la proscripción del fósforo blanco en la fabricación de las cerillas fosfóricas. Buscóse en vano durante muchos años la sustitución del fósforo venenoso causa de la neurosis maxilar, de envenena- miento crónico en los obreros por un agente menos deletéreo, hasta que, al fin, hacen unos pocos meses, la solución parece haber sido hallada, y satisfactoria. Tomamos de un reciente artículo del doctor Cartaz, publicado en La Nature (18 de febrero, los siguientes datos al respecto.

La solución de la cuestión se debe á los señores Sevéne y Cahen, ingenieros de las manufacturas del Estado, que han conseguido confeccionar fósforos con una combinación fosfórica menos deletérea, el sesquisulfuro de fósforo.

El período de ensayos se ha cerrado desde hace tiempo, y hacen ya varios me - ses que todas las manufacturas de Francia no emplean ya ese agente, como se hecha de ver en las cajas, que llevan la marca S. €.

Para darse cuenta de la toxicidad relativa de ambas clases de fósforos, basta consignar los siguientes datos. Una dosis de fósforos blanco de 3 milígramos por día basta para matar rápidamente un cobayo: con el sesquisulfuro se ne- cesitarían 10 veces más, es decir, 3 centígramos por día sea 3850, es decir, el peso de sesquisulfuro contenido en 6000 fósforos, para un adulto).

En cuanto á la composición de la pasta, es la siguiente, para fósforos de leña

parafinada:

Sesquisultuaro (denota tarea o ooo da ral OA 6 Ciro e JU, o o 24 AMEO 10 Os do A A IS A 6 DE RoIO o ses ls O A 6 LO CO NUDO a e bey e a AO 6 Coll o noci coa e dol A A 18 IE o o ps A A E OE

La composición varía algo según se trate de fósforos azufrados, parafinados ó

de cerilla. En fin, los procedimientos de fabricación no han variado sensiblemente, lo

que es de grande importancia económica.

199 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Los pesos atómicos.— La comisión nombrada por la Sociedad alema- na de química y compuesta de los señores Landolt, Ostwald y Seubert, para de— terminar los valores de los pesos atómicos á emplear en la práctica, recomienda:

1* Tomar el peso atómico del-oxígeno igual á 16,000 y calcular los pesos ató- micos de los otros elementos según las proporciones de sus combinaciones con el oxígeno determinadas directa ó indirectamente ;

2* Adoptar los valores siguientes que son probablemente los valores más co-

rrectos conocidos hasta la fecha:

Nombres y Símbolos EOS A atómicos A O A e Sl AMINO Na 120 O a 40 SEMI O AS cla ESTO) DAD el ai (A: BIS MUtO IB aa E 208.5 BOBO Ba a aa 11 ON 79.96 CA Cd oe 1 Cesto ESA e te A 133 Calcio Capra ee ud 40 CALDO a as 12.00 CO a O 140 Cloro ses 33.45 Cromo io iaa Jl CODALLO MC cad 59 COMO 94 Cobre CU SEA 63.6 ELIO o 166 Elo RRE E. e 19 O 70 ermano Gea le 7 Glucinio, Gl ..... IAE SJL OA e A 197.2 Helio ee to 0 4 Hidro seno ol de 1.01 ELO A iaa 114 A O AI. 126.85 O A A o 193 ET O A 96 LODO o 138 Plomo: Poio 206.9 Lito, LI q o 71508 Magnesio Mc 24.36 Manganeso, Ma es 979) Mercurio Ho 200.3

* Nombres y Símbolos al Mobic MO 96 Neodimio Na Id Nickel NI DO acaso ose sac ones 14.04 Osmio OS rs E9U Oxiceno Di ads ere EJA 16 PALMO 106 Fóstoro Ph 31 Platino Pb o ASA 194.8 Potasio. it a a US Presodimio (?), Pr ........ 140 Rodio RA eo 103 Rubidio RD 85.4 Rutenio Au nan 101.7 SAMA A a 150 CANAL SC A 44.1 Selenio. Se aa cian al SIICIO MS nue EA 28.4 Plata Ai atv 107.93 SOMO Ne ei ro 23.05 ESTEONCIO ON 87.6 AZUL Sa 32.06 Tántalo Da EU T 183 Telaro Teo, M7 Tato De EAS: 204.1 DOLO TAI os mc pei: 232 ESTOS 0 iS IR 118.5 TALLO E OR 48.1 Tunesteno, Wii o ioaR 184 UraMio, U AA 239.5 Vanadio, ANECA OCA ado Ls 51.2 Yiterbio, Eibar 1 MURIO. Me sados nap EE IGIÓR 89 ZAC) LOSA 65.4 ZITCODIO. LI 90.6

Estos números son, en principio, dados solamente con un número de deci

MISCELÁNEA 193

males tal que la última pueda ser considerada como exacta. Los pesos atómicos, determinados por Stas, por ejemplo, son dados con dos decimales, pues sólo comportan errores de 3 á 6 unidades de la tercera decimal. Los demás pesos, determinados menos exactamente, sólo están dados con un decimal, óno lo son (ou pas du tout).

Los pesos seguidos de un (?) pueden no ser exactos ni siquiera len su parte entera.

(Revue scientifique, febrero 4 de 1899.)

Una reciente discusión sobre la consanguinidad. La Revue scientifique del 11 de febrero último, trae un resumen de una interesante discusión sobre el tema expresado en el título, levantada en la Academia de me- dicina de Bélgica hace poco.

He aquí la conclusion que se adoptó despues de un debate contradictorio bas- tante largo: conclusión, formulada por M. Denefte : «Creo con M. Demarbaix que es contrario á las leyes de la biología admitir que la consanguinidad, por misma, pueda engendrar enfermedades en los descendientes; la prueba de ello se ha dado un gran número de veces, tanto en el hombre como en los animales ».

La desnaturalización del alcohol. La cuestión de la desnatura- lización del alcohol es de aquelias que preocupan siempre al fisco y á la industria, pero á títulos absolutamente opuestos. Si el primero pudiera proceder á su an— tojo, el problema estaría pronto resuelto: un producto cualquiera que hiciera el alcohol imbebible, ininflamable, que lo privara de la mayor parte de sus propie— dades y que por lo mismo impidiera toda tentativa de regeneración. Pero la in- dustria ó mejor las industrias reclamarían, con razón, contra tal tratamiento, que haría inutilizable para ellas el alcohol. Ahora bien, como la desnaturalización se hace precisamente para permitir á ciertas industrias el empleo del alcohol exone- rado de derechos fiscales, sin que ellas puedan, por fraude, regenerarlo y ven— derlo como bebida, se ve bien que giraríamos en un círculo vicioso.

Es necesario, pues, que un buen desnaturalizador seguridades al fisco y no ponga trabas á los empleos industriales del alcohol. Este problema parece senci- llo; en realidad es excesivamente complejo, vista la diversidad de industrias que utilizan el alcohol; lo que no estorba á una es por el contrario un inconveniente para la otra. Para ciertas industrias, la cuestión de un desnaturalizador es tan im- portante que la Cámara sindical de la perfumería francesa ha abierto un concurso entre todos los químicos franceses para la ¿invención de un desnaturalizador del alcohol, susceptible de ser empleado en la fabricación de los productos de la per— fumería ; el premio propuesto era de cincuenta mal francos. El desnaturalizador debía ser incoloro, no modificar el gusto ni el olor del alcohol, estar desprovisto de toda acción química, no disminuir el poder disolvente del alcohol para las esencias y otras materias utilizadas en perfumería, no ser ni tóxico ni nocivo y ser, por fin, de un precio modesto.

¡ Un verdadero mirlo blanco !

Pero no es esto todo, bajo el punto de vista fiscal, el desnaturalizador una vez incorporado al alcohol, no podrá ser separado ni práctica ni económicamente por ningún medio, y deberá poder ser delatado fácilmente en cualquier líquido alco- hólico por una reacción sencilla. El concurso cerrado el 15 de junio del año pa-

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 13

194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

sado no ha dado, que sepamos, un resultado práctico, á pesar de la importancia del premio propuesto. Es necesario convenir que las condiciones exigidas para el desnaturalizador son bien difíciles de encontrar reunidas en un solo cuerpo.

Colocándose en otro punto de vista: la aplicación del alcohol á la calefacción, al alumbrado ó á la fabricación de ciertos productos químicos, el problema, aun cuando complicado, ha recibido una solución bastante satisfactoria por el empleo del aceite de acetona.

No es aún, seguramente, el desnaturalizador ideal que se aplica á todos los casos, pero es incontestablemente uno de los más eficaces, en los casos antes enume- rados.

El aceite de acetona ha sido preconizado como desnaturalizador por Lang, di- rector del laboratorio del estanco federal suizo y este país lo ha adopiado. En Francia, la Comisión técnica, nombrada por el gobierno francés para estudiar la cuestión de la desnaturalización del alcohol, aunque reconociendo la superioridad del aceite de acetona sobre los otros desnaturalizadores, no ha adoptado este pro- ducto, pues su producción industrial es demasiado restringida.

No se conocían, en efecto, más que dos fuentes de producción : los resíduos de la fabricación de la acetona y la oxidación de los aceites brutos que resultan de la rectificación del alcohol; ninguna de las dos permitía tener el aceite de acetona en cantidad y á bajo precio. Puesto entonces al corriente de la cuestión por el eminente químico Friedel, miembro de la Comisión de desnaturalización, el pro= fesor A. Buisine, de la universidad de Lille, comenzó á estudiar la cuestión, en colaboración con su hermano P. Buisine y la resolvió en un laboratorio de una manera tan satisfactoria que el estado le acordó una subvención para hacer ensa= yos de fabricación en grande escala.

El aceite de acetona está constituído. en gran parte, por un homólogo superior de la acetona ordinaria: la metiletilacetona que hierve á S1? (., temperatura pró- xima al punto de ebullición del alcohol. Un procedimiento general de preparación de la acetona consiste en someter á la destilación seca, el acetato de cal.

Tomando una mezcla de ácidos grasos “propiónico, butírico, etc.), se obtienen aceites de acetona, y los señores A. y P. Buisine, en un hermoso trabajo de con- junto sobre las aguas de desengrase de la lana, han mostrado que estas aguas su- fren espontáneamente una fermentación especial compleja, que desarrolla en par- ticular ácidos grasos volátiles.

Las aguas de grasa de lana fermentadas (ocho días) son desembarazadas del amoníaco por ebullición, luego aciduladas con un ácido mineral: los ácidos volá= tiles son extraídos por el vapor de agua, se les satura por la cal y se evapora á sequedad. Las sales de cal deshidratadas son entonces sometidas á la destilación

seca. Los productos destilados son rectificados dos veres, suministran así 60 por 100:

de aceite de acetona (metiletilacetona).

Esta fuente de aceite de acetona es muy abundante, puesto que solamente en Roubaix y en Tourcoing, se produce cada día, más de 500 metros cúbicos de aguas de grasa de lana que darían 7500 kilógramos de aceite de acetona; la cantidad de alcohol que podría ser desnaturalizada por este procedimiento no exigiría una producción mayor de 300 á 400 kilógramos de aceite por día.

En cuanto al precio, los señores Buisine no lo han podido establecer aún defi- nitivamente, pero piensan que no sobrepasaría de 2 francos ó 2,50 francos el kiló—

EA

MISCELÁNEA 495

gramo; y como basta 1 á 1,50 por 100, su empleo sería sensiblemente más eco- nómico que el del metileno actualmente empleado como desnaturalizador. En efecto, hay que calcular para este último 6 á8S francos para desnaturalizar un hectólitro de alcohol. Con el aceite de acetona el gasto se reduciría 4 3 6 4 fran— cos, Ó sea 50 por 100 de economía; 1200 francos por día á razón de 400 hectóli- tros desnaturalizados por este procedimiento: es decir, verca de 500.000 francos por año, tomando en cuenta la actual producción, que no puede menos que au— mentar.

Como propiedades, el aceite de acetona tiene un olor que no es desagradable, pero su sabor muy acre y cáustico se comunica al alcohol, aun por una débil adi- ción (1á 2 por 100). Es difícil regenerar el alcohol así desnaturalizado y ciertos reactivos muy sensibles permiten reconocer sus vestigios en los alcoholes que re- sultan de tentativas de regeneración ; estos alcoholes por otra parte conservan un sabor acre.

El aceite de acetona puede, pues, emplearse con ventaja para la desnaturaliza— ción del alcohol destinado al alumbrado, á la calefacción, á la preparación de bar- nices. En muchos casos, su presencia no será incómoda para la fabricación de un gran número de productos químicos.

Si tienen éxito los ensayos de producción en grande escala que se hacen actual- mente en Lille, y todo lo hace creer así, resultará la creación de una pequeña in— dustria muy interesante, que dará mayor valor á las aguas de desengrase de la lana únicamente explotadas, hasta hoy, para la producción de la potasa. Esta, por otra parte, no será perdida y se podrá además retirar de las aguas de grasa una gran cantidad de amoníaco hoy perdido.

Una vez más la ciencia dará su concurso á la industria permitiendo realizar un progreso provechoso á todos.

Pero como todo progreso se realiza á expensas de lo que existe, serán perjudi- cados en el caso presente los fabricantes de metileno. Se emplea en efecto 10 li- tros de metileno para 100 litros de alcohol, Ó sea 15.000 heetólitros de metileno por ano á razón de 400 hectólitros desnaturalizados por día, lo que representa 1.500.000 francos. Si se cambia, pues. de desnaturalizador, los destiladores de ma- dera deberán buscar otras salidas, ó bien por una rebaja de precio (el alcohol metílico vale 160 francos y el etílico 45 francos) tratar de aumentar el consumo de este alcohol que tiene aplicaciones bastante numerosas y que tendría muchas

más si fuera de un precio menos elevado. LEóN LEFEVRE.

(La Nature, n” 1339).

El gran anteojo de 1900, Extractamos los datos siguientes de dos interesantes artículos del astrónomo L. Barré, del Observatorio de París, apa— recidos en La Nature.

Es sabido que Gautier, el célebre constructor de instrumentos astronómicos, prepara en este momento, para la Exposición de 1900, un anteojo único en el mundo. Este anteojo figurará en un « Palacio de la Optica », instalado cerca de la Torre Eiffel.

El poderoso anteojo, debido á la iniciativa del senor Francisco, Deloncle sobre pasará á todos los construídos hasta hoy.

Los visitantes de la Exposición tendrán, pues,-á su disposición un instrumento

196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

incomparable que les permitirá admirar los mundos del sistema solar y sobre todo nuestro satélite como jamás ha sido posible hacerlo.

El mayor anteojo actualmente existente es el del observatorio Yerkes, cuyo objetivo tiene un metro de diámetro y cuya distancia focal es próximamente de 20 metros.

Se mueve alrededor de un eje fijado en el centro de una vasta cúpula hemisfé- rica de 24 metros de diámetro. El peso de este instrumento es tal que ha hecho ceder sus soportes. :

El anteojo de 1900 tiene un objetivo de un metro veinticinco centímetros de diámetro y de sesenta metros de distancia focal; su peso es mayor de 20.000 ki- lógramos.

No se podía, pues, pensar en colocar este instrumento bajo una cúpula de 64 metros de diámetro que habría exigido cimientos de excepcional solidez; la ma- niobra hubiera sido difícil; las flexiones y deformaciones de los tubos y vidrios serían considerables y los gastos enormes.

El constructor Gautier ha adoptado una forma muy feliz que se imponía en esta circunstancia: la del siderostato de Foucault.

Este instrumento se compone esencialmente de un espejo plano móvil, arras- trado por un movimiento de relojería que lo hace mover de tal suerte que los ravos luminosos lanzados por un astro sobre este espejo son reflejados en una di- rección fija y absolutamente invariable. Si se coloca en esta dirección el eje de un anteojo, el observador que mire por el ocular verá constantemente la imagen durante todo el tiempo que el astro permanezca sobre el horizonte. El siderostato actual comprende un espejo circular de 2 metros de diámetro, absolutamente plano, que da excelentes imágenes y de un anteojo de 60 metros colocado hori- zontalmente en la línea que va de norte á sud. El anteojo trasmite estas imágenes á su foco donde pueden ser examinadas por medio de un ocular ó bien impresio— nar una placa sensible, ó en fin ser proyectadas sobre una pantalla colocada en una sala de proyecciones donde serán expuestas á la vista de un numeroso pú- blico.

El sostén del instrumento comprende 24 tubos de espeso palastro de acero, cada uno delos cuales tiene 2,50 metros de largo y 1,50 metro de diámetro.-

El sostén del espejo tiene 10 metros de alto y deberá soportar la parte móvil del siderostato que pesa 14.000 kilógramos.

Una de las grandes dificultades ha sido la construcción del espejo de 2 metros de diámetro, 30 centímetros de espesor y 3600 kilógramos de peso.

El director de la cristalería de Saint-Gobain no se comprometió á realizar un trabajo tan inusitado y tan difícil.

El proyecto iba á ser abandonado cuando Despret, director de las cristalerías de Jeumont, se ofreció á tentar este tour de force.

Fundió 12 discos para obtener uno bueno: en efecto, fallaron 11 y sólo resultó sin defecto el primero.

Para obtener un pulimento perfecto de este espejo, Gautier ha querido realizar todo el trabajo mecánicamente. Sin entrar en los detalles, diremos que el espejo es soportado por una plataforma de acero móvil; arriba del espejo hay un rodillo igualmente móvil de 1.20 metros de diámetro. El pulido se opera por medio de un movimiento de trasmisión que hace girar regularmente el espejo, mientras que el rodillo es animado de un movimiento alternativo de vaivén.

MISCELÁNEA 191

El rodillo no toca al espejo; lo que actúa sobre el vidrio es una mezcla de agua y esmeril. A medida que el espejo se aplana se emplea esmeril más fino y se apro— xima el rodillo á la superficie del vidrio. Los defectos de la planitud del espejo son examinados todos los días con ayuda de un método tan preciso que se puede apreciar la mínima dilatación causada por la aproximación de la mano á la super- ficie. Obtenida la planitud perfecta del espejo se le pule durante un mes en seco con tripoli de Venecia.

Terminado el pulido se platea el espejo.

Los objetivos son también trabajados mecánicamente. Los trabajos necesarios para su terminación son de una lentitud y dificultad extraordinarias y á cada instante se corre el riesgo de perder todo. Uno sólo de los dos flamts pesa 360 ki- lógramos y vale 75.000 francos. Los crowns pesan 220 kilógramos. Todos estos discos una vez terminados tendrán un valor de 600.000 francos.

Habrá dos objetivos: uno fotográfico y el otro visual, intercambiables á volun— tad. El aumento será de 6000 diámetros y podrá elevarse excepcionalmente hasta 10.000. Recordemos que los más fuertes aumentos obtenidos hasta hoy son de 4000.

Con este instrumento se podría seguir á la distancia de la tierra á la luna las evoluciones de ún cuerpo de ejército, la marcha de un gran trasatlántico, etc.

Se calcula que podrá verse la luna tal como si distara 100 kilómetros del obser- vador.

Este magnifico instrumento será la obra maestra de óptica y mecánica del siglo diez y nueve y las maravillas que nos revele serán el legado astronómico de nuestra época á los siglos futuros.

BIBLIOGRAFÍA

I. INGENIERÍA

Massau (J.), Ingénieur principal des Ponts et Chaussés, Professeur á PUni- versité de Gand. Cours de Mécanique. Gauthiers—Villars et fils, Paris (2 vol. in-4”, autographiés; 478 y 320 p.; con fig.; 19 fr.)

Reseña crítica por Witz (A.) Professeur á la Faculté libre des Sciences de Lille, en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (año 10%, n* 3, p. 116).

Esta obraconstituye la tercera edición completada y revisada del Curso de Mecd- nica profesado por el autor en la Universidad de Gand, desde 1881. El primer fascículo del primer volumen está consagrado á la Geometría simbólica, á la Es- tática y á la Cinemática; el segundo fascículo constituye un apéndice de cinco capítulos, en los cuales se hallan expuestos la Geometría vectorial de 3 y de n dimensiones, la teoría de los cuaterniones y el método de Grassmann. El segundo volumen encierra la Dinámica, la Hidrostática y la Hidrodinámica.

Caracterizan al Curso de M. Massau —- según M. Witz métodos particulares y originales que la distinguen de los tratados clásicos franceses. Entre esas parti- cularidades, el autor de esta breve reseña señala: la aplicación de la teoría de la función vectorial lineal al estudio de los momentos de inercia, de la rotación de los sólidos y de los torbellinos; los movimientos relativos de los proyectiles y del péndulo sobre la superficie de la tierra, tratados por un método dicho «del observatorio auxiliar »; la teoría del giróscopo tratada por el mismo procedimien- to. F. BIRABEN.

De Mauni (Baron!. Les bandages pneumatiques et la Résistance au roulement. V* Ch. Dunod, Paris, 1899 (1 vol. in-16 de 140 p.; 2 fr.). Reseña crítica por Lavergne (Gérard), Ingénieur civil des Mines, en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (año 10”, n* 3, p. 116-117).

Hervé (Henri). Les ballons a déviateurs. Art. en Revue scientafique, febrero 15 de 1899 (S** 4, t. 11, n” 5, p. 138-140).

BIBLIOGRAFÍA 199

II. CIENCIAS FÍSICAS Y NATURALES

Durand (de Gros), J. P. Apercus de Taxinomie générale. Félix Alcan, París, 1899 (1 vol. in-8*, de la Bibliotheque de philosophie contemporaine : DLE: '

Reseña crítica en Revue scientifique, febrero 11 de 1809 (S. 4, t. XL, n* 6,

PRALO)E

Aunque conocido también como filosófo, M. Durand (de Gras), es sobre todo eminente como biólogo : ha consagrado toda su vida á los estudios biológicos, y su obra actual se refiere también á ellos, principalmente al menos.

Según el autor de la reseña, el afamado sabio despliega en esta nueva obra las cualidades habituales de su espíritu inventivo é iniciador, En un tema que hubiera podido creerse agotado, ha revelado un vacío enorme é indicado los medios de colmarlo. Puede decirse sin exageración que ha fundado la ciencia general de las clasificaciones; ha hecho para el método taxinómico algo equivalente á lo hecho por Aristóteles para el método deductivo. Su libro será el Organum de la Taxi- nomia.

« En efecto, sigue diciendo el autor de la noticia, que no podemos dejar de citar íntegramente en esta parte, por el real interés que el carácter enteramente original de la obra le da, en efecto, hasta aquí la teoría de la clasificación se hallaba dividida en dos trozos, cuya relación se sospechaba á penas. Por una parte, la ló- gica formal encerraba algunas consideraciones abstractas sobre la generalización, la definición y la división, separadas por un inmenso intervalo del dominio de las ciencias y apenas susceptibles de aplicaciones prácticas ; por otra parte. la ló- gica aplicada, ó metodología, abordaba inmediatamente el estudio de las clasifica- ciones tales como las practican las ciencias naturales. Entre ambas partes, nin— guna comunicación, ningún vínculo existía. Ahora bien, lo que faltaba entre una y Otra, no era nada menos, como lo ha visto M. Durand (de Gros), que la Taxi nomía general, la ciencia general de las clasificaciones. Háse esforzado, precisa— mente, en establecer los principios de esta ciencia entrevistos, creemos, por Le1bnitz. : :

« Después de haber mostrado, algo someramente quizá, que la serie es la forma elemental de toda clasificación, distingue cuatro grandes órdenes taxinómicos, más ó menos confundidos entre sí, hasta hoy: el orden de generalidad ó de pa— recido (ressemblance), fundado en la relación del género á la especie y de la es- pecie al género. el único, casi, que los lógicos hayan aun considerado ; el orden de composición ó de colectividad. fundado en la relación del todo á la parte y de la parte al todo, del que se tiene un perfecto ejemplo elemental en nuestro sis- tema de numeración decimal: el orden de jerarquía, fundado en la relación del superior al inferior y del inferíor al superior, que se superpone por lo general á uno ú otro de los dos precedentes, pero que no por eso deja de ser menos pro— fundamente distinto de uno y otro; en fin, el orden de genealogía ó de evolución, fundado en las relaciones de parentesco. Cada uno de esos órdenes se encuentra metódicamente analizado, de modo á determinar sus propiedades generales y á diferenciarlo exactamente de los tres otros. Este estudio, absolutamente nuevo, y

200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

que, en sus resultados esenciales, merece hacerse clásico, es evidentemente bas= tante difícil de seguir para todo lector que no está acostumbrado al manejo de las ideas abstractas...» :

Esto en cuanto á la primera parte de la obra. La segunda comprende las aplicaciones que el autor hace de su teoría al examen de los más importantes problemas taxinómicos. « Discute, en un largo capítulo muy documentado, la cuestión, capital en biología, de la clasificación natural, probando en él lumino— samente que la verdadera clasificación natural de los seres vivos debe pertenecer, no al orden de generalidad ó de parecido, como hasta hoy se ha querido creer por- fiadamente, sino al orden de genealogía ó de evolución. Se notará en ese libro una muy seria crítica del ensayo de clasificación evolucionista de Haeckel... »

En suma, termina diciendo el autor de la reseña el nuevo libro de M. Du- rand (de Gros) es uno de los que deberán conocer y meditar á la vez los sabios, sobre todo los naturalistas y los filósofos, sobre todo los lógicos y metafísicos, pues les abre una vía en que el autor, según su propia confesión, sólo ha dado los primeros pasos y en que sendas exploraciones y sin duda aun sendos descu— brimientos esperan á todos. F. 'BIRABEN.

Ogier (J.), Chef du Laboratoire de Toxicologie á la Prefecture de Police, Mem- bre du Comite consultatif d'Hygiéne publique. Traité de Chimie Toxico- logique. O. Doin, Paris, 1899. (1 vol. in-8”; 838 p. y 90 fig.; 16 fr.).

Reseña crítica por Hugonneng ¡Dr. L.), Profeseur de Chimie á la Faculté de Médecine de Lyon, en Revue générale des Sciences [ano 10, n* 2, p. 76.)

Metzner (René), Préparateur a la Faculté des Sciences de Paris. —Sur quel- ques composés du Sélénium et du Tellure. These de la Faculté des Scien” ces de Paris.— Gauthiers-Villars et fils, Paris, 1899. (1fo1l. in-8* de 90 p.)

Reseña crítica por Pigeon (Léon), Professeur adjointá la Faculté des Scien= ces de Dijon, en Revue générale des Sciences, enero 30 de 1879 /año 10, n* 2, p. 74.)

Smirnov (Jean N.), Professeur a Université de Kazan. Las poblaciones finesas de los valles del Volga y de la Kama. Estudios de Etnogra/ía histórica, traducidos del ruso y revisadas por PauL Boyer, Professeur a 1'Ecole des Langues orientales. —E. Leroux, Paris, 1899 (1 vol. in-8”, de 406 p.).

Reseña crítica por Leger (Louis), Professeur au Collége de France, en Revue générale des Sciences, enero 30 de 1899 (ano 10%, n* 2, p. 74-76).

Soury (Jules), Directeur d'Etudes á l'Ecole pratique des Hautes-Etudes ¡Sor bonne,. Les récents travaux sur lorigine de homme, d'apres M. Ernest Heckel. Art. en Revue générale des Sciences, enero 30 de 1899, año 10, n* 9, p. 50-55).

Resume el autor en este artículo el discurso pronunciado por Ernest Heeckel en el Cuarto Congreso Internacional de Zoología, reunido en Cambridge el 26 de agosto de 1898. Había elegido el célebre naturalista la cuestión que, para el hombre, domina á todas lasotras, «la cuestión de las cuestiones», se- gún exoresión de Thomas Huxley: «la cuestion de nuestros orígenes ».

BIBLIOGRAFÍA 201

Según Heeckel, estaba reservada á la Zoología el resolver finalmente ese pro- blema capitai. El hombre desciende de una familia de monos extinguidos, pero de los que segun Heeckel, dice M. Soury se han vuelto á encontrar restos fósiles pertenecientes á una forma intermedia que debe ligar el hombre á los antropoides actuales el missimg-limk de Huxley.

Todos los problemas cuya solución se ha propuesto el espíritu humano, de- penden, en último análisis, según Heckel, de la teoría psicológica del cono— cumiento; y ésta, á su vez, depende de la cuestión del origen del hombre, de su naturaleza, de su filogenía y de su ontogenia. Unicamente sobre el funda— mento del conocimiento verdadero de ese origen, puede edificarse esa teoría del conocimiento base inconmovible de la Psicología científica y de toda la Fi- losofía casuista de la naturaleza.

Examina detenidamente Heeckel en su discurso las tres disciplinas que pro- porcionan á esa ciencia los documentos que pone en obra: la Anatomía compa— rada, la Paleontología y la Embriología ú Ontogenta.

El autor llega ála conclusión de que la descendencia del Hombre de Primates terciarios no es ya una hipótesis: es un hecho histórico.— F. BIRABEN.

Mascart (E.), Membre de l'Institut, Professeur au College de France, Direc- teur du Bureau central meteorologique. Lecons sur l'Electricité et le Magnetisme /de E. Marcart et J. Joubert). Tome 11: MÉTHODES DE MESURE ET APPLICATIONS. Deuxiéme édition entierement refondue. Gauthier—Villars et filsetG. Masson et C*, Paris, 1898 (1 vol gr. in-8”, 917 pág.; 160 fig.).

Resena crítica por Guillaume (Ch.—Ed.), Physicien au Bureau internatio- nal des Puids et Mesures, en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1894 (año 10”, n* 3, p. 117).

Recomendamos la lectura de esta reseña de la acreditada obra del eminente electricista francés. Según el autorizado autor de la primera, la obra de M. Mascart, siempre al día, contribuirá aún á formar una nueva generación de electricistas. F. BIRABEN.

Girau /H.), Directeur des travaux pratiques de chimie á la Faculté des Scien— ces de Montpellier. Traité élémentaire de travaux pratiques de Chi- mie. Société d'Editions scientifiques, Paris, 1899 (1 vol. in-12 de 192 p.

Ak

Reseña crítica por de Forcrand (R.), Professeur de Chimie á la Faculté des Sciences de Montpellier, en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (ano 10, n* 3”, p. 118).

Según el autor de la reseña, esta obrita es una guía elemental y muy segura, llamada á prestar grandes servicios á los estudiantes de Química analítica.

En la primera parte (Preparaciones), muy lata pero con todo suficientemente completa, el autor da todas las explicaciones, de carácter exclusivamente prác- tico, que el alumno puede necesitar en cuanto á montaje de los aparatos Ó mo- dos de calentar, y á los principales tipos de experiencias que puedan hacerse con los gases.

La segunda parte /Andlisis), es mucho más extensa y constituye un pe-

202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

queño tratado de análisis cualitativo por vía húmeda, reducida á los casos más sencillos. F, BIRABEN.

De Lapparent (A.). Membre de l'Institut. Lecons de Géographie phy- sigue. 2 édition. G. Masson et C*, Paris, 1898. /1 vol. in-8” de 718 p.: 163 fig. y 1 lám. coloreada; 12 fr.)

Resena crítica por Bigot (A.), Professeur de Géologie a Université de Caen, en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (amo 10, n*3, p. 118.

El autor de la reseña se ha propuesto solamente llamar la atención del autor sobre los perfeccionamientos introducidos por el sabio mineralogo en la primera edición de sus clásicas lecciones. Estos perfeccionamientos se refieren, sobretodo, - * á las descripciones regionales, á los océanos (agregado), á un ensayo de clasifi- cación de las cadenas de montanas (agregado). Dice M. Bigot que en estas nue— vas adiciones se vuelven á encontrar las mismas condiciones de claridad, facili- dad y elegancia peculiares al autor, que esta nueva edición está llamada, como - la primera, á seguir cooperando poderosamente á la amplia difusión de las nue- vas doctrinas geográficas. El elogio no podría ser mejor. F. BIRABEN.

Ohlimiller (Dr. W.), Professeur d'Hygiéne a Université de Berlin.-- Gui- de pratique pour l'analyse de l'eau. Traduction de M. L. Gaurier.— Bau- dry et C*, Paris, 1899 '1 vol. in-8* de 290 p.; 77 fig. y 1 lám.; 10 fr.). Reseña crítica por Molinié (Marcel', en Revue générale des Sciences, febre-

ro 15 de 1899 (año 10, n* 3, p. 119).

Según M. Molinié esta traducción de la importante obra del doctor Ohlmuúller viene á colmar un verdadero vacío, pues existen pocos manuales verdaderamente prácticos sobre el análisis de las aguas, que agrupando los métodos empleados en los laboratorios, y extrayendo la parte útil de las numerosas memorias pública das todos los días, pongan al alcance de los químicos analíticos los procedimien- tos más sencillos, rápidos y exactos.

El manual, muy bien imitado, nítidamente impreso, se divide en tres partes relativas á los análisis quémicos, micrográficos y bacteriológicos, ampliados con algunas páginas concernientes á la interpretación de los resultados.—F. BIRABEN.

Cordier /J. G.), Professeur á Ecole de Médecine de Reims, Directeur du La- boratoire de Microbiologie, et Le Grand (Nap.—E.), Ancien secrétaire—archi- viste du Syndicat du commerce des Vins de Champagne. L'état actuel et besoins de l'industrie des vins de Champagne. l. CULTURE ET FABRICATION. II. STATISTIQUE ET CONDITIONS SOCIALES DU TRAVAIL. Art. en Revue générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (año 10, n* 3, p. 92-102).

Verneau /R.). La main chez les mammiféres Monodelphis au point de vue du squelette. 10” conférence transformiste a la Société d'Anthropologie de Paris. En Revue Scientifique, febrero 15 de 1899 ¡4* S., t. 11, n* 5, p. 129-138).

Le Bon (Gustave). De la transparence des corps opaques pour des

BIBLIOGRAFÍA 203

radiations lumineuses de grande longueur d'onde. Art. en Revue scientifique, febrero 11 de 1899 (4* s., t. XI, n* 6,*p. 161-167). He aquí el sumario de este importante contribución :

I. Razones de la opacidad aparente de los cuerpos para la luz. 11. Método de obser- vación. HI. Determinación de la trasparencia de los varios cuerpos opacos. —1V. Determinación de la posición en el espectro de las radiaciones que atraviesan á los cuerpos opacos, y medida de sus longitudes de onda. V. Razón de las divergencias exis- tentes entre los resultados que preceden y los anteriormente conseguidos por diversos físicos VI. Utilización posible de las radiaciones de grande longitud de onda.

Después de haber asistido á la repetición de la mayor parte de las experiencias consignadas en este trabajo, dice en una nota el autor, M. Poincaré presentó recientemente á la Academia de ciencias un resumen que ha sido incluído en los Compte- rendus de la sesión del 30 de enero de 1899. Este dato basta para comprender la trascendencia de estos nuevos estudios del ilustrado físico, uno de los precursores de Roentgen. F. B1RABEN.

Fletcher (E. L.). Essais qualitatifs et quantitatifs au chalumeau, traducción francesa de E. MorINeau. Paris. 1898.

Los editores Baudry y C* de Paris han publicado este interesante libro que puede ser muy útil á todos los que necesitan darse cuenta rápidamente del valor comer- cial de los minerales hallados en una exploración.

Dice el traductor en su prefacio :

El soplete sólo ha sido hasta ahora un instrumento de investigaciones bastante suma- rias, abandonado en manos de los mineralogistas Los trabajos de los sabios americanos é ingleses lo han convertido, en estos últimos tiempos, no sólo en un instrumento útil para simples análisis cualitativos, sino en un aparato admirablemente apto para hacer análisis cuantitativos, análisis comerciales. Uno de estos sabios, Fletcher, ha resumido estos conocimientos útiles, indispensables á todo ingeniero, en la obrita que presentamos.

Para el químico americano el soplete es una máquina que le sirve para producir á vo- luntad una atmósfera reductriz ú oxidante, según las necesidades ; el minúsculo crisol ó copela, es un horno en el cual, gracias á la adición de fundentes bien elegidos. re- produce en algunos minutos todas las operaciones tal cual se pasan en la industria. En una palabra con un soplete y un crisol, hace, por decirlo así, metalurgia infinitamente pequena, microscópica.

Se concibe muy hien que, para minerales ricos, sea cual fuese su naturaleza, se pueda llegar, aun partiendo de un peso relativamente poco considerable, á obtener un producto metálico débil, pero sin embargo, ponderable ; pero cuando se trata de mínerales de oro que tienen sólo algunas onzas ó algunos gramos por tonelada, ¿cómo pesar estas cantida- des tanto más pequeñas cuanto más débil es la masa inicial de la cual se parte ?

La incertidumbre en la pesada de los resultados es la más seria causa de errores en los ensayos de metales preciosos ; pero ¿cómo transportar en una expedición una balanza de precisión, frágil y de una instalación siempre delicada?

