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S HH ta ref TA 3 p Pi e A AAA 3 Li Ad + ; HUA Pr l ANT Ae er $ “PD EFE SER yy Ma o AIR no MD mv De AO baja TOO Vs PAL Y) Wvrry Mort SY > 2145 (4 dl 2, 0 Y AR WwWYWIY Y A! try A bel REV ARS ty e PU Partition Pr? ev iy sE a | Vray unen "Vr DUNTEN 7 DU Lu YU AB El MT IA Eh IES o rumeaw”” EUHAA UA wr cv JO +1 Earn Pra rm ge ap > AO AO AA A AA, la OANAGADI nati ww yyr dl y 8 ( SA» E LU y > 17 > A al vn Ad PR E ¡ E d: A 1 HR FA 4 , - 3 E by 4 é 4H RA AA. .”. A AUAIIIO Ú a y 5] TON de ds al nu. Ad El A y AS ez De QA CAY ar O AABA A ¿PU A Ny ANS pa > SUS ul Y 9 3 SUN 5 ”] E RA ys Ñ d Y TI IN HH Mi] MAA PON uy ett A id AAA 41) són, JUNY sra ñ Ms Son INILDN Ys y ara 105! e IO te» E y dd da, - ) e | ud > 1 > SeBOoA N Wo a rl RAM, TIAS En | YY E "Oe > qe : NN . ala dy A sh A A A Ss Uy dy A A AA IN AA dd is NES E 4 vv hu Mie 41 +] A >> "by BAYO N Day m | A y y ho Y y y AOS rs IO MI , á A" SS a í 2. LH Y w> Wu a ye Su d Ya e yw Cb ¿sd bl so E Y. ./ $N 3 ER j aio Vy > Y e z Ñ all Hi MA IO o e A HL [a o pd 3 a Y ' PEA A : Ñ la Ys o y w? == IN Ni A) So. eg CE! 159 14) mí . w7- .. E JN = -. dE ud y ? tuvo, ¡Www yd FA ELE FEIIIAA A j dl E FEBH y3 | A a , 200 7 ' Mr. se ú a po , e AN On A 4 $ sign, | y MI axel wi Mt O y Y RATIO dr ANITA ¡ $ p APR e O A % An : > y uv rn ba de ¡558 A NA y” NOD E y” st» ps A Me LN A Sn : y Dl 16 i e MEN 1] AAA DRA 4) ms, dicta ] 141449» AY . ¿abba ER A Y 3 Leo A A h AD y TAN EN IA | Vis 'Ñ Md ¿e DIS ALDDARAS AS SS yy A - há . hb 3 3 i A ye HH YE Y W AN .” La y ute | A 7 reo y! AAA $e, > Ns TEE ADA a A e. Y? e Wi y "y J "900M Jl Ia Ñ Si, IN Dr yo Wero yr o E 1 es YE As Deroy - A BÁ- + o y yr” IA br ui iYWe W Cp 04 y Y 5 A » Ye TES To. A A Yu AE $e Ll Ds 0 Y ATA qee hada 4 udddsddi dd AS L A A 1 : 0d Y nata A AI q... 5 % si JW » y v 1 41 ” ol y Po y No -. ADA Ñ e IN 20 Mí EDAD CIENTIA + A RGENTINA , q$qEEOA A DireEcToR : Ingeniero ANGEL GALLARDO - ARIOS : Señores Ebuanbo Larzina y CarLOSs Lacos GARCÍA - E REDACTORES Ab yo Eduardo Aguirre, señor Juan B. Ambrasetti, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero mtiago E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus- lazzo, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Imberg, doctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique nú, doctor Roberto Wernicke, doctor Estanislao S. Zeballos. - JULIO 1899. — ENTREGA 1. — TOMO XLVIH PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS - Por mes, OO a a a A Número atrasado...... ASAS Alea ti = para los socios La suscripción se paga anticipada - > E : E 3 O BUENOS AIRES ga DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS. 680 — CALLE PERÚ — 680: A / lo $50 JUNTA DIRECTIVA VERTIDAS Ingeniero doctor MARCIAL R. CANDIOTI. Vice-Presidente 1” Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES. Ld. 2 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES. Secretario deactas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. - — correspondencia Agrimensor CRISTÓBAL HICKEN. MESaren oa Ingeniero JosÉ M. SAGASTUME. Bibliotecario...... Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DomMINGO NOCET!. Ingeniero CLARO C. DASSEN. WoVcnless ana ear “Ingeniero EMILIO PALACIO. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero ALEJANDRO CLAYPOLE. ¡Ingeniero ORONTE A. VALERGA. EAS .... Señor Juan BOTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA La reorganización universitaria Su DEMETRIO SAGASTUME. Cuestiones sanitarlaS....ooooooooooo oa 14 J. LicniirES. Evolución y destrucción del pulgón lanígero. ooo 31 CARLOS SPEGAZZINI. Nova addenda ad Floram Patagonicam (Continuación)... .... 44 MISCELÁNEA : Manera de remediar las inundaciones del Río Negro... 00. 60 BIBLIOGRAFÍA: MALLOL, Afirmados : estudios sobre los pavimentos de la ciudad de Buenos Aires. — PoINcARE, La théorie de Maxwell et les oscillations hertziennes. — DorERING, Alturas tomadas en la provincia de Córdoba.—Donriwe, Resultados hipsométricos de algunos viajes del doctor G. Bodenbender. — DorrING, De Soto á Villa Mercedes : Determinaciones barométricas de alturas — DrLAGE et HEROUARD, Traité de zoologie concréte. — JubuLIrn, Quelques notes sur plu- sieurs Caprophages de Buenos Aires. — F. Le Danrrec, La sexualité, — BARD, alapeciicite cell me la e e do UR AAN 61 ANALES DE LA EDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA — DIRECTOR : Ingeniero ANGEL GALLARDO SECRETARIOS : Señores EDUARDO LATZINA y CARLOS LAGOS GARCÍA TOMO XLVIII Segundo semestre de 1899 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIAL PARA OBRAS 680 — CALLE PERÚ — 680: 1899 LA REORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA OPINIÓN DEL CONSEJO SUPERIOR Nos hemos ocupado anteriormente, con cierta extensión, en las páginas de estos Anales (1) del serio problema de la organización de nuestras universidades. Para completar nuestra investigación respecto de las ideas domi- nantes en los centros intelectuales, publicamos en seguida el medi- tado informe que ha formulado la Universidad Nacional de Buenos Aires, en contestación á la consulta que le dirigiera la comisión de Instrucción Pública de la honorable Cámara de Diputados de la Nación acerca de la opinión del Consejo Superior Universitario sobre los tres proyectos de ley sometidos al estudio de dicha comisión. Sería tal vez ésta la oportunidad de abrir juicio sobre el proyecto de plan de enseñanza general y universitaria que acaba de presen- tar el Poder Ejecutivo á la consideración del Congreso, pero nos abstenemos de ello, por ahora, en vista de la importancia y magni- tud del asunto, que exige un maduro y detenido examen y no admi- te improvisaciones. Abrigamos, por otra parte, el convencimiento que dicho plan ge- neral, á pesar de contener bellas ideas, elocuentemente expresadas en el mensaje que lo acompaña, está destinado á sufrir modificacio- nes fundamentales, pues la simple lectura revela en él gravísimos inconvenientes, que harían imposible su aplicación práctica. (1) A. GaLLARDO. La Reforma universitaria, tomo XLVI, entrega 1V, octubre 1898, páginas 193-222. — El problema de la organización umiversitaria, tomo XLVI, entrega V, noviembre 1898, páginas 268-276. 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Baste decir que pretende mantener á los estudiantes en es- cuelas simplemente profesionales hasta los treimta años, precisa- mente en un país que requiere la rápida y eficaz preparación de esos mismos profesionales para que colaboren cuanto antes al progreso nacional; desmesurada extensión delos estudios profesionales, que no se encuentra en ningún país del mundo, ni aún en aquellos en quela competencia y abundancia de obreros. de todas categorías, podría hasta cierto punto explicar la dedicación de las dos terceras partes de la existencia de un hombre á prepararse para el ejercicio de una profesión que debe precisamente servirle para ganarse la vida. ¿Cuántos años se necesitarán para alcanzar el título de doctor, según el criterio ministerial? Dejemos, pues, de lado este vastísimo plan para cuando sea discu- tido en el Congreso, y concretémonos á presentar el informe del Con- sejo Superior, á que nos hemos referido más arriba. Helo aquí : Buenos Aires, junio 12 de 1899. Señor Presidente de la (omisión de Instrucción Pública de la Hono- rable Cámara de Diputados de la Nación. Llevada áconocimiento del Consejo Superior la nota que el señor Presidente se sirvió dirigirme el 9 de septiembre del año próximo pasado, me ha encargado que le conteste con el siguiente informe, que contiene su opinión respecto de la reforma de la ley universi- taria vigente: La Universidad de BuenosAires, quela componían el departamen- to de jurisprudencia, el deestudios preparatorios y la Facultad de Ciencias Exactas estaba bajo la dirección del Rector y constituía una dependencia del Poder Ejecutivo de la provincia, quien dictaba sus reglamentos, nombraba sus profesores, resolvía los casos contencio- sos y aún las solicitudes de los alumnos que pretendían alguna concesión especial. La Facultad de Medicina no formaba parte de la Universidad ; la dirigía una academia, cuyos miembros, incluso el Presidente, eran nombrados por el Poder Ejecutivo, constituyendo también una dependencia del mismo poder, en iguales condiciones á las de la Universidad. Esta organización duró hasta la sanción de la Constitución que la ” l LA REORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA provincia de Buenos Aires se dió en 1873, la que alteró substancial- mente sus bases al establecer las reglas á que debían sujetarse las leyes orgánicas y reglamentarias de la instrucción superior. En esas reglas se encuentra el origen de la autonomía de que go- za la Universidad, desde 1874, que, si no ha sido ni es absoluta, es por lo menos la mayor de que puede gozar una institución que se sostiene exclusivamente con las rentas de la Nación. : Según estas reglas, la instrucción superior debía estar á cargo de la Universidad y ésta componerse de un Consejo superior presi- dido por el Rector, y delegados de las diversas facultades. La misma Constitución determinó cómo debían formarse el Con- =sejo y las Facultades; fijó las atribuciones del primero, encomen- dándole dictar los reglamentos que exigieran el orden y la discipli- na de los establecimientos de su dependencia, la aprobación de los presupuestos anuales para ser sometidos á la sanción legislativa, la jurisdicción superior policial y disciplinaria que las leyes y regla- mentos le acordaran, y la decisión en última instancia de todas las cuestiones contenciosas decididas en la primera por una de las Fa- cultades ; le encomendó, también, que promoviera el perfecciona- miento de la enseñanza, la creación de nuevas facultades y cátedras; que reglamentara la expedición de matrículas y diplomas y fijara los derechos que pudieran cobrar por ellos. Determinó, además, las atribuciones de las facultades, encomendándoles la elección de su decano y secretario, el nombramiento de profesores titulares ú interinos, la dirección de la enseñanza, formación delos programas y la recepción de exámenes y pruebas, la fijación de las condiciones de admisibilidad de los alumnos, la administración de los fondos que les correspondiera, rindiendo cuenta al Consejo, proponer á éste los presupuestos anuales y toda medida conducente á la mejo- ra de los estudios ó régimen interno de las facultades. Mientras se dictaban las leyes orgánicas y reglamentarias, el Po- der Ejecutivo de la provincia dió el decreto de 26 de marzo de 1874, y desde entonces la Facultad de Medicina quedó incorporada á la Universidad y ésta adquirió una independencia casi absoluta, pues la intervención que se reservaron los poderes públicos se limitó á la fijación de los sueldos y gastos y á suministrarle los fondos con que debía atenderlos. En esta organización universitaria prevalecieron las ideas si- guientes : 1* La de unidad y solidaridad entre las facultades, sirviendo de 3 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vínculo común el Consejo Superior, compuesto de los decanos y delegados de las mismas facultades, presidido por el Rector, con encargo de ejercer la jurisdicción superior y disciplinaria, de die- tar los reglamentos generales ycomunes á todas las facultades y de velar por el adelanto de la Universidad; 2* La de dejar á ésta su propia dirección, su reglamentación y el nombramiento de todas sus autoridades ; 3” La de encomendar á las facultades la dirección de la enseñanza, el nombramiento de sus miembros académicos y profesores y el mantenimiento dela disciplina dentro de sus propios institutos. Nacionalizada la Universidad de Buenos Aires, la ley de 3 de ju- lio de 18953 se inspiró en estas mismas ideas, puesto que le conservó su unidad y su organización ; mantuvo la alta autoridad del Conse- jo Superior y dejó á las facultades la dirección de la enseñanza, á cuyo efecto señaló entre sus atribuciones la de proyectar los planes de estudios, formar los programas y proponer el nombramiento y destitución de los profesores. Las limitaciones que introdujo en las atribuciones de las autori- dades universitarias, no alteraron fundamentalmente la organiza- cion de la Universidad, pues ellas se redujeron á dar al Poder Eje- cutivo intervención en la redacción de los Estatutos, en la fijación de los derechos universitarios y en el nombramiento y destitución de los profesores, dejando siempre al Consejo Superior ó á las Fa- cultades la iniciativa en estos mismos actos. Con esta organización la Facultad de Derecho, primero, y la de Medicina, después, han adquirido su casa propia, la de Ciencias Exactas ha mejorado considerablemente la suya, ensanchando el local con el edificio que tenía la antigua Universidad y constru- yendo varios salones para laboratorios y clases. La enseñanza era dada por ocho profesores en la Facultad de De- recho, doce en la de Medicina y once enla de Ciencias Exactas, y hoy ese número ha aumentado á veinte y dos en la primera, trein- ta y tres en la segunda, cuarenta y uno en la tercera, habiendo, además, once en la de Filosofía y Letras. No solamente se ha dado mayor extensión á la enseñanza teórica con la creación de nuevas cátedras y la división de algunas de las existentes, sino que se ha atendido preferentemente á los estudios prácticos, con la instalación de gabinetes y laboratorios formados y fomentados con las subvenciones del presupuesto y los recursos propios de las facultades, los cuales, si bien no han llegado aún al LA REORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA 9 grado de adelanto que fuera de desear, prestan, sin embargo, desde ahora, servicios de importancia y es de esperar que formen algún día verdaderos planteles para el estudio de las ciencias que se cul- tivanen las facultades de Medicina y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El número de alumnos matriculados en 1873 era de 492 en Juris- prudencia y Procedimientos, de 286 en Medicina, Farmacia, Obs- tetricia, Odontología y Flebotomía, y de 76 en la Facultad de Cien- cias Exactas; en 1898 ese número ha aumentado á 766 en la Facultad de Derecho, 1517 en la de Medicina, 345 en la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, habiendo, además, 27 en la de Filosofía y Le- tras. En estos adelantos ha influído, sin duda, el aumento de pobla= ción; pero no puede desconocerse que la reforma de la organiza- ción universitaria iniciada en 1874 y mantenida con pequeñas va- riaciones hasta ahora ha contribuído poderosamente á realizarlos. De ahí que el Consejo Superior piense que las hases de esa orga- nización no deben alterarse para volver al pasado, aunque conviene que se modifiquen en el sentido de dar á la Universidad su completa autonomía económica y la mayor posible en la dirección de la en- señanza. En presencia del aumento en el número de alumnos, el consejo superior crée que ha llegado el momento de que la Universidad con- tribuya á costear los gastos de su enseñanza, limitándose á recibir de los poderes públicos de la Nación una subvención, que, por aho- ra, podría fijarse en 400.000 pesos ó sea menos de las dos terceras partes del presupuesto actual, el cual asciende á pesos 613.200, sin incluir el Hospital de clínicas, la maternidad 1 las jubilaciones. De esta manera no sólo se aliviaría el tesoro de la Nación, sino que la Universidad podría dar más amplitud y desarrollo á la ense- ñanza, sobre todo á la práctica, fomentando los gabinetes y labora- torios y procurando poner al frente de ellos á personas competentes que se dedicaran exclusivamente á las investigaciones científicas y á la preparación de alumnos, que en el futuro, llegarían á ser sus directores. Contribuyendo la Nación al sostenimiento de la enseñanza supe- rior por medio de una subvención únicamente, la autonomía de la Universidad debería ser completada con la facultad de dictar su pre- supuesto y de determinar los derechos universitarios que hayan de cobrarse con relación á las necesidades de su enseñanza, de modo 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que ésta, sin ser enteramente gratuita, como no lo es en país algu- no, tampoco sea de tal modo onerosa que prive de sus beneficios á los jóvenes de escasos recursos. Elconsejo superior adhiere al proyecto número 3 porque consi- dera que, con las modificaciones que más adelanteindicará, satisface enteramente á las ideas que predominan en el cuerpo universitario, manteniendo la cohesión de las facultades que componen la Uni- versidad de Buenos Aires, y adelantándose á las aspiraciones de los que desean establecer una universidad autónoma sin perder su ca- rácter oficial, que le da el prestigio de que actualmente goza.. La autonomía universitaria vo es la independencia de las facul- tades; la Universidad da la idea de unidad, de comunidad, de vín= culo entre las diversas facultades, que no debe desaparecer, si no se quiere retrogradar. La Francia, que suprimió sus universidades en 1789, las ha res- tablecido por la ley de julio de 1896, dando ese nombre y organiza=- ción á los grupos de facultades que existian. Las facultades deben tener autonomía para dirigir su propia enseñanza y para mantener la disciplina dentro de sus institutos respectivos; á este fin conviene encomendarles la iniciativa en la elección de sus profesores, la organización de su enseñanza, su dis- tribución, su orden, sus programas, la forma de los exámenes ó pruebas para acreditar la competencia de los alumnos y el estable- cimiento de las reglas que hayan de regir la disciplina del instituto. El consejo superior universitario compuesto de los decanos y de- legados de las mismas facultades, presidido por el rector, que es el representante de la Universidad, no puede quedar reducido al papel de tribunal de apelación en las cuestiones contenciosas de escasísi- ma importancia, porque en lo general sólo se refieren á las relacio- nes entre las facultades y los alumnos ; su misión tiene que ser otra, él sirve de vínculo de unión entre las facultades, él debe fijar los derechos universitarios comunes á todas, para que el acceso de los alumnos á cualquiera de ellas pueda ser igual; él debe discutir y votar el presupuesto de todas y atender á sus gastos para que puedan ayudarse recíprocamente ; él debe fijar las reglas generales que sean comunes á todas las facultades para mantener la unidad que carac- teriza á la Universidad. Dar á las academias la atribución de fijar los derechos universi- tarios y de dictar su presupuesto reconociéndoseles el derecho de exigir que la Nación las subvencione con la cantidad necesaria para LA REORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA 41 cubrir el déficit, como se propone en el proyecto n* 1, es encomendar al H. Congreso el papel secundario de votar fondos para cubrir gas- tos que él no ha autorizado, y cuyo monto dependerá de la mayor ó menor largueza que muestren las academias para determinar los gastos y los sueldos de sus profesores ó empleados. Alguna delas academias podría fijar derechos bajos que aumen- tarían el déficit y otras tan elevados, para hacerlo menos sensible, que impedirían la entrada de alumnos á sus facultades. El consejo superior no es un cuerpo extraño á las facultades, pues- to que se compone de los miembros que ellas mismas designan para representarlas y de los decanos que las presiden; no hay peligro al- guno de que él pueda trabar la marcha de ellas y hay verdadera conveniencia en mantenerlo con las altas atribuciones que señala el proyecto n* 3, para que vele por todas y mantenga la unidad de propósitos y fines que persiguen. El consejo superior, cree también que debe mantenerse la igualdad de representación de las facultades en la asamblea universitaria, como la han tenido hasta ahora, igualdad que desaparecería si se le incorporaran todos los profesores titulares y suplentes, porque el número de éstos es muy elevado en algunas y muy reducido en otras. Reconoce que debe darse representación al cuerpo docente tanto en la asamblea como en la composición de las academias, pero man- teniendo la igualdad de representación en la primera. Esto se obtendría autorizando al cuerpo de profesores titulares y suplentes de cada facultad para que nombre diez delegados que formarían parte de la asamblea universitaria, y estableciéndose que la tercera parte de los miembros académicos sea nombrada por el mismo cuerpo docente. El consejo superior considera que el proyecto que responde mejor á las ideas que deja manifestadas es el número tres (1) y que debe aconsejar su adopción, proponiendo las siguientes modificaciones : Reformar la base 3* del artículo 1” en la siguiente forma : « Costeará los gastos de la enseñanza con sus rentas propias y con una subvención nacional que se fija, por ahora, en cuatrocientos mil pesos anuales. » Agregar en el artículo 3: «Nombra y remueve á los profesores titulares á propuesta de la facultad respectiva. (1) Publicado en estos Anales en el tomo XLVI, entrega V, noviembre 1898, pág. 274-276. 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA «Después de dos apercibimientos á un profesor, el consejo podrá destituirlo por sí sólo. » Sustituir en el artículo 4? el inciso relativo al nombramiento, y remoción de profesores por el siguiente : «propone el nombramien- to y remoción de los profesores titulares; y designa y separa á los suplentes ». Modificar la primera parte del artículo 5” en la siguiente forma : «Componen la asamblea general : «a) Los miembros titulares de todas las facultades; «b) Diez profesores titulares ó suplentes de cada facultad, nom- brados por el cuerpo docente, compuesto de titulares y suplentes; «c) Cinco diplomados de cada facultad, que los respectivos cuer- pos académicos y docentes elegirán por tiempo determinado. » Sustituir el inciso 1* del artículo 5% por el siguiente: «Reformar los estatutos de la Universidad á propuesta del con- sejo superior. » Redactar así el inciso 22: «Nombrar rector y vicerector dela Uni- versidad ; y admitir ó desechar sus renuncias. » Sustituir el artículo 9% por éste: «Por esta sola vez el consejo superior sancionará los estatutos dentro de los dos meses siguientes á la promulgación de la presente ley. » Agregar el siguiente artículo : « Constitúyese un fondo universita- rio con los siguientes recursos : 1% las sumas y valores actualmente acumulados ; 2* el excedente de las rentas de la universidad después de cubierto su presupuesto ; 3” las donaciones y legados que se ha- gan á la Universidad ; 4” los derechos que se perciban por habilita- ción de titulos, con arreglo al tratado internacional de Montevideo. De estos fondos, que podrían invertirse en títulos de renta, se dispondrá para adquisición de inmuebles y construcción de edificios destinados á las facultades. Para poner en ejecución este proyecto, si fuese convertido en ley, el consejo superior necesitaría disponer de todos los derechos uni- versitarios, y como la mayor parte de éstos han sido destinados por las leyes números 3551 y 3379, de 18 de octubre de 1897, y 18 de agosto de 1896, para la construcción del edificio de la Facultad de Derecho, y de un instituto de anatomía patológica y otras instalacio- nes, será menester reemplazar ese recurso con los fondos que vote el H. Congreso, pues no es posible abandonar el propósito de llevar á cabo aquellas construcciones que son indispensables para el re- gular funcionamiento de las escuelas de derecho y de medicina. LA REORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA 13 También sería conveniente, para evitar dificultades de interpre- tación, derogar expresamente las leyes números 1597, de 3 de julio de 1885, y 3271 de 2 de octubre de 1895, complementaria de la pri- mera. ñ Finalmente, el consejo superior, opina que la Universidad de Buenos Aires debe conservar su carácter oficial, y que no es oportuna la creación de universidades libres, cuya necesidad no se ha hecho sentir hasta ahora. i Saludo al señor presidente con mi consideración distinguida. LeopPoLDO BASAVILBASO, Rector. Eduardo L. Bidau, Secretario general. Puede verse que el informe precedente está de acuerdo con las conclusiones á que arribó la investigación universitaria iniciada por la dirección de estos Anales y que se hallan consignadas en la página 222 del tomo XLVI. Es digna de notarse la simpática iniciativa de integrar la Asamblea general universitaria con representantes del personal docente y de los diplomados de cada facultad, dando así un carácter más amplio y democrático á la elección del rector y vice- rector y aumentando la suma de opiniones consultadas en la apro- bación y reforma de los estatutos universitarios, en la creación y organización de nuevas facultades y en la solución de los graves asuntos contenciosos que ella debe resolver. En resumen, el proyecto del consejo superior representa un notable progreso sobre la actual organización, sin caer en la fanta- sía y el prurito de reformarlo todo, teniendo además la ventaja de estar fundado en las ideas y experiencia de quienes deben llevarlo á la práctica. CUESTIONES SANITARIAS POR EL INGENIERO DEMETRIO SAGASTUME (Conclusión) CAPÍTULO IV Proyecto para pasar del sistema actual al del medidor.— Rebajas que se ofrecerían al público.— Precio del metro cúbico de agua suministrada y su eliminación. Probada en los capítulos anteriores la conveniencia y oportuni- dad de reformar el sistema de renta en las Obras de Salubridad de Buenos Aires, implantando el medidor, tratemos de indicar la ma- nera de pasar de uno á otro sistema. No se nos oculta que, debido á las múltiples condiciones, algunas contradictorias, del problema, el proyecto que presentamos no las satisface por completo; pero siendo transitorio, sus deficiencias se irán corrigiendo paulatinamente. Los mínimos de consumo fijados para las casas, están basados sobre el alquiler con que actualmente figuran en los libros de ren- ta: es un defecto, porque más exacto y ¡justo hubiera sido basarlos sobre el número de habitaciones de cada una, pero esto no es prác- ticamente posible: este defecto será sólo sensible para los que con- suman menos que el minimo indicado, pero para ellos tendrá su ate- nuacion pues les permitirá gozar de una rebaja de 10 4 20/., según el caso, sobre la tasa actual del servicio. CUESTIONES SANITARIAS 15 Por otra parte, la fijación de un mínimo, basado en el alquiler, tiene ya precedente en la administración: es lo que se ha hecho en los conventillos que tienen medidor, con la diferencia de que aquí fijamos un mínimo menor y por tanto más favorable para el pú= blico. A medida que se vayan viendo los resultados prácticos, no ha- brá inconveniente en reducir los mínimos para las casas de alqui- ler elevado: «el número de consumidores en Berlín. fué crecien- do, inducidos por las sucesivas reducciones en la cuota mínima trimestral» dice Gill, y aquí podría hacerse otro tanto cuando la práctica demostrara que no habría peligro, ni higiénico ni rentís- tico, en disminuir la cuota mínima para ciertas casas. El proyecto está resumido en los cuadros números 1, 2,3 y 4; los cuadros números 1 y 2 (véase fin del capítulo), se refieren á lo- cales que tienen servicio de agua y cloacas; en el cuadro número 1 están los 37037 locales cuyos alquileres varían de 40 hasta 450 pe- sos moneda nacional inclusive; en el número 2 los 1514 cuyos al- quileres varían desde 500 hasta 9500 pesos mensuales, especifi- cándose el número de locales de cada categoría según el dato exac- to correspondiente al 12 de junio de 1897, deducido de los registros de renta de las Obras de Salubridad, el alquiler mensual, la cuota actual (5%, sobre el alquiler : 3 %/, correspondiente al agua y 2/, al servicio de cloacas), la cuota mínima que les correspondería con una rebaja del 20 %/, y del 10 %, respectivamente, el número de metros cúbicos á que tendrían derecho por mes, suprimiendo el precio del metro cúbico de agua limpia á 12 centavos y 48 el de eliminación del líquido servido y admitiendo que la eliminación iguale á la provisión, y por último el número de metros cúbicos por mes á que ascenderían los abonos mínimos en la forma pro- puesta. Los cuadros números 3 y 4 son idénticos á los anteriores, sólo que se refieren á locales que únicamentente tienen servicio de agua. Explicada así la estructura material de los cuadros, pasemos á indicar las razones en que nos hemos fundado para establecer las bases sobre que reposan, á saber : Is Fijación de un mínimo de consumo. Este mínimo, mensual en el cuadro, sería anual en la práctica, para permitir la compen- sación entre el exceso de consumo del verano y las economías del invierno; 2% Para las casas con cloacas se admite, en favor del público, la 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA igualdad entre el volumen de agua suministrada y el de la elimi- nada por la cloaca (agua servida y de lluvia); 3* Precio del metro cúbico de agua suministrada y de su elimi- nación. La relación entre estos precios está fundada en los gastos - de explotación; 4% Rebajas que se ofrecen al público. 12 Fijación de un minimo de consumo : razones para fijarlo por año y no por mes, ó trimestre. — La tijación de un mínimo responde á consideraciones de carácter higiénico y rentístico. La objeción más importante que los enemigos del sistema del medidor han formu- lado en su contra, consiste en que la restricción en el consumo que ocasiona puede hacer peligrar la higiene. Bien; pero fijando un mínimo de consumo que evite el peligro, la objeción está levantada. Es ésta precisamente la solución á que se ha recurrido en Berlín, en Viena y en París, con excelentes resultados; la adoptada en Buenos Aires para los conventillos en que se colocó medidor y la que proponemos para la generalización de ese aparato en la dis- tribución. Ella tiende también á asegurar un mínimo de entradas necesa- rio y que en nuestro caso se aproxime á las del año 1897. «Secom- prende, dice Couche, que á partir del momento en que el Municipio (aquí las Obras de Salubridad) acepta una póliza por medidor, to- ma por tal motivo el compromiso de servir al abonado, en el mo- mento que lo desee y sin previo aviso, una cantidad de agua que en el hecho es indeterminada a priori y aun cuando el abonado no usara de ese derecho, esta obligación, que conduce á mantener siempre en reserva un gran volumen de agua, es onerosa y no pue- de consentirse si no se asegura, en cambio, un cierto mínimo de entradas. Los suplementos de consumo deberán pagarse por año.— El re- glamento de Paris, del año 1880, prescribía que se pagarían por trimestre ; el consumidor que hubiera gastado menos que su abo- no fijo durante enero y febrero (invierno) no podía compensar por esta economía sus excedentes de consumo de julio y agosto (verano). « Era justo, dice Couche, porque el agua durante el invierno es- tá en exceso y hay poca demanda, por consiguiente tiene poco va= lor, sucediendo lo contrario en el verano. Las reducciones de con- sumo durante los fríos no producen para el Municipio sino una compensación absolutamente ficticia á los suplementos consumi- dos durante los calores. CUESTIONES SANITARIAS 47 « Pero estas consideraciones no eran bastante sencillas para que las entendiera la masa del público, que ha creido ver en el arreglo de cuentas trimestral una iniquidad. « Hoy (1884) el consumidor no debe suplemento sino á partir del día en que el total de su abono anual ha sido superado; es ésta una eran satisfacción dada al público y me asombraría que perjudica- se al Municipio en cien mil francos al año.» En Berlin los abonos son por trimestre, entre nosotros al aplicar el sistema dá los conventillos en que se colocó medidor, se determinó que los arreglos FUERAN MENSUALES. Para que se comprenda fácil- mente la diferencia, veamos cómo se ha cobrado los servicios, de Cevallos 1258-74, por ejemplo: Véanse en los cuadros N* 1 y 2 los 9 meses en que el consumo ha sido menor que 195 metros cúbicos (cantidad que le correspondeá razón de 10 centavos el metro cúbico por los 19,50 pesos que abonaba según el sistema de renta fija sobre el alquiler) se le ha cobrado como si hubiera consumido 193 me- tros cúbicos, aquellos en que se ha excedido, se cobró el consumo efectivo. Tenemos pues: Pesos 9 meses á pesos 19,50 c/0..........- 175.50 Enero 234 m* 4 10 centavos ......... 95.140 Febrero 200 m*4á 10 cenlavos........ 20.00 Noviembre 209 m* á 10 centlavos..... 20.90 Total en el añ0.............. 241.80 Consumo en el año: 1657 m* Con la compensación anual podría haber consumido 2340 metros cúbicos mediante 234 pesos: de ahí que se establezca en el cuadro que en contra del abonado hay 7,80 pesos y 683 metros cúbicos. Podría dársele, como dice Couche, «una gran satisfacción », en este caso más necesaria que en el de Paris, estableciendo que el abonado sólo pagará suplemento desde el día en que el consumo anual que se le fije haya sido superado. Con esto también se evita— ría la tendencia que indican algunas cifras del cuadro á consumir el mismo volumen en invierno que en verano, lo que noes natural. La modificación que propiciamos no es de poca monta, como lo veremos examinando los cuadros que se acompañan. En Salta 1606, por ejemplo, por 1059 metros cúbicos consumidos AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el año 1897 se ha pagado 129 pesos (sin tener en cuenta el alquiler del medidor) ó sea 12,2 centavos el metro cúbico (siendo de 10 centavos el precio del m3), mientras que con la compensación anual entre excesos y economías podía haberse consumido 201 metros cúbicos más pagando 3 pesos menos, ó traduciendo los me- tros cúbicos en pesos á razón de 10 centavos por metro cúbico, la diferencia en contra del consumidor sería de 24,10 pesos en esta casa. En San José 747-59 podía haberse consumido 484 metros cúbi- cos más ósea 11 litros más por día y habitante no obstante un gasto de 2,70 pesos menos : los 484 metros cúbicos representan el 34 porciento del consumo hecho. En Lorea 479-83, con 12,40 pesos menos podía haberse consu- mido 265 metros cúbicos más, ó sea 76 litros más por día y por persona; en San José 715-43, los 17 litros diarios más por persona que se hubiera podido consumir, sobrarían para hacer desaparecer el desaseo notado en las inspecciones que en él se hicieron, pudien- do decirse otro tanto de Cuyo 1431-35, Viamonte 1461-75 y Cevallos 1258-74, en los que hubiera podido consumirse 616, 430 y 683 metros cúbicos más respectivamente. Expresando en moneda nacional á 10 centavos por metro cúbico el precio de esos volúmenes y agregando los números de la colum- na anterior, se tiene 438,90 pesos en contra de los abonados ó sea el 14 %/, delo que pagaron. 2 Igualdad entre el volumen de agua suministrada y el de la eli- minada por la cloaca. Ninguna relación existe entre la cantidad de agua que se gasta en una casa y el alquiler que ella produce. Tanto valdria, dice Mr. Forbes, director del servicio de agua en Brooklyn, contar las pizarras del techo de un edificio y basar en su número una tarifa para el agua, ó contar los arcos de un barril de harina para apreciar el valor de su contenido. Tampoco existe relación entre la cantidad del líquido eliminado por la cloaca de una propiedad y su valor locativo. Resolver, pues, de una manera racional el problema de la tarificación del agua pura y dejar subsistente la tasa que rige para el pago del servicio de cloacas no sería lógico. Por otra parte, considerando el asunto bajo el punto de vista administrativo, el sistema mixto complicaría singularmente las operaciones relativas á la renta. No pudiendo medirse directamente la cantidad de líquido cloacal y agua de lluvia que se elimina por la cloaca de un inmueble, CUESTIONES SANITARIAS 19 buscamos una manera fácil de resolver la cuestión y sentamos la hipótesis de la igualdad entre esta cantidad y la de agua pura su- ministrada (1). Mr. Higgin, ingeniero director de la construcción de las obras de salubridad, anticipaba (memoria de 1875, pág. 115) QUE LA CANTIDAD DE LÍQUIDO CLOACAL ESTARÁ REPRESENTADA CASI EXACTAMENTE POR LA CAN- TIDAD DE AGUA CONSUMIDA. El siguiente cuadro formado con elementos que suministran las memorias de 1895, 96 y 97 ilustrará el punto : Año Agua consumida Líquido eloacal en metros cúbicos en metros cúbicos Si 17.719.367 11.360.412 IU: 22.966. dde 18.854.173 Ue S 27.237.6 26.782.299 USO. > 30.537. 0 30.473.601 ISO tesis 34.452.955 32.814.106 TONI 33.898.793 34.201.044 A medida que el uso de las cloacas ha ido generalizándose, la dife- rencia entre los números de la segunda y tercera columnas ha idodis- * (1) LaCom'sión, en sesión del 12 de julio de 1896, ha aprobado una tarifa para servicio de desagúe de agua de condensación de motores de usina á los conduc- tos de tormenta, basada en el volumen máximo que pueden descargar. La tarifa es así: Capacidad del conducto por hora Cuota Cuota mensual mínima Hasta 30 metros CÚbICOS..........-..... $ 30,00 > De 31:4 40 EN DO Ol loto alo 40,00 » De 41 á 50 O A LN 50,00 » De 51 á 200, por metro cúbico.......-.. 1,00 > De 201 á 500 A A a 0,75 200 De 501 á 1000 A OS 0,50 315 De 1001 á 2000 AA 0,35 500 De más de 2000 RETO, ETS E 0,30 700 Como se ve, está aceptado ya el principio de que se pague según el volumen: el criterio allí adoptado de volumen máximo á que puede dar salida la canería no sería de ningún valor en el caso del desagúe domiciliario; los precios tampoco, habiendo, como bay, diferencias fundamentales entre este desagiie y el domici- liario. 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA minuyendo punto que sólo alcanza á 84156 metros cúbicos el año 1895; si el 1896 se aparta de la regla, el hecho se explica en las siguientes palabras tomadas de la memoria correspondiente á ese año (páginas 28 y 29): «Se colocan á la vez y por administra- ción las nuevas máquinas (destinadas al bombeo del líquido cloacal). Se cree que podrán estar listas para funcionar á princi- pios de Diciembre del corriente año(1897). Es de la mayor impor- tancia que así suceda, porque las bombas existentes no dan abas- to, habiendo sido necesario, en más de una ocasión tomar medidas extraordinarias para evitar inconvemtentes Mayores ». En 1897, no sólo se restablece la ley de los años anteriores si no que el líquido cluacal es mayor que el de agua consumida, lo quese explica fácilmente, teniendo en cuenta que ha sido un año en que el invierno fué muy lluvioso (1). Resulta, pues, que si la hipótesis admitida de la igualdad no es materialmente exacta, en la práctica, y beneficiando al público, puede admitirse como tal. 32 Precio del metro cúbico de agua y de su eliminación. — En el capítulo TIT hemos manifestado que el precio del metro cúbico de agua por medidor fué de 12 centavos, habiéndose elevado en 1892 4 20 centavos. Creemos que podría restablecerse el de 12 centavos, como resulta del análisis de los mismos números consig- nados en dicho capítulo, admitiendo que del volumen no registrado por medidor se distribuyese gratuitamente un 25 %/, más Ó menos. En cuanto á la eliminación, la estimamos en 8 centavos por metro cúbico y admitimos que el volumen de líquido eliminado sea igual al de agua suministrada. En estos lérminos en vez de cobrar como ahora 20 centavos por cada metro cúbico de agua y el 3 %/, sobre el precio locativo del inmueble como retribución del servicio cloacal en las casas (no siendo conventillo) que trenen medidor, proponemos se cobre úmicamente 20 centavos por cada metro cúbico de agua suma- mistrada, en cuyo precio ya está incluido el servicio de eliminación. Esto importaría ya de por sí una buena rebaja, aparte de las que pueden obtenerse como lo explicaremos más adelante. La relación entre los precios 12 y 8 centavos es igual á la que existe ahora LE 8 8 ción. En nota pasada por el Ingeniero Jefe al Presidente de la Co- é igual también á la de los gastos de explota- (1) Puede preverse que otro tanto sucederá el año 1898. CUESTIONES SANITARIAS 21 misión de Obras de Salubridad, manifiesta que los gastos de explo tación se reparten en esta forma 60 */, para la provisión de agua y 40 */. para el servicio de cloacas. Nos ha parecido conveniente mantener esta relación aun cuando si nos basáramos en el costo de las obras correspondientes y los gastos de explotación, resultaría que el servicio de eliminación de aguas debería pagarse á mayor precio que el de provisión. Influye en ello la circunstancia de que en las obras de eliminación están comprendidas las costosísimas de desagúe de lluvia. Pero, suprimido provisionalmente el impuesto de desague el año 1892 (Memoria, 1891-92, pág. 75), medida á que los años dieron ya carácter de resolución definitiva, fuerza será aceptarla en la forma consagrada: por otra parte, el público se resistiria á abonar más por la eliminación del agua servida que por la provisión de agua pura, entre otras razones por lo que le cuestan las obras domicilia- rias de salubridad. 4* Rebajas que se ofrece al público. — Mediante las rebajas de 10 y 20 %/, indicadas, de que gozarán íntegramente aquellos abonados que no se excedan en el consumo quese fijacomo mínimo, quedan- do siempre un gran margen para los que usen el agua con la debida mesura, el gobierno podría disponer que en un término prudencial, 26 3 años por ejemplo, todos los abonos se hagan por medidor. En Paris, el reglamento de 1880 ya citado daba un plazo de 3 años. Aun cuando en otro capítulo hemos hecho somera referencia á las ventajas obtenidas por el público y el erario en dicha ciudad, á consecuencia de la generalización del medidor, no pacece fuera de lugar la transcripción de lo que dice Couche, ex-ingeniero jefe del servicio de aguas en su notable obra Les eaux de Paris en 1884. «Veamos, desdeluego, en cuánto han reducido las disminuciones, en los tres años que estudiamos, el producto total de los abonos anteriores, en otros términos, qué suma había que volver á ganar para mantener solamente las entradas. « Las reducciones operadas en 1881 sehan elevado á 500.000 fran- cos repartidos casi uniformemente durante el año; ellas han pro- ducido su efecto medio en un semestre y por consiguiente han afec- tado en 250.000 francos. «En 1882 la revisión de las pólizas ha marchado más ligero y 740.000 francos de reducciones nuevas se han agregado á los 500.000 francos del año precedente alcanzando casi á 1.240.000 fran- cos el descenso en el monto de los abonos anteriores. 99 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA «La pérdida sufrida en el ejercicio de 1882 comprende pues: 1% La totalidad de las reducciones de 1881... 500.000 22 La mitad de las repartidas sobre el 82.. 370.000 870.000 En 1883 se ha efectuado reducciones por ] 360.000 francos, lo que ha elevado la pér- dida del tercer ejercicio á 500.000 + 740.000 + con n0A AA 1.420.000 Total que los abonados beneficiaron. | 2.540.000 « Ahora bien: la marcha de la renta ha sido la siguiente: « El producto bruto de 1880 fué excedido : Francos EMS EE ao dc 305.881 22 EAS 467.951 57 ES A 720.045 31 Do A: 1.493.878.10 Francos Diminuciones en beneficio de los abonados .... 2.540.000 Anmeno en llas EE CEE. ..oVoonecccraadaosos 1.494.000 «Ha sido, pues, necesario que elimporte de las nuevas aguas ven- didas, que, lo repito, no provenían de nuevos medios de alimenta- ción sino de aprovechamiento de lo que se desperdiciaba, se eleva- se para este período al total de las dos sumas ó sea á 4.034.000 francos. « Esta suma de más de 4.000.000 ha sido producida: parte por antiguos abonados á robinete libre, que el medidor obligó, por primera vez y con mucha justicia, á pagar su consumo real; pero parte por 6389 nuevos abonados que no habíamos podido servir con el antiguo sistema. « Se ve que la demasiada extensión del robinete libre, costaba á la vez al municipio y al público, á aquél en diminución de entra- das á éste en diminución de servicios.» Indicadas las razones que nos han movido á establecer las bases CUESTIONES SANITARIAS 23 sobre que reposan los cuadros n” 3 y 4, veamos qué entrada anual quedaría asegurada como minimo si se estableciesen los abonos en la forma propuesta. Entrada anual minima asegurada si se estableciesen abonos en la forma que se indica en los cuadros n% 3, 4, 5y 6 Pesos 15.982.190 m* agua á 20 centavos (prov. y elim.). 3.196.438 1.098.261 m*agua 412 centavos (provisión).... 131.791 Ana pataiconstrucciones see ell ia 100.000 AA A E 30.000 Vaciadero de carros atmosfériCOS............. 3.000 AE AO a da Ae O: 50.000 Ejes. a pr lo dolo ea 80.000 TOMA A O 3.591.229 Para llegar á lo recaudado durante el año 1897 falta algo más de 1.000.000 de pesos; pero en cambio la cantidad de agua que pro- ducirá esta renta no alcanzaría á 18.000.000 de metros cúbicos que- dando unos 17.000.000 de metros cúbicos disponibles. Asignemos para servicios gratuitos 15.000 metros cúbicos, tér- mino medio, por día, ósea 5.475.000 metros cúbicos al año, di- gamos 5.500.000; nos queda aún 11.500.000 metros cúbicos que, parte dentro del radio actual y parte fuera de él, tendrían segura colocación, para lo que sería necesario extender la cañería á dis- tritos que esperan con ansiedad el servicio de agua. Calculando ca- da metro cúbico á 14 centavos, término medio (pues parte se com- putarán á 20 y parte á 12 centavos), producirían 1.610.000 pesos, que agregados á los 3.591.000 anteriores, elevarían el producto to- tal de las obras á 5.201.000 pesos moneda nacional. En verdad, el cálculo de 15.000 metros cúbicos diarios para ser- vicios gratuitos no está fundado en estadística alguna de valor lo- cal, por no haberse llevado ni en las Obras ni en la Municipalidad, que es la que gasta una gran parte del agua cedida gratuita- mente. El único dato que á este respecto se encuentra en las memorias, existe en la del año 1892, donde dice que en riego de calles, jardi- nes, hospitales, mercados y demás servicios municipales el volu- 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA men consumido excederá de 5000 metros cúbicos por día. Segura- mente no nos quedamos cortos si incluyendo otros servicios gratui- tas elevamos la cifra á 15.000 (1). Si no existe, por desgracia, estadística local, contamos para for- mar idea del gasto en cuestión con datos comparativos de impor- tancia, y he aquí uno: en Berlín, en el año financiero 1890-91, el consumo total fué de 34.770.828 metros cúbicos (próxima- mente igual al de Buenos Aires en 1896), de los cuales 4.537.227 metros cúbicos ó sea el 13,05 %/, del total, se usaron en lavado de cloacas, riego de calles, riego de parques y jardines públicos, en mingitorios y letrinas públicas y en fuentes municipales, compren- diendo además pérdidas en las cañerías maestras (Gill, ya citado). Si, no obstante lo que estas cifras (2) muestran, pareciera es- casa la cantidad de 15.000 metros cúbicos diarios, asignemos 20.000 Ó sea el 21,2 %/, del consumo medio diario en 1896, en cu- yo caso en vez de 11*/, millones disponibles para la venta ten- dríamos 9.700.000 metros cúbicos que á 14 centavos producirían 1.358.000 pesos, y el producto total se elevaría á 4.949.000 pesos moneda nacional. Esta suma está formada de dos sumandos, de los cuales el ma= yor, 3.591.000 pesos, es absolutamente exacto. Voy á tratar de de- mostrar que, si el otroes erróneo, lo será más bien por defecto, pa- ralo cual haré el siguiente análisis: el consumo asegurado, sin contar agua para construcción (véanse las dos primeras partidas, (1) Parte de los servicios gratuitos han sido estimados en la memoria de 1897 (aparecida despues de escrito este ensayo): 811.565 metros cúbicos corres= ponden en el año á establecimientos nacionales y municipales ó sea 2223 metros cúbicos por día. (2) Un dato más reciente relativo también á Berlín se encuentra en la obra de Edmond Badois, Assaiímissement comparé de Paris, Berlín, Londres, ete, año 1898, librería Baudry (corresponde á 1893). De los 40.035.922 metros cúbicos consumidos, el 86,011*/, pertenece al con- sumo de los habitantes de la ciudad y el 13,9891/, restante á servicios gratuitos y necesidades de las usinas. Las cifras se descomponen así : Metros cubicos 1* Para las necesidades particulares de las usinas..... 296.533 2 Gratuitamente para servicios públicos...........-. 5.290.603 3 Pagados por el públicO........ooooooooooooocon. 34.448.786 Ms ode coda ade 40.035.922 CUESTIONES SANITARIAS 95 pág. 23) es de 17.680.451 metros cúbicos por año ó sea 103 litros diarios por persona, calculando en 450.000 habitantes la población servida. Como además se asigna 20.000 metros cúbicos por día para servicios públicos, tendríamos que agregar 44 litros diarios más por habitante, lo que eleva el consumo á 147 litros por día y por persona. Hasta los 181 que asigna Bateman faltan 34 litros ó sean 5.584.500 metros cúbicos en el año; de modo que tendría- mos 5.584.50u metros cúbicos á 20 centavos. pesos 1.116.900, que agregados á los 3.591.000 pesos darían 4.707.900, es decir una renta superior (1) á la del año 1897, quedando 4.115.500 metros cúbicos disponibles para la venta. Si suponemos que sólo la mitad se vendan á 12 centavos, tendríamos 246.930 pesos más, ó sea un total de 4.954.830 pesos y un exceso de 2.957.750 metros cúbicos de agua ; exceso que no se bombearía, en caso de no ser posible su colocación, con ventaja para la explotación, por la economía que esto importaría; ó que se podría destinar á la ampliación, en cierta escala, de los servicios públicos y particulares. De todo esto resulta que se obtendrían ventajas inmediatas: aumento del número de servicios y del monto de la renta, pero ellas apenas son comparables con las que se conseguirían una vez rea- lizadas las obras de ampliación. Compárese : 20.000 metros cúbicos por día á 12 centavos el me- tro cúbico aumentarían la renta en 876.000 pesos anuales, mien- tras que 35.306 metros cúbicos, aumento del consumo medio dia- rio desde 1892 hasta 1895, sólo han hecho crecer la renta en 629.891,63 pesos moneda nacional. (1) Esto fué escrito antes de aparecer la memoria de 1897. Como contando los eventuales el producto fué 4.760.818,21 pesos, resulta que debe decirse cast 1gual en vez de superior (julio 12 de 1898). ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA 26 “ely eguor Jod eqused anb o[ 19paoxa us (,) SO) p*Lg oyunyaqny vod A vyp vod orpaw OuMnsuo;) 9989/9306 |LGPG J66L6 [PEGL [O89L [6E9T |LOLT [6E8L [ETT [098% |SCC% ¡LOTE C86T |" 0300 coc selejoL S< |L008 [télé |erú [Le |.6T |6ST |6PL JOPL |9Lt ¡té lez |l6e lao lea9r lez |:occ: teo Le/ee8L “910 “o [E8SST [L6T—[8pT [Sál |8TT [|S6l [LOL |T6l [€6t |91L (041 [ILL Ip 9er leor (=== “ep/cIL esop ues < |LS9T ¡Ts [606 [16 [06 [88 [EL [96 |96 [801 |S9t ¡00% |pe% |c6l |8pt |: 000": pL/8c%T “so|[eaon < JELLé |8Ly [68L [|P08 [pet [es J08l |4€L [99 loz les lore lepe locr lem |: 00: c28/LLp1 LenSeleg OIvu (pecé [661 [69 [|08L |8pé [8T [pot |9pT |6pt [681 [861 |8.1 lo8% love l8.1 |: "oc: CLtopT “e1uo0werA omIsad/96LT [06% |éLT [O9T [9pt (28 931 [tel loser l96r [ter locr lez |1o0% ppt (00 000000 **"celtept “0400 OI 719% [89€ |LLG [OTe [208 |68L [06t |<0% 806 l6ezt lo0% lecr loser leer loo0% |: A AGAN) < [s9pT [IST ¡66T [E€0L ¡68 [06 ¡38 [6 I60L (3el ¡P6 JElG 1661 |ppI (ce loco coco eel6Lp “eeloT “ 1LOP6 [806 [bé |STé [008 ¡OPT [09 [est [cer lo9r té log% lo9% logL lee loo ooo oc e/epgz “eao7 < 6s6l [cvT— [66T [ST [46 [POT [84 |96 [68 [801 “[08T |StT |9pt leer l6tr 100000" 6clLFL “9sof ues £ [eLes [686 [10€ |FFG [908 |L6T [ELL |L0% lepú |8ré lo96e ¡19% leze Joer logz ¡0 coo: 9c/gpe “uenp ues < ¡6S0T [6 [88 [88 [IZ [34 [99 [69 [18 [88 [Tél l60t |err leor lor |: “9091 “(seyfara Loy) eyes ou9nq (88ST [PST [S9T [IET [9 [801 |€6 | |etr [leer lit lovr lor [col leer IF/LEGT “019I5H TOP OSeues S un 20 e A a A o SP E E E E E E ¿ E E Z El S E E 25% o E SOJ9UWNU Á SaJeo ———_—_————__—_—_-—_—_-—_= A TON $ 168) 04D 19 9 sono sowow wa 00999) oMNsuo/) CUESTIONES SANITARIAS 217 No 2 == €K 2 a DIFERENCIA SES = ES 3 3 EN 328 28 3 3 E E CONTRA DEL ABONADO Gs0 |2gsga| 33 | 2853 ds Calles y números PEER 22250 == $9 E $ Ez 3722 |8253853 ES Sia 97 3503 E A Ei O E A E ss 15) E ES Sa 2 E 5 mm [Y * Santiago del Estero, 1937/41. 1588 1980| 198 60| 198 00 0 60 392 Salta (hoy Vieytes', 1606... 1059 12601 129 00| 126 00 3 00 201 San Juan, 348/56 .......... 3272 2160| 327 901 327 20 0 70 —= + "San Jose, 749/59..... PCS 1352 1836| 186 30] 183 60 2 70 484 Lorea, 243/57 ..... e 2407 21601 253 901 240 701 13 20 = Lorea, 479/83 ............. 1463 1728| 185 20| 172 80| 12 40 265 Cuyo AU ds 2674 2376] 276 10| 267 40 8 70 — Cuyo, 143 dos 1796 2419] 243 10| 241 20 190 616 Viamonte, 1461/75......... 2234] 3664| 270 40| 266 40| 4 99 430 Paraguay, 1477/85 ......... 2772 1800| 283 901 277 20 6 70 — Cevallos, 1258/74 .......... 1657 2340] 241 80| 234 00 780 683 San José, 715/43 ........... 1585 2232] 224 301 223 20 1 10 647 Calle, MPA AOS 3007 1944| 305 00] 300 70 4 30 = Agua y cloacas (12 de junio de 1897) Consumo mínimo d razón de 20 centavos el metro cúbico de agua limpia suministrada y su eliminación Cuota actual Metros Alquiler agua cúias a actual y Cuota e Alo CE Mentes por mes ds mínima aa mes metros cúbicos en pesos m/n por mes a por mes en pesos min 1 2 3 4 5 6 AS 40 2.00 1.60 8.00 21.128 00 AO 60 3.00 2.40 12.00 55.080 00 A o 80 4.00 3.20 16.00 82.448 00 DO 100 5.00 4.00 20.00 108.000 00 INDIANA 120 6.00 4.80 24.00 89.328 00 SS tae 150 7.50 6.00 30.00 152.400 00 O o 180 9.00 7.20 36.00 84.204 00 ii aaa 200 10.00 8.00 40.00 107.360 00 LADO roo II 250 12.50 10.00 50.00 110.000 00 Ae 300 15.00 12.00 60.00 96.900 00 UN ANA 350 17.50 14.00 70.00 42.420 00 ES RA 400 20.00 16.00 | “80.00 62.240 00 A A 450 22.50 18.06 90.00 20.610 00 O a 1.032.118 00 Nora. — El número de locales corresponde á la planilla que el señor contador formuló y dan el estado exacto el 12 de julio de 1897. — No se tiene en cuenta el alquiler del medidor. OTRA. — Para los locales que pagan, según alquiler, hasta 450 pesos inclusive, se admite un mínimo de abono que permita una economía al abonado del 20 */.; para locales de 500 pesos arriba una de 10 9/.. ¿ 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Agua y cloacas Abono minimo que permita una economía de 10 */, d los abonados sino lo exceden No 4 Alquiler EN andn ? poa Total o OS o A Aa O EEE po pea en pesos m/n por mes : e a por mes en pesos mín 1 2) 3 4 5 6 AO da ted 500 25.00 22.50 112.50 48.375 00 E: 550 27.50 24.75 123.75 10.023 75 E ER 600 30.00 27.00 135.00 29.835 00 o NEARA NS 650 32.50 29.25 146.25 8.097 50 MA a pee 7100 35.00 31.50 157.50 22.365 00 AOS 150 37.50 33.75 168.75 4.125 00 MAS 800 40.00 36.00 180.00 27.120 00 MO rc 850 42.50 38.25 191.25 2.677 50 O 900 45.00 40.50 202.50 4.860 00 ua 950 47.50 42.75 213.75 1.282 50 In ge 1.000 50.00 45.00 225.00 26.550 00 AS 1.050 52.50 47.25 236.25 945 00 O 1.100 55.00 49.50 247.50 2.475 00 ES > eo 1.150 57.50 51.75 258.75 976 25 Mota nee 1.200 60.00 54.00 270.00 9.990: 00 MO 1.300 65.00 58.00 292.50 3.510 00 a ae 1.350 67 50 60.75 303.75 607 50 san 1.400 70.00 63.00 315.00 3.465 00 IR 1.450 72.50 65.25 326.25 326 25 la AO 1.500 75.00 67.50 331.50 11.475 00 MS AA 1.550 777.50 69.75 348.75 1.046 25 o: 1.600 80.00 72.00 360.00 2.880 00 EDO el 1.650 82.50 74.25 311.21 1.113 75 a 1.700 85.00 76.50 382.50 7165 00 loa ERAN 1.800 90.00 81.00 405.00 3.645 00 e lao 1.850 92.50 83.25 416.25 416 25 Dro desa el 1.900 95.00 85.50 427.50 427 50 MAS 1.950 97.50 81.75 438.15 438 15 OS 2.000 100.00 90.00 450.00 16.200 00 E lle 2.200 110.00 99.00 495.00 990 00 MA e 248.003 75 CUESTIONES SANITARIAS 99 Agua y cloacas Abono mínimo que permita una economía de 40 */, d los abonados simo lo exceden No 4 (continuación), Cuota actual E Metros Alquiler agua B Total actual Y Cuota cusioas de por mes cloacas minima de/agua LOS metros cúbicos en pesos m/n por mes e por mes en pesos m/n Número de locales 1 p) 3 4 5 6 Doo cor MOROS 2.300 115.00 1083.50 507.50 1.035 00 aloe 2.400 120.00 108.00 540.00 2.160 00 lossos.0907o6 as 2.450 122.50 110.25 591.25 dal 25 Boo oso ob caos 2.500 125.00 | -. 112.50 562.50 71.312 00 loro 2.550 127 50 114.75 513.15 313 15 DS 2.700 135.00 121.50 607.50 1.215 00 Misc 2.900 145.00 130.50 652.50 652 50 Moo A 3.000 150.00 135.00 675.00 1.425 00 Ida tó 3.150 157,50 141.75 1708.75 7108 15 Dos aa 3.500 175.00 157.50 187.50 2.362 50 Varia cr 3.000 200.00 180.00 900.00 6.300 00 DIS AS 4.100 205.00 184.50 922.50 1.845 00 dea oros 4.500 225.00 202.50 | 1012.50 1.012 50 MO 4.650 232.50 209.25 1046.25 1.046 25 Doce Opa 5.000 250.00 225.00 1125.00 5.625 00 Mea bds cesan 5.500 275.00 247.50 | 1237.50 1.237 50 Mo AOS 6.000 300.00 270.00 | 1350.00 1.350 00 Meoes oras "1.200 360.00 324.00 | 1620.00 1.620 00 MA 1.700 385.00 346.50 | 1732.50 1.732 50 losoconbontolesa 8.000 400.00 360.00 1800.00 1.800 00 tanda eta 9.000 450.00 405.00 | 2025.00 2.025 00 Wo l 9.500 475.00 427.50 | 2137.50 2.137.50 o AS IA 31.737 50 Resumen de los cuadros 3 y 4 Cuadro número 3, metros cúbicos por mes......... 1.032.118 00 Cuadro número 4, metros cúbicos por mes......... 299.731 25 Total de metros cubicos por mes....-.... 1.331.849 25 Por ano 15.982.190 metros cúbicos d 20 centavos 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Locales con agua sola Nes 5 y 6 Metros Número cúbicos que ota! a Cuota actual Cuota de Alquiler mensual de E lecorresponde y A 1 por mes mínima a metros cúbicos ocales á por mes Abono minimo que permite una economia de sino lo exceden Whboaanoo bs alla 622 120 0 96 Mbooscconocooo 972 1.80 1 44 Shnooonooad ao. 860 2 40 1 92 lo caogoocdoco 667 3 00 240 . lMDheooosuaotose 322 3 60 2 88 lO oocoooosponn 345 4 50 3 60 WeWeococoonocaso 128 540 4 32 LMhosanocoscuns 140 6 00 4 80 loopocoodbato TÍ 7-50 6 00 AU0hssoD0soeo aos 74 9 00 7 20 Plboodeon cosas 18 10 50 8 40 (Mrs coascogonso 28 12 00 9 60 a code dopoonos 4 13 50 10 80 Abono minimo que permite una economia de si no lo exceden Urooonssovoco 24 15 00 = 00000009090 2 16 50 = GOdoo0ososbo00o 6 18 00 = Aogoounac a: 1 19 50 = 10000 50a0l ab 3 21 00 = 1WOvouooosonno 1 22 50 = 00 dooobodone 4 24 00 = SU ouoveaodoao 1 27 00 = WWW:vooodosoabo 3 30 00 = Wo o00nonoves 1 31 50 = 0d. ..deo0don 1 39 00 .= Os 09000vaeao 2 45 00 - 12 centavos 20 “/. d los abonados 8 4.976 00 12 | 11.664 00 16 | 13.760 00 20 | 13.340 00 94 7.728 00 30 | 10.350 00 36 4.608 00 40 5.600 00 50 3.850 00 60 4.140 00 70 1.260 00 EN) 2.240 00 90 360 00 84.176 00 10 “/. d los abonados Resumen de los cuadros 5 y 6 Cuadro número 5 Cuadro número 6 Total metros cúbicos por mes... Co... ......... 112 50 2.700 00 123 50 247 00 135 00 s10 00 146 25 146 25 157 50 472 50 168 75 168 75 180 00 720 00 202 50 202 50 225 00 675 00 236 25 236 25 299 50 292 50 337 50 675 00 7.345 75 .. 84.176 00 ESAS ON EEE Por año 1098261 metros cúbicos d 12 centavos LA EVOLUCIÓN Y DESTRUCCIÓN DEL PREG ONE AN TEDREO SEGÚN J. LIGNIERES Los daños causados á los manzanos por el pulgón lanígero han llamado sobre él la atención de los naturalistas, quienes se han preocupado de estudiar su desarrollo y los procedimientos más ade- cuados para destruirlo. Como este pulgón, Schizoneura lanigera Hausmann, ataca tam- bién nuestros frutales nos ha parecido interesante extractar un trabajo publicado sobre él por el señor Ligniéres, actual director del Instituto de la Asociación de Hacendados, en Palermo. El artículo de Ligniéres apareció en el Bulletin du Ministere de Agriculture, de Francia, bajo el título Rapport sur l'évolution du Puceron lanigére y apesar de haber transcurrido más de tres años desde su publicación, sus conclusiones no se han generalizado tanto como fuera de desear. Este artículo es el fruto de ocho años de observaciones continuas y perfectamente controladas. Ya en los almácigos el pulgón hace sufrir mucho á las jóvenes plantas y más tarde ataca de preferencia á los manzanos de los huertos, mientras que causa menos daño á los que se crían en campo abierto. Este insecto mata muy lentamente á su huésped, así que se le deja vivir años y años sobre los manzanos sin parar en él la aten- 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ción y generalmente es muy tarde para intervenir útilmente cuando se constatan sobre el tronco y las ramas una cantidad de tumores y resquebrajaduras al mismo tiempo que una diminución sensi- ble en las cosechas. ORIGEN Ligniéres admite el origen americano del pulgón. Para apoyar esta hipótesis se había hecho notar justamente que Sehizoneurá lanigera está muy esparcido en el nuevo mundo; que es extremadamente fácil á los ápteros muy jóvenes esconderse bajo las escamas ó las ranuras de las ramas sin llamar la atención, y que, en fin, suaparición ha sido sólo señalada en Europa en 1789. Debe observarse, sinembargo, que antes de 1789 las investigacio- nes entomológicas no estaban aún muy avanzadas y que podría ha- her sucedido que el pulgón lanígero hubiera quedado largo tiempo ignorado ó que por lo menos no hubiera provocado ninguna rela- ción escrita. Aumenta para Ligniéres la probabilidad de la introducción de Schizoneura lanigeraen manzanos americanos importados á Europa la presencia sobre los manzanos de un Kermes (Kermes conchafor- mis, Mytilaspis pomacorticis) y de dos Acáridos (Tyrogluphus ma- lus Shimer, Hemisarcoptes coccisugus Ligniéres) que viven sobre los escudos del Kermes, animales todos muy comunes en América. Faltaría averiguar sobre qué plantas americanas vivía el pulgón antes de la introducción de los manzanos en América y si no sería más probable que estos parásitos, importados á ella conjuntamen- te con los manzanos, hubieran adquirido más abundante desarrollo en América, de donde fueron luego nuevamente introducidos á Europa. EVOLUCIÓN Como la evolución sufre modificaciones muy sensibles por las influencias exteriores no se pueden generalizar en absoluto las ob- servaciones de Ligniéres y las daremos sólo como un tipo medio de desarrollo. EL PULGÓN LANIGERO 33 Forma áptera Cuando llega la primavera se apercibe sobre los tumores y en las cavidades del tronco y de las ramas los primeros signos de la vuelta de los pulgones que se manifiestan por pequeñas manchas de un blanco azulado, producidas por un solo pulgón adulto ó por tres ó cuatro individuos reunidos. Al mismo tiempo comienza el desarrollo de los embriones. En efecto, mientras que en invierno casi no hay embriones en el inte- rior de las hembras adultas, al comenzar la primavera se encuen- tran en cada una de ellas, por término medio, tres grandes embrio- nes, dos medianos y muchos pequeños. Más tarde, las manchas se extienden sensiblemente y encierran ya veinte ó veinticinco ápteros adultos en los que se cuenta de vein- tidos á veinticuatro embriones bien formados y un gran número de pequeños. Las manchas azuladas se ponen completamente blancas y son visibles aun para personas poco experimentadas, pero aún faltan sobre los jóvenes brotes del año. Estos no tardan en ser invadidos y se nota en la base del peciolo de las hojas la aparición de peque- nísimos puntos azulados formados por uno ú dos pequeños pulgo- nes de cinco ó seis días de edad próximamente. La invasión del árbol se efectúa, pues, manifiestamente desde el tronco hacia la extremidad de las ramas. A fines de la primavera todas las nuevas colonias se agrandan y forman sobre el árbol numerosos y espesos focos, en los cuales los pulgones se encuentran á menudo extremadamente apretados los unos contra los otros. Estos focos son muy visibles por la substancia cerosa blanquizca de aspecto lanoso, segregada abundantemente por los insectos. Los pulgones ápteros se vuelven adultos en un tiempo variable, pero siempre muy corto. Según las observaciones de Ligniéres, la primera generación evo- luciona completamente en veintitres días y á medida que seavanza en la estación cálida la evolución se efectúa en veinte, diez y ocho, quince y hasta doce días. En oloño aumenta nuevamente el tiempo necesario para alcanzar la forma adulta, de manera que requieren AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII 3 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA veinticinco días y más, hasta que aquellos que nacen á principios del invierno terminan á menudo su desarrollo en la primavera si- guiente. Las observaciones efectuadas por Ligniéres en Francia le han mostrado que las generaciones de pulgones ápteros que se suceden en un año son de doce á catorce. Dado, por otra parte, que una sola hembra áptera da nacimiento á cincuenta ó sesenta pulgones, se puede juzgar el número fabuloso de pulgones que nacen en un año sobre un manzano. Estos ápteros pasan su vida en las ramas y no han sido encontra- dos en las raíces. Ninfas Ciertos pulgones ápteros no agotan completamente su puesta de huevos y sufren una primera muda suplementaria que lcs convier- te en ninfas, muy reconocibles pur su forma y por la presencia á los lados del cuerpo, de dos pequeños sacos blancos que contienen los rudimentos de las alas. Esta primera ninfa, según lo ha obser- vado muy claramente Ligniéres, sufre una segunda muda que la deja aún en ese estado pero que le da una talla un poco más consi- derable; por fin, una tercera muda la transforma en pulgón alado. Todas las ninfas se nutren abundantemente de savia. Forma alada En el momento de la eclosión, el pulgón tiene las alas enrolla- das, blancas y opalinas, el cuerpo color rojo castaño bastante cla- ro; pero en cuatro horas á lo más las alas se despliegan y ponen transparentes, y el cuerpo adquiere un tinte obscuro, casl negro. Debe notarse que la hembra alada no toma jamás alimento, aunque posee un rostro que por lo demás es muy corto. Si se exa- mina el contenido de una hembra alada se encuentran seis, ocho, diez y hasta doce embriones bien desarrollados. Ya sea volando á otro arbol ó bien sobre el mismo en que ha na- cido, deposita la hembra su cría, unas veces entre los grupos de ápteros y otras sobre las hojas ó las ramas. El insecto alado pone generalmente tres ó cuatro días después de: EL PULGÓN LANÍGERO 39 su salida de la ninfa, sin embargo la puesta puede hacerse sólo á los ocho ó diez días, de manera que tiene todo el tiempo necesario para encontrar un sitio favorable al depósito de su progenitura, El insecto sucumbe poco después de la puesta que les deja el abdomen extraordinariamente retraido. Individuos sexuales Siendo relativamente pobre la literatura concerniente al desarro- llo, modo de vivir y cópula de los individuos sexuales, Ligniéres se ha esforzado en llenar este vacío. » Para observarlos con comodidad los criaba en una celda forma- da por una entalladura de bordes oblícuos de arriba hacia abajo y profunda de 445 milímetros, practicada en un trozo de médula de sauco. En su fondo se practican anfractuosidades irregulares, poco pro- fundas, destinadas a alojar á los pulgones. Se pega el todo sobre una lámina de vidrio que sirva de soporte y se encierra á los insectos por medio de otra lámina de vidrio adherida á los bordes de la celda con un poco de parafina. Se pueden seguir entonces todas las evoluciones de los pulgones aun bajo el microscopio. Macho El macho es siempre muy sensiblemente más pequeño que la hembra, pero mucho más alargado ; su color es verdoso. No posee - ni trompa ni chupadores y durante su vida no toma alimento. Su- fre tres mudas á intervalos variables de dos á cinco días, según las estaciones, para alcanzar el estado adulto. Se distingue entonces de las hembras por su cuerpo esbelto y sus antenas relativamente largas. En la parte inferior y completa- mente posterior del abdomen, se encuentra el aparato genital, for- mado de una pieza quitinosa en forma de V, abierta del lado del ano y de la cual sale á veces un pene encorvado. Busca á las hembras con extraordinaria é incesante actividad, y cuando encuentra una no la abandona hasta que efectúa la cópula. 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Si la hembra no está apta para recibirlo, el macho se sube sobre su lomo y se adhiere muy fuertemente con ayuda de sus patas. Puede permanecer en esta posición uno ó dos días, pero en cuanto la fecundación es posible efectúa inmediatamente la cópula y se retira para correr con su primitivo ardor en busca de otra hembra. Este manejo no cesa hasta la muerte del macho, que tiene lugar del octavo al décimo día después de la tercera muda. Hembra Como el macho, la joven hembra se aloja desde su nacimiento en una pequeña anfractuosidad. Se distingue ya claramente del ma- cho por su color, primero amarillo claro, después un poco castaño, su volumen más considerable, su forma más robusta, sus antenas siempre más cortas. Inmediatamente después de la salida del cuerpo del insecto ala- do la hembra muestra ya en el abdomen un pequeño huevo, cuyo polo, dirigido hacia la cabeza, está provisto de una mancha brillan= te, blanca y redondeada. Esta hembra sufre tres mudas antes de poderse acoplar. Después de cada muda, el huevo aumenta sensiblemente de volumen, al mismo tiempo que cambia de aspecto; por otra parte, el insecto, aunque notoma pingún alimento, aumenta algo de volumen. Asi, después de la primera muda, el huevo ya ha crecido; se encuen- tra aún en el polo anterior la mancha brillante ya señalada. Esta mancha desaparece después de la segunda muda que au- menta aún el volumen del huevo. Este llena casi completamente después de la tercera muda la cavidad abdominal de la hembra que parece tener un doble contorno. El intervalo que separa las mudas es casi el mismo que para los machos. Después de la tercera la hembra permanece inmóvil en su escondite, esperando el macho, y, hecho curioso é interesante, si la cópula no se efectúa en los cinco ó seis días que siguen á la tercera muda, ella sufreuna cuarta. Además, el contacto de los machos con las hembras que han sufrido esta cuarta muda, sólo puede hacerse durante las primeras horas transcurridas después de ella. Ligniéres ha constatado que las hembras no fecundadas son ab- EL PULGÓN LANÍGERO 31 solutamente incapaces de poner y acaban por morir veinte ó trein- ta días después de la cuarta muda. Es decir que todos los huevos que pone son fecundos. Después de la cópula, la hembra, que no me abandonado su es- condite, se entierra más en él, pero esta vez con la extremidad pos- terior del cuerpo dirigida hacia el fondo. La puesta comienza de ordinario el segundo día después de la cópula y termina el tercero. Para poner la hembra retrae progre- sivamente las paredes del abdomen hasta dejar en definitiva el huevo desnudo, de manera que el insecto que primitivamente po- seía un abdomen voluminoso y cilíndrico parece perderlo casi por completo después de Ja puesta. Queda luego inmóvil, cerca de su huevo, como muerta, pero al día siguiente comienzan á apercibirse, sobre todo en la parte posterior de su cuerpo, pequeños puntos blanquizcos de substancia lanosa. En menos de dos ó tres días, largos filamentos lanosos recubren más ó menos completamente el huevo. La hembra puede aún vi- vir ocho ó diez días, durante los cuales su cuerpo toma un color cada vez más obscuro, hasta que muere. El huevo, siempre pedunculado, es primero rojizo y luego rojo castano. Su eclosión tiene lugar en la primavera siguiente. Entonces los jóvenes pulgones ápteros que de ellos salen encuentran abundante savia para su desarrollo. Así termina el ciclo evolutivo que se desarrollará de nuevo el siguiente año. COSTUMBRES Ya se ha dicho que los ápteros aparecen en primavera sobre los antiguos puntos de. infestación, es decir sobre los tumores y res- quebrajaduras del tronco y de las gruesas ramas. Las manchas que forman son menos abundantes en la parte superior de las ra- mas, así se encuentran los insectos al abrigo de las intemperies y sobre todo de los rayos solares. El pulgón lanígero sufre mucho, en efecto, por el calor seco y el vello lanoso que segrega parece es- tar especialmente destinado á protejerlo contra la desecación. Es más abundante en pleno verano mientras que en invierno los pul- 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gones se despojan casi completamente de él ó sólo lo conservan bajo forma de una substancia grisácea, pulverulenta, muy poco abun- dante. Los ápteros, escondidos bajo su abundante lana, fijan sus cuatro estilos en el vegetal para chuparle la savia, y depositan al mismo tiempo en las heridas una saliva irritante cuya presencia provoca una hipertrofia de los tejidos, que se traduce exteriormente por la formación de tumores. Privados de alimento, los ápteros resisten muy fácilmente unos diez días en la buena estación y hasta veinte días en los primeros frios; no toman ningún alimento durante el invierno. En todos los casos, los jóvenes soportan mucho más fácilmente la abstinencia que los adultos. Cuando un manzano infestado muere ó es bruscamente arranca- do en primavera ó verano los pulgones no tardan en abandonarlo; mientras que durante el invierno permanecen durante varios días adheridos al vegetal muerto sin tratar de huir. Al aproximarse el invierno muchos pulgones perecen por efecto del frio, mientras que otros se introducen en las resquebrajaduras de la corteza, en los muros próximos ó bajo la corteza de otros árboles para invernar. INFESTACIÓN Los ápteros muy jóvenes son mucho más temibles bajo el punto de vista del contagio, gracias á su débil volumen, á su agilidad yá su gran resistencia. lo Infestación artificial. Las jóvenes plantas y los ingertos pro-= venientes de almácigos infestados pueden esconder en resquebra- jaduras microscópicas, entre las escamas de una yema, algunos individuos de Schizoneura lanigera, que el más atento examen no puede siempre descubrir. Bien fácil es, pues, comprender la contaminación de nuevos huer- tos por la introducción de plantas ó ingertos infestados. La extensión de la enfermedad en los huertos se realiza con enorme rapidez cuando se dirige contra los pulgones insecticidas ineficaces, ó cuando uno se limita á cepillar los puntos infestados. EL PULGÓN LANÍGERO 39 Por estas maniobras, aun cuando se hace algunas víctimas, se proyecta al suelo una enorme cantidad de ápteros, sobre todo jó- 'venes, que se esfuerzan en alcanzar un punto favorable. Después de algunos días, se constata una desaparición momen- tánea de los pulgones, pero bien pronto pululan de nuevo y hay que recomenzar la operación. De manera queno sólo se pierde el tiempo sino que secontribuye á la propagación de la plaga. A la verdad que si se considera sólo la lentitud relativa de los pulgones, no puede creerse muy importante esta diseiminación, pero sabiendo que un joven áptero es capaz de ayunar durante diez días como minimum, en los cuales no cesa de buscar un huésped, y que no es raro ver á uno de estos insectos recorrer 13 centímetros en cinco minutos, es fácil calcular que marcharán 1,80 metros en una hora, y 3,20 metros al día ó sea 32 metros en diez días. Este simple cálculo, inferior á menudo á la verdad, basta para demostrar que, aún descontando los instantes de reposo, las contra= marchas y desvíos, resulta que los pulgones son capaces de recorrer espacios relativamente considerables. Aunque muchos Sehrzoneura no encuentran manzanos y gran número perecen accidentalmente, los millones dispersados por el cepillado de los árboles constituyen siempre un grave peligro. La poda de los manzanos cubiertos de pulgones, puede tener las mismas consecuencias si no se destruyen por el fuego las partes cortadas. En fin los vestidos, las manos y los instrumentos agrícolas de los hortelanos pueden también transportar pulgones. 22 Infestación natural. Al abandonar los pulgones sus retiros de invernada recorren grandes distancias para buscar manzanos, así que estas peregrinaciones contribuyen á esparcir la infesta- ción. Los pulgones que caen al suelo volteados por la extraordina- ria multiplicación del insecto que ocupa todo el espacio en las plantas infestadas, constituyen un importante medio de propaga- ción. Por fin, los alados contribuyen también muy activamente á la diseminación del pulgón lanígero, pero debe notarse que esta di- seminación difiere esencialmente de las precedentes en cuanto se hace casi siempre á gran distancia y crea así nuevos focos en loca- lidades hasta entonces indemnes. Así Ligniéres ha capturado unalado en los alrededores del bosque de Vincennes en un punto alejado 500 metros de todo jardin. £0 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ligniéres sólo conoce un enemigo natural verdaderamente terri- ble para el Sehizoneura : el frio intenso y prolongado. Los inviernos largos y rigurosos de los paises frios matan un enorme número de pulgones lanígeros. DESTRUCCIÓN Como es mejor prevenir que curar, debe recomendarse el no in- troducir en los almácigos ó huertos no infestados, planta ó inger- to alguno sin haberlo tratado por un insecticida apropiado. El Sehizoneura lanigera resiste tenazmente á los medios de des- trucción, por la dificultad de alcanzarlo en todos sus escondites, por el número fabuloso de sus individuos y sobre todo por su gran resistencia á los diversos agentes químicos. Ligniéres ha demostrado en el Congreso pomológico del Oeste, celebrado en Paris en 1889, que los líquidos acuosos, incapaces en general de penetrar el vello blanquizco secretado por el pulgón y por consiguiente de mojar á este parásito, eran completamente ine- ficaces. so sucede con las soluciones de sulfato de cobre ó de zinc, po- tasa, jabón, ácido sulfúrico, clorhídrico, nítrico y el mismo jugo de tabaco, cuyas propiedades insecticidas son tan justamente apre- ciadas. El experimento siguiente es decisivo. En un vaso lleno de jugo de tabaco diluido en agua, se proyecta álos pulgones lanígeros tal como se los encuentra en los manzanos, es decir, recubiertos de su substancia cerosa. Inmediatamente se deslizan por la superficie del líquido y llegan al borde, donde pue- den permanecer muy largo tiempo sin morir; sumergidos en la substancia insecticida salen de ella sin haber sido mojados y perma- necen activos. ' Si en el ensayo precedente, se reemplaza la decocción de tabaco por alcohol, se ve en seguida que éste penetra en la substancia la- nosa y moja perfectamente al insecto que cae al fondo. Por esta razón se ha preconizado el alcohol diluido en igual vo- lumen de agua, pero como no siempre seemplea alcohol á 90% su- cede que esta mezcla moja muy difícilmente al pulgón. EL PULGÓN LANÍGERO 41 Por otra parte Ligniéres ha demostrado que el alcohol á 60 gra- dos, el espíritu de madera, el mismo alcohol á 90 grados tienen una acción mucho más aparente que real sobre Schazoneura lana- gera. ' El blanqueo con cal no obra más que por acción mecánica, la cual es insuficiente. Para que esta substancia no dañe al vegetal sólo puede aplicarse en invierno y en capa relativamente delgada. En esta época los pulgones están escondidos y en primavera se es- tablecen perfectamente en las ramas de donde han volteado la cal las lluvias y las heladas. En cuanto á la bencina, petróleo, esencia mineral, esencia de tre-* mentina, sulfuro de carbono, etc., son muy eficaces contra el pulgón al que mojan perfectamente y matan al instante, pero son difíciles de manejar por la destrucción de las yemas y partes verdes de las plantas tocadas por estas substancias, de modo que el remedio es á menudo más peligroso que el mal. El hecho principal que resulta de estos datos es que el pulgón la- nígero es muerto sólo por líquidos susceptibles de mojarlo per- fectamente. Es fácil, pues, obtener insecticidas eficaces, combinando ciertas substancias. Así se podría emplear alguno de los líquidos siguientes : AN dot ella Oia oicjo 1100 Alcohol á 60%..... ID: 150 Polaco ccocaocas AS a SUE 5 B. Agua......... AN SA E 100 ESP 125 Posata.......... E A A 5 Cs JUE AE TElOCDA ao o oe eo ooo AB 1 Alcohol á 60%...... De ns e 3 De MC ade ll 100 JElvOn ESO e oe soe be O 100 Esta última preparación sería excelente si conservara mejor su propiedad de mojar á los pulgones cuando se la diluye en una notable cantidad de agua y sobre todo si costara menos caro. 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA - A fin de reunir ambas cualidades, Ligniéres ha tratado de reem- plazar el alcohol ordinario por los productos finales de la destila- ción industrial de losalcoholes de granos, de remolachas ó depapas, productos conocidos bajo el nombre de aceites esenciales y cuyo precio de costo es extremadamente bajo. Estos ensayos fueron coronados de completo éxito y Ligniéres. obtuvo un insecticida compuesto así : Aecerntes mese ca e 100 TADÓN ME lea 100 Tratamiento práctico. En invierno cuando la ausencia de hojas permite ver de la mejor manera posible los puntos infestados, se proyecta por medio de un pulverizador el insecticida al */,. sobre el tronco, las gruesas ramas, los tumores y las resquebrajaduras que pueden apercibirse; ó, lo que es aún mejor, se rocía completa— mente cada manzano, sin preocuparse de las yemas. El licor insecticida es de fácil preparación: basta hacer disolver 100 partes de jabón negro ó verde en 100 partes de aceites esen- ciales; estos últimos, naturalmente insolubles ó poco solubles en agua, se hacen mixibles á este líquido después de haber disuelto el jabón. Se agregan luego nueve partes de agua á una de la solución al- cohólica. Al mismo tiempo que se polvorea los árboles, conviene hacer la misma operación en los muros y todo lo que pueda contener pulgo- nes escondidos y el suelo, que luego será bueno remover con la azada. Para terminar este tratamiento de invierno se untarán con pincel todas las resquebrajaduras y tumores con la mezcla siguiente: Alu A a eE O O BENCINA. a AS tan 15 Para destruir los pulgones sobrevivientes conviene tratar de nue- vo en primavera á los manzanos, proyectando sobre las manchas de pulgones la solución alcohólica diluida al */,, para no dañar á las yemas, las hojas tiernas y las flores. EL PULGÓN LANÍGERO 43 Conviene emplear un pulverizador en el tratamiento de prima- vera, para gastar menos insecticida y matar ¿n situ á los pulgones proyectando directamente sobre ellos finas gotitas del líquido. Todos los ensayos hechos con este insecticida en Francia y otros países han dado muy buenos resultados. Es conveniente, pues, tenerlo presente para la destrucción del pulgón lanígero y otros parásitos en la República Argentina en caso que llegaran á perjudicar el cultivo industrial y comercial de los manzanos, poco desarrollado aún. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM AUCTORE CAROLO SPEGAZZINI (PARS 1) 103. SAxIFRAGA CAÉSPITOSA L. var. Pavon (Don). = Gay, Fl. Chal.,. TIT, f. 41. Hab. In rupestribus montanis Karr-a1k prope Lago Argentino, Mart. 1898 (€. A.). 104. RIBES LACARENSE Ph. = Ph., An. Un. Chil., LXXXV, f. 498. Hab. ¡In rupestribus vallis Lago Blanco, Chubut, Nov. 1898 (n. 106-136, Koslowsky). Obs. Species distinctissima! Folia im speciminibus chubuten- sibus limbo suborbiculari (8-9 mm alt. et lat.) basi leniter cuneato, saepius trinervio et trifido, lobis obovatis tridentatis, petiolo exappendiculato (4-5 mm long.), pedunculis cernuis quam petioli paulo brevioribus (3-4 mm long.) minutissime - pulverulento-puberulis saepius trifloris, bracteis ovato-orbi- cularibus (3-4 mm diam.) obtusis integerrimis glabris, floribus sessilibus parvulis glaberrimis, ovario purpureo, sepalis acutis rosels. 105. RIBES MAGELLANICUM Poir. = Gay, Fl. Chil. III, f. 36. Hab. Non rarum in dumetis montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 106. TILLAEA MOSCHATA DC. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 126. Hab. Non rara ad ripas, prope ostia praecipue, fluminis Rio Negro, Febr. 1898 (C. $S.). NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 45 107. TILLAFA PEDUNCULARIS Smith. = DC., Pr. II, f. 382. Hab. Non rara, praecipue in petrosis, secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898. (C. S.). 108. HirpurIs vuLGARIS L. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 127. Hab. In piscinis prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.). - 109. GUNNERA CHILENSIS Lam. = Gay, El. Chil. IL, f. 363. Hab. Non rara in umbrosis secus rivulos montanos prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (€. $S.). ñ 110. GUNNERA MAGELLANICA Lnk. = Speg., Plant. Pat. austr. n. 128. Hab. Ad ripas Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 111. MYRIOPHYLLUM ELATINOIDE Gaud. = Speg., Plant. Pat. austr. n. 129. Hab. In uliginosis secus Rio Chico prope Chonkenk-atk, Felr. 1898 (C. A.). 112. MYRIOPHYLLUM ELATINOIDE Gaud. var. ternatum (Gaud.). = Gay, Fl. Chil. II, f. 359. Hab. Cum typo in piscinis secus Rio Chico prope Chonkenk-ark, Febr. 1898. (€. A.). 113. CUPHAEA GLUTINOSA Cham. «€ Schlt. = Walprs, Rep. IL, f. 109. Hab. Non rara in insulis et ad ripas Rio Negro praecipue prope ostia, Jan. el Febr. 1898 (C. S.). 114. LyTHRUM HYSSOPIFOLIUM L. = DC., Pr. III, f. 81. Hab. Vulgatum in ulignosis secus Rio Negro, Jan et Febr. 1898 (GUS): 115. PLEUROPHORA PATAGONICA Speg. = Speg., Plant. Pat. austr. n. 130. ys Hab. In campis saxosis aridissimis prope Trelew, Chubut, Nov. 1897 (Dr. J. Valentin). Obs. Specimina chubutensia magis elata atque relaxata (15-30 em alt.), ramulis macrophyllis magis elongatis (10-15 cm long.) quandoque floriferis quandoque sterilibus. 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 116. Erwosrum LecuLerI Ph. € Haussk. = Speg., Plant. Pat. austr. ni 139: Hab. Non rarum in uliginosis prope Kman-ark et Chonkenk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.). 117. OENOTHERA AUSTRALIS Salsb. =Speg., Plant. Pat. austr. n. 136. Hab. Vulgata 1n sabulosis, praecipue ad ostia, fluminis Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.). 118. OENOTHERA CHILENSIS (Brt.) Dietr. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 135. Hab. Vulgata in sabulosisad confluentiam fluminum Limay et Neu- quen nec non secus Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (€. S.) el in Valle del Rto de Mayo, Chubut, Nov. 1898 (n. 119, Koslowsky). 119. OENOTHERA MAGELLANICA Ph. = Speg., Plant. Pat. austr. n. 137. Hab. In montanis centralibus Chubut, Nov. 1898 (n. 22, Kos- lowsk y). 120. OeNOTHERA MOLLISSIMA L. = DC., Pr. TI, f. 48. Hab. In sabulosis ad ripas Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (€. S.). 121. OENOTHERA ODORATA Jacq. = Speg., Plant. Pat. austr. n. 138. Hab. Vulgata ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (0-8). 122. OENOTHERA (Eprlobri0psis) PYEMAEA SPeg., N. Sp. Diag. Annua pusilla, e pubescenta glabrata, folvis sessilibus ovatrs obtusvusculas remote calloso-denticulatis, floribus pusillis asl- laribus solitarias sessilibus, ovario tetragono puberulo subunilo- culari tuboque calycino brevissumo pubescentibus, sepalis ovatis, petalis albo=rosew bilobis. stamimbus 4, filamentis tenuibus antheris breviter ovatas, capsula untloculari loculicide 4-valor, seminibus eo minutis ovato-elongatis compressimis e funiculo adscendente pendulis. Hab. In alveo torrentium et laculorum exsiccatorum « guadales » vocatorum prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Jan. 1897 (CO: Obs. Species novaesectionis, v.generis, Eprlobropsisnancupandae, typus sistens, floribus pusillis, tubo calycino brevissimo, petalis NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 47 bilobis, staminibus quaternis, antheris brevibus, capsula sub- unilocular: seminibusque subfoliaceis a funiculo adscendente pendulis distincta. Radix rectiuscula tenuis teres (20-30 mm long. = 0,5-1 mm crass.)simplex v. parcissime barbellato-ramosa; caulis simplex y. ab ortu 3-4-ramosus, ramis lateralibus subeffusis, centrali erecto (20-50 mm long.), gracilis teres (0,5-0,8 mm crass.) inferne glabratus albescens, superne virescens atque plus minusve pubescens; folia confertiuscula internodiis longiora, ovata v. elliptica (6-12 mm long. = 3-4 mm lat.) apice obtu- siuscula margine integra v. remotiuscule denticulato-callosa, sessilia, imfima opposita mox decidua, supera persistentia alterna, crassiuscule membranacea, in juventute laxe minu- teque puberula, per aetatem glabrata. Flores ad axillas folio- rum solitari1, folio fulcranti breviores, ovario (4-5 mm long. = 1 mm crass.) sessili e terete tetragono, minute pubescenti- subcanescente, sursum attenuato apiceque coarctatulo ac in tubo calycino brevissimo producto, sepalis 4 valvatis ovatis (1,25 m long. = 0,5 mm lat.) tubo duplo longioribus pube- rulis,petalis elongato-spathulatis (2,5-3” long. = 0,8-1,25 mm lat.) apice obtusis longiuscule bilobis glabris ex albo roseis, staminibus 4, sepalis oppositis, inter basin petalorum enascentibus, filamentis teretibus tenuibus (1 mm long.) glabris albescentibus, antheris ovatis minutis introrsis flavi- dis, stylo terete stamina non v. vix aequante glabro albescente apice capitato-quadrilobo, lobis minuts conniventibus. Cap- sulae maturae folio fulcrante nonnihil breviores (6-8 mm long. = 1,5 mm diam.) minute puberulae sessiles subtetragonae utrimque leniter attenuatae apice minute 4-denticulatae, locu- licide ad medium et ultra valvatim dehiscentes, valvis medio placentis septiformibus, inferne latiusculis donatis, biseriatim seminiferis, seminibus numerosis ex elliptico lanceolatis utrimque obtusiusculis, compressissimis fere foliaceis, glaber— rimis laevibus ochraceis exappendiculatis, non comatis, pen dulis, funiculis tenuibus adscendentibus sublongiusculis placentis adplicitis fultis. Species habitu Epilobii cujusdam nani v. depauperati v. fere Speculariae perfoliatae DC. ! 123. OENOTHERA STRICTA Ledeb. = Gay, El. Chil., JI, f. 333. 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Hab. In sabulosis ad confluentiam fluminum Limay et Neuquen, Dec. 1897 (€. S.). 124. OENOTHERA TENELLA Cav. = Gay, Fl. Chil. II, f. 333 (sub Godetra Cavanilles Spach). Hab. Non rara in campis editioribus prope Lago Nahuel-huapt, Dec. 1897. 125. Fucusia MACcROSTEMA R. € P. = Speg., Prim. Fl. chub. n. 77. Hab. Non rara in dumetis montanis secus rivulos prope Lago Nahuel -huapi, Dec. 1897 (C. S.). 126. CAJOPHORA PATAGONICA (Speg.) Urb. € Gilg in litt. = Loasa patagonica Speg., Plant. Pat. austr., n. 139. Hab. In campis aridis saxosis prope Chonkenk-atk, secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.). 127. CAJOPHORA SCANDENS Mey. var. orientalis Urb. € Gilg in litt. = Loasa Bergi Hiern., Sert. Pat., n. 64. Hab. Vulgata in dumetis ad ripas Rio Negro, praecipue prope Carmen de Patagones, Feb. 1898 (C. S.) et secus Rio Chubut loco dicto Paso de los Indios, Nov. 1898 (n. 56 Koslowsky). 128. Loasa PATAGONICA Urb. € Gilg = L. pinnatifida Speg. (non Gill.). Prim. Flor. Chub. n. 78. Hab. Non rara in dumetis loco Karr-aik vocato prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). 129. Loasa ARGENTINA Urb. € Gilg in litt. = £. pinnatifida Gall. var. gracilis Speg., Prim. Flor. Chub., n, 79. Hab, In aridissimis sabulosis « guadales » vocatis prope Sehuen- atrk secus Rio Sehuen, Mart. 1898 (C. A.). 130. Loasa TRICOLOR Lam.? = Gay, El. Chil. IT, f. 448. Hab. In campis saxosis siccis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 431. PASSIFLORA COERULEA L. = DC., Pr. III, f. 330. Hab. In sepibus rarissima secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Jan. et Febr. 1898 (C. $.). NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 49 Obs. An ex cultis aufuga?. 132. CereuS PATAGONICA Web. = Speg., Pr. Fl. chub. n. 59. Hab. Vulgatus in aridis prope S. Cruz, Apr. 1899 (leg. Dr. F. Lahille). ¡ Obs. Fructus ovatus (15 mm long. = 12 mm diam.) subsiccus sordide ex albo roseus villo albo brevi denso et setulis nigri- cantibus (5-15 mm long.) tenuibus ornatus; semina nigra (2-2,5 mm magn.) glabra minute subareolato-aveolata. 133. CEREUS COERULESCENS S. Dyck. = K. Sch., Mon. cactac., f. 121. Hab. Vulgatissimus ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898. (€. S.). 134. Cereus DusenI Web. (in litt.) Hab. ln praeruptis saxosis prope Trelew, Chubut, Nov. 1897 (Dr. J. Valentin.). Obs. Species statura parvula (20-60 cm alt. = 3-5 cm crass.), 6-8 costata, areolis sat remotis, multispinosis, spinis radian- tibus brevioribus acutis 6-10, 1-3 centralibus longioribus erectis apice uncinato-recurvis. Species distinctissima €. Bertima Cels. valde accedens. 135. Ecminorsis LeucanTHa Walp. = K. Sch., Mon. cactac., f. 240.: Hab. Vulgata in altiplanitie arida saxosa ad margines salinarum nec non ad ripas fluminum Rio Negro, Neuquen el Lymali, Jan. el Febr, 1898 (€. S.). 136. OPUNTIA PLATYACANTHA S. D. = K. Sch., l. c., f. 693. Hab. In aridissimis saxosis prope Trelew, Chubut, Nov. 1897 - (Dr. J. Valentin.). 137. Orpunria Darwin Hensl. = K. Sch., l. e., f.-695. Hab. Vulgata ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C.1S:). Obs. Specimina observata et collecta sat numerosa, sed spinae praecipue in juventute semper integerrimae nec trifidae. 138. OPUNTIA SULFUREA Gill. = K. Sch., l. c., f. 745. - Hab. Communis in tota altiplanitie secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). AN. SOC, CIENT. ARG. — T. XLVII 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 139. ECHINOCACTUS ACUATUS Lk. € Ott. var. tetracantha Lehm. Hab. Rarissime in collinis saxosis prope ostia fluminis Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 140. ECHINOCACTUS 6IBBOSUS DC. = K. Sch., l. c., f. 406. Hab. Vulgatissimus in tota altiplanitie secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 141. ECHINOCACTUS GIBBOSUS DC. var. cerebraformas. Hab. Rarius cum typo ad ripas Rio Negro prope Carmen de Pata- gones, Febr. 1898 (C. S.). Obs. Varietas monstruosa costis valde numerosis continuis irre- gulariter gyrosocontortis, spinis brevibus inaequalibus. 142. MAIHUENIA Porrrrcir (Ott.) Web. = K. Schm., l. c., f. 755. Hab. Non rara in aridissimis saxosis prope Trelew, Chubut, Nov. 1897 (Dr. J. Valentin... 143. MAIHUENIA... Hab. Sporadice in altiplanitie aridissima centrali Chubutensi, Nov. 1898 (n. 108, Koslowsky). 144. Prerocacrus Kuntzs1 K. Schm. = K. Sch., 1. c., f. 758. Hab. Valde communis in dunis et locis aridissimis ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). Obs. Specimina patagonica a descriptione et adumbratione praecl. Schumann nonnihil recedunt et plantae Kuntzeanae facile formam alpinam depauperatamque tantum sistunt. Tuber radicale irregulariter ex elliptico subglobosum (3-10 em alt. =2-6 em diam.) epidermide tenui laevi v. vix rugulosa cinerea tectum, intus carnosum compactum album, inferne funiculis radicalibus paucis irregulariter donatum, superne rotundatum atque hinc inde ramulos plures emittens. Rama, ex tubere profunde infosso oriundi funiculo gracili albo suffulti, ex tubere superficiali v. subsuperficiali sessiles, cylindrici teretes (5-20 cm long. = 5-15 mm crass.) postice leniter attenuati, antice fertiles rotundati non v. vix attenuali, steriles plus minusve longe attenuati quandoque simplices, quandoque prolifero-ramulosi, obsolete subdichotomi, laeves glaberrimi, e cinereo virides maculis oblanceolatis (ex aerolis NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM ol decurrentibus) v. anguste irregulariterque linearibus (inter areolas) obscure virescentibus nitentibusque variegati, areolis pusillis obovatis (1 mm diam.) in seriebus 8 longitudinalibus dispositis, spatio 8-10 mm inter superpositas ejusdem seriel separatis, in parte postica glabris in antica fasciculo minuto pilorum ecrispulorum canescentium ornatis, aculeis 6-14 armatis, quorum 5-10 longioribus (3-5 mm long.) hyalinis adpressis radiantibus et 1-4 centralibus v. inferioribus sub- erectis brevioribus (1-2 mm long.) leniter crassioribus nigri- cantibusque ornatis. Flores ad apicem ramorum sessiles rotati (4-5 cm diam.) et cum ramo vix summo apice leniter subtur- binato-ampliatus continui; petala 3-4-sticha, externa 4-6 ovata, dorso viridia crassiuscule costata, intima 8-10 obovato- spathulata plus minusve retusa et denticulata, omnia sub- scariosula sericeo-nitentia, subpellucida e flavescenti aeneo- rufescentia (25 mm long. = 14 min lat.); stamina tubum perigoni1 vestientia flavida, filamentis tenuibus glabris (8 mm long.). antheris mediofixis (2 mm long.) pallide flayescentibus donata:; stylus teres erectus longe stamina superans, sed petala dimidia v. vix ultra attingens albo-carneus (23 mm long. = 1,5 mm crass.) apice stigmate subgloboso (3 mm diam.) ante anthesir atro-cyaneo, post anthesin viridi, 6-dentato v. 6-fido coronatus. Stamina tacta v. irritata abrupte super stylum contrahuntur | Capsula cum ramo deflorato apice truncato-umbilicato con- tinua, cirecumscisse debiscens, sicca, 5-20 seminifera; semina sordide albescentia peltato-orbicularia (4-5 mm diam.), ambitu late tenuiterque membranacea integra, centro crassiuscule ac sublignose nucleata. 145. PTEROCACTUS VALENTINI Speg., N. Sp. Diag. Fruticulus subtuberosus e basi ramosus caespitosus glauce- scens, ramas brevibus crassis terelibus obtusis, aculers 25-35 omnibus hyalimiws tenuissumis retrorsiss adplicitas, floribus fusco-flavescentibus. Hab. In aridis saxosis prope Trelew, Nov. 1897 (Dr. J. Valentin) et in Peninsula Valdes, Jan. 1898 (D' F. Lahille). Obs. Species praecedenti affinis sed distinctissima et primo visu dignoscenda. Tuberculum radicale e globpso obovatum (2-4 em long. = 1-2 em diam.) postice longe attenuato-radicatum, 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA antice rotundatum, parce ramiferum, epidermide sordide alba tectum, intus carnoso-compactum. Rami aerel basi attenuatl alque funiculo gracili tuberculo adnati, cylindracel teretes crassi (4-8 cm long. = 10-15 mm crass.) apice semper obtu- sissime rotundati, simplices v. inordinate prolifero-ramulosi, virides, sed ob aculeis densis subintertextis albocanescentes, areolis pusillis orbicularibus (1,5 mm diam.) in seriebus 6-8 non v. vix spiralibus dispositis, spatio inter areolas superpo- sitas ejusdem seriei brevi (3-5 mm) separatis, in parte supera ¡nermibus sed pulvinulo crispule lanuginoso albo-cinerascente pusillo ornatis, postice dense aculeoliferis, aculeis 25-35 1n quaque areola, omnibus conformibus adpressis (3-4 mm long.) hyalinis el retrorse radiantibus armatis. Flores et fructus ut in especie praecedente, nisi semina angustius repanduleque alata. 146. SESUVIUM PORTULACASTRUM Lin. = DC., Pr. IL f. 453. Hab. Vulgatus in campis uliginosis salsis nec non ad ripas fluminis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 147. TETRAGONIA ÁMEGHINOI Speg., D. Sp. Diag. Annua mediocras glaberrima prostrata v. erectiuscula, ramis oppositis v. alterns divaricatas, folis alternas sessalabus hinearibus subsemiteretabus obtusis, florabus solitariis ad allas foltorum supremorum sessilibus v. rarúus pedicellatis, ovario obovato, sepalas 4 crucratas, 2 extímas magnis 2 intimas mint- mas, fructu ellaptico v. ovato glabro epicarpio membranaceo e virida purpurascente, mesocarpto spongri0so-velutino, endocarpio osseo, 1nordinate majusculeque 1-5-locular?. Hab. In locis sabulosis subsalsis aridissimis « gaudales » vocatis in Chonkenk-ark secus Rio Chico, Jan. 1897 et in Orr-a1k prope Lago Viedma, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Planta glaberrima crassa valde carnosa quandoque purpu- rascens, exsiccando valde corrugata el deformata, saepe nodulis erumpentibus efflorescentibus albis laxe adspersa. Radix rectiuscula verticalis (5-20 cm long. = 3-8 mm crass.) epidermide sordide albescente vestila simpliciuscula, axi lignoso gracili (2-3 mm crass.) cortice carnoso induto; caules ab ortu pseudo-trichotomi; rami (vere alterni sed inter- nodio brevissimo, saepe parum manifesto, sejuncti) laterales NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 53 effusi, centralis erectus, plus minusve elongati crassiusculi (5-20 cm long. = 3-5 mm crass.) ex albo virides subteretes obsolete angulato-striati, alterne v. di-v. tri-chotome ramulosi, internodiis longitudine ludentibus (1-15 mm long.), ramulis divaricatis v. arcuato-adscendentibus. Folia e viridi subglau- cescentia apicem versus saepe purpurascentia glaberrima, omnia alterna, sed infima (in plantis novellis tantum inve- nienda) pseudo-opposita (internodio brevissimo parum mani— festo separata) linearia majuscula (12-15 mm long. =3-4 mm diam.) relaxata, supera minora (4-6 mm long. = 3-4 mm crass.) confertiuscula, praecipue ad ramulorum apicem, ad axillas saepe fasciculum foliorum parvulorum gerentia, omnia basi e rotundalo subcuneata, apice obtusisime rotundata, dorso convexa, ventre applanata, margine obtusa. Flores omnes jam deflorati, ad axillas foliorum superiorum sessiles v. rarius im ramulo axillari bifoliolato plus minusve elongato acrogenl. parvuli (3 mm long. = 3 mm lat.) glabri virides, ovario obo- vato (3 mm long. =3 mm diam.), sepalis +, duobus extimis lateralibus majoribus linearibus (1,5-2 mm long. = 0,8-1 mm lat.) obtusiusculis, duobus intimis minimis ovatis (0,8-1 mm long. = 0,5 mm lat.) acutiusculis, staminibus et stylis non visis. Fructus elliptici utrimque acuti (10-15 mm long. = 6-8 mm diam.) glabri virides v. saepius purpurascentes, sepalis persistentibus et accretis ornatus, duobus extimis majoribus (6-8 mm long. = 1,5-2 mm lat.) parum supra medium evolutis ab intimis apicalibus minutis (3-4 mm long. = 1,5 mm lat.) valde remotis, epicarpio tenui membranaceo mox frustulatim evascente, ac endocarpio osseo mesocarpio setuloso-spongioso vestido atque dense hispido-velutino; loculi in quoque fructu pauci inordinati, saepe superpositi, difformes compressi (2-3 mm diam.) embrione annulari sat magno, albumine albo fari- noso centrali repleti. Species ab omnibus mihi cognitis distinctissima, nec quidem comparanda. 148. HYDROCOTYLE ARAUCANA Ph. var. patagonia Speg. Hab. Vulgata in uliginosis insularum fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). Obs. Varietasadescriptionetypi(An.Un.Chil. v.LXXXV,f. 491)cau- libus repentibus atquepartibusomnibusglaberrimisrecedentia. 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA 149. HyprocotyLE BonPLANDI Á. Rich. =DC., Pr. IV, f. 62, Hab. Non rara in uliginosis secus RioS. Cruz, Febr. 1882 el secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. 8.). 150. HyprocoTYLE MODESTA Cham. € Schlt. = Gay, El. Chil. TIL, f. 64. ; Hab. Non rara in petrosis ad ripas fluminis Rio Negro, prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (C. S.). 151. HYDROCOTYLE RANUNCULOIDES L. f. = Gay, Fl. Chil. III, f. 65. Hab. Non rara in inundatis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (Co da) 152. HYDROCOTYLE UMBELLATA L. var. bonariensis (Lam.) =DC., Pr. IV, f. 60. Hab. Vulgata in sabulosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898. 153. AZORELLa ÁMEGHINOI Speg., N. Sp. Diag. Perennas caespitosa squamoso-argentea, folrs eonfertis sub- ambricatis ovatis v. lanceolato-limearibus involutas, squamas majusculas linearibus v. ovatis albo-hyalimis obtectis, pelrolo gracila squamoso in pericladio vaginante ampliato suffultas, umbellas acrogenis pedunculo folvis bremore longe albo-villoso donatis, 1-6-floris, floribus subglabris pusallas. Hab. Io rupestribus aridis Pan de azúcar et Chonkenk-ark secus Rio Chico, Dec. 1897 et Febr. 1898, nec non Parr-atk Rio Sehuen, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Species ab omnibus adhuc notis distinctissima, prope A. filamentosae Lam. et A. fuegianae Speg. tamen inserenda. Caespites subhemisphaerici (5-25 cm diam. = 3-10 cm erass.), quandoque densi compacti duriusculi, quandoque subrelaxati molles; rami teretes breves v. elongati sursum plus minusve dense botryoso-ramulosi, toti imbricato-folios1; folia in parte infera ramorum arescenti-evanida, saepius ad peri- cladium bracteiformi reducta, supera conferta imbricata, supremaque subrosulata, limbo quandoque (in forma relaxala) lanceolato-lineari utrimque acutiusculo (7-9 mm long. = 1,5-2 mm lat.) quandoque (in forma contracta) ovato (3-4 mm long. =1,5-2 lat.) sursum acuto deorsum rotundato-cunealto, semper integerrimo, crassiusculo rigidulo subplicato, margi- nibus semper plus minusve involutis, squamis triangulari- NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 59 ovatis apice acutis v. obtusis saepeque ¡naequilateralibus denticulatisque hyalinis imbricatis arcte adpressis vestito, postice in petiolo gracili limbo plus minusve breviore anguste longeque albo-squamoso attenuato, basi 1n pericladio palle— scente bvato glabro vix margine squamoso-ciliato ampliato. Umbellae inter folia apicalia rosulantia subsessiles sed vero pedicello foliiss breviore, squamis albo-hyalinis longissimis angustissimis acutis subfimbriatulis vestito suffultae, invo- lucro infundibulari 3-5-partito, lacimiis acutis pedunculo brevioribus subglabris parum perspicuis donato ornatae. Flores minuti sub glabri 1-6 in quaque umbella sessiles v. brevissime inaequaliterque pedicellati, ovario obovato-pyramidato, calycis dentibus 5 minutis bisquamosis, petalis ovatis glabris flavidis y. virescenti-subpurpurascentibus, staminibus stylisque nor- malibus flavis. Fructus sessiles glabri e didymo sibglobosi obtuse obscureque tetragoni utrimque rotundati (2 mm long.= 2 mu diam.) virides. 154. AZORELLA FUEGIANA Speg. = Speg., Plant. Pat. aust., n. 147. Hab. Non rara in salubosis aridis Karr-aik, prope Lago Argen- tino et Sehuen=a1k, secus Rio Sehuen, Mart. 1898 (€. A.). 155. MULINUM LYCOPODIOPSIS Speg., D. Sp. Diag. Glaberrumum, dense compacteque caesprtoso-pulvinatum, folais erectis adpressis parvulis dense iwmbricatis trifidas in pericladio ovato-vaginante non cilvato integro subsessilibus, floribus pseudoacrogenis solitarias, pedicello brevi medio 3-bracteolato fultis, fructibus mediocribus ovatas. Hab. In vupestribus excelsioribus, Pan de Azúcar secus Rio Chico, Dec. 1897 et Karr-ark prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Species Azorellae lycopodiordis Gaud. habitu simillima, sed vaginis petiolisque non denticulalis el praecipue fructuum solitariorum fabrica mox diguoscenda. Caespites majusculi (10-15 cm diam = 4-6 cm alt.) densi compacti un in Azorella supracitata, virides glaberrimi; rama lignosi densiuscule atque subdichotomice botryoso-ramulosi, tot1 imbricato-foliosi. Folia in parte infera ramulorum subre- laxata arida nigricantia, in apice densissime conferta viridia, limbis cuneatis (3-5 mm long.) trifidis, laciniis subaequi- longis linearibus planiusculis apice cuneato-subrotundatis 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA minute-mucronulatis (2-2, mm long. = 0,8-1 mm lat.) petiolis nullis v. brevissimis in pericladio membranaceo limbo aequilongo v. longiore ovato latissimo vaginante, margine integerrimo, non denticulato nec ciliolato ampliatis. Flores glaberrimi ex axillis foliorum supremorum solitarie exsur- gentes et pseudoacrogeni, pedunculo brevissimo pericladium fulcrans breviore, medio bracteolis (imvolucro) linearibus pusillis angustis acutis 3 ornato fulti, ovario ovato, calycis dentibus minimis, petalis virescentibus ovatis, staminibus brevibus flavidis, stylopodiis conoideis parvulis donati. Fructus ovati (4 mm long. = 3 mm lat. bas.), basi non v. vix sinuati, sursum rotundato-cuneati, dorso planiusculi v. concaviusculi laeves, margine acutissime angulato-alati. 156. MULINUM PATAGONICUM Speg., M. Sp. Diag. Perenne caespuosum glaberrimum, folvis medriocribus erec- tiusculis imbricatais trafidas, petrolo gracili limbo brewiore in pericladro vaginante basi ampliato suffultas, umbellis pseudoa- crogenas paucifloris brevissime pedunculatis, involucro minuto 3-5-phyllo, fructvbus pedacellos duplo aequantibus pyramidalto- oOValas. Hab. In rupestribus montanis prope Lago Nahuel-Huap1i, Dec. 1897 (0. S.). Obs. Caudices lignosi crassi (5-15 cm long. = 5-15 mm crass.) cortice atro-fusco ruguloso-scrupuloso tectis, apice abrupte densiusculeque ramoso- intricati atque caespites hemisphae- ricos (5-15 cm diam. et alt.) laxiusculos efficientes. Folia glaberrima imbricata, in parte ramorum infera arescentia nigrescentia subrelaxata, in supera conferta viridia, limbis triangulari-cunealis (5-7 mm long. = 4-5 mm lat.) tripartitis, lacinus linearibus apice attenuato-mucronatis planiusculis, dorso non v. obsolete nervoso-striatis, ventre valide sulcato- nervosis, postice in petiolo plas minusve abbreviato et gracili (2-3 mm long. = 1-1,5 mm lat.) attenuatis, basi in pericladio ovato vaginante (2-3 mm long. et lat.) pallescente margine utrimque in juventute ciliis 3-5 longiusculis ornato, per aetalem nudo amplatis. Umbellae ex axillis foliorum supremorum exsurgentes, pseudo-acrogenae, pedunculo folium fulcrans non aequante (3-4 mm long.) donatae, involucro 3-5 partito lacinis linearibus acutis pedicellos aequantibus v. leniter NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 571 p florae. Fructus late ovati v. pyramidati (4,5-5 mm long. 4-4,5 mm lat. bas.), postice subtruncato-rotundati, non v. vix subsinuati, antice cuneati glaberrimi, pedicellos superantes, alque in angulis basin versus late membranaceo-alati. Species M. lycopodiopst Speg. sal affinis, sed habitu et prae- cipue fructuum forma sat distincta. superantibus (2-3 mm long.) ornatae, saepius 3-(rarius 4-5) 157. MULINUM VALENTINI Speg., N. Sp. Diag. Diowcum, perenne, caespitosum flavescens, folvs subimbri- catis recurvo-patulis rigidis subasperulis trisectis, lobis trian- gulari-linearibus obtusis non mucronatas, ad eprphy llum exumaie sulcato-nervosis, petiolo brevi 1n pericladio vaginante margine ciltato ampliato, umbellis pseudo-acrogenis 4-6 floris pedunculo petrolos pedicellosque vix aequante suffultis, floribus parvulrs flavidas. Hab. In aridis saxosis prope Trelew, Chubut, Nov. 1898 (doctor F. Valentin). Obs. Caudices crassiusculi teretes (5-8 mm diam.) subherbacel apice densissime caespitoso-ramos1, ramis subfragilibus pulvi- nulos hemisphaericos (6-16 cm diam.=3-6 cm crass.) compac- tiusculos sed non duros efficientibus, sublaxe imbricato-fol1osis. Folia infera arescentia cinerea, apicalia pallide virescentia v. subflavescentia subrosulata, rigidula non papillosa sed tactu asperula, recurvato-patula, limbis late triangularibus (2-3 mm long. = 4-5 mm lat.) trisectis, laciniis ovato-linearibus diva- ricatis recurvis apice obtusis, ad hypophyllum eximie profun- deque sulcato-nervosis, dorso sublaevihus, in petiolo brevi (1,5-2,5 mm long. = 1-1,23 mm lat.) attenuatis, basi 1n pericladio late ovato vaginante, margine in juventute longe albo-ciliolato ampliatis. Umbellae ad apicem ramulorum pseu- doacrogenae pedunculo anguloso brevi (3-4 mm long.) crassi- usculo fultae, involucro 3-5-partito, laciniis linearibus angustis acutis (2-3 mm long.), donatae, pedicellisinaequalibus, lacinias tuvolucri non v. vix superantibus, 4-6 unifloris. Flores in spe- ciminibus, quae mibi adsunt, omnes masculi, glabri parvuli -flavid1, ovario nullo, sepalis dentiformibus minimis vix peri- spicuis, petalis ovatis apice obtusis repandulis ventre leniter costulatis, staminibus flavis pusillis, disco carnosulo plario- concaviusculo stylis stylopodiisque destituto. 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Species M. albo-vaginato Gill. € Hook, nec non M. cunealo Hook. € Arn. proxima, ab utraque tamen foliorum lacinis obtusis, eximie nervoso-sulcatis, floribusque dioicis (an sem-= per?) satis superque distincta. 158. ERYNGIUM EBRACTEATUM Lam. = DC., Pr. IV, f. 97. Hab. Sat comune in imsulis et locis uliginosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898. (€. S.). 159. ERYNGIUM PANICULATUM Laroche = DC., Pr. IV, f. 96. Hab. In uliginosis ad ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 160. Conwum macuLarum L. == DC., Pr. IV, f. 242. Hab. Vulgatum in hortis prope Carmen de Patagones, Dec. 1897 (eS. 161. Aprum amm (Jacq.) Urb. var. ep mao (de: ) OK. =0. Kntze, Rev. gen. pl., TIT, 2, £. 114. Hab. Non rara in herbosis editioribus secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 162. Aprum AUSTRALE Thouars = DC., Pr. IV, f. 101. = Speg. Plant. Pat. austr. n. 155 (sub A. Commerson). Hab. Non rarum in uliginosis secus Rio Negro, Jan. el Febr. 1898 (C. S.). 163. APIUM GRAVEOLENS L. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 156. Hab. Sporadicum ad ripas Lago Nahuel-buap1, Dec. 1897 (CASO 164. Ammr visnaca Lam. = DC., Pr. IV, f. 143. Hab. Non rara in cultis secus Rio Negro prope Carmen de Pata- sones, Febr. 1898 (C. S.). 165. Sium LarrroLiuM L. ?= DC., Pr. IV, f. 122. Hab. ln inundatis hortorum secus Rio Negro, Carmen de paja gones, Febr. 1898 (€. S.). Obs. Specimina etsi florentia semper sterilia et fructibus carentia, ergo nonnihil dubia. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 59 166. FOENICULUM PIPERITUM DC. = DC., Pr. IV, f. 142. Hab. In aridis ad ripas Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.). 167. CRANIZIA LINEATA Nutt. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 157. Hab. In uliginosis prope Boron-avk secus Rio Chico, Jan. 1898 (C. A.), nec non secus Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 168. PASTINACA SATIVA L. = DC., Pr. IV, f. 188. Hab. Ad limina hortorum et in insulis fluminis Rio Negro, prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (C. S.). 1169. Daucus rusiLLuUs Michx. = DC., Pr. IV, f. 213. Hab. Yo pratis sabulosis sat fertilibus ad confluentiam fluminum Limay et Neuquen, Dec. 1897 (€. S.). (Continuard). MISCELÁNEA Manera de remediar las inundaciones del Río Negro.