Los americanos han salvado la dificultad. Partiendo del principio de que el botón de plata ó de oro obtenido en la copela por medio del soplete, es matemáticamente esférico, en lugar de pesar el botón, miden su diámetro por medio de un instrumento llamado regla de Plattner, y del diámetro deducen el volumen, y luego el peso de la esfera. Mantenién- dose en ciertas condiciones de ensayo en cuanto al peso de materia empleado. la regla, gracias á la ayuda de un cuadro, indica la riqueza en onzas por tonelada, suprimiendo así todos los cálculos.

204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Puede consultarse en nuestra biblioteca este volumen, que además del uso del soplete, reactivos, etc., indica los procedimientos para los ensayos de la plata, oro, plomo, cobre, estaño, mercurio, niquel, cobalto y bismuto. A. GALLARDO.

Cotton (A.), Maitre de conférences de Physique á l'Université de Toulouse. L'aspect actuel de la loi de Kirchhoff. Art. en Revue ygénérale de Scien—= ces, Febrero 15 de 1899 (año 10*, n* 3, p. 102-115).

Después de una breve introducción en que recuerda el origen de la ley de Kir— chhoff, el autor expresa en los siguientes términos el propósito de su estudio.

« Confúndese casi siempre bajo ese nombre dos relaciones distintas. Esa confu- sión era permitida en el tiempo de Kirchhoff, ya no lo es hoy.

« Estudiaré primero la regla cualitativa que liga, para un cuerpo dado, la absorción y la emisión. Buscaré cómo conviene enunciar esta regla. Sólo permite concluir, del hecho de que un cuerpo emite ciertas radiaciones, que él las ab= sorbe cuando vienen de otra parte. A esta regla muy general, se refieren, como casos particulares, los fenómenos de inversión /renversement) de las rayas es- pectrales.

« Examinaré en seguida la ley de Kirchho/? propiamente dicha. Esta ley esta- blece una relación entre los diversos cuerpos, y define completamente la relación

- del poder emisivo y del poder absorbente (convenientemente definido): esta ( /

relación es una función conocida de Ja temperatura y de la longitud de onda, función que es la misma para todos los cuerpos.

« Esta ley, lo veremos, no se aplica á los fenómenos de luminiscencia, al par que la regla cualitativa ábarca más hechos. Así, las llamas amarillas coloreadas por las sales de sodio. con las cuales se hace el experimento clásico de la imver- sión de la raya D, obedecen á la regla cualitativa, pero no á la ley de Kirchhoff propiamente dicha (Paschen). »

Pasa entonces el autor á desarrollar su tema estableciendo sucesivamente va= rios hechos importantes hasta llegar á las conclusiones generales señaladas. He aquí el sumario de esa extensa y sentida exposición :

I. Regla cualitativa. H.Verificación de la regla cualitativa, S 1. Espectros de rayas. Inversión de las rayas. $ 2. Espectros de fajas. S 3. Caso de los cuerpos fluorescentes. III. Introducción del estado de polarización de las vibraciones. IV. Asimilación á los fenómenos de resonancia. V. La ley de Kirchhof] propiamente dicha. S 1. Poder emi- sivo €. $ 2, Poder absorbente 4. $ 3. Cuerpo perfectamente absorbente. S 4. Cuerpo perfectamente negro. VI. Consecuencias de la ley de Kirchho/f.— VIL ¿Ha sido compro- bada experimentalmente la ley de Kirchhof]? S 1. Rayas del arco. $2. Rayas amarillas del sodio. S 3. Faja enfrarroja del gas carbónico. VIII. La ley de Kirchhof] extendida á un conjunto de radiaciones. IX. La ley de Kirchhof] y la polarización por emisión. X. La ley de Kirchhof] y el equilibrio de temperatura.

Como última síntesis de su estudio, M. Cotton concluye diciendo:

« Se ve así cómo esa ley, que relaciona entre tantos hechos experimentales, trae una contribución importante al estudio teórico de esas relaciones, tan miste— riosas aún, existente entre el Eter y la Materia FE. BIRABEN.

»

BIBLIOGRAFÍA 205

III. CIENCIAS MÉDICAS

Cartaz Dr. A.). L'Opothérapie. -- Art. en La Nature, enero 28 de 1899 (año 27, 1% S., n” 1340, p. 138-139).

En un corto pero substancial artículo de vulgarización, el Dr. Cartaz expone el origen y las transformaciones sucesivas del célebre y celebrado método «Secuardiano», así llamado primero, del nombre de su ilustre descubridor Brown- Séquard (1889).

Según el autor, la «sequardoterapia» ha tomado hoy un rango importante en la terapéutica moderna: constituye la «organoterapia» ú «opoterapia», como la ha definitivamente bautizado el Dr. Landouzy. Ambos términos son igualmente empleados: el de organoterapia se define por mismo; el de opoterapia pro- viene del griego (oros, jugo, humor; 0spurewx, tratamiento cura). En Alemania se han combinado ambas expresiones para hacer la organsaftherapie, que sig- nifica textualmente: tratamiento por los jugos de órganos.

«La idea que había conducido á Brown Sequard á imaginar este nuevo mé-

todo terapéutico dice el Dr. Cartaz deriva de las leyes y de los progresos de la biología. Desde tiempo atrás, profesaba, en su curso, la opinión según la cual todas las glándulas, tengan Ó no conductos excretores, dan á la sangre principios útiles cuya ausencia se hace sentir cuando son extirpadas ó destruídas por una enfermedad. Era la confirmación de la hipótesis de las secreciones in- ternas que Claudio Bernard había senalado, de cuya realidad en los accidentes del mexidemo Schiff, entre los primeros, había mostrado. Estas secreciones in- ternas no son solamente una función especial propia á tal ó cual glándula; son una función común á todos los tejidos vivos. De estas ideas ha nacido el método terapéutico; y de su conocimiento más completo data la extensión que ha tomado recientemente. » No seguiremos detalladamente al autor en su interesante exposición, favorable á la nueva y ruidosa doctrina de que es evidentemente un prosélito convencido. Después de emplear las preparaciones diversas del famoso elixir, expone, con ejemplos al caso, los resultados alcanzados en el tratamiento de afecciones de índo- le muy diversa, pues el método parece susceptible de aplicaciones variadas.

Termina el Dr. Cartaz diciendo: «La opoterapia no suprimirá, pienso, cualquier otro procedimiento terapéutico; pero es un medio nuevo, de los más activos, de los más enérgicos, que se completará poco á poco, cuyas indicaciones se precisarán, y que permitirá llenar más completamente el fin de la medicina: «aliviar á veces». Se sabe que Brown-Séquard preten día algo más, y afirmaba haberlo conseguido. F. BIRABEN.

Araoz Alfaro (D' Gregorio). Profesor sustituto en la Facultad, Jefe del ser— vicio de niños del Hospital San Roque. Sobre la profilaxis y el tratamiento de las diarreas estivales de los niños; en: Anales del Círculo Médico Ar— gentíno laño XXIT, n* 2, páginas 33-41, y n” 3, páginas 69-85. Buenos Aires, 1899).

206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Durante el pasado verano han predominado en grado extraordinario las afec ciones digestivas en la morbilidad infantil, comprobándose nuevamente que los niños criados al pecho se enferman rara vez y sus afecciones digestivas son ordi= nariamente cortas y benignas, lo que está en completo desacuerdo con la curiosa opinión ligeramente emitida por el presidente del Departamento nacional de higiene al preconizar la lactancia artificial.

El autor estudia Juego el tratamiento. aconsejando la dieta hídrica, sin excluir otros medios en los casos graves, y la hidroterapia en reemplazo de los antipiré- ticos químicos.

Considera el opio, empleado con las debidas precauciones, como agente precioso, pues la experiencia le ha hecho perder el recelo con que se le miraba última- mente.

No nos cansaremos de repetir que en nuestro concepto, los medios dietéticos son los que ocupan el primer lugar en el tratamiento y que, si desde el principio de toda afec ción digestiva, se prescribiera la dieta hídrica absoluta, que debiera serle ensenada á toda madre para que aun en ausencia del médico la practique, veríamos mucho menor número de diarreas graves, de esas que tan frecuentemente matan ó dejan estigmas in- delebles en el desarrollo del nino. Deseamos también insistir sobre la necesidad de una terapéutica simple y racional, condenando una vez más el afán de dar medicamentos sin cesar, y el hábito de una polifarmacia lamentable que no consigue, en general, sinc agra- var las perturbaciones digestivas de los ninos.

Con estos prudentes consejos termina el interesante artículo del joven y dis-

tinguido pediatra argentino. A. GALLARDO. Pinard (Adolphe). De la conservation et de l'amélioration de l'espéce. Lecon d'ouverture faite á la Clinique Baudelocque, le 7 novembre 1898. En

Revue scientifique, febrero 11 de 1899 (S. 4, t. XI. n* 6, p. 167-174).

Hugounenq (Dr. L.), Professeur a la Faculté de Lyon, correspondant de VAcadémie de Medecine. La constitution des albumines et les récents travaux de l'Ecole Allemande; les bases hexoniques. Art. en Revue

générale des Sciences, febrero 15 de 1899 (año 10*, n*3, p. 89-91).

IV. VARIEDADES

Weiss (Pierre), Maítre de Conférences de Physique á la Faculté de Sciences de Rennes. Les nouveaux laboratoires techniques de l'Ecole polytechni- que de Zurich et ceux de nos Facultés des Sciences. Art. en Revue générale des Sciences, enero 30 de 1899 (año 10, n* 2, p. 55-63; 2 grabados).

Agítase desde varios años atrás, en Francia, la cuestión de la enseñanza supe- rior, y uno delos resultados más considerables alcanzados en este orden de ideas ha sido el establecimiento de la autonomía en las antiguas Facultades, ascendién- dolas al rango de Universidades. Pero entonces se ha planteado el problema de la reforma de esas viejas instituciones, de sua modernización y progreso, de ahí numerosas contribuciones aparecidas desde algún tiempos atrás, no pocas de

BIBLIOGRAFÍA 207

ellas en la misma Revue générale des Sciences que se ha incorporado decidida y eficazmente á ese benéfico movimiento.

El presente artículo se inspira precisamente en él: es una contribución, muy autorizada, á una de las cuestiones más interesantes de la enseñanza técnica su= perior.

El autor, procediendo son método encomiable ha dividido su trabajo en va- rias partes que concurren eficazmente al desarrollo conveniente de su tema.

Refiriéndose, primero, al ejemplo más interesante quizás en materia de crea- ción de laboratorios didácticos de estudios y ensayos físicos y mecánicos, el de la Escuela de Zurich, M. Weiss expone la organización dada en la gran- de escuela Suiza al Instituto de Fisica. una de sus más notables fundaciones. Insiste particularmente sobre su sección más interesante: el laboratorio de Electrotécnica, que es más especialmente la del Instituto, obra de su eminente director M. V.—F. Weber.

Esto da, ya, á M. Weiss, la oportunidad para una interesante comparación. Así, después de escribir rápidamente la instalación y el régimen de trabajos del laboratorio, M. Weiss agrega:

«No nos entretendremos en la descripción de los trabajos de Física general en vista de la preparación á la carrera de la ensenanza. Este género de estudios se halla muy desarrollado entre nosotros, y creo que se encontraría difícil- mente en Zurich un conjunto tan rico de manipulaciones correspondientes al grado de la licenciatura que el del laboratorio de enseñanza de la Sorbonne. Estriba la diferencia principal con nuestros métodos en el hecho de que se sacrifica siempre el número de manipulaciones á la calidad. En Zurich, un alumno continúa trabajando una misma cuestión hasta llegar á un resultado sa- tisfactorio, en vez de ejecutar, á hora fija, un trabajo que suele ser interrumpido á menudo por la llegada de un turno. Este método supone esencialmente que los aparatos permanecen sobre las mesas, según el hábito alemán, y no en los ar- marios, como entre nosotros; lo que exige más lugar que el de que disponemos en general. Luego, teniendo los exámenes un carácter menos enciclopédico, no es necesario considerar el laboratorio como una ocasión de colmar las lagunas del curso. Se tiene toda libertad para graduar la duración y la importancia de los trabajos, de modo á traer progresivamente el estudiante á la producción científica original, á la cual se ha de ersayar en su tesis doctoral. La opinión del profesor Weber, según la cual un solo trabajo profundizado contribuye más á formar á un físico que un gran número de ejercicios, me parece absolutamen- te justificada.

«¿No se podría acaso, entre nosotros, reemplazar el tercero de los Certificados de estudios superiores que constituyen la licenciatura por una tesis de impor- tancia menor que la del doctorado? Ocurre á menudo que la elección de ese cer- tificado sea dictada por la sola preocupación de llegar rápidamente al fin con el menor esfuerzo. Sería enteramente ventajoso sustituirle un estudio que podría ser hecho con interés y que sería tanto más benélico cuanto que pondría en juego otras facultades del espíritu que el esfuerzo memorial y de asimilación, siempre idéntico á mismo. »

Pasa entonces M. Weiss á ocuparse de los Laboralorios de Mecánica, que pertenecen á dos tipos muy distintos: de resistencia de materiales y de mecá-

208 'ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

mica propiamente dicha. Estos últimos tienen por objeto el estudio de la producción y trasmisión de la fuerza motriz y de algunas cuestiones conexas ; ticnen tan poca relación con las primeras, como los laboratorios de Física con los de Mecánica, y no hay por qué reunirlos á ellas.

Así sucede en Zurich, donde, desde largos años existe un notable labora= torio de ensayo de resistencia de materiales organizado y dirigido par el céle- bre Tetmayer, al par que recién está por concluirse la organización del La- boratorio de Mecánica en el concepto moderno. El primero de esos laboratorios es ya célebre en los anales de la enseñanza técnica; pero además está organizado sobre el pie de un establecimiento público, que ha prestado no pocos servicios. Así, en 1895 han pasado de 29.000 los ensayos diversos hechos, sobre toda cla— se de materiales de construcción.

Tanto sobre el antiguo laboratorio de resistencia de materiales, como sobre el

nuevo de Mecánica, consigna M. Weiss interesantes explicaciones, que sentimos no poder referir con el detalle que merecen.

Expuesto lo que se hace en Suiza, M. Weiss aborda de lleno la cuestión que constituye el objetivo de su trabajo.

Compara primero lo que las escuelas francesas están en condiciones de hacer para responder al desideratum de la industria moderna con lo que se hace en el extranjero, llegando á un resultado enteramente desfavorable para la enseñanza francesa. « Es, pues, de toda evidencia agrega que nuestra industria no lucha con armas iguales contra la concurrencia extranjera y que una de las condicio- nes esenciales de su levantamiento es una mayor difusión de los conocimientos científicos.» Llega, pues. el autorá la necesidad de reformar la organización de la enseñanza francesa en el orden que nos ocupa.

Cree que la solución completa del problema consistiría en la creación en al- gunos centros industriales de provincia de escuelas politécnicas ampliamente dotadas y que gozaran de entera libertad en su enseñanza. Pero como sería im- posible realizar desde ya tal solución, propone simplemente que se reunan en un pequeno número de Universidades los alumnos que posean ya cierta cultura técnica, así como todos los establecimientos que puedan cooperar á la enseñanza superior técnica.

Estudiando las consecuencias que tal reforma traería, dice que no se haría des- pués de todo, sino lo mismo realizado en Alemania.

Indica, en fin, el autor ciertas providencias que tendrán que tomarse para con- currir convenientemente al objetivo que se tiene en vista, insistiendo particular- mente en la necesidad de hacer colaborar á esa reforma varios servicios hasta hoy extraños á las Facultades de Ciencias. F. BIRABEN.

A e a

SOCIOS CORRESPONSALES

Aguilar Rafael........

Arechavaleta, José .....

Arteaga Rodolfo de.... Ave-Lallemant, German

Crackebsuch, Luis...... Carvalho José Cárlos... Bordeiro, Luciano...... Lafone Quevedo, Samuel A....

Lillo, Miguel

..o..o.n..o.

Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto Bacigalupo, Andres Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Balbin, Valentin. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barbará, Adolfo. Barilari, Mariane S. Bárcena, Ignacio. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Belsunce, Esteban Beltrami, Federico Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis C. Bergadá, Hector. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Billock, Enrique E.

SOCIOS HONORARIOS

Dr. German Burmeister . Dr. Benjamin A. Gould + Dr.R.A.Philippi. Dr. Guillermo Rawson .— Dr. Cárlos Berg. Dr. Juan J. J. Kyle. Ing. Luis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. Dr. Valentin Balbin.

Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Tucuman.

Presb. Morandi, Luis

Murillo, Adolfo....... Paterno, Manuel..... Reid, Walter F. ..... Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R....... Villareal, Federico...

Von Jhering, Herman

SOCIOS ACTIVOS

Biraben, Federico, Blanco, Ramon C. Brian, Santiago Bosch, Benito $. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Bunge, Ricardo.

Burgoa Videla, Napoleon Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L, Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carboné, Augustin P. Cardoso, Mariano J.

, Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casal Carranza, Roque. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique.

Champiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérici, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos.

Coll, Ventura G. Cominges, Juan de

Constantino, VicenteP.

Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, Ú. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duboureg, Herman. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagie, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo V. Estévez, José Estrada, Miguel. Escudero, Petronilo. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo l. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V,, Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel

.<.. 00.

......-

.......

Villa Colon(U.) Santiago (C.) Palermo (1t.). Lóndres.

Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Priedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Fox, Eduardo Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto

Gallo, Delfin

Gallo, Juan €.

Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin, Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura,T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Gueglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria

Gufierrez, Angel Hainard, Jorge. Barperath, Luis Herrera Vega, Rafael.

Herrera Vega, Marcelino

Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal.

Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo).

Hughes, Miguel. lgoa, Juan M. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. isnardi, Vicente. _lturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Cremona, Andrés V. Izquierdo, Brown J. Jeaschke, Victor J. Juaregui, Niculás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lacroze, Juan C. Lafferriere, Arturo. Lagos, Bismark. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Laporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Lastra, Nicolas B. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Eeonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Aniceto E. Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo.

Lugones Velasco, Sdor,

Luiggi, Luis

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere,. Pedro.

/

SOCIOS ACTIVOS (Continuacion)

Mallol, Benito J.

Manzitti, Salvador Marti, Ricardo. Marin, Placido. - Marcet, José A. Martinez de Hoz, F. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol.

Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis.

Mohr, Alejandro. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molino Torres, A. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Montero Angel. Montes, Juan A. Morandi, Luis

Morales, Cárlos Maria.

Moreno, Jorge Mormes; Andrés Moron, Ventura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Nesrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M.

O Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo Ortiz de Rosas, A.

Olazabal, Alejandro M.

Olivera, Cárlos G. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B, Otamendi, Gustavo. Outes, Felix. Padilla, Isaias.

Padilla, Emilio H. de *

Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto C.

/

y Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pascali, Justo. Passeron, Julio Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José.

Peluffo, Domingo Petersen, H. Teodoro. Piccardo, Tomas J. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan.

Piaggio, Antonio.

Pirovano, Juan.

Puente, Sebastian de la Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffa, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro.S. Ricaldoni. Tebaldo Real de Azúa, Gárlos Rellan. Esio. Repetto, Luis M. Riglos, Martiniano. Rigoli, Leopoldo. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan.

Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romcro, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan.

Ruiz Huidobro, Luis. Ruiz, Hermógenes. Ruiz de los Llanos, C. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, Demetri». Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saslio, José Salas, Estanislao. Salvá, J- M Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A.

| Taminoi Crannuel, L.A.

Saralegui, Luis.

Sarhy José. S.. Sarhy, Juan F. , Scalabrini, Pedro. ho Scarpa, José. 4 Schneidewind Añado! Schickendantz, Emilio. Schróder, Enrique. Seeber, Enrique. 20% Seguí,Francisco.

Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo.

Seré, Juan B. : Schaw, Arturo E, Schaw, Cárlos E. - Silva, Angel.

Silveyra Luis

Silveyra, Luis (hijo) Simonazzi, Guillermo. Simpson, Federico.

Siri, Juan M.

Sobre Casas, Cayetano. Soidani, Juan A.

Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Stavelius, Federico. Stegman, Cárlos. Swenson, U.

Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico 5 Thedy, Hector. $ Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Valenzuela, Miosés - Valerga, Oronte A. Valdettaro, Vicente. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero. Villavecchia, J. B. Villanov aSanz, Florenci? Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Weiner, "Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao $. Zimmermann, Juan C. Zuberbúhler, Carlos E. Zunino, Enrique.

E ANALES

SUL EDAD ENT

ARGENTINA

- MI AA AÁAÁAÁáÁKáÁ

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MAYO 1899. ENTREGA V. TOMO XLVII

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CA 1899

o prebeon ON Ingeniero CN Vice-Presidente Jo coi ión CARLOS -M.

Tdi es Mayor ingeniero ARTURO M. LucoNEs Secretario deactas Ingeniero ELEoDORO A. DAMIANC ICH. correspondencia Agrimensor: CRISTÓBAL HiCKEN, | Tesorero... dead E Ingeniero Josk M. SAGASTUME. Bibliotecario. SENO" us MIGUENS. q ANT 4 | "Ingeniero DomINGO NOCErt. AS Ingeniero CLARO a DASSEN..

caes. ais Ingeniero EmiLi0 PaLacio. o Ingeniero, Lis. A. HuBroo (0) / no ea MA: Varese. | Gerente........... Señor Juan BorTo.. E

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DemErR1O SAGASTUME. Cuestiones sanitarias (Continuación). EA E Da CaroLo SPEGAZZINL. Nova: addenda ad. Floram Patagonicam ( Continuación). - El viaje del « Bélgica »: CN

MisceLÁNEAS : El contagio por medio de los insectos.....

CUESTIONES SANITARIAS

POR EL INGENIERO DEMETRIO SAGASTUME

(Continuación)

CAPÍTULO I

Distritos que faltan para completar el radio de Bateman de 1876. Cálculo apro- ximativo del costo de las obras á efectuarse para completarlo. Obligaciones impuestas al Gobierno por diversas leyes: gastos para su cumplimiento. —Ne- cesidad de contraer un empréstito para terminar las obras. Ventajas de esta solución para el Gobierno y el público.

En este capítulo se han compilado todos los antecedentes del asunto, pero, desgraciadamente, faltan ciertas cifras que no per- miten obtener los resultados definitivos.

No es, pues, posible publicar tan importante capítulo, ya que la muerte impidió á su autor completar los datos necesarios para calcular, siquiera aproximadamente, el costo de las obras que aún faltan para completar el radio de Bateman, y los gastos impuestos al Gobierno por la construcción del conducto general de desagúe y por diversas leyes.

Puede, sin embargo, deducirse de los datos reunidos por Sagastu- me, que el. total de gastos será muy elevado, lo que ¡justifica su idea de contraer un empréstito, cuyas ventajas ya ha indicado en

términos generales, en la página 189 del presente tomo de los Anales.

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 14

210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

CAPÍTULO II

El radio de Bateman debe ser provisto con el agua del río, filtrada: los centros, que, como Flores y Belgrano, constituyen núcleos de población separados de la antigua Capital, tendrán su servicio por medio de pozos semisurgentes.

Hemos dicho que una vez ejecutadas las obras para el aumento de la provisión hasta 150.000 metros cúbicos por día, se dispondrá - de agua suficiente para todo el radio de 1876 : la demostración de esta verdad será el objeto principal de este capítulo.

Bateman calculó las obras para un consumo medio de 4181 litros por día y habitánte. Los datos oficiales contenidos en las memorias de la Comisión de Obras de Salubridad, correspondientes á los años 1894-95 y 96, nos indican que esta cifra ha sido superada en la forma que se ve en el cuadro que sigue :

Consumo E E A E por Rad: E Año par e ía OS eL ¡ue us y habitante -B de mayor gasto el agua por Bateman de agua 1 2 3 4 2 1894 186 litros 5 litros 257 litros 400.000 habitan— tes: (pág: 38 Memoria 1894) 1895 202 » E JU 414.529 habitan- tes (pág. 10, Memoria 1895) 1896 214 » 33 280» 440.000 habitan- tes (pág. 22,

Memoria 1896)

En 1894, el consumo medio excedió al calculado en 5, litros por día y habitante; en 21 el año 1895 y En 33 EL año 1896 (1).

(1) Con el exceso de consumu de cada 60 habitantes, el año 1896, se hubiera podido servir á once, á razón de 180 litros diarios por persona. En una ciudad

DI A

CUESTIONES SANITARIAS 211

Aceptaremos que los 181 litros por habitante, asignados por Ba- teman como consumo medio diario, y que 1mplican 250 litros para el consumo de la época estival, como demostraremos en seguida, res- ponden á una provisión suficiente aun con el sistema de canilla libre, sobre todo cuando los servicios públicos é industriales no tienen un gran desarrollo, como es el caso de Buenos Aires.

La relación entre cada número de la columna 4 y su correspon- diente en la columna 2, es importante, pues sirve para determinar el consumo máximo en función del consumo medio.

Esta relación, como puede fácilmente comprobarse, varía entre 1,3 y 1,4, lo que significa que las obras deben tener una capacidad tal que permita suministrar un máximo de litros de agua por día á cada habitante igual á

ASIS MS i=:930 ,

Ó 481 <1,4= 253,4;

ó sea 250 litros, redondeando las cifras. Esta necesidad resulta de queuna provisión de agua debe responder á las exigencias de toda la estación: estival, y particularmente del día de mayor consumo, para que en ningún caso, el público sienta escasez de elemento tan necesario.

Así. pues, con 150.000 metros cúbicos (1) por. día,.se puede servir perfectamente á una población de 600.000 habitantes, con 181, litros diarios término medao, lo que supone 250 litros el día de mayor con- sumo. En tal número de habitantes puede apreciarse la, poblgción comprendida en los distritos 1 430 de las Obras de Salubridad.'

- La conclusión contenida en el párrafo. precedente, reposa” sobre dos premisas, cuya exactitud voy á demostrar más ampliamente por la importancia que revisten, á saber:

19: Con una provisión medra de 181 litros driamos por persona, se satisfacen las necesidades de una gran población E

como Buenos Aires, en que gran parte de la población carece de servicio de agua, es ilógico permitir que el derroche de unos prive á otros de elemento tan indispensable. Regularizar el consumo es, pues, de especial importancia entre nosotros, y el medio de conseguirlo es la implantación del medidor.

(1) Debe notarse que nos colocamos en el caso más desfavorable : coincidencia de una gran bajante del río, con.el consumo máximo enla población.

912 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

92 La relación entre el consumo máximo y el consumo medro, se aproxima ú 1,4.

Para la demostración del primer punto, citaremos ejemplos de ciudades europeas, entre las cuales, en primera línea, figura la ciudad de Londres, con sistema de distribución intermitente y que poco á poco tiende á hacerse continuo, no usándose por ahora medidor.

« El consumo tota] en los diversos distritos de Londres, en los cuales el agua, conducida artificialmente, existe desde más de una generación, y es usada por todas las clases de la población, varía desde 120 á 174 litros diarios por persona, y asciende en media á 141 litros, » dice la Enciclopedia del Ingenmvero, por Heussinger von Waldegg.

« El agua no entra en las casas sino en ciertas horas del día, y llena los recipientes que en ellas existen (sistema intermitente). Pa- ra precaverse contra la falta de agua, estos recipientes son mayares que lo necesario y el deseo de tener agua fresca induce á los habi- tantes á dejar descargar toda el agua existente en aquellos antes de que llegue la nueva remesa ». (El mismo autor.)

En Liverpool, el consumo medio por día y habitante, indicado por el mismo autor, es de 109 litros, y en Edimburgo de 163 litros.

Si pasamos al continente, Berlín nos ofrece un ejemplo notable de aprovechamiento del agua : el año 1890-91 (el año financiero concluye en marzo), para una población de 1.388.530 habitantes, han bastado 34.770.828 metros cúbicos, y en el año financiero 1894-95, con 46.548.620 metros cúbicos: ha podido servirse una población de 1.703.481 habitantes : el consumo medio por día y habitante es de 68 litros, siendo digno de notarse que este valor se conserva cas1 constante desde años atrás.

En Berlín, todos los servicios de agua se conceden con medidor, y es debido en gran parte á esta circunstancia que la cantidad de agua que allí bastó para 1.388.530 habitantes (año 1890-91), es sensiblemente la misma que en Buenos Aires (año 1896, 34.452.955 metros cúbicos) sólo ha podido servir á 440.000 habitantes.

Es de advertirse que el sistema de cloacas de la capital alemana es análogo al nuestro, de modo que una gran ciudad, cuya área saneada és de más de 3000 hectáreas (e! radio de Bateman de 1876 sólo comprende unas 2000) llena sus necesidades con 68 litros dia- rios por habitante.

CUESTIONES SANITARIAS 9213

La ciudad alemana de Breslau, con 320.000 habitantes en 1889- 90, tiene obras de salubridad que se citan con encomio, y allí todas las casas están provistas de servicio de agua con medidor y cloacas. En el citado año, el consumo medio por habitante fué de 75 litros. Desde diez años atrás, por lo menos, este valor se mantiene cast constante, habiendo sido en 1879-80 de 73 litros.

Danzig, también con cloacas del mismo sistema de Berlín y Bres- lau, ha gastado el año 1889 á razón de 74 litros diarios por persona, con una población de 105.000 habitantes.

En Munich, con agua de fuente, que llega por gravitación, los 298.000 habitantes servidos el año 1889, gastaron 93 litros por día y por persona.

En Frankfurt-o-Main, los 180.000 habitantes servidos, gozaron de 122 litros por día y habitante, el mismo año, siendo también provista la ciudad con agua de fuente, que llegaba á ella por gra- vitación.

Los 266.000 habitantes de Dresde, dispusieron el año 1889 de 80 litros diarios por persona de agua sn filtrar, levantada por má- quinas a vapor.

Hanover, con 178.000 habitantes; Dusseldorf, con 150.000; Bre- men, con 138.000; Stuttgart, con 128.000; Altona, con 153.000 usaron el año 1889 un volumen de agua por día y habitante que no alcanza á 100 litros (Gill, On sale of water by meter 1m Berlin).

Entre las ciudades alemanas de importancia, solamente Ham- burgo tiene un consumo comparable al de Buenos Aires, 209 litros por día y habitante, pero es de agua san filtrar.

Respecto al segundo punto, los tres años, 1894-95-96, nos indi- can para Buenos Aires que el valor de la relación antedicha, varía entre 1,3 y 1,4.

En el notable estudio publicado en Minutes of Proceedings of the Institution of Civil Ingineers, London, 1892, por Henry Gill, inge- niero jefe de la provisión de agua en Berlín, titulado The sale of water by meter 1m Berlín, se consigna este resultado : « La magm- tud de las obras de provisión de agua para crudades en que la pro- visión es constante, y la venta del agua se hace exclusivamente por medidor, ha sido determinada en Berlin, y confirmada por la expe- riencia de las ciudades alemanas Breslauw, Magdeburgo, Charlotten- burgo, Estrasburgo, Chemnitz, Mannhewm, Darmstadt, Halberstadt, Wewmar, Stade y Basel, y puede formularse así : SI EL CONSUMO MEDIO DIARIO ES 1, EL CONSUMO DEL VERANO EN EL DÍA DE MAYOR GASTO ES 1,4,

214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Y EL CONSUMO DURANTE LA HORA DE MAYOR GASTO ES 1,3 VECES EL VALOR DE LA 24 AVA PARTE DEL CONSUMO TOTAL DE ESE DÍA. »

La experiencia ajena es, pues, á este respecto, casi concordante con la nuestra, por lo que puede asegurarse que un consumo medao de 180 litros diarios, presupone uno de 250 litros, en el día de mayor CONSUMO.

Con las razones consignadas en este capítulo, creo haber demos- trado que con 180 litros diarios como consumo medio, se tiene una provisión de agua suficiente.

Se objetará, con los mismos números de las memorias citadas de la Comisión de Obras de Salubridad correspondientes á 1894- 95-96, que la experiencia ha demostrado lo contraric en Buenos Aires. Y bien : estas son las consecuencias prácticas del sistema de distribución que rige en Buenos Aires, de provisión continua con canilla libre : cuanto más agua se tiene, más se gasta, sin que al- cance jamás á servirse á toda la población á medida de sus deseos. Ó, como dice Couche, sistema con el que se llega á este resultado insensato : «esto es, no tener jamás agua para todo el mundo, por grande que sea el volumen que se dastmbuya ».

Lo que sucede en Buenos Aires, ha sucedido antes en otras ciu- dades que se han visto obligadas á recurrir al medidor, como for- zosamente tendremos que hacer en esta capital, para contener el consumo dentro de límites razonables.

En París, por ejemplo, el año 1880, no obstante una provisión triple de la que el público tenía derecho á exigir, de acuerdo con el monto de las pólizas de abono, no alcanzaba el agua para aquellos que habitaban los pisos altos de la casas, ó que vivian en barrios de nivel elevado. Impuesto el medidor por el reglamento municipal de 25 de julio de 1880, resultó que desde 1881 hasta 1884, NO TE- NIENDO AÚN TODAS LAS CASAS DICHO APARATO, con la misma cantidad de agua que el $0 no alcanzaba, pudo servrr 4 6389 abonados nuevos, y que en los tres años mencionados, el público ganó ú consecuencia de la rebaja en la tarifa 2.500.000 francos, y la administración vió aumentar sus ingresos en 1.500.000 francos. En otros términos, el importe del agua, cuyo desprecio evitaron los medidores, fué en esos tres años de 4.000.000 de francos. (Véase : Couche, Les eaux de Paris en 1884.)

« Era mediante este sistema (de provisión continua y canilla li- bre) que la compañía que proveía á Berlín desde 1856 á 1874, ven- día el agua á los habitantes. La concesión, que debía terminar en

CUESTIONES SANITARIAS 215

1881, prescribía una provisión continua y permitía una tasa del 4 %/, sobre la renta de la casa para el agua empleada en usos do- miciliarios (1), incluyendo la provisión para baños y water-closets. Se permitía una tasa adicional para consumos industriales y agua para jardines. Todo el agua debía suministrarse á una presión suficiente para alcanzar hasta los pisos más elevados, á una altura máxima de 66 pies sobre el nivel de la calle. En 1865, antes de que la población provista hubiera alcanzado al número para el cual las obras se construyeron, fué necesario ampliarlas. El des- perdicio era excesivo y no podía ser evitado, nm aún aminorado por las inspecciones domiciliares (2). Existía la facultad de cortar la provisión ; pero aún en casos de grandes abusos persistentes, debía ejercitarse con gran discreción. Habiendo iniciado gestiones para prolongar la concesión, era imperativo no contrariar el rápido au- mento de abonados que entonces tenía lugar, satisfacer á todos y todavía afrontar la provisión de otros, en cuanto fuera posible. La posición de la compañía era crítica. Había una resistencia justifi- cada á emplear el capital de reserva, á menos que hubiera proba- bilidad de que se continuase obteniendo un interés conveniente, y que las obras alcanzasen un buen valor al expirar la concesión. El autor, M. Gill, ya citado, que había sido ingeniero y director de la empresa desde su comienzo, propuso un cambio en el sistema de cobro del agua, con la idea de que la venta se hiciera exclusiva- mente por medidor, creyendo que así se salvaría más fácilmente las dificultades de la situación. Aceptada la idea, se obtuvo el capi- tal, y las ampliaciones de las obras (filtros y máquinas), se ejecu- taron sin demora. » (Gill, On sale of water by meter 1m Berlin, ya citado.)

A las autorizadas opiniones de ingenieros como Couche y Gill, cabe agregar la muy respetable de nuestro distinguido higienista doctor Emilio R. Coni, quien ha defendido con brillo la generaliza- ción del medidor en Buenos Aires. (Véase : Memoria de las Obras de Salubridad, año 1893, anexos.>

(1) El 4 %/,, donde los alquileres son tan altos como en Berlín, dice Gill, cons- tituye una buena entrada : no obstante hubo que modificar el sistema implan- tando el medidor.

(2) Estas visitas son « repugnantes al abonado por el sistema basado en el alquiler », y por el contrario « simpáticas «al abonado por medidor. (El mismo autor.)

216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

La experiencia ajena demuestra la eficacia del medidor, para contener el consumo dentro de límites razonables : su aplicación en Buenos Aires permitirá, con los 150.000 metros cúbicos de agua diarios de que se dispondrán una vez construida las obras de am- pliación, proveer de agua á todo el radio de Bateman, y esta provi- sión bastaria por Os años.

Esto último es consecuencia de la constancia del consumo medio por día y habitante, observada durante una serie de años, en po- blaciones que usan medidor, como lo hemos hecho notar en este mismo capítulo, al citar los ejemplos de Berlín y Breslau.

En cuanto á Flores, la solución, sobre todo hoy que la experien- cia de Belgrano ha acallado resistencias que se levantaron en un principio, es la de la provisión por medio de pozos semisur- gentes.

Es esta, efectivamente, la aceptable, y ya la oficina técnica de las obras de salubridad confecciona el proyecto correspondiente.

En la actualidad (diciembre 1898), está aprobado el proyecto de provisión de agua á Flores.