— Creyendo que la idea propuesta merece tenerse en cuenta por los poderes públicos, extractamos en seguida un interesante artículo del ingeniero Constan= te Tzaut, publicado en el número 85 (15 de junio) de nuestro excelente cólega Revista Técnica, que da siempre sensatas opiniones y datos de importancia y actualidad en todas las cuestiones relacionadas con la profesión del ingeniero argentino. El ingeniero Tzaut que ha recorrido en diversas ocasiones los valles del Río Negro, del Neuquen y del Limay, observando sus condiciones topográficas, indi- ca una ingeniosa solución del problema de las inundaciones del Río Negro. Según él, en la margen izquierda del río Neuquen, frente al fortín Vidal, exis- te una gran laguna ó lago cuyo fondo está situado á unos cincuenta metros debajo del nivel del río. Mediante un canal de tresá cuatro kilómetros delon= gitud, sería posible hacer comunicar el río con la laguna y embalsar en dicha depresión, que es inmensa, toda el agua proveniente de las crecientes del Neu— que durante meses, pues se calcula su extensión en no menos de 20 leguas cuadradas una vez llena. Además, cada año podríase embalsar las agus de las avenidas y tener así siem- pre en este estanque natural bastante agua para asegurar el riego del valle del río Negro. Tzaut calcula que podrían embalsarse más de cincuenta mil millones de me- tros cúbicos de agua. Trátase, pues, de una obra colosal en sus resultados, pero relativamente sen cilla en su ejecución, pues bastaría excavar un camal de acceso y otro de de- sagúe que requeriría, en ciertas partes, pasar en túnel. Debidamente llevada 4 cabo facilitaría la irrigación de una extensa y valiosa zona, disminuiría considerablemente los efectos de las inundaciones en el valle del río Negro y ahorraría á las poblaciones y al ferrocarril del Neuquen el ha= cer costosas obras de defensa para garantirse contra ellas. BIBLIOGRAFÍA I. — INGENIERIA Mallol (J. B.). Afirmados. Estudio sobre los pavimentos de la ciudad de Buenos Aires. Memoria distinguida con el segundo premio del concurso de temas celebrado por el Centro Nacional de Ingenieros. — Buenos Aires, 1899. Después de una breve ojeada histórica y del estudio de los afirmados con base de hormigón ó sin ella, bajo el punto de vista de la higiene pública, da Mallol una idea general de los diferentes sistemas de afirmados. Estudia rápidamente el granito, las maderas empleadas, entre las que sobresalen el algarrobo y el asfal— to, con datos sobre sus ventajas, inconvenientes y costo. Preconiza la conveniencia de establecer un plan racional de pavimentación y llega á la conclusión de que las calles importantes deben ser pavimentadas de granito con adoquines de tipo especial y contrapiso de hormigón, las menos im= portantes con adoquines llamados ¿ngleses y el mismo contrapiso y finalmente las de pocaimportancia con adoquín común sobre uno de cascote apisonado y arena del río. La madera selreservará, según Mallol, para las cuadras que requieran pavimen- to silencioso y al asfalto no le asigna ubicación, probablemente porque sólo quie re tratar de afirmados económicos que interpreta como baratos. Algunas consideraciones sobre pliegos de condiciones, contratos y conservación de afirmados y la transcripción de las leyes, ordenanzas y proyectos de leyes so— bre pavimentación cierran esta memoria, en la cual no encontramos un concepto general del problema que aventaje á los ya conocidos, en particular al estudio presentado al Congreso Científico Latino Americano por el doctor Carlos M. Mo- rales, aun cuando contiene interesantes datos y opiniones. A. GALLARDO. Il. — CIENCIAS FÍSICAS Poincaré (H.). La théorie de Maxwell etles oscillations hertziennes, un tomo de ochenta páginas con figuras intercaladas. — Carré y Naud, editores, Un verdadero servicio acaba de prestará la instrucción pública el ilustre pro- 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fesor de la Sorbonne con la publicación de esta obrita en la que se expone con palabras llenas de claridad aquella parte difícil de la Electricidad moderna que en los tratados clásicos se presenta obscura é ininteligible para el principiante. Nos referimos á la teoría de Maxwell y á sus inmediatas consecuencias que han servido para explicar la naturaleza de la luz y electricidad. Todo eso y la serie de hechos experimentales más importantes que han comprobado la exactitud de la teoría entre los cuales figuran en primera línea las clásicas experiencias del físico Hertz, aparece metódicamente expuesto en los 12 capítulos de la obra cuya lectura previa facilitará indudablemente el estudio de esa parte ultra-cientí2 fica de la Electricidad moderna. E. LATZINA. Doering (Oscar). Alturas tomadas en la provincia de Córdoba, en ; Bo— letín de la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba. tomo XVI, entrega 1*, páginas 5-32. — Buenos Aires, 1899. ; Las alturas están calculadas sobre la base de 547 observaciones barométricas efectuadas en 224 ocasiones y servirán conjuntamente con otras anteriormente medidas por el mismo autor y otrosobservadores, para confeccionar un mapa hip- sométrico que figurará en la Geografía General de la provincia de Córdoba, con= fiada álos ingenieros Manuel Río y Luis Achával. Doering (Oscar). Resultados hipsométricos de algunos viajes del doctor G. Bodenbender, en: Boletín de la Academia Nacional de Ciencias en Cór= doba, tomo XVI, entrega 1*, páginas 33-48. — Buenos Aires, 1899. Doering (Oscar). De Soto 4 Villa Mercedes. Determinaciones baromé- tricas de alturas, en: Boletín de la Academia Nacional de Ciencias en Cór- doba, tomo XVI, entrega 1*, páginas 49-116. — Buenos Aires, 1899. 1II. — CIENCIAS NATURALES Delage (Ives) et Merouard (Edgard).-- Traité de Zoologie concrete: T. VIII, Les ProcorDEs, Paris, 1898. | Ya nos hemos ocupado en estas noticias bibliográficas de los dos tomos ante- riormente aparecidos de este excelente texto de zoología (véase: tomo XLIV, pág. 70-71 y tomo XLVII, pág. 88). El nuevo tomo, admirablemente ilustrado con 54 láminas en colores y 275 fi- guras en el texto se ocupa del tipo que crean los autores bajo el nombre de Pro- cordatos /Prochordata), en el cual reunen el Balañoglossus, el Amphioxus (Branchiostoma) y los Tunicados. A primera vista parece extraordinario, casi absurdo, que se piense en colocar en un mismo grupo seres de apariencia tan poco semejantes, que los zoólogos, hace sólo vein= ticinco años, colocaban al uno entre los gusanos, al otro entre los peces y los últimos entre los moluscoideos, al lado de los moluscos. BIBLIOGRAFÍA 63 Es cierto que su aspecto exterior es tan diferente como puede serlo, pero sabemos que éste es un carácter al que no se debe atribuir gran importancia en la determinación de las afinidades. Hoy que el estudio de su organización interior ha sido llevado muy lejos, en razón del particularísimo interés que presentan, no hay zoólogo que niegue su estrecha semejanza. Muchos, en verdad, los clasifican de otra manera que nosotros, juz= gando que presentan afinidades más estrechas con otros grupos del reino animal, pero nadie piensa en miraresta aproximación con el mismo criterio que se habría visto hace un cuarto de siglo. Los vertebrados están esencialmente caracterizados por tres rasgos de organización : 1" Tienen todo el sistema nervioso del mismo lado del tubo digestivo, del lado dor- sal; ninguna parte forma una masa ventral ligada al resto por conectivos periesofágeos como sucede en la mayor parte de los invertebrados; 2% Tienen una notocorda, pieza esquelítica de estructura característica y de origen en- dodérmico, situada entre su tubo digestivo y su cordón nervioso dorsal ; 32 Aquellos que tienen una respiración acuática, respiran por medio de hendiduras branquiales que atraviesan la pared de su faringe. Estos tres caracteres no se encuentran en ningún invertebrado, salvo en aquellos que se han reunido hajo el nombre de Procordatos. Los Procordatos deberían, pues, ateniéndose á estos tres caracteres, ser unidos á los vertebrados. Pero un gran número de razones de las más serias se oponen á esta reu- nión, y por ello se les coloca juntos en un grupo que se considera como el lazo de unión entre los invertebrados y los vertebrados propiamente dichos. Los Procordatos se dividen en tres clases: HemicHorDIA (Balanoglossus!, Ce PHALOCHORDIA (Amphioxus) y UrocHorDIa (Tunicados). Del mayor interés filosófico es el capítulo final que trata del origen de los ver= tebrados, pasando en revista las teorías emitidas al respecto. Indica luego como vía más probable la que estájalonada por el Amphioxus, el Balanoglossus. el Ce- phalodiscus. los Gefíreos, los Nemertíneos, los Equinodermos y los Celenterados. Después de hacer notar cuán incompletos son los datos que suministran á la fi- logenia, la paleontología y la ontogenia, agregan: En estas condiciones es, tal vez, permitido tratar de representarse, con algunas proba= bilidades de éxito, las grandes líneas de la descendencia. Hemos indicado la que nos parece más probable para los vertebrados. Los hechos recordados nos permiten también figurarnos el árbol genealógico general, no como se hace de ordinario, bajo la forma de 'un abeto que emite ramas en toda la altura de su tronco, sino más bien como uno de esos árboles de los trópicos, cuyas ramas principales parten todas separadamente del suelo, ¿Pero no es insensato pretender perseguir en detalle la evolución ancestral de una forma cualquiera ? Es una ocupación que puede tener un cierto encanto tratar de conducir una forma da- da hasta su antecesor primitivo supuesto, manejándola como cera maleable para darle sucesivamente la figura de todos los antepasados intermediarios que se le suponen : se desplazan los órganos, se les hace cabalgar los unos sobre los otros, se atrofian los que incomodan, se desarrollan los rudimentos de aquellos de que se tiene necesidad y final- mente se reconstituye una evolución completa en la cual no falta ni un detalle. Repitá= moslo, es un pasatiempo agradable y lícito. Pero lo que parece inverosímil es que des- pués de haber imaginado todo eso se pueda creer, ni por un instante, que se ha encon- trado Ja verdad ! Prudentes palabras que conviene tener presentes álos que se arriesgan en aven= *uradas hipótesis y pretenden erigirlas en leyes naturales. A. GALLARDO. 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Judulien (F.). Quelques notes sur plusieurs Coprophages de Buenos Aires, en: Revista del Museo de La Plata, tomo IX, página 371-380, La Plata, 1899. Describe la nidificación y costumbres de varios coleópteros coprófagos bonae= renses, ásaber de: Phanaewus splendidulws F., Ph. Milon Bl., Megathopa bico= lor Guér., M. intermedia, Gromphas inermis Har., Bolbites onitovwdes Har.. > Onthophagus hirculws Mannerh., Canthon bispuvus Germ., €. muticus Har., C.- eduntulus Har., Scaptophilus dasypleurus Germ., y Diloboderus Abderws (Sturm.) Reiche. El artículo está ilustrado con una lámina. IV. — CIENCIAS MÉDICAS F. le Dantec. La Sexualité. Un tomo de cien páginas. — Carré y Naud, edi tores. Sobre tema tan abstruso é intrincado sólo debe primar un espíritu severo y ex clusivamente analítico y de observación personal. En la obra de Le Dantec es digno de encomio el predominio de aquellas calidades sobre el prurito de crítica sutil y refinada que á muchos autores permite el campo enmaranado y osbcuro de este capítulo de fisiología esencial. Como los jalones que pueden guiar á quien pretende estudiar asunto tan interesante, no siempre son resultado de la experi= mentación, sino proyecciones hipotéticas más ó menos bien basadas. La obra poco sintetiza, á pesar de lo cual merece leerse con detención, pues desarrolla con acertada lógica la génesis plastidular, sus ulteriores evoluciones, y las teorías biológicas correlativas á los diversos períodos. E. PRINS. L. Bard, Profesor de la Facultad de Medicina de Lyon. La spécificité cellu- laire. Ses conséquences en biologie générale, un tomo de cien páginas. Carré y Naud, editores. Esta importante cuestión de biología la desarrolla el autor en los cuatro capí- tulos en que está dividida la obra y que se titulan: L'indifférence el la spécrfi= cité cellulaire, La fixité héreditaire des types cellulaúres dams les orgamismes adultes, La constitution des especes cellularres au cowrs du développement. La specificitá cellulaire etles grands problemes de la biologie géneérale. eaga Francisco de 1bo de ; —Bacigalupo, Andres - -—Bacciarini, Euranio. hia, Manuel B Bancalari, Juan. arabina, Santiago E. ES "Adolfo. Federico. Rómulo E. —Baudrix, Manuel C. zan, Pedro. eltrami, Federico noit, Pedro (hijo). ez, Luis €. adá, Hector. ) Madero, Miguel rro Madero, Carlos 'on de Astrada, M. lo, Moreno B. Ji ¡ ndizábal Tamborrel. — Dr. Val “socios CORRESPONSALES m Presb. Morandi, Luis... Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Tucuman. Blanco, Ramon C., Brian, Santiago Bosch, Benito $. —Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Mauuel R. Bunge, Cárlos. Bunge, Ricardo. 'Burgoa Videla, Napoleon Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. | Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Campo, Carlos R. del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Carbone, Augustin P. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente.” Castelhun, Ernesto. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de - Cheraza, Gerónimo. Chioeci 1eilio. Chueca, Tomás A. Claypole, Alejandro G. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coll, Ventura G. Cominges, Juan de Constantino, VicenteP. SOCIOS ACTIVOS ' Estevez, José Dr. RA. Philippi. y e. —1Ing. Éuis A. Huergo ES in Balbin. Murillo, Ádolfo............. Santiago (G.) Paterno, Manuel............ - Palermo (1t.) Reid, Walter F. ...... Ed Lóndres. Scalabrini, Pedro......... . Corrientes. Tobar, Carlos R............ Quito. Villareal, Federico........... Lima. Von Jhering, Herman. . Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, ÚU. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A, Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. DoyJe, Juan. Duboureq, Herman. Durrieu, Mauricio Duhart, Martin, Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo V. Estrada, Miguel. Escudero, Petronilo. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez. Pastor. coc. San Paulo (B.) Fernandez V., Ed. Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Ferrari, Ricardo. Figueroa, Julio B. Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro, Frugone, José V. Fuente, Juan de, la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. Girado, Francisco 3. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato Gomez "Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Villa Colon(U.) Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Hainard, Jorge. Harperalh, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Crislobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. lsnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Izquierdo, Brown y. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Olto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lacroze, Juan €. Lafferriere, Arturo. Lagos Garcia, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Lastra, Nicolas B. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Eavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nilsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, "Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Aniceto E. Lopez, Martin J. Lopez, Vicente F. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo, Lugones Velasco, Sdor. Luiggi, Luis Luro, Ruíino. Ludwig, Cárlos. - Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de - Malere, Pedro. Mallo], Benito J. Manzitti, Salvador Marti, Ricardo, Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Martinez de Hoz, F. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan, - Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. | Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Miguaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R- Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge , Mormes, Andrés Moron, Ventura. Monsegur, Sylla Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. | Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. l Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceli, Domingo. Noceli, Gregorio. Noceti. Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis E. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. - 0'Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos C. | Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, "Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Olamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi. Outes, Felix. Padilla, Isaias. ] Raggio, Juan a Ramos Mejía, [ldefonso Gustayo | Pascali, Jus > Passeron, Julio Pawlowsky, Aaron.- Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, | Piccardo, Tomas J.. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. . Puente, Sebastian de la|- Puig, Juan de la Cruz! Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. E Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio: Quiroga, Ciro, Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Ramallo, Carlos. Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Ricaldoni, Tebaldo Rellan. Esio.. Repetto, Luis M. Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco: Rivara, Juan | Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, 6 Roffo,, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. -Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J- M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan, Santiago BN Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. E. Teodoro. | Rodriguez delaTorre, €. E Solier, Da el. Zavalia, alustia Zeballos, Estanisl Zimmermann, J an O Zuberbúh r, Ca D CIEN ARGENTINA Drkzcror : Ingeniero ANGEL GALLARDO RETA: RIOS : Señores EDUARDO Larzina y CarLos Lagos García REDACTORES rdo Aguirre, señor Juan B.“Ambrosetti, doctor Pedro N. Arata, Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero o). E Barabino, 1 ingeniero Federico. Birabén, a Juan A. Bus- GOSTO 1899. — ENTREGA Il. — TOMO XLVIH PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION OCAL DE. LA SOUIEDAD, CEVALLOS 2), Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por e EEE Ses AS $ mA 1.00 Oran ela ele O o) 2.00 Número atrasado..... 2,00 z - para As socios a 1.50 La suscripción se paga anticipada BUENOS AIRES MPRENTA. DE PABLO E. CONI É ANOS, ESPECIAL JUNTA DIRECTIVA Presidente........ Ingeniero doctor MarciaL R. CANDIOTI. Vice-Presidente 1% Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES. Td. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES. Secretario deactas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. * — correspondencia Agrimensor CrisróBAL HICKEN. Mesonero: aa Ingeniero ARMANDO ROMERO. Bibliotecari0...... Señor Luis MIGUENS. / Ingeniero DomINnGO NocErTI. Ingeniero CLARO C. DASSEN. Ingeniero DOMINGO CARRIQUE. Vocales re / Ingeniero EmILIO PALACIO. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero JULIO LABARTHE. Ingeniero ORONTE A, VALERGA. General onva: Señor Juan BOTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA XXVII aniversario de la Sociedad Científica Argentila.....ooooooooococcecrroo ss 65 TEODORO STUCKER. Observaciones al capítulo de La Flora Argentina, por el doctor L. Holmberg, en el Segundo Censo de la República Argentina (tomo 1, páginas cole no AO AOS oso a cuuoBopaboado soon pbs dio. 67 Febgrico BIRABEN. Pedagogía matemática (bibliografía y crítica). .......o00.... 106 BIBLIOGRAFÍA : NOAILLES, El ferrocarril al Neuquen. — De Launay, Recherche, captage et aménagement des sources thermo-minérales.— ROMAGOSA, La carrera de ingeniero civil en el proyecto de plan de enseñanza. — Anales del Museo Nacional. — MÉNDEZ, Suero antic arbuncloso. — BRINTON, A record of study in aboriginal american languages. —- BRINTON, Le lenguistic cartography of the Chaco region. — BoGGIANI, Cartografía linguística del Chacho. — BOGGIANI, Guaicurú........ a aan doo dos dp sa do 131 XXVII? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Alrededor de una bien servida mesa del Aue's Keller, tomaron asiento varios representativos miembros de nuestra sociedad, para conmemorar, el 28 de julio próximo pasado, el XXVII aniversario de la instalación de la Sociedad Científica Argentina. La simpática fiesta, amenizada por un excelente programa musi- cal á cargo de la orquesta Furlotti, se prolongó hasta las 11 de la noche en medio de la amistosa y espiritual conversación de los asistentes al banquete entre los que recordamos á los doctores Car— los Berg, Marcial R. Candioti, Carlos M. Morales y Eduardo L. Holmberg, ingenieros Luis A. Huergo, Santiago Brian, Eduardo Aguirre, Otto Krause, Carlos Echagúe, Luis A. Huergo (hijo), Eleo- doro Damianovich y Angel Gallardo, agrimensor Cristóbal M. Hic- ken y señores Juan B. Ambrosetti, Luis Miguens, Arturo Canovi, Juan Botto, elc. El presidente doctor Marcial R. Candioti, inició los brindis con las elocuentes palabras que publicamos más adelante, siguiéndole en vel uso de la palabra el doctor Berg que aludió espiritualmente á ciertas patrañas 'y fábulas científicas, los ingenieros Huergo, Brian y Gallardo, los doctores Holmberg y Morales y el señor Canovi. BRINDIS DEL PRESIDENTE DOCTOR MARCIAL R. CANDIOTI Señores : La Sociedad Científica Argentina festeja con esta fiesta íntima el 27" aniversario de su instalación. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII E) 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Al saludaros en nombre de la Junta Directiva, que tengo el honor de presidir, hago mis más fervientes votos porque la prosperidad y el adelanto, en su vigésimo octavo año, hagan que ella sea como hasta hoy la que marcha á la vanguardia entre las corporaciones científicas de la Argentina. Veinte y siete de años de existencia con unpasado envidiable que debe dejar orgullosos á sus iniciadores, le aseguran ya su esta- bilidad y un porvenir lisonjero. Oígo á menudo esta frase al hablar de una corporación científica «es como todo lo que se hace entre nosotros», significando con ello que es inútil el esfuerzo individual ó colectivo de los amantes de la ciencia. Nuestra sociedad, señores, es el mejor desmentido á esta especie de refrán que hoy quiere aplicarse átodo. Ahí están sus iniciativas y sus hechos, desarrollados en sus publicaciones, en sus conferencias, en sus excursiones científicas, en SUSCONCUrSOS y EX- posiciones, coronadas finalmente por el Primer Congreso Científico de la América latina que ha sido todo un éxito indiscutiblemente. Trabajemos, pues, con fe y con entusiasmo. Los pueblos se enri- quecen con el adelanto de sus artes y de sus industrias, pero un pueblo se agiganta cuando su riqueza material es complementada con su adelanto intelectual. Nuestra sociedad, señores, tiene una misión muy grande que llenar, y para ello necesita del concurso de todos y de cada uno. Y al hacer esta manifestación no quiero dejar pasar esta oportu- nidad, para manifestar una vez más en la intimidad de esta fiesta mi más profundo agradecimiento por el alto honor que me dispen- saron mis colegas al llevarme al elevado puesto que ¡lustraron los Rawson, Berg, Kyle, Huergo y tantas otras “personalidades de nuestro mundo científico. Señores: Propongo un brindis por la prosperidad de la Sociedad Científica Argentina, porque en ocasiones análogas nos congregue- mos con el mismo entusiasmo que hoy, y por la felicidad personal de los fundadores de esta institución, muchos de los cuales nos acompañan en estos momentos. He dicho. OBSERVACIONES AL CAPÍTULO LA FLORA ARGENTINA POR EL DOCTOR E. L. HOLMBERG EN EL < SEGUNDO CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA >» (TOMO I PÁGINAS 389-474) Por TEODORO STUCKERT He leído en varios periódicos, publicaciones escritas referentes al trabajo titulado Flora Argentina del doctor Holmberg que acabo de mencionar; y esto excitó mi curiosidad, por tratarse de un hombre á quien tengo en alto concepto científico y de un asunto al que he dedicado algunos años de pacientes investigaciones. Para satisfacer este deseo me he mformado de la parte del primer tomoá que se refieren, he ojeado el libro, anotando metódicamente lo que mellamaba la atención, de lo cual provienen las presentes líneas. Tal vez se dirá que hay algo de impertinencia de mi parte en este estudio, pero esto no es una razón para que excuse la exposición de mi opinión al respecto, porque mi propósito al revisar el trabajo aludido responde alobjeto de no ver desconocida la República Ar- gentina ante propios y extraños, en tratándose de su importante Flora. A ese fin voy á indicar en la forma que conceptúo indispensable los errores y omisiones más resaltantes que he encontrado en él; aun sobre el cambio de apreciaciones que no considero correctas. No poseo la ciencia en el verdadero sentido de la palabra ; pero soy aficionado y admirador de la naturaleza y mayormente de sus teso- ros vegetales. Mis estudios botánicos no son de decenio; comprendo no obstan- te que si el doctor Holmberg ha escrito la Flora Argentina en el 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA corto tiempo de tres meses, sin más preparación que la de los re- cuerdos de sus múltiples viajes, ha hecho una hazaña y esa es se- guramente la causa de los errrores que contiene su exposición in- sertaen el Censo Nacional, obra oficial y de trascendencia. Por las razones enunciadas, es claro que el contenido de ese es- crito no puede satisfacer las exigencias, ni aun las esperanzas que dejan concebir obras de esta índole. Es, pues, sensible queen el Cen- so, en el que debe reflejarse la expresión genuina de lo que el país ofrece, veamos representada su Flora por unas cuantas páginas que dan una idea vaga é incompleta de su riqueza, por cuya razón el escrito es á todas luces deficiente á los productos de ésta y por con- siguiente forma un concepto equivocado de lo que se representa en esta materia. La obrasobre la Flora Argentina, del doctor Holmberg, encierra en efecto y sinentrar en detalles, la base de las diferentes formacio- nes fitogeográficas, que hace veinte años nos hizo conocer el doctor Lorentz. Muchas líneas regionales de Lorentz fueron trazadas al acaso Ó por datos inseguros, así es que, recién después de su épo- ca y no obstante no haberse alterado fundamentalmente las primi- tivas observaciones, ha podido notarse un ensanche de conocimien- tos en la materia, debido á investigaciones ulteriores de algu- nos hombres observadores y de ciencia, Inclusive las del doctor Holmberg. El hallazgo de una serie de plantas nuevas imprimió un tipo más característico á cada formación, aumentando así su composición numérica ; pero no fué ésta la causa principal para la fijación más exacta de nuevas líneas de demarcación de las distintas formacio= nes. Lo que contribuyó más eficazmente á ella fué el conocimiento más amplio del área geográfica de numerosas especies ya conocidas. Influyeron no poco en este adelanto las mejores nociones alcan- zadas en estos últimos años, referentes á las condiciones geológicas, metereológicas, climatéricas y topográficas del país. De manera que debido á estos nuevos esclarecimientos se han producido cier- tas modificaciones en el conjunto de las líneas de formación fito- geográficas, que han facilitado con cierta precisión la demarcación de algunas divisiones dentro de sus propios límites. En muchos pasajes del escrito, veo impresa la palabra Buenos Aires con y griega, mientras queen la mayor parte de la misma obra, inclusa la carátula está estampada la 2 latina ysucede tam- bién que en el curso de aquélla se encuentra impresa la palabra LA FLORA ARGENTINA 69 «Córdoba » con b larga con excepción de la parte de la Flora en donde usa la v corta. Hubiera sido de desear más uniformidad en la manera de escribir nombres propios. En el interés de saber á punto fijo de qué planta se trata, hubiera sido preferible, que el doctor Holmberg hubiera agregado al nom- - bre latino de cada especie de planta que cita, el nombre de su au- tor, aunque sólo en abreviatura, para así no confundirla con los sinónimos. Con el propósito de facilitarcomparaciones entre la Flora del au- tor y las establecidas por mi parte, indicoen cada observación en la primera columna el número de la página y en seguida el de la línea del Censo, pudiendo de estemodo encontrarse sin demora lo que se desea buscar. En las observaciones pongo las palabras ó pasajes del texto del Censo entre dos llamadas y los que á mi juicio deben reemplazarlas en letras más visibles. Las palabras « Nombre vulgar», las expreso por N. v. Cuando se repiten palabras ó pasajes idénticos ó parecidos que necesitan la misma observación, lo refiero á laseñal Confr. lo que significa « confróntese ». El principal libro sistemático y que me sirvió de base para la re- visión del escrito del autor, es el titulado Genera plantarum por Bentham y Hooker y cuando lo cite en las líneas subsiguientes lo haré sólo con la abreviatura B. H.; aceptando también como conti- nuación del mismo, el Index Gen. Plant. Phanerog. por Th. Du- rand ; el que citaré por la abreviación Dur. Ind. No omitiré autori- dad de las obras sistemáticas de otra división, que tratan esta ma- teria, por ejemplo: la de los señores Le Maoút et Decaisne en su Traité de Botanmque y las citarécuando se presente el caso por me- dio de la abreviatura L. M.; la de Otto Kuntze, Rev1sio Generum Plan- tarum, la que citaré por la abreviación O. K. Rev. No he introducido en absoluto la nomenclatura reformada del doctor O. Kuntze: 1” para que el lector se dé mejor cuenta de cuál planta se trata en comparación al trabajo del doctor Holmberg ; limitándome á indicar por las notas enumeradas en cada nombre latino, el cambio al cual pueden ser susceptibles aquellas ; 2% por- - que esta nomenclutura, que importa un cambio fundamental de la actualidad existente, no ha sido autorizado aún por algún congreso científico. Entremos en materia : 70 389, 59. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Si el autor nombra aquí al doctor Federico Schicken= dantz y al señor Avé-Lallemand, creo que con mucha razón y justicia hubiera debido hacer figurar también á otros coleccionistas aficionados y algunos de ellos bastantes ¡lus- trados, como el doctor Domingo Parodi, quien residió mu-= chos años en Corrientes, Misiones y Paraguay y ha com- pilado un herbariomuy voluminoso, formado en aquellas comarcas. Este caballero se dedicó recién á una edad ma- dura ála botánica, la que desde entonces fué su entrete- nimiento predilecto. Es posible que por este motivo haya olvidado algo de su preparación científica, pero juzgo que poseía más aptitudes y entusiasmo para este ramo, que los otros dos señores antes citados. Parodi publicó varios opúsculos sobre plantas y algunos de sus trabajos científicos literarios han sido publicados en los Anales de la Sociedad Cientifica Argentina de Bue- nos Aires. Por desgracia, sus descripciones carecen de sistema, pudiendo notarse en ellas cierta confusión, debido proba= blemente al inmenso material que deseaba dominar yá la disconformidad de los autores de los libros de que él "disponía para sus determinaciones botánicas. 390, 21. (19) 19 390, 390, 31. Me es completamente nuevo y supongo sea alguna mala interpretación del autor, que el doctor Federico Kurtz, hombre de gran talento, de vastos conocimientos en lama- teria y una verdadera autoridad en la ciencia botánica, haya recorrido la Patagonia. Fuera de los indicados, cónstame la existencia de va- rios otros herbarios sostenidos por aficionados particu- lares. Es realmente deplorable que hasta ahora no se haya for- mulado é impreso una reseña sistemática de todas las plantas indigenas conocidas y descriptas hasta la fecha. Tanto más sensible es este vacío, cuanto que todos los países limítrofes, en primer lugar Chile, tienen sus Floras debidamente descriptas ó á lo menos catálogos de enume- ración de los espontáneamente existentes en cada pais. Además el autor incurre en este párrafo en una contra- dicción abierta, porque dice en la página 430, línea 33 : « que debemos llenar nuestros catálogos », lo qué prueba 390, 49. 391, 4. 393, 37. LA FLORA ARGENTINA vil evidentemente que él sabe que existen, no uno solo, sino varios catálogos de las plantas argentinas. En cuanto á los herbarios (confr. obs. á pág. 390, 22; línea 391, línea 1) me abstengo de todo juicio, porque fuera de el del Museo botánico de la Universidad de Córdoba que he recorrido ligeramente, y el particular del doctor Kurtz, no he visto en el país ningún otro, excepto el mio. Dada la actividad, la ilustración científica, las numero- sas relaciones que frecuenta y en vista del tiempo más ó menos largo que el doctor Spegazzini consagra á este ra- mo de la ciencia, hay razón para creer que su herbario sea uno de los más completos de ejemplares de la República Argentina. Según B. H., la familia de las Leguminosas se divide en tres subfamilias : Papilionáceas, Cesalpineas y Mimoseas; E. M., divide esta familia en cuatro subfamilias: Mimoseas, Swartzieas, Cesalpineas y Papilionáceas; de modo que me parece más á propósito decir subfamilia de Mimoseas y no «tribu», á menos queel autor haya querido decir tribu Eumimoseas. Si domina en una región el género Prosopts, que traduci- do al castellano es Algarrobo, no es preciso añadir espe- cialmente «los Caldenes », pues éstos pertenecen á una especie del mismo género Prosopis. El autor llama la familia unas veces « Cactáceas » y otras veces Cácieas; es una falta de uniformidad. B. H. y L.M. aceptan Cácteas, lo mismo que la Academia Española ; al- gunos autores, inclusive Warming, y también O. K. Rev. la denominan Cactáceas. Lo que repruebo, es el cambio de palabras á voluntad del autor, quien escribe en un punto el nombre de una misma familia de un modo y en otro punto de otro modo. (Confr. obs. á pág. 410, línea 4; obs. á pág. 411, línea 19; obs. á pág. 424, línea 33.) No dudo que el doctor €. Berg, el doctor €. Spegazzini, el doctor F. Kurtz y el doctor F. P. Moreno, tengan cada uno su catálogo de plantas argentinas más ó menos com- pleto. (Confr. obs. á pág. 390, línea 41; á pág. 430, línea 33.) Por mi parte y como fruto de un asiduo trabajo de una serie de años, he compuesto una obra de tres to- mos en folio de 500 páginas más ó menos cada uno, 712 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en la cual está contenida la enumeración sistemática de todas las especies, variedades y formas de plantas Fanerógamas y Cripiógamas vasculares que crecen es- pontáneamente en la Repúslica Argentina, que se han naturalizado en ella, queson objeto de cultivo en mayor escala y que hasta la fecha han sido descriptas como exis- tentes en ella. (Confr. obs. á pág. 416, línea 38.) Esta obra encierra además los principales nombres s1— nónimos cientificos de las plantas expuestas, los diferentes nombres vulgares y locales de ellas (las que calculo en unas diez mil) y las provincias y territorios en donde cre- cen. En ella he preferido, para más claridad, seguir el ejemplo del doctor Hieronymus en su Plantae diaphoricae indicando para cada una su lugar ó lugares de proceden- cía según la geografía política, añadiendo á veces datos sobre parajes determinados ó alturas, para así precisar á qué región fitogeográfica pertenece la planta á consultar. Lo hecho pareciome poco, y mis aspiraciones han ido más lejos, pues comprendí que debía ser de importancia suma conocer al mismo tiempo todos los datos acerca de la Composición quimica, del uso y de la aplicación empi- rica y racionni de cada una de ellas, como también de los daños y perjuicios que pueden ocasionar, tantoá las gen- tes como álas haciendas y á los medios de contrarestar sus efectos. Para conseguir mi objeto he añadido á la denominación de cada planta las citas de los libros que he consultado, los que tratan de sus usos industriales, de nociones y pro- piedades químicas, de sus empleos farmacéuticos y tera- péuticos, de sus efectos fisiológicos, inclusive los tóxicos, sin olvidar la cita del libro de mis propios apuntes. Por este medio me he puesto en condición de encontrar sin demora todo lo que se haya dicho y escrito sobre cual- quier vegetal argentino. Referente al área geográfica de cada planta he creido conveniente hacer una comparación de nuestra Flora con la de los países limítrofes, Chile, Uruguay, Brasil y Bo- livia citando al efecto, á más del área geográfica limitada á la República Argentina, la de los paises circunvecinos, é indicando, en cuanto ha sido posible, la cita de los li- LA FLORA ARGENTINA 713 bros, en los cuales plantas argentinas quedan referidas como pertenecientes también á una ú otra de aquellas re- públicas. Confieso, sin embargo, que no me ha sido dado obtener otras obras, de las cuales algunas contienen descripciones de varias plantas nuevas, y otras que me eran necesarias para la comparación de sinónimos. Réstame enumerar las plantas Criptógamas celulares de baja esfera, trabajo que juzgo de menor tarea que el an- terior, por razón que fuera del doctor Spegazzini, ningún otro se ha ocupado en el país de su recolección, determi- nación y descripción. Existen, sin embargo algunos folletos que contienen la descripción de una serie de plantas Criptógamas, escritos en el extranjero por hombres científicos especialistas en este ramo. Con mi propia colección de algunos cientos, de vegetales de esta clase ó sean Algas, Hongos y Musgos, poco he contribuido al mejor conocimiento de esta parte de la Flora argentina. Por el índice de mi enumeración he podido calcular, que existen en la República Argentina, hasta la fecha co- nocidas y determinadas, incluyendo las variedades más distinguidas, las naturalizadas y algunas de las más co- munmente cultivadas, unas ocho mal plantas Fanerógamas y Criptógamas vasculares. El número de plantas conocidas y determinadas de las Criptógamas celulares, lo calculo en - más ó menos tres mil especies, y el número de las por conocer lo estimo en muchísimo más. 394, 46. No obstante de que los resultados que he obtenido superan considerablemente á Jas listas publicadas por el autor, soy de la misma opinión del doctor Holmberg res- pecto á que, aunque se adelanta gradualmente y á paso lento en el conocimiento de nuestra Flora, apenas se ha descubierto una cuarta parte de las Fanerógamas y tal vez ni una décima de las Criptógamas ; de modo que quedará todavía campo de estudio para generaciones venideras. 394, | y siguientes. El autor se queja aquí de falta de unidad de sistema en los diversos trabajos hechos sobre la materia - por diferentes autores; según mi opinión esto no es incon- veniente alguno, porque el que escribe una Flora debe 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hacerlo según algún orden sistemático y si se le presentan obras escritas en otro régimen, trasponer de aquella la familia ó género á las que pertenecen según el sistema bajo el cual el escritor desea redactar su obra. 394, 16. El género Mollugo, por ejemplo, pertenece según B. H. á las Ficordéas (1), tribu Molugineas, mientras que muchos otros autores lo incluyen con razones poderosas entre las « Cariofileas » (según B. H. Cariofiláceas) y quizá otros entre las Mesembriantemeas (las que según B. H. forman parte de las Ficoideas) y así pudiera citar muchos ejemplos más. 395, 1. Formación de la Pampa. El autor omitió citar aquí los dos folletos de J. Ball Contribuciones á la Flora de Patagonia, en las que se encuentran anotadas muchas plantas de la formación pampeana. Existen también colecciones particulares reci- bidas de la provincia de Buenos Aires. 395, 6. Formación del Monte. El autor tampoco ha tenido presente las varias publica- ciones inglesas como ser : Hooker. Bot. Masc., L, Y, TI; Journal of Botany ; Companion to the Botanical magazine. London-Journal of Botany; Journal of Botany and Kew Garden Miscellany y el folleto del doctor F. Kurtz : Sertum Cordobense. Existen además colecciones abundantes é importantes de varios aficionados. 395, 12. Formación patagónica. El autor ha omitido igualmente los datos ilustrados que contienen los folletos de J. Ball arriba citado; y última- mente se ha empezado la publicación de un nuevo trabajo del doctor Spegazzini intitulado Nova addenda ad Floram Patagonicam. En O. K. Rev. II, 2, existen publicadas á la par de un gran número de plantas de varias formaciones de la República Argentina también cierta cantidad de la Pata- gonia, recolectadas por el doctor F. P. Moreno, señores Tonini y Beaufils. (1) OK: Rev., L, pág. 213. No acepta el diptongo ov y escribe, por consiguiente, el nombre de la familia : Ficodeas. 395, 20. 395, 33. 396, 1. 396, 11. 396, 13. 396, 24. LA FLORA ARGENTINA 79 Bosques antárticos. Fuera de los citados, se han recibido datos y colecciones particulares de aquellas regiones. Región de la Puna. También son incompletas las citas del autor, porque no menciona las de las obras de Hooker arriba indicadas, que contienen las determinaciones de una serie de plantas reco- gidas por los doctores Gillies y Tweedie y las de los dos Sertum Mendocinum porel doctor R. A. Philippi. Las varias publicaciones del doctor F. Kurtz sobre plantas mendo- cinas, y que el autor cita en otra parte. Existen datos y colecciones de particulares. Formación subtropacal. En Engler Bot. Jahrbúcher se encuentran datos y des- cripciones de plantas nuevas, tanto de ésta como de otras regiones. Existen además variadas colecciones recibidas de Tucumán, Salta y Jujuy. Formación del Chaco. Como literatura para esta formación, puede citarse el escrito del doctor T. Morong : Enumeración de plantas del Paraguay, en el cual están contenidos numerosos vegetales encontrados en suelo argentino. En la publica- ción de Graham Kerr se halla expuesta una larga serie de plantas recolectadas en las cercanías del fortín Page, territorio de Formosa. Hay también colecciones enviadas de Formosa. Formación misionera. Fuera de los libros referidos, existe el del doctor Do- mingo Parodi, Plantas usuales; el del señor Eduardo Matoso, Cien industrias; el de D. Juan Queirel, Misiones. Hay también datos y colecciones recibidos de aquellos parajes. Formación mesopotámaca. Además del citado existe un opúsculo del doctor Hoft- man Plantae Lorentzianae y otros. Asimismo se han reci- bido datos y colecciones de Entre-Rios. 397 4401. Las exposiciones numéricas de las especies de cada familia, bien pueden tener alguna utilidad relativa y comparativa; pero son poco inteligibles para legos en la materia. No pueden servir de norma para cada formación 76 409, 42. 402, 43, 402, 51. 405, 36. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fitogeográfica por haberse estudiado sólo en parte algunas, mientras que otras no lo han sido absolutamente. Por algunos autores inclusive L. M. las « Sesameas » son consideradas como una familia separada. En B. H. el género de Martynia pertenece á la familia de las Pedala- neas (2), tribu Martinieas. Las dos especies indígenas, Martynia lutea Lindl. y M. montevidensis Cham. N. v.: Cuernos, astas, uñas ó espuelas del diablo, son muy co- munes y despreciados. Según L. M. y otros autores las « Verbasceas » forman una familia particular. B. H. hacen figurar las Verbasceas como una tribu de la familia de las Escrofularineas (3). Del género Verbascum tenemos la especie V. virgatum With., de que habla el autor. N. v. : Barbasco, Polillera y también desde algunos años naturalizada aquí la especie V. Blattaria Lin. N. v. Gordolobo, propio también á varias otras especies de Verbascum. El doctor Spegazzini publicó en abril un folleto titulado Fungi Argenti, en el que daá conocer, fuera de las ya publicadas anteriormente, un número de más de 800 especies de Hongos. El « Caldén » es según el doctor Hieronymus en Plant. diaph., pág. 91, la Prosopis Algarrobilla Gris. Pl. Lor. n” 256 y Symb. n” 673; la que dice ser idéntica con la Prosopis Nandubay Lor. en Gris. Symb. n* 671. Por consiguiente, según este autor, el Caldén de San Luis sería igual al Vandubay de Entre-Rios, Santa Fe y Córdoba. Hay mucha probabilidad de que la una sea notable varie- dad de la otra y también la hay de que pueda desdoblarse en dos especies y que el autor tenga razón en lo que dice en la página 466, línea 34. El Ind. Kewens. las cita como dos especies distintas. Paréceme por otra parte que el « Caldén » debe ha- ber sido el niño mimado del autor, pues no hallo otro (2) O. K. Rev. II, pág. 480, acepta en lugar de Pedalineas, el nombre de Pedalid— ceas como valido para esta familia y une las dos especies bajo la denominación M. lutea Lindl. (3) O. K. Rev., Il, pág. 496, acepta en lugar de Escrofularineas el nombre de Escrofularidceas como propio para esta familia. 406, 25. LA FLORA ARGENTINA a motivo fundado para que se ocupe tanto de un árbol que carece aun de entidad mediana (confr. obs. á pág. 421,1. 34 á 46), tratando así unos árboles con criterio desigual y olvidando otros. Numerosos árboles tienen seguramente más impor— tancia, más divalgación y trascendencia que el Caldén. El autor, no obstante eso, apenas los recuerda con el nombre ú omite la cita, como por ejemplo el Quebracho Colorado, Schinopsis Lorentz Engl. (4), Anacardiácea, (confr.'obs. á pág. 424, 1. 31; y á pág. 449, 1. 42.) y el Palo Santo, Bulnesia Sarmienti Lor. in Gris. Symb. n* 433, Zigofilea (5). Con el párrafo respecto á observadores y coleccionistas estoy muy conforme, y convengo en que, para el conoci- miento de la Flora Argentina y su fitogeografia sería un gran adelanto, si no sólo en cada provincia, sino en cada Departamento hubiera algún coleccionista entendido, que juntase y secase bien las especies de su distrito durante varios años. Más todavía se progresaría, si el aficionado, después de fechar los ejemplares y de indicar en cada uno el sitio de su procedencia, pudiese añadir á cada planta su nombre vulgar y local y los usos industriales, los em- pleos medicinales empíricos, la utilidad que presta á las haciendas y el daño que pueda ocasionarlas, y algunas observaciones propias. 407 y 415, 7. Sería de poca utilidad práctica é inoportuno por el momento extenderse en observaciones sobre las subforma- ciones de pastos duros y tiernos; pero puede ser que en otra ocasión volvamos sobre el tema. La familia de las Gramíneas es, seguramente, después de la de las Com- puestas, la que exhibe más representantes en especies en la República Argentina; en cambio, es sin disputa la que demuestra mayor número de individuos que ninguna otra. (4) O. K. Rev., III, 2, pág. 45, restituye el género Quebrachia en lugar del de Schinopsis establecido por Engler en su reemplazo y adoptado por Dur. Ind.; de modo que en rigor y por prioridad pertenece á este árbol el nombre de Quebrachia Lorentzút Gris. E5(5) O. K. Rev., L, pág. 89, acepta por nombre propio de esta familia el de Zigofilaceas. 78 210, h. 210, 4. 10, 21. 410, 26 bl, 9: ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las Gramineas son las que tienen para el hombre, tal vez más que las Leguminosas, la mayor importancia, pues están directamente relacionadas con su existencia. Es la familia que en este país ha contribuído y sigue contribuyendo poderosamente al adelanto del bienestar de sus habitantes. Ella está representada en la República Argentina por trece tribus, 104 géneros divididos entre 491 especies y 69 variedades determinadas, y 143 especies aún indetermi- nadas, delo que resulta que tenemos un total de 703 com- ponentes de la familia de las Gramiíneas en nuestra Repú- blica, sin contarlas especies cuyo género no ha podido ser constatado y las que todavía no se han encontrado; siendo casi seguro que estas triplicarán el número de las deter minadas. Creo que la falta de conocimiento de esta parte de la Flora argentina debe imputarse á que ningún coleccionis- ta del país ha prestado atención especial á las Gramíneas, por ser plantas poco vistosas y sin atractivos, siendo á más, lo mayor parte, de modesta presencia y bajo creci- miento. L. M. establecen una familia «Cariofileas »; B. H. la deno- mina Cariofiláceas . L. M. admiten una familia «Soláneas», la misma á la que B. H. le dan el nombre de Solanáceas. Supongo que el nombre del género Nothochlaena R. Br. (no Nothochlena como dice el autor) ha sido reformado y aceptado así por muchos botánicos por el de Notholaena, pero 0. K. Rev. IT, página 816, ha restituido su verdadero nombre. (Confr. obs. á pág. 462, 1. 12.) En lugar de «Enotérea » debe decirse Onagrariea, por- que el género «Oenothera» pertenece según L. M. y B. H., á la familia delas Onagrarieas (6). Casi todas las especies de (Gerardía son llamadas en la sierra Salvia dela hora, Salvia lora, Salvilora; convengo, sin embargo, que el nombre de «conejillas de la sierra», sería muy apropiado para plantas de este género, por pa- (6. O. K. Rev. I, pág. 250, determina el nombre propio á esta familia por Ona= gráceas. 444,13. 411, 13. 411, 13. 411, 20. LA FLORA ARGENTINA 79 recerse las flores mucho á las de las conejillas de jardín, especies de Antirrhinum, Escrofularinea. (Escrofulariácea O. K. Rev.; confr. nota 3). Ie Á pesar de ser «Crocea» una palabra castellana, ella es poco usada y casi incomprensible á mucha gente ameri- cana, por lo que hubiera sido preferible la palabra azafra- nada, dorada, amarillo subido. Si el autor habla de la familia de las Gramíneas, me pa- rece que hubiera correspondido decir Caperáceas en lugar de «Ciperos », pues no se trata únicamente de especies del género Cyperus, sino también de las de otros de la fa- milia, Serrpus, etc. Existen en la República Argentina unas veinte especies de Eringios bien determinados, los que crecen casi todos cerca del agua; por consiguiente, me parece impropio de- cir «el Eringio», como si no hubiera más que una sola especie bien conocida. No sabía y es raro que la Blumenbachia insignias Schrad., (Loasea = Loasácea O. K.) tuviera el N. v. de amores secos. La planta es de flor hermosa, tiene hojas grandes con pelos quemantes igual ó peor que la ortiga. En Chile se aplica el nombre de Amor seco á la Acaena pinnatifida R- y P.; la que existe también en Patagonia, mientras que la planta determinada por Hieronymus, con este nombre científico, resultó ser la Acaena eupatoria Cham. (Rosáceas). En la República Argentina se atribuye el nombre 4mor seco al Heterospermum diversafolium Kth. (7) y al Bidens leucanthus Willd. (Compuestas). L. M. establecen la familia de «Dicondreas », B. H. con- sideran el género Dichondra como perteneciente á la fa- milia de las Convolvuláceas, tribu Dicondreas (Confr. obs. á pág. 426, 1. 8). : Compréndese por el nombre vulgar y local de «Zarza- parrilla» muchas plantas distintas y á las que se da más comunmente esta denominación son: Varias especies de (7) Supongo que por prioridad O. K. Rev., III, 2, pág. 158, substituye el nombre posterior de Heterospermum aceptado por B. H. y Dur. Ind., por el de Heteros= perma y el de la especie por E. pinnatum var. =. diversifol. O. K. (H. B. K.). 80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Smilaw, Liliáceas, la Muehlenbeckra (8) sagitirfolra Meissn. Poligonea (W); la Macfadyena cynanchordes (Cham.) Mo- rong, Bignoniácea (10); el Lrabum candidum Gris., Com- puesta. 412, 15.. Existen varias especies de Euforbraceas «rastreras », por ejemplo, la Euphorbia Lorentzú Muell. N. v.: Yerba de la golondrina. 412, 15. En la República Argentina existen varias Hrpericineas, pero sólo para una de ellas tengo anotado como lugar oriundo la provincia de Buenos Aires, es decir, la región de la que trata el autor en esta página, y es el Hypericum connatuma Lam. N. v.: Oreja de gato, etc. Existe también un H. bonariensis descripta por Grisebach en Symb. Fl. arg., núm. 246, y en Lillo, Flor. Tuc., pág. 63, pero esta especie aunque lleva el adjetivo de bonariensas es origina- ria de Tucumán. En caso de crecer en la región citada por el autor otros Hipericos (que yo no conozco) puede decirse algunas Hipericineas (11), y si no existe, como creo, sino una especie, no debe emplearse el plural. 413, 1 y 9, y nota 1. Curmamoel ó Curúmamoel, Espina cruz, Cru- cerilla, Quina, son nombres triviales dados á la Colletra Cruciata Gill. Ramnea (12) y es posible que el cerro de Currúmamuel haya recibido su nombre de la planta, ó vICe-versa. 413, 9 (1). Para la Colletiía ferox Gill, tengo anotado los N. v.: de Barba de tigre, Tola, Quina del campo, Crucero, pero, áestar á lo que dice el autor, puede añadirse á ella los dos otros nuevos Brusca ó Brusquilla. Para mí estos últimos (8) Según O. K. Rev., II, pág. 553, el género Muehlenbeckia ha sido unido con el de Polygonum, de consiguiente esta planta debe llamarse hoy según el autor citado: Poligonwm sayittifolvum O. K. (Rev. III, 2 pág. 269). (9) O. K. Rev., II, pág. 552, acepta el nombre de Poligonadceas para la misma familia que B. H. y Dur Ind. llaman Poligoneas. (10) Según O. K. Rev., HL, 2 pág. 243, esta planta debe llamarse Dolichandra cynanchodes Ch. y Schl.(no admitiendo O. K. el diptongo 0%), (11) En lugar de Hipericineas, nombre de familia expuesto por B. H. y Dur. Ind.; O. K. Rev., I, pág. 58, reconoce el de Hipericaceas. (12) O. K. Rev., I, pág. 117, acepta el nombre de Ramnáceas, en lugar de Ramneas. 2lL, 5. 414, 7. dl, 31. 414, 28 415, 4. LA FLORA ARGENTINA 81 nombres pertenecen á la Discarmia longispina Miers. Ram- nea (12), que también se produce en aquella región. (Confr. obs. á pág. 118, l. 36.) El autor se horroriza de ver el aspecto aterrorizador de Curmamuel. ¿Qué sería si viese algún ejemplar adulto de la verdadera barba de tigre, Prosopis barba-tigridas Stuck. Leguminosa-Mimosea ? Esta tiene espinas, ó más bien di- cho, puas mucho mayores, mucho más duras y tupidas y en mayorcantidad queel Curumamuel, presentándosecomo árbol de 5 46 metros de altura, es un montón de espinas desde el suelo hasta la cima y ocupando un espacio esfé- rico de 445 metros de diámetro. ¡Qué hermosos ejem- plares para traerlos del campo en la mano y colocarlos en el herbario de un coleccionista | Merecería el nombre de Prosopas ferowssima óen castellano el de « Erizo». Según tengo entendido llaman en Río Negro y la Patago- nia boreal con el nombrede Calafate 4 la Berberis hete- rophylla Juss. Berberidea (13); los indios de la Patagonia también la llaman « Gayaukhia », mientras que á la Ber- beris ruscifolia Lam. que también se produce en aquellas comarcas yen la formación del monte la llaman «Que- brachillo, Quebrachilla, Sacha-uva, Espina colorada. No conoci el nombre vulgar de «Penacho blanco» para el Gynervum argenteum Nees, Graminea (14), sino sólo los de Cortadera ó Paja brava; reconozco, sin embargo, que la planta tiene cierto derecho de poseer ambos. He oido varias veces llamar á una yerba Té pampa, pero no supe que esta fuera una gramínea, ni me fué posible obtener el nombre científico, ni tampoco ejemplares con este nombre vulgar. Por Café de Misiones 6 Café negro se conocen las semillas tostadas de la Cassía occidentalis Lin., Leguminosa-Cesal- pinea. En Córdoba y provincias del Norte llaman Café del paíisála Cassía bicapsularis Lin., y con mayor razón tam- bién sus semillas tostadas. (15) OK. Rev., I. pág. 10, reemplaza el nombre de Berberideas por el de Ber- beridaceas. (14) OK. Rev., III, 2, pág. 354, devuelve á esta planta el nombre de Gynmerium droecum Dalliére, el cual, según este autor, le corresponde por prioridad. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII 6 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 415, 5. Mis ideas concuerdan con las del autor en lo referente á que es de gran utilidad y hasta de necesidad que un buen botánico visite en época conveniente nuestros territorios, deteniéndose en cada parada para recorrer sus alrede- dores, para poder formarse, después de algunos viajes circulares, una 2dea exacta de las formaciones fitogeográ- ficas del país. Por otra parte y sin dejar de reconocer, que el Gobierno Nacional hace muchos esfuerzos para fomentar en todo sentido el progreso del país, me es difícil creer en contra de la opinión del autor, que algún botánico serio encuen- tre gran apoyoen los poderes nacionales para esta clase de empresas. La causa que obsta á ella es, según mi opinión, la gran crisis pecuniaria porque actualmente atravieza nuestro país; y también sucede que muchos de nuestros manda- tarios tienen un horizonte demastado estrecho, unaidea más bien despreciativa de las producciones naturales del país, faltándoles cierto esclarecimiento para ver y palpar la uti- lidad é importancia que encierra el conocimiento de lo que el suelo produce espontáneamente. No me refiero tanto al reino animal y mineral, sino mayormente al reino vegetal, siendo la Flora de un país, la que debe formar la base primordial del bienestar de su economía pública. 415, 25. Es de desear conocer el nombre científico de la estipa denominada Lig-mallin. 415, 47. En la Patagonia boreal se aplica también el nombre de Alfilerillo al Geranium patagomicum Hook., Gera- niácea. 215, 48. Macachin es nombre guaraní, común, átodas los Oxali- deas en particular á las especies del género Oxalis (15). 415, 49. La denominación Mastuerzo es aplicable á varias plan- tas, entre ellas al Nasturtium bonariense Poir. (16), Crucí- (15) O. K. Rev., I, pág. 96, restablece por prioridad el género de Acelosella en lugar del de Oxalis, que era aceptado generalmente. (16) seg. O. K., Rev., IL, pág. 23, al Nasturivum bonariense Poir. pertenece el nombre Cardamine indica O. K. (L.) y bonariensis O. K. (Poir. D.C.) (non Cardamine bonamiensis var, Pers.). 416, 416, 416, 416, 416, 246, 416, 416, 46. 20. 23. LA FLORA ARGENTINA 83 fera y á la Prosopis strombulifera Benth., Leguminosa- Mimosea y á otras. Ignoro que haya una familia de « Ambrosiáceas», pues se- gún L. M. y B. H. el género Xanthvum, al cual pertenece el Ahrojo y el Cepacaballo, es atribuidoá la familia de las Compuestas (Sinantéreas, según otros autores) tribu He- liantoideas. El autor separa en las líneas subsiguientes las Compues- tas (Sinantéreas ) como sien realidad las dos Xanth1um no perteneciesen á la misma familia. Sigue diciendo dos ó tres especies de Manzanillas ó Camo- milas, cuyo último nombre puede suprimirse y las dos ó tres especies de manzanillas pueden reducirse á las dos especies Anthemas arvensis Lin. y A. Cotula Lin. Com- ES naturalizadas en el país. La palabra Amarantus debe escribirse sin Ah (no Ama- ranthus). Los dos hinojos, asnal y vulgar, Foeniculum paperitum D. €. y vulgare Gaertn. Umbelíferas que tenemos aquí, son naturalizadas en el país, mientras que el Coriandro, Cu- lantro, Cilantro, Coriandrum satvvum Lin., Umbelífera, se encuentra cultivado y raras veces espontáneo, como por ejemplo: en la Patagonia según O. K. Rev. III, 2, página 112. El Cortandrum foeniculum no lo conozco. Como L. M. admiten una familia «Solaneas» el autor atribuye á ella el Chamico, Datura Stramontum Lin., esta especie pertenece según B. H., Dur. Ind., y 0.K.ála fa- milia de las Solanáceas. El nombre de Ximenesia microptera D. €. es sinónimo de Verbesina encelvioides Benth. Hook. y la que debe llamarse hoy según O. K., Rev., IHNI?, página 183. Verbesina aus- trales Bkr., Compuesta. N. v.: Mirasol, Santa-María, Que- yú-cisa ELnaón Algunos autores, inclusiveO.K. Dt, [., página 56, acep- tan una familia « Portulacáceas », mientras que L. M. y B. H. sólo registran el nombre de Portulaceas para esta familia. Tratándose de familias Primuláceas, Rubiáceas, etc., debe ponerse para guardar armonía y simetría (según B. H.) Verbenáceas y Solanáceas y no, « Verbenas y Solaneas ». 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 416, 38. En cualquier punto de la República, que un aficionado ó diletante se dedique al estudio de la botánica puede es- tar seguro de encontrar vasto campo para sus investiga= ciones y una superabundante cosecha. 416, 42 y siguientes. Es precisamente la referida falta de unidad y uniformidad que quize evitar reconcentrando bajo un úmco sistema en un sólo catálogo todas las plantasexisten- tesen la República Argentina, para cuyo trabajo acepté el libro sistemático de B. H. con las reformas y modificacio- nes aceptadas por la mayoría de los botánicos. (Confr. obs. á pág. 393, línea 37.) 416, 9 y siguientes. No deseo interpretar mal lo que el autor quie- re expresar en este pasaje, nisuponer haya tenido la más leve intención de ofender á alguien, pero en obsequio á la verdad, este pasaje, además de que quedaría mejoren una novela, contiene un ¿nsulto disimulado á todos los ha= bitantes humanos de la República Argentina y en particu- lar á sus hombres de ciencra, porque si empezamos por la línea 10, enla cual dice, que el buey esel único quimico que ha analizado los pastos, por analogía debe ser tam- bién el mejor botánico y en consecuencia, como conclu- sión, pudiéramos indicar el mismo rumiante para escribir nuestra Flora, no necesitando, como dice en la línea 27, ningún «Huevo de Colón » para conocer el resultado de su digestión. 418, 35. En lugar de « Cangrejales » me hubiera parecido mejor y lo creo también más comprensible poner la palabra pantanos ó fangos. Entiéndase por Esparto varias es- pecies de Gramineas y Ciperáceas. En cuanto á la especie Spartina australis citada por el autor, mis libros no la registran como existente en la República Argentina. Tengo anotadas como indígenas las especies Spartina brasiliensis Raddi; Sp. ciliata Kth.; Sp. montevidensis Arech.; Sp. patagonica Speg.; Sp. densiflora Brong., Gra- míneas. 218, 36. Brusca ó Brusqualla es la Discoma longispina, Miers., Ramnea, es según el autor la Colletia ferox Gill. Ram- nea (17). (Confr. obs. á pág. 413, línea 9.) (17) Según O. K. Rev. : Ramnácea; confr. nota 12, 420, 50. 430, 16. 420, 1. LA FLORA ARGENTINA 85 Referente á Mimoseas y Cesalpineas. (Confr. obs. á pág. 394, línea 1.) El Algarrobo es la Prosop1s confr. pág... La Prosopis alba Gris., Algarrobo blanco, no es más que un representante de tantas especies, no siendo tampoco ésta la más esparci- da. La algarroba (fruta) se vende por fanegas en los mer- cados, no sólo en la ciudad de Tucumán sino también en las provincias de Córdoba, Santiago y Salta y en toda la campaña. Los estancieros suelen guardarla con más cui- dado que el maíz. Al decir «Quebracho colorado» en este sitio es segura= mente un error grave del autor, pues debe ser Quebracho blanco, Aspidosperma quebracho Schlcht (18). Apocinácea. (Confr. obs. á pág. 424, línea 31.) No he oido denominar á la Jodina rhombifolra Hook. et Arn., (19) Santalácea, «Quebracho blanco» pero si Que- bracho flojo, Peje, Sombra de toro, Choan (Rioja), Quin- chilin, Quinchirin y Quirilin (Córdoba). 421, 34 y 46. Confr. lo dicho en obs. á página 405, l. 39. 424, 28. En cuanto al Chañar, Gourlea decorticans, Gall., Legumi- nosa-Papilionácea, he hecho las mismas observaciones que el autor refiere como suyas (1) y para ver si tarde ó tem- prano puede sacarse á luz una buena variedad ó una nueva especie, he recogido muestras de varios árboles flo- ridos, que presentaban ciertas diferencias. Lo cierto del caso es, que las frutas del Chañar de Córdoba son pulpo- sas, dulces y agradables y no ásperas ó astringentes, pre- parándose de ella una aloja, como también patay y sobre todo arrope. 4 L. M. y otros autorizan como nombres de familia « Apoci- neas y Samideas » mientras que B. H. y O. K. Rev. las es- criben Apocináceas y Samidáceas. Existen tres especies de Morrenia en la República Argen- gentina; la Morrenía brachystephana, Gris., la M. odorata (18) O. K. Rev., I, pág. 416, restablece por prioridad el género Macaglia Vahl. (1810), en cambio del de Aspidosperma, así que segun él (confr Rev., II[ 2. pág. 198) el 4. Quebracho Schl. debe ser llamado Macaglia Quebracho O. K (Schl.). (19) Según O. K. Rev., III, 2, pág. 283. Esta planta debe llamarse hoy Jo- dina bonariensis O. K. 86 423, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Lindl. y otra indeterminada, Asclepiadeas (20), creo que la M. odorata es la más esparcida. Compréndese por tass ó taxi, etc., sobre todo tratándose de la fruta, una serie de especies de Asclepiadeas y no só- lo las especies de Morrenma. La Pormciana Gllvesás Hook. es hoy la Caesalpinia Gallve- sí Benth. (21), Leguminosa-Cesalpínea. La Lippia lyciordes Steud. (22), Verbenácea, tiene á más” el nombre vulgar de Cedrin, según el paraje, muchos otros sinónimos triviales, por ejemplo: Azahar silvestre, Azahar del campo, Cedrón, Cedrón silvestre, Angel ó Palo ángel, Oreganillo, Palo amarillo, Niño-rupá (Corr.), Muña del monte (Orán), Choique-mamoel (Pat.). Debe decirse entre paréntesis Caesalpinia praecox R. y P., Leguminosa-Cesalpínea (23). En esta parte el autor incurre en un error craso, pues confunde el «Quebracho blanco» con lo que en rigor se llama Quebracho Colorado, Schinopsis Lorentzúi Engl., (24) Anacardiácea, existiendo además otras tres especies muy aliadas que llevan el mismo nombre vulgar; Schinopsis Marginata Engl., Balansae Engl. y Morongu Britton (sub Quebrachia), la primera, de la provincia de Córdoba, formación del Monte, y las dos últimas de Co- rrientes y Chaco, formación chaqueña. (Confr., obs. á pág. 405, línea 36, y á pág. 425, línea 30.) Quizá por no creerlo necesario en virtud de ser dema- siado conocidasesas especies de árboles, el autor hacecaso omiso de la gran importancia que tiene la madera de aquéllos; no tanto por los múltiples usos que prestan en el mismo país, sino por la demanda que tienen para su exportación al extranjero, cuyo valor alcanza ú millones (20) Según O. K. Rev., II, pág. 147, el nombre de esta familia debe ser Ascle= piadaceas. (21) O. K. Rev., III, 2, pág. 53, da como autor de esta planta, Wall. (H. K.). (22) O. K. Rev. III, 2, pág. 252, restituye por prioridad á esta planta el nombre de Lippia ligustrina O. K. (23) O. K. III, 2, pág. 54, cita como autor de esta planta Hk. et Arn.«R. y K». (24) Corresponde igual observación que á la nota 4 y con idéntica razón debe ponerse Quebrachia Balansae, Quebrachia marginata y Quebrachia Morongit. LA FLORA ARGENTINA 87 de pesos anuales. Me hubiera gustado leer algo acerca de estos vegetales, pues creo son de preferente estudio al Caldén, Prosop1s algarrobilla Gris., Leg.-Mimos. (Confr. obs. á pág. 449, línea 42.) 12%, 33. Lo dicho sobre Cácteas. (Confr. obs. á pág. 392, línea 37.) 42%, 37. Por Jumes se comprenden varios arbustos ó matas leño- sas de terrenos salitrosos, de la familia de las Quenopodiá- ceas, pertenecientes á los géneros Spirostachys, Hetero- stachys (25) (Halopeplis) y Suaeda (26). 424, 8. No conozco ninguna « Euforbiácea » achaparrada que llamen « Oreja de gato »; tal vez sea algún Croton. (Oxy- dectes, según O. K.). El nombre vulgar de Oreja de gato, confr. obs. á pág. 412, línea 14, es dado á la Dichondra sericea, Sw., (27) Convol- vulácea, y al Hypericum Connatum Lom., Hipericinea (28). 428, 36. Al citar el autor en esta parte al Guayacán con el nom- bre científico de Porlvera (29) hygrométrica comete un error y una confusión. En efecto, el arbusto llamado Gua- yacán de Córdoba fué determinado por Grisebach con este nombre científico, el que, en realidad, pertenece á un árbol de Chile y del Perú ; pero más tarde el doctor Engler apercibió el error de Grisebach é instituyó para éluna nue- (25) O. K. Rev., II, pág. 555, y III, 2, pág. 266, englobael género Heterostachys en el de Spirostachys, del cual según este mismo autor no existe sino una espe= cie, que es la Sp. ritterana Ung. Sternb. (= Halopeplis Gilltesti Gris. = Hete- rostachys Ritterana Ung. Stern.) y las dos especies Sp. patagontca y Sp. vagi- nata citadas por Gris. pertenecen seg. O. K. al nuevo género Allenrolfea y á las especies 4. patagonica O. K. (Gris) y A. vaginata O. K. (Gris.). (26) O. K. Rev., IL, pág. 549, y III, 2, pág. 115, reduce el género Suaeda, por prioridad, al de Lerchea Hall. (27) 0.K. Rev., II, 2, pág. 216, considera esta especie como variedad de otra y expresa su definición por : Dichondra evolvulacea Britton var. d. sericea Poir. (Sow.) (28) Según O. K. Rev. : Hipericinea B. H. = Hipericacea O. K.( Confr. nota 11). (29) Supongo que el género instituido por Ruíz y Pavón en su Flora peruana, página 55, sea el de Porliería, pero debe haber sido incorrectamente establecido con este nombre porque si aquél fué dedicado al honor de algún sabio llamado Porlier, necesariamente el nombre del género debía ser Porliera y no Porlieria. Pero una vez asentada esta última denominación, la mayoría de los botánicos han seguido empleándola. Stendel Nomencl. y O. K. Rev., TI, 2, pág. 30, sólo reconocen Porliera. 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA va especie denominándola Porltera Lorentz Engl., Zigo- filea (30). Esta planta es llamada en Córdoba Guayacán y en San- tiago, Tucumán y Salta, en donde toma las propones de árbol, la llaman Chucupt ó Cucharero. El autor confunde el Guayacán de Córdoba con el Gua- yacán de Tucumán y Corrientes, que es la Leguminosa- Cesalpinea, Caesalpíma melanocarpa Gris. (confr., obs. á pág. 449, línea 28 y linea 40). Con todo lo dicho no es imposible que algún día se encuentren en los montes de Tucumán ó Salta ejemplares de la verdadera Porhvera hygrometrica R. y P. 425, 39. No conozco ninguna especie que lleve el nombre cientí- fico de Prosopis aphylla. La especie á que se refiere el au- tor, es sin duda la Prosopas humilas, Gill., Leguminosa-Mi- mosea, de flores rojas. N. v. : Algarrobilla del gato ó de la perdiz. Existen varias Prosopis indígenas que en sentido lato pueden llamarse áfilas (sin hojas), comó ser además de la humilis, la sericantha Gill. y la barba-trigridis Stuck. 426, 7. La especie determinada por Grisebach por Gossypranthus australis fué traspuesta por Hooker al género Guillemi- nea (31) llamándola Gurlleminea australis (Gris.) Hook., Amarantácea. Esta planta la denominan, lo mismo que otras, Amaran- táceas rastreras, Yerba del pollo, y particularmente yerba de la urpila, muy esparcida no sólo en las sierras de varias provincias, sino que se encuentra también en los alrededo- res de poblaciones, cubriendo á veces trechos considera- bles, dando así al suelo un precioso aspecto de alfombrado. 426, 8. Lo dicho sobre Dicondreas, cfr., obs. á página 411, línea 17. 426, 11. Según B. H. el género Zanthoxylum (32) pertenece á la (30) Según O. K. Rev., Zigofilea B. H. =Zigofilácea O. K. (confr. nota 6). (31) A pesar que varios autores escriben el nombre de este género Guilleminea, O. K. Rev., II, página 537, lo escribe Guilleminia. (32) O. K. Rev., L pág. 102, acepta en 1891 el género de Zanthoxylum; mien- tras que en O, K., III, 2, pág. 34, rechaza el nombre de este género y lo reemplaza por prioridad por el de Fagaras Burm., de modo que según O. K., 1. c., la planta aquí citada debe llamarse Fagaras coco, Engl. (Gill.). LA FLORA ARGENTINA 89 familia de las Rutáceas, tribu zanthoxileas (y no tribu Ru- táceas). El Zanthoxylum coco, Gill., lo llaman en San Luis y Cór- doba Coco, y en Tucumán y Salta, en donde se eleva á mayoraltura Cochucho. (Confr., obs. á pág. 446, línea 36). Su madera es blanda, de color amarillo, á veces con vetas negras. 426, 21. Existe en aquellas comarcas la especie Mimulus luteus, Lin., pero la más abundante es la de Mímulus parvrflo- rus Lindl. 426, 22. Laespecie que fué determinada por Gris., Woodsia obtu- ra ha venida á ser denominada Woodsia montevidensts por Hieron. 426, 37. La Bignoniácea de flor roja, es la misma que el autor cita en la pág. 443, línea 13, (confr. pág. 411, línea 20), con el nombre de Dolachandra cynanchoides Cham. y la que es hoy Macfadyena Cynanchordes (Cham.) Morong (33) llamada con mucha vulgaridad Zarzaparrilla. 426, 41. El color de la flor del Lyczum que cita el autor no es«azul» sino morado, como lo indica á página 443, línea 9, es el Lycium cestrovdes Schlecht., (34) Solanácea, existiendo sin embargo otros de flores mas ú menos moradas como por ejemplo los del Lycrum pruinosum Gris., L. elongatum Miers., etc. El Zycium argentinum Hier. produce flores blancas grandes con rayas violaceo-claras. Entre las especies de Lycvum se han formado una serie de híbridas debido á la fecundación de una especie sobre otra, resultando así un Tycuum argentimo-cestroides Hier. (35); un L. argentano-elongatum Stuck., un £. elon- gato-cestrovdes Hier. y otros. 426, 44. Comprendo por Cufeas plantas del género Cuphea de la (83) Según O. K., confr. notal0, la Macfadyena cynanchordes (Cham.) Morong. debe ser la Dolichandra cynanchoides, Ch. y Schl. ¡S4) Según O. K. Rev., III, 2, p. 221, debe ser Lycium cestrodes Schl. 135) Según O. K. Rev., III, 2, pág. 221, el Lycum argensinum Hieron. es idéntico con el L. cilhlatum Schl. y admite la hibrida L. cestrodes X L. ciliatum citada por Hier. siendo quizá según este autor, las híbridas citadas variedades del E. ciliatum, por ejemplo, var. £ hetermorphum 0. K. Ó var. y cordo— bense O. K. 90 426, 45. 421, 5. 427, 46. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA familia de las Litrarieas (36) tribu Litreas. Se encuentran muy particularmente cerca de acequias ó aguas corrientes, y casi todas son de flores morado-claras, llamadas San- guinaria y Siete Sangrias. En lugar de « Enotereas » debe decirse Onagrarieas (3 7) (Confr. obs. á página 410, línea 26.) Al citar el autor en este punto un clavel del arre ó flor del aire con el nombre de « Tallandsiía ciórcinalis » de flor olorosa blanca debe haberse trascordado, porque la especie T. circinalas de Gris. hoy Tillandsia Duratú Vis., Brome- liácea, produce flores moradas de poca fragancia, y existe en numerosos ejemplares en las barrancas del Rio 1*, en los alrededores de Córdoba y en casi toda la falda oriental de la sierra chica de Córdoba. La especie á que el autor se refiere y que es de flor blanca olorosa, es la que Gris. determinó con el nom- bre de Tullandsta macronemás Gris., hoy T. axphior- des Ker. Las Bromeltáceas terrestres de flores amarillas, de vara corta, espiga más compacta pertenecen al género Deia- canthon y las otras de espigas más abierta de vara larga, casi todas al género Dychra. De este último género, por ejemplo, existen en el Norte cantidades inmensas, yendo por el camino carretero que conduce de Tucumán á la Colonia Rivadavia (situada á orillas del Rio Bermejo) y después de haber pasado unas 16 á 18 leguas el rio Urueña, al Nordeste de un lugar llamado « Laguna Negra », entre el grado 64 y 65 de longitud y el 25 y 26 de latitud, se encuentran extensiones de leguas cubiertas casi exclusivamente de Bromeliáceas de “esta clase, que son el terror de los estancieros. Estas plantas contienen una fibra textil tan resistente y blanca, que fácilmente puede llegar á ser objeto de exportación. Su nombre vulgar es « Chaguar ». Creo que se emplea más la palabra Retamo con ter- minación en o y no con la terminación en a, siendo también su denominación científica Bulnesía Reta- (36) O. K. Rev., I, p. 248, adopta para esta familia el nombre de Litráceas. (37) Según nota 6 las Onagrarieas de BH. = Onagraceas de O. K. Rev. 428, h. 128, 5. 428, 11. LA FLORA ARGENTINA 91 mo (38) (Gill.) Gris., Zigofilea (39) y no Retama. Existe en aquella región la Bulnesta foliosa, Gris. que lleva idén- tico nombre vulgar, aunque he oido hablar de Retamo macho y hembra. La Tricomaria Usillo Hook. el Arn. N. v. : Usillo, Suripe- lado, pertenece á la familia de las Malpighráceas (y no Cácteas) y no encuentro razón alguna para que haya me- recido el pomposo nombre de « Gigante de las Cácteas ». El autor cita en este renglón un Oxycladus aphyllus Gris., perteneciente á las Mimoseas, cometiendo así dos errores : 1% Miers ha descrito una planta anómala como perte- neciente á la familia de las Bignoniáceas con el nombre de Oxycladus aphyllus y Gris., en Plantae Lorentzianae aceptó esta determinación. Posteriormente, cuando Gris. recibió más material y se presentó una otra especie de este mismo género pudo entonces constatar que estas plantas pertenecían á la familia de las Escrofularineas (40). Gris. en su Symb. ad Flor. Arg. las colocó con toda seguridad en el género chileno Monttea. La primera planta recibió por esta razón el nombre de Monttea aphylla Gris. N. v.: Elcui (Patag.) y Ala (Mendoza). La segunda especie, denominada por Hieron. Monttea Schickendantzw, fué también descripta por Gris. y lleva el nombre vulgar de Tintilla y Olivilla. 2% El segundo error del autor es el de atribuir esta planta á las Mimoseas (Leguminosas), en lugar de á las Escrofularíneas. En sustitución de la expresión « dilución » que se usa hablando de líquidos, mejor hubiera sido significara el concepto con la propiedad que corresponde de repetición en grado diminutivo. (38) O. K. Rev., III, 2, pág. 29, indica B. Retama Gris. Yo creo que debe ser Retamo, porquesupongo que H. A..(« Gill. ») lo denominaron primero Zygophy llum Retamo (con o). Gris. lo cambió en a en Pl. Lor, y reconociendo la prioridad con 0., en Symb. lo volvió á escribir con o. Así que, á mi entender, la planta debe llamarse B. Retamo Gris. (Gill.). (39) Según O. K., confr. nota 5, Zagofileas B. H. = Zigofilaceas O. K. Rev. (40) Escrofularíneas de B. H. = Escrofulariáceas O. K. Rev., confr. nota 3. 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 428, 10-20. En lugar de decir « Arundinácea » me parece mejor 429, 33. decir Arundinea, pues L. M. establecen una tribu con el nombre de Arundineas. Según B. H. el género Arundo está encerrado en la tribu de Festuceas. Hay dos especies indí- genas de Arundo determinadas y otras dos sin determi- narse. Generalmente, se da el nombre de Carrizo ó Carriza á Gramineas de hojas filosas como el Gynervum Argenteum Nees. (41). Sería de desear conocer el nombre científico de la especie de que habla el autor y que los indios araucanos llaman Ranqual. Existzn varias especies indígenas de Jarilla, todas perte- necientes al género Larrea, Zigofilea (42), las cuatro especies determinadas de la República Argentina son : L. Ameghinor Speg., L. cunesfolra Cav., L. divaricata lav. y L. nitida Cav. Quien conozca el camino recto desde Chumbicha á la Rioja y que por falta de locomoción ajena, haya tenido que recorrerlo per pedes apostolorum, á la fuerza tiene que llevar grabado en su memoria de una manera indeleble la imagen de un jarillar, pues creo que la jarilla es casi el único vegetal (sin excluir las gramíneas) que se encuen- tra en este trecho. Confr. lo dichoen obs. á la pág. 393, línea 39. Cácteas B. H. = «Cactáceas » O. K. La Opuntia aorantha Lam., Cáctea; es común en las provincias de San Juan y Mendoza, donde la llaman Re- taca, perteneceá la tribu de las opuncieas, sección Tephro- cactus. No conozco la Prosopis de que habla el autor con el nom- bre de Retortuña; comprendiéndose generalmente en las provincias del centro bajo este nombre á la Prosopts Strombulifera Benth. Leguminosa-Mimosea, pero esta lleva hojas menudas y no anchas como dice el autor, asi es, que debe ser otra especie aún no descripta, tal vez la misma que en Rio Negro llaman « Pata de gallo ». (Confr. á pág. 515, línea 49.) obs. (2). Rama negra llaman en algunos puntos á la Cas- (41) Gynerium argenteum Nees. = Gynertum droecum Dall., confr. nota 3. 4) Zigofileas B. H. = Zigofiláceas O. K. Rev., confr. nota 5. LA FLORA ARGENTINA 93 sia Corymbosa Lam. Leguminosa-Cesalpinea, pero pien- so que el autor no se refiere á este arbusto. 430, 9. Lo dicho de Retama. Confr. obs. á pág. 427, línea 46, igual á Retamo. 430, 10. El autor dice: «el monte se diluye», pero según el dic- cionario de la Academia Española, se entiende por diluir, extender un líquido, mezclarlo con agua. En el presente caso creo mejor empleada la palabra ralear ó ralearse. (Confr. obs. á pág. 428, línea 11.) 430, 24. Estoy muy de acuerdo con el autor, respecto al asunto naturalistas, pero no es el caso de llenar catálogos, sino de establecer herbarios públicos sostenidos por hombres científicos ilustrados, para que cualquier individuo pueda conocer y comparar sus hallazgos vegetales, obteniendo su determinación científica sin demora, salvo casos exep- cionales. (Confr. obs. á pág. 390, línea 31.) Cita correctamente el autor algunos representantes de la formación patagónica, de un interés secundario, pero omi- te uno muy interesante indicado por Ball. y que es el Man- zano, Pyrus malus, Lin., Rosácea, del cual existen grandes extensiones en dicha región. 433, 7. Que yosepa, la Mata negra de Patagonia es el mismo arbusto, que en otra parte llaman Atamisque, Atamisquea emarginata Miers (13), Caparidea (44); á veces llaman también Mata negra á la Cyclolepis gemstordes Gill. (45), compuesta, la que en otros lugares se denomina Tupis, Usillo (Mend.), Surimicuna (Rioja). 433, 33. No atino á qué arbusto podrá atribuirse el nombre de Uña de tigre, pudiera ser quizáá la Acacia praecox Gris., Leguminosa-Mimosea ; pero me cuesta creer que ella al- cance hasta esta latitud ; y en cuanto á la Grabowskia ob- tusa Walk. (46), Solanácea que tengo anotada con este 432, 27. 1 (43) O. K. Rev., IIL, 2, pág. 6, une el género Atamisquea con el Capparis, de modo que la planta indicada debe llamarse hoy según O. K. Capparis Atamis— quea O. K. (44) Caparidea B. H. = Caparidacea O. K. Rev. (45) Cyclolepis genistoides Gill. = €. genistodes Gill. ¿n O. K. Rev. (46) (Grabowskia obtusa Walk. es probablemente E. boerhavifolia W. Arn. var. obtusa (O). K. Rev. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nombre trivial, sólo ha llegado á mis noticias que alcanza hasta el sud de Mendoza. 435, 15. Lodicho sobre Cácteas. (Confr. obs. á pág. 392, línea 37.) 435, 16. Según L. M. y B. H. debe decirse L2trarieas y no Litrariá- ceas (47). Lo dicho sobre Apocineas igual á Apocináceas. (Confr. obs. á pág. 422, línea 32.) L. M. establece una familia Paroniquieas pero no Paro- niquiáceas como dice el autor, mientras que según B. H. el género Paronychía pertenece á la familia de las llece- bráceas, tribu Paroniquaeas. L. M. aceptan una familia de Sawsrfrageas, B. H. la de- nominan Samfragáceas. L. M. establece una familia Empetreas, B. H. la deno- mina Empetráceas. 437, 21. El Piche es la Fabrana imbricata R. y P., Solanácea, N. v. (araucano) Weymamuel. 437, 23. Por Canelo se comprende, en la región antártica, la Drymis Winteri Forst. y sus diferentes variedades. Lleva á más los nombres vulgares de Magnolia, Voye (Chile), Uskutta (yagán) y otros. 437, 28. Dela Región de la Puna sólo se tiene noticias por viaje- geros, pues no se han hecho exploraciones por botánicos ; supongo debe contener muchos elementos de la Flora chi- ' lena. 439, 4. Tropaeolum (48) Gerianácea, Pelargoniea. 439, 7. Lo dicho sobre Cácteas (Contr. obs. pág. 392, línea 37.) = Cactáceas O. K. Rev. 439. 39. Por Llareta, Yareta, Diareta ó Yaresa se comprenden tres Umbeliferas, la Laretía acaulis Hook., la Azorella madreporica Clos. y Azorella glebaría A. Gray., llevando esta última también los nombres Tanauala (yagán), Kethalá y Gothen (indios patag.). El Algarrobo negro, Prosopis nigra Hieron., Leguminosa- Mimosea, no es árbol sólo de la formación subtropical, con 5] (19) 440, 22. (47) Litrarieas B. H. = Litráceas O. K. Rev. (48) O. K. Rev. 1, pág. 97, rechaza el género Tropaeolum y restituye en su lugar por prioridad el género de Trophaewm L. 440, 46. 440, 47. LA FLORA ARGENTINA 95 frecuencia se lo encuentra en la formación del monte, etc., en Entre Rios, hasta en el sur de Córdoba y Santa Fe. Convengo que sea de gran utilidad y hasta de necesidad que alguna ley prohíba la explotación desordenada que se hace de los montes. En el confin de las provincias de Santiago, Tucumán y Salta he visto cebilares inmensos ; el nombre científico de estos Cebiles ó Curupaies, es Paptadema Cebtl Gris. Ellos segregan una goma parecida en aspecto y calidad á la goma arábiga y la que puede reemplazarla. Esta goma cebil sería un buen artículo de exportación, siendo de algún valor y de mucho consumo. Según Engler la Ruprechtia corylifolia Gris. (49) es idén- tica con la Ruprechtva excelsa Gris. la primera lleva el nombre vulgar de Manzano del campo, Manzanillo, Du- raznillo blanco, Zapallo-caspi?, Higuerita, y la segun- da, Virarú, V. colorado, Ibaró, Ibirá-ró, Palo de lanza, Palo de lata. Según el mismo autor la Ruprechtia polystachya Gris., es idéntica con la Ruprechtra Virarú Gris. N. v. : Virarú, Ibira=ró, Virarú blanco, Palo de lanza, Duraznillo blanco, Viraró, Ibirá-hú?, Palo negro?, Poligonéas (50). La Jacaranda chelonía Gris. Bignoniácea. N. v. : Jaca- randá, Talco, Tarco (Tuc). Paraparay-guazú (Corr.). La planta citada porel autor por Tecoma sians Gris., Bigno- niácea es hoy, según Hieron., la Tecoma Garrocha Hie- ron, (51). N. v. Garrocha, Guaran, Guarán-guarán, Gua- calanguay Una de las Bignoniáceas las más esparcidas y que tam- bién se encuentra en la región del monte hasta en el (49) O. K. Rev., 1117, pág. 270 une el género Ruprechtia C. A. Meyer con el de Triplaris L. de modo que según este autorl. c., tenemos: Triplaris corylifolia. O. K. var. « obtusa O. K. (Gris.: y var. y excelsa O. K. (Gris), y Triplaris po- lystachya O. K. (Gris). (50) Poligoneas B. H. = Poligonaceas O.K. Rev. (51) O. K. Rev. 1, pág. 477 y ILI?, pág. 243, hace desaparecer el género Teco- ma Juss., restituyendo en su lugar por prioridad el de (Gelseminum Weinm. y separa (probablemente por error, en dos especies la una existente, expresándose, Le. así: Gelseminum stams O. K. (L.) y Gelseminum Garrocha O. K. (Hieron.). 96 443, 2 4h, (19) Dc 443, 31. 19) S ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA norte de la provincia de Córdoba es la Tabebura nodosa Gris. (52). Arbusto singular, llamado Palo cruz, Cruz- caspi, Quiñac (Santiago). Lo dicho sobre Lycim cestrovdes Sehlecht. (Confr. obs. á pág. 426. línea 41). Lo dicho sobre « Dolichandra cynanchordes Cham. » hoy Macfadyena cynanchordes (Cham.) Morong. (Confr. obs. á — pág. 412, línea 20 y á pág. 426, línea 37.) La « Trompetilla de Venus » es según el autor el Pathe- coctenvum clematordeum Gris., Bignoniácea. Para la planta determinada por Gris. Asterostigma vermitoxicum (según B. H. Staurostigma vermitoxicum) el doctor Engler instituvó el nuevo género Synandrospadiz, obteniendo por consiguiente la planta el nombre científico Synandrospadie vermitoxicum Engl., Aroidea (53). Ella es llamada vulgarmente en Santiago, Tucumán y Salta; Sachaco!, Presidenta, Choclo del diablo, etc. El jugo de ella es cáustico y todas las partes (disecadas y pulveri- zadas) de esta planta sirven, espolvoreándolas en las heridas infectadas de los animales domésticos, para matar los gusanos producidos ahí por la mosca; lo que le ha valido su nombre de vermitozicum. Es también una de las pocas plantas que no es atacada por la langosta. Referente á la especie que el autor opina pertenecer al género « Pancratium» me inclino á creer que sea una especiede Cladanthus, porla razón de queel área geográfica del género Pancratium se reduce á la Región mediterránea, Islas Canarias é Indias Orientales y porque tenemos varias especies indigenas de Cladanthus (Amarilideas) (54). Sobre Cácteas B. H. = Cactáceas O. K. Rev. (Confr. obs. á pág. 392, línea 37.) Siempre he oido denominar los árboles de Tipa con el articulo la y no con el él, sonando mejor la tipa y no el tipa. Los de Tucumán pertenecen á dos especies del mismo (52) O. K. Rev. une también el género Tabebuja con el de Gelseminum,de ma- nera que según este autor Rev. pág. 245 la planta debe llamarse: Gelseminum nodosum O. K. (Gris.) (53) Aroideas B. H. = Araceas Engl. y O. K. Rev. (54) Amarilideas B. H. = Amarilidáceas O. K. Rey. LA FLORA ARGENTINA 97 género, Machaertum tipa Benth. y M. pseudo-tapa Gris. Leguminosas-Papilionáceas (55). 443,42. La Bromeliácea citada por Gr:s. con el nombre de « Che- valvera grandiceps » es la Aechmea polystachya de Mez. (56). 443, 44. La planta parásita Loranthus Cunerfolrus R. € P., Loran- tácea, es muy común no sólo en la región subtropical, sino en latitudes mucho más australes, presentándose en San Luis, Córdoba, Santa Fe, Entre Rios. La llaman vul- garmente Liga, Liguilla. hhh, 22. El hermoso helecho determinado por Gris. con el nombre de Davalia inaequalis resultó deber registrarse hoy bajo el nombre de Dennstaedtra tenera Mett. var. dentatu Hieron. h44, 23. En lugar de Bromelias me parece mejor en el presente caso decir Bromelráceas, porque se trata no sólo del género Bromelva, sino de plantas pertenecientes á la familia de las Bromeliáceas, como por ejemplo del género Billbergra, JAechmea (57), Puya y otros. hkk, 2%. Llámase Sachagúasca 6 Sacha-huasca no sólo á algunas Bignoniáceas, sino por ejemplo á la Malpighiácea, Hivraea brevifolía B. H. (= Mascagnia brevifolra Gris.) de Orán; la Asclepiadea (58) Laseguea Hookeri Muell. (Echites Tnecdiana, Hieron.) (59) de la formación del Monte y región subtropical. (Confr. obs. á pág. 426, línea 37, y 443, línea 13.) hkk, 29. En el Cerro Negro, departamento Rosario de la Fron- tera, provincia de Salta he visto montes de Urera baccifera (55) Seg. OK. Rev. III, 2, pág. 72, las dos especies citadas deben unirse bajo la sola denominación de Tipuana Tipa O. K. (supongo que Tipu sea error de im- prenta). (56) 0. K. en Rev., II, pág. 698 (1891) admite el género Aechmea, pero en O. K, 111, 2, pág. 303, reemplaza el género Aechmea R. et P. por prioridad con el de Horwriri Ad.; de consiguiente la planta citada debe llamarse según O. K. Hoiriri polysta— chya O. K. (Mg.). (57) Según O. K. Rev., IIl, 2, Aechmea R. et P. = Hoiriri Ad. (58) Asclepiadea B. H. = Asclepiadácea O. K. Rev. (59) O. K. Rev. III, 2, pág. 197, cita una Laseguea erecta Muell. como sinónima de Echítes Tweediama Hieron., tal vez que ella sea idéntica con la Laseguea Hookeri Muell. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVDJI 1 98 ANALES DE LA SOCIEDAD (CIENTÍFICA ARGENTINA Gaudich. Urticacea. N. v. : Ortiga brava ú O. grande, de varios metros de altura, tanto que tapaba el ginete á - caballo. (Confr. obs. á pág. 458, línea 1.) hhh, 49. Las « Solaneas » de L. M. = Solanáceas B. H. y O. K. Rev. (Confr. obs. á pág. 410, línea 4.) 45, 1. La palabra « glauca » es latina y significa un verde mar grisáceo. 445,5. Somos bastante amigos con el señor Adolfo Methfessel; es un insigne pintor y ha producido centenares de magníficos cuadros representando bosques y paisajes de las provin- cias de Catamarca, Tucumán, Salta, etc. En su compañía hemos cazado el cuervo real, Cathartus papa. 415,8. Elárbol denominado por Chalchal ó Chalchalero y otros nombres vulgares fué determinado por Juss. con el nom- bre de Schmadelra edulas y citado por Gris. fué traspuesto á otro género y es hoy 4llophyllus edulis St. Hil., Sapin- dácea. 445, 9 y 18. Elnombrede Horco-molle es aplicado á variasplantas: 1% á la Celestrinea (60) Maytenus magellanica Hook. ; ella es de Patagonia, Mendoza y Córdoba; 2? á la Sapotácea Bumelta obtusifolia Roem. y Schult. (61) de la región subtropical, provincia de Tucumán; y 3% según el doc- tor Miguel Lillo, á una Mirtácea del género Calyptran- thos (62) de la región subtropical quizá la Calyptranthes aromatica St. Hil. de Misiones y Brasil. 445,31. Con el nombre vulgar de Lapacho compréndese no sólo la Bignoniácea, Tabebuva Avellanedae Lor. sino también á la Tabebura flavescens Benth. et Hook. (63) y algunas otras de la misma familia aún no determinadas. (60) Celastrineas B. H. = Celastráceas O. KK. Rev. (61) O. K. Rev., 11, pág. 406, substituye por prioridad el género Bumelia por el de Eyciodes L., de modo que esta planta debe llamarse según O.'K. Lyciodes obtusifolia O. K. (R. et $.). (62) O. K. Rev., 1, pág. 238, reconstituye por prioridad el género Chytraculia P. Br. en lugar del de Calypiranthes Sw. (63) 0. K. Rev., IT, 2, pág. 245, engloba los géneros Tecoma y Tabebuia en el de Gelseminum Weinm. por consiguiente según este autor las dos Bignoniáceas cita- das deberían llamarse : Gelseminum Avellanedae O. K. (Gris.) y E. flavescens B. H. (Confr. notas 51 y 52). LA FLORA ARGENTINA 99 445, 37. Compréndese por Arrayán la Mirtacea Eugenia unmiflora Lin. (64) y otras especies del mismo género. 445,40. L.M. establecen una familia separada «Bombáceas »; se- ; - gún B, H. el género Chorisra pertenece á la familia de las Malváceas, tribu Bombáceas. La Chorisia msignis H. B. K. es llamada N. v. Fuchán ó Palo borracho. Se encuentra en abundancia en ciertos parajes de las provincias del norte. (Confr. obs. á pág. 448, línea 15.) El árbol que existe en Corrientes y Misiones llamado Sa- muhú ha sido con cierta duda adscriplo al género Ermoden- dron, Malvácea, y á la especie Ertodendron Samauna Mart. (65). 446, 36. Lo dicho sobre coco, Zanthoxylum coco Gill.(66). (Confr. obs. á pág. 426, línea 11.) 447, 11. Las Compuestas B. H. son sinónimos de las Sinantéreas. 448, 15. El Palo blanco, Aguay, Mata ojo, es el Chrysophyllum- lucumafolvum Gris., Sapotácea. El Laurel es el arbol determinado por Gris. con el nom- bre de Nectandra porphyria Gris. Laurinea (67). Este fi- gura hoy bajo la denominación Phoebe porphymia (Gris.) Mez. El Timbó ó Pacará es el Enterolobium timbouva Mart. Leguminosa-Mimosea (68). 449, 15. Ojalá me equivocara, pero dudo que el doctor Kurtz pu- blique la descripción de las plantas que trajo de Formosa. 449, 22. El género Oenothera pertenece á las Onagrarieas (Ona- gráceas, según O. K.). (Confr. obs. á pág. 410, línea 26.) 446, (5) (64) O. K. en Rev., I, pág. 238, admite el género Eugenia; mientras que en Rev., III, pág.89, lo engloba en el género de Myrtus : la especie Eugenia uniflora L. la reduce, 1. c., á Myrtus brastltana L. (1753), var. « normals. (65) O.K.I, pág. 74, substituye por prioridad al género Eriodendron D. C. el de Xylon L., de modo que la planta debería llamarse según este autor Xylon Samau- na O. K. (Mart.) y (66) Zanthoxylum coco Gill. = Fragaras coco Enel. (Gill.). (Confr. nota 32). (67) Laurineas B. H. = Lauraceas O. K. Rev. (68) O. K. Rev., 1, pág. 182, repone al género Fewilleca (Fevillaea) por prioridad en lugar del de Enterolobúwm Mart., y según O. K., 111 ?, pág, 63, laplanta llamada antes Enterolobúwm timbowva Mart., debe llamarse hoy Fewilléea contortisiliqua O. K. (Vell.) 100 449, 23. 450, 5. 450, 42. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA L. M. establece una familia «Canáceas» B. H. engloba el género Canna en la familia de las Zingiberáceas (69). Tenemos varias especies de Canna, llamadas Achiras. El Guayacán de este territorio es como dije en la obser- vación á página 425, línea 36, la Leguminosa-Cesalpinea, Caesalpinia melanocarpa Gris. (y no Porliera hygrometrica R. y P.). (Confr. obs., á pág. 425, línea 36.) La Aristolocina de flores grandes es probablemente la A. Macroura, Gomez, Aristoloquiácea. El Palo blanco es Chrysophyllum lucumafolium, Gris. Sa= potácea. (Confr. obs. pág. 448, línea 15.) El Quebracho colorado es Quebrachia Lorentzú Gris. Ó Schinopsis Lorentz Engl., Anacardiácea, y no como pone equivocadamente el autor « Aspidosperma». (Confr. nota n' 4.) El nombre de Mbocayá se aplica ¿Palmas pertenecientesá las especies Acronomia totay Mart. y A. sclerocarpa Mart. Muchas Bromeliáceas llevan el nombre vulgar de Cara- guatá. La especie de la que probablemente se trata aquí es la Bullbergia nutans, Wendt. denominada también Plu- mas del Brasil. Timbó 6 Pacará es el Enterolobvum timbouva Mart. Leg.- Mis. (Confr. obs. á pág. 448, línea 15) (70). El nombre de (fruayabo se da á la Mirtácea Psidvuwm guayaba Raddi y á otras especies de la misma familia (71). Del género Chamaerops, Palmas, no tenemos representan- tes en la República Argentina. La Cecropia peltata L., Urticácea, que cita el autor es hoy el Cortotapalus peltatus (L.) Britton (72). Esta planta lleva los nombres vulgares siguientes : Am- (69) O.K. Rev., I, engloba las Zingiberáceas en la familia de las Escitaminaceas. (10) Enterolobvum timbouva Mart. = Fewilléea contoriisiliqua O. K. (Vell.). (Confr. nota 68). (71) O. K. Rev., I. pág. 239, reduce el género Psidium L. al de Guayava Moehring y en O. K. Rev., 111,2, pág. 89, aún el de Guayava al de Myriws L. y llama en la pág. 91, la planta antes citada Myrtus Guayava O. K. (L.) (72) O. K. Rev.) L, pág. 623, reconstruye por prioridad el nombre del género Ambaiba, Barrére, de modo que según el mismo autor, 1. c.. la planta debe lla— marse Ambaiba peltata O. K. (L.). LA FLORA ARGENTINA 101 bay, Ambai, Ambauva, Imbahyba, Taruma, Ambai-tinga, Arvore da trombeta (Bras.). 451, 23. La Victoria Crusiana d'”Orbigny es sinónima con la « Victoria regía Hook. », Nimfeácea. N. v. : Irupé (Corr.). (Confr. obs. á pág. 472, línea 25.) 452, 6. Araucaria brasiliensis á Rich. Conífera, N. v. : Pino de Misiones (73). 452, 10. La yerba mate es la Jlexw paraguayensis St. Hil., Ilici- nea (74). 452, 1. Sobre Caraguatá, confr. lo dicho obs. á pág. 450, línea 3. 452, 50. . 4Arundo Donax Lin. Graminea, tribu Festuceas. N. v. : Caña común. 453, h-5, LT, k. De la familia de las Gramineas, tribu Bambu- seas, tenemos en Corrientes, Chaco y Misiones una infini- dad de individuos, pero su determinación presenta alguna dificultad. Los que hasta ahora se conocen, representan los géneros Arundinaria, Arthrostylidvum, Merostachys, Chusquea, Bambusa (715) y son llamados en guaraní Ta- cuara, Bambú-taquara, Taquaré, Taquara-assú, Taquara- guazú, Taquara-assy, Taquapará, Tacuarembó, Tacuaru- zú; todos producen cañas, más ó menos huecas, de diferentes aspectos y longitudes. 453, 36. L. M. admiten una familia de «Canáceas» según B. H. el género Canna pertenece á la familia de las Zangaberá- ceas (76), tribu Caneas. (Confr.obs. ápág. 449, línea 23.) 453, 39. Las sinantéreas son sinónimas con las compuestas. (Confr. obs. á la pág. 447, línea 11, 446, línea 48 y otras.) 453, 40. En lugar de Ipomea megalopotamica debe decirse Ipomoea megapotamica (Gris. (non Choissy) (77), Convolvulácea, N. v.: Mechoacán. Esta planta no pertenecen ni al género Argyreva determinada por Gris. en Plantae Lorentz, ni (13) Según O. K. Rev., 111,2, pág. 375, el nombre que corrresponde á esta plan- ta es el de Araucaria angustifolia O. K. . (74) Ilicinéas B. H. = Aquafoliáceas O. K. Rev. (15) O. K. Rev., IL, pág. 750, sustituye por prioridad al género de Bumbusa Schreb. el de Arundarbor Rumpf. (76) Zingiberáceas B. H. = Escitamináceas O. K. Rev. (Confr. nota 69). (77) Según O. K. Rev., I11?, 217, el nombre Maripa debe ser reemplazado por prioridad por el de Murucoa Aubl. y llamarse la planta Murucoa megapotamica O. K. (Gris.). 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA al de lpomoea determinada por Gris. en Symb, sino al género Maripa Aubl. y debe recibir el nombre de Maripa megapotamica (Gris.) sec. B. H. 453, 43. Véase lo dicho sobre la palabra « glauca » á la sema ción de la página 445, línea 1. 454, (1) Guasca; Sachaguasca. Confr.lodichoálaobservación página 426, línea 37, y página 443. línea 13, y página 444, línea 34. 455, k. La Calliandra Tweedw Benth. (78), Leguminosa-Mimosea. N. v.: Plumerillo. 455, 14. La Dorstenia brasuliensis Lam., Urticácea. N. v.: Con- trayerba del Perú, Higuerrilla, Caá-piá, Taropi, etc.(Bras.) 455, 29 (2). En lugar de Phyllodendron debe decirse Philoden- dron, Aroidea (79). Tengo motivos de creer que la espe- cie existente en aquella región es el Philodendron brpin- natifidum Schott. N. v. : Ananga-iba, Banana de imbé, B. timbó, Fruto de macaco (Bras.). 456, 47. En lugarde «Bignonias» debe decirse, tratándose de familias, Bignontáceas. 457, 1. En lugar de Personadas debe decirse según B. H. Escrofu- laríneas (80). 457, 1. Referente á Ortiga brava, Urera baccifera Gaudich., Ur- ticácea, confr. observación á la página 444, línea 29. 458, 57. 3, 6, 21. En lugar de «Ficácea» debe decirse especie de Ficus, pues según B. H. el género Ficus pertenece á la familia de las Urticáceas, tribu Artocarpeas. El Ficus Iba- pohy ó mejor el Ficus Iba-pohy D'Orbigny es llamado en Corrientes, Misiones y Paraguay, N. v. : Guapoy, Ibapoy, Ibapohy, Ibaputá, Ibaterrey, Higuerón. . 458, 17. En lugar de la palabra «anastomosarse» me hubiera pare- cido más sencillo y más comprensible la palabra adherirse.” 459, 4. La Araucaria brasiliensis, A. Richard, (81) Conífera, es el pino de Misiones. (718) Según O. K. Rev., L pág. 182, el género Calltandra debe ser englobado por prioridad y pertinencia en el de Feualléea L.; por consiguiente la Callian= dra Tweedú Bth. debería llamarse Feuwilléea Tweedii O. K. (Bth.). (179) Aroideas B. H. = Araceas Engl. y O. K. Rev. (80) Escrofularineas B. H. = Escrofulariáceas O. K. Rev. (Confr. nota 3). (S1) Según O. K., la Araucaria brasiliensis A. Rich. = A. angustifolia O. K. (Confr., nota 73). LA FLORA ARGENTINA 103 460, 28. Enlugar de «Pterideas» me hubiera parecido mejor de- cir especie del género Pteris ó tal vez, para dar á la palabra un sentido más lato, Helechos ó Pteridofitas. 460, 28.. Representantes del género Hypolepas, que yo conozca no existen en la República Argentina. 460, 34. Tanto los representantes del género Asplenvum como los del género Pteris, son numerosos en la República Argenti- na, pero no encuentro, ni la especie Asplenvum erectum, nila especie Doryopteris (82) ó Pteris sagrultafolia, amota- das por el autorcomoexistentes en la República Argentina. 462, 5. En lugar de decir « arboresce » me parece más correcto expresarse : toma forma arborescente. 462, 12. Debesubstituirse la palabra « Vothochlena » porel Notho- chlaena, lo mismo queen la línea 17. (Confr. obs. á pág. 410, línea 21.) 462, 13. Hubiérame parecido más comprensible, que el autor hubiera dicho, en lugar de « Blechneae (83) Asplenieae, Aspidiea» (84); y á la línea 9: «Polydodieae » especie de Blechnum, Asplentum, Aspidium, Polypodium. Del género Nephrolepis no tengo anotado ningún repre- sentante en la República Argentina. : 462, 13. En lugar de « Villaría » debe decirse Vittaria. 462, 17. El autor cita en'esta línea el género Cassebeera ; á lo que objeto : que la especie Cassebeera triphylla (Lam.) Kaulf. enumerada por Parodi, Ball, Niederlein y otros, es hoy aceptada bajo el nombre de Pellaea triphylla (Lam.) Prantl. (85). 462, 13 y.17. Me parece más correcto Anemia y no Anemia (86). (82) Según O. K. Rev. el nombre genérico es Dryopteris y no Doryopteris co- mo dice el autor. (83) O. K. Rev. I, pág- 820 restituye por prioridad el género Spicanta Hall. al de Blechnum L .de modo que según O. K. debe decirse Spicanta y no Blech- num; Espicanteas en lugar de Blecneas. (84) O. K. Rev., II, pág. 808, engloba el género Aspidvuwm junto con el de Ne- phrodiwm en el género Dryopteris. (85) O. K. Rev.. III, 2, pág. 387 llama esta especie Bukeropteris triphylla O. K. (1891, Kaulf.) ; reemplaza por lo demás por prioridad el género Pellaea Link por el de Allosorus Bernh. (86) Como O. K. Rev. II, pág. 806 no admite diptongos, llama á este género Anemia en lugar de Aneímia. Confr. O. K. Rev., 111, 2, pág. 377. 462, 17. 464, 31. 465, 47. 465, 47. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En lugar de « Diksomúa » debe decirse Dicksonta. Solaneas L. M. = Solanáceas B. H. y O. K. Rev. En lugar de «dilución» paréceme mejor en este caso de- cir: comparación diminuta ó mezquina. (Confr. obs. á pág. 228, línea 11, y á pág. 430, línea 9.) En lugar de «Hidrocleas» debe decirse Hydroclers. (Confr. obs. á pág. 467, línea 38.) Las « Sinantéreas » son sinónimas con las Compuestas de B. H. y de O. K. Rev. (Confr. obs. á pág. 447, línea 11.) L. M. admiten la familia de «Pasifloreas» B. H. establecen la de Pasifloráceas. L. M. admiten la familia « Tropeóleas » (no Tropeolá- céas). B. H. engloban el género Tropaeolum (87) en la fa- milia de las Geranzáceas, tribu Pelargonieas. La familia de las « Dioscoreas » de L. M. corresponde á la de las Dioscoreáceas B. H. El género «Duvaua» (88) admitido por L. M. ha sido en- globado por B. H. en el de Schinus y la familia de « Tere- bintáceas » (sin s si se trata de un solo representante) es la misma que B. H. llaman Anacardráceas. En lugar de « Pitecocienvum » debe decirse Pathecocte- NUM. En lugar de « Ranunculáceas » debe decirse Ranunculá- cea (sin s). Después de « pitito » puede añadirse Tropaeolum (89) pentaphyllun Lam. Geraniácea-Pelargoniea. (Confr. obs. á pág. +15, línea 47.) Véase lodicho sobre Té pampa obs. á pág. +14, línea 39. Confróntese lo dicho sobre Nandubay y Caldén en obser- servación á página 405, línea 39. Creo debe decirse surgió en lugar de « Surgirió ». Apocineas L. M. = Apocináceas B. H. (87) Según O. K. Rev. Tropaeolum L. = Trophaeum L. (88, O. K. Rev., IHI?, pág. 46, á pesar de englobar también como B. H. y Dur. Ind. el género Duvaua en el de Schinus, juzga sin embargo mejor, por las diferencias grandes que existen entre ambas divisiones, de separar el género en las especies de Schinus y Duvaua. (89) Según O. K. Rev. el género Tropaeolum L. debe ser sustituído por el de Frophaeum. (Conf. notas 48 y 87).) 467, 48. 466, 49. 467, 37. 467, 38. 470, 47. LA FLORA ARGENTINA 105 : Sinantéreas. = Compuestas de B. H. (Confr. obs. á pág. 447, línea 11.) En lugar de Umbelifera (singular) paréceme mejor decir Umbeliferas (plural). (Confr. obs. á pág. línea 39.) En lugarde « Enoterea » debe decirse Onagrariea(= Ona- gracea O. K. Rev.). (Confr. obs. á pág. 410, línea 26.) En lugar de « Hidrocleas» debe decirse Hydrocleis. (Confr. obs. á pág. 65, línea 46.) Según L. M. las « Butomeas » constituyen una familia aparte; según B. H., forman una tribu dela familia de las Alismáceas. Aquí el autor llama « Victorra regia, Hook.», Nimfeácea, á la misma planta que en la página 451, línea 23, de- nomina Victoria Cruziana d'Orbigny. 468 á 474. Con el capítulo sobre «Camalotes» el autor entra en una esfera de literatura ajena á la índole de un Censo, pareciéndose más bien á la introducción de una novela ó á uncuento de hadas. Estimo que, para el mejor acierto de la obra, este capítulo, sin importancia alguna, hubiera podido reducirse y en el sobrante del espacio ocupado, introducirse por el autor algunos párrafos sobre los vegetales cultivados en mayor escala en nuestra re- pública ; porejemplo : sobre árboles frutales y de adorno, sobre maíz, maní, mandioca, trigo, tabaco, papas, lino, alfalfa, etc., para así obtener una reseña general y más completa de lo que es la Flora Argentina. Córdoba, junio 26 de 1899. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA (ARTÍCULO BIBLIOGRÁFICO Y CRÍTICO) Reunimos bajo el título común que encabeza á estaspáginas dos reseñas que, con un mero propósito bibliográfico, teníamos pen- sado consagrará las interesantes publicaciones á que este artículo se refiere. Al resolvernos á formar un solo conjunto con esas reseñas, creímos útil ensanchar el cuadro primitivo, y ello nos ha llevado á dar cierto carácter crítico á-la segunda parte de nuestro trabajo. El lector verá, por lo demás, que no nos mueve á ello ninguna otra intención que la muy sincera de contribuir al mejor esclarecimiento de las interesantes cuestiones que se plantean y aun se procura resolver en dos de las publicaciones que examinamos. El objetivo principal de nuestro trabajo es propender á la di- vulgación, al estudio, entre nosotros, delas cuestiones de enseñanza de las matemáticas. La dilucidación cientítica de éstas presenta cada día mayor interés, — como lo comprueba la misma apari- ción de las publicaciones que motivan este artículo. Entre nosotros, ello serviría, siquiera, para encaminarnos más rápidamente hacia mejoras que están á la orden del día, en los colegios principal- mente. No es nuestra intención insistir más al respecto, por hoy. La plena justificación de lo que decimos tocante á la importancia real de estas cuestiones nos llevaría muy lejos. Sería menester, qui- zás, abordar el asunto, más vasto, de la legitimidad de la Peda- dogía como ciencia, para derivar de ella la de una « Pedagogía ma- temática ». Para nosotros, ella es más que un arte, ó en todo caso, PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 107 un arte bien complicado, cuyo aprendizaje es de los más difíciles y delicados. Sea lo que fuere al respecto, sea ó no una ciencia la adusta Pedagogía, esperamos que la importancia y dificultad de algunos de los problemas que ante ella se plantean no escapará al que lea estas páginas. Podrá entonces colegir la trascendencia y complicación del problema considerado en toda su amplitud y en sus reales proyecciones. En la segunda parte de este artículo, tendremos ocasión de pre- sentar, en síntesis, la materia principal de lo que podría lla- marse la Pedagogía matemática primaria. Ello permitirá apreciar el real interés que presenta el estudio de los problemas pedagó- gicos en general. UNA NUEVA REVISTA INTERNACIONAL DE ENSEÑANZA MATEMÁTICA L'Enseignement mathématique. Revue internationale, paraissant tous les deux mois. — G. Carré et C. Naud, Paris, 1899. — Año 1*, n* 1, enero 15; pr. : 15 fr. al año (Unión postal;. Directeurs: C. A. Laisant, Docteur és=sciences, Répétiteur a École poly= technique de Paris, et H. Fehr, Privat-docent a Université de Genéve, Pro- fesseur au Collége et a École professionnelle: Comité de patronage: P. APPELL (Paris). — N. Boueatev (Moscou). — Moritz CANTOR (Heidelberg). — L. CremoNA (Roma). — E. CzuBER (Viena). — Z.-G. DE GALDEANO (Zaragoza). — A.-G. GREENHILL (Woolwich). — F. KLEIN (Gottingen). — V. LicurIve (Varsovia). —P. MAnNsI0N (Gand,. —MiTTAG=LEFFLER (Stockholm). — G. OLTRAMARE (Genéve). — Julius PETERSEN (Copenhague). — E. PicarD /Pa- ris,, — H. PorncarEÉ (Paris). — P. H. Scuoure /Groningue). — (C. STEPHANOS (Atenas). — F. Gomes TerxeIRaA (Porto). — A. VASSILIEF ¡Kassan). — A. ZIWET (Ann—Arbor, Michigan, U, $. A.). SOMMAIRE (N* 1) Les DirecTEURS, L'Ensergnement mathématique. =- Z. G. DE GALDEANO, Les Mathématiques en Espagne. — €. A. LalsaNrT, Les Questions de Terminologte. — Alfred Biver, La Pédagogie scientifique. — H. Laurenr, Considérations sur Uenseignement des mathématiques dams les classes de spéciales de France. — H. Fenr, Sur Vensergnement des elements de trigonométrie. — G. FONTENE, Sur Venseignement de la théorie des Vecteurs. Chronique : Congrés de Dússeldorff, D" Maurer (Dússeldorff). — La Société 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA italienne Mathesis, FE. Grupice (Génes). — Les programmes de Venseignement intérieur de UÉcole polytechnique de Paris. — Récents traités classiques de géométrie en Italie et en France. — Congrés international des mathémati- ciens de 1900. — Les moyens physiques dans le calcul. — La Brbliotheque mathématique des travailleurs, D" HuLmANN (Paris). — Société mathématique de France. Bibliographie : Lazz1r1I e BASSANI, Eleménti de Geometría (L. RiperT, Paris). — P. ArrELL, Elements analyse mathématique (A. €. GREENHILL, Woolwich). —6G. OLTRAMARE, Calcul. de généralisation (C. A. LAISANT). — L'Éducation mathématique, journal publié par P. Griess et H. VUIBERT. — Annuarre pour Pan 1899, publié par le Bureau des Longitudes. Bulletin bibliographique. La fundación de /'Ensergnement mathématique es seguramente un acontecimiento digno de sercelebrado por todos aquellos, sin distinción de nacionalidades, que se interesan en los progresos de la ciencia matemática. Su carácter francamente internacional, pri- mero; los nombres de sus reputados fundadores, en los cuales pueden verse representadas, más ó menos directamente, pero satis- factoriamente, las dos tendencias ó escuelas que hoy priman en la ciencia (la francesa y la alemana); los nombres, en fin, de los ¡ilustres sabios bajo cuyo alto amparo, con cuyo elevado concurso moral, y aun efectivo, nace la nueva revista; todo hace que esta iniciativa salga de lo ordinario y tenga desde luego conquistada, al par que el respeto, la simpatía universal. Deseoso por nuestra parte de traer á tan feliz suceso nuestro hu- milde tributo, concurriendo, en una débil medida siquiera, á la difu- sión de la bella publicación de los señores Laisant y Fehr, nos pro- ponemos hacer un análisis detenido del primer número de la nueva revista, — el único que hasta ahora haya llegado, á nuestras manos. Aprovechando la ocasión quese ofrecía de consignar los rasgos bio- gráficos dela mayor parte de los nombres eminentes vinculados á esa notable empresa, nos hemos dejado llevar un poco por nuestra afición á las investigaciones de ese orden, reuniendo algunos datos que, aunque escasos, contribuirán tal vez á realzar el interés de estas páginas. Principiaremos por ellos. Luego nos detendremos un poco en el programa de la nueva publicación. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 109 Í. — DATOS BIOGRÁFICOS DIRECTORES Laisant (C.