7 CAPÍTULO IM

La explotación de las obras de salubridad desde 1891 hasta la fecha. El sistema de renta basado en el precio locativo del inmueble. Necesidad de modificarlo.

Hemos visto algunos de los inconvenientes del sistema de canilla libre que rige en Buenos Aires : en este capítulo estudiaremos la cuestión bajo el punto de vista rentístico.

Rescindido el contrato de arrendamiento de las obras de salubri- dad, éstas volvieron á poder del gobierno, siendo desde entonces administradas por una comisión cuyo nombramiento se hizo por decreto de 31 de agosto de 1891.

Esta comisión tenía que resolver, además de las complicadas cuestiones con la empresa ex-arrendataria, el dificilisimo problema de hacer construir las cloacas domiciliarias en plena crisis : es de estricta justicia consignar que lo resolvió cumplidamente, como lo reconoce el mismo vecindario, que en un principio protestaba contra la estrictez con que hacía cumplir sus disposiciones.

CUESTIONES SANITARIAS 217

Poco después de recibirse de las obras, con los escasos datos que pudo recoger, se ocupó de la tarifa, no llegando á establecerla sino con caracter provisorio: he aquí las palabras con que se expresa en la primera de sus memorias elevadas al gobierno: «Al tratar de la percepción de la renta, la comisión encontró que era indispensable establecer tarifas más equitativas y más bajas que las adoptadas por la compañía arrendataria, dentro de las facultades acordadas al poder ejecutivo por la ley de 30 de enero de 1891. Después de un detenido estudio, propuso las que se hallan actualmente en vigencia aun cuando la modificación introducida en las tarifas de la compañía disminuía considerablemente el producto de la explo- tación de las obras, sobre todo por la supresión del impuesto deno- minado de desagúe, autorizado por el contrato de arrendamiento, pero que tantas resistencias suscitó en el público (Memoria, 1891- 92, pág. 15).

Y más adelante, página 74 y siguientes, dice, en nota de sep- tiembre de 1891 : « Como resultado de sus estudios, ha adquirido la convicción de que es necesario introducir reformas fundamen- tales en la fijación del impuesto y su aplicación, buscando la manera de que cada habitante del municipio pague lo que justamente le corresponde en razón al beneficio que las obras le reportan.

« Pero para llegar ú este resultado se necesita tiempo y elementos de que no ha dispuesto la comisión, y es necesario por otra parte, proceder sin demora á cobrar el servicio de los dos trimestres cita- dos (julio á diciembre de 1891). Por esta razón cree que por el momento podrían introducirse algunas modificaciones de impor- tancia en la tarifa vigente, aunque conservando el padrón que tiene la empresa, dejando para el año próximo (1892) la reforma general que debe hacerse al respecto.

« Consecuente con las ideas enunciadas, la compañía opina que el impuesto debe hacerse efectivo sobre los alquileres á partir de 40 pesos moneda nacional y hasta cualquiera cifra que representen. Propone una planilla con 24 categorías, en vez de 12, que existen en la tarifa actual, pudiendo aplicarse proporcionalmente sobre los alquileres que sobrepasen á la última categoría, los coeficientes que ha adoptado como base.

« El servicio de obras de salubridad se dividiria en dos cuotas: una correspondiente ú cloacas y otra ú aguas cormentes, suprimién- dose por ahora la de desugúe.

« Como base para el 4mpuesto, la comisión propone cobrar el 3 %/,

218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

sobre los alqurleres para el servicio de aguas corrientes (1) y 2 %/ para el de cloacas, lo que importa una buena reducción respecto á las tarifas de la empresa. Esta sería la base para la aplicación del impuesto á las casas de familia y de comercio en general; pero habría que hacer algunas excepciones respecto á cierta categoría de casas ó establecimientos, cuyo consumo de agua y por consi— guiente uso de cloacas, es mayor del que corresponde á la genera- lidad de las casas.

«Así, pues, propone para los hoteles, fondas, casas de huéspedes 6 amuebladas, cafés, restaurants y otros establecamientos análogos un impuesto adicional de 50 */, como máximum.

«Los establecimientos industriales, teatros, fábricas, lavaderos, caballerizas, tambos, cocherias y corralones de carros y otros anú- logos, deben pagar el agua que consuman según medidor, al precio de 12 centavos por metro cúbico (1) y por el servicio de cloacas un 50.2/, más que las casas en general. Para los demás impuestos ó servicios quedarían vigentes las actuales tarifas (se refiere á agua- dores, agua para construcciones, etc.). »

O . o e . . . . . . . .

« Para concluir debo hacer presente á V. E. que la base de 3 %/, sobre los alquileres (Véase Memoria de 1581, el informe de 25 de enero de 1869 presentado por los señores Francisco Madero, Juan J. Mendez, Juan Coghlan y Rufino Varela, relativo á tarifas) para el' servicio de aguas corrientes es la que se cobró siempre hasta que las obras pasaron á la empresa arrendataria, aun cuando la pro- visión de agua es en la actualidad mucho más abundante y regular. Hay, pues, una rebaja efectiva en la retribución de este importante servicio y la comisión espera que comprendiéndolo así el vecin- dario, desaparezcan las dificultades que había para la percepción de la renta. »

Aprobada esta tarifa, que fué propuesta con carácler provisorio, es la que actualmente rige, salvo las siguientes modificaciones :

17 Por decreto de 19 de febrero de 1892, recaido á consecuencia de la nota de 27 de enero, dirigida al ministerio por la comisión, se elevó á 20 centavos el precio del metro cúbico de agua, por medidor,

(1) En Londres varía del 4 al 7 */, */, según las compañías y excede estos lími- tes en los barrios altos. Se añade suplementos fijos para water—closets, baños, robinetes colocados en los pisos altos, etc. Para otros usos, jardines, caballeri- zas, Consumos industriales : precio convencional (Bechmann, Salubrité urbaine).

(2) Elevado después d 20 centavos, por decreto de 19 febrero de 1892.

CUESTIONES SANITARIAS 9219

cobrándose además un alquiler de 1 peso moneda nacional mensual por cada medidor para compensar el costo de conservación é interés del capital que esos aparatos representan.

22 Por decreto de... se elevó 4 30 centavos el precio del metro cú- bico de agua suministrada por medidor para uso de ascensores. La cantidad de agua usada con tal objeto es insignificante.

3 Por decreto de 8 de noviembre de 1897 se estableció el precio de 10 centavos por metro cúbico de agua por medidor para conven- tillos ó casas de inquilinato exclustvamente, suprimóse el recargo de 50 %/, en la cloaca y se dejó subsistente el alquiler del medidor (1 peso moneda nacional por mes). Establecióse un minimo de con- sumo mensual representado por el número de metros cúbicos que con arreglo al precio establecido para la unidad de volumen correspon- diera al pago actual basado en el alqualer.

Hoy que tenemos lo que la comisión no podía tener cuando pro- puso la tarifa provisoria á que hemos hecho referencia, esto es la enseñanza de varios años de explotación de las obras, será fácil demostrar que no se ha obtenido con ella el desideratum tan bien expresado en las siguientes palabras : « la manera de que cada habitante del municipio pague lo que justamente le corresponde en razón al beneficio que las obras le reportan ».

Intentemos la demostración :

El año 1892 se ha emitido boletas correspondientes á servicio de agua por renta fija (3 */, sobre

el alquiler de acuerdo con la

escala) por valor de.......... $ ma 1.601.950 74 Agua para construcciones....... » 47.136 14 Mot o » 1.649.686 88

- Ninguna de estas partidas ha sido obtenida aplicando un precio á la unidad de volumen de agua.

La memoria de la comisión suministra el dato del volumen registrado por medidor; para ese año fué :

Servicio de agua por medidor.......... . m* 700.300 NOA e e a Ia e aco lass » 135.462

220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Deduciendo del consumo total en el año, que es de 17.744.407 metros cúbicos, los 835.762 metros cúbicos registrados por medi- dor, se obtiene:

Para servicio general y gratuito á la municipalidad y oficinas públicas...... m* 16.908.645

cifra indicada en la memoria.

Como por todo ese volumen la administración ha emitido boletas por 1.649.687 pesos moneda nacional, resulta un valor nredio del 1.649.686,88

16.908.645 cional, esto es 975 diez milésimos de peso por cada metro cúbico.

Si el agua costaba, según cálculo á que hace referencia la nota de 27 de enero de 1892, transcripta en la Memoria, 9 centavos oro por metro cúbico, se que pagándola á 9 y */, de centavos papel, ó á 13 centavos suponiendo que los servicios gratuitos consumieran un 25 %/, de lo no registrado por medidor, el público ha estado muy distante de abonar lo que justamente le correspondía en razón al beneficio que las obras le reportaban.

Hay que reconocer que era difícil, sino imposible, que el año 1892 los consumidores de los 17.744.407 metros cúbicos de agua pagasen el servicio integro del empréstito que el gobierno hizo para que las obras de salubridad volviesen á su poder, ó lo que equi- vale, en lo relativo al agua, que abonasen los 9 centavos oro por cadasunidad de volumen.

Pero es que en 1896, con un consumo casi doble, no se ha alcan- zado á hacer el servicio de la deuda. Se llega escasamente á la mitad, y el consumo se aproxima al máximo posible con las obras actuales.

Independientemente de la consideración del servicio de la deuda que debía hacerse con el producto de las obras según ley, hay otras dos consecuencias que se deducen de los números indicados y que prueban la falta de equidad del sistema de renta.

1% Los abonados á canalla libre, es decir, los que pueden mal- gastar el agua á medida de su deseo y eluminar los residuos cloacales sin recargo á la tarifa, son los que han abonado menos por cada metro cúbico de agua.

En efecto: para que cada metro cúbico hubiera sido abonado por ellos á razón de 19 */, centavos, sería preciso admitir que de los

metro cúbico de pesos = (0,0975 pesos moneda na-

CUESTIONES SANITARIAS 921

ya

16.908.643 metros cúbicos no registrados por medidor, sólo la mitad hubiera contribuido á la formación de la renta, lo que no es admisible, pues los servicios gratuttos (servicios públicos), son ru- dimentarios entre nosotros, y no han podido consumir 8.434.322 metros cúbicos el año 1892.

3 En igualdad de condiciones las casas altas (1% piso, que son las que abundan), figuran con mayor alquiler que las bajas en los registros de renta : son, pues, las que más abonan, no obstante ser las peor servidas.

Las cifras que siguen, relativas á 1895 y 1896, confirman las consecuencias :

AÑO 1895 z $ Emitido por renta fija (3 %/, sobre el alqui- a E 2.208.574 35 MES ae: 30.460 » AT par cons tEUCCIONES 70.219 46 O A lo 2.309.253 51

El volumen registrado por medidor es de 1.117.193 metros cú- bicos (pág. 11, Memoria de 1895), y como el consumo total es de 30.557.757 metros cúbicos, resulta que lo no registrado por medi- dor es 29.440.564 metros cúbicos.

El precio medio del metro cúbico de agua no registrada por me- didor es de

29.440.564 0.0784 2.309.253,51 / ; ó sea 784 diez milésimos de peso moneda nacional. Comparando este precio con el correspondiente á 1892, se ve que éste es menor que aquél en 19 milésimos, vale decir casi 2 centa- vos por metro cúbico.

año 1896 S ms Enitidoporrenta a oe 2.305.386 60 INCAS e e na A A 30.720 » AGUAPpara Construcciones... oe. e 82.103 39

MS A E 2.418.209 99

222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA

El volumen registrado por medidor es de 2.406.035 metros cú- bicos, y el consumo total es de 34.452.955 metros cúbicos, lo no registrado alcanza á 32.046.920 metros cúbicos.

El precio medio del metro cúbico de agua no registrada por me- didor es de peso 0, 0754, ó sea casi un tercio de centavo menos que el año1895.' |

En resumen : desde 1892 hasta 1896 inclusive, o sea en cinco años, el precio medio del metro cúbico de. agua no registrada por medidor ha descendido en 22 malésimos, sín que el pública haya sido benefi- clado por esta verdadera rebaja, la cual, por constgmente, se ha 1rdo en pura pérdida. m0,

Vamos á presentar los números anteriores, bajo otra forma: el año 1892 el consumo no registrado por medidor, alcanzó á 16.908.645 metros cúbicos, por los, que se, cobró.1.649.686,88, pesos; el año 1896, por32.046.920 metros cúbicos no registrados por, medidor, se ha.percibido 2.418.209,99 pesos, lo que significa que habiendo aumentado«en,89 /, la cantidad de agua no registrada, el producido sólo ha. aumentado en 46 9/0.

Como la renta de las nuevas propiedades á que se provea de agua con motiyo de la ampliación de las obras, será menor, debido á su situación más lejana del centro de los alquileres. elevados, se ve que el sistema actual, basado en el alquiler, hará sentar cada vez más sus efectos perjudiciales para el Gobierno, sun que el público obtenga rebaja alguna.

Con el sistema del medidor, ó el gobierno hubiera aumentado su renta, que es lo que corresponde para poder servir la deuda, ó hubiera podido hacer una rebaja “al consumidor: en uno ú otro: caso las ventajas tendrían una apreciación pecuniaria.

En la memoria de la Comisión de Obras de Salubridad (año 1895, pág. 10 y 11), se manifiesta que el modo de evitar el consumo ex- cesivo resultante del sistema de canilla libre, y podría agregarse : «y de mejorar el sistema rentístico », «sería generalizar el uso del medidor. La comisión está convencida de la necésidad de esta re- forma, y sólo espera la oportunidad para llevarla á cabo ».

Parece que esa oportunidad ha llegado : se o ya los pri- meros trabajos para la ampliación del servicio á 1.500.000 metros cúbicos diarios y no se puede seguir con un sistema de distribu- ción, ó de renta, como el que tenemos.

Por lo que respecta al servicio de cloacas, lo consideraremos tan sólo en los años 1895, 96 y 97. Tenemos los siguientes datos oficiales :

CUESTIONES SANITARIAS DNS

Año 1895

Emitido por servicio de cloacas, pesos. 1.427.604 95 Líquido cloacal bombeado en Puente Chico, metros cúbicos... -30.470.951

De aquí resulta un promedio obtenido por el Gobierno de 4,68 centavos por cada metro cúbico de líquido cloacal.

aÑo 1896

Emitido por servicio de cloacas, pesos. 1.556.742 25 Liquido cloacal bombeado en Puente Mco mmetrosicubicos a A 32.814.106

de donde resulta un promedio de 4,74 centavos por metro cúbico.

ESTA CIFRA ES ERRÓNEA PORQUE ESE AÑO DEBIÓ BOMBEARSE MUCHO MÁS, PERO NO SE BOMBEÓ EN PUENTE CHICO, SE ARROJÓ MUCHO LÍQUIDO CLOACAL POR LOS CONDUCTOS DE TORMENTA.

Año 1897 Emitido por cloacas, pesos.......... . 1.689.192 48 Bombeado en Puente Chico, metros cú- (ME e E A 34.201.044

lo qne da un promedio para el metro cúbico de 4,94 centavos.

Por razón de filtración en el conducto, servicios públicos gra- tuitos, étc., supongamos que lo percibido sólo deba repartirse entre las ?/, partes del líquido bombeado, entonces lo que realmente se ha pagado el año 1897 sería :

h 4,94 >< < 3 = 6,59 centavos.

En la tarifa que proponemos más adelante, basándonos en la relación existente entre 1%, de agua y cloacas que se cobra actual- mente, así como en los gastos correspondientes de explotación, llegamos á 8 CENTAVOS POR METRO CÚBICO.

NOVA ADDENDA

AD

FLORAM PATAGONICAM

AUCTORE

CAROLO SPEGAZZINI

(PARS 1)

DO NMBORTULACA OLERACEA DOSIS

Hab. Vulgata in cultis et in campis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

293. PoRTULACA PILOSA L. = DC., Pr. III, f. 354. Hab. Non rara in dunis et locis aridis secus Rio Negro, Jan. 1898 (E. S.). Obs. Forma patagonica petalis purpureis sepala non v. vix duplo superantibus, seminibus cinereo-nitentibus sublaevibus v. ob- soletissime subpunctulatis, foliis carnosis semiteretibus quam

pili axillares sat longioribus gaudent et facile var. mucronatam (Lk.) OK. sistunt!

24. CRISTARIA LINOIDES (Hiern.) Speg. = Malvastrum linorde Hier., Sert. pat., f. 10, n. 27.

Hab. Vulgata in praeruptis aridis secus Rio Negro, Sept. 1894 (leg. Dr. €. Berg) et Jan. el Febr. 1898 (C. S.), nec non prope Chonkenk-atk secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.).

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 9225

=

Obs. Species Cr. dissectae Hook. peraffinis, a qua lobis calycinis obtusioribus et praecipue alis carpidiorum minimis v. vix evolutis recedit. Radix perennis subpalaris crassa majuscula (15-30 cm long. = 5-15 mm grass.) parum ramosa apice mul- ticeps; rami annui herbacei virgati crassiusculi subfistulosi (25-150 em alt. = 3-10 mm crass.) glabri v. sparse pilosi, laete virides, inferne densiuscule subrosulato-foliati, sursum nudi v. remotissime foliati apice ample paniculatim pedun- culigeri. Carpella 8-12 fusco-cinerea, disco subpergameneo ab axeos basi evoluto (ut in Cristariis plurimis) calycem persi- stentem non v. aequante suffulta. Specimina ex Rio Negro calyce omnino glabro gaudent, illa ex Rio Chico e contra caly- cem laxe adpresseque pilosum habent.

Cristaria? patagonia OK. (Rev. gen. pl. III, f. 18) Cr.? Kuntze1 (OK.) Speg. nuncupanda ob homonymum C.? patago- mica Ph. in Linn. XXXITI, f. 28, n. 632.

25. SIDA ÁMEGHINOI Speg., N. sp.

Diag. Perennis, erepente erecta tota pilis stellatis pulverulento-ca- nescens, foli1s remotas limbo late ovato-cordato tripartito, lacint1s pinnatifidas obtusisimas, petrolorm anferas duplo longiore 1 supe- ms subaeguilongo suffultis, stapulas e tmangulari ovatis, floribus ad axillas foltorum superrorum subsolitarms pedunculo supra medium articulato sed non bracteato petiolum folúr fulerantas non v. viz superante fultas, calyce ad medvum usque 5-fido, lobrs ovatis subacutas, corolla glabra caerulea parum longrore donatas, fructibus conordeo-hemsphaericais glaberrimis, 12-carpellatis cupula axilar ansidentibus.

Hab. Tn pratis aridis et saxosis prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.).

Obs. Rhizoma horizontale tenue terra vix infossum praelongum (20-50 em long. = 2,5 mm crass.) glabrum, cortice ochroleuco laevi v. minute ruguloso tectum, ad nodos (internodiis sat elongatis 5-6 cm long.) radicans, apice e solo erumpens atque parce ramosum. Rami aérei e decumbenti erecti graciles (20-40 em long. =1,5-3 mm crass.) deorsum alterne laxe patu- leque ramulosi, sursum subsimplices, e terete obtuse angulosi vivides, sed tomento denso subpulverulento e pilis stellatis minutis composito vestiti, internodiis satis longitudine luden- tibus, infimis et supremis abbreviatis (10-25 mm long.) inter-

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 15

226

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

mediis longis v. longissimis (50-200 mm long.). Folia ad nodos solitaria patula, petiolis in inferis longiusculis (30-50 mm long.), in superis breviusculis (8-10 mm long.) tenuibus, dorso convexis, ventre aplanato-subcanaliculatis, plus minusve stel- latim pulverulento-canescentibus; limbis e cordato ovatis suborbicularibus (10-30 mm long. = 10-30 mm lat.) basi rotundatis v. truncato-cordatis apice obtusis, utrimque pilis stellatis vestitis, inferne densius atque tomentoso-canescen— tibus, superne laxius ac virescentibus, omnibus tripartitis, lacintis trifidis, lobis trilobulatis, lobulis omnibus ovatis obtusisimis non v. vix 1 v. 2 dentatis; stipulis herbaceis tenuibus ex ovato triangularibus plus minusve acutatis (2-3 mm long. =1-2 mm lat. bas.), dorso pulverulentis, ventre gla- bris, margine integris subeiliolatis. Flores ad axillas foliorum inferorum solitarii, superorum saepe 2-4 aggregati, pedicello stellatim pulverulento petiolum folii fulcrantis non v. vix supe- rante supra medium articulato sed ebracteolato fulti, ante et per anthesim ad articulationem pedunculi reflexi atque cernul; calyx (4-5 mm alt. =5-6 mm diam.) ovatus membranaceus virescens, extus plus minusve stellatim tomentosus intus glaber, quinquefidus, lobis ovato-triangularibus subacutiu- sculis; corolla glaberrima quinquepartita, petalis pulchre cae- ruleis margine pallescentibus, basi macula obscurjore notatis obovatis (3-6 mm long. = 3-4 mm lat.); columna staminea brevissima pallide caerulea, basi pilis simplicibus longiusculis paucis adspersa, apice in filamentis 20-24 tenuibus longiu- sculis purpureis antheras uniloculares parvulas concolores reniformes sustinentibus soluta; ovarium conico-hemisphae- ricum parvulum glaberrimum 12-carpellatum, apice in stylis 12, parte quarta infera pallidioribus connatis, ceterum liberis atro-purpureis, apice minute capitellatis, antheras non v. vix superantibus productum. Fructus calyce parum accreto inclusus e conoideo hemi- sphaericus (7 mm diam. bas. = 3-3, mm alt.) glaberrimus, apice late truncato-umbilicatus, carpellis 12 triangularibus (3,5 mm long. =1,8 mm lat. =1,2 mm crass.) dorso cinereo-oliva- scentibus laevibus applanatis longitrorsum rimose dehiscen- tibus, e latere grosse irregulariterque rugulosis, monuspermis efformatus. Semina in quoque carpello solitaria pendula ovata glabra fusco-atra,laeviarhaphe dorsal: cinereo majusculonotata.

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM aa]

Axis fructus, cui carpella adhaerent, crassus subcylindricus, basi in discum cupuliformem subcartilagineum, cum calyce (post carpellorum delapsum) persistentem expansus.

Species puchella Cristarms accedens, sed carpellis alis plane destitutis, etiam ad maturitatem, recedens. An Cristaria? patagonica Ph.?

26. OXALIS NAHUELHUAPIENSIS Speg., D. Sp.

Diag. Caules repentes crassi carnoso-lignosy, cortice crasso lateritio relaxato lave squamoso vestitr, squamas lineari-triangularibus concoloribus migaidas 1n petiolis tenuissimis aphyllis productis ; ramulr novellr ex ascillis squamarum caulium enati erectruscula palladi laxe fasciculato-foliosr, petiolis gracillimis elongatis, foliolas ternatis profunde cordato-bilobrs, lobis latis obtusis sub- carnosulis subglabris, pedunculas pluribus bifloris, a subparvulas glabras. |

Hab. In umbrosis rupestribus secus Lago Nahuel-huap:i, Jan. ISISA(OS:):

Obs. Caules v. stolones (an e radice tuberculosa enascentes ?) elongati el crassi (10-23 cm log. = 2-3 mm crass.) axi albe- scente ligneo duplo tenuiore percursi cortice relaxato (an 1n senectute tantum ?) crasso e testaceo badio obsoletissime glau- cescente tecti, squamis concoloribus alternis linearibus (8-15 mm long. = 2 nm lat. bas.) adpressis v. vix leniter patulis inter se remotis (3-5 mm) ornato vestiti; squamae sunt bases petiolorum annorum praeteritorum et saepe apice petiolos arescentes gracillimos praelongos (60-120 mm long.) rarissime foliola adhuc sustinentes gerunt. Rami novelli ex axilla bra- cltearum exsurgentes erectiusculi (1-2 cm long. = 1-1,5 mm crass.) pallide e viridi glaucescentes v. subrosei densiuscule atque subfasciculatim folios1. Folia erecta, petiolis teretibus gracilibus (5-10 cm long.) glaberrimis basi cum pericladio submembranaceo subamplexicauli (2-3 mm long. = 1 mm lat.) subroseo margine minutissime laxeque subciliolato ob- scure articulatis, apice trifoliolatis, foliolis petiolulis aequi- longis (0,5 mm long.) laxe adpressissimeque setulosis fultis, obcordato-triangularibus (7-8 mm long. = 7 mm lat.), postice cuneatis, antice truncato-rotundatis, profunde bilobis, lobis folioli tertiam partem aequantibus rotundatis, sinu acutiusculo saepe macula violascente notato separatis, margine integerri-

228

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

mis membranaceo-subcrassiusculis utrimque pulchre intense que viridibus et glaberrimis sed ad hypophyllum saepe pallide glaucescentibus atque praecipue in juventute secus nervulos pilos paucos minutos adpressos laxos gerentes. Pedunculi ex axillis foliorum exsurgentes, plures in quoque ramulo, petiolis subbreviores (5-8 cm long.) sed leniter crassiores apice biflori 4-bracteolati; pedicelli uniflori, alter elongatulus (4-5 mm long.) alter brevissimus (1-2 mm long.) saepius arcuati, basi bibracteolati, bracteolis ex albo subhyalinis linearibus pusillis (1-1,5 mm long.) minute adpresseque ciliolatis; ala- bastra cernua ovata (4 mm long. = 2 mm diam.) viridia alabra apice violacea minuteque albo-penicillata; flores me- dioeres nondum evoluti; sepala lanceolata (3,5 mm long. = 1,2-1,5 mm lat.) viridia glaberrima apice non glandulosa sed macula violacea majuscula atque fasciculo albo parvulo pilo- rum pusillorum ornata; corolla (lilacina?) adhuc calyce inclusa, deorsum glaberrima sursum pulverulento pubescens; stamina 10 libera, filamentis externis brevioribus, omnibus glabris, antheris flavis; styli 5 virides subpubescentes.

Species pulcherrima stolonibus crassiusculis squamosis ochraceis mox dignoscenda.

27. OxALIS STENOPHYLLA Speg., Dn. sp.=0. rubra S. Hil. var. pata—

gonica Hiern., Sert. pat., f. 13, n. 33.

Diag. Radice tuberosa obovata, apre multicaipite, ramas apice

obovato-squamos1s rosulato-foluferas, folris longissame petrolatis irifoliolatis, foliolis cuneatis profundissiume bifidas, lacinmis Iineartibus eglandulosis obtusrusculas, pedunculas floriferis gra- cilibus folva saeptus superantibus, aprce tmichotomo-umbellatas, floribus mediocribus pallide lnlacinas.

Hab. Vulgatissima ubique secus Rio Negro, Sept. 1874 (C. Berg),

Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

Obs. Tuberculus plus minusve profunde infossus (1-5 cm prof.)

obconico-obovatus (2-4 cm long. = 1-2,5 cm diam.) inferne longe attenuatus atque laxe longeque (5-10 cm long.) fibroso— radicatus, superne obtuse rotundatus, modice umbilicatus, intus albus carnoso-compactus ex insipido acidulus, cortice tenui laevi (v. in parte supera obsolete squarruloso) ochraceo tectus, e centro umbilici ramulos 1-6 erectos superficem soll attingentes emittens, Rami plus minusve graciles et longi (1-6

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 929

em long. = 1-1,5 mm crass.) erecti simplices v. apice subo- tryose ramululosi, deorsum nudi, sursum squamis (petiolorum baseos arescentium vestigiis) fusco-ochraceis tenuibus linea- ribus (4-8 mm long. = 1,5-2 mm lat.) I-nerviis glabris dense imbricatis vestiti el tandem capitalo-clavulati. Folia ex apice ramorum v. ramululorum e centrosquamarumexsurgentia, pe- tiolis erectis gracilibus teretibus (5-10 cm long.) glaberrimis, bas1 breviter applanato-dilatatis, apice foliolis tribus cuneato— triangularibus (6-14 mm long. =5-10 mm lat. apic.) sessilibus, a quarta parte infera bifidis, lacintis linearibus (1-1,4 mm lat.) divaricatulis obtusiusculis imperspicue 1-nerviis, plane eglandulosis, utrinque glabris, epiphyllo laete viridi, hypo- phyllo pallidiore subglaucescente in sicco minutissime alveo- lato-reticulato donata. Pedunculiecentrofoliorum exsurgentes, saepius plures in quoque ramo, folia aequantes v. plus minusve longiores (5-15 cm long.) graciles erecti glabri virides, apice subumbellatim trichotomi, pedicellis centralibus ceteros aequantibus, primariis et secundariis basi bracteola pusilla (1-2 mm long.) lineari acuta e virescente hyalina margine saepe minute ciliolata ornatis, ante et per anthesin erectis post anthesin deflexis. Flores (7-15 in quaque inflorescentia) sub= mediocres (10 mm long. = 8 mm diam.); sepala lineari-lan- ceolata acuta (3 mm long. = 1 mm lat.) glaberrima dorso viridia margine albescentia apice glandula parvula lineari- elliptica aurantiaca v. purpurea ornata, ibique saepe minute ciliolata; vetala glabra anguste spathulata (8-10 mm long. = 2,5-3 mm lat.) inaequilateralia pallide e roseo lilacina, lineis paucis obscurioribuslongitrorsum picta, unguibuslongiusculis albisinter se plus minusvecoalitis. Stamina libera 10,5 externa sepalislongiora filamentis longiusculeadpressequealbo-pilosis, 31nterna sepalisbreviora glabra tenuia filamentis glabris viridi- bus, omnium antheris parvulis flavis; ovarium el liptico-ovatum viride glabrum apice stylis 5 dimidio brevioribus stigmatibus capilellatis fuscis terminatis coronatum. Capsula... non visa.

Species O. rubrae S. Hil. certe cognata, sed statura ombium partium minore, foliorum laciniis semper angustis utrimque glabris eglandulosis stylisque brevibus sat distincta.

CONDALIA LINEATA A. Gray = Un. St. Expl., f. 275. C. macro- phylla Cav., Gay, Fl. Chil. Il, f. 91.

9230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. Vulgatissima in altiplanitie secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

Obs. Arbuscula nana saepius subhemisphaerica 1 v. 1,5 (rarius 2-) metralis, ligno durissimo, dense patuleque spinoso-horrida, valde fructifera, drupis globosis ovatis v. ellipticis plus mi- nusve pulposis et sapidis. In regione citala dumeta extensis— sima constituit et secundum druparum colorem formae tres distinguendae :

a) Melanocarpa : drupis nigris parum pulposis et sapidis.

b) Erythrocarpa : drupis rubris sat pulposis sed parum sapidis.

c) Xanthocarpa : drupis flavis v. ochroleucis saepius valde carnosis et sapidis.

29. OCHETOPHILA TRINERVIS Poepp. = Miers, Contr. to Bot. I, f. 281, AR

Hab. In dumetis montanis secus Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (CASO:

30. DISCARIA ANDINA (Miers) Speg. = Miers, Contr. to Bot. I, f. 271, tab. 37, E.

Hab. Rarius 1n rupestribus secus Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (EAS):

Obs. Specimina sterilia quandoque inermia quandoque plus mi- pusve subspinosa, ramis juvenilibus pulverulento-puberulis, spinis seu ramulis abortivis brevibus sub apice dipbyllis, foliis ellipticis integerrimis apice subattenuato-rotundatis basi rotundato-cuneatis (15-16 mm long. = 6-7 mm lat.) in prima

- juventute subpuberulis per aelatem glabratis, petiolis brevibus (1-2 mm long.) pulverulentis fultis,

31. DISCARIA COGNATA (Miers) Speg. = Miers, Contr. to Bot. I, f. 269, tab. 37, B. Speg., Plant. Pat. austr., n. 75.

Hab. Rarissima in rupestribus prope Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (€. S,).

Obs. Specimina sterilia quae nunc adsunt ab 1llis prope Lago Argentino anno 1884 lectis satis recedunt. Arbuscula erectiu- scula v. prostrato-effusa vix metralis, plane inermis v. parce spinosa. Ramuli subtetragoni in juventute pulverulenti per

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 231

aetalem glabrati, decussatim foliosi, foliis ovatis (10-12 mm long. = 5-7 mm lat.) basi rotundatis apice cuneato-rotundatis obtusiusculis margine argute undulato-serratis (denticulis utrimque saepius 12) ad epiphbyllum glabris 1-nerviis obscure viridibus, ad hypophyllum primo pulverulentis dein glabratis pallidioribus subtriplinerviis, petiolo pusillo sed bene distincto (0,5-1 mm long.) fultis; stipulis axillaribus parvulis ferru- gineis puberulis linea transversa inter se junctis. An melius nova species?

32. DISCARIA FOLIOSA (Miers) Speg. = Miers, Contr. to Bot. 1, f. 268. tab. 37, B— Speg., Plant. Pat. austr., n. 74.

Hab. Non rara ad ripas Rio Negro prope Carmen de Patagones el circa Lago Nahuel-huapi, Jan. et Febr. 1838 (€. S.).

Obs. Species incaule ab auctoribus nonnullis cum D. discolore (Hook.) Speg. conjuncta sed nequidem comparanda, statura subarborea 4-5 metrali, subinermis, foliis lanceolatis duplo et ultra majoribus tenuioribusque (21 mm long. = 4 mm lat.) leniter crenato-dentatis, inferne pallidioribus, floribus in ax1llis superivribus di v. ternatis (4 mm long. = + mm diam.) albis, capsulis obtusis subtrilobis laxe obsoleteque pubescen- tibus.

33. ANARTHROPHYLLUM DESIDERATUM (DC.) BHgp. = A. Berga Hiern., Sert. pat., n. 40 A. Morenonas OK., Rev. gen. pl., TIL 2, f. 50 Speg., Plant. Pat. austr., n. 80.

Hab. Vulgatum per totam Patagoniam australem et Fuegiam nordicam orientalem per ann. 1874 (C. Berg), 1882 (C. S.) et 1894-98 (€. A.).

Obs. Species habitu distinctissima, vix variabilis, quandoque laciniis foliorum brevissimis (3-5 mm long.) valde sericeo- pubescentibus, quandoque elongatis (10-23 mm) subglabratis, saepe in eadem planta inveniendis, donata, calycis sericeo- canescentis labio infero tridentato v. + trisecto, corolla auran- tiaca v. flava, vexillo sepala vix aequante, alis carinaque valde productis duplo v. triplo longioribus.

Specimina typica in Herbario De Candollei servata, 'et a me inspecta, lacintis foliorum 5-15 mm longitudine et calycis labio infero tridentato gaudent. 4. Berg Hiern., 4. Morenonas OK.,

932 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

et facile etiam A. Tonin OK. et 4. Beaufilsis OK. vix formas hujusdem speciel sistunt.

34. ANARTHROPHYLLUM RIGIDUM (G1ll.) Hiern. = Hiern., Sert. pat., n. 39. Speg., Plant. Pat. austr., n. 81 OK., Rev. gen. plant. IAS M50.

Hab. Non rarum in praeruptis praecipue secus flumina $. Cruz, anno 1874 (C. Berg), 1882 (€. S.) et Rio Chico Jan. 1897 (€. A.), et in montuosis centralibus Chubut 1898 (Koslowsky).

Obs. Species, haec etiam nonnihil variabilis, glabra v. adpresse sericeo-canescens, laciniis foliorum plus minusve elongatis

(5-15 mm. long.) apice eximie cuspidato-mucronalis ; flores aurantiaci in pedicello brevi sericeo-canescente acrogeni ge- minati v. ternati sessiles (8-9 mm long.), calyce (4-5 mm long.) sericeo-canescente bilabiato, labio supero breviore e sepalis ovatis ad tertium superum usque connatis efformato, infero leniter longiore ¿tradentato, corolla longe exerta aurantiaca, vexillo alas et carinmam leniter superante dorso canescente- sericeo donata. Legumina hispida ovata (8-9 mm long. = 4- 4,5 mm lat.) leniter inaequilateralia apice ¡n mucrone stylari acuto elongato (2 mm long.) producta, 1-2-sperma; semina e eloboso ovata compressula (3 mm = 2,5 mm lat. = 2 mm crass.) e melleo ochracea pulcihre badio-marmorata.

Characteres A. rigida (Gill.) Hiern. et A. elegantis (Gill.) Ph. a Cl. Ottoue Kuntzeo l. c. dati, valde incerti et nullius mo- mentl.

35. TRIFOLIUM ARGENTINENSE Speg. = Speg. in Com. del Mus. Nac. de B. Arres, Dec. 1898. Hab. Rarius in herbosis subuliginosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. $.).

36. TRIFOLIUM REPENS L. = DC., Pr. II, f. 198. Hab. Vulgatum in pratis subuliginosis secus Rio Negro, Jan. 1898 (€. S.).

37. MEDICAGO LUPOLINA L. = DC., Pr. Il, f. 172. Hab. Vulgata im pratis subuliginosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM . 233

38. MEDICAGO MACULATA Willd. = DC., Pr. II, f. 179. Hab. Vulgata fere ubique praecipue ad viarum latera secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.).

39. MELILOTUS PARVIFLORA Dsf. = DC., Pr. Il, f. 187. Hab. Vulgata in pratis editioribus secus flumina Rio Negro, Limay et Neuquen, Dec. 1897 (C. S.).

0. GALEGA OFFICINALIS L. = DC.. Pr. IT, f. 248.

Obs. Non rara et spontanea ad ripas Rio Negro, certe ex cultis aufuga, Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

41. ASTRAGALUS ÁRNOTTIANUS (Gill.) = Gay, Fl. Chil. Il, f. 103. Hab. In sabulosis aridissimis ad confluentiam fluminum Limay el Neuquen, Dec. 1897 (€. S.).

12. AsTraGaLUS Ber61 Hiern. = Hiern., Sert. pat., n. 45.

Hab. Non rarus in praeruptis ad ripas Rio Negro, Jan. et Febr, 1898. (C. S.).

Obs. Specimina mea, pro parte florcibus serotinis donata, pro parte fructifera, a descriptione citata nonnihil recedunt; habitu A. Rengafor Ph. accedunt et ab 4. striato (Clos) longissime recedunt nec quidem comparada. Suffrutex perennis rigidulus laxe intricateque ramosus (20-60 cm alt.); caules teretes fi- stulosi deorsum crassiuisculi (3-4 mm diam.) pallide virides glabri longitudinaliter plus minusve valide striati, sursum sensim graciliores e viridi canescentes laeves adpresse pube- scentes subdichotome ramosi, internodiis elongatis (15-80 mm long.); folia internodia superantia (35-80 mm long.), stipulis oppositifoliis lanceolatis acutis (5-6 mm long.) centro viridibus margine e hyalino albescentibus dorso pubescentibus, petiolis adpresse puberulo-canescentibus gracilibus ex erecto arcuato- patulis parum supra basin folioligeris, foliolis 1mparipinnatis 6-11-jugis, jugis inter se valde remotis, suboppositis linearibus (5-12 mm long. = 1,5-2 mm lat.) arcte plicatis, ventri glabris viridibus, dorso cinerascenti-pubescentibus, apice plus mi- nusve rotundato-obtusatis. Pedunculi folis duplo v. triplo longiores erecto-arcuati (10-16 cm long.) ante anthesin sub-

9234 l ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

molles graciles, post anthesin valde elongati recti rigidi ramos crassitudine aequantibus. Flores 10-12 mediocres (7-9 mm long.) ad apicem pedunculorum congesti, ante anthesin sub- spicato-capitati erecti, per anthesin sensim spicato-relaxati deflexi, infimis remotis; pedicelli breves (2 mm long.) pilosuli saepius solitarii v. false geminati v. ternati uniflori, e brac- teola minuta lineari acuta pilosula breviore v. aequilonga exsurgentes; calyces obovato-turbinati (3-4 mm long.) laxe pubescentes, pilis parvulis adpressis quandoque omnibus cinereis, quandoque alteris nigricantibus commixtis vestiti, dentibus setaceis brevissimis (1 mm long.) acutis; corollae gla- brae calycem bis aequantes, vexillo (8 mm long.) violascente centro macula plus minusve perspicua flavescente notato, alas roseas (7 mm long.) carina albescente (5 mm long.) apice violaceo-maculata tertio longiores vix superante donatae; stamina alba glabra; ovarium lineare canescenti-sericeum. Spicae retrorse fructiferae summopere elongatae et relaxatae (parte carpophora, 6-12 cm long., partem sterilem saepe exce— dente) crassae (2-2,5 mm diam.) rigidae sublignosae glabratae valide striato-angulosae pallescentes; legumina relaxata, pe- dicello incrassatulo rigidissimo lignoso eximie arcuato-reflexo (3 mm long.) fulta, rachide arcte adplicita glaberrima palle- scentia tota sublignosa anguste elliptica (8-14 mm long. = 3-4 mm diam.) subsigmoidea, subteretia, ventri carinato-rotun- data, dorso rotundata v. subcanaliculata, basi cuneata, apice acuta atlque breviter valvato-dehiscentia, unilocularia 10-14 sperma, seminibus ventralibus biserialibus suborbicularibus (2 mm diam.) compressis e mutua pressione angulosis atque difformibus glabris laevibus subochraceis.

43. ASTRAGALUS PROCUMBENS Hk. Arn. = Gay, Fl. Chil. II, f. 413. Hab. In pratis editioribus prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S:).

kk. ADESMIA ÁMEGHINOL Speg. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 93. Hab. Vulgata in campis sabulosis Sehuen-atk vocatis secus Rio Sehuen, Febr. 1898 (€. A.).

45. ADESMIA BORONIOIDES Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 95.

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 239

Hab. Non rara in rupestribus prope Nahuel-huapi, Jan. 1898 (C. S.)et 1 Valle Lago Blanco et Valle Rio Mayo, Nov. et Dec. 1898 (n. 81-129, Koslowsk y).

46. ADESMIA CANESCENS (A. Gray) BHgp. = Walp., Ann. IV, f. 532 Benth. Hook., gen. pl., IL, f. 517.

Hab. Non rara in praeruptis secus flumina S. Julian 1894, Emelk-ark 1897, Boron-a1k 1898 (€. A.), 1m Chubut 1897 (Valentin) et praecipue secus rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (E. S.):

Obs. Genus Streptodesma A. Gr. nullo modo ab Adesmia DC. di- stinguendum, ut praecl. Bentham et Hooker |. e. bene monue- runt; Adesmae canescenta Ph. idcirco nomen mutandunm, et A. Rudolfi (Ph.) Speg. nuncupanda!

%7. ÁDESMIA FILIPES Á. Gr. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 94. Hab. Sat communis in arenosis loco dicto Emelk-ark secus Rio Chico, Jan. et Dec. 1897 (C. A.). Obs. Species, ut videtur, 4. confertae Hk. Arn. habitu valde accedens, sed distinguitur tamen leguminibus plumoso-setu- losis nec tantum muricato-glandulosis.

48. ADESMIA GRACILIS Mey. = Gay, Fl. Chil. IT, f. 202.

Hab. Non rara ad ripas fluminis S. Cruz, anno 1882 (C. S.), atque prope S. Julian anno 1894, prope Emelk-ark et Parr-ark annis 1897-98 (S. A.), nec non in montuosis centralibus Chubut, Dec. 1898 (n. 113, Koslowsky).

49. ADESMIA KARRAIKENSIS Speg., M. Sp.

Diag. Chaetotricha; perennis lagnosa parvula, ramas subeaesprto- sis simplicibus brevibus, altera vetustis nudais spimiformabus, alteris novellas confertiuscule folmferiss apreeque brevissume racemoso-floriferis, petrolis a medio foliolaferas, folvolas ampa- ripinnatis 4-jugas ellipticis crassuusculis integerrimas enervias supra minute adpresseque setuloso-canescentibus sublus subgla- bratis, stipularum lobis liberis majusculas ovato-tmangularibus subobtusis; floribus pauctis inter folia suprema absconditas bre- vvter pedunculatis, aurantriacis; legumimibus 4-5 articulatis setas longis albo-plumosis ornatas.

236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. In declivibus denudatis aridissimis loco Karr-aik' vocato prope Lago Argentino, Mart. 1898 (€. A.).

Obs. Caudices subterranei crassi profunde delitescentes lignosi laxe ramos1, ramis superficem soli attingentibus effusis v. plus minusve erectis (4-7 cm long.) subteretibus (2-7 mm crass.) saepilus tuberculoso-nodosis, cortice crasso cinereo vestitis, ligno compacto albo donatis, apice abrupe confertiusculeque ramulosis. Ramuli omnes simplicissimi erecti breves (20-40 mm long. = 2-3 mm crass.) biformes : vetusti lignosi rigidi indurati attenuato-acutati spinescentes nudi; ceteri confer- tiuscule foliiferi v. folio-floriferi. Folia e viridi canescentia erecta (25-40 mm long.), petiolo inter lobos ovatos v. triangu- lares subacutos stipularum amplexicaulium fuscescentium exsurgente, crassiusculo subterete, dorso convexo glabro, ventri applanato (non v. obsoletissime submarginato-alato el ad foliorum ortum constrictulo) minute adpresseque pubescenti- canescente, in parte dimidia infera nudo, in dimidia supera foliolitero; foliolis imparipinnatis (saepius 9) 4- jugis subre- motiusculis patentissimis oppositis sessilibus, ellipticis (ra- rus leniter ovatis v. subobovatis) enerviis crassiusculis (3-6 mm long. = 2-4 mm lat.) utrimque obtusiusculis ad epiphyl- lum adpresse minuteque hispidulo-canescentibus, ad hypo- phyllum glabris v. subglabris. Flores pauci (3-7) ad apicem ramulorum inter folia suprema breviter productum (5-10 mm long.) subracemosi, pedunculis brevibus teretibus canescen- tibus (2-4 mm long.) basi bractea anguste triangulari acuta breviore ornatis, apiceunifloris; calyx turbinatus (3,5 mm long. = 3 mm diam.) adpresse canescenti-pubescens, dentibus sub- aequalibus, triangularibus subacutusculis, tubo dimidio bre- vioribus; corolla e purpureo aurantia (8 mm long.) calyce duplo longiore vexillo dorso adpresse pubescenti-canescente, alas et carinam pallidiores vix superante donata.

Legumen 4-5-articulatum, articulis obtuse triangularibus (4 mm lat. et alt.), basali nudo v..subnudo, ceteris setulis pluribus longis (4-5 mm long.) albo-plumosis ornatis; se- mina subtriangulari-lenticularia (2,5 mm long. = 2 mm lat.) glabra pallide sordideque cinerea laevia.

50. ADESMIA LANATA Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., nm. 91 A. parvsfolia Ph., Linn. XXVIII, f. 683, n. 153.

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 937

Hab. In campis saxosis, Emelk-avk secus Rio Chico, Jan. 1897, Sehuen-ark secus Rio Sehuen, Febr. 1898 (C. A.), ad conflu- entiam fluminum Limay et Neuquen, Dec. 1897 (C. S.) et in montuosis centralibus chubutensibus, Nov. et Dec. 1898 (n. 92 et 123, Koslowsky).

Obs. Species ad sectionem Patagonium pertinens sat variabilis quandoque pusilla contracta subeaespitosa, quandoque plus minusve elata, subglabra, puberula vel villosa, foliiss pedun- culoram magnitudine sat ludens, floribus pallide e lilacino albis (vexillo coeruleo carina albescente) purpureo maculatis y. virgatis atque alis angustis, carinam non aequantibus, ungui- bus, eorumdem limbo aequilongis mox dignoscenda. Legumen puberulum 4-5-articulatum, articulisinprimajuventuteparum manifestis, den sinubus profundis angustissimisque separatis.

| 51. ÁDESMIA LEPTOPODA Speg., B. Sp.

Diag. Patagontum, caules gracillima effusi glaberrima, folúis an- ternodra longe superantibus, stapulis ovatis connato-amplexr- caulibus, petrolo supra medium folrolafero, folrolas 3-4-jugts sessalibus e lanceolato v. elliptico limearibus utrimque acutis integerrimas, non v. vix pilas nonnullas adpressis adspersis, florabus solitarias axillaribus pedunculo tenuissimo folium ful- crans aequante v. saepe superante fultas, calyce puberulo lobas imangulariabus tubo brevioribus, corolla aurantiaca glabra calycem bis aequante, legumne 4-5-articulato vix puberulo.

Hab. In pratis editioribus et magis húumidis secus Rio Chico, Jan. 1897 (C. A.).

Obs. Radix...; rami repenti-effusi (10-20 cm long.) vix v. non apicem versus leniter exsurgentes gracillimi glaberrimi, palli- dissime virides, internodiis infimis brevibus (2-5 mm long.). mediis longiusculis (15-20 mm), supremis iterum sensim abbreviatis; folia infima (10 mm long.) el suprema parvula, media normalia (30-40 mm long.) suberectiuscula e viridi subglaucescentia, glabra v. pilis minutissimis adpressis plus minusve laxe adspersa, partibus foliaceis enerviis viridibus angustissime obsoleteque albo-marginatis integerrimis, sti- pulis connato-vaginantibus ovalis (3-4,5 mm long. =2-3 mm lat.) obtustusculis, petiolo gracili in parte dimidia infera nudo, indimidiasuperafoliolifero, foliolis pari v. imparipinnatis(7-9) 3-4-jugis, e lineari lanceolatis v. ellipticis utrimque acutis (4-8

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52.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

mm long. = 1,5 mm lat.) planis. Flores ad axillas foliorum superiorum solitarii, pedunculo praelongo (25-40 mm long.) gracilique glabro v. vix pilis remotissimis nonnullis adsperso unifloro fulti; calyce obovato (4 mm long.) minute adpresse- puberulo, lobis triangularibus subacutis tubo brevioribus donato; corolla aurantiaca (7-8 mm long.), vexillo lineis non- nullis purpureis notato glaberrimo, alas et carinam pallidiores leniter superante donata. Legumen immaturum 4-5-articula- tum ad suturas laxe minute adpresseque puberulum, ad latera glabrum.

Species praecedenti peraffinis, a qua tamen foliolis saepius k-jugis, stipulis brevioribus latioribusque, pedunculis cons- picue longioribus bene distincta videtur.

ADESMIA LOTOIDES Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 88.

Hab. Vulgata in pratis sabulosis per totam Patagoniam australem

per annos 1882-98.

Obs. Species inter sectiones Chaetotricham et Patagonium media,

tota pilis málpighraceis plus minusve densis vestita, quare inter ceteras distinctissima; florum corollae aurantiacae, vexillo et carina maculis atro-purpureis plus minusve notatis; legumina saepius 5-articulata, articulis triangularibus isthmo angustissimo junctis dense malpighiaceo-sericeis, appendici- bus (setulis?) nonnullis crassis brevibus subadpressis etlam mapilghiaceo-pilosis appendiculatis.

Inter specimina perplurima et nonnihil variabilia formae haec nobiliores distinguendae : |

a) Typica : statura mediocri, ramis suberecticulis (5-6 cm alt.) foliolis ex oblanceolato obovatis (8-10 mm long. = 3-4 mm lat.) complicatis utrimque argenteo-sericeis in stipulis sessilibus v. subsessilibus, pedicello folium duplo v. triplo superante (20 mm long.), floribus medicecribus (11 mm long.) vexillo dorso sericeo Chonkenk-atk secus Rio Chico, Febr. 98 (CAME

b) Normalis : statura mediocri, ramis ex effuso subcaespl- tulosis (5-6 cm long.), foliolis oblanceolatis complicatis (7 mm long. = 3 mm lat.) utrimque argenteo-sericeis in stipulis ses- silibus, pedicello folium aequante v. parum superante (6-10 mm long.), floribus intermediis (12 mm long.) vexillo dorso sericeo. Santa Cruz, Jan. 1892 (C.S).

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 239

c) Brachypoda : statura parvula v. pusilla, ramis ex effuso caespitoso-contractis (2-3 cm long.) foliolis oblanceolatis utrim- que sericeis (5-7 mm long.) floribus mediocribus (11 mm long.) vexillo dorso-sericeo. In praeruptis Pan de Azucar secus Rio Chico, Dec. 1897 (C. A.).

d) Elata : statura valida, ramis late effusis (10-20 mm long.), foliolis oblanceolatis v. lineari-oblanceolatis (18-25 mm long. =14-5 mm lat.) planis, supra subglabris, subtus plus minusve laxe sericeis, in stipulis sessilibus v. rarius subsessilibus, pedicello quam folium breviore (12-15 mm long.), floribus majoribus (13 mm long.), vexillo glabro. Secus Rio Chico Jan. 1897 (C. A.).

e) Petrolulata : statura mediocri, ramulis erectiusculis (7-8 cm alt.), foliolis lineari-oblanceolatis (10-25 mm long.) com- plicatis, utrimque sericeis, petiolo inter auriculas stipularum exsurgente bene evoluto (3-3 mm long.) fultis, pedicello folia aequante v. breviore (15 mm long.) floribus intermediis (12 mm long.) vexillo dorso glabro v. obsoletissime margine pube- rulo. Secus Rio Chico Jan. 1897 (€. A.).

53. ÁDESMIA PATAGONICA Speg. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 97.

Hab. In praeruptis aridissimis Emelk-ark, Jan. et Dec. 1897, nec non prope Kman-atk, secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.).

Obs. Specimina nunc inventa eximie fructifera, leguminibus 4-5- articulatis, articulis glaberrimis utroque latere fere in centro gibba conica plus minusve elevata ornatis. Species habitu Adesmiae canescenta (A. Gray) BHgp. valde accedit, sed legu- minibus structura mox dignoscenda!

54. Abesmía PUMILA Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 89. Hab. Rara in pratis editioribus secus Rio Chico, Jan. 1897(€. A.). (7bs. Rami late repenti-effusi; pedunculi fructiferi saepius eycneo-incurvati foliis aequilong1 v. breviores; legumina 1 y. rarius 2 articulata, articulis glabris e latere convexis centro gibbuloso-tuberculosis radiatimque laxe nervosis.

(Continuará).

EL VIAJE DEL « BÉLGICA »

La expedición austral belga comandada por el capitán Gerlache - se halla de regreso en Punta Arenas, teniendo que lamentarse el fallecimiento del médico de á bordo y de un marinero.

Poco se puede saber acerca de los resultados científicos de la exploración, pues los miembros de ella están comprometidos con la Sociedad Geográfica de Bélgica, iniciadora de la empresa, á reser- varle las primicias de los estudios practicados.

Algunas generalidades, sin embargo, se han podido conocer, gracias á la presencia en Buenos Aires del doctor Racowitz, natu- ralista de la expedición, quien se detuvo algunos días entre nosotros de paso para Europa.

Parece que el objeto real del viaje era hallar un canal que atra- vesando las tierras australes diera paso del Atlántico al Pacífico. La existencia de este canal había sido indicada por los tripulantes del navio inglés Jason, que exploró hace poco tiempo aquellos mares.

Con esos antecedentes zarparon los exploradores del Bélgica de San Juan del Salvamento, último puerto desde el cual se tuvo noticia de ellos, é hicieron rumbo á las islas Shetland.

Navegaron sin inconveniente en el mar libre hasta que un día nebuloso, bonancible y sin viento, echaron la zonda hallando fondo de piedra á treinta metros.

Las islas debían estar próximas y Gerlache mandó parar la máquina.

Cuando el buque estaba casi inmóvil se sintió una saciidida y el Bélgica quedó varado sobre una de las piedras que rodean hasta larga distancia á las islas.

Al disiparse la niebla vieron los navegante á las Shetland, á cinco

EL VIAJE DEL «BELGICA » 9241

millas de distancia y dos enormes témpanos á uno y otro lado, varados como ellos sobre la roca.

Felizmente pudo zafar el buque de la varadura, cuya gravedad pudo ser muy grande sin la oportuna detención de la máquina. Siguiendo su navegación no tardó en fondear en Puerto Foster.

De allí se dirigieron los navegantes á Bahía Hughes en el interior de la cual no tardaron en encontrar la entrada del canal que iban á recorrer en toda su extensión y al que han bautizado provisional- mente con el nombre de su buque.

El canal Bélgica corre desde la parte norte de las tierras australes, entre Palmer al oeste y Luis Felipe al este, dirigiéndose al sur en un trayecto de ciento cincuenta millas más ó menos. Al este lo limita el continente, que en esa costa toma el carácter de una larga cadena de montañas de 600 á 800 metros de altura, formadas pura- mente de granito y gneiss.

Es digno de notarse que esta parte sólo ofrece rocas cristalinas mientras que más al oriente los navegantes del Jason han hallado abundantes depósitos fosilíferos que han sido referidos á la época lerciaria.

Esta costa oriental del canal es absolutamente inaccesible como pudieron comprobarlo Gerlache y sus compañeros en veintidos lesembarcos infructuosos.

Aquellas montañas, aunque relativamente poco elevadas, están cubiertas de ventisqueros surcados por inmensas grietas, sin valles ni quebradas que rellena la nieve fofa; sólo en pocos parajes mues- tran desnuda su armazón de granito, pero allí las rocas forman ba- rrancas á pico, pulidas por los témpanos, arrastrados por el vaivén de las corrientes.

Al oeste, el canal está limitado por un espesoarchipiélago, llamado por Biscoe, Tierras de Graham.

La desembocadura del canal Bélgica se halla al nordeste de las islas Biscoe, sobre el Océano Pacífico.

Una vez en las aguas de este último, hicieron rumbo al sudoeste y no tardaron en encontrar el mar cubierto por una capa de hielo.

Se internaron en él, aprovechaudo una gran abertura que se les ofreció y navegaron siguiendo el paralelo 71? sur.

Al llegar al meridiano 81? un descenso rápido de la temperatura soldó unos con otros los témpanos flotantes y el Bélgica quedó apri- sionado por los hielos que lo arrastraron en dirección general oeste, siempre bajo el paralelo 712.

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVII 16

949 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Así pasaron la inactiva y tediosa invernada.

El termómetro bajó hasta 40% €. bajo cero y el barómetro mos- traba una extraordinaria variabilidad.

Llegado el verano, no consiguieron libertarse de los hielos y en esta afligente situación comenzaba ya el mes de marzo, precursor de un nuevo invierno, en el cual no tendrían con qué alimentarse.

Por fin el hielo se abrió y el Bélgica, libre de su prisión, hizo rumbo al norte, recalando catorce días después en Punta Arenas.

Los soudajes efectuados han permitido constatar la existencia de una meseta continental austral cubierta de trozos estríados que denotan la acción glacial.

En ciertas zonas el fondo marino está cubierto de un banco rico de globigerinas.

En general la fauna del mar tiene carácter abisal. Abundan los Pentacrínidos, Gorgónidos, etc., y crustáceos de gran profundidad. En el planctón se han hallado dos formas de gusanos ya conocidas del Mediterréneo.

En las costas de las Tierras de Graham abundan las focas (cuatro especies) y pingiliines.

Las colecciones zoológicas son muy abundantes y, aun cuando no ha sido posible hacer todavía la determinación de las especies, es probable que haya muchas novedades.

La escasa flora de aquellas regiones está representada por musgos y líquenes y por gran cantidad de algas microscópicas (diatomeas, etc.).

En ciertas partes un alga verde cubre completamente la nieve presentándose como una vasta alfombra de un hermoso color verde.

Los paisajes polares, lejos de ofrecer la monótona blancura que podría suponerse, manifiestan bellísimas coloraciones por los juegos de luz sobre la nieve y el hielo.

La nieve tiene sombras de color azul intenso y el hielo de agua de mar tiene color verde manzana.

Esto es todo lo que hemos podido averiguar de la expedición Gerlache.

Pronto se publicará el informe oficial y los especialistas europeos estudiarán las colecciones recogidas que contribuirán al mejor co- nocimiento de esas vastas y casi ¡nexploradas regiones australes.

MISCELÁNEA

El contagio por medio de los insectos. —El mecanismo de la transmisión de las enfermedades contagiosas está aún lejos de ser conocido en todas sus modalidades.

Admitiendo que el contagio puede efectuarse sea por el contacto inmediato del enfermo, sea mediatamente, por el transporte, en el agua ó en el aire, de gérme— nes provenientes del enfermo, y contenidos principalmente en sus secreciones, se está en condiciones, sin duda, de responder á todas las cuestiones que suscita la filiación de los casos observados en el curso de las endemias y de las epidemias.

Pero estas respuestas son hechasen términos muy generales y, por consiguiente, un poco vagos, y queestán lejos de satisfacer el espíritu en las pesquisas relativas á casos particulares, muchos de los cuales permanecen en suma sin explicación suficiente.

Por otra parte el mecanismo del contagio, considerado desde tan lejos y desde tan alto, no puede comportar, bajo el punto de vista de las medidas precisas de profilaxia que deben oponérsele, más que indicaciones banales, y, por consiguiente, inaplicables ó insuficientes.

Desde hace algunos años se ha introducido en la ciencia una noción que abre respecto á la cuestión de los orígenes del contagio, un capítulo completamente nuevo y cuyo sólo título es bien sugestivo.

Se trata del papel, no sospechado hasta estos últimos tiempos, que desempenan los insectos en el transporte é inoculación de los microbios patógenos.

En diversas partes, los observadores han tenido fija su atención sobre hechos extremadamente curiosos, que ponían dicho papel en evidencia; y sus relaciones, confirmadas por un cierto número de experiencias demostrativas, constituyen des- de ya un conjunto de documentos que permiten bosquejar todo un capítulo de patología y de epidemiología tan interesante para los sabios y para los médicos, como para el público.

A propósito de las últimas epidemias de cólera se sospechó que las moscas pu— dieran desempeñar un papel en la diseminación de los gérmenes infecciosos.

Para comprender el origen de ciertos casos inexplicables por la infección del agua de bebida, se notó que el transporte del contagio hubiera podido muy bien efectuarse porintermedio de moscas que después de haberse posado sobre deyec

244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

ciones de coléricos, hubieran contaminado los alimentos de personas que habita— ran enlos alrededores.

La hipótesis era ingeniosa y, en seguida, fué verificada por un experimento de laboratorio. Se encerró bajo una campana un cierto número de moscas, una vasi- ja que contenía un caldo de cultura de bacilos del cólera y placas de gelatina cul- tivable. Dos días después, como resultado de esta cohabitación, se pudo constatar que las moscas, después de haberse alimentado sucesivamente del caldo colérico y de la gelatina en placas, habían sembrado estas últimas con sus patas mojadas en el líquido virulento de cultura. Entonces se pensó en el contagio de la tubercu- losis, contagio tan temible en las familias ; y se comprendió cómo las moscas po= dían favorecer, en un apartamento, el transporte de los bacilos que encierran en cantidad innumerable las expectoraciones de los tísicos. Un experimento análogo al precedente vino aún á confirmar lo bien fundado de esta hipótesis: y así se pueden explicar ahora muchos hechos obscuros. Así aparece además una gran la— guna en las medidas higiénicas que se creían suficientes para hacer imposible el contagio á los que rodeaban á enfermos.

Ultimamente, por fin, estalló una gravísima epidemia de fiebre tifoidea, que fué atribuida igualmente á las moscas. Se trata de la epidemia que diezmó las tropas americanas reunidas en vista de la expedición de Cuba. :

Habiéndose encargado una comisión médica de investigar las causas del mal, la conclusión fué que las moscas que pululaban sobre los excreta é ingesta de los hombres, habían sido los agertes más activos y más inmediatos de la difusión de los gérmenes de la enfermedad, traídos primeramente por algunos voluntarios llegados de todos los puntos de los Estados Unidos.

En fin, se ha atribuído á las moscas el mismo papel de agente vector en la tras- misión del microbio de la oftalmía purulenta.

Estos primeros hechos son, seguramente, ya muy dignos de interés, sobre todo desde el punto de vista práctico de las medidas de profilaxia que deben oponerse á las enfermedades en cuestión. Tanto más cuanto que es permitido extender las consideraciones que de ellos se desprenden á otras enfermedades aún, el contagio de la difteria, por ejemplo, y también a! contagio de las fiebres eruptivas, de la viruela ó del sarampión, en las cuales la filiación de los casos escapa á veces á las pesquisas más rigurosas.

Pero, en realidad, el papel de las moscas, en estas diversas circunstancias, no es más que un papel banal, que refuerza, encierto modo, el del viento que trans- porta los polvos peligrosos, las excreciones virulentas desecadas; y no hay en ello nada de especial á la constitución del insecto mismo, y á sus condiciones biológicas. Mucho más curiosos son los hechos que vamos ahora á referir con cierto detalle; pues, sorprendemos en ellos á los insectos en flagrante delito de inoculación mortífera, inyectando en el organismo de los seres cuya piel perforan para chuparles la sangre, los microbios de que está contaminado su dardo.

Hay en eilo una verdadera operación quirúrgica análoga á la del médico que transporta la vacuna en la punta de su lanceta.

El insecto no es ya un agente pasivo de diseminación de gérmenes que, sin él, habrían podido aún ser absorbidos bajo formade polvo; no es ya el vehículo cuyo papel selimita á transportar estos gérmenes á las cercanías de los individuos.

Se convierte en el instrumento necesario del contagio, sin el cual este contagio sería imposible. Esél quien practica la única puerta de entrada por donde nume-

(89) or

MISCELÁNEA 4

rosos microbios penetran en el organismo y sin la cual estos microbiosno podrían invadirlo. No es un agente banal, susceptible sólo de multiplicar en cierta medida los casos de contagio. Es el agente especial, sino único de este contagio, la causa eficaz, real, de la enfermedad, puesto que sin él no podría sin duda existir esta en- ermedad. :

Así como ciertos insectos transportan adherido á los pelos de sus patas ó de su abdomen. el polen que va á lo lejos á fecundar flores que, sin su visita, habrían permanecido estériles, así también, por una complicidad inconsciente, los insectos contagíferos van á sembrar organismos con gérmenes que, sin ellos, jamás ha- brían sido patógenos.

En muchas especies, en efecto, se trata de microbios que requieren una verda- dera efracción para penetrar en el medio orgánico, y que, sin esta efracción reali- zada por elinsecto, jamás hubieran encontrado puerta de entrada conveniente.

El carbunclo es ciertamente la enfermedad cuya transmisión ha sido atribuída más antiguamente á un insecto.

Antes que fuera conocido el microbio de esta infección (la bacteridia carbunclo- sa), y que Pasteur hubiera demostrado su acción, se admitía que las picaduras de ciertas moscas, alimentadas con la sangre de cadáveres de animales en putrefac- ción, podían causar esta enfermedad.

Se sabe hoy que para que estos animales sean el origen de la infección carbun- closa, deben haber muerto ellos mismos del carbunclo y que las moscas peligro - sas deben haber extraído de la sangre de estos animales la bacterídea específica.

Se sabe también que las picaduras de estas malas moscas son mucho más raras de lo que se ereía, y que la pústula maligna. lejos de ser siempre una picadura de insecto macrobífero, es más frecuentemente el resultado de la infección de una pequena herida, de una ligera desgarradura de los tejidos preexistente, y conta— minada por las manos, manuhadas de sangre, de los obreros que manipulan las pieles de ciertos animales, como el carnero, sensibles á la enfermedad.

De cualquier manera es necesario considerar al carbunclo como una enfermedad inoculable por intermedio de insectos picadores.

Pronto, por otra parte, se iban á formular acusaciones precisas contra otros in- sectos además de la mosca, y el mosquito fue á su vez vigorosamente denunciado.

Se publican primeramente observaciones muy curiosas relativas á la trasmisión de una enfermedad cuyo origen había permanecido misteriosísimo durante mucho tiempo.

Se trataba de la filariosis, que determina en el hombre la enfermedad conocida bajo el nombre de elefantiasis de los árabes.

La filariz de Medina es una especie de gusano blanco, de 50 á 80 centímetros de largo, que se encuentra en Arabia, en la costa de Guinea, en Abisinia, en Egipto, Nubia, etc.

En el hombre se localiza el parásito en el tejido conjuntivo subcutáneo, en las piernas, los pies, también á veces en la cabeza, en el cuello, el tronco, las manos y aun en órganos más profundos.

Enrollado en espiral, determina la formación de tumores superficiales, muy do- lorosos á veces.

Se habían emitido numerosas hipótesis para explicar la penetración de este gu- sano en el cuerpo del hombre y de los animales, perro, caballo y buey, que están frecuentemente expuestos á él.

946 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hoy día, se sabe que los embriones de este gusano se desarrollan en el agua.

Pero, mientras que ciertos autores piensan que los mosquitos van á extraer del agua esos embriones para inocularlos en sus picaduras, otros sostienen, con Man— son, que los mosquitos los toman primero en la sangre del hombre enfermo, pi- cándolo, y siembran en seguida el agua donde van á morir y donde dichos embrio- nes, puestos entonces en libertad, sufren una cierta fase de su evolución, después de la cual se hacen aptos para adquirir su completo desarrollo en el cuerpo de los animales, donde penetran con el agua de bebida.

Habría, pues, así, un ciclo de tres elementos, constituído por los animales, los insectos y el agua, y correspondiente á fases distintas de la evolución del parási- to. La noción de este desarrollo circular era importante adquirirla y otros hechos análogos indican que tal círculo no es único en patología animada (1).

Nos ofrece otro ejemplo la infección malárica, que se traduce, como se sabe, por accesos de fiebre de formas muy variadas, cuyo conjunto constituye el paludismo, fiebre de los pantanos, fiebre de los bosques, fiebres intermitentes, accesos perni- ciosos, etc., tratables todos por el sulfato de quinina. Desde hace unos veinte años Laveran nos enseñó el agente patógeno de esta infección, una oscilaria poli- morfa, animálculo unicelular, parásito de los glóbulos sanguíneos, en los cuales se desarrolla, destruyéndolos. Pero el conocimiento de este hematozoario, análogo álos que se encuentran en ciertas enfermedades á que están sujetas ciertas espe cies de aves, no había aclarado en nada el mecanismo de la infección palú- dica.

¿Se introducía con el agua el hematozoario enel organismo? Era muy difícil decidir el hecho, dado que en el medio exterior no se encontraba ninguna forma semejante á las que se observan en la sangre de los palúdicos.

Además el constante fracaso de los ensayos de cultivo del hematozoario del pa- ludismo en el agua, en la tierra húmeda y en gran número de otros medios, pa- recía demostrar que no se debe buscar este microbio en el medio exterior bajo las mismas formas que en la sangre, y era el caso de preguntarse si no existiría para él, como para otros parásitos, un huésped intermediario.

Sugestionado por el papel atribuído á los mosquitos en la trasmisión de la filaria, Laveran fijó su atención en estos insectos. Un gran número de circunstan— cias parecían designar, en efecto, la acción especial del mosquito.

En primer lugar, los mosquitos, muy frecuentes en las localidades palustres, desaparecen en las alturas, precisamente donde cesa la endemia palúdica.

En Constantina, los mosquitos son extremadamente numerosos en el valle del Rummel, que es insalubre, y no existen en la parte alta de la ciudad que es salu— bre. La misma cosa pasa en Roma. En Roma, los barrios centrales, indemnes de mosquitos, son igualmente salubres.

En Madagascar, los soldados franceses tan combatidos por las fiebres en la últi- ma expedicición, habían sido asaltados por legiones de mosquitos.

Por otra parte. el drenaje del suelo, que suprime las fiebres, hace también des- aparecer los mosquitos.

Las fiebres de primera invasión no reinan'más que en la época en que abundan los mosquitos ; pues durante el resto del año no se observan más que recaídas.

(1) Según el profesor Grassi, la pulga es huésped intermediario de la Tenia canina en su pasaje del perro al hombre. (Nota del traductor.)

MISCELÁNEA 947

Además, se sabe que es peligroso, en los países palustres, acostarse con las venta- nas abiertas. Ahora bien, la mejor precaución que se puede tomar contra la inya- sión delos mosquitos consiste en cerrar las ventanas por la noche.

Durante la noche se está más expuesto á contraer el paludismo y precisamente durante la noche es cuando más se encarnizan los mosquitos con sus presas.

En las localidades palustres, es peligroso acostarse sobre el suelo y se ha nota- do que en las casas los pisos superioresson mássanos que el del nivel del piso y el primer alto; ahora bien, los mosquitos abundan sobre todo al ras del suelo.

Aun más,todo el mundo.ha podido observar que la predisposición á las fiebres es tanto más marcada cuanto la piel es más fina y más delicada; ahora bien, los niños, que tanto sufren de los mosquitos, son más atacados por las fiebres palus— tres que los adultos.

Los negros, cuya piel es espesa, resistente y que están poco sujetos á las pica— duras de los mosquitos, gozan precisamente de una notable inmunidad para el paludismo. Es muy posible, digámoslo desde ahora para no volver sobre ello, que la inmunidad de los negros para la fiebre amarilla se explique de la misma ma- nera ; pues la fiebre amarilla sólo se Observa en las costas marítimas y á lo largo de los «cursos de agua, y, según Finlay, los mosquitos jugarían también un papel preponderante en la transmisión de esta enfermedad, como lo veremos más ade- lante.

En fin, el aire es saneado en las regiones donde existen azufreras, y se ha reco- mendado encender grandes fuegos cuando se está obligado á pasar la noche en las localidades palustres ; ahora bien, los mosquitos son destruídos por los vapores de ácido sulfuroso y vienen á quemarse en los fuegos si el humo no basta para ahuyentarlos.

En verdad, los mosquitos abundan en localidades que no son febrígenas. Pero el mosquito no es peligroso par mismo ; sólo llega á serlo cuando transporta el germen parásito del paludismo, del mismo modo que sólo es susceptible de pro- pagar la filariosis cuando existen individuos atacados de esta enfermedad y capaces de infectar los insectos que á su vez infectan el agua.

En estas dos enfermedades, la filariosis y el paludismo, el mosquito no sería, en efecto, un mero agente de transporte y de inoculación del microbio, sino que desempenaría un tercer papel, constituyendo para el parásito un medio de tras- misión, necesario á una de sus transformaciones.