-A.). Nació en Nantes en 1841. Es tan conocido como político que como matemático. Respecto de lo primero, sólo diremos que M. Laisant ha sido diputado de tinte muy radical y uno de los partidarios más ardientes del general Boulanger, habiéndose retirado de la política, cuando la disolución del primitivo partido « nacionalista », con el más sincero aplauso de sus numerosos amigos y admiradores del mundo de las ciencias. Como matemático, se señaló desde 1877 con una importante tesis de doctorado, titulada Les applica= tions mécaniques du calcul des cuaternions. Luego publicó, siempre sobre las materias de su predilección, la Introduction úu la méthode des cuaternions (1881) y la Théorie et application des équipollences. También se le deben otras obras, no tan especiales, elementales algunas, entre las cuales hay que citar el Recueil de problemes de mathématiques (1893), muy completa, y una última y notable obra á la cual no debe ser, sin duda, indiferente su actual iniciativa : La Mathématique. PHiLoSOPHIE; ENSEIGNEMENT (1 vol. inm-8”, de 296 pág., con > fig.; G. Carré et C. Naud, Paris, 1898). — M. Laisant es un escritor de nota. Es uno de los fundadores de la Grande Encyclopédie, en curso de publicación, que es la compilación francesa más notable en su género y en la cual ha colabo- rado principalmente, con artículos relativos á las ciencias matemáticas, natural- mente. Colabora también activamente en la Revue générale des Sciences, en su sección bibliográfica. Ha sobresalido como periodista, habiendo dirigido en 1879 el Petit parisien. En fin, M. Laisant es desde años atrás repetidor en la Escuela Politécnica de París, de la cual ha sido alumno. Fehr (H.), privat-docent de la Universidad de Ginebra, profesor en el Colegio y en la Escuela profesional de la misma ciudad. Ha traducido al francés algunás obras alemanas; colabora activamente en la Revue générale des. Sciences (bibliografía), y sin duda en otras publicaciones. COMITE DE PATROCINIO Appel (Paul), miembro de la Academia de ciencias de Francia, profesor de Mecánica de la Facultad de ciencias de París y de Análisis matemático de la Escuela central de Paris. Es uno de los matemáticos más eminentes de Francia. Se le debe. entre otras obras, el Traité de mécanique rationnelle [Faculté des sciences, 1893); sus Lecons sur P'attraction et la fonction potentielle ¡Sorhonne, 1890-1892), y sus recientes Éléments analyse mathématique (École centrale, 1898. Cantor (Moritz), que no hay que confundir con Georg CANTOR, su hermano, creemos, más célebre aún. sobre todo por sus fundamentales trabajos sobre la historia y la filosofía de las Matemáticas. Nació en Mannheim (1829). Estudió 110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en Heidelberg, Gottingen y Berlín, y se graduó (1853) para la enseñanza en la primera de estas ciudades, donde es aún profesor honorario. Ha escrito nume- rosas obras, y colabora en la importante revista alemana Zertschrift fir Mathe= matik und Phystk (Leipzig). Cremona (Luigi). Nació en Pavía (1830); actuó en las guerras de la indepen— dencia (1848-49), ingresando luego á la Universidad de Pavía. Después de una brillante carrera en el profesorado elemental y superior, llegó (18783) á ocupar la cátedra de Matemáticas superiores en la Universidad de Roma, y luego la direc ción de la Escuela Politécnica de Roma. Ha publicado numerosos trabajos en diversas revistas : uno de ellos (sobre superficies de 3' grado) fué coronado con el premio Steíner por la Academia de “ciencias de Berlín. Pero su gran título de gloria consiste en sus trabajos sobre Geometría proyectiva y la Estática gráfica: en esta última rama se ha colocado al lado del mismo Culman, con su célebre obra Le figure reciproche nella statica grafica (3" edición, 1879). Sus Elementi di calcolo yrafico (1874), han sido traducidos al alemán, y sus Elementz di geometria projettiva (1873), son célebres también. La influencia de Cremona en los progresos de la enseñanza científica italiana (sobre todo en la organización de las escuelas técnicas), ha sido preponderante. Es también senador del Reino. Czuber (E.). Es profesor de la Escuela Politécnica de Viena. Ha escrito Vor= lesungen úber Differential und Integralrechnung (1897-98, 2 tomos). Galdeano (Zoel G. DE), matemático español muy distinguido, autor de apre= ciados trabajos sobre Pedagogía matemática (1874-1895), de que hablaremos más adelante. Fundador de la importante revista El Progreso matemático, de Zaragoza. Greenhill (A.-G.), profesor de Matemáticas en el Colegio de artillería de Woolwich, miembro de la Sociedad Real de Londres. Es autor (entre otras obras, sin duda) de un gran tratado sobre Las funciones elípticas y sus aplicaciones, que acaba de publicarse vertido al francés, con un prefacio de M. Appell. Klein (F.). Nació en Dusseldorf (1849); estudió en Bonn, Góottingen y Berlín, y se graduó en Góttingen (1871). Fué sucesivamente nombrado profesor ordina= rio en la Universidad de Erlangen (1872), en la Escuela Politécnica de Munich (1875), en la Universidad de Leipzig (1880), y en Góttingen (1886). Sus trabajos más célebres se refieren á la Geometría (especialmente á la geometría noeucli— dea), á las ecuaciones algebraicas del 5%, 6” y 7* grados, á las ecuaciones dife— renciales lineales algebraicamente integrables, y á las funciones elípticas, hiper= elípticas y, de Abel. Casi todos sus trabajos han aparecido en la Mathematische Annalen, cuya redacción tenía con Ad. Mayer, en 1875. Es uno de los matemá= ticos más eminentes de nuestros tiempos. Mansion (Paul). Es, según creemos, con M. Neuberg, el más eminente mate mático de Bélgica. Es antiguo profesor de la Universidad de Gand; ha publicado numerosas obras didácticas : Résumé du cowrs d'analyse infinitésimale de Université de Gand (1887); Cours d'algébre supériewre de "Université de Gand (1889); Mélanges mathématiques (1874-82); Éléments de la théorie des déter= PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 111 minants (1883); Précis de la théorie des fonctions hyperboliques (1884); Précis de Uhistovre des mathématiques. — M. Mansion dirige con M. Neuberg la célebre revista Mathesis, de que es fundador, según creemos. Mittag-LefMer (Gósta). Nació en Estokolmo (1846). Discípulo del ilustre Weierstrass, — el primer matemático de su tiempo, quizás, muerto pocos años há. Profesor de matemáticas en Helsingfors (1877), y en la nueva Universidad de Estokolmo (1881). Sus trabajos principales se refieren á la teoría de la Fun- ciones, complementando los de Weierstrass y Hermite. En-:1882 ha fundado la célebre revista Acta mathematica. Es, según algunos, uno de los primeros, sino el primero, de los matemáticos actuales. Oltramare (G.), ilustre matemático suizo. Decano actual de la Facultad de ciencias de Ginebra. Su grande obra consiste en la creación de un cálculo (el Calculo de generalización), en cuya labor ha invertido largos años de esfuerzos, y al cual se refiere el tratado de que se habla más adelante. Petersen (Julius), miembro de la Academia real danesa de ciencias, profesor en la Escuela real politécnica de Copenhague. Es autor de una muy citada obra títulada : Méthodes et théowies pour la resolution des problemes de constructions géométriques, traducción francesa (1892). Picard (Émile), miembro de la Academia de Ciencias de Francia, profesor en la Facultad de Ciencias de París. Además de su clásico Traité d' Analyse (1891 y sig.), M. Picard tiene publicadas varias obras, entre las cuales citaremos : la Théo- mie des fonctions algébriques de deux variables indépendantes (1898). recién prin= cipiada, en colaboración con M. Sienart, repetidor de Ja Escuela Politécnica. Poincaré (Henri), miembro de la Academia de Ciencias de Francia, profesor en la Facultad de Ciencias de París. Nació en Nancy (1854). Fué sucesivamente : alumno de la Escuela Politécnica (1873); ingeniero de minas y doctor en ciencias matemáticas (1879); encargado del curso de Análisis en la Facultad de Ciencias de Caen (1879); mañtre de conférences en la Facultad de ciencias de París (1881), encargado del curso de Mecánica física y experimental (1885,, y profesor luego de Física matemática, Cálculo de Probabilidades y Mecánica celeste. A más de numerosas monografías en revistas diversas, francesas y extranjeras, M. Poincaré ha publicado: Les méthodes nouvelles de la Mécanique céleste (1892- 93); el Curso de física matemática (1887-1899), que comprende las siguientes partes : Théorie mathématique de la lumiére (L et Il), Blectricité et optique (1 et II), Thermodynamique, Lecons sur la théorie de Vélasticité, Théorie des tour- billons, Les oscillations électriques, Capillarité, Théorie analytique de la pro= pagation de la chalewr, Calcuwl des probabilités, Théorie du potentiel Newtonien (1889); y el Curso de mecánica física [en prensa), que comprende : Cinémati—- que, Potentiel, Mécanisme des fluides. También ha publicado notables trabajos sobre la aplicación de los métodos infinitesimales á la Teoría general de los números, y sobre la interpretación de las Geometrías noeuclideas. — M. Poincaré es considerado por algunos como el primer matemático actual, y honra mucho á su país; sus trabajos han sido coronados con el gram premio Poncelet (1885) por la Academia de Ciencias de París, y con el gran premio (1889) instituído por 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el rey de Suecia y Noruega en ocasión del 60* aniversario de su nacimiento — habiéndose invitado á concurrir á él á todos los matemáticos de Europa : el segundo (medalla de oro), fué obtenido por otro matemático francés, M. Appell.. Teixeira (F. Gomes), sabio matemático portugués, autor. entre otras obras, de un gran tratado de Analisis infinitesimal. TÍ. — PROGRAMA DE LA REVISTA Los directores de la nueva revista han expuesto la razón de ser desu iniciativa y la forma en que piensan realizarla, en unas pocas pero bien pensadas páginas que encabezan el primer número, el cual no desmerece del cuadro atrayente que en ellas se bosqueja. Haciendo el debido honor á la consagración é inteligencia de to= dos aquellos á quienes está encomendada la misión delicada de la enseñanza matemática en los diversos países, los directores creen hacerse sus intérpretes al afirmar que «existen, en los medios pe- dagógicos empleados, perfeccionamientos posibles; en la hora en que la ciencia tanto ha progresado, ciertas simplificaciones pueden ser deseables, los programas de las varias ramas de la enseñanza reclaman reformas más ó menos completas, y, á más, existe una cuestión fundamental cuya importancia sería imposible desconocer: la de la preparación del cuerpo docente ». Ahora bien, tales transformaciones no podrían verificarse brusca- mente, sin serias reflexiones previas; además, no se podría pro- ceder á semejante labor, confinándose en el aislamiento del propio país: aquí también una ley de solidaridad social "obliga á imte- resarse en lo que pasa fuera de casa. — Entretanto, sobre organi- zación de la enseñanza, sobre los programas, los métodos, la regla- mentación en todas sus faces, sobre todo, puede decirse, cada cual vive en la perfecta ignorancia. « A pesar de las relaciones frecuentes creadas en nuestra época entre sabios que cultivan un mismo sujeto de estudio, á pesar de los congresos internacionales, tan brillante- mente inaugurados en Zurich en 1897 y cuyo principio ha quedado definitivamente consagrado, el mundo de la enseñanza propiamente dicha no ha podido asociarse hasta ahora á ese gran movimiento de solidaridad científica tan completamente como era de desearse ». Con la publicación de su Revista, los directores esperan, pues, vencer los obstáculos que puedan oponerse á la realización de tal desideratum, creando «una suerte de correspondencia mútua, con- PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 113 tinua, entre los hombres que han consagrado su vida á esta noble misión : laeducación matemática de la juventud ». La constitución del comité de patrocinio, cuya feliz composición (1) conocemos ya, abona la sinceridad y firmeza de intenciones de los fundadores á este respecto. La elección de la lengua en la cual habría de publicarse /”Enser- gnement mathématique ha sido motivo de alguna vacilación para sus fundadores, que explican y justifican plenamente la preferencia dada á la solución del idioma único — que no podía ser otro que el francés, por sus condiciones de universalidad. Por nuestra par- te, los hispano-americanos debemos felicitarnos particularmente por ello: todos, quien más quien menos, comprendemos el francés escrito, cuando no el hablado; y la nueva revista vendrá á constituir una fuente preciosa de información para nuestros profesores. En cuanto al plan mismo de la publicación, cada número de VEnsergnemnent mathématique contendrá, por regla general : 1* artí- culos generales; 2 estudios pedagógicos ; 3% una crónica y corres- pondencias; 4* una parte bibliográfica. Esto, que no tiene nada de absoluto, no seopondrá á las útiles modificaciones que las circuns- tancias sugieran. El plan que anuzcian los directores, al cual se ajusta estricta- mente el primer número de la revista, realiza cumplidamente el programa que tienen en vista. Cabe en efecto en él, toda la materia pedagógica, desde las cuestiones doctrinarias que interesan la teo- ría misma de la ciencia de la enseñanza, sean ellas filosóficas, pe- dagógicas ó matemáticas, hasta las de la práctica pedagógica — ya didácticas ó reglamentarias. Pero conviene insistir en un punto importante del programa de la revista. Dicen los directores, refiriéndose á la organización de la enseñanza matemática en los diversos países: «Como conviene, en estas ma- terias, descender de las vistas de conjunto á las cuestiones de deta- lle, nos sería particularmente grato, por ejemplo, pader publicar en nuestros primeros números estudios bajo la rúbrica : « /'Ensergne- ment mathématique en... » Muchos profesores, en todos los países del mundo, están en condiciones de proporcionar así un cuadro no- table de la enseñanza de su país; y gracias á la benevolencia de los miembros de nuestro comité de patrocinio, no será difícil á és- (1) Con toda justicia dicen los directores que « comprende nombres que son el honor de la ciencia en el mundo matemático actual ». AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 8 Vel ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tos/el,reclutarnos brillantes y útiles colaboradores ». Es de esperar quesrespondan solícitamente á tan loable demanda aquellos que per sus títulos y autoridad estén en condiciones de poder coope- rar»ánesa obra meritoria y benéfica, pues así, en un lapso quizás re- lativamente breve, podrían los hombres de estudio disponer de una fuente preciosa de información sobre cuestiones que son hoy ver— daderamente de interés universal, merced á las estrechas relacio= nes quejespontáneamente se han creado entre los hombres y entre lasinstifuciones sociales de todo género. — Todo se relaciona y aun vineula boy, en una grande é irresistible corriente de solidaridad sogial asíceh el orden material como en el moral, así en la esfera delos tereses materiales como en la del espíritu. ¡¡MMe Laisant y Fehr terminan con un llamamiento sincero y empe- ñoso al concurso de todos. « Abrigamos la firme confianza — dicen, que amuestros sesfuerzos al respecto no serán defraudados. Entre nuestros: lectores, deberá crearse un vínculo más estrecho que las relaciones vulgares de un abonado con el director de su diario. Co- laborámos,nporda fuerza misma de las cosas, á una obra común; tenemos ferquejestanobra tiene un alcance más vasto todavía en realidad que en apariencia. El porvenir de la civilización depende ensgramparterdle ladirección de espíritu que reciban las jóvenes ge- neragiones:6nl materias cientifica; y en esta educación científica el elemento matemáficaocupa un lugar preponderante. Sea del punto de,vista de-lacienciapputa, sea del de las aplicaciones, el siglo xx, que; sera rá l inaugurar. pevelará exigencias que nadie debe ni puede ebudirsboq postobviy, sl oia querido contribuir al crear esta nueva Re- vista.. Se a no puede sino merecer el aplau- sos. el estímulo ole cooperación de todos los espíritus elevados. -6J9b ab eononesnys el 6 OJOU|aO: (19 1sorlduq 1aboq .olqnisfo 10q «018%, proa » : licor MANI BIE BEREJOGRÁFICO (N* 1) eszisq ol eoboj 1 2o1ror9lo1g eodlos -Hemps aho ya quel primersiúmenso de 1 ON mathé- mpaliquenegalizasplenamentesu lisonjero programa. Para demos- trarla, haptará pasan en nevasta ysiquienanápidamente, el interesan- te material que encierra. 9 (102 ¿Un zordmon 9ba91q/1109 SalOs siojoo1ib zol as a por una delicada,a ación ¿pspirada en un sentimiento IIVIX .T — DAA PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 115 de generosa consideración, —á que no podríamos quedar indiferentes los hispano-americanos y que, de cualquier modo, no puede sino sorprendernos gratamente, —la primera entrega de la nueva revista viene encabezada con un trabajo del señor Zoel de Galdeano. Titúlase Les Mathématiques en Espagne, y es una exposición interesante del pasado y presente de la enseñanza matemática en España. El pasado no remonta á muy lejos — al principio del siglo ape- nas, con algunos traductores y dos ó tres autores de los que apenas sobrevive el nombre de Vallejo. La obra del preclaro filó- sofo y matemático Rey y Heredia (1865), esindudablemente la más saliente de la escasa y casi totalmente confinada producción cientí- fica posterior de la decadente é infortunada España; el señor de Galdeano la presenta en una breve pero substancial síntesis, muy digna de leerse por aquellos que se interesan en las cuestiones de filosofía matemática. «En resumen — concluye diciendo — la obra del señor Rey y Heredia comprende tres ideas principales : 1? el simbolo de la perpendicularidad, segun Buée y Argand ; 2* el pen- samiento de Pascal : los números imitan el espacio, á pesar de la di- versidad de naturaleza; 3% el cuadro de las categorías del entendi- miento indica todos los momentos de una ciencia especulativa proyectada, y da su ordenación y régimen ». Del señor Rey y Heredia derivan algunos matemáticos de nota, entre ellos el señor Luciano Navarro, de Salamanca, que se ha ocupado en lo sucesivo con preferencia de cuestiones relativas á la constitu- ción de la ciencia matemática, siendo autor de varias obras didác- ticas que tienen un fin muy marcado de reforma. — Siempre en la esfera del análisis, hay que citar los nombres de los matemáticos Dominguez Hervella y Apolinario Fola. En la esfera de la geometría, en el análisis luego, sobresale más tarde el eminente ingeniero, escritor, físico y matemático, don José deEchegaray, muy vinculado álas reformas introducidas en los altos estudios matemáticos en España desde dos ó tres lustros atrás. — No podemos detenernos en muchos otros nombres que el señor de Galdeano menciona muy justamente; pero merece citarse este pá- rrafo sugestivo : «Entre nosotros, la carencia de una tradición cien- tífica nacional no ha permitido desarrollar la ciencia en su parte técnica; pero en las recepciones de los miembros de la Academia de ciencias y en las inauguraciones de los cursos académicos, ella ha sido desarrollada en su parte formal ó en su concepción filosófica». El señor deGaldeano consagra una buena parte del final de su es- 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tudio á sus propios trabajos, lo que se explica, pues ellos se refie- ren exclusivamente á la materia misma que constituye la razón de ser de la nueva revista. Con una convicción y perseverancia que nada ha cejado, el distinguido matemáticoespañol viene persiguien- do desde 1874 acá, en el campo de la Matemática, una vasta obra de reforma subordinada enteramente á un amplio espíritu pe- dagógico. Este « fin pedagógico » ha sido la única y persistente preo- cupación del erudito matemático español, cuya labor no puede me- nos de dejarsus frutos: la exposición que él mismo presenta inspira el respeto y la simpatía (1). En seguida del señor de Galdeano, M. Laisant nos ofrece con este título: Les questions de terminologie, un artículo en queexpone muy acertadas reflexiones sobre esa interesante materia. Constata pri- mero el autor, sin gran trabajo, los graves inconvenientes que la confusión reinante produce, los peligros que ella ofrece tratándose (1) Hemos tenido ocasión, hace algunos años, de conocer parte de la obra del señor de Galdeano, gracias á la colección de su excelente revista El Pro- greso matemático, que existe en nuestra Sociedad Científica. Se la recibía al principio: pero á los tres ó cuatro años, creemos, dejó de llegar, y se pensó que hubiera muerto, al par de tantas otras, — como efectivamente parece despren= derse del actual artículo de su fundador. El descubrimiento de la pequena revista había sido precioso para nosotros, por una circunstancia enteramente especial y que nos será permitido consignar aquí. Estábamos en esa época (1895) entregado cuerpo y alma á tareas exclusiva= mente pedagógicas, y el campo (que creíamos casi enteramente inexplorado) de la pedagogía de las matemáticas, se había abierto naturalmente á nuestro estudio. Entre otras cuestiones, habíamos abordado desde dos años atrás el estudio de un plan racional de Mateináticas elementales que obedecía, sobre todo, á esa preocupación del fin pedagógico que ha inspirado la obra del profesor español. Los fragmentos de algunas producciones de éste que cayeron bajo nuestra insaciable curiosidad, fueron toda una revelación para nosotros, — motivo de gratísima sorpresa en más de un caso, al creer encontrar la confirmación de algún resultado tímidamente presentido... Pero El Porvenir matemático había muerto ya, si mal no recordamos, y las obras del señor de Galdeano estaban muy lejos : mo pudimos, pues, beneficiar sino escasamente del notable caudal que ha aportado á esta rama nueva de la ciencia. Por otra parte, nuestros estudios tuvieron que interrumpirse también, brusca= mente, por las vicisitudes de la vida : de ellos no han quedado sino algunos cuadernos que duermen desde anos en un cajón, y el grato recuerdo de esas horas de pleno abandono á los goces íntimos del espíritu... Como se estará apercibiendo el lector, no desesperamos de reanudar seriamente esos interrumpidos estudios, para los cuales sentimos siempre una invencible atracción. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 117 de enseñanza, sintetizando su pensamiento en estos magníficos versos de MusseLl : Le ceur d'un homme vierge est un vase profond ; Lorsque la premiere eau qwon y verse est impure, La mer y passerait sans laver la souillure, Car U'abime est. immense et la tache est au fond. Cita en seguida M. Laisant numerosos casos que constituyen verdadera aberraciones (tomándolos en las ramas diversas de la ciencia) y autorizan las conclusiones que luego saca, que son va- rias: la primera es la necesidad de obrar con la mayor prudencia en materia de neologismos; la segunda, que nuevos y más genera- les estudios son indispensables (á los cuales se abren ampliamente las páginas de la nueva revista); la tercera, el interés capital que ofrecería un vocabulario comparativo, aun incompleto, que contu= viera la equivalencia, nada más que de las expresiones clásicas, consagradas definitivamente, y siquiera en las lenguas alemana, inglesa, española, francesa é italiana; en fin, la consoladora refle- xión que existe, en presencia del mal, el remedio posible — que hay que buscar en la institución de los congresos internacionales. M. Laisant da forma práctica ásu ¡idea proponiendo, con motivo de la próxima reunión del Congreso de matemáticos de 1900 (Expo- sición universal), la constitución con ese finde una comisión inter- nacional permanente que comprendiera profesores, filósofos, histo- riadores y filólogos pertenecientes al mundo matemático. La tarea no sería pequeña, conviene en ello M. Laisant: diez años, veinte quizás se necesitarán... Pero se acabaría por llegar al fin an- helado. — En esperando esa «solución ideal», el eminente di- rector de /'Ensergnement mathématique excita á todos á anticiparse á esa obra necesaria, mediante la publicación de observaciones y discusiones, que no podrían menos de mejorar el presente estado de cosas. La Pédagogre screntafique : tal es el título de un notable estudio que el sabio director del Laboratorio de psicología de la Sorbona, M. Alfred Binet, nos ofrece en seguida, y que los directores de la re- vista han acogido con visible complacencia, no sin anticiparse á la objeción prevista de más de un lector ajeno á ciertos progresos ó desdeñoso de ellos por atavismo... 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para M. Binet, los términos de pedagogía cientifica y de pedago- gía experimental son sinónimos, y esto no es de extrañar, puesto que es, ante todo, un experimentador, y por eso mismo tal vez un empírico en doctrina. Por nuestra parte, nos parece difícil suscri- bir á esa opinión ajustada á un positivismo estricto, pues sería reducir toda la pedagogía ó ciencia de la educación á lo que no es, ó no debe ser sino parte integrante de ella (la pedagogía experi- mental), desconociendo injustamente el mérito, el valor de las doc- trinas y teorías acumuladas en el trascurso de los siglos, de las cuales derivan sin embargo las prácticas, ya tan perfeccionadas, que hacen eficaz, y aun fecunda para el progreso de la ciencia, la acción indispensable de la escuela. No es, por otra parte, el caso de renovar aquí una discusión cuya utilidad sería muy discutible. Lo importante es que ya existe un germen de «psicología expe- rimental »; y es justo constatar que M. Binet es, en Francia, su más eficiente obrero. L'Année psychologaque de M. Ribot se encarga año tras año de dará conocer los interesantísimos resultados desu la- boratorio. Mas esa labor no se reduce á la « experimentación » propiamente dicha ó de laboratorio. La « observación » sobre el terreno mismo es loque lo preocupa ahora. Y no se crea que se trate de la obser- vación ordinaria, que cualquiera, merced á ciertas dotes naturales propicias, pueda efectuar. Muy acertadamente, M. Binet se empeña desde luego en prevenir tal error, citando unos oportunos casos, para pasaren seguida á exponer los métodos de la Pedagogía expe- rimental, que son tres principalmente : el de los cuestionarzos, el de la observación y el de la experimentación. El primero debe ser consi- derado sobre todo como preliminar; los otros dos no son sino uno en el fondo: son dos grados sucesivos de una operación única por su fin ; además, tanto la observación como la experimentación, pueden hacerse de dos modos diversos : ¿individualmente y colectivamente. M. Binetexplica todo eso con la maestría del sabio verdadero, en un estilo digno de su ciencia : hay que leer ese pequeño artículo, pues el tema es verdaderamente interesante, y está expuesto ma- gistralmente, aunque con llaneza y brevedad. Como estudios pedagógicos especiales, la primera entrega de UEnseignement mathématique trae tres trabajos debidos á los seño- res H. Laurent, H. Febr y G. Fontené, titulados, respectivamente : Considérations sur 'enseignement des mathématiques dans les classes PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 119 de spéciales en France, Sur 'ensergnement des éléments de Trigonomé- trie, Sur l'ensergnement de la théorie des Vecteurs. M. Laurent, partiendo de la tesis de que la enseñanza matemática debe ser utilitaria, se esfuerza en probar que la enseñanza de la clase de « Matemáticas especiales » de Francia podría adquirir fácil- mente ese carácter, aun con los actuales programas de admisión á la Escuela Politécnica. Sentada así, a priors, la tesis de M. Laurent nos parece difícil de suscribir; y las consideraciones que expresa luego para las necesidades de su demostración nos parecen suscep- tibles también de más de una reserva. M. Fehr, en su breve pero bien pensado artículo, sostiene que la trigonometría limitada á su objeto principal, es decir, la resolu- ción de los triángulos, debe seguir á la geometría plana; y desa- rrolla en sus grandes líneas un programa en ese sentido. El autor parece tender á la absorción de la trigonometría en la geometría, sacrificando algo la unidad que se ha acabado por darle, en detri- mento—á nuestro parecertambién—de respetables consideraciones de orden superior que no es el momento de exponer ahora. En cuanto al trabajo de M. Fontené, su carácter es enteramente especial, lo que nos dispensa de insistir sobre él. Las secciones restantes de la entrega de 'Ensergnement mathéma- iique no son por cierto las menos interesantes: mucho sentimos no poder detenernos cuanto desearíamos en su examen y tener que limitarnos á una rápida enumeración. La Crónica se abre con una breve noticia relativa al Congreso de Dússeldor/f (septiembre de 1898), por el doctor Maurer (Dússeldorff). Con sensible premura, el ilustrado sabio alemán refiere los resulta- tados más saliente de lostrabajos de la sección « Enseñanza de las ciencias matemáticas y naturales» (número 16) de ese Congreso. Sigue á ésta, otra noticia del matemático F. Giudici (Génova), sobre La sociedad vtalvtana Mathesis, en que se narra á grandes rasgos su desarrollo y situación actual. Luego vienen varias otras noticias, entre las cuales hay que mencionar, porsu interés especial : una relativa á Los medros fisicos en el cálculo (con motivo de un curioso artículo de M. Michel Petrovich, de Belgrado, sobre la integración); otra relativa á La Biblioteca matemática de los trabajadores, por el doctor Hulmann (París), utilísima institución cuyo propósito es poneralalcance de sus abonados obras concernientes á las matemá- ticas puras y aplicadas ; y, en fin, otra noticia sobre el Certificado 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de enseñanza secundaria superior en Prusia, que es del mayor in- lerés. La sección Bibliografía es bien digna de los autores; las tres re- señas críticas que ocupan casi toda su extensión (10 páginas en cuerpo chico, ofrecen el mayor interés. La primera reseña, debida á M. L. Ripert (París) es muy comple- ta; se refiere á la notable obra de los matemáticos italianos 6. La= zari y A. Bassani, profesores de la R. Academia Naval, titulada : Element di Geometria (2* edición, 1 vol. en 8% con 312 fig., R. Giusti, 1898, Livourne). Dos ideas fundamentales dominan esa in- teresante tentativa: 1% la necesidad de independizar la Geometría de la Aritmética y del Algebra ; 2* la fusión íntima y sistemática de ambas geometrías, plana y del espacio, principio que merece la aprobación del crítico (1). La segunda reseña es debida al matemático inglés Mr. Greenhill (Woolwich) y está consagrada á la última obra clásica de M. Appell: Elémenis d'analyse mathématique 4 Uusage des ingénieurs et des physticiens. Es un trabajo crítico de primer orden, tan notable por la erudición que el autor revela, como por el estilo nada vulgar de que hace gala. Más de un párrafo sería digno de reproducción; se- ñalaremos sólo el primero por la apreciación que implica respecto de la escuela francesa : «El estilo general de los tratados matemá- ticos de nuestra época ha quedado fijado por los trabajos de La- grange, Laplace, Legendre, Lacroix, Poisson y otros matemáticos franceses. Han introducido en ellos todos los recursos de intensi- dad y delicadeza de que tan bien provista está la lengua francesa para expresar clara y lógicamente las ideas. «Las tradiciones de esos eseritores son conservadas aún hoy tan cuidadosamente, que todos los trabajos concernientes á los métodos de instrucción destinados á los matemáticos franceses, como el libro de que queremos hablar, son estudiados con ardor por los extran- jeros, atentos y deseosos de beneficiar de ellos en provecho propio. » M. Greenhill se extraña, no sin razón, que no haya sido adoptada en Francia la notación introducida por los ingleses para expresar las funciones circulares inversas :sen”*z, cos”! x, tangx, ... Ha- ce ver, con multitud de ejemplos en apoyo, cuán justificado está su empleo en la teoría de las substituciones. Varias otras observacio- (1) En un próximo trabajo sobre la Pedagogía matemática secundaría, nos pro= ponemos estudiar estos puntos. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 121 nes interesantes habría que señalar aquí, pero nos es imposible de- tenernos más en este ya excesivamente largo examen. Eo cuanto á la tercera reseña que mencionábamos, es debida al mismo M. Laisant y versa sobre el Calcul de généralisation, obra del matemático suizo M. G. Oltramare (Hermann, París, 1899, 1 vol. gr. in-8%. En esa obra, el eminente sabio ginebrino presenta en su constitución definitiva ese nuevo cálculo, creado por él, cuya base es la representación de las funciones uniformes, siendo una de sus principales ventajas la aplicación que de él puede hacerse á la integración de las ecuaciones. M. Laisant expresa el voto de ver introducirse en la enseñanza siquiera los primeros elementos de su nuevo método, al lado de los que están en uso. En fin, un muy completo Boletín bibliográfico cierra la primera entrega de PEnsergnement mathématique. Ese boletín abarca las publicaciones periódicas más importantes de Europa relacionadas principalmente con la enseñanza matemática, y varias de las úl- timas obras didácticas aparecidas recientemente. Las revistas ale- manas figuran en primera fila, y es justo decir las que más se relacionan especialmente con la Pedagogía matemática. Il DOS CONFERENCIAS SOBRE ENSEÑANZA MATEMÁTICA PRIMARIA T'Enseignement des mathématiques. Conféreuce faite a 1'Associa= tion philothecnique, par E. Duclaux, de l'Institut. — Revue scientafique. 25 mars 1899; 4 s., t. XI, n* 12, p. 353-385. T'Initiation mathématique. Conférence faite a Institut psychophysio= logique, par C. A. Laisant, docteur es-sciences, répétiteur á VEcole polytech- nique de Paris. — Revue scientifique, 25 mars 1899; 4* s.,t. XI, n* 12, p. 385- 468. Son tantos los puntos de contacto de estas dos conferencias, co- mo lo dejan presentir sus títulos y hasta su inserción conjunta en el mismo número de la Revue Rose, que hemos creído conveniente reunir en uno solo los análisis que de ellas nos proponíamos hacer. No hemos de insistir aquí para ponderar el interés que ofrecen estas notables conferencias, pues ello podría parecer una redun- 1192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dancia. Pero hay una circunstancia muy digna de ser señalada á la atención de los que se preocupan del progreso intelectual.en todas sus manifestaciones. Los autores de tan plausibles contribuciones son dos sabios eminentes (1) entregados habitualmente á las más altas especulaciones de la ciencia. Pues bien, ellos no desdeñan descender de la elevada esfera en que selos podría creer confinados, en un olímpico desinterés por las cosas de abajo, para ocuparse de las cuestiones de la modesta educació. primaria, procurando la solución de problemas que evidentemente deben preocupar los en altogrado. Es un síntoma de progreso verdaderamente ha- lagúeño. Analizaremos brevemente cada una de las dos conferencias, de- jando para después las observaciones y reflexiones que nos haya sugerido su examen, y ello, porque no siendo un espíritu de crítica estrecha el que nos dicta tal propósito, convendrá condensar dichas observaciones, pues nuestro objetivo linal es el de procurar extraer del conjunto de la cuestión las conclusiones que su dilucidación aultorize. I. — CONFERENCIA DEM. DucLAUx Principia el sabio director del Institut Pasteur explicando las circunstancias que lo han llevado á hacer su conferencia. «Ella ha venido, ha dicho á su popular auditorio — en el cual debía predo- minar el magisterio primario — como consecuencia de una carla á vuestro presidente, M. Buisson, carta inserta en el Manual general, y en la cual insistía sobre la ausencia casi absoluta del espíritu científico en la enseñanza primaria». Invitado por numerosos interesados, miembros del magisterio, á explayar sus ideas, á « no limitarse á una crítica, y á mostrar en detalle en qué consistía la (1) Hemos dado ya los rasgos bibliográficos principales de M. Laisant. En cuanto á M. Duclaux, nos bastará decir, de pasada, que es el sucesor de Pasteur en la dirección del célebre Instituto fundado por éste, el más espectable discípulo del gran maestro, unánimemente indicado para recoger su herencia científica : es el jefe incontestado de los « pastorianos ». Espíritu elevado, preferen= temente sintético, se comprende muy bien que la preocupación de ciertas grandes cuestiones lo haya invadido á él también. Se le ha visto, con satisfacción sin duda, á la cabeza de la falanje selecta de los tildados « intelectuales » que han luchado con admirable tesón en Francia en pro de las imprescriptibles reivindi- caciones de la Verdad y Justicia inmanentes. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA iS) enseñanza que soñaba », M. Duclaux aborda resueltamente la cues- tión, no sin manifestar previamente que para tratarla debidamente se requiriría largos desarrollos y hasta un libro, que no tendría tiempo de escribir. Planteada aquélla en toda su generalidad, — dice — ella es toda- vía demasiado vasta. « Tenía que escoger entre la enseñanza de las ciencias naturales, la de las ciencias físicas y químicas, la de las matemáticas. Las dos primeras implican dificultades de material : mientras no sean resueltas(y creo que pueden serlo mucho más eco- nómicamente de lo que se supone), todo progreso es difícil. Pero para los matemáticos no hay nuevos instrumentos que adquirir, sólo hay que cambiar un poco los métodos ». Entrando, pues, en materia, M. Duclaux comienza por descartar de entre las asignaturas que comprende la cultura científica del ciclo primario : la aritmética, el álgebra y los rudimentos de cosmografía. Considera, en efecto, bastante juicioso el programa de aritmética, malgrado ciertas sutilezas que le achaca : preferiría que el tiempo malgastado en deletrear ciertas cuestiones (mínimo múltiplo común, etc.), fuera aprovechado en el estudio de los comienzos del álgebra, hasta las ecuaciones de primer grado ; piensa, no sin acierto, que el simbolismo del álgebra permite con- cretar en cierto modo las abstracciones de la aritmética, proporcio- nando por lo mismo un excelente recurso pedagógico. Pero es sobre todo la geometría la asignatura que ha de cooperar á inculcar al niño el espiritu cientifico. Escuchémoslo un momento. « La geometría opera sobre cosas visibles, líneas, superficies, vo- lúmenes: quítales, es cierto, algo de su materialidad para tener mayor libertad en sus deducciones; la línea y el plano se vuelven cosas sin espesor que no serían susceptibles de realizarse física— mente; pero el espíritu se las representa bien mediante el trazo de un fino tiralíneas, ó una hoja de papel bien tensa; una vez he- cha esa concesión, el espíritu se encuentra en presencia de un edi- ficio maravilloso que, sólidamente asentado en algunas proposi- ciones muy sencillas, evidentes por símismas, llamadas axiomas, se eleva hasta las verdades más elevadas, y es capaz de soportar, sin ceder, sin que nada lo conmueva, sin que haya nada que cam- biar á ninguna de sus piedras, lassuperestructuras y las complica- ciones que los sabios le imponen á diario. Agregad á esto que la geometría es una obra griega. A la solidez de los cimientos, une 194%. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA como el Partenón la elegancia de las formas, y está iluminada y frangeada con las mismas claridades. «Es, pues, un instrumento pedagógico admirable para dará la vez al espíritu, la confianza en sí mismo, sin la cual nada puede, y la prudencia que lo incita á vigilar cada uno de sus pasos para no extraviarse. Desgraciadamente, en esto como en todo, el mal vino del exceso del bien; aunque el fondo subsista siempre el mis- mo, se ha perfeccionado tanto la forma pedagógica que ella se ha convertido en una suerte de formulario, una suerte de liturgia ex- puesta á aletargar el espíritu en vez de despertarlo. » ¿Cómo ha sido ello ? El conferenciante se empeña en poner de ma- nifiesto el carácter genuino de ese monumento de extremada cohe- sión y estrictez lógica que se llama los « Elementos de Euclides », asícomo la incontestable superstición de que fuera objeto por más de veinte siglos la obra inmortal del gran geómetra griego. «Esa superstición, bien entendido, — agrega — no existe, Ó no existía sino en pequeña medida entre los profesores. Si los elementos de Euclides eran tan apreciados, era á causa de su valor pedagógi- co, que ha sido poco á poco reforzado, en el sentido dogmático, tanto por los jesuitas como por la Universidad, á punto que hoy la geometría ha tomado el aspecto de un fuerte atrincherado, blinda- do, con una especie de laberinto en su interior, para el cual sólo dos salidas existen : aquella por la cual se ha penetrado y por la cual se precipitan los alumnos que aflojan desdelos primeros días; luego la otra, por la cual desemboca, primero la multitud de los resignados, candidatos por lo general al bachillerato, que no han visto gran cosa en el viaje, luego un pequeño batallón escogido que tiene verdadera conciencia de la sencillez real que presenta, bajo su aparente complicación, el edificio que acaba de recorrer. » Aborda entonces M. Duclaux la cuestión del lado de los programas oficiales de la enseñanza primaria, tanto de varones, como de niñas. A los primeros, repróchales el no impedir (á pesar de las vagas recomendaciones de las instrucciones) que la enseñanza degenere en el «método euclídeo »; á los segundos, el suprimir (gracias á las mismas) el esfuerzo, ó mejor dicho, el reemplazarlo por un esfuerzo de memoria. Llegado aquí, el conferenciante se empeña en demostrar que no hay razón para llevar el «fetiquismo» hasta creer que no baya otra guía posible que la de Euclides. Para él, efectivamente, esa guía tiene tres defectos capitales, pero de que se la puede corregir: es PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 125 meticuloso, es pedante, y todo lo sutiliza. Para probarlo, M. Duclaux pone en acción el « método euclideo» en varios casos elegidos — naturalmente — en vista de las necesidades de la causa. Pues bien, dice M. Duclaux, existe un librito firmado por un gran geómetra, Clairaut, que expone una geometría más esbelta, más ligera y más rápida en su marcha que la geometría euclídea. «En lugar de esos cortes por teoremas que dan á los libros clásicos el desalentador aspecto de un largo catecismo por preguntas y res- puestas, es casi un discurso bien ligado, claro y sin embargo con- ciso, en el cual se ponen bien en evidencia las relaciones de los teoremas unos con otros, así como la cadena deductiva que une á todas esas verdades para no formar sino una. Ese librito de 250 pá- ginas más ó menos, había sido editado por la casa Hachette en la época de la bifurcación, hacia 1853. Habíase creído poderlo propo= ner para la enseñanza de la geometría en las clases de letras que el nuevo plan de estudios separaba totalmente de las clases de cien- cias. No era bastante formalista para la enseñanza universitaria, y fué abandonado. ¿Quizás pudiera hacerlo resucitar vuestra asocia- ción, libre como es de toda traba? » Después de afirmar su convicción de que lo que pide merecerá la aceptación de las maestras de las escuelas de niñas, M. Duclaux manifiesta que está igualmente seguro de que su demanda corre gran riesgo de no conseguir tan favorable acogida por parte del ele- mento masculino, tanto por parte del cuerpo docente, come por la de la administración. Abordando pues francamente ese lado de la cuestión, aboga to- davía en favor de la geometría de Clairaut, que no es inferior á la de Euclides: «Es otra, héahí todo ; y si, con esto, ella es más rá- pida y da más aun la noción de la continuidad en el encadena- miento de las verdades de más en más abstractas, ella ya deja de ser inferior, y se vuelve superior, del punto de vista pedagógico, á los métodos clásicos». Refiriéndose á la objeción que se le pudiera hacer en nombre de la «enseñanza integral », del punto de vista de la uniformidad de la enseñanza, M. Duclaux manifiesta sin reparo que considera á esta preocupación de la uniformidad, en todos los grados de la enseñanza, como una de las plagas de la Francia; y dice por qué. En fin, sintetizando su pensamiento en la cuestión planteada de 126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA laintroducción del espiritu cientifico en la enseñanza primaria, sin excluirá la de las niñas, el sabio conferenciante concluye diciendo: «Al limitarme á la enseñanza de lageometría, he procurado mos- traros por qué vías se la puede hacer entrar en cerebros que aún no ha conseguido penetrar. Donde se pedía la pasividad, yo pido el esfuerzo y la espontaneidad del espíritu. La geometría es un ins- irumento maravilloso de disciplina intelectual, porque, si uno se extravía, con ella se está siempre seguro de volver á hallar el ca- mino. Pero sólo necesita esto quien se ha extraviado haciendo uso de su libertad. Toda enseñanza, toda educación que enseñe á no abandonar los caminos trillados, deja de ser liberadora, de estar impregnada de espíritu científico. » Il. — CONFERENCIA DE M. LAISANT Ante un auditorio del cual no habían sido excluídas las madres de familia —al contrario, M. Laisant se ha propuesto desarrollar con la amenidad del caso, el tema de la «iniciación matemática ». Trataremos de resumir exacta, si bien rápidamente, su lanas y brillante causerte. Pide desde luego el conferenciante, que esa primera iniciación sea dada cuanto antes, y esto precisamente para evitar el surmenage intelectual — cuya aterradora visión suele sugerir un aplazamien- to de los estudios matemáticos, en realidad contraproducente. La única condición que exige, es que tal iniciación se haga de modo un poco racional. ¿Cómo? «Pido que se me conceda entrar por un instante — principia di- ciendo M. Laisant —.en un dominio un poco filosófico y abstracto, para proclamar un axioma sobre el cual, creo, la mayor parte de los hombres que han reflexionado un poco en las cosas de la ciencia, estarán de acuerdo conmigo. Considero que todas las ciencias, sin excepción, son experimentales, al menos en cierta medida; á despecho de ciertas doctrinas que han querido hacer de las cien- cias matemáticas una serie de operaciones de pura lógica, basada en ideas puras, es permitido afirmar que en matemáticas, como en todos los demás dominios científicos, no existe una noción, una idea que pueda penetrar en nuestro cerebro sin la previa contem- plación del mundo exterior y de los hechos que ese mundo ofrece á PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 1297 nuestra contemplación. Esta sola afirmación, que no discutiré, porque eso nos llevaría demasiado lejos, puede daros ya una no- ción precisa sobre la forma en que convendría proceder para procu- rar hacer penetrar las primeras nociones matemáticas en el cerebro del niño. «Es el mundo exterior, el que hay que enseñar á ver al niño ante todo, y respecto del cual hay que darle cuantas nociones se pueda, nociones que no tendría ninguna dificultad en almacenar, creedlo bien. Esá ese mundo exterior al que hay que pedir las primeras nociones matemáticas, á que, más tarde, deberá suceder una abstracción de que quizás hemos de decir algunas palabras dentro de un instante, y que es la cosa menos complicada del mundo, á despecho de los prejuicios y de las apariencias. » Examiña entonces M. Laisant cómo pasan las cosas en la actua- lidad, eu materia de enseñanza matemática, en los tres grados, pri- mario, secundario y superior; y llega á conclusiones que implican la ineficacia y la esterilidad de esa importante disciplina. Volvien- do luego al pequeño niño, el conferenciante principia planteándose las cuestiones que se presentan previamente al espíritu: primero, la de las aptitudes especiales que la educación matemática pudie- ra requerir como condicion previa; luego, la de la edad á que con- venga principiar el aprendizaje de nociones tan abstractas, es de- cir, tan difíciles. Para M. Laisant, la iniciación en matemáticas no difiere substan- cialmente de la que se refiereá la lectura y á la escritura, y ella se impone con igual título en uno y otro caso. Más aún, le parece que los primeros elementos de las nociones matemáticas — no me- nos útiles y necesarias que ellas — pueden ser asimiladas con mu- cha menos fatiga que las primeras nociones de lectura y escritura, siempre que la enseñanza se inspire en el principio filosófico antes sentado. Después de constatar con cuanta facilidad se consigue inculcar intuitivamente las primeras nociones matemáticas á los niños, merced al sencillo recurso de objetos usuales de uso doméstico, M. Laisant presenta á su auditorio algunos ejemplos ilustrativos, referentes á la enseñanza intuitiva de las primeras nociones de aritmética. Hace ver cómo se puede enseñar á los niños las tablas de sumar y multiplicar, haciéndolas construir al alumno mismo 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mediante objetos apropiados y un casillero; y ello, antes de que el niño sepa escribir las cifras representativas. La noción de nume- ración es otra de las que desearía ver inculcar muy pronto por pro- cedimientos análogos, —y no sólo la noción del sistema decimal, sino la de los sistemas en general. Cita de pasada el célebre librito de Jean Macé: la Arvthmétique du Grand-Papa, por cierto no descono- cido de los niños de las dos últimas generaciones en Francia; pero cuyos procedimientos pedagógicos, ingeniosos y atrayentes á la vez que fecundos, no han penetrado suficientemente, por desgracia, en el mundo pedagógico. Las primeras nociones de la geometria no ofrecerían mayores di- ficultades á un aprendizáje intuitivo; y el conferenciante desarro- lla con toda facilidad un pequeño programa, pero sóloen sus pun- tos principales. Más aún, prosiguiendo en la misma vía, M. Laisant se complace en hacer ver cómo, á favor de recursos y considera- ciones geométricas, ciertas propiedades de las progresiones y los principios del álgebra podrían ser inculcados en seguida á los ni- ños. Por ejemplo, las nociones de cantidades positivas y negativas podrían ser sugeridas intuitivamente, sin mayor dificultad ni 1n- conveniente. Refiriéndose al pequeño material necesario para todo eso, M. La1- sant dice: «El primer elemento de ese material es el papel cuadri- culado, instrumento maravilloso que debería encontrarse siempre en manos de todo aquel que cultive las matemáticas (desde la fami- lia Ó la sala de asilo hasta la Escuela Politécnica, y aun más allá), y, de una manera general, de todo aquel que cultive la ciencia...» — Hemos trascripto expresamente y con real complacencia el pá- rrafo, pues compartimos enteramente desde buen tiempo atrás esa Opinión. ! En síntesis, quiere M. Laisant que, á favor de la 2ntuición y á manera de un juego, se haga penetrar en los tiernos é impresiona- bles cerebros de los niños las nociones más rudimentarias de las matemáticas: en eso ha de consistir la «iniciación matemática ». Pero si esa enseñanza primera ha de ser esencialmente objetiva, concreta, esto no quiere decir que ella no envuelva cierta abstrac- ción ; al contrario, ésta es igualmente esencial y tan natural que se hace intuitivamente. De espontánea que es primero, la abstracción se va transformando paulatinamente en una operación consciente y voluntaria, disciplinándose cada vez más hasta convertirse en el PEDAGOGÍA MA'TEMÁTICA 129 instrumento principal de la construcción lógica de las ciencias. Mas ello no se ha de alcanzar sino por una sabia y prolongada gra- dación, haciendo intervenir la intuición siempre que se pueda, gradualmente también pero en sentido inverso. — Esto es, creemos, lo que sobre todo ha querido significar M. Laisantal ocuparse de la abstracción. 4 Sin embargo, — dice M. Laisant— las ideas expuestas no son de él, ni son recientes. «Se las encuentra, en una forma algo distinta, pero, con todo, idénticas en el fondo, en el Ensayo de educación nacional publicado por La Challotais en 1763». Después de una Justiciera referencia á otros precursores en este orden deideas — Jean Macé, Edouard Lucas, —M. Laisant transcribecon gran complacen- cia algunos párrafos del Essar de La Challotais, que son un anima- do alegato en favor de la enseñanza de las matemáticas (y sobre todo de sus primeras nociones á los niños), inspirado naturalmente en las ideas expuestas por el conferenciante. Termina M. Laisant su notable conferencia afirmando su con- vicción respecto de los beneficios que había de reportar una direc- ción de la educación primaria inspirada en los principios expues- tos. «Creo que —dice M. Laisant — si una dirección de espíritu tal como la que dejo indicada fuera dada á la educación primaria de la infancia, pronto veríamos resultar de esa transformación una verdadera revolución, no sólo en la enseñanza primaria, sino aun en la enseñanza secundaria. Lo que se llama «el campo elemental de las matemáticas » quedaría singularmente ensanchado y al mis- mo tiempo desbrozado de multitud de superfetaciones que no sub- sisten en ella sino por la fuerza de la tradición y del hábito. Podría 1rse mucho más lejos de lo que se va hoy, y el conjunto de los cono- cimientos medios que todo el mundo puede y debe adquirir en matemáticas resultaría considerablemente ampliado y purificado ». Esfuérzase también M. Laisant en disipar el equívoco que pudiera nacer en algunos espíritus temerosos de que se fuera á caer en el extremo de formar una generación de matemáticos con semejante tendencia: considera tan ilusorio el peligro como deplorable tal extremo. Para formarse el matemático, se requieren aptitudes na- turales especiales, ni más ni menos que para formar el músico. Sería tan inútil formar puros especialistas en matemáticas, como' es indispensable, «en un mundo como este en que vivimos actual- mente, que el espíritu de un sér humano dotado de cierto grado de AN. SOC. CIENT. ARG, — T. XLVIlI 9 130 “(ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cultura no carezca de nociones primeras, generales, sobre la cien- cia de la extensión, de la medida, de las magnitudes, del movi- miento.» Hay para ello, según M. Laisant, una necesidad de edu— cación general y también una necesidad material. Tales son las consideraciones que terminan la interesante confe- rencia. (Continuard.) FEDERICO BIRABEN. BIBLIOGRAFÍA I. — INGENIERIA Valiente Noailles (Luis). El Ferrocarril al Neuquen, en Revista Técnica, año V, número 85, pág. 65-70, Buenos Aires, junio 15 de 1899. Comienza este interesante artículo por explicar los desperfectos ocasionados en la línea por las últimas inundaciones, deduciendo que « la creciente actual tiene que haber revestido una importancia excepcional para dejar defraudadas las pre- visiones de los ingenieros » que en posesión de los antecedentes conocidos pro— yectaron y ejecutaron este ferrocarril. Debe notarse que al propio tiempo que esto acontecía en la falda oriental, grandes crecientes de los ríos del lado chileno, ocasionaban la pérdida de algunos puentes, arras- trados por la corriente impetuosa. Por la falta de un plan general de ferrocarriles y de estudios completos, varias líneas argentinas han sufrido en otras ocasiones análogos desperfectos. * En el año 1888, á los dos anos de abierta la línea del Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico hasta Villa Mercedes de San Luis, se produjo entre los kilómetros 385 y 576 una inundación que destruyó cerca de 200 kilómetros de vía y que interrumpió completamente el tráfico durante 10 meses. Nada hacía preveer una inundación semejante que no ha vuelto á repetirse. Un ano después de construída la línea á Campana, en mayo de 1877, un temporal destrozó completamente la vía en largas extensiones. arrastrando puentes y terraplenes (1). Los ferrocarriles Gran Oeste Argentino, Transandino, Central Norte, Dean Funes á Chilecito, Argentino del Este y últimamente los de la provincia de Santa Fe, han sufrido también las consecuencias de inundaciones que no fueron previstas al estudiarse las respectivas trazas. No está demás mencionar, que la empresa del Ferrocarril del Sud confió los estudios (1) Véase: CLARK, E., Observaciones meteorológicas y datos sobre la reconstrucción de la línea férrea de Campana, destruida por la tormenta que tuvo gin en mayo de 1877, en: Anales S. C. A., tomo V, pág. 23-32, 1878. 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y la dirección de la construcción de esta prolorgación á un ingeniero que había dado pruebas de competencia en trabajos ejecutados en el país desde 30 años atrás; el inge- niero Carlos Malmen, que á su larga práctica en trabajos de esta clase reunía la circuns= tancia de conocer especialmente la región andina. La línea al Neuquen comprende los 556 kilómetros que medían entre la estación « El Puerto » de Bahía Blanca y la estación « Neuquen » situada sobre la margen derecha de este río á dos kilómetros y medio arriba de la confluencia con el Li- may. La diferencia de nivel entre los puntos extremos es de 260 metros. La gra- diente máxima sólo llega á cinco y medio por mil. El perfil general de la línea está caracterizado por cinco tramos principales. El primero hasta el meridiano 5” ¡kilómetro 112) tiene una gradiente media inferior al medio por mil, sube luego á la altiplanicie que limita el valle del Colorado con 4,66 por mil de gradiente media que se reduce en la altiplanicie áun poco más del medio por mil, hasta el kilómetro 161, en que baja el valle del Colorado con 4,86 por mil de pendiente. En el valle, hasta el kilómetro 273, es próximamente el medio por mil, que aumenta á 4,17 por mil al subirá la altiplanicie que separa ambos ríos, donde es de un cuarto por mil, hasta el kilómetro 334, en que baja al valle del Río Negro, con 4,12 por mil, que se reduce en el valle mismo á cosa de medio por mil. En cuanto á la planimetría, la línea se dirige al N. O. á la salida de Bahía Blanca á fin de evitar los anegadizos del puerto y despuntar los salitrales; gira al O. por corto trecho, para tomar la dirección $. O. hasta la estación « Médanos > [kil. 48), salvando los altos médanos, luego se dirige al O., inclinada ligeramente al $., bus- cando un paso favorable para cruzar el río Colorado, como lo hace abajo de Ga= rrucho por medio de un puente de 120 metros de abertura. Hállanse en el trayecto las estaciones «Algarrobo » y « Gaviotas ». De la estación « Río Colorado » (kil.172), situada en la margen derecha del río, la línea dobla al N. O., siguiendo el valle en una extensión de 110 kilómetros, con las estaciones «Juan de Garay», « Pichi-Mahuida» y « Fortín Uno»; tuerce luego bruscamente al s. O., en dirección á Choelechoel, salvando la travesía en la cual está la estación « Benjamín Zorrilla ». Cuatro ó cinco kilón:etros antes de alcanzar Choelechoel. dobla en ángulo recto á la derecha hasta el kilómetro 349,5, en que se halla situada la estación, á unos siete kilómetros del río Negro. De « Choelechoel » hasta su término, sigue la linea álo largo del lado norte del valle, manteniéndose á regular distancia del río según la altitud del terreno, alcanza «Chimpay » (kil. 385) y aproximándose cada vez más al río llega á «Chilforó » (kil. 420). Para seguir, la línea tiene que abandonar el fondo del valle, faldeando la ba= rranca, porque el río se recuesta contra ella; entre los kilómetros 421 y 449 se en- cuentran los movimientos de tierra más importantes, pues existen trincheras de 14 metros y terraplenes de 9 metros. Tiene este trozo una media de 19 metros cúbi- cos por metro lineal de vía, mientras toda la línea tiene sólo 4 metros cúbicos. Vuelve en seguida la línea al plano del valle hasta «Roca» y el « Neuquen » pa- sando las estaciones « Chinchinales > (kil. 458,5) y « Río Negro» (kil. 511). El río Neuquén es cruzado entre los kilómetros 554 y 555 con un puente de 260 me= tros de abertura, después del cual viene la estación terminal «Neuquen» (kil. 556). La parte más poblada del valle es la colonia General Roca. Explica luego Valiente Noailles las razones que se han tenido en vista para este BIBLIOGRAFÍA 133 trazado, que debía no sólo responder á exigencias militares sino también al fo- mento de la población en la zona recorrida. Un plano y perfil general de la línea ilustran el importante artículo que deja- mos extractado en su parte más esencial. A, GALLARDO. De Launay (L.), Profesor en la Escuela Nacional de Minas de París. Recher- che, captage et aménagement des sources thermo-minérales. ORIGINE DES EAUX THERMO-MINERALES. GEOLOGIE. PROPRIETES PHYSIQUES ET CHIMIQUES.— Baudry y C*. Paris, 1899. : Este libro, que viene á llenar la sentida necesidad de una obra general que se ocupara de estas cuestiones tam importantes por sus aplicaciones higiénicas y medicinales, trata, con toda competencia, del estudio de las fuentes termo- minerales, de su captación y de su aprovechamiento. La obra comprende dos divisiones principales : en la parte teórica, estudia el autor, el origen de las fuentes termales, su modo de emergencia, sus propiedades físicas y químicas y su repartición en la superficie del globo; en la parte técnica se ocupa de la busca y captación de las fuentes, indicando además los proce= dimientos para transportarlas al punto de consumo, conservando la temperatura que las caracteriza, su mineralización. abundancia de gases, etc. Demuestra también cómo es posible, en muchos casos, aumentar la produc ción de estas fuentes, su temperatura, mineralización y hasta su eficacia, es decir la riqueza de toda una región, gracias á trabajos poco costosos. Hoy día que empiezan á estudiarse y aprovecharse algunas de las muchas ri- quezas termales de la Argentina, puede este libro prestar inmensos servicios á los que quieran establecer ó mejorar estaciones balnearias en el país. A. GALLARDO. Romagosa (José), Ingeniero civil, Profesor suplente en la Facultad de Cien- cias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires. La Carrera de ingeniero civil en el proyecto de plan de enseñanza. Conferencia dada en el « Centro Nacional de Ingenieros » el 26 de junio de 1899. — Buenos Aires, 1899. En esta valiente conferencia, en la que demuestra tener un claro concepto de la carrera de ingeniero y de las necesidades profesionales del país, expone Roma- gosa, muchas de las deficiencias de que aún adolece nuestra escuela, á pesar de los innegables progresos realizados, y propone las modificaciones que á su juicio deben introducirse en la enseñanza. Aunque disentimos con algunas de sus apreciaciones y conelusiones, no puede menos de aplaudirse la sincera y franca discusión de estas cuestiones de trascen- dental interés, así como la tendencia general de sus reformas, que es justísima, desde el punto de vista profesional. No estamos de acuerdo con cierto desprecio hacia los estudios teóricos y de ciencia pura que fluye de la conferencia, pues estas elevadas investigaciones son indispensables en todo país que quiera distinguirse por algo más-que por su desarrollo material. No sólo de pan vive el hombre. Pero hay que distinguirlos 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de los estudios profesionales, y hacer de modo que se completen y que no se estorben entre si. Hechas estas salvedades, pasaremos al extracto detallado de esta interesante conferencia, que tanto ha llamado la atención en los circulos profesionales. Después de algunas consideraciones generales y de indicar que cuando se exa=- mina un plan de estudios, ó un sistema de educación, lo que importa es conocer el valor relativo de cada ciencia, dice Romagosa : Para proceder con método, conviene antes de pasar á determinar el valor relativo de los varios conocimientos que se incluyen en el plan de enseñanza de Ingeniería civil, fijar previamente el concepto de nuestra profesión. ¿Existe este concepto en el país? Después de madura reflexión puedo contestar que no. No existe en las esferas oficiales, ni en la sociedad, ni de una manera bien definida en el cuerpo académico de las Facul- tades. Y no existe, porque el falso rumbo que se ha impreso siempre á la educación nacional, no ha permitido que se forme dicho concepto. No existe á causa del origen bastardo de nuestras escuelas de ingeniería, y porque se ha procedido al crear Jas Facultades de ciencias contra las leyes de la evolución social. Y más adelante agrega : La instrucción de los diez ó veinte doctores en ciencias que las dos Facultades nacio= nales han fabricado á costa de los estudiantes de ingeniería, ha minado por su base la enseñanza profesional, ha obligado á cortar la carrera á jóvenes de talento que se estrellaban contra la infranqueable barrera de ciencia abstracta que le presentaban en los primeros años, y ha creado el concepto erróneo de la profesión que hoy existe en el país. Mientras las demás carreras liberales están en íntima comunicación con la sociedad y Con el estado, nuestra ciencia se encuentra renida con el mundo real. El ingeniero civil es un sér incomprehensible para nuestra sociedad; mitad sabio, mitad albanil ó herrero, unos lo consideran como un pozo de ciencia abstracta y lo confunden con el matemático, otros lo llaman media cuchara, con desprecio, ó cuando más le hacen el honor de con= cederle el título de constructor. Establece que la profesión de ingeniero es un medio para resolver los grandes problemas económicos y no un fin, como se cree. Así, pues, la instrucción armónica del ingeniero, requiere tres órdenes de conocimien tos, á saber : 1” Conocimientos fundamentales ; 2% Conocimientos profesionales ; 3% Conocimientos finales. El primer orden, no es solamente disciplina mental, sino que ensena al ingeniero á determinar las justas proporciones de una obra, á emplear los materiales más adecuados en cantidad estrictamente necesaria y suficiente para que todas las partes resistan á los esfuerzos á que se han de hallar sometidas; el segundo le enseña la disposición y cons- trucción de las obras, en forma tal que se realicen las hipótesis que le han servido de base para el cálculo de Ja estabilidad; el tercero, la manera de adaptar su obra á las necesidades de la sociedad y del estado. El primer orden es ciencia; el segundo, arte; el tercero, economía. Quien sólo posee el primero es un calculista; un constructor Ó artesano, el que sólo domina el segundo; el que conoce el tercero, hombre de gobierno ó de negocios, según se trata de obras públicas Ó particulares, pero únicamente es ingeniero civil, el que posee en justa proporción y sepa aplicar estos tres órde= nes de conocimientos. BIBLIOGRAFÍA 135 La ingeniería civil es una carrera esencialmente nacional, y por faltarles los conocimientos fundamentales y finales, escollan muchas veces los especialistas extranjeros, por más que sean eximios profesionales. Una obra, admirable como construcción, puede en un caso estar bien, y en otro estar mal. El puerto de Buenos Aires, irreprochable desde el punto de vista de la construcción» estaría muy bien en las costas de Inglaterra, pero está muy mal en las riberas del río de la Plata. Entra luego á analizar Romagosa, el plan de estudios de la escuela, de acuerdo con esta división en tres órdenes de conocimientos. En los fundamentales, dedica el alumno 34 horas semanales, repartidas en los seis años al estudio de las matemáticas, — lo que encuentra excesivo. Nadie puede poner en duda que las Matemáticas son, de las ciencias fundamentales del ingeniero, una de las más importantes, pero no son la principal, ni tiene la exage- rada importancia que generalmente se les atribuye. Es más : no titubeamos en asegurar que el exceso de Matemáticas puras, es perjudicial al ingeniero. Estos ramos cansan y fastidian al alumno, lo desvían del propósito principal, y le hacen perder de vista el fin práctico de su profesión. El estudio excesivo de las Matemáticas, tal como hoy se practica en las Facultades, acostumbra al ingeniero á lo abstracto y á lo exacto, cuando en la práctica profesional no encuentra sino lo concreto y lo aproximado; imbuído en la idea adquirida en la Uni- «versidad de que las ciencias exactas son la única base científica de su carrera, experi- menta el mayor desengaño, cuando en el estudio de los problemas técnicos que se le presentan en la práctica no encnentra sino soluciones aproximativas, afectadas de innume- rables factores indeterminados, y diametralmente distintas de las que está acostumbrado á obtener en la resolución de los problemas algebraicos. Poseído de una extrana supers- tición por los símbolos, el ingeniero novel halla defectuosas las obras más notables del ingenio humano, y no reconoce sus méritos ni es capaz de apreciar la suma de previsión é inteligencia que 'se ha necesitado poner en juego para llegar á ciertos resultados prácti- ticos. Abandona las aulas cargado de prejuicios, y no considera dignas de ocupar su atención sino aquellas cuestiones que puedan someterse al cálculo analítico. Desdena el estudio económico de los problemas técnicos, que son, aunque lo ignora, el fin objetivo de su profesión, y se queda en las puertas de la Facultad, acariciando la idea de obtener un día un diploma de Doctor en ciencias, porque á los árduos problemas de la ingeniería resueltos al aire libre y á la luz del sol, prefiere los placeres solitarios de la resolución de las X en las penumbras de su gabinete de estudio. Le causa pena el abandonar unos conocimientos que pierden su valor en uso, y su valor en cambio una vez que se han salvado los dinteles de la Facultad. Poco á poco las rudas ensenanzas de la vida lo van sacando de su error; poco á poco se va dando cuenta del falso rumbo inicial con que abandonó las aulas; poco á poco va comprendiendo que la Facultad le dió piedras en lugar de pan; y cuando, después de algunos años de ejercicio profesional, se le presenta la oportunidad de resolver algún problema que exija la aplicación de las matemáticas superiores, nota con sorpresa y desagrado que ha olvidado por completo la teoría que tanto le costó aprender. No se crea por esto que el conferenciante considera innecesario para el inge= niero el estudio de las matemáticas, lo que sería evidentemente equivocado. Las matemáticas son un instrumento importante para el ingeniero, y debe saberlas manejar bien; pero se ha de tener siempre presente que lo que no tiene aplicación práctica debe desecharse como incómodo y perjudicial. Lo importante es dominar bien 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las matemáticas elementales, y conocer y saber aplicar aquellas nociones del cálculo infinitesimal que sean indispensables para el estudio de la mecánica aplicada, que es el ramo científico por excelencia del ingeniero. Refiriéndose á la química que tendrá que estudiar en cinco años el ingeniero civil, repartidos así entre los preparatorios y profesionales : uno de inorgánica, otro de orgánica, dos de analítica y uno de química industrial, dice con toda razón Romagosa : ¿Para qué sirve la química al ingeniero civil? Es útil, se dirá, Porque algún día puede tener necesidad de analizar un compuesto orgánico. Esta respuesta no merece réplica. Es simplemente inícuo y absurdo lo que se está haciendo. He oído decir alguna vez que se obliga á los alumnos á estudiar esta materia, porque de otro modo no se cultivaría la química en nuestro país. ¿Es esto cultivar? Lo que se hace es perjudicar á los alumnos de ingeniería, sin considerar que estos perjuicios son irreparables. El ingeniero civil no necesita la química, sino para el mejor conocimiento de los materiales de construcción, y para esto no hay necesidad de cursos especiales, ó por lo menos no hay necesidad de darle tanta extensión. Los análisis de cales, arcillas, etc., se pueden enseñar en el curso de materiales de construcción, materia importantísima que está abora relegada á un lugar secundario, englobada en uno de los cursos de construcciones. Todavía no conocemos las propieda= des físicas ni mecánicas de nuestras maderas, de nuestras cales, de nuestros cimentos, de nuestros ladrillos, de nuestras piedras, y nos damos el lujo de estudiar cinco años de química. Antes de fundar laboratorios de química, necesitamos fundar laboratorios de ensayos de materiales de construcción. Se hace notar que en las Escuelas Politécnicas de Alemania, sólo se estudia un semestre de química inorgánica. Lo único plausible que encuentra Romagosa en esta parte del plan de estudios es la ubicación y extensión que se da á la física experimental. El plan actual de la Facultad, y, por consiguiente, el propuesto por el ministerio, es, pues, en lo relativo 4 conocimientos fundamentales, un plan empírico y rutinario, que no resiste á la menor crítica. Pasando al segundo orden de conocimientos, propone el siguiemte medio para fijar la utilidad relativa de los conocimientos profesionales : e Tomemos la lista de los ingenieros que han salido de las Facultades de Buenos Aires y Córdoba, preguntémonos adónde hanido, qué conocimientós han necesitado para ejercer con éxito su profesión, y si les han bastado los adquiridos en la Facultad. Podremos entonces clasificarlos por grupos, según su destino, descartando los que por uno ú otro motivo han abandonado la profesión para dedicarse á otra actividad extrana ú ella. Hallaremos que unos tienen estudío abierto, trabajan especialmente en los tribunales (en peritajes, tasaciones, etc.), ó construyen edificios, hacen mensuras, ó son empresa- rios de obras; otros están empleados en las diversas reparticiones del Ministerio de Obras Públicas; un gran número está en la Municipalidad de la Capital; otros andan diseminados en las provincias, ejerciendo de ingenieros municipales ó de directores y empleados de los departamentos topográficos y de obras públicas; otros están en los ferrocarriles particulares ; otros, en fin, y son los menos, han instalado fábricas y están dedicados á la industria. * Y bien, de todos éstos ¿cuáles son los que al llegar á sus respectivos puestos han podido decir que la instrucción adquirida en la Facultad les bastaba? Muy pocos, casi ninguno. BIBLIOGRAFÍA 137 s Enumera luego los conocimientos que en absoluto les faltan para esas diver sas actuaciones, como ser : agrimensura y arquitectura legal, legislación civil y administrativa, construcción y funcionamiento de cloacas, provisión de agua, saneamiento de las ciudades, pavimentación, ensanche y trazado de las agrupa- ciones urbanas, instalación de servicios municipales, teoría y práctica del riego, drenage y desagúe, defensa contra las inundaciones, canalización, etc., etc. En esta deficiencia de la ensenanza de la ingeniería ¿no deberíamos buscar acaso las causas de la desconfianza que inspira nuestra profesión en el público, y en las altas esferas oficiales? Después de recabar para la ingeniería las grandes aplicaciones de la higiene, llega al tercer orden de conocimientos, que ha llamado finales. El ingeniero no puede limitarse á estudiar las grandes obras públicas desde el punto de vista analítico y constructivo, sino que ha de estudiar también su adaptación al medio político y social en que esas obras se van á encontrar. Las obras de ingeniería no se construyen para probar la habilidad del ingeniero, sino para satisfacer necesidades sociales. El hombre en sus relaciones con la vida pública nacional é internacional es el término de nuestra profesión. El ingeniero debe conocer y estudiar la evolución econó- mica del país, y las necesidades económicas de la nación en que actúa. Demuestra luego el papel que le correspondería desempeñar al ingeniero, en la administración y establecimiento de las obras públicas, trazado de ferrocarri- les, estudio de sus tarifas y conveniencia de su administración por el Estado ó por particulares, etc. El ingeniero argentino ni siquiera puede tomar parte en la preparación de un plan financiero para la ejecución de una gran obra pública, pues no conoce la organización de esos grandes establecimientos de crédito en cuyas manos se encuentra centralizado el capital del mundo. No sabe lo que son acciones de preferencia, lo que son obligacio- nes; lo que son fondos públicos; y no puede hacer viable la obra que ha concebido con su inteligencia, pues, su enorme y pesado bagaje matemático no sirve desgraciadamente para hacerse entender de bolsistas y banqueros. Sintetizando sus observaciones, dice Romagosa : Los propósitos del poder ejecutivo, en cuanto á la enseñanza de nuestra carrera y al modo de administrar los conocimientos al alumno son excelentes, y debemos poner de nuestra parte todo el empeño posible para que se realicen. El plan propuesto por el Ministerio realiza, sin embargo, todo lo contrario; no es posi- ble encontrar mayor antagonismo entre la teoría y la práctica (1). Propone, por último, el siguiente proyecto de plan de estudios que deberá ser luego detallado y completado, con programas adecuados : 1 En lo relativo á los conocimientos fundamentales, la enseñanza de las matemáticas se ha de reducir á lo estrictamente necesario para el estudio de la mecánica aplicada; la químaca se ha de limitar á la inorgánica, y á lo necesario para el estudio de los mate- riales de construcción; el conocimiento de los materiales de construcción se ha de practi- car desde el primer año, y se ha de continuar en los siguientes, con ensayos prácticos en un laboratorio de ensayos que se ha de fundar cuanto antes para ese objeto y para el (1) Esas mismas contradicciones se observan en todo el plan ministerial. Los funda= mentos del Mensaje suministran excelentes 'argumentos para combatir el plan que pre- ene hacerlos prácticos. — A. G. 1 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA estudio de la resistencia y propiedades físicas de los materiales del país; la física expe- rimental se ha de enseñar con la mayor amplitud posible, á fin de acostumbrar el alum- no á observar € interpretar los fenómenos naturales, sin ayuda del maestro; la mecánica general (empezando por la dinámica, y no por la estática), y los elementos de construcciones se han de dar también en los primeros años. Alrededor de estos ramos, que son esenciales, se han de agrupar otros que son también imprescindibles para el ingeniero, como la topografía, el dibujo, la higiene general, etc. 2% En lo relativo á los conocimientos profesionales, se han de agregar al plan actual los siguientes ramos ; Hidráulica agrícola (que comprende riegos, drenajes, desagúes, defensa contra las inundaciones). Ingeniería samitaria (saneamiento de las ciudades y abastamiento de agua potable). Ingeniería municipal (construcción, conservación y limpieza de las calles urbanas, alumbrado público, extracción de basuras, ensanche de ciudades y trazado de villas nuevas). Se ha de suprimir la geodesia, porque pertenece á la especialidad de agrimensor, y no es un ramo esencial del ingeniero, ó muy rara vez tiene necesidad de aplicarla. Se han de enseñar los órganos de máquina y las máquinas que se emplean en las obras, y los elementos de arquitectura, que son imprescindibles para el ingeniero civil, - sin que por esto se le habilite para entrar en las atribuciones del ingeniero mecánico y del arquitecto que son especialidades consagradas desde hace muchos años. 3% En lo referente á los conocimientos finales, además de la economía política, y de los otros ramos que figuran en el plan propuesto, se han de instituir cursos de ciencia administrativa, operaciones de banco y bolsa, historia económica y política de los ferro= carriles y otros medios de transporte, teoría y práctica de la tarificación ferrocarri= lera. La conveniencia de estas modificaciones es innegable, pero nos parece que por huir de la falta actual de los conocimientos llamados finales, se incurre en el extremo opuesto al proponer la creación de tantos cursos nuevos. El ingeniero, en efecto, no necesita ser un financista, pues, ya se trate de obras públicas ó privadas, se encuentra convenientemente asesorado y tiene ya limitada de antemano la tarea, por los poderes públicos respectivos, por los di- rectorios y consejos consultivos de las sociedades ó los recursos y deseos de los particulares. Con los cursos propuestos por el ministerio y algunas ampliaciones en el estudio y preparación de presupuestos, se llenaría á nuestro juicio las exigencias profesionales á este respecto. Se contribuiría así á reducir la duración de los estudios que Romagosa con sidera que deben permitir la salida de los alumnos á los veinticinco años. Nosotros creemos que la longitud de las carreras profesionales se debe calcular de modo que puedan terminarse, como mínimo á los veintidos años, cuando un hombre adquiere su plena capacidad civil, y como máximo á los veinticuatro ó veinticinco años. Puede entonces completar prácticamente en el ejercicio mismo de su carrera, la preparación que ha adquirido en la escuela y formarse una cierta clientela ó autoridad profesional que lo habiliten, antes de los treinta años, para poder subvenir con su trabajo á sus necesidades y á las de su familia. Las modificaciones y reformas que propone el conferenciante, son muy dignas de tenerse en cuenta por quienes están encargados de la instrucción nacional, á fin de mejorar nuestra enseñanza profesional, cuyas deficiencias son notorias, á pesar de haber progresado bastante en los últimos años, dentro de limitados re- BIBLIOGRAFÍA 139 cursos, gracias á los esfuerzos del personal académico y docente, cuyas buenas intenciones no se puede desconocer sin injasticia. Mucho queda aún por hacer para que la enseñanza de la ingeniería alcance el nivel y el carácter que le corresponde, y debemos felicitarnos de que Romagosa haya abordado con claro criterio, este importante problema tan íntimamente vinculado con el progreso y porvenir de la República. — A. GALLARDO. Tí. — CIENCIAS NATURALES Anales del Museo Nacional de Buenos Aires. Tomo VI (Série 2*, tomo III). — Buenos Aires, 1899. Ha aparecido un nuevo tomo de 417-50 páginas, con siete láminas, de esta im- portante publicación científica que dirige el doctor Carlos Berg. Ya nos hemos ocupado de algunos de sus artículos en Ja época de su aparición de manera que sólo extractaremos aquellos de que no ha quedado constancia en estas páginas. El doctor Berg contribuye al conocimiento de la fauna erpetológica [véase Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo XLVI, páginás 243-44) y lepi- dopterológica argentina (véase Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo XLVIIL, página 296). Silvestri trata denuevos diplópodos sudamericanos (véase Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomo XLVI, página 247) y da en italiano una breve descrip- ción comparativa de Lepidocampa Oudms, con Campodea Westw. de la cual re— sulta que estos dos géneros son muy próximos y que el primero puede considerar- se como una adaptación para vivir en sitios secos que ha sustituido por escamas los pelos. Gallardo se ocupa de algunos casos de teratología vegetal describiendo fascia— ciones en Cynara Cardunculus L, Echvwm violaceum L. y varias anomalías en Digitalis purpurea L. a Trata Jhering las especies de Ampullaría de la República Argentina, enume- rando ocho especies con su sinonimia y distribución geográfica. Spegazzini presenta un importante trabajo de conjunto sobre nuevos óÓ críti- cos hongos argentinos. Describe las siguientes nuevas especies: Lepiota platen- sis, L. Resandi, L. pygmea, L. toba, L. imerascens, L. laeviceps, L. lycorper= dinea, ).. pluvialis, L. citrinella, L. hatuloves, L. denticulata, L. platensis, L. erylhrella, L. fusco-roseola, L. microscopica, L. pusilla, L. Holmberga, Armillaria? Ameghinor, A. platensis, A. saltensis, A. argentina, Tricholoma pampeanum, T. latifolvum, Clytocybe guachiparum, Mycena cortinarioides, M. Resandi, M. pinhuarum, M. polygrammoides, M. tremula, Omphalia caesio-atra, O. pusillima, Plewrotus pusillimus, Marasmúus pseudoperonatas, M. platensis, M. bonaerensis, M. brachypus, M. graminicola, M. hairtipes, Lentinus platensis, Lenzites argentina, Volvaria platensis, Anmularia cam= porum, Pluteus argentinum n. gen. Volvariella argentina, Entoloma pampeu—= mum, Eccilia platensis, Claudopus argentimus, Pluteolus argentinus, Phohota 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pseudoblattania, Ph. pseudofascicularis, Ph. platemsis, Inocybe argentina, l. platensis, TI. variabillima, I. lepidocephala, I. microcephala, Hebeloma platense, H. argentinum, Flammula argentina, F. pampeana, F. saltensts, Naucoria Bergi, N. pusillima, N. pampicola, N. brachypus, N.? fimicola, N. macrorhiza, Galera? striatipes, G. argentina, G. crystallophora, Tubaria Cisneroana, T. fimiseda, T. platensis, Paxillus ? argentinus, Bolbitvws Ame= ghainoi, B. albiceps, Agaricus jodoformicus, A. argentinus, A. farinosus, A. lepiotoides, A. lividus, A. cinercus, A. argyropotamicus, Stropharia dunicola, $. pampeana, Hypholoma stellwla, Psylocybe torlipes, Deconica argentina, Psa= tirella argentina, P. pampeana, P. platensis, Coprinuws speciosulws, C. deserti= cola, C. psamathonophilus, C. edulis, C. platensis, C. humilis, C. glandulifer, C. platysporus, Montagnttes argentina, Polyporus casercarnis, P. tucumanen= sis, P. Stuckertianus, Fomes sordidissimus, Polystictus hybridus, P. corduben- sis, P. Fontanar, P. fallaciosws, Porta gossypúuwm, P. hewagonoides, P. Berga, P. geoderma, P. brevipora, Trametes argyropotamicus. T. sordida, T. argen= tina, T. tucumanensis, Daedalea pampeana, D. delicatissima, Favolus salten- sis, F. fuegianus, Hydnum? Stuckertianum, Hirpex? platensis, Mucronella argentina, Cladodenis platensis, Stereum argentinum, Corticium pampeanum, Hypochnus peronosporoides, Cyphella uvicola, Clavaria pampeana, n. gen.; Alboffiella argentina, Cyathus elegans, Gyrophragmiuum argentimum, Podaxon argentinum, P. patagonicum, n. gen.; Chlamydopus clavatus. C. amblarensis, Batanea guachiparum, B. patagonica, Geaster pampeanus, G. argentinas, (. platensis, G. deserticola, Bovista? perpusilla, Lycoperdon bonariense, L. ar= gentinum, Physarum delicatissimum, Ph. platense, Ph. crustaforme, Comdrio= derma ? micraspis, Didymium platense, Stemonites platensis, Lycogala platen= se, Mucor funebris, M. olivacellus, M. caespitulosus, Ustilago americana, U. panaci=carthagenenstis, U, globigena, U. abortifera, U. paspali, U. deserticola, Entyloma: bidentis, E. hydrocotylis, Tolyposportum? reticulatum, T. pampea= num, Tecaphora andropogonis, Uromyces tordillensis, U. carthagenensis, U? Ameghino, U. mulina, U. platysporus, U. megalospermus, U. ysamathonophi— lus, Puccinta nubigena, e. Burmersteri, P. heteromorpha, P. lyciicola, P. lip- prae. P. megalopotamica, P. thalassica, P. collignoniae, P. ensenadensis. Ra= venelia platensis, R. papillosa, Aecidvum acunthinum, Ae. azorellae, Ae. baccharidicola, Ae. heteromorphum, Ae. microspermum, Je. monemiae, Ae. rivinae, Uredo desmodircola, U. Lillor, U. magellanica, U. medicagimicola, U. novissima, U. mulinicola, U. sensitiva, U. chaenocephala, U. cleocharidi- cola, U. invisa, U. micropsidis, U. minitans, U. parthenú, U. pitanga, U. polypogonis, U. wromicoides, U. ¿imperialis, Caeoma? argentinum, Ery= siphe deserticola, Cephalotheca? argentina, Eurolium sacchari, Euty= pella citricola, Eutypa andicola, E. eryihrinae, Cryptosphaeria populicola, Diatrypella platensis, Laestadia eucalypit, L. Loremtzw, Botryosphaerta pinicola, Chaciomum rostratum, Sordaria apiculifera, S. brevicaudata, S. macrostoma, S. cirrifera, S. hispidula, S. taediosa, Hypocopra pu= silla, Coprolepa intermedia, Rosellinia bonaerensis, R.? macrosperma, Án= thostoma yatay, Xylaria Holmberg2, X. micrura, Hypoxylon enteroleucum, H. megalosporum, Sphaerella Hariotiana, S. zizamiicola, Epicymactia micros- pora, Venturia tucumanensis, Apiospora phomatopsis, A. platensis, Myrmae- cium endophaeuwm, Diaporthe bróoussonetrae, D. colletiae, D, dickiae, D. ipo- BIBLIOGRAFÍA 141 moeae. D. seneciicola, D. talae, D. zeima, D. colletiicola, D. polygonicola, D. xanthiicola, Phaeosphaerella gyneriorum, Didymosphaeria ? gynerú, D. mas- samoides, Delvitschia? perpusilla, Valsaria pseudohypoxylon, Euchnosphae- mia rhizophila, Acanthostigma dimerosporiorwde, Metasphaeria arundinicola, Massarina talae, Melanomma victoris, Sporormia capybarae, S. pyriformis, Leptosphaeria anthostomella, L. gynerú, L. melanommoides, L. proteiwspora, L?subiculifera, Pleospora piptochaetir, P. proteispora, Pyrenophora chaeto- imioides, Jubella argentina, n. gen.; Balzania platensis, Melanospora pampeana, Neciria aurantiella, N. macrosperma, N. pelargonti, N. peponicola, N. sordida, N. subimperspicua, N. tropicalis, N. phaeostoma, Hypocrepsis hypoxyloides, Mattirolia? nivea, Phyllachora apiculata, Phyllachora ? megalospora, Ph. ? ti pae, n. gen.; Albo/fia oreophila, Plowrightia? andicola, Dothidella Lillvan, Microthyrium vittiforme, Chaetothyrium musarum, Seynesia platensis, Lo- phiostoma speciosulum, Phymatosphaeria argentina, Endogone? argentina, Try- blidium? colletiae, Acetabula nemoralis, Geopyxis aparaphysata, Humaria phoenicea, Neottiella ? argentina, Ciboria leptorhiza, C. poromiordes, Helotiella velutina, Ascobolus laevisporus, 4. megalospermus, Saccobolus aparaphysatus, Ascophanus perpusillus, Urnula platensis, Bargellinia? Belti, Phyllosticta boussingaulirae, Ph. cestri, Ph. drymidis, Ph. Etylis. Ph. halephila, Ph.? oxa- lidicola, Ph. capsici. Ph. tillandstae, Ph. cissampeli, Ph. smilacina, Pyreno- chaeta dichondrae, Phoma adenocauli, Ph. opuntizcola, Ph. iodinae, Ph. orchi= dicola. Súrococcus persicae, Dothiorella acervulata, D. proteiformis, Cytospo- rella cereia, E. yatay, C. eucalyptina, C. macrocera, C. populina, Sphaeropsts palorum, Corviothyrium dasylirit, Haptosporella? talae, metastelmatis, Diplodia colletiae, Ascochyta fabae, Hendersonia cylindrospora, H. chenopodi— cola, Septoria ambrosioides, S. convolvulina, S. lycopersict, S. micotianae, $. sisyrinchi, S. solanina, Cytosporina peregrina, C. sapú, C. parkinsoniae, Lep- tothyrium sclerotraceum, L. trithrinasis, Melophia Arechavaletar, Hainesia ly - copersict, Gloesportum passiflorae, Melanconium yatay, M? patagonicum, Chromosporium albo—roseum, Bothryosporvwm ? palmicola, Lepodontum sulfu= reum, Spicaria mucoricola, Diplosporium caudatum, D. macrosporum, Ramu- laria chenopodi, Cercosporella oenotherae, C. asterina, Fusoma? vastator, Botryotrichum villosum, Cordella argentina, Catenularia megalospora, Dema= tium chaetopsis, Cladosporium? stercoris, Fusicladiuwm cephalantha, Stigmiwna? phragmidioides, Helminthosporium eucalypír, H. penicillus, Cercospora Aratar, C. calystegiae, C. densissima, €. physalidicola, C. ricina, Napicladium pyri- forme, Isaria arachnicida, I. argentina, 1. tinearum, I. geophila, Stysamus calyciordes, S.? sívlboides, Tubercularia ? endogena, T. orchidearum, T. pelar gonii, Patellina talae, P. tropicales, Volutella acutapilisa, Fusarium avlan- ihinum, F. glocosporoide, F. opuntiarum, F. pseudonectria, F.? sapindophi— lum, Pionnotes vagans, y las siguientes formas nuevas de micelios estériles : Rhizomorpha formicarum, Scleroivum citrinellum, S. pulverulentum, S. opun— arum. Por la larga lista precedente puede verse que son nuevas la mayor parte de las 882 especies contenidas en la extensa contribución micológica del doctor Spegsz- zini. El señor Konow se ocupa de los nuevos Tentredioidos sudamericanos que le fueron enviados para su estudio por el Museo Nacional. 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Forma los nuevos géneros Bergiana y Ceropastus, estudia comparativa y crí- ticamente los generos Pienus Nort., Hemidianeura, Kirby y Dieloceros Curt., y describe las especies nuevas Schizoceros tegularis, Sch. lateralis, Sch. manilia= tus, Ceropaslus volupis, Pereyta flavipes, P. dorsuaria, P. persimiles, P. ex— tensoria, P. alvina, P. melanopyga, P. insignita, Periclista lorata, Monophad= mus fronto, M. thoracatus, M. diagomicus, M. valginervis, M. cruentus, M. sugillatus, M. veles, M.offensus, M. depressus y M. foriolus. La Memoria del Museo correspondiente al año. 1897 que se halla incluída/en el presente tomo VI ha sido ya analizada en la página 375, del tomo XLVI de estos Anales. Le A. GALLARDO. IL. — CIENCIAS MÉDICAS Méndez (D* Julio), Profesor de la Facultad de Medicina; Médico del Hospital San Roque. Suero anti-carbuncloso. Su APLICACIÓN EN EL CARBUNCLO EXTERNO DEL HOMBRE. En : Anales de Sanidad Militar, tomo 1, entrega VI, junio 1899. Buenos Aires. Expone el doctor Méndez los excelentes resultados de la aplicación del suero anti-carbuncloso, por él preparado, en más de cincuenta casos de carbunclo externo en el hombre. , Ya el doctor Méndez, en compañía del doctor Lemos, comunicó al Congreso Cientifico Latino Americano, la curación de seis casos, creyendo haber sido los primeros en aplicar el suero con objeto curativo, prioridad que ha reclamado Selayo, quien efectivamente lo empleó en junio de 1897, sin que ese ensayo fuese conocido entre nosotros en enero de 1898, cuando lo aplicaron Méndez y Lemos. Desde el momento de la inyección del suero, sea cual fuese la situación de la pústula y la elevación de la fiebre, se observan cuatro fenómenos perfectamente apreciables, y son: el descenso de la temperatura, el bienestar general, la diminución y desaparición del edema y la atenuación dolorosa y desaparición del infarto ganglionar. El descenso de la temperatura comienza, sin excepción, desde el momento mismo de la inyección, verificándose por quintos ó décimos de grado, de modo que en las prime- ras doce horas llega á la normal, ó poco menos. Sclavo había notado una elevación de medio á un grado en las primeras horas después de la inyección. La dósis empleada por Méndez es generalmente de 20 centímetros cúbicos, que rara vez es seguida de una segunda inyección. El sitio de la inyección es indi- ferente. : Con el objeto de evitar infecciones secundarias, se debe hacer curaciones locales sobre la pústula, para lo cual Méndez aconseja una pomada'de lanolina con creolina. El temible grano malo pierde, pues, con el tratamiento porel suero de Méndez su terrorífico peligro. — A. GALLARDO. BIBLIOGRAFÍA 143 IV. — VARIEDADES Brinton (Daniel G.) Profesor de Arqueología y Lingúística americana en la Universidad de Pensilvania, A Record of Study in aboriginal American Languages. Este trabajo impreso para ser distribuído particularmente, contiene la lista de las obras publicadas por el autor en su larga carrera de americanista, desde el año 1867 hasta hoy día. La obra de Brinton es enorme y revela una paciencia y constancia admira= ble. Brinton ha tenido la buena idea de republicar en un volumen, bajo el tí- tulo de Ensayos de un americamista, gran parte de sus trabajos anteriores al año 1890. Este libro de 498 páginas está dividido en cuatro partes. Etnología y Arqueología, Arqueología y Folk-Lore, Literatura y sistemas gráficos y Enmgúistica. La serie de artículos y obras, cuyo índice ha publicado Brinton, es- tán divididos del siguiente modo : [. ARTÍCULOS GENERALES. — 15 trabajos y 8 obras la mayor parte de más de 200 páginas, entre ellas Las Crónicas de los Mayas, El libro de los ritos: de los Yroquies, Los indios Tenapé y sus leyendas, Los anales de los cakchi- quels, El Rig Veda americanus y otros no menos interesantísimos. II. IDIOMAS DE LOS INDIOS NORTEAMERICANOS AL NORTE DE MEJICO. — 14 trabajos. TIL. InIomAS DE MÉJICO Y DE CENTRO AMÉRICA. — 32 trabajos. IV. Iniomas DE LAS ANTILLAS Y DE SUD AMERICA.— 10 trabajos. J. B. AMBROSETTI. Brinton (Daniel 6.) The Lingúistic Cartography of the Chaco Region. Reimpresión de los Proceedings of the American Philosophical Society, (vol. XXXVII, n* 158, diciembre, 1898, Philadelphia). Este trabajo ha llamado mucho la atención de los estudiosos de esta parte de Sud América y está dando lugar á serios trabajos de crítica refutando las afirmaciones del señor Brinton, como el que ya ha aparecido del señor G. Boggiani y el que se anuncia del senor Samuel Lafone Quevedo, y otros más. J. B. AMBROSETTI. Boggiani (Guido). Cartografía lingúística del Chaco. ESTUDIO CRÍTICO SOBRE UN ARTÍCULO DEL DOCTOR D. G. BrintoN. En Revista del Instituto Pa- raguayo, (año 2*, tomo III, n* 16, mayo de 1899, Asunción). En este trabajo el señor Boggiani, ya ventajosamente conocido por sus intere- santes trabajos de Etnología de las tribus del Alto Paraguay, refuta como cono- cedor práctico de esas regiones y de sus indios, las afirmaciones del señor Brinton con gran acopio de argumentos y de datos sólidos que nos demues= tran, una vez más, que para estudiar los indios es necesario, por lo menos, haber estado en sus, toldos alguna vez, y conocer de visuw siquiera una parte 144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA del país donde ellos viven: y esta gran ventaja lleva en este caso el señor Bog- glani. A la distancia se cae siempre en gravísimos errores, debido generalmente á mala información, como el primero en que incurre el senor Brinton de: que la región norte del Chaco es de altas y estériles altaplanaicies. J. B. AMBROSETTI. Boggiani (Guido). Guaicurú, SUL NOME, POSIZIONE GEOGRAFICA E RAPPORTI ETNICI E LINGUISTICI DI ALCUNE TRIBU, ANTICHE E MODERNE DELL AMERICA MERI= DIONALE (con una carta; En Memorie della Societa Geografica Italiana (vol. VII, parte 2*, 1898). Como su título lo indica, en este trabajo de 55 páginas estudia detenidamen- le los asuntos que se refieren al nombre guaicurú del que el señor Lafoné Quevedo, á quien está dedicado este folleto, decía en 1896 al tratar del Idioma Mbaya: « El nombre de guaicurú ha servido para mucha confusión en La et nografía y lingúística del Chaco». El señor Boggiani ha abordado la parte etnográfica de la cuestión y bien ¡n= formado, como siempre, dilucida una cantidad de cuestiones sobre los indios del grupo Mbaya=guaycurú' y corrige de paso muchos errores clásicos, corrien- tes en la etnografía de las tribus chaqueñas-paraguayas. Pasa en revista todo lo que se ha dicho y se refiere á los Payaguás y Len= guas, á los guanás de Miranda (Guaná, Chanás Ó Cianá ó Layanas), distintos de los guaná del Chaco (Guaná, Sapuchi, Sanapaná, Angaité y Lenguá), á los Chamacocos-Tumanahá, á los Mbaya (Caduveos) y por fin aborda el tema de los guaicurús ? deshaciendo la serie de intringulis que se había producido alrede= dor de este nombre, que es sólo genérico y general y de los demás de otras tribus de autores diversos antiguos y modernos ; dejando en claro la existen- cia de las siguientes tribus, que es bueno queden deslindadas una vez por todas : Payaguá, Lengua, Angaité, Lenguas, Guaicurús Machicuis, Machicuys, Eniman- Sanapaná, gas, Enimacas, etc., de varios escritores. Supuchi, Guaná (del Chaco) Tumanahá (Chamacocos bravos) ') Chamacocos (mansos) ) Todas estas tribus ocupan hoy, lo mismo como en tiempo de la conquista española, precisamente casi todo el triángulo contenido entre el Río Paraguay y el Pilcomayo y cuyo vértice sería la Asunción, menos una pequeña parte que, ocupada antiguamente, fué abandonada hace más de un siglo y medio por los mbaya-guaicurús y por los guand (de Miranda). Termina el interesante estudio con un cuadro comparativo de los siguientes idivmas chaqueños : Mbaya=guaicurú, Caduveo, Guaná (del tido), Sanapaná, Angaité, Lengua, Chamacoco, Kinikinao Tereno, Guaná (de Miranda), y Payaguá y un mapa étni- co de la región comprendida entre el rio Pilcomayo y Coimbra ó mejor entre el paralelo 192 al 25. Timinahas, Timinabas de Jolis y Hervas. J. B. AMBROSETTII. Rawson >. — D E Img. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. ; usch, Luis...... José Cárlos... e, Eduardo, stoni, Juan rdi, Francisco N. “Francisco. ancisco. Fernando. | , Alejandro M, agasti, Federico. Anasagasti, Ireneo, nasagasti, Horacio setti, Juan B. , Agustin. 1g6s, Máximo. larini, Euranio. a, Manuel B jancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barra Cárlos, de la. —Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. _Battilana Pedro. jaudrix, Manuel C. n, Pedro. enoit, Pedro (hijo). jenítez, Luis C. rro Madero, Miguel ro Madero, Carlos ron de Astrada, M. —Bessio, Moreno B. essio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Blanco, Ramon €. an, Santiago. sch, Benito S. onanni, Cayetano. 'sque y Reyes, F. no, Manuel R. e OCIOS HONORARIOS erp Dr. Benjamin A. Gould + — Dr.R.A.Philippi. NEO - Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo (padre). AA a. Mexico: é PS de Montevideo. IS Montevideo. tee Mendoza. Nor Córdoba. ES Rio Janeiro. PA Lisboa. Catamarca. DASS Tucuman. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáleena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L, Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon, Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Viceute. Castelhun, Ernesto. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, VicenteP. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M, Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S : socios CORRESPONSALES Presb. Morandi, Luis Murillo, Adolfo....... Paterno, Manuel..... Reid, Walter F....... Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R...... Villareal, Federico. ... Von Jhering, Herman SOCIOS ACTIVOS Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A, Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcq, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo- Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo V. Estevez, José Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. “Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo. Ferravi Rómulo. Ferreyra, Miguel * Fierro, Eduardo, Fynn, Enrique. * Fleming, Santiago Franco, Vicente, Priedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Oo Villa Colon(U.) O Santiago (U.) SUR AO «. Palermo (1t.). AS Lóndres. A AS) Corrientes. NS Quito. a. ES San Paulo (B.) Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I, Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez MolinaFederico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. ' Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Crislobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. >; Y 4 Eo A “Latzina, Eduardo. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor Y. ' Jauregui, Nicolás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis Bb. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José -Larguía, Carlos, Lavalle, Francisco. Eavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustín Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo: Leiva, Saturnino. León, Emilio de Eeonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luigsi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. : Madrid, Enrique de Malere, Pedro. "Mallea,* «Benati Mallol;Benito J::* Manzitti, Salvador Marti, Ricardo. Maria, «Placido. MEbqueston, Alejániro. Marcet, José:A. ssini, Cárlos. Ad a Esteva; só Massihi5 Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. 12 ST a ab, =p e Pz, Manuel N. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A, Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés. Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto: Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newlon, Artemio R.. Newton, Nicanor R.: Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. '. Noceti. Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul. / Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto C. Orfila, Alfredo J.- Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M, Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. * Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. y Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. Ss Paitovi Oliveras A. ¿Pálacios, Albertol. iio, Emilio. t, Cárlos. cali, Justo. lowsky, Aaron. Pellegrini, EAbque Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, A. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. 7 SOCIOS ACTIVOS le da J uan Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Sebastian de la Puig, 'Juan de la Cruz| Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Qhintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. - Quirós, Pascual. > Raffo, Raggio, Juan | Ramallo, Carlos. | Ramos Mejía, Idefonso E ¡Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Ricaldoni. Tebaldo Rellan, Esio. Repetto, Luis M.- Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, (E Rodriguez delaTorre, C. Rofío, Juan. Rojas, Estéban €. - Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. : Sanchez, Emilio 3. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. Schneidewind;,Alberto. Schickendantz, Emilio. Seeber, Enrique. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. - Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. - -Stegman, Cá Tassi, An Bartolomé M. y á Tressens, Jose slo Yanzá, Amadeo. hij Solveyra, Mariano Spinola, Nicola: —Swenson, Do Ci Ai Lu Toral Enriq | Torino, Desi 1 Unanue, Ignac Valerga, Or Valle, Pastor Varela Rufino: Videla, Bald Villavecchi: j Ale VillanovaSanz,El enci”. » Villegas, B Waulters,. Car Weiner, Lu Williams, Orlan PA cndIO Eugenio. Zabala, Cán los. Zeballos, Estanislao Zimmermann, y E ] o Os EDAD CIENT ARGENTINA SD A A —Á Dingcror : Ingeniero ANGEL GALLARDO . : Señores EDuArRDO LATZINA y CARLOS LAGOS. GARCÍA REDACTORES Eduardo Aguirre, señor Juan B. Ambrosetti, doctor Pedro 'N. Arata, ro Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero go E. Barabino, ingeniero: Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus= ro Emilio Candiani, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. loctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique - or Roberto Wernicke, doctor Estanislao S. Zeballos. SEPTIEMBRE 1899: — ENTREGA III. — TOMO XLVIIL PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS 1.00 12.00 2.00 1.507 BUENOS AIRES. RENTA DE PABLO E. CONI É HIJOS, ESPECIA“ y 580, — CALLE PERÚ — 686 1899 Presidente........ Ingeniero doctor MarciaLR. , Eo! Vice-Presidente 1% Ingeniero doctor CARLos M. Mo) AN A Td. 2 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES Ne Secretario de actas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANO — correspondencia. Agrimensor CRISTÓBAL HICKEN. Mesonero dela . Ingeniero ARMANDO. ROMERO. e Bibliotecario...... Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DomMINGO NOCEtTt. Ingeniero CLaROo C. DASSEN. Ingeniero DoMINGO CARRIQUE. Mocalestiiad ase eios: Ingeniero EmiLIO PaLació. | Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero JuLi0 LABARTHE. Ingeniero ORONTE A. VALERGA. % Senor JUAN BOO: 7 RoBeRTO WERNICKE. La liga contra la tuberculosis... 0000. Ps ao Fuberico BIRABEN. Pedagogía matemática (bibliografía y crítica) (Conclusión le GrisrónaL M. Hicken. La fábrica nacional de paños de A. Prat... CARLOS SPEGAZZINI. Nova addenda ad Floram Patagonicam (Continuación)... MusceLánea : Terminología española de electricidad. — XIII” Congreso interna= cional de medicina. — Modo de evitar las inundaciones del río Negro......... ; BIBLIOGRAFÍA : ALzota Y MivoNDO, Las obras públicas de España. — BRILLIÉ, Torpilles et torpilleurs. — MorAcas, Génesis de las rocas. — Truchor, Les terres rares. — Wissenchaftlichen Ergebnisse des Schwedischen Expedition nach den Magellanslánder. — Ourrs, Estudios etnográficos. — Lrnz, Crítica de la Langue Auca del señor Raoul de la Grasserie. — Pratk, Fauna chilensis. — Ergebnisse : der Hamburger Magalhaensischen Sammelreise. — Ro6rr, Introduction á Vétude de la médecine. — Tamri, La corteza del pan como vehículo de gérmenes infec r ciosos. — MurILLO, Memoria de la Junta Central de Vacuna correspondiente 4 1898. — Mencanri Y Dessy, Sobre una enfermedad del ganado lanar. — RocQuks, Les caux-de-vie et liqueurs. — Prazza, Sobre la leche y la manteca que se des- pachan en el mercado de La Plata... coco Se 19 MOVIMIENTO SOCIAL: Concurso para 1900. — Visita á la fábrica de Prat. — Visita al Bélgica. — Visita á la fábrica de Franchildl...ooooococrcr rro io LA LIGA CONTRA LA TUBERCULOSIS SUS FINES, SU CONSTITUCIÓN, SUS MEDIOS EXPOSICIÓN HECHA EN EL ATENEO EL 31 DE JULIO DE 1899 POR ROBERTO WERNICKE Señoras, señores: Por una serie de coincidencias é incidentes que no es del caso detallar, me veis exhibiéndome en tan honroso puesto. Honor es, y grande, el poder dirigir la palabra á tan distinguidas personas como las que vemos aquí congregadas. Cumplo con un deber al declarar que el honor de haber iniciado la fundación de una liga contra la tuberculosis, pertenece en un todo al señor doctor Samuel Gache. A él le hubiera correspondido de derecho hablar esta noche ; por hallarse en viaje á Europa, falta áesta reunión y en vez de escuchar su elocuente palabra, os habréis de resignar á oir mi exposición. La idea emitida porel señor doctor Gache fué discutida primero en un pequeño grupo y luego auspiciada porel Círculo Médico Ar- gentino. Esta asociación reunió en sus salones á los que se intere- saban por la cuestión, para las sesiones preparatorias. Y asíalgunos días después, en el local de la Sociedad Médica Ar- gentina, se constituye el comité provisorio de propaganda en cuyo nombre tengo el honor de hablar en estos momentos. Los nombres que figuran en la circular que se ha repartido invi- tando á'esta reunión, prueban la importancia que tiene nuestra imi- ciativa y me complazco en constatar la gran simpatía con que ella ha sido acogida, simpatía que se revela de manera evidentísima, porla cantidad y calidad de las personas que forman esta asam- blea. ; La mujer argentina, de nobleza que puede ser igualada pero no superada, viene á probar una vez más, cuán grande es, cuando se AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIIL 10 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA le llama á socorrer al desvalido ó eprorsni una desgracia que pue- de llegar á ser nacional. La tuberculosis, la tisis, es una enfermedad conocida desde que seestudian enfermedades. Los médicos de la más remota anti gúedad consignan en los escritos que nos legaron, observaciones de que podemos deducir cuánto la temían y cuán pobres en recursos se consideraban para sanarla. Hace ya siglos que algunos observadores sagaces, médicos unos, profanos los otros, aseguraban que se trataba de una enfermedad trasmisible por el contagio. Conservamos en nuestros archivos una disposición de autorida- des napolitanas, ordenando (en el año 1781) se aplicaran determi- nados procedimientos en las habitaciones y álos objetos de uso de tísicos que fallecieron, tratando de evitar por esas medidas la trans- misión dela enfermedad á individuos que llegaran á ocupar tales habitaciones 6 á usar tales objetos. Un médico francés, Villemin, trató de probar por el experimen- to, la transmisibilidad de la tuberculosis del hombre á animales. Los que de microbios nos ocupamos, hacía ya mucho que espe- rábamos hallar — ó mejor dicho ver hallado, el causante de la en- fermedad. Fué en 1881 que Roberto Koch, por investigaciones cuya perfec- ción nunca fué bastante ponderada, probó de una manera indiscu- tible que el microbio que él hallara en los enfermos, cultivara en sus vasijas é inoculara en los animales de laboratorio produciendo la infección, era el causante de la más mortífera de las pestes. Con ese descubrimiento entró de lleno en una nueva fazla doc- trina de la tisis pulmonar; hallado el causante del mal, se buscó con empeño y se halló el camino que esos microbios seguían al sa- lir del cuerpo de un hombre ó animal enfermo, hasta llegar á un organismo sano, en el cual sentaban sus reales empezando su tra- bajo de devastación. Conocido el causante, conocidos los caminos que él mismo sigue para conquistar nuevas víctimas, pudo pensarse en emprender una lucha eficaz contra su propagación, contra sus avances. En los últimos años comenzóse á hacer lo que hoy día proyec- tan implantar entre nosotros los caballeros que me han nombrado su vocero: formar una asociación que como falange disciplinada se opusiera ásu invasión en la medida de lo evitable. LA LIGA CONTRA LA TUBERCUl.OSIS 147 ¿Vale la pena de ocuparse de poner vallas á esta enfermedad ? Casi parece innecesario contestar á esta pregunta. Si esque se trata de un mal evitable debe evitársele, — dijo el principe de Ga- les, que es el que preside la liga inglesa. La enorme importancia que para la humanidad tiene la tuber- culosis la prueba un solo hecho — un décimo de los hombres su= cumbe por la acción directa del bacilo de la tuberculosis ó por al- teraciones que sólo pudieron establecerse en un terreno que él mismo preparara. He buscado y hallado en una obra del doctor Gache, la cifra que indica la mortalidad por tuberculosis desde 1870 hasta 1897 y su- mando esas cifras he hallado que en esos 27 años, según los regis- tros oficiales en Buenos Aires, se han enterrado más de 25.000 1n- dividuos muertos tísicos. Si á esta cifra agregamos los casos de tísicos que murieron por complicaciones, los que murieron sin que se diagnosticara la en- fermedad, y aquellos casos en los cuales se ocultó la enfermedad, no creo exagerar al duplicar la cantidad que he enunciado. Llega- ríamos así á la espantosa cifra de 50.000 defunciones por tubercu- losis pulmonar y de los demás órganos. Tenemos, pues, motivo y sobrado de preocuparnos ; aún más, de afligirnos. Si unimos nuestras fuerzas todas para evitar un mal que nos viene de fuera, con mucha más razón y seguramente con mayores espe- ranzas de éxito, debemos unirnos para luchar con un enemigo que tenemos en casa, enemigo que combatiremos para defendernos nos- otros mismos, para defender á nuestros hijos y para defender á las generaciones que nos sucedan en el suelo argentino. La tuberculosis es una enfermedad difundidísima; todos los presentes tenemos diarimente oportunidad para contagiarnos, y si es queno estamos contagiados todos, es porque el contagio sólo se efectúa bajo determinadas condiciones. Si la tuberculosis atacara á todos los que se han expuesto á su contagio, hoy dia ya no ha- bría humanidad, mucho antes de la época en que nacieron nues- tros tatarabuelos, hubieran ya desaparecido los tatarabuelos de es- tos por la acción mortífera del bacilo de Koch. ; Las fuentes de donde emana el contagio para adquirir la tuber- culosis pulinonar, la constituyen indiscutiblemente en primera lí- nea y probablemente casi de una manera exclusiva, los seres huma- 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nos atacados de esa enfermedad. Para las otras lesiones que el bacilo de Koch puede producir, entran á jugar un rol importante, animales domésticos infestados por el mismo microbio. Que el hombre enfermo es el elemento más peligroso, eso nos lo prueba la observación cuotidiana, eso lo vemos comprobado por los casos de tuberculosis de familias ó de agrupaciones humanas. Las grandes agrupaciones de seres humanos, las grandes ciuda- des, especialmente las fabriles, vienen á corroborar este aserto. Donde hay muchos hombres, hay seguramente muchos tísicos, donde los hombres viven hacinados en contacto más íntimo viene á facilitar la transmisión óla adquisición del mal. Los centros rurales, las poblaciones de los campos, bosques, montañas é islotes, por ejemplo, presentan una mortalidad por tu- berculosis mucho menor de la que se ve en las ciudades. La decantada salubridad de algunas regiones, la tantas veces Ci- tada inmunidad de algunos parajes, siempre y siempre, se refiere á puntos dela tierra con una población muy poco densa ; los hombres desparramados en un gran territorio se juntan poco, los tísicos exis- tentes se reunen relativamente pocas veces con sanos, y éstos, por consiguiente, se exponen raras veces á la infección. No niego, y es opinión muy difundida que comparto, que inter- vienen para la propagación del mal aún una serie de otros facto= res, factores que por el corto tiempo de que dispongo no puedo ni debo entrar á exponer y mucho menos á discutir; pero sí sólo quie- ro dejar constancia de que, con todos los presentes, creo que cuanto más pobre sea una población, cuantas mayores sean las penurias que ella pasa, tanto mayor es en ella el número de los tísicos. El hecho que he aducido de ser el hombre enfermo el elemento más peligroso en la propagación de su enfermedad, es una tristisi- ma verdad. Verdad triste digo, porque el temor que la enfermedad infunde en débiles de carácter y en los que no recuerdan ó no'saben que existen medidas precaucionales eficaces, adaptables sin morti- ficar por ello á enfermos ó á sanos, producen digo, actos de califi- cación imposible que redundan en perjuicio de las desgraciadas víctimas de la tuberculosis. Aun arriesgando pecar de repetición, vuelvo á declarar y á insis- tir enérgicamente en ello, que el contagio posible, lejos, pero muy lejos de ser fatal, puede perfecta y casi seguramente ser evitado. Suelo decir á mis enfermos ó más bien á los que los cuidan, que LA LIGA CONTRA LA TURERCULOSIS 149 el miedo ó el terror, diluidos convenientemente, se transforman en prudencia y previsión. : Cuanto mayor es un peligro tanto mayor sangre fría se necesita para afrontarlo, para salvar de él con seguridad. La liga cuya fundación hoy debe tener lugar, es una consecuencia de este raciocinio. Cuanto mayor sea el número de adscriptos que ella cuente, tanto mayores serán los resultados que ella va á obtener. La tarea que deberá afrontar es grande y digna de los mayores sacrificios, es necesario seguir adelante con fé y dejar en la lucha á un lado toda consideración pequeña, sólo todos unidos bajo una sola y común dirección llegaremos á declararnos vencedores. Si nos separamos en grupos que persigan cada uno fines distintos, aunquetendentes al mismo objeto, se perderán fuerzas, muchas fuerzas estérilmente. La unidad de acción nos asegura un éxito grande, en muy poco tiempo. Gran parte de los que me hacen el honor de escucharme tendrán la idea de que esta liga deberíaser dirigida, cuando no constituida exclusivamente, por personas del gremio al que me honro perte- necer. No pensamos así los que figuramos como miembros del comité provisorio de propaganda — al contrario, podría decirse, creemos todos ó casitodos, que los miembros dirigentes de esta gran aso- ciación, deben ser profanos en la ciencia ó el arte de curar. Nuestra posición especial en la sociedad, me refiero á los médi- cos, limita nuestra esfera de acción de una manera notable, además nos hallomos por esta posición misma impedidos para proceder unidos, como un cuerpo de ejército que debe entrar en combate. Cada uno de los presentes tiene su médico, cada uno ha elegido á aquel que mayor confianza le inspira, cada uno está vinculado á su médico por lazos de agradecimiento ó de cariño: el que tiene un médico lo tiene. para consultarlo y para seguir sus consejos. Por el otro lado cada uno de nosotros, los médicos, tiene interés especia- lísimo en tener la mayor clientela posible, el médico de mucha suerte debe tener, forzosamente, muchos colegas que envidien su posición. Tengan la bondad de meditar porun momento sobre los axiomas que acabo de enunciar, y seguro estoy que, como corolario de los mismos, pronto declararán conmigo que la liga contra la tubercu- losis, iniciada por un médico y presentadaá vuestra consideración 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por otro, debe estar, forzosamente, en manos de profanos, en todo lo que se refiera á administración y propaganda, y sólo sí asesora- da por miembros del cuerpo médico, que aquí como en todas par- tes, antes, ahora y siempre, han estado dispuestos á poner á servicio de tan santa causa, su cabeza, su corazón y todo su cuerpo entero, llevando su abnegación hasta el punto de exponer su salud y sa- erificarlo todo, todo, hasta su vida en aras de la humanidad. Y así, demos por el momento instalada definitivamente la comi- sión de la liga contra la tuberculosis: ¿Cuáles serán las tareas que en primera línea se le ¡imponen ? No titubeo un momento al declarar, que ante todo deberá echar mano á todo cuanto recurso disponga para instruir á los que no sa- ben, enseñando á todos cuáles son los peligros que los enfermos de tuberculosis ofrecen y cómo puede llegarse á disminuirlos ó evitarlos. La primera tarea de estos caballeros sería, pues, conseguir que médicos que á ello se prestaran, — y ¿quién que sepa decir cuatro palabras, se resistiría á hacerlo? — tengan la oportunidad de expo- ner sus ideas, de una manera popular y fácilmente comprensible á auditorios ó concurrentes de ambos sexos y pertenecientes á todas las capas sociales, que la comisión se encargaría de reunirles. Estoy desde ya autorizado á nombrar á distinguidos colegas que se me han ofrecido como conferenciantes y aseguro que los pocos que se ofrecen hoy, llegarán á ser más de ciento si se les brinda la oportunidad de hacerse escuchar. He dicho hace un momento que será necesario que se tengan au- ditorios compuestos por miembros de ambos sexos y pertenecientes á todas las capas sociales, porque estoy convencido de que el ejem- plo dado porla llamada alta sociedad, es absolutamente necesario. Si llegaran nuestros círculos dirigentes á considerar que es tan de buen tono asistir á tales conferencias como el asistirá teatros ó ter- tulias, entonces, ¡oh entonces! seguramente la acción eficaz de la liga contra la tuberculosis sería un hecho en muy poco tiempo comprobable | El tiempo empleado en escuchar á los conferenciantes, tiempo que alguien pudiera considerar perdido, es un tiempo empleado en bien de todos, las opiniones que se emitan, los hechos ú observa- ciones que se comuniquen, sugerirán, en la mayor partede los oyen= fes, reflexiones que hoy por hoy le son ajenas. ¿ Dónde se darían las conferencias ? LA LIGA CONTRA LA TUBERCULOSIS 451 Pues simplemente en todas partes; en localesde centros sociales cedidos gentilmente como hoy el Ateneo, en los locales ocupados por las escuelas que mantiene el estado, en escuelas particulares, y, finalmente, si requerido fuera, en el domicilio de algún entusiasta partidario de la liga. Si la comisión consigue público, no le faltará el conferenciante que sepa ilustrarlo y quizá deleitarlo por su elegante dicción ó en- tusiasmarlo por su elocuencia. Otro punto de apoyo y quizá el más importante para su acción eficáz, lo buscará la comisión de la liga al ponerse en relación con las muchas asociaciones de caridad y beneficencia, y aún religiosas, entre las cuales se ha repartido la parte más importante de nuestra población, me refiero á las muchas sociedades formadas por nues- tras respetabilísimas damas. Creo imposible que tocando los resortes correspondientes y de una manera conveniente no se pueda conseguir de todas ellas, y sin excepción, que en el artículo que trata de sus fines, introduzcan sólo tres palabras que serían éstas : COMBATIR LA TUBERCULOSIS. Todas las,socias de esas agrupaciones, agregarían á sus deberes uno que es una obra de caridad, enseñar al que no sabe. Irían ellas á los hogares de los pobres y enfermos á comunicarles de casa en casa, con un modo tan insinuante ó tan enérgico como sólo sabe y puede usarlo la mujer, los consejos y las medidas que las medita- ciones, ú las conferencias, les hubieran sugerido ó enseñado. Iría la comisión de la Liga á las autoridades escolares á ofrecer- les sus servicios, su personal, y éstas, convencidas como deben estarlo, de la importancia que tiene para la generación que hoy se educa y mañana gobernará nuestra patria, la adquisición de estas nociones, se prestarán gustosas á conferirle todo el apoyo que merece tan generosa Iniciativa. Se ha dicho que el maestro de escuela prusiano ganó la batalla de Sadowa, y venció en Sedán. El maestro de escuela argentino — nuestro personal docente, — puede darnos una generación fuerte por lo que sabe, y fuerte por haberle enseñado á defenderse de la enfermedad que más vidas destruye, que más fuerzas inutiliza. Iría la comisión de la Liga á hablar con las autoridades naciona- les y las convencería de que un tísico no debe ser soldado y que un soldado no puede ser un tísico. Pediría á nombre de las madres de los conscriptos que se les 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA acuartelara en edificios apropiados y noen madrigueras donde se les hacina, como buscando la propagación de la tisis, admitiendo en ellasá enfermos ó manteniendo en ellas á los que se enfermen y sirvan allí de focos, de los cuales, gracias álas fatigas y privaciones que al soldado hay que imponer, ofrecen terreno casi especialmente elegido para servir de pasto al microbio de la tuberculosis. Diría la comisión á esas mismas autoridades, que nuestra po- blación de operarios, gran elemento de progreso en la actualidad y de mucho mayor importancia en un futuro muy próximo, necesita una proteeción que hoy no se le confiere. Diría la comisión á esas mismas autoridades, que ni las cárceles, ni los asilos, ni tampoco los nosocomios deben ofrecer facilidades para la infección — la reclusión que sufren en ella los desgraciados no puede ni debe ser agravada con un peligro grande para su salud Ó para su vida. Agregaría la comisión á la denuncia de los hechos, las medidas que creyera conducentes para desterrar el mal, ó por lo menos pa- ra aminorar sus efectos. Si se me objetara que estas autoridades tienen sus asesores en- cargados de informarles sobre estos puntos dos ó tres hechos que pudiera citar cualquiera de los presentes, probarían, que los conse- jos que esos asesores dieron, no fueron atendidos. Es necesario que esos consejos, queesas medidas propuestas, vayan apoyadas por una gran agrupación, por una gran sociedad que tenga ¡sus socios, sus delegados en todas partes: en la Casa Rosada y en el Palacio de Justicia, en el parlamento y en la escuela, en el templo y en el taller. Iría la comisión á las redacciones de los periódicos de esta ca= pital á pedir su valioso é irreemplazable concurso. En ellas se pe- diría el apoyo de las ideas fundamentales que persigue la Liga, por ellas se daría á conocer á las autoridades y al país entero cuáles son las medidas que se aconsejaron para subsanar las deficiencias ó corregir los defectos comprobados. A los periódicos se pediría que insistieran en exponer la impor- tancia de la obra iniciada, por ellos se convocaría á las reuniones á celebrarse, y en sus columnas se publicarían, para hacerlas conocer del mayor número posible de habitantes, los resúmenes ó conclu- siones de las conferencias más importantes. ¿ Creen Vds. que habrá periódico alguno capaz de negar su co0- peración ? LA LIGA CONTRA LA TUBERCULOSIS 158 Me parece imposible suponerlo. Todo lo expuesto es realizable y realizable fácilmente sin sacrifi- cios grandes — los gastos que esta propaganda requiere son ni- mios y más de un ciudadano argentino, lo creo capaz de ofrecerse á costearlos él sólo, de su propio peculio. Si no llegara á hallarseá tal persona, una contribución mínina, de fracciones de peso por mes, bastaría para subvenir á estas nece- sidades. Una institución popular, grande, como la soñamos quizá, debe mantenerse ella sola y no acudir á las autoridades, cual- quiera que sea su categoría, cualquiera que sean sus atribuciones ó su nombre, pidiendo subsidios. Ella puede y debe bastarse y só- lo así quedará grande é independiente. Si más adelante habiéndose hecho buena campaña, haya llegado á posesionarse toda ó gran parte dela población de las miras tras- cendentales de la nueva institución, entonces habrá llegado el caso de pensar en otras cosas. No se tratará ya solamente de evitar enseñando, se tratará de evitar curando; entonces podremos pensar, — pero sólo cuando sea ya popular la institución, — en construir, fundar ó mantener asilos destinados exclusivamente á la asistencia de enfermos de tubercu- losis. Llegará entonces el momento de pedir á los adherentes de la li- ga, y de pedir con éxito seguro, los elementos necesarios para fun- dar sanatorios — esta es la palabra consagrada; — sanatorios que á la vezque albergan al tuberculoso, contribuyendo á sanar su en- «fermedad, ó á allegar al organismo debilitado fuerzas que sirvan para resistir mejor al mal, eliminen por más ó menos tiempo, de entre los sanos, á aquellos que sean peligrosos. La cuestión sanatorios, entre nosotros, es todavía cuestión á es- tudiarse, los de altura han dado grandes resultados en Europa, así como han dado y siguen dando grandes resultados los sanato- rios marítimos. Pero para la primera instalación que se haga no es eso lo que deberemos pretender, necesitaríamos en primera línea un asilo grande, muy grande, álas puertas de esta gran Capital, en elcual pudieran alojarse por uno, por dos ó tres meses, las madres, los padres ó los hijos que tienen sus allegados en esta ciudad ; alo= jándolos cerca se les pueden dar todas las condiciones requeridas para una asistencia racional, sin sacarlos de la inmediación de 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA los suyos. Proporcionando á mil ó más enfermos una estadía de es- tancia, si se me permite la expresión, habremos ya hecho muchísi- mo por ellos, y si enla elección que de los casos se haga se proce- de con tino, podremos probar con centenares de ejemplos lo que hace mucho nos han enseñado observaciones aisladas, y es, que nuestras planicres sirven admairablemente para mejorar en ellas d LÍSiCOS. Si más adelante se consiguen mayores fuerzas, esta liga puede ir mucho más lejos aún, y nou es una utopía creer que alguna vez pueda ella disponer de los tres tipos de sanatorio que se esti- lan, los de planicie, los de montaña y los marítimos; y si quisiéra- mos seguir soñando en prosperidades, llegaríamos al fin por soñar que esta misma liga podría llegar á formar establecimientos cien- tíficos, dirigidos por personas de alta competencia, para hacer en ella trabajos de investigación relacionados con la tuberculosis — establecimientos parecidos al que, gracias á la tenacidad de algu- nos, hoy dia ya existe entre nosotros para estudiar las enfermeda- des contagiosas de... Veo que me he separado del plan que me había trazado — he salido de la senda positiva entrando á divagar, suplico se me per- done la digresión de un entusiasmado. Antes de terminar quisiera tocar aún un punto. Para conseguir con seguridad un resultado en nuestros trabajos, es necesario que recordemos que una de nuestras grandes cualidades nacionales, puede llegar á ser uno de nuestros grandes defectos en este caso, como ya lo ha sido en otras ocasiones. Para obtener una liga que viva, crezca y florezca, es necesario que le permitamos ó señalemos un desarrollo metódico. Empecemos por establecerla en la capital — los grandes recursos que aquí se hallan reunidos, nos posibilitarán un rápido crecimien- to—-y cuando entre nosotros, aquí, en Buenos Aires, ya haya toma- do cuerpo la idea, se haya ya hecho sangre y carne la misma, en- tonces habrá llegado el momento de extenderse al resto de nuestra República. De aquí saldrán los apóstoles para todas partes, y la experiencia que aquí se recoja, y sólo podrá ser recogida resignán- dose á sufrir algunos contratiempos y aún fracasos y quebrantos serios, —soportables solamente en un medio como el de una gran ciudad, — esa experiencia, digo, se utilizará al instalar las diversas sucursales que deben llegar hasta los últimos villorrios y los para- jes más alejados del bullicio de nuestra agitada vida. e adi LA LIGA CONTRA LA TUBERCULOSIS 155 Señoras y señores : Espero que daréis por terminada hoy la tarea del Comité Provi- sorio de propaganda. Hagoos entrega de la iniciativa, recibis de nosotros una planta exótica, pero parienta cercana de muchas que han crecido bien en suelo argentino — recibidla, cuidadla sólo un poco, y veréis que en muy poco tiempo crecerá, florecerá y llevará precioso fruto: sa- lud y vidas salvadas. A nombre del Comité de propaganda os agradezco vuestra asis- tencia y os declaro, para terminar, que el iniciador de la idea, los se- ñores del Comité de propaganda y el que os habla, darán por mil veces retribuídos sus trabajos, si alguna vez llegaran á convencerse que esta liga ahorrara, una vez, á una madre, una lágrima, una sola! PEDAGOGÍA MATEMÁTICA (Continuación) TII. — OSERVACIONES CRÍTICAS Tócanos ahora, según el programa que nos hemos trazado, ex- poner, siquiera ligeramente, las observaciones que las ideas emiti- das por los dos sabios conferenciantes nos sugieren. Como lo hemos manifestado ya, no es un espíritu de crítica estrecha el que nos anima. Pero el análisis que nos falta hacer es enteramente nece- sario en vista de nuestro propósito final. 1. Conferencia de M. Duclauzx En síntesis, la interesante conferencia de M. Duclaux se redu- ce á un hábil alegato en favor de la mejor utilización de la geome- tría como medio de cultura científica en la escuela primaria, en vista de comunicar á la enseñanza ese « espiritu científico» que constituye su principal preocupación y que procura definir al final — pero sólo de pasada y sin mayor insistencia — como implicando un doble espiritu de espontaneidad y de libertad en el esfuerzo. Podrá haberse hecho al eminente sabio el reproche de no haber insistido suficientemente en el desarrollo del punto que constituye el fondo de su tesis: la introducción del espíritu científico en la en- señanza primaria. Es que él ha dado indudablemente por sentada su necesidad y sólo seha contraído á investigar el medio de realizar el objetivo final. Por nuestra parte, nos limitaremos á lamentar PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 157 ese vacío, pues él nos ha privado de algunas páginas que habrían estado, no lo dudamos, impregnadas de ese fuerte espíritu filosó- fico propio de los talentos elevados. Como se ha visto, M. Duclaux aboga por una geometría exenta de los graves defectos que reprocha á la que en realidad se enseña, más ó menos amoldada en su forma á lo que denomina el « mé- todo euclídeo», ó sea, á los viejos « Elementos de Euclides ». Más aún, concretando francamente su pensamiento, señala con el dedo una obra ya existente que le parece realizar su desideratum: la antigua y demasiado olvidada obra de otro gran geómetra, de Clai- raut. Hay que celebrar desde luego el buen tino que demuestra M. Duclaux al no confinarse — como tantas veces ocurre — en el terreno deleznable de las vagas generalidades; después, el acierto de que ha dado prueba en la elección. Dos son los puntos que debemos examinar aquí: el de los repro- ches que se hacen á la grande obra de Euclides, el de las ventajas de aquellas porlas cuales se ha tratado de reemplazarla. Los reproches que M. Duclaux — después de tantos otros— hace al «método euclídeo » (como dice), nos parecen muy justos, desde el punto de vista estrictamente pedagógico en que ellos son hechos. Ello no quiere decir, por lo demás, que estemos enteramente de acuerdo, en este punto, con todas las apreciaciones del hábil confe- renciante. Podría reprochársele, á su vez, el insistir demasiado en detalles que no son quizá los más importantes, el no ser del todo exacto en sus alegaciones. El conferenciante parece, también, ponerse en contradicción con sí mismo cuando atribuye á su « valor pedagógico » el grande aprecio en que eran tenidos los « Elementos de Euclides», siendo que, en el fondo, los critica en nombre de reivindicaciones verdaderamente pedagógicas. Mas ello es sólo aparente : M. Duclaux se refiere en aquel pasaje á la antigua pedagogía, pero critica — muy razonablemente — en nombre de la nueva. Volviendo á los « Elementos de Euclides», debemos decir desde luego que nuestra admiración por el más antiguo y perfecto monu- mento científico que exista, no es menor que la que cualquiera pue- da tributarle. Apreciamos como el que más su perfección lógica No negamos tampoco que sus reformadores —como Legendre— hayan cometido enmiendas poco felices que ha habido que condenar 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA en nombre de la ciencia misma(1), lo cual implica un homenaje tácito hacia la obra inmortal del gran geómetra griego. Pero, por por lo mismo que consideramos á ésta como un monumento vene- rable, pensamos sinceramente que ella ha hecho su tiempo, que es más digna de inspiración razonable, que de imitación más ó menos estricta. Admitiendo — lo que no creemos enteramente cierto — que la ciencia geométrica haya quedado como cristalizada en el molde de esa obra secular, creemos que dicho molde anticuado no puede ser ya el de los modernos libros de « texto ». ¿Tenían desde luego los « Elementos de Euclides» un destino análogo á nuestros actuales tratados didácticos? Por nuestra parte, no lo creemos. La enseñanza del sabio griego, muy poca relación debía tener con la de nuestras escuelas. No estamos ya en los tiem- pos patriarcales en que, agrupados los discípulos —que no eran muchachitos de 106 15 años—en torno al maestro —que muy poco debía parecerse á nuestros imberbesnormalistas, -—se cultiva- ba «la ciencia» á orillas del mar, utilizando los guijarros (calcula), trazando toscas figuras en la arena, en la apacible contemplación de la naturaleza, en la despreocupada exploración del espíritu, dis- cutiendo — disputando sobre todo — sobre los problemas que aquélla y éste planteaban á la sabiduría de entonces; tal vez más que todo, para satisfacción de esa irresistible necesidad del inte- lecto, no menos exigente que el estómago... : La ciencia incipiente de entonces, objeto exclusivo quizás de en- tretenimiento ó de disciplina filosófica, ¡cuán poco se parecia al frondoso árbol del saber de nuestros días! Su aprendizaje, ¡cuán poca relación debía tener entonces con el de nuestros días — que implica todo un arte complicadísimo, una verdadera ciencia puede decirsel — Entonces ¡nada de programas por fuerza recargados; ha- da de exámenes indispensables; nada de exigencias mútiples y de índole diversa que satisfacer en nombre de ideales más respetables unos que otros |... Aun cuando la ciencia: geométrica no hubiera cambiado desde entonces, — lo que no es cierto, — la Educación, la Enseñanza se ha modificado tanto en su fin, que, á la verdad, cuando uno re- flexiona en ello, no puede menos de preguntarse cómo es posible (1) Entre muchos otros las han señalado: HoueL en su notable Essai critique sur les Principes fondamentaux de la géométrie elémentatre (1883); y DuHAmeL en su célebre obra : De la Méthode dans les sciences de raisonnement. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 459 que los medros que deban concurrir á él no hayan cambiado tam- bién fundamentalmente. Ahora bien, es indudable que el «libro», el tratado, el texto, sigue siendo siempre el instrumento princi- pal del aprendizaje. ¿Cómo conservar pues á nuestros modernos textos el mismo molde, ese mismo corte — característico en la geometría, pues le es casi exclusivo — de las obras antiguas, de la más antigua de todas? — El ejemplo de los ingleses que emplean aun el, viejo « Euclid » más ó menos retapé, no nos convence de su bondad como texto, ó de su ventaja en perpetuar su-uso. Lo consideramos un anacronismo, y nada más. Conceptuamos pues como muy legítimas las tentativas hechas para edificar según una nueva y más racional trabazón la geome- tría, teniendo en vista las exigencias de la enseñanza, y no sólo de la enseñanza primaria, como aquí se trata, sino aun de la misma enseñanza secundaria; para nosotros, en efecto, ambas cuestiones están tan estrechamente vinculadas, que una reforma seria en este orden de ideas deberá encarar el asunto desde un punto de vista más elevado, como lo veremos más lejos. Citemos, pues, algunas de las mencionadas tentativas. Entre los ensayos más notables para edificar sobre nuevas bases la geometría, hay que citar en primer lugar el debido al ilustre matemático Clairaut (1), el mismo qué con tanto acierto recomienda M. Duclaux. Data de 1741. Puede juzgarse en qué espíritu está concebido este interesante ensayo de reforma, por los siguientes (1) CLarraur (Alex.-Claude), nació en Paris, en 1713; murió en 1765. La aptitud para las ciencias matemáticas despertó en él, por decirlo así, al mismo tiempo que la palabra. A los diez años, leía el Analisis de los infinitamente pequeños y el Tratado analítico de las secciones cónicas de l"Hópital; á los trece años presentaba á la Academia de ciencias una memoria, seguramente de poco valor, pero que no obstante versaba sobre sujetos que él mismo se había propuesto (Miscellanea Bero- linensia, t. IV); álos diez y ocho años, publicaba las Investigaciones sobre las curvas de doble curvatura, que llamaron sobre él la atención del mundo sabio y le abrieron al año siguiente las puertas de la Academia, antes de la edad pres- cripta por los reglamentos. Esta obra es la primera en que se encuentre expuesto de un modo metódico la teoría de las coordenadas en el espacio. Más tarde, Clai= raut se consagró principalmente á la Geodesia y ála Astronomía. A más de numerosas memorias y obras astronómicas, publicó Clairaut sus céle- bres elementos de Geometría (1741) y de Algebra (1746), notables por la plausible tendencia filosófica de sustituir la evidencia de la razón sencilla de las cosas al pedantesco aparato de las demostraciones arduas. 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA extractos del prefacio del autor (lo único que dela obra conocemos por nuestra parte, desgraciadamente) : « Aunque la geometría sea en sí misma abstracta, hay que con- fesar sin embargo que las dificultades que experimentan aquellos que abordan su estudio, provienen lo más á menudo de la manera según la cual se la enseña en los elementos ordinarios. Se comien- za siempre en ella por un gran número de definiciones, de pregun- tas, de axiomas que no parecen prometer al lectorsino sequedad... — « Algunas reflexiones que he hecho sobre el origen de la geometría me han hecho esperar que podria interesar á lavez que ilustrar á los principiantes...» -— « La medición delas tierras me ha parecido ser lo más apropiado para hacer nacer las proposiciones de la geome- tría. Empéñome primero en hacer descubrir á los principiantes las nociones de que puede depender la simple medición de los terrenos y de las distancias accesibles Ó inaccesibles. De ahí paso á otras investigaciones que tienen tal analogía con las primeras, que la natural curiosidad en los hombres los lleva á detenerse en ellas, y así consigo hacer recorrer todo lo que la geometría elemental tiene de más interesante...» — «Se mereprochará quizás, en alguna parte de estos Elementos, el referirme demasiado al testimonio de los ojos, y de no preocuparme lo suficiente de la exactitud rigurosa de las demostraciones. Pido á aquellos que pudieran hacerme tal reproche, tengan á bien observar que sólo paso á la ligera sobre proposiciones cuya verdad se descubre por poco que se ponga en ello alguna atención. Que Euclides se tome el trabajo de demostrar que dos círculos que se cortan no tienen el mismo centro, que un triángulo encerrado dentro de otro tiene la suma de sus lados menor que la de los lados del triángulo en que está encerrado, etc., nadie se admirará por ello : ese geómetra tenía que convencer á sofistas obstinados...; pero las cosas han cambiado de faz; todo razonamiento referente á lo que el buen sentido decide de antemano, es tiempo perdido y sólo propio para obscurecer la verdad. » Como lo dice M. Maximilien Marie (1), « en esta obra, completa por lo demás, no sólo evita Clairaut el aparato pedantesco de las divisio- nes llamadas teoremas, problemas, corolarios y escolios, sino que recurre lo menos posible á la forma abstracta del razonamiento silogístico. El discurso se sigue en ella como en todos los tratados (1) Artículo GEomETRIE del Dictionnaire Larousse, que suponemos escrito por ese notable matemático, autor de la apreciada Historia de las Matemáticas. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 161 diferentes de la geometría y las verdades se encadenan natural- mente por el fin común á que tienden en cada parte de la obra. El método de Clairaut constituía seguramente un progreso, pero era bien difícil que prevaleciera á la vez contra los hábitos adquiridos, contra la pereza intelectual de los alumnos y contra la decidia de los maestros. La geometría no alcanzó en efecto, un grande éxito». Citaremos todavía los Elementos de Geometría del célebre S. G. Lacroix (Paris, 1799), más metódicos, severos y completos que los de Clairaut, pero pertenecientes á la misma familia en razón de la supresión de todas las proposiciones evidentes por sí mismas, de la elección de los medios de demostración y de su sobriedad (1). — A pesar de haber contado con el apoyo ministerial (en tiempo del segundo Imperio), la obra no pudo tampoco vencer los hábitos adquiridos y prosperar en la enseñanza. Otros ensayos existen sin duda, y quizás pudiéramos citar algunos (2). Pero no es nuestra mente profundizar más la cuestión, lo que nos llevaría muy lejos; más adelante nos hemos de referir todavía á ella. 2. Conferencia de M. Larsant Aunque algo diverso del que había propuesto M. Duclaux, — pues se refiere más bien á un grado de aprendizaje todavía inferior, — el tema desarrollado por M. Laisant encuadra en el mismo orden general de ideas, como resulta del simple resumen que de su con- ferencia hemos hecho. Tememos sin embargo que la prédica del z sabio matemático, á despecho de la maestría, de la elocuencia (1) Una de las particularidades de esta obra notable era la adopción del prin-= cipio de clasificación en relaciones de posición y métricas, cuya aplicación se ha observado rigurosamente en la geometría plana, y en cierta medida también en la geometría del espacio. — Veremos la importancia que para nosotros tiene ese principio en un estudio sobre Pedagogía matemática secundaria que pensamos publicar dentro de poco en estos mismos Anales. (2, Agreguemos de pasada que recordamos haber tenido en mano, hacen unos años, un tratado de Geometría de D. Avelino Díaz, profesor de matemáticas, alla por los años 1820 y tantos, en nuestro embrión universitario de entonces. La obrita debía inspirarse en principios parecidos á los de la obra de Clairaut, que ignorábamos en esa época. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 11 1162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA desplegada en su conferencia, no tenga la eficacia necesaria. No será ello debido, lo repetimos, á falta de acierto en la exposición de las ideas, ni á que éstas puedan considerarse como en modo alguno revolucionarias. No, las ideas, los principios sostenidos por M. Laisant no son en realidad sino los que constituyen la concep» ción pedagógica más adelantada. La ciencia pedagógica moderna no tiene otros principios que los que él ha invocado Detengá- monos un momento en este primer punto que la interesante con- ferencia de M. Laisant ofrece á nuestra atención. El principio fundamental que el conferenciante enuncia cuan- do pide que las nociones matemáticas penetren en el cerebro del niño -á favor de las sugestiones del mundo exterior, no es sino el que sirve de base á lo que ha dado en llamarse mé- todo intuitivo ú objetivo, es decir, á lo que caracteriza esen- cialmente la concepción pedagógica moderna, siendo una- de sus primordiales adquisiciones. — Sin querer hacer por ello un reproche 4 M. Laisant, no podemos impedirnos una reflexión al respecto. Para fundar ese principio, ha creído deber invocar su conocida fe emprrista, al decir: «Considero que todas las ciencias, sin excepción, (el subrayado es de M. Laisant) son experimentales, AL MENOS EN CIERTA MEDIDA (el subrayado es nuestro).» Sabemos que M. Laisant ha escrito no hace mucho una obra (1) en que sostiene en un sentido enteramente radical, creemos, la tesis « empirista ». No sabemos si su lectura —que no hemos tenido el gusto de ha- cer — contribuirá más que la de otros alegatos á conmover nuestra fe « racionalista »; pero no podemos admitir que haya de hacerse derivar de la doctrina empirista el principio que M. Laisant esta- blece como punto de partida. En efecto, ese es un principio pro-= piamente psicológico, de antiguo ya aceptado por todos, empiristas ó racionalistas de todos matices (modernos, se entiende); al par que la cuestión que á éstos tiene divididos es de orden esencial- mente melafisico : interesa solamente á la «Teoría del conocimiento». No había pues por qué traerla aquí para fundar en ella lo que es base inconmovible de la Pedagogía moderna, cimentada, en cuanto á sus métodos al menos, en la Psicología. Es cierto, por otra parte, que con el agregado que M. Laisant ha puesto á su afirmación (sub-= rayado por nosotros), ha atenuado singularmente su alcance, á punto de que pudiera ser muy bien que, en la forma que le ha dado, (1) La Mathématique. ENSEIGNEMENT ; PHILOSOPHIE PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 163 tuviera la virtud de poner de acuerdo á todos, empiristas y racio- nalistas. Pero volvamosá la cuestión, de la cual nos hemos apartado quizás demasiado. Decíamos que mucho nos temíamos que los sabios con- sejos de M. Laisant no obtuvieran, á pesar de todo, el efecto de- seado. ¿Por qué? Porque la «conferencia » pública, reducida á ella misma, es un recurso insuficiente en materia de reforma, máxime tratándose de enseñanza primaria. La sola exposición ex-cathedra y de vulgarización no basta cuando se trata, sobre todo, de obrar sobre el numeroso cuerpo docente de un magisterio ya formado en prácticas inveteradas... Más que conferencias, son lecciones mo- delo, lo que se precisaría para hacer eficaz la alta enseñanza de M. Laisant. Ellas no bastarán aún. Serán necesarios todavía el « manual » 6 el texto apropiado que exponga y comente conveniente- mente la materiaá los maestros, dentro del espíritu de las reformas que se tienen en vista, y hasta el «libro » ó texto escolar que rea- lize en el detalle las nuevas concepciones. Estamos, por otra parte, bien convencido de que los defectos que con acierto señala M. Laisantson, más que todo, debidos á daficul- tades de orden práctico. El arte del maestro primario se está hacien- do difícil. Debería poder enseñar de todo, y precisamente en lo más fundamental y por lo mismo más delicado del saber. Así se ex- plica que tantas aspiraciones de la Pedagogía no se realicen en la práctica.—La deficiencia dela preparación magistral debe entrar en ello, es claro; y nosotros vemos ahí también otra de las dificultades de orden práctico. ¿Queréis que el « espíritu científico » anime á la enseñanza de los niños, en vista de las exigencias ulteriores ? Pues será menester que vuestros maestros estén embebidos del mismo, que sean otros tantos hombres de ciencia, —en pequeño al menos. Asi mismo, el hecho prueba, al parecer, que la « prepa- ración » del maestro en la escuela normal no basta. Es que, en efecto, creemos que el libro ó texto escolar es también indispensable para auxiliar la tarea del maestro. M. Laisant parece haber pensado, es cierto, á este lado de la cuestión, que es el verdaderamente práctico; pero no ha hecho más que una citación, y de una'obrita que sólo podría servir para inspi- rar nuevos ensayos. Es que ese librito por hacer no es la cosa más fácil, por las múltiples condiciones áque habría de satisfacer. No es dudoso, por otra parte, que se han debido hacer numerosas ten- tativas; podríamos citar varias, entre ellas las de Maximilien Ma- 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rie y de Paul Bert (1). Ellas no han tenido, sin embargo, el éxito esperado. Volviendo á la conferencia de M. Laisant, debemos agregar que, á pesar de la observación de carácter general hecha respecto de la eficacia de la prédica del sabio matemático, estamos bien conven- cidos del beneficio que de las numerosas indicaciones de carácter práctico que aquélla contiene. Ellas permitirían, por cierto, á un maestro inteligente é instruido combinar un buen programa, una vez bien penetrado de los principios que deberá aplicar, expuestos ahí mismo con bastante detalle. Fácil le sería, además, ampliar por sí mismo el caudal de elementos proporcionado por el conferen- ciante. Mas esto será siempre la excepción, creemos. Para conseguir resultados eficaces y generalizar la reforma será menester cimentar sobre bases más sólidas la reforma, de acuerdo con lo que deja- mos expuesto. (1) Hé aquí algunos datos sobre ellas. La primera obrita se titula : Petit cours de géométrie expérimentale, en douze planches accompagnees de figures mobiles, pour faciliter lintélligence et la démonstration des principaux faits de la géométrie plane; par M. Maximilien Marie, repétiteur de 1'Ecole polytechnique (París, 1886, Larousse et Boyer). El autor mismo, probablemente, ha dado de esa obrita una breve reseña en el Dictionnaire Larousse (GEOMETRIE): es todo lo que de ella sabemos. «El fin que se ha propuesto el autor de esa obrita, — dice, — es desarrollar en los niños el gusto por la geometría, sin sacrificar, ni el orden de las proposiciones, ni la exac- titud de los enunciados, pero sustituyendo verificaciones experimentales á las demostraciones silogísticas». — La obrita era destinada tanto á la enseñanza escolar como á la doméstica Convenientemente ampliada, si acaso, la pequeña obra del autorizado mate- mático podría — no lo dudamos — servir de base á algún ensayo inspirado en las ideas de reforma de que se trata. La obrita del célebre fisiólogo y estadista Paul Bert se titula: Premiers éle- ments de Géométrie expérimentale (París, 1886), cuya traducción española tene= mos á la vista. Demás está decir que se inspira en ideales de reforma que no son otras que las de nuestros sabios conferenciantes. Recordemos también el librito del padre del célebre filósofo inglés Herbert Spencer: Geometría inventiva, que forma parte de la pequeña colección norte americana de la « Cartillas científicas » de Roscoe, — traducida al español. Es propiamente una colección de ejercicios, como el subtítulo lo indica: « Serie de problemas destinada á familiarizar al discípulo con los conceptos geométricos y á ejercitar su facultad inventiva ». Estas tres obritas proporcionarían, por lo menos, útiles sugestiones á aquellos que quisieran renovar el ensayo. PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 165 Otro punto de la conferencia de M. Laisant que parece suscep- tible de una interesante discusión es el del alcance que atribuye ála «iniciación matemática» que propicia. Así, después de trazar un cuadro bastante exacto de la situación en materia de estudios matemáticos, poniendo en evidencia sus resultados generalmente ne- gativos — y ello en los tres grados, primario, secundario y superior, M. Laisant manifiesta que cree posible modificar ese estado de cosas mediante muy pequeños esfuerzos, y pasa inmediatamente á desa- rrollar su tema, pero contrayéndose exclusivamente á la primera enseñanza, y auná la enseñanza maternal. A pesar de las breves consideraciones finales con que el conferenciante cree justificar el alcance que atribuye á las reformas que preconiza, pensamos que es permitido dudar de que éstos den tales frutos sin un complemento de reformas en el orden secundario — que constituiría otra cuestión tan considerable como la que el conferenciante ha tratado. En realidad, esa nueva cuestión no sería sino el desarrollo de la otra; pero su dilucidación no sería asunto pequeño. Creemos, con esto, haber tocado los puntos esenciales de la im- portante conferencia. IV. CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LA ENSEÑANZA MATEMÁTICA PRIMARIA Como nos prometíamos desde el principio, nos proponemos aho- ra, llegado al término de esta larga é interesante exploración á través del campo exuberante de la enseñanza matemática prima- ria, procurar extraer del conjunto de las ideas expuestas, tanto por los eminentes conferenciantes como por nosotros, las conclusiones diversas que legítimamente puedan inferirse. Trataremos de poner algún orden en nuestras propias deduccio- nes, y de darles toda la precisión y claridad deseables. I. La 2nicración matemática de la niñez, ó sea la cultura matemá- tica primera, correspondiente al grado primario de la enseñanza, debe merecer particular solicitud por parte de aquellos á quienes está confiada la difícil misión de secundar el despertar de las tier- nas inteligencias juveniles. Esa primera iniciación, importante como disciplina mental por las aptitudes que desarrolla, es también 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA benéfica por cuanto proporciona nociones que son la base de prove- chosas aplicaciones en la vida práctica. : II. En esa importante y saludable iniciación, habrá que poner par= ticular empeño en respetar los principios psicológicos que rigen el desenvolvimiento intelectual del niño. Habrá que dar en conse- cuencia á la ¿ntuición sensible la intervención principal que le corresponde en la elaboración del conocimiento, y la que conviene atribuirle como sostén de la imaginación, incitadora del juicio y auxiliar del raciocinio. La enseñanza matemática primera será pues, por fuerza, esencialmente empírica, — sin perjuicio de lo que de- cimos más lejos tocante «al espíritu científico ». III. Deberán tenerse presente los principios pedagógicos diversos que, favoreciendo el aprendizaje, son también condiciones esen = ciales de su eficacia. No deberá, pues, descuidarse ninguno de los múltiples y variados recursos que concurren á hacer fácil, agra= dable y activa la enseñanza. : IV. Debiendo la iniciación matemática primaria servirde baseá la cultura matemática de la enseñanza secundaria, convendrá pro- pender á comunicarle gradualmente ese espiritu cientifico — ca- racterizado por la espontaneidad y libertad en el esfuerzo, dentro de la lógica de los actos — que el segundo grado de la enseñanza requiere para llenar cumplidamente su misión. V. Concurrirán principalmente á la cultura matemática primaria la aritmética con rudimentos de álgebra (cálculo literal), y la geo- metría debidamente coordinadas . VI. El programa se desenvolverá gradualmente de acuerdo con los principios pedagógicos que deben regirlo, especialmente los de ordenación lógica y unidad de doctrina. VII. La experiencia comprueba que existen dificultades práciicas serias para la conveniente realización de una enseñanza matemática primaria racional y eficaz. Hay que preocuparse de allanarlas, y para ello, procurar reformar el orden de cosas existentes, tanto en cuanto ála preparación del cuerpo docente de magisterio primario, PEDAGOGÍA MATEMÁTICA 167 como en cuanto á los medios de que éste dispone para hacer efectiva su enseñanza. La insuficiente preparación del personal sólo puede remediarse por la acción docente, reformando en consecuencia la enseñanza que los mismos maestros reciben. Para ello habrá que poner en sus manos «manuales » ó textos que participen en cierta medida del espíritu de la reforma que se persigue. Más aun, habrá que for- marlos en la práctica misma de los nuevos métodos. El medio ó auxiliar más eficaz del maestro en esta difícil enseñan- za será el « libro » ó texto, pero concebido y ejecutado según prin- cipios verdaderamente pedagógicos, es- decir, de tal manera que constituya un instrumento didáctico verdadero sin implicarla abdi- cación del maestro. Lejos de suprimir los diversos recursos de intuición, debe, al contrario, porporcionarlos numerosos, variados y pedagógicos en lo posible. El libro no suprimirá, pues, el apro- piado material didáctico que los ejercicios de intuición requieren. — En geometría, habrá que tener presente que el molde rígido de los antiguos « Elementos de Euclides », consu armazón exclusiva- mente lógica y su contextura fragmentada, no satisface á los múl- tiples requisitos pedagógicos de una enseñanza racional. No hay pues por qué conservar ese molde anticuado, y hay que procurar inspirarse, al contrario, en las diversas tentativas realizadas con el propósito de abandonarlo. Sin agotar por cierto la vasta materia de la Pedagogía matemática primaria, las conclusiones que dejamos consignadas encierran quizá, en síntesis, sus preceptos más esenciales (1). FEDERICO BIRABEN. (1) Pensamos publicar en breve un estudio análogo sobre Pedagogía matemá- tica secundaria. LA FÁBRICA NACIONAL DE PAÑOS DE A. PRAT Á una cuadra de la estación del Retiro se levanta una fábrica sencilla y severa, sin pretensiones algunas y que revela por sus distintos gustos arquitectónicos haber sido formada poco á poco, ensanchándose á costa de los edificios vecinos; es la fábrica nacio- nal de paños de A. Prat. Al recorrer rápidamente el edificio, se manifiestan los inconve- nientes que presenta todo establecimiento que no ha sido levantado conforme á un plan determinado y metódico y en que los distintos departamentos han surgido, tratando de aprovechar las construc- ciones ya existentes. Galpones de madera y zinc, en su mayor parte, tabiques ende- bles, pisos á distinto nivel, rincones y pasadizos sin objeto visible, son las consecuencias inmediatas de tal procedimiento y que de- muestran á la inspección más ligera la afirmación anterior..Y no podía ser tampoco de otro modo. Fundada la fábrica en épocas bien difíciles, tuvo que luchar desde un principio con toda clase de inconvenientes, hasta que logró asegurar su vida gracias á la perseverancia y laboriosidad de su inteligente propietario. La índole y naturaleza misma del establecimiento hacía su exis- tencia hipotética, comprendiéndose fácilmente la inconveniencia de arriesgar grandes capitales en la erección de un edificio modelo y de vastas proporciones, para una empresa cuyo éxito era difícil preveer. LA FÁBRICA NACIONAL DE PAÑOS DE A. PRAT 169 Hoy día, el problema ya está resuelto; la fábrica, bien organizada, dotada de máquinas modernas, con un buen personal técnico, con- templa con toda tranquilidad la obra realizada. Asegurado el éxito de esta empresa, esta nueva industria para nuestra República, ya ha encontrado imitadores, de modo que en un porvenir no muy lejano, esta producción alcanzará todo el desa- rrollo de que es susceptible en un país que produce la materia pri- ma en tan grande cantidad. En la imposibilidad de redactar un informe prolijo sobre esta fábrica, me limitaré á dar una rápida reseña sobre las operaciones sucesivas á que es sometida la lana para transformarse en paño. Un gran portón de fierro da entrada á un espacioso galpón, en el cual se apilan los vellones de lana adquiridos en el Mercado Central de Frutos. Esta lana es clasificada antes de someterla á la primera operación, que consiste en un lavado, diríamos químico-mecánico. Después de haber sido sumergida en un baño de ácido sulfúrico, que destruye los residuos vegetales, adheridos á la lana, como son los abrojos, espinas, trozos de hojas, gramillas, etc., se la hace recorrer una'serie de piletas con agua fría primero, para quitar el exceso de ácido, y caliente después, en la cual se ha disuelto soda y jabón, donde se efectúa el lavado propiamente dicho. De este baño sale la lana completamente limpia y blanca, suave al tacto y pronta para ser teñida. Esta operación se efectúa en unas grandes cubas cilíndricas, que contienen la materia colorante, añil, etc., disuelta en agua calien- te. Unos operarios agitan continuamente la lana para impregnarla uniformemente, mientras otros extienden la lana ya teñida sobre el suelo para aerearla, con lo cual el añil al contacto del aire se obs- curece, adquiriendo un color obscuro invariable. Después de haber secado la lana perfectamente en centrífugas, se la engrasa con oleina, que comunicándole suavidad la hace más flexible, facilitando mucho toda manipulación. El cardado se efectúa en una serie de máquinas que mezcla bien toda la lana, estira la fibra formando una especie de velo y corta el hilo que lo arrolla sobre unos grandes cilindros. Siendo impro- pio este hilo para cualquier trabajo por su falta de consistencia, se le hace adquirir esta última propiedad en máquinas conocidas con el nombre de sel¡-facting que lo estira y trenza, arrollándolo sobre 470 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA [ARGENTINA broches una vez que haya tomado el grueso y resistencia determi- nado por el uso áqque se le quiera destinar. Este hilo es el empleado en la fabricación de los paños, pero an- tes de pasar á los telares, es necesario contar con toda prolijidad el número de hilos que ha de pEcIDin cada máquina según el paño que se desee fabricar. Esta operación llamada la cadena está encomendada á obreras, que entregan al telar un cilindro con el número determinado de hilos. Este cilindro se coloca en la parte inferior del telar en una cubeta con cola á fin de dar más consistencia al hilo, para poder resistir con facilidad á la tracción continua á que está sometido durante toda la operación que constituye el tejido del paño. Ya tenemos la lana transformada en tela. El paño grasiento por la oleina pasa á las desengrasadoras, donde se lava perfectamente en agua con ¡abón, pasando en seguida á los batanes para reducir el ancho exagerado con que sale el paño del telar, al que por sus usos debe tener. Esta operación consiste simplemente en hacer girar rápidamente al tejido entre unos ori- ficios cuya abertura puede graduarse, y que comprimiendo al paño disminuye su ancho. Estas máquinas son para las telas lo que la hilera es para los alambres metálicos. El paño, reducido así al ancho necesario, pasa á las pemadoras, que levantan las fibrillas de la lana, y eneste estado es entregado á las tundidoras, que afertan al paño cortando el pelo y reduciéndole á la longitud determinada. Una operación fastidiosa en extremo y cansadora para la vista, á la vez que de gran paciencia, es sin duda alguna el retoque de los paños, ocultando con tinta los innumerables puntos blancos, que aparecen sobre la superficie, debidos en su mayor parte á las alte- raciones que sufre la fibra al pasar desde el teñido por tantas y tan variadas manipulaciones. No queda más que planchar y comunicar lustre al paño para po- derlo plegar y entregar á la venta. Tales son, rápidamente indicadas, las operaciones á que es some- tida la lana durante su permanencia en la fábrica. La instalación es completa y los procedimientos empleados per- fectos no dejan lugar á observación alguna. Hubiéramos deseado presentar algunos datos acerca de la pro- ducción, número de operarios, máquinas, gastos, etc., que sin LA FÁBRICA NACIONAL DE PAÑOS DE A. PRAT 171 duda alguna hubieran contribuído á dar una idea más exacta y acabada sobre la importancia del establecimiento, pero hemos tenido que desistir de ello por no haberlos conseguido oportuna- mente. AS Vastos talleres de carpintería y herrería completan la instalación de esta gran fábrica, siendo de notar que en ellos no sólo se efec- túan las reparaciones de las máquinas, sino tambien la construcción completa de muchas de ellas, como las desengrasadoras y batanes, que nada tienen que envidiar á las importadas. Cuando la Sociedad Científica Argentina, procediendo con acierto al visitarla, recorría los distintos departamentos, los operarios se ocupaban de fabricar el paño destinado al ejército de esta república y fué para los socios una verdadera sorpresa, bien agradable por cierto, saber que sus tropas usarían el paño elaborado en este país con productos de este mismo territorio. CRISTÓBAL M. HICKEN. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM AUCTORE CAROLO SPEGAZZINI (PARS 1) 170. VALERIANA MoYANOI Speg. = Speg., Prim. Fl. Chub. n. 89. — V. crassiscaposa OK., Rev. gen. pl. III, 2, f. 125. Hab. In rupestribus uliginosis Karr-ark, prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). . PHYLLACTIS CARNOSA (Smith) Speg. = Speg., Plant. Pat. austr. D. 162. , Hab. In uliginosis editioribus secus Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.), nec non in montanis Chubut centralis, Nov. 1897 (n. 42, Koslowsky). 172. PHYLLACTIS CLARIONEIFOLIA (Ph.) Speg. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 163. Hab. In made secus Rio $. Cruz, Oct. 1874 (€. Berg), prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897/€. S.) etin Valle Lago Blanco, Chubut, Nov. 1898 (n. 127, Koslowsky). 173. PHYLLACTIS LAPATHIFOLIA (Vahl.)= Gay, Fl. Chil. II, f. 217 (sub Valeriana). Hab. ln umbrosis secus rivulos prope Punta Arenas, Jan. 1897 (C. S.). 174. PHYLLACTIS MAGELLANICA (Hmbr. € Jacq.) var. azorellordes Speg. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 173 Hab. In altiplanitie excelsa Karr-atk prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Varietas a typo recedens trunculis lignosis crassis densis- sime botryoso-ramulosis, caespites hemisphaericos maximos (25-125 cm diam. = 5-20 cm crass.) compactissimos atque durissimos more azorellarum nonnullarum efficientibus. Folia normalia densissime constipata,imbricata, ad apicem ramorum rosulata, limbo elliptico-ovato (2-3 mm long. =1,5-2 mm lat.) obtuso, in vivo plano, in sicco subcomplicato crassiusculo viridi glaberrimo, basi in petiolo v. pericladio (2,5-3 mm long.) subtenuiore margine minute laxeque pectinato-ciliolato vixcoarctato producta, Fiores in centro rosularum 3-8-aggregati sessiles. Fructus glabri oblanceolati utrimque obtusiusculi ex applanato obsolete subtrigoni (2,5 mm long. = 1 mm. lat.) apice dentibus calycinis brevissimis involutis coronati. 175. PHYLLACTIS REGULARIS (Clos) Speg. = Gay, Fl. Chil., III, f. 225 (sub Valeriana). : Hab. In uliginosis dumetosis ad ripas Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). Obs. Paniculis latissime effusis dichotomis, floribus fructibus- que laxissimis quam bracteae fulcrantes lanceolatae acutae integrae brevioribus, adpresse canescenti-puberulis. 176. PHYLLAcTIS POLYSTACHYA (Sm.) Hook. € Bnth. = Hook. € Bnth., Gen. pl., vol. IL, p. 1, f. 154. Hab. Non rara in uliginosis insularum el ad ripas fluminis Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 177. PHyLLACTIS SALICARIFOLIA (Vahl) Speg. = DC., Pr. IV, f. 634 (sub Valeriana). Hab. Rarissime in paludosis ad limina hortorum secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.). 178. GALIUM RICHARDIANUM (Gi]1.) Endl. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 160. Hab. In pratis aridis Sehuen-aik secus Rio Sehuen, Febr. 1898 et Karr-ark prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). 479. GALIUM RELBUN Endl. = Speg., Prim. Fl. Chub., n. 85 17% ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Hab. In dumetis montanis secus Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 180. GALIUM MAGELLANICUM Hook. f. = Gay, Fl. Chil., TIL f. 187. Hab. In pratis editioribus montium, Chubut centrali, Nov. 1898 (n. 13, Koslowsky). Obs. Specimina haec a magellanicis statura conspicue elatiore, caulibus foliisque ad marginem vix scabridis, pedunculis 1-4-floris nonnihil recedunt. 181. OREOPOLUS PATAGONICUS Speg. = Speg., Plant Pat. austr.,n.159. Hab. Tn rupestribus prope Boron-a1k, secus Rio Chico, Jan. 1898 (C. A.) et in Valle del Lago Blanco, Chubut centrali, Nov. 1898 (n. 124-130, Koslowsky). Obs. Specimina chubutensia corollis flavo-aurantiacis a typo recedunt, sed ceteris characteribus omnino conveniunt. Spe- cimina e Boron-aik fructifera; capsula e globoso didyma (8 mm alt. =6 mm diam. maj. =3 mm diam. min.) dentibus calycinis lanceolatis integris acutis, 3 majoribus (+ mm. long. = 1,5-2 mm lat. bas.) 2 minoribus (2 mm long. = 1 mm lat. bas.) coronata, transverse (secundum diametrum majus fere bivalvatim) loculicide dehiscens, loculis 2, dispermis, semini- bus invicem ventre appositis, ab angulo interno septi adscen- dentibus, obovatis, dorso convexis, ventre applanatis, placentis tenuibus interpositis arctiusculeque adnatis subcarunculifor= mibus separatis, fusco-atris glaberrimis, laevibus sed opacis. 182. NERTERA DEPRESSA Banks ? = Gay, Fl. Chil., HI, f. 201. Hab. In rupibus substillicidiosis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). Obs. Specimina habitu cum fuegianis et chilensibus plane con- venientia, sed semper sterilia inventa, ergo nonnihil dubia! 183. ACICARPHA TRIBULOIDES Juss. =Miers, Contr. to Bot. II, f. 41. Hab. Non rara in uliginosis insularum v. secus ripas fluminis Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S,). 184. Boop1s CRASSIFOLIA (Miers.) A. Gay, var. spinuligera Speg. Hab. Non rara in dunis secus Rio Negro et secus Bahia San Blas, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). ” -—NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 175 Obs. Varietas quam typus elatior (25-50 cm alt.), crasse ramosa erecta v. procumbens, foliis caulinis sessilibus ellipticis v. subspathulatis, (30-50 mm long. = 8-16 mm lat.) dense ¡rre- gulariterque repando-denticulatis, denticulis triangularibus rectis v. subruncinatis, omnibus mucronulo v. spinula brevi conica pallidiore armatis. 185. ?Boor1s aLPiNA Poepp. = Gámocarpha Poeppigui DC. —Miers, Contr. to Bot., II, f. 19. Hab. In aridis saxosis prope Chonkenk-ask secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.). Obs. Specimina, quae adsunt, involucra floribus fructibusque orbata et scapos etiam folia non superantes ostendunt, ergo nonuihil dubia. Folia carnosula e viridr glauca plicata limbo ovato v. subspathulato integerrimo deorsum in petiolo albe- scente plus minusve elongato producto donata. 186. BoorIs ? AMEGHINOI Speg., N. Sp. Diag. Glaberrima carnosa. ramas prostratis brevibus crassws den= sissume rosulato- folarferas, folirsssuborbicularibus grosse dentato- incisis, longe lateque petiolatis, scapis acrogenas v. pleurogenas crassis brevibus bracteatis, apice capitato-floriferis, involucro nullo, floribus majusculis vrrescentibus ad amllam bractearum supremarum glomerulatis. Hab. In declivio denutato aridissimo montium Karr-a1k prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Species abnormis ad Gymnocaulon Ph. accendens. Rami, e collo radicali plures exsurgentes, prostrati breves crassi (30-50 mm long. = 3-5 mm crass.) dense foliati; folia conferta sub- imbricata intense viridia carnosa enervia, ad apicem rosulas subhemisphaericas (5-10 cm diam.) efficientia, limbis subor- bicularibus (10-22 mm long. =-12-25 mm diam.) antice subrotundatis postice leniter attenuatis v. cuneatis atque in petiolo pallescente plus minusve elongato latissimo tenuiore (10-20 mm long. = 5 mm lat.) ima basi pericladio vix evoluto in pulvinulo lineari crasse calloso subrubescente insidente _donato vix angustatis, margine 7-14-lobatis, lobis ab impari supremo basin versus decrescentibus acutioribusque, quan- doque late ovatis integris obtusis, quandoque sublinearibus 3-5-dentatis, semper valde aproximatis donatis. Scapi quan- 476 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA doque ex apice producto caulis, quandoque ramulo ex axillis foliorum supremorum enascente efformati, folia non superantes (10-15 mm long. = 2-4 mm crass.), nudi v. foliolati, apice bracteis v. foliis minoribus late obovatis v. spathulatis tenuio- ribus dentato-incisis donati capitato-floriferi. Capitula exin-= volucrata; flores ad axillas bractearum confertarum 3-5-glo- merati, paleis linearibus acutis integris (3-6 mm long. = 0,5-0,7 mm lat.) ornati, virescentes, ovario obconico 3-5-90n0 (3 mm long. = 0,5 mm diam.) viridi, apice dentibus calycinis 3 triangularibus pusillis coronato, corolla obconica albo-vire- scente deorsum saccata, ad medium usque 5-loba, lobis ovatis subacutiusculis, staminibus inclusis, stylo longe exerto apice minute sed eximie hemisphaerico-capitato. 187. BoorIs ANTHEMOIDES Juss. = Miers., Contr. to Bot. II, f. 93. Hab. In altiplanitie arida sabulosa ad confluentiam fluminum Limay et Neuquen, Dec. 1897 (€. S.). 188. Boor1s ANTHEMOIDES Juss. var. subscandens Speg. Hab. Vulgata in dumetis altiplaniliei secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). Obs. Varietas a typo distincta caule elongato gracili im arbustis subscandente involucris 5-8-dentatis, dentibus triangularibus in lacinia praelonga (5-15 mm long. = 1-1,3 mm lat.) integra v. 1-2-dentata patulo recurva capitulum longe superante pro- ductis. 189. Boor1s AUSTRALIS Dcsn. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 164. Hab. In ulginosis secus Rio Chico prope Chonkenk-atk, Febr. 1898 (C. A.). 190. BOOpPIS FILIFOLIA Speg., N. Sp. Diag. (rlaberrima, acaulas, rhrzomate filiforma subterraneo nudo, ramas aerews brevibus fasciculato-folrosis, folvis confertis angu- stissume limearibus integerrimas obtusiusculas, caprtulis solita rúis acrogenis inter folia sessilibus medrocribus, involucris hema- sphaericas 6-42-dentatis, dentibus trrangularibus, paleis nullas. Hab. In sabulosis aridis secus Rio Santa Cruz, Oct. et-in Pan de Azucar secus Rio Chico, Dec. 1897 (€. A.). Obs. Rhizoma subterraneum filiforme, praelongum tenue (5-30 NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 417 em long. = 1 mm crass.) teres glabrum nudum album v. ro- seum, sparse remoteque nodulosum v. ramosum; rami aerei verticales superficem soli attingentes sed parum exerti, breves (25-40 mm long. =1 mm crass.) in parte solo infossa lon- giore nudi, in parte exerta breviore simplices v. rarius a basi bi-v. tri-fidi, dense fasciculato-foliosi, apice capituligeri. Folia conferta erecta v. rosulatim patientia, anguste linearia (15-20 mm long. = 0,5-0,8 mm lat.) integerrima viridia, sursum vix sublatiora apice rotundata v. brevissime attenuata, ima basi in pericladio triangulari parvulo modice dilatata, ventre canaliculata, dorso obsolete carinulata. Capitula floralia in apice ramorum aéreorum sessilia hemisphaerica (6-8 mm alt. = 9-10 mm diam.), involucro viridi monophyllo turbinato ad medium fere usque 6-12-inciso, 'dentibus triangularibus apice acutiuscule obtusatis, receptaculo centrali conoideo par- vulo, palei nullis v. 3-4 tantum marginalibus late foliaceis cum dentibus involucris plus minusve connatis, floribus 40- 50 donata. Flores albi ($ mm long. = 1 mm diam.) teretes, ovario brevi acute 3-3-gono (2 mm long.) dentibus calycinis triangularibus brevissimis obtusiusculis, corollis albis subcy- lindraceis (3 mm long.) deorsum vix attenuatis, dentibus (1 mm long.) 5 ovatis obtusiusculis, antheris flavis inclusis, stylo filiformi longissime exerto. Fructus desiderati,sed invo- lucri lobis post anthesin saepius in appendice lineari eorum longitudinem aequante productis. 191. BoorIs LEPTOPHYLLA Speg., M. Sp. Diag. Glaberrima elata, folvis radvcalibus confertis praelongis linearibus obtusis, integris v. in parte supera lobis v. dentibus 2-3 ublrimque donatis, scapis erectis angulato-striatis, remote foltosis, aptce grosse capituligeris, caprtulis nonnullas minoribus longe pedunculatis es axullis folvorum superiorum addatas, 1- volucro 5-8-fido lacinias elongatis obtusas. Hab. In sabulosis uliginosis prope Kman-atk, secus Rio Chico, Febr. 1898 (C. A.). Obs. Radix... ; folia radicalia numerosa conferta rosulantia pa= tentissima linearia (50-200 mm long. = 2-4 mm lat.) glaber- rima subcrassiuscula viridia utrimque plana atque nervo pal- lescente ad apicem fere usque perspicuo percursa, quandoque integerrima, quandoque in parte supera dentibus duobus AN. SOC. CIENT. ARG. — T.IXLVII 12 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aproximatis v. lobis duobus remotis alternis linearibus obtusis (5-10 mm long. = 1,5-2 mm lat.) arcuato-patulis munita, ima basi modice breviterque dilatatulo-amplexicaulia. Scapi erecti, recti v. arcuati (20-30 cm alt. = 2-3 mm crass.) gla- berrimi pallide virescentes obsolete angulosi, longitudinaliter striato-sulcati, foliis linearibus integris obtusis (30-50 mm long. = 1,5-2 mm lat.) saepius paucis remotis ornati, simpli- ces v. ex axillis foliorum superiorum ramulos 1-3 graciles elongatos erectiusculos emittentes; capitula acrogena in scapo centrali majuscula (20 mm diam.), in ramulis minora (10-15 15 mm diam.), involucris turbinatis 5-8-fidis, laciniis late linearibus elongatis (10-15 mm long. = 1,25-1,75 mm lat.) obtusis integris per anthesin erectis, post anthesin reflexis donatis, receptaculo crasso conoideo papuloso, floribus nume- rosissimis, paleis pusillis oblanceolatis (3-3,5 mm long.) deorsum filiformi-attenuatis immixtis onusta. Flores erecti, ovariis constipatis (3-3,5 mm long.) pentagonis apice grosse 5-dentato-alatis, corollis albis (5 mm long.) tubo gracillimo filiformi limbum turbinatum album 5-dentatum aequante, staminibus inclusis, stylo filiformi longe exerto apice sensim et vix incrassalo. Fructus desunt. Species inter B. australem Desn et B. grammifohiam Ph. media, ab utraque tamen bene distincta. 192. Boor1s SQUARROSA Miers = Miers, Contr. to Bot. IL, f. 47. Hab. In aridis saxosis prope Chonkenk-aik, secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.). Obs. Specimina ab adumbratione et descriptione auctoris citati nonnihil recedunt, foliis scapisque brevioribus crassioribus. 193. STEVIA SATUREIFOLIA (Lam.) Sch. Bip. var. patagonica Hiern. = Engler's Bot. Jahrb., Bnd 22, Hft 4-5, 1897, f. 736, n. 109. Hab. Vulgata ad ripas Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). 194. EUPATORIUM PATENS Don var. gracilior Lor. = Lorentz $ Nied., Inf. Of. Exp. Rio Negro, Bot. f. 227. Hab. Abunde in arbustis scandens praecipue prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (C. S.). Obs. Flores capitulorum pallide flavescentes v. ochroleuci, sem- per fragrantissimi. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 479 1195. EuPATORIUM SAUCECHICOENSE Hiern. = Engler's Bot. Jahrbu- chern, Bnd 22, Hft 4-5, 1897, f. 775, n. 164. Hab. Rarissime in altiplanitie aridissima secus Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). Obs. Species fragrans, floribus pallide lilacinis v. roseis donata. Specimina mea a descriptione citata recedunt, foliorum flora- lium apice non mucronulato-spinoso, superficie foliorum ramealium pulverulenta parum viscosa et praecipue squamis involucrorum non glanduloso-ciliatis. 196. MIKANIA SCANDENS (L.) Willd. =DC., Pr. V, f. 199. Hab. Rarissime in arbustis scandens secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.). Obs. Forma gracilis, foliis deltoideis validiuscule obtuseque den- tatis superne pubescentibus inferne scabridis | 197. GUTIERREZIA GILLESI Grisb. ? = Grisb., Pl. Lor., n. 427. Hab. Vulgata in dumetis altiplanitiei secus Rio Negro, Jan. el - Febr. 1898 (0. S.). Obs. Rami variant glaberrimi et laevissime minuteque papilloso= scabriusculi; folia semper linearia crassiuscule membranacea viridia glaberrima obsolete minuteque punctulato-impressa, viscosula, primaria v. infera majora (30-50 mm long. = 2-3 mm lat.) subtriplinervia (nervis lateralibus ad epiphyllum tantum aegre perspicuis) secundaria v. supera, ad ramulos steriles axillares fasciculata v. per ramulos floriferos sparsa, lineari-subsubulata (5-10 mm long. = 0,5-1 mm lat.) uniner- via. Capitula turbinatula (6-7 mm long. = 3-4 mm diam.) squamis 16, 4-seriatis, floribus 22, omnibus lacters, quorum 10 labiato-radialibus/fertilibus, 1 2centralibus tubulosis sterilibus. Achaenia fertilia e tereti subturbinata, obsolete longitudinaliter 8-sulcata (2,5 mm long. = 1 mm crass.) dense villoso-cane- scentia, pappo paleaceo, paleis 12-14 inaequilongis (1-2 mm long.) hyalino-scariosis, lineari-lanceolatis acutis, in parte infera dense pectinato-ciliolatis, coronata. 198. GRINDELIA BRACHYSTEPHANA Grisb. var. Berga Hiern. = Hiern., Sert. Pat., n. 77. Hab. Vulgata in dumetis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Obs. Plantae gracillimae late effusae in arbusculis subscandentes et saepe 1-1,50 m altitudinem attingentes; variant glabrae, pruinulosae v. etiam subvillosulae, pedunculis floralibus elongatis v. abbreviatis, nudis v. foliosis, capitulisque non v. plus minusve viscosis. 199. GRINDELIA sPECIOSA Lndl. € Paxt. = Speg., Plant, Pat. austr., n. 168. — Prim. Fl. Chub., n. 94. — Gr. Volkensíí OK., Rev. gen. plant. III, 2, f. 156. | Hab. Vulgata in dunis ad ostia et secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). Obs. Arbuscula perennis valida 1-1,50 m alt., dense ramosa, quandoque non v. vix viscida; variat etiam summopere foliis plus minusve magn:s incisis v. dentatis, obtusis v. acutis, deorsum altenuato-petiolatis v. cuneato subsessilibus, pedi- cellis floriferis elongatis v. abbreviatis nudis v. foliolatis etc. 200. HYSTERIONICA JASIONOIDES Wild. = DC., Pr. V, f. 325 et VII, f. 258. Hab. Vulgatissima ubique in campis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). Obs. Species, sub hoc nomine in Speg., Contr. Flora Ventana, f. 32, n. 124 per errorem edita,ad H. pinsfoliam (Poir.) Bkr pertinet. 201. HAPLOPAPPUS ÁMEGHINOL Speg., M. Sp. Diag. Lejachaentum; perenmas glaber, pulvinato-caespitosus, ramis valde abbreviatis confertis apice subrosulato-folmferas, folvis ex oblanceolato subspathulatis, lumbo petiolum aequante, dentato- pinnatafido, lobulas erispulas subdenticulatis, caprtulas acrogenas solitarús sessulibus hemisphaericas, bracteis numerosis 4-5-se- riatis lanceolatis glabris, flores numerosissimos inter pappr setulas subabscondrtos aequantabus. Hab. In campis depressis aridis limoso-sabulosis, hiemali tem- pore inundatis, prope Chonkenk-ark secus Rio Chico, Jan. 1897 et Febr. 1898 (€. A.). Obs. Species praedistincta ab omnibus generis valde recedens. Radix simplex elongata teres (20 cm et ultra long. = 4-6 mm diam. ad apicem) parce remote patentimque barbellata, cortice cinereo-fusco crassiusculo rugoso tecta, apice superficem soli NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 181 attingente atque abrupte dense breviterque caespitoso-ramosa. Rami erecti v. prostrati (20-30 mm long. = 4-6 mm diam.) lignosi, ligno albescente fibroso tenaci non v. vix medullato, postice nudi sordide fusci, medio residuis foliorum vetustorum subnigricantibus vestiti, antice subrosulatim fasciculato-folii- feri, caespites saepius hemisphaericos subcompactiusculos (5-10 cm diam. = 3-4 cm crass.) efficientes. Folia glaberrima erectiuscula v. patentiuscula (20-30 mm long.) viridia limbo oblanceolato v. subspathulato (10-15 mm long. =5-6 mm lat.) viride crassiusculo laevi v. obsolete laxeque punctulato-im- presso (in speciminibus siccando non compressis corrugatis), vertice saepius acutiusculo, margine dentato v. pinnatifido lobis erispulis, alternis v. oppositis, utroque latere 3-5, sinubus inferis profundioribus latioribusque, superis minus incisis separatis, integris v. minute irregulariterque 1-3-denticulatis, apicibus acutis non v. vix callosulo-mucronulatis sed non spinulosis, postice cuneato-attenuato atque in petiolo angusto (10-15 mm long.) crassiuscule costato leniter sensimque basin versus dilatato producto. Capitula acrogena sessilia hemisphae- rica(10 mm diam.sinelig. =8-9 mm alt.) subtus leniter depres- so-subumbilicata, 1n disco convexula, squamis intimis corollas et pappos aequantibus donata; squamae glabrae 50-60, 4-5- seriatae, subrigidulae extimae triangulari-lineares breviores (5 mm long. = 1-1,5 mm lat.), intimae lanceolatae v. ovato- lanceolatae (6 mm long. = 2-2,5 mm lat.) basi coriacellae pallescentes, margine non v. anguste hyalinae integrae, apice attenuato-acutatae herbaceae subappendiculatae obsoletepune- tulatae; receptaculum e plano convexulum (5 mm diam.) dense alveolato-punctatum glabrum nudum,; flores circiter 80 parvuli (6,5-7 mm long.), 20-25 marginales ligulati a ceteris tubulifloris parum distincti, omnes aequilongi, squamas capi- tuli vix superantes, pappum autem non v. vix aequantes, corollis flavis (4 mm long.) glabris, achaenio anguste obovato curvulo (2-2,5 mm long.) fuscidulo laevi non costato nec angulato, pappo sordide albo (4,5-5 mm long.) facile caduco, setulis rigidulis denticulatis, subuniserialibus, basi subannu- latim breviterque coalescentibus circiter 30. 202. HAPLOPAPPUS ILLINI Speg., N. Sp. Diag. Lejachaentum; perennis glaber, pulvinato-caespitosus, ra- 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mis valde abbreviatis apice rosulato-folmferis, folvis obovato-= spathulatis, limbo petiolum non aequante crenato-dentato, dentibus obtusis integerrímas, capitulis acrogenas solitarias sub- sessulíbus hemisphaerico-subturbinatis, bracteiss numerosis 4- servatis lanceolatis glabris discum aequantibus, floribus 40-50, ligulatis longe radiantibus aurantracas. Hab. In rupestribus siccis inter Chorque-lauen et Lago Musters, Jan. 1899. (N. 1llin). Obs. Species praecedenti affinis sed foliorum fabrica praecipue satis superque distincta. Radix lignosa rhizomatiformis tor- tuosa (40-80 mm long. = 5-6 mm crass.) verrucoso-rugosa fusco—corticata apice abrupte denseque subbotryose ramosa. Rami caespitoso-congesti, saepe hinc inde radicantes, radici- bus elongatis simplicibus (40-50 mm long. =1-1,5 mm crass.), simplices v. pluries partiti (20-30 mm long. =3-4 mm crass.) deorsum nudi, medio ob residua foliorum annorum praeteri- torum sordide fusco-squarrosi, apice rosulato-foliferi. Folia glaberrima patentiuscula (12-20 mm long.), omnia isomorpha viridia, limbo obovato v. spathulato (5-8 mm long. =5-6 mm lat.), crassiusculo laevi (in speciminibus siccando non com- pressis corrugatis) vix obsolete subalveolato-reticulato, vertice semper late rotundato obtuso, margine crenulato v. dentato, dentibus planis oppositis, utroque latere 3-6, sinubus superis angustissimis atque brevibus, imferis non v. vix latioribus obtusioribusque (sed non semper), apicibus obtusis non mu- cronatis, postice cuneato-attenuato alque in petiolo angusto (6-12 mm long. = 1 mm lat.) crassiuscule costato basi sensim in pericladio membranaceo violascente glaberrimo subvagi- nanti-amplexicauli dilatato producto. Capitula acrogena soli- taria sessilia v. brevissime subpedunculata erecta e campa- nulato hemisphaerica mediocria (10-12 mm diam. =8 mm alt.) inferne rotundata non umbilicata, in disco planiuscula, squamis intimis, corollas tubulosas atque pappos aequantibus donata ; squamae glaberrimae non v. vix subviscosulae 40-50, l-seriatae, subrigidulae, extimae lanceolato-lineares breviores (3 mm long. =1,20 mm lat.), intimae latiuscule lineares (6 mm long. =2 mm lat.), deorsum subscariosae pallescentes, margine integrae, sursum non appendiculatae acutiusculae, laeves, saepius obscure purpurascentes; receptaculum planum (+ mm diam.) leniterfavoso-areolatum glabrum nudum) flores NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 183 circiter 40-50, quorum 12-15 marginales ligulati, limbis pa- tentissimis elliptico-linearibus (8 mm long. = 3-4 mm lat.) apice obtusis subintegris aurantiacis, ceteri centrales (25-36) tubulosi (6 mm long. = 1 mm diam.), flavi glabri, squamas capituli vix superantes, pappum autem non v. vix aequantes, ovario glaberrimo anguloso-compresso (1,23 mim long.) insi- dentes, pappo sordide albo, e setulis rigidulis inaequalibus subuniseriatis (circiter 20-25) vix pubescentibus (4-6 mm long.), facile deciduis, basi subannalatim breviterque coale- scentibus efformato cincti. 203. HAPLOPAPPUS MUSTERSI Speg., N. Sp. Diag. Lejachaenium; perennis glaber humilis, caespitoso-relaxa- tus, ramas elongatulis simplicibus v. vir ramulosis, monoce- phalis, crebre sed. relaxate folaferis, folvis elongato suvspathu- latis v. 'nearibus, lumbo petiolis duplo triplove breviore, inferis grosse 3-5-dentato-lobatis, superis integris v. integerrimas, capt- tulis solitartis hemisphaericis majusculas, bracters 5-6 sertalibus lanceolatis glabris discum aequantibus, floribus ultra 120, la- gulatis longe radvantibus aureas. Hab. Ad marginem fontium manantiales vocatarum in altiplani- tie inter Chorque-lauen et Lago Musters, Dec. 1898 (N. lin). Obs. Rhizomata terra parum infossa v. superficialia laxe irregu- -—lariterque divisa (50-200 mm long. = 3-5 mm crass.) subte- retia hincinde nodulosa et radicantia, radicibus subsimplicibus elongatis (30-100 mm long. =/ mm crass.), cortice fuscescente glaberrimo vestita, ad apices 1-5-ramigera. Rami subcaespi- tosi v. relaxatuli prostrati y. arcuato-adscendentes (40-100 mm long.) glaberrimi, simplices v. in parte supera remote 2-3-ra- muligeri, ramulis simplicibus, ima basi pericladiis foliorum delapsorum subscariosis pallide fuscescentibus vaginantibus- que vestiti, ceterum crebre foliosi, apice monocephali. Folia elaberrima viridia crassiuscula, non rigida nec reticulato-ner— vulosa, limbis inferorum oblanceolatis (10-20 mm long. = 5- 10 mm lat.) sursum subacutiusculis, margine utrimque sub- pinvatim 1-3-dentatis, dentibus omnibus obtuse acutatis et non mucronatis, anticis brevibus latioribus, posticis subpinnu- liformibus angustioribus longioribus patentibusque, deorsum sensim atíenuatis, limbis superorum linearibus v. oblanceola- tis integris (7-12 mm long. = 2-3 mm lat.), petiolis omnium 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA limbo duplo v. triplo longioribus (20-40 mm long. = 1-2 mm lat.), basi in pericladio submembranaceo pallescente v. sub- violascente plus minusve vaginante dilatatis donata. Capitula ramis ramulisque non v. vix elongatis fere semper foliis plu- rimis linearibus bracteiformibus (5-10 mm long. = 0,5-1 mm lat.) remotiusculis ad apicem usque ornatis non incrassatis acrogena, solitaria, primo cernua dein erectiuscula, hemi- sphaerica majuscula (per anth. 20 mm diam. sine lig. =10-12 mm alt.), inferne rotundata leniterque umbilicata; squamae 60-70, 5-6-seriatae imbricato-adpressae sed semper plane li- berae, extimae angustiores brevioresque (3 mm long. = 1 mm lat.) quandoque breves quandoque elongatae subfoliiformes patentiusculae (10-12 mm long. = 1 mm lat.) glabrae v. vil- lo araneoso non v. vix perpicuo .adspersae, ceterae sensim elongatae et latiores (7-9 mm long. = 1,5-1,8 mm lat.) glaber- rimae non v. vix subglutinosae, deorsum rigidae subscariosae pallidiores erectae (intimae medio subpurpurascentes), sur- sum herbaceae virides non v. leniter reflexae, omnes planiu- sculae apice obtusae margineque integerrimae, non ciliatae; re- ceptaculum convexulum (S-10 mm diam), glabrum, nudum, leniter sed eximie favoso-areolatum; flores marginales foemi- nel 25, ligulati, limbo lineari acutiusculo (9-10 mm long. = 1,5-1,8 mm lat.) integro aureo, centrales tubulosi (8 mm long: = / mm lat.) circiter 100, flavi glabri, apice 5-dentati, stig- matibus lanceolatis hirtellis obtusiusculis superati, pappum aequantes, ovario glaberrimo e tereti anguloso (1,5 mm long.) insidentes ; pappus e setulis valde inaequalibus (5-8 mm long.) tenuibus sed rigidulis vix pubescentibus, circiter 50 v. 60, subuniseriatis, basi coalescentibus átque facile deciduis effor- matus. Capitula post anthesin sat accrescentia (30 mm diam.); achaenia glaberrima obsolete longitudinaliter 5-12 vittata, e tereti compressula subcurvula (4 mm long. =1,3 mm diam.), utrimque obtusa, mox pappo orbata, pallide lignicoloria. Species praecedentibus fere cognata, H. bellidifolio Ph. etiam accedens, sed satis riteque distincta. 204. HAPLOPAPPUS TEHUELCHES Speg. = H. patagonicus Speg. (non Ph.), Pl. Pat. austr. n. 171. Hab. Non rarus in dumosis aridis prope Santa Cruz, Febr. 1882 (C.. S.) et prope Rio Deseado, Mart. 1894 (C. A.). NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 185 Obs. Species bona sed nomen ejusdem mutandum ob homoni- mum Cl. Philippiz (Linnaea XX, f. 726), 205. HAPLOPAPPUS PRUNELLOIDES (Poepp.) DC. = DC., Pr. V, f. 346. — Gay, Fl. Chil. IV, f. 44. Hab. Non rarus in rupestribus prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 206. SoLipaco mMICROGLOSSA DC. = DC., Pr. V, f. 332. — S. lineari- folra DC., Pr. V, f. 341. — Speg., Plant. Pat. austr., n. 173. — Id., Pr. Fl. Chub., n. 97. Hab. Vulgatissima per totam Patagoniam centralem et nordicam, prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C.S.), in Chubut centrali, Nov. 1898 (n. 6, 11, 12, Koslowsky). Obs. Species summopere variabilis, statura quandoque nana (20-30 cm alt.) quandoque gigantea (50-185 cm alt.) virgata, foliis oblanceolatis inferis serratis, mediis angustioribus remote denticulatis, supremis linearibus integerrimis acutis glabris sed margine minute adpresseque ciliolatis, panicula ampla ramosa, ramis secundis, vel contracta erecta subspici- formi, capitulis turbinatis (6-8 mm long. = 3 mm diam.), pedicello breviore (1-5 mm long.) suffultis, squamis glabris v. subglabris, linearibus saepius acutiusculis (4-5 mm long.), flosculis sat numerosis (18-30), ovariis puberulis v. hispidulis, rarius subglabris. 207. NArDOPHYLLUM HUMILE (Hook. f.) A. Gray = Chiliotrichum humile Hook. f. — Anactinía Hookeri Remy —- Nardophyllum parvifolium Ph. — Aster nardophyllum OK. — Speg., Plant. Pat. austr., n. 174. Hab. Vulgatum in aridissimis secus Rio Santa Cruz, Oct. 1897 (V. B.), rarius in montanis prope Nahuel-huapi, Dec. 1897 (CASO) Obs. Variat foliis longioribus (10-15 mm long.) et brevioribus (4-6 mm long.), glabratis v. incanis, capitulis sessilibus v. breviuscule pedicellatis, 5-1 2-floris. 208. LAGENOPHORA HIRSUTA Poepp. = DC., Pr. V, f. 307. Hab. Non rara in rupestribus muscosis prope Lago Nahuel- huapi, Dec. 1897 (€. A.). 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 209. ASTER LINIFOLIUS L. = Grisb., Symb. Fl. Arg., f. 178, n. 1056. Hab. Vulgatus in pratis subuliginosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. (C. S.) et prope Chonkenk-aik et Emelk-ark secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.). 210. ASTER MONTEVIDEENSIS (Spr.) Grisb. = DC.., Pr. V, f. 349 sub n. 23. — Grisb., Pl. Lrtz., n. 491. Hab. Non rarus in pratis aridis sabulosis circa salinarum secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (C. S.). 211. ASTER HAPLOPAPPUS (Remy) OK. = Gay, El. Chil. VI, f. 19. — OK., Rev. gen. plant., III, 2, f. 130. Hab. Sat vulgatus in aridissimis secus Rio Negro, prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (C. S.). 212. CHILIOTRICHUM DIFEUSUM (Frst.) OK. = Ch. amelloideum Cass. — Speg., Plant. Pat. austr., n. 177. Hab. Rarum in dumetis montanis prope Lago Argentino, Eebr. (C. A.), in Chubut centrali, Nov. 1898 (sine n., J. Koslowsky), nec non in rupestribus montanis prope Nahuel-huapi, Dec. 1897 (0. S.). Obs. Ob foliorum magnitudinem formae tres distinguendae : a) Typrca : foliis ex obovato oblanceolatis (25-30 mm long. = 7-8 mm lat.), planis v. vix in parte antica leniter revolutis, subobtusiusculis-ex Lago Argentino. b) Media : foliis oblanceolatis (15-20 mm long. = 3-4 mm lat.), planis, subobtusiusculis, ex-Chubut. c) Angustifolia : foliis lineari-oblanceolatis(10-20 mm long. = 2-3 mm lat.), valide revolutis, acutis-ex Nahuel-huapi. 213. VITTADINIA TRIFURCATA (Less.) Bnth. € Hook. = DC., Pr. Y, f. 296 et VII, f. 275. — Bnth. € Hook., Gen. pl. II, f. 282. Hab. Sporadica sed rara in campis saxoso-sabulosis secus Rio Negro praecipue prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (0S:). 214. BACCHARIS PATAGONICA Hook. € Arn. = Wlprs, Rep. Il, f. 596. Hab. Ta dumetis montanis secus Carren-leofú, Jan. 1880(C. M.). 215. BACCHARIS MAGELLANICA Pers. = DC., Pr. V, f. 405. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 487 Hab. Non rara in rupestribus montanis et alpinis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). Obs. Species fere sine dubio ullo cum B. alpina HBK. identica! 216. BACCHARIS UMBELLIFORMIS DC. = DC., Pr. V, f. 410.— Gay, Fl. GUIISLyE sf. 95. Hab. Non rara in dumetis montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (€. S.). 217. BACCHARIS CONFERTIFOLIA Colla = Gay, Fl. Chil. IV, f. 85. Hab. Non rara in valleculis montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (C. S.). 218. BACCHARIS FLABELLATA Hook. € Arn. = Wlprs, Rep. Il, f. 596. Hab. Rarissime in praeruptis saxosis et sabulosis ad confluen- tiam fluminum Limay et Neuquen, Dec. 1897 (C. S.). 919. BACCHARIS ROSMARINIFOLIA Hook. € Arn. = DC., Pr. V, f. 419. Hab. Vulgata in rupestribus collinis et montanis prope Lago Nahuel-huapi, Dec. 1897 (€. S.). 220. Baccuaris BALDWIN Hook. € Arn. = Wlprs, Rep., Il, f. 596. Hab. Non rara in dumetis altiplanitiei secus Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.). 221. BACCHARIS ARTEMISIOIDES Hook. $ Arn. = Wlprs, Rep. II, f. 597. Hab. Non rara in pratis aridis sabulosis altiplanitiei secus Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.). 222. BACCHARIS PINGRAEA DC. =DC., Pr. V, f. 420. Hab. Sat vulgata in editioribus secus Rio Negro, Jan. et Febr. (C. S.) et in Chubut, Dec. 1898. (n. 18, Koslowsk y). 223. BACCHARISPINGRAEA DC. var. angustissima DC.=DC.,Pr.V,f. 420. Hab. Vulgatissima in dumetis altiplanitiei secus Rio Negro, Febr. 1898. (C. S.). 92%. BACCHARIS SALICIFOLIA Pers. = DC., Pr. V, f. 401. d Hab. Vulgatissima in insulis prope ostia Rio Negro nec non in uliginosis prope Choel-choel, Jan. et Febr. 1898. (€. S.). 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 225. Baccuaris Darwin Hook. € Arn. =Speg., Plant. Pat. austr., n. 183. Hab. In campis dumetosis secus Rio Chaco, Jan. 1897 (€. A.), in sabulosis ad confluentiam fluminum Limay el Neuquen, Dec. 1897 et secus Rio Negro prope Carmen de Patagones, Febr. 1898. (C. S.). Obs. Specimina Patagoniae australis et subandinae prostrata sed foliis latioribus donata; illa autem ex Rio Negro elata erecta (50-80 cm alt.) patentim ramosa, foliis magis remotis atque parvis. 226. BaccHarIs ULICINA Hook € Arn. = Wlprs, Rep. Il, f. 598. Hab. Vulgatissima in campis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898. (€. S.). Obs. Planta caespitosa intense viridis, alimentum salutare prae- cipue ovibus praebens, et pasto vel yerba de las ovejas ab in- colis nuncupata. 227. BACCHARIS JUNCEA Dsf. =Speg., Plnt. Pat. austr., n. 185. — Prim. Fl. Chub. n. 100. Hab. Vulgata im uliginosis praecipue salsis secus Rio Negro, Dec. et Febr. 1898. (C. S.). Obs. Variat plus minusve elata (50-180 cm alt.) atque foliis quandoque elongatis acutiusculis integerrimis v. minute den- seque serrulatis quandoque abbreviatis, obtusis laxe grosseque dentato-repandis. 228. BACCHARIS TRIMERA DC. var. viscosissima Speg. Hab. Ad marginem salinarum et in campis salsis secus Rio Ne- gro, Febr. 1898 (C. S.). Obs. Specimina patagonica a typo sat recedunt et facile novam speciem sistunt, sed omnia jam omnino floribus orbata, atque non describenda. Humilis (20-30 cm alt.) laxe v. dense caespi- tosa, ramis fastigiatis gracilibus (1,5-2 mm diam.) inter- rupte tricostato-subalatis, ad nodos inferos nudis ad superos sensim magis aproximatos foliis, utrimque obtusis linearibus egradatim majoribus (infimis 1-2 mm long. =0,5-1 mm lat. = superis 4-6 mm long. =1 mm lat.) crassiusculis donatis, omnibus dense viscoso-vernicosis. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 1189 999. BACCHARIS CYLINDRICA DC. = DC., Pr. V, f. 426. Hab. Non rara sub umbra arbuscularum in altiplanitie secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 230. BACCHARIS MELANOPOTAMICA SpeS., N. Sp. Diag. Perenmis fruticulosa parvula subglaberrima, ramas gract- libus sulcato-striatas acrogene monocephalis, folúrs alternas lan- ceolato v. spathulato-sublinearibus sessulibus subuminervtis margine pectinatum denticulato-spinulosts, capitulis subcorym- bosis turbinatas bractews 4-5 serratis lanceolatis acutis obscure viridibus, margine pallidas vix ciliolato-pubescentibus. Hab. Vulgata in aridissimis altiplanitiei secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. $.). Obs. Rhizoma plus minusve profunde delitescens ramosum, ra- mis subterraneis elongatis subcarnosulis (15-25 cm long. = 2-4 mm crass.) albescentibus glaberrimis laxe adpresseque alterne squamulosis v. cicatricosis, superficem soli attingen- tibus ibique ramos aereos emittentibus. Rami aerei fruticu- losi erecti v. subprostrati (10-25 cm long. == 1-2,5 mm crass.) solitarii v. saepius subfastigiatis, a basi plus minusve laxe adpresseque alterne ramulosi virides v. subcinerascentes longi- tudinaliter sulcato-striati glabri v. saepe (praecipue in juven- tute) laxissime minutissimique pulverulento-hispiduli, laxiu- scule foliosi, apice monocephali; folia infera lineari-spathulata internodiis duplo triplove longiora (10-18 mm long. = 4-5 mm lat.) obtusiuscula, media sublineari-lanceolata internodia aequantia (8-10 mm long. = 2-2,5 mm lat.) subacutiuscula, suprema linearia internodiis breviora (4-5 mm long. = 1 mm lat.) acuta, omnia erecta ramis satis adpressa, membranacea rigidula glaberrima epunctata (v. vix in prima juventute, sub lente valida, minute obsoleteque punctulata) plana, deorsum non v. vix attenuata sessilia non amplexicaulia, ima basi 3-nervia, sed nervis duobus lateralibus mox evanidis, tertio centrali tamen dorso ad apicem fere usque perspicuo, margi- gine laxe pectinatim denticulato-spinulosa, dentibus utrimque saepius 6-9 parum prominulis sed spinulis (vix in foliis non- nullis supremis deficientibus) patentissimis elongatulis (0,5- mm long.) acutis rigidulis albicantibus armatis. Capitula ad apicem ramorum solitaria sed in planta corymbosula, tur- binata (6-7 mm long. =4 mm diam.) postice rotundata, basi 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nuda v. paucibracteolata, squamis 4-5-seriatis, circiter 30, extimis ovatis minutis (2mm long. =4 mm lat.), mediis eradatim majoribus ovato-lanceolatis, intimis elliptico-lan= ceolatis (4 mm long. = 1,5 mm lat.), omnibus acutis, sub- scariosulo-rigidulis glaberrimis, dorso 1-nerviis obscure viri- dibus, ambitu pallescentibus, margine (ad partem superam tantum) minutissime hyaline puberulo-ciliolatis; receptacu- lum plano-convexulum parvulum (1.5 mm diam.) papilloso- squarrulosum, omnino epaleaceum, glabrum. Flores capitu- lorum foemineorum 23-30, squamas involucri' superantes (8 mm long.), ovario e glabrato subpuberulo (1 mm long.) tereti-anguloso, isabellino, pappi setis sursum albidis deor- sum leniter rufescentibus circiter 75 (4 mm long. ), tenuibus, persistentibus, dense puberulo-denticulatis, parum nitentibus, corollis filiformibus albescentibus pappo parum brevioribus, styli ramis divaricatis linearibus acutiusculis longiuscule exertis ornatis. Flores capitulorum masculinorum 4-22, brac- teas involucri vix aequantes (4,5 mm long.), ovario abortivo nullo v. vix tuberculiformi, pappi setis albescentibus circiter 30, subrigidulis crassioribusque flexuosis subcaducis (4 mm long.) papilloso denticulatis, non nitentibus, corollis tubulo- sis (1 mm long.) apice dilatatulis albis, sub-5-fidis, laciniis acutiusculis evolutis, appendicibus antherarum albis, atque styli ramulis brevibus crassiusculis hirtulis exertis coronatis. Species pulchella distinctissima ; an B. Gallesú A. Gr., cujus diagnosis mihi deficit ? (Continuard). A MISCELÁNEA Terminología española de electricidad. -— Transcribimos en seguida la parte esencial de un interesante artículo publicado en El Imparcial de Madrid, porel eminente académico, dramaturgo é ingeniero español don José de Echegaray, sobre los vocablos adoptados por la Academia para designar las diversas unidades eléctricas, artículo que ha llegado á nuestro conocimiento gra= cias á la amabilidad de nuestro socio honorario el doctor Valentín Balbín. Define luego el señor Echegaray, de una manera ingeniosa y al alcance del público, las unidades eléctricas, en lo que sigue del artículo y en otro que le sirve de continuación. La escasez de espacio no nos permite transcribir esta excelente vulgarización de las modernas nociones electrotécnicas. Nos contentaremos con dar las definiciones académicas : Amperio (de Ampere) m. — Unidad de medida de la corriente eléctrica que corresponde al paso de un culombio por segundo. Amperímetro m. — Aparato que sirve para medir el número de amperios de una corriente eléctrica. Culombio (de Coulomb, m. — Cantidad de electricidad capaz de separar de una disolución de plata 1,118 milígramos de este metal. Faradio (de Faraday) m. — Medida de la capacidad eléctrica de un cuerpo ó de un sistema de cuerpos conductores, que con la carga de un culombio produce un voltio. Julio (de Joule) m. — Unidad de la medida del trabajo eléctrico, equivalente al producto de un voltio por un culombio. Ohmico adj. — Perteneciente ó relativo al ohmio. Ohmíio (de Ohm) m. — Resistencia que, á cero grados, opone al paso de una corriente eléctrica una columna de mercurio de un milímetro cuadrado de sección y 106,3 centímetros de longitud. Vatio (de Watt) m. — Cantidad de trabajo eléctrico equivalente á un julio por segundo. Voltaje m. — Conjunto de voltios que funcionan en un aparato eléctrico. Voltímetro m. — Aparato que se emplea para medir potenciales eléctricas. Voltio (de Volta) m. — Cantidad de fuerza electro-motriz que, aplicada á un 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA conductor cuya resistencia sea de un ohmio, produce la corriente de un amperio. El Diccionario de la Academia que en breve ha de ver la luz pública, comprenderá en su apéndice las definiciones de las unidades eléctricas más usuales. El dar nombre á estas diversas unidades parece empresa fácil, porque en rigor ya todas tienen su denominación propia, y sin embargo es empresa difícil, porque tales nombres son todos ellos de autores, de sabios, de inventores extranjeros, y cuesta trabajo, mucho trabajo, acomodar á nuestra fonética palabras que con dificultad pronuncian nuestros la= bios y que en nuestros oídos suenan ásperas y aún á veces ridículas. Y sin embargo, era preciso incluir todos estos vocablos en el apéndice del nuevo dic= cionario, porque muchos de ellos van siendo de uso común, y hasta aquí no existe regla alguna ni para sus terminaciones, ni para sus plurales, ni para sus adjetivos. El sabio académico y eminente hombre de ciencia don Eduardo Saavedra, en el último discurso que leyó á la Academia de la lengua, al contestar al del señor Cortázar, trató magistralmente esta cuestión en que ahora nos ocupamos. Y los preceptos y las reglas que formuló son los que han prevalecido. De las razones y de las doctrinas en dicha Memoria expuestas, nada diré; limitándome en este artículo, y acaso en otro, á la parte que pudiéramos llamar constituida, sin tratar para nada de la parte constituyente : la ley estáá punto de ser promulgada, pues á la ley me atengo. Los radicales de los nuevos nombres de unidades eléctricas sonlos de aquellos sabios que han prestado algún gran servicio á la ciencia eléctrica, ya teórica, ya práctica; ó en el gabinete del experimentador ó en las regiones de la teoría. Estos nombres son los siguientes: Coulomb, Ampére, Volta, Ohm, Watt, Faraday y Joule; sin contar otros que quedan para más adelante. La parte radical de los nueyos términos hay que tomarla, pues, en los nombres prece= dentes, porque son nombres aceptados por todas las naciones civilizadas; verdaderos monumentos en honor del genio universal levantados ; tributo á la memoria de los que honraron el trabajo y la ciencia humana. De suerte que sobre estos radicales no cabe discusión, seimponen; sería una preten= sión ridícula escoger otros y hay que aceptarlos y hay que respetarlos. La única misión de la Academia ha consistido en dar forma á las terminaciones, aco= modada á la índole de nuestro idioma y que se preste á la construcción de plurales y ad= jetivos. La terminación general para todos estos, que pudiéramos llamar términos eléctricos, propuesta por el señor Saavedra en la Memoria ya citada, por las razones que ampliamente desarrolla, es la terminación en 20. Cierto es, que el uso de alguno de estos nombres venía siendo otro. Así, á la unidad de corriente eléctrica se le daba el nombre de amper ; nombre fácil de pronunciar, y cuyo plural amperes es también sencillo y de sonido agradable. Pero en cambio hay otros nombres que esimposible conservar. Porejemplo, la unidad de resistencia, que se de- signa siempre por el vocablo Ohm. Porque en este caso, ¿cuál iba á ser el plural ? ¿Ohmes? ¿Ohmos? ¿Ohms ? Ninguno de los tres ha parecido aceptable; y el último sería de todo punto inadmisi- ble por la acumulación de las tres consonantes h,m y s; por la dificultad de la pronun- ciación, y porque en castellano jamás se forman los plurales de este modo. Otro tanto podemos decir del nombre que designa la unidad de fuerza electro-motriz, 4 saber de la palabra volt. El plural volts es aún más inadmisible que el plural Ohms. Nuestro idioma rechaza, por regla general, esta acumulación de consonantes. Hacen daño al oído, y aún hacen daño á la vista la l, la ty la s, constituyendo una unidad fo- nética. Para nosotros los españoles, cada consonante es como una montana más ó menos áspera MISCELÁNEA 193 y encambio cada vocal es como un valle que tiene suavidad y dulzura. Y entre montaña y montana, pedimos con ansia un valle en qué reposar, que es como decir que entre con- sonante y consonante nos complace y anima encontrar una vocal. Y así, enla palabra volts, trepar por la /, y sin descanso alguno emprender la subida de la t, y encontrarnos por último con la s, es trabajo que rinde todo nuestro aparato bocal. Verdad es, que podríamos emplear la palabra volta, cuyo plural voltas es de fácil pronunciación. Pero aplicar un sistema distinto para cada palabra es romper la unidad de la nomenclatura eléctrica. Y si en las formaciones de carácter popular la variedad, antes es provechosa y estética que desagradable y perjudicial, porque es señal de fuerza creadora y de riqueza y vida, esta variedad es inadmisible en las nomenclaturas cien -— tíficas, que por su carácter propio son artificiales. Por todas estas razones, que someramente apunto, se ha adoptado—como queda dicho —la que llamaré unidad de terminación en ¿o ; estableciéndose los nombres siguientes : Culombio, para la unidad de cantidad eléctrica. Y Culombios será el plural). Amperto, para la unidad de corriente y Amperios será asímismo el plural de dicha palabra. Amperímetro será el aparato de medida de los Amperios. Y es inútil insistir sobre la formación de plurales, pues todos siguen la regla general de la gramática. Ohmio ha de ser la unidad de resistencia. Y de este substantivo se deriva, sin dificul- tad alguna, el adjetivo óhmico, algo raro, pero inevitable. Voltio, derivado de Volta, constituye la unidad de fuerza eleclromotriz. Y de esta pa= labra se deducirán: Voltímetro, aparato para medir voltios, y que no hay que confundir con otro aparato antiguo llamado voltámetro. Y al mismo tiempo la palabra Voltaje 6 conjunto de voltios, término que ya está muy en uso. Vatio, designa la unidad de trabajo eléctrico, y aunque pudiera haber dudas respecto á este término porque se deriva de Watt y la ww no suena en inglés como v, sino como u, la comisión ponente adoptó la solución indicada. Faradio fué la palabra elegida para designar la capacidad eléctrica, como derivada de Faraday, sustituyendo tan sólo ála terminación inglesa ay la terminación 20, de excelente aplicación para este caso. Por último se designó por Julio la unidad de medida del trabajo eléctrico con independencia del tiempo y como derivado del nombre propio Joule. Si el dar nombre á las unidades eléctricas á gusto de todo el mundo, á satisfacción de todos los oídos, con facilidad para todos los aparatos] bocales y respetando al mismo tiempo el universal convenio de todas las naciones, era trabajo árduo, no lo ha sido menos el de definir cada uno de estos términos, porque había que evitar por una parte las definiciones excesivamente científicas y por otra parte no era posible consignar en el Diccionario definiciones tan sencillas ó tan vulgares que resultaran erróneas. XMNMI Congreso Internacional de Medicina. — Por primera vez se ha invitado especialmente á nuestro país á concurrirá un congreso médico internacional de la importancia del que debe celebrarse en París del 2 al 9 de agosto de 1900, constituyéndose aquí un comité, presidido por el doctor Eufemio Uballes, idéntico á los que funcionan en las capitales de mayor adelanto científico . El congreso, presidido por el doctor Lannelongue, comprenderá cinco secciones, dedicadas á las ciencias biológicas, médicas, quirúrgicas, obstetricia y ginecolo-- gía y medicina pública. AN. SOC. CIENT. ARG. — T.XLVII ñ LS 194 ANALES DE' LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es de esperarse que la cooperación de los médicos argentinos dejará bien sen= tado el nombre científico del país, presentando un considerable número de adhe= siones y de trabajos de importancia, cosafácil de preveer por el éxito de la sección de ciencias médicas en el Congreso Científico Latino Americano. Las solicitudes de cartas de admisión (que sólo cuestan 5 pesos oro y dan de- recho á rebajas en los pasajes y á las publicaciones del Congreso) y el anuncio de los trabajos, deben dirigirse antes del 1? de abril de 1900, al secretario del Comité Nacional, doctor G. Aráoz Alfaro, Santa Fe, 2394. Modo de evitar las inundaciones del río Negro. — En la entrega de julio de este año (página 60) indicamos la solución propuesta enla Re- vista Técnica por el ingeniero Constante Tzaut para remediar las desastrosas inundaciones del río Negro, que tantus perjuicios causan á las nacientes pobla= ciones é industrias de las márgenes de ese río. Habiéndose formulado algunas objeciones á ese proyecto, su autor el ingeniero Tzaut, las refuta atinadamente en el número 86 de la misma revista, cuyos conti- nuos progresos y creciente interés nos es grato hacer constar de nuevo con esta oportunidad. Aduce en defensa de su idea los resultados alcanzados en otros países y los datos adquiridos en su práctica y conocimiento personal de aquellas localidades. La bondad del remedio señalado por Tzaut es también confirmada por los si- guientes párrafos del extenso informe elevado al ministerio de obras públicas por elingeniero Cesar Cipolleti, quien propone exactamente la misma solución, apo= yada en excelentes razones. Como es sabido, el río Negro se forma por la confluencia del Neuquen y el Limay, que tienen sus orígenes en las altas cumbres de la Cordillera con un frente total de 560 kiló= metros de los cuales 260 kilómetros pertenecen al Neuquen y 300 al Limay. Es conocida también la extrema irregularidad de la distribución de la lluvia en esas regiones; mien= tras que en la alta Cordillera por un ancho variable de 20 á 50 kilómetros las precipita= ciones meteóricas de agua y nieve son copiosísimas y no inferiores á dos metros por año, en la zona inmediata de sus contrafuertes se reduce á una media no superior á los 30 ó 40 centímetros, desapareciendo casi del todo en los territorios inferiores, alcanzan do en Roca á pocos centímetros. De estas condiciones de cosas se concluye que las cre= cientes de este río se forman exclusivamente en la alta Cordillera, influyendo en ellas poco y sólo accidentalmente los territorios inferiores. Las cuencas hidrográficas del Limay y Neuquen difieren en que mientras á cada valle de la primera corresponde un gran lago ó serie de lagos y lagunas sucesivas, que fun= cionan como moderadores de las aguas que afluyen en ellas, el Neuquen está casi des= provisto de tales benéficos auxiliares. Pero en cambio de estos lagos superiores, la natu= raleza ha dotado la parte inferior del Neuquen de una vasta cuenca que puede ser apro- vechada con el mismo objeto. Esta es la cuenca ó la laguna Vidal, situada á 30 kilómetros de la confluencia y á tres kilómetros de distancia de la margen izquierda del río, de una superficie extensísi2 ma y con un fondo muchos metros más bajo que el nivel del río mismo. El caudal del río Negro varía entre un mínimum de 440 metros cúbicos en su estiaje alcanzando, para una corriente de cinco metros á 3100 metros cúbicos, y á seis metros, 3900 metros cúbicos. Los lagos principales de la cuenca del Limay, desde Nahuel-Huapi hasta el Alumine, son nueve, con una superficie total algo superior á 1000 kilómetros cuadrados, de los. cuales la mitad pertenecen al primero. El volumen de agua que sale de este lago, varía MISCELÁNEA 195 entre 180 y 760 metros cúbicos por segundo, por una oscilación máxima del nivel del la- go de 200 metros. El ancho del cauce de los desagúes que salen de estos lagos varían entre un máximo de 80 metros en el Nahuel-Huapi y entre 40 y 20 metros en los demás. Esta circunstancia permite con toda facilidad cerrarlos con obras transversales provistas de compuertas, con objeto de levantar artificialmente sus niveles. Si tal levantamiento se limitara, por ejemplo, á 2.50 metros, se tendría la posibilidad de acumular en los lagos, un volumen de agua de 2.500.000.000 de metros cúbicos y disminuir el caudal del Limay durante todo un mes en 1000 metros cúbicos por segundo ó 1500 por veinte días, que pueden considerarse la duración máxima de un período extraordinariamente lluvioso. Por cuanto se refiere á la cuenca de Vidal, se ha comprobado que su superficie abarca próximamente 250 kilómetros cuadrados, siendo rodeada por todas partes de altas barran= cas, y que su fondo se encuentra á 40 metros bajo el nivel del río. La distancia del río á la cuenca es de tres kilómetros con terrenos bajos, de modo que aún actualmente se verifican desbordes que penetran allí formando salitrales y lagunas. El gran inconveniente de esta cuenca es que noes posible dar salida á las aguas acumu- ladas en ella sin obras colosales de las cuales no es, al presente, ni el caso de pensar. Para su desagúe no se puede contar sino conlas oscilaciones del nivel del río, que ava= lúo en tres metros sobre las aguas ordinarias, y con la evaporación é infiltración de la superficie y fondo de la laguna, que avalúo en tres metros como mínimo. Quedarían, por lo tanto, disponibles siete metros de altura al año, que por 250 kilómetros cuadrados de superficie, dan 1.750.000.000 de metros cúbicos con que se pueden extraer del Neuquen 1000 metros cúbicos por segundo y por veinte días seguidos. Pero teniendo presente que mientras las crecientes extraordinarias se suceden con in= fervalo de unos años, y que la evaporación y filtración funcionan continuamente, será Jó- gico concluir que el volumen de embalse efectivamente disponible para casos extraordi- narios será, á lo menos, tres ó cuatro veces mayor de lo indicado. Los gastos de estas obras no serán excesivos. Se levantaron planos acotados de los desagúes de los lagos Nahuel-Huapí y Traful, y se tienen cróquis de los demás. Los estu- dios correspondientes para las obras de embalse no han sido concluídos, pero puedo ase= gurar queno excederán de 1.000.000 de pesos para los nueve lagos considerados y de 350.000 si se limitaran al solo Nahuel-Huapi. Para utilizar la cuenca Vidal se precisa crear en la orilla del río y frente á la misma un desagúe de superficie (diversivo) al nivel y con el largo necesario, abriendo atrás de él un canal de 150 metros de ancho hasta encontrar otra vez el plano inclinado que baja á la cuenca. Esta obra podráimportar medio millón de pesos. Las conclusiones son que, según los datos ya adquiridos, es posible hacer desaparecer las crecientes ordinarias y hacer inofensivas las extraordinarias con un gasto que, de to- dos modos, no alcanzará á dos millones de pesos. Concluye el informe diciendo que lo que se propone en él no es un proyecto concreto, pues para llegar á ésto se precisan aún muchos datos y largos estudios; pero tiene la convicción de que éstos no podrán modificar radicalmente las con- diciones indicadas y que los fondos empleados serán insignificantes en compara ción de las grandes ventajas que pueden conseguirse, tratándose de heneficiar centenares de millares de hectáreas, librándolas de las inundaciones, proporcio- nándolas el agua necesaria para el riego y mejorando al mismo tiempo la nave- gabilidad del río. BIBLIOGRAFÍA 1. — INGENIERÍA Alzola y Minondo (Pablo de). Las Obras Públicas en España. Biblio- teca de la Revista de Obras Públicas. Bilbao, 1899. Es un prolijo estudio histórico de las obras públicas españolas, en particular de sus vías de comunicación, que termina aconsejando á España que adopte «como lema de su regeneración el apotegma de que es preciso ser fuertes, per= siguiendo este fin primordial en un largo período de orden, de paz, de recogimiento, de moralidad y de trabajo, que acreciente el patriotismo nacional, hasta alcanzar la riqueza y el saber, bases imprescindibles para la fortaleza de las naciones. Brillié (H.). Torpilles et Torpilleurs. Carré y Naud. Paris, 1898, En un elegante volumen, con hermosas figuras y láminas, sintetiza el autor todo lo referente á estas poderosas máquinas de la guerra moderna. Al tratar de las cualidades náuticas de los torpederos, cita el viaje á vela de dos torpederos argentinos, tipo Yarrow, que vinieron en 72 días de Londres á Buenos Aires, el año 1881. Una bonita lámina muestra el aspecto que presentaba con sus velas desplegada uno de dichos torpederos. Dado el método seguido por Brillié, el libro puede servir como obra didáctica en las escuelas navales y de torpedistas. II. — CIENCIAS NATURALES Moragas (Gonzalo). Génesis de las Rocas. Biblioteca de la Revista de Obras Públicas. Madrid, 1898. a BIBLIOGRAFÍA 497 El autor dice conocer muy superficialmente la óptica; saber muy poco de mineralogía y cristalografía, y todavía menos de química, mientras sólo tiene ' ideas muy generales acerca la geología, lo que no obsta á que consigne en este libro los resultados y conclusiones á que ha llegado después de mucho tiempo dedicado al estudio de las rocas. No pretende haber hecho una obra didáctica de petrología : No encontrará en él el lector casi nada de cuanto se encuentra en las obras didácticas; pero sí encontrará, tal vez, mucho muy interesante para estudiar aquellas con provecho. Me es imposible indicar á qué clase de lectores destino mi trabajo. Que ha de tener algunas ideas científicas generales quien lo lea, es indudable. Que su lectura puede ser útil á muchos, que saben mucho más que nosotros, lo creo cierto. A los primeros les servirá para proceder con método en el estudic de las rocas, si á él quieren dedicarse; y álos segundos, tal vez, se persuadirán de que los más portentosos trabajos analíticos, deben ir acompañados de alguna síntesis que haga, no sólo útil, sino más agradable y ameno el estudio. Truchot (P.). Les Terres rares. MINERALOGIE. PROPRIETES. ANALYSE. Carré y Naud, Paris, 1898. No podríamos presentar mejor á nuestros lectores este interesente libro, que trascribiendo las siguientes palabras de su autor: Se designa bajo el nombre de « Tierras raras », un cierto número de sesquióxidos difícilmente reductibles, y cuyas propiedades físicas y químicas difieren extremada- mente poco. Se les encuentra acumulados en un cierto número de minerales poco co- munes, tales como la cerita, la gadolinita, la samarskita, la euxenita, la xenotina, la monazita, el zirconio, la thorita, etc. En estos últimos anos, se ka descubierto un cierto número de yacimientos muy impor tantes de estos tres últimos minerales en las dos Américas; la monazita bajo forma de « arenas monazitadas », en los Estados Unidos y en el Brasil; la xenotima por Gorceix, en la provincia de Minas-Geraes; así como también un yacimiento considerable de zir= conio, en Nueva Zelandia. Estos óxidos raros tienden, pues, á hacerse más y más comunes y parecen bastante repartidos en la naturaleza. Se les ha encontrado en pequeña cantidad casi en todas partes, en la schcelita, en el mármol de Carrara, en los granitos noruegos, en los huesos y hasta en la orina humana. Es de preveer que los descubrimientos de yacimientos un poco importantes irán multiplicándose, si se nota que los principales de ellos, en parti- cular, en lo concerniente á la monazita, el sirconio y la xenotina, se encuentran siempre ó casi siempre en los yacimientos auríferos ó diamantíferos, provenientes de la desa= gregación de las rocas primitivas. Los yacimientos de la Carolina del Norte, del Idaho y de Minas Geraes, son un ejemplo notable de ello. A los metales de las Tierras raras, propiamente dichas, cerio, lanthano, didymo, yttrio, ytterbio, etc., se agregan en esta obra la descripción del glucinio, del zirconio y de thorio, que se encuentran casi invariablemente asociados á los primeros, en los minerales de que hemos hablado. El germanio, recientemente descubierto por Winkler en la argirodita de Freyberg, será objeto de una descripción especial. Como la química de los metales de las Tierras raras, se hace cada día más complejo, y va siempre creciendo el número de elementos descubiertos, nos ha parecido interesante fijar el detalle de Jos conocimientos físicos y químicos que poseemos actualmente sobre estos metales. Sólo en estos últimos quince anos, se ha acrecentado notablemente la lista de estos cuerpos. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para alguno de ellos, no se ha conseguido demostrar por ahora de una manera con- cluyente su verdadero carácter de simplicidad. Explicando la división del libro en tres grandes partes, dice : 1* La parte mineralógica, que comprende un cuadro de los minerales de las Tierras raras, el estudio detallado de los principales de ellos. en particular de las arenas mona= zitadas, que son actualmente empleadas exclusivamente en la fabricación de manchones incandescentes, y en fin un resúmen sobre la situación geográfica de los principales yacimientos ; 20 La parte general, en Ja cual se encuentra la descripción de cada uno de los metales raros y de sus sales, ya sean de ácidos minerales ú orgánicos. Se relatan los últimos descubrimientos científicos; en particular los notables trahajos de Moissan, Etard, Lang- feld y Lebeau sobre los carburos de las Tierras raras, de Delafontaine sobre el philip= pium, de G. Urbain y de Boudouard sobre el neodymo y la praseodyma, etc.; 3" La parte analítica que comprende todo lo que se sabe actualmente sobre los dife- rentes métodos de fraccionamiento y de reparación, los caracteres analíticos de los dife= _ rentes metales raros, y, en fin, los diversos procedimientos de análisis de productos comerciales, nitrato de thorio, precipitado de thorio, arenas monazitadas, manchones de incandescencia, etc. Las aplicaciones de las Tierras raras, serán objeto de otro libro. Wissenchaflichen Ergebnisse der Sehwedischen Expedition nach den Magellanslaendern. 1895-1897. UnTER LEITUNG VON D" Orro NORDENSKJOLD ; Band I : GEOLOGIE, GEOGRAPHIE UND ANTHROPOLOGIE. — Estocolmo, 1899. Ha aparecido la primera entrega de la publicación que contiene los resultados científicos de la expedición sueca á la región magallánica, efectuada por el doc- tor Nordenskjold. ; Contiene los siguientes interesantes artículos : NORDENSKJOLD. O. Preliminary Report of the Origin, Plan, and General Pro= gress of the- Swedish Expedition to the Magellan Territories. NORDENSKJOLD, O. Ueber die posttertiaren Ablagerungen der Magellanslánder nedest einer kurzen Vebersicht ihrner tertiáren Gebilde. NORDENSKJOLD, O. Explanatory notes to accompany the Geological Maps of the Magellan Territories, con un mapa en */so000- DusEn, P. Ueber die tertiáre Flora der Magellanslánder. Los resultados generales de la expedición son conocidos de los lectores de los Anales, por la conferencia dada por el doctor Nordenskjóld en la Sociedad Cien= tífica y publicada en el tomo XLIV, pág. 190-197. Outes (Félix F.). Estudios Etnográficos. PRIMERA SERIE : I. Crítica al artí- culo Orígenes Nacionales, del doctor Estanislao S. Zeballos; 11. Réplica al doctor Daniel G. Brinton; II. Los pobladores indígenas de la Gobernación del Río de la Plata, según un documento inédito. — Buenos Aires, 1899. Lenz (Rodolfo). Crítica de la « Langue Auca » del señor Raoul de la Grasserie. Anales de la Universidad de Chile. Agosto 1898. El doctor Lenz, justamente indignado por la inútil publicación del señor de la Grasserie, ha publicado este trabajo de crítica en el que demuestra no sólo los enormes errores de que está plagada dicha Langue Auca, sino que también pro= , BIBLIOGRAFÍA 199 testa seriamente de la « manera escandalosa como ha falsificado» su trabajo, copiando más de sesenta y seis páginas de los estudios araucanos, y «de la desfachatez con que se ha atrevido á desfigurarlo », y como dice el doctor Lenz, « sin decir ni siquiera en una nota que no es responsable de la jeringonza que él ofrece á sus lectores, como lengua araucana ». Esta manía que tienen muchos autores de ocuparse de las cosas de América, sin haber estado en ella, y guiándose sólo por los libros publicados, buenos y malos, y sobre todo sin el criterio suficiente para poderlos entender, es la causa de esta cantidad de publicaciones exóticas desastrosamente malas, con las que se mistifica á la buena fe científica de los estudiosos. Si alguno de nosotros se permitiera ocuparse de cuestiones europeas ú orien— tales, con igual criterio, ellos mismos serían los primeros en exclamar indigna— dos : C'est trop fort! Lo mismo hacemos nosotros con toda razón. El doctor Lenz termina su crítica con las siguientes conclusiones : Resumo ahora mi crítica de la Langue Auca del señor Raul de la Grasserie en los puntos principales, como sigue : 1% La introducción sobre los araucanos está llena de disparates; 2 La gramática contenida en el libro, es una mediocre traducción al francés de Ja más incompleta de las antiguas gramáticas, á saber de la del P. Luis de Valdivia, del año 1606; 30 Los extractos de los vocabularios del P. Valdivia y de Febrés—-Larsen, se han hecho sin ningún criterio y contienen muchos centenares de traducciones falsas y errores ma- nifiestos ; 40 Los textos araucanos tomados de Valdivia están muy mal reimpresos y peor analiza- dos; los que se han sacado de los Estudios Araucanos están tan desfigurados por falsas interpretaciones de los signos fonéticos, y de muchas palabras, que son enteramente inservibles ; 5% De consiguiente, todo el libro es completamente inútil y sín valor alguno, no aumenta en nada nuestros conocimientos de la lengua y es muy inferior á cualquiera de las artes de los misioneros de los siglos pasados; 6% Á causa de los varios millares de erratas y faltas es completamente imposible usar el libro para fines científicos tanto como prácticos. 7” El señor Raul de la Grasserie manifiesta en su libro Langue Auca no sólo una lamen table escasez de conocimientos cientificos, sino también una absoluta falta de seriedad y cuidado en el modo de trabajar y aún falta de honradez literaria y científica. Es de de- sear que el autor no continúe con la publicación de otras obras semejantes sobre lenguas americanas. Cuando se hace publicaciones como la que nos ocupa, y para que ellas tengan inmediatamente el aplauso y la adhesión de los estudiosos, es necesario que el autor tenga un capital científico ya conocido, y éste no le falta seguramente al doctor Lenz. Una serie de interesantísimas monografías que ha reunido después bajo el título general de Estudios Araucanos, contienen un cúmulo de material de primer orden, que indiscutiblemente lo colocan en el caso de ser hoy la primera autoridad en la materia. Sus estudios han sido hechos como deben ser, in situ, él conoce á los indios personalmente, los ha conversado como se les debe de conversar, y después de haber reunido un buen bagaje de datos en sus viajes, ha procedido con plena conciencia al trabajo de gabinete y, con un criterio sano y sin prejuicios, ha podido 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA realizar su obra, la que con perseverante labor ha ido apareciendo en los Anales de la Uniwersidad de Chile y en la revista Verhandlungen des Deutschew Wissenschafilichen Vereins zw Santiago de Chile, desde 1895 hasta 1897. Creemos oportuno publicar á continuación la nómina de las monografías que contiene la obra del doctor Lenz, y que nos hacemos un deber de recomendar á los estudiosos. Introducción álos Estudios Araucanos; De la lengua araucana; Una carta del P. Andrés Febrés al P. Bernardo Havestadt. ESTUDIOS ARAUCANOS I. Viaje al país de los Manzaneros, contado en dialecto huilliche por el indio Domingo Quintuprai.—II. Diálogos en dialecto huilliche. — 15. Diálogo en dialecto picunche.— IV. Trozos menores en picunche y huilliche: 1. La fiesta de la trilla entre los indios de Collipulli, por Juan Amasa (picunche); 2. Episodio histórico; 3. La erupción del volcán Calbuco; 4. La llegada del forastero; 5. Canto del borracho, por Domingo Quintupral (huilliche). — V. Diálogos en dialecto pehuenche cbileno.—VI-IX. Cuentos araucanos, re- feridos por el indio Calvun (Segundo Jara), en dialectopehuenche chileno. —Vl1. 1. Cuentos de animales ; Introducción. 1. El traro y eljote; 2. El jote y el zorro; 3. El zorro y el tábano; 3. El zorro y el tábano (otra versión); 4. El zorro y el tigre; 5. El zorro y el zorzal; 6. El pollito; 7. El pajarito llamado caminante; 8. El zorro, el león y el armadi- llo; 9. El potro libre y la mula; 10. El pan y el zorro; 11. El gallo de oro; 12. El tigre con el zorro. —VIL. 11. Cuentos míticos; Introducción. 1. La novia del muerto; 2. El viejo Latrapai; 3. Las apuestas; 4. Los dos perritos; 5, Las transformaciones; 6. La hija del Cherruve; 7. Huenchumir, el hijo del oso.— VIII 11. Cuentos de origen europeo ; Introducción. 1. Las tres hermanas; 2. Los tres hermanos; 3. Plata, hongos y talero; 4. La flor amarilla; 5. Las tres senas. — Apéndice á los estudios VI, VI y VIII. Notas comparativas. La filiación de los cuentos de Calvun. —IX. 1v. Cuentos históricos; Intro= ducción. 1. Calvucura y Tontiao; 2. Quilapan; 3. Un malón; 4. Calvucura en Voroa; 5* Relación de Anihual; 5” Canto de Anihual; 5e Nota sobre Añihual; 6. Pelea de Huen- chupan; '7* Relación de Marinamco; 7” Canto de Marinamco; 8* Relación de Trehualpe— ye; 8” Canto de Trehualpeye.-- Cantos araucanos en moluche y pehuenche chileno; In- troducción. Cantos araucanos en dialecto moluche; 1. Versos de Benito Naguin; 2. El ladrón; 3. La vuelta del borracho; 4. Cantos de amor, 1, II, MM. Cantos araucanos dicta= dos por Calyun, dialecto pehuenche chileno; 5. La queja de la mujer; 6-9. Cantos de amor; 10. Canto de Ranculantu; 11. La queja de la viuda. Cantos guerreros; 12. Canto de Nahuelcheu; 13. Desafío; 14. Canto de Calviao. Cantos épicos; 15. Canto del cacique Ma= rihual; 16. Canto de Livonso; Canto de Pranao; 18. Canto de Puelmapu. Cantos sueltos; 19. Canto de Samuel Quipúe; 20. Canto de Bartolo; 21. El canto de la Curiche. Inaku= dun; 22. Canto del Machi. — XI. Trozos descriptivos y documentos para el estudio del folk-lore araucano; Introdución. 1. Descripción de la trilla entre los pehuenches; 2. La piedra santa de Retricura ; 3. Viaje 4 Liukura; 4. Viaje á Huinfali; 5. El maleficio del Lagarto ; 6. El pleito de Trureu; 7. Paseo al monte. —XII. Diálogos en dialecto moluche, Epílogo. J. B. AMBROSETTI. Plate (L.). Fauna chilensis. Tomo I. — lena, 1898. El primer tomo de esta importante publicación comprende los siguientes artículos : : Pare, L. Die Anatomie und Phylogenie der Chitonen. WERNER, F. Die Reptilien und Batrachien der Sammlung Plate, AR BIBLIOGRAFÍA 201 STEINDACHNER, F.' Die Fische der Sammlung Plate. StemPELL, W. Beitráge zur Kenntniss der Nuculiden. Lunw1c, H. Die Holothuriens der Sammlung Plate. Brerrruss, L. Die Kalkschwámme der Sammlung Plate. MicHAELSEN, W. Die Oligochaeten der Sammlung Plate. Beren, R. Die Opisthobranchien der Sammlung Plate. Voy WisseL, K. Beitráge zur Anatomie der Gattung Oncidiella. ScuaLow, H. Die Vógel der Sammlung Plate. Lunwic, H. Die Ophiurender Sammlung Plate. La obra nos interesa para la comparación de las faunas de ambas laderas de los Andes. ; Ergebnisse der Hamburger Magalhaensischen Sammelreise, — Ham- burgo, 1896-1899. Damos á continuación el contenido de las cuatro entregas aparecidas hasta la fecha de los resultados de la exploración efectuada á las tierras magallánicas por el doctor Michaelsen, enviado por el Museo de Historia Natural de Ham-= burgo. Primera entrega, 1896 : MicuarLseN, W., Reisebericht; BeDDARD, F. E., Naiden, Tubificiden und Terricolen; Une, H., Enchytraciden; Fiscuer, W., Gephyreen ; LóNNBERG, E., Cestoden; BRANN, M., Trematoden; Von Lisstow, Nemathelm= inthen. Segunda entrega, 1897 : Enurs, E., Polychaeten; GRAF Arrems, C., Myriopo- den; SCHAEFFER, C., Apterygoten; BREDDIN, G., Hemipteren. Tercera entrega, 1898 : Lupw1c, H., Holothurien; Vávra, W., Sússwasser- Ostracoden; KRAMER, P., Acariden; Marschie, P., Saugethieren. Cuarta entrega, 1899: CarLGrREN, O., Zoantharien; May, W., Alcyonarien; Lubwic, H., Ophiuroideen; Lubwic, H., Crinoideen; Búncer, O., Nemertinen; WELTNER, W., Cirripedien; STAVDINGER, O., Lepidopteren. Muchas nuevas especies se describen en estas importantes monografías, que contribuyen notablemente al mejor conocimiento de la fauna austral argen= tina. III. — CIENCIAS MÉDICAS Roger (H.), Profesor substituto en la Facultad de Medicina de Paris. Inmtro- duction a l'étude de la médecine. Esta pequeña obra, reproducción de las conferencias dadas por el autor en la Facultad de medicina de París, durante el semestre de 1897 á 1898, y destinado á quienes se inician en el estudio de la medicina, tiene por único móvil allanar las pumerosas dificultades con que necesariamente se tropieza en los comienzos de esta ciencia. ra Con la amplitud que lo permiten sus reducidas dimensiones dedica sus pri- meros capítulos á la patología general, versándonos sobre todo lo que á su juicio es indispensable y constituye la base para los estudios médicos. 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Su segunda parte está destinada al estudio del pronóstico y diagnóstico, termi= nando con ligeras nociones acerca de la terapéutica. Además, trae consigo un indice analítico y léxico de todos aquellos vocablos más comunmente usados en medicina. C. Lacos GARCÍA. Tatti (D" Silvio), Director del laboratorio del Hospital Rivadavia. La corteza del pan como vehiculo de gérmenes infecciosos; en: Anales de Sanidad Militar, tomo 1, número VIII. — Buenos Aires, agosto de 1899. Este laborioso médico argentino, cuyo nombre es ya conocido en la ciencia por el estadio de un nuevo signo clínico, la pulsación del pié Ó signo de Tatti. nos presenta ahora un completo trabajo sobre las infecciones que puede causar la in- gestión del alimento por excelencia, el pan. Después de pasar en revista los elementos que se necesitan para la preparación de la harina, la naturaleza de las aguas empleadas en la panificación, las condi- ciones de los sujetos que intervienen en esta elaboración y la acción de la tem= peratura del horno sobre los diversos gérmenes experimentalmente agregados al pan, estudia bacteriológicamente la parte interna y corteza del pan en los diversos momentos y circunstancias de su reparto y distribución. Cinco láminas fotográficas ilustran los resultados de los cultivos, que han de- mostrado la existencia de numerosos peligros al ingerir el pan en las actuales condiciones, en especial por la presencia del bacilo de Eberth. En conclusión exige Tatti: 1” Necesidad de un aseo absoluto en la preparación del pan ; 20 Necesidad de establecer una reglamentación especial con respecto á su extracción del horno y su distribución ; 3" Higiene individual estricta de los encargados de la distribución y sobre todo bue= nas condiciones de salud ; 4% En épocas de epidemia, obligación en los barrios infestados, de esterilizar el pan en una estufa especial, antes de consumirse ; 5” Las mismas prácticas de esterilización deberán emplearse en los cuarteles, cárceles, etc., aún en épocas normales. Resumiendo, dice: Hemos visto que la parte interna del pan, cuando éste está bien preparado, es asép- tica, de modo que todos los gérmenes que hubiesen podido agregarse al prepararlo, quedan destruídos por el pasaje por el horno. La infección del pan empieza cuando comienza su extracción, pero por esto no hay que dejar de vigilar los trabajos necesa= rios para su preparación, pues hemos visto que Vogel ha encontrado hornos infectados. Estando probado bajo el punto de vista químico que la corteza del pan reune mayores propiedades nutritivas que la miga, no puede dejar de administrarse á cierta clase de enfermos y aún á muchos sanos y muy especialmente 4 los ninos en general. Las conclusiones de este estudio no nos obligan á suprimir la corteza del pan de la alimentación, como podría creerse sino que permite llegar á exigir una vigilancia muy estricta, con respecto á su preparación y sobre todo á su distribución. Es verdaderamente inexplicable que haya pasado desapercibido hasta ahora este peligro de contaminación, mientras se evita para los otros alimentos fundamen— tales, empleando la cocción para las carnes, la esterilización ó ebullición para la leche, y la filtración y hervido para el agua, y es tiempo de que se dicte una ro= BIBLIOGRAFÍA 203 glamentación racional que nos permita comer sin sobresalto «el pan nuestro de cada día ». A. GALLARDO. Murillo (D" Adolfo!. Memoria de la Junta Central de Vacuna, corres- pondiente a 1898. — Santiago de Chile, 1899. Durante el año se practicaron 255.139 vacunaciones en toda la república, apro= vechando el acuartelamiento de la Guardia Nacional para vacunar y revacunar no menos de 30000 conseriptos. Se ha creado una nueva oficina en Magallanes extendiendo hasta el extremo austral del continente los beneficios de este poderoso medio profiláctico que ha reducido la mortalidad por viruela en Chile de 6754, que fué en 1890, á 330 en el año pasado. Estas cifras demuestran elocuentemente la eficacia de los 'trabajos de la junta tan activa y dignamente presidida por nuestro distinguido socio corresponsal doc- tor Murillo. A. GALLARDO. Mercanti (F.) y Dessy (S.), Mirector y Subdirector del Instituto de Higiene experimental. Sobre una enfermedad del ganado lanar, en Anales de la Direción General de Salubridad Pública de la provincia de Buenos Aúres, números 1 á 6. La Plata, 1899. En un folleto de 44 páginas, dan cuenta los señores Mercanti y Dessy de los resultados de sus estudios sobre la enfermedad vulgarmente llamada lombriz de las ovejas, debido á la creencia de que es producida por la presencia de ciertos gusanos del género Strongylus, en el cuajar y los bronquios de las ovejas, en particular de St. contortus y St. filaria, que son los más abundantes. Después de una síntesis de la anatomía patológica de la enfermedad y del estu= dio histológico de los órganos de los animales enfermos, deducen los autores que «faltando otra explicación, surge espontánea la hipótesis que esta enfermedad pueda ser debida 4 un agente de naturaleza microbiana ». Las observaciones bacteriológicas les llamaron la atención sobre un pequeño coco oval, cuyas dimensiones algo variables, mo llegan á 1 micromilímetro de diámetro. Este microbio aerobio fué cultivado en los medios usuales, provocando tam- bién con él experimentalmente la enfermedad, por medio de inoculaciones de cultivos vivientes y de toxinas, practicadas de diversas maneras. Obtuvieron así dos formas de enfermedad experimental : una agudísima, pro- vocada por inyecciones endovenosas ó endoserosas del microbio ó de sus toxinas, y una crónica, que puede ser producida por inoculaciones repetidas, Óó con la inyección en la tráquea de los cultivos vivientes. El microbio aislado por Mercanti y Dessy no es parecido, según los autores, á ninguno de los cocos conocidos, y lo consideran como la causa principal, sino la única, de la llamada lombriz de las ovejas, en contra de la opinión de Ligniéres, quien atribuye esta entermedad á un coco-bacterio Pastewrella ovina, hallado en los estudios que realiza en el laboratorio de la Sociedad de Hacendados, estudios aprobados por el profesor Nocard, después de revisarlos y controlarlos, durante su visita á la Argentina. 904 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los señores Mercanti y Dessy confían poder esclarecer varios puntos obscuros de la patogenia de esta enfermedad, en una tercera contribución que piensan publicar en breve. IV. — VARIEDADES Roecques (X.), Químico del Laboratorio municipal de París. Les esaux=de=vie et liqueurs. — Un tomo de 220 páginas é ilustrado con numerosos gra- bados. Constituye un estudio completo é interesante á próposito de los alcoholes y licores, fabricados actualmente en Francia. A continuación de una ligera reseña sobre las substancias amiláceas y azucara= das, se inicia un notable trabajo de comparación y clasificación de los alcoholes, considerados bajo el punto de vista de la higiene, de su uso ó de su origen. Todos los procedimientos industriales empleados hoy en la obtención de esta substancia, son tratados detalladamente, terminando su estudio en consideracio= nes acerca de los licores y jarabes más conocidos, tales como : el ajenjo, kirsch, bitter, vermouth, jarabe de goma, granadina, etc. C. Lacos GARCÍA. Piazza (Juan E.;, Ayudante del Instituto de Higiene experimental de la Pro= vincia de Buenos Aires. Sobre la leche y la manteca que se despachan en enel mercado de La Plata; en Anales de la Dirección General de Salu= bridad Pública de la provincia de Buenos Avres, números 1á 6. — La Plata, 1899. De sus estudios deduce que: La leche de La Plata, ya sea por la cantidad de la suciedad que la contamina, ya sea por el número de los microbios que he podido encontrar en las muestras recién ordena- das, no puede considerársela muy mala, si se compara con la que se despacha en mu- chas otras ciudades. El porcentaje del mismo bacilo tubercular, sea en la leche, sea en su producto más importante, la manteca, es inferior al que otros observadores han hallado en ciudades que tienen buena fama por sus condiciones de higiene. Indica la conveniencia de una mejor vigilancia y reglamentación, y confía en que la transformación de la industria lechera, que quedará en manos de grandes empresas responsables y progresistas, ha de traer la completa solución de la cues- tión de la buena leche. A MOVIMIENTO SOCIAL Concurso para 1900. — En el deseo de estimular el amor al estudio entre los socios de la Sociedad Cientifica Argentina y de contribuirá la solución de interesantes cuestiones teóricas y prácticas, la junta directiva ha resuelto lla= mar á un concurso á nuestros consocios bajo las bases siguientes : «1% Se establece un premio consistente en una placa de oro y diploma co- rrespondiente á la mejor composición sobre Estudio de transformación de ecua— ciones. «2 Se establece igualmente una medalla de oro y diploma correspondiente al mejor trabajo sobre Estudio de los materiales de construcción del país. «3 Al primer premio podrán optar sólo los socios estudiantes y al segundo cualquier miembro de la sociedad. «4 Los trabajos serán presentados antes del día 30 de junio de 1900; llevarán un lema, y en un sobre cerrado el mismo lema, conteniendo el nombre del autor en su interior. «0 Los trabajos serán estudiados y clasificados por un jurado de cinco miem= bros nombrados por la Junta Directiva. z «6” El jurado á que se refiere el anterior artículo abrirá los sobres correspon= dientes á los lemas de los trabajos merecedores de premio y citará á su autor, quien deberá sostener á satisfacción las proposiciones presentadas. «7% Si la defensa áque se refiere el precedente artículo no diera al jurado la se- guridad de pertenecer al firmante la memoria correspondiente, ésta será declarada fuera de concurso, abriéndose juicio de la misma manera sobre los demás trabajos. «8” La clasificación del jurado será fundada en un informe escrito, y la asam—- blea, previo los informes que crea necesarios, decidirá si ha de acordarse el premio. Acto continuo eljurado declarará el nombre ó los nombres de los agra- ciados, debiendo conservarse en secreto los nombres de los demás autores. «9" Los premios serán entregados en sesión pública el 28 de julio de 1900, aniversario de la instalación de la sociedad. « MARCIAL R. CANDIOTI, «Presidente. « Cristóbal M. Hicken, « Secretario. » 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA r Debemos confiar en que se presentarán numerosas é importantes memorias, respondiendo dignamente á la progresista iniciativa de la Junta Directiva. Visita á la fábrica de Prat. — El 3 de agosto, un grupo de más de sesenta socios visitó la importante fábrica de tejidos de Prat. La visita se pro-= longó desde las 8 hasta las 10 de la manana. En otro sitio de esta misma entrega se publica el interesante informe del agri= mensor Cristóbal M. Hicken, secretario de correspondencia de la Sociedad, sobre dicha fábrica. Visita al «Bélgica». —Interesantísima resultó la visita realizada por un numeroso grupo de miembros de la Sociedad Científica el lunes 7 de agosto, al Bélgica, fondeado en nuestro puerto, de regreso de su expedición austral. Con toda amabilidad hizo el capitán Gerlache los honores de su pequeña y só= lida embarcación, explicando á los concurrentes el interesante material científico de que está provisto el barco y mostrando en las cartas marinas la rula reco= rrida. , Nuestros consocios pudieron ver las sondas empleadas en los sondages de gran profundidad, los termómetros y aparatos destinados á recoger muestras de agua y plancton, etc., las redes y dragas con que se han recogido numerosos repre— sentantes de seres pelásgicos, así como también los vestidos, calzados y trineos usados por los expedicionarios. Respecto de los resultados científicos de la exploración, nada podemos agregar á lo ya publicado en estos Anales (tomo XLVII, entrega Y, paginas 240-242, mayo de 1899), pues, como es sabido, se reservan para el informe oficial destinado á la Sociedad de Geografía de Bruselas. Los visitantes agradecieron al capitán Gerlache las atenciones recibidas, felici- tándolo por el éxito de su viaje. Visita á la fábrica de Franchini. — Con todo éxito realizó la socie- dad, el 15 de agosto, una interesante visita á la fábrica de sombreros y tejidos de los señores Franchini y C*, situada en Belgrano. Transcribimos á continuación la excelente crónica que publicó £l Diario en su primera edición del día siguiente, pues da ella exacta cuenta de las impresiones de los visitantes. El argentino necesita ir 4 Europa para hacerse turista y curioso. Dentro de las fronte- ras nacionales, sufre de una apatía incurable. Allá, víctima del anhelo de ver todo, lo aburrido y lo bueno, se vuelve un Colón de insignificancias, y no pocas veces en cartas públicas y privadas, refiere candorosamente impresiones que á veces hacen reír por lo tontas y otras indignan por lo petulantes. En su tierra nada vale nada, sencillamente porque no se llevan las narices más allá de la calle Florida ó de Palermo. Y Buenos Aires no tiene, es cierto, una Alhambra, ó una plaza de la Concordia, ó un Re= gent Circus, ó un Coliseo... pero para los hombres estudiosos y observadores, ofrece un sinnúmero de curiosidades, entre las cuales deben mencionarse fábricas y talleres, faz interesantísima de la actividad bonaerense, ancho campo en que al par que el grado de adelanto, puede juzgarse la potencia del impulso y la importancia de la vida metropoli- tana. Vemos sonreir á muchos. Naturalmente ! Pueden ustedes seguir adelante, señores pa- risienses ; no vamos á hablar ni de Cleo de Merode, ni de Ivette Guilbert, ni... pero si ni ASAS MOVIMIENTO SOCIAL 207 siquiera vamos á referirnos al último can-cán en boga! No lean ustedes más, van á abu= rrirse. Pero sigan aquellos que aman á su tierra, y piensan, y sienten, y anhelan el futuro bienestar, la grandeza, el poder material que procura después todos los poderes. Sigan aquellos que pueden vivir á gusto fuera del boulevar des Italiens, en plena Avenida Alvear, que son capaces de algo bueno en favor del país: esos, estamos seguros, se van á sentir satisfechos y orgullosos. La Sociedad Científica Argentina, que tiene el pecado original de ser argentina y de lle- var una vida seria y modesta, pero útil y benéfica, no se conforma con saber que cada seis meses se levanta un nuevo edificio enla Ayenida de Mayo, que se ha asfaltado la calle Florida ó que va adelante el palacio del congreso... Quiere, y con razón, pulsar el verdadero adelanto de la metrópoli y conocer ¿fondo cuanto encierra, para aprender y para juzgar con conciencia. Todo ello muy plausible y digno de alabanza ! Por eso orga= niza para sus asociados visitas interesantes, llenas de atractivos y de novedades, leccio- nes vivas que dejan en el espíritu de los pocos iniciados recuerdos imborrables y que resultan, como la de ayer, verdaderas y sorprendentes revelaciones. No descubrieron nada, por cierto, los miembros de la Sociedad Científica. Muy sabido es para la generalidad, que existen en el municipio fábricas de tejidos y sombreros. “Ahora, ¿dónde quedan? ¿quiénes son los empresarios ? ¿qué importancia tienen? ¿có- mo funcionan ? Ayer, en Belgrano, entusiasmados en la fábrica de Franchini y (*, preguntamos á uno de los directores: «¿Tienen ustedes muchas visitas? — ¿ Visitas? nos respondió sor— prendido. — Si, senor, visitas. —No senor, nuestra fábrica no es visitada sino allá muy de tarde en tarde, por algún interesado...» Hemos dicho todo: ayer, la Sociedad Científica representada por su presidente, inge- geniero Marcial R. Candioti y unos cincuenta socios, visitó la gran fábrica de Belgrano, establecimiento que hace honor por su capacidad y por sus trabajos á una ciudad como Buenos Aires y que lo haría á cualquier otra ciudad del mundo. Escribimos bajo la gra- tísima impresión que la visita nos produjo y lamentamos sinceramente que la eterna lucha con elespacio nos impida hacer crónica menuda: merece aquello más que un suelto de generalidades. La fábrica está dividida en dos grandes partes : para fabricación de sombreros la una; para tejidos la otra. N En la primera asistimos á la más curiosa de las transformaciones: aquella que lleva el sombrero desde su origen, bien mezquino en verdad, hasta su forma definitiva, en la cual no falta, por de contado — oh vanidad humana! — la etiqueta bien inglesa y el nombre de nuestros sombrereros más en boga... ¿Por qué etiqueta extranjera ? ; Pues sencilla- mente por lo mismo que nos obliga á poner la palabra club atrás de Jockey y hotel atrás de Tigre ó Bristol ! Hay que ser smart, pschutt, high-life, lion, chic... ¡ Qué inmensa, qué fecunda labor en aquellos talleres! ¡Qué actividad prodigiosa! ¡Oh, las formas burdas, toscas, groseras, que van á través de máquinas y manos de obreros habilísimos transformándose vertiginosamente en continua, interminable cadena, para ser distribuídos manana en toda la ciudad, en toda la república, finos, livianos, elegantes, suaves, producto perfecto de la inteligencia y de la labor de centenares de hombres! Y si este elogio brota espontáneo para una sección de la fábrica ¿qué decir de aque- lla en que cincuenta ó sesenta telares, preparan con una precisión artística las telas de verano que hemos de lucir en todas partes dentro de algunos meses ? Aquello es positi- vamente una maravilla y no se sabe qué admirar más, si la precisión de las complica= dísimas máquinas, el gusto y la perfección de los tejidos ó la habilidad de los obreros. Sin temor de errar, aseguramos que el espectáculo de aquel inmenso salón lleno de tela- res no lo ofrece más hermoso la ciudad más industriosa del yiejo continente. Esta crónica no sería totalmente exacta si no tuviese un capítulo breye pero enérgico 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sobre un abuso que hemos podido palpar ayer y que no es sóJo cometido por los senores Franchini: nos referimos á la mano de obra empleada en grande escala en las fábricas, los niños, La sulpa y la responsabilidad, bien grave por cierto, la tienen las autoridades. Existen leyes que obligan de la manera más terminante á los padres de familia á enviar sus hi- jos á la escuela de tal á cual edad. ¿Por qué no se cumplen esas leyes ? ¿Por qué se permite que criaturas que se inician á la vida, que tienen apenas 8 á 10 anos, vayan á talleres estrechos, muchos de ellos mal ventilados, á comprometer su salud y su porvenir, mediante retribuciones mezquinas, cuando debían llevar una vida higiéni- ca y tranquila? ¿Por qué se tolera este crimen? ¿Qué no salta á la vista que se están preparando generaciones raquíticas, por torpeza, cuando no por incuria? Hay que reme- diar, sin pérdida, de tiempo, este mal de incalculables proyecciones, hay que aplicar rigurosamente la ley, castigando con fuertes multas á los dueños de fábricas ó talleres que admitan niños sin comprobar en cada caso por medio de la fe de bautismo, que están en edad de ser obreros. Volviendo al asunto que motiva estas líneas, agregaremos que trabajan en la fábrica de Franchini hasta 900 hombres, mujeres y niños, que sus productos tienen constante colocación en la plaza y que hacen ruda competencia á los extranjeros, siendo más y más solicitados cada día. Tres horas estuvieron los miembros de la Sociedad Científica visitando los talleres. Al retirarse fueron obsequiados con una copa de oporto, y el doctor Candioti en un brindis oportuno sintetizó lasimpresiones favorables de los presentes, felicitando calurosamente á patrones y obreros. Agradecemos sinceramente al colega los amables conceptos que dedica á nues- tra sociedad y á la labor que ella realiza. a SOCIOS HONORARIOS Dr. German Burmeister . — Dr. Benjamin A. Gould + — Dr.R.A. Philippi- Dr. Guillermo Rawson-F.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Flo. — Ing. Luis A. Huergo (padre). PE Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — - Dr, Valentin Balbin. E Pi y SOCIOS CORRESPONSALES Aguilar Rafael..... a Mexico. Presb. Morandí, Luis........ Villa Colon(U.) Arechavaleta, José ........... , Montevideo. Murillo, Adolfo.........-.... Santiago (U.) Arteaga Rodolfo de. ......... * Montevideo. Paterno, Manuel............ Palermo (1t.) _Ave-Lallemant, German.....-. Mendoza. Reid; Walter F-........... Lóndres. Brackebusch, ME Córdoba. Scalabrini, Pedro...:....... Corrientes. Carvalho José Cárlos......... Rio Janeiro. Tobar, Carlos R............. Quito Cordeiro, Luciano......... +. Lisboa. Villareal, Federico........... Lima. Lafone Quevedo, Samuel A.... Catamarca. Von Jhering, Herman........ San Paulo (B.) Lillo, Miguel ............... Tucuman. SOCIOS ACTIVOS Alberdi, Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos.. Avila, Delfin. Avila Alberto Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barilari, Marianc S. «Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Baltilana Pedro. Buudrix, Manuel €. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. = Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis C. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. 'Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas, Biraben, Federico. Blanco, Ramon €. Brian, Santiago Bosch, Benito S. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. | Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Cálc na Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Carovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. - Castelhun, Ernesto. Cerri, César. Cilley, Luis P Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Cheraza, Gerónimo. Chiocci Leilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E: Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, Vicente P. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S Courtois, U. Cremona,Andrés V. | Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcq, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Escobar, Justo Y. Estevez, Jusé Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin+sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Eynn, Enrique: Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberlo de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio LL. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. - Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Culierrez, Angel Hainard, Jorge. Harperalh, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). ¡ughes, Miguel. y Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, "Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan 4. _Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Lebrero, Artemio. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafuel. > Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsché, R. Limendoux, Emilio. * Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. . Lopez, Martin.J.: Lopez, Pedro J.. «Lopez, M. G. + Lucero, Apolinario. e Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Á Luiggi, Luis Luro, Rufino. vt Sdor, Ludwig, Carlos: * ANAL: Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin de % Mallol, Benito J. Manzitli, Salvador — Marli, Ricardo. Marin, Placido. - SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. e ro, Raul. o Manuel S, Ochoa, Arturo. OcHia, Juan M. -O'Douell, Alberto C. Orfila, Alfredo J, Ortiz de Rosas, A. * Olazabal, Raco Olivera, Cárlos € Oliveri, ¡Alfredo Olmos, ¿Mi uel. “Ortiz; ta -Orzabal, Arturo. ' Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi. Gustavo Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Paitovi Oliveras A. Palacios, AlbertoC. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Pascali, Justo. Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Sebastian de la Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. + Recagorri, Pedro S. Ricaldoni. Tebaldo Rellan. Esio. Repetto, Luis M. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G. Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan. . Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. | Rufraucos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan E Scarpa, José. Schneidewind,Albert Schickendantz, Emi Seeber, Enrique, Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis. Simonazz1, Guillermo. Simpson, Federico. Siri, Juan M. Sobre Casas, Cayetano) Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Stegman, Cárlos. Swenson, U. Tamidi Crannuel, L.A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Héctor. oo Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M.. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Viuela, Baldomero. Villavecchia, J. B. VillanovaSanz, Florencio Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Weiner, Ludovico. Wervicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S. Zimmermann, Juan €. Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique, ARGENTINA ———_ A ÓÁKÁ Dinrcror : Ingeniero ANGEL GALLARDO Secretarios : Señores EDUARDO LATZINA y CARLOS LAGOS.(GARCÍA REDACTORES Eduardo apto señor Juan B. Ambrosetti, doctor Pedro N. Arata, ; ero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus=- $ ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. de aber “doctor Atanasio ia E oielO Francisco Seguí, ci Enrique 2 OCTUBRE 1899. — ENTREGA IV. — TOMO XLVII PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes.. PUC CIAO WO ao aaa ose Pi Nooo atrasado IMPRENTA Y CASA EDITORA DE C 20 684 — CALLE PERÚ — 684 1899 a ad os Secretario de actas - —= Correspondencia - Tesorero. o ed ARMANDO Rod - Bibliotecario...... Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DomINGO NocErT Ingeniero CLaro C. DassEl Ingeniero DoMINGO CARRIQUE.- Wocalesto ses Ingeniero. EmiLio PALACIO. | / Ingeniero Lu HUERGO (HL. Ingeniero ORONTE A. VALERC menentes si SENOR A UAN AE OLIO J. VELAZQUEZ GIMENEZ. La industria del cobre en (hilton CARLOS SPEGAZZINI. Noya addenda ad Floram Patagonicam (Continuación) MIsCELÁNEA : Algunas aplicaciones del aire liquido......ooo....... Senor dobas es BIBLIOGRAFÍA : MERCERAT, Die fossilen Vogel Patagoniens. — MERCERAT, Caroli ; bergia azulensis. — DrLAGE y HÉrouvaArD, Traité de zoologie concrete. — Am y BROSETTI, Notas de arqueología calchaquí. — Quiroca, Ruinas de Anfama : El pS pueblo prehistórico de la Ciénaga. — Congreso científico general chileno. - O Bier, Le premier devoir de léducation physique....... AO So doo ES MOVIMIENTO SOCIAL : Socios nuevos. — Canges nuevos. — Acciones donadas. — Representación de la Sociedad en el Congreso Industrial y de Orientalistas. — Fomento de la biblioteca. — Vista á la fábrica de Dellachá LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE . Por muchos años la única industria de Chile que pudo soportar las cargas del Estado, fué la de la explotación de los filones de cobre de las provincias de Atacama y Coquimbo. Sin los bullicios ni los deslumbramientos de los accidentados trabajos de los metales nobles, sin los desfallecimientos ni disipa- ciones que produjeron los metales preciosos encontrados en Cara- coles, Chañarcillo y Tres Puntas, el cobre fué el amparo del pobre minero chileno y de cuantos, con bastante energía para luchar contra la miseria, abandonaron las estrechas tierras del sud emigrando á los desiertos del norte. Nada fueron para la energía humana concentrada allí, la pobreza dle las minas, ni las grandes fluctuaciones del valor del cobre. A tra- vés de vicisitudes de todo género y á fuerza de trabajo, Chile llegó á exportar hasta 50.000 toneladas de cobre anuales, alcanzando en rango el tercer lugar entre los países productores de este metal en el mundo. Seiscientos millones de pesos como valor del metal obscuro extraído de las minas de Chile hasta 1896, representan la actividad de esta industria y dan idea del papel que ha debido desempeñar en la economía chilena. Hasta 1831, la explotación y la metalurgia del cobre en Chile no ofrecen nada de notable. Apenas si hasta esa época se extrajeron los crestones de los afloramientos de las vetas. Superficialmente se extraían los minerales oxidados que eran los únicos que se fundian, porque con el fuego daban cobre metálico. En esa labor se recono- cieron casi todas las vetas, abandonándoselas cuando, al llegarse á cierto nivel, se encontraban con los sulfuros. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVDI 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los chilenos, con sus escasos conocimientos metalúrgicos, se encontraban entonces con metales refractarios, porque fundidos. en el horno sólo daban arenillas. Sin medio alguno cómo poder obtener el cobre de esos minerales, declaraban las vetas en brocco: aun cuando la potencia y la ley de los filones brindase amplio: campo á la explotación. Fué por esos tiempos que en contraposición se encontraban, por un lado, los enormes desmontes de las más poderosas minas del señor Solar : Pizarro, Almagro y Chaleco y otras pertenencias, ama- rillando con la profusión de los metales despreciados; por otra parte, los escoriales de Guamalato, formando verdaderas montañas de ejes triturados por la acción del tiempo y del descuido. En esa época dos hombres vienen á imprimir á la industria nuevo rumbo: el ingeniero francés Lambert, aplicando los proce-, dimientos Swansea á los minerales sulflurados de cobre y el indus- trial chileno señor J.T. Urmeneta desarrollando toda su actividad de minero en beneficio de lá industria. Allá por el año 1840, Lambert, siendo químico de la Compañía Inglesa de Minas, y de tránsito para Coquimbo, se encontró en Gua- malato con las montañas de escorias resultado de antiguos trata- mientos. Con mucha sagacidad, y en medio de las burlas de los propietarios, adquirió esos escoriales y levantó en el puerto de Coquimbo un establecimiento con 4+ chancadoras y 2 hornos de reverbero tales como se usaban en Swansea y rodeó su oficina de altas murallas. El loco, como lo llamaban, trató de guardar sigilo- samente su secreto (1). Un eureka unánime se pronunció en toda la región, cuando: después de varios días de trabajo, se vió abrir las puertas de la oficina para dar paso á las barras de cobre. Desde «que el producto salió del establecimiento, ya Lambert no pudo mantener el secreto. Tales resultados no pudieron menos que imprimir vigoroso impulso á la minería. Uno de los hombres más entusiasmados por estos sucesos fué el señor Urmeneta, quien repentinamente con-- vertido en minero tuvo suficiente juicio práctico y energía para habilitar labores mineras que por más de 50 años han rendido, y siguen rindiendo, gran parte de los minerales que produce Chile. Basta decir que ese industrial, que pobremente había principiado (1) Como se sabe, el tratamiento de los ejes estribaba en una serie de tostados y fundiciones reductivas. Hasta hoy funciona la oficina fundada por Lambert. > APEN LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 911 en la minita Mollecas, insignificante zona del cerro Tamaya (1), concluyó por ser el propietario de toda la montaña, extendiendo su eficaz acción á toda la provincia de Coquimbo. Con los capitales que obtuvo en las primeras explotaciones levantó los célebres establecimientos metalúrgicos de Guayacán y Tongoy (2) situados en los puertos de Coquimbo y Tongoy respecti- vamente. Unió estas oficinas con los minerales por medio del ferro- carril de Tongoy á Tamaya. Impulsó empresas carboneras del sud, con lo que adquirió combustibles para las fundiciones, encargó vapores para transportes y en general habilitó muchas faenas mineras. Generalizado ya el modo de tratar los sulfuros y demás metales complejos de cobre, la industria entró en plena actividad y cada uno se preocupó de explotar tanto como le permitían sus recursos; es así como de la mediocre producción del año 30 al 40, de 10 á 15 mil toneladas, se llegó en 1876 á exportar 52.300 toneladas de cobre de primera ley, continuándose en los años siguientes la exportación, más ó menos alta, hasta 1886, que se produjo, en total, 36.000 toneladas. Desde esa época, anualmente, la producción ha ido decreciendo. El desarrollo de la industria en Chile se puede apreciar por la estadística de exportación : Años Toneladas de 1000 kilogramos WS o O DIO 52.300 A e o le 50.099 ESO a a O 43.603 WT a OT 38.607 IES DA 43.596 ME So Ie 41.757 MAS a e RRE SO e 42.314 MO la 39.116 WS A NO UCI eaN 36.195 WI CASAS 29.616 , E a do dao 31.740 WM e AA a DIA 24.638 MS NA 26.121 (1) El cerro Tamaya ha sido la formación mineralizada más rica en cobre de Chile. (2) Ambas oficinas son hoy de primera clase. Guayacán solo ha llegado á mandar “por año á Europa hasta 10 millones de kilogramos de cobre de primera clase, sin contar los 504 60 mil kilogramos de ejes. 2912 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Años Toneladas de 1000 kilogramos MO la ME ISE 19.875 A o ds e Ne 22.565 O o OI Aa 21.350 MO O A IO 21.340 MON E A AECA ET y EE ASE 24.000 MI OO Ti Da Ono aos Sl 23.000 LO e oe ae pde ONE 21.900 Desde hace 20 años el valor del cobre ha sufrido variaciones notables. En 1858 los cobres best selected eran cotizados en el mercado de Londres á £ 100 la tonelada métrica. D-sde entonces, y á consecuencia de la explotación de nuevos distritos mineros, el valor del cobre ha bajado constantemente. Según la estadística publicada por Morton y (* de Londres los valores del cobre puro en lingotes desde 1873 han seguido así : Libras por tonelada métrica ANO o to de ARE 80.10 137 BO JUNO) c0000cosoorcvosocsos osas 78 >» US A Es ao era 82 » WA e a oa oe SEEN ES MT A SNE 69» MS a NAS 64» MON e Tao ES O AOS 6 » SA aa Acopio 60» o ao nieto ss yaaa 58.10 MA O oe AO oO abla SO bos 61» MA EROS : 61 >» O re Na : 62» MA od lao ao eoo a oO pad eaó o 39» (Osos. 00. cas icoooosac rr on ones orono. 39.12 A lin de 1886 el valor bajaba hasta £ 38.10. o Ya, con este precio, el Sindicato de los Cobres resolvió hacer una especulación, y para ello comenzó á acaparar el artículo, llegando en 1888 á adquirir 178.000 toneladas de cobre, sobre una produc- ción total del mundo de 275.370 toneladas. Entonces el Sindicato, ya dueño del mercado, hizo subir el precio del cobre como no se tenían precedentes desde 30 años. Las fluctuaciones de esta memorable especulación es la siguiente: - adiós LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 213 a z Libras esterlinas EN SEE 20 o teso ascenso pelas 39.10 » Noviembre 30.0................. 3 66.15 > Diaeaam lease alas a 85 » 155 [ME Ullosoco sacos boo poe soso das 77.02 EDO A tadas 78.17 > O o aio e 80.02 ADIOS AE 80.02 >» Mayo 31....... E 80.15 NO sala a AOS 8l » A A 80.10 AO o aaa EN 89 » » Setiembre 31....... O 100 » NO CU 78.05 IN 77.10 DICC De 71.10 EEDIOO ls o O E 71 10 ACROSS e árida 78 » Alcanzado ese precio principió la desmonetización y la transfor- mación en barras de cuanto objeto de cobre había á la mano. Además, antiguas minas abandonadas desde muchos años se pusieron nuevamente en labor, todo lo que contribuyó á aumentar notablemente la producción. Pero el stock fué creciendo sucesiva- mente y el sindicato, para sostener el alto precio, se vió obligado á comprar cuanto se producía; en 1889 había inmovilizado un capital de 250 millones de francos. A pesar de los recursos del sindicato, éste no pudo seguir haciendo frente á la producción cada vez en aumento y la catás- trofe se produjo á fin de marzo de 1889. El cobre que valió á fin de febrero £ 78, no valió más que £ 39 á fin de marzo. Desde entonces el precio se ha elevado poco á poco sujetándose á la ley natural de la oferta y de la demanda. A fin de 1889 el precio fué de £ 50; en 1892 de £ 49; en 1895 de £ 42 y en 1897 de £ 49 450 (0. A pesar de estas enormes fluctuaciones las minas y oficinas chi- lenas siguieron produciendo cobre, llegando ya con el precio de £ 39 á una crisis general. Pero en esas variaciones del merzado no fueron los metalurgistas los que sufrieron las consecuencias; fueron los mineros las víctimas del ajio capitalista y para muchos de ellos sobrevino la ruina. (1) En la actualidad el precio alcanza de £70 á 75. 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En la incertidumbre de conseguir algún rendimiento inmediato, se siguieron en las labores internas trabajos desesperados, creyendo siempre que sería el último momento de aprovechar de las minas; sin concierto ni plan alguno se siguió la máxima de arrancar cuanto y como se pudiese, dando á la postre esas cuevas y laberintos que tanto perjudican á las explotaciones actuales. En la fuerza del trabajo se ha llegado pronto á las zonas estériles. A la profundidad de 300 á 500 metros la mineralización potente de los sulfuros ha degenerado, y desaparecido el filón central para ramificarse en venas de muy escaso valor. Y este empobrecimiento de la mayor parte de las vetas, ha dado lugar á que se siente como principio que á determinado nivel los filones desaparecen. Hoy se encuentran en ese estado la mayor parte de las minas chilenas. Los yacimientos de Carrizal, de Vallenar y de Freiriva en la provincia de Atacama, los de la Higuera, Coquimbo, La Serena, Tamaya y Panulcillo en la de Coquimbo, y los de Tiltil, Batuco, Lampa y Las Condes en la de Santiago, con más ó menos acentuación, pasan por el período de empobrecimiento. Es así cómo se explica el descenso continuo de la explotación acentuado año tras año, de las 18 oficinas de fundición, contando erandes y pequeñas, que funcionaban hasta hace cinco años; hoy sólo quedan ocho. Por ahora puede decirse que la industria del cobre en su decadencia sigue el camino de la desaparición. Si ahora seexaminanlas verdaderas causas que originan el actual estado de la industria del cobre en Chile, encontraremos como causa principal el desdén con que hoy se miran las explotaciones cuprí- feras, que sólo rinden centavos, frente á negocios más lucrativos, como los de salitre. Con las nuevas expansiones territoriales, el chileno ha ido per- diendo poco á poco su vigor y su sobriedad comercial. De ahí que cuando en las minas se han presentado esas dificultades donde más que nunca se necesitan energía y constancia, el minero de oca= sión pero no de hábito, ha cambiado de rumbo á su dinero, en busca de dividendos más positivos. Y así las minas han pasado de pro- pietario en propietario, cada uno aprovechando de los filones por: todos los medios posibles, sin acordarse del porvenir, ni de quelas vetas muchas veces no rinden, no por la ley y proporciones mismas de los minerales, sino por los gravámenes que acarrea una explota- ción antigua defectuosa. De acuerdo con las ideas emitidas por el ingeniero señor San » is LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 915 Román, creemos que el actual empobrecimiento de las minas de cobre se debe á una zona estéril general para toda la formación, pero que bajo esta zona continúan las velas bien formadas y poderosas. : y Como prueba se pueden ofrecer los siguientes casos. Por mucho tiempo se creyó que la famosa región de Carrizal Alto se había agotado definitivamente. Gracias á la constancia de su propietario y contrariando la opinión de todos, hiciéronse trabajos de explora- ción en profundidad; después de vencer las dificultades consi- guientes á los 400 metros de hondura, pudo cortarse la veta de la mina Armonía, obteniéndose minerales de 11 y 12 por ciento de ley. Lo mismo ha pasado con la mina Santa Margarita y con la Astillas. AGN P En Copiapó la Compañía Inglesa de Minas, que desde principios del siglo sigue explotaciones de cobre, trabaja actualmente con mucho éxito la mina Dulcinea á más de 700 metros de profun— didad, siguiendo dos potentes filones de-minerales piritosos con 20) por ciento de ley media. Estos ejemplos, en armonía con la génesis de los filones cupriferos de Chile, podían servir de base para nuevas exploraciones, pero “ para esto se necesitaría del empuje de los grandes capitales. En las circunstancias en que se encuentran las minas de cobre, nada se podrá hacer con pequeños capitales, sobre todo, cuando hay que luchar con los derrumbes y los aterramientos producidos por el bárbaro trabajo de los pirquineros. En la actualidad, y no produciéndose más que 20.000 toneladas anuales de cobre con tendencia á la diminución, todos los mine- rales se benefician en el país en 8 oficinas escalonadas de norte á sur de la manera siguiente : * Oficina inglesa de fundición en Antofagasta; Fundición de Tierra Amarilla, cerca de Copiapó; Fundición de Gonzales Izaga y €*, en Carrizal; Fundición de Guayacán, en Coquimbo; Fundición de Tongoy, en Tongoy; Fundición de La Compañía, en La Serena; Fundición de Las Condes, cerca de Santiago; Fundición de Lota, en el puerto de Lota. El origen de todas estas oficinas ha sido muy humilde; se prin= cipió con algunos hornos de ladrillos en dondesse fundían minerales bajo el calor de la leña de los bosques. Poco'á-poco las instalaciones 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA: ARGENTINA se han ido aumentando hasta obtener las proporciones actuales. De todas las oficinas las más importantes son : Fundición de Tierra.Amarilla; Fundición de Guayacán; Eundición de Lota; las que benefician las cuatro quintas partes del cobre que exporta Chile. Describiremos el primero y el último establecimiento, así como los procedimientos y variantes que se siguen en ellos. ESTABLECIMIENTO DE BENEFICIO DE TIERRA AMARILLA” Esta oficina, la más importante de la provincia de Atacama, está situada sobre la línea del ferrocarril de Copiapó y á 16 kilómetros al este de esa ciudad. Pertenece á la Sociedad industrial de Atacama, es decir, á negociaciones del Banco Edwards. El origen del establecimiento ha sido humilde, desarrollándose poco á poco hasta obtener la capacidad actual. La crisis porque pasa la minería de la provincia, natural- mente ha afectado á Tierra Amarilla: así, á pesar de explotar la Sociedad muchas minas y de comprar, por medio de agentes esta- blecidos en todos los centros mineros, la mayor parle de los mine- rales extraídos, el establecimiento no tiene la provisión necesaria y ha de disminuir el tercio de sus operaciones. La disposición general del establecimiento, la clase de aparatos usados y la naturaleza de los trabajos efectuados no son de lo más perfecto, por cuya razón nos ocuparemos sólo de describirlos. La oficina está situada en la quebrada, muy cerca de la vertiente derecha. A pesar de esto no se ha aprovechado la desnivelación del terreno y todas las instalaciones sobre el mismo plano originan grandes gastos para manejar el mineral en todas las Operaciones. Por otra parte, habiéndose formado el establecimiento poco á poco, la situación de los distintos departamentos, y aún de los órganos de una misma sección, es desacertada. Así, por ejemplo : los hornos de reverbero están distribuidos sin concierto, lo que origina grandes incomodidades en la carga y descarga; además, cada uno de dichos hornos tiene su chimenea, lo que no sólo es costoso como Instala- ción, sino defectuoso como principio, pues con esto no pueden LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 27] establecerse cámaras de condensación de humos ricos, ni regulari- zarse el tiro, que en general es débil, además de que se gasta mucho combustible. En cuanto á los demás órganos, los stalles y hornos de calcina están muy lejos de los hornos de fundición; lo mismo sucede con el motor y el cuerpo de bombas. Dos procedimientos se siguen en Tierra Amarilla en la metalurgia del cobre : 1% Método inglés, esto es, en que todas las operaciones se hacen en hornos de reverbero. 22 Método continental, en que se usan stalles y hornos de viento con camisa de agua. Método inglés Naturaleza de los minerales. — La mayoría de los minerales que se tratan son del género de los minerales oxidados, carbonatos, —silicatos y óxidos, con ganga muy cuarzosa y poco ferruginosa. La ley media de estos metales es de 10 4 15 por ciento. También se benefician piritas dobles de fierro y de cobre. Los minerales oxidados se tratan directamente, mientras que los sulfurados son previamente tostados. El tratamiento en general consta de las siguientes Operaciones : a) Tostado (para los minerales sulfurosos); 6) Fundición para mala bronce; c) Tostado y fundición para mata blanca; d) Afinado. Tostado. — El tostado de los minerales sulfurosos se hace en stalles. Estos sou formados por una cavidad rectangular cuya pared menor está en comunicación con el rampaute de una chimenea. Dicha pared agujereada da paso á las llamas que efectúan el tostado. El funcionamiento de los stalles es de todos conocido. Fundición para mata bronce. — Preparado convenientemente el lecho de fusión, tanto bajo el punto de vista de la formación de escorias pobres, cuanto para oblener la cantidad de malas estricta- mente necesarias, se carga en un horno de reverbero, lo que se efectúa por una puerta que hay en la bóveda. Los hornos son de ladrillos refractarios ingleses con una super- ficie de parrillas '/,, del laboratorio. Tienen dos puertas, una lateral sobre el eje transversal que sirve para la extracción de las matas, y otra de trabajo sobre el eje longitudinal para la extracción de las 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA, escorias. El rampante se desprende del techo de la bóveda é inme- diatamente sigue la chimenea formando cuerpo con el horno. El combustible usado es la hulla. La carga es de 1000 kilogramos. Al principio de la operación, el azufre, el arsénico y el antimonio se desprenden como ácidos sulfuroso, arsenioso y antimonioso, acom- pañados de cierta cantidad de vapor de agua. En seguida, y después de repartir sobre el piso uniformemente el mineral, se tapan con arcilla todas las puertas. Prolongándose la operación, los minerales se funden, los sulfuros reaccionan sobre el óxido de fierro; el sulfuro de fierro que está en el mineral, reacciona sobre el oxido de cobre del mineral y de las escorias. El óxido de fierro se combina á la silice de las gangas. Cu0+Fe'0"+Cus+4FeS + 3810* +0=2[CuFesS*] +6Fe0*Si0* + SO? matas escorias En el curso de la operación se ve la masa hervir tumultuosa- mente; esta hervición va poco á poco amortiguándose; al final la masa está tranquila, entonces se abren las puertas de trabajo del horno, se sacan las escorias v se deja en el interior las matas (ejes) que sirven como lecho para otra fundición. Las escorias son recibidas en el piso común sobre unos moldes de tierra húmeda, distribuidos á uno y otro lado de la puerta de trabajo. Las escorias que caen llenan el molde central y por rebosa- miento los demás. Es en el molde central dondese concentra la parte de mata arrastrada que no pudo separarse de las escorias. Estas es- corias ricas son las quese vuelven á tratar junto con nuevas cargas. Después de 8 horas de tratamiento al fuego se obtienen tres pro- ductos : escorias estériles que se arrojan á los desmontes; escorias ricas que se vuelven á tratar y matas bronces que se someten á un tostado y fundición consiguiente para obtener matas blancas. La fundición para mata blanca se efectúa en un horno de rever- bero igual á los usados en la operación anterior, cuidando de llevar la primera faz, ó sea el tostado, con bastante lentitud. En fin, como última faz del beneficio, tenemos elafinado, operación que se efectúa también en un horno de reverbero, cuya relación de la superficie de la parrilla á la del laboratorio es de */,p. La operación dura hasta 24 horas; al último cierta cantidad de crasas sobrenadan sobre la superficie y se extraen por medio de rastril os con travesaño de madera. LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 219 El cobre negro, en baño líquido, se amolda en moldes de fierro fundido de forma prismática. : Método continental La mayor parte del cobre que produce Tierra Amarilla es obte- nido de los hornos de viento. Existe tres hornos de viento, dos para fundición de cobre y uno para el tratamiento de minerales de plata. Estos hornos bien montados y con camisa de agua de arriba 4 abajo, pues hasta el crisol tiene su chaqueta de agua, están enfila- dos bajo una techumbre metálica soportada por columnas de fierro. Los hornos de viento en que se trata el cobre no tienen antecrisol. Todo lo que funde en su interior, escorias y matas, corre por un solo conducto á un horno de reverbero situado inmediatamente, y en donde, sin pérdida de calor, se efectúa la separación de escorias y matas. Este horno es de sección elíptica con tres puertas : una de tra- bajo, una para las escorias un poco más baja que la anterior y en fin la más baja y casi al nivel del laboratorio, por donde se extraen las matas. Delante de esta puerta existe una masa de barro ó cemento for mada de margas calcáreas, huesos molidos y cuarzo, en la que des- pués de desecada se abre una pequeña canaletita por donde corren las matas. Estas son recibidas en varios moldes de fierro fundido, puestos los unos á continuación de los otros, de manera que el relleno se efectúa por rebose. Este horno, como es natural, es alimentado con el calor del horno de viento; además tiene su hogar propio. En la plaza del horno se efectúa una separación por licuación, en virtud de la alta temperatura, y ya en un laboratorio tranquilo las masas fundidas se superponen según su orden de densidad, y se van evacuando con mayor facilidad que en el horno de viento. Respecto de la confección de los lechos de fusión que constituye la clave del beneficio, es muy variable por serlo también los mine- rales con que se mantiene el trabajo. Sólo diremos que se trata de formar simples silicatos y que á consecuencia de la naturaleza de la ganga que es cuarzosa, hay necesidad de usar mucho fierro y mucha caliza. 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En lo que concierne á rendimientos en el beneficio y á costo de tratamientos, guarda la administración completa reserva. TIERRA AMARILLA Fundicion Lámina No 1 Disposición de la oficina A, Il? cancha para metales. B, 2* cancha para melales. LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 291 €, Stalles para tostado. D, Chimenea para stall circular. F, F”, Sección para tratamiento de minerales de oro. G, Malacate á vapor para accionar el elevador. H, Cuarto de bombas. J, Hornos de viento. J, Hornos de reverbero. K, Castillo de madera para el elevador. L, Hornos de reverbero. M, Motor para accionar el ventilador. N, Caldero, O, Laboratorio. P, Administración. ESTABLECIMIENTO DE FUNDICIÓN DE LOTA Lota, puerto de mar situado al sud de Valparaiso, es un impor- tante centro productor de carbón. La compañía explotadora de Lota y £oronel, hoy representada por la testamentaría Cousiño, con sus poderosos elementos, trabaja en orande escala los numerosos mantos de lignita. Con su flota de vapores y buques provee de carbón á casi todas las factorías y oficinas del norte del país, cargando á la vuelta minerales de cobre que conduce á Lota sin gravamen al- guno. Con grandes recursos cuenta la compañía para sus trabajos actuales y para los de porvenir. Grandes también han sido los de su primer período. Del interior de las minas se extraen mensual- mente de 20 á 22 mil toneladas de carbón, de las cuales el 50 por ciento se tritura y reduce á carboncillo. Este producto, que no es vendible y que está destinado á perderse, lo ha utilizado la misma compañía estableciendo industrias que necesitasen el fuego como agente principal de trabajo. Así, á la sombra de los residuos del carbón pasado por los cerni- dores, de la arcilla de los mantos carboníferos y de las arenas cuarzosas de la formación del lugar, se han desarrollando : la fundición de cobre, la usina de cerámica y la fábrica de vidrios. 922 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Y nada más necesario para una fundición, tipo inglés, que una fábrica de ladrillos refractarios en el mismo lugar. El gasto de este material que tanto afecta á los fundidores en reverbero, no tiene la misma importancia para Lota, que no sólo se abastece su propio consumo de 400.000 ladrillos anuales, sino que provee á las demás fundiciones. Gracias á la habilidad para manejar los intereses de la compañía, Lota ha llegado á ser el más importante centro industrial de Chile. Allí el elemento inglés encontró, desde mediados del siglo, has- tantes elementos para su actividad, imprimiendo ese sello particular de trabajo práctico, que tanto ha distinguido á Lota. Los sucesores, los anglo-chilenos, continúan la tarea, cuya potencia se puede esti- mar contando que 3000 obreros se ocupan en las distintas fae- nas. Al estudiar la fundición nos ocuparemos : a) Lugares productores de minerales de cobre; b) Desembarque de los minerales hasta las canchas; c) Formación de los lechos de fusión. Sistema de beneficio : 4) Fundición para mata bronce; b) Tostado de esta mata; c) Eundición para mata blanca; d) Alinado en horno de reverbero; e) Trabajo de los convertidores Manlres; f) Trabajo del horno de viento; y) Refinado del cobre negro. (Véase esquema de las operaciones, lamina n” 2). Lugares productores de minerales de cobre. — La fundición de Lota trata diariamente de 120 á 150 toneladas de minerales. Estos provienen de compras. hechas en Iquique y Antofagasta de los minerales de San Cristóbal; en Taltal de las minas de Cachinal y de la sección Esmeralda; en Copiapó de la Gran Compañía Inglesa, especialmente de la mina Dulcinea, de Bordos y Garín, del Valle- nar, Carrizal, Huasco, Coquimbo, etc. Procedencia tan variada de minerales trae consigo una diversidad en sus composiciones. Así, hay óxidos (rojo y negro); carbonatos múltiples, silicatos y sulfuros complejos, acompañando á todos éstos gangas Cuarzosas, baríticas y calcáreas. Las dos terceras partes de los minerales que entran á Lota son del género de los óxidos; el resto es sulfuroso. 223 LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE ya yalos Y 224 JIORf ornzgo byur vrol MULO07o 7 pu nf 65 3. 2) pp SDE IDE ILÍDED IP Y E Pe U-LTOJ = 0905 PISDY AARAICA = a Srgol! 5DIL0IS Y III 9 2)DIY Prol 10732 PUN] 527912283 pp | A po só | - 09097047 == == A VS > eur er] SANDIOIVEHdO SVT HO VNAnobSsa 921 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La ley media de los minerales es de 15 por ciento. La Compañía de Lota tiene contratos con ciertas compañías explo- tadoras de minas, entre otras la Compañía Inglesa de Copiapó, la que mensualmente le entrega 10.000 quintales métricos de mine- rales de ley de 20 por ciento más ó menos. ; Desembarque de los minerales. — Para el desembarque de los minerales se ha construído un muelle de madera de 300 metros de largo donde atracan los vapores. Una serie de poderosos pes- cantes levantan unos toneles de fierro que elevan el mineral desde la embarcación hasta 3 metros encima del piso del muelle. El muelle tiene dos líneas de rieles de 1.20 metro Je ancho recorridas por carritos que reciben el mineral volcado de los toneles. Las canchas de depósito de minerales están á 2.50 metros más bajo que el nivel del muelle. En la cancha y por medio de una vía sobre caballetes al nivel del muelle, se reparten á voluntad los minerales desembarcados. Sistema de beneficio Como se sabe, en la metalurgia del cobre existen dos métodos de tratamiento : el inglés y el americano. En el primero se usa exelu- sivamente y para todas las operaciones, el horno de reverbero, y en el segundo gran parte del trabajo se efectúa en hornos de viento. Aunque las reacciones son las mismas, sin embargo difieren nota- blemente las manipulaciones. Á estos procedimientos podemos agregar el novísimo método de los convertidores. En Lota no se sigue con rigurosidad ningún sistema; se ha adoptado una combinación de los distintos métodos, aprovechando del mejor trabajo que da cada aparato. Esta disposición compleja s la adoptada generalmente en las instalaciones modernas, pues la adopción de un sistema exclusivo corresponde sólo á una d> las faces porque ha pasado la metalurgia del cobre. Los aparatos y el uso que se hace de ellos en Lota son los siguientos: Hornos de reverbero para tostado y formación de matas; Convertidores Marhes para la transformación de las matas en cobre negro; Hornos de viento para el tratamiento de las escorias de los con= vertidores; LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 925 Hornos de reverbero pequeños para el afinado del cobre negro. Avtiguamente en Lota se usaban los hornos de reverbero para todas las operaciones. Fué sólo en el año 1890 que se introdujeron los convertidores para simplificar la serie de tostados y fundiciones al reverbero que antes había que efectuar. Posteriormentese adoptó el horno de viento para repasar las escorias de los convertidores. Es de notarse que á pesar de haber transcurrido tantos años desde que se generalizaron los hornos de viento para las fundiciones del cobre, en Lota no se les ha adoptado, y recientemente se ha insta- lado uno para el tratamiento de las escorias ricas. El hecho se explica así : el horno de viento es muy poderoso como capacidad de tratamiento y muy económico bajo el punto de vista del gasto de combustible y de mano de obra; pero en cambio necesita para la marcha el coke ó el carbón de leña. _Comoen Lota no hay más combustible que la lignita, que des- pués de destilada no da coke, ha habido que conservar forzosamente los reverberos á fin de utilizar los residuos de carbón, bajo cuyo único aliciente ha podido desarrollarse la fundición, Elempleo deaparatos más perfectos, tales como los hornos de vien- to, habría originado la necesidad de importar el combustible (coke), producto que no se consigue en América en grandes cantidades. En tales condiciones, en Lota el procedimiento de reverbero es más económico que el del horno de viento, y aun hace frente al del convertidor. Puede decirse que el costo de combustible en el tratamiento de Lota es la tercera parte del mismo gasto que en los demás estable- cimientos de su género en Chile. Formación de los lechos de fusión. — Una vez efectuados los montones de las distintas procedencias y clases de minerales, se pasa á formar los lechos de fusión, para lo cual el fundidor toma las proporciones convenientes de las diferentes clases, tendiendo siempre á formar una escoria monosilicatada, En Lota nose usa un solo fundente de incorporación especial. Las gangas de los minerales son suficientes por su conjunto para escorificar lo estéril. A ello facilita la naturaleza variada de los minerales, los que puede decirse que son más bien un poco infu- sibles. Además, como hay poco azufre en los minerales, aun en menor cantidad de lo que se necesita, no hay necesidad de tostar, evitándose esta operación, que en otros establecimientos y con otros minerales hay que tener en cuenta. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 15 925 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Fundacion para mata bronce. — Confeccionado el lecho de fusión se pasa á la formación de la mata bronce. La operación consiste en una fusión reductora, que produce por una parte escorias sili- catadas y por otra mata bronce que encierra todo el cobre y una parte del fierro, arsénico y antimonio del mineral. La opera- ción se efectúa en hornos de reverbero, tal como se hace en Ingla- lerra. El lecho de fusión en contacto del fuego se funde : el óxido de fierro se une á la sílice de la ganga para dar la escoria y el óxido de cobre descompone una parte del sulfuro de fierro para producir la mata. Con todo, la acción reductriz es mucho menos enérgica en el reverbero que en el horno de cuba; el Fe?0% no es reducido ; de allí resulta que las escorias bastante espesas contienen Fe?0* y arrastran mecánicamente granallas de las matas. Los reverberos son iguales á los de Swansea, de ladrillos refrac- tarios fabricados en el mismo lugar. Solamente las bóvedas se hacen con ladrillos ingleses que se contraen menos. El lecho de fusión, con una ley aproximada de 15 por ciento, se carga por una tolva que existe en la bóveda. El combustible tam- bién se carga en el hogar por otra tolva; para esta operación no tiene el horno puerta alguna. La entrada del aire se efectúa por unos agujeros que hay en la pared lateral del hogar, esto es, en la pared normal al eje mayor del horno. Con la supresión de la puerta del hogar se obtiene una ventaja. En efecto, no habiendo entradas bruscas de aire frio en los momentos de alimentar el hogar, la temperatura del horno se mantiene siempre elevada. Los hornos se encuentran enfilados; una línea férrea corre en- cima de ellos, por donde unos carritos, con puerta en el fondo con- ducen y reparten el mineral que se vacía en las tolvas, y de éstas pasa á los hornos. Una vez la carga en el fondo.del laboratorio, se le extiende rápidamente sobre el suelo en capa uniforme por medio de un rastrillo; después se cierran las puertas de trabajo y se activa el fuego. Cuando la carga está fundida, lo que necesita cerca de siete horas, se remueve bien la masa en fusión compuesta de matas y escorias; en seguida se espuman éstas por la puerta de las esco- rias situada sobre el eje menor del horno; se carga denuevo el horno con nuevos lechos de fusión y la operación se repite. Cuando el piso del horno está cubierto por un baño formado de matas, se destapa la puerta situada sobre el eje mayor y se hace correr el eje líquido sobre unos moldes de tierra que se hallan al LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 297 exterior, al pie del horno, y preparados sobre el piso del estableci- miento. Allí los ejes se enfrían. Como los ejes al llenar los moldes lo efectúan por rebose, la masa fundida de los primeros moldes al contacto del aire se enfría y no deja correr el resto. Un operario con un gancho largo va rompiendo las superticies solidificadas á medida que se forman. Las leyes de los ejes que se obtienen varían con las de los lechos. Con minerales pobres de 10 por ciento se obtienen ejes que no pasan de 30 por ciento; sin embargo, con lechos más ricos llegan á obtenerse hasta de 50 por ciento. La práctica establecida en Lota es que sólo deben tratarse en los convertidores ejes de 50 por ciento de ley de cobre para arriba. Los ejes de menor ley hay que enriquecerlos, operación que se efectúa por medio de un tostado y de una nueva fusión. Tostado. — Los ejes previamente chancados en trozos de 5 centí- metros, más Ó menos, de diámetro se reducen á granallas ó arena para que el tostado sea más fácil y rápido. La molienda se efectúa por medio de dos pares de cilindros moledores. El eje molido que sale de los dos primeros cilindros pasa por un tamiz que separa la parte fina que queda lista para trasladarse á los hornos de la gruesa, que es levantada por una noria hasta el segundo cilindro moledor para sufrir una nueva molienda. La tuesta se efectúa en hornos de reverbero de tres plazas escalo- nadas con dos series de puertas de trabajo. Como pasa en los hornos de fundición, tanto el mineral como el combustible se cargan por la bóveda por medio de tolvas. La tuesta completa del mineral, con- tando desde que cae en el primer piso hasta que sale al exterior por el último, dura 12 horas, cuatro en cada piso. La composición de los ejes antes del tostado es : CU. sosondoopsboVan dos 0 ORAD ut 30 450 9, LEON a ie na O 40 4 25 » NAO. a Sa OOO eo Eo 30 4 25 » Después del tostado, el azufre sólo queda reducido á 3 por ciento. Los hornos están enfilados como los de fusión, teniendo cada dos de ellos un rampante que se empalma con el rampante general de la chimenea. El horno se descarga por una abertura que hay en el piso por donde cae el quemadillo en una cavidad que existe bajo el piso y como á 70 centímetros más bajo que el nivel del 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA piso general; se le echa agua para enfriarlo y para oxidar aún más los ejes; por último se extrae de allí con rastrillos y palas y se carga en carritos. Tratamiento de las matas de ley menor que 50 por ciento. — Una vez tostadas las matas bronces, se someten á una fusión reductora en un horno de reverbero para elevarla á 50 por ciento y más si es posible, esto es, para obtener mata blanca. Los hornos son de 18 pies de eje mayor y 12 de eje menor, iguales en sus disposiciones á los hornos para mata bronce; lo único que los diferencia son las proporciones, pues en los que estudiamos la rela- ción de la superficie del hogar á la de la plaza es de */yy. Una vez efectuada la fusión reductora y separada la mata blanca de las escorias, éstas se hacen correr en moldes de tierra y no se arrojan, pues contienen granallas de eje. Las matas fundidas salen conducidas hacia el convertidor por un canal de fierro revestido interiormente de material refractario. Basta inclinar el convertidor, colocar el extremo de! canal dentro de la abertura circular superior y abrir la puerta de los ejes, para que éstos corran dirigiéndose al convertidor. Los ejes que selen son por lo menos de 50 por ciento de ley, y se tratan directamente en los convertidores. Tratamientos de las matas de 50 por ciento para cobre metálico de 98 por ciento. Convertidores Manhes. — Por el antiguo procedi- miento inglés las matas con ley de 50 por ciento aproximadamente, había que tratarlas de nuevo en hornos de reverbero por una serie de tostados y fusiones reductivas, que producían matas más y más ricas y permitían la eliminación de todos los elementos extraños, sea bajo forma de escorias ó de compuestos volátiles arrastrados por las llamas. En la suposición de una mata ya bas- tante rica, se trataba nuevamente en reverbero para eliminarle completamente todo su azufre tratándola á muerte. Después de esto se procedía á la fundición para reducir el óxido de cobre formado por el tostado y escorificar el resto de fierro. Como se ve, los procedimientos de fabricación del cobre negro exigían operaciones numerosas y un gasto considerable de combus- tible. Por esto hasta los últimos años la metalurgia del cobre sólo se había desarrollado en los países en que los combustibles eran baratos. Numerosos ensayos se han efectuado para remediar estos incon- venientes; los hornos se han agrandado, se han generalizado los LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 999 productos del tostado, se han cambiado completamente las dispo- siciones de los hornos, pero el consumo de combustible ha dismi- nuido muy poco y aún alcanza á 20 toneladas por tonelada de cobre producido. Los hornos de viento con camisa de agua fueron, en comparación á los de reverbero, una innovación radical, pues de 40 á 50 por ciento de gasto de combustible, se reduce de 15 á 18, independien- temente que se redujeron en mucho los gastos de mano de obra y aumentó la capacidad productora con la sustitución del material refractario corroible y con la inyección del aire bajo fuerte presión. Pero, á pesar de esto, había siempre necesidad de algunos tostados y fusiones reductivas, y cuando el mineral era muy impuro y con- - tenía arsénico y antimonio, reduciéndose estos elementos pasaban casi enteramente á los ejes, impurificándolos. Por consiguiente, era forzoso tratarlos en hornos de reverbero, donde la eliminación es más sencilla. Pero de todas las innovaciones, la más importante ha sido la de la aplicación del procedimiento Bessemer de fabricación del acero al tratamiento de las matas cupriferas. Con este procedimiento se ha modificado en esencia la metarlugia del cobre. El procedimiento consiste en inyectar á través de la masa fundida el aire bajo fuerte presión; atravesando la masa líquida el oxigeno del aire, quema las diversas impurezas y alina el metal. Un meta- lurgista de Lyon, el señor Pierre Manhés, ha adoptado, después de numerosos ensayos, definitivamente este método para purificar las matas (véase ScHnABEL, Metalurgre, y Wetss, Le Curvre). Las analogías entre la fabricación del fierro y del cobre son, en efecto, muy grandes. En los altos hornos el mineral es reducido al estado de fundición, combinación de fierro y de cobre; del mismo modo el mineral de cobre es transformado por una simple fusión en un compuesto sulfurado formado de cobre, fierro y azufre. En estas dos operaciones se separan los metales de las gangas y se obtienen productos principales análogos; de un lado es un carburo y un siliciuro de fierro y de manganeso; de otro un sulfuro doble de fierro y de cobre. Por la simple acción del viento se elimina durante la operación Bessemer el silicio, el carbón y el mangane- so; de la misma manera se quita á la mata su azufre y su fierro que son, los dos, más oxidables que el cobre. Pero las dificultades que se presentan en el tratamiento de las matas son mucho mayores que aquellas que se presentan en el 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tratamiento de las fundiciones. En estas últimas, los elementos que se deben oxidar no pasan de 9 410 por ciento del peso del metal. En las matas, al contrario, su ley en cobre es tanto más pequeña cuanto mayor esel trabajo que se desee ejecute el convertidor. Como ellas en general tienen 20 por ciento de cobre hay que elimi- nar por oxidación 80 por ciento de las materias tratadas. Por otra parte, los elementos extraños de la fundición, sílice y carbón, desarrollan, quemándose, una cantidad considerable de calor : Calorías SiS s000p 00000 A A lo IN Soo o 7800 CMD AE coa ; 8000 lo que eleva notablemente la temperatura del baño metálico é impide todo peligro de enfriamiento debido á la acción del aire inyectado. El azufre y el fierro, al contrario, no producen más que 2200 y 1500 calorías respectivamente; por esto los primeros ensa- yos hechos en Inglaterra por Mr. Holway para tratar las matas por el convertidor Bessemer dieron un fracaso completo. El señor Manhés no se desanimó por el fiasco del metalurgista inglés, é hizo numerosos ensayos en la oficina francesa Védénes. Se valió para ello de una pequeña retorta con una capacidad como para 50 kilógramos de matas y dispuesta lo mismo que el aparato Bessemer ordinario con cajas de viento en la base y toheras vertica- les por donde se inyectaba el aire, de abajo arriba, en el baño metá- lico. La mata con que se experimentaba contenía de 25 á 30 porciento de cobre, siendo previamente fundida, y vaciada luego en la retorta. Veamos lo que pasaba : al inyectarse el viento á través de la masa líquida oxidaba rápidamente el azufre y el fierro. El azufre se escapaba al estado de ácido sulfuroso, el fierro formaba con la arcilla del revestimiento de la retorta una escoria fluida; la com- bustión del fierro y del azufre eran suficientes para mantener el baño metálico y las escorias bien fluidas; por consiguiente la ope- ración marchaba bien. Pero, poco á poco, la mata se espesaba; la inyección del aire daba lugar á una ebullición tumultuosa acompañada de proyecciones de escorias fuera del aparato. Aun más, el cobre formado al reunirse en el fondo de la retorta se aglomeraba alrededor de las toberas obstruyéndolas, poco á poco, lo que ocasionaba la paralización an- LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 931 tes deque la mata hubiera sido desprovista de todo su fierro y azufre. Ante estas dificultades, el señor Manhés sustituyó las loberas verticales por otras que inyectaban el viento en el baño por en- cima del fondo de la retorta, reemplazó lo caja de viento por una corona circular hueca provista de orificios laterales inyectando el viento horizontalmente en el baño metálico. Con esta disposi- ción sucedía que todo el cobre que se generaba se iba al fondo sin obstruir las toberas; pero cuando se trataban matas pobres, como durante el tratamiento se enriquecian constantemente al volverse más y más pesadas, ganaban el fondo del convertidor, donde la acción oxidante del aire no llegaba. Escapándose estas porciones al tratamiento no podía obtenerse cobre puro. Nuevos trabajos del señor Manhés le permitieron obviar la dificultad. Para ello se sirvió de un convertidor cilíndrico de eje horizontal que pudiese girar á voluntad á su alrededor. Con esta disposición bastaba inclinar más ó menos el aparato, para hacer llegar el viento á un punto determinado y al nivel más útil para la materia que se purificaba. Tales fueron, en tesis general, las modificaciones más importantes introducidas por el señor Manhes en las retortas Bessemer para el tratamiento de las matas. Describiremos el aparato tal cual ha sido patentado y aid las lijeras variantes que se han introducido en Lota y Maitenes, ambos establecimientos de la testamentaría Cousiño. Descripción (figura n* 3). — El convertidor patentado Manhés se compone de un cilindro horizontal de palastro A revestido interior- mente con ladrillos refractarios, formando un cilindro embutido en el primero B. La altura del cilindro es igual al diámetro. Este cilindro descansa sobre un sólido carrito formado de cuatro ruedas R y móvil sobre una línea férrea. Como es necesario que el cilindro pueda girar alrededor de su eje existe en su parle inferior y for- mando cuerpo con él: 1% un arco cremallera á dientes oblícuos L; 22 una rueda dentada M con sus soportes P y manubrio N; accio- nando sobre éste se hace desplazar el arco dentado y con él el cilindro. Los soportes del cilindro sobre el carrito tienen que ser especiales para permitir la rotación suave del cilindro, lo que se consigue con la disposición adoptada en los hornos Bruckner, esto es, dos anillos de fricción K descansando sobre cuatro ruedecitas soportes girato- rias J. 9232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las matas se cargan porla boca oblicua H. La inyección del aire se efectúa por una serie de canales inclina- dos E, dispuestos según la generatriz del cilindro. A consecuencia de la movilidad de éste ha sido necesaria la adopción de articula- ciones en la cañería conductora de aire comprimido, lo que se veri- fica por un juego de codos rótulas. El aire comprimido entra en una caja metálica D, de la que se reparte por medio de los conductos E. A fin de poder limpiar estos conductos en la cara delantera de la caja, existe una serie de agujeros correspondiendo uno para cada canal, con su tapón de madera, por donde se introducen fierros, co- mo se hace en las toberas de los hornos de viento. En fin, una tolva con chimenea da paso á los gases que se desa- rrollan durante el tratamiento de las matas (SO?, As?0*, Sb?03). Conducción de la operación. — La retorta previamente calentada al rojo, recibe una carga de 1000 kilógramos de mata líquida. Ad- vertiremos que esta es la carga normal del horno cuando está nue- vo; pero á medida que trabaja se van escorificando sus paredes y aumentando por tanto su capacidad. A través de la mata fluida se inyecta el viento á una presión de 206 30 centímetros de mercurio. En Lota la presión es de 56 centímetros. Estando el convertidor en su posición normal, las boquillas bu- zas están algo debajo del nivel de la mata. LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 233 Con la acción del aire inyectado, la temperatura se eleva rápida- mente; vapores sulfurosos, arseniosos y antimoniosos bajo forma de penachos densos amarilloyerdosos se desprenden, escapándose por la tolva y la chimenea. A medida que la operación avanza se hace girar el cilindro de manera de inyectar siempre el viento en la ma- ta y no en la escoria que sobrenada. Después de 15620 minutos de fuerte inyección, los humos disminuyen y se vuelven verdosos; en seguida desaparecen súbitamente. Como en la operación se ha ido inclinando más y más el conver- tidor, al finalizarse la marcha, ya la boca está á la altura de un hombre. Entonces el operario por medio de un rastrillo y garfios, espuma y arrastra las escorias dejándolas caer en el suelo, ó mejor aún, sobre un volquete móvil que corre sobre otra vía férrea para- lela á la del convertidor. En cuanto al cobre, se le recibe en lingo- teras de fundición. Los ensayos hechos dan para las escorias: SO dd 35.90 AO ds cda o oa 1.76 A ENS 55.83 MIO sa O 0.22 SIS ; 0.86 Us Dada eS ANO ao 9.14 El cobre bruto tiene generalmente : CU to 98.5 á 98.8 MIA E ESO 0.9 » 0.8 A AE 0.6 » 0.4 Un convertidor puede soportar 20 operaciones, es decir, tratar más ó menos 20 toneladas. Después de este trabajo, como las paredes interiores refractarias han contribuido á la purificación del cobre y se han ido gastando, hay que renovarlas. Para ello basta arras- trar el carrito que soporta el convertidor y en su lugar se coloca otro nuevo. Retirado el convertidor viejo se le echa mucha agua en el interior y exterior lo que contribuye á desagregar el resvestimiento que por efecto de la escorificación había formado un conjunto muy sólido. Para que el agua del interior pueda renovarse y producir enfria- miento rápido, todo el cuerpo de palastro está lleno de agujeritos. 234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Una vez limpio el cilindro de fierro se procede á formar nueva- mente el revestimiento interior con ladrillos refractarios y barro de arcilla. Ensayos rigurosos hechos en Francia han probado que con el sistema de los convertidores para obtener cobre de la misma ley, sólo se gasta un tercio de combustible de lo que se gastaría con el procedimiento inglés del reverbero. En Lota, después de haber adoptado el aparato que describimos, en la práctica se han encontrado con una serie de dificultades, sea inherentes al aparato mismo, sea á la naturaleza de los minerales, ó porque no se conocía el aparato. Lo cierto es que allí los converti- dores no trabajan ni rinden lo mismo que en Jos Estados Unidos, que es donde más se han generalizado. Uno de los inconvenientes más grandes ha sido el desgaste rá- pido del revestimiento interior. Se hatratado de corregir esto agre- gando cargas de cuarzo, pero sin resultado; ese defecto origina sim- plemente en composturas el tercio del gasto de tratamiento. En la necesidad de hacer durar más los convertidores no sólo se ha aumentado el espesor del revestimiento, sino que se le ka mo- dificado substancialmente (figura 4). El fondo en lugar de ser cir- cular es plano, de manera que al principio la pequeña cantidad de cobre y mata más pura que regenera están bajo forma de lámi- na. A medida que la operación se continúa y se aumenta el espe- sor del cobre formado, para aprovechar la acción oxidante del aire inyectado se va inclinando el convertidor; de ese modo el cobre se deposita en el ángulo y el aire siempre actúa sobre las ma- tas. La capacidad interior ya noes por esta disposición cilíndrica sino tronco-prismática á aristas horizontales. Otra de las innovaciones introducidas está en las buzas; las an- O LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 935 tiguas de fierro se obstruían y gastaban con mucha rapidez. Des- pués de varias tentativas se han reemplazado con un bloc de arcilla refractaria cocida con agujeros á través desu masa, por donde pasa el aire. Los agujeros de las buzas están una pulgada sobre el nivel del fondo. A pesar de estas disposiciones para evitar las corrosiones rápidas se ha resuelto tratar sólo matas de 50 por ciento para arriba. Esto ha obligado para ciertos minerales, á tener que tratarlos varias veces en reverbero hasta obtener mata azul. En Lota se han dispuesto dos hornos de reverbero para la trans- formación de la mata bronce en mata azul que debe alimentar cada convertidor. No obstante la variante introducida en la disposición interior de los convertidores, el trabajo de éstos se efectúa en malas condicio- nes. Basta decir que para cobre de 97 por ciento de ley la mayor parte de las escorias que salen tienen 20 por ciento de cobre en granalla, lo que obliga á tratarlas nuevamente. Sorprende ver salir del convertidor esas escorias tan poco fluidas y tan ricas por lo mismo, que los únicos elementos extraños que contienen las matas, en proporciones ponderables, son el azulre y el fierro; el primero se quema y volatiliza; en cuanto al segundo, como se sabe, debe formar con el cuarzo una escoria fluida, pues la única sílice que se toma del revestimiento es la necesaria para escorificar el fierro de los ejes. Examinando por mi propio criterio la cuestión, opino que por efecto de la presión tan elevada que se emplea allí (53 centímetros de mercurio) no sólo se escorifica el fierro, sino que aún el mismo cobre generado ataca á la sílice dando un silicato doble de fierro y de cobre bastante infusible. En todas las oficinas que se usa el convertidor no se trabaja sino con 25 á 30 centímetros de mercurio (1); de ahí que no hay lugar á la reducción que indicamos. La causa que se da para usar esta presión en Lota es la ne- cesidad de emplearse en la operación el menor tiempo posible, pero se olvida que lo que se gana en rapidez se pierde en rendi- miento. El ingeniero Henrichsen, director de la oficina, dice que lo mejor (1) En casitodas las oficinas que usan convertidor hay tendencia á disminuir la presión en 25 centímetros de mercurio. 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sería sólo purificar al 90 por ciento en el convertidor, pues hasta esa ley las escorias son muy fluidas, y que por causa de tener que elevar más la ley del cobre las escorias se espesan y arrastran mu- cho cobre. Yo creo que mejor sería disminuir la presión del viento con que se trabaja, con lo que se obtendría la ley del cobre que se quisiera, necesitándose por supuesto mayor tiempo. Así, se evita- ría que por la temperatura elevadísima se perdiera el cobre bajo forma de silicato. La formación del silicato es un hecho, pues en las escorias se nota el color característico de la crisocola. En Lota sólo funcionan dos convertidores. La chimenea para eliminar los gases se reduce á una pequeña tolva á cuya continuación sigue un tubo que pasa hasta fuera del techo. Con esto no es posible dar salida á los gases, de manera que se difunden en el salón escapándose como pueden. Analizados los humos condensados en la techumbre tienen hasta 5 por ciento de cobre, lo que prueba, una vez más, que por efecto de tan alta tem- peratura no sólo hay reacciones perjudiciales, sino también volati- lización. Dos operarios y un muchacho atienden el servicio de cada convertidor. Escorias. — Hemos dicho que las escorias que salen del conver= tidor son muy figosas y tienen hasta 20 por ciento de ley. Su gran abundancia ha exigido un tratamiento especial, que consiste en mezclarlas con minerales nuevos para formar lecho de fusión, lo que se trata en un horno de viento. Este horno es de tres pies de diámetro. La instalación es de Frasser Chalmers. El horno es á crisol exterior, ósea un hornito elíp=- tico adonde corre todo lo que se funde en el horno grande; en el hornito se efectúa con tranquilidad la separación de las matas de las escorias. El hornito crisol tiene dos puertas, una elevada para la salida de las escorias, y olra inferior para las matas; sobre la bóveda existe una abertura circular por la que se efectúa la limpieza. La instalación se compone: De un horno de soplete para 30 toneladas y un hornito de rever= bero para las licuaciones ; De un ventilador Root, n* 4; De un motor de 10 caballos. Nada de nuevo ofrece este horno, como instalación y trabajo, sal- vo la válvula de seguridad de que últimamente se le ha dotado. LA INDUSTRIA DEL COBRE EN CHILE 937 Esta disposición es de lo más útil y trata de evitar lo siguiente: cuando por cualquiera causa se paraliza la inyección del aire, el ácido carbónico y el óxido de carbono que se desprenden como pro- ductos de la combustión por el rampante, encuentran camino más fácil por la tubería que conduce al ventilador. Sabemos que estos gases en contacto con determinadas propor= ciones de aire dan mezclas explosivas; de ahí resulta que muchas veces verificándose estas mezclas hay explosiones en el mismo ven- tilador, el que se hace perlazos. Para evitar que los gases del horno inviertan el sentido de su circulación hasta llegar al ventilador, se ha dispuesto un registro en la tubería ; de manera que inmediata- mente que pasa el ventilador, el operario actúa sobre el registro, cortando la comunicación por medio de un juego de palancas; esta sola acción del operario se transforma en abertura de una válvula por donde se escapan al exterior los gases del horno. Este aparati- to funciona bastante bien, adoptándosele después de la explosión que se verilicó en el establecimiento Maitenes. El combustible empleado en la marcha del horno de viento es el coke traído de Inglaterra. Algunos experimentos se han hecho para fabricar coke de la lignita que allí se tiene, pero no se ha obtenido resultado alguno. Afinado y refinado El cobre bruto obtenido en Lota ya por fusión en horno de rever- bero, ya por el procedimiento Manhés, contiene aún algunos ele- mentos extraños que hay que eliminar antes de poderlos entregar al comercio. Para realizar esta purificación, se somete el cobre bruto á una fusión oxidante, durante la cual el fierro y otros metales desapare- cen completamente bajo forma de escorias; mientras que el azufre, el arsénico y el antimonio permanecen aun combinados con el co- bre. Para efectuar la eliminación de estos elementos se prolonga la oxidación de manera de poder transformar una pequeña cantidad de cobre en óxido que forma una escoria muy básica y reacciona sobre los metales restantes, haciéndolos pasar al estado de óxidos metálicos que son absorbidos por las escorias. El metal así obte- nido se llama cobre de roseta, tiene un bello color rojo debido á la- presencia del óxido de cobre; se transforma en cobre comercial so- metiéndolo á una fusión reductiva. 9238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estas operaciones son las que constituyen el afinado y refinado, efectuándose ambas, una á continuación de la otra, en un mismo horno de reverbero. Estos hornos tienen el piso algo cóncavo, en donde se reune el cobre purificado. La relación de la superficie del hogar al labora- torio es un décimo. La carga del horno es de 10 toneladas de co- bre bruto. La operación se conduce así: cargando el hogar con carbón por una tolva superior se sostiene el fuego de manera de poder fundir lentamente el metal; la fusión completa se concluye al cabo de 15 4 20 horas. Es necesario remover constantemente la masa fundida; de esa manera sobrenadan las escorias, las que se retiran con un rastrillo; se ejecuta esta operación hasta el mo- mento que comienza á colorear de rojo por la formación del óxido de cobre. Entonces se deja actuar esta escoria una ó dos horas so- bre la masa fundida; en fin, se termina el primer período, cuando tomando una muestra de la masa, el metal ya frio presenta una fractura de gruesos granos y un hermoso color rojo. Entonces se espuma por última vez y se cierran todas las puertas de manera de tener en el horno una atmósfera reductriz, lo que se ayuda pro- yectando un poco de carbón de madera para reducir el óxido de cobre formado. La reducción se activa introduciendo por la puerta de trabajo al- gunos troncos y ramas verdes con lo que se remueve el baño; el gas y el vapor de agua que se desprenden de la madera producen una violenta hervición en el baño fundido y favorecen el contacto del carbón de madera con el óxido de cobre que debe reducir. Durante toda esta segunda operación se van tomando muestras del interior. Al principio las muestras están bursufladas por el desprendimiento del ácido sulfuroso; al fin la masa, al enfriarse, permanece compacta, dando un metal rosado difícil de quebrar y de una fractura limpia con brillo soyeuw. Entonces se produce el vaseado y moldeado. El cobre refinado se extrae del horno en va- sos ú crisoles de fierro revestidos de arcilla; se vacía el líquido en moldes de fierro dando barras de 70 kilógramos de peso, en cuya base existe la marca de la fundición; dice: Lota. JUAN VELÁSQUEZ JIMÉNEZ, Ingeniero civil y de minas. NOVA ADDENDA FLORAM PATAGONICAM AUCTORE CAROLO SPEGAZZINI (PARS 1) 931. HETEROTHALAMUS TENELLUS (Hook. € Arn.) OK. — Otto Kuntze, Rev. gen. plant., II, 2, f. 158. — Speg., Plant. Pat. austr. n. 188. Hab. In aridis saxosis Loma del Saladero prope Carmen de Pata- gones, Febr. 1898 (€. S.) et prope Paso de los Indios, Chubut, Nov. 1898 (n. 51, Koslowsky). 932. HETEROTHALAMUS SPARTIOIDES H. € Arn. — Speg., Plant. Pat. austr., n. 189. Hab. Vulgatus secus Rio Negro in uliginosis fere ubique, Jan. et Febr. 1898 (€. S.) et prope Rio Chubut, Dec. 1898 (A. Fischer). 933. ERIGERON ANDICOLA DC. = DC., Pr. V, f. 287. = Gay, Fl. Chil. IV, £. 2. Hab. In praeruptis secus Golfo de San Jorge, Febr. 1896 (C. A.). 940 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Obs. Capitula ex hemisphaerico campanulata (10 mm long. = 12 mm diam.), acheniis glaberrimis angustis (4 mm loug.), pappo leniter rufescente brevioribus, ligulis angustis breviu- sculis lilacinis donata. 234. ERIGERON ANGUSTIFOLIUS Ph. = Ph., An. Univ. Chil., vol. EXXXVIT, f. 418. Hab. Sporadice in rupestribus aridis Karr-a1k vocatis prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Caules (20 cm alt.) graciles laxe patentimque pilosuli, monocephali, bas1 foliis laxe subrosulatis erectiusculis (5-10 cm long. = 2-2,5 mm lat.) apice subacutiusculis breviter atte- nuatis, deorsum longissime attenuatis, utrimque subcane- scenti-hispidulis ornati, sursum laxe adpresseque foliati; capitula subhemisphaerica (9 mm long. = 10 mm diam.) squamis acutis viridibus dense canescenti-hispidis, achaentis puberulis angustis compressis (3 mm long.), pappo subbre- viore vix rufescente coronatis, ligulis ex albo roseis angustis parum elongatis donata. 235. ERIGERON BONARIENSIS L. = DC., Pr. V, f. 289, f. glabrata Speg. Hab. Vulgatus in dumetis secus flumen Rio Negro, Febr. 1898 (0. S.). Obs. A typo recedit caule subglabro v. sparsim setuloso foliisque fere tantum ad hypophyllum nervis et margine ciliolato-pube- scentibus; capitula (7 mm diam. et long.) squamis quam discum (ad maturitatem)dimidio brevioribus; achaentis (2-2,25 mm long.) valde compressis margine nervoso-costulatis, pubescentibus, lateribus enerviis semper sparse pilosulis. 936. ERIGERON BREVICAULIS Ph. = Ph., An. Univ. Chil. LXXXVII, f. 416. Hab. Non rarus in rupestribus montanis loco dicto Karr-ark prope Lago Argentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Species enana el contracta; distinguitur mox tamen, ligulis conspicue latioribus et longioribus, capituli longitudinem fere aequantibus (6 mm long. = 0,7 mm lat.), intense lilacinis; capitula (7-9 mm long. = 12-13 mm diam.) squamis acutis hispidis, achaeniis angustis (2 mm long.) puberulis, pappo vix rufescente tertio brevioribus donata. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 941 237. ERIGERON PhiLippri Sch. Bip. = Wed., Chl. And. I, f. 192. Hab. In rupestribus aridis loco Karr-ak vocato prope Lago Ar- gentino, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Specimina patagonica a chilensibus recedunt foliis saepius obtusioribus latioribusque, squamisque capitulorum in parte infera canescenti-hispidulis, in supera atro-purpurascentibus glabris sub lente valida laxe papilluloso-glandulosis. Achenia semper laxe adpresseque puberula. Adsunt formae duae : a) Humilis: caule hasi subdecumbente (30-30 mm. alt.) adpresse canescenti-hispidulo, capitulis minoribus (9 mm diam.) ligulis pulchre coeruleis. b) Elatior: caule erecto (150-180 mm alt.) laxe patentimque piloso, capitulis submajoribus (12 mm diam.) ligulis albis. 238. ERIGERON GAYANUS Rmy var. leptophylla Speg. Hab. In pratis editioribus inter Chorqueláven et Lago Musters, Chubut, Dec. 1898. (N. 1.) Obs. Specimina a typo nonnihil recedun!, statura saepe majore (10-20 cm alt.) caule foliolato apice quandoque monocephalo, quandoque 3-6 cephalo, foliis linearibus radicalibus longiori- bus angustioribus (5-12 cm long. = 3-5 mm lat.) sursum obtuse acutatis deorsum longissime attenuatis, glabris v. in petiolo sparsim patentimque ciliatis, caulinis sessilibus dense ciliatis, capitulis (10-12 mm diam.) breviter pedunculatis, pedicello canescenii-pubescente, squamis viridibus v. purpu- rascentibus adpresse bispidulis, ligulis parum elongatis albi- dis, achaeniis adpresse pueers pappo non v. vix subrufe- scente brevioribus! , 239. ERIGERON LecmLerRI Sch. Bip. = Sch. Bip., in Flora, 1855, o £ 114. —Walprs, Ano. V, f. 181. — Speg., Plant. Pat. austr., n. 181 (sub E. spiculoso). Hab. ln campis editioribus secus Rio Santa Cruz, Febr. 1882 (CAS, Obs. Capitala hemisphaerico-campanulata (5-7 mm long. = 3-7 mm diam.), achaeniis (1,5 mm long.) compressulis, adpresse puberulis, pappo rufescente. 240. EriceroN mYosorys Prs. = Speg., Plant. Pat. austr., n. 180. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII 1 9149 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Hab. In glareosis aridissimis prope Puerto Deseado, Jan. 1898 (0. A). Obs. Haec specimina formam nonnihil ad E. Remyanum Wed. accedertem sistunt. Capitula subhemisphaerica (8 mm long. = 10-12 mm diam.), achaeniis angustis (2 mm long.) pube- rulis pappo non v. vix rufescente brevioribus, ligulis albis elongatis angustis ornata. 241. ErtceroN Porrrici DC. = DC., Pr. V, f. 287. — Gay, El. Chil., IV, f. 23. E Hab. In aridis saxosis montanis loco Orr-ark vocato prope Lago Viedma, Mart. 1898 (C. A.). Obs. Caules stricti erecti saepe simplices et monocephali (20-30 em alt.), capitulis hemisphaericis (7-8 mm long. = 10-12 mm diam.), achaeniis compressis (4 mm long.) glaberrimis, pappo roseo-rufescente leniter brevioribus, ligulis elongatis albo=-roseis donatis. Folia linearia angusta subobtusiuscula, ut tota planta, laxe patentimque hispidula. An ab E. W¿llamst Ph. sat distinctus? 242. ERIGERON sPICULOSUS Hook. € Arn. = DC., Pr. V, f. 289 (non Speg., Plant. Pat. austr. n. 181). Hab. Non rarus in dumetis prope Lago Nahuel-huapi, Jan. 1898 (C. S.). Obs. Caulis apice corymbose paniculatus, capitulis subcampa- nulatis (3 mm lat. = 7 mm diam.), achaenús laxe hispidulis (2 mm long.), marginibus nervosis densiuscule, lateribus enerviis sparse, pilosulis, pappo albescente. 2/3. ERIGERON SORDIDUS Gill. = Griseb., Symb. Fl. Arg., £. 175. Hab. Non rarus in dumetis praecipue ad ripas fluminum, secus Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.) et secus Rio Chubut, Jan. 1899 (A. Tonnellier). , Obs. Panicula ampla diffusa, capitulis campanulatis parvulis (4-5 mm long. = 2,5-3,5 mm diam.); achaenia (1,5 mm long.) valde compressa margine nervoso-incrassata densiuscule, lateribus enerviis sparse, sed semper adpresse, pilosula. (Continuard). MISCELÁNEA Algunas aplicaciones del aire líquido (1). — El novelista inglés Feltbam que en 1627, hablaba burlescamente de aquel loco que vendía aire en botellas en el Temple de Londres, mo suponía que su cuento fantástico, con el cual se divertían los contemporáneos de Carlos L, se convertiría en realidad dos- cientos setenta y dos años más tarde. Tan cierto es que, buscándolo bien, se descubre que ninguna invención moderna ha sido ignorada por los sonadores y los imaginativosde antaño. Parecen, porotra parte, del dominio de los visionarios en razón misma de su aparente extravagancia, todas estas conquistas de la cien= cia de nuestros días, tan estupefacientes como atrevidas. Entre ellas el aire líquido es ciertamente el record de la física. Ayer era sólo una curiosidad de laboratorio; ahora es un objeto de comercio que ha entrado corrientemente en la aplicación práctica y que llegará á ser de un uso tan familiar como la electricidad y el vapor. Hace algunos meses losescépticos sonreían diciendo': « ¿El aire líquido ? Sin duda alguna nueva broma como cien más que por ahí corren». Hoy ya no se rien, lo van á comprar por algunos centavos el litro; en Nueva York todas las tiendas lo tendrán antes de fin de año, y en 1900 todo Paris lo verá anunciado en las vidrieras, como el petroleo Oriflama. Desde ya se ingenian en multiplicar sus servicios. He ahí el ventilador que, cargado de aíre líquido cambia automáticamente la atmósfera "pesada y asfixiante de- una habitación en brisa ligera y de deliciosa frescura. He aquí el aparato re- frigerante en el cual el aire líquido reemplaza el hielo y mata seguramente todos los gérmenes infecciosos; pronto no se empleará otro método para la conserva= ción de los frutos, carnes, pescados, de todo lo que se hecha á perder. He allí un explosivo mucho más poderoso que todos los adoptados hasta hoy, el fluido fabricado segun los procedimientos de Tripler se transporta con la mismafacilidad y de una manera tan inofensiva como la leche en un tarro, y, bajo una presión matemáticamente calculada, determina la detonación de un cañón de grueso ca= libre. Ved aquí la fuerza motriz de mañana que va á poner en acción máquinas de coser, telares, locomotoras, prensas, automóviles, trenes y á resolver mil proble= mas mecánicos que se creían insolubles. (1) De un interesante artículo de G. Roux, aparecido en el número del 1* de septiem- bre de La Revue des Revues, año X, vol. XXX, páginas 512-517. 