Así ha demostrado Manson que las filarias embrionarias que se encuentran en la sangre del hombre, no son aptas para reproducirse directamente en el medio exterior y que es indispensable que sufran una fase de su evolución en el cuerpo de los mosquitos.

Las filarias embrionarias, chupadas por el mosquito en la linfa humana éintro- ducidas en su estómago, atraviesan las paredes de éste y van á alojarse en los músculos torácicos del insecto.

Cuando los mosquitos mueren y caen al agua, las filarias se escapan y la in- fección se produce entonces por el agua potable así contaminada.

Y bien, algo análogo pasaría con el hematozoario del paludismo, el cual no podría infectar directamente al hombre por el agua debebidaó porlos polvos ema- nados de un suelo infectado, sino que, antes de ser apto para multiplicarse en la sangre del hombre, debería sufrir una transformación previa en el organismo del Insecto.

248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Para Koch los mosquitos absorben primero los parásitos en el agua, los tras- miten á sus huevos y á las jóvenes larvas, y sería sólo la generación siguiente la que llevaría al hombre la infección malárica.

El mismo autor cita el caso de cinco viajeros que para atravesar una región fuer- temente palustre, se proveyeron de mosquiteros y no tomaron las fiebres, mien— tras que otros viajeros que atravesaron las mismas regiones algún tiempe antes, sin tomar precauciones, habían sido infectados.

A todas estas observaciones, que no tienen, en rigor, más que el valor de fuertes presunciones en favor de la teoría de los mosquitos, se-pueden hoy agregar expe- rimentos que han aportado á esta teoría el apoyo valioso de una prueba directa.

Estos experimentos fueron hechos por Grassi, Bastiamelli y Bignami, en el Hospital del Espíritu Santo en Roma, durante la última estación de las fiebres.

Han consistido en someter cuatro individuos, indemnes de todo antecedente malárico, á las picaduras reiteradas del mosquito Culex pipiens, haciendo dormir á los sujetos de experimentación en una pieza en la que se había introducido un gran número de estos insectos capturados en regiones palustres.

Habiendo dado un resultado negativo este primer ensayo, se instituyó otro so— bre uno de los cuatro individuos precedentes, quien fué expuesto esta vez á las picaduras de Anopheles claviger, Culex penicillaris y Culex malarue, especies de mosquitos propios á las localidades palustres y que Grassi considera como par- ticularmente sospechosas bajo el punto de vista de la propagación de la malaria.

Ahora bien, este individuo contrajo fiebres, que fueron precisamente del mismo tipo que las fiebres reinantes en la región de donde provenían los insectos.

Debe agregarse que el sirviente del laboratorio, que se había ocupado de la captura de los mosquitos, fué igualmente atacado por accesos característicos de fiebre.

En estos experimentos, la inocuidad del Culex pipiens es tanto más notable cuanto que un observador, Ross, había constatado directamente que los hemato- zoarios de la fiebre estivo-otoñal delos alrededores de Roma no se desarrollan en el organismo de este mosquito (1).

Hemos citado de pasada la opinión de Finlay, de la Habana, sobre el papel desempeñado por los mosquitos en la transmisión de la fiebre amarilla. Hace ya quince años que Finlay ha formulado esta teoría.

Hammond, colega americano de Finlay, confirmaba sus vistas en 1887. Recor- daba que en 1839 hubo una epidemia de fiebre amarilla en Augusta (Georgia), donde abundaban los mosquitos, pero que ningún caso se produjo en Summervi- lle, localidad vecina, situada en los médanos, y enteramente desprovista de estos insectos.

Algunos años más tarde, habiéndose construido un camino al través de los pantanos y habiéndose excavado cisternas, los mosquitos hicieron su primera aparición en Summerville, y durante la epidemia de 1854, esta ciudad fué atacada como las ciudades vecinas.

La Roche refiere que durante la epidemia de 1853 en Natchy y en Clinton, los mosquitos fueron más abundantes que nunca y casi tan insoportables como la enfermedad misma.

(1) Sería interesante estudiar el papel de las especies argentinas de mosquitos en la trasmisión del chucho. /Nota del traductor.)

MISCELÁNEA 949

Béranger Féraud, tratando de limitar el foco primitivo del vómito negro, lo lo- caliza en la región llamada Costa de los Mosquitos.

Notemos antes de abandonar este asunto, que Finlay ha creído poder servirse de los mosquitos mismos para practicar vacunaciones contra la fiebre amarilla; pues dice haber observado que teniendo encerrados durante cuatro ó cinco días, los mosquitos repletos de sangre de individuos atacados de la enfermedad, se efec— túa una digestión de esta sangre y al mismo tiempo una atenuación de los gér- menes patógenos que contiene, atenuación tal, que su inoculación por la picadu - ra de estos mosquitos á individuos sanos no les comunica más que una infección ligera de la que curan prontamente y que les confiere desde entonces la inmu- nidad.

He ahí á la verdad una domesticación del mosquito bastante imprevista y una ingeniosa manera de forzar á nuestros enemigos á trabajar honestamente para no- sotros, practicando el arte de atenuar los virus.

Desgraciadamente, este procedimiento originalísimo de vacunación no parece haber tenido fortuna. |

Ha llegado el momento de hablar de dos enfermedades que son, en verdad, es- peciales á los animales, por lo menos hasta el presente, precisamente porque son inoculadas por insectos que sólo atacan en general á los animales.

Pero hay que guardarse bien de creer que el hombre no podría ser víctima á su vezen un momento dado. Son por otra parte historias médicas tan interesan- tes é instructivas que no podemos resistir al placer de referirlas.

Se trata además de enfermedades que, por la naturaleza de sus parásitos, se aproximan á la malaria y que están aquí en su sitio.

La primera de estas enfermedades es la fiebre de Tejas, que ataca los rebaños de bovídeos de los Estados de Norte América, y también de las costas orientales de Africa, donde Roberto Koch la ha estudiado ahora últimamente.

Para que una tropa sea atacada, no es necesario que haya contacto directo de los animales enfermos con los sanos. El paso de una tropa sana por una pradera atravesada poco antes por una tropa enferma, basta para que haya contagio.

Los criadores y los comerciantes habían presumido, desde hace largo tiempo, que este extraño contagio era debido á las garrapatas, especie de acáridos que acompaña casi siempre á los ganados de Tejas; pero la luz no pudo hacerse sobre este punto hasta después que Smith hubo encontrado que la sangre de los anima- les atacados de la fiebre de Tejas contenía un parásito (Púrosoma bigeminum) que habita en los glóbulos rojos, como el hematozoario del paludismo.

Smith hizo entonces experimentos sobre el papel que representan los acáridos en la transmisión de la enfermedad. Hizo venir de Tejas animales que llevaban adheridos estos acáridos y los puso en contacto con los ganados del Norte de América. El contagio se produjo. Por el contrario, cuando se tenía cuidado de desembarazar completamente de sus huéspedes á los bueyes de Tejas, antes de ponerlos en relación con los del Norte, estos últimos no contraían la enfer medad.

En un tercer experimento, Smith esparció los acáridos sólos en una pradera donde puso á pastar bueyes procedentes de los Estados del Norte. Estos animales contrajeron la fiebre de Tejas, lo que demostraría evidentemente que son las ga- rrapatas las que trasmiten la infección.

A estos experimentos, ha agregado Koch otro de especial interés. Tomó en

250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

una tropa infectada, acáridos provenientes en parte de animales sanos y en parte de un animal gravemente atacado.

Estas garrapatas fueron colocadas en vasijas separadas. Depositaron en ellas sus huevos y pronto después se desarrollaron losjovenes acáridos. El experimentador transportó estos últimos á una localidad distante diez días de marcha de aquélla en que habían sido recogidos é indemne de todo alcance de la fiebre.

Poniendo entonces á las jóvenes garrapatas en contacto con animales nuevos, algunos de estos presentaron á los veinte y dos días todos los síntomas de la fie= bre de Tejas y se pudo encontrar en su sangre los parásitos característicos. Pero los animales enfermos fueron exclusivamente aquellos que habían sido picados por garrapatas provenientes de las que habían sido recogidas sobre animalesigual- mente enfermos.

Así se demostraba la posibilidad del transporte del parásito por los descendien - tes de los acáridos infectados; y este hecho es muy importante, porque confirma observaciones análogas que hemos mencionado á propósito de la trasmisión de la malaria por los mosquitos (1.

La segunda enfermedad, particular á ciertas especies animales, de que también tenemos que hablar, es la enfermedad de la mosca Tsé-Tsé, que se produce en Zululand.

Los relatos de los viajeros están llenos de anécdotas relativas á esta terrible mosca Tsé-Tsé, que hace ¡nhabitables ó peligrosas de atravesar ciertas regiones y que, se dice, es tan temida de los animales, que su sólo zumbido los pone furiosos ó los hace huir.

Según David Bruce, que ha hecho un estudio completo de esta enfermedad, la nagana, la verdad sería mucho menos dramática. La mosca Tsé -Tsé es una pe- queña mosca del tamaño de la que vive en Europa sobre el ganado, y cuya pica- dura es dolorosa, pues ya sea muerta en el sitio Ó sea que pueda llenar su abdo— men de la sangre de su víctima, el rubor y el dolor que siguen á la herida no son más acentuados que los que produce la picadura del tábano vulgar. En cuanto á las consecuencias son nulas y por más que Bruce ha ido á buscar Tsés-Tsés á las regiones reputadas más peligrosas y las ha hecho picar animales muy sensibles á sus mordeduras, ninguno se enfermó, salvo uno de que se hablará en seguida.

Existe, sin embargo, una enfermedad de la mosca, invariablemente mortal para el caballo y el perro, pero de la cual se reponen algunas veces la vaca y el cerdo. Se caracteriza por la fiebre, una innltración de linfa en lostejidos del cuello, del ab- domen ó de las extremidades, una emaciación extrema, una destrucción más ó menos rápida de los glóbulos rojos de la sangre y la presencia constante en la cir- culación de un hematozoario idéntico, ó por lo menos muy análogo, al Trypanoso— ma Evanst, encontrado en una enfermedad parecida al nagana y que se manifiesta en la India.

Este hematozoario tiene la forma de un cuerpo transparente y alargado, muy móvil, que se desliza á la manera de una serpiente entre los glóbulos de la sangre y que parece vivir de ellos ó tener, por lo menos, la facultad de dislocarlos.

(1) Análogo debe ser el papel de la garrapata común en la República Argentina (muy probablemente Hemaphysalis rosea C. L. K., según dice Holmberg en la página 600 del tomo 1* de la obra del Censo de 1895), en la trasmisión de la tristeza. Esta es por lo me- nos la opinión de Nelson, Méndez y Lemos. (Nota del traductor.)

MISCELÁNEA SO

Ahora bien, Bruce parece haber demostrado rigurosamente el papel de la mos- ca Tsé-Tsé en la propagación de esta enfermedad.

Ya hemos dicho que la picadura de estas moscas es perfectamente inofensiva ; pero si uno de estos insectos ha chupado precedentemente la sangre de un animal atacado de nagana é infectado de hematozoarios, su dardo proboscídeo, queda cubierto dle ellos é inocula el parásito y la enfermedad al animal sano que ha picado.

Esto es lo que resulta de experimentos muy claros hechos sobre los perros, ani- males muy sensibles á la enfermedad. Se encierra las moscas en un saco de gasa; se coloca éste, primero, sobre un animal enfermo, luego se lleva sobre un animal sano. Algunos días después, este último presenta los síntomas habituales de la enfermedad y aparecen parásitos en su sangre. Se puede también inocular directa- mente la sangre de un animal enfermo en un animal sano : el resultado es el mis- mo.

He aquí, pues, otra enfermedad que, muy ciertamente, es trasmitida por interme- dio de una mosca, transportadora de gérmenes peligrosos que inocula en sus pica- duras y que muy verosímilmente, es únicamente trasmitida por este procedi- miento.

Hemos llegado á un asunto de interés más general; pues elinsecto cuyos aten tados vamos á desenmascarar es la pulga, insoportable parásito de todos los tiem- pos y todos los países y la enfermedad con que ella mos amenaza es nada menos que la peste.

Gracias á valerosos observadores. que nos han dado excelentes estudios de la la peste que reina actualmente en las Indias y que parece esforzarse por franquear las regiones donde quería podérsela encerrar, para exlenderse sobre otros conti- nentes, se sabe hoy día, de una manera indiscutible que las ratas juegan un pa- pel capital en la propagación de esta enfermedad.

Todas las epidemias locales son precedidas por una mortalidad inusitada de estos animales, á punto que en ciertas aldeas, antes desvastadas, los habitantes se apresuran á emigrar en cuanto ven multiplicarse de manera desacostumbrada los cadáveres de las ratas en las calles y casas.

¿Son las ratas las primeras atacadas y trasmiten en seguida el mal al hombre, 6 bien da el hombre primero la enfermedad á las ratas, las cuáles van en seguida á propagarla? No está resuelto este punto. Pero lo que es seguro, es que las ratas son muy sensibles ála peste y que muy frecuentemente sucede que, en una lo- calidad hasta entonces indemne, la primera víctima es el individuo que ha estado encargado de desembarazar una habitación de los cadáveres de ratas que la infes- taban.

En el momento en que la rata, agonizante, sale en pleno día de su escondite, y se muestra en las calles y las casas medio paralizada ya, arrastrando las patas de atrás, sin cuidarse de la presencia de los hombres, de los gatos y de los perros, hasta que se acuesta sobre el lomo en una última convulsión, es cuando este ani- mal es especialmente temible para el hombre. Si éste lo recoge, toma la peste.

¿Pero, se trasmite verdaderamente la enfermedad por este simple contacto? No, ciertamente ; pues, en ciertas circunstancias, es manifiesto que no basta tocar un cadáver de rata para adquirir la peste, como tampoco basta tocar un pestifero.

Ciertos experimentos han probado aún que la inhalación del microbio de la pes- te con el polvo, que su absorción en el agua de bebida, que aun el depósito de cul-

MZ ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

turas virulentas sobre una llaga sangrienta, eran condiciones generalmente ino- fensivas.

Faltaba, pues, despejar una incógnita.

Uno de los médicos de la marina francesa, Simond, á quien debemos uno de los más completos estudios sobre este asunto, constató, observando atentamente, que los cadáveres de ratas podían ser manejados sin peligro, con la condición de que estuvieran frios. Por el contrario, el contagio era seguro, si estos cadáveres eran recogidos aún calientes, en las horas que siguen á la muerte.

Esta simple observación debía permitirle hallar la pista del intermediario, des- conocido hasta entonces, que aseguraba la trasmisión del mal de la rata al hom- bre. Se trata de un insecto que pasa del uno al otro, y que, habiendo absorbido el virus sobre la rata, lo inocula al hombre; y este insecto es la pulga.

Si se examina una rata cautiva desde hace largo tiempo, en un laboratorio, por ejemplo, es raro que se le puedan descubrir pulgas; pues los laboratorios están generalmente exentos de estos insectos, por la sencilla razón que su suelo se lava frecuentemente y que el agua es el mayor enemigo de las pulgas.

Pero no sucede lo mismo con la rata en libertad, que frecuenta gustosa sus re-- tiros preferidos: piezas obscuras, graneros, almacenes de paja y de forraje. Por consiguiente es incomodada por estos parásitos al mismo título que el perro y el gato. Cuidadosa de su persona, no las tolera largo tiempo sobre misma y se desembaraza de ordinario de ellas muy diestramente. Pero sobreviene la enfer— medad, descuida su loilette y cesa de defenderse. Entonces las pulgas invaden por millones su piel y chupan su sangre impunemente.

Simond ha constatado que el microbio de la peste se cultivaba en el intestino de la pulga, como en el de la mosca, por otra parte, y que era posible trasmitir la peste á ratas sanas, entregándolas únicamente á las picaduras de pulgas tomadas sobre ratas pestiferas. Experimento sencillo, pero elegante, que ponía fuera de duda el mecanismo del contagio pestilente, aún tan misterioso.

Sigamos ahora de cerca los comienzos de la peste en el hombre. En el mayor número de los casos el mal comienza por un pequeño botón, que presenta en su centro nna vesícula, una flictena, que contiene un líquido primero transparente, luego sanguinolento y purulento.

Esta pequena lesión local aparece antes de cualquier otro síntoma y dura hasta el fin de la enfermedad. Los infartos ganglionares, los bubones característicos, considerados antes como el síntoma primitivo; son en realidad consecutivos á esta primera lesión, y están siempre en relación con el sitio que ella ocupa.

Marcan la primera etapa del virus, desde su sitio de penetración; son los infar- tos ganglionares que se acostumbra ver sucediendo á las llagas infecciosas en ge- neral.

Las flictenas jniciales se muestran de preferencia sobre los puntos del cuerpo donde la piel es fina y delicada, y en todos los casos en que Simond ha examinado el contenido ha constatado en él la presencia del bacilo de la peste.

Ahora bien, como se ha demostrado que ni el contacto del microbio cultivado. niel de la sangre de un animal pestífero ó de sus secreciones con la piel sana, pueden realizar la trasmisión de la enfermedad, es necesario admititir que el virus ha debido ser introducido de una manera activa, por un agente exterior, y preci- samente en los puntos en que se han desarrollado las flictenas.

Sólo una intervención parasitaria, la de la pulga de la rata sobre el hombre, tal

MISCELÁNEA 253

vez también, la de la chinche del hombre sobre el hombre, puede entonces expli- car la penetración del bacilo al través de la piel. En efecto, la flictena inicial de la peste es una simple picadura de pulga, que se hace luego infecciosa y cambia entonces de aspecto.

Nuestros antepasados, que habían estudiado la peste muy de cerca, durante las epidemias de la Edad Media y hasta fines del último siglo, y que eran maravillosos observadores, habían notado ya ciertos hechos que hoy encontramos en perfecta concordancia con esta noción dela intervención de un parásito cutáneo como agen- te del contagio. Así habían notado expresamente que no era de ninguna manera peligroso, manejar, para enterrarlos, los cadáveres enfriados. Esta era también la opinión de Desgenettes, que había atendido á los pestiferos de Jaffa.

Ahora bien, sabemos que las pulgas no permanecen en los cadáveres, de los cua- les se alejan al mismo tiempo que los abandona el calor.

Otros observadores habían ya constatado que los viejos gozaban de una inmuni- dad relativa contra la peste, que parecía, por el contrario, marcar cierta preferen- cia por los jóvenes, las mujeres y los ninos. Pero también sabemos que en una _ reunión de personas de edad y sexos diferentes, las pulgas eligen precisamente para ejercer sus ataques, y con un segurísimo instinto, las personas cuya piel es más fácilmente atacable.

Estas son, sin duda, ensenanzas que no deberíamos descuidar, llegada la oca- sión. Nada hay mejor para defenderse. que conocer bien su enemigo: y por ágil y menudo que sea aquel del que tengamos que preservarnos, la lucha será siempre más fácil contra él que contra miasmas misteriosos é intangibles.

Contra la pulga y Otros parásitos, podríamos, en efecto protegernos de dos ma- neras diferentes: directa é indirectamente.

Directamente, por el lavado de los pisos de las habitaciones: pues, como lo di- jimos hace poco, el agua es el mayor enemigo de la pulga; y también, tal vez, si se tratase de personas que vivan en un medio particularmente peligroso, untándo- se la piel con un aceite perfumado de alguna substancia desagradable á los insec= tos, como la nicotina; de la misma manera que, para sustraerse á las picadnras de los mosquitos, basta tomar un bano en una decocción de Quassta amara.

Indirectamente, por la destrucción de los animales portadores de parásitos peligrosos : la menor amenaza de una invansión de la peste debería ser entonces la señal de la declaración de una guerra de exterminio á todas las ratas, desde los albañales hasta los graneros.

Y así sería sin duda cosa muy sencilla circunscribir los primeros casos, por la supresión de los principales, sino de los únicos agentes de la diseminación del mal.

Después de la pulga, la chinche; pues está visto que pasaremos en revista to- dos nuestros enemigos íntimos. Los teníamos por simplemente incómodos y aún nos burlábamos de ellos : en realidad son asesinos terribles, álos cuales es nece— sarío declarar decididamente una guerra sin piedad y sin demora.

Un médico ruso, Tikine, fué el primero en acusar á las chinches de ser agentes de contagio: y ello fué con ocasión de una epidemia de tifus recurrente que se de- claró en Odesa, y que debía atacar diez mil personas en dos años.

Un hecho había llamado la atención de este observador: á saber que la mayor parte delos enfermos eran concurrentes á los asilos nocturnos y sobre todo, por lo menos al principio, de los asilos situados en los alrededores del puerto.

954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Se trataba, pues, de encontrar la causa de la propagación de la infección en estos asilos. Dado, por una parte. que la trasmisión de la fiebre recurrente se efectúa por la sangre cargada de microbios, espirilos ó -espiroquetas, y que, por otra parte, en los asilos mejor tenidos, se encuentra un número considerable de pa- rásitos de todas especies, el autor pensó que estos últimos podían servir de agentes de trasmisión.

Ahora bien, en los asilos infectados, las chinches, al invadir un individuo en- fermo, se hinchaban de sangre cargada de espiroquetas; luego ellas emigraban so- bre otro huésped, cuando aquel había sido envíado al hospital; y es entonces muy verosímil que al picar á su nueva víctima, ellas contaminasen la pequeña herida que acababan deabrir, al derramar en ella un poco dela sangre que había queda - do en su trompa á consecuencia de las operaciones precedentes. O bien aún ellas eran aplastadas por el individuo que serascaba y que se inoculaba así la sangre de la chinche. i

Para verificar esta hipótesis, el autor ha buscado las espiroquetas en los parási- tos provenientes de los asilos : en los piojos, los resultados fueron negativos ; pero en las chinches hinchadas de sangre fué descubierto siempre el parásito microbia- no yen gran abundancia, aún dos días después de la última picadura.

Faltaba saber si los microbios habían conservado su virulencia. A este efecto, el autor aplicó chinches en ayunas sobre la piel de monos atacados de fiebre re— currente, recogió en seguida la sangre de estas chinches y la inoculó á un mono sano. Tres días después este mono caía enfermo, y su sangre contenía el parásito característico. Así quedaba bien y debidamente probado el papel de las chinches como agentes de contagio.

Que el cáncer sea una enfermedad parasitaria, es cosa que hoy, si no está demos- trada, parece por lo menos bien verosímil por el examen del contenido de las cé- lulas de que están formados los tumores, contenido que tiene todas las aparien— cias de un esporozoario, análogo á las coccidias Ó á las psorospermias, que son patógenas para diversas especies animales.

Por otra parte, si el cáncer es una enfermedad parasitaria, es contagioso, y re— ciprocamente:; y si se demostrara que es contagioso, su naturaleza parasitaria se- ría demostrada al mismo tiempo.

Ahora bien, sucede actualmente para el cáncer lo que ha pasado, hace unos treinta años, para la tuberculosis, cuando Villemin se lanzó á declarar que era contagiosa. antes que se conociera su microbio; sees aún escéptico, pero comien- zan á hacerse conocer observaciones que aportan fuertes presunciones en favor de este contagio. Se habla de ciudedes, se nombran aldeas, en las que el cáncer es más frecuente que en otras partes (1); se habla aún de casas de cáncer en las cua- les los habitantes se suceden y mueren de cáncer unos después de otros.

En fin, si la imposibilidad de realizar experimentos sobre el hombre ha retar dado hasta ahora la solución de una cuestión sencillísima en misma, las in- vestigaciones experimentales hechas sobre los animales parecen haber respondido desde ya, de una manera suficientemente clara, para dar á los partidarios de la naturaleza microbiana y de la contagiosidad del cáncer el derecho de afirmar su opinión.

(1) Según el doctor Gache, en la Concepción del Uruguay la estadística del cáncer es alarmante. (Nota del traductor.)

ao

MISCELÁNEA 935

Muchos animales, en efecto, están, como el hombre, sujetos al cáncer. Así su— cede con el perro y el gato, por ejemplo.

Es verdad que su cáncer no es el mismo del hombre, y parece causado por pa—- rásitos de raza ó de especie diferente de la del parásito humano, diferentes por sus formas y también por el hecho de no serles inoculable el cáncer del hombre. Pero por lo menos es posible estudiar el contagio del cáncer de animal á animal y deter minar las condiciones de dicho contagio.

Ahora bien, hace algunos anos, en 1895, el senor Enrique Moran, estudiando el cánceren la laucha blanca, ha conseguido trasmitir la enfermedad á este ani- mal, por inoculaciones en serie.

Pero, y este es el punto que nos interesa particularmente, sucedió que las jau- las que contenían estas lauchas fueron invadidas por chinches y Moran tuvo la feliz curiosidad de querer determinar experimentalmente el papel que podían ¡u— gar estos parásitos en los resultados que obtenía. Para ello colocó una serie de parejas de lauchas sanas en jaulas nuevas, aisladas sobre pies sumergidos en cu- bas llenas de esencia de trementina alcanforada. A unas se les dejó solas, mien-- tras que á las otras les agregó un gran número de chinches tomadas en las jaulas ya infectadas. Algunos meses después los resultados del experimento no dejaban ninguna duda sobre el papel de estos parásitos en la propagación de la enferme— dad. Todas las lauchas de las jaulas con chinches se habían vuelto cancerosas, mientras que las otras estaban absolutamente sanas.

De manera que en la continuación de sus investigaciones Moran sustituía á menudo la picadura de la chinche á la de la aguja, como medio de inoculación.

Se ve, sin que haya necesidad de insistir, todaslas deducciones que sugiere este experimento, si se transporta la enseñanza del laboratorio á nuestras habitaciones; y como el papel ignorado de la chinche, y tal vez el de algunos otros parásitos más, aclaran el origen de casos de cáncer, para los cuales, un poco imprudente- mente, se cree poder alejar toda verosimilitud de contagio.

Anadamos á estas consideraciones que se conoce desde hace largo tiempo una afección cutánea á la que están sujetos los pavos, las gallinas, las palomas y los ganzos, afección muy comparable al cáncer, y á la cual se ha dado los nombres de psorospermiosis cutánea, de Epithelioma contagiosum y de Molluscum con— tagrosum, denominaciones todas que recuerdan bien su naturaleza, su aspecto y su contagiosidad.

Ahora bien, esta enfermedad es fácilmente inoculable por medio de simples picaduras hechas en la piel de las aves en cuestión y, si se quiere notar que estos animales están generalmente cubiertos de parásitos, se admitirá, como verosímil por lo menos, que estos parásitos puedan ser los vehículos ordinarios del con— tagio.

Hemos llegado al término de nuestra pesquisa: y los numerosos documentos que hemos aportado nos parecen legitimar lo que decíamos al principio acerca del papel considerable desempeñado por los insectos en la trasmisión de las enferme- dades contagiosas. ?

En una época en la cual se organiza de todos lados una defensa razonada contra las enfermedades evitables, era oportuno denunciar á la atención y la sospecha de los interesados, es decir, de todo el mundo, toda una categoría de agentes des- conocidos del contagio.

La limpieza del cuerpo y la limpieza de la habitación son dos factores primor—

256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

diales de la higiene individual; pero sobre este terreno de la higiene, la solidari- dad social aparece de una manera brillante y dicta á cada uno sus deberes. No sólo es necesario, en los medios acomodados, declarar una guerra sin piedad á todos los insectos familiares, sino que hay que perseguirlos hasta en las humil- des moradas del obrero y del pobre. A falta de consideración humanitaria de or den más elevado, el interés personal exige este cuidado, pues nadie puede preveer la suerte de un microbio adherido á las patas ó escondido en los flancos de un insecto.

Esta cacería de insectos es fácil, por lo demás. El agua, el fuego, el veneno encontrarán su aplicación según las especies y las circunstancias.

Pero, desconfiad de las moscas alrededor de los tísicos, temed de los mosqui- tos en los países de fiebre; huíd de las pulgas... como de la peste, en tiempos de epidemia, y no tolereis las chinches bajo ningún pretexto. '

D" J. HERICOURT,

Director adjunto del Laboratorio fisiológico de la Facultad de Medicina de París.

(Revue des Revues, 1* de abril de 1899.)

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Villa Colon(U.) Santiago ([C.) Palermo (It.). Lóndres Corrientes. Quito. ; Lima,

San Paulo (B.)

Fernandez V., Ed. Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julío B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugnne, José Y. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto

Gallo, Delfin

Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer, Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio É. Girado, José Í. Girado, Francisco 4. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Salar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Eruesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel.

Y

Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel

Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio

Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel.

Igoa, Juan M. Iriarte, Juan” Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Izquierdo, Brown J.

Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P.

Krause, Otto. Klein, Herman

Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lacroze, Juan €. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Lastra, Nicolas B. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. . Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Eeonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades.

«Lopez, Aniceto E.

Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique.

Machado, Angel.

Madariaga, José E, Madrid, Enrique de

.Malere, Pedro.

-Mallol, Benito J. Manzitti, Salvador Marti, Ricardo. Marin, Placido.

Marquestou, Alejandro, Marcel, José A.

Martinez de Hoz, F Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Miguaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Montero Angel. Montes, Juan A.

Morales, Cárlos Maria.

Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M Mugica, Adolfo.

Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceli, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, kuis F. Navarro, Raul.

Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M.

(078 Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo JJ: Ortiz de Rosas, A.

Olazabal, Alejandro M.

Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. - Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B, Otamendi, Gustavo. Outes, Felix.

Padilla, Isaias.

SOCIOS ACTIVOS (Continuacion Je

Padilla, Emilio A. de Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pascali, Justo. Passeron, Julio Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, H. TeoJoro. Piccardo, Tomas J. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan.

Puente, Sebastian de la|

Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo.

Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual

Rafía, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. , Ramos Mejía, Ildefonso

| Rebora, Juan.

Recagorri, Pedro S. Ricaldoni. Tebaldo Rellan. Esio. Repetto, Luis M.. Riglos, Martiniano. "Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G Rodrigi uez delaTorre ¿C. Roffo, Juan.

Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan.

Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino.

Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José

Salas, Estanislao. Salvá, J.

Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A.

Sarhy, Juan F. Scarpa, José.

Schickendantz, El Seeber, Enrique. Seguí,Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A, Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. y Silveyra Luis Je Simonazzi, Guillermo Simpson, Federico. Siri, Juan M. Sobre Casas, Cayetan Soldani, Juan A.

Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas , Stavelius, Federico. és Stegman, Cárlos. Ñ Swenson, U.

Tamini Crannuel, L.A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Hector. Tornú, Kurique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Gárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A.

A AS

Unanue, Ignacio. e da Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales.

Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valdettaro, Vicente. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro.

Vidal, José

Videla, Baldomero. Villavecchia, J.B. VillanovaSanz, Florenci? Villegas, Belisario.

Wauters, Carlos. - Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Williams, Orlando E.

Yanzi, Amadeo

Zamudio, Eugeni. Zabala, Cárlos.. Zamboni, José J.

Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao $. Zimmermann, Juan €. Zuberbúhler, Carlos E. Zunino, Enrique.

ANALES

EDAD CIEN ARGENTINA

——— A ——

DIRECTOR : Ingeniero ANGEL GALLARDO

- SECRETARIOS : Señores EDUARDO LATZINA y CARLOS LAGOS GARCÍA

REDACTORES

Ingeniero Pavardo Aguirre, señor Juan B. Ambrosetti, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero Santiago E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus- chiazzo, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José 'S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique Tornú, doctor Roberto Wernicke, doctor Estanislao S. Zeballos.

JUNIO 1899. ENTREGA VI. TOMO XLVII

PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN

LOCAL-DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y. PRINCIPALES LIBRERÍAS

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Presidente ia ada | Vice-Presidente 1” Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES.

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Id. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES. Secretarto deactas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. correspondencia Agrimensor CRISTÓBAL HIGKEN. Ingeniero JosÉ M. SaGASTUME. Señor Luis MIGUENS.

| Ingeniero DoMINGO *NocETr. Ingeniero CLARO El DASSEN.

TESORO ORM a laa

WOcalesi. on. Ingeniero EMILIO PALACIO. | Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO).

Ingeniero ALEJANDRO CLAYPOLE.- Ingeniero ORONTE A. VALERGA.

Gerentes.......... Senor JUAN “BOTTO:

INDICE: DE LA PRESENTE ENTREGA

ANGEL GALLARDO . El Neomylodon ¡OA cerca Sr UE co E oe a

CARLOS SPEGAZZINI. Mycetes argentinenses

Nova addenda ad Floram Patagonicam (Continuación)

eos. oo.

Segunda reunión del Congreso Científico Latino Americano en Montevideo

Visita á los nuevos mataderos MISCELÁNEA : El congreso internacional de matemáticos. La vida animal es una

ass

simbiosis con microbios BIBLIOGRAFÍA: BERG, Observaciones sobre lepidópteros argentinos y otros. CURC1

Sur la phylogénie et le polymorphisme des bactéries. BErRRO, La vegetación uruguaya. Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. GACHE, La

fo) ¿ . tuberculose dans la République Argentine. LEHMANN-NITSCHE, Quelques obser-

vations nouvelles sur les indiens guayaquis du Paraguay. ZEBALIOS, Orígenes nacionales. LAFONE QUEVEDO, El Barco y Santiago del Estero. QuIroGa, El - simbolismo de la Cruz y el Falo en Calchaquí. Martíngz, Etnografía del Río

A O ER IS

de la Plata

EL NEOMYLODON LISTAI

Ya nos hemos ocupado, aunque sólo por referencias, en la en- trega de noviembre de 1898 de estos Anales (tomo XLVI, pág. 29%), del artículo en que Ameghino describe un trozo de cuero hallado en Patagonia, y que considera como perteneciente á una especie desconocida de desdentados, á la que bautiza con el nombre de Neomylodon Lastas.

Gran interés ha despertado esta publicación en el mundo cientí- fico, porque ella revela el hallazgo de un representante actual de los antiguos gravigrados fósiles de la República Argentina.

La existencia de tan curioso animal no ha dejado de despertar du- das y promover discusiones y hasta se han costeado expediciones para buscar un ejemplar vivo ó porlo menos bastante completo que permitaresolver definitivamente la cuestión.

El telégrafo nos ha comunicado también la noticia de haberse pronunciado en la Sociedad Real de Geografía de Londres una con- ferencia por Moreno, quien llevó al Museo Británico trozos de esa misma piel ó de otra parecida.

Estamos en pleno reinado de lo maravilloso, debido á la divulga- ción de estas noticias, pues muchos esperan de un momento á otro contemplar vivo y enjaulado alguno de estos animales, sobre los cuales la imaginación popular comienza á bordar las más extra- ñas fábulas.

La curiosidad y comentarios del público nos traen al recuerdo

una pintoresca anécdota referida por el doctor Juan María Gutiéno"

rrez en el discurso pronunciado eu el primer aniversario de/Ía So-

. 4 1 . od y ms F ciedad Paleontológica argentina, el año 1867. a Se sabe que el primer esqueleto de megaterio que se llevó á uro-

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVI 17

258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

pa fué extraido delas orillas del río Luján en 1789 y transportado á España, donde se conserva en el Museo Real de Historia Natural de Madrid.

Carlos IM, que entonces reinaba, uno de los Borbones más aficionados á fieras exóticas, entusiasmado con el gigantesco es- queleto que leenviaban del Río de la Plata, ordenó á su ministro don Antonio Porlier, que dirigiese una orden al marqués de Loreto, virrey de Buenos Aires, para que le mandase vivo uno de aquellos animales, aunque fuese algo más pequeño. Disponía, además, que en caso de que las grandes dificultades de tomar un animal tan fe- roz y urañocomo se le debía suponer, impidieran conseguirlo vi- vo, Su Majestad se contentaría con uno embalsamado.

¿Estaremos en vísperas de que se realice ulgo análogo al deseo del rey Carlos 111?

Para dar á conocer de nuestros lectores lo que se ha publicado hasta ahora sobre el asunto vamos á analizar detalladamente un fo- lleto del doctor Einar Lónnberg, titulado On some remarms of Neo- mylodon Listar Ameghino, brought home by the Swedish Expedition to Tierra del Fuego, 1895-1897, publicado con hermosas láminas á principios de este año en Estocolmo, en Svenska Expeditionen tall Magellans lánderna, tomo IL, número 7, página 149-170, el cual cual acaba de llegar á nuestras manos y que, con el artículo de Ameghino, á que nos hemos referido, forman por ahora las dos únicas descripciones precisas y científicas de los hallazgos que tan- ta emoción han producido.

Veamos cómo explica Lónnberg la historia del descubrimiento.

Nordenskjóld llegó en los primeros días de abril de 1896 á la es- tancia Eberhardt cerca del Seno de Ultima Esperanza, y supo allí que se había descubierto algún tiempo antes una gruta situada á pocos kilómetros de la costa del mar.

Esta gruta, hoy famosa, tiene próximamente-30 metros de alto, 200 de largo y 50 de ancho y está situada á una altura dle 160 me- tros sobre el nivel del mar. Su techo es inclinado y las paredes es- tán cubiertas de estalactitas. Los peones que la habian reconocido hallaron en su interior varios objetos, entre ellos unos trozos de cuero grueso muy extraño que llevaron á las casas y un esqueleto humano que quemaron.