944 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El ventilador de aire líquido es debido á Oscar P. Ostergren. Data de princi- pios de junio. El inventor ha querido destronar al ventilador eléctrico, que no respondía á las promesas de sus inventores, y lo ha conseguido. La construcción es, por otra parte, sencillísima. Comprende un depósito cilín= drico de bronce sobre el cual se halla una especie de trompo en espiral, montado sobre un eje al que se adapta un ventilador ordinario de metal con varias aletas. El depósitu se llena de aire líquido que al evaporarse pone en movimiento al ven- tilador que envía en todas direcciones este aire fresco, cuya temperatura puede compararse con la de la brisa de montaña y refresca rápidamente la pieza más cá- liente. ¡Qué diferencia con el ventilador eléctrico que sólo mueve el aire caliente cargado de emanaciones dañosas! El aire líquido en su estado normal de expansión gaseosa produce una almós= fera tan pura como la de la cima de las más altas montañas. Tiene el olor del ozono y está absolutamente exento de gérmenes, pues todos los microbios que podía contener han sido destruídos cuando estaba en estado líquido á 312 grados, Fahrenheit bajo cero (=-191%C». El costo de Ja manipulación del ventilador Ostergren es insignificante. Para refrescar un taller en el que se reunen por lo menos veinte obreros en una pieza recalentada, se tiene un gasto de un franco por día. A decir verdad, la invención no está aún á disposición de los compradores, pues Ostergren quiere añadirle un perfeccionamiento, pero se pondrá en venta muy próximamente y los pedidos afluyen ya de todas partes. La vasija adoptada para el transporte y conservación del aire líquido es un tarro redondo de cobre en cuyo iuterior hay varias cámaras de aire y espacios llenos de lana poco apretada. Se impide así la penetración directa del calor exterior has= ta el aire líquido que se halla en el centro del tarro. Es bueno recordar que la temperatura de un día de verano en que el termó= metro marca 88 grados Fahrenheit (31%C.) es de 400 grados (2222C.) superior á la del aire líquido cuyo frío glacial alcanza hasta 312 grados —191*C.) bajo cero. Se necesitan 180 grados de calor (1009G.) para elevar el agua helada á la tempe= ratura de ebullición y convertirla en vapor. Porconsiguiente no es de sorprender que el aire líquido exija 400 grados de calor (2229C.) para volver á tomar su forma gaseosa natural. Colocado sobre un trozo de hielo el aire líquido continúa hirvien- do, pues el hielo tiene 344 grados (19:9C.) más que él. Gracias al procedimiento indicado más arriba para impedir el contacto del aire Caliente exterior con el aire líquido, este último puede ser conservado durante varios dias y hasta toda una semana. El mismo procedimiento permite emplear el aire líquido como refrigerante, sus- tituyéndolo al hielo; una cantidad de aire líquido que puede costar tres francos equivale á una tonelada de hielo. Otra ventaja es que el aire líquido permanece siempre perfectamente seco, mientras que el hielo fundente produce una atmósfera húmeda, que daña á la conservación de los frutos, carnes Ó pescados para los cuales se emplea. Actualmente, según el método practicado en los Estados Unidos, donde se trans- porta en vehículos refrigerantes las mercaderías que se deben conservar frescas, uno de estos vehículos dividido en dos compartimentos puede conducir un peso muerto de 10 toneladas de hielo, pero este hielo debe ser renovado cada dos ó tres días durante el viaje. La provisión de hielo ocupa la sexta parte del espacio MISCELÁNEA 915 que ofrece el vehículo. Con el aire líquido desaparece el peso muerto de hielo y todo el espacio puede ser ocupado por los frutos, carnes ó pescados que se quie— ran transportar, pues el aparato que contiene el aire líquido no necesita más que un pequeño sitio en lo alto del vehículo y consiste en un largo cilindro de metal con tubos y válvulas. El aire frío y seco distribuído es á la vez germicida, tónico y refrigerante. Cada wagón puede transportar próximamente 225 litros de aire líquido y un termómetro automático mantiene la temperatura uniforme. Sin embargo, la carga de aire líquido almacenado en el depósito del acamulador no puede servir más que para tres días. Así que será necesario establecer en los largos trayectos de— pósitos que sirvan para volver á cargar el aparato. La usina de Ostergren no se limita á la construcción de ventiladores refrigeran= tes de aire líquido. Los inventores se han propuesto igualmente aplicar el des— cubrimiento de Tripler á la locomoción de vehículos de todas clases, de manera que se obtengan resultados más eficaces y más económicos que con el aire com- primido ó la electricidad. Para los automóviles los motores de aire líquido se- rán preferidos antes de pocoá los motores de petróleo. En cuanto á los cañones de aire líquido, tal como los concibe Ostergren, harán abandonar todoslos sistemas usados precedentemente y aún el aire comprimido, la dinamita, etc. Todas las desventajas de estos diversos sistemas — y larga sería la lista de los inconvenientes y los peligros — serán suprimidas, y por otra parte ya no habrá más explosiones de navíos cargados de materias inflamables y ex- plosivas, puesto que el aire líquido sólo se hace explosivo por la mezcla ó el con- tacto con una cierta substancia. Además, como lo hace notar Ostergren, el aire líquido puede ser empleado con piezas de todo calibre, desde las más pequeñas hasta las más enormes. Para aprovisionar á cada navío de guerra de una cantidad suficiente de aire lí quido, bastaría instalar pequeñas usinas poco costosas y fáciles de establecer. Otra ventaja considerable es que el aire líquido se fabrica en muy poco tiempo. Se obtiene una cantidad suficiente para toda la batería de cañones de un navío en sólo una hora. De esta manera se hace inútil el tener depósitos de materias ex- plosivas y no se está ya expuesto á las catástrofes que siempre son de temer con los polvorines, y se ahorran los millones actualmente gastados para depósitos y almacenes de dinamita. En una palabra, si creenos á los yankees el siglo veinte sería el siglo del aire líquido. Los destiladores van á ponerlo á la moda para « envejecer » los cognacs y otros espirituosos, los vinicultores para dar más aroma álos burdeos y borgo= has más ó menos auténticos, los perfumistas para obtener esencias más exquisitas, los fabricantes de conservas para ofrecer á su clientela frutos tan deliciosos co= mo si acabaran de sacarse del árbol; los cirujanos para hacer sus operaciones en condiciones antisépticas absolutamente perfectas, los embalsamadores para com— batir victoriosamente la descomposición de los tejidos ; y, ¿quién sabe ?si la lon= gevidad misma no beneficiará también de él y algún escudrinador de manuscri- tos nos anunciará un. día de estos que la famosa fuente mitológica en la cual metamorfoseó Júpiter á la bella ninfa Juvencia, dándole la virtud de rejuvene= cer á aquéllos que se bañaran en sus aguas, no era en suma más que de aire líquido. BIBLIOGRAFÍA I. — CIENCIAS NATURALES Mercerat (Alcide). — Die fossilen Vogel Patagoniens. — El BEITRAG ZUR ENTWICKELUNGSGESCHICHTE UND SISTEMATISCHEN STELLUNG DER STEREORNITBES, en: Veroffentlichumgen der Deutschen Ahkademischen Vereímigumg zu Buenos Añres, tomo 1, parte 1*%, pág. 1-14, Buenos Aires, 1899. Este artículo contiene la interesante conferencia pronunciada por el autor so- bre lasaves fósiles de Patagonia, el3 de Junio de 1898, ante la Unión Acadé- mica Alemana de Buenos Aires (1). Comienza por exponer el carácter general de la paleontología argentina, eo- nocida hace poco principalmente por restos de mamiferos. Sabido es que Mercerat fué el primero que estudió en conjunto las aves fósiles de la República Argentina, estableciendo el orden de los Stereornithes, que compren- de la mayor parte de los restos más anliguos hallados hasta hoy. Ameghino ha= bía descrito como de mamífero las piezas de Phororhacos, gigantesca ave dotada de una cabeza más voluminosa que la del caballo, error que después reconoció. En estos Anales, tomo XLIII, página 2224240, puede verse un artículo de Mercerat sobre estas aves fósiles. o En su conferencia confirma Mercerat, después del estudio comparativo de sus caracteres, la posición sistemática de los Stereornithes. (1) Muchos de nuestros lectores ignorarán que existe en Buenos Aires, desde septiem- bre de 1897, una asociación científica alemana llamada Deutsche Akademische Vercinigung, que cuenta á la fecha con más de cincuenta miembros activos, diplomados en las univer- sidades alemanas ó autores de publicaciones científicas. Su primer presidente fué nues- tro malogrado consocio el doctor Juan Valentin. Forman parte de ella, bajo la presiden= cia del doctor Wolff, distinguidos elementos científicos é intelectuales que dan idea de la importante cooperación alemana en la obra de nuestro progreso. Alto concepto de la actividad de este simpático y civilizador centro nos dan las veinti- tantas conferencias celebradas, en las cuales han sido tratados con toda competencia, trascendentales lemas científicos, filosóficos, técnicos, históricos, sociológicos, artísti- cos, literarios, pedagógicos, etc. Inicia ahora sus publicaciones, cuya primera entrega la constituye el artículo que analizamos. BIBLIOGRAFÍA 247 Estas aves gigantescas deben considerarse en regresión, lo que sin embargo no está tan acentuado en ellas como en las aves actuales denominadas Ratitae. Los caracteres reptílicos que presentan-respondená la descendencia de formas más primitivas. Ofrecen caracteres de las Carmnatae y de las Ratitae, mostrán- donos á la naturaleza en pleno proceso de transformación y confirmando la opi- nión de que las Ratitae no forman una división filogenética independiente. En la clasificación de Fúrbringer deben formar los Stereornithes un grupo (Gens) del sub=orden Ciconiiformes, orden Pelargornithes. A. GALLARDO. Mercerat (Alcide). — Carolibergia azulensis. — UN NOUVEAU REPRESENTANT PAMPEEN DU SOUSORDRE DES TOXUDONTIA — en: Anales del Museo Nacional de Buenos Aúres, tomo VII, pág. 1-23. Buenos Aires, 19 de agosto de 1899. Este nuevo representante de los Toxodontia, el más especializado tal vez de ellos, ha sido establecido por Mercerat sobre los fragmentos de un cráneo, hallado en las márgenes del río Ázul, en una capa de arena blanquizca verdosa de granos finos. El animal debía ser de la talla de Toxodon Burmeisteri Gieb. y su fórmula dentaria, de acuerdo con los materiales estudiados, sería pl A 15 7 PM M3 Si bien el estudio de Carolibergía no modifica mayormente las hipótesis actuales respectoá la descendencia de este grupo, demuestra la importancia de las dife rencias en la forma de la sección transversal de los dientes, la cual varía con la edad mucho menos de lo que varios autores admiten. La reducción en el número deincisivos se opone también á la idea de Ly- dekker de que el desarrollo relativo de los incisivos de las diferentes especies de Toxodon fuera sólo un carácter de dimorfismo sexual. Este artículo, ilustrado con tres hermosas láminas, suministra á Mercerat la oportunidad de rectificar ciertas afirmaciones de Roth. A. GALLARDO. Delage (Yves) et Mérouard (Edgard). — Traité de Zoologie concréte. Tomo II, 1* parte. MESOZOAIRES. SPONGIAIRES. París, 1899. Un nuevo tomo ha aparecido del magnífico tratado de Zoología concreta de Delage y Hérouard, ilusirado con 274 figuras y 15 preciosas láminas coloreadas. No desmerece de los anteriores tomos 1, V y VIII, de cuya picó nos he- mos ocupado oportunamente. En su primera parte, comienza el estudio del grupo intermedio entre los pro= tozoarios y los metazoarios, tratando con todo detalle del curioso mesozoario, Salinella salve, hallado una sóla vez por Frenzel en las salinas de Córdoba. “En cuanto á la posición sistemática de los espongiarios, los autores se deci- _den por separarlos de los celenterados, fundándose especialmente en la inver sión del sentido de la invaginación normal al formarse la gástrula. Los argumen- tos en pro de esta separación están ampliamente consignados en el presente tomo y fueroe comunicados por Delage al Congreso de Zoología de Cambridge, de 1898, el cual no resolvió la cuestión. 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta forma de invaginación, única entre los animales, asigna á las esponjas un lugar aparte, pudiéndose oponerlas á todos los demás metazoarios, bajo el nombre de ENANTIOZOA (Evavríos = inverso), propuesto por Delage. Tanto por su estilo y método como por su aspecto tipográfico y bellas ilustra= ciones, este nuevo volumen confirma nuestra opinión de que la Zoología con= creta es el mejor tratado didáctico moderno en esta materia. A. GALLARDO. Ambrosetti (Juan B.). — Notas de Arqueología Calchaquí, en el Boletin del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, pág. 162-188. — Buenos Aires, 1899. Continúa el señor Ambrosetti la publicación de sus interesantes notas descrip= tivas de objetos pertenecientes á los antiguos habitantes de los valles calcha= quies, notas que aportan un valiosísimo contingente de datos para futuros inves- tigadores, que con un criterio más ámplio, más generalizador, estudien el pasado de aquella parte de nuestra República. Aunque esos apuntes no obedecen en su publicación á un sl perfectamente delineado, son presentados por el señor Ambrosetti agrupados de manera tal que las diferentes series de objetos que considera se relacionan más ó menos entre sí. Quisiéramos hacer una nota bibliográfica considerando el trabajo en general, pero no podemos realizar nuestros deseos por una razón fundamental: yes la falta de espacio. Seremos, pues, breves en nuestru estudio. El señor Ambrosetti ha sentado en sus notas algunas conclusiones demasiado atrevidas, las que no de- ben dejarse pasar sin hacer de ellas una crítica detenida; tal es la de que los Incas no dominaron la región calchaquí, suposición en la que, á nuestro juicio, se equivoca el distinguido etnólogo. En cuanto al contenido de la última serie de notas, prosigue el autor la descrip= ción de hachas de piedra, comenzada en el anterior tomo del Boletín. Nos presenta un amuleto ofidio (fálico?) para la lluvia, «tallado en piedra verde, negra y dura » y termina con la interpretación del simbolismo del « Suri». Esto último es lo más interesante. Estudia el señor Ambrosetti la iconografía del avestruz en la alfarería calcha= quí y de argumento en argumento llega á decir que el «Suri» es la representa- ción del pájaro que los indígenas llamaban « Piguerao », compañero de otra divi- nidad, el Catequil. A pesar de ser una interpretación ingeniosa, deja vulnerable algunos puntos que pueden dar asidero á la crítica. No se fíe mucho el señor Am= brosetti de los « papiros de arcilla» como llama á los cacharros en general; pues aún no se ha hallado... la piedra Roseta para descifrarlos, Por el momento, es "necesario estudiar las representaciones mitológicas comparativamente y si hay algo difícil en arqueología, es la interpretación de figuras que cada autor puede tra- ducir como mejorle plazca. Son indudablemente trabajos meritorios, pero no pa- ra ser tratados en forma de notas. Pueden ser motivo de un estudio detenido y verdaderamente científico y que nadie mejor que el senor Ambrosetlicon su pre= paración y práctica puede llevar á cabo. F. F. Oures. BIBLIOGRAFÍA 949 Lafone Quevedo (Samuel A.). — Progresos de la Etnología en el Río de la Plata durante el año de 1898, en el Boletín del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, pág. 3-64. — Buenos Aires, 1899. Este erudito trabajo del señor Lafone Quevedo está consagrado á revisar y cri- ticar los estudios etnográficos publicados durante el año 1898. por los señores Estanislao S. Zeballos, Guido Boggiani, Félix F. Outes, Benigno T. Martínez, Da= niel G. Brinton y Enrique Peña. El senor Lafone Quevedo rebate con criterio reposado, las opiniones de algunos de los autores que mencionamos más arriba y lo ¡hace, en algunos casos, de una manera bastante feliz. El trabajo del doctor Brinton sobre «Cartografía linguistica del Chaco», ha dado elementos suficientes al señor Lafone para refutar las conclusiones un tanto erra- das del distinguido profesor de Filadelfia y estudia de una manera analítica los diferentes capítulos del opúsculo del doctor Brinton. Los escritos de los senores Boggiani, Martínez y Peña, merecen ligeras obser- vaciones del señor Lafone por estar sus conclusiones más 6 menos acordes con las de aquellos autores. El artículo publicado por el doctor Estanislao S. Zeballos en el tomo XIX del Boletín del Instituto Geográfico (Origenes nacionales), motiva una protesta del señor Lafone á las impugnaciones gratuitas del doctor Zeballos y refuta somera= mente algunos de los errores de este último autor. Por último, nuestro trabajo « Etnografía Argentina», merece algunas observa= ciones del senor Lafone á las que contestaremos en oportunidad. Es lástima que el carácter de simple nota bibliográfica de estas líneas nos pri- ve de detenernos en punto tan interesante, pues el trabajo del señor Lafone Que— vedo envuelve cuestiones etnográficas de verdadero valor, las que son encaradas con el sabio criterio de su distinguido autor. F. F. Oures. Quiroga (doctor Adán). — Ruinas de Anfama. El pueblo prehistórico de la Ciénega en el Bolelín del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, pág. 95-123. — Buenos Aires, 1899. Como todos deben saber, el Instituto Geográfico Argentino envió el pasado año de 1898, una expedición á los valles calchaquíes, la cual iba dirigida por el conocido arqueólogo doctor Adán Quiroga á quien acompañaba en calidad de fotó- grafo y dibujante el señor Eduardo A. Holmberg. El primer estudio que presenta el doctor Quiroga sobre los resultados de su ex- pedición, es el que motiva esta noticia bibliográfica. En él, da los primeros datos sobre dos interesantes pueblos prehistóricos de la provincia de Tucumán : Anfama y La Ciénega. La primera parte de su estudio está consagrada al primero de estos dos pueblos y la segunda á estudiar los diferentes grupos de ruinas que constituyen la derruida aldea de La Ciénega. Cree, con razón, el doctor Quiroga, que tanto Anfama como Colalao y La Cié- nega, son otros tantos jalones de una civilización pasada, que probablemente fué la misma que ha dejado sus rastros en Tiahuanaco, en la república de Bolivia, es= tando caracterizada en la provincia de Tucumán por la presencia de menhires, 950 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hallados por vez primera por el viajero Juan B. Ambrosetti y ahora nuevamente por el doctor Quiroga. La población de Anfama se halla situada en la provincia de Tucumán, en el trayecto entre las estancias de La Hoyada y La Ciénega, en un lugar algo eleva= do y rodeado de altas cumbres. La derruida aldea, esta constituida por grupos de habitaciones formadas por «pirkas » de piedras, que se hallan construídas en los sitios algo elevados, de mo- do que sus habitantes tuviesen el horizonte despejado. También los menhires cons- tituyen una característica de Anfama. La Ciénega se halla situada en pleno macizo del Aconquija, en una profunda quebrada formada por los cerros de Anfama y el Pabellón. Es allí donde el doctor Quiroga ha encontrado lo que él ha creído conveniente considerar como dolmenes, además de grutas naturales, las que fueron segura= mente habitadas porlos primitivos indígenas. Las construcciones de La Ciénega, presentan la curiosa particularidad de ser todas de forma circular. , Ha dividido el doctor Quiroga las ruinas de la Ciénaga en varios grupos: el de la Familia, la Yareta, el Anta, Punta de la Cañada, etc. Es el más interesante el de la Familia, tanto por el número de construcciones que reune, como por los hallazgos hechos en sus ruinas. Dice haber hallado el doctor Quiroga, un grupo de habitaciones, afectando la forma de un falo. A propósito de falo se nos ocurre una observación. Nuestros arqueólogos están poseídos de una especie «falomanía » que les hace ver en todo objeto ó dibujo de una forma más ó menos significativa, una representación de los órganos sexuales masculinos. [ndudablemente que en algunos casos tienen razón, pero, con la prodigalidadcon que juzgan estas piezas, hemos hallado que en más de una, sólo con una idea preconcebida se podrán considerar como falos. La expedición del doctor Quiroga hizo en las ruinas de La Ciénaga excavacio- nes, que dieron por resultado el hallazgo de algunas piezas arqueológicas de valor. Al terminar esta rápida nota, queremos hacer otra observación al trabajo del doctor Quiroga. Los dolmenes hallados son algo más que convencionales y no titubeamos en ma- nifestar que la figura N” 23 no representa un grupo de dolmenes, siendo lo más probable, una reunión de pedruzcos informes que en nada se parecen á aquellas construcciones megalílicas. ; El único dolmén perfectamente caracterizado que nos ofrece el doctor Quiroga en su trabajo, es el representado en la figura 24. Sería de desear que el doctor Quiroga continúe publicando los resultados de la fructuosa expedición que dirigió con tanta competencia. F, F. Oures. II. — VARIEDADES V Congreso Cientifico Jeneral Chileno, CELEBRADO EN LA CIUDAD DE CHILLÁN, DEL 27 DE FEBRERO AL 3 DE MARZO DE 1898, Santiago de Chile, 1898. Hemos recibido un volumen de LX y 528 páginas que contiene los resultados BIBLIOGRAFÍA 951 del Congreso Científico celebrado en la ciudad de Chillán, el año pasado, por iniciativa de la Société Scientifique du Chili, la cual ha conseguido arraigar en la vecina república estas progresistas asambleas. Muchos elogios merece en este sentido la civilizadora labor de los miembros de esa sociedad y en particular el doctor Adolfo Murillo, alma de aquella reunión. Entre los trabajos publicados, que han sido seleccionados, presentándose sólo los más importantes, hay muchos de verdadero interés, pero desgraciadamente hay algunos que no condicen con el carácter de una asamblea científica. Los enumeraremos rápidamente. Después de las nóminas de las comisiones, congresistas y reglamento se pu- blican los discursos de la sesión inaugural pronuncia los por el doctor Adolfo Murillo, Guillermo Viviani, y una composición poética del señor Tondreau. En las actas de las sesiones es de lamentar la falta de las discusiones y conclu- siones, así como delos votos que no se hallan esplícitamente formulados en ningu= naparte. Debe mencionarse la brillanteintervención del doctor Paulino Alfonso en el debate sobre el alcuholismo, al que aportó nuevos datus é interesantes puntos de vista, criticando con firmeza á los que consideraba responsables en parte del actual estado de cosas. En la sesión de clausura figuran los discursos del doctor Ugarte Gutiérrez, contra el alcoholismo creciente en Chile, cuyos habitantes consumen seis millo- nes de hectólitros de bebidas alcohólicas, lo que significa más de dos heclólitros para cada chileno al año, niños y mujeres comprendidos ; del señor Sanhueza Lizardi y un canto á la ciencia por la señora de Meyer, dedicado á este congreso, en el cual se lee : ¡ Honor al jénio, i á la ciencia magna Que guardan de los siglos el claro eco Y adorna cual antorcha ¡ bello fleco! El recuerdo del hombre pensador! El discurso de clausura fué pronunciado por el Intendente de Ñuble, don Vi- cente Prieto P. Comenzando las memorias científicas encontramos un interesante estudio sobre las termas minerales de Chillán por el doctor F. Puga Borne y una disertación de la hiperbiliasis porel doctor A. Marín. El doctor Murillo presenta un monstruo ¿squiópago y un caso de su acredi— tada clínica obstétrica en que ha asistido al parto normal en una focomélica. El doctor Beca da un resumen de los estudios de antropología criminal y pro- pon» la adopción en Chile de la antropometria criminal, introducida hace tiempo y perfeccionada entre nosotros. Se ocupa el profesor Ugarte Gutiérrez del tratamiento de las asociaciones mi- crobíanas, que define, dando datos sobre la fagocitosis, antitoxinas y seroterapia, y de la estreptococia. Aboga el doctor Ferrer por el establecimiento de sanatorios marítimos para niños linfáticos. i Publica el doctor Hederra un caso de tétanos en un recién nacido, y el doctor Pardo €. estudia la presentación de frente. Con el propósito de obtener la determinación exacta de la superficie del cuerpo humano deduce el doctor Luis Vergara Flores una fórmula absolutamente falsa. 952 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Baste decir que parte de la idea de que las superficies de los cuerpos son pro= porcionales á sus volúmenes y que al avaluar la superficie de los cilindros rec= tos toma sólo en cuenta la superfice lateral, olvidando las bases. Acumulando errores sobre errores llega á la proporción R:r:: R*:r* que demostraría que 5 , es igual ád . y A es etc. E á Ed etc 3 9 Estos óieinales métodos cas le dan superficies pequenísimas para el cuerpo humano, de donde deduce la inexactitud de las fórmulas europeas y recla- ma para sí «el honor de dar á conocer al mundo científico» un procedimiento exacto de avaluación de superficies no geométricas, que pretende sea consecuencia delprincipio de Arquímedes. El doctor Hederra apela á.la enseñanza anti alesilica y la iniciativa pri vada como medio para combatir el alcoholismo en el pueblo chileno «tan tris= temente ignorante y desprovisto de sentido moral ». Contribuye el doctor Sierra M. al estudio de los abscesos hepáticos de focos múltiples. El Morrhuinol es un nuevo medicamento extraido del aceite de hígado de ba- calao por Larenas A. El senor Obrecht cree que se podría dar como definición de la línea recia, que es aquella línea que siempre queda confundida con sí misma cuando se la hace girar alrededor de dos cualesquiera de sus puntos. Recordamos haber leido allá por el ano 1882, cuando estudiábamos geometría plana, en el tratado de Ricart, editado en 1873, la misma definición que considera nueva el Director del Observatorio Astronómico de Santiago de Chile, quien da cuenta también de haber determinado la gravedad en Santiago, obteniendo el valor de g=9,7953 m. que concuerda exactamente con el que da la fórmula de Bouguer. El señor Germain hace una amena disertación sobre acontecimientos geológi- cos puestos en evidencia por la entomología. Las inexacíitudes debidas ú los filtros de papel en ciertos análisis cuantitati- vos preocupan al señor Lemétayer y el señor Bidez desea que las formas arqui= tecturales respondan á las formas constructivas reales. Ocúpase el señor Prado de los abonos en el estado actual de la agricultura chilena, y el dcctor Briones de la determinación del dzoe en el guano. El señor Astorquiza proclama la conveniencia de introducir la vid americana en Chile y el señor Rivera da algunas observaciones sobre el empolvoramiento de ulgunas especies del género Loasa, que así llama á la polenación de estas plantas, sobre cuyo mecanismo no adelanta nada nuevo. Preconiza el señor Alamos A. la conveniencia del cultivo del lúpulo, mientras el profesor Monfallet publica sus recherches sur Uamfection bronchique et pul- monaire du cheval y presenta un caso de actínomycose des os. Recopila ciertos datos generales de molinería práctica y económica el señor Voigt. El señor Eduardo de la Barra propone tres reglas para obtener la reforma ra= dical de la acentuación castellana, que están lejos de comprender todos los ca= sos, dejando confundidos el artículo el y el pronombre él por ejemplo, para no mencionar muchos otros pronombres, relativos, adverbios, etc. que no ha te= nido en cuenta. BIBLIOGRAFÍA 233 Critica el señor Salinas los exámenes escolares sin proponer sustitutivo ade- cuado. Interesantísimo es el erudito trabajo del señor Eduardo de la Barra sobre Len- guas Celto-latimas, en el cual sostiene, con numerosos argumentos y ejemplos, la tesis de que el castellano y demás lenguas llamadas latinas no derivan del latín, teniendo sólo una parte de vocabulario latino, mientras su estructura gramatical analítica es del tipo celta. Abundantes notas ilustran diversos aspectos del vasto tema. Considera el señor Salinas á la ¿instrucción pública como base de la prosperi- dad nacional y aboga calurosamente por el establecimiento de escuelas técnicas. Busca el señor Vera remedio á la vagancia ¿infantil en el aumento de las es—- cuelas correccionales que han comenzado á crearse en Chile, en estos últimos años. . El conjunto de los trabajos de este Congreso, que esel quinto que realiza Chile y uno delos más importantes, impresiona favorablemente y demuestra el plausi- ble esfuerzo de nuestros vecinos por incorporarse al movimiento científico mo= derno. A. GALLARDO. Binetb (A), Directeur du Laboratoire psychologique de la Sorbonne. — Le pre- mier devoir de 1'éducation physique. — Artículo en : Revue des Revues, marzo 15 de 1899 (año X, vol. XXVILI, n' 6). En este interesante artículo, M. Binet se ha propuesto exponer sucintamente en qué forma podría establecerse un sistema racional de mediciones relativas al de- sarrollo físico de los niños de las escuelas y colegios, El autor ha querido hacer una oportuna indicación, con motivo del nombra= miento de una comisión encargada de la reorganización de la educación física en los establecimientos de Francia. De pasada, M. Binet ha recordado el caso de una comisión ministerial alemana, reunida hace pocos años en Breslau, con la mi- sión de investigar si los estudios de los gimnasios de esa ciudad ocasionaban en los alumnos el surmenage intelectual, cuya comisión, en vez de perorar sobre teo- rías, había tenido la feliz inspiración de trasladarse á las escuelas mismas y de emplear métodos susceptibles de medwr la fatiga de los alumnos. De más está decir cuánto desearía M. Binet ver seguir por la comisión francesa el plausible ejemplo de la comisión alemana. En dos consideraciones capitales funda el sabio experimentador una de las pri- meras medidas que preconiza en el orden de ideas que lo ocupa: el control del desarrollo físico. Una de ellas es la de las ventajas que resultarán al saber, en cada caso individual, si el desarrollo del nino se hace normalmente, ó si es muy rápi- do, ó si se halla retardado ó detenido; en efecto, sólo así es cómo se podrá for= mar un juicio exacto sobre el género y la cantidad de estudios intelectuales y de ejercicios físicos que convenga aconsejar en cada caso. Otra consideración — por cierto de peso también — es la de la necesidad de encontrar un criterio serio para la elección de los métodos que convengan realmente á la educación física, res= pecto de los cuales subsiste el mayor desacuerdo. Así, los sistemas artificiales (« gimnástica » propiamente dicho), son múltiples y muy diversos en los diversos . países; por otra parte, los fisiologistas persisten en condenar esos métodos en: 954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nombre de consideraciones muy serias. «¿ Dónde está la verdad ? Nadie lo puede decir aún, puesto que ninguna afirmación ha sido hasta ahora acompañada de una prueba experimental. Los profesionales de la gimnástica sólo tienen para sí la rutina, y los fisiologistas sólo invocan hipótesis en apoyo de su opinión ; la prueba experimental — quiero decir la prueba metódica, rigurosa— no ha sido proporcionada aún, ni siquiera ha sido buscada ». Ahora bien, ¿en qué condiciones, según qué plan podrá ser organizado ese control del desarrollo físico? M. Binet piensa que bastará someter cada sujeto á un examen mensual, examen que durará á lo más unos diez minutos por nino. Esa prueba versará sobre : 1* el peso; 2* la estutura ;-3* la vuelta: del pecho; 4* la capacidad respiratoria; 5* la fuerza muscular de las dos manos; 6* la fuerza mus- cular del dorso (reims); 7" la sensibilidad táctil. Describe entonces M. Binet— aunque muy someramente — los procedimientos que podrían ser empledos en esas diversas operaciones, en concepto de tratarse sólo de un programa provisorio. En cuanto al costo de los aparatos necesarios, para una escuela de 100 á 200 alumnos, mo pasará de 300 francos, suma por cierto modesta. Una última cuestión, de carácter práctico, aborda M. Binet: «¿A quién confiar esas mediciones? ¿Al personal de la escuela, al director, al médico?» A ninguno de ellos: á especialistas, convenientemente preparados para la delicada tarea, y enteramente consagrados á ella, los cuales deberían ir de escuela en escuela, obte= niendo porsí mismos la mayor parte de los datos experimentales. Tal es, en substancia, el interesante estudio de M. Binet. Escritocon la facilidad y claridad que caracterizan el estilo del autor, completado con algunos grabados, su lectura no podrá ser sino grata al lector. — F. BIRABEN. MOVIMIENTO SOCIAL Socios nuevos. — Han ingresado últimamente los socios siguientes : Duc= tor Raimundo Wilmart, Capitan Ingeniero José M. Uriburu, Teniente Enrique Mosconi, Alférez Ignacio Chamorro, Alférez Benjamín Mallea, Alejandro L. Mar- queston, Higinio Reynoso, Claudio Pais y Sadoux, German Dates, Cárlos Parera Muñoz, Ricardo J. Gutiérrez, Benjamin Zalazar, Pedro Iribarne, Pablo Matharán, Felipe Meyer Arana, Carlos Smith Pedernera, Luis Jaurreguiberry, Gustavo A. Eppens, Luis Estévez, Arnoldo Checci, Pedro Spínola, Alberto Chapar, Emilio Pereyra, Umberto Gamberale, Luis F. Loyola, Alberto Mermos, José Padilla, Um- berto Pádula, José Repossini, Antonio Rettes, Vario Romano, Rodolfo Santángelo, Hugo Taiana, José €. Gómez, Leandro Rivas Jordán, Ramón Castaneda, Carlos D. Speroni, Franklin: Arroyo. Canjes nuevos. — Aumentamos nuestros canjes con los siguientes : Sitzungsberichte des deutschen Nat. Medicinischen, Praga. Bulletin des Sciences de la Société Nationale d' Agriculture de France. The Geographical Journal. Londres. Wisconsin Geological and Natural History Survey. Recuerl de Médecine Vetérinaire d'A lfort. Bulletin de la Société de Géographie de Marserlle. Transactions of the Wisconsin Academy of Sciences, Arts and Letters. The Philosophical Society. Washington. Revista de Ciencias de Lima. Informaciones y Memorias de la Sociedad de Ingenieros del Perú. Boletín demográfico argentino. Acciones donadas. — El señor Ingeniero Vicente Castro ha donado las dos acciones (número 830 y 531) con que se había suscrito para la erección del edificio social. La señora madre del malogrado socio Alberto Casal Carranza ha donado tam-= bién las acciones números 958 á 957. Ambas donaciones han sido debidamente agradecidas. 956 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Representación de la Sociedad en los Congresos Indus- trial y de Orientalistas. — La Junta Directiva en su sesión del 21 de julio próximo pasado nombró al señor ingeniero Eleodoro A Damianovich para re- presentar á la sociedad en el Congreso Industrial Argentino y en su sesión del 25 de agosto designó al senor ingeniero Santiago E. Barabino para representarla en el Congreso Internacional de Orientalistas que se celebrará en Roma en el mes de octubre del corriente año. Fomento de la Biblioteca. — Han ingresado á ella varias obras dona- das por sus autores 6 editores, de quenos hemos ocupado ó nos ocuparemos en la sección bibliografica. Además se ha resuelto la adquisición de los siguientes libros : Jamin, M. Cowrs de Phystique, Paris, 1891, 5 vol. Wirz Ame, Traité théorique et pratique des Motewrs au gaz et a petrole, Paris, 1899, 3 vol PicarD, PH. Chauffage el Ventilation, Paris, 1897, 1 vol. FLAMANT, A. Mécamique aplique (Hydraulique), Paris, 1898, 1 vol. Mabamer, A. Résistance des Materiaux, Paris, 1891, 1 vol. LarochE, F. Travaux Maritimes (Texto y Atlas), Paris, 1891. RoucHk Y CH. COMBEROUSsE, Tratado de Geometría Elemental, Madrid, 1898, 1 vol. HEBRARD, ALBERT, Architeciure, Paris, 1897, 1 vol. FormeNnt1, Cario, La Pratica del Fabricare, 2 atlas y 2 vol. Milano, 1893. SARAZIN, €. Cours d'Electricitée, Paris, 1898. 1 vol. ASCHIERL F. Geometria Descriptiva, Milano, 1896. 1 vol. TessaRI, D. La Teoria delle Ombre e del Chiaro-Scuro, Torino, 1880, 1 vol. CorDEmMAY, G. DE. Travaux Maritimes et Construction des Ports, Paris, 1888, texto y atlas. Visita á la fábrica de Dellachá. — Tuvo lugar el 10 de septiembre una interesante visita á la fábrica de sombreros de Dellachá. La numerosa concurrencia de socios fué obsequiada con un lunch al terminar el recorrido del establecimiento. En la próxima entrega se publicará un delallado informe del ingeniero Ar= mando Romero, sobre esta importante usina. “socios HONORARIOS Dr. German Burmeister “f- — Dr. Benjamin A. Gould | — Dr.R.A.Philippi. Guillermo Rawson .—Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo Mo Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. SOCIOS CORRESPONSALES Aguilar Rafael..... Cee dde Mexico. AMA A O Villa Colon(U.) ' Arechavaleta, José ........... Montevideo. Murillo, Adolfo.............. Santiago ((.) Eon Arteaga Rodolfo de. ASS Montevideo. Paterno, Manuel............ Palermo (1t.). -Ave-Lallemant, German....... Mendoza. Reid, Walter F............. Lóndres. ] Córdoba. Scalabrini, Pedro........... Corrientes. Carvalho José Cárlos......... Rio Janeiro. Tobar, Carlos R...........:. Quito (Ciordeiro, Luciano............ Lisboa. Villareal, Federico........... Lima. -Lafone Quevedo, Samuel A. Catamarca. Von Jhering, Herman........ San Paulo (B. ) Lillo, Mi a ote Tucuman. SOCIOS ACTIVOS > pa 5 ae e ¿Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. -Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. . Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N, Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. j Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ignacio. Bacciarint, Euranio. Bahia, Manuel B Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barilari, Mariane S. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. * Baltilana Pedro. ' Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis €. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M, Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas... Biraben, Federico. Blanco, "Ramon C. Brian, Santiago Bosch, Benito S. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos, Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J.. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Uhanourdie, Enrique. Chapar, Alberto Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chioeci Ícilio.. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, "Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, VicenteP. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, U. Gremona,Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos $ . Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Cárlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, £nrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, "Octavio A- Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez. Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari. Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gumberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Ciagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Giroudo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé C. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin-- Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, "Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Huglies, Miguel. Igva, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. , Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, “Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lava!le C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, RodolJfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G Loyola, Luis. Lucero, Apolinario.: Lugones, Arturo. Lugones. Velasco, SS Luidai, Luis” Luro; Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch; Entique. Machádo: “Angel. Madariaga, José E. Mrdrjad, Enrique de'' MaleréF Pedro: Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marli, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejañdro. 4 " Otam SOCIOS ACTIVUS (Continuacion) Marcet, José A. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E, de. Medina, Jose A. —. Mendez, Teófilo F. Mercau, Aguslin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceli, Gregorio. Noceti, Adolfo. * Nogués, Pablo. Nougues, Luis E. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto (€. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. «Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. | reaald, Eduardo. di, Rómulo. Otamendi, Alberto. ¿Olamendi, Juan B. “Otamendi, Gustao Outes, Polix. Padillaf Isaias. «Padilla, Emilio H. de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, Ll. Paitovi Oliveras A. Palacios, AlbertoC. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pígazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Gruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M- Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual, Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Ricaldoni. Tebaldo Rellan. Esio Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, 6 Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. - Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufraucos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P.. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Schneidewind,Alber Schickendantz, Emilio Seeber, Enrique. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. Silva, Augel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Simpson, Federico. Siri, Juan M. Smith Pedernera, C. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas * Spinola, Pedro. Stegman, Cárlos, Sweunson, Ú. Taiana, Hugo. Tamivi Crannuel, L. A, Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Héctor. Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José. Valenzuela, Movisés Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero. * Villavecchia, Y. B. VillanovaSanz,Florenci? Villegas, Belisario. Waulters, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S Zimmermann, Juan €. Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique. JEDAD CIENTÍFIC ARGENTINA E DinEcroR : Ingeniero ANGEL GALLARDO - SECRETARIOS : E Señores. EDUARDO LATZINA y CARLOS LAGOS GARCÍA REDACTORES SUI señor Juan B. Ambrosetti, doctor Pedro N. Arata, geniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero go E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan A. Bus- 1ZZ0, “Ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José iS Corti, doctor Eduardo L. mberg, “doctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique doctor Roberto Wernicke, doctor. Estanislao $. Zeballos. OVIEMBRE 1899. — ENTREGA V. TOMO EVI PUNTOS Y PRECIOS. DE SUSCRIPCIÓN LOCAL. DE La SOCIEDAD, CEVALLOS 289, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por. Me PEA ES IODgE ae O A Por año...... Número AOS O dON CAOS CAS = para los SOCiOS........ La ón se paga anticipada: - BUENOS AIRES a IMPRENTA Y CASA EDITORA ye Luna HERMANOS : 684 — CALLE PERÚ — 634 1899 Presidente. .. Vice-Presidente 1% Ingeniero doctor CarLos M. MORALES. La. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES: Secretario de actas Ingeniero ELeEoDORO A. DAMIANOVICH. — correspondencia Agrimensor CrRisTÓBAL HICKEN. Tesorero....... ... Ingeniero ARMANDO ROMERO. Btbliotecario..... . Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DOMINGO NOCETI. Ingeniero CLARO C. DASSEN. Ingeniero DoMINGO CaARRIQUE. Vocales aa Es Ingeniero EMILIO PALACIO. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero ORONTE A. VALERGA. Gerente........... Señor JUAN BOTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA EpuarDo L. HoLmBERG. Una crítica sobre «la Flora Argentina », publicada en el «Segundo Censo de la República Argentina > (t. 1, p. 385-474) y que ha apa= recido en estos Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo XLVII[, entrega 22, páginas 67 á 105, y cuyo autor es el señor Teodoro Stuckert.............. ARMANDO ROMERO y Luis MiGUENS. « La Actualidad», fábrica nacional de sombre- ros del señor Cayetano Dellachá........... A pe Aloe q LAR Luis B. LaPorTE. Fábricas de sombreros y de tejidos de los senores G. Franchi= Urea S ST SAO Aena piaablscpnoo y rannoL aso REPAVOSOS ni MiscrLÁáNEa : La determinación de la posición geográfica de San Rafael (provincia de Mendoza)...... ES O O OO Ab de don BIBLIOGRAFÍA : Comisión del Ferrocarril internacional. — AMEGHINO, MORENO, SMITH Wo0DWARD, NORDENSKJOLD, HAUTHAL, RoTAB, LEmMANN=NITSCHE, JACOB, Sobre el mamífero misterioso de la Patagonia. — Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. — Dr Mabrib. Lecciones elementales de histología € histoge- nia. — La Profilaxia. — CRANWELL. Equinococus de la pleura. — LEcomMTE. pal Yo ra acoso AO oo oo acoso asoSa MOVIMIENTO SOCIAL : Interesantes visitas. — Compañía General de fósforos. — Companía Sudamericana de Billetes de Banco. — Compañía alemana trasatlán- tica dereleciicidad il RO A ASUS MUA 336 351 AE EC Pág. línea 92 93 93 28 98 (nota 46) 94. 18 94 19 94 22 94 29 94 30 94 sá 95 1 95 3 95 6 93 13 95 292 95 23 95 28 96 8 96 21 96 27 96 28 97 14 97 19 97 23 97 24 mM 6y24 97 (nota56) 98 E 98 6 98 29 99 94. 99(nota 66) SOS) 100 23 101 6 101 26 101 26 101 27 101 31 101 31 102 il 102 7 102. 8 y nota 78 102 23 102 31 103 13 103 13 103 18 104 5 104 28 104 30 105 1 105 4 105 S 36 debe 1 26 a eerse: de ao. 415 ompuesta 438. 22 G. boerhaaviaefolia W. Arn, (L. f.) var. obtusi- folia OK. Región antártica Drimys 438.28. Región dela Puna de la alta Cordillera 439. 30 Región subtropical 442. 20 Formación del Monte 442. 27 442. 46 442, 47 Poligóneas 449. 47 Gualanguay pág. 411 marginata Canarias, Ameér. tropical 6 la especie citada Clidan- thus fragrans Herb. 444. 26 444, 26 Formación del Monte confr. obs: á pag. 454 li- nea Y Región subtropical OK. (Mez) pág. 457 linea 1 verdemar Celastrinea Calyptranthes Fagaras Fenuilléea Mim. A. Richard Sinantéreas Compuestas ag. 466 linea 48 Plantae Lorentzianae Ipomoea Argyrela pág. 544 lin, 24 Tweediei 458 3-6 459. 9 sustituirse «Notochlaena» Aspidieae pág, 428 ag. 414 lin, 28 inea 36 466. 48 confr. pag. 83 linea 21 pág. 465 lin. 46 a NO en lugar Le de; le pág. 515 compuesta 433, 32 G. boerhawvifolia W. Arn. var ob- tusa OI. región antártica Drymis 437. 28. Región de la Puna 439. 39 región subtropical 440. 22 form. del monte 440. 27 440. 46 440. 47 Poligonéas 440. 47 Guacalanguay pag. 4 Marginata Canarias ete. varias especies de Clidanthus. 444. 23 444. 23 form. del Monte obs. á pag.423.1.27 y pág. 443 1. 13 reeiónsubtropical OI. (mg) pág. 455 linea verde mar Celestrinea Calyptranthos Fragaras Feuilleca Mis. á Richard. sinantéreas compuestas pág. 446, linea 48 Plantae Lorentzú Argyreia Ipomoea pág. 444 linea 34 Tweedil 458.57, 3. 6. 21 459. 4 substitulrse «Nothochlena» Aspidiea pag. 228 » 414 linea 33 linea 49 467. 48 pág... . linea 39 pas. 65 linea 46 PEDRERA IDAS QUE CONTIENE EL ESCRITO DE «La FLORA ARGENTINA» — EN LOS — Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo XLVII p. 67-105 $2 linea 83 16 $3 18 s3 32 $83 38 84 12 84 36 84 37 85 il 89 2 8) 3 86 15 5623 y 24 86 25 81 11) 87 11 87 15 88 19 89 12 89 23 90 7 90 21 91 11 92 7 92 12 92 21 92 25 92 28 92 33 debe leerse: actualmente 389. 50 390. 29 pág. cd línea 22 392. pág. 392 linea 37 cOMPosición racional Región antártica de mas importancia colorado departamento no Notochlaena Connatum Curmamoel 414, 21 los tres nombres Graminea por la que las Oxalideas Cardamine indica OK. (L) var. “Y bonariensis OK. (Poir. DC.) 416. 13 416. 17 australis 416. 31 417. 9 y siguientes Discaria y segun el 420. 5 pág. 392. linea 18 pág. 392 linea 9 colorado Formación pág. 449 linea 42 494. 42 llaman Lam. barba-tigridis obtusa las del Lycium 497. 2 espiga descripto argenteum Zigofileas Gramineas aoracantha Lem. Opuncieas erandes acerca de los productos en lugar de: á los productos de la actualidad 339. 59 2390. 81 22 línea 392. 4 pag. 392. lin. 17 Composición racionnl Bosq. antárticos mas Importancia Colorado Departamento no Nothochlena Connatuma Curmamuel 414. 31 ambos graminea porque los Oxalideas y bonariensis O K. y borrar var. de- lante de Pers. 416. 10 416. 20 australes 416. 34 416. 9 y siguientes Discoria es segun el 420. 50 pág. 394 lin. 1 JA Cotersdo formación pág. 425 lin. 30 424, 48 llamen Lom. barba-trigridis obtura los del Lycium 427. 24 espigas descrito Argenteum Zigofilea gramineas aorantha Lam. opuncieas anchas UNA CRÍTICA SOBRE A TEO RRA AGAN IANTAS PUBLICADA EN EL « SEGUNDO CENSO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA >» (T. 1, P. 385-474) Y QUE HA APARECIDO EN ESTOS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA T. XLVII, ENT. 2%, PP. 67 Á 105 Y CUYO AUTOR ES EL SENOR TEODORO STUCKERT. Por EL Docror EDUARDO LADISLAO HOLMBERG. Apénas llegó á mis manos la entrega de los Anales que contiene la crítica á que alude el epígrafe, comencé á leerla con el interés que debe suponerse, tratándose de una publicacion hecha por la Sociedad Cientifica, y á propósito de la obra de uno de sus miem- bros, que loes además de la Comision Redactora, y diré, para no trazar espirales de trompo, de uua obra mia, completamente mia, desde la primera línea hasta la última, por su estilo, por sus ca- prichos, por sus defectos, porsu lenguaje, y por el resplandor de entusiasmo patriótico que la inspiró, la dictó y la redactó. Sin que pretenda por esto inferir la menor ofensa al autor de la crítica, debo declarar que no le conocía, y ahora puedo afirmar que, si él tenía de mí un « alto concepto científico », segun afirma enel primer párrafo, lo debía probablemente á conversaciones con mis amigos de Córdova, enparticular los Profesores de la Universi- dad, porque, despues de leer la crítica á que aludo, niego al autor la competencia necesaria para juzgar mis trabajos verdaderamente científicos, entre los cuales coloco, en primera línea, los Arácnidos AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII 1, 258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA del Informe oficial dela Comision Científica agregada al Estado Mayor de la expedicion del General Roca al Rio Negro, las monografías sobre Mecicobothrium y Neothereutes en el Boletin de la Academia Nacio- nal, la parte sistemática que he redactado en Viajes al Tandil y á La Tinta, en Actas de la misma, la que he dedicado á los Arácnidos é Himenópteros en los Anales de la Sociedad Científica, etc. Cuando un crítico dedica 215 notas, como las que ha publicado el Señor Sruckert en estos Anales, á la obra de un autor por quien se tenía «alto concepto científico », se confiesa tácitamente que ese concepto se ha derrumbado ó ha existido fundado sobre arena, —en otros términos, que ese autor no merecía tal concepto, porque era un badulaque. A estas horas, el crítico debe abrigar la UN de que ha aplastado la obra que apareció en el Tomo1 del Censo, y, lo que es peor, la de que todos los que han leido la crítica a que esa obra representa la mas acabada expresion de nulidad humana. Si ello es así, lamento tener que despertarle de su sueño de oro. Con esto he dicho todo lo malo que tenía 2n pectore, he desahogado el humor negro que me causaron algunas notas impertinentes y maliciosas, me he agachado como Anteo para tocar la Madre Tierra, y, lleno ahora de nuevo vigor, invoco la Musa retozona que jamás me ha negado su proteccion en casos como este, y entro en materia. Señor STUCKERT, nO Vaya á enojarse con lo que viene en seguida. Usted me ha dado una verdadera paliza á su modo. Fíjese, ahora, de qué manera se la voy á dar yo. Mis observaciones no tienen ningun carácter e personalidad ; y, si encuentra algo ofensivo que no presente la justísima medida, la perfecta equivalencia de lo que usted lra escrito, eso no vale, no lo he dicho, lo retiro. Al leer la crítica á que me refiero, comprendí que el autor no era de habla castellana, lo cual habría pasado absolutamente inadver- tido, si no hubiese observado en algunas de sus notas cierta tenden- cia á enmendarme la plana, á enseñarme mi propio idioma y hasta escribir una nota por un error de imprenta. Semejantes correccio= nes me son gratas cuando proceden de una persona que conoce el castellano mejor que yo; pero que pretenda semejante cosa quien escribe ciertos desatinos que no vale la pena recordar, de un autor que no sabe puntuar, y que, tratándose de una obracomo La Flora Argentina (del Censo), en la quese ha puesto especial cuidado en la redaccion para que los adornos literarios distraigan, en cierto modo, E UNA CRÍTICA 259 al lector general, de la aridez del tema, — no entiende una palabra de lo que es una figura retórica; que allí donde digo «la Forma- cion se diluye, por decirlo así... » ¡ me sale con la definicion far- macéutica de dilucion | Confieso ingénuamente que eso no es para mí; dígame romántico, dígame ignorante, digame «individuo », pero no me obligue, en un párrafo en el cual pongo los cinco senti- dos para regalar á mi lector literario un periodo bien hecho, á es- cribir que una lágrima es una solucion de cloruro de sódio, etc., e agua. Eso se hace al tratar de las secreciones, en un libro ó en una clase de Fisiología. Tome nota de las siguientes estrofas, hágalas traducir, y, cuando esté de buen humor, cántelas con música de Loreley : BALADA. Se deslizó en su pálida mejilla medio gramo de líquido salino que cayó en el respaldo de la silla y rebotó, y pegó en la pantorrilla del taciturno y flaco peregrino. — « ¡ Una lágrima, oh ! ¡ quién lo diría ! » Su sístole y su diástole aumentaron. —« ¡Es cloruro de sodio, niña mia, disuelto en agua ! » —«¡ Ya lo suponía! » Y los húmedos ojos se encontraron. Por ahora, dejemos esto, no sin recordar que el autor de la críti- ca ha prescindido completamente de las transeripciones. Allí don- de escribo: «Fulano de tal me ha comunicado lo siguiente»... ó «El autor cual afirma que...» ó «Me pareceque puede ser tal cosa » —zás! ahí descarga. Despacio por las piedras; mire que se puede recalcar un tobillo. Pero donde se muestra con una ingenuidad de- liciosa es cuando escribe una nota para decir « Yo nosabía esto... » Y bueno; ahora lo sabe. Sin queesto represente por parte mía una expresion de vanidad ó petulancia, permítame preguntarle: ¿Se animaría Vd. á escribir otro articulo en el que, sin ocultar nada, consignase todo lo que no sabía cuando leyó La Flora? ¿Sabía Vd. lo que me pidió la Comision Central del Censo? Me pidió 20 6 30 páginas de Flora y otras tantas de Fauna. ¿No lo sabía? ¿Qué ha- bría escrito Vd. en ese espacio? El tiempo faltaba hasta para 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ser lacónico. No es cierto que yo haya escrito el capítulo Flora en tres meses. Cuando la Comision me invitó átomar parte, con otros colaboradores, en la redaccion del Tomo I del Censo, se me ofreció que eligiera entre la Flora y la Fauna, y me excusé diciendo que la Flora debía ser escrita por los Doctores Kurtz Ó SPEGAZZINI y la Fau- na por el Dr. Berc. Se insistió diciendo que, por motivos especiales, se deseaba ma participacion eo la obra y entónces dije que, si el Dr. Bere escribía la Fauna, redactaría la Flora. Dos dias despues, se me comunicó que el Dr. Bere se excusaba por sus muchas ocu- paciones y por su próximo viaje á Europa, y que se me ofrecía la Fauna tambien, porque para mí sería más ó menos un juguete es- cribir ambas, como que había escrito los dos capítulos análogos para el libro del Censo de la Provincia de Buenos Ayres en 1881, diez y seisaños atrás. Aquelia erauna candidez de personas que, por la naturaleza de sus conocimientos, ignoraban de lo que se trataba, Pero el tiempo urgía. Era necesario escribir esos capítulos. La Co- mision no podía, no debía mendigar ese servicio por aquí y por allí, porque tenía plenos poderes para publicar el primer tomo sin ellos, como lo ha tenido para hacer todo lo que ha querido. Y acepté pues. Pero nó sin previa consulta en el Ministerio, porque debía saber si se me facilitarían los medios para conocer dos zonas que no había visitado aún: de Buenos Ayres á Mendoza y San Juan, y la cruzada de Entre Rios desde Paraná hasta Uruguay. Una vez que se me dijo que sí, presenté mi nota. «Si la Comision me pro- porciona... tales y cuales elementos... entregaré los manuscritos á á los tres mesesjustos de despachado». Y esto sucedió el 12 de Abril á las 4.30 p. m. Salí de Buenos Ayres el 14, permanecí 3 dias en Villa Mercedes, llegué áMendoza, parti á la Cordillera, penetré por el Paso de la Iglesia en Chile, regresé á Mendoza, fuí á San Juan, y, á los pocos dias de estar en la Capital, en preparativos, marché á Formosa, hajé al Paraná, crucé Entre Rios hasta Concepcion del Uruguay, y el dia 27 de Mayo estaba en Buenos Ayres con mis com- pañeros, todos enfermos de influenza, de modo que recien el 8 de Junio pude comenzar á escribir, á revisar libros, apuntes, colec- cionar láminas ilustrativas, etc., disponiendo solamente de 37 dias para cumplir lo prometido. Lea Vd. la nota al pié, en la página 386. El 12 de Julio á las + y 30 en punto entregué los manuscritos completos de la Flora, y el esbozo general de la Fauna, manifes- tando que los manuscritos de la misma, incompletos en ciertas par- es, serían entregados inmediatamente, si así se deseaba. UNA CRÍTICA 9261 El crítico debió leer todo esto, porque, como dice en la primera página (67) ha «ojeado » el libro. Para hacer una crítica no se 0jea un libro, se lée todo, una, dos veces, se compara, se medita, se es- tudia, perono se coloca en la picota un trabajo que es una explo= sion de buena voluntad, «y, me atrevo á decir que de patriotismo, porque el Censo, con todos sus defectos, es un monumento nacio— nal. Por mi parte, conservaré siempre la satisfaccion de haber hecho cuanto me dieron las fuerzas para cumplir lo que había pro- metido, y salvar á la Comision del error en que incurrió al confiar á manos ineptas, tres años antes, la Descripcion fisica de la Repú- blica. Sí, señor, dirá el crítico, todo esto es muy laudable, pero ningu- Da peroracion es suficiente para negar los errores. Estoy completa- mente de acuerdo. Pero es necesario no olvidar que el objeto de esa Flora era presentar, á los lectores generales, una obra que se pudiera leer, que les permitiera darse cuenta de la fisonomía general de la vegetacion de la República, y creo que lo he conseguido. Si en cada página, puede decirse, está de manifiesto que no he escrito para botánicos; si no le pensado trazar una sola línea que pudiera ser- virle al Sr. STUCKERT para aumentar su «obra de tres tomos en folio de 500 páginas más ó menos cada uno» (p. 71); si la Comision no quería eso; lo que quería era un trabajo por el estilo de Camalotes etc. (v. p. 386, Flora); no quería la obra del raton de biblioteca, quería la biblioteca entera que vale la pincelada de un artista. No son las obras de 3 tomos in folio de 500 páginas cada uno las que despiertan en un niño, ó un jóven, el amor á una ciencia. Hace 22 años, sentados á la sombra deunos Cochuchos en la Sierra de Cór= dova, conversaba con el Dr. HieroNYMUS y los otros profesores de la Universidad que tomaron parte en aquella excursion (Drs. A. Dor- RING Y H. WeYewser6H) y hablando de la influencia de las primeras lecturas en un niño, decía el primero: «No puedo negar que mi entusiasmo por la Botánica y por los viajes lo debo al Robinson Crusoe». JuLio VERNE y MAYNE Rero han creado mas hombres de ciencia que el Prodromus de De CAnpoLtk, ó Genera plantarum de Jussteu Ó de Beyruam y Hooxer. Vea, señor crítico. Cuando quiero escribir una obra que nadie lée, la escribo en latín. Mis ma- nuserilos sobre Arácnidos, Abejas, Avispas y Peces deben andar por las 5000 páginas. Imagínese si en vez de redactar la Flora, con el estilo lijero que tiene, hubiese echado mano de papelesanálogos! Es- toy convencido de que su obra de 1500 páginas, sobre plantas, de- 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA be ser nolabílisima, y estoy deseando que la publique para ver si puedo decir de ellalo queconsigno enel penúltimo párrafo de la pá- gina 386: « Dos botánicos famosos ete ». Yo tambien debo tener unas 1000 páginas sobre plantas, perú eso no es para publicar. Son apun= tes, notas, bocetos, etc. etc., para mi uso. Cada uno tiene sus pape- les. Yo no sabía que usted tuviera los suyos. Ahora sé de ellos y de usted. Antes de examinar cada una de las notas, voy á despejar dos le- tras que han llamado la atencion del crítico. Ciertas personas que se ocupaban de ortografía, encontrando que la acentuacion castellana era bastante arbitraria, procuraron uni- formarla, y un dia, no sé cual, establecieron un sistema particular que sirvió desde entónces para sorprender á los lectores: corazón, situación, después, etc. etc. ] ¿Le gusta á Vd. el olor del Floripondio ó Fioripon (Datura arbo- rea)? Y el del Nardo? Son muy agradables. A mí me causan jaque- ca. En Buenos Ayres esta enfermedad es muy frecuente. Para ella casi no se llama médico, al cual, sin embargo, se consulta siempre al respecto, pero de un modo accidental. Cuando me ba ocurrido esto, no he recetado nada. Pero he dicho: «Afuera los nardos, á la calle las azucenas, corten ese floripon ». Los acentos nuevos me dan jaqueca. Y no crea usted que porque son nuevos, ni porque son acentos. Al contrario: les tengo cariño. Son tan graciosos, hacen un efecto tan pintoresco en la página: Corazón | Digame siesa ó, con su acento, no le recuerda un gorrito veneciano con una pluma de gallina, de la cola de la gallina, eh ? En cierta ocasion, hace años de esto, entré en una imprenta en la que se comenzaba á imprimir un librito mio. — «¿Quiere Vd. que se imprima con la ortografía moderna ó con la antigua? » me preguntó el Regente. —« ¿El ?» — «Sí, porque estamos en plena Academia Española; acentuamos todos los terminados en ón. » — «¿Eh? ¿Y quién de ustedes se vá á permitir modificar mis ma- nusceritos?» ¡ Los terminados en ón | Asientiende muchísima gente la modificacion establecida ahora. Indivíduos que no son capaces de idear dos oraciones, le discuten dos horas, defendiendo ese acento particular. Pero pregúnteles por qué motivo no acentúan el prelérito imper- fecto de Indicativo, cuando termina en ía, como había, tenia, y es mas oscuro que griego. Entre los extranjeros es muy frecuente ha- UNA CRÍTICA 263 llar ese respeto por los acentos. Redactan á veces de un modo abo- minable, dicen cada disparate que fulmina, pero lo que es el go- rrito veneciano con pluma, ese no falta. Bueno. Es el caso que, no teniendo tiempo para ocuparme de acentos, escribo como puedo y acentúo como se me dá la real gana, porque prefiero que se diga que acentúo malá laantigua, y no que he cometido un solo error á la moderna. Las pruebas de imprenta de mi trabajo han sido correji- das por mí y llevan los acentos que yo uso. Pedí á la Comision que, puesto que llevaba mi lirma, debía ser yo quien revisara las prue- bas. Lo concedió. Ahora bien: escribo Buenos Ayres con y y Cór- dova con + porque se me dá la real gana. En Chile escriben con 2 porque se les dá la misma, y muchos redactan kuando un onbre es kabezon etc. por la misma, así como usted escribe «surgió » en vez de «sugirió» porque sele'dá la imperial gana. La manera de resolver este punto es muy simple. Cuenta VoLTAt- RE en Zadag ó el destino que, cuando Zadig fué nombrado ministro en Babilonia, los magos estaban divididos en dos sectas furiosas la una contra la otra. Pretendía ésta que era un pecado abominable comer huevos de Basilisco y aquella que no era pecado, porque el Basilisco no existía. Se nombró juez á Zadig. — «¿Es pecado? no coman. ¿No existe el Basilisco? Pues mayor razon para que no co- man sus huevos. » ¿No le gustan á Vd. Buenos Ayres y Córdova con y y con o, pues escriba como quiera y no coma huevos de Basilisco. «En el interés de saber...» etc. (p. 69, l. +) Como para nombres latinos y de autores era la oportunidad. No tenía tiempo para abre- viar el manuscrito, pulirlo y darle unidad, y meiba á ocupar de los nombres de autores | Gracias que lo hallase para abrir uno que otro libro. El crítico adopta las obras de Bewrmam y Hooker, de Le Maoút y Decarsng y de Órro KuNtzE para revisar mi trabajo (p. 69), y dice que no ha «introducido en absoluto la nomenclatura reformada del doctor Orro KuntzE...» por dos razones que cita. Es un absur- do; pero no un absurdo completo, porque, si lo hubiera hecho, ha- bría debido empezar por las obras de los maestros: BENTHAM y Hookkr, Genera, etc., y, para nuestra Flora, todo lo que han es- crito GRISEBACH, HieroNYmus, LORENTZ, KURTZ, SPEGAZZINI y Otros. De Orro Kusnrzk, ó todoó nada. Estas elasticidades del criterio son las que perpetúan los errores. Si la obra de Kuyrze se amolda á los principios regulares de la nomenclatura, es necesario adoptarla en absoluto, aunque ningun congreso científico la haya autorizado. 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ¿Qué autoridad es usted para usar parcialmente, en una crítica, la obra citada? ¿Qué unidad vá usted á dará su trabajo? Ahora contesto. El primer número del márgen es el de la página de la crítica y el segundo el de la nota. 70, 389. 70, 390, Como en todas las notas del Sr. Sruckerr, hay aquí una parte que corresponde á mi trabajo y el resto á un des- pliegue innecesario de erudicion. Como el crítico, segun afirma .(p. 67), ha «ojeado» mi obra, ha pasado por alto las numerosas referencias que hago á una Bibliografía, la cual fué suspendida (nó publicada) por resolucion de la Comision, dada la premura del tiempo, lo que consta al fin del trabajo, p. 474, y que StucKErRT no ha «ojeado ». El hecho de que usted opine quién sabía más, no me prueba nada, ni podía saber de tal opinion, porque, cuando escribí tales cosas, ni siquiera sabía de su existencia de usted, lo que he modificado despues que publicó alguna planta de Córdova, alrededor de lo cual se hizo demasia- da bulla, porque la tal planta podía muy bien ser de aparicion reciente, tanto más cuanto que se trata de un género con semillas voladoras, lo que explicaría sencilla- mente el hecho de que no la hubiesen visto los activos botánicos que le precedieron. — Donde dice «bastantes ilustrados» debe decir bastante, porque los adverbios no se pluralizan, y este disparate de pluralizar un ad- verbio es mucho mayor que el de escribir Buenos Ayres con y, que era como escribían los próceres de la Indepen- dencia Argentina. 21. La cita á que alude corresponde á un artículo pu- blicado por mí en 1887 en El Nacional: Los trabajadores de la primera hora, y al decir tal cosa, fué porque los diarios de Buenos Ayres lo habían anunciado. Si el Doctor Kurtz, cuyos méritos soy el primero en reconocer cada vez que lo menciono, no ha recorrido la- Patagonia, tanto peor para él. Pero esta nota es graciosísima si uno la lée como está escrita y prescinde de la intencion y del hecho notorio de que ha querido pasarle la cola con miel al Dr. Kurtz. Leámosla aplicándole el mismo criterio lite- "ario y admjtamos tambien el científico con que el señor STUCKERT ha criticado mi obra. «¿Cómo es posible que el 70, 390, 70, 390, VU DS 7, 391. UNA CRÍTICA 265 Dr. Fenerico Kurtz, hombre de gran talento, de vastos conocimientos en la materia, y una verdadera autoridad en la ciencia botánica haya recorrido la Patagonia ? » 22. Me alegro. Así lo haré constar cuando haga otra edicion de mi obra; quizá en el año verde. 31. En esta nota, en la que deplora algo deplorable que tambien yo deploro, salta á una afirmación de la pági- na £30, 1. 33, y que no ha entendido. Al decir «catálo- gos» se refiere 4 una suma mayor ó menor de hojas de papel, 1500 por ejemplo, con nombres de plantas, auto- res, etc., etc. Yo me refiero á la entidad que llamaremos abstracta, es decir, algo como la suma de nuestros cono- cimientos relativos á cada uno de losgrupos, óá la lota- lidad de la Flora; lo que ya hay hecho, lo que se puede reunir, lo que ya se sabe, etc. Hace muy bien. Supongo que el crítico no ha tenido intencion de supo- ner que, al hablar del herbario del Dr. SPEGAzZINt, he pre- tendido contar al lector un cuento de hadas. Su afirma- cion en esta nota es una de las impertinencias que él sospechaba. El autor de La Flora, en la República Ar- gentina, es considerado como una persona que no nece- sita de que sus afirmaciones de este género sean apoyadas por la opinion favorable del Sr. Sruckerr. « Hay razon para creer...» En efecto, hay bastantes razones. (Aquí bastantes no es adverbio sino adjetivo). 8. Me parece supérfluo contestar esto. Desde que el crítico toma solamente Benruau y Hooker, Le Maoúr y DECAISNE y (sólo en parte) Orto Kuntzk, debo recordarle que hay mu- chos otros botánicos que han escrito libros, que han to- mado parte en la legislacion botánica, y, para quienes, las divisiones de las Leguminosas se llaman tribus, y supongo que sabe que. para algunos, son consideradas como familias independientes. ¿A qué viene eso de «Eu- mimoseas » si está cantando que me he referido á la divi- sion inmediatamente subordinada? Si yo hubiera critica= do la obra habría dicho: 392, 8. «Hubiera sido mejor decir Subfamilia de las Mimoseas ». Y nada más. La cita es falsa: no es 4 sino 8. Observaciones como esta vamos á encontrar en gran número. 266 115 392) 11, 392, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 9. Prosopis, traducido al Castellano, no es Algarrobo. Es una palabra griega que, traducida al Castellano, es cara, hocico, mascartta, etc., etc. Se ha aplicadoá un género de Mimoseas, en el que figuran el Calden, el Algarrobo y otras especies, de la misma manera que Blumenbachra, traducido al Castellano, no es Amores secos, sino el nombre de un gran sábio, BLUMENBACH, con la desinencia 24 que es una de las que se usan al formar nombres genéricos, y, si se quiere traducir el nombre del sábio, hay que des- componerlo (nó por vía seca ni húmeda) sino en la forma que lo reclama la composicion de las palabras alemanas, y tenemos blume flor y bach arroyo, Arroyo de flores. De esto á Amores secos parece que hay diferencia. ¿Tendrá á bien el crítico darle su beneplácito para que me crean los lectores? — La correccion que me ha hecho es perfec- tamente absurda é infinitamente falsa. Al decir «entre las que domina el género Prosopis (los Algarrobos, Cal- denes, etc.)...» coloco esos nombres entre paréntesis para dar al lector que no lo sepa una idea ae las especies de Prosopis cón sus nombres vulgares. Los «Algarrobos » son los numerosos ejemplares de Algarrobo, de la especie llamada así por antonomasia, la Prosopis alba, y la prue- ba está en que digo « Caldenes» cuando no hay más que un Calden, la Prosopis Algarrobilla. ¡Esto de no entender y meterse á crítico! 17. Cácteas, ó Cactáceas es la misma cosa, y siendo así no valía la pena aflijirse ni reprobarme por tan poco. Eso estaría bueno en una obra de otro corte; pero no tiene importancia alguna en esta (en La Flora Arg.). ¿Vd. crée que lo hago de gusto? ¿Me creería esta vez si le dijera que no lo hago de gusto? Lo hago sin querer. Vea, si usted confr. p. 387, 1. 3, leerá lo que digo del Castellano : «el idioma más hermoso que hablan hombres civilizados ». Un dia, hace ya bastantes años, mi viejo Profesor de aleman, al leer mi conferencia sobre Za noche clásica de Walpurgis, se enojó conmigo al escuchar mis expresiones de entusiamo por las bellezas del aleman. — «Mira, » — me dijo —« yo he estudiado el sanscrito y el griego, y éste lo he estudiado bien ; pero, cuando vine á Buenos Ayres, y oí por vez primera el castellano, casi me postré de ro- UNA CRÍTICA 2617 dillas. Nunca soñé que los hombres hablaran 'un idioma tan hermoso. » ¡ Pero qué idioma pretencioso! Creo que usted no lo siente todavía, ó no lo ha oido, ólo ha oido mal, Ó no quiere sentirlo. En una obra de corte literario como La Flora, es pre-- ciso condescender un tanto con la eufonía del período, y en unos casos hay que decir Cácteas y en otros Cactáceas. Es como Gramíneas y Gramineas, Orquídeas y Orquideas. Y le prevengo que yo no soy purista ni cultiparlante, ni voy, como usted, al Diccionario de la Academia Española, para saber si se debe decir Cácteas Ó Cactáceas, porque dicha Academia no es autoridad en materia de nomencla- tura, y los señores que la forman tienen bravas las pul- gas y son mas bien conservadores, y como los Congresos Científicos suelen á veces innovar sin necesidad, es pro- bable que algun dia se fastidien los inmortales y manden al Diablo á.las Cácteas, Cactáceas y Cactíneas, junto con todos los críticos habidos y por haber. Al revisar esta nota, he sentido como un malestar. No parece, segun el Sr. STUCKERT, sino que yo hubiese hecho de la adquisicion de la ignorancia el problema de toda la vida, como dice MARK Twary en un una de sus Drollertes. Hubo aquí en otro tiempo un célebre caricaturista lla- mado H. Meyer. Creo que ahora está en París. Los par- tidos políticos habían encendido sus fuegos, las iras de Belona daban pávuloá las de los adversarios ¿eh ?... total : ibaá haber una de San Quintiv. Meer había fundado El Mosquato, del cual se hizo cargo mi amigo SteIN ¿noes Vd. amigo de Sreiw ? Bien. En uno de esos momentos álgidos del furor político, se le ocurrió 4 MeYER representar á un personaje del partido contrario en forma de toro rabioso que, con la boca abierta y llena deespuma, parecía querer machucar á alguien. Pero le puso dientes incisivos supe- riores | El sabio BurmerstER que había llegado hacía poco, pensó que aquello era una gran barbaridad y escribió una carta á Meyer. — « Señor: he visto con profundo disgusto » — le decía más ó menos — «que en el último número de El Mosquito ha publicado usted un toro con dientes inci sivos superiores, lo que es una gran barbaridad cientí- fica, pues el animal no los tiene. Errores tan groseros no 268 71, 393. 73, 390, 13, 394, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA deben aparecer en un periódico que anda en manos de to- dos, porque así se fomenta la ignorancia... » MEYER pu- blicó la carta, y ella sirvió de fuente de partida de todas las grandes rabietas que despues tuvo el ¡lustre viejo sá- bio, que no era lerdo. Le recordaba este pequeño inciden- te, porque usted tiene la mano un poco pesada. Si usted quiere ver si yo sé lo que es método y unidad, examine un poco, por ejemplo, la parte sistemática de mis Viajes al Tandil yá La Tinta (Act. Acad. Nacional, T. V.) y particularmente la dedicada á las Abejas. Usted nosabe lo que es escribir una obra al correr de la pluma, y, para que Vd. se convenza de que en el caso par- ticular de la Cácteas Ó Cactáceas eso noes un error, usted mismo cita á Beyrmam y Hooker y la Academia Española que las llaman Cácteas. ¿Por qué no recuerda tambien que De CaNDoLLE en el Prodromus, en Revue des Cactées, MIQUEL, ENDLICHER, etc., las llaman tambien Cácteas? ¿Nole ha pa- sado siquiera por la imaginacion que esa uniformidad en los nombres de las familias no tenía importancia alguna en una obra popular, máxime si se recuerda que en este caso no había un disparate, pues muy sesudos autores la llaman de un modo y otros no más sesudos las denomi- nan del otro? Esto es una cosa que no tiene nada que ver con mi tra- bajo, á pesar de todos los confr. que el crítico le intercala. Pero aquí es donde el autor nos habla de sus tres volú-= menes en folio de unas 500 páginas cada uno. La Comi- sion debió pedírselos para publicarlos en el primer to- mo del Censo. £6. Aquí hay un error de números. Pero la nota es con- tinuacion de la anterior. 1. Esta nota es una perogrullada. ¿ Y bien? ¿Qué es lo que yo he dicho? Siel lector quiere darse cuenta de la manera de criticar de este SeñorStuckerr, lea lo que he es- erito en el comienzo de la p. 394. Pues precisamente por esa falta de unidad es un trabajo inmenso el transponer, má- xime cuando hay que escribir á vapor. Yo no he hablado de la unidad de cada uno, sino de la unidad general. Esta falta de unidad no le parece inconveniente, pero que yo escriba Cdcteas Ó Cactáceas, uf ¡ qué horror | UNA CRÍTICA 269 74, 394, 15. Aquí no hace más que repetir lo que yo he dicho. Es claro. Si los autores no dan el mismo nombre á cada familia, y no concuerdan en la colocacion del género, cae de su peso que uno tiene que uniformar, y es lo que he hecho. 74, 395, 1. Volvemosá la «ojeada». Pero ¿qué realmente no ha visto en su «ojeada » que á cada paso hablo de una Br- biografía? Y esas colecciones que existen ¿dónde existen? ¿en qué parte? « Existen también colecciones particulares recibidas de la provincia de Buenos Ayres». Y yo ¿qué tengo que hacer con eso? Me alegro. 74, 395, 6. La misma cosa. 74, 395, 12. La misma cosa. Cuando trabajé los cuadros que empiezan en la p. 397 se estaba imprimiendo la obra del Dr. Specazzini Promitice Flore chubutensis y envié á mi excelente amigo una lista de las familias de los cuadros para que él llenara la columna, lo que hizo. Mal podía entónces conocer lo que apénas se ha empezado á publi- car en Julio de 1899. 75, 395, 30. Buen provecho. 75, 395, 33. Es claro. Volvemos á la Bibltografía suprimida. 75, 396, 1. La misma cosa. 75, 396, 10. Machaca. 75, 396, 13. Dale que le dale. 75, 396, 24. Item. 75, 397 á 401. Nadie lo pone en duda. «Pero son poco inteligi- bles para legos en la materia». Naturalmente. Como lo es toda obra que se critica por una « ojeada». 76, 402, 42. «Por» debe ser «para ». Volvemos á las andadas con L. M. y B. H. Bonitos ibamosá andar citando á cada momento las sinonímias de las familias Ó sus correspon- dencias en los distintos autores. No sé por qué motivo las especies de Martymiía son despreciados, ni lo dice el críti- co, ni explica por qué razon «especies » sustantivo feme- nino, no concuerda en género con su adjetivo « desprecia- dos », masculino. 76, 402, 43. Es una nota de erudicion. Me alegro de que sea erudito. 76, 402, 51. Me alegro mucho. Pero en 1897, yo no podía incluir en mi obra lo que ha publicado SrrEeazzINI en Abril de 270. 77, 06, 3 7 78, 410, 78, 410, 78, 410, ANALES DE LA SOCIEDAD .CIENTÍFICA ARGENTINA 1899. Somos muy amigos y me ha enviado ésa publicacion á su tiempo. Cuando escriba usted otra crítica, no deje de decirnos si tambien es amigo del excelente botánico. 36. Enesta nota no resuelve nada. Mejor hubiera sido reservarla para uno de sus 3 tomos de 500 páginas cada uno. — En cuanto á que el Calden haya sido «el niño mi- mado» se lo explica cualquiera que haya visitado esa region. Allí domina casi por completo, y es, no un «niño» sinó el «Señor de la comarca ». Es, para las personas que han aprendido á contemplar la Naturaleza con los ojos de HumBoLDT y nó con los de un raton de biblioteca, un árbol espléndido, y abrigo la conviccion de que, cuan- do aparezca en San Luis un Luis DoMINGUEZ, escribirá ver- sos excelentes dedicados al Caldén. Otra vez que escriba sobre este árbol lo haré en verso. Tiene la ventaja de ri- mar con sarién... 25. Así, mi abuela. Yo tambien escribo 215 notas, vi- tuperando, ampliando, criticando, aceptando lo que dice el autor que examino, ó escribiendo pamplinas como al- guna que hemos de ver más adelante. Esta nota, pues, está de más. , 407 y 415, 7. ¡Ayl ¡Ay! ¡Avl ¿Yá qué viene esto? 4. No.es cierto que Le Maour y DecalsNE establezcan una familia «Cariofileas », porque estos autores han escrito en francés, y Cariofileas es la expresion castellana. No es verdad tampoco que sean ellos lo que la establecieron, pues lo hizo mucho ántes A. L. pe Jussizu en su (renera y la aceptó DE CANDOLLE en su Prodromus, etc. 4. Volvemos á las Solaneas y Solanáceas. 21. En esta nota hay un paréntesis de mala fé; ó, si no es de mala, se debe á que el crítico es ciego. No he escri- to Nothochlena sino Nothochlena. Si la imprenta ha usado el diptongo «e ha sido porque le faltaba «+. En Hooker y Baker, Synops1s filicum, está con ce. En cuanto al Confr. 462,1. 12 es tan falso como el anterior. Silos anteojos no le bastan, sírvase de lente. Lo demás no tiene que ver con mi trabajo. ¿Ha sido usted maestro de primeras le- tras alguna vez? Pero, ya que el crítico se ocupa de nimiedades seme- jantes, voy á mostrarle, esta vez por todas, que tambien UNA CRÍTICA 9274 entiendo de eso, y que, cuando la oportunidad se presen- ta, puedo ser tan nímio como él. Dice en p. 78,410,21. que he escrito Nolhochlena en vez de Nothochlaena. Exa- minando el texto impreso (p. 410,21), encuentro que no dice Nothochlena sino Notochleena y que la primera /h falta... Pero es el diptongo lo que le ha llamado la aten- cion. Si se fija bien (con lente), en la bastardilla de tipo medieval que se la usado en la imprenta, el diptongo ae (ce) (compárese Notochleena, p. 410, 1. 21 y p. 462, l. 13) tiene su primera parte, ó su mitad a piriforme oblicua, mientras que el diptongo oe (0) la tiene elíptica oblícua (compárese Didymochleena, p. 462,1. 19 y No- tochleena, p. 462, 1. 20) Hooker y Baker, Synopsis fi- licum, escriben Didymochicena y Nothochlcena. No hago hincapié en el diptongo, porque me doy por bien servido de que mi texto no se haya impreso peor en la imprenta de la Penitenciaría; pero, por qué motivo he escrito tres veces Noto... en vez de Nothu... no me acuerdo. El crí- tico vé siempre Notho... donde nolo hay. Mejor hubiera sido que anotase, lo que no ha hecho, que en más de un caso aparece Adianthum en vez de Adiantum que es como escriben Hooker y BAKER el sic de coeteras. : 78, 410, 26. Para ser mentiroso, se necesita tener buena memo- ria. Para ser crítico de nimiedades, necesario es no dejar escapar ni una sola. Si en vez de « Enotérea », lo que es- tá bien dicho, debí decir «Onagrariéa» usted se equivo- ca, porque debí decir, segun aquello que usted sabe, «Onagrariáceas » — y lo que sabe es lo de Cácieas y Cac- táceas. Parece que usted no sabe que ENDLICHER dió á la familia en cuestion el nombre de (Enotherece, lo que, en castellano, es Enotéreas. Hablando, pues, de la Jussieua Swartziana, no tiene nada de particular que diga que es una Enotérea. Pero usted, crítico de horizontes estrechos, se ha impuesto una especie de arquetipo de nomenclatu- ra, y lo que no se encuadra en él, tiene que modificarse. 78, 411, 9. Esta nota es un modelo de impertinencia. Por otra par- te, yo no he dicho « Conejillas de la sierra » sino « Cone- jillos de de las sierras ». Si usted dice «el vaca» yo di- go «la vaca» y si yo digo « Der Sonne » usted dice « Dre Sonne ». — Suum curque. 972 79, 411, 79, 414, 79, 481, 79, 411, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 12. Esta nota es otro modelo de impertinencia. Dice así : « Á pesar de ser «Crocea » una palabra castellana, ella es poco usada y casi incomprensible á (debe decir para *) mucha gente americana, por lo que hubiera sido preferi- ble la palabra azafranada, dorada, amarillo subido». Un hombre tan prolijo como el señor crítico, supongo que sabrá latín. Si le traduzco á este idioma sus tres adjeti- vos: crocea, aurata, saturate flava, encontrará cientos de naturalistas que reconocerán, en las tres tintas, suficiente intensidad para distinguir especies. ¡Crócea igual á do- rada, ¡oh! Si la vozes castellana ¿qué le importa á usted que los que entienden este idioma no la entiendan? ¿Crée usted que las personas que, bajo su sabia direccion, van á preo- cuparse de las Cácteas y Cactáceas, Soláneas y Solaná- ceas (confr. etc., B. H. y L. D. y O, K,, etc., elc.), no van á saber lo que es «crócea »? Además, yo no he escrito «Cro- cea» sino «crócea ». — Tuve yo un ayudante del Norte de Europa que me preguntó cierto dia cómo se leía en cas- tellano techo. Y le dije «techo». — «¡No!» — me contestó — « se lee tejo, porque la chen aleman suena co- : mo j castellana ». ¡Beati alla que 12m patrum limbo potrus fuerimit ! 13. Nó, usted se equivoca. Donde digo Ciperos, digo Ci- peros, y nó Ciperáceas. Si hubiese querido decirlo, lo ha- bria dicho. Usted con su vista de lince (confr. Notochlce- na) podrá alguna vez encontrar allí, en ese mismísimo punto, especies de Scirpus, etc. Yono las ví. ¿ Y cómo, al hablar de Gramineas, voy á decir Ciperáceas? Digo y re- pito: «Cíperos» — y usted sabrá lo que son cuando es- criba Cyperus. 13. Esta notaaludeá una transcripcion de algo que escri- bí en 1881. Tengo un sentimiento literario de que cuando digo «el Erimgio» digo bien, porque me refiero á cierto Eringio. Es menester, pues, que el crítico se busque la totalidad de la obra para saber á cual de las 20 especies se aplica la designación. 13. Esta línea 13 ha sido niña mimada del crítico. ¿ Con * Este paréntesis es mio.— E. L. H. 79, 4M, 79, 441, 80, 412, 80, 412, 80, 413, UNA CRÍTICA 913 que «No sabia y es raro !! » que la Blumenbachia insignias tenia el nombre vulgar de Amores secos? Bien, me alegro, ahora lo sabe. Donde dice que tiene «pelos quemantes igual ó peor que la ortiga » debe decir « pelos quemantes iguales ó peores que los dela ortiga ». No diciéndolo así, usled se espone á que muchos brutos americanos, que ha= blamos la lengua de Castilla, no podamos entenderle, por- que, áun sin haber estudiado la gramática, sabemos que el sustantivo concierta con el adjetivo en género, número y caso. Si hubiera dicho «urentes » habria sido más ele- gante; si hubiese explicado por qué motivo son «peor» que la ortiga se habría hecho entender; mientras que la supresion del paréntesis «(Loasea = Loasácea, O. K.) » me habria impedido decirle que, en mi texto dice, entre paréntesis « Loasácea »; —que el nombre Loasew lo dió Jussizu en su (renera, y que la desinencia Loasacece es de LrvbueY y no de Orro Kuntzg, el cual KuntzkE nunca escribió «Loasácea», sino como LiwbLeY. Lodlemáses viruta para el caso. 17. Ya meestá cansando esto. Ni soñaban en escribir BenrHam y Hooker cuando ya Dichondra era Convolvu- lácea. 20. Se vé que al redactar esta nota el crítico no se da- ba cuenta de lo que decía, porque no ha entendido el texto mio. Al referirme á las Sierras inmediatas al pueblo del Tandil, digo (1.-c.) que había allí dos Múmoseas, una inerme, la MímosaRoc«e y otra «espinosa », cuyo nombre específico no conocía y que llaman allí «Zarzaparrilla », es decir, allíen el Tandil, y por eso he escrito «nombre lo- cal». Admito que se prenda de un pelo, mas nó de un pe- lo imaginario para mostrar sus conocimientos. Comienza con «vulgar y local» y no entiende lo que dice. 15. Lo celebro mucho. Yo tambien lo sé. Pero no he de- terminado aún la especie á que aludo, y, si es como dice, peor para los dos, porque no sé si es la E. Lorentz. 15. Esto lo resolverá el Dr. Hieronymus. Cuando el erí- tico sepa mejor el castellano verá que se puede decir « los Hipéricos» aunque se trate de una sola especie. Por lo demás, hay allí dos. 1 y 9, y nota 1. Esta nota es característica. Se vé que AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 18 274 80, 413, 81, 414, 81, 414, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el crítico comienza á vacilar. Ya está cansado, ó lo parece, de la cantilena en áceas y dice que el Cura-mamoel es una Rámnea, pero... en nola al pié, todavía tenemos las Ram- náceas de O. K. que no son de O. K. sino de LrwpLEY (Rhamnaceae). Bueno; pero lo mejor es que ya empieza á despuntar el lingúista. No hay remedio. Hay que se- guirle en este lerreno, arrinconarle, y, si es posible, des- ahogarle del aire crítico que aún le quede respirable. Di- ce que «es posible que el Cerro de Currúmamuel haya reci- bido su nombre de la planta ó vice-versa ». No es posible, y hace usted mal en meterse en camisa de once varas. En idioma araucano, árbol se dice mamull y cerro, huin- cul ó mahuida, empleándose tambien esta última palabra para designar una loma (Ya-mahurda- «Yamoidá») ó una sierra ó serrezuela (Pichi-mahuida). De modo, pues, que, si el crítico sabe que en araucano el adjetivo se antepone al sustantivo, el Cerro Currúmamuel no ha podido dar su nombre á la planta, porque Curú ó curi es negro, color del que no participa el Curá-mamoel (Colletiía crucrata, no Cruciata). Entónces aquel cerro(que no conozco) debe su nombre á alguna planta negra, la Mata negra, por ejem- plo (Atamisquea emarginata). Y ahora me doy cuenta de que el verdadero nombre araucano dedicha Colletra debe ser Cura-mamúll= Cura, piedra ; mamúll, árbol, es decir, como en inglés, idioma en el cual la sustancia de que está hecha una cosa desempeña funcion de adjetivo (Straw-hat paja sombrero, sombrero de paja, etc., ele.) — lo que equivaldría á Arbol de piedra, ó pétreo, por la extremada dureza de sus espinas. La palabra mamull, como la escri- be el P. FeprÉés me explica por qué no podía yo discernir (nota 1, p. 413), oyéndola á Indios, si era mamoel ó ma- muel. Y abúr. 9. Puede ser que el crítico tenga razon. Cuando dispon= ga de tiempo para estudiar ó hacer estudiar la planta, le haré saber si es Codletia ó Discaria. 5. Ya no me horrorizo de nada. 7. Pues yo tenía y lengo entendido que la Berberis ru- scifolia, es el Calafate, y no es culpa mía si tambien se dá el mismo nombre á la B. heterophylla. Mal pueden desig- narla los indios de Patagonia con el nombre de Quebraci- Ss, 44, 81, 44, 81, 415, 82, 415, UNA CRÍTICA 975 lla 6= chilla (diminutivo de Quebracho = Quiebra hacha) porque esto es español del Norte, por Córdova, y Sacha- uva, del Castellano uva y del quíchua Sacha que equivale al ideologismo chino de cuatro rasgos mul, por la idea de vegelal, planta, árbol, bosque, silvestre, etc. ¿Eh? ¿qué tal? La palabra Gayaukhia no me parece patagónica — ha de ser fueguina no más, Ona, Aluculuf ó Yagan. Por otra parte las Berberidaceae son de A. RicmarD, no de Orto KUNIzE. 22 (no 31). Esta nota es triturante. Pues amigo, luci- dos estamos si, cada vez que no conoce un nombre vulgar, vá á consignar que no lo sabía. Ahora lo sabe, pues. Lo único que le ha faltado ha sido apuntar que en los carros fúnebres para los solteros se colocan penachos blancos (de plumas) que no son de Gynertum ó Cortadera. 28. Esto es lo mismo. Remitiré al Dr. Kurtz ejempla- res de Té pampa y él le dirá, si vo es Stipa, que es de un género inmediato. 1. He dicho que el Café de Misiones es una Cassta. No habiendo traído ejemplares de allí, ni tenido libros en Mi- siones para determinarla, sólo la conozco por el género. Cuál es la especie, eso es harina de otro costal. Usted, hasta ahora, me ha dado demasiadas pruebas de no cono- cer la anarquía que en nuestro pais reina respecto de ta= les nombres vulgares para que yo pueda tomar á lo sério sus determinacionnes (Confr. «Zarzaparrilla» —Mimosca etc.) 5. Me alegro mucho que esté de acuerdo conmigo. Dis- culpe que disienta en lo que se refiere á la proteccion que el Gobierno Argentino dispensa á los trabajos científicos sérios. El Gobierno Argentino jamás les ha negado su apoyo, á tal punto que más de una vez lo ha prestado has- ta á uno que otro badulaque mas ó menos recomendado, Casi todo lo que hoy se sabe de la Flora Argentina y en particular de su Gea, se debe á su proteccion. No se dice reino animal, ni mineral, sino reino de los animales, delos vegetales, de los minerales. 25. Lig-mallin no es una especie de Stipa. He dicho « es- tipales », el conjunto de una ó varias especies de Strpa, que blanquean, ó hacen un morré ó moaré cuando el vien- 276 82, 415, 82, 415, 83, 416, 83, 416, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA to pasa por encima de ellas. Si así no lo comprende, por- que no lo ha visto, véalo, ó hágaselo explicar por cual quier hombre de campo en que haya «estipales ». En araucano lig es blanco y malliu es pasto, césped, prado, y aquella g de lag se vuelve n, como en griego, y siguiendo la misma eufonía, cuando precede á lag 6 á la k. Así, garrote blanco es lin-kolkol de lag, kolkol. 47. Hablo en mi texto de la subformacion de los pastos blandos ó tiernos, que corresponden á la porcion prime- ramente poblada de la Provincia de Buenos Ayres, y el crí- tico sale con la Patagonia Boreal. En China, al ¿é, lo lla- man schá ; mas en Persia shá es el Emperador, que equi- vale á Kaiser en Aleman, á Caesar en latin, de eceedo, coda, cceessum; en Rusia Czar 6 Tzar. Es curioso que en el Perú se les diera el nombre de Incas. Ahora, en el Japon, se llama Mikado, nombre compuesto de mica, un silicato, y do, una nota musical. 18, Dice así: «Macachin es nombre guaraní, común, á todas las Oxalídeas en particular á las especies del género Oxalis (15). » —Mi amigo FLORENCIO DE BasALDÚA Me dice que Macachiín es vasco, y se puede descomponer así: maca, señal; chin, brillar, porlo que brillan ó aparecen (el griego phaino) como señales, con sus flores rosadas ú amarillas. Y tambien lo descompone de este modo: ma, succion; ca, accion; chin, brillar. 49. En Buenos Ayres jamás he oido llamar Mastuerzo sino á las especies que he indicado, Capsella bursa-pasto- ris, el Mastuerzo macho, y Senebiera pimnatifida, el m. hembra. En sentido figurado... 3. Esclaro: desde que Usted se ha encastillado en Ben- THAM y Hooker y Le Maoút y DecalsNE, no puede conocer ni el nombre de la familia Ambrosiáceas. Busque, busque. Si no sabe más que aleman, no puede entender el chino, y si nosabe el araucano, no puede precisar aquello de que antes hablamos. No se dice «el Cepacaballo » sino «la Cepacaballo». k. Es claro, porque he seguido mi opinion y no la suya. Desde que, para usted, no existe la familia Ambrosiáceas, he hecho mal en no colocar los dos Xanthium en las Com- puestas. El Xanthium ambrosiordes existe en el Tandil. 83, £16, 83, 416, 83, 416, 83, 416, 83, 416, 83, 416, UNA CRÍTICA 277 5. Aquí se equivoca de plano. Si sus observaciones se refieren á la comarca que usted habita, nada digo; pero le afirmo que mucha gente aquí, en Buenos Ayres, dá tambiená Jas Manzanillas (Anthemis) el nombre de Ca= momilas. Y debe comprender que algo ha de haber al respecto, si le digo que, en más de una ocasion, se pide Ca- momila en la botica, y el boticario despacha Manzanilla, y el enfermo se cura lo mismo, porque el mismo efecto le habría producido el agua caliente sola. : 16. «La palabra Amarantus debe escribirse sin h (no Amaranthus)». Usted debe ser un gran helenista, Señor crítico. Es cierto que la terminacion anthys no viene del eriego anthos, flor, porque amarantus deriva de a, pat- tícula privativa y maraino, marchitar, es decir, que no se marchita. Pero usted me concederá que semejante afirma- cion tan categórica podría baber venido acompañada por el motivo. Vd. que ha explicado y dicho tantas cosas inútiles en su crítica de 215 notas, pudo muy bien agregar que 4ma- rantus viene del griego Amáranton. Le acepto la correccion, mas debo prevenirle que, no obstante el apuro con que escribí la Flora, comprobé la ortografía de los nombres técnicos, y si he escrito entónces Amaranthus, debe creerse que no estaba dispuesto para etimologías, y que JussIEu, Marrrus, LivoLeY, ÉNDLICHER, A. RICHARD y OLros no me- nos ilustres, han escrito con th. Nos hemos equivocado, hem! 20. Le admito la correccion relativa á los Hinojos. Es error viejo, de 16 años atrás. Por quélo cometí entónces y persistió, podría explicarlo, pero esto sería tiempo per- dido. 23. Aquií volvemos á la simpleza de las Solaneas y So- lanáceas. 25. No defiendo ni discuto sinónimos. Donde el crítico dice Verbesina australes debe ser australis. Supongo que será error de imprenta. 29. Al leer esta nota podría creerse que el crítico piensa que hay dos familias distintas: una Portuláceas y otra Portulacáceas — y son la misma cosa. 34. No señor. Cuando digo Verbenas, quiero decir Ver- benas, es decir, especies del género Verbena (sin la palo- S4, 416, 84, 416, 8%, 416, SL, 85, 218, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ma) y cuando digo Solaneas ó Solanáceas, quiero signifi- car los miembros de la familia, sin expresar los géneros, por escribir rápidamente, ó, lo que usted aceptará mejor, por ignorancia. 38. Nota inútil, pues repite mi texto en su espíritu. 42 y siguientes. Otra nota completamente inútil. Su contenido, como el de muchísimas otras, podría haber servido de tema para un trabajo especial, que yo habría sido el primero en aplaudir, como lo he hecho tantas ve— ces con los trabajadores asiduos, como lo es el Sr. STUCKERT. Pero ocuparse con insistencia de su obra, que no está pu- blicada, de la que ni siquiera tenía noticia en 1897, es gana de escribir sin ton ni son. Y déle confr. y déle B. H. y L.M. y 0. K. y áceas y eas. 9 y siguientes. Esta nota, de un humorismo ridículo, me atribuye una expresion, simplemente espiritual, de Martín Fierro (José HERNANDEZ). Sospechar que he en- vuelto en ella un insulto á los hombres de ciencia del país, es no entender jota de lo que está escrito. ¿Quiere, por otra parte, el crítico, decirme qué trabajo general, en un sentido económico, científico, se ha publicado aquí sobre los pastos Argentinos, con clasificacion agrícola y análisis químico de los mismos? 35. Los « Cangrejales» se llaman cangrejales porque en muchos de ellos abundan los cangrejos. La Spartina australis me fué indicada por el Dr. SpecazziNI. El hecho de que no figure en el libro, en los 3 volúmenes in-folio de 500 páginas cada uno, del Sr. SruckerT, no quiere decir absolutamente nada. 36. No hay para qué volver á la Brusca ó Brusquilla (Confr. 413,9). No es «Discorta» sino Discaria. 6 (nó6 501) ¡Dále otra vez con las Mimoseas y Cesal- pineas | 16. Empieza con el furor de confr. y es una nota fuera de lugar. Yo tambien he dicho que entiendo especial- mente por Algarrobo la Prosopas alba, etc. etc. 37. Antes que el Sr. Sruckerr, me había criticado por carta el Dr. Fenerico Kurtz el nombre vulgar de «Que- bracho colorado» aplicado ála Apocinea Aspidosperma quebracho. Los nombres vulgares los dá el vulgo, y si el UNA CRÍTICA 979 vulgo se ha equivocado al preguntarle «qué arbol es éste» no tengo yo la culpa. Así me nombraron en San Luis, en 1897, en Córdova en 1877, y en Formosa (Chaco) en 1885 y 97 la planta cuyas hojas describo en la p. 420. Si esa planta no es una Apocínea (confr. Apocinácea), una Asp?- dosperma quebracho, que diga San Canuto lo que es. La Quebrachvra Lorentzw, la Anacardiácea, me la señalaron en Córdova, en 1877, como «Quebracho blanco». En Formosa, en 1897, recogí fragmentos de color rojizo acanelado su- bido, de un tronco que había sido hachado, y preguntando de qué eran, me dijeron «de Quebracho colorado» y me señalaron un árbol vivo cuyas hojas eran como las des- critas en la p. 420. Encontrando en el suelo grandes se- millas aladas, muy deprimidas, se me dijo que eran de Quebracho colorado, y las semillas de las Anacardiáceas no son así. Suprímase, si se quiere, el nombre vulgar, pues en todos mis trabajos he repetido hasta el cansancio que no valen nada, que están buenos para la conversacion, pero que, en este país, están envueltos en la mayor anar- quía. Sien alguna parte de la obra he dicho que la 4Aspi- dosperma Quebracho (*)es una Anacardiácea y la Quebrachia Lorentzú una Apocínea, venga el aporreo. Yo tengo mejor oido que ustedes, señores sábios alemanes, para entender el idioma de mi tierra. 1. Y cuando he dicho que he oido nombrar «Quebracho blanco» tambien, en Tucuman, á la Jodina rhombrfolia, es porque así lo he oido. 34 y 46. Este confr. debe referirse al Calden. 28. Esta nota me parecería una insolencia si no fuera tan simple, tan ingénua, tan infantil. ¿Cómo? y se imagina que las observaciones sobre el Chañar, que refiero como mías, no son mías? ¿Ha publicado usted las suyas en al- guna parte? ¿Piensa que yo iba á meter la nariz en sus 3 tomos in-folio de 500 páginas, para buscar sus observacio- nes y publicarlas como mías? ¿He vuelto yo á pasar por (*) En la nota 18 de SruckerT, p. 85, hay un error de anotacion de autores No debe escribirse Macaglta Quebracho O. K. (ScHL.) sino (ScHL.) O. K.— En la linea 14, en la llamada, escribe Scmrcmr. Peca contra la uniformidad este CATON. 86, 86, 87, 87, SS (10) (3) Ao => (OI TO O) So) SS ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Córdova, despues de 1877, allí donde usted guarda sus 1500 páginas? Yalo creo que las refiero como mías, pues que lo son. 32. Eas! áceas! confr. oh! 3. Mealegro. 32. Es una felicidad. 42. Esuna calamidad. Todos estos nombres vulgares co- rresponden, nó á la Lippia lycrordes sola, sino á cuatro, por lo ménos tres especies, bien marcadas, y cuyos nom- bres vulgares en Buenos Ayres son, Cedrin, Cedron y Fa- vorita (esta última Niño-rupá ó Niño del Monte Araupá en Corrientes). 30. Conocí esa planta con ese nombre. Usted puede poner lo que guste entre paréntesis. 31. Volvemos á los Quebrachos. Confr. lo que antes dije. Si se hubiera publicado la Bibliografía, el crítico habría encontrado que ya se había escrito lo bastante á su respecto. Me aflije hasta las lágrimas que tanto le ha=- ya incomodado mi entusiasmo por el Calden, sobre cuyo inocente nombre vuelve á descargar su Confr. respectivo. 39. Cácleas |! 37. Los Jumes. No era mi objeto saber tanto. 48. Ya verá usted, cuando algun dia me ocupe de pulir mi trabajo, si hay ó no una « Euforbiácea achaparrada » que lleva el nombre vulgar de Oreja de gato. Y puesto que he dicho « Euforbiácea » se comprende que no me he referido á Dichondra, niá Hypericum. — Pero esta nota contiene la más alta prueba de que Sruckert ha tenido tiempo de sobra para escribirde más. Si vitupera mi falta de uniformidad porque, al mencionar las familias, no les doy siempre la desinencia en áceas ¿cuál es el mo- tivo para que él, el uniforme, escriba Haipericinea, de lo que no he hecho mencion (l. c.? y para mayor abunda- miento y fastidio embuta una nota (la 28) al pié de la pá- gina 87? En la nota 87, 424, 37 hizo la misma cosa. Yo había escrito «los Jumes » ; amplía con todas sus equiva- lencias, y una de ellas le hace escribir la nota 25 (p. 87) al pié. Con motivo del ¿é, en chino, y en otros casos, creo haberle dado pruebas de lo impertinentes que hemos sido los dos al salir del tiesto. 87, 428, 88, 425, 88, 1426, 88, 426, 88. 426, UNA CRÍTICA 281 36. . En sus observaciones sobre el Guayacan debe tener razon y yo nó. Puede ser que haya cometido una confu- sion; pero lo cierto es que procedí con tanta ligereza al consignar el nombre técnico, como rapidez al redactar. Me he referido á una planta que en Tucuman, en Salla y en el Chaco me designaron como Guayacan. Como tengo ejemplares (sin flores, que nunca le ví) se puede hacer su estudio y fijar lo que es. En cuanto á las discusiones de nomenclatura y sinonimia en que se desparrama en la observacion y en la nota al pié (29) no vienen al caso. Es un simple despliegue de erudicion. 39. Al escribir Prosopws aphylla lo hice de memoria, y es tanta la confusion que reina en la misma despues de aquel esfuerzo cerebral que lleva en el Censo el título de Flora Argentina, y tanto el aporte de enredo que me ha producido con su crítica el Sr. Sruckerr que no puedo ahora contestarle. Cuando revise mi trabajo le diré lo que hay. 7. Nota excesiva y con apéndice. Es claro que se trata del nombre dado por GRISEBACH. 8. Una repeticion con su confr. 141. Esta notanoes de buena fé. En la primera parte me hace decir lo que no he dicho. He escrito que el Coco de Córdova es una Zantoxilea (milagro que no salió á bai- lar el áceas) y, entre paréntesis «(tribu Rutáceas, para algunos) ». Es evidente que, si en la página 397 de mi 89, 426, trabajo, figuran una familia 32, Rutáceas y 33, Zantoxí- leas, no puedo admitir que la 32 sea tribu de la 33, y si he dicho, por desplegar erudicion: «(tribu Rutáceas, para algunos) » lo que SruckerT no sabe, he demostrado, sin querer, que la erudicion á destiempo es una imper- tinencia. La segunda parte, ó el segundo párrafo, incluye lo mismo que he dicho sobre los nombres del Coco, y lo que agrega de la madera no es una novedad. Otros lo es- tamparon ántes que él. 21. He tenido y tengo la costumbre de respetar á los es- pecialistas. Al llegará la localidad citada en mi texto, no había (en 1877) mas Mimulus en flor que el luteus, de eso estoy seguro, y allí mismo, al preguntar á Hizro- NYMUS cual era el nombre de la planta, me dió el consig- 282 S9, 89, 90, 90, 90, 90, 91, 91, 426, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nado. ¿Qué necesito yo de lo que usted sabe ó no sabe para decir lo que he visto ? 22. No he mencionado ninguna Woodsía obtura sino la Woodsra obtusa, que he determinado por el libro de Hoo- KEr y Baker, Synopsis filicum, y mal podía consignar el nombre dado por HisrowYmus desde que mi sábio amigo aún no había publicado sa monografía sobre los Helechos Argentinos cuando escribi la Flora. 27. Otra sinonímia, sin objeto. 37. Idem. 41. Pues, por lo mismo que existen flores de Lycium «mas ó menos moradas» ¿no le parece que al decir «morada» es porque así lo ví, y cuando digo «azul » es porque era «mas ó menos morada» y la ví azul? Lo de- más, y la nota al pié, es tan viruta como toda la obser- vación. 426, 44. Erudicion, nó crítica. 426, 45. Enotéreas — al bombo. 427, 2(n6 24). Puede ser que haya habido una confusion. 428, Pero tengo por seguro haber visto en flor (blanca y muy olorosa) una Tillandsia, traída del Interior, con las hojas envueltas como las de la corcinalis. Creo que era de Tu- cuman ó de Salta. Por ahora dejo el resto de lado y opto porque se suprima el nombre técnico de la línea 2. 5. Erudicion con longitudes y latitudes. 46. Retamo y Retama tienen ¡gual uso. Boca una his- toria por una letra. Al revisar esta página 427 habria sido noble y cortés, por parte del crítico, «ojear» y transcribir la nota que lleva al: pié. 4. y 428, 5. Lea de nuevo mi texto y verá que estos errores no son mios. Usted no lée, no examina. Dá palo de ciego y muerde la lima. 11... Gaudeamus ! Escritores que valen más que usted y que yo, dicen, por ejemplo, cuando se refieren á un ora- dor 6 á un escritor que «emplea metáforas como came- llos para expresar ideas como mosquitos » que diluyen una idea insignificante en un mar de palabras, etc., etc. Dispénseme, señor crítico. Usted que es hombre aplica- do, estudioso y trabajador, que ha cometido ya sus tres 92, 429, UNA CRÍTICA - 283 volúmenes de apuntes de 500 páginas cada uno, corríja- me mas errores, con, ó sin Orro Kuntzk, L. y M., B. y H. Confr. etc,, en lo que se refiere á Hinojos, -Manzanillas, Tillandsia, Quebrachos, etc.; pero en materia literaria, en lo que se refiere á figuras de retórica y otras yerbas semejantes, vea, usted no tiene dedos para guitarrero. 10-20. Realmente. Aquí ácea está muy mal. Lo demás es conversacion. 25. Conversacion. 50. Malditas Cácteas que no acaban de jorobarle á uno la paciencia. 1 (nó 17). Sruckert escribe aorantha y en el texto dice aoracantha. No sé si ha escrito esta nota para cometer aquel error ó para agregar una viruta más. 29. Yono tengo la culpa si usted no la conoce; tampo- co la tengo de que usted me haga decir Retortuña donde digo Retortuño, ni debía llevar su furor de los Confr. hasta citar pág. 515, línea 49, porque La Flora termina en la pag. 474; y si ha de ser 415, entónces no abrigo la menor duda de que puede haber un error de imprenta y que su objeto al confr. era para que no se me fuese de la memoria la idea de Mastuerzo. Pero cita tambien la « Pa- ta de gallo » lo que podría corresponder á La Fauna, que incluye la p. 515, en la cual me he ocupado de los Cris- pines y Pirrinchas, pero nó de los (Gallos, que no son de nuestra Fauna. Debe haber sido « Pata de catre ». 33, Obs. 2. Noes la Cesalpinea. He cometido un lapsus- calama, es Mata negra, y debe ser la Atamisquea emargi- nata porque este nombre técnico es el que consigna el Dr. Hieronymus para aquel vulgar, en su trabajo sobre las plantas traídas de Patagonia por el Dr. Bere. Nunca he visto un ejemplar como ese que observé cerca del Rio Negro, y á pesar de haberme encontrado en presencia de muchísimos de ellos en diversos puntos del país. Es la misma planta á que se alude en la p. 433. 9. Retamo, Retama. Confr. 10. No he escrito «el monte se diluye » sino «el monte se diluye» lo que implica algo. Además, no me gusta la palabra ralear. Me parece que no es elegante, y si algu- na vez la uso, es para decir «Gallo de mala ralea ». El 284 93, 93, 93, 9%, 430, 432, 433, 437, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Confr. 428,1. 11, me lleva otra vez á lo mismo y encuen- tro que usted recomienda, antes, decir «repeticion en grado diminutivo». Si aplica usted las reglas de la Gra- mática castellana quiere obligarme á escribir repelicion- cita, o-cica, ó-cilla, lo cual no está ni puede estar en ningun Diccionario, y, si está, es un solemne disparale. 24. Conversacion. 27. Si hubiera hecho lo que usted aconseja, tendría que caracterizar la Flora de Santa Fé por el Trigo, y la Fauna de Buenos Ayres por las vacas y ovejas, así como su Flora por los eucaliptos. No pensaba nacer BaLL cuando ya corría en letra de molde que en Patagonia había extensos manzanares. SHAYHUEQUE era llamado «Rey de las man- zanas» 6 «R. del pais de las manzanas», y hasta en an- tiguas notas oficiales se lée » Region de los manzanos » Ó «Pais de las manzanas ». 7. La Mata-negra debe ser la Atamisquea emarginala. Despues de 27 años no puedo afirmar que lo sea. Mas el recuerdo que conservo del carácter de sus hojas me hace pensar que «así será, pues ». 33. «No atino, etc.» Pero ¿cómo vá á atinar, señor StuckERT? ¿No está viendo que en el texto digo que son datos que me suministró Moyano? Si este excelente amigo jamás pretendió ser botánico. A falta de datos impresos, pedí los verbales. Pero Moyano ba traído muchas plantas de allí y estoy seguro de que Srecazzini las ha publicado en Primitie Flore chubutensis, que no he visto. Si hu- hiera podido disponer de un ejemplar habría consignado lo que era. Lo demás es viruta. 15. «Lo dicho...» Cácteas...! MO ride Ml 21. Vuelva á leer mi obra, y encontrará que no era ne- cesario que usted consignase que el Piche es Fabiana ún- bricata. 23. Y lo mismo sucede con el Canelo. He dicho que es necesario determinar si el «Canelo» de la region que es- tudio es la misma planta que lleva igual nombre en Chile, «en cuyo caso sería la Magnoliácea Drimys Winter ». Y para usted, porque se llama Canelo, tiene que ser Drimys Winter?. Mejor hubiera sido que consignara muchas co- 9%, 9%, 437, 439, 439, 439, h40, h40, 40, 4.0, 440, 443, L43, 443, 443, UNA CRÍTICA 285 sas que usted, como farmacéutico, debe saber, por ejem-= plo, que tambien se llama «Arbol de Winter», y á su corteza «Cáscara de Winter», ele., etc., etc. 28. Hem! hem! Dígale eso al Dr. Kurtz y lo pondrá de oro y azul. « Perobscura mihi Puna videtur » escribí al finalizar la escasa porcion de textoque dediqué á la Puna. He citado á Lorentz y á Linio. Vuelva á leer y no se apure. 4. Para mí, Tropeeolum es una Tropeolácea. Si á usted no le gusta, lo siento mucho. Botánicos exímios lo con- signan así en sus obras. Si Orro Kunrzg le restituye el nombre de Trophoezum eso no quiere decir sino que Tro- phozum es una Tropeolácea. — Pero ¿qué es esto? ¿qué 00 lodo sos 7. ¡Cácteas! ¡Otra vez! Confr. |! 39. Conversacion. 22. Superior. 27. Abora sí que se van á ocupar de los bosques, en el Ministerio de Agricultura, despues de esta nota suya. 33. Me alegro mucho. 40. Los que miden la importancia de las críticas por su volúmen y nó por lo que contienen, se encuentran obli- gados á leer esta nota para explicarse cómo ha podido usted escribir 215, más las 89 de pié de página, lo que suma 304! Esto es una Melanorrea. 47. Ya verá usted lo que váá salir del Jacarandá. No será un Kúri-kolkol, ni nada que se le parezca; pero vá á tener que quemarse las pestañas para poner en órden sus notas. Lo demás es conversacion. 9. Volvemos al Lycium. 13. Y ála Dolichandra. 14. Yasí no más es, en Buenos Ayres. El nombre que consigna GriseBAcH es «Tripa de braya» segun LoRENTZ, « Braya » confr. «Fraile» Symbole. 17. Fuera de la erudicion que contiene esta nota, me interesa particularmente la ignorancia. Dice «la mosca ». Sería interesante saber qué mosca. Aquí podría yo hacer una disertación sobre Mvasis. Me guardaré muy bien. Y en el final: «Una de las pocas plantas que NO Es atacada por la langosta ». Debe decir. « .... que NO SON ataca- das....» Confr. diluir, surgió.... Cácteas! 286 96, 443, 96, 443, 96, 443, 97, 443, 97, 443, 97, hhh, 97, hhh, 97, hhh, 97, hhh, 98, hhh, 98, hh5, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 20. Puede ser un Clidanthus. Sino me engaño, la de- terminé en 1877 ó 78 por Kunra, Genera plantarum, etc. Por lo demás, he mencionado el Cladanthus frograns al ocuparme de dicha planta. in ¡Cacteasil 31. Sino he olvidado mi gramática, él noes artículo, sino pronombre. Pero estoy seguro de que en la latina de NeBrIJa dice: Arbor est nomen muliebras, sed excoprantur: mas Olcaster, Acer neutrum cum Subere Robur. Esta re- gla no rige en Castellano. Por favor, señor SruckerT. En las obras de carácter literario, una de las primeras cuali- dades del escritor es la decencia. Si yo he escrito «el Tipa » refiriéndome al Machortum, es porque «la Tipa », como usted quiere que escriba, es otra cosa. Aun en ciencias se guarda cierta circunspeccion. En 1894 estuve en Montevideo con el Dr. Bere, en mision oficial, y en cuanto nos fué posible fuimos á visitar el Museo Nacional que entónces dirigía el Dr. ARECHAVALETA, y que Bere de- jara hacía poco. Al llegará un armario donde babía pescados, ví uno, en cuyo tarro continente de vidrio había una etiqueta (letra de Bere) con el nombre técnico (que no hace al caso) y se agregaba: «Nombre vulgar C..... real» Pregunté á ArzcHAvaLera lo que era, y me lo dijo al oído. Diga « el Tipa » — es mas propio. 42. La de GRISEBACH. 4h. Y esto ¿a qué viene ? 22. Para mi obra, entregada á la Comision en Julio de 1897, no puede regir lo que Hieronymus ha publicado despues ; de manera que todas esas correcciones á GRISE= BACH no tienen aplicacion al caso. 23. Esta vez la acertó. Donde digo Bromelias, quiero decir Bromeliáceas. 24. En alguna parte del texto lo he dicho, aunque sólo haya indicado las familias. 29. Me alegro. 49. ¡Qué fastidio | Otra vez las Solaneas y Solanáceas. 1. La palabra glauca no es latina sino griega, la adoptó el latin, y en castellano es permitido usarla (y se usa en el lenguaje literario y en el científico) para evitar «el verde mar grisáceo ». UNA CRÍTICA 287 98, 445, 5. Esta nota, Integra, merece ser transcrita aquí: « So- « mos bastante amigos con el Sr. Adolfo Methfessel; es un « insigne pintor, y ha producido centenares de magnífi- «cos cuadros representando (debe decir: que represen- «tan * bosques y paisajes ** de las provincias de Cata- «marca, Tucuman, Salta, etc. En su compañía hemos «cazado el cuervo real, Cathartus papa ». — Yo no sabía que fuese Cathartus, sino Cathartes (Confr. 504, 1). Cuando una crítica me es completamente favorable, la leo solo; pero cuando me muerden, como lo ha hecho StuckERT, esa crítica se lée en sociedad de amigos y se comenta. Imagínese cómo habrá sido tratada la nota que me o0cu- pa. Entre los presentes, cuando la leí, estaba AMBROSETTI (J. B.). quien agregó: «Yo tambien soy muy amigo de METHFESSEL. ... Casualmente en su compañía hemos ca- zado el Cathartes foelens ». Melano..... 8. Me alegro. 9 y 18. Cae de su peso que, al citar lo que dice LrLto, no tiene nada que ver el Maytenus, ni la Bumelta. 31. Desde que cito un nombre técnico, cualquiera com- - prende que me refiero especialmente á ese. LL6, 446, hhT, 448, 37. Lo veremos. 40. Una parte es viruta, y lo que dice del Yuchan ó Palo borracholohedicho enel texto. Porlodemás, la familia Bom= báceas no ha sido establecida por Le Maoúr y DecAIsNE sInO porKuntH, ylahan aceptado De CaNDoLLE, ENDLICHER y OLrOS. 5. No he hablado de ningun árbol de Corrientes y Mi- siones llamado Samuhú, sino del Chaco y del Paraguay. No niego que se llame Emodendron Samauna, MArT. ; pero si el Yuchan es Bombácea tambien lo es el Sumuhú. 36. Otra vez el Coco. 11. Vaya una novedad. 15. Hay diversas plantas que se denominan «Palo blanco ». En cuanto á los nombres técnicos del Laarel, y del Timbó, ó Pacará, ú Oreja de negro, tambien los he dado en el texto y en las láminas. El sinónimo del Ente- rolobúuwm timbouva, Mart. como Feulléea contortisiliqua * Este paréntesis es mio. Aquel gerundio es un exotismo. H. ** ¿No dan paisajes los bosques ? H. 