Nordenskjóld visitó la gruta y encontró en ella otros trozos del curioso cuero, unas pelotas de cuero de guanaco, una gran uña y algunos huesos. |

EL NEOMYLODON LISTAI 259

Todos estos restos fueron llevados á Upsala, donde los ha estudia- do el doctor Einar Lónnberg, inducido por una noticia del Natural Serence sobre el artículo de Ameghino.

Los huesos son en parte de Anchema y en parte humanos,

Mucho más interesantes son los dos trozos del cuero.

Uno de ellos es triangular, de 15 centímetros de largo por 7,5 de ancho y 1 de espesor. La superficie exterior está densamente cu- bierta de pelo de color ocre ó amarillo sucio. Los pelos de este pe- dazo tienen sólo dos ó tres centímetros de largo, pues todos ellos están muy gastados ó mutilados.

La superficie interiorestá densamente cubierta de osículos arre— glados como las piedras irregulares y redondeadas de un empedra- do antiguo. El mayor osículo tiene 17 milímetros de diámetro, otros son de 10á 12 milímetros y los más pequeños de 4.

El trozo mayor del cuero mide 76 centímetros de largo próxima- mente por 10 de ancho en su parte superior. La parte inferior se estrecha y mide sólo 10-13 centímetros en una extensión de 354 40 centímetros. Todas estas medidas son sólo aproximadas porque el cuero se ha arrugado y encogido al secarse.

La forma del cuero hace creer á Lónnberg que debía cubrir la pata anterior izquierda del animal. Su espesor es de 10 á 12 milímetros en casi todas partes. Está cubierto de pelo grueso y áspero del mis- mo color que en el otro trozo, pero como este pelo no está tan es- tropeado, es considerablemente más largo, por lo general de 54 6 centímetros, yen la parte baja de la pata alcanza hasta 8 y 9 cen- tímetros.

La superficie interior de este trozo no muestra huesecillos arre- glados como pavimento. Pero en el borde superior, recientemente cortado, se encuentran los osículos dermales aunque completamen- te implantados en el tejido conectivo.

Estos no son tan grandes como los otros. El mayor mide 9 milí- metros pero son por lo común, aun menores, de 5 á 6 milímetros ó menos. No están tampoco tan próximos sino que dejan generalmen- te entre ellos espacios que varían desde pocos milímetros hasta 1 ó 2 centímetros. A veces se encuentran dos, situados el uno arriba del otro. Lososículos disminuyen en tamaño y frecuencia hacia la parte que se supone inferior de ja pata.

Se han encontrado también en la cueva la parte cornea de una uña ó garra que no puede garantirse que pertenezca al mismo ani- mal que estuvo cubierto por el cuero, pero que el autor considera

260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

también como un fragmento de Neomylodon, porque no se parece á las partes correspondientes de ningún animal actual de Sud Amé- rica. La uña, ligeramente encorvada, tiene 109 milímetros de lar- go por 34 milímetros de ancho en la parte que debe haber quedado fuera de la piel del animal. El color es castaño claro y amarillento hacia la extremidad.

Respecto de las pelotas de pelo de guanaco encontradas en la cue- va, emite Lónnberg extravagantes hipótesis, cuando sólo son, pro- bablemente, esas agrópilas 6 cálculos pilosos que se hallan con relativa frecuencia en el estómago de los rumiantes.

Pasa luego el autor á comparar los huesecillos del cuero con los del milodonte, notando algunas diferencias en la forma y tamaño y especialmente por la falta de las depresiones que existen en los osí- culos del extinguido Mylodon. Llega, sin embargo, á la conclusión de que las diferencias apenas podrían ser genéricas.

El estudio microscópico revela también analogías en su estruc- tura que es incompletamente ósea, pues carecen de laminiilas bien diferenciadas y de canales de Haver.

Los de Mylodon tienen, además, células de o que no existen en los modernos.

La comparación con los escudos de Dasypus muestra grandes diferencias.

Después de algunas consideraciones filogenéticas estudia el pe- lo, el cual carece de hueco central. Aunque este estudio es muy di- fícil por ser lus pelos muy duros y quebradizos, encuentra Lónn- berg cierta semejanza con el pelo de Bradypus.

Parece que los pelos se hallan dispuestos sin anden determi- nado.

En cuanto á la garra ó uña no encuentra el autor ninguna seme- jante en los animales actuales. Las del Mylodon, aunque análogas en su aspecto general, son más encorvadas y tienen mayor diáme- tro vertical.

Se plantea, finalmente, el autor las siguientes cuestiones :

¿Existe el Veomylodon aun vivo ?

¿De qué tamaño es ó ha sido ?

¿Puede considerarse idéntico al animal sobre el cual hizo fuego Lista ?

Nioguna de ellas es fácil de contestar.

Nordenskjóld cree recordar que el mayor trozo de cuero que vió era de 1.50 metros y eso que no estaba completo en ninguna di-

EL NEOMYLODON LISTAI 261

rección. Le hizo la impresión de haber pertenecido á un animal erande tal como el león marino. Considerando que el cuero se ha- bía encogido al secarse, de un tercio por lo menos, deduce que el animal debió tener como mínimum.dos metros de largo y proba- blemente más aun, sin contar la cabeza y la cola. El alto lo calcula en 130 á 140 centímetros según las dimensiones del cuero que su- pone ser de la pata.

En resumen, considera que el animal sería del tamaño de un pe- queño rinoceronte.

Le parece difícil que un animal de estas dimensiones no haya sido observado ni por los viajeros y habitantes blancos de Patago- nia, ni tampoco por los indios, á quienes Nordenskjóld y sus compa- ñeros no han oído nadla de tal sér.

Debe haber sido contemporáneo del hombre y hay quenotarquelas substancias colágenas y gelatinosas del cuero se conservan aún. Se inclina, sin embargo, á considerarlo como extinguido, aunque debe haber alcanzado hasta una época relativamente próxima.

Cree, por fin, quee! animal que vió Lista no puede haber sido un Neomylodon, pues éste sería mucho mayor que el pangolín con el cual lo comparaba nuestro malogrado consocio, y no hubiera po- dido desaparecer con tanta rapidez por la lentitud de sus movi- mientos.

Para completar esta noticia diremos que, según versiones publi- cadas en la prensa diaria, los señores Erland Nordenskjóld y Borge han hallado nuevos restos del Neomylodon en la misma gruta Eber- hardt, donde posteriormente Hauthal, prosiguiendo las excavacio- nes ha conseguido también cosechar diferentes piezas que consi- dera pertenecientes áestos misteriosos animales.

Refiérese también que Lord Cavendish, en las proximidades del lago Musters, ha encontrado excrementos y huellas de pisadas que atribuye al Neomylodon, al que espera dar caza, aun cuando toda- vía no ha conseguido verlo.

Aguardemos los resultados de estas expediciones que permitirán tal vez decidir si se trata de una especie extinguida ó no.

ANGEL (GALLARDO.

MYCETES ARGENTINENSES

AUCTORE

CAROLO SPEGAZZINT

(SERIES 1)

4. LEPIOTA OCHROLEUCA Speg.. N. Sp.

Diag. Clypeolaria, caespitosa, prleo e campanulato esxpanso, gros- se obscureque umbonato, ex ochroleuco flavescente, dense minute- que granuloso-squarruloso, non siriato, lamellas pallidioribus confertis subaridas utrimque acutas a staprte remotas, stipite ex albo flavido terete basin versus ancrassatulo subglabro, annulo mobrla subevanido candado ornato.

Hab. In umbrosis pinguibus hortorum, La Plata, Dec. 1898.

Obs. Caespitosa, e terra erumpens. Pileus primo subglobosus ochroleucus v. flavescens minute denseque granuloso- v. squar- ruloso-pulverulentus, centro magis obscurus et sordidus lae- vis, ambitu pallidior et laxius pulverulentus, margine stipite adpressus atque velo connatus, dein campanulato-explanatus (30-45 mm diam.) ochroleucus, non v. obtuse latissimeque umbonatus, carnosulus, rigidulus, cute dense minute subcon- centrice e pulverulento squamuloso-rimulosa, margine tenui membranaceo integro non striato subinvoluto ornatus; caro ex albo flavescens subexsucca compactiuscula mollis, in um- bone (2 mm crass.) et in dimidia pilei parte centrali sat evo- luta ambitu nulla sed pileo non striato nec sulcato. Lamellae sat numerosae, a stipite valde remotae, utrimque attenuato- acutatae, medio parum latae (2 mm lat.), pileo concolores v. pallidiores; areola ad apicem stipitis latissima (2 mm lat.) non marginata. Stipes erectus rectus v. flexuosulus (50 mm

MYCETES ARGENTINENSES 263

long.) superne teres (4 mm crass.) pileo vix pallidior, glaber v. laxissime pulverulentus, deorsum subfusoideo-inerassatus (6- 8 mm crass.) glaber v vix pruinulosus flavescens, apice a pileo discreto, ad tertium superum annulo tenuissime mem- branaceo descendente mobili facillime evanido flavescente or- natus, intus pius minusve late fistulosus cavitate fibris albo- gossypinis farcta. Sporae albae. Odor farinaceus.

Species non marcescens sed corrugato-arescens, L. hiathu- loidi Speg. valde affinis, sed magis carnosa et pileo non striato.

2. TRICHOLOMA ARGYROPOTAMICUS Speg., N. sp.

Diag. Prleus carnosus hemisphaerrcus, dense squamuloso- floccu- losus cinereus, ambrtu integer albus subnudus, margine lamellas excedens, lamellis relaxatis crassis ex albo roseis sinuatis non v. viz adnatis, stiprte farcto apice laevi basique subsquamuloso subincrassato albo.

Hab. Ab terram denudatam pinguem in Parque de La Plata, Mart. 1898.

Obs. Pileus hemisphaericus convexus (45-50 mm diam.) carno- sus, cute sicca flocculosa cinerascente centro reticulato-dif- fracta, ceterum subsquamulosa, ambitu nuda alba, margine (1 mm) lamellas excedente tectus; caro (10 mm crass. ad centr.) alba immutabilis compacta, sapore terreo dulci-acri, ad marginem usque producta. Lamellae (6 mm lat.) relaxatae 3- macriae rigidulo-fragiles crassiusculae, acie integerrimae, antice acutato-rotundatae, postice sinuato-adnatae; stipes (50 mm crass.), teres apice leniter incrassatus (8 mm crass.), deorsum iterum incrassatus sed ima basi attenuato-obtusatus (3 mm crass.), farctus, carnoso-fibrosus, intus albus, extus superne laevis subnitens, medio subannulatus, postice minu- te squamulosus v. furfurellus ac fuscescens, sub parte inflata fibrilloso-striatus ac flavescens. Sporae...

3. OMPHALIA ÁRECHAVALETAI Speg., DN. Sp.

Diag. Umbraculafera, subsolitaria terrestris, prleo convewulo exum- bonato subcoccineo ylabro laevi, carne citrina, lamellis primo citrinis dei subglaucescentibus, stiprte fistuloso compressulo basi attenuato e livido-aurantio subglaucescente, sporis laevi- bus ovatas.

264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. Ad terram in pratis editioribus prope Montevideo, Maj. 1898

- (leg. Cl. J. J. Arechavaleta).

Obs. Solitaria v. paucigregaria. Pileus hemisphaericus (10-15 mm diam.) convexus, carnosulus, exumbonatus, centro glaber v. pulvisculo heterogeneo adspersus, margine integer, in ju- ventute subinvolutus; caro tenuis flocculosa citrina; lamellae subangustae atque subconfertiusculae, acie integrae polyma- criae, antice acutae postice truncato-adnatae denticuloque breviter decurrentes, primo citrinae, deim nubecula ex albo violascenté velatae; stipes erectus flexuosulus, saepius com-= pressus saepeque longitudinaliter grosse parceque sulcatus (20-25 mm long. = 2,5-5 mm crass.) basi attenuatus apice abrupte in pileo expansus, glaber laevis, inferne citrinus, medio flavus, superne aurantius el saepe glauco-pruinulosus, intus latissime fistulosus. Sporae ovatae v. ellipticae (12 y. long. = 6-7 y diam.) nubiloso-farctae, hyalinae.

4. CLAUDOPUS ARGENTINENSIS Speg., DN. sp.

Diag. Major, hemisphaericus, vix 1maequalateralis subargenteus, pileo vix centro carnoso, lamellis latas confertis a stipite remo- tas ex albo roseo-carners, staprte farcto elongatulo albo-fibrilloso v. subreticulato.

Hab. Ad truncos emortuos putrescentes Eucalypt1 globular, Parque de La Plata, Mart. 1898.

Obs. Pileus irregulariter orbicularis (8-9 cm diam.) et leniter inaequilateralis, horizontalis convexus, centro late obtuseque umbonatus margine incurvulus integer v. viX sinuoso-repan- dulus, cute tenui saepius radiatim minute fibrilloso-rimosa sordide argentea v. subcinerea. in vivo subviscosa, in sicco subsericea vestitus; caro candida immutabilis, in umbone flocculoso-compactiuscula super lamellas tenuissima vix evoluta, cum ¡lla stipitis continua. Lamellae segmentiformes tenuisculae (10-12 mm lat.) membranaceae confertiusculae polymacriae, pro ratione latissimae, antice attenuato-rotun- datae, postice abrupte subtruncato-rotundatae a stipite remo- tae, primo albae, dein roseae, postremo pallide carneae. Stipes lateralis adscendente-incurvus teres (7-8 cm long. = 6-7 mm crass.), Insititius, intus farctus albus, extus albus v. subpallescens saepius plus minusve obsoleteque fibrilloso- reticulatus v. fibrilloso-striatus. Sporae carne aepulverulen-

MYCETES ARGENTINENSES 265

tae, ovatae, inaequilaterales (8 p long. =4 y. lat.) laeves.

5. CERIOMYCES ? STUCKERTI Speg., M. sp.

Diag. Truncigenus, arrregulariter subglobosus majusculus, totus intus extusque obscure ferrugineus, bass lignoso-fibrosus compac- tus radians, ambitum versus relasxatus floccosus, superficialiter pulverulentus, sporis globosts, laevibus intense aurantio-ferru- giness.

Hab. Ad truncos dejectos putrescentes prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Sessilis, e suberoso lignosus repando-globosus (10-20 cm diam. = 8-12 em crass.), contextu fibroso- radiante ad basin compacto sublignoso intense fulvo-ferrugineo, ambitu sensim relaxato substupposo; sporae pulverulentae densissime consti- patae stratum crassiusculum superficialem (3-35 mm crass.) eflicientes pulchre ferrugineae, globosae (10-15 y. diam.) epi- sporio crasso laevi vestitae, intus protoplasmate dense minute- que granuloso farctae; saepe adsunt sporae alterae pyriformes (15-20 p. long. = 10-14 y diam.) antice rotundatae, postice cuneatae atque in pedicello breviusculo attenuatae.

6. OLIGONEMA NITENS Rost. = List, A Mon. of Mycetz. f. 173. Hab. Ad tigillum putrem el terram humosam, Parque de La Plata, Nov. 1898. Obs. Sporae globosae (14-15 y diam.), laxe reticulato-papil- losae. :

7. PUCCINIA GILLESI Speg., N. sp.

Diag. Mecropuccima ?; maculis nullas, soris sparsis erumpenta- bus minutas trregularibus subpulverulentis atras, teleutosporis ellipitcis modice umbonatas, episporio dense verruculoso vestitas, pedicello duplo longrores hyalino fultas.

Hab. Ad folia viva Salvrae (millesí in montanis prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae nullae; acervuli amphigeni sparsi:rarius pauci- gregari sed non confluentes difformes (0,5-1,5 mm diam.) erumpenti-prominuli aterrimi subpulverulenti; teleutosporae ellipticae v. subobovatae (40-45 y. = 30 y), medio uniseptatae non v. vix constrictae, episporio crassiusculo apice leniter umbonato et sublaevi, ceterum dense majusculeque papilloso

266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

vestitae, subopace atro-fuligineae, pedicello hyalino crassiu- sculo (30-75 y. = 6-8 ¡,) subpersistente fultae.

8. PUCCINIA STUCKERTI Speg., M. Sp.

Diag. Micropuccinia?; maculis nullis; soris amphaigenis hema- sphaerico-lenticularmbus valde prominulis subpulverulentis, so- litarúis v. dense gregarís confluentaibusque atris ; teleutosporis late ellipticis, ubique crasse aequaliterque tumicatis, medro 4- septatis non constrictis, episporio laeva, pulchre ferruginess,

pedaicello 1psas aequante hyalino suffultis.

Hab. Ad folia viva Gomphrenae prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert). Obs. Maculae plane nullae; sori quandoque minuti (0,5-1 mm

diam.) quandoque ob confluentiam majusculi (2-5 mm diam.) lenticulari-prominuli, amphigeni e pulverulento compactiu- sculi atri; teleutosporae ellipticae v. subobovatae, utrimque obtusissimae, laeves (34 y long. = 25-26 p. diam.), episporio erassiusculo ubique aequali vestitae, medio 1- septatae sed non constrictae, loculis saepius 1- guttulatis, intense ferrugi- neae, pedicello mox fluxili crassiusculo (30-40 y. = 5-7 y.) hya- lino fultae.

9. UROMYCES EUPHORBIAE Cke Pk. = Sacc., Syll. fung. VIT, 2, f. 556.

Hab. Sat vulgatus ad folia viva Euphorbrae heterophyllae et E. Lorentz prope Córdoba, Mart. et Apr. 1899 (leg. T. Stuckert). :

Obs. Uredosporae globosae (20-22 y. diam.) pallide ferrugineae laxe minuteque papillosae, teleutosporae obovatae (18-25 y. = 18-20 y.) dense verruculosae, pedicello hyalino longiore mox fluxili fultae.

10. MELAMPSORA ARGENTINENSIS Speg., N. Sp.

Diag. Eumelampsora; maculis nullis, soris uredosporicis erum- pentibus rufis pulverulentis, uredosporis globosis verruculosis teleutosporicias minimas inmato-crustaceis atris, teleutosporas subcylindraceis apice crasse tuniwcatis fuscescentibusque lae- v1bus.

Hab. Ad folia, petiolos caulesque vivos Crotonis hirti prope Cór- doba, Apr. 1899 (leg. T. Struckert).

MYCETES ARGENTINENSES 967

Obs. Maculae plane nullae v. partes infectae obsoletissime palle- scentes. Sori amphigeni, quandoque sparsi, quandoque circi- nantes minutl (0,23 0,50 mm diam.), uredosporici erum- penti-prominuli, pulverulenti e rufo aurantiaci, teleutesporici applanati subsclerotiacei ¡innati, omnes plus minusve in eadem parte commixti. Uredosporae globosae (20-23 y. diam.), episporio tenui dense minuteque papilloso vestitae, grosse 1- guttulatae rufo-fumosae; teleutosporae subeylindraceae (60- S0 y. long. = 10-15 y. crass.) saepius geminatim e cellula pro- lifera basali oriundae, infra medium saepe coarctatulae, laeves apice truncatae, episporio antice incrassato atque infuscato vestitae. Species M. helioscoprae (Prs.) Cast. peraffinis sed notis plurimis ut videtur sat distincta!

11. AECIDIUM RIBESICOLA Speg., N. p.

Diag. Maculas epiphyllis pallescentibus indeterminatis, pseudope- mdis saeprus hypophyllas densissime constipatis pulvinulum callosum efficientabus flavescentibus, aecadrosporis globosis lae- vibus.

Hab. Ad folia viva Ribis magellanicr in montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897.

Obs. Foliicola rarius petioli- v. flori-cola; maculae fere nullae oppositae indeterminatae saepius pallescentes atque concaviu- sculae; pseudoperidia minuta (0,5-0,7 mm alt. =0,20 0,25 mm diam.) densissime constipata atque pulvinulum sat pro- minulum superne applanatum ostiolato-alveolatum, margine obtusum repando-orbiculatum (2-6 mm diam.) efficientia, pallide flavescentia; tunica pseudoperidii tenui alba e cellulis hexagonis (25-30 y. diam.) crasse tunicatis, dense minuteque verruculosis efformata; aecidiosporae globosae (22-23 y. diam.) episporio laevissimo tenu1 hyalino tectae, imtus nubiloso-farc- tae aurantiacae.

12. UREDO BOOPIDICOLA Speg., M. Sp.

Diag. Maculis fere mullas, soris parvulis sparsas subhemisphaer:- cis atro-ferruginers, uredosporis subglobosis laevibus maju- sculas.

Hab. Ad folia viva Boopidas squarrosae prope Chonkenk-atk, secus Rio Chico, Feb. 1898 (leg. C. Ameghino).

Obs. Foliicola, rarius caulicola; maculae quandoque nullae,

268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

quandoque pallescenti-flavescentes indeterminatae; sori erum- pentes hemisphaerici (0,5-1 mm diam.) subcompactiusculi, e ferrugineo atri; uredosporae subglobosae, e mutua pressione

obtuse irregulariterque angulosae (25-30 y long. = 20-30 y. diam.) laeves, tenuiter tunicatae, nubiloso farctae, ferrugi- nae.

13. UrgDO ? PRUNI Cast. = Speg., Fung. Arg. n. v. crif., n. 438.

Hao. Ad folia languentia Perstcae vulgaris prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Species vulgatissima, cujus status teleutosporicus adhuc ignotus est, autumnali tempore per totam Rempublicam, sed in speciminibus cordubensibus adsunt sporae dimorphae; spo-

- rae alterae (teleutosporae v. mesosporae ?) obovatae, in parte antica v. supera crasse acuteque umbonatae laeves obscureque fuligineae, ceterum laxe majusculeque papillosae pallidiores, I-guttulatae (30-40 y. long. = 16-20 y. diam.) pedicello hyalino brevi (10-20 p. = 5-7 y.) mox fluxili fultae; alterae (uredospo- rae verae !) globosae (18-20 p. diam.) dense grosseque papillo- sae, tenuiter tunicatae, uniguttulatae pallide fulvae.

14. XYLoPoDIUM BONACINAI Speg., HN. p.

Diag. Majusculum album, primo clavatum clausum, dem sursum exoperidro calyptratum denudatum, endoperidio vrregulamter lacimato-fisso revolutoque infundibulari dehascens, gleba pul- vurulenta isabellina, floccis nullis, sporis globosis chlorinas laevibus.

Hab. Io aridis sabulosis et saxosis secus Rio Colorado prope Fortin Mercedes post pluvias, Majo 1898 (leg. et misit Praecl. Presb. P. Bonacina).

Obs. Fungus pulcherrimus, solitarius v. hinc inde 2-3-grega- rius, subito abunde exsurgens atque sal perdurans, magnitu- dine nonnihil ludens (8-20 cm alt.). Nodulus mycelialis basa- lis terra infossus e globoso obovatus (2-3 cm long. =2-2,5 cm diam.) compactiusculus extus subspongiosus granulis arenae implexus; peridium primitus obovatum clausum (3-10 cm long. = 2,5-6 cm diam.) album, laeve v. grosse laxe subcon- centrice retrorseque squamoso-rimosum, apice obtuse rotun- datum atque in stipite ejusdem longitudinem subaequante (3-8 cm long. = 1-2 cm diam.) terete v. compressulo concolore

MYCETES ARGENTINENSES 269

longitudinaliter minute striato-sulcato, cortice squamuloso 'exoperidii vestigiis) frustulatim secedente tecto, intus farcto coriaceo rigidulo attenuatum, dein exoperidio crassiusculo calyptratim caduco orbatum, endoperidio mox longitudinali- ter lacinatim dehiscente, laciniis 5-9 irregulariter linearibus v. lanceolatis flexilibus revolutis, infundibulariter apertum. Gleba subtabacina vulverulenta copiosissima cavum totum endoperidi implectens, sporis minutis globosis (4-5 p. diam.) laevibus chlorinis efformata, floccis omnino destituta.

Species X. Delestrez Dur. Mntgn. valde affinis sed ut videtur satis riteque distincta.

15. COELOSPHAERIA ? PUSILLIMA Speg., D. Sp.

Diag. Superficialis, mianutissima, dense gregaria, saepius oblique longiusculeque ostrolata, ascrs pusillis clavatis octospor:s farcta, sporas biguttulatis hyalimas.

Hab. Ad ramos denudatos putrescentes Erythrinae crista-gallrin uliginosis Insulae Santiago, prope La Plata, Apr. 1899.

Obs. Maculae nullae v. tota ligni superficies pallescens; perithe- cia densiuscule gregaria sed non constipata et saepius late diffusa, ligno semiinsculpta, globosa (120-450 y. diam.), ostiolo saepius elongato ¡psa aequante obliquo gracili obtuso armata, carbonacea, glabra; asci numerosissimi clavulati, antice obtuse rotundati postice cuneato-attenuati breviterque pedicellati (p. sp. 15 4 =6 y = ped. 5-10= 1-2 p.), octosporl aparaphysati; sporae botuliformes leniter curvulae, utrimque obtusae atque minute uniguttulatae (4-5 y = 1 y.) hyalinae.

Species valde singularis a genere ostiolo elongato sat rece— dens; an melius Pleurostoma ?

16. DALDINIA CONCENTRICA (Bolt.) Ces. DNtrs = Speg., Fung. Puig., f..139, n. 273. Hab. Ad truncos dejectos putrescentes in sylvis Pan de Azúcar, Uruguay, Apr. 1899 (leg. J. J. Arechavaleta).

17. NEOPECKIA ARGENTINENSIS Speg., N. Sp. Diag. Laxe gregaría, subsuperficialas, dense sordideque subcine- reo-villosa, ascis cylindracers octospors, sporis mediocribus 1- septatis non constricias, fuliginers.

270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. Ad ramos dejectos putrescentes Erythrinae crasta-galla in uliginosis Insulae Santrago, prope La Plata, Apr. 1899.

Obs. Matrix in superficie infuscata (an heteregenee ?); perithecia sparsa v. laxe gregaria, ovata, basi vix insculpta, apice obtusa, per aetatem saepius irregulariter lateque perforata, fusco-atra, membranacea e carnoso coriacella, contextu parum distincto fuligineo, hyphis septulatis laevibus pallide olivascentibus v. fumosis (100-150 y = 5-7 y.) crispulis vestila; asci cylindra- cel, antice obtuse rotundati, postice brevissime noduloseque pedicellati (125-135 p = 7-8 p.), octospori, aparaphysati ?; sporae reclte monostichae, cylindraceae, utrimque obtusiu— scule rotundatae (16-17 y = 6 y.) medio 1-septatae, non v. vix subconstrictae, loculis aequilongis 'grosse 1-guttulatis dona- tae, laeves, pulchre fuligineae.

18. HYPOCREA PLATENSIS Speg., HN. Sp.

Diag. Pezizaeformis, sessulis, margine acuta, disco concaviusculo aurantio laev?, perithecirs ammersis minutas, ostiolis NON proma- nulas, ascis cylindracers octospor:s, sporis bilocularibus olivacers loculis mox secedenti-liberas.

Hab. Ad ramos dejectos putrescentes Erythrinae crista-gallz in uliginosis Insulae Santrago prope La Plata, Apr. 1899.

Ohs. Stromata sparsa v. laxe gregaria, orbicularia (2-5 mm diam.), superne concaviuscula v. vix undulata, epunctata, aurantia, margine acuta integra, inferne convexula pallida elaberrima latiuscule adnato-sessilia. Perithecia numerosissi- ma constipata-globulosa (90-100 y. diam.) vix ostiolata, mellea nucleo olivaceo farcta; asci cylindracei, antice obtuse rotun- dati, postice breviter attenuato-pedicellati (70-90 y. = 4-4,5 y), octospori aparaphysati; sporae recte monostichae, olivaceae, biloculares, loculis mox secedentibus globosis v. subglobosis (3,5-4 y.) laevibus.

Species H. pezizaeformiá Speg. simillima, sed stromatibus aurantiis sporisque olivaceis sat recedens.

19. PHYLLOSTICTA SORDIDISSIMA Speg., N. sp. Diag. Maculas orbicularibus determinatis, arescenti-squarrosas sordide conerascentibus, perrtheciiss minutas atro-cinere1s, spo- rulas subellipticis biguttulatis majusculas.

MYCETES ARGENTINENSES 2971

Hab. Ad folia languida Choristigmatas Stuckertiani prope Córdo- ba, Apr. et Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae epiphyllae, eximie determinatae, sordide cinereae, centro saepius rimosae v. squarroso-furfuraceae ; perithecia in centro macularum parce aggregata sublenticularia (80-90 y diam.) atro-olivacea v. cinerascentia glabra, contextu ostlo- loque parum manifestis; sporulae ellipticae v. ovatae saepe medio coarctatulae continuae, utrimque obtusiusculae atque 1-guttulatae (10-15 y. long. = 5-6 y. crass.) hyalinae laeves.

20. PHYLLOSTICTA STUCKERTI Speg., N. Sp.

Diag. Maculis minutis orbcularibus determinatis, obscure areola- is, subhyalinas, perithecias pusillas innatis late ostriolatas, sporulis subcylandracers majusculas multagutiulatas.

Hab. Ab folia viva v. languida Ipomoeae cujusdam prope Cór- doba, Apr. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae amphigenae, minutae (0,5-3 mm diam.) sparsae determinatae, areola plus minusve lata purpurascente cine- tae; perithecia in maculis saepius centralia pauca minima (100-150 py. diam.) lenticularia, ostiolo maximo (25 y. diam.) perforata, contextu olivaceo parum distincto; sporulae cylin- draceae (14-16 pp = 5 y) rectae v. leniter curvulae, utrimque obtusiusculae, grosse multiguttulatae, hyalinae. A Phyllostic- tis ceteris in Convolvulaceis vigentibus longissime abhor- rens.

21. PYRENOCHAETA THALINI Speg., N. Sp.

Diag. Maculis amphaigenas arescentibus, peritheciis annato-erum- pentibus minutissimas, setuloso-ostiolatis, sporulas medrocribus subelliptaicis hyalinas.

Hab. Ad folia languida Thalinz cujusdam prope Córdoba, Apr. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae orbiculares, determinatae, ambitu saepius repan- dulae (3-6 mm diam.) arescentes, concentrice rugosae, per aetatem deciduae et folium perforatum relinquentes; perithe- cia amphigena in parenchymate macularum immersa, ostiolo papillulato epidermidem perforante alque setulas 3-8 tenues atras Opacas acutiusculas simplices (75-80 y. = 3-4 y) gerente ornata; sporulae ex elliptico naviculares utrimque acutiuscule rolundatae continuae laeves hyalinae (10 y = 3 y).

912 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

22. SEPTORIA HOOKERI Speg., N. Sp.

Diag. Maculis amphigenis determimnatis fuliginers, pertthecias sparsis pusillimas, sporulas cylindracers arcuatulas obtusis sae- prus biseptatas.

Hab. Ad folia languida Lesagueae Hookeri prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae sparsae sed in quoque folio numerosae, parvulae (1-5 mm diam.) amphigenae, repando-orbiculares determina- tae, obscure sordideque fuligineae, per aetatem saepe centro arescenti-cinerascentes; perithecia in maculis saepius circi- nantia aegre perspicua innata vix erumpentia lenticularia (90- 100 y. diam.) modice ostiolata, contextu fuligineo indistincto ;' sporulae cylindraceae v. subclavulatae saepius curvulae,

erassiusculae (40-50 y, = 4 ¡.), utrimque obtusiusculae, 1-3 (saepius 2)-septatae, ad septa non v. vix constrictae hyalinae, laeves.

23. SEPTORIA LYCIICOLA Speg., N. Sp.

Diag. Maculas orbicularibus determmatis subochracers, perithecirs pusallimis amphagents, sporulis cylindracers flexuosis continuas v. 1-septatas.

Hab. Ad folia languida Lyca cestrordrs prope Córdoba, Maj. 1899 (leg. T. Stuckert).

Obs. Maculae amphigenae orbiculares (1-5 mm diam.) determi- natae, areola angusta obscuriore saepius cinctae pallide ochra- ceae v. isabellinae; perithecia minutissima, innato-prominula, pauca in quoque macula subperipherica e globoso lenticularia (30-80 y. diam.), atro-olivacea, contextu ostioloque parum perspicuis; sporulae lineares angustae subobtusiusculae (25- 30 p. long. =1,5-2 y. crass.) hyalinae laeves, flexuosulae, con- tinuae v. 1-septatae, ad septum non constrictae.

24. SEPTORIA STUCKERTIANA Speg., M. Sp.

Diag. Maculis orbicularibus determinatis sordide fusco-cinera- scentibus, pertthecits eprphyllis minimas, sporulis subclavulato- filiformibus continuas.

Hab. Ad folia languida Bidentis bipinnatae in herbosis prope Córdoba, Apr. 1899 (leg. T. Struckert).

Obs. Maculae amphigenae parvulae (2-8 mm diam.) ambitu re-

MYCETES ARGENTINENSES SS

pandulae v. saepe angulosae, determinatae, saepe concentrice ragosae, fuscae, centro saepe cingrascenti-pallidiores; peri- thecia saepius epiphylla, lenticularia (60-80 p. diam.) atra, contextu parenchymatico olivaceo donata, ostiolo minuto-per- forata; sporulae rectae v. curvulae (50-55 y. = 2-3 1) hyalinae continuae, utrimque acutiusculae. A S. bidentas Sacc. longissi- me abhorrens.

25. CERCOSPORELLA PERONOSPOROIDES Speg., N. Sp.

Diag. Maculis amphagenis indeterminatis subflavescentibus, cae- spitulis hypophyllis dense constipatis plagulas albo-cimereas angulosas efficientabus, hyphis brevibus, conidas polymorphas.

Hab. Ad folia languida Jatrophae anwssophyllae, prope Córdoba, Apr. 1899 (T. Struckert).

Obs. Maculae diffusue flavescentes indeterminatae (2-5 mm diam.); caespituli, peronosporarum more, pulvinulos albo- cinereos farinosulos crassiusculos efficientes, semper hypo- phylli et nervationibus limitati; hyphae ellipticae v. cylin- draceae, gibbosae, nodosae v. geniculatae (10-25 y. = 5-6 ¡1) hyalinae; conidia acro-pleuro-gena elliptica, eylindracea v.

clavata (10-60 p. = 5-7 p.) continua v. 1-3-septata, ad septa non v. vix constricta, laevia, hyalina, saepius multiguttu- lata.

Species €. pseudordlio Speg. affinis, sed satis riteque di- stincta.

(Continuard)

AN. SOC. CIENT. ARG, T. XLVII 18

NOVA ADDENDA

AD

FLORAM PATAGONICAM

AUCTORE

CAROLO SPEGAZZINI

(PARS 1)

55. ADESMIA SALICORNIOIDES Speg., DN. Sp.

Diag. Patagontum; perennas caespitosa, valde carnosa glaberrima, folúis confertis, stipularum subconnato-vaginantium lobis ovatis, petrolo brevissimo, foliolis 3 subteretibus obovatis, floribus in ramults acrogenas solitarms sessulibus, dentibus calycinis linea- ribus obtusis tubum aequantibus, corolla aurantra calyce duplo longiore, legumimne 1-3-articulato nudo glabro.

Hab. Ta tissuris rupium basalticarum loco Karr-ark vocato prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.).

Obs. Plantulae quandoque dense pulvinato-caespitosae (caespi- tibus 5-10 cm diam. = 4-5 cm crass.), quandoque relaxatae subeffusae, ramis semper obscure subdichotomis (4-10 cm long. = 2-3 mm crass.), deorsum vestiglis arescentibus sor- dide atro-fuscescentibus foliorum annorum praeteritorum vestitis, pseudoarticulatis, sursum virescentibus atque folii- feris. Folia conferta glaberrima carnosa, postice stipulis longe connato-vaginantibus (4-5 mm long.) subturbinatis, basin versus ex albido pallidissime purpurascentibus, apice liberis, lobis adpressis ovatis subobtusiusculis viridibus ornata, pe- tiolo brevissimo e globoso obconico (1,5 mm long. = 1 mm crass.), foliolis tribus v. rarius duobus (impare saepe deciduo v. inevoluto) obovatis v. oblanceolatis (3-5 mm long. = 2-2,5 mm crass.), deorsum cuneatis, sursum breviter cuneato- rotundatis subteretibus, ad epiphyllum leniter canaliculatis v. depressis obsolete glaucescentibus, ad hypophyllum convexis plane enerviis. Flores ad apicem ramulorum solitarii sessiles

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 975

(8 mm long.); calyx obscure viridis turbinatus (4 mm long.) lobis parum inaequalibus linearibus obtusiusculis (saepe laxe subimperspicueque puberulis) tubum aequantibus; corolla post anthesin arescens et subpersistens e rubescenti auran- tiaca, vexillo suborbiculari dorso glabro v. vix obsoletissime pulverulento-pubescente, alas et carinam pallidiores leniter superante, ovario 3-4-ovulifero glabro, stylo aculo tenui lon- etusculo armato. Legumina 1 v. 2 articulata, articulis mox deciduis ex orbiculari triangularibus (2,5 mm lat. et alt.) valde compressis vudis glabris.