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (VeLL.) O. K., supongo alude, en la abreviatura (VeLL.) al botánico brasileño VeLLozo. LADIsLAO NErro, ex-director del Museo Nacional de Rio Janeyro publicó, ocupando un tomo de los Anales, la Flora del Brasil por VELLOZO, CUYOS manuscritos se conservaban inéditos. Si esta obra es la que ha adoptado Orto Kuntzz para establecer el sinónimo, debe recordarse que ella no tiene prioridad sobre el tra-= bajo de Marrius. Si se trata de una publicacion ante- rior, no he dicho nada. 99, 449, 15. «Ojalá me equivoque, pero dudo que el Dr. Kurtz « publique la descripcion de las plantas que trajo de For- « mosa». ¿Por qué dice usted esto? ¿Porque todo lo que trajo ya estaba descrito? Prevengo á usted que yo fuí el Gefe de la Comision Cientifica que visitó el Chaco en 1885, y, como tal, tengo el deber de avisarle que el Dr. Kurtz tiene la obligacion de exigir de usted una explicacion so- bre el significado de sus palabras. 99, 449, 22. Vuelta á las Enotéreas. 100, 1100, 1100, 1100, 1100, 1100, 100, 100, 100, 100, 1100, 449. 2%. L. y M. no son los fundadores de la familia Can- nacez. 9, 28. Vuelta al Guayacan. 449, 30. Con «probablemente » no se afirma. 449, 37. Otra vez el Palo blanco. 449, £2. Y vuelve el Quebracho: Es Apocínea. 449, 46. En la página 448 está el nombre técnico de la Pal- mera «Mbocayá » en cita de FONTANA; pero dice Aeroco- mia totay en vez de Acrocomia totay, por error de im- prenta ó lapsus calam. 450, 3. «Probablemente». 450, 5. Vuelta al Timbó. 150, 42. No puedo decirlo. 451, 2. Pero, por favor ¿he dicho yo queen la República Argentina haya Chamerops indígenas? He afirmado que las palmeras dibujadas en la fig. 31, p. 450, tienen hojas como pantallas, como las de Chamerops ; pero no es eso motivo para tan extemporánea nola. 451, 19. No he citado ninguna Cecropra peltata, ni he soña- do con tal nombre. Lo que dice en la cita es « Cecropia (palmata?) » Si inventa nombres para tener oportunidad de citar á Orro KuntzE, eso ya es otra cosa. UNA CRÍTICA 289 101, 451, 23. Lo veremos. 101, 452, 6 4 453, 39. Son casi todas notas para repetir lo di- cho, corregir indebidamente como en el caso de Arundo Donax, que en Buenos Ayres se llama realmente « Caña de Castilla» ó para tener oportunidad de bombardear con nuevos O. K., L. y M., B. H. y Confr. 101, 453, 0. Mas tarde veremos si es megapotamica ó megalopo- tamica. Megas entra en composicion con genilivo, y asi se dice: Megalomanta, Megalosaurus, etc. Si he escrito Ipomea megalopotamica ha sido porque pensaba que así debía escribirse. ; El « (non ChorssY)» está de más, porque yo no he citado á Cmorssy. Pero loque no admite duda, es que la obra de GRISEBACH No se titula Plantae Lorentza. 102, 453, +3. No se necesita ver nada. 102, 454 (1) Tanto peor para la Guasca. ” 102, 455, +. Aquí tambien se llama «Plumerillo» la Calliandra Tweedwr, y «Penacho colorado » ó «Penacho rojo». 102, 455, 14. He dicho simplemente « Dorstensta». No sé en qué se funda para afirmar que es la brasiliensis. 102, 455, 29. (2). Debe ser así. En cuanto á la especie, prefiero no «tener inmotivo». Parece que entre estos Filodendros ha habido gran confusion. He oido decir, al Dr. SPEGAZZINL, que una de nuestras especies está fundada con las hojas de una y el espato (con escapo) de otra. 102, 456, 47. Así debe ser. 102, 457, 1. Personadas y Escrofularineas son la misma cosa. Y vaya de Confr. 109, 457, 1. Confr.! 102, 458,57, 3,6, 21. «Ficácea» está bien dicho, aunque otros botánicos prefieran Artocárpeas ó Urlicáceas, etc. 102, 458, 17. Noto dudo. Pero insisto en que la palabra emplea- da es correcta, porque expresa mejor la idea que deseo in- dicar. Adherirse no significa nada. Con goma arábiga, cola, pega-pega, etc., se puede adherir, mientras que «anastomosar» significa otra cosa, que se encuentra en cualquier tratado de Botánica. 102, 459, 4. Esta nota es supérflua. En la figura que representa el bosque de Araucarias de San Pedro (Misiones) están am- bos nombres. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII lg 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 103, 460, 28. No señor; lo que he querido decir es lo que he dicho y repito : Pterideas, Tribu VI, Sub-órden II. Confr. Hoo- KER y Baker, Synopsts Filicum, 1868, pp.9 y 113, gg. 21-33. No parece sino que hubiera espulgado los nombres con bastardilla, sin buscar el motivo de su presencia, para de- cir cualquier cosa del embuchado. Ahora se verá. 102, 460, 28. No he dicho, fíjese bien, que haya « Hypolepas » en la República Argentina. Mi texto dice: «especialmente de una Pterídea que no puedo referir á ningun género, pero que presenta afinidades marcadas con Hypolepis». Com- pare mi descripcion de la planta con lo que dicen Hooker y Baker de aquel género y verá si hay ó no motivo para re- ferirla con aproximacion ó más. Encontrando despues en el catálogo de NIEDERLEIN y en la obra de HieroNYmus un Che?- lanthes radrata, se me ocurrió buscar su descripcion, que coincide bastante bien con la mia (Hooker y BAKER, Op. C. p. 132, n. 5) y, cosa interesante, cuando por vez primera describió Hookek la especie, la llamó Hypolepis radiata. ¿Eh? Y no es la única. Muchos de los Cherlanthes fueron primitivamente descritos como Hypolepas. 103, 460, 34. Sus apuntes no andan bien por el lado de la sinoní- mia, y ese defecto es mucho más grave que el de decir Cácteas ó Solaneas. Comparo las pinas de la planta que describo (p. 460) con un fronda de Asplenúum erectum. No lo cito del país, como Usted escribe sin fijarse. Pero es que el A. erectum es especie Argentina. Mis apuntes sobre los Helechos de este país estaban fundados en la obra de Hoo- KER y BAKER que le dan este nombre (p. 202, n. 64). Al fi- nal de la nota, dicen: «Kunze and Mettenius consider this... to be the 4. lunulatum of Swartz, whichis an older name than erectum ». Y con aquel nombre (/unulatum) lo cita GriseBAacH en Symbolae, p. 344, n. 2243. La publica- cion del trabajo de Hieronymus me obliga á revisar todas las notas mías sobre Helechos. Haga usted lo mismo. Tam- poco he dicho que exista en la República la especie Pteris (Doryopteris) sagitirfolra, sino que KyLE me entregó 4 Pte- ris del subgénero Doryopteris, una de las cuales sE PARECE ála saguttafolra (por la descripcion). Usted me atribuye la ortografía Doryopteris; es un error, porque así está escri- to en Hooker y Baker. Pero si trata de cambiar ese nom- 1103, 103, 103, 103, 103, 103, 104, 104, 10%, 104, UNA CRÍTICA 991 bre porque Orro Kuntzk lo escribe de otro modo, analice un poco la etimología, y verá que Dryopteris significa He- lecho del bosque, nombre trivial, de Drys, dryos; mien— tras que Doryopteris podría venir de Dóry, dóratos, tallo, lanza, dardo, etc., aludiendo á la forma (por ej. sagittafo- lia) ó contorno de las frondas en este grupo. 462, 5. «Arboresce » es una palabra muy elegante y que no tiene nada de indecente. Es muy largo lo que usted pro- pone. El castellano, con todas sus mojigaterías académi- cas es un noble y generoso idioma que admite en su seno toda palabra que haya nacido en pañales griegos ó lati- nos. Y escribiré siempre glauco y arboresce aunque usted piense otra Cosa. 462, 12. Volvemos á Nothochleena. GriseBacH (Symbol, p. 342) escribe Notholena. 462, 13. No señor; usted seequivoca de un modo muy feo. No he querido decir lo que usted propone; ni lo he pen- sado. Quiero decir lo que he dicho, es decir, géneros de las tribus citadas. En cuanto áque no tiene anotado ningun Nephrolepis de la República Argentina, lo siento mucho. En mi catálogo figura como de Buenos Ayres el N. cordifolra, Baker (H. € B. op. Cc. p. 300, n. 1.). 462, 13. Asies. Error de imprenta. : 462, 17. En Viajes al Tandil y á La Tinta, en Actas de la Acad. Nacional, T. V, cité como especie Argentina (que no lo había sido antes) la Cassebeera triphylla. Así la de- terminé por Hooker y Baker y siento mucho que le hayan cambiado el nombre. 462, 13 y 17. Anemia escriben Hoover y Baker. No tengo tiempo para averiguar por qué le parece á usted mejor Aneímia. ¿Porque KuNrzE no admite diptongos? ¿Y qué me importa eso? Tanto peor para él y para usted. Si los griegos modernos no hubiesen cambiado en 2s aquella hermosa terminacion clásica en os, no hablarían la abo- minable gerigonza actual. 462, 17. Sí, es Dicksoma. Error de imprenta.! 63, 9. Uf! Solaneas! 464, 31. Aquísalió la «dilucion». Ya me ocupé de esto (Confr. 91, 428, 11). 465, 6. He escrito en Castellano y está bien. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 465, 46. Sinantéreas y Compuestas. Dále ! 465, 47. .... áceas | 465, 47. Tropeoláceas |! 465, 47. .... áceas! 466, 20. Muy bien. Con otra como esta...! 466, 24. Asies, con th y nó con £. 466, 25. .... dceas! 466, 25. Mil gracias. 466, 33, Té pampa. Confr.! 466, 34. Nandubay y Calden. Confr. 466, 42. Debe decirse como he dicho : «sugirió » pretérito perfecto de sugerir, y no «surgió» como propone, pues sería un desatino. Además, en mi texto no dice « surgi- rió» ¡Qué pisada! | 466, 40. ...áceas! 467, 48. Sinantéreas Confr. Compuestas ! 466, 9. Oh! Esa Hydrocotyle es una Umbelifera, no una Umbeliferas. 467, 37. Otra vez las Enotéreas | 467, 38. Hidroclea es en Español. 470, 47. Perfectamente! 472. 26. Enefecto. Si la Cruziana no es sinónimo de la regía, debía emplear aquí aquel nombre. 168 á 474. Es cuestion de gustos, señor mio. Si usted pre- fiere los vegetales que cita á esas páginas que yo he es- crito, eso quiere decir que usted tiene más paladar en la boca y yo en el cerebro. «No es solamente de pan que se alimenta el hombre ». ¿Por qué habría de quejarme si usted no tiene vista interior para entresacar todo lo cien= tífico que se halla escondido en ese cuento de hadas? Qué culpa tengo yo de que usted no entienda? Pero es inútil. Agregar aquí una palabra sería como machacar en hierro frio. . He terminado la revisivun de sus notas. Puede continuar escri- biendo otras. Las leeré, quizá; mas nó las contestaré. Tan pesado es lo uno como lo otro. Si usted hubiese hecho una crítica en forma, dos ó tres páginas habrían bastado; pero ha escrito 39 de ellas, con 304 notas que se repiten á veces hasta el cansancio. UNA CRÍTICA 293 Mucho ántes que usted, me escribió el Dr. Kurtz una carta crí- tica. En una página manuscrita ha puesto más médula que usted en sus 39 impresas. Ella será publicada cuando se me despeje la cabeza de todos sus áceas y Confr. B. y H., L. y M. y Orro KuntzE. Ahora reconozco, lleno de placer, que mi cerebro está bien aloja- do: he podido resistir (como el Fram á los hielos) á sus 304 notas, y abrigo la confianza de que no me faltará energía para cuando usted publique sus 1500 páginas in folio que, no lo dude, con cada Orto Kuntzg y cada Confr. que usted les pondrá al pié, llega- rán á 12 6 20.000. Vuelvo á repetirle lo que le dije al comenzar. No he escrito para botánicos, porque ellos pueden enseñarme. Lo hice para lectores generales con más gusto literario que usted y que no hubieran podido digerir su crítica si ella hubiese ocupado las páginas en que se pasea libremente la imaginacion de un artista, que tanto disgusto le ha causado. Tache lo que no sea correcto, y acepte un apreton de manos de E. L. HoLMBERG. LA ACTUALIDAD FÁBRICA NACIONAL DE SOMBREROS DEL SEÑOR CAYETANO DELLACHÁ Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Como estaba anunciado, verificóse en la mañana del 10 de sep- tiembre último la interesante visita de la Sociedad que Vd. preside, representada por una numerosa concurrencia de sus socios, á la fábrica de sombreros La Actualidad, de la que es propietario el se- ñor Cayetano Dellachá. Fué con esta la segunda vez que los miembros de esa Sociedad han tenido ocasión de visitar este importante establecimiento indus- trial, habiéndose efectuado la primera visita el día 12 de abril de 1891. Con motivo de ella, los ingenieros doctor Marcial R. Candioti y señor Miguel Iturbe, designados por la junta directiva, presenta= ron un detallado informe al respecto, el que fué publicado oportu-= namente en los Anales de la Sociedad. Comisionados los suscritos porla Junta Directiva para darcuenta nuevamente de esta segunda visita, tenemos el honor de elevar al señor Presidente, el presente informe, en el cual hemos creido con- veniente, á pesar de la prolija descripción de los señores Candioti é Iturbe, hacer una nueva exposición de la fábrica, detallando al mismo tiempo las operaciones de la industria que en ella se desa- rrolla, porque no solamente se han introducido desde la fecha de esa primera visita hasta esta última, numerosas modificaciones LA ACTUALIDAD Vista general de la Fábrica Escritorios de la Administración 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tendentes al perfeccionamiento de los productos, sino también por las vistas que agregamos, cuyos clichés nos fueron facilitados por el señor Dellachá, á los cuales nos referiremos en el curso de este informe, mostrando así con mayor claridad la verdadera importan- cia del establecimiento. La fábrica de que tratamos, situada en esta capilal, en la manza- na formada por las calles Uspallata, Perdriel, Anchoris y Los Pa- tos, tiene su entrada principal por el número 1112 de la primera de éstas y ocupa una superficie total de trece mil metros cuadrados. La fundación data de 1885, y la primera fábrica fué instalada en Barracas al Sud, donde el señor Dellachá poseía la fábrica de fós- foros en compañía de su hermano Cav. Ambrosio de Moncalieri. El actual establecimiento, en el cual hay capitalizados alrededor de dos millones de pesos, fué edificado á fines del año 1888 bajo la inmediata dirección de su mismo propietario é ¡inaugurado en el mes de Octubre del año siguiente. La parte edificada, que consta de varios cuerpos, ocupa una su- perficie total de doce mil metros cuadrados, los que están distri- buídos como sigue: dos mil en el subsuelo, seis mil en el piso bajo, dos mil quinientos en el primer piso, y mil quinientos en el se- gundo. En ei subsuelo se encuentran: el departamento de lavar la lana, el depósito de las ntaterias colorantes, gomas, etc., el depósito de la lana lavada, el departamento para limpiar y cardar la lana y el depósito de pelos. En el piso bajo: la casa particular del señor Dellachá, los eseri- torios de la administración, el departamento para carmenar y cardar la lana y embastir los sombreros de lana, el taller para la prepara- ción y corte de los pelos; la separación y mezcla de los mismos, el departamento para embastir los sombreros de pelo, el departamento para la batanadura de los sombreros de lana y de pelo, el taller para batanar á mano, los talleres para pulir y satinar sombreros claros y negros, el departamento para amoldar los sombreros, el departamento para la carbonización de los sombreros de lana, la tintorería y el desecador, el salón de distribución y control, el depósito de fieltros de lana y de pelo, el laboratorio químico, el ta- ller para la preparación de la goma, las estufas y vaporizadores, el motor y calderas, el taller mecánico y de carpintería, el depósito de las materias primas, y la caballeriza y cochera destinada al uso del establecimiento. 291 LA ACTUALIDAD 1CO ecn: ativo y t administr irectivo, Personal d Grupo de obreros de la Fabrica 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Batidoras LA ACTUALIDAD 299 Taller de cardas Compresoras de campanas y batanes 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el primer piso: los vaporizadores para los sombreros de lana, los vaporizadores para los de pelo, taller de engomar y estufas, el salón de prensar y terminar la apropiación de los sombreros, el de- partamento para cortar los forros, el taller de costura á máquina y á mano, el depósito del control y de distribución á las costureras, el depósito del control y distribución para la apropiación, la tipografía y litografía, el taller para las impresiones en seco y en oro, el depósito de guarniciones y otros artículos para la confec- ción de sombreros, el taller de embalaje, y el depósito para el des- pacho. Por último, en el segundo piso: el taller para preparar cajas y otros artículos de embalaje, el taller para la confección de los mismos y el depósito de artículos variados. Empecemos el recorrido de la fábrica. Se entra primeramente en un salón subterráneo, que es el lava- dero de la lana y el depósito de ésta en bruto, y donde se conservan también los pelos de varios animales, protegidos de la humedad y del excesivo calor, que los alterarían, siendo la temperatura de esta cámara casi constante. En uno de sus ángulos está el depósito de lana sucia, grasienta, en vellones obscuros y compactos. Frente á este depósito, está el gran lavadero llamado leviatán, que consiste en cuatro grandes piletas, unas á continuación de otras y sobre las qu> están suspendidos peines de dientes largos y de forma especial, que mueven hacia adelante la masa del líquido; estos depósitos están llenos de agua caliente cuya temperatura decrece rápidamente de la primera pileta á la última. La lana seecha en la primera pileta, donde los peines la sacuden en el seno del agua y es colocada despues por estos lentamente sobre un plano inclinado, en el cual es tomada por un aparato que la exprime ligeramente y la echa en la pileta inme- diata con agua más limpia. De igual manera, pasa á la tercera y cuarta pileta. La lana debe ser exprimida, pero no comprimida, porquelos fila- mentos de su pelo harían de ella una masa inextricable, lo cual se obtiene, poniendo la lana, como ha salido de la última pileta, en secaderos centrifugos. Cuando se extrae de estos secaderos, está todavía húmeda ; se la acaba de secar extendiéndola sobre largas telas de alambre que se introducen en cámaras cerradas en las que se hace pasar una co- rriente de aire caliente. Estas cámaras se ven cerradas, á la dere- cha del grabado. LA ACTUALIDAD 301 Camara de carbonización Taller para pulir 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Sopladoras de pelo LA ACTUALIDAD A 303 Nuevas maquinas de fieltrar ANNA Compresoras planas para enfurtir 304 "ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por un largo corredor se pasa al segundo departamento, el de las batidoras. La lana lavada y seca, se coloca primeramente en la máquina carmenadora que le quita las pajas, abrojos, espinas, etc., mediante ciertos ganchos de que está provista. Eliminados esos cuerpos, pasa á una primera batidora, máquina provista de varios cilindros consecutivos munidos de dientes, y de rotación encontrada, todos encerrados en una caja; esta máquina abre las fibras de la lana y las extiende. De esta pasa á otra batidora en que la lana es extendida en una larga estera que la introduce sobre unos rodillos provistos también de dientes, que concluyen el trabajo con más perfección. Se pasa en seguida á los depósitos de pelo de varias clases, espe- cialmente de nutria, donde se guardan y conservan éstos, ya pre- parados y prontos para la fabricación de sombreros. Pasamos ahora á un gran salón del piso superior en cuya ala iz- quierda hay una fila de cardas y á la derecha otras más pequeñas y que hacen los sombreros en su primera forma. Las cardas son las máquinas que acaban de desenredar la lana, extenderla y unirla formando un velo sútil y transparente, para lo cual están provistas de una serie de cilindros erizados de puntas muy finas, de rotación encontrada, que llevan la lana á un último cilindro liso, del que es separada mediante un peine que está en movimiento alternativo, yendo en forma de velo á envolverse en un gran tambor hasta for- mar un espeso colchón. Este colchón es cortado y llevado á las pequeñas cardas de con- figuración idéntica á las anteriores, pero mucho más chicas, las cuales trabajan nuevamente la lana transformándola en un velo aún más fino y sútil que antes, el cual descendiendo suavemente, seen- vuelve en una forma que consiste en dos conos de madera, unidos por su base y redondeados en sus vértices; gira esta forma alrede- dor de sí misma apoyada sobre cuatro conos más pequeños, los que girando tambien sobre sí mismos, imprimen el movimiento á aquel. Cuando la lana se ha envuelto un cierto número de veces sobre la parte media de la forma, que corresponde á las alas del sombrero, empieza aquella á moverse suavemente en valven describiendo ar- cos horizontales de círculos de unos 120 grados proximamente; con este doble movimiento de la forma, queda ésta completamente cu- bierta de lana, continuándose ese movimiento, hasta dar á aquella la consistencia necesaria, siendo la parte que menos lana requiere la que corresponde á la copa del sombrero. LA ACTUALIDAD 305 Taller para enfurtir a mano Taller fara preparar la goma y engomar AN, SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII ; 20 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Concluida esta operación y detenida la máquina, se corta la lana por la base de los conos, dando así dos grandes conos de lana, como primera etapa del sombrero, que tienen 125 centímetros de cir- cunferencia y 30 de altura, no debiendo exceder ni ser menor de un peso determinado (80 4 90 gramos), lo que es verificado por una persona especialmente encargada de este control. Ahora, es necesario someter estos fieltros á una série de opera- ciones para obtener que loda esa lana suelta, plegándose y contra= yéndose, quede perfectamente unida y adquiera á la vez gran con- sistencia. Para ello, se empieza por colocar los fieltros sobre una armadura cónica, y cubiertos enteramente por una campana de fundición muy pesada que se adapta á la armadura y que forma parte de la misma máquina ; de manera que el fieltro es comprimido en todas sus par- tes por todo el peso de esa campana, la que tiene dos movimienlos, uno vertical alternativo y otro trepidatorio, y durante los cuales, la lana de los fieltros es embebida con vapor de agua. Terminada la operación, se levanta la campana y se extrae el cono, el cual se ha reducido mucho, y tomado un' aspecto idéntico al de los conos de pelo. Estas máquinas se llaman compresoras y las hay de dos clases, las compresoras de campana, que son las descriptas, y las compre- soras planas que veremos más adelante. Retirados los fieltros de las compresoras son inmediatamente su- merjidos en un baño de agua caliente, pasando después á los bata- nes, máquinas que tienen por objeto comprimir las formas y darles mayor consistencia, reduciendo á un tercio las dimensiones primi- tivas; dos grandes martillos de madera golpean los fieltros alter- nativamente, logrando así la renovación continua de estos, habien- do tenido el cuidado previo de replegar hacia adentro la copa de cada cono, porque siendo la parte más delgada, no resistiría esta operación. Cada batán puede operar sobre 600 ú 800 formas á la vez. Se ponen ahora sobre una armadura caliente, de la cual pasan á un tirador 6 abridor, máquina formada por un cono cortado á lo largo del eje, cuyas mitades se separan mediante palancas adecua- das y que tiene por objeto estirar interiormente lo que será después la copa del sombrero. Los fieltros son colocados posteriormente entre unos rodillos, los cuales están provistos alrededor de su superficie de salientes circu- lares en número de cuatro, que tienen un movimiento especial que 307 LA ACTUALIDAD Vaporizadores intoreria E 308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA alisan el fieltro y le hacen desaparecer las impresiones del tirador. Antes de terminar las operaciones preliminares, se agitan toda- vía en agua caliente, y envueltos después se les hace pasar rapida= mente entre dos cilindros que se mueven en sentido contrario, ope- ración que se repite un cierto número de veces, tantas como acon- seja la práctica. La forma que presenta ahora un fieltro, es la de un grueso cono de cartón, del espesor porlo menos de un centímetro. De aquí se mandan á carbonizar, operación que tiene por objeto consumir en el fieltro todo aquello que por casualidad pudiera en- contrarse de impuro, como pajitas, pedacitos de madera, etc. Para esto se sumerjen los fieltros en un baño de agua caliente, que contie- ne cierto ácido en disolución, el cual, carbonizando las impurezas, no ataca la lana, operación que se termina colocando los fieltros en las estufas de carbonización, cuya temperatura es de 90? Celcins. Retirados de la estufa se lavan en agua fría y se ponen en un se- cadero centrífugo. Se aplican en seguida á un cono redondeado en su vértice y con salientes alrededor, en el cual se los estira hasta que la parte superior adquiera la forma de esa armadura. Después, pasan los fieltros á otro salón donde son alizados com= pletamente, para lo cual se les adapta á otra forma colocada sobre un pie que gira con gran velocidad, donde se les aplica papel recu- bierto de polvo muy fino de piedra pómez ó de esmeril. Las partí- culas quese desprenden durante esta operación son recogidas por un aspirador neumático, que mantiene el aire del taller muy puro. Pasan todavía los fieltros á las máquinas pulidoras en las cuales adquieren ese lustre suave aterciopelado que les es caracte- rístico, y por último, son mandados al depósito, junto con los conos de pelo, de donde salen para otra serie de operaciones. Tomemos ahora el sombrero de pelo, el que seguiremos hasta el mismo depósito de los de lana. Estos sombreros están formados por pelos de diversas pieles, mezclados, siendo el mejor de ellos el de castor, pero su elevado precio restringe mucho su empleo. Se utiliza principalmente la piel de nutria, que se consigue con relativa facilidad, cuyo pelo es mez- clado con los de las liebres de Francia y Asia y con los del conejo de Escocia. De las pieles desecadas y estiradas de los animales se recortan ciertas partes inútiles, como el hocico y la oreja, y se cepillan en di- rección contraria al pelo, para hacer sobresalir mejor las cerdas, LA ACTUALIDAD 309 Secadores a vapor 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que se arrancan á mano. En seguida se les da un baño mercurial, que tiene la propiedad de hacer que, en las operaciones que deberá sufrir después, adquiera cierta facilidad de resbalamiento y pueda reducirse de tamaño; si ese deslizamiento del pelo fuera excesivo bastaría agregarle pelo que no haya recibido ese baño. Despuntadas las pieles y secadas de nuevo, se procede á separar- les el pelo, para lo cual se emplea la. cortadora. Consiste esla má- quina en un cilindro giratorio que da unas mil seiscientas vueltas por minuto, y sobre cuya superficie se encuentran aseguradas cua- tro cuchillas helicoidales, las cuales en su movimiento pasan por delante de otra cuchilla fija, que forma con aquellas como si fuesen tijeras. Dos cilindros acanalados hacen entrar poso á poco la piel entre las cuchillas, quedando ésta separada del pelo y cortada en filamentos delgados, los cuales caen al suelo, en tanto que el pelo es recogido, unido y desmenuzado. Ahora hay que separarlo segun su grado de fineza. Se hace esto primeramente con las sopladoras y después con ventiladores, de las cuales nos bastará describir uno. Consisten en un conducto cerrado de cerca de siete metros de largo, y de unos veinte centímetros de altura, cuyo fondo está tapi- zado con un paño tosco. Sobre este conducto se encuentran seis compartimentos como de un metro de altura y que comunican unos con otros por su parte superior. El pelo se extiende en una estera, la que en su movimiento, lo lleva hasta el conducto cerrado donde es tomado por un ventilador, que lo lanza hasta la otra extremidad por donde, entre dos paredes estrechas, asciende para recorrer los compartimentos. Durante este trayecto, los pelos más gruesos son retenidos por el paño de la cámara cerrada; el resto que pasa á los compartimentos va depositándose en éstos sucesivamente, sien- do los primeros los más pesados. Concluida la operación se extrae el pelo acumulado en el fondo de cada compartimento, de cuyas varias calidades se hacen mezclas convenientes. Hechas las mezclas, se pasa á otro compartimento, el de fieltrar, es decir, aquel en que se ha de darla primera forma al som- brero. Las nuevas máquinas de fieltrar consisten en una especie de cuarto redondo abovedado, con una puerta de cristal que per- mite ver el funcionamiento en su interior, en el cual hay un pie cuya plataforma gira rápidamente y tiene en su parte central un agujero provisto de un aspirador, que produce una fuerte corriente de aire; sobre esta plataforma se coloca una armadura de hilos LA ACTUALIDAD áulicas dr i Prensas h z iación Taller para la aprop 3192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cobre tejidos de la forma de un grueso cono redondeado en el vértice. Una obrera coloca delante de un soplador, de que está pro- vista la máquina, el pelo necesario para un fieltro, el que ha sido pesado previamente; este pelo entra disperso por la parte superior del cuarto y se deposita en la forma de cobre, atraido por la co- rriente de aire del aspirador. Terminado que sea el depósito de pelo, se abren las puertas de la: cámara, y se moja el fieltro formado sobre el cono metálico, con una fuerte lluvia de agua caliente que sale por un inyector ade= cuado, operación que es necesaria para unir todo ese pelo, que de lo contrario se desprendería por sí solo. El fieltro así formado, presenta, como los de lana, menor espesor en la parte correspon- diente á la copa del sombrero. Sacados los fieltros de la forma de cobre, se doblan y se envuel- ven de á cuatro en una lona y se llevan á un secadero centrifugo. Exprimidos que sean, se desenvuelven y se llevan á prensar entre unos rodillos revestidos de caucho, que tienen un doble movi- miento, giratorio y trasversal, que les da mayor consistencia, Después de esta primera compresión, los operarios los repasan y examinan: cuidadosamente, y si en alguna parte el velo es muy sútil, le aplican otros, bastando que estén húmedos para que se adhieran. Se hacen ahora envoltorios de muchos conos de fieltro y se ponen en una gruesa tira de caucho, atravesada por salientes paralelos, la cual es extendida en un tablero inclinado y envuelta en cilindros que exprimen los fieltros, los que pasando por toda la longitud de esa tira, se los hace salir por:la parte opuesta. Para enfurtar esos fieltros, es decir, para reducirlos y darles ma- yor-consistencia, no se emplean los batanes á martillo va descritos al tratar de los fieltros de lana, sino que se llevan á las compresoras planas, máquinas compuestas cada una de catorce cilindros para- lelos, dispuestos sobre un tablero horizontal, dotados de un doble movimiento muy rápido giratorio y de trepidación. El cono de fiel- tro introducido entre esos rodillos, es llevado hacia adelante sobre el tablero, al mismo tiempo que se ve obligado el pelo á deslizarse hacia la copa, espesándola, operación que se efectúa el número de veces que sea necesario, hasta que se hayan reducido sus dimen- siones á un tercio. Se termina esta operación pasándolos en frio entre dos cilindros que los aplanan y alisan. Se secan y se someten al afeitador. LA ACTUALIDAD 313 Taller para prensar sombreros duros Taller para armar sombreros duros 314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El fieltro se pone así sobre una armadura y una lámina afilada que se acerca cuanto se quiera, recorre todo el sombrero con un rápido movimiento de vaivén transversal y el pelo que sedespren- de es tomado por un aspirador. En seguida, se sumerjen los fiel- tros en agua caliente, se colocan sobre un pie y se comprimen por el medio, de manera que venga á formarse en su alrededor un plie- gue; se sumerjen de nuevo y se forma otro cono menor, sin alterar el pliegue del contorno, y comprimiendo aún este segundo cono del medio, se forma un segundo pliegue, concéntrico é interno al primero y así sucesivamente hasta dejar un pequeño disco plano en el centro. Ahora se alarga con la mano ese disco haciendo desa- parecer el primer pliegue y cuando se ha alargado lo suficiente, se coloca el fieltro en una forma compuesta de dos partes, selo com- prime alrededor hasta que quede hecha la copa, y concluido esto se le ata con un hilo fuerte en la parte correspondiente á la cinta del sombrero; después, vuelto á sumergir en agua caliente, para poder extender el ala que deberá quedar plana. Por último se seca, se alisan y se pulen, llevándolos después al depósito, junto con los de lana, de donde se retiran, según los pedi- dos, para las operaciones sucesivas que son muchas. Pasemos ahora á la preparación de los sombreros duros, la cual requiere una serie de operaciones especiales. La primera operación, es la de engomarlos, para lo cual se re- quieren dos baños sucesivos, uno para las alas y otro para la copa; siendo la composición de estos baños, el alcohol, la gomalaca y el alquitrán en proporciones convenientes, cuya preparación se efec túa en barriles inclinados giratorios. Después del baño, se raspan para sacarles el excedente de esa preparación, colocándolos en se- guida en estufas especiales de alta temperatura, y vueltos al depó- sito, donde se examinan cuidadosamente, preparados ya para las operaciones siguientes. De aquí pasan primeramente á la tintorería, donde se les da un color determinado. Es este un amplio salón, en el cual se ven en uno de sus extremos dos grandes depósitos llenos de tinta negra, y sobre cada uno de los cuales está suspendida una gran rueda en cuyos rayos se colocan enormes cantidades de sombreros. La rueda así cargada, se sumerje una de sus mitades en la tintura, el tiempo que sea necesario para el teñido y luego la otra mitad. Después se colocan en un inmenso tambor de madera, de un me- 315 LA ACTUALIDAD Depósito de guarniciones Taller de imprenta y de dorado 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tro de largo y de un diámetro de tres, cuya superficie cilíndrica está formada por varillas separadas unas de otras por pequeños intersticios. Mientras el tambor gira, se le echa adentro agua, pri- mero caliente y después fría, que lava los fieltros, los cuales no se retiran hasta que no salga el agua tan limpia como antes de en- trar ; y aún este lavaje no es suficiente, para lo cual hay una se- rie de depósitos por los que deben pasar, con el objeto de separar hasta el más pequeño exceso de tintura. Se concluye fijando el co- lor con una goma especial. Para darle la forma definitiva, hay varios sistemas. El fieltro hú- medo se impregna de vapor y se pone primeramente en la máquina que debe ensancharle la copa ; la armadura sobre la cual se pone está formada por semicírculos que se cruzan y que dejan entre ellos espacios vacíos que corresponden á una serie de varillas 0s- cilatorias encorvadas hacia afuera que forman parte de una corona, la cual descendiendo, obliga al fieltro á ensancharse, introducién- dolo como pliegues en los vacios de la armadura. Obtenido así el ensanchamiento de la copa del sombrero se ensancha también la parte que formará el ala, para lo cual se coloca en la armadura con el ala sostenida por una corona de rayos, los que alargándose y contrayéndose, extienden el fieltro, obligándolo á ceder. De estas máquinas hay varios sistemas más ó menos ingeniosos. Después de estas dos operaciones, se pone el sombrero á recibir la forma. Un procedimiento es éste: se pone en una horma metá- lica, quedando el ala asentada en un plano circular ; en cierto mo- mento, mientras desciende una corona que estira el fieltro sobre la horma, una serie de dientes que se agarran del borde del ala en todo su contorno, estiran fuertemente á ésta; durante esa Opera- ción, el aparato tiembla ligeramente. En el otro procedimiento, el sombrero se introduce en una cavidad con la copa hacia abajo, donde es en seguida calentado y humede- cido con vapor; se coloca entonces la horma y se le cierra con una tapa provista de una tuerca que prensa fuertemente el todo, dando la forma al sombrero. En fin, en los de lana, se da todavía la forma por el antiguo sis- tema á mano; colocado el fieltro en una campana de cobre que lo calienta y humedece de vapor, no se le golpea, sino que con la mano se le obliga á tomar la que se desea. Recibida esta primera forma aproximada, por cualquiera de esos z procedimientos, se llevan á los secaderos ó estufas á vapor; estos 317 LA ACTUALIDAD Taller de las costureras Taller de cartonería 318 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA están instalados en un salón cuyo piso está formado por varillas de madera; la construcción de ellos es tal, que sólo se pierde una pe- queña parte del calor encerrado, y esto sólo mientras se abren ó se cierran. De aquí son llevados los sombreros primeramente á un salón, el de aprestar, donde se les sumerje en soluciones de goma ó de cola más ó menos densa, para que adquieran cierta consistencia, y des- pués á un inmenso taller, de mucho movimiento por el gran número de operarios que en él trabajan y por las múltiples Operaciones que se efectúan. A la derecha de este taller, se en- cuentran instaladas una serie de prensas hidráulicas, destinadas á dar al sombrero una última tensión, y que alcanzan á desarro- llar una presión de unas treinta y cinco atmósferas ; en frente, ar- marios abiertos por ambos lados llenos de hormas de metal del es- pesor y solidez necesarios, provistas cada una de sus accesorios para las alas. Estas hormas se colocan en las prensas con la copa hacia abajo, y adentro de ellas los sombreros dejando las alas afuera; en se- guida se aplica sobre el ala de cada sombrero una corona de cuero y encima una de bronce; de la plancha superior de la prensa, cuel- ga un sombrerete de goma ó de caucho, lleno de agua, que al des- cender se introduce en el sombrero, apretando la plancha al mismo tiempo las alas; en este momento se abre una llave y la presión hidráulica ejercida en el sombrerete, lo dilata y obliga al sombrero á adherirse perfectamente contra las paredes de la horma. Falta aun cortar el ala alrededor y darle una última forma, que es el levantamiento y pliegue hacia adentro; lo primero se efectúa con una pequeña rueda cortante giratoria y lo segundo en hormas de madera en las que se introduce la copa del sombrero, y que tie- nen la forma del ala; una prensa especial que comprime el todo, deja estampada la forma. Para terminarlo, hay que darle lustre y pulimento, lo quese efec- túa con papeles de piedra pómez, planchas, papeles esmerilados, etc. Esto para los sombreros blandos ; para los duros, las operaciones aunque son semejantes, son un poco más complicadas respecto de las alas, para cuyas operaciones el establecimiento posée máquinas hidráulicas especiales, que los prensan y los arman definitiva- mente. Dejando terminadas así las múltiples operaciones en la confec- ción de los sombreros, pasemos á recorrer algunas otras dependen- LA ACTUALIDAD Taller de embalaje Taller mecánico 319 320 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cias de la fábrica y á dar algunos otros detalles relativos á las dis- tintas instalaciones. : Tenemos primero el depósito de guarmiciones; una gran pieza con estanterías en su alrededor donde se encuevtran depositados, paños, rasos para forros, cueros para tafiletes, elc. Después el ta- ller de ¿mprenta y dorado con las máquinas y accesorios para todas las necesidades del establecimiento. De aquí pasamos á un salón donde se cortan los forros de los sombreros y á-otro salón, el taller de costuras á mano y á máquina, dispuestas éstas en filas paralelas y cuyos movimientos se obtienen de la transmisión general de la fábrica y regulados por un pedal. Un salón ocupa la cartonería, en la cual hay máquinas que cortan, arman las cajas, y ponen bro- ches ; pasando de aquí á otro taller donde se revisten las cajas con papeles de colores ; aquí es donde también se confeccionan los forros de papel de seda que han de revestir los sombreros para pro- tegerlos del polvo. Se pasa después al taller de embalaje y depósito para el despacho. En un cuerpo aislado del edificio principal, se encuentran insta- lados, la herrería y taller mecánico, la carpinteria y tornería, la fundición de las hormas ; es aquí donde, bajo la dirección de su ex- perto propietario el señor Dellachá, se han hecho muchas de las máquinas que funcionan en el establecimiento, donde se preparan todos los elementos para los desperfectos que puedan ocurrir, ha- ciéndose las reparaciones de las máquinas más complicadas y de- licadas. Anexoá este edificio está la caballeriza y cocheras necesarias para el movimiento del establecimiento. Cuenta también el establecimiento con un laboratorio quimico, donde se reconocen las malerias primas, se analizan los paños y fieltros de los sombreros, preparaciones de tinturas, etc. Para la producción del vapor y fuerza motriz, el establecimiento está provisto de un motor Ruston Proctor, de doble expansión con condensador, con un volante de cerca de cuatro metros de diá- metro, y de una fuerza de 150 caballos nominales; de dos calderas Cornish y una multitubular de Babcok y Wilcox, con una superficie total de 300 metros cuadrados de calefacción. El consumo diario de carbón Cardiff es de cuatro toneladas. La fuerza motriz está distribuida por todos los talleres por medio de un árbol que se extiende en una galería subterránea á lo largo del edificio, y por otro árbol normal á aquel, que comunica con todo el LA ACTUALIDAD 321 Laboratorio químico AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII 21 ¡IENTIFICA ARGENTINA ANALES DE LA SOCIEDAD Motor Purificador del agua LA ACTUALIDAD 323 ancho del mismo. La transmisión total tiene una longitud de unos trescientos metros y un peso aproximado de quince mil kilógramos. El establecimiento posee un servicio completo de aguas corrientes y además un pozo semi-surgente, provisto de «dos bombas que dan setenta y cinco metros cúbicos de agua por hora, y una instalación completa Gallet para la purificación del agua, que produce dos- cientos cuarenta metros cúbicos por día. Un estanque de la capaci- dad de cien metros cúbicos, situado á diez y siete metros del suelo, distribuye el agua á los talleres. La producción diaria de la fábrica es de dos mil sombreros de lana y mil de pelo, pudiendo elevarse, en caso de necesidad, hasta cinco mil de los primeros y dos mil de los otros, á cuyo efecto se puede disponer de la instalación completa de maquinarias, las que se elevan á quinientas treinta, contando también los aparatos para las varias elaboraciones. El número de obreros es alrededor de quinientos, de los cuales, unos trescientos son hombres, y el resto mujeres y niños hasta de la edad mínima de doce años. No dejaremos, antes de terminar estas líneas, de hacer mención de una nueva industria que el activo industrial señor Dellachá ha establecido dentro de la misma fábrica. Nos referimos á la elabo- ración de la goma y del caucho, con los cuales se fabrican diversos objetos, como tubos, herraduras, jeringas, llantas para bicicletas, telas impermeables, etc. Para mostrar la bondad de los productos que salen de este gran establecimiento, los que rivalizan ventajosamente con los europeos damos á continuación una lista de los premios obtenidos, que ha- cen un alto honor á su propietario el señor Cayetano Dellachá : cua- tro grandes diplomas de honor en las exposiciones de Buenos Aires en 1886 (2* italiana), de Génova en 1892, de Turin en 1898, y Nacio- nal en 1898, que fué el único en ésta para sombreros; una medalla de bronce en la exposición de Paris en 1889; una medalla de plata, especial del Ministerio de Industrias y Comercio del Reino de Italia en 1892, y cuatro medallas de oro, una de este Ministerio en 1886, de Mendoza en 1885, de Buenos Aires en 1886 y del Paraná en 1887. Dando así por terminada nuestra honrosa misión, saludamos atentamente al señor Presidente. Armando Romero. — Luis Miguens. Buenos Aires, Noviembre de 1899. FABRICAS DE SOMBREROS Y DE TEJIDOS DE LOS Señores G. FRANCHINI y Ce Las fábricas de sombreros y de tejidos de los señores 6. Franchini y compañía están instaladas en un terreno de 10000 varas cuadra- das, situado en el pueblo de Belgrano y rodeado por las calles Mon- tañeses, San Martín, Blandengues y Olazábal, á media cuadra del arroyo Vega. Los edificios ocupados han sido construídos especial- mente para el objeto á que se les ha destinado, habiendo empezado á funcionar las fábricas en el año 1892, con algunas dificultades por la falta de obreros competentes, que sólo la acertada dirección de los señores Franchini y compañía pudo suplir, formando en su fá- brica muchos de ellos. Las materias primas empleadas en la fabricación son compradas casi en su totalidad en el país; lana virgen, pelo de conejo y delie- bre, carton, etc. Los artículos elaborados en estas fábricas son: sombreros (de to- dasformas) y tejidos de lana de todas clases : paños, frazadas, pon- chos, mantas, etc. Esta elaboración ha alcanzado mucha importan- cia, pues se fabrican actual mente más de 3500 sombreros (de pelo y de lana) y de 1000 á 1200 metros de tejido por día. Estos productos han encontrado colocación fácil en este país así como en las repú- blicas limítrofes del Paraguay, Bolivia y Uruguay. Describiremos rápidamente las transformaciones que sufren las materias primas para llegar á su estado final, empezando por la fabricación de los sombreros. Las materias primas empleadas son el pelo de castor, de conejo, FABRICAS DE SOMBREROS Y DE TEJIDOS 325 de liebre, de nutria y la lana. Las cuatro últimas se obtienen en el país; pero el pelo de castor y gran cantidad de pelo de conejo y de liebre se importan del extranjero. La elaboración de los sombreros es distinta, segun se trate de som- breros de pelo ó de lana. Para los primeros se empieza por mezclar las distintas clases de pelo en las proporciones determinadas, las cuales varían con la calidad del sombrero que se quiere obtener. Una vez mezclados los pelos, se pasa esta mezcla á las batt1seuses, en donde se hace el fieltro para lo cual el pelo cae suavemente á impulsos de una corriente de aire, y en la cantidad necesaria, sobre un cono metálico al cual rodea completamente; este cono está lle- no de agujeros pequeños, por los cuales se produce una aspiración á causa de otra corriente de aire que tiende á hacer el vacío en el interior del cono metálico. Esta aspiración hace que los pelos se adhieran al cono, y como al mismo tiempo cae una fina lluvia de vapor de agua, se tiene al cabo de un cierto tiempo (30 segundos generalmente) una capa espesa de pelo: embastidura. Los fieltros se retiran de los conos donde se han formado y se so- meten inmediatamente á un esprimido á mano, envolviéndolos en gruesos palotes y haciendo girar estos sobre una mesa apretándo- los, y en seguida á uno mecánico, con lo cual se les quita el agua que contenían y se les da mayor consistencia. Las embastiduras pasan entonces á las máquinas de abatanar en las cuales son comprimidas y estregadas fuertemente por la acción de numerosos cilindros (22 en cada máquina) que poseen un mo- vimiento circular y otro trepidatorio y que se mueven dentro de agua á diversas temperaturas. Debido á la compresión que sufren las embastiduras en estas máquinas, disminuyen considerablemen- te de grandor hasta tener el necesario para la confección del som- brero y aumenta su espesor y consistencia. Enseguida van á las po- mezadoras, que es una forma sostenida porun eje vertical giratorio donde el fieltro es alisado con papel de lija graduado, pasando luego los fieltros á la sección de tintorería, donde se les da el color necesario, introduciéndolos en calderas de dobles paredes que con- tienen el líquido colorante calentado por una corriente de vapor de agua que circula entre las paredes de la caldera. Después de cierto tiempo se sacan los fieltros y se dejan secar al aire; se introducen nuevamente en el baño colorante, se vuelven á secar, y se repite la operacion seis ó siete veces para que el color penetre bien casi toda la masa del fieltro. Los colorantes usados son la alizarina y colores 326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vegetales y en ciertos casos antes de teñir los fieltros se les expone á la acción de un mordiente, empleándose como tal el ácido clorhí- drico diluído. Después de teñidos, se lavan los fieltros, se vaporizan y se secan primero en estufas especiales y luego en el secadero general, gran aparato de tres pisos situado sobre la sección de generadores de va- por de la fábrica y en el que se aprovecha el calor de estos para se- car los sombreros. Los fieltros, una vez secos, se colocan en gran- des campanas donde se les da un baño de vapor de agua y pasan en seguida al taller de conformación, en el que por medio de prensas hidráulicas se les da la forma que se desee, sealisan nuevamente, se recortan las alas y llegan finalmente al taller de guarniciones, en el cual se les coloca forro, ribete, cinta, etc., etc. Concluídos ya los sombreros son acondicionados en cajas y pues- tos en depósito. En cuanto á la fabricación de los sombreros de lana se empieza por lavar la lana eo una máquina Leviathan, se le quita las 1impu- rezas que pueda tener cardándola, y se hace pasar por máquinas especiales de las que sale bajo forma de tenue tela, la cual se en- vuelve al salir en un aparato formado por dos conos unidos por sus bases, aparato que gira alrededor del eje común de los dos coros y que se mueve por un mecanismo apropiado de modo que la lana se reparte uniformemente sobre la superficie del aparato, formando dos capuchones unidos por sus bases y que constituye cada uno una embastidura. Se separan éstas y se pesan para quitarles el ex- ceso de lana que puede haber. Estas embastiduras se someten dos veces á un prensado mecáni- co y se llevan en seguida á los batanes ó fulones, donde dos grandes martillos los golpean haciendo que su espesor y tamaño disminu- yan considerablemente hasta adquirir la solidez necesaria. La for- ma especial de los martillos hace que los sombreros golpeados se renueven solos de modo que todos son comprimidos. Después de esto se redondean las puntas de las embastiduras por medio de pe= queñas máquinas, se alisan las superficies y pasan á ser teñidos los sombreros. Esta operación así como las siguientes son casi iguales á las que sufren los sombreros de pelo despues de ser teñi- dos, con pocas variaciones. La casa posee un taller especial de cartonería é imprenta anexo á la fábrica, en el cual se hacen las cajas para los sombreros, le- treros, etiquetas, y todo loque atañe á esas ramas. Hay además ' FABRICAS DE SOMBREROS Y DE TEJIDOS 321 un taller de hormas, en el que se funden las hormas de zinc para la conformación de los sombreros, y uno de carpintería. La fábrica de tejidos de lana se halla instalada en un edificio contiguo al que ocupa la fábrica de sombreros. La materia prima es la lana virgen que se consigue en el país, y que antes de ser empleada es perfectamente lavada en un baño de agua con jabón ó soda, en seguida es secada, batida y cardada, después de lo cual pasa por: una carda: especial de la que sale bajo forma de cinta. Estas cintas se hacen pasar sucesivamente por otras cardas que doblan las cintas reduciéndolas á cordones resis- tentes de lana. Estos cordones pasan á las máquinas de hilar que son cuatro con quinievtos husos cada una. Los hilados que se obtienen van unos á las urdidoras mecánicas que forman la cadena de hilos de los telares y otras máquinas especiales para hacer las madejas que se ponen en las navetas delos telares. Preparadas las cadenas y las navetas funcionan los telares de los cuales la fábrica posee más de setenta y muchos de ellos telares Jaccard. Los tejidos se tiñen en seguida si se les ha de dar algún color, se lavan y pasan álos fulones en los cuales deben pasar rápida- mente por un espacio relativamente estrecho para su ancho con lo que el tejido encoge mucho (un tercio de su longitud próximamente) al mismo tiempo que adquiere una gran resistencia y se hace mu- cho más durable. Como los tejidos al pasar por los fulones se su— merjen en un baño de agua con jabón, son lavados al sacarlos de esas máquinas pasando inmediatamente á sufrir la cardadura. Esta operación tiene por objeto levantar las extremidades delas fibras y tenderlas todas en un mismo sentido, lo cual se consigue hacien- do pasar el tejido: frazadas, franelas, etc., sobre un cilindro de madera que gira rápidamente y cuya superficie está totalmente cu- bierta por las cabezuelas espinosas de una dipsácea. Estos tejidos, una vez secos, se someten á una tundidura con el objeto de reducirlos áun espesor determinado, y son planchados en seguida. En cuanto á los paños una vez teñidos, lavados y secados se tun- den pormedio de cilindros con cuchillas helicoidales de acero, pa- sando luego á las máquinas de somallar que queman las fibrillas aisladas de lana. Seles da lustre entonces planchándolos, para lo cual se les hace pasar entre dos cilindros que los comprimen fuer- temente, terminando con esto la fabricación de paños. Estos son lue= go cortados y dispuestos en piezas de diferentes tamaños. 328 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las dos fábricas anteriores disponen de una fuerza motriz de 400 caballos, producida por cinco motores. Cinco calderas generan el vapor necesario para «el movimiento de estos motores así como el necesario para los departamentos de abatanar y prensar los som- breros, para el lavaje de la lana, para las campanas de vapor y para las secciones de tintorería. Sobre las calderas y aprovechando el calor de éstas se ha ins- talado el secadero general de sombreros. Hay además dos dinamos: uno de 500 lámparas y otro de 200 (de 16 bugías cada lámpara), que dan la luz necesaria á las dos fábri- cas). Para arreglar todos los desperfectos que pudieran ocurrir en las numerosas máquinas del establecimiento, la casa dispone de un taller mecánico. Posee también un taller de carpintería. En las mismas fábricas se encuentran los depósitos de las ma- terias primas, así como el de manufacturas. En los dos establecimientos trabajan 800 obreros (450 hombres, 250 mujeres y 10) niños varones). Con la rápida descripción hecha de las fábricas podemos darnos cuenta de la importancia del establecimiento de los señores 6. Fran- ehini y €%, establecimiento que se avalúa en conjunto en dos y medio millones de pesos moneda nacional. Lurs B. LAPORTE. NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM AUCTORE CAROLO SPEGAZZINI (PARS 1) 24%. ERIGERON SEMIAMPLEXICAULIS Mey. = Gay, Fl. Chil., IV, f. 28. Hab. Non rarus in uliginosis secus Rio Santa Cruz, Febr. 1882 (€. S.) et Oct. 1897 (V. B.). Obs. Hue pro parte pertinet A. scorzonerafolvus (Rmy) Speg., Plant. Pat. austr. n. 176. 245. ErIcERON REMYANUS (Rmy) Speg. = Gay, El. Chil., IV, f. 25 (sub E. myosotis Rm y). : Hab. Non rarus in sabulosis editioribus Insulae Pavon in Rio S. Cruz, Febr. 1882 (C. S.). Obs. Capitula saepius solitaria acrogena (6-7 mm long. = 8-10 mm diam.), achaeniis angustis (3 mm long.) laxe puberulis, pappum rufescentem aequantibus, ligulis lilacinis parum exertis. Folia radicalia obovata v. spathulata, apice Jatissime rotundata, submucronulala v. subretusa utrimque subcane- scenti-hirtella. 246. Conyza aLBIDA Wild. = DC., Pr. V, f. 378. Hab. Non rara in praeruptis dumetosis secus Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 330 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 21'7. CONYZA CHILENSIS Spr. = DC., Pr. V, f. 378. Hab. Vulgata ubique praecipue sub umbra arbuscularum secus Rio Negro, Jan.-Febr. 1898 (€. S.). 248. TESSARIA ABSINTIOIDES DC., = DC., Pr. V, f. 457. Hab. Rarissima; semel tantum inventa in /sla de Crespo prope Carmen de Patagones, Febr. 1898 (€. S.). 249. PSILOCARPHUS GLOBULIFERUS (DC..) Speg. = Micropus globulferus DC., Pr. V, f. 460. — Bezamila chilensis Remy in Gay, Fl. Chil. IV, f. 109. Hab. Non rarus in aridis denudatis secus Rio Santa Cruz, Oct. 1897 (V. B.) et secus Rio Sehuen, nec non prope Chonkenk-aik secus Rio Chico, Febr. 1898 (€. A.). 250. MicroPsIS NANA DC. = DC., Pr. V, f. 460. Hab. Non rara in campis inter caespites graminacearum secus Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 251. CHEVREULIA STOLONIFERA Cass. = DC., Pr. VII. f. 45. Hab. Non rara in pulvinulis herbosis ad ripas Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 252. FACELIS APICULATA Cass. = DC., Pr. VII, f. 47. Hab. Frequens in fissuris rupium ad ripas Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 253. ACHYROCLINE SATUREIOIDES (Lam.) DC. = DC., Pr. VIL, f. 220, Hab. Non communis in campis fertilioribus siccis ad ostia Rio Negro, Febr. 1898 (C.S.). 254 GNAPHALIUM FILAGINEUM DC. = DC., Pr. VI, f. 75. — Gay, El. Chil. IV, £. 232. | Hab. Vulgatum in campis sabulosis et aridis Kman-ark secus Rio Chico (C. A.) et ubique secus Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.). 255. AMBROSIA TENUIFOLIA Spreng. = Bkr, im Mart., Fl. Bras., fs. XCIIT, f. 152. Hab. Vulgata ad ripas et in insulis sabulosis et uliginosis secus Rio Negro, Jan. el Febr. 1898 (C. S.). NOVA ADDENDA AD FLORAM PATAGONICAM 331 Obs. Rhizomata tenuia subfiliformia alba, glabra, remote nodu- losa ac ramosa, profunde delitescentia, hinc inde tuberculos ellipsoideos concolores, pisi v. avellanae magnitudine, gerentia. 256. XANTHIUM AMBROSIONDES Hook. € Arn. = Walprs, Rep. TT, f. 153. Hab. Hinc inde sporadice in campis secus Rio Negro, Febr. 1898 (Ce Saa 957. KANTHIUM 1TALICUM Mor. = DC., Pr. V, f. 523. Hab. Non rarum ad marginem riparum Rio Negro, Febr. 1898 (SO): 958. XANTHIUM sPINOSUM Linn. = DC., Pr. Y, f. 523. Hab. Frequens ad viarum latera et secus ripas Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). Obs. Fructus torrefacti, ut 1lli Coffeae arabicae, ad potum confi- ciendum adhibuntur | 259. VERBESINA AUSTRALIS (Hook. € Arn.) Bkr = Bkr, in Mart., El. Bras., fs. XCIIL, f. 216. Hab. Vulgata binc inde praecipue secus ripas Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). 960. SPILANTHES ARNICOIDES DC. var. leptophylla (DC.) Bkr. = Bkr., 1 Mrt., El. Br., fs. XCITL, f. 234. Hab. Non rara hinc inde in campis etad ripas Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 261. THELESPEBMA MEGAPOTAMICUM (Spr.) OK. = OK., Rev. gen. pl., IL, 2, £. 182. Hab. Vulgatissimum in franosis secus ripas Rio Negro, Febr. 1898 (C. S.). 962. HYMENATHERUM BELENIDIUM DC. = DC., Pr. VIL, f. 292. Hab. Non rarum in collinis saxosis et petrosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). 963. TAGETES GLANDULIFERA Schr. = DC., Pr. V, f. 644. Hab. Sat frequens in cultis v. circa tuguria secus Rio Negro, Febr. 1898 (€. S.). 332 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 264. GAILLARDIA SCABIOSOIDES (Arn.) Grisb. = Grisb., Symb. ad El. Arg., f. 199. Hab. Vulgata in aridis praecipue sabulosis secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (€. S.). Obs. Species foliorum forma maxime ludentia; adest integrifolia, dentata pinnatifida et bipinnatifida; capitula semper longe pedunculata erecta discoidea flava. 265. HYMENOXYS ANTHEMOIDES Cass. = DC., Pr. V, f. 661. Hab. Non rara in uliginosis salsis, ad margines salinarum prae- cipue, secus Rio Negro, Jan. et Febr. 1898 (C. S.). Obs. Pili achaeniorum bicuspidati | 266. ANTHEMIS COTULA Linn. = Speg., Plant. austr., n. 199. Hba. Non rara in pratis et insulis editioribus secus Rio Negro, Jan. et Febr: 1898 (€. S.). 267. ARTEMISIA MAGELLANICA Sch. Bip. = Speg., Plant. Pat. austr., o. 201 Hab. Non rara in pratis subuliginosis prope Lago Blanco, Chubut, Nov. 1898 (n. 146, Koslowsk y). (Continuurd). MISCELÁNEA La determinación de la posición geográfica de San Ra- fael (provincia de Mendoza).—La 1* división del estado mayor general del ejército determinó la posición geográfica de San Rafael, en el mes de marzo de este año. Se refiere la posición determinada al pilar de mampostería que se encuentra en el patio de la municipalidad. La determinación fué hecha con un instrumento de pasos acordado de la casa Breithaupt é hijos de Cassel, que tiene un poder amplificador de 55 diámetros, y puede ajustársele un nivel muy sensible perpendicular al eje, como también girar el micrómetro en el ocular de 90% para poder usar este instrumento para la de= terminación de la latitud por el método Talcolt-Horrebow. La latitud fué determinada por este método ; la longitud, cambiando señales de péndulo por el telégrafo con el observatorio de Córdoba. Para esta última operación se disponía de un péndulo de compensación de mercurio, con contacto eléctrico, de la casa Hawelh de Viena, y de un cronógrafo construído en los talleres del telégrafo nacional. El instrumento fué instalado en una carpa que tiene una abertura de 1 metro de ancho, de manera que estando esta última destapada, el instrumento quedaba casi al aire libre. El péndulo fué instalado en una pieza que se hallaba cerca del lugar de la carpa en donde fue también instalado el cronógrafo. En la carpa se oían en un pequeño relais los golpes del péndulo para observaciones al oído, y se instaló un cronómetro de Bond, también de contacto eléctrico, pero el cual no se usó. La latitud fué observada por el método de Horrebow-Talcolt. Se eligieron veinte parejas de estrellas, cuyas declinaciones se tomaron de los siguientes catálogos : Catálogo general argentino, 1875. Catálogo del Cabo de Stone, 1880. Catálogo del Cabo de Gill, 1885. Second Melbourne Catalogue, 1880. Catálogo de Greenwich para 1880. Catálogo de Washington Yarnall para 1860. En el catálogo de Córdoba están todas las estrellas que se han usado; en el 334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA catálogo de Stone casi todas, y solamente algunas en los demás, Las declinacio- nes se han calculado temiendo en cuenta el número de observaciones de cada catálogo, y teniendo en cuenta los movimientos propios que á las diferentes es= trellas asignan los catálogos. El valor de una división del nivel fué determinada cuidadosamente durante la operación, varias veces, y se ha usado un valor medio en el cómputo. El largo de la burbuja, en toda la operación, ha sido 20 divisiones, y el nivel casi siempre se ha tenido en las mismas divisiones en cada pareja de estrellas. El valor de una vuelta del torbillo micrométrico fué determinado con mucho cuidado, así como el error periódico y progresivo del mismo, y se halló para el valor de una revolución del tornillo : 81"655 =0"21. El error progresivo y periódico está suficientemente representado por la ex- presión : — 0*031 -E 05028 sen a + 0,023 cos a, siendo a el valor angular de la revolución. En las observaciones se han bisectado cinco veces cada estrella entre los hilos fijos del retículo, y con la distancia ecuatorial conocida de los mismos se ha corregido el promedio de las cinco bisecciones por la curvatura del paralelo, y después se le ha aplicado la corrección por el tornillo y nivel. De las 20 parejas se hicieron 78 observaciones, para las cuales en la reducción de las declinaciones medias á las aparentes, se ha tenido en cuenta el término lunar. El error medio de una pareja, una vez observada, es de casi = 0/80, lo que es algo fuerte, pero debe atribuirse á las declinaciones no muy seguras aun de muchas de las estrellas, y en parte debe contribuir una no completa eliminación del error del tornillo por la expresión de más arriba, pero que en promedio gene- ral seguramente está casi del todo eliminado. Los valores obtenidos son : Número Y co de parej a AVOrO Co PLsajas de observaciones Mo no 34934 '60"22 3 es 60.87 3 da RE 59.59 3 A Sa o9000000 90 58.22 3 OS SO 58.71 1 esas otra a/a Eso 60.86 3 as 60.16 4 LAO RSU 60.27 4 O adoos 59.95 4 ou sconds aa ono 39.98 E) WWDosovoosesaros 61.01 5 Wi osvavooseos 50 59.62 4 MASSA yea 9.64 4 MISCELÁNEA 335 Número de parejas ee e 1 o ss co bisaadpo 60.41 3 Was 59.33 2 Wissirartodonara 599.95 4 Ma 58.09 3 WA SS 59.31 3 Woo coronas 58.44 3 WN osocosodcasono 59.08 2 Al odoV0asoorop os 59.35 2 Para la formación del promedio se dió un peso á cada ¡pareja que resulta de] error de declinación de cada estrella y del número de observaciones de cada PAREJA. Es la latitud definitiva del Pilar en San Rafael : 340345995 = 005. En otra oportunidad nos ocuparemos de la determinacion de la longitud. BIBLIOGRAFÍA I. — INGENIERÍA Comisión del Ferrocarril intercontinental. — Intercontinental Rail- way Commission. VOLUMEN 1. Tomo 1. Í[NFORME GENERAL DE LAS TRANSACCIONES DE LA COMISIÓN Y DE LOS ESTUDIOS Y EXPLORACIONES VERIFICADOS POR SUS INGENIEROS EN (CENTRO Y SuD-AMERICA, 1891-1898.— A CONDENSED REPORT OF THE TRANSACTIONS OE THE COMMISSION AND THE SURVEYS AND EXPLORATIONS OF 1IS ENGINEERS IN CENTRAL AND SouTH AMERICA, 1891-1898. — Washington, 1898. VOLUMEN 1. Tomo Il. INFORME SOBRE LOS TRABAJOS DE EXPLORACION Y ESTUDIOS PRACTICADOS POR EL CUERPO N' 1, EN GUATEMALA, EL SALVADOR, HONDURAS, NiCa= RAGUA Y CosTA Rica, 1891-1893. — REPORT OF SURVEYS AND EXPLORATIONS MADE BY CORPS N* 1 IN GUATEMALA, EL SALVADOR, HONDURAS, NICARAGUA AND COSTA Rica, 1891-1893. — Washington, 1898 (con un atlas de mapas y perfiles). VoLumMeN 1. INFORME SOBRE LOS TRABAJOS DE EXPLORACIÓN Y ESTUDIOS, PRAC= TICADOS POR EL GUERPO N* 2 EN Costa Rica, CoLomBra Y EcuaDor, 1891-1893.— REPORT OF SURVEYS AND EXPLORATIONS MADE BY CORPS N* 2 1N Costa Rica, Co- LOMBIA AND EcuADOR, 1891-1893. — Washington, 1896 (con un atlas de mapas y perfiles). VOLUMEN 1[I. INFORME SOBRE LOS TRABAJOS DE EXPLORACIÓN Y ESTUDIO PRACTICA= DOS POR EL CUERPO N* 3 EN EL ECUADOR Y EN EL PERÚ, 1891-1892. — REPORT OF SURVEYS AND EXPLORATIONS MADE BY CORPS N* 3 1N ECUADOR AND PERÚ, 1891-1892. — Washington, 1893 (con un atlas de mapas y perfiles) (1). (1) Tratándose de una obra tan extensa como la presente, que comprende cuatro mag- níficos tomos de texto en inglés y español, profusamente ilustrados, y tres grandes carpetas de mapas, planos y perfiles, consideramos que no nos sería posible presentarla mejor á nuestros lectores que transcribiendo íntegro el interesante articulo escrito sobre dicha obra por uno de los miembros de la delegación argentina en la conferencia de Washington, el ingeniero Miguel Tedín, quien lo ha publicado en el número 91 de la Revista Técnica, aparecido el 30 de septiembre del corriente año. No pueden ser más atinadas las conclusiones que formula el ingeniero Tedín, con su reconocida competencia en la materia. BIBLIOGRAFÍA 331 En el mes de febrero de 1891 se reunió en la ciudad de Washington la delega- ción de las repúblicas americanas, con el objeto de tratar del proyecto de ligar las por medio de una vía ferrea, que servirá para estrechar sus vínculos políticos y desarrollar sus intereses materiales, según había sido resuelto por el Congreso Pan-Americano reunido en la misma ciudad el año anterior. Estuvieron representadas en aquel acto las repúblicas Argentiua, Brasil, Colom- bia, Ecuador y Perú, Guatemala, Méjico, Paraguay, Salvador, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela, y en las conferencias que celebraron sus delegados se re= solvió nombrar tres comisiones ó cuerpos de ingenieros con el objeto de que es- tudiasen y trazaran una línea que uniera los principales centros de población y de comercio, del Norte, Centro y Sud América; debiendo ser este estudio no de carácter definitivo, sino preliminar ó de investigación, y ser acompañado de me- morias descriptivas y presupuestos aproximativos del costo de la línea : debiendo, sin embargo, completarlo con más extensas exploraciones y estudios cuando las condiciones del país Jo exigieran y su probable desarrollo futuro indicase la ne- cesidad. . Las comisiones se componían de un ingeniero jefe, tres ayudantes, un médico y demás personal administrativo necesario para esta clase de campañas; ha= biendo sido designados oficiales del ejército de los Estados Unidos para desem- peñar aquellas funciones. Las instrucciones generales dadas á los ingenieros fueron las siguientes : 12 En las exploraciones el ingeniero jefe procurará seguir en cuanto fuese po= sible y practicable la ruta general indicada por la Comisión de Trazados; pu= diendo, sin embargo, alterarla siempre que el estudio del terreno y los informes que obtuviera, le autorizaran á creer que los intereses técnicos y económicos que- darían mejor servidos eligiendo otra. 2 Estos estudios se harán con toda la precisión que sea necesario, á fin de ob= tener los datos indispensables para levantar un mapa topográfico de la ruta y de— sigoar en él la línea escogida y para hacer un perfil de ella. Se tomarán tam= bién notas: : , 41) Dela topografía general de las comarcas atravesadas; b) De las diferentes formaciones geológicas; c) De la naturaleza del suelo, condiciones del clima, agricultura y otras in= dustrias; d) De la población; ej Delos materiales de construcción en ellas existentes y que puedan ser apro- vechados. 3% Para todas las medidas deberá emplearse el sistema métric». Para los pla= nos se adoptará laescala de 1:24000, para los pertiles correspondientes á la línea estudiada la de 1:24.000 en.lo horizontal y 1:2400 en lo vertical La primera comisión, teniendo por jefe al Capitán Edgar /. Steever tuvo en- cargo de estudiar la América Central, desde la frontera de Méjico y Guatemala hasta la de Costa Rica y el Ecuador; la cual provista de los elementos necesarios para observaciones astronómicas, pudo determinar las coordenadas geográficas de los principales puntos de la región á su cargo. Además, verificó la triangula- ción de la faja de terreno entre la frontera mejicana y el volcán de Motambo en Nicaragua, empleando para ello un teodolito de tránsito, modelo de montaña, con limbo azimutal y círculo zenital de 42 de diámetro y nonius;de 19 de división. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVDI 22 338 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las observaciones, repetidas por series, permitieron computar con bastante exactitud. Los azimuts de las líneas de triangulación se determinaron haciendo una serie de observaciones por “el método de las alturas correspondientes del sol y del mismo modo se determinó la variación de la aguja magnética. Una base astronómica se estableció, midiendo una distancia y empleando para ello el teodolito y la estadia. La base medida, de 8,6 millas, dió otra base astro= nómica de 111,76 millas, que se adoptó como base trigonométrica de la triangu= lación. Las altitudes de los picos ocupados fueron deducidas de los ángulos de elevación medidos reciprocamente y de observaciones practicadas con el baróme- tro de mercurio y los aneroides, siendo casi iguales los resultados obtenidos por uno y otro método. La línea principal fué levantada con el teodolito, determinando las distancias horizontales por medio de la estadia y deduciendo por el mismo método las alti- tudes de los puntos; observando los ángulos de elevación y depresión y compro= bándolos después por medio del barómetro aneroide y en algunos casos con el de mercurio. En algunas partes donde el espesor de los bosques tropicales no permitía la aplicación de estos medios se le sustituyó porel acústico para determinar la di- rección y las distancias por el sonido. Otras líneas se trazaron por medio de la brújula y de la estadia. Partiendo del pueblo de Ayutla, en la frontera de Méjico y Guatemala, la línea trazada sigue la dirección de la costa del mar, elevándose á media altura antes de llegar á la altiplanicie de esa región ; es decir, que pasa por la zona destinada al cultivo del café y encuentra las ciudades de Rehtbulen, San José y Santa Lucía en Guatemala; Acayutla, Santa Ana, San Vicente, San Miguel y San Salvador en la República de este nombre; y desciende hacia el mar, en Corinto, Leon, Ma= nagua, Granada y Rivas en Nicaragua, para llegar al rio Golfito en Costa Rica. La mayor elevación que alcanza la línea trazada en esta región es de 2122 piés en Santa Ana del Salvador. La distancia total, desde Ayutla hasta el río Golfito, es de 1043 millas Ó sean 1678 kilómetros, de los cuales están construídos sólo 340 kilómetros ; quedando, por consiguiente, para construirse 1338, con un costo aproximado de 17.154.517 pesos oro por obras de albanilería, nivelación y puentes. La segunda Comisión, á cargo del ingeniero William F. Shunk, tuvo encargo de estudiar la región comprendida entre la ciudad de Quito en el Ecuador y Co- lombia, á lo largo del Istmo de Panamá, hasta ligar su trazado con el de la pri- mera Comisión que lo terminó en el río Golfito en Costa Rica. La línea proyes- tada corre á lo largo del Istmo, cercana á la costa, pasando por las poblaciones de Diváala, David, Santiago, Antan, Panancá y Cartagena, sin mayores diferencias de nivel, para penetrar luego en la América del Sud, tocando las ciudades de Cáceres, Antioquia, Medellin, Calí, Popayán y Pasto y elevándose hasta alturas de 10.000 pies sobre el nivel del mar; hasta llegar al río Carchi, en la frontera con el Ecuador. 4 La longitud total de la traza proyectada en esta sección, es denir, desde el río Golfito al río Carchi, es de 1354 millas Ó sean 2179 kilómetros, y su costo por obras de nivelación, mampostería y puentes está calculado en 35.738.421 pesos oro Ó sea 24.917 pesos oro por kilómetro. BIBLIOGRAFÍA 339 La tercera Comisión, que tenía por jefe al ingeniero Imbrié Miller, tuvo á su cargo el estudio y trazado de la línea en el Ecuador y Perú. Desde el pueblo de Ipiales sobre el río Carchi, la línea se dirige al Sud, man- teniéndose en alturas de ocho y once mil pies sobre el nivel del mar, y pasando por las ciudades de Julcán, Ibarra, Quito, Ambate, Tigsai, Cuenca y Loja hasta llegar al río Carchi, en la frontera del Perú. La longitud de la línea en esta República sería de 658 millas, ó sea 1054 ki- lómetros, y su costo se ha estimado en 26.863.855 pesos oro ó sea un promedio de pesos oro 25.369 por kilómetro. Desde el río Carchi, que está á una altura de 3000 piés, la línea penetra en el Perú con una sucesión de subidas á las altiplanicies y descensos á los valles; llegando hasta 14.300 pies de elevación en Cerro de Pasco; es decir, aún más elevado que el ferro carril de Lima á Oroya, para lo cual es necesario construir obras de arte importantes y ascender pendientes de 4 %/,, Pasa por las ciudades de Trujillo, Cajamarca, Huamachucho, Caray, Huary, Cerro de Pasco, Oroya, Acobamba, Ayacucho, Huancabay, Albancay y Cuzco, en donde terminan los trabajos de esta Comisión y desde donde, por las líneas existentes y proyectadas, el ferrocarril intercontinental se ligaría con los ferrocarriles de Bolivia y de la República Argentina. Así, pues, la distancia desde el río Carchi hasta Puno ó Desaguadero sería de 1785 millas ó sean 2873 kilómetros ; de los cuales sólo 244 están construidos; quedando para construirse 2629 kilómetros, cuyo costo de nivelación, mamposte= ría y puentes se calculan en 65.758.116 pesos oro. La longitud total del ferrocarril proyectado desde Ayutla hasta el Desaguade= ro sería de 4840 millas ó sea 7790 kilómetros ; de los cuales sólo 584 están cons- truídos y quedan por construir 7206, con un presupuesto de 143 514.942 pesos oro por obras de nivelación, mampostería y puentes. Los datos antes consignados son tomados del informe presentado por el pre= sidente de la comisión del ferrocarril intercontinental, señor Alexander J. Cassat, delegado de los Estados Unidos, resumiendo los informes de los jefes de comisión ; los cuales constituyen cada uno un grueso volumen de texto y otro de mapas y perfiles de la zona estudiada. Los referidos informes revisten el mayor interés, no sólo porque contienen extensas descripciones geográficas de la región alravesada, de su población, industrias y riquezas naturales; sino también porque revelan los métodos cien= tíficos que se han empleado en cada caso para el estudio preliminar de la vía férrea más importante que hasta ahora se haya concebido, y de las soluciones especiales de ingeniería que en casos difíciles se proponen. Y tiene especial interés para los estudiantes la triangulación hecha para levantar la carta de la América Central, pues están descriptos con toda minuciosidad los métodos em= pleados y los resultados obtenidos. Ahora ocurre preguntar : ¿se realizará en un tiempo más ó menos inmediato el pensamiento que surgió del Congreso Pan-Americano?— Nos inclinamos á creer que no y que los estudios realizados sólo servirán para allegar un nuevo contingente de literatura científica á la que ya en otras ocasiones ha dado lugar la magna idea. En efecto, los ferrocarriles son instrumentos de comercio, destinados á facili- tar las transacciones Ó cambios de productos entre diversas regiones Ó paíse (7) Y 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y sólo pueden subsistir merced al alimento que estos den á su actividad. Sólo en casos muy excepcionales se construyen por razones de un orden político exclusivamente ó por otras ajenas á los intereses del comercio. Enel caso actual, primarían las razones de carácter político; pero es dudoso que los países que en ello pudieran tener interés, estuvieran dispuestos á invertir un capital tan considerable sin la espectativa de resultados económicos ieme= diatos. Las naciones del Centro y del Sud de América se hallan próximamente en el mismo grado de progreso industrial y sus productos naturales están destinados á consumirse en los grandes mercados europeos, y servir al intercambio de los artículos manufacturados, que ellos aún no producen. De ahí, pues, la necesidad de que todos ellos busquen su salida más inmediata al mar: para lo cual el ferrocarril intercontinental sería de poca Ó ninguna utilidad, pues en una larga extensión corre en dirección de la costa y en otra se eleva á las alliplani- cies sin ninguna comunicación con ella. En estas condiciones, el ferrocarril sólo serviría para comunicar entre sí, ciudadades mediterráneas con pocos productos de intercambio, y de consiguiente sin necesidades reales que satisfacer. Tampoco podrá esperarse que esa sea la ruta del comercio para los Estados Unidos, porque no existe producto que pueda soportar el costo de transporte terrestre, por seis Ó siete mil millas, por bajas que sean las tarifas, y por lo tanto, nunca podrá competir con los transportes marítimos. De consiguiente, los estudios realizados sólo servirán para demostrar que si bien es posible la construcción de un ferrocarril á lo largo de la Amé-= rica, bajo el punto de vista de la ingeniería, y sin salir de los límites de lo regular; bajo su faz económica Ó de su costo, no es realizable, teniendo en cuenta las causas eficientes, que determinan la ejecución de una obra. de esta naturaleza. M. TrbiN. Il. — CIENCIAS NATURALES 1. Ameghino (Dr. Florentino). Un sobreviviente actual de los Megate- terios de la antigua Pampa, en: La Púrámide, Junio 15, pág. 51-54, y Julio 1%, pág. 82-84, La Plata, 1899. (Publicado en folleto; conjuntamente con la parte pertinente de Sinopsis. etc., bajo el título de El Mamifero misterioso dela Patagonia (Neomylodon Listar). Un sobreviviente actual de los megaterios de la antigua Pampa. La Plata, 1899.) 9%. Sinopsis geológico-paleontológica, en : Segundo Censo Nacional de la República Argentina, tomo I, pág. 111-225 con 105 figuras, Buenos Aires, 1898, Suplemento (ADICIONES Y CORRECCIONES), julio de 1899, La Plata, 1899. 3. Moreno (Dr. F. P.). On a portion of Mammalian Skin, named Neomy- lodon Listar, from a cavern near Consuelo Cove, Last Hope Inlet, Pata- sonia. — With a Description of the Specimen by A. SmirTaH WOODWARD, en: Proceedings of the Zoological Sociely of London for the year 1899, pág. 3144-156, (Lám. XINEXV), junio 1%, Londres, 1. ACCOUNT OF THE DISCOVERY, pág. 144- 148. MW BIBLIOGRAFÍA 34 4. Smith Woodward (A.). IL. DescriPrioN AND COMPARISON OF THE SPE= CIMEN, pág. 148-156. 5. Nordenskjóld (Erland!. Neue Untersuchungen úber Neomylodon Listai, en: Zoologischer Anzeiger, tomo XXIL, n* 593, pág. 385-336, ¿julio 31 de 1899. 6. Moreno (Dr. Francisco P.). Note on the discovery of Miolania and of Glossotherium /Neomylodon) in Patagonia, en: Nature, n* 1556, vol. 60, pág. 396-398, agosto 24 de 1899. 7. 8.9. El mamífero misterioso de la Patagonia, « Grypotherium do- mesticum », en : Revista del Museo de La Plata, tomo IX, pág. 409-478 (con 5 láminas), La Plata, Octubre de 1899. 7. Mauthal (Rodolfo). I. Reseña De LOS HALLAZGOS EN LAS CAVERNAS DE UL- Tia ESPERANZA (Patagonia austral), pág. 409-418 (fechado, ¡julio 20 de 1899). S. Roth (Santiago). LL. DrscriPcióN DE LOS RESTOS ENCONTRADOS EN LA CAVERNA DE Ubrima ESPERANZA, pág. 419-459 (fechado, agosto de 1899). 9%. Lehmann-Nitsche (Robert). III. COEXISTENCIA DEL HOMBRE CON UN GRAN DESDENTADO Y UN EQUINO EN LAS CAVERNAS PATAGÓNICAS, pág. 460-478 (fe— Chado, agosto de 1899). 10. Jacob (Dr. Christfried). Examen microscópico de la pieza cutánea del mamífero misterioso de la Patagonia « Grypotherium domesti- eum o», cn: Revista del Museo de La Plata, tomo X, pág. 61-62 (con una lámina), La Plata, octubre de 1899. A fin de completar los dalos que ya conocen los lectores de los Anales (*) sobre los interesantes hallazgos de restos relativamente frescos de un extraño mamífero en la Patagonia austral, vamos á hacer un rápido análisis de los traba- jos aparecidos sobre este tema enlos últimos meses, artículos que dejamos enu= merados en el orden en que han llegado á nuestro conocimiento. Sabido es que la primera noticia y descripción de un curioso cuero provisto de buesecillos parecidos á los de la armadura dermal de Mylodon fué dada por el doctor Florentino Ameghino, quien propuso el nombre de Neomylodon Listar para designar al desdentado poseedor de esa envoltura (**). Al conocer esa noticia el doctor Lónnberg, estudió en Upsala restos análogos de cuero con huesecillos y una garra, llevados de Patagonia por el doctor Otto "G. Nordenskjóld y publicó exactas descripciones de esos hallazgos (***). (*) Véase: Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, entrega 5 (noviembre de 1898), tomo XLVI, página 294, y entrega 6 (junio de 1899), tomo XLVII, página 257-261. (*) Aursuino (F.) Premiere notice sur le Neomylodon Listai, un repréesentant vivant des anciens Edentés Gravigrades fossiles de "Argentine, La Plata, agosto 2 de 1898. An exis- ting Ground-Sloth in Patagonia, en : Natural Science, vol. XII, n* 81, pág. 324-326 (Extractos en : Natural Science, n* 80, pág. 288 ; — Nature, vol. 58, n* 1510, pág: 547; — Naturwissenschaftliche Rundschau, XI, n* 52; — Anales de la Sociedad Científica Argen tina, tomo XLVI, entrega 5, pág. 294-295). (+) LónNBERG (Dr.E.). On some remains of « Neomylodon Listai> brought home by the Swedish expedition to Tierra del Fuego, 1895-1897, en: Svenska Expeditionen till Mage- llanslánderna, tomo IL, n* 7, pág. 149-170 (lám. XIL-XIV). (Extracto en : Anales de la Sociedad Científica Argentina, tomo XLVII, entrega 6, pág. 258-261). 342 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Quedaban, sin embargo, muchos puntos obscuros, que no consiguen dilucidar por completo los trabajos recientemente aparecidos. Para no incurrir en constantes repeticiones vamos á proceder con cierto méto= do dejando de lado todo aquello que no aporte un nuevo elemento de juicio 4es= te debate. Veamos. ante todo, la procedencia de los restos. Ameghino no la indica en su primer artículo, lo que sorprende á Lonnberg> quien dice textualmente en la página 169 de su trabajo : We are, strangely enough not informed abow!í the exact locality from where Ameghino has recewed the fragments which made him invent the name « Neomylodon Listas ». Todos los deinás restos proceden de la cueva Eberhardt, situada á seis kiló= metros al nordeste del Puerto Consuelo, Seno de Ultima Esperanza (51935' Lat: S. 72238” Long. W.), gruta llamada del Neomylodon por Nordenskjóld en su mapa geológico del territorio de Magallanes. Esta gruta fué descubierta en enero de 1895 por el capitán Eberhardt y algunos otros caballeros, según refiere Hau-= thal (7), mientras Lónnberg atribuye el descubrimiento á unos peones y More- no (3) á algunos oficiales argentinos. De allí provienen los objetos estudiados por Lónnberg, los del Museo de La Plata, llegados en julio de 1898, y estudia= dos por Moreno (3) y Woodward (4), ciertos trozos llevados por marinos chilenos y que hoy están en el Museo de Santiago, los encontrados por Erland Nordens- kjóld (5) y finalmente las valiosas colecciones traidas por Hauthal y estudiadas por él mismo (7), Roth (8), Lehmann Nitsche (9) y Jacob (10). Probablemente por confusión Carlos Ameghino, que tantos fósiles recoge en Pa= tagonia, atribuye, en carta á su hermano, los huesecillos que dieron lugar á la primera publicación sobre este asunto, al cuero de un legendario animal que los indios llaman lemisch 6 tigre del agua (*). En consecuencia, el doctor Ameghino reproduce esa carta en su artículo (1) y trata de conciliar la leyenda de lemisch con ciertos párrafos del padre Lozano re- ferentes á un espantoso animal llamado Su ó Succarath. Pero ni los caracteres del lemisch ni del Succarath, fantásticamente descriptos por indios y cronistas, coinciden con el aspecto probable del Neomylodon, que el mismo doctor Ameghi- no apunta en su suplemento á la Sinopsis Geológico-Paleontológica del Cen= so (2). Mayores divergencias existen acerca de la posición sistemática del curioso animal. Por el solo examen del cuero indicaba Ameghino su parentesco con Mylodon y Glossothervum, y propuso colocarlo en un nuevo género al que llamó Neomy= lodon. Lonnberg acepta esta colocación y Woodward espera más datos para pronun= ciarse sobre la cuestión. Moreno lo cree primero Mylodon (3) y luego Glosso= therium (6). Hauthal recoge una abundante colección derestos atribuídos á este animal en- (*) Muster después de referir (Unter den Patagyonien, pág. 110, lena, 1873), la leyen- da del lemisch afirma que dicho animal debe ser una nutria. Esto coincide con la equi= valencia de las palabras lémechin = Nutria que da Lista en su vocabulario Tehuelche. (Revista de la Sociedad Geográfica Argentina, tomo III, pág. 335). BIBLIOGRAFÍA 343 tre los cuales se hallan partes del cráneo, mandíbulas, dientes, vértebras, costi- llas, restos de los miembros, etc., uñas, cuero, pelo y hasta excrementos y es= tiércol pisoteados, que es lo único que ha recogido E. Nordenskjóld. Con todos estos elementos Roth lo determina como Grypotherium domesticum. La descripción de las piezas está detalladamente hecha por Roth (8) y Leh= mann=Nitsche (9) é ilustrada con bellas figuras que ocupan tres láminas. En cuanto á la exactitud de la atribución al género Grypothervium Reinhardt ¿Glos= sotherium Ameghino) deben pronunciarse los paleontólogos, pero no puede me- nos de sorprendernos el cambio del nombre especifico Listas de Ameghino. Se funda para ello Roth en que «no se sabe de qué animal provienen los huesecillos descriptos por Ameghino ». Sin embargo, antes ha dicho: « Tengo muchos mo- tivos para creer que los huesecillos que Ameghino menciona, en la primera no- ticia, provengan de un cuero que fué traído á nuestro Museo, en el mes de julio de 1898, y que era el resto de un cuero que el señor Nordenskjold llevó á Euro- paen 1897, del cual otras personas también han sacado pedazos. En tal caso no se trataría de un nuevo animal, y el nombre Neomylodon sería un sinónimo ». No hay duda que si la atribución genérica de Roth es exacta, Neomylodon será un sinónimo, pero aun en ese caso debe primar el nombre específico Listat, pues la prioridad de Ameghino es indiscutible. Por otra parte, todos los que han estudiado los restos de este desdentado lo han identificado con el que anunció Ameghino. Moreno, director del Museo de La Plata lo acepta en sus dos trabajos. Después de afirmar (3) que el cuero que llevó á Londres ha dado origen al folleto de Ame-= ghino, dice: Y have am idea that señor Ameyhino never saw the skin vself, but only some of the small incrusted bones of which he had obtained posses— sion. Y en (6) (*%)... while Mr. Ameghino has announced thal another piece of the same skin pertains to a mammal still living, of small size, which he cal= led Neomylodon. También dice E. Nordenskjóld (5) : Ein anderer Therl derselben Hawt ist von Dr. Ameghino unter dem Namen « Neomylodon Listar» beschrieben worden. Roth admite sin vacilar que las descripciones de Lónnberg y Smith Woodward corresponden á su Grypotherium (**) y ambos se refieren á restos de Neomylo= don Listar Ameghino. Por si quedara alguna duda de que se trata de un mismo animal, vamos á trans- cribir aquella parte de la descripción de Ameghino del Veomylodon Listar 12, pá- gina 8), que puede cotejarse con las descripciones y figuras de Roth, con las cua= les concuerda por completo. . el Neomylodon Lista; Amegh., tan corpulento como un buey de gran tamaño, pe- ro de piernas más cortas, y por consiguiente, mucho más bajo, más ó menos un tercio más pequeño que el Mylodon robustus. Tiene el cuerpo cubierto por pelo espeso, grueso (*) Haremos notar de paso que Moreno habla en este artículo del hallazgo en Patagonia de una tortuga muy parecida á Miolania, tortuga que Ameghino describe suscintamente (2, página 10) bajo el nombre de Niolamia argentina n. g., 1. Sp. (+) «El cuero, pelo y huesecillos han sido muy detalladamente descriptos por el doc= tor Lónnberg y por el señor A. Smith Woodward... (8, pág. 138, 32 del tiraje aparte). 344 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y denso, de una estructura parecida al pelo de Bradypus y de un color bayo uniforme sobre todo el cuerpo. Las cerdas de la línea mediana del dorso sobre el cuello y la par= te anterior del cuerpo son un poco más largas formando como una crin, mientras que sobre las piernas se vuelve gradualmente más corto hasta que desaparece. El cuero, muy espeso, presenta la parte más profunda del dermis llena de pequenos huesecillos dér- micos iguales á los del género fósil Mylodon, colocados unos al lado de otros, dando á la superficie interna del cuero en la región dorsal, una disposición y un aspecto parecido al del empedrado de una calle. La cabeza es proporcionalmente algo más larga que la de Mylodon, terminando en hocico delgado, y las orejas de pabellón rudimentario. El cráneo, por su conformación, presenta una mezcla de caracteres de Glossotherium y de Mylodon. La dentadura se parece másá la del Glossotheriwm que ála del Mylodon, tanto por la forma de la última muela inferior bilobada como por la forma sub-cilíndrica de las de- más, pero el diente anterior aunque no está separado por una barra del que le sigue ha= cia atrás, es un poco más largo, algo caniniforme y arqueado hacia atrás, tanto en el crá= neo como en la mandíbula; la región sinfisaria de esta última es más prolongada que en Mylodon. Los pies son deprimidos, con los dedos unidos por membrana natatoria á la vez que armados de grandes unas falciformes, más parecidas á las de Glossotherium y Cato= nyz que á las de Mylodon... Aún dejando de lado sus publicaciones anteriores, bastarían los precedentes pá- rrafos de Ameghino, publicados en julio de este año, para establecer su priori= dad, de modo que el animal se llamará Neomylodon, Mylodon, Glossotherium, Grypotherium ó lo que se determine, pero siempre Listar (Amegh.), á me- nos que se comprobara su identidad específica con otro sér ya descripto. lo que es muy improbable. Pasemos ahora á referir las opiniones emitidas respecto á la edad de Jos restos encontrados, cuestión muy delicada y sobre la cual reposa principalmente el inte- rés de estos hallazgos porla importancia que tendría la existencia presente de un representante tan característico de los extinguidos desdentados gigantescos de la América del Sud. Los restos tienen, sin duda, un aspecto sorprendentemente fresco; el cuero conserva el pelo y las substancias colágenas y gelatinosas, los huesos tienen en muchos casos el periostio y trozos de tendones, los excrementos tampoco parecen de una gran antiguedad. Ameghino considera al Neomylodon como actualmente existente y supone que pueden encontrarse ejemplares vivos. No es esta, sin em- bargo, la opinión general, fundada en que es difícil admitir que un animal tan grande haya escapado hasta ahora á la observación de los viajeros y explora dores. : Lónnberg cree que se trata de un animal extinguido, aun cuando ha vivido muy postériormente á sus análogos y ha sido contemporáneo del hombre hasta una época relativamente reciente, que no puede fijar con exactitud. Opinaba Moreno (3) que el cuero pertenece á un Mylodon pampeano genuino, conservado en circunstancias peculiares, análogas á las que han protegido á los cueros y pieles de Moa. Siempre ha sostenido que los desdentados pampeanos desaparecieron en la época histórica y cita en su apoyo varios casos y ejemplos. Así ha encontrado Panochthus enterrados en el humus; en 1884 descubrió en una caverna, cerca del Rio de los Patos, en la Cordillera, pinturas en ocre rojo que le parecen repre- sentar el Glyptodon. Relata también tradiciones indias de monstruos extranos, pero dice que nunca se refieren á animales existentes. El cuero puede haberse BIBLIOGRAFÍA 345 conservado desde una gran antiguedad por las condiciones de la gruta. Cerca del lago Argentino, descubrió en 1877 una momia humana maravillosamente conser- vada que parece pertenecer á algún representante de las antiguas razas” patagóni- cas, encontradas en los vementerios del valle del Rio Negro. Varias otras mo- mias ha descubierto en análogo estado de conservación. Apoyándose en estas pruebas de las favorables condiciones de ayuel clima para la conservación de ca= dáveres muy remotos, supone que se trata de un animal extinguido muy bien conservado. Interesante es la opinión de A. Smith Woodward (4), quien ha examinado los restos de mammuth y rinoceronte de Siberia y de moa de Nueva Zelandia y encuentra que, en comparación de aquellos, el cuero de Neomylodon has a ve- markably fresh and modern aspect and I should unhesitatimgly express the opinion that ti belonged to an animal killed shortly before D* Moreno recog= mized ist interest... No se decide, sin embargo, á considerarlo tan fresco, aunque la presencia del serum en dicha piel lo induciría á creerlo así, si bien es cierto que tam-= bién se ha hallado-serum en las momias egipcias. Hauthal (7) considera absurdo opinar que este animal viva actualmente, pues la región pampeana de la Patagonia austral está bastante poblada, en la boscosa se hubieran notado fácilinente sus huellas y en la cordillera propiamente dicha, que es la menos explorada, faltaría alimento para un sér tan voluminoso. Lo cree contemporáneo del nombre y aún doméstico. Aunque Roth (8) no pueda afirmar con toda seguridad que este desdentado se haya extinguido por completo, tiene la convicción de que no vive actualmente en Patagonia. Este hallazgo y otros anteriores le demuestran que en época muy moderna to- davía han vivido desdentados gigantescos en esta parte de América, los cuales ya no existían cuando tuvo lugar la conquista española. Reconoce que los restos de Ultima Esperanza presentan un aspecto mucho más fresco que los encontrados en la pampa, puesto que conservan hasta fibras carnosas en los huesos, pero así mismo cree que el desdentado que llama, según sabemos Grypotherium do- mesticum, por considerarlo doméstico, de acuerdo con Hauthal, un felino que designa Jemisch Listar y un caballo Onohippidium Saldiasi, cuyos restos en el mismo estado de conservación, se han encontrado mezclados con estiércol y ceni- za en la gruta Eberhardt, deben suponerse todos extinguidos. Lehmann-Nitsche (9) después de describir detalladamente los objetos encontra= dos por Hauthal opina que su edad debe ser relativamente moderna, de la época geológica actual, habiéndose extinguido probablemente por el hombre, que ma- taba al desdentado para alimentarse de su carne y emplear su cuero. En resumen, vemos que todos concuerdan en atribuir á estos restos una edad bastante moderna, pues aunque tuvieran algunos miles de años como las momias egipcias, siempre serían geológicamente actuales. No puede afirmarse 4 priori que no exista aún alguno vivo, pero esto parece muy poco probable por la falta de noticias precisas al respecto. o De todos modos el hecho es interesantísimo y de trascendental importancia para el mejor conocimiento paleontológico y geológico de la América meridional y puede tal vez modificar las ideas corrientes respecto de la antigiiedad de ciertas faunas. 346 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Reconocido el desdentado como contemporáneo del hombre, Hauthal (7) avanza la opinión de que fuera doméstico, -fundándose para ello en que los huesos destro= zados así como el cuero cortado en pedazos, se encuentran en una gruesa capa de estiércol y ceniza, mezclados con leznas y otros artefactos de la industria humana. El estiércol está en parte muy pisoteado y pulverizado, pero asimismo se hallan grandes bostas de forma algo parecida á la de caballo pero mucho mayores. Concreta Hauthal su opinión en esta forma: Considerando las siguientes circunstancias: 1* Que la capa de estiercol está limitada al espacio comprendido entre la lomita y el terraplén (*); espacio que puede cerrarse con mucha facilidad; 2% Que al pie interior de la lomita, un poco más arriba del estiércol, encontré mucho pasto seco debajo de lamisma capa de tierra y piedras que cubre el estiércol. Este pasto puede haber sido traído 4 ese sitio solamente por el hombre; 3" Que la manera como se presenta la capa de estiércol indica la existencia de un chi= quero, exactamente igual á un corral viejo. Me parece lógico deducir que los hombres que, hace siglos vivieron allí, tenían la cos= tumbre de encerrar sus animales domésticos en esa parte de la caverna, reservándose la otra para su habitación. Lehmann-Nitsche considera que no se trata de un animal verdaderamente do- méstico, sino salvaje en cautividad, lo que parece más probable. Como hemos dicho Lehmann-Nitsche cree que el hombre mataba al desdentado para comerlo, mientras E. Nordenskjóld supone que el encontrado en la caver- na fué muerto por un puma ó algun otro carnicero. Los exámenes microscópicos del cuero, del pelo y los huesecillos publicados por Jacob ¡10) y Smith Woodward (4) coinciden en general con las conclusiones de Lónnberg (*), si bien Smith Woodward hace notar que lo que Lónnberg llama células de pigmento en los osículos fósiles de Mylodon, son infiltraciones dendri- ticas de óxido de manganeso y manchas de óxido de fierro. Por los datos que hemos extractado rápidamente puede verse la importancia é interés delos problemas que suscita este curioso mamífero y se comprende el entusiasmo que tales hallazgos han producido en todo el mundo científico y- aun entre el público en general, como puede comprobarse por los muchos artículos aparecidos en la prensa política y noticiosa, y hasta en los periódicos de carica= turas, que no han dejado de aprovechar la voga que tan rápidamente ha adquirido el desdentado patagónico para sus chistosas alusiones políticas y financieras. La imaginación ha jugado un gran papel en muchos de los artículos referentes á este animal y nuestro principal propósito al confeccionar este análisis compara- tivo ha sido habilitar á nuestros lectores para que distingan la parte realmente po- sitiva de las hipótesis más ó menos fundadas con que ha sido adornada. A. GALLARDO. Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. Tomo I, n' 4. — Buenos Aires, 29 de septiembre de 1899 (1). (*) En el interior de la gruta. — A. G. (1) Véase : Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, tomo XLVII, pág. 260. Aprovechamos esta oportunidad para corregir un erroren que incurrimos al dar cuenta de la aparición del n* 1 de las Comunicaciones, en el tomo XLVI, página 244 BIBLIOGRAFÍA 341 Continúa el doctor Berg sus comunicaciones ictiológicas, dando datos sobre la rara y singular lamprea Exomegas macrostomus (Burm.) Gill., cuya descrip- ción corrige y completa, sobre el mero Polyprion americanus (Bl. Schn.) O. Costa, y acerca de Curimata latior (Spix) €. V., Rhaeboides bonaerensis Stud., Rh. prognathus (Blgr.) Berg, y de la merluza Genypterus capensis (A. Sm.) “Gthr. En la polémica sobre geología de la Patagonia austral, replica Hauthal al artículo de Mercerat, aparecido en el número anterior de las Comunicaciones. Eldoctor Berg da la sinonimia y bibliografía completa de dos mariposas, Brenthis Cytheris (Drury) Butl. y B. Dexamene (Bsd.) Berg. agregando nuevos datos, ano- taciones y figuras exactas, en la esperanza de que no serán confundidas y des= eriptas de nuevo, como tantas veces ha sucedido. En unas notas fitoteratológicas presenta Gallardo casos de fasciación en varias plantas, entre otras en un Cotyledon, representado, según fotografía, y en una Bixinea, Xylosma Salemanni Eichl. Indica además casos de contorsión helicoide en una,rama de cerezo, Prunus cerasus L., de fisión de la nervadura media en hojas de Fuonymus japonica Thnb., de pleiotaxis en la corola y androeceo del jazmín del país, Jasminum officinale L., de prolificación lateral de la inflorescencia femenina del maíz, Zea mays L., que produjo una espiga múltiple, con siete espigas laterales y algunas otras anomalías que se presentan con mayor frecuencia. En sus interesantes apuntes dipterológicos se ocupa el doctor Berg de la mosca brava, Stomoxys nebulosa F., de la mosca Trypeta (Acrotoxa) frater= culus (Wiedem.) Lw., cuya.larva, llamada vulgarmente gusano, vive dentro de las peras, de Trypeta (Plagiotoma) obliqua Say, y de Sarcophaga lambens (Wiedem.), parásito en estado larval de la langosta, y de la cual había ya tra- tado el doctor Berg en el número 2 de las Comunicaciones, llamándola Agría acridiorum, bajo la fe de la determinación genérica del profesor Mik. Esta mosca es generalmente conocida entre nosotros con el nombre de Nemorea acridiorum que le dió Weyenbergh. Es probable que deba considerarse como destructora de los huevos de la langosta á la larva de la mosca Chortophila rubrifrons Big., en cuyo caso habría que agregarla al número de los enemigos pequeños del voraz ortóptero. Anota finalmente datos biológicos sobre el díptero uruguayo Midas testaceiventris Macq. Prosiguiendo sus descripciones latinas de algunas plantas nuevas de la América austral, nos presenta el doctor Spegazzini las siguientes especies : Calandrinia macrocarpa, Saxifraga trigyna Rmy var. azorelloides Speg., Brachycladuws Stuckerti, Verbena nubigena y Strongylomopsis fuegiana, representante de un nuevo genero. Corrige el doctor Berg, al final de este muevo é interesante número, un error de imprenta relativo á la longitud del Mermás acridiorum (Weyenb.) Berg, entrega de octubre de 1898, de estos Anales, donde al extractar el artículo Variation de régime, dijimos que los Carábidos chilenos del género Ceroglossus Sol., siendo carní- yoros, comen el fruto de Vaccinum myrtillus L., mientras que en realidad el doctor Berg afirma que dichos coleópteros comen los frutos de Aristoteliu magui L'Hérit., muy parecidos á los de Vaccinum myrtillus L. 348 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nematelminto que aparece también como parásito en la langosta adulta, y no sólo en la saltona como hasta ahora se crela. : A. GALLARDO. II. — CIENCIAS MÉDICAS De Madrid (doctor Samuel , profesor de Histología en la Universidad de Buenos Aires. — Lecciones elementales de Histología é Histogenia. — Tomo I, Buenos Aires, 1899. Muy favorable impresión produce este hermoso volumen de 335 páginas, profu= samente ilustrado con más de doscientas figuras de artística ejecución. La satisfac= ción se acrecienta al considerar que esta obra de aliento y de abundante informa- ción, en materias novísimas que realizan constantes progresos y transformaciones, es obra de unjoven médico argentino, que ya ha revelado sin duda en varios ar= tículos anteriores especiales aptitudes para los estudios serios y la sólida produe- ción, pero que asimismo no puede menos de sorprender á nuestro reducido mun= do científico con la publicación de un trabajo de la importancia del actual, tanto más meritorio cuanto que, por desgracia, nuestra juventud nos ofrece raras veces este agradable género de sorpresas. No conocemos en lengua española un tratado de micrografía que pueda com- pararse con el libro de de Madrid, que contiene los principales resultados de los más modernos tratados alemanes, ingleses, norte americanos, ingleses, franceses é italianos, así como también de muchos estudios aparecidos últimamente en las re- vistas especiales y esto aun:enta singularmente el mérito de la obra que nos ocupa y la utilidad que ella puede prestar á los estudiantes de medicina y á todos aquellos que se interesen en estudios histológicos y micrográficos. j Su estilo claro y sencillo y las figuras abundantemente intercaladas en el texto facilitan la fácil y completa inteligencia de la materia tratada. No dudamos que sería posible indicar ligeras deficiencias é incorrecciones de detalle, pero estas críticas minuciosas deben acallarse ante la importancia y mag- nitud del esfuerzo en medio de lasdificultades de todo orden, idiomáticas, biblio= gráficas y de consulta, con que debe lucharse entre nosotros para la preparación y confección de una obra de esta indole. Una rápida reseña de los catorce capítulos en que se halla dividido este primer tomo permitirá apreciar la amplitud con que ha sido encarado el tema y el caudal de información que el libro ofrece. 2 Después de un breve prefacio se transcribe el discurso con que inauguró de Ma- drid su cátedra de Histología. Trátase en el primer capítulo de las manipulaciones histológicas en general, con datos sobre los instrumentos empleados. En el siguiente capítulo se describen los más modernos modelos de mierosco - pios compuestos, con recomendaciones prácticas para su empleo, así como indica- ciones sobre las fuentes de luz empleadas para las observaciones y los procedi- mientos usados para condensarla ó descomponerla. Dedica el tercer capítulo á los accesorios del microscopio como ser microespec- BIBLIOGRAFÍA 349 troscopio, aparatos de polarización, etc., terminando por elensayo de las cuali- dades y defectos de un sistema óptico dado, en que se incluye la micrometría. La representación gráfica de los objetos microscópicos y la descripción de las cámaras claras y otros accesorios empleados para el dibujo ocupan el cuarto capí= tulo, mientras el quinto y sexto se dedican á la microfotografía, sobre cuyas venta= jas é inconvenientes, instrumentos empleados y procedimientos operatorios se dan Interesantes detalles. En el capítulo séptimo se trata de los aparatos y procedimientos destinados al estudio de las estructuras orgánicas en plena vida. Termina la primera parte con un capítulo consagrado á explicar la correcta instalación de un laboratorio de microscopia, con datos prácticos sobre el mobi= liario y accesorios más cómodos y costo de instalación, presentados al final en forma de presupuesto. La segunda parte, dedicada á la técnica histológica, comienza por exponer en general las diversas operaciones que constituyen el método normal histológico, tratando luego de la fijación de los objetos sometidos á estudio con indicación de los reactivos fijadores, sus ventajas é inconvenientes peculiares y las operaciones anexas á su empleo. El capítulo décimo se ocupa de los métodos de inclusión tanto en celoidina y parafina como en otras substancias de empleo menos frecuente. Al tratar en el siguiente capítulo de los procederes empleados para el secciona= miento de las preparaciones, se describen los diversos modelos de micrótomos, explicando su manejo, y se expone un método propio del autor para la sección sobre el portaobjetos sin inclusión previa, que le ha dado excelente resultado en el estudio de la retina y otros objetos de débil espesor. Dos extensos capítulos se dedican á los variados procedimientos de tenido, gracias á los cuales la lécnica microscópica ha realizado la mayor parte de los admirables progresos de estos últimos tiempos y alcanzado conquistas que hu= bieran parecido inaccesibles pocos años atrás. Utiles consejos sobre el montaje de los preparados cierran el capítulo décimo tercero. Finalmente el último capítulo expone ciertas manipulaciones extrañas al mé- todo normal histológico ó destinadas á ampliar su círculo de acción, como ser la disociación, decalcificación, dequitinización, desilicificación, induración, im- yecciones vasculares, etc. Tal es brevemente extractado el contenido de este libro que prestará, á no du- darlo, importantes servicios á todos los que usan ó deben usar el microscopio, contribuyendo así al progreso científico argentino. A. GALLARDO. La Profilaxia. Ano l, n* 1. Con este título ha comenzado á publicar el doctor Enrique Tornú “una revista destinada á popularizar las modernas conquistas de la medicina y de la higiene en la lucha contra la tuberculosis; humanitaria empresa á la cual dedica todos sus esfuerzos, desarrollando sorprendente actividad, tanto en sus estudios médi- cos de las sierras de Córdoba, como en la propaganda y difusión de los consejos y medidas higiénicas que deben adoptar las empresas de ferrocarriles, hote- les, etc. 390 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Este primer número, después de explicar el origen y programa de la revista, da claras nociones generales sobre el aparato respiratorio humano y explica las causas de la tuberculosis. Indica luego las medidas para evitar el contagio de la tuberculosis en los trenes y hoteles, y, después de algunos datos sobre sana= torios ofrece una revista de las principales novedades científicas relacionadas con esta enfermedad. Suministra indicaciones acerca del modo de tomar la temperatura axilar, para lo cual conviene secar la áxila y dejar el termómetro en buen contacto durante diez minutos. Algunas noticias y explicaciones sobre los estudios de Tornú en las sierras de Córdoba, cierran este número, del que se han tirado 5000 ejemplares, cuyo - precio es de 20 centavos, quedando el pago á voluntad del lector, pues su direc tor se propone en primera línea difundir estos conocimientos sin móvil intere= sado alguno. A. GALLARDO. Cranwell (Daniel J.), profesor sustituto y jefe de clínica quirúrgica de la Facultad de Medicina de Buenos Aires. Equinococus de la pleura, Bue- nos Aires, 1899. Da el autor interesantes datos sobre estos raros casos de quistes hidatídicos demostrando buen conocimiento de la bibliografía, unido á su considerable práctica clínica y operatoria. Expone luego la historia de un caso excepcional, felizmente operado, y llega á la conclusión de que estos quistes intratorácicus pueden tratarse con ventajas por el procedimiento de la sutura sin drenaje, por grandes que ellos sean. A. GALLARDO. IV. — VARIEDADES Lecomte (Henri), doctor en ciencias, agregado de la Universidad de Paris.— Le Café. CULTURE. MANIPULATION. PrRoDUcTION. — Paris, 1899. Esta obra constituye una historia del cultivo y de la producción del café en el mundo. Su autor ha reunido en un volumen de 334 páginas, con 60 figuras y diagramas, editado por Carré y Naud, todos los datos necesarios ó útiles á los plantadores de café. La primera parte contiene la descripción y distribución geográfica de los cafeteros, especialmente de Co/fea arabica, C. stenophylla, C. iberica y C. mauriliana. Trata luego de los procedimientos de cultivo y preparación, terminando con el estudio de las condiciones económicas de la producción y del consumo, así como de los succedáneos del café, Un índice bibliográfico completa esta obra. MOVIMIENTO SOCIAL OCTUBRE Interesantes visitas.— Tres visitas ha realizado la sociedad durante el mes transcurrido, A todas ellas asistió un crecido número de socios que pudieron constatar los progresos industriales realizados en los diferentes ramos. Agrade- ciendo nuevamente las atenciones recibidas por nuestros consocios en todos los establecimientos visitados, nos limitaremos por ahora á indicar las fechas de las excursiones, esperando que los comisionados que la Junta Directiva designó en ca- da caso, presenten sus respectivos informes para hacerlos conocer de nuestros lectores. Companía general de fósforos.— El domingo 8 de octubre tuvo lu- gar la visita de la importante fábrica de fósforos que posee esta compañía en Ba- rracas. La concurrencia apreció debidamente el vasto y bien montado taller de lito— grafía que ejecuta no solamente la provisión. de los 14.000.000 de cajas de fósforos mensuales que utiliza la compañía sino también muchos trabajos que le son en- cargados por otras industrias Ó por particulares. Las ingeniosas máquinas que confeccionan las cajas llamaron particularmente la atención de los visitantes. Companía Sud-americana de billetes de banco. — Los ta- lleres de esta compañía fueron visitados en la manana del 12 de octubre. El ge- rente de la empresa señor Rodolfo;Laas acompañó á los visitantes en el recorri- do de los diversos departamentos: fundición de tipos, tipografía, litografía, foto= grafía, encuadernación, etc., que componen este establecimiento que honra al país, dando la medida del progreso que han alcanzado las artes gráficas entre nos- Otros. El departamento de valores donde se imprimían las nuevas estampillas de co- rreos que fueron puestas ese día en circulación, pudo también visitarse, gracias á la amabilidad del senor gerente y previas las formalidades que requiere la en trada á esa sección. 