Species eximia, habtu peculiari, fere Salicorniae cujusdam, mox dignoscenda.

56. ADESMIA SUFFOCATA Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 90. Hab. Abunde in sabulosis aridissimis loco Chonkenk-ark vocato secus Rio Chico, Jan. 1897 (€. A.). Obs. Legumina adhuec plane ignota nec unquam inventa !

57. ADESMIA TEHUELCHA Speg., N. Sp.

Diag. Chaetotricha; perennis primo visu glabra sed pilas tubercu- losis (glandulosis ?) plus minusve hispida, ramas herbacers pallide virentibus efjuso-adscendentibus subsimplicibus, remote foliferas, stipulas ovatis, petiolis crassiss a medio foliolaferis, foliolis crassas eventis 3-jugis spathulatis obsolete lamssimeque scabridis, floribus ad apicem ramorum lawissume racemosts, ín pedunculas scabridas hamatas folio v. bractea fulerante longror:- bus acrogenas aurantracas, calyce subhaspido lacinias linearibus tubo longioribus, corolla glabra calycem fere duplo superante, leguminibus plurtarticulatis longe plumoso-setuliferas.

Hab. In altiplanitie altissima loco Parr-ark vocato secus Rio Sehuen, Apr. 1898 (€. A.).

Obs. Caudex...; rami majusculi deorsum prostrati, sursum ar- cuato-adscendentes crassi (20-45 cm long. = 3-5 mm crass.) succosl laete pallideque virides quandoque glaberrimi quan- doque pilis simplicibus parvulis basi tuberculosis apice saepe guttula viscosa ornatis erectis adspersi non v. parce ramulosi, remote foliati; folia (10-30 mm long.) infera internodia non v. vix aequantia, supera longiora carnosula, stipúlis ¡inaequila- teraliter ovatis obtusiusculis (4-5 mm long. = 3-3,5 mm lat.) saepius, margine praecipue, minute laxeque hispidulis, petiolo

276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

crasso (2-20 mm long.) dorso convexo, ventri applanatulo non marginato, in juventute minute adpresseque puberulo, per aetatem sparse hispidulo, in senectute saepius glabrato, vix infra medium foliolifero; foliolis imparipinnatis (1-7) inferis 3-jugis superis saepe ad unicum terminale reductis, obovatis (5-12 mm long. = 2-3 mm lat.), postice cuneatis antice obtu- sissime rotundatis (sed rarissime subretusis) crasse carnosulis enerviis margine subrevolutis, in prima juventute adpresse minute canescenti-puberulis, dein ad epiphyllum laxissime pulverulento-puberulis, ad hypophyllum glabratis, postremo glabris vix margine obsolete remoteque scabrido-subdenticu— latis. Flores (9 mm long.) in dimidia supera parte ramorum exsurgentes; pedunculis inferis folio fulcrante stipulato 1-3 foliolato, superis bracteas ovata elliptica v. spathulata hispi- dula basi ornatis, elongatis (10-30 mm long.) parum patentibus rectis sed apice abrupte recurvato-hamatis, laxe patuleque hispidulis, unifloris; calyce turbinato (6 mm long.) laxe minu- teque hispidulo, lobis linearibus acutis tubum leniter supe- rantibus; corolla calyce tertio longiore, vexillo glaberrimo subaurantiaco, alas el carinam e flavescente ochroleucas vix superante. Legumina cernua 4-5 articulata, articulis ex orbi- culari triangularibus (3,5 mm alt. = 3 mm lat.) setulis plu- mosis longis (5 mm long.) albis eleganter comatis, seminibus elliptico-ovatis, basi subtruncatulis (3 mm long. = 2 mm diam.) ex ochroleuco cinereis minute obsoleteque fusco-macu- latis, glabris laevibus. Species A. karrarkensi Speg. valde affin1s sed certe distincta,

A. Fernandez: Ph. et A. Torcae Ph. nonnihil accedens.

58. ADESMIA TRIJUGA G11l. = Gay, Fl. Chil. IL f. 200. Hab. la montuosis centralibus Chubut, Nov. 1898 (n. 74-86, Koslowsk y).

59. ADESMIA VILLOSA Hook. f. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 92. A. Morenonis Harms in OK., Rev. gen. plant., II, 2, f. 70. Hab. Non rara in montuosis Pan de Azucar vocatis prope Rio Chico, Dec. 1897 (C. A.), nec non in Valle Rio Mayo, Nov. 1898 (n. 120 Koslowsky). Obs. Species 4. pumilae Hook. f. longissime abhorrens nec qui- dem comparanda! Adest etiam varietas acutafolra, foliolis

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 277

adpresse longeque sericeis subargenteis foliolis lanceolatis acutis, sed nullo modo a typo separanda.

60. Vicia prxuca Gill. = Gay, El. Chil. IT, f. 128.

Hab. Rarius in pratis editioribus prope Chonkenk-ark secus Rio Chico Jan. 1897 (C. A.).

Obs. Species V. Safforda Ph. et V. sericellae Speg. valde affinis sed ut videtur satis distincta. Stipulae nectario destitutae; pedunculi puberuli prope basin articulati (2-3 mm long.); calyx turbinatus adpresse puberulus (3 mm long.) dentibus - subaequalibus late triangularibus acutiusculis (1 mm long.) donatus; corolla ochroleuca (6-7 mm long.) glabra vexillo suborbiculari alas carina aequilongas nonnihil superante donata; ovarium lineare, viride, glabrum 6-ovulatum.

61. Victa Bisuca Gill. var. longapes Spes.

Hab. In pratis herbosis loco Salinas dicto secus Rio Santa Cruz, Jan. 1882 (€. S.) et prope Sehuen-ark secus Rio Sehuen Febr. 1898 (C. A.).

Obs. A typo recedit foliis imferis obovatis obtusis mucronatis, superis linearibus acutis, pedunculis ante anthesin petiolo brevioribus v. aequilongis, post anthesin duplo et ultra lon- gioribus.

62. VicIa GRAMINEA Sims. = Franchet, Miss. d. Cap. Horn., Phan. e Hab. Non rara in dumetis ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.).

63. VICIA PATAGONICA Hook. f. = Speg., Pl. Pat. austr. n. 99. Hab. In herbosis Chonkenk-a1rk secus Rio Chico, Jan. 1897 et prope Sehuen-a1rk secus Rio Sehuen, Febr. 1898 (€. A.).

64. Vicia PATAGONICA Hook. f. var. depauperata (Clos). = Speg., Prim. El. Chub., n. 45.

Hab. In herbosis prope Isla Pavon, Febr. 1882 (C. S.) et secus Rio Deseado Jan. 1894, nec non prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.).

Obs. Pedunculi glabri v. pubescentes 2-4-flori; pedicelli pube- scentes calyce subbreviores; flores (10-12 mm long.) erecti v.

278

65.

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

patuli, calyce plus minusve adpresse laxeque puberulo-vire- scente v. coerulescente (3 mm long.) dentibus parum inaequa- libus triangularibus acutiusculis, corolla glabra triplo longiore,

-vexillo obovato (9-9,5 mm long.) plus minusve late intenseque

coeruleo, alas ex ochroleuco coerulescentes (8-8,5 mm long.) carina apice intense atro-coerulea (6,5 mm long.) longiores superante. Legumen lineare (16-30 mm long. = 4-3 mm lat.) elabrum 10-12 spermum Huc ducenda tiam V. Morenonas Harms.

VICIA MAGELLANICA Hook. f. = Speg., Pl. Pat. austr., n. 98.

Hab. Non rara in pratis fertilioribus secus Rio Chico, Febr. 1898

(CUA).

Obs. Vicia magellanica Hook. f., V. Saffordi Ph., V. patagonica

66.

Hook. f., V. andicola HBK., V. andicola Ph. nec non plurimae aliae limites inter se non habent, sed semper pedunculis pedi- cellis calyceque plus minusve pubescentibus donatae, idcirco formas v. varietates unius speciei, V. setafolvae HBK. tantum sistunt, sed a V. gramimnea Sims omnino glabrata longe abbo- rrent.

VICIA NIGRICANS H. et Arn. =Speg., Prim. flor. Chub., n. 46.

Hab. Non rara in dumetis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897

(0

Obs. Variat glabra et pubescens, foliiss plus minusve magnis,

67.

foliolis ellipticis ovatis v. obovatis, stipulis integris dentatis v. laciniatis, pedunculis folia non aequantibus v. duplo triplove longioribus, etc.; V. Macraer H. Arn., V. fodinarum Ph., V. speciosa Ph. etc. hujus speciel varietates tantum sistunt.

VICIA SERICELLA Speg., N. Sp.

Diag. Perennis lawe canescenti-sericea, caule debrla prostrato apice

ramoso adsurgente, folvis internodrrs valde brevioribus, stapulas ovatisvizcalcaratas, petiolo brevrusculo, carro simplaicesubbrers. foliolas oblanceolatis, non v. calloso-mucronatis saepius 2-jugas, ulrimque acutrusculas, ad hypophyllum subparallele longitudr- nalrter rugoso-sulcatis, floribus medrocribus in acllas superro- mbus sessilibus saeprus geminaltas, calycas pubescentis dentibus Iinearibus acutrusculais tubum subaequantaibus, corollae glabrae

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 279

veanllo coeruleo triplo calyce longriore alas carinamque albe- scentes longe superantes, ovario glabro.

Hab. In pratis vallis Lago Blanco, Nov. 1898 (n. 38-103, Koslow- sk y).

Obs. Stolones longissimi albescentes (10-23 mm long. = 1 mm crass.) nudi parce ramosi, ramis binc inde superficem soli attingentes et abrupte ramulosis; ramuli arcuato-adscendentes (5-10 cm long. = 0,5-0,8 mm crass.) subsimplices virides tetragoni sulcati, minute patentim pilosuli, internodiis 1nfi- mis (3-8 mm long.) et supremis (3-5 mm loug.) brevibus, medis valde elongatis (10-20 mm long.); folia laxe seri- ceo-pilosa viridi-canescentia sericeo-nitentiuscula crassiu- scula ad hypophvllum longitudinaliter semper et eximie rugosa, infera et suprema internodium aequantia, media duplo v. triplo breviora (10-12 mm long.), stipulis dimidiato- ovatis (4-5 mm long. = 2-2,5 mm lat.) integris apice acutis, basi rotundatis v. calcare brevi integro v. sub-2-3-denticulato acutoque ornatis nectario destitutis, petiolis brevibus (2-6 mm long.) in cirro (2-8 mm long.) mucroniformi v. elongatulo simplice plus minusve circinato productis, foliolis saepius 2-jugis (rarissime 1-3) oblanceolatis (5-9 mm long. = 1,5-2,5 mm lat.) deorsum elongato-cuneatis, sursum abbreviato-cu- neatis ¡nermibus v. mucrone albescente crasso brevique arma- tis, Opposit1s v. alternis inter se remotis v. aproximatis. Flores ad axillas foliorum 3-6 superiorum enascentes, fere semper geminat1, sessiles v. vix pedicellati (ped. 1 mm long.), patentes mediocres (9-10 mm long.), calyce turbinato viridi adpresse sericeo piloso, dentibus triangularibus acutis, inter se subae- quilongis, tubum aequantibus donato, corolla glabra tere calycem ter aequante, vexillo coeruleo suborbiculari-obcordato (9-9,5 mm long. = 6 mm lat.) alas albo-ochroleucas carima alba minute coeruleo-maculata (5 mm long.) tertio longiores (6,5 mm long.) superante, staminibus alte connatis glabris, ovario oblanceolato (4,5 mm long. = 1,5 mm lat.) glaberrimo viridi 6-ovulato, stylo brevi crassiusculoque (1,5 mm long.) abrupte sursum refracto apiceque longe albo-barbato.

Species 2 caeteris hujusdem regionis distinctissima vix V. Solasi Ph. nornihil accedens.

68. Vicia SarrorD1 Ph. = Speg., Plant. Pat. aust., n. 100.

280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. Non rara in pratis prope Chonkenk-ask, secus Rio Chico, Jan. 1898 (C. A.).

Obs. Forma eximie cum descriptione Philippiana congruens sed folia etsi tenula nonnihil rigidula et ad hypophyllum pulchre ceraceo-glaucescentia, infera parum longiora et latiora (10 mm long. = 2,2 mm lat.). Stipulae nectario destitutae; calyx puberulus; corollae vexillum alas vix superante sed carina tertio longius; ovarium glabrum 4-6-spermum.

69. LATHYRUS MAGELLANICUS Lam. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 101. Hab. Tn dumetis ad ripas Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). Obs. Specimina haec formam gladiatam OK. sistunt, sed a typo nonnihil recedunt pendunculis crassis (ut in L. crassapede Ph.) foliis duplo longioribus apice 8-12 floris!

70. LATHYRUS PUBESCENS Hook. Arn. = Walprs, Rep. Il, f. 722. Gay, Fl. Chil. IL, 148. Hab. Non rarus per totam Patagoniam, ann. 1882-98. Obs. Inter specimina plurima quae mihi adsunt formae tres di- stinguendae :

a) Normalis : Foliolis ellipticis pubescentibus, calyce pu- bescente. Rio $. Cruz, Febr. 82 (€. S.).

b) Glaucescens: Foliolis ellipticis vix pubescentibus plus minusveglaucescentibus, calyceglabrato, glaucescente. Sehuen- ark, Febr. 98 (C. A). )

c) Leptophylla : Foliolis linearibus parum pubescentibus, calvce pubescente. Teka-chorque, Nov. 89 (C. Moyano).

71. LATHYRUS SERICEUS Lam. = DC., Pr. II, f. 369. Hab. In dumetis ad ostia fluminis Rio Negro, Febr. 1892.

72. HOFFMANSEGGIJA TRIFOLIATA Cav. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 103.

Hab. Vulgata per totam fere Patagoniam per ann. 1882-98.

Obs. Species stipulis ovatis acutis, foliis ternatis, foliolis plus minusve ovatis subacutiusculis nervosulis sat distincta, sed habitu statura et pubescentia summopere variabilis; inter specimina permulta, quae mihi sunt, formae haec distin- guendae :

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 281

a) Glaberrima : Robusta, tota glaberrima eglandulosa, foli1s fere omnibus radicalibus, stipulis ovatis acutis ciliolatis pur- pureis, petiolis erectis (30-40 mm long.) subpurpurascentibus, foliis semper ternis patulis (18-25 mm long.) paripinnatis, S-9-jugis, foliolis parum supra basin evolutis confertis sub- imbricatis alternis v. suboppositis subellipticis (3-8 mm long. —= 2,5 mm lat.) basi rotundato-subtruncatis, apice acutato- rotundatis minuteque apiculatis valde ¡naequilateralibus crasse coriaceis' nervosis viridibus, margine praecipue pur- purascentibus; scapi robusti (10-14 em long. =2-3 mm crass.) e viridi glaucescentes erecti nudi v. parum supra basin 1-foliati, in parte dimidia supera, folia superante, dense race- moso-floriferi. Flores 15-30 in quoque racemo majores (12 mm long. = 13 mm diam.) pedicellis breviusculis (3-5 mm long.) purpureis glaberrimis bracteis subpersistentibus illos aequan- tibus v. leniter superantibus lanceolatis acutis concoloribus margine minute albo-ciliolatis ornatis fulti; calyx obconicus (6-7 mm long.) sepalis breviter connatis elliptico-linearibus (5 mm long. = 2 mm lat.) acutiuscule rotundatis, deorsum purpureis sursum plus minusve virescentibus glaberrimis, 1llis florum inferiorum margine minute albo-ciliolatis excep- tis; corolla e purpureo aurantia calyce fere duplo longior, pe- talis glabris basin et in ungue breviter glandulifero-setulosis; stamina libera in dimidio infero incrassata albescentia retror- sum hispidula, sursum tenuiora glabra purpurea. Loco Emelk- ark vocato secus Rio Chico, Jan. 1897 (€. A.).

b) Normalis: Praecedenti simillima nisi tota plus minusve pubescens v. villosa, sed eglandulosa ; scapi 1-3-foliati patu- le puberuli elati (15-25 cm long.) in dimidia parte supra laxe racemoso-floriferi; pedicelli (4-6 mm long.) glabri, bracteis basalibus mox deciduis etnon visis; flores mediocres (10 mm long. = 12 mm diam.), sepalis calycis (6 mm long.) lineari- bus (4 mm long.) puberulis v. pubescenti-canescentibus acu- tiusculis, corolla aurantiaca glabra, legumine glaberrimo pa- rum falcato (30-40 mm long. = 3 mm lat.) 8-12-spermo. Secus Rio S. Cruz Febr. 1892 etsecus Rio Negro Febr. 1898 (C. S.), secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.) et in Paso de los Indr0s Chubut (n. 57, Koslowsky).

c) Microphylla : Gracilis subpubescens foliis radicalibus et caulinis sat numerosis ; petioli erecti (40-70 mm long.) slabri

282

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

tenues virides; folia semper terna patula (25-45 mm long.) paripinnata 10-11-juga, foliolis pusillis parum supra basin evolutis valde inter se remotis (interunodium aequantibus), omnibus alternis ovatis (2-4 mm long.=1-2 mm lat.) deor- sum dimidiato-cordatis sursum attenuato-rotundatis non v. vix apiculatis, valde inaequilateralibus crassiusculis coria- cels viridibus, utrimque adpresse minuteque puberulis; scapi e prostrato erecti (15-20 cm long.) graciles in dimidia parte infera nodoso-foliiferi, saepeque ad nodos geniculati, in dimi- dia supera nudi, vix in parte suprema (3-4 cm long.) laxissime racemoso-pauciflori. Flores 5-10 1n quoque racemo minores (8 mm long. = 10 mm diam.) pedicellis mediocribus (5-6 min long.) basi bractea villosula parvula mox decidua ornatis, gla- bris sed glandulis perpaucis fuscescentibus pedicellatis ad- spersis; corolla flava calyce vix “tertio longior petalis dorso dense papilloso-glandulosis; stamina ut in praecedentibus. In dunis maritimis ad ostia Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.).

d) Glandulosa: Habitu et pubescentia normala simillima sed magis humilis et petiolis, pedunculis, pedicellis calycibusque laxe grosseque fusco-glanduloso-scabridis. Scapi folia aequan- les v. parum superantes (5-8 cm long.); petioli foliis ternatis subaequilongi (30-40 mm long.), foliolis 8-14-jugis, utrimque pubescenti-canescentibus, ovalis valide purpureo-mucronatis; pedicelli breves (3-4 mm long.); calyx canescens (6-8 mm long.); petala flava (7-9 mm long.) ad basin dorso pallide den - siusculeque glandulosa; stamina ut in praecedentibus. In pratis loco «La Pantanosa » vocato secus Rio Negro, Febr. 1898 (E. S.).

73. HOFEMANSEGGIA TRIFOLIATA Cav. var. pentaphylla Speg. Hab, Tn sabulosis aridissimis ad confluentiam fluminum Limay

et Neuquen, Dec. 1897 (€. S.).

Obs. Varietas habitu formae normala et microphyllae speciel simil-

lima, sed foliis quinquefoliatis cum paucis trifoliatis commix- tis. Stipulae ovatae acutiusculae foliaque elliptico-subovata nervulosa | An hybridus H. ¿rifolvatae Cav. et H. falcariae Cav.?

74. HOFFMANSEGGIA FALCARIA Cav. = Gay, Fl. Chil. II, f. 233. Hab. Tn altiplanitie secus Rio Negro prope Carmen de Patago-

nes, Febr. 1898 (C. S.).

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 283

Obs. Forma a speciminibus Chilensibus el Mendozinis vix statura omnium partium paulo minore recedentia, plane eglandulosa. Petioli fere omnes radicales (35-45 mm long.) glabri virides in parte dimidia supera tantum foliiferi, basi stipulis ovatis ob- tusis pubescentibus donati ; folia 4-5-juga cum impare (10-20 mm long.), a basi (impari excepto) foliolosa ; foliola 4-8-juga conferta subimbricata, obtusissime elliptica v. obovata (2-3 mm long. =1-2,5 mm lat.) numquam mucronata crassiuscula enervia, minute adpressissimeque pulverulento-pubescentia ; scapi foliis fere duplo longiores (6-10 cm long.) subgraciles glabri, in dimidia parte infera nudi, in dimidia supera laxe ra- cemoso-floriferi; flores patuli v. cecnui (10-12 mm long.) ca- lyce pubescenti-canescente obovato (6 mm long.) lacinris sub- ellipticis (4-5 mm long. = 1,5 mm lat.) subacutis, petalis sepala bis aequantibus tlavis spatulatis, unguis margine glan- duloso-ciliolatis, staminum filamentis in parte dimidia infera retrorse pubescentibus. Species a praecedentibus foliis multi- jugis, foliolis non nervosis magis obtusis subobovatis non api- culatis mox dignoscenda.

75. HOFFMANSEGGIA PATAGONICA Speg., N. Sp.

Diag. Humilas subglaberrima folvs radicalibus et caulinas con- formibus, stapulis lmearibus cilrolatas, petiolis elongatas, folr1s 3-4-jugas (cum impare), foliolis minutas ovatas (vix sub lente validissima lawe puberulis) 4-8-jugas rigidis crassts, scapts glabris folia superantibus parce racemoso-floriferis, floribus medrocribus, pedunculo bracteola acuta fulcrante vir longrore fultis, calyce glabro purpureo, corolla flava, leyumme glabro.

Hab. In altiplanitie aridissima prope Trelew, Nov. 1897 (Valen- tin).

Obs. Species pulchella H. tmifoltatae Cav. var. mcrophyllae Speg. habitu valde accendens sed foliis multijugis ut videtur satis distincta. Radix recta profunde infossa teres (70-100 mm long. = 2-3 mm crass.) parum comosa, cortice cinereo-fusco vesti- ta, ad soli superficem abrupte denseque caespitoso-ramosa ; rtami lignosi nodosi sursum in scapis abeuntes. Folia erecta (25-40 mm long.) basi stipulis ochraceis linearibus (1-2 mm long.) subacutiusculis margine ciliolatis ornata; petiolo recto rigidulo glaberrimo in dimidio v. tertiis duobus inferis nudo, superne foliifero, foliis 5-7 patentibus inter se valde remotis,

ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

internodia (4-6 mm long.) subduplo aequantibus (5-15 mm long.), a basi fere, supremo excepto, folioliferis ; foliola 8-16 in quoque folio plus minusve alterna et pseudoparipinnata, ovata, valde inaequilateralia, basi rotundata apice acutiuscula (1-2 mm long. = 0,5-1 mm lat.) saepius minute purpureo- mucronulata confertiuscula, crassiuscula rigidula enervia oculo nudo glabra sed sub lente valida minute laxeque pube— rula. Scapi seu rami floriferi (6-8 cm alt. a superficie soli) lere- tes virides glabri, deorsum (in tertio infero) 2-6-subgenicula- to-nodosi ac foliiferi, medio nudi atque in tertio supero laxe racemoso-floriferi. Flores 6-12 1n quoque racemo mediocres (6-8 mm long. = 8-9 mm diam.); bracteae pedicellorum ova- tae minutae purpureae eximiae pectinato-ciliolatae in mucro- ne setaceo longiore (2-3 mm long. cum mucr.) productae; pe- dicelli glabri purpurascentes (3-3, mm long.) patuli; calyx obconicus (4-4,5 mm long.) purpureus glaberrimus, Jaciniis ellipticis (2,5 mm long.= 1,5 mm lat.) atque acutiusculis (margine obsoletissime pubescentibus); corolla flava calycem bis aequante petalis spathulatis (8 mm long. = + mm lat.) gla- bris eglandulosis ; stamina 10 petalis vix breviora flava fila- mentis minute retrorse hispidis; ovarium lineare virescens glabrum, stylo elongato stamina non v. vix superante corona- tum. Legumen adhucimmaturum lineare subrectum glabrum.

76. GOURLIEA DECORTICANS.Hk. Arn. = Hook, Bot. Misc. III, 207,

t. 106.

Hab. Frequentissima in altiplanitie secus flumina Rio Negro,

Limay et Neuquen, Dec. 1897 et Jan. et Febr. (€. S,).

Obs. Arbuscula quandoque nana dense congesta, horride paten-

tim spinosa quandoque erecta plurimetralis sub arborea et subinermis. Folia saepe dimorpha : a) in ramis aereis saepius parvula (15-20 mm long.), imparipinnata 3-juga, folivlis oppo- sitis subsessilibus ellipticis v. leniter obovatis, (4-8 mm long. = 1,5-3 mm lat.) utrimque rotundatis apice non v. leniter re- tusis, crassiusculisrigidulis glabris v. subimperspicue pulveru- lentis margine non v. parcissime obsoletissime punctatoglan- dulosis, ab apice basin versus leniter decrescentibus, petiolis puberulis fere a basi folioligeris, stipulis ovato-triangularibus minutissimis mox deciduis; b) in ramis virgatis sparse glan- duloso-scabridis ex radicibus terra denudatis exsurgentibus

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 285

majuscula (40-50 mm long.), imparipinnata 2-4-juga, foliolis alternis brevissime petiolulatis ellipticis v. obovatis (10-25 mm long. = 7-12 mm lat.) postice cuneatis v. cuneato-rotundatis, apice plus minusve obtúse rotundatis, non retusis, foliaceis sed subrigidulis glaberrimis glaucescentibus, margine plus minusve dense fusco-glanduloso-denticulatis, ab apice basin versus quandoque vix quandoque valde decrescentibus, petio- lis glaberrimis fere a basi folioligeris, stipulis linearibus an- gustis subobtusis (3-4 mm long. 1 mm lat. bas.) glabris v. ciliolato-puberulis persistentibus.

77. Cassia ARNOTTIANA Gill. Hook. = Gay, Fl. Chil., IL, f. 235.

Hab. Nonrarain dumetis circa Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898(C.S.).

78. CAssSIa APHYLLA Cav. var. divaricata Hiern. = Hiern., Sert. pat.,

n. 56.

Hab. Vulgatissima ubique secus flumina Rio Negro, Limay et

Neuquen Sept. 1874 (C. Berg.), Jan. et Febr. 1898 (€. S.).

79. POINCIANA GILLESI Hook. = Gay, Fl. Chil. II, f. 225.

Hab. Non vara in praeruptis secus Rio Negro praecipue prope

Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.).

80. ProsoPIS DENUDANS Bnth. = Walprs, Rep. I, f. 862.

Si Hab. Non rara ad marginem salinarum in altiplanitie secus Rio

Hab. lo aridis saxosis altiplanitier Chubutensis, loco Paso de los

Indios vocato, Nov. 1898 (n. 58, Koslowsky).

Obs. Species P. patagonicae Speg. peraflinis, a qua tamen rece-

dit, foliolis ¿n petiolis secundariis saepius 5, quarum 3 inferis alternis et 2 supremis oppositis, omnibus linearibus apice e rotundato subacutiusculis pulverulento-pubescentibus, rachi- dibusque spicarum floralium puberulis. Legumen in utraque adhuc non inventum.

ProsopIs HumiLIS Gill. = Gay, Fl. Chil. II, f. 246.

Negro, Jan et Febr. 1898 (C. S.).

Obs. Forma humillima dense intricata, caespitoso-effusa, floribus

leguminibusque e coceineo purpureis donata.

82. Prosor1s STRIATA Bnth. = Speg., Plant Pat. austr., n. 106.

286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Hab. Vulgatissima in locis sabulosis ad ripas fluminis Rio Ne- gro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). .

Obs. Species, ut jam l. c. monul, fructu lomentaceo articulatim deciduo ad maturitatem distincta atque a genere sat recedens et novae sectionis Lomentaría nucupandae typum sistens.

83. PROSOPIS STROMBULIFERA Bath. = Gay, Fl. Chil. Il, f. 249. Hab. Sporadice non rara in altiplanitie secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). Obs. Species ab incolis «Retortuño » v. « Mastuerzo » nuncupata. In dumetis adest saepe forma inermis ramis virgatis gracili- bus sed a typo nullo modo separanda !

84. CERASUS CAPRONIANA DO. 9 griotta = DC., Pr. IT, f. 356. Hab. Non rara spontanea, sed certe ex cultis aufuga, in insulis et ad ripas fluminis Rio Negro, praecipue prope Carmen de Pata- gones, Jan. et Febr. 1898 (C. S.).

85. GEUM CHILOENSE Balb. = Speg., Pl. Pat. austr., n. 107 et Prim. Fl. Chub., n. 55. Hab. Vulgatum in pascuis editioribus prope Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.).

86. FRAGARIA CHILENSIS Ehrb. = Speg., Prim. Fl. Chub., n. 54. Hab. Sat communis in umbrosis montanis prope Lago Nahuel- huapi, Dec. 1897 (C. S.).

87 POTENTILLA ANSERINA L. = Gay, El. Chil. II, f. 304. Hab. Rarissime ad margines rivulorum in montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.).

88. MARGYROCARPUS ACANTHOCARPUS Speg. =Speg., Plant. Pat. austr., n. 141. Hab. In praeruptis siccissimis prope Pan de Azucar secus Rio Chico, Dec. 1897 (€. A.).

89. MARGYROCARPUS ÁMEGHINOI Speg. = Speg., Plant. Pat, austr., n.110.

Hab. In planitie aridissima saxosa prope Lago Nahuel-huapi,

Dec. 1897 (C. S.) et in altiplanitie centrali, Chubut, loco Paso

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 981

de los Indios vocato, Nov. et Dec. 1898 (n. 90-46, Koslowsky).

90. MARGYROCARPUS PATAGONICUS Speg. = Speg., Plant. Pat. austr., ne: 109: Hab. In saxosis v. arenosis aridissimis prope Lago Nahuel-hua- pi, Dec. 1897 (€. S.).

91. MARGYROCARPUS SETOSUS R. P. = Gay, Fl. chil. II, f. 279. Hab. Satfrequens in campis siccis secus Rio Negro, Jan. et Febr.

1898 (C. S.).

92. ACAENA ADSCENDENS Vahl. = Gay, Fl. chil. 11, f. 299. Hab. Tn dumetis montanis prope Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898

(0 s

93. ACAENA EUPATORIA Cham. et Schlt. = Mart., Fl. Bras., 14, IT, f. 170. —A. Hreronym OK. in Rev. gen. plant. IL 2, f. 74. Fab. Non rara inaridissimis altiplanitiei secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. $.).

9%. ACAENA FUEGINA Ph. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 121. Hab. Vulgata in campis aridis sabulosis secus Rio Chico, Jan.

1897 (C. A.).

95. ACAENA INTEGERRIMA (G11l. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 119. Hab. Sat vulgata in campis prope Emelk-ark secus Rio Chico, Jan. 1897 (C.A.), et rarius prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897

(13S.).

96. ACAENA LAEVIGATA Áit. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 118. Hab. Frequens in pratis editioribus prope Cabo Raso, Chubut, aest. 1896 (F. Fischer) et prope Lago Nahuel-huapi, Jan. 1894

(CU:

97. ACAENA MULTIFIDA J. D. Hook. = Gay. El. chil. IL f. 287.

Hab. In pratis sabulosis et saxosis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897, ad confluentiam fluminum Limay et Neuquen, Jan. 1898 (U. S.), nec non prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 et in altiplanitie Karr-a1rk prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.).

288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Obs. Species ab-A. pinnatifida R. P., etsi foliis valde similis, tamen fructibus obpyramydato-tri-v. tetra-gonis, angulis in aculeo subbrevi valde dilatato-decurrente productis, inter au- gulos glabris etinermibus distincta. Variat foliis plus minusve glabratis v. adpresse sericeo-villosis.

98. ACAENA PLATYACANTHA Speg. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 146. Hab. Sat communis in altiplanitie secus Rio Chico, praecipue prope Pan de Azucar, Jan. et Dec. 1897 (C. A.).

99. ACAENA PINNATIFIDA R. P. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 112. Hab. Non rara in altiplanitie arida secus Rio Chico, Dec. 1897

(CAL) Obs. Fructus elliptico-ovati, aculeis teretibus gracilibus non v. vix decurrenti-dilatatis armati, inter aculeoscanescenti-villosi.

100. ACAENA SPLENDENS H. 8% Arn.? = Gay, Fl. Chil., IL, f. 291. Hab. In altiplanitie aridissima secus Rio S. Cruz, Nov. 1897 (V. B.). Obs. Specimina sterilia, idcirco nonnihil dubiosa, sed foliorum forma eximie ab A. ¿ntegerrima H. Arn. eta caeteris affini- bus distincta.

101. ACAENA TEHUELCHA Speg., M. Sp.

Diag. Euacaena, parvula caespitosa sericeo-argentea, folvs oblon- go-spathulatis pinnatipartitas, pinms 2-5-fidis, lacinis planas oblanceolatis utrimque sericers, florabus dimorphas, alteris rn axillis foliorum absconditas foeminesrs, alteras scapicolis herma- phroditis, scapis gracilibus e glabrato prlosulis anterrupte ca- puato-glomerulaiferis, fructibus pericladurcolas compressis lute- scentibus subglabriss marginibus alato-aculeatis, scaprcolis puberulo-canescentibus, ex elliptico subtetragonas, angulas acu- leato-glochidratis, faciebus aculeolis minoribus armatas.

Hab. In praeruptis aridissimis loco Pan de Azucar vocato secus Rio Chico Dec. 1897 et Karr-a1k prope Lago Argentino, Mart. 1898 (€. A.).

Obs. Species A. trifidae R. P. nec non A. plalyacanthae Speg. affinis sed floribus fructibusque dimorphis mox dignoscenda. Caudices lignosi crassi squamis (pericladiis foliorum annorum praeteritorum) nigricantibus dense loricato-vestiti, apice

NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 989

abrupte denseque botryoso-ramosi ac coespites subhemi- phaericos (5-10 cm alt.) efficientes; rami erecti subsimplices (8-15 mm long. = 3-4 mm diam.), alteri abbreviati foliiferi, alteri elongati folio-scapigeri, sed omnes fertiles. Folia parvu- vula (15-30 mm long..=3-7 mm lat.), basi pericladio ovato (7-9 mm long. = 5-6 mm lat.) amplexicaule subscarioso gla- berrimo e luteo v. ferrugineo aurantio margine longiuscule subpectinatimque albo-ciliolato v. piloso, sursum sensim in petiolo attenuato donata, petiolo gracili (10-20 mm long.) in tertia parte infero nudo, ceterum foliolifero, dorso convexulo, ventre applanato adpresse pubescenti-canescente ; foliolis 5-11 adpresse denseque argenteo-serniceis sessilibus subconfertis (inter juga 2-4 mm long.) a basi apicem versus sensim majo- ribus, infimis minimis (1-1,5 mm long. = 0,5-1 mm lat.) sim- plicibus, mediis (2-3 mm long. =1,5-3 mm lat.) bifidis v. trifidis, supremis (4-5 mm long. = 3-5 mm lat.) 5-fidis v. melius tripartitis, lobulo medio tridentato, lateralibus bifidis, lobis omnibus planis ellipticis v. oblanceolatis utrimque obtu- siuscule acutatis. Flores dimorphi, alteri tantum foeminei (an semper?) ovario irregulariter triangulari applanato, sepalis ellipticis sericeis pusillis, in axillis pericladiorum solitaril v. 2-5-glomerulati absconditi, alteri normales hermaphroditi ovario ellipsoideo spinuloso pubescente sepalis ovatis extus se- riceis mediocribus, staminibus 2 et stylis plumosis purpureis exertis donati, in scapis interrupte glomerati. Scap1 erectiu- sculi (5-8 cm long.) teretes graciles, laeves v. obsolete striatl, e virescente purpurei, glabri v.laxe adpresse aut patule pilosu- li, bracteis ovatis amplexicaulibus majusculis (4-5 mm long. = 2 mm lat.) dorso canescentibus 1-4 (saepius 2) remotis donata, ad axillas bractearum 1-5-flori, apice capitulum 8-16 florum ellipticum v. subglobosum (6-10 mm long. =5-6 mm diam.) gerentes. Fructus dimorphi; alteri in axillis pericladiorum 1-5 absconditi glabri v. vix pulverulento-puberuli e lutescente ferruginei obovato-triangulares (4-5 mm long. = 3 mm lat.) compressissimi dorso non v. obsolete nervoso-subcarinati, po- sticeattenuato-acutissimi, margine anguste subalati atque irre- gulariter denticulato-aculeati aculeis planiusculis (rectis yv. subruncinatis), brevibus minute puberulo-glochidiatis, calyce minutissimo persistente coronati; alteri scapicolae elliptici v. ovati (3-4 mm long. = 2-2,5 mm diam.)e virescente minute

AN. SOC. CIENT. ARG. T. XLVI) 19

9290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

denseque puberulo-canescentes saepius subtetragoni, angulis aculeis 3 v. 4 superpositis compressulis vix fructus diamelrum aequantibus praeditis, valleculis inter angulos seriem aculeo-

-lorum minorum gerentibus, aculeis omnibus totis pubescenti- olochidatis.