392 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Compañía alemana transatlántica de electricidad. — La gran usina que esta importante compañía acaba de instalar en la manzana com= prendida por las calles Reconquista, Paraguay, Charcas y Paseo de Julio, fué visi- tada el domingo 22 de octubre. Nuestros consocios pudieron apreciar la magnitud y novedad de esas instala- ciones que permitirán en breve la producción en grande escala de la energía eléc- trica, tanto para el alumbrado público y privado del municipio como para fuerza motriz, Los visitantes conservan el más agradable recuerdo de estos tres importantes es- tablecimientos, así como de la amabilidad del personal superior de los mismos. Aberg, Enrique. Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Asustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco, Alvarez, Fernando, Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio -—Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. - Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago - Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ignacio. Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. —Barilari, Mariane S. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Baltilana Pedro. * Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. -—Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis €. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas - Biraben, Federico. Blanco, Ramon (. Brian, Santiago Bosch, Benito $. Aguilar Rafael........ -Arechavaleta, José ..... Arteaga Rodolfo de.... Ave=Lallemant, German - Brackebusch, Luis............ Carvalho José Cárlos... -—Cordeiro, Luciano...... -Lafone Quevedo, Samuel A... Lillo, Miguel ......... Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Tucuman. SOCIOS HONORARIOS SOCIOS CORRESPONSALES Morandi, Luis ....... Murillo, Adolfo....... Paterno, Manuel..... Reid, Walter F- ..... Scalabrini, Pedro... Tobar, Carlos R....... Villareal, Federico... Von Jhering, Herman SOCIOS ACTIVOS Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapar, Alberto Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Lcilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, Vicente P. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio, Corti, José $. Courtois, U. Cremona,Andrés Y. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan E Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, Jusé Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin+sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo 1: Fernandez, Daniel. Fernandez, Ladislao M Fernandez, Alberto J Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Dr. German Burmeister -. — Dr. Benjamin A. Gould + — Dr.R.A. Philippi. uillermo Rawson -F.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. Villa Colon(U.) Santiago (U.) Palermo (11.). Lóndres Corrientes. Quito. DON Lima San Paulo (B.) Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de, Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé C. Gomez Molina Federico Gunzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gouzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Ernesto, Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guelielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel “Gutierrez, Ricardo P., Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafuel. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M, Henry. Julio - Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan 4. Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. -Larregui, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio, Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades:. Lopez Martin” Lopez, Beiivo!4. Lopez,4M. G. Loyol4;' Luis. Lucero, -Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis 0 Luro, Rufino. ==*-: Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro, Marcet, José A, Matharán, Pablo. - Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo. E, Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrolto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceli, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul, Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €. 3 Orfila, Alfredo J. Ortiz. de Rosas, A. Olivera, Cárlos; €. Oliveri, Alredú Olmos, Miguel. >= Ortiz, Diolimpio:.- Orzabal, Arturo: Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. “Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B, Otamendi, Gustavo Qutes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, Cl. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(. Palacio, Emilio. SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) Morales, Cárlos Maria. Olazabal, Alejandro M. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan.- Recagorri, Pedro S. Ricaldoni, Tebaldo Rellan. Esio ; Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G. Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Roselti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P. y Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S, Sarhy, Juan F. Scarpa, José. Schneidewind Schickendantz, Seeber, Enrigu Seguí, Francisco . Selva, Domingo. Senillosa, Juan A _Seurot, Edmundo Seré, Juan B, Schaw, Arturo E, Schaw, Cárlos E, - Silva, Angel. Silveyra Luis os - Simonazzi, Guillerm: Simpson, Federic Siri, Juan M. Smith Pedernera, C. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hij: —Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Stegman, Cárlos. Swenson, U. Taiana, Hugo. Tamini Crannuel, Tassi, Antenio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Héctor, - Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. 7 Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A, Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronle A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José 007 Viuela, Baldomero. Villavecehia, J. B. VillanovaSanz,Florenci? Villegas, Belisario. Waulers, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. - Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zalazar, Beojamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S- Zimmermann, Juan €, Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique. y EDAD CIEN ARGENTINA ñ DIRECTOR : Ingeniero ANGEL GALLARDO - SSONBTAMIOS : Señores a Larziya y CarLos Lagos García REDACTOR ES seniero. Ele Ido Lanas senor Juan B. Ambrosetti, doctor Pedro N. Arata, “Ingeniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero ntiago E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan Y -Bus- chiazzo, Ingeniero Emilio | Candiani, ingeniero José "Ss. Corti, doctor Eduardo L. LEO Lo berg, doctor Atanasio Quiruga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique doctor Roberto Wernicke, doctor E Estanislao $. Zeballos. o DICIEMBRE 1899. — ENTREGA VI. — TOMO XLVII PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 209, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Por. mes O PERSO RORROR ADO 0050 1.00 12.00 2.00 BUENOS IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 084 . 1899 Presidente........ Ingeniero doct Vice-Presidente 1* Ingeniero doctor ( Íd. - 2 Mayor ingeniero . RTURO. recio deactas Ingeniero ELEODORO A. Dar — correspondencia Agrimensor C Hick MESORCON Ingeniero ARMANDO ROME O. Bibliotecario...... Señor Lurs MIGUENS. [Ingeniero DominGo NocErr. Ingeniero CLaro C. DassEN- Ingeniero DomMINGO CARRIQUI Vocales caca Ingeniero EmiLio PALA Ingeniero US A. HuERrGO le ls: eE Ingeniero. ORONTE A. iv Gerentes Mea o Senor DAN Borro. des y e Adolfo Murillo (Necro E aa Nado ia Proro N. ARATA. Desnaturalización de alcoholes para usos industriales....... Prnro N. ARATA. Alcohol para la desnaturalización....ooooocarocc pa JuLes KúnckeL D'HereuLals. Empleo de las langostas como abono. ARNO CEN UEDIOL, + Proro N. ArATA. Lavaderos y lavado de ropa en Buenos Aires : Juax M. Tuomr. Los meteoritos de Novembre ose AN de BirLIOGRAFÍA: KeLLER, Galcul et construction des transmissions. — bucneren, Ma nuel de distillerie. : INpickE GENERAL de las materias contenidas en el tomo cuadragésimo octavo... Doctor Adolfo Murillo ADOLFO MURILLO Pa El telégrafo nos ha transmitido la triste nueva del fallecimiento del doctor Adolfo Murillo, ocurrido en Santiago de Chile el 14 de noviembre próximo pasado. El nombre del doctor Murillo está íntimamente vinculado al progreso de las instituciones científicas, médicas y filantrópicas chilenas y su inesperada desaparición ha sido sinceramente sentida tanto en el país vecino, como entre nosotros, donde contaba con numerosos amigos. La muerte le sorprende á los 61 años de edad, en plena actividad científica y profesional, mientras preparaba, con el entusiasmo y actividad que Je caracterizaban, los exámenes de sus alumnos de obstetricia y ginecología de la Universidad, quienes pierden en él un maestro querido y competentísimo. Desde muy joven demostró decidida vocación por el estudio y poco después de graduarse doctor en medicina comenzó á publicar artículos y libros relacionados con diversas materias, fecunda pro- ducción intelectual que ha continuado hasta su muerte en medio de las atenciones más variadas y de una clientela profesional cada día más numerosa. Sus trabajos médicos versan principalmente sobre obstetricia, ginecología, higiene y teratología. Escribió además un texto de Historia Natural, asignatura que dictó durante algún tiempo, y dos importantes estudios sobre las plantas medicinales de Chile. No siéndonos posible dar una lista bibliográfica completa de su vasta labor, nos limitaremos á agregar que muy poco antes de su falle- cimiento había presentado á la Facultad de Medicina de Santiago dos interesantes trabajos sobre Mortalidad en Santiago y Ebriedad AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVUI 23 394 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y Locura, y deja preparado otro sobre Diminución gradual de la vvruela en Chale. Tan halagúeña diminución se debe á la constan- te é inteligente actividad desplegada por Murillo en la presidencia de la Junta Central de Vacuna, consiguiendo admirables resultados con la difusión de ese poderoso profiláctico, como pudo verse por una de sus comunicaciones al Congreso Científico Latino Americano y en varias de sus publicaciones y memorias. Llamado á la presidencia de la Société Screntifique du Chila, im- pulsó vigorosamente el progreso de esa importante institución científica, que adquirió bajo su dirección verdadero carácter na- cional chileno. Ha sido el alma de los Congresos Científicos Generales Chilenos, cuya quinta sesión se celebró el año pasado en Chillán. Esas reu- niones que periódicamente tienen lugar en las principales ciuda- des de la república trasandina han contribuido poderosamente al progreso científico en Chile, vinculando y estimulando á sus hom- bres de estudio. Ellas pueden considerarse hoy definitivamente arraigadas y su creciente prosperidad es acabada prueba de los beneficios que ellas reportan. Como extensión de esos congresos proyectó el doctor Murillo la realización de un congreso cientifico sudamericano que ampliase á todo el continente las ventajas que á Chile habían producido estas solemnidades. Dificultades inherentes á este género de empresas impidieron su realización, hasta que la Sociedad Cientifica Argen- tina inició el Congreso Científico Latino Americano, del cual puede considerarse precursor al doctor Murillo, y que encontró en él un entusiasta colaborador, de acuerdo con sus elevados ideales de confraternidad americana. Murillo era un sincero amigo de la República Argentina, á la que se hallaba vinculado por su matrimonio con una distinguida des- cendiente del general Lavalle y por sus relaciones personales ó científicas con muchos argentinos, contraídas tanto en sus viajes á Buenos Aires como en la generosa hospitalidad que brindaba en su país á nuestros compatriotas. Sua amor por la Argentina y sus deseos de una fraternal unión entre ambos pueblos no se desmin= tieron ni aun en los momentos más difíciles, y puede considerarse como uno de los distinguidos obreros de las pacíficas soluciones alcanzadas, fiel á su bello lema Pax et Scientia. Su constante preocupación era el mejoramiento de las condi- ciones materiales y morales del pueblo chileno y en ese sentido no ADOLFO MURILI.O 355 ahorraba esfuerzos en pro de la implantación de medidas higiéni- cas y de saneamiento, así como de todo aquello que fomentara las instituciones benéficas que protegen al niño, á la mujer y al desvalido. El progreso científico y de la instrucción general en Chile y su más fácil comunicación material é intelectual con los centros de la civilización, teníanen Murillo un incansable apóstol. Era, en efecto, una de las características de su espíritu el dón de proselitismo y propaganda en favor de todas las ideas nobles y elevadas que de- fendió siempre calurosamente desde la cátedra, la tribuna ó las columnas de la prensa política y cientifica. Nobilísima pero ardua es la tarea de los hombres como Murillo en nuestras sociabilidades latino-americanas y pocos son los que, como él, se sobreponen á los desfallecimientos y desilusiones que los combaten en un medio indiferente cuando no hostil, y consi- guen conservar el fuego sagrado de un patriótico y elevado entu- siasmo hasta el instante mismo en que caen en la brecha con la conciencia de haber cumplido su deber en la medida de sus fuer- zas y la satisfacción de que su prédica constituye una semilla de cultura cuyos frutos recogerán las futuras generaciones. Dada la desinteresada y benéfica vida del doctor Adolfo Murillo no debe sorprendernos el hecho de que su sepelio haya revestido gran solemnidad, concurriendo representantes de todas las corpo- raciones científicas y de beneficencia de Santiago. Hicieron uso de la palabra en ese acto Ventura Carvallo Elizalde, en nombre de la Facultad de Medicina; Augusto Orrego Luco, en nombre de la Escuela de Medicina: Mariano Guerrero, en repre- sentación de la junta de beneficencia; Luis Dávila Larrain, y varios otros oradores que supieron poner en relieve las dotes del extinto. La Sociedad Científica Argentina que le designó socio correspon- sal el 3 de noviembre del año anterior, haciendo justicia á sus re- levantes condiciones científicas y de carácter, se asocia al duelo cau- sado por la muerte de este campeón del progreso y la cultura de la América del Sud. DESNATURALIZACIÓN DE ALCOHOLES PARA USOS INDUSTRIALES La desnaturalización que la ley concede á los alcoholes que se usan en la ¿2ndustria química, para la calefacción ahora, y tal vez se usarán mañana para el alumbrado, debe ser una operación autorl- zada porla Administración, hecha bajo su control y vigilancia, en salvaguardia de los intereses fiscales del Estado. Esto es evidente, y el decreto reglamentario de 31 de Enero tiende á satisfacer estos pro- pósitos. Las leyes queimponen fuertes contribuciones á los alcoholes de alimentación que entran en la composición de licores y bebidas, tienen un propósito bien definido de obtener renta, necesaria para la marcha de la Administración. Se habla de higiene, de combatir el alcoholismo, pero, á la verdad, la cuestión humanitaria es muy secundaria, pues el Estado no se guía por sentimentalismos incon= ducentes; y por otra parte, está demostrado que por más que estos impuestos se aumenten no disminuye por eso su consumo. Los países más civilizados proceden de esta manera. La necesidad de redondear un presupuesto lleva á los Estados hasta las manifestaciones innobles de la ferocidad. ¿No se ha titu- beado en ir hasta la guerra, para imponer el comercio del opio á la China, embruteciendo el 20 9/, de su población, sólo para obtener un impuesto de dos millones de libras esterlinas en beneficio de una colonia ? Nuestras necesidades tiscales nos han traido, en 1890, los i1mpues- tos internos, y uno de los renglones más vistosos ha sido precisa- mente el del alcohol. A la verdad, el resultado no ha satisfecho los DESNATURALIZACIÓN DE ALCOHOLES 391 cálculos que se nabían hecho sobre su rendimiento. Las causas son múltiples. Si para la importación existe el peligro del contrabando; para los impuestos internos existe el dela defraudación, tanto másgrave entre nosotros, por cuanto el control de esta renta del Estado es más difícil que en cualquier otro país, por la extensión desmedida de nuestro territorio, por la falta de educación cívica, que no vé en el defrauda- dorá un ladrón sinoá un hombre vivo y por la complicidad mis- ma de los consumidores, que comparten con el defraudador una parte del valor del impuesto. Habría verdadera ingenuidad en pre- tender que esto no sucediera. Además, la denuncia nos la represen- tamos como acto muy villano; resulta que, explotando sentimientos nobles por un lado y la codicia que abarca una región más ó menos grande en el corazón de la humanidad, la defraudación tiene hon- das raíces y los defraudadores poderosos aliados en la masa de la comunidad. La ley debiera establezer que la defraudación del impuesto es un crimen; y habría que convencer á las masas que con ella se roba no sólo al estado sino á aquellos que pagan religiosamente el im- puesto, y que se arruina al comerciante honrado. Admitido que el propósito de la ley es gravar al alcohol de bebida bajo cualquier forma que se expenda y que la desnaturalización debe ejecutarse en las condiciones más apropiadas para que ese alcohol, librado parcialmente de impuesto, no sea usado en la ali- mentación, veamos cuáles son los medios de que se dispone para conseguir el cumplimiento de la ley. Si la diferencia entre el impuesto del alcohol de bebida y el des- naturalizado no llegara á ser de 90 pesos por hectólitro, que importa sers veces su precio venal, no habría mucho que preocuparse de los desnaturalizantes; puesel costo de su eliminación, agregándose las contingencias legales de unaoperación fraudulenta, no haría viable esa tentativa. Pero, con el aliciente de una ganancia vistosa á ex- pensas del fisco y con la complicidad de los consumidores que he- mos mencionado, toda precaución que se tome será perfectamente justificada y necesaria, bajo el punto de vista fiscal. Según el propósito de las Administraciones, un buen desnatura- lizante debe llenar las siguientes condiciones : 1* Dar al alcohol caracteres tales de impropiedad y mal gusto, que no permitan usarlo como bebida en las preparaciones en que entre como elemento fundamental ; 358 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 2% La dosis del desnaturalizante debe ser relativamente débil, pa- ra no causar estorbo, en la operación misma, á la Administración y al comercio; 3% La materia desnaturalizante no debe ser muy venenosa, y si lo es, las dosis tóxicas no deben sobrepasar los límites en que se usa, dada la unidad de alcohol, de ingestión posible por error; 4% No debe aumentar los peligros de incendio ó de explosión y serde fácil caracterización; 5* No debe existir normalmente en el alcohol industrial impuro, que se destina á la desnaturalización ; 6% La materia empleada en la desnaturalización no debe acarrear inconvenientes graves en el uso doméstico del alcohol desnatura- lizado ; es decir, no debe dar por combustión olor desagradable, ni desprendimento de humo ó de vapores ácidos irritantes ; las man- chas que produce deben ser eliminadas con facilidad ; 7% Debe ser de una baratura tal, que no sea un obstáculo para su empleo económico ; 82 El desnaturalizante debe ser una composición tal, que los tra- tamientos químicos y físicos, á disposición de los falsificadores re- viificadores, no les permita su regeneración fácil y económica; 9* Por fin, los desnaturalizantes que se emplean no deben dañar los productos que han de resultar en una elaboración industrial, beneficiada por la ley. Muchas de estas condiciones parciales se pueden conseguir fácil- mente; pero un desnaturalizante que las reuna todas es un deside- ratum en todos los Estados sometidos al régimen del impuesto del alcohol. Los métodos de revivificación del alcohol desnaturalizado son múltiples y todos al alcance del químico de laboratorio; de manera que, bajo este punto de vista, puede afirmarse que no hay desnatu- ralizante ninguno eficaz. No sucede lo mismo, sin embargo, para el químico industrial; és- te debe tropezar con un factor importante : con la masa de alcohol desnaturalizado, con los inconvenientes de las diluciones, de trata- mientos químicos, de destilaciones y rectificaciones de volúmenes considerables de materia; operaciones que no pueden realizarse, ni cómoda ni fácilmente, sin que llame la atención de inspectores con- troladores, que, por la ley, deben visitar diaria ó, porlo menos, fre- cuentemente los establecimientos. Las operaciones en pequeña es- cala, si bien pueden tener un éxito, no son de gran peligro fiscal, DESNATURALIZACIÓN DE ALCOHOLES 359 pues cualquier sospecha, cualquier equivocación en la compulsa de los libros del industrial, puede poner á la inspección de los al- coholes en el camino de descubrir el fraude; y entonces el defrauda- dor estaría sujeto á penas pecuniarias gravísimas que le causarían una ruina inmediata ó próxima. Pasemos, ahora, en revista los medr0s de revivificación. Estos pueden ser físicos ó quimicos. Métodos físicos. — Los defraudadores usan la dilución con agua, que precipita muchos desnaturalizantes, por ser menor la solubi- lidad del desnaturalizante en el alcohol diluido; consiguen su eli- minación por filtración con filtros porosos y especialmente por el llamado Carbón Isela, de un poder absorbente mayor que el carbón animal común; y, por fin, destilan fraccionadamente, por medio de columnas, que les permiten hacer una separación perfecta de cuer- pos volátiles de punto de ebullición diferente al del alcohol etílico. Por otra parte, estos medios pueden ser combinados diversamente. Uno eficaz, sería el lavar el alcohol desnaturalizado, diluído á 20 9., con petróleo, el que elimina una cantidad de substancias solubles en él y de redestilar el caldo alcohólico purificado en columnas ordinarias. Deesta manera se purifican los alcoholes de cola y cabeza. Los medios químicos, que deben ser usados conjuntamente con los físicos, se proponen, principalmente, eliminar los cuerpos básicos con los ácidos diluidos, las acetonas y aldehidos por reducción que los convierte en alcohol, los nitroderivales aromáticos convirtién= dolos en amidoderivados básicos, que los ácidos á su vez eliminan, etc., etc., y, por fin, recurriendo á una destilación y á una subsi- guiente rectificación final. Me complazco en hacer conocer todos estos medios para que los Inspectores de la Administración los tengan presentes y les sirvan de indicadores para el mejor desempeño de sus funciones. Más aún, de- bo exponer algunas condiciones de cada desnaturalizante en parti- cular; datos que, si bien pueden servir á los defraudadores, aun mejor servirán á los encargados de vigilarlos. Las substancias desnaturalizantes usadas en los diferentes países sujetos al régimen del impuesto con liberación parcial, son los si2 guientes: metileno, bases pirídicas, aceite de alquitrán, petróleo, esencia de trementina, aceite animal de Dippel, éter, goma laca, esencia de lavanda, esencia de romero, nitrobenzol, verde mala- 360 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA quita, fenolftaleina, aceite de acetona. Véamos su manera de com- portarse, en relación á las condiciones que establecíamos para un desnaturalizante conveniente. Metileno. — Así se denomina el espíritu de madera ó éter piro- leñoso proveniente de la destilación de la madera. Es una mez- cla de alcohol metílico, acetona, acetal, etc. Reune las condiciones exigidas en 1%, 6% y 7". Sólo, para conseguir una buena desnaturaliza- ción debe usarse un diez por ciento por lo menos. Pero si se lleva á 20 %/,como en Francia, aumentan los peligros de explosión. El alco- hol desnaturalizado con el metileno, pasado por el carbón Isel1, pier- de las substancias de mal gusto y los colorantes y resulta una mezcla de alcohol etílico y metílico, que puede ser usada en la fabricación de licores. Según experiencias recientes, hasta resultaría que este alcoho] es menos tóxico que el alcohol ordinario. Con el metileno, tenemos que la acción desnaturalizante no es debida al alcohol metílico, sino á sus impurezas. Su misma carac- terización, cuando existe en pequeñas proporciones, es insegura. No ofrece, pues, garantías suficientes y debe ser rechazado. Bases piridicas. Acerte animal de Dippel. — La acción de estas substancias se manifiesta á dosis de medio por ciento; son baratas, pero no llenan la condición segunda; el alcohol da humo porcombus- tión y puede ser eliminado el desnaturalizante, tratándolo por los cloruros férrico, ó de mercurio, zinc, cadmio, ó destilando con agua acidulada. Acetltes de alquitrán. — Tienen el inconveniente de dar humo por combustión. Con 10 kilógramos de carbón Iseli se puede revivificar un hectólitro de alcohol al uno por ciento. Petróleo. — Se puede eliminar completamente por filtración con carbón. Eter. —Por aereación se elimina y no es un inconveniente para la fabricación de licores. Las esencias de trementina, lavanda y romero sólo pueden ser eli- minadas por dilución, filtración por carbón y luego destilación y rectificación. La dosis debe ser por lo menos de 4 por mil. La terpinolina, propuesta por el doctor Lavalle, es esencialmente una esencia de trementina oxidada á la que agrega naftalina. También esta substancia, como está demostrado, se elimina por dilución, filtración y luego destilación, seguida de rectifica ción. DESNATURALIZACIÓN DE ALCOHOLES 361 La esencia de mirbana ó nitrobenzol, cuyo uso estamos permitien- do como desnaturalizante, en la proporción de 5 por mil, se puede eliminar por reducción con zinc y ácido sulfúrico, pero diluyendo el alcohol previamente con agua y luego destilando y rectificando el alcohol revivificado. La goma laca y las resinas se eliminan por destilaciones del al- cohol desnaturalizado. Las materias colorantes como verde malaquita, azul de metileno, se pueden eliminar por repetidas filtraciones por carbón. La fenol ftaleína, usada en Austria-Hungría, se manifiesta por una coloración roja órosadaen presencia de los álcalis, es difícil de eli- minar por el carbón, pero puede serlo por destilación y muy fácil- mente. Acetles de acetona. — En estos últimos años se ha adoptado en Suiza, como desnaturalizante, una substancia compleja llamada Acerte dle acetona. Noes precisamente la acetona metílica producto de la destilación del acetato de calcio, sino los residuos menos volátiles que resultan de su preparaeión. Son una mezcla qui- micamente formada por acetonas metil, etil, propil, butílicas — substancias de sabor y olor acre y penetrante y que lo mani- fiestan y comunican al alcohol, aún en la dosis mínima de 10 á 20 por mil. Estos aceites de acetona eran, hasta hace poco, un producto raro, pues en su origen se limitaba á la escasa producción que pro- porcionaban las fábricas de acetona metílica, como producto secun- dario de elaboración. Mas en estos últimos años se ha encontrado una fuente de este material, en el residuo incómodo de los lavaderos de lana del Norte de Francia. Esas aguas que contienen en solución las substancias solubles del jubre ó sunt; entre otros cuerpos: acetatos, propia- nato, etc., de potasio. Por la evaporación y destilación seca del resi- duosalino con cal se obtiene una metiletilacetona ; que es una subs- tancia análoga á los aceites de acetona y muy aparente para la des- naturalización del alcohol. Según experiencias hechas, decada metro cúbico de agua de la- vado de la lana de una densidad de 11 Baumé, se obtienen pró- ximamente 13 litros de aceite de acetona, es decir, la cantidad su- ficiente para desnaturalizar 1000 litros de alcohol. Nuestras lanas, son las que se lavan en esa región de Francia y las que dan la materia prima para la preparación delos aceites 362 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA de acetona que se han adoptado últimamente para la desnaturali- zación en Europa. Aquí tenemos, por una de tantas anomalfas, pocos lavaderos de lanas ; pero por fortuna hay uno en Barracas al Sud, comparable á cualquiera de los europeos, y que podría dar, por el tratamiento de sus aguas por el método indicado, grandes cantidades de estos acel- tes de acetona, No he estudiado su preparación bajo el punto de vista económico, pero es evidente que conservada la relación entre los jornales y combustibles necesarios para la elaboración ; el pro- ducto necesario para desnaturalización podría ser obtenido idénti- co al que se usa en Francia. Si juzgamos el aceite de acetona bajo el punto de vista de la re- vivificación del alcohol con el desnaturalizado, podríamos decir que también éste puede ser regenerado. Por reducción la metil-etil- acetona puede ser convertida en alcohol butílico secundario que hierve á 98 grados y que por destilación puede ser separado del etí- lico. Tal vez aún más fácilmente podría ser eliminada combinándola con los bisulfitos alcalinos. Señalo las condiciones de este desnaturalizante que se desig- na como el mejor, para demostrar que no existen en la actualidad desnaturalizantes tan eficaces y lan seguros que satisfagan á los pro- pósitos fiscales y den una garantía absoluta, como la pretenderían los intereses de la Administración. Hay, pues, dos desnaturalizaciones: una absoluta y otra relativa. La primera permanece aún en el terreno de lo ideal, la segunda, la relativa, es la práctica y la única á que podemos aspirar por ahora y tal vez para siempre; pues, si la Química encuentra un cuerpo nuevo capaz de mezclarse á los alcoholes y comunicarles las propiedades que se pretendan de un desnaturalizante, la misma Química se en- cargará luego de buscar medios de separarlo del alcohol con que ha sido mezclado, y regenerándolo en su primitiva pureza. Descartada la idea del desnaturalizante absoluto, ideal, y que será siempre un desaderatum, nos queda la desnaturalización rela- tiva especial y que puede variar en cada caso de acuerdo con las necesidades de los industriales, tal tomo se viene practicando en- tre nosotros. Á mijuicio, no hay conveniencia, ni oportunidad en fijar el des- naturalizante oficial, pues está probado que no existe ninguno tan seguro y eficaz que merezca ser tomado como tipo, y su provisión al gremio de los desnaturalizadores, aún suponiendo que existiera, DESNATURALIZACIÓN DE: ALCOHOLES 363 no había de convenir igualmente para las necesidades de todas las industrias. La idea de mantener secreta la composición del desnaturalizante y de variarlo con reserva y periódicamente, como se ha pretendido hacerlo en algún Estado, no lo reputo de resultados eficaces; serían secretos muy acidos al de Polichinela, que de pido en oído re- correría la República en pocos días. La idea de monopolizar para el Estado el servicio de desnatura- lización me es poco simpática. El estado no ejerce bien éstas y análogas funciones, por la dificultad de hallar hombres aparentes que las dirijan y admi- nistren. Seríaá mi juicio montar una máquina administrativa más, de rodajes complicados y que sólo por excepción funcionaría bien. Reasumiendo este ya demasiado largo escrito, me permito re- cordar sus principales conclusiones : 1* No existe ni se conoce desnaturalizante alguno absoluto, tan eficaz y tan seguro que autorice á la Administración á proclamarlo - desnaturalizante oficial ; 22 Que no es conveniente establecer por cuenta del Estado la pro- visión de desnaturalizantes secretos ; 3 Que debe continuarse el sistema actual de desnaturalización, dejando á cada interesado la facultad de proponer el que le con- venga en cada caso, bajo la reserva de aceptarlo ó rechazarlo se- gún los casos y las circunstancias, sin que esto importe crear pri- vilegio para desnaturalizante determinado. P. N. ARATA. ALCOHOL PARA LA DESNATURALIZACIÓN Se me pregunta ¿qué cantidad de impurezas debe contener un alcohol para estar en las condiciones exigidas por el artículo 85 del decreto reglamentario de la ley 3761? En la segunda parte del mencionado artículo leo textual mente : « Sólo serán desnaturalizables los alcoholes empleados en la ca= lefacción, iluminación... cuando contengan una porción de cabeza y cola no inferior al 20 por %/.. » Para resolver el problema propuesto, presento algunos datos sobre la composición de los alcoholes industriales que definen lo que debe entenderse por cabeza y cola de una destilación, con los criterios actuales. Tomo un ejemplo de una rectificación hecha de 400 hectólitros proximamente de flegmas, citada por E. Sorel en su libro sobre la Rectification de P'alcool. Calculaudo el rendimiento por ciento se obtuvieron : Malos gustos de cabeza............. 4.96 Gustos medianos de cabeza.......... 22.06 Buen gusto (alcohol puro)........... 61.42 Gustos medianos de cola........... 5.97 Malos gustos de cOla.........o..... 5.31 Pérdida en la Operación............. 0.28 100.00 Resulta, pues, de esta operación : 61.42 %/, de alcohol puro y 10.27 de malos gustos de cola y cabeza, y 28.03 de gustos medianos ALCOHOL PARA LA DESNATURALIZACIÓN 365 (alcohol impuro), los que vueltos á destilar elevan (según la per- fección de los aparatos y el cuidado en las operaciones) de 754 80 9/, el rendimiento total de un alcohol puro. El 20 ó 25 %/, es lo que se denomina alcohol impuro de cola y cabeza, que la higiene rechaza de los usos de la alimentación, para el encabezamiento de vino, fabricación de licores, etc., etc. Estos alcoholes son los que las artes aprovechan en la fabricación de barnices, en operaciones químicas industriales diversas de extracciones, en los que el al- cohol representa el papel de un disolvente, en la calefacción, en la iluminación, etc., etc. Indudablemente á este veinte por ciento (le cola y cabeza se re- fieren las palabras citadas del artículo 85 del decreto reglamenta- rio que tratamos de poner en claro. Este 20 %/, de colas y cabezas, no están, ni pueden estar consti- tuidos por materias del todo diferentes del alcohol etílico puro, sino debe ser una mezcla del aleohol etílico mencionado, con aldehidas, éteres, bases pirídicas, alcoholes superiores, ácidos, etc., produc tos todos que destilan al comienzo (cabeza) y al final (cola) de las rectificaciones del alcohol industrial. Yo entiendo que la franquicia que la ley y el decreto reglamen- tario han querido dará los destiladores responde á dos propósitos: uno higiénico y otro económico. El higiénico, con la idea de que los destiladores preparen fácilmente un alcohol libre de esos pro- ductos de cola y cabeza, que son reputados dañosos para el orga= nismo cuando los alcoholes que los contienen se usan en la ali- mentación ; y el económico, para dar una aplicación práctica á esas colas y cabezas en la calefacción é iluminación. En efecto, no sería posible que pagando al fisco los fuertes Impuestos con que se gra= va al alcohol de bebida pudiesen hacer competencia al gas, kero- sene, que no pagan esos impuestos; y obligarlos á repetidas recti- ficaciones de sus alcoholes los expondría á encarecer una substan-= cia de un precio elevado por el gravamen que soporta óá arrojarlo, sin provecho para el fisco, con perjuicio evidente para la industria, sin utilizar el beneficio que el consumidor puede obtener de ese material inapto para la alimentación, pero muy propio para la calefacción y la iluminación. Así, pues, pienso que todo industrial destilador tiene el derecho de entregar un verte por ciento de su alcohol elaborado á la des- naturalización que autoriza el artículo 83 del decreto reglamen- tario. 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta cifra es fácil de comprobar dada la vigilancia establecida por el citado decreto; y la garantía de que el alcohol no pueda ser revivificado con perjuicio de la renta la dan los ingredientes des- naturalizantes que se agregan y las severidades mismas del con- trol establecido. ¡ Esto es lo que pienso sobre la interpretación que debe darse al artículo 85 del decreto reglamentario. Llegando á la conclusión que lo que debe vigilarse no son las impurezas del alcohol de com= bustión, sino las del alcohol de alimentación, que sólo debe conte- ner cantidades mínimas de impurezas en beneficio de la higiene pública. Pero, si me hubiese equivocado respecto del alcance de sus términos, contesto directamente la pregunta transeribien- do el siguiente cuadro de Mohler, que da la composición de las varias calidades de alcohol provenientes de unas flegmas de me- lazas, calculados en gramos para un hectólitro de alcohol absoluto obtenido. es leales e Esc Productos 2 3 Y 2 E 3 E E E E 3 5 le S [e] 2 [6] 2 (5) A 3 É 5 5) Ej S a a C ad e g Ácidos (en ácido acético)...| 7.20 | 3 3 |1.80 | 1.801 2.40 6 Eteres (en eter acético)..... 267.5 | 79.2 [13.2 [5.20 | 8.801 13.6 | “70.4 Aldehidos (con aldehido etí- adoos vradenoasodoabo. 463.2 [144.0 | 2.4 | rast.] 0 0 8.0 Alcoholes superiores (en alcohol amílico......... 0 0) 0 0 2.58/2500 9000 ooo OO 0 0 0 0 rast. 0.60 6.60 Materias azoadas (en amo-= ATEO) ponce ooo prados 0.525| 0.36| 0.12/0.08 | 0.16| . 0.22 1.55 Total impureza (gramos). |738.425/226.56/18.72/7.08 |13.34|2515.82/9092.55 Coeficiente de impuzeza por 10€ vol. de alcohol abso= ¡MON .somgor oro taos ana 0.73 | 0.2210.018/0.007/0.013| 2.51 9.09 Volumen en hectólitros....| 1.63 | 8.55/24.20/28.32/27.84| 5.52| 1.91 En este cuadro la suma c + d + e es igual á 80.36 de alcoholes puros Ó casi puros. ALCOHOL PARA LA DESNATURALIZACIÓN 3617 La suma a + b + f + yes igual á 17.61 que corresp onden, con la pérdida, aproximadamente al 20 por ciento de alcoholes de cola y cabeza. : El coeficiente de impureza de estos alcoholes vendría á ser para la suma anterior de 12.55. Debo hacer presente que estos datos corresponden á una opera- ción completa y que nuestros destiladores no apuran nunca la destilación como la señalada en el cuadro anterior, de lo que re- sulta que las proporciones de alcoholes de cola y su coeficiente de impureza es muy inferior á la cifra del cuadro de Mohler que que- da extraordinariamente recargado por la cifra de alcoholes supe- riores calculados en alcohol amílico. P. N. ARATA. EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO ' Por JULES KUNCKEL D'HERCULAIS Buenos Aires, septiembre 19 de 1899, Señor Presidente de la Comisión central de Extinción de las lan= gostas, doctor don Carlos Salas. En respuesta á la nota de julio 31 del corriente año que tuvo us- ted á bien dirigirme, manifestándome que esa comisión deseaba conocer los estudios que yo tuviese hechos respecto del empleo de las langostas como abono, tengo el honor de elevar al señor presidente el siguiente informe, que es una exposición completa de la cuestión de la utilización de la langosta. Este informe comprende, al propio tiempo, las reflexiones que me han sugerido mis estudios personales. Ha ocurrido siempre, en las épocas de las grandes invasiones de langostas, que tantos estragos han causado á la agricultura, que agrónomos y sabios de los más autorizados pensaran en sacar provecho de las langostas como abono. En 1866, cuando la grande invasión que azotara toda el Africa del norte, el doctor Maurin, antiguo mattre de conférences del Instituto nacional agronómico de Versailles, figura entre los * Versión directa del original francés. EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO 369 más ardientes propagandistas de la utilización de las langostas como materia fertilizante. « Las langostas como abono — decía -— tie nen una importancia extraordinaria y compensan, gracias al pro- ducto que darán al cabo de dos años de enterradas, todos los sacrificios que los cultivadores se hayan impuesto ». Las aserciones del doctor Maurin eran esencialmente teóricas, pues no se fundaban sobre ningún análisis químico; por lo cual los publicistas de la época no le ahorraron las críticas. Además, personas experimenta- das — como el doctor Agnély, M. Ch. Lallemant, farmacéutico, el doctor A. Darru, profesor de agricultura de la Escuela Normal de Argel — protestaron de su optimismo. Los dos últimos se fundaban en análisis que, por más que proporcionaban el tenor en fosfato de cal (1,65 %/,) y en ázoe (13,95 %,) (1), no les permitieron sin em- bargo ser tan afirmativos como el antiguo maítre de conférences. Así, el primero llegó á la conclusión de que el último de los estiércoles de hacienda era preferible al compost de langostas; el segundo, refiriéndose además á experiencias hechas sobre el terreno, — las que habían sido poco satisfactorias —arribó á la conclusión de que no hay que esperar que eu el porvenir se halle en la plaga de lan- gostas ningún producto compensador. Por su parte, el Ministro de agricultura, comercio y obras pú- blicas, M. Armand Béhic, encargó al Laboratorio de la Escuela imperial de Puentes y Calzadas de proceder á analizar muestras enviadas por el gobernador general de Argelia, mariscal de Mac- Mahon. Las langostas que habían sido encerradas en bocales, llegaron á París convertidas en una masa húmeda en que los animales habían conservado poco más ó menos su forma, pero que se deshacía bajo los dedos; esa masa daba 81,53 %/, por evaporación, y el análisis de las cenizas dió 0,22 %/, de ácido fosfórico y 1,40 %/, de ázoe solamen- te. El señoringeniero Armand Clayellegaba en su informe á esta con= clusión : «la riqueza en ázoe de la materia analizada equivale á la de un polvillo de estiércol de calidad media y que es pobre en ele- mentos fertilizantes ; en el estado en que ha sido remitida al La- boratorio, sólo tiene un mediocre valor agrícola que podría esti- marse en dinero á 2 francos 50 los 100 kilógramos ». Agregaba (1) Ese ázoe era considerado como contenido en la chitina, substancia consti tutiva del tegumento de los insectos, que es de las más ¡inalterables, puesto que resiste á la acción de la potasa y de la soda cáustica. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVII 24 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA todavía que, «si fuera posible hacer desecar los montones de lan- gostas antes de levantarlos, sin que el desperdicio de ázoe sea de- masiado activo, la dosis de ázoe se elevaría á 71/, por ciento próximamente de la materia supuesta seca ». En resumen, según él, los montones de langostas no podrán ofrecer sino un recurso restringido á la agricultura, salvo en los parajes en que fuera po- sible emplearlos ahí mismo y sin transporte. Cuando las invasiones que se sucedieron en Argelia de 1871 á 1877, la cuestión de la utilización de las langostas volvió á plan- learse. Nuevos análisis fueron practicados por el doctor Jaillard, el que reconoció á las langostas desecadas un tenor en ázoe de 8 %/, y en ácido fosfórico de 0,96 /,. La comisión encargada del examen del informe se apresuró á concluir en el sentido de que el abono de langostas estaba llamado á figurar entre los más ricos abonos natu- rales conocidos. En 1881, el señor Juan J. J. Kyle, profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires, hizo un análisis de las langostas de la República (Argentina Sehistocerca paranense) que da á conocer su tenor en ázoe y en ácido fosfórico. Hé aquí ese análisis, hecho sobre ejem- plares secos (1) : A las as 16,35 Materias OrgáNICAS............. ¿E 17,37 Cenas O TEO 6,28 Las materias orgánicas contenían 9,615 de ázoe, correspondiente á4 11,83 de amoníaco; las cenizas contenían una cantidad de fos-= fato correspondiente á 2,09 de ácido fosfórico. El señor Kyle lle- gaba en sus investigaciones á la conclusión de que las langostas perfectamente secas tenían un valor como engorde absolutamente igual al de la sangre desecada; y agregaba que sería sensible destruir por la incineración una materia de tan gran valor, y que habría interés para la agricultura argentina en utilizarla, dada su riqueza en ázoe y en ácido fosfórico, como materia fertilizante de sus campos de trigo. (1) El análisis reproducido en el Standard (octubre de 1881), contiene un error tipográfico que lo desnaturaliza enteramente. El señor profesor Kyle ha te— nido á bien comunicarme las cantidades exactas, que son las que reproducimos aquí. EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO 311 Habiendo desaparecido las langostas de Argelia, las cosas que- daron en esto; pero los señores A. Múntz, profesor del Institut na- tional agronomaque y Ch. Girard, jefe del laboratorio de química del mismo, volvieron á considerar la cuestión ab ovo é hicieron análi- sis metódicos (1887), llegando á esta conclusión : «Las langostas constituyen un abono que se puede emplear con provecho: sobre el terreno mismo, pero que no consiente gastos de transporte, ni de manipulación ». Hé aquí los resultados de esos análisis : LANGOSTAS Substancias ———oF—aa —_—_— Frescas Secas Secas y desgrasadas ALO it | 11,36 Il >» Acido fosfórico. . 1,50 2,03 2,50 OS. osob0obe 0,96 1,30 1,60 CM 0,91 1,23 1,52 AS 26 » » » En 1888, M. Múntz, á pedido del Ministro de agricultura, rea- nudó el estudio de la cuestión, llegando á los siguientes resul- tados : Langostas Substancias K—Á—KÁ— _—> —— Frescas Secas O A E o 3,16 11,50 Ácido fosfórico........ 0,60 2,18 Botas a ale erat 0 0,28 1,02 CU A SRC dh 0,06 0,23 Magnesl0......o.ooooo.. 0,02 0,08 Las conclusiones del trabajo de M. Múntz merecen ser reprodu- cidas: « Las langostas, enterradas en el paraje mismo, constituyen pues un abono muy rico, sobre todo del punto de vista del ázoe. Si se quisiera transportarlas, habría que someterlas previamente á una desecación para evitar la podredumbre que se manifiesta rápi- damente en la masa húmeda. En ese estado, constituiría un abono concentrado que no dejaría de tener alguna analogía con los gua- nos más ricos en ázoe, y su descomposición en el suelo, en razón del débil estado de agregación de la materia azoada que las consti- tuye, puede considerarse como muy rápida. Además, ellas contienen 312 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA cantidades muy sensibles de ácido fosfórico y de potasa que au- mentan su valor fertilizante. : « Si se quisiera concentrar todo lo posible los elementos fertili- zantes que las langostas contienen, se las podría sumergir, en es- tado fresco, en el ácido sulfúrico y desecar la masa carbonosa ob- tenida, que contendría una gran parte del ázoe en estado de sulfato de amoníaco. Esta operación se parecería á la que se hace experi- mentar á otras substancias azoadas, como los resíduos de cueros y lanas. « Sea lo que fuere, si se quisiera sacar partido de las langostas, lejos de los parajes de producción, habría lugar de hacerles expe- rimentar diversas preparaciones, entre las cuales sería la más eficaz y práctica la desecación. » Para obtener un abono verdaderamente industrial con las lan- gostas, la Revue de chamie industrielle propone el método siguiente, ya experimentado y que ha dado muy buenos resultados : « Colocada la masa de los insectos en una caldera cilíndrica ó esférica, de la clase de las que se emplean en las fábricas de papel para el lavado de los trapos, se la calienta bajo presión de vapor igual á 5 ú 8 atmósferas. La materia orgánica que entra en la com- posición de la langosta se modifica y se transforma en una subs- tancia azoada negruzca líquida y que se solidifica en una masa compacta y friable por el enfriamiento. Esa masa contiene todo el ázoe, todo el ácido fosfórico y toda la potasa que existía previamente en el animal. El ázoe se encuentra en una forma mucho más asi- milable. « Hé aquí el análisis de una muestra de ese abono de langosta: Por ciento e O e de A O 11,25 Acido fosfórico...... INR ena 1,69 ROS NN od Ea 0,0 «En esa forma, la langosta puede transportarse fácilmente, es de una conservación indefinida y de muy fácil empleo. «Agregando en la caldera de 1 á 2 %/, de cal y 0,5 %/, de soda cáustica, se obtiene un abono todavía más apropiado á la asimila- ción y que contiene una parte de su ázoe en estado de amoníaco. Para evitar todo desperdicio en amoníaco, conviene agregar, hacia el final de la operación, una pequeña cantidad de cloruro de calcio, EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO 313 de cloruro de magnesio ó de yeso. Puédese también mezclar á la ma- sa, con el mismo fin, de 345%/, de un superfosfato cualquiera. «He aquí el análisis de una muestra de abono preparado con 29/, de cal y 0,5%/, de soda cáustica : Por ciento O OO od RA e 14,00 Azoe amoniacal.....o.o.oo.o..o.o.o..o..o.. 1,00 AO NA sE 1,50 Potasio VENENO 0,50 «Estas indicaciones permitirán sacar un partido ventajoso de las langostas y trasformar la plaga parasitaria que azota á Argelia en uva fuente de recursos. » (1) Tales son los principales trabajos emprendidos por los químicos en vista de establecer la composición elemental de las langostas. Esos trabajos concuerdan en sus grandes líneas y permiten concluir en el sentido de la posibilidad de utilizar las langostas ; pero dejan el campo libre á los agrónomos para hacer ensayos metódicos con el fin de determinar la acción sobre los vegetales y especialmente sobre los que son objeto de grandes cultivos. Tampoco se habían ocupado en lo más mínimo los químicos de la cuestión del costo de la materia prima ; los economistas tenían, pues, que encarar la po- sibilidad del empleo de las langostas, en relación al valor de la co- secha y al costo del transporte. Toca, pues. á los agrónomos y economistas el pronunciarse. Veámoslos á la obra. La cuestión permaneció en el dominio teórico hasta 1891 y aun 1892 y 1893, pues nadie entró entre tanto en la vía práctica — la de la colecta y preparación de las langostas como abono, ni en la vía experimental —la de su empleo en la agricultura. M. Hippolyte Dessoliers aborda entonces la cuestión apoyándose en los trabajos de MM. Múntz y Girard. Para demostrar el valor de las langostas como abono y apoyar su argumentación, sostiene con la pluma un vigoroso alegato; pero no tarda en pasar de la teoría á la práctica, y se empeña desde luego en recolectar grandes cantidades de lan- sostas, para, en seguida, experimentar metódicamente en sus dominios de Téneés el abono de langostas (2). (1) La trascripción pertenece á la Revue scientifique (28 de Agosto de 1891). (2, M. J. Kúnckel d'Herculais era miembro de la comisión oficial instituída para controlar los trabajos del ingeniero Dessoliers. 314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Empleó comparativamente : superfosfato y yeso, con superfosfato mezclado con nitrato de soda, con superfosfato sólo, con langos- tas mezcladas al superfosfato, con langostas mezcladas al yeso — cuidando conservar testigos desprovistos de abono. Cada campo de experiencia tenía una área de 500 metros cuadrados. Reduciendo á la hectárea las cantidades de abono empleadas y los rendimientos, se consiguen elementos comparativos mucho más sugestivos. Así se ha hecho en el siguiente cuadro de M. Dessoliers : Cuadro demostrativo del resultado de experiencias sobre el abono de langostas realizadas en un campo de experisncias creado en octubre de 1892, en el dominio de Mainis (camino mixto de Téves), por M. H. Dessoliers, ingeniero. E = :2 3 5 17] o sa o ES 3 3 2 3 n lr) ES Sy Eo 3 20 30 2] SES E SE] Sa 5 RS 3 0:33 Dz 3 29; El : ; 23 | 33 338 a Abono recibido por hectárea 8 D DE sE De Z o. a E 323 5 =l 33 3] a 3 cn IS Ele = lr] = Ze (6) ay 3 (y 53 E E < (400 k* de superfosfato con 16*/, de ácido fosfórico.) ¿onlo 1090/95 5 11200 k' de nitrato de soda con 16%, de ázoe..... pes A 8/400 k* de superfosfato + 200 k' de nitrato + 400 k* ¡ 9 de yeso a a e Ej 1.500/2.250/375 601113 20 NEStIEO O ¿ONO 0005009 0000000000 Ur IDO UOno 1.060/1.460/262 40 » 11,400 k* de superfosfato + 400 k* de yes0......... 1.220/1.780/804 >»| 49 50 10 de Emol yonecovenocoposopocor cronos 1.100/1.700/276 »| 25 >» 13/600 k de langosta + 400 k' de superfosfato...... 1.440/2.340/1363 60/116 » 141600 k* de langosta + 400 k$ de yes0............ 1.140/1.920/289 20| 46» 18|Testigo no abonado....... os pd na RO SeL oo 90011.5201228 40 > Cada banda cultiváda medía 50 metros de largo por 10 metros de ancho, esto es, 500 metros cuadrados. Los incrementos de producido con relación á los testigos han sido calculados del número 9 al número 18, suponiend» que el suelo hubiera variado de un modo regular entre esas dos bandas. « Resulta de la comparación de las bandas 9 y 11 que si se des- precia la acción del yeso, que ha sido casi nula, esos 400 kilógra- EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO 319 mos de superfosfato del número 11 han sido pagados á razón de 49 francos 50, y que, en consecuencia, los 600 kilógramos de langos- tas del número 13. han sido pagadas á razón de 116— 49,50 =66 francos 50. Una tonelada de langosta habría dado un incremento de producido de 111 francos, cantidad que representa su valor real en primera cosecha ; pero conviene agregar que esas langostas han abandonado al suelo un stock de ázoe considerable. En efecto, el incremento ha sido, del número 11 al número 13, de: para la paja..... 23 qm. 40 — 17 qm. 40 = 560 kg. para el trigo..... 14 qm. 40 — 12 qm. 20 = 220 kg. «La paja tiene un tenor de 0,7%, de ázoe y el trigo, de 2,32/,. Los 560 kilógramos de paja han absorbido pues 3 kilógramos 92 de ázoe, y los 220 kilógramos de trigo, 3 kilógramos 06 de ázoe; lo que da un total de 8 kilógramos 98 de ázoe, ó sean 9 kilógramos. Ahora bien, los 600 kilógramos de langostas á 11 %/, de ázoe han reportado 66 kilógramos de ázoe; quedan, pues, 57 kilógramos, no habiéndose absorbido pues en realidad sino 14?/, del ázoe propor- cionado. «El examen de las bandas números 8 y 13 demuestra que el abono compuesto de langosta y de superfosfato es tan eficaz como el abono compuesto de fosfato y de nitrato, que es el tipo del abono completo de nuestras tierras. La parcela número 8 ha dado un in- cremento de producido bruto de 113 francos, y la parcela número 13 un incremento de 116 francos. (Invierno muy seco) ». Agreguemos, para completar nuestras citas, que, en 1896, el se- ñor Kyle hizo nuevos análisis de langostas argentinas, desecadas y pulverizadas, análisis que le dieron los resultados siguientes : AU Oo ao coo do 0 ob e oolaO nabos 5,20 Ao ie A 11,40 Materias albuminóideas........... 60,37 Celulosa, azúcar, elC.............. 15,78 DAMAS IA SA EA 7 20 DNS o 1100,00 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las materías albuminoídeas contenían : O NN 9,66, correspondiente á amoníaco 11,73 Las cenizas contenían : Ácido fosfórico (PR209) .........o.... 1,535 Si bien es cierto que todos los químicos se hallan de acuerdo para coustatar, según sus análisis, la presencia de una cantidad media de ázoe de 11,5%, y la de una cantidad de ácido fosfórico que varía de l á 29/,; si están unánimes en considerar las langos- tas, privadas de agua, como susceptibles de proporcionar un abono utilizable, también es cierto que ellos no se han preocupado de ciertas particularidades que dificultan la preparación de esos in- sectos. En efecto, las materias grasas contenidas en las langostas, cuando se amontonan esos insectos ó cuando se los entierra en fosas, en- tran muy rápidamente en putrefacción, y los, productos de las transformaciones químicas que se operan entonces pertenecen á la serie butírica; los olores que esas materias exhalan son de tal modo repugnantes que, para evitar esas exhalaciones mefíticas y la contaminación de las aguas, se ha tenido que prescribir el mezclar con cal viva, sobre el terreno mismo, los cadáveres de las saltonas y de las voladoras. Esa operación tenía por objeto saponificar los cuerpos grasos, que, así fijados se volvían casi insolubles. La preparación de los cadáveres de las langostas brutas destinadas al abono ha sido en- sayado en Argelia en la usina en que se transforman los resíduos de los mataderos ; y los peones, acostumbrados sin embargo á mane- jar materias cloacales, se han rehusado á manipular las langostas en vía de descomposición. Haremos observar todavía que las langostas no podrían ser em- pleadas inmediatamente ; es menester que el tiempo haya hecho su obra, destruyendo las materias grasas que se transforman en ácidos grasos nocivos á las plantas; para emplear las langostas inmedia- tamente, es necesario someterlas á una preparación previa, sea la desecación, sea el tratamiento por la cal, sea la maceración en el ácido sulfúrico. A los economistas corresponde juzgar si la cosecha, la manuten- EMPLEO DE LAS LANGOSTAS COMO ABONO 311 ción, el transporte, el tratamiento químico de las langostas no serán demasiado oneroso para que el abono de langosta pueda entrar en competencia con los abonos preparados y dosados que la industria puede poner á disposición de los agricultores. Sea lo que fuere, he emprendido en el campo de Palermo una se- rie de experiencias en vista de controlar las de M. H. Dessoliers y de conocer la influencia que podrían ejercer sobre el desarrollo vegeta- tivo del trigo y del maíz los cadáveres desecados de langostas. Su empleo sin ninguna preparación química nos parece más práctico, sobre todo en los lugares mismos invadidos, puesto que se dismi- nuyen considerablemente los gastos de transporte y manutención y se suprimen absolutamente los gastos de manipulación y prepara- ción. Habría, además, interés en seguir la acción del abono de lan= gostas según los medios y según las condiciones de sequedad y de humedad del suelo, pues aquella acción se halla bajo la dependen- cia absoluta de esos diversos actores. Tendré el honor de dará conocer á usted los resultados de esos estudios. Al efecto de darles el desarrollo necesario, ruego á usted se sirva hacerme enviar algunas bolsas de las langostas quese des- truyen en la actualidad mediante el fuego, las que, así desecadas, pueden ser transportadas sin entraren putrefacción. Quiera el señor Presidente aceptar la expresión de mis senti- mientos más distinguidos. JuLes KÚNCKEL D'HERCULAIS. LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA EN BUENOS AIRES El problema del lavado de la ropa, en todas partes, es de higiene y de economía doméstica ; dos faces interesantes, tanto una como otra, y que me permito examinar en este informe, para provocar resoluciones que favorezcan á la comunidad. El estado de estos establecimientos no puede, á mi juicio, ser más deplorable ; el mal que causan, bajo el punto de vista económico, como los peligros que entrañan para la higiene pública no pueden ser mayores. - Es hoy una vulgaridad repetir, que las ropas que se han usado es un semillero de agentes de putrefacción, de substancias de des- perdicio del organismo y vehículo de enfermedades contagiosas que se transmiten álas lavanderas, á sus allegados, y que pueden infestar todo lo que con esas ropas se pone en contacto. Por otra parte, las familias económicas están cada vez más alar- madas, por el desgaste anormal y extraordinario que la ropa sufre de pocos años á esta parte, en manos de las lavanderas. Los lava- deros públicos y privados son principalmente los más dañinos bajo este punto de vista. Ambas fases, como se ve, merecen la atención de la administra- ción pública, de las familias : una afecta la higiene, otra la riqueza y el bienestar general. En una época no lejana, las lavanderas de Buenos Aires se valían exclusivamente del río, de los arroyos y lagunas de los alrededo- res para la limpieza de la ropa. Los pobres lavaban y las familias LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 319 acomodadas hacían lavar su ropa en los fondos de las casas. Cuan- do se establecieron las aguas corrientes se arraigó aún más este sistema. Las cloacas complementaron á estas últimas, y se hu- biese llegado al ideal en materia de higiene de la limpieza de la ropa, si las casas del municipio hubiesen poseído todas, locales convenientes para asolearla y secarla con facilidad. Pero está es- crito que toda felicidad y bienestar no han de ser completos. Un beneficio trae un perjuicio correlativo. Los alquileres aumentaron de precio, los locales se fueron estrechando y el espacio disponi- ble se redujo en la mayoría de las casas á términos tan angustio- sos, que el lavado no era ya posible. La vecesidad del lavado externo por medio de lavanderas se ha hecho imperiosa, indispensable. Hoy, Buenos Aires tiene más de tres mil lavaderas profesionistas, según cálculos que reputo más bajos de la realidad. Hace treinta años la ciudad tenía uno ó dos lavaderos, cuya clientela se limitaba á la ropa de los hoteles, colegios y pocas ins- tituciones públicas. Lavanderas de, oficio, no muy numerosas, ser- vían á las familias que no utilizaban la servidumbre propia en este trabajo. Con'motivo de la epidemia colérica última, durante la administra- ción Alvear, se suscitó la cuestión del lavado higiénico de la ropa; se pensó prohibir el uso del río para evitar la contaminación de las aguas. Las ideas nuevas del contagio por este vehículo se ha- bían popularizado é imponían sus preceptos bajo forma impera- tiva. Se nombró una comisión de estudio, de la que tuve el honor de formar parte, y ésta llegó sin violencia á la conclusión de que el municipio debía propender por todos-los medios posibles á crear establecimientos especiales lavaderos públicos modelos á semejan- za de los existentes en las ciudades europeas, para remediar los peligros que entrañaba el lavado de la ropa en el interior de las casas, principalmente en los conventillos, y sobre todo en la ribera del río, por la razón principal del peligro de la contaminación de las aguas de bebida de la población. Se proyectaron, á raíz de este informe, lavaderos económicos que debían ser administrados por el Municipio y como obra de urgente necesidad. Desaparecida la epidemia, la iniciativa privada se ma- nifestó en forma espontánea y categórica hasta el extremo de hacer innecesaria la acción municipal. Se organizaron sociedades anónimas para crear lavaderos hi- 380 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA giénicos, para encargarse del lavado de las ropas de las familias y para el uso del gremio de las lavanderas, poniendo al alcance de éstas: agua, secadores, desinfección ; todo lo necesario. La Municipalidad hubo de desistir de sus iniciativas, desde que había conseguido su objeto, evitar el lavado en los conventillos, en la ribera, y se limitó á prohibir por Ordenanza el lavado en es- Los sItiOs. Los lavaderos públicos se construyeron, se reglamentaron y se entregaron al servicio público para comodidad de las lavanderas. Tan plausible resultado, por lo parcial, no llenó sin embargo, las aspiraciones públicas, y los accionistas de los lavaderos no logra- ron tampoco sus esperanzas, por causas difíciles de analizar. Los lavaderos públicos que hubiesen sido tan provechosos, como eran necesarios, ni se construyeron, nise terminaron en el número que exigía la población ; ni pudo hacerse obligatoria, á causa de esta deficiencia, la concurrencia á ellos de las lavanderas todas... la sociedad por falta de capitales hubo de liquidarse. La Munici- palidad, ese gran paño de lágrimas de tantas empresas fracazadas, hubo de adquirir tres de esos lavaderos: uno al sud y dos al oeste. Un cuarto lavadero al norte cayó en manos de un particular, que . losubarrienda para su explotación. Estos cuatro establecimientos públicos y diez lavaderos particu- lares más, con unas 2000 lavanderas que ejercen libremente la profesión, son los elementos de limpieza de la ropa que disfruta Buenos Aires. Para darme cuenta exacta del funcionamiento de los estableci- mientos públicos y privados, los he visitado personalmente á casi todos y los he estudiado atentamente. Después de este trabajo que he realizado con buena intención y empeño, creo estar autorizado para emitir un juicio desapasionado y exacto del estado en que se encuentran y del problema del lavado de la ropa en Buenos Arres. Para que se ponga atención y se tome interés en conocer lo que voy á detallar, desde ya diré: que el lavado de la ropa en Buenos Árres se hace en las peores condiciones imaginables, y que no se respetan las reglas más elementales de higiene, y que el destrozo que las ropas sufren es deplorable. Empezaré por hablar de lo menos malo que he observado. Me refiero á los lavaderos privados. Estos tienen la clientela de los hoteles, colegios, administraciones públicas ó privadas, sirviendo á institutos, empresas ú personas que, por la calidad ó importan- LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 381 ela del trabajo que encargan, tienen empeño en hacerlo ejecutar en las condiciones más favorables para sus propios intereses. Estos lavaderos llenan su cometido de una manera relativamente satis- factoria en cuanto al objeto de la limpieza. Cuidan de la ropa hasta cierto punto, tratan de hacer el menor destrozo posible de ella, sin dejar por eso de facilitarse el trabajo para que resulte lo menos oneroso. El problema de estos lavaderos consiste: en economizar jabón, emplear más bien legías cáusticas, poco combustible para calentar, y usarlo más bien como fuerza motora, que sacude de uno á otro lado, y con refregadura no muy racional elimina las manchas y no pocas fibras de la ropa, que se confía á esos mecanismos ásperos é irracionales. Si el agua es abundante y cuesta poco, seusa con profusión; cuan- do la pagan por medidor, la escasean y limitan como es consiguien- le y necesario á sus intereses. El asoleado de la ropa es operación desconocida por completo; se sustituye económicamente por el blánqueo hecho con substancias descolorantes y corrosivas como el hipoclorito de calcio, el agua de Javelle; ordinariamente usando estos agentes de una manera irra- cional. Se seca por torcido, que rompe las fibras de los tejidos; en casos más favorables se usa la compresión elástica y en los más ra- ros, disponen de las turbinas, que debieran ser los únicos aparatos permitidos. Nótese bien esto: ninguno de estos lavaderos particulares tene una estufa de desinfección que garanta la inmunidad de la ropa como vehículo de gérmenes de infección. Y nótese además que toda la ropa que va al lavadero, se mezcla, se macera en frío ó en caliente, en una cuba de agua; que como la misericordia de Dios todo lo abarca, todo lo ampara en.una comunidad desesperante. : El agua con su dosis de jabón ó de legía de cenizas de sosa, moja, empapa la ropa, repartiendo uniformemente en la masa los benefi- cios que puede proporcionar su acción detergente ó el mal que puede producir en esta comunidad heterogénea de objetos delica- dos con los de funciones las más innobles. El resto de perfume delicado de un vestido elegante se confunde con las emanaciones provenientes de los resíduos más asquerosos. La acción química de los álcalis saponifica las grasas de cual- quier proveniencia, y van en montón á constituir la primer agua de lavado característica por su policronismo acentuado. Por fortuna, 382 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una segunda, á veces una tercera agua purifica de la contamina- ción primera de 2gualdad (hecha en beneficio de la celeridad y eco- nomia) objetos tan desemejantes, tan disparatados. Ese comunismo sería verdaderamente ejemplar si los objetos que confunde tuviesen igual nobleza! En los lavaderos no se hace distinción de la suciedad, ni se tie- nen para nada en cuenta los gérmenes que la ropa acarrea. Estos son barridos unas veces por el agua de jabón, en los casos más fa- vorables; ó quedan en la ropa misma donde brotan y pululan con- taminando todo lo que está en su contacto. ¿Cuántas enfermedades de la piel no tienen su origen en la ropa mal lavada? ¿Cuántas enfermedades contagiosas no se transmiten por este medio? Conocida es la resistencia á la muerte que poseen algunos bacterios y sus esporos. En ropa que no ha sido desinfec- tada, su existencia es siempre posible, y son incalculables los peli= gros que esto importa para la población. Hay verdadera urgencia en hacer cumplir la ordenanza de mayo de 1894 que obliga á todos los lavaderos del municipio á proveerse de una estufa de desinfec- ción; debiendo en virtud de la misma clausurarse aquellos que no la poseen. Sobre este punto debe hacerse notar que sólo un lavadero del municipio tiene estufa de desinfección y ésta está arrumbada é ¿n- servible. Los lavaderos particulares de que me ocupo, situados unos al norte, otros al sud y sudoeste del municipio, los más lo están fuera del radio de las cloacas. Las aguas servidas provenientes del lavado de la ropa infectada se echan sobre la superficie del suelo en algunos establecimientos y en otros van á sumideros profundos y contaminan la segunda napa de agua semisurgente de la ciudad, en contra de disposiciones de una ordenanza vigente. Como es sabido estas aguas, por su composición química, su poca dureza, por su sabor agradable y por la circunstancia de sufrir una filtración permanente en la arena de que manan, eran excelentes ; pero de algún tiempo á esta parte se va notando su contaminación creciente, debido al uso abusivo que se hace deestas capas de agua. Son la cloaca que han elegido las industrias surgidas fuera del ra- dio de la red, y por medio de ella se libran de sus aguas servidas. Como en los lavaderos particulares no se asolea ; se usa y abusa del cloro para el blanqueo de la ropa. En resumen los lavaderos particulares, con excepción de dos ó LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 383 tres; están todos instalados de una manera defectuosa, y constitu- yen verdaderos focos de infección. En ellos se lava ropa de hospitales, vapores de ultramar y de los ríos, de colegios, hoteles, posadas, casas de familia, todas juntas, sin precauciones ni control, pues no existe ordenanza que los re- glamente. Se me ha denunciado que existen además muchos pequeños lava- deros clandestinos, que no pagan ni patente ni impuestos, y algu- nos de ellos ejercen la industria del lavado de trapos sucios recogl- dos en la basura. Estos lavaderos no tienen ni aguas corrientes ni cloacas y sus aguas servidas son arrojadas á los pozos absorbentes de que hemos hablado. Cuatro grandes lavaderos públicos, tres de los cuales son muni- cipales y uno de propiedad privada, pero del mismo tipo, están á la disposición de las tres mil lavanderas calculadas para la ciudad. Teniendo una capacidad complexiva total de mil sitios de trabajo, los lavaderos apenas ocupan en ellos la mitad de las piletas. Son establecimientos de modelo uniforme, de muchas comodida- des, con agua fria y caliente á disposición de todos, bien aereados, ventilados é iluminados, provistos de aparatos de lavado mecánico, de secadores al aire libre y al vapor, con pisos impermeables y cloacas para eliminar las aguas servidas. Sólo carecen de tachos para la lexiviación y de estufas de desin- fección, y es menester proveerlos de estos últimos, en cumplimiento de la ordenanza para completarlos en sus planos. El particular tie- ne ála verdad estufa, pero no está habilitada y se me ha dicho que no funciona regularmente: está en condiciones de inutilidad por ahora. He asistido en todos estos establecimientos al lavado que hacen las lavanderas; y la impresión que he recibido no puede ser peor. Allí no se lava, no se asea la ropa, se la destruye, se la maltrata; y tengo la convicción que la eficacia del lavado es muy problemá- tica, pues se devuelve á las familias ropa imperfectamente lavada y aún lo que es peor, con todos los peligros de una contaminación posible. La lavandera que alquila una ó dos piletas, las llena con agua, echa en ellas la ropa sucia que lleva, la jabona rápidamente y la somete á una maceración, echando cristales de sosa á veces. Or- 384 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dinariamente cuando dispone de una sola pileta lleva unas cuencas Ó linas suplementarias, en las que efectúa esta maceración y otras operaciones que describriré luego. La ropa algo jabonada se some- teá la acción de un mazo de un kilógramo ó más de peso, con el que la lavandera golpea la ropa sobre una tabla. Los palos caen sobre la ropa, sobre la tabla, sobre la pileta, y destrozan ropa, ta- bla y pileta. Para dar vigor á este apaleo, la lavandera suele cantar, con voz más ó menos desafinada, los aires populares de su tierra. Este conjunto de golpes, de los cantos, de los gritos descompasados, la algarabía de los pequeñuelos que las acompañan, dan una ¡dea aproximada de lo que será el coro de las lavanderas el día del juicio. Agréguese á este ruido que ofende los oídos, el espectáculo del movimiento de los trapos sucios, esparciendo olores nauseabundos; y la vista y el olfato muy pronto se ponen al unísono en este pan- demonio inmundo que es un lavadero público. El orden, lo impone en una fila, una vieja de cara avinagrada; y el desórden lo causa en la lateraluna mozuela desvergonzada con dichos, y á veces algo más. Las palabrotas, los dicharachos alegres Ó airados se cruzan en esa almósfera saturada de vapor de agua, de emanaciones pestí- feras y de una corrupción que se respira en el ambiente general. Las inmundicias del cuerpo y del alma tienen allí una exhibición tan naturalista, que es menester alejarse para respirar. Sesaca una impresión de tristeza y de repugnancia, que sólo el aire fresco y el olvido pueden curar. Alguna nota cómica queda vibrante en el ce- rebro; pero ésta misma no hace agradable ese ambiente. Venciendo repugnancias, se puede observar algo más; y he tenido que hacerlo para dar cumplimiento á la misión que me llevaba. Respecto de los daños que las lavanderas hacen á la ropa hemos señalado ya el batido con el mazo ó pala que la estropea. Pero exis- ten otras causas peores de deterioro. El cepillo de fibras vegetales gruesas, que desgarra la trama del tejido de la ropa y la desmenuza. Los cuellos y los puños de cami- sa no se lavan con agua y jabón; sino con un poco de éste, menos agua, y mucho cepillo se les aparta los ribetes de suciedad. Otro agente que tiene abundante empleo en los lavaderos es el cloro, clo- ruro decal 6 hipoclorito de calero. Esta substancia se vende en los lavaderos mismos en paquetes de un cuarto de kilógramo, y con otra porción de cristales de soda 6 sea carbonato sódico, las lavanderas ejercen su acción destructora sobre la ropa. LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 389 Las propiedades descolorantes del cloro fueron observadas desde el siglo pasado por su descubridor el célebre Scheele, pero sólo fue- ron utilizadas por Berthollet en Francia y Watt en Inglaterra. En vez de cloro se usa el hipoclorito de calcio que contiene de 32 á 34 por */. de esta substancia descolorante. Su poder es tal, que un kilógramo basta para blanquear de 150 á 200 kilógramos de ropa seca. El cloruro de cal obra enérgicamente sobre las materias orgáni- cas coloreadas, destruyéndolas, ya sea por la influencia del cloro ó del ácido hipocloroso que contiene, ó por el oxígeno que desprende al estado naciente y en presencia del agua. Su acción queda exal- tada por el calor y los ácidos. Es aun más enérgica su influencia sobre los trapos mojados y expuestos á la acción del aire, y la acción de éste hace más activa la descoloración. Witz, estudiando esta acción, ha demostrado que cuando se pro= yecta polvo de cloruro de cal sobre un tejido mojado y se deja ex- puesto al aire se producen agujeros en los puntos en que ha caido el cloruro descolorante. Despues de blanquear la fibra, la destruye totalmente. Esto es precisamente lo que hacen las lavanderas, en su propó- sito de lavar mucho y ligero; nunca recurren al asoleado de la ropa mojada para blanquearla ; el cloro, como dicen, se encarga de ha- cerlo, pero ¿cómo? Echan el polvo de cloruro sobre la ropa con man— chas, sobre los puntos sucios de los cuellos y puños de camisa principalmente, lo refriegan con el cepillo, por sí solo destrozador : el cloro ejerce su acción, destruye la materia colorante que forma la suciedad, la mancha; pero también luego se lleva una parte del tejido. Esta es la razón por la cual la ropa en Buenos Aires no dura, desde que las lavanderas han aprendido á usar del cloro. En absoluto, no condenaría el empleo del cloruro de cal desde que careciendo nuestros lavaderos de estufas de desinfección, se tiene en esta substancia, un desinfectante, que si no muy enérgico, es por lo menos de alguna eficacia. Lo que es menester prohibir es el uso irracional que de este agente se hace. La dosis del hipoclorito como descolorante debe ser de medio gramo por litro y marcar me- dio grado Baumé. Nuestras lavanderas echan en un balde de 10 li- tros un paquete de 250 gramos, de manera que un litro contiene una onza. Es decir, cincuenta veces más de lo necesario. Queda, pues, superabundantemente explicada la causa de la des- irucción de la ropa. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLVIII : 20 s 386 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA De igual eficacia y de acción más facil de moderar es el agua de Javelle y ésta debiera sustituir al cloruro de cal. : Pero hay otra causa más de destrozo y es el torcido de la ropa. Es un aforismo de ama de llaves, que torcer la ropa es romperla. A pesar de poseer turbinas en los lavaderos, que escurren y secán la ropa empapada, se usan poco y sólo después de haberla torcido. En vez de esta operación, debiera aconsejarse la compresión mecá- nira por medio de rodillos de cautchouc y emplear luego el turbi- nado. En los lavaderos son poco usados los aparatos mecánicos de lava- do y sería menester entre nosotros estimular su empleo. Debiera, á mi juicio, hacerse también el lavado por medio de la legía y en un tacho en caliente, que además de asegurar su desinfección, lava la ropa sin desgastarla. Esta operación de la lexiviación de la ropa sucia, la única que se usaba en la antigúedad, tiende á ser abandonada por engorrosa, pero es la sola racional é higiénica, y es conveniente volver á ella. Es por otra parte más económica que el lavado por el jabón. El ejemplo que saco de una obra especial sobre los lavaderos de París demuestra la economía del sistema. He aquí cómo se prac- tica: las lavanderas hacen paquetes de 2 kilos de ropa seca (hú- meda pesa el doble) y son señalados por una chapa de zinc nume- rada, pagando por cada uno 10 centésimos de franco. Haciendo un cocimiento de mil kilos de ropa seca ó dos mil de ropa húmeda se obtiene un beneficio de cincuenta francos por operación con los gastos siguientes : 926 kilos sosa á 28 francos los 100 kilos.... 6.00 Combustible......... A A AAN) Total ce: 10.20 La operación de lalexiviación de la ropa dura cinco horas, al ca- bo de las que los paquetes son entregados á las lavanderas para continuar su limpieza. Tienen agua fria á discreción y pagan por la pileta que ocupan francos 0.40 por día ó traneos 0.20 por medio día de trabajo. El agua caliente les cuesta 5 centavos por balde de 12 á 14 litros. Si quieren secar al aire libre pagan trancos 0.35 por 24 horas. Este sistema de lexiviación debiera ser adoptado en nuestros la- LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 381 vaderos. Más aún, debiera hacerse la modificación que se ha intro- ducido últimamente en los lavaderos militares de Alemania. Por cada litro de agua alcalina se agrega 1 gramo de petróleo. Esta substancia favorece la limpieza, asegura la desinfección y conserva mejor el color de la ropa y evita su desgaste. A pesar de las ventajas que ofrecen á las lavanderas, los lavade- ros municipales son pocos concurridos, algunos tienen diaria- mente muchas piletas desocupadas. De las tres mil lavanderas que se calculan para Buenos Aires, como hemos dicho, apenas una sexta parte aprovecha estos esta- blecimientos. El resto continúa lavando en la ribera del río, en los arroyuelos y lagunas de los alrededores y las más en sus casas y en los conventillos, á pesar de la prohibición de la ordenanza. La insuficiencia de los lavaderos y su distribución desigual en el municipio, no permite aplicar la ordenanza que prohibe el lavado fuera deestos establecimientos; y es'á mi juicio necesario aumen- tar su número para proceder á la aplicación rigurosa de sus dis- posiciones. Sobre las lavanderas que lavan en sus casas, habría que repetir lo que hemos dicho : conocen el cloro, ninguna asolea y todas apa- lean, tuercen y destrozan la ropa y no conocen ni saben lo que es desinfección. Tienen, sin embargo, una ventaja sobre las de lavade- ros : como lavan la ropa de una familia toda junta, está eliminada esa pesca eventual de alguna enfermedad contagiosa, de que los lavaderos públicos son causa. Como consecuencia de esta inspección me he permitido proponer el adjunto reglamento que he consultado con los empleados muni- cipales de estos lavaderos ; los que me han favorecido además con muchos datos que registro en este informe. Termino encareciendo la necesidad de nuevos lavaderos para la población, obra que el Intendente sabrá emprender, con elentusia- mo quele caracteriza y en cumplimiento de la máxima que debe gravar en el frente del primero de ellos : « La limpieza es necesaria para salud, favorece la dignidad y moralidad del hombre, y es enemiga del abandono y de la mise- na.» PebrO N. ARATA. 388 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PROYECTO DE DECRETO REGLAMENTARIO DE LOS LAVADEROS Art. 1%. — Los lavaderos municipales son establecimientos pú- blicos á los que pueden concurrir los que se ocupan del lavado de la ropa, todos los días hábiles de 6 a. m.á 6 p. m. en los meses de verano y de 7a. m.á5p. m. en los de invierno. Sólo se suspen- derá el trabajo de 11 a. m.á 12 y media. Art. 22. — Para usar del lavadero pagarán el importe del boleto fijado por el Honorable Consejo Deliberante y recibirán una chapa numerada de la pileta á que tienen derecho de usar. Boleto y chapa se colocará en parte visible de la pileta para faci- litar la verificación. Este boleto da derecho al uso de agua fría y caliente que provee el lavadero y al empleo por turno del aparato de escurrir y al seca- dor al aire libre. El servicio suplementario delas máquinas de lavar, secadero á vapor, se pagarán por separado en la forma establecida por la ad- ministración. Art. 3%. — El uso de agua fría y caliente, que es gratuito, no da derecho á desperdiciarla inconsideradamente, bajo penas de multa de 1 á 10 pesos. Ningún concurrente al lavadero tiene derecho de usar más de una pileta y exclusivamente la alquilada, so pena de multa de 1 peso al contraventor. Art. 4%. — Es absolutamente obligatoria la limpieza diaria de la pileta, no pudiéndose dejar ropa en remojo en ella como tampoco en tinas próximas, pues deben cuidar del aseo de la pileta ocupada, de sus anexos y de la porción del local circunvecino. En caso de contravención serán multados en 1 peso, y en caso de reincidencia serán expulsados del lavadero. Art. 5%. — Cada concurrente debe cuidar de la ropa que lava, ni la administración responderá por pérdidas ó sustracciones de ro- pas; interviniendo en estos casos sólo como autoridad investigado- ra, sin perjuicio de dar la participación que corresponda á la auto- ridad competente. LAVADEROS Y LAVADO DE ROPA 389 Art. 6%. — La pérdida de las chapas del lavadero, los desper- fectos ocasionados en la pileta y demás útiles del lavado, provis- tos por el establecimiento, serán pagados por los causantes del daño. Art. 7%. —En el lavadero no puede usarse de palo, ni maza que al batir la ropa la destruya, así como se prohibe el uso de ce- pillos rígidos que la desgasten y maltraten. El lavado se hará con jabón, con cristales de sosa y es absoluta-= mente prohibido el uso del cloruro de cal. Solo se tolerará el empleo del agua de Javellede la concentración no mayor de medio grado Baumé. Los contraventores á estas disposiciones pagarán una multa de 1 peso, según el caso. Art. 8%. — Es absolutamente prohibido el lavado de ropa de en- fermos en las piletas comunes. Estas ropas, como las que provienen de casas en que haya enfermos contagiosos ó sospechosos, deberá ser necesariamente desinfectada, de acuerdo con las prescripciones especiales que se dicten. Art. 9%. — Los concurrentes que no denuncien esta clase de ropa sospechosa á la administración del lavadero, y no se sometan á las prescripciones que se dicten, serán penados con la expul- sión del lavadero sin perjuicio de someterlos á la autoridad com- petente. : Art. 10. — No es permitida la entrada al lavadero de personas extrañas á la profesión, así como tampoco podrán entraren él nego- ciantes ambulantes, ni otras personas que no hayan obtenido per- miso especial de la administración. La venta de legías para el lavado, de agua de Javelle y substan- cias análogas sólo será permitida con el control de la Oficina Quí- mica Municipal. Art. 11.-— Los desórdenes internos en el establecimiento serán penados por el guarda del mismo, debiendo dar parte de losque en él tengan lugar,así como dar intervención á la autoridad policial en caso necesario. Art. 12. — Los encargados de los lavaderos son personalmente responsables del cumplimiento de estas disposiciones, bajo la res- ponsabilidad que ellos acarrean y la gravedad de los casos. Art. 13. — Se nombrará un inspector de lavaderos municipales y particulares que tendráel cargo de inspeccionarlos y visitarlos en forma periódica permanente, dando cuenta á la inspección general 390 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de higiene, contaduría y aún al Intendente, de cualquier caso grave que ocurra en ellos. Art. 14. — Este inspector se asociará al administrador general y al mecánico para practicar inspecciones quincenales á los lavade- ros particulares é informar acerca de las infracciones á este regla- mento. ARATA. LOS METEORITOS DE NOVIEMBRE La serie de observaciones de las Leónidas practicadas en el Ob- servatorio Nacional durante los últimos cuatro días han resultado parciales y defectuosas, á causa delas malas condiciones atmosféri- cas, en primer lugar; por la fuerte iluminación eléctrica en la ciu- dad, á través de la cual teníamos que hacerlas, por el poco tiempo disponible, apenas hora y media efectivas, y por la poca elevación sobre el horizonte del radiante, ó punto de partida de los meteori- tos, que alcanzó sólo 30 grados á su máxima altura. Aunen la ma- ñana de los días 12 y 13, cuando las condiciones eran admisibles en lo demás del cielo, la parte debajo del radiante, entre éste y el horizonte, fué siempre cargada de una atmósfera tan densa que no permitía vislumbrar los meteoritos. De modo que quedábamos for- zosamente limitados, durante todo el tiempo, á las apariciones su- periores, que son menos que la mitad en la actualidad, pues, co- mo es conocido, los meteoritos divergen en todas direcciones des- de el radiante, dejando rastros luminosos semejantes á las líneas meridianas trazadas en los globos terrestres. Los que vinieron por la derecha, y que solían aparecer como puntitos muy transitorios, tampoco podíamos ver. Por la mañana del 14, 15 y 16, el cielo estaba nublado, y sólo por intervalos cortos se podía distinguir uno que otro rastro por entre las nubes, siéndome imposible formar juicio de la cantidad actual. Las apariciones notadas eran las siguientes : Meteoritos Noviembre 12, claro desde 2.30 hasta 4a.m....... h = 43 == AO = A sebo 20 = 14, nublado desde 2.2049.32........- 10 — 15 — ANA oe A ETE 16 == 16, mtidlado a cose ico. A LES » 392 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Estos corresponden en 24 horas á un término medio de: Meteoritos Mt o NO Arda £8 A a Lio 240 14 la idos Lea ASEO Md a AS 5 192 Nuestras observaciones se limitaron á la parte del cielo incluida en un círculo de 30 grados de radio trazado alrededor de un pun- to radiante aproximado, y las trayectorias eran trazadas en mapas preparados al efecto. Prolongadas éstas en sentido inverso al mo- vimiento observado, concurren en un punto quees el radiante, y que he fijado en 10* 1", y 22* 20” norte, próximamente. El número de apariciones observadas, comparadas con aquellas dadas en otras épocas, resulta pequeño, aún aumentándolas diez veces, bajo la suposición de que las condiciones atmosféricas así lo requerían. Se debe, sin embargo, recordar que los meteoritos vistos en el año 1833, por ejemplo, que eran de miles por.minulto, no fueron vistos en toda la tierra, sino en una parte muy limitada. Aquí aparecía, efectivamente, que ibamos entrando en una región más poblada en la madrugada del día 15, y es posible que la caída de meteoritos fuera mucho más numerosa durante el día. Estábamos prevenidos para el caso de una lluvia fenomenal, pero nuestra tarea se limitó, como ya he dicho, á notar los visibles, su curso por entre las estrellas, yá exponer unas placas fotográficas para conseguir impresiones de los rastros. Las observaciones se hicieron según un plan común, y encombinación con observatorios y observadores situados alrededor de la tierra, de modo que du- rante los cinco días algunos de los observadores fueron convenien- temente situados para practicarlas. En previsión de que estuviese nublado aquí, y para emplearen lo posible nuestro concurso, he solicitado la ayuda de mis amigos los directores de las escuelas normales en la Rioja y Concepción del Uruguay, quienes me la prestaron eficazmente. Por los datos así reunidos, la relativa densidad de diferentes porciones del enjambre, la posición del punto radiante y otros de- talles importantes, podrán calcularse con una exactitud superior á todos los anteriores. Por las anteriores determinaciones del punto radiante, seha pro- e LOS METEORITOS DE NOVIEMBRE 393 bado que la órbita de las Leónidas es una elipse que coincide en parte con la órbita de la Tierra en su perihelio, y en su afelio, 6 mayor distancia del sol, curva fuera de la órbita de Urano, y su inclinación es de 17 grados. Cuando los cuerpos meteóricos se lan- zan por nuestra almósfera, son detenidos porel frotamiento con ésta, y en consecuencia se calientan suficientemente para ser visi- bles, y luego son vaporizados, dejando rastros luminosos, débiles en su mayor parte y muy transitorios. Principian á encenderse á una altura de 25 á 30 leguas, y son completamente quemados y redu- ecidosá cenizas en uno ó dos segundos, sin el menor ruido. No se tiene conocimiento que hubiesen caído partículas de Leónidas so- bre la tierra. Como el último paso ocurrió en noviembre 14 de 1866, el si- guiente era esperado, según la tabla de apariciones, el 15 de no- viembre de este año. El cambio de un día durante el intervalo de 33 años tiene su causa, sin duda, en las perturbaciones que sufrió la masa en su larga trayectoría. A más las perturbaciones parecen haberse aumentado en los últimos años, pues las apariciones en éste y en el año pasado resultaron poco numerosas. El enjambre, en el transcurso de los mil y tantos años de su existencia ha cam- biado en tal grado, que ahora la tierra necesita algunos años para cruzarlo, y es posible también que el núcleo que la tierra atravesó en 1799, 1833 y 1866 haya variado tanto, que en la actualidad cruce nuestra órbita después que la tierra pasa el nodo, y no vea- mos sino la vanguardia esteaño, y veremos la retaguardia en 1900 y años siguientes. El enjambre se acercó á Saturno en el año 1870, y á Júpiter en agosto de 1898. Los nuevos cálculos, tomando en cuenta las per- turbaciones producidas por estas aproximaciones, indican una di- minución en su distancia del sol al perihelio de unas 300.000 le- guas, y hay una diferencia correspondiente en la distancia del no- do al sol, que podría llevar la parte del cauce que cruzamos hasta dentro de la órbita de la tierra, sin cruzarla. a Los planetas que más influyen por su acción perturbadora son Júpiter, Saturno y Urano. Cinco revoluciones de las Leónidas co- rresponden á catorce de Júpiter y á dos, próximamente, de Urano; y ocho delas Leónidas á nueve de Saturno. Las perturbaciones no sólo difieren de diferentes revoluciones, sino que aun en la misma revolución las partes son afectadas diferentemente por los plane- tas. Los cálculos de Adams, que determinó la órbita de las Leóni- 394 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA das, fueron basados en determinaciones del punto radiante, efec- tuadas en 1866 ; pero el hecho de que la Tierra desviaba los meteo- ritos entonces encontrados por una cantidad que aumentaba con la duración de la lluvia, no fué tomado en cuenta por Adams, y en consecuencia existe un erroren el valor de sus elementos, y no se puede considerarlos ahora sino como aproximalivos. Estos son puntos que se resolverán definitivamente por el estudio de las observaciones que acaban de efectuarse por observadores en todas partes, los cuales serán luego reunidos, sometidos á Un exXa- men analítico, y empleados como base en los nuevos cálculos á hacer. Estos fenómenos son bien conocidos. Hay pocas noches en el año que no se vean algunas apariciones de meteoritos, y ha sido calcu- lado por un astrónomo que el término que atraviesa nuestra al- mósfera diariamente, bastante lucidos para ser vistos en una no- che obscura, alcanza á ocho millones, y si se agrega á éstos los te- lescópicos, el número alcanzaría á cuatrocientos millones. Están agregados en grupos que corren alrededor del sol, y cuando la tie= rra traspasa uno de ellos, se produce la conocida lluvia de meteo- ritos. Mayor consecuencia para nosotros no tiene el fenómeno. Observatorio Nacional. noyiembre 17 de 1899. JuANn M. THome. BIBLIOGRAFÍA [. — INGENIERÍA Keller (Karl), Profesor del curso de construcciones de máquinas en la ex- cuela superior técnica de Karlsruhe. Caleul et Construction des Trans- missions. -- Baudry y C*. La obra del doctor Karl Keller, forma un manual que, dando todos los ele- mentos para la construcción de máquinas, se adapta al mismo tiempo al curso que este eminente profesor dicta en la escuela superior de Karlsruhe. No sólo expone las reglas de la construcción y las bases á que debe sujetarse el dibujo, sino que da también todos los desarrollos matemáticos de los principios fundamentales, explicando al mismo tiempo) los resultados de las grandes obras que en estos últimos tiempos se han realizado, pudiendo de este modo el lector criticar con toda facilidad sobre obras ya realizadas los distintos métodos á em- plear. La parte práctica del libro se funda, para la determinación de las dimensiones, sobre los resultados conocidos de la resistencia de materiales, dando al mismo tiempo ejemplos deducidos de construcciones bien ejecutadas. Numerosos grabados facilitan la explicación delos distintos temas y es bueno hacer notar que dichos dibujos son esquemáticos, tal como el profesor los suele representar durante la lección, habiéndose evitado con escrupulosidad darles el carácter de figuras sombreadas, que si bien tienen la ventaja de dar la idea del relieve, no son apropiadas para el estudio, por los detalles secundarios que oshcurecen en gran parte justamente lo que se quiere hacer resaltar. Comprende la obra cuatro partes : En la 1%, después de una introducción sobre el movimiento de rotación, se ex- plica los ejes de rotación, sus soportes y el acoplamiento de los árboles. La 2* parte trata de la teoría de la transmisión por las ruedas dentadas y como parte práctica comprende la construcción de las mismas y de las ruedas de fric= ción. En la 3: se explica con todo detalle la transmisión por correa, cable, cadena, 396 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA etc., explicando también las disposiciones generales para la detención é inver= sión del movimiento de rotación. La última parte comprende la combinación de dos movimientos de rotación efectuados por bielas rígidas, comenzando por consideraciones teóricas y genera= les del movimiento, siguiendo con el movimiento simple de manivela, árboles acodados y excéntricos y concluyendo con las disposiciones del movimiento de manivela con balanceos. Creemos que los que se dedican á estudios de mecánica, encontrarán en este libro muchas cosas útiles y de valor, y que con ayuda de esta obra y la aplica- ción práctica llegarán á ser representantes hábiles de la mecánica, hallando tam- bién aliento para un trabajo personal más extendido. CRISTÓBAL M. HICKEN+ II. — VARIEDADES Bucheler (Dr. M.), director del Instituto técnico de Destilerífa de Weihenste= phan (Baviera). Manuel de Distillerie. Ann cuando la literatura técnica sea. bastante rica en tratados sobre la fabrica- ción del alcohol, el manual del doctor Búucheler es una obra recomendable por la precisión y claridad, rara en publicaciones de este género, debidas principalmente á la gran experiencia adquirida por el autor durante su larga carrera como diree= tor al frente del Instituto técnico de Destilería en Baviera. La edición francesa comprende no sólo el tratamiento de las substancias amilá- ceas (granos, papas) sino también la alcoholización de las materias sacarosas, re= molachas, topinambur. Los aparatos destilatorios usados en Alemania y Francia, la fabricación del alcohol bruto, su purificación y refinamiento, son otros tantos asuntos descritos magistralmente en este libro. El procedimiento novísimo de la sacarificación y alcoholización de las materias amiláceas por las mucedíneas es tema de todo un capítulo. Con este procedimiento ideado por Collette et Boidin, se puede realizar industrialmente la fermentación en vaso cerrado, es decir al abrigo de gérmenes nocivos. Sin duda alguna que este tratamiento es una de las más hermosas y fecundas aplicaciones industriales de la microbiología, ciencia creada por Pasteur. Este libro del sabio profesor de Weihenstephan, será acogido favorablemente por los destiladores y creemos que podrá prestar muchos servicios á todos aque= llos que se ocupan de la fabricación del alcohol, tanto más, cuanto que se halla al nivel del estado actual de la ciencia. CrisTóBAL M. HICKEN. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN BL “TOMO CUADRAGÉSIMO OCTAVO —_—— AA Páginas La oanación MANOS lato sconsososouson besoo noO peo Oe ODO bO OB AO AS I0n 5 Cuestiones sanitarias (conclusión), por Wemetrio Sagastume.......o..o.oo.o...o... 14 Evolución y destrucción del pulgón lanígero, según J. Migmitres............... 31 Nova addenda ud Floram Patagonicam (continuación), por Carlos Spegaz- AO. ros 44, 172, 239, 329 XXVII aniversario de la Sociedad Científica Argentila.....ooooomomoo... O SO 65 Observaciones al capítulo La Flora Argentina, por el doctor E. L. Holmberg en el Segundo Censo de la República Argentina (tomo I, página 385-474), por Teodoro MARCÓ sc borogorsacisroa anote to o ANO do Oo raoon oo Boo pe osadearbde 67 Pedagogía matemática (Artículo bibliográfico y crítico), por Federico Bira- DTD 0000000 d BAS TOS ROSE SCA 106, 156 La Liga contra la tuberculosis, por Roberto Wernicke.........oooooomooomoo.- 145 La fábrica nacional de paños de A. Prat, por Cristóbal M. Wicken............. 168 La industria del cobre en Chile, por B. Velásquez Giménez........ooooooo.oo.. 209 Una crítica sobre «La Flora Argentina», por Eduardo Ladislao Holmberg... 257 «La Actualidad », Fábrica Nacional de Sombreros, por Armando Romero y Luis CSUDTO pa orodncos os tocaba con nrana ooo robó aaa 294 Fábricas de Sombreros y de Tejidos de los señores G. Franchini y Cia., por Luis Ds MAP as aa BA DEA coo oa a atajo cu 324 A A NE 353 Desnaturalización de alcoholes para usos industriales, por Pedro N. Arata..... 356 Alcohol para la desnaturalización, por Pedro N. Arata......... deoouoconovon ses 364 Empleo de las langostas como abono, por Julio Kúnekel WMereculais...... OS Lavaderos y lavado de ropa en Buenos Aires, por Pedro NW, Arala............. 378 Los meteoritos de Noviembre, por Juan Mi. Th0mMe.........o epoca 391 BIBLIOGRAFÍA Ingeniería > ALzOLA Y MINONDO (P. de). Las obras públicas en ESPAÑA. .ooooccccccn 196 BRIT (an) or pilesteor plc A RS Sii 196 308 ANAIlES NE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Páginas Comisión del Ferrocarril intercontinental AMEriCcaNnO...oocoorenranen rr 336 Du Launay (L.). Recherche, captage et aménagement des sowrces thermominerales... 133 MaLtoL (J. B). Afirmados. Estudio sobre los pavimentos de la ciudad de Buenos AMES do vodacanoo po Donbuva cada gano cbsOnao poco ono ado pa RR p Boop ono oo 61 KELLER (K.). Calcul et construction des Iransmissi0nS.....ooooooocroroorenroo 2. 0395 Romacosa (3.). La carrera. de ingeniero civil en el proyecto de plan de enseñanza... 183 VALIENTE NOAILLES (L.). El ferrocarril al Neuquen...ooooooccorncaa ca 131 Ciencias físico-químicas DorrIN6 (0). Alturas tomadas en la provincia de CórdobA...ooooooororcoronoor ooo 62 — Resultados hipsométricos de algunos viajes del doctor G. Bodenbender.......... 62 — DeSoto á Villa Mercedes. Determinaciones barométricas de aluras......... o 62 Prazza (3. E). Sobre la leche y la manteca que se despachan en el mercado de da Pla E Er NS ENS NANA 204 PorscarÉ (H.). La théorie de Maxwell et les oscillations hertziennes....oooommmoo.o.. 61 Rocours (X.). Les eaua=de vie el lQUEWIS..oooooonoonraa a 204 TRUCHOD BAENA ESAS 197 Ciencias naturales AMEGHINO (E.). Un sobreviviente actual de los Megaterios de la antigua Pampa ..... 340 — Sinopsis yeológico-paleontológica. Suplemento (Adiciones y correcciones)....... 340 ANaLEs del Museo Nacional de Buenos Aires. Tomo Vl....ooococcccccccocnoro cono 139 Bar (L.). La specificite celluladre....oooommmomocoo o. FEOS PES A Ao OS poo 64 COMUNICACIONES del Museo Nacional de Buenos AÚres, N Acoonconccaoreo Doboa- DrLa6r (J.) y HEROUARD (E.). Traité de zoologie concrete, Tomo VII. Les Pr anotó. 62 — Tomo Il, 1: parte. Mesozoaires. SponglaireS..oooooonccareareerrener 297 Dre MapriD (S.). Lecciones elementales de Histología € Histogenda...ooooococccooco 348 ERGEBNISSE der Hamburger Magalhaensischen Sammelrelsl.ooooooocococonorooooo 2 OU HaurnuaL (R.). El mamífero misterioso de la Patagonia. 1. Reseña de los hallazgos en las cavernas de Ultima Esperanzl...oommm... RADO ON oO todas as sao 341 Jacob (Ch.). Examen microscópico de la pieza cutanea del mamifero misterioso de la Pulga Ma e DonoSoono 000900n0 Oso0o0000o . 341 JubuLiEn (E.). Quelques notes sur plusieurs Coprophages de Buenos AMes.......... . 64 LrcomtE (H.). Le Café..... ANO ASS Paco dono o 350 DE DAN TENEN ALS cr RES 64 Lramann-NITSCHE (R.). El mamífero misterioso de la Patagonia. HI. Coexistencia del hombre con un gran desdentado y un equino en las cavernas patagónacas........ 341 MERCER D (A) CANE LI O 247 —- Die fossilen Vógel Patagomiens..ooooociococinc dd00VuVSo0oias LO Moracas (G.). Génesis de las ROCAS....ooooccoccccnece LOS MORENO (F. P.). Note on the discovery of Miolania and o Glossolherium (Neomylodon) in PalagoMdA. cocoa OVOdOBONoVS Porno roe sorbo O00Don9osocoos 311 —= (o portion aj aralidd skin, named Neomylodon Listai 1 Account of the (OI eoncooacoporUasddooVos as doL denon sarcarcosos rro docdosVVsasoD oo 310 PLaTu (L.). ono CAEN RN EA 200 RorTH (S.). El mamifero misterioso de la Patagonia. 1 Descripción de los restos en- contrados en la caverna de Ultima Esperanza. ..oooooooccccac 341 ÍNDICE GENERAL 399 Paginas SuirH WoobwakD (A.). On a portion of mammalian skin, named Neomylodon Listai. Ii Description and comparison of the SpecimeN..ooooooocccnaa ooo 341 WISSENCHAFLICHE Ergebnisse der Schwedischen Expedition nach den Magellanslaen= vts MOMO lsssuc soe es dos TO AA ao ERA adan 198 Ciencias medicas CRANWELL (D.J.). Equinococus de la pleurd....oooooooonrcccrrncr cr 350 De MabxriD (S.). Lecciones elementales de histología € histoget.cooooononce 318 MENDEZ (IS U e RO RUN CUNDUACIOS O TS a 142 Mercantr E.) y DessY (S.). Sobre una enfermedad del ganado landr...ooo..o.o.... 203 MuriLLo (A.). Memoria de la Junta central de Vacuna, correspondiente ú 4898..... 203 PROA ass ona o AOS OOO OOO A O oe: 349 ROGER (H.). Introduction a Uétude de la méedecine...oooooooooooooooc.. e ÓN 201 Tarrt (S.). La corteza del pan como vehículo de gérmenes infecciosos. .....oomo..o.. 202 Ciencias antropológicas AMBROSETT! (J. B.). Notas de arqueología calchaqUi..oooommmooononara 218 Bocc1anr (G.). Cartografía lingúistica del ChaCO...oooooocoorrorcacr 143 == CU ro ness DONDE AO AS ESSE 14d BRINTON (D. G.). A record of study in aboriginal american laNquUJlScacommccnomo.. 143 — The lingitistic cartography of the Chaco Regi0N...ooooooeoroorernrra 143 LAFONE QUEVEDO (S. A.). Progresos de la Etnología en el Río de la Plata durante el ÑO ASK) esoorocobro carac carr OE ITADOVONIION o ONOOUAN soda roo 249 Lenz (R). Crítica de la «Langue Auca» del señor Raoul de la Grasserie........... 198 QUIE Esos PP NOIA CO ii 198 QuiroGA (A.). Ruinas de Anfama. El pueblo prehistórico de la Ciénaga............ 249 Ciencias varias BineD (A.). Le premier devoir de Uéducation physiqUue...oonoocoooccccccrr 253 BUCAL (MIAMI A 396 VACONERESO! Cientifico Jeneral Chenoa ii 250 MISCELÁNEA Manera de remediar las inundaciones del Río Negr0......ooooccorooooreoooraoos o. 00 Terminología española de electricidad... ..oooococcoooorcorenr oo AS os MI XIII Congreso Internacional de MediciMa....ooooocoococorenrro reee rerrrr e 193 Modo de evitar las inundaciones del Río NegrO....ooooocooncoreconccaos ISE 194 Determinación de la posición geográfica de San Rafael. ..oooocococococorocoo ooo 333 MOVIMIENTO SOCIAL Canero paa 0d. .ocoeooososseoenorouropososororooroocdoDn do asoropococosas 204 MWistarallamtabricarde Prat elote as rea 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA or ARGENTINA Visita al «Bélgica»...... e Visita á la fábrica de Franchini...... sE DUO ME or ava cotos sesoVónaano AN : O A a dE BES, pd ato A ¿ Acciones donadas ......... Sono: Representación de la Sociedad en los Congresos Industrial y de Orientalistas... Fomento de la BiblioteCa.....ooooooooooorcorrcccoro ros A SALI MOS Visita á la fábrica de Dellachá......... ¿IRE o.co ora c os Y Interesantes ViSitaS.....oooooomom...... LoS > pS Compañía General de FÓSfOr0S.... ..0oococoooooo ELE Compañía Sudamericana de Billetes de Banco............... AN Compañía alemana trasatlántica de Electricidad....ooononocooo ccoo La y TITO MEUCCI y C' (SUCESORES DE RUGGERO BOSSI Y COMPANÍA) IMPORTADORES 753 — QCUYO-— '759 Almacen nayal, ferretería y pinturería, cristales, vidrios y espejos. Especialidades en artículos para construcciones de ferrocarriles Instrumentos de ingeniería y óptica, útiles para planos y dibujos Artículos de bazar y menage, Elkington « Christofle. Papeles pintalos, hules,esteras ele. Talleres de pintores, empapeladores, doradores, cuadros y carpintería de lujo, aceites minerales para máquinas. 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Gould + — Dr.R A.Philippi. 4 . Guillermo Rawson 7. — Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. Aberg, Enrique. cevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N.- Albert, "Francisco. Alric, Francisco. . Alvarez, Fernando. “Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasli, Íreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. iranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ienacio. Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barilari, Marianc S, Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel €. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis €. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Blanco, Ramon €. . - Brian, Santiago Bosch, Benito $. ordeiro, Luciano... ooo - Lafone Quevedo, Samuel A.... Lillo, Miguel Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. “Tucuman. SOCIOS CORRESPONSALES Reid, Walter F. Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, Jusé L. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. _Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapar, Alberto Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Lcilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, Vicente P. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio, Corti, José S. Courtois, U. Cremona,Andrés Y. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. -Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Cárlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcq, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, Jusé Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espinwsse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo Í. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. j Villa Colon(U.) Santiago ((.) Palermo (11.) Lóndres Corrientes. Fynn, Enrique. Fleming, Sanliago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José Y. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gumberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Givachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J, Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo, Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé Cl. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregoriva, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guelielmi, Cayetano: Gulierrez, José Maria Gutierrez, Angel > Gufierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Fduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. NS Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Olto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A: Eaporte Luis B. Lanús, Juan. C. Larlús, Pedro. 'Larregui, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardís, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel Lopez, Alcibiades. Lopez, MartinJ. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallo], Benito J. Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) Marcet, José A. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Maltos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo E. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, 'Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Nuon, Alberto: Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceli, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Navarro, Raul. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. Orliz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €, Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustewa Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, G. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. de Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegríni, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. TeoJoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. “Piaggio, Antonio. “Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga: Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagurri, Pedro $. Ricaldoni. Tebaldo Rellan. Esio. Repetto, Luis M. Repossini, José . Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rodriguez, Luis GC. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin RodriguezGonzalez, G. Rodriguez de laTorre,C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix.. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. Schneidewind,Alberto. Schickendantz, Emilio. Seeber, Enrique, Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E. - Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Simpson, Federico. Siri, Juan M. Smith Pedernera, CG. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Stegman, Cárlos. Swenson, Taiana, Hugo. Tamini Crannuel, L. A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Hector. Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. hompson, Valentin Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del, Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero, Villavecchia, J. B. VillanovaSanz,Elorenci?- Villegas, Belisario- Wauters, Carlos. Weiner, Ludovico» Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio, Zabala, Cárlos. Zalazar, Beojamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao 5 Zimmermann, Juan €. Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique. pas o " sal qe pan ARA a) "Y A apa Aa A a” A y pS ñ nr a Y q a YA aa ma biie Ma 20 á Y By > qe B. eas*rñrd ¿ERA MAABA ATAR ñeE > Ar co m5. 6 A Donar rara Bla A AT a. pS ma - A, A Pa A PI, 7 ARE ES LM RH A TARA TT PU 7 A IO e AHH Patillas ei A A AE PAMPA TIE Ps Ar nm AA Pa nd QA A DORE Pr; a 4 3 WT 2 “AAA A »-M1492 A a Ep Z MM El Br pa, A “aa IA AZ AS AA . -- Mano ha ( > e_- En p E, a ( YY EST na AMARA gA S 24 Ti 7 o (A be, 8 1L Á pabhy AA pm, La ql a E A o retail Mn pub po > AE ETIRRES A i Lal DADsarar AAA Pl . ANS nana da 0 LA a A EAT ASA Pon Y| Uy ARMADA A 5 Lala! Marga? 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A V ha? ¿MAR en hz “RA a +41 ES 3% A E $ 5 Y 4 >» «om DA to - is APA Ma; | ga Y A a ao: y AA: ar a ars a E alt. 0 Ma AAESnos Tra! Daroro AA 7 SIA AA Ma Y ARMA SA a UA ES 07 an Ta AA “QA 5 A ILTÓN Pa A 2 ARA e AA 2Ri nd A A , p y asp a Y yl Ina PA LAN | ¡ALI A tano A AR E Tan de p da AA A > Di a bi 4 A ] A : q A 6 AL de AY Llaja! ABRA RARA DA a> h E , 21 An . 5N Me r rr! Ma asi a SL mL AOS NUS pene Md he a MAA MIAMAMA A eE ha 2 y ls 3 » ( "a! he q Ir DA nn sal > e ] ALAMAAGA NADA ¿and ya r A a Ye: i ¿AMARA? A, BALA . =r == VOR Pta | AHD CATA 220 Ñ " ER , a Y DAL AUN An " agrio CAÑA rn A AN A A eS Ph % O | Ma Porno 5] 1) AA Al a A Y Y y A Ma a ARA BAJAR —Á mM Tr ra al yA Ah | | e pro RA, Der! Wai. AYNA y INR 0ñaR AAA a AM ANNA PR A a A . mo l a pas o 10m Nara? a” e ¿on Vera za E O E A 1 A, A AA ld Laa tl A Y A yA AA Y 8) TS HE EE AR ah M Ad Zara TER a 1% Ñ A AHI AS Ln a” LL Harina! DON rra na Dan” ar? y 4 Ba a, An aa Y A Y ADA AAA AI a SMITHSONIAN INSTITUTIO| a 3 9088 01357 263