102. ACAENA TRIFIDA R. P. = Spegz., Plant. Pat. austr., n. 115. Hab. Sporadice in campis saxosis loco Pan de Azucar vocato se- cus Rio Chico, Jan. 1897 (€. A.).

(Continuará).

SEGUNDA REUNIÓN

DEL

CONGRESO CIENTÍFICO LATINO AMERICANO

EN MONTEVIDEO

El Comité de organización nombrado en la asamblea de clausura del primer Congreso Científico Latino Americano (20 de abril de 1898), para preparar la segunda reunión del Congreso que debe tener lugar el año 1901 en Montevideo, ha entrado en un período de franca labor, que augura el mejor éxito á sus trabajos.

Por lo pronto ha designado un Comité ejecutivo encargado de correr con todas las diligencias preparatorias.

Este Comité, en el que figuran altas personalidades intelectuales uruguayas, está constituido de la manera siguiente :

Presidente : Doctor Juan Carlos Blanco.

VicePresidentes : Profesor José Arechavaleta y doctor Joaquín de Salterain.

Tesorero : Ingeniero Juan José Castro.

Secretarios : Doctores Ernesto Fernández Espiro y Manuel B. Otero.

Vocales : Boctores Carlos M. de Pena, José Scoseria é ingeniero Carlos Honoré.

La Sociedad Científica Argentina, iniciadora de estas fraternales solemnidades, acompaña con sus más vivas simpatías los trabajos preliminares de la reunión confiada á la ciudad de Montevideo, y desea que ella alcance el más brillante resultado.

VISITA A LOS NUEVOS MATADEROS

El domingo 21 de mayo realizó la Sociedad una interesante visita á los nuevos mataderos de Liniers.

A las 8 1/2 de la mañana un numeroso grupo de socios ocupó un coche especial del tramway eléctrico « La Capital » que debía transportarlos desde el punto de reunión, en la esquina Victoria y Defensa, hasta el sitio de la visita.

Después de una hora de viaje llegaron los visitantes á le mataderos, penetrando el coche á la estación destinada á la carga de las reses muertas en los wagones frigorificos del tramway « La Capital » para ser conducidas á la ciudad.

Nuestro vicepresidente, ingeniero doctor Carlos M. Morales, quien presidía la excursión, y el ingeniero Benito Mallol, director de las construcciones del tramway eléctrico, explicaron el funcionamiento de los guinches eléctricos y los dispositivos adoptados para los wagones destinados al transporte de carne.

Recorriéronse luego todas las instalaciones de lus mataderos, en las que se ha tenido que luchar con inconvenientes causados por la mala situación de los mismos y muchas defectuosas disposiciunes de las que es responsable la empresa que obtuvo la concesión de construirlos. Rescindido el contrato, la Oficina de Obras Públicas de la Municipalidad tratado de salvar en lo posible estos vicios originales, algunos de los cuales no admiten enmienda.

El desagúe de los mataderos, por ejemplo, ofrece dificultades casi insuperables para efectuarlo en correctas condiciones, pues las construcciones se han ejecutado en un sitio tan bajo que no hay la suficiente diferencia de nivel para que los líquidos cloacales corran por simple gravitación. Este serio problema aún no ha sido resuelto.

VISITA Á LOS NUEVOS MATADEROS 293

La Municipalidad trata de habilitar en breve plazo la mitad de las obras, con lo cual no sólo obtendrá buena renta sino que la matanza se hará en mucho mejores condiciones que en los actuales corrales.

A pesar de estas ventajas no puede menos de deplorarse que se haya gastado tanto dinero (cerca de cinco millones de pesos, cuando estén las obras completas) para dotar al municipio de obras cuyos defectos fundamentales no pueden ser compensados ni evitados por los perfeccionamientos de detalle que ha introducido en ellas la Oficina de Obras Públicas.

La visita terminóen la casa de la administración, desde cuya alta torre se goza de un amplio panorama de los suburbios bonaerenses.

En uno de los salones de esta casa fué servido un abundante almuerzo al que hicieron debido honor los concurrentes.

En seguida regresaron los visitantes en el tramway eléctrico, muy agradecidos á las atenciones de que habían sido objeto.

MISCELÁNEA

El Congreso internacional de los Matemáticos.— Anúncia- se como un acontecimiento de los más importantes del mundo matemático, el próximo Congreso internacional delos Matemáticos que debe reunirse en Paris del 6 al12 de agosto del año entrante y de cuya preparación se ocupa activa— mente la Sociedad Matemática de Francia.

Tomamos de la Revue générale des Sciences las siguientes informaciones que nuestros lectores leerán sin duda con interés.

Una circular lanzada desde hace varias semanas hace conocer las condiciones generales del Congreso, que estará relacionado con la Exposición universal, pero cuyas sesiones. en su mayor parte, se realizarán en el Quartier Latin (probable- mente en la Sorbonne). Habrá, por lo menos, dos sesiones generales, sesiones de secciones, visitas científicas, excursiones facultativas y un banquete.

El 1* de febrero ya habían contestado á las circulares de invitación unos 859 corresponsales, entre los cuales 533 anunciaban su presencia probable y la de 377 personas de sus familias.

Todo hace esperar que el futuro congreso al cual ha precedido el congreso preparatorio de 1897 (Zurich) que tuvo grande éxito será un brillante aconteci— miento científico, destinado á ejercer una poderosa acción en el desenvolvimien- to futuro de la Ciencia.

Por otra parte, agrega la noticia de la Revue, se nos anuncia que representan- tes de las Academias de Viena, de Munich, y de las Sociedades de Góttingen y de Leipzig se han reunido en Góttingen hacen pocos meses, y han resuelto, en prin- cipio, formar una unión entre las varias acadeniias del mundo entero para llevar á buen término las obras que interesan á todos los matemáticos. Es esa una ex- celente iniciativa que merece ser estimulada y cuyo éxito es de desearse. Esta suerte de federación académica en el terreno matemático, si llegara ¿ fundarse. daría á la organización de los Congresos internacionales su complemento natural * y un carácter de permanencia profundamente apetecible.

La vida animal es una simbiosis con mierobios.— Con es- te título la Revue scientifique de 11 de febrero publica una extensa noticia rela- tiva á la cuestión, agitada de tiempo atrás, de la posibilidad de la vida aséptica,

MISCELÁNEA 9295

es decir, de la vida sin el concurso de los microbios, cuando menos delos que se hallan en el instestino.

Parece, en efecto, que estos terribles pequeños seres no son únicamente los formidables enemigos de la vida: ¡son también de condición indispensable !

El autor de la noticia de la Revue scientifique nos ofrece un interesante ex- tracto de un trabajo de M. Duclaux, el sabio director del Instituto Pasteur pu— blicado en los Annales de éste, en el cual ha resumido un estudio del bacteriólogo alemán Max Schottelius sobre el problema de la vida aséptica.

Sentimos no poder entrar en el detalle de los minuciosos experimentos realiza- dos para llegar al esclarecimiento de la difícil cuestión, y nos limitaremos á trans— cribir los últimos párrafos de la noticia que nos ocupa, en que se sintetiza los resultados alcanzados.

«Se comprende entonces que la supresión de esa digestión microbiana durante los primeros días de la vida del pollo pueda ser penosa ó funesta aljoven ani- mal, muy débil en ese momento. La presencia de los microbios en el canal in— testinal es entonces útil ó necesaria. Más tarde, se vuelve coadyuvante; puede hacerse hasta nociva si la fermentación toma mal giro y vierte en demasiada can— tidad diástasis ó toxinas hostiles á los tejidos en los intestinos.

« En resumen, toda nuestra vida implica la existencia de una simbiosis con los huéspedes de nuestro canal intestinal, y ya no se trata de ccntestarles su papel digestivo; trátase de medirlo y ensancharlo, ó de restringirlo según los casos, pa- ra volverlo higiénico y hacerlo contribuir al entretenimiento de la salud, al par que hoy es el origen, ya de perturbaciones momentáneas, ya de desórdenes CróniCos. »

BIBLIOGRAFÍA

1. CIENCIAS NATURALES

Berg (doctor Carlos). Observaciones sobre lepidópteros argentinos y otros sudamericanos, en: Anales del Museo Nacional de Buenos Atres, tomo VI, pág. 369 á 390. Buenos Aires, 6 de mayo de 1899.

Presenta el autor sus observaciones sobre veintidos especies de mariposas, corrigiendo errores en las descripciones, determinación ó nomenclatura de las mismas. Se establece en cada caso la sinonimia completa de los géneros y espe- cies. La consulta de este nuevo artículo del sabio director del Museo, se facilita por un índice alfabético.

A. GALLARDO.

Curci (Vincent). Sur la phylogenie et le polymorphisme des bactéries, Montevideo, 1898.

En un folleto de 88 páginas publica el autor en francés la comunicación presen tada al Congreso científico latino americano, en la que expone sus opiniones sobre esta interesante cuestión, que deberá ser resulta por los especialistas.

Berro (Mariano B.). La vegetación uruguaya. Plantas que se hacen distinguir por alguna propiedad útil ó perjudicial. En : Anales del Museo Nacional de Montevideo, t. II, fascículo XI, p. 89-196. Montevideo, 1899.

Enumera el autorlas plantas uruguayas más abundantes y conocidas, indicando sus nombres vulgares y las aplicaciones de que ellas son susceptibles.

Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. Tomo I, n” 3, Buenos Aires, 24 de mayo de 1899.

Interesantes trabajos científicos comprende esta tercera entrega de las comuni- caciones del Museo.

El doctor Berg se ocupa de los Coleópteros de la Tierra del Fuego, coleccio- nados por el señor Carlos Backhausen y describe las siguientes especies nuevas :

BIBLIOGRAFÍA 9297

Cylindrorrhinus confusaneus, Adioristus fuegianus, Scotoeborus lateralis y Coccinella duplaras.

Describe el senor Teodoro Stuckert Uua leguminosa nueva de la flora argentina á la cual da el nombre de Prosopis barba-tigridis.

Dos buenas láminas nos dan el aspecto general y detalles de las flores y frutos de este extraño vegetal espinoso.

Alcides Mercerat responde en francés á las ataques de Hauthal quien criticó en revistas europeas los trabajos sobre geología de la Patagonia publicados por el autor. Rectifica las afirmaciones de Hauthal y aporta nuevos datos sobre los puntos discutidos.

Continúa el doctor Berg la substitución de nombres genéricos incorrectos ó preocupados.

Carlos Spegazzini prosigue la descripción en latín de algunas Plantas nuevas de la America austral, dando á conocer las siguientes especies : Utricularia platensis, Aristolochia melanoglossa, A. Stuckerti, Tillandsia chlorantha y Staurostigma vermicida. .

Como se la importancia de estas nuevas comunicaciones no desmerece de las anteriores. A. GALLARDO.

II. CIENCIAS MÉDICAS

Gache (doctor Samuel). La Tuberculose dans la République Argentine.

Buenos Aires, 1899.

En un hermoso volumen de más de 350 páginas acaba de publicar el Dr. Gache un importante estudio de conjunto sobre esta terrible enfermedad, trabajo que ha merecido con toda justicia los más lisonjeros juicios de los profesores Pozzi (de París), Palmberg (de Finlandia) y Gartner (de Jena).

Vasto es el plan de la obra y se encuentran reunidos en ella todos los datos y antecedentes necesarios para apreciar el estado en que se halla entre nosotros la importante cuestión de la lucha contra la tuberculosis, así como las condiciones favorables ó nocivas que presentan las diversas regiones del país.

Comienza el autor por dar una reseña general de la República Argentina, su extensión, población, topografía, clima y morbilidad.

Trata luego del contagio de la tuberculosis por inhalación, estudiando las opiniones de los autores antiguos y modernos ilustradas con ejemplos oportunos. Es de interés el estudio de los medios de desinfectar los vehículos de tramway y ferrocarril, medida indispensable hoy día, en particular en las líneas que sirven sitios á donde acuden los tuberculosos en busca de climas Ó condiciones favorables. Por desgracia no se ha encontrado aún el procedimiento que reuna la eficacia á la facilidad de empleo. comodidad y baratura.

El desideratum sería el aislamiento de los enfermos contagiosos en coches especiales.

La transmisión de la tuberculosis por ingestión conduce á tratar del ganado en la Argentina y de las medidas adoptadas para impedir la importación ó consumo de animales enfermos.

La importante relación de la tuberculosis y la leche está ampliamente tratada

9298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

y termina con el voto de que se establezcan en Buenos Aires compañías lecheras modelo que alejen los peligros de transmisión de enfermedad por la leche y doten á la población de este alimento en las mejores condiciones. (1)

Las curiosas relaciones entre la tuberculosis, los animales domésticos, los. insectos y parásitos ocupan otro capítulo.

Ocúpase luego Gache de la controvertida cuestión de la herencia de la tuber- culosis. :

Un resumen de la legislación concerniente á los animales tuberculosos en Europa y en América cierra esta parte general.

Pásase luego á estudiar la ciudad de Buenos Aires bajo el punto de vista de esta enfermedad. Resulta en general que Buenos Aires no es de las ciudades más atacadas y que se nota cierta tendencia favorable en las cifras de mortalidad.

Viene en seguida el estudio de cada una de las provincias con todas las con diciones geográficas, meteorológicas, higiénicas, ete.

Interesante es el capitulo que trata de la tuberculosis entre los negros y los indios en la República, donde se muestra como van éstos desapareciendo en la competencia vital.

La profilaxia de la tuberculosis con todas las reglas y consejos más acredita— das, la suerte de los tísicos en los hospitales y datos sobre la casa de aislamiento en Buenos Aires completan esta parte.

Los sanatoria para el tratamiento climatérico de la tuberculosis con el estudio de sus condiciones, servicios que prestan y opiniones á su respecto, son luego tratados. Esto nos conduce al proyecto del autor de establecer un sanaloríum en la República Argentina, para lo cual pasa en revista las localidades más apropia- das tanto en el país como en el resto de América.

La frecuencia de la tuberculosis en América y Europa nos muestra cuáles son sus estragos en casi toda la América latina en particular en Chile y en el Perú donde alcanza cifras espantosas. En cambio la República Argentina, ofrece cifras relativamente bajas aun con respecto á muchos países europeos.

Véanse las conclusiones del autor :

La tuberculosis en la República Argentina, se encuentra en cada ciudad con una fre- cuencia variable. Su proporcionalidad sobre 100 fallecimientos generales fué en Buenos Aires de 7,7 en 1895: llegó á ser 9,3 en 1896 y en 1897 ha alcanzado 11,4.

En la provincia de Buenos Aires sobre una mortalidad de 17.580 personas en el año 3896, la tuberculosis cuenta 1314 víctimas, es decir, 7,04 por 100; en La Plata la pro- porción es de 8 por 100.

En Santa Fe está comprendida entre 9 y 10 por 100. En la ciudad del Rosario es de 8,5 por 100. En la provincia de Entre Ríos oscila entre 6 y 8 por 100.

En Corrientes es de 12 por 100, pero estadísticas minuciosas hacen subir esta cifra 415 por ciento.

Córdoba da 10 por 100, San Luis 7, Mendoza “7, San Juan 5, La Rioja 5, Santiago del Estero 5, Catamarca 4, Tucumán 3, Salta 4,7; Jujuy menos de 3 por ciento.

La influenza ha invadido el país desde 1890 y contribuye á aumentar la cifra de la tuberculosis.

(1) Sabido es:que una comisión últimamente nombrada por la Intendencia Municipal para el estudio de la provisión de leche á Buenos Aires, se ocupa activamente de resol- ver este problema, habiendo encontrado sólo dos empresas (La Martona y la Granja Blanca) que suministren leche con garantías suficientes de pureza.

BIBLIOGRAFÍA 999

Ciudades como Mendoza, donde hace 25 anos la tuberculosis era desconocida, le pagan hoy tributo, debido á la afluencia de personas que atrae la fama de su clima. Las facili- dades del transporte por ferrocarril han contribuído al contagio sembrado por enfermos venidos de otra parte.

Además del aislamiento de los enfermos y la desinfección de los locales ocupados por ellos, la profilaxia de la tuberculosis debe comprender la desinfección de los coches de ferrocarril y el lavado de los tramways y coches de alquiler, lo más que sea posible. Los vapores y los ferrocarriles deben tener una sección especial para alojar á los tuber- culosos y sería preferible que éstos tuvieran vehículos especialmente construídos para este objeto y cuya desinfección sea fácil.

Una comisión de ingenieros sanitarios debe estudiar la cuestión.

Se debe colocar en los sitios públicos salivaderas que contengan una solución anti- séptica y avisos en diferentes lenguas llamando la atención sobre la ventaja que habría para los enfermos en no escupir más que en estos recipientes.

En las casas donde se encuentra en tratamiento un tuberculoso se debe proceder ante todo á la desinfección de su ropa, antes de entregarla á las lavanderas, pues que sabe- mos demasiado que las familias no siempre reclaman los servicios de la administración sanitaria.

Desinfección de los vasos, cubiertos, etc., en los restaurants, cafés, etc.

Barrido de los teatros y sitios de diversiones públicas, con riego previo.

Barrido de las calles durante la noche, después de riego para no levantar polvo.

Empleo obligatorio de la tuberculina en las vacas; esta substancia deberá ser gratuita para los pequenos propietarios.

Vigilancia de los almacenes de pajareros.

Inspección rigurosa de la leche y de la carne. Examen bacteriológico de la leche.

Hospitales especiales para los tuberculosos fuera de las ciudades.

Sanatorium en Capilla del Monte (provincia de Córdoba) para tuberculosos en estado de aprovechar el tratamiento de altura.

Sanatorium marítimo en Mar del Plata.

En las pequeñas villas donde las autoridades no podríansoportarlos gastós ocasionados por la profilaxia pública, los habitantes deben hacerlo, y comprar las estufas y los ele- mentos más indispensables.

Necesidad de sanear todas las ciudades argentinas, excepción hecha de Buenos Aires, Mendoza y Corrientes, que ejecutan en este momento este programa.

Estos trabajos son aun más necesarios en el Brasil, en Chile y Perú, donde la morta- lidad está representada por cifras muy elevadas. En estos últimos países la tuberculosis es de una frecuencia terriblemente alarmante.

Dar á la masa popular instrucciones sobre el peligro del contagio y esparcir por todos los medios posibles las ideas verdaderas sobre este punto.

Senala también el autor las medidas especiales que deben ponerse en práctica en las estaciones de montaña para evitar que el microbio se establezca y pro- pague.

Repetiremos para terminar, haciéndolas muestras, las palabras que dirige el profesor Pozzi al doctor Samuel Gache y que demuestran que nuestro compa- triota se ha adelantado á muchos sabios europeos.

«Sería de desear que en cada país se encontrara un sabio de vuestro valor para recoger los documentos y coordenarlos con método y sacar luego de ellos sabias conclusiones bajo el punto de vista de la higiene pública. Habéis merecido bien de vuestra patria en particular y de la ciencia en general. »

A. GALLARDO.

300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

III. CIENCIAS VARIAS

Lehmann-Nitsche (doctor Robert). Quelques observations nouvelles sur les indiens Guayaquis du Paraguay, en: Revista del Museo de La Plata, tomo IX, pág. 399-108. La Plata, 1899.

Da el doctor Lehmann- Nitsche algunos datos craneológicos, antropológicos y aun linguísticos sobre esta tribu primitiva tan poco conocida. Una hermosa lámina con el retrato de una niña guayaquí ilustra esta contri- bución. A. GALLARDO.

Zeballos /doctor Estanislao S.) Orígenes nacionales. Despoblación de Buenos Aires por Irala el 10 de abril de 1541 en: Boletín del Insti tuto Geográfico Argentino, tomo XIX, pág. 263-271. Buenos Aires, 1898.

Publica el doctor Zeballos un interesante documento inédito de gran impor- tancia para la etnografía argentina por ser el fruto de seis años de observación directa y escrito en presencia de lo que en él se describe.

Lafone Quevedo (Samuel A.) El Barco y Santiago del Estero. Se- gunda parte en: Boletín del Instituto Geográfico Argentino, tomo XIX, pág. 272-301 [con un mapa.) Buenos Aires, 1898.

Quiroga (doctor Adán!. El simbolismo de la Cruz y el Falo en Cal- chaquí. en: Boletín del Instituto Geográfico Argeniíino, tomo XIX, pági- na 305-343. Buenos Aires, 1898.

Interesante artículo, profusamente ilustrado, en el que se ejercita la ciencia é imaginación Gel autor para interpretar las manifestaciones del arte é industria calchaquí. : E

Martínez (Benigno F.). Etnografía del Rio de la Plata en: Boletín del. Instituto Geográfico Argentino, tomo XIX, pág. 344-359. Buenos Aires, 1898.

Es la ampliación del discurso pronunciado en el Congreso Científico Latino A mericano.

ÍNDICE GENERAL

DE LAS

MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO CUADRAGÉSIMO SÉPTIMO

Páginas Duae species novae argentinae Gyponae Generis, por Carlos Berg............... 5 Una planta nueva de la flora uruguaya, por Carlos SpegazziMi................. 8 Tesoro de Catamarquenismos, por Samuel A. Lafone Quevedo............... 14 Refracción astronómica, por José S. Cortl.........o.o.o..ococooo ic cccocooo 49 Sur de nouveaux restes fossiles de Carnassiers primitifs de Monte Hermoso, por

Alcides Mercerat............o........oo. EAS OOO oe delo a os 56 Nota preliminar sobre el Loncasaurus argentínus, un representante de la familia de

los Megalosauridae en la República Argentina, por Florentino Ameghino.... 61 Descripción de la Ostrea guaranática, por MM. vom Jierimg........oo.oooooooooo. 63 La fiesta de la Facultad de Ciencias exactas, físicas y naturales................... 65 Estudios geológicos de la Patagonia por J. B. Hatcher, por E. Philippi........... Yi DemetriopsasastumenNecrolo ta a aloe lalalala lara a reload 97 De la mue chez les insectes, considerée comme moyen de defense contre les para-

sites végétaux ou animaux. —Róles spéciaux de la mue trachéale et de la mue in-

testinale, por Y. Hiúmekel ViHerculaiS........oooo.oooorocornccccocco ce 100 Viga empotrada en sus dos extremos, por Federico Villareal.................. 104 Instrucción industrial. Su implantación en el país, por Otto Krause.......... 129 El manganeso argentífero de «La Cortaderita » (provincia de Mendoza), por Juan 3,

e E A AO O EI 143 Nova addenda ad Floram Patagonicam, por Carlos Spegazzimi........ 161, 221, 274 La ecuación lineal á coeficientes constantes, por Mamuel González............. 178 Cuestiones sanitarias, por Demetrio SagastlmMe.........oooocacocoooo... 187, 209 majo UE AIR AS O NAS TO ME SA A do 240 El Neomylodon Lista, por Amgel Gallardo...........o...occccococococooco ccoo 257 Mycetes argentinenses, por Carlos SpegazziMi..........oooooooooocccccoc. o... 262 Segunda reunión del Congreso Científico Latino Americano en Montevideo......... 291 WVisitaraMlosinuey os mataderos vitrales aldea asias oral lA 292

BIBLIOGRAFÍA 'AMBROSETIE (3. B.). Notas de arqueología calchaquboaa. coat dd 48 Araoz Alfaro (G.). Sobre la profilaxis y el tratamiento de las diarreas estivales de los IAS So SS aa Vo pvaciaolo ea ollo mid laa alab ica vo apo OOO Be NT ls 205

302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Páginas ART ABROLOYTA QUA A NS 159 Ber (C.). Observaciones sobre lepidópteros argentinos y outros sudamericanos....... 296 BERRO (M. B.). La vegetación uruguaya Plantas que se hacen distinguir por alguna proptedad Ut Oper UU. a A BOLTZMANN (L:). Vorlesungentuber Gaztheontei o oa NAS 152 BOULANGER MO) Ouadiaturerda cercle RN E AS 82 BOULENGER (G. A). A List of Reptiles, Batrachians and Fishes collected by Cav. Guido Boggíani in the Northem Chaco ...oooooomonoo... eS na le A di 45 Bray (W. L.). On the relations of the flora of the lower Sonoran zone in North Ame- rica to the flora of the arid zones of Chili and Argent. ..oooooocococcccacecoc. 81 CARNOT (A.). Traité d'Analyse des substances minérales. Tomo L.....ooooooooooo... 153 CARTAZA (ASILO polera presa. am mella trata e A ade Bic olas e 205 COMUNICACIONES del Museo Nacional de Buenos ÁTTes, NV B.oo.ooooonicccaccnc 43 COMUNICACIONES del Museo Nacional de Buenos Alres, N B...oocoooccorcccoocoo o... 296 CorDIER (J. G.) y Le GranD (N. E.). Détat actuel el besoins de l'industrie des vins de CANADA RN 202 CORREA LUNA (C.). Informe sobre las circunstancias de la muerte del explorador Ra- CorToN (A.). aspect actuel de la lor de KirchhofP....oooooooocoocococosoreccos 204 Curtle (S.). Les rayons de Becquerel et le PolontuM. ooo 159 Curci (V.). Sur la phylogente et le polymorphisme des bactéries.....oooooomomooo... 296 DARrBOUX (G.). Lecons sur les systemes orthogonuauz et les coordonnées curvilignes..... 49 DeLaGE (Y.) y HEROUARD (S.). Traité de zoologie concrete. Tomo V.......oooooo.o.... 88 DeLassus (E). Lecons sur la Théorie analytique des équations aux deriwvées partielles APRECIAN 41 DracH (J.). Essai sur une théorie générale de integration et sur la classification des INUASCONAANIOS lao a dela de Dane 147 DURAND DE Gros (J. P.). Apercus de Taxinomie générale.....ooooocoooooocorr o... 199 EzCURRA (P.). Camino indio entre los rios Negro y Chubut. Travesía de Valcheta.... 48 FLETCHER (E. L:). Essais qualitatifs au chalumeda. ono o 203 GACHE (S.). La Tuberculose dans la République Argentine. ..o.ooooooccooccrccrr eo 291 Girau (H.). Traite elémentaire de travaux pratiques de chiMit.....ooooomomoooooo.. 201 GLANGEAUD (H.). La distribution des Foraminiferes pelagiques a la surface et au fond DAA Si SA Soil A a osa dell 94 Les vues nouvelles sur les causes de Vépoque glaciaire...ooooooooocoooooro me... 153 GUILLAUME (EEE echeller dui peine 149 HAUCNE Revue annuellede geo logre E 45 HER VE NH) esiballonsta dentales 198 HUGOUNENO (L.). La constitution des albumines et les récenis travaux de l'Ecole Alle- mande ies bases ire conques ii RN 206 LAFONE QUEVEDO (S. A.). El Barco y Santiago del Estero. I parte.........oooo.o.... 47 ME NB arco y Santiago de Estero 300 Lanbouzy (L.). Les sérothérapies........ lps aaa ario olaa 154 LAPPARENT (A. de. Lecons de géographie physique.......oooooooocccoa 202 LEBMANN-NITSCHE (R.). ¿Lepra precolombiana?....oooooccococnorer o 154 Quelques observations nouvelles sur les indiens Guayaquis du Paraguay........ 300 Le Bon (G.). De la transparence des corps opaques pour des radiations lumineuses de grande longue Onde RRA NN ANNAN NS 203 MAILLARD (L.). La cristalisation des matieres albuminoides et les cristalloides protéi- ques dela mtcrograpie 89 MALLOL (BJ) Tramway electricos La Capilar RIE 83

MArorTTE (F.). Les equations différentielles linéaires et la Théorie des Groupes....... 141

ÍNDICE GENERAL 303

Páginas MartínEz (B. F.). Etnografía del Río de la Plata..... o elle 300 MascaArT (E.). Lecons sur l'Electricite et le Magnetisme. Tomo ll... coco... 201 MASSA (JE NNCOUAS de MECA QUI o Re 198 MAnn1 (Baron de). Les bandages pneumatiques et la resistance au roulement......... 198 METZNER (R.). Sur quelques composés du Selénium et du Tellure. ooo... 200 MontiLLOT (L.). Telégraphie pratique. Traité complet de Télégraphie électrique...... 119 Nan (F.). Formation et extinction du clapoliS......io..om....... NS AA 42 OCEANIA rated eN TOTO QUA 200 OEEMÚLEER» Guide pratique pour. analyse de eau iaa: ooo a a 202 RON (REI) NEORA US TANIA ICAA A E OS 155 DERRIBAR (EOI edes MCU aio 7 Perrr (P.). L'etat actuel et les besoins de Uindustrie de la brasserte...ooooooo.o....... 158 PINARD (A.). De la conservation et de P'amélioration de Pespece......ooooooom..o... 206 OUIROGA (AS) Monumentos megaliticos de Collao 47 El'simbolismo de la Cruz y el.Falo:en Calchaqui......ooiiicc o 300 RIDING) a guertsondutelanos ueclarc lla calada y jala alan 95 RicHarD (J.) Lecon sur les méthodes de la géométrie moderne...oooooooooccccoo mo... 41 RoBIN (G.). L'évolution de la mécanique chimque et ses tendances actuelles.......... 90 Route (L.). 'anatomie comparee des animaux basée sur Pembriologit........o..o.... 89 SA1NT Lour (R.). Le Dolichotis patagonica. Recherches d'anatomie comparée......... 45 SMIRNOV (3. N.). Las poblaciones finesas de los valles del Volga y de la Kama....... 200 SurTT (EF. C.;. Poissons de U'expédition scientifique a la Terrede FeU...ooooo.ooo...o.o.. 45 SourY (J.). Les localisations cérébrales des centres corticaux de la sensibilité genérale. 154 Les récents travauz sur Porigine de lhomme, d'aprés M. Ernest Heckel......... 200 SUESSA (E MI UtRace denuncia ra oa o Dio DEA 81 Tarri (S.). Essai sur un nouveau signe clinique La pulsation du pied.......o.o...... 46 Thomas (0). On some Mamals obtained by the late M' Henry Dumford in Chubut, Do JAPAN Sea pe Sa e a A AS EL 45 VA la. MOTA DANCROSTAO e soba OOOO AA o e RS aa 159

VERNEAU (R.). La main chez les mammiferes Monodelphis au point de vue du squelette. 202 We:ss (P.). Les nouveaux laboratoires techniques de "Ecole polytechnique de Zurich et

GeUid eno Ea CUlteSades AS CUCA elas telas ajo ado TI 206 _Wirz (A.). Traité théorique et pratique des moteurs a gaz et a pétrole et des voitures automobiles. Tomo IH........ o E 149 ZEBALLOS (E. S.). Orígenes nacionales. Despoblación de Buenos Aires por Irala el 10 UE AMOS o ado a oe RNE E ER e ES 300

MISCELÁNEA

BARNES (C. R.). Empleo de la palabra «asimilación » en botánila........o.o..m....... 80 108 MUETOS (COS o a CEE O NO ooo a 191 MOSES OSMA LOMICO A oe ere jes lala elaro 192 Unalreciente discusión sobre la“consanguinidad e 193 DERENRE (tard esnaturalización de lalo lo 193 Hleranfanteojond eo orales load (ta nacido 3 ada odo Dania TOS CONAN dunboabe 195 HÉRICOURT (J.). El contagio por medio de los insectoS..........o.oooooomorrroocoo. 243 El Concresominternacionalide los Matemalcos a 291 MuydtanimaltesiunassimbiosISkcOn MICA a 294

Aguilar Rafael... 0.

Arechavaleta, José

Arteaga Rodolfo de.......... Ave-Lallemant, German Brackebusch, Luis............ Carvalho José Cárlos......... Cordeiro, Luciano..........:. Lafone Quevedo, Samuel A....

Lillo, Miguel

Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan - Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando.

SOCIOS CORRESPONSALES

on... . +... ....

SOCIOS HONORARIOS

Dr. German Burmeister F. Dr. Benjamin A.Gould + Dr.R.A.Philippi. Dr. Guillermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. Dr. Juan J. J. Kyle. Ing. kuis A. Huergo (padre). > Ing. J. Mendizábal Tamborrel. Dr. Valentin Balbin. :

Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Tucuman.

Presb. Morandi, Luis

Murillo, Adolfo....... Paterno, Manuel..... Red Walter Poo oa Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R...... Villareal, Federico...

Von Jhering, Herman

SOCIOS ACTIVOS

Blanco, Ramon €. Brian, Santiago Bosch, Benito $. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Bunge, Ricardo.

Amadeo, Alejandro M, |Burgoa Videla, Napoleon

Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio -Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Caárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto

Bacigalupo, Andres Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barbará, Adolfo. Barilari, Marianc S. Bárcena, Ignacio. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Beltrami, Federico Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis C. Bergadá, Hector. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B.. Bessio, Moreno Nicolas. Billock, Enrique E. Biraben, Federico.

Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L.

Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Casnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. Candioti, MarcialR. Canale, Humberto. Canovi, Arturo

Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carbone, Augustin P. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Castelhun, Ernesto. Cerri, César.

Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro 6. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos.

Coll, Ventura G. Cominges, Juan de

Constantino, VicenteP.

Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $, Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro.

Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcg, Herman. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F

Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo Y. Estevez, José Estrada, Miguel. Escudero, Petronilo. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A.

Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel, Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor.

.....-.

Villa Colon(U.) Santiago ((.) Palermo (1t.). Lóndres. Corrientes. Quito.

Lima.

San Paulo (B.)

Fernandez V., Edo. Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la.

Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto

Gallo, Delfin

Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. . Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. - Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura,T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel.

Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel

Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael., Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M, Henry. Julio

Hicken, Cristobal.

Holmberg, Eduardo L. |

Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. -Isnardi, Vicente. lturbe,. Miguel. Iturbe, Atanasio. sd quierdo, Brown J.-

eschke, Victor J. Jagregui, Nicolás. Juni, Antonio,

NAS Jurado, Ricardo.

Justo, Agustin pe

Krause, Otto. Klein, Herman

Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. - Lacroze, Juan C. Lafferriere, Arturo... Lagos García, Carlos Langdon, Juan, A.

- Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José - Larguía, Carlos, Lastra, Nicolas B.

Latzina, Eduardo.

: Lavalle, Francisco. Eavalle C., Cárlos. - Lavergne, Agustin :

Lazo, “Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, "Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, "Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Aniceto E. Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F.

- Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggl, Luis

Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique.

Machado, Angel.

SOCIOS ACTIVOS (Continuacion)

Madariaga, José E. Madrid, Enrique de

-Malere, Pedro.

Mallol, Benito J. Manzitti, Salvador - Marti, Ricardo. Marin, Placido.

Marquestou, Alejandro.

Marcet, José A. Martinez de Hoz, F. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol.

Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis.

'Mignaqui, Luis P. | Mitre, Luis.

Moirano, José A. Molina, "Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Montero Angel. Montes, Juan A.

Morales, Cárlos Maria.

Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M., Mugica, Adolfo.

Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor KR... Niebuhr, Adolfo. , Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. nea Adolfo. ogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul.

Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto C. Orfila, Alfredo 3. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Carlos C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, "Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix.

Padilla, Isaias.

|

- Raffo, Bartolomé M.

Padilla, Emilio H. de Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(.. Palacio, Emilio. Páquet, "Cárlos. Pascali, Justo. Passeron, Julio Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, H. Teodoro.

- Piccardo, Tomas J.

Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. | Piana, Juan. > Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan.

: Puente, Sebastian de la

Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo.

Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual

Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro $. Ricaldoni,Tebaldo Rellan, Esio.

Repetto, Luis M. Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. - Rodriguez, Martin Rodríguez Gonzalez, G. Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan.

Rojas, Estéban C. Rojas, Félix.

Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian.

Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan.

Ruiz Huidobro, Luis

| Ruiz, Hermógenes.

Rufrancos, Ceferino.

Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José

Salas, Estanislao. Salvá, J-

Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan, Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A.

NS

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Saalegar Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José.

Schneidewind altorio 3

Schickendantz, Emilio. Seeber, Enrique. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A.

Seurot, Edmundo.

Seré, Juan B. Schaw, Arturo E, Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis

Simonazzi, Guillermo--

Simpson, Federico. Siri, Juan M. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). _Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas

Stavelius, Federico. rea

Stegman, Cárlos. Swenson, U.

Tamini Crannuel, L.A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F.

Texo, Federico Thedy, Hector. Tornú, Enrique Torino, Desiderio.

Torrado, Samuel. :

Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A.

Unanue, Isnacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales.

Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valdettaro, Vicente. - Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro.

Vidal, José

Videla, Baldomero. Villavecchia, J. B. -

7

VillanovaSanz, Florencio .

Villegas, Belisario.

Wauters, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Williams, Orlando É. .

Yanzi, Amadeo

Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. - Zamboni, José J, Zavalia, Salustiano..

Zeballos, Estanislao S. -

Zimmermann, Juan €. Zuberbúhler, Carlos E. “Zunino, Enrique.

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